ÁMBI'TOS 13 REVISTA DEESTIJOIOS [lEC1E ~CI SOCIAL~ y 11UMA NIDAOES DE C'OROODA Elites de Poder y Bandolerismo Andanzas de José Mª "El Tempranillo" y otros Bandoleros en (1710-1913)

Enrique Garrallliola Prieto

CRON ISTA OF ICIA L DE .¡aNTILLA

Insurgencia social cuencias en la compl eja problemáti ca nacional, embargada de incesantes confl ictos políticos, arrastrando ruinoso gasto enómeno soci al tra scendido desde antiguos ti em­ béli co, el bandolerismo personali zó con naturalidad los ana­ les anda luces, sobre todo de aquella herm ética sociedad pos, el bandolerismo es para Eri c J. Hobsbawm 1 «(. .. ) un modo de protesta social primitiva, relativa­ dieciochesca y dec imonónica, indiferente al grave estigma F del injusto desequilibri o económ ico lati fundi sta, de las du­ mente habitual en el medio campesino (.. )), ejerciéndolo «( .. .) campesinos fuera de ley (... ) cons iderados por su gente ras condic iones pop ul ares de subsistencia, de penuria y como héroes, paladines, ve ngadores, luchado res po r la jus­ margi nación de su ampli o censo demográfico, peculiarmente ti cia, a veces incluso lideres de la liberación , y en cualquier con sumo grado de picaresco temperamento. caso co mo personas a las que hay que admirar, ayudar y apoyar». «Vagos y maleantes» Según Ca ro Baroja', el band ido «( ... ) no es un hijo desheredado del ca pital ismo, un rebe lde dentro de la lucha El remedio practicado por la hábil Admini stración !/IIS­ de cl ases, co mo tam poco lo es un hij o maldit o del trada de los act ivos y europeizantes min ístros de Carlos 111 , latifun di smo y de la miseri a rural (... ) se tra ta de algo más mediante repres ivas mcdidas parale las de sa nciones e in­ compl ejo (.. .)) ; incluso -perfilando los aspectos sociológi­ dultos, aunque básicamen te dirigídas a procurar que des­ cos apunlados por Constancio Bemaldo de Quirós y Luis aparecieran las bandas de «vagos y maleantes» -en prin ci­ J Ardil a, en su ya clásica obra - recon viene no exclu irlo de pio genéricamente llamados gitallos-, apcnas si consiguió algunos quc otros rasgos de connotaciones conservaduristas. resultados parciales, de trascendente anecdotario . Éstos úl timos consi deran asimismo el bandolerismo como Así se infiere del difi cu ltoso cum pl imiento por los /c ( .. .) aira reacció n también contra el mismo es tado, de ca ­ cab il dos loca les, del compendi o de Reales Pragmáticas, rácter más bi cn indi vidual y en otra distinta dirección en Ordenes y decretos, tanto del Rea l Despacho como de lo que, a pesar de todo, no fa ltan mani fes taciones de justic ia y instruido por la Rea l Chancill.ería de Gra nada y por la Capi­ venganza en favo r de los humildes y los pobres (... )); in­ tanía General, ante las íns uperables dificu ltades afines, de crustando asi en la image n fo lkló rica de An dalucia -auténti­ ineficacia gubernat iva y escaso con trol policial por fa lta de ca y real, en ractores étn icos e hi stóricos de raza y tradición­ medi os, que se tra taron de resolver como en pennanente «( ... ) el tipo dcl ba nd ido co mo una figura propia del país, situación de guerra, con agotadora ex igencia fi sca l yago­ sem jante a la del torero y a la del majo, como un elemento biante apoyo annado vecinal, descargando en los sufridos pec uliar de su inconfu ndible pai saje».Y en su densa mono­ mun icipios -aunque en determinados casos y momentos lo grafia " Jul ián Zugasti -subra yando con preponderancia la fuese con razón- a merced de las di smínu idas tesorerias pú­ ancestralidad lati fu ndista andaluza en su origen y causa, y blicas y haci endas com una les, y de los terrateni entes más añadie ndo otros matices ostensibles en su ti empo- deplora modestos, toda la impotencia operati va policial y responsa­ que «(.. .) lan odioso caciqu ismo y opresión, lan tremendo e bilidad moral de los inacabables delito s. ÍlTesistiblc en tod as las esferas del poder y del gobierno, en No obstante -distinguiendo concretamente entre va­ la cone, en las provi ncias y en los pueblos, faci li ta los abu­ gos y maleantes y personas de raza gita na más o menos sos de toda especie». indigentes en momentos de cri sis de subsistencias-, en los y si bi cn aparece en el ll am ad o mundo civilizado des­ padrones munic ipales y registros eclesiás ti cos de Monti lla de re motos tiempos y abarcando todas las épocas, inmanen­ suelen constar inscritos indi viduos y matrimon ios de gila­ te como fe nómeno social de perniciosos efectos y con se- /lOS -como paci ficas vecinos ejerciendo oficios artesanos y

'Bandidos. Ed. ¡Iriel, Madrid. 1976, pp. 10 Y 121. lElIsayo sohlf! literolllra dI! cordel, Ed. Is!mo. Madrid, 1969, pp. 386-387. 'El bomlo(crúmo all da/,,;, Ed. Tumcr, Madrid, 1988, pp. 87-88. ~El BClndo/erismo. ESf/ll/io social y memorias históricas Ed. V. Marqucz, Arbu/(ljia y Exc ma. Diputació n Pro vin cial de Córdoba , Madrid, 1983, Vol. 111 , p. I 1. 14 REVISTA 06 f-'l-rVDIOS DE el ENCI.\S SOCIAUs y IIUM.... ~ IOADES DE ("óRDOS,\

en ganaderia- algunos de los cuales incluso protagonistas ferenc ia a la pragmática de abril de 1761 acerca de la prohi­ durante los iglos XVI y XVII, Yentre los primeros bautis­ bi ción y aprehención de todas las armas bl ancas -«( ... ) no mos anotados a dos hijos de «( ... ) Juan, conde de los gita­ sólo puñales, rejones, gu iferos , almaradas, dagas, navajas nos» ( 1528 Y 1530) l . de muell e con golpe seguro o de virola; todo cuchi llo con La primera infomlación conservada sobre malhecho­ punta grande o chico o de moda, que ll aman de fa ltriguera, res con sentido de bandidaje aparece en los fondos docu­ sino igualmente los que llaman fl amencos, corto o largo o mentales del Arc hi vo Histórico Mlmicipal de Montilla ha­ con me llas»-. Por otra Rea l Orden de la Chanci llería -reci­ cia 17 10, cuando el Concejo de Justicia y RegimienlO de la bida de l Subdelegado de Luccna- se vo lvia a recordar el ciudad detemlinó la aportación de 300 fanegas de trigo sa ­ Contenido de anteriores Avisos y disposiciones, alud iendo a cadas del Pósito con el fi n de «afrontar copi osos socorros la vez a la gravedad de detenninados sucedidos -como el de para contener a los enem igos en las estrecheces de Sierra la mu erte del marqués de San An tonio en el Monte de Morena». ZaJarraya (1782); Yl as fechor ías de dos cuadrillas de con­ En agosto de 1733, el alguac il mayor y sus guardas traband.is tas y facine rosos refugiados en Portugal, que «( ... ) acompañados de particulares recorrieron en la Sierra los en núm ero de noventa o cien ( ... )>>, y «( ... )p rov istos de ca ba­ caseríos de Benavente y Rioji-io y otros del térmi no «( .. ) por ll os, trabucos, encaros, pistolas y rejones( ... )>> , asal taron y andar en una cuadrilla de ladrones, que han abierto muchos quemaron en Va lverde del Camino la casa de un «depen­ lagares, pegándoles fuego y quemado el de Francisco de diente de ren tas», el cua l pudo escapar al heri r de un tiro a Luque llevándose algunas cosas»" uno de ellos-o Ya tenor de la Real Pragmática de Indulto de A raiz de I¡I segunda mitad de l siglo XVIII se septiembre de 1783 , fuero n perdonados algunos vecinos de incrementó, ap rem iante, la legislación represiva sobre el Montilla co nd enados por desertores prófugos'. bandidaje. El cabildo municipal de Montilla se aprestaba Entre mayo y diciembre de 1794, perentorios asu ntos con relativa rrecuencia a diligenciar y pone r en práctica las inelud ibles, preocuparon al cabildo de Monti ll a, y sobre to­ diversas prescripciones mandadas en Rea les Provisiones dos, el inmediato cump limiento del sorteo de mozos al ista­ impresas o en circulares de la Chanc ill ería de Granada, in­ dos a la milicia, instado al co rregidor por urgente COlTeo, y sistiendo en la responsabilidad de que se persigu ieran «( .. .) especialmente la reorganización -pendiente desde 1783- de los ladrones que andan en cuadrillas asaltando y robando a las partidas de Volun/arios Escopeteros, de cuyos positivos los caminantes y en los pueb los ( .. .)) ; y «( ... ) sobre ello se res ultados no dejaba de hacerse eco la autoridad loca l, pues vigi le por los jueces y mini stros de justicia, auxiliándose de en sesión de junio se había recibido Circular que comu ni ca­ Reales Tropas en caso necesario (.. .)>>, para ev itar que las ba el arresto de los bandoleros conocidos po r los Ba racos, «( ... ) ge ntes vagas, abandonadas a este género de vida, li bre y en otra -de octubre- se habia de tener prese nte lo ordenado y li cenc iosa (. ..)>> dejasen de perturbar «( ...) la tranqui li dad por Real Cédula respecto a que «(. .. ) todos los frances es pLl bli ca y el libre tráfico del comercio»'. domiciliados y emigrados, residentes en los puertos maríti- La Real Orden -impresa en Granada, 24-2-1783- «( ...) 111 0S y en las fronteras de Francia, han de intemarse en el para contener los escandalosos insu ltos y atentados( .. .)>> de reino hasta veinte leguas de distanc ia (... )) de dichos luga­ los innumerables facinerosos que in fectaba n Andalucía y res, entre ellos, el vecino de Montilla, D. Francisco Alejan­ Extremadura -recomendando todo lo dispuesto en la mate­ dro Leix -mercader de origen frances, depositar io de las ca n­ ria respectiva y a fin de coordinar a las justicias del di strito tidades que los vecinos entrega ban para costear las partidas ya los dependientes de las Rentas Rea les, y que se ayuda­ de vo lu ntarios-, al cual hubo de relevar y recoger la copia sen unos a otros con las Comp{l/iias de Escope/eros- comu­ de la lista correspondien te, el vecino Juan Esteban Cabello, nicaba que por Real Comisión dada al Comandante General designado para sust ituirle. de Anda lucía se habían logrado apresamientos de algunos En cabi ldo de mediados de julio del mislllo año se m31l1eCIlOres, aunque «( .. .) 110 se 11 3 remCUl 30t> éllleral11ellle C1eoauü" am pnamelllc la aCOSLUllloraCla prOOIC Ill

