El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio*

Gabriela Marrón (introducción, traducción y notas) [Universidad Nacional del Sur - Conicet] [[email protected]]

María Luisa La Fico Guzzo (revisión) [Universidad Nacional del Sur] [[email protected]]

Introducción

Resumen: En este trabajo presentamos la traducción oda traducción constituye del latín al español, con introducción y breves notas, del octavo de los denominados Carmina Profana o un fenómeno complejo, Romulea escritos por el poeta cristiano Blosio Emilio no sólo vinculado con la Draconcio durante el siglo V y transmitido por la tradi- ción textual bajo el título De Raptu Helenae. problemática del contac­

Palabras clave: miniatura épica latina – Tardía Antigüe- to intercultural y de las dad – cristianismo – mitología pagana relaciones entre lengua e Tidentidad, sino también The Rapt of Helen, by Blossius Aemilius Dracontius estrecha e inevitablemente relacionado Abstract: In this paper, we offer the translation from con el uso del lenguaje y con los meca­ latin to spanish, with introduction and short notes, of the eighth of the so-called Carmina Profana or Romulea, nismos de producción, reproducción written by the poet Blossius Aemilius Dracontius dur- ing the 5th Century and transmitted by textual tradition y circulación del saber. Si bien durante under the title De Raptu Helenae. mucho tiempo la traducción fue con­ Keywords: latin miniature epic – Late Antiquity – Chris- cebida como una mera transferencia tianism – pagan mythology de significados, otras líneas actuales de investigación proponen abordarla

* Este trabajo, desarrollado en el marco de mis actividades como Investigadora Asis­ tente del CONICET, ha sido posible gracias al subsidio otorgado por la Agencia Nacio­ nal de Promoción para la Ciencia y la Tec­ nología al PICT 2013 Nº 0405, dirigido por el Dr. Rubén Florio; y al subsidio otorgado por la Secretaría General de Ciencia y Tec­ nología de la Universidad Nacional del Sur al PGI 24/I 188, dirigido por la Dra. María Luisa La Fico Guzzo.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 147 como una práctica social, cultural y co­ Ante la publicación de esta prime­ municativa, que se encuentra anclada ra traducción argentina del De Raptu en determinadas coordenadas espacio- Helenae4, entonces, corresponde se­ temporales e involucra el accionar de ñalar que, así como en nuestro país sujetos concretos. En lo que al campo la lengua literaria carece de una tra­ específico de la traducción literaria se dición de traducción codificada para refiere, por ejemplo, desde la selección las obras de la Antigüedad Clásica5, misma del texto a traducir –en términos el campo específico de las traduccio­ de su pertenencia genérica, la posición nes de textos latinos pertenecientes a central o marginal de su autor en el ca­ la Tardía Antigüedad y a los primeros non, el estatus de la lengua, de la cultura siglos de la Edad Media se encuentra y de la literatura de origen, entre otros en una posición incluso más comple­ aspectos– hasta la elección de la varie­ ja, porque el universo literario surgido dad lingüística a adoptar –permeada durante ese extenso período de tran­ por las convenciones literarias presentes sición constituyó, durante años, un en el horizonte de recepción de la cultu­ terreno relativamente poco explorado ra de destino1– demandan a los traduc­ en el mundo académico. Los cursos de tores decisiones de orden glotopolítico2, literatura latina normalmente han ten­ por lo general explicitadas en el marco dido a ocuparse del período clásico; de los prefacios o introducciones que los de literatura medieval, a centrarse –como este texto– preceden a las tra­ en las producciones poéticas de las ducciones en sí mismas3. lenguas vernáculas; y, si bien siempre ha existido cierto interés específico por 1 Sobre el lugar de las traducciones en la con­ la literatura cristiana de la Tardía Anti­ formación del campo literario argentino, güedad, los textos de temática mitoló­ cfr. Wilson (2004). Gargatagli (2012) gica escritos en lengua latina durante realiza, a su vez, un excelente recorrido a través de las distintas variedades lingüís­ esa misma época no parecen haber ticas de las traducciones que circularon gozado de la misma difusión que las comercialmente en la Argentina desde su obras de autores como Juvenco, Au­ fundación hasta la actualidad. sonio, Prudencio, o Paulino de Nola. 2 Adherimos a la reformulación realizada por No resulta extraño, entonces, que el Arnoux (2000) a partir de la definición clásica de Guespin & Marcellesi (1986), nombre y las circunstancias de vida entendiendo por “acciones glotopolíticas” al conjunto de intervenciones explícitas, com­ 4 La única traducción española del De Raptu portamientos espontáneos, actividades epi­ Helenae publicada hasta la fecha fue editada lingüísticas y prácticas metalingüísticas que hace una década, en Sevilla, por Bernalte contribuyen a la conformación, reproduc­ Calle (2004). ción o transformación de las relaciones so­ 5 Cfr. Sverdloff (2013: 163 y 167): “traducir ciales y de las estructuras de poder, ya fuere autores grecolatinos desde la Argentina no a escala local, nacional, regional o mundial. es solamente escribir entre dos lenguas (o 3 Cfr., por ejemplo, el análisis realizado por Ro­ servir a dos amos, según la feliz metáfora berts (2008) acerca de la inscripción de los de Franz Rosenzweig), sino que también traductores ingleses en los prefacios de obras implica un diálogo con multitud de otras clásicas de temática sexual o escatológica. lenguas literarias”.

148 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio de Blosio Emilio Draconcio –un poeta La edición canónica de este últi­ que escribió en lengua latina a media­ mo texto, cuya traducción ofrecemos dos del siglo V, durante la dominación a continuación, fue la establecida por política del pueblo vándalo en el norte Vollmer (1905) en los Monumenta de África– puedan llegar a resultar aún Germaniae Historica. No obstante, relativamente desconocidos. tanto la edición española, de Díaz de En las obras de este autor conver­ Bustamante (1978), como la france­ gen diferentes circunstancias históri­ sa, publicada por Wolff en la colec­ cas, culturales, políticas, religiosas y ción Les Belles Lettres (1996), resultan lingüísticas que informan de la com­ actualmente imprescindibles para plejidad inherente a la literatura escri­ cualquier acercamiento riguroso al ta durante los desplazamientos de los texto. Fundamentalmente, porque el pueblos “bárbaros” desde Asia hacia poema se ha transmitido a través de Europa. Su producción literaria abarca un único manuscrito (Neapolitanus, tanto temas cristianos como mitoló­ Biblioteca Natzionale, códice IV E 48, gicos. Entre los primeros, hallamos la siglos XV/XVI), cuyo deficiente esta­ Satisfactio y los tres libros del De Lau- do de conservación, sumado a la au­ dibus Dei; entre los segundos, la Ores- sencia de ediciones críticas unitarias, tis Tragoedia y diez poemas, conocidos conlleva la necesaria consulta de las como Romulea, entre los que se desta­ distintas emendatio propuestas por los can tres miniaturas épicas6, tituladas diferentes editores de las obras com­ Medea, Hylas y De Raptu Helenae7. pletas de Draconcio8. Consecuente­ mente, en nuestra traducción hemos 6 Con relación a la inscripción genérica de las obras profanas de Draconcio y sus de­ optado por seguir el texto fijado por nominaciones posibles, cfr. Weber (1995: Wolff, que constituye la reflexión in­ 228-247); Simmons (2005: 9-10, n. 9); De tegral más reciente sobre el conjunto Gaetano (2009: 123-130); y Wasyl (2011: de los problemas textuales presentes 13-29). Acerca del De Raptu Helenae en particular, acordamos con la posición en el poema, y cuyas soluciones gene­ adoptada por Bretzigheimer (2010: 361- ralmente adoptamos, a excepción de 400); cfr., especialmente, p. 362: “Da sich algunos casos puntuales, señalados Dracontius im Proömium seines Opuscu­ en las notas al pie. lums De Raptu Helenae (≈ 500 n. Chr.) als Epigone der Meisterepiker einführt und No obstante, en términos estructu­ sich an der epischen Exordialtopik orien­ rales, a diferencia de lo propuesto por tiert, ist ersichtlich, dass er nicht aus der Wolff9, hemos preferido organizar epischen Tradition ausbrechen, sondern sich selbstbewusst in sie einreihen will, 8 Cfr. Hays (1997: 23): “Recensio is thus over allerdings nicht als bloβer Imitator, son­ practically before it starts, and the editor’s dern als Innovator. Deshalb ziehe ich den main task is emendatio”. Begriff ‘Kleinepos’ dem häufig Terminus 9 Cfr. Wolff (1996: 114, n. 1): “Le poème ‘Epyllion’ vor”. se compose de trois grandes parties (v. 31- 7 Se atribuye también a Draconcio, con rela­ 245, 246-384, 385-655, voir A. M. Quarti­ tivo consenso, la escritura de los poemas De roli, Gli epilli di Draconzio, Athenaeum, 24, Mensibus y De Origine Rosarum, cfr. Bou­ 1946, p. 177-178) précédées d’un prologue quet y Wolff (2002: 9-10). (v. 1-30)”. Compartimos, al respecto, la pro­

