P LAN LOCAL DE SALUD DE MIJAS

‘Mijas se mueve

por la salud’

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INDICE

1.1.1. INTRODUCCIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN 1.1. Nuevos paradigmas de salud. 1.2. Marco normativo de la gobernanza local en salud. 1.3. Las desigualdades sociales determinantes básicos de salud. 1.4. Nuevas necesidades en salud, nuevas respuestas y su efectividad.

2.2.2. RED DE ACCION LOCAL DE SALUD (RELAS): ESTRATEGIA DE LA CONSEJERÍA DE SALUD COMO RESPUESTA AL ACTUAL ESCENARIO

3.3.3. PLAN LOCAL DE SALUD DE MIJAS (PSM) 3.1. Definición - Formulación 3.2. Principios rectores del Plan de Salud de Mijas 3.3. Concordancia con los planes, procesos y programas de salud. 3.4. Líneas básicas de desarrollo, dimensiones y estrategias. 3.5. Fases de trabajo y metodología 3.6. Informe de salud de Mijas: Análisis de la situación de salud y coberturas de servicios 3.7. Recursos disponibles para trabajar la Salud en Mijas (Banco de recursos) 3.8. Prioridades de intervención establecidas en base a situación y oportunidades. 3.9. Configuración de la Red de Acción Local en Salud de Mijas 4.4.4. PLAN DE INTERVENCIÓN 2009-2010 DEL PSM: 4.1. Objetivos. 4.2. Líneas de desarrollo, actuaciones y actividades realizadas: ••• Comunidad ••• Infancia ••• Jóvenes ••• Mujer ••• Mayores ••• Personas con discapacidad y/o dependencia y/o enfermedad crónica. ••• Colectivos en riesgo de exclusión social. 4.3. Comisión Local de Salud: ••• Composición ••• Recursos, servicios y Actividades de las Asociaciones de la Comisión.

555. RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS DE ACTUACION ANEXOS Comisión Local de Salud de Mijas. Agenda de Actividades Plan de Salud de Mijas 2009-2010 Tejido Asociativo Mijas Recursos Salud y Deportivos Privados

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

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1.- INTRODUCCIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

1.1.-Nuevos paradigmas de salud. 1.2.-Marco normativo de la gobernanza local en salud. 1.3.-Las desigualdades sociales determinantes básicos de salud. 1.4.-Nuevas necesidades en salud, nuevas respuestas y su efectividad.

1.1.-NUEVOS PARADIGMAS DE SALUD

Asistimos a un momento histórico, trascendental, donde las sociedades desarrolladas han alcanzado niveles de salud inimaginables. La esperanza de vida ha aumentado considerablemente y asociado a esto surge el criterio de calidad de vida , vinculado principalmente al nivel de salud y percepción de bienestar. La modernidad de este concepto acuña la idea de un individuo que ha evolucionado hacia una actitud más proactiva y de permanente interacción con su medio relacional, laboral, social, lo cual trae consigo la posible modificación y alteración de su propio contexto tanto a niveles estructurales como funcionales con la posible afectación de su salud. Las personas se han vuelto más exigentes en esta materia. Ya no importan solo los factores de impacto sobre la salud individual, sino que también preocupan aquellos que podrían alterar y/o perjudicar el contexto familiar, laboral, social, cobrando con ello especial importancia los intereses sobre el estado de la salud colectiva. Por otro lado, además de interesar el mejor aprovechamiento de los recursos y los servicios sanitarios en su tradicional enfoque asistencial de atención a problemas de salud, hoy convergen demandas más complejas en salud relacionadas con un nuevo perfil de usuario y con una nueva manera de vivir la salud ya como algo positivo, algo que promocionar y cuidar, aspirando al mejor nivel de bienestar posible con el que disfrutar al máximo de las opciones vitales. La salud pasa de ser un fin, a convertirse en un medio, en un recurso para la vida y esto encuadra con el concepto de “Salud” que mantiene la Organización Mundial de la Salud (OMS): “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades, a lo que habría que añadir “y en armonía con el medio ambiente”. En estos planteamientos es donde se entiende claramente el concepto y la necesidad de la nueva Salud Pública, definida como “el esfuerzo organizado de la sociedad para prevenir la enfermedad, proteger, promover y restaurar la salud y prolongar la vida” (OMS), teniendo como meta el “mejorar la salud de la población”. Para su logro es imprescindible la acción coordinada de todos los sectores y con ello facilitar a la ciudadanía las condiciones y elecciones más saludables y su protección, minimizando al máximo la pérdida de salud. Dentro de este enfoque hay que tener muy presente la influencia de los determinantes de la salud: el ambiente físico y social, la genética, los estilos de vida y el sistema sanitario y no perder de vista el grado en el que estos contribuyen en la salud, ya que el ambiente donde se vive y la forma en que se vive, son los de mayor repercusión y curiosamente, aquellos que están más al alcance de la esfera individual y colectiva de una comunidad. Aquí radica la importancia y magnitud de la “ Acción local en Salud ”, como eje primordial de salud y calidad de vida de la ciudadanía. En este escenario, se concibe un campo de trabajo local, en el espacio de encuentro más cercano a la ciudadanía, donde ésta desarrolla su convivencia, establece sus

