Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad

MARTA HARNECKER, IN MEMORIAM

Francisco Hernández Echeverría

La psicóloga, socióloga, periodista y activista chilena Marta Harnecker fue una de las más grandes figuras del comunismo latinoamericano.

Vida.– MARTA HARNECKER nació en de Chile en 1937, descendiente de austríacos. Durante su juventud militó en el catolicismo en Acción Católica, llegando a ser dirigente estudiantil y trabajando en poblaciones miserables. En virtud de ello es enviada a Cuba en 1960 y queda impresionada por la Revolución. Cuando regresa a Chile intenta divulgar sus impresiones, pero la jerarquía eclesiástica se lo prohíbe ya que es un tema que ponía en cuestión la elección de un candidato a arzobispo. De este modo, al encontrarse muy sensibilizada con la experiencia cubana y enfrentarse a las contradicciones del clero, comenzó un alejamiento del catolicismo militante para comenzar su búsqueda de qué hacer para vivir el amor por los pobres y resolver así el problema de la pobreza.

En 1962 ingresa a la Universidad Católica de Chile para estudiar psicología, y al poco tiempo gana una beca para estudiar en la École Normale Supérieure de París. Harnecker marcha para Francia en el verano aun como dirigente de la Acción Católica universitaria con alumnos de Brasil, México, Chile, Argentina y Haití. Pero ya va impregnada de inquietudes cristiano-revolucionarias y con la idea de contactar a gente marxista y cristiana chilena, entre ellos, a Jacques Chonchol, que llegó a ser ministro de .

Al llegar a Francia, ella quiere ampliar más sus conocimientos de psicología, pero no encuentra nada que no haya estudiado en Chile, entonces con su novio Rodrigo Ambrosio, Cristina Hurtado, Raimundo Beca, Tomás Moulian, (que después partiría para Bélgica) y otros compañeros organiza retiros y ahí conoce a otros estudiantes católicos con intereses revolucionarios, como era el caso de los dominicanos que tenían una revista en la que defendían el partido único democrático con discusión interna. Además, un cura les insistía que el pecado es el egoísmo. Así, todo el primer año que pasa en Francia asiste diario a misa porque cree tener un dialogo con Cristo; más que asistir por la ceremonia litúrgica iba para hacer un ejercicio de autorreflexión para reconocer qué le impide hacer feliz a los demás. Al mismo tiempo se dedica a viajar “a dedo” por Europa, y durante los recorridos va leyendo una biografía de Marx elaborada por Augusto Cornú, lo cual le hizo sentirse muy identificada con el filósofo alemán dado que al igual que él que había transitado por la filosofía, el derecho y la economía. Ella también estaba buscando su propio rumbo.

Cuando hace contacto con Chonchol, éste le invita a que conozca al filósofo , que está despuntando en ese momento con sus teorías, además de que está muy reciente la publicación de su libro Pour Marx (que después la misma Marta traducirá y

1 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad aparecerá con el título castellano de La revolución teórica de Marx). Toma en cuenta el consejo, pero Harnecker y su grupo de Acción Católica se integrarán primero al círculo de estudio de Régis Debray, donde analizaban su obra El castrismo. La larga marcha de América Latina, en la que el autor advertía que después de la Revolución cubana iba a ser muy difícil que se presentara un fenómeno similar en el Continente porque el imperialismo ya estaba alertado y organizándose al respecto. Por aquella época comenzó a hacer estudios de postgrado con Paul Ricœur.

Debray era un amigo muy cercano de Althusser y cuando nota las ideas que traía Harnecker, al igual que Chonchol, le incita a contactarlo. Como ella vivía en un hotel ubicado en la Rue D’Ulm, que era la calle donde estaba también la École Normale, donde Althusser vivía y trabajaba, le fue fácil dejarle una carta en la que le pedía que visitara el círculo de estudio de Debray. Sin embargo, el pensador francés le responde que no puede realizar dicha visita, pero la invita a almorzar, y ella acepta.

Como anécdota, la misma Marta comentaba que se había conquistado a Althusser en esa primera entrevista porque llevaba unas medias que estaban de moda en ese momento, las cuales, pensaba, le daría un aire muy sofisticado, pero el filósofo le comentaría: “tú tienes un aire como muy campirano” (Haernecker en Kohan, 2014). De esta manera, Althusser le propone que mejor ella visite las reuniones que estaba organizando con un grupo de aproximadamente 25 personas, entre ellas, jóvenes y profesores, con la finalidad de estudiar Das Kapital (El capital). En cada reunión un participante explicaba sus ideas, así cada reunión y cada expositor conformaría un capítulo de lo que más tarde dio vida a Lire Le Capital (Para leer El Capital).

