Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte ISSN: 1579-7414 [email protected] Universidade de Santiago de Compostela España

Manfrè, Valeria REALIDAD, ARTIFICIO Y FICCIÓN: LA REPRESENTACIÓN DE LA CIUDAD MEDITERRÁNEA Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 15, 2016, pp. 167-181 Universidade de Santiago de Compostela Santiago de Compostela, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65354336013

Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto REALIDAD, ARTIFICIO Y FICCIÓN: LA REPRESENTACIÓN DE LA CIUDAD MEDITERRÁNEA 1

Data recepción: 2015/11/25 Valeria Manfrè Data aceptación: 2016/11/14 Universidad de Valladolid Contacto autora: [email protected]

RESUMEN A lo largo del Renacimiento asistimos a una renovada exaltación de la vista como uno de los sentidos más certeros y a la creciente importancia del papel del pintor respecto al narrador y de la imagen respecto a la palabra. El mismo acto de mirar parece ejercer una fascinación extraordinaria, convirtiéndose en el objeto de una iconografía especí ca. En virtud de esta nueva cultura, el retrato de ciudad debe acreditarse a través de una experiencia visual directa, que provocó el deseo de di- ferentes artistas europeos, – principalmente pintores y arquitectos – de viajar por el Mediterráneo. Entre los testimonios del arte occidental se ha elegido el caso de las urbes sicilianas, mediante el testimonio grá co o pictórico de algunos de los autores más emblemáticos. Así pues, las vistas y los mapas se convirtieron en una temática de gran impacto, instrumentalizada por las monarquías, los príncipes y los virreyes.

Palabras clave: cultura visual, edad moderna, Sicilia, Monarquía Hispánica, imágenes urbanas

ABSTRACT

Throughout the Renaissance we witness a renewed exaltation of sight as one of the most acute senses, as well as the increasingly important role of the painter in relation to the narrator and the image in relation to the word. The very act of looking seems to exert an extraordinary fascination and becomes the subject of a speci c iconography. In keeping with this new culture, the view of the city had to be accredited through a direct visual experience, which led many European artists, mainly painters and architects, to travel around the Mediterranean. The case of the cities of Sicily has been chosen from among the many examples of Western art and will be studied through the graphic or pictorial accounts provided by some of the most important authors, who helped make views and maps of cities a highly impactful  eld, one exploited by monarchies, princes and viceroys. Keywords: visual culture, Early Modern Age, Sicily, Spanish monarchy, urban images

A partir de la invención de la perspectiva distintas modalidades a través de láminas, pintu- moderna como un método de construcción de ras, frescos, tapices, muebles, biombos, mosaicos imágenes que se basaba en la predisposición a y relieves de mármol, bronce o madera 2, repre- la búsqueda de la verosimilitud, se inauguró un sentaciones que re ejan también los diferentes periodo de gran re exión sobre la ciudad en tér- contextos culturales a la hora de concebir una minos iconográ cos y descriptivos. La fortuna del ciudad. Los testimonios grá cos renacentistas retrato urbano llevará a la difusión del mismo respondían a una nueva demanda que satisfacía en diferentes sectores de los ámbitos públicos las exigencias de una naciente clase burguesa y privados que fueron reproducidos a partir de que se basó en una información topográ ca más

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 168 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

exhaustiva 3, y las vistas con elementos “reales” aplicando los recursos de la perspectiva y de la empezaron a re ejar algunos hitos identi cativos verosimilitud topográ ca (Fig. 1 a y b). de una ciudad concreta con una evidente inten- La reorganización humanística de los ámbi- cionalidad propagandística. Durante el siglo XVI, tos del saber, las nuevas estrategias y tecnolo- los artistas desarrollaron una técnica diferente gías adoptadas para la representación urbana para representar el microcosmo urbano recla-

Valeria Manfrè Valeria que había forzado el imago mundi medieval, 4 mando un retrato verosímil . Las vistas icónicas supusieron para Italia y en particular modo para reproducidas desde el Mundo Antiguo fueron Venecia, el desarrollo de una industria editorial sustituidas por imágenes corográ cas creadas cartográ ca capaz de adoptar soluciones des- 5 desde un punto de vista real . Uno de los prime- criptivas del territorio, tanto textuales como vi- ros retratos urbanos en perspectiva del Renaci- suales, sin precedentes y que tendrán una gran miento, donde la forma de la ciudad se ofrecía importancia en el poder de la cultura visual ca- en toda su dimensión a los ojos del espectador, paz de recrear y poner antes los ojos el mundo 8. es La  ota aragonesa regresa al puerto de Ná- Además, el ansia de saber, el interés de unos poles , también denominada Tavola Strozzi (ca. países por otros, produjeron las primeras com- 1472-1473), una cabecera de cama regalada por pilaciones sistemáticas, los denominados como 6 Filippo Strozzi para Ferrante I . La representación , que consagraron sus páginas a analizar verídica, global, realista y de una gran calidad el sistema urbano conocido por entonces. Al pictórica se realizó desde el mar adoptando un contrario de Venecia en Sicilia la disolución de punto de vista elevado de la ciudad de Nápoles la unidad epistemológica medieval no se reali- y su ejecución se atribuye actualmente al pintor, zó a través de un próspera editorial impresa 9 . miniaturista y cartógrafo  orentino Frances- Hemos aludido a Sicilia puesto que, dentro del 7 co Rosselli . La ciudad de Nápoles se identi ca panorama europeo, este trabajo analizará espe- completamente y se representa en su globalidad, cialmente la producción iconográ ca de la isla,

Fig. 1 a y b. Francesco Rosselli, atribuido, Tavola Strozzi , detalle de Castel Nuovo y muelle de San Leonardo y detalle del centro urbano, Nápoles, Certosa y Museo di San Martino, 1472-1473.

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 169 su vinculación con la Monarquía Hispánica y el bio de o cio. Remunerado en el mes de enero sistema de comunicación grá ca elegido por en- de 1496, Quartararo dibujó durante tres días la tonces que, como veremos, no recayó sobre un fortaleza del Castellammare de Palermo (Fig. 2), único per l profesional. incluyendo proyectos para nuevas forti cacio- nes, aunque no tenemos constancia de donde Volver a mirar se encuentran estos dibujos 15 . El recorrido por las Valeria Manfrè Valeria Hacia 1450 circulaba por el Mediterráneo vistas de Sicilia vinculadas al interés por la repre- el verso de un poema “Aggio visto lo mappa- sentación al natural de las ciudades nos lleva al mondo e le carte di navigazione. Ma la Sicilia pintor Polidoro da Caravaggio (ca. 1499-1543), mi sembra la più bella del mondo. Ho visto tutte discípulo aventajado de Rafael Sanzio (1483- le isole del mondo, ma per me l’isola più bella 1520). Tras el saqueo de Roma, Polidoro estu- -Cecilia- non si trova su nessuna carta. È venuta vo durante un breve periodo en Nápoles y en dall’altro mondo” 10 . El verso es muy esclarecedor 1528 se encontraba en Messina. La estancia en porque sugiere la familiaridad del público con los mapas del mundo, los portulanos y con el géne- ro literario de los isolari 11 . El humanista italiano docto conocía las láminas del texto geográ co de Tolomeo, y las  nalidades didácticas de los mapas para aprender la geografía clásica y el uso estratégico para las campañas bélicas. Al desa- parecer los mappaemundi medievales caracteri- zados por un mundo tripartido conocidos como los mapas T-O 12 , las cartas náuticas y los isolari ligados al mundo mediterráneo fueron sustitui- dos o empezaron a convivir con otras fuentes iconográ cas. La cultura del Renacimiento tardío presionó para que la ciudad ganase protagonis- Fig. 2. Anónimo, Castel amar de Palermo , Ms. 3, , Biblio- mo a través de propuestas innovadoras y radi- teca del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, 1686. cales, de este modo la vista corográ ca adquirió rasgos distintivos también en Sicilia. La impor- la ciudad del Estrecho estuvo marcada por unos tante relación entre el retrato urbano, en todas encargos de carácter privado por los que estuvo sus facetas y fórmulas “pictóricas”, y la expe- riencia concreta y sensible -primando el sentido involucrado no solamente en obras de pintura, de la vista frente a otros- se pone de relieve al sino también en proyectos para sepulcros, alta- percibir cómo la observación directa fue uno de res y creaciones arquitectónicas, tanto efímeras los principales parámetros con los que debieron como permanentes 16 . El 5 de mayo de 1534 Poli- cumplir los artistas 13 , a menudo pintores, de las doro recibió una orden de pago para un encargo primeras representaciones de la ciudad y de las del virrey Ettore Pignatelli, duque de Monteleo- infraestructuras portuarias de la isla. Un fenóme- ne, que consistió en una serie de dibujos y pintu- no muy generalizado y que por aquel entonces ras de la “cità di Siragusa et suo porto la cità di se extendía también al mundo de la ciencia mo- Augusta con suo porto et la terra de Milazzo” 17 . derna 14 . La necesidad de reproducir  elmente la Con toda seguridad el pintor entregó a su mece- panorámica de una ciudad requería de una  gu- nas las tres vistas portuarias, tal y como testimo- ra que combinase la ingeniería y la pintura, que nian los documentos de archivo: “detti disegni supiese manejar las técnicas del arte  gurativo innati fatti e li havi consegnati a nui”. Desgra- pero desde el conocimiento del relieve militar, ciadamente desconocemos el paradero de estos para poder así reproducir tanto las vistas de los dibujos, si bien se han puesto en relación con las lugares como las plantas de las forti caciones. primeras intervenciones sobre las forti caciones El caso del pintor Riccardo Quartararo (1443- sicilianas y con las obras encargadas al ingeniero 1506) sirve para ilustrar este sugestivo intercam- Antonio Ferramolino que trabajó por encargo

