Universidadde Dpto.de GeografíaHumana

TesisDoctoral

LA INMIGRACION EN LA PROVINCIADE ALICANTE (1960- 1e86)

TOMO I

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Presentadapor JOSÉRAMÓN VALERO ESCANDELL y dirigidapor D. VICENTEGONZALVEZ PEREZ (Catedráticode GeografíaHumana)

Alicante,septiembre de 1989 INDICE

Tomo I

INTRODUCCION 9

1 UNA PROVINCIA DEMOGRATTCAMENTEPROGRESIVA 26

1.1 EI crecimiento vegetativo 33

1 .2 Los saldos rnigratorios 43

1.3 Un crecimiento espacialmente desigual 47

1.4 Los años cincuenta, el cambio de tendencia 52

Notas 60

2 EL DESARROLLOECONOMICO 63

2.1 Evólución del valor añadi-do bruto 74

2.1 .1 Sector primario 80

2,1 .2 Sector secundarlo 90

2.1.3 Sector terclario 107

2.2 Evolución del empleo 134

2.2.1 Tasas de actlvidad y Paro 155

2.2.2 frabajo femenino y economla sumergida 166

2.3 Resta, precios y consumo 179

2.3.1 La mejora de la renta 179

2.3.2 Evoluclón del f.P.e. 195

2.3.3 Otros indicadores 199

Notas 207 3 DIFERENCIACION ESPACIAL DEL CRECIMIENTO DEMOGRAFICO 217

3.1 Distribución espacto-temporal del crecfmiento y las mLgraciones 219

3.1.1 La evolución de los nuniclplos ZZ1

3.1 .1 .1 Municlpios regresivos 221 3.1.1.2 Población con crecimiento pese a Ia emlgración 227 3.1 . I .3 Munfclplos moderadamente inmigratorios 230 3.1.1.4 Munietplos de crecimiento rápido y fuerte Lnmigración. 233

3.1.2 La evolución por comarcas 240

3.1.2.1 Creclmiento lento con emlgración 241 3.1 . 2.2 Crecimiento con lnmlgraclón moderada 242 3.1 .2.3 Crecimiento rápldo con fuerte inmigración 245

3.1.3 Un crecimiento en dos tiempos 247

3.1 .3.1 1961 -75 ¡ la inmi.graclón generada por el desarrollo industrtal. 249 3.1 .3.2 197G-86: La inmigración atrafda por las actividades terciarias 253

3,1.4 Distribución de los saldos migratorlos- más recientes 254

3.2 Factores definitorios de Ia redistribución espacfal 271

3.2.1 La altitud, al regadío y Ia red de earreteras 272

3 .2,1 .1 La altitud 272 3.2.1 .2 nI regadío 276 3.2.1 .3 La red de carreteras 279

3.2.2 La creciente concentraclón de Ia población en las cludades 282 3.2.3 Diferenciaclón de edades 298

3.2.4 La actividad de la población 309

Notas 324 Tono II

4 MIGRACTONESINTRAPROVTNCIALES 328

4.1 Las razones de una migración diffcltmente cuantiflcable 328

4.1 .1 . Evolución y comparaclón eon las migraclones relacionadas con el resto del Estado 333

4.1.2 Causas favorecedoras de las migraciones intraprovinciales 338

4.1 .2.1 "ta cercanía 338 4.1 .2.2 El éxodo rural 343 4.1 .2.3 No sólo éxodo rural 350 4.1 .2. 4 Otros factores 361

4.2 Dlstribución espacial de las migraciones intraprovinciales 366

4.2.1 El predominio de los desplazamientos intracomarcales 382 ' 4.2.1 .1 Almoradl 3gs 4.2.1.2 391 4.2.1 .3 Denla 395 4.2 .1. 4 Petre1 400 4.2.1 .5 rbi 404 4.2.2 Las áreas de salida 4A7

4.2.2.1 La Vega BaJa del Segura 408 4.2.2.2 El interlor montañoso del norte provJ-ncial 4'17

4.2.3 La fuerte atracclón de la capital 423

4.2.3.1 Zonlf icaclón n1 4.2.3.2 Los munlciplos del área metropolltana 433 4.2.4 Las áreas industriales 435 4.2.4.1 El Bajo Vinalopó $6 4.2.4.2 El Medio y AIto Vlnalopó 440 4.2.4.3 Los municiplos lndustriales de la montaña 446

4.2.5 Las áreas turísticas 448 4.3 Otras cuestiones 456

4.3.1 ta relación con los movimientos naturales de Poblacfón 157

4.3.2 éUna integración más fácil? {68

4.3.2.1 .Los casamientos de los inmigrados Lntraprovincfales: el caso de Ibi 479

4.3.3 Un dlferente rltmo de llegada 482

4.3.4 Las pedanf as 3 una trayectorJ"a peculiar 489

4.3.5 Migraclones pendulares 495

Notas 500

5 LOS INMIGRADOS LLEGADOS DESDE Et RESTO DE ESPAÑA 515

5.1 Dlstrlbución espaclal 53s

5.1.1 Las zonas de origen 53s

El País Valencf.ano, una comunidad :.1.2 demográf icamente Lnvertebrada 556

5.1 .3 La castellano-manchega, una fnmlgración tfpica de éxodo rural. s65

5.1 .4 Los .murcianos, la inmigraclón más antigua 582

5.1.5 Los andaluces, una inmigración tardía pero masÍva. 593

5.1 .6 Otras procedencias¡ la expansión del área de influencia 614

5.1 .6.1 Regiones emisoras de fuerte emigracLón 616 5.1 .6.2 Llegadas desde provlncias de fuerte inmigración 622

5.1 .7 Las zonas de llegada 631

5.2 CaracterÍsticas de Ia lnmigración extraprovincial 639 540 5.2.1 Sexo Y estado civil

5.2.2 La edad de los inmigrados I influencía sobre eI crecimiento vegetativo 651 alicantfno 662 5.2.3 Distribución laboral

5.2.3.1 La estructura }aboral de los inrnigrados inicl-ales¡ eI caso de Petrel 675 eI 5.2.3.2 Diferencias laborales según lugar de origen 680

684 5.3 Otras cuestiones

684 5.3.1 Analfabetismo y nlvel cultural 585 5.3.1 .1 EI analfabetismo 5.3.1.2 El nivel de instrucclón 698 706 5.3.2 Grado de conocimiento del valencLano

5.3.3 Zonificación urbana y resldencia de 730 inmigrantes

5.3.3.1 Un eJemPlo global: Ibi 742 'Ios 5.3.4 La integración profunda: matrimonios mixtos 750

5.3.4.1 Los matrimonios mixtos autóctono- inmÍgrado 761

770 Notas

Tomo III

787 6 LA INMIGRACION LLEGADA DESDE EL EXTERIOR

789 6.1 Evolución Y cifras absolutas

6.1 .1 ExtranJeros en Alicante: un colectivo 794 diflcll de evaluar 6.1 .2 La inmigración de principlos de siglo: un colectivo reducido e lntegrado 800

6.1 .3 Un crecimlento reclente y acelerado 806 6.1.3,1 Los "pleds-nolrs": primer gran colectivo 809 6. 1 .3. 2 Los años setenta: un proceso sólldo pese a la crLsis 815 6.1.3.3 Los años ochenta 817

6.1.4 Hipótesis cara aI futuro 823

6.1,5 La inmlgración exterior de 1986 dlstribuida según Ia fecha de llegada 830

6.1.6 EI aumento de los residentes extranjeros en Alicante: un pToceso l-ntegrado en una transformaclón a escala estatal 836

6.2 Pafses de origen y causas de los asentamLentos 846

6.2.1 La irrupción reciente de los europeos 853

6.2.2 Los factores de atracción 858

6.2.3 Los otros lnmigrados 878

' 6 .2.3.1 Los latinoamericanos 888 6.2.3.2 Los asiátlcos 894 6.2.3.3 Los afrfcanos 897

6.2.4 Los retornados 906

6.3 Distrfbución espaclal de los innigrados desde el exterior 920

6.4 AnáIlsls de las caracterísüicas fundamentales 937

6.4.1 Distrlbución por sexo y edad 937

6.4.1.1 Una atípica distribución por edades 946

6.4.2 La aetivldad laboral de los extranjeros 962

6 .4 .2 .1 Los inactlvos 974 6.4.2.2 La población activa 980

6.4.3 Titulaclón académica 995 6.5 La vida cotidiana de los resldentes extranJeros 1.005

6.5.1 El aprendizaje de una lengua dl"stlnta 1.006

6.5.2 La prensa para extranjeros 1 .01 3

6.5.3 El de la educación, derecho complicado 1.021

6.5.4 Mantener la propla fe 1.029

6.5.5 La atención sanitaria 1.036

6.5.6 Et mantenimiento del contacto con eI pals de origen 1.040

6.5.7 La particlpación polftica, éun problema futuro? 1.045

6.5. I Otras cuestl.ones 1 .053

Notas 1,063

7 MOVIMIENTOS MIGRATORIOS TEMPORALES 1 .084

7.1 Los t'emporeros agrarios 1.088

7.2 tos temporeros de la hostelerfa 1.100 7.3 La inmigración temporal en la construcción 1,106

Notas 1.111

CONCLUSIONES 1.113

BIBLIOGRAFTA 1 .152

Tomo IV

APENDICES ESTADISTICOS

APENDICES DOCUMENTATES INTRODUCCIOT!

EI objeto del presente estudio es eI anáIisis del

intenso fenómeno inmigratorio producido en Ia provincia de

Alicante a partir de 1960, fenómeno que -si bien se

eneuentra inmerso en un proeeso generalizado de ámbito

superior al de esta provincia- muestra aquí peculiariclarles

diferenciales. a causa de sus variados eomponentes, puesto

que se entremezclan corrientes rnigratorias de muy diversas

caracterÍsticas (desde Ios frecuentes desplazamientos

intraprovinciales aI cada vez más intenso y perceptible que afincamiento de extranjeros) en un espacio geogrático

-pese a su reducida extensión- muestra una amplísima

disparidad de situaciones: desde aquellos municipios en los

que e1 éxodo rural hace peligrar su propia supervivencia gue como pueblo hasta aquellos de crecimiento tan brusco

puede llevar a la desaparición de sus rasgos culturales

antaño definitorios.

No es que eseaseen en absoluto las investigaciones de

carácter clemográfico sobre estas comarcas del sur varenciano! son, por contra, numerosos y en muchas ocasiones excelentemente realizados; pero tal vez hacÍa falta un estu

Cuadernos de GeoqrafÍa) r pero más frecuentemente de ámblto comarcal- (como 1os de Costa Mas, Matarredona Coll o euereda

Sala) e incluso local (caso del análfsís de Quiñonero

Fernández sobre er Padrón

Vinatopó), en los que Ia cuestión ha sido tratada eon seriedad y acierto, easi siempre ofreciendo además una clocumentadísima introducción histórica sobre el tema; otros autores han abordado las mlgraciones haclendo hincapié en su incidencia económica y polÍtica sobre Ia sociedad en la gue se establecen (caso del estudio de A, Seva sobre los "pieds- noirs" o el de Gaviria sobre el asentaml-ento de extranjeros en eI litoral). El presente trabajo ha partido, slempre gue ello ha sido posible, de Ia bibllografía preexistente a la hora de analizar eomareas y municipios, colectivos diferenciados o situaciones concretas; dado que muchos

estudios analizan }a estructura demográfica en fechas en

eü€r por ejemplo, el éxodo rural como fenómeno masivo aún no

había concluido, nos han servido de referencia para

contrastar Ia evolución del periodo más reciente, dado gue a

menudo aportan datos locales mucho más pormenorizaclos que

Ias publicaciones estadísticas oficiales.

El estudio ha sido dividido en síete capltulos, aungue

sóIo los euatro úttimos aborden de lleno eI fenómeno

inmigratorio. EI capltulo primero intenta subrayar el fuerte

crecimiento demográfico alicantino y realzar eI papel de Ia

inmlgración como factor determinante de áquet. Et seglundo'

trata de explicar -intentando no abandonar nunca el objetivo

demográfico del estudio- las transformaciones económicas que

hicíeron .posible un crecimiento del empleo y una mejora del nivel de vida que frenaron la sangrfa emigratoria alicantina

y alentaron eI asentamiento en este territorio de gentes de

cada vez más alejadas procedencias. En eI capÍtulo tereero

se realiza una diferenciación espacial del crecj-miento

demográfico para reflejar cómo su evolución (y,

consíguientemente, la intensidad del proceso inmigratorio)

no fue homogénea sinor POr contra, ftuY contrastada entre eI

litoral y el interior, entre e} llano y Ia montaña, entre

los pequeños municipios agrarios y las eiudades inclustriales

Y/o terciarizadas.

El resto de capítulos abordan sucesivamente las

migraciones fntraprovinciales (recalcando el faetor rupturas cercanla, el afectivo y eI éxodo rural sin resto deI Estado bruscas), Ias migraeiones procedentes del

(tratando de comprender los motivos que forzaron las sido masivas y' migraciones en el momento en que 6stas hayan las por tanto, hayan constituiclo un fenómeno colectivo), momento la llegaclas

y la llegada Aunque los saldos migratorios positivos con masiva de inmigrantes de provincias eercanas comenzó el hecho de seguridacl en Ia segunda mitacl de los cincuenta, a que acotar eI estudio entre los años 1960 y 1986 se debe que refleja, al es eI Censo de Población de 1960 el primero poblaciones ( se ha analizado a fondo eI menos en . algunas No obstante, siempre easo

de tipo Las fuentes utitizadas han siclo, además de Ias variadas a bibliogrático antes descritas, necesariamente que han debido ser causa de los distintos aspectos del I.N.E' -y en su analizados. Junto a las publicaclones valenciana o del caso de Ia Dlrecció General d'Estadística ha investigado en Instituto Español de Emigración- se civiles de archivos municipales, parroquiales y registros estudlos económicos diversas poblaciones, se han consultado Banco de Bilbao' de institueiones privadas (en especial del -siempre pero tambián de Banesto, C.A,M., PREVASAy otros) Y ha que se ha considerado imprescindible o necesario- se encuestas o recurrido a las fuentes periodísticas I a las

cuestionarios e incluso a las entrevistas con aquellas

personasquepudiesenaportarinformacionesvaliosas.

de Los datos del I.N.E., junto con el Padró d'Habitants Hisenda de la 1986 de Ia Conselleria d'Economi'a i I'N'E' Generalitat (que utiliza los datos recogidos por eI ) que ha podido han sido Ia fuente básica sobre la se del construir Ia estructura fundamental, eI esqueleto, gue se presente trabajo. si bien son muchas las objeciones

han realizado a los datos deI I.N.E. es cierto 9ü€, publicación globalmente, parecen mejorar con el tiempo: la supera de la Generalitat Valenciana sobre eI Padrón de 1986 de los en cantidad de información y rlgor en el.tratamiento

datos a todas las anterfores; no obstante, se hace necesario que enumerar, dI menos, cuatro graves inconvenientes estudio dificultan o condicionan su utilización para un

demográfico de tiPo diacrónico:

r En primer lugar, fuentes que deberlan ser casi totalmente interior y complementarias -como el movimiento migratorio padrones- los datos de migraciones contenidos en censos y debido a una presentan diferencias (fuertes en atgún caso) reales ( los mlnusvaloración diferencial de las cifras ser inferlores, datos de censos y padrones, que cleberlan

superan a los del M.M-I. ) r Bxiste una marcada dlscontinufdad entre las

caraeteristicas analizadas en publicaciones similares de

años

clasificatorios, eiertas informaciones se poseen en

algunos años pero desaparecen en publicaciones suceslvas

(cabe destacar, €D este aspecto, Ia no inclusión rie

preguntas sobre distribuci6n de la poblacfón activa en las

hojas de empadronamiento cle 1986) o se desconocen datos

previos gue permitan valorar la evoluclón-

-de Salvo en los datos disponibles sobre el Padrón tie 1986

ahí Ia riqueza de dicha fuente para un estudio como el que

nos ocupa- la mayoría de publicaciones no diferencian a

los inmigrados de los autóetonos a la hora de ofrecer las

características de Ia población, lo que nos ha impediclo de

hecho la.utilizaci$n directa, rO estimativa, de sus clatos.

Se debe mencionar, adernás, la no cliferenciación rfe las

migraciones intra e interprovinciales a Ia hora de

estudiar su composición por Sexo, edad, estado civil y

situación laboral en los Anuarios Estadísticos-

r Por simples razones de espacio, las publicaciones del

I.N.E. no pueden ofrecer datos pormenorizados rle Ia

mayoría de municipios, salvo -en su easo- de }a capital o

de algunas grandes ciudades. El Padrón de 1986 €sr tambi$n

en este aspecto, una feliz excepción'

son precisamente las insuficiencias de los datos

ofrecidos por los organismos estatales los que hacen necesario el contraste eon otro tipo de fuentes¡ asl, Ia escasez de algunas informaciones económicas o la durlosa veracidad de otras ha obligado a Ia utilización de todo tipo de estudios económicos de carácter no oficialr €D espeeial el estudio bienal gue sobre la Renta Nacional

Asimismo, la existencia de aspectos difícilmente cuantificables a Ia hora de valorar el fenómeno migratorio es la raz6n básica por la gue se ha recurrido a cuestionarios (dirigidos a los consulados), entrevistas, encuestas y fuentes periodísticas. Estas últimas fuentes, que se han revelado de un gran interés' poseen no obstante una fuerte subjetividad inherente que obliga a utilizarlas

eon sumo cuidado, matizadamente y contrastando siempre

informaciones diversas; las fuentes periodísticas tienden a

resaltar los datos más sensacionalistas, "Ia noticia" en

suma; Ias encuestas no revelan con frecuencia más que un estado general de opinlón; las personas entrevistadas nos ofrecen, indisolublemente, la información sobre eI tema y su postura personal. Sin embargo, cuando los datos oficiales disponibles son fuertemente sospechosos de inexactitud (caso

de las cifras sobre residentes extranjeros) o simplemente

son inexistentes (como ocurre eon la inmigración de carácter

temporal), se hace imprescindible recurrir a e11as.

De la enumeración de las fuentes ya se deduce gue la

metodología utilizada ha debiclo ser diferente a la hora de

abordar cada capÍtulo¡ el análisis de Ia economla alicantina

requiere un tratamiento muy diferente aI de Ia inmigración

procedente del exterior, €l estudio de la situación

lingüística nada tiene que ver con eI de las

características climáticas. Ninguno de estos aspectos -ni

tampoco los de tipo religioso, sanitario.o soclológico- se

han abordado desde Ia perspectiva de un especialista en Ia

materia sino de la de un estudioso de la población que se

apoya en ellos para intentar acercarse mejor a }os motivos,

características y comportamientos de los inmigrantes.

Hecha esta salvedad, se ha intentado siempre distribuir

espacialmente el fenómeno migratorio, tanto en 1o relativo a

las zonas de origen como a los puntos de destino puesto que

ambos predicen ya alguna de las caracterlsticas del

fenómenoi también se ha analizado el ritmo de llegada y sus

posibles factores explieatorios. A continuación se han

observado las caracterÍsticas esenciales de cada colectivo

(edad, sexo, situación }aboral, estudios realizados... ) para 01-'¡

acabar abordando las caracteristicas y problemas de su nueva vida en un espacio diferente (zona de residencia' integración con Ia población autóctona). Siempre que eon los datos generales se hacía difíci1 Ia contestación a determinadas cuestiones se ha recurrido al ejemplo concreto, al estudio de algunos municipios (e incluso de pedanías) con la esperanza de encontrar respuestas a interrogantes cuyo análisis a nivel general requeriría un recuento exhaustivo, algo gue escapa a los modestos medios disponibles; en todos

Ios casos se ha tratado, eso si, de analizar Ia situación de municipios suficientemente representativos, utilizando sin falsos prejuicios los estudios preexistentes en los casos en gue se ha considerado convenientei la suma complejidad del proceso inmigratorio alicantino ha obligado en ocasiones a multiplicar el número de estos ejemplos. La comparación entre situaciones diversas ha sido hecesariamente casi continua, para intentar delimitar los factores diferenciales; esta comparación se ha efectuado en ocasiones con eI conjunto del Estado o, en menor medida, de la

Comunidad Autónoma, pero también entre diferentes años, diferentes municipios, diferentes procedenciasi en ocasiones, se ha recurriclo a ejemplos y situaciones

extraldos de geografías ajenasr bien cuando se referían a procesos que han influido en la inmigraclón alicantina (caso de las razones del éxodo rural andaluz o manchego), bien

cuando podían servir como explicación de unas situaciones

para las que eareeemos de una base teórica o de ejemplos

previos en esta provincia (de ahí, algunas referencias a 0i.

Cataluña o a núcleos rurales castellanos). En ocasiones, aún a riesgo de resultar reiterativo, se ha preferido vorver sobre un tema cuando éste podía ser abordado también desde una perspectiva diferente.

Algunas distinciones esenciares, como ra diferencia entre inmigrante (ra persona que rrega a un rugar) e lnmigrado (aguerra ya establecida en su nuevo espacio vitar) y entre lugar de nacimiento y lugar de procedencia previa han podido distorsionar en ocasiones la claridad en ra

apreciación der fenómeno, dl haber hecho refereneia arternativamente a corectivos dfferentes; a vecesr se ha debido a los propios datos disponibles y en otras a nuestra preferencia por aquellos datos gue se han considerado más completos. Para intentar evitar los posibles inconvenientes clasificatorios -graves, por ejemplo, entre Ia población relacionada con el exterLor (blen por nacimj-ento, procedencia o nacionalidad)- se ha tratado de establecer al comienzo de cada apartado todo tlpo

otra cuestión gue reguiere una aclaración previa es el propio espacio analizado, ra provincia, precisamente en un momento en gue tiende a perder importancia como espacio administrativo diferenciado en beneficio de comunidades autónomas y comarcas, más acordes con la actual división territorial española. sin embargo, en er caso valenciano ras comarcas del sur poseen unos rasgos marcadamente diferenciados en ros aspectos demográficos generares y en 01.$

Ios migratorios en particular¡ el interior de esta provincia eS marcadamente distinto aI valenciano o castellonense, Iá sin inmigración de extranjeros es aqul un fen$meno masivo comparación con el resto del País Valenciano, las no migraciones intrarregionales de carácter interprovincial explican en absoluto eI proceso migratorio (salvo en algunas poblacfones de los límites con la provincia de Valenciali además, una qran parte de los datos estadísticos disponibles

(no sóIo demográficos sino también de tipo económico) siguen publicándose de acuerdo con Ia clasificación provincial (en cierta medida, hasta el Padrón publicado por la

Generalitat) i finalmente, abordar eI conjunto valenciano de la manera en gue se ha realizado eI presente estudio requeriría un tiempo de realización y un número de páginas muy superiores.

La comarcalización utilizada .oir,"ia. en esencia con la

planteada por eI Dr. Viceng Ma RosseIIó' preferida

habitualmente en la mayoría de publicaciones geográficas

sobre Ia provincia (en el Anexo I a la presente introducctón

se encuentra la relación de municipios que componen cada eI comarca así como Ia situación de cada uno de ellos en

mapa provincial) i asimismo, toda la toponimia municipal la aparece indicada en el mismo idioma de realizaci6n de

tesis, dado eI proceso de transición que vlvimos en cuanto a

Ia denominación oficial de aguellos municlpios cuya lengua

propl-a es Ia catalana (no obstante, también aparece aI final la de esta introducción el Anexo fI, gue establece 2r

eguivalencia toponlmlca de todos Ios munlciplos de 1a provineia en castellano y catalán).

Finalmente, no guiero concruir sin mostrar mi más sincero agradecimiento a todos cuantos han facilltado ra rearización de ra presente tesis¡ dirigentes funcionarios de ayuntanientos, deregacL0nes de organismos oficiales, consulados, informantes cuarificados que se brindaron a ser entrevistados (aungue para algún extranJero supusiese un esfuerzo tingülstico notable), curas de pueblo, emigrantes anónimos gue rerataron su experl.encia personar...son tantos gue renuncio a enumerarros por niedo a olvldos lnJustos, pero son -sin duda- insustituibles coautores de esta tesis. Quieror Do obstanter R€ncionar expresamente mi agradeclmiento a Rosa, la encargada de la bibtioteca de Ia Delegación Provfnclal del I.N.E., siempre presta a ofrecer el dato rec16n aparecfdo; a los compañeros del rnstituto de Bachirrerato de rbi, en especiar a Blanca Gómez y carros salinasi a D- vicente Gozárvez, director de ra teslsr eü€ estimuró el desarrorlo del proyeeto, eorrigió los borradores minuciosamente y ofreció el consejo preciso; y a mi famiria, de guien tanto apoyo he recfbldo. =3EggI{gIg=! g=4!Igg! g=

,rm

l&rnicipios 022

ANEXO II

DENOMTNACTON EN CASTELLANO Y CATALAN DE LOS MUNTEIPIOS Y COMARCASDE LA PROVINEIA DE AIICANTE. ======

======Denominación ;;;;;;;;ie; en castellanol ::=:::::i::=

El lt{arquesado EI Marquesat

Adsubia L'Atzúvia AleaIaIf Alcanali Benlarbeig Benichembla Benidoleig Benimel i Benitachell EI Poble nou de Benitatxell Denia Dénia Gata JaIón XaIó Jávea xAbia L1Íber L1íber Murla Ondara Orba Orba Parcent Pedreguer Pego Pego Rafol de Almunia El Rifo} drAlmúnia Sagra Sagra Sanet i els Negrals Setla, Mirarrosa y Miraflor SetIa, Mi-ra-rosa i Miraflor Tormos VaIl de AIcalá Alcalá de la Jova<1a VaII de Ebo Ebo ValI de GaIIinera La Vall de Gallinera ValI de Laguart La VaIl de Laguar Vergel

Valles de Alcoy Les Valls d'Alcoi

Agres Alcosser Alcolecha A1coIej a AIcoy Alcoi Alfafara Almudaina Alguería de Aznar L'Alqueria drAsnar Balones Benasau CI2:

Denoml-nación Denominación ::=:i::::::::: ::=::::::::=

Beniarrés Beniarrés Benifallim Benilloba BeniIlup Benimarfull Benimasot Cocentaina Cuatretondeta Facheca Famorea Gayanes Gorga Gorga t Lorcha L orxa llillena Billeneta Muro del PenáguiIa Penáguila Planes Planes de la Baronia ToIIos

La Marina La Marina

AIfaz del Pi L'Alfás Altea Benlardá Beniardá Benidorm Benifato Benimantell Benisa Bolulla Callosa de Ensarriá CaIlosa d'En Sarriá CaIpe CasteII de Castells Castells de Serrella Confrides Finestrat Guadalest La Nucía Orcheta de Ia Marina Polop ReIIeu ReIIeu SeIla SeI Ia Senij a Senij a Tárbena Tárbena Teulada Teulada Vi Itaj oyosa La Vila Jolosa 82t*

Denominación Denominación en eastellano: en eatalán:

Hova de La Foia de Castalla

Castalla Castalla rbi rbi OniI OniI Tibi Tibi

Alto Vinalopó t'AIt vinalopó

Bañeres Benejama Biar El Campet Cañada La Canyada de Biar Sax Saix Villena vinalopó ¡utedio vinatopó ltiti á

Algueña LrAlguenya Asp Elda Hondón de los Frailes EI Fondó dels Frares Hondón de las Nieves EI Fondó de l-es Neus La Romana La Romana de Tarafa Montfort Monóvar Monóver Novelda Petrel El Plnós Salinas Les Salines

Campo de Alicante EI Camp d'Alacant

Agost Aguas cle Algues de Busot Alicante Alacant Busot Busot Campello Jijona Xixona Muchamiel San Juan de Alicante Sant Joan drAlacant San Vicente del Raspeig Sant Vicent del Raspeig Torremanzanas La Torre de les Maganes 02t

Denomlnación Denominación ::=:::::1i:::: ::=::::1i::=

Baio vi¡Érlopó El Baix Vinalopó

Crevillente EIche EIx Santa PoIa Santa PoIa

Baio Sequra El Faix Sequra

Albatera Algorfa Almoradí Almoradí Benej úzar Benej ússer Benferri Benij ófar Benij ófar Bfgastro Bigastre Callosa de Segura Catral Cox Coix Daia Nova Daia Vella Dolores Dolores Formentera de Segura Granja de Roeamora La Guardamar Guardamar ' XacareIIa Oriola RafaI Rafal Redován Redová Roj ales Roj al s Sant Fulgencl Sant I'liguci de les Salines Torreviej a Torrevella

Consell del País Valenciá. Conselleria de Cultura: FUENTE: pobles roponimiá. Els noms de les ciutats i dels valencians, l 978. 026

UNA PROVINCTA

DEMOGRAFICAMENTE PROGRESIVA

EI Padrón de 1986 reconocl-ó Qü€, con 1 .254.920 habitantes de hecho (38.507 menos de derecho), Ia provincia de Alicante era Ia qulnta más poblada de España, después de

Madrld, Barcelona, Valencia y Sevilla, superando a Vizcaya,

que habla ocupado este lugar hasta eI Cens.o de Población de

1 981 . Con ello se constata claramente el destacado papel

jugado por el Pals Valenciano en el rápido crecLmLento

demográfico español, analizado en eI contexto europeoi el

crecLmiento alicantlno es consecuencia tanto de su saldo

vegetativo, marcadamente positivo, eomo de Ia recepción de

un grueso contingente de inmigrantes llegados bien desde

otras zonas del Estado, bien del exterior-

EI crecimiento demográfico alicantino ha sido contlnuo

desde comLenzos de siglo (vid. Cuadro 1 y Gráflco 1 ) , sln

excepcf.ones a 1o largo de los diferentes eensos. A causa de

e}lo, una provlncla que no llegaba al medio mitlón de

personas en 1900 consegufa multiplicar su censo por 2.66 en 27

CAP. 1 GRAFICO 1

EVOLUEION DE LA POBTAETONDE LA PROVINCTA DE ALTCANTE,1900 - 1986. PORCENTAJE SOBRE Et TOTAT ESPAÑOL

Fuente: I.N.E.

Ittllles rte PoreentrJe sobre habl t'rntes to tal espaiiol

r.200

l.ooo

800

t96f' 197() t980 a6

Clfrns.rboollrtru,

PorcentaJe 02!

Cuadro I.1

PROVINCTA DE AITCANTE. EVOLUCION DE LA POBLACION DE HECHO ( 1900-1 986 ) (A) (B) Población Poblaclón 100 B Censo de España de Alicante A

1900 18. 594.405 470.1 49 2.52 1910 19.927.1s0 497.616 2 .49 1 920 21.303.162 512.186 2.40 1930 23.563.867 s45,838 2.31 1940 25.877.971 607.562 2.34 1950 27.976.7s5 634.065 2.26 1960 30.430.698 711.413 2.33 1970 33.823.91I 921.985 2.72 1981 37.7 46.26A 1 .149.185 3.04 1986(a) 38.398.246(b) 1.216.413(b) 3.16

NOTAS

(al Padró d'Habitants de Ia Generalitat Valenciana

(b) Población de derecho

Fuente: Instituto Naclonal de EstadÍstica. (En adelante, INE)

un periodo de 86 añosi con ello, aunque eI conjunto español también consegufa doblar su población, los allcantinos pasaban de representar un 2.528 der total españor al iniciar el siglo a superar eI 3.16 en 1986.

Sin embargor este crecimiento sostenido de la población a lo largo de todo el perlodo esconde ritmos muy dlferentes; en Ia primera mitad del siglo, €I crecLmiento es muy inferior al experimentado por España en su conJunto y t consigulentemente, el peso demográfico de Allcante en el total nacional disminuye de manera lenta pero constante. En

1950 la provlncia sóto representaba eI 2.26t de la población 029

española y desde el lniclo del slgto sólo había aumentado en

163.916 personasr uÍr 34.86t (frente a un 50.45t registrado por eI Estado).

Por eontra, desde 1950 -y especialmente en la década de

Ios sesenta- eI creciml-ento demográfico se aeelera, superando eon mucho el promedJ-o estatal y llegando en los años centrales

2.26* en 1950 al 3.16 en 1986. En relación con ello, entre

1970 y hoy, Altcante ha sobrepasado en población a provlncÍas como La Coruña, Asturias y Vizcaya. En densidad' en dicho perirrlo, ha superado a la veclna Valencia y a

Pontevedra., Iogrando con ello ocupar tamb.lén eI quinto lugar en euanto a densldad en eI conjunto de Ias provincias del

Estado.

¿A gué se debe este distinto ritmo de crecimiento demográfico de la segunda mitad del siglo? Para eontestar a esta pregunta basta descomponer (Vid Cuadro 2 cráfico 2l eI crecimiento real de cada periodo intercensal en sus dos componentesl el crecimiento vegetativo y el saldo mlgratorio. Mientras el primero presenLa en todas las décadas un signo permanentemente positlvo, el saldo mlgratorio muestra un carácter muy dlstinto en 1a primera mitad del slglo que en la actual. A este saldo migratorio, mareadamente negativo antaño y claramente positivo en 030

nuestros díasr s€ debe fundamentalmente el rápido aumento poblacional alicantfno.

Cuadro 1.2

PROVTNCIA DE ALICANTE. CREEIMIENTOSREAL Y VEGETATIVO Y SALDOMTGRATORTO (1900 - 1981 ).

Crecimiento Crecimiento Saldo Periodo real vegetativo migratorio

1901-1910 27.467 45.643 - 18.176 1911-1920 14.570 1I .086 - 3.51 6 1921-1930 33.652 44.706 - 11.054 1931-1940(a) 61.724 32.254 29 .47 0 1941-1950 26.503 43.893 - 17.390 1951 -1 960 77.877 53.8s6 14.021 1961-1970 210 .572 102.7 87 107.785 1971 -1 981 227.200 117.337 109.863

NOTAS

(a) El censo de 1940, casi con total segurfdad, ofrece cifras excesivas.

Fuente: Elaboración propia con datos del I.N.E. 3!

CAP. 1 GRAT'ICO2

CRECIIlIET{TO DEI,IOGRAFIEO DECtrT.INL DE LA PROVINEIAE}'TTRE 19OO _ 1981 . CRECIIÍIEI{TO VEGETATIVq Y SALDO I'ÍI-G¡AIq&IO

Fuente: I .l'I.B.

tett-6o 1961-70 1971-81 !ecg4ro- IOOO-tO lgll-2O 192l-30 l93l-(, real I Creclmlento vegot'tüi'vo ITI Creet.rnl.ento sarao migraborlo [f, 32

CAP. 1 GRAFICO 3

PROVINCIA DE ALTCANTE, 1900 - 1985: NACTMTENTOS,'DEFUNCIONES Y CRECTMIENTO VEGETATIVO

Fuente! I.N.E.

Naeimien t os

Def u¡reI ortes

F=] creerrnie*to vegeritrivo posiuivo t--_1

t9 20 t930 l9¿lO r950 t9Go I gto t980 86 033

1.1 Et CREEIMIENTOVEGETATIVO.

Pero, antes de abordar ros aspectos rnigratorios y sus

causas, consideramos lnteresante detenernos, siquiera

brevemente, en Ia evolución de ra natalldad y mortaridad de

la provincLa a lo largo de ra presente centuria, debido a

9üer pese ar fuerte saldo migratorfo posltivo tlurante la

época más reciente, al crecimiento vegetativo se debe (salvo en los años sesenta) ra parte det león der eremiento demográfico (vid. Cuadro Z y Gráficos 2 y 3)

Er número de nacimientos de la provincla ha sido siempre superior al de defunciones a lo rargo de todos los periodos intercensares, e incluso de todos los años, sl exceptuamos 1918 y 1939 (Ap.Est. I y zl. Ambos años son excepcionales por razones dlversas: en lgtg se produjo la

úrtima gran epldemla que haya afectado al territorio españor, la conocida de forma inapropiada como ,gripe española", que dió orfgen en nuestra provincia a una sobremortalldad de unos gulnce a velnte mil ó¡itos (1);

1939, el año flnal de la Guerra clvilr €s especialmente duro -como lo fueron también los tres o cuatro que le sucedieron- en aspectos como la sanidacl o la arimentación para unas gentes sometidas durante años a una guerra calnita. Hay que destaear que ambos años presentaron también un decrecimiento vegetatlvo tanto para el pafs varenciano eomo para España, por ro que no se puede conslderar este fenómeno eomo una partieularidad demográfica alicantina. 034

A grandes rasgos (vid. Cuadro 3), las tasas de natalidad de la provincia han descendido fuertemente desde las primeras d6cadas del slglo hasta las actuales, pasando de valores earaeteristicos de un réglmen demográfico de corte tradicional -superior al 3* para la primera década de

Ia centuria- a otros que pueden perfeetamente alinearse con los del resto de países de nuestro entorno sociopolítico en

Ios años ochenta (21.

Cuadro 1.3

TASAS DEMOGRAPICAS(a) DE LA PROVINCIADE ALICANTE, 1901-1981.

Tasa de Tasa de Tasa de Crec. Saldo Crec. nata morta nupeia vege mlgra miento Periodo lidad lidad ttdad tativo torio real

1901-10 31.21 21.76 7.75 9.45 3.76 5.69 1911-20 24.24 20.66 8. 06 3. 58 0.69 2.89 1921 -30 27.02 18.55 8.54 8 .47 2.09 6.38 1931 -40 22.86 17.23 6.34 5. 63 5.14 10 .77 1941 -50 21.64 13.75 7 .16 7. B9 3.12 4.77 1951 -60 19.50 10.01 B. 46 9.49 2.08 11.s7 1961-70 22.06 9.24 7.60 12 .82 13 .44 26.26 1971 -81 19.99 8.77 7.64 11 .22 10.50 21 .72

NOTAS

(a) Las tasas están lndicadas en tantos por mil.

Fuente: Elaboración propia con datos del INE

Sin embargor debido at aumento de la población absoluta de la provincia, son los años situados entre 1973 y 1979 los que muestran un mayor número de naclmientos, sobrepasando

todos ellos los 20.000 nacldos, con un máximo de 21.846 en

1976i por eontra, los menores nacimientos corresponden al 03t

último año de la Guerra civlt, compensados en parte por ra sobrenataridad de 1940, producto del final de ra contienda y los reagrupamlentos familiares. A partlr de 1943, la situación tendló a normalizarse en torno a los doce mi1 nacimientos hasta gue en 1957 comienzan a aumentar de manera sostenida. Tal vez estemos ante el punto de inflexión de la tendencia mlgratorla, en uno de ros años a partir de los cuares nuestra provincla cambió de ser eminentemente emigrante a reeibir nuevos pobradores venLdos de otras tierras. Lo cierto es gue en los años sesenta y setenta, Ias dos décadas de craro aluvión inmigratorio, ras tasas de natalldad -gue habían descendLdo hasta un 1.95* como media durante ros años cincuenta- aumentan hasta un 2.2*. Estos valores, altos para un territorio ya fundamentalmente industrial, reveran la exLstencia de una población Jóven o meJor aún, rejuvenecida, caracterfstlia sólo explicabre ateni6ndonos a la llegada de población inmigrante, preferiblemente adurta-Joven. La caída brusca, desde la segunda mitad de los años setenta, de ras tasas de natalidad es un hecho común a todo el eontexto español y en gran parte occidental, reraeionado en parte con Ia crl-sis económica, la rápida transformaeión sociorógica de la muJer, el fomento der consumismo o el desarrorlo de la civlllzación del ocio; causas euér en Ia provincia que estudlamos, han tenfdo si cabe una transformación aún más radlcal.

En relaclón con el total español (3), las tasas de natalidad alfcantinas han sido bastante inferlores hasta 036

1960, debido básicamente a ser una zona de emigración (1o que llevó a un temprano envejecimiento de clertas zonas montañosas interiores) Y, en mucha menor medida, a una cferta "modernidad demográfiea" de algunas localldades prontamente lndustrializadas. A partir de 1960r Por. contra, las tasas de natalidad alicantinas se sitúan por enclma de

Ia media españolai es otro cambLo debido a una inmigraclón

(amén de por la buena situación económica) que rejuveneció

Ia estructura de edades de Ia población y provenÍa en gran medida de zonas de mayor fecundidad.

Los porcentajes de la provincLa de Allcante sobre el total de nacidos en España fluctúan de acuerdo eon dos factores ya indicados: el crecienLe peso población de la provincla en el conJunto del Estado y la evolución de sus

1960 los nacimientos tasas de .natalidad. Asl, hasta representan un porcentaje menor que el gue le corresponderla en proporción a su población, siendo en ocho ocasiones

inferior al 2* anual (cuando la poblaelón nunca bajó del

2.26* de Ia españo1a)i por contra, desde 1973 siempre ha

superado claramente eI 3t, Ilegando en 1979 a aportar el

3.33* de los nacimlentos españoles.

Las tasas de mortalidad han descendido durante todo eI

siglo, particularmente en las décadas de los cuarenta y

cincuenta, con una brusca bajada de más de 7 puntos en sóIo

veinte añosi esto último se expllca porque Ia guerra y sus

consecuencias impidleron gue el descenso de los años treinta

fuese todo Io amplio que debla haber sldo. Una más completa 03?

arimentación, Ia mejora de las condiclones sanitarias, la desaparición casi total de las mortalldades catastróflcas

(sóto se pueden consLderar como tares ra guerra de 1936-39 y

Ia gripe de 191 I ) ayudaron a este deseenso incontestable y

clarísimamente evidenciado en la reducclón de la mortalidad

infantil a unas rlmltes mlnimos, casL exeepcionaresi con

erro, la esperanza de vida se sitúa al nivel de ros palses más desarrollados.

La bajada de las tasas de mortalidad se hace imperceptibre a partir de los años setenta, ar rregarse a valores casi mlnimosi es más, podemos aventurar que -si no cambian las circunstanclas actuales- posiblemente volverán a subir, sLquiera mlnimamente; la disminuctón de la natalidad, con er consiguiente envejecimiento y crecimlento de ros grupos de edad más propensos a enfermedades t y la lregada creciente de jubitados exteriores a nuestra provincia parecen darlo por segturo.

En cifras absolutas, el número de muertes ha ido creciendo en los últimos años, de acuerdo con el aumento de los habitantesi sln embargo, ras aproximadamente nueve mil defunclones de la actualidad, si bien no recuerdan ras bajísimas cifras de los años cincuenta, tampoco rregan a las cantldades registradas en eI prlmer cuarto de siglo o en eI periodo béIico, pese a ra gran diferencia de pobración. En relaclón eon el total español, los 6bttos allcantinos representan lógicamente un porcentaje en ascenso: de menos de un 2.22 en alguno de los años cuarenta hemos pasado a más 038

del 3t desde 1974, bastante ajustado ar porcentaje gue nuestra poblaclón representa en el totaL nacional, con una ligera sobremortalidad relaclonada con la creciente inmigración de jubllados.

como consecuencia de ra combinaclón de los dos factores anteriores -la natalldad y Ia mortarldad-, estudiaremos el crecimiento vegetativo. Este presenta sus tasas más elevadas para las dos décadas der aluvión migratorio, en las cuales la provincia alicantina mantuvo unas medias de crecimiento natural superlores al 1I anual y un crecimiento vegetatlvo anual superior a los diez mil habitantes¡ recordemos gue se había comblnado.una revitarización de la natalldad con una caida de la mortaridad a niveres mlnimos. con cifras argo inferiores, también ra primera década del sigro, los felices veinte y los años cincuenta mantuvleron altas tasas de crecimiento. Por el contrario, ra década de 191 1 -1 gzo, y no sólo a causa de Ia epidemia de gripe sino tambi6n por una brusca caida de la nataridad y una acusada emigración, sóro lregó al 0.36t anuar, ci-fra inferior incluso ar crecimiento de los años treinta y cuarenta, tan afectados por ra Guerra

Civil y sus consecuencias.

Este crecimiento vegetativo es mucho más estabre en la segunda mitad de la centuria. Durante la primera, aunque en líneas generales el creclmiento fue más rento que er der conjunto español, los attibajos fueron muy frecuentes. Hubo años con sardos negativos y años con cifras que dobraban ar anterior o se reducÍan bruscamente: el ajuste de los 039

nacimlentos y, sobre todo, de las defunciones a la coyuntura propia de cada año originó estas marcadas variaciones en una sociedad agraria tradicional, todavía bastante marcada por la bondad o no de las cosechas.

Por contra, los años cincuenta señalan eI punto de inflexión hacia un crecimiento vegetativo más estable y más amplio, tanto porcentualmente como -sobre todo- en cifras absolutas (Vid. Ap.Est. 3). De comienzos de los cincuenta a finales de aquella década, las cifras casi se duplican y esto indica, entre otras cosasr eu€ ha cambiado el signo migratorio, que ha mejorado la economfar gu€ se ha revitalizado la. sociedad. Desde 1964 -año de amplísimos '1979, movimientos migratorios en toda España- hasta Ias diferencias entre nacimientos y defunciones superan eI número de diez mil. Sólo en 1980, en una fase de brusco descenso de la natalidad que no puede en modo alguno corresponderse en las defunciones, vuelve a descender de nuevo por debajo de dicha cifra. El año 1976, eI de mayor número de nacimientosr €s también el de mayor crecimiento vegetativo absoluto; desde entonces, Ias cifras descienden de modo constante.

Comparativamente, desde gue las cifras tienden a estabilizarse en los años cincuenta, eI crecimiento vegetativo alicantino representa entre un 31 -38* del total valenciano, con una cierta tendencia a un superior protagonismo conforme nos acercamos a Ias úIttmas décadas.

En el panorama español, las cifras muestran una gran 04n

irregularidad durante la primera mitad del slgloi en ra

segunda, ra tendencia ar crecimiento ha llevado desde unos

porcentajes inferiores al 2* en ros primeros años cincuenta

hasta porcentaJes superiores al 3t en ros años más

recientes¡ la revitalización de la nataridad, el

rejuvenecimiento debido a la inmigración masiva de ros

"fel1ces sesenta'f, causa a su vez del anpllo crecimiento de

Ia población absoluta de Ia provlncia, lo explica claramente.

En relaclón con todo lo anterior, también la

nupcialidad sigue una evolución similar en cifras absolutas

aungue no en cuanto a las tasas, caracterizadas por un ciclo

diferente. (Vid. Ap.Est. 4 )

Las cifras absolutas descienden hasta ra Gran Guerra,

crecen durante 6sta y parecen estabilizarse hasta la época

republicanai se deseguilibran bruscamente por ros avatares

bélicos y ya en la postguerra inician una tendencia

contlnuada de crecimiento hasta gue, tras la lramada crlsis del petróIeo, retroceden ligeramente.

Argo más compleJas, Ias tasas de nupciaridad decenares muestran una cierta tendencia a la estabilidad, con máximos de 8.54 por mil y mínimos de 6.34, diferencias mucho menos bruscas que ras soportadas por ra nataridad y ra mortaridad durante er siglo: a fin de cuentas, casi todos ros adultos

se casan, normalmente una sóla vez y a edades bastante

simiraresi sin embargor €s uno de los hechos demográficos 0¿r.

que más dependen de la voluntad det propio sujeto para gue

sucedan, al contrario de la muerte y de gran parte de los

nacimientos. Por esor €n la nupcialidad infruye mucho más la

coyuntura concreta de cada año, como demuestra el ejemplo

extremo de Ia época bélfca: 4 .773 nupcias en I 936 por sóIo

1.2O8 en 1937.

A grandes rasgos, la tasa de nupcialidad creció hasta

ra tercera década para descender bruscamente durante ra

época de regaridad repubricanai volvió a aumentar hasta ra década de los cfncuenta, con un máximo significativo en

1956. La cifra de 6.498 bodas en dicho año -casi rnil más que eI anterior- es importante si tenemos en cuenta que es Ia

época en la gue hemos señalado el punto de infrexión migratorio: significa gue psicológicamente ra gente posee una opinión optimista acerca de ra situación económica

(poslbilidades de empleo, de mantener una famÍlia, de mejorarr €n suma) y esta opinión debió ser compartida por otras muchas gentes, aparte de los nuevos cónyuges, generando en otras zonas españoras una imagen de tierra con futuro.

Durante las dos grandes décadas inmigratorias, las tasas descienden -algo menos de un punto- por varias razones, entre ellas que en gran parte la década de los cincuenta compensó la escasez de nupcias de las dos décadas anteriores (Ia edad media de los contrayentes de ros cincuenta es bastante superior a Ia de los sesenta); además de esto, habría que valorar hasta qué punto influyó el que am

muchas parejas de j.nmigrantes llegasen recién casados, la costumbre de marchar a contraer matrimonio a Ia localidad de orlgen de la novia, €1 inicio de Ia tendencia a las uniones no legalizadas o la repercusión de la crisis a finales de los setenta.

En cuanto a datos comparativosr €s de destacar que en eI total valenciano las cifras alicantinas representan a grandes rasgos porcentajes superiores a los de la mortalidad e lnferiores a la natalidad y al crecimiento vegetativo: nunca llegan a la tercera parte, aungue sobrepasan claramente eI 30t desde 1964. Parece claro gu€r en eI contexto valenciano, el peso demográfico alicantino aumenta con los años.

En cuanto a la participación en el total español, los porcentajes crecen de modo sostenido desde los años cincuenta¡ desde 1975 superan eI 3t, al igual que en las otras tasas estudladas y por razones parecldas. Es de destacar guer salvo en los cuarenta, Allcante ha sido una provincia ttmuy casaderatt en el contexto español, con tasas de nupcialidad siempre superiores a las del Estado. o¿g

1.2 LOS SALDOS MTGRATORIOS.

Presentan una mayor variación que el crecimlento vegetativo a 1o largo der sigro, con oscilaciones gue varlan desde -o.376t el anuar a comienzos de la centuria al 1.344t de los años sesenta. A grandes rasgos podemos separar dos periodos bien definidos:

A) La primera mltad del siglo, de un marcado carácter

negativo. sóto se presenta una excepcJ-ón, ra de ros años treintar con un fuerte saldo positivo¡ er 0.514t anuar.

una excepclón que podemos considerar flctlcia, pese a que

durante los' años de paz repubricana el desarrorro

industriar de alguna rocarldad -como Erda y Arcoy- llevó

hacia ellas un fuerte contingente de trabaJadores foráneosi ra razón de este fuerte incremento se basa en

una sobrevaloración excesiva der censo de 1940, práctica

extendida en toda España(4); ar no poderse justificar por un crecimiento vegetatfvo elevado, el presunto aumento

intercensal Índuce ar error teórico de suponer un amplio

saldo migratorio positivor eu€ no fue tar. Esta

sobrevaloración es, a su vez, ra causa fundamental de las

fuertes cifras de emigración resultantes para ra década

de los cuarenta, época en que pocas razones incitaban a

emigrar al resto de España y pocas oportunidades se ofreclan para una salida al exterior.

Esta fuerte tendencia emigratoria de ros aricantinos 444

venfa de lejos y su importancia ha sido destacada por

muchos publicistas e instituciones del siglo anterior

(5). Bien en dlrección al exterlor ( hacia Argelia y, en

menor medlda, América o Francia), bien a las grandes

ciudades españolas (sobre todo a Barcelona), los

alicantinos encontraban en Ia emigración un remedio a las

carencias del terruño, más gue una respuesta a una

vocación aventurera (6),

B) En Ia segunda mitad del siglor por conLra, Alicante vive

una fase de desarrollo económico, que no sólo corta la

emigración como corriente colectiva sino que recibe un

aporte inmigratorio que se ha revelado mucho más estable

y permanente que eI de Ia mayoría del territorio

nacional, La conversión de la provincia en una zona de

acogida de gentes de otros lares, al llevar aparejado eI

fin de Ia salida de trabajadores autóctonos hacia otras

tierras -con algunas excepciones bastante localizadas- ha

constltuido una transformación tan importante como Ia

brusca caÍda de las tasas de natalidad y mortalidad: si

éstas llevan asociado un cambio de ment,alidad en cuanto a

Ia familia y la muerte, aquellas han transformado el

urbanismo, la economla, el contexto lingüístico -en

muchos casos- y las relaciones con las gentes originarlas

de otras tierras.

En esta fase inmigratorla, a la que vamos a dedicar el

presente estudio, podemos dlferenciar tres etapas: o¿r

1e La lenta transformación de ros años cincuenta, en ros cuales la provincia cambia de signo migratorio: er 0.zt anual de saldo migratorio para la década esconde unos amplios contrastes entre ros primeros años cincuenta, en Ios que como veremos se aprovechan Ias mayores facilidades para sarir ar exterior (ya gue ra emigración había sido contenida durante años), y ros úrtimos años del periodor €r que ros abundantes grupos de trabajadores procedentes det éxodo rurar comienzan a arribar a ras Iocalidades ipdustriales de Ia provincia.

2e Los años situados entre plan er de Estabirización de lgsg y el "crac del petróreo" de 1973 incruyen ros varores más elevados der sardo migratorio, con una cifra media anuar del 1.34t para Ia década de ros sesenta: coincide er más amplio éxodo rurar de ra historia de nuestro país con ra consolldación de ra industrla alicantina y er desarrorro del turismo litoral.

