COMIDA DE HERMANDAD DE LOS JUBILADOS

Mes de Enero, del año 2016, en Cortes de Pallás.

Fue un mes pletórico en sucesos, de alegría y tristeza. De tristeza se celebran hasta hoy, día 27, tres funerales en nuestra iglesia. Fallecen: Rafael Soriano (“Soriano”), Josefina Gómez (“Fina de la Bárbara”), Emilio Carpio (“Emilin”) y Pilar Monteagudo (“Pilar de la Leuteria”). Ésta fallece en . Cuatro fallecidos en quince días. De alegría, el día 24 celebramos la Comida de Hermandad de la Asociación de Jubilados y Pensinis- tas “Virgen del Corvinet”. Por motivos del derrumbre no pudimos hacerla en mayo de 2015. El Ayuntamiento puso autobuses para los asociados de las pedanías. Excepto Otonel por seguir cortado el ca- mino de Bugete. La fiesta fue espléndida, cerca de 300 asistentes comimos en el Centro Social servidos por casa Chema; menú y servicios dignos de mención, en cantidad y perfec- ción. En todo acontecimiento siempre hay alguna contrariedad, en éste no podía faltar. Te informo de ello, siendo asociados tú, Rosalía y tu suegro, y que no pudisteis acudir al “evento” por el fallecimiento de tu suegro Bernardo. Me acordé de ti varias veces. A las 12 horas del mediodía salimos de la calle Constitución los directivos de la Asociación acompañados por la Ban- da Municipal Unión Musical “Santa Cecilia” de Cortes de Pallás. Por la Plaza a la calle Nueva número 20, donde nos esperaban las tres Festeras de Honor (viudas): María Pardo Moreno, María Monteagudo Landete y Amparo Moltó Pérez. De la calle Nueva, por la Plaza de la Iglesia, fueron festeras y Banda de Música. Me acordé de ti, nadie hace una foto. Ya en la Misa, comienza la Eucaristía. Sigo pensando…, ¿quién podría hacer fotografías?. Yo tengo una pequeña cámara fotográfica. Siempre hay gente “pa tó” y buena gente. José López Moya es uno de esos. Muchas gracias, Señor López. Le di la cámara y ha- ce fotos, muchas; hasta el extremo de empezar, luego, a comer el último. Digo más arriba “me acordé de ti”. Salimos de la iglesia y yo no sé de Protocolo, ignoro cómo debemos desfilar hasta el Centro Social. Lo resuelvo: Presidenta de la Asociación Josefina Navarro Díaz del brazo del Alcalde Fernando Na- varro Pardo, Festera Amparo Moltó Pérez acompañada del Concejal José Moltó Navarro, Festera María Monteagudo Lande acompañada del Concejal Vicente Iranzo Navarro y Festera María Pardo Moreno acompañada por el Secretario de la Asociación Tomás Juan Giménez. Te cederé la tarjeta de mi cámara y revelas la fotos que tú quieras. Si puedes, publica el acto de los Jubilados en el pe- riódico semanario de la comarca de la Hoya de Buñol-Chiva “TUCOMARCA.COM”. El final de fiesta fue una sesión de bailes, siendo los más “bailongos” los asociados de las Pedanías. Acontecimiento de importancia será el del día 30 a las 18 horas. Llegará al pueblo el Cardenal D. Antonio Cañizares. Sería bueno comunicarle a Monseñor que dos hijos de Cortes de Pallás fueron importantes en la Iglesia Católica. D. Salvador Fuster García y D. Fernando Fuster, ambos tíos de mi abuelo Honorato Fuster García. Fernando se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana en Roma y más cosas. Cortes de Pallás necesita progreso. En su término municipal se produce mucha energía eléctrica. En nombre de la Asociación “Virgen del Corvinet” te doy las gracias anticipadas si poublicas el acto en TUCOMARCA. Tu amigo. Tomás Juan (firmado y rubricado). 2 CORTES DE PALLÁS Y SUS ALDEAS Periódico mensual independiente y de interés cultural

AÑO VI Martes, 1 de Marzo de 2016 nº 46

Editorial Hoy es un día grande para este Boletín. Algo habre- mos hecho bien, desde que el Ayuntamiento del Partido Popular nos lla- mara “...ese PANFLETO que publicas...” para que inverstigadores, exper- tos, profesores... nos confíen sus arduos trabajos de recopilación e investi- gación. Hoy, tras varios años de dedicación altruista y de costos de tiempo y dinero para uno mismo, les ofrecemos una serie de trabajos que ya no son sólo un “yo me lo guiso, yo me lo como”, pues en ellos disfrutaremos del “detallismo descriptivo” de Vicente Martínez Castilblanques, el “compromiso ecológico” de Carlos Feuerriegel, la “eficia investigadora” de Alfons Vila y la “gracia intelectual” de Álvaro Ibáñez. Foto: Álvaro Ibáñez A todos ellos nuestro afectuoso agradecimiento, cuando ya vamos camino de los 50 primeros número publi- cados. Uno por mes (“puntual, gratuito e independiente”), desde julio de 2013.

Además, he tenido el honor de participar (el pasado jueves 18 de febrero) en la III Jornada de Cronistas Oficiales Académicos Correspondientes que ha celebrado la Real Academia de Cultura Valenciana y en la que mi ponencia, ante los demás compañeros de otras poblaciones, tenía el título de “EL CRONISTA OFICIAL Y LAS PUBLICACIONES LOCALES”; aprovechando la ocasión para presentar en pantalla grande, con una diver- sidad de paginas editadas escogidas, este Boletín de Cortes de Pallás y sus aldeas.

Miguel Aparici (Director-editor) Cronista Oficial de Cortes de Pallás

EJEMPLAR GRATUITO © Derechos Reservados de texto y fotografías Edita: MIGUEL APARICI NAVARRO, Investigador e Historiador Local C/ Repunchela nº 8 46199-Cortes de Pallas (Valencia) PIDA SU ENVÍO MENSUAL A: [email protected] - 696 627 481

ÍNDICE DEL CONTENIDO

2.- “COMIDA DE HERMANDAD DE LOS JUBILADOS”, crónica de Tomás Juan Giménez. 4-5.- “LOS MAESTROS DE CORTES DE PALLÁS (I)”, por el catedrático Alfons Vila Moreno. 6-7.- “EDWARD COOPER EN EL CASTILLO DE CHIREL”, por Vicente Martínez Castilblanques. 8.- “PASIKYOS CORTOS VIVE”, fotografías de Fidel Pérez Barberá. 9.- “CUANDO EL CONCURSO DE FOTOS IMPORTABA”, por M. Aparici. 10-11.- “CASTILLO DE ”, extracto de los estudios de Rafael Rubio Galán y José Antonio Alabau. 12.- “2003: ESTRENO DE LA BANDERA DE CORTES”, por Miguel Aparici Navarro. 13.- “EL AYUNTAMIENTO CATALOGA EL ARCHIVO”, por Álvaro Ibáñez Solaz.. 14-15.- “(CONTINUACIÓN…) LA EXPULSIÓN DE LOS ÁRABES”, por Eduardo Pardo. 16-17.- “EL CÓLERA EN CORTES DE PALLÁS, 1885”, por el archivero Álvaro Ibáñez Solaz. 18.- “PLAZA DE RUAYA: HOGUERA SAN ANTÓN 2003”, fotografías del `Archivo Miguel Aparici´. 19.- “ALIMAÑAS: AGÓNICA MUERTE A LAZO”, por Carlos Feuerriegel Fuster.

20.- “EL HISPANISTA EDWARD COOPER EN CHIREL”, fotografías de M. A. N. 3 LOS MAESTROS DE CORTES DE PALLÁS (I)

El catedrático de História y Psicopedagogo ALFONS VILA MORENO, ha realizado una labor exhaustiva de investigación (de la que he sido testigo) sobre las personas y figuras de los maestros de Cortes de Pallás y de sus vecinos estudiantes; centrada en finales del siglo XIX y la mayor par- te del siglo XX. Un periodo de tiempo fascinante sobre nuestro pueblo, en especial la época previa a la guerra civil y su posterior “depuración”, por haber sido zona republicana. Me gustaría que tanto los vecinos cortesanos como las Autoridades de la localidad supieran apreciar en lo que vale la información sobre los maestros y los estudiantes de Cortes que, en suce- sivos capítulos, el Profesor VILA pone -laboriosa y altruistamente- a nuestra disposición. (M. A.).