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 170 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

del virrey Pignatelli en la supervisión de las fá- la forti cación por ello, para hacer frente a las bricas y a la realización de plantas y proyectos 18 . demandas del Gonzaga y antes de su traslado En 1533 Ferramolino fue enviado a inspeccionar en la isla, Giunti empezó a familiarizarse con el las ciudades de Siracusa, Augusta y Milazzo, un lenguaje militar estudiando las obras proyecta- encargo precedente al que correspondía una exi- das por Antonio da Sangallo el Joven 20 . Duran- gencia precisa, la voluntad por parte del virrey te su estancia en Sicilia el artista trabajó en la Valeria Manfrè Valeria de conocer el territorio para poder tomar, desde restructuración del Castellammare de Palermo, lejos, decisiones adecuadas. Cuando las obras en aquellos años era la residencia virreinal 21 , y en de forti cación concluyeron, se volvió a recurrir 1541 estuvo trabajando en la realización de las a la práctica pictórica, tanto que a los pintores vistas urbanas a color de las ciudades de Paler- les encargaron, nuevamente, los per les de las mo, Messina, Trapani y Siracusa 22 . Por último, en ciudades. Este es el caso del pintor de Trapani 1548 retribuyó a Calcerano Orobello por haber Francesco Soprano que, en 1536, fue el encar- pintado sobre pergamino el castillo Maniaci de gado de realizar los dibujos de las forti cacio- Siracusa (Fig. 3) 23 . nes de Palermo que había realizado previamente Ferramolino 19 . También en España encontramos noticias de dibujos de forti caciones encargados a pintores. El conde de Tendilla, en 1549, en- cargó a un pintor anónimo los proyectos para y Cádiz. Además, incluso en los Países Bajos, es probable que el primero en introducir el sistema italiano de forti cación en la época de Carlos V, fuese el pintor y arquitecto boloñés Tommaso Vincidor (1493-1536) que, en 1520, había viajado a los Países Bajos para encargar en nombre de León X la ejecución de los tapices de la Capilla Sixtina, obra de Rafael. Estos pri- Fig. 3. Gabriele Merelli, Castello di Siracusa , Ms. militari 39, meros ejemplos de vistas de ciudades otorgan Túrin, Biblioteca Reale, 1677. gran importancia a la visión directa del lugar, a la correcta percepción del espacio donde habían Esta tensión que marca desde la época de intervenido los técnicos de la Corona con nue- Polidoro la cultura visual de la isla, se acentuó vos proyectos defensivos. Son encargos que res- en los años siguientes. El encargo de un mapa ponden a exigencias militares, a la necesidad de de Sicilia al pintor  amenco Simone de Wobreck, recrear la experiencia del testimonio directo de originario de Harlem se ofrece como ejemplo ul- las ciudades y fabricar el conocimiento o lo que terior 24 . Wobreck llegó a Palermo en la segun- se esperaba que este ofreciese y que explicaría la da mitad del Cinquecento trabajando en Sicilia herramienta para explorar el espacio y de darle desde 1558 hasta 1587 y su estancia estuvo forma. La creciente importancia de esta expe- marcada por un elevado número de encargos 25 . riencia directa constituyó en Sicilia un episodio El 31 de agosto de 1560 al pintor se le pagaba signi cativo, tal y como lo demuestra una amplia por “haviri designatu e coloritu li sola di questo red de correspondencias seguidas por encargos regno di Sicilia per ordini di li Spettabili Illustris- de vistas y mapas ligados a los mecanismos de simi e Reverendissimi Visitatori” 26 , una petición generación del conocimiento del territorio re- concreta, un mapa dibujado y coloreado y no corrido. Para la imagen verídica del territorio, el impreso 27 . En 1569 la realización de un mapa de virrey Ferrante Gonzaga pidió a Niccolò Sernini, Sicilia seguía siendo una prioridad, un encargo agente Gonzaga en Roma, el envió de un artis- regio por mediación del virrey Francesco Ferdi- ta que trabajase a su servicio. Domenico Giunti nando Avalos d’Aquino, marqués de Pescara. El (Giuntalochi, Giuntalodi) fue elegido por su cali- mapa debía responder a necesidades estrictas: dad como retratista y copista. Durante su estan- representar las tierras, los montes, promontorios, cia en Roma su labor estaba alejada del arte de ríos y “designarla et colorirla con la pintura e

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 171 miniatura necessaria” 28 , para primero conocer el en 1577, Wobreck fue elegido para representar espacio, luego dibujarlo y por último gobernarlo. sobre lienzo algunas ciudades “lassando spacio En 1572 la Corona había encargado una re- sotto ciascheduna città, terra, casale per sottos- criverci il numero di animi, de fuoghi e di cavalli e visión de las estructuras defensivas de la isla se- fanti della militia […] con la vera e proporzionata guida de la elaboración de una memoria técnica distanza e misura delle miglia […]” 30 y un mapa y de un corpus cartográ co con vistas a la cons- Manfrè Valeria sobre lienzo encargo por el virrey Marcantonio trucción de nuevas obras de defensa, solicitadas Colonna, que lo eligió entre el círculos de artistas al ingeniero mayor del Reino, Giovan Antonio que gravitaban alrededor de la fábrica del Pala- del Nobile. En el mismo año el Presidente del cio Real de Palermo 31 . El mapa de Sicilia, miniado Reino don Carlos d’Aragona Tagliavia, marqués en oro con la distinción de los tres valles de la de Terranova, proporcionaba algunas indicacio- isla, Val Demone, Val de Noto (Sicilia occidental) nes al ingeniero Nobile para visitar las fortalezas y Val de Mazara (Sicilia oriental) y la transcripción del Reino: de los datos de cada ciudad, según el contrato cercherete in quella parte persone suf cien- estipulado, debió entregarse en dos meses. Estas ti per pingere di buoni colori, in tela, con giusti iniciativas señalan la gran destreza del pintor  a- lineamenti delle piante, in prospettiva, i luoghi menco por las representaciones cartográ cas y sodetti dove si fanno o sono disegnati le forti ca- un encargo directo del virrey Colonna para ador- zioni et insieme il paese della comarca et retrovan- nar el Palacio Real. El rey Felipe IV ordenaba al do maestri atti, ci ni darrete avviso et del prezo et tempo che domanderanno per fare l’opra la quale virrey en Sicilia, incluso en 1633, la realización doverà essere di alteza di quattro palmi et di larg- de algunos retratos urbanos sobre lienzos a pin- hezza di sei palmi 29 . tores que tuviesen la capacidad de representar la orografía, el lugar de la ciudad amurallada y las Además, de los lienzos se indicaban las di- forti caciones acabadas o en curso 32 . mensiones exactas (cm 100 x 150 ca.) que debían permitir una e caz y completa representación de El triunfo del retrato urbano en las resi- las vistas, y por último resultaba indispensable dencias palaciegas poseer rollos fácilmente manejables para el en- Vale la pena, antes de seguir profundizando vío a España. El sistema de comunicación grá - en la cultura visual de la isla, tener en cuenta ca no se ajustaba únicamente a un único per l estas primeras experiencias que contribuyeron a profesional. Entre las líneas del marqués de Te- un cambio radical, caracterizado por una acti- rranova se in ltraron las inquietudes culturales y tud de síntesis más que de ruptura, con formas la cultura de la representación cartográ ca de la de representación emergentes en otras áreas época. El color y la pintura sobre lienzo de una de producción cultural. Instrumentos de propa- vista de pájaro “in prospettiva”, eran elementos ganda política y cultural, las vistas y los mapas indispensables para alcanzar el emplazamiento empezaron a ser exhibidos de manera sistemáti- de sus arquitecturas y perímetros urbanos. La ca en un entorno doméstico, convirtiéndose en intención fundamental era reproducir  elmente iconos que re ejan el estatus social del propie- para el espectador la extensa panorámica de la tario 33 . La costumbre de adornar las paredes de ciudad. Se requería una  gura que combinase los edi cios con representaciones cartográ cas las características de un ingeniero y de un pintor, se remontaba a la edad clásica y se puede citar que supiese manejar la técnica del arte  gurativa como ejemplo la tabla de todo el mundo, cono- con el requisito de conocer el relieve militar para cida con el nombre de Pictus Orbis , grabada por reproducir las vistas de los lugares y las plantas Agripa bajo el reinado de Augusto, y expuesta de las forti caciones sicilianas. al público en el porticus Polla en Roma. Durante Según se desprende de la documentación los el Medioevo se solían pintar representaciones de mapas o las vistas de las ciudades costeras del todo el mundo conocido en las paredes de los reino de Sicilia fueron instrumentalizados por la edi cios públicos e iglesias, especialmente aso- monarquía y destinados, a menudo, al soberano. ciados con episodios de la creación del mundo o No obstante hay algunas excepciones dado que, de otros acontecimientos bíblicos 34 . Académicos

