IDENTIDAD URBANA EN DOS MUNICIPIOS DE LA REGIÓN CAPITAL ( Y SOACHA): DE LAS INICIATIVAS INSTITUCIONALES DE INTEGRACIÓN REGIONAL A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD METROPOLITANA

MAURICIO OSORIO VALDIRI

UNIVERSIDAD PILOTO DE MAESTRÍA EN GESTIÓN URBANA D.C - 2014 IDENTIDAD URBANA EN DOS MUNICIPIOS DE LA REGIÓN CAPITAL (FUNZA Y SOACHA): DE LAS INICIATIVAS INSTITUCIONALES DE INTEGRACIÓN REGIONAL A LA CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD METROPOLITANA

MAURICIO OSORIO VALDIRI

Trabajo de grado para obtener el título de Magíster en Gestión Urbana

Tutor: CARLOS AUGUSTO MORENO LUNA Investigador

UNIVERSIDAD PILOTO DE COLOMBIA MAESTRÍA EN GESTIÓN URBANA BOGOTÁ D.C – 2014

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Resumen La presente investigación tiene como objetivo explicar la emergencia de la escala metropolitana en las manifestaciones de identidad urbana en la población trabajadora, a nivel individual y colectivo, de los municipios de Soacha y Funza, los cuales hacen parte del primer anillo de influencia de Bogotá (correspondiente a la escala metropolitana-subregional), y su relación con las iniciativas institucionales de integración regional. En este sentido, este trabajo está distribuido en tres categorías principales o dimensiones que le dan contexto al objeto de estudio: la primera categoría corresponde a la dimensión institucionalde la investigación, la cual comprende las iniciativas institucionales de integración regional para el caso Bogotá y los municipios que hacen parte de su primer anillo de influencia; la segunda categoría hace referencia a la metropolización, específicamente al crecimiento demográfico y espacial, a las interacciones entre núcleo metropolitano y municipios metropolizados; y por último, la tercera categoría o dimensión subjetiva, corresponde a la transformación de la identidad urbana hacia una identidad metropolitana.Respecto a la primera categoría, en la sección de resultados, esta se respondió a través de la revisión de información secundaria y análisis de datos estadísticos (Encuesta Movilidad Bogotá 2011) actualizados a la segunda década del presente siglo. La segunda categoría del presente proyecto de investigación, se abordó a través de estrategias de investigación y técnicas de recolección de información como la revisión documental, análisis de contenido y entrevista(s) a docentes expertos para conocer los lineamientos de política pública para la integración regional. Frente a la tercera y última categoría, ésta se abordó por medio de la entrevista en profundidad.

Palabras Clave: metropolización, integración regional, identidad urbana, sujeto metropolitano

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Agradecimientos

Me gustaría que estas líneas sirvieran para expresar mi más entrañable y sincero agradecimiento al profesor Carlos Augusto Moreno Luna, tutor de este esta investigación, por la orientación, la supervisión y a la retroalimentación continua de la misma, y, sobre todo por la motivación y el apoyo recibido durante la realización de la investigación.

Especial reconocimiento merece el interés mostrado de parte de la profesora Adriana Hurtado Tarazona hacia la temática de investigación, y las sugerencias recibidas, también de parte suya, en la etapa de construcción del anteproyecto. También doyreconocimiento al profesor Germán Andrés Cortés Millán, a la Dra. Alba Lucía Moreno Vela y a la Arq. Angélica Patricia Camargo Sierra, por haber hecho posible mi ingreso a la Maestría en Gestión Urbana.

Quisiera hacer extensiva mi gratitud a todo el equipo de la Maestría en Gestión Urbana, especialmente a la Arq. Mayerly Rosa Villar Lozano y a la profesora Melba Rubiano, por el buen ánimo infundido y por la confianza depositada en mí.

También quiero manifestargratitudes a los docentes Oscar Alfonso Roa y César Augusto Ruíz y a las tres personas entrevistadas, por su colaboración en el suministro de datos para la realización de la parte empírica de esta investigación.

Un reconocimiento muy especial merece la comprensión, paciencia y motivación brindada por mi familia y amigos, especialmente Laura Gómez y Sharon Aldana Zerdá; gracias a ambas por su apoyo incondicional.

A todos ellos, gracias infinitas.

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Tabla de Contenido

1. Introducción ...... 9

1. 1. Problema de investigación ...... 9

1. 1. 2. Justificación...... 9 1. 1. 3. Antecedentes...... 11 2. Objetivos de la investigación ...... 12

2. 1. Objetivo general ...... 12

2. 2. Objetivos específicos ...... 12

3. Marco Teórico ...... 12

3. 1. Dimensión institucional: La integración regional ...... 12

3. 1. 1. ¿Qué se entiende por integración regional? ...... 12 3. 1. 2. La integración regional en el escenario internacional ...... 13 3. 1. 3. La integración regional en Colombia ...... 15 3. 2. Metropolización ...... 17

3. 2. 1. Una mirada a la metropolización internacional y nacional...... 20 3. 2. 2. El fenómeno de la metropolización en Bogotá...... 27 3. 2. 2. 1. Bogotá y la Sabana: un área metropolitana en construcción .... 29 3. 3. Dimensión subjetiva: Transformación de una identidad urbana a una identidad metropolitana ...... 31

3. 3. 1. Aproximaciones al concepto identidad urbana...... 31 3. 3. 2. Aproximación al concepto “identidad metropolitana”...... 34 4. Metodología ...... 35

4. 1. Estrategias de investigación ...... 36

4. 1. 1. Revisión o investigación documental...... 36 4. 1. 2. Análisis de contenido...... 37 4. 2. Técnicas de recolección de información ...... 38

4. 2. 1. La entrevista...... 38

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4. 3. Participantes ...... 39

4. 4. Materiales e instrumentos ...... 40

4. 5. Procedimiento ...... 40

5. Resultados ...... 40

5. 1. Dimensión Institucional: iniciativas de integración regional ...... 41

5. 1. 1. Características del proceso de integración regional Bogotá- Cundinamarca...... 41 Antecedentes de la integración regional ...... 43 Lineamientos de política pública para la integración regional ...... 47 5. 1. 2. La Región Capital ...... 49 5. 1. 3. Región Capital como iniciativa de integración regional...... 54 5. 1. 3. 1. Bogotá como núcleo de la Región Capital ...... 57 5. 1. 3. 2. Región Capital y su relación con los planes de desarrollo departamental, municipal y distrital...... 60 5. 1. 3. 2. 1. Plan de Desarrollo Departamental 2012-2016 “Cundinamarca Calidad de Vida” y Región Capital ...... 61 5. 1. 3. 2. 2. Plan de Desarrollo Municipal para Funza 2012-2015 ...... 64 5. 1. 3. 2. 3. Plan de Desarrollo para Soacha 2012-2015 y Región Capital ...... 65 5. 1. 3. 2. 4. Plan de Desarrollo para Bogotá D.C. 2012-2016 y Región Capital ...... 65 5. 2. Movilidad cotidiana y metropolización ...... 66

5. 2. 1. La interrelación de los municipios del anillo de influencia y su impacto en la movilidad de Bogotá...... 66 5. 3. La dimensión metropolitana en las identidades urbanas ...... 72

6. Conclusiones ...... 76

7. Referencias ...... 79

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Tabla de Figuras

Figura 1. Bogotá Distrito Especial 1960. Fuente: DAPD, 1972 ...... 44 Figura 2. División político-administrativa de Cundinamarca. Fuente: Secretaría de Planeación de Cundinamarca, con base en Ordenanza 023 de 1998 y Actualización Ordenanza 07 de 2001, citado en Gobernación de Cundinamarca y Universidad del Rosario, 2011) ...... 50 Figura 3. Bogotá y su área de influencia inmediata. Fuente: SDP, 2010b ...... 51 Figura 4. Primer anillo de influencia de Bogotá. Fuente: SDP, 2010b ...... 52 Figura 5. Segundo anillo de influencia de Bogotá. Fuente: SDP, 2010b...... 53 Figura 6. Mapa de la Región Capital y sus provincias. Fuente. DANE Censo 2005, Cálculos DIRNI, 2011...... 56 Figura 7. Distribución de la muestra por municipio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012...... 68 Figura 8. Distribución de viajes en Bogotá, Soacha y municipios cercanos. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012...... 69 Figura 9. Distribución de viajes por trabajo en la zona de estudio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012...... 70 Figura 10. Distribución de viajes por estudio en la zona de estudio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012...... 71

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1.Introducción Este trabajo se inscribe en la línea de investigación Hábitat, Ambiente y Territorio de la Maestría en Gestión Urbana, la cual estudia diferentes lógicas que interactúan en laocupación y transformación de los territorios y en la relación de los seres humanos con losespacios urbanos construidos y no construidos, con el fin de buscar alternativas de intervención viables que faciliten el mejoramiento de la calidad de vida. Dentro del tema general de indagar sobre la relación de los seres humanos con el espacio urbano, el trabajo se ubica en el eje temático de metropolización y gestión interjurisdiccional; ya que intenta abordar la escala metropolitana desde la identidad de los sujetos y aportar esta dimensión a los lineamientos de gestión metropolitana, que generalmente se piensan sólo desde lo político-institucional o desde lo económico, desconociendo a veces la brecha entre lo que se planea “desde arriba” y la percepción de quienes viven de manera directa estos procesos urbanos.

1.1. Problema de investigación 1.1.2. Justificación. Las ciudadesestán mirando cada vez más allá de sus límites territoriales y administrativos por efecto de las dinámicas migratorias, avances en redes de transporte y comunicaciones, infraestructuras con impacto supramunicipal, interacción rural-urbana y globalización de actividades económicas, entre otras. Esta dinámica de crecimiento implica un nuevo rol de los territorios: se complementan los intereses de las ciudades y regiones para el incremento de la productividad económica y la calidad de vida. En este sentido, la capital del país y el departamento de Cundinamarca, llevan cerca de una década diseñando estrategias de integración regional a distintas escalas (metropolitana,

9 departamental, y de manera más amplia con la región central), principalmente desde una perspectiva político-institucional1.

Sin embargo, la misma administración distrital reconoce que “La integración supone la cohesión de los problemas y potencialidades comunes, la necesidad de construir un imaginario conjunto de la región como referente político y ciudadano” (Secretaría Distrital de Planeación (SDP), s.f.). Esto remite directamente a la necesidad de conocer cómo se manifiesta (y si existe) la identificación de los habitantes con la escala regional, si se está construyendo una identidad urbana –entendida como “reconocimiento, pertenencia y permanencia y vinculación [que] (…) se construye permanente dialéctica y situacionalmente como un proceso de relación con la otredad, la historicidad y el conflicto” (Tamayo y Wildner, 2005, p. 13)- de escala metropolitana. Para el caso de Bogotá hasta ahora no se cuenta con estudios específicos sobre las manifestaciones de identidad urbanaen los habitantes de los municipios aledaños a Bogotá, por lo que no sabe qué tanto se manifiesta el deseo de integración regional en la ciudadanía, en particular si la población trabajadora2de los municipios metropolizados3 (municipios que hacen parte del primer anillo de influencia metropolitana4 o municipios de “borde urbano”) está

1 Véase, Región Capital: Bogotá y Cundinamarca son el país entero de una región, 2010; Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2010.

2Se toma como unidad de análisis la población trabajadora de la Región Capital porque es quien vive de cerca las interacciones propias del proceso de metropolización; es quien migra diariamente (en busca de una mejor oferta y unas mejores condiciones de empleo) de los municipios metropolizados al municipio núcleo (Bogotá), ya que éste (el municipio núcleo o metrópoli) se consolida como el principal mercado laboral de la Región Capital y del País (SDP, 2011a).

3 El municipio metropolizado es, según Alexandra Rodríguez Del Gallego (comunicación personal, 1 Diciembre, 2012), aquel que hace parte de un área metropolitana y que no necesariamente está integrado a un municipio núcleo.

4El “primer anillo de influencia metropolitana”, de acuerdo con los Lineamientos de Política Pública para la Integración regional presentados por la SDP (2011b), involucra seis municipios (La Calera, Chía, Cota, Funza, Mosquera y Soacha) o municipios “de „borde urbano‟, con los que existe una dinámica de movimientos de población diaria por servicios. Estos municipios concentran el 31.6% de la población del departamento, tienen una extensión territorial del 799.8 Km² (3.6% del total departamental) y aportan el 27.6% del PIB departamental” (p.14).

10 en proceso de concebirse como sujetos metropolitanos, ya que son los que viven cotidianamente las interacciones características de los procesos de metropolización5. De esta manera, esta investigación formula la siguiente pregunta ¿Cómo emerge la escala metropolitana en las manifestaciones de identidad urbana en la población trabajadora de dos de los municipios (Funza y Soacha)que conforman el primer anillo de influencia de la ciudad de Bogotáa nivel individual y colectivo?

1.1.3. Antecedentes. La trayectoria que ha seguido el fenómeno a investigar no ha sido extensa y eso lo confirma el rastreo bibliográfico realizado durante el período de construcción del anteproyecto. Frente al concepto identidad urbana, los textos y documentos de investigación apuntan a que la identidad se construye permanentemente y sometida a procesos de resignificación a nivel individual y colectivo, a nivel global, nacional y local –urbano-(véase Páramo, 2007; Tamayo y Wildner 2005; Valera y Pol, 1994). Referente a la identidad metropolitana o identidad en espacios metropolitanos, la información que se obtiene en bases de datos como Redalyc, Proquest y Google Scholar es escasa e incipiente y esto se debe a que, según el Profesor Klaus Frey, la literatura normalmente habla sobre el sentido de identificar una falta de identidad metropolitana como uno de los factores restrictivos de la gobernanza metropolitana, mas no como un objeto propio de investigación (Klaus Frey, comunicación personal, 5 noviembre, 2012). Sin embargo, trabajos como los de Badía (2011), Domínguez (2003), Fajre (2006) y Ramírez Sáiz (1999), hablan sobre la identidad en las áreas metropolitanas que está en continua creación y cambio, sobre una ciudadanía metropolitana y sobre un ser metropolitano, el cual al ser „actor metropolitano‟ o el „motor político‟, interviene en la construcción del territorio metropolitano en un escenario de gobernabilidad.

5 Las interacciones características de los procesos de metropolización hacen referencia a movilidad residencial, movilidad cotidiana, migración por oferta de empleo y equipamientos urbanos (Véase Alfonso, 2001b; Alfonso, 2010a).

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Estostrabajos –los anteriormente mencionados- son quizá los que permitirán tener una idea clara sobre los conceptos de identidad urbana e identidad metropolitana; que abren las puertas a una revisión exhaustiva sobre qué se ha trabajado a nivel académico y práctico referente al tema.

2. Objetivos de la investigación 2.1. Objetivo general Explicar la emergencia de la escala metropolitana en las manifestaciones de identidad urbana en la población trabajadora delosmunicipios de Soacha y Funza, los cuales hacen parte delprimer anillo de influencia de Bogotá (correspondiente a la escala metropolitana-subregional), a nivel individual y colectivo, y su relación con las iniciativas institucionales de integración regional.

2.2. Objetivos específicos Identificar las iniciativas institucionales de integración regional para el caso de Bogotá y los municipios que hacen parte de su área de influencia inmediata.

Describir el proceso de metropolización de Bogotá con los municipios del área de influencia inmediata desde una de sus categorías (movilidad cotidiana).

Indagar sobre la dimensión metropolitana en las identidades urbanas de la población trabajadora de los dos municipiosestudiados (Soacha y Funza).

3. Marco Teórico 3. 1. Dimensión institucional: La integración regional 3. 1. 1. ¿Qué se entiende por integración regional? La integración regional es un proceso que ha adquirido cierta importancia a partir de la mitad del siglo pasado, específicamente desde la segunda mitad de la década de los ochenta, pues parte de una necesidad de las regiones por alcanzar un crecimiento económico que les permita incorporarse al comercio internacional y a la economía mundial. En palabras de Di Filippo y Franco, 2000), la integración regional es un proceso que ayuda a “promover el

12 desarrollo con equidad en una escala subregional o incluso regional” (p. 17). Como se afirmó con anterioridad, la segunda década de los 80 marca un gran cambio económico mundial (Molina y Herbas Camacho, 2005). Dicho “gran cambio económico mundial” se estableció con el desarrollo de importantes procesos de integraciones regionales como el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA), la anexión de los países del sur y este de Europa a la Comunidad Europea, el intento de integración del continente americano en el Acuerdo de las Américas (ALCA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), entre otros (Di Filippo y Franco, 2000, Molina y Herbas Camacho, 2005).