SVid.GAR RAM IOLA PRI ETO. E" Gjumos y moriscos en MOlllilla. Córdobo en SI/S Cronistas, Rera:os de historia de la provincia. Córdoba, 1983, pp .. 175. 178: y Ca llejemy memoria il/lima de Momifla. Monti lla. 1997. p. 192. I>A(rchi o] M[unici pnl] (Molllilln), Actas capilldol'es. I7JO; legnjo. 28 -8, carpcm 2, Cuentas Bielles Propios. 'Ibídem. Actas caps. . / 765. /767. /7~4. / 797 Y / 798; Y Icg. 78-A , c.2, Renl Provisión, 20-Xll -I J7J. ' lb. Icg. 77-A Libro Legislat ivo 1780- 1790. 15 REVISTA DE ESTUDI OS DE CIENCIAS SOCIALES V truMA},1DADES DE CÓRDOBA ticos como secul ares (. .. )), visi taron sus domicil ios los tillo-Al/zur o del Taj o de PeJlarrubía o de Badolatosa (en el regidores delegados pa ra ello con el alférez ma yor D. José S.O.cordobés y sevillano), próximos o contiguos a la cuen­ Aguil ar-Tablada , letrado municipal y Maestrante de la Or­ ca med ia del Genil, o de los altos de Estepa-, llegaban los den Mi li tar de Ronda, que sería el cabo de la partida, acom­ fo raj idos al de Montilla, donde solían reponer fuerzas yal­ pali ados de un escribano. Sin embargo, solamente hab ían fo rjas, trata ndo de obtener algún que otro botín de los ha­ ofrecido hasta el día de la fecha la cantidad de 9.7 10 reales, cendados o de sus servidores, sorprendidos en cortijos, huer­ insufic iente para el fin propuesto, por lo que el cabild o acordó tas, molinos y lagares, e introduciéndose luego en los ténni­ só lo la fOlmación de la partida con ocho indi viduoS asala­ nos de Cabra, Espejo y Castro del Río, para seguir sus ri ados al mando del cabo An tonio de Luque -este, con sala­ fechorías o esconderse en parajes más o menos soli tarios, y rio de 5 rea les y med io, y los de más de 4 reales y medio enca minarse hacia el de Córdoba (por el N.E.), cuando su­ di arios- en consideración de que «( ... ) las urgencias del es­ ponian o eran adverti dos de la vigí lancia policial en deter­ tado de la presente guerra no penni ten sustituir ninguna tro­ minadas fec has por la proxlmi dad de las ferias ganaderas o pa en la ciudad y que la deserción de los ejércitos debe am­ en ocasión de alarma sobre el paso de las partidas, entonces pl iar cada día más el número de contrabandistas y malhe­ más atenta a las cercanías de la confl uencia del camino real, chores. en el espacio montaraz de la Cuesta del EspillO. En julio de 1797, se vo lvió a organizar la Partida de En los umbrales decimonón icos parecía cada vez más Escope/eros cuyo presupuesto asce ndia a 16.430 rea les imposible alcanzar efi caces soluciones repres ivas para la -incluyendo la dotación de uno de ellos costeada por el du­ cerc iorada inestabilidad del orden público, baj o excusas de que de Med inaceli- repartiéndose entre el vecin da ri o la con­ incu mplimiento de medid as dictadas pero con escasos me­ tribución por la fa lta de hasta 9.268 reales. dios para llevarlas a efecto, ante la advertida corrupción, Entre el 19 de enero y 15 de junio de 1798, se real iza ­ sa biendo que los perseguí dos y acusados de crim ina lidad ron ocho sa li das de la partida compuesta por ve inte hom­ contaban con cómpl ices entre ed iles, funcionarios, escriba­ bres: di eciocho escopeteros montados, más dos ministros o nos, desertores del ejército, e incluso algunos modestos ha­ auxiliares, y a veces el escribano, que percibían de dieta cendados y guardas de los campos. diaria a razón de diez reales cada uno; y tres de a pie, seis Persuadiendo de lo reiterado especialm ente en la Real real es' . Orden de noviembre de 1793, por otra provi sión fech ada en Córdoba (13-Hl- 1800), se exi gía rigurosa vigilancia de la * * • conducta vecinal, sobre todo en los paisanos annados que tu viesen noticia del paso por su tén11ino, va li éndose sin ex­ En la documentación municipal relativa al bandole­ cusa «( ... ) en caso necesa ri o de la tro pa y de los dependien­ rismo se reitera n con frecuencia los nombres de los pagos tes de resguardo». Y, por supuesto, persuadidos de recono­ cortijeros, olivareros y virieros montillanos de JI/rata, Ca­ cida incapacidad organízadora -susci tada por una aludida Jlada del Culebrón, veredas de Cantarranas, Co rtijo Rey... notificación del Príncipe de la Paz a consul ta del Consejo (al S.O.), así como los del imitados o atravesados por el arroyo de Castilla-, a pesar de los firmes propósitos de refTeno y de Bcnavente, en regular curso y a veces copioso y rebosan­ escarmiento, achacada a que «( .. .) el escandaloso grado de te caudal cuando lo acrecientan los tem pora les, po r la deno­ an11arse en cuadrill as de cien y más hombres no puede di­ minada Sierra de Montilla , en trayec toria N.E.-S.E. Desde manar de otra cosa que de la to leranc ia ( .. .)>>, hac iéndose su manantial, entre el Cerro de los Leones yel Molino de responsa bl e a la incapacidad concejil de los darios y perj ui­ Magda lenlls o de l Magdalena, en té rmino de Castro, al hilo cios que «( .. . ) la inobservancia produzca»'o de la vereda del Cerro Macho -l a mayo r elevación del si ­ nu oso panorama de la Sierra- , serpea su vertí ente junto al Reyezuelos de los campos Cerro F/'anco hacia el rio Cabra , limi te del témlino con Aguila r, entre barra nqueras y cañadas. Según ava nzaban los primeros decenios Los cercanos predios de l Malino So rollón, Llano del dec imonónicos, la constante escasez y dificultades de repo­ Ba/án, Cerro Hllmo, Cenv Trigllillo, Martín Duélamo ... , ner la tesorería concejil, impidiendo la debida la vigilancia en torno a la antigua Dehesa de Ríofrío, compartida con el y control del propio terri torio, continuaron preocupando a de Monturque, y limítro fe al egabrense (a l S.E.) -con otra los respo nsables regidores de Montilla. Arduos e indi spen­ larguísima hendidura de desagüe en te rritorio más bravío, sables habian si do los reiterados esfuerzos de ob li gada con­ aunque de menor ni ve l orográfico, y con abundante vegeta­ tribución de municipio en aportaciones dinerarias reparti­ ción y boscosa arboleda y maleza, muy idónea para ocultar­ das entre los vecinos -lanzas fabricadas, annas de fuego y se o cabalgar pegado a ell a sin se r divisados de lejos- eran caballos, pan, aceite y vino- para suministros del ejército de favo rablemente mu y transitados por los cuadrilleros. defensa, y pronto del francés, cuando, invadida Córdoba A traves de eUos -desde parajes y escondrijos de Cas- (181 0), tomó y saqueó cuanto pudo en la plaza.

'lb. Acr. Clip .• 1794; Yleg . 47-8 (Cuentas de Bienes Propios, 1798). " lb. AC1. cap .. /800. 16 ÁMBITOS R(Vb,.... Dt ESTUO'~ DE C IE.~CI.\S SOC iAlES " IfUM,\I'IIOAOF.S OC CÓRDOIIA

y tran sculTicron aijos duran te los cuales algunas per­ «(".) de dar cuenta de la gente sospechosa que concurra», y sonas benemeritas dejaron memoria de caritativos gestos ele cuantos conocimientos adquiriesen del paradero, alber­ li mosneros entre sus manda s mortllorias l'. ¡''1.le o co nexiones de los malhechores, bajo mu lta de 200 A raíz del despeje napo leónico, al menos por cuanto ducado s, así como ex igiendo a los jueces que procedieran a ataliía a Mon tilla, se trató de paliar en lo posible las preca ­ su prisión, haciéndoles responsables en caso contrari o o de rias situaciones de indigencia. Según el cuadro admini stra­ la más leve omisión o «disimulo», bajo pena de 500 duca­ tivo de laJunla de Benejicencia (V y VI-1 812)-las rac iones dos. diarias distri buidas importaron 160.226 rea les vellón, de cuya En cabildo del 14 de juni o se informaba que la Parti­ suma aportó el vecindario 12.462 en dinero y 2.894 en ali ­ da de Escope/eros de Montilla había prendido al veci no de mentos. Córdoba, Rafae l Ramasanta, desertor fugado del presídio Pero la picaresca tra ía de cabeza a las au tori dades. de Mál aga lJ Con relación a un bando de Ordenanzas del juez delegado La agitada situac ión política y social no cesaba de per- de Jaén, se ponía de manifiesto: «Sucede frecuentemente 111 itir frec uentes ocasiones de libre actua ción al del icuente que baj o el pretexto de pobres se disparan los vagos y con escapatoria e inmunidad, no sólo a los que su bstraían ma lentreten idos, los cuales usurpan los socorros a los ver­ para comer, sino a los much os obsesionados por la consecu­ daderamente pobres». Y en seis puntos dictaba normas y ción de los bienes aje nos. En consecuenc ia, se habia in icia­ proh ibiciones para necesitados, preocupándose de que tam- do en Montilla, lo mismo que en infinidad de local id ades bién «( .. . ) los niijos no pid an en las calles ( ... )>>; y su brayaba anda luzas, amplio período de engrosamiento de expedien­ que «( ... ) es muy común en este pueblo no querer ocuparse tes poli ciales y judiciales en materi a de rep re sión por con­ los jornal eros «( ... ) porque no se les da lo que piden (" .), y traba ndo, latroc in io y múllip les fec horías ". porque no se quejen de los propietarios, se incita a éstos a A primero de junio de 1823 -en cuyo dia 29 ocurrie­ que se ocupen en sus ca mpos y labores con arreglo y pro­ ron en Montilla algunas mu ertes en escaramuzas y tumultos porci ón, te niendo presente para el pago y tasa lo dispuesto con motivo de la restauración de Ferna ndo vrr "-fue an un­ por las leyes y el subi do precio de los mantenim ientos» " . ciado, cn «(".) pregón a tambor y piquete (" .) >> un Aviso de El cOITegid or de Lucena, Antonio 1. de Vargas tran s­ la jefatura provi nc ial a través de la subdelegac ión de La miti ó la proclama impresa de la Chancill ería de Granada Carlota sobre «(".) los muchos ro bos cometi dos de algunos (29-1lI-1 817) a fin de que se tomaran «( .. .) las más activas meses a eS la parte en alguna ig lesia (".)>>, co n expresa fa­ providencias ( ... )>> para persecución y captura de los mal he­ cullad del gobel11ador para que «(".) se indulle a la persona chores «( .. .)que infecta n los cam inos, especialmente los de cómpl ice (".) sie mp re que proporcione el descubrimiento la partida nombrada de los Siete NiJios de Ecija ( ... ) hac ien­ de alhajas u objetos sustra ídos (".) y a cua lquier otro ind ivi­ do expres ión del número de hombres ( .. .) y del nombre del duo que ha ga igualmente se le abonen 3. 000 reales de ve­ cabo o comandante a cuyas órdenes hayan de obrar (".)>> , en ll ón de los fondos de la policía». lo cual actuó el Ayunta mi ento de Montil la (lS-fV siguien­ En auto del corregidor de Monti ll a, Diego Enriquez te), una vez de acuerdo con los hacendados -representados Camac ho (12-VI I-1 825) se co nde nó con 50 ducados más por Alonso José Salgue ro, Francisco So lano Ag ui la r­ costa s y requ isa del arma , al veci no de Es pejo, Antonio Tablada , Manuel de Alvear (presbí tero) , Juan Carrasco Hi­ ivledina, de 21 años de edad -exvol unt ari o Nacio na l y labra­ dalgo y Nicolás de Pineda- en cuanto a la acc ión conjunta o dor del cortij o La Sien-ezuela-, a quie n el subteni ente Mora­ si se conformaban con lo qu e hic ieran «( ... ) los individuos les, de l batallón de Voll/l//arios Realistas, habia hecho con­ del ro ndín». La partida se compu so de un comandante, alfé­ duci r hasla la cárcel en su burra po r haberle descubierto un rez de caba lleri a retirado (con sueldo de 13 reales diarios), retaco, sin que va liese la excusa alegada de ignoranc ia del dos cabos (a 10 rs.) y siete escopeteros (a 8 rs.), para cuya uso de li cencia, ni que tenía el arma para defe nderse y evitar final idad se anticiparon fondos de Biel/es Propios et1l re tan­ el robo de caballerías du ran le la saca de mieses. to los recaudaban de los propietarios. Entre agosto y oc tubre de dicho año se recogen en 1\'\;";U1JIC IIUtlIIUU ¡'" J\;~l' U l ti u\: ¡la;::, !:IU\J~;:, i V rl!:l I'\:Ccl '\;;::' 01- lC:'\1t:"":U'."U:l \;': '\ pC iJ'Ú': I Ilt:~ ¡U:l J' I :,l' I U'u~ u\; J'u~ al\:~l'll\;::> l it (¡a­ denes dictadas entre 1784-1794, el mariscal del ca mpo y rri a con denun cias e in culpaciones a in frac tores po r su ocu­ comanda nte general José Osuslor, mandó por circular (20- pac ión habitual en tráfico de co ntra bando y pi ll aje. IV siguiente) rea li zar con el mayor sigilo visitas a posadas, El corregid or Domingo Fernandez cursó a las alca l­ mesones, tabernas y puestos de comestib les, haciendo saber dias de Espejo, Santa Cruz, Castro de l Río, Agui lar, Puente con gran reserva a las personas qu e las regían la necesidad de Don Gonzalo y Benamej í, una circular reservada y ur-