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 172 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

y profesionales agregaron un álbum de mapas como el Palazzo Grimaldi de Mari, los Palazzi impresos y grabados a las crecientes bibliotecas Gonzaga, Marmirolo y de San Sebastiano encar- de sus studioli para el aprendizaje y la discusión gados por Francesco II Gonzaga, IV marqués de académica. Los mapas, por lo tanto, aunque po- Mantua, la Galleria delle città del Palazzo Gran- drían ser el resultado de una elaboración cientí- de de la Sabbioneta farnesina 43 , o la Sala de stati  ca, se convirtieron en un producto cultural de en el castillo de Spezzano 44 . Valeria Manfrè Valeria amplia circulación hasta ser colgados en las pa- Siguiendo la moda de Italia, en España serán redes de o cinas mercantiles o en los talleres de los palacios reales quienes abran sus puertas a artesanos y mercantes 35 . estas vistas: las paredes del Pardo, el Alcázar Real Cabe señalar cómo en Italia y España en- de Madrid y de Valsaín contenían mapas gran- contramos numerosos ejemplos de decoracio- des y pequeños, dibujados o grabados, monta- nes al fresco. Según Giorgio Vasari, fue el papa dos en lienzo y enmarcados para ser expuestos. Inocencio VIII el primero en inaugurar el géne- Las vistas del pintor Anton Van den Wyngaerde ro, comisionando a Bernardo Pinturicchio una (1525 ca.- 1571), natural de Amberes según el serie de vistas de ciudades italianas realizadas testimonio de Diego de Cuelbis y Gil González entre 1484 y 1487 para la Loggia de la Villa Dávila, debían decorar el Salón Grande del Alcá- Belvedere del Vaticano y pintadas “alla maniera zar de Madrid, -una especie de galería corográ- de’ Fiamminghi” 36 . Roma podía presumir de te-  ca y de representación regia- después de haber ner un precedente mucho más antiguo. A este sido pintadas a temple 45 . La Casa de Campo, el respecto, Carlomagno poseía tres tablas con la Alcázar de Toledo y el Buen Retiro fueron, in- representación de Roma, Constantinopla y el cluso, decorados con pinturas topográ cas. De Mundo. El caso más destacado es, sin duda, la este modo, los monarcas Carlos V y Felipe II Galería de los Mapas Geográ cos del Vaticano contrataron a artistas italianos para realizar es- realizadas por encargo del papa Gregorio XIII y tas decoraciones al fresco. Las batallas navales bajo la dirección de Egnazio Danti (1536-1586) y militares constituyeron la ocasión idónea para cosmógrafo, arquitecto y matemático de Peru- la representación de estas vistas. En las paredes gia que había sido responsable y director de la de la antesala del Peinador o Tocador de la Reina decoración de los mapas pintados en el Guarda- de la Alhambra de , los pintores Julio roba Nuova del Palazzo Vecchio de Florencia 37 . Aquiles y Alejandro Maigner -llegados a España La decoración del ciclo geográ co fue realizada a instancias de Francisco de los Cobos, secreta- entre 1580 y 1581 por un amplio grupo de ar- rio de Carlos V, para la decoración de su palacio tistas, entre ellos los  amencos Mathias y Paul en Valladolid y Úbeda- realizaron escenas de la Brill y los italianos Gerolamo Muziano y Cesare batalla de Túnez de 1535 de Carlos V contra el Nebbia 38 . Ya en 1575 el Papa había mandado realizar un fresco con la imagen de Bolonia en pirata Barbarroja, el lugar en donde pasó la  ota desde Cagliari hasta Trapani 46 . La obra arquitec- sus estancias privadas 39 . Es signi cativo que en el mismo periodo en Nápoles en el refectorio de tónica del palacio del Viso realizada a instancias San Lorenzo Maggiore donde se reunía el parla- del Marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán y mento, fue realizado un programa pictórico del Guzmán (1526-1588), con las decoraciones de todo parecido a la galería del Palacio Vaticano 40 . los corredores de Juan Bautista Castello, llama- El pintor Luis Rodríguez, discípulo del Cavalier do el Bergamasco (1509-1569) y otros pintores d’Arpino pintó en las paredes del refectorio los italianos, es otro ejemplo de palacio renacentista mapas geográ cos de las provincias del reino de en España de representaciones urbanas, mari- Nápoles y los Presidios de Toscana, mientras que nas, paisajísticas y alegóricas de naciones y ciu- los lunetos y las bóvedas se cubrieron con deco- dades relacionadas con algunas de sus victorias raciones con grutescos. Podemos citar también navales 47 . los mapas del Palazzo Ducale de Venecia 41 , la La costumbre de adornar las paredes con sala de los mapas del Palazzo Farnese en Capra- mapas pintados sobre lienzo, en lugar de realizar rola durante la década de 1570 42 , el Palazzo del frescos para poder así ser fácilmente actualiza- Governatore en Perugia, los palacios genoveses, dos en las nuevas obras defensivas que se iban

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 173 desarrollando en las ciudades del reino caracte- nos conduce a pensar en la relevancia de la frase rizó también el ambiente cortesano de la isla. de Enrico Guidoni, es decir, “nos encontramos Recordamos el caso del mapa de Sicilia comisio- frente a la instrumentalización de la imagen con nado a Wobreck elegido por el virrey Colonna  nes de glori cación del príncipe o del Estado” 55 , entre los numerosos artistas que gravitaban en una colección de retratos urbanos que van a la corte palermitana, aun cuando no constituyó crear un patrimonio de imágenes o ciales. Valeria Manfrè Valeria su único encargo. Otros lienzos, supuestamen- te de temática geográ ca, debían adornar el aposento Sala dei Quattro venti o della Vetra- ta del virrey Avalos dentro del Palacio Real de Palermo 48 . De este modo, las vistas y los mapas se convirtieron en un tema de gran impacto, ins- trumentalizado por las monarquías, príncipes y virreyes. La presencia de pinturas de paisajes se reveló, a estas alturas, como una elección que cumplía plenamente la consolidación del género durante el siglo XVII también en Sicilia, donde virreyes, nobles y coleccionistas se adaptaron a las nuevas tendencias. A este propósito, y aun- Fig. 4. Anónimo, Mapas de Sicilia y Malta, detalle, Ms. 3, Ma- drid, Biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores y Coope- que sea brevemente, recordamos la decoración ración, 1686. aprontada en el palacio regio por el virrey cata- lán Diego Enríquez de Guzmán, conde de Alba de Liste, entre 1585 y 1592, que para la deco- Sicilia: más allá de sus fronteras ración de sus aposentos hizo llegar a la isla una La importante relación entre retrato urba- serie de obras  amencas y un número impreciso no y realización ad vivum se pone de relieve al de “dipinti di diversi paese” 49 . Antonio Moncada observar cómo la verosimilitud fue uno de los poseía ochenta y tres cuadros entre paisajes y principales parámetros que debieron cumplir los vistas y otras pinturas con escenas de naufragios autores de las primeras representaciones car- realizadas por el pintor Pietro D’Asaro en la se- tográ cas de los territorios bajo el dominio de gunda década del siglo XVII 50 . Conviene recordar la Monarquía Hispánica. Así como declaraba el también los treinta y ocho cuadros ovales que mismo Wyngaerde, uno de los artistas más pro- representaban paisajes con ermitaños colgados lí cos y célebres del siglo XVI dedicados a la re- en la parte superior de las paredes de la galería presentación de la ciudad 56 , sus imágenes coro- genealógica de la Loggia de la Porta Nuova de grá cas eran supuestamente según sus palabras Palermo, uno de los ambientes más representati- “fecit ad vivum” (Figs. 5 a-g) es decir realizadas vos de la quadreria encargada por el virrey Ema- delante de las ciudades representadas 57 . No obs- nuele Filiberto de Savoia 51 . Así mismo debemos tante la imagen  nal de la ciudad, de hecho, fue mencionar también los dos mapas de Malta y modi cada y dibujada desde diferentes puntos Sicilia (Fig. 4) que adornaban un gran espacio de de vista y enriquecida con pequeños detalles de representación, la Galería de los retratos de los cada toma para mejorar el aspecto de la mis- virreyes del ya citado palacio virreinal de 1682 52 , ma 58 . Aunque el propio artista era un testigo que re ejaron el interés por la pintura de paisaje presencial, el término ad vivum , a menudo, sólo que, a partir de Felipe II hasta las instalaciones implicaba que el autor hacía un esfuerzo por del Buen Retiro de Felipe IV, caracterizó las colec- reproducir la realidad lo más  elmente posible, ciones españolas 53 . El poder de las monarquías, inspirándose en una estampa o un dibujo de como ha sido señalado por Felipe Pereda y Fer- gran con anza. Nos referimos al encargo de las nando Marías, se re ejó no solo en los retratos vistas de ciudades de la península ibérica a Wyn- dinásticos, la representación de sus territorios y gaerde que re ejan los intereses cientí cos 59 , ciudades pronto compartió ese mismo papel 54 . las preocupaciones humanísticas de Felipe II y La adopción de los frescos o lienzos de ciudades la voluntad de obtener un “retrato verdadero”