De acuerdo con Molina y Herbas Camacho (2005), los esquemas tradicionales de integración son netamente económicos y de comercio, los cuales, basados en la teoría tradicional de Bela Balassa o Teoría de Integración Económica (Balassa, 1964), se establecen en diversas etapas que parten desde la liberación de aranceles, unión aduanera, libertad de circulación, zona monetaria común, hasta alcanzar una integración económica total a partir de la armonización de políticas, descartando aspectos políticos, sociales, científicos, culturales o ambientales (Molina y Herbas Camacho, 2005). Estos últimos aspectos, ajenos al esquema tradicional de integración, se han ido adhiriendo a procesos que, a partir de las últimas décadas del siglo XX -y como se verá en los siguientes párrafos, suscitan un desarrollo económico y social en armonía con las necesidades de competencia mercantil y de apertura de las fronteras imaginarias y reales de las regiones y de las subregiones del globo.

3. 1. 2. La integración regional en el escenario internacional El caso más notable de integración regional a nivel internacional es la Unión Europea, quien más ha desarrollado dicho proceso, desde 1991, avanzando hacia una integración política más estrecha, promoviendo un desarrollo económico y social equilibrado y sostenible a través de la fractura de las fronteras, fortaleciendo la cohesión económica y social y unificando el sistema monetario. Pese a los avances integracionistas de la Unión Europea, esta es cuestionada por su déficit democrático visible en el escaso impulso al

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Parlamento Europeo, en las decisiones que se toman entre los distintos gobiernos sin la participación de la sociedad, en la falta de información transparente y suficiente, y en las decisiones basadas en criterios netamente económicos (Molina y Herbas Camacho, 2005). Referente al caso europeo de integración regional, Molina y Herbas Camacho (2005) concluyen que el proceso de integración regional es más que una iniciativa comercial o de inserción al mercado mundial; es una iniciativa que

Involucra el desarrollo de instituciones, la definición de políticas y estrategias sectoriales, el desarrollo de la infraestructura (de transporte, energética y de telecomunicaciones), y la creación de mecanismos compensatorios y políticas de información y de participación, que permitan alcanzar un nuevo equilibrio social y económico (Molina y Herbas Camacho, 2005, p. 311).

En el contexto latinoamericano, en concordancia con la orientación y la profundidad de las reformas económicas y las transformaciones observadas en los países que conforman la región, se hizo necesaria la adopción de una nueva sobre integración regional respecto al rol que puede asumir el desarrollo de los países no sólo hacia adentro, sino hacia afuera, en un espacio económico ampliado, eficiente, competitivo y capaz de competir en el plano internacional (Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 1995, citado en Garay, 2004). En este orden de ideas, la nueva estrategia integración regional ya no se enfoca hacia adentro, sino que se enfoca hacia afuera en un marco de apertura y de liberalización de la competencia (Garay, 2004). Es así como esta nueva estrategia de integración regional, que implicó un cambio de paradigma en la década de los noventa, se enmarca en un nuevo regionalismo en los círculos políticos, económicos y académicos (Giordano, Mesquita Moreira y Quevedo, 2004; Pineda, 2009). En palabras de Devlin y Quevedeo (2004, citados en Giordano, Mesquita Moreira y Quevedo (2004), con el surgimiento del nuevo regionalismo se procuró “evitar la excesiva fragmentación e ineficacia de las reglas, orientándose hacia la adopción de principios de reciprocidad de las

14 obligaciones de automaticidad de los procesos de convergencia hacia regímenes comerciales comunes” (p. 2). Garay (1997, citado en Garay (2004), apunta que el nuevo regionalismo o acuerdos de segunda generación –o de nueva generación (Giordano, Mesquita, Moreira y Quevedo, 2004) incluye servicios, inversiones, compras gubernamentales, derechos de propiedad intelectual, e incorpora normas y disposiciones más elaboradas para la regulación de la competencia mediante la instauración de normas de origen específicas y una mayor selectividad en el proceso de ampliación del mercado regional. Los ejemplos más destacados estos acuerdos de nueva generación son el MERCOSUR y el Mercado Común Centroamericano –MCCA.

3. 1. 3. La integración regional en Colombia La trayectoria que ha tenido el proceso de integración regional en Colombia ha sido extensa, empezando desde la década de los sesenta, cuando las políticas para el desarrollo regional en el país siguieron un camino similar a los demás países latinoamericanos. A partir del Plan de Desarrollo formulado por la administración del entonces presidente de la república Alberto Lleras Camargo (1966-1970), se incorporó el tema de desarrollo regional en la planeación nacional, formulándose un modelo de regionalización que buscaba, por un lado, evitar la migración de los pobladores del área rural hacia la ciudad y, por otro lado, reducir el impacto de estas migraciones hacia las grandes ciudades, a través del desarrollo de infraestructura básica y equipamientos productivos en las ciudades intermedias (Pineda 2008). En este mismo periodo, mediante una reforma constitucional que tuvo lugar en el año 1968, se crea la figura de Áreas metropolitanas, con un régimen jurídico diferente al de los municipios. En cuanto a los municipios, se formuló una cooperación entre estos a través de la figura de asociación de municipios (Moncayo, 2004).

Pasando a la década de los setenta, el plan de gobierno del presidente Alfonso López Michelsen (1974-1978), retoma lo planteado por el gobierno de Lleras Camargo a través de una política de desarrollo regional y urbano

15 focalizada hacia la desconcentración industrial, la descentralización administrativa y un nuevo impulso a las ciudades intermedias (Pineda, 2008).

En la década de los ochenta, con el plan de gobierno del presidente Turbay Ayala (1978-1982) se formuló una integración de las políticas regionales con los objetivos nacionales de desarrollo, específicamente en áreas estratégicas como el desarrollo de regiones periféricas, la integración física, la superación de brechas regionales y el ordenamiento territorial (Moncayo, 2004). Por otro lado, el gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986), empoderó a los municipios como agentes principales de su desarrollo, debilitando así el rol de los departamentos, a quienes les fue asignada una función coordinadora y de apoyo a la planeación local, con una incipiente incidencia en las estrategias de desarrollo local (Pineda, 2008).

A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, se avanzó en el proceso de descentralización en Colombia. Dicho proceso de descentralización abrió espacio a la actuación local mediante el fortalecimiento de los fiscos territoriales, la cesión de competencias en los sectores de educación, salud y servicios -como agua potable y saneamiento básico-, la promoción de la elección directa de alcaldes y gobernadores, la estimulación del proceso de implantación de planeación territorial a partir de la Ley de Reforma Urbana (Ley 9 de 1989) y la introducción de instrumentos específicos de ordenamiento (Ley 388 de 1997) que establecieron un marco de criterios y obligaciones para expedir los planes de ordenamiento territorial de los municipios (Pineda, 2008).

Sin embargo, en los últimos veinte años, y a pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional de adelantar un desarrollo regional equitativo y exitoso, ha perdurado la ausencia de un marco normativo que fomente la cooperación entre entidades territoriales, lo cual ha dificultado los avances institucionales y fiscales en todas la regiones del país, a excepción de la región de Bogotá- Cundinamarca, la cual obtuvo un tratamiento especial en la Constitución Política de 1991 (Pineda, 2006). En este sentido, de acuerdo con Pineda (2008), la

16 inexistencia de un pacto alrededor del desarrollo local y regional entre la nación (Colombia) y sus territorios, es lo que explica, en gran medida, “el activismo regional” en la conducción de estrategias propias de desarrollo, el cual se presentó en diferentes departamentos y ciudades dentro del país durante la década de los noventa y en la primera década del presente siglo. Esto ha sido posible a partir de la cohesión de voluntades regionales, con una considerable participación y cooperación de distintos actores del sector público y del sector privado, como se ilustrará en el caso de la integración regional Bogotá- Cundinamarca (véase la sección resultados).

3.2. Metropolización Los cambios que han tenido lugar en las últimas décadas en las múltiples maneras en las que se desarrolla la vida social, es decir, en las formas de producción, circulación, comunicación y consumo (Blanco y San Cristóbal, 2012), se encuentran íntimamente vinculados con la construcción, transformación y uso del territorio. Estas construcciones y transformaciones, que se empezaron a consolidar a partir de la caída del capitalismo de mediados de los años setenta, devengaron una alteración significativa en el escenario de la acción social tanto en sus dimensiones económicas, sociales, políticas y culturales, como en su expresión territorial (De Mattos, 2001). La articulación entre procesos o dimensiones y formas territoriales ha generado una serie de discusiones sobre la búsqueda de nombres más precisos para describir la dinámica actual de las grandes ciudades.

En ese orden de ideas, trabajos como los de Alfonso (2010a, 2010b), Blanco y San Cristóbal (2012) y Jaramillo y Alfonso (2001) describen la dinámica de las grandes ciudades o metrópolis bajo el fenómeno de la metropolización. La metropolización hace referencia, según Jaramillo y Alfonso (2001), a una forma de interrelación de una gran ciudad con los centros urbanos y el área rural que la rodea, la cual consiste “en que la gran ciudad establece fuertes relaciones de interdependencia con su entorno, aun antes de su fusión física, al punto de que se configura una unidad socioespacial más amplia, que

17 con frecuencia involucra entidades político-administrativas diferentes” (Jaramillo y Alfonso, 2001, p. 199).

Por su parte, Alfonso (2010a) afirma que la metropolización, por un lado, abarca un conjunto de acciones humanas que se desarrollan en un núcleo urbano y que se extienden hacia su entorno inmediato; por otro lado, hace referencia a una interacción cotidiana y estructural “que termina con que el crecimiento poblacional urbano y suburbano del hinterland6 inmediato es inducido por las migraciones desde el núcleo, de manera que son los movimientos poblacionales el mejor indicador estructural del nivel alcanzado por la metropolización” (Alfonso 2010a, p. 222). Alfonso (2010b), en el texto Impactos socioeconómicos y demográficos de la metropolización de la población colombiana y de los mercados de trabajo y residenciales, sostiene que en la metropolización -entendida como etapa del proceso de urbanización que antecede a la construcción de conjuntos de áreas metropolitanas (megalópolis) (Alfonso, 2010b)-, confluyen agentes económicos y unidades de decisión política que interactúan a través de procesos mercantiles, redes de contacto y otros mecanismos de intercambio, ampliando su umbral de interacción a una escala supralocal que gravita sobre el núcleo urbano.

En concordancia con lo anterior, Blanco y San Cristóbal (2012), definen a la metropolización como un proceso de concentración y difusión que remite a una conjunción creciente en un espacio articulado de población, que facilita la producción de riqueza y de innovación tecnológica. En este aspecto, Hurtado, Hernández y Miranda (2014) citando a Rojas, Cuadrado-Roura y Fernández (2005) argumentan que la metropolización, en el sentido de concentración, es un proceso en donde se articulan la economía global y los mercados y sistemas de producción en un sistema estructurado de nodos y redes, y que implica “una serie de interdependencias e interacciones sociales, ambientales, político

6 Esto es zona o área de influencia de una ciudad.

18 administrativas y económicas” (Rojas, Cuadrado-Roura y Fernández, 2005, citados en Hurtado, Hernández y Miranda, 2014, p. 35).

También es definido como un proceso de difusión que hace referencia a “la extensión de cualidades metropolitanas a territorios cada vez más vastos, lejanos y discontinuos, desde los visiblemente urbanos hasta los aparentemente rurales, que quedan involucrados en la dinámica metropolitana” (Blanco y San Cristóbal, 2012, p. 74). Hurtado, Hernández y Miranda(2014) denominan a este proceso como “proceso de expansión espacial y poblacional” y agregan “(…) caracterizado por el desbordamiento de los límites de las ciudades centrales que deviene en aglomeraciones urbanas mono o policéntricas” (p. 35).

Entre los procesos que tienen lugar en la metropolización, Blanco y San Cristóbal (2012, pp. 74-75) identifican los siguientes:

1). La ubicuidad de las condiciones generales para la producción.

2). La formación de patrones residenciales diferenciales, fragmentados y articulados, con fuertes implicancias en términos de exclusiones y tensiones en el mercado inmobiliario.

3). La difusión de nuevos objetos urbanos, relativamente homogéneos en su morfología y funciones como los centros comerciales estandarizados, condominios y urbanizaciones cerradas, conjuntos empresariales integrados.

4). La conformación de amplias cuencas de empleo.

En síntesis, Hurtado, Hernández y Miranda (2014) aseveran que

(…) la metropolización refleja un orden económico espacial y más complejo que el expresado por conceptos como aglomeración urbana y conurbación o por categorías dicotómicas como “lo rural” y “lo urbano”, que en el contexto de la metropolización se resignifican y se complejizan (p. 35).

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Así pues, queda claro que la metropolización, independiente de su carácter de fenómeno o proceso, si bien es un fenómeno que antecede a la construcción de áreas metropolitanas, implica una interacción o interdependencia entre distintos actores (gubernamentales y no gubernamentales) y sectores (económicos, sociales, culturales, entre otros), interacción que es resultado, por un lado, de un proceso de expansión o difusión del núcleo urbano hacia su entorno inmediato o área de influencia y, por otro lado, de concentración de actividades políticas, económicas, sociales.

Una vez definido el concepto de metropolización, a continuación éste se contextualizará en los escenarios internacional, latinoamericano (incluyendo el nacional), y finalmente en el nivel local (el caso Bogotá y los municipios que hacen parte de su área de influencia inmediata).

3.2.1. Una mirada a la metropolización internacional y nacional. En el plano internacional el caso más representativo es el europeo, ya que, según Lefebvre (2008, citado en Alfonso, 2009), las investigaciones sobre metropolización en Europa han apuntado al estudio sobre la gobernanza en zonas que circundan a las grandes capitales. A partir de estas investigaciones han surgido estudios sobre la primacía poblacional y política que estas ciudades ejercen sobre otras, y sobre el núcleo urbano de estas capitales, el cual dispone de una estructura política y administrativa más compleja respecto a las otras ciudades que favorece su liderazgo administrativo metropolitano.

Alfonso (2009) manifiesta que la noción de proyecto metropolitano en Europa y Canadá se ha encaminado en la transformación de la organización del sistema de actores que intervienen en dicho proyecto y tal transformación es atribuida a los proponentes de las reformas institucionales.

Así pues, el proyecto se sintetiza bajo las siguientes características:“El promotor del proyecto debe ser identificable” (Alfonso, 2009, p.58). Este elemento es importante, ya que el proyecto para poder avanzar, necesita del liderazgo de alguien que dirija, oriente y tenga visión; “El proyecto metropolitano

20 debe disponer del apoyo de una estructura política. Para que un proyecto pueda materializarse y para que las decisiones puedan tomarse, éste debe contar con un soporte institucional” (Alfonso, 2009, p. 58). Dicho soporte depende del tipo de proyecto metropolitano que se esté desarrollando, y puede provenir del núcleo urbano o ciudad central, de un organismo metropolitano (si lo hay) o de una estructura creada para este fin; “El proyecto metropolitano necesita una estructura técnico-administrativa para proveer las necesidades materiales y de personal para dar forma a las ideas y a la visión del proyecto” (Alfonso, 2009, p. 58). Esta estructura puede encontrarse en el órgano de gobierno metropolitano, en la ciudad central o en una estructura diseñada para tal fin; La movilización de la sociedad civil es fundamental ya que da legitimidad al proyecto metropolitano (lo que deja de ser un proyecto tecnocrático) y crea una imagen (que es un proyecto de todo el territorio” (Alfonso, 2009, p. 58). La movilización de la sociedad civil puede ir desde la más general hasta la más estructurada o institucionalizada; “La existencia de un documento palpable que sintetice el proyecto metropolitano, constituye el símbolo y la prueba de su existencia. Su existencia hace que el proyecto metropolitano sea tangible” (Alfonso, 2009, p. 59). Este documento tangible puede adoptar diversas formas: un documento único, un conjunto de documentos estratégicos, una sucesión de documentos y actividades; “Por último, el Metropolitano debe en algún momento producir medidas concretas para ponerla en práctica”(Alfonso, 2009, p. 59). En este aspecto, Alfonso (2009) citando a Lefevbre (2004, pp. 13-14), argumenta que las ciudades estudiadas dentro del caso Europa y Canadá en contadas ocasiones avanzan en los proyectos metropolitanos sin tales medidas, ya que en algunos casos estos proyectos son muy recientes.

Dadas las características del proyecto metropolitano europeo y canadiense y su estrecha relación con la gobernanza7, Alfonso (2009) apunta

7 Aguilar (2007), entiende por gobernanza “(…) la existencia de un proceso de dirección de la sociedad que ya no es equivalente a la sola acción directiva del gobierno y en el que toman parte otros actores (…). Es un nuevo proceso directivo, una nueva relación entre gobierno y sociedad,que difícilmente puede ser ya en modo de mando y control, en virtud de la

21 que “(…) el empleo recurrente de la palabra actor es consistente con una visión de esta naturaleza, en la que el proyecto metropolitano aparece como el guion a representar por los personajes puestos en la escena metropolitana” (p. 59). Sin embargo, en estos proyectos “no hay lugar a la innovación ni a la sorpresa, pues se idealiza un mundo de certezas en la que la diversidad se diluye en el crisol del proyecto metropolitano” (Alfonso, 2009, p. 59).

