Contenido

Colaboradores ...... vii

Abreviaturas bíblicas ...... ix

Prefacio ...... xi

ARTÍCULOS GENERALES

Hermenéutica latinoamericana

Leyendo la Biblia bajo un cielo sin estrellas (Elsa Tamez) ...... 5 Interpretación latinoamericana de la Biblia. Realidad, método, prospectiva (Pablo Richard) ...... 11

Para una pastoral bíblica

La práctica de la lectio divina en la pastoral bíblica (Carlo Maria Martini) ...... 21 La lectio divina (Armando J. Levoratti) ...... 27 Orientaciones para leer la Biblia en grupo (La Casa de la Biblia - España) ...... 29 Lectura popular de la Biblia (Blanca Martín Salvago) ...... 33

La Biblia leída desde la mujer

Una palabra propia (María Gloria Ladislao) ...... 43 Hermenéutica bíblica femenina, reflexiones y propuestas (Carmiña Navia Velasco) ... 51 La sabiduría de una mujer extranjera (Graciela Dibo) ...... 59

La Biblia y las tradiciones indígenas

Introducción ...... 69 El magisterio de Juan Pablo II (Nicanor Sarmiento Tupayupanki)...... 73 Insurgencia teológica de los pueblos indios (Eleazar López Hernández) ...... 77 Teologías indias (Eleazar López Hernández) ...... 85 La teología india en la globalización actual (Eleazar López Hernández) ...... 91 CONTENIDO

Ecología y derechos humanos

El mensaje bíblico sobre la naturaleza. Nueva visión de la ecología (Lucio Florio) ..... 97 Ante la crisis de la ecología (Armando J. Levoratti) ...... 103 Los derechos humanos en la perspectiva bíblica (Lucio Florio) ...... 107

La traducción y las traducciones de la Biblia

Introducción (Armando J. Levoratti) ...... 115 Traducción y transculturación (Armando J. Levoratti) ...... 121 Traducción de la Biblia y cultura indígena (Edesio Sánchez Sánchez) ...... 125 Reina-Valera, ¿una versión de hoy o de ayer? (Plutarco Bonilla Acosta) ...... 129

Marco histórico y geográfico del Nuevo Testamento

Geografía del Nuevo Testamento (Pedro Ortiz) ...... 137 El ambiente histórico-cultural del Nuevo Testamento (Armando J. Levoratti) ...... 147

COMENTARIOS AL NUEVO TESTAMENTO Introducción a los evangelios ...... 263 Evangelio según san Mateo (Armando J. Levoratti) ...... 277 Evangelio según san Marcos (Sergio Briglia) ...... 401 Evangelio según san Lucas (César Mora Paz y Armando J. Levoratti) ...... 471 Evangelio según san Juan (Domingo Muñoz León) ...... 595 Hechos de los Apóstoles (Pablo Richard) ...... 689 Pablo y las cartas paulinas ...... 755 Carta a los Romanos (Víctor Manuel Fernández) ...... 783 Primera carta a los Corintios (Irene Foulkes) ...... 823 Segunda carta a los Corintios (Eduardo de la Serna) ...... 865 Carta a los Gálatas (Elsa Tamez) ...... 901 Carta a los Efesios (Jordi Sánchez Bosch) ...... 919 Carta a los Filipenses (Pedro Ortiz) ...... 941 Carta a los Colosenses (César Mora Paz) ...... 957 Primera carta a los Tesalonicenses (Néstor O. Míguez) ...... 979 Segunda carta a los Tesalonicenses (Néstor O. Míguez) ...... 997 Introducción a las cartas pastorales (Seán Martin) ...... 1007 Primera carta a Timoteo (Seán Martin) ...... 1011 Segunda carta a Timoteo (Seán Martin) ...... 1027 Carta a Tito (Seán Martin) ...... 1037 Carta a Filemón (Néstor O. Míguez) ...... 1043 Carta a los Hebreos (Enrique Nardoni) ...... 1049 Carta de Santiago (Armando J. Levoratti) ...... 1091 Primera carta de Pedro (José Cervantes Gabarrón) ...... 1107 Segunda carta de Pedro (José Cervantes Gabarrón) ...... 1141 Las cartas de Juan (Claudio Vianney Malzoni) ...... 1149 Primera carta de Juan (Claudio Vianney Malzoni) ...... 1153 Segunda carta de Juan (Claudio Vianney Malzoni) ...... 1169 Tercera carta de Juan (Claudio Vianney Malzoni) ...... 1171 Carta de Judas (José Cervantes Gabarrón) ...... 1173 Apocalipsis (Ricardo Foulkes) ...... 1179 Comentario Bíblico Latinoamericano

Publicado bajo la dirección de Armando J. Levoratti

con la colaboración de Elsa Tamez y Pablo Richard

Nuevo Testamento

Coeditor Editorial Verbo Divino Avda. de Pamplona, 41 Estella (Navarra) Tel.: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06 E-mail: [email protected] Internet: http://www.verbodivino.es

Diseño de sobrecubierta: Contraplano.

2.ª edición revisada

© Editorial Verbo Divino, 2007.

Fotocomposición: NovaText, Mutilva Baja (Navarra). Impresión: Gráficas Lizarra, S.L., Villatuerta (Navarra). Impreso en España - Printed in Spain.

Depósito legal: NA 1.626-2007 ISBN Obra completa: 978-84-8169-663-3 ISBN Nuevo Testamento: 978-84-8169-786-5 ISBN Antiguo Testamento I: 978-84-8169-611-0 ISBN Antiguo Testamento II: 978-84-8169-720-9 Colaboradores

Ana Flora Anderson de las Sagradas Escrituras Cantar de los Cantares (con G. Gorgulho) Gabriela Dibo Pablo R. Andiñach La sabiduría de una mujer extranjera Génesis; Tobías (con J. Quezada del Río); Alfredo Dus Joel; La Biblia en la construcción de una Ezequiel (con Horacio Simian-Yofre) sociedad justa Víctor Manuel Fernández Gonzalo Aranda Pérez Baruc; Carta de Jeremías; Romanos 1-2 Macabeos Lucio Florio Eduardo Arens El mensaje bíblico sobre la naturaleza. Job Nueva visión de la ecología; Jesús María Asurmendi Ruiz Los derechos humanos en la perspectiva Profetas menores bíblica Santiago Ausín Irene Foulkes Oseas 1 Corintios Gustavo Baena Ricardo Foulkes Historia deuteronomista Apocalipsis Jorge Blunda Mercedes García Bachmann La opción preferencial Jeremías por los pobres Maurice Gilbert Plutarco Bonilla Acosta El Padre Lagrange, exégeta Reina-Valera, ¿una versión de hoy o de Gilberto Gorgulho ayer? Cantar de los Cantares (con A. F. Ander- Alejandro Félix Botta son); Proverbios Crónicas Lucía Victoria Hernández Cardona Sergio Briglia 1-2 Samuel (con Humberto Jiménez) Marcos; La «Lectio divina» o lectura oran- Miguel Antonio Ibáñez Ramos te de la Biblia Excursus: El ayuno en la Biblia La Casa de la Biblia - España Diego Irarrázaval Orientaciones para leer la Biblia en grupo Procesos religiosos y reelaboración teológica Antonino Cepeda Salazar Humberto Jiménez Gómez Sabiduría 1-2 Samuel (con Lucía Hernández) José Cervantes Gabarrón Ricardo Jiménez González 1-2 Pedro; Judas; El inmigrante en la Biblia Globalización y Sagrada Escritura Enzo Cortese María Gloria Ladislao Esdras y Nehemías; Salmos 73-150 Una palabra propia Gabriel Delgado Armando J. Levoratti Santo Tomás y la interpretación medieval Levítico; Rut; Ester; La literatura COLABORADORES viii

apocalíptica; Lamentaciones; Eclesiastés Cirilo Olvera Pérez o Qohélet; Mateo; Santiago; Lucas (con Eclesiástico o Sabiduría de Ben Sirac César Mora Paz); La inspiración de la Sagrada Escritura; Panorama de una crisis; Pedro Ortiz Los orígenes de Israel; La lectio divina; Marco geográfico del AT; Filipenses; Ante la crisis de la ecología; Geografía del Nuevo Testamento La traducción y las traducciones de la Biblia; Samuel Pagán Traducción y transculturación; El ambiente Isaías histórico-cultural del Nuevo Testamento Silvestre Pongutá Eleazar López Hernández Salmos 1-72 Los indios ante el tercer milenio; Insurgencia teológica de los pueblos indios; Javier Quezada del Río Teologías indias; Teologías indias de hoy; Tobías (con Pablo R. Andiñach) La teología india en la globalización actual Enrique Ramírez Kidd José Loza Vera Daniel Éxodo Claudio Vianney Malzoni Pablo Richard 1-2-3 Juan Hechos; Interpretación latinoamericana de la Biblia. Realidad, método, prospectiva Seán Charles Martin Introducción a las cartas pastorales; Santiago Rostom Maderna 1-2 Timoteo; Tito Amós José Pablo Martín Teoría, técnica y práctica de la Jordi Sánchez Bosch hermenéutica en Filón; Corrientes Efesios hermenéuticas de la época patrística Edesio Sánchez Sánchez Blanca Martín Salvago Josué; Jueces; Traducción de la Biblia y Lectura popular de la Biblia cultura indígena Carlo Maria Martini La práctica de la Lectio divina en la Nicanor Sarmiento Tupayupanki pastoral bíblica El magisterio de Juan Pablo II Carlos Mesters Eduardo de la Serna La Biblia en la Nueva Evangelización 2 Corintios Gabriel Mestre Horacio Simian-Yofre Métodos y acercamientos exegéticos en la Ezequiel (con Alfredo Dus) interpretación de la Biblia José Míguez Bonino Gerardo José Söding Las iglesias protestantes y evangélicas en 1-2 Reyes América Latina y el Caribe Carlos Soltero Néstor O. Míguez Deuteronomio 1-2 Tesalonicenses; Filemón César Mora Paz Juan Stam Lucas (con Armando J. Levoratti); La violencia en la Biblia Colosenses Elsa Tamez Domingo Muñoz León Gálatas; Leyendo la Biblia bajo un cielo La exégesis judía; Juan sin estrellas Enrique Nardoni Hebreos; Pasado y presente de la teología de Toribio Tapia Bahena la liberación; La apertura al ecumenismo en Judit el Concilio Vaticano II; Trabajo y justicia en la Biblia; La violencia en la Biblia José Vílchez Líndez Ester Carmiña Navia Velasco Hermenéutica bíblica femenina, Esteban Voth reflexiones y propuestas Números Prefacio

Con el nacimiento del cristianismo apare­ reunión de hombres y mujeres que tenían en ció algo nuevo en la historia. Más allá de las común una misma fe, una misma esperanza y fronteras geográficas y culturales, más allá que aun estando dispersos tenían conciencia de griegos y bárbaros, de romanos y judíos, de formar un solo cuerpo. Las cartas paulinas nació un nuevo pueblo, una realidad histó­ evocan con frecuencia las reuniones de las rica distinta, con un perfil bien definido. En iglesias en los hogares cristianos: su vida cotidiana, los cristianos no diferían «Un caluroso saludo de parte de Áquila, Pris­ demasiado de la gente de su tiempo. Vivían ca y la comunidad que se reúne en su casa» (1 en las mismas ciudades, reco­rrían las mis­ Cor 16,19). mas calles, viajaban en las mismas naves y frecuentaban los mismos lugares públicos, «Recuerdos a Prisca y Áquila, colaboradores míos en la obra del Mesías Jesús... Saluden a aunque se los veía poco en los teatros, en los la comunidad que se reúne en su casa» (Rom circos y en las termas. 16,3.5). Al principio la novedad fue apenas percep­ tible. Poco a poco, la expansión de la fe cris­ «Recuerdos a los hermanos de Laodicea, a tiana fue forjando un nuevo estilo de vida y un Ninfa y a la iglesia que se reúne en su casa» (Col nuevo modo de relacionarse con el prójimo en 4,15). el plano comunitario y social. La predicación «... a Filemón, nuestro querido amigo... y a evangélica empezó a dar sus frutos desde el la comunidad que se reúne en su casa» (Flm 2). momento en que se tuvo un mínimo de es­ tructura y de organización. Los convertidos se encontraban y reunían en una comunidad, de la novedad cristiana que era la iglesia local. El historiador Eusebio de Cesarea lo dice expresamente: «Los apósto­ Cuando se producen cambios históricos les distribuyen sus bienes a los pobres, dejan de tanta envergadura, uno se pregunta es­ su país y ponen los fundamentos de la fe en pontáneamente qué factores pudieron desen­ regiones extranjeras; allí establecen pastores cadenar una transformación tan profunda. y les encomiendan el cuidado de las personas La respuesta no es fácil, porque los cambios que han llevado a la fe» (Historia Eclesiástica, que experimentan las instituciones y los gru­ III,37,2; cf. V,10,2). pos humanos a través del tiempo nunca se El ambiente doméstico llegó a ser de este reducen a un principio único. Innumerables modo la cuna de la comunidad; le dio un foco procesos individuales y colectivos intervienen de irradiación y le aseguró la continuidad. La en esta clase de fenómenos, y los distintos primera evangelización tuvo lugar muchas factores operan por lo general en forma con­ veces en el ámbito de las sinagogas judías, junta. En tales condiciones, resulta muy difícil pero se trasladaba muy pronto a un hogar distinguir cuál pudo haber sido el factor o el hospitalario, que ponía su casa a disposición aspecto original y de mayor incidencia en el del apóstol itinerante (cf. Hech 18,7). Así se proceso de transformación. agregaron a la comunidad madre de Jerusa­ A pesar de esta dificultad, es posible discer­ lén las iglesias locales de Antioquía, Roma, nir el rasgo más característico de la novedad Corinto, Filipos y Lión. Estas iglesias locales que introdujo el cristianismo en el mundo se reunían en casas de familia, pero eran antiguo y que transformó poco a poco la vida conscientes de constituir la Ekklesía, palabra de los individuos y de la sociedad en general. A griega que significa «asamblea de los que han esta novedad se refiere un gran historiador de sido convocados». La Iglesia era ante todo la la antigüedad grecorromana, el P. A. J. Festu­ PREFACIO xii gière, en varios textos que merecen ser citados con una sola palabra podían hacer azotar, eran por su profundidad, sencillez y claridad: sus hermanos. Que nadie diga que este progreso es el resultado de las costumbres del tiempo o de «Si yo me atreviera a confiarles mi senti­ los preceptos del estoicismo. Los hermosos dis­ miento personal, mi sentimiento de viejo his­ cursos de Séneca no produjeron ningún cambio. toriador que ha meditado centenares de veces A pesar de las bellas palabras sobre el trato de los sobre ese misterioso paso del paganismo griego esclavos en su carta 47 a Lucilio, Séneca no se al cristianismo, diría lo siguiente. Lo que ha habría puesto a comer con sus esclavos, ni hubie­ convertido a los paganos quizá no han sido ra probado con ellos la carne de los sacrificios. tanto las novedades de la doctrina que se les Por lo menos habría mandado poner dos mesas. anunciaba, cuanto el ejemplo de caridad mutua Esta igualdad, en la política, no empezó sino con que ofrecían los primeros cristianos y la impre­ la Cena del Señor. Ese es uno de los mayores sión que experimentaban ellos mismos, una vez milagros de la religión cristiana» 2. que entraban en la comunidad, de que al fin eran amados. Al fin no estaban solos. Alguien se ocupaba de ellos. Al fin dejaban de ser los humi­ llados y despreciados. Ellos veían al alcalde del Yo hago nuevas todas las cosas pueblo que no desdeñaba sentarse con ellos en la misma sala para escuchar la misma palabra Pocas veces se ha visto irrumpir lo nuevo y participar en la misma celebración. Si eran con tanta frecuencia como en la Biblia; pocas pobres o enfermos, recibían ayuda. Si estaban veces se lo ha esperado con tanta intensidad, a punto de morir, los visitaban y les hablaban hasta convertirlo en incentivo para la acción. del cielo al que irían pronto para gozar de una El Dios de Israel nunca absolutiza el presente. felicidad maravillosa. Él conduce la historia hacia un futuro nuevo y Esta caridad fraterna, y el principio de esa ca­ ridad, la de un Dios que había muerto por ellos, tiene poder para hacer nuevas todas la cosas. no era una simple enseñanza. Si se hubieran Este futuro prometedor y esperanzado alienta limitado a predicarla, difícilmente el mundo se en la voz de los profetas, encuentra un eco en habría hecho cristiano. Pero la caridad se palpa­ las palabras de Jesús y vuelve a resonar en la ba y hacía sentir sus efectos. Lo que más me im­ predicación de los apóstoles: presiona en las cartas de san Pablo es que él no cesa de repetir a los fieles de tal lugar que ellos «Así habla el Señor, deben ayudar a los cristianos de tal otro lugar, que abrió un camino en el mar donde hay pobres y desheredados. Él organizaba y un sendero en las aguas impetuosas...: con el mayor cuidado las colectas y hacía llegar “No se acuerden del pasado, a destino los dones recogidos. Su constante pre­ no piensen en las cosas antiguas. ocupación era avivar el sentimiento de que los Yo realizo algo nuevo; cristianos, cualquiera que fuera el lugar donde ya está brotando, ¿no lo notan?”» estuvieran, formaban una sola familia... (Is 43,16.18-19) Este es el hecho nuevo, la novedad total del cristianismo. Esto es lo que ha tocado los cora­ «Cuando una mujer va a dar a luz siente zones y los ha convertido. No la palabra sino el angustia porque le ha llegado la hora; pero, en ejemplo. O mejor aún: la verdad de la palabra cuanto da a luz al niño, ni se acuerda de su dolor, probada por el ejemplo. Las sublimidades de por la alegría de que un hombre haya venido al la doctrina pasaban sin duda por encima de las mundo» (Jn 16,21). cabezas, como pasan todavía hoy. Pero el espec­ táculo de esta caridad incesante estaba bien a la «El que estaba sentado en el trono dijo: “Yo vista y redundaba en beneficio de todos. hago nuevas todas las cosas”» (Ap 21,5). Sin esta caridad, el mundo aún sería pagano. Y cuando ella ya no exista, el mundo volverá a Este poderoso fermento de transformación ser pagano» 1. se pone de manifiesto no solamente en los grandes acontecimientos del AT, sino también Luego, en otro pasaje de su obra, el P. Fes­ en la vida de los primeros cristianos y, sobre tugière vuelve sobre el mismo tema: todo, en las enseñanzas de Jesús. «En Roma el esclavo era una res, es decir, Solamente en un pasaje se escucha como una cosa que se podía comprar. Para Catón, un un lamento que nada nuevo sucede bajo el sol esclavo fuera de servicio valía menos que una (Ecl 1,9-10). Pero esa constatación brota de vieja vaca, ya que al menos a esta se la podía co­ un sentimiento amargo, melancólico y resig­ mer. Después de narrar la matanza de todos los nado, como si realmente no debiera ser así. De esclavos de una casa, Tácito añade: vile damnum hecho, las páginas más decisivas de la Biblia (un perjuicio de poca monta). A aquellos deshe­ redados el cristianismo les daba todo: sentido de están llenas de la esperanza de lo nuevo. su dignidad, de su condición de personas huma­ nas. Les hablaba de un Dios que los amaba y que había muerto por ellos. Les aseguraba el mejor La comunidad cristiana primitiva lugar en el Reino. Las personas acomodadas no tenían ninguna ventaja sobre los demás. En las En los primeros capítulos del libro de los asam­bleas cristianas tenían que mezclarse con Hechos, Lucas señala algunos elementos que esa gente sucia, cuyo aliento apestaba a cebolla y muestran la irradiación exterior de la pri­ vino barato. Aquellos seres de otra raza, a los que mera comunidad cristiana de Jerusalén: su xiii PREFACIO crecimiento numérico, las simpatías de que propiedades o bienes que les reportaban bene­ gozaban sus miembros, los signos y prodigios ficios y no tenían necesidad de esas rentas, los realizados por los apóstoles. Al mismo tiem­ vendían para socorrer a los necesitados de la po, Lucas describe en varios «sumarios» la comunidad. Ese dinero se ponía a disposición vida interna de la comunidad. Estos sumarios de los apóstoles, y luego se distribuía según lo presentan la vida de aquella comunidad con que necesitaba cada uno (4,35). rasgos muy idealizados. Sin embargo, los Las fórmulas según la necesidad de cada aspectos que se mencionan son constitutivos uno (2,45; 4,35) y entre ellos ninguno pasaba de toda vida eclesial y valen para la Iglesia de necesidad (4,34) suponen que, al ser diferentes todos los tiempos. las necesidades, no todos tenían los mismo in­ Particularmente significativa es la «cuá­ gresos ni el mismo nivel de vida: la abundan­ druple fidelidad» señalada en Hch 2,42: Eran cia de unos debía remediar la necesidad de los constantes en escuchar la enseñanza de los más indigentes. El ideal era que todos tuvieran apóstoles, en la comunidad de vida, en la frac­ lo que necesitaban para vivir y que los que ción del pan y en las oraciones. carecían de recursos suficientes contaran con Al presentarnos a la primera comunidad la solidaridad y la generosidad de los demás. constante en escuchar la didajé de los após­ La tercera «fidelidad» se refiere a la frac­ toles, Lucas quiere indicar que la fe cristiana ción de pan, expresión que designa la comida nace y se profundiza gracias a la enseñanza eucarística (cf. Lc 22,19; 24,30). Lucas consi­ de aquellos que acompañaron a Jesús desde dera la celebración de la Eucaristía como un el bautismo de Juan hasta el momento de su elemento de capital importancia en la vida co­ ascensión (Hch 1,22). Cuando se refiere a la munitaria, pero se muestra discreto al hablar predicación de los apóstoles, él piensa sobre de su desarrollo, de su frecuencia y del lugar todo en el anuncio del evangelio a los no cre­ exacto que ocupaba en el culto de la comuni­ yentes; pero en algunos pasajes habla de una dad. En Hch 2,46 nos dice que los creyentes enseñanza destinada a profundizar la fe de partían el pan en las casas y comían juntos ala­ los ya bautizados. Por una parte, los apóstoles bando a Dios con alegría y de todo corazón, y lo daban testimonio con mucho poder de la resu­ mismo ocurre en 20,7-8: El domingo nos reuni­ rrección de Jesús (4,33); por la otra, ni un solo mos a partir el pan; Pablo les estuvo hablando día dejaban de enseñar, en el templo y en las y, como iba a salir al día siguiente, prolongó el casas, anunciando la buena noticia de Cristo discurso hasta la medianoche. Había lámparas Jesús (5,42). La referencia a la reunión en ca­ en abundancia en la sala de arriba, donde está­ sas privadas hace pensar en una predicación bamos reunidos. a los cristianos, para ayudarlos a crecer en su Finalmente, Lucas señala que los primeros vida de fe. cristianos de Jerusalén eran constantes en las La segunda fidelidad es la koinonía o «co­ oraciones (2,42). El plural se refiere a las ple­ munidad de vida». El término koinonía desig­ garias litúrgicas judías, ya que en un principio na en primer lugar la unión espiritual de los ellos no tenían el sentimiento de pertenecer creyentes, la comunión fraterna de los que a una nueva religión, distinta del judaísmo. tenían un solo corazón y una sola alma (4,32). Se veían simplemente como las primicias del Esa comunión en la fe desembocaba natural­ Israel escatológico. De hecho, en el capítulo mente en la comunidad de bienes. siguiente Lucas presenta a Pedro y a Juan su­ Por sí sola, la expresión comunidad de biendo al templo al tiempo de la oración de la bienes parecería indicar que los cristianos no media tarde (3,1). poseían nada propio. Sin embargo, el contexto Es obvio que la fidelidad a las horas de las aclara que, en realidad, nadie consideraba lo plegarias judías no excluía otros momentos y suyo como propio (4,32). Es decir, cada uno lugares de oración. En este punto la comuni­ se mostraba dispuesto a compartir sus bienes dad imitaba el ejemplo del Señor, que con fre­ con los más necesitados. cuencia pasaba la noche en oración (Lc 6,12) El caso de Ananía y Safira es esclarecedor y recomendaba a sus discípulos orar siempre al respecto. Ellos tenían derecho a conservar y sin desanimarse (Lc 18,1). su finca; si la vendían, eran dueños de quedar­ se con el dinero y decidir por cuenta propia cómo ayudar a los demás. Pero al ocultar el Las comunidades paulinas verdadero monto del dinero recibido por la venta de una propiedad, mintieron no a los Los miembros de las iglesias fundadas hombres sino a Dios (5,4) y sufrieron las con­ por Pablo se reconocían iguales delante de secuencias de su engaño. Dios: se llamaban a sí mismos «hermanos» y Esta actitud solidaria se caracterizaba por «hermanas» como hijos e hijas de Dios por el su espontaneidad. Cada miembro de la comu­ bautismo; se consideraban miembros de un nidad seguía viviendo en su casa, porque la mismo cuerpo –la Iglesia, Cuerpo de Cristo– y predicación apostólica y la fracción del pan se compartían el mismo pan y la misma copa en realizaban en las casas; pero si alguien poseía la Cena del Señor. La Iglesia era una comuni­ PREFACIO xiv dad formada por judíos y griegos, esclavos y El movimiento de Jesús ciudadanos, hombres, mujeres y niños. A estos creyentes todo los separaba en la vida; pero la Jesús trató de eliminar las separaciones gracia de Dios los había puesto en un plano y barreras impuestas por los individuos o de igualdad, porque nadie podía considerarse los grupos y fundadas en el egoísmo, en la privilegiado delante de Dios. Todo era un don autojustificación o en un estrecho rigorismo gratuito. De ahí que hubiera quedado abolido legal. Invirtió en puntos esenciales la escala el derecho del amo sobre el esclavo, del varón de valores reconocida por todos, y en la cruz sobre la mujer, o del griego sobre el bárbaro. convirtió en lo más elevado aquello que se El siglo I d.C. conocía el universalismo. La consideraba ínfimo y sin valor. ambición del Imperio romano consistía en Sus comidas con los pecadores son la pará­ reunir en un mismo cuerpo político toda la bola viva de la buena noticia que él anunciaba. oikoumene o tierra habitada. El Imperio se en­ Mientras que la participación en las comidas tendía a sí mismo como una ciudad mundial. de los fariseos, y más aún en las de los esenios, Pero este universalismo era el de «para-todos- exigía de los comensales la más estricta pureza la - -misma­cosa»: para todos la misma ley, la ritual, Jesús compartía la mesa con publicanos misma administración, el mismo emperador y pecadores, desafiando las severas críticas de divinizado. Por otra parte, la paz romana se los escribas y fariseos que advertían el carácter imponía por la fuerza de las armas, y la mun­ provocativo de su conducta (Mt 9,1). Los fari­ dialización no impedía la fragmentación y el seos eran los separados (perushîm). Creaban encierro de la vida en sociedad: esclavos con distancias para no mezclarse con gente que esclavos, hombres con hombres, griegos y podía contaminarlos con el más mínimo roce. bárbaros. Jesús, en cambio, asumió la encarnación como Los primeros cristianos no se plegaron a la forma más radical de participación. esa forma de vida. La fe y el bautismo los ha La provocación suscitada por estas comidas unido tan estrechamente con Cristo que son saltaba a la vista de todo el que quisiera y su­ uno solo en Cristo Jesús. Esta unión con Cristo piera ver. Al compartir la mesa con publicanos ha borrado todas las diferencias, de manera y pecadores, Jesús realizaba una acción plena que ya no hay judío ni griego, ya no hay esclavo de sentido, explicitado luego por sus palabras. ni libre, ya no hay varón ni mujer (Gál 3,28). A los que le reprochaban el desprestigio que le Decir que no hay judío ni griego es rehusar ocasionaba el trato con los pecadores, les res­ toda segregación o discriminación ligada a la ponde que su misión consistía primordialmente raza, a la historia o a la religión. Decir que en ir a los discriminados por la sociedad política no hay más esclavo ni hombre libre equivale y religiosa. Ellos eran los primeros invitados a a decir que han quedado eliminadas las dife­ tomar parte en el reino de Dios (cf. Lc 15,1-8), en rencias fundadas en la posesión de riquezas o la mesa del Mesías y en la comunidad humana. en la condición social. Decir que no hay varón Eran ovejas perdidas que él debía salir a buscar, ni mujer es negar las diferencias jerárquicas porque Yahvé, el buen pastor de Israel, no que­ que plantean las categorías de masculino y ría que fuera excluida o se perdiera ni una sola femenino. Todos somos uno en Cristo por el de . Su trato con esa clase de gente no reba­ bautismo. En la dimensión de la fe, nadie es jaba su categoría moral, sino que lo manifestaba superior o inferior a los demás. en el ejercicio de su misión salvadora: No son los La radicalidad de esta afirmación resalta sanos los que tienen necesidad de médico, sino los todavía más cuando es leída en el contex­ enfermos (Mt 9,12). to de la sociedad grecorromana, altamente Jesús no vino a abolir la ley mosaica (Mt estratificada y meritocrática, y en el de la 5,17), pero la corrigió quitándole su lado vio­ sociedad judía, que se consideraba superior lento y negativo y haciéndola más exigente en a las demás naciones por el hecho de haber la práctica del bien y del amor al prójimo. Al recibido de Dios la Torá. Por otra parte, la ojo por ojo de los antiguos, él opuso la no vio­ radicalidad de la afirmación alcanza no solo lencia (Mt 5,38). De la venganza se pasó al per­ lo étnico-religioso, sino también lo social y dón; del odio a los enemigos, al amor (Mt 5,47). cultural. Escuchar en una sociedad esclavista Jesús transgredió la ley o justificó a otros que y patriarcal que ya no hay esclavo ni libre y la transgredían siempre que estaban en juego que hay igualdad entre el varón y la mujer, la vida, la salud o la libertad de las personas. es acoger la sociedad utópica hacia donde Al ver a la multitud, Jesús se sintió movido apuntan las aspiraciones y los sueños de los a compasión (Mt 9,36). Esta compasión era marginados y discriminados. No por nada mucho más que la reacción emocional fren­ ha sido tan significativa la participación de te a un hecho lamentable. Era, sobre todo, la mujer en el movimiento de Jesús y en las una forma de crítica, porque hacía ver que la primeras comunidades cristianas. miseria y las penalidades de aquella gente no podían ser aceptadas como un hecho normal, sino que constituían una situación humana anormal e inaceptable. xv PREFACIO

Jesús hizo suyo el dolor que padecían los vida en rescate por una multitud (Mc 10,42-45; pobres y marginados, y su compasión se ex­ cf. Mt 20,25-28; Lc 22,24-27). tendió a toda la gama de los vejados y abati­ Es probable que estas palabras no hayan dos: a los enfermos, a los hambrientos y hasta sido pronunciadas textualmente por Jesús. a los que lloraban a sus muertos (Mt 14,14; Mc En ellas se refleja más bien la experiencia 8,2-3; Lc 7,12-13; Jn 11,33.35). Así su compa­ de los cristianos en tiempos de Nerón, cuyo sión, que a la mirada superficial podía parecer despotismo era bien conocido y padecido por una simple expresión de sensibilidad, adquiría los destinatarios del evangelio de Marcos. Sin toda la fuerza de una crítica al sistema que embargo, es indudable que esas palabras ex­ producía tales padecimientos. presan el pensamiento de Jesús. El movimien­ Todos los evangelistas subrayan la compa­ to iniciado por él no se rige por la ley del más sión de Jesús, pero Marcos y Mateo añaden fuerte, sino por la disponibilidad para servir a un comentario sugestivo: Al ver a la multitud, los demás. El ejercicio de la autoridad no pasa tuvo compasión, porque estaban fatigados y por el autoritarismo y la imposición, sino por abatidos como ovejas que no tienen pastor (Mt el servicio y la entrega de sí mismo. 9,36; cf. Mc 6,34). Si tenemos en cuenta que la La radicalidad del Evangelio nos ayuda a palabra «pastor» era en el judaísmo (lo mismo comprender por qué a la comunidad cristiana que en el antiguo Oriente) un título honorífico le resultó tan difícil mantenerse fiel a la línea dado a los pastores del pueblo, podemos apre­ iniciada por Jesús. La originalidad del Maes­ ciar mejor el alcance de esta afirmación. Las tro fue tal que no siempre sus discípulos, hasta autoridades del Imperio romano reconocían el día de hoy, hemos sido capaces de estar a la existencia de un gobierno judío local; más la altura de sus exigencias. Los condiciona­ aún, se apoyaban en él para dar a la ocupa­ mientos culturales, las convenciones sociales ción por la fuerza una apariencia de legalidad. y la inercia del pasado se suman a la debilidad Pero, de hecho, ese papel de mediación servía humana y empañan lo que debería ser la no­ más a los intereses de Roma que a los intere­ vedad liberadora del evangelio. ses del pueblo, porque lo que hacía, en última instancia, era asegurar la lealtad y la sumisión del país. Jesús ve esa situación y se entristece. La resurrección de Cristo Por carecer de jefes auténticos, el pueblo se encuentra falto de guía y protección. A la luz Según el kerigma del NT, la resurrección de este contexto sociopolítico adquiere pleno de Cristo ha sido el comienzo de una nueva sentido la parábola que trae el evangelio de creación. Ya no es la muerte el último des­ Juan: frente a los jefes que actúan como mer­ tino de la vida humana. La dignidad de los cenarios y huyen para salvarse cuando ven el seres humanos se afirma ahora más allá de la peligro, Jesús se comporta como el Buen Pas­ muerte. Cristo resucitó de entre los muertos, el tor que da la vida por sus ovejas (Jn 10,1-16). primero de todos... y así como todos mueren en Esta actitud puso a Jesús en no Adán, así también todos revivirán en Cristo... solo con las autoridades religiosas, sino tam­ Entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: bién con el poder político. Conflictiva fue su ¿Dónde está muerte tu victoria? ¿Dónde está tu relación con Herodes Antipas, el tetrarca de aguijón? (1 Cor 15,20.22.54-55). Galilea, que lo asociaba con Juan el Bautista. Es verdad que la muerte es también para Antipas había hecho decapitar a Juan por te­ el creyente un hecho irrefutable. Alguien ha mor a que el pueblo, movilizado por el Bautis­ dicho que es muda y que nos deja mudos. ta, se levantara contra él y contra el poder ro­ Ante ella el ser humano se queda . mano que lo mantenía en el poder. Más tarde, Si a pesar de todo hay una respuesta, esta no cuando le llegaron noticias sobre la actividad puede venir de los hombres sino de Dios. De de Jesús, el tetrarca experimentó el mismo te­ hecho, la fe en la resurrección surgió en el mor y no ocultó su intención de matarlo. Pero contexto de los mártires sacrificados injusta­ Jesús, sin dejarse intimidar por esa amenaza, mente (2 Mac 7,9.22; Dn 12,1-3) y como una siguió su propio camino (Lc 13,31-32). extrapolación del concepto de Dios. «No es un Los tres sinópticos ponen en labios de Je­ Dios de muertos sino de vivos», dijo Jesús a sús una crítica severa del poder político y una los saduceos que negaban la resurrección (Mt propuesta alternativa, que es la actitud de ser­ 22,32). Es como si hubiera dicho: «Ustedes vicio: Los gobernantes dominan a las naciones niegan la resurrección porque no saben quién como si fueran sus dueños y los poderosos les es Dios». hacen sentir su autoridad. Pero entre ustedes Sin embargo, no hay parte de la fe cristiana no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser más opuesta al espíritu del secularismo que la grande que se haga el servidor de ustedes, y el esperanza en una vida más allá de la muerte. que quiera ser el primero que se haga servidor Esta esperanza suena a evasión de este mun­ de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no do. Se le reprocha que defrauda a los seres vino para ser servido sino para servir y dar su humanos, privándolos de vivir plenamente esta vida. «Si mi alma pertenece al cielo –dice PREFACIO xvi