3il Desde er inicio de ra crisis económica, er aumento det paro y la dlsminución de un empreo industriar gue cada vez deja menos lugar para el peonaJe, las cifras descienden con respecto a ros años sesenta. sin embargo, el mantenlmiento de un saldo migratorio craramente positivo para todos y cada uno de ros años muestra ra evidente soridez de ra corriente: frente ar cambio brusco de la direcclón migratoria en zonas como el país vasco o Barcelona, Arrcante sigue mantenlendo su importancia como zona de acogida, sustituyendo en gran medida a ra 04fi

inmigración procedente del éxodo rural por la llegada de personal cualiflcado, de retornados del exterior y de jubllados extranjeros (71.

En los úrtimos años, €l saldo migratorio parece acererarse de nuevo. como señala er profesor Rodrlguez osuna, "probablemente se esté en er rnicio de una nueva etapa migratoria de caracterlsticas distintas, por ahora poco conocidas."(8) 04?

1.3 UN CRECTMIENTOESPACIALMENTE DESIGUAL.

Desde los años cJ-ncuenta, et crecimiento demográfico de

ra provincia alicantina ha sidr¡ rápido y sostenido, pero no

homogéneo. Las cifras globales esconden enormes diferencias

gue podríamos prasmar gráficamente en dos ejempros extremos:

mientras Benidorm -ra "ciudad insignia,, de la transformación

demográfica- multlplica en estos años casi veinticinco veces

su población de hecho, algunos pueblos del secano montañoso -Torros, Aguas de Busot- la ven reducirse en casi un 72*

En rearidad, ra población aumenta gracias a ras

ciudades y los pueblgs grandes, especialmente sl han seguido un proceso de industriarización o desarrolro turístlco: de

los 620.855 habitantes que aumenta la provincia entre 1950 y 1986 571 , .250 corresponden a ros veinticinco municipios más pobladosr eu€ pasan de contener el 6g.ggt de la población en 1950 aI 80.32 en 1986.

Estos veinticinco municipios más poblados, los mayores de diez mil habitantes en 1986, han gozado/padecido una transformación demográfica y urbanfstica grobalmente acererada en er periodo 1950 1986: ninguno de erros ha visto disminuir su población y sóro unos cuantos (los de mayor volumen de pobración agraria y mayor pobramiento diseminado, generalmente) han aumentado por debajo de su crecimiento vegetativo. siete de ellos han triplicado, al menosr sü población de hecho (Benidorm, Calpe, Ibi, San o¿¡

Vicente, petrel, y San Juan)i otros siete, Ia han doblado. Consecuencia de todo ello, la provincia cuenta en la actuaridad con una red urbana bastante eguirlbrada pues el crecimiento de 'a capitarr € incluso de ras cabeceras comarcales, no ha traÍdo consigo er estancamiento de los núcleos secundarios; es másr €fi muchos casos er desarrorro de estos últimos ha sido superior(9).

En el reverso de la m.nedar 6g municipios _casi la mitad der total provincial- han visto descender su población en estos 36 años: 44 de e110s son pegueñas rocaridades gue no llegaban en 1950 a los mil habitantes, pero otros superaban holgadamente esta cifra (el mayor, pinoso, contaba con más de seis millares de personas). EI descenso ha sldo especialmente grave en diecisiete l0caridades gue han perdido más de la mitad de su población: en casi todos los casosr sofi municipios der interiorr dedicados a ra agricultura de secanor €n terreno montañoso, maL comunicados y peor dotados de servicios. Son el otro Alicanter ün mundo rurar con escasas posibiridades de remontar er vueror QU€ esconde sus deprimidas variabres demográficas en el seno de la provincia más dinámica de toda ra comunidad Autónoma.

Observemos eL adjunto Mapa 1, gue muestra la distribución superflciar de los municipios que han perdido pobración en el periodo comprendido entre g60 1 y 1gB1 . El área subrayada se extiende por más de ra cuarta parte de ra superflcie provincral (er 26.01* exactamente) e incluye a 72 poblaciones, más de ra mitad de las de ra provincia. En el {q

CAP llhl'A 1

|lf il IJrl'rrlJOsj orili rlnll 1960 :i 19i}c

Itftrnlciplos que pcrdleron poblaclón entre 1960 y 1986 050

interior de este terrl-torlo deprlmido habltan tan sóro 51.035 personaa en 1986 (er 4.06t de los residentes en la provincta), con una densldad medla de 33.7 habltantes por kilómetro cuadrado (Ia provincla supera los 215).

La distrlbución de estos municlpios afecta a todas ras comarcas estudJ.adas, sl exceptuamos el BaJo Vinalopó. pero su mayor lncldencia se da en la zona lncrulda entre ra carretera de valencl-a a Alicante por Alcoy y la autopista de la costar €n las poblaelones cereanas a ra slerra de Aitana.

Es una especLe de eomarca natural lnvertebrada, cuyos pueblos se slenten atrafdos hacla tres cabeceras comarcales dlferentes: Benidorm, DenLa y Alcoyi por ello son las eomareas de Er Marquesado, La Marina y tos Valles de Arcoy ras gue refleJan estadfstlcamente este estancamlento: en las tres son mayorfa ras poblaciones que decrecenr én las tres predomina superficlalmente el terrÍtorlo deprlmLdo.

En ras otras comarcas, las locarldades regreslvas son ml.norla, generalmente pueblos perlféricos dentro de Ia comarca y margLnales en cuanto a la actlvldad económica predonlnante en la zona. Por ejemplo¡ én los valles del

Vlnalopó se trata de poblaciones atejadas del eJe de comunicacLones gue slgue el curso der rlo, localldades agrarlas con escasa o nula lnstalaclón de fábrlcas de calzado (el sector lndustrlal básico de la zona).

Pese a lo anterior, nlnguna de las comareas en gue hemos dtvtdido el territorlo alicantino ha vlsto reducida su 05r

pobración en el periodo de tiempo reflejado en er mapa. Es más, La Marina, una de las comarcas más gravemente afectadas territorialmente por el descenso de pobración de muchos de sus municipfos, es la comarca que presenta un mayor dinamismo poblaclonar, gracias ar inmenso desarrolro de sus localidades costeras. Es el ejemplo más claro de Ia existencia de dos Alicantes marcadamente diferenciados desde el punto de vista migratorio. 05:l

1.4 LOS AÑOS CTNCUBNTA, EL CAMBTO DE TENDENCIA

Ya hemos dejado indicado cómo la fuerte tendencia emigratoria de la provincia de Allcante se vio truncada a

partir de ros años cincuenta, en los gue comienza ra que

hemos lramado etapa inmigratoria, receptora de gentes de

otras partes der Estado atraídas por ra transformación económica gue se estaba fragiuando.

EI saldo migratorio de los años cincuenta es positivo pero todavla débir: no ltega a ra cuarta parte del

crecimiento vegetativo, argo gue hace pensar gue posiblemente ros primeros años fuesen li_geramente negativos.

A partir de 1955, en una época de acercamiento ar resto de

ros países de occidente, de entrada en instituciones

supranacionales, de alianza recién estrenada con los

estadounidenses, de inicio del turismo y de mayores

facilidades para la exportación de productos a una Europa

que abandona sus estrecheces económicas de postguerra,

algunas poblaciones de Ia provincia comienzan a recibir mano de obra llegada de provincias cada vez más aleJadas. son, por lo general, las ciudades más pobradas, con una red más densa de serviclos comerciares o burocráticos, con un tejido

industrlal más o menos consoridado, en argunos casos -como

Arcoy o Erda- con oleadas lnmigratorias precedentes.

También aparecenr rnüy locarizadas, ras primeras muestras der crecimiento urbanlstico gue ra generalización 053

del turismo masivo va a producir en nuestras costas.

Poblaciones como Benidorm, Denia o Alfaz del Pt hablan llegado en el censo de 1 950 a su cifra mlnima de población durante el presente sigloi a partir de dicha fecha Ia evolución cambla hasta el punto de quer €rr ocasiones, se debe calificar de excesivo eI crecimiento.

El desarrollo demográfico de Ia década fue muy desigual 2 71 municipios vieron córno su poblaclón había descendido en 1960 frente a Ia gue tenlan en 1950i de los 66 que aumentaron, muchos Io hicferon en magnitudes lnferiores al crecimlento vegetativo, 1o que indica gue todavía se mantenla un predominlo de Ia emigración. NÍ siguiera entre

Ias poblaciones mayores de diez mil habitantes habfa un predominio homogéneo de Ias ciudades demográficamente progresivas! el entonces cuarto municipio más poblado de la provincia, orihuela, vio descender eI número de sus residentes, en gran parte debido a la continua emigraeión desde varias pedanías (no olvidemos gue se trata de un municiplo con mayorfa de población fuera de la capital ); otras localidades -Denia y Almoradí, por ejemplo- crecieron tan débilmente que debemos suponer hubo en ellos importantes

salidad de emlgrantes.

Pese a lo anterior, podemos decir gue el crecimiento provincial de Ia década afectó fundamentalmente a las

ciudades más pobladas y a algunos municipios fntermedfos muy

localizados. Puede ser interesante enumerar dieciseis

municipios que crecieron durante eI perlodo en más de mil 054

personas cada uno, con un total de 73.076 en conjunto (la provlncia Io hizo en 77.348) . Ellos son eI motor del crecimiento, aungue algunos ralentizaron posteriormente eI rltmo de progresión y otros muchos se les fueron añadiendo con los años.

Observemos en eI Cuadro 4 cómo crecieron entre 1950

1960 en cifras absolutas estas dieciseis ciudades:

Cuadro 1.4 .I 1 950 - 960 ! MUNICIPIOS DE LA PROVINCIA DE ALICANTE CON MAYORCRBCTMIENTO DE}4OGRAFICO ABSOLUTO.

Crecimiento Crecimiento Municipio intercensal Municipio intercensal ' Elche 17.401 Villena 1 .958 AIlcante 16.790 San Vicente 1 .904 Elda 7.429 Vil Iaj oyosa 1.691 AIcoy 7.021 Aspe 1 .579 Petrel 4.470 Crevillente 1 .394 Benidorm 3. 533 Bañeres 1 .238 Novelda 2.302 Albatera 1,168 rbi 2.048 San Juan 1.150

Fuente: Qerqsos de Pclblación, INE

De Ia enumeración podemos concluir gue eI crecfmiento se originó en las zonas industriales antes gue en las turísticas, aunque Benidorm fuese Ia localidad que más aumentó proporcionalmente, Ilegando a doblar su población con creces3 erar por entoncesr üD caso locallzado y semiaislado, que no consegufa todavía transformar a las localidades vecinas.

EI corredor del Vinalopó era Ia zona fundamental en eI 055

crecimiento provincial! Elche era Ia ciudad gue más había aumentado, Petrel Ia localidad industrial con mayor porcentaje de crecimiento, Ia atracción producida por Elda era superior a la de Alcoy (explicando a su vez el crecimiento de Petrel) ; ocho de las ciudades enumeradas se encuentran dentro de las comarcas del Vinalopó, con una mayor atracclón hacla las poblaciones emj-nentemente zapateras.

EI segundo punto de atracción se encuentra en la ciudad de Alicante, incluyendo poblaciones cercanasr como San

Vicente y San Juan. EI caso de Ia capital no es fundamentalmente. industrial, aunque también. aumentó la población empleada en el sector secundario, sino mucho más complejo: eI empleo se dlversifica aquí en multitud de servicios comerciales, burocráticos, sanitarios, de enseñanza y turísticos que -sumados a la implantación de

industrias- generan una corriente inmigratoria hacia

Allcante, si no tan intensa como la dirigida al municipio

iIÍcítano, mucho menos expuesta a vaivenes y crisis de

crecimiento.

EI resto de poblaciones se distribuye por todas las

comarcas, excepto EI lrlarquesado, cuyo desarrollo turíStico

fue posterior, Bn algunas comarcas, como los Valles de

Alcoy, €1 foco de atracción se encuentra en la cabecera

comarcali en otras, como la Hoya de Castalla o La I'tarina,

muestran una transición de una cabecera comarCal a otra; en

la Vega Baja, la localidad de mayor crecimiento ni es Ia 056

cabecera comarcal ni tan siquiera una de las más pobladas hasta entonces.

En reración con estas transformaci-onesr s€ produJeron los cambios porcentuares en cuanto ar rugar de origen de la población provincial (vid. Cuadro 5).

De acuerdo con ros datos expuestos, se comprueba c6mo aumenta durante ra década er porcentaje de ra pobración nacida en el -en resto de España y menor medida- la que vive en rocalidades de ra provincia diferentes a ra de su nacimiento.

También se observa cómo ra pobración inm.igrada es superior en las ciudades gue en ras localidades medias y pegueñas, consecuencia de ser las grandes receptoras de mano de obra para la industria y ros servicios. No obstante, el crecimiento de ra población venida de otras provr.ncias se deja sentir más en las rocaridades menores, hasta dichos años casi totarmente alejadas de estos movimientos de población; en los pequeños pueblos, €l porcentaje de inmigrados nacidos en la propia provincia es tan erevado como en las ciudadesr €fi parte por los partos llevados a efecto en ciudades cercanasr €' parte porque son muy corrientes los casamientos con gentes de locaridades vecinas (ar ser más escasas ras posibiridades de erección dentro de la propia colectividad). 05?

Cuadro 1.5

ZONAS Y PRTNCIPALESMUNICIPIOS DU LA PROVINCIA DE ALICANTE. DTSTRTBUCTON PORCENTUALDE LA POBLACION SEGUN SU LUGAR DE ORIGEN. COMPARACIONENTRE 1950 Y 1960.

Lugar de origen de Ia población (a)

Nacldos en eI propio Nacidos en municipio otro lugar Nacidos en donde se de la el resto censaron provincia de España

1950 1960 1950 1960 1950 1960

TOTAI, PROVTNCTAL 7s.B 67.7 13.3 15.6 10.2 15.7

ZONAS: (b)

Urbana 66 .2 61 .5 15.2 16.5 17 .7 20 .9 fntermedia 82.6 73.9 10.8 13.7 6.0 11.4 RuraI 79.0 69.7 14.2 16.5 6 .2 12.9

LOCALIDADES: (c)

Alicante 57 .4 53 .2 19.6 19.0 22.0 26.4 AIcoy 70.0 60. 1 15.8 16.6 13. 4 22.s Almoradf 76 .', 72.8 2"1.g 21.6 1.8 5.4 Callosa de Seg. 80.3 76.6 16.0 19.5 2.8 4. 0 Crevillente 85.7 79.5 9.5 12.5 4.2 9.3 Denia 76.6 70.4 14.0 15.9 7.5 12.5 Elche 74.8 65.2 13.6 16.8 10.4 16.9 EIda 55.3 48.6 13.6 22.7 30. 9 28.2 Novelda 76,9 6s.7 13.9 15.6 8.1 17.5 Orihuela BB.0 87.3 6. 1 5.2 5.? 6.9 Villena 78.6 73.9 5.7 s.2 15.4 20.3

NOTAS

(a) No se indican los porcentajes de ros nacidos en el extranjero y los de aquellos cuyo lugar de origen no consta, aungue se contabillzan para hallar los porcentaj es.

(bt Las zonas no se corresponden exactamente de un censo a otro con las mismas localidades.

(c) Só1o localidades mayores de 10.000 habitantes en ambos Censos.

Fuente: Eraboración propia con datos de los censos de Poblacio-n de 1950 v 1960, INE. 058

Estudiando los principales centros urbanos de ra provincia, observamos gue en todos ha aumentado eI porcentaje de población nacida fuera de ellos. Los cuatro

máximos receptores de inmlgrantes presentaban en 1960 porcentajes de población inmigrada superiores a la media provÍncial; en Elda eran mayoría ros no nacidos artfi en

Aricante, iban camino de serloi en Alcoy y Elcher gu€ partÍan de porcentajes menos elevados, las tendencias al aumento eran aún más rápidas. En ras localidades con mayor

importancia de ra pobración agraria, especialmente en las de

la vega Baja, ra población procedente de otras provincias era aún escasa, pese a su aumento.

Aunque a niver general aumenta la pobración que vive en municipios de la provincia distintos al que nacieron, las tendencias son muy disparesi la propia capital vio cómo disminuyeron porcentualmente sus inmigrados intraprovinclales, debido en gran parte al aluvión de inmigrados de otras áreas geográficas. Las pobraciones con importante peso económlco del sector agrario -Almoradí, orihuera, virrena- también disminuyeron su proporción de inmigrados provincial.es. por el contrario, la inmigración hacia Erda procedía de ras comarcas más cercanas.

También es Elda ra única pobración en ra que disminuye la proporción de inmigrados de otras provincias, pese a contar con er porcentaje más elevado de todas nuesLras ciudades. La causa estriba en que la ciudad ya había recibido millares de inmigrantes en er perlodo anterior a ra ü5$

Guerra Civil, muchos de ellos albacetenses y murcianosi al ir falleciendo los inmigrados antiguos aI tiempo que aumentaban los recién llegados desde pueblos próximosr €s

Iógico que los porcentajes variasen.

Diferente es la evolución de las demás localidades, especialmente A}coy, Elche y Novelda, en las que el rápido incremento de Ia población se debe sobre todo a los llegados desde otras provincias. La razón de esta súbita atracción sobre provincias y localidades concretas, con las gue hasta entonces apenas si se habían establecido contactos humanos, se debe al desarrollo acelerado de ciertos sectores industriales y d.e servicios, con la consiguiente necesidad de abundante mano de obra y eI ofrecimiento de unos salarios y unos medios de vida mucho más satisfactorios que los existentes en los lugares de origen.

Se hace, pues, necesario estudiar Ia evolución económica de la provincla para comprender los movimlentos migratorÍos. Pero ello requiere un capítulo aparte. 060

NOTAS

( 1 ) Para el estudio de la evolución de la epldemia en una Iocalidad concreta de Ia provincia véase VALERO ESCANDELL, J.R. ¡ "Elda, 1885-1 918: las úttimas epidemias", Alborada, XXvfII, 1982, s.p.

(21 Los datos relativos a Ia presente década no los hemos calculado debido aI retraso en Ia publicación de las cifras por parte del rNE, con to que estaríamos obligados a ofrecerlos de modo incompleto. Bsta misma aclaración sirve para los datos referentes a defunciones, matrimonios y crecimiento vegetativo- Sobre Ia cuestlón de ta natalidad en Alicante desde los r'La años cincuenta, véase, además, GOZALVEZPEREZ' V.3 natalidad en Alicante. Tasas, cifras absolutas y planificación", Campus, De 6t 1985, p,40-44.

(3) Para las cifras del conjunto español, v6ase DEL CAMPO' Salustiano y NAVARROLOPEZ¡ Manuel: Nuevo análisis de- la poblaqién esp4ñola, 1987, p.16

(4) DEL CAIUPO,Salustiano y NAVARROLOPEZ, ^Manuel3 Op.Cit., 1987, p.87, citan un interesante párrafo de GARCIA BARBANCHO,Alfonso que explica con claridad diáfana las ""'"u""1:.:it" ilHiffit:'""i::ionar de Estadísrica mantiene una seria lucha frente a aquellos municipios guer por razones de interés locaL o p"rsonáI, acrecieñtan o reducen su población más allá de Ia realidad. Pero en el Censo de 194A hubo razones sobradas para no poder aplicar aquellos controles. Por tal motivo dicho censo muestra errores, gü€ se vieron agravados por Ia presencia del racionamiento de alimentos aplicado aI término de nuestra guerra civil. Iras cartillas de racionamiento originaron inscripcj-ones dobles o múttiples de Ia población que afectaron no sólo a la población controlada por Ia que se llamó Comisaría de Abastecimientos y Transportes, sino también aI contingente humano censado por eI INErr.

(5) Vid. Ia respuesta de Ia SOCIEDADECONOMICA DB AI\IIGOS ttBncuesta DEL PAIS de Alicante a Ia sobre emigración del año 1881'r (en eI periódico Las Circunstancias de 1 .12.1 BB1). Tambie'n BoTELLA, Cristobal¡ EI Problema de ----ffi5lementeIa emiqración, 1BBB, p. 15, 1o destaca¡ el litoral de Levante es er gue sumlnistra mayor contingente a Ia emigración ¡ Y 06r

ef qlyg_revela mayores penalidades y dolores más terribles. " Más recLentemente DEL I\,IrGUEL, Amando: "La emigración española a América a finales del sigro xrx y priñcipios del xx", rndianos. cuadernos dqr ñorte, mórrógrafía ne 2, 1e84, ; ;;;éüe no se dirigía fundamentalmente a América, ra emigraci6n alicantina era porcentualmente más importante que ra de ninguna otra provincia der país, pero con un fuerte componente temporar y un número elevado de retornos.

(6) Dejemos constancia de eu€, ar ser ros procedimientos de recuento de nacimientos y defunciones distintos a ros utilizados para el cárculo grobar de ra pobración, tal vez los sardos migratorlos sean argo diferentes a ros indicados en nuestro cuadro estadístico. coRTrzo ALVAREZT. Tomás: "Fluios y campos migratorios'117-132, en España en 1920", Brla, ¡e S, lSB3r- pp. siguiendo otros procedimlentos de récuento -Ia naturareza de ros residentes en cada provincla- evalúa el sardo mlgratorio aricantino en -30.341, una cifra sensiblemente superior a la aguí indicada. para gue dicho dato fuese posibre y a la vez concorde con nuestro m6todo de cálculor gu€ no 'consideramos incorrecto, ar menos uno de los dos censos deberla estar sobre o infravalorador yd gue consideramos bastante más fiables los datos racititádos por Registro civit (acerca de nacimientos y farlecidoi) qué los porcedentes de ros recuentos censales. posiblemente, las cifras resurtantes sean cantidades intermedias, ro gue impricaría a su vez matizar también -por lo menos- las clfras de una de las décadas adyacentós. l7l DEL cAMPo, salustiano y NAvARRO LopEz, Manuer: op. Cit. , 198'7, p. 86, indican que en eI periodo 1925-1991 es la comunidad valenciana el terrrtorio español de mayor sardo migratorio positivo en cifras absorutas. GARCIA BARBANCHO, Alfonso: t 1982, pp. 92-93, pese a citar por delañté a fa zona vasco-navarra, reconoce gue en ros últimos treinta años Levante (término que incluye a Murcia) es eI tercer foco inmlgratorio der Estado después de cataruña y la zona central. Es más, supera a la zona central én Ia década de los setenta.

(8) RODRTGUEZosuNA, Jacinto: pobración v territorio en España. Slglos XfX v XX, 19S5m

(9) Por erlo, no es casual que sea Alicante ra provincia varenciana gue presenta en este periodo mayor número de focos de atracción de inmigrantes; obsérvese ra 062

enumeración de zonas receptoras de inmigrantes gue ofrecla en 1976 el profesor PEREZ PUCHAL, Pere: Geoqrafía de la població valenciana, 1976, p. 115. "...són els casos de la Marina, amb Ia seua atracció d'obrers de vila, de treballadors dels servel"s turístics i de residentsi de Ia Foia de Castalla, ValI de1 Vinatopó i Camp d'Elx, Foia d'Alcoi i VaII d'Albaida, amb una lndústria dinámica de calgat, joguineria, téxtil i mecánicai de Valéncla, Alacant i la cada vegada més urbanitzada Plana de Castelló..." CI63

itL DI!SARROI,LO itcoi,toilICO

[Jna vez superado er estancamiento gue la guerra civir

de 1936 y su clura postg¡uerra representaron para la

provincia, clescle rnedia

Alicante comenzó a desarrorrar su economía con tar fuerza

QU€o en sólo veintitrés aiios (desde 1960 a 1983), consiguió multiplicar su Valor Añaclido Llruto (en adelante, VAB), (1) por más cle cuatro (2) , al tiempo gue pasaba cie representar eI 2.272 del total español a nás del 3. 16A ( 3 I , lo gue dernuestra que e1 crecimiento económico alicantino ha sido superior al del conjunto clel jlstado.

Este rápiclo crecimiento no hacía sino retomar eL camino que la economía alicantina había iniciaclo con los años cle la

Gran Guerra .lluropea (coyuntura gue faciritó enormemente la exportación c1e toclo tipo de procluctos ) y af ianzado a lo rargo cle ros años veinte. Esta expansión económica fue espaciarmente selectiva y afectó sobre todo a Ia industria y a Ia agricultura de e:

en eI interior de Ia propia provinci.a, de una envergadura desconocida hasta entonces ( 4 ).

Ahogadcl este precedente industrializador, la industria alicantina recobró eI pulso en los cincuenta, época escasamente valorada debido en gran medida a Ia comparación con eI rápido incremento de los años sesenta. Pero en los cincuenta se encuentran las raíces que explican Ia rapidez deI desarrollo posterior. García Delgado sintetizó Ias características det periodo en un artlculo ejemplar:

"...no sólo en Ia aceleración del crecimiento industrfal, sino también en toda una suerte de concatenaciones: el desligamiento definitivo deI ciclo lndustrial a las cosechas, los logros en la sustitución' de importaciones industriales' (gue es un hecho característico no de la primera década de Ia postguerra sino de Ia segunda), la recuperación por parte de Ia industria -después de la parálisis de los años cuarenta- de una relación de lntercambio favorable para sus productos, en detrimento de la agriculturai el auge de Ia emigración rural Y, paralelamente, €1 avance del proceso de urbanlzación, la creciente incorporación de Ia mujer aI mercado de trabajo y el progreso en Ia modernización demográfica."(5)

La provincia alicantlna se amoldó perfectamente a estas transformaciones de Ia España de los cincuenta, a un ritmo superior a Ia media nacional. En 1955, por eJemplo, la riqueza producida por Ia industria alicantina dobla con creces a Ia producida por la agricultura, contrastando eI rápido índice de creclmlento industrial con el estancamiento del sector primarioi el grueso de la emigración emitido por

las áreas rurales alicantinas se instaló en las localidades más evolucionadas de Ia propia provincia, se adaptó con una CI65

facilidad asombrosa a unos modos de vida muy diferentes

-especialmente en cuanto a Ia función sociar de ra mujer- y fue la causa básica de la fuerte demanda de trabajadores en algunos sectores económlcos, como la construcción.

Algunos autores(6) han expresado gue eI crecimiento industriar de los años cincuenta no fue suflciente para ras necesidades sociales gue demandaban trabajo tanto para las nuevas generacfones que se incorporaban al mercado laboral como para los contingentes de población expulsada por una agricultura que Jugaba a la perfección su papel de cenicienta económica; pese a la certeza grobar de tares juicios, hubo en nuestro país territoríos más dinámicos que otros: las áreas más'industrializadas de nuestra p'rovincia no sólo absorbieron el éxodo rurar propio sino el de argunas zonas extraprovinciales todavía bastante próximas, si bien es cierto gue desde argunas comarcas más deprimidas se prefería seguir emigrando a zonas más arejadas donde se podían alcanzar salarios más sustanciososr.

Mucho se ha escrito acerca de ra decisiva importancia gue el Plan de Estabilización de lgsg representó en ra fijación de las bases estructurales necesarias para el salto económico de los años siguierrtes. No coinciden las varoraciones económi.cas y sociares del hecho; ros enfogues más economÍcistas reflejan los resultados prácticos de ra medida y señalan que

". . . la economla española va a mostrar, tras las medidas del verano de 1959 v de los meses 06fi

posteriorgs, una extraordinaria capacidad de asimilaclón de las favorables condiciones del mercado internaclonal, con ganancia de importantísimos márgenes de productividad antes desaprováchados"(7)

Por contra, las valoraciones que inciden más en los aspectos sociales se han fijado preferentemente en Ios tremendos costos que para los sectores rnás desfavorecidos representaron aguellas decisiones :

rrEI Plan produjo rnomentáneamente una disminución de la actlvidad económica que se prolongó hasta principios de 1961. Las medidas de restricción de créditos determinaron el cierre de numerosas empresas en especial de las de dimensiones más reducidas. Muchos obreros guedaron parados (132.083 en 1959 y 199.994 en 1960) o vieron considerabremente reducidoá sus ingresos aI suprimirse las horas extraordinarias o disminuir Ia posibilidad de pluriempleo. Estos efectos, unidos a la deficiente situación del campo en eI Sur de Bspaña y a los desastrosos resultados del año agrÍcola de 1960, determinaron para España el verdadero comienzo de una nueva etapa migratoria. El auge adguirido a partir de 1960 por la emigración a Europa permitió arcanzar o incruso rebasar ras cifras de princfpios de sí91o."(I)

No parece gue Ias consecuencias del Plan de

Bstabilización fueran excesivamente graves para nuestra provincia (Vid. Cuadro 1t Cráfico 1 y Ap.Est. 5).

El VAB provincial no s6lo siguió aumentando continuamente tras ras medidas oficiar sino que entre 1960-

1962, los años más afectados por eI PIan, Io hizo en más de un 22* (en pesetas constantes!), si bien el creci_mlento fue menor para Ia industria gue para los restantes sectores; pese a todo, hubo industrias (como la textill gue crecieron por encima de la media. Aunque en 1962 el peso de la economla alicantina en er totar español era inferior ar gue 67

CAP. 2 GRAFICO 1

PROVTNCTA Dtr ATTCAITTD: DVOLT'CION DBI, VALOR AíiADIDO I]RI'TO AT, COSTI1 D]] I,OS FACTORBS. (1 960 - 1985 ). (En ptas. corrientes )

Fuente: BAl,lCODE Bf LBAO

Incllce (Año l960= roo)

f o.ooo

5.O OO

2.OOO

Años

TOÍAt

Seetor Prlmarlo

Seetor Seetrnit,r.rio

Seetor Tercl'lrio 068

Cuadro 2.1

PROVINCIA DE ALICANTE¡ BVOLUCTONDEt VALOR AÑADIDO BRUTO(A) (195s -1983)

Agricultura Industria y Años y pesca construccfón Servicios Total

1955 99 B3 83 B5 1960 100 100 100 100 1 967 9B 169 207 168 1975 140 3",7 435 323 1983 97 344 705 419

NOTAS

(a) En pesetas constantes. Año 1960- Indice 100.

Fuente ¡ Banco de Bilbao: Renta 4ac_!o44l de España y su

distribución provincial. Varios años.

representaba en 19G0, eI crecimiento trabía sido superior a Ia media valenciana.

Las consecuencias laborales de esta coyuntura económica no fueron en conjunto de una gravedad notabre. De hecho, er paro prácticamente no aumentó y consiguientemente ros parados aricantlnos representaban un porcentaje cada vez menor en er totar español: en 1963, con s6lo un 0.96t de los parados españoles, Aricante arcanzó su porcentaje más bajo de toda Ia postguema. rncluso aumentó rj.geramente el empreo entre 1g6a y 1962 puesto güér si bien el sector terciario permanecíó estancado, ra industria absorbió de sobra toda ra pérdida de empleo rural, pérdida especialmente brusca entre Ios trabajadores por cuenta propia. 069

La renta per cápita (en aderante¡ r.p.c. ) creció rápidamente ar tiempo gue los precios -sobre todo ra

arimentación- frenaron de momento su ritmo inflaccionario.

Esta posición comparativa favorable de la economla

aricantina explica el fuerte "boom', inmigratorj-o der año 1964.

superados los problemas ocasionados por er ajuste duro

de 1959, ra economía aricantina, ar igual que sucedió en er

conjunto der mundo occidental, estaba preparacla para

aprovechar la época dorada que duraría hasta 1973, año en

que se produjo la llamada crisis del petróleo. EI profesor

García Delgado ha resumido las características socioeconómicas aeI periodo:

". - -energía barata en términos absolutos y crecientemente barata en términos relativos] favorabres precios relativos también de ras miterias primas y de los alimentos; financiacióñ exterior nutrida de transferencias de emigrant€sr _ divisas,-"n turismo y entradas de capital; aáquisiciórr- un mercado fnternacionar expansivo de ra tecnología y de ros productos necesarios para asimilar a los cambios gue el propio crecimiento impone en ros patrones dominantes de ra demanáa t y abündantes disponibiridades de una mano de <¡bra (tas dos grandes reservas sol la _pobración agraria y ra po6ración femenina potencialmente activá), con la váiv"ra de seguridad adicionar de la fácil exportación de la mayor parte de la fuerza de trabajo excedente,,(9)

Nuestra provincia ha dispuesto de la mayoría de factores favorables indicados en ra reración anterior, de modo gue no ,,válvula fue necesario acudir en proporción elevada a esa de seguridadtr que fue ra emigración exterior, reducida como corriente masiva a rocalidades muy concretas dentro de 070

argunas comarcas. La pobración agraria gue acudía a los

sectores punteros de nuestra economia sóro procedía en un

porcentaje no mayoritarlo der propio agro y alcanzaba a

regiones cada vez más arejadasi la mujer se acercaba ar

mercado laboral en unos porcentajes muy superiores a los que

señalaban las estadísticas oficiales. Las entradas de divisas

a ra provincia fueron muy copiosas gracias ar fomento del

turismo ritoral, Ia consoridación de la exportación en

sectores básicos de ra industria o ras remesas de ros

propios emlgrantes, muchos de los cuales elegÍan Alicante

como punto de retorno a su vuelta a España, atraídos por las

posibilidades tanto de empleo como de inversión. Bl

eguipamiento tecnorógico no fue tan sóliao como en otras

zonas der país debido a nuestra escasez de industrias de

carácter básico o tecnorógicamente avanzadoi pese a todo, €1 aumento de productividad en la industria fue evidente. Entre

1960 y 1973, con todas las aceleraciones y desaceleraciones del ritmo de crecimiento gue se guiera, se produjo er más

rápido incremento del VAB de todo er periodo gue estudiamos,

llegando a triplicarse en sólo trece años.

Más dificir de carificar es la evolución de ra economla

tras Ia crisis de 1973, básfcamente porgue a ros problemas específicamente económicos se van a añadir ros originados por

ra rápida transformación polítfca que vive el país. carecemos

todavía de ra perspectiva temporal necesaria para evaruar el difíci1 perfodo de la transición en cualquiera de sus aspectos básicos; incruso una simple descripción der periodo 0?t

puede resultar cuestionable. Por eso tt-ene más valor eI retrato econó¡nicoofrecido por J.V.Sevilla en 1985:

frDl crecimiento de la producción se ha debilitado sensiblemente, hasta eI punto de que una tasa tan modesta para otro tiempo como eI 2Z -gü€, aproximadamente, ha sido el crecimiento medio del periodo- ahora se considera, cuanto menos aceptable. El volumen del desempleo ha sobrepasado el 20t de Ia población activa, al tiempo gue las rentas salariales han visto reducida su participación relativa en cuatro o cinco puntos al menos, sin contar con Ia mayor presión fiscal, que ha lncidido en gran medida sobre las rentas del trabajo."110¡

En la provincia de Alicante eI aumento del paro fue rapidísimo: en 1984 había dieciocho veces más parados gue en

1973; algunos años -1974, 1975, 1976 y 1980- eI paro llegó a incrementarse más de un 40t sobre las cifras del año anterior. Particularmente graves fueron los años 1980 y 1981 .

Pese a todo, Ias cifras alicantinas no se separaron nunca de la media nacional, muy lejos de las tasas de zonas como

Andalucla y Extremadura, pero sufriendo las consecuencias del predominio en ella del sector industrial, el más afectado por

Ia crisis. El creci-miento del VAB sobrepasó un promedio anual del 2.58, cifra superior a Ia del conjunto del Estado. Esta fortaleza para conseguir superar Ia crisis tal vez se deba a la diversificación de las fuentes de riqueza de una provincia gue posee desde una agricultura exportadora a un turismo consolidado, pasando por una industria variada, de consumo y pequeño tamaño; todo ello permitió una flexibitidad económica que ayudó a adaptarse mejor a una situación difícil, aunque de un modo espacialmente desigual y con fuertes altibajos coyunturales. En cuanto a Ia evolución de la r.p.c, eI 0?2

aumento ha sido lento, con fuertes oscilaciones en eI periodo siguiente a la crisis de 1979i pese a todor €r 1983 la renta no sólo era mayor que diez años atrás sino que superaba la media nacional, situación nunca lograda anteriormente:

Alicante ya era entonces Ia décimoguinta provincia con mayor r.p.c. de1 paÍs, otra cuestión, por supuestor €s Ia evolución que siguió Ia parte salarial de dichas rentas y et reparto de

Ia misma entre los diferentes niveles de ingresos; posiblemente, dl descenso porcentual del componente salarial de las rentas, habría que añadir una acentuación de las diferencias entre las bandas salariales superiores y las inferiores: eI crecimiento del paro -muy ac,entuado entre . jóvenes, mujeres y obreros escasamente cualificados- y Ia continua desaparición de empresas generó una fuerte inseguridad laboral y un proletariado de reserva gue fueron el caldo de cultivo apropiado para el fomento de la llamada economla sumergida.

Pese a todo 1o anterior, pese a que existieron ciertos movimientos de retorno de trabajadores a otras provincias, estos no fueron tan acentuados como en otras zonas de fuerLe industrialización -es el caso de Barcelona o el País Vasco- y eI saldo migratorio siguió siendo positivo, pero con unas cifras rnás reducidas que las usuales hasta Ia crisis de 1973.

EI mantenimlento constante del signo positivo en eI intercambio mfgratorio con el resto es España es el indicador más claro de Ia solidez de la corriente migratoria hacia nuestra provincia, con una atracción que se ha demostrado 0?3

más estable gue la ejercida por otros territorlos supuestamente más pujantes.

La fuerte relación establecida entre los movimientos migratorios y Ia situación económica nos obliga a estudlar más a fondo la evolución de los indicadores económicos relacionados con las posibilidades de empleo y consumo, Ios principales factores a considerar cuando se plantean traslados de población. 0?4

2.1 EVoLucroN DEL vALoR añenrpo BRuro

siguiendo en todo momento ros datos ofrecidos desde 1955 por -que el Banco de Bilbao posibremente cuenta con el más prestigioso servicio de estudios sobre la economía españora-, er vAB de ra provincia de Alicante aumentó continuamente en pesetas constantes a ro largo de todo er periodo estucliado, si bien er ritmo de crecimientose vió

afectado por profundas variaciones; asl, entre 1971-1973 creció un 27.sv mientras gue entre 1973-1g?s aumentó menos (y de un 58 entre 1g7g-19g1 arrededor de un 2.3), como consecuencia de la recesión producida por la crisis de1 . . petróleo. Grosso modo, €r momento de máximo crecimiento fue entre comienzos de ros sesenta y 1923, coincidiendo con er

conjunto de ra economla occidental, como ya indicamos. comparativamente, €l crecimiento fue superlor a1 totar valenciano y muy superior al español (vid. Ap.Est 5,7 y Gráficos y 2 3), pasando de un 24.5t der total valenciano y un 2-12% der españor en 1955 a un 31.4 y un 3.16 respectivanente en 1983.

Junto ar crecimiento constante, ra otra característica

fundamentar de la evorución del vAB alicantino es er grave distanciamiento en er ritmo de crecimiento de los distintos sectores económicos (vid. Cuadrc¡ 1 ). Asl, eI sector servicios ha crecido siempre por encima de ra media grobal, acentuando su predominio tras ra crisis económica y el estancamiento industriar; el sector secundario -industria y ?5

CAP. 2 GRAFTCO2

PORCENTAJE DIlt VALOR AIIADTDO BNUTO ALICAI\¡TINO Eltr EI, TOTAL VALEITCTAT'IO.( 1955- 1985)

FuenLe: BANCODE BTLBAO

l9 60 70 1080

- loüal Sec tor Seou¡¡tlarlo

Seetor Prlm'rrlo Seebor Íerciarl.o CAP. 2 GRAFICO 3

PORCENTAJE DEL VALOR AI'IADIDO BRUTO ATTEANTINO EN EL TOTAL ESPAf¡0L. ( 19ss- 1985)

Fuente: BANCO DE BTLBAO

Seetor Sbcu¡rtlarlo

Sector Prlmarlo Sector Terolarlo

9¿ 0??

construcción- creció hasta 1973 de un modo muy similar a la media, notando a partir de dicha fecha las consecuencias de una crisis gue se cebó preferentemente sobre estas actividades; por contra, el sector primario, con frecuentes altibajos producidos tanto por malas cosechas como por superproducciónr Do sólo no crece al compás del resto de la economía sino gue se estanca yr pof, tanto, el aumento de productividad por obrero empreado se realizó a costa de una fortísima caida del empleo.

Como consecuencia de ello, (vid. Cuadro 2 y Cráfico

4)la participacl-ón de cada uno de los sectores económicos en la génesis de la riqueza alicantina ha variado radicalmente en los úItimos treinta años, hasta eI punto de gue Ia agricurtura ha descendido de un 20.6t der totar en 1962 a menos del 58 en los años ochenta (vid. Ap.Est. 5 y Bt de todas formas, €r porcentaje de rigueza generado por ra agricultura siempre ha sido inferior al de los trabajadores ocupados en eIla.

situación completamente diferente es la det sector servicios, que siempre ha obtenido un porcentaje de Ia riqueza superior aI que correspondería en relación con eI empleo ofrecido¡ los servicios han sido el sector más claramente expansivo: del 34r4t del VAI3alicantino en 1960 a superar eI 57t a partir de los años ochenta. Desde el año

1969, los servicios proporcionan a la provincia un porcentaje de VAB superior aI de Ia industria; desde 1979, supera claramente eI valor conjunto de los otros dos ?8

Seoüor leroiarlo

Seotor Secundarlo

Sector Prlnrarlo

| 985

f97ü

CAP 2 GRATICO 4

DISTRIBUEION POR SEEOTRESECONOMIEOS DEL VALOR AÑADIDO BRUTO DE LA PROVINCIA Dg AtTCANTE. (1960 1985t

FuentEs BANCODE BILBAO 019

Cuadro 2.2

PORCENTAJE DE CADA SECTOR ECONOMICO SOBRE EL VAB TOTAL DE LA PROVINCIA DE ALICA}¡TE. 1955 - 1983.

Agricultura Industria y Años y pesca construcción Servicios

19s5 20.3 44.6 35.0 1960 19.8 45.7 34.4 1962 20.6 42.4 37.0 1964 15.1 47 .2 37 .5 1967 11.5 45.9 42.4 1969 9.6 45.0 45.2 1971 11.4 43.1 4s.3 1973 1't.2 43.9 44.8 1975 8.6 44.9 46.4 1977 7.7 43.2 49.0 1979 6.1 39.0 s4.2 1981 4.9 37.1 57.9 1983 4.6 37 .s 57 .B

Fuente¡ Banco de Bilbao: $enta naciona! de España y g! d'istribución p

sectores. La industria, gue siempre ha tenido en esta provincia un peso específico superíor al que representa en eI conjunto de Ia economla española, ha perdido desde los años setenta su antiguo predominlo y ha sufrido las consecuencfas negativas más fuertemente que los servicios.

Porcentualmente, alcanzó sus niveles más altos durante el año 1 964, año caracterizado además -como ya hemos indicado- por eI elevado número de inmigrantes, circunstancia que ayuda a establecer Ia estrecha relación entre movimientos migratorios y desarrollo industrial. La participación de1 sector industrial en Ia formación del VAB alicantino ha descendido fuertemente desde que la crisis del petróleo comenzó a hacer mella en nuestras empresas¡ a partir de 1979 080

su participación siempre ha sido inferior aI 40t. La transformación se puede palpar en las principales cabeceras comarcales: eI florecimiento de comercios y servlcios de todo Lipo está tan a la vista como los edificios inutillzados de muchas antiguas factorias gue hoy son pura argueología industrial,

Se hace necesario profundizar más en Ia evolución de cada uno de los sectores económicos y analizar las causas que explican eI proceso.

2.1 .1 Sector plimario

Er sector primario ha sido ra auténtica cenicienta del desarrollo económico alicantino, como hemos comprobado en el 'l: cuadro la rigueza gue produce el sector no ha aumentado desde 1964 a la actualidad (año 1983), aunque e1 número de trabajadores sí ha disminuido enormemente desde entonces.(11 ) Con los datos del Banco de Bilbao para 1983, sóIo eI 4.6% de Ia riqueza producida por Ia provincia provenía de este sector, cuaya importancia era claramente inferior a ros otros dos e incluso a argunos subsectores importantes (como cuero, calzado y confección, guímicas, construcción, transportes, comerc]-o, hostelería o administración pública). Bn todos los años estudiados, la riqueza producida en Ia provincia por eI sector primario era porcentualmente muy inferior a Ia población que empleaba, OEl

siendo constante er retroceso tanto en vAB como en empreo.

El estudio bienal del Banco de Bilbao sólo diferencia

dos subsectores dentro der sector primario: agriculturar €n sentido extenso, y pesca.

La agricurtura ha sido el subsector de menor

crecimiento durante el periodo estudiado y er gue ha perdido

más empleos. La agricurtura aricantina, en sentido amprio,

se caracteriza por un destacado predominlo del sector

agrícola estricto (121, una escasa importancia de la

ganadería y una nura incidencia práctica de las actividades

forestales. La superficie agrícola representa

aproximadamente la mitad de }a provincial', con una

importancia creciente del regadío y un predominio de ras

especies arbóreas y arbustivas. (Vid. Cuadro 3)

Dos son ras grandes dificurtades climatorógicas para et desarrollo de la agricultura en ra provincia: las temperaturas mfnimas invernales y ra escasez de rruvias. Las temperaturas ocasionarmente muy bajas que pueden rregar a producirse en algunos inviernos rimitan las variedades de curtivos del lnterior montañoso y pueden causar estragos en los cultivos más rentables del litoral.

La escasez de lluvias es tar que prácticamente ra totalidad de Ia provi.ncia, salvo algunos encraves montañosos, recibe anuarmente una cantidad menor que ra necesarj-a para el cultivo, circunstancia agravada por eI hecho de no coincidir las rluvias con la época en gue serían 0E:t

Cuadro 2.3

PROVINCIA DE ALTCANTE: USoS DE LA TIERRA EN 1 985. Superficie (has) porcentaje Cultivos herbáceos 37 Cultivos .646 6.4 leñosos 198 Barbecho .892 34.2 y otros 66.335 TTERRAS DB CULTTVO 11.4 302.7 83 s2.0 PRADOSY PASTTZALES .549 0.1 l"fonte maderable 60.652 l.'lonte 10.4 abierto 1 I'fonte 7.890 3.1 leñosos 89.3s0 SUPERFTCIEFORESTAL 15.3 167.892 28. B Brial y espartízal- 62.470 Improductiva 't 10 .7 B.322 No agrícola 3.1 21.836 Ríos y 3.8 Lagos 7.926 OTRAS SUPERFTCIBS 1.4 11 0.553 19.0 TOTAL s8'l. 77s Fuente 3fNE

más necesarias, así como por Ia acentuada irregularidad de estas. Todo ello propicia transformar Ia superficie cultivada de secano a regadío para conseguir gue la tierra rinda adecuadamente, pero esto plantea nuevos problemas:

"comparada cor ra dotación, parece ra superficie regada excesiva, lo gue se manifíesta en los reiterados años de seq;ía.' Las restantes ar[erias fruviares y son autóctonoas sufren los acusados estiajá"--p.ápiou medi'terraneidad. de su Las perspectivas-poco oirÁcidas por naturaleza son, p,r"ir 'a preocupación _ halagüeñas y la por la- cueátió;-á; r;;-;;;"" en multitud se refreja proyectos acuñados y provincia.', (13).9: ;ó; para Ia cE3

Erlo ha llevado a la solicitud permanente de trasvases hídricos procedentes de ríos más caudarosos -trasvases gue sueren chocar con la oposición de las zonas de posibre origen del agua- o er recurso a la extracción desmedida de ras aguas subterráneas, con er consiguiente peligro de salinización de 6stas. Pese a ell-o, las disponibiridades de estos nuevos modos de acceso al agua han rogrado 1as rnayores transformaciones agrarias de los últimos años en rugares hasta entonces poco aptos para e1 curtivo pero que disponen de las temperaturas invernales más benignasr

'r,..€s preciso resaltar que Ia explotación de este fggtg5, potenciado con el empleo de invernaderos y prásticos, cobra su mayor ampritud en ras tierras tradicionalmente más desheredadas det ritoral murciano alicantino. . . "( 14 )

Los profesores Juárez Sánchez-Rubio y Vera ReboIIo (15) han mostrado claramente la transformación del litoral oriolano (hoy, básicamente, Pilar de la Iloradada), indicando cómo esta transformación generó un amplio crecimiento demográfico.

Esta úttlma afirmación muestra cómo er éxodo rural no se debe necesariamente a Ia modernización de las estructuras agrarias sino tambi6n a su estancamiento; aguelras zonas gue consigan modernizar su agricultura, introducir nuevos métodos de curtivo y variedades más rentabres, crear redes de distribución de sus productos, en suma, crear una agricurtura comercial y competitivar no son las principales canteras de1 éxodo rural: OEú

"...81 desarrolro de ra agricultura comerciar no produjo infrujo migratorio desde las área rurales a ras urbanas, más bien al contrarlo, la modernización de la agricultura redujo Ias corrientes migratorias estabrecidas a mediados de siglo. por tánto, el incremento de ra agricultura produce un incremento generarlzado de la pobtación e incruso ,'( una dispersión de los ef ectivos. 16 )

Pero no todas ras zonas agrarias de nuestra provincia

han evorucionado del mismo modo, desgraciadamente, Las

variaciones climáticas en el territorio provincial

diversifican las posibiridades agrarias de cada zona. para

Juárez sánchez-Rubio, según ros regímenes térmicos y de

humedadr s€ pueden diferenciar tres subconjuntos: er

I'lediterráneo ¡,tarítimo, €r lrtediterráneo Temprado y eI

l.fediterráneo subtropical ( 1z ) . Aungue ra importancia del

sector agrario ha descendido en todas las comarcasr €s en

las zonas der l,fediterráneo Ternplado, aguellas zonas

montañosas con nenor porcentaje de suelo agrícola y mayores

posibilidades de heladas invernales, donde mayor retroceso

ha sufrido la agricultura y más patente se hace eI éxodo rural.

Rerleu (3.342 habitantes a comienzos de siglo y g65 en

1986 ) es una población interior de la comarca de La Marina gue podría ejemprificar este estancamiento. sus mismos habitantes (18) nos cuentan las principales razones de esta decadencia demográfica y económica¡ la escasez de aguas (,'de

5.076 has. sóro 135 son de regadlot'), la farta de una mentalidad mercantilista ( "la producción agríco1a de ha estado orientada hasta hace unos años aI 065

autoabastecimientott ) , la carencia de inversiones productivas

e infraestructuras agrarias, la decadencia de los cultivos

cerealísticos, el absentismo agrario, el suero accidentado

que dificurta la mecanización, €r sistema hereditario que

obliga a ra atomización de las parcelas, la forma anárguica

e improvisada como se ha intentado diversificar l_os

curtivos, ra farta de cárculos sobre rentabilidad a ra hora

de mecanizar los campos. IIoy en día, convertido casi todo el

territorio en un monocultivo del almendror no queda ninguna

explotación que pueda calificarse de rentable. si a erro

unimos que en er sector agrario es imposible presupuestar de

antemano la producción y carcular siquiera aproximadamente

ros preclos, or'cuadro es desorador para unas éxprotaciones

descapitarizadasS "...ér ra mayoría de los agricultores les

sucede gue a un año de poca producción sucede otro en er que

se supera con creces Ia demanda, con 10 gue bajan 10s precios."(19)

sin duda arguna, ras comarcas más representativas de esta agricultura estancada y con escasas posibiridades de

futuro son las próximas a la ciudad de Alcoy. Er Gabinete sigma, ar estudiar en ra pasada década la economía de la comarca alcoyanar ya incidía en ra mayoría de los problemas que hemos expuesto en er caso de Rerleu y veia muy negro el

futuro de Ia agricultura de Ia zona:

"Es muy probable gue continúe eI abandono de las zonas marginales, fundamentarmente en ras zonas más accidentadas...Gracias a los ingresos exteriores...,, ',... (la agricultura familiar) podrá soportar eI deterioro continuaclo de los beneficios...La OEfi

agriculLura suburbana de Ia zona industrial tenderá tt a desaparecer. . . ( 20 )

Sin embargo, este estudio plantea dos problemas agrarios que afectan, con mayor o menor intensidad, a toda

Ia agricultura provincial: Ia especulación del suelo y Ia escasa rentabilidad de Ias grandes explotaciones tradicionales.

