INVESTIGACIONES AROUEOIOGICAS EN LA ZONA DE PUBENZA, TOCAIMA, CUNDINAMARCA

Marianne Cardale de Schrimpff CONTENIDO

INTRODUCCION 339 PUBENZA III 342 Descripción y estratigrafía del sitio 342 Las fechas de radiocarbón 345 Los hallazgos 347 La cerámica: 347 Tipo Pubenza rojo bañado 348 Tipo Pubenza polícromo 370 Cerámica con impresión de estera 382 Fragmentos atípicos sin clasificar 384 Objetos misceláneos de cerámica: 386 Rodillos cilíndricos 386 Figurinas 387 Evidencia para textiles: 391 Volantes de huso 391 Impresiones de tela 392 Las impresiones de estera 394 Artefactos de piedra: 395 Piedras de moler 395 Objetos misceláneos 398 La industria de chert 400 La fauna: 407 Los caracoles 407 El material óseo 408

OTROS SITIOS ARQUEOLOGICOS DE LA REGION 410 Pubenza I 410 Pubenza II, IV-VI 413 Buscavida 414

COMPARACIONES Y CONCLUSIONES 416

BIBLIOGRAFIA 461 INTRODUCCION

En una corta visita a la zona entre Girardot y Tocaima en junio de 1973, el arqueólogo Gonzalo Correal, la antropóloga Eva Hooykaas y yo tuvimos la oportunidad de recorrer un sitio arqueológico relativa- mente extenso (PUB I) ubicado en la serranía denominada "la Cordi- llera de Alonso Vera".

La cerámica encontrada en la superficie del sitio era de un tipo prácticamente desconocido en aquel entonces. La zona del bajo río Bo- gotá, no obstante su evidente importancia para cualquier estudio de mo- vimientos de gente en tiempos precolombinos, ha permanecido casi fierra incógnita para la arqueología. Existen valiosos estudios sobre regiones cercanas como el de G. y A. Reichel-Dolmatoff sobre las urnas funera- rias de la cuenca del río Magdalena (1943) el de Cubillos y Bedoya (1954) quienes excavaron en El Espinal, el de Myers quien hizo inves- tigaciones cerca al Guamo (1973), y finalmente el de Jiménez y Ochoa (1943). Sin embargo, ninguno de ellos cubre la región en cuestión. De- seosa de aprender más sobre ésta, resolví regresar más tarde, a finales de noviembre del mismo año, para practicar allí durante 15 días una exca- vación y reconocimiento arqueológico. Se localizaron un total de 6 sitios arqueológicos y se practicaron excavaciones en 2 de ellos (PUB I y III).

Los sitios estudiados quedan al noroeste de la pequeña población de Pubenza, municipio de Tocaima, Cundinamarca, sobre las estriba- ciones de una serranía baja (altura máxima 800 mts.) que divide los valles del bajo Río Bogotá y el Río Magdalena, a unos quince kilóme- tros de la confluencia de ambos. Desde estos sitios se goza de una am- plia vista sobre el extenso valle del bajo Río Bogotá, hacia los cerros del macizo de la Cordillera Oriental parcialmente ocultos por nubes. Tienen fácil acceso al Río Bogotá distante en línea recta unos 6 kilómetros, que se recorren en una hora y media aproximadamente. Hacia el occidente,

339 a una distancia similar en línea recta queda el Río Magdalena, pero por tratarse de un terreno muy quebrado, se necesita medio día para llegar allí si se hace el viaje a pie. Un antiguo camino real que comunica el pequeño municipio de Nariño, en las riberas del Río Magdalena, con los municipios de Tocaima y La Mesa, pasa cerca al sitio PUB III. Aunque Nariño mismo fue fundado apenas a principios del siglo pasado, es po- sible que este camino, el cual utiliza el valle de la Quebrada Buscavida, fuera una vía de comunicación desde tiempos remotos.

El clima de la serranía es cálido, con una temperatura media entre los 25• y los 27•C. La vegetación ha sido clasificada como de bosque seco tropical (Atlas de , 1967:72) y la precipitación media está entre 1.000 y 2.000 mms, por año.

Durante los últimos siglos, la mayor parte de la cordillera de Alonso Vera parece haber estado cubierta por bosques naturales. Según los campesinos que viven actualmente en la zona y los colonos, muchos de ellos provenientes del altiplano de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá empezaron a llegar a principios de este siglo; tumbaron los bosques para hacer sus rozas y construyeron sus casas sobre las pequeñas planicies y zonas relativamente planas habitadas por los indígenas en si- glos anteriores. Hoy en día los campesinos cultivan maíz, yuca, plátanos de distintas clases, naranjas, y en menor escala, frutas y verduras. Las zonas bajas y tractorales del valle, cerca del río Bogotá, se encuentran divididas en fincas y haciendas grandes dedicadas a la ganadería y la agricultura en gran escala. La serranía no tiene terrenos tractorables, ni en general, aptos para la ganadería; tiene, sin embargo, una ventaja grande sobre las tierras bajas: debido al relieve, el clima es un poquito más húmedo y favorece más los cultivos. La humedad, las brisas y la frescura, eran factores que los indígenas seguramente sabían apreciar. Es posible que la zona fuera aún más húmeda durante la época en la cual los sitios investigados estuvieron habitados por los indígenas; los numerosos caracoles enconia ados en todos los estratos de la excavación son de tipos que habitan bosques húmedos. No logré localizar sobre el piso del valle, sitios con cerámica de los tipos comunes en la serranía y aunque esto puede deberse a la casualidad, dado el corto tiempo dispo- nible; es posible que los indígenas de la época estudiada aquí, prefirieran vivir en el cerro.

Ert el informe siguiente presento primero la descripción del sitio que dio mayor resultado —PUB III---- con los resultados de las excava- ciones practicadas allí y luego la descripción de los otros sitios investi- gados en la zona y de los hallazgos hechos en ellos.

340 Quiero dar mis más sinceros agradecimientos a las siguientes per- sonas y entidades por su colaboración en este trabajo:

—A la familia García por su hospitalidad y ayuda, y en especial, a doña Elsie quien nos acompañó y ayudó en el reconocimiento y en la excavación.

—Al señor Manuel Mendoza, dueño del terreno donde está situado PUB I, por el permiso que nos concedió para excavar y por la ayuda e información que nos brindó.

—Al señor Marcos Tulio Dimas, propietario de los terrenos denomi- nados Finca del Indio donde está localizado PUB IlI, y a toda su fami- lia, tanto por el permiso para excavar como por joda la ayuda y hospi- talidad que nos brindaron.

—A las señoras Rossie Fisher y Sigried Blochmann, y a las seño- ritas Irmtraut Blochmann y Brcnwen Lance por su participación eficaz en la excavación.

—Al doctor Thomas van der Hammen por el examen de muestras provenientes del sitio PUB III, y a él y al laboratorio de Groningen por las fechas de radiocarbón.

—Al doctor Herbert Neuland de la Universidad de Bayreuth por la determinación geológica del material lítico.

—Al doctor Junius Bird por su valiosa ayuda en la clasificación del material lítico.

—Al padre Eduardo Acosta A. y al Dr. Alberto Cadena, ambos del Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional, Bogotá, por la determinación de los caracoles y del material óseo, respectivamente.

—Al doctor Gerardo Reichel-Dolmatoff y su señora por la infor- mación y discusiones estimulantes referentes a la región.

—A Leonor Herrera quien emprendió la difícil y pesada tarea de revisar mi español.

—A Warwick Bray quien leyó una versión preliminar de este ma- nuscrito, por sus críticas constructivas.

—Al Instituto Colombiano de Antropología por su amable colabo- ración.

341 PUBENZA III

Descripción y estratigrafía del sitio

El sitio que denominamos PUB III está situado sobre un pequeño plan que mide unos 25 x 40 mts., posiblemente el reducidísimo resto de una terraza fluvial, la mayor parte de la cual se erosionó hace mucho tiempo (véanse croquis, Fig. 1). En la época de la excavación, el plano se encontraba cubierto por una vegetación bastante espesa de arbustos y gruesos árboles, la cual dificultaba el levantamiento del croquis y limi- taba los puntos donde se podrían abrir trincheras.

Hacia el lado noroccidental, el sitio está delimitado abruptamente por el fuerte declive que forma la quebrada del Chocho. Al lado opuesto también hay un descenso considerable aunque algo menos abrupto, y a los lados noroccidental y suroccidental, continúa el declive natural de la serranía.

Se encuentran tiestos sobre casi toda la superficie de la zona plana; sin embargo, la parte central de ésta ha sufrido una erosión bastante fuerte hasta el punto que se alcanza a ver el amarillo natural del subsue- lo en los terrenos aledaños al camino que la atraviesa. Esta erosión se- guramente fue causada, en parte por el camino, en parte por la habita- ción del sitio durante varios siglos en tiempos precolombinos, y en parte por las actividades de un señor llamado don Gervasio (y especialmente de sus animales domésticos), cuando vivió allí entre 1945 y 1960 apro- ximadamente. En la época en la cual dicho señor habitaba el sitio, goza- ba ya de agua llevada por medio de un tubo desde un punto más elevado en el cerro. Aunque las aguas de la quebrada El Chocho quedan a unos 100 mts. abajo del sitio por el declive fuerte, se ven todavía las huellas de un camino ancho, muy usado y hoy en día tapado por la vegetación, que parte de la esquina nororiental del sitio y sigue en línea casi hori- zontal hacia un pequeño tributario de la quebrada principal que queda a poca distancia. Es probable que este camino fuera el utilizado por los indígenas para traer agua.

Buscando un punto retirado de la zona removida, donde don Ger- vasio había construido su casa, se excavó un pequeño pozo de prueba al lado opuesto del plano. Como este dio indicios de una capa cultural re- lativamente gruesa y no removida, se abrieron varios cortes allí. Dos de ellos se demarcaron en zonas más bien planas y uno en el descenso del declive (Corte I), sobre lugares libres de árboles grandes. Un cuarto corte fue excavado en otra pequeña zona plana siguiendo por el mismo

342 declive suroriental a unos 10 mts. del Corte N? II. En la superficie de ésta se encontraron abundantes tiestos del tipo Pubenza Rojo Bañado. Sin embargo, a los 13 cros. de profundidad, llegarnos a la arenisca ama- rilla estéril culturalmente y nos enteramos luego por personas que ha- bían conocido el sitio durante la época de Don Gervasio, que él había utilizado esta zona para encerrar sus cerdos.

Los estratos físicos de los dos cortes excavados en terreno plano con- cuerdan perfectamente (Figs. 3 y 4 ); se alcanzan a distinguir 3 princi- pales. El estrato inferior (N? 1) es de tierra carmelita con puntos blan- cos, muy floja y fácil de excavar; la parte superior tiene material cultural, el cual desaparece después de los primeros 45 cros. en el corte N? II y a unos centímetros menos en el Corte I/1. Desafortunadamente no hubo oportunidad de lleva un geólogo al sitio; sin embargo, el doctor Neu- land, basándose en los datos que le proporcioné sobre el estrato en cues- tión, piensa que está compuesto, probablemente, por los sedimentos ori- ginales de la terraza fluvial. La textura floja y los puntos blancos de cal son rasgos muy característicos de terrazas fluviales. Los primeros colonos del sitio habrían podido aprovechar la excepcional fertilidad de tierra formada por sedimentos fluviales. La división entre este estrato y el es- trato superior generalmente no es muy nítida y a esta faja se le ha asig- nado el número 1/2.

El próximo estrato consta de una capa de tierra carmelita amari- llenta clara con partículas de arenisca amarilla (N? 2); tiene entre 30 y 40 ems. de grosor, aproximadamente. Al parecer, representa este estrato una acumulación de tierra y de subsuelo erosionado desde las áreas del pequeño plan que se encuentran a una altura un poquito mayor. Hoy en día, las casas de los campesinos que habitan la zona siempre están rodea- das por una zona destapada, limpia de vegetación. Aunque esto se debe en parte a las actividades de animales domésticos, la zona se limpia a pro- pósito y la limpieza sirve hasta cierto punto para evitar que culebras, ala- cranes y otros animales nocivos lleguen hasta la casa. Por causa de las fuertes lluvias tropicales, esta zona queda muy expuesta a la erosión, es- pecialmente cuando se trata de regiones quebradas y pendientes, como es el caso hoy día, por ejemplo, con el plan donde está construida la casa de don Marcos. Sin embargo, los límites del sitio hacia y sobre las ver- tientes, donde se arrojan la mayor parte de la basura y desperdicios, con- tinúan protegidos por la vegetación. Resulta así que la basura arrojada allí queda generalmente en su orden estratigráfico original pero constan- temente es enterrada por nuevos baños de material lavado desde la super- ficie. Yo creo que esta es probablemente la situación en cuanto al estrato N? 2 de Pubenza III. Es decir, la mayor parte del material cultural fue

343 excavado en el sitio original donde cayó hace muchas siglos, tirado por los indígenas que lo habían utilizado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que posiblemente cierta cantidad de material cultural proveniente de otras zonas del sitio y posiblemente de otros períodos, fue arrastrado por las aguas conjuntamente con la tierra y redepositado aquí también La cantidad habría dependido en parte del desnivel original entre la parte del sitio de donde venía el material erosionado y la parte donde fue redepositado —en este caso probablemente no muy marcado— y también en los niveles de aseo mantenidos en los alrededores de las casas, los tiestos de vasijas recién quebradas no son especialmente cómodos para caminar descalzo por encima.

En el corte N? 1 (estrato 2) es notable el considerable aumento del número de tiestos y huesos hallados, así como en su tamaño cuando se encuentra sobre el declive y al borde de éste, en fuerte contraste con la parte más plana del corte donde tanto los huesos, como los tiestos están mucho más fragmentados. Los cambios concordantes en las frecuencias de las diferentes formas y motivos decorativos a través de los estratos aso- ciados con el tipo Pubenza Rojo Bañado, y su concordancia con las fre- cuencias establecidas para el sitio PUB I (véase pp. 412-413) no parecen indicar que un porcentaje considerable del material fuese redepositado. En la zona sur-occidental del Corte N? IR se encuentran huellas de disturbios que se denominaron estrato N• 2ai.

El tercer estrato principal es el humus que tapa el sitio hoy en día, y que he denominado N? 6. Entre el humus y la capa amarilla propia- mente dicha, hay una zona intermedia hasta de 20 cros. de grosor (de- nominada 5 y 2/5) en la cual la tierra cambia paulatinamente del color carmelita oscuro con alto contenido de humus v raíces, hasta el amarillo con arenisca, del estrato N? 2.

Los estratos físicos encontrados en el Corte I son algo más comple- jos. Los 2 en el fondo del corte son los mismos Nos. 1 y 2 encontrados en los cortes Nos. I/1 y II. Sin embargo, ambos estratos son mucho menos gruesos aquí —la parte del estrato N? 1 que contiene material cultural tiene un grosor de poco más de 10 ems., mientras el estrato N? 2 varía

Inicialmente se pensó que el grado de erosión de los tiestos en los diferentes estratos podría arrojar luz sobre el asunto. Sin embargo, en todos los niveles se encuentra una mezcla de tiestos en buenas condiciones con tiestos erosionados. Una buena proporción están erosionados principalmente sobre un solo lado, lo cual in- dica que sufrieron la erosión sobre su superficie todavía descubierta mientras estaban in situ, y no al ser precipitados loma abajo por las Iluviar.

344 entre 15 y 30 cms. Encima del estrato 2 y entre éste y la capa de humus N? 6, se encuentran 2 estratos adicionales, seguramente el resultado de actividad humana. El primero de ellos es una capa de color oscuro con un contenido muy alto de carbón; a continuación viene una capa de color amarillo que se parece a la arenisca amarilla natural de las partes más erosionadas del plano, pero es algo menos compacta y contiene una can- tidad muy pequeña de material cultural. Las dos capas están limitadas a la parte inclinada del corte y parece que en ambos casos, el material fue traído aquí para arrojarlo por el declive, desde el interior del plan. Las grandes cantidades de carbón en la primera de las 2 capas son segu- ramente el resultado de algún incendio; tal vez se quemó una casa, o po- siblemente representa la quema de la vegetación en un período de re- colonización del sitio. Encima de esto, al parecer, se echó, por algún motivo, arenisca natural del subsuelo —quizás para nivelar el terreno antes de construir una casa en alguna zona vecina del plan.

Estos hechos parecen haber ocurrido en una época relativamente tardía en la historia del sitio, o hacia el final del período II (pues ya se habían acumulado depósitos relativamente gruesos del material de esta época) o eventualmente durante la época histórica. Sin embargo, el material encontrado en estos 2 niveles no incluye ningún objeto que po- damos fechar como de la época posterior a la Conquista Española . . .

Todos los cortes fueron excavados por niveles naturales pero cuando estos eran muy gruesos, se subdividieron en unidades más pequeñas de unos 10 cms. de grosor, cada una. A pesar de una búsqueda cuidadosa, no se encontró evidencia alguna de orificios de postes, ni tampoco de pozos, zanjas u otros rasgos. Esto se debe, probablemente, a que las casas fueron construidas más bien hacia el interior del pequeño plan, dejando esta zona para botar basura y tal vez como área de trabajo, y posible- mente también de cocina en ocasiones. En el Corte N? II a los 43 cms. de profundidad (e. 2b), se encontró una pequeña área con abundante car- bón y tiestos en tierra más floja, que parece haber sido el sitio de un fogón; medía aproximadamente 55 cms. de largo por 20 cros. de ancho hasta donde lo alcanzó a tapar la pared nor-oriental del corte. No se encontraron piedras cerca.

Las fechas

Gracias a la generosidad del doctor T. van der Hammen, dispone- mos de tres fechas de radiocarbón para el sitio, todas logradas sobre muestras de carbón vegetal.

345

Gráfica No. 1

1550

1500

1450

1400 Período II 1350

1300

1250

1200

1150

1100

1050

1000

950 Período 1 900

850

800

750

Las fechas de radiocarbón con 2 desviaciones estandar.

346

Años antes Años N' de Lab. Estrato Profundidad del presente a. D. GrN-7601 Corte I/1, e.la 60 cros. 985 + 100 965 GrN-7713 Corte I, e.2b, cuad. B. 35-40 cros. 630 + 60 1320 GrN-7714 Corte II, e.2b. 40 cros. 560 + 70 1390

Desafortunadamente una muestra recogida a los 70 cros. en el Corte No. II resultó insuficiente.

Los hallazgos

La cerámica

Se encuentran tres tipos de cerámica principales, el Pubenza Rojo Bañado, el Pubenza Polícromo y la cerámica con impresión de estera. Esta última está elaborada en la misma pasta, con desgrasante de tiestos, que el tipo Pubenza Polícromo, pero está restringida a una sola forma de vasija (un plato para asar) y no lleva decoración.

Gráfica No. 2

Pubenza Rojo Pubenza Pubenza impresión Estratos Bañado Polícromo de estera Otros Total No. % No. % No. % No. %

6 271 52 231 44 7 1. 15 3 524 5 232 61.5 139 36.5 4 1 4 1 379 4 11 23 28 60 8 17 47 3b 24 29 52 63 4 5 3 3 83 3a 50 45 53 48 3 3 4 4 110 2/5 137 51 124 46 3 1 5 2 269 2b 193 41 255 54 4 1 17 4 469 2a 210 71 73 25 2 1 9 3 294 1/2 201 68 84 28 5 2 7 2 297 lc 207 93.5 12 5.5 2 1 221 lb 440 98.5 8 1.5 448 la 210 99 1 0.5 1 0.5 212 No. total de fragmentos 2168 1060 32 75 3353 65 32 1 2 La frecuencia total de los distintos tipos de cerámica a través de los diferentes niveles

347 Tipo Pubenza Rojo Bañado

Pasta:

1. Color: Rojo hasta carmelitoso cuando menos oxidado (2.5 YR 5/6 hasta 5 YR 5/6).

2. Inclusiones: abundantes partículas muy finas de color gris claro o negro, de cuarzo y a veces mica.

3. Textura: granular fina. 4. Fragmentación: irregular; a veces hay fractura por las líneas in- cisas. 5. Cocción: en atmósfera oxidante, pero casi siempre con un fuerte núcleo carbonizado.