IIVid"G ARR AM IOLA PR IETO. E. , Las djas I/apoleónicos el! MOl/filia. C0l11l1 11icnción V Reun ión de Cronistas Locales de b Pro vincia de Córdobll, 23-IV- 1975 . \\Có rdobn en SlI S Cron istas. Relazos de Hi storia... ) , Córd oba, 1983, pp . 61-68. Testamento ·g·XII -183 6- de Toribio Aguil ar-Tablada) \( .12 rc:'tl cs para el MOlllcpio de viudas y huérfanos que quednron de In gucrm con los franccscs H. A. Prot. MOlllilla, ojll. R. Riobóo, leg. 561(1838) fs. 63-75 v. "lb. 1812 Yl eg. 843 -A, c. 4. "lb.1817 leg. 843-A, e. 4. "lb. leg. 882-8 )' 38]-B. e.5 . "MORTE MOLlNA , J.: ¡"'tUI/filia, Apullles His lóricus. MO lll illn. 1888. pp. 42-43. 17 REVI STA DE E:SnJDIOS DE CIL,'CI,\S SOC IALES " 11 lAI\10lt.OES DE CÓRDOOA

gente recibida de La Carlota (23-X-1825) subrayando -con la misma tónica de recriminación a la fl aqueza de las autofl­ dades locales- lo «( ... ) esca ndaloso que en diversos puntOS de la provincia se estén verificando robos y excesos conti ­ nuos por cuadri ll as de salteadores, que indudable mente se conservan por la poca energia de muchos jueces (... )>>, orde­ nando la sal ida en la noche del2 al 3 de noviembre de dos o más patru llas de Vo hillwios Realistas escogidos de cada territorio. Según com un icación de Policía de la fecha anterio r, y si n novedad alguna de haber avistado forajidos, la Compa­ ñía de Granaderos del batallón de Volun/arios de Aguílar, salió de batida a las nu eve de la noc he del día 2 por «el ala derecha» -tal como fue encargado- camino de La Puente, Lo que queda del antiguo case rio del Magdalena, hoy parre separándose junto a la laguna de ZOIiar, hacía el cam ino de de la hac ienda La CI/bona >, al que habían incau tado alforjas, un costal y un saco para comer la caball ería, una «( .. .) una cartera de badana y carta de seguridad, expedida a soga de cáñamo una capa, una bolsa de torzal verde con su favor en la víll a de Espejo con fecha de enero ( ... ) ). 18 ÁMID¡~o&------RF.VlSTA DE ESTUDIOS DE CIENCIA!> ~AL F.S y IM IANlDADES DE CÓROODA

La época romántica o de cualquiera de los suyos, tres mil por el primero y mil quinienlos po r cada uno de los demás; y que para rápido y «Atendiendo al proceso psicológico operado en las ejem pl ar castigo merecido serian pasados por las annas«( .. ) figuras de los grandes salteadores de caminos y en virtud sin mas riempo que el preciso para prepararse a /Ilorir del cual se asoma a la serranía andaluza la apuesta traza de cristianamente (...)!!; el posible premio para las milicias José M ~ el Tempranilla ( .. .)), y «( .. . ) por consonancia con el municipales, sería efectivo prorra leado entre los pueblos de l bello morbo espiritual de aquel tiempo ( .. .)), Bernardo de territorio ti'ccucntado por los malhechores. También se in­ Qu irós y Ardi la as ignan al decenio 1830-1840 la epoca /"0- formaba de las respectivas fil iaciones: mántica del bandolerismo 16.y si bien, el nove lesco tópico (<.. ./os individuos de que hay noticias se compone esta del memorable Rey de la Serranía impuesto a José M' cuadrilla, son: José María Hinojosa (a) el Tempranilla, Hinojosa por la folk lóri ca pluma de Fernández y González lIatural de Jauja, casado en Torre-Aljáquime, de eSlQtllra 5 en su re lato del mismo títu lo, imp li ca simi lar se ntido pies escasos, grueso, rubio, el labio superior U/1 poco le­ semántico, la certera op in ión del profesor Domínguez Ortiz, vantado, alegre de cara y de edad de 31 mios; José Ruiz (a) lo difiere historiográficamente suscrib iendo: «( .. .) la ubica­ Germán, /1alural de Badolatosa y avecindado en Jimena, ción preferente de las actividades bandoleras andaluzas en SIl estalllra 5 pies y 6 lineas, delgado, color Iriguelio, cara Sierra Morena no resiste el amilis is más superficial. No nie­ agu ilelia, nariz regulw; ojos pardos, pelo negro, de edad de go que algunas manifestaciones del bandolerismo andaluz 35 O/)os; Francisco Salas, conocido pOI' el de la Torre, na­ tuvieran por escenario dicha serranía; no obstante, es en tie­ tural de Javuco", casado en Torre-Aláqnime y avecindado rra s más meridionales do nde hay que situar sus actuaciones ven Grazalema, allo, moreno, bien parecido, patillas gran­ más regu lares y significativas»1 7, puesto que El Te mpranilla des, eames regulares, y edad de 44 II/)os; Francisco Pons, fue verdaderamente insuperable dominador tanto de la se­ conocido por el Catalán, casado en Badola/osa, esta/llra 5 rran ía como de la campiña. pies, carnes regnlares, color claro, ojos negros, pelo casla­ y al margen de toda fabu lación, y con preferente con­ lio, de edad de 40 II/ios; yo/ro compll/iero cuyo nombre se su lta de acred itado criterio1',entre la copiosa bibliografia al ignora pero se sabe que es gitano de poca edad y barbilam­ respecto, tratando de esclarecer determinada vicisitud bio­ pillo». gráfica dellcgendario personaj e José M" Hinojosa Cobacho A lenor de la circu lar de la Real Chanc ill ería grana­ -nacido en Jauja (Córdoba),21 -V[-1 805-, damos fe docu­ dina (13-VI I-1 830), alusiva a las amenazas de muerte recí ­ mental de ell a en su rel ación a Mon tilla y con el area cam­ bidas en pasqu ines y anónimos por el alca lde mayor de pestre paisana. Ub ri que y su fami lia , en la cual se inslaba sobre todo a la En los primero s días de feb rero de 1830 fue preslación de auxi lio mediante mil icias.vecina les, y a que dili genciado auto del rec ibo de la Circular de la Capi tanía los ayunlam ientos respond ie ran de los crímenes comelidos General de Sevilla (25 -[ anterior), señalando entre los cinco en sus distritos- los ediles de Montilla aduc ían una vez mas puntos expuestos: «(...) Aunque de los parles y noticias que -en respuesta in sert a en al testimonio del 24 posterior- ha­ me dirigen los comandantes de las partidas de persecución ber contribuido siempre al extermin io de los malhechores, de malhechores resulta 110 existir en el distrito de eSIa Ca­ au nque por, el infonne que remitian, siendo deficitaria anual­ pilanía General cuadrilla alguna de ladrones, sucede sin mente la cuenta de Propios, recababan autorizacíón a fin de embmgo que el forajido José María Hinojosa, a quien el extraer del PósilO local fo ndos para el sostenimiento de sus peso de sus crimen es hace pasar er/'C/nte y oculto por los milí cianos y para los gastos urgentes e indispensables. campos lIIás despoblados para sustraerse de la vigilancia Reilerando el conten ido de los apartados 10 y 2' de la con que se le persigue suele reunirse con Olros cinco O más referida circular de la Capitanía General -refer id os en la crilllin ales que por lo común residen en los COI/fin es de anterior (25-1), y en la siguiente (l5-IX)- se hacia hincapié Málaga y Serranía de Ronda, invadiendo de eSle modo en que si algunos de los compañeros de Hinojosa, arre pen­ momentánea e illlprovisadamenle donde comelen cuanlos tidos de sus crimenes contribuían al arresto o a la muerte de robos y atrocidades pueden (..))19 . éste, no sólo se les pemlÍtirían que viviesen con tranqu il i­ Se ofrecian asill1ísmo recompensas de cuatro mil rea­ dad y con salvoconducto, si no quc se les concedería indul­ les a la partida del ejercito, milici as paisanas o cualquier to, aunque a excepción del Lera -según apunta Santos To­ otra persona que entregase a José Maria Hinojosa, vivo o rres- subrayando la suprema autoridad sev ill ana que se lle­ muerto, y de dos mi l reales por cada UIlO de sus compañe­ garí an a más positivos resultados si las justicias locales o­ ros; asimismo, a qui en proporcionase la prisión de Hinojosa perasen más eficazmente, pues «( .. ) la necesaria coopera-

" Ofl. cil.. pp. 103- 104. 1J l-listoria de Anda//lcia, vol. VI. pp. 18H Y 190. "BERNARDO QUtRÓS. C. y ARD ILA , L. Op. ciJ., Madrid, 1968. HE I ~NÁND EZ GIRBAL,F., Bandidos celebres espaJi oles. Primera scrie. José Maria el Tempran illo. Máúrid. 1957, y SANTOS TORRES, J., El bandolerismo en Andalucía. Papeles de ]i1drones y jueces de bílndidos, Brenes, 1992, Vol. 11 , excepto algunos lapsos. 19AHMM. leg. 912-B. 0.6. " Recogida por HERNANDEZ GIRBAL, 01'. cir.. vo l. 1 pp. 226-227, Y aludida por SANTOS TORRES, op. cir. pp. 92-93. &1BJD!~ 19 REVISTA DE r,sruOIOS DE Cllil'CIAS SOCIALES y IIUMANIDAOfS DE CÓROOOA

