ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

José Antonio Ramos Rubio Académico C. de la Real Academia de la Historia ZORITA. UNA ANTIGUA VILLA DE LA PENILLANURA TRUJILLANO-CACEREÑA Autor: José Antonio Ramos Rubio Edición: Diputación Provincial de Cáceres Diseño y Maquetación: Juan Díaz Bernardo. Departamento de Imagen de la Diputación de Cáceres Impresión: Imprenta provincial de Cáceres Depósito lega: CC-240-2016

Cáceres, julio de 2016 A mi esposa Ana María, zoriteña

ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

ÍNDICE

PRÓLOGO...... 7

INTRODUCCIÓN...... 9

I.- EL MEDIO NATURAL...... 11

II.- LA HISTORIA...... 43

III.- MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS...... 81

1.- La iglesia parroquial de San Bartolomé...... 81

2.- El templete y la ermita de Fuente Santa...... 101

3.- Iconografía de la Fuente Santa...... 121

4.- La Virgen de Fuente Santa...... 132

5.- Ruta de Zorita a la basílica de Portera...... 147

6.- Los Pareaños de Malillo...... 160

IV.- TRADICIONES POPULARES...... 179

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ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

PRÓLOGO

Siempre es una grata satisfacción prologar el surgimiento de una nue- va obra, placer que se ve aumentado si se trata de un estudio que versa so- bre mi pueblo: Zorita. Nada más en consonancia con mi carácter y mi cargo que elogiar los escritos que versan sobre Zorita y recomendar su lectura. En este libro se ofrece abundante información de Zorita acerca de su localización geográfica, entorno paisajístico y situación, aproximación a sus orígenes his- tóricos y desarrollo de los mismos; tipología edificadora y componentes más destacados en el terreno artístico o etnográfico; usos, costumbres, tradiciones y otros datos y peculiaridades que José Antonio ha sabido plasmar en esta obra. Cada uno de tales aspectos resulta por sí mismo de gran importancia como componentes de la realidad total de la historia del municipio.

Dadas sus características y contenidos, este libro ofrecerá una visión de Zorita apasionante y nueva para los lectores, mostrando aspectos concretos de interés en general. Por otra parte, el autor, persona que merece la máxima consideración ha realizado un esmerado estudio, teniendo muy en cuenta que le unen lazos matrimoniales con Zorita. Se trata de un trabajo objetivo, científico, bien elaborado y documentado ampliamente.

El autor, al estudiar la imagen de la Virgen de Fuente Santa, ha expli- cado con claridad y concisión la evolución del movimiento mariano en toda la Edad Media con profusión, dedicando un capítulo al carácter doctrinal, histó- rico, devocional o litúrgico de nuestra Patrona. Cada página del libro contiene datos de lugares de Zorita y temas dignos de ser conocidos cuando se viaja, y esenciales para forjar un turismo cultural de riqueza y variedad incalculables,

José Antonio Ramos Rubio 7 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña con el objetivo de poner en vigor la rica historia de nuestra población y de su ermita a aquellos miles de turistas que recorren diariamente la carretera entre Trujillo y Guadalupe. Los nostálgicos recorren las calles de Zorita, recor- dando la brisa de voces y risas infantiles cuyo eco se hace tangible al volver cada esquina y le recuerda la infancia. Zorita recibe cada año por las fiestas a sus hijos, con un gran corazón, tan amplio como su infinito horizonte. En este libro encontrará el zoriteño datos curiosos e interesantes sobre el pasado de su tierra.

En este libro descubriremos datos inéditos sobre la rica historia de Zorita, los orígenes prehistóricos, el proceso de romanización, el autor detalla con minuciosidad cada escultura que se conserva en el templo, la fuente con su templete, la ermita de nuestra excelsa Patrona la Virgen de Fuente Santa, advocación muy extendida en toda la comarca, que a lo largo de los siglos se ha enorgullecido de profesar amor sincero y devoción centenaria a la Virgen. Y la clave de ese impacto no está sólo en nuestra rica historia, sino también en su forma única de transmitirla, con emoción, con autenticidad, con humildad, y con un entusiasmo contagioso, que infunde ilusión y espíritu de superación. La aventura de investigar en los archivos puede parecer un entretenimiento, pero es una tarea muy valiosa, pues no sólo satisface al que la lleva a cabo, sino que luego, es provechosa para todos. Libros como este es una fuente muy valiosa a la hora de objetivar una realidad social para imbuirnos de lleno en el devenir de la historia de nuestro municipio.

Juan Francisco Ciudad Broncano Alcalde de Zorita

José Antonio Ramos Rubio 8 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

INTRODUCCIÓN

La historia tiene sus propios placeres estéticos que no se parecen a los de ninguna otra disciplina. Ello se debe a que el espectáculo de las actividades humanas, que forma su objeto particular, está hecho para seducir la imagina- ción de los hombres. Investigar sobre los orígenes de Zorita, el devenir de su historia, ha sido para mí un enorme placer al unirme tantos lazos familiares con este municipio donde siempre he recibido cordialidad, cariño y simpa- tía. En el año 2007 escribí y publiqué un libro exclusivo sobre la Virgen de Fuente Santa, editado por la Cofradía de la Virgen. Me quedé muchos datos histórico-artísticos en el tintero que ahora, después de nueve años ven la luz. Al escribir este libro he descubierto nuevos datos históricos que no conocía, más rincones de Zorita, acontecimientos históricos que merecen celebrarse y publicarse.

El libro se resuelve en varios capítulos en el que se han intentado ex- poner los sucesos acaecidos en Zorita lo largo de los siglos, que forman parte de nuestra historia, y por ende de nosotros mismos, porque cada pueblo encar- na su modo de ser y de comportarse, derivando las costumbres, las creencias, las tradiciones populares, en general, una forma de ser y entender la vida. La lectura de estas crónicas históricas nos ofrece una visión de Zorita desde los primeros restos localizados en la Prehistoria hasta nuestros días, reflejando los acontecimientos más significativos, aportaciones inéditas. Ocupándonos del análisis de las obras artísticas (arquitectura, escultura, pintura y platería) del municipio, la fisonomía urbana, dando a conocer las tipologías formales y sus contenidos ideológicos.

José Antonio Ramos Rubio 9 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Estamos seguros de que esta obra servirá para completar el conoci- miento de la historia y del patrimonio cultural de Zorita, estimulando a las ins- tituciones a respaldar investigaciones de este tipo y a publicar sus resultados. Mi objetivo no ha sido otro que el de contribuir a la defensa y a la difusión de los valores y la riqueza del patrimonio histórico de Zorita, que hemos he- redado, con el fin de alcanzar la más amplia proyección social. Para que este libro sea un instrumento útil de consulta, fuente de información veraz para el público interesado y un reto para una conservación de tales testigos históricos para potenciar su actividad cultural y turística.

Concluyo con la afirmación del historiador Eduardo Santa, quien se- ñala… “seguirán el libro, la revista, el folleto, el documento, los diarios im- presos, todo ello acumulándose y formando las montañas de papel sobre las cuales descansa y se cimienta la cultura. Por eso le rendimos un homenaje al libro y a las bibliotecas, por todo lo que han representado para el desarrollo de la humanidad”.

Queremos resaltar la ayuda recibida por doña Ana Polo Gil y don Ful- gencio Villarejo Fernández al facilitarme el trayecto a los Pareaños de Malillo; agradecimiento al párroco de la iglesia de San Pablo don Agustín Moreno; a don Pedro Sánchez Méndez por permitirme investigar en el rico e interesante Archivo Parroquial; a don Arturo Recio Fernández y a don Bartolomé Gil Saucedo, por sus informaciones; a don Juan Díaz, por el diseño de este libro; a doña Isabel Pizarro por permitirme el acceso a su vivienda y proceder a su estudio, a don José Aguilar Calderón, por facilitarme algunas fotografías de tradiciones populares; a don Juan Valadés Sierra y a don José Miguel Gonzá- lez Bornay, Director y Arqueólogo, respectivamente, del Museo Provincial de Cáceres por facilitarme las fotos de epígrafes romanos y, por supuesto a don Juan Francisco Ciudad Broncano, Alcalde de Zorita, y a la Diputación Provin- cial de Cáceres por el patrocinio de esta obra.

El autor

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I

EL MEDIO NATURAL

Zorita es una localidad de la provincia de Cáceres, partido judicial de Logrosán, situada al Sudoeste de la capital, a los 39º 17´05” de latitud y 2º 00´45” de longitud., y a 429 metros de altitud media. Su término –que tiene una extensión de 199´98 Km cuadrados- queda delimitado por los siguientes cerros: En el Noroeste, la Peña –o monte Cabeza del Águila- con 799 m. En el Este, Vallejudío con 437 m., en el Sur, con Sierra Brava de 370 m., y en el Oeste, con Cabeza Parrales de 447 m. y Lebañuelo de 4221 m. El casco ur- bano de Zorita tiene una extensión de unas 50 hectáreas y es uno de los más importantes de la zona. En épocas pasadas destacó por sus olivos, huertas y viñas1, hoy día la población se dedica a la agricultura de cereal y olivo, gana- dería –lanar, cerda y cabrío- y escasamente al sector terciario. El cereal fue el cultivo más importante, todo el sistema socio-económico gira en torno al ce- real. Se cultiva en el ejido mediante repartos periódicos y sistema de rozas del robledo, se produce así una dialéctica entre bosque y cultivo. La importancia económica del bosque queda supeditada por tanto a la producción de trigo, el resto de los usos –excepto la vid- será secundario.

Las Viñas es uno de los parajes de Zorita más destacados, situadas en la zona suroeste y a la vera del cordel de ganados Navalmoral- . Tierra rica con la misma dotación climática que La Peña y en la que podemos

1 Existían viñas en el berrocal trujillano y en lugares de su tierra, tal es el caso de Zo- rita, que constituían la máxima producción. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 64, fols. 1 y 2. Rentas obtenidas en 1504. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 3. Actas del concejo, siglo XV. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 7, fol. 24 y leg. 8, núm. 1 ordenanza 1º y 12º (años 1434, 1480).

José Antonio Ramos Rubio 11 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña encontrar la cueva dolménica de San Gregorio y los Tejares, donde se conservan abundantes restos de la Antigüedad. Aquí en Las Viñas existe un mirador que tiene el nombre de Fuente Grande ya que sirve, además de abastecernos de sus aguas cristalinas, para ver el camino del puente Levosilla y la extensión de las propias Viñas, dejando en el Sur a las Herillas. A la Fuente Grande iban las mujeres a coger agua para el suministro casero. En otros tiempos, Trujillo obtenía de esta tierra importantes cantidades de vid para abastecerse económicamente2.

Su relieve es de fuertes contrastes. A Poniente, lo componen suaves ondulaciones, donde los cereales y el monte de encina predominan el paisaje. Al Norte nos encontramos con las últimas estribaciones de los Montes de To- ledo, La Peña y el monte de la Cabeza de Águila son sus más claros exponen- tes. Está drenada por los ríos Pizarroso, Herrera y Levosilla, así como peque- ños arroyos que dirigen sus torrentes al río Ruecas afluente del Guadiana. En uno de ellos se ha construido la presa de Sierra Brava, sin duda es el recurso hidrológico más importante de Zorita, ocupa 1650 ha y se localiza al suroeste del término municipal. Es el típico embalse de orillas suaves, aguas limpias con vegetación sumergida y un gran número de encinas que le dan una gran cobertura a las especies lucio y black bass que comparten hábitat.

Otro de los parajes más idílicos de Zorita es el Guijo, al pie de la sierra de la Peña, próximo a la ermita de Fuente Santa, donde podemos cruzarnos con arroyos de agua cristalina, también fue el principal suministro de agua de la población a donde iba una caballería para coger el agua y llevarla al pueblo, hasta que llegó la conducción de agua corriente de Las Villuercas. También, 2 Traslado del arrendamiento que el lugar de Zorita hizo de su dehesa boyal y ejido. Para llevarlo al pleito que siguió la Ciudad de Trujillo con las villas: , Robledillo, La Cumbre, por la dehesa Caballerías. Archivo Municipal de Trujillo. Año 1579. 1-2-49-2 (370 fols). Escritura de censo por 3 mil maravedíes sobre las viñas de Fuente Santa que el Concejo de Trujillo otorgó a favor del Concejo de Zorita. En Trujillo a 20 de Febrero ante Juan Rodríguez Caramaño. Archivo Municipal de Trujillo. Año 1540. 1-3-78-1, fols. 8. Escritura de censo de 3 mil maravedíes anuales otorgada a favor de Trujillo por el Concejo de Zorita sobre las viñas que en Fuente Santa plantaron los vecinos de esta villa y que les respeta y cede. En Trujillo a 20 de febrero ante Juan Rodríguez Caramaño. Archivo Municipal de Trujillo. Año 1540. 1-3-78-1, fol. 43.

José Antonio Ramos Rubio 12 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña podemos citar las charcas que se encuentran en la tierra zoriteña como la “Cer- cona”, “Corralito”, la “Fuente del Campo”, “Fuente de las Cadenas” (donde actualmente está el Parque de Arriba) y la de los Albercones, en los pareaños de Malillo. La fuente de las Lagunillas se secaba por la mañana y manaba agua durante el día, por las tardes iban los vecinos del municipio a por agua en tiempos de sequía, un guarda controlaba que cada familia cogiese un cántaro con el objetivo de que todo el pueblo pudiera aprovecharse del agua cristalina. Los mozos iban a bañarse a las charcas como “el estanque don José”, al “es- tanque Pedrilla”, a la “Charca del Cordel” y al “estanque de las golondrinas”. El agua de los baños de Corral Alto era terapéutica para aliviar los dolores.

El clima es de tipo mediterráneo continentalizado, con veranos muy calurosos y secos, y una temperatura cuyo promedio supera los 25 º C, y los inviernos son suaves, con una temperatura media de 7 º C en el mes de enero. Las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 600 mm anuales.

Según se desprende en el Interrogatorio de la Real Audiencia de , realizado el día 2 de abril de 1791, fue importante la práctica de la apicultura: “En este pueblo hay seiscientas colmenas, se conserban y alimentan con las flores del campo, producen de miel y cera una mediana cosecha; padecen sus dueños estravio en los robos y escarchos, ygnorando el modo de poder aumentar esta grangeria. Y las flores de que se alimentan son argamula, tomillo, gamonitas y otras de campiña. En este pueblo se crian por un quinquenio dos mil corderos, trescientos chibos, quinientos lechones, sesenta becerros; se aprovechan de ellos sus dueños de la lana, queso y estier- col, y despues los venden (…) Hay en él como seiscientas colmenas, que se alimentan en la forma que expresa el ayuntamiento a la pregunta cinquenta y quatro, pero se dedican poco a esta yndustria por los robos y destrucion de ellas”.

La apicultura y la explotación de las colmenas era un complemento importante de la economía agropecuaria en Zorita, situada a medio camino en-

José Antonio Ramos Rubio 13 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña tre la ganadería y los aprovechamientos forestales, abastecía de miel y de cera, indispensable esta última para la iluminación y para las funciones religiosas del templo de San Pablo, a la vez que proporcionaba excedentes comerciali- zables, siendo la primera, además, uno de los escasos medios que tenían en la zona de endulzarse la vida.

La producción y rendimientos del colmenar de Zorita están recogidos en el Interrogatorio de la Audiencia que, por su parte, indica el número de colmenares, colmenas, arrobas de miel y cera producidas. La apicultura estaba extendida por toda la comarca, pero con especial concentración en las áreas montuosas, donde era más factible la explotación de flores y pólenes que fa- vorecían la creación de la miel y de la cera, tal es el caso de la concentración de colmenas en La Peña, Si bien había gente que se dedicaban al negocio de la miel, casi todos los vecinos de Zorita tenían sus colmenas para consumo propio (miel y cera). Como sustitutivo del azúcar, que llegó a esta comarca a finales del siglo XIX.

Los insectos polinizadores han ejercido siempre una labor silenciosa pero eficiente. No han distinguido entre flora natural o los cultivos introdu- cidos por el hombre, han prodigado su función benefactora en ambos casos. Pero la situación a día de hoy ha cambiado. La presión humana, bien en forma de destrucción de hábitat o con la aplicación de insecticidas de uso agríco- la, ha provocado durante las últimas décadas la desaparición de muchos de estos polinizadores. En muchos casos el déficit es tan grave que, la función de polinizar es casi exclusivamente asumida por las abejas melíferas u otros himenópteros introducidos por el hombre (abejorros).

En el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, en el Partido de Trujillo Tomo II, págs. 969 a 990, realizado el día 2 de abril de 1791, también se desprende que hubo un pósito: “No hay propios y solo ar- vitrios apropiados, que ascienden por un quinquenio a quinientos ducados, bien que es ebentual conforme al balor de las rastrojeras y demas en que

José Antonio Ramos Rubio 14 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña consisten. Hay posito, de fondo de dos mil fanegas para repartir a labradores y peujaleros, y quinientas para panadeo, que esta corriente y en buen estado, se govierna este pueblo por las ordenes de la capital”. También, en el año 1826, don Sebastián de Miñano en su Diccionario Geográfico Estadístico, pu- blicado en Madrid, menciona el pósito: “Zorita, Lugar Realengo de España, provincia de Estremadura, partido de Trujillo, obispado de . Alcal- de Pedaneo, 530 vecinos, 2,525 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito, 1 hospital. El nombre de este lugar es de origen arábigo, y esta situado en terreno llano, combatido de todos los vientos, como todos los que confinan con este, y son: Alcollarin á 1 legua, Campo á 2, y a la misma distancia Abertura. Producen todos ellos, trigo, cebada, centeno, avena, algun lino, y garbanzos. Industria: hacer zarandas; en este pueblo y en Abertura, fabrica de paño pardo y tela- res de lienzos. Dista 20 leguas de la capital, 5 S. O. de la cabeza de partido. Contribuye 20.845 rs. 33 maravedises.”. En el Archivo Municipal recogemos interesantes datos sobre las cuentas del pósito, la administración, etc. en un período que abarca desde el año 1601 -fecha de su construcción- hasta el año 1817. Por tanto, la población contó con un pósito municipal hasta el año 1817. Tuvo una gran actividad, según se desprende por los registros de Actas de Sesiones de la Junta del Pósito, cuentas, expedientes, etc.3.

En la historia de nuestro país, pocas Instituciones han conseguido so- brevivir a los cambios políticos, sociales y económicos con tanto acierto como los pósitos, que desde la Baja Edad Media hasta nuestros días han estado pre- sentes en buena parte de nuestros municipios4.

Es preciso destacar el carácter exclusivamente localista del pósito de Zorita, con independencia de los diferentes objetivos que, desde su nacimien- to en el siglo XVI hasta su desaparición en el siglo XX5, ha desempeñado, 3 Registro de Actas de Sesiones de la Junta del Pósito. Archivo Municipal de Zorita. 1601-1817. 4 FERNÁNDEZ HIDALGO y GARCÍA RUIPÉREZ, 1989, 13. 5 .Hasta 1976: Se conservan en el Ayuntamiento de 36 libros que recogen las Actas de la Junta del Pósito, certificaciones y testimonios, correspondencia, libros de obliga- ciones, solicitudes, visitas de inspección, expedientes de concesión de moratorias y préstamos,

José Antonio Ramos Rubio 15 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña respondió a los objetivos marcados de sostener a los pobres en el tiempo de las necesidades que ocurren para las carestias. E para que el pan que se vi- niesse a vender se sostuviesse en bueno e justo presçio, e no se encareciesse por falta de los temporales.

Este pósito tenía como principal objetivo lograr que la escasez del pan desapareciera y que el precio de aquél estuviera siempre por debajo de otras poblaciones cercanas. Una Real Pragmática del 15 de mayo de 1584, por la que el rey Felipe II establece las reglas para la conservación y aumento de los pósitos en los pueblos, incide en la fundación de los pósitos para garantizar el abasto del lugar y de los caminantes en los periodos críticos, pero ya señala la posibilidad de que cuando hubiere mucho trigo en los graneros (“paneras”), para evitar que se pudriera si no se utilizaba, el Ayuntamiento podía mandar su entrega a personas abonadas con entrega de fianzas, y con el compromiso de devolverlo al pósito a la cosecha siguiente.

No obstante, en la primera mitad del siglo XVIII se llevan a cabo excesos por parte de las justicias al aplicar sus fondos a otras actividades dis- tintas a las de su origen y a su papel en garantizar el abastecimiento de pan. Concretamente, la Real Provisión del 19 de octubre de 1735, intenta arreglar todo lo relativo al repartimiento de grano de los pósitos, estableciendo que del caudal de éstos no se pueda sacar más granos ni dinero que el equivalente a la tercera parte del trigo que constituye su fondo, y siempre ese tercio se dedique a la sementera por los labradores que teniendo barbechadas sus tierras, no tenía con qué sembrarlas, reduciendo que el resto de los granos permanecería en los alholíes para prever cualquier escasez6. El 30 de mayo del año 1753, la libro de movimientos de fondos y partes mensuales, y de intervención; cuentas del Pósito, dili- gencia de embargo de bienes, expedientes, libro de arqueos mensuales y balances, libro de actas de mediciones ordinarias y extraordinarias y registros de deudores. Hay que tener en cuenta que en el Reglamento de pósitos aprobado por Decreto el 14 de enero de 1955 ya se establece con carácter obligatorio el tener libro de actas para los acuerdos de la Junta Administrativa, que consignará los acuerdos que se adopten detallando los nombres de los vocales hayan emitido voto. 6 Vid. ZAVALA Y AUÑON, 1732, 99-100.

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Real Instrucción para la mejor administración, distribución, reintegro y con- servación de los pósitos, vuelve a recordar que los caudales de esos graneros no se pueden invertir en otros fines distintos a los de su origen, pero sólo impidió en la segunda mitad del siglo XVIII sirvieran para dotar maestros, construir puentes, caminos y edificios públicos7.

Concretamente, en Zorita en la medida que los préstamos en dinero fueron sustituyendo los efectuados en grano, el pósito se convierte en el siglo XX en una institución de crédito para apoyar actividades que no eran estric- tamente agrícolas. No hemos de olvidar, que ya a mediados del siglo XIX se intentaron reconvertir muchos pósitos en bancos agrícolas.

En la ctra. de Trujillo a Guadalupe, a 2 km de la localidad de Zorita, próxima a la ermita de Fuente Santa se encuentra una cruz de término de pie- dra. Se levanta sobre un graderío formado por una escalinata cuadrangular y otra circular, habiéndose practicado cuatro escalinatas para facilitar el acceso a la cruz. Una gruesa basa de cantería cuadrangular sirve de base desde la que se alza la columna o varal de piedra liso, cilíndrico, que remata directamente en una cruz de forja moderna. Por sus características tipológicas podemos fechar la cruz a finales del siglo XVIII.

El municipio tiene una urbanización irregular, con casas de una o dos plantas, con fachadas enjalbegadas. Se conservan en la localidad viviendas populares con encanto, producto de las influencias culturales tradicionales propias de un determinado ámbito; ejecutadas de ordinario por quienes han de ser sus usuarios, teniendo muy en cuenta los materiales y las posibilidades dis- ponibles en el entorno más próximo. La actividad edilicia popular se distingue por su espontaneidad y funcionalismo; por el pragmatismo de su adaptación a las condiciones del medio y por la virtualidad de los resultados.

La arquitectura popular es el resumen de una herencia cultural que se 7 En el capítulo 8 de la Real Instrucción, Vid. ANES ÁLVAREZ, 1968, 41; GARCÍA ISIDRO, 1929, 13.

José Antonio Ramos Rubio 17 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña patentiza por el empleo de soluciones tradicionales generalizadas compuestas por un repertorio de elementos conceptuales, técnicos y formales, poco diver- sificados, de manera que los resultados que corresponden a una elaboración lenta cuando alcanzan la forma idónea da lugar a prototipos que ya no varían y que todos aceptan. En esta población eminentemente agrícola y ganadera no se conservan muchas casas con tipología popular fruto de las numerosas refor- mas realizadas en las viviendas en los últimos años, las escasas viviendas con sabor popular las localizamos muy salpicadas en barrios y calles como Real, Trujillo Hospital o Mártires, donde existen escasas viviendas con la típica arquitectura con las peculiaridades y materiales propios de la zona, tales como las calles que parten de la iglesia hasta la carretera o las viviendas que rodean a la Plaza de Toros, inaugurada en el año 1896.

La arquitectura tradicional presenta una serie de características que identifican aún más su diversidad. El ser humano ha procurado adaptar, en la medida de lo posible, el medio ambiente a sus necesidades. De esta forma, se viene produciendo desde tiempos inmemoriales una dialéctica entre el hombre y la naturaleza. El entorno modifica al hombre en su ser a la vez que el hombre deja su huella en éste. La diferencia entre la cultura tradicional y la nuestra descansa en que antiguamente esta relación se mantenía como una suerte de conversación amistosa mientras que hoy en día se produce como una relación antagónica de dominio.

El núcleo urbano, es compacto aglutinándose de forma anárquica me- diante callejas que se entrecruzan sin dejar espacios que se puedan considerar plazas, excepto la plaza del Ayuntamiento y la iglesia, principal centro de ac- tividad poblacional. La tipología edificatoria predominante es la vivienda uni- familiar adosada desarrollada en una o dos plantas con muros de mampostería que se han enfoscado, en su mayoría, con mortero de cal. Las viviendas se resuelven estructuralmente, con muros de carga y cubierta de teja árabe. Las edificaciones más recientes se han ejecutado con muros de carga o estructura

José Antonio Ramos Rubio 18 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña de hormigón. Los corrales o almacenes existentes en el núcleo urbano, se al- ternan en fachada con las viviendas y en su mayoría aparecen los cerramientos de ladrillo sin enfoscar.

Una de las casas de la calle Real remata en un reloj solar de piedra, muy parecido a un tipo abundante en el Norte de Portugal y en Pontevedra (Galicia). Aunque se encuentra en mal estado de conservación, se pueden ob- servar aún los números horarios. Es semicircular, con doce sectores en silla- res, las horas van de 7 a 6. Este pequeño reloj de sol rematado en semicírculo presenta los sectores desiguales y la meridiana está ligeramente desviada ha- cia la izquierda. La pared declina a levante. El modelo y la grafía de las cifras de las horas, escritas en una banda semicircular, van en números arábigos de 7 de la mañana a 6 de la tarde. En el agujero se clava el estilo y asoma una va- rilla que marca las horas. Es una obra de artesanía popular grabada en granito, fechable a finales del siglo XVIII, cuando algunos operarios los construían tan empíricamente y tan ayunos de las nociones teóricas más indispensables, que a la postre marcaban bien. Su proceder consistía en clavar en una pared de pie- dra una varilla con cierta inclinación, y en el momento de marcar un reloj de bolsillo las doce hacen coincidir su sombra con la línea vertical bajada desde el punto en que la varilla se une a la pared. Posteriormente, van delineando las demás horas con reloj en mano, trazando líneas coincidentes con la sombra de la varilla; en este sencillo procedimiento estriba su arte. Esos cuadrantes seña- lan con relativa exactitud las horas en la época del año en que se construyeron, aunque mal en el resto del año, que sólo marcan bien las doce. La mayoría de este tipo de relojes se han construido de forma empírica, trazando las líneas horarias sin fundamento matemático serio.

La arquitectura popular es pues, una arquitectura esencialmente fun- cional, creada para satisfacer las necesidades vitales familiares de sus morado- res, de acuerdo a unas tipologías definidas, si bien adaptadas o personalizadas a dichas necesidades vitales particulares.

José Antonio Ramos Rubio 19 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La arquitectura popular se caracteriza por la adaptación al medio y al terreno concreto en el que se construye. En efecto, la búsqueda de la mejor adecuación posible al medio físico pero a partir de los materiales locales y se- gún técnicas constructivas preindustriales, definen unas tipologías y modelos arquitectónicos estrechamente vinculados al entorno natural y a la cultura lo- cal. El uso de materiales autóctonos da lugar a edificaciones que se mimetizan con el paisaje en un crecimiento casi orgánico de los edificios en su humus local. Al igual que en el mundo vegetal nos encontramos con especies diferen- tes según el lugar, adaptadas al mismo merced a su evolución biológica, en la arquitectura vernácula nos encontramos con edificaciones que han crecido en una simbiosis perfecta con su medio.

En cualquier caso, esto no significa que las construcciones vernáculas sean un producto no intencional o al margen del universo cultural del lugar en el que se construyen. La arquitectura vernácula se alimenta de la tradición del lugar en el que nace; la cultura moldea el diseño arquitectónico en la misma o mayor medida que la naturaleza. Todas estas características reflejan un vi- talismo latente en la arquitectura vernácula que contrasta con la situación de olvido y semiabandono al que condenamos muchas de sus edificaciones.

Las casas están construidas con los materiales característicos de la zona a base de mampostería, aunque también podemos apreciar piedras de cantería y ladrillo, sobre todo, enmarcando las puertas y ventanas. Sus vivien- das de claras y lineales formas geométricas aparecen blanqueadas o en color terroso, contrastando con los vanos, perfilados con ladrillo. Generalmente, a ambos lados de la portada de entrada adintelada se abren dos ventanas peque- ñas cuadrangulares. Las viviendas suelen tener uno o dos pisos –con cubierta a dos aguas- y tienen corral y cuadras en su parte posterior. Las subdivisiones de la casa la cubren bóvedas, algunas viviendas disponen de chimeneas cilín- dricas o rectangulares. Los muros interiores, de gran grosor para aguantar el empuje de las bóvedas de ladrillo, suelen ser de adobe. Las paredes interiores

José Antonio Ramos Rubio 20 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña van encaladas, reservándose para la fachada principal el encalado o se deja en el color terroso del revoco. Una vez que traspasamos la puerta de acceso a la vivienda, entramos en el zaguán, generalmente cuadrado y de pequeñas dimensiones, cubierto con bóveda de arista. Casi todas las casas utilizaban el zaguán como lugar de estar en familia, destacando una o dos hornacinas con varios anaqueles, que servían para exponer la loza. El zaguán comunica con distintas habitaciones, y con un pasillo que lleva al corral; a ambos lados del pasillo se disponen más habitaciones. En algunas viviendas que tienen un piso superior, del zaguán, parte una escalera, de ladrillo con cantoneras de madera, que lleva al piso alto donde se encuentra la cocina y los doblados. La cocina se caracteriza por tener chimenea, cuya campana ocupa prácticamente todo el lateral de la medianería sobre la que se apoya. La planta alta tiene algunas habitaciones destinadas a almacén de productos agrícolas, también se destina una habitación para la cura de la matanza, siendo normal la existencia del do- blado. El techo es la tablazón y los rollizos que componen el tejado.

Hemos de destacar un número importante de viviendas que responden a una arquitectura y ornamentos decorativos que van desde el eclecticismo de finales del siglo XIX (1890) hasta el racionalismo de los años 40 del siglo XX. Algunas viviendas rematan sus balcones en ornamentación moldurada, como la de la calle Trujillo, número 15, cuya fachada está articulada entre la línea rectangular del balconaje y la estética curvilínea de la ornamentación que re- mata los vanos. En la Plaza de España, número 8 nos encontramos con un magnífico edificio construido en 1920, es la típica casa de iniciativa privada de la alta burguesía; el edificio es ecléctico con mezcla de elementos historicistas y modernistas –interesante juego de luces y sombras- revocado con una buena mezcla de cal, enlucidos interior y exteriormente, ornamentación de escayola, de suficiente dureza pintada con tonos claros. Presenta la fachada tres pisos, destacando los dos superiores con dos balcones de hierro visto con labores de forja y dos ventanas adornados con molduras que los enmarcan, donde se combina el decorativismo y la geometría, siendo recurrente el motivo del alfiz

José Antonio Ramos Rubio 21 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña enmarcando soluciones en el conjunto de vanos del primer priso, el ritmo y el orden por la regularidad de la trama.

En la calle Real, número 64, hay una vivienda de hacia 1918, con her- mosa portada adintelada de piedra de cantería, dos ventanales rectangulares a los lados y primer piso con balcón enmarcado por dos ventanas, culminando la fachada en un artístico remate. Actualmente la fachada está enlucida en blanco y los vanos tienen sus moldurajes ornamentados en color beig así como el remate de la fachada, con una ornamentación almenada. Otras viviendas presentan remates originales en las fachadas, característicos del eclecticismo con adornos superiores a base de volutas, ornamentación ondulante como la vivienda de la calle Trujillo, número 15, con guardapolvos en los balcones semicirculares moldurados haciendo juego con la ornamentación de la corni- sa. Mientras que una vivienda en la Plaza de la iglesia, número 43, remata en pináculos.

En la calle Real, número 81 se levanta una hermosa vivienda de plan- ta baja y piso superior, destacando el juego de volúmenes en la misma. Los vanos de la plata baja con recercado de cantería y un piso superior con tres balcones sobre ménsulas y con guardapolvos decorados con molduras de es- cayola de estructura geométrica. Se accede por una majestuosa puerta adin- telada de granito al zaguán. Un amplio pasillo con techumbre de armadura de madera decorada, que comunica el zaguán con el patio. Una escalera de granito decorada con arcos apuntados modernistas permite el acceso a los pisos superiores. El resultado es variado y pintoresco, con espíritu modernista en ese decorativismo de detalles, en ese afán de combinar volúmenes y ornato, en dos magníficos espacios, salón y sala de estar con chimenea con techumbre de madera decorada.