Tratamiento de la superficie:

1. Color: rojo.

2. Dureza: 3. 3. Regularidad: bastante regular.

4. Textura: lisa, cuando la superficie no está erosionada.

5. Brillo: en los ejemplares bien conservados.

6. Baño: rojo hasta anaranjado (10R 4/6 hasta 2.5 YR 6/4). Excepcionalmente se encuentra un baño blanco (generalmente encima del rojo), que puede ser brillante o, a veces, mate con una consistencia casi como la de la tiza (10YR 8/1 hasta 7.5 YR 8/4).

Evidencia sobre estructura

Frecuencia

Cuerpo Borde Otros

Sin decoración 1568 143 19 Con decoración 367 84 5

Total 1935 227 24 = 2186

348 Formas (Gráficas Nos. 3-13)

Este tipo de cerámica impresiona por la gran variedad de formas que presenta —por lo menos 18 en una muestra de alrededor de 300 fragmentos, diagnósticos hallados en la excavación y en la superficie. Como algunas formas están representadas por muy pocos ejemplares, provenientes solamente de un corte o de la recolección superficial, es factible que existieran otras formas no muy comunes pero contemporá- neas con las descritas aquí, de las cuales no tenemos ningún ejemplar.

Las formas principales son cuencos (de los cuales hubo por lo me- nos 8 clases diferentes) y vasijas con cuello de las cuales también hubo unas 8 clases. Entre éstas figuran las vasijas tetrápodes con cuerpo aqui- llado y paredes cóncavas arriba de la aquillación, como el ejemplar en la Lam. XII, No. 3. Desafortunadamente la mayoría de los fragmentos de bordes de las vasijas con cuello son pequeños y nos proporcionan pocos datos sobre la forma de sus cuerpos. La tercera clase está constituida por botellones —vasijas con cuello alto y angosto, y con borde evertido (Fig. 10, Nos. 1-3 y Lam. V, No. 6) y la cuarta por copas (Fig. 11, Nos. 1-4 y Lam. V, Nos. 8,9). Una quinta forma está representada por la vasija ilustrada en la Fig. 13, No. 4 y la Lam. VIII, No. 9, de la cual halla- mos un solo ejemplar (superficial).

En las descripciones de los bordes hemos tratado también su deco- ración a la misma vez. Algunos de los motivos están estrechamente rela- cionados con ciertas formas de vasija como demostraremos en las páginas siguientes; además, por lo general son necesariamente pequeños, y por eso algo diferentes a los motivos del cuerpo de la vasija, los cuales trata- remos aparte en la sección sobre decoración.

Se analizaron un total de 227 fragmentos de bordes de cerámica de este tipo procedentes de las excavaciones en PUB III (de los cuales fue necesario descartar 20 por pequeños), más unos 100 fragmentos de la recolección superficial.

A. Cuencos

a. Cuencos abiertos con reborde sublabial. (Fig 6, No. 1; Lam. III, Nos. 1,2). Se encontraron 9 ejemplares, de los cuales uno viene de la re- colección superficial. La mayoría de ellos muestran decoración incisa (5 ejemplares) localizada sobre el labio, el reborde y sobre la pared ex-

349 terior de la vasija, pero en un ejemplar las mismas zonas tienen decora- ción pintada. Las formas son elegantes, elaboradas con mucho cuidado y precisión y con paredes delgadas (0.3 cms. en el cuerpo de la vasija). Miden entre 20.0 y 32.0 cms. de diámetro en el borde; la mayoría está cerca a los 21 cms.

Los motivos decorativos sobre el labio y el borde consisten en seg- mentos hachurados de círculos (Fig. 6, No. 1; Lam. III, No. 1), gene- ralmente separados por grupos de 3 a 5 líneas verticales. Sobre el cuer- po de la vasija se encuentran motivos más grandes, pero el tamaño re- ducido de los fragmentos solo permite decir que se hicieron con base en líneas rectas, triángulos, etc. Un único ejemplar con decoración pintada está ilustrado en la Lam. III, No. 2. Es de tres colores. El diseño es en negro mate sobre un fondo rosado crema brillante mientras que el inte- rior de la vasija y la parte exterior abajo de la aquillación tienen el ba- ño rojo usual. La pasta ha sido oxidada completamente al quemarla, co- sa que sucede con poca frecuencia en este tipo de cerámica; es de un color rosado oscuro y es posible que el tono rosado del fondo crema se deba a este grado de oxidación y que sin ello, hubiera sido más bien de color blanco. Se nota que la pintura negra fue aplicada encima de la ca- pa de fondo blanco, porque se alcanza a ver esta todavía en algunos puntos donde ha desaparecido el negro.

b . Cuencos aquillados con la parte superior de la pared vertical (Fig. 6, No. 2; Lam. III, Nos. 3,4). Se encontraron tres ejemplares, de los cuales uno viene de la recolección superficial. Esta forma es muy po- co común en PUB III. La decoración se encuentra sobre la parte vertical de la pared. Miden unos 21.0 cms. de diámetro en el borde y probable- mente unos 6 a 7 cms. de hondo.

Los motivos decorativos consisten en triángulos hachurados (Lam. III, No. 3; Corte II, e. 2b), o rellenos de puntos (Lam. III, No. 4; Cor- te II, e.6). También hay un ejemplar con 2 bandas paralelas hachura- das (superficial).

c. Cuencos hemisféricos con labio plano (Fig. 6, Nos. 3, 3a, 3b; Lam. III, Nos. 5-8). Se encontraron 17 ejemplares en la excavación. Los ejemplares con decoración tienen el labio más ancho y parecen ser más comunes en los niveles superiores, mientras aquellos sin decoración ocurren principalmente en los niveles inferiores.

Dos ejemplares de estos niveles (el uno del Corte II, e. le y el otro del Corte II, e. 1/2) tienen los restos de un baño grueso, blanco sobre

350 el labio y la pared interior (Lam. III, Nos. 5,8). Todas las vasijas de esta clase están elaboradas con cuidado y la forma es elegante. Las pare- des miden 4-5 mms. de grueso. El tamaño de las vasijas parece ser bas- tante estandarizado —casi todas aniden alrededor de 19.0 cms. de diá- metro en el borde. Sin embargo, hay dos excepciones — una muy gran- de (34.0 cros.) y una muy pequeña (7.0 cms.).

Los motivos decorativos consisten en segmentos de círculos hachu- rados (Corte II, e. 2/5) o con un relleno de puntos (Corte II, e. 5 y 6; Lam. III, No. 6). Los segmentos pueden ser todos abiertos hacia el mis- mo lado y separados por grupos de líneas verticales como es el caso del ejemplar proveniente del Corte II, e. 2/5, o pueden ser abiertos hacia lados alternos (Corte II, e.6) También hay triángulos hachurados (Cor- te II, e. 2b) o con un relleno (Corte I/1, e.5; Lam. III, No. 7). En tres ejemplares la decoración consiste en líneas paralelas con una separa- ción de alrededor de 1 cm., formando un ángulo recto con el borde. En uno de ellos (Corte 1/1, e.5) son sencillas; en los otros dos, los espacios alternos tienen un relleno hachurado que puede ser más o menos para- lelo al borde con líneas algo curvas que tal vez fueron ejecutadas con la uña (Corte II, e. 21); Fig. 6, No. 3b), o puede formar un ángulo con el borde. En el segundo caso, el hachurado está, a veces, cuneado (Corte II, e. le; Fig. 6, No. 3a, Lam. III, No. 8). Algunos fragmentos son tan pequeños que no permiten describir su tipo de decoración. Entre los frag- mentos hallados en la superficie, hay uno con 2 hileras de puntos sobre la parte plana del labio.

ci. Cuencos subglobulures sencillos (Fig. 12, No. 1; Lam. III, 9). Se encontraron 14 ejemplares de los cuales 11 vienen de la recolección superficial. Entre los ejemplares hallados, la única decoración que se encuentra es pintada y está restringida al borde y al exterior de la vasija. Las paredes miden entre 5 y 7 cms. y el diámetro de la vasija en la boca varía entre 13 y 26 cros.", Parece que dos tamaños están representados aquí, uno pequeño, de aproximadamente 13 cms. y uno mayor de entre 21.0 y 26.0 cms.

Un ejemplar hallado en la excavación (Corte I, e. 1/2, cuad. A; Lam. III, No. 9) está decorado con el baño rojo usual y, junto al borde, una zona triangular de color rosado rellenada con hachurado cruzado en pintura negra y bordeada por una línea del mismo color. Al igual que

Los fragmentos suficientemente grandes para medir son de 13.0, 14.0, 21.0, 21.0, 23.0 y 26.0 cms. respectivamente.

351 el fragmento de borde de cuenco con reborde sublabial descrito anterior- mente, la oxidación de este tiesto ha sido excepcionalmente completa y es posible que el color rosado del fondo se deba a este factor y se trate del mismo pigmento que en otros fragmentos con una oxidación menos completa, resulta blanco.

Entre los fragmentos superficiales, la decoración consiste, en un caso de los restos borrosos de líneas rojas y muy oscuras de unos 3 mms. de ancho, paralelas a la circunferencia de la vasija. El labio también está pintado de rojo. La vasija fue quemada de una manera muy irre- gular y por lo tanto la superficie tiene grandes nubes negras y no es fá- cil determinar cuál fue el color deseado para el fondo. Otro ejemplar tiene restos borrosos de un diseño compuesto por líneas rectas y parale- las en pintura negra sobre un fondo rojo con vestigios de un brillo inten- so (Fig. 12, No. 1), y en otro la decoración está restringida a una ban- da de pintura negra cubriendo el labio. Dos fragmentos tienen restos de un grueso baño blanco. En el uno es muy borroso ya y no se han conser- vado restos de otra pintura. En el otro, el labio está pintado de negro y hay vestigios de líneas negras verticales sobre la pared exterior.

cid. (Fig. 6, No. 4 y Fig. 7, No. 1).

Una forma intermedia entre (c) y (d) tiene el labio ancho y plano como los de la clase (c) pero el cuerpo de la vasija es más pando que (e) y similar al tipo (d). Se encontraron 5 ejemplares de ésta, de los cuales uno es superficial. Las paredes miden 5-8 mms de ancho y el diámetro de la vasija medido en la boca varía entre 15.0 y 22.0 cms. Por lo menos un ejemplar tiene restos de un baño blanco en el labio, con un diseño apenas visible en pintura negra (Corte I/1, e.lc). Otro ejemplar (Corte IR, e.lb) tiene restos de lo que parece ser un círculo en pintura blanca en el interior de la vasija (Fig. 7, No. 1). No se encontraron ejemplares con decoración incisa.

d. Cuencos hemisféricos con labio evertido (Fig. 7, No. 2, Fig. 12, No. 3; Lam. III, Nos. 10-13). Se excavaron 14 ejemplares. Se en- cuentra decoración incisa y pintada pero siempre restringida al labio. Las paredes tienen 4-5 mms. de grueso y las vasijas sin decoración mi- den (con una sola excepción de 23 cms.) entre 11 y 17 cms. de diáme- tro en el borde, con la mayoría cerca a los 13 cms. Las decoradas son más grandes y sus dimensiones están entre 18.0 y 24.0 cms. con la ma- yoría cerca a los 20.0 cms.

La decoración se extiende a la mitad de los ejemplares. Algunas de las vasijas decoradas tienen labios del mismo ancho que aquellas sin de-

352 coración pero otros ejemplares tienen el doble de anchura (Corte I/1, e.la; Fig. 12, No. 3 y Lam. III, No. 12). Cuatro ejemplares tienen de- coración incisa y dos, decoración pintada. Los motivos incisos consisten en zonas de pares de líneas cortas y anchas (2 mins.) paralelas a la boca de la vasija y delimitadas por otros grupos de líneas que forman un án- gulo recto con la boca (corte IR, e.2a ). Des ejemplares tienen una ver- sión más compleja de los segmentos hachurados (Corte IR, e.la y 5; Fig. 12, No. 3 y Lam. III, Nos. 10 y 12) y, también hay un ejemplar con una línea ondulada que ocupa la parte central del labio, dividiendo así el área en dos espacios iguales, de los cuales uno está hachurado (Corte I/1, e.2a; Lam. Hl, No. 13). Para la ejecución de este hachu- rado posiblemente se utilizó un pequeño peine, ya que las líneas apare- cen muy juntas y regulares. Por último, dos ejemplares del Corte II, e.1/2 y Corte I/1, e.lc (Lam. III, No. 11) tienen restos de un baño blanco con vestigios de un diseño, apenas perceptible, en pintura negra.

di. (Fig. 12, No. 4). Un solo ejemplar proveniente del Corte II, e.5 pertenecía a un cuenco hemisférico algo similar a la clase (d), pero con un borde sobresaliente que forma un ángulo de unos 60? con la va- sija. Este borde está decorado con un motivo inciso que parece ser parte de un triángulo relleno con puntos, como el de la Lam. III, No. 7.

e. Cuencos hemisféricos con borde evertido. (Fig. 7, Nos. 3, 4, 5; Lam. IV, Nos. 1, 3). Se excavaron 10 fragmentos de bordes de vasijas de esta clase. En los ejemplares con decoración, ésta cubre la parte pla- na del borde y a veces, la superficie exterior de la vasija. Las paredes miden unos 0.5 mis. de grueso y las vasijas parecen haber sido de dos tamaños, el mayor de alrededor de 17.0 cms. y otro más pequeño de aproximadamente 12 cms. de diámetro en la boca. Algunas de las vasi- jas son mucho más profundas que otras; las más pequeñas generalmente no tienen decoración.

En el único fragmento de borde con la decoración bien conservada (Corte II, e.2b; Lam. IV, No. 1, Fig. 7, No. 4) esta consiste en guirnal- das formadas por líneas paralelas, con una hilera de triángulos impresos entre ellas. Solamente dos ejemplares tienen también decoración incisa sobre la superficie exterior de la vasija. En uno de ellos (Cort I/1, e.lb) el fragmento es pequeño y solo se conservaron sobre el labio unas líneas paralelas al borde, y sobre el cuerpo, otras similares paralelas a la cir- cunferencia. El otro fragmento (Corte IR, e.2a) muestra vestigios de un motivo con base en líneas rectas sobre el labio y, según parece, sobre el cuerpo un diseño basado en rectángulos concéntricos, en el interior de

353 los cuales hay un relleno de líneas anchas y paralelas (Fig. 7, No. 5; Lam. IV, No. 3). Entre los fragmentos de cuencos de esta clase halla- dos en la superficie, dos conservan todavía restos de un diseño, ya casi borrado, en pintura roja y blanca. En un caso el diseño es rojo sobre blanco, y en otro, blanco sobre rojo con una banda de pintura negra so- bre el labio (Fig. 7, No. 3).

Un fragmento sin decoración proveniente del Corte I, e.6 repre- senta, posiblemente, una variedad más pequeña (8.0 cms. de diámetrc en la boca) y relativamente tosca de esta forma. En los niveles inferio- res del Corte I, e. 1 y 1/2, cuad. A) se hallaron dos fragmentos peque- ños con el borde ancho (más de 2.0 cms.) y plano, evertido, forman- do un ángulo casi recto con la vasija, y que posiblemente representan otra variedad de esta forma. Ninguno de estos dos fragmentos tienen decoración.

B. Vasijas con cuello

a. Vasijas con borde evertido y labio plano, decorado (Fig. 8, Nos. 1,2; Lam. IV, Nos. 2,4). Esta es otra forma con perfil elegante y fluido y con las paredes relativamente delgadas (0.6 crns.). Con los fragmen- tos que tenemos, no es posible deducir la forma del cuerpo de la vasija. El diámetro del borde mide generalmente entre 20 y 25 cms. aunque hay algunos ejemplares más pequeños, hasta de 13 cms. Son algo más comunes en los estratos inferiores. Se excavaron 18 ejemplares en total.

Salvo 5 excepciones, la decoración está restringida al labio. Esta proporción, seguramente, es algo distorsionada por el tamaño reducido de algunos fragmentos; sin embargo, hallamos varios fragmentos gran- des que no muestran ningún vestigio de decoración. En las excepciones, la pared exterior de la vasija está decorada a partir de un punto situado a unos 2 ó 3 cms. abajo del labio. El ejemplar más completo muestra parte de un ? círculo con un relleno de puntos hechos con un instru- mento de punta roma (Corte II, e.6). Otro del Corte II, e.2b posible. mente tuvo un motivo similar. Los otros conservan únicamente una lí- nea incisa bordeando la circunferencia del cuello (Corte II, e.1/2, y Corte 1/1, e.1/2) o vestigios de líneas diagonales (Corte II, e.6).

El motivo decorativo más común para el labio está conformado por hileras de puntos, paralelas a la circunferencia. Hay ejemplares con tres hileras (Corte II, e.1/2 y Corte IR, e.2a; Lám. IV, N? 4), el último con una banda de pintura roja oscura en el margen interior del labio.

354 Sin embargo, son más comunes aquellos con dos hileras de puntos (Cor- te II, e.lb (2 egs), le 1/2; Corte I/1, e.1/2; Corte II, e.6). El seg- mento hachurado es un motivo muy común también (6 ejemplares); en algunos casos los segmentos están iodos abiertos hacia el borde (Corte II„ e.lc, 2 egs), o hacia lados opuestos (Corte II, e.2/5 (Lam. IV, No. 2), y Corte 1, e.3a, cuad. B). También hay ejemplares con los segmen- tos abiertos hacia el borde pero separados entre sí por 2 puntos (Corte II, e.lb), o por líneas paralelas (Corte I, e.1, cuad A). También hay guirnaldas (sin relleno) (Corte II, e.2a, 2b) y grupos de líneas rectas y paralelas que forman un ángulo de 90• con el borde (Corte II, e.6).

Entre los fragmentos hallados en la recolección superficial, el seg- mento hachurado de un círculo es el motivo más común. Otras posibili- dades utilizadas son líneas paralelas diagonales y una zona de decoración punteada bordeada por una línea ondulada. Dos fragmentos hallados so- bre la superficie, en los cuales el labio decorado forma un ángulo más agudo con el resto de la vasija, probablemente pertenecían a variedades poco comunes de esta forma. En ambos casos la decoración se limita a líneas rectas y paralelas que forman un ángulo recto con la circunferen- cia (Fig. 8, No. 1).

b. Vasijas con borde evertido. muy ancho y relativamente plano (Fig. 12, Nos. 2, 2a, 2b; Lam. IV, Nos. 5-8, V, Nos. 1-3). Se excavaron 17 fragmentos de borde de vasijas de esta clase. No hay datos sobre el cuerpo de la vasija y en los fragmentos que tenemos, la decoración, sea incisa o sea pintada, está restringida al borde. El tamaño de las vasijas varía mucho y las más grandes tienen un aspecto macizo. El grosor de las paredes varía entre 0.5 y 0.8 cms. y el diámetro de la boca entre 16 y 30 cms.