La especulación del suelo es, en grandes áreas de la provincia, un factor que imposibilita la rentabilidad de Ia

inversión en nuevas explotaciones agrarias e impide Ia

formación de explotaciones viables debido a la gran necesidad de capital inicial para ra consecución de unos rendimientos distanciados en el tiempo, reducidos e

irregulares. EI estudio del Gabinete Sigma Io explica claramente:

t'En esta búsqueda de los pocos terrenos llanos, Ia agricultura esr claro está, quien menos puede pagar por ellos. Un caso característico es el Pla de lrfuro, una de las buenas zonas de olivar de este término, converticfa ya en zona residencial. La consiguiente supervaloración del suelo agrícoIa dificulta Ia formación de las explotaciones agrícolas económicamente rentables. (... ) En esta comarca, los precios del suelo agríco1a mantienen un cierto nivel, debido a varias causas. Se mantiene una presión demográfica sobre 1a tierra, pese a los movimientos migratorios hacia los núcleos urbanos. Los pegueños agricultores gue se van a las ciudades próximas no venden sus tierras. También Ias expectativas de utilización del suelo para fines turísticos cuentan en alguna zona. Y, sobre todo, esa actltud propicia a invertir en la agricultura...hace que los precios de1 suelo se mantengan altos y, como consecuencia, los capitales inmovilizados sean importantes. "(21 )

Si esto se refiere Ias comarcas deI interior OE?

montañoso, habrá gue concluir gue la especulación sobre el suelo es mayor en otras comarcag con superior expansión industrial, turística y demográficat muchos terrenos de expansión industrial y residencial de los alrededores de

Alicante, Elche, Benidorm, Elda-Petrel, Denia y otras muchas poblaciones de Ia provincia han sido urbanizadas detrayéndolas de su utilización agrariai en multitud de casos se trataba de las tierras más aptas para eI cultivo en un medio ambiente con graves carencias de vegetación y amenazado por Ia desertización agrícola.

En cuanto a la escasa rentabilidad actual de las grandes explotaciones agrarias tradiclonales, problema ha .eI sido estudiado sobre todo en los llamados "masos" de Ia comarca alcoyana. Se trata de fincas agrarias de extensión media-grande guer en su mayoría, pertenecen a propietarios vinculados a otras activi

ReIIeu:

tt.. . las fincas están pasandor €n su mayor parte I a ser fincas de recreo o de permanencia de Io que fueron en otros tiempos, sin el ni-vel económico de entonces. Los propietarios de las mismas residen en Ias ciudades y sus ingresos les provienen bien de las profesiones liberales que ejercen, o del pegueño comercio gue tienen montado o del empleo cualificado en empresas ubicadas en Ia capital.rr(23)

Este tlpo de fincasr €tr menor medida, Ias podríamos encontrar en EI Inlarquesado o en La Vega Bajar en comarcas 0E8

con agricultura evolucionada.

t'ers volviendo a masos", el tipo de exprotación agraria eregida como eJempror €'muchos de erros se han rearizado fuertes inversiones, gue no proceden de ra agricurtura sino de otros sectores más dinámicos puesto gue ra agricurtura tradicionar es incapaz de generar la prusvalía necesarÍa. El Gabinete Sigma di j o ,,masos,, de estos qu" se habían transformado en expl0taciones agrarias capitalistas gue

"" 'tienen una dimensión suficiente, trabajo asarariado, utirizan dentro :iiil-""plJi"rizadaá a1-rnáxrmo, de ras poéiuitia.aás-áJ cada curtivoi especialj.zan en pocos se perspectivas cultivos, con unas de *"ió"ao v se ocupanr €' cierta medida,"on"r"Las de ra contauiiio"a y gestión de ras explotaciones .., (?4 |

Pese a todos estos aspectos positivos, es decir, pese a realizar ras reformas agrarias consideradas necesarias e imprescindibres, er estudio hubo de concruir su análisis reconociendo que 1a rentabiridad no era ni comparabre con otras actividades económicas y que estas inversiones sóto eran entendibles para la consecución de un status sociar o como varores fijos de garantía para firinas industriales. Es decir, terminaba por corroborar ra incapacidad de ra mayoría de ras exprotaci-ones agrarias tradicionales para equipararse a ros niveres de productividad de ros sectores económicos más dinámicos.

La decadencia de Ia agricultura de zonas marginales, de secano montañoso, de escasa capitalización, de extensión insuficiente, ha llevado al sector primario a su reducida 0Es

importancia actual en la economía de Ia provincia y se encuentra en Ia raíz de Ia mayoría de corrientes emigratorias surgidas aquí durante los años sesenta y t en ciertos casos, desde muchas décadas atrás.

La pesca es Ia otra fuente de rigueza gue los estudios der Banco de Bilbao incruyen dentro del sector primario. su crecimiento en VAB ha sido inferior a Ia media provincia pero supera claramente aI de Ia agricultura y llega a equipararse -a superar, incluso- a algunos sectores de Ia industria. Se trata de un sector j-rregular que tuvo su momento más brillante entre 1964 y 1971| aI amparo del crecimiento turístico y ra mejora der niver de vida. Entre

1971-1973 sufrió una acentuada reducción. Alicante es Ia primera provincia pesquera del País Valenciano y su flota ra más importante cle Ia España oriental.

No es un sector en expansión, llurtitud de factores influyen en ello: eI agotamiento de los caladeros tradicionalesr gu€ obliga a hacerse a "la mar grantt, con eI consiguiente alejamiento de Ia familia; Ia dureza de un trabajo que a menudo no se ve recompensado como debiera

(251' la falta de canales rentables de comercialización . (261 como factor positivo, además de la modernización de algunos barcos, €I desarrollo del turismo litoralr gü€ estimula la demanda y eleva los precios del pescado.

UI número de pescadores ha ido disminuyendo, aungue aI tratarse de gentes residentes en localidades muy prósperas, 090

generalmente no han emigrado de sus lugares de origen. Pese a eIIo eI cambio de ocupación ha sido algo frecuente¡

tt...el marino o pescador gue no va a la Mar Grande, es declr, al Atlántico, gana muy poco. Ello se produce en un momento y en una zona donde el turismo ña provocado un auge en Ia construcción y en Ia industrla hotelera, con la consiguiente demanda de brazos y elevados jornales. Por ello el trasvase de personal de una actividad a otra es extraordinario. No sólo de marinos y pescadores, sino de técnicos. No es raro encontrar a antiguos patrones, dedicados a la hostelerÍa..."(27|

Ifoy en día, la importancia de la pesca se sigue

manteniendo en los principales puertos pero sin llegar a

definir en eIlos Ia actividad económica; solamente en Santa

PoIa -el prinbipal puerto pesquero del Este español- se

mantiene como pilar básico de Ia economla, aungue no se deba

a la pesca el desarrollo demográfico del município costero

del Bajo Vinalopó. Por contra, la población litoral más

transformada por el turismo, Benidormr €s la que ha

atrofiado más claramente su actividad pesquera.

2.1.2 Sector secundario

Los estudios del Banco de Bilbao incluyen dentro de

este sector a las industrias -entre ellas, energía y minas-

y a la construcción. EI sector fue hasta los años sesenta el

que generaba mayor rigueza en eI contexto provincial; en los

setenta fue rebasado por el sector terciario y desde

entonces ha ido cediendo cada vez un mayor porcentaje del 09!

vAB provinciar a ros servicios. su ritmo de crecimiento ha ido parejo aI del total de nuestra economía hasta 1975, año en que la crisis se dejó sentir ya craramente¡ desde entonces su evolución ha siclo rnucho más lenta. Pese a todo erlo, Alicante puede considerarse en er conjunto españor como una provincia clararrrente industrial, representando en

Ia economía varenciana un porcentaje muy estable gue rara vez se aleja del 31-338. Br vAB generado por ra industria, en reración ar número de empleosr €s inferior ar de los servicios y muy superior aI de la agricultura.

Las características fundamentares de ra industria aricantina no han variado excesivamente de aquelras que fueron descritas en los principales estudios de geografía económica de los años setenta (281, excepto en aspectos sociales fundamentales, como ra eeonomía crandestina o ros contratos temporales, que se han ido generalizando con la profundización de la crisis. De acuerdo con dichos estudios, se trata de una industria de bienes de consumo, generalmente de caridad medla o arta, de diseño más o menos originari et coste de ra mano de obra sobre er producto finar suere ser considerable, 1o gue normarmente irnpide que los salarios sean elevados; predorninan las empresas de reducido tamaño, encontrándose a menudo en inferioridad de condiciones frente a los preveedores, Ios distribuidores o la banca.

Si tenemos en cuenta que Ia localización de Ia industria allcantina no obedece ni a Ia abundancia de materias primas, ni a Ia cercanla a los mercados, ni a una 09:l

situación estratégica excepcional, ni a unos salarios excesivarnente bajos en comparación con otros territorios de nuestro entorno, habrá que revalorj-zar 1o gue podríamos t'factor llamar humano", es decir, la tradici6n artesana, la iniciativa empresarial, el dominio del oficior €r suma. En cuanto al prlmero de estos factores, Ia rnayoría de las localidades industriales tienen su origen en antiguos núcleos artesanales¡ Alcoy tal vez se trate del ejemplo más claroi el calzado de artesanía comenzó a fabricarse en Elda en Ia primera mitad del siglo pasado. Aunque otras industrias son más recientes, en los años veinte ya existían la mayoría de los sectores industriales actuales y en las poblaciones en que están actualmente situadas.'

La iniclativa empresarial es algo casi consustancial a algunos municipios. Sin ello no se explica Ia localización

industrial en determinados municipios deI lnterior. En

varias industrias siempre habrá, incluso en los periodos más

duros, alguien dispuesto a sacar adelante una nueva empresai

es éste un mundo dinámico en el gue las constantes guiebras

de empresas son paralelas a Ia aparición de otras nuevas. Y

en la mayoría de ocasiones no sóIo aI margen de las medidas

de apoyo por parte de la Adnrinistración, sino incluso a

pesar Suyo. ES esta una tierra de pequeños empresarios,

syurgidos muchas veces entre antiguos trabajadores deI

propio sectorr gue suelen dominar mejor el oficio gue Ia

gestión económica; un estudio sobre Elche l29l descubría

eue, al contrario de 1o gue acontece en eI conjunto del País 093

Varenciano y en España, er número de fundadores de ra empresa que dirigÍan era superior a Ia mitad (et 54S) y casi cuadrupllcaban a los empresarios por herencia (sólo el 13t), en otras locaridades de ra provincia -petrer, Elda, rbi¡o¡-

Ia situación debe ser, cuanto menos, similar.

La inmensa mayoría der vAB del sector secundario alicantino procede de las industrias fabriles (vid. cráfico

5 ), mientras gue ra construcción suele acercarse a un quinto del -aungue totar en ros úrtimos años su porcentaje sea muy superior- y energía y minas nunca se ha acercado al 2.5t del vAB provincial. pese a erlo, el porcentaje

Alicante domina sectores como cuero, calzado y confección, supera ra media regional en la construcción y mantiene escasa irnplantación en metal, rnadera y cerámica i ra industria qulmica cada vez desempeña un paper más importante. La industria fabril y ra construcción, además, representan en la economía provincial un porcentaje superior a lo normal en el conjunto español.

Entre los diversos ramos del sector secundario aricantino es escasa ra importancia de ros sectores energéticos y de ra industria pesada. Alicante no dispone de yacimientos de carbón, los recursos hidráulicos no abundan y carece de yacimientos metaríferos de importancia; sóro posee s4

teoo

CAP. 2 GRATICO 5

PARTIEIPACION DE LOS PRI}IEIPAI,ES SUBSECTORES EI,T EL VALOR AÑADIDO BRUTO DE LA rNpusrRrA ALICANTTT'IA( 1 960 *85 ) Fuente: BANCODE BILBAO

f e85

Allmentneión PteI - Textll

Quúnlca Metal

Otras LnalustrLas Corrsbnroclón 095

algún tipo de material de construcción -el mármol sería eI más importante* y Ia sal. Aparte de las canteras, sóIo las

fábricas de mármol, la factoría de ENDASA-la mayor de Ia

provincia-, la fábrica de cementos de San Vicente y poco más, constituyen el activo industrial de nuestra provincia

en estas actividades. Aunque localmente hayan constituido un

apoyo al desarrollo demográfico de algunas zonas¡ tro han

sido tan decisivas para la génesis de movimientos

migratorios como otras actividades con mucha mayor necesidad

de mano de obra.

Las industrias alimenticias, entre las gue los estudios

del Banco de Bilbao incluye a las bebidas al tabaco

(Alicante cuenta con factoría de Tabacalera), se han

mantenido a 1o largo de las dos últimas décadas en una

posición que podríamos calificar de sostenida; si bien no se 'l ha vuelto a la situación de 960 -año en que representó un

6.1 38 del VAB provincial- siempre ha superado el 3t de la

riqueza generada en la provincia e incluso tiende a

acrecentar su importancía en una época en que la mayoría de

industrias retroceden: no hace falta más gue mirar en los

colmados para comprobar la gran diferencia de presentación

entre los productos actuales y los que se acostumbraba

comprar hace sóIo veinte añosi ello nos está indicando una

mayor importancia del tratamiento industrlal de los mismos.

La industria alimenticia ha sidor €D Ia España

tradicional, la más desarrollada en la mayoría de las

regiones (recordemos algunos trabajos fundamentales de Jordi 096

Nadal): elaboración de la harina, aceite, vino y algunos dulces eran los sectores predominantes. También Io fueron en nuestra provincla, y no sóIo en aguellos tiempos en que Ia recorrj.era Cavanilles, sino en una época mucho más reci.ente.

IIoy, Ia situación se ha diversificado enormemente: desde la fabricación de artículos para un mercado internacional hasta la elaboración de producLos destinados al consumo de la propia comarca en gue están establecidas. Algunas de ellas, como eI turrón en Jijona, se han convertido en fundamentales para ciertos munieipios; otras muchas -es eI caso del chocolante en Villajoyosa, Ios condimentos en Novelda, y t en menor medida, envasado de Alcoy- .eI aceitunas en son un puntal importante en la riqueza de municipios de economía más diversificada. Sin embargor esa antigua aspiración de muchos gobernantes y pensadores eóonómicos consj-stente en mitigar e1 éxodo rural gracias a Ia transformación en origen de los productos agrarios, Do podemos decir que se haya cumplido¡ las localidades agrícolas apenas si cuentan con alguna lndustria de este tipor no precisamente las gue brindan más puestos de trabajo. Así, la industria de bebidas refrescantes y de Ia cerveza se concentra en Ia capital y la mayor lndustria del dulce -Dámel- se instaló en Blche. El desarrollo de Ia industria alimenticia no ha supuesto, pues, una razón para frenar el éxodo rural, aungue algunas industrias estacionales o gue aprovechen mano de obra femenina poco cualificada se hayan ubicado en localidades medias o pegueñas. 09?

La industria textir erar €' ros años cincuenta, la segunda más importante de la provinci-a y aguí se producla un porcentaje notabre de ]a producción textil española. IIoy en día, el -gue sector sigue concentrándose mayoritariamente en Alcoy (y municipios cercanos) y Crevillente- ha perdido peso específico, tanto en porcentaje sobre el vAB provincial como

en número de obreros empreados. su mayor nivel de desarrolro estuvo en torno a 1964, época en gue producía un 7.26t de la rigueza provinciar, pero el descenso ha sido tan rápido gue en 1981 sólo rlegaba al 2.232; descie 19g3, ros estudios del Banco Birbao de ya no estudian esta industria como sector independiente si-no englobado junto con cuero, calzado y confección.

Ar intentar estudiar las etapas de esta evorución y ras razones gue han infruido en elro, hay que destacar gue se trata de una industria muy directamente afectada por las fructuaciones económicas. El Gabinete sigma indica que:

"Los años gue van hasta 1970 son er periodo de ra autarguÍa. Las necesidades de la demanda son cuantitativamente muchas, pero poco exigentes--qrr", en cuanto a caridad. se créa uná indusi,ii, respondiendo a ras exigencias del mercado t y sin tener ninguna competencia e:

Bernabé llaestre (31 ), por su parte, además de indicar er pauratino descenso de su importancia en ra economía provincial tras haber sido en er sigro xrx el sector motor de Ia industria moderna en 1a provincia, señala gue la industria se mantiene gracias a los bajos salarios; exprica 098

cómo la industria rlegó prácticamente a corapsarse en I 95g y

luego posterlormente a finares de los sesenta, con la quiebra de muchas empresas, siendo varias las que adorecían

de baja capitalización, equipamiento obsoleto e iniciativas

escasas. La sltuación actual de estas industrias -dirigidas

en gran medida a la fabricación de productos de baja

caridad- no abriga excesivas esperanzas de ofrecerr €n un

futuro más o menos próximo, grandes oportunidades de empreo a nuevas generaciones de trabajadores.

rsmael varlés ofrece una visión algo más optimista de la coyuntura de los años setenta:

'lr. producció, en arribar als anys setanta, no es detura I a desgrat de les dificuitats del mercat interior, i cerca nous mercats ars palsos árabs¡ ér Ia CEE, comptant amb dissenys, guátitats i preus competitius. En connexíó amb aguest procés es Lroba precisament la creació de ra Fiia téxtil de Valéncia, fidel reflex d'una evorució i de r'entrada ar camp europeu i mundial"""ii""ia" der comerg téxti1 ." (32 )

Aungue al analizar el pensamiento de la burguesía ttveu textir actuar reconozca que amb un cert pessimisme el

futur de ra regió gue fa compatibre amb eIs constants

esforgos d'adaptació a les canviants dificuttats."(33)

Tampoco es excesivamente boyante ra situación de una

industria paperera gue coincide en muchos aspectos con el

recién estudiado sector textil: locarización en torno a

Alcoy o pobraciones cercanas, sararios bajos, disminueión de

su Ímportancia en el conjunto cle la ecc¡nomía provincial.

También, ar igual que en e1 textir, ra reconversión ha sido CI99

dura y difícilmente se puede calificar de acabada. Se trataba de empresas con problemas como

"...peqreña dimensión de Ias fábricas, dificurtades atomización, en er abastecirniento de materias primas (llegando en concliciones-ae-""iio.¿ v precios no competitivas), en ras posibiridades cre-ini¡er;i¿"r €' la renovación del equipo i"áü"tri"f,- baja p.od,,cli"iá;á, etc. ¡ €n 3;::lt5i;', cosres elevados,

Dicha reconversión, rearizada por ro general a expensas de las propias inclustrias, llevó aI descenso del número de fábricas y a ra disminución der empleo. Er porcentaje der vAB generado por Ia industria papelera ha ido reduciéndose, de manera casl constante -salvo un pegueño incremento a comienzos de 10s. setenta- pasdfido r de un 1 . gBE en 1g55 a sóro 0.92eó en 1983 y i erro gracias a gue el estudio considera conjuntamente papel y artes gráficas y estas úrtimas han seguido una evorución diferente: concentrado en torno a las ciudades industriales, este sector se dedica fundamentarmente a ra fabricación de cajas de cartón para embarajes, carzado, pese iuguetes. a ra escasa tecnificación y ar alto porcentaje de maguinaria obsoreta, ayudada por ros bajos salarios y por eI desarrollo de algunas industrias (arriba indicadas), Ias artes gráficas tienen mayores posibiridades de desarrorro gue ras industrias de fabricación de papel.

Algunas industrias -como ra guímica y er metar_ presentan de año en año attibajos tan fuertes en su porcentaje sobre el vAB provinciar gue só10 pueden ser t0t

expricables en función de diferencias de criteri_o a Ia hora de clasificar determinacios productos en un sector industrial

u otro- La química está¡ €n gran medida, completamente relacionada con la fabricación de productos necesari.os para otras industrias; er ejempro más claro aparece en la relación entre argunos productos químicos fabricados en la provincia y ra industria del carzadoi de ahf, ras empresas de guímica de transformación (adhesivos, prásticosr.. ) asentadas en ras poblaciones zapateras del vinalopó. La misma reración se podría establecer con otras pobraciones e industrias (como el textil).

Er sector de las industrias metálicas también es otro auténtico cajón de sastre sujeto al vaivén de los criterios clasificatorios. Dentro de él se podrían incruir multitud de fabricados, desde ra maguinaria hasta ra mayoría der juguete, pasancro por muebles metálicos, puertas y ventanas, carrocerías, etc. Entre elras merece destacarse, por er volumen de que ernpreo genera en toda una comarca -La Hoya de Castalla- y algunos otros puebtos (como Biar o Denia), la industria juguetera, un sector económico todavía rnar encuadrado pues, aunque mayoritariamente se engloba en er ramo der metal, también hay empresas clasificadas como químicas y de ra madera. se trata de una industria de desarrolro reclente, afectada aún por una fuerte estacionalidad en ras ventas, fabricante de productos de alta caridad y elevada competitividad externa, necesitada de mano de obra abundante y recientemente afectada por eI xnI

crecimiento del trabajo clandestino o temporal.

pero el sector más importante de ra industria provincial es el que engloba al cuero, el calzado y la confección, especiarmente dedicado en nuestra zona a ra producción zapatera, el ramo gue emprea a mayor número de trabajadores (no sólo regar -con sino toda seguridad_ clandestinamente) en unas empresas gu€r desde finales de ros cincuenta hasta comienzos de los setenta, rueron un permanente polo de atracción de inmigrantes, tanto de dentro como de fuera de Ia provincia.

Er varor económico der ramo der cuero, carzado y confección es tan importante para la economía provincial gue sól-o er comercio genera actuarmente mayor riqueza¡ además, desrle mediados de ros sesenta su producción ya superaba en val0r a todo er sector primario, significancio _sarvo en ros añ<¡s centrares de ros sesenta- más del tercio der totar de la industria fabril, con un máximo de. 45* en 1g75.

La industria del carzado se ubica en torno a ras poblaciones ribereñas deI Vinalopó, Ia más importante concentración zapatera de Españar pu€sto que agrupa aproximadamente algo más de r-a mitad del empreo español en el sector- curiosamente se trata de una industria tan peculiar en cuanto a radicación que, mientras Elda está especiarizada en calzado de lujo para señora, Elche ro hace en calzado económico y deportivo y virrena concentra gran parte de ras fábricas dedrcadas a ra producción de carzado l ir:r

para niños. En algunas localidades, singurarmente en Erda-

Petrel, la fabrlcación de} calzado y sus empresas auxiliares

han sido hasta hace escasos años una especie de

monoactividad lndustriar de ra zona. La concentración

espacial de ra producción ha sido vista como un factor económicamente positivo :

"La concentración del abastecimiento de materias primas y productos semielaborados por parLe de las empresas pequeñas y medianas de la misma l0calidad dan indiclos craros de estas ventajas rr sectoriales de Iocalización. ( 35 )

Pero, si económicamente las ventajas son indudabLes,

desde el punto de vista social las fluctuaciones de la

demanda influyen'gravemente en Ia evolución socioeconómica -y, por supuesto, demográfica- de Ias poblaciones zapateras.

Bstas osciraciones abundan en una i.ndustria de exportación yr por erlor sujeta a ras fuertes presiones de

la competencia internacionar. Así, los años setenta soportaron fuertes vaivenes productivos. Los primeros años

son de crecimiento rápido: entre 1969-1975 se pasó de producir por varor de 5.848 mirrones (en pesetas constantes '19701 de a 13-937, 1o gue representa un 23gB de aumento reari por contrar eD 1979 se desciende a sóro 10,07g

(reduciéndose más de un 27zt comparativamente con lg75).

Pese a estos datos extremos, podríamos estudiar varias etapas craramente marcadas en la evolución de un sector zapatero euer desde los años veinte, representa un puntal importante de Ia economía alicantina. (36) Tras Ia crisis de Xilli

Ia postguerra, el sector se renovó a partir de los años cincuenta, amparándose inicialmente en Ia demanda nacional, aungue tras el Plan de Bstabilización se abrió a los mercados exteriores.

Bn los años que van desde comienzos de los sesenta a Ia crisis del petróleo se produjo un crecimiento rápido de Ia producción asoclado a una acusada modernización Y a un incremento del empleo, todo ello amparado por una polftica de expansión de las exportaciones, oo exenta de retrocesos y problernas: Ia Ley l"lills (que protegía, con trabas aduaneras,

a la industria estadounidense), Ias variaciones de paridad

peseta/dólar, los. incrementos de precios de las materias

primas. Los años situados entre Ia crisis de1 petróIeo y la

actualidad están caracterizados por una fuerte

inestabilldad, motivada por las fluctuaciones monetarias

(muy graves para un sector fuertemente exportaclorl, las

consecuencias de la crisis y las propias características de

las empresasi Ia economla clandestina -siempre presente en

esta industria- crece en volumen, aI tiempo que convive con

fuertes tasas de paro oficiali con eIIo, Ia inversión se

estanca y el atraso tecnológico se muestra evidente.

Bsta característica de fuerte viabilidad de Ia

industria ha lnf luido en Ia falta de soli-dez de las

empresas. Ilsta debilidad estructural ha sido descrita por J.

t'la. Bernabé:

"...gran ritmo de aparición y desaparición de empresas, importantes beneficios en los buenos xn4

tiempos, eü€ se pierden en ros maros. Esto ha tenido sus consecuencias sobre la mentalidad empresariar: farta de previsibiridad a rargo-segirramentá piu"o y derroche incontrolado de los beneficios. porgue le resultan incontrolables el mercaáo (de á" materias ,primas y de venta de productosj,"á*piá- Ia financiación y ras decisiones de poiíti.. nacional."(37)

Es un sector donde son mayoría las pegueñas empresas, casi un auténtico minifundismo industrial. Esta característicar IIIuY criticada en los estudios oficiales de

ros tiempos del desarrorlismor €s a juicio de muchos autores ( 38 ) la que otorga competitiviclad a unas empresas que pueden adaptarse fácirmente a ras rápidas variaciones de ra moda. l'iuchas de estas empresas poseen un carácter rigurosamente famiriarr eu€ res'peri'ite reducir algunos gastosi gran parte de ellas trabajan cono filiar-es de otras de mayor envergadura. son aspectos gue han faciritado la irrupción de la economía sumergida.

otras características a destacar en er sector son r_a necesidad de importar la mayor parte de ras materias primas, Ia fuerte proporción de ventas al exterior (nunca inferior a un tercio de 1o producido), la todavía marcada porarización de las ventas hacia el mercado estadounidense (ra entrada en ra cEE puede variar profundamente la situación) y ra escasez de capital que deja a ras empresas a merced de ra banca y ros compradores. otro rasgo -importantísimo para nuestro estudio sobre migraciones- es er elevado peso de la mano de obra en la estructura de costes del sector¡ en 1977, alrededor clel 272 ( 39 ) t t¡5

Por úItimo, la construcción también está incluida en er sector secundario. si ya se trata de una actividad básica en la economía de cualquier lugar -se re ha lramado sector

Iocomotora porque genera otras actividades-, mucho más en una provincia que ha seguido un rápido proceso de crecimiento demográfico y un amprio desarrolro industriar, gue ha necesitado fuertes reformas de infraestructura y gue ha generado un sector turístico muy dinámico.

El desarrollo del sector es tanto más importante si pensamos que hacia éf se dirigió gran parte de los inmigrantes, especialmente ros de rnayor edad, ros de menor cualificación profesional y ros procedentes de zonas rurares. Itn muchos casosr se trat6 der primer puesto de trabajo conseguido en eI municipio de destino, para intentar desde allí er acceso a otro rnás acorde con ras propias preferencias.

La construcción representa, desde mediados de ros sesenta, alrededor cle un guinto der total de la producción industrial. su máximo porcentaje sobre eI vAB aricantino fue de 9.048 y a partir de entonces inició un descenso que precedió a la crisis del resto de ra economla, pero no tan intenso como el de otros sectores industriales. Si pensamos que en una época de crisis Ia construcción se convierte en uno de los sectores más regresivos, tendremos que convenir que la crisis no fue grobalmente tan intensa como en otras zonas. O gue otros sectores (el turístico o las obras públicas, por ejernplo) ofrecieron a la construcci6n los tfifi

nuevos encargos que Ia industria ya no solicitaba.

como consecuencia de este saber afrontar ra crisis, la construcción alicantina representa cada vez más un porcentaje creciente en el conjunto cle la consLrucción española y, a nivel regionalr €n los años ochenta el valor generado desde la provincia de Aricante supera con horgura un tercio del valor total de Ia construcción valenciana. En estos últimos años, la construcción de viviendas vive un auge sin parangón en el conjunto del Estado, merced a ros incentlvos fiscales a ras segundas residencias, er blanqueo de dinero negro y eI asentamiento masivo de exLranj eros.

Para ilustrar claramente la relación entre er proceso inmigratorio y el desarrollo de la construcción, eI año 1964

-que recibió er mayor número de emigrantes lregados en un sólo año desde el resto de llspaña- coincide con un desarrollo espectacurar de ra construcción que tardaría muchos años en volver a producirse: se duplicó horgadamente er varor de lo producido en 1962, rregándose al 8.662 del

VAB provincial (cuando en 1960 sóIo representa eI 4.191. En aquerlas fechas, la inmigración había rlegado a una cierta simbiosis con el sector constructivo: Ie proporcionaba una parte importante de Ia mano de obra que solicitaba y, a la vez, se convertía en uno cle sus principales clientes.

En lntina relación con la marcha del ramo de Ia construcción se encuentra el número de viviendas terminadas 1fi7

en l-a provincia (vid. Gráfico 6 ). Esta cifra viene

condicionadar €n primer lugarr por la coyuntura económica

del año en que comenzaron a construirse, pero también por ra

evorución seguida desde entonces. Los factores básicos que

explican esta evorución fueron er desarrorlo turístlco, la

llegada de nuevos inmigrantes y la posibilidad de compra de

nuevas viviendas por parte de la población insatisfecha con

su alojamiento, aspectos todos erros estrechamente

relacionados con la coyuntura económica. nr gráfico muestra

gu€r en los últimos quince años, pese a ras situaciones de

detalle refrejadas en los dientes de sierra, el número de

viviendas llegó a su máxirno en 1g7s para descender

brutarmente hasta 1979 y recuperarse progresivamente en ros

años ochenta. Durante argunos años, hubo de ser la inversión

púbrica la gue sarvara der desastre cierto a un sector gue

contaba con muchos trabajadores de difícil recorocación (por

su edad, falta de cualificación profesionar, caida der empleo industriaI,..)

2.1 .3 Sector terciario

IIa sido er gue mayor transformación ha experimentado a

ro largo del periodo estucliado, tanto en vAB como en pobración empreada. si en 1960 apenas aportaba algo más de un tercio del valor de la economía alicantina (eI 34.4t) y

su ernpreo era inferior al del sector agrario y ar

industrial, en 1983 ya superaba con largueza ra mitad de la 108

CAP. 2 GRAFICO 6

EVOLUCION DEL NU¡,IERO DE VIVIENDAS TERMTNADAS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE. (1970 1984)

Fuente3 T,IINISTERIO DE OBRAS PUBTICAS

PoreentaJe sobre total ile Espaila

1982 1984

Clfres absolutae

PoreentaJe tnf}

producción alicantina (el 57.88) y daba empleo a mayor

número de aricantinos que ningún otro sector. Resumiendo y parodÍando er renguaje periodístico, el sector servicios es

er principal accionista de ra economía aricantina.

se tratar por supuesto, del sector con desarrorro más acelerado de nuestra economía, creciendo en cada uno de ros periodos estudiados por encima de ra media provincial (recuérdese por el cuadro 1 ). consiguienter sü importancia aumenta con el tiem¡:o y -a'nque descle 1969 es er principal

componente de nuestro vAB- este hecho se ha evidenciado tras ra crisis económica de ros setenta: ha sido, como en casi todos los lugares, er sector que rnejor ha superado estos t'naros tiempost' porque, j unto al mantenimiento de sus actividades tradicionales (cornercio, transporte... ) ha ido desarrolrando otros que hasta entonces no habian despregado sus enormes posibilidades de empleo (turismo, sector púb1ico. . . )

sustentado, además, sobre un desarrorro industriar sóliclo y diversificado, er sector terciario ha crecido en íntima relación con er proceso seguirlo por ra industria, pero con un ritmo inverso. Siendo prácticamente continuo eI retroceso agrario, er rnd1r.,¡o nenor crecimiento porcentuar de los servicios se ha reracionado con ra marcha de la industria: asÍ, en un perioclo cle rápida expansión industrial -1964, 1973- los servicios decrecen porcentuar¡nente aungue crezcan en cifras absolutas. si la industria no se hubiese desarrollado en los años sesenta, tar vez el sector terciario ocuparía -apoyado en el turismo y la burocracia_ un porcentaje superior de la economía provincial, pero su volumen global sería inferÍor.

Pero esta evolución general del- sector engloba situaci-ones particularizadas y evoruciones cliversas. por un rado, €r vAB det sector tereiario incruye un apartado _el de la propiedacl de la vivienda- gue aporta desde ros años setenta un porcentaje superior ar 5g de ra economía provinciar, eifra superior en casi todos 10s años a ra generada por 1a hostelería, la enseñanza, la banca y los transportes; sin embargor este aporte, aún sin ser absolutamente indiferente para er estudio de ras migraciones' no se ha tenido en cuenta a ra hora de evaruar eI empleo.

De entre los seetores gue sí infiuyen fuertemente en la creación de empreo, la evolución ha sido mucho más rápida en unos casos que otros (vid- cráfico por 71. ejempror €1 comercio y los transportes han crecido porcentualmente cle una nanera muy lenta desde mediados de ros sesenta! otros gruposr corllo banca u hostelería, lo hicieron más rápidamente - Adernás, nos encontramos con ra dif icultacl añadida de gue el Baneo cle Rir.bao no ha incruido una crasificación anároga en todos sus estudios: er apartado ttservicios diversos" es un cajón de sastre gue no incruye siempre ras mismas profesionesi ra hosterería unos años aparece independientemente y otros noi la enseñanza y Ia sanidad públicasr Qü€ antes se incruían junto con ra Xl t

CAP.2 GRAT'ICO7

PARTTCIPACION DE LOS PRT}¡CTPALESSUBSECTORES E}T EL vALoR añaotoo BRUTo DBL sEcToR SERVTCTOSAr,rcAlrrrlto. ( 1960-85 ) !'uente: BANCODE BILBAO

Iransporteo Co¡nerclo

Ahorrorbanca

Propleilail tle la vivlenala

Hoetelerfa

otroe (r)

(*) !¡¡ 1960 y 19?3 lnctuye hoetelerfa. LLz

privada, últimamente se engloban junto a otras de tipo rradministración burocrático en pública". pese a todos estos inconvenientesr s€ intentará seguir ra evolución de aquellos ramos más importantes en cuanto a ra creación de empreo y t por tanto, ros que ofrecen mayor atracción a la población de otros lugares.

Er comercio es el principal componente der sector terciario y, desde finales de los setenta, €l principal subsector de la economía alicantina, superando a Ia industria de cuero, calzado y confección. Se trata de una actividad que ha crecido a un ritmo muy similar ar de nuestra economía, de ahí que su porcentaje gea bastante estable desde 1967i en la década anterior a dicho año presentó fuertes oscilaciones, bajanclo a porcentaj es 'l inf eriores ar 10t en 960 y 18G4, básicamente por no soportar un ritmo de crecimiento sinrilar aI que desarrollaba ra industria. Irr comercio aricantino posee un importante sector exterior, ya que se trata de una zona que importa la mayorÍa de las materias prinras gue necesita y gue se encuentra entre las grandes zonas exportadoras de1 EsLado, tanto en cifras globales corno -sobre todo- por habitante. Er comercio que podríarnos denominar "interior" tiende a concentrarse en ras grancles ciudades y áreas turíst,leas, en especial los establecinientos relacionados con productos de una cierta especialización y sofisticación; se ha beneficiado del aumento de Ia capacidad de compra (que estudiaremos al hablar de la renta) y del desarrollo del x.i3

turismo, gue auntenta el número de teóricos compradores.

Aunque no se trate de un dato excesivamente fiable, €I número de licencias comerciales concedidas en la provincia

(vid. Cráfico B y Ap.Itst. 9) ha ido en aumento con los años:

Ia cantidad se ha duplicado en veinte años, al porcentaje de las licencias alicantinas sobre el total español ha pasado de1 2.11 en 1966 al 3.59 en 1984 y de ser la décima provincia española en número de licencias se ha pasado aI quinto Iugar, tal como corresponde a su posición demográfica.

llI transporte es otro de los fundamentos tradicionales clel sector tercíario. Su evolución se puede cOnsiderar de muy estable porcentualmente, yd que durante la mayoría de

Ios años sesenta y setenta permaneció alrededor del 5t del

VAl3 provincial, avanzando

Analizando en detalle alguno de los componentes del

ramo del transporte, Ia evolución no deja lugar a dudas en

lo referente al transporte por carretera. Por ejemplo, €1

aumento de1 número de camiones matriculados es absolutamente Illr

CAP. 2 GRAFICO B

PROVTNCIA DE ALICANTE! EVOLUCION DEL NUTTÍERODE trCEt¡CrAs CoMERCIALES. (1966 1985) - Fuente: BANESTO

PorcentaJe eobr total espailol

{

r0?o

Clfrae absolutas

Porcentafe ti5

incontestable:

Camiones Porcentaj e Años matriculados sobre España

1956 73 0.79 1960 303 1 .93 1965 2.663 3.43 197A 2 .412 3.19 1975 3.635 3. 98 1980 4.574 4 .43

Fuente: f.l'1.8. Anuarios Estadísticos

El aumento es absorutamente espectacurar entre 1 956 y 1965 debido a múrtiptes factores: ros menores probremas burocráticos para la aclguisición de las máquinas (eI parque móvil se encontraba desfasadísimo en 1956 ), el desarrorro rápido de ra incrustria y ra mayor vertebración de la economía española estarían entre elros. Tras ras cifras espectacurares cle 1965 y 1967 (vid. Ap.Bst. 10 ), ra matricuración se estabiliza hasta 1g72, fecha en gue vuelve a dispararse; la crisis económica sóto afectó tan revemente a ra matriculación (un 19g cre descenso en 1976, er peor año) gue entre 1978-1980 se superan los 4.500 caruiones anuares. La razón t,a de este crecimiento pcsar de,, debemos expricarla basándonos en que nuestra economía ya está imbricada en redes de intercambio superiores -en muchos casos a niver internacional-, lo que hace cada vez más necesario eI transporte; a erro se une ra incapacidacr del ferrocarrir para competir con eI transporte de mercanclas por carretera.

como consecuencia de todo 1o anterior, er peso de ra provincia en el total de matriculaciones de camiones en España ha ido en ascenso constanteS si a mediados de los liq

años cincuenta er porcentaje era absorutamente raguítico (el 0'799 de ros camiones matriculados en Bs¡raña en 1956r, desde 1964 ya se superaba er 3.38 y con elro ra merria españora de camiones por mil habitantes; a finales de los setenta, Ios porcentajes rondaban el 4.5 (eI pargue y matriculación de vehícuros de turismo serán estucriaclos en este mismo capíturo aI hablar del consu¡no).

lrr tráfico marítimo de mercancias crece¡ d granües rasg'os r €[tre 1965 y 1 9g5 en ¡rúmero de toneladas ( vid . Ap'Est- 11 y 12r, pero con grancres altibajos y un crecimiento lentísimo desde 1978. Er de pasajerosr por contra, crece rápiciamente hasta 1980¡ €' crara reración con el aumento der número'de viajeros hacia las rsras Bareares, trayecto para eI gue la ciudatl de Alicante se harla especialmente bien situadai la sustitución en favor de valencia, auspiciada

por contra, eI tráfico aéreo es el más importante cle Ia comunidad autónorna, con qran diferencia: más de la mitad de ti'-

las mercancías (el 53.9s en 19g4) y de ros

Globalmente, er tráfico aéreo cle mercancías se ha murtiplicaclo por seis entre 1g6s y 19s5 y er de pasajeros por más de doscientos en er mismo periodo; pero er crecimiento tiene dos fases marcaclamente diferenciadas; así, l-as mercanclas crecen de modo continuado hacia lgrB pero ya nunca más volvieron a alcanzar aquellas cifras; los pasajeros se murtiplicaron con gran rapidez hasta 1g75 pero t'crash" el turfstico hizo gue er ritmo se rarentizara y desde entonces las cifras están estabilizadas, con pequeños altíbajos, según ros años. Tarnbién sobre este tipo de transportes se han publicado acusaciones contra er autogobierno guer dicen, parece no haber ayudado suficientemente aI desarrorlo del sur valenciano.

El desarrorlo der sector financieron -estudiado por el_ Banco de Birhrao bajo el epígrafe de "ahorro, banca y segurostt- también presenta un balance notable: se ha pasado x.i8

del 1 .908 del vAB provincial en 1960 ar 4.23 en 19g3

(incluso ar 4.742 en 1981 ). Br desarrollo se nota tanto por

er empreo generado como por la evorución del número de oficinas de entidades financieras aquí establecidas¡

Ns de Años oficinas

1975 477 1978 597 1981 929 1984 1 .149 1 986 1 .184

Fuente: C.A.A.l'f. :Alicante, 19g6 Datos ser estadís

Ante estas cifras hay gue añadir una matización: hasta

1979 no se incruyen enLidades oficiares de crédito, cooperativas de' crédito y oficinas de la caja'postar (gue sumaban entonces 171 eslablecimientos) sino únicamente Ia banca privada y las cajas de ahorros, pese a esto, podemos afirmar gue fue durante ros años setenta cuando se desató un proceso -juzgado por muchos como excesivo- de apertura indiscriminada de oficinas financieras, gue ha llevado a nuestro lraís a uno de ros primeros puestos en cuanto a número de empleados cle banca por cacla mil habitantes y a uno de los úrtimogj en cuanto a depósitos por empleado; en una provincia con abundancia de empresas industriares, con un rosario de poblaciones interrnedias y con una legión de turistas (mayormente en los meses estivares) la evolución pese fue aún más acentuada. a elror €fi los últinros años el ritmo ha sufrido un acusado parón.

con cierta similitud con er proceso de expansión de ra f.ifl

red bancaria, €I proceso cle crecimiento del VAB de las finanzas fue continuo desde 1960 a 1969, descendió ligeramente entre 1969 y 1973 y aumentó de nuevo hasta 19g1: 'a crisis sirvlór pü€s, para aumentar 10s beneficios bancarios. En ros conjuntos valenciano y españorr Aricante es una provincia porcentualmente progresiva, pero cuyo peso financiero es muy inferior ar gue le correspondería por su volumen demográfico. una razón básica es gue Aricante, como tantas otrasr €s una provincia que no ha sabido forjar una banca autóctonal er intento crer Banco de Erda fue muy tímido y ya gueda muy lejano, Gr Banco de AlicanLe no lregó a cuajar como proyecto autónomoi si bien el peso de las cajas de ahorro es bastante nás sóIido entre las cajas confederadas españoIas, no es suficiente para compensar Ia debilidacl financiera.

Las cajas de ahorro, como ya hemos dicho, cuentan con un niver de depósitos por habitante y un número de cartir-ras Iigeramente superior a la media nacional (vicl. Ap.Est. 14). El crecimi-ento ha sicro continuo tanto en número de ribretas -superior a una por habitante- como en vorumen de depósitos, aungue en algunos años estos no crezcan nrás alrá der avance inflaccionario- paradójicamente, en argunos afios muy afectados por la crisis industriar, er porcentaje del ahorro alicantino en cajas de arrorro aumenta sobre el total nacional¡ si tenemos en cuenta gue las cajas cuentan con una alta proporción de ahorradores moclestos, habrá gue concruir gue -aungue también existen otras razones explicatorias 'l qn .!..-¡ .r

complementarias- ya desde finares de 10s setenta en la economía aricantina están infruyendo fuertemente ros ingresos suprementarios a ros cle ra economía regarizada. Es decir, está creci-endo ra economía negra entre ras clases sociales modestas.

Finarmente, otro indicador financieron gue habra der dinamismo cie la economía provincial es el del valor cle ras letras de cambio vendidas (vic'. Ap-Est- 15). Br porcentaje siempre supera er 3g clet totar españor y ra provincia no ha dejado de ocupar, descle 1976, er quinto rugar entre ras provincias espairolas cle mayor venta por este sistema-

trr sector turístico ha ido adquiriendo con ros años una importancia capitar en ra economía alicantina, no sóro por su peso específico estricto sino por su carácter marcadamente dinamizador respecto a otras actividades. si recientes estudios de organismos econórnicos internacionares han señarado gue er turismo será er principar sector de ra actividad económlca a comienzos del siglo XXf, en Ia provincia aricantina esta afirmación es ya una rearidad aplastante, salvo en el caso de gue nos aferrbmos a considerar el turismo estrictamente como hostererÍa.

Porgue el desarrorlo turístico no abarca únicamente Ia actividad hotelera sino gue expande el comercio (observemos las relaciones entre habita¡rtes y estabrecimientos comerciales en Benidorm, frente a localicracres interiores de similar número cre habitantes), la construcción y varios 1?l !- t1

servicios -sanitarios, burocráticos, policiales, transporte, etc.- y origina una demanda añaclida de productos agrarios.

No olviúemos eüer en cuanto a capacidad de demandar €h los periodos de mayor afluencia de veraneantes, Ia provi-ncia puede llegar a duplicar su población de hecho y a

convertirse momentáneamente en Ia tercera más poblada del

Estado.

Todo 1o anterior genera necesariamente un amplio

abanico de posibilidades de trabajo, en buena medida de

empleos ternporales, con los consiguientes desplazamientos de

población.

BI desarrollo turístico provincial se basó, como en

tantas otras zonas clel país r €tr la bonanza climática y Ia

abundancia de playas, Pero sol y mar se venden adornados con

otros ingredientes no menos necesarios: los (cada vez menos)

bajos precios con relación a las zonas de emisión de

turistas, la moderna infraestructura hotelera, €I desarrollo

de servicios complementarios y *cómo no, pero sin excesivos

triunfalismos- cj-ertos ingredientes culturales (fiestas,

gastronomía, carácter acogedor... )

ill despegue del sector fue verdacleramente espectacular

a mediados de los años cincuenta:

". . . la situación provincial en eI año 1953, fecha aproximada del c1éspegue turístico nacional, era francamente cleprimida. Tan sóIo se computaban un total provincial de 780 plazas hoteleras frente a un total nacional de 98.743, Qü€ suponía un modestísimo 0.8 por 100 de parLicipación-ciespués, en Ia capacidad hotelera española. Diez años la situación había I 9'¡ 4-l1 .t

cambiado de forma radicar, pues la capacidacl hotelera de la provincia era ya de 8.441 plazas, equivarentes aI 3 .2 por 100 nacional. " ( 40 )

En el camino se encontraban el PIan de Ilstabilización

de 1959, las devaluaciones monetarias, el desarrolro

industrial gue ayudaba a Ia modernización de las estructuras

del Estado, el apoyo gubernamentar a un sector al que

necesitaba tanto económica -divisas- como políticamente -escaparate del régimen hacia er exterior-. Benidorm fue,

sin duda, €l 1:rimer municipio afectado por unas

transformaciones rapidÍsimas, casi violentas, a todos los niveres; por supuesto, 1os aspectos demográficos entre eIlos.

En cuanto ar estricto estudio del subsector hostelero, -que er vAB no siempre viene indicado expresamente en los estudios der Banco de Birbao- creció hasta 1973; descendió fuertemente al comienzo de la crisis para recuperarse con fuerza en los ürtimos airos. irl sector en 1983 superaba en vAB a la agricurtura, a la construcción y a todos los sectores industriales, excepto el cle textit-pier. Ar tiempo se demostraba que las raíces de la civilización del ocio son tan profundas gue ni siquiera ra pervivencia de la crisis impide er crecimiento rle un servicio gue comienza a consiclerarse casi de primera necesidad.

La hostelerla aricantina ya era a co¡nienzos de ros años setenta ra más importante der país valenciano; tras una crisis momentánea (años 1975-1977, con el descenso der t 2:i

turismo extranjero), el sector vuerve a ocupar unos

porcentajes gue se acercan a la mitad del total valenciano (el 46.58 en 1983 ). En er conjunto español, €l peso de

nuestra hosterería es creciente, dol¡lándose er porcentaje

entre 1955 12.06t del total estatal) y 1983 (eI 4.58S).

Como ejemplo, el número de plazas hoteleras (vid. cráfico 9 ) casi se quintuprica en los diez años gue van desde 1965 a 1975, permaneciendo luego completamente estacionarÍo en torno a ras 50.000 plazas (sobre el 6% de ras españolas y 2/3 de las valencianas). (vid. Ap.Est. 16) sin embargor €n cuanto a hoteres de elevada calidad (lujo y

1qA) el crecimien.to ha sido menor, alqo más var:iable y eI estancamiento más notabre: no está el hospedaje aricantino dirigiclo esencialmente ar turista adinerado, a ese que argunos llaman pedantemente "de cariclad,,. sin embargo, esta circunsLancia puede haber propiciado ra emigración rnasiva de jubilados de ra Europa der norte ¡ y ayudado a mitigar er grave problema de la estacionalidad del sector.

Profundizando más sobre argunos aspectos hoteleros

(vid. Ap.tlst. 17,18,19), -pese a ra funclada sospecha de escasa fiabiridad de algunos datos oficiales-, es interesante estudiar Ia evolución del movimiento turístico.

El núnero de viajeros creció rápidarnente hasta los primeros años setenta -er máximo de rregadas ocurrió en 1977- y después descendió ligeramente; eI número máximo de pernoctacj-ones aparece, sin embargo, en 1984, ro gue nos indica que las estancias tienden a ser más largas: de un 7?,r,

CAP. 2 GRAFICO 9

EVOLUCION DEL NU¡,IBRODE PLAZAS HOTELERAS DE tA PROVI}ICIA DE ALICANTE. (1964 1984) PORCENTAJE SOBRB EL TOTAL ESPAI'¡OIJ

F'UCNIC3 CONSETTERIA DI ECONOI'TIAI IITSET'IDA

PorcentaJe sobre Eepafia

I

Clfras abeolutas LZf'

promedio de 4.0 días por viajero en 1976 se pasa a 6.9 en

1984. Las estancias de los turistas extranjeros son, lógicamente, superioresl nayor porcentaje del coste del transporte sobre el precio totar de ra estancia, menor número de turistas de paso o puente, etc. EI número de pernoctaciones por viajero es sensibremente superior a Ia media valenciana y española, debido aI predominio del viajero vacacional sobre eI de negocios. Otro aspecto a destacar (vid. Ap.Est. 20't es que el turismo extranjero representa en los años ochenta menos de la mitad de 1os viajeros, frente a un 61 .9% de 1971. Es decir, Ios visitantes nacionales son cada vez más un cliente fundamental de nuestra hostelería, 1o que tiende'a ofrecer un cierto equilibrio ar sector, defendiéndole mejor de posibles coyunturas de política exterior o modas en cuanto a los destinos. Pese a estor yá hemos dicho gue ras pernoctaciones de extranjeros son más abundantes.

Tainbién eI número de cafeterías y restaurantes ha variado enormemente con el tiempo, incluso en una época en gue ros hoteleros han visto estancarse er nümero de sus plazas¡ por lo que no es el turismo externo la principal causa actual del crecimiento. (vid. Ap.Est. 211 Los factores son mucho más variados y profundos, relacionándose en gran medida con modificaciones en los hábitos de ra gente: un aumento del número de personas que come fuera de casa por motivos laborales, la mayor importancia de los nuevos bares

-los "pubs"- corno espacio básico de relación social (frente !2(;

a cines, paseos, etc. ), un aumenLo de los desplazamientos de

fin de semana, Este crecimiento no se circunscribe a ras

áreas turísticas y a las grancles ciudades sino que irradia

hasta 1o lugares más recóntlitos. Es particurarmente

interesante Ia relación entre estos nuevos establecimientos

y el empleo de ciertos grupos de jóvenes, más o menos

"independientes"; el empleo en el sector -parciarnente

relacionado con ta economía sumergida- ha crecido sin duda alguna. Las plazas en restaurantes, igual que en cafeterlas, se han duplicado en los úLtimos diez años.

Para concruir corl er repaso a ras actividades del sector serviciosr. estudiaremos ra evolución se.guida por otros dos componentes básicos¡ la enseñanza y la sani

"administración púbtica y

que las finanzasS Sus cifras se acercaban a las cle sectores como la hostelería y Ia construcción. Y 1o que es más importante, tanto a nivel auton$mico como estatal, representaba porcentajes inferiores a Ios que corresponderían a la provincia por su potencial demográficoi es decir, Son todavía unas actividades en clara expansión.

En fos últimos veinte años, entre otros aspectosr €tr Ia provincia se ha consolidado una universidad pro¡:ia, se ha sembrado de institutos c1e bachillerato y formación profesional todos los municipios de tarnaño medio, s€ ha

Iogrario Ia plena escolarización de los niveles obligatorios de enseiianza y ha creado una red de .residencias sanitarias comarcales; pese a toclas las insuficiencias que

aún puedan señalarse -gravesr €tr muchos casos- no Se puede

negar esta consecución de una red educativa y sanitaria

completamente inexistente hasta hace escasas décadas. Y todo

e}lo con aumento paralelo, menos intenso, de Ia oferta

privada: centros educativos, especiahnente cie enseñanzas no

regladas, faltos frecuententente cle validez of icial

(academias de mecanografía, idiontas, baiIe, deportivas... )

que han veni

aquellas "academias siniestras" clel bachillerato de antaño;

centros sanitarios de nuevo cuño, pequeños, escasamente

capitalizados, distribuidos preferentemente por poblaciones

turísticas, que acoqen en ocasiones a médicos en paro.

