Una perspectiva neurocientífica sobre la histeria

A neuroscientific approach to hysteria

Lucía Amoruso* Instituto Rosarino de Investigación en Ciencias de la Educación, CONICET, Rosario, Argentina

Resumen Abstract

En la última década, el desarrollo y la puesta en marcha de In the last decade, the development and implementation of las modernas técnicas de neuroimagen en el campo de la modern techniques in the field of cognitive neurociencia cognitiva han proporcionado una nueva vía de neuroscience have provided a new way to approach the ex- acercamiento al estudio experimental de algunos trastornos perimental study of mental disorders. Several authors have mentales. Dentro de esta perspectiva, denominada por algu- proposed the name of “cognitive neuropsychiatry” for this nos autores “neuropsiquiatría cognitiva”, la histeria (o trastor- alternative approach. In this context, hysteria (or conversion no de conversión, de acuerdo con la clasificación psiquiátrica disorder, according to the current psychiatric classification) actual) ha cobrado un amplio protagonismo. De acuerdo con has reached a huge protagonism. Therefore, this paper is in- lo anterior, el objetivo del presente trabajo consiste en intro- tended to introduce pioneer studies about hysteria from a ducir estudios pioneros basados en una perspectiva neuro- neurocientific perspective. It is necessary to highlight that, científica de la histeria. Conviene destacar que, si bien estos although these studies offer significant evidence about some aportan evidencia significativa sobre algunas de las áreas of the brain areas and cognitive dysfunctions involved in the cerebrales y las disfunciones cognitivas comprometidas en above mentioned disorder, results are still far from being el mencionado trastorno, los resultados obtenidos a la fecha conclusive. distan aún de ser concluyentes.

Palabras clave: neurociencia cognitiva, neuropsiquiatría cog- Keywords: , cognitive neuropsychiatry, nitiva, síntoma de conversión motora, técnicas de neuroima- conversion disorder, motor conversion symptom, neuroima- gen, trastorno de conversión. ging techniques.

Artículo de revisión Recibido: 26 de enero del 2010 - Aceptado: 28 de mayo del 2010

* Correspondencia: [email protected]

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De la histeria al trastorno Vuilleumier (2005), aún se desconocen cuáles de conversión son los circuitos neuronales específicos impli- El término histeria se remonta a la Anti- cados en dicho mecanismo. güedad. Según Veith (1965), fue acuñado por Hi- De acuerdo con el DSM-IV (APA, 1994), pócrates (460 a. C - 370 a. C.) para describir una el trastorno de conversión se diagnostica por la enfermedad exclusivamente femenina en la cual presencia de uno o varios síntomas que afectan la migración del útero ocasionaba la compresión funciones motoras voluntarias o sensoriales, y de otros órganos corporales causando diversos que sugieren la existencia de una enfermedad malestares. Sin embargo, a partir del siglo XVII, neurológica o médica. Sin embargo, tras un exa- luego de que la histeria fuese identificada duran- men clínico adecuado, el síntoma o déficit no te la Edad Media con la posesión demoníaca, logra ser explicado por la presencia de una le- comenzaron a florecer explicaciones de carácter sión orgánica. Cabe destacar que el hecho de que cada vez más psicológico (Allin, Streeruwitz & esta última no exista no implica que los síntomas Curtis, 2005). Posteriormente, en el XIX, fue el sean simulados. Por el contrario, los síntomas neurólogo francés Jean-Martin Charcot quien provocan un malestar significativo en el indivi- sentó las bases clínicas para su posterior estudio duo que los padece. Paralelamente, se conside- (Black, Seritan, Taber & Hurley, 2004). ra que los factores psicológicos están asociados No obstante, se puede afirmar que fueron con el origen del trastorno, debido a que la ma- los trabajos llevados a cabo desde una perspecti- nifestación de los síntomas o la exacerbación del va psicoanalítica los que consolidaron finalmente cuadro se encuentra precedida por situaciones el uso del término histeria en la clínica contem- estresantes para el individuo. poránea (Ron, 2001). Más específicamente, fue En este contexto, conviene mencionar que (1894/1998) quien introdujo el existen actualmente ciertas discrepancias entre término conversión (Konversion) para caracte- los sistemas de clasificación en lo que al tras- rizar un mecanismo a través del cual el monto torno de conversión respecta. En este sentido, de afecto asociado a una representación displa- mientras que el DSM-IV (APA, 1994) clasifica la centera para el yo del individuo era traspuesto mencionada afección entre los trastornos soma- (umsetzen) al cuerpo, lo que provocaba, conse- toformes, la CIE-10 (OMS, 1994) lo hace entre cuentemente, la aparición de síntomas somáticos. los trastornos disociativos. Actualmente, aunque el término histeria haya perdido cierta vigencia fuera del campo Las técnicas de neuroimagen psicoanalítico, sus síntomas y su etiología trau- En las últimas tres décadas, el desarrollo de mática continúan haciendo eco en la clínica las técnicas de neuroimagen se ha visto impulsa- contemporánea (Kihlstrom, 1994). Tanto así do de manera vertiginosa. Entre otras cuestiones, que el DSM-IV (Asociación Psiquiátrica Amer- este desarrollo ha permitido la obtención de datos icana [APA], 1980, 1994) reemplazó el térmi- significativos sobre el asiento neuroanatómico de no neurosis histérica, tipo conversivo por el de distintas funciones cognitivas, dando lugar a un trastorno de conversión (Owens & Dein, 2006). claro avance en el campo de las neurociencias, a En este sentido, si bien el término histeria ha tal punto que ciertos autores sugieren que la utili- sido desterrado de la terminología psiquiátrica zación de las modernas técnicas de neuroimagen oficial, el mecanismo inherente a la produc- en este campo de investigación ha propiciado un ción sintomática del mencionado trastorno salto cualitativo en la exploración experimen- continúa vigente. Sin embargo, tal como señala tal del cerebro (Pozo, 2004; Sierra-Fitzgerald