Los motivos decorativos son relativamente complejos y como los fragmentos que tenemos son pequeños (rara vez pasan de 5 cms. x 6 cms.) es difícil apreciarlos bien. Predominan formas geométricas rectas o curvas (rectángulos, triángulos, etc.), delimitadas por líneas incisas y bordeadas por zonas con hachurado (7 egs: Corte IR, e.la (2 egs), Corte I, e.1/2, cuad. A., Corte II, e.2a, 2b,5 - Lam. IV, No. 5 - y Corte II, e.6). Hay ejemplares especialmente interesantes de este tipo de deco- ración en la recolección superficial (Lam V, Nos. 1-3); en algunos de los fragmentos mejor conservados, el brillo intenso de los espacios con- trasta agradablemente con las zonas hachuradas. Aunque en la mayoría de los casos, son simplemente líneas rectas o ligeramente curvas, en al- gunos casos son cuneados (Lam. V, No. 3). En un caso (Corte IR, e.5) zonas demarcadas por líneas anchas (2.5 mms.) paralelas y ligeramente

355 curvas, están diferenciadas por un relleno de 2 hileras de puntos en los espacios alternos. Como los puntos son pandos, contiguos, y el espacio entre ellos muy regular, posiblemente fueron hechos con un peine.

Entre los ejemplares no hachurados hallados en la excavación, hay uno que tiene una decoración de rombos concéntricos (Corte II, e.6; Lam. IV, No. 8) y otro con ángulos aproximadamente rectos formando bandas concéntricas (Corte 1/1, e.1 c; Lam. IV, No. 6). Este fragmento no está erosionado y conserva todavía restos de pintura negra en las bandas alternas. La pintura tiene una superficie mate que contrasta con las zonas intermedias sin pintura, las cuales conservan un brillo intenso. Las bandas centrales tienen un relleno de líneas anchas, incisas. Otro motivo relativamente complejo es el ilustrado en la Fig. 12, No. 2a que proviene del Corte I/1, e.5. Los demás fragmentos (6) tienen una de- coración más sencilla basada en líneas paralelas que forman un ángulo recto con la circunferencia.

Entre los fragmentos superficiales hay 2 ejemplares sin decoración incisa con restos muy deteriorados de diseños en pintura negra (Fig. 12, No. 2b).

c. Vasija con cuello, borde evertido y labio aplanado formando un ángulo obtuso con éste (Lam. V, No. 4). Se hallaron únicamente dos fragmentos de esta clase, ambos en la excavación. El único ejemplar completo de vasija tetrápode encontrado en Pubenza, según mis conoci- mientos, tiene este tipo de borde (Lam. XII, No. 3; p. 358) y parece muy probable que estos dos bordes pertenecieran también a vasijas aqui- lladas tetrápodes. La frecuencia de tiestos con superficie externa cónca- va y la frecuencia y gama de formas de las patas mismas (21 ejempla- res) permite suponer que existían vasijas multípodes con otra clase de borde. Las paredes de estos dos ejemplares miden entre 5 y 7 mms. de grueso. El tamaño de las vasijas parece haber sido bastante estandariza- do, pues tanto aquellas a las cuales pertenecían los 2 bordes, como la va- sija entera. miden 18.0 cros. de diámetro en la boca.

Los motivos decorativos encontrados en el labio son tal vez especí- ficos para esta clase de vasija pues no aparecen en las demás. Estos con- sisten en una línea incisa en forma de zigzag (Corte II, e.2b), y una fi- gura similar a la letra M (la vasija entera, Lam. XII, No. 3). En el ter- cer ejemplar, consiste en una zona con hileras de puntos delimitada y bordeada por líneas diagonales (Corte II, e.lb; Lam. V, No. 4).

d. Vasijas con cuello bajo, borde evertide y labio engrosado (Fig. 8, Nos. 3,4). Se excavaron 34 fragmentos de bordes de esta clase. No

356 hay datos sobre el cuerpo de la vasija. Las paredes miden unos 4-6 mms. de grosor. Eran vasijas relativamente grandes aunque de tamaño no muy estandarizado. El diámetro de la boca varía entre 16 y 30 cms., siendo de alrededor de 22 ems. al más común.

En algunos casos, el cuerpo de la vasija estuvo decorado, pues cua- tro fragmentos tienen una línea incisa cerca a su extremo inferior, la cual posiblemente bordeaba una zona decorada (3 ejemplares del Corte II, e.lb y 1. del Corte I, e.2, cuad. A), mientras que un fragmento su- perficial muestra parte de un diseño grande (Fig. 8, No. 4). Sin embar- go, otros fragmentos no menos grandes no tienen decoración alguna. e. Vasijas con bordes parecidos a (d) pero menos pesados y grue- sos (Fig. 8, Nos. 5,6; Lam V, No. 5). Se excavaron 32 fragmentos de bordes de esta clase. Pertenecían generalmente a recipientes más peque- ños que los de la clase (d) y, como en estos, los bordes no tienen deco- ración. Las paredes miden entre 3 y 5 mms. de grosor y el diámetro de la vasija en la boca es de 10 a 30 cms. La mayoría de los fragmentos se quebraron a poca distancia del borde pero tres ejemplares tienen una línea incisa cerca a su margen in- ferior, que posiblemente delimitaba una zona de decoración. Un fragmen- to superficial grande muestra parte de un ? círculo hachurado (Lam. V, No. 5; Fig. 8, No. 6). f) Vasijas con bordes parecidos al tipo (e) pero con decoración que principia muy cerca al borde (Fig. 9, No. 1). Se excavaron dos frag- mentos de bordes de esta clase. El grosor de las paredes mide de 5 a 7 mms. y el diámetro de la boca, alrededor de 15 cms. El único ejemplar hallado en el Corte II viene del e.6 y la decora- ción consiste en dos hileras de puntos profundos bordeados por dos líneas paralelas. El fragmento proveniente del Corte I, e.6 no tiene el borde en- grosado. Está bastante erosionado pero se alcanza a ver una hilera de puntos ovalados, delimitada por una línea incisa.

g. Vasija Cell borde evertido y cuello abombado (Fig. 9, N? 2; Lam. XII, N? 1). Los únicos fragmentos excavados pertenecían a un recipiente relativamente grande y pesado, pero no nos indican nada acerca de la parte restante de la vasija (Corte II, e.lb). Las paredes miden 5.5 mms. de grueso y el diámetro de la boca es 21.0 cms. El cuello de la vasija está totalmente cubierto por una ancha banda de decoración incisa consistente en un mismo motivo repetido varias ve- ces; cada motivo está separado del otro por cuatro líneas verticales, para- lelas entre sí.

357 h. Vasija aquillada, modelada (Fig. 13, N• 4; Lam. VIII, N• 9). Toda la parte superior, arriba de la aquillación, está modelada; recuerda las vasijas denominadas "fitomorfas", pero si realmente representa una fruta, no he podido determinar cuál. No hay datos sobre la boca de la vasija. La anchura máxima de la vasija es de 11.0 cms. y las paredes miden de 3 a 4 mms. de grosor.

Fragmentos que no pertenecen a ninguna de las clases descritas arriba (Fig. 9, Nos. 3 y 4; Fig. 12, N• 5). Algunos fragmentos de vasija con cuello, hallados entre la recolección superficial no pueden in- cluirse en ninguna de las clases arriba descritas. r 41 :47 Vasijas tetrápodes y patas (Fig. 9, Nos. 5-10: Lam. V, N• 7; grá- fica N• 8). Tuvimos la buena fortuna de poder examinar y fotografiar una vasija tetrápode encontrada en la vecindad del sitio PUB III (Lam. XII, N• 3). Fue hallada por el dueño de la finca, el señor Marcos Tulio Dimas, mientras trabajaba en su huerta con un azadón. La vasija se encontraba a unos 10 cms. de profundidad, algo recostada hacia un lado. No parece haber pertenecido a un entierro pues don Marcos siguió bus- cando alrededor de la vasija y no encontró huesos ni otras vasijas. Es posible que su antiguo dueño la depositara allí con alguna ofrenda de fácil descomposición (estaba vacía cuando don Marcos la halló). Tam- bién es factible que fuera dejada u olvidada allí por su dueño, quien por alguna razón no regresó. y el monte la tapó.

Es una vasija aquillada con cuello bajo. Mide 21.5 cms. de alto por 18.0 cms. de diámetro en la boca. La parte superior de la vasija (hasta llegar a la aquillación) es cóncava y la decoración está restringida a esta zona, al borde, y a las patas. Sobre el cuerpo y el borde, la decoración es incisa y cada segundo espacio entre las líneas tiene un relleno de pintura negra que contrasta con el baño rojo de las zonas vecinas. El diseño con- siste en líneas rectas y paralelas que forman un motivo parecido a la letra II. Los perfiles de las patas están acentuados con pintura negra también, es decir, una banda de ésta sigue todo el borde de la pata vista desde adelante, mientras que otra bisecta la pata perpendicularmente; de esta manera el perfil queda acentuado no solamente cuando se mira la pata desde adelante sino también y por la forma de la vasija, cuando se mira la pata desde un lado. En esta vasija no hay decoración incisa sobre las patas.

Nosotros encontrarnos pocas patas en PUB III que pudieran haber pertenecido a vasijas de este tipo (22 ejemplares en total). Esta cifra es

358 muy baja teniendo en cuenta que cada vasija tenía 4, o mínimo 3. Es sorprendente que entre estos 22 ejemplares, haya por lo menos 5 formas diferentes.

Clase 1. (Fig. 9, N? 5a-c; Lam. V, N? 7). La forma más decorativa es la misma que se encuentra sobre la vasija entera. Vista desde adelan- te, es triangular y mide unos 4 cms. de anchura máxima por 6 cms. de largo. Por dentro es hueca y una pequeña perforación que sale al lado izquierdo de la pata conecta el interior con la superficie exterior. Como las patas se hicieron huecas, las vasijas resultaron menos pesadas y tal vez esto facilitó el secamiento y cocción de la vasija. Los tres ejemplares tienen decoración incisa. Es un caso (Corte I/1, e.la) el motivo es igual a lo ya descrito para la vasija entera, pero difiere en que está formado por dos líneas paralelas incisas con un relleno de puntos de 1 a 2 mm. de profundidad (Fig. 9, Nos. 5a, 5c; Lam. V, N? 7). Los otros dos ejemplares, ambos superficiales, tienen bandas diagonales, uno de ellos tiene el perfil de la pata algo cóncavo. Hay un ejemplar de una pata de la misma forma pero mucho más pequeña, mide 2 ¿Aus. de ancho por 3.5 cms. de largo. Tiene la perforación atrás en vez de a un lado. Está decorada con una banda incisa, que cruza en línea algo diagonal la parte superior de la vasija. formada por dos líneas paralelas con el espacio in- termedio hachurado (Corte II, e.5 ).

Es factible que los fragmentos aquillados con la pared de arriba cóncava pertenecieran a vasijas de esta forma. Se excavaron 21 ejem- plares.

Clase II. (Fig. 9, N• 6). Hay un ejemplar de una pata mamiforme muy pequeña (Corte II, e.lb). Sus dimensiones máximas son 1.7 cms. x 1.8 cms. Es hueca y no tiene decoración.

Clase III. (Fig. 9, N? 7). Un ejemplar hueco es más cónico que los descritos arriba. Mide 3.5 cms. de largo x 2.5 cms. de ancho. No tiene decoración. (Corte I, e.4, cuad. A).

Clase IV. (Fig. 9, 1\19 8). Otra forma de la cual tenemos solo un ejemplar (superficial), y éste fragmentario, podría ser el final de una pata larga como las que se encuentran en Tierradentro y San Agustín (por nombrar solamente algunos de los lugares donde se las ha encon- trado). El fragmento mide 5.5 cros. de largo y no pasa de 3.5 cms. de ancho. Es hueco hasta llegar casi al final. No presenta decoración.

Clase V. (Nos 9, 10). La clase más común es una pata pequeña y no muy estandarizada (15 ejemplares). Generalmente estas patas miden

359 Gráfica N9 8

Cla- To- se de tal pata Estratos

6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc 1b la 1 2 II 1/1 2 1 II 3 1 IA 4 5 13 IIx3 I/1 IIx4 IA 1/1 II I1x2

Tt.: 17 3 3 1 4 3 1 2

Clases de patas a través de los estratos (Nota: los números romanos indican el número del corte en el cual se encontró la clase de pata en cuestión. (II: Corte II). Cuando es seguido por un número ará- bigo, éste indica la cantidad de ejemplares encontrados en este estrato del corte (IIx3: 3 ejemplares en tal estrato del Corte I‘I9 II).

unos 2.5 cms. de alto por unos 2.5 - 3.0 cms. de ancho. En forma son aproximadamente cónicas con punta roma. Aunque no son precisamente huecas, en la mayoría de ellas se ha extraído una pequeña cantidad de greda del centro de la pata. Sin embargo, todas carecen de la perforación que comunica el centro con la superficie exterior y que es tan caracte- rística de la Clase N• 1. Ningún ejemplar presenta decoración. Casi todas provienen del Corte II y la gráfica N• 8 muestra su distribución en rela- ción con los estratos. Se encuentra durante todo el período de ocupación aunque es más común en los estratos medianos.

C . Botellones (Fig. 10, Nos. 1-3; Lam. V, N9 6)

Estos son vasijas con un cuello largo y angosto unido al cuerpo por una zona con perfil escalonado redondeado. No hay datos sobre el cuerpo mismo. Se excavaron 25 fragmentos de bordes de estas vasijas. Algunos fragmentos tienen restos de decoración pintada o incisa sobre el cuello, la zona escalonada y/o el cuerpo. Las paredes miden alrededor de 0.6 cms. de grueso y los recipientes miden entre 6 y 11 cms. de diámetro en la boca. Es una de las formas más comunes y probablemente fue utiliza- da para almacenar agua, tal vez usando una tusa (raquis) de maíz para tapa corno es la costumbre hoy en día en muchas regiones de Colombia.

360 Los motivos decorativos consisten en anchas bandas de pintura negra sobre el fondo rojo de la superficie. Las bandas son paralelas a la circun- ferencia, con zonas intermedias de intenso brillo. (Corte II, e.2/5; Corte I, e.6; Fig. 10, Nos. 1, 2). El único ejemplar con decoración incisa está muy erosionado pero se alcanzan a distinguir restos de líneas paralelas y rectas que parecen formar un rectángulo bisectado por dos líneas para- lelas diagonales (Corte I/1, e.5; Fig. 10, N•3).

D. Copas con base pedestal (Fig. II, Nos. 1-4; Lam. 5, Nos. 8 y 9; Gráfica N? 9).

Hay 5 (posiblemente 8) fragmentos que parecen haber pertenecido a copas con base pedestal perforada, parecidas probablemente a unas ha- lladas cerca a Espinal y conservadas hoy día en el Museo de los Hermanos Cristianos de la Salle en Bogotá (Reichel-Dolmatoff, G. y A. 1943, Lam. XVI, Nos. 1-3) y en el Museo de la Universidad de Ibagué. Dos fragmen- tos pertenecían al pie de la vasija (Corte 1/1, e.lb, y S; Fig. 11, Nos. 2 y 4); uno que todavía conserva una parte de la perforación y restos de decoración incisa, formaba parte de la base pedestal (Corte II, e.6; Lam. V, N? 8 y Fig. II, N• 1), y un fragmento que también conserva una parte de la perforación, a la unión entre la base pedestal y el recipiente (Corte I/1, e.1/2; Fig. 11, N• 3). Este último tiene decoración no sólo sobre la base de la vasija (incisa y punteada) sino también sobre la pared exterior del recipiente (incisa solamente). Otro fragmento posiblemente venía de la misma parte de la vasija pero por su estado de preservación es difícil asegurar si realmente es así o si formaba parte de una base anular baja; en caso tal sería el único representante de este tipo de vasija (S). El sexto

Gráfica Nv 9

Corte Total Estratos

6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la IA IB 1 1/1 3+ ?2 1+ ?2 1 1 II 1 I

Tt.: 5 + ?2 1 1 1+ ?2 1 1

Fragmentos de copas a través de los estratos

361 fragmento viene de la zona inferior del recipiente mismo y tiene parte de la cicatriz donde se desprendió de la base (Corte I/1, e.lc ). El frag- mento ilustrado en la Lam. V, N? 9, pertenecía posiblemente, a tina copa con 4 perforaciones en una base pedestal, de perfil algo abombado (Corte II, e.1/2); hay otro fragmento similar, más pequeño, que viene del Corte I, e.3a, cuad. B.

Las reconstrucciones en las figuras 11, Nos. 1-4 están hechas con base en las copas del Espinal con las cuales las de Pubenza tienen varios aspectos en común (pie pesado y evertido, base perforada con decoración incisa a los lados de la perforación, baño rojo). Algunos de los motivos decorativos utilizados para las copas de Espinal se encuentran también en Pubenza (véase también la p. 934). No he podido identificar la clase de borde que pertenece a esta vasija. Se muestran varios fragmentos en ca- da reconstrucción, solamente por comodidad y eso no implica de ningu- na manera que los diferentes fragmentos vinieran de la misma vasija. Tampoco hay evidencia de lo contrario en algunos casos.

Fragmentos de borde descartados por ser pequeños

Se descartaron 20 fragmentos del análisis por ser muy pequeños. Muchos de ellos miden menos de 2 cros.; sin embargo, fueron descartados cuando su tamaño no permitió clasificarlos y no por medidas rígidas porque, lógicamente, las vasijas pequeñas son reconocibles por fragmentos de borde de tamaño más reducido que las vasijas grandes. Tres de ellos (del Corte II, e.lc; Corte I/1, e.1/2 y 6) tienen los restos de un baño blanco sobre la superficie interior, el último con una banda negra. El que proviene del Corte I/1, e.1/2 tiene una banda negra sobre la circunfe- rencia del labio, y, en el interior, líneas negras, aproximadamente para- lelas, sobre el baño blanco. Un fragmento del Corte 1/1, e.5 es algo pare- cido a las vasijas con cuello tipo (c ). Sin embargo, el perfil es más suave y en la parte decorada, es algo convexo en lugar de ser plano. Las líneas incisas son relativamente anchas (0.2 cros.) y profundas (0.1 cm.) pero se conserva muy poco del motivo.

Decoración (Gráfica N? 12).

La decoración es principalmente incisa, aunque a veces se encuentra decoración pintada también (negra 2.5 YR 2/2, ), blanca 10 YR 8/1 hasta 7.5 YR 8/ 4 ). Esta puede estar combinada con la decoración incisa en el mismo fragmento. También se encuentran algunos ejemplares con decoración modelada pero esta, aunque se encuentra en combinación con pintura, no se presenta sobre tiestos con decoración incisa.

362 La decoración incisa consiste en motivos geométricos relativamente grandes y complejos que cubren la totalidad de ciertas zonas de la vasija —especialmente la parte cóncava de las vasijas tetrápodes aquilladas y los cuellos y cuerpos subglobulares de ciertas vasijas con cuello. Con frecuen- cia, estos motivos fueron repetidos por toda la circunferencia de la vasija como se nota tanto en la vasija entera (Lam XII, N? 3 ) como en el cuello abombado de la vasija tipo (g) (Lam XII, N? 1). Los motivos más pequeños, pero relacionados, que se usan para decorar los bordes de ciertos tipos de vasijas, ya se describieron en la sección sobre formas.

Un rasgo muy característico de este tipo de cerámica es el énfasis en el contraste entre zonas delimitadas por líneas incisas. Este contraste se logra de varias maneras: por la presencia de un acabado brillante que contrasta fuertemente con el acabado mate de zonas vecinas ', por pintura negra que tiene la misma función, y más que todo, por diferentes tipos de rellenos incisos.