La actual oficina de Correos del municipio que da a dos calles (Real y Barrera), fue un edificio modernista que actualmente está dividido entre una vivienda-comercio y la sucursal citada. El alzado y detalle del perfil de la

José Antonio Ramos Rubio 22 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña fachada nos lleva a una vivienda muy original con multitud de detalles deco- rativos. Es un edificio de planta baja y primer piso, habiendo sido muy modi- ficada la planta baja para acomodarla a distintos usos. El primer piso presenta un balconaje rematado con frontón triangular y decorado con guirnaldas y la cornisa superior con canecillos.

José Antonio Ramos Rubio 23 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Peña y el Chozo.

La Fuente Grande.

Cueva megalítica. Ganado ovino en la Dehesa Boyal.

José Antonio Ramos Rubio 24 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Cruz de término.

José Antonio Ramos Rubio 25 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

José Antonio Ramos Rubio 26 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Zorita.

Pantano de Sierra Brava.

José Antonio Ramos Rubio 27 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Dehesa Boyal.

Las Viñas.

José Antonio Ramos Rubio 28 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda calle Marqués del Socorro, 7. Vivienda calle de los Mártires, 7.

Vivienda en calle Jardines, 5.

José Antonio Ramos Rubio 29 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en calle Corralón, 1.

José Antonio Ramos Rubio 30 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en calle Hospital, 16. Vivienda, calle Real, 2.

Detalle, paramentos interiores de una vivienda, calle Trujillo.

Vivienda en calle Real, 3. 15.-Detalle del balcón, vivienda calle Hospital, 16.

José Antonio Ramos Rubio 31 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Calle típica de Zorita.

Vivienda en calle Real, 65. Vivienda en calle Real, 90.

Vivienda calle Real, 15. Vivienda en calle Real.

José Antonio Ramos Rubio 32 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Calle típica y viviendas de Zorita.

Reloj de piedra.

José Antonio Ramos Rubio 33 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Edificio del Ayuntamiento.

Vivienda en carretera, 45.

José Antonio Ramos Rubio 34 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en calle Real, 64.

José Antonio Ramos Rubio 35 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en la calle Cruz, 1.

Vivienda en la carretera, 81.

José Antonio Ramos Rubio 36 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en la Plaza de la iglesia, 43.

Vivienda entre las calles Real y San Pablo, 41.

José Antonio Ramos Rubio 37 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda en la Plaza de España, 8.

José Antonio Ramos Rubio 38 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda calle Real, 81. Detalle Balconaje, calle Real, 81.

Artesonado, calle Real, 81.

José Antonio Ramos Rubio 39 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Cristalera sobre puerta, calle Real 81. Sala, calle Real, 81.

Pasillo y artesonado decorado, calle Real, 81. Escalera de acceso a piso superior, calle Real, 81.

José Antonio Ramos Rubio 40 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Vivienda Admón de Correos, entre calle Barrera y calle Real, 45.

José Antonio Ramos Rubio 41 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle del balcón, administración de Correos. Detalle de vanos en vivienda de Plaza de España, 8.

Vivienda en la calle Trujillo, 15.

José Antonio Ramos Rubio 42 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

II

LA HISTORIA

Los restos más antiguos localizados en el término municipal de Zorita son dos molinos naviformes del Neolítico, reutilizados por otros pobladores con posterioridad en una de las depresiones que en otros tiempos permitió el descendimiento de un arroyo. Existió un castro de la Edad del Hierro en “La Peña”8, así como un poblamiento medieval, habiéndose encontrado en superfi- cie cerámica común y molinos de mano. En las primeras investigaciones sobre el terreno hemos descubierto algunos restos de murallas que rodean La Peña por el lado de Levante y entre los riscos se vislumbran lo que podrían haber sido torreones de defensa.

La tradición oral dice mucho de la famosa “Peña del Castillo”: Ma- dre: hoy es día de fiesta, que lo dicen los chiquillos y está la bandera puesta en la Peña del Castillo. Estos primeros pobladores se asentaban en pequeños núcleos itinerantes asociados a áreas húmedas en zonas de monte, que les permitía el aprovechamiento de las brañas para el ganado y donde disponían de tierras para el cultivo mediante el sistema de roza. De éste modo éstos pastores-agricultores trashumantes marcarían puntos estratégicos desde donde tienen un control visual sobre las tierras que explotan. También, el hecho de encontrar otros núcleos cercanos en o Berzocana podría hacer alusión a algún tipo de ruta comercial, que pone en contacto la zona de Logrosán, don-

8 Se observan vestigios a pie de campo y además lo afirman los profesores Redondo Rodríguez y Fernández Corrales en su trabajo, FERNÁNDEZ CORRALES, J. M; REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: “Liber pater et libera: nuevo hallazgo en Zorita”. Anuario de Estudios Filológicos, VIII, 1985, p. 69. REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: “Reflexiones sobre la epigrafía de Liber”. Norba, 8-9, Uex, Cáceres, 1987, pp. 43-54.

José Antonio Ramos Rubio 43 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña de se explotan los yacimientos de estaño, con el norte, donde también existen grabados y restos de las edades del Bronce e Hierro9. La situación de La Peña está asociada a una vía de comunicación entre las depresiones del Guadiana y Tiétar. Su destino debió estar asociado al control de un puerto en las estri- baciones suroccidentales de Las Villuercas, y documentado a través de una serie de restos como cerámica común, molinos de mano, fragmentos de fuste y basas, e inscripciones votivas.

Durante la primera etapa de ocupación romana, vamos a asistir a las transformaciones de las grandes unidades de población, los asentamientos mineros y las primeras localizaciones de las unidades agrarias, consecuencia de todo ello será la reestructuración en las vías de comunicación. Se ponen las bases de lo que iba a ser la ordenación definitiva del territorio entre los años 150-25 a. C10. Con la conquista romana, el robledo quedaría dentro del territorio que se asigna a la nueva colonia de Augusta Emérita, que ejercerá su control desde la prefectura de Turgalium, mediante una estructura territo- rial. Con la romanización el hábitat se transforma lentamente, los castros van siendo abandonados y en época bajo-imperial comienzan a surgir las villas, asentamientos en los fondos de los valles de los que hay evidencias en varios lugares de Zorita, Garciaz, Berzocana, además del poblado minero de Pra- do Sordo. La abundante localización de restos romanos esparcidos en varios lugares en torno a la actual población de Zorita explica la alternancia de la explotación agraria y el aprovechamiento de las principales explotaciones mi- neras de la zona: estaño (Logrosán y Trujillo), hierro (Alcollarín y Cañamero), plomo y plata (Berzocana).

En la Vía de Mérida a Zaragoza, siguiendo el Itinerario de Antonino: “Por otra parte casi al medio de la provincia de la España se nombra la ciu- 9 ROSO DE LUNA, M: “Ruinas prehistóricas de Logrosán, Santa Cruz de la Sierra y Solana de Cabañas”. Revista de Extremadura, III, 24, 1901, pp. 249-256. FERNÁNDEZ CORRALES, J. M.: El asentamiento romano en Extremadura y su análisis espacial. Cáceres, 1988, p. 109. FERNÁNDEZ NIETO, F. J.: “Auriger Tagus”, Revista Zaphyrus, XXI-XXII, Salamanca, 1970-1971, pp. 245.-259. 10 FERNÁNDEZ CORRALES, op. cit., p. 264.

José Antonio Ramos Rubio 44 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña dad de Compluto, y vecina suya Titulcia, también la ciudad de Toledo y Lebu- ra. Augustobriga, Lomunda, Turcalión, Rodacis y Lacipea. Por lo tanto reco- rriendo este camino en sentido contrario, después de Lacipea, sigue Rodacis, que es Villar de Rena, y luego Turcalión que es Alcollarín, pues Turcalión y Alcollarín tienen el mismo significado; y después sigue por el Itinerario de Antonino como mansión y la llamada Leuciana, que significa “blanca”, que es Zorita. Desde Leuciana sigue la mansión del itinerario llamada Augusto- briga, que es ”11. Otros autores, consideran que el topónimo Leuciana correspondería más bien a y no a Zorita. De hecho, Puerto de Santa Cruz sí estaba en el camino desde Mérida a Zaragoza (Iter ab Emerita Cesaraugustam)12 por Toledo, que salía de Mérida con di- rección a la Nacional V, a la que acompañaba durante un trayecto, dejando constancia de su paso por Trujillanos, San Pedro de Mérida, Venta de la Guía, Miajadas, , Villamesías, Puerto de Santa Cruz y Trujillo, en dirección hacia Augustobriga (Talavera la Vieja)13. Aunque también identifican a Leu- ciana con Lacipea, mansión o lugar de descanso que sitúan en la zona sur de Trujillo - norte de Montánchez en las cercanías de Albalá14.

11 PAREDES Y GUILLÉN, V: Origen del nombre de Extremadura, Plasencia, 1886, pp. 91-92. Al igual que la antigua Leuciana, también la voz hebrea “Zoharat”, de la cual considera este eminente arquitecto placentino que procede etimológicamente el nombre de Zorita, signi- fica “La Blanca”. También, existe la versión que Zorita toma su nombre del lugar de la paloma silvestre “zurita”, que abunda en estas inmediaciones. Era lugar de paso y de caza para tan coti- zada ave. Los señores nobles de Trujillo se acercaban a Zorita para cazar la paloma zurita con el arte de cetrería: halcón y azor principalmente. 12 FERNÁNDEZ CORRALES, op. cit., p. 264, Comparando los Itinerarios de Ra- venna y Antonio, y ateniéndonos a las millas que aparecen marcadas. Leuciana, lugar citado en el Itinerario de Antonio a 44 millas al nordeste de Mérida, perteneció a la praefectura tur- galiensis. FERNÁNDEZ CORRALES, J. M: El trazado de las vías romanas en Extremadura. Cáceres, 1988. BARRIENTOS ALFAGEME, G; CERRILLO Y MARTÍN DE CACERES, E; ALVAREZ MARTINEZ, J. M.: Historia de Extremadura, tomo I “La Geografía y los tiempos antiguos”, Badajoz, 1985, p. 121. 13 Vid. ROLDAN HERVAS, J. M: Itineraria Hispana. Fuentes Antiguas para el estudio de las vías romanas en la Península Ibérica. Anexo de Hispania Antigua. 1975. 14 CABALLERO ZOREDA, J y ROSCO MADRUGA, J: “La iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal, Alcuéscar”. Primera campaña de trabajos arqueológicos, 1983-1984. Extre- madura arqueológica, tomo I, p. 240.

José Antonio Ramos Rubio 45 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Son muchos los restos romanos localizados en el término de Zorita15 como en la Dehesa Boyal16, en las fincas Hortezuela17, Higueruela18 o lápi- das romanas de acarreo como la estela de granito que localizó el profesor M. Beltrán empotrada en un muro de la ermita de Fuente Santa y que entregó

15 Las continuas referencias bibliográficas y localización de restos romanos en relación a la existencia de un asentamiento romano en Zorita son abundantes. Véanse HOYO CALLE- JA, J. del : “Dionisos, dios del vino, en la epigrafía hispana”. XI Jornadas de Viticultura y Enología de Tierra de Barros, Almendralejo, 1989, pp. 269-279. Así como la publicación de aras votivas, funerarias existentes en el territorio de Zorita. REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: Catálogo epigráfico-latino de Trujillo y su partido judicial. Memoria de Licenciatura, Uex, Cáceres, 1983. 16 Ara de granito, donada al Museo Provincial de Cáceres por don Teodoro Fernández el 27 de marzo de 1973 (núm. de inventario 631). “Aervi (nae) divi (nae)/ Varia Cle/mentis f(ilia)/ votu(m)( solvit”, traducción: “A la divina Aervina, Varia, hija de Clemente, cumplió un voto”. Se descubrió en la Dehesa Boyal. CALLEJO SERRANO, C: “Nuevo repertorio epigrá- fico de la provincia de Cáceres”. AEA, 43, pp. 155-156. BELTRÁN LLORIS, M: El Museo de Cáceres. Sección de Arqueología. Madrid, 1982, p.. 115. Cit. Por ESTEBAN ORTEGA, J y SALAS MARTÍN, J: Epigrafía romana y cristiana del Museo de Cáceres. Memorias. Cáceres, 2003, pp. 113-114. Gran importancia tuvo la Dehesa Boyal en el siglo XVI, todos los pueblos comarcanos querían tierras de arrendamiento. Archivo Municipal de Trujillo, 17 de agosto de 1579, ante Francisco de la Canal, legajo 46, carpeta 3 (contiene 365 folios). Archivo Municipal de Trujillo. 17 “Caino/ Caturo/ni(s)/ f(ilius) h(i)c/ situs/ est s(oror)”. Traducción: “Cenón, hijo de Caturón, aquí yace. Séate la tierra leve. Su hermana (procuró hacerlo)”. Cit. Por ESTEBAN ORTEGA, J y SALAS MARTÍN, op. cit., pp. 114-115. 18 Cipo de granito que se encuentra en la fachada de la iglesia de San Pablo, proce- dente de la Dehesa Boyal de Zorita. “Victoria / Celtiber/ a L(uci) Libert / a an(norum/ XX h(ic) / s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) / Corneli”. Traducción: “Victoria Celtíbera, liberta de Lucio, de 20 años, aquí yace. Séate la tierra leve. Cornelio”. REDONDO RODRÍGUEZ, J. .A: Catálogo epigráfico..., op. cit., p. 382. Fue dada a conocer por FERNÁNDEZ OXEA, J. R: “De epigrafía cacereña”. B.R.A.H, tomo CXXVIII, Madrid, 1951, p. 186. HURTADO DE SAN ANTONIO, R: Corpus Provincial de Inscripciones Latinas. Cáceres, 1977, epígrafe número 665. El profesor Redondo Rodríguez nos ofrece en su Tesis varios cipos de granito localizados en Zorita, algunos ofrecemos fotográficamente en este trabajo, como los cipos romanos que se encuentra en la calle Carnicería, número 16, propiedad de don Arturo Recio Fernández y que fueron hallados en la Dehesa Boyal “(S)eppiu(s) Ti/(be)rius an(norum)/ h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) (levis)/ avia f(aciendum) c(uravit)”, y cuya traducción es: “Aeppio tiberio de... años, aquí yace. Séate la tierra leve. Norbana procuró hacerlo”. HURTADO DE SAN ANTO- NIO, R: “Dos inscripciones romanas inéditas”. Diario de Extremadura, 6 de enero de 1976, Cá- ceres, p. 12. HURTADO DE SAN ANTONIO, R: Corpus.Provincial de Inscripciones Latinas. Cáceres, 1977, epígrafe número 768. En la otra inscripción romana de don Arturo Recio figura “Maxuma/ (t) Alabari f(ilis)/ an(norum) XXXV h(ic) s(ita)”, cuya traducción es: “Máxima, hija de Talabaro, de 35 años, aquí yace..”. HURTADO DE SAN ANTONIO, R: “Dos inscripciones romanas inéditas”. Diario de Extremadura, 6 de enero de 1976, Cáceres, p. 12. HOYO CA- LLEJA, J. del : “Dionisos, dios del vino, en la epigrafía hispana”, op. cit., pp. 269-279.

José Antonio Ramos Rubio 46 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña don Teodoro Fernández –párroco entonces en la localidad- en 1973 al Museo Provincial de Cáceres19. Los profesores Fernández Corrales y Redondo Ro- dríguez, localizaron un ara de granito en el cauce de un arroyo, junto al castro de la Edad del Hierro “La Peña”, y que se encuentra en la calle Constitución, propiedad de don Andrés Jiménez. Es un curioso epígrafe romano pues se tra- ta de un ara votiva, uno de los escasos testimonios encontrados en la extensa tierra de Trujillo20 dedicado a Liber y Libera21.

La historia de Zorita está íntimamente ligada a la historia de Trujillo. La extensa tierra de Trujillo estuvo en manos musulmanas desde el 71422,tierra 19 “Ligirus/ Dobiteri/ f(ilius) hic situ/(s) (e)st””, traducido significa “Ligiro, (hijo) de Dobitero, aquí yace...”. Este epígrafe estaba empotrado en el muro de la ermita de Fuente Santa, fue trasladado al Museo Provincial de Cáceres por el sacerdote don Teodoro Fernández Sánchez en 1973 cuando ejerció el ministerio sacerdotal en Zorita (número de inventario 630). Fechable en la primera mitad del siglo I d. C. BELTRÁN LLORIS, M.: “Aportaciones a la epigrafía y arqueología romana de Cáceres”, Revista Cesaraugusta, 39-40, pp. 23-24. 20 Fue localizado otro epígrafe dedicado al dios Libero en la finca de Trujillo conocida como Aldehuela de Mordazo, publicado por CALLEJO SERRANO, C: “Las inscripciones tur- galenses de Aldehuela de Mordazo”. V Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1975, p. 8. 21 “L (iberae / et/ (l)ibero/ ivl(ius)/Erini(vs) v(otum) s(olvit)”, traducido: “A la diosa Libera y al dios Libero. Iulio Irino realizó el voto”. Ara de granito rojizo que s encuentra en la casa de doña María Isabel Jiménez en la calle Constitución, número 6. ESTEBAN ORTEGA, J: Corpus de Inscripciones Latinas de Cáceres, II Turgalium. Cáceres, 2012, p. 317; FERNÁNDEZ CORRALES, J. M; REDONDO RODRÍGUEZ, J. A: “Liber pater et libera: nuevo hallazgo en Zorita”. Anuario de Estudios Filológicos, VIII, 1985, pp. 67-73. 22 Encontramos referencias a Trujillo en los cronistas árabes, la primera referencia a Trujillo como ciudad o medina, las encontramos entre los años 889-925, en Ahmad al-Razi cita en su Crónica do mouro Rasis como distrito a Trujillo, en el Libro de los caminos y los reinos del geógrafo oriental Al-Istajri y en la Crónica Anónima de Abd al-Rahman III (ed. y traducción de Lévi-Provençal y Emilio García Gómez. Madrid-Granada, C.S.I.C., 1950, pp. 88 y 158) ya aparece mencionado Trujillo como ciudad. RAMOS RUBIO, J. A: Trujillo en la Historia y en la Literatura Mundial. Ed. Comarca de Trujillo. Hermandad Virgen de la Victoria. Imprenta “Morgado”. Cáceres, 1997. RAMOS RUBIO, J. A.: “Referencias de los viajeros y los cronistas sobre Trujillo en la Edad Media”, op. cit. VIGUERA MOLIS, M. J: “Trujillo en las crónicas árabes”. Actas del Congreso “Trujillo medieval”. Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, 2002, pp. 185-223. VALLVÉ BERMEJO, J: “Toponimia e historia en el Trujillo ára- be”. Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, 2002, pp. 167-184. PACHECO PANIAGUA, J. A.: Extremadura en los geógrafos árabes. Colección HISTORIA. Diputación Provincial de Badajoz. Badajoz, 1991. PEREZ ALVAREZ, M: Fuentes árabes de Extremadura. UNEX, Salamanca, 1992.

José Antonio Ramos Rubio 47 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña fronteriza e inestable, allí se asentaron –por supuesto, también en Zorita- los Beni-Feranic al frente de la tribu Nafza23. Las Órdenes Militares jugaron un papel decisivo en la reconquista. El rey Alfonso VIII encargó en 1186 a don Gómez, maestre de la Orden Militar del Pereiro 24 que se asentase en Trujillo. Según el Manuscrito de Tapia, esta orden asentada en Trujillo tornó el nombre por “Freyles de la Orden Truxillense”, y tuvieron su convento junto a la Al- berca25. Orden militar con fuerza y efectivos suficientes como para participar posteriormente en la defensa de la villa de Ronda26.

En el año 1195, en la Batalla de Alarcos destacó notablemente don Gómez. El monarca Alfonso VIII le donó tres mil áureos, Trujillo, el castillo de Santa Cruz, y los castillos y villas de Albalat y Zuferola27. Aparece este nombre por

23 MARTINEZ, M. R: Historia del reino de Badajoz. Imprenta “Arqueros”, 1904, p. 74. MARTINEZ, M. R.: “Trujillo”. Revista de Extremadura, 1900, pp. 245-247. Se apoya en cronistas árabes como Ibn Jaldún e Ibn Hayyan. FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, F: “Los caminos de Córdoba hacia noroeste en época musulmana”. Al-Andalus, XXXII (1967), p. 74. RAMOS RUBIO, J. A.: “Referencias de los viajeros y los cronistas sobre Trujillo en la Edad Media”. Ars et Sapientia, Revista de la Asociación Cultural de Amigos de la Real Academia de Extre- madura de las Letras y las Artes, núm. 5, septiembre, 2001, pp. 77-103. 24 TORRES TAPIA, A: Crónica de la Orden de Alcántara. Madrid, Imprenta “Gabriel Ramírez”, 1763, p. 101 (ed. Facsímil, 1999). Cit. FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, C: La ciu- dad de Trujillo y su tierra en la Baja Edad Media. Badajoz, 1993, p. 96 y 97. 25 MUÑOZ DE SAN PEDRO, M: Crónicas trujillanas del siglo XVI. Manuscrito de Tapia. Cáceres, 1952, p. 209. 26 Concesión del 5 de abril de 1188, en la cual el rey Alfonso VIII dona a Gómez, “magistro truxillense” y a sus freyles, la localidad toledana de Ronda con su territorio...”dono et concedo vobis domino Gomez, magistro truxillensi, et omnibus fratribus vestris, presentibus et futurs, Rondam, cum ingressibus, et egressibus...”. TORRES Y TAPIA, F. Alonso: Crónica de la Orden de Alcántara. Madrid, 1763 (facsímil, 1999), p. 103. Citemos asimismo el intere- sante estudio realizado por RUIZ MORENO, M. J: “Aproximación Histórica a la Orden Militar de Trujillo”. Actas del Congreso “Trujillo Medieval”. Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Trujillo, 2002, pp. 127-151. Los trabajos de investigación del profesor Ruiz Moreno versan sobre la Orden Militar que tuvo su sede en Trujillo: “Las fortalezas de la orden militar de Trujillo”, Actas del II Congreso de Castellología Ibérica. Alcalá de la Selva (Teruel), 2001, pp. 351-366. “Enclaves militares de los freires truxillenses en las tierras de Trujillo”. XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005. 27 “donnationis , et concessionis, et stabilitatis Deo et conventui gratrum de Truxellum, presentium et futurorum, et vobis domno Gometio, eiusdem conventus instanti magistro –hace referencias a don Gómez y a la orden de Trujillo- vestrisque successoribus perpetuo valituram, dono itaque vobis et concedo villam et castellum quod vocant Turgellum; et villam et castellum

José Antonio Ramos Rubio 48 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña primera vez documentado en 135328. El topónimo Zuferola se le ha relacio- nado con Zorita29. Objetivamente, hemos de añadir que es probable que se tratase de la fortaleza que existió en La Peña o también que fuese la fortifi- cación que existió en la actual dehesa de El Pizarroso situada entre Trujillo y , donde aún quedan restos, coincidiendo con el punto más elevado de la zona desde donde se puede divisar la fortaleza de Trujillo. Apoyamos esta afirmación por un documento existente en el Archivo Municipal de Trujillo, fechado en 1353 donde se dice que en el monte de El Pizarroso hay un castillo llamado Çifuruela30. Entre los restos localizados en la Peña, permanecen unos 9 metros de muralla de unos 3 metros de altura, los materiales de la misma se han utilizado posteriormente en las parcelas y demás paredes de las fincas. Ello va a explicar la gran cantidad de piedras con inscripciones romanas que se han encontrado alrededor de la misma. Aunque si continuamos leyendo este documento también nos aclara el emplazamiento de la vieja Zujerola en una heredad llamada las cañadas, la linda así: “con el exido de la sarga e con el monte Alcollaryn e por el portechuelo de la Ciferuela”. Todavía hoy se con- serva “ el Portezuelo” en la toponimia zoriteña dando nombre a una collada que da paso al emplazamiento de la antigua villa31. quod vocant Albalat, situm in ripa Tagi; castellum quoque quod vocant Sanctam Crucem, prope Trufellum, situm in monte Arduo; et alia duo castella, quórum alterum vocatur cabañas, reli- quum vero Zuferola, predicctas siquidem villas et castella vobis dono et concedo integre....”. TORRES Y TAPIA, op. cit., p. 108. 28 MARTINEZ, M. R., op. cit., “Trujillo”. Revista de Extremadura, p. 357. 29 Es curioso observar en el mapa de Tomás López de 1798 (entre el cordel que sube a Garciaz se sitúa la Peña del Castillo y “Lujerola”) encontrarnos encima de Zorita el topónimo “Lujerola”, bien podría tratarse de una errata y haber querido poner “Zujerola”, y leerse “Zufe- rola”, pues era frecuente en Extremadura cambiar la “f” por la “j”. Además, en el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura de abril de 1791 nos refiere: “Cerca de él hay un peñón que llaman del Castillo, siendo tradición haver estado en él el titulado Zuferola y al pie de di- cho peñón se advierten muchos cimientos de edificio”. Vid. URBINA GÓMEZ, M:”Tierras de Trujillo, año 1185”. Actas de los XXVI Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1997, p. 528. 30 Archivo Municipal de Trujillo, legajo 1.1 núm. 9 fols. 25 r-26 r; legajo 1.1, núm. 20, fols. 53r – 54vº, 30 de mayo de 1353. 31 Otro documento del Archivo Municipal de Trujillo fechado el 30 de mayo del mismo año hace referencias al castillo, se sigue un procedimiento sobre la reclamación “que ciertas personas hacen del castillo de Ciferuela así como de ciertas dehesas que hay dentro de los mojones del Pizarroso” … por Levante el término municipal de Zorita se extiende por un amplio valle

José Antonio Ramos Rubio 49 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Hay que tener en cuenta que Zorita se articula en torno al camino que históricamente unía dos de las ciudades más antiguas de la Península: Trujillo y Córdoba. Esta vía quedó relegada a final de la Edad Media por el camino de Plasencia, Trujillo y Cáceres hacia Guadalupe y Toledo. Siendo importantísi- mo el paso por el viejo castillo de la Peña de Zorita en el Medievo ya que el paso de los riberos era una dificultad para atravesar la región de norte a sur, de ahí la importancia de las zonas de puertos y vados que facilitaban salvar estos obstáculos naturales, porque serán puntos en los que se concentren los caminos a lo largo de todos los tiempos. Para llegar a la penillanura trujilla- no-cacereña viniendo del sur, los mejores pasos eran el puerto de San Vicente, en la Sierra de Altamira, que desemboca en la zona del vado de Azután; la Peña de Zorita y los puertos de Herguijuela y el de Santa Cruz, por donde se llega a Trujillo; el puerto de las Herrerías, para llegar al centro de la cuenca y el del Clavín o el paso por , en la Sierra de San Pedro, para dirigirse a la zona occidental de Extremadura. Si seguimos fielmente elBulario de la Orden de Alcántara, Citando la Crónica de la Orden de Alcántara transcribimos: “Alfonso VIII hizo una glo- riosa entrada por sus tierras a la vuelta por Talavera, y pasando el Tajo entro por tierra de Trujillo e hizo grandes daños en la serena, de allí atravesó hasta cerca de Sevilla, y aunque no dice si ganó Trujillo… Mandó edificar Plasencia y se hizo dueño de todos los pueblos adyacentes, y entre estos fue el de Truxi- llo. Yo pienso que luego que el Rey dio la vuelta, mandó a don Gómez, maestre del Pereiro, pusiese en él algunos freyres que estuviesen de guarnición”32. ocupado en parte por el pantano de Sierra Brava; tanto el río, como alguno de sus lugares reci- ben el nombre de Pizarroso. La Cartografía del momento actual nos confirman la existencia de “Cigueruela” y el “Portezuelo”, topónimos todavía vivos en la hermosa tradición zoriteña. El 2 de abril de 1791 en el Interrogatorio de la Real Audiencia hablando de Zorita nos refieren: “Cerca de él hay un peñón que llaman del Castillo, siendo tradición haber estado en él, el titulado Zuferola y al pie de dicho peñón se advierten muchos cimientos o fragmentos de edificio”. En el mapa de López de 1798, se señala “La Peña del Castilo” y “Lujerola”. Encontramos justo encima de Zorita el topónimo “Lujerola”, podría perfectamente tratarse del cambio de la “Z” por la “L”, letras de una grafía muy similar. El profesor González Cordero sitúa Zuferola en el Cancho del Reloj, concretamente en Solana de Cabañas, GONZALEZ CORDERO, A: “Repoblación islámica en la sierra de las Villuercas”. Revista Sociedad Arqueológica de Extremadura, tomo I, 2001, p. 41. 32 TORRES Y TAPIA, F. Alonso, op. cit., p. 115. FRANCISCO OLMOS, J. M: “Apro- ximación a la historia de la Orden de Alcántara”. Revista Historia Militar, 2001.

José Antonio Ramos Rubio 50 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Crónica sigue diciendo… “muchos años antes del Maestre de quien aquí tratamos hubo frailes Truxillenses; por ventura su Orden fue incorporada con la de San Julián del Pereiro”… El 21 de abril y el 8 de mayo de 1186 el Rey Alfonso VIII firma documentos. Don Gómez Fernández Barrientos, Maestre del Pereiro había integrado las pequeñas órdenes, todas cistercienses como la suya, en una nueva y truxillense, así lo confirma el Bulario33. También, en un capítulo general del Cister, fechado en 1190, nos encontramos con una refe- rencia a la incorporación del Cister34.

En el año 1187 Pedro Fernández de Castro deja en su testamento: … “a Dios y a la Orden, y a la milicia y hermanos de Santiago, si la muerte me cogiese sin habla y sin hijos, les dono y concedo todos los castillos míos enu- merados: Montánchez, y Santa Cruz, y Zuferola, y Cabañas, y Monfragüe, y Solana, y Peña Falcón, les dono y concedo con el mismo pacto que tengo con el Señor Rey A. y les hago donación de mis heredades, muebles e inmuebles, que en el siglo tengo… Fecha la carta en las calendas de septiembre del año 1225 de la Era”35.

Poco duraron estas donaciones en posesión del maestre de la Orden de Trujillo pues en 1196 sufrieron un ataque de los almohades y se perdieron36.

33 DE ROBLES: Privilegia Militiae de Alcántara a pontificibus. Madrid, 1662. DE VALENCIA: Definiciones y establecimientos de la Orden de Alcántara. Madrid, 1602. MAN- RIQUE: Annales cistercienses (1283), IV vols. Lyon, 1642. RADES Y ANDRADA: Cronicón de las tres Órdenes Religiosas Militares. VI vols. Tours, 1718. DE LA FUENTE: Historia ecle- siástica de España, IV vols. Madrid, 1874. ALVAREZ DE ARAUJO Y CUELLAR, A: Apén- dice a las obras las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Madrid, 1983. LOMAX, D: Crónica de las Órdenes de Santiago, Calatrava y Alcántara. La obra his- tórica de Rades y Andrada. Biblioteca de Historia Hispánica, Ordenes militares, Serie Mayor, núm. 2. Ejemplar núm. 156 de una tirada de 500 ejs. Ed. El Albir. Barcelona, 1980. NOVOA PORTELA, F: La Orden de Alcántara y Extremadura en los siglos XII-XIV. ERE. Col. Estudio 15. Mérida, 2000. 34 En el capítulo resaltamos el siguiente párrafo: “Milites vero de Turgel sicut calatra- venses ordini associentur et abatí de Morerola de ordini obediant”. CORRAL VAL, L.: Los monjes soldados de la Orden de Alcántara en la Edad Media. Castellum, Madrid, 1999, p. 88. 35 TORRES TAPIA, op. cit., p. 117. 36 Crónica Latina de Castilla 4. Anales Toledanos I. Cit. Por GONZALEZ, J: Alfonso XI, Madrid, 1944, p. 77.

José Antonio Ramos Rubio 51 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Esta Orden trujillana no gozó de aprobación pontificia, desapareció de esta villa, pasando los freyles al convento del Pereiro, formando parte de la Orden de Alcántara37.

La conquista definitiva de Trujillo no tuvo lugar el 25 de enero de 123238, en tiempos del rey Fernando III “El Santo”, sino en el año 1233 y en la que participaron las Órdenes Militares de Alcántara, Santiago, el Temple, el obispo de Plasencia y las huestes de los tres linajes más importantes de la ciudad en la Edad Media: los Altamiranos, los Bejaranos y los Añascos, éstos con el correr del tiempo tendrán una gran relación histórica con Zorita. Fueron los linajes más importantes, por eso ocuparon los cargos más relevantes en el Concejo en la Baja Edad Media39. Los autores que han versado sobre Trujillo han venido repitiendo que la reconquista definitiva de la villa tuvo lugar el 25 de enero del año 1232, un documento que se conserva en el Archivo cate- dralicio de Coria confirma que fue en 1233 y no en el 1232. Este documento viene a ratificar la hipótesis del profesor J. González en su obra Reinado y diplomas de Fernando III publicado en el año 1982. El problema radica en un defecto de una unidad en la fecha con numeración romana y que también ha

37 Se otorgó escritura pública en Ciudad Rodrigo el 16 de julio de 1218, siendo así en- tregada a don Nuño Fernández Barroso, tercer maestre de San Julián del Pereiro, y haciéndose así primer Maestre de la Orden de Alcántara, ya que esta Orden quedó ligada para siempre a la historia de la Orden Militar de Alcántara. 38 “El año 1232, día de la conversión de San Pablo – recordemos que la ermita del Castillo de Trujillo está dedicada a San Pablo, e igualmente la iglesia de Zorita también- en 25 de enero, el obispo de Plasencia don Domingo, con gente de guerra de esta ciudad y con los frailes de las Ordenes Militares y el maestre del Pereyro, llamado fray don Arias Pérez, que se señaló mucho en la conquista de Mérida y Badajoz, ganaran a Trujillo de los moros que se habían apoderado della”. Anales Toledanos, Cit por FERNÁNDEZ, Fray A: Historia y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia. Primera edición. Madrid, 1627 (2º ed. Cáceres, 1952), p. 62 y 63. Sigue el historiador enumerando las fuentes de donde recoge estos datos y dice “así lo refieren los Anales que tiene la iglesia de Toledo, que son de mucha autoridad, porque, según el estilo de ellos, se escribían las cosas cuando pasaban. En ellos se hablan las palabras siguientes...Los frayles de las ordenes y el obispo de Plasencia prisieron a Trujillo, día de la conversión festo Pauli en Genero..”. 39 Actas de elecciones de cargos concejiles entre los tres linajes de Trujillo, escribano Juan de Trujillo. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 5.15.