El crecj.miento del V¡fl3 sanitario y educativo no lia

crecido en relación al incremento demográfico ni aI aumento L2t\

de los salarios -en algunos estratos sería muy difíciI de demostrar esto últirno- sino como resultaclo de unas transformaciones profundas de los modos y costumbres sociales, que han llevaclo a una mayor preocupación por estos temas.

En la enseñanza, por ejemplo, Ia transformación no se ha limitado al acceso de toclos a Ia enseñanza obligatoria, ni a los avances hacia Ia gratuidad de la misma, sino que son cada vez más los jóvenes gue acceden a ]a enseñanza media y superior; aungue la generalización del paro entre los jóvenes ha influido en el proeesor no se puede hablar de eIIo como causa fundamental: el origen ya venía cle antes y fue precisamente la coyuntura económica favorabte Io gue ayucló a eIIo.

Como consecuencia, (vid. Gráficos 10 y 11 y Ap.Est.

22 al 251, eI número de empleos en la enseñanza ha ido aument.ando de modo constante en los últimos años: en eI curso 1983-1 984 se duplicaba eI número de profesores ( 41 ) existenten en el curso 1970-1971, mientras gue los alurnnos sóto habían crecido en un 57.6%. A causa de ello, €I cociente de alurnnos ¡:or aula se hace cada vez más pequeño, alejándose cada vez más de ac¡uellos cuarenta niños de ntedia en la época final del franc¡uisrno, cociente que se superaba en todas las ciudades demográficamente progresivas, afectadas por un proceso de inmigración intenso {)Ilche,

Alicante, Benidorm, IJlda, Petrel, Ibi... ) DI descenso de la relación niños/aula es actualmente rnuy marcado en preescolar l.2l'

CAP. 2 GRATICO10

EVOLUEION DEL NUMERODE PROFESORES DE ENSEÑANZAS NO UNIVERSITARIAS EN LA PROVINCIA DE ALICANTE. (1970 1984) Fuente3 I.N.E.

ülleg

tf 72 ?3 t1 70 7C f7 t8

Profesores de B.lt.P.

Profesores cle F.P.

Profegorerr rle u.q.B.

Profesores cle Párvulos 13n

EAP. 2 GRATICO 11

EVOLUCTON DEL NUITIERO DE ALUI''NOS POR PROT'ESOR EN LOS NIVELES EDUEATIVOS NO UNIVERSTTARIOS DE LA PROVINCIA DE ALTCANTE. (1972 1984 )

Fuente! I.N.E.

[e de olurmrog por profeeor

fo

--) | 0t2t3 t0tc t7 t979-80 r983-Aa

Preescolar EB. G.B. f ,:,:" 13[

(debido a Ia brusca caida

sector en que eI cociente no ha descendido, ya que tras el retraso rie la edad laboral a 16 años ha visto crecer e1

número de alumnos más rápidamente que otros estudios ).

Asilnislno es

de profesorado y alumnos entre la enseñanza pública y

privacla. EI esfuerzo ¡tor la escolarización plena de toda la

población se ha realizado fundamentalmente a través de Ia

creación de centros de titularidad púbtica, Si hace algunas

áreas, €r et curso 1985-1986 sóIo en Alcoy y (Iigeramente)

en l{ovelda predominaba en EGB el alunnado en centros

privadosi en Ia ciudad de Alicante eI predominio público se

ha conseguido en los últimos años (421. Podemos indicarr sin

tenor a equivocaciónr Qu€ }a riada inmigratoria anterior a

1974 ha sido uno de los factores más influyentes en esta

tra¡rsformación, pues proclujo un alto déf icit de puestos

escolares en los ¡iveles o[Iigatorios, obligando a la

ac¡ninistración a unas costosas e inaplazables inversiones en

centros docentes (generalmente destinados a niños de

extracción media o baja) que la iniciativa privada no supo,

no quiso o no pudo afrontar.

lln cuanto a Ia sanidad, el número de m6dicos de Ia

provincia creció de forma constante y rápida hasta el punto

de cuadruplicarse en sólo 25 años¡ de 748 métlicos en 1960 se () 13rt

pasa a 2.992 en 1984 (vid. cráf ico 12 y Ap. jrst 26,271. tüo guiere erlo decir, necesariamenter eu€ todos accediesen a la nómina (Ia estatal bolsa de paro crece en esta profesión, al igual gue en la enseñanza) pero sí es un reflejo de un

aumento de las necesidades. IIn esta actividad, más aún que

en la enseñanza, es la Administración el principal

contratante. iJn ros años que estucliamos, junto a ras rnejoras -toclar'ía muy insuficientes- en la infraestructura de la

medicina ambulatoria se ha estabreci,lo la red comarcal

hospitalaria (Residencias der rl,rsALUDde Alicante, Arcoy,

Ercl're, Erda, Denia, virrajoyosa y próximamente orihuera); erlo ha supuesto unas importantes inversiones y un aumento notable de las ofertas de enpreor no sóro para médicos¡ en algunas local-idades, ras residencias sanitarias son er centro de trabajo con mayor número de asalariados de la ciudad.

Resumiendo, Aricante ha sicro en ros años que van de

1955 a ra actuaridad una provincia de creciente infruencia

en ra economía espaíiora, dentro de ra cuar podríamos considerarra una provincia industriar, aunque han sido Ios servicios el sector gue más se ha clesarrollaclo, hasta er punto de generar hoy mucha más riqueza que la agricultura y

la industria conjuntamente. si en 1g55 la provincia destaeaba en el conjunto españor por su industria fabril -básicamente en calzado, textir y paper-, hoy su aportación particularmente es intensa en calzado-textil, guímica y conexas, hostelería y construcción. 1"3.?

CAP. 2 GRAFICO 12

EVOLUEION DEt NUMERODE }IEDIEOS EN PROVTNCTADE ALreAr.{TE.( 1960-12841 PORCENTA.TESOBRE Et TOTAL ESPAIOL

FUENTE: CONSELLERIA DIECONO¡IIA I HTSENDA

Pe¡gsnhrJe sobre España

Clfras absolutag

PorcenteJee x,3&

2.2 EVOLUCION DEt EMPLEO

Que ra provincia de Aricante haya sido en ros úrtimos treinta años una zona cle elevado crecimiento demográfico con fuerte atracción inmigratoria no puecle expricarse ar margen de un aumento necesario en el número de empreos. siguiendo con los estudios sobre ra renta realizados por er Banco de Bilbao (vid. cuacrro 4 y Ap.Itst .28,2g1, ra provincia contaba en 1983 con 102-642 empreos más que en 1960, en un periodo en que -según ras mismas fuentes- el empleo había disminuido Iiqeramente en Bspaña. por ello, mientras eI empleo aricantino representaba sóro er 2.33% der espa.ñor. en er primero de dichos añosr €rr 1983 se habÍa erevado ya ar 3.2i2 y el proceso no parecía dispuesto a ser frenado.

sin embargo, esta visión triunfarista ro es únicamente desde el punto de vista coflpa'dtivo a niver estatar. visto en sí rnismo, comparando Ia situación del empleo alicantino en 1960 con 1983, €r resurtaclo no es tan haragador. Er porcentaj e de pobración activa ocu¡:ada de ra provincia había pasado de .l más de un 40S (en 960) a alrededor del 33S (en 1981 (43), ) en un periodo en gue er porcentaje de pobración en eclad de trabajar se mantuvo bastante estacionario, debido a que el proceso de envejecimiento a que se encuentra sometida nuestra pirámide pobracionar disminuye er porcentaje jóvenes' de pero acrecienta er de ancianos (44). Por supuesto gue nuestra provincia soporta un porcentaje de economía crandestina muy superior ar cle otras zonas der x35

Cuadro 2.4

BVOLUCION DEL trMPLBO EN LA PROVINCIA DE ALTCANTE( 1955-83 )

Número de empleos en miles (a)

Porcentaj e Sector Sector Sector sobre empleo Años 1s 2e 3a TotaI español

1955 126 B7 65 279 2.32 1 957 121 90 72 284 2.32 1960 107 102 7B 287 2.33 1962 90 130 7B 297 2.38 1964 B7 143 BO 310 2.46 1967 76 139 9B 313 2.44 1969 73 146 111 329 2.51 1 971 73 157 119 349 2.62 1973 67 189 129 38s 2.85 1975 66 184 130 380 2 .84 1977 60 177 138 374 2.84 1979 61 170 151 382 2 .96 1981 50 164 165 379 3.'l 6 1983 55 160 174 389 3 .27

NOTAS

(a) Itedondeado en el millar más próximo a la cifra exacta

Fuente: Elaboración propia con datos de1 Banco de Bilbao: Renta nacional de España su di ribución provicial. Varios años

-y Estado de erlo hablaremos rnás aclerante-, pero esto es ya casi un mal endémicor eu€ arrastramos desde antiguo.

con todos los paliativos gue queramos aducirr €s un hecho incontestable gue el crecimiento del empleo no ha ido parejo al demoqráfico, como ya se ha demostrado al comprobar eI descenso del porcentaje de activos ocupados. pero sucede güer ar comparar la situación del empleo alicantino con ra situación general españoIa, Ia destrucción de puestos de 136

trabajo ha sido menos intensa o, mejor dicho, la diferencia entre empreo destruido y empleo creado no ha sido tan negativa como en otras partes del Estado. Y¡ €n una

época en gue ras posibilidades cle emigración ar exterior se han visto bruscamente reducidas y el casi único mercado

Iaboral posible en Ia práctica es eI español, esto ha frenado enormemente los movimientos de retorno de los trabajadores a sus lugares de origen (retornos frecuentes a finales de los setenta en zonas cono Cata1uña o eI País

Vasco), aI tiempo que siguió incitando la llegada de nuevos inmigrantes desde el resto del país, mucho menos intensamente que antes de Ia crisis, claro está. EI resultado de todo ello es gue el porcentaje de población activa ocupada (datos del Banco cle Bilbao) es superior en nuestra provincia a Ia media española, algo gue no sucedía a mediados de los setenta.

Sin duda, €I crecimiento deI empleo ni ha sido continuado ni ha mantenido un ritmo estable, sino que ha estado muy a merced de la coyuntura económica, notanclo claramente los vaivenes producidos por las vacas gordas de los años de expansión y las flacas de las crisis de 1973 y

1979. De acuerdo con esto, €1 empleo creció sostenidamente

1971-1973 el- empleo alicantino creció más de un 108. A t3?

partir

puestos de trabajo; en interesante resaltar cómo las

consecuencias de la crisis se dejaron sentir tan rápidamente

en nuestra zona (en otras regiones los problemas aparecieron

en 1975 y aún después), clebido a que argunos sectores

económicos clave -caIzado, turismo se hallaban marcadamente vertebrados en eI sistema economt_co

internacional, debido a su carácter exportador o receptor de extranjeros. cuando ya parecía visrumbrarse una tímida

sarida, la segunda fase de la crisis, ra de 1g7g, atrasa unos años er comienzo de la recuperación; sóro en ros primeros ochenta vuelve a resurgir ra creación bruta de empreo, escasa é insuficienter €n un principio, para hacer frente siquiera a ras nuevas generaciones gue accedían a ra edad laboral, generaciones amplias nacidas en el optimismo de ros años sesenta. sóro con posterioridad ar úrtimo recuento demográfico, eI de 1986, parece crearse ya empleo suficiente para comenzar a rebajar ras cifras de parados.

Tanto o más interesante que ra evorución der empleo en cifras absorutas, ha sido la intensa transformación producida en relación a los tres grandes grupos de actividad: Alicante era en "1960una provincia en ra gue el sector que contaba con más trabajadores era la agricultura; en 1970 el empreo mayoritario correspondía a ra industria; en ra actualidad, el comercio y los servicios son ros que mantienen a mayor número de personas, siendo aclemás er sector que ofrece posibilidades de obtención de empleo. (El t3B

Cuadro 5 y el Gráfico 13 ilustran acerca de Ia evolución porcentual de cada sector).

Cuadro 2.5

PROVINCTA DE ALICANTE, 1955 - 1983. PORCENTAJE DE POBLACION ACTIVA OCUPADA EN CADA UNO DE LOS SECTORES BCOI{OMTCOS.

Agricultura fndustria y Comercio y Años y pesca construcción servicios

1955 45.1 I 31 .34 23.48 1 957 42.63 31 . 85 25.s2 1960 37.29 3s .49 27.22 1 962 30.29 43.58 26.13 1964 28.06 46.13 2s.81 1 967 24.36 44 .37 31.27 1969 22.03 44 .42 33.55 1 971 20 .86 44.97 34.17 1973 17.41 48.99 33.61 1975 17.27 48.47 34.26 1977 15 .97 47 .27 36.76 1979 15.83 44 .54 39.61 1981 13 .23 43.27 43.50 1983 14.18 41 .18 44.64

!'uente: Eraboración propia con datos del Banco de Birbao¡ Renta I'Iacionar de distribuci fu

Por supuesto, estos datos rerativos a ra provincia deben ser necesariamente matizados -y lo haremos en otro capítulo- aI reducirlos a ámbitos comarcales. En ellos el preceso seguido ha sido muy variabre, según casos. esÍ, para -1970- un mismo año mientras L'Alacant.í (+S) ya superaba eI

538 de población activa terciaria, l,'Rrcoiá aún mantenía un 64.62 de trabajadores en ra industria y en La lr{arina Arta se mantenía un 35.7s de activos en el sector primario.

Pero dentro de cada comarca las variaciones pueden ser 13f}

f' o

G' {lÉl o o l ..1¡{ t¡¡ | o ll E o vrl .A .Ol ¡{ dlnul o p{ )oxl ¡{ Hottl o H-Ol +t(, uzl o étol IA UI Z ¡o tr¡l otn I l|) f'{ or grl ()rBll ,{Él .Ol o F¡ 4 !' f¡ f¡¡ E{l tr¡ o OHUI l¡ A Z ft¡l H fl ¡D 4, ol m É Hl I L) f¡¡ A Ol f¡{ (ra o o Yl o o a Yl(, k €{o ¡o h o .P o D o lo a 1dn

mucho más intensas. Así, para er mismo 1970, €o las comarcas

del Arto y ttertio vinaropó, mi.entras las pequeñas poblaciones mantienen artas tasas de pobración activa en el sector primario -campo de t'tirra, La cañada, Ilondón de los Fraires, flondón de las Nieves, l,lonforte y salinas superaban el 50t- todo er valle de Erda empreaba a más de dos tercios de sus trabajadores en industria y construcción: er 67,172 en Irfonóvar, el 75 . 15 en Brda y er 82 .12 en petrer. ( 46 )

Er sector primario, compuesto por agricurtura y pesca, ha siclo er gue ha padecido mayor destrucción de empreo: setenta mil empleos netos entre 1955 y 1983 (más de un 56g de1 total del año inicial ). Como consecuencia de ello, ha pasaclo de dar Lrabajo ar 45.1 Bt de los trabajadores aricantinos en 1955 a sólo er 14.188 en 1983r €s decir, de sostener casi la mitacl del empleo aricantino a menos de ra septima parte.

La destrucción del empleo agrario fue excepcionarmente fuerte en los años en gue estaba consoliclándose Ia industria actuar y comenzando er desarrollo turístico, a finares de ros cincuenta. Así, entre 1 957-1g62, ros trabajadores agrarios descendieron en ní¡mero superior a treinta mir, mientras gue los puestos de trarrajo generados por ras inclustrias en er mismo perioclo fueron más de treinta y nueve mil; no es aventurado afirmar que gran parte de los campesinos que dejaron ra agricurtura emigraron a empreos industriares cle la mi sn¡a provincia ; es decir r gü€ las expectativas de trabajo en unas actividades consideradas L¿nI

entonces como más deseadas y estabres, en municipios más

urbanizados cercanos a su localiclad de origen o en ocasiones

en el mismo pueblo, fueron er factor fundamental de aguerla

masiva huida del campo. Evidentemente, no todos los

trabajadores agrarios que dejaron su actividad marcharon a

empresas industriales o de servicios de la propia provincia;

las áreas tradicionales de emigraci6n -excepto Argelia-

siguÍeron ej erciendo una atracción importante,

fundamentalmente Francia, varencia y Barcelona. De otra

parte, aungue toda ra emigración rurar provincial hubiese

quedado en ra propia provincia, hubiera sido insuficiente, como veremos.

Er núnrero de ros puestos de trabajo agrarios siguió

descendiendo rápidamente a ro largo rie los sesenta y mucho más rentamente desde ra crisis del petróleo hasta ra actualidad. Las razones cle este cambio de ritmo son muy variadas- De una parte, la recesión económica, ar rarentizar, frenar e incruso dis¡ninuir la aparición de nuevos empleos (especiarmenter €o construcción y mano de obra industrial poco cualif icacla), reclujo ras posibiridades de abandonar er campo ar desaparecer las expectativas optimistas de un empreo seguro, estable y bien remunerado.

Además, la población agraria existente en ra actuaridad ha variado con respecto a la de co¡nienzos de los sesenta: existe una seguridad social agraria, el peso del jornalerismo es menor, el corectivo ha envejecido notabremente y erlo le hace menos proclive a emigrar (471, l trt L|4,t

las unidades agrarias que han sobrevivido son más rentables, bastantes puestos de trabajo lo son ya en explotaciones modernizadas...Pese a todo eIIo, una (desgraciadamente improbable) revitalización masiva del empleo en industrias y servicios volvería a acentuar el ritmo del éxodo agrario, especialmente entre los jóvenes que no tomarían el relevo

Iaboral de sus mavores.

Com¡:arativamente, si hasta 1957 Alicante mantenía un porcentaje de población agraria superior a la media española, a partir de dicha fecha el peso de Ia agricultura sobre el empleo provincial ha sido menor que en eI resto del

IJstado. EI alejamiento fue particularmente visible en la década de los sesenta (siete puntos, aproximadamente, por debajo de Ia media española) pero tras la crisis económica

Ios porcentajes tienden a igualarse (14.18t de Alicante, frente a un 16.868 español en 1983). Podemos decir, pues, que el descenso ha sido similar al del resto de tlspaña, pero que en nuestra provincia se proclujo más bruscamente en un principio; tal vez por eIIo, se puede afirmar gue 1a primera oleada inmigratoria llegada cras la postguerra a Ia industria alicantina fue, en gran medida, intraprovincial.

lln eI misrno periodo estudiado, Ia industria ha vÍsto crecer rapidísimarnente eI empleo, aunque en este caso hay que diferenciar dos periodos muy nítidos, con Ia crisis peLrolífera como punto de inflexión. Hasta 1973 eI crecimiento del empleo industrial fue continuado, con una ganancia neta cie más de cien mil puestos (eI 115.88) desde L4:i

1955 i en las posibilidades c1e toclo tipo creaclas por esta expansión del empleo se encuentra Ia clave fundamental de Ia atracción inmigratoria ejercida por nuestra provincia sobre eI resto de España.

itr crecirniento del empreo industriar fue especiarmente intenso en una industria -el carzado- y en una ciudad -Erche-' En Ia pobración ilicitana er empreo en ra industrla der calzado pasó de 6.116 zapateros en 1966 a 20.362 en 1977, más de catorce mil en once años (4e¡. También en eI Varre de Erda seguía rnanteniendo er carzado una posición fundamentar en ra génesis y mantenimiento der empreoi en 1970, la industria der car-zado daba trabajo a más der 57E de ra pobración activa erdense y a más del 68z de ra de petrer. (491 Y todo erro pese a ra reducción drástica de ras empresas de tamaño medio-grander Qüe daban ocupación antes de la Guerra civil, ar menos en Elda, a casi Ia mitad de los zapateros ( 50 ).

La creación de empleo fue especialmente intensa entre los años 1960-1962 (bienio en que el empreo industriar creció en un 27.42,,t y 1971-1973 (con un aumento del 20.2s¿l, Bstas grandes expectativas raborares generadas en ros dos últimos años citacros, incirJieron psicorógicamente acentuando ra sensación de gravedad de ra crisis surgicla en 1973. Porgue la crisis industrial, pese a dejarse sentir muy fuertemente en sectores básicos como el carzado o el textir, no fue más grave gue en er resto de España; es más, mientras gue e1 empreo industrial aricantino descencrió en eI decenio r4t*

-1 'l 1973 983 alrecledor de un S* , en el conjunto nacional eI descenso fue de un 20.7¡ €s decir, más intenso (y sin contar con una expansión tan profunda de ese "sucedáneot' gue es la economía clandestina) .

Pese a todos los paliativos -,,mal de muchos...,,_, los efectos de ra crisis fueron muy graves a niver provincial y casi trágicos en ciertos años, ciertos puebros, cÍertos sectores- En ros diez aiios siguientes a la crisis el empreo industrial descendió en 28.317 empleosr con un goteo continuado gue tlegó a ser tenrido como irremediabre: eI empleo descendió en cada uno de ros bienios der periodo. y además se trata, cada vez más en medida, de un empreo más precario, más irr="grrto, menos def initivo. Como consecuencia cle este proceso de recesión del trabajo industriar, desde comienzos de ra presente década ra industria ha dejado de ser la principal ernpleadora de la provincia.

Porcentualmente, ra industria pasó de dar ocupación a rnenos de un tercio cte 10s alicantinos a finales de 10s cincuenta (un 31 -B5s de ra pobración acti-va en 1gs7) a emplear a casi ra mitad de ra población al finar der periodo de ex¡:ansión (el 4gs "rg73r en posteriormente, con ra pérdicia de puestos cie trabaj o er porcenta j e ha ido descendiendo hasta un 41.18S en 19g3.

A nivel español, Alicante ha sido siempre una provincia de trabajadores industriales: sus porcentajes de empleo industrial sobre el conjunto cle activos siempre han sido 1,45

superiores a los del Estado, en ocasiones -como en 1973- en más por de doce puntos. erlo, ha pasado de representar un 2.52E der empreo totar de ras industrias españolas en 1955 a

más de un 4 -14?¿ en 1983. Aricante parece haberse

consolida

de España, algo apenas destacado debido a la práctica

inexistencia de g,randes enrpresas y de industrias pesadas. Apenas destacado, tat vez, por tratarse de una infraestructura industriar forjada con un muy escaso apoyo

oficial: e1 fNf, por ejemplor no llega hasta aquí.

Ilr sector terciario, integrado por el comercio y ]os

servicios, ha s.ido er que ha creado mayor número cle puestos de trabajo en nuestra provincia durante el periodo que nos ocupa: en i 983 habia casi cien mil trabajadores más en er sector terciario gue en 1960. como consecuencia de erlo, el sector pasado ha de ser el benjamín de nuestra economia en cuanto a núnrero cle puestos cle trabajo hasta mediaclos de ros sesenta (época en gue su¡reró a agricurtura y pesca) a convertirse desde comienzos cle ra presente década en el sector que da ocu¡:aci.ón a mayor número de trabajadoresi este

crecimiento se hizo en un prirner momento a costa del sector

primario (especiarmente entre ras nuevas generaciones rurares gue se arejaban crer trabajo en er campo) pero, tras ra crisis de 1973, ha ofreciclo también una salida raborar a muchos de los miles cle trabajadores despedidos por ra industria.

trste proceso cle crecimiento deI comercio y los t4fi

servicios no es algo singular de nuestra zona sino simultáneo a lo gue se viene produóiendo en el resto del llstado y en el conjunto de los paises desarrollados: Ias menores necesidades de mano de obra en el campo y en las fábricas -como consecuencia cle la mecanización y del automatismo de funciones*, unido aI aumento del nivel de vida y de las necesidades consideradas como básicas, ha llevado a la creación de millones de puestos de trabajo en actividades de servicios, muchas de ellas de reciente implantación. De hechor €n Alicante no se puede decir que eI crecimiento del sector haya sido excesivo si Io comparamos con Ia evolución seguida en eI conjunto español¡ eI porcentaje sobre.el total de activos de Ia provincia €sr y

Io ha sido a Io largo de los últimos treinta años, bastante inferior al del conjunto del listado (en torno a seis puntos abajo, desde eI comienzo de la crisis). El motivo no es que las posibilidades de desarrollo del comercio y los servicios sean aquí inferiores a los de la mayoría del territorio nacional; es más, por eI contrario, eI porcentaje del empleo terciario alicantino sobre el español no cesa de aumentar: si en 1960 de cada cien españoles que trabajaban en eI comercio y los servicios 2.17 eran alicantinos, hoy Io son

2.88. EI motivo, afortunadamente, es que eI descenso del empleo industrial y agrario ha sido -como ya hemos visto- mucho menos acusado gue en otras zonas y, por ellor sü

importancia en eI conjunto de nuestra economía sigue siendo notable. Todo eIIo unido hace eu€¡ salvo un cambio drástico de Ia coyuntura económica, las actividades terciarias de L6'{,

Alicante toclavía mantengan amplias expectativas de crecimiento y eIIo debe influir' necesariamente, en las cuestiones migratorias.

EI empleo en el conercio y los servicios, al contrario clel empleo inclustrial y de Ia construcción, ño sóIo ha superado Ia crisis cle 1973 sin excesivos costes sociales síno que ha seguido qenerando nuevos ¡luestos de trabajo de forma continuada: de sus 129.349 empleos en 1973 se ha pasaclo a 173.697 en 1983. A Io sumor s€ puede hablar de una desaceleración det crecimiento clespués c1e 1973 Y 1979, pero nunca de un retroceso. Gracias a ello, el sector terciario

ha evitado una c.aida brusca de los puesLos de trabajo en Ia

provincia y ha acogido a una parte importante de los

excedentes laborales cle la in,Jtlstria y de Ias nuevas

generaciolres incorporadas aI mundo productivo; bien es

cierto que este aumento de ¡:uestos de trabajo ha estado a

menudo motivado por unas necesidades económicas muy graves,

que han llevado a la instalación irreflexiva de ciertos

negocios sin los estudios previos de viabilidad, lo que ha

Ilevado a una hipertrof ia cle ciertas activiciacles, a un

exceso cle of erta para la demanda existente

consiguientemente a una escasa solidez de Ias empresas.

Sin duda, €1 afianzamiento de1 turismo como actividad

básica provincial explica en gran medicla este fuerte

desarrollo clel ernpleo terciario. Aungue, como dijimos, €I

turismo engloba actividacles económicas muy diversas

-construcción, contercio, hostelería, espectáculo, finanzas, 148

servicios diversos r sü infruencia se ha clejado sentir esenciarmente en ra evolución de las actividades terciarias, especiarmente en las pobraciones der litorar: así, el número de licencias fiscares

"81 negocio turístico produce un importante Lrasvase de mano cie orrra desde er sector primario, esenciarmente, hacia las activicrades terciaiias y aI sul:sector de ra construcciónr gu€ experimenLa un acererado crecimiento en ¡nuy pocos años. En efecto, dado que el turismo es una actividacr intensiva en mano c1e s€ produce una creciente oferta puestos _obrar de trabajo- en ra construcción y en 1a hosterería,,d. sorrre toclo, ro que motiva er abairdono der subsector de ra pesca por un erevado conting;nte de activos, a_ros gue se unen ros procedentes d; núcleos rurares próximos. La construcción es er subsector gue más crece y que' a su vez favorece er crecimiento de otros subsectores... "(51 )

En otras actividades terciarias er crecimiento der empreo también ha siclo espectacurar. La enseñanza y ra sanidad serían un buen ejemplo. sn la enseñanza, ra generarización de la educación entre todas ras capas soci-ares y el aumento crer porcentaje de jóvenes que siguen estudios de tipo meclio y universitar:ios, unido a una disminución -ya estudiada- der número de arumnos por aura, ha necesitado por fuerza un aumento en el número de profesores. si en er curso 197o-1g71 ras enseñanzas regladas Ltt$

no universitarias daban trabajo a 4.874 profesores, en eI

1983-1984 ya empleaba a más de diez mil (521. (Vid. Ap.Est.

221 . Y a ello habría que añadir eI creci-miento del

profesorado universitario y los puestos de trabajo surgidos

por la generalización de todo tipo de enseñanzas no

regladas. B1 crecimiento tan rápido del profesorado estatal

en los primeros años de la transición hubo de realizarse con

un enorme trasiego de enseñantes de unas provincias a otras

y Alicante fue el punto rle tlegada -también de salida, €r

nenor medida- de muchos de ellos.

I'fás rápido, si cabe, €s eI crecimiento de} empleo en

sanidad. nI número de médicos -no todos, desgraciadamente,

desernpeñando trabajos continuaclos- crece rápidaniente desde

comienzos de los setenta: si en 1970 se censaban 1.044, en

1984 ya eran 2.992 ( 53 ) , prácticamente el triple. La

creación, durante eI periodo estudiado, de las residencias

comarcales deI INSALUD facilitó las posibilidades de trabajo

a buena parte de e1los.

lfn ambas activirlades -enseñanza y sanidad- fue el

sector púUfico el gue ofertó la gran r¡ay,)ría de los empleos.

Tarnbién en otros servicios. 111Listaclo fue, durante algunos

años, el principal crearlor de nuevos puestos de trabajo, en

especial clurante los años siguientes a Ia crisis de 1973,

que coincidieron además con la época de transición política

en la que eI funcj-onariado estal-al creció hasta acercarse a

los niveles de otros paises de lluropa Occidental. Será

difíci1, por ejemplo, encontrar un sólo ayuntamiento de tipo 150

medio que no haya aumentado en estos últin¡os guince años su plantilla de trabajadores. si la Administración centrar cuenta en ]a provincia con menos funci_onarios gue antaño se clebe únicamente a la entracla en vigor der Estatuto de Autonomía que transfiere trarrajadores a ra Administración autonón¡ica- La Generaritat cuenta, sin duda, con mayor número cie trabajadores de ros que les fueron transferidos.

si henos estudiado únicamente ra evolución en actividades como er turismo, la enseñanza, Ia sanidad o ra administración púulicar oo quiere decir gue estas sean ras únicas gue han sostenicio er crecimiento del enrpreo terciario- I'ruchas otras, enormemente diversas, también han contribuido a elro; comercio, pof "r ejempl0, ha crecido al tiernpo gue se ha transformado: aparición de las grandes superficies con artísimo porcentaje de personal asarariado frente a los pequeños comercios tradicionales, especialización cada vez más crara de ros minoristas, estancarniento cle los mercados municipales, etc.

El crecimi-ento constante cre ras activicrades incruidas como servicios diversos nos muestra claramente gue esta mescoranza raboral debe recrefinirse con mayor exactitud para adaptarse a las pecuriaridacres socioeconómicas de la sociedad postincrustriar en ra gue estamos entrancroi pero ro gue va quedancl0 fuera cre ducras es que en 10s próximos años serán Ias activicrades más especializadas de ras hoy incluidas en este apartado las gue generen mayores ofertas de trabajo. Ello hará i'viables, de 'echo, Ias corrientes x,5!

migratorias tal y como funcionaron en la España de los

sesenta pero, a su vez, po.lrá acrecentar los desplazamientos de población, en especial si sigue flexibilizándose la contrataci6n laboral.

otro aspecto necesario para er estudio de Ia evolución der einpreo es er porcentaje de asalariados sobre el totar de trabajadores. Ilste ¡rorcentaje se halra sujeto a una serie cle variaciones que ,, , podríarnos clenominar reqaIes,, , y debemos abordarlo con un cuiclaclo extremo. De todos modost y hechas todas las sarvedacles que se guiera, €l porcentaj e cle asarariados es actual¡nente en nuestra provincia muy superior ar registrado en los años sesenta, evolución simirar a ra seguida por er conjunto der trstado. sin embargo, €' cornparación con ra estructura raboral españora, er cociente asalariados/totar cle trabajadores es mayor en Alicanter ro por farta de voruntad em¡rresarial sino por er peso gue en ra economía aricantina ejercen ras activiclades industriales, las que mantienen mayores porcentajes de empleo asarariado. (Vid. Ap.Est. 30).

llo obstante, como en tantos otros aspectos <1e nuestra economía r se puecle hablar c1e clos etapas separadas por er año (vid. 1973 cuaclro 6 y Gráfico 14). Ilasta entonces, er número y porcentaje de asalariados aumentó de moclo continuado hasta Ia expansión de las empresas más clinámicas. Este aumento fue especiarnente notorio entre ros años 1971-1973, con más cle cincuenta mil nuevos asarariaclos durante el bienio, al tiempo que disnrinuía la población autónoma o empreadora. No L5?

. 2 GRAFICO

PROVINCIA DE ATIEATITE: POBLACION ASALARTADA SOBBRE EL TOTAL DE LA POBLACION ACTIVA DE CADA SECTOR ECOI.TOMICO ( 195s-1 98s l

Fuente: BANCODE BILBAO

123

l0C¡l | 97t t98t

Poblaolón aealarl.aala i"5:f _::::::_,__i__"

PRovrt¡crA Dg ALT.ANTE-i;ci,iñr, ASALARTADoS ^-f1 ::l_ 1983 ) : poRcElrrAJE soDR, ui Du TRA*AJADoRES. DE

Agricultura fndustria Años y Cornercio y y pesca construcción servicios TOTAL 1955 54.1 77 .6 1 964 70.4 59.9 62.8 1973 83.0 67 .3 63.9 89.3 75.4 1983 71 .0 78.7 63.7 86. 0 71 .B /b.5 Fuente: Banco de lliLl:,

sería arriesgado en exceso indicar que la mayoría cie 1os inmigrantes Ilegacios clescle otras provincias españolas vinieron a desempeil,ar un trabajo asalarÍaclo

Tras Ia crisisr dunQue 'a evolución ha sido muy inestabre, ha vuelto a crecer er número y porcentaje de no asarariados, tal vez ante la actitud cle muchas personas gue habiendo perclido su empleor sQ vieron en 'a disyuntiva de sufrir el paro o establecerse por su cuenta.

Por sectores, €l

lin industria y construcción es donde e] empleo

asalariado ha alcanzado tradicionalmenLe mayores porcentaj es, siempre superiores a ras tres cuartas partes

cler empreo industrial. La casi totaridacl del empreo creado por er sector entre i960-1973 fue de tipo asarariado y ahí

se encuentra ra mayor parte de los puestos de trabajo ofrecidos a los inmig.rantes venidos en aguellos años. Tras ra crisis, por el contrario, el retroceso del empreo es muy superior entre ros asalariados. Los motivos son muy

diversos¡ incruyen des

autónomos para ser más fácirmente contratados hasta ',puntas

de iceberg" de ra economía crandestina, es decir, aquelras personas 'aparecen que como autónomos pat'a conseguir regalizar un trabajo domiciriario que en muchas ocasiones no va destinaclo únicamente a ellos (esta úItima raz6n se hará mucho más frecuente tras la entrada en vigor del rvA).

pese a que eI empleo asalariado es mayor en Ia industria gue en los otros sectores, sr coltparamos los porcentaj es alicantinos con ros españores, Aricante cuenta con rilayor número rerativo de autónornos y empresarios que er resto de Ia inclustria es¡:añola. Alicante es , no lo olvidemos, tierra de einpresas di¡rá¡nicas pero pequeñas.

IJn el comercio y los servicios es doncle er porcentaje de asalariados rra crecido rnás rápidamente en estos últimos treinta años: entre 1955-1983, ra pobración asalariada der sector terciario se ha más gue triplicaclo ¡nientras que la no asalari-ada no ha lograclo duplicarsei corno consecuencia de x55

erlo, los trabajadores terciarios a suerdo han irasado de ser menos de un 608 en 1955 a más de un 71 .B en 1983, siendo el

único sector que no ha frenado este proceso c1easalarización tras ra crisis económica. De to

"diversos"- siguen una evolución muy distinta.

2.2.1 Tasas de actividad v paro

Para estudiar eI ernpleo se clebe anar izar la evolución de Ia pobración activa. ciñéndonos estrictamente a ra población activa ocu¡racla, de acuerclo con las cifras de empreo calculaclas por el Banco de Bilbao y con la población

¡:rovincial de los censos clecenales, 1as tasas han descendido de modo continuado:

Tasa de población Años activa ocupada ( 55 )

1960 40.27 1970 36.78 1981 33 .12 tSfi

La disminuci6n perfectanente es expricable entre 1970 y 19Bi en función der crecimiento espectacurar der paro entre anbas fechas, unido a ra vari-ación ar arza cre ra edad cle incorporación ar traba j o ( la enseña'za era ol:ligatoria hasta los 14 altos y pas6 a serro a ros dieciseis), aI aumento de jóvenes que seguían estuclios universitarios, a ra dismj-nución cle Ia eciad de jubilación (sobre toclor err ciertas profesiones o en empresas en crisis o reconversión) y a ra mayor proporci6n cler clanclestinajei de otra parte, só10 una mayor incorporación cle la rnujer al trabaj o remuneraclo ha tendiclo aI aumento cle las tasas.

t'iás difÍciI resurta explicar ra disnrinución de ra tasa cle población activa en una é¡:oca dc rápido incremento der enpleo, cono fueron ros años sesenta: no existÍan tasas de paro alarnantes, ra escorarización a edacles juveniles no era todavia clemasiacro elevacra y, por otro laclo, fue cuando ra mujer inició con fuerza su acceso ar ¡nercado laborar; sóto puede explicarse, en una mínima parte, por e1 rejuvenecimiento c1e la población a causa cie una inmigración que elevó las tasas cle natalidad e hizo crecer ros porcentaj es pobración de menor cle quince años. ilabría que recurrir necesariamente a otro tipo de interpretaciones, principar¡nente a un anárisis cle los sisterrlas utitizados para elaborar las fuentes.

ra hora de estucriar ras migraciones, tan infruyente Aq Ia tasa cle actividad provinciar como su com¡:aración con Ias cle ras provincias cercanas, sol:re toclo si es cle erras t5?

desde donde parte las corrientes migratorias. para entender

estor €n 1981 y según datos der ri.rD, las tasas de actividad

de Ia provincia de Aricante (entre la población mayor de 16

años) eran muy similares a la media nacionar: er 47.162 de

los alicantinos mayores cle clicha edad eran activos, mientras gue en España 1o eran el 46.82&¡ en er caso cle las mujeres, el 22.43 y er 22.37\ respectivanente (vid. ltapa 1 y Ap.Est.

31 ). r,as cifras extremas de pobración activa ras ofrecían

Barcerona con un 51 .54e6y cuenca con sólo un 39.41t. Entre ras provincias con mayores tasas cle actividad que Alicante -Darcelona Alava pontevedra, , , Guipúzcoa , Luqo, i,ladrid ,

Gerona, Baleares, coruña, Navarrá, vizcaya, Las parmas y

Valencia- no todas erras cuentan con saldos migratorios positivos y son escasas ras que cuentan con una corriente inmigratoria tan estable como la dirigicta hacia Aricante.

un factor importante para comprencler ra corriente inmigratoria hacia Aricante es la comprobación de que la práctica totariclacl de provincias cercanas a la nuestra cuentan con tasas de activiclad inferiores (vid. cuadro 7).

como acraran ras tasas provinciares, todas ras provincias próximas a Alicante cuentan con menor porcentaje de pobración activa, si clescontamos a Valencia, cuyas cifras -tanto para la pobración masculina corflo para la femenina- son muy simirares. si la comparación se estableciera en er caso cle ra población f emenina, las clif erencias serían aún más notablr'rs. Aclenás, la ma1r6¡ía cle estas provincias son f uerterrrente ernigratorias durante ros años sesenLa v L5R

CAP. 2 MAPA 1

TASA DE ACTIVIDAD DE LA POBLAEION DE LAS PROVTNCIASESPAÑOLAS. (r) 1981

Fuente: I.N.E

é^

H +rol tr Uayores ile 16 añoe E 46-501 n 42-461 -42 I T fTladl¡,de Españn, 46.82 % t5$

Cuaclro 2.7

TASAS D]] ACTIVIDAD TOTAL Y É'E¡,ÍI]I']TTJADA DIVITRSAS P}?OVII,,ICIAS ESPAÑOLAS EN 1 981 .

Tasas cle actividad (a)

Provi-nci-a Ambos sexos I,luj eres ALTCAI'ITE 47.16 22.43 Valencia 47.37 22.66 Castellón 45.91 j,lurcia 21.40 43.76 8.20 AII>acete 43. B9 6.79 Cuenca 39.41 3.29 Toleclo 42 .65 15.89 Ciuclad Real 4A.41 i2.80 Al¡nería 42.99 7.15 Granada 42.65 7.s7 Jaén 40 .67 3.35

i'toTi\s

(a) Las tasas se calcuran sóro en reraci_ón a La población lnayor de 16 años.

lfuente: Censo de la poblacién_c1-g_jlsp-A!&_ Ii{ir.

comienzos de ros setenta y en elras se encuentran ros lugares de oriEen de la mayor parte de ros inmigrados en

Alicante; sóto con la provincia cle valencia la corriente migratoria cobra una intensirlacl simirar en aml:as clirecciones. Resumiendo, Alicante se encuentra en una posición excepci-onalrnente cercana a zonas f uertemente emisoras de pobración y con posibiridactes de empleo muy inferiores a las gue ofrece nuestra provincia; erlo hubo de influir necesariamente en unas poblaciones emigrantes gü€, siempre que res es posibre, prefieren estabrecerse relativamente cerca de sus lugares de origen. XCn

Localmente, las tasas cie activicraci variaban mucho. Irn

1986, entre los municipios cle nrás cle veinte mil habitantes, ros había con tasas de actividad superiores ar 55eó (Benidorm, petrel, 57.32; 55.27l e inferiores al 40? (Torrevieja, 3s-56). Bntre r.as pegueñas rocalidades, la disparidad era mucho mayor porgue pegueñas variaciones numéricas se acusan extraor

;'tás importantes aún c¡,e ras tasas de actividad, para estucliar la reració. entre ra coyuntura económica y la evorución cle Las corrientes migratorias, son ras tasas cie paro. La pobtación en paro, sul:ernpreo o empleo inestabre es la potenciarmente más propensa a ra emigración hacia otros rugares en los que ras posibiricrades de trabajo sean nayores- No sienpre un aumento una evolución cie las tasas r1e paro muy sinrilar a ra del x.6!-

resto cler Estador €s decir, tasas mlnimas hasta Ia crisis de

1973 y muy erevaclas a partir de dicha fecha; sin embargo, presenta peculiaridades nuy interesantes (vid. Cuadro B, eráfico 15 y Ap.Est. 32',, que inf luyeron en la llegada de eiaigrantes.

Cuaclro 2. B

ALrCAllTn ( 1953-1 983 ) : CIFIiAS Dtr PARO TTEGISTRADO(a)

l.Iúmero c1e Porcentaj e Años parados sol:re Bspaña

1953 3. 480 2. BB 1958 1 .301 1 .51 1963 f.i86 0. 96 1968 5.294 ?qq 1r"i3 4.067 3.77 1978 22.948 2.52 1983 76. 3s0 3.25

IIOTAS

(a) Cifras aI final de cada año.

Puente: Antrarios listaclísticos. Ii.,tE

Ilasta mediaclos de ros años sesenta, la evorución der paro español era muy diferente al cle Ia mayoría cle sus provincias. 1"J1moLivo fundarrrenLal era la gran incic]encia del paro agrario sobre eI total; dicho paro dependía de córno se desarrollase eI aiio agrícola t1e cada zona Y, consiguientemente, la evorución en regiones con distintos cri.rnas y curtj.vos era muy díversa. A partÍr de ros últimos años sesenta, Ia tendencia del conjunto del Ustado se fue semejando cacla vez niás a ros c1e cacla región en particurar. Lfi2

poIt orF| 0r qt P oo nO dt +t Fl rld o+t trO ¡{ {t p{io

o É ,d A ¡¡ of¡¡ z o H U D ¡¡ o )^ f¡l s @ .r o\ frl e F o Zl (lt r{ .lt (.) - 5 Hrf F{o Fl C'r o o I {r d P frl o r! O. g (,c, q{ k o rl o dcl <) P{ H4 C)F( ZE Hq¡ ou>H d f¡] t AE

3"8-d F I 3 3 ort o(l r{k Ef,. x.6:i

iistudiando la evolución de las tasas de paro alicantinas desde Ia postguerra es de destacar gue, aungue las ci-fras eran elevadas (14.780 parados a fines de 19411,

Alicante puclo reducirlas mucho más rápidamente que Bspaña en su conjunto: en 1g4B sólo se contaban 1.7g2 parados sín empleo. Lñs cifras volvieron a crecer y entre 1949 y 1955 se superaron sienpre los tres rnil parados, pero nunca se llegó ni de lejos a los cuatro millares. lJsl-a estabilic'lacl cle las cifras comenzó a clescencler a partir cle 1956: a f ines de 1958 sóto habia 1.301 paraclos. pesc a todas ras alegaciones que podainos aducir a Ia fiabilidacl o no de l-as estadísticas sobre el paro de Ia época, ello in

356 parados más gue en 1958.

Otro dato j-nteresante a rcseirar es que a fines de 1963

-recordemos c¡ue 1964 es eI añro con mayor número de inmigrantes recibiclos por la provincia- la cifra de parados era Ia rnás pequeña habicla descle la querra civÍl hasta nuestros días. iLn 1964t y irasta 1970, la cifra de parados vuelve a crocerr €r gran medida por la llegacla masiva de inmigrantes que buscan trabajo; no obstanter rro está cle urás indicar gue el número de clías eüG, por t6rmino medio, tardaba un trabajador en encontrar ernpleo era muy inferior aI actual: realmente, s€ seguia estanclo muy cerca del pleno empleo. üntre 1970-1973, las cÍfras de parados descendieron 164

por ú1tÍma vez en Ia década

Tras Ia crisis de 1973 todo cambia. Las oscilaciones

moderadas del paro obrero mantenidas desde los años

cincuenta dejan paso a un incremento galopante der número cle

parados¡ aI final cle cada aíio, Ios parados son más que eI

anterior. Bn 1980, 1981, 1982 y 1984 ros desempreaclos

aumcntan anualroente en más cle 10.000 personas; en 1974-1977

y 1979-1982, el ¡rorcentaje cie creciomiento anuar superó el

25?a. BI paro castiqó con gran dureza a la industria y a Ia

construcción, fren6 eI ritmo de incorporación cle la mujer y

el éxodo rural, impidió er acceso normal de ras nuevas

generaciones a'su primer empleo y clificuttó la llegada de nuevos inmigrantes (en especial

cual-if icaclos ) . Además rnodif icó enormemente Ia mentalidacl

social: su relación con er au¡nento cle los deritos o eI consumo de drogas es más gue evidentei la aceptación sin protestas tle instituciones puesLas en duda en 1os sesenta, coulo ra familia, es un heciro; Ia búsgueda de influencias para el acceso ar trabajo, un inal endémicor s€ acrecienta; la mayoría de Ia gente prefiere ya un tral:ajo seguro a otro ntejor pagador por lo que centenares de rniles de jóvenes buscan con ahínco introclucirse en eI a1:arato burocrático cleI

Ustado...podrfamos extenclernos tanto como guisiéramos en este aspecto, pero nos alejaría cle nuestro objeto. I,luy recie¡rte¡nente, eI paro parece comenzar a decrecer, pero en una medicla muy insuficienLe todavía. 165

Comparanclo las cifras de paro provincial con las del

conjunto del Estado, Aricante ha contaclo con un porcentaje cle parados superior, aI menos clesde eI año 1968 v descontando Ios años 1978-1 980, época en que eI paro aricantino -pese a ser cacla vez más grave- creció menos rápidamente clue en otros lugares. Pero este porcentaje de paro rnás acentuado hay c¡ue matizarlo: en primer lugar, durante eI ¡:erioclo de crisis, Alicante siguió creando empleo, aunque en cantidad muy insuficiente; además, eI ernpleo clandestino es, sin cluda, mucho más intenso gue en otras áreas.

La tasa de paro es muy diferente según. cornarcas y actividades. Por ejemplo ( 56 ), mientras que en 1986 EI

Vinalol:ó l.fedio tenía una tasa de paro del 2B.9eo, EI

I.larquesaclo sóIo lleqaba aI 12.Bed, menos cle la nritad. por rocaridades, ras cliferencias eran aún mayores; dentro del propio vinalopó Iiedio llairía locaridacles rnuy afectadas (Aspe

Ilegaba al 35.9s) y otras con tasas muy "suaves,'(La Romana,

9.99 ) . En general, Ias tasas eran superiores en las locaridades industriales mientras que argunos pequeños municipios no padecían el clesempleo (VaIl cle Alcalá,

Balones, BeniIlup, Cuatretondeta, I'liIlena, Tollos, Benifato,

Ilolullas, Guadalest y ). 16fi

2.2.2 Trabaio femenino v econo¡nía sumerrlida

otro aspecto fundamental para estudiar ra reración entre situación lai:orar y emigración es er der trabajo femenino. La mayor o menor facilidad para que ra rnujer accecla a un empleo remunerado puecle propiciar enormemente eI crecimiento rfe ros ingresos famiriares, al aportar un nuevo salario (o más) al hogar, Dlto origina un mayor niver. de vida -c1os sararios consirleracros normares superanr €rr la niayoría <1eocasiones , a un sarario considerado arto- y una mal¡or seguridad ante er problerna clel paro _en el caso de faltar un salario queda otro aI que acogerse_, gue ha servido en muchas ocasiones colno colchón amoftiguaclor de tensiones sociales y ha irnpecliclo ra ernigración o el retorno cle rnuchos ¡raraclos a su luqar clc origen.

L'n 19e1 la tasa cie activiclad cle las mujeres alicantinas era de un 22.43e6, casi idéntica a la media nacional (22.371. cifras c1e activiclad femenina superiores -vid. l.fapa 2- las poseían ras misriras provincian gue superaban a Alicante en tasa de activiclacl totar, si descontarnos r:ds palmas y vi_zcaya I' añaclimos a La ir.ioja. sin embargo, -1 repasanclo el cuadro , cornprobamos cómo (sarvo varencia, con valores muy similares)

todas las provincias cle nuestro entorno presentan porcentaj j-nferiores, es en algunos casos acentuadamente inferiores, a los aricantinos; toclo ro que dij imos ar ex¡rlicar las cliferencias en la tasa de activiclacl qlobaI sirve al'rora para ras tasas ferneninas, incruso con rnayor x"6¡3

gravedad, porque incita a emigrar a las mujeres y porque brincla no sólo la posibitidaci cle empleo sino de dos o mas enpleos en Ia farnilia.

Las diferencias en eI ernpleo femenino son especialmente amplias en eI seno de Ia propia provincia: multitud de pegueños municipios ofrecen en la práctica nuy escasas posibiliclades laborales a la rnujer (en ToIIos, no trabaja ninguna; en ValI de AIcaIá, tlalones, Cuatretondeta, Facheca,

I'amorca y no llcgan al 5't) (571. Por contra, Ias posibilic-lades cle tral:ajo femenj-no aumentan en los municípios industriales y de servicios y en las poblaciones mayo.res; son varios los municipios con más cie veinte rnil hal¡itarites que superan el 33?;: Benidorr¡ (37.08),

Petrel ( 35.23 ) , ltlda 134.471.

l.lientras Ia tasa de actividarl femenina era, en todos

los años y poblaciones, inferior a la masculina, el riesgo

cle queclar sin entpleo o de no encontrarlo es mayor en la rnujer. iJn el Padrón cle 1986 están paraclos el 20.9C5clel total

de activos alicantinos, pero las cifras llegan aI 28.lea si

nos referimos ünicanlente a las mujeres. Por conarcas, el

paro femc¡nino cobra ¡:ro¡:orciones alarmantes en las comarcas

inclustriales clel interior: vinalol:ó t'tedio ( 3B. 9t ) , Alto

Virralopó (37.41 , Valles de Alcoy (36,8) y lloya de Castalla

(36.2). Por contra, la situación es muc¡o mejor en las áreas

turísticas )' cle servi-ci.os: 15.9 en La iiarina, 23.8 en iII

I.iarquesa,Co; incluso las áre as agríco1as están menos

castigaclas gue las iliilustriales (el 19.6t en La Vega llaja). xGt}

Lste sombrío panorama cier empreo f e¡nenino en ra industria debe comprernentarse y matizarse incidiendo en er em¡rleo sumergido, mayoritaria¡nente domiciliarior qüe se ha enquistado en muchas de nuestras industrias, como si un mar endérnico se hubiese converticlo en epide¡nia. Este probrema af ecta hoy en día a an¡bos sexos y a toclas ras ecrades, pero se ceba funcramentarmente en ras nrujeres y los jóvenes.