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& Munévar, 2007). En consonancia con estos caracterizan por ocurrir en el rango de los mili- planteamientos, conviene destacar que la década segundos, y estas técnicas, al basarse en medidas de los noventa se denominó “la década del cere- indirectas, acarrean un retraso temporal al mo- bro” (Martín-Rodríguez, Cardoso-Pereira, Boni- mento de reflejar la actividad cerebral (Sierra- fácio & Barroso y Martín, 2004). Fitzgerald & Munévar, 2007). Resumidamente, estas técnicas se caracte- Como contraparte, conviene mencionar que rizan por su capacidad para traducir en imáge- existen técnicas de neuroimagen eléctrica como nes la información sobre el cerebro, y pueden la electroencefalografía (EEG), que permiten re- clasificarse según dos grandes grupos: las téc- gistrar patrones de actividad neural con una alta nicas de neuroimagen estructural y las técnicas resolución temporal (Michel et al., 2004). Por de neuroimagen funcional. Las primeras, entre ejemplo, a partir de la EEG se pueden obtener las cuales se encuentran la tomografía compu- potenciales relacionados con eventos (PRE), los tarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), cuales aportan información significativa sobre la permiten reconstruir imágenes estáticas del actividad cerebral involucrada en algunos proce- cerebro, mientras que las segundas permiten sos cognitivos complejos. El supuesto básico que medir alteraciones funcionales de manera di- subyace a este tipo de registros es que, a partir de námica a partir de distintos parámetros como la presentación de un evento dado, se genera una el flujo sanguíneo cerebral regional, la distribu- actividad eléctrica en áreas cerebrales específicas ción y densidad de determinados neurorecep- en respuesta a dicha estimulación. De esta mane- tores o el consumo de oxígeno y el metabolismo ra, gracias a su gran resolución temporal, la uti- de la glucosa (Pozo, 2004). Entre estas últimas lización de las técnicas de neuroimagen eléctrica se encuentran la tomografía por emisión de puede, en gran medida, complementar los datos positrones (TEP), la tomografía computarizada obtenidos con neuroimagen funcional. por emisión de positrones individuales (TCEPI) y la imagen por resonancia magnética funcional La neuropsiquiatría cognitiva (IRMf). Actualmente, el estudio de los trastornos En líneas generales, el valor de ambos gru- psiquiátricos constituye un gran desafío en el pos de técnicas reside en su alta resolución espa- campo de las neurociencias. En efecto, la com- cial y en su capacidad para explorar el cerebro prensión de los procesos psicopatológicos se ha humano intacto de manera no invasiva, y su di- visto influida, en las últimas décadas, por dis- ferencia radica, principalmente, en el tipo de in- tintos constructos neuropsicológicos y por da- formación que cada una de ellas aporta. De esta tos neurobiológicos sobre el cerebro, lo que ha manera, mientras que las técnicas estructurales permitido establecer asociaciones entre deter- permiten una mejor detección de los cambios en minados trastornos psiquiátricos, disfunciones el volumen tisular o de lesiones cerebrales, las cognitivas y áreas cerebrales específicas. En este técnicas funcionales permiten correlacionar la contexto, el término neuropsiquiatría cognitiva actividad de algunas regiones del cerebro con la ha sido propuesto por algunos autores (David, conducta y la cognición. En efecto, este último 1993; David & Halligan, 2000) para designar esta aspecto es el que las vuelve sumamente intere- particular área de confluencia (Badde ley, 1996). santes en la investigación neurocientífica. Tal como señala David (1993), dicho término fue No obstante, las técnicas de neuroima- primeramente acuñado por Hadyn Ellis en 1991 gen no se encuentran exentas de limitaciones. para dar cuenta de esta aproximación alternativa Las operaciones cognitivas son procesos que se al estudio de los trastornos psiquiátricos.