ción de los pue­ El Tempranillo en la Sierra de Montilla blos sera tan veloz que por su fa lta y retarda­ El 19 de mayo sigui ente, dec lararon dos vo luntarios ción no se admitirán reali stas haber sorprendido, yendo hac ia el Monte Calde­ disculpas ni pretextos rón (Castro del Río) , como a las tres de la tarde, a nueve ( .. ) de robos yaJuese de hombres a caba llo, am1ados cada uno con dos o tres esco­ arrieros, diligencias o petas, pistolas y puñales, entre los cuales se di stinguía viajeros». uno por un sable que llevaba co lgado a la cintura, y En otra circular de creyéndoles paisanos, al preguntarles de qué población la Chancilleria granadi­ eran, fueron amenazados con que si peI1enecían al Monte na (30-X- 1830) se ex ­ de los matarian al momento. Comprobando que presaban quejas sobre la sus cartas de seguridad presentadas aparecian expedidas frecuente repetición de en Montill a, se las devolvieron, aunque despojándoles de «(...) robos, I/Iu ertes, dos escopetas y de un caballo sin aparejo, habiendo ob­ Jose M' El Tempranillo, retrato a\ carbón por J.F, LelVis (se gún Fo rd, violencias y atentados servado cuando estaban cerca del cortijo Mazuelos que \833). (..)>>, como también del los mismos habían prendido fuego a la casa y dispararon grave escándalo con se tiros, siguiendo la marcha hacia el molino de losA tanores, disimulaban y se ocultaban protegiendo su im punidad, a en dirección de atrav esar la ve reda de Riofrío. Los pesar de las órdenes refrendada s, que deberían haber es­ milicianos regresaron inm1 ediatamente para dar cuenta y ti mul ado a los ay un ta mientos para exterminio de los entregar el ca ballo requisado -«( ... ) capón, pe lo castaño delicuentes, insisti endo, por tanto, en recalcar «(..)Ia il/­ oscuro, de siete años, peseño, de siete cuartas y dos de­ seguridad de los caminos y de las habitaciones, singu­ dos, y herrado co n la marca X»-. y sin di lación, el corre- larm ente en despoblado, el horror y sobresalto con que se vive y se viaja, el entO/pecimiento del tráfico y contra­ tación (..)>> . Por Real Orden del Secretario de Estado y de Gra­ cia y Just icia (IS-lV-183 1) , se volvia a di sponer nueva publicación de la Ley 1', titulo 17, Libro 12, de laNovísima Recopilación de Felipe IV, en consideración del 11(..) cre­ cido número de bandidos y salteadores reunidos en cua­ d¡'i!las que vagan por los caminos y despoblados despo­ jando de bienes y la vida al indefenso viajero y /raj inal1le y a los pacificas habitan/es de las alqu erias y pueblos de corto vecindario (..) y en remedio de unos crim en es tan pe/judiciales a la seguridad individual y tranquilidad pública (..)>>. Hacienda y antiguo molino de la Relllil!n, pred io de rL' SLOS Por los ineficaces resultados obtenidos, exigidos con arq ueológicos y frecuente hito de descanso de bnIldote ro s, apremio en anteriores circ ulares, y lejos del urgente obje­ tivo propuesto en referido edicto de la Capitania General gidor, el comandante de Armas , Femánclez, y los jefes (1O -V-l 830), se incrementaron los importes que ponían del batall ón y del escuadrón, Toro y Luque, acordaron la precio a las capturas -vivos o muertos- de José Marí a inmedi ata salida de 25 hombres de In fa nteria y 7 de caba­ Hinoj osa a 15.000 reales; de Frasquito el de la Torre a llería hacia el cortijo de La Rentilla, en un largo recorri­ 12.000; y a 4.000 la de cada uno de los demás cuadrille­ do, y el envio de urgentes mensajes al respecto a los ayun­ ros. Los dos terci os de las respectivas sumas se entrega­ tamientos de Aguil ar, Monturque y La Ramb la. rian a qu ien proporcionase la muerte o prisión de ell os, y El mismo dia 19, acusó recibo el alca lde mayor de el tercio restante seria para la tropa o milicianos que las Aguilar, informando además de que aquell a cuadrilla ha­ ll evasen a efecto. Y«(..) como, según noticias fidedig­ bi a estado sob re las cinco y media de la tarde en el lagar nas, los pueblos del parrido de Es/epa, Torre-Alj'áqu ime, de Alvear donde robaron a un vecino de Aguil ar, y que El Gas/o/; Morón y Puebla de Cazalla (.. .)>>, solían ser éste, durante tres horas entre los malhechores, supo de la los que más protegían y encubrian a los bandidos, por lo trayectoria seguida hacia la campiña de Córdoba para asal­ mismo, los escribanos y dueli os o la bradores de fincas de tar a las personas camino de la feria de la capital, a tenor sus términos o vecinos, deberian ser los primeros en pa­ de lo cual tratarían al aguardo de impedirles la retirada al gar las cantidades según lo prescrito en el artículo 5º de otro lado del Geni l, camino de Jauja y Castillo Anzur. expresadas circulares, sin que además tal es cómp li ces Posterior Circular de la Capi tanía Genera l (3 1-V) quedasen li berados de su propia responsabilidad. ac laraba, respecto al apartado 7", sobre la absoluta prohibi- 20 REVtSTA DI [Sl'tJD IOS DEC I I:r.'C~ SQClALL'i y HUMANIDADES DECÓRDO II A ción del uso del caba ll o, enmendando la insnucción en el sen­ de la tarde (.. .») ,e l corregidor de Mon tilla, Cayetano MUliiz tido de aplicarla -<¡( ... ) a los hombres de conducta ospechosa Bouvíer y el escr ibano del cabildo Arjona, tomaron declara­ que por desgracia se abrigan en los pueblos, y de que se logre ción a An tonio de Luque, de edad de trece años, vecino de por todos los medios el total extermin io de lo bandidos» . Montilla. El chico manirestó que sobre la una del mismo A mediados de junio fue restitu ido el caballo robado día, cam ino de la ciudad y en compañia de su amo del cortijo de Guta, rescatado por los citados milici anos Del­ D.Francisco de Borja Pérez, presbitero", al ll egar al sitio gado y Badía el 17 de mayo, al procurador José M' Montesinos, del Carril, apareció una cuad rilla de hombres arm ados a encargado de su tío, José Jurado Caballero, hacendado y ga­ caballo, que detuvieron a su amo; y él, que venia un poco nadero de Mont illa, que lo había reclamado" . más adelante, pudo escapar y llegar a la población; de todo El 4 de feb rero de 1832 el subdelegado de La Ca rlota lo cual test ificó asim ismo el muchac ho de 17 añ os [sidra López, cri ado del hacendado Joaquín Susbielas, que le ha­ bía encontrado y contó ll orando lo sucedido. Enseguida se di spusieron inmediatos correos a Castro del Río, Aguilar, Monru rque, Pueate de Don Gonzalo y Lucena; el alguaci l mayor Maria no Requena cursó avisos de alena a los guardas rurales, yel escuadrón de paisanos vo luntarios sa li ó en rápida marcha hacia el campo. A las seis de la tarde del mismo día, el corregidor de Montilla procedió a testimoni ar en Auto varias dec laracio­ nes: La del sacerdote D. Francisco de Borja Pérez, de 34 mios de edad, co nfi rma ndo su transitoria retención -«( ... ) siendo como a la una del día, en el sitio del Carril (.. .»), obl igado por dos hombres a caba llo a que se apease de la yegua que él monta ba, y llevado violentamen te hasta la mi­ tad del mismo ca mi no de l Carril donde se hallaban otros doce ladrones a caballo que robaban a unos arrieros con mulos y jumentos cargadas de colambre. y después de cerca de una hora que duró el robo de los arrieros -a quienes desconocia por forasteros- le lleva­ El coronel Miguel Alvear Ponce de León. relra lO ron al mol in o de D. Manuel de Alvear,junto con el labrador en el Casino Montill ano, procedenle de la Ga lería de del cortijo de Mata ll ana, donde se ocuparon «( ... ) en comer la Sociedad Económi ca de los Amigos del País. y robar algunos utensi lios que había en él, y violentar a un a daba cuen ta al encargado de policía de Femán-Núñez de mujer que había en el molino(. Una vez registrado sin en­ que dia 6 anteri or habían sido robadas por doce o ca torce contrarl e nada apetec id o, después de «( ... ) mil amenazas (... )) hombres al vecin o de Porcuna, Anastasia Agui lera, natural y de haberle ma lt ratado con las bridas de un caballo le qui- de Roma -»a l entrar en el Puente de Payón camino de la taron «( ... ) sombrero portugués, una espuela común, y la venta de Cárdenas» las alhajas consignadas al ma rgen: «dos yegua (. .. ) de pelo castallO encendido, lucera, de cabos ne- pares de zarci llos mori scos de oro sobre venturina; un bra­ gros, de siele cuartas, de nueve años y herrada PS, apareja­ zalete de la mi sma labor haciendo sierpes; un anillo de oro; da con albarda, montura jerezana con fl eco, bocado y cabe­ otro con resorte; y una medalla de oro mo risco del ta maño zada ( ... )>>. Manifestó que aque llos bando leros vestían «( .. .) de un duro con las anm as de Roma»"- ca lzón de monte, boti nes de becerro blanco, sombreros por­ A la alcaldí a de Montilla llegó otra Orden impresa de wgueses, capas de paño de la tierra (... »); iban annados con ¡WCal.n tlnn irÚt;tlClm 'út.... .:f'cv lilkl't'lilll ¡ b"J~") ~ (t1 U Oir:-lI UVd"' Ib.~ ..I~R.r~i.:U; v:.1n.1n.~c:)"..rJ~ hiUn ~ )" \'« (. ' J1Jl'",mo;:,m~'i'Ow.C' ~ del Real Consejo (3l-I1I-183 1), tener presente la Ley 1', tí ­ Uos se les observaba cargada porción de piezas de paño, lulo 17, libo 12 de la Novísima Recopilación, por «( ... ) el pañuelos y otros géneros de ropa fina (... )); dijeron ll amar­ crecido número de bandidos y salteadores que vagan por se, «( ... ) uno José María el Tempranilla y otro Juan Caballe­ caminos y despobl ados ( ... )>> . ro, y le obligaron a escribir una esquela dirigída a su madre El 29 de marzo de 1832, «( ... ) como a hora de las tres pidiéndole doce mil reales, que entregaron al case ro del

" A.H.M .M .• leg. 1014-B. e.S. nArch ivo Municipal Femán-Núnez, Sec .S, lego 3. !.IEI presbítero Francisco de Borj n. Pércz de Sa n Román. naruro l de Pucntc-Geni l, (hijo de Lorenzo)' de Joaquina Carvajales), falleció el 13-IV- 1869, habiendo oto rgado lestamento el 26-X II -1868, por el cual legó en usufmcTo a su sirv ienta soltera Francisca de Priego las renlas de las fi ncas heredadas de su madre ( 12 fa negas de oli va r en M ontilla, al sitio de la Callada M i m bre ~ 20 celemi nes de tierra en laderos de San Agus tín y cinco suenes de olivar en Montcc í11 o de l Bozo y Ce rro de Bcl¿n), vendidas (27-I V-1871) a Francisco Javicrde Cea en 10. 100 reales. impone apl icable n propios sufrJgios y por sus padres. A. PrOlocolos MOllli l1 n, escnv Sn nl iago de Jorge HcmlOso, vo l. 1, fs. 403 -41 0. ~QS ------21 REvISTA DE ESTUDIOS DE CIENCM,SSOCIALES y HIJMANlDADES DE CÓRDOBA molino (. ..»>; pero habiéndoles suplicado y expresado que de Bigote- surtiera efecto alguno de intimidación, quedan­ seri a inútil ya quc su madre ya que su madre se hallaba «( ... ) do por tanto en vana tentativa. pordioseando (... »>, respondieron y que nada «( ... ) nada que- En el auto instruido al respecto por el corregidor de rían con curas (... »>,y rompieron la esquela dejándole lIbre. Montilla, Muñ iz Bouvier, y el escribano Arjona, se daba En razón de los primeros intentos de secuestro acaeci­ cuenta al comandante del escuadrón de que por la urgencia dos en Alameda y Alora, a que aluden Bernaldo de Quirós del servicio, y al tener los caballos ocupados en labores del Ardila14 en 1869, pueden suponerse algunos más que como campo la mitad de los vecinos pertenecientes a la compañía los registrados en Montilla varios decenios antes, acasO per­ de Vo luntarios de la localidad, se habían echado mano sin manezcan todavia inéditos entre legajos municipales de otras di lación a caballos de otros. localidades andaluzas. A las ocho y media de la tarde del aquel mismo día 29 Testi fi caron en el mis mo expediente -del cual se dio de marzo de 1832 se habían cu rsado nuevas comunicacio­ parte a la Capitan ia General de Sevi lla- José Raigón, de 22 nes a las alca ldías de Agui lar y Puente de Don Gonzalo con años, soltero y criado de doña Luisa Ward de Alvear, que minucioso detalle de lo sucedido, indicando la dirección hall ándose trabajando con su padre en la huerta de su ama, tomada por los bandoleros «( ... ) a Benavente, sin duda para aledaña al mi smo lugar, cerca de las 2 de la tarde se presen­ atravesar la vereda de Ríofrío y constituirse en el sitio. de taron cua tro hombres que a la fuerza los llevaron hasta el Castillo Allzur ( ... »>. molino; obligándole a él só lo a que trajese cuatro o seis ce­ En oficios intercambiados, el alcalde de Castro, Ra­ bollas; dando también por cierto lo narrado por el clérigo. fae l Vaquero Moreno, respondía que uno de sus guardas de Manuel Romero, de 58 años, capataz de D. Miguel campo cam ino de Montilla con el acuse de recibo supo de la Alve ar, informó quc entre las II y 12 de la mañana, estando nueva noticia de la llegada de la cuadrilla del Tempranilla en tie rras del cortijo de las Cuevas, término de Espejo,junto hasta el cortijo de Banda «( ... )a comer y dar pienso (.. .)>>; a va rios jornaleros escardando, oyó ti ros dentro del mismo, ql,le había vis to a dos de ellos desde el de Matallana haci a la y cuando iba próxi mo fue sorprendido por catorce hombres Sierra de Montilla, cuyo labrador, vecino de Espejo, Fran­ a caballo que le condujeron bajo amenazas hasta el caserío, cisco López, le habia comunicado que «( ... ) José Maria y preguntándole porel nombre del propietario -Miguel AIv ear Juan Caballero ( .. .)>> tenían secuestrado a un hijo suyo hasta y Francisca de Borja Pineda- al cual trataron de imponerle que les remitiese diez mil real es a la casería de D. Joaquin contribución de veinte mil reales. Después de haber conver­ de Luna, en Castillo AnZllr. sado entre ellos, le dieron el papel que entregaba. Ensegui­ Desde Monturque, comunicaban que al hallarse en el da tomaron un pedazo de pan y una cinch a, marchando en pu eblo una patrulla de 18 números del Regimiento Provin­ dirección de las I/U erras, asustándole con encargo de que cial de al mando del oficial José Ortega, salieron ll evasen los doce mil reales exigidos a la casería de D. Lo­ al momento en persecución de los bandoleros. renzo, en Casti 110 Anzur. Desde Aguilar daban cuen ta dc que al saber que «( .. .) El texto de la nota de extorsión recogida por el con'c­ la gavilla de malhechores ( ... )>> andaba por la Sierra de gidor -adherida al ex pedi ente- se lee: Montilla, siguiendo por Riofrío basta Castillo Anzu/', habían «Don Miguel Alvc"r me pondrá Vd la cantidad de dose puesto en acción una segunda patrulla que tenian en retén, mir Rea les el n la enseria de On lorensa Caslill o ansur y ar no «( ... ) montada en mulas, que se embarga ron ( ... )>> , asegura n­ ponclos !cjadrc" vd una Ru in a JosefMaria [F imJa do y nlbri­ do que «( .. .) si hubiera tenido tropa de caballeria a disposi­ cado]", ción se hubiera conseguido ayer la satisfacción de librar a El Tempranilla habia tratado de amenaza r nada me­ este pais de tan ho rrible plaga» . nos que a un prestigioso militar con grandes in fluenc ias en Desde la Puente de Don Gonza lo, la inmediata salida los cí rculos sociales y oficiales de Córdoba, Sev ill a o Ma­ de fuerzas -no obstante, lo tenebroso de la noche y cont i­ drid, y hace ndado pcrteneciente a relevante familia de la nuas lI uvias- basta Castillo Anzur, vados del Genil Y otros localidad. puntos «sospechosos», y que el comandan te general Anto­ Por la especifica personalidad del amenazado", no es nio Va lderrama habia puesto en alerta a la Capitanía Gene­ verosim il que la coacción pec uniaria del entonces te mido ral de Sevi ll a. fo rajido José Maria El Temprallilla al mili tar retirado Al concluir las diligencias y autos testimoniales de la montillano -a quien el alumnado de la Academia de Guar­ vicisitud acaecida (3 1-[1]), el corregidor de Monti lla hacía dias Marinas de San Fernando aludia con el irónico apodo