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 174 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea Valeria Manfrè Valeria

Figs. 5 a-g. Anton van de Wyngaerde detalles de las ciuda- des de: Toledo , Viena 19, Viena, National-Bibliotjek, 1563; , Viena 10, Viena, National-Bibliotjek, 1563; Barce- lona , Viena 3, Viena, National-Bibliotjek,1563; Játiva , Viena 70, Viena, National-Bibliotjek, 1563; Cádiz , Viena 75, Viena, National-Bibliotjek, 1567 (ejemplares de la National-Bibliotjek de Viena); , Oxford Large IV 105, 1563; , Oxford, Large IV 100 bottom , 1562 (ejemplares del Ashmolean Museum de Oxford).

del mundo según la corriente cultural del resto de Europa del siglo XVI, que se re eja en la cre- ciente demanda de las colecciones cartográ cas de Sebastian Münster Cosmographia universalis (1550), Theatrum orbis terra- rum (1570), de y Franz Hogenberg Civitates Orbis Terrarum (1572-1618) 60 .

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 175

Los monarcas Habsburgo, como hemos vis- to, utilizaron frecuentemente el recurso visual para conocer y controlar sus propios territorios. Carlos V llegó a encargar al cartógrafo neerlan- dés Jacob van Deventer (1500/1505 ca.-1575) viajar por los Países Bajos con el  n de realizar Valeria Manfrè Valeria las mediaciones necesarias para el trazado de los mapas 61 . Felipe II encargó las ya citadas vistas de las ciudades de la península ibérica a Wyngaerde y también Felipe IV tenía un gran interés en el estudio de la geografía, y así lo manifestó con distintos encargos de carácter cartográ co. Su Fig. 6. Tiburzio Spannocchi, Catania, Ms. 788, Madrid, Biblio- política de defensa se re eja en el estudio de las teca Nacional de España. costas del reino encargada al portugués Pedro Texeira (1595 ca.-1662) 62 . obstante, la colección de Spannocchi no parecía La necesidad y los encargos cartográ cos por satisfacer la necesidad por parte del Monarca parte de la Corona incluyeron también sus domi- de conocer y escrutar a través del medio visual nios. En el caso de Sicilia la realización ad vivum , la isla. De hecho son muy escasos los estudios el nivel de verosimilitud parece ser uno de los para edi cios concretos, solamente nos han lle- principales parámetros con los que deben cumplir gado pequeños bocetos de las torres, castillos y también los autores de los primeros atlas urba- almadrabas que ilustran el margen de la redac- nos de Sicilia 63 . El primer atlas completo que nos ción literaria del proyecto. Hacía falta, por tanto, ha llegado fue realizado por el ingeniero Tiburzio un estudio más exhaustivo y en 1583 se encargó Spannocchi (1541-1606) 64 , recibió el encargo del una segunda inspección al arquitecto Camillo virrey Colonna, en 1577, de realizar un minucioso Camilliani, elegido por su talento y habilidades examen del litoral siciliano y proyectar una red de como dibujante en el campo de la edilicia hasta estructuras defensivas 65 . Nuevamente una de las ser involucrado en la febril actividad edi cato- características imprescindibles para realizar mapas ria de la ciudad. Después de su recorrido por la o vistas corográ cas debía ser la visión directa del isla en 1584, Camilliani realizó una Descrittione territorio. Quizá se encuentre explicación a partir dell’isola di Sicilia 67 . La Descrittione permitió a la de la dedicatoria, en donde Spannocchi insiste so- Corona elaborar estrategias de defensa para la bre la importancia de la observación directa, con isla de Sicilia desde la distancia, basándose en el el  n de realizar un álbum para que la Monarquía sistema de representación cartográ ca adopta- poseyera informaciones seguras: da, con anterioridad, por Spannocchi y después conocí lo mucho que importava para un prín- por Camilliani como instrumento de conocimien- cipe tan grande como es V.ra Alteça, tener de cada to y control del territorio. En cualquier caso, la Reino semejante relación para poder según las oca- imagen es el resultado de una elección meditada siones, ver las particularidades que yo en esta tengo y la misma plasma, en innumerables variantes, el apuntadas, y conforme a ellas manda prover a los recorrido del ingeniero-arquitecto, ya sea Span- inconvenientes y molestias que las malas vencidades nocchi o Camilliani. Para ambos, la visión directa suelen causar [...]. Estas materias de geogra a, por del territorio fue una característica indispensable ordinario, solamente los que en esta profesión se a la hora de realizar los respectivos atlas. Los di- ocupan, se re eren a relaciones agenas, lo cual no bujos fueron realizados para re ejar la realidad he querido yo hazer, porque he visto a vista de ojos y passeado con mis pies lo que aquí descrivo, como se física de la ciudad y de las principales fortalezas puede conocer cotejando esta mi descrición, con las de la isla. demás de aquel Reino que andan impresas 66 . Paralelamente a la producción de imágenes El atlas parece resumir dos méritos, el de la encargadas por la corte a ingenieros, arquitectos belleza pictórica y el de la verosimilitud a través o pintores, circularon también retratos de ciuda- de detalles pintorescos y topográ cos (Fig. 6). No des por artistas europeos. Estos se bene ciaron

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 176 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

