Complutum, 8, ¡997: 205-221

EL DIOS INDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS

Juan Carlos Olivares Pedreño*

RESUMEN.- El objeto de/presente estudio es descubrir las posibles relaciones que existieron entre tres de las divinidades antiguas más representadas, desde el punto de vista epigráfico, en la Península Ibérica: Bandua,

Cosus y “Marte indígena ‘. Planteamos la hipótesis de que estos tres teánimos aludían, desde el punto de vista de su significado religioso, a una única divinidad, pues aparecen asociados en algunas inscripciones, los tres están relacionados simbólicamente con el toro y. finalmente, sus ámbitos geográficos de culto son complemen- tarios y excluyentes entre sí. Asimismo proponemos que los ritos del “Toro de San Marcos , registrados du- rante la edad moderna en algunos lugares de la misma región, podrían ser una supervivencia del culto proto- histórico.

ABS-IRA o-.- In tizis paper an approach is mac/e to the possible relations between three of the mostfrequently represented ancient divinities of tize íberian Peninsula: Bandua, Cosus, and “indigenous” . Tite hypothe- sís is postulated tizar the titree theonyms. in which respects to their religious significance, allude to a single di- vinity, on ;he basis of three argu,nen;s: their names appear toge;her in some inscriptions, all three are asso- ciated with bu/ls and titeir cuí; rerritories appear os complementary and excluding each other. A/so some mdi- caéions are presented ;har cenain modern ritual (“Bulí ofSaint Marc), historicaliv recorded in some places oftite same region, could actual/y be a survival of ihe protohistoric cuí;.

PAMBRZs CMv~: Religión protohistórica y antigua, Celtas, Epigrafía.

KEY Woíws: Protohistoric and ancient religion, Celts, Epigraphy.

1. INTRODUCCIÓN templo del toro; el culto especial de las mujeres al animal y la relación de ese toro con el vino. Julio Caro Baroja, en el capítulo segundo de No obstante, la teoría encontraba algunas su libro Ritos y mitos equívocos, se propuso averí- objecciones: en primer lugar, se adjudicaba un rito guar la significación de un rito que se realizaba por muy localizado en un territorio de ¡os menos romani- tierras del Occidente hispano hasta la segunda mitad zados de a un dios griego; en segundo lu- del siglo XVIII en que fue prohibido por ¡a Iglesia: la gar, que la adaptación romana de este dios, Liber ceremonia del Toro de San Marcos. En dicho capítu- Pater, tampoco coincidía de modo ajustado con el te- lo, Julio Caro establecía un paralelismo entre esta ce- rritorio donde el rito del Toro de San Marcos se desa- lebración y otras que se desarrollaban en el mundo rrolló, puesto que, aunque existen algunos datos epi- helénico en honor a Dionisos, apuntando que la fies- gráficos referentes a en Extremadura, en otras ta del Toro de San Marcos pudiera derivarse de un regiones hispanas muy romanizadas no existe infor- antiguo ritual relacionado con el dios griego. Esta hi- mación alguna de dicho ritual. Por ello, años más pótesis se fundamentaba en algunos paralelismos en- tarde de su primera edición, el ilustre antropólogo tre dicho rito y los dedicados a Dionisos en Asia Me- constataba que no estaba convencido de su interpre- nor: la identificación del dios con un toro; la selec- tación: “Releyéndolo hoy, en 1973, me parece que no ción de un toro que representa al santo y al dios en he dado con una conexión satisfactoria. En el prólo- una fiesta anual determinada por unos hombres que go va dicho algo acerca de otras comparaciones po- deben cumplir cienos preceptos; la conducción al sibles; pero también queda la conexión muy en el

* Departamento de Prehistoria, Arqueología e Ha Antigua. Universidad de Alicante. Apart. Correos 99. 03080 Alicante. 206 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO aire. En todo caso los materiales reunidos abren po- Marcos: y llamandole luego en nombre del Santo sibilidades en es/e ámbito de los ritos y mitos equí- Evangelista, el Toro sale de la bacada, y olvidado, 2. En dicho vocos que es el folklórico en general” no sólo de su nativa ferocidad, mas aun al parecer prólogo planteaba este investigador los problemas de de su esencial irracionalidad, los vá siguiendo pací- interpretación acerca del Toro de San Marcos, en el fico á la Iglesia, donde con la misma mansedumbre sentido de que “no es fácil reducirlo a ningún rito asiste á las Visperas solemnes, y el día siguiente á la clásico conocido de modo positivo y las hipótesis da- Misa, y Procesión, hasta que se acaban los Divinos das por mí son vagas y ni entonces las di ni ahora Oficios, los quales fenecidos, recobrando la fiereza, las doy con excesiva confianza. Lo que se ha escrito parte disparado al monte, sin que nadie ose ponérse- después tampoco me convence demasiado, y lo que le delante. Entretanto que está en la Iglesia, se dexa he visto aquí y allá, como comparable en algún or- manejar, y hacer alhagos de todo el mundo, y las den, ostenta el mismo carácter equívoco’,’. mugeres suelen ponerle guirnaldas de flores, y ros- El objetivo de nuestro trabajo será, en pri- cas de pan en cabeza, y hastas. Hay quienes dicen, mer lugar, obtener lo que Julio Caro llamó “¡a cone- que acabadas las Vísperas, se vuelve al monte, y el xión satisfactoria” partiendo, lógicamente, del inesti- día siguiente vuelven por él para la Misa; pero la mable acopio de datos proporcionados por él en su voz mas comun es, que no hace mas que dos viages, mencionado estudio. En este sentido, nos basaremos uno de ida, y otro de vuelta. A alguno, ó a algunos estrictamente en el rito del Toro de San Marcos y no oí decir, que no el Mayordomo de la Cofradía, sino en otras celebraciones realizadas en relación con los el Cura de la Parroquia, vestido, y acompañado en toros, existentes por todo el territorio de la Península la forma misma, que quando celebra los Oficios Di- Ibérica4. vinos, vá á buscar, y conjurar el Toro. También un La festividad de San Marcos Evangelista te- testigo ocular me dixo, que en un caso, en que él se nía lugar el día 25 de Abril y los ritos asociados a ha 116 presente, el Toro estaba recogido en un corral, ella variaban según la región, tomando un carácter y de allifue á sacarle el Cura, vestido, y acompaña- eminentemente agrícola o introduciendo en su ritual do, como hemos dicho; aunque por más conjuros que aspectos que tenían que ver con la ganadería. No hizo, el Toro no quiso obedecerle”’. obstante, el rito al que nos referimos tuvo unas carac- Además de la naturaleza del rito, suficiente- terísticas propias que lo diferenciaban del resto de li- mente descrita en el estudio de Julio Caro Baroja, lo turgias celebradas en esa misma fecha en otros luga- que a nosotros nos interesa resaltar es el territorio en res. El carácter de la celebración aparece descrito de que, según el texto del Padre Feijoo, se celebraba el forma muy rigurosa en el estudio de Julio Caro, por rito del Toro de San Marcos, a saber: en algunos lu- lo que nos remitiremos a él y sólo constataremos los gares de la “provincia de Estremadura datos que nos permitan llevar a fin los objetivos plan- El sacerdote ilustrado, en una de sus Canas teados en nuestro trabajo. Eruditas, vuelve sobre el tema del toro de San Mar- cos. Así, en el quinto tomo de esta obra dedica su carta decimoquinta “al assumpto de haverse deste- 2. EL RITO DEL TORO DE rrado de la Provincia de Estremadura, y parte del SAN MARCOS Y Territorio vecino, el profano Rito del Toro, llamado SU ÁMBITO DE DIFUSIÓN de 5. Marcos”6. Se consíata por tanto que, aunque Feijoo centraliza en la región extremeña esta ceremo- La naturaleza de esta festividad fue analiza- nia, seíiala que también se celebraba en los alrededo- da ya por el Padre Feijoo: “Notorio es ó toda España res de la misma. el culto (si se puede llamar culto), que al glorioso Feijoo, de nuevo en su Titeatro crítico, hace Evangelista 5. Marcos se dá en su dia en algunos un comentario que nos puede servir para concretar a Lugares de Estremadura; aunque el modo con que se qué territorios se refiere cuando alude al “territorio refiere es algo vario. Puede ser que la variedad no vecino” de “Estremadura”. Así, nos dice: “No me pa- esté precisamente en la relacion, sino en el hecho; rece importuno noticiar aquí lo que me escribió el esto es, que en diferentes Lugares de aquella Provin- Reverendisimo P. Joseph Francisco de ls/a, de la cia, en orden á una, ú otra circunstancia, sea la Compañia de lesas, siendo Predicador del Colegio práctica diferente. Lo que commúnmente se dice es, de Santiago; esto es, que hallandose en con versa- que la Vispera de 5. Marcos, los Mayordomos de cian con el llustrisimo Señor D. Joseph de Yermo, una Cofradia instituida en obsequio del Santo, ván Arzobispo entonces de aquella Metropoli, poco des- al monte, donde está la baccda, y ¿scogiendo con los pues de haver salido á luz mi septimo tomo, y haver- ojos el Toro que les parece, le ponen el nombre de le leído su Ilustrisima, este Prelado, aprobando mi EL DIOS INDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 207