Como la mayoría de los fragmentos son pequeños y no permiten re- construir el diseño total del cual formaban parte, los he dividido en forma un tanto arbitraria, en sus componentes —principalmente rellenos— tales como decoración pintada, hachurada, cuneada, etc., etc., ya que esta me parece la mejor forma de dar una idea de la gama y frecuencia de estos elementos (véase gráfica N? 12). Hay que tener en cuenta que son sim- plemente componentes del diseño mayor y de ninguna manera se excluyen entre sí; cuando dos elementos se encuentran en el mismo fragmento, esto se indica en la gráfica. Líneas rectas y curvas se combinan con frecuencia en un solo diseño y en algunos ejemplares los elementos incisos se com- binan con zonas pintadas. En un caso se encuentra decoración cepillada junto con algunas depresiones ovaladas en las zonas vecinas. Sin embargo, con la excepción de este, no tenemos ejemplares con más de un tipo de relleno inciso.

Las incisiones fueron ejecutadas, generalmente, cuando el barro no era ni muy blando ni muy duro. A veces se endureció un poco más, resul- tando líneas con bordes irregulares.

Primero describiremos en detalle los elementos utilizados como re- lleno. Estos son: el hachurado, el ? cepillado, el cuneado, el hachurado

° Sea por su acabado o por su relleno inciso. Cuando la cerámica estaba en uso todavía, éste era común, probablemente, pero hoy en día se alcanza a distinguir el brillo solamente en los pocos fragmentos muy bien conservados.

363 cruzado, la espina de pescado, hileras de líneas rectas y paralelas, "esca- leras", puntos, triángulos y pintura. Todos se usaron para llenar zonas delimitadas por líneas incisas. Las pocas excepciones están siempre bor- deando la parte aquillada de la vasija. En seguida describiremos los pocos ejemplares que se conservaron de motivos completos, y luego los fragmen- tos que por su tamaño, o su falta de elementos diagnósticos, no se han podido clasificar. Por último se describirá la decoración modelada.

Hachurado (e. g. Lam. VI). Algunos de los diseños con relleno de esta clase están entre los más sofisticados y mejor ejecutados que se en- cuentran en este tipo de cerámica. A veces las líneas forman un ángulo recto con las líneas que delimitan la zona, en otras ocasiones son diagona- les a estas, y en otros casos todavía, no forman ningún ángulo específico con las líneas que delimitan el área (las cuales muchas veces son curvas o delimitan un área de forma geométrica ). Según, parece, los alfareros dieron más importancia al hecho de que las líneas fueran paralelas que al ángulo que formaban con las líneas limítrofes, que pueden cambiar según las exigencias del diseño. (Lam. VI, N? 6).

Las líneas tienen entre 0.5 y 1.0 mins. de ancho, generalmente, aun- que a veces alcanzan a tener hasta 2.0 mms. con una distancia entre ellas de 1.0 hasta 2.0 mms. En algunos ejemplares, sin embargo, como los ilustrados en la Lam. VI, Nos. 1-5, el espacio entre las líneas es mucho mayor y puede alcanzar hasta medio centímetro de ancho. Las puntas con las cuales esta decoración fue realizada no fueron muy estandariza- das, como es de esperar, siendo algunas más finas, otras menos, e igual- mente más o menos puntiagudas o romas. A veces fueron utilizadas en posición casi vertical, a veces en ángulo. En algunos casos (p.e. Corte II, e.lc) las líneas son ligeramente curvas y fueron ejecutadas, tal vez, con la uña (Fig. 6, N? 3b).

( ?) Cepillada (Lam. VII, N? 1). En un ejemplar (Corte I/1, e.la ) que muestra motivos geométricos subtriangulares, el relleno hachurado fue ejecutado, posiblemente, con una especie de cepillo. Las líneas están muy juntas y rectas, a pesar de ser, a veces, bastante largas, y la distancia entre ellas es muy igual (.5 mms ) El hachurado de un borde, tal vez, fue realizado en la misma técnica. como sugerimos en la p. 356.

Cuneada (Lam. V, N? 3; Lam. VII, Nos. 2, 3). La decoración fue producida meciendo un instrumento de borde ligeramente curvo y relati- vamente agudo para formar una especie de V con brazos muy largos y con poca distancia entre ellos (Lam. V, N° 3). Con menos frecuencia se mo- vía el instrumento en zigzag sobre la superficie formando un diseño con-

364 tinuo (Lam. VII, Nos. 2, 3), que he llamado "cuneado continuo" para distinguirlo del otro tipo. Las impresiones son relativamente pandas y generalmente muy angostas (0.5 mms o menos). Es posible que el tipo cuneado continuo sea una evolución relativamente tardía, como lo sugiere la gráfica 1\1• 12.

Hachurada cruzada (Lam. VII, Nos. 4, 5). Las líneas son relativa- mente anchas (1.0 - 2.5 mms ) y profundas (hasta 1.0 mm ) Forman rectángulos, o a veces, rombos, ejecutados con más o menos cuidado y regularidad. En los ejemplares con líneas más anchas y profundas, los cuadritos resultan en alto relieve, y dan la impresión de un bloque de chocolate en miniatura.

Espina de pescado (Lam. VII, N? 6). El único ejemplar de este relleno viene del Corte I, e.1/2, cuad. B. Está ejecutado con mucho cui- dado, siendo las líneas angostas (0.25 mm ) y pandas, a pesar de que las que bordean el relleno tienen 1.5 mms. de ancho y casi 1.0 mm. de profundidad.

Hileras de líneas rectas y paralelas (Lam. VII, Nos. 7, 8). Esta es una especie de variedad del hachurado sencillo, utilizado para rellenar áreas mayores. Las líneas varían entre 4.0 mms de largo por 0.5 mm. de ancho hasta 10 mms de largo por 3 mm. de ancho.

"Escalera" (Lam. VII, Nos. 9, 10). Esta es una forma de hachurado en la cual las líneas tienen más espacio entre ellas (3.0 - 5.0 mm.) y, más importante, son iguales en cuanto a grosor y profundidad a las líneas que las bordean, comunicándose con ellas hasta parecerse a los escalones de una escalera sencilla.

Puntas (Lam. VII, Nos. 11-14). Estas son muy poco estandarizadas, siendo a veces pandas (p.e. 0.5 mm.), a veces profundas (p.e. 1.5 mm) y a veces tendiendo hacia la forma oval, o triangular. Aunque como los demás tipos de relleno, se encuentran sobre paredes cóncavas, bordes de aquillaciones, etc., éste parece ser un tipo de relleno predilecto para pare- des fuertemente convexas (6 ejemplares: Corte I/1, e.6; Corte II, e.la, lb (2 ejemplares, 1/2, y 2a).

Triángulos (Lam. VII, Nos. 15, 16). Este relleno indudablemente está estrechamente relacionado con el de puntos. Los triángulos tienen de 2.0 mm. a 5.0 mm. a un lado y varían entre 0.5 mm hasta 2.0 mm. en profundidad. Algunos son bien definidos con contornos pronunciados,

365 mientras que en otros son más bien borrosos. Como el relleno de puntos, los triángulos están asociados con una pared de forma fuertemente con- vexa (2 ejemplares entre una muestra de 8; Lam. VII, N? 16).

Ovalos (Lam VII, N? 1; Lam. XII, N? E ). Este es un tipo de relleno parcial, o más bien, un elemento que distingue o enfatiza una zona bor- deada por otras zonas, generalmente sin relleno. Los óvalos tienen entre 5 y 10 mm. de largo y entre 1.5 y 3.0 mm. de ancho, según el tamaño del área donde se encuentren. A veces se trata de una hilera de óvalos esparcidos o a veces de unos dos o tres óvalos grandes y paralelos distribuí- dos por la parte central de la zona.

Pintura (Lam. III, Nos. 2, 9, 11; Lam. IV, Nos. 4, 6; Lam. VII, N? 2; Lam. VIII, Nos. 1-3; Fig. 7, Nos. 1-3; Fig. 10, Nos. 1, 2; Fig. 12, Nos. 1, 2b; Fig. 13, Nos. 1-3). La pintura era utilizada de tres maneras distintas. La más común era para hacer o aumentar contrastes (11 ejem- plares). Entre estos, 7 la tienen en combinación con uno de los tipos de relleno ya descritos, y 4 como la única clase de relleno (Corte 1/1, e.lb, le, 2a y Corte II, e.1/2). En la recolección superficial se encontraron 5 ejemplares con pintura utilizada como relleno también.

Además hay unos pocos ejemplares donde la pintura fue utilizada para crear el diseño y no sólo para acentuarlo. Ya hemos descrito algunos motivos pintados bastante complejos en la sección sobre formas. En tres fragmentos de cuerpo pintado que vienen de la excavación, más tres de la superficie, la decoración se limita a líneas y zonas negras sobre el baño rojo brillante (Corte I, e.3, cuad. B; Corte I/1. e.lc y 6). Este no era siempre el caso, como nos lo demuestra un fragmento superficial donde se alcanzan a distinguir los restos de un diseño bastante complejo basado en zonas negras e hileras de puntos, todas en pintura negra sobre un baño anaranjado brillante (Fig. 13 N? 2). Además 2 fragmentos vecinos que pertenecían a una misma vasija de forma hasta ahora desconocida (Fig. 13, N? 1) están cubiertas con hachurado cruzado, ejecutado en la misma pintura negra sobre fondo anaranjado (Corte I/1. e.la y 1/2).

La tercera forma de utilizar la pintura es en combinación con "líneas incisas" (de 0.25 mm de ancho), si se pueden llamar así líneas tan poco profundas que son apenas perceptibles y que son más bien la huella de un objeto de punta finísima que corre sobre espacios con baño rojo entre zonas de pintura negra (Corte I, e.6 (2 ejemplares) y Corte II, e.la y 5). De los 2 ejemplares encontrados en la recolección superficial, uno es similar, pero en el otro las líneas fueron ejecutadas con un objeto de punta roma,

366 no cortante, que hizo una ligera depresión o compactación. En este ejem- plar, motivos que consisten en líneas paralelas y otras que forman ángulos agudos, ejecutados en pintura negra sobre el fondo rojo, están separados los unos de los otros por grupos de 2 a 3 de estas líneas pandas que corren paralelas a ellos (Fig. 13, N? 3; Lam. VIII, N? 1). El rojo siempre fue pulido hasta lograr un acabado muy brillante mientras que con la aparente excepción de un caso, la pintura negra es mate.

Las tres divisiones siguientes en la gráfica N? 12 son más el resulta- do del reducido tamaño de la mayoría de los fragmentos, que de una divi- sión lógica. Primero describiremos los pocos fragmentos que son suficien- temente grandes para darnos una idea de la decoración de la vasija en su totalidad.

Ya en la sección sobre formas hemos descrito la única vasija entera encontrada en la zona (Lam. XII, N? 3), con decoración sobre el cuerpo limitada a la zona cóncava arriba de la aquillación. Dos fragmentos rela- tivamente grandes vienen de la misma zona cóncava y el uno (Corte II, e.5 ) tiene decoración de triángulos hachurados que forman un friso alre- dedor de la circunferencia y abajo están bordeados por unas líneas para- lelas a ésta (Lam. VI, N? 5). El otro (Corte II, e. 2/5) tiene una serie de formas concéntricas que tal vez formaban parte de un motivo similar al de la vasija entera. Dos fragmentos más vienen de paredes convexas que pertenecieron a una forma de vasija por lo menos parcialmente sub- globular. Es interesante el que estos dos fragmentos tengan componentes curvas mientras que la decoración de las tres vasijas aquilladas con pare- des cóncavas se basa en líneas rectas. La misma tendencia se nota en los fragmentos pequeños. La decoración de un fragmento (Corte I/1, e.lc) consiste de curvas paralelas que formaban, tal vez, unas curvas sigmoides (Lam. VI, N? 3 ). El otro (del Corte II, e.lb ) tiene un friso de triángulos hachurados bordeado en el lado inferior por dos líneas onduladas (Lam. VI, N? 4).

Los dos fragmentos restantes pertenecían probablemente a vasijas de forma subglobular con cuello alto. El primero (Lam. VI, N? 2 ) prove- niente del Corte I/1, e.1 / 2 tiene el mismo motivo de triángulos hachu- rados bordeados por dos líneas onduladas que acabamos de describir. El fragmento mayor (Corte II, e.lb ) tiene un motivo, según parece, basado en formas concéntricas aproximadamente rectangulares, bisectadas por dos líneas diagonales y paralelas. Donde la pared cambia de cóncava a convexa, o sea, en la base del cuello, hay seis líneas aproximadmente paralelas que rodean la circunferencia y debajo de ellas se encuentra otra vez el motivo descrito para la zona superior (Lam. VI, N? 1).

367 En el grupo "diseños sin relleno demasiado pequeños para recons- truir" se encuentran fragmentos de líneas paralelas onduladas, líneas cur- vas, rectángulos o subrectángulos concéntricos, y otros motivos que per- tenecen al mismo estilo decorativo pero que son demasiado incompletos para clasificar.

El grupo "líneas rectas paralelas" consiste simplemente de fragmen- tos tan pequeños, que en ellos no se alcanza a distinguir más.

Decoración modelada (Fig. 10, N? 4; fig. 13, N? 4; Lam. VIII, Nos. 3-9). Describimos este tipo de decoración de último porque no se usa co- mo relleno y aunque en algunos casos se encuentra en combinación con pintura, hasta ahora no tenemos ningún ejemplar con decoración incisa y modelada en el mismo fragmento. Está restringido al cuerpo de la vasija.

En el fragmento más completo, la decoración consiste en crestas li- geramente onduladas, modeladas a ambos lados de protuberancias circu- lares, cada una con una depresión central (Corte I/1, e.la; Fig. 10, N? 4; Lam. VIII, N? 4). Hay restos de un baño blanco en la parte superior del cuerpo de la vasija (la parte inferior está muy erosionada), pero sobre el cuello se encuentra el baño rojo característico de este tipo de cerámica con restos de un brillo intenso. Los fragmentos restantes son todos más peque- ños y muestran parte de uno u otro de estos 2 motivos —protuberancias circulares (2 ejemplares) o crestas modeladas, curvas u onduladas (22 ejemplares). La gráfica N? 12 muestra la distribución de estos elementos a través de los niveles. En un ejemplar (Corte IR, e.la), la cresta está pintada de negro y a ambos lados tiene motivos pintados en el mismo color que consisten en zonas con un relleno de puntos, delimitadas por líneas negras (Lam. VIII, N? 3). Entre los ejemplares con protuberancias, hay uno cuya protuberancia es muy parecida a las de la Fig. 10, N? 4, pero algo mayor (3.5 cros. de diámetro) y más plana (Corte I/1, e.lb; Lam. VIII, N? 5). La otra está muy deteriorada y su forma original no es del todo clara, aunque parece estar pendiente de una cresta; alrededor parece tener restos de un baño blanco grisoso (Corte I/1, e.lc ).

Entre los fragmentos hallados en la superficie (6), hay tres con cres- tas solas y uno con una cresta que cruza el tiesto por la mitad y parece haber tenido una hilera de depresiones ovaladas incisas a lo largo de ella. También hay un ejemplar con una protuberancia redondeada, otro muy erosionado que parece representar la cabeza de algún animal (Lam. VIII, N? 8), y uno que tal vez reproduce un brazo humano, el izquierdo, que atraviesa el estómago (Lam. VIII, N? 6).

368 Conclusiones

Cuando consideramos este tipo de cerámica en conjunto, lo primero que nos llama la atención es la estrecha correlación que existe a veces entre ciertos motivos decorativos y formas de vasija. Esta se resume en la gráfica N? 11. Por ejemplo, los cuencos con reborde sublabial (Tipo a) que tienen decoración incisa, están todos decorados con alguna variedad de segmentos hachurados. Las hileras de puntos se limitan casi por com- pleto a vasijas con cuello de tipo (a). La pintura negra sobre blanca se encuentra solamente sobre ciertos tipos de cuencos (a, ci, c/d y d) y dos de ellos (ci y d) no tienen ninguna otra forma de decoración. Es muy probable que la misma correlación entre motivo y forma existiera en los cuerpos de las vasijas. Desafortunadamente nuestros datos son demasiado fragmentarios para poder decir algo concreto sobre el asunto.

Como este tipo de cerámica estuvo en uso durante toda la ocupación prehistórica del sitio, o sea, un período de alrededor de cuatro siglos, es apenas lógico esperar que hubiera cierto desarrollo durante este tiempo. Para intentar descubrir si hubo cambios en la forma de las vasijas, en la clase de la decoración, o en los motivos decorativos, se organizaron los datos en varias gráficas.

Consideremos primero las formas. La gráfica N? 7 resume los datos de las gráficas Nos. 3-6 y muestra la cantidad de bordes de diferentes formas según los estratos en los cuales fueron encontrados. No indica cam- bios marcados entre los diferentes estratos pero sí parece sugerir algunas tendencias. Entre los cuencos, los únicos dos ejemplares de tipo b (cuencos aquillados con la parte superior de la pared vertical) vienen de estratos superiores ( 4 y 6), lo que sugiere que son tardíos. En cambio, los cuencos de tipo (d) son más comunes en los niveles inferiores y lo mismo se puede decir de las vasijas con cuello de tipo (a). Los pocos fragmentos de copas que se excavaron están restringidos totalmente al estrato N? 1 (salvo una excepción proveniente de la superficie removida ). Sin embargo, es impor- tante tener en cuenta que la muestra de cada tipo de borde es relativa- mente pequeña y, a veces, muy pequeña, así que debernos tratar estas sugerencias con la debida precaución. Más aún cuando, como ya se ha comentado, algunas formas tales como los cuencos de forma c/d son rela- tivamente comunes en un corte (I/1 - 4 ejemplares de vasijas diferentes) y totalmente ausentes en otro (Corte II). Este hecho refleja, tal vez, la utilización de diferentes sectores de la pequeña planicie para diferentes actividades.

369 Entre las formas de decoración y motivos decorativos, hay indicios algo más claros (véase la gráfica N? 10). Tal vez el más interesante hace referencia a la decoración pintada que parece estar restringida a los niveles inferiores. La única excepción es la pintura negra sobre roja de los bote- llones. Esto concuerda muy bien con el dato para las copas con pie pe- destal ya mencionado. Ambas se encuentran virtualmente restringidas al estrato I., es decir, a un período anterior a la introducción de cerámica Pubenza Polícromo, un tipo de cerámica en la cual la decoración pintada es diagnóstica y las copas comunes.

Indudablemente el motivo más común en los bordes es el segmento hachurado o punteado en una de varias combinaciones (16 egs.). Este motivo fue utilizado desde el principio hasta el fin de nuestro período. Sin embargo, parece que algunas modificaciones eran más transitorias; posiblemente la de los segmentos con la abertura hacia lados opuestos (e. 2/5 y 3a, solamente), y las guirnaldas, de las cuales los tres ejempla- res que tenemos también se restringen a los niveles medios (2a y 2b). Un relleno punteado (en vez de hachurado) para los segmentos, se encuen- tra solamente en los niveles 5 y 6, y aunque tenemos solamente dos ejem- plares, es interesante anotar que entre los triángulos también, el relleno punteado está restringido a los niveles superiores. Un diseño de dos o tres hileras de puntos a lo largo del borde es más común en los niveles tem- pranos. En todos los estratos se encuentran motivos grandes y complejos, aunque están limitados a los bordes de un solo tipo de vasija de cuello, tipo (b). La muestra y los fragmentos son demasiado pequeños para poder subdividirlos más.

