MUSEO HISTÓRICO CORNELIO DE SAAVEDRA Extensión Educativa.

1 Manuel Belgrano.

Este año se conmemoran los doscientos años del fallecimiento de Manuel Belgrano, y el Museo Histórico de “Cornelio de Saavedra”, en este contexto tan delicado desea compartir este material a los docentes y alumnos de las escuelas para difundir contenidos a través de su colección. Piezas, documentos, grabados que ilustran un breve texto sobre la vida de uno de los fundadores de nuestra historia: Belgrano, en todas sus facetas de hombre de letras, economista, político, militar y creador de la insignia patria. Uno de los inspiradores, además, de la Asamblea del año XIII y del Congreso que, reunido en Tucumán, declarará la Independencia de las Provincias Unidas en 1816. Toda una vida puesta al servicio de la causa de la libertad, y una muerte casi anónima que lo enaltece en medio de una patria lastimada por guerras internas y anarquía.

1. Nacimiento y años de formación.

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nace en Buenos Aires el 3 de junio de 1770 en la calle que hoy lleva su nombre -número 430-, y a pocos metros del convento e iglesia de la orden dominica. Hijo de Domingo Belgrano y Peri, comerciante italiano -naturalizado español para poder arribar a América- quien se casa con María Josefa González Casero, miembro de una familia destacada de entonces. El matrimonio tiene once hijos, entre ellos Manuel quien a los dieciséis años viaja a Europa -después de licenciarse en Filosofía en el Colegio de San Carlos- con el propósito de continuar su formación. Estudia en Salamanca (donde se gradúa con medalla de oro; mérito que lo faculta, por dispensa papal, a leer los libros censurados de la época), Valladolid y Madrid; también estudia idiomas y se forma en derecho público y economía política. Inquieto por las nuevas ideas de la Ilustración, se actualiza con los escritos económicos de la fisiocracia francesa (Quesnay) que alienta el desarrollo de la agricultura, los economistas napolitanos Gaeto Filangieri y Antonio de Genovesi, el británico y los españoles Jovellanos y Campomanes.

2 2. Su regreso al Plata.

A su regreso en 1794, es nombrado Secretario del Consulado de Comercio y propone crear las escuelas de Agricultura, Navegación y la Academia de Dibujo. En 1796 realiza una Memoria sobre Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio de un país agricultor, comprendiendo la importancia del estímulo de la agricultura y el consecuente desarrollo industrial. Esas Memorias –que serán quince- constituyen un plan de reformas en beneficio no sólo de la agricultura sino también del comercio, la navegación, propiciando la extensión de los caminos, la introducción de especies desconocidas en el Plata, la creación de establecimientos para añadir valor agregado a los bienes de la tierra, entre otros temas. Defiende con insistencia el comercio libre y la supresión de los monopolios, plantea que el trigo y el lino podían ser, entre otros, una actividad que incluyera a las mujeres, hecho que revela un anticipado reconocimiento a su dignidad y derechos. No le fue ajena la riqueza de la costa marítima por lo que funda, en 1799, la Escuela de Náutica. Contribuye, a su vez, a la fundación del Telégrafo Mercantil en 1791, el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, en 1806, así como, publica en marzo de 1810 su propio Correo de Comercio. Por supuesto, este ideario es resistido por los que se benefician con el régimen monopolista, y en ese sentido, la muerte de su padre en 1795 -ligado a esa elite-, lo alienta a pronunciarse en favor de la libertad de comercio y abrir los puertos, actividad que, advierte, se vería facilitada saliendo de la situación de colonia. Para esto, Belgrano comprende como pocos el valor de la educación y propone el establecimiento en todas las parroquias de escuelas de primeras letras, educación que incluye, por supuesto, a las niñas y la mujer en general. En 1806 el virrey Sobremonte le confiere el grado de Capitán honorario de milicias urbanas para luchar contra el imprevisto invasor inglés. Posteriormente es nombrado Sargento Mayor del Regimiento de Patricios, cargo que le permite capacitarse en los fundamentos de la ciencia militar y el manejo de las armas. Actúa en la defensa de Buenos Aires en 1807 destacándose como ayudante de Santiago de Liniers.