Feuerbach en La esencia del cristianismo–, víctimas eran para él más importantes que el ¿cómo puedo yo pertenecer con el cuepo a éxito grandioso de las construcciones egipcias. la tierra?» La fe en la resurrección funciona El libro del Éxodo habla de esas construccio­ entonces como una piadosa coartada para nes como de «trabajos forzados», y la tradi­ toda clase de evasiones. Si se quiere devolver ción de Israel mantiene vivo el recuerdo de la al hombre el gusto por la tierra es preciso re­ «casa de esclavitud». nunciar al cielo. Solo así la humanidad se con­ Muchos israelitas habían asumido como un centrará en sí misma y en el mundo presente. destino fatal su condición de esclavos, ya que Pablo, por el contrario, no ve ninguna con­ en el desierto, después de su liberación, an­ tradicción entre la fe en la resurrección y el siaban volver al país del Nilo para hartarse de compromiso cristiano en este mundo: Por el comida (Éx 16,3). Pero la identidad de Israel, bautismo fuimos sepultado con él en la muerte, su diferencia, estaba constituida por la deci­ para que así como Cristo resucitó por la gloria sión de abandonar el mundo de la esclavitud del Padre, también nosotros llevemos una vida para vivir en la libertad de los hijos de Dios. nueva (Rom 6,4). Llevar esta «vida nueva» en Al hacerlo salir de Egipto, al establecer una el Espíritu es la responsabilidad del cristiano, alianza con él, Dios lo invitaba a constituir no ya como siervo del pecado sino como «es­ una sociedad nueva y a vivir una nueva forma clavo de la justicia», y no solo más allá de la de vida, fundada en la justicia, la solidaridad, muerte, sino ya en la vida presente. la participación. A veces se piensa que la elección se ajusta principalmente a una diferencia étnica. En rea­ Las tradiciones patriarcales y el relato lidad, los textos hacen pensar en una diferen­ del Éxodo cia ética, ya que el elegido es llamado por Dios a la libertad con miras a una alianza. En Jesús, Dios comienza algo nuevo. La El relato del Éxodo tiene como punto de resurrección de Cristo inaugura los últimos partida el sufrimiento humano. En medio de tiempos. Ahora, en esta etapa final, dice la la opresión, Israel hace oír su clamor, y Dios carta a los Hebreos, Dios nos habló por medio interviene (Éx 2,23-25; 3,7-14). El clamor que de su Hijo (Heb 1,1-2). Pero la historia de Dios brota del sufrimiento impulsa a Dios a reali­ no empieza con Jesús, sino que hunde sus raí­ zar algo nuevo. Así el relato bíblico pone ante ces en un pasado remoto. Un punto de partida nuestros ojos una realidad que sigue vigente es el éxodo de Abraham. Abandona tu tierra hasta el día de hoy: mucho dolor humano no natal, le dice Yahvé (Gn 12,1), y Abraham se depende de causas naturales, sino que tiene su pone en camino sin otra garantía que su fe en origen en la manipulación del poder económi­ la promesa de Dios. La palabra divina le hace co y político. Normalmente el poder crea de­ trascender los estrechos límites de lo propio y recho, el fuerte destruye al débil y «la historia lo lleva a romper con su lugar de origen y con la escriben los vencedores». sus lazos familiares. Pero esa salida iba acom­ pañada de un enorme caudal de esperanza, porque Dios le había prometido la posesión de La marcha a través del desierto una tierra y una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo. Cuando aún resonaba el eco de los cantos Mientras recorría el país de Canaán de nor­ de victoria (cf. Éx 15), el pueblo se vio enfren­ te a sur, Abraham extendió su mirada sobre tado violentamente con la dureza del desierto: él y tomó posesión de esa tierra, no para sí hambre, sed e interminables jornadas de mar­ mismo, sino para la descendencia que el Señor cha. Los liberados tenían que determinar cada le había prometido. Esta promesa pasó luego día su propio derrotero. Ya no se trataba de de padres a hijos, y a partir de entonces el des­ resistir al poder del faraón, sino de inventar tino de los patriarcas hebreos fue peregrinar el ejercicio de la propia libertad en un lugar en busca de dos ámbitos fundamentales: una desierto donde no había señales indicadoras. descendencia y una tierra. Liberación y acceso a la libertad no son Al evocar los comienzos de Israel como términos estrictamente sinónimos. El paso del pueblo, el relato del Éxodo vuelve sobre este Mar Rojo era para Israel la frontera que seña­ mismo tema. Todo comenzó en Egipto, donde laba el final del país de la servidumbre, pero un grupo de inmigrantes fueron reducidos a no era todavía la Tierra prometida. Entre uno una dura servidumbre (Dt 26,6). En Egipto, y otra se interponía el ancho desierto cargado los israelitas eran víctimas del ansia domi­ de privaciones, de incertidumbres y de mono­ nadora del faraón, que se servía de ellos para tonías, en el difícil camino hacia la libertad. construir una ciudad que llevaba su nombre Parecía más sencillo seguir siendo cautivos. (Éx 1,1-13). La visión de sus compatriotas En la marcha a través del desierto los israeli­ injustamente maltratados indujo a Moisés a tas sintieron una y otra vez la tentación de vol­ rebelarse, y Dios tomó el partido de Moisés re­ verse atrás, de renunciar a la libertad. A causa belde: Yo he visto la miseria de mi pueblo. Las de sus protestas y rebeliones, Moisés tuvo que xvii PREFACIO interceder en favor de ellos delante de Dios. El corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu Señor escuchó sus plegarias y se mostró be­ nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de névolo, porque había fijado a Israel una meta piedra y les daré un corazón de carne (Ez 36,25- y no podía dejarse vencer por la infidelidad o 26; cf. Jr 31,31-34). los desfallecimientos de su pueblo. Yahvé no En medio de aquella crisis, también adqui­ permanecía vinculado a un territorio fijo, sino ría especial relevancia el mensaje de Oseas. que peregrinaba al frente del pueblo, abriendo Oseas ejerció su actividad profética en el el camino hacia un futuro que no debía ser la siglo VIII a.C., en una época especialmente mera repetición o ratificación del presente. dura. Asiria –el coloso de Oriente– imponía El pueblo elegido fue en sus comienzos un su férrea ley de vasallaje y la trayectoria his­ pueblo de emigrantes. Más tarde recibió en he­ tórica del reino del Norte se precipitaba hacia rencia una tierra. Cuando al cabo del tiempo se su fin. Con frase lapidaria el profeta declara implantó la monarquía, el pueblo vio que sus que han devorado a Israel (8,8). Los reyes caen reyes fueron casi siempre incapaces de colmar uno tras otro (7,7): Hablan y hablan, juran en las expectativas de paz, bienestar y libertad. falso, firman alianzas; los pleitos florecen como Pero ese pueblo, a pesar de sus penurias e in­ la cizaña en los surcos del campo (10,4). La so­ fidelidades, estaba acostumbrado a dirigir su ciedad ha perdido el rumbo: No hay verdad, ni mirada hacia el futuro y a no resignarse ante lealtad, ni conocimiento de Dios en el país, sino la rea­lidad presente. Así se fue gestando poco a juramento y mentira, adulterio y libertinaje, poco en Israel la esperanza en un rey por venir, homicidio tras homicidio (4,2-3). el verdadero Ungido de Yahvé, el Mesías. Oseas es consciente del juicio divino que recaerá sobre el pueblo: Samaría pagará la culpa de haberse rebelado contra Dios (14,1). Los profetas Por haber roto la alianza, Dios ya no reconoce a Israel como su pueblo (1,9). Pero la amenaza En su dramático intento de sacar a los is­ y el castigo no son la última palabra, porque raelitas de las convicciones que los mantenían el que nos desgarró... nos hará revivir (6,1-2). en una falsa seguridad, los profetas cuestiona­ En lugar de amenazar con el peso de la ron todo el patrimonio tradicional de Israel: justicia, el profeta apela al lenguaje de la mi­ el Templo, el culto, la realeza, el sacerdocio sericordia. Alienta al pueblo abatido con el y la conducta moral y religiosa del pueblo en mensaje cálido del amor, y pone en labios de general. Ellos pretendían que todo Israel se Dios palabras bellas y atrevidas: enfrentara con un Dios que irrumpía en su «¿Cómo voy a abandonarte, Efraim? historia de una manera siempre nueva: ¿Cómo voy a entregarte, Israel?... «Y ahora, Israel, prepárate a enfrentarte con Mi corazón se subleva dentro de mí tu Dios» (Am 4,12). y se enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, De este modo, los profetas abrían un ho­ no destruiré otra vez a Efraim. rizonte de radical novedad. Era nueva, sobre Porque yo soy Dios, no un hombre: todo en los profetas preexílicos, la convicción soy el Santo en medio de ti, de que Israel estaba en una situación de sus­ y no vendré con furor» pensión de la alianza, en una especie de «pun­ (Os 11,8-9). to cero» (cf. Am 3,2; Os 1,9). Para Amós, Oseas Como la madre que alimenta y enseña a ca­ e Isaías solo se podía hablar de una vuelta a la minar a su niño, Yahvé atrae a su pueblo con alianza sobre la base de una nueva decisión lazos humanos, con ataduras de amor (11,3-4). salvífica de Yahvé. Como un amante apasionado, hará lo indeci­ En tal sentido, era nueva y sorprendente, so­ ble para recuperar a su esposa que le ha sido bre todo, la aportación teológica de Jeremías y infiel: Yo la seduciré, la llevaré al desierto y le Ezequiel. Uno y otro partían de un pesimismo hablaré a su corazón (2,16). Y el lenguaje del antropológico y expresaban categóricamente corazón culmina en matrimonio: la convicción de que Israel era incapaz, por naturaleza, de obedecer a Yahvé: El pecado «Yo te desposaré para siempre, te desposaré en la justicia y el derecho, de Judá está escrito con un buril de hierro, está en el amor y la misericordia; grabado con punta de diamante sobre la tabla te desposaré en la fidelidad de su corazón (Jr 17,1). ¿Puede el etíope cam­ y tú conocerás al Señor» biar de piel o un leopardo de pelaje? Así ustedes, (Os 2,21-22). ¿podrán hacer el bien, habituados como están a hacer el mal? (Jr 13,23; cf. Ez 16; 20). Para evocar simbólicamente este nuevo A pesar de todo, ambos profetas anun­ comienzo, Oseas menciona el Valle de Acor ciaron al mismo tiempo una acción directa (cuyo nombre significa Valle de la Desgracia). de Dios que transformaría desde dentro el Aquel nombre traía malos recuerdos a los corazón humano: Los rociaré con agua pura, israelitas, porque evocaba el primer pecado y ustedes quedarán purificados... Les daré un y la primera derrota de Israel a su entrada en PREFACIO xviii la Tierra prometida (Jos 7,24-26). Pero en el guardadas en secreto, y que no conocías (Is futuro la situación va a ser distinta, porque 48,6). el Señor hará del Valle de la Desgracia una Puerta de Esperanza. La orientación hacia el futuro aparece El exilio y la vuelta de los exiliados asimismo en los demás profetas. Más allá del juicio y del castigo que habrá de caer sobre El exilio babilónico significó el derrumbe el pueblo a causa de sus pecados, el llamado de todas las certezas teológicas de Israel. Los Deuteroisaías promete la liberación de los acontecimientos de 598-597 sacudieron los israelitas cautivos en Babilonia y un nuevo tres pilares sobre los que descansaba la identi­ éxodo hacia la Tierra prometida, más admira­ dad del pueblo de Yahvé: el rey, el templo y la ble que la salida de Egipto. La memoria de las tierra. Bajo el dominio babilónico, una parte acciones de Yahvé en el pasado se convierte de la población fue llevada al exilio, el templo así en una renovada fuente de esperanza. Lo se convirtió en una ruina y el último rey de Ju­ nuevo será tal que lo antiguo parecerá algo dá fue a morir a Babilonia sin dejar un sucesor insignificante: (2 Re 25,27-30). «Yo digo a Jerusalén: “¡Que sea habitada!” y Mientras Jerusalén estaba en ruinas y sus a las ciudades de Judá: “¡Que sean reconstrui­ habitantes en el destierro, el profeta Ezequiel das!”» (Is 44,26). recogió el grito amargo de los exiliados: Se han secado nuestros huesos y se ha desvaneci­ do nuestra esperanza. ¡Estamos perdidos! (Ez 37,11). Esta confesión de impotencia no hacía Para los profetas, la historia prever la posibilidad de un renacimiento, y es un proceso abierto hasta parecía descartarlo por completo. Pero en medio de la crisis el profeta escuchó del Hoy muchos piensan la historia como un Señor esta pregunta: ¿Podrán revivir estos proceso cerrado. Lo que importa es utilizar lo huesos? mejor posible las piezas existentes, porque no Si se hubiera apoyado en su propia expe­ se encontrarán otras nuevas. Tal concepción riencia, Ezequiel tendría que haber respondi­ converge en un veredicto desilusionado. El do que no. La prueba había sido muy dura, los proceso histórico está esencialmente predeter­ exiliados se encontraban dispersos y la Tierra minado y no abre muchas posibilidades para Santa había quedado demasiado lejos. Pero el futuro. fue precisamente en una situación tan crítica La concepción profética de la historia cuando el Señor le hizo ver que el Espíritu propone un discurso diferente. Parte de la puede realizar lo imposible. asombrosa afirmación de que en el proceso La visión de los huesos resecos que vuelven humano están presentes la discontinuidad, la a la vida se desarrolla en un crescendo signifi­ sorpresa y la novedad. La conversación entre cativo. Yahvé les habla y los huesos escuchan Abraham, Sara y los tres visitantes en Gn 18,1- la Palabra de Yahvé. Entonces se cubren de 15 nos puede servir de ejemplo. nervios, la carne empieza a brotar y a recu­ Los visitantes anuncian que Sara tendrá brirse de piel (37,8). Es necesario devolver al un hijo a pesar de su edad avanzada. Sara, ser humano todo lo que conforma su realidad incrédula, se ríe. Pero uno de los visitantes cósmica, toda que recibe de la pregunta: «¿Hay algo difícil para Dios?», y al tierra, reconstruirlo desde su misma realidad año siguiente Abraham y Sara son protagonis­ terrena: sus nervios, su carne y su piel. Pero tas y testigos de un nacimiento que ellos y su nada de esto es suficiente si falta el Espíritu. mundo consideraban imposible. Por eso el profeta recibe la orden de llamar Los profetas se niegan a absolutizar el al Espíritu: Yo profeticé como él me lo había presente. El discurso profético hace ver a las ordenado y el Espíritu penetró en ellos. Así revi­ claras que una gran parte del dolor humano vieron y se incorporaron sobre sus pies. Era un tiene su origen en la manipulación del poder ejército inmenso (37,10). económico y político, ya que por lo general el Con esta visión simbólica, el libro de Eze­ fuerte oprime al débil. Tales sufrimientos no quiel describe el surgimento de una nueva son el peso inexorable de un destino fatal, sino humanidad, destinada a construir un futuro que proceden de estructuras y sistemas insti­ enteramente nuevo. A la vuelta del exilio los tuidos por los hombres, que pueden y deben repatriados pudieron ver, no sin cierta frustra­ ser modificados. Los profetas se niegan a creer ción, que muchas de sus expectativas queda­ que el proceso del mundo está cerrado y que se ban defraudadas. Pero un grupo de israelitas rige exclusivamente por pautas de explotación puso manos a la obra y logró levantar de las y de opresión. Si la historia humana continúa ruinas lo que parecía definitivamente perdido. es porque Dios deja abiertas nuevas posibili­ En cuanto situación de ruptura, el exilio fue dades históricas, más allá de toda expectativa como la matriz de una nueva creación y de un humana: Desde ahora te hago oír cosas nuevas, nuevo éxodo: No se acuerden de las cosas pa­ xix PREFACIO sadas, no piensen en las cosas antiguas. Yo voy del maestro es asegurar la integridad del a hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se mensaje cristiano y la correcta formulación dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto de la fe. Pero esa preocupación legítima y ne­ y ríos en la estepa (Is 43,18-19). cesaria no debe ahogar la palabra del profeta, Para el profeta de la consolación de Israel desafiante y audaz, viva y cortante como una (Is 40-55) el exilio marcaba la frontera entre el espada de doble filo. pasado y el futuro: Lo antiguo ya ha sucedido, La función de los profetas no consiste pri­ yo anuncio algo nuevo (Is 42,8). Para Ezequiel mordialmente en predecir el futuro, sino en era el punto culminante de una serie de juicios interpretar el presente. El discernimiento de divinos, que cerraban la historia de las rebe­ los signos de los tiempos es la acción profética liones y abrían al auténtico Israel el camino por excelencia. Su misión es distinguir lo que de la efusión del Espíritu, de la renovación nace y germina de lo que muere o está a punto espiritual y de una nueva entrada en la Tierra de morir, separar lo que no tiene futuro de lo prometida (Ez 36,22-37). que abre un camino a la esperanza. La crisis adquiría de este modo una sig­ La opción por los pobres ha sido el grito y nificación positiva: por una parte, el hecho el gesto profético de la Iglesia en el Concilio mismo del exilio ponía de manifiesto la ver­ Vaticano II. Esta opción ha inspirado el com­ dad de lo que habían anunciado los profetas promiso de numerosos cristianos y de muchas preexílicos; por la otra, las promesas de sal­ iglesias locales con la causa de los pobres. vación de Jeremías, Ezequiel y el Segundo Estos nuevos profetas han seguido las huellas Isaías contraponían al antiguo pacto del Sinaí de los profetas antiguos –y del profeta por ex­ la promesa de una nueva alianza e invitaban celencia, Jesús de Nazaret– que reclamaron el a Israel a ­reemprender una vez más el camino derecho y la justicia en nombre de Dios, desde hacia el futuro. la óptica de las víctimas. El verdadero profeta está siempre atento al clamor de las víctimas y se siente responsable Después del exilio de que ese clamor llegue no solamente a oídos de Dios, sino también a oídos de los verdugos. La misión del profeta no consiste sola­ Así la opción por los pobres ha ido tomando mente en denunciar los pecados individuales cuerpo en muchos sectores hasta convertirse y las injusticias sociales. La denuncia es útil en un compromiso decidido por los derechos cuando activa la conciencia crítica del pasado y los justos reclamos de los excluidos: las ma­ y genera un proyecto alternativo. En tal sen­ yorías silenciadas u oprimidas, las minorías tido, resulta ejemplar la predicación de Ageo: étnicas ignoradas o excluidas, los inmigrantes, ¡Ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo Josué, hijo de Ye­ los desocupados, las mujeres, los enfermos, hosadac, sumo sacerdote! ¡Manos a la obra!... los niños de la calle, los ancianos y todos los ¡No teman! (2,4-5). El mensaje profético ha que sufren los efectos perversos de sistemas cambiado por completo. Ya no predominan económicos deshumanizantes. las amenazas y los anuncios de castigos, co­ El profetismo no se ejerce solo de palabra mo en los profetas anteriores al exilio. Ageo sino también con acciones. Dar de comer al aparece más bien como un continuador de hambriento, cuidar al enfermo, vestir al des­ Ezequiel, que veía en el Templo restaurado la nudo, promover la defensa de los derechos fuente de todas las bendiciones mesiánicas. humanos, crear fuentes de trabajo, organizar De ahí la consigna que el profeta no cesa de re­ campañas a favor de la reforma política y petir: construyamos para el Señor una morada económica son las señales que lanza al mundo digna de su Nombre, y todo cambiará. una Iglesia profética. Millones de cristianos La esperanza cumplida quedaba por de­ viven el evangelio trabajando voluntariamente bajo de lo que se esperaba. Para muchos la en programas de ayuda a los pobres y en me­ decepción había sido grande. Pero el cumpli­ jorar las condiciones de habitabilidad de este miento parcial era el estímulo que impulsaba mundo. Su testimonio profético es tan claro a seguir esperando. El «ya» no realizaba todo que hace presente a la vista de todos lo que el contenido de la promesa cumplida y un real ­mente importa. «todavía no» expresaba lo que aún quedaba por cumplir. La literatura apocalíptica

El profetismo, hoy Los escritos apocalípticos se abren a un ho­ rizonte cósmico y universal. Preocupados por En la Iglesia de Jesús tiene que haber espa­ las circunstancias históricas que les toca vivir cio para la profecía y los profetas. Los maes­ (Israel bajo el dominio griego, la Iglesia bajo el tros son necesarios, pero no deben suplantar Imperio romano), los autores reflexionan so­ a los profetas ni cerrarles el paso. Debe haber bre el origen del mal y aguardan ansiosamente espacio para unos y otros. Una tarea propia el momento en que sobrevendrá el triunfo de­ PREFACIO xx finitivo de Dios y el castigo de los pecadores. histórico ni mantener viva su esperanza aun en El cuadro cósmico sirve para poner de relieve medio de las mayores catástrofes. el poder divino y la supremacía de Dios en el curso de la historia, que se encamina hacia su fin. El fin de la cristiandad En la apocalíptica, tal como aparece repre­ sentada en el libro de Daniel, el mundo viejo En el siglo IV, el fin de las persecuciones está destinado a desaparecer, junto con sus a los cristianos dio paso al régimen llamado guerras, persecuciones, e injusticias. Si en de «cristiandad». Los edictos de Constantino la proclamación profética lo nuevo esperado (314) y de Teodosio (380) decretaron, respec­ mantenía una cierta analogía con lo antiguo tivamente, la tolerancia religiosa a favor de la (cf. Miq 4,1-5), la apocalíptica presupone una Iglesia y la institución del cristianismo como ruptura de la historia. Los sueños de una vic­ religión oficial del Imperio romano. Después toria terrestre y nacional se desvanecen ante de la caída del Imperio en Occidente (410), la la promesa de un mundo transfigurado por el ideología imperial y su «imaginario» político poder divino. Una nueva creación disolverá y se perpetuaron tras la instauración del Impe­ suplantará a la antigua: Sí, yo voy a crear un rio carolingio, y desde aquel momento se hizo cielo nuevo y una tierra nueva. No quedará el coincidir cada vez más el espacio político y el recuerdo del pasado ni se lo traerá a la memo­ religioso. ria, sino que se regocijarán y alegrarán para A partir del giro constantiniano, la Iglesia siempre por lo que yo crearé... (Is 65,17). instituyó estructuras de poder monárquico, La escatología cristiana tiene su centro en a veces incluso absolutistas, y se adornó la Pascua. En Cristo el tiempo ha llegado a su muchas veces con atavíos mundanos. Bajo plenitud (Gál 4,4), pero el fin está todavía por diversas ­figuras y modalidades, este régimen venir. Cristo resucitó de entre los muertos, el de cristiandad perduró durante varios siglos, primero de todos (1 Cor 15,20), como primo­ incluso depués de la Reforma protestante. La génito entre muchos hermanos (Rom 8,29). Su imposibilidad política de volver a encontrar la resurrección posee por lo tanto una estructura unidad confesional en Occidente favoreció en «proléptica», ya que es anticipación del futu­ cierta medida la tolerancia religiosa y el plura­ ro, del Dios que viene y del fin de la historia. lismo ideológico, pero la división de la Iglesia La creación entera aún está sujeta a la vani­ en el siglo XVI no cuestionó la referencia co­ dad, pero espera ansiosamente la revelación de mún a la fe cristiana. los hijos de Dios y también ella será liberada de Un gran cambio se produjo en el ambiente la esclavitud de la corrupción para participar filosófico de la Ilustración. La emergencia del en la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Rom sujeto y su historia hicieron que el mundo oc­ 8,19-21). cidental pasara definitivamente del teocentris­ El futuro de Dios ha comenzado ya con la mo, que daba sentido y coherencia al cuerpo resurrección, pero no se puede dejar de ates­ social, a una concepción del mundo antropo­ tiguar que el Resucitado es el mismo que fue céntrica. Así el primado de la libertad abría las crucificado. Entre el «ya» de la resurrección y puertas a prácticas democráticas como la di­ el «todavía no» de la parusía transcurre el pre­ visión de los poderes, el debate parlamentario sente de la historia de la salvación, que es el y la institución de regímenes constitucionales. tiempo de la Iglesia, de la misión evangeliza­ La revolución francesa fue el acontecimiento dora y del seguimiento de Cristo, que padeció emblemático de la modernidad política, pero fuera de las puertas de la ciudad para santificar debieron pasar dos siglos más para que llegara al pueblo con su sangre (Heb 13,12). a hacerse evidente el fin de la cristiandad. En La apocalíptica judeocristiana tiene un fuer­ adelante, los Estados ya no son confesionales te contenido utópico. La realidad no se experi­ y el cristianismo es una religión más en un menta como un cosmos inmutable, sino que Occidente pluralista. se vive como una historia abierta a la futura El fin de la cristiandad significa que Dios es acción de Dios y a horizontes siempre nuevos. cada vez menos una evidencia cultural, que la La utopía mesiánica, sobre todo, anuncia una gente ya no se adhiere masivamente a la fe de paz eterna y la convivencia armónica de todos la Iglesia y que las instituciones temporales, los seres: De las espadas se forjarán arados y antes cristianas, han entrado en un proceso de las lanzas podaderas; no alzará la espada de «desconfesionalización», al menos en los pueblo contra pueblo ni se adiestrarán para la hechos. Obviamente, este proceso no reviste guerra (Is 2,4-5). El lobo habitará con el cordero una homogeneidad total, ya que el secularis­ y el leo­pardo se recostará junto al cabrito; el mo no ha entrado con la misma fuerza en los ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y países industrializados y en las sociedades un niño pequeño los conducirá (Is 11,6). Esta más tradicionales. visión utópica nos parece hoy un bello sueño En este contexto político y cultural, la irrealizable. Pero sin la esperanza mesiánica Iglesia se encuentra cada vez más en una Israel no habría podido librarse del fatalismo situación de «diáspora». Tocada de lleno por xxi PREFACIO los cambios de este laborioso pero ineluctable Al mismo tiempo, los movimientos integris­ fin de la cristiandad, ella tiene que asistir a tas (expresión católica del fundamentalismo) la ruptura con el pasado que vive la sociedad están en franca expansión. Algunas minorías contemporánea y extraer las consecuencias optan por un imposible retorno al pasado, que le permitan llevar adelante, en las nuevas y aunque no llegan ni al uno por ciento de circunstancias, su obra de evangelización. El los cristianos, hacen mucho ruido y atraen fin de la cristiandad es la etapa última de un la atención de los medios de comunicación. proceso histórico, imbricado él mismo en el El fundamentalismo protestante insiste en la marco más amplio de la historia humana. Por infalibilidad absoluta de la Escritura, que es eso el final no es nunca pura y simplemente necesario leer y aplicar literalmente. El funda­ un término absoluto o un cierre definitivo. En mentalismo de origen católico insiste mucho el curso temporal de la historia, todo fin abre más en la tradición, constituida en fundamen­ camino a nuevos comienzos. to intangible del pensamiento, de la acción y de los sentimientos de los individuos y los grupos. En la actual crisis de la sociedad, unos Latinoamérica y otros están a un paso de la búsqueda deses­ perada de normas absolutas y de líderes infa­ El fin de la cristiandad también se hace sen­ libles. Tanto en el ámbito protestante como en tir en Latinoamérica, aunque con característi­ el católico, los fundamentalistas se remiten a cas un poco diversas. La principal diferencia textos sin contextos, autoevidentes, aplicables está en que el mundo latinoamericano, mucho sin ninguna clase de mediación hermenéutica. más que otros países de Occidente, reconoce Otro factor que no se puede pasar por alto los lazos profundos que lo unen al cristianis­ en el contexto actual es el poderoso impacto mo y, en general, se declara cristiano. En la de los medios de comunicación social, que primera mitad del siglo XX, España, Francia se hace sentir en Latinoamérica como en las e Italia representaban los núcleos emblemáti­ otras partes del mundo. «En el campo religio­ cos del catolicismo. Hoy en día, la creencia y so, la abundancia, la diversidad y la inmedia­ las prácticas se descentran de un continente tez de la información producen un resquebra­ despojado de su función de faro espiritual y se jamiento de las tranquilas certezas. Estos tres mantienen vivas en Brasil, México y el resto de fenómenos, frutos de la aparición de nuevas América Latina. tecnologías, cambian la relación tradicional Es preciso reconocer, sin embargo, que en con la verdad. Ya no existe únicamente la vi­ muchos casos se trata de un cristianismo tra­ sión del mundo transmitida por la tradición y dicional, heredado culturalmente o refugiado ampliamente condicionada por las institucio­ en la intimidad de la vida personal. Una gran nes religiosas. Ahora, un individuo es solici­ mayoría acepta todavía la existencia de Dios, tado por múltiples voces. En este amplio foro pero hay minorías importantes que manifies­ de intercambios, en el que se han convertido tan dudas o que ya no creen. Más allá de esa los medios de comunicación, las afirmaciones creencia en Dios, el verdadero evangelio es son a menudo contradictorias y las opiniones muy mal conocido o prácticamente descono­ muy variadas. Se escucha de todo y su con­ cido. Aunque de hecho la herencia cristiana trario. En materia ética, los individuos están siga informando la vida diaria de innume­ confrontados a normas de conducta diversas, rables personas, son relativamente pocas las a una multiplicidad de códigos, a una plurali­ que llegan a tomar conciencia de ello. No son dad de escala de valores y de costumbres y a muchos, en efecto, los que recuerdan los orí­ una variedad de modelos de comportamiento. genes cristianos de los derechos humanos, de Esa amplia circulación de modos de pensa­ la solidaridad y de la libertad. En cuanto a los miento remite al individuo a su propio juicio preceptos morales, es cada vez más reducido y contribuye por el mismo hecho al desarrollo el número de personas que toman como refe­ de su autonomía. Igualmente se asiste a la rencia ética a la doctrina de la Iglesia. erosión de rígidos sistemas y a la aparición de Este cristianismo diluido, sin base teo­ una cierta fluidez de credos así como a una lógica ni mandamientos, es muchas veces relativización de las normas» (Asamblea de poco más que una vaga religiosidad difusa, Obispos de Quebec, Annoncer l’Évangile dans teñida de reminiscencias cristianas. Por otra la culture de Quebec, 1999). parte, entre los elementos de la religiosidad tradicional se privilegian los elementos más supersticiosos y más paganos del catolicismo La situación de los cristianos tradicional (seudoapariciones de Nuestra Se­ en la sociedad contemporánea ñora, curaciones, expulsiones de demonios y ritos cercanos a la magia). Esto muestra hasta Uno de los dramas de la civilización con­ qué punto esa religiosidad está ligada a una temporánea –quizá el de consecuencias más cultura, es parte de la visión del mundo y se desastrosas– es el tremendo desajuste entre el transmite por tradición. desarrollo científico-tecnológico y el corres­ PREFACIO xxii pondiente desarrollo moral. En un tiempo se tica del cristianismo, y muchos no creyentes pensó que la razón sería capaz de promover en podrían aducirlas para desinteresarse de la fe forma simultánea el avance del conocimiento cristiana y seguir en la increencia. La pérdida y el perfeccionamiento moral de la humani­ de la fe sigue el mismo orden. Lo primero dad. Pero esa ideología ha fracasado, y ya no que se pierde es la experiencia y el canto. Los existe un concepto de razón capaz de abarcar, conceptos son más resistentes, pero esos con­ a un mismo tiempo, la dinámica del desarro­ ceptos e ideas, desligados de la experiencia, llo de los medios tecnológicos y la aspiración sobreviven sin convicción y solo por una es­ humana hacia una organización racional de pecie de inercia. Ya no son portadores de una la sociedad, que reconozca la libertad y la dig­ verdad vivida, tienen una existencia lánguida, nidad de cada persona. La identidad entre el como las sombras, hasta que un buen día des­ logro de los objetivos éticos y de los objetivos aparecen. Pero desaparecen sin traumas, sin tecno-económicos se ha quebrado para siem­ que nadie sienta el dolor de haberlos perdido. pre, y hoy se ve como posible que la especie Esta situación es particularmente grave, humana se destruya a sí misma y destruya porque los cristianos son lo único que tienen a toda forma de vida en la tierra. mano los no creyentes para percibir la verdad Al verse confrontado con este enorme des­ de la fe. «Nos peguntamos qué es lo que hacen ajuste, al cristiano no le es dado conformarse ustedes con la gracia de Dios», dice el ateo de fatalistamente con la realidad presente. El Bernanos en Los grandes cementerios bajo la mundo real no es el verdadero mundo de Dios luna. «¿Acaso no debería resplandecer en cada y el verdadero mundo de Dios no es todavía uno de ustedes? ¿Dónde diablos han metido ­real. El deber y la responsabilidad de los su alegría?» Los cristianos, sigue diciendo, cristianos es trabajar para que esa brecha se se consideran a sí mismos partícipes de la reduzca cada vez más, sabiendo que el reino divinidad. Pero es preciso reconocer que esa de Dios no se deja encerrar en los límites de participación «no siempre se percibe a simple un proyecto humano, de una extrapolación vista». En tales condiciones, no deja de ser histórica o de una utopía futura. arduo practicar hoy la esperanza. En este contexto cabe recordar la conocida frase de Nietzsche acerca de los cristianos, en Así hablaba Zaratustra: «Mejores canciones La sociedad de la tendrían que cantarme para que yo aprendiera a creer en su redentor: ¡más redimidos ten­ Cada época histórica tiene una configura­ drían que parecerme los discípulos de este!» ción diferente. La diferencia puede ser mayor «Redentor» y «redimido» son palabras fuer­ o menor según sea la distancia que separa en tes. Hablan de esclavitud, de liberación y de el tiempo y en el espacio a una sociedad de libertad. El canto es la expresión característica otra. Si se trata de grupos pertenecientes a de las personas que han encontrado la libertad ciclos muy alejados temporal y espacialmente, (cf. Éx 15). Ellas cantan con todo su ser. Des­ no es de extrañar que las diferencias sean con­ bordan de gratitud, alegría y amor por la liber­ siderables. Pero si tomamos en consideración tad encontrada. Como aprecian ese tesoro, lo dos etapas sucesivas de una misma sociedad, cuidan y desean compartirlo gozosamente con aparece de inmediato que ninguna época his­ los demás. No saben ni pueden callar. tórica es una creatio ex nihilo. Las generacio­ El verdadero cristianismo se funda en una nes nacen unas de otras, de manera que cada experiencia personal. Esa experiencia se hace nueva generación no parte de la nada sino canto, y solo en último lugar es un concepto que recibe del pasado, a título de herencia, un que está vivo en la medida en que expresa y cúmulo de ideas, conocimientos, costumbres comunica la experiencia. El hecho escanda­ e instituciones. Hay una cierta continuidad loso, bien denunciado por Nietzsche, es que en los procesos históricos. La herencia del solo raramente se ve esa alegría y se oyen pasado es el punto de partida y la materia pri­ esas canciones en la vida y en los labios de los ma con que cada nueva generación realiza su cristianos. propio trabajo intelectual y moral. Incluso los Si la vida y el lenguaje de los creyentes hechos más nuevos en apariencia, como los resultan vacíos y poco atrayentes, y si no descubrimientos e invenciones, están grávidos mueven a la fe sino al desdén o a la indiferen­ de pasado, porque tienen detrás de sí todo el cia, cabe pensar que se han vuelto vacíos en caudal de experiencias y conocimientos que nosotros mismos. El mensaje cristiano, en sus los hicieron posibles. expresiones más esenciales, ha dejado de ser Pero también hay discontinuidades y rup­ expresión de una experiencia vivida. Y cuando turas: si la etapa siguiente ha mantenido mu­ conserva todavía algún significado no siempre cho de la anterior, también ha desechado al­ se hace oír como «buena noticia». gunos elementos e incorporado otros nuevos, En las palabras de Nieztsche se reconoce­ y en este sistema de preferencias y rechazos rían muchas personas que han perdido la fe cada sociedad se expresa a sí misma y revela o que abandonaron progresivamente la prác­ su propia idiosincrasia. xxiii PREFACIO