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 149 nuestra versión española del texto en Antenor, como Polidamante y Eneas seis partes y subtitularlas, respectiva­ marcan la relación de asimetría con el mente, como “Proemio” (vv. 1-30), soberano utilizando el “usted”, el resto “Desde el monte Ida hacia Troya” (vv. de los personajes del poema recurren 31-245), “Embajada al reino de Tela­ siempre al “tú” como forma de tra­ món” (vv. 246-384), “Tormenta y arri­ tamiento singular. Ello obedece a la bo a Chipre” (vv. 385-584), y “Reen­ intención de privilegiar el uso formal cuentro en Troya” (585-655). Entende­ diferenciado del paradigma pronomi­ mos los setenta versos finales del poe­ nal “tú” y “usted”, cuya distribución ma, que presentan el retorno de Paris a geográfica es, aparentemente, la de Troya junto a Helena, como una suerte mayor amplitud actual en el mundo de epílogo, escindido del episodio que hispanohablante10. narra el naufragio, el arribo a Chipre y el rapto de la espartana. Proemio (1-30) Finalmente, conforme lo señalado al comienzo de esta breve introduc­ e aproximaré, por un camino ción, consideramos relevante expli­ Mmejor11, al viaje del pirata tro­ citar las razones subyacentes tras las yano, al rapto de la mujer lace­ decisiones que hemos adoptado, en 10 Cfr. Paez Urdaneta (1992: 39): “la distri­ nuestra versión del texto, con rela­ bución geográfica actual del paradigma TÚ ción al uso de los pronombres y las / USTED en el mundo hispanohablante conjugaciones verbales de segunda parece ser la siguiente: España (incluyendo persona singular y plural. Como el las islas Canarias), República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, México (excluyendo lector podrá observar, en esta traduc­ parcialmente a Tabasco y Chiapas), grupos ción los personajes no se interpelan hispanohablantes en los Estados Unidos de entre sí recurriendo al “vosotros”, procedencia mexicana, puertorriqueña y cu­ sino al “ustedes”, que entre los hispa­ bana, Panamá (excluyendo parcialmente las provincias occidentales), Colombia (costa nohablantes americanos, a diferencia atlántica y habla formal de Bogotá), Vene­ de lo que sucede con la comunidad zuela (excluyendo al Zulia y parcialmente lingüística castellana del territorio los estados andinos), el área costanera de español, posee una distribución in­ Ecuador (excluyendo la provincia de Es­ meraldas), las provincias centrales de Perú, diferenciada, en términos de mayor o Bolivia (habla general de La Paz y Sucre), menor gradación de formalidad, para Uruguay (Departamentos de Rocha, Maldo­ el tratamiento de la segunda persona nado y algunas partes de Lavalleja y Treinta plural. Por otra parte, el lector notará y Tres) y Chile (la mayoría de las provincias que, con respecto al uso pronominal norteñas y la isla de Chiloé en el sur)”. de la segunda persona singular, a ex­ 11 El sintagma aggrediar meliore uia ha sido en­ tendido como una alusión al sentido moral cepción del episodio de la embajada del poema, pero también como portador de al reino de Telamón, donde tanto un posible valor programático, relacionado con innovaciones en el tratamiento de la ma­ puesta de Bernalte Calle (2004: 22), que teria mítica, o bien con una superación en el divide el epilio en cuatro grandes escenas trayecto poético personal del autor. Sobre el precedidas de un prólogo. tema, cfr. Wolff (1996: 115, n. 3).

150 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio demonia12, y la audacia cometida por quiere que seas su divinidad. Es­ ese pastor de corazón criminal13. Nos tando tú presente, no le digo “ven” referimos al enemigo del anfitrión y a Camena17, será suficiente la sabi­ del lecho nupcial14, al que pisoteó los duría de Homero, que permanece derechos del marido15, los lazos con­ vigente después de su muerte, que se yugales, el pudoroso placer de la vida vengó de los dárdanos e hizo tomar compartida, el principio material de las armas a los pelasgos, incitándo­ una familia, la esperanza de un linaje los en la guerra contra Pérgamo18; y y la garantía amorosa de una descen­ también la del poeta que invadió a dencia. Porque todo proviene de la los troyanos durante la noche, en­ madre, a partir de la madre se crea lo cerró hombres armados dentro de que da forma a los miembros huma­ un caballo, derribó las murallas de nos. El padre es la fuente, el autor, el Troya e hizo morir a Príamo bajo el origen, pero el padre no es nada sin ataque de Pirro19. la madre: ¿en qué proporción está El pedestre poeta que soy reúne presente el padre en cada hombre? La aquello sobre lo que no quisieron es­ madre es todo para la propagación de cribir los dos hijos de las Musas e in­ la especie. voca la divina inspiración de ambos20. Recibo tu inspiración, gran Ho­ Las zorras consideran un honor espe­ mero, para poder narrar el crimen rar los restos de las presas de los leo­ de Paris, el adúltero raptor: tu dulce nes. Arrastran los desnudos huesos paladar pule el contorno de las suaves como si fueran piezas de caza y les palabras que derramas, todo poeta alegra ser dignas de los mismos ali­ que desciende a la fuente de Aonia16 mentos que, una vez aplacada la rabia del hambre, otros vientres repletos 12 El primer hexámetro sintetiza los dos rechazaron. grandes temas del poema: el viaje de Paris La lengua ática te protege, venera­ (Troiani praedonis iter) y el rapto de Helena ble Homero. A ti, Virgilio, te encum­ (raptumque Lacaenae), que había nacido en Esparta, la ciudad más importante de la re­ bra la lengua latina. Revélenme, les gión Lacedemonia. pido, por qué causa el criminal Ale­ 13 En la construcción pastorale scelerati pecto- ris ausum, el primer adjetivo equivale al ge­ 17 Ya Ennio testimonia la asociación entre las nitivo del sustantivo pastor, cfr. Draconcio. Camenae latinas y las Musas griegas. En Orestis tragoedia, 270. este caso, la innovación consiste en invocar 14 Seguimos a Paniagua (2009: 114), que poetas y no musas. considera hostem hospitis et thalami como 18 Tema central de la Ilíada. Pelasgo fue el una hendíadis y ve a populantem como un mítico primer habitante de Arcadia. Dár­ predicativo. Cfr. también Wolff (1996: dano fundó la ciudad de Troya, que recibe 115, n. 4). el nombre poético de Pérgamo. 15 Sobre las resonancias jurídicas del sintag­ 19 Sucesos referidos por Eneas en el segundo ma iura mariti, cfr. Santini (2006: 33-34). canto de la Eneida. El hijo de Aquiles, cono­ 16 Beocia, donde se encuentra el monte Heli­ cido como Pirro o Neoptólemo, fue quien cón y, en él, la fuente Hipocrene, consagra­ mató a Príamo, el rey de Troya. da a las musas. 20 Homero y Virgilio.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 151 jandro21 se vio impulsado a despojar culpable por este litigio: también son con un rapto la ciudad de Amiclas22. condenados a morir sus padres, sus hermanos, la totalidad de familiares y Desde el monte Ida allegados suyos que habitan en Troya: hacia Troya (31-245) una misma muerte los iguala a todos. ¡Y ojalá sólo hubiera muerto esa tris­ a se había sentado el pretor en te ciudad! Son condenados diversos Yel Ida23, como juez de las divi­ pueblos, es condenada la habilidosa nidades. Ya el prado, ya la tierra Grecia, que enviudará de magníficos cubierta de pasto se erigía como sitial hombres. Llorará la Aurora a su hijo, ceremonial24 y las hierbas formaban el combativo Memnón27. Son conde­ un tribunal celestial. El pastor de nados el héroe nacido en Tesalia28 y el Ilión, que había eximido de caución a invencible hijo de Telamón29: mueren las diosas25, resuelve la disputa de ma­ dos rayos fulminantes para el campo nera parcial26. Venus se retira elogia­ de batalla. Aquiles expía la culpa de las da; Juno, menospreciada. Derrotada bodas de su madre, donde se originó en hermosura, la casta diosa se aflige el conflicto30. Acaso Áyax caiga a tie­ y se aleja entristecida: ¡pobre del que rra porque Hesíone31, su madre, nunca ignora los males destinados a quien fue devuelta a Príamo. De esa manera se atreve a imponer leyes a Minerva! se proporcionó la causa del rapto, para El juez del Ida pronuncia su sen­ abatir simultáneamente a los pueblos, tencia a cambio de la recompensa cuando personas de ambos sexos per­ prometida. Paris resulta condenado. dieron la vida y, finalizada la guerra, Pero no sólo el pastor es considerado no se respetó ni siquiera a un niño32.