3 3. La Revolución de Mayo.

Belgrano, como Secretario del Consulado de Comercio en Buenos Aires, es un hombre cuya formación le permite acceder a uno de los cargos más altos en la administración colonial. Ya había participado del grupo carlotista, un grupo de criollos que buscaban cierta autonomía respecto de la corona española, bajo la autoridad de la de Sevilla. En ese contexto, se intenta la regencia de Carlota Joaquina, hermana del rey Fernando VII encarcelado por Napoleón, reina consorte y emperatriz titular de Brasil debido a su matrimonio con Juan VI de Portugal. Cuando se conoce en Buenos Aires la caída de la Junta que ejerce el poder en nombre de Fernando VII, los criollos logran convocar a un Cabildo Abierto, Belgrano renuncia a su cargo en el Consulado y es uno de las figuras más activas junto a su primo Juan José Castelli y los hermanos Saturnino y Nicolás Rodríguez Peña. El Cabildo comienza a sesionar el 22 de mayo con la memorable intervención de Castelli, de gran oratoria, insistiendo en el principio de retroversión de la soberanía al pueblo. Luego de varios días de debate y no sin tensiones y maniobras políticas, se crea la , el primer gobierno criollo en territorio americano. La Junta, oficialmente llamada Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII, está presidida por -comerciante altoperuano muy estimado por los sectores populares dada su condición de Jefe del Regimiento de Patricios-, el abogado de los hacendados, y Juan José Paso, ambos secretarios; Belgrano, por su parte, será uno de los vocales, acompañado por Juan José Castelli, , Miguel de Azcuénaga, y . La Junta debe legitimarse como heredera del poder virreinal, pero la y el Paraguay no adhieren, por lo que Belgrano es enviado a esta última gobernación con un ejército improvisado que cae derrotado en Paraguarí y en Tacuarí por el gobernador Bernardo de Velazco. La firma de un armisticio permite a la Junta de Buenos Aires cerrar un posible frente de conflicto en la frontera norte y abocarse a la tarea de fortalecer su posición en otros lugares del ya caduco Virreinato. A pesar del fracaso de esa expedición, Belgrano consigue despertar en muchos las ideas revolucionarias de la Junta. Es sobreseído en los procesos por las derrotas militares en el Paraguay y designado por el Primer

4 Triunvirato, Coronel Jefe de Regimientos de Patricios en reemplazo de Saavedra; su primer gesto es renunciar a la mitad del sueldo para acrecentar los fondos no muy florecientes del erario público.

4. Creación de la Bandera.

En esas circunstancias, fortaleciendo las baterías artilladas de Rosario para bloquear el paso de los españoles por el Paraná es que advierte la necesidad de identificar las fuerzas propias creando una enseña patria. Allí, en sus orillas, el 27 de febrero de 1812 enarbola, por primera vez, la bandera argentina. Lo hace en presencia de las baterías de artillería Libertad e Independencia, en el sitio donde actualmente se levanta el Monumento Histórico Nacional a la Bandera. Inicialmente, la bandera era un distintivo para su división del ejército, pero luego la adopta como un símbolo de Independencia. Esta actitud le cuesta su primer enfrentamiento con el gobierno centralista de Buenos Aires. En cuanto a los colores elegidos hay varias tradiciones: que se inspiró en los colores del cielo, en los de la dinastía borbónica o en el manto de la Virgen.

