Setenta Años De Escuela Rural En Acebo
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SETENTA AÑOS DE ESCUELA RURAL EN ACEBO Jesús C. Rodríguez Arroyo 1. INTRODUCCIÓN Este trabajo pretende, en primer lugar, concienciar a los jóvenes de Acebo y de otras localidades como la anteriormente citada, del esfuerzo que supuso el poder contar con unas instalaciones dignas donde se pudiese impartir una edu- cación que sirviese para que los miembros de una sociedad rural, como la ace- bana, pudiesen complementar su desarrollo como personas. Hoy en día existen infinidad de partes del mundo donde el derecho a una educación digna se ve continuamente vulnerado, al igual que sucedía en una localidad tan pequeña como Acebo. La vulneración de este derecho limita las posibilidades de desarrollo de cualquier sociedad y por ende la hace más vulne- rable a las amenazas de un mundo globalizado. Por todo lo expuesto anteriormente no nos deja de asombrar la facilidad con la que los jóvenes, y no tan jóvenes de hoy en día, desprecian un derecho como es el de la educación, ningunean a un colectivo como son los educadores y no muestran ningún respeto por instalaciones y materiales necesarios para desarrollar los procesos educativos. Fueron numerosos los sacrificios (económicos, políticos, humanos, etc) que se tuvieron que realizar por parte de una sociedad rural como la acebana para que los miembros más jóvenes de ésta tuviesen un centro donde formarse. Es por ello que lo menos que podemos hacer es dejar constancia de todo aquello que sucedió para que, a fecha de hoy, Acebo pueda seguir contando con un centro educativo. En los últimos tiempos han aparecido varios libros y monografías sobre la Iglesia parroquial de Acebo, sobre los Chajurdones, sobre el emblema de Sierra de Gata, e incluso sobre el municipio de Acebo. Empero si todos esos libros y estudios están más que justificados; con mayor motivo este trabajo sobre la escuela. Y sería una injusticia no dejar constancia de lo que significó y significa esta escuela tanto para Acebo como pueblo, como para sus habitantes. 606 JESÚS C. RODRÍGUEZ ARROYO No es objetivo de este trabajo intentar demostrar cuantitativamente el índi- ce de eficiencia de los alumnos que han salido de estas instalaciones, ni el nú- mero de alumnos que han llegado a la Universidad, ni cualquier otra referencia de las que se utilizan actualmente para medir la rentabilidad y la eficiencia de un centro como éste. Tan sólo queremos dejar constancia que de no haber exis- tido esta escuela no habría sido posible que una masa de personas como la que emigró de Acebo entre los años 60 y 80 del siglo XX hubiesen podido poner en marcha la infinidad de negocios que pusieron; ni hubiesen podido realizar las tareas más cotidianas, administrativamente hablando, que realiza cualquier sujeto. Pero no sólo sirvió para lo anteriormente comentado, de no haber existido un centro educativo en Acebo es probable que el grado de despoblamiento hubiese sido más acentuado del que realmente ha sido. 2. LA ESCUELA EN ACEBO, FASE EMBRIONARIA Hubo un estudioso de Extremadura, Dº Antonio C. Floriano, opuesto al proyecto de autonomía de los años treinta y que en 1919 definía a los extreme- ños de la siguiente manera: Los extremeños del norte son unos leoneses con influencias portuguesas y castellanas; los del centro son el resultado semita de la fusión de moros y judíos; y los extremeños del sur son unos manchegos por- 1 tugueses injertados en andaluces. Ciertamente las gentes del norte de Extremadura, y en concreto las de Sie- rra de Gata, tienen profundas influencias asturleonesas que son consecuencia directa del tipo de repoblación que se llevó a cabo una vez finalizada la recon- quista. Esa influencia lingüística-cultural determinó hasta hace bien poco el apren- dizaje en las escuelas de la zona; la mayor parte de ellas con una plantilla do- cente castellana que desconocía o no tenía en cuenta ese perfil sociocultural de su alumnado; ya que por lo general seguían las directrices de un estado centra- lista y generalista. El alumnado acebano, hasta hace bien poco, ha conservado ese sustrato cul- tural asturleonés que está más emparentado con la lengua del Rebollar (Navas- frías, Peñaparda, Fuenteguinaldo, Payo, etc.), que con A Fala, o la lengua de Coria y sus alrededores. 