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Entre las características que presenta este Una perspectiva neurocientífica enfoque se encuentra la adopción de la meto- sobre el síntoma de conversión dología neurocientífica, principalmente las téc- En un estudio pionero, Marshall, Halligan, nicas de neuroimagen funcional. Otra de sus Fink, Wade y Frackowiak (1997) utilizaron TEP características es el intento por ir más allá del para el estudio de una paciente con parálisis diagnóstico y de la clasificación psiquiátrica, de conversión motora en su pierna izquierda. buscando, en primer lugar, ofrecer una explica- Observaron que, durante la preparación y la ción cognitiva del trastorno y, en segundo lugar, ejecución del movimiento de la pierna sana, se una localización de los sistemas cerebrales res- activaba primero la corteza prefrontal dorsola- ponsables de este (David & Halligan, 2000). teral (CPFDL) y luego las áreas premotoras y la Asimismo, otra de las cuestiones sobre las corteza sensoriomotriz contralaterales al déficit. que David y Halligan (2000) hacen énfasis ra- De la misma manera, cuando la paciente pre- dica en que el estudio de las emociones consti- paraba el movimiento con la pierna paralizada tuye uno de los pilares fundamentales a tener en se activaba la CPFDL. Sin embargo, cuando la cuenta en el desarrollo de esta disciplina. Esto se paciente intentaba ejecutar el movimiento con debe a que otra de las características que posee la pierna paralizada —y fallaba en la ejecución este enfoque consiste en retomar el interés por el del mismo—, la corteza sensoriomotriz y las estudio objetivo de las emociones, de la mano de áreas premotoras no llegaban a activarse. En su autores como LeDoux (1996) y Damasio (1996). lugar, se activaban áreas límbicas específicas: la En este sentido, Baddeley (1996) afirma que, si corteza cingulada anterior (CCA) y la corteza or- bien la comprensión cognitiva y neurobiológica bitofrontal (COF). En consecuencia, estas áreas de los procesos emocionales implicados en los fueron identificadas como las responsables de trastornos psiquiátricos presenta aún ciertas di- inhibir los movimientos voluntarios de la pa- ficultades, la neuropsiquiatría cognitiva se pre- ciente. Esto es, de inhibir los efectos de la CPFDL senta como una disciplina privilegiada para dar sobre las áreas motoras primarias. respuesta a este interrogante. En concordancia con el estudio mencio- Conviene destacar que entre los principales nado, Halligan, Athwal, Oakley y Frackowiak trastornos psiquiátricos mencionados por David (2000) en un estudio de caso único llevado a cabo y Halligan (2000) se encuentra el trastorno de mediante TEP, encontraron que las áreas impli- conversión (DSM-VI, 1994) y, en dicha clasifica- cadas en la parálisis histérica de conversión y las ción, el subtipo concerniente a la presencia de implicadas en la parálisis inducida mediante hip- síntomas o déficits motores. Este subtipo incluye nosis eran análogas. En ambos casos, se observó síntomas como la alteración de la coordinación un incremento en la actividad de la CCA y la COF psicomotora y del equilibrio, así como la presen- sin activación de las áreas motoras primarias. cia de parálisis o debilidad muscular localizada. Utilizando TCEPI, Yazici y Kostakoglu En este contexto, han surgido reciente- (1998) reportaron irregularidades en el flujo san- mente una serie de estudios sobre el síntoma de guíneo cerebral en cinco pacientes con síntomas conversión motora que aportan evidencia signi- conversivos heterogéneos. Más específicamente, ficativa sobre las relaciones entre determinadas encontraron una disminución de la perfusión estructuras cerebrales y las disfunciones cogniti- cerebral en las áreas parietales y temporales. A vas implicadas en el síntoma. No obstante, con- partir de dichos resultados, sugirieron que los viene señalar que los resultados obtenidos a la síntomas conversivos podrían estar directamen- fecha distan aún de ser concluyentes, requirien- te correlacionados con alteraciones en la perfu- do futuras replicaciones. sión cerebral regional.