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relaciones y construye su entorno. Es además donde los ciudadanos y ciudadanas toman sus decisiones sobre los aspectos determinantes de su salud a nivel individual, familiar y colectivo. Es asimismo el lugar que sirve de soporte a las iniciativas económicas y empresariales, por lo que aún siendo el ámbito local en donde se adoptan ciertas decisiones y medidas en materia de protección de la salud, éstas transcienden directamente dicho ámbito para manifestarse como determinantes para la población general sin límites geográficos delimitables.

1.2.-MARCO NORMATIVO DE LA GOBERNANZA LOCAL EN SALUD

El sector institucional llamado a liderar este nuevo abordaje de la Salud Pública en el ámbito Municipal es la propia Administración Local quien lidera la gestión como se explicita en la normativa vigente sobre el ámbito competencial de la salud pública recogido en el Proyecto de Ley de autonomía local Artículos 9 y 41 y el Art. 28 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local. Recientemente se ha configurado un marco normativo idóneo para el impulso y dinamización de políticas publicas de nivel de Administración Local con la LEY DE AUTONOMÍA LOCAL DE ANDALUCÍA LEY 5/2010, aprobada recientemente por el Parlamento. En el artículo 9 se describen las distintas competencias municipales entre las cuales se especifican las que comprende el ámbito de Salud Pública a nivel Local. Hasta ahora han sido otros sectores como la Administración Autonómica , a través de los organismos delegados a nivel provincial y el propio Sistema Sanitario Publico de Andalucía con sus Distritos Sanitarios, Hospitales, Centros y Unidades de Atención Primaria, quienes tradicionalmente se han encargado de velar por la salud de la población y proporcionar los recursos preventivos y asistenciales. E n el marco internacional, el reconocimiento del poder de acción local en la promoción de ciudades saludables, ha generado en Europa un movimiento de articulación de los alcaldes y representantes locales que se expresó a través de un conjunto de declaraciones, de compromiso de estas autoridades europeas con la promoción de la salud para todos. El esfuerzo estaba basado en principios de sostenibilidad, igualdad, cooperación multisectorial, participación, rendición de cuentas y solidaridad. Existe una marcada influencia de la Carta Europea de la Autonomía Local, que identifica en los municipios la capacidad de ordenar y gestionar bajo la propia responsabilidad una parte sustancial de los asuntos públicos mediante el impulso de políticas propias. Esto se sustenta sobre el ejercicio del liderazgo político del gobierno local para que tanto los actores públicos como privados, desde sus propios ámbitos, formen una red capaz de hacer competitivo el territorio y de dar una respuesta adaptada a la realidad de la sociedad a la que representa. Su ratificación por parte del Reino de España implica a toda la municipalidad del Estado. En Andalucía, desde 1998, la Ley de Salud, dedicada directa y principalmente al ciudadano, representa un marco legislativo más amplio para la administración sanitaria en materia de protección de la salud de los ciudadanos y ciudadanas, con el que, además, se pretende regular el campo de actuación y relación con el sector privado, siempre dentro del ámbito competencial de la administración local. Con ella se potencia el papel de los municipios, con el principal objetivo de regular las actuaciones que hacen efectivos los derechos y deberes de la ciudadanía respecto al sector salud, se fomenta la participación, y consecuentemente la corresponsabilidad en el derecho a la protección de la salud.

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En la actualidad el nuevo marco normativo andaluz, con un gran espíritu municipalista y social, confiere a los Ayuntamientos un mayor protagonismo y, sobre todo, establece que las competencias propias que les son asignadas deben conllevar la necesaria suficiencia financiera. Esto significa una apuesta de adecuación a una sociedad más actual, en la que la ciudadanía goce de muchos más derechos en los que trabajar de forma cercana y activa, de ahí que el mayor protagonismo de los Ayuntamientos sea algo previsible.

1.3.-LAS DESIGUALDADES SOCIALES DETERMINANTES BÁSICOS DE SALUD

Desigualdades en salud

Al hablar de desigualdades en salud, se hace referencia a la presencia de diferencias injustas y evitables en el estado de salud de las personas, con distintas características culturales, socioeconómicas, demográficas o geográficas.