da nuevas pistas sobre el ámbito de difusión del rito. impugnacion del rito del Toro de 5. Marcos, le aña- Según él, “Siendo este el medio de que se usa, se en- dió: Que siendo él Obispo de Ávila, los habitadores tiende bien como pudieron acaecer en aquella fiesta de un Pueblo de aquella Diocesi havian querido in- las irregularidades, que algunas veces se han notado troducir en él la solemnidad del Toro el dia de aquel de no obedecer el Toro al llamamiento, ó enfurecer- Santo Evangelista, y su Ilustrisima se lo prohibió”’. se inopinadamente, yá en el Templo, yá en la Proce- Sin embargo, este texto nos sitúa en una cierta ambi- sían. De lo primero, arriba referimos un exemplar giledad, pues no confirma si en el mencionado pue- De lo segundo, tenemos noticia de dos. Uno, arriba- blo existía ya una tradición referente al toro y lo que se intentaba era hacerla coincidir con la festividad de do pocos años há en la Villa de Almendralejo, sita San Marcos, o si no existía dicha tradición y sólo se entre Menda, y Xeréz, donde yendo yá en la Proce- sion, se alteró subitamente el Toro, acometió á las intentaba importaría de otros lugares. andas en que iba la Imagen de 5. Marcos, las echó á En otros párrafos de esta obra, Feijoo hace tierra; y rompiendo por medio de la gente, aunque otras referencias a las características de la fiesta y a sin hacer daño ó nadie, se escapó. Otro refieren los los lugares donde ésta se celebraba. Según él, “Los Padres Safinanticenses, sin señalar el Lugar: este PP. Sahnanticenses siguen la sentencia del Maestro fue mas funesto. porque el Toro mató, ó hirió grave- Santo Thoma, con no menos firmeza que él. Los fun- mente á muchos de los asistentes. Estas desigualda- damentos, que alegan, son los mismos. Solo añaden des penden sin duda, yá de estár mas, ó menos bien la noticia de dos circunstancias del hecho, que tam- disciplinado el Toro, yá de mayor, ó menor destreza. bien es/talan un pestifero olor de supersticion. Lo y precaucion de los que corren con esta maniobra. primera es, que á veces el Toro no obedece al llama- En el Lugar del Almendralejo sucedió aquel desmán miento del Mayordomo de la Cofradía, en cuyo caso, la primera vez, que por imitar á otros Lugares. se los del Pueblo dán por sentado, que el Mayordomo animaron á hacer lafiesta del Toro. Es de creer, que es de prosapia judaica. Lo segunda, que acabadas como novicios, no estaban bien instruidos en el ma- las Visperas, conducen los Cofrades al Toro por las nejo, ni el Toro, ó Buey lo estaria”9. De este modo, calles, y le hacen entrar en las casas del Lugar Su- dado que en Almendralejo se intentó instituir el ri- cede, que el Toro resiste entrar en esta, ó aquella tual del Toro de San Marcos por esos años, copiándo- casa, ó porque vé algun objeto, que le espanta, ópor lo de otros lugares, hemos de descartar este rito como capricho, originado de alguna, entre inumerables tradición de dicha localidadde Badajoz. causas incognitas, que pueden influir en ello; porque Julio Caro Baroja analizó otros textos alusi- quién averiguará la impresion, que eí encuentro de vos al Toro de San Marcos en los que se hace refe- varios objetos puede hacer en su imaginativa? Pro- rencia a diversas particularidades de la celebración y nuncian luego, como si lo huviesen oído á un Oracu- a los enclaves donde se realizaba. Así, nos transmite lo, que á aquella casa, ó habitadores de ella, amena- comentarios del aristócrata Don Luis de Zapata refe- za alguna proxima calamidad. Cómo puede esto de- rentes al siglo XVI sobre la ceremonia, tal como se sar de ser comprehendido en aquella especie de su- celebraba en el pueblo cacereño de Brozas: “En aquel persticion, que llaman Observacion yana los Theolo- lugar, teniendo alguno algún espantable y temeroso gas? A testigo ocular oí cosa semejante á lo que di- toro, y que de fiero no se pueden con él averiguar, cen los PP. Salmanticenses, del caso en que el Toro dasele & la Iglesia. Llegando el día de San Márcos, no obedece al Mayordomo de la Cofradía. En un & la víspera de él, va el mayordomo & esos montes gar poco distante de Zamora, estaba el Toro en un por él, donde no se le para hombre que vea, y lle- corral, de donde fue a sacarle el Cura revestido, y gando en su asnillo ante el embajador de San Mar- con todo el aparato de Iglesia (yá arriba advertí, cos, le dice: Márco, amigo, ven conmigo a las Bro- que la práctita en diferentes Lugares es algo diferen- te); pero aunque le llamó repetidas veces con el ras. que de parte de San Marcos te llamo para su fiesta“lo nombre de Marcos, el Toro no respondió, sino con Sobre el mismo municipio escribía Fray bufidos, y ademanes de acometer. En fin, no siendo Francisco de Coria en 1608: “Hay en la villa de las posible reducir el Toro á que fuese á gozar lafiesta, BroQas una iglesia dedicada al evangelista San Mar- se levantó en el Pueblo el rumor de que su resisten- cos, y en ella fundada una cofradía de gente muy cia provenia de que el Cura estaba en pecado mor- 8. Además del profundo sentido religioso y mági- honrada y devota de la villa, y por devoción y reve- tal” co aplicado al toro, tenemos en este texto una alusión rencia al Santo le ofrecen algunos toros, los cuáles a las cercanías de Zamora como otra región donde se se guardan en las vacadas de la dicha villa, y llega- celebraba esta ceremonia. da la víspera de la fiesta de San Marcos sale el ma- Un último testimonio del Padre Feijoo nos yordomo de su iglesia con seis cofrades en busca del 208 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO toro que para aquel año está ya señalado, y llegados cularidades del rito del toro de San Marcos en Abs- el mayordomo y cofrades a la boyada, con unas va- no y Castillo de las Guardias (Huelva). Por otra par- rillas en las manos, acercandose al toro con mucha te, el mismo autor menciona el estudio de D. Jacinto fe y devoción, en nombre de Dios y del Santo, dice el Arias de Quintanadueñas sobre la celebración del ri- mayordomo estas palabras: Anda acá, Marcos, que tual en Alcántara (Cáceres)’7. Habida cuenta de todas estas informaciones, es ya tiempo y hora de ir a hallarte a la celebración podemos fijar el ámbito en el que se efectuaba desde y fiesta del evangelista San Marcos”. Posteriormen- te, Fray Francisco de Coria cuenta como se lleva al tiempos inmemoriales el rito del Toro de San Mar- toro en procesión al monasterio de Nuestra Señora de cos: en la antigua provincia de “Estremadura” y zo- la Luz, donde es recibido por los frailes y el toro es nas limítrofes a ella y, más concretamente, en las acompañado hasta el altar de la capilla del monaste- localidades de Brozas, Alcántara, Trujillo, Talayuela, rio, donde el animal besa el altar. Después, se dirige Mirabel, Ciudad Rodrigo, Alosno, Castillo de Las a la ermita de San Marcos, en la que se celebra una Guardias y en las cercanías de Zamora. misa a la que asiste el toro”. A la misma fiesta de Brozas se refiere Don Francisco de Torreblanca Vi- llalpando: “Tertio ad hanc supersti;ionem referre 3- LOS EPÍGRAFES DEDICADOS A non dubito abusum confratrum £ Marci opidi de las BANDLJA EN LA REGIÓN 2. Parece ser, a la vista de estos textos que, BroQas...”’ CENTRO-OCCIDENTAL entre las más conocidas celebraciones del Toro de DE ESPAÑA San Marcos, estaba la del municipio de Brozas, Otros territorios en los que se llevaba a cabo El teónimo Bandua es sobradamente conoc~- la festividad son mencionados por un escritor del si- do desde hace décadas, ya que las inscripciones lati- glo XIX, el sacerdote José María Sbarbi, quien alude nas dedicadas a esta divinidad son numerosas, así a la misma como un “emblema irrisorio de añejas como amplia la extensión donde se le rendía culto. supersticiones que presenciaron muchos pueblos, y En lo que a los objetivos del presente trabajo respec- aun ciudades de nuestra España, a cuyo frente figu- la, nos referiremos únicamente a las aras votivas que raban Ciudad Rodrigo, en el antiguo reino de Casti- se localizaron al este de la actual frontera portugue- lía la Vieja, y Trujillo, en el de Extremadura”’3. Julio sa. Caro menciona, además, una copla de principios de En primer lugar, contamos con un munici- este siglo en la que se cita el ritodel toro en el pueblo pio en el que fueron halladas cuatro inscripciones re- cacereño de Talayuela’4. lativas a Randua, siendo así ésta la localidad de toda Por otra parte. M. García Matos halló en el la Península Ibérica que concentra un mayor número archivo eclesiástico de Casas del Monte, a unos 25 de altares en dedicación a este dios: nos referimos a kilómetros de Plasencia, un documento manuscrito Brozas, en la provincia de Cáceres. Las inscripcio- por un párroco de dicha localidad a principios del si- nes, numeradas con referencia a la tabla 1, son las si- glo XIX en el que se habla de la fundación de una guientes: cofradía instaurada en honor de San Marcos, entre N0 29) Bandiae ¡Apolo 1 sego Lu(cius) ¡Lupus Ta 1 cuyas facultades figuraba la conducción del toro’5. ncini ¡f(ilius) a(nimo) l(ibens) u(otum) s(oluit). Esta cofradía fue creada en ¡669 y estuvo en funcio- Esta inscripción fue localizada según I-lUb- namiento hasta la prohibición del rito en el año ner, A. Tovar, J.M. Blázquez, J. Vives y R. Hurtado 1753. Dado que no conocían los cofrades los métodos en Cáceres, mientras que J. Salas, 3. Esteban y G. de ejecución de la liturgia, acudió el párroco de Po- Rueda la sitúan en Brozas’8. Es la única de las apare- zuelo de Zarzón a hacer averiguaciones a Mirabel, cidas en esta localidad en las que se cita el nombre donde el cura le informó de las oraciones y palabras del dios, además de su epíteto, con lo que contribuyó a emplear en el rito. Sus características eran muy si- a que las otras tres inscripciones fueran interpretadas milares a las ya expresadas anteriormente respecto de correctamente, como ex-votos al dios Bandia, tam- Brozas. No obstante, lo que más nos interesa es cons- bién conocido por Bandua. tatar que, si bien el rito se instauró en Casas del N0 32) Cilius ¡ Caenonis /f(ilius) Apulus ¡ eaeco ¡ Monte durante el siglo XVII, en la localidad de Mi- u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito)’9. rabel, situada a poco más de veinte kilómetros de Aunque en un principio, J. Salas, JA. Re- Plasencia, se celebraba desde mucho antes. dondo y J.L. Sánchez, como los demás autores que Finalmente, Antonio R. Rodríguez Moñino’6 hasta entonces habían estudiado la pieza, pensaron cita un documento existente en el Archivo Municipal que el dedicante era Cilius Apulus, Caenonisf(ilius) de Caía (Huelva) en el que se comentaban las parti- y que la divinidad honrada era Eaeco, la aparición de El. DIOS INDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 209

¡ Bandue Dolecco Curbián (Palas de Rey, Lugo) AB ¡974. 388 2 Deo Ban[du(a)e Catoira (Pontevedra) CARG 11(1994), pp. 265-266 0 105 3 Dandue Alaniohricae Fizas (San Amaro, Orense) AB ¡974,408+AP n 4 Dandae Veigebreaego Raidiz de Vega (Orense) RPH pp. 59-60; AP n0 ¡07 5 Manís socio Banduae Raidiz de Vega (Orense) CILII 215*+AFnC ¡04 6 Bandue Verubrico Retorta (Laza, Orense) AP n0 103 7 Bandue Gadogo? Mixés (Verín, Orease) AP n~ 106 8 Bandue Espinhosela (Bragan~a) GIL II 2498 9 Bandue Raelco Ribeira da Pena (Vila Real) GIL II 2387 lO Bandu Vordeaeco Seixo de Anciaes (Carraceda, Bragan~a) AE 1991. ¡039 II Bandí Longobricu Tormo (Longroiva, Meda) FE 11(1985), n~ 4 ¡2 Sane AímeidadeSayago(Zamonx) AB ¡946,12 13 Bande Velugo Toiraeco Vila da Feira (Arlindo de Sousa, Aveiro) AB 1954, 96 a) ¡4 Deo Tueraeo ViladaFeira(ArlindodeSousa,Aveiro) AB 1954,961,) ¡5 Sandoge Sul (San PedRo do Sul, Viseu) RA? i? 27 ¡6 Bandí Ollienaico Insua (Penalvado Castelo, Viseu) BE 9, 35 ¡7 Dandi Tatíbeaicui Quciriz(Fonios de Algodres, Guarda) RA? n~ 29 18 5 Gantunaeco Ledesma o Ciudad Rodzigo (Salamanca) GIL II 861 19 Dandei Srialeacui Oijais (Covilha, Caxtelo Eranco) AB 1967, ¡35 20 Dandi ls(i)b[r(aieguí) Bemposta (Penamacor, Castelo Branco) AB 1967, 134+ RA? n0 5 21 Dandi Isibraiegui Bemposta (Penaniacor, Castelo Branco) AB 1967, 133+ RA? n’ 24 22 Vorhaecu Penaniacor (Penarnacor, Castelo Franco) FE 13, n~ 57; RA? n0 32 23 Dandi Arbarialco Capinha (Fundao. Casrelo Franco) CIL II 454 24 (Dandi) Vor[teaecio Barroca (Fundao, Castelo Franco) AB 1977, 380 25 B(andi> V(orteaeceo> S San Vicente da Beira (Castelo Branco) Gonímbriga 26. p. 20 26 Dandi Vor:eaeceo Salguciro (Fundan, Castelo Franco) AB 1977, 379 27 Sane Ninho do A~or (Castelo Franco) AB ¡991, 950 28 Sanf... Malpartida de Plasencia (Cáceres) GIL II 855 29 Bandiae Apolosego Brozas (Cáceres) CiL II 740 30 Aputusealeco Brozas (Cáceres) AB 1989, 398 31 Apolluseaejco Brozas (Cáceres) AB ¡989, 399 32 Apuluseaeco Brozas (Cáceres) GIL II 741 y p. 825 33 Raudaeco Tnijillo (Cáceres) AB ¡977, 430 34 Adurofeaeco Taijillo (Cáceres) Caesaraug. 3940, p. 89-91 n0 61 35 Dandue Raudeaco Madroñera (Cáceres) Caesaraug. 3940, p. 92-3 t 64 36 Dandue I:uiciesi? Sonseca (Toledo) RPH p. 58 37 Dannei Picio Belver(Gaviao, Portalegre) AB 1984, 468 38 Picio Oliveira do Hospital (Coimbra) RA? o0 36 39 Dandi Saisabro Maranhao (Avis, Evora) FB 46. o’ 206 40 Sandun Btobrico Alenquer (Lisboa) RA? o’ 33 41 Dand(ua) Araugel(ensis) 2 HAB ¡630 42 Dandi Malunrico Actas V Gol. Leng. Gui: Prerr. PL 436-437

Tabla 1.- Inscripciones relativas a Dandua. los dos epígrafes que expondremos inmediatamente dedicante, sino el comienzo del epíteto de la divíní- indujeron al propio 1. Salas, junto a J. Esteban y G. dad, en consonancia con el esquema de la inscripción Rueda a pensar que Apulus no era el cognomen del n0 29 de nuestra tabla; así, se trataba de una dedica- 210 JUAN CARLOS OLIVARES PEDRENO

20. Finalmente, nos queda por confirmar la ción de Cilius, Caenonisf(ilius), a Apuluseaeco N0 30) Apulusea[e ¡ co Sala[ei ¡ us R(ufi) f(ilius) ¡ existencia de un antiguo culto al dios Bandua en dos a