5. El Ejército del Norte

Ese mismo día (27 de febrero), Belgrano es designado al frente del Ejército del Norte. Se hace cargo de un ejército que, al llegar hasta al Río Desaguadero, se desbanda luego de la derrota de Huaqui en el Alto Perú; se enfrentará a deserciones, falta de suministros, indisciplina y el desánimo general de la tropa. Moviliza a todo un pueblo - gesta que se recuerda como el Éxodo jujeño-, táctica que precede a las resonantes victorias de Tucumán y Salta. Tucumán (1812) donde le entrega su bastón de mando a la imagen de la Virgen de la Merced nombrándola Generala del Ejército del Norte, y Salta (1813), que lo hace acreedor de un premio de cuarenta mil pesos que destina a la construcción de cuatro escuelas -destino que aún permanece incumplido-. Desoyendo la orden triunviral de replegarse hasta Córdoba, intenta empujar a los realistas nuevamente al Alto Perú con el propósito de llegar al centro de su poder: . En junio de 1813 se instala en Potosí, recibido con honores y el obsequio de un escudo de plata que valuado en siete mil pesos fuertes dona al gobierno de Buenos Aires para organizar las nuevas campañas. Esta

5 favorable situación, sin embargo, recibirá su revés con las derrotas de Vilcapugio (1813) y Ayohuma (1814), y la pérdida de ese territorio. A esto, se suman otras dificultades a la causa revolucionaria, como la disidencia de la Banda Oriental contra Buenos Aires y la restitución de Fernando a la corona española.

6. La Posta de Yatasto.

Belgrano como San Martín llegan, quizás por senderos diferentes, al encuentro de la Posta de Yatasto, el 17 de enero de 1814 donde se conocen -aunque tienen desde tiempo atrás contacto epistolar-. Luego de romper con Alvear, San Martín se aboca a su tarea militar al frente del Regimiento de Granaderos que crea en 1812, año de su arribo a Buenos Aires, y que el 3 de febrero del siguiente año derrota a la escuadra española sobre la ribera del Paraná en el combate de San Lorenzo. Esta victoria le vale un ascendente prestigio en la opinión pública porteña por sus dotes militares. El Triunvirato lo envía, entonces, al norte el 3 de diciembre de 1813 a cargo de una “expedición auxiliadora” al Ejército conducido por Belgrano y lo faculta para reemplazarlo. Al enterarse, Belgrano le escribe a San Martín:

"Mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted se me acerca, porque estoy firmemente persuadido de que con usted se salvará la patria y podrá el ejército tomar un diferente aspecto. Estoy solo: esto es hablar con claridad y confianza; no tengo ni he tenido quién me ayude, y he andado los países en que he hecho la guerra, como un descubridor. En fin, mi amigo, espero en que usted, compañero, me ilustre, me ayude y conozca la pureza de mis intenciones, que Dios sabe no se dirigen ni se han dirigido más que al bien general de la patria, y a sacar a nuestros paisanos de la esclavitud en que vivían". "Empéñese usted en volar y en venir, no sólo a ser mi amigo, sino maestro, compañero, y mi jefe si quiere, persuádase que le hablo con mi corazón, como lo comprenderá con la experiencia constante que haga de la voluntad con que se dice suyo".(2)

6 La antigua finca salteña donde se halla la posta del camino real en la actual provincia de Salta es el sitio en el que se realiza el pase del Ejército del Norte. Si bien algunos historiadores aseveran que la reunión podría no haber sido en esa posta sino en la de los Algarrobos (estancia Las Juntas, de la familia Torrens), desde 1942 la antigua casona es Monumento Histórico Nacional y desde 1950 funciona el Museo Histórico del Norte. Allí Belgrano ofrece la jefatura del ejército a San Martín quien se presenta ante él como subordinado reconociendo la grandeza de su carácter y valor. La admiración, por otra parte, es mutua, y lo será por extensión y sin reservas, en la memoria de todos los argentinos.