Ar habrar cre este subrrruncroeconónrico hay gue estabrecer múltiples matizaciones previas. Ante todo, ros nombres que aclopta son enornes -economia surnergicra, crandestina, gorfa, negrai trabajo clandestino, domiciliario, iregar y erro ya denota ras clif icultacres para clefinirlo con ,precisión¡ evj-clentetnenter ejemplor Pof tro toclo trabajo doniciliario es forzosarnente crandestino; tarnpoco to

muY imprecisos, inestabl_es. . . pero absolutamente imprescinclibles para el tema gue nos ocupa

porque ar estudiar las reraciones entre economía y migraciones, y mucho rnás en épocas con paro abun

res ayudó psicológicamente a pensar gue habían auinentado realrnente en calidad de vida con respecto a los rugares de origeni como muchas de estas familias procedían cle zonas campesinas en ras que ros sararios eran muy bajos, la jornada laboral

Pero el problerna cambia clescle 1973, cuando ra crisis industrial. conl-reva un fuerte decreci¡niento cter empleo. A partir de entonces r c' ir.uchos casos, <1eja de ser un

complemento clel sarario famiIiar nrás erevaclo para convertirse en la fuente cle ingresos fundar¡entar; además, la escasez cie ahorro 1íquido de ros propios trabaj aclores desempleados se combina con ra eNcesiva tardanza de la Acl¡nÍnistración a la hora de comenzar a abonar ros subsidios .le clesempleo, incitanclo a los tral:ajaclores -entre ros que ya abundan los adultos varones- a introclucirse en el trabajo cla¡rdestino- A1 principio, ar menos en er carzado, 1os trabajadores de las ernpresas guebraclas gue combinaron las prestaciones

cle las mujeres y rle los paraclos de mayor eclacl.

Este retroceso en las concliciones laborares hubiera producido corrientes nrigratorias, al nenos de retorno de

tral:ajadores r €n el caso de la aparición de nuevas posibiridades de trabajo en otras zonas, cosa cjue no

ocurrió; por erro, Ia econornía crandestina -inca¡:az c1e generar nuevas rlegaclas de trabajacl0res a causa de sus

condiciones }aborales, en algunos casos draconianas- ha

servido cle pariativo, de rnal menor, para mires de

trabajadores gue la padecen en espera de tiempos mejores y se resignan, mal que bi-en, a una cacla vez nayor airertura del abanico de lu: desigualdacles económicas: las rentas sararial-es han creciclo en ospaña, €ñ ros años ocirenta, rnás despacio que eI conjunto de la economía. (5S)

La im¡:ortancia cle la economia sumergida de la provincia de Aricante es debicla r en gran medida, a Ia erevacla dispersi6n cle sus actividades¡ g,ran variedad

hosterería, es¡:ecialmente en ra tein¡:oracla alta t y en ra construccióni en estos seetores el cranclestinaje no se refiere, craro está, a trabajos clomiciliarios pero afecta a otros aspectos como ra categoría ¡:rofesionar (se rear_ ízan trabajos clistintos a los cjue corresponden) o la violación de una parte cle las co'criciones pactaclas en convenio. por todo el-ro' aungue e1 cranclestinaje ¡:rccloinina en Las cornarcas ciel interior -Los valles de Arcoy, La lloya cle castarra, las riberas ciel vinaro¡:ó- también se deja notar en las zonas Iitorales -

se conoce l:asta¡rte bien ra irn¡:ortancia gue er clandestinaje presenta en argunas fases de ra inclustria del juguete, como er rnontaje; se ,,e1 rra denunciado c¡ue empleo rJe trabajadores en el sector te>rtil decrece en sus zonas tradicionares cre cataluña y er país Varenciano al tienrpo gue se desplaza con fuerza a puntos cle Castilla...,,(60) clonclese l:*sca condiciones ae trarra j o más ventaj osas para er- empleador, al tiompo clue el clanriestinaje aumenta en nuestra zona en faenas coill. 'a co'fección; aparece a raenucl0 er cranclestinaje en trabajos coirlo er cre asistenta de hogarr €rr eI cJue eI trabajo ilegal es "1o norinal,,. Sin ernl:argor €n nuestra provincia es en ra in..r,stria cier carzado clon

Las ventajas clel trabajo clanclestino para ras ernpresas

(en er calzado, aunque tarnl¡ién aplicai:les en casi todos los sectores) las ha descrito A. i'iartínez Gómez con una claridad diáfana (61). Las principales, en esencia, serlan ra evasión de irnpuestos, la extrerna f lexilriliciad de plantillas, €l coste ¡nás l:arato cle la mano cle obra, la inexistencia de gastos socíales, la ausencia dc conflicLos laborales, el cobro al contan

Posil:lemente nadie haya estucliaclo el problema de Ia econornía sumergicla en Ia inclustria zapatera como eI Dr. i3ernabé ltaestre, que en uno de sus Lra}:ajos sol:re el tema

(621 estudia ra evorucíon diel clanclestinaj e clesde ra i:ostguerra. A qrandes ragos, viene a culpar clel clanclestinaje de postguerra a la "req¡lamentación franguista, rígida y tlenagógica" ( 63 ) t seirala que en ros sesenta se aprovechó la coyuntura favoral:le para legalizar e introclucir en plantilla a Ia nrayoria cle los trabajaclores reales.

". ..eI trabajo a dor¡icillio quecla como un recurso para conseguir mano de ol:ra gue no quiere o no puecle trabajar de otra forrna, especialmente mujeres casadas o que realizan trabajos sencillos en pueblos rurales tle los alrecledores. " (641

A finales de los setenta, €o los años cluros de la crisis, recomienza el clanclestinaje nrasivo (6S¡. Desde 1980, pese aI aumento de Ia producción, eI empleo sigue descendiendo claramente ante la necesiclad de reclucir costes 1i,5

y ante la creciente competencia entre ernpresas regales ilegaIes.

Difíciles, y a veces ctiscrepantes, so, ras estimaciones sol:re porcentaje de ernpleo oculto. ilernabé cremostraba (60¡, a partir cle los paclrones inunicipares, gue ros trabajadores no decraracros siempre ropresentaron un porcentaje altísimo, incluso muy superior ar actual: 68.2t g35, en 1 46.5t en 1965, 39. 9t en 1g7O y 28.2* en 19g0. Sin embargo¡ €r1 el rnis¡no artícu10, é1 mismo reconocía que el trarrajo negro podía superar el 40s cle la ocupación total y criticaba un estudio ciel l,linisterio de rlconomía y ilaciencla de 1g'2r Qüe cifrai:a en un 1Bg (sobre el empleo totar) er empleo en fábricas o talreres irregulares y en un 13t er rear_izado en talleres particulares.

cc.oo., que ha crenuncia

As¡:ecto in¡rortante a destacar es que ol crandestinaje

afecta mayoritariamente a ras mujeres. ya en ras cifras c1e

1970, con un empleo legal cle 9.5000 rnujeres en la industria

del carzado alicantina, tlernabó calcural:a una ocultación ,ie,

al- rnenos, 13.000 mujeres trabajanclo a donricilio

irregularmente ( 69 ) . Sobre esta íntima relación entre

trabajo femenino y economía clairclestina es rnuy clura, pero no

exenta de razón, la ponencia presentacla a las Jornadas sobre l'tujeres y Economía surnergicla -IlaclriLl, al:rir cle 19B6- por ra

secretaría cle la lÍujer de cc.oo. cie Elda. tln dicho estudio ( 70 ) se criticaba el descenso cle los sararios frente al

emp-leo legar: un par aparaclo, cjue se pagaba a 1a ol:rera fija

a 134, sóro varía B0 ¡resetas¡ e incruso 50 en. ocasiones,

fuera de Ia fábrica (711 . lrl clocumento denunciaba aclemás gue eran propias ras empresas regares Ias gue fomentaban el

clandestinaje, que ra competencia de ros clandestinos hacía guebrar a las empresas más antiguas (con mayores costos

sociales), gue obligaba a la mujer a una doble jornada de

tral:ajo y que afianzaba ra idea cle que el sarario femenino

era una simpre ayuda ar trabajo famiriar. Asimismo, diferenciah¡a eI clandestinaje entre eI trabajo incliviclual y

ros talleres, entre los que crefinía tres tipos: el creado por las propias mujeres, el organizaclo por un intermecliario y er rrrontado por la propia fábrica. La ponencia habraba de un 35t de ¡rroclucci6n sumergicla, scgún fuentes of iciales.

nt clandestinaje (tanto en el sector juguetero como en eI textil o en el propio calzat.lo) no sólo afecta a las zonas 1,??

industriales donde se hallan u]:icadas las empresas. El trabaj o

Ios límites cle su área rle inf luencia:

"[ste tra]:ajo a domj.ci]io ocupa una extensa franja situada al Oeste del eje de comunicacj-ones (Alinansa- ItI>() desde pétrola a San itiguel cle Salinas. Los talleres de aparaclo se han clifundido por Yecla y ,Jumilla, en ocasiones mont¿rclospor ernpresas c1e illda, lll>r y Villena. De nodo similar se ha ido difundiendo esta activiclad por ill Pinós, Itonóver, Salinas, els Irondons y pueblos del Bajo Segura (Orihuela, Albatera, Callosa) llegando, en los momentos de mayor presión de la'dernancla, mucho rnás allá. iin 'Ia orilla izguierda del Vinalopó, el trabajo del aparado tiene menog irirl:ortancia, se da en Banyeres, Castalla, Agost.., pero Ia Foia de Castalla es un irnportante foco industrial r¡ue cleja poco exceclente de nlano rie obra fernenina." (721

iloy en día, pese a ligeros matices, la situación no ha cam]:iado. IJI algunos lugares *f:auúete, ValIe AIto tiel

Vinalopór por ejeinplo- llec¡a a coe:

Ia juguetera (cosido de vestidos para ¡uuñecas). La industria juguetera extiende su tral:ajo a domicilio por ulr área distinta, pero no menos anrplia; aclemás rle sll zona estricta, lleqa a ¡nuchos pueblos rurales de Los Valles cle Alcoy e incluso se envía trai:ajo a municipios alejados r{ue cuentan con arnplias comunidaiies de inrnigrados en Ia Iloya de .Iomelloso Castalla: ( Ciudacl lteaI ) , CúIlar ( Granada ) , iloutealegre (Albacete) y pueblos aledaÍ'ros. 1?B

iiste envío cle trabajo a áreas rnás deprimiclas con las

que existen ciertos necos de unión (cercanía, relaciones

conerciales, migraciones ) irnporta a la hora cle anarizar ras

corrientes migratorias, pero su infruencia no está

suficientemente estudiada. De una parte, recluce las

posii:iliclac'les cle ernpreo en las áreas emisoras de trabajo y, con ell-o, ]a atracción sobre los trabajaciores cle otras

zonas; aclemás, e¡r ras áreas rurales se cuenta con unos ingresos econórnicos complementarios que ayudan a paliar ra

casi siernpre crónica escasez cle recursos y retienen er éxodo rural en una época cle clifícil acceso al rnercaclo laboral cle

las ciuclades tradicionalmente receptoras. pero cle otro lado,

cornparanclo er nÍvel de retribuciones con las' <1et mÍsmo

trabajo en un empleo legalizaclor se toma conciencia cle una

situación injusta y crece er deseo cle superarla; at.lernásrs€

consigue conocer el oficio y, si se emir¡ra, no va a ser ¡recesario un tienpo cie a1:renclizaje: cuanclo la coyuntura sea -crecirnient. adecuada der en¡rrco, existencia de famiriares o amigos en er lugar de ubicación de ras empresas- es muy probable que se genere una corriente rnigratoria porque ras concliciones cle aclaptación serán más favoral:les. Aunque, a la vezt tarnl:ién se facilitan los retornos c1e, por ejempro, las mujeres emigradas que casan con residentes en su lugar de origen. 1?t)

2.3 RIil,¡TA, PR]JCIOSy C0ltsuj,io

Para comprenc'ler la atracción migratoria hacia un territorio no es suficicnte -pese a ser necesari-o- conocer el i-lesarrollo cle su proclucción y Ia evolució¡r cle su núrnero de puestos de trairajo; un auinento cle Ia proclucción puecle ser contrarrestado por Lrn incrernento clenrográfico, o ser inferior al de los territorios vecinosi el aumento del número de puestos cle trabajo puerle ser insuficiente para ernplear a las nuevas generaciones o prorlucirse ¡rarejo a una disminución de los salari-os reales o a un en

2.3.1 I,a rneiora tle la renta

La evolución de la r.p. c. -siempre estimada de acuerclo con los clatos del .lianco clc i.lill:ao- marcha casi paralela aI r,lesarrollo económico viviclo por la ¡rrovincia (vid. Cuaclro 9 t;ráf y ico 1 6 ) . La renta t)er cá¡rita alicanLina ha creciclo (en pesetas constantes, no afectadas por eI proceso inflacionario) rapi,Jísi.r:ramenLeen los irlLirnos treinta años, L80

CAP. 2 GRAFICO 16

EVOLUETON DE LA RENTA PER EAPITA DE LA PRovINeIA DE ALICANTE. 1955 -_1985 (a) COMPARACIONCO.N EL TOTAL ESPAT\IOL

Fuente: BANCODE BILBAO

fndice üllee de pesetas (Eepaña = l0o) coneta¡rtes

too

-.....J'

t

l.'

t0tc 65 85 Años

(a) Peoetae constantes de l97O

Clfras absoluhrs

... Indlee lEt

Cuadro 2.9

RII|¡TA PBR CAPITA DE LA PROVII,ICIA D]] ALICAIVTiT ( 19s5-1 983 ) COI,IPAIIACTOTICOI{ LA i\{]lDrA iISPA¡OI,A.

Renta per cápita cle la Provincia de Al_icante Contparación con posición Pesetas (a) Pesetas ineclia españoIa entre las Aiios corrientes constantes (jlspaña = i00) provincias

195s 9.403 22 .87 5 84 .0 264 1 957 11 . 412 25 .7 60 75.1 324 1950 15.61 3 28.387 86 .5 194 1 954 27 .45A 39 .7 82 88.4 21s 1 967 40.349 45 .7 47 90 .7 204 1969 49.445 52.267 90.4 214 1971 64.986 60.060 91 .B 20e 1973 100. 942 77.290 97 .9 174 1975 137.7 93 77.937 94.3 204 1977 202.637 7B .298 93. 0 214 197I 3i 4.301 87.646 99 .9 172 1981 379. EB4 79 .307 95. 6 174 1983 s23.7 40 86.000 100.8 154 198s 6s0.052 38. 154 141,7 i 6a i'iOTAS

(a) Las pesetas constantes estan refericlas al año 1g70.

Fuente: Elaborado con datos del Banco rle Bilbao: Renta I'tracic¡na1 de I-r'si:añ su r-listribución provincTET] Varios años.

u¡'r 3.11t entre 1955 y 1gB3i pero conviene señalar que fue entre 1960 y 1973 cuando se ¡rrodujo el incremento ]:ásico cle este enriguec i rniento: 1a r. p. c. aurnentó un 27 .22 en sóIo trece por aiios. contra, en Ia décacla siguiente a la crisi_s petrorífera cl incrcmento de la renta se ralentizó duramentc¡ sólo un 1Oir en toda la déca

Pero solamente es eI ritmo cle crecinriento Io que 182

varía sino, incluso, la seguriclad o no cle este crecimiento.

Ilasta 1973 la r.p.c. de Alicante había crecido siempre en

ilá1r6¡ o menor ¡nedida; hubo periorios de aumentos casi

bruscos, colro entre 1971 y 1973¡ y otros más nroderados; pero, rnncho o poco, €1 nivel de ingresos efectivos del

aLicantino rnedio aumentaba. Tras la crisis, el proceso evorutivo cle la r.p.c. se torna trernenclamente irregular l¡ coyuntural: entre 1973-1977, €l crecirniento es prácticamente

nuro; entre 1977-1979, crece a un ritmo casi similar ar cie

un aho nornal de ]os sesenta; entre 1g7g y 1g}'t, ciesciende casi el 10t: es el ¡:erioclo económicamente más cluro cle la crisis en Ia ¡rrovincia, Ya veremos có¡no este clesequilibrio repercutirá en e'l ritmo

Iln reración con la r.p.c. roecriaes1:añola, er ritmo de crecinriento de Ia provincia de Alicante ira variaclo poco: si acaso, debiclo a su f uei:te cora¡:onente industriar y a tratarse cle magnitudes inferiores y por erro más variables, las epocas de crisis y cle ex¡:ansión se han mostraclo mucho más narcada¡nente, pero a grandes rasgos ras f ases cle aceleración y estancarniento coinciclelt con Ias clel Ilstado. De toc'los noiios, el crecimiento es ¡nás ráirido en l_a provincia de

Alicante gue en el conjunLo es¡rañorr si el índice de aumento

1957 Alicante se situaba en eI lugar 32s de las provincias espaíiolas, aunque ya nlrnca mas ocupó un lugar cornparativamente tan negativoi a 1o largo de la década de los sesenta oscilaría entre los ¡:uestos 20e-21ei al final cle los setenta era Ia 17a y en 1983 sólo era superada por catorce provincias, aunque clescienrle al puesto 154 en 1985

(pese a crecer rnás rápir-larnente gtte la media nacional) . Como eI peso cleinográfÍco cie la provincia ha ido ascendiendo a 1o

Iargo c1e estos aitos, Ia renta total provincial aün ha creciqlo de manera nrás rápicla.

ils interesante corn¡:robar cómo las clistancias entre la r.p.c. cle las .provincias más ricas y Ia nuestra se han acortado

-Vizcal¡a- superal:a a Alicante en un 441:i después el descenso ha sirlo irrás }c¡nto, dif ícil y c-1esigual: frente a reclucciones ani¡rlj-as de las distancias -coino las de 1979 )¡ 1985- hubo mornentos en que Alicante parecía atejarse de las provincias

¡:unteras.

IIay que añaclir c¡ue entre 1955-1983 las distancias entre las ¡:rovincias ricas y las po!:res se han ido reduciendo: si en 1955 un guipuzcoano tenía una renta neclia 4.41 veces 1.E4

Cuaclro 2 .10

COI.IPARACIOI'I D]] LA RUI,{TA PIIR CAPITA ALTCAIi¡TINA CO}.JI,A DE LAS PROVTI¡CT¡1S ]]$PAíÍOLAS DT HAYOII y ¡.ii!t¿o]?RENTA. (1955 - igB5)

Provincia Provinci-a fndices de inayor cle nienor ¡\ños r. p. c. r. p. c. (a) (b) (c)

955 Gui¡:irzcoa Granai.la 258 5B 441 9s7 Vizcaya Granada 263 70 373 960 Guipüzcoa Ore¡rse 200 60 332 964 Vizcaya /rInería 1BB 5B 323 967 l{adricl Jaén 164 56 291 969 Guipúzcoa Orense 167 57 292 971 Vizcaya Orense 163 59 275 973 Vizcaya Lugo 44 57 252 975 l'lac1rid Cáceres 47 61 237 977 I.tadrici Jaén 51 60 252 979 I,laclrid Baclaj oz 38 5B 238 981 I'ladricl Orense 50 6i 245 983 i'iaclri<1 Baclaj oz 3B 54 252 985 l.iaclrirl Grana

ifOT¡\S (a) l:l:l:_::_1il:::i::1i_':t:_:i:i . 1oo Il. p. c . al icantina (l)) i:l-l:_l:_1i_t:::1::1i_:::_T:::1oo R.p.c. alicantina " (c) ,]:l:l:_1:. t' provincia más rica '- 1oo ri.p. c. d" i;-;;;;t;;t;-;;-;;;;;

ii'uente: .lllaboración propia con datos del i.lanco de Ililbao: Renta nacional de Ilspaña v su

clistribución r:rovi¡-rcia1. Varios años.

superior a un granadi¡ror err 1985 un nadrileño sóIo superaba en 2.32 veces la renta ile un granadino; clebe reconocerse, no obstante, eu€ las distancias mínimas -2.37- se lograron en

1975 y clesde entonces las desigualdades han tendido x,85

ligerarnente a acrecentarse hasta 1983. Pese a esta tendencia general, las distancias entre la r.p.c. alicantina y ra de las ¡>rovincias más pobres se han mantenido bastante estables durante er periodo 1960-1 983 i en este periodo, las provincias más pol:res poseían una r.p.c. entre 0.54 y 0.61 veces Ia alicantina. Precisarnente la iirayor cliferencia es la de 1983 (Iladajoz sólo llegaba aI 0.54 de Ia r.p,c. aricantina), por ro que no poclenos decir que las diferencias se ha1'¿¡ arninoraclo con el tiempo. O, 1o gue es lo rnismor gue

Aricante tiende cada vez rnás a colocarse entre ras provincias mej or situaclas en eI rel:arto de Ia renta es¡:añoIa.

Sin e:nbargo, contrariarrrente a Io que podría deducirse cle todo Io anterior, la r.p.c. de la provincia,hasta 1gB3, no hal:ía igualaclo nunca la rneclia nacionar (aungue en 1g7g se situó en eI 99.9t cle Ia esilahola). lls nás, hasta inediaclos de los sesenta, 1a cliferencia era superior al 10t (en 1957,

Alicante s61o contal:a con un 75. 1t cle la renta española ) ; en los años setenta las ciiferencias se fueron nitiganclo, pero sin igualar Ia r.p.c. del ilstacio. El mayor avance conrparativo se clió entre 1971-1973, bienio en gue la r. p. c. alicantina pasó del 91 .0e6 cle Ia española al 97.9, coincidienclo con el mayor av¿rirce de la producción y cler empleo habi

Ia economía aricantina está nuy vertebracla en ra economÍa iEfi

rnundj.al y, Por eI1o, los ¡:eriocios de estancamiento e:ipansión y le afectan :ntry fuertemente.

icó¡.o es posible que ra ¡:rovincia ar.icantina conseguido haya mante¡:er su atracción inmigraloria durante tien¡:o tanto si se trata de una provincia con una r.p.c. inferior a la metlia es¡>aiiola? i,luchas razones ayudan a explicarlo:

a) Si en alguna provincia puerle cluclarse de gue los cálculos sobre la r. p. c. estén inf ravaloraclos, Alicante se encuentra entre ellas. i,lo olvidemos toclo lo soi:re explicado la economÍa clanrlestina )z su eleva,ia im¡rlantación en Alicante-

1)) La r'p'c' incrica 'una nedia pero nacla acerca crer- real reparto de J-a renta por lrrl¡i)os. r.raciainciica acerca de gué parte de dicha renta proviene cle los sal_arios ejempl0r r pof Di de c.¡uó porcentaje cle población posee rentas superi-ores e inferiores a 'a ¡'erria. una ¡:rovi.ncia cl0nde la renta esté ¡nás uniforinemente reparticla será atrayente rnás para los einigrantes de otras zonas, puesto gue en su in¡nensa nayorÍa ocuparán Ia l:ancla inferior nÍveles de los cle renta. A este respecto recordemos que Alicante es una provincia clc ejnpresas pegueñas y medianas y sin grandes terratenientes. c) Tainpoco se nos i¡rdica gué parte ae cricha renta provincial proviene cle los ingresos safariales. Un rnayor porcentaje cle éstos sobre eI total cie la renta provincial atraerá más a ros inmigrantes, c,iz65 ingresos por rentas o i3?

beneficios einpresariales serán gloi:alrnente pegueños. La

economía alica¡rtina es una economla de industrias

manufactureras, cle servicios, cle agricultura intensiva y,

consiguientemente, muy necesitada

costes sarariales sueren ser bastante erevados en

reración ar coste finar de slrs procluctos. Er porcentaje

de ingresos salariares sobre ra r.p.c. esr pues, elevado.

d ) r,ér mayoría cle l-as provincias españolas poseen r. p. c.

inferior a la rcnta nacional. For supuesto, ras

provincias cler,rográficamente regrresivas y económicamente

agrariasr GS Crecir, aguerras gue cr¡entan con una mayor para tendencia emigratoria. erras, Alicante fue una provincia con niver de vicla superior y rflayores

posibiriclarles cle enpreo. pero ro más signif icativo -vicl.

cuaclro 11 y l,lalra 3- es quc Aricante se encuentra

encravacla en u¡.a zona muy ernigratoria, econórnicamente

agraria y c1e r.p.c. muy inferior: para erlas, Aricante es

ra más próxima cle toclas las zonas con nayores posibiridacles de einpreo y de mej ora cle la calidad cle

virla, una c1e las más semejantes, cle ac¡uerras en 1as .lue

eI choque cultural ¡ruecle ser nenor.

observanr.lo ocilo iie r-as prorrincias llás cercanas a

Aricante, aquorras que han constituiclo el grueso de la

emigración es¡>añora hacia esta tierra, cornprol:amos cómo -clescle mecliaclos de los cincuenta , al ¡,rcnos- su r. p. c . es

inforior a la aricantina en toclas clras, si ciescontanos a

Valencia (Ia única con Ia que el flujo rnigratorio es sir,rilar L88 f,: \ C!-¡qnce 4!s 1.922 enc la

/. .vLudad ReaI. : : : \'Albacsra I ll rÍL rc AJUPr I Jaén ) fi.:: r

J* ¡dlces ¡ +r()o Granada t 85'.too = GA8 x/ 2 üA?A 3.E 7o-85 COIüPARACIO¡IDE LA NEIUA PER CAPITA ALICANIINA COII LAS DE T.ASPROVINCIAS üAfr PnoxluAs (1955 - t98ll -70 truonter BANCO¡¡B BU,BAq

Allcant e=lOO

Cuenca 4So!994

Ienc i a' (,,,;;";i;:iru-4-¡-

\ t :::.:.ñ ilrcn¡rg :f t \''¡¿',' Jaén lfluDC a :,: .\ ...1 rtú {"^"'" Í .r:\ 189 p .Cuenc a 4!g-t911 J UaIenc I a_ k¿ {, | | t rr r ::::::: Cludedd flea l' (oio,""r"q \{, :;: :¿\ f!tLICAt[+r \:: Jeén )

/ I \ ,- lntllces r

.Y 100 Granadaa $ri-100 \_-{' EAP. 2 f,APA I.b 70-85 coirPAMcIOn DE I.A REN?AP8R CAPITA ATICANTINA ,r\ -?o (D AIlcant e = IOO Cuenc a Age-leBJ

¿ ll¡¡" Valenc ia- --*-(

Albacete A,LIC ry :::! J

Granada Almerfa. \ 1Qr

Cuaclro 2 .11

]IVOLUCIOI\I CObIPAIIATIVA Ul'¡TitU L¿\ Itlti'l'fA PllR CAPITIT ALfCAi{TIt,tA y pIlOVri{CrJ\S r,A DiJ LAS r,fAS plROXil.tAS ( 1955 _ 1 gB3 )

Valor altsoluto(a)

Provincias 1955 1964 1973 1983

Alicante t-4 27 .4 100. 9 5i7.8 Valencia 13.2 32 .4 108.7 540.0 ilurcia 7.9 22.5 81 .4 392.3 ;riIl¡acef-e 6.4 22.0 68.1 332.8 Cucnca 7 .1 21 .0 75.3 318.7 Ciuclad ileal 7"3 2ü.6 74.0 354.7 AIniería 5.8 16.0 70. 1 368.4 Granada 5.5 17 .3 62.9 316.9 Jaén 6.1 16.1 63. 4 360.4 i,'sPAiiA 11.1 31.0 103.0 513.8

f nclices

Alicante 100.0 100.0 100.0 100.0 Valencia 140.3 i18.3 107.7 104.2 Ilurcia 84.0 82.0 80.7 75.7 Albacet.e 68.3 í10.3 67 .4 64.2 Cuenca 75.3 76.7 74.6 61.5 Ciudarl Real 7B.4 75.3 73.3 68.5 Almería 62.6 58. 3 69.4 71 .1 Gra¡racla 58.6 63.1 62.3 61 .2 tro o Jaén 6s. 6 JU. U 62 .8 69.6 üSPAiiA 119.0 113.0 102.1 99.2

ItrO'r'AS

( a ) iln miles c1e pesetas.

l¡uente: fila]toración propia con ciatos clel Banco de Rilbao: Ii.cnta naciqna!_le-l¡pqña y su ,listr_-Llruc

en aml¡os sentidos ) . iis decir, Ia diferencia entre los niveles rle renta alicantinos v los cie las provincias cercanas actúa a lnanera de vaso coinu¡ricante para una

¡rol:Iaci6n atraí

diferencias cle renta -con Iigeras variaciones según Ias provincias- han siclo rnuy significativas durante toclo el perioc-1o: norrnalinente, flo llegan a1 75% cle la r.p.c. alicantina yr er ocasiones, ni aI 60%. IIs másr Do po<1emos clecir gue se hayan aminorado con eI tiernpo: aungue comparativamente las provincias andaluzas hayan mejoraclo ligeramente, las castellano-manchegas y llurcia han visto agranclarse las dif erencias . lLs clecir, el estancarniento demográf ico cle nruchas zonas rurales c1e 1as ¡:rovincias comparaclas y las dificultacles para lograr ernpleo en Alicante son las que impiden corrie¡rtes nigratorias tan fuertes coñlo antaño, pero la condición funclai,rental -ra gran diferencia de nivel cle vida- siguc e:

Para finarízar con er estudio cle ra renta, intricaremos un aspecto casi anecdótico pero que ilustra clara¡nente sobrc la atracción que, a r:ecliaclos tie los cincuenta, ajercía ya nuestra zona sobre aqueJ.ros que intental:an emigrar descle unas zonas rurales sn¡:er¡:oblaclas. se trata cle una encuesta realizada por el ljanco de Bill¡ao er1 su estudio de 1955 sol:re renta nacional; ei1 c.licha encuesta se estudiaba er sararj-o medio de los trabajarovincia con tral:ajaclores raejor pagarlos (Vizcaya, con + 32.5OOpesetas anual-ee 19r

22.5oO - 32.500 ptas.

- 22.5OO.ptas. am¡.rles

/\l

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AITICAIII! ApBÁ,-C.qrg

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\ \

GRAFICO 17

1955: SALARIO MEDIO DE LOS TRABAJADORESINDUSTRIALES. CoMPARACIOT.TENTRE AITCANTE Y LnS P¡QV-I-NgrAS I4¡l-IrEqEES

FuentE: BANCODE BILBAO t $;r

29.760 ptas). Pero 1o vercladeramente significativo es ra

fuerte diferencia de los salarios alicantinos con 1os de las

provincias circunclantes: la diferencia salarial era

amplísima con respecto a Albacete (por entonces Ia provincia

clesile la gue recil:Íarnos rnás inmigrantes ) , pero ra misma

provincia de Valencia -con mucha ¡nayor renta gue Alicante-

tami¡ién contaba con sararios inuy inferiores, salvo para ras rninorías nás privilegiadas. Toclo esto refuerza claramente

aguellas matizaciones que establecía¡nos al hal:lar de los

valores globales de Ia r.p.c.

Otro as¡:ecto relacionarlo con la renta es el estudio de

Ia capacidad cie compra de la ¡:rovincia. Banes,to, €D sus

Anuarios del I'Iercaclo Ilspañor, publica unos ínclices al

respecto gue miden la capacidad cle compra de las diferentes

provincias, maLizando tres tipos de ¡rroclnctos, rlesde los rnás cornunes -inciice primero- a los más sofisticados -ínclice

tercero-. (Vid. Cráfico 1B y r1¡r.)jst. 34.35,36). En los veintitres años corflprr.)rlrJid,¡sentre 1955-1985, la capaciclad de compra arica¡rt-i¡ra ira aumentado en todos elros cle una i¡ra¡"rera similar¡ si en 1965 Alicante represental:a entre un

2.51-2.36t cle Ia ca¡racicl;rcLcle coiitpra española, elt 1985 oscila entre el 3.2¡i-3. 34t. Aclernás, rnientras en i 965 el

índice rnás favorai:le era el ¡:rimero (el cle los productos r¡rás

corrtunes), en 1985 el lnayor porcentaje es el de los productos más especiariza

CAP. 2 GRAFICO 18

PROVINCTA DB ALICANTE: INDICES DE CAPACIDAD DE CO¡IPRA PROVTNCTAL. POREENTAJESOBRE EL TOTAL ESPAÑOL - Fuente! BANESTO

PorcenüaJe sobre España

,/ r. / ..,' / ,"""

/t' .t-

f_;

2.7ó

2.ó . l,i f\-7r'

te7(, Años l9 75 t9 60 Añoe Inülce Prlmero (proilucboo de consr¡no¡uág corrlente)

Inallco Seguntlo

rndlos tercero (productoe ¡¡ás eoflstlcados o eepeciarrzartoe) 195

prirneras provincj.as españolasr clescle 1gB2 ocupa el 6s luqar en er ínciice primero (er cle los procluctos de uso rnás frecuente), er 5a en el segunclo y er 4e en el tercero.

Per cápita, los alicantinos -descle 1966- han mantenido, siempre y en todos ros inclices de mercado, ni'zeles más elevacios que los clel conj unto clel iJstaclo, auncJue las rlifcreDcias -que creciero¡r hasLa ¡¡ediaclos de los setenta- se hatr iclo acortando posteriorrn¡:nte. Si bien descle co¡nienzos c1e los setenta Ios ínclices per cápita provinciales se encuentran sien¡:re entre ros

SeEovia ) - han ido superántlonos: en 1gB5, Alicante ocupa posiciones conprencliclas entre el Oa y eI 10e tugar.

2.3.2 llvolución cleI I. P. C.

otro aspecto c1e necesario anárisis a ra l"iora rlel estuclio

Ias rnigraciones es eI increr:rento cle los precios aI consurno.

A grancles rasgos (vid. ct¡adro 12, Gráficos 19 y z0 y Ap.Iist.

37 y 38 ) la evolución tle los precios alicantinos ha marchado pareja a los españoles, con escasas cliferencias.

Pese a todo, €r rt)c alicantino ha crecido arrecleclor cle x9fi

CAP. 2 GRA}-ICO19

PROVINCIA DE ALICA¡¡TE: EVOLUCION DEL rNDrcE DE PRBCTOSAL CONSUMO. (1950 1984)

I'uente: I.N.B. 1s7

CAP. 1 GRAFICA 20

DIFERENCIA PORCENTUAL QUINQUENAL DEL AUMENTODBL I.P.C. ALICANTINO RESPECTOAL ESPAÑoL(1 954-1 9S4) 1$8

Cuadro 2.12

EVOLUCTOiTDEt T . I). C. ALTC¿]I.ITrTIOY iJSPAiiOL( 1950- 19841 ( 1960 = Inclice 100 )

Años Alicante llspafia

i 9s0 s6 60 1955 65 6B 1960 100 100 1965 147 142 1970 183 182 1975 330 321 1980 783 7s2 1984 1 .253 1 .230

Iruente: Iljq

un 53 más gue el español en el perioclo comprendido entre

1954-1984 | clif ef encia glle clebenos reracionar con el ya estucliado sulrcrior aumento de la r.Lf,.c. r,ES mayores clivergencias a¡rarecieron eirtre 1960-1964, cuando los precios alicanl,inos se clispararon un 6.4t por encirna de la media española i especialinente rápirlo f ue el increnento alicantino cle 1960 res¡:ecto ar lracionar. Tainbién hubo épocas, sobre toclo a comienzos cle l-os ochcnla, en gue ros precios alicantinos auinentaron Llor ilebajo rle la ineclia.

Por el contrario, el niver r:le precios cle la ciuclacl cle

Aricante, eüe había creciclo ¡rás rápiclanrente gue el resto de ra provincia y gue er conjunto español entre 1955*1965, se rarentizó posteriorrnente y su crecinriento fue durante ros setenta algo inferior al c1e la ¡:rovincia o ar rle la nredia clel resto c1e capitales españolas.

La evolución de los precios no fuo, pues, ni un gran x.$t}

acicate ni un cl.lro obstáculo para los inrnigrantes gue buscaron esta provincia corno lugar c1e asentamiento.

2. 3. 3 otros in

Una estadística sobre el equipamiento de bienes de consurno en los hogares en eI aí-ro1981 (73) (vid. cráfico 21 y Ap.Ust. 39 ), situal:a lci que poclríarnos clenominar "niveles de conforttt cle Ias vivienclas alicantinas bastante por encima cle la lrerii¿ valeirciarla y es¡raÍiola, lJn cornparación con la meclia valenciana, Ios hogares alicantinos sóIo estaban . lig¡crainente infradota,los en frigoríficos y máguirras de coser

(741 , poseían un núrnero si¡nilar cle autonóviles y superaban al conjunto regional en todos los dentás aparatos; Ias cliferencias eran inuy granclcs en cuanto a la posesión c1e

televisores cn color -Lli"I40.31 de hogares alicantinos f rente

a un 26.3?s regional- y notables en cualrto a lavarloras

autonáticas v ap¿rratos c1e radio.

l-ln relación a la rneciia española, €1 nivel de

equi¡ra;nie¡rto alicantino era rltulzsuperior, aunc:jue clenota]:a

ciertas clifer:encias en las constu¡abresi así, eI porcentaje

de hogares alicantinos con lavavajillas y aspiradores era

inferior aI nacional. For coirtra, la su1:eríori,fad era tnulz

notable en cuanto a televisores en color, radiocasettes,

l-avacloras automáticas, autornóvilec o cáinaras fotográf icas;

cn ¡notocicletas, casi se rlol:lal:a el ¡rorcentaje esi-atal-. 23n

F¡ '{ f¡¡ trqrzo d 4 C' ztu q4f{ o(/)Cf) .d U F¡ f¡¡ h a0 z od Z E¡ f:¡ .P .|¡ Or{ o d OQx f{r{rlP Hrq tsoo d\r'áFl U> lrÉoc, ,{ AIOO'"4 ÉOr¡l Et'.P(, ,dzo A.{ 8gsÉ tHo ltll OOE{ O F (\t rtl (J7.Z FFFF f¡¡ Él or¡lH H'(E o E{>d {t k+, o ZO{ ooo 4u)H F.l O C, odo ñ¡ UHD ()O.r{ H,( o| o od o Fl A f:¡ rl . .rl aü a 'rt > 'rt o U '{ 0¡.do H Fl ,( tr] Gl E{ trl E{ f¡¡ f¡l ts. rttl d CIo z aa É o \ot-@o\ U H HA Z UE{ 4 aa ñ¡ zz D o HDC) +t >b c .k O{ QZ o {¡oo otdo 4 úo z a Odr{do C) AU f¡l ft{ tlr{ho q{d'FlO Hf.'DqCo [.ortd.d Or,>l.q0dd'.{. .rl>bgrt tf,E,Egg rttrl a FOI .A+l

o d ,..tlt e, EI o Or{ .P ql l>d ql rÉ ooql rfHx^ {fi8 2i,!.

licsurnicndo, cI nivcl de confort c.Jueclisfruta Ia mayoría

ile residentes en irlicante es notableinente superior al que

teóricarnente Ie correspo¡rclería cle acuerdo con los datos

proporcionaclos por er vAlJ, la r. p. c. e incruso la propia

capacicJacl cle conpra ¡:rovincial . ilsta calidacl cle vida, teóricamento supcrior a ra indicacla por la rnayoría cle

indicadores econótnicos, del¡e haber influicio en Ia atracción cle unos inmilrantes que eit Ia na1'6¡ía de ocasiones venían al reclano r-1e sus fa¡niriares o paisanos ya estabrecidos en

Alicante y a los que veían rlisfrutar c1e nayores cornociiclades. A su vez I este nivcr de confort supera ra teórica contradicción que reirresenta una r.p.c. inferior a la rncclia nacional 'una en provi'cia con f uerte rece¡:ciórr de ininir¡rantes 1z reafir¡na ras natÍzaciones ya e:

lln reLació' con este nivcl de consunlo se rralr_a eI aunento continuaclo cier número ile teléf onos, que se ha murtÍplícaclo por nás cre nueve entre 1962 y 1g83. jjste crecirniento clel núnero cle a¡raratos telefónicos (vid. Gráfico

22 I' Ap.ltst. 40 ) se incluye clentro cle 1a tenclencia general españoIa e incluso univorsal, pues ra telecomunicación es cada vez más consiclera

CAP. 2 GRAAICO 22

PROVINCIA DE ALICANTEs EVOLUEION NUMEROD8 TURISUOS Y TELEFONOS. PORCENTAJES SOBRE EL TOTAL ESPAÑOL Fuente: BANESTO

PorcentrrJe sol¡re España

':"""'.- 1"....':----..,.-.."""'-

- -'13'' ' ""': ...... ':i'"'F?""-

1902 ?8 n¡ de teldfonoe

... porcentaJe ite tel-áfonos -. porcentaJe üe auto¡nóvllee 203

irnportancia clemográfica a uno claramente ¡nás elevado. Con eIIo, si A1icant.e fue clurante la mayoría de los años sesenta

ta décima provincia española por nünrero de teléfonos, desde

1977 ocupa la quinta posición. Bntre las causas de este crecirniento se halla eI aurnento del nivel de vida y clel núrnero de persorltas, pero tainpoco es ajeno el desarrollo turístico, la construcción de segunclas resj-clencias y eI

aumento de cstablecirni-entos concrciales.

iluciro rnás rápi<1a es la evolución cleI parqtle

automovilístico, tal vez el r¡ás coinún de los indicadores

e>:ternos c1e ricJueza. /\ comicnzos r-1elos sesenta el parquc

alicantino era escaso: en 1962, 7.710 vehículos, un 1.75e¿

clel total es¡:añol, lo ciue situal:a a la provincia en Ia

duoclécima posición entre las españolas; en 1983, la

situación era muy diferente: 281.474 vehículos, el 3.22'6 de

los es¡:añole:s, 1o c¡ue hacía iie la nuestra la cuarta

provincia más rnotorizacla clel ¡rais. i:n poco inás

airos se ira pasatlo rlc un vchículo por cacla cien alicantinos a

casi rrilc) por cacla cuatro . iil !)arciue cle turisnos ( vici .

i\¡r.iisb. 41 ) no cesé cle aumentar

que eI 1:orcentaje sobre el total cle vel"rículos españoles. Si

poseer un ar:tor¡óvit fue clurante los Iargos afios consideratlo

corilo uno cle los sirJiros rnás claros de ascenso social (el

Í:leiscientos fue, cluranLe los sesenta, todo un simbolo del

clesarrollo), eI acceso al autorn$vil está hoy aI alcance de

casi toclas las cai)as sociales alicantinas, incluyendo a Ia

rna./oria de Ia clase obrera. 2A{r

ur ritmo dc rnatricuración anuar de vehícuros fue, lógicar'ente, parejo ar crecimiento cr,el parcJue: si en 1958 se matricularon 293 turismos y 110 carnionesr €rr 1973 -sóro quince años clespués- ra cifra ascenclía a 19.333 turismos ], 3 - 816 caniones. i:[ carnbio f ue rac]icar. con ra crisis el ritmo se estancó, cor-rligeros altibajos. comparaclo con er resto de ustado, aungue er porcentaje cie matricuracién de turismos creció fuertemente, aü¡r fue malrsr eI au¡nento clel j e de ¡:orcenta ca¡niones ¡natricuf aclos¡ si a ¡nediaoos cle los cincuenta no se llegaba ar- 1g der- totar españor, a finales ile los setenta se rozal¡a e I 4.5t.

Tami:ién la construcción de vivienclas es un indicador cre consumo relacionatio con eI proceso nigratorio. Er crecimiento clemogiráfico, uniclo a Ia necesaria renovación de un an¡¡Iio porcentaje cle innue!.rres y la proliferación de ras segundas resiclencias, hace que en sólo guince afros _de 1g70 'l a 984- se hayan construicro en Alicante 211.516 viviendas ( vicl . Ap L:rst - - 42 y 43'), ar.recletror de u¡-l 5t cie ras construiclas en iispai'ra en clicho peri-oclo. La crisis económica afectó a la construcción de vivienilas y ya no se han vuerto a arcanzar las cifras c,ie ros años 197s-'rg77 (que corresponclen, por lo generar, a las comenzadas a construir antes rle la crisis ); en 1g7g, cor,lo ref rejo de ra crura coyuntura que atravesal¡a er sector inmobiriarior se terininaron menos cle ra mitacl cle vivienclas que er allo anterior. sirr embargo, er sector se recu¡>eró rá¡:iclamenL,e, con rnucho mayor íi'petu r¡ue en er conj unto del ilsLado y de ra - 2fi5

Colnunidacl Autónolna, Ileganclo a cifras casi equivalentes a las cle la meJor época y convirtiendo a Ia provincia en una de las de mayor negocio inrnobiliario clel Estatlo lis¡:airols en

1984 se terrninaron aquí un 8.1% cle las acabadas en toda

España (un 13.'l t en viviendas "libr;s"), 1o que represental:a más c'leun 51 .3t cie las del País Valenciano.

€,¡1, clué se de]:c este nuevo "l)oont' inrlobiliario de los años ochent.a? ilvidenternente ayucla el que la clernografía sea

¡:rogresiva, cI saltlo reigratorio i-rositivo y la economía salga

lentamente cle su esLancarnicnto. Pero existe otro motivo añadi

informes del Instituto rle iisbuclios Turísticos (75) evaluaban clicha inversión clurante 1986 en unos 40.539 millones de

pesetas, rnás clel 90t cle tocla la inversión registra

estiinaba en unas 46.000 las viviendas al-icantinas con pro¡rietarios extranjeros, principalmente británicos. Otro

estuclio del Diario "ljl PaÍs" ('16) estimaba eue r durante

19Íi5, Alicante fue la seguncla provincia prefericla por los

extranjeros para invertir e¡'r inmuebles, dcsl:ués de ilálaga:

un 20 . 6t clel total cle estas invcrs iones recalaron en

Alicante. i,lo se ¡ruecle scparar el motivo de estas inversio¡res

del co¡rstante aunento

nuestro litoral; un alto porcentaje cie las vivÍendas citadas

corresponcle a jul:ilados y prejubitados que pasarán su vejez

ent.re nosotros.

Por eI contrario, hasta Ia crisis fue Ia inrnigración 20fi

procedente clel territorio español 1a que ayudó al

¡nanteninicnto rfe cifras tan elevaclasi no es e>ltraflto que Ia cifra c1eviviendas de protección oficial concluiclas en 1965

( eI año siguiente aI má>rinto histórico cle nuestra innigración) no haya llegaclo a ser alcanzaclo, ni cle lejos, -como clescle entonces. I arrios enteros de viviendas baratas

Vircre¡ clel lterneclio o Colonia llec¡ttena en Alicante (77 | '

Sagra

Trescientas en lllda sc ocuparon funclatnentaltnente por una

¡:oSlación inmigratla llegacia como mano de oJ:ra escasarnente cualif icacla. Un l:orcentai e signif icativo cle }as 65.751 vivienclas de protección oficial tertniuaclas entre 1965-"1974

( tnuchas de eI'las constrttidas col-t materiales

trabaj aclores con escasas .lisponii:iliclaclcs monetarias. Si l>ien es cierto <¡ue ¿|c¡unos ininigrantes fueron económicarnente

muciro ¡nás solventcs, tar',rbión Ilay que notar que otros rnuchos

no llegaban a clisponer cle recursos sr.rficientes para la

a

ellos acabaro¡r ocui:airclo Ios l¡arrios antiguos iiegraclados que

il:an abanr-lonan

I.IOTAS

( 1) El valor Aña

(21 En pesetas constantes, es decir¡ Do afecta

( 3 ) Salvo indicaciones en contrario, todas las nagnitudes económicas relacionatlas con eI VAB de la provincia r\licante de estan basados en: BAhICO DE BILBAO: Renta l'tracionaI c1e Agpg-[a_Lgu glistribución ovincial. anos. Varios

( 4) Estos aspectos,-h3l_-:1¿o estudiados profundamente por el prof esor FoRi,ti¡it ¡{UilOZ, Salvador: Industrialización v iento obrero. Al icante 19 especial en los clos prineros capitulos, Interesante resulta párrafo el siguienteo gue relaciona Ia evolución económica con la demográfica:

- - - es " a partir ciel aiio 1g2o cuando más significativo se hace e1 canbio en ras constantes

RElttlAilE I'rAEsrItu, José i,,Iaría, también ha estudiado estas-ó"ro transformaciones ocurríclas en los años veinle, únicamente para er caso. de ra principar industria provincial, el carzado. Así¡ €n variós texlos u*pr."á la importancia de esL,os airos en er desarrorro cle ra industria: 208

,r,a incl-ustria espar-rola c]el calzaclo tie¡re su pri_rnora fase der de¡;ariorlo en ra .ia""o"--.iá lr¡g veinte, años en Ia gue se construyeron iu" primeras fábricas utitiáanrlo una tecnología ("üconoiuía U.S.A.,l sumergirla erl la i'clustria ¿ái calzaclo,,, Allroracia_, 1g[J4| p. 65 ) t'...a l-es clarreries clels anys vint, ülda era ja pri-rner el _centre cle la inclusLria clei calgat al país Valenciir rro solarncnte ¿cf ."iq;i- - rnecánics, tambó ', ¡,ci""i= sinó del iinanual. . . a tecnolóqics estructures i intjustrials: eI calgat a la VaII Vinalopó", 't del ltecerques , 976 , p. 164 i lltl proclucciól^{"-za¡:atos creció rápidar,rente Vallo: erl er los pares que poclernosestirnar 1900 J9n.000- para se ha]:ian converticró *rr *á;- á" catorce ¡nirlones g35 en 1 " (rrá iniju=s!{ia cre caizairo en er VaIIe clel Vinalopó, 1m

(5) GARCfA DtrLGADOo José Luís: "La noche española. La ocononría durairte t' cI f rair,;uismo ( 1 939_I úSl rll país, 23-11 -1 985. ,

(6) Por j püyOr, e ernpl0, Ai,l,-t'0l,rir, liaf aer : gi_gac:on___j¿ cjesiciual_tlaclesen jjspa{U , 1g79, p .67 "lil- PIan ¡:roi:lujo mor¡entáneanente u¡ra disrninución- -l"rasta cle la actividacr (Iue econ6,:rica se 1:roro*gó ¡:rinci¡rios crc 1961 Las meciiclas ció restiicción cr6clitos "

(e) GAllCfA DItLGzttrO,Josó Luís: Art. Ci L. 20f]

(10)SiiGUItA ,,Ul SUGUIiA, ,¡osé V.: final cle Ia transición. economía española clespués La grJ5 cle ri-riiiert" de lrranco ( 1975- 1 ) ", Fjl r.)aís, 23_1i _i gg5.

(11) Lo r¡ue no_sÍq¡nifica, el alrsoruto, una clisminución de ra ¡:roductivic-rad por trabajador prirnário. La usrii"urtur" ra pesca -vicr. y cuacrro 1-, pu"á a ras fuertes-i"rr-- variacio¡res coyunturales Ínteranualei, nantiene pesetas constant

( 12 )iles.minos ras '1971 icreas f unclamentares eüe' o con-ágri"irtura,,, datos rre , ofrecía cosrA iiris, José, ;iu , 1g7g, pir. 2S3 y ss. pese a quc tas ciJras lá-Trailiariacro, á, tcasiones consiclerableinente, los rasqos generales'siquen válidos. siendo

( 13 iiAS, )COSI'A José: O¡r. Cit. , L)p.254_255

( 14 )GrL oLCrriA, ,'I'aisaj A'tonio: es rurares en ra fachada Uste cle ilspañarr, 1900, ¡>.251. ,

( 1s ¡ .1960, "Ilasta los ¡rrimeros años cler decenio de morncnto en qilc ra c:oricultnra ( olivo, algiarrobo y alrne'rlro ) la cerealicultrlra ( ]/ cebacla y- tri5¡o ) , d; ¿¡¡1ír' ¡rec¡ueiio ro.iar cle ráqra,ríá manteniclo" "^."p.iai, por atlti.cyua:; ras nc¡rj-as; }t ur.ñ" y algu'a* i*t i*inosas cornpretaba' er clrarrro cle y iá--Lo"e"l_,.,-- estaba conciicionacra por entero",riti-vós a ra pi.rrio*"¿;l;: (...) l.ierce¿l a las rra1,6¡ss cli.s¡:oiril:iticlacjes cauclales cle se procluj o un caill:io elt aprotrecharrri-ontos los agrarios, causiar a s* vcz, cle una nueva diná:nica cicrnográfi_ca y ecá'órniáo. ñ-' (Ju;\ituz sAiicriirill-ttui=JrO, ciprilno y vilnA RüDor,Lo, i¡ernanclo: José "Iiepercusiones eóonónr¡_cáspor carnl;io propiedacl cre uEo I/ clel agua en eI litoral oriotano", , 19s4, ñn. 141 *1 421 o,! n ,- -r.. ..

( ,,rirclustria 1 6 ) ilijitllAl3ir.;i.IAils'I'1il! , Josó tiaría : espontánea en 1a ¡rrovincia de Aricante", rnvestiqaciones Geociráficas, 1984, p. 205.