José Antonio Ramos Rubio 52 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña sido defendido por el Académico Manuel Terrón Albarrán en el trabajo “En torno a los orígenes de la Tierra de Trujillo (1166-1233)”, publicado en el año 2006 en Actas del Congreso “La Tierra de Trujillo desde la época prerromana a la Baja Edad Media”; y en su libro Extremadura musulmana, publicado en 1991. El documento viene a confirmar que la Villa de Trujillo se reconquis- tó definitivamente en enero de 1233, consistente en una Concordia entre el Obispo de Coria, don Sancho, junto con su Cabildo, y el Maestre Arias Pérez y los freires de las Ordenes de Alcántara y del Pereyro de la otra, sobre los diezmos, primicias y demás derechos en tierras de la Orden situadas en el Obispado de Coria. Este documento está firmado junto a Trujillo, antes de la reconquista, prueba definitiva que certifica que en los primeros días de enero de 1233 aún no había sido reconquistada la Villa de Trujillo. Como señalan los cronistas (fuentes árabes y la crónica cordubense de Fernando Salmerón) y no en el año 1232 como se ha venido insistiendo al seguir a los Anales To- ledanos, es evidente que la fecha exacta es la de 1233 dada la fuente árabe de Al Himyari, que afirma que tuvo lugar en Rabi I del 630 H. y en el Cronicón cordubense de Fernando Salmerón. Una vez conquistada la villa de Trujillo, los ejércitos tomarán el resto de poblaciones que poseían plazas fuertes hasta llegar al Guadiana, tal es el caso de Santa Cruz de la Sierra y Zorita. Los lugares de Trujillo debieron estar muy despoblados, el extenso territorio perteneciente a la ciudad se repartió entre los linajes que participaron en la reconquista, por ejemplo los Añasco se instalaron en Zorita, Alcollarín y la Zarza (después, ). En el arco del Triunfo, lugar legendario por el cual entraron las tropas cris- tianas en la reconquista de 1233 están colocados los escudos de Altamiranos, Bejaranos y Añascos. Estos, procedían de Toledo40, aunque otros historiadores aseguran que eran naturales de Burgos41. Según el Manuscrito de Tapia for-

40 NARANJO ALONSO, C.: Trujillo sus hijos y monumentos. 2ª ed. , 1929. NARANJO ALONSO, C.: Trujillo, sus hijos y monumentos. Espasa-Calpe. 3ª ed. Madrid, 1983, p. 102. 41 ATIENZA, J: Diccionario heráldico de apellidos españoles y títulos nobiliarios. Madrid, 1948, p. 287.

José Antonio Ramos Rubio 53 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña maban este linaje: Pizarros, Escobares, Tapias, Barrantes, Arévalos, Toriles y Briceños42.

Cuando Alfonso X concede a Trujillo el Fuero Real en 125643, co- mienza un proceso de articulación del espacio, es el inicio de la explotación sistemática del robledo, durante el cual se produce una diversificación del paisaje agrario.

Encontramos referencias a la villa de Zorita en el Libro de Montería de Alfonso XI, escrito hacia 132444. En tiempos de este monarca hubo un deslindamiento de varias caballerías del concejo, entre ellas se encontraban La Zarza, Fuente Santa y Zorita45. Estas caballerías se explotaban para pasto o a pasto y labor como otras dehesas. El concejo generalmente las arrendaba por uno o varios años. Son varias las referencias existentes en el Libro de Montería a dehesas y montes de Zorita -con fecha 1340- como Fuente Santa, Valdepalacio, Cobilar y Jarilla46.

Recogemos en el Archivo Municipal de Trujillo datos documentales

42 MUÑOZ DE SAN PEDRO, M: Crónicas trujillanas del siglo XVI. Manuscrito de Tapia, op. cit., p. 20. 43 Carta plomada del rey Alfonso concediendo a la villa (entonces era villa no ciudad, hasta 12 de abril de 1430) de Trujillo el Fuero Real así como la exención de algunos impuestos a los caballeros de la villa y señalando la situación en que han de quedar los montes y dehesas del concejo. Archivo Municipal de Trujillo, leg. 1.1 núm. 33, fols. 123 r-124vº. 44 Libro de la Montería del Rey de Castilla Alfonso XI. Estudio de Matilde López. Editora Nacio- nal, ed. Patrimonio Nacional. Madrid, 1969, p. 28. Existe un documento fechado el 24 de abril de 1234, de donación realizada por Fernando III. La Orden del Pereiro-Alcántara reclama sus antiguos derechos tras la reconquista definitiva de Trujillo: “donationis, concessionis, confir- mationis, et stabilitatis Deo et ordini de Alcantara et de Pereiro, vobisque domno Petro Ioan- nis, eiusdem instanti magistro, vestrisque succesoribus et conventui fratrum, ibidem degentium perpetuo valituram. Dono itaque vobis et concedo Magacellam. Et vos et totus conventus vester de Alcantara et de Perero quitatis mihi totam vocem, todam demandam, totum ius, et quidquid, iuris habetis in Turgello, sive per donationem avi mei illustris regis domini Aldefonsi, pie recon- dationis, sive quorumcumque aliorum, vel quocumque alio titulo donationis..”. 45 Archivo Municipal de Trujillo, leg. 5, núm. 15. 46 Libro de la Montería de Alfonso XI. Madrid, 1976, pp. 242-244.

José Antonio Ramos Rubio 54 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña sobre Zorita, concretamente sobre el amojonamiento del monte de Alcollarín con Zorita, por sentencia de Gonzalo Fernández Añasco en el año 135347.

A lo largo de la Baja Edad Media, Trujillo fue concentrando bajo su poder numerosos lugares de su tierra, que frecuentemente eran visitados por los alguaciles y por señores que ocupaban importantes cargos en la Corte y llegaron a tener la posesión de la Ciudad –tal es el caso de Pedro de Stúñiga-48. Trujillo se había librado en escasas ocasiones de la señoralización pese a las promesas e incumplimientos de los reyes que aseguraron no enajenarlas de su patrimonio49. No obstante, en 1474 habrá una desmembración de la ciudad y su tierra50. En el año 1475, Logrosán, Garciaz, Cañamero, Acedera, Naval- villar y Zorita se las elevó a rango de villas y fueron entregadas con pleno señorío a Gutierre Álvarez de Toledo que después permutaría por Coria51, ese mismo año pasarán al poder del Marqués de Villena, don Juan Pacheco52, pero al fallecer éste por un absceso a , Trujillo y su tierra cayó en manos de su hijo Diego López Pacheco53, durante el reinado de los Reyes Católicos el dominio de Trujillo y su tierra entrará en una serie de oscilaciones entre los nobles Pacheco, Zúñiga, Chaves y . A partir de la paz en Castilla, los monarcas Católicos administrarán y gobernarán sus ciudades, Trujillo será ciudad realenga de Castilla54. En Zorita existió una comunidad judía (hasta su expulsión el 31 de marzo de 1492, el edicto se publicó del 29 de abril al 47 Archivo Municipal de Trujillo, a 30 de mayo de 1353, legajo i, carpeta 1, número 19, fols. 51vº-52vº. 48 Por ejemplo en 1440 recorrió y visitó varias poblaciones pertenecientes a la tierra de Trujillo, entre las que se encontraba Zorita. Archivo Histórico Nacional, sección Osuna, legajo 314, num. 23, doc. 12. 49 Juan II en las Cortes de Valladolid en 1442 permite que puedan rebelarse en caso de ser objeto de donación. Enrique IV confirma la ley otorgada por su padre en las Cotes de Cór- doba en 1455. VAL VALDIVIESO, M. I: “Resistencia al dominio señorial al final del reinado de Enrique IV” . Revista Hispania, 126, 1974, p. 62. 50 Archivo General de Simancas. Mercedes y Privilegios 90, núm. 5. 51 Archivo General de Simancas. Mercedes y Privilegios 108, núm. 14, 2º; el 2 de di- ciembre de 1475. 52 ZURITA, J: Anales de la Corona de Aragón, tomo IV, Zaragoza, 1610, fol. 215. 53 Archivo Histórico Nacional, Frías, Cat. 13. núm. 24. 54 En el legajo 11 del Archivo Municipal de Trujillo queda constancia por mediación de varios documentos de la regulación por parte de los RR. Católicos de Trujillo y su tierra.

José Antonio Ramos Rubio 55 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

1 de mayo), en el barrio situado al sur de las calles Real y Canalón, tenemos constancia por los nombres que aún se conservan: Valle Judío de Arriba, Valle Judío de Abajo, así como por la existencia de “mezuzah”55 en algunas jambas de portadas de traza medieval de las actuales calles Cuesta y Tahona, y por una piedra conservada por la conocida familia Trocoli, de don J. León –a quien agradecemos sus atenciones- cuya decoración nos recuerda a una “memorah” o candelabro, aunque tendría que haber siete brazos y en la piedra se conser- van nueve. Si se hubieran mantenido ocho al estar partida la piedra, es el nú- mero que los rabinos recomiendan por respeto al de Jerusalén con siete, que se emplea en la fiesta de “hamkah”. También cabe la posibilidad que representen las granadas, motivo decorativo judío por estar en las columnas del templo de Jerusalén y en el vestido de los sacerdotes.

Durante el proceso de Descubrimiento y Conquista de América, al- gunos hijos de esta villa participaron en la conquista de México. Por la docu- mentación consultada en el Archivo General de Indias (catálogo de pasajeros a Indias) conocemos con certeza la procedencia de algunos colonizadores y conquistadores que pasaron a Indias, la aportación cuantitativa de extre- meños a la empresa americana, tales como Pedro Recio, sacerdote francis- cano que nació en Zorita y llegó a Filipinas en el año 1684, falleció en el año 170856. También podemos citar a María Carrasco, localizando en el Ar- chivo General de Indias57 el Auto sobre bienes de difuntos: María Carrasco, administrador de Magdalena e Inés Pizarro, sus hijas y de Inés Carrasco, hija de la titular. Otro colonizador fue Juan Carrasco, difunto en Lima, con testa- mento en el año 163158. Hernán García Merino, hijo de Alonso García y de 55 Abertura que contenía un trozo de pergamino en el que estaba escrito el texto : “Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las inculcarás a tus hijos y hablará de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal, las escribirás en las jambas (Mezuzat) de tu casa y de tus portales” (Deut. 6, 4-9). Los que salían o entraban en casa, lo tocaban con los dedos y lo besaban; tiene valor protector y es una garantía contra el pecado. 56 GONZÁLEZ VALLÉS, J y SÁNCHEZ FUERTES, C: Religiosos extremeños evan- gelizadores de Extremo Oriente (siglos XVI-XIX), en Extremadura en la evangelización del Nuevo Mundo. Actas y estudios. Guadalupe, 1988. 57 Archivo General de Indias/10.5.11.287//contratación,407B,N.1,R.16. 58 Archivo General de Indias/10.5.11.439/contratación,529.

José Antonio Ramos Rubio 56 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Mari Hernández, que procedente de Zorita, pasó a Veragua (Panamá)59.

Hay un expediente de información y licencia de pasajeros a Indias de Francisco de Santa Catalina, custodio, procurador general y comisario misio- nero de la provincia de San Gregorio de Filipinas de la Orden de San Francis- co a Filipinas, en los que nombra a varios religiosos entre los que se encuentra Pedro de Zurita (sic por Zorita), natural de Zorita (Obispado de Plasencia)60. También se encuentra el expediente de información y licencia de pasajero a Indias de Juan Fernando Calderón de la Barca Velarde, Alcalde del crimen de la Audiencia Real de Lima, con su criado Roque de la Presente, natural de Zorita, hijo de Juan de la Presente y de María de Argumosa, a Perú61.

El más destacado conquistador de Zorita fue Pedro Alonso Carrasco González, que nació en el año 1509 y falleció en Cuzco en el año 1572. Fue un conquistador y encomendero español del Perú. Poseedor de carta de hi- dalguía, era hijo de Pedro Alonso Carrasco el Mozo y Francisca González, popularmente conocida como “La solana”. Tuvo por hermano a Florencio Carrasco, y, probablemente a Juan Carrasco, que se avecindó en el Cuzco, hacia el año 1568. En el año 1530 pasó a las Indias con Francisco Pizarro, a quien acompañó en todo su tercer viaje hasta San Miguel de Tangarará, donde permanece como parte de la guarnición allí dejada. Una vez capturado Ata- hualpa (1532), se une a la expedición en Cajamarca y marcha hacia Jauja y el Cuzco. En la Ciudad Imperial, suscribe el acta de fundación española y recibe un solar detrás del de Gonzalo Pizarro, y luego bajo el mando del capi- tán Hernando de Soto, participa en la expedición contra el general Quisquis62.

En 1536, liberado Manco Inca de su prisión por Hernando Pizarro, so pretexto de traer más tesoros, uno de los yanaconas de Carrasco le notifica la intención rebelde del Inca. Con un grupo de jinetes, Hernando Pizarro y Ca- rrasco parten desde el Cuzco a Lares para capturar al fugitivo, pero fracasan en 59 Archivo General de Indias/10.42.4.1//contratación, 5536,L.3,F.182(3). 60 Archivo General de Indias/10.42.3.238//contratación, 5445, N.1,R.50. 61 Archivo General de Indias/10.42.3.245//contratación,5452,N.6. 62 Archivo General de Indias. Patronato 93-Nit-R2; 94-N1-RI; 99-N1-R3; 101-N1- R19; 102-NI-R1; 103An1-Ri; 104-NI-R6; 114-NI-R2; 126-NI; R20; 130-NI-RIO; 147-N4-R1.

José Antonio Ramos Rubio 57 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña su intento. De inmediato, los incas cercan el Cuzco defendido por indígenas y españoles. La llegada de refuerzos, obliga a Manco levantar el cerco, lo cual permite a Carrasco participar en la toma de Sacsayhuamán y en las guazábaras o enfrentamientos de Chinchero, Canco, Huanacauri y Písac. Nuevamente, bajo el mando de Hernando Pizarro, en el año 1538 participa en la campaña militar del Collasuyo, luego de la cual permanece un tiempo en la región, has- ta su total “pacificación”.

En Cuzco le sorprendió el alzamiento de Almagro “el Joven”, vién- dose obligado a seguir a los rebeldes hasta Chupas, como por Cédula de 19 de septiembre de 1542 lo reconoció Vaca de Castro al enviarlo a perseguir a fugitivos almagristas con el título de Alcalde Mayor. Era Procurador de Cuzco cuando ingresó a la ciudad Gonzalo Pizarro, pero por no mostrarse entusiasta de su Gran Rebelión y negarse a pedir en Cabildo que se dejase constancia del alborozo del vecindario por la elección de Gonzalo por Justicia Mayor, el caudillo le confiscó todos sus bienes. Pedro Alonso se escondió en la iglesia y después en la casa de Alonso de Mesa; pero una noche que intentó fugarse fue descubierto recibiendo tres cuchilladas, y quedó tendido en el suelo. Los atacantes creyéndole muerto se marcharon. Posteriormente, recuperado de sus heridas, salió desde Cuzco con Francisco de Carvajal, quien en Chucuito lo hizo alférez, concurriendo con este cargo al encuentro de Pocona. El día 28 de enero de 1548 fue encargado de la construcción del puente sobre el Apurimac. Asistió a la batalla de Jaquijahuana, mereciendo unos indios que habían per- tenecido a Gonzalo Pizarro y, posteriormente, otros en Yanaoca y San Lázaro que habían pertenecido a Juan de Villalobos.

El 13 de agosto de 1535 figura como poseedor de los repartimientos de Huallanga, Huaylabamba, Catira, Huanca, Puyo y Aquera. En el Collao recibió los pueblos de Camata, Corichane y Carneva con sus curacas, indios que le dio la posesión el Alcalde de Cuzco Nicolás de Heredia el 12 de abril de 1540, confirmándosela Vaca de Castro en la misma ciudad el día 17 de oc- tubre de 1543. En la Gran Rebelión el Presidente Gasca el conservó Camata

José Antonio Ramos Rubio 58 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña y añadió varios indios, quedándose finalmente con Camata y Yanaoca hasta que murió en el Cuzco el 20 de junio de 1571. Se había casado con Leonor de Castillejo, hija del bachiller Francisco Arias y de su mujer Francisca Roxa, vecinos de Huelva; con la que tuvo por hijo a Pedro Alonso Carrasco Castille- jo y Arias, su mayorazgo y sucesor en la encomienda, Caballero de Santiago, Regidor y Alférez Real de Cuzco63.

La ciudad de Trujillo –a la que pertenecía jurisdiccionalmente Zori- ta64- y su tierra fueron demasiado castigadas en contribuciones al erario de la corona con impuestos extraordinarios, tal vez por ser territorio de realengo, donde era más difícil escurrir el bulto y más fácil el ordeno y mando. De autén- tica bancarrota debió ser la situación de la hacienda real en algunos momentos del reinado del monarca Felipe IV, pues es bastante significativo que, al hacer referencia a los tiempos de una de las mayores crisis, se los llama “cuando la quiebra de millones” en documentos posteriores y no muy lejanos65. En esta coyuntura de hallarse vacías las arcas reales, el Rey, con el consentimiento de las Cortes, toma la drástica medida de vender 20.000 vasallos para salir de la penuria económica, suponemos que por el procedimiento de derrama general por todo su reino.

A Trujillo se le exige una cantidad de dinero (30.000 ducados) que más que negarse a pagarla, le resulta imposible aportarla, dada su magnitud.

63 Audiencia de Lima, 204-A; Justicia 341; 405 B; 427; 434. General. 64 La tierra de Trujillo abarcaba una extensión de 10 leguas de ancho por 16 leguas de largo; es decir, lo comprendido desde el río Almonte hasta el río Guadiana de norte a sur, y desde el Ibor y Ruecas hasta el Tamuja de Oriente a Occidente, en esta amplia zona había villas, lugares, aldeas y aguijones, además de arrabales y todos permanecían a Trujillo. De principios del siglo XVI existe un padrón de alcabalas que solamente incluye a los vecinos, pero nos citan los lugares y villas que tenía la tierra de Trujillo: Huertas, Aguijones y Colgadizos, , El Campo, Abertura, , Aldea del Pastor (Aldea del Obispo), Ybahernando, Madrigale- jo, Búrdalo, Escorial (Escurial), El Yrguijuela (Herguijuela), El Puerto (Puerto de Santa Cruz), Garçias, Alcollarín, Robledillo, Santa Cruz, Acedera, La Çarça (Conquista de la Sierra), La Cumbre, Navalvillar, Cañamero, Berzocana, Corita (Zorita), que tenía 118 vecinos; Logrosán, La Torre de García Díez y Guadalperalejo, Orellana la Vieja y Orellana la Nueva. Archivo Ge- neral de Simancas, Contadurías Generales, leg. 768. 65 Véase RODRÍGUEZ AMORES, L: “Cuando la quiebra de millones”, revista comarcal Talarrubias, 2004, p. 137.

José Antonio Ramos Rubio 59 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Sin embargo no queda otro remedio que verificarlo en moneda de plata puesta en poder de Bartolomé Spínola, caballero de Santiago y del Consejo Real y de la contaduría Mayor de Hacienda.

Trujillo no podía cumplir con tan agobiante compromiso, la Corona y, en nombre de ella su Real Consejo, toma la decisión de vender algunos lugares de la jurisdicción de esta ciudad, a pesar de la protesta de Trujillo, los pueblos afectados por la enajenación son los siguientes: Logrosán, Zo- rita, Abertura, Alcollarín, , lbahernando, Robledillo, Navalvillar y Acedera (de mayor vecindario y los que poseían los campos más fértiles de la tierra trujillana). El valor estipulado para todos estos lugares estaba en razón de los lugareños de cada uno y, así, el comprador estaba obligado, o se comprometía, a pagar 18130 maravedíes por vecino y 7250 ducados por cada legua de tierra que acogiese el término. Sólo en dos lugares se consumó la venta: Zorita y Navalvillar de Pela66.

Los zoriteños con el interés de ser libres, deciden comprarse así mismos. Felipe IV accede a que Zorita se exima del señorío de Trujillo, una vez aprobado por las Cortes celebradas el 26 de marzo de 1635, sin que le falten los atributos de autoridad, jurídicos y símbolos correspondientes a la categoría de villa. Zorita pertenecía a la jurisdicción de Trujillo. En ese año, Zorita quiso eximirse de esta jurisdicción y logró que se aceptara su proposición ante el Real Consejo. Trujillo que no quería perder a Zorita entabló pleito para que se revocara el privilegio que el Real Consejo había concedido a Zorita. Trujillo para conseguir que se anulara el privilegio ofreció 15.000 ducados (moneda de oro de la época) y consiguió anular el privilegio durante 5 años. Se presenta en Zorita a nombrar concejo, el corregidor de Trujillo, Vizconde de la Laguna, pero se lleva la gran sorpresa de que los zoriteños ofrecen tal

66 Navalvillar de Pela será vendida en 1629 a don Juan de Orellana Pizarro, caballero de la Orden Militar de Santiago. RODRÍGUEZ AMORES, L, op. cit., p. 139. Según fondo de copias manuscritas de don Federico Acedo, Archivo Municipal de Trujillo, según consigna que fueron tomados de los legajos 4 y 5 (catalogación antigua).

José Antonio Ramos Rubio 60 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña resistencia que se llega a las manos, y al frente de los zoriteños se encontraba Alonso Carrasco Pizarro, que era quien llevaba la vara (es lo mismo que decir que era quien tenía la autoridad, es decir el Alcalde). Se sofocó por la fuerza y Zorita se independizo de la jurisdicción de la Tierra de Trujillo. Después continuó Zorita como lugar de Trujillo pero cada vez más poblado y rico, con lo cual el pueblo tuvo cada vez más recursos67.

En Zorita, los lugareños se involucraron totalmente negándose una y otra vez a volver a la jurisdicción de Trujillo. Zorita tornó violentamente a ser un lugar de Trujillo y por imposición de la justicia trujillana, hasta que en 1833 fueron abolidos los señoríos.

En el siglo XVIII destacamos una figura señera en el campo militar español, natural de Zorita, don José Solano y Bote Carrasco y Díaz, Marqués del Socorro, insigne marino, Capitán General de la Armada en el siglo

67 JURISDICCIÓN: Traslado simple del contrato que a 6 de febrero hizo en Madrid en nombre de Trujillo su Regidor Don Gabriel Calderón con Don Antonio de Contreras del Consejo de S.M. para que el lugar de Zorita volviese a su jurisdicción. Archivo Municipal de Trujillo, 3 folios. Año 1641. Leg. 1-4-157-2. JURISDICCIONES: Ejecutoria despachada en Madrid a 30 de julio y refrendada de Pedro Fernández de Herrera a favor de Trujillo en el Pleito que siguió contra el lugar de Zorita sobre la restitución del término y jurisdicción que tomó cuando se hizo la Villa. Siguen los Autos hechos por el Vizconde de la Laguna y Don Gutierrez de Meneses y la posesión que se dió a la Ciudad. 314 folios. Archivo Municipal de Trujillo, año 1644. Leg. 1-6-215-1. JURISDICCION: Traslado simple de la Facultad Real en Madrid a 27 de septiembre refrendada de Diego de Arteaga Cañizares concediendo a la Ciudad prorrogación de la venta de la bellota de sus montes por ocho años más de los concedidos para la redención de censos, la cual fué concedida para pagar 16000 ducados con que ofreció servir a S.M. incluyendo en ellos los 8000 que había ofrecido por mediación de D. Fernando Pizarro a fin de que volviese a la jurisdicción de la Ciudad de la Villa de Zorita quedando por aldea de Trujillo. 2 folios. Archivo Municipal de Trujillo, año 1644. Leg. 1-6-218-42. JURISDICCIONES: Ejecutoria despachada en Madrid a 30 de julio y refrendada de Pedro Fernández de Herrera a favor de Trujillo en el Pleito que siguió contra el lugar de Zorita sobre la restitución del término y jurisdicción que tomó cuando se hizo la Villa. Siguen los Autos hechos por el Visconde de la Laguna y Don Gutierrez de Meneses y la posesión que se dió a la Ciudad. 314 folios. Archivo Municipal de Trujillo, año 1644. Leg. 1-6- 215-1. JURISDICCIONES: Traslado simple de la Facultad Real en Madrid a 27 de septiembre refrendada de Diego de Arteaga Cañizares concediendo a la Ciudad prorrogación de la venta de la bellota de sus montes por ocho años más de los concedidos para la redención de censos, la cual fué concedida para pagar 16000 ducados con que ofreció servir a S.M. incluyendo en ellos los 8000 que había ofrecido por mediación de D. Fernando Pizarro a fin de que volviese a la jurisdicción de la Ciudad de la Villa de Zorita quedando por aldea de Trujillo. 2 folios. Archivo Municipal de Trujillo, año 1644. Leg. 1-6-218-42.

José Antonio Ramos Rubio 61 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

XVIII68. Tuvo el privilegio de ser mayordomo de la Cofradía de la Virgen de Fuente Santa en el bienio 1800 a 1801, aunque por ausencia actuó por medio de apoderados69. José Solano y Bote. Capitán General de la Real Armada. Primer Marqués del Socorro, fue un marino importantísimo que tuvo una gran vocación marinera y logró realizar en toda su plenitud lo que era el sueño de su vida, la carrera hacia la que se sentía fuertemente inclinado. Solano sentó plaza de guardiamarina en la compañía de Cádiz en el año de 1742, recibió el sobrenombre de “el Alferecillo” y se encumbró a la cúpula de la Marina. Llegó a ser Brigadier y Capitán General de la Real Armada Española, Gobernador de la Provincia de Venezuela, Capitán General de Santo Domingo y Consejero de Estado. José Solano Bote Carrasco y Díaz nació en la villa de Zorita (Cáceres), el 6 de marzo de 1726. Fue hijo de Agustín de Solano y Carrasco y María Bote y Carrasco, nieto por línea paterna de Pedro Solano de Valencia y Ana Carrasco González, y nieto por línea materna de Juan Bote Moreno y Teresa Carrasco Díaz. Se casó, en junio de 1762, con Rafaela Ortiz de Rozas y Ruiz de Briviesca, con la que tuvo once hijos70.

José Solano alegó, en el año 1794, ante el Consejo trujillano, para efectos fiscales al adquirir vecindad, su alta calidad de hidalgo, presentando la ejecutoria de nobleza que Carlos IV hubo de concederle. Ingresó de Guardiamarina el 20 de abril de 1742 (Exp. Nº 403)71 y al terminar sus 68 Nació en Zorita en 1726. Véanse PAVIA, Fr. de P.: Galería biográfica de los ge- nerales de Marina, jefes y personajes notables. Madrid, 1873. TENA FERNÁNDEZ, J: “Un marino extremeño: José Solano Bote Carrasco y Díaz”. Revista Literaria Alcántara, enero-mar- zo de 1954, núms.. 75-77, Diputación Provincial de Cáceres, Cáceres, 1954. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T: “Un insigne marino nacido en las secas tierras extremeñas: don José Solano Bote”. Comunicación presentada en los Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1976. GUTIERREZ MACIAS, V: “José Solano Bote, un marino del secarla cacereño”. XV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1986. SANTALO RODRÍGUEZ, J. L: Don José Solano y Bote, Capitán General de la Armada, primer Marqués del Socorro. Instituto Histórico de Mari- na, Madrid, 1973. 69 En el año 1802, sufragó con 125 reales los gastos de la función de San Blas y pagó las estampas que mandó a la Virgen de Fuente Santa. Libro de Cuentas de Fábrica de la ermita, 1788-1929, fol. 48 vº. 70 FERNÁNDEZ GAYTÁN, J: Extremadura y la mar. Revista de Historia Naval. Año VII, núm. 27, 1989. Instituto de Historia y Cultura Naval de la Armada Española. 71 Datos de don José Solano y Bote, primer Marqués del Socorro Capitán General de la Armada, Signatura: VC/9743/11. Biblioteca Nacional de Madrid.

José Antonio Ramos Rubio 62 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña primeros estudios, embarcó en el navío “Soberano” de la escuadra de don Juan José Navarro, tomando parte con él en el célebre combate de cabo Sicié el veintidós de febrero de 174472. Por su comportamiento en este combate o acción, fue ascendido a alférez de fragata. Su gran preparación científica y técnica debió de pesar decisivamente para que fuera elegido por Jorge Juan a fines de 1748 para acompañarle junto a Pedro de Mora en su célebre viaje de espionaje industrial y naval a Gran Bretaña. Solano, que en teoría había ido a “perfeccionarse en las matemáticas”, recibió en Londres el encargo de ocuparse de todo lo referente a artefactos y máquinas de la marina. Este viaje entrañó serio peligro y acabó cuando sus miembros tuvieron que huir al ser descubiertos. A su llegada a España, José Solano fue destinado a la dársena de Cartagena, y luego acompañó al naturalista irlandés Guillermo Bowlls en su viaje por la península a realizar reconocimientos hidrográficos y mineralógicos. Gracias a la estimación de Jorge Juan y del ministro de Estado José de Carvajal, fue nombrado cuarto comisario de la Expedición de Límites que se estaba organizando en ejecución del Tratado de límites hispano- portugués de 175073.

En 1754 fue ascendido a capitán de fragata, siendo nombrado además comisario en la demarcación de los límites de las colonias españolas y portuguesas, al norte del río Marañón, en la América meridional. Esta comisión duró siete años y en ella hubo que vencer grandes dificultades; por su actuación fue ascendido a capitán de navío.

En el año de 1762 se declaró la guerra con Gran Bretaña, y al regresar Solano a España se le dio el mando del navío “Rayo”. En 1763 obtuvo el hábito de Santiago y, al firmarse la paz, en enero de 1763, fue designado gobernador

72 DÍAZ Y PÉREZ, N: Diccionario histórico biográfico, crítico y bibliográfico de au- tores, artistas extremeños ilustres. Ed. Pérez y Boix, Madrid, 1984. 73 FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T: “Un insigne marino nacido en las secas tierras extre- meñas: don José Solano Bote, Marqués del Socorro”. Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1976; FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T, conferencia pronunciada en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Cáceres sobre “Ilustres marinos extremeños”, el día 27 de septiembre de 1979.

José Antonio Ramos Rubio 63 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña y capitán general de las provincias Venezuela, que atravesaban circunstancias difíciles ya que, el intenso contrabando extranjero en sus costas disminuía cada vez más las rentas. La enérgica actuación de Solano condujo a la extinción de estas prácticas y cuando, en 1770 terminó su gobierno, se habían duplicado los ingresos de la Hacienda pública. En 1773 fue ascendido a brigadier de la Armada.

En 1778 Solano emprendió el regreso a España y se reincorporó a la Armada. Fue ascendido a jefe de escuadra en el año de 1779, poco antes de estallar de nuevo la guerra con Gran Bretaña, siendo destinado de general subordinado a la escuadra del general Antonio de Arce, que se alistaba en El Ferrol y que se agregó a la combinada del general don Luis de Córdova y del conde de Orvilliers.

En 22 de febrero de 1780 tomó el mando de una escuadra destinada a llevar y proteger un convoy de tropas de 12.146 hombres destinados a socorrer a las colonias de la América septentrional y las Antillas.

Es de destacar que el general Gálvez, gobernador de la Luisiana, no hubiese podido llevar a cabo sus operaciones en La Florida y tomar Pensacola a los británicos, sin el concurso de Solano y de sus navíos. Para esta expedición salieron las fuerzas de La Habana, el dieciséis de octubre, las navales a las órdenes de Solano, compuestas de siete navíos y cinco fragatas, escoltando a un convoy de cuarenta y nueve velas con 3.000 hombres de desembarco, mandados por el general Bernardo Gálvez.

En 1782 fue ascendido Solano a teniente general y pasó a mandar la escuadra y a la vez el apostadero de La Habana.

Durante la guerra con Gran Bretaña se le confió el mando de una escuadra en el Caribe. Ésta partió de Cádiz en abril de 1780 y tras una escala en La Habana jugó un papel fundamental al proveer los auxilios necesarios para la toma de la plaza de Pensacola, en Florida. Esta acción le valió el 25 de julio de 1784 la concesión del título de marqués del Socorro y también

José Antonio Ramos Rubio 64 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña fue nombrado Consejero de Estado. Pero la escuadra de Solano no fue exclusivamente una eficaz máquina militar; y por directa iniciativa suya se abordaron importantes problemas cartográficos y completaron su formación marinos y científicos de renombre.

