“LOS HOMBRES DE MUSGO”, de Béjar

Data del siglo XII, La leyenda cuenta que el día de Santa Marina, virgen que vivió disfrazada, los bejaranos que estaban escondidos en El Castañar se reunieron en la finca conocida como La Centena para celebrar una misa, tras la cual, y quizás inspirados en la santa, recubrieron sus ropas con el musgo que crecía en las rocas del lugar y, al amanecer, se dirigieron hasta la fortaleza musulmana parapetados tras su camuflaje, con el que consiguieron reconquistar la ciudad.

"Al venir el día, los centinelas abrieron la de las murallas por donde entraron los cristianos. Los moros creyeron que eran alimañas o monstruos y salieron corriendo. Al darse cuenta que no lo eran, gritaron ¡traición, traición!", según cuenta la tradición oral bejarana, recogida con posterioridad por los historiadores municipales.

Desde ese día, la puerta por la cual se introdujeron los cristianos y reconquistaron Béjar se le dio el nombre de Puerta de la traición .

Otras versiones afirman que los hechos sucedieron un 17 de junio, que coincide con Santa Marina, en honor de la cual se construyó una ermita en la finca de La Centena. Los cristianos se apoderaron de la ciudad expulsando a los musulmanes. Desde entonces, el pueblo de Béjar recordó la hazaña año tras año hasta que en el siglo XIV se fundió esta celebración con la del Corpus Christi.

La procesión del Corpus se celebra el domingo después del jueves de Corpus y en ella se recuerdan dos de las tradiciones más notorias, junto con la de la Virgen del Castañar que, sin duda, es la más popular y la que mayor número de fieles congrega.

La otra tradición pagana que recuerda la fiesta religiosa es la de recubrir la calles con tomillo haciendo una auténtica alfombra por donde pasa la procesión, quedando todo este tomillo bendecido al paso del Santísimo. Posteriormente, las gentes lo recogían por la creencia de que este ahuyentaba los rayos de las tormentas.

LA LEYENDA DE LA REINA QUILAMA

Sobre la Leyenda de la Reina Quilama hay, como siempre ocurre con todas las leyendas, un gran número de versiones sobre cual fue la historia verdadera. En este relato intentaremos acercarnos a la versión más probable alejándonos de ficciones creadas con el paso del tiempo. Para escribir correctamente esta historia debemos en primer lugar situar históricamente el tiempo en el que transcurrió, para ello empezaremos con la decadencia del imperio romano a principios del siglo V cuando los Suevos, Vándalos y Alanos, pueblos nómadas provenientes del norte entraron por los Pirineos destruyendo cuanto encontraban a su paso repartiéndose a lo largo de la meseta norte de la Península.

Los Visigodos habían sido mandados por el emperador romano Honorio para someter a los pueblos invasores, sin embargo, tras la conquista del territorio se establecieron en la Península Ibérica. Es en este punto cuando ocurrió el hecho que nos ocupa, el final de los visigodos se produjo tras la guerra civil entre el rey Witiza y Rodrigo que se había sublevado y consolidado en el oeste de España hasta llegar a adquirir la supremacía militar y política. Sin embargo no podía ser rey porque según las leyes godas al estar el rey actual aún vivo el rey que ocupara su trono por alzarse en rebeldía era considerado usurpador y tirano. Todas estas disputas favorecieron la entrada de los musulmanes por el sur de España sin encontrar apenas oposición. Finalmente Rodrigo fue coronado rey en el año 710. A su vez Rodrigo se había enamorado de la hija del conde Julián llamada Florinda (conocida por los musulmanes como la Caba que significa prostituta) con quien había huido. El Conde Julián ofendido por esta acción pretendía recuperar a su hija e hizo un pacto con los musulmanes conduciéndoles en su expansión hasta llegar a la batalla de Guadalete en el año 711, donde históricamente el Rey Rodrigo murió terminando la etapa visigótica española. Sin embargo hay datos suficientes como para pensar que Rodrigo pudo escapar huyendo hacia el norte, pasando por Toledo donde recogió el famoso Tesoro de los Visigodos, escondiéndose en la Sierra de Quilamas. Aquí empiezan a confundirse los datos históricos con las leyendas populares .