Para cada generación, por lo tanto, vivir es hasta la tumba. Pero hoy en muchas partes del una tarea en dos dimensiones: una consiste en mundo ya no es así, y si no podemos imaginar recibir lo hecho y vivido por las generaciones cómo será la vida futura, ­sabemos al menos pasadas; la otra es dar libre curso a la propia que tendremos que acostumbrarnos a cam­ espontaneidad. Toda sociedad está cambiando biar. Ante cada encrucijada nos asalta el dile­ constantemente, y la innovación cultural es ma de no saber si lo que tenemos delante es algo que se produce en forma ininterrumpida, una oportunidad o un riesgo. La incertidum­ aunque no todas las formas nuevas sobreviven. bre nos obliga a disponernos para cualquier La inevitabilidad de los cambios sociales eventualidad, de manera que el curso de la nos obliga a alinearnos entre los apocalíp­ vida aparece cada vez menos como un relato ticos o los integrados. Estos últimos –los lineal y se asemeja cada vez más al recorrido apologistas de la globalización y de la nueva por un «jardín de senderos que se bifurcan». economía– auguran un futuro venturoso: el Esta situación es particularmente mani­ proceso de mundialización que afecta hoy a fiesta en el terreno laboral. Hasta hace poco todas las sociedades y a todos los grupos hu­ tiempo, la vida de una persona tenía tres eta­ manos ha puesto en marcha la era planetaria pas claramente diferenciadas. La infancia y la de la humanidad; este proceso traerá consigo juventud estaban centradas en la educación, el la solidaridad de todos los pueblos por enci­ aprendizaje de un oficio o de una profesión y ma de las barreras de raza, cultura, religión la búsqueda de un empleo. Una vez completa­ y niveles de desarrollo; ya están a la puerta el da esa primera etapa, sobrevenía la edad adul­ paraíso de las intercomunicaciones y el «fin ta, vertebrada por y la dedicacion a de la historia». un empleo estable (mi trabajo, mi oficio). Por En el frente opuesto afirman su posición último, la jubilación cerraba el ciclo completo los profetas de la sociedad del riesgo, que de la carrera vital. preanuncian un futuro más bien sombrío: Este esquema biográfico tiende a modifi­ el fin del trabajo, la crisis de la familia, la carse cada vez más radicalmente. Los avances degeneración de la política, el imperialismo científicos y tecnológicos imponen la necesi­ mediático, el relativismo ético, los alimentos dad de adquirir a cada paso una nueva forma­ transgénicos, los cambios climáticos y el in­ ción especializada. La adquisición de nuevos eluctable incremento de toda clase de desas­ conocimientos no concluye con la juventud, tres imprevisibles. sino que tiene que seguir desarrollándose a Esta lista podría continuar: en el nuevo través de toda la vida, en un proceso de ree­ paradigma de universalidad, los seres hu­ ducación permanente. En muchos casos, el manos son considerados únicamente como surgimiento de una nueva técnica determina consumidores potenciales. El mimetismo del la eliminación de múltiples fuentes de trabajo, consumo, potenciado por el enorme poder y los empleos vitalicios son sustituidos por de los mass media, produce la ilusión de una empleos fragmentarios, discontinuos y aun solidaridad real. La universalización de la perecederos. Como esta situación se extiende razón científica y técnica nacida en Occidente más y más, el ciclo vital de muchísimas perso­ constituye un progreso incontestable para mi­ nas ya no es unilineal, vertebrado por un solo llones de seres humanos, que escapan así a la trabajo, sino que se presenta como multilineal fatalidad de la naturaleza. Pero ese progreso y discontinuo. No abundan los modelos que trae aparejada la degradación aparentemente sirvan de guía y resulta casi imposible andar irreversible del medio ambiente y deja en la por caminos trillados. miseria a tres cuartas partes de la humanidad. Esta situación plantea a la Iglesia un serio Ambos escenarios futuros –el optimista y desafío y compromete el futuro de su presen­ el catastrófico– son igualmente verosímiles, cia en el mundo y la relevancia de su mensaje y resulta imposible saber a ciencia cierta en para las nuevas generaciones. qué grado y con qué signo se cumplirán los A través de su historia dos veces milena­ pronósticos de unos y otros. Todo puede pa­ ria, la fe cristiana ha penetrado en las vidas sar. Lo único seguro es que no hay ningún de millones de personas, ha forjado culturas determinismo forzoso: ni tecnológico, ni eco­ y ha cambiado el curso de la historia. Pero nómico, ni ideológico. Nada en el pasado de­ la Iglesia, lo mismo que el evangelio, no se termina por completo el futuro. Lejos de estar despliega en el vacío, sino que adopta concre­ escrito, el futuro está abierto a todas las con­ ciones históricas diversas (Lumen gentium, 8). tingencias previsibles e imprevisibles. La que En consecuencia, ha tenido que encarnarse está por venir es tanto una sociedad de riesgos en formas y estructuras siempre limitadas, como de oportunidades, y esta ambigüedad la sin dejar de ser al mismo tiempo evocadoras convierte en una sorprendente sociedad de la de su origen divino. Ha incorporado nuevos incertidumbre. miembros, ha asumido nuevas formas y se ha En las sociedades tradicionales, el curso de propuesto nuevas metas. la vida es un estrecho sendero lineal de senti­ La historia nos muestra, asimismo, que la do único, que suele recorrerse desde la cuna Iglesia ha tenido períodos de progreso en los PREFACIO xxiv que repondió con inteligencia y responsabili­ textos solventan con frecuencia el problema dad a nuevas situaciones, y también períodos por medio de afirmaciones yuxtapuestas, que de decadencia en los que determinados indivi­ afirman la validez de uno y otro aspecto sin duos o grupos cerraron los ojos a la realidad, llegar a una verdadera síntesis. A pesar de to­ carecieron de un juicio certero y coartaron la do, está fuera de duda que el Concilio rechazó libertad, a veces en forma violenta. los esquemas de corte piramidal para referirse De ahí la necesidad de establecer criterios a la Iglesia como pueblo de Dios. Esta concep­ para el buen uso de la tradición. Si exceptua­ ción ofrece una base teológica para la acción mos los casos de invención (es decir, las no­ conjunta y para la participación activa de los vedades que cada época crea) y los elementos laicos en la misión confiada por Jesucristo a que proceden de otros grupos por vía de prés­ sus discípulos. tamo o de difusión, todos los demás elementos En el terreno práctico, varias décadas des­ de la vida social son tradicionales, hasta tal pués del Vaticano II subsisten dificultades punto que se ha podido decir que la tradición casi insuperables para adoptar en la Iglesia es el hecho social por excelencia. Pero existe comportamientos democráticos. Este es uno un buen uso y un mal uso de la tradición. Bien de los ámbitos donde más se manifiesta el usada, la tradición es al mismo tiempo trans­ extrañamiento de la Iglesia respecto de la misión y recreación. Hay unos orígenes que cultura actual. A la hora de tomar decisiones poseen cierta normatividad, y la transmisión que afectan a la misión evangelizadora de debe acotar y mantener viva la franja del pa­ la comunidad cristiana y de sus miembros, sado especialmente crítica y sugerente para el raramente se asumen conductas y procesos aquí y el ahora. Pero ninguna tradición es por de tipo democrático. Democracia y comunión completo ajena a los vaivenes de la historia, no son lo mismo, pero tampoco se excluyen de manera que tan necesaria como la trans­ o se contradicen mutuamente. Es preciso en­ misión es la recreación, que debería cumplir contrar puntos de convergencia entre ambas una doble función: por una parte, anular los realidades, si de veras se busca abrir caminos callejones sin salida que necesariamente tiene a una Iglesia que pretende ejercer su misión todo pasado; por la otra, plasmar un proyecto evangelizadora en la cultura actual. vital que responda a las aspiraciones y necesi­ El Papa Pío XII decía que una sociedad dades del presente. sin opinión pública adolece de una grave deficiencia. Este elemento entraña un clima de libertad y el reconocimiento de un sano Después del Concilio Vaticano II pluralismo, que ya se da, al menos parcial­ mente, en las distintas comunidades religiosas El Vaticano II ha sido el gran intento rea­ y en las escuelas teológicas legítimamente lizado por la Iglesia contemporánea para diversas. En vez de negar este pluralismo en adaptarse a los desafíos del mundo moderno. nombre de una determinada concepción de A pesar de sus limitaciones y deficiencias, ese la verdad, convendría asumirlo sinceramente, gran Concilio ha sido el acontecimiento cris­ sin poner a priori bajo sospecha todo lo que tiano más importante del siglo XX, y quiza se considera divergente o no conforme con un el hecho más creativo que produjo la Iglesia patrón considerado absoluto. A fin de cuen­ desde la época de la Reforma. Hoy permanece tas, este elemento democrático sería la simple como herencia, como instancia crítica y como transposición de la concepción evangélica del tarea para la Iglesia del siglo XXI. poder, que concibe la autoridad como servicio Sin embargo, la significación histórica del a la comunidad y no como una estructura mo­ Vaticano II no se ha decidido aún. Puede ser nárquica que lo subordina todo a sí misma y el punto de partida de un nuevo paradigma desconfía de toda iniciativa. eclesial y cristiano, o una oportunidad perdi­ Hay además otros temas que merecen es­ da. A nadie se le oculta, en efecto, que en los pecial atención. El Concilio Vaticano II hizo últimos decenios se ha abierto camino una un enorme esfuerzo por renovar la liturgia. corriente «restauracionista» que amenaza con Pero el uso de las lenguas vernáculas es un liquidar o reducir al mínimo la alternativa recurso insuficiente si los signos y símbolos creativa e inspiradora del Vaticano II. Solo el que se utilizan resultan opacos en el con­ paso del tiempo permitirá evaluar la verdade­ texto cultural y social y ya no transmiten el ra proyección del Concilio, su capacidad para testimonio de la belleza y el amor de Dios. transformar el modelo de la Iglesia y su forma De hecho, parecería que la mayoría de los de hacer efectivo el diálogo con el mundo. fieles asiste a la misa dominical más para En muchos aspectos, el Concilio Vatica­ cumplir un precepto que para participar de no II puede ser considerado un concilio de una celebración. Al no entender lo que se dice transición. Su planteamiento eclesiológico no y se realiza sacramental o simbólicamente, logró conciliar la jerarcología de los antiguos es normal que se abandone la participación tratados De Ecclesia con la nueva compren­ en el culto divino y que vaya en aumento la sión de la Iglesia como pueblo de Dios. Sus indiferencia religiosa. xxv PREFACIO

Ligado con la liturgia está el problema de la la necesidad que en el plano moral llevaba a comprensión del lenguaje religioso. Durante la resignación de los estoicos y en el plano es­ siglos, el lenguaje de la fe cristiana ha mante­ tético al heroísmo de las figuras trágicas como nido una enorme estabilidad. Se lo aceptaba Prometeo y Antígona. sin mayor dificultad; ejercía un enorme influjo La sumisión al destino y la lucha del que se en la vida cotidiana y determinaba el concepto sabe vencido de antemano tienen su belleza que se tenía de la realidad. Hoy el horizonte de y su grandeza, pero son actitudes sin espe­ comprensión se ha modificado radicalmente, ranza. Ya no hay nada que hacer; la lucha pero el lenguaje religioso sigue siendo casi acaba inevitablemente en el fracaso. Edipo se el mismo. Aunque los simbolismos y expre­ arranca los ojos y Prometeo sigue pegado a su siones tradicionales ya no logran comunicar peñasco. Los dioses permanecen implacables, de manera adecuada la experiencia cristiana, impotentes o ciegos. se insiste en mantenerlos sin ningún cambio La idea judeocristiana, por el contrario, significativo. afirma que nada es irreparable y fatal: todo Por otra parte, la Iglesia católica invierte puede ser recomenzado. El mal no es invenci­ en investigación menos que cualquier otra ble. El mal puede ser vencido. Esta es la buena corporación multinacional. La investigación noticia que anuncia el evangelio y que propo­ no es valorada como se merece y apenas exis­ ne como tarea a los cristianos. Como dice san ten fundaciones católicas para estimular el Pablo: No te dejes vencer por el mal, sino vence trabajo de los investigadores en el campo de al mal haciendo el bien (Rom 12,21). la teología y de la moral. La mayor parte de la ¿Por qué hay tanto mal en el mundo? ¿De jerarquía no experimenta la necesidad de pro­ dónde proviene y qué sentido tiene? El cris­ moverla, porque piensa que la Iglesia ofrece tianismo no tiene respuestas convincentes un producto perfecto. La conclusión es obvia: para estas preguntas. Ninguna respuesta teó­ si perdemos la batalla de las ideas es porque rica nos satisface. Pero si no puede satisfacer no la tomamos en serio. nuestra curiosidad, nos ofrece medios eficaces En la historia de la Iglesia, la innovación ra­ para afrontar el mal. No existen clasificacio­ ramente ha partido de la jerarquía. Casi siem­ nes teóricas (por importantes que sean) sino pre ha venido de los santos, de los reformado­ alternativas prácticas. No se trata de compren­ res, de algunos movimientos apostólicos, de der teóricamente el mal y el sufrimiento, sino la investigación, o de grupos de intelectuales de superarlos, y solo prácticamente pueden (teó ­logos, biblistas, liturgistas, pastoralistas), ser superados. como los que allanaron el camino para el Hay que luchar contra el mal en sus diver­ Concilio Vaticano II. Pero no habrá quien to­ sas manifestaciones, corporales y espirituales, me el relevo si nos limitamos a memorizar las personales y colectivas, puntuales y estruc­ respuestas del Catecismo. turales. Jesús nunca transigió con el mal ni En este contexto conviene recordar una vez pretendió legitimarlo. Su vida fue una lucha más las palabras de los Obispos de Quebec: continua contra el mal. Su anuncio de la «El espíritu democrático constituye una nueva buena noticia a los pecadores y a los pobres relación con la verdad. La búsqueda por me­ era el reverso de una religiosidad legalista, dio del diálogo y del intercambio está ahora en que anteponía la observancia de las leyes a la el centro de los procesos sociales y marca pro­ salvación de las personas. Para Jesús, Dios se fundamente las mentalidades». La cultura de alegra cuando el mal es vencido. los medios de comunicación «anima el debate, Jesús pasó haciendo el bien, pero acabó se alimenta de oposiciones, incluso de contra­ su vida en una cruz. El mal penetró en su dicciones que aparecen entre las diferentes historia y la integró en la de los vencidos. Hay posiciones puestas en escena. Si bien en esta que tomar en serio el grito desesperado Dios sociedad los individuos están dispuestos a es­ mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? cuchar diversos puntos de vista, de entrada no y el silencio de Dios en el momento de la están contentos con el sentido prefabricado, crucifixión. Dios, en efecto, no hizo nada es­ con la explicación ya dada. Es una sociedad pectacular para evitar el trágico fin de Jesús. de preguntas, investigación y objeción. Todo Pero en el caso de Jesús lo novedoso no ha discurso que no puede escuchar una objeción sido el mal, sino la manera de afrontarlo. El y dar espacio a la pregunta se presenta como sufrimiento no lo deshumanizó ni lo endure­ una ideología a la cual la inteligencia debe ció. Él murió como había vivido: perdonó a someterse». los que le hicieron mal, alentó al buen ladrón y se preocupó por el futuro de su madre. El «Jesús para los demás» que nos presentan los Lo que aún queda por hacer evangelios ha sido coherente en la vida y en la muerte. Haber desfatalizado la historia es una ca­ Jesucristo realiza en la historia una verda­ racterística del cristianismo. El mundo anti­ dera ruptura epistemológica: después de él es guo vivía sometido a la fatalidad, es decir, a imposible pensar como antes sobre la justicia, PREFACIO xxvi la libertad, la lucha contra el mal y el horizon­ La puesta en práctica de este mandato te último de la vida. evangélico requiere que los cristianos tomen El mal es lo que no debe ser. De ahí que la en serio la dimensión pública de su fe y que respuesta más auténtica no sea una reflexión los no creyentes asuman el compromiso de teórica sino la lucha contra el mal en todas reivindicar una cultura solidaria. Es un mal sus formas. Para afrontar esa lucha no hace inaceptable que haya tanta gente que no tiene falta ser creyente. Bastan el sentido de la qué comer, pero a esta necesidad se puede res­ dignidad humana y la solidaridad con los que ponder únicamente desde una cultura y desde sufren. Algunos no creyentes, sin embargo, una bien programada organización social. dan un paso más. Ante los campos de concen­ Hoy se ha hecho evidente, quizá más que en tración, las salas de tortura y el sufrimiento ninguna otra época, que en la mayoría de los de tantos inocentes, dice el filósofo de la casos la ayuda a los más necesitados solo es escuela de Frankfurt Max Horkheimer, no posible mediante la transformación de las es­ podemos afirmar a Dios. Pero tenemos que tructuras sociales. Si la práctica del amor fra­ vivir como si él existiera. Para que no triunfe terno se limitara únicamente al ámbito de las el verdugo sobre la víctima, para que no de­ relaciones interpersonales, sería incapaz de fallezcamos en la lucha, hemos de vivir como remediar el cúmulo de problemas inéditos que si Dios existiera. No podemos afirmarlo, pero hoy se plantean a escala mundial. Por eso, es sí desearlo, esperarlo y buscarlo. Receptivos a necesario que el amor se realice en el mundo la duda, sensibles a la impugnación y sin caer y en la historia, que penetre y se haga efectivo en el dogmatismo, pero aferrándonos a una en las estructuras sociales donde se juega el esperanza. La experiencia del mal cuestiona futuro de la humanidad. El contexto auténtico todas las ­creencias; es la pregunta que nos del amor cristiano es la vida en sociedad, el deborda y que debe abrirnos a los otros. El campo del trabajo y de la producción, de la ateísmo que dialoga con la religión, y vicever­ política y la economía, de las relaciones inter­ sa, es el que tiene más futuro. nacionales y del encuentro y el conflicto de las culturas. En todos estos sectores de la vida el amor tiene que hacerse presente y demostrar La necesidad de una alternativa su capacidad de transformar pacíficamente las condiciones sociales inhumanas. En una Otro desafío de capital importancia para palabra, el amor debe adquirir una dimensión los cristianos consiste en la necesidad de crear política. formas de vida alternativas. No bastan las Las catástrofes naturales son inevitables, actitudes de protesta contra el orden estable­ pero su desigual impacto en ricos y pobres cido. La protesta contra todo lo injusto y des­ no se debe a la naturaleza sino que es en humanizante debe estar acompañada de una buena parte obra de manos humanas. Un propuesta positiva y practicable. La protesta terremoto destruye casas, pero esas casas, en se refiere siempre a una forma anterior; la su gran mayoría, son las viviendas precarias forma alternativa apunta a modificarla parcial de gente humilde que no puede construirlas o radicalmente. En el caso de las iglesias, la de cemento y hierro. En las zonas sísmicas se palabra de protesta –el no– debería estar siem­ apela a normas de seguridad y se exige que las pre relacionada con el poder de crear nuevas construcciones sean capaces de resistir a los formas de vida –es decir, con la capacidad de terremotos y temblores. Pero esas normas son decir sí a un proyecto alternativo coherente inútiles si los pobres no tienen recursos para con la dinámica de la realidad social–. cumplirlas. Por lo demás, es un hecho irritan­ En el decurso de los últimos siglos, la te que no se construyan viviendas dignas para Iglesia católica ha logrado elaborar una ética la mayoría, cuando proliferan los edificios de social sana, que pone un acento especial en los las grandes empresas, los hoteles de lujo y los principios de la solidaridad y la subsidiaridad. barrios residenciales. Pero, en definitiva, la fuente inspiradora de La cooperación consciente es el privilegio todas las alternativas posibles no es otra que de la convivencia humana, y será necesario el evangelio. Tuve hambre y ustedes me dieron un inmenso esfuerzo compartido –siempre de comer; tuve sed y me dieron de beber; estaba dispuesto a enriquecerse con la experiencia de paso y me alojaron; desnudo y me vistieron; de sus éxitos y de sus fracasos parciales– para enfermo y preso y me vinieron a ver (Mt 25,35- ir gestando un nuevo proyecto de civilización. 36). Jesús, el Hijo del hombre –pastor, rey Se trata nada menos que de instaurar en el y juez–, se identifica con sus hermanos más campo social un tipo inédito de relaciones hu­ pequeños: con los que tienen hambre y sed, manas (cuyo modelo aún no ha sido inventa­ con los emigrantes y extranjeros, con los que do) y las comunidades cristianas renunciarían perdieron su tierra y su techo. Estos pobres a un aspecto esencial de su compromiso con nos ponen permanente y universalmente en la el evangelio si dejaran de tomar iniciativas presencia del Señor. concretas para llevar a cabo ese verdadero «experimento» histórico. xxvii PREFACIO

El presente comentario bíblico El Dios de la revelación bíblica quiere tener con el ser humano –creado a su imagen y se­ El adjetivo «latinoamericano» no tiene aquí mejanza– una relación interpersonal, de per­ un simple significado geográfico. Tiene más sona a persona. Esta relación implica, de parte bien una connotación histórica y geopolítica. de Dios, un infinito respeto de la libertad y la América Latina es un subcontinente con una responsabilidad humanas. San Agustín lo ex­ larga historia de coloniaje, dominación y ex­ presó en forma admirable: «Dios te ha creado plotación. Política y económicamente está si­ sin ti, pero no te salvará sin ti». Ciertamente, tuada en la periferia, y depende de la dinámi­ nuestra venida al mundo no ha dependido de ca, los intereses y las oscilaciones políticas y nosotros. Pero lo que sí depende de nosotros económicas del primer mundo. Padece un no­ es la realización de nuestras vidas. Los Pa­ table retraso industrial y técnico, y los países dres de la Iglesia subrayan unánimemente industrializados, para asegurar la exportación el respeto divino a nuestra libertad. Máximo de sus productos, no manifiestan gran interés el Confesor declara: «Ni siquiera el Espíritu en que ese estancamiento sea superado. A cau­ Santo puede engendrar a la vida nueva una sa de la violencia y la pobreza, grandes masas voluntad que se le resista; solamente puede de la población latinoamericana no pueden hacerlo con una voluntad que consienta en hacer mucho más que asegurarse una subsis­ ello». El ser humano se halla ante un ofre­ tencia casi siempre precaria. La desnutrición, cimiento, y la respuesta a ese ofrecimiento la falta de atención médica, ciertas enferme­ depende de una libre decisión. Es verdad que dades endémicas, la imposibilidad de obtener los condicionamientos económicos, sociales una instrucción adecuada, la discriminación y culturales ponen con frecuencia serias tra­ racial, la desocupación y la inseguridad pro­ bas al desarrollo espontáneo de la libertad. vocada por la delincuencia, la drogadicción y Pero incluso en condiciones desfavorables el terrorismo afectan gravemente a una parte queda siempre un cierto margen de iniciativa considerable de la población. –grande o pequeño– para no dejarse arrastrar Al mismo tiempo, en Latinoamérica se ha por las circunstancias adversas y hacer de la incrementado notablemente la conciencia propia vida algo constructivo. En tal sentido, de que todos estos males no pesan sobre la como dice Gregorio de Nisa, «somos nuestros condición humana como un destino fatal propios padres, creándonos tales como que­ e irrevocable, sino que están determinados remos ser, mediante nuestra voluntad, según en gran medida por razones históricas. Esta el modelo que escojamos». Sin olvidarnos de toma de conciencia masiva es una carac­ la gracia que nos acompaña en el camino, se terística del presente y abre una esperanza podría proponer la siguiente variación del te­ para el futuro. ma agustiniano antes citado: «Si Dios nos ha En este contexto socio-cultural, el presente hecho sin nosotros, no nos hará sin nosotros». comentario tiene una pretensión modesta. No propone planes de acción concreta ni recetas infalibles para superar los males presentes. Ofrece simplemente un instrumento actuali­ NOTAS zado (y parcialmente inculturado) que ayude a comprender mejor el mensaje de la Sagra­ 1. A. J. Festugière, «Aspects de la religion popu­ da Escritura. De los lectores se espera que laire grecque», en Revue de Théologie et de Philoso­ encuentren en él una fuente de inspiración y phie I (1961) 30-31. que tomen, bajo la guía del Espíritu Santo, las 2. A. J. Festugière, L’enfant d’Agrigente, Ed. Du decisiones que consideren más adecuadas. Cerf, París 1941, pp. 104-105. Leyendo la Biblia bajo un cielo sin estrellas

Elsa Tamez

I. Inmensidad y ausencia entre la palabra «inmensidad» y el acto de contemplar un cielo negro estrellado. Es el «Canek, el sabio maya, habló a Guy, el niño cuerpo y no la cabeza quien se entera de la frágil y noble de la hacienda: complicidad, porque se estremece. Hay tiem- –Mira el cielo; cuenta las estrellas. pos y espacios en donde no hay cabida para la aritmética, pues la cabeza se une al corazón y –No se pueden contar. sabotea a la razón. Canek y Guy son de ese tipo Canek volvió a decir: de personas que ven más allá de las cosas, y –Mira la tierra; cuenta los granos de arena. penetran en su verdad por diferentes caminos. Yo creo que estas «palabras húmedas de –No se pueden contar. misterio» son de distinto tipo. A veces los Canek dijo entonces: sentimientos se colocan por encima de las pa- labras. «Inmensidad», por ejemplo, es una pa- –Aunque no se conozca, existe el número de labra que evoca sentimientos de satisfacción las estrellas y el número de los granos de arena. Pero lo que existe y no se puede contar y se siente y felicidad al contemplar un cielo estrellado. aquí dentro exige una palabra para decirlo. Esta Ahora bien, si en el cielo no hay estrellas, la palabra, en este caso, sería inmensidad. Es como palabra «inmensidad» no nos sirve, aunque una palabra húmeda de misterio. Con ella no se sepamos que las estrellas existen y son incon- necesita contar ni las estrellas ni los granos de tables. Esto es así porque se tiene otro sen- arena. Hemos cambiado el conocimiento por la timiento, un sentimiento que hace a un lado emoción, que es también una manera de penetrar el razonamiento de lo contable o incontable. en la verdad de las cosas». Cuando sabemos que las cosas existen pero no Esta es una cita de la novela de Emilio están, sea que puedan contarse o no, y senti- Abreu Gómez, Canek. Historia y leyenda de un mos la carencia «aquí dentro», la palabra «au- héroe maya. sencia» sería «palabra húmeda de misterio» La sabiduría de Canek nos introduce a una que expresa mejor esa realidad de las cosas. nueva manera de ver las cosas distinta de la «Ausencia», contrario a llenura o satisfacción, acostumbrada. genera dolor. Hay cosas que existen, tenemos certeza de Hoy en América Latina estamos viviendo ellas porque las vemos, como a las estrellas, o bajo un cielo sin estrellas. «Ausencia» –con las tocamos, como a los granos de arena; sin su cortejo de sinónimos: falta, privación, omi- embargo no podemos contarlas. Y no dejan sión, alejamiento, separación, partida, aban- de existir por no aplicárseles las matemáticas. dono, retirada, huida–, me parece, es la pa- Están allí y su presencia exige una palabra pa- labra que define esa realidad. Me refiero a ra expresar, en este caso, su número. Se trata nivel macro, pues a nivel de lo cotidiano, o de palabras que incluyen razón y sentimiento. de grupos de excluidos como indígenas, ne- «Inmensidad» es una de ellas. Cuando yo pro- gros y mujeres, se pueden distinguir luceros nuncio «inmensidad», siento algo en el pecho, en la noche. Pero el cielo que cubre el conti- una emoción. Canek dice que son «palabras nente y el Caribe llora ausencia. Ausencia de húmedas de misterio». Son húmedas de mis- pan, de amor, de justicia, de solidaridad, de terio porque no solo existen y no se pueden movimiento, de paz, de utopías, de Dios. La contar, sino porque se sienten «aquí dentro». globalización económica, con sus políticas de Ver un cielo desbordado de estrellas causa una mercado libre, no solo está profundizando las profunda emoción que se siente en el pecho. divisiones sociales contra las cuales luchamos Hay una relación de complicidad inexplicable las décadas pasadas, sino, me parece, nos está ARTÍCULOS GENERALES 6 robando los sentimientos que nos recuerdan nadas por la academia, pero que también son nuestra humanidad: conmovernos frente al maneras de penetrar en la verdad de las cosas. dolor de nuestro prójimo y nuestro hábitat. El Son esas palabras «húmedas de misterio» que nacimiento y profundización de la Ausencia por arte de magia calientan los corazones –y la viene de ese marco mundializado que insiste cabeza–, y dan ánimo en la lucha por la vida en desautorizar propuestas divergentes. digna para todos y todas. En décadas pasadas había ausencia tam- bién: de pan, de trabajo, de paz, pero el cielo estaba completamente iluminado. No había II. Lámpara es a mis pies tu Palabra, ni se sentía la Ausencia con mayúscula. Au- y una lumbrera en mi camino sencia de utopías o de Dios. El sentimiento de (Salmo 119,105) «Inmensidad» se vivía en nuestros corazones, y daba fuerza para la lucha contra las injus- Creo que una de las tareas más importantes ticias. Hoy se vive Ausencia pero con mayús- y difíciles de los cristianos y de aquellos que cula. La oscuridad del cielo sin estrellas nos quieran tener una palabra relevante para nues- dispersa y nos obliga al repliegue individual. tra realidad es seguir buscando estrellas en los Como si estuviéramos bajo el mandato de un cuatro puntos cardinales. Buscarlas en la casa, toque de queda, nos quedamos metidos en en la calle, en instituciones y organizaciones; la casa. Estamos en crisis de paradigmas, se en uno mismo y en el otro. Buscarlas hasta nos dice, y el paradigma del capitalismo se en lo imposible: en la profundidad del cielo fortalece cada vez más. Hablar de revolución, negro o en lo recóndito del océano, o tal vez organización y concientización es anacronis- escarbando hondo en la tierra, aparezcan los mo, se nos dice, mientras sigue aumentando luceros. Necesitamos más luz y mucha sabi- el número de los muertos en Colombia por la duría para contrarrestar la Ausencia Grande. guerra y en los demás países por la pobreza. Para buscar luces en la noche oscura nece- Hablar de sujeto histórico es obsoleto, y los sitamos de una linterna que ilumine los pies y indígenas y los negros y las mujeres organi- los caminos. Para los cristianos, una de esas zadas, que ahora se postulan como sujetos, se lámparas es la Biblia. sienten traicionados. Hay que ser realistas, no ¿Qué es la Biblia? Para muchos de nosotros hay alternativas sino dentro de la política neo- en América Latina la Biblia es un libro miste- liberal actual, se nos dice; y los horizontes se rioso. Bueno y cruel a la vez. Puede promover van cerrando bajo un cielo sin estrellas, y los tanto la paz como la violencia. En ella encon- niños de la calle siguen aumentado y los des- tramos inmensidad y ausencia, como en nues- empleados siguen creciendo, y el número de tras realidades. Y no puede ser de otro modo. mujeres golpeadas y asesinadas sigue subien- Pues la Biblia narra diversos mundos con sus do y las enfermedades erradicadas desde hace tiempos, realidades como las nuestras, aunque años, y nuevas enfermedades extrañas siguen complejas a nuestro entender y antiguas. En apareciendo. Estamos en un proceso de invo- esos mundos bíblicos encontramos bellas uto- lución donde la razón pierde terreno frente a pías, así como textos de horror, y nos topamos la irracionalidad. Los discursos de políticos y con un Dios misericordioso y justo, y a veces filósofos van por un lado y las realidades por no tanto. Y eso es lo fascinante de la Biblia. otro. Y la gente en tumultos, apiñada, corre en Que la vida nuestra, igual de compleja y ambi- busca de la mejor oferta religiosa que por lo gua, se vea reflejada en ese libro. menos le llegue al alma y le ayude a soportar La variedad de mundos que proponen los la miseria. diversos textos, y su polisemia –por supues- Definitivamente los 90 son una época muy to–, invitan a múltiples entradas para buscar diferente de los 80. A pesar de la realidad que aquella lámpara que nos iluminará algo del sobrepasa la miseria de las décadas pasadas, camino que nos toca emprender hoy. Porque la fuerza del espíritu de lucha, la certeza de la no toda la Biblia es lámpara ni toda la Biblia posibilidad de un cambio de sociedad, se han es oscuridad. Ni las lámparas se mantienen ausentado. Por eso las miradas de muchos se siempre como lámparas, ni la oscuridad como vuelcan a la lucha de las mujeres, de los indí- oscuridad. A veces, un texto-lámpara deja de genas y los negros, quienes, paradójicamente, serlo para determinados contextos, y un texto- gracias al silencio de las organizaciones políti- oscuridad se convierte en luz. Todo depende cas, se han tomado la voz, su voz, y con tonali- del contexto desde donde se lee. Intencional- dades y matices nuevos ayudan a recomponer mente se entra al texto en busca de las luces el pensamiento profético latinoamericano. que sirvan de criterio para iluminar nuestro Este es el contexto donde interpretamos pensamiento, actitud y práctica. Es por eso la Biblia en América Latina. La sola ciencia que la hermenéutica bíblica latino­americana, bíblica no es suficiente para dar razón de la en última instancia, no es otra cosa que el inmensidad o de la ausencia que experimen- rastreo intencional de esperanza en los textos, tamos. En nuestra hermenéutica hay Pasión y para los pobres y excluidos: una palabra de Compasión; dos dimensiones humanas margi- aliento, de dignidad, de solidaridad, de coraje. 7 LEYENDO LA BIBLIA BAJO UN CIELO SIN ESTRELLAS

En la Biblia hay textos que siempre perma- está en nosotros. No está solamente en algunos necen como lámparas, como por ejemplo Dios electos: está en cada uno de nosotros y, a me- es amor, y Dios defiende al pobre. Pero hay dida que permitimos que brille nuestra propia textos, los de horror, que difícilmente podrán luz, sin saberlo, permitimos que los otros ha- alumbrar algo. ¿Qué hacemos con estos?, es gan lo mismo» (1994). la pregunta que a menudo surge por parte de Cuál es la ausencia en concreto, dirán algu- cristianos que reconocemos a la Biblia como nos. Y aquí podría enumerar las estadísticas canon de la palabra escrita de Dios. A veces no del informe de las Naciones Unidas sobre la se hace nada. Se dejan allí como testimonio de situación económica de los países pobres, la negatividad. Porque no puede ser «voluntad menos pobres y ricos. Cuántos niños mueren de Dios» que se maten mujeres y se desate de hambre o adultos no llegan a los cuarenta la violencia entre las tribus, como en Jueces años, como es el promedio en Haití, y a cuánto (19-21), ni pueden ser voluntad de Dios los ascienden las muertes en Colombia. Pero los genocidios, debidos a la resistencia del otro a datos, generalmente oficiales, muestran poco: someterse al Dios de los conquistadores. apenas algo de esa realidad y sentimiento de Otras veces –con más frecuencia hoy día– Ausencia. En realidad la situación de miseria trabajamos esos textos con todos los métodos y muerte no se puede contar, como no se pue- posibles a mano que ayuden a explicarlos; y si den contar las estrellas del cielo ni los granos es imposible encontrar luz para las prácticas de la tierra. El porcentaje de desempleados, de hoy, los dejamos en segundo plano. o de muertes por la guerra, no muestra más Selectividad intencional es una de las carac- que un número; pero detrás de cada número terísticas de la hermenéutica bíblica contex- hay una tragedia conocida solamente por el tual, justamente porque se parte del contexto, desempleado o por la familia y los vecinos del y el contexto orienta al exégeta o lector común muerto. a escoger aquellos textos que sean lámpara a Tampoco podríamos enumerar en estadís- los pies y una lumbrera en el camino. ¿Mani- ticas las reacciones a la Ausencia por parte de pulación? ¿Acientificidad? No. Desesperación diferentes movimientos. Aunque en esta déca- seria por aferrarnos a un lucero para una si- da mayor es la oscuridad, vemos luz cuando tuación particular. escuchamos las protestas en Perú, cuando los indígenas, las mujeres, los negros, se reúnen, denuncian y contribuyen a aclarar los hori- III. La vida: un manto de estrellas zontes haciendo nuevas propuestas de luz. En la hermenéutica bíblica latinoameri- Aunque las estrellas están a miles de años cana, la vida concreta, corporal y sensitiva, luz –según los especialistas–, y las nubes se vivida en los diferentes contextos particulares, tragan su fulgor, las sentimos «aquí dentro». es el punto de partida para el análisis bíblico. Porque si nuestra gente y comunidades diver- Aquí descubrimos también luces, lámparas sas han resistido por tantos años la miseria, el que nos llevan a la Biblia e iluminan textos dolor y la represión es por la luz que llevamos que a la vez se convierten en lámparas. Ocurre dentro. A veces vigorosa, a veces escuálida, pe- una iluminación mutua. La vida-luz alumbra ro inextinguible. No por algún don particular y enciende la luz del texto, y este a su vez ilu- de los habitantes de América Latina, sino por- mina la vida, mostrándole sentidos útiles, ya que es una cualidad inherente del ser humano: sea para resistir, entender o transformar las vivir feliz, luchar por la vida y defenderla. realidades dolorosas. Por muchos años y a través de ellos, a punta de espadas primero y de balas después, y de discursos religiosos y políticos alienantes, se ha IV. Desde la exclusión querido imponer la resignación. Pero ha sido imposible. La luz de la vida, asumida como La parcialidad consciente es característica don de Dios y derecho humano, no ha permi- de la hermenéutica latinoamericana. Cuando tido tal esfuerzo. Hoy se quiere imponer la re- se buscan luces para iluminar un presente mi- signación por decreto de las leyes del mercado. serable, la objetividad es imposible. Porque en Pero será imposible. Podremos vivir bajo un las fronteras de la historia humana, imperfecta cielo sin estrellas, pero no sin nuestras estrellas y conflictiva, siempre hay quienes resultan víc- que brillan en el diario trajinar. Porque cuando timas de un sistema que tiende a ordenar los las estrellas se apagan dentro de nosotros, se hechos de acuerdo con los que tienen el poder. acaba la vida. Nuestras estrellas son como el Se trata de una cuestión inherente a todo sis- Espíritu Santo: dan testimonio de que el cielo tema. América Latina es un continente pobre estrellado, que evoca inmensidad, existe, a pe- que gira alrededor de la civilización occidental sar de que las nubes se empecinan en proyectar y por lo tanto las relaciones de poder globaliza- la Ausencia. Nelson Mandela, en su discurso de das aparecen en este continente. Las rancheras instalación como presidente de Sudáfrica, dijo: mexicanas, las cumbias colombianas, la samba «Nacimos para manifestar la gloria de Dios que brasileña y las flautas de los Andes lo distingui- ARTÍCULOS GENERALES 8 rán de los demás continentes, pero su logos, situación de la gran Ausencia, que interpela y que es «prestado», y las relaciones de poder juzga por la vida de todos y todas. serán los mismos. Los beneficiados del sistema La hermenéutica indígena, que cobró fuer- son los ricos, los blancos y los varones, con sus za después de la memoria de los 500 años, se respectivos bemoles, y los más perjudicados muestra como una constelación que comparte son especialmente los pobres, los de piel negra luces con otras constelaciones no-cristianas. y oscura, indígenas y negros, y las mujeres. Y La interpretación de la Biblia desde este án- otra serie de excluidos que no encajan con los gulo cultural está generando la producción de patrones de la sociedad capitalista y patriarcal, nuevos sentidos, lo cual ha ayudado a ilumi- como las personas con limitaciones físicas o nar la lectura popular de la Biblia. ancianas y los niños y niñas. Su novedad sincrética provoca, por supues- La parcialidad por los excluidos en la her- to, la reacción de quienes han sido formados menéutica de América Latina es inevitable en la ortodoxia cristiana. Pero los retos que si se quiere ser justo y creíble. La academia plantea y las preguntas que genera ayudarán tendrá que ponerse al servicio de la vida de a enriquecer las propuestas del cristianismo todos y todas, y no hay otra manera que desde mismo. Ojalá que no se cierren los oídos a el locus de los excluidos, «racializados» –de este nuevo grito de una cultura que exige su raza– y generizados –de género–. De allí que el lugar, con su espiritualidad ancestral, en un horizonte de la interpretación bíblica, explícita continente que la margina. o implícitamente, sea el de una sociedad donde La hermenéutica negra es la luz desafiante quepan todas y todos. Esta sería una gran luz que interpela a todas las hermenéuticas y las en el horizonte, un principio organizador de alerta contra el racismo presente en todos esperanza. los grupos de la sociedad. Su luz ilumina el racismo oculto que muchas veces de manera inconsciente aparece camuflado o se pasa por V. Nuevas luces en la noche oscura alto. De esta hermenéutica aprendemos a res- catar la memoria subversiva de los negros de Hemos hablado de Ausencia, con ma- un pasado esclavista, y su resistencia a pesar yúscula, como aquella palabra «húmeda de de los sufrimientos y humillaciones de las que misterio» que refleja la no-presencia de nues- fueron víctimas. Aún más, la hermenéutica tros anhelos a nivel macro. Las estadísticas negra logró reapropiarse del mensaje libera- aterradoras de violencia y muerte, desnutri- dor de las Escrituras judeocristianas, siendo ción y analfabetismo, miseria y desempleo estas utilizadas con frecuencia para legitimar alumbran la Ausencia, ocultada a veces por la su esclavitud. fascinación del crecimiento económico y los Estas nuevas constelaciones son nuevas avances tecnológicos en las comunicaciones. luces que alumbran la vida cotidiana y so- Sin embargo, encontramos aquí y allá, aun cial, bajo un cielo sin estrellas. Ellas nos bajo el gran cielo sin lumbreras, «constela- recuerdan que las estrellas están allí, en la ciones» de estrellas con rostros de mujer, de profundidad del universo, pero no las vemos, indígenas o de negros. Y estas constelaciones por ahora... irradian a la Biblia y a la vida con nuevas luces. Luces de distintos colores y formas desconocidas hasta ahora. Aquí se entrelazan VI. Niveles en la búsqueda de estrellas raza, género y clase. Cuando los sujetos son mujeres, indígenas o negros, la Biblia, libro Cuando en América Latina hablamos de leído con los mismos ojos por tantos años, hermenéutica bíblica, tenemos que distinguir sufre un sacudón. Al aplicársele otras herme- los niveles. Pues la Biblia es uno de los libros néuticas, salen a la luz cosas insospechadas, más estudiados en los últimos 20 años en las buenas y desafiantes. Y es que estas nuevas Iglesias católica y protestantes. Los niveles luces están encendiendo luces de la Biblia son importantes porque en la investigación que antes estaban ocultas. bíblica se presta oídos a la producción de La hermenéutica desde la mujer se consoli- sentido que hacen las comunidades popu- da cada vez más. Se trata de una hermenéuti- lares. Y aunque sus aportes son más bien ca feminista que enfrenta la Biblia como texto intuitivos, los biblistas tenemos que aceptar patriarcal y desautoriza las interpretaciones que de allí viene una creatividad que nosotros que perjudican a las mujeres. Entre sus tareas acogemos y llevamos al estudio riguroso del explora nuevos métodos para iluminar los texto bíblico. silencios obligados a que fueron sometidas las Distinguimos tres niveles. El nivel académi- mujeres del tiempo bíblico por sus autores, co, el nivel medio y el nivel de base. El nivel productores de un texto androcéntrico. Esta científico o académico es de los profesionales hermenéutica latinoamericana se alía a otras biblistas. En este nivel se utilizan los métodos exégetas feministas de otros continentes, com- exegéticos, el estudio del contexto cultural, parte sus métodos, pero sin dejar de lado la social, político y económico de la época en que 9 LEYENDO LA BIBLIA BAJO UN CIELO SIN ESTRELLAS se dio la producción del texto. Por lo general, vestigaciones de la ciencia bíblica del primer en este nivel la producción es escrita. mundo, especialmente de aquellos que ayu- El nivel medio es el de los agentes de pas- dan a entender el contexto socio-económico, toral que se preparan en talleres de formación cultural y teológico de la producción del texto. bíblica, con cierto rigor académico, y que tienen la finalidad de difundir el estudio de la Biblia a una escala bastante amplia en los sec- VIII. El camino recorrido hasta ahora tores de base. Su producción también puede ser escrita, en un estilo más sencillo, o puede Leer la Biblia bajo «un cielo sin estrellas» ser discursiva, poética y muy creativa. muestra la dificultad por la que pasamos El nivel de base corresponde a las mismas frente a la «Ausencia grande». Sin embargo, comunidades que por sí solas, y con la guía no por ello nos ubicamos del lado del pesi- de un asesor biblista o agente de pastoral, mismo. Al contrario. Al hablar de la lectura redescubre los sentidos. Tal vez aquí no se de la Biblia en ese contexto, nos lanzamos puede hablar de investigación bíblica en sen- a la búsqueda de luz, con la fe decidida de tido estricto; sin embargo, hay producción de encontrarla en la Palabra que según el Sal- sentido a nivel de intuición. La producción en mista es lámpara y lumbrera. La Ausencia es estos niveles es generalmente oral, narrativa, la presencia de lo ausente que se anhela (vida poética o cantada. digna para todos y todas), y, por lo tanto, se La interrelación de los niveles es constante. proyecta como juicio al presente e interpela- La mayoría de los biblistas profesionales que ción a la movilización. conozco ha realizado un trabajo de base, y la Como la hermenéutica bíblica contextual mayoría se mueve en distintos niveles, sea de es interpelada por esa Ausencia, en América palabra o por escrito. La crea­tividad poética Latina podemos hablar de un movimiento puede aparecer en todos los niveles, no solo bíblico bien organizado a lo largo de todo el en el popular. En ocasiones hay tensiones continente. De hecho, la investigación bíblica entre los niveles, unos son criticados de aca- en América Latina ha sido una de las ­áreas demicistas y otros de basistas; sin embargo más estimulantes y fascinantes en los últimos hay un consenso sobre la necesidad de arti- 20 años. En términos concretos están la red cular los niveles, porque la finalidad última de lectura popular de la Biblia, establecida ya de la investigación bíblica es dar sentido y algunos años atrás, los cursos intensivos para dignidad a las vidas de las personas y de las agentes de pastoral, las semanas bíblicas y los comunidades. encuentros anuales de biblistas latinoamerica- Siguiendo con la metáfora de la luz, en los nos. Además, en los últimos años se ha forma- niveles de interpretación bíblica contamos con do el grupo de mujeres biblistas, con la inten- un concierto de luciérnagas que, juntas, desde ción de promover los estudios bíblicos desde la sus tareas específicas, iluminan y encienden el perspectiva de género. La diversidad de temas texto en la búsqueda de sentidos liberadores. abordados, siempre a partir de los desa­fíos de la realidad y de la vida concreta, y la pluralidad de métodos utilizados hacen que la producción VII. Caminos en busca de luceros de sentidos del texto sea rica y pertinente.