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Por su parte, Spence, Crimlisk, Cope, Ron movimiento. En este sentido, según los autores, y Grasby (2000) llevaron a cabo un estudio uti- la representación del movimiento sería generada lizando TEP con el objetivo de clarificar la dis- sin mayores dificultades por el individuo, siendo tinción entre los síntomas de conversión y los inhibida solo posteriormente. síntomas fingidos, a partir del examen de sus En otro estudio realizado con TCEPI en sie- correlatos neuronales. Con este objetivo, com- te pacientes con síntomas histéricos de conver- pararon el desempeño motor en sujetos con sión, Vuilleumier et al. (2001) encontraron una síntomas de conversión motora (debilidad mus- disminución del flujo sanguíneo en el tálamo y cular localizada en uno de sus miembros supe- en los ganglios basales contralaterales al déficit. riores) y en sujetos que simulaban debilidad Ellos sugirieron que la disminución de la acti- muscular. Durante la realización de una tarea vidad en los circuitos correspondientes a dichas de decisión motora simple en la que debían mo- áreas, encargados de moderar emocionalmente ver una palanca de mando en dos direcciones los procesos motores, se originaría a partir de posibles (derecha o izquierda), observaron que situaciones estresantes para el individuo que in- los sujetos con síntomas de conversión motora hibirían su normal funcionamiento. Cabe desta- mostraban una disminución significativa de la car que los pacientes asociaban el comienzo del actividad en la CPFDL, en comparación con los déficit con una situación estresante. simuladores y los sujetos normales. A partir de Cojan, Waber, Carruzzo y Vuilleumier dichos resultados, Spence et al. sugirieron que (2009a) realizaron un estudio de caso único la desactivación de la CPFDL se encontraría im- mediante IRMf en una paciente con parálisis de plicada en los síntomas de conversión, los cua- conversión en su mano derecha. A partir de la les diferirían, en consecuencia, de los síntomas comparación de los diferentes aspectos del con- fingidos de manera consciente. trol motor en una tarea go-nogo (preparación, Actualmente, uno de los paradigmas más ejecución, inhibición), observaron que durante la utilizados en el estudio de los aspectos cogni- preparación del movimiento con la mano parali- tivos del control motor es el de la imaginación zada se activaba la corteza motora, y concluyeron, motora (Lange, Roelofs & Toni, 2008). En esta lí- al igual que Maruff y Velakoulis (2000), que los nea de investigación, Maruff y Velakoulis (2000) circuitos motores no se encontraban alterados. compararon en dos pacientes la habilidad para Sin embargo, ante la imposibilidad de ejecutar controlar voluntariamente los movimientos el movimiento correspondiente, notaron que la reales y los movimientos imaginados; uno de corteza prefrontal ventromedial se activaba de ellos presentaba una parálisis de conversión y manera concomitante, región involucrada en otro, una lesión orgánica, ambas localizadas el procesamiento afectivo. Asimismo, hallaron en el miembro superior izquierdo. Utilizando un aumento en la actividad del precuneo, área IRMf, hallaron que, en el paciente con parálisis relacionada con las representaciones autorrefe- de conversión, la imaginación motora, esto es, renciales. En consecuencia, concluyeron que los el estado dinámico en el cual un individuo si- síntomas conversivos motores no involucrarían mula mentalmente la realización de una acción una inhibición activa y completa de los circuitos motora específica, no se encontraba alterada. motores, sino que se encontrarían asociados con En consecuencia, sugirieron que el déficit en una activación selectiva de ciertas regiones cere- la ejecución del movimiento no se debía a una brales implicadas en las representaciones autorre- alteración de los circuitos motores, sino que es- ferenciales y en el procesamiento emocional. taba relacionado con un estadio más superior En un trabajo reciente, Voon et al. (2010) relativo a la voluntad de inhibir la iniciación del analizaron la relación entre el trastorno de