Pasando a otro punto del escenario internacional, en el caso estadounidense el fenómeno de la metropolización, descrito por Óscar Alfonso (2009), se destacan las siguientes particularidades: Una estructura jerárquica estable en red de ciudades, caracterizada por la relativa ausencia de volatilidad de la población en su territorio; Expansión suburbana y polarización social, la violencia homicida y la segregación son frecuentes en los medios metropolitanos; Las zonas suburbanas metropolitanas alojan a las clases baja, media y alta, las cuales le dan un uso y un significado distinto al espacio donde habitan; Cada clase socioeconómica ocupa su lugar configurando un orden metropolitano, orden que está determinado por las estructuras de redes de transporte y por las innovaciones residenciales que salvaguardan sus intereses particulares bajo la connotación de seguridad personal; Polarización regional expansiva, cuyos componentes son: concentración de la pobreza en ciertos grupos de poblaciones con mayor incidencia entre los niños y mujeres cabeza de hogar, deficiencias de ingreso, de escuelas públicas y, en general, de acceso a la educación, escalada del crimen, infraestructuras precarias, disparidades fiscales y discriminación laboral.

Frente a estas situaciones, Alfonso (2009) resalta los esfuerzos de los investigadores de The Metropolitan Area Research Corporation – MARC, quienes proponen soluciones metropolitanas distribuidas en tres ejes: equidad (políticas tributarias sobre los usos de suelo y sobre el acceso a la escuela), crecimiento prudente (políticas de control de crecimiento que intentan intervenir independencia política de los actores sociales y de su fuerza relativa en virtud de los recursos que poseen” (p. 7).

22 el crecimiento evitando la agudización de la segregación, la contaminación y reformas estructurales metropolitana (planeación del uso del suelo, cuyo fin es evitar la ocupación de bajas densidades y la toma de decisiones sobre la infraestructura metropolitana).

Diversos autores, entre ellos González (1989), Gross, Galilea y Jordán (1988), Jordán y Sabatini(1993), afirman que el fenómeno de la metropolización en el contexto latinoamericano se ha caracterizado por su rápida difusión asociada al rápido crecimiento de las ciudades y aglomeraciones urbanas “de carácter metropolitano” (González, 1989). Jordán y Sabatini (1993) añaden que es un hecho innegable que el proceso de urbanización en Latinoamérica, e incluso en el Caribe, tiene como particularidades el acelerado ritmo y un alto grado de concentración, los cuales se ven acompañados de deficiencias significativas tanto en “la satisfacción de necesidades de todo orden, de un medio en franco deterioro y de ingentes problemas de gestión” (Jordán y Sabatini, 1993, p. 1). Estas “deficiencias” de las que hablan Jordán y Sabatini dan cuenta “de las insuficiencias importantes que han caracterizado a las políticas públicas de corte más tradicional” (Gross, Galilea y Jordán, 1988, p. 8).

Iracheta (1997) acota que mientras que el proceso técnico y la tercerización de la economía son características fundamentales en los procesos de metropolización de los países industrializados, la explosión demográfica -en concordancia con lo anteriormente expuesto por Jordán y Sabatini (1993)- que ha producido una masa de población flotante de población desempleada, es el rasgo característico de la metropolización latinoamericana. Este fenómeno se justifica por los siguientes aspectos (Iracheta, 1997, p. 53):

1. La concentración en grandes ciudades sin integración de una red urbana, lo cual exige no confundir las aglomeraciones gigantes de los países subdesarrollados con las regiones metropolitanas en los

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países avanzados, que aparecen como organismos espaciales para la articulación económica. 2. La inexistencia de un conjunto en la jerarquía urbana. 3. La distancia social y cultural entre aglomeraciones urbanas y las regiones rurales. 4. La yuxtaposición ecológica de dos ciudades, la indígena y la occidental, en aquellas aglomeraciones heredadas del colonialismo.

La metropolización latinoamericana no se da en un proceso de desarrollo como es el caso de los países industrializados; se gesta en un proceso de subdesarrollo que parte de una relación de dependencia económica y de la aglomeración de actividades en determinados lugares y una elevada concentración de población en estos (Iracheta, 1997; Alfonso 2009). Así mismo, la metropolización en la región se ha visto afectada por una crisis regional de gran escala, crisis que estriba en varios aspectos: tasa elevada de deuda externa; recesión económica significativa que afecta la producción indispensable de bienes y servicios y la producción de empleos estables; generalizada indisciplina fiscal, que trae consigo una importante disminución de la inversión y del gasto público, especialmente en lo que se refiere a la satisfacción de necesidades básicas (Gross, Galilea y Jordán, 1988).

La expansión de las grandes ciudades hasta alcanzar la metropolización es producto de la migración de la población desde el área rural hacia la urbe, de la concentración de las actividades de las economías subdesarrolladas y no del avance técnico y la industrialización (Iracheta, 1997). También guardan estrecha relación con el deterioro en la distribución del ingreso, acarreando nuevas formas de segregación socioespacial: la residencia en conjuntos cerrados como forma predilecta de aislamiento de la población de ingresos altos, justificada bajo el discurso de la inseguridad urbana, similar al caso estadounidense (Alfonso, 2009).

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Otra característica del fenómeno metropolitano latinoamericano es la diferenciación y la exclusión social y espacial, que está determinada, por un lado, por las desigualdades en la distribución y provisión de bienes y servicio públicos y, por el otro, por el uso indebido de suelo urbano y suburbano (Alfonso, 2009). Esta situación obedece a que la ideología dominante en el contexto latinoamericano

(…) ha hecho prevalecer el conflicto entre regiones atrasadas y regiones centrales (metropolitanas) por encima del conflicto entre clases poseedoras y clases desposeídas. Por consiguiente, las políticas enfocan la descentralización, la creación de polos que hagan contrapeso a las áreas metropolitanas y al mejoramiento en la distribución del ingreso entre regiones, subestimando las políticas de reducción de las desigualdades entre estratos sociales ubicados en un mismo espacio (Iracheta, 1997, p. 54).

Los aspectos mencionados en los párrafos anteriores, si bien acotan que las metrópolis latinoamericanas acusan problemas graves de fondo, también apuntan a que representan ventajas (y desventajas) considerables para sus habitantes (Jordán y Sabatini, 1993).

En Colombia, el fenómeno de la metropolización se viene desarrollando desde los años 50 a causa de la migración de la población campesina a la ciudad y de la industrialización y concentración de la actividad económica. Colombia, a finales de la década de los años 60, contaba con cuatro áreas metropolitanas con poblaciones mayores de un millón de habitantes. En esta década “prevalecían el crecimiento demográfico acelerado, la industrialización, las migraciones rural-urbanas, que privilegiaron a cuatro ciudades” (Murad, 2003, p. 7). En la década de los 90, exactamente en el año 1993, las ciudades con más de 500.000 habitantes triplicaron su población y avanzaron hacia la metropolización (Zambrano, 1994, citado en Escobar, 2004). Estas ciudades han llegado a la metropolización a través de la conurbación, es decir, a la búsqueda de nuevas áreas de expansión ubicadas en los municipios vecinos

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(Barranquilla, Manizales, Pereira y Armenia son ejemplo de esta situación), debido a las limitantes de tipo topográfico e hidrológico que no permiten una mayor ampliación de su perímetro urbano (Escobar, 2004). En el caso de las cuatro grandes ciudades del país (Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín), el acelerado proceso de urbanización y su fortalecimiento desencadenó un proceso de metropolización determinado por la concentración económica en polos de desarrollo.

En ese orden de ideas, la metropolización en Colombia, según Escobar (2004), está caracterizada por aspectos como: absorción de los municipios vecinos más cercanos; pérdida de dinamismo de los municipios absorbidos; estancamiento de los municipios vecinos; conflictos por competencias de uso de recursos y por distribución de cargas y beneficios; congestionamiento debido a problemas relacionados con el transporte y ocupación del espacio público; crecimiento tanto en las grandes ciudades como en las ciudades intermedias; crecimiento acelerado de centros urbanos próximos a las grandes ciudades metropolitanas y los centros vinculados con las actividades primarias que conformaron cuatro corredores urbanos de gran acceso que forman zonas comunes de actividad urbano regional: corredor de la costa Caribe (Cartagena, Barranquilla y Santa Marta); Medellín y su área metropolitana; Cali y las tres ciudades del Eje Cafetero (Manizales, Pereira y Quindío) y Bogotá y su área metropolitana no formalizada; migración de la población hacia las grandes ciudades, las cuales resultan atractivas por las oportunidades de trabajo, mayores ingresos, vivienda, educación, refugio de la violencia y de otras patologías sociales (IDEAM, 1988, citado en Escobar, 2004). Peña Barrera asevera que esto sucede porque

Al parecer para muchas personas existen unos ideales de vida en la ciudad que están concebidos desde una perspectiva ingenua e ilusoria. Piensan que allí, inevitablemente, se alcanzará una vida cómoda, llena de estética, diseño, seguridad y tranquilidad; que se sumarán a la

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supuesta equidad, desarrollo y competitividad (…) (Peña Barrera, 2010, p. 36).

Entre los problemas ambientales se pueden encontrar, entre otros, la contaminación atmosférica que se concentra en las áreas metropolitanas industrializadas, ubicadas principalmente (por mencionar algunos casos) en Bogotá-Soacha, Medellín-Valle de Aburrá, Cali-Yumbo y Barranquilla-Soledad; y una fuerte presión sobre los recursos, sobre el medio ambiente,y las variables sociales y culturales. Entre los recursos se encuentran las cuencas hidrográficas y el suelo. La fuerte presión, asociada al incremento de la frontera urbana, favorece el rompimiento de las tradiciones culturales de los habitantes de los municipios absorbidos durante el proceso de metropolización.

Como se pudo apreciar con anterioridad, el fenómeno de la metropolización en Colombia está representado por las reestructuraciones territoriales, por dinámicas de crecimiento urbano, por transiciones demográficas y migraciones internas que confluyen en la movilización de los habitantes del área rural hacia la urbe, quienes se asientan en las áreas periféricas de las grandes ciudades.

3.2.2. El fenómeno de la metropolización en Bogotá. De acuerdo con Rentería y Umaña (2011), la tendencia de la espacialización en Colombia ha seguido el modelo de primacía urbana como resultado de la concentración de población y actividades que giran en torno de una gran ciudad, como es el caso de Bogotá y los 116 municipios del Departamento de Cundinamarca, los cuales conforman en su conjunto a la Región Capital (Región Capital: Bogotá y Cundinamarca son el país entero de una región, 2010). El Departamento de Cundinamarca, según Rentería y Umaña (2011), es uno de los más importantes o significativos del país, debido a que es el departamento más competitivo, dinámico y productivo de Colombia con una participación del 26,76% en el Producto Interno Bruto Nacional; y porque está directamente relacionado con “las relaciones que presupone el hecho de que Bogotá, como metrópolis nacional, concentra el poder político”

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(Rentería y Umaña, 2011 p. 61). El desarrollo urbanístico de Bogotá y su área metropolitana, en este sentido, gozan de un carácter de primacía, ya que en esta región se encuentra la mayor parte de la población y de las actividades económicas del país, así como gran cantidad de equipamientos urbanos.

Alfonso (2001a), sintetiza lo anteriormente mencionado:

(…) aunque ella [la ciudad-región, es decir Bogotá y la Sabana] no es aún una unidad político-administrativa definida, la interacción de sus principales mercados, el hecho de compartir un espacio geográfico y el haberse consolidado en la cúspide de la red colombiana de ciudades indican la espontaneidad de un proceso colectivo de construcción territorial sobre la cual gravita la dinámica socioeconómica y política del país (p. 22).

Si bien la metropolización de Bogotá con la Sabana ubica a la primera en la cúspide del sistema colombiano de ciudades, como lo indica Alfonso, este proceso aún es incipiente. Sin embargo, la interacción entre Bogotá y la Sabana ha avanzado de manera vertiginosa durante las últimas décadas y gran parte de esa interacción está relacionada con los movimientos poblacionales cotidianos, los cuales son evidencia del avance de la metropolización.

Por ciudad-región se entiende aquel espacio geográfico en el que las fronteras se delimitan según las categorías o tendencias que se estén analizando (Pineda, 2006); que está situado “sobre la perspectiva de desarrollo” (Buchelli, 2010). De acuerdo con Pineda (2006), el concepto región en sí es complejo, ya que permite abordar diferentes escalas espaciales, que en algunos casos pueden traspasar las fronteras nacionales. Frente a esta conceptualización, queda claro que la lógica de expansión de Bogotá y su relación con los municipios de la Sabana, contribuirían a la conformación de una ciudad-región que propenda con la noción de un desarrollo armónico y

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equitativo y con la consolidación del Área Metropolitana, empero, como lo afirma Jaime Castro (2006, citado en SDP, 2010a):

Si piensa en crear un área metropolitana se reduciría el campo de acción de la entidad territorial propuesta „Ciudad Región‟, ya que sólo aplicaría para los municipios circunvecinos que reciben su influencia de manera más inmediata (Cajicá, Chía, Cota, Facatativá, Funza, Gachancipá, La Calera, Madrid, Mosquera, Soacha, Sopó, Tocancipá y Zipaquirá) (p. 4).

3. 2. 2. 1. Bogotá y la Sabana: un área metropolitana en construcción El Área Metropolitana de Bogotá y la Sabana hoy día se encuentra en proceso de consolidación. Umaña y Rentería (2011) aseveran que tanto Bogotá como la Sabana comparten uno de los territorios más homogéneos del país, sin embargo, entre ambos territorios, administrativamente, no existe homogeneidad. Este espacio geográfico, ciudad-región (Alfonso, 2001; Rentería y Umaña, 2011) o región Bogotá-Sabana (Departamento Nacional de Planeación Distrital, 2003), constituye la región más poblada y de mayor participación a nivel económico del país. Bogotá, representado como municipio núcleo, asume los roles de centro internacional, de epicentro de la política nacional, de capital de la Nación y del Departamento de Cundinamarca.

En este sentido, el carácter que esta región tiene como región metropolitana no se deriva de la institucionalidad (formalidad) u organización política y administrativa, procede de su papel en el ordenamiento económico, político, social y urbano que prevalece en el país (Departamento Nacional de Planeación Distrital, 2003). Peña (2010) afirma que el área metropolitana de Bogotá no ha ido más allá de la etapa teórica, y esto se debe en gran medida – tal como se afirmó en contadas ocasiones- a la ausencia de reglamentación8. Aunque existen áreas metropolitanas que sí gozan de legitimidad (Barranquilla, Bucaramanga, el Área Metropolitana de Centro Occidente - AMCO, Valle de

8 En conformidad con la Ley 1625 de 2013, Bogotá y los municipios conurbados no pueden transformarse en Área Metropolitana debido a que estas entidades territoriales necesitan una ley especial que les otorgue dich derecho.

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Aburrá y Valledupar). En el caso de Bogotá, los 17 municipios que hacen parte de la Región Metropolitana de Bogotá (Bojacá, Chía, Cajicá, Cota, Facatativá, Funza, Gachancipá, La Calera, Madrid, Mosquera, Sibaté, Soacha, Sopó, , , Tocancipá y Zipaquirá), refuerzan el imaginario de que sí existe un Área Metropolitana a pesar de su carácter no oficial mediante las interacciones características del proceso de metropolización, es decir, aquellas interacciones que hacen referencia a la movilidad residencial, movilidad cotidiana, migración por oferta de empleo y equipamientos urbanos, haciendo de Bogotá y la Sabana “la cuenca migratoria más dinámica del país (…)” (Alfonso, 2010a, p. 228).

Respecto a las migraciones de toda la vida, es decir, aquellas que implican movilidad residencial, éstas impactan positivamente a la región metropolitana de Bogotá debido a que la estructura de incentivos metropolitanos se vuelve atractiva para la población inmigrante. Sin embargo, la particular dinámica poblacional entre los municipios de la Sabana y Bogotá va de la mano con el fenómeno de la polarización social en los núcleos urbanos (Alfonso, 2010a). Alfonso (2010a) sostiene que esta situación desemboca en una desigual composición socioeconómica de los hogares que residen en los núcleos metropolitanos y demás cabeceras municipales.

La presencia de hogares de estratos más altos, esto es, familias de ingresos elevados, es más intensa en los núcleos metropolitanos y en algunos municipios de su área de influencia inmediata así como en las capitales departamentales, mientras que el resto de municipios del país tienden a configurarse como monoclasistas de rango bajo, situación que torna más difícil la intervención urbanística estatal (…) (p. 223).