N0 34) .... ¡Qirif(ilius) E/aduro/f..aec/o a(nimo) a mitad de camino entre las dos localidades mencio- l(ibens) 1 u(otum) fsolui? nadas. Los autores que han estudiado la pieza son de N0 35) Bandue 1 Roudea ¡ co a(nimo) l(ibens) la opinión de que el teónimo referido sería Bandua. p(osuit) ¡[25 12) Sane ¡ ex uo(to) Co ¡ltunati25 Las inscripciones 33 y 34 fueron localizadas La pieza se localizó en Almeida de Sayago, en Trujillo y la número 35 al Este de Madroñera, a a unos 30 kilómetros a] sur de Zamora. Según Mo- escasos kilómetros de las dos anteriores. En resumen, rán, se trataba de una dedicación al dios Rane, míen- los datos epigráficos nos evidencian que el segundo tras que para Bragado se trataría de la diosa Sana. foco cultual más importante del dios Bandua en el te- Aunque no hay seguridad de que la inscripción tuvie- rritorio que estudiamos se corresponde con otro de ra relación con Bandua, ésta es la opción más proba- los lugares en -que se efectuaba el rito del Toro de ble, ya que existieron múltiples variaciones fonéticas San Marcos. para expresar este teónimo. De hecho, otros epígrafes A la vez que la localidad de Trujillo, se nos de las mismas características han sido adscritos por decía en uno de los textos estudiados por Julio Caro los autores que los han estudiado, a Randua, como el Baroja que este rito se desarrollaba en Ciudad Rodri- dedicado a Rannei Picio de Belver (Gaviao, Portale- go. No existe en este lugar alguna inscripción que ci- greY9, o el referente a Sane hallado en Ninho de te al dios de modo explícito y seguro. No obstante, sí Aqor (Castelo Branco9~. Por otra parte, tendríamos disponemos de un epígrafe que ha sido objeto de una un ejemplo similar de alteración fonética en los epí- cierta confusión hasta el momento, tanto por el lugar grafes del dios Endovelico, al que se alude como en que fue localizado, como por su lectura: Enobolico en una inscripción3’ suprimiendo, por tan- N0 18) Silo Co ¡ rai (filius) B ¡ Gantu ¡ naeco ¡ to, la letra “d”. u(otum) ¡ a<’nimo) l(ibens) s(oluit)a En definitiva, lo que se deduce inmediata- I-Itibner la localizaba en las cercanías de Le- mente de una somera comparación entre el territorio desma (Salamanca), mientras Blázquez creía que la donde tenía lugar el rito del Toro de San Marcos, se- pieza procedía de la provincia de Cáceres. Actual- gún hemos expuesto en la primera parte de este tra- mente está en Ciudad Rodrigo. En cuanto a su lectu- bajo, y el ámbito de localización de las inscripciones ra, l-Iíibner observó una “b” al final de la segunda en honor a Bandua al Este de , es que se co- línea, siendo seguido por Fita, Morán y Blázquez. responden de una manera bastante ajustada. Pode- Posteriormente, Albertos leía el teónimo sin dichale- mos, por tanto, formular la hipótesis según la cual el tra; es decir, Cantunaeco, siendo esta lectura acepta- mencionado rito se llevaba a cabo en aquellos lugares da por Blázquez en una obra posterior. Si esta “b” en los que, muchos siglos antes, se rendía culto al existe, el teónimo sería seguramente B(andua) Can- dios indígena. Sólo contamos con una excepción: el tunaeco como ya Fita propuso. En este caso, la ms- epígrafe hallado en los alrededores de Sonseca (To- cripción supondría un apoyo más a las tesis vertidas ledo), que está muy alejado de la zona donde se cen- en el presente trabajo, puesto que Ciudad Rodrigo fi- traba el culto a Bandua. Aquí tenemos la inscripción, gura entre los enclaves donde se celebraba la liturgia pero no referencias al ritual del toro. A la inversa te- del toro. nemos otras excepciones, ya que en Alonso y Castillo EL DIOS INDíGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 211 de las Guardias (Huelva), donde se celebró la fiesta el mismo período, eran asociadas al mismo animal. del Toro, no se han hallado dedicaciones al dios. No obstante, esta excepción no es determinante, puesto que no queda claro en el texto citado si en dichos lu- 4. BANDUA Y SU RELACIÓN CON EL gares onubenses existía la tradición desde tiempo in- “MARTE INDÍGENA” Y COSUS memorial o se introdujo durante esos años, como si sabemos que ocurrió en Almendralejo y Casas del La relación del “Marte indígena” con el toro Monte. Además, la existencia del rito en estos dos en la Península Ibérica es un hecho aceptado hasta el enclaves no altera la evidencia de que el territorio momento por la mayoría de los especialistas. La donde se constata es muy definido, como afirman de principal prueba al respecto es la estatuilla hallada modo explícito la mayoría de los autores que lo estu- en la región pirenaica que representa a Marte con un diaron. toro sobre la coraza y un casco con tres cuernos de Ante estas objecciones, la concordancia de bóvido, ¡o que lo diferencia claramente de las repre- rito y culto se evidencia en Brozas y su entorno (in- sentaciones romanas del dios32. Además, cabe citar cluyendo Alcántara), Trujillo, Ciudad Rodrigo y su un epígrafe de Moníariol (5. Vitor, Braga) referente entorno, en los alrededores de Plasencia y, aunque a este dios, en el que se le aludecon el epíteto Tarbu- celis33. Este epíteto podría relacionarse con el nombre con ciertas dudas, en las cercanías de Zamora. Si ya una coincidencia territorial entre am- celta del toro (Tarvos)34. bos fenómenos en un sentido más abstracto habría te- En otras provincias romanas del mundo cél- nido su peso a la hora de poder relacionarlos, una tico-occidental parece confirmarse este registro ico- nográfico del “Marte indígena”. Así, al norte de Bri- semejanza como la que se plantea debe llevarnos a proponer, aunque con las necesarias reservas, que el tania, en la zona de Maryport (Cumbria), fueron ha- llados bajorrelieves en piedra representando guerre- rito del toro de San Marcos era, allá por el siglo XVII, una pervivencia de ceremonias de carácter re- ros armados provistos de cuernos que podrían consti- tuir la imagen de Belatucadrus, ligioso que se realizaban desde la época prerromana divinidad indígena a la que fueron dedicados numerosos epígrafes a lo lar- en honor al dios indígena Randua. Ello no quiere decir, sin embargo, que esta go del muro de Adriano, cinco de ellos asimilándolo misma celebración se realizara en todos aquellos lu- a Marte35. Por otra parte, en Lezoux (Allier, Francia) gares en los que existen inscripciones de esa divini- se halló un busto que representaba a una divinidad con cuernos de toro; cabe resaltar que la divinidad dad, puesto que el culto a un mismo dios no lleva indígena más representada epigráficamente en los al- implícito necesariamente un mismo ritual. Por otra rededores de este lugar estaba relacionada con Mar- parte, si el dios Bandua era objeto de un sistema li- te36. Además, cabe citar la inscripción hallada en Ri- túrgico muy similar en todas las poblaciones que le singham (Northumberland), al norte del muro de adoraban, no cabe esperar que éste perviviera en to- Adriano dedicada a Marte Victor por el tribuno Tu- dos los lugares hasta la Época Moderna, puesto que, por razones que a veces se nos escapan, las tradicio- lius Publilius Pius37. En la parte superior de la pieza nes pasan al olvido en unos lugares mientras que en aparecen Marte y Victoria con parte de sus elementos otros se “fosilizan” durante siglos. Por otra parte, el característicos: Marte sostiene una lanza con su ma- hecho de que no constatemos evidencias del rito en no derecha y un escudo en la izquierda; Victoria lle- va una palma en su mano izquierda y un objeto esfé- territorio portugués no implica que éste no existiera, rico en la derecha. Pero lo que más llama la atención sino que se debe a que los autores que hemos consi- es la extraña indumentaria de Marte, que aparece con derado restringieron sus estudios y ensayos al territo- el torso desnudo y con una prenda sujeta a la cintura rio español, sin que nos haya sido posible obtener, que se prolonga hasta las rodillas, alejándose de los hasta el momento, datos positivos referentes a Portu- gal. modelos típicos de representación romana del dios. Hasta aquí hemos mostrado el paralelismo En la parte inferior de la inscripción hallamos una cabeza de bóvido en bajorrelieve. entre los lugares de culto de una divinidad antigua y los enclaves donde se desarrollaba un rito durante la Finalmente, disponemos de otro testimonio que fija de una manera más clara la relación entre Edad Moderna, planteando la teoría de que existe una relación entre esa divinidad y el mencionado ri- “Marte indígena” y el toro. Se trata de un epígrafe tual. Si esta tesis es correcta y el dios Bandua fue asi- hallado entre Schweighouse y Marienthal (Alsacia) Medu35. milado durante la Antiguedad al toro como su animal dedicado al dios Debajo del campo epigráfi- emblemático, deberíamos poder encontrar una rela- co aparece ¡a imagen del dios provisto de casco y sos- teniendo con la mano izquierda una lanza, mientras ción entre este dios y otras divinidades que, durante 212 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO

que representan un toro y un creciente lunar. Por lo que con la mano derecha sujeta un toro39. Atendiendo a los atributos de la divinidad, podríamos establecer tanto, si se confirma la pertenencia de este epígrafe a ya una relación con Marte pero, además, ésta se con- Cosus, tendríamos una importante relación iconográ- firma a partir de otros datos epigráficos: en primer fica entre este dios y el “Marte indígena”. lugar, la inscripción procedente de Roma en la que se Si la relación entre las dos divinidades men- lee Petiganus Placidus Toutati Medurini uotum so- cionadas ha sido usualmente aceptada. la asimilación luet anniuersarium40 que vincula, por tanto, a Touta- de Bandua con el “Marte indígena” y con Cosus no tes con el dios Medu. A su vez, la asimilación de ha sido, hasta hoy, admitida por la mayoría de los es- Tautates a Marte viene dada por varias inscripciones tudiosos dedicados al tema de las divinidades indíge- halladas en distintos lugares de las provincias occi- nas en la Península Ibérica. Si aceptamos una rela- dentales del imperio41. En segundo lugar, a partir de ción entre Bandua y el toro como elemento iconográ- otro epígrafe procedente de Colchester (Essex) dedi- fico asociado a él, hemos de aceptar, igualmente, la cado a Marte Medocius42. asociación de esta divinidad con las otras dos referi- La equivalencia entre el “Marte indígena” y das. En este sentido, podemos aportar algunos argu- el dios Cosus es, de igual modo, comúnmente admiti- mentos. da. En este sentido, tenemos una inscripción que lo El primero, ya establecido por algunos auto- atestigea. Está dedicada a Cososo deo Marti y se ha res, viene dado por la etimología de los epítetos refe- considerado algún tiempo como procedente de Braga, ridos a Bandua, como Apulus, que significaría “fuer- aunque fue hallada seguramente en Aquitania43. No za”47. Según E. García Fernández-Albalat, también consideramos que deba ser invalidada la calidad pro- estarían relacionados con la fuerza en el combate los batoria de esta inscripción por el hecho de que fuera epítetos Velugus Toiraecus y Tueracus (estos son localizada en Francia. En este sentido, cabe constatar muy similares al epíteto de Cosus Tueraneus), Eto- la existencia de algún otro ejemplo en España de este bricus, Cadogus, Veigebreaegus y Roudeaecus, lo desplazamiento excepcional de un altar respecto del que mqstraría una clara relación con Marte como foco principal de culto del dios: la inscripción votiva dios guerrero, aunque la misma autora reconoce que, dedicada al dios galo Apolo Crannus, adorado a lo en alguno de estos casos, podrían existir otras alter- ancho de Centroeuropa, hallada en Astorga. Con to- nativas etimológicas48. do, lo que parece claro es que la inscripción referida El segundo argumento tiene como punto de se dedicó a al dios indígena Cosus, asociándolo a partida la inscripción hallada en Rairiz de Vega (u0 Marte. 5) dedicada a Martis socio Banduae, aunque dada Un dato más que nos permite confirmar la como falsa por algunos autores49. Por el contrario, A. asimilación funcional entre el “Marte indígena” y R. Colmenero no cree en su falsedad por varias razo- Cosus viene dada por el epígrafe votivo referente a nes: “A primeira, porque existe no mesmo lugar ou- Cossus Segidiaecus”. Según J.C. Bermejo, aparece- tra inscriQao militar dedicada a esta mesma divin- ría en el epíteto de la divinidad la raíz segh (sujetar, dade (n” 107). A segunda, porque a forma socius, vencer), que también aparece en el término seghos mais genitivo, como fórmula de interpretatio parece (victoria) en celta y en germánico, lo que permitiría confirmar-se em outra inscrigao do nosso corpus (n0 relacionarlo con el epíteto de Marte , divini- 113). A terceira, porque resultaria ingénuo que nas dad constatada en el santuario de Bolards (Borgoña) passadas centúrias acertassem em identificar, para y dadora de la victoria45. falsificar a inscr4sao, Marte com Bandua indígena, Finalmente, hemos de citar como posible segundo se está a comprovar na actualidade. A pre- prueba de esta asimilación el epígrafe hallado en el sente epígrafe no estaria mal lida. como opina Lo- ,,5o castro llamado “el Cocotín”, de San Esteban del To- renzo, senao vista por partes ral (El Bierzo, León) que, según 1. Mangas y J. Vi- Nuestra aportación consiste en la adición de dal, estaría dedicado al dios Cosus4S. Estos autores se un nuevo argumento a la tesis de A. Rodríguez Col- basan en dos hechos: en primer lugar, en los numero- menero: esta inscripción de Rairiz de Vega se en- sos epígrafes en honor de este dios aparecidos en la cuentra en lo que podríamos llamar la “línea de in- región de El Bierzo y, además, en la lectura Nida ¡ tersección” entre las zonas donde se rendía culto al nlua, que se podría relacionar con el epíteto Nedole- “Marte indígena” y a Bandua. Así, al Oeste de Rairiz dius de esta divinidad, plasmado en una inscripción de Vega tendríamos la zona donde más inscripciones hallada en Noceda del Bierzo cerca del lugar donde del “Marte indígena’ han sido halladas, dedicadas a apareció el epígrafe al que nos referimos. Lo más in- Marte Cariocieco en Tuy (n0 1)51, Marte Caneco en teresante es, en lo que a nuestro trabajo respecta, que Refoios de Lima (n0 3)52, a la misma divinidad en Li- en los laterales de este ara aparecen dos bajorrelieves souros (n0 2)~~ y la ya mencionada de Marte Tarbuce- 213 EL DIOSINDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS