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conversión y los procesos emocionales. Utilizan- brazo derecho) en comparación con su miem- do IRMf, midieron la actividad de la amígdala bro sano (brazo izquierdo) y con un sujeto que al momento de procesar estímulos afectivos en fingía dicho síntoma. En consecuencia, sugirie- 16 pacientes con síntomas conversivos positivos ron que en el trastorno de conversión existiría como temblores, distonía y dificultades en el un déficit cognitivo en el procesamiento de los andar. Notaron que dichos pacientes presenta- estímulos sensoriales y que el componente P300 ban una mayor conectividad funcional entre la permitiría diferenciar al mencionado trastorno amígdala y la corteza motora suplementaria que de los trastornos facticios. Por otra parte, Yazici, los sujetos normales. A partir de estos datos, su- Demirci, Demir y Ertugrul (2004) observaron girieron que en el trastorno de conversión existi- una ausencia casi total de potenciales evocados ría una mayor influencia de las regiones límbicas somatosensoriales (PES) en dos pacientes que sobre la corteza motora suplementaria, área im- presentaban como síntoma conversivo un tras- plicada en la iniciación del movimiento y en las torno en el andar. Conviene destacar que, luego respuestas inhibitorias no conscientes. de su recuperación, dichos pacientes ya no mos- Otro trabajo reciente y de gran interés es el traban PES alterados. de Lange, Toni y Roelofs (2010). En un estudio Según Spence (1999), la atención es un con IRMf, durante la realización de una tarea de componente central para el mantenimiento de imaginación motora con el miembro afectado, los síntomas histéricos. En efecto, Roelofs, De observaron patrones de conectividad alterados Bruijn y Van Galen (2006), en un estudio llevado entre la CPFDL y las regiones sensomotoras en a cabo en seis pacientes con paresia unilateral en ocho pacientes con trastorno de conversión. uno de los brazos, hallaron una hiperactividad Más específicamente, reportaron una mayor co- en la CCA durante el inicio de los movimientos nexión positiva entre la CPFDL y la corteza mo- con el miembro afectado en comparación con tora primaria, al mismo tiempo que notaron una el miembro sano. A partir de dichos resultados, mayor conexión negativa entre la CPFDL y la sugirieron que, en el trastorno de conversión, la corteza somatosensorial primaria y el hipocam- actividad de automonitoreo de la CCA se encon- po. Una de las interpretaciones sugeridas por los traría significativamente alterada. autores es que la interacción negativa entre la CPFDL y el hipocampo podría deberse a un me- Algunos modelos explicativos sobre canismo defensivo que disociaría los movimien- el síntoma de conversión motora tos del miembro afectado de ciertos recuerdos indeseados. En efecto, estos planteamientos se Hipnosis y trastorno de conversión encuentran en consonancia con la hipótesis de Existe una línea de investigación que, en Anderson y Levy (2009) según la cual el control consonancia con las ideas introducidas por de los recuerdos indeseados tendría como base Charcot (Muckenhoupt, 1997), considera la uti- el mismo mecanismo que el encargado de inhi- lización de la hipnosis como una herramienta bir las respuestas motoras. fundamental para la investigación experimental Por último, resulta necesario mencionar del trastorno de conversión (Oakley, 2006; Cojan que existen algunos estudios sobre el trastorno et al., 2009b). En efecto, desde el inicio del estu- de conversión, realizados con EEG. Por ejemplo, dio de la histeria en relación con la hipnosis de la Lorenz, Kunze y Bromm (1998) reportaron una mano de Charcot en el año 1878 (Bercherie, 1988; ausencia del componente P300 luego de la esti- Gauchet & Swain, 2000) hasta nuestros días, ha mulación del miembro afectado en un pacien- sido reportada una serie de rasgos similares en- te con un síntoma conversivo (anestesia en su tre los síntomas conversivos y los inducidos por