21 Otro de los nombres que recibe Paris. 27 Sobrino de Príamo, muere en Troya a ma­ 22 Ciudad de Lacedemonia, asimilada poéti­ nos de Aquiles. Las lágrimas de su madre camente con Esparta. Eos, personificación del amanecer, son el rocío que vemos por las mañanas. 23 Región montañosa del Asia Menor, cercana a Troya. El término técnico praetor designa 28 Aquiles, rey de los mirmidones, pueblo de al magistrado romano que se ocupaba de la la provincia de Ptía, en la región de Tesalia. administración de justicia. 29 Áyax, hijo de Telamón, el rey de Salamina. 24 Seguimos a Gualandri (1974: 883), que 30 Alusión a las bodas de Tetis y Peleo, donde propone traducir gremium como “sitial cere­ la diosa Discordia arroja la manzana que da monial”, pero conservamos la referencia a la lugar a la disputa de Venus, Juno y Minerva ubicación central del asiento del dignatario. por su belleza. 25 Ilión es Troya. Vadimonium era la suma con 31 Hija de Laomedonte, hermana de Príamo. que las partes litigantes respaldaban su com­ Se sigue en este poema la variante del mito promiso de presentarse ante el magistrado que presenta a Áyax como hijo de Hesíone, durante la sustanciación del juicio. Como las pero la versión más difundida atribuía su tres diosas asisten, Paris cancela la caución. maternidad a Peribea, la primera esposa de 26 La expresión litem facit ipse suam indica el Telamón. comportamiento de un juez que pronuncia 32 Alusión a Astianacte, hijo de Héctor y An­ su veredicto de manera parcial, cfr. Ul­ drómaca, arrojado desde la muralla por los piniano. Digesto, 5. 1. 15. griegos una vez finalizada la guerra.

152 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio ¿Así surge el resentimiento de los ya. Apenas había divisado, exhausto, dioses? ¿De tal modo se ensaña la ira la ciudad amurallada, cuando la par­ de los cielos y castiga con semejante te superior de la torre se derrumba venganza a quienes pierden el rum­ sin que nada la roce, se estremece bo? Los hados33 empujan al hombre a la tierra, se desmorona de pronto la cometer actos de audacia, los despia­ zona reforzada del muro y ceden los dados hados, que siempre se niegan a marcos de la Puerta Escea37. Entonces doblegarse: jamás nada se interpone se secaron las aguas del Simois38 y se a su paso; mientras avanzan, ningún enrojeció el curso cristalino del río obstáculo que se presente los retiene; Janto39. El Paladio40 transpira, nervio­ todo lo cerrado se abre para ellos. so por la proximidad del pastor, y se A Paris el rebaño le genera aver­ caen solas las estatuas de Minerva. sión. Le disgustan los manantiales, Era justo el día en que anualmente su cabaña, los pastizales, los bosques, se conmemoraba que Príamo, el des­ los arroyos y los campos. No se siente dichado soberano, había reconstruido atraído por la melodiosa flauta. Eno­ Pérgamo una vez finalizado el ataque ne34 ya no le gusta, le parece un poco de Hércules41. El hijo de Laomedon­ rústica. Desde que Venus le prome­ te42, que cada año presentaba ofren­ tiera, en el Ida, una esposa tan linda das a las inconmovibles divinidades, como ella misma desnuda, así es la se dirigía hacia la parte más elevada mujer que el pastor desea. Habiendo de la ciudad para cumplir sus votos a mediado en tal litigio divino, ahora Júpiter, e iba a ofrecerle un sacrificio el héroe desprecia los campos sem­ a Minerva. A la derecha de su padre brados. Solamente Pérgamo le resulta se encontraba Héctor, el más fuerte agradable. Su voluntad y los hados le ordenan llegar a los muros de Troya. 37 Etimológicamente, la puerta situada a mano Paris lo sabía todo desde pequeño, izquierda. Recibía ese nombre la puerta 35 ubicada en la zona oriental de la muralla de la cariñosa nodriza le contó de qué Troya. sangre procedía, cuál era su pueblo y 38 Afluente del río Janto. dónde quedaba la casa en que había 39 También denominado Escamandro. Se 36 nacido. Tomando el viejo sonajero alude aquí a la matanza de troyanos con junto al que había sido abandonado, que Aquiles lo inunda de cadáveres para el pastor ya se encaminaba hacia Tro­ vengar la muerte de Patroclo. 40 Estatua protectora de la ciudad. Represen­ taba a la diosa Minerva. 33 Hemos optado por traducir siempre como “hados” y “hado” los términos fata y fatum. 41 Alusión a la expedición griega encabezada por Hércules para vengarse del rey troyano 34 Ninfa del monte Ida, fue el primer amor de Laomedonte, quien había incumplido su Paris. promesa de entregarle unos caballos divi­ 35 Sobre la posible identificación de este per­ nos a cambio de salvar a su hija Hesíone, sonaje, cfr. Morelli (1912: 95-96). cuando estaba a punto de ser sacrificada 36 El término crepundia designa el tipo de al monstruo marino enviado como castigo dijes u objetos sonoros con que jugaban los por Apolo y Poseidón. niños pequeños. 42 Príamo.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 153 de todos; a su izquierda estaba Troilo, quedó libre de pleitos. Hermanos, son junto al temeroso Polites43; y detrás lo sangre de mi sangre, si me creen –ya escoltaba, avanzando en grupo, el res­ que ni el culpable corazón del rey lo to de sus hijos. A su vez, el conjunto niega, ni rechaza a su hijo la madre–, de hijas rodea a la reina, que camina reconozcan el irrebatible sonajero acompañada por sus nueras, cum­ junto al que fui abandonado”. pliendo con sus piadosos votos. El rey Así dijo. Y expuso ante la ciudad sigue a Heleno, la madre se ubica jun­ la prueba de su linaje. Esas palabras, la to a Casandra44. El pastor interrumpe buena fe, la piedad conmueven inme­ la procesión y, con firmeza en la voz, diatamente el corazón de sus padres. saluda al asombrado grupo que avan­ El rubor que se expande por sus ros­ za y se dirige al templo. tros confiesa, con nobleza, el crimen “Felicidades, soberano, salud a cometido. El padre se abraza de in­ todos, amigos; o hermanos, mejor mediato al cuello de Paris y lo empapa dicho, para hablar con propiedad. Tú, con lágrimas de felicidad: confundido, Héctor, que no sólo eres muy fuer­ se negaba a aceptar el perdón del hijo. te, sino también el punto más alto y Quedaron todos estupefactos. Alegre, descollante de la ciudad; y tú, Troilo, la madre se acerca corriendo –el amor vigoroso por la entereza de tu carác­ proporciona a sus pasos la celeridad ter: soy su hermano, reconozcan a su que los años le niegan– y enseguida hermano. Compartimos la misma se aferra con sus brazos al muchacho. sangre, soy descendiente de Príamo, Ambos lo llenan de besos en el cuello y Hécuba me engendró. Me excluyeron el rostro; insisten, con empeño, en aca­ de esta familia sin haber cometido riciar el cuerpo del joven. Pero el amo­ crimen alguno. El pequeño Alejandro roso entusiasmo les hace compartir fue criado en el Ida como pastor. Pero el objeto de su ternura: alternándose no por ser pastor me consideren in­ para hacerlo, disfrutan por turnos del digno, frigios45: yo puse fin al litigio querido cuello de Paris. divino y, conmigo como juez, el cielo Mientras tanto, la noticia había recorrido ya toda la ciudad: por los 43 Tres de los hijos de Príamo y Hécuba: Héc­ templos de los dioses, sobrevuela el tor, el principal de los guerreros troyanos, rumor de que un pastor del Ida pre­ que muere en combate con Aquiles luego de tende ser visto como descendiente haber matado a Patroclo; Troilo, el menor de la estirpe real. Entonces, el adi­ de todos, que también muere asesinado por Aquiles; y Polites, que muere flechado por vino Heleno, que abandona los alta­ Neoptólemo, mientras intenta huir durante res y el templo, exclama desde lejos: la noche del saqueo de Troya. “Despiadado padre, pésima madre, 44 Casandra y Heleno eran gemelos, hijos de ¿qué pretende este cruel amor, por Príamo y Hécuba. Al nacer, Apolo les con­ qué llevan la ciudad a su perdición? cedió el don de la profecía. Esta es aquella antorcha que apareció 45 Habitantes de Frigia, antiguo pueblo del en tu sueño, madre, la que incendia­ Asia Menor. En este caso, se utiliza para aludir al conjunto de los troyanos. rá Troya y entregará el reino de tus