Para encontrar luceros en la Biblia los biblistas en América Latina toman distintos Inmensidad en la Ausencia caminos. No hay un método único privile- giado para la exégesis. La atención mayor y El sabio maya Canek aplica la emoción en la contribución propia del acercamiento bí- el conteo de las estrellas, como una manera blico latinamericano está en la hermenéutica válida de conocer la verdad de las cosas. «In- contextual y liberadora, y no en la exégesis mensidad», dice, es la palabra exigida frente en sí misma. Pero sin una buena exégesis, la a la imposibilidad de contar las estrellas en hermenéutica será pobre, y por eso se intenta una noche cubierta por ellas. Hoy día, cuando trabajar los textos con rigurosidad, utilizando buscamos luceros para alumbrar caminos aquellos métodos que el texto mismo pide, bajo un cielo sin estrellas, que evoca Ausen- para exhibir mejor sus sentidos solidarios con cia, y los encontramos, y los compartimos y los excluidos. Los métodos exegéticos varían, cuando vemos la red del movimiento bíblico y dependiendo de los biblistas mismos y de su los biblistas aportando sus luces, es imposible formación. Se privilegia la exégesis sociológi- contar las luciérnagas que participan en la ca, la histórico-económica, la estructuralista- búsqueda de las estrellas. Entonces, como Ca- genética. Los métodos de la alta crítica se uti- nek, tenemos que pronunciar esa «palabra hú- lizan en la medida en que la información sea meda de misterio» que causa satisfacción aquí útil para la hermenéutica en la producción de dentro: «Inmensidad». Así, aunque parezca los sentidos y no como un requisito académi- paradójico, es posible hablar de «inmensidad» co indispensable. Se aprecian mucho las in- en medio de la Ausencia. 01.108 - 05 8/11/07 10:10 Página 13

13 INTERPRETACIÓN LATINOAMERICANA DE LA BIBLIA. REALIDAD, MÉTODO, PROSPECTIVA

como sujetos absolutos, desaparecen la Liber- jeto creyente que en la Iglesia quiera interpre- tad y el Espíritu y todos los cristianos son ne- tar la Biblia con Espíritu y Libertad. gados como sujetos, sometidos como están al Los ministros de la Palabra también la in- régimen de la ley, del pecado, de la carne y de terpretan con gran seguridad. El autoritarismo la muerte. En la tradición cristiana el sujeto creó en los laicos y laicas una tremenda inse- que interpreta la Biblia no es un individuo ais- guridad en su tarea de interpretar la Biblia. La lado y objetivizado, sino un sujeto que vive su legitimación teórica y la construcción práctica subjetividad, espiritualidad y libertad en co- del nuevo espacio hermenéutico y del auténti- munidad. El Espíritu, la Libertad y la Vida son co sujeto intérprete de la Biblia permite supe- vividos en comunidad, que es el espacio donde rar esa inseguridad y las causas que la gene- el ser humano se afirma como sujeto. ran, al mismo tiempo que confiere mayor eficacia al trabajo hermenéutico.

III. Autoridad y autonomía del sujeto intérprete en la Iglesia IV. El Pobre como sujeto privilegiado de la Palabra de Dios Primero hablamos del Pueblo de Dios como el espacio hermenéutico privilegiado donde Hemos dicho que todo bautizado y bautiza- leemos e interpretamos la Palabra de Dios, da puede ser sujeto intérprete de la Palabra de con la ayuda de la ciencia bíblica y del Magis- Dios, en comunidad y con la ayuda de la cien- terio eclesial. Luego construimos el sujeto ca- cia bíblica. Todo bautizado y bautizada puede, paz de interpretar la Palabra de Dios: el cre- con Espíritu y Libertad, interpretar la Biblia yente conducido por el Espíritu, libre frente a en la Iglesia con autoridad, legitimidad, auto- la ley y orientado hacia la vida. Ahora quisiera nomía y seguridad. Y lo que hemos dicho de afirmar la autoridad, legitimidad, autonomía y todos los bautizados en el interior del Pueblo seguridad de este sujeto cuando en el seno del de Dios, lo podemos afirmar con mayor radi- Pueblo de Dios interpreta la Palabra de Dios. calidad y fuerza en referencia al pobre, en Expliquemos cada término. cuanto sujeto creyente que lee e interpreta la En primer lugar se hace evidente la autori- Biblia en la Iglesia. Así lo afirma la Pontificia dad y legitimidad con que todo bautizado y to- Comisión Bíblica: «Toda la tradición bíblica, y da bautizada lee e interpreta con fe la Palabra de un modo más particular la enseñanza de de Dios en la Iglesia, siempre que lo haga en Jesús en los Evangelios, indican como oyentes comunidad, con Libertad y Espíritu, y con- privilegiados de la Palabra de Dios a aquellos tando con el apoyo de la ciencia bíblica y del que el mundo considera como gente de humil- magisterio. He podido comprobar cómo cam- de condición. Jesús ha reconocido que las co- pesinos y gente pobre de las ciudades, en su sas ocultas a los sabios y prudentes han sido condición de ministros de la Palabra de Dios, reveladas a los simples (Mt 11,25; Lc 10,21) y interpretan la Biblia en la comunidad con que el reino de Dios pertenece a aquellos que gran autoridad y legitimidad. Autoridad y le- se asemejan a los niños (Mc 10,4 y par)». Y gitimidad que no son exteriores o artificiales, más adelante dice: «Aquellos que, en su de- sino que nacen de su capacidad para inter- samparo y privación de recursos humanos, pretar la Palabra de Dios en la comunidad. son llevados a poner su única esperanza en Esta capacidad confiere a los laicos y laicas Dios y su justicia, tienen una capacidad de es- una fuerte autoridad y legitimidad en el Pue- cuchar y de interpretar la Palabra de Dios, que blo de Dios. Este hecho debe ser considerado debe ser tomada en cuenta por el conjunto de seriamente por la hermenéutica y la eclesiolo- la Iglesia» 2. gía. La pobreza real y espiritual suscita en el ser Los hombres y mujeres de la comunidad humano una mayor necesidad de vivir la fe en que interpretan la Biblia lo hacen también con comunidad, una mayor disposición a ser ayu- una gran autonomía. No es necesario motivar- dados por la ciencia y el Magisterio, una ma- los y empujarlos a cada momento. Tienen yor libertad frente a la ley y una mayor aper- «motor propio», que les permite caminar con tura al Espíritu Santo. Nada más inquietante «autonomía de vuelo». La raíz de esta autono- oír al pobre que nos dice con autoridad, legiti- mía está en la relación directa que tienen los midad, libertad, autonomía y seguridad: «¡Es- ministros de la Palabra con la Biblia, leída e to es Palabra de Dios!». En Centroamérica ha interpretada en comunidad, con Espíritu y Li- sido una experiencia fundante la de los cam- bertad. Esta ruptura de la dependencia es fun- pesinos delegados de la Palabra de Dios y la de damental para que nazca una interpretación los indígenas catequistas. Han pasado diferen- de la Palabra de Dios desde el corazón del Pue- tes obispos y han cambiado la pastoral de las blo de Dios. Esta ruptura no significa rechazo diócesis, pero estos servidores de la Palabra de la autoridad de la Iglesia o de la ayuda que han hecho que la Palabra de Dios siga viva en pueda venir de la ciencia bíblica. Significa las comunidades campesinas e indígenas. La únicamente la autonomía inherente a todo su- fuerza espiritual de los pobres ha generado 01.108 - 06 8/11/07 10:10 Página 21

La práctica de la lectio divina en la pastoral bíblica *

Carlo Maria Martini

La enseñanza de la Dei Verbum «Así pues, con la lectura y el estudio de los li- bros Sagrados “La palabra de Dios se difunda y Quisiera partir en mi reflexión de una frase resplandezca” (2 Tes 3,1) y el tesoro de la revela- que se encuentra en el Documento Final del ción, confiado a la Iglesia, llene más y más los co- razones de los hombres. Como la vida de la Igle- Sínodo de los Obispos de 1985, en el 20 ani- sia recibe su incremento de la renovación versario del Concilio Vaticano II. En la segun- constante del misterio eucarístico, así es de espe- da parte del Documento «La Palabra de Dios» rar un nuevo impulso de la vida espiritual de la leemos: en el contexto de la predicación del acrecida veneración de la palabra de Dios, que Evangelio «aparece la importancia de la Cons- permanece para siempre” (Is 49,8; cf. 1 Pe titución Dogmática Dei Verbum, que ha sido 1,23-25)» (n. 26). demasiado descuidada pero que sin embargo Podemos sintetizar así la enseñanza del Pablo VI ha vuelto a proponer de manera más Concilio en lo que se refiere a nuestro tema: profunda y actual en la Exhortación Apostóli- – todos los fieles deben tener un acceso di- ca Evangelii Nuntiandi». recto a la Escritura; Para comprender mejor el motivo de este – deben leerla frecuente y gustosamente; «descuido» con respecto a la Dei Verbum en – deben aprender a orar a partir de la lectu- los últimos veinte o incluso en los últimos ra directa de la Biblia; veinticinco años comenzaremos recordando – todo ello tiene como finalidad conocer a algunos pasajes de esta Constitución: Cristo Jesús, porque no se le puede conocer «Es necesario que toda la predicación de la fuera de las Escrituras, y conocerlo de manera Iglesia, como la misma religión cristiana, se nu- profunda. tra por la Sagrada Escritura y se rija por ella» Las palabras de la Dei Verbum son por tan- que es «para los hijos de la Iglesia fortaleza de la to muy importantes e incluso nuevas con res- fe, alimento del alma, fuente pura y perenne de la pecto a lo que se pensaba en épocas preceden- vida espiritual» (n. 21). tes. De hecho, en la Iglesia católica el pueblo «Es conveniente que los cristianos tengan am- leía muy poco la Biblia directamente. En la plio acceso a la Sagrada Escritura» (n. 22); «Es mayoría de los casos se le permitía solo acer- necesario, pues, que todos los cléricos, sobre todo los sacerdotes de Cristo y los demás que, como los carse a los Evangelios. (Además hay que tener diáconos y catequistas, se dedican legítimamente en cuenta que eran muchas las personas que al ministerio de la Palabra, se sumerjan en las Es- no sabían leer.) Pero la nueva situación cultu- crituras con una asidua lectura sagrada y un estu- ral ha impulsado a los Padres Conciliares a in- dio diligente (...). De igual forma el santo Concilio vitar a todos los fieles para que se acerquen al exhorta con vehemencia a todos los cristianos, en texto sagrado y a estimularlos al ejercicio de la particular a los religiosos, a que aprendan «el su- lectio divina. blime conocimiento de Jesucristo (Flp 3,8) con la lectura frecuente de las divinas Escrituras “Por- que el desconocimiento de las Escrituras es des- ¿Ha sido recogida la invitación conocimiento de Cristo” (San Jerónimo)» (n. 25). Y un poco más adelante: «Pero no olviden que de- a la lectio divina? be acompañar la oración a la lectura de la Sagra- da Escritura para que se entable un diálogo entre ¿Puede decirse, a veinticinco años del Con- Dios y el hombre; porque a Él hablamos cuando cilio, que el Magisterio ha insistido en esta in- oramos, y a Él oímos cuando leemos las palabras vitación? ¿Ha sido recogida por la comunidad divinas (San Ambrosio)» (n. 25). cristiana? 01.108 - 06 8/11/07 10:10 Página 22

ARTÍCULOS GENERALES 22

El Sínodo de los Obispos de 1985 ha afir- simo de la vida religiosa requiere la total dis- mado que la Constitución Dogmática sobre la ponibilidad hacia Dios que habla y la com- Divina Revelación ha sido demasiado descui- punción del corazón bajo la acción de la espa- dada. A mí me parece que igualmente ha sido da de doble filo que es la Escritura, la cual descuidada la invitación a la lectio divina. continuamente nos invita a la conversión» 1. Releyendo, por ejemplo, el Directorio Ca- (Decreto de Oratione, n. 6). tequético General de 1971-1972, un texto muy En el mismo decreto al final se prescribe es- rico que se inspira en la Dei Verbum, cuando to: «La lectura y meditación de la Sagrada Es- habla de la Escritura como alma de la cate- critura o lectio divina ha de ser tenida por to- quesis, he podido advertir que no menciona dos en gran estima y ha de ser practicada jamás la lectio como instrumento adecuado fielmente. Procuren todos por medio de esta para poner a los fieles en contacto con la Pa- lectura adquirir una familiaridad profunda labra. Esta omisión es interesante porque el con la Palabra de Dios, escuchar las llamadas documento es fruto de numerosas colabora- divinas, acoger íntimamente la historia de la ciones. Ello significa que nadie ha pensado en salvación, con la cual el misterio de Cristo se subrayar este momento importante para la ca- prepara, se cumple y se continúa en la vida de tequesis. la Iglesia» (n. 14). Tenemos aquí una lúcida Tampoco en el Documento Base para la Ca- descripción de las principales características tequesis en Italia, publicado en los años 70, se de la lectio divina, sobre la cual diré todavía al- habla de la lectio divina. En el mismo Docu- go a continuación. mento Final del Sínodo Extraordinario de Parece, pues, que en los documentos oficia- 1985 se cita la Evangelii Nuntiandi como do- les no han faltado alusiones al uso espiritual cumento que recuerda significativamente la de la Escritura, aunque las indicaciones del Dei Verbum. La Evangelii Nuntiandi de Pablo capítulo VI de la Dei Verbum no han sido to- recoge los frutos del Sínodo de 1974 sobre el davía plenamente integradas en la vida de las tema de la evangelización; así pues, podemos comunidades cristianas. De hecho, pienso que concluir que si en aquel momento muchos Pa- de una forma especial la catequesis, instru- dres hubieran insistido sobre la lectio, esta ha- mento fundamental de la educación cristiana, bría sido recordada. En realidad la Evangelii debe comprender necesariamente el conoci- Nuntiandi cuando habla de los caminos de la miento de Cristo Jesús a través de los Evange- evangelización subraya el testimonio de la vi- lios leídos en el contexto de toda la Escritura. da, la predicación, la liturgia de la Palabra, la La lectio divina es un medio importantísimo catequesis, comprendida como enseñanza re- que forma parte del proceso de comprensión y ligiosa sistemática, el uso de los medios de co- de comunicación de la fe. municación, el contacto personal, los sacra- 2. Aunque no se la mencione a menudo en mentos y la piedad popular en cuanto a la los documentos, en estos veinticinco años la manifestación de la religiosidad, y sin embar- lectio y en general el acceso directo de los fie- go no habla del instrumento de la lectio divina. les a la Biblia se han desarrollado mucho, aun- Tampoco lo menciona la Catechesi Traden- que con diversas vicisitudes, que podrían ex- dae, que es también fruto de un Sínodo y que plicar la falta de insistencia que hemos se inspira en la Dei Verbum 1. constatado en los textos magisteriales. Quisiera sin embargo recordar un docu- Cito algunas palabras de Enzo Bianchi en mento inmediatamente posterior al Concilio, un estudio sobre la centralidad de la Palabra que recoge claramente las orientaciones de la desde el Concilio hasta hoy: «Solo a través de Dei Verbum. Lo hago con mucho gusto porque una investigación detallada será posible eva- nos encontramos en el año en que se celebra el luar de forma precisa y completa lo que ha su- cuarto centenario de la institución de la Com- cedido en estos años. Pero es posible compro- pañía de Jesús. Me refiero a la XXXI Congre- bar que la Sacrosanctum Concilium y la Dei gación general de los Jesuitas, que tuvo lugar Verbum han sido los textos más fecundos, los en el año 1965-1966. En el decreto sobre la que contienen las mayores virtualidades y los oración se habla del «tesoro de las Escrituras mejor recibidos con respecto a los otros textos entregado por el esposo a la Iglesia para que conciliares, más allá de los obstáculos y difi- dirija y alimente la vida cristiana». Y se des- cultades objetivas que se han encontrado en el cribe su valor con palabras ciertamente inspi- camino de la reforma» 2. radas en el capítulo VI de la Dei Verbum: Así pues, el Concilio ha dado este fruto. Pe- «Fuente pura y perenne de la vida espiritual, ro debemos tener en cuenta las vicisitudes a de la oración y de la renovación de la vida re- las que antes he aludido, que afectan a la lec- ligiosa». Se recuerda después que «toda la Tra- tura directa de la Biblia por parte de los parti- dición de la Iglesia recuerda oportunamente culares y de las comunidades. Después de ha- que la Escritura solamente se convertirá para ber llamado la atención en otras ocasiones nosotros en Palabra de Salvación si es escu- sobre algunos riesgos que se han presentado chada en la oración y conduce a la obediencia en estos años, me limito aquí a subrayar bre- de la fe. La lectio divina según el uso antiquí- vemente: 01.108 - 06 8/11/07 10:10 Página 23

23 LA PRÁCTICA DE LA LECTIO DIVINA EN LA PASTORAL BÍBLICA

a) Sigue siendo una realidad el riesgo de un de San Juan Crisóstomo: «Para llegar a ser uso formal de la Escritura, por ejemplo en la cristianos adultos es necesario adquirir la inti- elaboración de los proyectos pastorales. En la midad con las Escrituras» (cf. Sobre la carta a diócesis de Milán hemos pedido a más de mil los Efesios, Discurso sobre la educación de los parroquias que elaboren de forma amplia y hijos). El gran Padre de la Iglesia nos dice tam- eclesial un proyecto pastoral, y es significativo bién: «Quien vive sin la lectio, realiza una prác- constatar la presencia que en dichos proyectos tica satánica» (Comentario a Mateo 2,5). San tiene la Biblia. Sin embargo nos hemos dado Ambrosio se hace eco de él: «Leed cada día y cuenta de que a veces los proyectos son bíbli- meditad la Palabra de Dios; tomad como con- cos más por las citas que por la inspiración, es sejeros a Moisés, Isaías, Pedro, Pablo, Juan... decir, no han nacido de una escucha incondi- Hablad con ellos, meditad con ellos todo el cional y abierta de aquella Palabra que cambia día» (Sobre el salmo 118). «La lectura produce la existencia. la asiduidad, la asiduidad produce la familiari- b) El segundo riesgo es el desbordamiento dad, la familiaridad produce y acrecienta la fe» de la lectio fuera del campo de la Tradición y de (San Jerónimo, carta 45,2). la Iglesia. La Escritura se lee no solo como una La Iglesia antigua fundaba toda su pastoral crítica a nuestros ídolos sino también como sobre la Escritura, y también ella trataba de una crítica a las instituciones, una crítica glo- llevar, en cuanto los tiempos y la cultura de la bal y carente de discernimiento. Este tipo de gente lo permitían, a un contacto personal de lectura ha enfriado no poco el entusiasmo por los fieles con la Palabra. la lectio divina y explica las resistencias que existen todavía para el uso de tal instrumento. c) El tercer riesgo es poner el texto sagrado ¿Qué es la lectio divina? al servicio de ideologías existentes (políticas, sociales o filosóficas), usándolo como prueba Antes de pasar ahora a la pregunta crucial, o como apoyo. a saber, si es o no posible en la práctica una En todos estos casos la lectura de la Biblia lectio divina que se haga realidad en todo el tiende a salirse del contexto vital en que ha na- pueblo y por tanto constituya un instrumento cido y se ha transmitido. Por ello el P. Feldkäm- de la pastoral ordinaria, quisiera subrayar al- per hablaba de una lectura contextual en el gunos aspectos de la lectio que no debemos ámbito de la Tradición y de la Iglesia; sacada descuidar si queremos hacer frente al desafío de esta matriz la lectio ya no es una lectio divi- que tenemos delante. na. El Documento Final del Sínodo de 1985, En efecto, a menudo se corre el riesgo de cuando dice que la Dei Verbum ha sido descui- comprender bajo el nombre de lectio cualquier dada, exhorta a evitar una lectura parcial: «La lectura de la Biblia que esté unida en cual- exégesis del sentido original de la Escritura, al- quier forma con la oración. Frecuentemente tamente recomendada por el Concilio, no pue- se tiende también a hacer «teología bíblica» de separarse de la Tradición viva de la Iglesia tratando temas de uno u otro Testamento, o se ni de la auténtica interpretación del Magiste- buscan actualizaciones a partir de un texto rio». elegido para la ocasión o presente en la litur- Todo ello hace más comprensible la des- gia. Todo esto forma parte de la «lectio» pero confianza de estos últimos años hacia la Dei no la define en sus características más profun- Verbum. Existe el temor de que poniendo la das; tampoco es suficiente para definir la lec- Escritura en el centro puedan derivarse de ello tio el recurso a una cierta metodología, aun- formas de pensamiento y de vida pastoral que que sea útil, que prevé momentos distintos no sean plenamente eclesiales. Tal vez por es- como la lectio, la meditatio, la oratio, la con- te motivo existen hoy comunidades y grupos templatio, etc. No se trata solo de leer deter- que tienen a prescindir de la Biblia. Probable- minados textos bíblicos según un cierto méto- mente se trata de comunidades invadidas por do, aunque de hecho toda práctica de la lectio cierta pereza, que han elegido otras formas de presentará más o menos estas características. consolidación comunitaria buscando por «La lectio divina es la lectura continua de to- ejemplo la autenticidad de la vida cristiana en das las Escrituras, en la cual cada libro y cada el cumplimiento de necesidades particulares, sección se leen consecutivamente, se estudian, en compromisos prácticos, olvidando que to- se meditan, se comprenden y se gustan dentro do esto nace de la fuerza de la Palabra y que la del contexto de toda la revelación bíblica, AT y Palabra es generadora de comunidad. NT. A través de esta simple adhesión y respeto En cualquier caso nos encontramos hoy en humilde al contexto bíblico completo, la lectio una situación que según mi opinión no corres- divina es una práctica de obediencia total e in- ponde a las expectativas del Concilio. Corre- condicionada a Dios que habla, en la que el mos el riesgo de perder el entusiasmo provoca- hombre se convierte en un atento oyente de la do por el capítulo VI de la Dei Verbum, que en Palabra... La lectio divina no elige textos ade- realidad es la base de cualquier proyecto pas- cuados a temas o argumentos ya elegidos y de- toral. Estamos olvidando las severas palabras cididos con anticipación teniendo en cuenta 01.108 - 07 8/11/07 10:10 Página 27

La lectio divina

Armando J. Levoratti

La expresión lectio divina procede de Oríge- La lectura nes, un gran estudioso y amante de la Escritu- ra, que vivió en Alejandría de Egipto en el si- El primer paso en el camino de la lectio di- glo III a.C. Él exhortaba a leer la Palabra de vina es la lectura. Esta lectura requiere mucha Dios con un corazón abierto y en un clima de atención, ya que se trata de abrir el corazón a oración. Pero fue durante la Edad Media, en el la Palabra con plena disponibilidad interior. interior de los monasterios, donde esta lectura Hay que leer con la certeza de estar escuchan- orante de la Biblia comenzó a practicarse de do a una persona viva, que es Dios mismo. Co- manera más continua y sistemática. mo dice san Jerónimo, en la lectura «tiendo Esta forma de leer la Biblia responde a las las velas hacia el Espíritu». exhortaciones que el Concilio Vaticano II diri- Conviene leer el texto bíblico no una sola vez ge a todos los fieles cuando habla de la impor- sino varias, subrayando con un lápiz en la ma- tancia de leer con frecuencia las Escrituras a no las palabras o frases que más impresionan. fin de conocer cada vez más a Jesucristo (Dei También hay que tomar en cuenta las partes Verbum, 25). La lectio divina sigue siendo la más significativas de cada pasaje: el contexto, base de los distintos modos de leer la Palabra los personajes, el ambiente, los sentimientos, de Dios, y por eso es conveniente conocer algo las imágenes, los símbolos primarios, el dina- del itinerario de lectura que propone. mismo de las acciones, los verbos, y, eventual- Guigo, un monje cartujo que vivió en el si- mente, algunos textos paralalelos de la Sagrada glo XII, se imaginaba el itinerario de la lectio Escritura. Es importante, asimismo, prestar es- divina como una escalera de cuatro peldaños. pecial atención a las experiencias de fe y de en- El primer peldaño es la lectura, el segundo la cuentro personal con Dios que nos presenta ca- meditación, el tercero la oración y el cuarto la da texto: Abraham (Gn 12,1-4), Elías (1 Re contemplación. Se trata de un proceso dinámi- 19,11-13), Isaías (6,1-13), Jeremías (1,4-19), Jo- co de lectura en el que cada etapa nace de la sé (Mt 1,18-25), María (Lc 2,19.51), Pedro (Mt anterior. Es como el paso de la noche al día: se 16,15-19), Tomás (Jn 20,24-29), Pablo (Hch 9,1- produce gradualmente, y no sabemos en qué 19), la mujer sirofenicia (Mc 7,24-30), momento preciso deja de ser noche y amane- de nacimiento (Jn 9,35-39). ce el día. Hay que acercarse al texto bíblico sin pro- Estos cuatro peldaños son cuatro formas de yectar en él nuestra subjetividad. La pregunta acercamiento a la Palabra de Dios. Actúan clave, en esta primera etapa de nuestro itinera- juntas en todo el proceso de la lectio, pero con rio, es la siguiente: ¿Qué dice el texto acerca de distinta intensidad. La intensidad depende de Dios, del mundo, de la historia, de las personas? la constancia con que se lleva a cabo la lectu- La Escritura es un libro sobre el que se de- ra personal, o del ambiente que se crea cuan- be «estar» sin apresuramientos. La fidelidad y do la lectio se practica comunitariamente en la constancia llevan gradualmente a la com- un clima de recogimiento y de oración. prensión del texto y a descubrir siempre algo La lectio lleva progresivamente al creyente a nuevo en los tesoros que encierra la Sagrada integrar la fe en la vida, instando a realizar op- Escritura. ciones evangélicas fuertes, tanto personales como comunitarias. La meta que la lectio pro- pone al creyente es poner a Cristo como cen- La meditación tro de la vida y conducir la propia existencia, día tras día y momento tras momento, según Cuando la lectura nos ha familiarizado con la lógica del Evangelio. el texto bíblico, entramos en la segunda etapa 01.108 - 07 8/11/07 10:10 Página 28

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de nuestro itinerario espiritual. La meditación La oración provocada por la meditación es el momento en que Dios nos habla. Por lo también puede valerse de oraciones que ya tanto, es preciso hacer silencio y abrir el oído: existen. Los Salmos, en particular, pueden ser Voy a escuchar lo que dice el Señor (Sal 85,9). el «canto nuevo» que Dios pone en nuestros la- La meditación requiere el esfuerzo de «ac- bios. tualizar» el texto, incorporándolo al horizonte de nuestra propia existencia, en su dimensión individual o social. El texto tiene que decirme La contemplación algo. En cuanto prolongación necesaria de la lectura, la meditación crea un espacio interior Cuando la palabra inunda el corazón de para que la Palabra de Dios pueda penetrar y alegría, de consolación y de paz, la plegaria resonar en él. Esto es lo que le pedía el Señor culmina en la contemplación como en su vér- al profeta Ezequiel: Recibe en tu corazón y es- tice o en su fruto natural. No se trata de una cucha atentamente todas las palabras que yo te técnica o de un añadido que llega desde fuera. diré (3,10). Es un don del Espíritu que brota espontánea- Meditar es reflexionar sobre el valor per- mente de la lectio divina bien hecha. manente del texto, sobre la verdad escondida La lectura, la meditación y la oración son el que es preciso descubrir y actualizar. Es «ru- momento activo de la lectio, fruto de nuestro miar» el mensaje inspirado mediante la con- compromiso personal y de nuestra fidelidad centración y el recogimiento del espíritu, bus- cotidiana a la Palabra. La contemplación es el cando el rostro de Cristo detrás de su Palabra. momento pasivo de la intimidad personal, en Es también confrontar el texto con la vida, las el que Dios lleva la iniciativa y el Espíritu so- actitudes y los sentimientos que la Palabra de pla donde quiere. Dios nos transmite. A la contemplación no se llega mediante el Como dice san Agustín, el texto tiene que esfuerzo personal o el ejercicio de la voluntad. ser rumiado y como masticado en la boca an- Ella es el fruto que nace naturalmente después tes de hacerlo bajar al corazón y de llevarlo a de una larga oración sobre la Palabra. La pre- la propia vida. En este punto tenemos el ejem- sencia del Señor en nosotros y el testimonio plo de María, que conservaba y meditaba en interior del Espíritu Santo suscitan sentimien- su corazón día y noche las experiencias que tos de admiración y estupor y nos hacen ver la iba viviendo (cf. Lc 2,19.51). realidad con nuevos ojos –los ojos de Dios– aun en medio de las dificultades y el dolor. La contemplación nos lleva a penetrar en la La oración fe el misterio trinitario: de Dios nuestro Padre, de Jesús nuestro hermano y del Espíritu San- El paso de la meditación a la plegaria se to que es Amor. No se trata de un éxtasis o de realiza cuando empezamos a comprender lo una experiencia deslumbrante. Se trata, sim- que Dios quiere de nosotros. Entonces surge plemente, de dejarnos llevar serenamente por espontáneamente la pregunta: ¿Cómo debo di- la acción del Espíritu Santo y de entregarnos a rigirme a Dios? Es el momento de la invoca- Dios con alma de pobres (cf. Mt 5,3): ción, de la petición y la alabanza. Orar es responder a Dios después de haber- «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, lo escuchado. Como dice san Agustín: «Cuan- por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los do lees la Escritura, es Dios quien te habla; prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido» (Mt 11,25-26). cuando oras, le hablas tú a Dios». La meditación nos había hecho descubrir lo Es importante notar, finalmente, que la con- que Dios nos dice en el secreto de nuestra con- templación no supone una evasión de la reali- ciencia. Ahora nos toca a nosotros responder a dad. Al contrario, la penetración profunda en Dios con la oración. Esta oración incluye la el designio salvador de Dios nos impulsa a la acción de gracias por los dones recibidos, la acción, para contribuir a que ese designio de alabanza, la celebración y la súplica hecha con amor se haga presente cada vez más en el humildad y sencillez. mundo. 01.108 - 08 8/11/07 10:11 Página 29

Orientaciones para leer la Biblia en grupo *

La Casa de la Biblia (España)

La Biblia no nació de la pluma de un solo Por eso es tan importante que la Biblia sea autor, sino que es el fruto de un largo proceso leída, meditada, estudiada y rezada no solo de formación en el que está implicada la expe- personalmente, sino también –y sobre todo– en riencia de fe de todo un pueblo. Por eso, su común, pues en la Palabra encuentra la Iglesia lectura requiere necesariamente un ámbito el fundamento de todo lo que ella es y hace. comunitario. Esta lectura comunitaria de la Biblia como Palabra de Dios es la que ilumina el camino creyente de toda la Iglesia, que se 1. ¿Cómo formar un grupo bíblico? aproxima a ella de múltiples maneras, sabien- do que en la Escritura se encuentra el funda- Esta pregunta no tiene una respuesta única. mento de toda vida cristiana. A veces, los miembros de un grupo bíblico ya El grupo bíblico es una forma concreta de se reunían con anterioridad, porque formaban acercarse a la Palabra de Dios con el ánimo de un grupo de oración o de reflexión en una pa- encontrar en ella luz para la vida y el camino rroquia o en un movimiento cristiano. El gru- de fe. po ya existía y, por tanto, no hay necesidad de La experiencia pastoral ha demostrado, formarlo. Simplemente deciden, en un mo- además, que la lectura de la Biblia en grupo mento determinado de su andadura, dedicar presenta muchas ventajas. A nadie se le oculta sus reuniones –totalmente o en parte– al estu- que la Biblia es un libro «difícil» y que, a me- dio de la Biblia. nudo, quien se aventura en solitario por sus En cambio, si el grupo no existe previa- páginas se desanima enseguida y abandona mente, será necesario convocarlo y ponerlo en marcha. Hay diversas maneras de hacerlo: pronto la tarea emprendida. –Mediante contactos personales, pero evi- En cambio, la lectura comunitaria que se tando el peligro de informar solamente a los hace en el grupo bíblico favorece la perseve- «amigos», de modo que el grupo resulte poco rancia, permite enriquecerse mutuamente con variado. Este sistema suele ser eficaz y nada los conocimientos y aportaciones de los de- costoso económicamente. más, disminuye el riesgo de interpretaciones – Por medio de una convocatoria abierta, caprichosas (descontextualizadas o funda- utilizando los medios de comunicación social mentalistas), ayuda a comunicar y a expresar que puedan estar al alcance de quienes desean la propia fe y, por tanto, a hacernos más cons- organizar el grupo (anuncios en las misas do- cientes de ella. Educa, además, en la práctica minicales, hoja parroquial, cartelera, octavi- de compartir con otros creyentes nuestra ex- llas, anuncios en las tiendas, programas de la periencia de vida a la luz de la fe. En fin, la lec- radio local...). En algunos casos resultará ne- tura comunitaria de la Biblia anima y estimu- cesario dejar bien claro que se trata de un gru- la la lectura y el estudio personal, que siempre po católico, para evitar confusiones con invi- es un paso previo y necesario para que el gru- taciones semejantes, provenientes sobre todo po avance y progrese. de sectas (Testigos de Jehová, etc.). Podemos concluir afirmando que, cuando – Un medio que resulta sumamente eficaz un grupo de cristianos se reúnen en torno a la es la celebración previa de una Semana Bíbli- Palabra de Dios, el resultado de su encuentro ca, u otro tipo de encuentro en torno a la Pala- será mucho más que la simple suma de las bra de Dios. Debe prepararse con mucho cui- aportaciones de cada uno: buscar juntos en la dado y antelación en todos sus detalles. Tiene Biblia hace surgir el sentido eclesial y fortale- la ventaja de que los participantes pueden ver ce en todos el regalo común de la fe. de cerca lo que después se hará en el grupo bí- 01.108 - 08 8/11/07 10:11 Página 30