El rey que huyó con su amada y con el tesoro visigótico construyó un castillo en Valero del que se conservan los restos en el que se recuperaba de sus heridas; en su permanencia en el castillo mandó construir unos pasadizos subterráneos con diversas salidas a lo largo de toda la sierra por si debían huir en caso de ataque. El Conde Don Julián que continuaba buscando a su hija persuadió al general musulmán Tarik para que se dirigiera hacia Toledo para buscar el tesoro. Sin embargo Rodrigo ya había huido y Tarik decidió no continuar su infructuosa búsqueda. El Conde don Julián no se rindió y en su afán por encontrar a su hija convenció al general Muza para que se dirigiera a tierras más al norte para matar definitivamente al Rey Rodrigo y la batalla final tuvo lugar según los escritos en el pueblo de Segolluela de los Cornejos en el año 713 donde acabaron con Rodrigo. Sin embargo esta batalla no debió de producirse en dicho pueblo sino en el castillo donde se alojaba Rodrigo con sus hombres. Tras un asedio de las tropas musulmanas en el tiempo que construían una bastida (torre gigante para atacar castillos) en una zona cercana (más tarde daría lugar a los cercanos pueblos de y –cilla es despensa en árabe-) se produjo el asalto definitivo. Sin embargo los escasos hombres de Rodrigo huyeron por los pasadizos siendo alcanzados en gran número en el pueblo de Segolluela (de ahí la posible confusión). Rodrigo escondió en una cueva cercana a su amada con el Tesoro donde poco tiempo después ella moriría esperándole, mientras él huía al cercano pueblo de Viseu en Portugal donde finalmente moriría en el año 714. Al-quila significa tierra de castillos como lo atestiguan los cercanos castillos del Pico Cervero en , Lacurona en Navarredonda de la Rinconada, el de Monreal en , el de Villar de Leche en o el Gancho en Garcibuey y al- quila-ama sería castillo de los amantes, del que tomaría nombre la Sierra. Una leyenda de la zona corrobora esta versión de los hechos variando únicamente los nombres de los protagonistas principales por los de Alarico y Quilama pero manteniendo el resto de datos de forma verídica situando la tradición en la misma época. Y con esto termina el relato que cada persona continuará contando a su manera escribiendo la historia a diario…..

La Cueva de la Quilama

Cuenta la leyenda que esta cueva, situada en la Sierra de su mismo nombre, sirvió de refugio del último rey godo Don Rodrigo y de su bella amante la mora Cava (hija menor del conde Don Julián, gobernador de Ceuta) a quién el Rey hizo llamar Quilama haciéndola reina de estos parajes pues el pasaba mucho tiempo lejos de los mismos debidos a las continuas luchas y aquí moriría la bella Quilama en triste soledad esperando el regreso de su amado y aquí don Rodrigo le dio sepultura entre grandes tesoros y vistiendo su tumba de oro "... entre “Entre el castillo y Quilamas hay más oro que vale España” . Se dice que en las noches claras, sobre todo por San Juan, surgen de las profundidades de la cueva lloros y lamentos es el espíritu de la princesa mora que aún llora por el regreso de su amor.

También cuenta la leyenda que el interior de la cueva esconde un fantástico tesoro escondido allí por el rey godo Alarico y que muchos han sido los osados a encontrarlo pero ¡ay de ellos! que no regresaron perdiéndose en los intrincados laberintos y pasadizos de la cueva. La Leyenda de la laguna de Segoyuela y del Rey Godo Don Rodrigo.

Tras la derrota del último rey godo don Rodrigo, en la batalla de Guadalete, frente a los árabes invasores, en el siglo VIII, éste continuó su resistencia y llegó hasta tierras de muriendo en la batalla de Segoyuela, donde sufrió su última derrota. Días después de su muerte de las calmadas aguas de la laguna de Segoyuela emergió una mano misteriosa que empuñaba una espada, cuenta la leyenda que un día venidero, la espada, desde entonces sumergida en el agua, será tomada por quien habrá de restituir el estatus real perdido de manera tan dolorosa por D. Rodrigo.

Leyenda de la moza santa de y el hallazgo de la Virgen de la Peña de Francia

Sequeros cuenta con una de las leyendas más arraigadas de toda la , la de la profetisa Juana o Moza Santa, por su vinculación con la aparición de la imagen de la Virgen de la Peña de Francia. Juana Hernández era una joven de Sequeros y tenía gran devoción a la Cruz, ante la cual siempre se le veía rezar. Cuentan que una epidemia de peste que llegó a la Sierra de Francia la hizo enfermar y murió en 1424, pero antes de ser enterrada, esta joven virtuosa profetizó varios hechos los cuales se cumplieron al poco tiempo.