'· Op.

constar que mientras no se adoptasen por todos los pueblos bres honrados (... )>>, hasta dos o tres días después de con­ de la provincia medidas genera les y eficaces para perseguir clu ido el mercado ganadero, lo cual fu e transmitido a las a los bandidos y contenerles en sus depravados crímenes, policías de Aguil ar, Espejo, Castro y Bujalance. impunemente se burlarían del ce lo más activo de las au tori­ Sin embargo, aunque los regidores montillanos habían dades; y que en críticos momentos, con el consiguiente atra­ detenninado cubrir con los guardas del campo durante las so, no podian emplear otros medios que las salidas de los fechas indicadas de la feri a los dos puntos de camino de Volunlarios, por lo cual sugería una batida general a la mis­ Montilla a Córdoba, por la Fuente Nueva y ha cia ma hora, al igual que otra anterior ordenada ( 1826) por el Montemuyor, argumentando el apurado estado de fondos, Intendente Provincial de Policía. como para no poder cumplir obligaciones imprescind ibles - Asimismo reseñaba -respecto a la presunción del Vo ­ pago de la co rrespondencia de ofi cio, suministro a los pre­ "mlario Antonio Carmona acerca de «( ... ) que los malhe­ sos indige ntes, y los salarios a empleados, etc.-, acordaron chores llevaban retenido a D. Luis Jurado, hacendado y Vo­ en cabildo del 8-VI, no movilizar a los Voluntarios de la IUlltario Realista de Ca ballería, y a quien habían sustraido localidad hasta contar con veraces noticias de que los mal­ referida cabalgadura»- que, sobre las I O, a pesar de la oscu­ hec hores se adentrasen en el término municipal" . ridad de la noche e incesante lluvia, lograron que sali ese Aquel mismo dia (VI-1832) la pol icía de Cabra dio «( ... ) otra partida compuesta de 50 Voluntarios de In fantería orden a sus Voluntarios Realistas para que saliesen en per­ y 15 de Cabal leria con los guardas de campo, a las órdenes secución de los ma lhechores protegiendo el tránsi to de via­ del capitán Francisco Solano AIjona» hacia el mo lino de jeros hac ia CórdobaJ' . Alvear, y en tránsito por la vereda de Rio/río, ll egaron hasta Un nuevo av istami enlO se produjo el 17-VI. El co­ el molino del Sotollón en Agu il ar, hasta «( ... ) toca r en los mandante de los «Escopeteros y Timdores» de Córdoba cOl1ijos de las Navas y aldea de Zapateros» (hoy Moril es)'" había localizado a los cuadrilleros. Un oficio urgen te reci ­ A las 8 de la noche hab ían regresado las dos pri meras bido en igual fecha, informabaJ': patrullas sin más noticias que la marcha los sa lteadores, so­ «A las di ez de esle dia e pegado con la cuadriya de lose bre las II de la noche del 29, de uno de los cortijos de las Maria Hinojosa. Se gobierna de catorce de a caba tlo i tes boi Navas en que al parecer éstos comieron y descansaron; y la siguiendo por la huerta del Carri t, lónni no de Monlilla, su di­ rección como para Aguilar o Monl urq', de lo q' le doi a usted de que el caba llo del cura Pérez se hallaba en otro de los parle para si es posibl e se prcbcnga a la aUloridad de Ag il ar citados cortijos «( ... ) que labra el señor marqués de Campo con la fuerla annada que sea posible con ta dirección para de Aras». Monturque. Huena de t Carri l, como a tas doce y media (... )los. El subdelegado de La Ca rlota dio orden a la poli cía de det Rosa l [Finnado y rubricado]» . Fernán-Núñez (29-IV- 1832) de la búsqueda y captura de Al rec ibi r la noticia el corregidor de Montilla -«( ... ) Manuel Pinedo, de 28 años, de su mujer de 60 años, Maria con alguna antelación por medio de dos sirvientes'delmoli­ Moyano; de Isabel de Dios, de 35, vec inos de Badolatosa; no de Alvear (.. .) >> - despachó (pro pio a la li gera para el al­ de Pedro Sanz, natural de Humanes; de Narcisa Aranzana y ca ide mayor de Aguilar con objeto de que la persecución de cinco gitanos más . Y a la vez informaba (8-V), que la sea más ex tensa... » y dispuso «( ... ) con todas a brevedad iglesia de Canete de las Torres había sido expoliada de al­ salga una partida de tre inta Vo luntarios de Infanteria y la gunos objetos de pl ata en la noche del 27 último". tercera parte pueda reunirse de Caba ll ería con dirección al Una vez más, la policía de Aguil ar conoció -por un molino del 501011011 y demás puntos conve nientes a evitar la parte del guarda de los pastos de la Dehesa de potros de retirada de los sa lteadores. A las dos de la tarde el guarda de Riofrio- y daba av iso ( IO-V- 1832) de l paso, a las tres de la campo Francisco de Borja Ramírez llevó la misiva hasta tarde, de tres hombres a caballo con escopetas, por cuyas Aguilar con copia del anterior oficio de Rosa l. señas denotaban ser bandidos, qu e posiblemente se diri gian La subdelegación de policía de Córdoba acusó recibo hacia «l. .. ) la sierra de esa ciudad»". del comunIcado de1 2Uace rca de tas medIdas acordadas para En oficio desde Estepa (6-VI- 1832), «el comandante impedir la reti rada «(.. .)a la gavi lla capitaneada por José M' general de las partidas de persecución de malhechores de Hinojosa (. .. )>> , según habia decidido el oficial de los Córdobm>, Antonio Valderrama, con residencia en Lucena, Escopeteros de Córdoba, en cuya opinión la persiguió «( ... ) -a l cual habi an de dirigirse, según la Capitanía General en a poco más de media legua». oficio ( l l-IV), contestando el cursado en marzo an terior­ ¿Estaria en lo cierto el jefe de los Escopeleros de Cór• ordenaba al cabildo montillano que por la prox imidad de la doba' lógicamente en co nta cto direc to con los campesinos feria de la cap ital pusiera en acción UD a partida de Vo lunta­ habitantes de aq uellos caseríos comarcanos, respecto a la rios Realistas -de «( ... ) a lo menos 20 ( .. .) ,0 bien de hOI11-

~ N o hll sido posible localizar el respectivo expediente ¡nstmido por el co rreg idor, acerca de tal suceso. ~)A. Municipnl Fcmán-Núñcz, Seco 8. lego 3. ~A. M. M., teg. 1014-B. c. 4. " tb. leg. 10 14-B. C. 9. lOA. Municipal Cabra. Recogido po r Santos Torres al fina l de la nOIl1 17, Op. dI. pp. 83-84. " A. M. M .• teg. tOI4-B. c. 9. ~ oS ------23 REVISTA DE ESTUD IOS DE CIENCIAS SOCIALES y II L1MANIDADES DE CÓRDOOA. auténtica identificación y reconocimiento de la persona del Huellas de reincidente destino Tempranilla cabalgando al frente de los suyos? Si tenemOS en cuenta el sentido de lo expresado en el documento de Entrecruzada con aciagos acontecimi entos po líticos y fecha posterior, reproducido a continuación, no parece lo bél icos, como las jornadas protagonizadas en el casco urbano más atinado, sino sólo en cuanto a que ciertamente era la de Montilla por las tropas al mando de los generales carlistas mi sma cuadri ll a, perseguida y escabullida, que poco tiempO Gómez y Cabrera (X- 1836), y la refri ega del ejérc ito del ge­ an tes el conocido bandolero encabezara, pues del parte se neral Van-Halen fren te a la milicia de la Juma Revaluciona­ infiere que los foraj idos Germán y Caballero, llegados a ria junto al arroyo de Cantarranas (VU-1843)14, la agresiva descansar el primero de juli o en tierras de Caslilla Anzur, hue ll a del bandolerismo continuará marcando intennitente­ transitaron hasta aquellos contornos por di stinta zona de mente el decurso bistórico paisano. Aguil ar y Montilla; de no haber ocurrido as i la policía de Por circular del jefe poli tico de la provincia ( 14-1-1844) Aguilar hubiera tenido anterior noticia de Gennán y Caba­ se prohibía el uso para el transporte por lo s llamados ll ero a través de la de Monti ll a. «turbieros» de caba llos y yeguas bajo pena de 500 rea les, Entre tanto, en otro oficio (26-VI), el Teniente Coro­ debiéndolo hacer en mulas o asnos (con lo que se retardaba la nel Valderrama desde Estepa, solicitaba urgente relación rápida huida posib le en caso de cargas de contrabando); igual «( ... ) de las personas, haciendas, y rancherías ( ... )>> , sobre multa si los viajeros llevasen escopetas sin Iicencía; y san­ la cuales hubiese fundadas sospechas de in teligencia con ción con 1.000 reales a los arrendadores y capataces de ha­ los malhechores, y posibles nombres de los «( ... ) ladrones, ciendas y caseríos rura les que violentados por ladrones die­ gavill a a que pertenecen y nombres de los que cap i­ ran a estos acogida o cobijo; instando al vecindario a dar cuenta tanean». irunediata a las autoridades de cualquier robo, atrope ll o o cri­ Un avi so del ayuntamiento de Aguilar (2-VII) -recibi­ men, bajo igual condena. También se estableció al respecto do a las once de la mañana de dicho dia- comunicabal2: «( ... ) una partida provisional con algunas fuerzas del ejérci­ «Ayer tarde se presentaro n en Casti ll o Anzur, junto a to» a las órdenes del diputado provincial Diego Lorenzo de la los cort ij os de l Sr. Duque de Med inaeeli, las gavi ll as de los Secada. facinerosos German y Caba ll ero, reuni das en número de 22 El día 21 siguiente el comandante de annas loca l Mi­ hombres a ca ballo y después de haber estado desca nsando hasta guel Núiiez de Prado transmi tía al alcalde de Montilla infor­ el anochecer salieron en dos di recciones como hac ia la campi· mación del superior provincial acerca de «( .. .) los escandal o­ I1n. Ignoro que hayan pasado y antes me inclino a crecrpcrma· sos excesos y violencias comet idas porel fac ineroso Navarro nezean por aquellos sitio s, pu es siendo su int enci ón hacer una con su parti da», tomando medidas para su búsqueda y captu­ correría por los c:lmi nos de la capital me apres uro a dar a V. la ra en bat ida general de cinco días a pa ltir del 23 , avisando noticia para si atraviesan como acost umbran esa sierra corran prontameme a refuerzos montados y de a pie de la Milicia la voz evi tando una so rpre sa y se les persiga en loda s direccio· Nacional. La Capitanía General mandó reunir «( ... ) la tota li - BCS ( ... ), convcndrá que se siga av isa ndo a Feman·N úiiez y l a dad de la compañia de escopeteros diseminada ( .. .) >> al man- Rambla porq ue yo lo hago en el mome nto a los demás pueb los do del capitán graduado Manuel Govantes, en combinac ión inmediatos. José Vela Cedrón [F irm ado y rubricado]» . con el coronel Momoy y la Caball ería. Las pol icías de Fernán-Nútlez, La Rambla -ésta dan­ El alca lde de Femán-Núñez comunicaba al de Monti lla do cuenta a la subdelegación de La Carlota- y la de Castro - el mismo 23 , que, sobre las siete de la mañana, la partida de que la dio a Baena- acusaron recibo con igua l fec ha. bandoleros qu e causaba estragos en la provincia, al parecer El de legado de policía de Castro del Río denunció (6- compuesta de 25 o 30 hombres, habia aparecido por el cOlti­ X-1 832) el robo en el sitio nomb rado de Salo del Cambrón jo de Las Ordenes, que labraba el vecino José M' Espinosa, a por n·es hom bres arnlados y a pie al cosario de Córdoba, qu ien -se decia-impusieron el pago de 15.000 reales. Y des­ Antonio Zurita, llevándose los agreso res entre otros efectos pués de dejarse ver en tierras del «( .. .) cortij o nuevo, a las dos paquetes de seda negra liados en dos pañuelos que com­ márgenes del río Guadalposillo ( ... )>>, marchó en dirección al ponen 1.550 madejas (29 o 20 libras), cuyas sellas expresa­ cortijo de Rui-Díaz, de La Rambla. ba al marge n'J. El Bolet ín Ofi cial de la Provincia (24-I), publicaba Real El alcalde de Monti ll a Juan Benitez -cabildo 8-1-1836- Orden con medidas sobre «( ... ) vagos, ma leantes, sin oficio lamentaba la continuidad en el ténnino municipal y de los ni ocupación(. Aludiendo a otra muy anterior (20-V-1 833), pueblos cercanos de los robos achacados al forajido Anto­ se premiaba con 320 rea les de los fondos de Correos «( ... ) nio Diaz, alias elllenegada. Y ante el grave perjuicio del todo aprehensor o descubrido r de ladrones ( .. .)>> de mencio­ vecindario y de los hacendados, que abandonaban por ello nados fondos. El jefe político provincial se quejaba de los sus hac iendas y prop iedades, alegando la imposibi lidad de alca ldes -«( ... ) escandalizado de los hechos acaecidos desde imp oner más arb itrios y lo exhausto del cauda l de Propios, mi ausenc ia de la campiña( -, conminando a la fi.nneza ejecu­ acordaron que el gobierno civil resolviese al efecto. tiva con consejos de guerra «( ... ) a las dos horas de las sen­ tencias ( ... )), y con castigos y multas a conspiradores, ladro-