Un ejemplo de municipio monoclasista de rango bajo, para el caso de Bogotá y la Sabana, es el Municipio de Soacha, Cundinamarca. Soacha, municipio conurbado a Bogotá, manifiesta un crecimiento urbano más veloz respecto a otras ciudades colombianas, y esto se debe a que, por ejemplo, familias victimas del desplazamiento forzado, las cuales provienen de otras

30 zonas del país, se asientan en el municipio dada la cercanía que éste tiene con la capital y con las oportunidades que ésta ofrece (Dureau y Gouëset, 2010). Mientras que municipios como Cota, Cajicá y Chía ofrecen un mercado inmobiliario diseñado para personas de niveles socioeconómicos medios y altos.

La movilización permanente de la población bogotana hacia los municipios sabaneros y viceversa, supone la ampliación de la demanda metropolitana de suelo para uso residencial, de puestos de trabajo y de bienes públicos que faciliten la accesibilidad, habitabilidad y sociabilidad metropolitanas (Alfonso, 2010a) –este tema se abordará con mayor especificidad en la sección “resultados”-, elementos que, al ser parte de una acción colectiva, repercuten en la construcción de identidad de la población y hacen parte del proceso de integración regional que se viene adelantando por parte de Bogotá y el departamento de Cundinamarca –incluyendo sus 116 municipios.

3.3. Dimensión subjetiva: Transformación de una identidad urbana a una identidad metropolitana 3.3.1. Aproximaciones al concepto identidad urbana. Una primera aproximación al concepto identidad urbana se puede encontrar en la teoría de la identidad social de Tajfel y Turner (1985) citada en el texto “El paradigma de la identidad social en el estudio del comportamiento colectivo y de los movimientos sociales” escrito porJavaloy (1993). Esta teoría subsiste la idea de identidad social o colectiva como una conciencia compartida de pertenecer a un grupo o categoría social, es decir, al sentimiento de “nosotros” (Javaloy, 1993). Tajfel (1981, citado en Javaloy, 1993, p. 277) sostiene que la identidad social hace referencia a “aquella parte del autoconcepto del individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia”. En este sentido, la identidad social o colectiva se deriva de la producción de significados en una acción colectiva, en otras palabras, “es

31 una red de relaciones activas entre actores que interactúan y toman decisiones (Melucci, s.f., citado en Tamayo y Wildner, 2005, p. 22).

Otra aproximación a la identidad urbana es la teoría o paradigma de la identidad de lugar o place identity (Proshansky, Fabian y Kaminoff, 1988, citado en Vidal y Pol, 2005, y en Twigger-Ross & Uzzel, 1996). El paradigma de Proshansky sostiene que la identidad del lugar es otro aspecto de la identidad y, al igual que la identidad social, describe la socialización de las personas con el mundo físico (Twigger-Ross & Uzzel, 1996)9. Esta teoría también afirma que la identidad de lugar es una subestructura del self o sí mismo o concepto que la persona tiene de sí mismo (Vidal y Pol, 2005), el cual opera entre la relación lugar-identidad, y de manera similar, en el binomio grupos-identidad.

Análoga a las teorías de la identidad social e identidad del lugar, aparece en el escenario el paradigma de la identidad social urbana (Valera, 1996; Vidal y Pol, 2005), la cual afirma que la identidad es resultado de la relación entre el espacio simbólico urbano y los procesos de identidad social. El espacio simbólico urbano es un espacio que contiene elementos significativos y simbólicos y que, por estas condiciones, es considerado representativo por una comunidad (Valera, 1996; 1997). Bajo este marco, Valera (1996) apunta que la identidad social urbana se fundamenta en una serie de aspectos o dimensiones a través de los cuales las personas se identifican como grupo y se diferencian de otros grupos que ocupan otros lugares. Estas dimensiones, que dotan de contenido significativo a la identidad social urbana son las siguientes (Valera, 1996, pp. 69-70):

1). Dimensión territorial. Los límites geográficos definidos por los individuos, que se identifican con base a una determinada categoría urbana, son un elemento importante al momento de diferenciarse de otros grupos y pueden jugar un papel muy importante en las relaciones y en la construcción de símbolos que se dan entre las comunidades y grupos (Hunter, 1987, citado en Valera, 1996).

9 Traducción libre del autor.

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2). Dimensión psicosocial. Cada pueblo tiene una propia imagen, y esto estriba en que la afiliación a una determinada categoría urbana deriva un conjunto de atribuciones internas y externas que configuran el carácter especial o distintivo de los individuos que se asocian a tal categoría, dotando de un cierto tipo de personalidad a quienes son diferentes respecto a los otros grupos (Lallli, 1992, citado en Valera, 1996). Cada entorno urbano puede diferenciarse en función de las relaciones sociales percibidas por sus habitantes, en función de los significados que se construyen a partir del concepto de calidad de vida o en función del prestigio social asignado a sus habitantes.

3). Dimensión histórica. La historia del grupo y su relación con el entorno es un elemento fundamental para la identidad social urbana. La identificación de un grupo con su entorno depende en gran medida de su evolución histórica y del entorno, generando un sentimiento de continuidad temporal esencial para la definición de una identidad social urbana.

4). Dimensión conductual. La identidad social urbana genera determinadas manifestaciones conductuales, ligadas al conjunto de prácticas sociales propias de una determinada categoría social (Francis, 1983, citado en Valera, 1996).

5). Dimensión social. El proceso de identificación depende hasta cierto punto de la composición social de la comunidad en la cual se da la realidad, desde la cual se construye la identidad (Hunter, 1987, citado en Valera, 1996).

6). Dimensión ideológica. Los entornos urbanos son plasmaciones de las instancias ideológicas que rigen y determinan la sociedad. Las formas espaciales son formas culturales en cuanto son la expresión de las ideologías sociales. (Castells, 1988, citado en Valera, 1996).

A partir de las teorías anteriormente mencionadas, queda claro que la identidad, tal como lo afirma Tamayo y Wildner (2005), es un proceso que se encuentra en constante recomposición, que es dinámico y emergente y que surge, cambia y construye sus límites; desarrolla conciencia; es resistencia y negociación; conservadurismo y liberación.

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En cuanto a la identidad urbana, esta se encuentra estrechamente relacionada con las dimensiones de la identidad social urbana mencionadas por Valera (1996) y con la teoría en sí, sin desmeritar los aportes de las teorías de la identidad. Marco Lalli, representante de la teoría de la identidad urbana o urban-related theory, afirma que la identidad urbana cumple una función fundamental: permite internalizar las características especiales del pueblo basadas en un conjunto de atribuciones que configuran una determinada imagen de éste. Esta imagen determina la atribución de un conjunto de características a los individuos, los dota de cierto tipo de personalidad: “sentirse residente de un pueblo confiere un número de cualidades casi-psicológicas a las personas asociadas a él” Lalli, 1988, citado en Valera y Pol, 1994, p. 11). Páramo (2007), agrega que la identidad urbana hace referencia a “una forma de sentir y actuar producto de la interacción con lugares en donde se va definiendo nuestros roles y que a la vez nos apegamos a ellos y nos apropiamos” (Paramo, 2007, ¶ 49) y “hace parte de la identidad del sujeto (…)” (Páramo, 2007, ¶ 52).

3.3.2. Aproximación al concepto “identidad metropolitana”. Diversas teorías apuntan a la construcción de la identidad, pero ¿es posible que exista algún paradigma que apunte a la consolidación de una identidad metropolitana, precisamente a la construcción de un sujeto metropolitano? La arquitecta Silvia Fajre (2006) afirma que el concepto “identidad metropolitana” existe en la medida que este es resultado de un contexto histórico, político, económico y territorial que está sometido a agudas tensiones de la época y que hace parte de la identidad de una gran ciudad. Fajre (2006) asevera que las políticas culturales afianzan la identidad de la gran ciudad, identidad que se fortalece si cada ciudadano experimenta el contacto, el conocimiento, la profundidad y la valoración de unas características que le son propias.

Y, ¿cómo se podría llegar a consolidar una identidad metropolitana? Fajre (2006) asevera que en primera instancia se deben estimular los procesos de apropiación identitaria que sean legitimados socialmente mediante un debate

34 que, ni se realiza desde afuera, ni remite únicamente al plano académico y ni se realiza unilateralmente desde la esfera política, se plantea y se desarrolla en el mismo seno de la comunidad, de la ciudadanía. Sin embargo, de acuerdo con lo planteado por Ramírez Sáiz (1999), la ciudadanía tiene que transformarse en una ciudadanía política metropolitana, la cual, al ejercer control sobre el espacio metropolitano, está estrechamente vinculada con las políticas metropolitanas y con el concepto de gobernabilidad y las implicaciones que éste tiene en las áreas metropolitanas, ya que son los habitantes de las Áreas Metropolitanas los „actores metropolitanos‟ o motores políticos que intervienen en la construcción del territorio metropolitano (Badía, 2011) y de la región en general, en un escenario de integración.

En el siguiente capítulo se abordará la parte metodológica de la investigación, la cual dará contexto a las temáticas mencionadas en los capítulos anteriores, pertenecientes al marco teórico o marco referencial.

4. Metodología La investigación es de tipo descriptivo. Según Rodríguez (2005), una investigacióndescriptiva comprende la descripción, registro, análisis e interpretación de la naturaleza, composición o procesos de los fenómenos. El enfoque de este tipo de investigación se hace sobre conclusiones dominantes, o sobre cómo una persona, grupo o cosa, se desenvuelve o funciona en el presente. La investigación descriptiva trabaja sobre realidades y su característica fundamental es la de presentar una interpretación correcta del fenómeno a estudiar.

En este sentido, el primer objetivo específico del presente proyecto de investigación, es decir, “identificar las iniciativas institucionales de integración regional para el caso de Bogotá y los municipios que hacen parte de su área de influencia inmediata”, se abordará a través de estrategias de investigación y técnicas de recolección de información como la revisión documental, análisis de contenido y entrevista(s) a docentes expertos para conocer los lineamientos de política pública para la integración regional.

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Respecto al segundo objetivo “describir el proceso de metropolización de Bogotá con los municipios del área de influencia inmediata desde su dimensión objetiva: movilidad residencial, movilidad cotidiana, interacciones en cuanto a equipamientos y servicios urbanos y ambientales”, éste se responderá a través de la revisión de información secundaria y análisis de datos estadísticos (censo, encuestas de movilidad, etc.) actualizados a la segunda década del presente siglo.

Frente al tercer y último objetivo “Indagar 55w5asobre la dimensión metropolitana en las identidades urbanas de la población trabajadora de los cuatro municipios estudiados”, se abordará por medio de la entrevista en profundidad.

Las estrategias y técnicas de investigación que se mencionaron en los párrafos anteriores, serán explicadas con mayor detalle a continuación.

4.1. Estrategias de investigación 4.1.1. Revisión o investigación documental. La investigación documental es, según Uribe Roldán (2011), una estrategia de investigación sistemática y ordenada, con objetivos delimitados, de datos, documentos escritos, fuentes de información impresas, contenidos y referencias bibliográficas, que, una vez recopilados, contextualizados, clasificados, categorizados y analizados, son usados para comprender el problema, definir o redefinir nuevos hechos o situaciones problema, elaborar hipótesis u orientar investigaciones que apunten a la construcción de nuevo conocimiento.

Esta estrategia de investigación, la cual, en síntesis, “genera una secuencia de acciones en torno a los diferentes tipos de documentos, que nos debe llevar a conocer y comprender mejor el fenómeno social que estamos estudiando” (Uribe Roldán, 2011, p. 199), se puede desarrollar en tres etapas:

1).Etapa de preparación y recopilación. Esta etapa orienta el trabajo de investigación, prepara al investigador para abordar su trabajo y el camino a

36 seguir dependiendo de la noción o nociones de la temática de la investigación, mediante la documentación. En esta etapa, el investigador realiza una investigación sobre los antecedentes del fenómeno de estudio, obteniendo información documental y evidencias sobre el tema en cuestión, profundizando y contextualizando los conocimientos que se van adquiriendo sobre éste; para tener una idea clara sobre el tema que se está estudiando y, en cierta medida, poder realizar “una búsqueda exhaustiva para hacer de la investigación algo nuevo” (Uribe Roldán, 2011, p. 200).

2). Etapa descriptiva-analítica. En esta etapa el investigador realiza una lectura, un análisis de la información y una revisión detallada de la misma y, finalmente una decodificación de los documentos seleccionados, que puede realizarse con ayuda de otras estrategias de investigación (como el análisis de contenido) y técnicas de análisis.

3). Etapa de divulgación y publicación. Esta etapa implica la elaboración de un nuevo documento que contiene nuevas referencias documentales y que va acompañado de la presentación y divulgación de los resultados de la investigación.

4.1.2. Análisis de contenido. Como técnica complementaria de la investigación documental, sube al escenario el análisis de contenido. De acuerdo con Valbuena Ussa (2011), el análisis documental es una técnica que parte de la identificación, dentro de un todo, de los datos, para luego clasificarlos con base a las diferentes categorías de análisis. Posteriormente, el investigador realiza una descripción de los contenidos a los que se refieren los datos y una interpretación de los mismos, tratando de investigar el significado simbólico de los mensajes. Finalmente, Páramo (Valbuena Ussa, 2011) apunta que a partir del análisis de contenido

(…) es posible producir conocimiento, mediante la construcción de un texto diferente a los textos objeto de sistematización; esto, mediante de

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la interpretación conceptual, la cual depende en gran medida del marco teórico asumido por los investigadores (p. 212).

El procedimiento de la estrategia de análisis de contenido es, según Valbuena Ussa (2011), el siguiente:

1). Determinación del sistema de categorías y el problema de investigación.

2). Obtención de datos de investigación a partir de diferentes fuentes.

3). Identificación de la información relevante a partir de los datos presentes en las diferentes fuentes.

4). Selección y codificación de unidades de análisis.

5). Ubicación de las unidades de análisis en las correspondientes categorías de investigación.

6). Agrupación de unidades de análisis al interior de las respectivas categorías, de acuerdo con la similitud de su contenido.

7). Formulación de proposiciones que resuman el contenido de las unidades de análisis agrupadas. Esta formulación se caracteriza por poseer un bajo nivel de inferencia.

8). Formulación de interpretaciones.

4.2. Técnicas de recolección de información 4.2.1. La entrevista. De acuerdo con Páramo (2008), existen las entrevistas estructuradas o no estructuradas, individuales o de grupo. Para fines de este proyecto, se tendrá en cuenta la entrevista a profundidad, que hace parte de las entrevistas no estructuradas o semiestructuradas.

“La entrevista en profundidad es una de las herramientas cualitativas más comunes en la investigación social, ya que ofrece la oportunidad para explorar

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sobre las personas participantes de un proyecto de investigación los aspectos de su vida cotidiana” (Páramo 2008, p. 125).

Con esta técnica se pretende poder diseñar y conocer de primera mano las perspectivas y opiniones de los participantes en el proyecto de investigación y de los directamente involucrados en el proceso de metropolización.

En el caso de los expertos, la técnica empleada fue la entrevista a expertos. La principal característica de la entrevista a expertos es que, a diferencia de las entrevistas biográficas, se enfoca en la persona entrevistada como representación de un grupo de expertos específicos, en su calidad de experto para cierta área de conocimiento (Flick, 2007). Esta entrevista se lleva a cabo mediante una guía de preguntas, la cual “asegura que el entrevistador no se presente como un interlocutor incompetente (…) [;] asegura también que la entrevista no se pierda en temas que no estén relacionados, y permite al experto improvisar su participación y su visión sobre las materias” (Meuser y Nagel, 1991, p. 448, citado en Flick, 2007, p. 105). Un ejemplo de esta guía se mostrará en la sección “materiales e instrumentos”.

4.3. Participantes La muestra estuvo compuesta por docentes expertos en materias de gestión metropolitana e interjurisdiccional y por pobladores que residen en los municipios de estudio y que trabajanen la ciudadde Bogotá. Para ello se identificaron dos categorías a partir de la técnica de muestreo no probabilístico –es decir aquella técnica en la que la selección de los individuos de la muestra no depende de la probabilidad, sino de los criterios relacionados con el objeto de la investigación (Bisquerra, 2009)-, a saber:

Academia: dos docentes e investigadores expertos en temas de metropolización e integración regional. Población residente: población que vive a diario procesos propios de la metropolización. Sus edades estuvieron comprendidas entre

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los 20 y los 40 años. La muestra estuvo comprendida por tres personas.