154 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio mayores a cambio de una nuera46. Ya compasión sin memoria! Eres piado­ la Grecia toda, ofendida, se levanta sa, madre, pero con uno solo: abrazas en armas para castigar el rapto de la al pastor, pero eres despiadada con el mujer lacedemonia, ya se encaminan resto de tus nobles hijos. Como supli­ los dánaos47, con miles de naves, ha­ cante, vas a entregar dinero a cambio cia nuestras costas. Se escucha el fra­ del cadáver de Héctor, arrastrado so­ gor de los campamentos dóricos48, ya bre piedras y terrenos escarpados. No Aquiles hace estremecer a Pérgamo, te lo devolverán entero: en lugar de ya combaten los dánaos, ya distingui­ tu hijo, recibirás el cuerpo desgarra­ mos el cuerpo arrastrado de Héctor, do de Héctor sin vida, rescatado a un ya te enardeces en combate, Troilo, ya precio demasiado alto. A mí me espe­ la audacia te desploma antes de tiem­ ra una violación en el templo. Áyax, el po, valeroso muchacho, temerario hijo de Oileo50, va a penetrarme por la por la fortaleza de tu carácter. ¿Pero fuerza mientras se derrumba el pala­ por qué me opongo a los hados, por cio. Ya se incendia la ciudad, aunque qué rechazo el azar prestablecido, si tú mismo, rey, no serás cremado. Ya se de nada sirve conocer el futuro cuan­ escuchan los ladridos de Hécuba51 y do los presagios son desfavorables? los dánaos arrojan a Astianacte52 des­ Me esperan el desmesurado Pirro y la de lo alto de la muralla. Así te ofrece suerte de un reino49”. Belona53 una nuera, así el pastor del Mientras Heleno habla, la sacer­ Ida será él mismo yerno del Tonante y dotisa Casandra se acerca y, en tran­ alcanzará la cima, pero se desplomará ce, abrazada a Hécuba, anuncia la si­ inmediatamente después54. guiente profecía: “¿Por qué, madre in­ Pronto entrará Pirro en combate, justa, por qué, padre desgraciado, por resquebrajará las murallas, condenará qué preparan nuestros funerales? ¡Ay, a Pérgamo a las llamas y, enardecido, usará su espada para degollar a Príamo 46 Durante su embarazo de Paris, Hécuba frente a un altar. ¿Pero por qué profeti­ soñó que daba a luz una antorcha encen­ zo en vano todas estas cosas? Mi padre dida. La interpretación de ese sueño como un augurio de la destrucción de Troya fue la ya accede a ser consuegro del Tonante razón por la que Príamo decidió abandonar y oprime a su patria. El infame aborre­ al niño, dejándolo expuesto a los peligros de los elementos de la naturaleza. 50 En el original, pessimus Aiax, para diferen­ 47 Los griegos, descendientes de Dánao, uno ciarlo del hijo de Telamón. de los reyes de Argos. 51 Alusión a la versión del mito en que Hé­ 48 La de los dorios fue una de las principales cuba, tras perder a todos sus hijos, se meta­ tribus griegas de la Antigüedad. morfosea en perra. 49 Tras la guerra de Troya, Heleno huye y se 52 Hijo de Héctor y Andrómaca. Arrojado refugia en el monte Ida, donde más tarde desde la muralla por los griegos una vez Odiseo lo captura y entrega como esclavo finalizada la guerra. a Pirro. Posteriormente, cuando Orestes mata al hijo de Aquiles, Heleno toma como 53 Diosa romana de la guerra. esposa a Andrómaca y reina con ella en la 54 Alusión a la muerte de Paris, flechado por ciudad de Epiro. Filoctetes.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 155 ce a sus hijos y pretende privar de su suele acrecentar el dolor para supri­ esposo a Andrómaca55. ¿Por qué no re­ mirlo; otorgará la curación a todos los accionas, Troilo? ¿Por qué economizas miembros del cuerpo a partir de uno fuerzas, Héctor? La muerte los recla­ de ellos, ya que en una persona herida ma, los adversos hados se revelan en la amputación es saludable y el pade­ su contra. Los busca el nieto de Éaco56, cimiento proporciona el vigor prime­ los mutila el despiadado y fulminante ro arrebatado. Asuman la responsabi­ Aquiles: reciben, siendo inocentes, el lidad, hermanos; escúchenme, ciuda­ castigo del raptor. danos; consiéntanlo, padres: ordenen Poseo el don de la profecía, pero que se dé muerte al pastor con la es­ nadie me cree57. ¡Al menos rebélense pada paterna, que caiga herido por la ustedes, ciudadanos! ¡Separen los bra­ espada fraterna. Si cualquier persona zos con los que ambos padres rodean no iniciada accede a matar al culpa­ el cuello del funesto joven! ¡Arrojen a ble, que la ciudad la designe sacerdote mi hermano desde la cima de la mu­ para hacerlo: cedo mi puesto. Si nadie ralla! Este es el enemigo que anuncia­ acepta cumplir esa obligación en mi ron los hados, el que llenará de ca­ lugar, las autoridades religiosas, Hele­ dáveres la ciudad y hará que Príamo no y Laooconte59, facultados para lle­ carezca de sepultura. Arránquese del var a cabo sacrificios, accederán a mis pecho de la hija de Ciseo58 ese amar­ ruegos y lo ejecutarán juntos”. go retoño. Que ese ser abominable Mientras la desdichada Casan­ sea ofrecido en sacrificio y, de ese dra profetiza los futuros lamentos, se modo, se purifique nuestra ciudad. presenta ante la vista de todos los fri­ Que se aplaque a Juno, que se aplaque gios Apolo Timbreo60, que circundó a la casta Minerva con la muerte del la ciudad de Pérgamo con un muro sacrílego. Aplaquen al estruendoso sin recibir la retribución acordada y Júpiter, cuya esposa pospuso el pastor desea vivamente que los miembros de al preferir a la de Vulcano. Muchas esa desagradecida estirpe paguen por ciudades tienen la costumbre de ofre­ el delito de su avaro antecesor61. Los cer, en sacrificio a sus muertos, un frigios quedaron atónitos, la propia inocente como salvación. Ustedes, en sacerdotisa dejó de hablar. cambio, inmolen a un culpable para “¿Qué profetiza esta joven?”, dijo. que sea posible asegurar la salvación “¿Por qué grita palabras negativas de los que cumplen sus obligaciones aquel otro? ¿Heleno pretende atemo­ con la patria y los dioses. La medicina 59 Sacerdote de Apolo Timbreo en Troya. 55 Esposa de Héctor y madre de Astianacte. 60 Epíteto de Apolo, relacionado con el templo 56 Aquiles, el hijo de Peleo. oracular que el dios tenía en la ciudad de 57 Casandra había rechazado la propuesta Timbra. amorosa de Apolo y, en castigo, el dios ha­ 61 Laomedonte, a quien Apolo y Poseidón en­ bía hecho que jamás nadie creyera en sus vían una peste y monstruo marino en casti­ vaticinios, aunque fueran verídicos. go por no haber saldado la deuda prometida 58 Hécuba. por la construcción de la muralla de Troya.