Así es como Harnecker, acompañada de un amigo filósofo brasileño, se vincula al grupo althusseriano, y aunque su francés era muy rudimentario, el diálogo, las preguntas y las exposiciones de los participantes le ayudan bastante para comprender lo temas. Más que con Jacques Rancière y Roger Establet, que ya eran profesores, Harnecker hizo contacto con los estudiantes Robert Linhard, Benny Lévy y Étienne Balibar, quienes estaban formando parte de este circuito de estudio sobre Das Kapital.

Entonces, bajo la tutela de Althusser, Harnecker comienza a leer Das Kapital de una manera tan sistemática y disciplinada que comienza a hacer esquemas y sumado a ello, el diálogo intelectual que trae con el círculo de estudio, le va dando cuerpo a su obra que más adelante publicó como El capital: conceptos fundamentales. Tal fue su esfuerzo pedagógico que se tradujeron al francés algunos párrafos o capítulos de este texto, ya que el grupo althusseriano era muy teórico, con un lenguaje muy hermético. Comenzó a enviar artículos a la revista chilena Punto Final bajo pseudónimo, pero el público lector creyó que quien escribía dichos ensayos era Theotônio dos Santos, que en ese momento se encontraba en Chile.

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Es de destacar que Harnecker compartía con Althusser que ambos provenían de la militancia en Acción Católica. Según cuenta Althusser en su autobiografia L’avenir dure longtemps (El porvenir es largo): “Puedo decirlo con propiedad, fue en gran parte a través de las organizaciones de Acción Católica como entré en contacto con la lucha de clases y en consecuencia con el marxismo” (Althusser, 1992: 274), más adelante afirma: “Con Hélène frecuentaba […] al ‘bueno del Padre Monclard’ y las Juventudes de la Iglesia […] todo el cristianismo se resumía para mí en Cristo, en su ‘mensaje’ evangélico y en su papel revolucionario” (Ibíd.: 276).

Cuando Harnecker lee los Principios elementales y fundamentales de filosofía de Georges Politzer, más que sentirse cercana al materialismo se siente confusa por la falta de afinidad que tiene con las ideas del filósofo húngaro en sus manuales. Al verla preocupada, Althusser le dice a la joven estudiante chilena que el marxismo no es ateísmo, que el ateísmo al no ser una cuestión científica no es un tema de Marx, y a pesar de que habla del opio del pueblo, a lo que el filósofo comunista se está refiriendo es a una realidad histórica, es decir, a un momento histórico preciso en que los campesinos están luchando por la reforma agraria y la religión funciona como un opio para ellos con el fin de desanimarlos en sus justas demandas. Además, se puede decir que Althusser ya es spinozista en esos días, considerando al judío sefardí como un filósofo más grande que Hegel. Por tanto le aconsejaba a su discípula que observara cómo Marx había invertido a Hegel para colocarlo sobre los pies, y al hacerlo se podía apreciar que no hay una contradicción simple sino compleja, sobredeterminada, y al entender esto sería capaz de entender la Revolución rusa.

En virtud de las palabras del maestro, Hernecker comprobó que aquellos que decían que Althusser era un estructuralista que negaba la lucha de clases, estaban equivocados. Pues al mostrarle la vía para comprender la Revolución rusa, surgía la gran pregunta: “¿Por qué crees que la revolución se dio en un país atrasado?”. Harnecker vería entonces que más que la típica contradicción que aparecía en todos los manuales de las fuerzas productivas versus las relaciones de producción, que en algún momento Marx lo enuncia en el famoso prólogo de la Zur Kritik der politischen Ökonomie (Una contribución a la crítica de la economía política, 1859), en Rusia no había sucedido tal contradicción simple sino una sobredeterminación, es decir, la presencia de múltiples causas que determinan un efecto unitario observable en un solo momento, por ejemplo, los horrores de la guerra que estaba viviendo el pueblo ruso. Althusser importa y reelabora el concepto de sobredeterminación de Freud con el fin de aplicar a Freud, porque ve en las ideas del médico vienes la defensa del marxismo como ciencia de la historia y no un llano humanismo teórico.