4. 4. Materiales e instrumentos Para los participantes de la primera categoría, el instrumento implementado fue una guía de preguntas que orientaron la entrevista y que permitieron explorar diferentes temas relacionados con los objetivos de la investigación. La guía contiene preguntas que permitieron explorar las causas, las dinámicas y el rol que tiene Bogotá en el proceso de integración regional (ver anexos).

En el caso de los participantes de la segunda categoría, las preguntas de seguimiento estuvieron distribuidas en bloques (bloque sociodemográfico, bloque académico, bloque de actividades diarias y bloque de metropolización) y permitieron abordar aspectos de la identidad urbana y metropolitana de algunos habitantes de los municipios de estudio (ver anexos).

4. 5. Procedimiento Los encuentros se realizaron en sitios privados sin distractores presentes, procurando un ambiente idóneo y cómodo para que se pudiese entablar un dialogo ameno. Al iniciar cada una de las cinco entrevistas, se procedió a dar a conocer los aspectos fundamentales del proyecto de investigación, haciendo una síntesis de los objetivos y de los alcances del mismo. Con esta presentación se dio a entender que la información recopilada es confidencial y de uso investigativo, y se le indicó a los participantes que podían recibir, si así lo deseaban, una copia de la transcripción de la entrevista o en su efecto el registro en audio. También se expresó que el ritmo de la entrevista sería acorde a la comodidad del entrevistado.

5. Resultados La sección de resultados se estructura respondiendo a los objetivos de la presente investigación: la primera parte corresponde a la dimensión institucional; la segunda parte hace referencia a una dimensión de la

40 metropolización, es decir la movilidad cotidiana de los municipios de estudio;finalmente, la tercera parte corresponde a las manifestaciones de identidad urbana y metropolitana en la población estudiada.

5. 1. Dimensión Institucional: iniciativas de integración regional 5. 1. 1. Características del proceso de integración regional Bogotá- Cundinamarca. El proceso de integración regional de Bogotá parte de la idea de que su productividad, competitividad y sostenibilidad dependen en gran medida de la relación con el territorio constituido por la red de ciudades de la región (SDP, 2007). Por lo tanto, hechos como el tamaño y densidad amenazan la productividad de Bogotá, desencadenando una configuración atípica en cuanto a la distribución de la población entre la metrópoli bogotana y su entorno. Esta configuración anormal, de acuerdo con la SDP (2007) desencadena, por un lado, la expansión de los límites de ocupación de la ciudad que han desbordado su crecimiento hacia los municipios circunvecinos generando demandas y problemas que sobrepasan la jurisdicción de las administraciones, y, por otro lado, la subutilización del territorio del Departamento de Cundinamarca, despoblamiento de las zonas aledañas a Bogotá caracterizadas por su baja calidad, ausencia de equipamientos colectivos y con alta diferencia de densidad frente a la capital. Estas problemáticas, anotadas anteriormente se describirán con mayor profundidad en los párrafos subsiguientes.

La integración regional reconoce que la metropolización de los territorios más productivos y competitivos a nivel mundial se caracteriza por la formación de redes urbanas con diferencias menores en su densidad poblacional a medida que se distancian del núcleo, descentralizando su empleo y mejorando su conectividad. En este orden de ideas, Bogotá concentra la mayor parte de los servicios urbanos, las actividades económicas y la población, genera desarticulación y pobreza en las conurbaciones, descentraliza el empleo, pero ubica unidades empresariales de pequeña escala y baja productividad en la periferia (SDP, 2007).

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En este sentido, la gestión de la integración regional de Bogotá y Cundinamarca apunta a la comprensión de los siguientes temas (SDP, 2007): la situación y tendencia integración regional de la región Bogotá-Cundinamarca comparándola con lo que ocurre en ciudades-región más prósperas, donde la gobernanza pasa de una jerarquía vertical a una horizontal, encaminada a la construcción de una red de ciudades (DAPD, 2003, citado en SDP, 2007); los problemas crecientes en materia de falta de tierra en el perímetro de Bogotá para desarrollos urbanos; la congestión vehicular enmarcada en un contexto de dificultad para la expansión y mantenimiento de la malla vial; los flujos de pasajeros entre Bogotá y la Sabana; la conectividad con la región para la provisión de bienes y servicios de bajo costo; la disminución del deterioro ambiental.

Los anteriores son temas que se derivan de problemas que subyacen en tres niveles: distrital, municipal y departamental. A nivel distrital, es evidente la presión del gasto sobre el territorio derivada de la concentración progresiva de la población en su perímetro urbano. La integración regional solventaría tal necesidad de reducción de la presión mediante el impulso de acciones colectivas con otras entidades territoriales, cuyo fin sería el mejoramiento de las condiciones de vida en las ciudades y regiones donde se genera la mayor migración hacia Bogotá. Otra propuesta sería impulsar la coordinación de las políticas fiscales con territorios integrados a la región Bogotá-Cundinamarca, con el objetivo principal de repartir equitativamente las cargas fiscales en un espacio desconcentrado de la población y de la economía (Saldías, 2007, citada en SDP, 2007).

A nivel municipal, es problemática la urbanización de su territorio, sea con asentamientos de baja densidad o con altos índices de informalidad, pues éstos demandan una mayor prestación de servicios que sobrepasan las disponibilidades fiscales. Por otro lado, la expansión del sector empresarial e industrial trae consigo dificultades, que, si bien son fuente de empleo, generan gran una demanda de servicios (SDP, 2007).

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Por último, en el nivel departamental los problemas hacen referencia al despoblamiento de amplias zonas del territorio y al retraso de las administraciones locales y de la productividad de las empresas. Las soluciones radicarían en atender los problemas de despoblamiento, combatir las diferencias de calidad de vida entre las regiones y, cerrar la brecha de dotaciones con los municipios, entre los municipios y la gran ciudad (SDP, 2007).

En definitiva, muchas de estas iniciativas han surgido como respuestas a problemas evidentes en el proceso de integración urbana y regional para Bogotá, tratando de buscar soluciones por la inexistencia de políticas específicas en el país que fortalezcan las alianzas entre Bogotá y otros niveles territoriales (SDP, 2011a).

Antecedentes de la integración regional La primera aproximación a la integración de Bogotá con las zonas fuera de su perímetro urbano se ubica en el año 1953, cuando Lauchlin Currie elaboró unas recomendaciones al Plan para Bogotá, desde el cual se indicaron algunas situaciones que facilitarían la anexión de municipios con el fin de resolver problemas coyunturales con la capital (Currie y Peñalosa, 1953, citados en SDP, 2011a). Un año después de la elaboración del Plan para Bogotá, el Gobierno Nacional decidió transformar a Bogotá en Distrito Especial, anexando a los municipios que en aquel entonces estaban conurbados a Bogotá (Engativá, Bosa, Fontibón, Soba, y Usaquén) (ver figura 1) a esta nueva entidad territorial, legalizada mediante Decreto Legislativo 3640 del 17 de diciembre de 1954 (SDP, 2011a).

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Figura 1. Bogotá Distrito Especial 1960. Fuente: DAPD, 1972 En el año 1973 el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia mediante la segunda fase del estudio “Alternativas para el Desarrollo de Bogotá” especula sobre la creación de una autoridad metropolitana y analiza la posibilidad de una constitución de Corporaciones de Desarrollo para identificar proyectos de alcance regional y así evitar la expansión y dispersión en la Sabana (SDP, 2007).

Entre los años 1974 y 1981 el Banco Mundial realizó una serie de estudios en Bogotá, los cuales estuvieron enfocados en cinco sectores urbanos: vivienda, transporte, localización del empleo, mercado laboral y finanzas públicas. Las conclusiones de estos estudios apuntan que ante la limitada habilidad de las entidades gubernamentales frente a la administración de los cinco sectores anteriormente mencionados, era recomendable dejar que la iniciativa privada prosperara en la manutención de infraestructura y otros servicios (SDP, 2006, citado en SDP, 2007). Esta situación era reflejo de la desarticulación institucional frente a la noción de región y de desarrollo urbano en Colombia, desarticulación que iba acompañada de un limitado avance frente a las iniciativas de integración regional para Bogotá.

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Sin embargo, a comienzos de los años 90, con la instauración de la Constitución Política de 1991 se dieron algunas disposiciones normativas para promover la posible integración entre el Distrito Bogotá y su región mediante aspectos que fueran de interés común frente al desarrollo territorial, en vista de la falta de acuerdos institucionales sólidos. En este sentido, la Constitución Política estableció 3 posibilidades para la integración regional del Distrito Capital con otras entidades territoriales (SDP, 2011a, p. 12):

a) Integración del Distrito con otros departamentos, o con el departamento de Cundinamarca, a través de la figura de Región Administrativa y de Planificación (Artículo 325, CP de 1991). b) Conformación de un área metropolitana con municipios circunvecinos (Artículo 325, CP de 1991). c) Incorporación de municipios vecinos a la estructura Distrital, si así lo decidieran dichos entres territoriales (Artículo 326, CP de 1991).

Con la aprobación del Decreto 1421 de 1993, se dotó a la ciudad de instrumentos para alcanzar una mayor autonomía política, administrativa y fiscal, implementando la descentralización del Distrito Capital y permitiendo al gobierno distrital contar con herramientas para la administración de los recursos locales (SDP, 2011a). En este marco se llevó a cabo en 1993 el Plan Estratégico Bogotá 2000, cuyo propósito era consolidar la capital como el eje del desarrollo de la región metropolitana dentro de un escenario de cooperación con los municipios vecinos (SDP, 2007).

Entre los años 1996 y 1998 entidades como la Administración Distrital, la Cámara de Comercio de Bogotá y organizaciones como la Agencia Internacional de Cooperación Japonesa (JICA) y el Centro de Estudios de Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de Los Andes, abordaron temas como la competitividad de Bogotá en el escenario latinoamericano y las alternativas para su inserción internacional, los asuntos relacionados con la regulación de la movilidad y el desarrollo de infraestructura de transporte en

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Bogotá y su región, la conectividad, el compromiso cívico y la calidad de vida en la Región Bogotá-Cundinamarca y la realidad metropolitana en la Sabana de Bogotá desde perspectivas de urbanismo, estructura física del territorio, particularidades en las forma de crecimiento de Bogotá-Sabana frente a otras metrópolis, la relación entre la estructura y mercado de suelos urbanos y, las formas de ocupación del territorio (SDP, 2011a; SDP, 2011b).

A finales de los años 90, el Distrito Capital y la Región revelan una mayor disciplina fiscal contrastada con los municipios vecinos. En esta época se destacan algunas propuestas del Distrito como la creación del Fondo Regional de Desarrollo, la inclusión de criterios y lineamientos de política regional en los planes de desarrollo distrital y departamental de la época, los acuerdos entre la Nación y la región para los proyectos de infraestructura y lineamientos de política para la ciencia y tecnología, entre otros (SDP, 2007).

En el presente siglo, diversos instrumentos de política han formulado lineamientos para la integración regional (SDP, 2011b). Estos instrumentos se mencionan a continuación en la Tabla 1.

Tabla 1. Instrumentos de política para la integración regional Bogotá- Cundinamarca Instrumento Características Plan de Ordenamiento Territorial de Generó nuevos diagnósticos sobre las Bogotá (2000) dinámicas de integración entre Bogotá y sus vecinos, teniendo en cuenta como temáticas principales el manejo de los ecosistemas estratégicos, la definición de una estructura regional de servicios, las condiciones ambientales y los patrones de localización. Plan de Desarrollo “Bogotá para vivir Formuló unas líneas de política para la Todos del mismo Lado” (2001-2004) integración regional con el objetivo específico de incrementar la generación sostenible de riqueza y prosperidad colectiva en la ciudad y en la región Bogotá-Cundinamarca. Esta política apuntaba a consolidar relaciones productivas basadas en la cooperación y en las alianzas estratégicas con las entidades y organizaciones territoriales, nacionales e internacionales.

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Plan de Desarrollo de Cundinamarca Delineó una política de integración 2001-2004 “Trabajemos juntos por regional con Bogotá, cuyo objetivo Cundinamarca principal era iniciar un proceso de integración que permitiera distribuir y compartir equitativamente el desarrollo económico y social generado por el Departamento y el Distrito Capital. Plan de Desarrollo Económico, Social, Abordó de manera integral el tema de Ambiental y de Obras Públicas 2008,- integración regional, a través de sus 2012 “Bogotá Positiva: Para Vivir principios, propósitos, estrategias, Mejor” instancias y mecanismos de coordinación, así como el desarrollo del Programa Región Capital, el cual incluye dos proyectos y 7 metas. Plan Departamental de Desarrollo 2008- Plantea acciones tendientes al 2012 “Cundinamarca Corazón de establecimiento de bases legales, Colombia” institucionales y organizacionales para la conformación de la Región Capital, el fortalecimiento de relaciones político administrativas entre Cundinamarca y Bogotá y la conformación de institucionalidad formas e instancias jurídicas de la Región Capital. Fuente: Elaboración del autor a partir del análisis de la SDP (2011a; 2011b). Con base a lo anterior, la Secretaría Distrital de Planeación (2011b) elaboró un documento de lineamientos de política pública para la Integración regional. Este documento aborda la definición de balances, apuestas, objetivos metas, líneas de política y estrategia que el Distrito Capital debe afrontar en los años venideros, para dar solución a las débiles acciones institucionales de coordinación, de gestión y planificación desde todos los niveles de gobierno, con el fin de atender las problemáticas características del territorio y de la productividad del mismo.

Lineamientos de política pública para la integración regional De acuerdo con la SDP (2011b), la política pública de integración regional -cuyo alcance es de corto (año 2015), mediano (2019) y largo plazo (2038)10-, busca mejorar las condiciones de los habitantes de la región

10 Respecto al alcance de la política pública de integración regional, la SDP afirma que los plazos mencionados se asumen de acuerdo con las siguientes consideraciones: “2015, porque se articula con la vigencia de la próxima administración distrital y con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio; 2019, porque se articula con la vigencia de dos

47 mediante el fortalecimiento de la planificación, la coordinación y gestión de las acciones que adelantan el Distrito Capital, municipios y departamentos, la Nación y otros niveles supranacionales, cuyo ideal es hacer de este un territorio competitivo, equitativo y sostenible. Los objetivos de la política se dividen en dos partes: los que podrían ser objetivos de corto y mediano plazo y objetivos de largo plazo.

Los objetivos que serían de corto y mediano plazo, que en el texto de la SDP (2011b, p. 10) aparecen bajo el título “objetivos” son: proponer, discutir y concertar formas de integración regional, con énfasis en municipios cercanos, Gobernación de Cundinamarca y otros ámbitos regionales de interés, así como su puesta en operación, con el fin de garantizar la sostenibilidad en el largo plazo de las medidas ambientales, productivas urbanísticas de impacto regional; fortalecer y armonizar los mecanismo de planeación, ordenamiento territorial e integración regional entre Bogotá, los municipios cercanos, la Gobernación de Cundinamarca, la Nación y otros ámbitos regionales de interés, con el objeto de atender problemáticas de vivienda, movilidad y conflictos de uso de suelo que tengan impactos ambientales y regionales; mejorar los niveles de productividad y competitividad territorial, con proyección a nivel nacional e internacional, mediante el cierre de brechas de calidad de vida, buscando consolidar la posición privilegiada de la región dentro del país; reconocer y proteger los elementos ambientales urbanos y rurales como ejes estructurantes del ordenamiento físico, económico, y social del territorio.

Dentro de los objetivos a largo plazo de la política de integración regional, se encuentran los siguientes (SDP, 2011b): promover la reducción de las brechas interregionales entre Bogotá y los territorios vecinos; dar cumplimiento a las metas del milenio para Bogotá y promover su cumplimiento en la región; promover mejores estándares de vida en la región; incorporar administraciones distritales y con el cumplimiento de marco de política nacional como Visión Colombia II Centenario -2019; 2038, porque se articula con propuestas de corte prospectivo como Bogotá 2038 y otros ejercicios planteados para la capital en años recientes” (SDP, 2011b, p. 10).

48 dichas visiones en los instrumentos de planificación local y departamental; promover visiones de largo plazo (2038) en el Distrito y entes territoriales vecinos, e incorporar dichas visiones en los instrumentos de planificación local y departamental; promocionar la internacionalización de la región como un territorio competitivo; consolidar estrategias territoriales para el posicionamiento de la región a nivel internacional; definir y adoptar modelos sub-regionales de desarrollo para la región; articular los sistemas urbano-regionales; contar con instrumentos de planificación regional vinculantes; propender por la reducción de tiempos de desplazamiento y movilidad regional, a través de la implementación de estrategias de multimodalidad; reducir las condiciones de vulnerabilidad regional, asociada a escenarios de riesgo futuro por sismos, fenómenos hidrometereológicos y desabastecimiento hídrico en la Región; contribuir en la reducción de los déficits históricos de vivienda en la Región; contribuir en la reducción de los niveles de informalidad en el aparato productivo, el desempleo y el subempleo de la región.