0 4). En cuanto a Bandua, en la ambas divinidades, Bandua y el “Marte indígena”; lis de Montariol (n misma localidad de Rairiz de Vega tendríamos la por tanto, es del todo probable que, si estos dos dio- inscripción dedicada a Bandue Veigebreaego (n0 4)54 ses tenían una similar significación religiosa, un sol- y, al este de la misma, los epígrafes dedicados a Ban- dado de la zona dedicara un altar plasmando dicha dua de Mixós (n0 7)” y de Retorta (n0 6)56. Finalmen- equivalencia, exactamente en ese lugar, en los térmi- te, cabe citar el topónimo de Bande (f), que haría re- nos Martis socio Banduae. ferencia a esta divinidad, y se encuentra a muy poca Si la relación observada anteriormente entre distancia hacia el suroeste de Rairiz de Vega. Así el rito del Toro de San Marcos y Bandua nos aportó pues, vemos que hacia el Oeste de esta localidad se el indicio para buscar la relación de esta divinidad rendía culto al “Marte indígena”, como se constata con el “Marte indígena” y, en consecuencia, con Co- en las cuatro inscripciones citadas de esta divinidad; sus, la inscripción de Rairiz de Vega supone, a nues- por otra parte, desde las localidades de Bande y Rai- tro juicio, un argumento a favor de la equivalencia en riz de Vega hacia el Este se situaría el ámbito cultual el significado religioso de estos tres dioses. No obs- de Bandua. tante, la confirmación de esta teoría debe poder de- Esta idea podría verse reforzada si interpre- tectarse también partiendo de un estudio de la distri- tamos una inscripción hallada en San Xoan de Baños bución geográfica, en toda la Península Ibérica, de de Bande (Orense) y hoy desaparecida, en cuyas dos las inscripciones dedicadas a las tres divinidades (ver primeras líneas se lee Cari...! beflacis’7, como un mapa n0 ¡ y tablas n0 1,2 y 3). nuevo testimonio de Marte Cariocieco, puesto que es- Observando el mapa, vemos que los epígra- ta localidad está muy cercana a los enclaves donde se fes dedicados a Bandua se ubican a lo largo de un sitúan las inscripciones referidas a Bandun. Esta ms- amplio territorio que se extiende, de Norte a Sur, cripción era interpretada por Lorenzo y Bouza, así desde las cercanías de Lugo hasta el Sur de la pro- como por Tranoy como Cari(o) de(o), aunque sin ha- vincia de Cáceres. Excepto la inscripción de Catoira cer referencia a Marte. No es posible, sin embargo, (n0 2) y las dos de Vila da Feira (n0 ¡3 y 14), todas se adjudicar esta inscripción con seguridad a Mars Ca- hallan alejadas de la costa atlántica extendiéndose riociecus por el momento. En cualquier caso, pode- hacia el Este hasta las provincias españolas de Zamo- mos afirmar que en torno a la localidad de Rairiz de ra, Salamanca y Cáceres, pudiéndose considerar las Vega se rendía culto, en mayor o menor medida, a inscripciones de Sonseca (a0 36) y Alenquer (a0 40),

1 Gosio Viascanno Las Rozas (Villablino, León) RPH p. 118; IRLe6n (1986) pp. 72-73, n0 56 2 Goxfsue 5. Esteban del Toral (El Bierzo, León) AB 1983, 592 3 Gjosfsue Tuefranaelo) El Valle y Tedejo (El Bierzo, León) AB 1983, 593 4 Gosfsue 5. Pedro Castañero(El Bierzo, León) AB ¡983, 595 5 Gojssue Ufdunafeo El Valle y Tedejo(EI Bierzo, León) AB 1983. 594 6 Gossae Nedoiedio Noceda (El Bierzo, León) AB ¡967 233+IRLeón n0 57 7 Deo Domino Conste Segídiacco Arlanza (El Bierzo, León) AB 1967, 232 8 Udunnaeo Santibáñez (El Bierzo, León) AB ¡983, 5914-AB ¡984, 554 9 Coso Domino Logrosa(Negreira,La Coruña) CIRO [(¡994), PP. 10 SoeMeobrigo 2 HAB ¡698 II Coso Brandornil (La Coruña) GILII 5071,5628; AB 1952,113; CIRO 1(1994), ¡II ,n039 ¡2 Coso Ca/aeunío Sta. María de Serantes (Lage. La Coruña) HAB ¡704 13 Coso Oenaeco TorresdeNogueira(Sevia. La Coruña) HAB ¡703 ¡4 Coso Udauiniago 5. Martin de Meirás (Sada, La Coruña) AB ¡955 257 ¡5 fDeo Gosoe Soaegoe 5. Juan de Sacos (Pontevedra) GIRO 11(1994), p. 305 16 Deo Do,neno Gusu Neneocco Sanio Tirso (Porto) GIL II 5552; RA? t 50 ¡7 Do,nlino) Deo Neneoec(o Sanio Tirso (Porto) AB 1957. 315+ RA? n~ SI 18 Cusei Paetaico Aguada de Cima (Agueda, Aveiro) AB 1986. 283 19 Cosei Vacoaico ? (región de Viseu) AB 1989, 379 20 Gosuneae Eiriz (Pagos de Rerreira, Porto) GIL II 5607

Tabla 2.- Inscripciones relativas a Gosus. 214 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO

Mapa ¡ .- Distribución de los epígrafes dedicados a Bandua, Cosus y Marte indígena. hasta el momento, casos aislados58. Se constata con o “Marte indígena” ubicadas entre los testimonios re- bastante nitidez que no existía discontinuidad en el feridos de Bandua. territorio donde se rendía culto a Bandua; en otras Por el contrario, las inscripciones referentes palabras, no hallamos ninguna concentración de sus a Cosus se hallan en zonas distantes entre sí, forman- epígrafes aislada del resto. Asimismo, si exceptua- do tres grupos. En primer lugar, tenemos el conjunto mos ¡a inscripción de Idanha a Velha dedicada a de epígrafes leoneses con una fuerte concentración en Mars floras (n0 8), no existen aras dedicadas a Cosus la comarca del Bierzo. En segundo lugar, existe otro 215 EL DIOS INDíGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS

¡ Martí Gariocíeco Tuy (Pontevedra) GIL II 5612 0 226 2 MarizÓ Garí(eco) Lisouros (Paredes de Coura, Viana do Castelo) GIL II 5069 + RAP n 3 Marfil Garífeco Refoios de Lima (Ponte de Lima, Viana do Castelo) AB 1983, 561 + RA? n’ 225 4 Martí Tarbucelí Montariol (5. Vitor, Braga) AB 1983, 562 5 Martí Títeno Quinuma del Marco (León) BE 9, 293 6 TiIt eno 5. Maninho de Viloria (El Barco de Valdeorras, Orense) AP n~ 113 7 Martí Bagazo Artorga (León) AB 1968, 230 8 Martí Boro ldanhaaVelha (ldanhaa Nova, Carielo Branco) AB 1967, 140

Tabla 3.- Inscripciones relativas al “Marie indígena’. grupo en el noroeste de , en las cercanías de importante de Galicia si exceptuamos la del río Mi- la costa coruñesa. Finalmente, tendríamos las dos ño«>. inscripciones de Santo Tirso (n0 16 y 17), la de Eiriz Desde la ría de Arosa hacia el Sur parece ser (n0 20) y la de Aguada de Cima (n0 ¡8). A éstas se el único lugar de la costa gallega adonde llegó el cul- añadiría la inscripción referente a Cusei Vacoaico to a Bandua ya que, además de la inscripción de Ca- (n0 19) cuya procedencia exacta se ignora, aunque se toira, tenemos aquí una serie de topónimos actuales presume localizada en la “región de Viseu”59. En que podrían tener su origen en este Icónimo. Así, en nuestra opinión, dadas sus similitudes linguisticas la costa de esta ría tenemos Bandabrio (e) y muy cer- con el teónimo y el epíteto de la inscripción n0 18, es ca, en el valle del Ulla, Bandín (g). Ya en el interior, muy posible que hubiera sido hallada en sus cerca- nías, en la zona más occidental del distrito de Viseu. Nos parece fundamental resaltar el hecho de que no existen, en la práctica, intersecciones entre los territorios en los que se encuentran los epígrafes relativos a Bandua y a Cosas. En conclusión, las ins- cripciones referentes a una de estas divinidades se a encuentran, precisamente, en zonas donde no existen epígrafes dedicados a la otra. It Los testimonios que aluden al “Marte indí- gena” se distribuyen, de forma parecida a los de Co- e sus, en regiones muy concretas y aisladas entre si. De e este modo, tenemos el grupo situado al noroeste de Portugal, las dedicaciones del sur de León a Marte e. Tilenus (n0 5 y 6) entre las que se encuentra el monte • e • ev Teleno (i), a Marte Sagato de Astorga (n0 7) y, final- ¿ mente, la inscripción de Mars Borus en Idanha a • u Velha (n0 8). Esta última es la única que se ubica en a.. el seno del territorio en el que aparecen los ex-votos a flandua. Sin embargo, las demás se sitúan en zonas donde no se hallan dedicaciones a Cosas ni a flan- dua. Es decir, las zonas de culto de las tres divinida- des a las que aludimos no se solapan, sino que se “complementan” ocupando, prácticamente, todo el territorio occidental de la Península Ibérica en el que se conocen testimonios de religiosidad indígena (ver mapa n0 2). Los epígrafes dedicados a flandua y Co- sus sólo coinciden en dos lugares muy determinados: 1 Li’~ia en torno a la ría de Arosa y en la región de Aveiro. 2 C.~.u, En el primer caso, hemos de tener en cuenta que la a ja costa está bien comunicada con la región de la cubeta de Lugo, donde conocemos otros testimonios de Ban- dua, mediante la cuenca del río Ulla, que es la más Mapa 2.- Territorios de culto de las tres divinidades. 216 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO al este de Santiago se encuentra Bando (c) y Bandoxa juicio, el “Marte indígena” sustituyó a Cosus, a flan- (a) al norte de Lugo. También en Lugo tendríamos dua o a otra divinidad de su misma naturaleza, ad- Bande (d) y otra localidad del mismo nombre (O en quiriendo una significación religiosa muy similar a Orense. Estos topónimos dibujan un mapa muy simi- la de estas divinidades indígenas. lar al ya mostrado mediante las inscripciones: los Una vez planteada nuestra hipótesis, según epígrafes dedicados a Cosus del norte de La Coruña la cual existió una identificación funcional entre las estaban aislados, quedando ubicados tanto las ins- divinidades Bandua, Cosus y “Marte indígena” en cripciones como los topónimos referidos a Bandua, las comunidades del Occidente hispano y aceptando en el resto del territorio gallego. La intersección sólo que el toro era un animal simbólico de las mismas, se produce en la región en torno a la ría de Arosa. hemos de comprobar la posible relación que existió No cabe pensar que las distintas denomina- entre estas divinidades y los testimonios iconográfi- ciones de una divinidad quedaran separadas por fron- cos referentes al toro existentes en la Península Ibéri- teras perfectamente definidas, puesto que las infil- ca, además de efectuar una serie de comparaciones traciones entre los distintos ámbitos serian posibles con la epigrafía referente a divinidades célticas rela- pero, con todo, sí quedan bastante definidos y separa- cionadas con Marte de otras provincias occidentales dos entre si los ámbitos cultuales de cada teónimo. del Imperio Romano, con el fin de contrastar nues- Creemos que, si dos divinidades como flandua y Co- tras tesis. sus hubieran sido diferentes desde un punto funcio- En primer lugar, desde el punto de vista ico- nal, habría existido una mayor interacción entre sus nográfico, cabe plantearse si tendríamos pruebas de territorios de culto, con zonas y comunidades concre- un culto al toro en gran parte de este territorio habida tas donde se habrían concentrado dedicaciones a am- cuenta de la existencia de esculturas en piedra que bas, ya que es perfectamente usual que se encuentren representan bóvidos. Algunas de ellas aparecen en epígrafes de varios dioses y diosas distintos en una las cercanías de los castros, y otras totalmente aisla- misma localidad. das en el campo, por lo que no se pueden relacionar, En nuestro caso sucede lo contrario, como a priori, con un contexto religioso concreto61. No mencionamos anteriormente: los ámbitos cultuales se obstante, debemos hacer mención a ellas ya que, aun- “excluyen”. Esto sucede, en nuestra opinión, por la que estas figuras aparecen en varias regiones de la escasa posibilidad de que se adorara a una única divi- Península Ibérica, la mayor densidad de hallazgos se nidad bajo dos nombres distintos en un mismo lugar encuentran en la zona que estamos estudiando. En lo en una sociedad rural y muy tradicional como ¡a que que respecta al territorio español, el núcleo más im- tratamos. Por lo tanto, el hecho de que pudieran ser portante de las esculturas conocidas comprende las una misma divinidad sé revela en el dato visible en el actuales provincias de Ávila, Salamanca, Zamora y mapa de que sus territorios de culto se excluyen. Es- Cáceres62. En Portugal, la mayoría de los ejemplares tos datos suponen, asi,un nuevo argumento que re- se encuentra en la región de Tras-os-Montes63. fuerza la teoría según la cual Bandua y Cosus son, en Según O. López Monteagudo, estas escultu- esencia, una misma divinidad a la que se aludía con ras estarían relacionadas con divinidades indígenas distinto nombre dependiendo del territorio en el que de un amplio espectro funcional: de carácter agrario. fueran adorados. astral, ctónico y protectoras del territorio y del grupo En cuanto al “Marte indígena”, es un caso gentilicio que en estos territorios se asentaba; es de- diferente, ya que se trata de un proceso de sincretis- cir, dioses que fueron asimilados al Marte romano mo religioso entre dos civilizaciones distintas. No después de la conquistaTM. obstante, se constataen la distribución de sus epígra- Sin embargo, Álvarez Sanchís, en un minu- frs que acabó imponiéndose en algunas zonas a los cioso estudio sobre los ejemplares procedentes del dioses tradicionales, puesto que allí donde encontra- Valle de Amblés (Ávila), demostró que estaban rela- mos inscripciones dedicadas a él, no se hallan las re- cionados con determinados tipos de suelo inapropia- ferentes a Cosus o a Bandun. Si estas dos divinidades dos para la agricultura y de clara vocación ganadera, hubieran sido esencialmente distintas al Marte roma- concluyendo que estas representaciones zoomorfas no podríamos decir, desde un punto de vista teórico, respondían a una ocupación planificada del territorio que habrían coexistido en las mismas zonas. La y que su función esencial era la de hitos65. irrupción de “Marte indígena” nos parece clara en la Por nuestra parte, consideramos probables zona sur de León y, sobre todo, al noroeste de Portu- las tesis de Álvarez. Además, aunque la distribución gal donde, presumiblemente, ocupó una zona en la geográfica de las piezas se corresponde en algunas que se adoraba a Cosus o a Bandua antes de la llega- zonas con el territorio de culto a Bandua (Tras-os- da de los romanos a la Península Ibérica. A nuestro Montes, Zamora, Salamanca y Cáceres) o a “Marte EL DIOS INDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 217