Entre las cosas que vaticinó la Moza Santa estaba alguna desgracia venidera para sus padres por una herencia mal adquirida y el descubrimiento de una imagen de la Virgen en la Peña de Francia, donde estaba escondida desde hacía 200 años.

“Volved vuestro rostro hacia la Peña de Francia y rezad a la Virgen María. Allí está escondida desde hace doscientos años una imagen suya que pronto será manifestada y por ella hará Nuestro señor muchos milagros. Esta gloriosa imagen ha de ser mostrada a un hombre de buena vida”

La talla fue descubierta por el parisino Simón Roland, más conocido como Simón Vela, al que Dios le hizo conocer que su vocación era caminar en busca de una imagen de la Virgen ocultada en una peña muy alta. Durante muchos días y muchas noches escuchaba una voz interior que le decía: “Simón, vela, vela y velarás que en el risco más alto tú la encontrarás"

Durante varios años buscó la Peña de Francia por la Bretaña francesa y Santiago de Compostela, hasta que llegó a Salamanca dónde el azar quiso que escuchara unos carboneros que pregonaban ¡¡¡carbón de la Peña de Francia!!! , se acercó a ellos para saber del paradero del lugar pero los carboneros al ver tanto interés por parte de Simón Rolán por la Peña de Francia, se sintieron recelosos y se negaron a darle información del mismo.

Simón Vela siguió discretamente alos carboneros llegando hasta San Martín del Castañar dónde unas mujeres le mostraron cuál era el lugar. Cuando llegó arriba estaba fatigado y era de noche. De nuevo volvió a oír la voz en su interior: "Simón, vela, vela y no duermas" siendo entonces cuando la Virgen se presentó ante sus ojos y le indicó el lugar donde hallaría la imagen. Entonces bajó de la montaña para pedir ayuda y contar lo sucedido, varios hombres creyeron en él porque sus relatos concordaban con las predicciones de la Moza Santa de Sequeros y le acompañaron hasta la Peña para ayudarle a buscar la imagen. Cavaron con muchísimo cuidado seguramente que con el mismo con el que otros cristianos lo habían hecho e para esconderla del peligro de los infieles así fue como encontraron la imagen, era el 19 de mayo de 1434 y la profecía de la "moza santa de Sequeros" estaba cumplida.

Por otro lado, la joven Juana Hernández también profetizó que caerían desde el horizonte tres señales luminosas en forma de cruz que marcarían el lugar donde se construiría posteriormente el monasterio de Santa María de Gracia, en San Martín del Castañar, y el Santuario de la Virgen de la Peña de Francia.

"La primera señal caerá sobre las casas del Obispo de Salamanca, que están cerca de San Martín del Castañar, en las cuales se ha de edificar de aquí a cinco años un monasterio de la Orden de San Francisco de la Observancia. La segunda caerá sobre la Peña de Francia, donde la gloriosa imagen ha de ser mostrada a un hombre de buena vida. Y allí, en el mismo lugar, a reverencia de la madre de Dios, se ha de hacer otro monasterio de la Orden de los Predicadores, que es del Bienaventurado Santo Domingo. La señal tercera caerá donde será la devota casa de la Virgen María, nuestra Señora de la Peña de Francia" , y todo se cumplió como ella dijo.

Por último, también vaticinó que ningún rayo caería sobre la población de Sequeros, algo que se ha cumplido a lo largo de los siglos.

En Sequeros se recuerda con especial cariño la vida e historia de la Moza Santa durante todo el año, pero en especial durante la celebración de la festividad de la Santa Cruz de mayo, el día 3, fiesta en la que la procesión parte desde la iglesia de Santa María del Robledo, donde se encuentran los restos de la profetisa Juana.

Las ánimas benditas de

Esta tradición es fiel reflejo de la religiosidad popular y en concreto del culto y devoción a las Ánimas Benditas, es en La Alberca donde persiste con mayor arraigo.

Al caer el sol en cualquier esquina del pueblo oiremos el repique de una esquila y una piadosa voz que pide por las ‘benditas ánimas’.