156 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio rizar y disuadir a Pérgamo con ese haber apacentado ovejas: yo mismo, discurso? Apartar al pastor del palacio Apolo, fui pastor y, cantando, guié un paterno está terminantemente prohi­ rebaño completo a los corrales, mien­ bido por los hados, que urden grandes tras veía humear, a lo lejos, los tejados sucesos. Los mandatos divinos son del poblado. Yo, un dios, temeroso de inamovibles: solamente él podrá de­ Alcestis, ordeñé aquellas ubres por las rribar a Aquiles, el magnánimo nieto noches, mientras Admeto contaba las de Éaco. Se dispone que el dominio de cabras y ovejas que entraban66”. Dicho los troyanos se extienda hasta donde esto, Príamo, sintiéndose seguro, ado­ las riendas del carro del Sol despliegan ra a Febo, con sumisión y agradeci­ el día, hasta donde lo ocultan, hasta miento. Por su parte, Héctor, el mejor el sitio en que gira el eje helado, hasta de todos, permanece callado. la zona abrasada por el sol ardiente62. Aunque Paris ya no tenía un rango Los troyanos recibirán en posesión el inferior en el reino, después del juicio mundo entero, y no durará poco tiem­ divino todo le parece poco: el cetro, la po el reinado de su estirpe. Los hados tiara, el poder, la trábea67. Quiere su­ persisten, las palabras del Tonante mar un renombre único a los títulos quedaron grabadas de una vez y para de sus mayores, quiere alcanzar una siempre: les concederá “un poder sin gloria duradera, para disimular su an­ fin” 63. Sofrenen esta locura. ¿Qué juez terior condición de pastor. Apenas ha­ mortal podría condenar a muerte al bía alcanzado a ver el palacio del rey, juez de los inmortales? Además, los que ya busca en la costa las embarca­ hados no lo permiten. Desear matar ciones ilíacas, preparándose mental­ a alguien y no poder hacerlo es ver­ mente para surcar el mar Egeo68. En­ gonzante. Aunque resulte fastidioso, tonces, con palabras dignas de respeto, que nadie amenace al que protegen el padre se dirige al muchacho de esta Cloto, Láquesis y la grandiosa Átro­ manera: “Hijo, retornado amor de tus pos64. Arranquen el vellón que viste su padres, buen juez del Ida, dime, ¿para blanco torso: que lo ciña ropa teñida ir adónde organizarías las naves, en con la rutilante púrpura del múrice 65 66 Apolo, iracundo por la muerte de su hijo sarrano . Que no se avergüence de Esculapio a causa de un rayo de Júpiter, mató a los Cíclopes, forjadores de esa arma. 62 Es decir, los cuatro puntos cardinales. Como castigo, fue condenado a servir, du­ 63 El texto latino “imperium sine fine” dabit rante un año, como esclavo de un mortal. repite las palabras de Júpiter a Venus en la Eligió cumplir su pena en la casa de Adme­ Eneida. to, rey de Feres (Tesalia), cuya esposa era 64 Las tres parcas, hijas de Júpiter: Cloto, que Alcestis. hilaba la hebra de vida de cada mortal; Lá­ 67 El cetro y la tiara son símbolos de poder quesis, que medía su longitud; y Átropos, la orientales. La trábea era una pieza de tela encargada de cortarla. púrpura que, colocada sobre la túnica, in­ 65 Es decir, de Sarra, antiguo nombre de la ciu­ dicaba, entre los romanos, la dignidad real dad de Tiro, donde se capturaba al molusco de quien la vestía. denominado múrice, utilizado para obtener 68 Zona del mar Mediterráneo que baña las un colorante de tonalidad púrpura. costas de Grecia y Turquía.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 157 qué dirección desplegarías las velas? tes, enviando rápidamente un lacayo No proyecto ninguna guerra, gobier­ a buscarlos. no mis reinos en paz. Pero si el ocio­ El sirviente regresa de inmedia­ so descanso te avergüenza, Alejandro, to con los líderes al palacio real. Los y consideras una deshonra no tener insignes hombres comprenden hacia ocupaciones, puedes ser mi embaja­ dónde se dirigen las velas. Abordan dor, hijo, reunirte con el rey Telamón69 sin demora las naves y se alejan de la y reclamarle de inmediato a mi her­ costa. mana Hesíone. Sí, una hermana mía permanece cautiva mientras ocupo el Embajada al reino trono. En tu recorrido por los reinos de Telamón (246-384) dóricos, Venus te dará una esposa y Juno te convertirá en marido”. as embarcaciones dárdanas na­ Contento, respondió entonces el Lvegan ya junto a Ténedos, pier­ joven: “Obedeceremos con mucha den tras las aguas Abidos, Sestos alegría al mejor de la estirpe troya­ y la curva del cabo de Malea, ya avis­ na: no hay motivos para oponerse a tan Salamina71 y se dirigen al reino tus órdenes”. El anciano, feliz por la de Telamón. Una vez que las naves prudencia de su hijo, agrega: “Que tocaron el puerto, el ancla muerde la los dioses secunden tu justa decisión. costa y el hierro se hunde en la arena Sólo una cosa te ruega, como supli­ que sale a su encuentro. Ya amarra­ cante, tu padre el rey: concede a mi das las embarcaciones, bajan a tierra autoridad que te acompañen al menos tanto los jóvenes troyanos, como los tres destacados hombres de la ciudad. ilustres varones, que abandonan de Con sus advertencias, la venerable inmediato la orilla y se dirigen a la vejez sosiega el desmesurado arrojo morada del rey. de la juventud. Te garantizaré una El héroe Telamón les brinda hos­ compañía egregia: después de Héctor, pitalidad. Llevan ramos de frondosa ante el que toda fuerza se inclina, son oliva al palacio real, en aparente son los tres varones más ilustres de Ilión. de paz, pero no albergan sentimien­ Irán contigo Antenor, Polidamante y por una solución pacífica al entre también Eneas, tu cuñado, el joven griegos y troyanos. hijo de Dione70”. Así habló el rey. Y él 71 Tenedos es una isla cercana a la entrada del mismo ordena que se hagan presen­ estrecho de los Dardanelos; Abidos y Ses­ tos son dos ciudades enfrentadas sobre ese 69 Hijo de Éaco y hermano de Peleo. Partici­ mismo estrecho. El cabo de Malea está de­ pó, junto con Hércules, de la primera gue­ limitado al oeste por el mar Jónico y al este rra de Troya, en la que obtuvo como botín a por el mar Egeo, se ubica sobre una peque­ Hesíone, la hermana de Príamo. ña península al sureste de la península del 70 Dione se utiliza, en ese caso, como sinóni­ Peloponeso. Salamina es una isla de Grecia mo de Venus. La esposa de Eneas, Créusa situada en el golfo Sarónico, en el Egeo. Es era hermana de Paris. Antenor y Polida­ probable, no obstante, que Draconcio aluda mente fueron dos de los consejeros de Pría­ aquí a la ciudad de Salamina, situada en la mo; ambos abogan, en la tradición literaria, costa oriental de Chipre.

158 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio tos pacíficos, sino bélicos. Eran por­ saría a tomar las armas si al suplicarle tavoces de un discurso capaz de inci­ no se la devolviera? La razón de este tar a un hombre a las armas, si no lo pedido, Telamón, es la existencia de impidieran las leyes de hospitalidad, una afrenta y del rumor de una des­ que ninguna persona razonable des­ honra. Como la hermana de Príamo obedecería. es esclava de los griegos mientras él Después de saludar al soberano, ocupa el trono, surgen recelos y ga­ la embajada de Troya tomó asiento, nan crédito malintencionados co­ y Antenor, con amable tono de voz, mentarios: ‘Pudo levantar a Ilión de se expresó de esta manera: “Rey Tela­ sus ruinas’ –será el rumor entre los món, corresponde que le informemos frigios– ‘pero, incluso siendo rey, no cuál es la causa por la que ilustres tro­ logró recuperar una hermana de su yanos, e incluso el hijo del rey, se han propia sangre de las manos de otro visto obligados a venir a su palacio. Si soberano’ –añadirán”. usted lo permite, hablaré en nombre Así habló. Telamón luchaba men­ de mis compañeros y del príncipe. talmente contra su ira. La piedad, el Príamo, del linaje de Dárdano, restau­ afecto, el amor, la agradable convi­ rador de nuestro pueblo y de nuestra vencia conyugal y la imagen del hijo ciudad –recordamos y reconocemos generan en su corazón una conmo­ que fueron sus tropas, poderoso hé­ ción de virulenta amargura. Le soli­ roe, las que la devastaron– le ordenó citaban romper el matrimonio real y a este selecto grupo venir desde Ilión dejar de compartir el honesto lecho, a su reino, para que usted devuelva algo que nadie hubiera tolerado, por­ pacíficamente a la hermana del rey, que además, esa mujer era la madre que está en su poder por derecho de de Áyax. Con furioso semblante, le­ guerra. Reclamamos a Hesíone. La gítimamente enardecido por la ira, el excelsa Troya yace en tierra, cubier­ hijo de Éaco comenzó a hablar de este ta por las cenizas de su destrucción. modo: “Si hubiera algún sentido de la Y el rey cree que Pérgamo no podrá vergüenza o del honor en las intencio­ volver a levantarse, magno soberano, nes de los troyanos, si sus derrotados salvo que ahora usted le devuelva la corazones lamentaran la destrucción hermana que actualmente retiene de Ilión, finalizada la guerra liderada cautiva. Resulta vergonzoso que el li­ por los semidioses a causa de quienes naje de un rey se vea reducido a la es­ la gran Troya yace vencida, la estir­ clavitud, y constituye un crimen que pe de Príamo –botín de guerra para un rey no recupere por la guerra lo los pelasgos– nunca más se atrevería que en la guerra perdió. Pero como la a desafiar en combate a los griegos, anhelada paz lo desaconseja, recibirá compañeros de Hércules. ¿Quieren una súplica en nombre de nuestro so­ rendir cuentas otra vez por los falsos berano: imagine si fuera usted quien juramentos del linaje frigio? ¿Tan leve le reclamara a Príamo una hermana y fue el castigo que sufrieron hace un él la retuviera, ¿el dolor no lo impul­ tiempo? Transmítanle a Príamo estas