co, citado en dos altares votivos hallados en Lourizán indígena” (Minho), no se han hallado ejemplares en (Pontevedra)”. A muy pocos metros del lugar donde la parte norte de Galicia ni en la Beira Baixa, donde conocemos numerosos epígrafes dedicados a flandua. se encontraban dichas aras fue hallado un relieve en Por otra parte, no existen inscripciones votivas refe- piedra en el que aparece, en palabras de F. Bouza, “una figura humana, de medio cuerpo, vista defren- rentes a Bandua en Ávila, donde el número de escul- turas de toros es el más elevado66. Así pues, tampoco te, con gran cabeza barbada, en la que se distinguen el territorio donde se adoraba a esta divinidad se co- los ojos con sus cejas, nariz, boca y orejas, provista rresponde en su totalidad, en el estado actual de de dos cuernos puntiagudos, de una sola rama y muy nuestros conocimientos, con la zona donde se cons- abiertos. Del tronco salen los dos brazos, extendidos truyeron estas esculturas zoomorfas, por lo que pode- en cruz, y presentando abiertas las palmas de las mos descartar una relación entre ambos fenómenos. manos”’4. Este autor, como los demás que han estu- En cuanto a los ex-votos de pequeño tama- diado las piezas, coinciden en que la figura sería una ño, disponemos de un toro de bronce, representado representación del dios que figura en las aras. en posición de marcha, existente en el Museo Muni- Según J.M. Blázquez. esta divinidad estaría cipal de Castelo Branco, del cual se ignora la proce- relacionada con el toro’5. Aunque la ubicación de es- dencia aunque lo más probable es que fuera hallado tas piezas referentes a Vestio Alonieco en relación al en la Beira Baixa0. Esta pieza es similar a otra pro- ámbito donde se concentraron las inscripciones dedi- cedente de Padrón. No obstante, sus características cadas a Bandua, Cosus y el “Marte indígena” no es los asemejan a representaciones del buey Apis exts- muy relevante, dado que sólo conocemos los testimo- tentes en la zona del Rhin, por lo que no se puede nios de Lourizán y pudieran ser un hecho puntual, lo asegurar su carácter “indígena”65. Un tercer ejem- cierto es que esta localidad está situada al sur de la pIar, del que tampoco conocemos el lugar del hallaz- ría de Pontevedra, en una posición equidistante entre go, es un toro de bronce, en reposo, situado sobre una la región donde se concentraban las inscripciones co- peana. Según A. García y Bellido, sería una figura de ruñesas de Cosus y la ocupada por los testimonios re- cultos. En el norte de Galicia conocemos un hacha ferentes a Marte Cariocieco, al noroeste de Portugal. de bronce rematada en una cabeza de toro’0. No obs- Si, como la iconografía parece indicar, Vestio Alo- tante, no está clara la relación de estas piezas con al- nieco era una divinidad del mismo tipo que las refe- guna divinidad indígena como las que tratamos en el ridas, se observaría una absoluta continuidad en el presente estudio. culto a divinidades de este carácter en toda la zona Una prueba determinante del culto a divini- costera desde La Coruña hasta la región de Aveiro. dades relacionadas con el toro en la zona que nos Las únicas rupturas al respecto vendrían dadas por la ocupa viene dada por dos altares votivos. El primero denominación de la divinidad. Este hecho es, por de ellos es el ya referido dedicado a Cosus en la zona otra parte, muy usual en todo el mundo céltico, don- del Bierzo. El segundo se halló en la localidad de Ca- de el número de teónimos es mucho mayor que el nú- sas de Millán (Cáceres) y fue ofrecido a una divini- mero de divinidades, desde el punto de vista de su dad denominada Moricilus. Lo relevante es que en la naturaleza religiosa. parte superior de la pieza se había representado un Quedando expuesta la relación que el toro toro; éste figuraba “parado y mirando a la derecha, tenía con algunas divinidades indígenas, nos parece elaborado con gran tosquedad y evidente despropor- plausible que algunos elementos de los ritos que se ción entre las patas y el resto del cuerpo; la cabeza llevaban a cabo pudieran haber permanecido, aunque en vista frontaL y lafigura se consiguió rebajando de forma más o menos alterada, durante siglos. En la superficie de la piedra de fonna bastante lige- los casos de Moricilus y Vestio, no se puededescartar ra””. Cabe resaltar que este municipio se encuentra que tuvieran unas características similares a Bandua entre tres de los lugares donde se desarrollaba el rito o Cosus ya que es algo usual, como hemos afirmado del Toro de San Marcos, a saber: Brozas, Trujillo y arriba, el hecho de que un dios de las mismas funcio- la Vera de Plasencia. De hecho, sólo tres inscripcio- nes fuera llamado de distinta forma en diferentes lu- nes votivas en la Península Ibérica nos muestran al gares’6. toro como elemento iconográfico de divinidades indí- La hipótesis de una asimilación entre flan- genas concretas; dos de ellas son las aquí expuestas y dua, Cosus y “Marte indígena” en España y Portugal pertenecen al territorio al que nos referimos en este puede verse reforzada a partir de una comparación de trabajo. La tercera está dedicada al dios Lacubegis, las dedicaciones a estos dioses con la epigrafía votiva en ¡alocalidad de Ujué (Navarra)72. de otras provincias del Imperio Romano. Un último ejemplo de divinidad indígena re- En primer lugar, en lo que respecta al núme- lacionada con el toro lo tendríamos en VestioAlonie- ro de inscripciones existentes, cabe decir que en 218 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO

Francia y el sur de Alemania se conocen más de un ficios sagrados y cultos durante la Antiguedad, es ló- centenar dedicadas a Marte conteniendo epítetos in- gico pensar que un rito de esta naturaleza, tan aleja- dígenas, mientras que en la Península Ibérica sólo do de la liturgia cristiana, se hacía eco de tradiciones existen 8 inscripciones. También en Gran Bretaña, milenarias, por lo que ¡os autores cristianos que se donde, de modo general, el número de epígrafes voti- ocuparon de él reflejan su carácter antiguo y herético vos es mucho menor que en Hispania, existen más o “demoniaco”. ex-votos al “Marte indígena”. Este ilógico desequili- La relación que se establece entre el rito del brio quedaría anulado si consideramos correctas Toro de San Marcos y las inscripciones dedicadas a nuestras afirmaciones puesto que, sumando los epí- flandua se puede resumir mediante dos evidencias: grafes dedicados a los tres dioses aludidos, se alcanza l~) Dentro del ámbito territorial en el que se una proporción similar a la de las inscripciones fran- llevaba a cabo el rilo que estudiamos, únicamente cesas y superior a las británicas. existen inscripciones a la divinidad indígena Bandua En segundo lugar, hemos de referirnos a la en aquellos lugares concretos donde, según las fuen- distribución de los testimonios. En este sentido, se tes, era tradicional la fiesta del toro. observa que los epígrafes alusivos al “Marte indíge- 2~) En el mismo espacio, si exceptuamos los na” se distribuyen por todo el territorio de Francia y dos municipios onubenses, existen inscripciones de el sur de Alemania. Sin embargo, en la Península Randua en todos los lugares donde existía dicho rito. Ibérica quedarían muchos ámbitos en ¡os que existen Estos hechos nos ¡levan a la creencia de que numerosas inscripciones referidas a divinidades indí- la ceremonia del Toro de San Marcos era, hasta el si- genas y donde, sin embargo, no existirían ofrendas a glo XVIII, una pervivencia de rituales antiguos reali- ese dios. En concreto, no parece sostenerse que en to- zados en honor de dicho dios. Es cierto que esta coin- da la región desde Viseu y Salamanca hasta la pro- cidencia no asegura plenamente una relación entre vincias de Evora y Badajoz, donde existen decenas de ambos elementos, pero nos parece un hecho a resal- inscripciones, sólo exista una mención a una divini- lar y susceptible de ser confirmado o rechazado a la dad de este carácter, plasmada en el referido epígrafe luz de datos que aparezcan en el futuro. Por el mo- de Idanha a Velha dedicado a Marte florus. Por ¡o mento, sólo esperamos haber contribuido a encontrar tanto, también en cuanto a la distribución territorial la “conexión” correcta que Julio Caro Baroja creyó de los testimonios epigráficos una asimilación de este no haber conseguido. dios con Cosus y Bandua supondría una mayor simi- En función dc esta relación entre Bandua y litud entre el ámbito hispano y el resto de territorios el toro como su animal simbólico, se puede establecer célticos de la Europa Occidental. un paralelismo iconográfico con el “Marte indígena”, Finalmente, la afirmación de Estrabón se- cuya asimilación al toro es patente en la escultura en gún la cual los pueblos montañeses del norte de His- bronce del llamado “Marte de los Pirineos”. Se puede pania sacrificaban a Ares un chivo, cautivos de gue- afirmar, además, habida cuenta de la inscripción de rra y caballos”, encuentra una mejor confirmación San Esteban del Toral dedicada probablemente a Co- epigráfica puesto que, mientras las inscripciones de sus, en la que se representa un toro, que también este Cosus sólo ocupan una zona montañosa en la comar- dios participaría del mismo registro iconográfico. ca del Bierzo (León), se adoraba a Bandua en toda la Además de esta similitud simbólica entre región portuguesa de Tras-os-Montes y en las sierras Bandua, Cosus y el “Marte indígena” se observa una del sur de Galicia. Además, cabe la posibilidad de asociación, desde el punto de vista epigráfico, entre que su culto se extendiera hasta el territorio astur, ya las tres divinidades. Ello se plasma en los epígrafes que está situada en esta región la localidad de Ban- de Rairiz de Vega, que relaciona a Marte con flan- duxo (b). dua, y de Levroux, que equipara a Marte con Cosus. En cuanto a la distribución geográfica de los epígrafes hemos partido de un planteamiento teórico 5. CONCLUSIONES forjado en función de dos premisas: la primera esta- blece que dos divinidades cuyas inscripciones coinci- Entre las ceremonias llevadas a cabo en la den en los mismos ámbitos habrían de ser, desde el Península Ibérica en las que el toro es el elemento punto de vista de su naturaleza religiosa, distintas. principal, el rito del Toro de San Marcos tuvo una Por el contrario, entidades que, a pesar de estar muy clara partucularidad que lo diferenciaba del resto: le- representadas epigráficamente, no coinciden en los jos de ser sólo un factor de diversión, este animal to- mismos espacios, podrían ser, en esencia, equivalen- maba el nombre de un santo y era el centro de toda la tes. En este sentido, se observa que la distribución de liturgia religiosa. Dada la relación del toro con sacn- ¡os epígrafes dedicados a ¡os tres dioses en la Penín- EL DIOS INDÍGENA BANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 219 sula Ibérica adquiere un carácter complementario y Finalmente, cabe afirmar que esta teoría ase- exeluyente, no existiendo zonas concretas en las que mejaría, desde el punto de vista epigráfico, el pan- se adorara, a la vez, a más de una de las divinidades teón religioso indígena de Hispania al de otras pro- que estudiamos. Esta constatación nos permite, junto vincias romanas de la Europa occidental, como Galia a los datos antes citados, reforzar la tesis, ya formu- o Britania, en los que las divinidades indígenas asi- lada por algunos autores, según la cual las divinida- miladas a Marte son, entre los dioses masculinos, las des flandua, Cosas y “Marte indígena” poseían una más representadas. misma naturaleza religiosa.