En cuanto a los elementos y motivos decorativos del cuerpo de las vasijas, es muy poco lo que se puede decir sobre su significado cronoló- gico, pues la mayoría de ellos no muestran variaciones importantes a través de todos los niveles. La única posible excepción es "cuneada conti- nua", la cual, como ya se sugirió en la p. 365. tal vez evolucionó del cuneado sencillo a partir de los estratos medios.

Tipo Pubenza Polícromo

Pasta:

1 . Color: bastante variable. Va desde casi blanco (7.5 YR 8/ ) a crema (7.5 YR 8/2), crema rosada (7.5 YR 8/4) hasta anaranjado 5 YR 7/6; 2.5 YR 6/8). En una muestra de 52 tiestos, 23 tenían pas-

370 ta de color blanco, 10 de colores entre crema y crema rosado, 10 anaran- jado, y los 9 restantes, tonos desde carmelito anaranjado (7.5 YR 6/4 hasta negro (7.5 YR N3).

2. Inclusiones: desgrasante de tiesto molido abundante. También se encuentran esparcidas partículas grises, algunas partículas de cuarzo y de vez en cuando, tal cual pedacito de mica.

3. Textura: granular. 4. Fragmentación: irregular.

5. Cocción: en atmósfera oxidante generalmente.

Tratamiento de la Superficie:

1. Color: crema grisoso hasta anaranjado (7.5 YR 8/4 hasta 7.5 YR 7/4). 2. Dureza: 6-7. 3. Regularidad: el acabado es casi siempre bastante burdo con per- files y bordes irregulares. 4. Textura: áspera. A veces la superficie interior de los bordes evertidos está pulida con cierto cuidado, a pesar de que la superficie ex- terior de la vasija, que lleva la decoración, tiene el acabado, áspero nor- mal. Esto es difícil de interpretar en términos estéticos y posiblemente se debe a que una vasija con la superficie interior pulida es más fácil de mantener limpia, si se utiliza para comida.

5. Brillo: muy ocasional.

6. Baño: muy de vez en cuando se encuentra un delgado baño blanco sobre cerámica gris y mal oxidada.

Evidencia sobre estructura:

Frecuencia:

Cuerpo Borde Otros

Sin decoración 709 119 20 Con decoración 190 21

Total 899 140 21 = 1060

371 Formas: (Gráficas 13-17)

El muy reducido número de formas que ocurren en este tipo de cerámica hace un marcado contraste con el tipo Pubenza Rojo Bañado. De los bordes encontrados en la excavación, se pueden distinguir sola- mente 5 tipos usuales de vasija, de los cuales dos son especies de ollas con bordes evertidos y los otros son cuencos. Los bordes son casi sin ex- cepción, muy sencillos y si el fragmento no es relativamente grande, no hay manera de saber a cuál tipo de vasija pertenecía. Resulta así, que el porcentaje de fragmentos que no se pueden clasificar es muy alto (el 31 % ) .

Otro problema es la falta de regularidad de muchos de los bordes, que dificulta bastante la medida de las circunferencias como se observa al examinar las gráficas Nos. 13-17. Este es especialmente el caso con algunos fragmentos de borde evertido, que probablemente pertenecían a las vasijas de mayor tamaño. Sabemos que existían vasijas grandes por tal cual fragmento grande y pesado del cuerpo de estas y también por fragmentos con porciones de diseños muy grandes. Sin embargo, ante la imposibilidad de conseguir medidas que tengan siquiera un mínimo de precisión, los tamaños grandes quedan mal representados en las gráficas mencionadas.

No hay ninguna clase de decoración que esté especialmente asocia- da con los bordes, pero con cierta frecuencia el labio se encuentra pin- tado de rojo o negro.

Se analizaron un total de 140 bordes de este tipo de cerámica que provienen de la excavación, y además unos 50 bordes hallados en la su- perficie. En este tipo de cerámica, solamente se encuentran bases anu- lares o redondas. No hay ejemplares de bases planas.

A. Cuencos

Se excavaron bordes de 3 tipos de cuencos: hemisféricos, subglobu- lares y aquillados. Aunque los cuencos están elaborados con mayor cui- dado que las otras clases de vasija pertenecientes a este tipo de cerámi- ca, las superficies son ásperas todavía y, en muchos casos, los perfiles son bastante irregulares.

a. Cuencos hemisféricos (Fig. 13. No. 6; Fig. 14, Nos. 1,2). Esta es la forma más común de cuenco. Se excavaron 22 ejemplares, de los

372 cuales 4 tienen decoración pintada. Hay bastante variación en cuanto a tamaño. La mayoría mide alrededor de 20.0 cms. de diámetro en el bor- de, pero hay un tamaño más grande, de alrededor de 30.0 cms. de diá- metro (3 ejemplares entre los fragmentos que se pudieron medir), y otro más pequeño de alrededor de 12.0 cms. (también 3 ejemplares). Un ejemplar mucho más pequeño mide solamente 7.0 cms. Las paredes son relativamente delgadas (0.4 - 0.7 cms.). Un ejemplar (Corte II, e.1) muestra parte de una pequeña agarradera "con una depresión guía para una cuerda" (Véase la p. 374).

La decoración pintada encontrada en cuencos de este tipo consiste simplemente de líneas horizontales, diagonales o verticales en pintura negra o roja sobre la superficie exterior y/o interior de la vasija (Fig. 14, No. 1); no parece haber sido muy común (4 ejemplares de la exca- vación más dos encontrados en la superficie). Un fragmento que viene del Corte I, e.2, cuad. A, tiene una tira de barro que forma una línea ondulada alrededor del borde (Fig. 14, No. 2; Lam. X, No. 2). El lomo de la tira y el labio del borde tienen una serie de pequeños rombos im- presos.

En el museo fundado por el Padre Hincapié en Pasea, existe un cuenco entero de esta forma. Mide 30 cms. de diámetro en la boca por unos 15 cms. de alto, y tiene 4 pequeñas agarraderas verticales coloca- das sobre el borde. Toda la parte superior de la vasija lleva un diseño basado en grupos de líneas paralelas y diagonales colocadas a diferentes ángulos. Está ejecutado en pintura negruzca. La vasija fue encontrada en el Municipio de , según parece en una tumba y junto con una urna antropomorfa que muestra un diseño muy burdo de gan- chos trabados ejecutado en pintura roja.

b. Cuencos subglobulares (Fig. 13, No. 5) De esta forma se ex- cavaron únicamente 6 ejemplares y casi todos son fragmentos muy pe- queños. Parece que las vasijas a las cuales pertenecían eran también pe- queñas —la mayoría de alrededor de 13.0 cms. de diámetro con uno que medía solamente 7.0 cms. (Corte II. e.2/5). Este último es el único que tiene decoración y fue hecha con más cuidado que los demás. La decoración fue elaborada en pintura roja oscura sobre un fondo crema (el color natural de la vasija) y cubre el labio (una línea roja) y la pa- red exterior de la vasija (Fig. 13, No. 5). Las paredes miden entre 0.5 y 0.6 cms. de grosor. Un fragmento de un cuenco de este tipo (Corte II. e.2/5) tiene lo que parece ser la cicatriz de donde se desprendió un asa.

373 c. Cuencos aquillados (Fig. 13, No. 7; Fig. 14, No. 3). Se exca- varon 4 ejemplares de esta forma, incluyendo casi media vasija en seis fragmentos. El tamaño varía entre 16.0 y 24.0 cros. de diámetro en el borde. Solamente un ejemplar carece de decoración y tiene un acabado más burdo que los demás (Corte II, e.2b). Todos los otros tienen deco- ración pintarla sobre la pared exterior de la vasija (Fig. 13, No. 7; Fig. 14, No. 3). La decoración del fragmento proveniente del Corte II, e.2/5 está casi borrada y se alcanza a ver solamente parte de una línea horizontal. Este y el ejemplar del Corte I. e.3b, cuad. B tienen un par de protuberancias en el borde que semejan una agarradera doble con una parte separada de la otra por una depresión (Fig. 14, No. 3; Lam. X, No. 4). Estas protuberancias sin embargo, no sobresalen más que 7.0 mins y, si no son simplemente decorativas, su forma sugiere que tal vez fueron utilizadas corno una guía para las cuerdas que sostenían una vasija colgante.

Un borde (superficial) que parece haber pertenecido a un cuenco, tiene un brazo modelado sobre la superficie exterior con la mano lle- gando al borde (Lam. X, No. 3). Tanto la mano y el brazo como algu- nas áreas de la superficie exterior e interior están pintadas de rojo. Además de estas formas principales. hay algunas otras representa. das por 1 ó 2 bordes solamente. Un fragmento de lo que parece haber sido un cuenco hemisférico tiene una cicatriz muy grande en un extre- mo (Fig. 14, No. 4; Lam. X, No. 1). Es demasiado grande para haber formando la raíz de un asa y posiblemente se trata del sitio donde se des-

prendía la otra mitad de una vasija doble (Corte II , e.2b). Un fragmen- to que proviene del Corte II, e.2/5 también conserva una pequeña parte de una cicatriz parecida y más o menos a la misma altura.

Bases anulares (Fig. 14, N? 5; Fig. 15, N? 1). En la excavación se hallaron 5 fragmentos de bases anulares y asientos de vasijas de esta forma. El único fragmento con decoración tiene líneas paralelas en pin- tura negra sobre la pared exterior de la vasija (Corte I, e.6; Fig. 14, No. 5). Por dentro se alcanzan a notar vestigios de un diseño pintado en el mismo color. El ejemplar más completo viene de la recolección su- perficial (Fig. 15, No. 1) y tiene un pie relativamente pesado, de 11.0 cros. de diámetro. Se conserva parte del fondo de la vasija donde se al- canzan a distinguir restos de líneas paralelas en pintura negra sobre blanca con un relleno en rojo, formando un diseño asimétrico. Desafortunadamente no tenemos datos sobre la parte superior de estas vasijas aunque parece muy probable que algunos de los bordes cla- sificados corno cuencos hemisféricos tuvieran pies de este tipo.

374 B. Vasijas con borde ancho, evertido.

Se pueden distinguir dos formas de vasija con bordes anchos y evertidos: las unas más o menos subglobulares, relativamente pandas, y muchas veces con decoración pintada (Clase A), y las otras más pro- fundas, sin decoración, y utilizadas, según parece, para cocinar (Clase B). Los bordes de ambos tipos son muy poco estandarizados, tanto en su ángulo como en su ancho — se encuentran ejemplares desde 2.0 hasta 5.0 cros. de ancho (un ejemplar hallado en la recolección superficial mide 6.0 crns.), aunque no se encontraron ejemplares muy anchos que pertenecieran sin lugar a dudas a la Clase A. El único recurso seguro para distinguir entre las clases de vasija es contar con un fragmento su- ficientemente grande que permita apreciar la forma del cuerpo; por lo tanto para la mayoría de los bordes (45 ejemplares ) es imposible deter- minar si pertenecieron a vasijas de la Clase A ó B.

a. Vasijas subglobulares, pandas (Fig. 15, Nos. 3,4). Se excava- ron 5 ejemplares de los cuales solamente uno no presenta decoración. El tamaño más común tiene entre 20.0 y 28.0 cros. de diámetro en la boca, pero hay un ejemplar más pequeño (Corte II, e.2b) que mide solamen- te 10 cros. Este presenta la peculiaridad adicional de tener, fuera de la decoración pintada, una hilera de triángulos impresos a lo largo de su delgado labio (Fig. 15, No. 3). En la mayoría de los casos, la decoración pintada está restringida a unas líneas o grupos de líneas verticales en el interior del borde y a una banda de pintura sobre el labio y también so- bre la pared exterior del. cuerpo (Fig. 15, No. 4). En un caso (Corte II, e.5) hay parte de lo que parece haber sido un diseño más complejo sobre la pared exterior de la vasija, pero el fragmento no es suficiente- mente grande para permitir decir más. En esta clase de vasija, las pare- des miden entre 7.0 y 8.0 mms. de grosor.

b. Vasijas subglobulares, hondas (Fig. 16, No. 2). Se excavaron 6 ejemplares que miden entre 20.0 y 28.0 el/1s. de diámetro en la boca. Fueron fabricadas sin mayor cuidado, con superficies ásperas, mal ali- sadas y, a veces, algo onduladas. Con frecuencia se encuentran pequeñas cavidades en las paredes donde. según parece, algún material orgánico fue incluído en la pasta. Ya i105 hemos referido a la falta de estandari- zación, tanto en el ángulo como en el ancho del borde. Las mismas irre- gularidades se encuentran en el grosor de las paredes, que varían desde 5.0 hasta 9.0 mis., a veces en una sola vasija.

Los otros fragmentos de bordes evertidos, o sea el 80% de la mues- tra (le este tipo, no son suficientemente grandes para indicar si pertene-

375 cían a la clase A o a la clase B. Es probable que algunos de los bordes grandes y demasiado irregulares para medición, pertenecieran a tinajas para almacenar o para fermentar líquidos (Fig. 16, No. 1).

Fuera de las formas ya descritas, se encontraron 6 fragmentos problemáticos que a primera vista parecen haber formado parte de bases anulares. Sin embargo, una inspección cuidadosa de ellos revela que éste no hubiera podido ser el caso. Tres de ellos (Corte II, e.2b - 2 ejempla- res - y Corte I/1, e.6), son tal vez fragmentos de borde con una peque- ña repisa que posiblemente sostenía una tapa (Fig. 17, No. 2). Todos tienen pintura roja sobre crema tanto sobre la superficie exterior como sobre la interior. Los otros tres fragmentos (de los Cortes II, e.2b, I/1, e. 2a y superficie) pudieron haber venido de cerca a la boca de vasijas de otra forma, con pared convexa-cóncava, pero que también llevaban una tapa (Fig. 17, Nos. 3,4). Sobre estos fragmentos, la pintura está limitada a la superficie exterior.

Otra forma está representada por un fragmento que proviene del Corte II, e.6 y pudo haber pertenecido a una vasija cilíndrica, muy irre- gular; sin embargo, el hallazgo entre los fragmentos superficiales de un fragmento un poco más grande y de una forma similar, sugiere que tal vez ambos fragmentos formaban parte de los picos de unos botellones muy burdos (Fig. 15, No. 2). El de la superficie es sumamente burdo e irregular, mide 4.6 cros. de diámetro en la boca y muestra dos líneas horizontales de pintura negra sobre la superficie exterior, ejecutadas sin ningún cuidado.

Asas y agarraderas (Fig. 16, Nos. 1, 3-7; Fig. 17, No. 1; Lam. X, Nos. 4,5). Aunque se hallaron asas y agarraderas en la excavación, no eran muy comunes (8 asas y 6 agarraderas) y es sorprendente encon- trar que entre este reducido número, están representados no menos de 4 tipos de asas y 3 de agarraderas. Es probable que estos diferentes tipos estuvieran estrechamente relacionados con diferentes formas de vasija, pero hasta hallar más vasijas completas, o casi completas, de este tipo de cerámica, no podemos especificar la correlación excepto en el caso de los cuencos.

Se excavó un asa (incompleta) en forma de rodillo (Corte II, e.2a; Fig. 16, No. 3) que probablemente fue fijada en posición horizon- tal, aunque también es posible que fuera la parte central de un asa vertical muy larga, perteneciente a una vasija grande. Se hallaron dos fragmentos de asas de sección ovalada (Fig. 16, No. 4) y dos en forma de D (Fig. 16, No. 5). Los primeros son pedazos sueltos y no sabemos

376 nada sobre las vasijas a las cuales pertenecían, ni la manera como esta- ban colocados sobre ellas. Por la forma del asa se supone que las vasijas fueron grandes. De las en forma de D, sí tenemos una en su posición original sobre un fragmento de borde de una vasija con éste ligeramente evertido (Corte II, e.2b). El asa va desde el labio hasta un punto que probablemente quedaba cerca a la base del cuello. El último tipo tam- bién es de sección redonda (3 ejemplares; Fig. 16, No. 6) pero es mu- cho más largo que los que acabarnos de describir. No tenemos ejempla- res completos; pero uno incompleto mide 4.5 cms. de largo.

De las 6 agarraderas halladas en la excavación, 4 son del tipo pe- queño con una depresión central (posiblemente para una cuerda); pa- recen estar estrechamente relacionadas con cuencos y ya fueron descritas en la sección sobre éstos. Fuera de los 3 ejemplares todavía fijados a fragmentos de vasijas, se encontró un desprendido (Corte I, e.1/2, cuad. A). De las 2 agarraderas restantes, una (Corte I, e.3b, cuad. B) es grande (7.0 x 3.5 cms.) y fue fijada en posición horizontal a una vasija que medía 40.0 cms. de diámetro en este punto, y tenía decoración pin- tada sobre la superficie interior (Fig. 16, N? 1). El acabado de la agarra- dera es algo burdo y tiene lo que parece ser la impresión de puntas de dedos sobre la superficie inferior. El otro ejemplar (Corte II, e.2/5) es mucho más pequeño y elaborado con más cuidado. Por su forma, parece haber sido fijada en posición vertical (Fig. 16 N? 7). Tiene decoración pintada (negra sobre las 2 superficies planas, y roja sobre el lomo).

Entre la recolección superficial se hallaron 2 agarraderas verticales. La una, sobre el borde de lo que parece haber sido un cuenco hemisférico (Lam. X, N? 5) es una protuberancia sencilla sin las modificaciones asimétricas que tiene la de la excavación. Es igual a las que lleva el cuen- co hemisférico conservado en el Museo del Padre Hincapié (véase p. 373). De la otra se conserva poco más que la cicatriz donde se desprendió de una vasija burda, de cuello alto, casi vertical. Un fragmento de cuenco, también encontrado en la recolección superficial, tiene una agarradera grande, horizontal, de 5.0 cms. de largo por 1.5 cms. de ancho, decorada con unas pequeñas y profundas incisiones, de unos 3 mm. de ancho por 4 mm. de profundidad. Está localizada cerca al borde (1.5 cms. debajo de él) y es perfectamente paralela a éste (Fig. 17, Nos. 1, la).

Decoración

La decoración de este tipo de cerámica fue ejecutada en pintura roja o negra sobre el fondo de color crema, rosado o anaranjado de la

377 pasta. Debido, probablemente, a una cocción no muy bien controlada, el negro frecuentemente es más bien morado o rojo oscuro que verdadera- mente negro: de vez en cuando, en los tiestos menos oxidados, sobre los cuales se encuentra solamente uno de los dos colores, resulta imposible definir exactamente el color.

Como muchos de los tiestos pertenecen a vasijas muy grandes, los motivos pintados también son a veces grandes; por un lado tenemos espi- rales de casi 8.0 cros. de diámetro pintadas con líneas de hasta 1. 3 cros. de ancho mientras, por otro lado, en las vasijas más pequeñas tene- mos motivos pequeños ejecutados con más cuidado. Líneas de 0.4 - 0.5 cros. de ancho son comunes, pero hay ejemplares que miden solamente 1.5 mm. de ancho. A veces en una sola línea hay diferencias de 1 - 2 mm. en el ancho en diferentes puntos.

Los motivos están basados en líneas rectas y, con menos frecuencia, curvas. Como muchos de los motivos son grandes v los tiestos son gene- ralmente pequeños, en la mayoría de les casos ya no es posible decir cuál fue el diseño original. En la gráfica N? 18 se presenta una lista de los motivos tal como lo hemos podido distinguir, con sus respectivas fre- cuencias. Hay cierta tendencia a pintar el motivo mismo en negro, con zonas de color rojo en sus límites.

En muchos de los tiestos, la pintura es algo borrosa ya o, a veces parcialmente tapada por depósitos blancuzcos: por lo tanto la muestra que está en condiciones suficientemente buenas para fotografiar es rela- tivamente pequeña y, en algunos casos, hemos tenido que optar por di- bujar los diseños ya que en una fotografía no saldrían nítidos.