Hace unos meses estábamos (M. Aparici y yo) buscando datos para nuestras respectivas investi- gaciones entre los copiosos fondos del archivo de la Diputación Provincial, cuando aparecieron, entre otros muchos, los nombres de dos maestros destinados en Cortes de Pallás en 1909-1910: D. Jesús Moreno Ji- ménez y D. Eduardo Soler Villalba. El motivo por el que figuraban en el Boletín de la Provincia era el de haber ascendido a una catego- ría superior del escalafón del Magisterio, lo cual significaba en primer lugar que llevaban muchos años en la docencia y consecuentemente que, en adelante pasarían "menos hambre" por el relativo au- mento de sueldo (siempre cor- to y con retrasos) que el as- censo llevaba aparejado. Aho- ra acabo de encontrar otros nombres, también de aquellos años (el trasiego de enseñan- tes debió ser grande porque abundan los interinos). Cada uno de ellos es una historia; pero a pesar de todo siguen siendo personajes anónimos, como la mayor parte de los educadores. No pretendo ahora hablar de la labor de los maestros de pueblo, aunque podría hacerlo porque yo también lo he sido durante unos años, tampoco quiero sumarme a los estudiosos "modernos", que sue- len ahondar en lo que al parecer está de moda: escribir sobre la represión que sufrieron muchos -y excelen- tes- profesores durante la postguerra y eso que el tema que pretendo explayar es propicio, en algún caso, para unirme al coro de "protestantes". Tan sólo deseo dejar constancia del nacimiento i/o el tránsito de unos pocos maestros por Cortes de Pallás unos cien años atrás y, tal vez, dejar la puerta abierta para futu- ros estudios más profundos sobre aquellos docentes que no sólo se esforzaron por enseñar a leer a nuestros abuelos, sino que extendieron sus conocimientos y enseñanzas a otros campos como la música, el deporte, la literatura, la liturgia, el respeto a la naturaleza, etc. y fuera de las actividades docentes, en ocasiones, tu- vieron unas implicaciones ideológicas relevante que modificaron el rumbo de su vida, dando lugar a unos acontecimientos que sería conveniente ir olvidando ya.

Sobre D. Jesús Moreno Jiménez y D. Eduardo Soler Villalba, los dos primeros nombres en- contrados, ya publicó tiempo atrás el amigo y director de la publicación: Miguel Aparici, unas notas ele- mentales y por ello sólo quiero recordar que D. Jesús había nacido en Puebla de Almenara (Cuenca) en 4 1864, que obtuvo el título de maestro elemental en 1888 y el superior en 1897 y estuvo como maestro pro- pietario en Cortes al menos entre 1909 y 1915. En cambio sobre su compañero D. Eduardo son relevantes los datos que hemos encontrado con posterioridad y que ahora presentamos: Había nacido en Pueblo Nue- vo del Mar (hoy integrado en el municipio de Valencia), el 13 de octubre de 1860. Debió quedar pronta- mente huérfano y creció y estudió como asilado de la Beneficencia, realizando sus estudios de maestro ele- mental entre 1876 y 1881, seguramente compaginando los dos cursos de que constaban los estudios con un trabajo. Después, ya siendo maestro de Cortes de Pallás, en 1897, conseguiría el título de maestro superior, que no sabemos si le sirvió para un nuevo destino mucho más tarde, puesto que la mayor parte de su carre- ra profesional transcurrió en Cortes, a donde llegó en 1885, aquí se casó, tuvo al menos dos hijos, maestros también y ejerció la docencia durante muchos años hasta su traslado en 1909. Aficionado a la música, organizó con 16 o 18 jóvenes la primera banda de música local que bas- taba para atender las necesidades musicales de la población. Aquí nacieron al menos dos hijos que fueron maestros. Eduardo y Carmen Soler Moreno. Eduardo vino al mundo el día 28 de octubre de 1886 y aunque su expediente universitario no está todavía catalogado, cabe decir que su título de maestro está expedido en noviembre del 1911 y que también ejerció como maestro en Cortes de Pallás, aunque como interino y por poco tiempo, después de pasar por escuelas de (donde inició su carrera docente el 18 de mayo de 1911, antes incluso de retirar el título) y pasando seguidamente a Valencia, siempre en la condición de interino. Exactamente era el día l8-VII-1915 cuando tomaba posesión de la escuela donde se había for- mado y ahora volvía como maestro, permaneciendo en el pueblo hasta el 6 de abril de 1917, es decir un año y casi 9 meses; después pasó a formar parte del claustro inicial del grupo escolar "Balmes", de Valen- cia, cuyo colegio se había inaugurado dos años antes. De este maestro también se puede reseguir su vida profesional después de entrar a forma parte del escalafón nacional, puesto que su expediente puede exami- narse en el Archivo de la Generalitat. Por concurso de interinos obtuvo plaza definitiva en Hiniestra (provincia de Burgos), en el año 1923 pasó a la escuela de la aldea de El Pontón, de Requena, donde permaneció durante los años de la guerra y continuó después sin tener problemas en el proceso de depuración. Desde allí marchó a Valencia, concretamente al colegio "Gil Polo", del que fue nombrado director en septiembre de 1946; en la capital se jubiló diez años más tarde, es decir al cumplir los 70 años de edad y en Valencia siguió viviendo hasta su fallecimiento el 25 de marzo de 1969.

Carmen Soler Moreno, su hermana, nació nada menos que 18 años más tarde, el 14 de abril de 1904 y obtuvo el título de maestra el 7-VII-1927. En el mismo año aprobó las oposiciones y directamente pasó a ser maestra en propiedad del pueblo toledano de Sevilleja de la Jara, donde ejerció entre el 17-IX- 1927 y el 23-III-1929. Dos días más tarde tomaba posesión de su nueva escuela en Abengibre (Albacete), donde pidió la excedencia en octubre de 1933, por unos problemas del corazón que se fueron agravando con el tiempo. Reingresó en el cuerpo docente ya pasada la guerra: el 2 de noviembre de 1939 y con nuevo des- tino en Massalavés, donde ya residiría hasta su fallecimiento el 10-VI-1962, después de otro periodo de ex- cedencia (1943-1952) y continuos permisos por enfermedad debido a una embolia que, prácticamente, la dejó sin poder andar.

Pero no fueron estos los únicos maestros nacidos en Cortes de Pallás, ni mucho menos, unos años antes: el día 6 de mayo de 1871 había nacido Juan Antonio Moltó Fuster. Era hijo del labrador An- tonio Moltó Vicente y tanto él como su esposa eran naturales de Cortes de Pallás (y también lo eran los abuelos), teniendo su domicilio en la C. Alta. Tan sólo hemos podido consultar su corto expediente universitario, que realmente se reduce al testimonio de haber realizado el examen de ingreso en la Normal el 12-IX-1887. Seguramente no prosiguió los estudios, hecho que viene corroborado con la falta de su expediente no sólo en el Archivo general de la Consellería, sino también en los fondos estatales que custodian los procesos incoados para la depuración de maestros en la primera postguerra.