1 Juan García Pérez. Entre la frustración y la Esperanza. Una Historia del Movimiento Regionalista en Extremadura (1830-1983).Consejo Ciudadano de la Biblioteca Pública Municipal Juan Pablo Forner. Mérida 1990. Pág. 112. SETENTA AÑOS DE ESCUELA RURAL EN ACEBO 607 Desde principios del siglo XX un grupo de estudiosos: alemanes (Oskar Fink, Fritz Krüger, Federico de Onís), británicos (John Cummins), portugueses (Leite de Vasconcelos) y españoles (Menéndez Pidal, Ángel Iglesias Ovejero) se preocuparon por las diferentes formas de hablar de este enclave serrano, aunque ninguno de ellos se centró o trató de una manera específica el caso de Acebo. A día de hoy casi todos los esfuerzos de la Junta de Extremadura y de la Diputación de Salamanca están centrados en A Fala y en la lengua del Rebollar; ya que en las tierras de Coria la castellanización del territorio se ha impuesto de una manera definitiva. Pero es curioso que tanto los organismos públicos, así como los estudiosos anteriormente citados, siempre hayan delimitado correcta- mente el territorio de lingüístico de A Fala, la Lengua del Rebollar, y la de Coria; y se hayan dejado en tierra de nadie la influencia lingüística que se daba en Acebo; y que para nosotros, como hemos comentado anterior, está emparen- tada con la lengua del Rebollar. A pesar de la frontera física que es la estriba- ción montañosa de Sierra de Gata. La ausencia entre las clases medias ilustradas locales de unos valores in- dentitarios propios, y su desprecio total y absoluto por los valores culturales autóctonos, conservados entre las clases populares; es lo que ha ido provocando una desaparición lenta y gradual de una cultura tan rica y tan específica como las que se puedan dar en otras regiones del estado español. Estas clases medias, profundamente castellanizadas, siempre despreciaron la educación local enviando a sus miembros a una edad determinada a los gran- des centros educativos de Cáceres y Salamanca. Este escaso interés por parte de las clases ilustradas acebanas por tener un centro formativo local adecuado es lo que generó durante siglos el que llegada una determinada edad hubiese una interrupción en la educación y aquél que podía continuar con ella sólo era el que tenía dinero. Durante siglos hubo un desinterés por la educación del pueblo en general y no será hasta el siglo XVIII cuando los municipios, y al calor de los valores de la Ilustración, se tomen en serio la universalización de la educación y que ésta deje de ser algo particular e intrínseco a las clases nobles. Pero a su vez este interés por culturizar al pueblo llano chocará con los in- tereses de la Iglesia Católica que hasta la fecha había sido la guardiana y trans- misora de la cultura y de la educación. En Extremadura en general, y en Acebo en particular, también existía un amplio desinterés por parte de las clases populares por la adquisición de la cul- tura; ya que teniendo en cuenta la estructura económica de la región muy pocas personas la consideraban de utilidad. Pero lo cierto es que hasta bien entrado el 608 JESÚS C. RODRÍGUEZ ARROYO siglo XX para poder ejercer cualquier cargo municipal se exigía que se tuviesen conocimientos de escritura y lectura. Igualmente a todos aquellos que querían ejercer de maestros se les exigía ser personas afectas a las ideas políticas de cada momento, ser personas con expediente de sangre impoluto, y además ser buenos cristianos. A través de estos criterios selectivos podemos observar como, tanto la iglesia, como los políticos rivalizaban por manipular a la sociedad del momento2; obligando al magisterio a practicar un proselitismo que volviese sumisos a unos ciudadanos ignorantes de sus derechos. No todos los municipios de Extremadura tenían escuelas de primeras letras y muchos serán los que no las tengan hasta bien entrado el siglo XX; en cambio Acebo ya contaba con una pequeña escuela de primeras letras en el siglo XVIII. De este centro educativo tendremos noticias por el catastro del Marqués de la Ensenada; en él se menciona tan sólo a un maestro de primeras letras, Dº Joseph de Prado y Araujo, que cobraba por su trabajo novecientos reales de Vellón y que lo compatibilizaba con el trabajo de organista de la iglesia, trabajo por el que cobraba otros 500 reales. Lo habitual era que los maestros fuesen personas que compatibilizasen la educación con otros trabajos, ya que el vivir única y exclusivamente de la edu- cación era bastante difícil3. Estas escuelas de primeras letras en su grado más elemental tenían como objetivo el adoctrinamiento cristiano, saber leer, saber escribir y contar4. Muy pocos municipios contaban con centros de formación superiores, Es- cuelas de Gramática, que diesen una continuidad a las escuelas de primeras letras. La escuela de gramática más próxima a Acebo se encontraba en la locali- dad de Hoyos. De hecho la mayor parte de los individuos que querían adquirir una educa- ción superior recibían formación privada en sus domicilios y posteriormente con aprobar el examen de bachillerato era suficiente. De esta forma es como debieron llegar dos vecinos de Acebo a la Universidad Central y obtener la licenciatura en derecho (Dº Adolfo Cáceres Estévez licenciado en derecho curso 1878-1884 en la Universidad Central5 y Dº Marcelino Casillas Centeno, licen- ciado en derecho, curso 1889-1890, Universidad Central6). 2 Francisco Rodillo Cordero. Datos para la Historia Escolar de Extremadura. Editora Regional de Extremadura, Colección Estudio 2.