✒ CARTACARTA DEDE CASACASA Nº 228-29 ENERO-FEBRERO 2007
OBRA DE COOPERACI N SACERDOTAL SUMARIO HISPANOAMERICANA (OCSHA) on ocasión de la celebración de las Bodas de oro Editorial: sacerdotales de la primera promoción de sacerdo- “Memoria agradecida” Ctes que salieron del Seminario Teológico Hispanoa- Mensaje de Juan Pablo II a mericano y del 50 aniversario de la Encíclica Fidei OCSHA (1999) Donum, hemos querido hacer una edición especial de Carta de Casa. La OCSHA: Han sido muchos los sacerdotes que han partido de sus Nacimiento, historia, finalidad, contrato y trámites para inscribirse diócesis para ir a la misión en el continente americano, en la OCSHA. acogiéndose al servicio de la OCSHA que nació en el seno de la Conferencia de Metropolitanos para más tarde Delegaciones de la OCSHA depender directamente de la Conferencia Episcopal Espa- en América. Publicaciones ñola. Al recordar estas gestas misioneras queremos invitar sobre la OCSHA. a nuestros lectores a dar gracias a Dios por los miles de misioneros que han respondido a la invitación de la Igle- Testimonio. sia a colaborar con otras diócesis más necesitadas. Pero Día de la Hispanoamérica, hablamos también del presente y del futuro que siguen en 4 de marzo de 2007. vigor y con enormes perspectivas de esperanza. El servi- cio de la OCSHA continúa canalizando la cooperación Ayudas para proyectos: Fondo Nueva Evangelización y sacerdotal entre las diócesis españolas y las de América ONG “Misión América”. Latina. No es cosa del pasado, tiene actualidad y, sobre todo, continúa abriendo puertas a la universalidad del Estadísticas de sacerdotes ministerio sacerdotal. misioneros acogidos a la Para información del clero español hemos preparado OCSHA (1949-2006) este número de Carta de Casa donde se puede comprobar la actualidad de la OCSHA, a la que se sienten tan vincula- dos miles de sacerdotes españoles con la celebración del Día de Hispanoamérica. CARTA DE CASA ✒ EDITORIAL
Carta de Casa es una publica- ción de la Obra de Cooperación MEMORIA AGRADECIDA Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA). no de los sectores más valorados por la sociedad española son los cerca de 18.000 misioneros repar- Director tidos por los cinco continentes. Independientemen- Anastasio Gil García te del grado de fe, o incluso desde la misma incre- Uencia, las personas de bien valoran y de alguna manera agra- Redactores decen la labor humanitaria y evangelizadora de estos hombres Anastasio Gil García y mujeres coetáneos nuestros y miembros de nuestro pueblo. Mª Carmen García-Castro Juan Martínez La mayoría de de estos misioneros están, por razones his- tóricas y culturales, en América Latina. Desde que nuestros Redacción antepasados sembraron la semilla del Evangelio en el conti- OCSHA-Comisión Episcopal de Misiones: nente americano, no ha cejado ese flujo evangelizador para Añastro, 1 hacer presente el amor de Dios entre ellos. De su esfuerzo 28033 Madrid (España) misionero son fruto las numerosas Iglesias locales que han Tel.: 91 343 96 64 nacido y madurado en cualquiera de estos países. Aquella Fax 91 343 96 02 siembra del Evangelio ha florecido en el hecho de que el 50% de los católicos se encuentren en el continente americano. Sin C.E. Misiones embargo aquella Iglesia que se está iniciando en el compro- http://www.conferenciaepiscopal. es/misiones/ miso misionero sigue necesitando de otros evangelizadores para la consolidación de la fe de millones de bautizados que E-mail: apenas han sido iniciados a la vida cristiana. [email protected] Una estimable parte de los misioneros españoles que traba- jan en América Latina lo constituyen sacerdotes diocesanos que sin perder su vinculación al presbiterio de origen se han inser- tado en otro infinitamente más pobre y necesitado, identificán- dose y asumiendo los nuevos restos evangelizadores de aque- llas Iglesias locales. Son los más de 2.300 presbíteros españoles que, acogidos al servicio de la OCSHA, han “cruzado el char- co” desde los inicios de esta Obra hace cerca de 60 años. Este año se celebran las bodas sacerdotales de la primera remesa de sacerdotes que desde los barruntos de su vocación sacerdotal pusieron la mirada en América Latina. Para canalizar esta vocación misionera nació el Seminario Hispanoamericano. De allí salieron los primeros presbíteros ordenados para colabo- rar con las Iglesias de América Latina más necesitadas. Y aún permanecen en este destino algunos de ellos La Conferencia Episcopal Española quiere rendir un home- naje agradecido a estos sacerdotes a través de la Comisión Epis- copal de Misiones. Para ello convoca a las diócesis españolas a esta oración agradecida el próximo 4 de marzo, Día de Hispa- noamérica, en la celebración de la Eucaristía que será retrans- mitida por Televisión Española y en la que concelebrarán estos sacerdotes, junto con algunos de sus formadores, presididos por el Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones. Felicidades a todos ellos; felicidades a sus diócesis que 2 los enviaron y acompañaron; felicidades a los que vinieron después; felicidades a los que vendrán en esta tarea de conti- nuidad y fidelidad..✒ Al Sr. Cardenal Antonio María ROUCO VARELA Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española