(CONTINUARÁ…) 5 Visita del historiador Edward Cooper al castillo de Chirel

Por Vicente Martínez Castilblanques

El día tres de febrero, por el mediodía, me llamó Nacho Latorre, archivero de Requena, para que acompañase al hispanista Edward Cooper a visitar el castillo de Chirel. Le contesto que por mi parte encantado, y quedamos para el sábado, día seis a las diez y media en el bar de Castilblanques. Es un poco tarde, pero ya tiene cierta edad y una agenda muy apretada. El viernes tiene que dar una conferencia en Requena, y luego se van de cena. Le comento la visita a Miguel Aparici, que se muestra emocionado y se une al grupo, pues como él mismo dice: es una visita histórica. Edward Cooper nació en Wimbledon, Inglate- rra, en 1941. Tras acabar sus estudios en los años se- senta, el gobierno británico le concedió una beca para desarrollar su tesis doctoral sobre los castillos españo- les y se convirtió en profesor de la London Metropoli- tan University. Desde entonces se ha especializado en el mundo de la castellología, hasta convertirse en una autoridad mundial de este tema. Su nombre se en- cuentra estrechamente relacionado con el estudio de las fortalezas medievales españolas, de las que ha edi- tado varios libros que son referencia. El sábado, a las ocho de la mañana salgo de Valencia hacia Castilblanques, donde llego a las nueve y veinte. Mientras los espero almuerzo en el bar. Cerca de las once llegan a Castilblanques Nacho Latorre, Edward Cooper y Álvaro Ibáñez, el archivero que está organizando el archivo antiguo de Cortes de Pallás. Durante el trayecto mantenemos una interesante conversación acerca del castillo de Chirel, nos comenta algunos datos del castillo, fruto de sus últimas investigaciones; este castillo perteneció a una orden militar menor valenciana. Comentamos este hecho, totalmente desconocido para mí, y me remite a su último libro publicado: “La fortifica- ción de España en los siglos XIII y XIV”, donde están detalladas las fuentes documentales. Sobre las once y veinte llegamos al castillo, aparcamos detrás del coche de Miguel y nos ponemos en marcha. La primera parte del camino es una subida muy pronunciada por un reguero con tierra y piedras sueltas, que se hace muy dificultosa y exigente para las personas de cierta edad, como es el caso de Edward. Nos paramos a coger aire en el mirador que da fin a esta subida. Un poco más adelante nos encontramos con Mi- guel, que está haciendo fotos de naturaleza mientras nos espera. Miguel y Edward se saludan, pues son viejos cono- cidos de cuando Miguel estaba de presidente de la Asociación de Amigos de los Castillos, y le presento a Nacho y a Álvaro. A partir de aquí el camino es muy llevadero y se convierte en un paseo muy agradable. Nos sentamos a descansar en el siguiente mirador, situado a unos escasos cien metros del castillo. Miguel y Ed- ward charlan sobre amigos comunes de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y de la actual situación de esta organización. Miguel le comenta que le ha traído un pequeño regalo, un libro sobre castillos y torres valen- cianas, a lo que le responde con su fino sentido del humor, que se lo agradece, pero que se lo agradecería mucho más si se lo entrega cuando bajemos. Al llegar, nos hace observar el escudo que hay labrado sobre la clave del arco de la puerta, que al igual que en la siguiente y la que hay en la parte posterior que da vista a la planicie, la superficie es totalmente lisa. El cantero des- conocía el escudo heráldico, y lo dejaba liso para que lo pintasen. Y la maestría y robustez de las puertas, con los rieles para el rastrillo, del que no hay marcas. Esto nos indica que nunca fue asaltado, pues en caso contrario lo hu- biesen bajado. En la parte posterior están los huecos para poner la tranca, que permanecen intactos. Continuamos hasta la segunda puerta, de igual factura que la primera, lo que la convierte en un soberbio sistema defensivo, muy pocas veces visto. En lo alto de la torre que defiende la puerta de entrada, y la que está situada en el centro de la pri- mera muralla defensiva, permanecen en equilibrio los matacanes, que no tardarán en caer. El paso hasta la plaza de armas del castillo es muy peligroso, hay un terraplén, que en caso de resbalarnos nos llevaría directos al abismo. Para evitarlo, salimos del castillo y accedemos por la parte trasera, por la antigua muralla que cerraba la parte más accesible de la muela, actualmente derruida. La puerta que da acceso a la muela es de igual factura que las anteriores, con la novedad que esta defendida por un foso. En éste se acumulan los restos de herramientas de fallida limpieza y restauración que se realizó. La muralla del castillo con la muela es de mampostería, piedras sin trabajar y tierra prensada, unidas con algún 6 tipo de argamasa. Una pequeña parte la han restaurado utilizando las mismas técnicas con la que se construyó, utili- zando una armazón de madera, donde se depositaba el material, el tapial. En la parte posterior del castillo, sobre el precipicio que da vista al río Júcar, hay una sala noble, con una puerta y ventanal de bella factura. En la pared estaba la chimenea, de la que solamente queda un enorme fraile. La base de la piedra del molino que había en medio de la estancia, actualmente está tapada por la tierra y el polvo que se va depositando en la pequeña depresión que formaba. Álvaro, Nacho y yo bajamos al aljibe por una pequeña boca, que utilizaban para sacar el agua, actualmente tapada por la base de un andamio, que tiene una pequeña escalera. Al igual que el resto de la obra, el aljibe está muy bien realizado, con un exquisito gusto. Se surte de agua de la torre de derecha, por medio de una canalización de cerámica que está situada encima de la bóveda mitrada. Esta bóveda se sustenta con una pared en un extremo y por un par de arcos de medio punto en el otro. Uno de ellos está cerrado, el otro permite el acceso a un pequeño triangulo que forma esta zona del aljibe, para permitir la construcción de la boca en el patio, fuera de las dependen- cias adosadas a la segunda muralla defensiva. No podemos acceder a la torre de la derecha, pues su puerta de acceso está en el primer piso, y carecemos de escalera. Continuamos subiendo a la torre del homenaje, cuya entrada sería por unas escaleras de madera hasta una puerta que hay en mitad del primer piso. Al haber desapa- recido estas escaleras, tenemos que acceder por la medio derruida muralla, en cuyo final han abierto un agujero. Los bajos de esta torre están ocupados por un nuevo aljibe, cuya parte central de la bóveda se ha derrumbado y nos permite observar una serie de detalles; la canalización del agua, que al igual que el otro, está situada en la parte más alta de la bóveda. La boca del aljibe está junto a la puerta, en la esquina izquierda, con un par de paredes que forman un rectángulo vertical, con un palmo de separación para que circule el agua sin dificultad. En el fondo del aljibe hay una serie de sillares de buen tamaño, como los que utilizaron en las cuatro esquinas de la torre, y optaron por dejarlos ante la dificultad de sacarlos. Parte de las canalizaciones de cerámica del agua se han descubierto para saquearlas. La escalera para subir al segundo piso de la torre está dentro de la pared derecha. Los primeros escalones están en perfecto estado, pero los siguientes parece que los hayan saqueado, pues apenas quedan piedras y argamasa. El segundo piso es un espacio cerrado, a excepción de las saeteras o troneras, que se debió dedicar al almace- namiento del armamento. Actualmente, la parte central de la bóveda se ha derrumbado, al igual que parte de la pa- red exterior de la escalera, y pese a estar suspendida en el vacío, los escalones están en perfecto estado. La parte superior de la torre está en muy mal estado, partida por la mitad, con parte de la pared opuesta a la escalera derrumbándose y sin un solo merlón en pie. Edward está muy preocupado por la conservación del patrimo- nio, pero no es partidario de intervenir y recomponer las ruinas, es partidario de mantener lo que queda. Al pregun- tarle qué opina de la intervención que han realizado en el castillo, me responde con una amplia sonrisa. Sin lugar a dudas no le gusta nada. Nos damos una vuelta por el poblado íbero, donde le enseño a Edward una piedra a medio tallar con forma muy peculiar, cuya utilidad desconocemos. Edward nos comenta que ha visto piedras similares en otros castillos y es la piedra maestra que se colocaba para canalizar el agua de la torre a las tuberías de cerámica. Nos sentamos un momento a la sombra de un lentisco, al lado de una construcción cuadrada que hay en medio de un reguero que recoge las aguas que circulan por la muela. Miguel comenta que podría ser un aljibe, pues las paredes interiores parece que estén un poco inclinadas, como si formasen una bóveda. Edward le contesta que era una alberca, cuyas aguas estarían destinadas al aseo y para los animales. Nos damos una vuelta por el poblado íbe- ro, buscando cerámica pintada, aunque no lo conseguimos, lo único interesante que encontramos son unos pequeños cascotes de las bocas de jarras de cerámica íbera. Mientras nos despedimos del castillo, Edward nos comenta que un castillo de estas características se construi- ría en unos cinco años, por un equipo de veinte canteros. A las dos y cuarto empezamos a bajar, la primera parte del camino es muy agradable, en la que conversamos animadamente. Al llegar a los coches, Miguel le entrega el libro que le había regalado a Edward y un calendario de Cortes de Pallás y lo mismo a Nacho y Álvaro. Miguel regresa a Valencia y nosotros a Castilblanques, en un principio pensábamos comer en Venta Gaeta, pero a Edward no le apetece y nos vamos a tomar una bebida y charlar. Le animamos a que escriba algo sobre el castillo de Chirel y nos lo promete. Mientras nos despedimos en la puerta del coche, me comenta que lo escribirá de forma coral para que no lo critiquemos, pues cuando lo leamos diremos que lo único que hizo él fue subir al casti- llo. Riéndo le contesto que puede estar seguro que lo criticaremos. A las cinco regresan a Requena y yo a Valencia.

7 ¡¡¡"PASIKYOS CORTOS" VIVE!!!

Por Fidel Pérez Barberá.

Desde hace una buena temporada no aparecen en el Boletín las crónicas habituales de las actividades del Grupo Senderista "Pasikyos Cortos". No es que nos hayamos disuelto como grupo, ni que nos hayamos cansado de hacer rutas senderistas, no; seguimos pateando los montes con la misma ilusión y el mismo entusiasmo que cuando iniciamos nuestra actividad senderista hace ya cinco años. El motivo de nuestra ausencia de estas páginas no es otro que el de evitar resultar reiterativos y que pueda pa- recer que queremos acaparar las páginas de este Boletín, en el cual deben tener cabida todo tipo de iniciativas. Por ello hemos tomado la decisión de dar un descanso a los lectores habituales de estas páginas de periodicidad men- sual. Acompañamos a estas palabras una selección de imágenes que recogen parte de nuestras rutas en el paréntesis de tiempo a que hacemos mención.