Estos objetivos se encuentran enmarcados en los principios de asociatividad, autonomía territorial, concurrencia, complementariedad, corresponsabilidad, coordinación, multiescalaridad, planificación y prospectiva, participación ciudadana, equidad, sostenibilidad ambiental y solidaridad y equidad territorial, los cuales orientan la política de integración regional.

5. 1. 2. La Región Capital Cuando se habla “Región Capital” se hace alusión a la aquella región que comprende a Bogotá y a los 116 municipios de Cundinamarca (Región Bogotá-Cundinamarca) (SDP, 2011c). Estos 116 municipios se encuentran distribuidos en 15 provincias (Almeidas, Alto Magdalena, Bajo Magdalena, Gualivá, Guavio, Magdalena Centro, Medina, Oriente, Rionegro, Sabana Centro, Sabana Occidente, Soacha, , y Ubaté) (ver figura 2); se destacan las provincias Sabana Occidente, Sabana Centro y Soacha, que aportan el 55.8% del PIB de Cundinamarca y representan el 52% de la población departamental (SDP, 2010).

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Figura 2. División político-administrativa de Cundinamarca. Fuente: Secretaría de Planeación de Cundinamarca, con base en Ordenanza 023 de 1998 y Actualización Ordenanza 07 de 2001, citado en Gobernación de Cundinamarca y Universidad del Rosario, 2011)

La Región Capital, como ámbito de planificación conjunta, se puede dividir en tres áreas: área de influencia inmediata de Bogotá; primer y segundo anillo de influencia para Bogotá o “anillos de planificación Bogotá- Cundinamarca”.

El área de influencia inmediata de Bogotá involucra seis municipios (la Calera, Chía, Cota, Funza, Mosquera y Soacha) que hacen parte del área de influencia inmediata de Bogotá, denominados municipios de borde urbano (ver figura 3). Estos municipios concentran el 31,6% de la población del departamento, tienen una extensión de 799.8 Km² y aportan el 27,6% del PIB departamental (DANE, 2005, citado en SDP, 2010). Los principales problemas de esta área se relacionan con la movilidad, migración por oferta laboral, la gestión del suelo para atender demandas de vivienda y equipamiento e

50 impactos ambientales asociados a los fenómenos de conurbación y expansión de la ciudad de Bogotá sobre los municipios circunvecinos.

Figura 3. Bogotá y su área de influencia inmediata. Fuente: SDP, 2010b El primer anillo está conformado por 26 municipios, incluyendo los seis municipios de borde urbano (Chía, Cajicá, Cota, , Gachancipá, Nemocón, Sopó, Tocancipá, Tabio, Tenjo, Zipaquirá, Funza, Madrid, Mosquera, Facatativá, , El Rosal, Bojacá, Zipacón, Soacha, Sibaté, Fusagasugá, Silvania, Granada, La Calera y Cáqueza) (ver figura 4). Esta área está compuesta por un 18,1% de los municipios del departamento, el 60,2% de la población, el 13,2% del territorio y aportan el 61,6% del PIB de Cundinamarca. Este segundo anillo se caracteriza por asentar actividades como industria, suministro de alimentos y materias primas.

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Figura 4. Primer anillo de influencia de Bogotá. Fuente: SDP, 2010b El segundo anillo corresponde al área de 33 municipios en los que se incluyen, además de los 24 de los 26 municipios del primer anillo, a los municipios de Provincia Oriente (ver figura 5), con el propósito de proveer un reforzamiento a sus estructuras territoriales y, asimismo controlar las demandas del Distrito Capital en cuanto al suministro de agua y alimentos que esta región le brinda.

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Figura 5. Segundo anillo de influencia de Bogotá. Fuente: SDP, 2010b. En conclusión, la integración regional es un acuerdo de voluntades entre entidades territoriales, diversos niveles de gobierno y diversos actores sociales, que tiene en cuenta no sólo la localización y distribución de cargas y beneficios para los municipios, sino que también propenden por la inclusión de criterios sociales, económicos y ambientales y evalúan la capacidad endógena y las potencialidades de la estructura social de los municipios, apuntando a la consolidación de un proceso democrático que garantice el potenciamiento del desarrollo social y económico del territorio (SDP, 2010; 2011b; 2011c) y el fortalecimiento de la identidad de la región y de la identidad urbana (y metropolitana) de los habitantes de dicha región.

La integración de Bogotá y los municipios circunvecinos, como concluye Gouëset (2005) en el texto “Metropolización, poder local y cooperación territorial en la región urbana de Bogotá”, está determinada por la desarticulación entre los actores del ordenamiento territorial (Nación, departamento y municipio), la falta de cooperación intermunicipal, la contradicción entre dos principios legítimos como la autonomía municipal y la solidaridad territorial y la unilateralidad de las iniciativas que siguen un modelo centro-periferia. Pero no es solamente esta desarticulación entre los actores involucrados sino también

53 es la ausencia de la construcción de una dimensión urbana más fuerte que sobrepase la políticas que no necesariamente sean políticas urbanas (Sassen, 2007) para lograr una mejor armonización entre los actores.

Estos elementos, que obedecen a una ausencia de integración regional - y que van a ser abordadas en el presente proyecto de investigación- podrían o no, repercutir en la construcción de un sujeto metropolitano y, primordialmente, en la manifestación de identidad metropolitana, por parte de los habitantes que hacen parte de los municipios que conforman el área de influencia de Bogotá.

5. 1. 3. Región Capital como iniciativa de integración regional. Para Óscar Alfonso, docente investigador de la Universidad Externado de Colombia (comunicación personal, 10 de septiembre de 2013), la integración regional es un proceso en el cual dos o más jurisdicciones que comparten una misma estructura ecológica, adoptan políticas que eviten la fragmentación de su territorio promoviendo su consolidación. Estas políticas, de acuerdo con Alfonso (comunicación personal, 10 de septiembre de 2013) estriban en tres aspectos: 1) en el ordenamiento territorial; 2) en un régimen común de tratamiento tributario a la propiedad y al capital; 3) en el diseño de unas políticas para la promoción del desarrollo.

Los anteriores aspectos mencionados por el catedrático e investigador Óscar Alfonso, fueron contemplados en la “Mesa de Planificación Regional Bogotá y Cundinamarca (MPRBC)”, llevada a cabo en año 2001 (Departamento Nacional de Planeación (DNP), 2003)11. En dicha Mesa de Planificación se evidenció la necesidad de construir una mirada conjunta sobre el desarrollo del territorio debido a la estrecha relación que existe entre Distrito Capital y Departamento, histórica, económica, geográfica y culturalmente. A partir de esta manifiesta necesidad de cohesionar la visión de desarrollo regional, la MPRBC

11 Esta referencia corresponde al documento de Políticas y estrategias para la gestión concertada del desarrollo de la Región Bogotá-Cundinamarca (Documento CONPES 3256). Los contenidos del mencionado documento son justificación y alcances, antecedentes, diagnóstico, enfoque y políticas y estrategias, del proceso de construcción de la Región Bogotá- Cundinamarca.

54 puso en marcha espacios de coordinación institucional que sirvieran como medio para generar alianzas estratégicas entre múltiples actores (Gobernación de Cundinamarca, 2011). Tales espacios de trabajo interinstitucional dieron como frutos las bases de procesos de integración regional que en los últimos años han tenido diversos enfoques y denominaciones debido a las prioridades políticas de las administraciones de turno. El más reciente proceso la denominadaRegión Capital Bogotá-Cundinamarca (2008-2011). Esta iniciativa fue institucionalizada en el año 2008 mediante el Plan de Desarrollo Económico, Social Ambiental y de Obras Públicas para Bogotá DC, 2008-2012 “Bogotá Positiva: para vivir mejor” (Acuerdo 308 de 2008), y el Convenio Interadministrativo entre el Distrito Capital de Bogotá y el Departamento de Cundinamarca para la conformación de la Región Capital (Véase Gómez, Martínez y Estacio, 2010).

En este sentido, la Región Capital12 (véase figura 6), como iniciativa de integración regional, surge como un marco institucional que busca favorecer un desarrollo regional que estreche las relaciones sociales, económicas, culturales, políticas y ecológicas que se presentan entre Bogotá y Cundinamarca. (Gobernación de Cundinamarca, 2011). El último balance de Región Capital presentado por la Gobernación de Cundinamarca “Balance del Proceso de Integración Regional Entre Bogotá – Cundinamarca 2008-2011”, el cual fue revisado como fuente secundaria en el presente proyecto, señala que

La Región Capital (…) es una iniciativa de planificación y administración sostenible del territorio a través de la cual se pretende aprovechar las ventajas y factores de competitividad para alcanzar mejoras sustanciales en la calidad de vida y lograr una mejor inserción internacional (Gobernación de Cundinamarca, 2011, p. 13).

12 Región conformada por Bogotá y los 116 municipios del Departamento de Cundinamarca.

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Figura 6. Mapa de la Región Capital y sus provincias. Fuente. DANE Censo 2005, Cálculos DIRNI, 2011. Esta iniciativa de integración regional no altera el orden territorial, en este caso, del Distrito Capital y Cundinamarca, ni reduce el grado de autonomía de estas entidades territoriales, mediante objetivos que, en conformidad con lo expuesto por la Gobernación de Cundinamarca (2011), se centran en mejorar la calidad de vida de los habitantes. Dichos objetivos giran en torno de los siguientes aspectos:

Aunar esfuerzos y compartir aprendizajes. Aumentar las ventajas y condiciones favorables de la Región para impulsar la inversión y generar más empleo. Establecer un ambiente para la innovación a través de políticas, esfuerzos e iniciativas de desarrollo.

En síntesis, la Dirección de Economía y Finanzas Distritales de la Contraloría de Bogotá, D.C., afirma, a través del documento Plan Anual de Estudios –PAE 2012, que la ciudad de Bogotá y el departamento de Cundinamarca “poseen una estrecha relación social, económica, cultural, política y ecológica que se evidencia en el intercambio de materias primas y alimentos, así como en el movimiento diario de la población” (Dirección de Economía y Finanzas Distritales, 2011, p. 5).

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5. 1. 3. 1. Bogotá como núcleo de la Región Capital El último aspecto mencionado por la Dirección de Economía y Finanzas Distritales “(…) el movimiento diario de la población” explica en gran medida el interés que tiene Bogotá al mirarse más allá de sus límites territoriales y político administrativos. Frente a este tema, Óscar Alfonso (Comunicación personal, 10 de septiembre de 2013), sostiene que las dinámicas que determinan tal interés son

Las que determinan el avance de la metrópoli y de su área de influencia inmediata hacia una región metropolitana: movimientos migratorios internos y avances de la suburbanización residencial, aprovechamiento de economías de escala en la provisión de bienes colectivos y servicios públicos de escala metropolitana, combate a la entropía del sistema metropolitano y de movilidad cotidiana, entre otros.

Para César Augusto Ruíz, funcionario de la Secretaría Distrital de Planeación -otro de los expertos entrevistados13-, son dos los aspectos que hacen que Bogotá mire más allá de sus límites jurisdiccionales: 1). la realidad económica, social, cultural e institucional que traspasa la barrera jurisdiccional, barrera que cada día es más artificial frente a realidades de la reconfiguración de la Región; 2). la toma de decisiones no sólo frente a temas aparentemente localistas como la provisión de bienes y servicios públicos (como la educación, salud, servicios públicos domiciliarios, la provisión de agua y la sostenibilidad ambiental), sino también la armonización y coordinación de problemáticas de escala metropolitana como la movilidad y la competencia de mercado de suelo. Bogotá es pieza clave en estos dos aspectos “porque entiende que sus necesidades traspasaron la frontera jurisdiccional” (C. A. Ruíz, comunicación personal, 10 de septiembre de 2013).

13 La entrevista se llevó a cabo el día 10 de septiembre de 2013, en las instalaciones de la Secretaría Distrital de Planeación.

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De acuerdo con la Dirección de Integración Regional, Nacional e Internacional –DIRNI (2011), y consensuando con lo afirmado por Ruíz, Bogotá es pieza fundamental en el proceso de integración y desarrollo del territorio que la gravita y es actor en la toma de decisiones respectivas a la búsqueda de soluciones de problemáticas conjuntas con la colaboración de otros actores territoriales de la región. Revisando el Capítulo El rol de Bogotá en la región (DIRNI, 2011), se pueden identificar tres aspectos que debe tener en cuenta Bogotá al expandirse más allá de sus límites –los cuales se relacionan estrechamente con los argumentos de Alfonso y Ruíz citados en párrafos anteriores-:

La sostenibilidad del territorio a largo plazo. Este aspecto está vinculado con los fenómenos ambientales y usos del suelo que generan problemas que evidencian la necesidad de desarrollar acciones conjuntas entre el Distrito y los municipios vecinos. La existencia de diferencias entre ciudad y periferia en materia de calidad de vida. La presencia de conurbación con los municipios circunvecinos y el crecimiento de la población en dichos municipios, revelan que es perentoria la toma de decisiones concertadas y concretas junto a la construcción de políticas sociales conjuntas que pasen del plano local al plano regional. La concertación de un modelo de desarrollo desconcentrado. El modelo de desarrollo desconcentrado permitiría a la región manejar y redistribuir recursos y beneficios propios de la urbanización y del crecimiento productivo que se concentra en Bogotá y su anillo de influencia.

Hasta este punto, queda claro que el rol que desempeña Bogotá en el proceso de integración con el departamento de Cundinamarca es fundamental, pero este rol no tendría sentido si su dinámica de desarrollo no es incluyente, desconcentrada y participativa, y si no reconoce aquellos componentes socioculturales, geográficos y económicos que hacen de Bogotá y Cundinamarca una Región.

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Entonces, ¿el papel de Bogotá en el proceso de integración regional es asistencialista, cooperador, facilitador o motor de crecimiento de desarrollo regional? ¿Qué se espera que Bogotá aporte a la consolidación de la Región?

En palabras de Ruíz, Bogotá para la Región

(…) es un motor, pero es un motor que no funciona solo. Es un motor que funciona con engranajes por fuera de su jurisdicción. Y no sería tan potente el motor si estos engranajes no existiesen y estos engranajes de afuera no tendrían sentido si no tuvieran motor; es un relación de doble vía (C. A. Ruíz, comunicación personal, 10 de septiembre de 2010).

La DIRNI (2011), citando autores como Borja (2003), Molina (2003) y Castro (2006), sostiene que Bogotá, aparte de ser un motor de crecimiento y desarrollo económico de la Región, asume diferentes roles que varían dependiendo del ámbito y de las necesidades que se quieran atender. Lo anterior “no significa que los diferentes posibles roles de Bogotá en su integración con el territorio sean mutuamente excluyentes, al contrario, resultan complementarios” (DIRNI, 2011, p. 23). En ese orden de ideas, entre las distintas actuaciones que toma Bogotá frente al desarrollo y crecimiento de la Región, se encuentran las siguientes: Bogotá como promotora y cooperadora del modelo desconcentrado de las actividades productivas que deben estar ajustadas a las necesidades y potencialidades de los diferentes entes territoriales de la Región (Molina, 2003, citado en DIRNI, 2011); en el ámbito metropolitano Bogotá “juega un papel preponderante como centro del desarrollo y de la actividad productiva propendiendo por fortalecer los vínculos y conectividad con sus municipios aledaños (Borja, 2003, citado en DIRNI, 2011, p. 23). Referente al papel que juega Bogotá en el ámbito metropolitano, Óscar Alfonso opina que, frente a este tema, se espera que Bogotá aporte a

(…) la construcción de unas reglas para que otras jurisdicciones [los municipios que participan en la consolidación de la Región] participen

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de la riqueza generada de manera más equitativa (…) y además, que haya una apertura a la participación de tales jurisdicciones en las economías de aglomeración que allí se producen (O. Alfonso, comunicación personal, 10 de septiembre de 2013).

Y añade que los instrumentos o mecanismos para hacer efectivo el rol de Bogotá frente a la consolidación de una región en conjunto con otros entes territoriales, son la concertación y los programas de armonización tributaria y del ordenamiento territorial (O. Alfonso, comunicación personal, 10 de septiembre de 2013). En este sentido, la DIRNI apunta que otros mecanismos fundamentales son el fomento a la participación de actores sociales, involucrándolos en la toma de decisiones frente a las dinámicas de la región, y el involucrar a los municipios de la región que deseen ser parte del proceso, mitigando las diferencias y dificultades que surjan en el momento de efectuar acciones conjuntas (DIRNI, 2011).