Literalmente, el término “desigualdades en salud” hace referencia a las diferencias existentes en el estado de salud entre individuos o grupos, medida en términos como la esperanza de vida, la mortalidad o la morbilidad. El interés no radica en las diferencias en salud derivadas del azar o de las decisiones individuales, sino en las diferencias evitables que se relacionan con variables sociales, económicas y ambientales (por ejemplo, las condiciones de vida y laborales, la educación, la profesión, el nivel de ingresos, el acceso a una atención sanitaria de calidad, los servicios de prevención de enfermedades y promoción de la salud) sobre las cuales el individuo no ejerce control alguno y que pueden abordarse mediante políticas públicas. Por tanto, por desigualdades en salud entendemos las diferencias en salud evitables e injustas sobre las que las acciones de los gobiernos, otras instituciones implicadas y las comunidades ejercen una fuerte influencia, y que pueden abordarse con políticas públicas. (Comisión Europea, 2009). (A)

“Las desigualdades socioeconómicas en salud resultan de un proceso de acumulación de desventajas durante el ciclo vital. Los determinantes socioeconómicos de la salud están definidos por las condiciones del individuo y del hogar (nivel económico, educación, hábitos saludables, etc.) y las condiciones externas (políticas públicas, entorno rural o urbano, etc.). La efectividad de las políticas sanitarias está ligada a intervenciones que reduzcan las desigualdades socioeconómicas en salud. Este tipo de inequidad es un lastre para el crecimiento económico, un síntoma de desintegración social y una barrera a la garantía de los derechos básicos y de la calidad de vida” (X)

A modo de ejemplificar y esclarecer los determinantes que afectan a las desigualdades 1, a continuación se describen brevemente factores y sesgos como género, clase social, nivel de instrucción y utilización de los servicios sanitarios y su relación con el estado de salud de las personas

Género, clase social y salud.

(A) HACIA LA EQUIDAD EN SALUD: Monitorización de los determinantes sociales de la salud y reducción de las desigualdades en salud Informe independiente de expertos comisionado por la Presidencia Española de la UE. Ministerio de Sanidad y Política Social . España. 2010.

(x) García-Sánchez I, Avilés Blanco MV, Carrillo Tirado M. Determinantes sociales de las desigualdades en salud en Europa. Granada: Observatorio de Salud en Europa de la Escuela Andaluza de Salud Pública; 2007. Informes Estratégicos “La UE y el SSPA”: Nº 1-2007.

1 “Primer Informe sobre Desigualdades y Salud en Andalucía ASOCIACIÓN para la DEFENSA de la SANIDAD PÚBLICA de ANDALUCÍA. Mayo 2008”

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Hay evidencia acumulada sobre la existencia de desigualdades en salud entre hombres y mujeres. Estas desigualdades provienen del diferente reparto de roles sociales y de la relaciones de poder entre ambos, que suponen, en relación con la salud, riesgos y vulnerabilidades, estilos de vida y prácticas preventivas distintos para unos y otras. Las mujeres son las más perjudicadas por estas desigualdades en salud por razón de género, que además se entrecruzan y potencian con la clase social, con su peor situación económica y social. Más de la mitad de las mujeres andaluzas se identifican como amas de casa y en general, en relación con los hombres, tienen peores posiciones en nivel de estudios, trabajo remunerado y ocupación.

Género Las mujeres tienen peor salud percibida y calidad de vida , utilizan de manera diferente los servicios sanitarios, y se encargan preferentemente de los trabajos domésticos y de los cuidados a personas dependientes. Además, viven solas y perciben un apoyo social deficiente con mayor frecuencia que los hombres. Las mujeres expresan peor salud percibida que los varones y estas diferencias aumentan con la edad, alcanzando un máximo en el grupo de 45 a 54 años. Aunque la peor percepción la muestran personas de clases sociales menos privilegiadas, incluso las mujeres de clases privilegiadas tienen peor salud que los hombres de clases manuales. Las desigualdades en salud percibida por clase social y género han aumentado del año 1987 al 2003. El consumo de tabaco presenta patrones diferentes entre hombres y mujeres. Desde 1987 son los hombres de niveles educativos más bajos los que presentan un mayor consumo. En las mujeres, en cambio, si bien en 1987 eran las de mayor nivel educativo las que presentan frecuencias más altas, en el año 2003 éstas se dan en los otros niveles. En las mujeres el consumo de tabaco aumenta de manera significativa entre las que tienen un menor nivel de estudios. En el consumo de alcohol las desigualdades entre los diferentes grupos han aumentado desde 1987. En el año 2003 las frecuencias más altas se observan en los hombres y las mujeres con menor nivel de estudios. La obesidad y las desigualdades en obesidad aumentaron desde 1987 hasta 2003 para hombres y mujeres. Las personas con niveles educativos más bajos presentan frecuencias más altas. El sedentarismo se ha reducido, pero han aumentado las desigualdades. Además de la posición social individual, las características socioeconómicas del área de residencia inciden en los estilos de vida y en la calidad medioambiental. La prevalencia más alta de sedentarismo se encuentra entre quienes consideran que no hay zonas verdes en el barrio, siendo más sedentarios los hombres y las mujeres sin estudios que viven en barrios sin zonas verdes.