8

CUANDO EL CONCURSO DE FOTOS IMPORTABA

El Premio de Fotografía Turística de Cortes de Pallás “Emilio Beüt” fue creado por el Cronista Oficial Miguel Aparici, con el patrocinio del Ayuntamiento que presidía Pepe Gras (q.e.p.d.), con el objeto de promocionar y dar a conocer los atracti- vos paisajísticos y culturales de nuestra población. Desde un principio contó, también, con el apoyo de la propia hija de D. Emilio (que era un enamorado de Cortes, del que había hecho muchos artículos para la prensa y había sacado muchas fotos en los años 60 y 70)y también del Catedrático de Geografía Jorge Hermosilla Pla, responsable del Plan de Dinamización cortesano. Estas fotos del año 2002 (de hace más de una docena de años), sacadas del archivo del Cronista, muestran el interès que el Consistorio socialista ponía en cada acto anual. Con el apoyo, asi- mismo, de la Concejala de Cultura María Jesús Briz. También, el interès que el Cronista se tomaba en invitar a formar parte del Jura- do de los premios a destacades personalidades cultuales valencianas. Y así, vemos en la foto de la derecha al destacado Catedrático Alfons Vila Moreno (izqda.), miembro de la Academia Valenciana de la Lengua, y al famoso escritor de turismo, con un gran número de guías publicadas José Soler Carnicer (centro); junto al Cronista. Y aunque en los últimos años el anterior gobierno local había dejado “ir perdiéndose” el concurso, hasta el extremo de que sus fotos participantes no eran la estrella del calendario anual municipal sino que estaban relegadas (de milagro...) a una sóla página final de dicha publicación, este año pasado de 2015 los nuevos ediles salidos de las elecciones del 24 de mayo han vuelto a apostar por el Premio de Fo- tografía “Emilio Beüt” y por la publicación de sus fotos concursantes como protagonistas turísticas del almanaque anual. (FOTOS: Archivo Miguel Aparici) 9 INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL “CAÑÓN DEL JÚCAR” ©

Jalance, , Cortes de Pallás, y

Del... PROYECTO DE PLAN DIRECTOR DE INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CASTILLO DE JALANCE. Por Rafael Rubio Galán, arqueólogo. Año 2002 (siendo Alcalde: D. Ángel Navarro Navarro). Presupuesto: 13.133,22 euros. Subvención solicitada: 7.570,92 euros. Cofinanciación entidad: 5.592, 3 euros.

El Castillo de Jalance cuenta con dos partes bien diferenciadas: la celoquia y el albacar. La celoquia es el edificio central, al cual se accede por medio de unas escaleras desde el albacar; de la que queda la huella de los escalo- nes (arrancados para su reutilización en el pueblo), de piedra caliza y en forma de paralelepípedo. Lo primero que se observa al llegar a ella es una especie de calle central flanqueada por dos muros de mampostería; sobre los que hay una serie de vanos que dan acceso a habitaciones laterales y pequeños “trojes” de almacenamiento, divididas por muros de yeso y cañas. Su altitud sobre el nivel del mar, en dicho suelo interior, es de -prácticamente- 530 metros. Su estructura es poligonal, de orientación Norte-Sur y muro de gran grosor. Los muros exteriores muestran dos fases constructivas diferentes. En época andalusí (posiblemente a principios del siglo XII) se hizo un muro de tapial con mampuestos trabados con cal y cenizas mal apagadas. Hacia finales del siglo XIII o principios del XIV, se procede al recubrimiento de éste con un muro de mampostería chapado con sillarejos. En el interior de la celoquia pueden apreciarse restos (ahora, enrejados como precaución) de un aljibe y un silo (éste, reacondicionado como prisión). Se observan restos de tres torres y cuatro vanos a modo de ventanas. Al exterior se muestran las marcas de los tejados de las casas que se apoyaban en ella desde el albacar y una apertura en la celoquia, pro- bablemente para almacenaje. El albacar es el amplio espacio que queda entre el lienzo de la muralla y la celoquia. Su función originaria era albergar a la población, con sus pertenencias y ganado, en caso de ataque o asedio. Conserva diversas estructuras en su parte interior, de diferentes fases cronológicas. La más antigua parece ser el aljibe situado al pie mis- mo del acceso a la celoquia; de unos 18,4 metros cúbicos y de época andalusí. También hay estructuras de habitación, pendientes de la comprobación arqueológica de su función.

Presupuesto total intervención arqueológica: 229.565 euros (ya se excavó en 1992).

Acceso al albacar: original de época cristiana (conserva también un tramo de muralla de esta época), construido a principios del siglo XIV; con motivo de los desperfectos sufridos durante las guerras con Castilla. Acceso en bayoneta, con una torre que controlaba la entrada (maciza y circular). Entrada en arco, al parecer de medio punto; reparado, posteriormente, con ladrillos. Conserva los sillares y el arranque del arco de piedra. Todos los castillos del Valle de Cofrentes fueron reparados por orden de Pedro IV El Ceremonioso en 1386, tras la guerra con Castilla. En un momento posterior el castillo de Jalance sufre grandes desperfectos en su tramo inicial y debe ser reparado con cierta urgencia, con encofrado de escasa calidad. Podría corresponder a la expulsión de los moriscos, en que debió sufrir algunos desperfectos. Durante las primeras Guerras Carlistas el castillo fue refortificado. Con mala calidad de la obra, por su celeridad. Perteneciendo a ello las troneras que se conservan. En el muro de levante hay un recrecido último, posterior a la primera Guerra Carlista. Que puede ser de la segunda de estas guerras o de la Guerra Civil. Se pueden observar, por la parte de dentro, las cajas de las escaleras (desaparecidas éstas) para acceder a la parte superior de las torres circulares adosadas -a tramos- al exterior de la muralla. El lienzo, más o menos circular, tiene ocho torres circulares en total. Dos de ellas flanquean el acceso. Hace pocos años (alrededor de 1999) el Ayuntamiento emprendió obras de reparación de muros (lado SE), ante el peligro inminente de derrumbe y un hundimiento parcial por la dinámica de cantiles y sucesivas lluvias (reproduciéndose una serie de almenas, inadecuadas). Debería actuarse sobre él, para que ofreciera un aspecto menos agresivo sobre el conjunto del castillo. Durante la guerra carlista se hizo estructura de habitación en el patio albacar y, como era usual en este conflicto, de pésima calidad. El grupo de estructuras que hay al pie de la escalera de subida a la celoquia, podrían ser viviendas de a lo largo el siglo XVII (de “tapial valenciano”: tierra con poca cal y pocas piedras, colocadas sin orden, que no llegan a ser mampostería). Y el gran rectángulo, con otro menor adosado, construido entre la entrada al castillo y la celoquia es una estructura de la ocupación car- lista en el siglo XIX.

Anexo 4: ESTUDIO HISTÓRICO-DOCUMENTAL. Por José Antonio Alabau.

Durante la mayor parte de su historia Jalance perteneció al Ducado de Gandía.

“Documentos de Pedro el Grande”, por Juan Ernesto Martínez Ferrando. Madrid. 1934. “Documentos de Alfonso III de Aragón”, por Rafael Gallofré Ghinovart. Valencia, 1968.

Durante ciertos periodos el señoría de Cofrentes- perteneció al patrimonio regio.

ARV. Real Cancillería: contiene muchas donaciones, confirmaciones… señoríos, lugares. Bailía-Expedientes: información donaciones de patrimonio real a particulares. Mestre Racional, riqueza y variedad documentos ducado Gandía, marquesado Villena (obras, contabili- dad, censos, impuestos…).

Primera referencia documental del castillo de Jalance: del geógrafo musulmán Al-Idrisi en el siglo XII. En su descripción de los caminos de Al-Andalus.