1. Con ocasión de las celebraciones que tendrán lugar en Madrid, Burgos y Santia- go de Compostela para conmemorar el 50 Aniversario de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), me es grato hacer llegar un cordial saludo a los Pastores y presbíteros de España, que con esta Institución han mantenido vivo el empuje misionero y el espíritu de solidaridad con otras Iglesias, hermanas del Conti- nente americano en el común compromiso de evangelizar, dando así muestras de la constante vitalidad de las antiguas raíces cristianas de esa Nación. En efecto, esta Obra iniciada hace ahora 50 años por la Conferencia de Metropoli- tanos de España, puede ser interpretada como la consecuencia natural de una honda conciencia eclesial y, al mismo tiempo, como una respuesta vigorosa a uno de los más urgentes desafíos de nuestra época, cual es la necesidad de tejer vínculos de colabora- ción y fraternidad entre las personas, los pueblos y las comunidades eclesiales, que se hace aún más apremiante en todo aquello que se refiere a la difusión de la Buena Nueva de Jesucristo. 2. En esta significativa conmemoración, deseo unirme a la acción de gracias al Señor por los más de dos mil sacerdotes de las diócesis españolas que han dedicado buena parte de su vida a colaborar con otras iglesias hermanas, movidos ante todo por la fuerza de su fe en Cristo, cuya novedad y riqueza no pueden esconder ni conservar para sí (cf. Redemptoris missio,11), así como por el aliento y la solicitud pastoral de sus Obispos, conscientes de su responsabilidad común respecto a la Iglesia universal (cf. Lumen gentium, 23; Optatam totius, 10). Su experiencia misionera les ha enrique- cido, haciéndoles ver la inconmesurable fuerza salvadora del Evangelio en situaciones a veces inéditas e insospechadas para ellos, convirtiéndoles después, con frecuencia, en agentes de renovación en sus propias comunidades de origen, a las que pueden apor- tar perspectivas de formas de expresión de fe y de vida cristiana nacidas en el corazón creyente del Continente americano. Además, los estrechos vínculos culturales e históricos que unen a las Iglesias parti- 3 culares de España con aquellas de Hispanoamérica, hacen de la colaboración sacerdo- tal y apostólica entre ellas un signo del particular compromiso adquirido desde el momento de la primera evangelización de América, al que han respondido gene- rosamente los innumerables sacerdotes, personas consa- gradas y laicos que han acompañado el crecimiento de la fe de sus hermanos americanos a través de los siglos. Las Diócesis españo- las, al establecer este servi- cio común de cooperación sacerdotal, lo han hecho aún más suyo, más significativo y organizado. Con él han querido reflejar, en cierto modo, la actitud del Apóstol, siempre dispuesto a “gastar” y “desgastar” su vida (cf. 2 Co 12,15) en favor de aquellos en los que ha plantado el Evangelio de Cristo (cf. 1 Co 3,6). 3. Me complace en comprobar cómo, en esta cooperación entre las Iglesias, se ha puesto un especial esmero en cultivar los lazos de fraternidad y comunión que son característicos del auténtico espíritu de servicio al Evangelio, respetando el principio de subsidiariedad y fomentando todo aquello que permite fortalecer la vida propia de las Iglesias locales, como son particularmente los seminarios y, en general, todo lo referente a la promoción de las vocaciones y a la formación del clero local. La expe- riencia acumulada en estos años, en que tanto España como los Países de Hispanoa- mérica han conocido vicisitudes diversas y situaciones cambiantes, permitirá también en el futuro encontrar aquellas formas de colaboración que mejor respondan a los nue- vos desafíos de estos momentos de la historia en que la Iglesia v la humanidad se dis- ponen a pasar el umbral del Tercer milenio. Alguno de estos desafíos, como es la presencia creciente de una población hispana en países de América del Norte o Europa ha comenzado ya a hacerse sentir, reclaman- do una respuesta pastoral generosa y decidida también por parte de las Iglesias de len- gua española. En otros casos, el desarrollo de las perspectivas que ahora se perciben está aún envuelto en muchas incertidumbres y ambivalencias, como ocurre con el lla- mado fenómeno de la globalización, que afecta de un modo particular a América (cf. Ecclesia in America, 55). La causa del Evangelio no es ajena a estas nuevas realida- des, que están transformando rápidamente la fisonomía humana y social tanto del viejo como del nuevo mundo. Por el contrario, tiene en ellas un papel decisivo, puesto que, al ser universal por naturaleza, el mensaje de Cristo es en sí mismo fermento de inte- 4 gración, animada por el respeto a la más alta dignidad de las personas y los pueblos y en busca de una nueva civilización de la solidaridad y del amor. En este contexto, la colaboración sacerdotal y apostólica entre las comunidades cristianas puede ser considerada como una de las respuestas más válidas al desafío de “asegurar una globalización en la solidaridad” (Mensaje para la Jornada mundial de la Paz, 1998, 3), así como una de las “formas” que caracterizan la nueva Evangeliza- ción, al poner de relieve “el deber de la recíproca solidaridad y de compartir sus dones espirituales y los bienes materiales con que Dios las ha bendecido, favoreciendo la dis- ponibilidad de las personas para trabajar donde sea necesario” (Ecclesia in America, 52). 4. Mientras expreso mi sincero reconocimiento por los trabajos realizados en estos años por la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, ruego a la Virgen María, Estrella de la Evangelización, que guíe los pasos de esta benemérita Institución, para que continúe dando abundantes frutos, sea siempre signo elocuente de la comu- nión y la fraternidad que han de reinar entre las Iglesias y sea ejemplo de la estrecha y cada vez más necesaria colaboración entre ellas. Con estos deseos imparto de corazón la Bendición Apostólica a cuantos forman o han formado parte de esa Obra, así como a los que se unen a ella en la acción de gracias al Señor por su cincuentenario. Vaticano, 3 de junio, solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, del año 1999 ✒
Joannes Paulus II
5 OCSHA
QUÉ ES
La OCSHA es un servicio de la Conferencia Episco- pal Españopara ayudar a los sacerdotes que van a la misión a otras Iglesias más necesitadas, sin per- der la incardinación de origen. FINALIDADES