Elementos decorativos

Hachurado cruzado (Lam. X. Nv 6: Lam. XI, N? 5). Se excavaron 8 fragmentos decorados así y se hallaron otros 2 en la recolección super- ficial. Generalmente consiste en zonas rectangulares o triangulares con esta decoración, delimitadas por una línea pintada del mismo color y bordeadas por pequeñas áreas sin decoración. En la mayoría de los casos, fue ejecutada en pintura negra o negruzca, en líneas que tienen entre 1.0 y 8.0 mm. de ancho. En los ejemplares hallados por nosotros, se encuentra solamente sobre la pared exterior de la vasija, la cual, según los 3 fragmentos más grandes, parece haber sido una especie de vasija subglobular con cuello evertido —probablemente similar a las de nuestra clase A (Fig. 15, Nos. 3, 4). No hay indicaciones claras de que fuera utilizada para vasijas muy grandes.

378 Rombos (Fig. 17, N? 7; Lam. X, Nos. 7, 8). Se encontraron un total de 8 fragmentos (7 en la excavación y uno superficial), pero como generalmente forman parte de diseños grandes, son bastante incomple- tos y, además, algo borrosos a veces. Con una posible excepción, son siempre huecos, es decir, están formados solamente por una línea que los delimita. La zona delimitada no está pintada aunque a veces tiene un punto central de pintura del mismo color (Corte II, e.5, 6). La única excepción es parte de una zona de pintura negra que posiblemente era romboidal, sobre el interior de una vasija relativamente grande (Corte I, e.3c, cuad. B). A veces el rombo parece haber sido delimitado por una línea muy ancha (Corte I , e.6 ) de más que 8.0 mm., o por una línea doble (3 ejemplares de Corte II. e.5; Lam. X, N? 7) que en dos casos tiene un relleno de puntos. Generalmente la decoración se limita a la superficie exterior de la vasija, aunque hay un ejemplar superficial y uno del Corte II, e.5 que tienen decoración sobre las dos superficies (el pri- mer ejemplar tiene rombos en ambos casos); otro, ya descrito, tiene decoración sobre el interior únicamente (Corte I, e.3c). En algunos casos este motivo fue utilizado para decorar vasijas bastante grandes (un frag- mento mayor tiene 1.5 cms. de grosor y mide 20.0 cms. de largo (Corte II, e.5).

Triángulos. A veces se forman triángulos en los espacios dejados en los diseños con rombos o en los rectángulos bisectados, y es muy po- sible que el fragmento del Corte II, e.6 formara parte de una vasija con uno de estos diseños.

Líneas paralelas con grupos de líneas paralelas y diagonales entre ellas (Lam. XI. Nos. 1, 2). Se encontraron 10 ejemplares, de los cuales 7 vienen de la excavación. Desafortunadamente no se encontró ningún ejemplar suficientemente completo como para mostrar su posición en relación con el diseño total. Está siempre elaborado sobre la superficie exterior de las vasijas, de las cuales los 2 fragmentos más completos pa- recen haber pertenecido a vasijas con cuello restringido, tal vez de la Clase A, como la ilustrada en la Fig. 15, N? 4. No hay indicaciones claras de que este motivo fuera utilizado para vasijas muy grandes.

Hileras de líneas cortas (Lam. XI, N? 3). Se excavaron 3 ejempla- res pero los mejores vienen de la recolección superficial (4 ejemplares); los de la excavación son muy borrosos o muy fragmentarios. Aunque en estos últimos la pintura es roja, entre los de la superficie, la pintura ne- gra es común. Se encuentra sobre las superficies exteriores de vasijas relativamente pequeñas, probablemente vasijas hemisféricas o copas, y eventualmente vasijas con borde evertido, clase A.

379 Espirales (Fig. 17, N? 8). Se encontraron 2 ejemplares, ambos en la excavación. Como este motivo es grande, únicamente un fragmento tiene una espiral completa (8 cms. de diámetro, líneas de 1.5 cms. de ancho; Corte II, e.2b). Se encuentra sobre un fragmento que hoy en día mide 16.5 cms. de ancho y 1 cm. de grueso, e indudablemente per- tenecía a una vasija muy grande. Se alcanza a ver parte de lo que se supone es el resto de otra espiral, esta vez de color negro. Es muy probable que algunas de las líneas curvas sobre algunos fragmentos, también for- maran parte de espirales y que, en una colección de vasijas completas, este motivo fuera mucho más común.

Líneas curvas. Se encontraron 18 fragmentos (16 en la excavación) con partes de líneas curvas. Generalmente las líneas son poco regulares.

Rectángulos bisectados por líneas diagonales (Fig. 17, Nos. 5, 6). Se encontraron solamente 2 ejemplares, ambos en la excavación. En los dos casos, estos elementos forman parte de diseños mayores.

Ganchos (Fig. 13, N? 7; Lam. XI, N? 6). Se excavaron 4 ejem- plares. Desafortunadamente todos están, relativamente, en mal estado de conservación. Sin embargo, se alcanza a notar el arreglo en tableros de forma geométrica (triángulos o paralelogramos), delimitados por líneas pintadas en el mismo color y con espacios vacíos entre ellos. Generalmen- te (en 3 de los 4 casos), los ganchos están pintados en negro mientras el rojo fue utilizado para rellenar zonas vecinas. En un ejemplar (Corte II, e.5), se alcanza a observar que el tablero vecino tiene otro elemento de- corativo —hileras de líneas cortas. En otro, los ganchos están trabados unos con otros. En todos los casos las líneas son finas (no pasan de 2.0 mm.), y los motivos pequeños (1 - 2 cms. de largo) Se encuentran siem- pre sobre la superficie exterior de las vasijas, que parecen haber sido cuencos, o vasijas con borde evertido del tipo A, no muy grandes.

Otros. Algunos fragmentos seguramente formaban parte de diseños bastante complejos, de los cuales se ha conservado tan poco que es impo- sible afirmar algo más.

Las categorías restantes en la gráfica 18 se refieren a fragmentos pequeños, los cuales no contienen ningún elemento decorativo completo.

Conclusiones

Como en este tipo de cerámica es difícil reconocer las diferentes formas de vasijas por medio de sus bordes, no es nada raro que no se

380 hayan podido establecer correlaciones estrechas entre estas y los diferentes elementos decorativos; parece muy probable que no existieran. Unica- mente se puede afirmar que las vasijas pequeñas —especialmente los cuencos— a veces tienen diseños complejos, mientras que las vasijas gran- des muestran los mismos elementos, pero muy extendidos sobre la super- ficie y con grandes espacios entre ellos (véase, por ejemplo, Fig. 17, Nos. 7, 8).

En la gráfica N? 18, no se notan tendencias marcadas en cuanto a cambios en las frecuencias de las diferentes formas a través de los niveles; sin embargo, este seguramente se debe en parte a que nuestra informa- ción sobre ellas es muy incompleta. Por otro lado, los datos resumidos en la gráfica N? 18 sí sugieren que posiblemente hubo cambios en las fre- cuencias de los diferentes tipos de decoración. Todos los fragmentos de- corados con rombos provienen de estratos tardíos (Nos. 3c en adelante); el motivo "líneas paralelas con grupos de líneas diagonales y paralelas entre ellas" también parece haberse tornado más común en los niveles superiores (5 ejemplares provenientes de los estratos 5 y 6, pero también 2 del estrato 2b). En cambio, el motivo de rectángulos bisectados por lineas diagonales está restringido a los niveles relativamente tempranos (e.2b).

Aunque la cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado es tan diferente al Polícromo en cuanto a pasta, forma y modo de decoración, hay algu- nos puntos de comparación en los motivos decorativos. Se encuentran muchos motivos basados en grupos de lineas rectas en ambos tipos de cerámica, pero esto en sí no es tan significativo como lo son algunos ejemplares del tipo Pubenza Polícromo que muestran zonas con "relleno" similares a las del tipo Pubenza Rojo Bañado. En estos casos las líneas que delimitan las zonas están pintadas y el relleno fue ejecutado en pin- tura también. Este puede consistir en pintura de otro color (por ejemplo, la copa en la Fig. 15, N? 1, tiene un relleno de color rojo entre líneas negras), o de puntos pintados (Lam X, N? 7) corno los puntos impresos de la cerámica Pubenza Rojo Bañado.

En algunos casos los diseños también son bastante similares; un ejemplo es el de las combinaciones de grupos de 3 líneas verticales y horizontales formando rectángulos, divididos luego por 2 líneas diagona- les (Fig. 17, Nos. 5, 6; Fig. 10, N? 3; Lam. VI, N? 1). Sin embargo, a pesar de estos puntos de comparación, hay muchos más de diferencia —las grandes espirales y círculos y los ganchos trabados están completa- mente ausentes en la cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado. Parece que hubo cierto intercambio entre los dos estilos y que el tipo Pubenza

381 Polícromo, a pesar de ser técnicamente inferior por sus formas irregula- res y su decoración aplicada sin mayor cuidado, trató, hasta cierto punto, de reemplazar al tipo Pubenza Rojo Bañado. Ya se ha llamado la aten- ción sobre el hecho de que ciertas formas y elementos decorativos utili- zados en la cerámica Pubenza Rojo Bañado se limitan a los niveles más tempranos. Dos de ellos, las copas y la pintura, desaparecen cuando el nuevo tipo de cerámica Pubenza Polícromo fue introducido al sitio, con un estilo diferente en ambos aspectos y que. según parece, fue considera- do como un reemplazo adecuado o tal vez superior. Podemos interpretar en la misma forma, el uso de rellenos pintados y de elementos decorati- vos propios del tipo Pubenza Rojo Bañado, tal como el rectángulo bisec- tado, como intentos de hacer más aceptable este tipo de cerámica. Sin embargo, a pesar de los cambios que sufrió cada tipo por influencia del otro, ambos lograron continuar en uso en el mismo sitio durante varios siglos sin perder su identidad.

Cerámica con impresión de estera (Fig. 18, N? 1; Lam. XIII, Nos. 1 - 3).

Pasta:

Igual a la del tipo Pubenza Polícromo.

Tratamiento de la Superficie:

1. Color: desde carmelito anaranjado (2.5 YR 6/8) o carmelito-rosa- do claro (5 YR 7/4) hasta gris (10 YR 7/2.

2. Dureza: 5 - 6.

3. Regularidad: una superficie es bastante regular, mientras que la otra tiene la impresión de una estera. 4. Textura: granulosa. 5. Brillo: muy ocasional; se limita a la superficie lisa. 6. Baño: de la misma greda, sobre la superficie lisa. 7. Defectos: con frecuencia la superficie es ondulada y los bordes muy irregulares.

Estructura:

Probablemente en forma de una arepa o tortilla sobre el piso, de la misma manera como los indígenas Yukuna-Matapí de la Amazonia Co-

382 lombiana elaboran sus budares hoy día (Leonor Herrera, comunicación personal). Por su forma poco regular, no es probable que fueran elabo- rados en moldes. Seguramente fueron puestos a secar sobre una estera, como unos platos elaborados en el Ecuador todavía, los cuales están ilus- trados en Litto ( 1976 : 102 ) .

Forma:

Platos grandes, aproximadamente planos. El grosor varía entre 0.6 y 1.0 cms. (Los bordes generalmente miden entre 0.6 y 0.7 cms. de grueso pero el grosor aumenta hacia el centro de la vasija). Los bordes son bastante irregulares y difíciles de medir: por lo tanto, la medición deja un margen de error grande. Probablemente la mayoría medían entre 30 y 35 cms. de diámetro. La delgadez de los tiestos y la alta proporción de fragmentos de bordes o fragmentos de cuerpo, hace poco probable que la mayoría de los platos fueran mucho más grandes. La gráfica N• 19 sugiere que con el tiempo su tamaño aumentaba.

Frecuencia:

Cuerpo Borde

Sin decoración 18 14 Con decoración Total 18 14 = 32

Discusión y Comparaciones

Con poco lugar a duda se puede afirmar que estos platos eran utili- zados para tostar. La superficie lisa de un lado ayudaría a evitar que la sustancia tostada se pegara a ella, mientras que el acabado burdo e irre- gular del otro tal vez era intencional también. Los ya mencionados Yu- kuna - Matapí usan un acabado burdo para la superficie inferior de sus budares porque dicen que esto hace que el tiesto dure más tiempo (Leo- nor Herrera, comunicación personal); lo cual se debe, probablemente, a que la mayor porosidad de las superficies dejadas sin pulir resiste más el choque termal.

No tenemos evidencia en cuanto a las sustancias que fueron tostadas en los platos descritos aquí, aunque platos del mismo tamaño y forma

383 son utilizados hoy día en varios lugares del país para tostar arepas de maíz. La única evidencia que tenemos para el consumo de maíz en Pu- benza es la muy poco conclusiva de los metates y manos de moler. Los platos son mucho más pequeños que los budares utilizados en los Llanos Orientales y en el Vaupés para preparar mañioco y cazabe y, además, estos últimos generalmente tienen un borde para evitar que el mañioco se derrame.

Platos similares a los de Pubenza se encuentran con cierta frecuencia en sitios arqueológicos en el Magdalena Medio. Durante el reconocimien- to arqueológico emprendido por Correal en 1974, él encontró ejemplares en la Hacienda Cuzco, Municipio de Villa Vieja (Huila) y también en la Hacienda Miraflores, Ambalema (Tolima). Los del último sitio eran algo más gruesos (c. 0.9 cms.) y grandes (45 - 55 cms.) que los de Pubenza; sin embargo, igual que estos, tienen una superficie lisa, y la otra burda y con la impresión de una estera (Correal, en prensa).

Fragmentos atípicos sin clasificas- (Fig. 18, Nos. 2-4; Lam. XI, Nos. 7-12; Gráfica N? 20).

Tanto en la excavación como en la recolección superficial, se en- contraron algunos fragmentos que no parecen pertenecer a ninguno de los tipos ya descritos. Desafortunadamente, la mayoría de los fragmentos más interesantes se encontraron en la superficie; por lo tanto no tenemos ningún dato cronológico para ellos.

Bordes. Se encontraron 4 bordes con refuerzo exterior como el ilus- trado en la Fig. 18, N? 4. En los 3 casos que llevan decoración, ésta es impresa. Se encuentran rectángulos (Corte I, e.2b, cuad. B), o triángu- los sobre el labio (Fig. 18, N? 4), o este último motivo sobre la zona vertical del borde (Corte II, e.2/5; Lam. XI, N? 7). La pasta es com- pacta con muy pocas y pequeñas inclusiones de arena. En color, varía entre carmelita y carmelita rojiza. No tiene baño. Es algo parecida a algunos fragmentos de cerámica encontrados por Myers en el sitio de Bringamosal, Municipio El Guamo, Tolima (Myers: 1973 Fig. 3).

En la Fig. 18, N? 3, se ilustra un fragmento de borde ligeramente evertido con una especie de agarradera. La pasta es fina, de color car- melita oscuro y con inclusiones de cuarzo y un poquito de mica (Corte II, e.2b). Otro, de pasta similar, pertenecía a una vasija de borde no muy ancho y evertido a un ángulo de unos 70• (Corte II, e.2/5). En el Corte I, e.6 se halló un fragmento de cuenco aquillado con borde recto

384 y decoración incisa en espina de pescado (Fig. 18, N? 2). Tiene des- grasante de tiesto molido. Un fragmento superficial, que también tiene desgrasante de tiestos (aunque en muy poca cantidad), y una pasta la- minar, pertenecía a un cuenco con borde volteado hacia adentro (Fig. 18, N? 8).

Fragmentos del cuerpo. En el Corte I, e.6 se encontró un fragmen- to con decoración sobre la superficie exterior que consiste en 4 líneas incisas, anchas y pandas. Todas son paralelas y ejecutadas con bastante cuidado. La superficie tiene un baño de color carmelita claro y fue pulido hasta brillar. La pasta es muy fina, con un núcleo negro grueso. Las inclusiones están esparcidas y miden menos de 1 mm. de ancho; consis- ten principalmente de cuarzo, partículas negras y mica. En la superficie se encontraron 2 fragmentos más con líneas incisas anchas y pandas, y con el mismo baño de color carmelita claro, pulido hasta brillar. En un caso el diseño consiste en grupos de líneas paralelas que se encuentran en ángulo recto, y en el otro en líneas paralelas onduladas (Lam. XI, N? 8). Otro fragmento atípico, proveniente del Corte I/1, e.5, tiene decoración incisa con un diseño basado en líneas curvas, en el cual ciertas zonas tienen un relleno de puntos pequeños (1 mm de diámetro x 0.25 mm. de profundidad) ejecutados con un instrumento tubular que alcan- za a dejar la parte central del punto a un nivel un poco más alto que lo demás. La pasta es de color amarillo con abundantes inclusiones de arena cuarcítica (Lam XI, N? 9).

Otros fragmentos atípicos que se encontraron sobre la superficie se describen a continuación. Un fragmento con decoración está ilustrado en la Lam. XI, N' 10. La decoración fue ejecutada con un instrumento de unos 2 mm de ancho que dejó huellas que no pasan de 0.5 mm. de pro- fundidad y se limita a la zona arriba de una ligera aquillación. La super- ficie es lisa y parece que originalmente tenía brillo; tanto ésta como la pasta son de un color carmelita rojizo. Otro fragmento, muy delgado (3.5 mm.) tiene un baño de color carmelita medio y un acabado bri- llante que es ceroso al tacto. La decoración consiste en 2 hileras de depresiones circulares, ejecutadas con bastante regularidad y bordeadas por una línea incisa. Entre esta línea y otra que corre paralela a ella, se encuentran 2 hileras de puntos incisos tan pequeños que son casi imper- ceptibles (0.25 mm. de ancho x 1.0 mm. de largo, Lam. XI, N? 11). Otro fragmento proveniente de la superficie, tiene una serie de impre- siones ungulares, dispuestas sin ningún orden aparente (Lam. XI, N? 12). Por último, hay un fragmento muy burdo y grueso (2.0 cros. de grosor) y bastante erosionado, que parece tener unas zonas de hachurado

385 cruzado ejecutadas con líneas incisas de poquísima profundidad (Lam. XI, N? 13). Existe la ligera posibilidad de que estas líneas sean la im- presión dejada por una red, cuando el barro se encontraba aún húmedo. Objetos misceláneos de cerámica

Algunos objetos. o fragmentos de objetos, elaborados en barro están ilustrados en la Fig. 18 y en la Lam. XI. Un fragmento de cerámica negra, sin oxidar, tiene una representación modelada de lo que parece ser la mano de algún animal (Lam. XI, N? 14; Corte II, e.2/5). Del Corte II, e.2a proviene un fragmento de uso problemático; muestra res- tos de una especie de cicatriz de forma circular u ovalada, la cual tiene una perforación circular de 0.7 cros. de diámetro en el centro (Lam. XI, N? 15). Se encontró también un fragmento de cerámica del tipo Puben- za Rojo Bañado, en el cual parece empezaron a limar los bordes para formar un objeto dicoidal. No lo terminaron v no es claro qué fin iba a tener. Teniendo en cuenta que sus dimensiones máximas no pasan de 2 ems., tal vez hubiera sido demasiado pequeño para un volante de huso (Corte I. e.1, cuad. A). Un fragmento de 1 cm. de grueso, proveniente del Corte II, e.la. tiene una ranura en un extremo. Desafortunadamente, el fragmento está muv erosionado y parece que fue roto en el punto en donde tiene la ranura o perforación (Fig. 18, N? 5). Un fragmento de forma problemática proveniente de la superficie está ilustrado en la Fig. 18, N? 7. La Fig. 18, N? 6, muestra un fragmento proveniente del Corte II, e.lb que puede haber sido parte de una vasija miniatura con 2 pies solamente, o tal vez, si lo miramos desde el otro lado, parte de la cabeza de un animal con orejas puntiagudas.