·"lb. lb. " lb.leg. IOt4-B. c. J. " MORTE MOLlNA, J., op. cit., pp. 43-46. 24 ~~QS------IU'VlSTA DE lSTUD\OS DE CIENCIAS <;()('¡AL(S y 1i1J)W/10AOa DE cOROORA

nes O facciones, y a los encargados de las fincas que omitie­ sen urgente aviso de fechorías. El capitán Rafael León, del pri mer escuadrón de Ca­ ballería, infon11ó a la alcaldía de Monti ll a que, a la cuatro de la mañana del 28 -1 , emprendía seguidamente, con 26 ji­ netes, ca mino hacia Espejo. Al día siguiente se comunicaba que el alférez Mariano Martí, en la madrugada anterior, con catorce de a caba ll o, iba a unirse a la tropa de la Milicia Nacional, as i como: «(oO.) sólo oncc ho mbres TUvieron la osadía de desafiar a la expresada partida del ejército al paso del río Gllada/posillo (oO.) y el jefe sorprendido o engañado, creyendo ser mayor el número de bandidos no se resolvió a alcanzarlos re trocediendo a Espejo». Un testimonio municipal (13-XU- 1844), en referen­ cia a circular gubernativa, consignaba las fechorías en la Cruz del molino del Ca rril, rememorando un crimen campiña dc Córdoba de «( oO .) una cuadrilla de ma lhechores del bandoleri smo (1840). fOm1ada con los restos de la que en otro tiempo capitaneaba Navarro ( ... ), cuyos indi viduos al saber la pri sión y castigo se presentaron en el molino del Carril tres hombres a caba­ de su antiguo jefe, temerosos de sufrir igual merecida pena, llo con dobles annas, y que dedujo por su apariencia sería han sa lido de sus guaridas esparciendo el terror, la conster­ Capanvta acompañado de dos secuaces. nación y alarma de viajeros, hacendados y labradores». Un oficio de Córdoba del 27 siguiente, referia como Dili ge ncias del7 y I3 -[V, reseñan: «( ... ) lajnsticia eje­ el 18 por la tarde habia pasado por la casería del Marqués cutada en Lucena en la persona de l fac ineroso Cristóbal de la Garantía, hacia el predio de La Esperanza, ténn ino de Navarro»; la persecución dirig ida contra el conocido por Cabra, Caparro/a con dos más sobre caballos negros, lle­ Caparro/a, por el término de , y su aten tado vando uno de ell os una muj er a la grupa, cam ino de a un hacendado de Castro del Río, retenido durante 16 días Monturque, y por el vado de Castro del Río a nueve hom­ hasta el cobro del rescate, y el paso de dos hombres a caba­ bres a caballo como procedentes de Lucena dirig iéndose «a llo pertenecien tes a la cuad rí lla de éste úl timo por un cOltij o las cumbres». de Fernán-Núñez propiedad de Juan José Osuna, veci no de Puesto que sobre detenninadas circunstancias biográ­ Nueva Carteya, y dura nte los dí as 7 al lOen caseri a de fica s de renombrados bandoleros -como El Tempranillo y Va /de/ornar. Capan'ola- queda aún a la investigación procurar precisar­ El alca lde de Espejo, Manuel Barrón transmi tía al de las, en el caso del sanguinario fo rajido con título nobiliario Montilla (15-V- 1845) la noticia recibida desde Castro del y envuelto asi mismo en legendaria nebulosa", hemos de Río afinn ando que Caparrota había pasado sobre las cinco advertir con ponderado sen tido historiográfico, la co nside­ de la mañana por ti erras del cortijo de Las Virgenes, de rable discrepancia entre las fech as de las referencias que Baena. La Guardia Civil registró los cortijos de Gamoseosa, preceden, consignadas en la documentación sobre Caparrola Villaviciosa, Fonta.meras, Madradillo, Los Mezqu itales y -a las cuales nos rem iti mos-, y la conocida del día de su puntos cercanos, pero recabó la ayuda de los vecinos ar­ aj usticiamiento en Sevilla (20-Ill-1845). mados para cubrir el paso por los vados del Río Guadajoz . La infonnación policial recibida en Montil la acerca Según lista al respecto (17 -V- 18 45) las autoridades de las batidas de su misma po li cía y de la zo na -Ecija, La de Monti lla habían rea lizado un recuento de ciento cuatro Carlota, Fern án-Núilez o Castro del Río- encaja en realidad, caba llerías disponibles por el vecindario para casos de emer­ aunque no respecto a la acción directa del Caparl'ota en gencia po licial en el campo. delitos atribuidos a su cuadrill a después de ta l fech a, si no a El teniente de alca lde de Montilla, Agustin de Alvear las perpetradas por gente que antes perteneciera a su ya Castilla, daba cuenta e[ mismo dia de haber tenido sobre las descabezada facción, y sobre todo al eco popular de horri­ .nlttnn:1M.:\n tAn'U\.'V' n.n"tnnltT\\' "'fU\:' l!ll l'o.. : U lit; IU la! IJb U\~lfl l>uü..l'd .::t U palrUlnl u1:: ü1JCt:: pal ~a Il O:' a J"Js. ,r.:c l rninn l ~ ~V' .""\sI caballo y cuatro de a pi e por los vados del Glladajoz y ti e­ las autoridades de Ecija y el subdelegado del di strito de La mIs de Las Arcas, La Reina y Santa Cruz, permaneciendo Carl ota, más próximos a la capi tal hispalense, todavia igno­ hasta las seis de la mailana; tras descansar en La Reina, re­ rasen el consejo de guerra y la ejecución de la sentencia de corrieron, sobre las diez, los cortij os de Retosa, A Icaparro y muerte del perseguido bandolero. Mirabuenos, habiendo regresado a la población sobre la s El gobern ado r de Córdoba Cavestany dispuso (17-VI) ocho de la tarde por tierras del Tejadillo, Dos Hermanas y el desplazamiento a Doña Menda durante un tiempo de E/ Carrascal, aunque sin noticia alguna de ma lhechores. Manuel Arévalo, comisari o de seguridad del 2' di strilo, y, El hacendado de Cabra, Joaquín Serratosa, infom1ó al con la Guardia Civi l bajo su mando, tomase la debida res­ alcalde de Montilla, Sa las Espejo -quien en 1840 había de­ ponsabilidad de protección policial. También reclamaba el nunciado daños infringi dos por el Navarro, pidiendo posi­ envío, solicitado (4-VI) de la relación de los guardas de cam­ bl e indemnización- que sobre [a una del día del 24 sigu iente po, capataces, aperadores y caseros de los cortijos de la de­ J6 marcación •

~Miguc l ito Vi ll egas Pon lcvedra. Caparro/a. hijo del ma rqués de Casa· Vaq uera. cap ru rado '1 ejecutado íI horcn en Sev illa. A. M. M.. leg. 11 45-8. C. 1. hJBlllÜS 25 REVISTA DE ESTUDIOS DE CIENCIAS SOCIALES '1' HUMANIOADES DE CÓRDOBA

Entre la numerosa nómina de delicuentes castigadoS impresionante atractivo legendario, cuyo afortunado trans­ en tiempos del gobernador civil Zugasti, hubo algunos de curso de rehabilitación personal, debido a háb il estratage­ Montilla en la banda del lucentino Animero, autores de mu­ ma militari sta, concluyó en propia víctima de implacable chas rapiñas y saqueos, quienes propagaron el pánico en la fata lidad, pero encuadrando estelar figura del protagonista localidad y comarca. Relata Zugasti, el asesinato del paisano Faustino Za­ fra tras de haberle robado; substracciones a los vecinos José Muñoz, Eduardo Baena, Francisco Molina, Juan Gari y José Sánchez; hurtos -algunos de ellos, uti lizando ganzúas- y asaltos y rapiñas en los molinos aceiteros del Carril y Las MOIyas en el campo; de Joaquin Madrid y Manuel Hidalgo, en el casco urbano, y en las viviendas de Francisco Cid Lucena , Francisco Sánchez, José Gálvez, Juana Trapero, José Gavio y Mira, Antonio Alcántara Figueroa; Juan Antonio Requena, al cual maltrataron cruelmente junto a su esposa , llevándose cuanto dinero y alhajas tenian; al procurador José Sánchez Gonzá lez y al presbítero Nicolás Tejada; y caballe­ rias a Francisco Sánchez y Francisco Solano RiobóoJ'. El semanario monti llano La Razón de l 24 de julio de Camarilla alt a de la hacienda y malino Buenavista -a poca di stancia 1896 insertaba la siguiente noticia: «Afinnan personas que de Alameda (Malaga)- desde cuyo ventanuco dispararon de muerte dicen haberlos visto, que merodean por el téml ino de Aguilar a José M I! Hinojosa, entonces comandante del Escuadrón en sus confines con el de una partida de bandi­ ocupado en reprim ir el bandolerismo. dos compuesta de unos ocho hombres a caballo entre los que se dice va el célebre Marcelino de Monturque , compa­ li terario de original convencionalismo que en cualquier dre de l terrible Lorda, hoy recluso en el penal mayor de amb ien te social emana patéticos sentimi entos. Ceuta. La Guardía Civil les sigue la pista». A los viajeros internacionales por Anda lucía les inte­ Si bien, la creación de la Guardia Civil y la implanta­ resó vivamente curiosear aquel brote de exagerado sensa­ ción del fe rrocarril remediaron y aminoraron en gran medi­ cionalismo, de imaginativo aderezo para la enjund ia narra­ da el bandolerismo en Anda lucia, hemos de tener presentes ti va, y con fascinante deleite comprobarlo. las palabras que el combativo gobernador de Córdoba dejó Asi lo experimentaron qu ienes se preciaban de haber escritas acerca de su ex terminio: «No se acabará como es si do testigos de un claro acercamiento al esbozo biográ fico difici l abolir el mundo de li ctivo mientras hayan menesterosos del José Maria Hinojosa , el intrépido capitán de cuadrille­ y ambiciones perversas»)'. ros más dist inguido del pintoresco tapiz del bandolerismo A primero de mayo de 19 13, tres jornaleros lograron anda luz , admirado superhombre de l fie l compromiso reducir y apresar en el lagar de Santa Rosalia, en la Sierra rehab ilitador hasta exterminar la continua violac ión de la de Montill a, al peligroso y afamado Tomajón". cívica lega lidad. La validez his to riográfica de los precedentes testimo­ El Tempranillo y su leyenda en Montilla nios documentales ante las conocidas versiones acerca de tan romancesca vicisitud, y análisis del paso y estancia del La literatura romántica y la novelística popular inmor­ Tempranilla por el territorio oriental de Montilla y parte de talizaron la figura del Rey de Sierra Morella , adaptándola a los términos limítrofes de la comarca campiñesa -con las la heroica imagen gestada para histórica representac ión de debidas reservas respecto a otras posibles argumentaciones una amplia epoca en que sus contemporáneos inten ta ron venidersas- ll eva ahora a la dilucidación de lo verdadera­ resignar su aciago destino, de dificultosa subsistencia arras­ mente protagonizado por el admirable fac ineroso arrepenti­ trada entre morbideces, conflictos bélicos, penalidades y do, y hero icamente catapultado a la celebridad. miserias, difundiendo propicio modo de di simular amargu­ Las supuestas esquelas autógrafas -la conservada en ras y desesperanzas mediante efusiones de apasionantes efec­ el expediente de Montilla re lativo al Tempranilla -por in­ tos. édita y perdurada- junto a la también atribuida carta de su Asi surgió la popular glorificación de aquel joven sal­ puño y letra que al parecer dirigió al hacendado D. Antonio teador de caminos y haciendas, que por su humilde condi ­ Vi lI alón (de supuesta fecha entre 183 J Y 1832) -reproduci­ ción, natural talante ge neroso, y atribuido afán justiciero, da por Santos Torres, por gentileza de su actual poseedor, resu ltaba idóneo intérprete de enaltecidos episodios con D.lgnacio Sánchez de Ibargüen,- pasan de ser algo anecdó-