de distintas fuentes o prototipos para sus reali- ción a un fenómeno que, desde siempre, había zaciones, y las vistas realizadas mediante la ob- despertado un gran interés y curiosidad, incluso servación directa de la ciudad fueron creciendo en la literatura cientí ca y geográ ca así como cada vez más. Sin embargo, junto a éstos, circu- en la mitológica y en la religión. Las descripcio- laban retratos que fueron reciclados, como en el nes detalladas de las ciudades sicilianas de Pietro caso del Liber chronicarum (1493) de Hartmann Ranzano, Claudio M. Arezzo, Fazello, llamado Valeria Manfrè Valeria Schedel (1440-1514), otorgando a la imagen el padre de los historiadores de Sicilia, de Giu- un sentido más simbolista que descriptivo. Un lio Filoteo degli Omodei y el Lexicum siculum gran número de retratos urbanos de la crónica del historiador regio Vito Amico, entre otros, se son láminas que muestran ciudades basadas emplearon con frecuencia durante varios siglos en patrones arquitectónicos y urbanísticos de y pueden valer como clave de lectura para com- Italia 68 . La cúpula de Brunelleschi, por ejemplo, prender y contextualizar las representaciones, fue extrapolada de su contexto y reinterpretada no solo de Catania sino también de Messina y perfectamente en un contexto alemán, la ciudad Palermo 73 . 69 de Tréveris . La imagen representa determinados Sin embargo, las imágenes que tuvieron más edi cios asociados a su imaginario previamen- difusión no siempre son las más precisas a nivel te seleccionado por los pintores que colabora- cientí co. Uno de los casos más emblemáticos se ron en la realización de la obra. De este modo, re ere a la iconografía urbana de Messina, de la los elementos convencionales se mezclaron con que reprodujeron numerosas ediciones a partir otros más realísticos. A causa de estas represen- de una única vista, con seguridad revisada y ac- taciones convencionales, donde posiblemente la tualizada gracias a la ayuda prestada por un co- composición se basaba en notas de viajes por rrector de la ciudad, cuya identidad se descono- parte de un artista que tenía unos conocimientos ce a día de hoy. Esta vista parece ser el prototipo de la ciudad representada, se podía identi car para la vista grabada por Gaspare Argaria (Fig. 7) solamente la mitad de las vistas representadas y editada por Antoine Lafréry (Roma 1567) y que 70 por Schedel . Los retratos urbanos se impusie- siguió utilizándose por los editores vénetos a ron y se vincularon a temas enlazados con las partir de Ferrando Bertelli (Venecia 1568), hasta necesidades de su tiempo y revelaron una densa con uir entre las páginas del primer volumen del trayectoria cientí ca, social y cultural. De este atlas de ciudades de Braun y Hogenberg (Colo- modo el texto literario y no solamente la visión nia 1572) 74 . No obstante, y respecto a los artistas directa del lugar, podían guiar hacia una lectu- de la escuela Italiana, que gozaban de una posi- ra de la urbe ligada a la percepción colectiva, ble triple fuente de modelos, el contacto directo subjetiva y social. La palabra, a diferencia de la con los propios edi cios o a través de grabados Edad Media, tuvo que ajustarse al lenguaje ico- y descripciones corográ cas, en el caso de los nográ co, de modo que en el mundo moderno la relación entre la imagen y la palabra se vio alterada 71 . En el caso de Sicilia, para la vista de Catania encargada en 1592 por Antonio Stizza al comer- ciante, editor y grabador de origen  amenco Ni- cola Van Aelst (1526 ca.-post 1613) a ncado en Roma 72 , fue posible recuperar las descripciones corográ cas de Pietro Bembo, De Aetna (Vene- cia 1496) o de Tommaso Fazello, De Rebus Si- culis decades duae (Palermo 1558), que subra- yaban el mito de la fertilidad de la tierra gracias al volcán Etna, marcando la relación entre la ciudad y el volcán. La representación del volcán expresaba el deseo de cumplir con las expectati- Fig. 7. Antoine Lafréry, La nobile città di Messina , 1567 (graba- vas de la comunidad culta europea en compara- do de Gaspare Argaria).

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 177 artistas del norte de Europa, la situación fue muy contraria a la noción del retrato ad vivum , navegó distinta. La realidad urbana de Messina reprodu- por el mundo del conocimiento. Así, nos encon- cida por Lafréry que se caracteriza por los cober- tramos ante lo que podríamos designar como el tizos del arsenal nuevo construido en la penínsu- triunfo de la reproducibilidad técnica de la época la falciforme de San Raineri en 1565, la alusión a moderna 77 . Al lenguaje verbal más convencional, la costa de Calabria y los techos de las viviendas como podrían ser las descripciones corográ cas al estilo mediterráneo, se verá deformada noven- de las ciudades sicilianas, le siguió una unifor- Manfrè Valeria ta años después por artistas del norte de Europa midad de miradas que con uyeron hacia unas que, en la mayoría de los casos, se encaraban representaciones visuales casi idénticas y mani- viajes por la península rápidos y puntuales 75 . Esto puladas. En cualquier caso, el efecto multiplica- explicaría la ausencia del arsenal, la presencia dor no implicó la renuncia a las preocupaciones de los techos inclinados para la nieve, que no pictóricas ni a la fascinación estética de la vista tienen ninguna relación con la tradición medite- de pájaro, que perduraron hasta el siglo XIX. Esta rránea costera, la representación de la linterna, circunstancia es evidente, a modo de ejemplo, a que no corresponde con la que fue proyectada partir de las imágenes de Palermo, de Messina y por el  orentino Giovanni Angelo Montorsoli, y Catania realizadas por el pintor y arquitecto Al- que fue  elmente representada por Lafréry y los fred Guesdon (1808-1876) en la obra, Italie à vol sucesivos italianos. d’oiseau (Paris 1849) 78 . El valor de una colección Las representaciones encargadas por la Mo- cartográ ca, de un mapa o de una vista varió se- 79 narquía Hispánica coexistieron con retratos ur- gún la época, el contexto o el patrono . Cono- banos propagados por la técnica del grabado y cer el objetivo de estos testimonios iconográ cos puede ayudar a comprender las deformaciones y pensados para las masas 76 . La producción mecá- nica, alejada de quien dibujó el original, y por ello omisiones y entender el  n de los mismos.

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 178 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

NOTAS dal XV al XVIII secolo (C. de Seta, Ed.), . Cartography in Electa Napoli, Nápoles, 1996, pp. 109- the European Renaissance (D. Wood- 1 Una versión preliminar de algunas 117. Otra clasi cación ha sido propuesta ward, Ed.), vol. III, parte I, The University ideas aquí expuestas fue presentada en por Lucia Nuti que en lugar de vista la of Chicago Press, Chicago, 2007, pp. el Seminario Internacional Miradas es- vista a vuelo de pájaro utiliza la expre- 263-284. peculares sobre la Ciencia y el arte en sión pianta prospettica y la dota de un 12 Para este tipo de mapas véase L. soporte cientí co. Véase L. Nuti, “The

Valeria Manfrè Valeria la Corte celebrado en la Universidad S. Chekin, Northern Eurasia in Medieval Autónoma de Madrid y en el Consejo Perspective Plan in the Sixteenth Cen- Cartography: Inventory, Texts, Transla- Superior de Investigaciones Cientí cas tury: the Invention of a Representational tion, and Commentary , Brepols, Tur- en abril de 2015. El presente trabajo se Language”, Art Bulletin , vol. 76, 1994, nout, 2006, pp. 27-74. D. Woodward, ha desarrollado gracias a la  nanciación pp. 105-128. “Medieval Mappaemundi”, en History del Ministerio de Economía y Compe- 5 Esta tipología de vista se caracte- of cartography. Cartography in Prehis- titividad (Programa Juan de la Cierva ) rizaba por ser imágenes esquemáticas y toric, Ancient, and Medieval Europe formación en el marco del proyecto I+D, ausentes de rasgos que permitiesen su and the Mediterranean (J. B. Harley, D. El Greco y la pintura religiosa hispánica identi cación, de hecho representaban Woodward, Eds.), vol. I, parte III, The (HAR2012-34099). el concepto de ciudad. Cf. Marías, “Ti- University of Chicago Press, Chicago, 2 Sobre este último aspecto véase pologia”, p. 101. 1987, pp. 286-370. M. Visone, “Raf gurazioni scolpite di 6 G. Pane, La Tavola Strozzi tra Na- 13 Sobre la estrategia retórica utili- città sotto assedio tra Napoli e Venezia”, poli e Firenze. Un’immagine della città zada para autenti car la imagen urbana en L’iconogra a delle città svizzere e nel Quattrocento , Grimaldi, Nápoles, véase las re exiones de H. Ballon y D. tedesche nel contesto europeo. Dai 2009. Friedman, “Portraying the City in Early prototipi alla fotogra a (C. de Seta y D. 7 Para una síntesis véase C. de Seta, Modern Europe: Measurement, Repre- Stroffolino, Ed.), Edizioni Scienti che Ita- Ritratti di città , dal Rinascimento al seco- sentation, and Planning”, en The His- liane, Nápoles, 2012, pp. 319-342. lo XVIII , Einaudi, Turín, 2011, pp. 13-25. tory of Cartography, vol. 3. Cartography 3 El mismo Vasari ( Le vite de’ più Para la atribución de la pintura a Fran- in the European Renaissance (D. Wood- eccellenti pittori, scultori e architetti , cesco Rosselli véase íd., “La fortuna del ward, Ed.), vol. 3, Part. I, The University in Le Opere (G. Milanesi, Ed.) Sansoni, “ritratto di prospectiva” e l’immagine of Chicago Press, Chicago, 2007, pp. Florencia, 1906, Vol. III, pp. 173-174) se delle città italiane nel Rinascimento”, en 680-704. orgullece de utilizar unos instrumentos A volo d’Uccello , Jacopo de’ Barbari e le 14 J. Pimentel, El Rinoceronte y el para la realización de la vista de Floren- rappresentazioni di città nell’Europa del Megaterio. Un ensayo de morfología his- cia bajo asedio de 1530, pintada en el Rinascimento , Arsenale, Venecia, 1999, tórica, Abada, Madrid, 2010, pp. 80-81. Palazzo Vecchio. Durante el Cinquecen- pp. 28-36. 15 Cf. G. Di Marzo, La pittura in Pa- to , de hecho, asistimos a la producción 8 Véase, D. Woodward, Cartogra a lermo nel Rinascimento , Reber, Palermo, de distintos tratados relativos a instru- a stampa nell’Italia del Rinascimento , 1899, p. 195. mentos cientí cos utilizados para el Sylvestre Bonnard, Milán, 2002, p. 18. 16 Sobre los dibujos y la actividad de levantamiento topográ co. Sobre este 9 En Sicilia solamente la ciudad de Polidoro a Messina, véase P. Leone de tema véase el estudio de D. Stroffolino, Messina presumía de una  orida activi- Castris, Polidoro da Caravaggio. L’opera La città misurata. Tecniche e strumenti dad tipográ ca basada en la producción completa , Electa Napoli, Nápoles, 2001. di rilevamento nei trattati a stampa del de cartas náuticas. A este respecto véase Véase también M. R. Nobile, “Alle ori- Cinquecento , Salerno, Roma, 1999; A. Ioli Gigante, “Le of cine di carte nau- gini del ‘barocco meridionale’: Archi íd., “Trattati e strumenti di rilevamen- tiche a Messina nei secoli XVI e XVII”, ef meri a Napoli e Messina tra la  ne to fra il Cinquecento e il Settecento”, Archivio Storico Messinese , vol. XXX, del VI e primo XVII”, en Fiestas y me- en L’immagine della città europea dal 1979, pp. 101-113. cenazgo en las relaciones culturales del Rinascimento al secolo dei Lumi (C. de 10 A. W. Atlas, “Aggio visto lo Mediterráneo en la Edad Moderna (R. Seta, Ed.), Skira, Venecia, 2014, pp. mappamondo a new reconstruction”, Camacho Martínez, Coord.), Ministerio 109-123, y relativa bibliografía. en Studies in Musical Sources and Style: de Economía y Competitividad, Madrid, 4 Sobre la clasi cación y termino- essays in Honor of Jan LaRue (E. Wolf, 2012, pp. 115-122. Recientemente se logía especi ca de las distintas vistas y otros, eds.), A-R Editions, Madison, han encontrado dos dibujos de Polidoro de ciudades ha prevalecido la clasi ca- Winsconsin, 1990, pp. 109-117. durante su etapa siciliana que, sin em- ción de Raleigh Skelton (Introducción 11 Entre el siglo XV y XVII nació el bargo, no se relacionan con las vistas en G. Braun, Civitates Orbis Terrarum, género literario de los isolari , géne- aquí citadas. Véase a este respecto, D. 1572-1618 , Theatrvm Orbis Terrarum, ro que intentó representar el espacio Franklin, “Some new drawings by Poli- , 1965). Más recientemen- combinando el simbolismo de las cartas doro da Caravaggio from his Sicilian pe- te Fernando Marías ha propuesto otro náuticas con la descripción corográ ca e riod”, Master drawings , vol. 48, núm. 2, esquema válido F. Marías, “Tipologia histórica de los lugares visitados. Sobre 2010, pp. 155-162. delle immagini delle città spagnole”, en los isolari véase G. Tolias, “Isolarii, Fif- 17 Archivio di Stato, Palermo (ASPa), Città d’Europa iconogra a e vedutismo teenth to Seventeenth Century”, en The Tribunale del Real Patrimonio, Lettere