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blico, sin tener que adquirir un compromiso miembros (p. ej.: una lista de los participantes previo. Si lo que experimentan en esta Semana con las direcciones y los teléfonos, un calen- Bíblica responde a lo que ellos esperaban, se- dario de los encuentros, etc.), y de hacer un guramente se incorporarán luego al grupo. breve resumen de las reuniones, que puede En cualquiera de estos casos es muy conve- leerse al comienzo de cada nuevo encuentro. niente que, antes de la primera reunión, el ani- – Finalmente, el servicio de acogida, que mador tenga un contacto personal con las per- puede realizar un pequeño equipo, formado sonas que hayan mostrado interés por por dos o tres miembros del grupo. Se ocupa- participar. El uso del teléfono en estos casos rá de preparar adecuadamente la sala donde puede resultar aconsejable porque, a la vez se tengan las reuniones, ambientándola de que se establece una relación directa, se pre- acuerdo con la naturaleza de la actividad que serva el anonimato y las personas pueden ser se va a realizar (p. ej.: colocando la Biblia en informadas con detalle del proyecto sin que un lugar visible, o algún cartel con una frase deban comprometerse previamente. de la Escritura a tono con el tema de la reu- nión). Serán también los encargados de orga- nizar otro tipo de encuentros (tomar un café 2. ¿Cómo organizar un grupo bíblico? juntos o salir al campo, por ejemplo), procu- rando que todos se encuentren a gusto. Para organizar un grupo bíblico, es necesa- Antes de convocar al grupo por vez prime- rio tener en cuenta algunos datos, que pueden ra, es imprescindible tener previsto quién pue- contribuir a su mejor funcionamiento: de desempeñar la función de animador. A este a) La composición ideal de un grupo, en respecto deben evitarse improvisaciones de úl- cuanto al número de miembros que lo inte- tima hora, como someter el cargo a votación gran, oscila entre ocho y quince personas. Un (a no ser que los miembros del grupo se co- número menor de participantes empobrecería nozcan suficientemente de antemano). Tam- notablemente el diálogo, y el grupo se vería ex- poco puede ser impuesto a la fuerza. Si es un cesivamente reducido en el caso de que alguno animador propuesto por quienes han realiza- faltase. Un número mayor no permitiría crear do la convocatoria, el grupo debe reconocerlo el clima de confianza y de conocimiento mu- y aceptarlo. Los otros servicios pueden hacer- tuo necesarios para la marcha del grupo, im- se por turnos, pues no necesitan de tanta pre- pidiendo además un intercambio fluido y sufi- paración específica. Se irán designando en ca- ciente dentro del mismo. da caso las personas más adecuadas para ello. El grupo puede ser homogéneo (todos jóve- c) Es importante no descuidar las condicio- nes, todos catequistas, o de un determinado nes materiales del lugar en el que se van a de- movimiento...). En tal caso seguramente se ga- sarrollar los encuentros. Especialmente hay nará en eficacia y armonía, aunque a la larga que cuidar el lugar, el mobiliario y la disposi- podrían aparecer antes los síntomas de mono- ción de la sala. tonía y cansancio. En general, podemos decir – El lugar. En cuanto sea posible hay que que la diversidad es siempre un factor positivo buscar una habitación bien iluminada, tran- dentro de un grupo. Habrá mayor riqueza si quila, aislada, que favorezca la intimidad y evi- los miembros del mismo pueden aportar expe- te las interrupciones. Es preferible que la reu- riencias diferentes y complementarias, ya sea nión sea siempre en el mismo sitio, para no por su edad, su actividad, etc. De todas mane- dar lugar a confusiones. Muchos grupos bíbli- ras, una excesiva diversidad podría dificultar cos suelen encontrarse en los locales parro- seriamente su funcionamiento. En cada caso, quiales, pero, dependiendo de las circunstan- la prudencia y las posibilidades reales indica- cias, se podrían utilizar también otros espacios rán el criterio a seguir. (casas particulares, locales sociales, etc.). b) Los servicios que se requieren para el – El mobiliario. Asientos cómodos, no hun- buen funcionamiento del grupo son principal- didos. Mejor si tienen en qué apoyarse para es- mente tres: cribir. – El/la animador/a. Tiene un papel funda- – La disposición de la sala. La que mejor mental en la marcha del grupo. Su tarea con- permita verse a todos. La más adecuada es la siste en procurar que se cumplan los objetivos de círculo o semicírculo, pues favorece mucho y el programa aceptado por todos. Para reali- el diálogo entre los participantes. El animador zar este servicio no es necesario ser un experto no tiene por qué ocupar un lugar de preferen- en Biblia, pero sí haberse capacitado previa- cia. mente para la labor mediante un cursillo para d) También es importante programar desde animadores de grupo o, mejor todavía, de uno el principio con qué frecuencia se tendrán las más específico para animadores de grupos bí- reuniones y cuánto durarán, así como prever blicos. Seguiremos hablando sobre este tema. algún encuentro de revisión y alguna celebra- – El/la secretario/a. Desempeña también un ción de la Palabra. importante papel en la vida del grupo. Se ocu- – La frecuencia y la hora en que se desarro- pa de proporcionar información útil a sus llarán las reuniones. Deberá ser determinada 01.108 - 10 8/11/07 10:12 Página 41

La Biblia leída desde la mujer 01.108 - 10 8/11/07 10:12 Página 43

Una palabra propia

María Gloria Ladislao

I. Desde la propia historia Alguien se preguntará por qué comenzar a presentar una hermenéutica desde una histo- A lo largo de mis años de estudio universi- ria personal. Es esta una de las claves de la tario, una vez un profesor dijo algo importan- hermenéutica feminista: leer desde los sujetos. tísimo para mí. Estábamos estudiando las cir- El texto bíblico nos pone delante a mujeres y cunstancias históricas de la pasión y muerte hombres con sus luchas, sus desilusiones, sus de Jesús, y, al hablar de la cruz, él dijo: «Y allí, esperanzas. Entramos en diálogo con esas per- junto a la cruz, para honor de ustedes, chicas, sonas también desde nuestra propia realidad, solo se quedaron las mujeres». A mí me sonó la historia concreta que hemos vivido. Para algo adentro. Primero, algo que tenía que ver que la Biblia nos hable a la vida, hay que po- con el orgullo, con una reinvindación, un re- ner la vida sobre la mesa. conocimiento. Pero después fue otra cosa. Yo ya tenía 25 años y toda mi vida había tenido inserción eclesial. ¿Nunca antes nadie había Por qué una hermenéutica desde las mujeres notado este hecho? ¿Nunca ninguna mujer me había hecho reflexionar qué sentido daba esa Al abordar un texto bíblico, nos planteamos fidelidad de la cruz a mi ser discípula hoy? dos momentos del estudio y la reflexión. Un pri- ¿Tantos vía crucis y tantos años de celebrar mer momento orientado a comprender lo que el Pascua y no haber reparado nunca en esto? In- texto dice, ya que mal podríamos interpretar si tuía que allí tenía que haber algo más pero no primero no entendemos el texto en sí. Este pri- sabía aún qué. mer momento o aspecto constituye la exégesis, A lo largo del estudio de otras disciplinas yo es decir, «un conjunto de procedimientos cientí- sentía que el discurso teológico que recibía era ficos puestos en acción para explicar los tex- incompleto. Por ejemplo en muchos temas de tos» 1. Los métodos exegéticos se caracterizan moral, de eclesiología, de pastoral, me daba la por el uso de ciencias y disciplinas auxiliares, y impresión de que no se palpaba la realidad tal porque su finalidad es lograr un estudio lo más cual es. Y esa parte ausente de la realidad te- objetivo posible del texto. Decimos lo más obje- nía que ver en gran medida con la vivencia co- tivo posible porque, aun en la elección de qué tidiana de los laicos en general y de las muje- disciplinas auxiliares se usarán, ya hay una de- res en particular. terminación del sujeto que hace exégesis. Muchos años después, ya egresada de la fa- Para los y las creyentes, la exégesis no basta. cultad, volví a aquellas discípulas al pie de la Hace falta que ese texto, comprendido y expli- cruz. Releí todos los pasajes del Evangelio en cado, se ponga en diálogo con la propia vida. los cuales Jesús interactúa con mujeres. Apro- Toda la Biblia y el Evangelio en particular son veché todo lo que los estudios históricos nos Buena Noticia, es decir, que es un anuncio que permiten saber sobre la condición de las mu- viene a decir algo a mi vida. Aquí es entonces jeres en tiempo de Jesús. Y redescubrí la Bue- donde entra en juego la hermenéutica, un se- na Noticia del Evangelio: un Reino con lugar gundo momento en el cual el texto me habla a para todos y todas. mí, a mi realidad, a lo que yo soy. Los distintos Después de esas primeras intuiciones, co- métodos de hermenéutica reciben también el mencé a conectarme con otras compañeras, nombre de acercamientos, entendiéndose por con caminos e inquietudes semejantes. Reco- acercamiento «una búsqueda orientada según giendo lo que otras ya habían podido sistemati- un punto de vista particular» 2. zar y publicar, y aportando nuestra reflexión, Los resultados que arroja la exégesis son nuestra realidad y nuestras particularidades. mirados desde un punto de vista particular: la 01.108 - 10 8/11/07 10:12 Página 44

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mirada de quien lee. Un mismo aspecto del La moral no se determina por estar dentro o texto resonará distinto según las propias expe- fuera de la casa. Para las mujeres, aquí hay una riencias de vida de los lectores. buena noticia. La clave de la vida no está en la Tomemos como ejemplo el siguiente texto: pauta social, está en el seguimiento de Jesús 5. «Y sucedió a continuación que iba por ciuda- des y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del reino de Dios; le acompañaban Desde las mujeres, para todos y todas los Doce, y algunas mujeres que habían sido cu- radas de espíritus malignos y de enfermedades: En algunos grupos de teólogas el término María, llamada Magdalena, de la que habían sa- «hermenéutica feminista» está siendo reempla- lido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un zado por «hermenéutica desde las mujeres». Yo administrador de Herodes, Susana y otras mu- me adhiero a este último. No se trata de leer chas que les servían con sus bienes» (Lc 8,1-3). solamente textos que hablen de mujeres para Dado el lugar del evangelio en que Lucas lo nosotras las mujeres. Se trata de poder leer ubica, el texto puede ser leído simplemente co- cualquier texto bíblico con nuestra realidad es- mo un sumario, una descripción en la cual el pecífica de mujeres, generando una nueva re- evangelista da un pantallazo de la actividad de flexión cuyos frutos puedan ser saboreados por Jesús por Galilea. Leído con ojos de mujeres, mujeres y varones. El texto de Lc 8,1-3 es libe- el texto comienza a plantear otras preguntas. rador para las mujeres porque nos anuncia que Una de las claves de la hermenéutica desde para Jesús no hay roles estereotipados al estilo las mujeres es el conocimiento del contexto de «las mujeres en la casa y los varones en la histórico. Este es un dato que estudia la exé- cosa pública». Y también es liberador para los gesis histórico-crítica y que, leído desde la si- varones. Si para Jesús no cuentan los roles que tuación de las mujeres, hace que el texto cobre fija la sociedad, todos y todas estamos llama- un sentido particular. dos a seguir el propio camino. Existen numerosos testimonios que nos de- muestran que el ideal que la moral y la sociedad presentaban a las mujeres era la vida recluida II. Algunas claves de la hermenéutica en la casa. «Mercados, consejos, tribunales, desde las mujeres procesiones festivas, reuniones de grandes mul- titudes de hombres, en una palabra, toda la vi- a) Las personas en su realidad histórica da pública, con sus discusiones y sus negocios, y cotidiana tanto en la paz como en la guerra, está hecha para los hombres. A las mujeres les conviene El conocimiento del medio ambiente histó- quedarse en casa y vivir retiradas» 3. La madre rico es una de las claves para la comprensión de los siete mártires, presentada como el ideal de un texto bíblico. Al igual que otras herme- de virtud femenina, dice de sí misma «Yo era néuticas (por ej. la liberacionista), la herme- una joven casta que no sobrepasaba el umbral néutica desde las mujeres no se limita a una va- de la casa paterna» 4. ga mirada sobre la vida en los tiempos bíblicos, Si cotejamos el texto evangélico con estos sino que busca atender a toda la complejidad testimonios, comienzan a surgir preguntas. de la realidad: lo social, lo político, lo económi- ¿Estas mujeres seguidoras de Jesús habían co, lo ideológico, lo religioso. Especialmente se abandonado su casa? ¿Cómo hacían para mo- busca todo aquello que nos permita conocer la vilizarse de un lugar a otro? ¿Qué pensarían situación de las mujeres en los distintos ámbi- sus familias? ¿Serían criticadas por esto? tos de la vida. No se trata simplemente de no- ¿Por qué Jesús aceptó a estas mujeres? ¿No tas vagas o generales, como por ejemplo decir: le importaba quedar al margen de lo que la so- «en aquel tiempo las mujeres vivían muy mar- ciedad recomendaba? ginadas», sino de tratar de reconstruir qué im- ¿Había o no categorías entre el grupo de se- plicancias tenía esto en el día a día. guidores y seguidoras de Jesús? ¿Las mujeres Esta mirada sobre lo histórico quiere bu- y los Doce estaban en el mismo rango? ¿Solo cear en la vida cotidiana. Es en lo cotidiano, en las mujeres habían sido curadas, los Doce no el día a día, donde descubrimos a las personas, habían sufrido de nada? lo que son, lo que hacen. Para una hermenéu- ¿Por qué tenemos tan metida en la cabeza tica desde las mujeres, el conocimiento histó- la imagen de Jesús rodeado solamente de los rico como clave de interpretación brindará los Doce, si el texto dice que estas mujeres tam- datos para conocer a las personas de la Biblia bién iban de acá para allá con Él? en su realidad concreta. Por eso la clave no es Desde nuestra vida de mujeres, el texto co- la ubicación histórica simplemente, la clave es bra un montón de resonancias. «Mujer de la leer desde los sujetos concretos que vivieron calle» es, hasta el día de hoy, una calificación en esa realidad histórica. moral. Resabios del ideal que esperaba que la Intentamos descubrir a las personas que mujer viviera recluida lo más posible. Jesús se aparecen en el texto con todas sus particulari- pone al margen del convencionalismo social. dades: edad, sexo, clase social, particularida- 01.108 - 11 8/11/07 10:12 Página 51

Hermenéutica bíblica femenina, reflexiones y propuestas

Carmiña Navia Velasco

En lo que llamamos actualmente mundo forma en que el sujeto finito, que comprende las occidental, hay algunas convicciones que, des- cosas desde un punto de vista particular, analiza algo, o el modo como desglosa algo para su pro- de una perspectiva seria, no pueden discutirse. 1 Una de ellas es la seguridad de que las teorías, pio uso» . las ciencias, los saberes, las críticas... han sido Se puede pensar que el quehacer interpre- producidos, orientados, dominados, copados tativo o hermenéutico solo puede ser realizado por los hombres. A la mujer en general se le por sujetos plenamente constituidos en cuanto han ocultado, silenciado, excluido y negado tales, o al menos en camino hacia ello. Lo pri- los caminos de la palabra y del conocimiento. mero que hace posible la hermenéutica feme- Afortunadamente, en las últimas décadas, las nina son los procesos mediante los cuales las mujeres hemos logrado cambiar esta ecuación mujeres se constituyen como sujetos y recupe- y ya no es fácil dejar de reconocer la necesi- ran, construyen y sueñan su identidad. Proce- dad, el aporte y la verdad del punto de vista fe- sos constantes a lo largo de la historia, pero menino. madurados especialmente en el último siglo y, Como es normal, los estudios bíblicos han en lo que hace a Latinoamérica, en las últimas estado inmersos en este movimiento general décadas. de las ciencias, las interpretaciones y los apa- En el panorama latinoamericano, las muje- ratos críticos. Igualmente está inscrito en este res en general empiezan a decir su palabra y a resurgir de la mujer, al que asistimos hoy. Aquí realizar su aporte antes que las teólogas o bi- veremos algunos de los procesos hechos y por blistas. En las décadas del 60, 70 y aún 80, se hacer a lo largo de estos caminos recorridos viven en el subcontinente múltiples procesos por las mujeres, y que configuran hoy en Lati- que pretenden llevar a nuestros países a la li- noamérica eso que podemos llamar Herme- beración de unas estructuras económicas y de néutica bíblica femenina. poder injustas y excluyentes. En medio de es- Partiré de una concepción amplia del que- tos procesos la mujer empieza a configurarse hacer hermenéutico, porque a partir de ella como un sujeto social particularmente impor- podemos ir derivando algunas conclusiones: tante. En el campo, pero especialmente en la ciu- [en la modernidad, se destaca...] «la herme- dad –en el barrio, en las fábricas, en las organi- néutica como modo de proceder interpretativo, constitutivo de todo lo que es... Modo de proce- zaciones populares y/o sindicales–, la mujer der en el que nos redescribimos a nosotros mis- empezó a jugarse la vida en la lucha por mejo- mos, nos autoconstituimos, nos inventamos, nos res condiciones de vida para ella y su familia. decidimos, nos ocupamos...» En la región Andina y Centroamérica, el barrio «...Todo representar humano es un represen- fue el espacio en el que con mayor fuerza se ex- tarse, un ponerse ante sí, con lo que aquello que presó la mujer. No solo en las luchas de inva- es representado no tiene necesidad de un movi- sión que configuraron las periferias, sino en las miento explícito que lo vuelva o devuelva hacia múltiples formas de organización barrial que aquel que se lo representa. La representación y el surgieron: asociaciones de pobladores, ollas co- que se representa están representados conjunta- mente en el acto humano de representar...» munitarias, asociaciones de padres en las es- «Así, ni la conciencia se limita a reproducir cuelas, juntas locales, comités femeninos... significados, ya que los genera, ni el significado De una manera especial, las mujeres se hi- cabe ya ser pensado sin más como referencia a cieron presentes y fueron ganando protagonis- un objeto sino que habrá de entenderse como la mo en las comunidades eclesiales de base, 01.108 - 11 8/11/07 10:12 Página 52

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dentro de la Iglesia católica. En estas comuni- como un paradigma en las ciencias sociales y dades y grupos, las mujeres empezaron a ex- en el quehacer teológico. Las primeras teólogas perimentar su religiosidad de una manera en Latinoamérica no se constituyeron como ta- nueva, empezaron a entender sus posibilida- les porque pudieron acceder a la Universidad, des de acción más allá de los roles pasivos que sino porque desde su papel de participantes en siempre habían tenido, y fueron apropiándose los procesos populares empezaron a mirar las de la Biblia, lo que les permitió formarse y re- cosas desde el reverso de la historia y empezaron cuperar su propia voz, su propia palabra. a descubrir a la mujer en tanto que sujeto de la En un camino largo, lleno de vacilaciones y revelación divina. retrocesos, las mujeres populares empezaron a En este camino hubo un movimiento de tri- mirarse más a sí mismas, a estar pendientes de ple vía: recoger y entender la praxis de las mu- las necesidades familiares y a luchar por el te- jeres populares (momento primero de la teolo- cho, la educación y la salud. Empezaron a mi- gía de la liberación); acceso de algunas rar hacia sus propios cuerpos, sentimientos, mujeres a las facultades de Teología, inter- frustraciones y soledades. Se hicieron cons- cambio y reciprocidad con los avances del mo- cientes de sus capacidades y potencialidades y vimiento feminista, que desarrollado más des- empezaron a concebirse y a sentirse como se- de las clases medias realiza un diálogo res autónomos y no como apéndices del hom- enriquecedor con las agentes de pastoral y las bre o de los hijos. Iniciaron entonces caminos teólogas de las distintas Iglesias. En los dos de reivindicaciones más específicas, desarro- primeros casos, las mujeres iniciaron así por llaron sus luchas contra los distintos tipos de diferentes vías su lectura más o menos directa violencia ejercida contra ellas. del texto bíblico. Si partimos de las dinámicas normales de socialización, podemos decir que: Primeros pasos «Por su pertenencia a un núcleo familiar, ca- da persona tiene asignado un lugar en la socie- dad desde antes del nacimiento, y mientras se la Cuando hablamos de hermenéutica, habla- socializa se reproducen unas cualidades propias mos de lecturas de un texto, de preguntas diri- del grupo social de referencia, las cuales son in- gidas a un texto, de caminos hacia un texto. teriorizadas por cada ser de modo específico, de Todo ello realizado desde lugares muy concre- acuerdo con los mandatos legitimados social- tos y precisos, desde cuerpos individuales y so- mente, situándose ante ellas, introduciéndoles ciales. Es claro que un texto no me habla si no modificaciones o transformándolas... le formulo preguntas. Es claro igualmente que Al mismo tiempo, el proceso de socialización solo puedo formular preguntas vitales desde lo es histórico, cambia como consecuencia de los más propio y hondo de mi existencia. Esa exis- procesos de evolución de la sociedad y contiene sus propias leyes de cambio, es dinámico y per- tencia que me hace y me diferencia. meable a los múltiples cambios sociales...» 2. La Biblia, en las Iglesias, siempre fue leída por el varón. La Biblia fue un libro recepcio- Desde este punto de vista encontramos que nado mayoritariamente por los hombres. Las las mujeres de los años 60 y 70, en su migra- facultades de Teología, los seminarios, los púl- ción del campo a nuestras ciudades, tuvieron pitos, fueron manejados por hombres que hi- que reinventar sus roles sociales sin haber te- cieron sus lecturas y las transmitieron de gene- nido previos entrenamientos para ello. Esto ración en generación a las mujeres como la mismo las fue configurando como un nuevo y única verdad posible. La mujer recibió la Bi- distinto sujeto social, con sus demandas y mi- blia leída, y asimiló también en su memoria radas específicas, distintas de las de sus an- esa lectura que la negaba y silenciaba, mucho cestros femeninos. Muchas veces no tuvieron más allá del contexto patriarcal en que fue es- más hacia dónde mirar, solo hacia sí mismas, crito el texto. y esa mirada las alimentó. Hoy, en el panorama de las ciencias sociales, No podemos decir que estos procesos invo- es claro que la posición y la mirada de género lucran a la totalidad o a la inmensa mayoría de no solo condicionan, sino que determinan la mujeres. La situación cambia un poco de cualquier aproximación y apropiación de un país a país. En Ecuador y Guatemala, por texto. Un ejemplo obvio en la teología bíblica ejemplo, los movimientos de mujeres llegan a es la ubicación de María de Magdala en la Igle- sectores más amplios de la población que en sia. Ella es reconocida como una pecadora/pros- Colombia o Venezuela. Pero es claro que las tituta arrepentida, aunque no hay en los relatos mujeres en este caminar se constituyeron co- bíblicos una prueba contundente de ello. Hubo mo grupos y movimientos y dejaron sentir su que esperar hasta el estudio de una mujer, Car- presencia y su peso en el conjunto social. Y, so- men Bernabé Ubieta 3, para colocar en su sitio bre todo, se fueron constituyendo como sujetos las tradiciones respecto a esta mujer contem- de acción y de palabra: sujetos hermenéuticos. poránea de Jesús. Bernabé Ubieta muestra con Solo en esta medida podemos entender el claridad cómo en los relatos evangélicos María surgimiento y el posicionamiento de la mujer de Magdala no es una pecadora arrepentida. Sin 01.108 - 11 8/11/07 10:12 Página 53

53 HERMENÉUTICA BÍBLICA FEMENINA, REFLEXIONES Y PROPUESTAS

embargo, en la predicación de los varones, ella Simonne Weil y muchas otras interpelaron e sigue siendo principal y casi exclusivamente la interpretaron el texto bíblico: mujer que llora su pecado. «Por ello quizás la mirada de la lectora sobre Cuando la mujer se hizo consciente de sí las lectoras pueda ayudarnos a desvelar aspectos misma, de sus propias preguntas, de sus con- de la Historia de las mujeres que la investigación diciones, necesidades y posibilidades, empezó de archivo nos oculte» 5. a cuestionarse sobre lo irremediable o trans- formable de esta situación que la marginaba y A lo largo de estas dos décadas y con las in- la supeditaba. Fue así como se hizo necesario vestigaciones históricas apenas iniciadas, las ejercitar e introducir en la lectura . mujeres hemos ido dotándonos de una heren- La llamada hermenéutica de la sospecha pasó cia femenina absolutamente necesaria para la a ser la herramienta fundamental de las muje- construcción de nuestra identidad de creyen- res en su aproximación bíblica. De ahí la pre- tes. Configurarnos como lectoras supone co- gunta de base planteada posteriormente en las nocer lo que nuestras antecesoras han dicho, lecturas bíblico-teológicas hechas por la mu- conocer la palabra de otras mujeres en el hoy, jer: ¿Es verdad que las cosas fueron y son estudiarnos, desentrañarnos, reconocernos. realmente como parecen a primera vista? De esta manera, toda esta memoria y saber Se sospechó de la ausencia de la mujer en el puebla y poblará nuestro hacer hermenéutico. texto bíblico, se sospechó de la palabra explí- Esta memoria perfila mejor nuestra mirada cita y también de los silencios...: de mujer y nos afirma en la conciencia de que leer como varón no es lo mismo que leer como «Más que ver el texto como un reflejo exacto mujer. Es un camino progresivo por el cual de la realidad de la que habla, deberemos buscar rompemos y trascendemos la mirada masculi- pistas y alusiones que den indicaciones acerca de na que tenemos interiorizada, con sus pregun- la realidad sobre la que el texto permanece en si- lencio. Más que tomar los textos androcéntricos tas, sus valoraciones, sus conclusiones. Así ini- como datos que proporcionan información o co- ciamos, construimos y desarrollamos la mirada mo informes precisos, debemos leer sus silencios femenina, con nuevas preguntas, diferentes va- como prueba y signo de la realidad que callan. loraciones, nuevos descubrimientos y rutas. Más que rechazar el argumento del silencio co- Esta afirmación como lectoras constituye mo argumento histórico válido, debemos apren- uno de los primeros y necesarios pasos para el der a leer los silencios de los textos androcéntri- desarrollo de la Lectura bíblica desde la pers- cos de manera que puedan proporcionarnos pectiva de la mujer. Pero no se trata ni mucho pistas que nos aproximen a la realidad igualitaria del movimiento cristiano primitivo» 4. menos de un camino acabado. Después de dos o tres décadas de iniciarse esta tarea, el reto En una primera aproximación, y yendo más hacia delante es aún grande. Los encuentros y allá de lo aparente y de los silencios, las muje- seminarios, las publicaciones e intercambios res fuimos buscando modelos femeninos en la de experiencias hacen parte del proceso. Nues- Biblia. Modelos que nos ayudaran a atravesar tra conciencia de lectoras aún debe adquirir la invisibilidad que nos rodeaba en las Igle- fortaleza: sias. En vez de mirar a los patriarcas, fijamos «En este proyecto global de revisión, la crítica nuestra atención en las matriarcas; nos pre- feminista de la literatura ha hecho notar cómo la guntamos por sus condiciones de vida, por su hipótesis de una lectora puede cambiar nuestra relación con Dios, por su papel en la revela- comprensión de un texto alertándonos sobre el ción. Judit, Débora, Ester, Rut se convirtieron significado de sus códigos sexuales. Es impor- progresivamente en heroínas que señalaron tante subrayar que la hipótesis de la lectora es la otras rutas, otros valores, otras posibilidades. hipótesis de una lectura feminista en el sentido Se desarrollaron y ampliaron los primeros político del término y no simplemente la de una contactos directos de los grupos y comunida- lectura diferencial basada en la experiencia per- des de mujeres con la Biblia. sonal de las lectoras...» (...aunque a mi juicio no excluye tampoco esta experiencia...) 6. Pero constituirse en lectoras no es algo que se dé automáticamente ni en un espacio muy corto de tiempo. En un segundo momento, la mujer cristiana se hace lectora de la Biblia, es Haciendo camino decir, se la apropia, se reconoce en ella, habla de ella y hasta enseña y discute sobre ella. Ade- El proceso hermenéutico en torno de un más, busca la historia de las lectoras bíblicas. texto o de un problema se va configurando y Es muy importante saber que no es cierto madurando en el tiempo. La hermenéutica fe- aquello de que la mujer en la Iglesia, antes del menina en el subcontinente ha realizado ya siglo XX, nunca dijo nada; es necesario, a la aportes muy significativos que trascienden los conciencia de las modernas lectoras, com- primeros tanteos y que configuran y anuncian prender que, antes que ellas y a lo largo de to- un camino de novedad. da la historia, Marcela de Roma, Hildegarda La comunidad de mujeres descubre la Pala- de Bingen, Cristina de Pizan, Isabel de Villena, bra de Dios. Cristina Conti nos dice: 01.108 - 12 8/11/07 10:13 Página 59

La sabiduría de una mujer extranjera

Graciela Dibo

El relato de la mujer sirofenicia del evange- ciones, que parece obedecer a una fuente de lio de Marcos (7,24-30) abre un horizonte de autoridad capaz de motivar la transgresión de interpretación muy rico para la vida de las mu- los marcos que operan a modo de separación. jeres y de sus comunidades. Si fuera posible to- Descubrir esta perspectiva será el intento del mar prestada una indicación de otro evangelio presente comentario. Reconociendo el tras- para mirar de cerca a esta mujer sería aquella fondo conflictivo en cada uno de los niveles se- que dice ¿ves a esta mujer? (Lc 7,44). Pareciera ñalados y las tensiones teológicas que el texto que el relato tal como fue recogido de la tradi- parece señalar, nos detendremos en descubrir ción por Marcos y luego por Mateo (15,21-28) el dinamismo de sabiduría de las mujeres que estaría indicando con su presencia esta pre- ensancha el horizonte evangélico de la predi- gunta. Llama la atención que Lucas, que ofre- cación de Jesús. ce tanto espacio a las mujeres en su evangelio, Nuestro paradigma interpretativo no es no haya recogido esta historia 1. axiológicamente neutro, sino que parte de la ¿Ves a esta mujer? Está sola, con una hija convicción del valor de las prácticas y estrate- enferma, en una región vecina a la Galilea por gias de las mujeres, en la construcción y arti- donde Jesús se mueve de aldea en aldea anun- culación de los discursos capaces de transfor- ciando una buena noticia. Ella pertenece a mar escenarios, relaciones y representaciones una identidad étnica, cultural y religiosa dife- simbólicas. El punto de partida es el presente rente de la de Jesús. Sin embargo, una fuerza de la vida de las mujeres, tanto de las que es- la impulsa a transgredir las barreras que la se- tán aún invisibilizadas y marginadas, como paran de la posibilidad de vida para su hija. también de aquellas que establecen alianzas Las distancias y prejuicios no la paralizan. Al alzando sus voces y articulándolas junto a contrario, se pone en movimiento, transgrede otras prácticas y discursos. Esta mirada desde espacios, realiza gestos, habla, cuestiona, de- el presente busca reconstruir el pasado y recu- safía. perar la memoria propia y la de las antepasa- Su experiencia parece ser bastante parado- das. Solo así es posible transformar lo cotidia- jal en medio de las contradicciones sociocul- no y tender hilos nuevos hacia un futuro de turales de su ambiente. A la vez que vive el de- ternura para las hijas e hijos que esperan to- samparo de ser una mujer sola, con una hija davía ser parte de la vida, de la salud y la enferma, en una sociedad patriarcal, al mismo abundancia de pan y de justicia. tiempo ese contexto cultural la rodea con ba- Al acercarnos al texto las primeras pregun- rreras difíciles de saltar. Barreras de género tas que orientarán nuestra búsqueda no son las entre mujeres y varones en situación de su- preguntas teológicas en sí mismas; ellas en- bordinación de aquellas respecto de estos últi- contrarán su respuesta cuando alcancemos a mos; barreras étnicas, levantadas sobre prejui- desentrañar más profundamente lo que está en cios mutuos entre los pueblos; muros de juego en el texto. Las primeras preguntas para hostilidad frente a los condicionamientos eco- entrar en el relato son de enclave antropológi- nómicos y políticos; finalmente, distancia reli- co. Lo que intentaremos indagar es quién es, giosa entre un pueblo que se considera elegido qué le pasa a esta mujer, qué transforma y cómo y heredero de promesas de bendición y abun- lo hace para descubrir entre líneas su práctica dancia con derecho a la precedencia y aque- de sabiduría. Por otra parte, sabemos que en el llos que, vistos desde esta perspectiva, eran esfuerzo de descubrir no solamente qué dice el considerados paganos. Sin embargo, esta mu- texto, sino cómo lo dice, está contenido gran jer despliega un dinamismo de sabiduría, en- parte de su significado. Trataremos de percibir, tretejido con la trama misma de las contradic- en las estructuras y las estrategias narrativas 01.108 - 12 8/11/07 10:13 Página 60

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empleadas, cuál es el sentido del texto para Esta estrategia de Jesús en el nivel de lo na- nuestra mirada actual de lectoras y lectores. rrado se corresponde al programa narrativo Intentaremos descubrir las señales de sabidu- del evangelista en torno al secreto mesiánico ría presentes en el texto para continuar cons- (1,45; 5,43). truyendo nuestras identidades hacia un para- La presentación de la mujer se hace en dos digma de inclusión. tiempos. En un primer momento es nombrada dos veces de manera genérica, es simplemente una mujer 2. Al igual que en el relato de la he- Acercándonos al texto... morroísa (5,25-34), se menciona a la mujer de manera genérica (gynê), a diferencia de las pri- ¿Cuál es el texto que el lector va constru- meras menciones, en que los personajes feme- yendo de acuerdo con la organización lógica ninos se presentan por sus relaciones de pa- de los elementos? En el texto que tenemos de- rentesco 3. lante hay una serie de indicaciones y detalles Así en la primera información se ofrecen descriptivos que debemos leer tratando de dos elementos que caracterizan a la mujer en descubrir su encadenamiento lógico. A través contraste con la expectativa de Jesús: que ella de él se tratará de percibir la intencionalidad y había oído (akoúsasa) acerca de Jesús y que te- significado del relato. nía (eîjen) una hija poseída por un espíritu in- Nuestro relato está ubicado en la primera mundo (v. 25). Estos verbos en participio y en parte del evangelio de Marcos (1,1-8,38). La imperfecto, subordinados a la acción principal estructura del relato presenta una situación de postrarse a los pies, trazan un primer perfil inicial (v. 24a) que ofrece el marco del relato: de la mujer que permite visualizarla como al- se presenta a Jesús viajando hacia la región de guien que está atenta al entorno en el cual vi- Tiro. Luego hay dos escenas centrales: la pri- ve y recoge las informaciones necesarias para mera describe, con la llegada a la casa, a los vivir; ella ha percibido no solo la presencia de personajes y sus respectivas intencionalidades Jesús, sino la potencialidad de salud y libera- (vv. 24b-26a). Y la segunda (vv. 27-29) que de- ción para su hija. Se hace responsable de lo es- sarrolla el diálogo en estilo directo entre la cuchado y comienza un movimiento de alian- mujer y Jesús; a través de la respuesta negati- za para ayudarla. Para visibilizar esto, el va de Jesús, se deja constancia de las dificulta- narrador focaliza a la mujer con una acción des que encuentra la mujer para obtener una que se contrapone claramente con la preten- respuesta favorable a su ruego (v. 26b-27a); sión de Jesús de quedar «oculto». La mujer no luego la argumentación de la mujer (v. 28) y la solo va a su encuentro, sino que tiene para con ratificación del poder de sus palabras por par- él un reconocimiento muy concreto. La des- te de Jesús (v. 29). Y por último la situación fi- cripción de la acción principal de la mujer, ex- nal en la casa de la mujer con la confirmación presada a través de un gesto con verbos en ao- del milagro (v. 30). A lo largo de cada una de risto activo, está circundada por una serie de estas estructuras narrativas se podrán ir de- verbos subordinados (habiendo oído hablar, te- tectando los diversos contrastes que permiti- nía, era, rogaba) que la enmarcan para brindar rán descubrir el marco ideológico del relato. información al lector, a fin de que este pueda ir completando el cuadro de situación. Ella lo «descubre»: vino y se postró a sus pies (prosé- Habiendo oído hablar de él una mujer... pesen pròs toùs pòdas autoû). Encontramos aquí un contraste de estrategias de «oculta- Según la composición del relato de Marcos, miento» y de «descubrimiento». Por otra par- se presenta a Jesús viniendo de la Galilea (de te, la acción central de la mujer en esta prime- Genesaret en 6,53), donde ha tenido lugar la ra escena es el término de un primer discusión con los fariseos, hacia la región siro- movimiento que ella realiza y que tiene su fenicia, en cuya costa se encuentra la ciudad punto de inicio en otro escenario similar, su de Tiro. Allí habitan los sirios y fenicios, anti- casa donde ha quedado la hija (queda sobre- guos rivales de los judíos. En medio de estas entendido en el texto) y un punto de llegada en diferencias culturales, se desarrollaba la cultu- la casa donde se aloja Jesús. ra helenística en expansión creciente. La segunda información descriptiva avanza Una vez ubicado el marco topográfico, el en la línea de presentar de manera más con- narrador presenta en la primera escena (vv. creta la identidad de la mujer. Hasta el mo- 24b-26) a los personajes del relato, entrando mento el lector se ha formado la imagen de casi al mismo tiempo en una casa. El primer una mujer sola sin otros vínculos familiares contraste lo tenemos con respecto a la inten- más que el de su propia hija; está preocupada cionalidad de cada uno. La presentación de Je- por la salud de su hija; una mujer que tiene un sús entrando en una casa se hace con una do- conocimiento adquirido en un espacio distin- ble negación referidas a su particular interés to al espacio íntimo de la casa, en la calle, en de quedar «oculto»: no quería que nadie cono- el mercado, en el templo tal vez. En virtud de ciera / supiese, pero no logró pasar inadvertido. este conocimiento, el saber de la fe comparti- 01.108 - 12 8/11/07 10:13 Página 61