NOTAS

‘CaroBaroja, Julio; Ritos y mitos equívocos. Madrid, 1989. pp. lOS “Ibid p.9i. ss. (1’ ed. en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (RDTP) 1, ¡94445, pp. 88-121). El rito a Dionisos con el que Caro “Ibid. p.97. encuentra el paralelismo es el desarrollado por los Cynetheos, al no- roeste de Arcadia, según relata Pausanias (VIII. ¡9.2).

“ M. García Matos, “Curiosa historia del toro de San Marcos en un ‘Ibid p. líO. pueblo de la Alta Extremadura”, RDTP4(1948), Pp. 600-610. Otros datos sobre Casas del Monte fueron apodados por y. Soria Sánchez. ‘Ibid. ~. ¡9. G. Delgado Linacero (El toro en el Mcditerráneo. Aná- “El mito de los toros en Casas del Monte (Cáceres). Un capítulo etno- tisis de so presencia y significado en las grandes culturas del ‘nun- lógico de Extremadura”, Alcántara 165 (1971), Pp. 36-40. No obs- do antiguo. Madrid, 1996, pp. 259-263), en su magnífica obra sobre tante, este estudio no añade nuevas informaciones útiles a las ya ofre- ¡a iconografía y tradiciones sobre el toro en el mundo mediterráneo cidas por García Malos. continúa estableciendo el paralelo entreel rito de 5. Marcos y litur- gias dedicadas a Dionisos, debido a que utilizó la primera edición del AR. Rodríguez Moñino, “Nota al capítulo De Toros y Toreros en estudio de Julio caro Baroja sin tener en cuenta, por tanto, el cambio Miscelánea, de Luis de Zapata de Chaves, en E. López Izquierdo. de opinión de J. Caro en su edición posterior. Gincuenta autores y sus escritos sobre toros. (1996) Pp. 329-334.

‘El rito del toro de San Marcosse diferenciade otras fesiividades tau- ‘Ibid. loc. cit. tinas en el hecho de su claro contenido religioso, no tan visible en ce- remonias como las del “toro embolado” o similares. A este respecto, “GIL ¡¡740;A. Tovar, BRAB 28(1948), p. 272; J.M. Blázquez, Re- véase N. Nebot, “El toro de fuego en la región valenciana: de rito an- tigiones primitivas de Hispania. Fuentes literarias y epigráficas. cestral a simple diversión”, RO?’? 40 (1985), Pp. 115-131 y O. Mar- Madrid (1962), p. 52; R. Hurtado, Corpus provincial de inscripcio- vin, “Una orientación para una interpretación antropológica de la nes latinas. Cáceres. Cáceres (¡977), p. 78. n0 90; i. Salas, J. Este- fiesta del loro embolado”, Ka!odios 2 (1982), Pp. 157-175. También ban y O. Rueda, “Bandia Apolosegus, una divinidad de culto local en se diferencia de tradiciones en las que otros animales adquieren el pa- la zona de Brozas, Cáceres. (Nuevas aportaciones epigráficas)”. HA pcI de mediadores anie la santidad, ya que en el rito del Toro de San 13(1986-89), p. 13. Marcosel animal se asimila al propio santo. Sobre dichastradiciones, véase O. Calavia Sáez, “Naturaleza, religión y cultura tradicional: ‘ GIL II 741: F. Fita, “Lápidas romanas en Garlitos, Arroyos de Un ensayo sobre el pensamiento rtistic6’, RDTP 52, 1997. pp. 50 ss. Puerco y Arrayas”, BRAH 60 (1918), p. 442; JA. Cean Bermúdez. Por otra parte, queremos mostrar nuestro profundo agradecimiento al Sumario de las antiguedades que hay en España, Madrid (1932). p. Prof Romero de Solis, de la Fundación de Estudios Taurinos de Sevi- lla, por sus valiosas aclaraciones al respecto de la Fiesta del Toro de 228. n’ 519; J. Salas, JA. Redondo y iL. Sánchez Abal, Un sincre- San Marcosque se lleva a cabo en Beas de Segura (Jaén), en el senti- tismo religioso en la península ibérica: Jupiter Solutorio Haeco”, Norba 4(1983), pp. 249-250, n’ 1 y 1dm. 1; ILER 810: R. Hurtado, do de que es una ceremonia de naturaleza claramente distinta a la del op.cit. (n. 18) p. 228, n’519; J. Salas. J. Esteban y O. Rueda. op.cit. rito que aquí estudiamos. (n. lS)p. 11,n’3. 0 1. Ma- dridB.J.(1769).Feijoo; Theatro crítico universal, turno 7, discurso Sn ~i. Salas, J. Esteban yO. Rueda, op.cit. (n. 18) Pp. 12-14.

‘íd.; Cartas eruditas, tomoS, carta ¡5. Madrid (¡765). “Ibid. pp. 7~8,n’1.

‘EJ. Feijoo; op.cit. (n. 5) o0 3,6, nota (a). “Ibid. pp. 10-11,n02.

‘Ibid. n05. 18-19. 23 M. Beltran. “Aportaciones a la epigrafía y arqueología romana de Cáceres”, Gaesaraugusta 39 (1975-76). pp. 88-89. n~ 60, fig. 53 = ‘Ibid. n’ 9,41-42. AB 1977, 430.

“J. caro Baroja, op.cil. (n. 1), p. 87. 24 Ibid. pp. 59.910061

“Ibid. pp. 88-90. “Ibid. pp. 92-93, n’ 64, fi 8. 55. 220 JUAN CARLOS OLIVARES PEDREÑO

“El epígrafe es de discutida procedencia;en un primer momento, los ~‘ CIL II 861; F. Fita, “La diócesis y fuero eclesiástico de Ciudad Ro- drigo’, DRAM 61 (1912), p. 447; C. Mor-ño, Epigrafía romana de estudiosos españoles la ubicaban en Braga, basándose en GIL II 0 ¡¡2; J.M. 2418: J.M. Blázquez, op.cií. (n.18), p. ¡¡9 = ILER 685; J.C. Berme- Salamanca Blázquez, op.cir.y su provincia.(n.18), p. 208;SalamancaILER 766;(¡922),M’ E.p.Albertos,56, n ‘Teóni- jo Barrera, Mitología y mitos de la Hispania prerronusna II, Madrid mos hispanos”. en J.M. Blázquez, Primitivas religiones ibéricas II. (¡986), p. 107. En la actialidad, la opinión mayoritaria la sitúa en Religiones prerromanas. Madrid (¡983), p. 479; J.M. Blázquez, Aquitania, ¡oque parece bastante claro en base a GIL XIII 1353; en “Religión y sociedad en las inscripciones de Salamanca”, en Religio el mismo sentido, F. Marco, op.cií. (n.34), p. 328. Tradicionalmente Deorum. Actas del Coloquio Internacional de Epigrafía (“Cuño y se ha buscado la relación entreCosos y el “Marte indígena” basándo- Sociedad en Occidente ‘9. Sabadell (¡993), p. 74. se en otra inscripción procedente de Denia (Alicante) en la que algu- nos autores leyeron Martí semno Gasa, como J.M. Blázquez, op cit. “ J.M. Blázquez, op.cít. (nIS), p. Si; R. Hurtado, op.cir. (n.18), p. (n.18) p. 119 y E. Marco, op.cit. (n34). loc.cií. En este epígrafe no ¡63, n0333. constaba, sin embargo, mención alguna a estas divinidades (O. Alfól- dy, Epigraphica 40, 1978, pp. 59-90 = AB 1978. 440; L. Abad y J. “ C. Morán, “Vestigios romanos y visigodos”. ACA 56 (¡944), p. M. Abascal, Textos para la historia de Alicante. Historia antigua. 245, n0 12=AB ¡946, 12;J.M. Blázquez, op.cií. (níS) p. 207; ILER Alicante. 1992, pp. 127-128). 749; J.M. Bragado, Fuentes literarias y epigráficas de la provincia de Zamora y su relación con las vías romanas de la cuenca del “ A. García y Bellido, “Parergade arqueología y epigrafía hispano- Duero, Tesis Doctoral Univ. de León (1990), pp. 195-196 romanas’, AM 39(1966), Pp. 138-139, n0 ¡2 = AB 1967. 232; A. Tranoy, op.cit (o. 33), p. 297; F. Diego Santos, Inscripciones roma- J. D’Encarna~ao y R. Carvaiho; Belver ao tempo dos romanos. A nas de la provincia de León, León (¡986), pp. 73-74, n0 58. popula~ao e suas crencas. Portaiegre (1984), p. ¡3, n0 1 = AB 1984, 468. J.M. Garría incluye este epígrafe entre los demás pertenecientes “ GIL XIII ¡675, 2532, 2846 y 5340; J.C. Bermejo. op.ci:. (n. 43), al grupo “band”, en Relígíoes antigas de Portugal. Aditamentos e p. 107. observacoes ¿it “Religloes da Lusitánia“de J. Leize de Vasconce- los. Fontes epigráflcas, Lisboa(1991), Pp. 293-294, n0 35. 4’ J. Mangas y J. Vidal, “Nuevas inscripciones romanas de la provin- cia de León’, MHA 8(1987), pp. 194-196. B. García Fernández-Al- 4’ R. Carvaiho y J. D’Encama~ao, “Am votiva de Ninho de A~or’, balat incluye, siguiendo la opinión de estos autores, esta inscripción FE 39(1991), n0 176. entre las dedicadas a Cosos en su obra Guerra y religión en la Ca- llaecia y la antiguas, La Coruña, ¡990, p. 250. No obstan- “ GIL II 142; i.M. Blázquez, op.cit. (n.18) p. 150; ILER 835; J. te, no incluimos la inscripción en nuestras tablas. D’Encama~ao, Inscri~oes romanas do conventos Pacensis, Coim- bra (1984), p. 597, nt 519. ‘~ Registrado en lasinscripciones halladas en Brozas (n’ 29-32). ML. Albertos, Li onomástica personal primitiva de Hispania. Salaman- 32 J.M. Blázquez, “Culto al toro y culto a Marte en Lusitania”, Actos ca(¡966), p. ¡96. Esta idea es aceptada por J. Salas, J. Esteban y O. e Memorias do ¡ Congreso Nacional de Arqueología II. Lisboa Rueda, op.cir. (n. 18) p. 9 y B. García Fernández-Aíbalat. ¡bid? pp. (¡970), p. 367. 117y 180.