Todos los días del año, al caer el sol, sale la Moza de Ánimas, así se llama a la mujer que porta la esquila quien ha hecho una manda o promesa. La Moza de Ánimas recorre todas las calles del pueblo parándose en las esquinas señaladas donde con tres toques de la esquila entona una salmodia por todos los difuntos:

“Fieles cristianos, acordémonos de las Benditas Almas del Purgatorio con un Padrenuestro y un Ave María por el amor de Dios… otros tres nuevos toques a la esquila para continuar Otro padrenuestro y otra Avemaría por los que están en pecado mortal, para que su Divina Majestad los saque de tal miserable estado”

Cuenta la leyenda que desde que existe esta tradición, tan sólo una noche la moza de ánimas no salió a hacer su recorrido, era una noche fría de invierno y empezaba a nevar la moza perezosa al ver que el tiempo empeoraba cada vez mas pensó que por no salir no salir una noche ¿que iba a pasar? Pasó que todos los habitantes del pueblo aseguran que esa noche escucharon perfectamente cómo sonaba la esquila, al igual que todas las noches, al paso por sus casas ¿cómo si la Moza de Animas se quedó en casa? La esquila salió sola.

LA LEYENDA DE MONLEON

Es tradición que un modesto tejedor tuvo un sueño en el que se veía a sí mismo en lo alto de un monte sobre el que se abría un pasadizo. El tejedor se internaba por él y llegaba hasta un lugar donde aparecía una figura zoomorfa: una cabra y un chivo modelados en oro macizo.

Cuando el hombre despertó de su sueño trató de comprobar hasta qué punto éste podía ser considerado como una premonición. Se dirigió, pues, hacia el lugar donde se alzaba el monte que vívidamente había reconocido como formando parte de sus imágenes oníricas.

Se trataba del Monreal, ubicado en el término del actual pueblo de Casafranca (Salamanca). Acto seguido, el tejedor buscó la entrada al pasadizo que ya recorriera en sueños. Habiéndolo hallado, penetró en su interior...Y entonces pudo comprobar que la premonición onírica se cumplía hasta sus últimos términos: ¡apareció la cabra de oro!

El hombre dio cuenta del hallazgo al rey, quien premió a aquél otorgándole los cuernos de la cabra, con el producto de cuya venta el tejedor construyó las murallas y el castillo de Monleón.

La historia

La villa de Monleón se halla rodeada de una muralla, reforzada en su extremo suroccidental por un castillo, del que se conserva, únicamente, antes de su restauración, la soberbia torre del Homenaje, rematada por ocho cubos voladizos.

Antiguo recinto amurallado de Monleón

El castillo forma parte integrante de la estructura defensiva de la villa, que cuenta con tres puertas: la de la Villa al noroeste, la del Sol a este y la de Coria al mediodía; esta última se abre junto a la torre del homenaje del castillo, soberbia construcción de mampostería esquinada en granito. Dicha fortaleza data del siglo XV, aunque ya existía a finales del siglo XII: en el año 1199, Alfonso IX dona a la reina Berenguela treinta castillos, el de Monleón entre ellos. El solar de la villa se presenta, hoy, delimitado por una única línea de muralla. Sin embargo la primitiva fortificación debió de englobar solamente aquélla parte del recinto que está más próxima al castillo, a juzgar por la disposición de los edificios y el trazado de las calles colindantes al mismo, así como por ciertos detalles relativos a la construcción de la muralla: la línea del lienzo oriental, sobre el que se abre la puerta del Sol, forma un ángulo violento respecto del lienzo que discurre hacia el noroeste, hasta la puerta de la Villa, dando la impresión de que aquél fuera abierto en un momento anterior

La memoria popular ha perpetuado la leyenda de las Murallas de Monleón a través de una coplilla que aún puede escucharse si nos sentamos a “tomar la fresca” por estos lugares Ya que te muestras leal Y no has hecho traición Con los cuernos de la cabra Cercarás Monleón Según otra versión, en cambio, el susodicho tejedor habría traicionado la confianza que el rey depositara en él:

Tejedor de Peña Cabra Que al rey fuisteis traidor Con los cuernos de la Cabra Cercarás Monleón

Esta última versión la recogió el gran medievalista Ramón Grande del Brío, por cierto, de labios de su abuelo Ramón, quien ejerció el oficio de tejedor en San Domingo del Campo, pueblo próximo a Monleón. Tal como indica el propio estudioso “en alguna medida aquel tejedor debía de hallarse en posesión de una forma de conocimiento "especial". Lo que en otros términos podríamos designar con el nombre de "saberes elementales".