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sugestión mediante hipnosis (Kihlstrom, 1994; consecuencias desafortunadas, debido a que su- Oakley, 1999). Particularmente, el principal rasgo geriría que los individuos serían necesariamente común que poseen ambos síntomas consiste en conscientes de los procesos ejecutivos involucra- que, a pesar de que son percibidos por el indivi- dos en la toma de decisiones. Contrariamente, duo como reales, luego de los exámenes médicos Oakley diferencia dos sistemas: uno consciente y neurológicos pertinentes se advierte que los y otro autoconsciente, indicando que ciertas re- nervios y músculos se encuentran sanos. Según presentaciones, más allá de su carácter conscien- Oakley (2006), este elemento común sugiere que te, no serían experimentadas por el individuo de ambos tipos de síntomas serían producidos de manera subjetiva. Esto se debe a que, tal como manera análoga por el cerebro. se mencionó previamente, para Oakley solo el A partir de dichas similitudes, Oakley contenido del sistema autoconsciente constitu- (1999) ha propuesto un modelo teórico integra- ye lo que el individuo es capaz de percibir como dor inspirado, principalmente, por la teoría de subjetivo o como voluntario. la neodisociación (neodissociation theory) de Oakley (1999) plantea que, en la hipno- Hilgard (1974). Esta última se encuentra basada sis y en el trastorno de conversión, el flujo de en el supuesto de que existen múltiples sistemas la información entre los diferentes sistemas se cognitivos organizados de manera jerárquica, encontraría afectado o disociado. En el caso de coordinados por una estructura de control cen- la hipnosis, la actividad del sistema de control tral denominada “ego ejecutivo” (executive ego) ejecutivo podría ser influida de manera externa (Hilgard, 1977, 1992). En este contexto, otro de a través de la sugestión llevada a cabo por otra los conceptos mencionados por Oakley, dada su persona. En este sentido, si el contenido de la su- cercanía conceptual con la propuesta de Hilgard, gestión consiste en el impedimento de que cierta es el de “sistema atencional supervisor” (supervi- representación ingrese al sistema autoconsciente sory attentional system) (Shallice, 1988). o de que cierta acción sea inhibida, los resultados El modelo propuesto por Oakley (1999) re- serían fenómenos hipnóticos negativos como las toma, en consecuencia, la idea sobre la existencia analgesias o las parálisis. En el caso del trastorno de diferentes sistemas entre los cuales existiría un de conversión, considerado en términos de auto- flujo dinámico de información controlado por sugestión, se produciría un mecanismo similar, una estructura central, para la cual propone el con motivo de proporcionar algún tipo de solu- nombre de “sistema de acción prioritaria” (priori- ción a un conflicto o contradicción psicológica, ty action system). Dicho sistema se encargaría del pero con la diferencia de que el proceso se daría planeamiento motor y la toma de decisiones me- sin la intervención de otra persona. En conse- diante la regulación del acceso de las represen- cuencia, la hipnosis sería una especie de contrato taciones al sistema autoconsciente, facilitando o entre el hipnotizador y el sistema consciente del inhibiendo su respectivo ingreso. Según Oakley, individuo para que el primero manipule los con- las representaciones capaces de acceder a dicho tenidos del sistema autoconsciente del segundo. sistema serían experimentadas subjetivamente En el caso del trastorno de conversión, el contra- por el individuo y las actividades por él coordi- to se llevaría a cabo en el propio individuo entre nadas serían percibidas como voluntarias. el sistema consciente y el sistema autoconsciente. Sin embargo, Oakley establece una serie de diferencias respecto de los postulados de Shallice, ¿Trastorno motor o trastorno de la voluntad? debido a que, para Shallice, el sistema atencional Según Broome (2004), los resultados ob- supervisor formaría parte del sistema conscien- tenidos mediante técnicas de neuroimagen te. Según Oakley, este enunciado involucraría sugieren, a primera vista, dos mecanismos