Bajo este esquema, Althusser se opone a los humanistas marxistas que estaban surgiendo justamente en esos años, pero más que dirigir la mirada hacia la Cuba revolucionaria donde el Che Guevara se pronunciaba por un humanismo a partir de los Ökonomisch-

3 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad philosophische Manuskripte aus dem Jahre 1844 (Manuscritos económico-filosóficos de 1844), él se enfocaba más a la propuesta de Henri Lefebvre que intentaba abrir el marxismo al humanismo. Para Althusser los conceptos de hombre no son conceptos que permitan entender la sociedad. Freud no habla del hombre, aunque quería sanar al hombre, habla del complejo de Edipo, de la fase sádico-anal y de una serie de términos que no son “el hombre”. Por lo tanto, para Althusser, en el marxismo se trataba del mismo asunto: no necesita hablar del hombre, sino de las fuerzas productivas, de las relaciones de producción, de la infraestructura y de la sobreestructura, ideología etc., con el fin de salvar al hombre, de liberarlo de la explotación, de darle los instrumentos para la lucha. No se trata de un humanismo teórico sino de un humanismo práctico.

Esta visión althusseriana es muy importante para Marta porque durante el tiempo que estaba debatiendo con el grupo de trabajo, realiza un viaje a Polonia con su grupo católico y regresa impresionada de haber estado con filósofos de Polonia que estaban leyendo a Pierre Teilhard de Chardin y a otros humanistas cristianos. Al contarle esto a Althusser, el maestro le dice que ese es precisamente el problema que tienen los países socialistas, que deben resolver sus problemas de otra manera, y que ellos como militantes comunistas tienen que estudiar lo que pasa en las realidades objetivas de la base económica y de la estructura ideológica de esos países para ver con qué pueden contribuir hacia la superación de esos problemas, por lo que eso va más allá de hablar del hombre, porque eso es querer escapar. Entonces Althusser también deseaba abrir al marxismo, pero no desde el humanismo que era tarea estéril, sino desde el entendimiento real del pensamiento de Marx. Ese es su aporte más grande: la lectura de Marx, cómo hay que hacerla, leer no sólo lo que se dice sino el contexto, la polémica qué está detrás, lo que no dice, los silencios.

Para Harnecker esa fue la puerta más grande que le abrió Althusser para estudiar abiertamente a Marx, sin el bloqueo que significa para un cristiano estudiar a un materialista. Y así, poco a poco fue abandonando totalmente sus orígenes religiosos en favor del socialismo científico.

A su regreso a Chile en 1968 comenzó su actividad en el partido clandestino Ranquil y se incorporó al movimiento estudiantil en la universidad. Fue profesora de Materialismo Histórico y Economía Política en Sociología de la Universidad de Chile y fue directora del semanario político Chile Hoy. Con la formación de la Unidad Popular ingresó al Partido Socialista. Decepcionada por el cariz extremadamente teoricista de las discusiones en este ámbito, decidió redirigir sus esfuerzos en la formación marxista de obreros y campesinos. De su experiencia en estas labores se sintetizaron sus conocidos trabajos de divulgación marxista: Conceptos elementales del materialismo histórico (1969, que superó las 70 ediciones), El capital: conceptos fundamentales (1971) y Cuadernos de educación popular

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(con la colaboración de Gabriela Uribe, finales de la década de 1970 y principio de la década de 1980).

Participó activamente en el gobierno de Salvador Allende entre 1970 y 1973. Vivió en primera persona el gobierno socialista de Salvador Allende y logró sobrevivir a la violencia del golpe militar de . Se exilió en Cuba, donde se casó con el Comandante Manuel Piñeiro, jefe de los órganos de seguridad de Cuba. Tuvieron una hija, Camila Piñeiro. Allí vivió el desgarrador “período especial” de ese país, y calificó como “admirable la forma como Cuba afrontó la caída del socialismo en Europa del Este y la URSS”. De esta manera se desempeñó como asesora del gobierno socialista de Cuba así como colaboradora con los movimientos sociales de clase en Latinoamérica.

Luego de quedar viuda en 1998, Harnecker continuó con su carrera investigativa y se nutrió de los testimonios y experiencias de dirigentes políticos latinoamericanos que forman parte de los artículos y textos que son hoy material de estudios en múltiples universidades del mundo. Entre esas experiencias se encuentra la de Venezuela, ya que fue asesora del expresidente Hugo Chávez y del Ministerio del Poder Popular entre 2002 y 2006, donde formó parte del equipo de dirección del centro de investigaciones Memoria Popular Latinoamericana de La Habana y del Centro Internacional Miranda (CIM) en Caracas.