5. 1. 3. 2. Región Capital y su relación con los planes de desarrollo departamental, municipal y distrital. Si bien en los párrafos anteriores se resalta la importancia de actuaciones conjuntas entre entes territoriales para la consolidación de la Región Capital, tales actuaciones no pasan del plano formal, como se evidencia en documentos como los elaborados por la Gobernación de Cundinamarca (2011) y la Dirección de Integración Regional Nacional e Internacional -DIRNI (2011), al plano material. Es decir, algunos proyectos que se plantean como metas de la Región [Región Capital] no pasan de la etapa de planeación, y esto se puede visualizar en los actuales planes de desarrollo del departamento, de los municipios de estudio (Funza y Soacha) y del Distrito Capital. Sin embargo, hay otros proyectos que, dada la relevancia que tienen para la Región, han contado con el apoyo de entes nacionales e internacionales, entes que por su amplio conocimiento en materia de desarrollo regional y local, tienen la capacidad de ayudar a los distintos niveles de gobierno en la generación de investigación aplicada y conocimientos técnicos orientados a la toma de

60 decisiones para enfrentar diversos temas que son de su interés y que afectan la calidad de vida de los ciudadanos. A continuación se mencionarán los respectivos planes de desarrollo y sus avances en relación con la Región Capital.

5. 1. 3. 2. 1. Plan de Desarrollo Departamental 2012-2016 “Cundinamarca Calidad de Vida” y Región Capital El actual plan de desarrollo del Departamento de Cundinamarca menciona, respecto al sector “Región Capital”, los siguientes proyectos que se adelantarán “para la gestión del desarrollo integrado del territorio (…)” (Gobernación de Cundinamarca, 2012): recuperación de la navegabilidad del río Magdalena; plan de seguridad y soberanía alimentaria; consolidación corredor de páramos, cambio climático y ordenamiento territorial; Macroproyecto Urbano del Aeropuerto El Dorado (MURA); aeropuerto alterno y Sistema Integrado de Transporte Regional (SITR). En los próximos párrafos sólo se describirán de manera sintética los tres primeros proyectos.

La recuperación de la navegabilidad del río Magdalena se encuentra justificada en el Documento CONPES 3758 “Plan para restablecer la navegabilidad del río Magdalena” (DNP, 2013)14. Este Plan está distribuido en tres líneas de acción: adelantar análisis necesarios para ejecutar el Plan a través de alianzas público privadas de conformidad con lo estipulado por la Ley 1508 de 2012; realizar intervenciones de encauzamiento, dragado y mantenimiento que permitan mejorar las condiciones de navegabilidad y ampliar el número de kilómetros navegables; emprender acciones orientadas al desarrollo, al fortalecimiento de los servicios de transporte, logísticos e intermodales, y al aprovechamiento sostenible de los servicios ecosistémicos del río (DNP, 2013). Respecto a los avances del Plan, en la página oficial del

14 De acuerdo con el DNP (2013), este documento: presente plantea un Plan para restablecer la navegabilidad del río Magdalena que se soporta principalmente en un programa de intervenciones estratégicas y prioritarias, así como un correcto mantenimiento del canal navegable, de forma tal que se mejoren las condiciones físicas necesarias a futuro para lograr el aprovechamiento de esta hidrovía como corredor logístico intermodal (p. 2).

61 actual gobernador del Departamento Cundinamarca, Álvaro Cruz, se encuentra un comunicado que dice lo siguiente:

Hicimos una evaluación importante sobre el avance del proyecto insigne de Cormagdalena15 como lo es navegabilidad del río Magdalena hasta -La Dorada. Existen todavía algunos aspectos presupuestales de vigencias futuras que esperamos resolver en las próximas semanas. Este es un proyecto de vital importancia para la competitividad del país (Cruz, 2014).

Referente al plan de seguridad y soberanía alimentaria, este hace parte de la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PSAN), formulada mediante documento CONPES Social 113 (DNP, 2007a), el cual plantea objetivos y estrategias que definen herramientas para su implementación. La política es consecuencia de la concertación y participación entre entidades de orden nacional, departamental y municipal, organizaciones sociales, organizaciones internacionales, entidades universitarias y gremios, entre otros. La PSAN se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo y encaja dentro los Objetivos de Desarrollo del Milenio (DNP, 2007a). Para dar cuenta de los avances de la Política, el país cuenta con diferentes instituciones y programas que desde diferentes sectores apoyan el proceso: Departamento Nacional de Planeación, Ministerio de Salud y Protección Social, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Educación Nacional, Ministerio de Hacienda y Crédito Público y Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

Relativo a la consolidación del corredor de páramos, cambio climático y ordenamiento territorial, este es el tema central del Proyecto Cambio Climático con Enfoque Territorial en Región Capital Bogotá-Cundinamarca, también conocido como Plan Regional Integrado de Cambio Climático para la Región

15 Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena.

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Capital, Bogotá-Cundinamarca (PRICC Región Capital). Este Proyecto integra la iniciativa regional denominada Promoting Climate Change Adaptation, Energy & Environment, a cargo del Centro Regional para Latinoamérica y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD. Contó con una asignación presupuestaria de 400.000 USD, de Fondos del Gobierno de España (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2010). La duración del Proyecto fue de 2 años y 10 meses -de Agosto de 2010 a Junio de 2013- y contó con la cooperación participación de diversas entidades nacionales e internacionales, entre ellos: el Instituto de Estudios Ambientales, Meteorología e Hidrología (IDEAM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Gobernación de Cundinamarca, la Secretaría Distrital de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional (CAR), y la Corporación Regional Autónoma del Guavio, (CORPOGUAVIO).

El objetivo del PRICC Región Capital es definir “las líneas estratégicas de acción y respectivos portafolios de mitigación y adaptación frente a la variabilidad y cambio climático, que permitan impulsar opciones de desarrollo social y económico, lo suficientemente robustas para resistir las condiciones de un clima cambiante” (PNUD, 2010), contribuyendo con el fortalecimiento de las competencias de las autoridades nacionales y regionales para integrar el cambio climático a las políticas, programas y planes de desarrollo a través de actos de concertación y diálogos colectivos entre los gobiernos nacionales, regionales y locales, no sólo para cohesionar los diversos instrumentos de política, también para buscar nuevas fuentes de financiamiento para implementar las iniciativas y medidas del Plan (PNUD, 2010).

Finalmente, el Macroproyecto Urbano Regional del área de influencia directa del Aeropuerto El Dorado (MURA) es, de acuerdo con el Documento CONPES 3490 (DNP, 2007b), una operación de alcance regional que tiene como objetivo promover el desarrollo armónico y planificado del área de influencia del Aeropuerto El Dorado a través de un esquema institucional que facilite la articulación de acciones entre la Nación, el Departamento de

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Cundinamarca, el Distrito, los municipios del área de influencia –municipios de la Sabana de Bogotá- y la participación del sector privado. El proyecto establece dos fases (DNP, 2007b): La primera fase corresponde a la formulación del Macroproyecto tomando como referencias los planes y estudios adelantados por la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Gobernación de Cundinamarca, el Gobierno Nacional, los municipios del área de influencia y la Mesa de Planificación Regional; la segunda fase corresponde a la implementación de programas y proyectos definidos para la totalidad del área de influencia y, adicionalmente, a la implementación de mecanismos para el seguimiento y evaluación de la ejecución del Macroproyecto (véase Molina Vega, 2011).

5. 1. 3. 2. 2. Plan de Desarrollo Municipal para Funza 2012-2015 A través eje estratégico “Funza Avanza con Garantía de Futuro”, la Alcaldía Municipal de Funza manifiesta la necesidad que tiene el municipio de ser reconocido como articulador y protagonista en el desarrollo de la región (Alcaldía Municipal de Funza, 2012). Lo anterior se puede evidenciar en el punto 5.2.1 del eje estratégico “acciones para la integración regional de la ciudad”, el cual sostiene que

Uno de los proyectos es consolidar el papel preponderante del municipio dentro de la región fortaleciendo lazos de integración, en este sentido el trabajo inicia con la identificación y consolidación de una estrategia de unión de intereses mancomunados para proyectar las potencialidades del municipio dentro de la región (Alcaldía Municipal de Funza, 2012, p. 57).

Las anteriores palabras se materializan en el programa “Funza Avanza en la Región” (Alcaldía Municipal de Funza, 2012), cuyo objetivo estriba en la consolidación de las relaciones regionales a través de la ejecución y/o participación del Municipio en alianzas y macroproyectos regionales.

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5. 1. 3. 2. 3. Plan de Desarrollo para Soacha 2012-2015 y Región Capital Revisando el Plan de Desarrollo del Municipio de Soacha 2012-2015, no se evidencia la existencia de algún proyecto, gestión o estrategia que haga alusión a la participación del Municipio respecto al proceso de integración regional.

5. 1. 3. 2. 4. Plan de Desarrollo para Bogotá D.C. 2012-2016 y Región Capital Los artículos 24 y 25 del Acuerdo 489 de 2012, hacen mención de las responsabilidades que tiene el Distrito Capital frente al proceso de integración regional. El Objetivo 7 del Artículo 24 del Acuerdo 489 de 2012 dispone lo siguiente:

Consolidar el proceso de integración de Bogotá con la región. Adoptar acciones de planificación concertadas, las cuales garanticen el respeto y protección de las estructuras sociales y ambientales regionales existentes, propendiendo por la convergencia en términos de calidad de vida de todos los habitantes de la región.

Como ampliación de este objetivo, el Distrito, mediante artículo 25 del Acuerdo 489 de 2012, formula la siguiente estrategia:

Avanzar en el proceso de integración regional, en el marco de la legislación vigente, en el propósito de promover el desarrollo humano sostenible, económico y social en la región Bogotá-Cundinamarca y otros territorios vecinos, mediante el fortalecimiento de acciones concertadas con las autoridades e instancia de planeación regional, en materia de ordenamiento territorial, seguridad alimentaria y el apoyo a la producción campesina, protección de ecosistemas estratégicos y del sistema hídrico regional, armonización tributaria, armonización de las políticas de vivienda, manejo de residuos y provisión de servicios domiciliarios, movilidad con prevalencia en la introducción del modo férreo, ciencia, tecnología e innovación, seguridad ciudadana y gestión

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integral de riesgos. Incorporar la gestión integral de riesgos para enfrentar las vulnerabilidades de la ciudad.

5. 2. Movilidad cotidiana y metropolización El crecimiento acelerado de las grandes ciudades colombianas desde la década de 1950, supuso la expansión de la urbe hacia el área periférica de la misma. En el caso de Bogotá, dicha extensión se explica por la producción de vivienda popular y por la oferta de sistemas de transporte público, permitiendo suplir las necesidades de movilidad cotidiana de los habitantes de los barrios ubicados en la periferia (Montezuma, 1997, citado en Dureau, Gousëset y Le Roux, 2012). Sin embargo, el crecimiento desbordado de Bogotá y su alta concentración de población debido a la alta demanda de equipamientos y servicios, desata una problemática en materia de movilidad urbana y de acceso de los habitantes de los municipios que pertenecen a su área de influencia al núcleo urbano –Bogotá- y a sus recursos16. Estas situaciones obedecen a un fenómeno denominado metropolización, que no es otra cosa que un fenómeno urbano que hace una ampliación de una unidad geográfica a una unidad mayor, en el cual se establece una relación interjurisdiccional de características funcionales y cotidianas. Una de estas características cotidianas es la movilidad.

5. 2. 1. La interrelación de los municipios del anillo de influencia y su impacto en la movilidad de Bogotá. Para analizar de fondo la movilidad como uno de los factores del proceso de metropolización entre Bogotá y los municipios pertenecientes a su área de influencia, se tomó como referente la Encuesta de Movilidad de Bogotá 2011. La Encuesta Movilidad de Bogotá 2011 fue realizada en el año 2011 por la Unión Temporal Steer Davies & Gleave y Centro Nacional de Consultaría,

16Al respecto, Óscar Alfonso (2013), Bogotá y su entorno metropolitano poseen diversas cualidades especiales: “una de ellas es el policentrismo de su estructura económico-espacial, un acumulado histórico que, al fundirse con la segregación, plantea considerables desafíos cotidianos a millones de habitantes cuyo lugar de trabajo se encuentra distante de su lugar de residencia” (Alfonso, 2013, p. 167).

66 ambas organizaciones contratadas por la Secretaría Distrital de Movilidad. Esta encuesta origen destino a hogares no sólo se realizó en la ciudad de Bogotá, también fueron partícipes de este ejercicio 16 municipios vecinos: “la inclusión de los mismos permite contar con una mirada más comprehensiva de los desafíos de la movilidad humana, además de darle una perspectiva regional al ejercicio, en concordancia con los propósitos del Plan de Desarrollo 2012 – 2016” (Secretaría Distrital de Movilidad, 2012, p. 1).

La intencionalidad de este instrumento de recolección de información es actualizar la información en materia de oferta y demanda de transporte urbano, la caracterización de los desplazamientos y el ajuste de los parámetros de calibración del modelo de transporte, mediante la aplicación de técnicas que permitan entender las dinámicas de movilidad en cada uno de los 16 municipios que pertenecen al anillo de interrelación con Bogotá y su impacto en la movilidad de Bogotá, centrándose en el municipio de Soacha (SDM, 2012). El municipio de Soacha, es “por sí solo (…) una de las diez ciudades más pobladas del país” (Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012). La Figura 8 ilustra los 16 municipios encuestados y la distribución de la muestra por municipio.

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Figura 7. Distribución de la muestra por municipio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012. La Figura 8 enseña la distribución total de viajes en Bogotá y Soacha y la distribución total de viajes en los 16 municipios aledaños.

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Figura 8. Distribución de viajes en Bogotá, Soacha y municipios cercanos. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012. De acuerdo con esta gráfica, en el año 2011, entre las 6:15 y las 7:15 de la mañana, en un día hábil, se alcanzan a realizar más de 1.800.000 viajes diarios en el caso de Bogotá y Soacha. En el caso de los 16 municipios de estudio, los viajes que inician desde cada uno ellos representan el 10% del total del área de estudio (180.000 viajes). La Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría (2012) explican que la máxima demanda de viajes está ubicada en la mañana debido a que la mayoría de personas que viajan deben un cumplir con horarios que determinan la hora de inicio de sus trayectos. Esta situación exige a un número significativo de la población viajar simultáneamente al lugar donde realizan la mayor parte de sus actividades cotidianas, en su mayoría laborales y académicas. Las Figuras 9 y 10 describen

69 la distribución horaria los viajes por propósito de trabajo y por propósito de estudio en la zona de estudio.

Figura 9. Distribución de viajes por trabajo en la zona de estudio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012.

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Figura 10. Distribución de viajes por estudio en la zona de estudio. Fuente: Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012. Para el año 2011, la cantidad de viajes que tienen como propósito desplazarse hacia el lugar de trabajo podía llegar a 500.000 hacia las 6:00 de la mañana. Según los resultados de la Encuesta de Movilidad, el viaje con motivo de trabajo puede explicarse de dos formas: 1) desplazamiento hacia el lugar de trabajo o 2) desplazamiento por realización de alguna gestión relacionada con su actividad laboral (Unión Temporal Steer Davies & Gleave Limited y Centro Nacional de Consultoría, 2012). Respecto a los viajes por propósito de estudio, la figura 5 indica que estos presentan un pico significativo de 800.000 hacia las 6:00 de la mañana, un segundo pico al medio día de 300.000 viajes hacia el mediodía, y un tercer pico que no supera los 100.000 viajes hacia las 17:30.

Los resultados de la Encuesta de Movilidad de Bogotá demuestran que una fracción de los habitantes de los 16 municipios aledaños viaja diariamente a Bogotá por cuestiones laborales y académicas, y que también hay habitantes de la ciudad de Bogotá que trabajan o estudian en municipios cercanos.

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5. 3. La dimensión metropolitana en las identidades urbanas Como se vio en los párrafos anteriores, el fenómeno de la metropolización es visible mediante la movilidad cotidiana que realizan los habitantes tanto de Bogotá como de los municipios del área de influencia, desde su lugar de residencia hasta su puesto de trabajo, al establecimiento educativo, etc., reforzando la relación funcional que existe entre área metropolitana y el municipio núcleo. Para algunos de los habitantes –las tres participantes que hacer parte de la población residente-de los municipios de estudio (Soacha y Funza), los cuales pertenecen al área de influencia inmediata de la ciudad de Bogotá, el atractivo que ejerce Bogotá como núcleo urbano que brinda oportunidades laborales y educativas, y que ofrece toda una gama de servicios que satisfacen sus necesidades.

Este es el caso de Andrea Rocha17, habitante del municipio de Soacha, quien decidió buscar trabajo en Bogotá debido a que el municipio no ofrece las oportunidades ni los equipamientos necesarios para ejercer adecuadamente su profesión como licenciada en educación:

Las instituciones educativas son pequeñas, los recursos que tienen para pagar a los profesionales son mínimos y las garantías que tenemos son muy pocas” (Andrea Rocha, comunicación personal, 04 de septiembre de 2013).