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 159 palabras, troyanos: ¿Quién, tras ha­ que triunfar. También sobresale mi ber sido vencido, le dice al vencedor: sobrino Aquiles, nacido en Tesalia y ‘Acepto que ganaste la guerra, pero crecido en Emacia73: junto a Patroclo, quiero conservar el honor debido a que arrasa las guaridas de los centau­ mi valor guerrero, que me correspon­ ros, ejercita sus armas contra los bi­ da el botín, que se me destinen las frontes seres de torva mirada. Rugen recompensas de la gloria y todos los Esténelo74, el hijo de Tideo75 y Áyax privilegios del triunfo. Que mi ven­ de Oileo. Palamedes76, Teucro77, Uli­ cedor, en cambio, se vaya hambrien­ ses y el hijo de Néstor, Antíloco, cele­ to de gloria, adueñado de un mérito bran que Troya resurja, que Pérgamo inútil’? ¿Quién se atreve a dirigirse vuelva a levantarse”. con insolencia a un rey o a un marido Respondió entonces, con doci­ desdichado y decirle: ‘Anula tu ma­ lidad, Polidamante: “Poderoso gue­ trimonio, que se desintegre rrero, hijo del que juzga las almas de unida por una alianza conyugal ho­ los muertos78, rey cuya máxima gloria norable, que sea castigado el lecho de procede de nuestra ruina: modérese los enamorados, apaga las antorchas su recelo, atenúese su dolor, apací­ nupciales’? ¿Pero quién ganó? ¿Es po­ güese su ira. El hermano que recla­ sible que un hijo de Éaco, alguien que mó a una cautiva, honra ahora a una aplastó la patria de su enemigo, ten­ reina: también nosotros le rendimos ga que escuchar estas cosas? ¿Desde pleitesía. Hesíone no hubiera podido cuándo el vencedor se somete a las le­ contraer matrimonio con alguien me­ yes del vencido? Si ha revivido la casa jor, ni siquiera de haber permanecido real del soberano Príamo y continúa en pie Troya. Siendo una esclava, re­ reconstruida tras ser incendiada por cibe un trono; obtiene dicha a partir mí, si el rey aprecia el amor de su de su mala suerte; deviene autoridad hermana, que le otorgue la parte del la que era un botín de guerra; asume reino que le corresponde como dote, el poder a partir de una desgracia. no vaya a ser que Áyax reclame lo que Quien le quitó una tiara es el mismo su abuelo le habría legado a su madre si Troya hubiera permanecido en pie. 73 Ciudad griega que recibe su nombre de La juventud griega de la época de mi Emación, rey de Macedonia. 72 suegro , la que ustedes, frigios, co­ 74 Hijo de Capaneo, el rey de Argos. nocieron en la guerra, ha envejecido. 75 Diomedes. Pero fue sucedida en las armas por la 76 Héroe griego, oriundo de Argos e hijo de generación de beligerantes hombres Nauplio. anhelada por todos aquellos líderes. 77 Hijo de Telamón y Hesíone. Igual que Áyax, Áyax, poderoso guerrero, constituye según la variante seguida por Draconcio, si un ejemplo para nada despreciable: bien la versión más difundida presentaba a Áyax como hijo de Peribea, la esposa legí­ ya se destaca y exige pueblos sobre los tima de Telamón, y a Teucro como hijo de Hesíone, la concubina del soberano. 72 Laomedonte, el padre de Hesíone. 78 Eaco.

160 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio que le entrega una diadema. Le ruego, se queda quieto boca abajo, desapare­ soberano, que a partir de esto apren­ ce la ira del león, que considera indig­ da cuál es la naturaleza de la estirpe na una presa muerta fuera de su boca: dardania: nacida para reinar, no sabe la fiera desprecia el alimento que no servir esclavizada; gobierna a los argi­ ha matado ella misma y, si el cazador, vos79 que la hicieron caer vencida. Al inmóvil, solicita piedad, con feroz triunfar, la victoriosa Grecia obtuvo compasión lo perdona. Del mismo una reina, no una esclava. ¡Es digna modo se sosiega el soberano aqueo, de admiración por todo el orbe la ge­ y él mismo ordena ofrecer banquetes nerosa naturaleza de un soberano que festivos para los frigios durante siete no intenta aplastar reinos que ya su­ días. Áyax y el hijo de Citerea80, dos cumbieron ante su valor! Usted orde­ relámpagos en la batalla, conversan na que los caídos vuelvan a levantar­ mutuamente. Abraza al joven Alejan­ se, que los reyes reinen y que surjan dro la reina de los pelasgos, Hesíone, nuevos soberanos para reverenciarlo. hermana de su padre, que admira Con usted al mando, la azarosa suerte en el rostro de Paris el parecido con del combate no tiene sentido, las gue­ Príamo. rras ya no pueden resultar nocivas. Si Llegado el octavo día, cuando los usted vence, poderoso señor, ¿quién, caballos de Febo, galopando hacia derrotado en la batalla, no deseará arriba, ya velaban la luz de los astros, tocarle en suerte una vez finalizado las ruedas del carro emergían del el combate? Se tornarán súbditos los océano entre crepitantes olas y todo enemigos que triunfen, reinan mejor, adquiría una tonalidad rosada, el hijo bajo su mando, los derrotados”. de Anquises81 se expresó con estas Así habló el embajador. Ya se tem­ nobles palabras: “Puede usted enveje­ pla el corazón del rey, que antes tanto cer feliz y en paz, soberano jamás de­ se había enardecido. Ruge la majes­ rrotado en combate, ya que, después tuosa furia del león, cuando obser­ de la caída de nuestra ciudad, ningu­ va de lejos la temible lanza blandida no de los líderes troyanos lo incitará por la mano y, golpeándose las patas jamás a la guerra, impidiendo que traseras con los latigazos de su cola, Áyax alcance la madurez. ¡Pronto, levanta la cabeza, sacude su melena magnífico rey, dominando y aniqui­ contra el cuello y la parte superior del lando todo numerosas veces, su hijo lomo, endereza la postura, rechinan Áyax será un muro protector para los sus dientes y estallan rugidos en su amigos y un temible ariete para los pecho. Resuenan entonces los ríos, enemigos! Le haremos llegar a Pría­ los montes y las cavernas devuelven el mo sus palabras”. eco. Pero, si una vez que ha arrojado la lanza, el astuto cazador se deja caer y 80 Eneas, hijo de Venus, que recibe este nom­ bre por la isla de Citera, donde tenía un 79 Habitantes de la ciudad de Argos. En este santuario. caso, se utiliza para aludir al conjunto de los 81 Eneas, cuyo padre era el mortal Anquises, griegos. al que se había unido la diosa Venus.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 161 Dicho esto, saludan al rey y se Paralizado, Paris ya se disponía a despiden. Se encaminan rumbo al saltar desde su propia embarcación puerto y llegan a la costa. Suben a hacia la de los embajadores, pero al la embarcación y levan el ancla de ver a los troyanos dispersos por el vas­ afilados dientes. Los marineros al­ to mar, se deshizo en amargos lamen­ zan las velas y reorientan las proas. tos y, con congoja en la voz, comenzó El viento da impulso desde la popa y a decir: “¡Felices los pastores, nacidos pronto se comban las velas, mientras con mejor suerte: la tierra firme los surcan el mar y las brisas favorables sostiene y no los azota ninguna tor­ aumentan. menta! No los asustan las olas que se agitan sobre la superficie del océano. Tormenta y arribo Desprecian los ondulantes bramidos a Chipre (385-584) del mar enfurecido. En cambio, des­ de un monte elevado, como aposta­ Repentinamente, desde la costa dos en una fortaleza, contemplan los africana, salen a su encuentro ven­ pastizales, los campos, el bosque, las tosas ráfagas acompañadas por una fuentes, los cursos de agua, los prados, tormenta que dispersa de inmediato los rebaños que retozan en la llanura la flota en el océano. Las livianas em­ y las cabras que zigzaguean por escar­ barcaciones son arrastradas desde la pados peñascos buscando arbustos concavidad del mar hasta los astros. lejanos. ¡Con qué felicidad arrancan El navegante, sostenido por las olas sus dientes el verde pasto! Corderitos en medio de los nubarrones, corre so­ y cabritos topetean las ubres mater­ bre el barco gobernado por las aguas. nas al mamar, moviendo impacientes Cuando creen haber rozado la punta el rabo, y disfrutan, con su tierno pa­ del cielo con los cabos del palo mayor ladar, de beber el alimento y comer la y se convencen de que no puede ha­ bebida. ¡Qué encanto extraer la leche ber nada más alto que esas montañas de las cabras y ovejas ordeñando sus de agua, sobreviene una ola de más ubres, mientras va cayendo el día y se altura que el mástil, se cierne sobre las acercan las sombras nocturnas! ¡Qué naves durante un rato, amenazándo­ satisfacción cuando la leche fresca co­ las con el naufragio y, desde la cima, mienza a convertirse en blanco queso anuncia la inminente ruina a causa y el pastor va presionándola con sus de la embestida del mar. Entonces el manos contra el molde circular! Por viento retira las aguas que sostienen una hermosa novilla han caído ren­ la embarcación, la quilla toca fondo didos impetuosos toros, por una her­ y dispersa la arena con el impacto. El mosa novilla rivalizan, embistiéndose remolino en torno de la nave es más entre sí, los machos dominantes. Por­ alto que una muralla, oscila como que reinar es un trabajo arduo y agita una torre de agua hueca, y de él van los corazones de los gobernantes la desprendiéndose violentas olas que gran preocupación de que sobreven­ desgarran las velas. gan guerras o los dardos anuncien