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 179

Viceregie, vol. 295, c. 261v, citado por “Pittori  amminghi nella Sicilia occiden- 31 ASPa, Tribunal del Real Patrimo- T. Viscuso, “Carlo V e Ferrante Gonza- tale al tempo di Pietro Novelli, nuove nio, Lettere Viceregie, vol. 653, f. 462v, ga in Sicilia”, en Vincenzo degli Azani acquisizioni documentarie ”, en Pietro publicado por Gazzè, “Le carte”, p. 80. da Pavia e la cultura  gurativa in Sicilia Novelli e il suo ambiente (M. P. Dem- 32 Cf. F. Negro, C. M. Ventimiglia, nell’età di Carlo V (T. Viscuso, Ed.), Edi- ma, Ed.), Flaccovio, Palermo, 1990, pp. Atlante di città e fortezze del Regno di print, Siracusa, 1999, p. 28. 101-114; G. Mendola, “Un approdo Sicilia 1640 (N. Aricò, Ed.), Sicania, Mes- 18 Ibíd. , pp. 25-37. sicuro. Nuovi documenti per Van Dyck sina, 1992, pp. XIII-XIV. Manfrè Valeria e Gerardi a Palermo”, en Porto di mare 19 Cf. A. Palazzolo, Le torri di Depu- 33 Cf. J. Schulz, “Maps as Meta- 1570-1670 , pittori e pittura a Palermo tazione nel regno di Sicilia (1579-1813) , phors: Mural Map Cycles of the Italian tra memoria e recupero (V. Abbate , Ed.), ISSPE, Palermo, 2007, p. 86, nota 96. Renaissance”, en Art and Cartography Electa Napoli, Nápoles, 1999, pp. 88-93. 20 S. Deswarte-Rosa, “Domenico (D. Woodward, Ed.), University of Chi- 25 Giuntalodi, peintre de D. Martinho de Sobre el pintor  amenco véase cago Press, Chicago, Londres, 1987, pp. Portugal à ”, Revue de l’Art , vol. T. Viscuso, Simone de Wobreck, en L. 97-122. Sobre el uso de los mapas en los 80, 1988, pp. 52-60: 57. Sobre Giunti Sarullo, Dizionario degli artisti siciliani , espacios domésticos venecianos véase véase la monografía de N. Soldini, Nec Pittura , vol. II, Palermo, 1993, pp. 572- C. Genevieve, “Making an Impression: spe nec metu. La Gonzaga: architetturas 573; A. G. Marchese, B. de Marco Spata, The Display of Maps in Sixteenth-Cen- e carte nella Milano di Carlo V , L. S. Ols- “Albina, Navarrete, Novello, Potenzano, tury Venetian Homes”, Imago Mundi , chki, Florencia, 2007. Wobreck & co. Nuovi documenti sui vol. 64, 2012, pp. 28-40. pittori siciliani della Manera”, en Ma- 21 Tenemos constancia de algunas 34 Estas representaciones cartográ - nierismo siciliano. Antonino Ferraro da misivas de 1541 y 1542 entre Giunti y cas, sin embargo, reproducen modelos Giuliana e l’età di Filippo II di Spagna Gonzaga mientras este último se encon- arcaicos que se alejan de las considera- (A.G. Marchese, Ed.), Actas del con- traba en Messina con la que el pintor, das por el presente estudio. Véase sobre greso de estudios de Giuliana, Castello desde Palermo, informaba de las obras este asunto Le pitture murali della Galle- Federiciano, 18-20 de octubre de 2009, llevadas a cabo en el Castellammare. Cf. ria delle carte geogra che (R. Almagià, Ila Palma, Palermo, 2010, pp. 345-372. G. Di Marzo, La pittura a Palermo nel Ri- Ed.), vol. III, Biblioteca Apostolica Vati- 26 nascimento, storia e documenti , Reber, ASPa, Secrezia di Palermo, vol. cana, Città del Vaticano, 1952, p. 11. 444, f.122, publicado por F. Meli, “Si- Palermo 1899, pp. 195 y 278 y G. Cam- 35 Sobre el uso de los mapas en ám- mone de Wobreck pittore olandese”, pori, Lettere artistiche inedite , tipogra a bito  amenco véase S. Alpers, Arte del Archivio Storico Siciliano , n.s., a. III, fasc. dell’erede Soliani, Modena, 1866, p. descrivere . Scienza e pittura nel Seicen- 2, 1878, pp. 202-207. 248. Sobre las obras arquitectónicas de to olandese , Bollati Boringhieri, Turín, 27 Giunti véase M.S. di Fede, “La gestione Sobre los mapas impresos de Sici- 2011, 195-275. dell’architettura civile e militare a Paler- lia (1477-1861) véase el estudio exhaus- 36 G. Vasari, Le vite , p. 498. mo tra XVI e XVII secolo: gli ingegneri tivo en Sicilia 1477-1861. La collezione 37 Le pitture murali ; F. Fiorani, Carte del regno”, Espacio, Tiempo y Forma , Spagnolo-Patermo in quattro secoli di serie VII, núm. 11, 1998, pp. 135-153: cartogra a (V. Valerio, Ed.), 2 vols., Edi- dipinte, arte, cartogra a e politica nel Ri- 137, nota 5. zioni Paparo S.r.L, Nápoles, 2014. nascimento , Panini, Modena, 2010, pp. 31-55; íd., “Post-Tridentine ‘Geographia 22 Sobre la actividad siciliana de 28 ASPa, Real Cancelleria di Sici- Sacra’. The Galleria delle Carte Geo- Domenico Giunti véase: G. Grosso Ca- lia, vol. 425, ff. 485-486, publicado gra che in the Vatican Palace”, Imago copardi, Memorie storiche di Antonino por L. Gazzè, “Le carte cinquecentes- Mundi , vol. 48, 1996, pp. 124-148. Paolo Pilaja, Domenico Giuntalocchi e che per il governo del territorio”, en 38 Giacomo del Duca , Stamp. di T. Capra, L’insediamento nella Sicilia d’età moder- La Galleria delle Carte Geogra- Messina, 1842; A. Giuliana Alajmo, Ar- na e contemporanea (E. Iachello, P. Mili-  che in Vaticano (L. Gambi, A. Pinelli, chitetti regi in Sicilia dal sec. XIII al sec. tello, Eds.), Actas del Congresso Interna- Coord.), 3 vols., Panini, Modena, 1994. XIX , S. Pezzino e F., Palermo, 1952, pp. cional, Catania 20 septiembre de 2007, 39 Sobre la imagen de Bolonia véan- 12-13. Edipuglia, Bari 2008, p. 79. se las observaciones de G. Ricci, “Ciu- 23 Cf. Palazzolo, Le torri , p. 86, nota 29 Archivo General de Simancas dad amurallada e ilusión olográ ca. 96. (AGS), Estado, 1137, f. 107, 2 de julio Bolonia y otros lugares (siglos XVI-XVIII), en La ciudad y las murallas (C. de Seta, 24 ASPa, Real Cancelleria di Sicilia, de 1572, publicado por L. Dufour, Atlan- J. Le Goff, Eds.), Cátedra, Madrid, 1991, vol. 425, ff. 485-486v, Carta del virrey te storico della Sicilia: le città costiere ne- pp. 261-285. Avalos, marqués de Pescara, 20 de mar- lla cartogra a manoscritta 1500-1823 , 40 zo de 1560, publicada por R. Giuffrida , A. Lombardi, Palermo, 1992, p. 45. Cf. V. Valerio, Società, uomini e Il De’ Medici e il progetto del Piazzi per 30 ASPa, Tribunale del Real Patri- istituzioni cartogra che nel mezzogior- una carta geogra ca dell’isola , Accade- monio, Lettere Viceregie, vol. 653, f. no d’Italia , Istituto geogra co militare, mia nazionale di scienze lettere e arti di 462r, 20 de agosto de 1577, publica- Florencia, 1993, p. 54. Palermo, Palermo, 2002, p. 14. Sobre el do por C.A. Garu , Fatti e personaggi 41 Cf. R. Gallo, Le mappe geogra - panorama  gurativo y el amplio grupo dell’Inquisizione in Sicilia , Sellerio, Paler- che del Palazzo Ducale di Venezia , a spe- de pintores  amencos véase T. Viscuso, mo, 1978, p. 209. se della R. Deputazione, Venecia, 1943;