Rodillos cilíndricos (Fig. 18, N? 12: Lam. XII. N? 2).

Se excavó la mitad de un rodillo cilíndrico entre la basura tirada por el declive en el Corte I, e.1/2, cuad. A). Tiene una perforación longitudinal por la mitad y es hecho de barro muy fino, casi sin inclusio- nes, de color carmelita claro (10 YR 7/3): está muy bien cocido, como sería necesario para un objeto de esta clase (Dureza 6 - 7).

La superficie fue pulida hasta brillar y el diseño inciso con mucho cuidado hasta una profundidad de 3.0 mm. Las inclusiones tienen las paredes en forma de V truncada, o sea, que el fondo de la incisión es plano; después de incisas fueron pulidas, hasta no mostrar ninguna irre- gularidad. El diseño es positivo —es decir, está conformado por la parte saliente de la superficie del rodillo y no por los espacios excisos. Consiste de 2 hileras de curvas sigmoides, separadas la una de la otra por 2 líneas

386 paralelas y bordeadas por otra pareja de líneas paralelas a cada extremo del rodillo. Las curvas sigmoides también tienen 2 líneas paralelas que siguen por toda la mitad de cada una.

El rodillo mide 5.3 cms. de largo x 3.3 cms. de diámetro. La perfo- ración tiene 0.7 cms. de diámetro. Es curioso que en un objeto elaborado con tanto cuidado, la perforación no esté exactamente en el centro.

Figurinas (Lam. XIII, Nos. 5-10).

Se excavaron dos tipos principales de figurines antropomorfas, de los cuales el primero se puede dividir en 3 clases o estilos. Los 2 tipos están claramente asociados con los 2 tipos de cerámica, Pubenza Rojo Bañado y Pubenza Polícromo. habiendo sido ejecutados, respectivamen- te, en el mismo tipo de barro y con el mismo desgrasante que la cerámica en cuestión. Las del primer tipo tienen un baño rojo como la cerámica Pubenza Rojo Bañado. y las del segundo tipo, decoración pintada similar a la de la cerámica Pubenza Polícromo. Además, hay una diferencia cro- nológica. El tipo asociado con la cerámica Pubenza Rojo Bañado se encuentra solamente en los niveles bajos (1 y 2 ), siendo reemplazado en los estratos superiores por figurinas del segundo tipo, asociado con la ce- rámica Pubenza Polícromo.

Es curioso que del tipo 1 tenemos solamente cabezas, mientras del tipo 2 no se encontraron sino fragmentos del cuerpo, lo cual sugiere que las partes faltantes de los dos tipos fueron elaboradas, tal vez, en otro material. No me parece de ninguna manera probable que los cuerpos y pies del tipo 2 pudieron haber pertenecido a las cabezas del tipo 1, pues tanto las diferencias en el barro y el nivel, como también las de estilo, son sumamente marcadas.

Tipo L

De este tipo se excavaron 6 fragmentos, todos de cabezas La única diferencia marcada entre el barro de estos y el de la cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado es en su cocción. Dejaron las figurines menos tiempo en el fuego (Dureza 3 ). Es fácil rayarlas con la uña y es de suponer que no interesaba que duraran mucho tiempo, o tal vez, que durante su vida útil, estuvieran muy protegidas. A pesar del número reducido de ejemplares, hay tres estilos de los cuales los primeros dos son huecos (uno relativamente naturalista. el otro más estilizado) y el tercero, macizo y muy estilizado.

387 Estilo A (Lam. XIII, N? 5). Se excavaron 2 ejemplares, de los cuales el mayor conserva tres cuartas partes de la cara (la boca, la nariz, un ojo y parte del otro, y una oreja ), además de la cuarta parte de la cabeza. Muestra una frente alta, los ojos y la boca grandes, ambos del tipo "grano de café". Es desproporcionadamente ancha para su altura. La nariz es muy pequeña y ligeramente aguileña, con las fosas nasales termi- nando a la altura de la parte central de los ojos. La posición de las orejas, en cambio, es más naturalista. La única oreja conservada es una protu- berancia ya tan erosionada que no se puede distinguir si originalmente fue modelada o no. Se distingue claramente un abombamiento en la me- jilla, el cual sugiere que la persona representada estaba mascando coca. La parte conservada de la cabeza también está muy erosionada y no se distinguen detalles que pudieran haber representado cabello, etc. Corte I/1, e.2a. Dimensiones máximas conservadas: 8 mis. de ancho x 7 cms. de largo (completa debe haber medido no menos de 12 cms. de ancho).

Un fragmento pequeño que conserva solamente un ojo y lo que parece ser una esquina de la boca, probablemente pertenecía a una figu- rina de este estilo también (Corte II, e.la). Dimensiones máximas con- servadas: 4.5 cms. de largo x 2.5 cms. de ancho.

Estilo B (Lam. XIII, Nos. 6, 7). Este estilo es mucho menos natu- ralista. Los ojos son de la misma forma (grano de café) que los del estilo A, aunque más rectangulares; sin embargo, las orejas son muy grandes y estilizadas, completamente planas (Corte II, e.2b), o ligera- mente modeladas (Corte II, e.lb), y tienen el lóbulo perforado. Es muy posible que estas perforaciones fueran hechas para poner aretes de metal, los cuales se arrancaron para utilizarlos nuevamente cuando se rompieron las figurinas. En una de ellas (la del Corte II, e.2b) se conserva parte de un cuello ancho; la otra (del Corte II, e.lb) muestra una protube- rancia en la mejilla como si también representara una persona mascan- do la coca. En este estilo tampoco está indicado el pelo. Los fragmentos miden 5.7 cms. de largo x 4.3 cms. de ancho (Corte II, e.2b) y 2.9 cms. de largo x 3.8 cms. de ancho (Corte II, e. lb), pero originalmente se trataba de caras de unos 10.0 cms. y 8.0 cms. de ancho respectivamente.

Estilo C (Lam. XIII, N? 8). Tenemos un solo ejemplar de este estilo, que es macizo y muy estilizado. Los ojos son del tipo "grano de café" y la boca tiene una forma casi igual, pero ambas facciones son casi agresivamente rectas, sin la suavidad del modelado de la cara en el estilo A. La nariz es simplemente una cresta de forma aguileña, sin más deta- lles. La cara tiene forma triangular, con la frente baja y los dos puntos del triángulo representando las orejas, las cuales están ligeramente incli-

388 nadas hacia atrás. Un detalle curioso de esta cabeza es una perforación que la atraviesa de lado a lado a la altura del mentón, donde se fracturó. Es de un tamaño suficientemente grande para introducir una varita del- gada (0.5 cms. de diámetro) pero su uso es difícil de conjeturar. Di- mensiones máximas conservadas: 6.5 cms. de ancho x 3.5 cms. de largo. Corte II, e.2b.

Un fragmento de una cara hueca, también proveniente del Corte II, e.2b, es demasiado pequeño para permitir su clasificación. (Sus dimen- siones máximas actuales son de 3 cms. x 3 cms.). Se alcanza a ver parte: del ojo izquierdo, el cual es similar a los ojos del estilo B. Alrededor de la parte conservada de la cara, tiene una cresta de unos 5.0 mm. de ancho por 1.5 mm de alto, que termina en una protuberancia circular muy abajo a una altura en la cual uno no esperaría encontrar la oreja. Re- presenta, probablemente, los límites del pelo, o, posiblemente, una espe- cie de tocado.

A pesar de sus diferencias, los tres estilos están estrechamente rela- cionados a través de la forma de los ojos y el tipo de barro y baño uti- lizado. La gráfica N? 21 indica que dos y tal vez los tres estilos fueron utilizados contemporáneamente, aunque es factible que el estilo C sea un poco más tardío.

Tipo II (Lam. XIII, Nos. 9, 10).

De este tipo tenemos únicamente 2 fragmentos de la parte superior del cuerpo (ambos huecos), y un fragmento de pie (macizo).

El fragmento del tronco más completo muestra un lado del cuerpo con parte del brazo correspondiente, y la base del cuello. El cuerpo mismo es de forma tubular, sin modelado alguno, aunque la parte inferior em- pieza a ser ligeramente evertida antes de la fractura. El brazo está re- presentado por una protuberancia maciza, ahora incompleta; según las in- dicaciones (pintura sobre el cuerpo inmediatamente debajo de la fractura) parece que aún originalmente, fue corto y estilizado como el brazo del segundo fragmento. El cuello, o tal vez la parte inferior de la cabeza, era bastante ancho (por lo menos 4.5 ems. de diámetro). La superficie exterior de la pieza está cubierta con una baño de color crema o rosado anaranjado claro, con restos de brillo, sobre el cual hay líneas y zonas en pintura negra mate que posiblemente representan ropa o pintura corpo- ral. Corte II, e. 2b. Dimensiones máximas conservadas: 8.0 cms. de lar- go x 4.3 cms. de diámetro en el cuerpo y 4.5 de diámetro en el cuello.

389 El segundo fragmento de tronco también muestra un brazo y la base del cuello. Parece haber pertenecido a una figurina mucho más grande (el cuerpo, si era de forma tubular, hubiera medido unos 13 cms. de diámetro). En este caso el brazo está completo y consiste solamente de una protuberancia curva de 3 cms. de largo, sin ninguna pretensión na- turalista. Igual que en el primero, el cuello tenía un diámetro grande. El baño es de color rosado grisoso, tal vez porque la oxidación de la pieza fue menos completa que en la primera figurina; como ésta, tiene una línea negra alrededor del cuello y sobre el resto del cuerpo, líneas rectas y paralelas que delimitan zonas de puntos, todo en color negro, (Corte II, e.6 ). Dimensiones máximas conservadas: 6.0 cms. x 4.5 cms. de largo.

El único fragmento de pie que tenemos es, como los brazos, ma- cizo. Sin embargo, fue modelado con mucho más cuidado y realismo que éstos. La pantorrilla está representada y según parece, el talón, aunque el pie está bastante roto. No queda claro si tenía dedos, pero se prolonga alrededor de la pierna para formar una base muy estable. Una protu- berancia arriba de la pantorrilla, permite suponer que formaba parte de una figurina sentada. Tiene un baño de color rosado anaranjado crema y pintura negra del mismo tono descrito para la primera pieza. Corte II, e. 2/5. Dimensiones máximas conservadas: 8.2 cms. de largo x 4.5 cms. de diámetro (medido en la base del pie).

Es curioso que, con una sola excepción, todos los fragmentos de figurinas provengan del Corte II; este hecho parece indicar una vez más, que distintos puntos de la pequeña planicie fueron utilizados para diferentes fines.

Gráfica N? 2 -1

Estratos 6 5 4 3b 2/5 2b 2a 1/2 le lb la Tipo I Clase A 1/1 II Clase B I1x2 II Clase C II Tipo II II II II

La distribución de figurines según estratos

390 Textiles

A pesar de que las condiciones de conservación en Pubenza III no permitieron que textiles de ninguna clase sobrevivieran hasta nuestro tiempo, afortunadamente sí sobrevivió cierta evidencia de ellos. Esta se basa en varios volantes de huso, 30 fragmentos ele cerámica con impre- siones de estera y un fragmento de cerámica con la impresión de un tejido hecho en telar.

Volantes de huso

Se encontraron 5 volantes de huso fragmentarios, los cuales for- man claramente dos grupos. Los unos (Tipo A) fueron hechos de un tiesto, de manera que tienen una forma discoidal pero de sección lige- ramente curva (Fig. 18 Nos. 9, 10). Esto se nota sobre todo en el ejem- plar grande (4.7 cros. de diámetro); en los ejemplares pequeños, de alrededor de 3.0 cros. de diámetro, la curva es apenas perceptible. Fue- ron hechos sobre fragmentos de cerámica tanto del tipo Pubenza Roja Bañada (3 ejemplares) como de Pubenza Polícromo (1 ejemplar), aun- que generalmente (con la excepción del ejemplar superficial) los frag- mentos escogidos del tipo Pubenza Rojo Bañado son más completamente oxidados que la generalidad. Los bordes irregulares del fragmento fueron limados probablemente contra una piedra, hasta obtener una forma cir- cular. La perforación para el huso fue ejecutada con el sistema de "re- loj de arena", es decir desde ambas superficies, a juzgar por el ejemplar hallado en el Corte 1, e. 3c, cuad. B (Fig. 18, N? 9). Es probable que este ejemplar nunca fuera terminado, tal vez porque se desprendió un fragmento de la circunferencia (como se encuentra actualmente) o por- que se volvió muy ancha la boca de la perforación. En cambio los otros ejemplares tienen perforaciones con paredes rectas y con un diámetro de alrededor de 0.6 - 0.7 cros. que se agranda solamente unos 1.5 - 2.0 mms. en la boca. Es probable que fueran utilizados con el lado cóncavo hacia arriba para formar un asiento cómodo para el hilo, posiblemente los más pequeños para hilar y el grande para doblar el hilo. El hecho de que los más pequeños sean más comunes confirma hasta cierto pun- to esta proposición. Parecen haber sido relativamente tardíos, pues vo- lantes de este tipo solamente aparecen a partir del estrato N? 2.

Hay un solo ejemplar del Tipo B (Fig. 18. N? 11; Corte II, e. 2b). Este fue modelado en barro y es de forma plano-conveja con decoración incisa sobre la superficie cóncava. La perforación fue hecha, probable- mente, con un palito cuando el barro estaba aún húmedo porque tiene los bordes completamente rectos. Es casi igual de grande al ejemplar

391 mayor del Tipo A y por su forma, mucho más pesado. Esto podría de- berse a varios factores: haber sido destinado a doblar el hilo, o a hilar o doblar fibra menos delicada, tal vez fique en vez de algodón. Es po- sible también, que fuera un tipo más temprano y reemplazado más tarde por volantes de tipo A. Sin embargo, debemos tener en cuenta que va- rios indígenas actuales (por ejemplo los Cuna, los Chimila y los Yuko) tienen volantes hechos de varias formas y materiales que usan hoy en día para hilar una misma fibra.

Tipo A

1. Volante hecho sobre un tiesto del tipo Pubenza Rojo Bañado con baño rojo sobre la superficie cóncava. Está conservada aproximadamen- te la mitad de la pieza. Corte II, e. 2b.

Dimensiones aproximadas: diámetro: 3.0 cms.; diámetro de la per- foración: 0.5 cms., boca 0.7 cms.; grosor: 0.45 cms.

Peso actual: 4.5 grs. Peso original aproximado: 9.0 grs.

2. Volante de huso casi completo hecho sobre un tiesto del tipo Pubenza Polícromo con baño grisoso sobre la superficie cóncava y parte de un diseño formado por líneas rectas en pintura negra. Corte I, e. 3c, cuad. B. (Fig. 18, N? 9).

Dimensiones aproximadas: diámetro: 3.0 cms.; diámetro de la per- foración: 0.3 cms.; boca 1.0 cms.; grosor: 0.5 cms.

Peso actual: 6.5 grs.

Peso original aproximado: 7.5 grs.

3. Volante de huso hecho sobre un tiesto de Pubenza Rojo Bañado. Se conserva un poquito más de la mitad. Superficie.

Dimensiones aproximadas: diámetro: 2.8 cms.; diámetro de la per- foración: 0.7 cms.; boca 0.9 cms.; grosor: 0.55 cms.

Peso actual: 4.0 grs.

Peso original aproximado: 7.5 grs.

392 4. Volante de huso hecho sobre un tiesto de Pubenza Rojo Baña- do con un baño rojo claro sobre ambas superficies y una línea en pin- tura sobre la conveja. Se conserva la mitad. Corte I, e. 6. (Fig. 18, N? 10).

Dimensiones aproximadas: diámetro: 4.7 cms.; diámetro de la per- foración: 0.6 cms.; boca 0.8 cms.; grosor: 0.55 cms

Peso actual: 10 grs.

Peso original aproximado: 20 grs.

Tipo B

Volante de huso plano-consejo con decoración incisa sobre la super- ficie convexa y la superficie plana lisa. La decoración consiste de grupos de Vs, uno entre el otro, y un grupo en cada cuadrante del círculo. Las líneas tienen 0.1 cm. de ancho pero su profundidad es algo irregular (entre 0.25 y 50.0 mm.) como si hubieran sido hechas para recibir un relleno. Se conserva aproximadamente la tercera parte del volante. Cor- te II, e. 2b. (Fig. 18, N? 11).

Dimensiones aproximadas: diámetro: c. 4.0 cms.; diámetro de la perforación: aprox. 0.7 cms.; boca aprox. 0.7 cms.; grosor (máximo): 1 .3 cms.

Peso actual: 9.5 grs.

Peso original aproximado: 27.0 grs.

La impresión de tela (Lam. XIII, N? 4)

Sobre la superficie del sitio PUB III se encontraron 2 fragmentos de cerámica con impresión de tela. Unicamente uno de ellos fue hallado por participantes de la excavación y desafortunadamente no tuve opor- tunidad de estudiar el otro.

El fragmento hallado por nosotros mide 10.5 x 9.0 cms. (dimen- siones máximas) y su pasta es igual a la del tipo Pubenza con Impre• sión de Estera; era parte de un plato de unos 56 cms. de diámetro, usado según parece para asar alimentos. La impresión de la tela cubre

393 toda la superficie del tiesto el cual seguramente fue puesto a secar sobre ella; según eso, originalmente la tela debe haber tenido dimensiones su- periores a 56 cms.

El tejido es liso y para la urdimbre se utilizaron pares de hilos sin doblar (10 pares por cm.). Es más difícil determinar si utilizaron pares de hilos para la trama también, aunque en un punto donde falta una pareja de hilos del urdimbre, parece que fue así (8? pares por cm.). El tejido es bastante fino y tupido y es probable que la fibra utilizada fuese algodón. No se alcanza a distinguir la dirección de la torsión.

Aunque por lo general el tejido fue bastante regular, a veces la trama era algo ondulada, indicando cierta dificultad en apretarla. En un punto, parece que agregaron o quitaron un hilo de la trama. Aunque es posible que este hilo estuviera entretejido solamente algunas veces hacia atrás y hacia adelante sobre una pequeña zona de la tela para re- llenar una ondulación como es la costumbre entre varios grupos indí- genas que viven en el norte de Colombia hoy en (lía, también es facti- ble que se estuviera tejiendo con dos o más hilos de trama como es el caso entre ciertos grupos indígenas actuales (por ejemplo los Guajiros y los Yukos) y entre los textiles arqueológicos de Santander. La ventaja de este sistema radica en que dos personas pueden trabajar simultánea- mente en el mismo telar. Desafortunadamente como ninguno de los ori- llos alcanza a aparecer en la impresión y ya estamos entrando en domi- nios muy especulativos, es necesario esperar el hallazgo de otros tiestos con impresiones similares que ojalá nos proporcionen más datos.

Las impresiones de estera (Lun. XIII, Nos. 1-3).