“Los caminos de Al-Andalus en el siglo XII”, Al-Idrisi, CSIC, Instituto de Filología. 1989. 10 Luego un profundo silencio, hasta la llegada de los conquistadores. Primera referencia cristiana: 1281. Se encomienda a Bernardo de Bellvís, consejero del rey, los castillos de Ayora, Teresa y Jalance; días antes de que pasen definitivamente de bajo el dominio de Castilla a ser territorio de Aragón. A partir de aquí, hay un continuo cambio de propietario; que no son de ninguna gran casa señorial, por lo que hay pocos legado docu- mentales. Desde 1281 hasta que en 1335 pasa a manos del infante Pedro se contabilizan seis cambios de propietario. 1281 se encomienda custodia a Bernardo de Bellvís. Un año más tarde pasan los castillos de Jalance, y Cofrentes a Pedro de Aguiló, vecino de Morella. Siete años después (1289) los castillos del Valle de Ayora están en manos de Pedro Ferrando, tío del rey. Ese mismo año es Eximén Pérez de Romeu quien los custodia, recibiendo por ello 2.000 sueldos de los réditos del reino de Valencia. Apenas transcurrido un año se hace cargo de ellos Rodrigo Sánchez de Vergais. Hasta que en 1296 Jaime II cede la titularidad del Valle de ayora a Bernardo de Sarriá de forma vitalicia. En 1335 el infante Pedro de Aragón toma posesión del Valle, en cuyas manos permanecerá más de 20 años. Hasta aquí las referencias son de cambio de mano de titular y de pago por custodia. Excepto la orden de Jaime II (12 junio 1308) para que los castillos del valle de Ayora se fortifique por temor a un ataque granadino. En 1358 Pedro el Ceremonioso concede el señorío del valle de Ayora al infante Fernando, bajo cuyo dominio estará hasta que el 22 de mayo de 1364 pasa a manos de Alfonso de Aragón, conde de Denia y Ribagorza. Hay más documentación en el siglo XIV (por los titulares del señorío), pero no sobre la situación del castillo; excepto la orden de Pedro IV de reparar los castillos y aljamas del valle por la destrucción que sufrieron en las guerras con Castilla. Que tuvieron que tener virulencia en este señorío al ser zona de frontera de primera magnitud (de ahí el gran número de castillos en el valle: Cofrentes, Jalance, Jarafuel, Te- resa, Ayora…). Gran parte del siglo XV se encuentra el valle en manos de Leonor de Villena y Antonio Cardona, a quien se lo dona el Duque de Gan- día el 10 de noviembre de 1414; a excepción de Ayora (supone separación de hecho de Ayora y el resto del valle). En 1442 el rey Alfonso V confirma esta donación. Un año más tarde (12 julio 1443) el valle de Cofrentes es vendido por Guillermo de Cardona a Guillermo de Vich. En venta que debió ser efímera y no llevarse a efecto nunca, pues en 1444 de nuevo Pedro de Cardona vende el valle de Cofrentes al Conde de ; en cuyas manos permanece hasta que los duques de Gandía heredan el Señorío el 11 de mayo de 1581. Gran parte de los castillos, ya a fines del siglo XIV quedan abandonados; pues lo señores prefieren acomodarse en cómodos palacios urbanos. Lo que supone una inflexión que marca el siglo XV. Además, la unión de las coronas de Castilla y Aragón pone fin al peligro del ataque castellano; perdiendo su importancia estratégica y de defensa de frontera. También, el declive de Granada y su posterior derrota acaban con otro gran peligro. Las dos únicas referencias sobre intervenciones constructivas en el castillo de castillo de Jalance la primera se refiere al temor de un ataque granadino y la segunda por la devastación sufrida durante las guerras con Castilla. Además los titulares del señoría poseían también el castillo de Jalance, en cuyo interior consta que se encontraba el archivo señorial, por lo que se supone un progresivo abandono de aquel castillo, aumentada durante la titularidad del ducado de Gandía. Algo similar, aun- que en mayor grado, ocurrió en los castillos de Jarafuel y Teresa. Aunque no fue un abandono total del castillo de Jalance: testimonio del poder señorial y elemento de vigilancia sobre los musulmanes, mayoritarios en la zona. Al morir, en mayo de 1596, la duquesa de Gandía el señorío pasa a Pedro de Centelles; que lo ostenta hasta 1621, en que pasa de nue- vo a manos de los duques de Gandía. Parece justificado el relativo abandono del castillo de Jalance en el hecho de que los moriscos sublevados en la muela de Cortes lo to- man en 1609. Se puede pensar que sólo existiría una pequeña guarnición, incapaz de hacer frente a los moriscos sublevados. Tras la expulsión morisca queda sólo como un recordatorio del poder señorial; como la horca que se solía colocar en lugares de señorío. Prueba de ello es su uso como prisión y de forma eventual y precaria; pues en 1612, con la detención de una persona, se realizan trabajos para acondicionarla y se asienta una guarnición de cuatro hombres para su vigilancia.

“…pagué a Juan Landete, cerrajero de Ayora, por dos días que se ocupó en ir a Jalance, a 4 sueldos el día, y 4 sueldos de una llave y 4 sueldos de comida, y esto para asentar una cerradura en el castillo de Jalance y remediar otras. Más 6 sueldos por dos hombres que le guardaron dieciséis día. Más por otros dos hombres que estuvieron estos dos días rondando el castillo por defensa, de noche y de día, para dar aviso si le venían a sacar, alrededor del castillo”. ARV. REAL AUDIENCIA, III, APÉNDICE, 7278.

Además su estado se deduce de la pobreza del inventario sobre el castillo de ese mismo año.

[Traducción del valenciano: Miguel Aparici] “…primero, en el castillo de dicha villa fue encontrado lo siguiente: y primero, una cade- na que da la vuelta a la prisión, dicha la mazmorra, con su llave. Además, una reja que cubre dicha prisión. Además dos parejas de grille- tes. Además, dos cadenas y sus argollas. Además, en lo alto de la torre de dicho castillo, una campana mensajera…”. ARV. MESTRE RA- CIONAL, 9770.

El castillo perteneció a los duques de Gandía hasta que en 1747 pasó a ser titular de dicho ducado la familia Benavente. Y a resultas de su política matrimonial acabó en manos de la casa de Osuna en 1771; casa que fue su último titular (familia que llevó una política de concentración de la documentación de sus señoríos, hoy en sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional). No hay referencias del estado del castillo desde el paso a la familia Benavente en 1747 a la abolición definitiva del régimen señorial. En las guerras carlistas, cuando el castillo es del Ayuntamiento de Jalance, se vuelve a tener noticias de su estado. En 1835, temiendo la dureza de las guerras el ayuntamiento ordena su reedificación. Última referencia en el Ayuntamiento: de 1951, cuando el ayuntamiento paga jornales a varios albañiles por trabajos en las escuelas y de reparación del castillo.

[Expediente custodiado en el Archivo Histórico de la Generalitat Valenciana. Datos condensados por Miguel Aparici].

“...se impone levantar acta editorial , narración descriptiva

que venga ilustrada por fotograf ías... 11 2003: ESTRENO DE LA BANDERA DE CORTES...

Nuestro alcalde Pepe Gras (q.e.p.d.), del Partido Socialista que tantos años rigió el Consistorio Municipal, estaba verdaderamente encantado con la Baronía y a tal efecto hizo un buen número de copias de un escudo baronil que el Ayuntamiento tenía recopilado; plasmándolo en dibujos, en pegatinas de color sobre el lateral de los vehícu- los oficiales y hasta en escudos de escayola para regalar en actos protocolarios y a los vecinos. Hasta que un día le dije que, siendo el título de pro- piedad personal del Barón de Cortes también lo era el bla- són y que debería de buscar un escudo propio y particular del Ayuntamiento; en evita- ción de tener, en cualquier momento, un problema jurídi- co. Me hizo caso y, ade- más, me encargó la justifica- ción histórico-cultural y el diseño del nuevo escudo mu- nicipal; en mi condición de Cronista Oficial de la locali- dad y por ser, además, Acadé- mico de Número de la Acade- mia Valenciana de Genealo- gía, Heráldica y Nobiliaria. De ahí salío el escudo que el Ayuntamiento usa actualmente pero, en su momento, también la bandera. Hoy desconocida por muchos de los vecinos de Cortes. Como se puede ver en las fotos de mi archivo, la proyecté co- mo “una verda- dera bandera mi- litar” (palabras que me dijo el profesor medie- valista y miem- bro del Consell Tècnic d´Heràl- dica Vicente Pons Alós...) al diseñarla con tres fajas y en la proporción de tamaños similar a la Nacional. En la faja central puse las armas de los Pallás, como señores históricos más destacables (aunque al confeccionarla se bordaron los “palos de Aragón” en lugar de las “pajuelas en banda”) sobre amarillo o campo de oro por su dignidad señorial -los reyes utilizan el color aúreo-; mientras que las otras dos representan: el azul o azur, las aguas fundamentales del barranco de la Barbulla y, ahora, las hidro- eléctricas del río Júcar y el verde o sinople el color de la natura- leza que nos envuelve; con la Muela de Cortes, la Muela del Albeitar y la Sierra Martés.

© FOTOS (Archivo) y TEXTO: Miguel Aparici. 12 EL AYUNTAMIENTO CATALOGA EL ARCHIVO

El Ayuntamiento de Cortes de Pallás inicia el tratamiento documental de su Archivo Municipal.