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 180 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea

W. Hermann, “Un ritratto sconosciuto 50 Pietro D’Asaro. Il “Monocolo di lo mismo sucede con las ciudades de della ‘Signora Clara’ in Palazzo Ducale Racalmuto” 1579-1647 (M. P. Demma, Alcalá de Henares, Guadalajara, Cuen- di Venezia: nota sulle mappe geogra - Ed.), Arti Gra che Siciliane, Palermo, ca, pero con fecha 1565. Sobre el tér- che di Giambattista Ramusio e Giacomo 1984, pp. 82-83. mino ad vivum , aunque haciendo más Gastaldi”, Studi umanistici piceni , vol. 51 M. B. Failla, Committenti d’età hincapié en el mundo natural, véase C. 14, 1994, pp. 207-228. barocca: le collezioni del principe Ema- Swan, “ Ad vivum, naer het leven , from 42 Il Palazzo Farnese a Caprarola (I. nuele Filiberto di Savoia a Palermo e la the life: de ning a mode of representa- Valeria Manfrè Valeria Faldi, Ed.), SEAT, Túrin, 1981. decorazione di Palazzo Taf ni d’Acceglio tion”, Word & Image , vol. 11, núm. 4, 43 Cf. M. Bourne, “Francesco II Gon- a Savigliano , U. Allemandi, Turín, 2003, 1995, pp. 353-372. Más allá de la ter- zaga and Maps as Palace Decoration in p. 47 y p. 58. minología holandesa descrita por Swan, Renaissance Mantua”, Imago Mundi , 52 Sobre la comisión de esta galería conviene ver también la contribución de vol. 51, 1999, pp. 51-82; R. Berzaghi, de Palermo véase V. Manfrè, I. Mauro, P. Parshall, “Imago Contrafacta: Images “La ‘Galleria delle città’ nel Palazzo “Rievocazione dell’immaginario asburgi- and facts in the Northern Renaissance”, Grande di Sabbioneta”, Civiltà Manto- co: le serie dei ritratti dei vicerè e gover- Art History , vol. 16, núm. 4, 1993, pp. vana , vols. 61/62, 1977, pp. 377-388. natori nelle capitali dell’Italia spagnola”, 554-579. 58 44 Lo Stato dipinto. La Sala delle en Ricerche sul ’600 napoletano. Saggi e Sobre el método de trabajo de Vedute nel Castello di Spezzano (F. Cec- documenti 2010- 2011 (G. De Vito, Ed.), Wyngaerde véase E. Haverkamp-Bege- carelli, M. T. Sambin De Norcen, Eds.), Arte’m, Nápoles, 2011, pp. 122-127. mann, “The Spanish Views of Anton Marsilio, Venecia, 2011. 53 También el III conde de Pastrana van den Wyngaerde”, Master Drawings , 45 Otras vistas de Wyngaerde deco- poseía una rica colección de paisajes vol. 7, núm. 4, 1969, pp. 375-399 y la raban la Sala de retratos del Pardo. F. Pe- ermitaños. Cf ., J. M. Morán Turina, F. versión revisitada “Las vistas de España reda, “Immagini di Madrid, fra scienza Checa, El coleccionismo en España: de de Anton van den Wyngaerde”, en Ciu- e arte”, en L’Europa moderna: cartogra- la cámara de maravillas a la galería de dades del Siglo de oro. Las Vistas Espa-  a urbana e vedutismo (C. de Seta, D. pinturas , Cátedra, Madrid, 1985, p. ñolas de Anton Van den Wyngaerde (R. Stroffolino, Eds.), Electa Napoli, Nápoles, 236; E. Galera Mendoza, “Herman van L. Kagan, Ed.), El Viso, Madrid, 1986, 2001, pp. 130-132. Swanevelt y la pintura de Paisaje en la pp. 57-58 y 66. Por último véase el es- tudio de R. E. Gregg, “Further insights 46 A.R. Navarrete Orcera, La mito- colección real español del siglo XVII”, into Anton van den Wyngaerde’s wor- logía en los palacios españoles , Univer- Goya , núm. 280, 2001, pp. 21-29. Por king methods”, Master drawings , vol. sidad Nacional de Educación a Distancia, último recordamos que también los es- 51, núm. 3, 2013, pp. 323-342 y relativa Centro asociado Andrés de Vandelvira, pacios religiosos, como las salas del Mo- bibliografía sobre el tema. Jaén, 2005, p. 33. nasterio de las Descalzas Reales de Ma- drid, acogían esta tipología de pintura. 59 Sobre el atlas de ciudades de Es- 47 Sobre el palacio y los frescos véa- Véase M.T. Ruiz Alcón, Monasterio de paña véase Ciudades del Siglo de oro , y se el estudio de R. López Torrijos, “Po- las Descalzas Reales , Editorial Patrimonio su edición ampliada de 2008. der, relato y territorio en la pintura del Nacional, Madrid, 1987, p. 68. 60 siglo XVI”, en Arte, poder y sociedad en Sobre estos atlas véase L. Nuti, 54 la España de los siglos XV a XX , Depar- F. Pereda, F. Marías, “Pedro Te- Ritratti di città: visione e memoria tra tamento de Historia del Arte, Instituto xeira nella Spagna del Seicento: tra co- Medioevo e Settecento , Marsilio, Vene- de Historia, Consejo Superior de Investi- rogra a e cartogra a”, en Tra oriente e cia, 1996. gaciones Cientí cas, Madrid, 2008, pp. occidente. Città e iconogra a dal XV al 61 A este proyecto le siguió el atlas 179-192; I. Rodríguez Moya, “La ciudad XIX secolo (C. de Seta, Ed.), Electa Na- de ciudades de Felipe II que debía llevar en los frescos del Palacio de El Viso del poli, Nápoles, 2004, pp. 143-157: 143. a cabo la representación de las provin- Marqués”, en El sueño de Eneas: imáge- 55 E. Guidoni, “La revolución de cias de los Países Bajos iniciado por su nes utópicas de la ciudad (V. Mínguez, las imágenes”, en E. Guidoni, A. Mari- padre. W. Bracke, “Jacob van Deventer Ed.), Universitat Jaume I, Castellón, no, Historia del urbanismo. El siglo XVI , e l’atlante di città dei Paesi Bassi”, en Le 2009, pp. 89-120. Instituto de estudios de administración, città dei cartogra : studi e ricerche di 48 Sobre la interpretación iconográ- Madrid, 1985, pp. 116-187: 144. storia urbana (C. de Seta, B. Marin, Eds.),  ca de los lienzos véase C. Guastella, 56 Véase el análisis y la catalogación Electa Napoli, Nápoles, 2008, pp. 38-48; “Ricerche su Giuseppe Alvino detto il de su producción en M. Galera i Mone- C. Koeman, M. van Egmond, “Surve- Sozzo e la pittura a Palermo alla  ne gal, Antoon van den Wijngaerde, pintor ying and Of cial Mapping in the Low del Cinquecento”, en Contributi alla de ciudades y de hechos de armas en la Countries, 1500-ca. 1670”, en History storia della cultura  gurativa nella Sici- Europa del Quinientos , Generalitat de of Cartography , pp. 1246-1295. lia occidentale tra la  ne del XVI e gli Catalunya, , 1998. 62 F. Pereda, F. Marías, El Atlas del inizi del XVII secolo , Atti della giornata 57 En algunas vistas como la de Zara- Rey Planeta. La “Descripción de España di studio, Recalmuto 15 de febrero de goza, Monzón, Lérida, Montserrat, Bar- y de las costas y puertos de sus reinos 1985, Arti gra che siciliane, Palermo, celona, Tarragona, Tortosa, Murviedro, de Pedro Texeira (1634) , Nerea, Madrid, 1985, p. 52. , Játiva, el autor recita “Anto 2002 y sobre todo la edición ampliada 49 Ibíd. , pp. 57-58. van den Wyngaerde f. ad vivum 1563”, de 2009.