61 LA SABIDURÍA DE UNA MUJER EXTRANJERA

da con otros, ella puede entra en contacto con cuenta su historia. Tal vez el impacto sobre los la fuente de vida que puede sanar a su hija. lectores ha ido desde la admiración por su fe Hasta el momento, a juzgar por su gesto, es manifestada en el gesto religioso de postrarse una mujer de fe. Pero aquí es donde aparece los pies de Jesús, hasta la sorpresa y quizá la (un contraste más, que el narrador se encarga sospecha por su condición de pagana extran- de señalar a través de otro par de elementos: jera. era una mujer griega (hellenis) es decir, pagana desde el punto de vista religioso. Su condición religiosa la pone fuera del contexto religioso Desde el cuerpo sagrado de la hija... desde el cual se mira su historia. La precisión de la identidad de la mujer por parte del na- La admiración puede aumentar si conside- rrador se completa con la segunda indicación: ramos otro elemento dinamizador. Es cierto sirofenicia de nacimiento 4. Parece ser algo tra- que «la historia no se centra en el milagro si- dicional el caracterizar a las personas de ma- no en la discusión sobre comida-hijos-mesa- nera bimembre, es decir, por su origen étnico perros domésticos» 8. Es igualmente real que (factor invariable), en este caso sirofenicia, y la hija no tiene relevancia narrativa 9, su parti- por su cultura o lugar de residencia (factor va- cipación en el texto es pasiva y mediada por la riable), es decir, griega. Con lo cual no sería un madre. Sin embargo, podemos leer esta histo- elemento redaccional sino tradicional 5. Por ria desde su parcial invisibilidad descubriendo tanto, debido a su condición tanto étnica co- otro nivel de relevancia. Esto es posible si es mo religiosa, aparece como un personaje con que logramos interpretar los despliegues de rasgos marcadamente diferentes respecto a su movimientos espaciales e ideológicos, de ges- interlocutor: judío y galileo. tos, estrategias y palabras que realiza la mujer Estos rasgos de identidad ofrecen algunos a partir de la experiencia del cuerpo sufriente indicios para considerar la condición socio- de la hija 10. cultural de la mujer. En cuanto griega, esta La presentación de la hija, hecha de un mo- mujer sirofenicia seguramente tendría una po- do narrativo bastante pasivo (eîjen tò zygatrion sición social «de clase alta, ya que la heleniza- autês pneûma akazárton), se plantea clara- ción llegaba primero, en todas partes, a las ca- mente desde la experiencia y los saberes de es- pas superiores (...) es difícil que una mujer ta madre. Su rol de madre no se menciona ex- humilde con escasos conocimientos del griego plícitamente en todo el relato, sino como telón fuera calificada de “helena”. Las Pseudocle- de fondo. La mujer sabe que su hija padece el mentinas presentan igualmente a la sirofenicia dominio de un espíritu inmundo; tal vez su como una mujer acomodada: compra como preocupación no sea la condición de impureza esclavos a unos niños náufragos y los inicia en en que la coloca la enfermedad vista desde la la educación griega... Hay un segundo indicio, religión judía, sino todas las consecuencias vi- aunque poco aparente, de la posición relativa- tales que trae aparejadas. La mujer segura- mente acomodada de la sirofenicia. Marcos mente sabe que no solo el presente de su hija menciona en este relato una klinê, no un krá- está bajo amenaza, sino también su mundo de battos (= colchoneta, saco de paja; cf. Mc relaciones, su capacidad de construir una vida 2,4.9.12; 6,55; Jn 5,88ss). Elige la expresión propia, su futuro mismo. Es desde la situación noble; krábattos era considerado un nombre de la hija, nombrada al comienzo por su rela- vulgar» 6. De este modo, el nombrarla en cuan- ción de filiación (zygatrion), que la mujer des- to a su origen y a su lugar de residencia está al pliega un movimiento de alianza que parte y servicio de hacer comprender el diálogo entre vuelve a ella para transformar su vida. La hija, dos mundos culturales y religiosos diversos. presa de un espíritu inmundo, es inicio y tér- Esta doble raigambre cultural la habilitaba mino del movimiento que despliega la madre. para un diálogo con aquellos de otra perte- El lector ya ha transitado por los relatos de la nencia social y cultural, con lo cual se puede curación de la hemorroísa y de la hija de Jairo comprender el diálogo y discusión sostenida en los capítulos precedentes, y sabe por tanto con aquel predicador itinerante de la Galilea. que en torno a Jesús, aun cuando encuentren «El conocimiento de la lengua griega no ex- a su paso diversos condicionamientos que las cluía en modo alguno el conocimiento del ara- ponen en riesgo de muerte, hay esperanza pa- meo... Una sirofenicia se podía entender bien ra las mujeres adultas y para las que están en con un judío a base de esta lengua viva: el ara- proceso de llegar a serlo. El lector no puede meo y el fenicio son tan afines que F. Josefo, menos que esperar una respuesta favorable en un pasaje, interpreta tácitamente la “lengua por parte de Jesús. fenicia” mencionada por un autor antiguo co- Volviendo la mirada hacia la mujer sirofe- mo lengua de los judíos» 7. nicia, se puede ver que hasta el momento pre- Hasta el momento esta mujer ha quedado senta una movilidad espacial e ideológica que caracterizada por su triple condición genérica, alcanzará su punto culminante con la discu- étnica y religiosa. Tres rasgos de identidad di- sión teológica entablada con Jesús, cuando de- ferentes respecto al lugar desde el cual se ba hacer uso de toda su sabiduría para conse- 01.108 - 12 8/11/07 10:13 Página 62

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guir su propósito. Esta movilidad se presenta cia los paganos, a quienes consideraban como a través de una estructuración del espacio de- «perros» 13, animal tenido como despreciable e limitado por la relación dentro/fuera; la mujer impuro. El rechazo del rabí es contundente. sale de su casa para entrar dentro de otra casa Una mujer que suplica por la sanación de su donde se aloja el maestro 11. Esta restricción hija poseída por un espíritu inmundo recibe del espacio permite descubrir un juego entre una respuesta que no solo rechaza su pedido, lo que está oculto y lo que queda al descubier- sino que la equipara a una escala y condición to. Dentro de su casa hay alguien que está inferior a la de persona al calificarla como pe- oculto y que ella pone en evidencia, su hija en- rrito. ferma. Dentro de otra casa hay alguien que Ya hemos dicho que hay una tensión, no pretende pasar inadvertido. La mujer pone al tan solo dramática sino semántica, entre el pe- descubierto la presencia de Jesús y su poder dido de expulsión de un demonio por parte de sanador que hasta el momento, ella no lo sabe, la mujer y la respuesta de Jesús a una supues- está reservado solo para otros hijos. ta búsqueda de saciedad de pan. El contexto li- Como lectores, lo que sí podemos ver hasta terario del evangelio de Marcos 14 hace que la el momento es que esta mujer triplemente di- metáfora del pan tenga pleno sentido en este ferente a los ojos del narrador despliega un texto. Por otro lado, como ya lo ha señalado J. movimiento de alianza con su hija yendo de Gnilka en su comentario, sería este un relato una casa a otra como portadora de la necesi- de milagro subordinado al diálogo 15. Sin em- dad de sanación; de la suya hasta la casa don- bargo, tal vez haya que ver aquí algo más que de se aloja el rabí de Galilea que busca anoni- una subordinación. Por alguna razón el narra- mato. En medio de su pretendida intimidad dor compone este relato entrecruzando ambas ella irrumpe y reconoce su condición divina. perspectivas. Es nuestra tarea tratar de descu- El gesto de postrarse a sus pies nos recuerda a brir su sentido. aquella otra mujer que habiendo oído hablar Ante esta expresión prejuiciosa de Jesús, se de Jesús en medio de la multitud quiere tocar- levanta la respuesta de la mujer. Hay dos ele- lo para sanarse 12; aquí como en la versión de mentos que no pueden pasarnos inadvertidos Mateo (15,21-28) la expresión de la mujer se para una lectura con ojos de mujeres: la partí- da en el espacio público. En cambio, la mujer cula pero (dè) y el verbo utilizado en aoristo de nuestro relato hace su gesto religioso sin pasivo 16 (apekrizê) que tiene una clara conno- testigos. Ella intenta una experiencia de en- tación que va desde el simple contestó hasta al- cuentro con Jesús en la intimidad de la casa, canzar matices como replicó, contraargumen- lugar del discipulado; lleva a la casa de Jesús tó. Estas dos indicaciones que nos brinda la el sufrimiento de su hija para encontrar una narración leídas desde el contexto que hemos respuesta. podido en parte reconstruir, nos ofrecen una vez más una escena de profundos contrastes. Por un lado, un varón, judío, religioso, con po- Pero ella dijo... deres taumatúrgicos, a quien ella reconoce co- mo Señor, es interpelado, por otro lado, por En ese espacio privado tiene lugar la segun- una mujer sola, sirofenicia, pagana, que se da escena (vv. 27-29) a través de un diálogo en- traslada al espacio mismo donde se concen- tre ambos, cuyo desarrollo, extensión y densi- tran las barreras ideológicas, es decir, se colo- dad solo conocemos por la síntesis que nos ca en la casa y a sus pies, reclamando un lugar ofrece el narrador. Pareciera una larga conver- de discipulado desde donde poder suplicar por sación donde ella rogaba (erôta) que expulsara su hija enferma. Ella pretende involucrar al de su hija al demonio, mientras Jesús rechaza- sanador en una alianza que comenzó en su in- ba su petición (él le decía). Nuevamente el con- terior cuando oyó hablar de él y vislumbró la traste: mientras la mujer ruega por su hija en- posibilidad de ser fiel a esa alianza primera ferma recibe como respuesta una exigencia de con la vida de su hija. Ahora todo su cuerpo esperar y dejar el primer lugar a unos hijos que expresa este proyecto. Podemos ver cómo todo no son los de ella, y a la vez se ve envuelta en su cuerpo es portador de un ruego, evocador una discusión sobre el pan y el derecho de pri- de unas creencias afirmadas con un gesto ine- macía de los hijos en el acceso al mismo; y co- quívoco, y expresión de unas palabras con las mo justificación escucha en la argumentación que provocará una transformación profunda. que los perritos no se equiparan a los hijos. Sin embargo, el lector queda desconcertado La argumentación de Jesús, tomando el tex- ante la respuesta de rechazo, de postergación to como está, pareciera que acudía a la prima- temporal, motivada por prejuicios étnicos y cía de los hijos en el acceso a la mesa y la pos- religiosos de Jesús 17. A pesar de esto, la res- tergación de los otros pueblos, en este caso los puesta de la mujer, que no se contenta con las sirofenicios, equiparados a los perros. El ape- explicaciones ofrecidas, intenta una discusión lativo de perritos (kynaríois), como han seña- en otro registro. lado los exégetas, es un intento de suavizar la La mujer no se deja llevar por los prejuicios conocida hostilidad que los judíos sentían ha- aducidos por Jesús; tampoco elude el conflic- 01.108 - 13 8/11/07 10:13 Página 67

La Biblia y las tradiciones indígenas 01.108 - 13 8/11/07 10:13 Página 69

Introducción

La revelación como acontecimiento de la decía–, los que profesan una falsa religión Palabra de Dios en Jesucristo es definitiva e pueden salvarse gracias a su recta conciencia insuperable (cf. Jn 1,18; Heb 1,1-2). Pero el y a su ignorancia de buena fe. La actitud del evangelio en estado puro no existe ni ha exis- cristianismo hacia las otras tradiciones reli- tido jamás. Aunque la fe cristiana es transcul- giosas oscilaba entre el rechazo desdeñoso y la tural, está y ha estado siempre enraizada en condescendencia acerba. una particularidad histórica, de manera que Hoy ya no es posible interpretar el pluralis- no hay cristianización de una cultura sin que mo religioso como la expresión de la ceguera se dé al mismo tiempo una inculturación del culpable de los seres humanos. Gracias al Va- cristianismo. Cada iglesia particular es fiel a ticano II es preciso reconocer elementos de su misión si da testimonio con acciones y pa- verdad y santidad en la otras religiones, sin ca- labras de la novedad del evangelio. Pero solo er en el relativismo y sin comprometer la ur- cuando acepta el riesgo de una auténtica in- gencia de la misión (Nostra Aetate, 2). Más culturación se convierte en hogar espiritual y aún, en los años posteriores al Concilio se im- en instancia crítica para las personas y la so- puso cada vez más la certeza de que la presen- ciedad. cia del Espíritu se extiende no solo a la vida re- El mandato de anunciar el evangelio a to- ligiosa de los individuos, sino también a la das las naciones hace que la Iglesia sea esen- sociedad y a la historia, a los pueblos, las cul- cialmente misionera. Esta misión universal turas y las religiones. conserva hoy toda su urgencia como manifes- Por su vocación universal, el evangelio debe tación del amor de Dios en Jesucristo y como encarnarse en la trama profunda de cada cul- encarnación del evangelio en el tiempo. Pero tura y dar a luz nuevas figuras históricas del en las condiciones actuales la Iglesia no po- cristianismo. Pero en la era del ecumenismo y dría llevar a cabo su misión evangelizadora sin del pluralismo religioso, la Iglesia y su misión cuestionar la posesión tranquila de algunas de evangelizadora se ven enfrentadas con nuevos sus certezas más firmemente arraigadas y sin desafíos. No basta, en efecto, pensar en una sacrificar algunas de sus figuras históricas. esencia cristiana que se encarna sucesivamen- En la «era de las misiones», que coincidió te en las diversas culturas, sino que es preciso históricamente con la expansión colonizadora promover un encuentro creativo entre las ri- de Occidente, la vocación misionera de la Igle- quezas auténticas del cristianismo de cuño oc- sia se polarizó en la conversión de los no cris- cidental y los tesoros de sabiduría que poseen tianos. Un eclesiocentrismo estrecho apelaba las culturas autóctonas, inseparables de sus a la fórmula de san Cipriano: «Fuera de la grandes tradiciones religiosas. Iglesia no hay salvación», sin tener en cuenta Este diálogo, si ha de ser auténtico, presu- que al principio no se refería a todos los hom- pone tanto la integridad de la fe personal co- bres sino únicamente a los herejes y cismáti- mo la apertura a la fe del otro en su diferencia. cos para invitarlos a volver al seno de la Igle- Pero exige al mismo tiempo la revisión pro- sia. A partir de esa fórmula se legitimó funda de ciertos presupuestos teológicos muy durante siglos la oposición de la verdad cris- consubstanciados con la tradición cristiana. tiana a la falsedad de las otras religiones, y se La teología moderna, por ejemplo, tiende a elaboró una teología de la salvación de los in- considerar como «preparaciones evangélicas» fieles fundada en el carácter absoluto de la los valores positivos depositados en la sabidu- verdad revelada y en la casi completa desvalo- ría de las naciones y en sus tradiciones reli- rarización de las tradiciones religiosas ajenas giosas. Es la lógica de la promesa y el cumpli- al cristianismo. A pesar de estar en el error –se miento, originariamente fundada en la Biblia, 01.108 - 13 8/11/07 10:13 Página 70

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pero que no debe ser asociada con la preten- cia y al testimonio del otro podrán descubrir sión de absorber y anular todas las diferen- aspectos del misterio divino que la tradición cias. De hecho, muchos no cristianos miran cristiana había transmitido con menos profun- esa lógica con cierto recelo porque vislumbran didad o claridad. Al mismo tiempo, encontra- en ella un secreto imperialismo. rán motivos para purificar su propia fe, porque De ahí que el cristianismo deba permanecer el encuentro suscitará nuevas preguntas, obli- fiel a su vocación católica –es decir, universal–, gará a revisar ciertas presunciones gratuitas y sin comportarse como una religión totalitaria. contribuirá a eliminar prejuicios infundados y Este totalitarismo aparece, sobre todo, cuando perspectivas demasiado estrechas. se pretende integrar como «implícitos cristia- Si es cierto que toda cultura ha sido confor- nos» todos los valores positivos de las otras reli- mada por una religión, debería ser posible sal- giones y culturas del mundo. Por lo tanto, es vaguardar la identidad cristiana, sin confusio- preciso aclarar que las «semillas del Verbo» en- nes ni sincretismos, asumiendo ritos, prácticas cuentran su cumplimiento en Jesucristo sin per- ascéticas, actitudes espirituales y esquemas der por ello su originalidad. Ciertamente, Cristo mentales que pertenecen a otras tradiciones re- recapitula toda verdad religiosa y cultural, pero ligiosas. De este modo quedaría demostrado lleva a su pleno cumplimiento cada verdad en lo que el cristianismo, como religión del Evange- que estas tienen de único y diferente. Sus valo- lio, no es una religión más, sino, por encima de res positivos no constituyen un implícito cristia- todo, un Espíritu que instaura su novedad en el no, sino que dan testimonio de un elemento seno de ritos, doctrinas y éticas ya existentes. irreductible que procede del Espíritu de Dios. Esta visión generosa de la inculturación se- El cristianismo no pretende totalizar todas ría engañosa si el evangelio no conservara su las verdades diseminadas en las otras tradicio- fuerza profética de ruptura y de contradicción nes religiosas. Su verdad singular no es inclusi- respecto de los elementos inhumanos de cada va ni exclusiva de las otras verdades religiosas cultura y de las perversiones idolátricas de to- y culturales. Por eso podemos considerar cier- da religión. Es un único dinamismo el que lle- tas Escrituras sagradas no cristianas como va a la Iglesia a buscar las semillas del evan- «destellos de verdad», incompletos pero valio- gelio en cada tradición religiosa y a manifestar sos, y parece legítimo pensar que hay más ver- las profundas ambigüedades que las corroen dad religiosa en el concierto polifónico de las por dentro (lo mismo que a las culturas de religiones del mundo que en el cristianismo to- mayoría cristiana). mado aisladamente. Más aún, si el cristianismo La auténtica tolerancia se apoya sobre una pretendiera integrar y traducir adecuadamente convicción firme. El diálogo interreligioso no todas las riquezas contenidas en las otras reli- entraña la suspensión de la adhesión personal giones, correría el riesgo de perder la originali- a la verdad, con el pretexto de crear un clima dad y armonía de sus propias riquezas. de entendimiento para las acciones comunes. De este modo, el diálogo interreligioso (que También hay que distinguir entre el diálogo es a la vez intrarreligioso) implica una «con- propiamente doctrinal y el orientado a promo- versión recíproca». A pesar de muchas diver- ver una acción más eficaz al servicio de las gencias difícilmente superables, el diálogo grandes causas de la humanidad. El primero conduce a cada participante a la celebración es más exigente, porque se desarrolla en el pla- de una verdad más elevada, que supera el ca- no de las ideas y pone en juego la fuerza de la rácter parcial de cada verdad particular. Antes argumentación. En este diálogo doctrinal, la teología cristiana clásica apelaba a una con- cristianos y no cristianos emprenden juntos cepción tan absolutista de la verdad objetiva un camino en busca de la verdad. que no pensaba poder reconocer verdades di- Hay además algunos hechos que merecen ferentes sin comprometer su pretensión de especial atención. En la época posterior al Va- verdad. A lo más, podía considerarlas como ticano II se ha producido un punto de inflexión preparaciones lejanas de la única verdad de la en la historia de la inculturación del cristianis- que ella posee el monopolio. Ahora nadie se mo. Desde el punto de vista demográfico, el fu- encuentra en la situación del que lo aporta to- turo del cristianismo se juega hoy, más que en do a otro que no tiene nada, sin recibir nada a los países del llamado primer mundo, en Amé- cambio. El testigo de la verdad cristiana tam- rica Latina, África y Asia. Al mismo tiempo, y a bién recibe, porque descubre con ojos nuevos pesar del centralismo romano, la Iglesia post- su propia identidad al ser provocado por las conciliar se vuelve poco a poco policéntrica, en semillas de verdad de las que dan testimonio la medida en que las iglesias denominadas «de las otras religiones. misión» se convierten en iglesias hermanas El diálogo no puede ser un monólogo. La con plenos derechos. De ahí la novedad que re- «plenitud de la revelación» no dispensa a los gistra hoy en día la historia del cristianismo: cristianos de la necesidad de escuchar. Más por primera vez, la inculturación promovida aún, los cristianos obtendrán de este diálogo por la universalidad del evangelio ya no coinci- un doble beneficio. Por una parte, enriquece- de con el predominio de una cultura etnocén- rán su propia fe, ya que gracias a la experien- trica. 01.108 - 14 8/11/07 10:14 Página 73

El magisterio de Juan Pablo II *

Nicanor Sarmiento Tupayupanki

El Papa Juan Pablo II se caracterizó por ser ras” (Juan Pablo II, Alocución Oaxaca 2: AAS el «Papa misionero»; en sus giras misioneras en 71, p. 208)» (Documento de Puebla 1164). países donde existe presencia indígena, siem- En 1981, ante indígenas de la Amazonia, pre tuvo preferencia por ellos. En sus visitas Juan Pablo II expresó que ellos, por ser los por América Latina indígena, tuvo numerosos «primeros habitantes de la tierra, tienen sobre encuentros con los «antiguos habitantes de es- ella un especial derecho adquirido a lo largo de tas tierras». En sus encuentros directos con los generaciones, derecho a habitar en ella en paz indígenas, el Papa «ha hecho planteamientos y serenidad, sin el temor –verdadera pesadilla– cada vez más incisivos para la defensa de la vi- de ser desalojados en beneficio de otros». Les da, de la cultura, de la dignidad indígena». Aquí manifestó que tienen «derecho a la preserva- presento un resumen del Magisterio extraordi- ción de vuestra identidad como grupo huma- nario, es decir, de sus discursos a los indígenas: no, como verdadero pueblo y nación». Y, úni- En 1979, Juan Pablo II fue a México para camente cuando el resto de la sociedad dé inaugurar la Tercera Conferencia del Episcopa- respuesta oportuna e inteligente a esta cues- do Latinoamericano (Puebla). Tuvo su encuen- tión compleja y espinosa de los indios, «se res- tro con los indígenas en Cuilapán, Oaxaca. Y lo petará y se favorecerá la dignidad y libertad de primero que Juan Pablo II percibió es que los cada uno de vosotros como persona y de todos indígenas estaban sometidos a una «situación vosotros como un pueblo y nación» (Discurso que continúa siendo alarmante, no muchas ve- del Papa en Manaus, 10 de julio de 1981). ces mejor y a veces aún peor». Ante esta situa- En 1983, por sus encuentros con los indíge- ción, su compromiso personal y eclesial de «ser nas, el Papa fue descubriendo cada vez más vuestra voz, la voz de quien no puede hablar o claramente los derechos humanos y colectivos de quien es silenciado, para ser conciencia de de los pueblos indígenas, a partir de la certeza las conciencias, invitación a la acción, para re- de que las culturas indígenas tienen valores cuperar el tiempo perdido, que es frecuente- que «merecen el máximo respeto, estima, sim- mente tiempo de sufrimiento y de esperanzas patía y apoyo por parte de toda la humanidad» no satisfechas» (Discurso del Papa en Cuilapán, (Quetzaltenango, Guatemala, el 9 de marzo de 29 de enero de 1979). El Santo Padre «urgió a 1983). Esta exigencia, que es para todos, a ni- los responsables de los pueblos y a las clases vel civil, también se aplica a la Iglesia y a su poderosas a actuar pronto y en profundidad, a obra evangelizadora, que no destruye, sino poner en práctica transformaciones audaces, que se encarna en esos valores, los consolida y profundamente innovadoras, a emprender sin fortalece. Hace crecer las semillas esparcidas esperar más reformas urgentes, a poner en por el Verbo de Dios, que, antes de hacerse práctica medidas reales, efıcaces a nivel local, carne para salvarlo todo y recapitularlo todo nacional e internacional». En su afirmación en Él, estaba en el mundo como luz que ilu- más clara del valor y de la dignidad de los pue- mina a todo hombre como enseñó el último blos indígenas, el documento de Puebla cita es- Concilio Vaticano II en Gaudium et Spes 57. tas palabras del Papa: «Las culturas indígenas En 1985 en su primera visita al Perú, tuvo tienen valores indudables, son la riqueza de los encuentros con los indígenas de los Andes, pueblos. Nos comprometemos a mirarlas con quechuas y aymaras, en el Cuzco, y con los de respeto y simpatía y a promoverlas, sabiendo la Amazonia en Iquitos. En el Sacsayhuamán, “cuán importante es la cultura como vehículo Cuzco, dijo: para transmitir la fe, para que los hombres «En esta misma explanada vuestros antepasa- progresen en el conocimiento de Dios. En esto dos rindieron culto al sol, como fuente de vida. no puede haber distinciones de razas y cultu- Hoy habéis venido para escuchar las palabras del 01.108 - 14 8/11/07 10:14 Página 74

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Papa, representante de quien es el verdadero “Sol dre y pastor de los indios, que no deja que los de justicia y amor, Cristo nuestro salvador”, el callen los poderosos, sean estos civiles o ecle- cual no solo da vida en este mundo, sino la vida siásticos 3. Para nosotros los indígenas, está que perdura más allá de la muerte, la vida que clara la postura de Juan Pablo II, una postura nunca termina, la vida eterna. La Iglesia (...) aco- ge las culturas de todos los pueblos. En ellas de acogida, apertura, respeto a la dignidad hu- siempre se encuentran las huellas y semillas del mana y a los derechos culturales: tierras, cos- Verbo de Dios. Así vuestros antepasados, al pagar tumbres, religiosidad indígena, teología y tributo a la tierra (Mama Pacha), no hacían sino otras expresiones de fe. reconocer la bondad de Dios y su presencia be- Gracias a este respaldo papal, la voz indíge- nefactora, que les concedían los alimentos por na se escuchó fuertemente en la IV Conferen- 1 medio del terreno que cultivaban» . cia del Episcopado Latinoamericano, en 1992, Él asevera que la «Iglesia acoge las culturas al grado que puede considerarse a Santo Do- de todos los pueblos» y en ellas busca las «Se- mingo como «la Conferencia de la Incultura- millas del Verbo». O sea, el culto al sol y la ción del Evangelio y de la Pastoral Indígena» Pachamama que los incas hacían fue la prepa- (Mons. Bartolomé Carrasco, 1993). Desde en- ración evangélica para recibir a Cristo. En tonces los indígenas ya no somos vistos única- Iquitos, a los indígenas del Amazonas, les dirá: mente como los más pobres entre los pobres, sino como pueblos con identidad propia, po- «El Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo es vuestro Dios y Padre. Él ha estado siempre en- seedores de innumerables riquezas culturales, tre vosotros, aunque no le hayáis conocido desde que están en la base de nuestra identidad ac- siempre. En Él se halla la raíz suprema de vues- tual (Santo Domingo, Mensaje 34); y consti- tra dignidad como hombres que Él ama (...) hago tuimos el sustrato más firme de la identidad también mío el pedido hecho por vuestros obis- pluricultural y pluriétnica del continente (SD pos de la selva, a fin de que se os otorguen –sin 244.252). Por eso la Iglesia se compromete con cargas ni dilataciones injustificadas– las titula- 2 los pueblos indígenas a «acompañar su refle- ciones que os corresponden» . xión teológica, respetando sus formas cultura- En Iquitos, el Papa reconoce y afirma que les que les ayuden para dar razón de su fe y de Dios ha estado presente en las culturas, que es su esperanza» (SD 248). Asimismo los pasto- «su Dios y su Padre». La presencia de Dios en res asumen el reto de «profundizar un diálogo las Semillas del Verbo hoy es una categoría con las religiones no cristianas presentes en teológica innegable para el diálogo entre el nuestro continente, particularmente las indí- Evangelio y las culturas. La dignidad humana genas y afroamericanas, durante mucho tiem- y el derecho de propiedad de la tierra por par- po ignoradas o marginadas» (SD 137.138). te de los pueblos indígenas se desprende de su En Yucatán, México, en 1993, los indígenas filiación divina. aparecimos ante Juan Pablo II como los nue- En Latacunga, Ecuador, en 1985, Juan Pa- vos evangelizadores del mundo, porque «an- blo II reitera la necesidad de que las «Iglesias tes de que llegaran aquí los habitantes de particulares se esmeren en adaptarse, reali- otros continentes, vosotros habíais ya dado a zando el esfuerzo de un trasvasamiento del esta tierra el sabor de las fatigas de vuestro mensaje evangélico al lenguaje antropológico trabajo y de vuestros sufrimientos, la riqueza y a los símbolos de la cultura en que se inser- de vuestras culturas ancestrales, de vuestros ta» (Puebla 404). Actuando así los indígenas valores humanos, de vuestras lenguas. Pero serán sujetos de la pastoral y llegarán pronto con la fe cristiana todo ello recibió un signifi- a «ocupar en la Iglesia el lugar que os corres- cado nuevo y más profundo. Vosotros sois, ponde en los diversos ministerios, incluso el pues, la sal de la tierra (...) porque habéis de sacerdocio. ¡Qué feliz día aquel en que vues- contribuir a evitar que la vida del hombre se tras comunidades puedan ser servidas por deteriore o se corrompa persiguiendo los fal- misioneros y misioneras, por sacerdotes y sos valores, que tantas veces se proponen en obispos de vuestra sangre, para que, junto la sociedad contemporánea» (Xoclán, 11 de con los hermanos de otros pueblos, podáis agosto de 1993). adorar al único y verdadero Dios, cada cual En 1999, en su cuarta visita a México, Juan con sus propias características, pero unidos Pablo II, en el avión que lo traía fue entrevis- en la misma fe y amor» (Latacunga, 31 de tado por unos reporteros españoles; su res- enero de 1985). puesta textual fue: En 1986 en Popoyán, Colombia, Juan Pablo II constató personalmente que a los indios no «Sustituir la Teología de la Liberación por la se los deja hablar y dijo frente a la palabra cor- Teología Indigenista (sic) sería una mala traduc- ción del marxismo. Pero yo pienso que la solu- tada: «No sé por qué se interrumpió la inter- ción verdadera está solamente en la línea de la vención de nuestro querido hermano». Y des- solidaridad... Finalmente México, la Ciudad de pués de su homilía ordenó al líder indígena México, se encuentra en el mismo puesto (lugar) Guillermo Tenorio que continuara con sus de- que la Ciudad Azteca. Son ellos los primeros po- nuncias; esto demuestra claramente que es pa- seedores (dueños) de esta tierra...» 4. 01.108 - 28 8/11/07 10:20 Página 275

275 INTRODUCCIÓN A LOS EVANGELIOS

Dicha confesión pretende ser entendida con de un doble dinamismo: el dinamismo de con- igual fuerza en ambas direcciones: Jesús es el servación y de preservación, ligado a una acti- Cristo, el que trae la salvación; el título cristo- tud de fidelidad y en parte también al hecho lógico designa aquí al hombre histórico Jesús de la transmisión de los logia de Jesús en un de Nazaret, sin sustituirlo por ninguna figura ambiente de tradición oral; y el dinamismo de mítica. actualización y de profundización, ligado al Por lo tanto, es preciso tener presentes es- hecho de que los logia de Jesús debían ilumi- tos dos principios: los evangelios, sin lugar a nar situaciones eclesiales siempre nuevas. dudas, contienen materiales históricos; pero Estos dos componentes, ligados hasta el esos materiales han sido elaborados para pro- punto de resultar muchas veces indisociales, clamar la Buena Noticia y para alimentar la fe constituyen la originalidad de la tradición de los primeros cristianos. Sobre la base de es- evangélica. En la superficie de los evangelios tos principios, se han propuesto diversos cri- tenemos un solo y único relato, alimentado terios, que permiten discernir algunos hechos por el doble dinamismo de la fidelidad y de la que se remontan hasta el Jesús pre-pascual. actualización. Una simple lectura del evange- Tres de estos criterios son habitualmente lio no permite identificar, por una parte, los aceptados: pasajes que reflejan la tradición procedente de 1. El criterio de atestacion múltiple. El he- Jesús y, por otra, los que muestran de qué for- cho está tanto mejor atestiguado cuando apa- ma la tradición ha sido recibida y reelaborada rece mencionado en distintas fuentes indepen- por las iglesias. El papel de la exégesis cientí- dientes unas de otras. fica consiste en distinguir, mediante los proce- 2. El criterio de discontinuidad. Se conside- dimientos adecuados, lo que es «antiguo» y lo ra que se remontan a Jesús las palabras o acti- que es más «reciente» o «redaccional». Los tudes que se oponen claramente tanto a las criterios antes mencionados pueden servir de concepciones del judaísmo de su tiempo como ayuda para lograr ese objetivo. a las de la Iglesia primitiva. Con este criterio puede establecerse, por ejemplo, la historici- dad del bautismo de Jesús. Está claro, en efec- BIBLIOGRAFÍA to, que el bautismo de Jesús en el río Jordán podía hacer pensar a mucha gente que Juan Aletti, J.-N., El arte de contar a Jesucristo, Lectura narrativa del Evangelio de Lucas, Sígueme, Sala- era superior a Jesús. Por otra parte, Juan ad- manca 1992. ministraba un bautismo de conversión para el Aune, D. E., The New Testament in its Literary Envi- perdón de los pecados (Mc 1,4), y Jesús, tanto ronment, The Westminster Press, Filadelfia 1989. para Pablo como para los evangelistas, no era Baude, P.-M., ¿Qué es el Evangelio?, Cuadernos Bí- un pecador sino el Hijo de Dios que murió por blicos 96, Editorial Verbo Divino, Estella 1998. los pecadores. De ahí la validez de la siguiente Bellinzoni, A. J. (ed.), The Two-Source Hypothesis, A conclusión: la extrañeza que produjo en los critical Appraisal, Mercer University Press 1985. primeros cristianos el hecho de que Jesús fue- Bornkamm, G., Jesús de Nazaret, Sígueme, Sala- ra bautizado por Juan atestigua, a un mismo manca 1977. Conzelmann, H. y Lindemann, A., Interpreting the tiempo, la realidad del bautismo de Jesús y el New Testament, An Introduction to the Principles origen de los textos que tratan de aclarar el of N. T. Exegesis, Hendrickson Publishers, Pea- sentido de aquel gesto (cf., v. gr., Mt 3,14-15). body-Massachusetts 1988. 3. El criterio de explicación necesaria. Este De la Potterie, I., De Jésus aux Évangiles. Tradition et criterio se aplica permanentemente de manera Rédaction dans les Évangiles synoptiques, Gem- implícita. El lenguaje personal de Jesús, hecho bloux-París 1967. de sentencias, parábolas, invectivas, etc., y sus Guijarro Oporto, S., Jesús y el comienzo de los Evan- actitudes con respecto a la Ley, al sábado, a las gelios, Editorial Verbo Divino, Estella 2006. Escrituras y a las autoridades judías, reflejan Marxsen, W., Introducción al Nuevo Testamento, Una iniciación a sus problemas, Sígueme, Sala- una personalidad histórica con un perfil bien manca 1983. definido. Ante ese conjunto considerable de Léon-Dufour, X., Los Evangelios y la Historia de Je- hechos, es preciso dar una explicación cohe- sús, Estela, Barcelona 1967. rente y satisfactoria, capaz de iluminar y ar- Puskas, Ch. B., An Introduction to the New Testa- monizar todos los datos, que de otra forma re- ment, Hendrickson Publishers, Peabody-Massa- sultarían un enigma. De ahí podemos concluir chusetts 1989. que Jesús de Nazaret es la fuente originaria de Schnackenburg, R., Jesus in the Gospels, A Biblical todos esos gestos, actitudes y palabras. Christology, Westminster John Knox Press, Louisville-Kentucky 1995. En resumen: los evangelios reflejan una tra- Segalla, G., Evangelo e Vangeli, Quattro Evangelisti, dición que se remonta en parte al tiempo de quattro Vangeli, quattro Destinatari, Edizioni De- Jesús y de sus discípulos. Al mismo tiempo, honiane, Bolonia 1993. expresan la forma en que los creyentes asimi- Stanton, G. N., The Gospels and Jesus, Oxford Uni- laron esa tradición. Por tanto, podemos hablar versity Press, 1989. 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 277

Evangelio según san Mateo

Armando J. Levoratti

INTRODUCCIÓN El lugar donde fue redactado el evangelio El evangelio según san Mateo es fundamen- talmente una narración. El evangelista quiere Como el evangelio, en su forma actual, está narrar la historia de Jesús, el Mesías de Israel escrito en griego y no en arameo, el lugar de y el Hijo de Dios (cf. 16,16). Con esta finalidad composición debió de estar fuera de Palestina. compone un relato que va desde el nacimiento Se trata, además, de un sitio donde la tradi- de Jesús hasta su resurrección, pasando por ción judeocristiana aún se mantenía viva y los episodios más relevantes de su actividad donde estaba bien implantada una sinagoga pública, pimero en Galilea y luego en Jerusa- farisea. Por otra parte, la comunidad cristiana lén. establecida en aquel lugar se había abierto a la Así la proclamación del evangelio se realiza misión universal (cf. 28,16-20) y el apóstol Pe- mediante la evocación de una vida pasada. Pe- dro gozaba en ella de indiscutible autoridad ro esa evocación no es el mero recuerdo de un (cf. 16,17-19). personaje ilustre, cuya vida y enseñanzas se Estos indicios hacen pensar en Antioquía recuerdan con admiración y respeto. Es la tra- de Siria (Hch 11,19-6; cf. Gál 2,11-14). La co- yectoria terrena del Señor crucificado y eleva- munidad cristiana se había constituido en do a la gloria del Pedre, que ha recibido todo aquella ciudad unos cincuenta años antes, y ya poder en el cielo y en la tierra y que estará con habían pasado más de diez años desde la des- los suyos hasta el fin de los tiempos (Mt 28,18- trucción de Jerusalén en el año 70. Una posi- 20). Se trata de volver al pasado para com- ble alusión a la caída de Jerusalén se encuen- prender el presente y abrirse al futuro. tra en 21,41, y el texto de 22,7 presupone sin Las alternancias de las secciones narrativas duda los acontecimientos del año 70: El rey se y de cinco grandes discursos muestra que Mt puso furioso y envió tropas para acabar con vincula estrechamente el desarrollo narrativo aquellos asesinos y quemar la ciudad. con el desarrollo temático. El primer evangelio se basa en un conjunto de materiales que el evangelista recibió de la La comunidad de Mateo tradición eclesial y que utilizó para elaborar un relato coherente. Mt muestra un profundo El evangelio de Mateo surgió en el seno de respeto por esas tradiciones. Pero lo hace co- una comunidad eclesial viva, de la que es por- mo un experto administrador del tesoro que tavoz, crítico y animador. Esa comunidad te- ha recibido en herencia. Su objetivo funda- nía una sólida constitución interna, fundada mental es evocar el destino y la enseñanza del en el modelo de las comunidades judías de las Jesús terreno. Pero la suya es una evocación que procedía. Sin embargo, en un momento situada: está arraigada en la vida de una co- dado, sus miembros se vieron obligados a to- munidad concreta, que se enfrenta con pro- mar posición frente al judaísmo oficial. Un blemas, necesidades y desafíos bien determi- sector importante del pueblo judío había re- nados. Esa vida eclesial, que es el terreno en el chazado a Jesús, y el problema consistía en sa- que nació el primer evangelio, se palpa en for- ber si los cristianos tenían que seguir entron- ma indirecta y alusiva a través del relato. Re- cados con el judaísmo, o si debían separarse cogiendo y analizando esas huellas podemos de él en forma definitiva. La cuestión no era reconstruir algunos aspectos de la vida eclesial nada fácil, y Mt no la zanja de manera categó- tal como la experimentó el evangelista y la ex- rica. El tono general del evangelio sugiere la presó en su evangelio. existencia de una situación tensa, pero esa 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 278