Nivel Educativo y Situación Laboral Las personas de menor nivel educativo, en desempleo o que trabajan sin contrato tienen una peor percepción de su salud y unos estilos de vida que comportan mayores riesgos. Además de la posición social individual, las características socioeconómicas del área de residencia inciden en los estilos de vida y en la calidad medioambiental.

Desempleo:

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Hay un mayor número de hombres con salud deficiente entre los que están en situación de desempleo (18,8%), seguido de aquellos que trabajan sin contrato (14,6%). En las mujeres, en cambio, la peor salud se da entre las que trabajan por cuenta propia o no son asalariadas (21,9%), seguido de las que trabajan sin contrato de trabajo (18,6%). El trabajar sin contrato está ampliamente asociado a unas malas condiciones del propio puesto, inseguridad por la pérdida real del trabajo y a puestos de baja cualificación. Estudios recientes indican que este tipo de relación se da principalmente en el trabajo de servicio doméstico.

Condiciones laborales: Las condiciones materiales y organizativas del trabajo están en la base del gradiente de desigualdad en salud, pues el trabajador de la economía informal o contrato temporal ocupa los puestos de trabajo con mayores exposiciones a productos tóxicos, cargas pesadas, movimientos repetitivos, maquinaria obsoleta, menor control y autonomía, y mayor exigencia psicológica. En la actualidad, uno de los grupos más vulnerable a esta situación lo constituyen los trabajadores inmigrantes.

Utilización de los Servicios Sanitarios: Las personas en ambos sexos con más edad, menos estudios, clase manual y que no trabajan fuera del hogar hacen más visitas de medicina general. Entre las mujeres sólo ocurre cuando viven solas y son responsables de los cuidados. Comparando mujeres y hombres, ellas consultan más en todas las categorías de las variables estudiadas, excepto las universitarias y las estudiantes. Coexisten en el tiempo patrones de uso de los servicios sanitarios que son compatibles con las desigualdades sociales y patrones compatibles con la corrección de estas desigualdades por la universalidad del sistema sanitario. Entre los primeros cabe destacar el mejor acceso a los servicios bucodentales de las personas con mayor nivel socioeconómico y el mayor uso de la consulta ginecológica para revisiones periódicas y pruebas de detección precoz del cáncer en las mujeres con nivel educativo más alto y menor dificultad económica. Sin embargo, hay que subrayar que no se han encontrado patrones de desigualdad en el uso de la mayor parte de los servicios analizados como hospitalización, urgencias, la mayoría de los medicamentos, algunas medidas preventivas y que algunos servicios son más usados por las personas de menor nivel educativo (como la consulta médica). En algunos casos, como el uso de medicamentos para factores de riesgo cardiovascular (tensión arterial, colesterol y diabetes), tras ajustar por posibles factores de confusión, se encontró un patrón de mayor consumo a menor nivel educativo. Esto podría ser coherente con la mayor frecuencia de visita al médico general en las clases más desfavorecidas.

“Las desigualdades sociales se manifiestan como desigualdades en salud. Es visible la necesidad de buscar y promover las alianzas de aquellos sectores afines a salud para conseguir la Equidad Social en Salud, o dicho de otra forma, la ausencia de diferencias injustas en salud entre los grupos sociales”. 2

1.4.-NUEVAS NECESIDADES EN SALUD, NUEVAS RESPUESTAS Y SU EFECTIVIDAD

2 Las desigualdades sociales en salud. Daponte, A.; Bolívar, J; Garcia Calvente ,Mª. EASP 2008.

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El escenario de prioridades y tendencias en salud pone de manifiesto la necesidad de respuestas específicas que puedan ser eficaces frente a los problemas referidos anteriormente. Los servicios de salud solos no pueden aportar soluciones eficaces, inevitablemente se necesita la implicación de todos los sectores y políticas si se quiere la equidad en salud. Determinantes como los estilos de vida y el entorno también están fuertemente condicionados por las desigualdades sociales. Por tanto es preciso un cambio en la “forma de hacer”, centrado en lo local, con coordinación intersectorial y la participación activa de la comunidad. Esto requiere una convergencia de los objetivos de los diferentes sectores en torno a la salud pública en la que cada sector actúa desde su marco de competencias, hacia otra nueva forma de gobernanza, de funcionamiento en Red local 3; con un nodo central que representa el liderazgo del gobierno local y su corresponsabilidad, lo que supone asumir entre todas las partes:

- Una nueva forma de trabajo local liderada por los gobiernos locales, a los que también se les plan