( 17 )JuARirz SANCIIU¡-RURro,cipriano: "utilización asraria del suero cn las coilarcas cle Alicante", rnvesÉiqaciones Geoqráfj-cas, 1g83, p.77

(10)SirlilDRA, Alejanrlro y ASOCIACIOiJ CULTURAL DU RELI,I]U: puel:lo) itelleu (Conoccr un t 1980, pp. 116-126

(191 Sili.ii)Ril,A. y A.C. IilJLLUtr, Op.cit.., i 980 , p.126.

(20)GAllfillJT'li Sf(;iti\Í F,a econoinía de.Alcol, l'corirarca.Aspec lri=tóri".rr ., u"t

(21 ) SrGiij\. Op.cit., 1974, ¡t.t24 y 129.

(22)Cos;t.zt ¡iAS'' José lia estucliado Ia Cooperativa Agricola-q,r*, t'sian t'ra Jorge" dc Arcolr, crers inasos" y nos-.ii"a

". . .en 1971 cen¡;ar¡¡rzg socios, clueños rle masos en Alcoy (14), I,l'águil.a (3), otros puntos c-le l-a comarca(7), rbi (3), i,ranyeres y serla. ile¡nos reconociclo entre erlos 16 inclustriares , 7 cle ¡:rofesión lij:eral l/ 3 vinculaclos al y las finanzas. " "o,nercio ( "La arl:oricurtura y er cooperalivismo agrarÍo cn eI secano de It 1a ¡uontaíia. r,d comarca de ¡\lcoi , , 1g96, p. 94.

(23)Sl,lt,lllitA,Alejandro y A.C. RULLE{J:O1:. Cit., ¡:.120.

( 24 )Gi\llll:{uTl:iSIGIiA: op. Cit. , p. 129.

( 25 ) t)uiinutr;l SALA, José Joaquín: Cornarca de La ilarina. Al.icante , 197 3 , ¡t. 220 .

( 26) "Er pilar i>ásico cle ra econornia sa'taporera es ra pelca. l;ispone era.1ápor rá ae vigo. La modalidacl unic¿r es la

provincia..-sin contar ras capturas efectuaclas por Ia flota de altura, que opera en er aiiántico, ,rñóu 60 barcos. iJl número de de pescaclores aumenta: er hacerse a la . mar, gran es algo connatural para todos los santaporeros. Actuarmente ros marineros son unos 1 .400. "

( CAI,IARASA GAiICIA, lt ¡ "ta pesca', , Geoqraf ía cle provincia la cle AJ.icante | 1978, p. 335.

( 2 7 ) QUITRUDASALA, José Joaquín: Op. Ci t . , p. 220 ¡tás recientemente, CLAVERCoRTIJS, i{.C. ha mostrado como el empreo . en la pesca alicantiná tienae a diJrninuir y que er eguipamiento de ros l:arcos es menor gue en ras regiones atránticas. ("La población activa del sector pesgucro español (197 0-1 984 ) ", Grupo cle población cre ra A.G.[.: A e iá páuiáói¿"-;ir"o"le en et pe

(28)Uspecialmente, ,'¡.{odelos LLUCIIn Ernest! cle industriarizacién e ideologías en-"n-185 er país v"i.".iurro;l rerygén comerciat e.gp"ñéla, , 1'9za-v--ennt{ABr tlAnst stria,', provincia Geoqrafía de Ia de Alicante., 1978. fu*lri¿ffi-j3OilRELLr eLes, JOIIDA Rosa i.le y otros, para industrias y locariclades concretas.

( 29 )IIOSSiILLO ViIRcUit, Vicent i.fe y otros: Dstudio S, 1979, f .148;---

( 30 ) GAiIII'IETDSf ctrA: Op. Cit. n p. 157.

( 31 )llEIrlüABEI,.ÍA,JS1'RU, José i4a¡ op. cit. , 1978, p.3.17 .

(3z)vALLIls, rsmaer: rndus!{ia i soc r a la reqió RIcoi-Ontinlrent. 1 !i{!ir

( 33) rdem.

( 34)GABI¡']üTE Src¡rA: op. Cit. p. 273.

(35 )siIVrLLA Jrt'Irit'{Ez, I'fartín: crecimiento y urbanización. illche, 1960 - 1980, 1985, p. c) 2i )-J

(36)lrst.as etapas han sido estucliaclas arnpliarnente, tanto en 1os estudios (Situación de PII].I'VASA aótual, .pioblernas y PersPgglivgs ep lgs co¡:r{r ono en ros múrtiples trabajos cle ..losóHt ¡unt,lanni.iAnsrRit, gran conocedor de este te¡na. ün ellos nos basarnos y a ellos rernitimos para cualquier aropliación.

( 37 )BiILilAl3ii:i'tAü$Tilil, José iia: Op. CiL. , 1978, 1:. 314

(38)i)or ejernpIoollitVfLLA JIifllt.ttrZ, llartín: Op. cit., 1gg5, pp. 46-47. Tanll:ién Bl:jltiiAl}j sc ha ocupado de1 prol:lema en un capítulo de su tesis cloctoral , sopesantlo los pros y contras según tipo cle calzaclo a f al:ricar. (Op. Cit., 1976r pp. 44-541

( 3l ¡ Sst¡r una encilesta cle Ia trICii, la patronal zapatera, citacla Jos6 (Art.. 1:or l.ta Bcrnabé Cit. , Al}:oracla, 1gB4, p.5s )

(40)jloDllrGUiüz !ritjr Dii; LA ToRfr.u, r,'.: turismo,,, GeocTrafía de ra provincia cle ;\licante, 1970, 1:.315g.

(41 )se c:icluyen clel recucnto ros niveles universitarios.

( 421 "r,a pobración escolar cn la ciuclacj cle Aricante es rle 39 - 812 alurrrnos cn 1981, según los clatos aportaclos por Ia Tnspección Tócnica provincial de Il-G.Il. De ella, la <¡ue reariza sus estudios en centros l:rivados es ligeraraente superior a la que Io h¿rce en coleEios pírl:licosr €s dácir, hay 20.005 alunrnos en los ¡:rirner's y 19.807 en los'seqü¡ldos.,t

I]AR OI,Oi,lUPri¡4, Pascual AntonÍo¡ "La escolarización en Ia ciuclacl de Alica r.!?'ll Atlas sociodc¡loqráfico de la ciuciai-l t1e 4Iicantc:, 1987, p.i)1 .

( 43 )Sienpre según los rlatos (.1c ern¡rIeo tleI llanco de BiIl:ao, no l-os c-leI Iilli.

( r14 )Dn eI censo c1e 1960, la ¡:oblación activa entre 15 y64 aÍios era un 64.7esriel total i en eI cle 19Bi , un G4.3.

( 45 ) i¡¡11izamos clatos rjel inf oriire r,lle Pi{iJVirSA: - Op. Cit . ; por elIo, nantenenlos La tenlinología y división- conarcal- cle clicho tral:raj o. r! 21;.'1

( 46)Tncr'Ircos CONSULTORJ]S IIEUNTI)OS: Plan General de Ordenación Urbana de IIldq, 1976, p. 3.13. (gue cita datos del Il'tE)

(47lYa en 197a el envejecimiento de ra población agraria era argo cada vez más craro: sóró 7 de r6s 6.1 69 trabajadores agrícolas con gue entonces contaba la comarca de La l,larina eran menores de dieciocho años. (Vid. QUERBDASALA, J.{. : 9p. cit. , 1978, p. 170 ). Es decir, lq mayoría de ros jóvenes buscabaá iuestos de trabajo fuera de Ia agricultura (en aguelra fecha ra escolaridad obligatoria acababa a los 14 años ) . El mismo autor arriba citaclo estudia ras eclades de ra población marinera de calpe, Altea y virlajoyosa, en ras mismas fechas de 1970 (op.cit., p. lzol. oá lus datos se clesprende gue er 44.25eacle ros i.o¿4 marineros censados sobrepasa 10s 15 años y só10 'r'ampoco eI 17.5e¿son menores de 30. la pesca era, por tanto, una actividad excesivamente atractiva para aguellos jóvenes que poaían elegir entre varias posibilidacles c1eempleo

( 4B ) SIVILLA JIMB]{}IZ, I,rartín: Op. Cit. , 1985, p. 47 .

( 49 )Cifras calcularias a partir de un cuadro estadístico publica

( 50 llste ) aspecto se halIa nás extensamente desarrollado en BüRl¡ABll ¡{AESTRU, José t.iq:Art.Cit., Rec-ergues| 1976, p.17 4 .

(51 )vilRA REBor,Lo, José F.: "I{utaciones espaciales procluciclas por er turismo en er municipio- de toi:reviát;n; Investiqaciones Geoqráficas, 1984, p. 133.

(52)Datos extraiclos de ros Anuarios Estadístico del rNE.

( 53 ) Iden.

(54)r,os porcentajes cle trabajadores ofreciclos por er Banco de Bilbao son harto discutibles, ro qrre nos obliga a compararros con ras cifras ofrecidas pof el rlIE. iIn el año 1983, el Banco de Bilbao consideraba gue en el sector primario traba j aba un 14 . 1ge.J de los alicantinos, frente al 12.7?i que calculaba para el 4e trimestre clel año ra llncuesta de ra pobración Activu der / L!- 2T-!

f iJil, en una ¡>ublicación (lue no clif erenciaba enlre autónoinos, enrpleaclores y asalariaclos. Sí Io hacía, por eI contrario, el Censo Agrario de 19B?, eu€ ofrecía los siguientes valores para la provincia cle ?\Iicante:

Trabajadores no asalariar-los: (empresario persona física) 72.302 personas. Trabajarlores asalariaclos fijos 2.279 ', rl /iyuclas fa¡niliares 33.334

Tral:ajo eventual . 1.756.770 jornales.

Al no especificarse el núinero c1e trabajaclores que hal¡ían co]:rado estos jornales, ni el nü¡nero de jornales i)or trabajaCor y afio, siEue siendo iiriposible clelirnitar el número cle asalariaclos no fijos y, consiguientemente, c1 ¡rorcentajc gloi:aI r,1easalarización agraria. Por otra partc, tarnpoco cle]:einos considerar a los 72.302 ernpresarios agrarios colilo personas cuya prir-rci1:aI cledicación econóinica ¡1eba cstar forzosarnente relacionáCa con lal:ores agrarias. ul número de trabajadores agrarios por cuenta propia del:e sor, pues, fotzosamenLe más recluciclo, aI lrenos en lo que respecta a los que tienen 1a agricultura collo principal ocupación. Lo que parece fuera de duclas es gue el trabajo consiclerado corno "ayuda faniliar" en el Censo Agrario de 1982 es consirieraclo coino asalariado en los estudios rlet Lianco ile llilbao. Jiólo con estas natizaciones parecen aproximarse 1as cif ras cle anJ:as f uentes -

( 55 )Ul cálcr-rlo de 1970 se ha realizaclo calculanclo ]a neclia entrc los ernpleos cle 1969 y 1971 (eI llalrco c1eBilbao no ofi:cce clatos iic 1970). ur cálcuIo rle 1981, refericlo a la fecha clel censo clcl II'II y no a rliciernbre cono en oi-ros aiiosr lle ha rcalizailo calculando los em¡:lcos esLimaclos para dicha f ecira en f unción cle los datos nrás próxirnos.

( 56 )Só1o entre Ia pol:Iación mayor rle 15 años. Ílegüir claios riel Parlrón ilc Ilairitantcs de 1986 ilel fiiil (citacjos por Conselleria ii'iicoiroinia i iiisencla. Generalitat Valenciana ) .

( 57 ) Totlos los Catos de este apartaclo se refieren al l/actron rle iial,¡itantes ric 1986.

( 58 )]jn 1981 las rentas del tral:ajo en lispaña representaban eI 57.3t do la renta nacional bruta al coste de los factores nrienl*ras cJue las rentas brutas de la propiedacl 2i5

y de la empresa eguivalían al tlz.7iii en 1954, eI 52.1qi y el 47.9es, respectivarnente. Datos citados en AnGAI'lDOilA, A. y GARCfA DURAI):I,J.A.i La eqgnoiría espailola en cifras, 1985, p.24, que se basan en eI III1I y en el llnneo Cc España. Con posterioridarl, la bajacla clel porcentaje de la renta salarial siq¡ue acentuántlose.

( 59 ) Por c j eilpln n rleclara"ciones cleI Secretario c'l.e Orga.nización cJ.eCC.{X). clo L'Alacanti al 1:er ióc1.j- co C iuc-lacl cle Alcov , 22-8-87 .

(60)I;I País o 21-6*1987.

¡ ( 61 )r.rARlI¡rírz GOiinz, Antoni-o: ".1:tIproJrlema r-le Ia econoitl]-a ll qrll)r.r.r i de , Inforlración, 23-9-83

(62)IlilRl'lADlll.lirEsTRil, Josó its: ;\rt. CiL., Alborada, 1934.

(63)Idem, ¡r. 65.

( 64 ) fdemn p. 67 .

ttlas ( 65 ) fábricas grancles cerraron y .sc fraccj-onaron en pequeños talleres clrre se canruflal:arr c'l"entro rlcl cásco urbano r er vivienclas' o en segunclas resiclencias ( chalets ) aIe j arLas y poco visibles. ,Se vue-lve, por tanto/ a un estilo semejante al tie los años 50 el'r eI c¡ue cs Ia fáI:rica cornpleta lo que se oculta. iisto va uni,lo a la

(BlInNAgll ¡1.4Jt.5T1llt,Josó ila : Art. Cit. , 1934 , ¡r. 67 )

(66)Iclenr, p.69.

( 67 )EI País , 2A-5-87 .

(68)Ul País, 30-B-87.

( 69 )BERUABnTTATISTRE, ,.Iosó t.la: Op. Cit. ,1976t p.83.

(70lServir a1 Pueblo ¡e 258, 1 936. 2ifi

( 71 iln ) estudio cle la racr:ltad c1e jjconómicas cie ra universidad cie Alicante, rcsunriclo en <¡r artículo antes citado, evaluaba cl salario/hora del aparado ilegal en un 36¿ nlonos que er rearizado legalmente. Signif icativar¡entc, el corl-aclo ( tarea ]ráiicamente r¡asculin¿r) sóIo

( 72 )tiiititiAljlj i,1z1tJ,$TR.rJ,José i.ia: op. cit. , 1976, p. 84.

(73 )Datos del riilt (citac.los en er Anuari lstaciístic r]e la Co¡ilunital- Valencialta, 19{i5 ) .

(74)t,il ¡:orcentajc c1cviviendas cíLreen la actualiclacl poseen raácluiiras cie coser ira clejar-1ocie siEnificar un sínrbol-o de riqueza; hal:iénclose recrucicro ccrn ér tiempo er porcentaje cic inujeres que confccciona* su 1:ropia- ropa, 1á posesién c1e este . tipo de nác1*inas suóre asociarse a ra rearización dc algún tipo cle trabajo inás o rilerlos complementario, iital pagaclo, r1o regularizaclo las más cle l-as veces.

(75)Del artículo "La irroviircia c1e:\ricante conce¡rtra el 90t de las inversiones c:

(76)dI País. Iileqocios,3-1-1g}il , p.4.

( 77 )Para ros casos concretos cle Alicante y Elche es interesante consultar los siguicntes autores y estudios: ItAiios iirDAr,Go, Antonio:t',rvol.cióir urbana c"le 4ris.g¡lg, 1984

tt,,l1 QUIiloltliilo I'ui?i;AtiDuij, irraircisco: crecir¡iento urba¡ro cle Alicante, resltuesta a una inLnigraci6n rüasivatt, Ii'rforilación, 11-1 1-1 987.

GOZ;rLViJZ Pl_jlltjit, Viceni_e: La ciudarl cle {_l_q-l}e, 1976 2i't

D f ¡'ii It lI it_C f /i C I O i{ HSPl\CIAL DDL

CRiJCIi,lIUI¡TO l)Ui.t OGRAI¡fCO

como ya anunciáb¿rrnos en er ¡:rirnor capítulo crer presente est'clio, er crecimiento cremográfico ha sicro, entre Ios años 1960-1986, rápiclo y sosteniilo pero no homogéneo. Tambión di j iinos gue f ue proclucirlo gracias fundamentarmente a los muni-cipios cle mayor pol:lación, sobre todo los gue habían seguiclo un f uerte proceso cle in¿lustria 1i zació¡r ode e<¡ui¡:arrriento turí stico.

ijn el segunclo ca¡:ítulo estuclianos ra evolución de la y ¡:roducción cler ernplco y corn¡rrobamoscómo tarnpoco habÍa sirlo simurtáneo, sino por cl contrario crivergente en cada scctor económico: f ren te al esr*ancarniento agrario ( y posteriorntente inclustrial), eI ilcsarrollo aceleraclo cle los servicios afcctó lógicamento ,1e nioc,lo rlesigual a los clistintos ¡nunicipios.

A la hora cle airalizar las iiii c¡raciones intra¡rrovincia le s se irace necesario inciclir ¡nás profunilalilcilte eit la evulución 2i,g

particularizada cle conarcas ), municj-pios. ris claro c¡ue no todas las migraciones i'ternas de ra provincia tienen un scnticlo uniforme en clirección a los núcleos más cliná¡nicos: hay rnovi¡nientos cre retorno, cresprazamientos particurarizados y atípicos, un arto porcentaje c1c sarictas ar exterior, etc. Pero riebernos convenÍr, necesariai'er:t.e, que en una grrovincia fuerte¡ne¡rte inmigratoria la rnayoría cle carnbios de residencia cie los trabajaclores nenos cualif icai6n de movimientos cle retorno, enigraci-ones nás cual if icacias (mayoritarianente

ur]:anas) y algunas otras ¡nás o menos atíi>icas.

Por toclo error GS conveniente anar ízar ¡nás profunclarnente -r-a diferenciación iier territorio siguiendo criterios cle crecimiento

3.1 t)rFiiRül¡crAcroll iJSPACTo - TdiiPoRAL D'iL cr{jicIi.irCIr,iro Y LAS iIIGIIACTOIJUS

in una provincia con una evorución demográfica tan r.lispar, er clato fundarncntar para analizarra

sali"lo niqratorio cie sus inunicipios o, mejor aún, cle sus cntidades rnenores cle población. Porque en poblaciones cercanas, con mentalidacles y hábitos culturales, concepciones mentales soi:re ra f amilia ( nirmero tle hi j os, edacles r:le casanierrto) y esperanzas de vida rnul¡ similares, las; tasas c.le creci¡¡riento vegetativo clebian a¡:roximarse l>astante si se viescn af ectar-ras por de l" .Procesos envej ecimiento o rej uveneciiniento en su estructura cle cr'lades. Porc¡rre a fin rlc cuentas, estas variaciones cler crecimiento naturar son eserrcialnente incluciclas por sus corrientes nigrat.oriasr ya que estas no afectan por igual a

Ias ciistintas edacies sino que se centran funclamentalrnente en

Ia polllación aciull-a-jovcn, la nás fórtil.

sin enbargo, aunclue poclemos carcurar cle moclo rnuy apro:riinado el creciniento verJetativo provincial ( 1 ) , no poobración de residencia de Ia inadre sino iinicamente clel de Ia ciudacl en cjue se halra er cenlro hospitalario. y estas ciudades son, norr.ral¡nente, Ias rilayores cle la provincia, por eIIo, Alicante ciudacl contaría con una cifra cle iracimientos rsoJ:revaloracla ?ctn

mientras que los nacinientos en pobraciones sin sanatorios

serían prácticamentc nuros. Aunque dispongamos de ras

po}:raciones absolutas rle cacla municipio (gracias a censos, parlroncs y rectificaciones anuales deI pacirón) y 1:odamos

halrar el crecimiento reat clc la pobración, si carecemos de

unas cifras fiables acerca del creciniento vegetativo, nunca -siguienclo poclremos hallar estos sencillos cálculos- val-ores

ace¡rtal:les sol¡re el crecimiento iaiqratorio. Só1o clescle 1975 -l¡ con reparos' qraves e¡1 algunos municipios- clispone¡nos cle datos f iabres soi:re salclos niqratorios a nivel municipar.

otra fuente para carcurar cr saldo migratorio de catla niunici¡lio scr:ian los recuentos rnunici¡:aIes anuales de altas y l>ajas cle resiclentes, L)ero los varores cjlle ofrecen -sobre todo en los años sesenta- no nos sirven ni como varor inclicativo: las ocurtaciones, tanto cle recién lleEados como de emigrantes, son frecuenter¡ente la normar rro la excepción. Por elro, no sería conveniente utilizarlos como base para el anál-isis espacial de las nrigraciones.

Debcmos, puhrs, recurrir a una f uente inclirecta pero más f iabre: er crecirniento rear cle carla mr"rnicil:io. Aunque los censos y ¡taclrones no sienpre son perfectos -recuér,.lese los frecuentes conflictos surc¡iclos por ello en las jornarlas electorares- son (sarvo argüir caso particularizaclo) L¡astante aproximativos y, aclelrás, €il ¡rrincipio y para cacla rnunicipio so clebe consj.derar un rnargen de error mu)/ similar en los de dif erentes aÍ-ros.( 2 )

Para el conjunto provincial eI ínclice de crecirniento 22!

entre 1961 y 1986 (hasta el 31 cle narzo) fue _siernpre con

clatos cle ra pol:lación de hecho- cle 176.4 (sol:re un valor 100

aI f inalizar 1960 ). Como tam].:ién poseeinos una cif ra váIicia

para eI crecilriento vegetativo rlel perioclo, podemos calcular -con gue un sa1qlo migratorir: nulo- eI índice de crecimiento

cle Ia provincia cle Alicante sería c.le136 (3). ¡tsta última

cifra sóro posee eviclente¡nente un varor teórico ya que er

creciinicnto vegetativo nunca hubie.se sido tan amprio sin er concurso ilo utla inmigración rnasiva y preclominanterrrente j órren.

3 . 1 . 1 La -evoluc-ión. ,*ie los mtrnicii:ios

Con estos rlatos (vic,l. l,tapas 1 )r 2 y Ap.rist. 44,45 y 46)

]'a poclerirosdiferenciar el creci¡¡iento cle¡nográfico provincial

en cuatrr: qlrancles grupos rle municipios relacionaclos, aclernás,

con las características miq¡ratorias rle cada lugar.

3.1 .1 .1 llunicipios rcclrcsivos

son nunicipios con ínrlice inferior a 100, es decir,

aqucrros gue han pcrrlido poi>lación en cifras al:sorutas. se t¡:ata poi¡lacionr:s de cre escasa entir;iar,l clernográfica i sóro un irruuicipio rnayor c1e 5.000 hal>itantes piercle población durante el ¡>erioclo: Dol^ores (5.547 ha].¡itantes en 1960 frente a 5.62s

en 19t]6). La rna1z6¡i¿ son ¡requcñas poblaciones rurales básica¡irente cle

CAP. 3 IqAPA 1

INDICE DE CRECIMIENTODE LA POBLACION DE LOS MUNTCTPIOS Y COII|AREAS ALTCANTTNOS ENTRE1960 Y 1986. l\tUNfCIPIOS DEI'IOGRAFICAMENTEPROGRESIVOS.

Fuente: I.N.E.

'196O Indiceg : ( Poblaclón en = Inillce 100)

+ 175 100 - llo r30 - 115 - 100 223

CAP. 3 MAPA 2

INDICE DE CRECIMIENTO D8 LA POBLACION DE LOS MUNICIPTOS Y COMARCAS ALICANTTNOS ENTRE1960 Y 1986. MUNICIPIOS DEMOGRAFICAT.ÍENTEREGRESIVOS

Fuente¡ I.N.E.

In

Como observarnos en el llapa 1 (y en otro si¡nilar clel ca¡lítulo 1 afecta | , a una amplia zona provinciar eue, aungue

espacialmente no sol:repasa el tercio de nuestra superficie ( se trata ' por ro goneral, cre rnrrnicipios cle escasa e:'rtensión), sí incruye a ra rrlayoría cie pobraciones:

tiúrnero de Inur¡icÍ¡:ios alicantinos Periodo cielnográficalne¡rte regresivos

1 961 1975 72 1976 1!lB6 60 1961 19Bl¡ 72

i)ebemos rnatizar que no cs necesari_anente pareja 1a

reración entre . rlenor creci¡niento al:soluto y nayor errrigración. Por un laclo, allngue entre estas poblaciones se

encuentran la casi totalidac'l cle ras que han percliclo rna1,6¡gs porcenta j cs y de l-as que prcsentan una rnás acusacla

emigración relativa, r1o son ras gue ofrecen los mavores aportes einigratorios a]:solutos a causa cle su escasa enticlail clel,rográfíca.

Por otra parte, ell rnuchos casos su fuerte retroceso se cleJ:rcesencialmente ar dccrecimiclnto vegctativo padeciclo a lo largo clel perio

la mayoría cie estos lugares suf rieron un proceso cre eiliqración tan into'so que liizo práctieanonte irreversibre el decreciilicnto cle lnuchos ( 4 ) . De toclos rnoclos, f os descensos ¡nás acusaclos van siernpre aconr¡:aiiados ae saricias de ernigrantes -

r'as porrraciones reqresivas se clistribuyen a 10 rargo r:le toclas las comarcas¡ con La exce¡:ción del Bajo Vinalopó. Ilásicanente, rle trata cle las local-iclacles clel territorio rnontañoso inclui'ro entre 1a autoi,rista costera y ra carretera Alicante-valc¡rcia por .{lcoy, perteneclentes ar interio¡ cie lil J',larguesado y r'a ilari'a, argu'as poblaciones marginales cler- campo cie /\licante y 'a zona no inciustrial cre Los Valles de Alcoy- A1 inargen'cle esta zona cor.rpactcrr sQ incltiyen en Ia relaci6n las pol:laciones deI r.rinalopó alej aclas cle principales las vías c]e comunicación ( 5 y ) alguno c1e los nunicipios ljicnos ¡:ol:Iaclos cle f,a Ve.la ilaja (junto al caso , Vd indicacro r die Dol0res ) , corl casi e:iclusiva crecrÍcación agraria.

Dentro cle este qr:r¡po toclavia iroclríaiilos estal:]ecer otro sui:grupo crcr-i¡'riLarl0 por cr í'cricr: 75, ¡:or rle'ajo cler- cuar e¡rcuentran se lr:s inunici¡rios ftrerte:nr,:nte regre:;ivos, aquellos af ectailos a la vez por Llrl marcacl0 ¡:roccso ae envej ecinriento y rle emi-clración r:re slrs ca.la vez rnás csc¿rsos jóvenes. se trata de cuarenta nurnic'pi-os, l;r malre¡i¿ nurnérica (pero no clemográfic.a) .re 10s gue iran perdicl0 pobración clescle 1g60. saLvo carnpo rle l,lirra y Al.fafarar o1 resto r_le poblaciones lindar entr': sí y se sitíran en el territorio rnontairoso antes 22{d.

deli¡nitado, eI1 torno a Aitana y ras sierras corinclantes. i,fás cle la rnitarl pertenecen a Los varres cre Alcoy, la conarca es¡raciar¡'cnte rnás afectada por 1a regresién cienrográfica. Alguno de errosr Do oj:stante, ha or:tenicro en este úrtimo decenio una rinitada inririgración ¡:roclucicla básicanente por er retorno

rrn oste grupo, argunos municipios presentan índices inferiorcs a 50, es clelcir, han reducido a rrienoscle ra mitaci su censo pol:lacional rrc 1g60. se trata cle siete 10ca1i<1ades¡ /rrcolecha Tol l0s n 1/ Farnorca en Los Var les cle Arcoy ; Guaclarcst y ,lerra 6:inLa iiarina; \zarl de Atcará en r¡I Iiarcluesado y irguas cie i,'sot e' l:il Ca:,r¡to Ce Alicante. .Son¡ es evidcnte, casos extrenros, ¡rráctica¡nente irreversiirres en ras circu'stancias actuares r r)araLliginátícos crel éxoclo rura}, de Ia tlecaclencia crer secano 'recri_terráneo, i1.e ra inadaptación a un rnunrlo terciarizado: si onitir¡os 1as activiCacles hosteleras, sas ser¡¡ici.s se lran rerl.cirr: a ra mínina cxpresÍón que Ia legalidail pernite. (en sanidacl o cnseñanza) (6), se coinparten con poblaciones vecinas (caso rlar- curto 22'I

religioso) o sitnplentente han desaparcciclo. Si clescontamos

Guaclalest -¡ror el fuerte impacto que ejerce eI turis¡ilo en esta población- todas ras der,lás presentan c,eracterísticas fÍsicas y econónic¿rs sillilares. iln conjunto, estas pohlaciones han clescenrjir-lodcsde los 4.0[i5 hai:itantes gue

Lenían en 1960 a sóro 1 .738 en 19[]6; si tenemos en cuenta stl clecreciir¡ielito vcgetativo ( sólo entre 1976 y 1986 eI conj unto clescendió 163 personas por este concepto), la incic'lencia cle este qrui)o en las rnigracio¡rcs provinciales es casi nulo.

3.1.1.: Pt¡Lrlaciones con crccimicnto-¡:ese a la einigracion

Se trata cló las poltlaciones con un índico.superior a

100 e inferio:: a 130, es rlecirr corl crecimiento al:soluto

1:ositivo pero reclucido. Antc torlo sc ha prefericto eregir cor'rlo liiiiite una cifra algo inferior a la que correspondería al crccintietrto vegetativo rnedio rle Ia provincia ( recorclemos,

136) t)orqlle se supone quo ras tasas cle nataritlad de ras

¡;ol-;lacioncs colt s¿i1r1o nric¡ratorio neEativo no f ueron afectaclas por eI L)roceso de rejuvcneciirriento y, con el1o, sus t¿rsas r1e crecili¡icnto ve'fetat.ivo deirieroll ser inferiores.

Aún son necesarias rnás acotaciones. ir'n primer lugar 1os

ín,,lices cle creciroicnto al;soluto no se corresponclen e:

algun mu¡ricipio con sardo migratorio equiribracio, pequeiras po!:raciones que en ras décaclas anteri_ores se hubiesen visto afoctadas por una corriente emigratoria intensa (¡:or ej er:i¡rlo, arguna pol:ración rnecria rre .dr. irarc¡uesacio) ; pero serían las clel lÍmite .su¡rcrj-or y no influirían

jjn este ai)arecen lrr:upo pol:raciones agrarias gue han sr¡frido emigraciones pero, á1 secJui.r nrantenienclo una arta f ecundirla<1, of rece¡r creci-rnientos absorutos positivos, especialr'ente en r,d vega Baja cJel iregura, co*arca en la gue ta¡nl¡ién se ha ciatlo -colno verenos- una concentración cre ra poblaci6n en ra cabecera mu'ici_iral, con fuerte ernigración clescle algunas pedanías: el rnunicipio oriolano sería eI ojemplo por antono¡nasj-a.

I'aml:i-ón arc¡lrnos puebros cler vinaro¡ró en ros gue ra clecarlencia agraria (con ernigración) se ha iclo produciendo junto a una simultánea pcro insirficiente industriarización por mirnetismo a puel:ros corcanos: 110'óvar es er rravor ej ein¡rlo.

Y tor-lavra se incluirían cn est-e grupo otras dos poblaciones que del:en ser explicarlas ¡:articular¡nente: Ji j ona y Alcoy. La priinera es un caso de poJ:Iación que ha

turróir, la princi¡:ar acti',¡ic'lacl rearizatra en ra ¡rro¡ria Jijona, ha i'lantenitlo uu cierto esL.ancarniento, ras heraclerías se ,an revelacro (princi¡:arnente en 'a últ.inra crécada) cono uir negocio ¡:róspero, especi¿rrinente si en invierno se reconvierten en cafetería, tiencra cie juguetes, de turrones o cle cuarquier otro procructo especifico cre Lemporada. pero esto ültir'ro ya rleva consiqo, casi necesari-a¡nente, el aleja¡.iento c1eJijona, ra tra'sfornación rJe una 'iigración teinporal típica en una ctefiiritiva.

nl caso alcol¡ano es toriavía más interesante. Tracllicionarmente .a sicl<¡ u'ro cre los ejernpros nás craros cre clesarrollo clernográfico cle la provincia (a finales del_ siglo pasario r sü núrnero de hal¡ita'tes se acercaba ar cre ra capitar ), clei:iclo fuird¿r*e'tal¡nente a su rápic1o clesarrolr<> intl,striar ¡:or erlo resurLa parailójico que, cuanclo e,-, tocro nuestro territorio se ¡:rociucc una e>

eI ¡:orcentaje rje resi,:jenl-es ¡.,rocctlcntes cle ol-ras ¡-rrovi_ncias, fun

centro social que agrupe a s.,s resirlentes en ra capital). Alcoy, adenás, ofrcce el ejernpro nás craro en toda er área cle est.uclio rle ro que pocrriarnos clenominar ,reinigración cuarif icatla", emic¡rantes cle elevatia capacitación: tituraclos, profesiones liberarcs, autónomos, carEos rneclios o sui:eriores rle las einirresas. (7 |

3. 1 - 1 . 3 i'fr-rnicipio's rnocleracla¡nentci'niigratorios

so' las 1:obraciores incrnidas entre ros íncrices 130 ]¡ 17(t (cl írltiruo es, recordemos, er neclio provinciat). rJs r,lecirr s€ trata cle pobraciones clarar,lente progresivas en ras que Ia i>ase clcl auilcnto ha seguiclo sienclo en casi toclos los casos su propio crecirniento natural. iio son las pol:raciones a las gue se clel:a la gran inte¡rsidad del rilovimiento inmigratorio provinciar; en arqú' caso se trata cre nunicipios quo mantienen claras corrientes migratorias ]racia sus i>ropias cal>occras cr::narcalcs, hacia ra capitar o ineluso lraci-a puntos c"lel- c:rterior: r Pero a su vez tarnbién han recil:irio a¡:ortes rrur,ranos irn¡rortantes, por ro general su¡:erÍores en núilero a stus ¡:rro¡rios ernic¡r.autes.

Sic trata cle ¡roirlacionc,l interincr-iias, isui)eranoo Ia 23t

nayoría los 5r.000 habitantes, sin riue ninquna contase con raenos cle 1.500 en 1986. Sólo la mayor, Villenar os cal>ecera cornarcal. l'iorlnalrnente, son poblaciones gue ejercen a moclo de amortiguarlores es¡:aciales entre Ias zonas dei:rirnirlas y las cle arto crecimiento, o sueren enlazar a poirlaciones rnás clinánicas. ltro es fácil- e:

Vinalopó, Agost en Xl Cainpo rle i\l.icante o Sa:< en ttt ?\lto

Vinalopór por 1o <1ueresi:ecta a árcas inclustriales. r\unc¡ue hay que matizal quc, en ocasionesr no se cleclican a las nrisieas activiciarfes econóinicas clel inuniciitio cercano o no Io hacen en ¡rroporcioites sirnilare s. iln otros casos, corí¡o

Ijañeres o l,luror cD er árca t1e inf lucncia arcoyana, han creciclo rnás que Ia pro¡:ia ciuda

A,lgo similar sucerfe con l-as ciudaries turísticas. Las

íncluir:las en este grupo -'reulaila, Renisa, Guardamar- no son los enclaves v¿rcacionales lná^srepresentativos de nuestra costa nio por su¡:ucsto, ros rlás r¡rasificaclos, fli en ellos et turismo lta llegaclo a ]a situaci6n cle eirclusiva activiclad. Se trata, por contra, clc munici¡rios que niairtienen una cierta irirportancia cle las activiclades agrarias o cle otro tipo. De ahí que su crcciniento ¡ronclere, en cierta forlna, ra distinta evoltrción cle los sccl-orcs econóriricos. () 23i¡

tlsta mczcla cle activiclailes, coir am¡rlia incicle¡cia cle Ia

agricultura, se cla en otro tipo oblaciones en las que la

industrializació¡r o eI turismo no ha¡r siclo tan intensos como

para des¡rlazar al>sorutarnente a Ia agricurtura, pero sí ro

sufici.crtt-e cono para ar¡¡lentar clc manera notaltle el nümero de

cm¡rrcos cLisponil:les. fie trata de pobraciones bien

coinunicatlas, coil agricultura cle regaclío cle carácter

e:r1rortaclor, {ue cn algiunos ¡norrrentosiran rlegacio a generar

una corriente inrnigratoria *ttóuit- hacia er propio agro y

frccuentemente perrnil-c uir trabajo a ti-ein¡ro parcial que eleva

uotaltle¡rrente los iugrcsos (1r cI lrorario laboral) clc los

trabarj aclores cjuc Io ej erccir. Jntre c¡stas pol:raciones

incluiría:rlos a Ia zorla productora clc uva cle mesa en ur

Vir:alop6 r.loclio ( i.lovclda, Aspe, itonf orte ) y a algunas

¡:rerÍl-orales ( carlosa tle ilnsarriá, onclara, polo.¡r) .

Taml:ién a varios ilunicipios c1c r.a vega Daja (j\rl¡atera,

co:,:, Rafal) cyuo no se ajtrstarían oxccsivalnentc bien a los aspecLos antes esbozar.los; en erlos no incicliria tanto la agricultura coml:atibilizacla con ra inclustria y er turisrno, sino otros factores: transporte, venta alnbulante ( B) , construccj-ón. Y urla inezcla c'lif ícil- cle fecuniliclad elevada, emigración a cercanias o a jlluro¡:a l¡ redistribución c]e Ia pro¡>ia pcblación coinarcal.

IIay quo destacar, pese a toc-lo, {u€ las rli.ferencias

-t-¡rq¡rncl-n ' las vvt¿ característicasvur uv uur ¿ J L¿VclD lligratoriasi:ll(, I O LUJ- son nluy notables entre las poi>Iacio¡e:; rnás cercaitas a los inclices infe¡i6¡*u rlel Urupo gue nos ocui)a )¡ las que se acercan al línitc 23:t

supcrj.or. Lo.s rlüo se sitfian ontre 130 ], 1.40 clel¡en su auinento tle pol:1aci6n rnás a su ¡:ropio creci¡¡iento vegetativo cJue ar aportc cle inrnigrantes. Iin algún caso, clurante los años 'sesc'ta, €l aunento ric pobración o no se produjo (como en Orba) o fue tan lento (casos de Teular.la y Guardamar) que clebemos presuponer 'n preclo¡ninio inicial de ra emigración clrlrante er perioi.io. por contra, las pol.lraciones con índices su1:eriores j ( a 60 Sa--lo Cal_l_osacle linsarriá ) se han visto nás fucrtemcnte afcctadas por una inmigración quo rra rejuveneciclo su estr:irctura cle e.lades y ha gcnerado una e:riransión urbanística crara, pcro rJue no ha af ectaclo gravcmente a ra cstnrctura social y curturar det municipio ( air aslrectos collo rielincuencia, paro, Ieng,ua, f iestas, etc. )

3.1.1.4 Irfunici¡rios cle crecimiento ráoido fuerte inrnigracióir

se trata de u¡ra vei'tena ¡re poblacior:es que superan el crecirnj-ento ntet.lio provincial -Lodas cuentan con un ín.lice no sóIo snperior a 176 si.c¡ incruso a 190- y cJue, por Lairto, poclriainos coirsiclcrat: cono iiiu:rici1-rios rnotores r-lel crecirniento clemográfico al_i-c¿rrit j.no.

ijste l'iecr:o qucda ¡;atenLe con Lrnos sencillos cárculos: el- crecj-¡'riento conju¡rto cle es;tas veinte ¡:oi:laciones ha siclo ti.' 451.394 habitantes -sienpre ¡rol:lacién cle irecho- entre er 1 c'ic enero cle 1961 y cr 31 ,-,leinarzo .le 1986. iillo signif ica un ínciice de crecinicnto r-le 241 (sobre 100 al comienzo iler 23t',

perioclo) f::ente aI )'a inrlicado 176 provincial y eI 121 que en conj unto representarían r:l resto cle poblaciones alicantinas - Acremásr su aul'ento creino<¡ráfico suponc eI B5B provincial, clel lo que nos hace suponer que su participación

sobre eI sal-clo rnigratorio aún debe ser jrayor.

ilo es fácil generalizar un motlelo cle Ia ciudacl

i:rogresiva aricantina: si i:ien predominan las ciudacles costcras o se¡nicosteras (caso c1e san Viccnte o san Juan), tainl:ión e:ién se incluyer: algur:as que apcnas soi:re¡:asan los 5.000; l:urclrasr1o pasalran en 1960 de ser pec¡ueños pueblos rtlrales. i:lconóiiricaluente, irreclor:rinan en torlos los casos las actividatles sccunrlarias o terciarias (en especiar, rlentro cle cstas ürt,i¡nas.. ras i-rrrísticas) pero erro Iro si,¡nif ica que ras activicrarles ¡:riinarias haya' casi c1e:sapareciclo en to,:los ros casos; en arguna cle estas pol:lacicnes pesca ' Ia y ra ag¡ricr:rtura rle regaclío siguen ofrecieirL-'lo ern¡:leo a un arto ¡rorccntaje c-lesus iiioradores, por supuesto, en nlnqun caso se trata de núcleos f unclarrrentalnente agr;rrios " I:ñ iná¡)¡or parl-e r.le las cal.receras coirarcares (tor-las, salv' villüila/ Jilcoj¡ y orilruera) pertenecen a estc qrupo, tan clisLriiruicio i)or la geografía quc -salvo ¡:rovi'cial er r,os valles cie Arcoy- está' repr-eseni-a..1o,¡cn toclas las cc)iiiaj:cAs.

Podríar,ros clifercirciar tres subr;rrr¡ros atcnclienclo la i¡rteirsirlacl rlel creciinieir l-<¡. 235

rrlirprimer 1ugar, aquellas ¡.robraciones cuyo crecimiento

no rrega a conseguir dol:lar su ¡roi:lación. fje trata cle cuatro municii:ios cle tipo metlio (entre clieciocito 1, sesenta mit habitantes en i gg6 ) , tres c_'ie los cual_es _Torrevi_ajá, vir.laj oyosa y Denia-- respontlen a un fuerte proceso cle desarrol-lo turistico err ¡roblaciones cle econornia ya diversif icacla ( con inciciencia, en todas el1as, cle la pesca,

la agriculLura )/ la incius{-ria). 1,¿rot¡:n, u1da, GS un craro j e er,rpro iie rrronoactivj-cjarj inrlustrial zai:atera, cuyo crcciriiiento lra irlo nuy 1:arejo a Ia propia evolución del sector calzailo. -l,c e:liste cnLrc cstas poblacioires un ritnro inigratorio sirnilar: i:rientras cJue en el caso elclense la 'centra ininigració' -5e en los años sesenta y venía cle inui¡ 'lJorrevieja antiguo, el1 Ia mal/or iiu,rigración se ha ¡:roclucido err 6i:oca recientc.

iin seg.nrlo lugar, aq'clrros ¡*rnicipios que r1-egan a doblar pero no a triplicar sius rra]:itantes. se trata

1960 apenas supcralran er ?7?s. Ilacia elras ira conf }ui<_lo or nücleo f undamental rle nues tra inniqración, ros inaye¡s" coirtingentcs absolutos; si ¡rorcenttralr¡cnte hay pol:Iaciones 23t

cle ma)¡or crecimiento, se riel:e ¿r gue su población inicial era Jittr)/iirferior y, por ello, la in,nigración se ha clejaclo sentir más intensa¡ncnte.

iilche es ull ej eiit¡rlo cie rá¡:iclo crecj.miento a causa cle un intenso proccso rle in.rustrializacién, j:asaclo on el calzaclo, aui'rcJlle sin Ias e:

dei:en sll crecilnie nto a ac Livicl¿rrles iirc.-iustriales: petrel (ta¡nl>ión za¡ratero, inf rr-ri.ro en su crecimiento por r,a e:

i'roirraciones es. mucho lnás uniforne cíuc ra c¡ue.acude a ros

luqares turí-sticos :' ciuilac'lcs cle cconoíilía iliás cliversificacla; se trata' Iilayoritariar¡entc, cle rtrano cle obra escasanrente cual-if icaria, c-le j ¡:roi:lación órreno i1e gontcs ¡:roccclentes dc ]as girancjes áreas r:ie1_rrimiil-ascle ljst:aiia.

r.,o otra gra¡r árca inclili.ra en e,ste sui:qrupo estaria reprcsentacla i)or l-a ciutl¿ri:i ¡ic :--,-licante y su zona cle inf lue'cia directa. r,a ca¡;itar, aparte tre ser la nayor

¡:ol:lació' cle la provincia, tai¡¡lrién ha siclo en cif ras absorui-as ra cjlle ha rocil>iilo :rayor apoi:te cle inirigra¡Les, i)ero se tr;rta iic una itli'tigración mrrcllo nás c'liversÍficacla, tanto es¡;acial corlo l-a]:orali'e'te, gue en el caso iricitano. Iio olvícle¡nos cJue el crcci¡riic¡rto alicairtino no se clel:e ,'li-rect-amente a ningún fact-or rleternirrante sino a una rnezcla 'liastante cc¡uilil¡rarra cre toi.los erros: así , junto ar rlesarrollo de Ias activirlaclcs ]:urocráticas y funcionariales, 23?

inherentes a su situación cle ciudarl administrativa y central sobre er terrítorio, incluye la forrnación cle una variada red comercial, la inversión industriar y er crecimiento der

turisrno. La intensa expansión c1e la capitar se ha dejado sentir fuertemente en las poblaciones rimítrofes más

próxiuras, crecienclo en f unción de su carácter residenciar, de ciuda

¡:obración que tral:aja en Aricante o satisface en ra capitar

ra rnayoría de sus necesicrades. san vicente ha sicio, dentro

del área metroporitana de ra capitar, ra ciudad de crecimiento más rápiclo en función cie su cercanía al centro,

sus buenas comunicaciones y su función industrial; campello y san Juan no se han desarrollado a causa

Para acabar el subgrupo¡ ur trío de pol:raciones -Jávea, costeras Altea y santa pora- caracterizadas por su fuerte terciarización, gracias al desarrollo de sectores coino la hosLerería y la construcción. sin embargo, sólo en Arte (cercana ar núcleo benidormí) el sector terciario ocupa 238

a más de la mitacl de la población; en santa polar por er

contrario, er sector primario (la pesca, sobre toclo) sigue

empleando a un tercio de trabajadoresi Jávea mantiene un

cierto equilibrio cle activiclades, con una arLa inciclencia

clel sector secundario (auncJue la construcción estár €n este

caso, reracionada con eI turismo más que con el desarrollo

industrial ) .

Finarmenle, e1 úrti¡no subgrupo incluiría a las trincontrolado,t, poblaciones cle crecirniento aguellos

municipios que han r¡ás gue triplicado sus efectivos

demográficos durante el periodo estucliado. se trata de

municipios en los. cJue el crecinriento es debido esencialmente

a ra inmigración y ésta ha sido tan intensa que ha

transformado radicalrnente las características

sociocurturales clel entorno, convirtiendo a ra pobración

indígena en una minoría más o rnellos reducida.

con una sola excepción, rbi, se trata de Benidorm y

localidades aledañas cleclicaclas esencialmente al turismo

vacacional. Estos municipios eminentemente terciarios,

ejemplos vivos de 1a lla¡nada cultura del ocio, presentan

ínciices cle crecimientos casi brutales: Benidorm, el caso paradigrnático, llega al 1.058 (aungue hay que matizar el

inmenso desfase entre la pobtación cle hecho y de derecho de

Ia ciuclad ) ( 10 ) pero Alf az, por ej errplo, también ha septupricado su número cle habitantes en sólo veinticinco afios. Las otras dos pobraciones cle ra zona incruidas en er subgrupo, calpe y La i'iucia , tarnbión han mantenido un 23f)

crecimiento vertiginoso. Se tratar por supuesto, de . municipios gue partían de cifras muy reducidas: en 1950 ninguna de estas poblaciones rregaba a ros tres mil habitantes y en 1960 s61o Beniclorrn (que duplicó sobradamente su población en los ahos cincuenta) había notado los ¡:rincipios de la transformación y se estaba convirtienclo ya en ejemplo señero der desarrorlismo de ros sesenta. La intensiclad del crecimiento era (es) tal gue cus efectos pronto llegaron a otras rocaridacles, antaño deprimidas, que actuaron a modo cie vasos cor¡unÍcantes, hasta er punto de gue en algún caso la expansión constructiva afectó más al término municipal que ar casco urbano. ta rápida inmigración ha marcado tanto a estas pobraciones que hoy sóro en argunos Iugares muy específicos se mantiene la impronta de sus modos de vida tradicionales.

r¡d única población cjue logra tripricar su población rejos de la zona jjenido'n turística cle y aLedaños es rbi. Representa la excepción casi necesaria para confirmar ra regla: no es una ¡roblació¡ costera sino del interior rnontañoso, aungue no e)rcesivamente mal comunicada y clotada de la suficiente superficie rra¡:a para acoger una fuerte exiransión urbanÍsticai era, adeinás, una población pegueña (algo superior a 6.000 har:itantes en 1960); no era cabecera comarcal -aún hoy se pone en cluda este aspecto* ni tenía (ni tiene) una fuerte implantación cle actividacles terciarÍas ni una clara cliversificación industriar, sin embargo, es er_ caso ¡nás intenso cle expansión demográfica generada por eI ).,t l ¡J-Ll

efecto e:rcrusivo cre una industria, eir este caso del juguete y otras actividacres ¡netarúrgicas más o menos reracionadas con éste; erro ha afectado enormemente a su ritmo de crecir,riento y asi, ¡nientras gue en el periodo 1961 _ 1g7o superó porcentualme*te a. incremento cle Benidormr €n el primer lustro cle ros ochenta ha sufrido un sardo nrigratorio ligeramente positivo.

3.1 .2

Todas 1as comarcas (vid. Flapa 2 y Ap. Est 441 han aunrentado su núrnero de habitantes durante el periodo estudiado, derrido a qre en todos ros casos 10s municipios más poblados han manteniclos crecilnientos positivos y ¡ salvo ligeras excepciones, craro predominio inmigratorio.

Sin embargo, e1 crecimiento ¡ro ha sido uniforme y las cliferencias son muy ostensibles entre las cornarcas: así, mientras en algo más de veinticinco años Los Valles cie Alcoy sólo aunentan en un 17*, La l"larina casi triplica su población.

Por ello vamos a clasificarlas tarnl:ién en tres grupos distintos. 24t

3.1 .2.1 Crecimiento lento con enigración

Comarcas con íntlices inferiores a 130. Incluye a Los Valles de Alcoy (índice 1171 y a La Vega Baja (índice 128 ). En ambos casos, Ia emigración no Iogró impedir eI crecimiento reaI.

Los Valles de Alcoy incluyen de hacho dos subcomarcas diferentes: Ia zona gue porlríamos denominar axial (tomando como eje Ia carretera nacional 340 ), claramenLe industriarizada, presenta un crecimiento rear sostenido y un saldo rnigratorio eguiribrado (ro gue no implcle una cierta intensidad de entradas y salidas), con un índice superior ar comarcar en las tres rocariclades (Alcoy, cocentaina y lr{uro) y .na cierta vertebración supramunicipar. Er resto de poblaciones, pequeños pueblos de débil agricurtura, presentan índlces rnuy regresivos (20 municipios por debajo del índice 7sl, debidos mitad y mitad a la emigració, y al fuerte envejecimiento.

La vega Baja' pese a su índÍce craramente superior ar del área arriba descrita¡ €s sin ningün tipo de dudas ra cornarca que ha sufricl0 en estos años una emigración más intensar ilo exenta cre casos muy locarÍzados de inmigración neta- A1 anarizar ras zonas de origen de ros inmigrados de Elche y Alicante (entre otras poblaciones) cornprobamos Ia intensidacl de estas migraciones, que también se dirigían hacia er extranjero. épor qu6, pese a su índice superior, podem<;s ¡lecir gue la emigración cle esta comarca fue más 2t*2

intensa cJue la cle Los varres de Arcoy? Bn primer rugar porque, frente ar envejecimiento antes explicado, en La vega

Baja la población era mucho más joven, debido a gue en la primera mitad der sigro hubo un fuerte saldo inmigratorio positivo en varios municipios; ademásr €rl la comarca de mayor dedicación agraria de la provincia (al tiempo gue ra más afectada por el poblamiento diseminado), ra fecunclida

3.1.2.2 Crecimiento con inmigración moderada

rncluye aguerlas comarcas cuyo crecimiento no rlegó a la media provincial, pese a contar con inmigración neta positiva. sus lndices estarían incluidos entre ros valores

130 y 175. son El Alto y Er MedÍo vinatopó y Er l,tarquesado.

Esta últlma comarca presenta un índice global de 134, aunque con fuertes cliferencias: mientras que en Denia y

Jávea (Ios pueblos mayores, según el padrón de 1986) se ha producido un aumento claramente superior a la media provincj-al, la mayoría de municipios (17 sol:re 28 ) han 24:r

perdido población y el crecimiento ha sido muy escaso hasta en poblaciones de cierta entida

Básicamente, han crecido más las localidades cercanas a la costa mientras que los valles clel interior han entrado en una profunda

Iocalidades terciarizadas, gracias aI turismo, han logrado mantener saldos migratorios positivos. No obstante, las poblaciones Iitorales de segunda fila o las prelitorales pueden convertirse en un futuro muy cercano en apetecibles zonas residenciales para los extranjeros que se afincan en esta tierra. En algún caso ya Io son: Benitachell, orba,

Benidoleig y alqún otro, tras un descenso demográfico en

Ios años sesenta, han vuelto a ver crecer su población.