LA LEYENDA DEL GIGANTE DE LA CALZADA DE BEJAR

Para los incrédulos, o los jóvenes, que quizás nunca hayan oído hablar de él, debemos decir que El Gigante de la Calzada existió. Trabajaba de guarda en La Calzada y posteriormente lo hizo en un circo, donde se exhibía junto a dos enanos.

Los mayores del lugar recuerdan que le hacía los zapatos un tal Fidel que vivía en la calle Libertad (esquina Nogalera).

Respecto la vida que llevó Fausto (así se llamaba el Gigante), nos contaron que durante los años que actuaba en el circo fue bastante infeliz, pues al ser una atracción tan espectacular le mantenían recluido y oculto hasta las actuaciones, ya que no podía dejarse ver por el pueblo por el que viajara el circo, pues la función perdería toda la gracia y sorpresa.

La función consistía en presentarle junto a un enano y comentar acerca de ellos que eran gemelos... y supongo que algún que otro chascarrillo relacionado con ello. Parece ser que esa desdicha fue una de las razones que le impulsó a dejar el mundo del circo y volverse a su tierra.

En la foto podemos verle, junto a D. Antolín Velasco Gómez, padre del director de esta revista, que a la sazón medía 1,70m. Hemos realizado una estimación de su altura, conviniendo en que estaría en torno a 2,14m, que para aquella época, alrededor de 1933, no estaba mal.

LEYENDA VITOR- BEJAR

Víctor, que así se escribe a pesar que los bejaranos pronunciaban "Vítor", era un señor altísimo. Nadie ha dado hasta ahora su medida exacta, pero dicen las gentes que le conocieron, que era un gigante y que su profesión era la de vendedor ambulante de jabón. Esta mercancía era transportada en un burro en cuyos lomos sostenía unas hermosas aguaderas.

Se cuenta que Vito montaba en el burro con las piernas encogidas y cuando resolvía bajarse del animal, las estiraba, el burro continuaba su paso y cuando ya se había apartado unos metros le ordenaba detenerse.

El amigo Vítor, voceaba calle por calle su mercancía y algunas vecinas del primer piso salían al balcón y decían: “Vítor, dame una barra de jabón”. Vítor, sacaba de las aguaderas la barra y alzaba su brazo hasta el balcón, dando al cliente su mercancía.

Esto llamó la atención de los forasteros y de sus paisanos. No había nadie en Béjar y su comarca que no conociera a este personaje, De ahí viene el dicho “De Béjar y no conocer a Vítor”.

Nació en Béjar el 12 de abril de 1847, y vivió en Barrionuevo. Hijo de Crisantos Sánchez y Teodora Chamorro. Murió en Vilanova de Portimao (Portugal) en 1883.

En la segunda imagen distinguimos a Vito con Genaro Gil Pacheco, su inseparable amigo con el que fue a correr mundo y darse a conocer exhibiéndose en ferias previo pago. Viajaron por gran parte de España y de ahí viene la celebridad de este paisano, que después de tantos años consigue que cuando vamos a muchos lugares y comentamos que somos de Béjar, nos repliquen... “De Béjar y no conocer a Vito”, (pero conozco a Zacarías que es de menos categoría), de Este otro paisano hablaremos más adelante.

Las últimas imágenes son de una escultura del famoso Vito, que se halla en . Se determina la dimensión de Vito con relación al burro, (difícilmente le llega a la cintura). Se advierte en la impedimenta que transporta el animal los tacos de jabón.

MEDIDAS DE VITO SEGÚN ACADEMIA MEDICO-FARMACEUTICA DE BARCELONA:

ALZADA TOTAL DE PIE Y DESCALZO 2,12, LA CIRCUNFERENCIA DE LA CABEZA 61 CM, ANCHO DE ESPALDAS 49 CM, BRAZO 47 CM, ANTEBRAZO 35 CM, MANO EXTENDIDA 24 CM, PIERNA 52 CM, ALTURA DE CARA 14 CM, LONGITUD DE LOS BRAZOS EN CRUZ 2,32, TAMAÑO DE SU PIE LARGO 33 CM, ANCHO 12 CM.

Destaca la compensación del tamaño de sus órganos, aunque su cabeza es un poco pequeña. Se dice también que su corazón palpita con gran violencia, a 125 latidos por minuto.

LEYENDA E HISTORIA DE ZACARIAS

Esta historia comienza allá por la época de la Guerra Española, en la que muchos españoles se alistaron y fueron a luchar a distintos frentes, de izquierdas o de derechas, a Rusia o a Alemania.