“A. Tranoy, Li Galice romaine. Recherches sor le Nord . ouest de ~‘ B. García Fernández-Albalat; Ibid. pp. ¡¡2 ss. Según esta autora, la Páninsule Iberique dans lantiquité. París (1981), p. 304; LA. Gadogus derivaría de la raíz indoeuropea kat con un sentido de “¡u- Dos Santos. P. Le Roux y A. Tranoy, “Inscri~oes romanas do Museo cha, conflicto, contienda” (p.I 27); Roudeaecus provendríade Reudh, Pio XII en Braga”. Bracara Augusta 37 (1983),p. ¡92. significando “rojo”, color que representaría a la función guerrera de los dioses indoeuropeos (p. ¡43); Veigebreaegus derivarla de ueik- ‘~ F. Marco, “La religión indígena en la Hispania indoeuropea”, His- dik-ooiko (“casa, clan, colonia”) o bien de ueik (“enérgico, hostil, toria de las religiones de la Europa antigua. J.M. Blázquez e:. al. manifestación de fuerza”). Toiraecus podría significar hinchar, in- (Eds.). Madrid (1994), p. 326. llar” con sentidos como “fuerte, robusto. vigoroso (p. 149).

“O. Webster, The British Celis ami theirgods uníler Rome. London “Hiibner la da como falsa o mal leída (GIL II 215); J. Lorenzo y E. (1986), pp. 74-75; Mi. Oreen, Tite gods of tite Celis. Gloucester Bouza se inclinan por una mala lectura (“Inscripciones romanas voti- (l986),p. ¡13. vas de la provincia de Orense”, CEO 20, 1965, p. 156, o’ 87). J.C. Rivas pensaba que el texto era inusual en ese ámbito geográfico, de- 4’CILXIII 1497 (Vichy) y 1516(Gourpiere). sordenado e incompleto, por lo que lo consideraba falso hasta que se expusieran nuevos argumentos (“Consideraciones sobre la religión “ GIL VII 992; RO. Colíingwood y R.P. Wright, Tite Roman Ins- galaico - romana. Desmitificación de supuestos mitos”. Raur. 23, criptions of Britain 1. ¡aseripíions on stone. Oxford (1965) p. 401 1993, p. 55). n0 1221. 4’ A. Rodríguez Colmenero, Aquae Flaviae 1? Fontes epigráficas. “GIL XIII 6017. Chaves (1987), p. 181, nO 104. Estaopinión es seguida porB. García Fernández-Aíbalat (op.cít. n.46,pp. 159-165). ~A 8 Km. del lugar donde se halló esta pieza se halló otra práctica- mente igual en lo que a registros iconográficos se refiere, ya que sólo GIL u 1612, E. Bouza-Brcy, “Inexistencia del epíteto Car,oc,eco, se distingue en el tipo de casco. No obstante, carece de inscripción supuesto tópico de Marte”, Rev.Guim. 63(1953), p. I4OnAE ¡957, (Bsp. VII 5560). 316 = HAB 516 = ILER 684 como Capriocieco; J.M. Blázquez, op.cít. (n. 18) p. 115, como Gariocieco; O. Baños, Corpus de ins- “GILVl3li32. cripciones romanas de Galicia, t. II (Pontevedra). Santiago de Com- postela (1994), Pp. 273-274 como Gairiogiego. “GIL III 5320 = ¡LS 4566; dL VII 84 = 11.5 4540. 32 LA. Dos Santos, 1’. Le Roux y A. Tranoy, op.c it. (n. 33) p. ¡91 le- “BE 1005; ¡LS 4576; RO. Collingwood y R.P. Wright, op. cii. (n. yeron Lan Cari[eco, aunque admitían la posibilidad deque la lectura 37) p. 63. n 191. No obstante, es necesario plantear con reservas la correcta pudieraser Marfti. J.M. García (op.cit.. n. 29. Pp. 363-364, equivalencia entreel teónimo Medu y el epíteto Medocius. n 225) consideraba como adecuada esta última alternativa, en base a EL DIOS INDÍGENA SANDUA Y EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS 221

la inscripción de Tuy. ‘~ J.M. García, op.cit. (n. 29), Pp. 64—65. 0 226. “ A. Blanco, “El buey Apis en ifia Flavia (Padrón, Coruña)”, Ga- “J.M. García, Ibid. p. 364, n llaecia 7/8 (¡984), pp. 261-268. ~ A. García y Bellido, “Cohors 1 Gallica Equitata Civium Romano- ‘~ A. García y Bellido, “De nuevo sobre el jarro ritual lusitano, publi- mm”, Gonimbriga 1(1959), Pp. 34-35, n0 9 = AB ¡968, 237; J. Lo- renzo y F. Bouza, opcil. (n. 49), Pp. 154-i55, n0 8; J.M. Blázquez, cadoenAE4rq3O, 1957, 121 ss.”,AEA 31(1958), PP. 154-l55. op.cit. (n. 18), p. 60; ¡LCR 762; A, Tranoy, op.cit. (o. 33), p. 280; A. Rodríguez Colmenero, opcit. (n. 50), Pp. 185-186, n0 107. “J.M. Blázquez, op.cit. (n. 32), p. 366.

“ El epíteto de Bandua en esta inscripción ha sido muy discutido. “M. Beltrán, op.cit. (n. 23), pp. 78-79. Hasta hace unos años, aunque sin seguridad, se optaba por Calaicus o Calaigus (J.M. Blázquez, op. cit., n. 18, p. 59; A. Tranoy, op. cii., B. Taracena y L. Vázquez de Parga, “Excavaciones en Navarra V, n. 33, p. 279). A. Rodríguez Colmenero leía posteriormente Cadogo La romanización”, Príncipe de Viana 7 (¡946), p. 465; J.M. Bláz- (op. cii. n. 50, p. ¡85, n0 106). quez, optil. (n. ¡8), p. 177; ¡LCR 860; C. Castillo, Inscripciones ro- manas del Museo de Navarra, Pamplona (¡981), Pp. 59-60, n’ 34. “J. Taboada, “Epigrafía romana da regiao espanhola do Tániega”, En una región no lejana del lugar donde se halló este epígrafe se des- Rey. Guito. 62 (1952), p. 293 = HAE 365; J.M. Blázquez, íd. p. 58; cubrió un conjunto de aras anepigrafas en las que se representaban ¡LCR 759; J. Lorenzo y E Bouza, op.cit. (n. 49), Pp. ¡53-154, n0 84; bóvidos (Sos del Rey Católico, Los Bañales, Sofuentes, Fanssdués y A Tranoy, op. cit. (n. 33), p. 280; A. Rodríguez Colmenero, op. cit. Eslava). Sobre estas piezas, véase C. Aguarod y A. Mostalac, “Nuc- (n. 50), pp. 180-181, n’ ¡03. No incluimos aquí, por el momento, la vos hallazgos de aras taurobólicas en la provincia de Zaragoza”, Ho- inscripción tradicionalmente adjudicada a ¡iandua Aelobrigo hallada menaje al Prof Martin Almagro Bosch III. Madrid (1983), Pp. 311- en Codesedo (Sanenus, Orense) ya que, como apuntó J.C. Rivas, esa 329. Además de estos altares navarros y aragoneses, existen algunos lectura no seda correcta (“Un error epigráfico histórico: El supuesto otros en los que se representan toros, pero están dedicados a divinida- dios galaico-romano Banducaetobrigus”, CEO 39 fasc. 104, 1991, des no indígenas. Un ejemplo es el localizado en Torre del Bierzo, de- pp. 35-48). dicado a Júpiter Optimo Máximo (J. Mangas y J. Vidal. op.cit., n. 46, p. ¡96). Otra inscripeión procede de “el Sauzar” en la Sierra de San 51j M. Blázquez, op. cit. (n. 18), p. 76; ¡LCR 778; J. Lorenzo y F. Pedro, a 25 kilómetros al suroeste de Cáceres, ha sido adjudicada du- Bouza, op. tít. (n. 49), p. 163, t 97~ A. Tr-~tnoy, op. cit. (n. 33), p. rante algún tiempo a una divinidad llamada Dulovius, aunque final- mente C. Callejo demostró que este tednimo era en realidad una falsa 271; A. Rodríguez Colmenero. op. cii. (n. 50), p. 225, n0 ¡32. lecaira y el altar seda dedicado, probablemente, a Júpiter Optimo “No es segura la procedencia de la inscripción n0 40. Es posible que Máximo. Sin embargo, la pieza nos interesa por el toro que aparece la pieza hubiera sido trasladada desde el norte de Portugal (J.M. Gar- en relieve en su parte inferiory que hizo pensar a C. Callejo que pu- cia, op.cit. n. 29, p. 292). diera tratarse de un ex-voto a Jupiter Taurus (C. Callejo, “Teónimos falsos en Lusitania”, Homenaje a Sáenz de Buruaga. Madrid, 1982, “ J.L. Ines Vas, “Fragmento de nra do Museo de Grao Vasco (Vi- Pp. 329-337). Aunque estos epígrafes aparecen en el ámbito al que seo)”, FB3I (1989), n0 140. nos referimos, no está clarosi las representaciones de toros en aras de- dicadas a Júpiter relacionarían a esta divinidad romanacon cultos in- “A. Pérez Alberti, Xeografia de Galicia. La Coruña (1982), p. ¡02. dígenas o si se tratada, simplemente, de otro caso en que Júpiter se asocia al toro en el mundo romano, como es muy conocido en los J.R. Fernández Oxea, ‘~Nuevas esculturas zoomorfas prehistóricas ejemplos de Júpiter Dolichenus. de Extremadura”, Ampurias 12(1950), pp. 56ss. “ F. Bouza, “Vestio Alonieco, nueva deidad galaica”. ACÁ 29 62¡bid. p. 57. G. LópezMonteagudo, Esculturas zoomznfas celtas de (1946), Pp. llOss. = AB 1950, 23; J.M. Blázquez, optil. (n. 18), Pp. la Península Ibérica, Madrid (1989), pp. ¡7 sg. 99-102; A. Tranoy, op.cií. (n. 33), Pp. 290-292; G. Baños, op.cit. (n. “J.R. Dos Santos, “A cultura dos berroes proto-históricos fundanien- Sí), Pp. 253-256. te radicada cm Trás-os-Montes”, TACP2S (1985), pp. 38ss. “F. Bouza, ibid. loc.cit.

“O. López Monteagudo, op.cit. (n. 62). p. 146. “J.M. Blázquez, op.cii.(n. 18), p. 102; esta opinión es seguida por A. Tranoy, op.cit. (n. 33), p. 291. “ J.R. Álvarez Sanchís,” Los verracos del Valle de Ambiés (Avila): 76 El epígrafe dedicado a Moricilus está inmerso en el ámbito cultual Del análisis espacial a la interpretación sucio-económica”, TP 47 (1990), pp. 228 ss.; íd. “Zoomorphic Iron Age Sculpture in Westem de Randoa por lo que podría ser, en principio, una objección a nues- Iberia: Symbols of Social nnd Cultural ldentity?”, Proceedingsof tite Ira idea según la cual seda difícil que dos divinidades similares ado- Prehistoric Saciety 60 (1994)Pp. 406 ss. radas en el mismo ámbito fueran aludidas con distinto Icónimo. No obstante, el caso de Moricilus es único, por¡oque supone una excep- “Según M. Seguido Aliaga, el dios Togo, honrado con altares voti- ción. Eneste sentido, nos parece posible que, en determinados lugares vos en el cetro de San Vicente (Toledo) y en Ávila, tendría un carác- dentro del ámbito de culto de divinidades muy extendidas se adoraran ter protector y agrario, muy similar al de “Marte indígena”. Esta au- dioses de sus mismas características con otro nombre. Lo que no cree- tora fundanienta su teoría, principalmente,en una inscripción dedica- mos posible es quecoincidan dos divinidades a las quese rinda culto da a Toga (que, en su opinión, formaría pareja divina con Togo) en la en amplias regiones, como es el caso de Bandua o Cosos. Sin embar- go, el caso de Vestio, aún siendo una divinidad muy locaJizada, sigue que se hace un voto pro uictoria (“El culto a Venus en el cerro de los patrones teóricos planteados en estetrabajo. San Vicente (Toledo)”, MI-JA lO. ¡989, Pp. 144 ss.). Si esta hipótesis es correcta, el culto a Togo pudo impedir la difusión del teónimo Dandua en esta zona, puesto que ambas divinidades tendrían la mis- “Str. 3,3,7. ma esencia religiosa.

Cornplutum, 8, ¡997: 223-231

LOS VASOS CAMPANIENSES DE LA TIENDA DEL ALFARERO DE LA ALCUDIA (ELCHE, ALICANTE) MÉTODO ANALÍTICO PARA DETERMINAR SU PROCEDENCIA

Feliciana Sala Sellés*, Eduardo Ferrandis Ballester**

Rt5s¿;Maw.- Se presentan tos análisis químicos efectuados en tos vasos campan ienses del conocido conjunto cerrado de Li Alcudia denominado La tienda del alfarero. Se analizan asimismo algunos vasos ibéricos y de otras procedencias del mismo conjunto con los que se amplían los elementos de comparación. El resultado es la caracterización de un método de trabajo que ofrece la posibilidad de distinguir hipotéticas imitaciones ibé- ricas de barniz negro enfuturas investigaciones.