Durante el mes de febrero el Ayuntamiento de Cortes de Pallás, mediante la contratación de un servicio externo de tratamiento documental, ha comenzado las labores de acondicionamiento e inventariado del Archivo Municipal. La primera fase de los trabajos atenderá tanto la documentación administrativa en curso como la documenta- ción histórica. Las labores irán destinadas, por una parte, a garantizar la perdurabilidad de los documentos mejoran- do la instalación de los mismos y, al mismo tiempo, a clasificarlos de forma sistemática; de tal modo que se obtenga como resultado un inventario, herramienta básica e imprescindible para la localización de la documentación. La existencia de los archivos municipales pasa normalmente desapercibida entre los habitantes de los pueblos y su valor resulta habitualmente infravalorado. Sin embargo, un archivo municipal bien ordenado, conservado y cus- todiado es una herramienta de gran utilidad para todo el pueblo. El archivo municipal, debidamente atendido, permite agilizar y optimizar la tramitación de los servicios pú- blicos, facilitar la búsqueda de documentos y otorga seguridad jurídica a las actuaciones municipales gracias a la adecuada preservación de la documentación antecedente; todo lo cual revierte de forma beneficiosa directamente sobre los vecinos. Es también una garantía de transparencia administrativa y, bien gestionados, facilitan el ejercicio del dere- cho constitucional a la información y control sobre la actividad de la Administración por parte del ciudadano; lo cual, en última instancia, redunda en el perfeccionamiento del sistema democrático. Por último, quizá la parte más atractiva, venga dada por su “valor social” por ser los archivos base de la “memoria colectiva” gracias al patrimonio documental histórico que atesoran (Ley 3/2005 de Archivos conocida como Ley de Archivos Valencianos). Los archivos municipales son una importante fuente documental para investigadores, profesionales o no, el re- sultado de cuyos trabajos investigativos nos permite acercarnos a nuestro pasado común, nuestra historia local (la cuál muchas veces ayuda a comprender más fácilmente la Historia con mayúsculas) afianzando la identidad colecti- va de los habitantes de un territorio. Un primer examen de la documentación custodiada por el Ayuntamiento de Cortes de Pallás muestra una buena continuidad en algunas series documentales importantes desde el siglo XIX, como las actas municipales. Resulta abundante la documentación del Juzgado de Paz que nos habla de las relaciones entre los habitantes o de la evolu- ción demográfica mediante los registros de nacimientos, defunciones o matrimonios. A través de la documentación del pósito o de las subastas de aprovechamiento forestal podemos acercarnos también a la economía del municipio en los últimos doscientos años. La mejora de las condiciones de vida es otro aspecto que podemos conocer gracias a los proyectos de obras públicas. Todo esto es apenas una parte de lo mucho que tiene por mostrarnos el archivo municipal de Cortes de Pallás, el cual, seguro, nos dará gratas sorpresas.

Álvaro Ibáñez Solaz, archivero y bibliotecario.

Del 14 agosto al 30 septiembre de 2015. Comisario de la exposición fotográfica “A la Vega del Magro”. Centro Social de San Antonio (Requena). Julio-agosto 2014. Catalogación y clasificación del archivo de la Hermandad Sindical de Labradores y ganaderos/Cámara Local Agraria de Requena. Abril-junio 2014. Actualización del Archivo Audiovisual Tierras de Requena del Archivo Municipal de Requena. Noviembre 2013-abril 2014. Digitalización del archivo de prensa del Fons de Documentació del Medi Ambient de la Casa Verda. Universitat de València. Julio-Agosto 2013. Beca de la Diputación. Tratamiento documental del material fotográfico del archivo Audiovi- sual Etnográfico Meseta de Requena- y del Archivo Audiovisual tierras de Requena. Desde febrero de 2012. Responsable de las labores de tratamiento documental del Archivo y Biblioteca personal de la investigadora Pilar Molina. Agosto-octubre 2011. Ordenación y catalogación del fondo documental del Archivo Histórico Municipal de Cam- porrobles. Agosto 2010-enero 2011. Beca de Formación en Bibliotecas. Biblioteca Pública Estatal de Valencia. Febrero-Marzo 2011. Beca de Formación en Bibliotecas. Biblioteca Pública de . Julio 2009-Enero 2010. Técnico Bibliotecario en la Biblioteca Pública de Requena. Desde enero de 2009. Gestión integral de la Biblioteca y Centro de documentación de la Asociación Cultural “Al Margen”. Julio-Agosto 2007. Contrato de prácticas como Técnico Auxiliar de Biblioteca en la Biblioteca Pública de Requena. Diseño de cubiertas de libros, carteles, trípticos y paneles expositivos fotográficos. Publicación de artículos en la revista “Oleana”. Cuadernos de Cultura Comarcal. Requena. 13 ARCHIVO “ÁNGEL POZO ZAYAS”

Del Archivo de D. Ángel, seguimos copiamos el librito “Expulsión de los árabes. Cortes de Pallás. Año 1609”. Obra de 21 páginas tamaño cuartilla, escrita por Eduardo Pardo.

(CONTINUACIÓN…)

ACTO III

Estanado sentados en una mesa con unos vasos de vino, el capitán Mejías, el teniente López y el Marqués de Castellá, iban memorando la cantidad de acontecimientos que les había tocado vivir en los últimos meses, especial- mente al capitán y al teniente.

MARQUÉS: La verdad, capitán, es que nos ha tocado a nosotros el papel más crudo de esta historia. Yo diría que es el mismo papel que jugó en su día el Marqués de Mondéjar, el de los Vélez y D. Juan de Austria en Granada, cuando la expulsión de los moros de Las Alpujarras, y que fue una rebelión similar. Aquí ha sido Turigi y allí fue Aben Aboo, terminando ambos en las mismas condiciones.

CAPITÁN: Yo soy un militar y co- mo tal debo limitarme a cumplir órdenes de mis superiores, por lo tanto, si su Majestad el Rey ha decidido que debían ser expulsa- dos los moros yo debo cumplirlo. Por otra parte, nosotros estábamos muy tranquilos en Mogente, al mando de nuestras tropas cuando se nos dio la orden.

MARQUÉS: Por cierto, capitán, ¿qué tropas tiene a su mando?.

CAPITÁN: A mi mando tengo los tercios de Lombardía y Napoles, aunque en esta ocasión también he tenido que organizar las Milicias del reino y en cuanto a lo que usted dice de que nos ha tocado jugar la pero parte… bueno eso la historia lo dirá.

TENIENTE: Si hemos de hacer honor a la verdad, es bastante cruel decirle a un pueblo que ha estado ocu- pando estas tierras durante setecientos años, que ellos consideran propio por derecho y heredado de sus antepasa- dos, que se marche.

MARQUÉS: Estoy de acuerdo, pero esa misma pregunta también se la podían haber hecho a nuestros antepa- sados hace los mismos setecientos años.

TENIENTE: Señor Marqués, con todos los defectos o virtudes que hayan podido tener estas gentes, hay que reconocer que todas las huertas y los sistemas de regadío han sido creados por ellos y tanto las huertas de Valencia como las de Alicante y Murcia han sido un vergel gracias al trabajo de estos hombres. Si no se han expulsado antes, ha sido porque ello hubiera supuesto la ruina para la agricultura ya que esta raza austera y sufrida que comía poco y pastaba menos era la que mantenía la agricultura secándole el máximo rendimiento.

MARQUÉS: En eso estamos de acuerdo, pero esta medida que se iba demorando desde tiempo de los Reyes Católicos, al final ha habido que tomarla. España tiene que ser católica y no puede existir otra fe que no sea la cris- tiana.

CAPITÁN: El levantamiento pienso que era inevitable, ya que ellos al igual que nosotros son fieles a sus creencias y tenían que defenderlas en el campo de batalla. Cuando subíamos por la cuesta de Las Pedrizas de Bi- corp iba batante preocupado porque temía que allí nos hubiesen tendido alguna emboscada y dado lo accidentado del terreno nos hubieran causado importantes bajas. Sin embargo cuando subimos a lo alto y nos tropezamos con ellos respiré tranquilo, pues en terreno llano ellos eran inferiores en número y en preparación a nosotros y aun- 14 que encontramos algunos caminos bloqueados no fue de gran dificultad el seguir avanzando. En mi opinión el gran fallo de Turigi ha sido el intentar luchar en terreno llano, aunque de todas for- mas no fue fácil vencerlos. Al final, cuando se vieron acorralados salieron huyen- do en desbandada; no obs- tante, en la lucha hubo gran cantidad de bajas por ambos lados.

MARQUÉS: Sí, a raíz de la desbandada que siguió a la batalla muchos se fue- ron en dirección a Bicorp, Navarrés, Játiva. Lo mismo pasó en el valle con la re- friega que se producjo.

TENIENTE: Y ¿qué fue de ellos?.

MARQUÉS: Creo que algunos se convirtieron al cristianismo, otros no lo aceptaron y fueron expulsados. Creo que fueron más de tres mil los embarcados para ser llevados al norte de África. He de confesar que cuando ví que teníamos la batalla ganada, mandé un mensaje a Turigi diciéndole que si dejaba libre el poblado de Ruaya para que descansaran allí las tropas y a continuación Cortes y Bugete, no se tomarían represalias contra ellos. Sin embar- go este ofrecimiento que yo hice no fue cumplido por vosotros.

CAPITÁN: Bueno, hay que pensar que los soldados estaban muy enfureciso debido a la cruel batalla, ya que en ella se quedaron muy buenos amigos y aunque tenían la orden de respetar a mujeres y niños, no los respetaron. El asunto se nos escapó de las manos y cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde. No obstante, algunos cul- pables fueron castigados duramente.