7. Belgrano diplomático.

Luego de la entrega del mando del ejército a San Martín, Belgrano retorna a Buenos Aires y es enviado -a pesar de su ya delicado estado de salud- junto a en misión diplomática a Europa. Las instrucciones del Director Gervasio Antonio de Posadas consisten en felicitar al soberano español y explicarle los motivos de la oposición a los anteriores gobiernos peninsulares considerados usurpadores aunque, en realidad, hay otras y secretas: negociar la Independencia, la libertad civil, y conseguir la protección de alguna potencia como Inglaterra, Francia o Rusia. Las negociaciones son arduas, complejas, y se intenta la coronación del Infante Francisco de Paula a través de Carlos IV, en un reino que integre al Río de la Plata con Chile a través de una monarquía constitucional, pero las tratativas fracasan cuando acontece Waterloo. Desalentado, y ya de regreso, decide marchar a Tucumán donde están reunidos los representantes de las provincias.

8. El Congreso del 1816.

El nuevo Congreso Constituyente reunido en Tucumán inicia sus sesiones el 24 de marzo de 1816. Las provincias del Litoral y la Banda Oriental enfrentadas con Buenos Aires, no han enviado representantes como tampoco Paraguay. La Asamblea debe declarar la Independencia y decidir sobre la forma de gobierno dictando una Constitución. Como es sabido, la Independencia se declara el 9 de julio bajo la presidencia de Francisco de Laprida. Sus diputados parecen ser más moderados que los del 1813; muchos son

7 eclesiásticos y hay una representación más heterogénea del territorio de las Provincias Unidas en un contexto internacional aún más adverso. En Europa -derrotado Napoleón en Waterloo-, hay una Restauración conservadora que se expresa en la Santa Alianza y hace temer a las antiguas colonias españolas sobre una posible reconquista militar. Belgrano opera e influye en el Congreso, proponiendo la figura de una monarquía “temperada” según comparece en la sesión secreta del 6 de julio donde narra a los congresales el panorama político europeo y da cuenta de la restauración monárquica que allí se está dando con la tendencia de “monarquizarlo todo”. A los fines de un reconocimiento por parte de las potencias europeas apoya esa forma de gobierno aunque con la salvedad de que la dinastía fuera incásica por la justicia que envuelve la restitución de esta Casa tan inicuamente despojada del trono. La presencia de Belgrano en el recinto y su aseveración de que ante el nuevo panorama internacional nos encontramos “librados a nuestras propias fuerzas” hizo que a los pocos días y por aclamación, se sancionara la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica. El 8 de julio, en reunión secreta, los diputados deciden que al día siguiente declararán la Independencia, por tanto, aparece en la Orden del Día el proyecto insertado sobre tablas. El Acta de Declaración de la Independencia fue firmada el 9 de julio por veintinueve diputados presentes en nombre de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Charcas, Chichas, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Mizque, Salta, San Juan, San Luis, y Tucumán, bajo la autoridad de Francisco Narciso de Laprida, como presidente y Juan José Paso, secretario. Por solicitud de Belgrano, el acta se traduce al quechua y el aymara para darle difusión entre los pueblos originarios. En esa época, la forma de gobierno ideal era un modelo parlamentario representativo, por eso la opinión mayoritaria sostiene el modelo monárquico constitucional y las alternativas de buscar un rey europeo o restituir a los nativos a través de un descendiente inca. Belgrano, por su parte, reúne a la milicia para jurar la Independencia y afirma en defensa de su posición: He sido testigo de las sesiones de la misma soberanía ha discutido acerca de la forma de gobierno con que sea de regir la nación, y he oído discurrir sabiamente a favor de la monarquía constitucional, reconociendo la legitimidad de la representación soberana de la casa de los Incas, y situando el asiento del trono en el

8 Cuzco, tanto, que me parece se realizará este pensamiento tan racional, tan noble y justo, con que aseguraremos la loza del sepulcro de los tiranos. El día 21 de julio, entre grandes festejos, se jura y celebra la Independencia en la ciudad de Tucumán, acto que se replicará en diversas ciudades de las Provincias Unidas. El Congreso continuará en función hasta el 17 de enero de 1817, y luego entrará en receso hasta el 12 de mayo para reanudar sus sesiones en la ciudad de Buenos Aires.