En el año de 1790 se le dio a Solano el mando de una escuadra fuerte de cuarenta navíos, armados en El Ferrol y en Cádiz. Estas fuerzas influyeron grandemente en los acontecimientos de la política internacional y en paz, que se ajustó poco después con Gran Bretaña. Cuando se desarmó la escuadra, Solano regresó a Madrid, continuando en sus funciones de consejero de estado74.

En 1794, siendo ya Caballero Gran Cruz de la orden de Carlos III, le otorgaron el mando de la escuadra de América. Todavía en 1802 tuvo la responsabilidad del mando naval, pasando con una escuadra a Nápoles a recoger a la prometida del príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII. José Solano logró la máxima graduación -(noveno) capitán general de la Real Armada-.que se podía alcanzar en la Armada en 1802. Al desarmarse la escuadra siguió como Consejero de Estado75.

A los 80 años de edad y 64 de magníficos y heroicos servicios prestados a la Armada y a España, el marino extremeño murió en Madrid el 24 de abril de 1806.

Para facilitar al lector una concreta idea del currículum de don José Solano y Bote, seguidamente incluimos relación de los reales despachos, títulos, cédulas, papeles y otros documentos acreditativos de los destinos, empleos, honores, gracias y mercedes que le fueron concedidos en varias ocasiones, en atención a sus distinguidos servicios con la Corona:

74 PAVÍA, F. de: Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personajes notables. Madrid, 1873. 75 TENA FERNÁNDEZ, J: “Un marino extremeño: José Solano Bote Carrasco y Díaz”. Revista Alcántara, números 75-77, Cáceres, enero-marzo de 1954; GUTIÉRREZ MACÍAS, V: “José Solano Bote: un marino del secarral cacereño”. Actas de los XV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 1986.

José Antonio Ramos Rubio 65 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

- Real Cédula de Fernando VI, comisión dándole para el establecimiento de la nueva línea que con arreglo al tratado de límites concluido con Portugal, debía hacerse por el río Marañón, expedida en el Buen Retiro, a 20 de diciembre del año 1757.

- Real Cédula nombrándole el día 12 de junio de 1763 para el Gobierno y Capitanía General de Venezuela.

- Título de Caballero de Santiago, extendido en San Lorenzo, el día 11 de noviembre de 1763.

- Título de Gobernador, Capitán General de la Isla Española y la ciudad de Santo Domingo, expedida el día 20 de septiembre de 1770, en San Ildefonso.

- Título de Presidente de la Audiencia de la mencionada villa. Certificación del día 27 de julio de 1775, dada por el Supremo Consejo de Indias, sobre sentencia aprobatoria de su residencia en América.

- Título de Teniente General de la Real Armada, el día 4 de agosto de 1781.

- Oficio comunicándole don Antonio Valdés, como secretario de S. M., la merced de Título de Castilla, por sus relevantes servicios, especialmente en la rendición de Pensacola, de fecha 1 de mayo de 1784.

- Título de Consejero de Continua Asistencia del Consejo de Guerra, de 28 de agosto de 1789. Ese mismo año fue nombrado socio emérito de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País.

- Título de Caballero de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, expedido el día 9 de abril de 1791.

- El día 4 agosto de 1793 le llega un oficio en el que el rey le comunica haberle concedido plaza del Consejo de Estado, con sueldo y casa de aposento. José Antonio Ramos Rubio 66 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

- Título de ingreso en la Real Orden de María Luisa, a favor de la señora Marquesa del Socorro, el día 2 de agosto de 1794.

- Nombramiento de Capitán General , el mando político-militar de tierra y mar, de las islas de Santo Domingo, Puerto Rico y Trinidad, de la Presidencia de la Real Audiencia, de la primera de ellas a favor del Marqués del Socorro, el día 4 de enero de 1795.

- Nombramiento de gentilhombre de cámara, con ejercicio, fechado el día 8 de septiembre de 1795.

- Título de Caballero de Gran Cruz de la Sagrada Religión de San Juan, fechado el día 12 de febrero de 1725.

En el Archivo parroquial de Zorita a documentos interesantes sobre el Marqués del Socorro y su familia. En el libro de colecturía de misas de esta parroquia, que da principio el día 10 de mayo de 1766, fol. 39, se inscribe la partida de defunción de don Agustín Solano Toril; al final de dicha partida, se dice textualmente: “Nombró por sus testamentarios a don José Solano, Gobernador de la Provincia de Caracas, Caballero de la Orden de Santiago, Capitán de navío de Alto Bordo y Teniente de la Compañía de Guardia Marinas y Comandante General de la provincia de Venezuela; y al o Alonso Solano, su hijo y a don Diego Cuadrado Escobar, su yerno. Nombró por sus legítimos y universales herederos al referido don José Solano y al o Alonso Solano y a doña Ana Solano, sus hijos legítimos y de la referida mujer, para que por iguales partes los hereden”. Está firmado este documento por el cura don Alonso Sanz el día 18 de junio del año 1772.

En el año 1978, organizado y promovido por la Liga Naval y el Ayuntamiento de Zorita, tuvieron lugar en esta población los actos de homenaje al marino no José Solano. Estuvieron presididos por el Almirante don Ignacio Martell, Marqués de San Fernando y Presidente de la Liga Naval Española, a quien acompañó el Vicealmirante don Fernando Moreno de Alborán, que representó al Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada.

José Antonio Ramos Rubio 67 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Se celebró la recepción de autoridades y un acto en la ermita de Fuente Santa, con la asistencia de la corporación municipal. Después se celebró una misa solemne en la iglesia parroquial, actuando el Orfeón Polifónico de Cáceres. Inaugurándose en el parque municipal una placa como monumento a su memoria76.

Algunos de los más distinguidos herederos de don José Solano Bote fueron don Francisco Solano Ortiz de Rozas, II Marqués del Socorro (Caracas 1768-Cádiz 1808), Teniente General de los Reales Ejércitos de Castilla, Capitán General de Andalucía, contrajo matrimonio con Francisca Mata- Linares y Barrenechea, V Marquesa de la Solana. Asesinado en 1808 por una turba que le tuvo por afrancesado77.

Don José Solano Mata-Linares (Madrid 1802-1882), Arquitecto, III Marqués del Socorro, VII Marqués de la Solana, Presidente de la Real Acade- mia de Bellas Artes de San Fernando, Académico Fundador y Presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Presidente del Consejo del Canal de Isabel II, Caballero de Santiago, Collar de Carlos III. Casado con María Ana Eulate y Acedo. El actual Marqués del Socorro es don Carlos María Solano Belausteguigoitia. Según Real Carta de Sucesión en el título de Marqués del Socorro, por fallecimiento de su padre, don José María Solano y Gil-Delgado. En el siglo XIX destacamos a otro ilustre zoriteño, don Vicente Caste- lló y Sánchez, que fue un señalado farmacéutico y periodista científico. Estu- dió segunda enseñanza en Toledo y se licenció en Farmacia en Madrid el 22 de junio de 1883, doctorándose años más tarde. Comenzó el ejercicio profesional en Madrid, donde fundó y dirigió en 1889 el periódico La Revista Científica. Sumó los informes de Liebeich de las sales de ácido catarídico, los estudios

76 Es importante destacar que además de los trabajos de colaboración científica que tanto distinguieron su personalidad, dejó para la posteridad sus memorias que se conservan en el palacio del Marqués de Monsalud en Almendralejo. 77 BARREDO DE VALENZUELA, A y ALONSO CADENAS LÓPEZ, A: Nobiliario de Extremadura, Volumen 1. Ediciones “Hidalguía”, Madrid, 1996.

José Antonio Ramos Rubio 68 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña de Koch sobre la tuberculina, etc. en una obra titulada Nuevos tratamientos de la tuberculosis78. Por tanto, a lo largo de su historia, han nacido en Zorita eminentes científicos. Ya en nuestros días, en 1926, nace en la localidad otra destacada figura, don Antonio López Borrasca, acreditado Hematólogo, pro- fesor de la Universidad de Salamanca, cuya labor investigadora centrada en la Unidad de Trasplante de Médula Ósea, la Unidad de Citometría de Flujo, y la Unidad de Biología de la Hemostasia y Coagulación, se recoge en numerosos trabajos en revistas nacionales e internacionales: Blod, British J. Haematolo- gy, American J. of Hematology.

Uno de los más preclaros escritores del siglo XX ha sido el zoriteño don Domingo Sánchez Loro. Nació en Zorita el 8 de abril de 1916. Perteneció al cuerpo especial de instituciones penitenciarias, con destino en Cáceres.

De 1947 a 1949, como Vicepresidente y Director de actividades cul- turales de la Asociación de Amigos de Guadalupe, además de pronunciar con- ferencias, organizar coloquios, viajes y publicar varios artículos y numerosos artículos: “Viriato: un estudio histórico-biográfico”, “El puente de Alcán- tara: un estudio histórico descriptivo”, “Santa Eulalia de Mérida: estudio histórico sobre las persecuciones de los cristianos y biografía de la insigne mártir”, “Alconetar: estudio histórico descriptivo y leyendas del puente ro- mano”. Libros como Emérita Augusta: historia y monumentos de Mérida.; La celda de Carlos V. Historia del monasterio Yuste; Doña María la Brava: estudio histórico-biográfico. Como fundador y director de la Biblioteca Ex- tremeña, además de muchas gestiones, ofrecía, coloquios y otras actividades de tipo cultural, y publicó tantas obras que no se pueden citar todas, podemos destacar: Bibliografía de Extremadura, Trasuntos extremeños; Don Diego de Jerez (Consejero de los Reyes Católicos, servidor de los duques de Plasencia, Dean y protonotario de su iglesia Catedral); El convento placentino de San Ildefonso; La inquietud posterior era de Carlos V. También, tenemos que

78 Estudiados por Koch, Madrid, Imp. G. Justo. 1891. Conocemos su obra publicada en revistas científicas comoLa Farmacia Española, El Restaurador Farmacéutico o el Seminario Farmacéutico.

José Antonio Ramos Rubio 69 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña recordar a don Domingo Sánchez Loro como excelente músico, pues publicó varios estudios musicales sobre Extremadura como “Canciones extremeñas y la copla de los pitos”. Realizó un estudio histórico-litúrgico-musical con so- luciones prácticas de 2000 folios de composición musical y 45 folios de texto explicativo titulado: “Problemática de la música litúrgica según el concilio Vaticano II”, publicado parcialmente por el Instituto Pontificio San Pío X de Salamanca, por la parroquia de San Pedro de Alcántara (Cáceres) y por el V Congreso de Estudios Extremeños de Badajoz. En el año 1970 publica una traducción completa del texto latino, con prólogo y notas otras de Placentiae Urbis Descriptio, manuscrito de Luis del toro del siglo XVI. Y con don Anto- nio Sánchez Paredes, Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, redacta la traducción y los comentarios sobre lo referente a la provin- cia de Cáceres, de Emilio Hubner, de El Corpus inscriptionum latinarum en Extremadura. Otra obra maestra de don Domingo Sánchez Loro es Historias placentinas, que consta de cuatro volúmenes, entre estos libros se transcriben y estudian numerosos manuscritos inéditos y aún no catalogados.

Otro zoriteño ilustre fue el Dr. don Antonio López Borrasca. Nació en el año 1926, en Zorita (Cáceres), cursó el Bachillerato en el Instituto de Cáceres, desde que finalizó sus estudios, toda su vida transcurrió dentro de la Universidad. Comienza como Profesor Ayudante y más tarde Profesor Ad- junto en la Universidad de Salamanca (1950-58 y 1958-61). En 1961 pasa a la Universidad de Navarra en calidad de Profesor Agregado y retorna a Sa- lamanca en 1975 ocupando la primera Cátedra de Hematología de España, por concurso oposición, donde permaneció hasta su jubilación. Seguidamente fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad de Salamanca, tras pro- puesta del Departamento de Medicina Interna, aprobación por unanimidad de la Junta de Facultad, Junta de Gobierno y Consejo de Rectores. En su segunda etapa salmantina (1975-1996) logro colocar a la hematología de esta ciudad en un lugar de privilegio nacional e internacional, como lo corroboran los múltiples premios recibidos a título personal o como director de trabajos realizados en el seno de su Grupo y Tesis doctorales dirigidas, señala su es-

José Antonio Ramos Rubio 70 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña fuerzo por la concreción de tres realidades actuales: La Unidad de Trasplante de Médula Ósea, la Unidad de Citometría de Flujo, y la Unidad de Biología de la Hemostasia y Coagulación. De su labor docente destaca el número de vocaciones hematológicas que despertó, las 36 Tesis Doctorales dirigidas. Su labor investigadora se recoge en más de 300 trabajos, un tercio de los mismo en Revistas Internacionales de máximo prestigio: Blod, British J. Haemato- logy, American J. of Hematology...etc. Ha conseguido más de 10 premios de Investigación, concedidos a la mejor Comunicación en Congresos de He- matología en colaboración con sus discípulos. Creador del Instituto de Inves- tigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina, nacido con motivo del VII centenario de la Universidad, siendo Rector el Prof. A. Tovar. Fue el primer director de la Universidad de Hematología (1954). Sentó cimientos para la creación de la Unidad de Trasplante, que ha merecido llevara su nombre y es hoy día la Unidad de referencia de Castilla-León. Creador y primer Presiden- te de la Sociedad Castellano Leonesa de Hematología. Creó este foro con el fin de elevar el nivel científico, estrechar lazos y unir esfuerzos. Como fruto de protocolos comunes diagnósticos y terapéuticos se han publicado numerosos (Más de 50) trabajos internacionales en los que figura el nombre de Castilla y León. El modelo de esta Sociedad, ha sido imitado por otras Autonomías. Nin- guna de ellas ha producido los frutos de investigación como los de la Sociedad Castellano-Leonesa. Fue Presidente de la Sociedad Española de Hematología y fundador de la Sociedad de Hemostasia y Trombosis, así como Presidente de dos Congresos nacionales de Hematología y uno de Hemostasia y Trom- bosis. En 1986 organiza en Salamanca el Primer Congreso Iberoamericano de Hematología, con el fin de unir a los hematólogos de habla hispana. En el Congreso Mundial de Hematología de 1992 celebrado en Boston, se le reco- noció esta labor encargándosele por parte de la Sociedad Internacional de He- matología de la creación de la Escuela Iberoamericana de Hematología de la que fue nombrado Director por votación de los hematólogos americanos. Su obra cumbre tuvo lugar en 1992 con la edición, por parte de la Universidad de Salamanca, de la Enciclopedia Iberoamericana de Hematología, que en cuatro

José Antonio Ramos Rubio 71 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña volúmenes reunía la colaboración de 300 especialistas de mayor prestigio, incluidos los de origen Iberoamericano residentes en el mundo anglosajón y francés. Distinguido por la Universidad y Ciudad de Puebla (México) como Ciudadano de Honor, similares reconocimiento ha recibido en otras Universi- dades y Miembro de Honor de las Sociedades de Hematología de Brasil, Costa Rica y Venezuela, y el Grupo Latino-Americano de Hemostasia y Trombosis (GLAHT). Fue designado extremeño del año en 1990, ha dado conferencias en Cáceres, Badajoz, Mérida, Trujillo, Coria, Plasencia. Premio de Investi- gación y Ciencias de Castilla-León, 1998. Nombrado Salmantino del año en 1999. Nombrado miembro de Emérito de la Sociedad Internacional de Medi- cina Interna. Falleció el día 11 de noviembre de 2008. Una placa recuerda en Zorita la vivienda en la que nació este ilustre zoriteño.

Por último, indicar que el escudo municipal se presenta cortado. Pri- mero, de azur, doce estrellas de cinco puntas de plata, puestas en círculos. Segundo, de plata, un león de gules, coronado de oro. Partido de gules un cas- tillo de oro, mazonado de sable y aclarado de azur. Al timbre, corona real de España. La bandera es rectangular, de proporción 2:3, terciada vertical, franja blanca junto al asta, arrojan la central y amarilla al batiente. Estos símbolos fueron aprobados por el Pleno del Ayuntamiento en sesión de 5 de junio de 1998, y por Orden de la Consejería de Presidencia de la Junta de Extremadura de 3 de mayo de 2000 (D.O.E, número 55, de 13 de mayo de 2000),

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Ara romana Liberae et Libero lulius Erinicus votum solvit (propiedad particular, foto Julio E. Restos de torreón, La Peña.

Piedra decorativa judía.

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José Antonio Ramos Rubio 74 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Peña.

José Antonio Ramos Rubio 75 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Estela romana “Aeppio tiberio de... años, aquí Ara votiva romana Ligiro, hijo de Dobitero, aquí yace. Séate la tierra leve. Norbana procuró ha. yace (Museo Provincial de Cáceres).

Estela votiva romana “Cenón, hijo de Caturón, aquí yace. Séate la tierra leve. Su hermana procuro Estela romana “Máxima, hija de Talabaro, de 35 (Museo Provincial de Cáceres). años, aquí yace. (propiedad particular).

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Ara romana A la divina Aervina, Varia, hija de Clemente, cumplió un voto (Museo Provincial de Cáceres).

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Barrio Judío.

Casas del barrio judío.

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Retrato de José Solano y Bote, marqués del Socorro, siglo XVIII. Museo Naval de Madrid.

Dr. D. Antonio López Borrasca (foto José Aguilar). Casa Natal de don Antonio López Borrasca.

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III

MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS

1.- La iglesia parroquial de San Pablo

Es una construcción renacentista de mampostería irregular. Se accede al interior del templo mediante dos portadas, una ojival con alfiz; y la de los pies, de medio punto. Adosada a la misma se encuentra la torre de singular remate y el baptisterio, con cubierta de crucería. Es importante destacar que la torre es reaprovechada, tuvo que haber sido una torre castrense defensiva a juzgar por el tipo de construcción y por el matacán que aún se conserva en lo alto de la misma. La torre es el elemento más efectivo y utilizado en la de- fensa de la iglesia, sobre todo por su doble función como campanario y torre defensiva. La mayoría de las iglesias fortificadas lo son porque incorporan a su estructura una torre con fines claramente defensivos, ya sea una torre mi- litar preexistente, una torre-campanario de traza contemporánea al resto de la iglesia, o la reconversión de alguna parte de la iglesia con funciones similares a las que puede tener una torre defensiva, como es el caso de algunas iglesias con ábside-torre. Son escasas en Extremadura este tipo de torres-campanario con matacanes. Hay un pequeño grupo de iglesias cuya fortificación no se rea- liza con torres, sino con otros elementos de defensa vertical como matacanes, galerías o terrazas almenadas.

En el paramento de la puerta lateral, empotrada en la fachada, hay un ara votiva romana de acarreo, en granito rojizo, dedicada a Victoria Celtíbe- ra79.

79 “Victoria / Celtiber/ a L(uci) Libert / a an(norum/ XX h(ic) / s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) / Corneli”. Traducción: “Victoria Celtíbera, liberta de Lucio, de 20 años, aquí

José Antonio Ramos Rubio 81 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Su interior consta de dos naves con cinco tramos cubiertos con bóve- das de cañón con lunetos, separados por arcos apuntados apoyados en pilares adosados y ábside poligonal cubierto con bóveda de crucería en cuya clave central está el escudo del obispo Gutierre de Vargas Carvajal, pregonando la ejecución de la cabecera durante su episcopado y mecenazgo en el siglo XVI (1558-1559). A los pies se sitúa el coro sobreelevado bajo bóveda de cañón con lunetos que junto con la fachada de los pies fue rematado durante el pontificado de Pedro Ponce de León, según dejó testimonio en su escudo de armas sobre la portada de los pies del templo. En la diócesis de Plasencia el obispo Pedro Ponce de León sucedió en el año 1560 al obispo Gutierre de Vargas Carvajal. Continuó su labor de edificación o renovación de iglesias. Fue también, como su predecesor, un gran mecenas de las artes (arquitectura, escultura, platería, bibliofilia).

Ha desaparecido el retablo mayor de la primera mitad del siglo XVII, sabemos su estructura gracias a fotografías, conservándose algunas esculturas barrocas procedentes del mismo. Retablo decorado con motivos vegetales, de dos cuerpos y banco, y superposición en altura de los órdenes arquitectónicos de la antigüedad clásica, imponiéndose un riguroso horizontalismo que impo- ne claridad compositiva y una cierta monotonía, resultante del cruce de calles y entrecalles con los entablamentos. El banco le formaban cuatro pinturas –que actualmente se encuentran en la casa parroquial-. Los dos cuerpos prin- cipales estaban recorridos por cinco calles y ático con el Crucificado y remate en frontón triangular, a ambos lados del Crucificado, San Juan y la Virgen en dos hornacinas adinteladas. En el primero un tabernáculo barroco añadido en el siglo XVIII y, a ambos lados, en hornacinas flanqueadas por columnas de fuste estriado y capitel jónico, con hornacinas en arco de medio punto y resalte superior avenerado, llevando las más extremas un óleo sobre lienzo y, en las hornacinas las imágenes de la Virgen con el Niño y un Resucitado; al otro yace. Séate la tierra leve. Cornelio”. REDONDO RODRÍGUEZ, J. .A: Catálogo epigráfico..., op. cit., p. 382. Fue dada a conocer por FERNÁNDEZ OXEA, J. R: “De epigrafía cacereña”. B.R.A.H, tomo CXXVIII, Madrid, 1951, p. 186. HURTADO DE SAN ANTONIO, R: Corpus Provincial de Inscripciones Latinas. Cáceres, 1977, epígrafe número 665.

José Antonio Ramos Rubio 82 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña lado, una Virgen con Niño y un San Antonio. Presidía la hornacina central del segundo cuerpo la imagen del titular, San Pablo80 y, a ambos lados, en hornaci- nas flanqueadas por columnas de fuste estriado y capitel corintio, las imágenes en madera policromada de San Juan Bautista, San Marcos y, al otro lado, la Asunción y Santa Catalina de Alejandria. El retablo estaba rematado con una cornisa que presentaba dentículos. En el año 1975, previa licencia episcopal, fue desmontado el retablo por encontrarse en muy mal estado de conservación y fue trasladado al coro del templo parroquial, de donde ha desaparecido.

Los cuadros que habían estado expuestos en el retablo mayor, obra de la primera mitad del siglo XVII, se encuentran en la casa parroquial: Anuncia- ción, Santo Tomás de Aquino, San Mateo con el Ángel, San Juan Evangelista y San Juan Bautista que acompañaría a la escultura en el retablo mayor, óleo sobre lienzo situado sobre la hornacina de esta imagen.

También en la casa parroquial se conserva un Crucificado de marfil, obra del siglo XVII, que se nos representa con la cabeza ladeada hacia su iz- quierda. No tiene corona de espinas, la cabellera cae en rizos sobre la espalda y por delante sobre ambos hombros. Las arrugas del entrecejo expresan su dolor que subraya su boca entreabierta. El bigote de lacias guías enlaza con la barba corta trabajaba en suaves ondas. De anatomía poderosa bien concebida, con un ancho tórax que se continúa por las caderas poco resaltadas cubiertas por un paño de pureza arrollado al cuerpo, con sus bordes arrugados como tiras que se cruzan en aspa sobresaliendo los pliegues en forma de abanico y anudándose en el lado izquierdo. Sus brazos se elevan ligeramente sobre la horizontal. Sus manos están en deplorable estado de conservación, aprieta sus dedos por el dolor sobre los clavos que le sujetan a la cruz (es moderna). Sus caracteres estilísticos son parecidos a los que presenta un tipo de Crucificados

80 Esta imagen fue reparada en el siglo XVII por Manuel María Proenza (año 1788). Archivo parroquial de Zorita. Libro de Cuentas de Fábrica y Visitas, de 1776 a 1855, fol. 90 vº. Cit. MÉNDEZ HERNÁN, V: El retablo en la Diócesis de Plasencia, siglos XVII y XVIII. Cáceres, 2004, p. 533.

José Antonio Ramos Rubio 83 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña de arte italiano del siglo XVII. Es una obra que refleja las manos de un artista buen conocedor de la talla de marfil.

En la actualidad, antes de acceder al Altar Mayor, elevado con respec- to a la nave, se han practicado a ambos lados dos hornacinas en arco de medio punto que acogen las imágenes de la Inmaculada, obra de Olot de hacia 1910 en el lado del Evangelio y, en el de la Epístola, una imagen moderna de San José con el Niño. Preside el retablo una talla del Crucificado de la primera mitad del siglo XVII. Magnífico Cristo de tres clavos, está representado muer- to. La cabeza descansa sobre el pecho, siendo la actitud general de profunda serenidad. La sangre aparece localizada y contenida en las heridas habituales. El artista anónimo ha sabido presentarnos un Crucificado de espléndida ana- tomía. Orbitas oculares hundidas; cabellos y barbas de talla minuciosa, ana- tomías rígidas y el añadido de la corona de espinas, imagen que se cubre con paño de pureza de extremas quebraduras de los pliegues anudado a su cadera derecha, elementos presentes en esta pieza que contribuyen a la concesión de una mayor verosimilitud a la representación.

En el muro del Evangelio, junto a la puerta de entrada lateral, un Sa- grado Corazón de Jesús moderno y, al lado, la imagen de San Marcos con el león, que perteneció al retablo mayor, obra de la primera mitad del siglo XVII, con manto y túnica realzada mediante finos y amplios pliegues en las manos, que sobresalen en las bocamangas, rectos y con ciertas quebraduras en su caí- da final. Con los ojos hundidos y entornados, de abundante barba y cabellera.

Preside el Altar Mayor un Crucificado que se encontraba en el ático del retablo mayor, obra de la primera mitad del siglo XVII. En el Altar Ma- yor, al lado del Evangelio está la imagen policromada de Nuestra Señora del Rosario, obra del siglo XVI. Sigue un tipo convencional que quiere destacar a la Virgen en pie con el manto recogido sobre su brazo derecho con el que sostiene una fruta (Nueva Eva), y en su brazo izquierdo sostiene a su hijo. La policromía es correcta, aunque se encuentra en deplorable estado de conserva-

José Antonio Ramos Rubio 84 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña ción, utilizando el azul para el manto decorado con flores de tres pétalos y en cuyo borde tiene una orla de encaje matizada con ramas floreadas buscando la elegancia compositiva y la caída de los bordes curvilíneos a uno y otro lado de la escultura. La Virgen adopta un aspecto sobrio, distante, como queriendo evocar la distancia de una imagen antigua.

Entre los años 1617 y 1619 recibimos noticias de un pleito en las cuentas de la congregación del Rosario que se servía en Zorita con Baltasar Díaz, por los desacuerdos generados a raíz de la construcción de un retablo dedicado a la Virgen del Rosario81. En el mismo Libro de Cuentas se anota en el año 1631 la procedencia trujillana de otro retablo dedicado al Niño Jesús82. El entallador y carpintero Baltasar Díaz fue el padre de los escultores Gaspar Díaz y Diego Díaz Carrasco, con taller establecido en Trujillo. Falleció hacia 162383.

En el Altar Mayor, en el lado de la Epístola está la talla policromada de San Pablo, obra de la primera mitad del siglo XVII, imagen que presidía el retablo mayor desaparecido y que ha sido restaurada recientemente. Imagen de bellas facciones, aparece barbado, con la cabellera rizada, sujeta la espada con la mano derecha y con la izquierda sostiene un libro.

En la nave lateral, se encuentra una imagen de la Dolorosa de prin- cipios del siglo XIX. La bellísima imagen representa a una joven María de rostro sereno y mirada ensimismada, con las manos en oración, quien, en gra- cioso ademán inclina la cabeza mirando hacia el cielo, es de talla completa, presentando una policromía con delicioso brillo a pulimento, y el complemen- to de ojos de cristal.

81 Archivo Parroquial de Zorita, Libro de Cuentas de Fábrica y Visita de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario, 1614-1667. Cit. MÉNDEZ HERNÁN, op. cit., p. 396. 82 Archivo Parroquial de Zorita, Libro de Cuentas de Fábrica y Visita de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario, 1614-1667. 83 MÉNDZ HERNAN, op. cit., p. 393.

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Hay en un lateral del templo un magnífico retablo con tableros deco- rativos sobresaliendo las columnas salomónicas con la imagen del Nazareno y en el ático una Asunción, talla policromada del siglo XVI. El retablo es obra de mediados del siglo XVIII con decoración vegetalista muy recargada. Al lado, un Resucitado moderno y un yacente articulado en una urna, que se utilizó en otros tiempos para la representación del Descendimiento el Viernes Santo. En este espacio litúrgico, hay un óleo sobre lienzo en muy mal estado de conservación con la representación de la Inmaculada. La Virgen, frontal, con las manos juntas en oración y la cabeza ligeramente inclinada, viste túnica de color rojo y manto verdoso, a sus pies dos ángeles adolescentes, obra de la segunda mitad del siglo XVII.

Un retablo neogótico alberga las imágenes modernas de San Pablo, Santa Teresa de Jesús, Santa Ana y la Virgen María, y la Virgen del Carmen. Al lado, se conserva un lavatorio de granito con hueco avenerado, obra del siglo XVI.

Seguidamente, accedemos a la capilla bautismal de planta cuadrada y cubierta con bóveda de crucería en cuya clave se representa un árbol me- táfora ancestral de la vida en perpetuo renacimiento, hechura del Paraíso que subraya el carácter de la pila bautismal como verdadera fuente de vida cuyas aguas confieren la inmortalidad. Pues el bautismo es resurrección espiritual, remembranza de los tres días de Cristo en el sepulcro. En el centro de la es- tancia hay una magnífica pila bautismal de piedra, obra del siglo XVI. Según el Concilio de Lérida (546), las pilas bautismales debían ser de piedra porque “el agua nace de la piedra y Cristo, fuente viva, es piedra angular”. La nuestra, cilíndrica, presenta gruesa basa y es de considerable tamaño respondiendo al modelo tipológico más antiguo acorde con el rito de inversión vertical hasta la cintura de adultos infantes, vigente al menos hasta el siglo XI. Presenta taza semiesférica gallonada y friso continuo geométrico.

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Preside la capilla la imagen de San Juan Bautista, de la primera mitad del siglo XVII, procedente del retablo desaparecido. Se nos presenta de pie, vestido con un sayo de pelo de camello, portando el Cordero, le falta el estan- darte presumiblemente con la inscripción Ecce Agnus Dei que le hace ser pre- cursor de Cristo. La escultura adquiere un tratamiento monumental, con una concepción anatómica excelente apreciándose levemente ya que el vestido de piel de camello le cubre casi por completo. Los paños son muy abultados y adquieren movimiento ondeante al caer en/curva desde el hombro izquierdo hacia la cadera opuesta, en donde adquiere mayor resalte volumétrico. La po- sición es forzada y desequilibrada, escribiéndose en una línea helicoidal. La fi- gura forzada del cuerpo, al quebrar la articulación de la cadera derecha y hacer avanzar con fuerza la otra pierna en escorzo, al mismo tiempo que levanta el brazo derecho. Además, es fiel a la interpretación iconográfica de representar a San Juan con una edad similar a la de Jesús, de quien era primo, pues nació poco tiempo antes que éste.

En la capilla bautismal también se conserva una magnífica talla ba- rroca del Crucificado clavado en una cruz de gajos, obra de hacia 1600. La pieza es obra de hondo dramatismo. Cristo acaba de expirar. La cabeza, tocada con corona de espinas labrada en el mismo bloque de la madera, descansa con cierta serenidad sobre el pecho, pero con tórax y abdomen, de perfecto tratamiento anatómico, aparecen todavía contraído por el dolor. El artista ha sabido expresar de forma magistral la contorsión del cuerpo, el paño de pureza blanco aparece anudado en la parte izquierda de la imagen, formando diversas ondulaciones. La brillante encarnación a pulimento, bien conservada, exalta el cuerpo torturado.

Junto a la capilla bautismal está la sacristía, cubierta con bóveda de aristas. En la sacristía se conserva un óleo sobre lienzo popular con la repre- sentación de San José, obra del siglo XVIII.

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Junto a la puerta de acceso al templo, por los pies, hay una escultura de la Piedad o Jesús en brazos de María, de la primera mitad del siglo XX, que procesiona en Semana Santa. Y, próxima a ella, la talla de Santa Catali- na de Alejandría, obra de la primera mitad del siglo XVII, que formó parte del desaparecido retablo mayor. La Santa está representada con los atributos habituales de su iconografía. En la mano lleva el libro que alude a la leyenda de su victoria dialéctica contra cincuenta filósofos y por lo tanto se la con- sideraba poseedora de ciencia teológica y filosófica, pues no en vano se la hacía oriunda de la culta Alejandría. La espada, que tendría cogida con su mano derecha, ha desaparecido, aludiendo a su decapitación. La cabeza del emperador vencido a sus pies, alude al emperador Maximiano, que fue el que decretó su martirio. Por último, la rueda dentada se relaciona con su primer martirio fallido, según el cual debía ser despedazada por dos ruedas con hojas afiladas, que fueron milagrosamente destrozadas por un rayo que cegó a sus verdugos. Esta escultura resulta aún más fría de expresión que las del resto del retablo, buscando la solemnidad distante. El plegado es rígido consiguiendo que la escultura presente un claro frontalismo. Está coronada, observándose el arranque de la abundante cabellera que cae sobre la espalda.

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Torre-campanario. Portada de los pies.

Iglesia parroquial de San Pablo.

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Escudo del obispo Pedro Ponce de León.

Ara romana en la fachada “Victoria Celtíbera, Portada lateral. liberta de Lucio, de 20 años, aquí yace. Séate.

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Ábside.

Interior del templo.

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Antiguo retablo (foto de Muñoz de San Pedro). Inmaculada de Olot.