TENIENTE: Yo, cuando me di cuenta de la situación, tuve que cortar por lo sano, pero ya era demasidado tarde. Algunos ancianos me comentaron que muchas mujeres prefirieron suicidarse junto con sus hijos antes de ce- der a las demandas de los soldados. Fue una situación muy desagradable, lo fue tanto o más cuando los traíamos para Valencia, ya que al llegar a un caserío muy pequeño que está mirando al mediodía, antes de legar a una expla- nada o muela en la que ya se pierden de vista aquellas tierras, pues allí, cuando estábamos descansando, aquellas gentes al mirar aquella tierra a la que consideraban suya, se pusieron a llorar, no existiendo forma posible de conso- larlos. Seguimos subiendo y al llegar a lo alto de la cuesta me pidieron permiso para rezar su última oración. No me quedó más remedio que concedérselo. Todos de rodillas, mirando hacia Cortes, con lágrimas en los ojos, rezando su última oración. Allí quedaba todo el trabajo y el esfuerzo de ellos y el de sus antepasados. Fue un momento bastante emotivo. No sabía cómo llamaban a aquel caserío así que lo bauticé con el nombre de “El Lloro”.

CAPITÁN: ¡Vaya!. Eso no nos lo había contado.

MARQUÉS: Cuando ustedes entraron en Cortes ¿hacía mucho tiempo que se había marchado Turigi?.

CAPITÁN: Según nos comentaron unos ancianos, hacía día y medio que habían partido él y su familia. Pare- ced ser que cuando le llegaron las primeras noticias de la batalla de la Muela, reunió a su gente y les dijo que el que quisiera rendirse podía hacerlo y el que se quisiera unir a ellos también; que él, con su familia se marchaba a refu- giarse en lugares secretos y allí esperaría los refuerzos que según él no tardarían en llegar. Salieron en tres grupos al amanecer: uno en el que iba él con el mayor número de hombres, otro en el que iba su mujer, el alfaquí de Cortes y su familia y un tercero en el que iba su madre con una pequeña escolta.

TENIENTE: Lo que sí que está claro es que conocían él y su hombrs el terreno a la perfección, porque las emboscadas que nos tendían era para echarse a temblar, ya que ellos nos causaban muchas bajas y nosotros a ellos, en cambio, poquísimas. Recuerdo que cogimos a un prisionero y cuando pudimos hacerle hablar nos contó que la comida no la tenían en las cuevas donde habitaban, para que no pudiésemos dar con ella, y cuando tenían que hacer fuego para amasar torta u otros alimentos, se marchaban lejos para así no poder ser descubiertos y, además, de acuerdo con su religión , un día comían y otro ayunaban, para hacer durar más la comida.

(CONCLUIRÁ EN LA PRÓXIMA ENTREGA) 15 “El cólera en Cortes de Pallás, 1885” Por Álvaro Ibáñez Solaz

Algunos opinaran que el tema que hemos escogido para inaugurar este espacio que amablemente nos cede el periódico “Cortes de Pallás y sus al- deas” no sea de lo más alegre. Cortas de razón no están sus alforjas y rece- los, pero, si el refrán anda en lo cierto y nada hay más fuerte que el amor y la muerte, esperamos que con estas líneas no nos quedemos huérfanos de lecto- res. Entre las pilas de papeles que acumula el archivo de Cortes de Pallás nos llamó la atención uno que en su portada dice “Memoria explicativa y datos estadísticos que forma la Junta municipal de sanidad de este pueblo referente a la epidemia colérica del presente año 1885 y relativos a este tér- mino municipal”. El cólera, enfermad infecto contagiosa, fue el causante de unas 800.000 muertes en España durante las cua- tro pandemias que se sucedieron durante un siglo XIX plagado de guerras, enfermedades (además del cólera hay que nombrar la difteria, tuberculosis, paludismo, viruela o escarlatina) y hambru- nas que deja a la altura del betún nuestra cacareada crisis finan- ciera y social y que, mal que sue- ne, ya la quisieran para sí más de uno de nuestros antepasados. El informe que presentamos aquí es la respuesta que da la Junta municipal de sanidad de Cortes de Pallás a una circular del Gobernador Civil de Valencia del 15 de septiembre que busca esclarecer las causas del brote del cólera y llevar a cabo un recuento de afectados, invadidos y fallecidos, en la última de las pandemias, la de 1885. También nos aportan información de los efectos de las ante- riores pandemias en el pueblo de Cortes de Pallás. El primer brote de cólera que afectó al pueblo sucedió en 1835 y según les cuentan los “ancianos” a los autores de la memoria apenas tuvo incidencia. El de 1855 fue el más virulento de los brotes de cólera, según el informe, ocasionó “muchas más invasiones y de- funciones” que el que a continuación analizamos, el último, el de 1885. En las demás invasiones coléricas no hubo afectación en el pueblo y según los autores del informe “se ignora” la causa. Apenas unas líneas después, sin saber- lo, apuntan ellos mismo un posible motivo, el difícil acceso al pueblo, sólo posible mediante caballerías o a pie y las grandes distancias que median respecto a otras poblaciones, la más cercana a tres leguas (unos 15 kilómetros). Pero además de informarnos sobre los incidentes del cólera, el expediente, gracias a un detallado cuestiona- rio de 23 preguntas nos brinda una magnífica descripción del Cortes de Pallás de las postrimerías del siglo XIX. Sabemos que el pueblo se surtía de manantiales con aguas “de excelente calidad, muy agradables, duras, contenien- do cal”, siendo muchas las buenas fuentes. En aquellos años el pueblo no contaba con alcantarillado y cada vecino recogía en los corrales de casas habitadas solo en las plantas bajas “las inmundicias”, sacándolas al campo “de tiem- po en tiempo”. El cementerio no estaba construido y se planeaba ubicarlo a “unos cien metros de la población”. Hasta de las costumbres gastronómicas nos habla el informe destacando que los habitantes abusaban del consumo de frutas en particular de uvas e higos (un cultivo por desgracia perdido) y estando muy generalizado el consumo de judías, algo se debían de oler. No podemos evitar sonreír cuando son preguntados sobre las condiciones geológi- cas de la población y sobre si el pueblo estaba rodeado de pantanos, pareciera que el autor de la pregunta fuera un visionario. Los de la Junta municipal responden que el suelo de la población es calcáreo, no encontrándose en Cor- tes “ni dentro de ella ni en sus afueras, pantano o depósito de agua alguno”. !Si levantaran aquellos próceres del XIX la cabeza¡. No sólo en esto último ha cambiado Cortes. El informe cifra la población en 1.219 habitantes, “de los cua- les la mitad se hallan distribuidos en siete caseríos y en diferentes casas de campo”, exactamente 569. Y de ellos dice “el carácter moral de sus habitantes es la incredulidad y desconfianza: son rutinarios y poco instruidos”. Fo- rastero y recién llegado que es uno hará bien en refrenar cualquier comentario al respecto aunque es paradójico, 16 y casi un trabalenguas, que los autores del informe, cortesanos ellos mismos, desconfíen de la confianza de los habitantes, o sea, de sí mismos. La Junta Municipal de Sanidad achaca el origen de la en- fermedad a orígenes “atmosféricos”. La teoría sobre el origen del brote del cólera no tiene desperdicio. Según ellos, durante los días 8, 9, 10 y 11 de agosto “se cubrían los montes de la población y que están al frente de esta, de una niebla de las que aquí llamamos de río, porque procede del Júcar”, los miembros de la Junta sospe- chan “de que esta niebla fue la importadora del contagio, o al me- nos la que contribuyó a su desarrollo, caso de que los gérmenes de la enfermedad existieran ya en la población”, pues según ellos eran las aguas del Júcar las portadoras de la enfermedad. Curioso que los ilustrados autores de esta teoría fueran los mismos que tenían al resto de habitantes del pueblo por poco instruidos. En su descarga diremos que aunque la teoría parezca disparatada no andaban lejos en la búsqueda de las causas de la enfermedad pues la diseminación del cólera está directamente relacionada con las acumulaciones de aguas, es una enfermedad social vinculada a las malas condiciones higiénicas. Sin ánimo de malmeter, pero tirando mano de tan arraigada costumbre española de echarle la culpa al vecino, se da la coincidencia de que el cólera había afectado a Buñol entre los meses de junio y julio (https://bunyul.com/2013/05/15/el-colera-en-bunol-1885/). El primer caso de cólera se detectó el día 12 de agosto. Al diagnosticado se le aisló en casa por orden del facultativo y casi de manera fulminante falleció, en apenas 8 horas. El cadáver fue enterrado con las máximas pre- cauciones y se desinfectó todo lo relacionado con él, la vivienda, ropajes, instrumentos… “mas todo fue inútil”. La expansión fue rapidísima, a las 10 de la mañana del día siguiente la cifra de contagiados se elevaba a 17 personas, el contagio, según el informe no distinguía entre sexo, edades o posiciones sociales. Hay que matizar que esto no fue del todo así, el riesgo de contagio es el mismo entre toda la población, pero si analizamos las estadísticas con detalle se descubre que la incidencia no fue igual entre hombres y mujeres. La gran mayoría de las personas contagiadas el primer día de la enfermedad, 12, fueron mujeres y en el recuento final de enfermos se dan 12 casos más entre mujeres que hombres (18 hombres frente a 30 mujeres). Ello se debe a con- dicionantes sociales, pues, como sabemos, tradicionalmente son las mujeres las encargadas de los cuidados den- tro del hogar. Esta teoría se confirma cuando descubrimos que 25 de las 30 mujeres infectadas son mujeres casadas y 23 de ellas tienen entre 25 y más de 60 años, esposas, madres y abuelas. Entre los 17 infectados dos “invasiones” (término literal que emplea el informe) se dieron en el campo y al aire libre, aunque un aspecto curioso es que entre los habitantes de los caseríos no se contara ningún caso de inva- sión. A partir del tercer día de epidemia, el 14 de agosto, la cifra de invadidos se estabilizó manteniéndose entre 1 y 4 afectados diarios (a excepción del día 19, cuando la cifra se elevó a 6 invadidos), hasta el fin del cólera, el día 3 de septiembre (el día 4 se produce la última defunción). Como medida de control de la enfermedad se pusieron en marcha cordones sanitarios y lazaretos (establecimientos sanitarios para aislar los infectados o sospechosos de enfermedades contagiosas) aunque escar- mentados por el brote de cólera de 1855 los habitantes de Cortes en esta ocasión optaron por huir en masa del pueblo a los montes de alrededor. Hasta 450 de los 650 habitantes abandonaron el pueblo, lo cual nos da cuenta de las situaciones de auténtico pánico que se debieron vivir. Tenemos por tanto que tener en cuenta que los datos de infectados y fallecidos responden solamente a las 200 almas que quedaron en el pueblo (150 en otra parte del expediente). Si la población se hubiera mantenido en el pueblo sin duda la cifra de infectados y fallecidos que manejamos sería mucho más elevada. El expediente es tremendamente detallado en las tablas que nos informan de las invasiones y defunciones que se producen diariamente mientras dura la enfermedad por criterios de sexo, edad, estado civil, y profesión (“jornaleros, artesanos, labradores, empleados, propietarios, rentistas y demás y otras profesiones”). El recuento final de la enfermedad deja 48 infectados (la cifra en otras partes del informe baja a 45) y 25 fallecidos, 10 hom- bres y 15 mujeres. Las invasiones, según el propio informe afectaron al 3,937% de la población del término muni- cipal y al 7,50% de los 650 habitantes del pueblo de Cortes de Pallás, “siendo las defunciones con relación a las invasiones del 52,083 %”. Sin duda el golpe del cólera debió ser durísimo en la vida del pueblo, además de las vidas que se llevó por delante, en apenas 24 días el 3,84% de la población urbana de Cortes, coincidió con un mes de recogida de cose- chas y como decíamos en un contexto histórico durísimo. El cólera en Cortes nos parece tan lejano como ahora el zika o el ébola, pero si lo pensamos bien nuestros bisabuelos y tatarabuelos vivieron aquella desgracia, visto así las distancias se acortan. Así que cuídense cuando vean la niebla del Júcar llegar, embózense y prepárense que quizá sea momento de echarse al monte. 17 PLZ. RUAYA: HOGUERA “SAN ANTÓN 2003”