EI AIto Vinalopó tiene eI mismo índice de crecimiento gue EI I'4arquesado. En este caso, Ia equivalencia es clarísima entre habitantes del municipio y crecimíento: las poblaciones más pegueñas pierden habitantes mientras gue las mayores crecen básicamente gracias a su propia expansión vegetativa, salvo en el caso de Sax, población bisagra entre las dos comarcas del Vinalopó interior y cuya inmigración

-la cle mayor intensidad relativa cle toclo eI AIto Vinalopó- estaría relacionada con su integración en eI área zapatera creacla en torno a EIda. Tarnbién Bañeres presenta problemas parecidos cle integración comarcal y su crecimiento se explicaría en función cle Ia descongestión del viejo centro 2r*+-

i¡rdustriar alcoyano. villena, la cabecera comarcal, presenta un crecimiento muy cercano al del conjunto (y una evolución muy simirar a la gtobar des

Er vinalopó r.{edio ofrece un indice de crecimiento bastante cercano al provincial, 161. su crecimiento se ha producido, por tanto, con una crara inmigración

3'1 '2-3 crecimiento rápido con fuerte inmiqración

En este grupo se incluyen todas las comarcas que han conseguido ciupricar su pobración en estos veinticinco años; se trata de tres comarcas costeras (campo de Aricante, La l'{arina y Baj o Vinalopó y ) una interior ( La Hoya de castalra). En todas erlas, €r aporte inmigratorio ha sido muy superior a su propio crecimiento natural.

Er campo de Aticante clebe, como ya vimosr su expansión ar desarror-1o de ras actividades estabrecidas en ra capltal y pobraciones aledañas. Fuera de este área, sóro Agost mantiene una ligera inmigración. De sus poblaciones interiores, Aguas cle Busot y Torremanzanas son fuertemente regresivas y Jijonar eu€ gozó c1e cierta atracción de inmigrantes, rra cami:iado bruscamente de signo en la present.e d6cada ' Pero eI peso relativo cle ra capital sobre la comarca es tan amprio gue er estancamiento inLerior apenas infruye en el conjunto.

EI Bajo vinalopó clebe eI grueso cle su crecimiento al desarrollo industrial del centro urbano de Erche, aunque también los otros pueblos cle ra comarca y er conjunto de ras peclanías ilicitanas aumentaron. l{o se trata de una comarca vertebracla clesde el punto de vista económico, por ro que su evorución carece de unas regras generares. Tras ra crisis industrial de ros setenta, ra ciudacr menos influida por ras activida

rarentizado su expansión. De todos modosr €s una comarca sin municipios regresivos.

La lloya de castarla es ra única comarca interior que consigue duplicar su población. Er crecimiento se produjo básicamente en ros sesenta y primeros setenta y estuvo fuertemente relacionaclo con ra expansión de la industria juguetera, que remedió ra antigua escasez agraria de ra zona; por er10, er aumento fue tanLo mayor cuanto más elevado era er ¡:orcentaje c1eempleo industriar de cada municipio. También por erlo, ra crisis industriar paralizó Ia inrnigración.

La r"tarina €s,. de todas ras comarcas aricantinas, ra de mayor crecimiento (ínctice 2g3l y porcentajes de inmigrantes, aunque como vimos ros deseguiribrios demográficos de la comarca son enormes y los Índíces parecen acomodarse a las curvas de niver: frente a la gran expansió' litorar, ra fuerte regresión del interior ya agreste. vimos gue mientras cuatro pobraciones murtipricaban varias veces su pobración inicial (Benidorm y aledaños), más de la mitad de ros municipios perdían pobración. Ar ser un desarrorlo basado fundamentarmente en er turismo y una inmígración con fuerte incidencia de ros residentes extranjeros, ras rlegadas no sóro no han aminoraclo sino gue se han acrecentado en ros años ochenta (en 1g}'r, su Índice respecto a 1960 era todavía el cuarto entre las comarcas alicantinas ) 2Í*x

3.1 .3

ya dijimos, dr hablar de ra evorución socioeconómica cre la provincia, gue ra crisis trastocó el ritmo demográfico de tal forma gue se puede¡r diferenciar dos perio.os níti<'os, separados por er padrón de 1975: aungue ra crisis comenzó de .hecho en 1973r süs efectos no se dejaron sentir hasta argún tiern¡-ro rics¡ru6s, vari alr'tr"l ()¡l Fr¡nció¡r rlc rc>s rrisblnt.s sectores de actividad; aclemás, carecemos de otros datos clemográficos tan fiables y cercanos a la crisis como er padrón de finales de 1975, pof 10 que

sin embargo, er crecimi"ento der censo demográfico no se detuvo por elro sino que siguió aumentando, aunque a un ritmo cuya menor intensidad es fácilmente verificable observando eI Cuadro 1.

Dicho Cuadro demuestra que tras la crisis sigue existiendo crecimiento rear y sigue existiendo inmigración neta' Es más, pese a gue hayan existido argunos movimientos de retorno cle emigrantes, en ostos diez úrtimos años 248

Cuadro 3.1

CRECTI{TENTO }.ÍEDIO ANUAT DE I,A POBI,ACIONALTCANTTNA. (1961 1986 ) Porcentaje de Periodo aumento anual 1961 - 1970 2.62 1971 - 1981 (a) 2 .19 1971 - 197s 2. B4 1976 - 1981 (b) 1.56 1981 - 1986 1.77

NOTAS

(a) rncluye 10 años y 3 meses (ciel 1 .1 .71 aI 31.3.81 ) (b) Incluye 5 y años 3 meses (del 1 .1 .76 aI 31 . 3.81 ) Fuente: Elaboración ¡:ropia con datos de los censos padrones corresponclientes del INE.

estudiados er crecimiento pro

Debemos, pues, diferenciar ambas fases. 24e

3.1.3.1 1961-1975¿ ra innrigración generaclapor er ciesarrorro ..a¡a industrial

Es ra époea en gue se procluce el más rápiclo crecimiento demográfi-co, superior al 2.5% anuar, gue tendía a acererarse cuando hizo merra ra crisis rramada der petróreo. Ar ritmo de los primeros años setenta, ra pobtación alicantina se hubiese dobrado en menos de veinticinco años. Las tasas de nataridad eran erevadas, pero no tercernundistas (vid. capítulo t ); por tanto, ra inmigración fue muy intensa. Procedía, básicamente, de ras provincias más deprimidas del sur y de La l4ancha' aunque también fue er momento en gue comenzaron a instalarse contingentes cada. vez más importantes de extranjeros, de la Jluropa comunitaria, principal¡nente- se trataba mayoritariamente, ya 1o veremos, r1'r una inmigración de mano de obra no cuarificada para ra industria, la construcción y la hosteleria (los técnicos, gue por supuesto 10s hubo, eran franca nrinoría); sus tasas de fecu'didad eran superiores al conjunto de ras poblaciones en gue se instaraban; en ocasiones, rregaban a ser fuertes colectividades cre un rnismo puebro ras gue se estabrecían en un mismo pueblo y sus costumbres lleEaban a ser la norma en algunos barrios.

l'laticemos, no obstante, que en estos cálculos sobre el impacto rle ra inmigración (realizados a niver provinciar) no están incruidas ras migraciones producidas entre ros ciistintos municipios y comarcas aricantinos, en cifras ? ('r Hf/

difíciles de calcular porque se entremezclan falsas nrigraciones, básicamente las de los niños nacidos en r-ocalidades distintas a la

un páginas antetiores se ha anarizado la evorución de 10s totales de población de ros nrunÍcipios y comarcas alicantinos. En líneas generales, la evolución de1 periodo g10ba1 es muy simirar a 'a de 10s prirneros guince años (vid. Mapa 3 ) ' tanto en ros rnunicipios regresivos como en r_os de mayor porcentaje cle crecimiento; por ejemplo, de los veinte más dinámicos' dlecinueve (todos, rnenos Torrevieja) ya 10 fueron antes de 1975. pero hay gue acrarar algunos aspectos. En primer lugarr Gltre ros municipios muy regresi.vos, ra mayorÍa 10 fueron mucho más bruscamente en el primer periodo en función de su predominio rural y su abundancia de población escasamente cualificada, hasta el punto de gue en la actualidad existen pocos emigrantes potenciales; cuatro poblaciones -Aguas, Arcorecha, Guadarest y Torros_ contaban en 1975 con menos de la mitad rie habitantes gue en 1960. 25!

CAP. 3 MAPA 3

TNDICE DE CRECII.IIENTODE LA POBLACION DE LOS IIUNTCTPIOS Y COMARCAS ALICANTINOS ENTRE1960 Y 1975

Fuente: I.N.B.

Inillces r Poblactón en l9óO = l0O) f+zoo Frl go- roo t'.'.1 I | | 150-2oo l-11 r¡ - go Itt IJ 125- t5o I l-75 It Ll-l loo- r25 u 25lt

Además, entre los municipios más ciinámicos (aqueI1os que crecen por encima de la meclia provincial) existe un cierto equiribrio entre los netamentá turísticos y ros industriales: aungue Benidorm fue ra pobración de mayor crecimiento, como las ciudades industriares estaban mucho más pobladas, poclemos decir que en cifras absorutas er grueso de la inmigración se dirigió hacia elras: sóro los dos grandes núcleos zapateros, Erche y Erda-petrer (121, aumentaron en 104.135 habitantes en aguellos quince años ( ras seis pobraciones der área de Benidorm -ra propia ciudad, Arfaz, Artea, carpe, La Nucía y virrajoyosa- ro hicieron en 45-466r. Tanto ras rocaridades gue superaron eI crecimiento meclio provincial, diecinueve, como. Ias de Leórico saldo inmigratorio, treinta y cinco en totar, fueron menos que en entre 1960 y 1995i es decir, la atracción inmigratoria estuvo ar principio mucho más concentrada.

Por comarcas hay gue clestacar gue el mayor crecimiento lo obtuvo una comarca interior, de fuerte dedicación industrial: La lloya de castarra, única gue dupticó ra población- La r"rarina, pese ar amprio crecimiento de ras zonas turísticas, no llegaba a tanto. La Vega Baja (con un índice cler 1121 y Los varles de Arcoy (111,8) eran ras dos comarcas más estancadas; si en esta última se encontraban las áreas más regresivas provinciales (fuertemente envejecidas desde tiempo atrás), en La Vega se encontraba la principar fuente de la emigración provinciar, tanto ar resto de la provincia como a otras regiones o a la Europa más 253

desarrollada, tanto cle las nrigraciones definitivas como de las temporales. Entre 1960 y 1g7s, de ros municipios de ra ribera der segura no hay ninguno que se acerque siquiera al crecimiento medio provincial y sólo en un caso -Albatera_ se poclría pensar en Ia posibiliclacl (no segura) de un ligero saldo migratorio positivo.

3.1.3.2 1 976-1 986: Ia inrnigración atraida por las actividades terciarias

iln una época de crecimiento más rarentizado pero también constante: en mayor o menor grado, er sardo migratorio sigue'siendo positivo en cada uno de' Ios años del periodo- rncluso, si comparamos ros componentes del crecimiento real de ros años sesenta y ros de ros años 1976 a 1986, mientras gue entre 1961-1g70 el 4g.Bt del incremento rear provenía der creci¡niento naturar, entre 1976-19g6 el porcentaje de aumento debido a este concepto era er 49.5t, prácticamente similar, es decir, Ia influencia de Ia inmigración sobre el crecimiento provinciar sigue siendc> enorme.

Sin embargo, la crisis económica ha reducido drásticamente Ia corriente migratoria hacia zonas industriales: Erche y Eldar por ejempro, crecen mucho más rentamente gue antes y la fuerte tasa de paro industriar hace impensable ra llegacia masiva de peonaje a ras fábricas. Por contra, la inmigración sigue siencio intensa -en algún 254

caso, más gue nunca- en algunas pol:laciones turísticas de1 litoral y en el área nretropolitana cie la capÍtal.

Todas las comarcas siguen creciendo crurante esta fase, pero sóro dos, 1Ítorares y terciarizadas -El campo de Alicante y La Marinar sobre t.do esta úrtima_ superan ra media provincial. Las co¡narcas Índustrialesr por contra, ralentizan su avance hasta niveles muy cercanos ar de su propio crecimiento natrlral.

Para estos años, dr contrario gue para los anteriores a 1975, sl poseemos datos bastante fiabres sobre Ia nataridad según el lugar de residencia de Ia madre; con ello, podemos calcular a escala municipal er crecimiento vegetativo y, consigruienternente, qué parte del incremento (o de la disminución ) corresponcle en cacra caso a su dinámica demográfica interior o a su saldo rnigratorio.

3.1.4

Al aborcrar esta cuestión debemos ciejar claros argunos puntos. Ante toclo se parte de una confianza casi plena en los recuentos periódicos cle referencia; es decir, si uno de los dos censos o padrones consiclerados minusvarora u ofrece cifras superiores a las reales, los cáIculos sobre migraciones puecren variar enormemente con elro; en er caso Que nos ocupa, la ciudad de Benidorm y Ia de Arcoy se hallan afectadas, con casi total seguridacl, por ello: Alcoy crece 255

fuertemente entre 1975 y 1981 sin un motivo real o aparente para elro, mientras que Benidorm en 1981 ofrecía datos tludosarnente inferiores a los de 1975, cuando todo parecía indicar ro contrario (y de hecho er padrón de 1986 volvió a conectar con los datos de 19751.

otro probrema es er c1e aguellas locaridades cuyas cifras sobre natalidad (o mortalidad, aunque en menor medida) son claramente irrearesr muy inferiores a los sucesos vercladeramente producidos, generalmente por la tardanza en su comunicación por parte de ros organismos competentes o por la simple despreocupación sobre er tema. con elro, el crecimiento natural erróneo obriga errores de i ra misma enticlad y sentido contrario en las migraciones. En nuestra provincia, vilrajoyosa (por ejemplo) ofrece cifras de defunciones increiblemente bajas: con ellor sü crecimiento vegetativo es anormalmente alto y erro produce cálculos migratorios excesivamente negativos.

Además está el proh:lema de cómo se entienden en cada municipio los conceptos c1e pobración presente, ausente y transeunte. En algunos casos, la pobración de hecho y la de derecho son prácticamente iguales; es decir, debemos pensar gue sólo se incruyen corno ausentes o transeuntes casos nuy concretos y diferenciados. En otros, ras diferencias pueden ser amprias, especiarmente si se han considerado los conceptos de transeunte y ausente siguiendo estrictamente la definición censal. En Ias localiclades turísticas la cuestlón es muy importante, en función de su alto porcentaje de 25fi

población flotante, En nuestra provincia, ros cratos del padrón de 1986 ofrecen cifras de pobración de hecho y derecho idénticas en carpe, mayoría de pobración

para val_orar la inciclencia de las migraciones en las diversas comareas, observemos el Cuadro 2.

Cuadro 3.2

?ri:iü9il.?'f:!:t5ü3i D}] LAS CO},{ARCAS ALICA¡ITINAS.

Cifras absolutas (a) Crecimiento Comarca Saldo Crecimiento natural migratorio real EI üarquesado 1.796 Los VaIles 4.430 6.226 de Alcoy 3.7 48 La llarina 736 4 .484 6.114 44.41 !3 lIoya cle Castalla 4 50.528 Alto 3.3s0 272 11 vinaropó 4 3.622 EI Vinalopó .062 515 Heclio 12.486 4 .577 Carnpo 1 .030 Il de Alicante 25.394 13.516 Itl Bajo 33.439 Vinalopó 26.776 58. 833 Et Bajo 3.804 30.580 Segura 12.452 9.191 21.643 Tasas medias aqual_es (b)

BI l,farquesado ----;:; 2.3 de Arcov Á:i ;.;---- *""::ii:" ó.r 4.s !t H;t;-';.castalra .'i:l ,i:3 Et Alto vinatopó fS:í DI vinalopó 8.1 i. r ¡ureáio é. g s.2 Er campoáe aricinte ó. e 9. I E1 Bajo -i'.2 ñ'í.g .t vinalopó 13.6_ 18.e EI Baj o Seqrura 1s.5 7 .6 i. O 13 .z }¡OTAS

(a) Datos basados en la población de hecho. (b) lh tantos por mil. Fuente: Itlaboración propia con cjatos cle¡ segun tos dato--!rñricaaos-ffiTa. rr{E ( en 1gg6, Generalitat ) .

sus datos reflejan la evolución derrrográfica de cada 258

colnarca entre 1976 )¡ 1986. f,íl pri¡lera característica a

clecir, algunas colnarcas con escasa recepción cle inmiqrantes cfurante -cofiro el periorlo ras ind*striares do ros Bajo y

i.leciio Vinalopó y de La lioy¿ cle Castalla- siquen nantenienclo tasas de creci¡nie¡rto na)¡or cfne otras -por ej ernpro, Er ilarq.esado- con ¡nayores tasas i'rnigratori_as. La raz6n estril:a cn cjue se trata rle coiirarcas cuya fuerte ininiqración antcrior procluj o un rej,venecirnic¡rto gue ha ayu

clel e>rtranj ero son j ul;iraclos;- basan su crecirniento

fu¡rclanlental¡nente elt la inrnigración.

A granrles rasgos, mientras las ri1a1r6¡g= l-asas cle creciniento natural corrcsponclen a Ias comarcas

inclustriarizaclas, con f uertc inrnigracién de tral:aj aclores proceclentes del é:

inrnigración llegarr hoi, a las iro);laciones de1 litoral, a las urJ:anizaciones clc la costa. observcnos cómo, por un raclo,

las zonas intcriores ai)enas ¡:eciben inr,rigraciones signif icativas y, por otro, 1as pol:laciones tui:ísticas parecen no encontrar Ií¡nit-es a su crecinliento.

f,d evolución reciente de Ias conarcas puetie diviclirse en tres grupos en relación a siu crecimicnto y a su recepción cle inniigrantes ( vici. aclenás Ífapas 4 y 5): 25$

CAP. 3 IVIAPA4

TNDICE DE CRECTIITTENTODE LA POBLACION DE LOS MUNICIPIOS Y COMARCAS ATICANTINOS ENTRB1976 Y 1986.

Fuente: f.N.E.

Inrllcee ¡ ( Poulaetón tle 1975 = tOO)

+ 136 90 - lOO tt8 - 136 75-90 -75 109 - 118 1OO- 1O9 2fffl

CAP. 3 MAPA 5

PROVINEIA DE ALICANTE: SALDOSMIGRATORIOS MUNICIPALES Y COMARCALES(1975 - 19861

Fuente3 I.N.E.

Saltlo ulgratorlo medlo anual¡

+5í Oo+o.5fi

+2.5a+5í -Ir/" a o

+ | a + 2.5 fi -6a-1 /'

+0.5e+1f 261

a) Las corrrdríc's que basan sr crcci¡niento clcr,rográfico en ra inmigración. Son f,d t,{arina (con un 87.gt cie su crcci¡niento d'rante 1976-19g6 ciebiclo ar sardo migratorio) y iil i.larquesaclo (con un 71 .221. .iln cllas es Ia llegacla c1e inrnigrantes ra que rilarca ra evolución deinográfica, rnientras gue er crecirnierto n¿rturar es muy escaso y ¡:osiirlcrrlente llegrie a serlo to<-.,avía :nás ( e i'cruso regresivo): a la caicla irrusca de ra ¡ratariilad se une er alto i:orcentaje

b) co.rarcas de crecimiento rni>

tendente al equirir:rio entre ras nuevas rlegadas, los movimientos de retorno y el vaivén cle funcionarios- y de

argunas áreas agrarias interiores cuyos potenciales emigrantes (casi siempre escasamente cualificados ) eneucntran en una época cie paro masÍvo muy pocos

atractivos para iniciar la marcha.

un ejernplo gue rnerece anáIisis pormenorizaclo es el de Er Bajo vinalopó, por ro gue tiene de síntesis de1 cambio c1e tendencia. La cal¡ecera comarcal, Erche, durante

los sesenta er principal centro receptor de inmigrantes, apenas mantiene ya una ligera tendencia positiva; Crevillente, sin las posibiliclarles terciarias clel centro urbano ilicitano, ha vuelto a conocer la emigración neta;

santa Porar por contra, costera y menos induslriarizada, presenta las mayores posibiridades de inmigración.

Las cifras globales esconden, como Do, fuertes diferencias enLre cliversos municipios de cacla comarca. por ej ernplo r €. La t,iarina, mientras lleniclorm recibÍa una emigración eguivarente al 69.7t; de su poLrlación media durante el periodo ( recuérclense todas ras aclaraci_ones previas soi:re este rnunicipio ) , Ilorulla perclía er 40 .5t; €s, con n'cllo, ef caso más extremo, pero hay otros menos acusados- Por erro es interesante desgrosar la evolución migratoria de cada municipio en estos años (vid. Ap.Est. 47 y ltlapa 5 ) , ar menos en sus casos más signif icativos, reflejacios en er cuaclro 3, clel que ¡:odemos extraer una crara relación con ro explicado sobre la inmigración por comarcas. 263

Cuaclro 3.3

'1976-86. IIUIIICIPIOS ALIC¡lt\iTIl'lOS COiü ¡ÍAYOR rilttfGR¡\CIOI{ }¡!lTA.

SaIclo Tasa cle migraLorio inmigraci6n Población absoluto Población neta anual (a) l3enidorm ( b ) 33.421 Benidorm ( b ) bü .5 Alicante 24.820 AIfaz 58. B Torreviej a 6 .629 La llucía 51 'forreviej .3 San Vicente 4.020 a 44 .1 CaIpe 3. s34 Cali>e 42.9 Alfaz 3. 065 Bonifallim 27 .4 San Juan 2.773 San Juan 26.1 Jávea 2.428 Teulacla 24. B 2.239 Guardanar 1 24.0 l¡á l'¡UCl-a 2.165 Jávea 20.6 Elche 1 .968 Campello 20.1 EIda 1.802 Orba 19.9 Campello t.7 07 I,Iuchamiel 1B.7 Alcoy 1.699 Santa PoIa 18.3 Altea 1 .501 San Vicente 17 .4 Guardamar 1 .438 Roj ales ' 15.2 I'luchamiel 1 .395 1;leclován 13.6 Denia 1.050 AItea 13.1 Benitachell 11.9 Alicante 10.0 Callosa de ltirsarría 10.0

T'IOTAS

(a) IIn tantos por rni1. considerando uniforme la lregacla cie inmigrantes y cori¡o número de habitantes er valor ne

Fuente¡ Elaboración propia con clatos de : Padrones de llabitantes cle t 97.5 y__Ugg_. fNE tlqv n

Destaca sobre todo ro demás er craro predoninio de 1as rregadas a Beniclorn y pol:laciones cle su zona. En Benidorm no sabemos a ciencia cierta eI núrnero de residentes estacionales gue pueden estar incruidos en tan abultadas 26t*

cifrasi en todo casor es evicrente que la inmigración _más o menos intensa- se ha producicl0 y ha sicio más fuerte en este área gue en el resto de la provincia; lo clemuestra el hecho cle gue ra tasa anuar de innrigración neta cre ros pueblos contiguos -Arfaz y La tüucÍa, incr,idas en e' mismo espacio residencial- es casi tan erevada como en Denidorm. En conjunto, las ci¡rco pobracioires entre Benidor¡n y carpe pueden haber recibiclo en algo más de diez años más de 43.000 nuevos resiclentes netos. Otras poblaciones costeras o cercanas ar ritorar de La l,rarina han recibicl0 inmigraciones mucho rnás mocieradas (carl0sa cle trnsarriá, Teulacla... )

En seguncl0 rugar, con menos intensidad (tasas anuar_es entre 25-10 por mir) se halra er área cre ra capital. En ella, Ia propia ciudacl de Alicante es, con mucho, Ia gue recibió la mayor cantidacli de hecho, tal vez sea la mayor cifra de inmigrantes estables 11egac10s a cualc¡ui-er rocaridad de 'a provincia- sin ernbargo, ra i'tensiciad rle ras rlegadas es mayor en 10s municipios más cercanos a la costa _camperlo o San Juan_ gue en los interiores, rnayor cuanto menor volumen demográfico contaba previar'ente e1 r.nunicipio. En tota1, €f área metropolitana rra recir:ido 34.71s inmi_grantes netos, aungue en este caso ra participación de los jubilados y residentes extranjeros es menor g.c en La i..Iarina ritorar.

También en La vega Baja es 'a costa 'a que absorbe casi toda Ia inmigración. si Benicrorm es er centro de atracción hacia La i'farina ritorar y Alicante er gue exprica el crecirniento de ras pobraciones de su entorno, Torrevieja _cre 265

crecimiento mucho más reciente que otros lugares (en los sesenta presentó emigración neta)_ es la ciudad representativa c1e la atracción inmigratoria de esta comarca, concentrando más de ros dos tercios de nuevas lregadas. Del resto de inrnigrantes, rnás cre la nitad ros absoi:be Guardamar, el otro municipio cosLero. (santa por_a, aungue perteneciente a otra comarca, res'ondería ar mismo modelo cle creci.miento). La otra localidacl de 'a costa pilar sur, El de la I{oradada, no aparece tocravía diferenciada en er padrón sino integrada en orirruerai sin dudar su saldo migratorio positivo es eviciente, aungue en función no tanto cler turismo como de la agricultura horLÍcura de primor. En el lnteriorr €fi ra zona huertana cercana al. rio segura,

trr cuarto centro inmigratorio serÍa er cre la costa cre Er lurarquesado, en torno a Jávea -en y menor mecricla_ Denia. se trata cle una atracción inmigratoria mucho menos 'ntensa gue en los ejemplos anteriores, pero gue ha lograclo dif*rninarse a 'o largo de una parte importante de las pegueñas poblaciones prelitoralesr como orba ( cuya intensiclad migratoria casi iguala a Jávea), Benicloleig o 20fi

Ilenitachell. En este caso, la llegada de resiclentes extranjeros -dicen gue cle nivel económico más elevado gue en otras zonas del litoral_ ha siclo fundamental".

Lejos der mar, ros saldos miqratorios se hacen más excepcionares y menos intensos. (nr caso de Benifalrim es un ejenrpl0 raro, posible en pobraciones muy pegueñas donde movimientos minúscur.os -retornos de jubiradosr por ejempro_ mueven fuertemente los porcentajes). Só1o superan los mil inmigrantes netos las tres principales pobraciones industriales alicantinas (Erche, trlda y Alcoy), pero sus tasas anuales no llegan ni de lejos a recorclar a Las de antaño: Etda, ra de mayor intensidad inmigratoria, apenas supera el 3 por miI anuar; Alcoy puede ofrecer cifras ficticias por infravaroración der pactrón cle 197s. Bn ros casos de tlche y Ercta, el sardo positivo coincide con er saldo rnigratorio negativo cle pobraciones inclustriales cercanas (Crevfllente y petrel), es decirr sü atracción inmigratoria ya no implica er crecimiento de pobraciones vecinas. sin una reindustrÍalización fuerte gue fuese acompañada de nuevos empleos, es muy clifícil un camJrio cle tendencia en estos casos.

trn eI 0tro extremos, €1 cuaclro 4 indica ros municipios más' afectadc¡s por ra emigración neta. De ra reración c-le municipios incluiclos en ér se creduce que ra emigración sigue afectando más intensamente a ras pegueñas ¡:oblaciones c1e aqrÍcultura estancada, relieve abrupto y comunicaciones difíciles: ninguna de ras guince rocaridades por tasa de 267

Cuadro 3.4

I"IUNTCTPTOS ALTCAI,¡TII\¡OS CON ¡IAYOIT E¡ITGRACIOI.I NETA. 1976_86.

SaIclo Tasa de migratorio Población enrigración absoluto Población neta anual (a) Jij ona - 1 .102 Famorca 64 .4 Dolores - 906 Alcocer de p. Villajoyosa(b) - 51 .4 849 Bo1u11a 39. B Aspe - 819 Penágui 1a Petrel - 30. 6 647 Tárbena 27 .9 Callosa de Seg. 406 Vall de AIcaIá Crevillente - 25.2 403 Campo de l,{irra Tárbena - 21 .1 252 Planes 19.5 Benilloba - 197 Benilloba ReIIeu - 19.0 192 Cuatretondeta 18.9 Planes - 187 Balones Cocentaina - 18.8 17s Relleu 18.6 BoluIla - 149 Facheca Penáquila - 18. 1 126 Alquería de A. Agost - 17.0 113 Renasau 15.9 Granja de R. - 112 Dolores 1s.1 Formentera de S, 107 CasteII de C. 1 Daya ttrueva - 5.0 105 Jij ona 13.6 Ilenf erri - 104 Daya I'{ueva 13.5 Castell de - C. 101 l3enichembla 12.8 Conf ricles 12.4 ,Agres 11.7 Sagra 10.6 Benferri i0.3 (a) En tantos por mil. considerando uniforrrre ra salida de emigrantes y como 'únero cte har¡itantes er varor *áoió entre er padrón cle 1975 y eI de 1986.

(b) cifra muy dudosa. Téngase en cuenta las matizaciones incluidas aI comienzo dé este s"frap"rtacio. Fuente: Elaboración propia con ciatos de: Padrongs . clc -il?bi tgntes cle 1 97 5 v_l_9S {, . II{tl . ' rlIE '

emigración neta anual superaba en el pacirón de 19s6 los mil habitantes. Sfn eml:argo, entre estos guince municipios fuertemente regresivos apenas lleg.aban a 1os 1 .642 emigrantes netos i carecen, pues , cle em¡:uje clemográfico 20¡r

suficiente para constituir corrientes migraLorias claramente perceptibles en los puntos cje Ilegada.

Por contra¡ err ras primera posiciones en cuanto a número

i{ás complicado cle e:<1:licar es el caso de Doloresr

1:oblación rural de regaclío, rnarginal a escala comarcal pero cercana a Elche; seguramente la estructura de propiedacl 2üf)

agraria y la cairla cle argunos precios está en cJ origen de

esta tendencia rnigratoria que viene de lejos (ya perdió

población en los años sesenta) y está mantenida por un

crecinriento natural claramente positivoi de cualguier forma, choca esta aceleración migratoria en un momento en gue casi desaparece ra emigración ar exterior y Blche mantiene tasas oficiales de paro elevadísimas.

En tercer lugar figura Villajoyosa, caso gue ya hemos e:

área con dj-versificación económica- no sigue er ritmo demográfico de sus vecinas.

Las otras pobraciones medias que pierden pobración pertenecen a comarcas distintas, pero en todas erras eI empleo indtrstrial representa más de ra mitad del existente en el pueblo en 1986i en ciertos casos, €l predominio del empleo industrial es fortísimo (Petrel, Crevillente, cocentainá... ) pero en otros el sector agrario sigue manteniendo su peso específico (carlosa cle segura o Aspe).

La tendencia emigratoria es nroderacla pero clara (con tasas anuales medias que oscilan entre el 5.4 ¡:or mir cle Aspe y er

1.6 cle cocentaina), en ciudades de cierta enLidad (entre los diez y veinticlos mil hallitantes) pero nunca en cabeceras 2?n

comarcales, es decir, poblaciones que han tenido clif icultades en sustituir totalmente Ia destrucción c1e

empleo industrial por nuevas actividacles agrarias.

Otro aspecto a destacar es que las cifras de emigración

son rnuy inferiores a las de las poblaciones que reciben

nuevos residentes. Si bien son municipios de tamaño más

reducido, Ia causa principal es cJue Ia emigración neta de

los mrunicipios con saldo negativo es mucho rnás reducida que

la inrnigración a las poblaciones recepLoras: sóIo 9.050

emigrantes netos (entre los 71 municipios de saldo

negativo), frente a los i06.881 de saldo positivo en las

Iocaliclades que atraen nuevos resiclentes. 2\!

3.2 FACTORESDEFTNITORTOS DE LA REDISTRIBUCION ESPACIAL

Los distintos ritmos de creclmiento de cada municlpio y comarca alLcantinos responden a una serie de factores, combinados en distinta medida en cada caso. Algunos de estos factores son imposibles de modtficar por los proplos municipios o reguerirían costosíslmos esfuerzos; son fundamentalmente de orden fÍslco: la litoralldad, la altura, ras posibirldades de cultivo o regadío de un territorioi ya se ha expricado cómo la cercanía ar mar, la accesibirldad a ra red prÍncipal de comunícaciones o el porcentaJe de tierra cultivada en regadío (en los munLcipios agrarios) han eido factores claramente coadyuvantes aI crecimiento y 1a inmigración.

Por contra, otros factores son fundamentalmente humanos y generan una relación de mutua influenoia con los flujos migratorios¡ por ejempro, ra concentración de la pobración y el número de habitantes de los municiplos han infruido muy directamente en los sardos migratorLos de los úrtimos velnticinco añost en general, Ias grandes concentraciones urbanas han acogldo fuertes contingentes de innigrantes, mientras que los pequeños municlpios han visto emigrar a sus más emprendedores vecinos! pero a su vez estas migraclones han colaborado a radicalizar aún más la concentraclón demográfica.

AIgo simllar sucede con aspectos como la estructura por 2\::

edades o el grado de activldad de la población.

Er presente apartado pretende analizar la lncidencla de argunos de estos factores en ra redlstribución espacial de la población allcantina.

3.2.1 carrete

Aungue aparentemente heterog6neosr s€ trata de tres

condicionantes de las migraciones con un rasgo común: la

fuerte incldencia en ellos del medio flsico. Esto hace que

hayan sido escasamente transformados por er incremento de la población, ..rrrg,r" en proporclones variabres, desde la nula

incidencia gue tiene el crecimiento demográfico sobre la

altitud hasta su reración más evLdente con la arnpliaclón de la red de carreteras.

3.2 .1 .1 ::.:::i:::

La provlncf-a aricantina cuenta con una larga fachada costera gue casi alcanza los 2oo klrómetros de longltud entre los municlpios de Denia y El pllar de ra Horadada. simplificando su sfluetar se trata de un territorio triangular rectángulo casi isósceles, en er que la costa serla la hlpotenusa e fncluso una parte det cateto superior. Elro hace gue ra posibilidad de acceso ar mar, con Io gue ello ha representado histórlcamente ( y más aún para 2i3

er desarrollo turfstico actuar), esté al arcance de muchas rocaridades: otraE muchas, ra mayoría del territorio, se beneficia del efecto moderador del mar sobre ras temperaturas, con el consiguiente efecto favorabre para ra implantación de cultivos termófilos. En alguna comarca -La vega BaJa der segura, especialmente- la escasez de relieves abruptos facirita ta uttrlzaclón agraria der espacLo.

Por contra, amplias áreas del centro y norte provinoial se hallan i-nmersas en las úttimas estribaciones del sistema subb6tico, con abundantes alturas gue superan ros 1.zoo metros, llegando en ra slerra Aitana a los 1.55g¡ arguno de puig estos picos, como el campar:.a,están situados a escasos kilómetros de la llnea de Ia costa. En especiar, ér triánguto situado entre Bañeres-Allcante-Denia es un rosario de sierras, pegueños valres y pasos de montaña dificurtosos, con una erevada al-titud media y una alta posibilidad de heradasr gü€ imposiblrltan ra aclimatacfón de los cultivos predomlnantes en el litorar. La artltud, pues, condiciona enormente las caracterfstlcas agrarias del espaclo y dificulta ra implantación de una red viaria densa y ráplda.

El cuadro 5 distrlbuye ros municipios allcantinos en función de su altura y analiza el crecimiento reciente de cada grupo. De su observación se desprenden una serie de conclusiones tmportantes: t En primer lugar destaca la fuerte incidencia de ra artura

en 1as poslblridades de crecimiento: mLentras gue en las 2\6

Cuadro 3.5

DISTRIBUCION DE LOS I{U}TICIPTOSALTCANTINOS EN FUNCION DE ALTITUD SU Y SU CRITCI¡{IEI{TODEI,IOGRAFICO. 1 960 1 986.

Número de municipios según su Índice de crecimiento eñ 1986 (Población de 1960 = 100)

Indice

50 75 100 130 Altitud aa aaa en m. Situación -50 74 99 129 174 300 +300 - 100 Casco urbano en la costa

Térmlno municipal costero

Término no costero 11 14

Población en cornarca 100-299 marítima.

Población en comarca no marítima

Población en comarca 300-499 maritima

Población en comarca no marítima 2 Población en comarca 500-699 marítima

Población en comarca no maritima

Población en comarca + 700 marítima

Población en comarca no marítima 2

Fuente: Altitudes: trlapas v datos de la provingia de Aricante c.A.P.A. A1i

fndices: Elaborados con datos del Censo de población de 1960 y pa

poblaciones ELtuadas por encima de los 700 n de altltud en altitud predominan ros casos de descenso demográfico superior ar 25t (dos de cada tres munrcipl0s), entre ras poblaciones sltuadas por debaJo de }os 100 m no encontramos nl un solo caso. r La influencia de la costa ha srdo también decisiva en er crecimiento. Los municiplos cuyo casco urbano está situado en ra costa han mantenido rftmos de creelmlento superiores a la media provlncia; sóro Guardamar presenta un índlce rlgeramente inferr-or, aungue claramente por enclma de ra simple evorución de su propio ritmo vegetativo. Er resto de municipios con llneas de costa en su término municipar presentan Índices positivos¡ entre ellos e1 valor máxlmo 1o ofrece Arfaz pf de (integrado en un área típicamente playera) y el mlnimo Orihuela (con un centro urbano muy alejado del mar) y dos localidades menores.

Por contra, Ios términos no costeros de las zonas bajas (casi todos en La Vega del Segura) presentan mayoritariamente valores inferiores aI de su proplo crecimiento vegetativo.

conforme aumentamos en artura aparecen ros municlpios regresivos y disminuyen aguell0s receptores de inmigrantes. por encima de ros 3oo m sóro cuatro munl-cipios superan el crecimiento medio provinciali todos ellos se caracterizan por su fuerte predominfo industrlal (EIda, Petrel, Ibl y !. 2tfi

Entre las pobraciones situadas por encJ.ma de ros 300 m, las sltuadas en comarcas marftimas padecen una más marcada regresión: por enctma de 10s 500 m todas ellas han descendfdo más de un 2st. La razón habrla que buscarra en una ordenación del territorlo volcada sobre el Lltorar y, prlnctpalmenter por efecto de ra proxlmidad entre áreas gravemente desiguares en posibilidades económlcas.

Las dos poblaclones sltuadas por enclma de los g0o metros -Bañeres e lbi (13)- cuentan con valores positivos, reflejo de su tendencia claramente inmlgratoria, gracias al predominlo en elras de las activLdades industriales. sfn contar con los municJ-pios esencialmente dedicados ar turisrno, rbr es además ra pobración gue ha mantenido un crecimiento más rápido entre todas ras aricantinas. Es ra demostraclón gue de 1a lnfluencla de la altitud -lndudable, por supuesto- no puede considerarse desde posiclones deterministas a ultranza.

3.2.1 .2 El regadlo

aaaaaaaoaa

una gran parte del terrr.torio altcantrno está inmerso plenamente en lo gue se ha denontnado Iberla Subdesértica. De hecho, la mayorla del espaclo srtuado al sur de una imaginaria llnea entre Elda y villaJoyosa se encuentra por debaJo de los 300 mmde precipltación media anual (la); sóIo hacia el norte y er i.nterior montañoso se hacen más abundantes las rruvias, aungue escasean ros enclaves que 2iB

Cuadro 3.6

COMPARACION DE LOS RTTMOSD8 CRECIMIENTO DEMOGRAFICOENTRE MUNTCIPIOS DE SECANOY DE REGADTO.

Número de muni.clpios según su lndlce de creciriár,to .r, l9g6 (población de 1960 = 100)

Indlce Porcentaje porcentaje 50 de regadío 75 100 130 de pobla"iór, a aaaa (al actlva agraria (b) -50 74 99 129 174 300 +300 +60t 33r 852

33r 164

1t 5 25 7 ____-_:__::_:__ ------:---;---;---;---;---;----;--2 - 33 E

NOTAS

(a) Datos dgr censo Agrario de 1ggz. sobre municfpal. ra extensrón (b) censo der pobración de ft.:ñ"::t 1981. sóro mayores de

Fuente: Elaboraclón propia con datos del INE

superlor a dicho porcentaje es Ia norma en los pueblos de secano, entre los gue sólo dos municipios han aumentado muy ligeramente sus habitantes.

Exfster pü€s, una evfdente correlaclón -tanpoco maximalista- entre carencLa de agua y regresión demográffca. 2TS

3'2't. r ::, :::. ::. ::::::::::

para anarfzar ra influencfa de ras comunlcaciones en ra distribución de Ia población por el terrftorlo, tal vez baste con observar la red de carreteras principales, aún sablendas a de gue estamos dejando de lado otros medlos básicos (ferrocarrll, avión, barco). La ciudad de Alicante ha visto favorecldo su desarrolro por una fác1r accesibilidad a todos elros, pero tambi.n es cierto gue la importancia de r.a cfudad ha influldo en ra reallzactón de ra estructura de transporte concreta gue poseemos.

La red de carreteras esr de los tres aspectos analizados en esté subapartado r aeuel sobre .i gue desarrollo el demográflco puede _adernás de ser condicionado_ influlr más- por eJempl0, r.as comarcas litorales ar norte Aricante de son rae únlcas atravesadas hoy por autopista cuando hace argunas décadas padecfan penosas dificultades de comunicación. g1 gal0pante proceso urbanizador causado por el turlsmo _con eI consiguiente aumento del número habitantes- de lo ha hecho poslble. No obstanter si bien la expansión humana de un lugar obliga a rnejorar su red accesos, de tamblén es cterto gue los municipios de entldad menor tienen escasas poslbirldades de infruir en erro y son aguellos cuyo creclmiento urbanfstico está más condicionado por el acceso a una red vlaria trazada en funclón de las cludades.

El Mapa 6 sltúa ros municipl0s alicantlnos en relaclón o 280 I ll o v) ('t o Él á FI f't o H HÍi ..to€ ()o lO.rl ü¡9l() !¡l rt o otríH ot(l Ht)É. olQ¡r-{ Pr <: rllog HOtli dl .¡rño (JF¡(' rll ¡- trt HHO Hl+F

Fqid:l llr ct >r Oo (,o r{.c I g o rl r{ 'rl E !, .P I¡{ Íl o

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FIg o o o 'd o tl o s ro o\ É H,,l 0, P rt rl o o mourlEl H OHEII É nl rct t) 'rt oo tEHl ;l lñ(l F{ lp R o rñA ENnlÉl I l- -,

$ o "{R +t I 261

a las princlpales carreteras provinciales. Queda fuera de toda duda gü€r en general, la situación ventajosa ha incidido positivamente en eI desarrollo de los munfcipios situados en la red nacional de carreteras. La cuestlón salta a la vista en todas las comarcas litorales; por ejemplor én

La Vega Baja (comarca cuyos municipios apenas se diferencian en función de la altitud), Ias poblaciones situadas junto a las carreteras nacionales han crecido claramente por encima de la casf totalidad de las situadas en el corazín de Ia huerta,

En el fnterior, las comarcas del Vinalopó vuelven a destacar la dlferencla entre las poblaciones situadas Junto aI cauce del río -por eI que transcurre la principal carretera de enlace entre la Submeseta Sur y eI

Mediterráneo- y aquellas a las gue sólo se accede por carreteras comarcales. Los Valles de Alcoy, aungue no cuenten con poblaciones de elevado lndice de crecimi.ento, también concentran las más expansivas alrededor de la carretera nacional de AlLcante a Valencia por Alcoy y

,rátivai Ia zona montañosa lncluida entre la carretera y Ia autopista de la costa es, a un tiempo, la peor comunicada y

Ia más regresLva de la provincia. Todas las coincidencias son, pues, clarificantes. 282

3.2.2

Los desiguales crecimlentos dernográficos y saldos

mlgratorios han orlginado un proceso de concentraclón de la poblaclón alicantina en una escasa cantidad de munictplos.

No obstante, este rltmo pobraclonal no ha afectado sólo a ras ciudades gue ya posefan un volunen demográflco considerable a comienzos de siglo. por eJemplo, la pegueña

rocaridad de Rafar ha pasado de 406 habltantes en 1900 a 2.462 en 1986; alguna de l-as mayores ciudades actuales, como

Benldorm o Elda, sólo contaban ar comenzar el siglo con 3.417 y 6.131 habitantes respectl-vamente. ,

Pese a estos casos, está fuera de toda duda que la pobractón se concentra cada vez en menos poblaclones y gue ras pequeñas localidades son ras gue más diftcuttades han debldo vencer para mantener su número de habitantes. Asl, de las 61 poblaclones que han decrecldo a lo rargo der slglo, la mayor (Plnoso) sólo contaba con 7.946 habltantes en 1900 (16) y la segunda (Relleu) 3.342.

El cuadro 7 analiza cómo se ha ido distribuyendo ra pobración aLlcantlna respecto al tamaño de los municLpios, separando la población residente en pegueños pueblosr €n municipios intermedios (12) y en ciudades de cierta entidad. Advirtamos gue, por la rógica evorución diferencl.ada en cada casor rlo colnciden exactamente los municipios pertenecientes a cada grupo en los diferentes censos y padrones. 283

Cuadro 3.7

DISTRIBUCION DE LA POBLACTONALICANTINA SEGUN EL TAUAÑO DE sus MuNrcrPros.1900 1996. Tamaño de los Número de Número de Porcentaj e municipios Años municipios habitantes sobre total - 3.000 1900 95 104.474 22.22 habs. 1940 95 103.967 17.09 1950 90 84.949 11.93 1970 88 76.679 8.33 1981 82 70.073 6.10

3.000 1900 34 168.397 35. 81 a 1940 34 177.211 29.13 10. 000 1960 35 180.592 25.36 habs. 1970 34 190.561 20.71 1981 34 183.589 15.98 1986 31 185.1 95 14.75 -;;:;;;------;;;:;;;------;;:;;--- ;;;;------;--- a 1940 10 230.255 37. g6 50.000 1.960 12 200.45g 28.15 habs. 1920 15 294.116 gO.gZ gB1 g 1 1 362.5g3 31.56 1986 19 329.406 26.24

+ 50.000 1900 1 50. 142 10.66 habs. 1940 1 96.729 15.90 1960 3 245.943 34.54 1970 3 369.750 40.07 1981 4 532.353 46.33 1986 6 678.630 54.07

Fuente¡ Censos y padrones de Población de los años correspondientes . INE .

Las concruslones son evidentes. si a coml.enzosde sigro Ia mayoría de la población residía en municipios inferfores a Los 10.000 habitantes, hoy en dra vlve en ellos menos de un guinto de los residentes en la provinclai el caso más extremo es el de los pegueños pueblos (inferiores a 3.000 habitantes) gue han descendldo a un porcentaje sobre el totar lnferlor a la cuarta parte der que representaban ar 28t',

iniclarse el siglo. Maticemos gue en clfras absolutas el descenso ha sfdo de sólo unos zs.ooo habitantes en estos g5 pero años largos. no se han beneficiado en absoluto de} fuerte incremento demográflco provincial.

En el poro opuestor €n las mayores cludades el núrnero de habitantes ha crecido constantemente. En 1900, ros nueve princlpales municipios de ra provincia concentraban el 41.958 de Ia poblactón, menos de doscientos mir habitantes; en 1986, sóLo las seis mayores llegaban al s4.7t y sobrepasaban en conjunto los 678.000 habitantes, Es decir, ra mayorfa de ros aricantinos (entendiendo como talesr €n este caso, a los gue víven en esta provincla) reside en ellas y ra tendencia tiende a acrecentarse en er futuro; además, una parte de las poblaciones fntermedias se encuentran íntimarnente relacionadas con aquellas. La influencia gue sobre e1 crecimiento provincial han representado estos sels municipios se evidencl_a aI comprobar gue su vorumen demográfico actual supera en un 44t at totar de la poblaclón aricantina en r900i ra fnrnigración está en la base de cualguier explicación razonable del proceso.

En cuanto a su ritmo de evolución, desta que entre 1900 y 1940 la poblaclón de ros munlciplos inferiores a 10.000 habitantes siguió aumentando levemente e incruso no hubo descenso apreciabre en el conJunto de los munlciplos claramente rurales (los de menos de 3.000 habitantes). pero fueron las poblaciones mayores ras gue se beneficiaron der grueso del aumento¡ en 1940 la mayoría de los alicantinos 285

vivlan ya en ros once municipios de más de 10.000 habitantes. st las tasas de crecimiento vegetativo no debieron dlferir demasiado de unos lugares a otros, los

sardos migratorlos hubleron de ser divergentes y -aungue er destlno del grueso de La emlgración allcantina no era entonces intraprovincial- un porcentaJe de cierta entldad de emigrantes rurales acudió a }as ciudades gue comenzaban a industrialLzarse. El proceso debió de ser más acentuado en er periodo de la dictadura prlmorriverista y los primeros años republicanos. ( 1g )

Entre 1940 y 1960, ros resr.dentes en ra provincia

siguen concentrándose en los mayores municiplos -los tres principales (Allcante, Elche y Alcoy) ya superan el tercio del total-. Mlentras tanto las pobraclones entre 3.000_ 10.000 habitantes se han estancado entre ambos años y las de entidad inferlor han sufrido un brusco descenso, tanto porcentuar como en cifras absorutas. Está claro, puesr gue er éxodo rural fue en dlchos años de dÍmensiones preocupantesi si se observa el slmultáneo incremento rápldo de las ciudades se convendrá, por un rado, que una parte importante der éxodo rural alicantino se guedó muy cerca der punto de sarfda y t por otror eüe ra primera oreada inmigratoria llegada a ra provincia -ya vimos cómo ésta se produjo a partir de los útttmos años cincuenta- contó con un fuerte componente de origen intraprovincial.

Entre 1960 y 1gB1, durante la fase más craramente inmlgratoria, €l proceso de concentración no sóro no se 28fi

amlnora sino gue se conflrma y afianza. La regresión de ras pegueñas rocarldades sigue acentuándose y su importancia

porcentual se hace casi insignificantei las cinco prlmeras

ciudades cuentan -cada una de erras por separado- con más

resldentes gue los 93 munj.clpios rnás pequeños Juntos. Las poblaciones entre 3.000-10.000 aumentanmuy por debaJo de su propio crecimlento natural, es declr, siguen expulsando

población, aunque en este grupo ra disparidad puede ser muy acentuada (pensemos en La Nucía y Dolores, por ejempto). En el rado opuesto, las seis cludades antes citadas -todas

ellas cabeceras comarcares- crecieron conjuntamente por

encima de la medla provinclal, expandieron su radio de

atracción ¡nás al'rá de su propio término municipal y fueron

(comprementadas por sus municipios aledaños) los puntos de mira de la mayorla de la inmlgraclón -provincial, estatar o exterlor- Ilegada a nuestra tierra.

Otra cuegtión importante para estudiar eI proceso de

concentraci6n demográflca es ra constante p6rdida de importancia del poblamlento dfseminado -tanto el caserlo

aislado como las pedanlas- en el porcentaje sobre los habitantes de cada municipio; es decir, los núcleos

considerados como capltal municlpal han crecido comparativamente más deprisa que las pedanlas extendidas por el término.

Para seguLr er proceso de afianzamiento de los núcreos de cada municlpio basta con observar los nomenclátores

correspondlentes a los diferentes censosi en nuestro caso es 2g'l

suficiente con la comparación de los de 1940 (año en gue el

predominlo agrarlo aún era manifiesto en la mayorla del

territorio), 1960 (cuando la lnmlgración comlenza a

manlfestarse en las zonas más industriarizadas) y 1981 (en

un momento en que el grueso de la inmigración desde el resto

del país y desde Las zonas rurales de la propia provfncLa

está ya asentado en nuestra zona). No obstante, la

comparación no es fácil ni exacta debido a que no en todos

los municiplos coinclden a Io largo del tiempo Ia misma

clasificaclón para agrupar el poblamiento no concentrado en

la capital: en algún caso, la zona rural ha sido absorbida

por el casco urbanoi en otros se han agrupado dos partidas o

se ha dividido'una pedanía en vari-as. pese a' eIIo, sigue

siendo necesarla la comparación.

Para ello se ha elaborado eI Ap.Est. 4g y los Mapas 7,

8 y 9, en los cuales se han especificado únicamente los casos de los municipios en que al menos un 25 t de sus habitantes viviese fuera deI núcleo prlnclpat en 1940 y se

les ha seguldo observando a través de los nomenclátores correspondientes a 1960 y 1981.