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alternativos para explicar el síntoma de conver- sensación de voluntad) generaría finalmente sión motora. Esto se debe a que algunos auto- una desconexión con la corteza motora provo- res plantean que la volición estaría intacta y la cando, por ejemplo, una parálisis. falla estaría localizada en los circuitos motores No obstante, conviene mencionar que, si (Halligan et al., 2000; Marshall et al., 1997), bien existe evidencia empírica sobre la existen- mientras que otros afirman que en el déficit es- cia de recuerdos reprimidos correlacionados tarían comprometidos estadios más superiores con la presencia de parálisis motora de conver- relativos a la volición y la intensión del indivi- sión (Kanaan, Craig, Wessely & David, 2007), duo (Cojan et al., 2009; Spence, 1999; Vuilleu- el modelo propuesto por Broome (2004) no ha mier et al., 2001). Como consecuencia de dicha sido contrastado empíricamente. distinción, Broome (2004) propone un modelo explicativo sobre el síntoma de conversión mo- Reflexiones finales tora que intenta integrar las dos posturas previa- En líneas generales, se puede afirmar que mente mencionadas, a partir de los resultados los resultados obtenidos en los estudios rese- obtenidos por Winterer, Adams, Jones y Knut- ñados en el presente artículo aportan evidencia son (2002), y de Anderson et al. (2004). significativa y constituyen un claro avance res- Por una parte, Winterer et al. (2002) plan- pecto del estudio del trastorno de conversión. tean que la CCA poseería un rol mediador entre En este sentido, resulta necesario destacar cuáles el cerebro límbico y las funciones neocortica- serían las ventajas y las limitaciones con las que les, y que su grado de activación estaría direc- este nuevo enfoque aún se enfrenta. tamente relacionado con el grado de esfuerzo Por una parte, el enfoque neurocientífico intencional o volitivo requerido por el indivi- utilizado por la neuropsiquiatría cognitiva per- duo para realizar una tarea. mite, mediante el uso de las modernas neurotec- Por otra parte, Anderson et al. (2004) postu- nologías, una exploración experimental de los lan que el proceso mediante el cual un individuo trastornos psiquiátricos. Este punto resulta favo- suprime recuerdos indeseados estaría relacio- rable debido a que introduce un tercer elemento nado con un incremento en la activación de la en el diálogo tradicional entre clínica y teoría. CPFDL y una disminución en la actividad del hi- En efecto, las técnicas de neuroimagen constitu- pocampo (área eminentemente relacionada con yen una herramienta sumamente poderosa, no la memoria). Otras áreas, como la CCA, también solo por su capacidad para localizar las áreas ce- estarían implicadas en el mencionado proceso. El rebrales implicadas en los trastornos psiquiátri- papel clave de esta última consistiría en señalar a cos, sino también por el rol que estas juegan en la CPFDL la necesidad de controlar la intrusión el esclarecimiento de problemas teóricos (David de recuerdos indeseados y/o mediar la influencia & Halligan, 2000). Según Vuilleumier (2005), de la CPFDL sobre el lóbulo temporal medio. algunos de los principales interrogantes teóricos A partir de dichos resultados, Broome que se desprenden del estudio neurocientífico (2004) sugiere que el síntoma de conversión mo- del trastorno de conversión son aquellos que tora podría explicarse según los siguientes me- conciernen a la relación mente-cerebro y a la canismos. Por una parte, la activación de la COF naturaleza de los mecanismos que posibilitan la y de la CCA podría ocasionar una disminución autoconsciencia. en la actividad del hipocampo y, en consecuen- Por otra parte, la aplicación de técnicas de cia, reprimir (o suprimir) el recuerdo referido a neuroimagen al estudio de los trastornos psiquiá- la intención de realizar un movimiento. Por otra tricos permite realizar diagnósticos más preci- parte, la supresión de la CPFDL (pérdida de la sos y, consecuentemente, permite la elección de