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tensión no impide afirmar la continuidad con daísmo sin Templo, centrado en el estudio y la el Primer Testamento. Por un lado, Mt marca observancia de la Torá, y dirigido por los rabi- la continuidad, puesto que Jesús había llevado nos que estaban en el origen (todavía lejano) a su cumplimiento la historia de Israel; por la de la Misná y el Talmud. Por lo tanto, la ima- otra, provoca una ruptura, porque el cumpli- gen que traza Mt corresponde a las caracterís- miento había superado las expectativas. ticas del judaísmo que logró sobrevivir a la cri- Además, no todo era perfecto en la comuni- sis del año 70. dad de Mateo. El evangelio refleja una serie de Numerosos indicios atestiguan que la co- problemas internos. No solo deja entrever el munidad de Mateo estaba integrada, mayori- conflicto con el judaísmo, sino que también tariamente, por cristianos de origen judío, y el hay situaciones conflictivas en el seno de la mismo autor del primer evangelio era un judío comunidad. Las repetidas alusiones a la «poca convertido al cristianismo. Sin embargo, la ex- fe» ponen de manifiesto la situación de algu- periencia de varios decenios de cristianismo nos cristianos que apelaban a Cristo exterior- había convencido a Mt del fracaso del mensa- mente, pero que no vivían de acuerdo con lo je evangélico entre los judíos. Estos eran, en que expresaban de labios para afuera. De ahí bloque compacto, los irreductibles adversarios la declaración que figura al final del Sermón de la Iglesia, y la fuerte tensión provocada por de la montaña: No son los que me dicen «¡Se- aquel conflicto se refleja en casi todas las pá- ñor, Señor!» los que entrarán en el reino de los ginas del evangelio. Sin embargo, la polémica Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi de Mateo no apunta al judaísmo en general. Padre que está en el cielo (7,21). Es más bien una polémica entre dos grupos que tienen una misma raíz y que aún no se han separado definitivamente. Por otra parte, El evangelio de Mateo solo se ataca a los dirigentes, y las invectivas y y el judaísmo de su tiempo acusaciones contra los escribas y fariseos son análogas a las que se encuentran en los escri- El judaísmo en tiempos de Mt no era el mis- tos proféticos. Como en los profetas, ellas son mo que existió en Palestina a comienzos del si- al mismo tiempo un llamado a la conversión. glo I. Jesús se había enfrentado con un judaís- Leídas en la comunidad cristiana, ponen en mo bastante diversificado, en el que convivían guardia contra ciertas actitudes incompatibles los fariseos y los saduceos, los esenios, los he- con el evangelio. rodianos y varios círculos bautistas. El Sane- Lo tenso de la situación no impidió a Mt drín estaba integrado por miembros de distin- afirmar la continuidad con el AT. Pero él se tos grupos, y los escribas se repartían en todas pregunta si los cristianos tenían que seguir el las tendencias. A pesar de las diferencias, Je- camino del particularismo, predicando el rusalén y el culto del Templo daban a todo el evangelio solo a los judíos y viviendo al estilo conjunto un vínculo de unidad. judío, o si debían abrirse a la misión universal. Después de la destrucción de Jerusalén (70 La misma experiencia del éxito extraordinario d.C.), el pueblo judío sufrió un cambio funda- del evangelio entre las poblaciones paganas. mental. En respuesta a la destrucción del Tem- Mientras que los judíos no aceptaban a Jesús, plo, a la pérdida de la tierra y a las medidas re- los gentiles ofrecían un campo de evangeliza- presivas que pesaban sobre él, se produjo una ción muy prometedor (28,19). Frente a esta al- doble reacción. En primer lugar, se afirmó con ternativa, Mt escogió sin reservas la tendencia fuerza cada vez mayor la corriente farisea. Los universalista (cf. 28,16-20). Esta es la causa saduceos, los esenios y los miembros de otros que defiende con pasión en su evangelio y pa- grupos desaparecieron paulatinamente, y el ra ella intenta ganar a la comunidad dividida. judaísmo fariseo pasó a ser normativo bajo la égida de la asamblea de Yamnia (o Yabne). Fi- lón de Alejandría, Flavio Josefo y los estilos de Las citas de cumplimiento pensamiento helenístico-judíos perdieron vi- gencia y sus escritos se conservaron, sobre to- Ya hemos indicado que Mt apela con fre- do, en los ambientes cristianos. cuencia al testimonio de las Escrituras. Se han Los que permanecieron fieles al judaísmo contado en su evangelio cuarenta y tres citas no ahorraban críticas a los convertidos a la fe del Primer Testamento y aún habría que aña- cristiana. En una de las más difíciles encruci- dir muchas otras alusiones y referencias más o jadas de la historia judía, cuando habría sido menos explícitas. Once de estas referencias necesario mantenerse unidos y formar un blo- suelen ser designadas con el nombre de «citas que compacto, aquellos disidentes se habían de cumplimiento», a causa de la fórmula que apartado de la fe tradicional. les sirve de introducción: para que se cumplie- En el otro frente, la comunidad de Mt cho- ra lo dicho por el profeta... Todas estas citas son caba con la firme oposición de un judaísmo propias de Mateo y están tomadas de los es- unido y hostil. Este grupo monolítico, total- critos proféticos, salvo una, la de 13,35, que mente dominado por los fariseos, era un ju- procede del Salmo 78,2. También se las llama 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 279

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«citas de reflexión», porque manifiestan el in- tende sistematizar una narración singular e tento de iluminar el hecho narrado mediante irreductible. Sin embargo, esta limitación no el testimonio de las Escrituras. El evangelista impide la búsqueda de una cierta estructura, reflexiona a partir de la vida de Jesús: es esta útil en la medida en que la organización de los vida la que permite juzgar lo que era auténti- materiales pueda contribuir a destacar algu- camente mesiánico en la esperanza de Israel. nas de sus características teológicas o litera- Muchas de estas citas llaman la atención rias. por la manera como están formuladas. Todo Al comienzo de su evangelio, Mt relata el parece indicar que Mt estaba familiarizado nacimiento y la infancia de Jesús. En la parte con la versión griega de los Setenta (LXX), pe- final, la historia termina con los episodios de ro la mayor parte de las citas de cumplimien- la pasión y la revelación de Jesús resucitado a to (con la excepción de 1,23; 3,3 y 13,14-16) di- sus discípulos en Galilea. Entre estos dos con- fieren bastante del texto de los Setenta. Más juntos se insertan, por una parte, la actividad aún, a veces el evangelista modifica el tenor de de Jesús primero en Galilea y luego en Jerusa- los textos bíblicos para referirlos a los hechos lén; por la otra, los cinco grandes discursos de que narra. En tales casos se apoya en la Biblia Jesús, que constituyen sin duda uno de los ras- hebrea o en los targumes, que eran traduccio- gos más notables de este evangelio. nes (o más bien paráfrasis) arameas del AT). Es posible que el evangelista haya querido El ejemplo más llamativo es el de Mt 2,23, que evocar con este número los cinco libros de la confirma con una cita de cumplimiento la lle- Torá o del Pentateuco, que constituye la parte gada de la sagrada familia a Nazaret (véase el más importante de la Biblia hebrea. En el in- comentario a Mt 2,23). terior de estos discursos, es claramente per- Con este proceder, Mt se inscribe en la tra- ceptible la composición por temas. Sin em- dición de los rabinos judíos, que estudiaban bargo, este esquema quíntuple no explica todo con asiduidad incansable los textos sagrados y el contenido del evangelio. Es verdad, en efec- se impregnaban de la palabra de Dios hasta to, que hay cinco discursos y que cada uno tie- convertirla en la clave que les permitía enten- ne unidad temática. Pero no es evidente que der la acción de Dios en el mundo. Sin embar- los relatos que anteceden estén temáticamen- go, lo que el evangelista pretende mostrar, más te unidos con el correspondiente discurso. específicamente, es que Jesús «realiza» de pa- Queda además un discurso, el ataque contra labra y de obra lo que habían anunciado los los fariseos del capítulo 23, que no entra en el profetas. El destino y la enseñanza del Mesías esquema, a no ser que se lo asocie con el dis- Jesús solo pueden ser entendidos sobre el tras- curso escatológico. fondo del Primer Testamento. La Escritura De cualquier manera, la enseñanza de Jesús constituye el punto de referencia que permite no se presenta bajo la forma de una simple co- establecer la identidad mesiánica de Jesús y lección de sentencias, sino que se inserta en el comprender el conjunto de su vida. Por una contexto de su propia historia. Más aún, esa parte, el AT encuentra su confirmación en los historia es el marco indispensable para com- acontecimientos que relata el evangelio; por la prender en forma adecuada las intrucciones otra, Jesús es ciertamente el Mesías de Israel, del Maestro, porque la vida de Jesús es la rea- ya que su destino estaba preanunciado en las lización concreta de su enseñanza y su más Escrituras. La correspondencia es recíproca. auténtica verificación. Jesús no elimina al Dios de Abraham, de Isaac En un primer intento de estructuración, la y de Jacob (cf. 22,31-32), sino que abre el acce- obra de Mt puede dividirse en seis partes que so a Él de manera definitiva y universal. Al es- desarrollan el tema fundamental del conjunto, tablecer con tanta firmeza este vínculo, Mt ha- o sea, el estar-de-Dios-con-nosotros en Jesucris- ce de las Escrituras de Israel el AT de la Iglesia. to (cf. 1,23). De paso, el evangelista acentúa la sobre- 1. El prólogo cristológico (1,1-4,16). Es- abundancia de Cristo respecto de la esperanza ta primera sección narra el nacimiento, la in- mesiánica judía, que en Cristo llega a su ple- fancia y la preparación del ministerio público nitud. En el Mesías Jesús, hijo de Abraham e de Jesús. Las cinco citas de cumplimiento hijo de David, no solo se cumple la esperanza (1,22-23; 2,15.17-18.23; 4,14-16) confieren a de Israel, sino que ese cumplimiento supera lo toda la sección una unidad literaria indiscuti- anunciado. Así la vida de Jesús se sitúa en el ble. Por otra parte, Mt 4,17 marca un corte dinamismo de la única historia de la salva- con lo anterior, ya que allí se empieza a narrar ción, manifestando la coherencia y la conti- la actividad pública de Jesús. Los caps. 1-2 ha- nuidad del plan de Dios. cen descubrir que Jesús de Nazaret es el Me- sías de Israel y el Hijo de Dios; los relatos del bautismo y de la puesta a prueba en el desier- La estructura del evangelio to (3,13-4,11) indican cómo se ha de entender la mesianidad y la filiación divina de Jesús. Cualquier intento de reconstruir el plan del 2. 4,17-11,30. Con una simple frase, Mt re- evangelio tiene algo de arbitrario, ya que pre- sume la primera predicación de Jesús al co- 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 280

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mienzo de su actividad pública: Conviértanse, tamiento con sus adversarios y se dedica de un porque está cerca el reino de los Cielos (4,17). A modo especial a instruir a sus discípulos. continuación siguen una cita de cumplimien- 4. 16,13-18,35. La confesión de Pedro en to (Is 8,23-9,1), la elección de los primeros dis- Cesarea de Filipo marca una división clara en cípulos (4,18-22) y una exposición que descri- el evangelio y delimita el final de la tercera be sumariamente la primera actividad de parte. Pedro es constituido fundamento de la Jesús en Galilea (4,23-25). comunidad mesiánica (16,13-20) y Jesús em- El Sermón de la montaña (5-7), el gran dis- pieza a hablar a sus discípulos de su futura pa- curso pronunciado por Jesús al comienzo de sión (16,21-23; 17,22-23). La transfiguración su vida pública, constituye el primer tiempo deja entrever a tres de los discípulos la gloria fuerte de esta segunda parte. El marco gran- de Jesús como Hijo amado de Dios (17,5), y la dioso y los temas abordados hacen que Cristo instrucción sobre el tributo pagado al Templo aparezca como un segundo Moisés, el gran le- muestra el papel singular que le corresponde a gislador del Sinaí. Sin embargo, Jesús no pro- Pedro en la primera comunidad cristiana mulga una nueva ley, sino que es el intérprete (17,24-27). soberano y último de la ley veterotestamenta- El cap. 18 pone en evidencia que el evange- ria, el maestro que da a la voluntad de Dios su lio de Mt presta particular atención a la vida forma acabada y definitiva. Él es el Mesías de eclesial y comunitaria. De hecho, es el único la palabra. evangelio en que se encuentra la palabra ekkle- La acción del Mesías no se reduce a un sim- sía («convocación», «asamblea», 16,18; 18,17). ple discurso. Los caps. 8-9 agrupan un núme- Esta asamblea comunitaria es de un modo es- ro importante de relatos de milagros, que reve- pecial el lugar del perdón. En la Iglesia se viven lan a Jesús como el Mesías de la acción. La experiencias positivas y otras que no son tan voluntad de Dios, soberanamente interpreta- agradables. De ahí que no haya vida comunita- da, es cumplida ahora por Jesús e introducida ria ni fraternidad auténtica sin la disposición en la realidad del mundo. para el perdón. Consciente de esta necesidad, El discurso de misión (cap. 10) se integra Mt dedica prácticamente todo este capítulo al asimismo en este bosquejo. Al final de los tema de la reconciliación vivida en la Iglesia. caps. 8-9, Jesús se conmueve al ver que la mul- Así Jesús prepara el futuro de la comunidad titud es como un rebaño sin pastor (9,36). En- mesiánica, fundada sobre Pedro (16,17-19) y tonces envía a sus discípulos a las ovejas per- constituida en torno a los Doce (cf. 10,1-5). didas del pueblo de Israel (10,7). La misión de 5. 19,1-25,46. A partir del cap. 19 comien- los discípulos prolonga la misión de Jesús y za el camino de la cruz y de la glorificación de forma parte de su programa mesiánico. Jesús Jesús. Jesús va a Jerusalén y allí tiene lugar el no es solamente el Mesías de la palabra y de la encuentro decisivo. Con la parábola de los dos acción: también asocia a sus discípulos para hijos (21,28-32) y la de los viñadores homici- que extiendan y continúen la obra iniciada das (22,33-45), unidas a las invectivas del cap. por él. 23, Jesús denuncia vigorosamente la conducta Una vez propuesto este tríptico, se puede de sus adversarios y condena la incredulidad atender a la famosa cuestión cristológica: de los jefes judíos. Esta confrontación final «¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a culmina con la decisión de dar muerte a Jesús otro?» (11,3). El llamado a la decisión (11,6) (21,45; cf. 26,1-4). con que se cierra la respuesta de Jesús a los Toda comunidad corre el riesgo de conver- discípulos de Juan el Bautista se desarrolla lue- tirse en sectaria y puede considerarse como el go, antitéticamente, con la lamentación sobre pequeño grupo de los únicos elegidos. Mt po- las ciudades de Galilea (11,20-24) y con el him- ne en guardia contra este peligro. En la pará- no de júbilo y la invitación del Salvador a to- bola de los invitados al banquete (22,1-14), los mar su yugo suave y su carga ligera (11,25-30). que se niegan a participar en la boda repre- 3. 12,1-16,12. El tema dominante de esta sentan probablemente a las diferentes genera- sección es la separación progresiva entre los ciones de judíos que no prestaron oídos a la fariseos, por una parte, y los discípulos y algu- predicación de los profetas y que al final re- nos paganos llenos de fe, por la otra. La alter- chazaron el mensaje de Jesús. A causa de este nancia entre la edificación de los discípulos y rechazo, el rey invita a otros en lugar de los la polémica con los adversarios marca el ritmo primeros. Pero los que han entrado en la sala la narración. El cap. 12 y el comienzo del 16, del banquete no deben abrigar un falso senti- que encuadran la secuencia, relatan algunas miento de seguridad, porque hay que estar ves- controversias de Jesús con los fariseos. En el tido con el traje de fiesta para no ser excluido cap. 13, la instrucción a los discípulos en pri- del banquete. En otras palabras: lo que le su- vado sucede a la enseñanza pública de Jesús cedió a Israel por su falta de acogida le puede en parábolas (vv. 36-52). En esta sección hay suceder a cualquier miembro de la Iglesia. varios pasajes que emplean el verbo «retirar- 6. 26,1-28,20. El desenlace del drama tiene se» (14,13; 15,21). Este «retiro» marca un lugar en la semana de Pascua. Así se cumple el vuelco muy significativo: Jesús evita el enfren- destino del Hijo del hombre, humillado en la 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 281

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crucifixión y muerte, pero glorificado por el no hacia la resurrección. A estas dos indica- Padre en la resurrección. Después de la resu- ciones se añade la del comienzo del evangelio rrección, Jesús se manifiesta a sus discípulos –Genealogía de Jesús... (1,1)–, que funciona co- en Galilea. Allí les encomienda la misión de mo título de todo lo anterior a 4,17. El resul- hacer discípulos a todos los pueblos y les tado es una división en tres partes: anuncia que estará presente en su Iglesia has- 1. La presentación del Mesías (1,1-4,16): Ge- ta el fin de los tiempos (28,16-20). nealogía de Jesús, Mesías, hijo de David, hijo de Abraham. 2. El anuncio del reino de los Cielos (4,17- Otro intento de división 16,20): Desde entonces, Jesús comenzó a pro- clamar: «Conviértanse, porque el reino de los Otra organización se basa en criterios de ti- Cielos está cerca. po teológico apoyados en otro de tipo literario. 3. El camino hacia la resurrección (16,21): La clave se encuentra en la repetición de la Desde entonces, Jesús comenzó a mostrar a sus misma frase –Desde entonces comenzó Jesús...– discípulos que tenía que sufrir mucho. en dos momentos cruciales del evangelio: al Esta no es obviamente una división defini- comienzo de la actividad pública de Jesús tiva, porque también hay elementos válidos en (4,17) y cuando él empieza a mostrar a sus dis- los otros intentos de estructuración. Sin em- cípulos su auténtico destino (16,21). En am- bargo, se trata de una división que correspon- bos casos se trata de afirmaciones programá- de a un aspecto central del primer evangelio: ticas acerca de la actividad de Jesús: la por una parte, la presentación del Mesías y de primera se refiere al anuncio del reino de su mensaje; por la otra, las reacciones que se Dios; la segunda revela el sentido de su cami- producen ente él.

CONCEPCIÓN Y NACIMIENTO DE JESUCRISTO

El evangelio de Mt se abre con la genealo- 33,1-49), catálogos de naciones (Gn 10,1-32), gía de Jesús (1,1-17), seguida de cinco breves listas de repatriados (Esd 2,1-70) y listas ge- relatos que narran nealógicas (cf. Gn 5,1-32; 11,10-32; Rut 4,18- – su nacimiento (1,18-25), 22). Estas últimas enumeran en escala descen- – la visita de los magos (2,1-12), dente (de padres a hijos) o ascendente (de –la huida a Egipto (2,13-15), hijos a padres, cf. Lc 3,23-38) la serie de per- – la masacre de los niños en Belén (2,16-18) sonas que proceden de un antepasado común. –y el establecimiento de la sagrada familia Por tanto, la posesión de una lista genealógica en Nazaret (2,19-23). no es privilegio de todos, sino que supone una A través de estos relatos, el evangelista nos familia que mantiene viva la memoria de sus dice desde el comienzo quién es Jesús: el Me- antepasados. sías de Israel (1,1.16), el Salvador de su pueblo Después del exilio babilónico, las genealo- (1,21) y el Rey de los judíos (2,1), adorado por gías adquirieron en Israel una importancia los magos pero rechazado por la autoridades particular. Como en Babilonia no se habían de su pueblo (2,13). Cada uno de estos relatos podido evitar las mezclas de sangre, los exilia- contiene una cita del AT (1,22-23; 2,5-6.15.17- dos que regresaron a Jerusalén debían demos- 18.23), que muestra cómo en Jesús se cumplen trar que eran verdaderos israelitas. La prueba las promesas que Dios hizo a Israel por medio de pertenencia al pueblo de Israel y a la tribu de los profetas. La genealogía relaciona el na- de Leví, debidamente atestiguada por los re- cimiento de Jesús con la historia de todo su gistros genealógicos, se exigía de un modo es- pueblo, desde Abraham y David hasta José, el pecial a los sacerdotes y funcionarios del tem- esposo de María. El intento, por parte de He- plo (cf. Esd 2,59-63; Neh 7,61-65). rodes, de matar al niño Jesús y la masacre de El primer versículo de Mt se ha traducido los inocentes son como un preludio y un anti- de distintas maneras, y su significado es toda- cipo del drama que culminará en la Cruz. vía objeto de discusión. Obviamente, la frase del v. 1 sirve de título a la genealogía que sigue después, en 1,12-16. Pero no por casualidad La genealogía de Jesús (1,1-17) Mt emplea aquí la expresión biblos geneseos («libro de la generación o de la génesis»), to- Las genealogías constituyen un subgénero mada literalmente de Gn 2,4 y 5,1. Esta refe- dentro del género literario «lista», del que el rencia al texto del Génesis deja fuera de duda AT ofrece numerosos ejemplos. Hay listas de que el pensamiento de Mt se dirige a la crea- reyes (Jos 12,9-24), listas administrativas (2 ción del mundo y a la génesis del primer Adán. Sm 7,15-18; 1 Cr 18,14-17; 1 Re 4,1-19), listas Así se establece un paralelismo entre Jesús y la que registran las etapas de un itinerario (Nm primera creación. Su nacimiento solo es com- 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 282

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parable con la creación del universo. Más aún, exilio hasta Jesús) revela una independencia la entrada de Jesús en la historia humana casi total respecto de todas las fuentes conoci- inaugura la nueva creación. De ahí el sentido das. Estos hechos permiten afirmar que Mt y la función de esta primera frase: más que el encontró el número 14 en la lista de 1 Cr 1,34- título de la genealogía, es una introducción a 2,15 y retuvo ese número como una cifra sa- todo el evangelio, entendido como el anuncio grada. Sobre esta base construyó la primera de la nueva creación. Esta idea se verá confir- sección de la genealogía, que le sirvió de mo- mada un poco más adelante, en el relato del delo para todo el conjunto. Una vez estableci- nacimiento virginal (1,18-25). do el modelo, Mt se atuvo rigurosamente al es- El número catorce. La genealogía de Jesús, quema prefijado. en el evangelio de Mt, comprende tres ciclos Algunas aparentes incongruencias. A pesar de catorce generaciones, correspondientes a los de la regularidad de este esquema, cuando se tres grandes períodos de la historia de Israel: cuentan las generaciones de las tres secciones desde Abraham hasta David, desde Salomón se presentan algunos problemas. En la prime- hasta el exilio y desde el exilio hasta Cristo. En ra sección, desde Abraham hasta David, hay el v. 6 se hace referencia explícita a David co- catorce nombres pero solo trece generaciones o mo el rey, porque con él comenzó la dinastía procreaciones. Sin embargo, es evidente que que dio origen a la esperanza mesiánica en Is- Abraham, cuyo nombre inicia la lista, tuvo rael. que ser engendrado, y es posible que Mt haya No podemos decir con total seguridad qué considerado la implícita generación de Abra- sentido atribuye Mt al número 14. Es proba- ham como la decimocuarta. ble, sin embargo, que al construir de ese modo En la segunda sección, desde David hasta la la genealogía de Jesús haya tenido en cuenta el deportación a Babilonia, se enumeran expre- valor simbólico de los números. Como las le- samente catorce generaciones; pero en la ter- tras hebreas tienen un valor numérico de cera sección, desde el destierro babilónico acuerdo con su posición en el alfabeto (alef = hasta Jesús, solo se cuentan trece generacio- 1; bet = 2; guímel = 3; dalet = 4, etc.), el nú- nes. Para resolver esta dificultad se han pro- mero 14 es el número de David (D W D = 4 + puesto distintas soluciones. Un intento de so- 6 + 4 = 14). Así la genealogía de Jesús encierra lución advierte una omisión en la genealogía tres veces la cifra de David, y el número 14, de los reyes de Judá, donde Mt salta de Josías por ser igual a dos veces 7, sugiere la idea de a Jeconías, omitiendo el nombre de Joaquim. perfección y plenitud. Si al final de la segunda sección hubiera di- Esta esquematización numérica tiene al pa- cho: «Josías engendró a Joaquim y a sus her- recer una intención precisa. El nacimiento de manos», como lo requería la secuencia histó- Jesús no fue un acontecimiento fortuito; es el rica (cf. 2 Re 23,34), a continuación habría pleno cumplimiento de un designio divino al tenido que añadir: «Joaquim engendró a Jeco- que estaba ordenada toda la historia del AT. nías». Así se habría incluido una generación Jesús es el Mesías que llega al fin del AT y que más, y la lista estaría completa. al mismo tiempo lo lleva a su término, inau- De ahí surge la pregunta: ¿cabe suponer gurando los tiempos mesiánicos. La genealo- que Mt tuvo en cuenta esta omisión? Si la tu- gía tiene entonces una doble finalidad. Por vo en cuenta, él debió contar esta generación una parte, indica la continuidad de Cristo res- implícita al comienzo de la tercera sección, y pecto de la antigua alianza (una idea que esta- entonces se puede hablar de un cierto parale- rá presente en todo el evangelio de Mt). Por la lismo con la primera sección: al comienzo de otra, pone de relieve la discontinuidad: en Je- la primera sección, Mt contó la generación de sús, descendiente de Abraham y de David, se Abraham; en la última sección cuenta el nom- cumplen las promesas hechas a los patriarcas bre omitido de Joaquim como la decimocuar- y a la dinastía davídica. Él es el nuevo David; ta generación. al venir al término de una serie de seis veces El papel de José. Al llegar a José, la línea de siete generaciones, Jesús inaugura, con el co- la descendencia física se interrumpe. José es mienzo de la séptima serie, la plenitud de los engendrado, pero no engendra como los otros tiempos. integrantes de la genealogía: Jacob engendró a La genealogía progresa rítmicamente, de José, el esposo de María, de la cual fue engen- acuerdo con un modelo imperturbable, de en- drado Jesús, que es llamado Cristo (v. 16). Esta gendrador a engendrado. Cada engendrado, a vez el texto griego usa la forma verbal egenne- su vez, engendra el eslabón siguiente. Desde the («fue engendrado»). Se trata del llamado Abraham hasta David, Mt sigue casi literal- pasivo divino, que tiene como sujeto agente a mente las listas genealógicas de 1 Cr 1,34-2,15 Dios, sin mencionarlo expresamente. y Rut 4,18-22. En la segunda sección (la que va Este detalle merece una breve aclaración. de Salomón hasta el exilio), él se toma una Según las ideas vigentes en tiempos de Mt, la gran libertad respecto de la lista de reyes que acción de engendrar era propia de los padres. le proporcionaba 1 Cr 3,1-16. Finalmente, la Las madres concebían y daban a luz, pero de- última parte del tríptico (la que nos lleva del sempeñaban un papel más bien pasivo en el 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 283

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acto de la generación. Por eso Mt no dice que Rahab, la prostituta cananea de Jericó, María engendró a Jesús. La vinculación de ocultó a los espías israelitas en tiempos de Jo- María con Cristo es semejante a la que habían sué (Jos 2). Debido a su fe y a su actuación en tenido con sus hijos las otras madres de la ge- favor del pueblo elegido, ella salvó su vida nealogía: fue el padre el que engendró de (grie- cuando Jericó fue destruida (Jos 6,25; cf. Heb go ek) Tamar, de Rajab, de Rut o de Betsabé. 11,31; Sant 2,25). La tradición judía la recuer- La diferencia en el caso de Jesús es que él fue da como una heroína de Israel, por la ayuda engendrado de (ek) María y de (ek) el Espíritu que prestó al designio de Dios y por el lugar Santo, sin la intervención de un padre huma- que ocupa entre los antepasados de David. La no. Gracias al uso de la voz pasiva (el pasivo genealogía de Mt la presenta como esposa del divino) Mt evita nombrar al Padre de Jesús en israelita Salmón y madre de Booz (Mt 1,5). el acto de la generación, a fin de evitar todo Rut, la moabita, fue otra mujer no israelita antropomorfismo. Esto no significa que Jesús que llegó a ser abuela de David (Rut 4,13-17) no haya tenido un padre. Su Padre es Dios, pe- al casarse con Booz por medios no convencio- ro lo es de una manera misteriosa y trascen- nales (Rut 3). dente. A la filiación divina de Jesús se refiere La tradición judía consideraba a estas tres Mt un poco más adelante (2,15), con una cita mujeres como prosélitas que ayudaron a cum- del profeta Oseas (11,1): De Egipto llamé a mi plir los designios de Dios por medio de Israel. hijo. La promesa del Señor a Abraham, de hacer de Aunque Dios, y no José, es el verdadero pa- él una bendición para todas las familias de la dre de Jesús, un principio del derecho rabíni- tierra, comenzaba a cumplirse de algún modo co declara: «Cuando alguien dice: Este es mi por la incorporación de estas mujeres al pue- hijo, él es su hijo». Jesús pertenece al linaje da- blo de Dios. vídico porque José lo adoptó como hijo suyo y En el segundo período de catorce genera- lo incorporó a su linaje. Por eso el Ángel del ciones, que va desde el reinado de David hasta Señor llama a José hijo de David y a título de el exilio babilónico, se incluye un cuarto nom- tal le encomienda la misión de recibir al hijo bre femenino: el de la mujer de Urías, el hitita, de María, nacido por obra del Espíritu Santo con la que David cometió adulterio antes de (1,20). tramar la muerte de su esposo (2 Sm 11-12). Ya en la primera frase del evangelio (1,1) El nombre de esta última mujer era Betsabé, aparecen dos títulos de Jesús que Mt va a uti- pero el texto no la menciona por su nombre. lizar con frecuencia: Mesías (Cristo) e Hijo de Pese a esta relación irregular, Betsabé, la ma- David. Hijo de Abraham no es un título cristo- dre de Salomón, goza de alta estima en la tra- lógico propiamente dicho, porque no se vuelve dición judía porque Dios la destinó a conti- a encontrar después y puede aplicarse a cual- nuar el linaje davídico. quier miembro del pueblo de Dios. Sin embar- Siempre ha llamado la atención la presen- go, la mención del antiguo patriarca delimita cia de estas cuatro mujeres, porque las genea- un contexto: el del pueblo que se gloría de ser logías bíblicas normalmente solo mencionan a descendiente de Abraham (10,6; 15,24; cf. 3,9). los padres (cf. Gn 5,1-32; 10,1-32; 11,10-26.27- Es evidente el intento de insertar a Jesús en la 28; 1 Cr 1,1-8,44). El nombre de la madre apa- historia de la salvación que comienza con rece ocasionalmente, pero solo para identifi- Abraham. car una rama distinta de la línea principal, o Los nombres femeninos. A diferencia de Lu- bien para hacer notar alguna irregularidad en cas, que remonta la genealogía de Jesús hasta la concepción o el nacimiento. La referencia a Dios a través de Adán, Mt llega solo hasta una rama distinta es bien notoria en el caso de Abraham. Su perspectiva es más israelita y Judá, que tuvo tres hijos con la «hija de Súa, la menos universalista. Sin embargo, los nom- cananea» (1 Cr 2,3); y esa misma genealogía, bres femeninos incluidos en la genealogía po- un poco más adelante, menciona a Tamar, la drían indicar que no está del todo ausente un nuera de Judá, que tuvo de Judá a Peres y a Zé- cierto universalismo. Es bien sabido, en efec- raj (1 Cr 2,4), dos hijos nacidos de una unión to, que la genealogía de Mt incluye los nom- «irregular». Por tanto, lo nuevo en la genealo- bres de cuatro mujeres. En la primera lista de gía de Mt no es la presencia de algunos nom- catorce antepasados (sacada de 1 Cr 1,34; 2,1- bres femeninos en una larga lista de nombres 15) se menciona a tres de ellas: masculinos, sino la elección de estos cuatro Tamar (la única mencionada en la fuente, 1 nombres y no de otros. Cr 2,4) era la nuera del patriarca Judá y tuvo La mención de estos nombres ha recibido con su suegro dos hijos mellizos (Gn 38). Aun- distintas explicaciones. Según algunos intér- que esta unión había sido ciertamente «irre- pretes, Mt quiere poner de relieve el universa- gular», la tradición judía recordaba este inci- lismo de la mesianidad de Jesús. El Mesías no dente como «el pecado de Judá». De Tamar, en pertenece únicamente al pueblo de Israel, sino cambio, se creía que había actuado bajo la que abraza a todas las naciones. Por eso apa- guía del espíritu de Dios para cumplir la vo- recen mencionadas estas cuatro mujeres, que luntad divina. tienen en común el hecho de ser paganas. Al 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 284

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insistir en los orígenes no judíos de Jesús, Mt Solo faltaba la ceremonia de la boda, que cul- habría querido preparar la apertura de la pre- minaba cuando el esposo llevaba a la novia a dicación evangélica a todas las naciones, co- vivir en su casa. En el caso que relata Mt, la mo lo va a señalar expresamente al final de su concepción sobrevino en el tiempo transcurri- evangelio (Mt 28,16-20; cf. 8,11-12). do entre la ratificación del matrimonio y la co- Esto, que es verdad de las tres primeras habitación de los esposos. El hecho por com- mujeres, no es tan seguro en el caso de Betsa- pleto inusual es que María había concebido bé. Sin embargo, su marido era ciertamente sin haber tenido relaciones con su esposo. de origen pagano, y es quizá por eso que ella La concepción virginal de Jesús se presupo- no es llamada por su nombre, sino por el de su ne desde el comienzo como un hecho ya reali- marido extranjero (la que había sido mujer de zado (y no solo anunciado, como en Lc 1,26- Urías). 37). El v. 18 la menciona expresamente (se Otro intento de explicación no busca lo que halló que había concebido por obra del Espíritu las mujeres tienen en común, sino la particu- Santo), y el inciso del v. 25 alude a ella otra vez laridad de cada una. Tamar la incestuosa, Ra- (sin haberla conocido, es decir, sin haber teni- hab la prostituta, Rut la extranjera y Betsabé do relaciones con ella). En su significado más la mujer adúltera. El texto subrayaría enton- profundo, la concepción virginal indica que el ces las anomalías conyugales en las generacio- nacimiento de Jesús marca el comienzo de al- nes que van de Abraham a José. De este modo, go totalmente nuevo; un comienzo debido al en los orígenes de Jesús estarían prefigurados poder creador de Dios y no a una intervención los excluidos de la Ley judía, que iban a ser humana. En cuanto Mesías, Jesús no solo está más tarde los mejor dispuestos a escuchar el lleno del Espíritu Santo (cf. 3,16), sino que ha mensaje de Jesús (cf. 21,31-32). Así se anticipa sido creado por el Espíritu. la presentación de Jesús como el Mesías que El v. 19 pone a José, el esposo de María, en salvará a su pueblo de todos sus pecados (1,21). el centro del relato. De él se dice que era justo. Es probable que todas estas interpretacio- Este adjetivo (en gr. díkaios) lo cualifica como nes tengan algo de verdad. La mesianidad y la fiel y constante cumplidor de la Torá (cf. Lc realeza de Jesús tienen desde el comienzo una 1,6: Zacarías e Isabel; eran justos a los ojos de dimensión universal, como lo pondrá de ma- Dios, porque actuaban de manera irreprocha- nifiesto el episodio de los magos. Además, en ble de acuerdo con los mandamientos y precep- todos los casos un «extraño» ha entrado en el tos del Señor). Sin embargo, no es fácil deter- pueblo de Dios por medios inesperados e in- minar cuál es el sentido que tiene el adjetivo cluso «inapropropiados». Estos momentos de justo en el contexto presente. ¿En qué consis- discontinuidad forman parte de la genealogía te exactamente, según el relato de Mt, la justi- de Jesús y preparan al lector para la disconti- cia de José? ¿Qué relación existe entre su jus- nuidad más notable de todas: la concepción ticia y la voluntad de abandonar a María? Para virginal. Este origen «irregular» de Jesús no responder a estas preguntas habría que cono- contradice su identidad mesiánica. Al contra- cer con certeza algo que en el texto evangélico rio, la sitúa en un nivel más elevado, porque es no aparece del todo claro. ¿Sabía José, ya an- el signo de su origen divino: Jesús fue engen- tes del anuncio del ángel, que su esposa había drado de María, por obra del Espíritu Santo. concebido por obra del Espíritu Santo? Y si lo Por medio de esta genealogía Mt introduce sabía, ¿de dónde provenía su conocimiento? de manera solemne, y también legalmente, al Si José ignoraba el misterio de la concep- más ilustre entre los descendientes de David y ción virginal, lo obvio es que sospechara, al más grande entre los herederos de la pro- cuando el embarazo de María se le hizo evi- mesa hecha a Abraham: Jesús, que es llamado dente, que su esposa había incurrido en adul- Cristo (v. 16). terio y que se sintiera en la obligación de re- pudiarla. Su justicia estaría entonces en la renuncia a difamar a María públicamente, so- La concepción virginal metiéndola al juicio que estipulaba la ley. Sin y el nacimiento de Jesús (1,18-25) embargo, no pocos intérpretes consideran im- probable que Mt haya pretendido atribuir a La segunda parte del cap. 1 coincide en al- José una sospecha de esa naturaleza. Por eso gunos aspectos con el género literario de las prefieren la interpretación propuesta por San anunciaciones (cf. Jue 6,11-24; Lc 1,5-37). El Jerónimo: «José, conociendo la castidad de relato consta de tres partes, precedidas de una María y extrañado de lo que había sucedido, breve introducción (vv. 18-19): oculta con su silencio aquello cuyo misterio – el anuncio a José (vv. 20-21), ignoraba» (PL 26,24). – la cita de Is 7,14 (vv. 22-23), En caso contrario (es decir, si José conocía – la realización del anuncio (vv. 24-25). de antemano el carácter sobrenatural del em- José y María estaban desposados. Esto barazo de María), hay que suponer que él, por quiere decir, de acuerdo con la Ley judía, que propia iniciativa, renuncia a tomar consigo la ya se había sellado el contrato de matrimonio. esposa que Dios se había reservado para sí. Jo- 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 285