"Op. cil .. Vol. 111, p. 390. " lb .. p. 21. HA.M.M., Act. cap. 26

JI,..Aó _,O ..,.l.:' ; V/." _ /_,:....~ '.o-r ";',J;. ./_..4 .. ;r.;...I'.e.. "/~ , .. ,.,., ~ . .... ~ ... e/II.,.." .... ~./.._ ,?.ot ~~..l /~t'A/,"'''' / .....,...,... """ &, .... ~ ....._~ ..:.¿~ H ",/¡,:-.r. f.é. ?c .P~A.. ; _ ..-, ?~r..f..c..,./ a/_"j , .... "~ ' )A)' _ . ~. v) 1--"< ""..r- k,..~ n:'",.,'?";,1.. ;>""""- h .-M. -~ .;...,..).. ,,~.. ..;t'-j'~:Y' --nI' .... ~"..~*" ... ~ ;), A"".-...: (f'rI ..r/'Jt'¿,/'/,;b"¿ ,.,~ -"" ñ-.:'...... /, ;>... ,;-., .; ,r"V~~ )L ~~./' 6#f ~.. ..,.,.;:l., /..,~., .. / _,:,_ .r'" ~.. ?,;Á# .Al.!'...... ~• ..,..... )... ñ)... ~ ... ~ ~ ...... ,:... ("., ,.,~ -. -, .... ~_ ,.., ""_.... ?,...... ?u_nr. ~~/_.; ~..-n ---.,..,., /., i~ .,...,,.,61\ ,,) ?< JI __ ;"'.,I' :>_4?~ - oJ"""C", "?,:' .. .:4...... ,...... ,~ ;p_ :J-", H' )p;"_ )_,C' , .. r.¡ ),;,(, ~ O~ ";O,,,,'" ~ .. .,....,.""" "'" (,"; . ~~ •...;..#~;.-r~ %r/ ~ "6V "'-,1'.-<,.7 :<....,¿.., ")./a~. ¿¡r~,Í1~,")~ .; .... ~ L2 /~ n I ... , /.< ?, 7- <"_,:'J p_ ...... ;y. ?T"'~" JI). r .. ,;).... )... j~ y, I~ ).-t 4-¡,ti.

;/~. j" ~ .... 2 ~...!' .. . ,n,...... ), ..... / .. -, ~ _ ~:..,;_ ~ú...,...... 4 _ ).:...... tico y curioso a confirmar la certidumbre de reprobables tales in strumentacion es notariales en anti guos tiempos, como acciones de aquellos que al decir popu lar se «echaban al en algunos casos más contemporáneos, coinc iden en que la campo» por algú n percance perso nal, aunque genera Imen te mera acreditación por el actuario de que el declarante «no afrontando por su cuen ta la inacabable inj usti cia soci al y las sa be fi rmam, en más de una ocasión ha resp ondido a otras sempi te rnas actitudes y procederes inhumanos. ci rcunstancias co mprobadas, ajenas al impedi mento de se r Sin entrar en in terpretaciones grafológicas de índole analfa beto. idiosincrática, detenninantes del genuino modo de ser, de Repárese, po r ell o, en la critica situación del ma lheri­ las cuales puedan deducirse el brusco arbitrio temperamen­ do José Maria Hinojosa, en la presencia del notario en las ta l de su auto r, ambos documentos si n embargo difieren más adversas condiciones de exte nu ación, y de extremo cui­ obviamente, sobre todo como pergeiiados con di stin tos dado por quienes le atend ieron en su postrera hora tratando matices psicológicos, no pareciendo escritos por la misma de evita rl e mortal desangram iento, lógicamente sin ánimo persona. ni ca pac idad alguna para tomar la pl uma e incluso para es­ Al margen de las omi siones de letras e incorrecciones bozar un parlamento re fl ejado en el pape l. No hubiera sido ortográficas propi as de la escasa instrucción primaria, entre la primera vez en que un notario fOlmaliza una escritura de las que ademas hay llamativa dispari dad en ellas, la redac­ última volu nta d en estado prcagóni co, según la contra íd a ción de la carta al «SOl: DJ7. Antonio Villaló/J» , apa rt e de habi lidad qu e suele dispensar el profesional ismo a ul tranza, vislumbrar en el amanuense aspectos de alguna menos ru­ yen el presente caso con la considerable presunción acerca deza que en la nota, sus más notorias disim il itudes estri ban de que generalmente a la torpeza campesi na en aq uel tiem­ en que la «D» mayúscula del enunciado difiere mucho de la po no le cuadraba saber leer ni escribi r. plasmada en la nota a «D.n Migel al vean" que re pi te igual­ mente escribiendo «D.n lorenso»; en el uso de la letra «1m ••• en la ca rta en tanto que no apa rece en la esquela; y sobre todo en que en la primera está suscrita sólo con el nombre La pro bable ce rteza de la presencia del Tempranilla de «José María !nojos{/)) -con falta de la «H» al apell ido, y casi a fi nales de junio de 1832 en tie rras de Mo nti lla y de careciendo de rúbrica-, y la esquel a de Mon ti lla está fi rma­ Castillo Anzur reve rdece el dilema de la contro venida da por «Jase/Maria», seguida de corta y desgarbada rú bri­ da tac ión de l indulto y respalda la opinión de Bernaldo de ca, del usual garabato aunque en senti do de enma rafiada «H». Quirós asegurando que fue «entre marzo y agosto de 1832», El hecho de haber escrito (

" Op. cil. . pp. 7t , 74. 79-80, 88. 9 t, 99- tOO. t03. tOS y 134-135 . ~ I Ma" "111 pa,.a yjajeros por Al/da/licia)' Icelores e ll casa, Ed . Tumcr. Madrid. 1980. pp. 179· 180. 27 REVISTA DE ESTUDI OS DE CIENCIAS SOCIALES \' II UMAh'TDAOCS DE CÓRDOBA

tiempo de haber acaec id o, el autor inglés comunicaba el in­ María Hinojosa y su abom inable gavi lla de fa cinerosos(, este dul to de José M' Hinojosa y de otros de su partida. di ctaminado (17-VlU- 1832) por el Fiscal Entrambasaguas, Sin profundizar en cada uno de los casos de presunta con la indicación: (La Sala, sin embargo, acordará lo más tergiversación de los documentos del Arc hi vo Municipal de acertado». Por tal condicionante pronunciamiento, no re­ Femán-Núñez aludidos por F.Hernández Girbal en su men ­ sulta nada extraño que uno de los fiscales actuara -con fe­ cionado libro acerca de la pertenencia a 1831 o 1832, aun­ cha anterior- a tenor de conocer ya la concesión del indulto, que éste en la posibil idad de que equivocase su ci ta de pro­ y el otro -con fecha posteri or- actuando consecuentemente, cedencia de Feman-Núñez por la de Agui lar, y a pesar de la sin mencionarla pero sin tampoco ignorarla. expresada desconfianza de Santos Torres respecto al falsea­ ¿Dónde, pues podria hallarse entre tanto José María mi ento por Hern ández Girbal de la fec ha del ofi cio de Hinojosa, incluso pueda objetarse la proximidad entre e126- Aguil ar -relativo a la estancia en Clls/illo Anzur de (las ga­ VI- 1832, en que fue localizado todavía no lejos de la Huer­ vill as de los facinerosos Gennán y Caballero(- al menos el ta del Ca rril por la zona baja de la Sierra de Montilla, y el oficio de la poli cía de Agui lar diri gido a la de Montilla, re­ 2-VII sigu iente? ¿Integrado aún en la cuadrilla del Lero, o producido por Santos Torres como de ju li o de 1831, corres­ la autoridad de quién parti ó la noti cia omitió inconsciente­ ponde sin duda, y queda probado, al año 1832. mente su nombre, después de haberse dado muchas órdenes Por tanto, a la vista de los documentos reseñados -de gubernativas y tantos más avisos de alerta sobre su especial en tre los días 7 y 31-111, entre los que constan los del 29 del persona apareciendo en distintos lugares andaluces, o esta­ mismo mes, fec ha del chantaje de Jo sé María Hinojosa al ri a a punto de ser o habría ya abandonado la jefatura bando­ montillano Alvear, y del I O- V Y26 -VI, Ye n éste último día, lera? perseguida de cerca la cuadrilla del Temprllnillo por eljeJe Nos incl inamos má s por esto últi mo, ya que el expe­ escape/ero de Córdoba, asi como los de l 2-VII incl usives­ diente quedó sobreseído por la mi sma razón el 13-VIJI in­ resulta inaceptabl e la aseve ración fo rmulada por Sa ntos mediato posterior, segú n procedi ó el Fiscal Aguilar. Mucho Torres: «S in que en el año 1832 se registre un sólo docu­ más si, como Santos Torres se rj ala, se dio la sigui ente cir­ men to que demuestre algu na ac tividad por parte del bandi­ cunstancia de enmiend a: «La fecha 25 de junio [de diligen­ do «José María» y su partida». cia en el ex pediente suscrita por Martinez haciéndose cargo A mayor abundamiento de revisión de la fecha del re­ de la del Fiscal del Crimen] puesta en la diligencia de recep­ ferido ofic io de Aguilar ll egado a Fernún-Núñez, consu lta­ ción de los Autos es tá tach ada en relac ión al mes; se ha do por Hernandez Girbal, y al parecer después por Santos puesto Julio y se ha corregido sin tacha!." Junio». Torres, nuestro intento de proceder a ell a en el arch ivo de Fernán-Núñez, ha resultado baldio, al no aparecer ahora entre * * * los legajos de Co rres pondencia Oficial que comprenden los años 1830-1 832 (Sec. 8, leg. 3) y 1832 -1 835 Y 183 7-1 838 De entre los signi ficados extranjeros de viaje por Es­ (Sec. 8, leg. 4). paña en aqu ella época marcada de pintoresqui smo y Cabe por ello form ularse otra interrogante esenc ial si folklorismo, es al noveli sta y cuentista francés Próspero hemos de dar credibilidad a lo afi nnado por el jefe mi li cia­ Mérimée (Paris, 1803 -Ca nn es, 1870) a qui en más se debe no Rosa l, como parece cieno connotando la fecha de obser­ la div ulgación de noticias y datos personales acerca del vación del 26-VI y la del 2-VII -sin que conste ya el no mbre «procolype dl.l héros de grand ChemÚl) (prototipo de los de Hinojosa en el parie de la policia de Aguil ar relativo al héroes del cam ino rea l). avistamiento de las cuadrillas de Ge rman y de Caba llero­ Viajó por España en 1830, 1840, 1845, 1846, 1853 con las otras fechas sucesivas del expediente sobre el Me­ (año del matrimonio de Napo león 111 con Eugeni a de morial originado po r la oferta desde Puente Geni l, iniciado Montij o), 1859y 1863 . eI5-V-1832, para acabar con el Tempranilla; la de I1 2-VI­ Próspero Méri mée -contemporáneo de Balzac (1799), en que fue informado en la Sala de l Cr imen de la Real Chan­ Victor Hugo (1802), Dumas (1802) , George Sand(\804) ... - cillería de Granada- y la del 9-VII siguiente -de /I·as/ado fue amigo y anfitrión de Estébanez Calderón en cuya casa para di ctamen al Fiscal de lo Criminal, qui en lo di ligencia trató a Juan Valera y a otros contertulios españoles. Tuvo el 13- Vil, precisa ndo:«( ... ) haber va riado las circunstan ­ asi mismo intima ami stad, y de ahí la di ve rsa corresponden­ cias, según la notoriedad de estar indultado el reo a cuya cia epistolar con la condesa de Mootijo y sus hijas, Paca captura se ofrece»- . Sin que obste, por consigui ente, que (futura Duquesa de Al ba) y Eugeni a (futura Emperatriz de haya otro expedi ente en la Rea l Chancilleria relati vo «a Jase los franceses), y a través de ésta, conoció a la montillana