AnsrMa~- In Ibis papee we present tite resulís of tite chernicalanalyses ofsorne Caínpanianpotterv vessels from tite hoase ofAlcudia (Elche. Alicante) also known as La tienda del alfarero, andfrom some otiter ¡becian sites. The characíerizauion of tite samples has pernilued to a.sse.ss and presení a metitod ro disíinguish local Iberia,, imitations ofthe black glaze poner>.

PALABRAS CIA VE: Ibérico, Romano, La Alcudia, Cerámica campaniense, Análisis ceramológicos.

¡«y Wonos: ¡berian, Roman, La Alcudia, Black glaze pottery. Chemical anabsis.

1. EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO noroeste de la muralla, pertenecientes a la menciona- da fase tardoibérica, y en una pequeña habitación de El poblado de La Alcudia fue desde su fase una de ellas apareció lo que parecía ser un “hallazgo más antigua uno de los enclaves importantes del cerrado”. La exhumación de su nivel de ocupación mundo ibérico contestano y, como tradicionalmente mostró tal cantidad de vasos cerámicos apilados en se viene aceptando, probable sede de la capitalidad su interior que fue bautizada por sus excavadores co- de las comarcas meridionales de esta región antigua. mo “la tienda del alfarero”, y así se ha seguido deno- En la fase tardoibérica, siglos 11-1 a.C., el poblado co- minando en la bibliografía posterior. La reciente re- noce un relanzamiento singular en el que muy proba- visión de la planimetría del yacimiento ha permitido blemente debieron incidir la presencia de los contin- saber que más que una habitación de una vivienda se gentes romanos y el ya iniciado proceso de romaniza- trata de una estancia independiente, aunque adosada cién. Por el contrario, los poblados ibéricos de ¡a co- a una vivienda, a la que se accede desde ¡acalle (Ra- marca y la gran mayoría de los alicantinos se aban- mos Molina ¡997: 32). donan súbitamente en una fecha no precisada entre El conjunto está formado por un buen mime- fines deI s. III y principios del s. II a.C., lo que con- ro de vasos de barniz negro pertenecientes a la cate- trasta visiblemente con el hecho de que La Alcudia goría de la Campaniense A y al heterogéneo grupo continúe con una clara expansión, uno de cuyos sig- de la Campaniense Beoide. En concreto, el lote se nos es la fabricación de la cerámica ricamente deco- compone de trece vasos de Campaniense A media, rada en el estilo Fiche-Archena. Pues bien, a esta formas 27, 34, 50 y 55 de la clasificación de Lambo- época y a este contexto corresponden los vasos cuyo glia y de otros cuarenta vasos Beoides de las formas análisis presentamos a continuación. 1, 2, 3, 4, 5 y lO de la misma tipología (Lamboglia Durante la campaña de 1960, se estaba ex- ¡952) (Fig. 1). Además de estos vasos importados, se cavando una zona de viviendas adosadas al lienzo encontraron 66 vasos ibéricos, con decoración pinta-

* Área de Arqueología. Universidad de Alicante. Ap. correos 99. E-03080 Alicante. ** Departamentode Estadística e Invesrigación Operativa. Universidad de Alicante. 224 FELICIANA SALA SELLÉS Y EDUARDO FERRANDIS BALLESTER

• • o,

3’

<9 a

— di 4.

Figura 1.- Tipología adiferente escala0 30,de23,los1,41,vasos27,canspanienses31, 46). analizados (la numeración corresponde al inventario): Campaniense A (n’ 28, 22,3,8) y CanspanienseBeoide (n da en su mayoría, entre los que destacan los grandes do en buena medida a la cantidad y variedad de cali- vasos del tipo pithos y jarras pithoides decorados en dades de los vasos canipanienses que en él aparecen, el estilo Elche-Archena. El hallazgo se completaba sobre todo, si tenemos presente la controversia abier- con otros diez vasos importados: una jarra púnico- ta por el cada vez mayor número de centros de pro- ebusitana Eb-69, un bocal, tres platos-tapadera y cin- ducción conocidos en el Mediterráneo occidental, La co morteros de procedencia itálica. El estudio ar- existencia del taller de Rosas o de los talleres púnico- queológico de estas piezas ha sido publicado por uno ebusitanos funcionando en el s. III a.C. y la constata- de los autores en un trabajo anterior (Sala 1992), y a ción de productos que no corresponden con las carac- él nos remitimos para arropar con una visión históri- terísticas de las llamadas “produccíones uníversales” ca los resultados analíticos obtenidos en el estudio hacen sospechar a investigadores como E. Sanmartí que ahora nos ocupa. No obstante, destacaremos bre- o i.-P. Morel que sí pudieron existir imitaciones pe- vemente algunas circunstancias del hallazgo: en pri- ninsulares de barniz negro en los siglos 11-1 a.C. La mer lugar, la gran cantidad de vasos importados, un asunción de este hecho obliga necesariamente a com- total de 63, poco usual en concentraciones de este ti- pletar los habituales estudios estilísticos y tipológicos po de cualquier cronología; en segundo lugar, el nú- de estas piezas con análisis químicos de las pastas, mero y riqueza decorativa de ¡os vasos ibéricos —to- pero en ¡o que se refiere a este conjunto, en concreto, dos los vasos excepto algunas páteras están profusa- se daba una cuestión añadida que podía llegar a ad- mente decorados en estilo Fíche-Archena, en estilo quirir un gran interés, la posibilidad de que algunos vegetal o geométrico— y, por último, las reducidas de los vasos campanienses fueran en realidad imita- dimensiones de la habitación —el tamaño aproxima- ciones fabricadas en la propia Alcudia, pudiéndose do de ¡a habitación es de unos 6 m2—. Todo ello daba determinar por primera vez un taller de imitaciones a entender que nos hallábamos, no ante la tienda de de barniz negro en un enclave ibérico. La reciente una alfarero, sino ante un lugar de almacenaje de va- aparición de un enorme complejo alfarero en las cer- sos cerámicos de distinta procedencia y notable cali- canías del yacimiento (López Seguí 1993), por un la- dad, dispuestos allí para su pronta comercialización a do, y las distintas calidades que presentaban los va- través de los circuitos comerciales terrestres (Arane- sos del conjunto, algunos muy buenos y otros de pési- gui 1980; Sala 1992: 201). ma calidad, nos hizo confiar en que quizá alguno de El interés que suscita este conjunto es debi- los de mala calidad fuera de producción local, Por LOS VASOS CAMPANIENSES DE LA TIENDA DEL ALFARERO DE LA ALCUDIA (ELCHE, ALICANTE) 225

14 ¡ny. Tipo N mv. TIpo para distinguirlas entre sí; por otro, verificar si los ttittestra análisis químicos efectuados y el empleo de técnicas E-l B Lamb. 3 1 E-33 A Larnb. 34 61 estadísticas adecuadas ratifican la clasificación ar- qucológica que se hizo previamente (Sala ¡992). El E-2 BLamb.3 2 E-34 ALaznb34 60 objetivo inmediato que nos hemos propuesto es, por E-3 A Lamb. 50 3 E-35 A Lamb. 34 57 tanto, comprobar la validez de los métodos químicos E-4 BLamb.3 4 E-36 ALant.34 63 y estadísticos empleados; en cambio, la consecución E-5 BLamb.3 5 E-37 BLan,b.5 38 futura de esta labor tiene por finalidad confirmar que E-sS BLanib.2 6 E-38 BLamb.5 48 la identificación de la composición química de las E-7 ALanib. 34 7 E-39 B Larnb.5 41 producciones cerámicas analizadas es la correcta y E-8 ALamb34 8 E-4O BLan,b.5 43 para ello habrá que completar el espectro con el aná- E-9 ALant.34 9 E-41 BLamb.5 33 lisis de producciones de barniz negro de otras crono- E-lO A Lomb. 34 89 E—42 B Lamb.5 42 logías, de las distintas calidades de cerámica ibérica, todo ello contrastado con la composición química de E-II ALan,b.34 79 E-43 BLamb.5 70 los yacimientos de arcilla próximos E-12 BLaaib.3 68 E-44 BLamb.5 34 E-13 E Lamb. 2 69 E-45 B Lamb. 5 44 E-14 BLanib.3 87 E-46 BLan,b.5 40 3. MATERIAL Y MÉTODO E-ls BLamb.3 71 E-47 BLamb.5 39 E-17 E Lan,b. 3 67 E-48 B Lamb. 5 36 Como hemos dicho, el objeto principal de E-IB BLan,b.3 64 E-49 BLamb.5 37 estudio lo constituyen los vasos campanienses. La in- E-19 B Lamnb. 3 74 E-SO B Lamb. 5 45 clusión de los demás vasos ya citados se hizo para poder contar con un elemento más de comparación. E-20 B Lomb. 3 62 E-Sl B Lomb. 5 47 Se seleccionaron por tratarse de producciones técni- E-22 A Lomb. 55 77 E-52 B Lomb. 5 46 camente distintas a las campanienses: por un lado es- E-23 B Lomb. 2 65 E-53 E Lomb. 5 35 tán los morteros itálicos que en teoría proceden de la E-24 E Lomb. 2 84 E-SS Ibérica 56 misma zona que la Campaniense A, aunque sus fac- E-25 E Lamb. 2 73 E-61 Ibénca 59 turas y acabados son muy diferentes; por otro, laja- E-26 E Lamnb. 4 76 E-62 Ibérica 53 rra púnica ibicenca, única de esta procedencia que E-27 E Lomb. 4 80 E-63 Ibérica 50 aparece en el conjunto; y por último, los seis vasos ibéricos producidos supuestamente en los alfares pró- E-28 A Lamb. 27 72 E-78 Ibérica 55 ximos al poblado de La Alcudia y elegidos al azar E-29 E Lomb. 4 90 E-99 Eb-69 54 dentro del conjunto. E-30 B Lamb. 1 75 E-lIé Ibérica 49 Las muestras han sido analizadas por la téc- E-31 B Lomb. lO 83 E-127 ItÁlica Sí nica de microscopia electrónica de barrido, utilizan- E-32 A Lamb. 34 58 E-128 ItÁlica 52 do un espectrómetro de energía dispersiva de rayos X. Los análisis han sido efectuados en los Servicios Tabla 1.-Relación e identificación de los vasos analizados. Técnicos de Investigación de la Universidad de Ali- cante, donde se dispone de un equipo de microscopia ello decidimos analizar todos los vasos campanienses electrónica constituido por un JEOL JSM-840 junto (vid. Tabla 1) y, además, seis vasos ibéricos, la jarra con un equipo de microanálisis LINK QX-200. Utili- ebusitana y dos morteros itálicos (Fig, 2) para así zando el espectrómetro que mide la ‘energía de los fo- contarcon otros datos de comparación y observar có- tones incidentes y la intensidad de cada uno, se pue- mo se interrelacionaban las muestras en el análisis de saber la longitud de onda característica del ele- estadístico. mento y, por tanto, el elemento de que se trata El software del ordenador dispone además de un progra- ma llamado ZAF-PB para comparar las intensidades 2. OBJETIVOS de los rayos X emitidos por la muestra con las inten- sídades de patrones puros del elemento a analizar, Nuestro interés se ha centrado por el mo- previamente grabadas en el ordenador, pudiéndose mento en lo que denominamos una primera fase ana- realizar de esta forma un análisis cuantitativo del ele- lítica: por un lado, descubrir la composición química mento. El resultado se expresa en porcentajes de los que caracteriza cada una de las producciones cerámi- elementos químicos que componen y caracterizan las cas en estudio y si existen los suficientes elementos muestras, habiéndose realizado tres lecturas de cada 226 FELICIANA SALA SELLES Y EDUARDO FERRANDIS BALLESTER

a AÁ fil,

Figura 2.-Otros vasosanalizadosdel conjunto: ibéricos, morteros itálicos (4’ 127-128) yjant¡ebusitana (n’99). una de ellas, obtenidas a partir de tres puntos distin- que se pudiera cuantificar posteriormente mediante tos. técnicas estadísticas y, especialmente, por la escasa Queremos hacer una apreciación respecto al dificultad operativa y la rapidez en el empleo de este método empleado, ya que la mayoría de los trabajos método. Otra de las aplicaciones de esta técnica es la publicados presentan análisis efectuados por difrac- de la visualización de la morfología interna de la ción de rayos X (García Heras y Olaetxea 3992). Pe- pasta cerámica y del grado de vitrificación alcanzado se a que sabemos que el empleo de otra técnica dis- durante la cocción, y ha sido empleado por algunos tinta coníleva la dificultad de realizar comparacio- investigadores con excelentes resultados como com- nes, hemos optado por la espectrometria electrónica plemento a la caracterización de arcillas para la dife- de barrido porque nos interesaba obtener una lectura renciación de centros alfareros (Maniatis el al. 3984).