En 1940 existían 33 municipios con más del 25* de su población residiendo en casas aisladas o pedanías del

térmlno. La situación afectaba en mayor o menor medlda a casi todas las comarcas -las excepciones son El Alto

Vinalopó y La Hoya de Castalla- pero especialmente a La Vega

BaJa del Segura. En esta úItima comarca, siete municipios

poselan más de un 50t de poblamiento no concentrado en la ?88

CAP. 3 }4APA 7

PROVINCIA DE ALICA}¡TE: T"IUIIICIPIOSCON U}¡ FTNIT4O DEL 25 * DE POBI,ACTO}trRBSIDENTE FUERA DEL NUCLEOCENTRAL EN 1940. -

Fuente¡ I.N.E.

PoreentaJe rle poblrreldn resl-clenbe fuera tlel nrlcleo ecntral rnunlelpal

+50S

25-50/.

-25í 2Re

CAP 3 I\TAPA B

PROVINEIA DIT ALICA}TTE: MUNIEIPIOS CO}¡ UN MINTITO DEI, 25 T DE POBLAEIOTI RESIDENTE FUERA DEL NUCLEO CEI.¡TRAL EN 1960.

Fuente: I.N.E.

PoreerrbnJe de poblaeión resirlente fuera rlel ndleo contrrrl muntcinal 2$n

CAP. 3 MAPA 9

PROVTNCIADE ALTCANTE: ¡TUNIEIPIOS CON UN MINIMO DEt 25 t DE POBLAEION RESIDENTE T.UERADEL NUCLEO CENTRAL EN 1981 . . Fuente3 I.N.E,

PoreentnJe de poblaelón rorrtdenüe fuera ilel nrleleo eerrtr.rl rnrrnieipal

+50í

2r-50/,

_2'I 29r capitali en la cabecera comarcal, Orihuela, casl tres de cada cuatro personas (el 72.5* exactamente) residfa fuera del casco urbano de la ciudad eplscopal. Almoradl, con casi dos tercios de población fuera del núcleo principal, era otro municipio fuertemente afectado. En algunos municiplos, caso de Las Dayas (Nueva y Vleja), es dtfícil habLar de poblamiento agrupado.

En otras comarcasr €s de destacar que el poblamiento no concentrado en las cabeceras municipales afectaba fuertemente a la mayorla de munl-cipios costeros de El

Marquesado y La Marina -en Altea, Benisa o Villajoyosa se superaba eI 40t- y a las de Ia huerta alicantlna; algunos pegueños muntciplos (La Romana o ValI de Galllnera) cifraban su poblarnlento fuera de la capital en torno aI 75S del total.

En 1960, con la pérdida paulatina de irnportancia de Ia agricultura en eI conjunto de la economía provincial y la intensificaclón del 6xodo rural, la tendencia a la concentración de la población en los núcleos centrales rnunicipales se manif l-esta claramente ¡ primeror €n la disminución del número de municipios incluidos entre los que poseen más de un 25* de población residente fuera de sus cabeceras, que se reducen a 25¡ después, porgue afecta a la práctica tot,atidad de los municipios (salvo Planes, San

Fulgenclo o los valles de Laguart y Gallinera) r con mayor o menor LntensLdad. La ciudad de Orihuelar por ejemplor €rr los veinte años que van de 1940 a 1960, pasó de un porcentaje 292

del 27.5t a un 35.4: el crecimiento demográfico de la capltal municlpal (un 3Zt entre 1940-1960) se contrapone a la regresLón de ras pedanías (gue perdieron en el mismo per.iodo más de un Bt ) , es declr, ras tendencias contradictorias entre campo y cfudad son evidentes en orihuela. Lo mismo sucede en Artea, cocentaina, Denia, Jávea, JUonar Teulada o vtrrajoyosar por no alargar ra enumeración.

Por contra, Benidorm es una excepctón digna de anotar porque obedece a un motivo concreto: en la ciudad vacacional, pese a gue eI núcleo casi duprlca su población entre 1941 y 1960, €l resto del t6rmino aumenta.más deprisa; la causa está clara: el iniclo del desarroLlo turístico extendió el área urbanizable hasta lugares infmaglnables años pero antes. se trataba de una tendencia hacia la urbanizacfón disfrazada¡ en los censos siguientes, la mayorfa de Las áreas diseminadas ya se contablrizaban en el núcleo central.

En 1981 , cuando er grado de concentración de la pobración en las ci.udades se generalizaba, la disminuclón der poblamiento diseminado no dejaba lugar a dudas. En ras pequeñas poblaciones rurales de interior -afectadas por una fuerte emigración- e1 descenso demográfico había sido mayor ttmasostt en y pedanfasi en la vega BaJa (19), pese a mantener los mayores porcentajes de hábitat diseminado, la tendencLa a la agrupaclón en los núcleos centrales se habfa afianzado desde 1960: Armora¿í hanfa pasado de un 3s.9t a un 62.6 de 293

resldentes en Ia cabecera municipali Daya Nueva, de un 29.9 a un 50.5¡ Dolores, det 47.7 al 70.5; sóIo orlhuela mantenfa aún más pobtación en casas aisladas y pedanfas gue en el núcleo, proporción gue ya ha variado tras Ia segregación de EI Pilar de Ia Horadada.

En las poblaciones del interior la lenta desaparlción de1 poblamiento diseminado es palpable. En algunos casos de pegueños munlclpios rurales demográficamente regresivos la emlgración ha sido aún más intensa en los lugares no centrales. SóIo en dos municiplos de escasa entidad -VaIl de

Laguart y Vall de Gallinera, en eI lnterior montañoso de EI

Marguesado (20)- sigue predominando la disperslón.

Por eI contrario, en Ia costa norte algunas poblaclones han vj-sto aumentar su población diseminada a causa de un

turlsmo gue ha tendido a la formación de urbanizaciones de

casas unifamlliares extendidas por todo eI término. En a1gún

caso -como Teulada o Jávea- el casco antiguo se encuentra

más o menos alejado de la linea costera y por ello Ia

urbanización ha afectado más a otras zonas cercanas a la

playa (Moraira, Aduanas de l,lar, É1 Arenal... ) No se trata,

por supuesto, de una nueva tendencia ruralizadora.

Sl se observa eI mismo proceso a través de las

pedanías, la sltuación es muy variada (vid. Ap.Est. 49). Por

ejemplo, algunas pedanlas situadas junto a estaclones de

ferrocarrll pero aleJadas del núcleo central municipal han

perdido poblaclón, tat es el caso de las estaciones de 29t.

Novelda o Monóvar (esta úttima perteneciente aI término de

EIda) i sin nlnguna duda es La Encina, importante núcleo ferroviario perteneciente a Ia ciudad de Villena, donde se ha dado el mayor retroceso (de 908 habitantes en el

Nomenclátor de 1 960 a sóto 294 en el de 1981 ). Entre las pedanlas rurales lo normal ha sido eI estancamlento o la regresión¡ no obstante, también existen casos atlpicos como

Los MontesLnosr Bn Almoradlr güe creció de 495 a 2.130 entre

1 940 y 1981 . Es decir, aungue Ia tendencia a la emigración desde las entidades rurales no cabeceras munlcipales es inapelable a nlvel general, tamblén es posibLe óbservar corrientes en sentido lnverso.

Por otro f.ao, como ya hemos explicado antes en los eJemplos de Aduanas de Mar y Moraira (en Jávea y Teulada, respecticamente), algunos lugares exterlores al núcleo situados más cerca de la costa gue aquél, se han visto beneficiadas por un proceso de urbanización, crecimlento demográfico e inrnigración notablesr €D atgún caso más intenso gue en el conjunto del municipio. La Cala de

Finestrat, más próxima a Benidorm gue aI propio Finestrat, es uno de los eJemplos más claros. EI , en Orihuela, aungue por causas distintas a Ia atracción turÍstica, tamblén ha crecldo más gue el resto de1 término aI que pertenecla.

Finalmente vamos a estudl.ar los dos municipios en gue

Ia poblaclón exterLor al casco urbano considerado capital nunicipal es más abundante en cifras absolutas y las ¿95

pedanlas de cferta entidad (Ias superfores, por ejemplo, a

500 resldentes) más nunerosas. Nos referimos a Elche y

Orihuela guér juntas, contaban tanto en 1940 como en 1981 con más de 45.000 habltantes fuera del casco urbano. En eI caso illcitano, la población residente fuera del núcleo ha aumentado durante el periodo 1940-1981, aunque lentamenterlo gue lndica un clerto saldo emigratorio dirigldo fundamentalmente hacia eI propio Elche. La mayorfa de pedanlas -Algoda, Algorós,' los Alzabares, Asprillas, Ias

Bayas y un largo etcétera- han perdido población desde 1940 hasta ahorai otras han mantenido una evolución desigual

(como La MarLna) o han aumentado por debaJo de su propio crecimiento vegetativo. Han sido, pues, lugar de origen de centenares de emigrantes. Algunas partidas, como Altabix, han sido incluldas en el casco urbano. Entre las pedanlas excepcionalesr aguellas gue han mantenido crecimiento con inmlgración, destaca EI Altet (Ia zona del aeropuerto) y

Torrellano, ambas en la carretera gue comunica con Alicante; pese a todor Eü incremento ha sido muy inferior aI del conjunto munJ.cipal. Resumiendo, eI fncremento del espacio rural ilicitano ha sido escasor pox debajo de su propio desarrollo vegetativo, muy desigual según las pedanlas y claramente inferlor al del casco urbano 121), el ereclmiento demográfico j.Ilcitano y la atracción gue eI centro urbano ha ejercido sobre Ia intensa inmlgración llegada ha estado, pues, asociado a Ia expansión urbana e industrial.

En Orlhuela la población rural ha sido a 1o largo de 2gfi

todo el periodo analizado ( I 940-19S1 ) superior a la residente en el casco urbano de la ciudad. sin embargo, mientras el núcleo central creció en estos cuarenta años en 9.096 personas (más de un 75E), ér conjunto rnunicipal sólo

Io hizo en 6.232 (un 14.2t1 y las zonas rurales dismlnuyeron en 2.864 (un descenso en torno al 10t) (221. Es declr, €I teórico ritmo lento der crecimiento orcelitano debe matizarse destacando una localldad urbana gue casi crece al ritmo medio provinciar y unas pedanías regresivas -pese a su fuerte fecundidod-, convertidas en una de las zonas de mayor salida de emigrantes de toda Ia provlncia.

Fero dentro de ra orihuera rurar existen fuertes diferencias¡ el cuadro 8 aclara algunos puntos. En primer lugar, destaca el fuerte incremento de una pedanla costera muy alejada der núcleo centrar, El pilar de ra Horadada, cuyo crecimiento -basado en una agricultura fuertemente especulativa- sólo es comparabre con el mantenido por la zona en torno a Benidorm.

La evolución de ras otras pedanlas orioranas ha sido fuertemente regresiva en estos cuarenta años. De las que contaban en 1940 con más de rnir habftantes -diez, gl descontando Pllar- algunas han permanecido casi invariabres, bien ganando un número reducidísimo de habitantes (Bonanza y Las Noriaslr bien reduciéndose con lentitud (Mollns) i pero otras han perdido alrededor de un

25t del totar lniciar (camino Beniel, campaneta), llegándose en Mudamiento -ironlas de ros nombres- a un descenso cercano 2g'{

Cuadro 3.8

EVOLUCION DE LA POBLACION DE ORIHUELA. 1940 1981

(a) (b) Poblaci6n Pobtación en 1940 en 1981 bla b - a

Todo el nunlcipio: 43.61 9 49.851 1 ,14 6.232 Casco urbano: ( capital rnunicipal ) 11 .983 21.079 1 .75 9.096

Zona rural: 31 .636 28.772 0. 90 -2.864 Pllar de Ia Horadada 1 .438 5.1 23 3. s6 3.68s -otras pedanlas con más de 1.000 habs. en 1940 15.423 12.993 0.84 -2.430 -Resto de la Orihuela rural 14.775 10.656 0.72 -4.'t19

Fuente ¡ Elaboración proia con datos de los Censos de Poblaclón v los .w,omenclátores de 1 940 v 1981 .INE

al 40t. EI descenso ha sido más acusado entre las pedanías pegueñas, de las que ha salido eI grueso de Ia emigración oriolana. En ocasiones, son zonas completamente diseminadas, sin fnfraestructura de servicios, dedicadas casi con exclusividad a actlvidades agrariasi en algunas partidas

(Media tegua o Molino Ciudadr por ejemplo) tra sido tan lntenso como en los municipios más regresivos de las comarcas montañosas interiores¡ otras, por el contrario, favorecidas por una comunicaclón más favorable -como

Escorratel- han mantenfdo un cierto equillbrio. La Aparecida fue una excepción (entre las pedanías de menor entldad en

1940 ), con un creclmlento entre 1940-1 960 superior aI de 298

cuarguier municipio de la provlncLa en er mismo periodor gué

Ie convirtló en la cuarta pedanía más poblada de orihuera en

1960; sln embargo, ra pedanía vorvió a decrecer y a presentar saldo emigratorio en unos años de rápida tendencia

i-ndustriarizadora y descenso comparatlvo y absoruto der empleo agrarlo.

En resumen, también Orihuela ha mantenido un proceso de

concentracfón demográfica, pero con dos núcleos

aglutinantes! la propia ciudad y El Pilar, 1o gue finalmente -debido ha conducLdo a la fuerte distancia entre ambas- a la segregación de ésta últirna.

3.2.3 Dif erenci,ación de edades

Las corrfentes migratorias, cuando son tan masivas como

en el periodo y la tierra gue nos ocupan, han afectado a

todas las edadesi pero es evidente gue ha sldo, al igual que

en todas partes, ra pobración adurta-jóven aquelra más propensa a tomar una decisión de esta importancia. En ras

personas de mayor edad, er niver de aspiraciones, €l arraigo profundo más en el entornor ürr conservadurismo soclal más

lntenso, diflcultades más fuertes para el aprendizaje de nuevas profesl.ones y ra preferencia de 10s empleadores por

Ia gente más jóven, ha hecho desitir a muchos posibles emigrantes. Todo erro ha incidido para gu€r al emigrar en mayor porcentaJe la gente en edad de procrear, los pueblos 29$

con sardo emigratorio han tendido -tanto por salida de jóvenes como por descenso de la nataridad- al envejecirnLento. Mientras tanto, ras poblaclones receptoras de inmigrantes han gozado de un reJuveneclmiento producido tanto por ra rregada de gentes jóvenes como por el efecto de estas llegadas sobre el número de nacimientos del municipio¡ no olvidemos gue un alto porcentaJe de ros inmigrantes procede de Los núcleos rurares, donde generarmente existen mentalldades más fuertemente pronatalfstas y un concepto de Ia famiria más tradicionar que en las zonas urbanass su fecundidad suele ser, por ro general, superior a la de la población autóctona de ros municipios receptores (231

sin quitar vall-dez a lo anterior, en los últimos años, en ras poblaclones del ritorar se ha venj-do produciendo una inmi.gración dtstinta a la gue llegaba por motivos laborales¡ se trata de contingentes de población gue ya no vienen esencialmente desde el campo a las fábricas sino desde aguellos lugares donde trabajaron a unas localidades de cllma benigno en busca de tranguiridad y reposo. En algún caso, dentro de este grupo de jubilados habría que incluir a los retornados que, hace décadas principarmente, marcharon a trabajar a ot,ras ciudades y ahora pueden regresar a su tlerra (este último grupo tiene una cierta importancia porcentual en argunos pequeños municipios agrarios). por supuesto, este otro ttpo de inmigraciór, .yraa a variaciones completamente diferentes a las explicadas más arriba.

existencia en nuestra provincia de zonas 3ffn

emigratorlas e lnmigratorias -y¡ dentro de estas últimas, de municipios receptores de personas procedentes del éxodo rural hacla la industria y los servl-cios, junto a municipios gue reciben fuertes cantldades de jubilados- ha hecho posible claras dlferencias en Ia estructura de edades de los municLpios. No sólo las corrientes migratorias son causantes de elloi tamblén las diferentes tasas de natalidad y nupcialidad están en la base de las deslgualdades.

El Mapa 10 y eI AP.Est. 50 indican eI porcentaje de ancianos de cada municipio alicantino según eI Padrón de

Habitantes de 1986, entendiendo como tales a las personas mayores de 65 años, equfparación discutible pero que tiene

Ia ventaja de relacionar Ia edad con el abandono de las actividades laborales, aungue esto también es variable según oficios y personas. Las diferencias scn enormes entre poblaciones como Benidormr gu€ sólo contaba con un 7* de mayores de dicha edad ¡ y Famorcar eu€ llegaba al 41.7

(también llegaban o superaban el tercio del total Murla,

ValI de Alcalá y Alcocer de Planes, todas ellas pegueñas localldades agrarias demográficamente regresivasli IeJos de estos casos extremos, la mayorla de municipios se acercaban a la media provincial, situada en torno aI 11,25%. Pero es notoria Ia exlstencia de una clara correlación -como muestra eI Cuadro 9- entre fndice de crecimiento demográfico (que a su vez, como vimosr s€ fundaba fuertemente sobre las diferencias migratorias) y porcentaje de personas de edad avanzada. 3ot

CAP. 3 MAPA 10

MUNICIPIOS ATICANTINOS: POREENTAJE DE PoBr,Acror.rMAYoR DE 65 años. 1986

FUENTE: PADRO D,HABITANTS DE 1985

H mzo -zs f" tr 15-20/. n n Msdla provlncial, IL.27,4 3ff2

Cuadro 3.9

IUUNTCIPIOS ALICANTINOS ¡ CORRELACÍOI¡g}¡rNE LOS TNDICES DE CRECTI,TENTODEMOGRAFICO ENTRE 1960 Y 1981 Y EL PORCENTAJE DE IIAYORESDE 65 AÑOS EN 1 986.

Número de municipios según su lndice de crecimiento en 1986

(Población en 1960 = Indice 100) Porcentaj e 50 7s 100 130 17s de mayores a aaaa Total -50 de de 65 años 74 99 129 174 300 +300 municipios 10 10 a 15 :: ioJ' 13 ? l; 15 a 20 1 6 10 5 2 1 25 20a25 1 10 B 1 1 1 22 +25 s 18 3 - 1 " 27

Fuente ¡ Elaboración propia con datos del padrón de Habitantes de 1986 pobfá?fñ-lEi6 iT6m- v et censo de ,

Mientras que entre ras poblaciones más enveJecidas sólo (Teulada) una ha aumentado su población durante er periodo, poblaciones las más Jóvenes (aquellas con menos de un 10* de mayores de 65 años) han mantenido su población yt en una mayoría de casos (9 de 15), han crecido por encima de la medla provincÍal. También existe una tendencfa al desarrollo rápido entre ras poblaciones con porcentajes en torno al 10- (no 15t hay poblaclones fuertemente regresivas en este grupo) y una de signo contrario entre las de porcentajes entre 20-25*. No obstante, ras excepciones son tan -como abundantes se demuestra en la imposlbiridad de establecer conclusj-ones para los municipios gue cuentan con porcentajes en torno ar 15 o 208- gue no se puede establecer una correspondencia biyectiva entre poblaciones jóvenes y 3íl3

poblaclones de fuerte crecimiento con aporte inmigratorio; existen otros factores gue difumlnan acentuadamente Ia relaclón que hemos establecido! el tipo de inmigración, la estructura familiar de cada zona y la existencia o no de fIuJos emigratorios en épocas anteriores a la estudiada.

Por ejemplo, Ias poblaciones que han crecido gracias aI turismo cuentan con un fuerte componente de jubilados, procedentes de áreas menos cáliaad y más húmedas del propio

Estado o de otros palses, básicamente de Ia Europa

Occj.dental. También de funcionarios y otros trabajadores de mediana edadr gu€ han preferido acabar estableciéndose en poblaciones tranguilas del litoral. En Benidorm, el envejecimiento no es patente entre los residentes habituales

-sólo un 7t de mayores de 65 años según el Padrón de 1986- aungue sea perceptible en las calles durante los meses no veraniegos; el bullicio de Ia ciudad y eI alto coste de las viviendas -entre otras razones- 1o impiden. Sin embargor €n otros municipios de su propio entorno -Teulada (30t), La

Nucía (2Or7l, Alfaz (18r1)- el envejecimiento es tan fuerte como en algunos municipios semlpoblados del interior montañoso¡ son los principales ejemplos de inmigración con envejecimiento, tipo de inmiEración cada vez más frecuente en nuestra costa. A1 sur del litoral alicantino, Torrevieja combina el ser Ia localidad con crecimiento más rápido en El

BaJo Segura y¡ a la vez, haberse convertido en la más envejecida de Ia comarca. 3ii4

Por contra, los municipios de fuerte inmigración

industriar todavfa son en 1986 -pese ar brusco descenso de

rregadas de nuevos trabajadores- las pobraciones menos

enveJecidas de la provlncia: Elche ( 8, 1t ) , Crevlllente (8r6), San Vlcente (8,6), Ibt (8r7). En e1las, además, la tendencfa al envejecimiento vigente actualmente a nivel

europeo, aún produciéndose, no es tan perceptible debido a Ia juventud de su poblaclón (que mantiene en parte las tasas de natalidad) y a Ia escasez de ancianos (que rebaja las de mortalidad ) .

Los otros aspectos señarados como diferenciadores -ra

estructura familiar de cada comarca y f.a tendencia migratoria de décadas anteriores- pueden deducirse del

cuadro 10, gue distribuye ros municipios de cada comarca

según sus porcentajes de jóvenes (menores de 15 años) y de ancianos (mayores de 65).

De éf se desprenden las fuertes diferencias en la estructura por edadr Do sóIo entre los municJ.pios en

expansión y los regresivos, sino entre unas comarcas y otras. En El Bajo vinalopó -cuyas tres poblaciones han sido demográficamente muy progresivas en el perlodo analizado- se combinan fortísimos porcentajes de Jóvenes junto con reducidlslmos de vejez¡ también La Hoya de castalla se acerca a la situación anterior y lo mismo sucede en EI Campo de Alicante (salvo en ros dos pegueños municf.pios regresivos de Aguas de Busot y Torremanzanas'/ (24) y -menos nítidamente en El Medfo y EI Alto Vlnalopó. 3[¡5

Cuadro 3.1 0

DISTRTBUCIONDA LOS MUNTCIPIOS DE CADA COMARCAEN RELACION A SUS PORCENTAJES DE MAYoRES DE 6s eños Y DE MENoREs DE 15 eños EN 1986.

Número de munl-cipios según eI porcentaJe de mayores de 65 años Indice de creci.miento Comarcas -1 o 10115 15120 20lZS +25 en 1960-86

EI Marquesado 5 6 B 9 134 Valles de Alcoy : 3 7 7 10 117 La l.farina 1 4 5 293 Iloya de Castalla 2 2 229 AIto Vinalopó 4 3 : 134 Vinalopó Medlo 2 6 . 161 Campo de Alicante 2 6 2 214 Bajó vinalopó 3 222 Bajo Segura 5 1; . - 128

PROVINCTA 15 49 2s 22 27 176

Número de municipios según' el porcentaje de menores de 15 años

Comarcas -1 0 10/1s 15/20 20/25 +25

El Marquesado 3 6 9 91 VaIles de Alcoy 2 I 13 31 La llarina 9 33 Hoya de Castalla : 13 Atto Vína1op6 2 23 vinalopó ttedlo 1 47 Campo de Alicante _ 1 1 35 Bajo Vinalopó -3 Bajo Segura - 1 9 15

PROVINCIA 21 36 33 41

Fuente: Elaboraclón propia con datos del Padró d'rlabitants de 1986. Conselleria d'Economia lHisffi

Valenclana.

Por contra, El Marquesado, Los Valles de Alcoy y La

Marina forman el área más enveJecida de la provincia. En las tres comarcas son mayorfa los municipios con menos de un 20S 3fiti

de jóvenes y con más de un zOt de ancianos. si bien es palpable Ia existencla de ciudades muy jóvenes (como

Benfdorm) y gue }as principales poblac!-ones cuentan con mayor número de jóvenes gue de viejos, también lo es gue -salvo Benidorm- las diferencias no son tan nítidas como en municipios de similar crecimiento en otras comarcas. En cuanto a los pueblos rnás envejecidos -los situados por lo general a mayor altura- ya estudj-amos cómo la emigración es en muchos de ellos un proceso que surge de muy atrás3 en muchos ha sido irreversible desde las saridas hacia Argelia de mediados del siglo pasado.

Por el conürario, El Bajo segura ha sufrfdo una fuerte sangria emigratoria yr pese a erlo, ha mantenido una fecundidad suficiente para situarra -tras El Bajo vinalopó y

La Hoya de castalla- como una comarca de municipios jóvenes en los gue er envejecimiento no se deja sentir. ta permanencia de una mentalidad típicamente rural en la mayoría de municipios y sectores sociales no sería motivo suficiente para explicarlo -también algunos puebros der interior montañoso det norte provincial cumplirían la condición- yr por ello, hay que incidir en er alto número de hljos por familia y en que -al contrario de 1o sucedido en las serranlas mencionadas- durante los primeros años del presente siglo mantuvieron un crecimiento demográfico muy elevado: Rafal, €r ejemplo extremo, creció un 339t entre y 1900 1 940 i pero también Dolores (23021 , Almoradí ( 210B ) , San Fulgencio (202*1, Redován (201S) o Callosa de Segura 3fi?

(200S) crecieron entonces a ritmos casi desbocados. La emigraclón comenzó en esta comarca como respuesta a un crecimiento natural excesivo para su propla evolución económica.

Para concruir er presente subapartado se ha elaborado er cráfico 1, gue pretende relacionar el crecimiento

demográfico y er grado de envejecimiento, aunque sin voluntad de establecer criterios absolutamente

determinlstas. En dicho gráfico se representa mediante

puntos Ia situación de cada municipio elegido (tomando como

coordenadas las características antes indicadas) y trazando

un arco de circunferencla que atraviese los puntos formados

por la situación de ra ciudad industrial de mayor incremento

demográfico, el municipio más regresivo y la medla provincial; es decirr s€ intenta visuarizar la diferencia teórica de ros municlpios con respecto a dicho arcor eüe

trata de representar el envejecimiento esperado de cada

poblaclón respecto a su propio crecimiento. se han

sereccionado los municipios de mayor número de habitantes y

ros de mayor, menor e lntermedio porcentaje de crecimiento

de cada comarca, aungue han sido omitidas las cuatro

poblaciones del área benidormí (genidorm, Arfaz, calpe y La

Nucía), debido a to atípico de su crecimiento.

De los 32 municipios observados, los gue presentan mayor envejecimiento del gue teóricamente les correspondería

se sitúan en ra parte cóncava del arco y los menos envejecidos en la convexa. Der anárisis destaca cómo 308

CAP. 3 GRAFICO I

RELACION ENTRE CRECII1IBNTO DEMOGRAFICO Y GRADO DE ENVEJEEII'IIENTO EN DISTINTOS I-IUNICIPIOS ALIEANTII.TOS. ( Indlce de erecl-miento entre 1960-1 986 y PoreentaJe porcentale de mavores de 65 años en 1986) de nayoreo üe 65 ef,oe

30

ta

tfl , 2i .zs ra 3oO Indlee de ereclmLento POELACIOlfEfl¡ l.- Agres 2.- Aloolecha 3.- Alcoy 4.- Alleante 5.- Altea 6.- BlSaetro ?.- Campello 8.- Canpo üe lül,rra 9.- Cocentalna 10.- Crevillente ll.- Ilrya Nueva 12.-Denla 13.-Elehe 1¡1.- Blila 15.- Ouailalest 16.- tlonddn ile l:rs Nleves l?.- lbt l8.-Jávea 19.- tltrro 2O.- fovoltta. 21.- Onilara 22.- Or11 2J.- Orlhuela 24.- Petrel 25.-San Vlcente 26.- Senta Pola 2?.- Sax 28.- Tlbl 29.- torrevleJa 30.- ValI ile Alcal4 31.- Vflla- Joyosa 32.- Vlllena. 3ü$

Torrevieja, Jávea y Altea cuentan con porcentajes de mayores de 65 años muy elevados, para ser poblaciones de fuerte crecimientoi por contra, munlcipios como Daya Nueva o

Bigastro, pese a su regresión y lento crecimiento

respectivo, poseen escasos porcentajes de ancianos. En eI

primer casor s€ trata de poblaciones turísticas en las que

han fijado su residencia centenares de jubilados de toda

Europai en el segundo, de pueblos agrarios de EI Bajo

Segura. En ambos casos coincide, pues, con los razonamientos

ya indicados al respecto.

3.2.4 La actividad de la población

Finalmente, también migraciones y actividad económica

de los habitantes de un territorio se encuentran íntimamente

relacionadas. En este subapartado vamos a analizar la

relación del crecimiento demográfico y los movimientos

migratorios con las tasas de actividad (especialmente las

femeninas) r el paro y la distribución de la ocupación por

sectores económicos en los municipios y comarcas de

Alicante.

EI Dlapa 11 y el Ap.Est. 51 muestran los porcentajes de

pobtación activa entre los mayores de 15 años de cada

municipio de la provincia en 1986. Casi todos se acercan

bastante a Ia media provincial, cifrada en un 48.74, con un

ligero incremento respecto a 1981 . No obstante, existen 310

CAP. 3 MAPA 11

MUNIEIPTOS ALIEANTINOS: TASA DE ACTIVTDAD DE LA POBLACION IUAYOR DE 16 AÑOS. 1986

FUENTEC PADRO D'IIABITANTS DE 1986

+50f"

-40/,

fYfedle provlncl¡I , 48.7O % f|4 ür 1.|

algunas desviaciones notables gue merecen explicación.

Bn primer lugar, Ios municipios más pequeños, dl tratarse de grupos de poblaci|n tan reducidos, se prestan a fortísimas diferencias (del 24.3t de Famorca al 57.5 de

Gorga) en localidades con muchos rasgos comunes.

Ilecha esta salvedad, entre las poblaciones con un mayor porcentaje de actividad, superior al 50?r destacan las localidades jugueteras de La lloya de Castalla, las zapateras en torno a Elche y Elda, Muchamiel y Benidorm; se tratar €D todos los casos, de municipios de fuerte recepción de inmigrantes en los años sesenta y primeros setentar con fuerte presencÍa laboral de la mujer y escaso'porcentaje de ancianos. Pero tarnbién se encuentran en este grupo algunas poblaciones de La Vega Baja que no reci-bieron aporte inmigratorio (sino al contrario), ni poseen tasas de actividad femenina especialmente significativasi en estos casos, €l factor explicativo más destacado sería ta juventud de Ia poblaciónr yá comentada.

Por contra, las tasas más reducidas (inferiores aI 40%) predominan en las zonas regresivas del interior montañoso

( fuerternente envej eciclas y con escasa actividad laboral de la mujer) pero también en las poblaciones receptoras de inmigración reciente cle La Dfarina, con Ia excepclón de

Benidormi en ellas, la fuerte proporción de jubilados entre

los reci6n llegados explicaría fundamentalmente los bajos niveles. r¡ ,r ,rl ür

lvlás nítida es la diferencia existente en cuanto a la tasa de actividad de Ia mujer. Itlo olvidemos gue eI empleo femenino está mucho más relacionado gue eI der varón con respecto a los sectores económicos; es muy escaso -casi inexistente- en el sector primario, construcción o transporte y muy fuerte en sectores como comercio, enseñanza y otros servicios; además, el empleo sumergido femenino es enorme en algunas actividades industriales. Por eI1o, las poblaciones que más han crecido entre 1960 y 1986 -por lo general, dedicadas a la industria y los servicios- ofrecen más posibilidades de empleo femenino.

La principa.l conclusión que podemos extraer del tfapa 12 sobre tasas de actividad femenina es gue coincider €n ro esencial, con eI anteriorr €n el que anallzábamos Ia tasa de actividad global. Es decir, esta úrtima depende más gue de1 empleo masculino -muy similar en cada población y casi

únicamente diferenciados por er grado de envejecimiento- de

Ia dedicación laboral de la mujer, A grandes rasgos, Ias cifras mayores las ofrecen las poblaciones industriales y de servicios (Benidorm supera el 378 y Petrel el 35.21, mientras gue las siete pegueñas poblaciones gue no llegan ni aI 58 (en Tollos no existe e,n¡rleo femenino) se dedican casi totalmente a la agricultura.

No obsLante, si bien existe una clara relación entre inmigración y posibilidades de trabajo para Ia mujer durante la época del pleno empleo, no ha sido tan clara en esLos

úItimos años. Si observamos las 36 poblaciones con menos cle 313

CAP 3 MAPA 12

MUNTETPIOSALTCANTTNOS: TASA DE ACTIVIDAD FEMENINA(lrluieres mavores de 16 años)1986

Fuente: I.N.E.

ffi +31J.fi m25-30y', tr 20-25* n 15-20fi n Media provlnclal, 26.94 /. Sitk

un 15t de tasa de actividad femenina en 1986, la mayoría

sigue presentando saldos migratorios negativos, pero existen

diez pobraciones con sardo positivo, bien por movimientos de

retorno (como en algunas pobraciones de La vega naja), bien

porque la llegada de residentes extranjeros a la costa

Branca ya comienza a extenderse a rugares del interior. pero

también entre las poblaciones con fuertes tasas de actividad

femenina predomina la emigración recientemente: entre los

veinte municipios con tasas de actividad femenina superiores

a un 308, once presentan saldos migratorios negativos,

aunque (sarvo Petrel) no se tratan de los de crecimiento más

rápido antes de Ia crisis.

Las tasas de paro gue se refrejan en er padrón de 1986

-vid. I'fapa 13 y Ap.EsL.52- se reparte muy desigualmente por

comarcas y municipios. No obstante, podemos indicar gue eI

paro afecta con mayor fuerza a las actividades industriales

y de construccióni por contrar su gravedad es mucho menor

en Ia mayoría de servicios y en Ia agricultura (vid.

capítulo 2 ) Por ello, las mayores tasas de paro no afectan a

ras zonas desde las gue partió la emigración de los sesenta,

ni a las que están inmersas en una persistente depresión demográfica; más aún, según eI Padrón, existlan en 1986

siete pequeñas locaridades de la provincia sin paro, ra mayoría de ellas dedicadas preferentemente a Ia agricultura,

Er paro era también inferior a ra media provinciar en todas

Ias localidades costeras (salvo en la ciudad de Alicante,

con valores sj.milares a la media), gue cuentan con un sector 315

CAP. 3 MAPA13

MUNTCIPIOS ALICANTINOS: TASA DE PARO A FINALES DE MARZODE 1986.

FUENTE: PADRODIITABITANTS DE 1986

PorcenbrrJede parados sobre la poblncldn aotlva:

H + 30í m25-30y', E 20-25fi u 10-20rt n -10fr llladla provincial , 2A.9 % o,r l^. ü_!-n

terciario muy desarrollado; así, las comarcas más claramente turísticas contaban con las tasas de paro menores: eI 10.63 en La lfarina y eI 12.89 en EI Marquesado, frente a una media provincial del 20.9*.

Por contra, eI paro afectaba más a las localidades con neto predominio industrial. Cinco poblaciones superaban Ia tasa del 3 5% ( Alcocer , Aspe, Benimarf uII , I'{onóvar y

Satinas) i en todas ellas predominaba la ocupación laboral en la industria. Las comarcas industriales *Ias del Vinalopó,

Los Valles de Alcoy y La lloya de Castalla-, casi totalmente interiores, eran las gue padecían las tasas más elevadas.

Pero las tasas de paro de 1986 no se ajustan claramente a Ia evolucj-ón de las corrientes migratorias en los últimos diez años. El Cuadro 1 1 compara ambos aspectos en las

ciudades más pobladas de la provincia. Es difícil extraer de

éf conclusiones claras, porque las excepciones son

abundantes: si bien Benidorm sería un ejemplo claro de

relación entre paro escaso y alta inmigración, Alicante y

San Vicente compaginan Ia inmigración con tasas de paro algo

superiores a Ia media provincial; en Petrel, el saldo

migratorio negativo coincide con altísimas tasas de paro,

pero Elda -con una tasa muy cercana a la de su vecina- sigue

recibiendo población; orihuela, poco afectada por el paro,

presenta un equilibrio entre enLradas y salidas.

Entre las cuatro poblaciones de mayor salida neta de

emigrantes (251, Aspe y Petrel unirían las salidas de estos .l^ ft ü_t_4

Cuadro 3.1 1

¡.itj!!f CIPf OS ALICANTINOS MAYORESDB 2O.OOOHABITANTES EN 1986: CO¡4PARACTONE¡TTRE SUS TASAS DE PARO EN 1 986 Y SU SALDO I{IGRATORTOENTRE1976 Y 1986.

Tasa anual de saldo Tasa de paro migratorio entre Población en 1986 1976 y 1986 (a) (b)

Alicante 21 .7 10.0 Elche 25. B 1.1 Benidorm 11 .6 68.5 AIcoy 28.3 2.6 Elda 29,B 3.3 Orihuela 13.0 0.0 Villena 30.9 0.2 San Vicente 22.7 17.4 Denia 17.7 4.6 PetreI 31 .6 2.9 Villaj oyosa 18.0 3,9 (?) Crevillente 24.9 - 1.9 Novelda 23.9 0.3 IDI 22.2 1.1,

PROVINCIA 20.9 8.2

NOTAS

(a) En tantos por mil.

( b ) ilnLre eI 1-1-7 6 y el 31-3-86 .

Fuente: Elaboración propia con datos del fNB

con gravísimas tasas de paro, pero Crevillente se mantiene en la rnedia provincial y Dolores se sitúa por debajo.

Es difícil precisar las causas de Ia escasa relación entre paro reconocido y saldo migratorio. Tal vez influya el hecho de que las causas de la inmigración reciente no sean

únicamente laborales (en algún lugar, incluso al margen de

éstas) sino turísticas, basadas en factores climatológicos, de acceso a la propiedad de Ia vivienda y de disponibilidad de ciertos servicios. También concuerda que Ia mayoría de 3i ¡i

poblaciones con tasas más elevadas son aquellas en las que más incide eI empleo clandestino, actuando como sucedáneo.

Ademásr on muchos municipios las altas tasas de paro coinciden con elevados porcenLajes de población activai es decir, €r muchas familias existen dos o nás trabajadores y así el salario de alguno sirve como amortiguador de las consecuencias del desempleo sobre Ia economfa familiar.

Lo gue parece actuar decisivamente a Ia hora de explicar las diferencias migratorias y e1 crecimiento demográfico por municipios y comarcas es el sector económico predominante en cada caso. El Cuadro 12 relaciona ambos aspectos. (Vid. además el Ap.Est. 53)

Las conclusiones son evidentes. En primer lugar, Ia dedicación básica a Ia agricultura ha coincidido casi

totalmente con los menores grados de crecimiento, éS decir,

eI éxodo rural hacia las actividades no aqrarias ha sido

evidente: mientras gue Ia casi totalidad de poblaciones con

reducidísimo empleo agrario han crecido con rapidez, Ias

poblaciones marcadamente agrarias han descendido en número

de habitantes sin excepción.

El lrtapa 14 analiza Ia participación de Ia agricultura

en el empleo primario de cada municlpio y muestra la

correlación inversa entre éste y eI grado de crecimiento

demográfico en los 25 años estudiados. Las localidades que

no han podido diversificar sus medios de vida son las mismas

gue padecen con fuerza el estancamiento demográfico y la 31 fl

CAP. 3 MAPA 14

MUNTCIPIOS ATTEANTINOS: POREENTAJE DE POBLACION ACTIVA EN EL SECTOR PRIMARIO EN 1981

Fuente: I.N.E.

25-5o/"

flledia provlncl¡I , L2.2 % ?rlt¡ \t:i

Cuadro 3.12

RELACIONES ENTRE LA DISTRIBUCION DEL E}IPLEO POR SECTORES BCONOMICOSEN 1981 Y EL CRECTI.ÍI]TNTODE¡4OGRAFTCO DE LOS DIFERENTES MUNICIPIOS ALICAI.ITINOS ENTRB 1961 Y 1986.

Número de municipios gue cumplen cada característfca según su índice de crecimiento (1961 - 19S6)

50 75 100 130 176 Características de aaaaa su población activa -50 74 99 129 175 300 +300

+ 409 en servicios 10

- 10B en servicios

+ 50t en ind.ustria

- 108 en industria

58 en agricultura

+ 668 en agricultura 1"1 2

Fuente: Elaboración propia con datos del INB

sangría emigratoria (general o selectiva, según zonas). Ya hemos analizado las causas aI hablar de la evolución de la agricultura, principalmente del secano interior y de la distribución del regadío. Los Ap.Est. 54r55r56 y 57 informan además sobre la influencia de los regímenes de tenencia de

Ia tierra distitos al de propiedad directa, sobre eI número de grandes fincas y sobre el número de empresarios agrarios, aspectos todos ellos gue explican en parte la evolución particular de la agricultura en cada municipio¡ no obstante, existen problemas cono ciertas ambigüedades en los Censos

Agrariosr eu@ impiden conocer a fondo aspectos como eI de si 32r

los empresarios agrarios se dedican fundamentalmente a ello,

o las características y utirización de las grandes fincas en

cada municipio. Por elror €s casi imposible rlegar a

conclusiones qeneralizadas.

ltro todos los municipios marcadamente dedicados a la

industria o los servicios aumentan su población; hay

pequeñas localidades en las gue se ha instalado alguna

fábrica (o bien sus habitantes se desplazan a ciudades

cercanas) y lugares con una cierta actividad de fin de

semana (urbanizaciones, hostelería, retorno de antiguos vecinos). Pero sí está crara la reración entre descenso de1 número de habitantes y atrofia de la j-ndustria y los

servicios¡ todas ras localidades con menos de un 10s de empleo terciario han perdido pobtación; todas las gue no

rregan ar 10t de actividades industriales han reducido su número de habitantes más de la cuarta parte.

Para concluir, vamos a reracionar 1a evolución de ras corrientes mj-gratorias de cada municipio entre 1976 y 1 986 con su distribución de empleo por sectores económicos a fin de observar las transformaciones más recientes en este aspecto (vid. Cuadro 13 ):

En estos últimos años sigue invariable la relación entre carencia de empleos no prirnarios y emigración. Todas las poblaciones casi absorutamente agrariasr eu€ son a la vez las de menor tamaño, siguen emigrando en la medida de sus posibilidades (cada vez menores a causa det ? 9,1 \tt 14 i,t

Cuadro 3.1 3

RETACION ENTRE LA DISTRIBUCION DEL E¡,TPLBO POR SECTORES ECONO}IICOS(BIT 19S1 ) Y LAS TASAS I.ÍIGRATORIASNETAS ANUALBS DB LOS DIFERBNTESI\1U}.¡ICIPIOS ENTRE 1976 Y 1986. Número de municipios gue cumPlen cada característica según su tasa migratoria neta anual (en %)

SaIdo SaIdo positivo negativo Caracteristicas de Ia población activa De5 De5 Ns de del municipio +10 a 10 5 -5 a 10 +10 pueblos

Servicios +408 13 21 10 r 14

Industria +50% 10 26

- 10'8

Aqriculturg 5 g 11

+66% 11 16

Fuentel Elaboración propia con datos del Il¡E

envejecimiento) y de la existencia de empleo en otros

lugares (sin paro, la emigración seria aún mayor).

si bien las l0calidades sin industria sufren Ia

emigración, Ias poblaciones fuertemente industrializadas no

siguen recibiendo trabajadores de una manera generalizadai

por eI contrario, la fuerte e:

clandestinaje ha reducido drásticamente las nuevas llegadas

y en muchos munícipios industriales existe emigración neta.

Todo clepender PoF supuesto, de la evolución concreta de cada ? fi'* Lv l¿ ;.!

industria pero es sintomático gue, entre los diez municipios con tasa de lnmigración más alta, sólo existe uno en que predomine el empleo industrial¡San Vicente i y aún este municipio crece en gran medida debido a su función residencial con respecto a una ciudad terciaria (Alicante).

Por contra, los servicios se han convertido en el principal sector generador de empleo. Por ellor no extraña que la mayoría de poblaciones cuya tasa inmigratoria anual supera el 18 sean poblaciones terciarias y gu€r por contra, en todas 1as poblaciones con menos de un 10B de empleo en servicios exista emigración neta. De 1as 21 poblaciones con mayor tasa de'inmigración netar eD 13 de el'las eI sector terciario es el predominante. Adernás, siete de estos municipios cuentan con empleo terciario superior aI 50t de su población activa: Benidorm ( 82. i B) , Alicante (69 ,51 ,

Alfaz, Altea, Calpe, Ld Nucía y San Juani su saldo inmigratorio conjunto ascj-ende a 71.27 9 personas entre 1976 y 1986, €1 72.Besdel Lotal provincial. Si en los años sesenta los movimientos migratorios se explicaban en función del proceso de industrialización, durante la úttima década

-aI menos en nuestra provincia- están íntimamente relacionados con eI desarrollo de algunos servicios, en especial de las actividades turísticas; no es de extrañar que eI mapa de poblaciones receptoras de inmigrantes se ajuste cada vez con mayor exactitud a la franja litoral de la provincia. 321

T'lOTAS

(r) Con ligeros retogues en función de los nacidos en Alicante pero hijos de madre residente en otros lugares y de los hijos de madres residentes en Alicante pero gue acuden a parir a poblaciones no alicantinas.

(21 Nos referimos sólo a los recuentos más recientes. En Ios anteriores, Ios errores pueden ser de cierta entidad, como en 1940. Pero tampoco en los actuales faltan errores de bulto: obsérvese la población de Benidorm según eI Censo de 1981 en conparación con 1 975 y 1986.

(3) Cifras provisionales¡ las cifras del movj.miento natural de la pobtación en los úItimos años aún no han sido publicadas oficialnente en el momento de redactar estas 1íneas.

( 4 ) Una síntebis breve y clara cle la emigración alicantina desde finales de1 siglo pasado a los años sesenta 1a obtenemos en GOZALVIIZPEREZ, Vicente: "La población", Geoqrafía cle Ia provincia 4e Alicante, 1978r pp.197- 198.

( 5 ) Algunos autores han señalado la importancia del grandes ejes de comunicación como llejamiento .de los factor de emigración rural. Como ejemplo, este párrafo de VIDAL I BBNDfTO, Tomás: t' . . . només el f actor de proximitat a I'urbá és garantia de creixement-, i gue la intensitat d'aquest és proporcional a Ia distáncia i a Ia importáncia de la ciutat veina. La situació estratégica respecte als grans eixos de comunicacions es un altre factor positiu" ( "Bxode rural i problemática clemospacial a Catalunya (1860 - 1970)'r, Estudis d'história aqrária, DQ 2, 1979, p.202

(6) La pérdida de servicios educativos en una época en que crece l-a importancia de éstos ha sido un fuerte inductor de las migraciones en los municipios más pequeiros. afecta a casi todos los incluidos en este grupo; también a Relleu (que, aunque supera el índice 50 posee características muy similares ) : tt.. .La concentración de Ia enseñanza en la cabecera de la comarca ha influido en eI desarraigo de los jóvenes y en la pobreza cultural de la comunidad. Este fenómeno es reciente y es indudable que las consecuencias derivadas deI r¡c|r J ¿;I

*ismo serán negativas para un posible resurgir del pueblor y& que rnuchas familias aI verse con eI problema cle fa eclucación de sus hijos, ..deciden br.r="".t trabajo fuera y abanclonan el pueblo"

( Slll{DRA, AIej andro vA C. RELLIIU: Relleu. Conocer un pueblo, 1980, P. 112.1

(71 Sobro un ejemplo concreto, 9I de los eraigrantes alcoyanos rásiáentes en fbi, véase VALERO ESCANDIILL' ;;;¿'-ná*ótt: "zonas de emi:gración y diferenciación eI social en las zonas de llegac1a: algunos ejernplos en Sur deI pais-váienciano", Éstudis sóbre I.a pobtació ciel Pais Valenciá, 19BB,pp. BB1-890-

( B Véase en el artículo cie COSTA¡fAS n José y CAI{ALES ) t'La tdARTIllEZ, Gregorio: Venta ambulante y sus mercados (nI caso de la"provincia de Alicante)", InveFtiqacioles -116. estas Geoqráficas o 1Ó83, pp. 87 , Ia importancia de ZñEfffiAG'en los municipios de Albatera' CaIlosa de Segura Y Cox.

( 9 ) Véase GII:'trElt GOI'IZALEZ, I'liguel ¡ l,{utxarnel. Estudio dernográfico v económico, 1981 ., 300p.

( 10 ) Sobre las dif erencias entre población censacla I' f lotantc de llenidorm y los problemas que ello representa, véase G¡\VIRIA, I.,lario¡ Benidorrn, ciudad -639 nugye , 1977 , PP- 6 30 .

(1i ¡ Véase COSTA¡{AS, José: lll l.{arquesat de Denia: estudio *t-C;qeoqráfico, 1977, p. 90. recientemente, PALAZOi\i !'ERRA¡IDO, Salvador: ',EvoIució dernográfica clel Baix l'larquesat, Aguaits, 1988, PP. 27-35 -

(12) Ya

(13) La altitud de rbi, superior a los 800 m en casi todas Ias fuentes, debería ser prontamente revisacla a Ia baja, dl coniunclirse }a cota correspondiente aI antiguo edificio clel lryuntarniento con Ia muy próxirna del Cerro cle Santa L1ílcia. go ol:stante, Ia altura seguirí.a superando los 700 m. 32ri

(14) lln estos cálculos seguimos eI nlapa de isoyetas do la provincia cle AIicañte publicado por LOPEZ GOI'1I12, tr¡l Antonio: clima", Geoqraf ía cle Ia provincia de Alicante ' 1975, p.110.

(15) Las precipitaciones "excepcionales" no 1o son tanto en nuestra pr""i""i".- v¿;;¿' óó*" e'iemplo Ia concentración de lluvias en eI área de Ia capital en PUJAi{Tll BELVIS, Rosa I,{e: "Aportació a 1'estudi de les precipitacions en el Canp d'Alacant", Ifqteriats - deI "x"ápcionals rl'a]acanF pp' 105- óán.rrás ¿'estuni? Ocf camó , -'1986, 1ZZ. Un caso más paiticular en GIL OLCII'IA, Antonio: ',Inundaciones cle óctubre de 1982 en el Campo de Alicante", rlstudios GgoqráfiqoEf n:170-171 ,1983r PP' 121-141 . En el mismo numerd*TE&icado mográficamente aI LoPEz Gol'iEZ tema ) , un--'"Lás ej emplo más generalizado en n il;;;i": Iluvias catastr6f icas mediterráneas", pp.1 1-29.

(15) Además, eI descenso no ha sido muy acentuado: 738 las personas personas r si contamos actualmente resídentes en Pinoso y La Algueña (separada de Pinoso en los años treinta). Las p6rdidasr Por otra parte' s€ han protluciclo esencialrnente en Ias pedanias.

10.000 (17 | Como algunas clasificaciones sitúan en habitantes eI urilbral de separación entre pueblos y ciudades, hemos cliviclido los municipios intermedios en dos grupos según el número de habitantes inferior o superior a dicha cifra'

(18) Véase la nota 4 ctel Capítulo 2. Para el caso concreto de Elda ( Ia pol:Iación de mayor inrnigración porcentual en aquellos unó=1, véase VALtrROESCAIIDELL, José Ramón: y la "La inmigración en Elcla durante Ia Dictadura nepúblicai causas, clesarrollo y características"t_tr198 durante el prirner i.ercio del sióIo Xii, 1980, pp. 97-125'

(19) Sobre la evolución clel tipo cle poblamiento de La Vega Baj a, véase el artículo de B1JL1\DULL,Carmen y GOi'ftlZ t'Alrro:

(20) En los dos casos, ntás que de pueblo se trata de una agrupación cle caseríos a fin de lograr una mínima entidad administrativa que funcione como nuniciPio. 32?

(21 | El proceso de concentración de la población - ilicitana en óf casco urbano puede observarse en los datos ofrecidos por GOZALVEZ PBREZ, Vicente: "EI Bajo Vinalopó,r, Geoqrafía de Ia provincia de Alicanter P. 559

(221 Bl informe PRtrVAsA,€r su tomo sobre "La Vega Baj?", p- 16, ya diferencia estas dos tendencias contrapuestas-

(231 El informe citado en }a nota anterior demostraba como la Vega Baja, pese a su fuerte emigración, mantenía en 1g7O un índice de juventud superior al provincial y aI por edades de global valenciano. Además, lq _estructura Ía población activa no se diferenciaba de la media provincial, pese a la pérdida de muchos adultos I ovenes.

(241 También existen altos porcentajes de envejecimiento entre los habitantes de la rsla de Tabarca (perteneciente a Ia ciudad de Alicante), nás acusados entre las mujeres. Véase GO.\ZALEZA¡1PIDE, José Luís: Los tabarqtrinos, 1981 , P. 392.

(25) Descontando los casos de Jijona y villajoyosar Por, las razones ya explicadas.