9. Sus últimos años.

A principios de 1816, apenas regresado de Europa, el Directorio lo designa como General en Jefe del Ejército de Observación con objeto de frenar la acción de los caudillos del Litoral; su respuesta significará un armisticio para evitar enfrentamientos. Después de participar en el Congreso, y ya en mayo de 1817, Pueyrredón le encomienda el mando del Ejército Auxiliar del Perú acantonado en Tucumán para salvar a la Patria en sus actuales conflictos, siendo indispensable que él concurriera con sus conocimientos y virtudes, llevando orden y organizando la tropa (Foto 4). No le es ajeno a Belgrano la situación compleja entre Buenos Aires y las provincias; asume el cargo consciente de que los recursos serán escasos -dado que se envían a la campaña del Ejército de los Andes-, pero con la intención de cooperar en la guerra gaucha librada por Güemes en Salta. El nombramiento cuenta con el aval de San Martín que escribe sin vacilar: En el caso de nombrar quien deba reemplazar a Rondeau, yo me decido por Belgrano; este es el más metódico de lo que conozco en nuestra América lleno de integridad y talento natural: no tendrá los conocimientos de un Moreau o de un Bonaparte en un punto a milicias pero créame que es lo mejor que tenemos en la América del Sur. Reside en esa provincia por espacio de tres años y conoce a María Dolores Helguero con quien tuvo una hija, Manuela Mónica del Corazón de Jesús, nacida en 1818. Comandará esas tropas desplazadas al litoral para sofocar las rebeliones de los caudillos pero nuevamente propicia acuerdos que firma con Estanislao López en Rosario y San Lorenzo. El 25 de mayo de 1819 firma la Constitución unitaria a pesar de sus diferencias que no calla: Esta Constitución y la forma de gobierno adoptada por ella, no es en mi opinión la que conviene al país; pero habiéndola sancionado el Soberano Congreso

9 Constituyente, seré el primero en obedecerla y hacerla obedecer (6). No era ésta la opinión de los caudillos del Litoral. A mediados de 1819 solicita al Director Rondeau una licencia por enfermedad y se establece en Tucumán. Una revuelta depone al Gobernador de esa provincia y es engrillado por orden del cabecilla sin respeto por sus piernas muy afectadas e hinchadas por la hidropesía. Después de esa humillación, médicos y un religioso, el padre Villegas, le facilitan el dinero para su traslado a Buenos Aires, en marzo de 1820.

10. Su fallecimiento.

Pocos meses después, a las siete de la mañana del 20 de junio de 1820 -día aciago, recordado como el día de los tres gobernadores-, agoniza inadvertido por la urgencia de los acontecimientos, Manuel Belgrano, uno de los indiscutidos Padres Fundadores de la Patria. Ni La Gaceta, ni El Argos dan cuenta de su muerte, salvo El Despertador Teofilantrópico del padre Castañeda que apunta lo siguiente: Es un deshonor a nuestro suelo, es una ingratitud que clama al cielo, el triste funeral, pobre y sombrío que se hizo en una iglesia junto al río, al ciudadano ilustre General Manuel Belgrano. (Foto 7) A la espera de un cobro siempre diferido, Belgrano, sumido en la pobreza deja su reloj como paga al doctor Readhead y hasta el mármol de su lápida -algunos aseguran- el hermano lo toma de una cómoda familiar. Es conocida su lamento antes de expirar: ¡Ay, Patria mía! Sus restos descansan en la iglesia de Santo Domingo dada la proximidad de su casa natal con el templo, el haber recibido ahí el catecismo y las primeras letras, y el vínculo de amistad que unía a su familia con esa orden religiosa. Cerramos este breve texto de carácter didáctico, con unas palabras que Belgrano dedica al maestro en el artículo 18 de su Reglamento para el establecimiento de las cuatro escuelas de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago de Estero, escrito en Jujuy, el 25 de Mayo de 1813:

Procurará con su conducta en todas sus expresiones y modos inspirar a sus alumnos, amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la verdad y a las ciencias, horror al

10 vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio a todo lo que tienda a la profusión y al lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional que les haga preferir el bien público al privado y estimar en más la calidad de americano que de extranjero.