Para Laura Gómez18, otra entrevistada del municipio de Soacha, Bogotá es la ciudad en donde vive la mayor parte de su familia:

Mi familia vive en toda Bogotá. Mi hermana vive en Madelena, tengo primos que viven en la Sevillana, otros en el Tintal. Una prima vive cerca del Portal de Transmilenio de la 80, es decir hacia el Noroccidente y otra

17 Andrea Rocha, mujer de 25 años, maestra de preescolar. Oriunda del municipio de Soacha, Cundinamarca. 18 Laura Gómez, mujer de 23 años, estudiante de derecho.

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tía vive en la 127, es decir Niza (Laura Gómez, comunicación personal, 18 de septiembre de 2013).

El fin de semana es el momento que Laura destina para visitar a sus parientes que viven en Bogotá debido a que en los días hábiles de la semana estudia y trabaja, también en Bogotá:

Decidí estudiar derecho en Bogotá porque la Universidad de Cundinamarca con sede en Soacha no tiene la carrera, (…) trabajo en Bogotá porque se presentó la oportunidad de trabajar allá, no porque en mi municipio no hayan ofertas laborales” (Laura Gómez, comunicación personal, 18 de septiembre de 2013).

Andrea Bernal19, oriunda del municipio de Facatativá - Cundinamarca, se mudó junto con sus padres desde hace nueve años al municipio de Funza. Desde hace nueve años trabaja en Bogotá. Para ella, trabajar en Bogotá representa mejores ingresos y mayores oportunidades:

Representa mejores fuentes de ingresos, me pagan mejor que lo me puedan pagar en Funza. Aunque haya muchas industrias en el municipio; realmente no busqué trabajo allá” (Andrea Bernal, comunicación personal, 19 de septiembre de 2013).

Para las tres entrevistadas, la imagen que tienen de su lugar de residencia, y en muchas ocasiones, de nacimiento, es desfavorable, y esto se puede evidenciar en la falta de oportunidades que sus municipios les brinda para poder tener una óptima calidad de vida. Por tal motivo tuvieron que movilizarse académica y laboralmente hacia la ciudad de Bogotá, una ciudad que, para las tres entrevistadas, tiene muchos espacios atractivos, no sólo por su amplia gama de oferta en materia de estudio y fuentes de empleo, sino también por su oferta de espacios de esparcimiento. En este sentido, los

19 Andrea Bernal, mujer de 31 años, empleada de Harinera del Valle, sede Bogotá.

73 medios de comunicación, sea televisivos, de radio, de prensa, las redes sociales y el común voz a voz se han encargado de reforzar el imaginario positivo que tienen los habitantes de los municipios circunvecinos sobre la capital colombiana

Los noticieros de los canales privados, entre ellos Caracol y RCN, le dan énfasis a lo que ocurre en las grandes ciudades [Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla]. Los diarios, por ejemplo el Tiempo y El Espectador, en las sección Cultural, informan sobre eventos que acontecerán en Bogotá. Por darte ejemplo, el Festival Iberoamericano de Teatro. En el caso laboral, cuando miras la sección „Clasificados‟, la mayoría de ofertas laborales se encuentran en Bogotá. En mi caso, que soy educadora, los colegios que más necesitan docentes, como te lo dije anteriormente, son los de Bogotá(Andrea Rocha, comunicación personal, 4 de septiembre de 2013).

Referente el tema de la movilidad, el medio de transporte predilecto es el colectivo y, en el caso de Andrea Rocha y de Laura, en ocasiones, carros particulares que prestan un servicio “pirata”, los cuales toman desde sus respectivos municipios (Funza y Soacha) hasta su lugar de destino (Bogotá). La percepción que tienen del trayecto es desfavorable, ya que tanto el ingreso a la ciudad como la salida de la misma resulta incómodo por la carencia de un sistema de transporte público efectivo y una infraestructura vial eficiente. Estos aspectos aumentan considerablemente el tiempo de desplazamiento hacia el lugar de destino y un recorte en el tiempo destinado a las actividades cotidianas y un desajuste del ritmo de vida de las personas.

De acuerdo con lo anterior, se puede aseverar que los cuatro elementos de la identidad urbana, es decir, el reconocimiento, la permanencia, la pertenencia y el vínculo, que existen hacia el municipio de origen, se ven afectados por la percepción que las entrevistadas tienen de su municipio. Se sienten más identificadas con lo que acontece en la ciudad capital que con lo

74 que acaece en sus lugares de residencia. Referente al elemento “reconocimiento”, convergen dos actores: los ciudadanos y los funcionarios públicos. Para Laura, otra de las entrevistadas, los funcionarios públicos no generan campañas de impacto que fortalezcan el sentido de apropiación de los habitantes hacia sus municipios:

En Soacha no se ha visto que el alcalde fomente en sus habitantes un reconocimiento efectivo de su municipio. Siento que la administración local no mira hacia adentro sino hacia afuera, como si buscara competir con Bogotá.Para algunos habitantes, y te lo digo porque parte de mi familia y de mis amigos viven aquí, Soacha sigue siendo un barrio de Bogotá (…) por muchas razones, se reconocen más como bogotanos que como soachunos. Te lo digo porque me ha pasado cuando alguien me pregunta “dónde vives” o “de dónde eres” (Laura Gómez, comunicación personal, 19 de septiembre de 2013).

Desde la perspectiva de Andrea Rocha, el municipio de Soacha

No se reconoce como un municipio autónomo, que tiene sus características propias y que sus habitantes son, en materia de historia y de costumbres, distintos a los de Bogotá. La gente de afuera, los que no viven aquí [en Soacha], al ver que no existe un límite real entre Bogotá y Soacha, creen que Soacha es un barrio de Bogotá, un barrio pobre y peligroso de Bogotá (Andrea Rocha, comunicación personal, 4 de septiembre de 2013).

Para Andrea y para Laura, la administración local no tiene en cuenta el imaginario que tienen los ciudadanos sobre su municipio yesto se debe, en parte, a una carencia de políticas culturales que empoderen la identidad del municipio, identidad que se refuerza si cada ciudadano reconoce y apropia unas características que hacen de su lugar de hábitat distinto a otros. Por lo tanto, su proceso de identificación sufre una hibridación, en donde si bien se reconoce la importancia de su lugar de residencia, existe una mayor vinculación con el lugar

75 donde pasa la mayor parte de su vida cotidiana, y en donde se siente que sus necesidades básicas son satisfechas.Es decir que, su identidad, a través de los movimientos cotidianos y de un fenómeno de desarraigo, pasa de una identidad local a una identidad metropolitana.

6. Conclusiones Debe tenerse en cuenta que el crecimiento o expansión de las metrópolis está vinculado estrechamente al avance de la tecnología de la información y comunicación, al crecimiento de la población, a las actividades urbanas diversas y a la movilidad cotidiana. Todos estos aspectos generan territorios llenos de vida y diversidad en materia social y cultural, aspectos que constituyen un legado de la humanidad para las generaciones futuras y que fomentan la consolidación de una identidad urbana.

La integración de Bogotá con los municipios circunvecinos está determinada por la articulación de los actores del ordenamiento territorial (Nación, departamento, municipios y distritos). En esta articulación de actores, debe tenerse en consideración la participación de la ciudadanía, sus opiniones y sus propuestas sobre el diseño, construcción y mejoramiento de la calidad de vida en las ciudades. Estos aspectos son importantes, y hacen parte del proceso de apropiación e identificación con el espacio urbano, ahí subyace uno de los principios esenciales del derecho a la ciudad. Son los ciudadanos los que día a día, a través de los movimientos cotidianos, por oferta laboral o por cambio de residencia, quienes reconfiguran la vida de los territorios. De acuerdo con lo anterior, la construcción de una dimensión urbana y metropolitana en los procesos de integración regional, debe sobrepasar las políticas, propendiendo por una mejor armonización entre los actoresgubernamentales, no gubernamentales y la comunidad.

Respecto a la movilidad, se puede concluir que ésta es un elemento inherente al desarrollo de individuos y colectivos en las ciudades, y puede ser visto con un emblema de la actualidad que impacta en la organización social y espacial de la vida de las regiones.

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La identidad urbana es, sin lugar a duda y tomando como referentes lo dicho en los anteriores párrafos, un elemento que facilita la internalizaciónde características especiales del municipio y/o ciudad, las cuales, de acuerdo con lo planteado por Marco Lalli –autor citado en el marco teórico-, están basadas en un conjunto de atribuciones que configuran la imagen del espacio del lugar habitado y que confieren un sinnúmero de cualidades que dotan a los ciudadanos un sentido de pertenencia y de vinculación con su municipio y/o ciudad y con todo lo que acontece en ella; la identidad urbana es esa forma de sentirse y de actuar conforme a los lugares en donde tiene lugar el proceso de significación y resignificación de los roles de individuos y colectivos.

Debe considerarse que más allá del fenómeno de la expansión geográfica de los territorios y que detrás de las iniciativas institucionales de crear espacios más competitivos, equitativos y sostenibles, están las ciudadanas y ciudadanos quienes, a fin de cuentas, son quienes le dan sentido, como sujetos políticos que son, a los objetivos planteados por los diversos instrumentos de política de integración regional formulados por quienes planean y construyen escenarios para la vida.

Los resultados de la investigación revelan que es necesaria una política pública de carácter metropolitana que tenga en cuenta los siguientes desafíos: inclusión, participación y acceso a la información, un fuerte arraigo hacia lo territorial y el compromiso de todos los actores que intervienen en la toma de decisiones territoriales, especialmente la ciudadanía. La conciencia de una identidad colectiva se construye desde la inclusión y la participación ciudadana, también desde la creación de lazos entre distintos sectores de la Nación y desde la igualdad de oportunidades de desarrollo persona y acceso a la información. Una política pública de alcance metropolitano compromete al ciudadano con su información cultural, social, económica y política, y está concebida como una herramienta de fuerte valor integrador entre grupos socioeconómicos, municipios, ciudades y regiones. Los ciudadanos bien informados son ciudadanos proactivos, con igualdad de oportunidades para

77 apropiarse de las opciones socioculturalesque brinda la ciudad, dispuestos a vincularse afectivamente con su territorio y a vivirlo como un espacio propio. Una política públicaque busca fortalecer la relación de cada ciudadano con su territorio expande la construcción de una identidad hacia los barrios, descentraliza la oferta de distintos equipamientos sociales y urbanos y mira hacia la periferia a través de la ejecución de obras de infraestructura que garanticen el acceso eficiente a los espacios sociales, políticos, culturales y educativos. El trabajo desde la gestión pública y urbana debe garantizar que cada ciudadano se comprometa efectivamente con su entorno.

El vínculo de los ciudadanos con el patrimonio propiciará el contacto y la identificación con la ciudad. La búsqueda de respuestas sobre el lugar que se ocupa en el mundo y el vínculo afectivo con el territorio corresponde al escenario de la corresponsabilidad entre actores de los distintos niveles de gobierno, del sector privado y de la sociedad civil. Para vincularse con lo propio, es preciso un trabajo conjunto con el sector educativo, para que los ciudadanos incorporen desde la primera infancia el valor de la cultura en la construcción de un “ser metropolitano” concientizado y activo en la protección y difusión de su patrimonio, en palabras de Fajre (2006) “la cultura (…) es un arma irreemplazable para que surjan ciudadanos comprometidos con lo propio, concientizados del valor de su ciudad, responsables en el cuidado y la protección del entorno” (p. 8).

Los resultados obtenidos permitirán, por un lado, describir el proceso de integración regional entre Bogotá y Cundinamarca, en función de sus características, sus logros, sus potencialidades y sus falencias y, por otro lado, indagar si la movilidad cotidiana de los habitantes de los municipios de estudio y la gestión de los funcionarios públicos incide en la transformación de una identidad local hacia una identidad metropolitana.

Es importante mencionar que este estudio tiene una importante limitación, la cual se encuentra estrechamente relacionada con la población residente de estudio de los municipios investigados: la muestra seleccionada no

78 fue representativa, por lo tanto los resultados y las conclusiones no podrán generalizarse. En este sentido, futuras investigaciones que quieran ceñirse a las temáticas aquí abordadas deberán ampliar el umbral de la muestra para que las conclusiones basadas en los resultados de tales investigaciones sean contundentes e innovadores.

7. Referencias Acuerdo 308 (2008). Por el cual se adopta el Plan de Desarrollo Económico, Social, Ambiental y de Obras Públicas para Bogotá, D.C., 2008 - 2012 “BOGOTÁ POSITIVA: PARA VIVIR MEJOR”. Registro Distrital 3996.

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Apéndice A

Preguntas docentes expertos:

¿Cuáles son las causas, dinámicas o variables que conducen a que Bogotá D.C se encuentre interesada en mirarse más allá de sus límites territoriales y político administrativos? ¿El papel de Bogotá en el proceso de integración regional es asistencialista, cooperador, facilitador o motor de crecimiento y desarrollo económico? ¿Por qué es estratégico construir una región y que Bogotá D.C sea parte de esta? ¿Qué se espera que Bogotá D.C. aporte a la consolidación de la región? ¿Cuáles son los beneficios que obtiene Bogotá D.C de participar y cooperar en la conformación de Áreas Metropolitanas, Redes de Ciudades y/o Regiones? ¿Cuáles son los instrumentos o los mecanismos para lograr consolidar región entre Bogotá D.C y otros entes territoriales? 20 ¿Cuál es /cuáles son la/las diferencia / diferencias entre los conceptos Área Metropolitana y Ciudad Región?

20 Las cinco primeras hacen parte de un documento titulado “Elementos planteados en estudios regionales, como insumos para definir el rol de Bogotá D.C en la Región Capital”, el cual fue elaborado por la Dirección de Integración Regional, Nacional e Internacional (DIRNI) en el año 2010. Este documento “plantea (…) preguntas claves que servirán como insumos para definir el Rol de Bogotá en la Región Capital” (DIRNI, 2010, p. 2).

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¿Por qué no se ha podido legitimar la figura política administrativa de Área Metropolitana para el caso de Bogotá y los municipios de la Sabana? ¿Por qué cuesta tanto trabajo establecer un gobierno metropolitano?21

Apéndice B

Preguntas habitantes de los municipios de estudio:

Bloque sociodemográfico

¿Cuál es su nombre completo? ¿Cuántos años tiene? ¿En qué barrio vive? ¿Con quién vive? ¿Hace cuánto vive usted ahí? ¿Dónde trabaja y qué tipo de actividad realiza?

Bloque académico

¿En dónde realizó sus estudios escolares? ¿En dónde realizó sus estudios universitarios?

Bloque actividades diarias

¿Cuál es su rutina diaria de lunes a viernes? ¿Cuál es su rutina sábados y domingos? ¿Qué medio de transporte utiliza para movilizarse? ¿Cuántos sistemas de transporte utiliza para llegar a su lugar de destino? ¿Cuánto tiempo tarda en movilizarse de su lugar de residencia a su lugar de trabajo y viceversa? ¿Cómo percibe dicha movilización a nivel de infraestructura de las vías y de la calidad de transporte?

21Las últimas tres preguntas surgieron en el marco de la cátedra “Gobernanza y Gestión Metropolitana”, cátedra que hace parte de la carga académica de la Maestría en Gestión Urbana – Universidad Piloto de Colombia.

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Bloque de identidad urbana (reconocimiento, pertenencia, permanencia, vinculación)

¿Qué elementos le gustan del lugar donde vive? ¿Qué elementos le disgustan? ¿Qué elementos le gustan de Bogotá? ¿Qué le disgusta de Bogotá? ¿Percibe al lugar donde vive como un municipio autónomo o como un Barrio de Bogotá? ¿Qué imagen tiene de su municipio? ¿Qué percepción cree usted tienen los “de afuera” sobre su municipio? ¿Está usted enterado de las actividades sociales, culturales, de salud pública, y educativas que se organizan en su municipio? Ahora bien, ¿está usted enterado de las actividades anteriormente mencionadas organizadas en Bogotá? ¿Qué cree que le hace falta a su municipio? ¿Cómo evalúa la gestión del alcalde municipal?

Bloque de metropolización

¿Cómo percibe la relación entre Bogotá y su municipio? ¿Por qué trabajar en Bogotá?

Las anteriores preguntas, si bien parecen extraídas de un cuestionario, son el resultado de la conversación que se tuvo con los entrevistados pertenecientes a la categoría sociedad civil. Dichas cuestiones orientaron las temáticas de la entrevista.

Los datos de las entrevistas fueron registrados mediante grabaciones, transcripciones escritas de las grabaciones y notas de campo.

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