Crucificado, primera mitad del siglo XVII. San Marcos, primera mitad del siglo XVII.

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Ntra. Sra. del Rosario, siglo XVI.

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San Pablo, primera mitad del siglo XVII. Dolorosa, principios del siglo XIX.

Asunción, siglo XVI. Inmaculada, segunda mitad del siglo XVII.

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Retablo de mediados del siglo XVIII.

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Retablo neogótico.

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Crucificado, obra de hacia 1600. San Juan Bautista, primera mitad del siglo XVII.

Santa Catalina de Alejandría, primera mitad del Pila bautismal. siglo XVII.

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La Anunciación (casa parroquial).

Crucificado de marfil, siglo XVII. San Juan Bautista (casa parroquial).

San Juan Evangelista (casa parroquial).

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Piedad, primera mitad del siglo XX.

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Piedad, primera mitad del siglo XX.

Santo Tomás de Aquino (casa parroquial).

José Antonio Ramos Rubio 100 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

2.- El templete y la ermita de Fuente Santa

En la dehesa de las Caballerías, situada a cuatro kilómetros de la loca- lidad, se encuentra el templete de Fuente Santa, obra barroca del siglo XVII. Es una pequeña construcción de base cuadrangular, con contrafuertes de es- quina y entre ellos arcos apuntados, con balaustradas en los lienzos. Se cubre con un cerramiento de arcos cruzados en cuyo centro está el anagrama Ave María. Se ha utilizado como aparejo la mampostería irregular en los muros y sillares en arcos, contrafuertes, balaustradas –seis gruesas columnas en tres de sus lados, estando el cuarto cegado- y cornisa. Posiblemente, fue un antiguo humilladero.

En el año 1550 se colocó la pila que recibe el agua sobrante del Apo- cito de la Fuente Santa, fue adquirida por el Sr. Visitador, tal y como quedó constancia el mayordomo don Bernal Pérez y costó 500 maravedíes. El herre- ro don Juan Loro hizo el caño para la misma fuente, cobrando 20 maravedíes.

El eminente escritor chinato fray Alonso Fernández se refiere a ella en el año 1627 como una de las ermitas con mayor devoción entre los lugareños de la Diócesis placentina, comparándola en suntuosidad con las de Nuestra Señora de Sopetrán en , y la del Castañar, en Béjar, a las que se unen la Virgen Blanca de Pasarón de la Vera, Nuestra Señora de la So- ledad de o la del Puerto de Plasencia84.

La construcción ha sufrido reformas posteriores a la obra original. Algunas de las piezas decorativas del templete proceden de la derruida ermita visigoda de la Portera, próxima a Garciaz85, como las veneras de nicho –mo- 84 FERNÁNDEZ, fray Alonso: Historia y anales de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid, por Juan González, a costa de la Ciudad y de la S. I. de Plasencia, 1627. Reed. Publi- caciones del departamento de Seminarios de la Jefatura Provincial del Movimiento, Cáceres, 1952, lib. I, cap. V, p. 37. 85 La iglesia de Nuestra Señora de Portera, es un santuario rectangular, orientado hacia el este, la estructura interna, abovedada mediante arco de cañón de herradura, construida en sillería de granito, y recubierta por mampuesto de pizarra. Ésta tipología sitúa su construcción en la madurez del periodo visigodo, en la segunda mitad del siglo VII. Cuando realizó el es- tudio el profesor don Enrique Cerrillo en 1981, ya habían desaparecido los nichos, tal y como

José Antonio Ramos Rubio 101 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña biliario litúrgico de los ábsides y santuarios- que están en el interior y exterior del templete, que contienen gallones que parten de un semicírculo, semejante a otras existentes en un patio de la calle Ramblas y en el Palacio del Duque de la Roca en Mérida o la existente en Vera Cruz de Marmelar, cerca de Evora.

A la ermita en la que se venera la sagrada imagen de la Virgen de Fuente Santa se accede por un camino adecentado que cae en rampa. Que se ejecutó estando el Bachiller Villatoros en la parroquia de San Pablo, en el año 1574, fueron maestros canteros de la obra don Alfonso Sánchez –vecino de Santa Cruz de la Sierra- y don Francisco del Río, quienes recibieron como salario 128 reales86. Volvieron a realizarse obras en la calleja en el año 188287.

La ermita de Fuente Santa es una construcción de una sola nave, di- vidida en dos tramos cubiertos con bóvedas de aristas divididas por un arco ojival que se apoya en pilares adosados. Se accede al interior mediante un porche formado por cuatro arcos de medio punto que se apoyan interiormente en columnas de ladrillo y al exterior en gruesas columnas de granito, y otro arco lateral. En el primer arco nos encontramos con piedras con la TAU (con forma de un trébol de cuatro hojas en el interior de un octógono), símbo- lo que labraron los canteros, pero también podría tratarse del símbolo de la orden templaria. Curiosamente, en las escasas ruinas del convento que aún se encuentran en los Pareaños de Malillo –junto al arroyo de su nombre-, también hay dos piedras que tienen este símbolo. Una puerta gótica, formada el mismo afirma. por CERRILLO MARTÍN DE CACERES, E: “Las ermitas de Portera y Santa Olalla. Aproximación al estudio de las cabeceras rectangulares del siglo VII”. Zephyrus, XXXII-XXXIII, 1981, p. 237. CERRILLO MARTIN DE CACERES, E: Las construcciones de épocas paleocristiana y visigoda en la antigua Lusitania. Tesis doctoral, Salamanca, 1978. NAHARRO, A; RUBIO, M: “¿Basílica paleocristiana en el término de Garciaz?” Diario Ex- tremadura –19-12-1973. 86 II Libro de Cuentas de la ermita (1543-1613), fol. 89. La construcción de la calzada para facilitar el acceso a la ermita había sido aprobada por el Visitador Dr. Roldán el 11 de junio de 1557. fol. 32 del Libro de Visitas de la iglesia de San Pablo de Zorita. Mi agradecimiento al sacerdote don Pedro Sánchez Méndez por las facilidades otorgadas para la investigación en el Archivo Parroquial de Zorita. 87 Libro de Cuentas de la ermita, 1882, fol. 120.

José Antonio Ramos Rubio 102 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña por columnillas cilíndricas rematadas en arco casi ojival permite la entrada a la ermita. Sobre la portada hubo un triforio que, al elevar el muro actual, fue sustituido por un rosetón. A la cabecera se accede a través de un arco de medio punto, se cubre con bóveda de aristas y de horno en el altar mayor, decoradas con ricas pinturas que representan a San José, la Virgen con el Niño y el jarrón de azucenas, alegoría mariana; así como los símbolos de la Pasión. Una verja de hierro forjado de época renacentista permite el cerramiento y custodia de la zona litúrgica con el resto de la nave. En el lado del Evangelio se encuentra un púlpito de estilo gótico, cuyo semicírculo pétreo es una sola pieza. En 1773, el púlpito que entonces se encontraba en el exterior, se colocó en el interior de la ermita. Para llenar el vacío que dejaba el púlpito se hicieron unos poyos de granito alargados, que aún permanecen en el porche. En la misma ocasión se hizo una pequeña mesa de altar entre los poyos citados para celebrar la Misa. Esta obra de traslado, poyos y altar, anota el mayordomo, importó 100 reales, según recibo aprobado88. Entre 1858 y 1859 se realizan obras en el exterior de la ermita, concretamente en el portal, construyéndose las bóvedas89.

El interior de la ermita está decorado con un zócalo de azulejos. La sacristía está adosada a un lateral. El camarín octogonal está cubierto con bó- veda de paños, al que se accede a través de una puerta sita en la cabecera. La cúpula está ricamente ornamentada con pinturas alusivas a María, la Ascen- sión a los cielos, la Huída a Egipto, la Muerte de Cristo, y temas locales con la representación de la Virgen de Fuente Santa asistiendo a los peregrinos, la aparición del manantial de agua para socorrer a los peregrinos, la donación de la corona de Pizarro, etc.. Sobre la cúpula se asienta la linterna rematada con una cruz y una veleta. Se ha utilizado como aparejo la mampostería en muros y sillares en vanos y contrafuertes. Los cuerpos que han ido adosándose le dan un aspecto irregular. En el camarín se abren hornacinas que cobijan algunas piezas muebles: una Purísima Concepción, de la que hay constancia docu-

88 Libro de Cuentas de la ermita (1543-1613), fol. 146. 89 Libro de Cuentas de la ermita, fols. 96 y 96 vº. También en la sacristía se realizan obras importantes.

José Antonio Ramos Rubio 103 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña mental en 178990; una Sagrada Familia de escaso interés artístico, regalo de nuestros días por una familia devota; y una magnífica imagen en bastidor o de vestir de la Virgen con Niño, del siglo XVI, con su capillita, esta obra sí tiene gran valor artístico, así como la escultura en madera tallada de San Blas91.

Dos zoriteños don Pedro García Cancho, Caballero de la Orden Mi- litar de Santiago, Calificador del Santo Oficio, Abogado de los Reales Con- sejos, Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia, y don Alonso Sánchez Moreno, solicitaron permiso al Sr. Obispo de Plasencia para llevar a cabo obras de ampliación en la ermita. No se conserva el proyecto ni contrato de la obra realizada, creemos que alcanzó a toda la capilla mayor y el cama- rín de la imagen, levantando esta última desde sus cimientos y adaptando los viejos muros para completar la fábrica con doble capacidad que la anterior92.

El coro fue construido en 1882, fecha en la que también se realiza- ron reformas y se construyeron las bóvedas y altares (que fueron demolidos para conseguir mayor amplitud), contratando al alarife trujillano don Antonio Gutiérrez, cobrando 3846 reales, según recogemos datos del mayordomo don Granjo Villarejo93. También se abrieron en el coro o tribuna dos vanos para dar mayor luminosidad al interior. También se realizó la pavimentación del presbiterio y en la capilla de la Virgen, con baldosas que imitaban el alabastro, gracias a la donación de don José Peña94. Otras obras importantes realizadas 90 La primera alusión que se hace a la imagen es en el fol. 4, Libro de Cuentas de Fá- brica de la ermita, año 1789. Se adquieren unos paños para la urna de la Purísima Concepción. 91 La festividad a San Blas tiene raigambre en Zorita. Se celebra desde tiempo inme- morial con gran devoción. Los Libros de Cuentas de la ermita hacen continuas referencias a los gastos ocasionados en dicha función o festividad. 92 En el año 1972 el entonces párroco de la iglesia de San Pablo de Zorita publicó un estudio sobre la Virgen de Fuente Santa. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T: Historia de la imagen de Ntra. Sra. de la Fuente Santa, excelsa patrona de Zorita. Cáceres, 1972, p. 74. Las obras fi- nalizaron en 1773, según certifica el visitador don José Fernández Díez, el 29 de mayo de 1773, con motivo de la visita general realizada a Zorita. 93 Libro de Cuentas de la ermita, 1882, fols. 120 vº y 123. En el contrato se especifica también que el artífice Sr. Gutiérrez decoró las tres bóvedas nuevas, pero no realizó la pintura del presbiterio, este año de 2005 ha sido restaurada y policromada por artistas locales. 94 II Libro de Cuentas de la ermita o Libro de Mayordomía (1543-1613). Parroquia de San Pablo Apóstol, 1543, fols. 121 ss.

José Antonio Ramos Rubio 104 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña en la segunda mitad del siglo XIX fue la modificación de la fachada principal de la ermita sustituyendo el antiguo portal por las actuales arcadas con sus correspondientes bóvedas, apoyadas sobre columnas de granito al exterior y de ladrillo en el interior95. En 1813, se construye el atrio de la ermita con un total de 6748 reales, por orden directa del Sr. Alcalde don Rodrigo Moreno96.

Tenemos noticias documentales de algunos bienes muebles que perte- necieron a la ermita. En el año 1549 se concierta la fábrica de un nuevo retablo –“que sustituyó a otro anterior en que está la imagen de nra. Sra. y abrazada con el Niño Jesús en brazos, es de tres órdenes el dcho retablo y está pintado y dorado”, presuponemos que de estilo gótico- para la ermita de Fuente San- ta97, que contó con el mecenazgo del obispo don Gutierre de Vargas, obispo de Plasencia desde 1523 hasta 1559. El mayordomo don Juan de la Mancha consigna los primeros pagos de la obra con la entrega de 8.000 maravedíes que fueron aprobados por el Visitador don Luis Carro. Lo ejecutó el artista Juan Barrasa, pintor y decorador, artista que trabajaba al servicio del obispo de Plasencia, porque leemos: “A que se lleve la imagen a Jaraicejo para que pinte la cara del Niño y el pecho, y que se lleve el pintor el pedazo de la talla que se quede para que se pinte y dore, lo cual se lleve luego..”98. Tenemos constancias documentales de la existencia de otro retablo, ejecutado en los años finales del siglo XVIII por un artesano que tenía taller establecido en

95 Por 384 arrobas de cal se pagaron 768 reales. (Rb.1 32. Fol. 98) Por 9.700 ladrillos abonó 388 reales. El transporte de los mismos importó 183 reales que fueron pagados a Miguel Holguín. (Rb.1 33 y 34 respectivamente.). Los Maestros Alarifes percibieron por hacer las bóvedas en el portal, según el recibo 21, la suma de 800 reales. Para la misma obra se abonaron a Juan Agustín Blázquez 302 reales. (Rb.1 36). Libro de Cuentas de la ermita de Fuente Santa (1788-1929). 96 Libro de cuentas de la ermita o Libro de Mayordomía, 1813, fol. 54 vº. 97 II Libro de cuentas de la ermita o Libro de Mayordomía (1543-1613). Parroquia de San Pablo Apóstol, 1543, fol. 2. También queda constancia de la existencia de la Virgen de Fuente Santa y el Niño en dicho retablo en octubre del año 1543. Queda constancia de un nuevo dorado del retablo entre el 17 de marzo de 1551 y el 1 de octubre de 1555, fol. 22 vº. 98 Si sumamos los distintos pagos entregados al artista Barrasa por los conceptos de pintura y dorado del retablo, sumarían en total 95.574 maravedíes. Segundo Libro de Cuentas o Mayordomía. Parroquia de San Pablo Apóstol, 1543, fol. 14.

José Antonio Ramos Rubio 105 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Berzocana99. El retablo actual –al quedar destrozado el citado retablo diecio- chesco por los destrozos causados por la terrible tormenta del 6 de octubre de 1950-, es obra de las Escuelas Profesionales Salesianas de Sarriá (Barcelona), fue consagrado el día 30 de abril de 1954. El retablo consta de tres hornacinas, ocupadas en la actualidad, la central por la Virgen de Fuente Santa coronada con una cartela coronada y con el anagrama alusivo a María, la del lado del Evangelio por San Joaquín y San Blas en el de la Epístola. Separan las horna- cinas gruesas columnas salomónicas, decoradas con angelotes y hojarascas. También fabricaron una artística mesa de altar de mármol, apoyada en cuatro columnas, consagrada por el Sr. Obispo de Plasencia don Juan Pedro Zarranz, el día 1 de mayo de 1954, con motivo de una visita pastoral. En estas Escuelas Profesionales se imparten estudios de Bachillerato y Ciclos Formativos. La Escola Universitària Salesiana de Sarrià (EUSS) forma parte de una tradición educativa que se remonta a finales del siglo XIX. Las Escoles Professionals Salesianes de Sarrià (EPSS) forman desde 1884 los mejores profesionales en artes gráficas y carpintería y más recientemente en áreas como la mecánica, la electrónica y la electricidad, por citar sólo algunos ejemplos. Para comple- mentar la tarea realizada por esta escuela de larga experiencia y tradición, en 1989 se iniciaron los pasos para crear la Escola Universitària Salesiana de Sa- rrià. Los objetivos eran claros: elevar la formación técnica de sus estudiantes en el ámbito universitario y mantener y reafirmar el estilo educativo basado en la convivencia, la tolerancia, las relaciones interpersonales y el seguimiento personalizado de cada alumno que distingue a las escuelas salesianas de todo el mundo.

En la ermita, se conserva un lienzo pictórico de cuatro metros de largo por setenta centímetros de ancho, que representa la procesión que se realizaba

99 Libro de Cuentas de la parroquia de San Pablo, 1788-1929. Aparece anotado un adelanto de 3435 reales para la ejecución de un retablo, no se menciona ningún artista. Pero, en el Libro de Visitas de 1796, fecha en la cual estaría ya finalizado el retablo, se aprueba pagar al maestro Alonso Serrano de Berzocana otros 2400 reales. Si sumamos estas partidas económicas y el dorado del retablo que sumó 1550 reales, el coste total del mismo ascendería a 7.385 reales.

José Antonio Ramos Rubio 106 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña el lunes de Pascua con la imagen del titular San Pablo100. Es un curioso desfile procesional al que asisten numerosos personajes. Encabeza la procesión un hombre que porta sobre sus espaldas, un peregrino con su bordón, de cuyo extremo pende la calabaza. Le siguen seis hombres que van tocando instru- mentos y algunos danzarines. A continuación, seis hombres forman un curioso montaje en altura de tres cuerpos, semejante en la actualidad al hombre llama- do Caragol, con otros más, que se apilan en altura en algunas festividades de poblaciones catalanas101.

Continuando con el cortejo procesional, doce caballeros vestidos con ropajes del siglo XVIII, siguen a los danzarines. Cinco de los caballeros por- tan banderas. Les sigue la cruz parroquial con manga de tambor, que lleva un sacristán, acompañado de otros dos, para turnarse en la procesión. Junto a ellos un monaguillo con una campana. También están los jóvenes “candele- ros”, cuatro mozos llevando cada uno una vela en la mano. Los mozos que, sin duda alguna, recogían la limosna de la Candela de los domingos de Cuaresma y que tenían su puesto de honor en la tradicional procesión denominada del voto de la Candela. Cuatro clérigos portan la imagen de San Pablo con sus atributos, la cruz-espada y el libro, titular de la iglesia parroquial de Zorita. Si- gue a la imagen el palio, cuyas varas sostienen cuatro caballeros vestidos con trajes elegantes y otros cinco caballeros portando sus bordones. Entre estos últimos y las trece mujeres que aparecen al final va un caballero sin bordón. Esta sería la versión de la obra original.

100 Procesionario que lleva el Cabildo Mayor de Beneficiados y Capellanes de la ciudad de Trujillo en todas las procesiones ordinarias y extraordinarias que hace en el año, el cual es hecho de orden de dicho Cabildo Mayor, por don Antonio García de Zejos, Beneficiado propio de la Santa Vera Cruz y Capitular de dicho Cabildo. Año 1720. Este libro se encontraba en la iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo. El último en estudiar dicho libro fue don Teodoro Fernán- dez Sánchez, de hecho, en el periódico La Opinión de Trujillo y en los Coloquios Históricos de Trujillo, hizo mención en varias ocasiones a este libro. En la actualidad no se conoce su paradero. Convendría tenerlo custodiado en la parroquia de origen (Santa María la Mayor de Trujillo) pues nos ofrecería muchas luces acerca de estas procesiones que se realizaban desde las parroquias a las ermitas y viceversa. 101 FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T: “Una torre humana”. Revista de Estudios Extremeños, tomo XXVII – II –1972, pp. 291-295.

José Antonio Ramos Rubio 107 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Don Joseph María Rossell, casteller de la Colla Jove dels Xiquets de Tarragona, realizó un estudio comparativo del cuadro que publicó y fotografió don Teodoro Fernández en el año 1972, con la fotografía realizada por Rossell en el año 2000102. En este análisis comparativo se observa claramente que el lienzo que actualmente se encuentra en el paramento de la subida de la escale- ra al camarín no es el mismo que el que existía en 1972. Estoy de acuerdo con el Sr. Rossell que se ha intentado hacer una falsificación del cuadro original, no coincide en múltiples aspectos, la posición de las piernas de los músicos y grupo de danzarines, el grupo de caballeros abanderados no se corresponde con la obra original, han desaparecido las calabazas que argumentaba don Teodoro Fernández, y en el actual portan lanzas; el grupo de la cruz procesio- nal es totalmente distinto, así como los portadores de la imagen de San Pablo; el grupo de peregrinos del lienzo original que portan calabazas poseen un tamaño menor que en el lienzo actual y el grupo de catorce mujeres que van en la procesión, son figuras hieráticas que no se corresponden con las mujeres pintadas en el lienzo actual, además no coinciden las vestimentas. Podemos concluir que el lienzo que se conserva en la actualidad en Fuente Santa no es el mismo que el original, y esta conclusión la refrendamos sin entrar en más detalles como las plumas de los danzantes, el tañedor de laúd, la batuta del di- rector, los palillos del tamborilero o los lazos de los estandartes, como afirma el Sr. Rossell muy acertadamente.

El 25 de enero, fiesta de la Conversión del Apóstol San Pablo, el Cabildo y la ciudad trujillana organizaban una procesión con la imagen de la Virgen de la Coronada, partiendo de su propia ermita y acompañada por el Cabildo Mayor de Beneficiados y Capellanes, justicias y pueblo devoto. Era protoco- laria una visita a Santa María, la mayor, y ante la Madre de Dios se cantaba una antífona litúrgica mariana, entonando el preste la oración final correspon- diente, para dar gracias a la Soberana Señora por su eficacísima intervención,

102 ROSSELL I MAYO, J. M: “Análisis comparativo del cuadro representante de una procesión con torre humana que se exhibe en la ermita de Fuente Santa de Zorita”. Revista de la Sociedad Arqueológica de Extremadura, núm. 2, año 2002, I época, pp. 147-158.

José Antonio Ramos Rubio 108 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña claramente milagrosa, en la decisiva liberación de la ciudad del poder de los árabes, ocurrida el día 25 de enero del año 1232. Y justamente el mismo día se celebraba otra procesión en Zorita, partiendo de la iglesia del apóstol San Pablo, con la imagen del santo titular para llegar a la ermita de Ntra. Sra. de Fuente Santa celebrando allí una misa solemne.

Existen referencias a “Fuente Santa”, no como ermita sino como terre- no ya en el siglo XIV, en tiempos del monarca Alfonso XI103. En tiempos de este monarca hubo un deslindamiento de varias caballerías del concejo, entre ellas se encontraban La Zarza, Fuente Santa y Zorita104. Estas caballerías se explotaban para pasto o a pasto y labor como otras dehesas. El concejo gene- ralmente las arrendaba por uno o varios años, tal y como hemos explicado con anterioridad.

El terreno de Fuente Santa formaba parte de “las caballerías” que te- nía Trujillo en esta zona. Dehesa cuyo origen estaría en el reparto de tierras realizado después de la Reconquista a caballeros, pero no cumplieron su fin y quedaron en poder del concejo. Fuente Santa fue una de ellas105, que por el valor de sus ingresos engrosaba el mayor número de maravedíes a las arcas de Trujillo, además de La Zarza, Zorita, Cañamero, Los Cerros, Navacebrera, Las Abiertas y El Turcal.

Los traslados de arrendamiento y decisiones sobre las demarcaciones de las tierras cercanas a la ermita de Fuente Santa partían de Trujillo106, hasta que 103 Los primeros testimonios sobre la existencia de la ermita se remontan documental- mente a mediados del siglo XVI. Lo cual no quiere decir que no existieran Libros eclesiásticos anteriores. Comprobamos documentalmente que, al menos desde el siglo XVI, ya hubo cabil- deos y serias discrepancias en torno a la propiedad de la imagen y su ermita, dando origen a un largo pleito jurídico. Pleitos que quedaron anotados en las Cuentas de mayordomía de la Fuente Santa, rendidas el 18 de julio de 1559. 104 Archivo Municipal de Trujillo, leg. 5, núm. 15. 105 Archivo Municipal de Trujillo, leg. 64, fol. 3 vº. Se arrendaban por el concejo por uno o varios años tras celebrarse una subasta pública. Archivo Municipal de Trujillo, leg. 7 ss, núms. 1-5 (años 1478-1518). 106 Escritura de deslinde de un pedazo de tierra al sitio de la Cabeza del Águila en Fuente

José Antonio Ramos Rubio 109 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Zorita se eximió de la jurisdicción de Trujillo, tal y como hemos estudiado en el proceso histórico. Hubo graves litigios administrativos entre mayordomos, capellanes y parroquias, sobre todo durante el siglo XVI. Existieron serias discrepancias en torno a la propiedad de la imagen y su ermita, dando origen a un largo pleito jurídico107. Se había presentado una demanda para quitar a Zo- rita su inviolable derecho y la posesión que la Parroquia de San Pablo Apóstol gozaba, tanto de la imagen de la Patrona como del culto, ermita y sus perte- nencias. En primera instancia acudieron al Visitador Diocesano impugnando la propiedad108. A lo largo de los años, le fueron presentando al Visitador una serie de traslados legalizados para defensa de los derechos del pueblo a tener la posesión de la ermita, Patrona y bienes. El 26 de enero de 1560 fue nom- brado obispo de Plasencia don Pedro Ponce de León. El asunto quedó zanjado con sentencia favorable para la parroquia de Zorita. Don Pedro Ponce de León, obispo de Plasencia, firmando un Decreto el 28 de diciembre de 1567, terminó con los pleitos, al pertenecer la ermita a la localidad de Zorita.

Santa otorgada entre Trujillo y Zorita. A 1 de mayo del 1539 ante Florencio de Santa Cruz. Año 1539. Archivo Municipal de Trujillo, leg. 1-3-78-1. Folio 18; Traslado del arrendamiento que el lugar de Zorita hizo de su dehesa boyal y ejido. Para llevarlo al pleito que siguió la Ciudad de Trujillo con las villas: Berzocana, Robledillo, La Cumbre, Abertura por la dehesa Caballerías. Archivo Municipal de Trujillo, año 1579. Leg. 1-2-49-2; Escritura de censo por 3 mil maravedíes sobre las viñas de Fuente Santa que el Concejo de Trujillo otorgó a favor del Concejo de Zorita. En Trujillo a 20 de Febrero ante Juan Rodríguez Caramaño. Archivo Municipal de Trujillo, año 1540. Leg. 1-3-78-1, folio 18. Escritura de censo de 3 mil maravedíes anuales otorgada a favor de Trujillo por el Concejo de Zorita sobre las viñas que en Fuente Santa plantaron los vecinos de esta villa y que les respeta y cede. En Trujillo a 20 de febrero ante Juan Rodríguez Caramaño. Archivo Municipal de Trujillo, año 1540. 1-3-78-1. Traslado de la Provisión Real en Madrid a 21 de agosto refrendada de Fernando Vallejo para que Trujillo diera testimonio del valor de diversas dehesas Caballerías para pieza del pleito que seguía con Zorita al eximirse de su juridicción el cual fue dado por Pedro Manglano ante quien se hizo este traslado en Trujillo a 10 de mayo de 1636. 21 folios. Archivo Municipal de Trujillo, año 1635. Leg. 1-6-225-23. 107 Cuentas de mayordomía de la ermita de Fuente Santa, rendidas el 18 de julio de 1559. 108 Según consta en el libro de las Cuentas de la ermita (op. cit.), Archivo parroquial de San Pablo de Zorita, fol. 45.

José Antonio Ramos Rubio 110 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Literalmente dice el documento que se conserva en el Archi- vo parroquial de San Pablo de Zorita: NOS DON PEDRO PONCE DE LEÓN, por la gracia de dios y de la santa iglesia de Roma Obispo de Plasencia del consejo de su majestad por cuanto la hermita de la fuen santa del lugar de çurita está anejada y unida a la fábrica de la iglesia de señor san pablo, del dicho lugar de çorita por la anexión que Nos hacemos el día la data deste mandamos en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor a bos el mayordomo de la dicha hermita a que dentro de veynte días de la notificación diere y pagare a la dicha fábrica de la dicha yglesia de se- ñor san pablo y su mayordomo en su nombre cincuenta mil maravedís del alcance que os fue fecho en la quenta que el doctor padilla ntro. visitador os tomó de la mayordomía de la dicha hermita a tres días del mes de abril deste dicho año de sesenta y siete según de suso se contiene en este libro con apercibimiento que vuestra rebeldía procederemos por la vía hexecutiva la dicha razón y tomad su carta de pago del dicho mayordomo de la dicha yglesia de çorita con la cual y con esta mandamos os sea pasada en quenta y otrosí haga cargo del recibo de los dichos cincuenta mil mrs. dada en verzoca- na en veynte y ocho de diciembre de mil quinientos sesenta y siete. Don Pedro Ponce Obpo. de placencia. (Lib. 21. Fol. 47)

De mandado de Su Señoría Ilma. Diego de la Peña109. Como la ermita es muy anterior a nuestras actuales demarcaciones parroquiales y municipales, por privilegio estaba exenta de toda jurisdicción parroquial. El Obispo nombraba el capellán que actuaba con autonomía, so- lamente limitada por el Visitador Diocesano. No obstante, hemos de hacer 109 Según consta en el libro de las Cuentas, Archivo parroquial de San Pablo de Zorita, fol. 47. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, T, op. cit., p. 48 y 49.

José Antonio Ramos Rubio 111 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña constar que en los respectivos documentos del Libro de Cuentas de la ermita (que incluye las Actas de las visitas), se concreta que la ermita de la Fuente Santa fue en todo momento propiedad aneja a la iglesia parroquial del Señor San Pablo Apóstol, en Zorita. Sin embargo, la administración de los bienes de la Virgen en todos los tiempos es independiente con absoluta separación por todos los conceptos. De hecho, en alguna que otra ocasión, cuando las arcas destinadas al culto y ermita de la Virgen de Fuente Santa eran más cuantiosas que las que tenía la propia iglesia parroquial, se sufragaban gastos necesarios con cantidades que la propia ermita entregaba. Tenemos la suerte de poseer un documento oficial que nos refiere literalmente: “El Licdo. Orbiso, juez oficial e Bicario General de la iglesia, cibdad y Obispado de Plasencia, por el muy Iltre. Y Rvdmo. Señor D. Pedro Ponce de León, Obispo del dicho Obispado, del Consejo de su Majestad, por el presente mandó que en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor, a Vos el mayordomo de la ermita de Fuente Santa, que de los maravedís de vuestro cargo, deís y entreguéis, dentro de seis días proximos siguientes de como este mi orden sea notificada o como della parte sepais en cualquier manera, veinticinco mil maravedís al mayordomo de la iglesia de Corita para ayuda de los gastos de su obra y reca- be obligación y seguridad del dicho mayordomo para que cada i cuando que por mi e por el juez en este tribunal residiere fuere mandado volver y pagar los dichos maravedís a la dicha ermita lo faga... (sigue con los apercibimien- tos oportunos para que en caso de incumplimiento y pasado el plazo prefijado, sepa que tomaría las providencias oportunas). Dada en Plasencia a XXVIII días del mes de abril de MDLXIII años. El Licdo. Orbiso. Por mandato del Sr. Juez, Francisco González, Ntrio”.

El notario apostólico y escribano público, don Diego Herruz, fue el encargado de cumplimentar la primera diligencia: “En el lugar de Çorita, tér- mino y jurisdicción de la cibdad de trugillo en seys días del mes de mayo del Señor de mil quinientos sesenta y tres años, este día Yo Diego Herruz, escribano publico y notario apostólico ley e notifiqué este mandamiento arriba contenido en persona de Diego de Trejo mayordomo que al presente es de la

José Antonio Ramos Rubio 112 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña ermita de Ntra, Señora María de la Fuente Santa, aneja a este dicho lugar, a que cumpla en todo y por todo según y como en él se quiere y so la pena que en él queda y en fe de verdad lo firmé de mi nombre. Diego Herruz, Escribano y Notario”.

Otra operación fue ordenada por el propio obispo don Pedro Ponce de León. Este préstamo era más elevado, ascendía a 50000 maravedíes a favor de la misma parroquia. Parece ser que ya era la última cantidad para coronar la obra principal.

Muy probablemente el mandato episcopal fue consecuencia de una visita personal del obispo, porque la orden está firmada en Berzocana el día 28 de diciembre de 1567. Sin duda que recorriendo este sector de su diócesis y después de examinar directamente los trabajos quiso darle el último y defi- nitivo impulso con esa cantidad110.

En el siglo XVI, los regidores de Trujillo otorgaron tierras para bene- ficio del santero que cuidaba la ermita, tierras que han pasado con los años a ser bienes de la ermita111.

En otro inventario fechado el 28 de junio de 1769, se registran las posesiones de la ermita: “La ermita tiene una cerca de prado y un pedazo de tierra que está en el ejido de la Santa Ermita, todo en el sitio de la Caballería que esta la Santa Imagen...Otra casa y cerca continua a dicha santa ermita con diferentes árboles que sus frutos y goces los aprovechan los hermanos ermitaños que asisten al aseo y limpieza de esta Santa Iglesia e Imagen .”112.

El día 18 de noviembre de 1777, al realizar la transmisión de poderes de un mayordomo a otro, se repiten las consignaciones anteriores. El acta no- tarial nos dice literalmente: “Lo primero, le entrego unas casas continuas a la

110 FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, op. cit., pp. 53-54. 111Maestro Sánchez de Villanueva, Visitador que fue de este Obispado, año 1543. II Libro de bienes de la ermita. 112 Libro de Cuentas de Fábrica de la ermita, 1769, fol. 26.

José Antonio Ramos Rubio 113 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Ermita en que viene y moran los santeros. Con una cerca continua a dichas casas con higueras cuyo fruto perciben los santeros y lo mismo disfrutan el terreno... Otra cerca de prado a la parte de arriba de la Ermita que su fruto de hierba lo percibe esta dicha obra pía...Una suerte de tierra que llaman el Exidillo que circumba a la Ermita, que se arrienda cuando cae la hoja de la Caballería en aquella parte, con diferentes álamos.”113.