162 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio una sangrienta destrucción. El miedo brinda esplendor a la silenciosa Ami­ a cualquier tipo de muerte se encuen­ clas. También se había dirigido allí tra presente en todas partes: en tierra Helena, la hermosa hija del alado Jú­ firme, se sienten amenazados por las piter, mientras su marido ausente se espadas; en alta mar, temen las tem­ encontraba demorado en Creta86. pestades. A quienes reinan no se les La fama del príncipe había reco­ concede ni siquiera una hora comple­ rrido la ciudad, anunciando el arribo ta de paz”. de Paris, descendiente del linaje tro­ Mientras habla, sobreviene una yano. Apenas se entera de la llegada violenta ola, que resuena fragorosa del hermoso joven, la espartana co­ y sacude la popa con sus aguas: la mienza a dar órdenes y los sirvien­ embarcación se eleva por el impulso tes le llevan a París el mandato de la y, desviada de la flota, queda deposi­ mujer nacida en Laconia87: que vaya tada en Chipre82. Recibida una señal, para recibir hospitalidad, porque se­ cuando amaina la tempestad, se acer­ ría indigno, con la reina presente, que can también las demás naves y llegan Paris permanezca en la arenosa costa juntas a la isla. Sólo faltaba la de los como un humilde navegante. embajadores: se dice que, sacudida Entonces el huésped se dirige rá­ por la correntada y el oleaje, fue im­ pidamente hacia el palacio del hijo de pulsada hacia el mar Jónico83 por los Atreo88, escoltado por todos sus com­ enfurecidos vientos y, expulsada ha­ pañeros. Pero cuando se encamina cia afuera, ya no está en el Egeo. apresurado hacia la ciudad, siguiendo El pastor dardanio salta de in­ las indicaciones, observa el templo de mediato hacia la arena, con los pies Venus, junto al que había un grupo de entumecidos por la travesía, y se suplicantes o una suerte de congrega­ recupera en tierra firme junto a sus ción de fieles, y entonces cambia el compañeros. rumbo y se dirige hacia los altares. Casualmente, ese día se celebra­ Mientras tanto, unos cisnes blan­ ba en Chipre el aniversario del naci­ cos desdeñan el río y revolotean en la miento de Dione. Se acerca al tem­ costa. Todos miran cómo unas man­ plo de Citerea, para rendirle culto a sas palomas se desplazan suavemente la diosa, todo lo que abarca la isla de de un lado a otro por los aires, hasta Chipre y el bosque Idalio84, todo lo que un veloz milano, enfurecido, al­ que contiene la elevada Citera, todo borota a las inofensivas aves, persi­ lo que adorna Pafos85 y todo lo que guiéndolas en vuelo y asediándolas a todas con sus chillidos. Más arriba sobrevuela también un gavilán, cuyas 82 Isla griega, en la que Venus tenía un santua­ rio. 83 Brazo del mar Mediterráneo, ubicado al sur 86 Isla del Mediterráneo. del Adriático. 87 Lacedemonia. 84 Del monte Ida, ubicado en Chipre. 88 Menelao, llamado también Atrida por ser 85 Ciudad de Chipre. hijo del rey de Micenas.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 163 poderosas alas se ciernen sobre . encorvado, que representan a Marte y Entonces un sabio adivino, descen­ al raptor infernal. Recurre a los ritos diente de la estirpe de Melampo89, que indicados por Ganímedes92, el joven casualmente se encontraba en Chipre troyano que instauró estas artes, y por durante esos días festivos, comenzó Poles93, quien conoce el futuro expre­ a hablar de este modo, exclamando sado por el vuelo de los pájaros”. con lucidez: “Los espontáneos augu­ Habiendo elevado, como supli­ rios del vuelo de las aves se dirigen a cante, esta breve plegaria, ya subía ti. Las palomas de Idalia te aseguran al templo, ataviado con vestimentas una esposa notable por la belleza de tirias. El manto, que caía sobre sus su rostro, los cisnes te prometen una hombros como en llamas a causa de mujer del linaje del Tonante, pero el la refulgente púrpura, había sido teñi­ milano anuncia espantosos hados. do con múrice real y estaba sujeto por Aunque la mañana, ya promedia­ un afilado broche. El oro entrelazado da90, permita que ese pájaro ofrezca, en la tela hace brillar su espléndida a plena luz, verídicos presagios en la ropa e incrementa aun más la elegan­ inmensidad del cielo, es un ave rapaz cia del joven. El resto del grupo que que representa a Dite91. El gavilán de lo acompaña resplandece vestido con Marte, a su vez, expresa la amenaza atuendos frigios. de una feroz guerra como dote”. Cuando el pastor ingresa al tem­ Entonces Paris, levantando la mi­ plo, acercándose hacia el altar, todas rada y los brazos, con las palmas en las miradas se posan en él. La elegante dirección al cielo, invoca al niño y a su mujer de Laconia lo observa y, reco­ madre Dione, poderosas divinidades: rriéndolo con los ojos, va haciéndose “Áurea hija del celestial Tonante, Ve­ una imagen completa del hombre: la nus nutricia que sometes a muchísi­ vestimenta que lo engalana al avanzar, mos dioses y dispones, para manifes­ y la suave pelusa que cubre sus meji­ tar tu favor, de los miles de artificios llas, aflorando en su rosado rostro. En­ provistos por tu padre más los que tonces elogia al muchacho, enamora­ te proporciona tu hijo, confirma los da y en llamas a causa del fuego idalio, presagios que muestran tus palomas porque no hacía demasiado tiempo y anuncian los cisnes paternos. Adi­ que el ardiente niño alado, siguiendo vino, hay que impedir los vuelos de las indicaciones de su madre, había mal agüero. Dispersa las aves de pico encendido de amor el corazón de la

89 Célebre adivino que comprendía el lengua­ 92 La mención de Ganímedes, el joven troya­ je de los pájaros. A sus descendientes, los no raptado por el águila de Júpiter, resulta Melampódidas, se les atribuía la misma ca­ contextualmente relevante. Este es el único pacidad. testimonio que lo relaciona con el origen 90 Hora peracta tertia, según el texto latino. Es de la adivinación a partir del vuelo de los decir, pasadas las nueve de la mañana. pájaros. 91 Plutón, dios de los infiernos y raptor de 93 Augur, mencionado en la Souda, enciclope­ Prosérpina. dia bizantina del siglo X.

164 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio hija de Leda94, lanzándole una flecha cabello tan rubio, fuera tan espigado candente sin que ella lo notara. su cuerpo y flexionara sus esbeltas Una vez realizados los sacrificios piernas con rodillas tan sugerentes, a Dione, el pastor acepta la hospitali­ yo jamás la dejaría sola. ¡Qué feliz dad. Se le aproxima la reina, que em­ sería siendo digno de una esposa así! palidece y se ruboriza a la vez. La fu­ Me sometería a sus órdenes como un sión de ambos colores delata un amor sirviente. La adoraría, suplicante. Es­ evidente, mientras ella avanza con clavo de la ley matrimonial, estaría a pálidas llamas irradiando sus meji­ su lado noche y día, admirado por las llas. Cohibida por la ansiedad, se diri­ órdenes que ella, cuya brillante her­ ge con timidez al pastor, y le suplica, mosura resulta deslumbrante, qui­ agitada, que mencione cuál es su es­ siera darme. Se equivoca Menelao al tirpe, y por qué tempestad fue recien­ descuidar, si bien no diría a una dei­ temente sacudido y arrastrado hasta dad, al menos sí a una bella esposa, Chipre. Pero a la vez se interrumpe a que de algún modo es divina, porque sí misma e intenta encontrar, apasio­ pertenece a la estirpe del Tonante, de nada, palabras que le permitan ganar­ la que yo también procedo”. se la simpatía del joven. Apenas había dicho estas pala­ Apenas notó la fragilidad de los bras, los suspiros conmocionan los sentimientos en el corazón de la mu­ vulnerables sentimientos de la hija jer, el pastor troyano –huésped des­ de Tíndaro95, que comienza a respon­ leal– inició un discurso que no se derle de este modo: “Aunque seas re­ refería a su linaje, ni al impulso de ticente, hermoso joven, hace tiempo los vientos que lo habían arrastrado que todos sabemos cuál es tu origen. a las costas de Chipre. Enamorado, Nuestro linaje es el mismo: vayamos como atontado y con suavidad en la juntos en dirección a tu reino. Sé para voz, elogiaba a la reina y comenzaba mí un marido y yo seré para ti una a culpar al marido ausente, porque la esposa digna. Esto es lo que mandan más hermosa de las esposas, descui­ los hados y Júpiter exige: ordena que dada y abandonada por la frialdad de me toque en suerte vivir con dos ma­ ese hombre, había ido sola al templo ridos. Cualquier amante que me haya de la madre Dione para presenciar los llevado consigo hace que abandone al rituales. Entonces agrega: “Si acaso Atrida mientras está vivo. Tras el ma­ fuera así la mujer que yo mereciera, trimonio con mi primer esposo, los con mejillas tan seductoras y un ros­ hados disponen para mí un segundas tro tan armonioso, iluminada por se­ nupcias sin haber enviudado”. mejantes ojos y tan dignamente her­ Así habló. Ambos, que ya han mosa, si se derramara sobre su blanca partido, buscan las naves y la costa. piel un rubor así de rosado, luciera un Pero mientras avanzan en dirección al