¿¡ Bri gadier de la Annada. tras de haber intervenido en las com isiones para fij ar limites en los terri1orios sudamericanos litigados entre España y Portuga l, y hcnnn~o de l ya mencio nado Miguel. Progenitor de numerosa descendencia, procede de su primer matrimonio, Marcelo de Alvcart presidente de la República Argc n ~lna (1922· 1928). Casado en Londres, ~ n segundas nupcias, sus hijas Sab in a y Cande laria de Alvear y Ward, intimas de la Co ndesa de Mont ij o y de su hija EugcllIu, son .reco rd ~d as en ~a ~orres pon .dencla mllntenida por la empe ratriz .de Franci a co n su propi a madre. A la muerte de Diego de Alvcar, Mérim ee ex presó su co~do l e n c l a al hiJO homo nl mo y .mugo, entonces es tu diante en Paris. Vid . ALV EAR y WA.RD, S., Historia de D. Diego de Alvem: .. Madrid, 1891 ; Cfr. RAMIREZ DE ARE LLANO, R.. Op. cil. pp.JO·l2. 28 RtVISTA oc rsruOlos oc CIENetAS SOCIALES y lIW.tAr.10IlDES DE CÓROOOA fam ilia Alvear, y la de Diego de Alvear y Ponce de León fisonomía abier-Ia y ri sueña, di enles blancos como perlas (1749- 1830)" . y unos ojos extraordina riamenle expresi vos. Viste habitual­ Sus Viajes a Esparla" -siete en IOta l- compendian las mente de majo, de grandísi ma riqueza»,Y más adelante, numerosas Lel/res -cartas- dirigidas a sus amigos y cono­ con mucha imaginación de hombre culto: «Sus padres le cidos: Del primer viaje ( 1830) las remitidas a Victor Hugo tenian destinado para la Iglesia, y estudiaba teologia en la (6 julio), a Sophie Durancel, al Barón de MaI'eite, y a Hellly Universidad de Granada (... »). Después prosigue con algu­ Beyle (finales diciembre); además de las dirigidas al Di­ nos retazos anecdóticos de los co nocidos del desarme de rector de la Revue de Paris (Las corridas de toros, Una Volu ntarios Realistas a los cuales sorprendió en la venta ejecución, Los ladrones espllIioles, Las brujas espllIiolas. de Gazin -Gaucin (Ronda)- recogiéndole las setenta esco­ El museo de! Prado). Del segundo (1840), a la señora de petas; del chasco del capitán Castro y el gentil comporta­ Montijo diez cartas, entre ellas (Burdeos 2 agosto );(Madrid, miento en la boda de la hija del notario de Andújar; la ayu­ 31 agosto), Burgos (16 octubre) y Bayona (21 octubre). da en monedas de oro al m iero que perdió su mula; de la Del tercero (1845), cinco cartas fueron para la señora de picara recuperación de los mil quinientos reales que regaló Montijo; y la última para el mal agueño Estébanez Calde­ al buhonero de Campi llo de Arenas para que sustituyese rón (27 diciembre). por un mulo el famélico asno que usaba. La Revue de París publicó las cuatro primeras Lel/res Mérimée, vuelve a recordar en Carm en", las haza­ d'Espagne entre enero de 1830-diciembre de 183 3. La Ilas campiliesas de José Maria Hinojosa, en el sugesti vo Revue de Deux Mondes publicó Ca rmen en 1845, que jun­ pai saje de la serrania de Cabra y del serreño cercano a to a otras reapareció al año siguiente: Montilla, que ciertamente co nocería junto a algunos otros «Sie mpre sos pec he que los geóg ra fos -co mi enza natura les o vecin os de la población, entusiasmado con la Merimée (Cap.!)- no saben lo que dicen cuando si lúan el cam­ sorprendente peripecia del bandolero que «( .. .) en un caba­ po de la bala ll a de Munda en el pa is de los Baslul i-Poe ni. llo lanzado al galope, ac ierta [los disparos de escopeta a cerca dcla modern a Ronda, a unas dos tegua s al norte de 1 Marbella. Según mis propias conjetu ra s sobre el texlo del au­ tronco de olivo a ciento cincuenta pasos». Allí : «Nos sir­ lar anónimo de Bellum Hispa ni ense y de algunos dalos oble­ vieron un ga llo viejo - [cuanlo pudo ofrecer el lugareño nidos en la excelente bi bli oteca del Duque de Osuna, pensaba figón de la vent a de l Cuervo l-gui sado con arroz y muchos que era necesario buscar en los al rededores de Montill a el si­ pimientos, después pimientos en acei te y para terminar tio memorabl e donde por últ ima vez César se jugó el IOdo por gazpacho», por supu eslo, entre sorbo y sorbo del vino pai­ el todo contm los campeones de la república . Encontrandomc a comienzos del oloño de 1830, hice una excursión bas lante sano. la rga para aclarar las dudas que me quedaba n. Próximamenle publicaré una memoria que no dej ara ya . así 10 espero, la me­ • • • nor duda en el animo de lodos los arqueólogos de buena fe. En es pera de que se resuelva al fin el problema geográ fi co del que Pero en honor a la realidad histórica hemos de distin­ eS lán pendientes lodos los erudi tos europeos, debo contaros una breve hi storia que no prejuzga nada sobre la inlcrcsa nl c gui r lo verídico de lo fa ntaseado po r el encaje folk lóri co cueslión del emplazam iento de Munda». del gran hispan ista y brill ante narrador paris in o, y como Deplorablemente, Mérimée, más atento a la resonan­ ta l, buen conocedor de Cerva ntes y del Siglo de D/V . Si­ cia romántica del bandolerismo, nunca publicaria el referi­ gu iendo al un iversal auto r del Q1Iijote encontró perso najes do estudio. y escenarios para sus novelas ex traídos de la misma vida En la tercera carta (noviembre 183 0) -»Les voleurs» observada. (los ladrones)- confiesa co n sinceri dad que regresa a Ma­ Es indudable que ni el novelista francés ni el mar­ drid «( ... ) después de haber recorrido durante meses, y en qués Adolfo de Custine -q ue traza n la fi gura del Tempranillo todos sentidos, la Andalucía, esta tierra clásica de los la­ con algo de presuntuosa confidencialidad- conocieron per­ drones:, f:: i n cn contr::..r uno !O:o l o . C ~~i me d~ verBücn z rl)\ . sonal mente al caslizo José Maria. Aunque fascinado por el meoll o romancesco que su ütro tanto digamos de lo suplantado por Mérimée y empeñada curi osidad conoció ora lm ente de las sencillas aliadido por la folletinesca pluma del sevi ll ano Fernandez gentes de los pueblos andaluces, entre grandes elogios se y Gon zá lez, inventándose provechosamente infundi os y declara ferviente admirador del bandolero José Maria , e sucedidos en atracliva época de patéticas lecturas. incluye en ell a episodios anecdóti cos de «( .. .) el hom bre de Por se¡''lIro que nunca hubo en Monti lla alcaldes ma­ quien más se habla de Madrid a Sevi lla, de Sevilla a Mála­ yores, ni correg id ores, ni reg id ores con el nombre de Pe­ ga». dro de Aurioles y Longoria. Tamp oco nin guna parroquia Con fina ma es tri a para perfilar personaj es de San Nicolás, ni indicios referenciales ni tradición oral novelí sti cos, escribe: «Me han descrito a José Mari a como de que el padre de José María Hinojosa Cobacho se hubie­ un mocetón de veinticinco a treinta años, bien fo rmado, de ra trasladado y residiera en esta localidad cordobesa, ni de que ya huido de la justi cia José María se ocultase en ella.

11 J1ajeo\' a Espmia, Ed . Aguilnr. 1988 . ~ Ed . Zeus. 1963 y Ed. Cntcdm. 1989. - &:rnrrro& ------29 REVISTA OE ESTUDIOS DECler;CIAS SOCIALES y IIUMAN1DADE.S DE CÓRnonA

Ant igua de hesa conceji l de Piedraluenga (antes de monte bajo) . Pe,;" del Cuervo (Camino viejo de Agu il ar). yal fondo en el horizonte (a la derecha) Aguilar de la Fro ll lera.

Sin embargo hay al guna que otra connotación sobre mente conocida y ta mbién confundida desde época la que puede antoj arse visos de novelada realidad, como la bajomedieval como paraje de la Pelia del Cuervo". coincidencia de que el suegro de Diego de Alvear y Pon ce La revisión historiográfica en nada afecta al eco lite­ de León -Juan Luis Fenuindez Ponce de León y Amedo­ rario y merec ido respeto al hechizo romántico de José Ma­ fuese en 180 I el corregidor de Monti lla. ria el Tempranillo, el bandolero con la mejor buena vohll1 - El nombre de la venia del Cuervo, donde Mé rimée lad de los de su género, y mucho menos al generoso estro hi zo parada desde Cabra a Montilla, pudiera en parte id enti­ épico-Iirico mundi almente aireado por la mejor buena vo ­ fica rse con el de la Piedra del Cuervo, a menos de un kiló­ luntad de los de su género, y mu cho menos al generoso metro de l lugar de Piedra luenga -otro enorme y prolongado estro épico-lírico mundialmente aireado por la la gent il peñón bajo el cual existe la,hoquedad de una pequeña mina pluma del escritor y nove li sta franc és Mérimée, co mpl aci ­ de hieITo al parecer de época romana- a poca distancia de do gourmet de los pimentillos fritos, del pa ladea do jamón Montil la, de propiedad conceji l durante el siglo XV] a fina­ portado en las al foljas de los gu ias, y del apreciado vino les del XIX, destinado a Dehesa de yeguas y polros e igual - serrani ego de la ri elTa.

.SPor aira ~artc , la a n tig~a cx ist: ncia de una in fu ndad~ VCllla del Crlervo por la zona del últim o tramo del cami no del Pozo de Las Aguadoras (más al sector N.E. de la S' ,:rra de Mon till a), solo responde a un prunto de fant as ios a rea lidad pretérita , sin pos ibl es indicios de documentado criterio conlTovertible. Sin embargo, scg~n los croquis campestr,cs del1ibro registro de actas de la Comisión Central de Eva/liacian JI Catasrro Uunio, 1898 ), constan la Casilla Verllilleas, cerca del cammo y lagar .d~ Bucnavlsta , y el Laga/' de la CI/ eva, que debe su nombre a la que sirvió -y hoy, con claus urado acceso- para ocultar ganados procc?cntcs de ro~os, proxmlo al del Algarrobo, al N. E. del Molino Cab ,.iiia ll Q y por encima del cortijo de La Renalla, donde asimi smo se refugiaron cuadnlleros en vanas ocasiones, como en la casi desa parecida covacha del ce rro de La Primilla.