De todos los bienes reseñados en la actualidad pertenecen a la Virgen de Fuente Santa, la ermita, la casa del santero, anejos y ejido, y un huerto que fue segregado del mismo.

113 Libro de Cuentas, 1777, fol. 57 vº.

José Antonio Ramos Rubio 114 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

El Templete y la Ermita al fondo.

Vista general de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 115 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

El templete y la fuente.

Pieza visigoda adaptada en el templete.

José Antonio Ramos Rubio 116 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

El camarín.

Cúpula y linterna de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 117 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Torre campanario de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 118 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Soportales de la ermita.

Interior de la ermita, verja renacentista.

José Antonio Ramos Rubio 119 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Púlpito de la ermita.

Magnífica reja renacentista, ermita.

José Antonio Ramos Rubio 120 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

3.- La iconografía de la Fuente Santa

Una tradición legendaria nos explica que “unos peregrinos, en pleno mes de Agosto, van en peregrinación a Guadalupe. Sedientos, quedan exhaus- tos, e invocan a la Virgen. Una luz los rodea y una bella mujer les indica que caven en ese lugar con los bastones y que encontrarán agua. Y allí aparece”. Por tanto, el relato nos refiere que la celestial Señora se apareció a unos pere- grinos, cansados y agotados, para mostrarles el misterioso caudal de agua fres- ca que corría a flor de pies, donde hoy se alza el rústico templete denominado de la Fuente Santa.

Los extremeños, ya desde la Edad Media, mostraban una predilección en sus devociones por la Virgen María, que era titular de más de la mitad en las parroquias y de otras tantas ermitas. La devoción a la Virgen había sido introducida en España por los cistercienses y difundida a través de la Orden de Alcántara a las otras órdenes militares y al resto de la Iglesia.

Hemos de reconocer objetivamente que existen en toda la geografía extremeña múltiples leyendas y tradiciones, de dudosa o escasa fiabilidad, surgidas ordinariamente del afecto cordial, más que de testimonios verdaderos y evidentes. Sin ir más lejos, citamos el caso del hallazgo de los restos de San Fulgencio y Santa Florentina, en las abruptas serranías de las Villuercas, cerca del río Guadalupe, junto con una imagen de Ntra. Sra., que recibió la advoca- ción de Virgen de Guadalupe -hacia 1340- (Baja Edad Media). Según la tradi- ción, fueron escondidos en este lugar durante la Alta Edad Media, cuando los mozárabes huyeron de Sevilla, lugar de procedencia de los restos, para evitar su profanación. Los restos de los Santos, se conservan en Berzocana.

Claves-comentario: Leyenda Etiológica que explica el hallazgo de una fuente. La fiesta más popular es “La Velada”, el 14 de Agosto, en que el pueblo marchaba de noche con candelas encendidas desde la parroquia a la ermita y allí se la hacían ofrendas. La Virgen se comporta como una Dama Blanca, asociada al agua y a la noche. El agua, beneficio de primera necesidad

José Antonio Ramos Rubio 121 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña para cualquier ser viviente, ha sido uno de los elementos más buscado y glo- rificado por la humanidad. En todas las religiones el agua ha sido considerada como un componente divino. Así, por ejemplo, los fenicios creían que un dios al que llamaban Aleyin, que significa: el que cabalga sobre las nubes, era el dios de la lluvia, el dios que hacía crecer las plantas que los alimentaba y cuyo espíritu se podía encontrar y venerar en fuentes, manantiales, arroyos y ríos. En la mitología griega descubrimos que el mar Océano estaba considerado como un inmenso río —poderosa corriente del río Océano—, nos dice Home- ro en su obra: «La Iliada». Un inmenso río que bajado del cielo era el padre de las fuentes, de los arroyos y de los manantiales... En la religión cristiana también en el agua se ha percibido el espíritu puro y eterno de la divinidad. En la época en que los romanos y los visigodos ocupaban esta tierra de Extrema- dura, hubo algunos grupos que poblaban esta zona por la cual existían muchas fuentes que manaban agua cristalina y servían para abastecer con holgura a todas las familias que habitaban por el monte. Sin embargo, entre todas las fuentes, había una en concreto que chorreaba un agua gustosa, delicada, salu- dable y mucho más cristalina que las demás. El agua de la fuente se convirtió por aquella época, o se había convertido ya, en un agua medicinal, muy apta para curar numerosas enfermedades.

En latín: “fuente santa”. Nombre de advocación mariana: Nuestra Se- ñora de la Fuensanta. Hay otros santuarios nacionales con este nombre, desta- camos el de Murcia y el de Jafre (Girona).

José Antonio Ramos Rubio 122 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La imagen de Fuente Santa engalanada para salir Virgen de Fuente Santa con manto y corona antigua. en procesión.

Retablo de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 123 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Virgen de Fuente Santa y Niño con las coronas, San José, pintura popular en la ermita, bóveda del obsequio de la Sra. Cano Broncano. presbiterio.

Pintura, detalle de la bóveda del presbiterio de la Inmaculada, camarín de la ermita. ermita.

José Antonio Ramos Rubio 124 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Lienzo de la Virgen de Fuente Santa, camarín de la ermita. Escultura de San Blas, ermita.

Pinturas en la cúpula del camarín de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 125 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Imagen de la Virgen, camarín. Detalle pictórico de la cúpula del camarín de la ermita.

Otro detalle pictórico de la cúpula del camarín de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 126 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle, pintura de la cúpula de la ermita.

José Antonio Ramos Rubio 127 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Lienzo de la torre humana o procesión de San Pablo, antes de su restauración (1970).

Lienzo de la procesión de San Pablo, ya restaurado.

José Antonio Ramos Rubio 128 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle de la torre humana del lienzo.

Procesión de San Pablo, lienzo pictórico.

José Antonio Ramos Rubio 129 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle del lienzo.

José Antonio Ramos Rubio 130 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle del lienzo pictórico, en la ermita de Fuente Santa.

Detalle pictórico del lienzo pictórico.

José Antonio Ramos Rubio 131 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

4.- La Virgen de Fuente Santa María de Fuente Santa –finamente policromada- está en pie, sujeta a su Hijo con la mano izquierda y, la mano derecha en la que originariamente llevaba una fruta esférica114, le ha sido alterada para sostener un moderno cetro que depende todavía de las formas puristas, aunque ya ciertamente deriven hacia el barroquismo de mediados del siglo XVII115. La Virgen hace un ade- mán de inclinar ligeramente su cuerpo hacia un lado, como las “Odegetrias” bizantinas. Viste túnica de color rojizo decorada con decorada con elementos 116 vegetales estofados y las típicas cardinas góticas, ceñida al cuerpo con un cíngulo, presentando alto talle, plegada con soltura y de manera naturalista, como es propio de lo gótico. El cuello de la túnica no está tan ajustado a la garganta de la Virgen, como era habitual en épocas anteriores. Lleva un ampu- loso manto de color verdoso con dibujos en zigzags y estrellas doradas117, con ribetes en los bordes, donde le han sido adaptados cabujones de forma ovoidal verdes y rojos, tallado basando en angulaciones, típicas del gótico hispano-fla- menco que se desarrolla en la segunda mitad del siglo XV. Por debajo asoma

114 Por medio de la exégesis de las Sagradas Escrituras los Padres de la Iglesia intentan reconciliar el Antiguo Testamento con el Nuevo, identifican a María como la nueva Eva, en el sentido del perdón de los pecados. A partir de este momento, y con la aparición de los Apócrifos de la Biblia (siglos II y III), se observa una creciente devoción a María. Si los Evangelios canó- nicos son muy parcos en noticias puramente narrativas, los escritos apócrifos, son indudables fuentes iconográficas repletas de narraciones. La manzana y otros frutos similares, en la mano de María, son reflejo de la mujer apocalíptica para convertirse en la nueva Eva que venía a sal- var lo que se había perdido a causa de una manzana. TRENS, M.: Iconografía de la Virgen en el Arte Español, Madrid, 1947, p. 15. 115 La única referencia al cetro de plata de la Virgen aparece citada en el Libro de Cuen- tas, año 1849, fol. 74 vº, siendo mayordomo don Fernando Gil. 116 Curiosamente, este tipo de flores con pétalos estaban ya presentes en muchas de las orlas que circundan las viñetas de las Cantigas de Alfonso X. Vid. GUERRERO LOVILLO, J.: Las Cantigas. Estudio arqueológico de sus miniaturas. Madrid, 1949. Esta imagen de Fuente Santa guarda muchas semejanzas con la patrona de , estilística y artísticamente. 117 Decoraciones frecuentes en la moda española de finales del siglo XV. Véanse los estudios de BERNIS MADRAZO, C.: Indumentaria medieval española. Madrid, 1955. “In- dumentaria española del siglo XV: la camisa de mujer”. A.E.A. Tomo XXX, Madrid, 1957, pp. 187 ss. “Modas moriscas en la sociedad cristiana del siglo XV y principios del XVI”. Bol. Real Academia de la Historia, CXLIV, Madrid, 1959. “La moda en las imágenes góticas de la Virgen. Claves para su fechación”. A.E.A., XLIII, núm. 170, Madrid, 1970. Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos. I. Las mujeres. II. Los hombres. Madrid, 1978-79.

José Antonio Ramos Rubio 132 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña uno de los zapatos de punta redondeada que calza Ntra. Sra. El Niño viste túnica, con ajustado escote y bendice con la diestra.

Madre e Hijo ostentan unas facciones muy ingenuas. El rostro ova- lado de la Virgen está enmarcado por largos y negros cabellos que le caen en cascada por la espalda y hombros. El cabello del Niño se dispone a modo de casquete.

La postura de la Virgen de la Fuente Santa responde a la Odegetria. Precisamente, el historiador Nicéforo Calixto nos indica que en el siglo IV la hermana de Teodosio II colocó un icono con la representación de la Virgen en la iglesia constantinopolitana de Odegón (“calle de los guías”), a esta Virgen desde entonces comenzaron a llamarla Panagia Odegetria (“la que guía”). De pie con el Niño en su brazo izquierdo y la mano derecha apoyada sobre el pecho sosteniendo una fruta esférica. El Niño con túnica, poseía nimbo y bendecía al modo latino con la derecha, sosteniendo en la izquierda un rollo de pergamino o el Libro de los Siete Sellos alusivo a su segunda venida apo- calíptica. La figura de Jesús en actitud deífica y bendiciendo, están concebidas ambas imágenes con sentido teológico y con carácter teofánico.

Por todos los detalles expresados, es probable que la imagen sea obra de finales del siglo XV, realizada por un artista anónimo local. No obstante, esta imagen presenta confusiones, ya que no responde a su aspecto primitivo. Ha sufrido múltiples alteraciones118.

En la noche del 6 de octubre de 1950, una tormenta produjo una des- carga eléctrica que alcanzó el camarín, la imagen y el retablo, ocasionando graves desperfectos. Las imágenes de la Virgen y el Niño Jesús perdieron gran parte del brazo derecho. El pelo y el manto de la imagen de la Patrona quedaron carbonizados y la corona rota. Fue restaurada por el equipo de don 118 Además de la restauración llevada a cabo tras los desperfectos ocasionados por la tormenta de 1950, en el año 1858 se retocó la imagen por valor de 80 reales, según consta en el fol. 98 (recibo 21), Libro de Cuentas de la ermita. Ese mismo año se efectuaron obras en el portal (500 reales) y la sacristía (206 reales), fols. 96 y 96 vº. Libro citado.

José Antonio Ramos Rubio 133 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

José María Alcácer, en el Museo del Prado de Madrid. La peana de la Virgen también sufrió desperfectos, encargándose una nueva en 1966 al artista sevi- llano don Manuel Seco Velasco por valor de 26.702 pesetas.

La Cofradía que cuida celosamente del culto a la Patrona, siempre ha tenido su mayordomo, que tiene como misión responsabilizarse de todos los derechos, bienes y servicios, que tuvieran relación con la imagen, ermita, culto y santeros. La Virgen ha gozado de benefactores que han donado a la imagen ricos ornamentos, de plata y oro, alhajas –como coronas- y limosnas. Antiguamente, el mayordomo era elegido en el portal de la iglesia de San Pa- blo, lugar donde se reunía el Concejo para tratar públicamente los asuntos del pueblo.

No se conserva el I Libro de Cuentas o Mayordomía que nos ofrece- ría detallada cuenta de todos y cada uno de los bienes que se entregaban al mayordomo para guardarlos y administrarlos y que pertenecían a la Virgen de Fuente Santa, aunque algunos aparecen transcritos en el II Libro de Cuentas. Este Inventario se presentaba al delegado del Obispo o Visitador diocesano, para que tomase las cuentas periódicamente, examinando todos los ingresos y gastos debida y legalmente comprobados, así como los bienes que poseía la ermita y la Patrona.

En el II Libro de Cuentas de Fábrica o Mayordomía (incluye las Actas de las visitas e inventario de bienes) recogemos datos importantes de la piedad mariana y de los bienes de la ermita119, donde hallamos una importante relación de piezas de gran valor regaladas a la Virgen de Fuente Santa: dos coronas que envió Juan Pizarro –una para la Virgen y otra para el Niño-, cuyo peso era de ochocientos gramos la más grande, con el escudo de armas de los Pizarro120; tres paños de Indias, y en 1552 aparece reflejado 119 Existió otro anterior que ha desaparecido, según consta en el Libro de Cuentas o II Libro de Mayordomía de la ermita (1543-1613), “por mandado del visitador del obispo don Gutierre de Carvajal, porque había mucho tiempo que se había hecho el Libro de Cuentas viejo y estaba roto”. Archivo parroquial de San Pablo de Zorita, fol. 1. 120 Marchó a América cuando tenía 25 años de edad en la expedición organizada por su

José Antonio Ramos Rubio 134 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña otro importante donante, Pablo Meneses –natural de Talavera la Reina- que desde el Perú envía 50 coronas a la Virgen de Fuente Santa y posteriormen- te enviaría otras 100 coronas121, o un cáliz de plata que regaló el obispo de Plasencia Gutierre de Vargas Carvajal para los oficios litúrgicos en la ermita, casi todas las piezas del siglo XVI procedentes de América desaparecidos lamentablemente.

Es muy interesante la referencia al donativo de Juan Pizarro, her- mano del conquistador del imperio inca, Francisco Pizarro. Hemos de partir del hecho que la advocación a la Virgen de Fuente Santa se extendió rápida- mente y asumió el patronazgo espiritual de la comarca. No solamente Zorita, sino Conquista de la Sierra, Alcollarín, Herguijuela, Santa Cruz de la Sierra, Garciaz, Madroñera o , profesan devoción a la Patrona de Zori- ta. De hecho, en algunas de sus iglesias existen cuadros con la representación de la Imagen de la Virgen de Fuente Santa con el Niño en brazos. La cercana presencia de la localidad de Conquista de la Sierra y el solar que los Pizarro tenían allí es un claro ejemplo de la devoción de los Pizarro a la Virgen de Fuente Santa. Su primer nombre fue La Zarza y así aparece documentada en las primeras referencias de las que tenemos noticias122. hermano Francisco Pizarro en 1530. Falleció en Perú por un golpe en la cabeza con una piedra, al quitarse la celada, en 1536. Por tanto, envió las coronas entre 1530-1536. Otra prueba evi- dente de la existencia de la imagen de la Virgen de Fuente Santa en estos años. El dato sobre la donación de “Sr. Juº Pizarro”, y no de Francisco Pizarro como indicó en su día don Teodoro Fernández Sánchez en la revista de Fiestas “La Velada”, Zorita, 1966, p. 3, aparece documen- tado en el II Libro de Cuentas o Mayordomía de Fuente Santa (que comienza el 17 de octubre de 1543, y queda constancia de algunos datos del I Libro de Cuentas en el fol. 1). Es más que probable que don Teodoro Fernández recogiese dicha información de una publicación realizada por el historiador y zoriteño Domingo Sánchez Loro en “El Regional” de Plasencia, septiembre de 1953, editado igualmente en su obra Trasuntos Extremeños, Cáceres, 1956, p. 228. 121 Cuentas del 18 de julio de 1559, según anota el notario de la Visita en el Libro de mayordomía, fol. 44. 122 Sentencia dada el 17 de abril de 1353 por Gonzalo Fernández de Añasco, juez de- signado por el concejo de Trujillo, sobre la heredad de las Cañadas de la Zarza, en el monte de Alcollarín, cuya propiedad se disputaban el concejo de Trujillo y Bartolomé Sánchez y sus hermanos. Archivo Municipal de Trujillo, leg. 1.1, núm. 9, fols. 25r-26r. Otro documento que cita La Zarza y manifiesta la disputa por la citada heredad entre el concejo de Trujillo y María Alonso. Archivo Municipal de Trujillo, leg. 1.1., núm. 10, fols. 26vº-28r.

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En 1522 el capitán Gonzalo Pizarro, padre de ambos, hizo vínculo y mayorazgo de todos los bienes que poseía en este pueblo a favor de su hijo legítimo Hernando Pizarro123 que se casó con su sobrina Francisca Pizarro, del matrimonio nació un hijo que fue el sucesor en los derechos de bienes, el descendiente se casó con Estefanía de Orellana y tuvieron al primer mar- qués, reconocido por sentencia real en 1629, el cual logró que se cambiase el nombre del pueblo de La Zarza en Conquista (por el título del marquesado que alude a la conquista del Perú).

En la iglesia de Conquista de la Sierra estuvo –durante un tiempo- enterrado don Gonzalo Pizarro y Rodríguez de Aguilar –hasta que Hernan- do Pizarro ordenó trasladarlos a la parroquia de San Francisco de Trujillo-, padre de los famosos Pizarro conquistadores. Murió el 16 de septiembre de 1522 en el cerco de Amaya, estando a las órdenes del duque de Nájera y del Conde de Miranda124. Aún se encuentra en la iglesia de Conquista la losa funeraria de María de Aguilar, una hija bastarda de Gonzalo Pizarro: “AQUÍ YACE MARIA DE AGILAR, HIJA DE GOCALO PICARO”.

La Zarza o Conquista de la Sierra, fue el lugar donde crecieron juntos los hijos de Gonzalo Pizarro. A excepción de Francisco Pizarro, desechando la teoría de algunos lugareños que consideran que había nacido aquí, pues los Pizarro vivieron en La Zarza en 1522, y ya hacía veinte años que Fran- cisco Pizarro se había marchado a América. Porque tal heredad sólo fue de su padre a partir de su matrimonio en 1503 con Isabel Rodríguez de Aguilar. Cuando se casó su padre, Francisco Pizarro hacía ya un año que estaba en América. Juan Pizarro, que regalaría las coronas a la Virgen de Fuente Santa, fue el usufructuario de la viña y huerta de La Zarza junto con su tía materna

123 Manuscrito de Esteban de Tapia, Crónicas trujillanas del siglo XVI, op. cit., pp. 296 y 297. NARANJO ALONSO, C.: Trujillo sus hijos y monumentos. 2ª ed. Serradilla, 1929, p. 32. 124 CUNEO VIDAL, R.: Vida del conquistador del Perú don Francisco Pizarro y de sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro y Francisco Martín de Alcántara. Casa Editorial Maucci. Barcelona, 1934, p. 34. CUNEO VIDAL, R.: Vida del conquistador don Francis- co Pizarro. Lima, Gráficas Morsom, 1978. BUSTO DUTHURBURU, JOSE ANTONIO del: Francisco Pizarro y Trujillo de Extremadura. Ed. Studium. Lima, 1983, p. 58.

José Antonio Ramos Rubio 136 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Estefanía de Vargas y su hermana Inés Rodríguez de Aguilar (que fue la ma- yor de las hijas de Gonzalo Pizarro, incluyendo las bastardas)125. Siempre ha gozado la Virgen de Fuente Santa de merecidos devotos. Precisamente, desde el obispado de Plasencia, sus visitadores han exhortado al pueblo a ofrecer limosnas para el culto a la Virgen. Por citar algún ejemplo, acabadas las obras que se realizaron entre 1770-1773, el Visitador. Lic. Don José Fernández Díez, el 29 de mayo de 1773, exhortó en la Visita general realizada en la ermita, que era un deber religioso que los vecinos de Zorita obsequiaran a la Virgen con donativos. De hecho, desde el siglo XVIII apa- rece la costumbre de regalar a la Virgen de Fuente Santa el pegujal, pequeña porción de siembra o de ganado que los pobladores ofrendaban para sufragar los gastos de la ermita y culto.

El problema surge al tratar de explicar la historia del culto a la Patro- na, la tradición legendaria y fechar la imagen de la Virgen y el Niño. Al di- fundirse estos relatos lignarios, según un modelo establecido, los monjes o el pueblo sencillo no buscaban la verosimilitud. Su objetivo era el de incorporar al culto de una imagen el “medio ambiente” legendario que entrase más entra- 126 ñablemente en el corazón del pueblo . Pero, cada época tiene su idiosincrasia y no se puede aplicar a una época pasada criterios que hoy estimamos insusti- tuibles. Es difícil captar el mensaje de unos hombres medievales que creían en un mundo en el que casi todo era simbólico.

125 Hay que recordar que el heredero que quedó con vida tras las azarosas aventuras americanas fue Hernando Pizarro, que vivió en Conquista de la Sierra o La Zarza junto con su esposa Francisca Pizarro durante las obras de su residencia, el palacio del Marqués de la Conquista en Trujillo. Y, la vinculación de los Pizarro y los Añascos se remonta al siglo XIV, cuando vivía en 1310 en Trujillo don Gonzalo Sánchez Pizarro que se unió en matrimonio a una dama noble de la Casa de los Añascos, sus sucesores fueron Sancho Martínez Añasco Pizarro y Alfonso Martínez Pizarro. Este enlace comprometió la militancia de los Pizarro por el linaje de los Añascos durante varias generaciones. 126 MUYMEN, J.: El enigma de las Vírgenes Negras. Barcelona, 1973, p. 135. HERRAN, L.: Historia, culto y leyenda de las apariciones marianas. Estudios Marianos. Vol. de la Sociedad Mariológica Española. Madrid, 1961, p. 265.

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La leyenda va más allá de la historia porque expresa todo aquello que está en el alma de un pueblo o de una comunidad, pero que la historia no ha podido captar. La ley que debe aplicarse a estas leyendas no puede ser más que ésta: El hombre atrae la realidad no sólo por el entendimiento, sino también con el sentimiento, y la expresa no con palabras frías, sino basándose en ale- gorías, símbolos, leyendas y mitos. Así, el misterio de María no sólo se expli- ca con la historia, más bien escasa, sino también con la teología y el lenguaje indirecto del símbolo y de la metáfora, como encarnación de lo indecible.

Los cristianos al lado de la Madre protectora se sentían fuertes, gra- cias a las imágenes que iban llenando los santuarios de las tierras conquistadas a los árabes. Este convencimiento se vivía comunitariamente y fue concretán- dose en el momento en el que un poeta -expresión del alma popular- fingió, que no inventó, la historia de la imagen venerada. La narración, con el correr del tiempo, fue creciendo con detalles que corrían de boca en boca, hasta pasar al acerbo común y transformarse en leyenda.

Las manifestaciones marianas muestran como tipificados, unos es- quemas devocionales e históricos, que proyectan a su vez manifiestas analo- gías para la comprensión del fenómeno religioso. El concepto de la realeza de la Madre de Jesús, fue captado por los tallistas medievales y tardomedievales en toda su profundidad teológica y grandeza litúrgica, existiendo una gran correlación entre la plástica y la corriente ideológica que la informa, de esta forma, aquélla se produce en función directa de ésta. Pocas veces en la historia del arte se ha producido un fenómeno así.

No sabemos mucho acerca de los centros de producción. No hay duda de que la mayor parte de las esculturas fueron importadas, llegaron a nuestra región acompañando a los ejércitos en las campañas militares de reconquista o fueron parte importante del equipaje de nobles o prelados cuando se instalaron en alguna localidad de la Diócesis de Plasencia, procedentes de otros luga- res. Hemos de destacar la actividad de los escultores o entalladores locales que según la General Estoria se dedicaban a esculpir imágenes y venderlas.

José Antonio Ramos Rubio 138 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

127 Generalmente, imágenes con la representación del Crucificado , la Virgen o formando un Calvario con la Virgen y San Juan, el discípulo amado. Las Can- tigas128 y la mayor parte de la literatura de la época129, como ya hemos visto, confirman que estas reducidas representaciones debían de constituir la única imaginería de las iglesias. A medida que avanza el gótico, el artista interpreta cada vez más intensamente el natural, como ocurre en imágenes del siglo XV, arrancándole su expresividad.

En los años finales del XV –época en la que fechamos la Virgen de Fuente Santa- y en los primeros años del siglo XVI, podemos comprobar la pervivencia de fórmulas goticistas, relacionadas más o menos directamente con lo flamenco, lo francés y lo germánico; es todavía, el naturalismo finime- dieval, que se resiste a desaparecer, por su arraigo en las tierras hispánicas a las que tardíamente llegó la reconquista, y debido en parte a indudables ana- logías en conceptos y morfologías, singularmente en el aspecto artístico, que tan certeramente ha sido clasificado como hispano-flamenco.

Al propio tiempo, el humanismo renacentista itálico, se imponía con fuerza arrolladora, imantando escuelas, talleres y artistas, que se adscribían a 130 la estética de la belleza, de que era portador .

127 La Iglesia, desde el Concilio de Trullo (695), recomendaba representar a Cristo en forma humana y sufriente para hacer frente a las doctrinas monofisitas que pretendían absorber la naturaleza humana de Cristo en la divina. Su fusión en la iconografía se produce en el siglo XI, sobre todo en Oriente. REAU, L.: Iconografía de l`art Chretien. T. II. Vol. II. Presses Univer- sitaires de la France. París, 1957, p. 477. A partir del siglo XIII se representa a Cristo, doliente, pero con gesto amable, quizá como consecuencia del sentimiento religioso expresado por San Anselmo en su Oración ante la Cruz o por San Bernardo. SAN ANSELMO: Obras Completas. B.A.C. Madrid, 1953, p. 301. 128 DE ALFONSO X EL SABIO. Ed. de Jesús Montoya. Cátedra, Madrid, 1988. GUE- RRERO LOVILLO, J.: Las cantigas. Estudio arqueológico de sus miniaturas. Madrid, 1949. 129 Vid. El estudio de investigación del autor de este libro en el capítulo Fuentes icono- gráficas de la Edad Media. RAMOS RUBIO, J. A:Imaginería y pintura medieval y tardomedie- val en la Diócesis de Plasencia. Tesis doctoral inédita, Universidad de Extremadura, Cáceres, 1995. Escultura Medieval y Tardomedieval en la Diócesis de Plasencia. Fundación “Palacio de Alarcón”. Imprenta Moreno, Montijo, 2004. 130 RAMOS RUBIO, J.A.: “La influencia italiana en el arte renacentista extreme- ñ o”. Actas de los XVIII Coloquios Históricos de Extremadura. Inst. Cultural “El Brocen-

José Antonio Ramos Rubio 139 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Consideramos que el vulgo popular unido a la tradición legendaria de los peregrinos que sofocaron su sed en un manantial existente en esta zona, provocaron que en los años finales del siglo XV –y no antes- la villa de Zo- rita construyera en este lugar una ermita y un “monumento” digno en aquel lugar donde existía un manantial. El culto popular sufragó los gastos para que un artista local tallase la magnífica imagen de la Virgen de la Fuente Santa y el Niño. Porque, aunque han desaparecido los libros de cuentas de fábrica e inventarios de esa época, las características estilísticas de las imágenes de la Virgen y el Niño, y los restos más antiguos que se conservan de la primitiva ermita corresponden a los años finales del siglo XV. No tiene nada que ver con las creaciones de un arte, cronológico y espacialmente fronterizo, sin grandes exigencias estéticas como correspondía a la mentalidad de sus devotos: sol- dados y campesinos, colonos de las tierras de la Extremadura Leonesa. Con ellos llegarían imagineros poco cualificados, prestos a llenar el vacío icónico de su nueva tierra, cuando no traerían sus entrañables imágenes protectoras, rudas como ellos mismos131. Tenemos en la Diócesis placentina obras de no- table calidad artística como es el caso de la Virgen del Sagrario de la Catedral de Plasencia o la Virgen de Guadalupe, obras románicas cuyas características estilísticas y artísticas no tienen semejanzas con la Virgen de Fuente Santa. Está más en consonancia con otras imágenes como la Virgen de los Hitos de Jaraicejo o Nuestra Señora de la Salud de Plasencia, de cuya imagen podemos destacar que –al igual que la Virgen de Fuente Santa de Zorita– se trata de una “Odegetria” bizantina, la Virgen está en pie y sus proporciones son esbel- tas, afilándose a la base como corresponde al período gótico final. Ntra. Sra. sostiene al Niño con ambas manos, este descansa en el brazo izquierdo de su Madre. El cabello le cae en cascada por la espalda y sobre los hombros, en tor- se”. Cáceres, 1989.

131 Existen numerosas obras de los períodos románico y gótico en la Diócesis placentina que representan a Ntra. Sra. con el Niño Jesús. RAMOS RUBIO, J.A.: Imaginería y pintura medieval y tardomedieval en la Diócesis de Plasencia, op. cit. RAMOS RUBIO, J. A.: “Imagi- nería Medieval en la Tierra de Trujillo”. Congreso sobre “La Tierra de Trujillo desde la época prerromana a la Baja Edad Media”, celebrado en la sede de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, sita en Trujillo, entre los días 18, 19 y 20 de noviembre de 2004.

José Antonio Ramos Rubio 140 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña no al agradable óvalo del rostro, de una manera flamenquizante, tratamiento 132 usual a finales del siglo XV . El Niño presenta algunos caracteres iconográfi- cos semejantes al Niño que lleva entre sus brazos Ntra. Sra. de la Esclarecida, de la parroquia de Santiago de Cáceres (obra del último cuarto del siglo XV).

Ntra. Sra. viste túnica y manto muy ricos, dorados y estofados con abundantes motivos geométricos y vegetales que enriquecen la efigie. La tú- nica de la Virgen María ostenta un característico escote cuadrado que puede fechar la imagen en los últimos años del siglo XV, escondido tras el lujoso manto, que está abrochado al centro, rasgo característico en la moda de la se- gunda mitad del siglo XV. El manto cae hacia los pies en acartonados y parale- los pliegues, concebidos con gran elegancia, en donde se notan las violencias angulaciones propias del estilo gótico, dejándonos ver los zapatos de punta re- donda que calza Ntra. Sra. Además, el cinturón con el que se ciñe la túnica está situado a buena altura en el talle, lo cual también prueba que es una imagen de derivación gótica. Características que nos proporcionan un dato clave y de especial relevancia para relacionar la estatura con la etapa hispano-flamenca de finales del siglo XV. Además, la talla propiamente dicha no puede negar su adscripción a modelos de estirpe hispano-flamenca133.

Numerosas donaciones ha recibido la Virgen de Fuente Santa a lo largo de su historia: ricos mantos bordados con pedrerías, manteles, rosarios, etc... Según queda constancia en los libros de cuentas existentes en la parro- quia de San Pablo: frontales, casullas, manteles, sábanas, camisas de la Vir-

132 Tallados con unas estrías semejantes a las que ostenta la Virgen de Fuentes Claras, de y Ntra. Sra. de la Piedad, de El Torno. 133 No estamos de acuerdo con la afirmación que realiza don Teodoro Fernández en su libro, considerando que la Virgen es obra del siglo XIII, no posee características artísticas, documentales ni estilísticas que nos permitan estar de acuerdo con esta fecha. “Cuando los res- tauradores y técnicos del museo Nacional del Prado examinaron esta imagen, después del último martirio, padecido por el rayo vengador de 1950, todos convinieron en opinar que se trata de una talla policromada de final del siglo XIII”. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, op. cit., p. 104. Sin ningún tipo de rigor artístico, el mismo don Teodoro relaciona la Virgen de Fuente Santa con imágenes tan conocidas como la Virgen Blanca de León, la de la Sede de Sevilla (además es una imagen sedente, del más puro estilo románico) y otras muchas con marcados parentescos estilístico, al que se quiere asemejar erróneamente con la imagen de Ntra. Sra. de Fuente Santa.

José Antonio Ramos Rubio 141 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña gen, candeleros, lámparas de plata, cálices, copones, navetas134. En el Inven- tario de bienes de la ermita del año 1795 se citan un total de treinta y nueve piezas de plata135. Los mayordomos de la Virgen, siempre preocupados por el decoro de la ermita, adquirieron obras para engalanarla. Por ejemplo, en 1879 entregaron 20 reales al Sr. Serrano por dos cuadros en lienzo que trajo para la ermita, y una cruz de plata de Meneses para la manga136.

Y más cercanos a nosotros, a mediados del siglo XIX, la cofradía adquiere un realejo para acompañar los cánticos de las fiestas celebradas en el santuario137. En la actualidad, la Virgen de Fuente Santa es cubierta con tres ricos mantos, uno para cada ocasión propicia. Un manto le regaló una novia en los años 60 del siglo XX, doña Ana Navarro donó a la Virgen un magnífico manto de terciopelo bordado en oro, y en nuestros días, la Cofra- día adquirió otro en talleres de bordados de Madrid.