95 Helena, quien fue engendrada por Júpiter 94 Helena, nacida del amor de Júpiter con la en la misma noche que Tíndaro yació con joven hija de Testio, Leda. su esposa Leda.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 165 puerto y la flota, el pastor vuelve a mi­ Cuando llegó hasta el mar, el agi­ rar la ciudad y observa el surgimiento tado raptor, que llevaba en brazos de la inmensa polvareda levantada un peso tan placentero, aunque se por un grupo de personas que los si­ encontraba exhausto por la carrera y gue. Entonces Paris, el raptor, le dijo a fatigado por la carga, no bajó a la mu­ la raptada mujer que llevaba consigo: jer de Laconia en la orilla, sino que la “Estamos muertos, reina. Nos persi­ sentó directamente en el centro de la guen los jóvenes griegos, todos los nave. Entonces los marineros alzaron guardias de tu esposo, el Atrida, reco­ las velas y, remando, levantaron cam­ rren el camino, espada en mano, para pamento. alcanzar nuestros pasos. Los auxilia La tropa que se había formado una muchedumbre de lugareños, ya llega cuando ya se ha alejado la flota. arrastran al combate a una multitud En la costa, todos se golpean la frente armada, y tal vez mueras conmigo, si con la palma de la mano y arrojan en sus lanzas nos alcanzan”. la orilla los cascos, las lanzas y los es­ Respondió, a su vez, de esta mane­ cudos, que resuenan al caer. El propio ra la espartana: “Joven, ¿por qué mal­ marido, quebrado por la espantosa gastas nuestro aliento conversando? noticia cuando llegaba a Chipre para Querido rey, ordena a los frigios to­ celebrar los ritos sagrados, se apresura mar las armas. Usa tu poder de man­ sobre un sudoroso caballo a través del do y haz que tus hombres apuren el campo. Y al ver, enloquecido, que ya paso: ya casi llegamos al mar, si ellos las embarcaciones surcaban las olas y te obedecen, nada tendrá para hacer su matrimonio le era arrebatado, se la muchedumbre que nos sigue”. desmorona sobre la arena, lanza un Tras decir esto, la nuera, que será gemido y se arranca mechones rubios fuente de desgracias para Príamo, se de la cabeza. Del mismo modo, las deja raptar voluntariamente por el tigresas hircanas97 suelen precipitar­ príncipe, a cuyo cuello va aferrada. se por apartados parajes, estimuladas Del mismo modo raptó a Europa96 por el afecto, cuando una hembra sobre su lomo el novillo divino, cuan­ pierde sus crías y, burlada en su ins­ do Júpiter, metamorfoseado en toro, tinto maternal, su feroz naturaleza hizo crecer una cornamenta olím­ persigue el rastro del raptor responsa­ pica en su frente. Como fulminante ble. Con astucia, sigue las huellas del montura, goza sobre el manso oleaje jadeante ladrón y de su caballo, pero al sentir el peso de la hija de Agénor cuando la fiera madre observa que los prendida a su cuello celestial, mien­ cachorros están del otro lado del río tras surca las aguas y las grandes co­ y se encuentran separados de ella por rrientes marinas, ya transformado en las aguas, regresa despojada y dolori­ el cuñado de Cadmo. da. Entonces, apretando los dientes,

96 Hermana de Cadmo, hija de Agénor y Tele­ 97 De Hircania, región del Asia central, ubica­ fasa. da a orillas del mar Caspio.

166 Gabriela Marrón - María Luisa La Fico Guzzo / El Rapto de Helena de Blosio Emilio Draconcio lanza un gemido por la pérdida de la equiparable a los vigorosos Meleagro98 noble cría. Del mismo modo estaba o Teseo99 por la firmeza de su valor, entristecido el Atrida por el rapto de mientras el magnífico Héctor estuvie­ su esposa. ra sano y salvo, nadie lloraría a Paris con el corazón afligido. Todo el que Reencuentro conservaba en su memoria las pala­ en Troya (585-655) bras pronunciadas poco tiempo atrás por Heleno, se sentía alegre, contento, ientras tanto, Eneas, que regre­ y se lamentaba sólo de palabra. Msaba como embajador, había Erigía entonces Príamo un túmulo llegado a Troya y le transmitía a vacío para el hijo ausente, de manera Príamo la respuesta de Telamón. Pero tal que creerías presente algún cuerpo al no ver a su amado Paris, el padre que yacía ahí muerto. Mientras el pa­ rompió en llanto y ensució de polvo dre se dispone a realizar un sacrificio sus blancas canas. Antenor comenza­ fúnebre donde no había ningún cadá­ ba a relatarle los miles de peligros y ver, ni nada que satisfacer con sangre, adversidades del mar al rey, por cuyas divisan en el mar, desde la costa, una mejillas descendían las lágrimas. Dice flota conocida. ignorar qué fue del pastor en medio Ostentando la insignia real, apa­ de la tempestad y desconocer si la rece en primer lugar la embarcación flota del joven se había hundido o no del príncipe, rodeada de guirnaldas. entre las olas. Afirma saber, solamen­ Ondulan blancos mantos ceremo­ te, que la furia del mar, impulsando niales adornados con rosas, la seda hacia arriba las aguas más profundas, engalana el lino de los vestidos, y se había dispersado las embarcaciones observa, en la cima del mástil, el mir­ ilíacas en medio de una tormenta to de Venus colocado allí por el en­ Ante esas palabras, solloza con tusiasmado novio. Corre hacia el mar luctuosos gemidos el palacio de Pría­ Hécuba junto con Príamo, y reciben a mo: las murallas se oscurecen con el la novia, acompañados por una mul­ luto público y se llora en la ciudad. titud de ciudadanos. El pastor besa a Las personas de ambos sexos se la­ todos, acercándose a su padre Príamo mentan, pero no por la dignidad de y saludando a su madre. Ambos abra­ su valor, o porque sea un hombre ca­ zan su delicado cuello y le cubren de paz de iniciar una guerra o de resistir besos el rostro. otra que le fuera declarada, ni porque Se encuentra allí Héctor, el más posea la gran fortaleza necesaria para fuerte, que no ha ido obligado, pero no aniquilar enemigos o para degollar se alegra. Lo sigue Troilo, voluntaria­ ejércitos armados con espadas: las mente, pero triste. No siente la pesa­ manifestaciones de dolor en la ciudad se deben a que era el hijo del rey. Por 98 Célebre héroe griego, hijo de Eneo, el rey de otra parte, aunque Alejandro igualara Calidón. en fuerza a Hércules o, incluso, fuera 99 Mítico rey de Atenas, hijo de Egeo.

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 147-169 167 dumbre en el cuerpo, sino en el alma: Avancen como esposos, novios, las predicciones agitan su ánimo y sus ya han confirmado el horrible sueño sentimientos. La Muerte, con el rostro de una madre. Al recibir este amor ensangrentado, desfila como un cruel desgraciado, encendieron la antorcha batallón entre los troyanos. ¡Cuántos aparecida durante la noche, con la hombres va a llevarse, qué hados les que arderá Troya, con la que se pre­ depara, a cuántas nueras hará enviudar cipitarán a su fin los frigios, sin haber a causa de la guerra! ¡Troilo, Polites se­ sido condenados a muerte por algún guirá tus pasos! Del mismo modo que crimen. La sangre troyana constituirá suele seguir a un hombre la sombra la dote. Que la hija de Leda, huyen­ que lo acompaña, como una fantas­ do por el campamento, se enriquezca magórica silueta muda, sin mover sus con la masacre de los pelasgos, que miembros, salvo que los haya movido los dioses pierdan a sus hijos, que so­ aquel al que escolta: si el hombre se lloce el cielo y se lamente el mar: que detiene, se detiene la silueta; si él se exista una venganza tras un crimen sienta, moviéndose de alguna manera, de adulterio como este. se sentará también ella, imitando con falsos movimientos a las personas rea­ les, haciendo casi todo sin hacer nada. Bibliografía Polites será igual. El pastor había contraído matri­ Ediciones y traducciones monio con suerte adversa. Ya se di­ rigen a las murallas y al palacio, ya Bernalte Calle, A. M. (2004). El Rapto ingresan al salón del trono. Cubre el de Helena. De Raptu Helenae. Ex Ro- velo nupcial a la hermosa novia, que muleis Carmen VIII. Edición Bilingüe, toma asiento, arreglada para el tála­ con Introducción, Traducción y Notas. Sevilla: Padilla Libros Editores & Li­ mo. Se baila en la ciudad, ya resue­ breros. nan los timbales, ya la rústica flauta Bouquet, J. y Wolff, É. (2002). Dracon- entona una canción pastoril. Pero tius. Oeuvres. Tome III. La Trágedie responde amargamente el clarín, se d’Oreste. Poèmes Profanes I-V. Paris: 100 silencian los versos fesceninos y el Les Belles Lettres. corno anuncia amenazante la guerra. Wolff, E. (1996). Dracontius. Oeuvres, Tampoco la ronca tuba emitió soni­ Tome IV. Poèmes profanes VI-X. Frag- dos dulces: con su estridente soplo, ments. Paris: Les Belles Lettres. anuncia armas, líderes guerreros, es­ cudos y miles de naves. Pensarías que Bibliografía citada las marciales trompetas del hijo de 101 Tideo convocan al combate. Arnoux, E. (2000). “La Glotopolítica: 100 Fescennina, cantos nupciales de carácter transformaciones de un campo disci­ alegre y obsceno, que se entonaban en plinario”. En Lenguajes: teorías y prác- ocasión de las bodas. ticas. Buenos Aires: Gobierno de la 101 Diomedes, nacido de Deípile y Tideo. Ciudad de Buenos Aires; 95-109.

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