Durante su estancia en el país suramericano pudo analizar el florecimiento de las luchas populares en América latina.

Se casó con el destacado economista marxista, Michael Lebowitz, residiendo en Canadá. Harnecker dividió su tiempo entre este país, La Habana, donde vive su hija y Caracas, donde oficialmente seguía habitando y donde recibió el Premio Libertador al Pensamiento Crítico, el 15 de agosto de 2014.

Aquejada por el cáncer pasó sus últimos años entre Cuba y Canadá, junto a su esposo.

Falleció el 15 de junio de 2019 en Vancouver Canadá.

Publicó más de 80 obras, entre las que tenemos: La estrategia política de Fidel, Cuba: ¿dictadura o democracia? (1975), Pueblos en armas (1983), La revolución social (Lenin y América Latina) (1985), ¿Qué es la sociedad? (1986); Indígenas, cristianos y estudiantes en la revolución (1987); América Latina: Izquierda y crisis actual (1990); Haciendo camino al andar (1995); Haciendo posible lo imposible: La izquierda en el umbral del siglo XXI (1999); Reconstruyendo la izquierda (2006) y Un mundo a construir (nuevos caminos) (2013).

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Obra.– La obra de Marta Harnecker se centró en el análisis del movimiento obrero y elaboración de abundante documentación formativa en la que demuestra que el socialismo no es un “proyecto” pensable sin la lucha y que no se puede hacer “desde arriba”, ya que debe ser el producto de las luchas del movimiento de los pueblos y clases dominadas.

Samir Amin declara que Harnecker “es una auténtica marxista, continuando la labor iniciada por Marx, sin temor de enriquecerla —con la toma en cuenta permanente de lo que es nuevo en la realidad del mundo, del capitalismo, del imperialismo, de las luchas—, renovando así las conceptualizaciones, las propuestas teóricas y las relativas a las estrategias de acción”.

También dice que: Ella ayudó a dar al marxismo vivo una dimensión latinoamericana, como otros le han dado una dimensión asiática o africana. Marta Harnecker ayudó a dar al marxismo la dimensión universal que debe ser la suya; ayudó a que sea oído por la gran mayoría de los pueblos del mundo, que son los de los tres continentes. Ella logró hacer escapar al marxismo de una reclusión eurocéntrica mortal. La experiencia de los avances en las luchas de los pueblos de América Latina, han allanado el camino en las últimas décadas, a través del pensamiento teórico de Marta Harnecker, el cual ha sido decisivo en este sentido.

Por las cualidades pedagógicas que presenta Conceptos elementales del materialismo histórico, El capital: conceptos fundamentales y Cuadernos de educación popular, fueron textos que formaron políticamente muchos militantes de los partidos de izquierda y organizaciones obreras de los países hispanohablantes durante la década de 1970 y posteriores.

En Conceptos elementales del materialismo histórico Harnecker expone con claridad y rigor científico la teoría marxista de la historia y las tesis de los pensadores clásicos. En virtud de definiciones precisas, esquemas y referencias constantes a las fuentes, este trabajo fue útil (o, sigue siendo útil) para la formación teórica del estudiante en el campo de las ideas del materialismo histórico y como parte del análisis concreto de la situación económica y política de los países latinoamericanos, así como para el mejor manejo de los instrumentos de trabajo marxista.

Por lo tanto, facilita la lectura de Marx, Lenin, Engels y de todos los grandes clásicos marxistas, de quienes Harnecker proporciona en la segunda parte una bibliografía mínima comentando los textos capitales indispensables para el conocimiento más profundo de la teoría.

En El capital: conceptos fundamentales Harnecker señala con gran precisión la validez teórica de Das Kapital y propone un riguroso plan de lectura destinado a orientar a quienes

6 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad se inician en su estudio. La tercera parte del libro corresponde al Manual de economía política, de los economistas soviéticos Iósif Abrámovich Lapidus y Konstantín Ostrovitiánov, texto de elevada calidad pedagógica que apareció en la URSS en 1929 y que Harnecker traduce por primera vez en español. En su conjunto esta obra es de imprescindible lectura para los estudiosos de la lectura clásica de Marx.

Obras consultadas:

ALTHUSSER, Louis (1992): El porvenir es largo. Barcelona: Destino.

KOHAN, Nestor (2014): “Tras Althusser (Entrevista a Marta Harnecker)”. Subido el 05 de Septiembre por Brancaleone Films Cátedra Che Guevara (Buenos Aires), en: https://www.youtube.com/watch?v=YnGdv8D55pM

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