Al quedar destrozada la corona con motivo de la tormenta, el pueblo encargó una nueva confeccionada y engalanada con preciosas joyas, brillan- tes perlas, platino, diamantes y gran cantidad de plata y oro. Con ésta fue 134 Es frecuente en las visitas realizadas a la ermita de Fuente Santa por el visitador apostólico quedar constancia escrita de todos los bienes que poseía la Virgen de Fuente Santa. Eran numerosos en los siglos XVI y XVII, según queda certificación escrita (en fotografía ex- ponemos algunos) por los mayordomos Rodrigo Cumbreño o Miguel Sánchez. En los inventa- rios que se realizan en los años finales del siglo XVIII, ya no se detallan las piezas muebles una a una, por tanto, no hay constancia de las coronas de plata, que se mencionan repetidas veces en inventarios anteriores y presuponemos regalase Juan Pizarro, así como numerosos objetos de plata: dos cálices con la patena, dos vinajeras, incensario, naveta, cuchara, una lámpara, tres cruces de plata con piedras finas, diez relicarios con marcas de plata de diversos tamaños, ocho medallones de plata, un alfiler de plata con piedra encarnada; cinco rosarios, dos con medallas de plata y tres de cristal; ropas para la Virgen, cofre con los manguitos de la Virgen; dos andas, una encarnada y otra verde; frontales, candeleros para el altar, dos casullas, dos dalmáticas, dos facistoles (para el coro), un atril, cuatro albas, dos atriles para el altar, cuatro espejos para el camarín grandes, cuatro pares de manteles, etc... 135 Inventario de Juan Sánchez Loro, mayordomo, Libro de Cuentas o Mayordomía, 1795, fol. 48 vº. 136 Libro de Cuentas o Mayordomía, 1878, fol. 152. Recibos 14 y 17. En 1881 queda constancia en el Libro de Cuentas la preocupación por adecentar la ermita interior y exterior- mente, blanqueándola (recibo 6) y construyendo la cubierta de altares colaterales (recibo 30), fols. 118 vº y 119 vº, Libro de Cuentas, 1881. 137 La ermita había tenido un órgano y libros corales y facistol. Según queda constancia documental. Libro de Cuentas o Mayordomía, 1789, fols. 4 y 9.

José Antonio Ramos Rubio 142 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña coronada la Virgen de Fuente Santa el día 15 de agosto del año 1967 por el entonces párroco de San Pablo Apóstol don Teodoro Fernández Sánchez. Asimismo, para realizar el traslado de la venerada imagen desde la ermita a la parroquia de San Pablo que en los días festivos era transportada a hom- bros, se encargó una carroza para evitar dañar en el traslado a la imagen de la Virgen y el Niño. Fue fabricada en Sevilla, en el taller del orfebre pasionario don Antonio Marmolejo, importando la obra 63.450 pesetas.

En el año 2005, doña Elena Cano Broncano, regaló a la Virgen de Fuente Santa y al Niño sendas magníficas coronas.

Estrofas del himno a Ntra. Sra. de la Fuente Santa Fuente Santa, blancura de armiño, es piedad, esperanza y amor; es un beso de ardiente cariño que a Zorita su Madre le dio. Entre aromas de viejas memorias con reflejo de intenso arrebor, los Pizarros pregonan sus glorias en las tierras del oro y del sol. A sus pies rica fuente escarlata rebosante de gracias brotó es un arca que llave de plata con suspiros de amores abrió. Quiero asirme a tu manto de nieve y entre arrullos de tierna canción que tu brazo hasta el cielo me lleve, donde amarte será mi ilusión.

José Antonio Ramos Rubio 143 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Siete siglos de ofrendas piadosa en la fuente que tu rostro vio, dulce Madre, leal y amorosa de la villa que en tu honor creyó, son testigos del llanto y dolores que ante Ti con fervor derramó este pueblo que en viejos albores tu visita y tu amor mereció. El sediento, el enfermo e el niño que angustiado a tus plantas llegó siempre halló en tu pecho el cariño que a sus hijos la Madre ofreció. Es tu seno una fuente escondida de esperanza, de dicha y salud; y a quien vive tu fe en esta vida su delicia en la otra eres Tú.

Música: María Amparo Fuster, profesora del Real Conservatorio de Música de Madrid Compuesto en el año 1964.

José Antonio Ramos Rubio 144 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Virgen engalanada con rico manto y corona.

José Antonio Ramos Rubio 145 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Virgen de Fuente Santa en la ermita, coronas de Coronación de la Virgen de Fuente Santa por don 1967. Teodoro Fernández, 1967.

Certificación documental del regalo de dos coronas de plata de Juan Pizarro a laVirgen de Fuente Santa.

José Antonio Ramos Rubio 146 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

5.- Ruta de Zorita a la basílica de Portera

Aunque no pertenece al término municipal de Zorita, conviene resaltar por su cercanía e importancia histórico-artística la ermita de Portera. Además, hemos de destacar que la fuente que se encuentra frente a la ermita de la Patrona, la Virgen de Fuente Santa, está construida con algunas piedras procedentes de la basílica visigoda de Portera.

Hay una ruta interesante es la que va desde Zorita hasta la basílica vi- sigoda de Portera. En la que podemos disfrutar de parajes emblemáticos para los zoriteños, por los álamos del Campo de Fútbol, como la Viña del Tío Abel - donde se obtenían buenos caldos-, las Lagunas de la Sangre, que están en el cordel de las merinas, que según la tradición se llenó de la sangre derramada por los moros y cristianos en los continuos enfrentamientos que se sucedían en el castillo de la Peña. Aunque más bien, pudiera tratarse de una costumbre más cercana a nosotros, cuando los alfareros del pueblo extraían de aquí la roja arcilla (“barro colorao” que dicen los zoriteños) con la que fabricaban sus “cacharros” y que tintaría las aguas de este color. Continuaríamos el recorrido por la Fuente del Tejete con sus aguas cristalinas, que brotan bajo un espacio abovedado construido con ladrillo cerámico y argamasa y coronado por un bo- nito pináculo de granito en forma de cruz, se acumulan en un pequeño pilón.

Continuamos nuestro recorrido. Después, un puente medieval forma- do por un arco de medio punto con dovelas de granito, para llegar a la Peña del Castillo con su magnífico mirador, en cuyas inmediaciones brotaba un peque- ño manantial en la denominada “Fuente de la Mora”, continuando por el ma- nantial de “El Nacimiento”, seguidamente una fuente conocida como el Pozo del Tío Valdrés que proporcionaba agua a varios huertos. Continuaremos por un bosque de castaños hasta llegar a la basílica de Portera, que se ubica geo-

José Antonio Ramos Rubio 147 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña gráficamente en las primeras estribaciones de la Sierra de Guadalupe, rodeada de llanuras alomadas, campos de cereal, por donde va el regato de la Reyerta, al sur las laderas de Fuente Fría, al oeste la sierra de Maderuelo, y el amplio valle, Alcornocalejo, Pasafrío, hasta la Hoya. Las encinas se mezclan con los robles. En un paraje en el que hemos encontrado restos de molinos de mano y tégulas.

El lugar estuvo poblado durante la romanización, habiéndose encon- trado en superficie abundantes restos materiales, cerámica, así como testimo- nios epigráficos. Es notorio que ocasionalmente brota agua en el centro del ábside, intentando en la Edad Moderna subsanarlo mediante un canal de dre- naje, manantial que nos puede llevar a especulaciones sobre el culto de Atae- cina, teniendo en cuenta las propiedades y simbologías atribuidas por antiguas culturas a las aguas: larga vida, fuerza creadora, curación, inmortalidad, etc.; todas ellas conforman el esquema elemental que se proyecta en los principios fundamentales de cualquier pueblo, configurándose según su propia idiosin- crasia e integrándose espontáneamente en su vivir cotidiano. Plinio, Suetonio y Estrabón, por mencionar a algunos de los más famosos, hacen referencia al valor sagrado que poseían ciertas fuentes, ríos, manantiales y lagos, sobre todo para los pueblos del norte138. Presentando la epigrafía romana numerosos testimonios de divinidades relacionadas con las aguas. Se pueden establecer tres grupos bien definidos; divinidades indígenas, otras específicamente roma- nas y, por último, indígenas asimiladas a la forma romana139.

En este sentido, podemos interpretar mejor la relación de ciertas divi- nidades indígenas, enmarcadas tradicionalmente dentro de un contexto espe- cíficamente funerario, como es el caso de Ataecina con Herguijuela y la ermita de Portera, con este mundo purificador de las aguas y, también, su relación con el mundo cristiano. Las fuentes donde manan se convierten en lugares

138 BLÁZQUEZ, J: Imagen y mito. Ed. Cristiandad. Madrid, 1977, p. 307. 139 VEAS RUÍZ, N y SÁNCHEZ, J. C: “El elemento acuático en las iglesias visigodas”. Cristianismo y aculturación en tiempos del Imperio Cristiano. Antigüedad Cristiana, VII. Mur- cia, 1990, p. 488.

José Antonio Ramos Rubio 148 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña sagrados, milagrosos y oraculares. Hay que tener en cuenta, curiosamente, la presencia de una dedicación a una divinidad de las aguas y una inscripción funeraria, hecho que se repite en otras iglesias visigodas cercanas como Iba- hernando, Santa Lucía del Trampal, la basílica visigoda de Trujillo o el caso que nos ocupa en Portera, donde el profesor Enrique Cerrillo documentó una inscripción funeraria reaprovechada como material constructivo así como otra que está formando parte del brocal de un pozo anejo a la iglesia, cuya lectura no supo interpretar debido a su mal estado de conservación140. Así la ermita sería continuación de un santuario, a la diosa de tierra, ligada al agua y a la feracidad. Diosa que muere en otoño y resucita en primavera renovada, como el robledo que nos envuelve.

En el cristianismo de época visigoda podemos hablar de dos períodos o etapas; una primera de convivencia con el paganismo, permisividad origina- da por un poder menguado que es fiel reflejo de la situación política del mo- mento, y una segunda etapa, finales del siglo VI y siglo VII, que cambia con la conversión de Recaredo y su programa de política unificadora (intentada anteriormente por Leovigildo pero sin éxito debido, precisamente, a proble- mas religiosos), tratando de agrupar a la población hispanorromana y visigoda bajo una misma autoridad, donde la religión actuase como un factor muy im- portante de cohesión. De ahí que el mayor interés se centrase en el control y supresión de todos los elementos que pudiesen significar dispersión y pérdida de poder. Los cánones de los concilios son muy claros en este aspecto y la persecución de la idolatría desembocaría, como hemos visto y entre otras me- didas, en la construcción de una serie de iglesias con ubicación bien definida. Esta situación provocó un fenómeno de osmosis por el que el cristianismo aporta unas nuevas creencias y ritos, manifestados principalmente en la litur- gia, a la vez que asimila parte del ritual pagano, apropiándoselo e integrándolo en sus esquemas religiosos.

140 CERRILLO MARTÍN DE CACERES, E: “Las ermitas de Portera y Santa Olalla. Aproximación al estudio de las cabeceras rectangulares del siglo VII”. Zephyrus, XXXII-XXXI- II, 1981, p. 237.

José Antonio Ramos Rubio 149 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Este proceso se verá interrumpido con la invasión musulmana, aun- que posteriormente se volverá a retomar durante la Reconquista141.

No disponemos de documentación escrita ni antigua ni medieval so- bre este yacimiento. Lo que nos ha llegado, en deplorable estado de conser- vación, es una construcción hispano visigoda, fechada en torno al año 635, conservada en estado ruinoso y dedicada a usos agropecuarios. El edificio original solamente queda un arco triunfal de herradura. Se observa claramente que era una basílica del siglo VII, construida a base de mampostería con ar- gamasa y en sillería de granito de dovelas reutilizadas y dispuestas a seco en hiladas horizontales con salmeres. Los restos de pizarra pueden adscribirse a una segunda reforma por la diferencia que supone frente a la sillería de granito reutilizada de la bóveda y de los muros longitudinales, en el Medievo se aña- dieron dos altares adicionales y entre los siglos XVII y XVIII se construyeron los anejos N y O, tal y como atestigua el portal barroco y las pinturas murales del ábside142. Tenía tres naves con ábside rectangular que está rematado por una bóveda de cañón de perfil de herradura y tenía vestíbulo occidental143. Bajo el arco triunfal se conservan dos columnas ornamentales. El resto de elementos decorativos y estructurales han desaparecido o se encuentran en propiedad particular en Conquista o Garciaz, así como en el templete de la ermita de Fuente Santa de Zorita, donde fueron trasladados por indicación expresa de don Teodoro Fernández, sacerdote en los años 60 del siglo XX de este municipio. Algunas de las piezas decorativas del templete proceden de la derruida ermita visigoda de Portera, próxima a Garciaz144, como las veneras de

141 VEAS RUIZ y SÁNCHEZ, op. cit., p. 493. 142 CERRILLO, op. cit., p. 237; ARBEITER, A: “Iglesia de Portera”. En “Repertorio de Arquitectura Cristiana en Extremadura. Época Tardoantigua y Altomedieval” (MATEOS, P y CABALLERO, L (ed)). Anejos de AEspa XXIX. Mérida, 2003, p. 54. 143 MATEOS, P y CABALLERO, L (ed): “Repertorio de Arquitectura Cristiana en Ex- tremadura. Época Tardoantigua y Altomedieval”. Anejos de AEspa XXIX. Mérida, 2003, p, 53; ARBEITER, A: “Construcciones con sillares. El paulatino resurgimiento de una técnica edilicia en la Lusitania visigoda”. IV Reunió d´Arqueología Cristiana Hispánica. Lisboa, 1992. p. 217 144 La iglesia de Nuestra Señora de Portera, es un santuario rectangular, orientado hacia el este, la estructura interna, abovedada mediante arco de cañón de herradura, construida en sillería de granito, y recubierta por mampuesto de pizarra. Ésta tipología sitúa su construcción

José Antonio Ramos Rubio 150 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña nicho –mobiliario litúrgico de los ábsides y santuarios- que están en el interior y exterior del templete, que contienen gallones que parten de un semicírculo, semejante a otras existentes en un patio de la calle Ramblas y en el Palacio del Duque de la Roca en Mérida o la existente en Vera Cruz de Marmelar, cerca de Évora.

En el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, de 1791, se le menciona: “Ay tres hermitas, una la dicha de Nuestra Señora de Portera, a la que se va en procesion dos vezes a el año, una el segundo dia de Pasqua de Resurecion por voto de villa, se celebran misa y despues de comer se reti- ran y para esta festividad abona el reglamento de propios cien reales.

La otra es el segundo dia de Pasqua de Pentescostes en los mismos terminos, la qual es funcion de la cofradia y ay sermon y despues de comer se retiran, sin ser esto ocasion de quimeras. Tiene un santero que le nombra la justicia y se mantiene de su trabajo y sin pedir. A la de San Roque se va su propio dia en procesion, se celebra misa y en procesion se buelven, y es boto de villa. Y a la de los Martires se va dos vezes en procesion y se dize misa, una el dia del Señor San Gregorio y es boto de villa, y la otra el dia de San Sebastian y es funcion de la cofradia, y no duran mas estas que lo que dura la misa, que concluida toda la gente se buelve con la prozesion.

Solo ay de lo que estas preguntas contienen dos molinos de azeite, propios uno del Convento de los Padres Dominicos de Truxillo y otro de los Padres de Santa Cruz de la Sierra.

La Hermita de Nuestra Señora de Portera fue parroquia de un despo- blado con este nombre y ademas de la publica boz y heredades que subsisten, tiene diezmos separados que se reparten como pertenecientes a la yglesia de Portera”. en la madurez del periodo visigodo, en la segunda mitad del siglo VII. Cuando realizó el estudio el profesor don Enrique Cerrillo en 1981, ya habían desaparecido los nichos, tal y como el mis- mo afirma. CERRILLO MARTÍN DE CACERES, op. cit., p. 237; CERRILLO MARTIN DE CACERES, E: Las construcciones de épocas paleocristiana y visigoda en la antigua Lusitania Tesis doctoral, Salamanca, 1978.

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LAS LAGUNAS DE LA SANGRE

Una cristiana llora y llora en su alcoba, porque hace tiempo que no la ronda, su guapo morisco que tanto la adora.

Misteriosa huida tuvo con los suyos, entre voces y gritos la noche del combate entre cristianos y moriscos.

Dicen que le vieron con el alma rota, entre destellos de fuegos y antorchas.

Un río de sangre corrió la Peña abajo desde el castillo de Zuferola hasta las lagunas

José Antonio Ramos Rubio 152 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

de la llanura.

Desde aquella cruel batalla lagunas de sangre hay en Zorita, judía, cristiana y morisca.

En la batalla murió su morisco amado nunca más a verle volvió.

De pena ella enloqueció, a la semana por una cristiana las campanas tocaban.

Amarguras de la vida te llevastes a la tumba a una cristiana de ojos claros, rubia como la miel, buena y bonita

José Antonio Ramos Rubio 153 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

la más guapa de Zorita.

En altas horas de la noche entre luces y sombra, hasta con luz de luna, dicen que ven llorar por las Lagunas de la Sangre a una cristiana, que buscan a su morisco de ojos negros y tez morena, entre sollozos y lamentos decía con mucha pena.

Te fuiste de mi vera sin darme un beso tan siquiera, sabiendo que yo era tuya toda entera.

Arturo Recio

José Antonio Ramos Rubio 154 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Laguna de la Sangre.

Fuente del Tejete.

José Antonio Ramos Rubio 155 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

José Antonio Ramos Rubio 156 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Peña.

José Antonio Ramos Rubio 157 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Ermita de Portera.

Detalle de la ermita visigoda.

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Ábside.

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6.- Los Pareaños de Malillo

Los Pareaños de Malillo están situados en el vértice de tres fincas: La Torre, el Valle Judío y la Moheda, y a las orillas del Arroyo de Malillo. Las ruinas presentan un estado deplorable. Nos encontramos ante las ruinas de un convento, una cilla, huerto y cercas para la explotación agrícola-gana- dera, perteneciente al Monasterio de Guadalupe. En el Archivo Municipal de Trujillo se encuentra una escritura de compromiso y sentencia otorgada en el pleito seguido entre la ciudad de Trujillo y el Monasterio de Guadalupe sobre el deslinde y amojonamiento de la Caballería Nueva en la dehesa Malillo145. A comienzos del siglo XVIII, la comunidad jerónima poseía las si- guientes granjas fuera de Guadalupe: Madrigalejo, El Rincón, Valdepalacios, La Burguilla, La Vega, Becenuño y Malillo146, concretamente el pago de me- dios diezmos se realizaba al Cabildo de Plasencia147. La actividad agrícola era intermitente y esporádica. En el Romance “El librillo de la Jambra”, de un poeta popular y recogido íntegramente por don Valeriano Gutiérrez Macías cuyo original se encuentra depositado en la Real Academia Española de la Lengua, en el legado que entregó don Rafael García-Plata148, se hace referen- cia a un caso que ocurrió entre el prior del convento de Malillo y un vecino de Zorita y que por su curiosidad, la plasmación del pensamiento de un pueblo, unas tradiciones picarescas hondamente arraigadas en Zorita y, por ende, en la vieja Extremadura, hemos incluido íntegramente al final del capítulo. Ade- más, en el estilo del lenguaje de los personajes se recogen muchas palabras casi exclusivas de Zorita. Un romance plenamente ubicado en Zorita.

145 Archivo Municipal de Trujillo. Dada en Logrosán a 14 de abril del año 1568, ante el escribano Damián Sánchez, Legajo 38, carpeta 2. Archivo Municipal de Trujillo. Interrogatorio simple que la ciudad de Trujillo presentó en el pleito que surgió con el Monasterio de Gua- dalupe sobre la propiedad de las dehesas Caballería Nueva, Logrosanejo y la de Ballesteros, también llamada Malillo. A 14 de abril de 1568. Legajo 38, carpeta 3. 146 Información y justificación hecha en Malillo el 25 de enero de 1725 por Bartolomé González Carrasco y testimonio sobre el costo de unas matas propiedad del Monasterio de Guadalupe. Archivo Histórico Nacional, clero, legajo 1431-1º/36. 147 Archivo Histórico Nacional, clero, legajo 1431-2º/28. 148 Publicado en la Revista Alcántara.

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Volviendo al tema que nos ocupa, el convento de Malillo. Hay que tener en cuenta que el Monasterio de Guadalupe comenzó su andadura a fina- les del siglo XIII, siendo inicialmente una pequeña ermita, pobre y humilde, custodiada en sus primeros años por el sacerdote Pedro García, a la que sus- tituyó la denominada segunda iglesia a finales del siglo XIV. Alfonso XI, que le gustaba cazar por estas sierras, visitó Guadalupe en el año 1335, contem- plando el estado ruinoso de la primitiva ermita y comenzando las gestiones para proceder a su restauración. Se designó al cardenal Pedro Gómez Barroso como custodio, ocupándose de tal cometido desde 1335 hasta 1341. En este tiempo se fundó en 1337 la Puebla y por orden de Alfonso XI comenzaron a construir el Monasterio (año 1340)149 solicitando y obteniendo para este lugar la creación de un priorato secular y lo declaró de su real patronato. El priorato secular, dotado con el señorío civil del prior sobre la Puebla, estuvo dirigido por cuatro priores entre los años 1341 y 1389, finalizando éste con la entrega del santuario a la Orden de San Jerónimo, que se mantuvieron en este lugar cuatro siglos, hasta que la desamortización de 1835 puso fin a este periplo, pasando a ser parroquia secular de la archidiócesis de Toledo, que regentaban sacerdotes diocesano hasta la llegada de la Orden Franciscana en 1908, que es quien rige desde entonces y hasta la actualidad el Monasterio y Santuario.

El convento y otras dependencias de los Pareaños de Malillo debieron construirse en la primera mitad del siglo XVI, localizando los primeros testi- monios documentales en el siglo XVII150. El conjunto monacal jerónimo tie- ne grandes dimensiones, presumiblemente 1 ha, que comprendería el propio convento, la huerta, y dos almacenes próximos al convento, utilizándose uno como almacén de grano. No existen columnas, conservándose algunos para- mentos, escasas ventanas y una hornacina en el centro del ábside rectangular de la iglesia conventual. 149 Ms. Sobre la Fundación del Monasterio de Guadalupe. Archivo Histórico Nacional, códice 101 B. 150 Archivo Histórico Nacional, códice 1118. Protocolizado por el escribano público de la Puebla de Guadalupe, don Juan Fernández del Castillo, el 4 de julio de 1671, que legitiman Florián de Castrovida y Espinosa, Alonso Fernández Millán y Pedro García Puerto, escribanos públicos de la Puebla de Guadalupe. Protocolo de Títulos y escrituras del Monasterio de Gua- dalupe. Archivo Histórico Nacional, Códice 1125 B, año 1679.

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Se accedía por una puerta en el lado Sur que aún conserva el hueco de la tranca, se encontraría en el interior la portería, seguidamente en el lado Oeste estaban las celdas que aún conservan las divisiones mediante muros de pizarra y argamasa de barro, utilizándose escasamente el granito, ventanas cuadradas muy pequeñas, estrechas hacia el exterior, su estrechamiento servía para evitar que penetraran las distintas alimañas del campo, y al otro lado, el de profundis y el refectorio.

De frente al pasillo de la entrada principal (porque existió otra entrada Norte) estaba el claustro formando un cuadrado que tenía –a disposición de las basas que aún se conservan como testigos de pizarra- calculamos cuatro columnas por cada lado, no sabemos la tipología de los arcos, posiblemente de medio punto. Próxima al claustro en dirección Oeste estaba la sacristía peque- ña y la capilla, de planta rectangular, conservando aún una sencilla hornacina en arco de medio punto de ladrillo. En dirección Este al claustro estaba la cocina –existe un pozo- y otras dependencias. El huerto tenía grandes dimen- siones y estaba cercado por muros de pizarra con lajas cruzadas para mayor sujeción, aún conserva su magnífica entrada. Todo con la máxima sencillez y materiales pobres para que en este tipo de edificios resplandezca toda pobreza, aspereza y vileza. En estos cenobios el arte grandioso brilla por su ausencia, la grandiosidad hay que buscarla en la sencillez.

Los jerónimos se mantuvieron en Malillo hasta el proceso desamor- tizador. En el Archivo Histórico Nacional, consultamos un inventario de las causas sobre dilapidaciones ocurridas en el extinguido Monasterio de Gua- dalupe al tiempo de la exclaustración de los monjes en el que resaltamos el inventario general de ganado, bienes y efectos de los caseríos de San Isidro, Rincón Malillo, Vega y otros en averiguación de ocultaciones y dilapidacio- nes151.

151 Archivo Histórico Nacional, clero, legajo 1431-2º/5. 11 de febrero de 1840.

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“EL LIBRO DE LA JAMBRE” O JUAN DE MERA, EL ZAPATERO

PRIMERA PARTE

Sentáos al pié de mí si querig que —Tome tres mistos, compadre, os cuente yo la historia más diver- que mistos tengo un montón. tida que en papeles se escribió; la Cogió la escopeta Juan historia de Juan de Mera, que hace y a su casa se marchó; tiempo que murió, o el zapatero su mujer que lo vió entrar, perdido, le dijo: —LAy, Juan por Dios! zangandumbo, mogollón, ¿ande vas con la escopeta, que para comer de balde ca buscar la perdición?:.. siempre se las arregló. Y en tanto Juan se reía, Estábase Juan con hambre a su mujer contestó: en su pobre caserón, —Yo me voy a buscar mundo y en «El Librillo de la Jambre» por las tierras del Señor, vais .a ver lo que estudió. pa que coman nuestros hijos Fuese a casa de un vecino tocino, queso y jamón. apellidado Zurrón, —Por Dios, no te vayas, hombre. que era también su compadre Hombre, quédate por Dios. y hombre de buen corazón. —Mira, mujer, yo me voy Le dijo: —Compadre mío, a quitarle al Pa Prior compadre mío Zurrón, diez mil reales que ha cogido déme usted la su escopeta de los bueyes que vendió. pa matar un gorrión, —iPor Dios, Juan! ¿Y la justicia? que tenemos mucha hambre —No tengas ningún temor, en el pobre caserón. que «El Librillo de la Jambre» Se fué el compadre pa el cuarto, Juan de Mera lo estudió. la escopeta le sacó, Y después de estas palabras y dijo: —Compadre mío, a su mujer la dejó, yo no tengo mulición, y al convento de Malillo pos aunque tengo escopeta sus pasos encaminó. no fui nunca cazador. Cuatro ladrones famosos —No se apure usted, compadre: en el camino encontró; yo no quiero mulición: y uno que iba más lantero déme usted la su escopeta con el trabuco apuntó, y, si tiene, un misto ú dos. y le dijo a Juan de Mera,

José Antonio Ramos Rubio 163 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña que al momento se paró: por la voz a Juan de Mera, —Dame el dinero que llevas; zapatero del Prior. y si me dices que no lo que al pobre Juan -pasó: hace haré carne pa los cuervos tres noches cabales, entre la una que andan por alrededor. y las dos, tres hombres muy bien —¿Cómo sug daré dineros armados llaman a mi caserón; abro si en ‘Cata dél vengo yo? la puerta y me dicen: «Zapatero re- Si que’rig que lo encontremos mendón, sabemos que en el Malillo, haiga -un poco de atención. la entra nunca te negó • el buen Pa- He salido de Zorita dre Fray Francisco, que es el Padre porque la jambre me echó, Superior, que ha cogido diez mil y he jurado no volver reales de los bueyes que vendió. A sin un poco de calor nosotros, Juan de Mera, no permite pa mi mujer y mis hijos, el Pa Prior que mueren sin compasión. que le hablemos ‘n el convento Al convento de Malillo, porque nos tiene temor: llevo hecha la intención hay tú a verle y decirle de entrarme solo esta noche, que te entregue a ti el bolsón y quitarle al Pa Prior con el dinero que tiene diez mil reales que ha cogido de los bueyes que vendió. de los bueyes que vendió. Cinco días te aguardamos; —¿Y tú vas a ser capaz, zapatero remendón, dijo el famoso ladrón, y si no robas los cuartos, de entrar solo en el convento de tu cuerpo banaehón a robar al Pa Prior, se hará carne pa los cuervos si ninguno de nosostros que andan por alrededor. Conque nunca jamás lo logró? a vivir y amañarse. y no te falte el —Ya verig si soy capaz, valor.» y si me falta valor Y después de amenazarme la parti- haced carne para los cuervos da, se marchó. con Juanillo el remendón. Me quedé muerto de miedo, y con —Ya veremos si Juanillo gran tribulación • he venido pa el se atrevió u no se atrevió, convento... a pedirle...su perdón... pog nosostros estaremos Padre mío, Padre mío, tenga de mí de bigila alrededor. compasión! ¡Desgraciados de los Juanillo llegó al convento hijos que mi cariño engendró!... — y tiró del aldabón; No te asustes, no te asustes; Meras, abrió la puerta el portero no seas tontón: al punto que conoció que te saca del apuro

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Fray Francisco el Pa Prior. que solo la puse un misto Toma al momento los cuartos pa que la tengan temor. —Eres el que están en ese cajón hombre más tuno que ninguno co- que vale más tu persona noció. Vente con nosotros, Juan, por que el dinero del bolsón. esos montes de Dios; serás nuestro Padre mío ¿y el pecado capitán, porque vales más que tog. que voy a cometer yo? —Vamos pa allá, compañeros, a — Yo te absuelvo, buen Juanillo, repartir el turrón. que no es tuya la intención. El fraile tendió la mano y le echó la bendición SEGUNDA PARTE a Juanillo, que, llorando, ambas manos le besó. Juan de Mera y los ladrones van ca- Salió del convento al punto, mino de la sierra, y a cosa de media y a poco que se alejó, legua se encuentran encima della. con los cuatro bandoleros Se acercaron a un barranco, y al en el camino topó. pié de una madroñera disponieron —¿Y qué tal has escapado hacer lumbre, con haces de jaras con el Padre Superior? secas, pa repartir los dineros, y pa —Me fué muy bien, compañeros; aviar presto la cena. Después que escapé más que mejor: habieron cenado una pierna de cor- aquí traigo los dineros dera, que sacaron de un gran hoyo metidos en el bolsón. tapado con yerba y piedra, uno tien- —¡Bien, por Juan el zapatero! de la su mano, y los duros y pesetas, —¡Bien, por Juan el remendón! Y que estaban en el bolsón, echó Juan los cuatro, tos a una, bailaban sin encima della. Después que contó el tón ni són: dinero, a cá uno hizo la cuenta de —Vivan los hombres valientes. dos mil reales completos que a cá dijo el más fiero ladrón, cual correspondiera. que sólo con su escopeta Después que habieron partido les el dinero consiguió. entre la dormilera, y se tumban en —¡Cál, respondió Juan de Mera; las mantas, muy cerca de la candela. con la mi escopeta, nó; Manque se acostó Juanillo, la dejé en la portería se pasó la noche en vela, para subir al salón estudiando en «El Librillo donde estaba Fray Francisco de la Jambre», la manera ocupado en la oración... de sacar a los ladrones La mi escopeta no sirve, los dineros que les diera. pog que nadie la cargó Ya verig cómo Juanillo

José Antonio Ramos Rubio 165 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña se las valió de sus tretas, y miren lo que yo hago que «El Librillo de la Jambre» para ganar esta apuesta. siempre lo supo a carrera. Juanillo fuese ligero, Cuanti cuanti sale el día, y tomando gran lantera junto a la lumbre se sientan, puso uno de sus zapatos y mientras echan tabaco, en mitad de la vereda, ven que por una vereda, por donde pasar tenia no muy distante de allí, el de la burrilla negra. pero fuera de la sierra, Aluego, más cerca déste, un hombre viene montado el otro zapato deja, en una burrilla negra, y se esconde tras las matas con un carnero detrás, de unas altas lentisqueras. que atado con una cuerda Ya llega al primer zapato sigue los pasos al burro, el de la burrilla negra; y a cada trecho baléa. al verlo dice:—Un zapato —Yo conozco a ese mocete, no me sirve; si dos fueran... dijo al punto Juan de Mera: Y siguió vereda lante es un mozo de Zorita sin bajarse de la bestia. que se casa, por más señas. Juanillo cogió el zapato pasado mañana o al otro y presto, sin que lo viera con la moza del tio Tejas. el mocete de la burra, Viene de la su majada le toma nueva lantera; con la carne pa las fiestas... y junto al otro zapato ¿Qué sus apostáis, amigos, se esconde en unas murteras. que con mañas y sin fuerza, Llega el caminante y dice: le quito el carnero grande —i0tro zapato! Esta es buena; que tras de la burra lleva? ya merece que me baje —A la fuerza puede ser, y por el primero vuelva. pero no sin que te vea; Bajóse y ató el carnero y si quieres apostar, de una espesa chaparrera, apuesto lo que tú quieras, y sin coger el zapato le contestó un compañero por el primero se allega. que sentado estaba cerca. Apenas volvió la espalda, —Pog te apuesto la mi parte, Juan sale de las murteras, las quinientas pesetejas toma zapato y carnero que del robo de Mahllo y se marcha pa la sierra. guardo en la mi faldiquera. Se junta con los ladrones, Van apostag, zapatero. que el saber de Juan ponderan, —Pog quede la gente quieta y éste recoge el dinero

José Antonio Ramos Rubio 166 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña que ha ganado con la apuesta. poniendo la cara seria. Y como son curiosillos, —Bueno, ¿me apuestas la parte? queren saber en qué quedan pos hecha la apuesta queda. las angustias del mocete, Al cabo de media hora cuando por lo suyo vuelva. el novio viene de vuelta El mozo se fué pa el sitio con otro carnero grande donde el zapato estuviera; a la rastra de su bestia. se cansó de no encontrarlo Juan dice a sus compañeros: y volvió por la vereda: —Estése la gente quieta pero tampoco el carnero y miren si el zapatero por más que lo busca encuentra. gana o no gana la apuesta. Aburrido, el pobre dice: Y fuése corriendo al sitio —Este sitio está endiablado... donde el carnero perdiera ¡Esta si que ha sido buena! el vecino de Zorita; Me quedé sin los zapatos quien al estar ya muy cerca y sin carne pa la fiesta... oye que salen balidos ¿Qué me hago, qué me hago, de una espesa matorrera. si la carne corre priesa?... Al punto dijo el mocete, Volvamos pa la majada con la cara muy risueña: y más tiempo aqui no pierda, —Bien me lo decía yo que me hace falta el carnero al volver a la dejesa, para el día de la fiesta: que el carnero que se pierde más vale que pierda diez no se lo traga la tierra. que la moza del tio Tejas. Ahora me junto con dos; Y en cuanti lo dijo el mozo, ¡mejor que mejor, tio Tejas! pa atrás se fué a la carrera. que más vale la mocita Juanillo lo brdo decir; que regañando me entregas. como el caso comprendiera, Bajóse de la su burra dijo:—Por otro carnero y fuése a la matorrera vuelve el mozo a la dejesa. donde sintió que balaba ¿Qué sus apostáis, amigos, el carnero que perdiera. que le robo cuanto vuelva, Pero Juan se fué escurriendo sin que sepa quien ha sido entre el monte y con cautela y sin valerme de fuerza? se allega pa donde estaba —Eso sí que ya es difícil, parada la burra negra; pos el mozo vendrá alerta desata pronto el carnero, y por mucho que tú hagas y antes que el mozo volviera no te han de valer tus tretas, el zapatero subió contestóle un compañero, a la loma de la sierra.