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181 Realidad, arti cio y  cción: la representación de la ciudad mediterránea 181

63 Sobre los atlas manuscritos de Si- de Camillo Camiliani en España (1604)”, 74 De Messina y otras ciudades de la cilia véase V. Manfrè, “La Sicilia de los Locus Amoenus , vol. 12, 2013-2014, raccolta Lafréry (Milán, Génova, Roma y cartógrafos: vistas, mapas y corografías pp. 79-106. Nápoles), se ha intentado reconstruir un en la Edad Moderna”, Anales de Historia 68 Ernst Gombrich expresó su pa- hipotético método de realización. Véase del Arte , vol. 23, 2013, pp. 79-94. recer en 1960 acerca de este libro: “A D. Stroffolino, “L’immagine urbana nel 64 Sobre la carrera profesional de meno di non voler credere che ques- XVI secolo. Gli Atlanti di Antoine La- Spannocchi véase A. Cámara Muñoz, te città fossero indistinguibili l’una fréry”, en Città d’Europa , pp. 199-200. Valeria Manfrè Valeria “El ingeniero cortesano. Tiburzio Span- dall’altra, come possono esserlo attual- 75 Las ediciones  amencas son la nocchi, de Siena a Madrid”, en “Libros, mente le loro periferie, dobbiamo con- de Jan Jansson (Ámsterdam 1657), caminos y días” El viaje del ingeniero (A. cludere che né l’editore, né il pubblico si Matthäus Merian (Frankfurt 1688), Fre- Cámara Muñoz, B. Revuelto Pol, Eds.), preoccupavano di sapere se le didascalie derick De Wit (Ámsterdam 1702) que Fundación Juanelo Turriano, Madrid, dicevano o meno il vero. Tutto quello reutilizó la de Jansson y Gerard van 2016, pp.11-41. che ci si aspettava da esse era di con- Keulen (dibujo, Ámsterdam 1726) y han 65 El primer atlas que nos ha llegado vincere il lettore che questi erano nomi sido debidamente comentadas en N. es el de Tiburzio Spannocchi conserva- di città”. E. Gombrich, Arte e illusione , Aricò, “Segni di Gea, gra e di Atlante. do en la Biblioteca Nacional de España Einaudi, Turín, 1965, p. 84. Immagini della Falce dal VI secolo a.c. (BNE), Ms. 788, Descripción de las mari- 69 Nuti, Ritratti , p. 64. all’epifania della Cittadella”, en La peni- nas de todo el reino de Sicilia…, dirigido 70 Entre éstas, algunas ciudades ita- sola di San Raineri, diaspora dell’origine al Príncipe Don Felipe Nuestro Señor , lianas, como Florencia, Roma, Venecia (N. Aricó, Ed.), Sicania, Messina, 2002, en el año de MDXCVI . Del manuscrito y Génova, y por supuesto Núremberg, pp. 35-45. existen dos reproducciones facsímil: Ti- la ciudad de nacimiento del autor, así 76 Sobre la imprenta y la comunica- burzio Spannocchi, Marine del Regno di como unas cuantas ciudades alemanas, ción visual véase W.M. Ivins, Prints and Sicilia (R. Trovato, Ed.), Ordine degli Ar- bien conocidas por Schedel, y que nece- Visual Communication , The Mit press, chitetti della Provincia di Catania, Cata- sitaron de un relieve topográ co. Cambridge, 1996. nia, 1993; La Sicilia di Tiburzio Spannoc- 71 Lo mismo sucedía en el mundo de 77 Cf., W. Benjamin, La obra de chi: una cartogra a per la conoscenza e la ciencia, tal y como re ere K. Pomian, arte en la época de su reproductibilidad il dominio del territorio nel secolo 16 (C. “Vision and Cognition”, en Picturing técnica , en Obras , libro I, vol. 2, Abada, Polto, Ed.), Istituto geogra co militare, Science, Producing Art (C.A. Jones, P. Madrid, 2008, pp. 7-87. Florencia, 2001. Galison, Eds.), Routledge, Nueva York, 78 Cf., D. Stroffolino, L’Europa “a 66 Spannocchi, Descripción , f. 2r. Londres, 1998, pp. 211-232. volo d’uccello”: dal Cinquecento ad 67 El códice de Camillo Camilliani 72 La planta ha sido reproducida en Alfred Guesdon , Edizioni scienti che se compone de una descripción literaria L. Benevolo, La città italiana nel Rinasci- italiane, Nápoles, 2012, pp. 77-113. El y un álbum grá co. Este último, com- mento , Milano, 1969, tabla IV. Sobre la género seguirá teniendo gran fortuna puesto por 218 diseños, se custodia en vista de Catania incluida en el Civitates también en España. Guesdon dibujaría la Biblioteca Nazionale Universitaria de véase E. Iachello, “La pianta/veduta di un conjunto de veinte y cuatro láminas Túrin (BNUT), Ms. N.I.3. Véase la edición Catania nelle “Civitates” di Braun e Ho- agrupadas bajo el título de L’Espagne a crítica: L’opera di Camillo Camiliani (M. genberg: il modello “locale”, en Le città vol d’oiseau (ca. 1853). Véase A. Gámiz Scarlata, Ed.), Istituto poligra co e Zecca dei cartogra , pp. 122-127. Gordo, “Paisajes urbanos visto desde dello Stato, Roma, 1993 y para la des- 73 Sobre la relación entre el texto globo: dibujos de Guesdon sobre fotos cripción literaria se reenvía al reciente y las representaciones cartográ cas de de Clifford hacia 1853-55), EGA: revista estudio de L. Gazzè, “Descrivere e go- Sicilia me permito remitir a V. Manfrè, de expresión grá ca arquitectónica , vol. vernare il territorio nel Cinquecento. La “The perception of the spaces in the 9, 2004, pp. 110-117. ricognizione della Sicilia di Giovan Battis- Mediterranean chorographic literature 79 Sobre la función del objeto utili- ta Fiesco e Camillo Camilliani”, Archivio of the Seventeenth century”, en Litera- zado o poseído véase las re exiones de Storico per la Sicilia Orientale , CIII, III, ture and Geography: the writing of spa- J. Baudrillard, El sistema de los objetos , 2007, pp. 51-103. Camilliani, después ce throughout History (E. Peraldo, Ed.), Siglo XXI, Madrid, 2010 (1º ed. 1968), de su etapa siciliana se trasladó a tra- Cambridge Scholars Publishing, New- p. 92. bajar en España. J. Bosch Ballbona, “La castle upon Tyne, 2016, pp. 168-188. fortaleza que quiso ser palacio. Noticia

QUINTANA Nº15 2016. ISSN 1579-7414. pp. 167-181