De vez en cuando me gusta revisar mi ar- chivo (como dicen en Cortes: “el tonto de la cámara”...) y allí en- cuentro entrañables imá- genes de un pasado muy reciente -una simple do- cena de años-; que apete- ce publicar, para el re- cuerdo de todos. De unos carreteres, con fotografía todavía de papel, he sacado la adjuntas imágenes de la Hoguera de San Antón que se preparó y quemó en la Plaza de Ruaya de Cortes de Pallás (al extre- mo sur del pueblo). Allí no faltó la carne y el embutido asados en la brasa, el refresco y el buen licor calorífico y has- ta Rosalía (la de El Ral) estuvo al quite para ofrecer sabrosos buñuelos. También estuvieron los niños, divirtiéndose tum- bados sobre las ramas. Pero el que mejor se lo pasó fue Pepe Gras, que era el Al- calde (q.e.p.d.), montado a un columpio sobre el fuego.

(FOTOS: Miguel Aparici)

18 ALIMAÑAS: AGÓNICA MUERTE A LAZO

Por Carlos Feuerriegel Fuster.

Desgarrado el cuello, moscas y sangre seca se confunden sobre lo que fue un pelaje brillante. Los ojos se apagan en una mirada que recoge todo el dolor que destila su pequeño cuerpo. Acurrucado debajo de un depósito de agua el zorro agoniza. Otro más que pasará a engrosar la criminal contabilidad de los lazos colocados por los caza- dores. Esta vez en Ayora, en el paraje del Rincón Viejo y hace apenas dos semanas. No sé cómo consiguió llegar hasta la casa. Quizá alguien con más corazón que el desalmado que colocó la trampa se atrevió a liberarlo. Porque hay corazones que alimentan el amor por la vida y otros que solo laten para bombear sangre pero no para alumbrar sentimiento alguno. Desde luego, ninguna empatía con la vida libre y hermosa de los animales que no han sido convertidos en nuestras “mascotas”, esa estúpida denominación que los bienhablan- tes se sacaron hace poco de su chistera. La muerte en un lazo de los animales libres que toda- vía habitan nuestros montes, como zorros, tejones, gatos monteses, ginetas y también perros abandonados es una muerte indescriptiblemente cruel y faltan palabras para des- cribirla en toda su crudeza. Los que colocan los lazos son indiferentes a tanto dolor, para ellos solo cuentan los euros que cobrarán de la Sociedad de Cazadores por el trofeo del rabo del animal muerto que deben presentar. Cuando el animal que muere en el lazo es una especie de las llamadas protegidas, protegidas con palabrería en el papel del Diari Oficial de la Generalitat, entonces se aparta del lazo y punto. Por ese no cobrarán. Es como el descarte de las redes de pesca donde los montes hacen de mares. Nuestras autoridades del Departamento de Caza de la Generalitat no es que miren para otra parte, es que autorizan los lazos. Eso sí “con freno” para que no asfixien al animal y en caso de que caiga el equivocado, pueda ser liberado. Todo una farsa. En Ayora se siguen poniendo sin freno, se dejan durante días sin retirarlos y no son controla- dos. Excelente ocasión para que la nueva Consellera ponga fin a esta vergüenza y eche a la basura de la historia de nues- tros montes a las personas, en realidad alimañas humanas, que los colocan. Creo que en y ya desde hace años esta atroz forma de dar muerte a la vida salvaje fue erradicada. Os feli- cito por ello. A este otro lado de la sierra todavía no podemos decir lo mismo. Aquí los alimañeros campan a sus an- chas como en los tiempos de los “Santos Inocentes” de Delibes. Solamente que ahora los inocentes son los que mueren en los lazos.

Carlos Feuerriegel (1958). Agrónomo y agricultor autónomo desde 1991. Explotación sujeta a las normas de la Agricultura Ecológica en Ayora y . Activo en el movimiento ecologista, con especial incidencia en la lucha contra los incendios forestales (formó parte del Grupo de Pronto Auxilio municipal de Ayo- ra desde su creación en 1991), el trasvase Júcar-Vinalopó (estuvo en la primera asamblea que se hizo en Cortes cuando la empresa “Aguas del Júcar" fue a presen- tarlo) y en la defensa de la sierra del Caroche contra vallados, lazos y cortes de caminos públicos, intentos de implantar basureros de RSU, incineradoras,etc... Re- side en Ayora.

(NOTA DEL EDITOR: por su crudeza, se ha evitado reproducir imágenes que pue- den encontrarse en Internet bajo el nombre “animales heridos en lazos”). 19 EL HISPANISTA EDWARD COOPER EN CHIREL

Esta foto: Álvaro Ibáñez

De izquierda a derecha: I. Latorre, V. M. Castilblanques, Edward Cooper y Álvaro El sábado 6 de febrero de 2016, con motivo de una conferencia dada en Requena, el hispanista inglés Edward Cooper se desplazó a visitar el castillo de Chirel de Cortes de Pallás. Lo hizo acompañado por el responsable del archivo requenense (Ignacio Latorre), el investigador cortesano Vicen- te M. Castilblanques, el catalogador actual del archivo de Cortes (Álvaro Ibáñez) y nuestro Cronista Oficial (Miguel Aparici). Mr. Cooper realizó su tesis en Cambridge sobre castillos señoriales de España, bajo la dirección de Sir John Elliott, y está considerado como una auténtica autoridad mundial en el tema de fortificaciones españolas. (FOTOS: MIGUEL APARICI) 20