Hay en estas recomendaciones -muy propias del tono de la época- un fondo válido para seguir pensando el rol del docente en nuestros días, y el sentido de las instituciones que, como la escuela y el museo, sostienen, custodian y propician, a pesar de tantas dificultades, la educación y la cultura.

CUESTIONARIO

1. ¿Cuál es la relación de Belgrano con su padre? 2. Libros prohibidos: ¿por qué? 3. ¿Es necesario su viaje a Europa? 4. ¿Son importantes las industrias y el comercio para un país? 5. ¿Qué significa la Declaración de la Independencia? 6. ¿Por qué siendo un hombre de letras acepta cargos militares? 7. ¿Qué función cumple en la Primera Junta de Gobierno? 8. ¿Cuál es su relación con San Martín? ¿Se conocieron personalmente? 9. ¿Por qué necesitó crear una bandera y dónde la enarboló? 10. ¿Es Belgrano un hombre generoso? ¿Por qué? 11. ¿Es monárquico? ¿Qué significa? 12. ¿Le parecía importante la educación? ¿Con qué gestos lo atestigua? 13. ¿Participa en el Congreso de Tucumán? 14. ¿Goza de buena salud? ¿Cómo es su muerte? 15. ¿Dónde descansan sus restos? ¿Conocemos el lugar? 16. ¿Te parece que goza de buena memoria entre los argentinos? 17. ¿Conocés lugares, plazas, monumentos, que lleven su nombre? 18. ¿Qué significa el título de “Padre Fundador”?

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POSIBLE PIEZAS DEL MUSEO PARA ILUSTRAR EL TEXTO

Litografía de Manuel Belgrano, MS 5942 Andrea Bacle. 59 x 43 cm Retrato.

Leyenda: General y Jefe de los Ejércitos Auxiliares del Norte y del Alto Perú, jamás admitió otra recompensa que el honor de haber servido bien a su patria, y murió pobre después de haber contribuído a salvarla por medio de Victorias inmortales, dejando un buen ejemplo a Buenos Aires.

Plato playo. Porcelana blanca, dorada y celeste. Con retrato del Grl. Manuel Belgrano. Colección Museo Histórico Saavedra.

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Lámina que representa la creación de la bandera por el Gral. Manuel Belgrano el 27 de febrero de 1811. Colección Museo Histórico Saavedra. MHS15416

Acuarela. Escudo Argentino. Copia del existente en el Museo Histórico, creado por la Asamblea del Año 1813. Colección Museo Histórico Saavedra

13 Se acuñó la primera moneda, con el sello del escudo recién aprobado y la inscripción “Provincias del Río de la Plata. En Unión y Libertad”.

Moneda Argentina, acuñada en la Casa de la Moneda en Potosí. 1813. Anverso: Sol radiante de 32 rayos. Inscripción “Provincias del Río de la Plata” con rosera de seis pétalos al pie. Reverso: Escudo Nacional sin sol (sello de la Asamblea del Año XIII). Inscripción: “En Unión y Libertad”. Colección Museo Histórico Saavedra

14 Decreto de la Asamblea General Constituyente del Año XIII. Derogación de la mita, encomiendas y yanaconazgo. Imprenta de Niños Expósitos. 12 de marzo de 1813. Traducidos al aymará, quecua y guaraní.Colección Museo Histórico Saavedra. MHS 16054

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