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sé respeta en María la obra realizada por el Es- breo del AT, sino de la versión los LXX, que ya píritu de Dios. Por eso se propone abandonar- había modificado el tenor original de la profe- la sin que nadie se entere. Si Dios había inter- cía, traduciendo la palabra hebrea ‘almá («jo- venido en la concepción virginal, también ven», «doncella») por parthenos («virgen»). tendría bajo su cuidado el futuro de su elegida En el v. 25 el nombre dado al niño es Jesús; y del niño que nacería de ella. en el v. 23, en cambio, es llamado Enmanuel Aunque esta última interpretación no care- («Dios con nosotros»). Este nombre procede ce de sugestión, presenta algunas dificultades. de Is 7,14, citado según la versión griega de los Ante todo, obliga a presuponer que José ya ha- LXX, con una diferencia: en lugar de llamarás, bía conocido el misterio de la concepción vir- Mt pone la tercera persona del plural (llama- ginal por una fuente que el texto de Mt no rán). De este modo se evita la contradicción menciona. Además, habría que admitir (en con el v. 21 y se alude probablemente a la con- contra de lo que parece ser el sentido obvio del fesión de fe de la comunidad, que llamará a Je- texto) que el ángel no comunicó a José nada sús «Dios con nosotros». nuevo sobre la concepción virginal, sino que El relato concluye con una breve referencia solo vino a confirmar lo que él ya sabía de an- al nacimiento de Jesús. Obediente a la orden temano (cosa que no sucede en las revelacio- recibida de Dios por medio del Ángel, José lle- nes de Mt 2,13 y 20, donde el ángel del Señor va a María a su casa y ella da a luz un hijo (vv. hace saber a José algo que él desconocía). Por 24-25). Hasta ese momento, el emisario divino lo tanto, si hay algo nuevo para José en el había hablado de Jesús en futuro. En el ver- anuncio del ángel, sería lo concerniente al pa- sículo final, Jesús se hace presente y así co- pel que él debía desempeñar según el plan de mienza su trayectoria terrena. Dios: recibir sin temor a su esposa, asumir la Este relato ilustra el papel indispensable paternidad legal del niño y ponerle el nombre que desempeña José en la economía de la sal- de Jesús. De ahí que sea más probable la pri- vación. José recibe al Salvador de Israel; es el mera interpretación. descendiente de David que adopta al Hijo de La revelación a José tiene lugar «en sueños» Dios y asume la paternidad legal de Jesús. Su (2,12.13.19.22; cf. 27,19). En el AT (de un mo- justicia se pone de manifiesto, sobre todo, en do especial en el Génesis y en Daniel), los sue- el hecho de haber permitido que Dios pudiera ños son con frecuencia medios de la revelación superar por su intermedio la dificultad que en- divina. Estos sueños suelen presentar dos for- traña un nacimiento sin padre, infamante a mas diversas: los sueños-mensaje dan cuenta los ojos humanos. Por su humilde acogida del de una aparición divina, que expone su mensa- Enmanuel, es el justo por excelencia. je de manera inteligible y por lo tanto no se re- El anuncio del ángel a José es un bello re- quiere ninguna interpretación (cf. 1 Re 3,5-15); sumen del kerigma del NT. Jesús es Dios-con- en los sueños simbólicos, por el contrario, las nosotros; él salvará al pueblo de sus pecados. imágenes oníricas adquieren un sentido sim- Sin embargo, el evangelio de la infancia pre- bólico: remiten a un sentido distinto del que senta también el lado paradójico de esta reali- manifiestan inmediatamente, y así el sueño se dad: nacido para salvar a su pueblo de los pe- convierte en una especie de enigma que es pre- cados, Jesús chocará con el rechazo de Israel. ciso descifrar (cf. Gn 37,5-10; Dn 2). El episodio de los Magos va a mostrarlo de in- El anuncio a José es un sueño-mensaje. El mediato. Ángel del Señor le revela cómo ha sido conce- bido Jesús y le encomienda la misión de ratifi- car su matrimonio y de recibir a la madre y al La visita de los magos (2,1-12) niño. Al dar un nombre al niño (v. 25), José adopta a Jesús como hijo suyo, y con esta El cap. 2 constituye estructural y estilística- adopción le confiere todos los derechos lega- mente una unidad literaria. La llegada de los les, incluida la pertenencia al linaje davídico: magos y la pregunta que dirigen a Herodes por medio de José, el niño engendrado por el prepara la huida de la sagrada familia a Egip- Espíritu Santo será hijo de David. to y la masacre de los inocentes. Sin esa pre- El hijo nacido de María debía llamarse Je- gunta, y sin la noticia sobre el nacimiento del sús. La segunda parte del v. 21 explicita el sig- rey de los judíos (v. 2), Herodes no habría teni- nificado de ese nombre: Él salvará a su pueblo do ningún motivo para intervenir con tanta de todos sus pecados. Varios personajes del AT crueldad. Además, los cuatro episodios aquí llevaron el nombre Jesús; entre ellos Josué (el relatados incluyen el nombre de un lugar: Be- heb. Yeshua es la contracción de Yehoshua, lén de Judá, Egipto, Ramá y Nazaret. «Yahvé salva») y Jesús Ben Sirá, el autor del li- El rey Herodes ocupa un lugar preponde- bro del Eclesiástico. En Mt, la palabra «pue- rante en estos relatos (su nombre se menciona blo» (gr. laós) designa siempre a Israel. A él va nueve veces, vv. 1.3.7.12.13.15.16.19.22). Se dirigida en primer lugar la salvación. trata de Herodes apellidado «El Grande», el La cita de Is 7,14 confirma el anuncio del fundador de una dinastía que bajo títulos di- ángel. Esta cita no está tomada del texto he- versos gobernó en distintas partes de Palestina 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 286

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(cf. 2,22; 14,1.3; Hch 12,1). Herodes se consi- Apenas oye hablar de un posible preten- deraba a sí mismo judío, pero estaba muy he- diente al trono de Israel, el rey Herodes queda lenizado y sus tendencias paganas eran más desconcertado y comienza a maquinar cómo fuertes que su adhesión superficial al judaís- deshacerse de su presunto adversario. Con ese mo. Por su origen extranjero y su gobierno propósito convoca a todos los sumos sacerdo- despótico, nunca logró atraerse el afecto de tes y escribas del pueblo. Mt se refiere proba- sus súbditos. Su obra edilicia más grandiosa blemente al Sanedrín. Por tanto, se trata de fue la reconstrucción del templo de Jerusalén, una respuesta dada con autoridad, en la que que superó en magnificencia al de Salomón. están comprometidos los representantes más Sin embargo, la sangre nunca dejó de correr a cualificados del pueblo judío. raudales durante sus treinta y cuatro años de Los representantes del pueblo responden a reinado. La política fija e invariable de Hero- Herodes con la cita de Miq 5,1, que menciona des, hasta el fin de su vida, fue deshacerse de a Belén de Judea como lugar del nacimiento sus oponentes ante la menor sospecha de trai- del Mesías. Irónicamente, las autoridades ju- ción o rebeldía, aunque se tratara de su espo- días saben muy bien dónde debía nacer el Me- sa y de sus hijos. sías, pero solo los magos –unos extranjeros– La palabra griega magos tenía un significa- van a rendirle homenaje. do bastante amplio. Podía referirse a los sacer- Toda la vida del rey Herodes justifica esta dotes de la religión persa, o bien a toda clase de turbación. Como tirano cruel y suspicaz, sos- personajes dotados de poderes presuntamente pechaba de todo y de todos e imaginaba con- sobrenaturales, y aun a los propagandistas de juras por todas partes. Menos clara, en cam- una nueva religión. En el texto presente podría bio, es la turbación de toda Jerusalén con él (v. tratarse de astrólogos que se habían puesto en 3). Según las expectativas de aquella época, el contacto con el mesianismo judío en Babilo- anuncio del nacimiento del Mesías debía sus- nia, o, en un sentido más general, de sabios ex- citar una inmensa alegría. Sin embargo, suce- pertos en astrología y en la interpretación de de todo lo contrario: Jerusalén no se alegra, si- los sueños. En la versión griega de los LXX, la no que comparte la turbación de Herodes. palabra magos aparece solamente en Dn 2,2. El Cabe suponer, por lo tanto, que el narrador título de «reyes», dado tradicionalmente a los proyecta en la infancia de Jesús la situación magos, no tiene fundamentación en el texto bí- que se vivía en su tiempo. Cuando Mt redacta- blico, sino que procede de un desarrollo legen- ba su evangelio, estaba a punto de consumar- dario posterior. se la definitiva ruptura entre la Iglesia nacien- La naturaleza de la estrella que sirvió de guía te y la Sinagoga judía. Este detalle preanuncia a los magos ha sido explicada de distintas ma- un tema que va estar presente en todo el evan- neras. Con bastante frecuencia se ha afirmado, gelio de Mt. demasiado simplemente, que se trata de una La confianza que Herodes deposita en los estrella natural, de un cometa o de una conjun- magos no cuadra de ningún modo con la figu- ción de planetas. Sin embargo, el v. 9 indica cla- ra histórica de aquel rey. Es poco verosímil, en ramente que la estrella que los magos vieron en efecto, que él haya hecho depender únicamen- Oriente es la misma que los guió de Jerusalén a te de los magos el hallazgo del niño. Cabe pre- Belén y que se detuvo en el lugar exacto: La es- guntar por qué no mandó a sus espías para es- trella que habían visto en Oriente los precedía, tar seguro de un eventual descubrimiento y hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el tener así bajo control a su presunto adversario. niño. Obviamente, una característica tal no es La cita bíblica que aducen los sacerdotes y propia de una estrella natural, sino que corres- escribas combina Miq 5,1 con 2 Sm 5,2. El ponde más bien a una señal milagrosa. El he- evangelista introduce además algunas varian- cho de que la señal fuera observada solamente tes significativas. por los magos confirma esta interpretación. 1. A diferencia del TM, que habla de Belén Según una idea corriente en la antigüedad, Efratá, y de los LXX, que la designan como ca- el nacimiento de los grandes personajes era sa de Efratá, Mt dice: Y tú, Belén, tierra de Judá. anunciado por un signo en el cielo o iba acom- 2. Otra variante es la fuerte negación (de pañado de la aparición de nuevas estrellas en ninguna manera, ciertamente no), que introdu- el firmamento. Además, el judaísmo rabínico ce Mt para destacar más la oposición entre la había simbolizado su esperanza mesiánica en pequeñez de la ciudad y la grandeza del Mesías. la estrella de Nm 24,17: Una estrella se alza des- Esta oposición se refuerza con la conjunción de Jacob, un cetro surge de Israel. griega gar («porque»), que sigue a continua- Guiados por su reverente estudio de la na- ción: porque de ti saldrá un jefe (hegoúmenos). turaleza, los magos buscan al rey cuya señal Belén ya no es más la menor. han visto aparecer en el cielo (v. 2) y llegan a 3. La tercera variante es la inserción del la tierra de Israel. El objeto de su búsqueda texto de 2 Sm 5,2, citado también libremente. era el recién nacido rey de los judíos, y por eso En el texto original, el Señor se dirige a David tratan de informarse consultando a las autori- en segunda persona. Al cambiar la segunda dades del pueblo judío. por la tercera persona, Mt transforma el texto 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 287

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en un anuncio profético del futuro Mesías, rael, que todavía estaba en su infancia cuando «hijo de David» (cf. Mt 1,1). Dios lo llamó y lo hizo salir de la casa de es- La frase que apacentará a mi pueblo es co- clavos (Éx 20,1). El Hijo-Israel se ha converti- mo un eco de 1,21: Él salvará a su pueblo de do en el Hijo-Jesús. sus pecados. El Mesías nacido en Belén (la ciu- dad donde David nació y fue ungido rey, 1 Sm 17,12.15; 20,6.28) es presentado como un pas- La masacre de los niños de Belén tor que guía y apacienta a Israel, el pueblo de (2,16-18) Dios. De las tres variantes esta es la más signi- ficativa: hacia ella apuntan las otras dos. Después de esperar en vano el regreso de Los recién llegados no se presentan ante Je- los magos, Herodes decide deshacerse de su sús con las manos vacías. Pero su aportación pretendido rival. Como ignora la huida de la más decisiva es la fe. La fe de los magos colma sagrada familia a Egipto, no se preocupa por el vacío dejado por la falta de fe del rey Hero- identificar al niño y decreta la muerte de todos des y de su corte. En ellos resalta la obediencia los niños menores de dos años que se encon- a las indicaciones del cielo (vv. 2.12), la alegría traban en Belén y en sus alrededores. en presencia de Jesús (v. 10), la adoración y las El relato de estos acontecimientos está lle- ofrendas cargadas de simbolismo (v. 11). En no de alusiones a los hechos referidos al co- cambio, el proyecto homicida de Herodes pone mienzo del libro del Éxodo: Herodes recuerda a la vida de Jesús, desde su mismo comienzo, al Faraón; la masacre de los recién nacidos de bajo una amenaza de muerte (cf. 12,14; 26,3-5). Belén renueva la escena de los niños hebreos La triple repetición del verbo adorar (gr. ahogados en el Nilo (Mt 2,16 y Éx 1,22). Estas proskynein, vv. 3.8.11; cf. 28,17) pone de mani- correspondencias muestran que el evangelista fiesto que la realeza divina perteneció a Jesús quiere presentar a Jesús con los rasgos de un desde su nacimiento y no solamente a partir nuevo Moisés, salvador como él del pueblo de de la resurrección (cf. Hch 2,36; Col 1,13). Esa las promesas. Por otra parte, la persecución de realeza, ignorada por las autoridades políticas que Jesús es objeto anticipa veladamente los y religiosas del pueblo judío, fue reconocida, sufrimientos de la pasión. en cambio, por los magos venidos de Oriente. En relación con este episodio, Mt cita el tex- Por eso los magos constituyen las primicias de to de Jr 31,15, que se refiere a la caída de Jeru- los gentiles que acogerán el evangelio y antici- salén y a la partida de los deportados a Babilo- pa simbólicamente la inclusión de los paganos nia. Raquel, la esposa preferida de Jacob y en la Iglesia. «madre de todo Israel» (Gen Rab 29,31), llora por sus descendientes, que al partir dejaban de- trás de sí la tierra desolada. El nombre de Ra- El exilio de Jesús en Egipto (2,13-15) má, población situada al norte de Jerusalén, de la que dista unos ocho kilómetros (probable- Este relato da un paso adelante con respecto mente la moderna Er-Ram), fue el lugar donde al episodio anterior. Herodes intenta matar al se concentraron todos los cautivos de Judá que Mesías, pero Dios lo salva milagrosamente. serían llevados al exilio (Jr 40,1). Por otra par- Egipto es el lugar de refugio, como lo había si- te, Raquel murió y fue enterrada en el camino do en el pasado para muchos israelitas (1 Re de Efratá, y las tradiciones del Génesis identifi- 11,40; 12,2; Jr 43,4-7). Transcurrido un tiempo, caron más tarde a Efratá con Belén (Efratá, es la muerte de Herodes el Grande determina el re- decir, Belén, Gn 35,19 y 48,7). A raíz de esta greso de José con su familia a la tierra de Israel. identificación, Mt pudo asociar el llanto de Ra- Una vez más, el Ángel del Señor comunica a Jo- quel con la masacre de los niños betlemitas. sé la decisión divina. Pero la presencia en Judea de Arquelao, un hijo de Herodes tan temible co- mo su padre, le impedía volver a Belén o insta- El regreso de Egipto (2,19-23) larse en las cercanías de Jerusalén. Por lo tanto, José se dirige a Galilea, situada al norte del país La sagrada familia se desplaza de la tierra judío. Como se verá después, Galilea de las na- judía a Egipto, y luego de Egipto al país de Is- ciones constituye en Mt un espacio simbólico rael. Es el mismo itinerario que habían reco- (cf. la cita de Is 8,23-9,1 en Mt 4,15-16). rrido los lejanos antepasados del pueblo: pri- Mt aplica a Jesús el texto hebreo de Oseas mero Abraham (Gn 12,10-20) y luego Jacob y 11,1: De Egipto llamé a mi hijo. En su versión sus descendientes, que bajaron a Egipto y vi- original, este pasaje se refería al pueblo de Is- vieron más tarde la experiencia del éxodo. Así, rael. Al referirlo a Jesús, Mt le da un sentido ti- al final del evangelio de la infancia, los despla- pológico y cristológico; es decir, al mismo zamientos y persecuciones de Jesús muestran tiempo que proclama su filiación divina, esta- cómo el Mesías revivió las migraciones del blece un paralelismo entre el destino del Me- pueblo de Israel a lo largo de su historia. sías niño y el del pueblo de Israel: perseguido Herodes el Grande reinó desde el año 37 al por un rey poderoso, Jesús es semejante a Is- 4 a.C. De acuerdo con el testamento redactado 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 288

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poco antes de su muerte, su reino se repartió datos históricos interesantes con la única finali- entre tres de sus hijos (Arquelao, Herodes An- dad de satisfacer la curiosidad de sus lectores, tipas y Herodes Filipo). Arquelao fue designa- sino que, como todo evangelio, proclama la fe do etnarca de Judea, pero su gobierno se ca- de la Iglesia en Jesucristo el Señor. Ya la genea- racterizó por el desorden y las matanzas. Su logía de 1,1-17 pretende algo más que ofrecer matrimonio con una mujer divorciada ofendió una especie de registro de la ascendencia hu- profundamente a los judíos y aumentó el odio mana de Jesús. Lo que se busca, en realidad, es del pueblo contra él. Al cabo de diez años fue mostrar cómo Dios fue conduciendo los hilos llevado al destierro y sus dominios pasaron a de la historia hasta el nacimiento del que debía poder del emperador romano, que los gobernó salvar a su pueblo de todos sus pecados. Así se por medio de un prefecto. Es natural, enton- pone de manifiesto una verdad histórico-salvífi- ces, que José haya temido a este hijo de Hero- ca: Jesús, por ser hijo de David, es el Mesías que des, tanto o más cruel que su padre. Dios había prometido a Israel; por ser hijo de La quinta cita de cumplimiento (v. 23) no Abraham, realiza la promesa de bendición diri- menciona un texto profético particular. De he- gida a todas las familias de la tierra (Gn 12,1-4). cho, la introducción del evangelista habla de Otra señal evidente de la intención teológico- lo anunciado por los profetas, y no, de acuerdo kerigmática del evangelista son las citas de re- con la fórmula habitual, por medio del profeta. flexión: al ratificar cada episodio con una cita Lo más probable es que esta referencia genéri- de la Escritura, Mt quiere mostrar que en Jesús ca a los profetas contenga una alusión al pasa- se cumplieron las promesas y profecías del Pri- je de Is 11,1: Saldrá una rama del tronco de Je- mer Testamento. Este cumplimiento no colmó sé y un retoño brotará de sus raíces. En este las expectativas de los que esperaban un triun- pasaje profético aparece la palabra hebrea né- fo terreno del Mesías. Pero fue mucho más allá ser («retoño»), cuyo sonido se asemeja al adje- de lo que sugería la letra de las profecías, ya que tivo nazoraios (de Nazaret), asociado al nom- en Jesús se inaugura una nueva manera de es- bre de Jesús (cf. Mt 26,71). tar-Dios-con-su-pueblo, como lo indica el nom- Con esta referencia a los profetas, Mt trata bre Enmanuel: «Dios-con-nosotros». de responder a una objeción muy difundida Esta intención teológico-kerigmática está entre los judíos, que consideraban incompati- asimismo presente en todos los otros relatos, bles el origen galileo de Jesús y su condición que revelan de distintas maneras los atributos y de Mesías. Mientras que la profecía de Miq 5,1 prerrogativas de Jesús: Él es hijo de Abraham, y la tradición judía afirmaban que el Mesías hijo de David, hijo de Dios, nuevo Moisés, rey debía nacer en Belén de Judá, el pueblo de don- de Israel, retoño mesiánico del tronco de Jesé. de era David (Jn 7,42), Jesús era conocido co- De este modo, los relatos de la infancia po- mo el hijo de José de Nazaret (Jn 1,45-46). Por nen las bases de todo lo que vendrá después. eso Mt apela a las profecías no solo cuando El personaje principal es presentado con un habla del nacimiento de Jesús en Belén de Ju- perfil bien definido, y ya comienza a vislum- dea (2,1.5), sino también cuando dice que Jo- brarse el conflicto que lo enfrentará a sus ad- sé, al regresar de Egipto, se retiró a Galilea y versarios y que culminará en la cruz. se estableció con su familia en Nazaret (2,23). La respuesta del lector. Los relatos indican José obedeció las instrucciones del ángel (v. además qué actitud debe asumir el lector ante 19), y en la llegada de Jesús a Nazaret se cum- la persona de Jesús. José, el justo, y los magos plió lo anunciado por los profetas. de Oriente le sirven de modelo. En el episodio inicial, José es puesto ante la alternativa de aceptar o no las instrucciones del ángel. Obe- Conclusión: diente al mandato divino, él toma a María por el evangelio de la infancia en Mt esposa y da al niño el nombre de Jesús. Así co- mienza a cumplirse el designio de Dios. Un ejemplo de teología narrativa. Los relatos El resto del evangelio mostrará cómo va a sobre el nacimiento y la infancia de Jesús son realizar el Mesías Jesús su misión redentora. un modelo de la así llamada «teología narrati- También hará ver cómo debe comportarse el va». Es decir: Mt 1-2 es también «evangelio». lector para poder participar en la historia de No se propone simplemente recopilar algunos Dios, según los modelos ya señalados.

LA PROCLAMACIÓN DEL REINO DE LOS CIELOS

La predicación de Juan Bautista (3,1-12) una connotación escatológica (cf. Zac 8,23) y alude veladamente al tiempo mesiánico que Con un simple en aquellos días, Mt cubre to- empieza a alborear (cf. 4,14-16). do el tiempo transcurrido entre la infancia de Como en los otros evangelios, la manifesta- Jesús y el comienzo de su actividad pública. ción pública de Jesús está precedida por la En el presente contexto, esa frase inicial tiene predicación de Juan el Bautista. La persona de 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 289

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Juan es presentada súbitamente, sin ninguna dos los escritos apocalípticos una gran carga preparación. Mt no da de él ningún detalle utópica y una considerable reserva de espe- biográfico, sino que presenta solamente los ranza, al mismo tiempo que una desolada re- grandes rasgos de su figura y de su predica- signación respecto del presente. Ya no hay na- ción (Lucas llena este hueco con el relato de su da que esperar de la historia, que se encamina infancia; cf. Lc 1-2). precipitadamente hacia su fin. La actividad profética de Juan encuentra su El llamado a la conversión. Juan el Bautista definición en las palabras de Is 40,3. Su mi- anuncia la proximidad del reino de los Cielos sión consiste en preparar un camino al Señor. como lo hará el mismo Jesús (4,17) y como lo La palabra Señor, que en Isaías se refería a seguirán haciendo después de él sus discípulos Dios, designa ahora a Jesús. En esta cita de la (10,7): Conviértanse, porque el reino de los Cie- Escritura se resume la misión del Bautista tal los está cerca (v. 1). En su predicación, cobran como la entendieron los primeros cristianos: especial relieve dos temas. Uno es común a to- Juan el Bautista es visto en los cuatro evange- dos los profetas. Juan llama a la conversión lios con ojos enteramente cristianos, como (metánoia) en vista del juicio de Dios que se precursor y al servicio de Jesús, el Mesías. acerca y que será tinieblas y no luz (cf. Am Juan prepara el camino del Señor en el de- 5,18). La voz de los antiguos profetas volvía a sierto. Geográficamente se trata del valle infe- resonar en sus palabras, pero su mensaje era rior del Jordán, no lejos de Jericó y de la de- aún más urgente, dado que él anunciaba la in- sembocadura de ese río en el Mar Muerto. Sin minente irrupción del reino de Dios y el in- embargo, ese lugar geográfico tiene además quietante «ya está aquí» de la hora final. un significado religioso y simbólico. Lejos del Para los judíos, el hecho de ser linaje de mundo profano y de los lugares sagrados de Abraham constituía un especial título de glo- culto, Israel es llamado a la conversión a fin ria. En los círculos populares se creía incluso de estar preparado para la última revelación que la elección de Abraham garantizaba a to- de Dios. do israelita la participación en el futuro reino El Bautista se alimentaba con los productos de Dios, aunque sus pecados fueran enormes. que le ofrecía aquella región semidesértica. La Contra esta confianza presuntuosa en los mé- miel silvestre la producían las abejas en la hen- ritos de los antepasados reacciona con firme- didura de las piedras o en los huecos de los ár- za Juan el Bautista. Ante la inminencia del jui- boles. Las langostas, que también servían de cio, de nada sirve alegar la condición de hijos alimento al Bautista, eran cocidas en agua, de Abraham. La mera pertenencia al pueblo tostadas al fuego o puestas a secar al sol ar- elegido no es garantía de salvación, porque diente de la parte baja del Jordán. La vesti- hasta de las piedras Dios puede hacer surgir menta ascética y la comida frugal evocan la fi- hijos a Abraham (v. 9). Esta imagen juega pro- gura del profeta Elías (cf. 1 Re 17-19; cf. Zac bablemente con la asonancia entre las pala- 13,4), pero esto no basta para suponer que él bras arameas banim («hijos») y ‘abanim («pie- se consideraba a sí mismo un Elías redivivo o dras»). (Cf. también Is 51,1-2, que compara a que orientara su actividad según el modelo de Abraham con la roca de la que Dios talló a los aquel antiguo profeta. De hecho, la identifica- israelitas.) ción de Elías con Juan el Bautista se realizó Si de nada vale la pertenencia al pueblo de más tarde, en el seno de la comunidad cristia- Dios por herencia, la única alternativa es la na (cf. 11,10.14; 17,11-13). conversión con sus frutos correspondientes: El mensaje de Juan y la apocalíptica judía. El Produzcan el fruto de una sincera conversión (v. mensaje profético de Juan nació en el ambien- 8). Juan expresa el castigo inminente con la te de la apocalíptica judía. El tema predomi- imagen del árbol a punto de ser cortado: el ha- nante en los apocalipsis es el anuncio del jui- cha ya está puesta a la raíz de los árboles; ca- cio final, que pondrá fin al mundo presente, da árbol será juzgado por sus frutos, y el que someterá las fuerzas del mal a la soberanía de no produzca buen fruto será arrancado y echa- Dios y establecerá para siempre un nuevo or- do al fuego (v. 10). Solo el que se orienta hacia den de cosas (un cielo nuevo y una tierra nue- el reino de Dios y ordena su vida según sus exi- va, Ap 21,1; cf. Is 65,17). Detrás de las concep- gencias podrá escapar de la ira venidera. ciones apocalípticas se encuentran por lo Mt pone de relieve el éxito de Juan el Bau- general grupos humanos minoritarios, opri- tista, pero establece una distinción entre la midos por grandes sufrimientos religiosos, so- multitud, que acude en masa al bautismo de ciales y políticos. Estos grupos, al no ver nin- Juan, y los jefes del pueblo (los fariseos y sa- guna salida en la acción inmediata, lo esperan duceos), que presentarán a Jesús una cerrada todo de una victoria final de Dios, que llevará oposición a lo largo de todo el evangelio. Esta a su pleno cumplimiento las promesas de sal- distinción entre la multitud y los jefes se man- vación y reivindicará a su pueblo humillado tendrá luego a través del relato evangélico, pe- (cf. Dn 7). El apocalipsis es entonces una pa- ro quedará eliminada en el momento de la pa- labra de aliento y consolación en medio de la sión, cuando la multitud, incitada por sus crisis. En tal sentido, puede observarse en to- jefes, pida la crucifixión de Jesús (cf. 27,15- 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 290

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25). La expresión raza de víboras (v. 7) se vol- tismo se recibía una sola vez. Por lo tanto, no verá a encontrar en las invectivas de Jesús se trata de un baño ritual más en una serie de contra los fariseos (12,34; 23,33). ritos de purificación, sino de un bautismo úni- El anuncio del que vendrá después. El otro co y definitivo, que debe ser comprendido con elemento distintivo en la predicación del Bau- referencia al fin de los tiempos y al juicio final. tista (sin duda el más relevante desde el punto El bautismo de conversión es la preparación de vista cristiano) es su anuncio del que debía última, el último sello con vistas al bautismo venir después de él con mayor poder y digni- del juez que Juan anuncia como aquel que vie- dad (v. 11). ¿Quién era este más poderoso que ne detrás de mí y es más poderoso que yo (v. 11). bautizaría con Espíritu Santo y fuego, y del Este bautismo debía ir acompañado de la que Juan se consideraba precursor? confesión de los pecados (el participio pre- La respuesta a esta pregunta está dada por sente [exomologoumenoi, v. 6] indica la simul- la impresionante serie de imágenes que em- taneidad del bautismo y de la confesión). Sin plea Juan al proclamar su mensaje: Espíritu y un genuino arrepentimiento y sin los frutos fuego, hacha y raíz del árbol, horquilla y era de la conversión, el bautismo perdía todo su donde se trilla el grano, trigo recogido en el sentido. granero y paja quemada en el fuego inextin- El bautismo de Juan presenta ciertas carac- guible. Todas estas imágenes evocan clara- terísticas comunes con las acciones simbólicas mente la idea del juicio y permiten suponer de los profetas (cf., por ejemplo, Is 20,1-6; Jr que Juan se representaba al futuro Mesías co- 27,1-15; Ez 4,1-5,10; 12,1-16), pero el simbo- mo el juez del fin de los tiempos, que herirá al lismo implicaba en este caso algo más que una violento con la vara de su boca y con el soplo de simple ilustración. El bautismo por sí solo no sus labios hará morir al malvado (Is 11,4). Ob- garantizaba el perdón, sino que era, por así viamente, la imagen de Jesús que presentan decir, el sello que atestiguaba la autenticidad los evangelios contrasta sensiblemente con la del arrepentimiento. Sin embargo, tal vez sea del juez escatológico anunciado por Juan el inútil especular sobre la relación entre el he- Bautista (cf. 11,1-6). cho de lavarse y el perdón de los pecados, ya El bautismo de Juan. Estos dos elementos de que es muy dudoso que Juan o sus discípulos la predicación están en relación con el bautis- se hayan planteado esta cuestión. Tampoco mo. Ante la cercanía del juicio, Juan exigía que habría que separar los varios componentes de se recibiera su bautismo en las aguas del río Jor- un único evento complejo, que incluía la con- dán. Este rito bautismal (sin duda el rasgo más versión, la confesión, la inmersión y el perdón. característico de su misión) fue el elemento Por medio del bautismo, el penitente se con- nuevo que le mereció el nombre de el Bautista. vertía en miembro del pueblo preparado por Las purificaciones con agua eran muy fre- Dios, capaz de esperar el juicio inminente sin cuentes entre los judíos (cf. Mc 7,3-4; Lv 14,8; temor de ser condenado. 15,5.6.22; 16,24). Entre los esenios, en particu- Según el v. 11, Juan y Jesús bautizan, pero lar, un baño ritual preludiba cada día la comi- sus bautismos tienen un sentido diferente. da comunitaria. Probablemente se trataba de Juan bautiza con agua, Jesús bautizará con una transposición del ritual de los sacerdotes Espíritu Santo y fuego. Su bautismo será un en el templo de Jerusalén, que debían bañarse don del Espíritu y tendrá la eficacia del fuego varias veces al día, antes y después de los actos purificador anunciado por los profetas (Zac de culto. Toda mancha, incluso involuntaria, 13,9; cf. Is 1,25). Parece claro que, cuando ha- debía borrase con una ablución. En este punto, bla del Espíritu y del fuego, Juan tiene en vis- los esenios excedían los usos del judío medio e ta dos grupos distintos: los que, se hayan con- incluso las prácticas farisaicas (cf. 15,1-2). vertido serán purificados por la acción del Las abluciones de los esenios no tendían so- Espíritu; los impíos, en cambio, serán aniqui- lamente a obtener la pureza ritual. La purifica- lados por el fuego. ción, para ser real y completa, debía ser tam- bién moral. El rito dejaba de ser eficaz si no lo acompañaba el arrepentimiento, ya que solo El bautismo de Jesús (3,13-17) por la rectitud, la humildad y la fiel obediencia a los preceptos divinos podía purificarse la car- El clamor de Juan en el desierto encontró ne. Sin esta actitud interior, perdían todo su un amplio eco, y el mismo Jesús se sumó a la sentido las abluciones y los baños rituales. De multitud que acudía al Jordán para hacerse manera semejante, Juan llamaba sobre todo a bautizar. Esto quiere decir que él reconoció en la conversión moral. Aunque él era de familia el Bautista a un enviado de Dios, como lo con- sacerdotal (cf. Lc 1,5-25.57-66), su predicación firman las palabras que ponen a Juan por en- continuaba la tradición de los profetas más cima de los demás profetas (Mt 11,7-15). bien que la de los círculos sacerdotales. El bautismo de Jesús en el río Jordán es un Sin embargo, el bautismo de Juan constitu- hecho históricamente innegable, bien atesti- ye un caso aparte en el conjunto de las ablu- guado por toda la tradición evangélica (cf. Mc ciones judías. Con toda probabilidad, ese bau- 1,9-11; Lc 3,21-22). El cuarto evangelio no lo 01.108 - 29 8/11/07 10:20 Página 291

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relata expresamente, pero su solemne referen- en el relato de la prueba a la que Jesús se ve cia a la teofanía bautismal (Jn 1,31-34) está en sometido en el desierto (4,1-11) y que se narra consonancia con los datos sinópticos. Más inmediatamente después del bautismo. Ese re- aún, dada la fe de la primera comunidad cris- lato pone de manifiesto cómo el Hijo de Dios tiana en la trascendencia divina de Jesús (cf. v. obedece absolutamente a las Escrituras y có- 17), es difícil pensar que en el fondo de esta mo esa fidelidad ejemplar le asegura la victoria narración no hay nada más que un suceso sobre Satanás. imaginario. Si Jesús no se hubiera sometido Dado que la justicia consiste en hacer la vo- realmente al rito penitencial de Juan, nadie lo luntad de Dios, se trata de una tarea que cada habría imaginado haciéndose bautizar por él. uno debe cumplir. Pero la palabra «justicia», Todos los evangelistas han advertido el as- en Mt, tiene un campo de aplicación más am- pecto paradójico de este gesto de Jesús. Sin plio y abarca mucho más que el concepto clá- embargo, solo Mt lo hace notar expresamente sico de justicia («dar a cada uno lo suyo»). Así en una ampliación del relato original (vv. 14- como la voluntad de Dios se extiende a todas 15) que tiene como trasfondo la siguiente pre- las esferas de la vida, tanto individual como gunta: si Jesús es el Hijo de Dios, ¿por qué se social, así también la justicia tiene una dimen- sometió a un rito bautismal al que todos acu- sión tan extensa como la vida. Por eso Jesús, al dían confesando sus pecados? mismo tiempo que inaugura una nueva alian- A esta pregunta trata de responder el breve za (26,28), también invita a una justicia nueva. diálogo entre Juan y Jesús. La presencia de es- Jesús es bautizado por Juan. Los relatos de te diálogo (exclusivo de Mt) presupone una los evangelios sinópticos sobre el bautismo de lectura retrospectiva de la historia y manifies- Jesús se caracterizan por su sobriedad. Mt se ta un doble aspecto: por una parte, atestigua la limita a mencionar el hecho con un participio dificultad que experimentó la comunidad de (bautizado Jesús), y pasa de inmediato a des- Mt al tener que interpretar el bautismo de Je- cribir la teofanía, que constituye el centro de sús; por la otra, asigna a Jesús y a Juan el lu- la narración. Cuando Jesús sale del agua, gar que le corresponde a cada uno en la histo- 1. se abren los cielos, ria de la salvación. En tal sentido, el diálogo 2. desciende sobre él el Espíritu en forma expresa la reflexión de la fe cristiana, que ve la de paloma, acción de Jesús desde el ángulo del designio 3. se escucha una voz celestial. salvífico que va a cumplirse por medio de él. 1. Según una creencia común en el judaís- Así se refleja una vez más la intención cate- mo tardío, después la muerte de los últimos quética de Mt. profetas (Ageo, Zacarías y Malaquías), «se ha- Juan se resiste a bautizar a Jesús porque él bían cerrado los cielos», es decir, el Espíritu no puede bautizar al más fuerte, que bautiza- había dejado de inspirar a los mensajeros de la rá con Espíritu Santo y fuego (3,11). Es Juan, palabra divina. La profecía había cesado, y es- y no Jesús, el que necesita ser bautizado –y te silencio constituía una verdadera tragedia bautizado, no con agua, sino con el Espíritu para el pueblo de Dios, llamado a vivir cons- Santo–. A esta objeción Jesús responde con tantemente bajo la guía de la revelación divina una frase que a primera vista resulta enigmá- (cf. Sal 74,9; Am 8,11-12; 1 Mac 4,46). En co- tica: nos conviene cumplir toda justicia (3,15). nexión con esta creencia, también se creía que La justicia en Mt. La palabra justicia (un los cielos volverían a abrirse con la llegada del término clave del primer evangelio) aparece Mesías, para que él, como profeta de los tiem- siete veces en Mt con un sentido preciso: la pos escatológicos, pudiera ser investido del justicia consiste en el fiel cumplimiento de la Espíritu. De ahí que esta apertura aluda sim- voluntad de Dios (3,15; 5,6.10.20; 6,1.33; bólicamente a la comunicación directa entre 21,32). Por eso Jesús, en el Sermón de la mon- Dios y la tierra, propia de los tiempos mesiá- taña, invita a sus seguidores a buscar la justi- nicos. En las visiones proféticas y apocalíticas, cia mediante la obediencia a la voluntad de la apertura de los cielos es a veces la condición Dios (5,20; 6,33) y promete la felicidad escato- previa para acceder a las realidades divinas lógica a los que emprenden el camino de la (Ez 1,1; cf. Jn 1,51; Ap 4,1). Otras veces los cie- justicia (5,6.10). Para Mt, el creyente puede vi- los no se abren para permitir el acceso a los se- vir en conformidad con la Ley y de este modo cretos de Dios, sino para dar paso al mismo aspirar a la justicia. Dios (Is 63,19). Jesús es el modelo perfecto de esta perfecta 2. La mención del Espíritu que desciende conformidad a la voluntad divina. Él no solo sobre Jesús supone una referencia implícita a llama a una «nueva justicia» (5,20), sino que la los textos proféticos, que no solo prometían realiza con sus obras y palabras (5,17). Cuando una efusión universal del Espíritu sobre el pue- dice a Juan nos conviene cumplir toda justicia, blo de Dios (Ez 36,26-27) o sobre toda carne (Jo- Jesús declara que uno y otro deben someterse el 3,1), sino que ponían al Espíritu en relación a la voluntad de Dios. El valor programático de directa con la persona elegida: el rey davídico esta declaración se verá confirmado luego, en (Is 11,2), el Servidor de Yahvé (Is 42,2) y el pro- el desarrollo ulterior del evangelio. Ante todo, feta escatológico (Is 61,1). Al decir que Jesús