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terapias más adecuadas. Según Spence (2006), permiten aún la construcción de un modelo uni- una de las principales ventajas que ofrece su uso ficado sobre el trastorno de conversión, aportan radica en que permite diferenciar, en gran medi- datos relevantes sobre cuáles serían algunas de da, un trastorno de conversión de un trastorno las principales áreas cerebrales implicadas en facticio (DSM-IV, 1994). este mismo. En este sentido, existe común acuer- No obstante, conviene señalar que gran par- do en que la CPFDL, la corteza motora, la cor- te de los estudios reseñados en el presente artícu- teza somatosensorial, así como también varias lo poseen un diseño experimental de caso único estructuras límbicas asociadas, serían las áreas o están realizados con base en muestras peque- mayormente comprometidas. ñas. Por otra parte, en solo uno de los trabajos A modo de conclusión general, se puede reseñados se produjo un seguimiento posterior afirmar que los estudios aquí reseñados conso- de algunos de los pacientes luego de haber recibi- lidan la perspectiva de investigación propuesta do tratamiento (Vuilleumier et al., 2001). En este por la neuropsiquiatría cognitiva, integrando de sentido, los resultados obtenidos a la fecha distan manera interdisciplinaria aspectos neurobioló- aún de ser concluyentes, y se requiere la utiliza- gicos, cognitivos y emocionales del fenómeno, y ción futura de muestras representativas más nu- dando lugar a la construcción de hipótesis su- merosas y de la replicación de sus resultados. mamente interesantes y posibles de ser contras- Asimismo, otra de las cuestiones que con- tadas empíricamente. viene poner de manifiesto es que estos estudios están orientados, mayoritariamente, a desentra- Referencias ñar los mecanismos implicados en los síntomas Allin, M., Streeruwitz, A. & Curtis, V. (2005). Progress de conversión, dejando en un segundo plano la in understanding conversion disorder. Neuropsy- naturaleza de los factores etiológicos implicados chiatric Disease and Treatment, 1, 205-209. en estos. Por ejemplo, en esta línea de indaga- Anderson, M. C., Ochsner, K. N., Kuhl, B., Cooper, ción, Stone et al. (2009) recientemente han re- J., Robertson, E., Gabrieli, S. W., Glover, G.H. & portado que existe una correlación significativa Gabrieli, J. D. E. (2004). Neural systems underlying entre la ocurrencia previa de una lesión física y el the suppression of unwanted memories. Science, desarrollo posterior de síntomas conversivos. En 303, 232-235. efecto, comprender esta cuestión es uno de los Anderson, M. C. & Levy, B. J. (2009). Suppressing desafíos actuales en neuropsiquiatría cognitiva, unwanted memories. Current Directions in Psycho- puesto que una mejor intelección de los elemen- logical Science, 18, 184-194. tos asociados al origen y al desencadenamiento Asociación Psiquiátrica Americana (1980). Manual del trastorno permitiría adoptar estrategias de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales diagnóstico y prevención más eficaces. Tal como (3.ª ed.). Barcelona: Editorial Masson. sugieren Stone, Vuilleumier y Friedman (2010), Asociación Psiquiátrica Americana (1994). Manual no solo es importante poder explicar el cómo, diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales esto es, dar cuenta de los mecanismos implica- (4.ª ed.). Barcelona: Editorial Masson. dos en la formación de los síntomas conversivos, Baddeley, A. D. (1996). Cognition, neurology, psy- sino también el porqué, esto es, poder clarificar chiatry: golden triangle or Bermudas triangle? cuáles serían los factores etiológicos o las vulne- Cognitive Neuropsychiatry, 3, 185-190. rabilidades propias de estos pacientes que los lle- Bercherie, P. (1988). Génesis de los conceptos freudianos. varían a desarrollar este tipo de sintomatología. Buenos Aires: Paidós. Por otra parte, conviene destacar que, Black, D. N., Seritan, A. L., Taber, K. H. & Hurley, si bien los resultados obtenidos a la fecha no R. A. (2004). Conversion hysteria: Lessons from

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