Zacarías, que era un hombre sencillo, y con alguna carencia en “luces”, se alistó y fue al frente de Rusia a luchar. Estuvo muchos años allí, incluso después de terminar la guerra, (que por cierto ganaron). Unos años después, atraídos por sus propios paisanos consiguieron que volviera otra vez a Béjar, y con un camión de una empresa Textil fueron a buscarle a Madrid, llegando a Béjar y siendo recibido “casi con honores”. En Béjar, permanecería durante unos años sin conseguir empleo estable, por lo que una vez casado volvió a emigrar a Francia, con el objetivo de conseguir un porvenir mejor. Allí permaneció su vida hasta su fallecimiento.

La “Cueva de Salamanca” “El Aula de Satanás”.

Todas las ciudades tienen “lugares espaciales” en los que historia y leyenda se cruzan y en los que el peso de esta última se impone al de los hechos históricos. Esto ocurre con la antigua Iglesia de San Ciprián o San Cebrián conocida como la Cueva de Salamanca . Es espacio que ocupa la cueva es en realidad, la sacristía de la iglesia. Sobre su origen, unos afirman que fue fundada por Hércules, otros la relacionan con los árabes o con los celtas. Hay quién sitúa en la cueva la entrada a un laberinto de túneles y pasajes que recorría todo el subsuelo de la ciudad.

Su fama fue tan relevante que incluso atravesó el mar. Y así, en Iberoamérica se denominan salamancas a las cuevas, lugares oscuros y ocultos en los que se practicaba la quiromancia, la nigromancia, la iniciación o la adivinación.

Situada en la Plaza de Carvajal sobre lo que antiguamente fue la Iglesia de San Cebrián, la entrada a la cueva habría estado tras la sacristía. Famosa por los ritos mágicos que allí se celebraron. Se puede subir a la Torre del Marqués de Villena (bonita vista) y ver de cerca y por dentro la muralla. La Cueva ha tenido un gran protagonismo literario. Cervantes, Calderón de la Barca, Escilla, Torres Villarroel, Feijoo, Botello de Moraes, Walter Scott o Ricardo de Rojas, son algunos de los autores que han hablado de ella.

La leyenda

Cuenta la leyenda que en este espacio Satanás, bajo la apariencia de sacristán, impartía doctrinas de ciencias ocultas, adivinación, astrología y magia a siete alumnos durante siete años, tras de los cuales, uno de ellos, debía quedar de por vida en la cueva a su servicio. El alumno más célebre habría sido el marqués de Villena.

El origen de esta leyenda esta en las clases que en la sacristía impartía el párroco de la iglesia. Se llamaba Clemente Potosí, y llegó a ser identificado con el diablo. Este daba lecciones de astrología, geomancia, hidromancia, piromancia y quiromancia, el objetivo era aprender técnicas adivinatorias. Los alumnos que acudían a las clases no revelaban que era lo que aprendían y este hermetismo fomentó la leyenda.

Según la leyenda el número de alumnos era siempre siete, numero con implicaciones místicas. Los alumnos debían pagar por las clases recibidas. El método era peculiar, se sorteaba que alumno debía pagar por todos, si al que le tocaba no podía pagar debía permanecer encerrado en la cueva.

Un año quien perdió el sorteo y debía pagar las clases a todos sus compañeros fue el Marques de Villena, Enrique de Aragón. Este se encontraba en la ciudad como estudiante en la Universidad. Cuando tuvo que pagar se encontró en la situación de no tener dinero para pagar, por lo que fue encerrado en la cueva. El joven Enrique no se resignó a su destino e ideó un plan para poder escapar. Para ello se ocultó en el interior de una tinaja, la cual estaba tapada de diversos objetos que se habían ido acumulando. Al ocultarse en la tinaja procuró que los objetos quedaran tal y como estaban para no ser descubierto. Cuando el maestro regresó a la sacristía y se la encontró vacía marchó rápidamente dejando la puerta abierta, la situación fue aprovechada por el futuro marques para escapar a la iglesia donde se ocultó. En el interior de la iglesia permaneció oculto toda la noche hasta que cuando se abrieron sus puertas y pudo escapar del recinto.

En 1580 la iglesia fue derribada, de la cueva se perdió la mitad, la cual fue usada como carbonería o depósito de desperdicios, hasta su rehabilitación a mediados del Siglo XX.