José Antonio Ramos Rubio 167 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Se junta con los ladrones, que lo llaman Juan de Mera, y el que perdió las pesetas, apueste al punto la gente al momento de pagarle, otras quinientas pesetas, le dijo a Juanillo Mera: a que le quito la ropa --Juan, eres el mismo diablo que el mocete lleva puesta, que se ha bajado a la tierra. sin ponerle encima el dedo Y como son curiosillos, y sin valerme de fuerzas. quieren saber en qué quedan —Conmigo vas apostag. las angustias del mocete, —La apuesta conmigo sea; cuando por lo suyo vuelva. dijeron los dos ladrones El pobre anduvo buscando que su parte no perdieran muy cerca de hora y media; en apuestas anteriores. cuando se cansó de andar, Y contestó Juan de Mera: se vuelve pa la vereda, —Quiero apostar con los dos, y al llegar junto a la burra porque si sale mi cuenta no sale de su sorpresa; tó el dinero de Malillo se restriega dambos ojos viene pa mi faldiquera. y dice de esta manera: Los ladrones replicaron: --¡Santo Dios! ¿Y mi carnero? —Si perdemos no nos pesa: ¿Se lo ha tragado la tierra?... manque bien puede, Juanillo, Por aquí debe haber brujas que lo ganado devuelvas. de esas que dicen que vuelan!... —Como no me lo robig... La Virgen de Guadalupe —Juanillo, no nos ofendas: los con su mano me proteja ladrones manque roban, a sí mesmo hasta llegar a mi casa se respetan. con mis pies y mi cabeza, —Bug, creo, compañeritos, que no vuelvo por aquí vámonos con mucha priesa, manque mil años viviera. que el mocete va con miedo Y el mozo muerto de miedo y parece que alas lleva; se monta en su burra negra, hay que coger esa trocha y sin mirar pa los lados pa sacarle la lantera, el caminar aligera. antes que pase el camino Juanillo lo bido dí, que se aparta de la sierra. y pa ganar otra apuesta Atan allí los carneros a los cuatro compañeros y toman campo a traviesa, les dijo estas palabrejas: hasta ponerse delante —Lo que hice no fué ná: del pobre mozo que esperan. si querig ver donde llega Cuando llegan a un gran valle, el saber del zapatero, Juan de Mera al punto ordena

José Antonio Ramos Rubio 168 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña que los cuatro compañeros El mocete enternecido, entre el monte se escondieran, le pregunta a Juan de Mera:—,Qué y pase lo que pasare Qué le pasa, buen amigo, de su sitio no se muevan, pa quejarse tan de veras? que desde allí pueden ver —¿Qué quiere usted que me pase? quien a quien gana la apuesta. ¡Malaya la suerte perra Juan fuése a mitad del valle, que me trujo junto al pozo donde había entre la yerba para beber agua frescal... un pozo con un brocal hecho de barro y piedra; Ha cosa de media hora lo cual que cerca pasaba que de Malillo saliera la vereda de la sierra. con encargo del Prior Sacó un poco de cerote de pagar dos mil pesetas de una de las faldiqueras; por unos borregos grandes aluego saca los chisqueh que compró en una dejesa; y jace que arda la yesca; vine a beber a este pozo, derrite aluego el cerote ¡ojalá nunca viniera! y entre los dedos lo aprieta, pos al sacar la petaca, y con un cacho de trapo pa quitar la tapadera, del forro de su chaqueta mi dinero se cayó hizo un parche como un duro, al fondo del agua mesma. que sobre un ojo se-apega; Manque el pozo no es muy hondo, aluego toma dos chinos, me hacen falta escaleras; tan grandez como ciruelas, y ¿cómo me voy de aqui y se los entra en la boca sin que alguno quede alerta pa aumentar las carrilleras, pa que nadie se lo lleve, quedando desconocido, mientras de Malillo vuelva?.. y de tal y tal manera, —Amigo, si no es más que eso que no lo conocería vaya usted por la escalera, si la su madre le viera, que no me muevo de aqui (su madre, si así le viera) hasta que a usted le convenga. En esto bido venir —Que Dios se lo pague a usted, al de la burrilla negra, me voy corriendo por ella, y al pasar cerca del pozo Juanillo fuese ligero, dijo con voz lastimera: y al llegar a unas junqueras, —¡Bálame Dios de los cielos! donde el mozo no lo bia, ¡Bálame las almas buenas! se agachó como una cierva. ¡Compañero, compañero, El mocete de Zorita, sáqueme usted de mis penas! al ver que el hombre se aleja,

José Antonio Ramos Rubio 169 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña mira pa el agua del pozo observando la faena. y dice de esta manera: El mozo sale del pozo —nunca mejor ocasión y sin la ropa se encuentra. que recobrar la mí pérdida; ¡Alti fueron sus lamentos, que si no llevo carneros al verse sin una prenda llevaré dos mil pesetas, con que taparse las carnes, con las que puedo mercar y encubrir las sus vergüenzas! doscientas o más ovejas. Y menos mal que una manta ¡La Virgen de Guadalupe que lleva la burra puesta de seguro oyó mis quejas! le sirve para cubrirse Pa cuando llegue su dia, y que en cueros no le vean. hago la firme promesa El mozo monta en la burra, de dos cuartillos de aceite, llorando como alma en pena, pa que le alumbren en su fiesta. y camino de Zorita Pongamos manos a la obra a todos los santos reza. antes que el hombre vuelva. Y cuando llega a su casa Y sacó de entre la albarda a la familia le cuenta una estaquilla gruesa, que tiene más de mil brujas a onde suele atar la burra, la vereda de la sierra. cuando pace en la pradera, En tanto que los ladrones y la clava en el brocal muertos de risa se quedan, hasta que muy firme queda; y dan a Juan los dineros una punta del cabresto que ha ganado en las apuestas. a la estaquilla sujeta, El ladrón más viejecito y al instante a la otra punta fue y le dijo a Juan de Mera: le pone una buena piedra, ¡Oye!, ya tienes reunido pa ver, cuando llegue al hondo, dentro de tu faldiquera el agua que el pozo tenga; el dinero de Malillo, la piedra llegó al hondo que ayer tarde recogieras; a cosa de vara y media. y ya que tienes los cuartos, El mocete se desnuda, coge también la escopeta queda la ropa en la yerba y vete para el tu pueblo, y baja al hondo del pozo a donde a ti te parezca, por la soga que recuelga. que no queremos tus mañas Juan que bido bajar, por lo mucho que nos cuestan, corre al sitio con cautela, que sabes más que nosotros, le quita toda la ropa y si contigo vivieran y vase presto con ella los ladrones andarían donde están los compañeros robando y sin una perra.

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Y contestó el zapatero, tiene perdón de la Iglesia... tomando la su escopeta: Aprendan los que me oyeron la —Está muy bien, compañeros; salgo historia de Juan de Mera, que «El al punto de la sierra, Librillo de la Jambre» es una cosa pero bug doy un consejo tan buena, que el que sabe muy bien y tenerlo muy en cuenta nunca sin comer se queda. si querig que en estos tiempos la justicia no bug prenda. Recuerde la gente siempre aquella conseja vieja que dice con gran saber: «más vale maña que fuerza». Ya llega Juan a Zorita, y a la su mujer entrega los diez mil reales cabales que llevarle prometiera. La ‘mujer se puso alegre, pero le dijo con pena: —iAy! ¿Qué será de nosotros, cuando el Corregidor sepa . que robaron el convento?... —Tonta mujer, nada temas; que «El Librillo de la Jambre» se lo sabe Juan de Mera. En seguida le contó al piecito de la letra, lo que hizo en el convento y lo que hizo en la sierra. Y pa acabar añadió: —Te lo cuento pa que veas que el encuentro con ladrones me quitó que no volviera tan-presto como quería; pero has de saber, Josefa, que si yo tardé en venir, traigo a más de las pesetas la absolución del Prior, y a más, grandes indulgencias; que el que engaña a los ladrones

José Antonio Ramos Rubio 171 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Los Pareaños de Malillo.

Puente sobre el Arroyo Malillo.

José Antonio Ramos Rubio 172 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Refectorio, aún se conservan los apoyos de los bancos para comer. Detalle del convento y anejos.

Paredes del convento.

José Antonio Ramos Rubio 173 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Sala capitular.

Capilla mayor y hornacina.

Restos de la capilla conventual.

José Antonio Ramos Rubio 174 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle hornacina en la capilla conventual. Resto de columna, procede de los Pareaños de Malillo.

Figura pétrea procedente de los Pareaños de Malillo. Tipología constructiva.

José Antonio Ramos Rubio 175 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Detalle del convento.

Celdas.

José Antonio Ramos Rubio 176 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Pozo de los Pareaños de Malillo.

Separación de celdas. Paredes de la huerta.

Otros anejos, almacén.

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ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

IV

TRADICIONES POPULARES

LA FESTIVIDAD EN FUENTE SANTA

La patrona de Zorita es la Virgen de Fuente Santa, y en su honor se celebran las fiestas de “La Velá”, que tienen lugar, tradicionalmente, durante los días 15 al 17 de agosto152, previamente el lunes de Pascua de Resurrec- ción se solemniza una romería precedida de una misa campestre en la ermita. Esta festividad de la Pascua en la ermita se celebraba –según tenemos cons- tancia documental- desde el siglo XVI153. En los días previos, cuatro mozos denominados “candeleros”, que eran elegidos anualmente, solicitaban por las casas la limosna para la ofrenda pública de la Candela, que consistía en velas o candelas, cantidades económicas e incluso ofrendas de animales. Todo el conjunto de regalos era ofrecido a la Virgen en la ermita un día de las Pascuas, costumbre que se prorrogaría hasta bien entrado el siglo XIX154. Se organizaba

152 El día 1 de noviembre de 1950, Pío XII definió solemnemente la Asunción de la San- tísima Virgen María: «Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial.». 153 El visitador don Pedro Matías Nieto hace constar: “Por ciertas disensiones entre los mayordomos, que fueron y es, de la fábrica de la ermita de Ntra. Señora de la Fuente Santa y las personas que se nombran cada un año para pedir limosnas para la Candela que se ofrece en di- cha ermita por Pascuas de Resurrección, ordena que los tres machos cabrios que mandaron unos pastores a Ntra. Señora y los percibieron los que en este año piden dicha limosna, y valieron 50 reales, por esta vez y sin hacer ejemplar para adelante, perciba el mayordomo 2 ducados y medio, y en lo sucesivo nunca más se dejen ir las limosnas a poder del mayordomo”, Libro de Cuentas o Mayordomía, fol. 28. 154 El año 1884 se anota la última recaudación llevada a cabo por los mozos para la ofren- da de la Candela: “Limosna de los Candeleros, en dos o tres veces que han salido a recoger en este año, entre dineros, garbanzos y huevos... 13´20 reales”. Libro de Cuentas de la ermita de Fuente Santa, 1788-1929.

José Antonio Ramos Rubio 179 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña una procesión desde la iglesia de San Pablo hasta la ermita. En la misa solem- ne, que se celebraba a la llegada a la ermita, durante el ofertorio, los mozos presentaban las ofrendas recaudadas. Es muy probable –tal y como hemos ex- plicado en el apartado dedicado a los bienes muebles que posee la ermita- que el lienzo “la torre humana” que se conserva en la ermita represente esta proce- sión, donde igualmente se llevaba al santo titular de la parroquia, San Pablo.

Antigua es también la celebración de la vigilia litúrgica ante la gran fiesta del misterio asuncionista de María. Comenzaba con el canto solemne de Vísperas del oficio divino para pasar a una larga noche de oración en la ermi- ta, velando toda la noche ante la imagen de la Virgen de Fuente Santa. Con el tiempo, se popularizó el nombre de La Velada o La Velá para recordar aquellas noches que pasaban los devotos orando en la ermita.

A partir de 1759, tenemos constancia documental de la construcción de una cocina aneja a la ermita que importó 1753 reales155. Al terminar la noche de meditación o velar ante la imagen de la Virgen, se preparaba un de- sayuno para reparar las fuerzas consumidas en la vigilia nocturna.

La costumbre tan piadosa de velar a la Virgen por la noche, se remonta al siglo XVI –según los libros documentales que disponemos-. Para los asis- tentes a la Velá del día 14 al 15 de agosto envío un Visitador diocesano, en el año 1554, que se dispusiese una habitación dentro de la casa del santero, para “que se construya un aposento para los que vinieren a velar y que se compre una sartén y un asador y un caldero”.156.

A lo largo de los años, según se refleja por los Libros parroquiales, se fueron ampliando los actos religiosos y festivos. Por las cuentas del año 1745 conocemos que los gastos de la gran fiesta de la Asunción, celebrada en la ermita, totalizaron 171 reales por varios conceptos. El día 14 de agosto, por la tarde se cantaban ante imagen las Vísperas. Al terminar, en una habi- 155 II Libro de Cuentas de la ermita, fol. 73. 156 FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, op. cit., p. 38.

José Antonio Ramos Rubio 180 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña tación aneja a la ermita se ofrecía un aperitivo. Al día siguiente, se celebraba la fiesta mayor con una misa solemne, oficiada por tres sacerdotes. Uno de ellos, pronunciaba el sermón. Después de la Misa se ofrecía el desayuno a los participantes en los cultos. Después, se cantaban las segundas Vísperas del oficio asuncionista para sacar en procesión –en unas andas- a la imagen de Fuente Santa -algunos años se hacia la puja o subasta de los brazos, y con poca frecuencia se realizaban danzas en torno a la ermita-.

Esta costumbre de velar a la Virgen de Fuente Santa terminó con la or- den sinodal del siglo XVIII. En la visita del día 19 de mayo de 1765, realizada por don Pedro López Sobrino, canónigo prebendado de Plasencia, Visitador General. Escribió este mandato: “En atención a estar prohibidos por Consti- tución Sinodal que no se consientan ni en iglesias ni en ermitas Veladas de noche, por los gravísimos inconvenientes que prescriben... y que en la Visita que celebró D. Diego de Castejón, Visitador que fue deste obispado, en esta parroquia en 12 de marzo del año pasado de 1613, las prohibió con la mayor severidad, y que en virtud de lo uno y de lo otro en el anterior próximo pasado año de 1764 se quitó la Velada de la ermita del día de la Asunción a los cielos de Ntra, Sra. de la Fuente Santa en la víspera, 14 de agosto, por el Bachiller D. Juan Arias de Chaves, Cura Rector que fue desta parroquia, revalidando dicho señor actual Visitador la fuerza de la citada Visita...mandó bajo pena de excomunión mayor, trina canónica monitione en derecho praemissa, latae sententiae... que los Curas Tenientes, eclesiásticos, ni otras personas algunas vayan a dicha Velada a dicha ermita, y bajo la misma censura, los santeros della cierren las puertas con su llave, luego que se ponga el sol dicho día 14 de dicho mes de agosto, y lo mismo excutarán en los días y tiempos del año”157. Precisamente, como explicamos en el apartado dedicado a la repre- sentación el lienzo de la procesión, la ermita de la Coronada en el campo trujillano tuvo ciertas relaciones con la de Fuente Santa. Se prohibió la pro-

157 Libro de Visitas de la parroquia de San Pablo de Zorita, 1758-1780.

José Antonio Ramos Rubio 181 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña cesión que se realizaba desde dicha ermita hasta Trujillo el lunes de Pascua. 158 La ermita de la Coronada , situada a 10 kms. de Trujillo y, propiedad de la villa de Trujillo, fue entregada a los caballeros Templarios hasta la extinción de dicha Orden, por el Papa Clemente V con la bula Vox in excelso (3 de abril de 1312), volviendo la villa de Trujillo a correr con la dotación y culto de esta ermita y por voto solemne del pueblo, recordando la victoria sobre los árabes 159 (1232) , iban los trujillanos con el Concejo todos los años en procesión a dicha ermita el lunes de Pascua de Resurrección y se celebraba una suntuosa fiesta en honor de Ntra. Sra. de la Coronada. Esta costumbre duró hasta el año 1687, fecha en la cual tuvo lugar la celebración del Sínodo placentino, la Constitución VIII dice: “Que ninguna procesión se haga à iglesia, ò Hermita, que diste mas de media legua del Lugar, salvo à algun Santuario celebre en 160 tiempo de urgentissima necesidad” . Desde entonces se perdió el culto en la ermita de la Coronada, mientras que en Zorita continuó según se desprende del Procesionario que lleva el Cabildo Mayor de Beneficiados y Capellanes de la ciudad de Trujillo en todas las procesiones ordinarias y extraordinarias que hace en el año, el cual es hecho de orden de dicho Cabildo Mayor, por don Antonio García de Zejos, Beneficiado propio de la Santa Vera Cruz y Capitu- lar de dicho Cabildo (año 1720), y como revela la visita de 1765 a Zorita por don Pedro López Sobrino, esta costumbre de la vigilia en la ermita de Fuente

158 Construida por el maestre Gil de Cuéllar, autor de la Sala Capitular de la catedral pla- centina o capilla de San Pablo. Esto lo afirma por primera vez NARANJO ALONSO, C.: Trujillo y su tierra. Trujillo, 1923, p. 110. Es importante ver el estudio del Catedrático de la Univ. de Valladolid, Dr. don Salvador Andrés Ordax sobre esta ermita y este arquitecto, en B.S.A.A., tomo LIII, Valladolid, 1987, pp. 304-309. 159 La imagen de la Virgen de la Coronada (actualmente en la iglesia de San Martín de Trujillo) tiene vaciada su espalda, característico de las imágenes fernandinas que acompañaban a los ejércitos. Es probable que esta imagen llegara a Trujillo con las tropas cristianas traídas por los templarios, en la reconquista definitiva del 25 de enero de 1232. Estableciéndose su culto enseguida. Según los Anales Toledanos, Trujillo fue reconquistado por el Maestre de Alcántara, ayudado por el obispo de Plasencia y algunos caballeros del Temple y Santiago. 160 Synodo Docesana del Obispado de Plasencia, celebrada por el Ilvstrissimo y Reve- rendissimo Señor Don Fr. Joseph Ximenez Samaniego, Obispo de Plasencia. En la Civdad de Plasencia, los días XI al XV del mes de mayo del año de M.DC. LXXXVII. En Madrid, Oficina de Melchor Alvarez. Año M.DC.LXXXXII, fol. 255.

José Antonio Ramos Rubio 182 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Santa continuó realizándose por los fieles devotos zoriteños, ante tal incumpli- miento de la orden eclesiástica por los vecinos que querían continuar con esta entrañable y piadosa tradición.

En la actualidad la fiesta que se celebra en honor a la Virgen de Fuente Santa tiene connotaciones religiosas y “populares”. Se traslada a la imagen desde la ermita al pueblo en procesión solemne, se celebra el novenario y el día 15 la fiesta mayor, con procesión de la Patrona por la Plaza de la localidad para retornar a su ermita en los dos días siguientes a la festividad. En los días que la Virgen permanece en el pueblo, se celebran fiestas que hemos denomi- nado “populares” que consisten en corridas de toros o festejos taurinos, artilu- gios para chicos y mayores, verbenas, nombramiento de reina y damas de las fiestas con actos lúdicos que tienen lugar en el parque, verbenas, y fuegos de artificio, que se remontan al siglo XIX los primeros fuegos artificiales o cohe- tes que se adquirieron para las fiestas161, etc.. Todo un elenco de atracciones y espectáculos para que los zoriteños y visitantes disfruten de unos días de alegría veraniegos en su pueblo.

Por tanto, es antigua la celebración de la vigilia litúrgica ante la fiesta del Misterio de la Asunción. Surgió en una oración que los devotos del muni- cipio realizaban por la noche ante la imagen de la Virgen en la ermita. Como obligaba la ley del ayuno y la abstinencia, el régimen velatorio en el mes de agosto era severo. Por el día, a en la cocina anexada a la ermita se preparaba un suculento ágape para reparar las fuerzas consumidas en la velación maria- na. Los mayordomos de la virgen anotaron curiosos detalles de aquellos actos. Tenían que hacer relación minuciosa de los gastos y los ingresos. Entre lo invertido en las veladas aparecen compras de corderos, arrobas de vino, todo lo consumido en los imprescindibles ágapes ofrecidos a los concurrentes. A la

161 Los primeros cohetes se compraron en Orellana en el año 1814, importaron 60 reales (fol. 58), también en las fiestas de Pascuas se compraba pólvora para los fuegos de artificio, año 1884 (fol. 124 vº). Libro de Cuentas de la ermita (1788-1929). Parroquia de San Pablo de Zorita.

José Antonio Ramos Rubio 183 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña velada de la noche se unía la gran fiesta del día 15, con cultos y misas solem- nes, así como festejos populares. También hay referencias a las danzas y los uniformes de los danzarines. Desde entonces se popularizó el nombre de “La Velá” para recordar aquella típica noche en el santuario. Entendemos por vigi- lia, velada, a la acción de estar toda la noche sin dormir, en vela, velando ante una imagen. Pero el léxico popular sintetizó el concepto de una palabra más corta y más ajustada al dialecto extremeño. El municipio de Zorita, cargado de práctico realismo, abrevió la fonética y la tradujo por la clásica y expresiva frase de “La Velá”.

Recogemos una poesía de don Francisco Bernardo Cancho, ilustre zorite- ño:

“La Velá; así la nombran

los que por mi pueblo andan

a las fiestas que en agosto

celebran con algazara…

¿Dónde vas? – A la “Velá”

dicen los de clase baja;

y los de la clase alta

dicen: “Voy a la velada”.

Y el mozo que se aleja

de su madre y su morena

es el hombre que con pena

se aleja de la “velá”.

José Antonio Ramos Rubio 184 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

En el calendario festivo destacamos también la Romería de San Blas el día 3 de enero en la ermita de Fuente Santa, degustando el típico chorizo de la «tripa bonita». La cata de los primeros chorizos y salchichones de las ma- tanzas. Eran muy abundantes los bares que existieron en Zorita en otras épo- cas, en la mayoría se vendía el “tabaco verde”, procedente de otros municipios como Madroñera. También, la bebida más frecuente era el vino, despachado por litros y “pistola”.

En honor al patrón San Pablo se celebra su fiesta religiosa el 25 de enero. Se inicia con la Santa Misa en honor al patrono del municipio. Al finalizar la celebración eucarística se saca en procesión a la imagen por las calles. A mediodía se reúnen los vecinos en la plaza para degustar un aperitivo popular y participar en la verbena.

Los Carnavales se celebran en febrero, días de alegría, grupos de jó- venes y adultos disfrazados, en otras épocas las mujeres se vestían de refajo. Y, las típicas canciones de despedida: “adiós carretera, adiós carnaval que si tú te has ido las pascuas vendrán..”.

La Semana Santa siempre ha sido una fiesta de marcado carácter reli- gioso, con procesiones y actos litúrgicos. Dos días antes del Jueves Santo, se representa en la iglesia “La Pasión”. Antes era costumbre entre los allegados intercambiarse una ofrenda o regalo, como alimentos: un cántaro de aceite, una docena de huevos o dulces. El Lunes de Pascua o Pascuina se celebra la romería a la ermita de Fuente Santa. Misa solemne y procesión por los alre- dedores de la ermita de la Virgen de Fuente Santa, además podemos disfrutar del típico hornazo, bolla rellena de chorizo y huevo. Y los vecinos de la loca- lidad almuerzan en comunidad y se celebran bailes de romería en una cerca próxima a la ermita. Durante la Cuaresma, los bailes cerraban sus puertas, en los años 40 y 50 del siglo XX, el pueblo paseaba por la Ctra. de Miajadas, era muy frecuente ver a las parejas por estos lugares, convirtiéndose en una cos- tumbre arraigada, además de asistir a las charlas de los misioneros. Por tanto,

José Antonio Ramos Rubio 185 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña en Zorita se celebran al año dos romerías de gran importancia: el lunes de Pascua y el día de la Madre (el primer domingo de mayo), ambas se festejan en la ermita de Fuente Santa (a tres kilómetros de la localidad). A primeras horas de la mañana todos los vecinos de Zorita celebran una misa en la que se saca en procesión a la Virgen de Fuente Santa por los alrededores de la ermita. Al finalizar la misa las personas que lo desean dedican poesías a la Virgen. La mayoría de la gente se lleva la comida y se quedan allí hasta altas horas de la noche. Además el Ayuntamiento contrata una orquesta que acompaña con su música hasta que termina la fiesta. La comida que se suele llevar consiste en:

- A las doce se toma un aperitivo: chorizo, morcilla/ queso...todo acom- pañado con el vino de la tierra.

- A las tres de la tarde la comida: tortilla,- carne, ensaladas, embutidos...

- Ya por la tarde (a las seis) se toma el café acompañado con dulces típi- cos { roscas fritas, magdalenas, empanadillas, mantecados, bizcochos, roscas de muédago).

La feria que tradicionalmente se celebraba entre los días 3 y 5 de diciembre, se ha perdido. Era la “feria de los guarros” que se compraban y vendían en el rodeo que por las mañanas se celebraba en el Cordel de arriba y, posteriormente, eran sacrificados en las matanzas. El baile de las morcillas o de la “enramá”, para que no haya mala suerte en la curación de la matanza era una costumbre frecuente en las matanzas. También, eran habituales, durante todo el año, los bailes conocidos como el de “tía molinera”, “Juanito” (ambos en la Plaza); “Juan Babiano”, “tío Ovidio” con su famoso -gallinero-, donde bailaban las parejas, que era una de las principales diversiones en los años 40 y 50 del siglo XX.

También perdida por la extinción de su origen es la fiesta de los Quin- tos que se celebraba con toda la familia y con los componentes varones. Se recorrían los bares al mediodía en grupo. Igualmente, con alborozo se cele-

José Antonio Ramos Rubio 186 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña braba la despedida de soltero en la que se festeja la salida de la soltería ante la proximidad del nuevo estado. Se celebraba en dos fases, una entre los amigos y familiares de los novios, fuera de la casa; otra, entre los vecinos y familiares de la novia dentro de la casa y a través de un convite de dulces y bollas, rosca de muédago, que se convertirá en el dulce típico de Zorita. Es un dulce con una artesanía antigua y rudimentaria, de un sabor excepcional. Se utiliza miel de romero, tomillo o encina. La rosca de muédago se hace frecuentemente en bodas, bautizos, etc.

Es importante, destacar que en el Interrogatorio de la Real Audien- cia de Extremadura, tomo II, en las págs. 989-990, realizado el día 2 de abril de 1.791, concluimos que existían dos ermitas, ya desaparecidas, bajo las ad- vocaciones de los Mártires y Ntra. Sra. del Prado de las que ya no quedan restos: “Hay cinco cofradias, que son el Santisimo, la Cruz, la Soledad, el Rosario y los Martires; se goviernan por oficiales que entre si nombran los hermanos, tienen sus estatutos, que ordinariamente no se guardan. Martires y Soledad no tienen mas renta que la limosna y lo que se paga de entrada, y ordinariamente no alcanza a el cumplimiento de sus cargas. El Rosario tiene una cerca de prado y dos cercadillos de lavor, y la carga de alumbrar una lampara todo el año, son hermanos todos los vecinos. El Santisimo tiene una cerca de prado, la limosna que se junta y lo que se paga de entrada, y la carga de alumbrar una lampara todo el año, seis misas cantadas y seis rezadas por el que dono la cerca y las minervas de todo el año. La Cruz tiene una cerca de lavor, con la carga de seis misas cantadas por el que dono la cerca, lo que se junta de limosna y lo que se paga de entrada, no puedo espresar el numero de cofrades. Y estas dos tienen suficiente renta para el cumplimiento de sus cargas, las que estan a cargo del cura rector, conociendo en ello el visitador eclesiastico.

Hay dos hermitas contiguas a el pueblo, una a el norte y otra a el po- niente, se denominan Martires y Nuestra Señora del Prado, las que estan con la decencia posible, aunque no con la que es conveniente por falta de medios.

José Antonio Ramos Rubio 187 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

En la primera se hace una precesion general, misa cantada y ofertorio todos los años, no ha havido en ella quimera alguna, no tienen renta alguna. Hay otra hermita agregada a esta yglesia distante media legua deste pueblo y en la jurisdicion de Trugillo, denominada Fuente Santa, la que esta con la decencia debida, en la que se celebran tres funciones en cada un año, en los dias de San Blas, segundo de Pasqua de Resurrecion y quince de agosto, concurriendo en este muchas gentes de los pueblos inmediatos y algunas tiendas, verificandose en este dia algunas quimeras, sin que haiga justicia que contenga, a causa de estar en espresada jurisdicion. Tiene una casa contigua a la hermita para comodidad de los que vienen a visitar la ymagen, otra a corta distancia que sirve para dos hermitaños que cuidan del aseo de la hermita, los nombra esta justicia y el parroco y aprueba el Señor Obispo, a quienes para su subsisten- cia se les cede una cerca de lavor contigua a dicha casa y propia de dicha imagen, la que para su culto tiene una cerca de prado contigua a dicha ermi- ta, que por un quinquenio vale en cada un año seiscientos reales, es mucha la devozion que hay en este pueblo y en los inmediatos, traiendola a este pueblo las necesidades publicas y verificandose ordinariamente el remedio de ellas”. En la capilla del cementerio se conserva la imagen de San Sebastián cuyo cuerpo presenta las heridas del martirio de las flechas del que el santo logró sobrevivir. Se le muestra desnudo, cubierto con un sencillo lienzo sobre las caderas, con los brazos sujetos por detrás de la espalda a un tronco de árbol. Hay que atribuir a la difusión de su culto como protector contra las epidemias, el que se haya conservado un número relativamente elevado de imágenes de este santo en relación con el de otros en la provincia de Cáceres.

Durante todo el año, una costumbre arraigada en la población consis- tía en nombrar un vaquero para que cuidase del ganado del pueblo en la Dehe- sa Boyal, esencialmente, vacas y cabras. El vaquero por la mañana recogía el ganado a la entrada del pueblo y le trasladaba a la Dehesa Boyal y, al caer la tarde, las soltaba en la salida de la Dehesa y los animales se recogían. En otras ocasiones, cada dueño iba a las afueras del municipio a recoger a los animales.

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Procesión de la Virgen de Fuente Santa, 1955 (familia Basi Naranjo).

Procesión de la Virgen a su salida del templo.

José Antonio Ramos Rubio 189 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

La Virgen de Fuente Santa por las calles del pueblo.

La Virgen de Fuente Santa en su ermita.

José Antonio Ramos Rubio 190 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Lunes de Pascua en Fuente Santa.

Procesión el Lunes de Pascua.

José Antonio Ramos Rubio 191 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Celebración religiosa, Jira de 2004.

Baile el día de la Jira.

José Antonio Ramos Rubio 192 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Jira en Fuente Santa, años 50.

Salida de la Virgen de la ermita, Día de la Madre, 2005.

José Antonio Ramos Rubio 193 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Virgen de Fuente Santa y Altar, Día de la Madre.

Donantes, Día de la Madre en la ermita, 2003.

José Antonio Ramos Rubio 194 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Celebración del Corpus Christi.

Procesión de San Pablo.

José Antonio Ramos Rubio 195 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Festividad de San Pablo.

José Antonio Ramos Rubio 196 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Carnavales, 1959 (familia Cisneros).

Carnavales, años 60 (col. Paqui Chamorro).

José Antonio Ramos Rubio 197 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Procesión de Semana Santa, años 50.

José Antonio Ramos Rubio 198 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Procesión de La Piedad.

José Antonio Ramos Rubio 199 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

Procesión de La Piedad.

Procesión del Resucitado.

José Antonio Ramos Rubio 200 ZORITA Una antigua villa de la penillanura trujillano-cacereña

San Sebastián, capilla del cementerio municipa.

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