Las esteras sobre las cuales se sacaron los platos descritos anterior- mente eran tupidas y bastante bien hechas, de alguna clase de esparto o fibra que tenía crestas o ranuras pronunciadas, hasta de 0.5 mms. de profundidad. Las tiras tienen entre 1.1 cms. y 2.5 mis. de ancho, siendo más comunes las más anchas. Todas las esteras están tejidas en diago- nal, sea 2:2 (cuando cada tira cruza y está cruzada por 2 más) o 3:3 (cuando cruzan y están cruzadas por 3 más). Desafortunadamente el tamaño y estado de preservación de la mayoría de los tiestos no permite saber cuál de los dos tipos se utilizó. Este detalle (micamente se distin- gue en 8 fragmentos de los cuales 5 fueron tejidos en 2:2 diagonal (Corte I, e: 2b, cuad. B; Corte I, e. 3a, cuad. A; Corte I/1, e. 5; Cor- te II, e. 5,6) y 3 en 3.3 diagonal (Corte I, e. 1/2, cuad. A; Corte II, e. 2/5 y 5 ). Esta distribución parece indicar que ambos tipos fueron elaborados en la misma época, y que la diferencia probablemente obede- cía al gusto individual de los tejedores o tejedoras.

394 Artefactos de piedra

Piedras de moler (Lam. XV)

Se encontraron 4 fragmentos de metates, 1 proveniente del Corte II, e. lb, 1 del Corte I, e. 2b, y 2 de la superficie. Además se hallaron 1, o tal vez 2, fragmentos de manos.

Los metales siempre fueron elaborados en el mismo tipo de piedra, un conglomerado cuarcítico bastante áspero y dur , . Desafortunadamen- te, todos los fragmentos que hallamos son muy incompletos y tan solo podemos decir que, de los 2 fragmentos más completos, uno (del Corte II, e.lb) parece haber tenido la forma de cuenco muy ancho y pando, mientras que el otro (de la superficie) tiene restos de un borde de unos 3-4 cms. de alto. Las manos eran grandes y pesadas (c. 4.5 kilos) y de sección cuadrada, aunque con los ángulos redondeados.

Fuera de estas manos grandes, se encontraron 4 piedras labradas con dimensiones menores, que a primera vista parecen manos. Tienen una forma aproximadamente rectangular y son delgadas (2.0-5.0 cms. de grosor) y de perfil convexo. Sin embargo, fueron elaboradas en una are- nisca tan blanda que hubiera sido imposible utilizarlas encima de una pie- dra dura como la de los metates; una sola pasada por la superficie de esta deja una huella de arenisca desgastada. Esta blandura y su falta de peso hace poco probable que fueran utilizadas para moler cualquier tipo de alimento duro, como el maíz, aun utilizando metales de otra clase de pie- dra. Un indígena Tuneho, a quien se mostraron estas piedras, dijo que, a pesar de su blandura, tal vez hubieran servido durante un tiempo cor- to para moler yuca cocida. Sin embargo, le parecieron muy livianas; por el momento, la cuestión del uso de estas piedras queda sin resolver.

Metates (Lám. XV, Nos. 1,2).

1. (Lam. XV, No.1). Este fragmento que pertenecía a un metate ya bastante desgastado, se encontró abandonado boca abajo en los estra- tos inferiores de la excavación (Corte II, e.lb). Se alcanza a ver que ori- ginalmente tenía la forma de un cuenco muy abierto y pando.

Dimensiones máximas conservadas: 19 x 21 cros.

Grosor máximo (hacia el centro): 2.5 cms.

Grosor máximo (en el borde): 5.5 cms.

395 2. (Lam. IX, No. 2). Este fragmento pertenecía a un metate mu- cho menos desgastado que el primero. Desafortunadamente ya es tan fragmentario que no se puede determinar con seguridad ni su forma ni su orientación original. Tiene restos de un borde de unos 3.0-4.0 cms. de alto. Superficie.

Dimensiones máximas conservadas: 24 x 14 cms. Grosor: varía entre 6.5 cms. (en el borde) y 2.0 cms. 3 y 4. Los dos fragmentos restantes son demasiados pequeños para poder determinar su forma original. Se infiere que son fragmentos de metate solamente porque son de la misma piedra específica para éstos y tienen una superficie alisada y desgastada. El uno mide 7.5 x 7.5 cms. por aproximadamente 2.5 cms. de grosor (Corte I, e.2b, cuad. B) y el otro 10.5 x 7:5 cms. por 2.5 - 5.0 cms. de grosor. (Superficie).

Manos

1. (Lam XV, No. 4). Al parecer, se conserva un poco menos que tres-cuartas partes del total; esto incluye una de las dos caras angostas, la cual ha sido picada, indicando que fue esta cara la utilizada para trabajar. La superficie picada se extiende también sobre la única parte conservada de un extremo y posiblemente esta se utiliza también, a ve- ces, para labores especiales. Igualmente se extiende sobre parte de una de las caras anchas; la otra, en cambio, es lisa. Las superficies picadas sugieren que la piedra fue utilizada meciéndola longitudinalmente sobre una cara angosta en la misma forma como los indígenas Tunebos utili- zan sus manos de moler hoy en día. Corte I/1, e.5.

Dimensiones máximas conservadas: largo: 19.0 cms. ancho: 12.0 cros.

Peso (actual): 3.4 kilos. Peso (original): algo más de 4.5 kilos.

2. Un fragmento muy pequeño de 8.0 x 5.0 cms. posiblemente pertenecía a una mano de esta clase. Superficie.

Otras piedras que a primera vista parecen manos

1. Se encuentra casi completa, excepto unos fragmentos caídos de los extremos. Es un poco más ancha en un extremo que en el otro. Su- perficie. (Lam. XV, No. 3).

396 Dimensiones máximas: largo: 17.0 cms., ancho: 10.0 cms., grosor máximo: 5.0 cms., grosor a los lados: 2.5 cms., grosor a los extremos:?

Peso (actual): 1.136 kilos.

Peso (original aproximado): 1.25 kilos.

2. Se conserva un poco más de la mitad y se alcanza a notar que el grosor disminuye más hacia los extremos que en el No. 1. No se conser- vó lo suficiente para indicar si la anchura iba disminuyendo entre un ex- tremo y el otro como en el No. 1. Superficie.

Dimensiones máximas conservadas: largo (hasta la fractura): 11.0 cms., ancho: 10 cms., grosor máximo: 4.3 cms., grosor a los lados: 2.0 cms., grosor a los extremos: menos que 0.5 cms.

Peso (actual): 0.68 kilos.

Peso (original aproximado): 1. kilo.

3. Se conserva un poco menos que la mitad y sin ninguno de los dos extremos. Corte I, e.3b, cuad. A. (Lam. XV, No. 5).

Dimensiones máximas conservadas: largo: (hasta la fractura): 8.5 cros., ancho: 10.5 cms., grosor máximo: 3.8 cms., grosor a los lados: 2.0 cms., grosor a los extremos: ?

Peso (actual): 0.5 kilos.

Peso (original aproximado): 1.1 kilos.

4. Se conserva casi la mitad de la pieza. Es algo más plana y recta que las demás ya descritas. Superficie.

Dimensiones máximas conservadas (hasta la fractura): 9.0 cms. de largo., ancho: 10.5 cms., grosor máximo- 2 2 cms.. grosor de los lados: 1.4 - 1.6 cms., grosor en el extremo conservado: 1.5 cms.

Peso actual: 0.34 kilos.

Peso original aproximado: 0.8 kilos.

397 Las piedras utilizadas tanto para estos objetos de uso desconocido como para las manos de moler, según Neuland, parecen haber sido traí- das de un río. La costumbre de buscar en el lecho del río piedras duras y redondeadas en una forma conveniente para manos y metates, es muy común entre indígenas y campesinos actuales.

Objetos misceláneos de piedra

La identificación de las diferentes clases de piedra fue lograda por el Dr. Herbert Neuland de la Universidad de Bayreuth, a quien le que- do muy agradecida.

1. En la superficie se encontró un pequeño guijarro de traumato utilizado, según el estado en que se encuentran los dos extremos, para golpear (Lam. XIV, No. 1). Tal vez fue usado para abrir semillas, hue- sos, etc., o simplemente para machucar hojas. Probablemente fue utili- zado para varios fines. Mide 7.0 x 5.0 x 3.5 cms.

2. Un fragmento pequeño de piedra arenisca fina y de sección elíptica, parece haber sido labrado; posiblemente formaba parte de una mano pequeña. Mide 7.0 x 2.2 x 2.5 cms. de grosor. Corte I, e.2b, cuad. B.

3. Un fragmento pequeñísimo de arcillita de grano muy fina, tie- ne estrías profundas (hasta 3.0 mms.; Lam. XIV. No. 2 ). Parece ha- ber sido utilizado para la pulida final de objetos de madera tales como husos, flechas, o eventualmente, como las estrías conservadas son angos- tas (hasta 3.5 mms.) para pulir dardos para una cerbatana. Está bas- tante desgastada ya e indudablemente es un fragmento del instrumento original que debió ser de un tamaño superior. Superficie. Mide 1.5 x 2.0 cms.

4. No se encontró ni una sola hacha entera en el sitio, pero un fragmento de piedra negra fina, probablemente un gabro, con la super- ficie pulida, parece ser la culata de una hacha pequeña. Mide actualmen- te 3.8 cms. de largo x 3.7 cms. de ancho x 2.9 cms. de grosor.

5. Un fragmento de uso problemático se parece a una pata peque- ña de vasija multípode (Lam. XIV, N? 3). Está elaborado en piedra ne- gra, probablemente ceniza volcánica muy fácil de trabajar, especialmen- te cuando está húmeda. Como es porosa también, si realmente formaba parte de una vasija, ésta no hubiera servido para líquidos. Mide 3.0 cms. de largo. Superficie.

398 6. Un objeto de forma cilíndrica proveniente del Corte II, e.2b, tiene lo que parece ser la impresión negativa de un bivalbo fósil, (Lám. XIV, N? 4). Al otro extremo, rodeado primero por cuarzo y luego por andesita, se encuentra un núcleo de baritina o espato pesado. Aunque la andesita de buena calidad se puede utilizar para hacer fuego, ésta es de estructura imperfecta y probablemente no servirá. Según parece, la piedra no hubiera servido para ningún fin práctico y es probable que fuese traída al sitio más bien como un objeto de curiosidad. Sin embar- go, existe la posibilidad de que la baritina fuese utilizada corno adorno, en vez de cristales de cuarzo. Dimensiones máximas: 6.5 cms. de largo x 5.0 cms. de diámetro.

7. Tal cual fragmento pequeño de óxido de hierro (hematita) en- contrado en la excavación pudo haber sido utilizado como material colo- rante (en la época precolombina se utilizaba con frecuencia para pintar cerámica).

8. Varios guijarros de cuarzo, lisos, y traídos, según parece, del río, probablemente fueron utilizados para alisar la cerámica antes de la coc- ción (Corte II, e. 2b; I/1, e.1/2 y e.la).

9. Un pequeño objeto tallado en forma de un - pan de dos pisos" fue hallado en la superficie (Lám. XIV N? 5). Está elaborado en una arenisca tan blanda que se puede rayar con la uña y si tuvo detalles finos es poco probable que hubieran logrado sobrevivir. Es posible que la constricción o cuello que tiene fuese profundizada por la acción des- gastante de una cuerda amarrada allí. Superficie. Dimensiones máxi- mas: 3.0 cms. de autura x 2.0 de diámetro.

10. En el Corte II. e.2b se encontró un objeto pequeño de arenis- ca, tallado en forma de pelota (Lám. XIV, N? 6). La arenisca utiliza- da es muy blanda también, y es probable que este objeto, como el que acabamos de describir, hubiera sido elaborado en muy pocos minutos raspándolo contra la superficie dura de uno de los metales. Diámetro 2.1 cms. Otro similar, de 2.3 cm.s de diámetro, fue encontrado en el Corte II, e.2a.

11. En el Corte I/1, e.2a, se encontró u nobjeto elaborado en are- nisca relativamente blanda, de forma similar al colmillo de un carnóvo- ro grande (Lám. XIV, N? 7). Pudo ocurrir, por la blandura de la piedra, que llegara accidentalmente a adquirir esta forma, pero parece más pro- bable quefuese labrado con fines decorativos o simbólicos. Dimensiones máximas: 8:0 cms. de largo x 2.2 cms. de diámetro.

399 12 . Otro objeto, ahora incompleto, tiene una forma similar a la del No. 9. Está elaborado en una piedra de color casi morado, que pare- ce ser una combinación de silicatos. Aunque ahora la piedra es bastante dura, originalmente fue blanda y luego se endureció por efectos del ca- lor. Es posible que fuese trabajado en su estado blando y luego, a propó- sito o accidentalmente, echado al fogón, en donde endureció. Corte I, e.2a. Dimensiones máximas conservadas: 1.4 cros. de alto x 1.8 cros. de diámetro.

La industria de chert

Se encuentran artefactos de piedra trabajada por percusión en to- dos los niveles en PUB. III que contienen cerámica. El material utiliza- do es generalmente un chert negro o gris oscuro, aunque a veces es de ambos colores alternados en estrías (banded chert). Esta piedra no ocu- rre naturalmente en el sitio, pero sí se encuentra en afloramientos en la misma región.

Este material tiene una fuerte tendencia de fracturarse por la lami- nación y por grietas y planos internos en ángulos impredecibles. Es de- cir, no es un material apto para hacer artefactos sofisticados y aun la producción de lacas sencillas deja un saldo mucho mayor de desperdi- cios que cuando se puede utilizar un material mejor.

En Pubenza, la industria lítica se concentró ,nás que todo en la producción de lascas sin modificación; por lo tanto resulta muy difícil determinar cuáles de ellas fueron usadas. Parece que se utilizaron sola- mente durante un tiempo breve y para fines que tuvieron muy poco efec- to sobre los bordes o la superficie. Es posible que se usaran para pelar y preparar comestibles como la yuca (manihot esculens) o la arracacha (arracacia xanthorrhiza). Sin embargo, los ejemplares menores deben haber tenido otro fin.

Se dividió el material en las 10 categorías siguientes• I martillos; II. trozos tabulares de chert; III. trozos irregulares y fracturados de chert sin cicatrices dejadas por lascas; IV. núcleos; V. posibles fragmen- tos de núcleos; VI. desechos; VII. lascas; VIII. lascas angulares que tienden a ser muy gruesas en relación con sus otras dimensiones; IX. las- cas o fragmentos de piedra con algunas muescas o con ciertas fracturas sobre los márgenes; X. lascas o fragmentos con sectores de los márgenes que posiblemente muestran desgaste.

400 1. Martillos completos y fragmentarios (Lam. XIV, No. 8).

Se encontraron 4 ejemplares enteros, más dos o posiblemente tres fragmentos. Las huellas de golpes y de desgaste se limitan en gran par- te a la porción angular de los extremos.

A. Ejemplares completos:

1. Un guijarro pequeño que ha sido utilizado, principalmente, a un solo extremo. Por el uso se desprendió un fragmento grande pero se siguió utilizando después. El área de golpe es algo angosta. Peso: 98 gramos. Corte II, e.5.

2. Un fragmento tabular de chert estriado. Fue utilizado a ambos extremos. Peso: 222 gramos. Corte II, e.2/5.

3 y 4. Ambos parecen ser núcleos agotados. Muestran huellas de golpes y de desgaste sobre ciertas zonas de los márgenes y sobre los ex- tremos angostos. Peso: 81 gramos (Corte I, e.6, cuad. A) y 98 gramos (Corte II, e.6; Lam. XIV, No. 8).

B. Fragmentos:

1. Un fragmento angular de chert estriado, algo desgastado por el agua. Las huellas de desgaste se encuentran, principalmente, sobre una esquina. Peso actual: 111 gramos. Corte II, e.2b.

2. Este fragmento también es chert estriado y se desprendió proba- blemente de un bloque tabular similar al No. A2. Peso actual: 40 gra- mos. Corte II, e.2b.

3. Un fragmento del Corte II, e.lb posiblemente fue utilizado co- mo un martillo también. Peso actual: 55 gramos.

II. Trozos de chert tabular (Lam. XIV, Nos. 9,10).

Se encontraron 9 ejemplares. Se fracturaron, según parece, por la acción de agentes naturales. Los fragmentos miden entre 4.5 x 3.0 cms. y 2.5 x 1.3 cms., pesan entre 76.0 y 80 grms. (Corte I, e.6, cuad. A (Lam. XIV, No. 9); Corte 1/1, e.2a; Corte II, e.2b (2 ejemplares), e. 2/5, e.6 (4 ejemplares, Lam. XIV, No. 10). El peso total es 240 grms.

401 Trozos irregulares y fracturados de chert sin cicatrices dejados por lascas

Esto se debe, probablemente, a imperfectos en el material, aunque de vez en cuando pudo haber sido causado por calor. Todos se fractura- ron de una manera que indica que sería casi imposible producir lascas buenas de ellos. Se encontraron 6 ejemplares que provienen del Corte I, e.6, y 3a, cuad. A; Corte I/1, e.2a; y Corte II. e.6 (3 ejemplares). Peso total : 450 gramos.

IV. Núcleos (Lam. XIV, Nos. 11, 12)

Son todos fragmentos tabulares, muy- angulares, que tienden a frac- turarse en una forma irregular y difícil de predecir, y como resultado son casi irreconocibles como núcleos. Se clasificaron corno tales simple- mente porque de ellos se desprendieron lascas. Se encontraron 6 ejem- plares. Parece que los indígenas que vivían en PUB. III utilizaban casi exclusivamente fragmentos encontrados en afloramientos del material porque entre las lascas se encontraron solamente des ejemplares que pa- recen provenir de guijarros desgastados por el agua. A veces prepararon la plataforma de percusión desbastándola primero. Es interesante anotar que muchas veces parecen haberse contentado con lascas relativamente pequeñas cuyo largo máximo estaba entre 2.0 y 3.0 cms. (Véanse Nos. 1 y 2).

1. Un fragmento de chert estriado con huellas que muestran que se hicieron repetidos esfuerzos para desprender lascas desde un plano natural de fractura. El largo máximo de una lasca desprendida en esta área hubiera sido de 27 mm. Dimensiones máximas: 3.6 x 3.6 cms. Peso: 50 gramos. Corte II, e.lb.

2. Un fragmento pequeño de material con textura fina. Tiene las cicatrices de lascas sobre 2 superficies donde el largo máximo de una lasca sería de 22 mm. y 20 mm. respectivamente. Dimensiones máxi- mas: 4.5 x 2.3 cms. Peso: 20 gramos. Corte II, e.1 e.

3 . Tiene cicatrices de lascas sobre prácticamente todas las superfi- cies. No pasan de 2.8 cms. de largo. Dimensiones máximas: 4.8 x 3.3 cms. Peso: 40 gramos. Corte II, e.5; Lam. XIV. 12.

4. Fragmento de chert estriado. Sobre un lado se logró desprender una lasca de 3.3 cms. de largo; sobre el otro, donde los intentos parecen

402 haber sido frustrados en gran parte por la irregularidad con que se frac- tura el material, el largo máximo hubiera sido de 3.7 cms. Dimensiones máximas: 5.5 x 5.0 cros. Peso: 63 gramos. Corte I, e.2, cuad. A.

5. De este núcleo se desprendieron algunas lascas de un tamaño mayor, entre ellas la más grande para la cual tenemos evidencia tenía 4.5 mis. de largo. Dimensiones máximas 5.2 x 5.0 ems. Peso: 90 grms. Corte I/1, cae; Lam. XIV. N? 11.

6. Aunque las lascas que se logró desprembT de este núcleo pare- cen haber sido todas relativamente pequeñas (hasta 23 mm. de largo), se hicieron varios intentos de desprender unas cuyo largo máximo hu- biera sido de 58 mm. Dimensiones máximas: 5.3 x 5.8 cros. Peso: 96 gramos. Corte I/ 1 , e . 1 a.

V . Fragmentos de posibles núcleos.

Se encontraron 10 ejemplares con un peso total de 208 gramos. Provienen de los cortes y estratos siguientes: Corte I, e.2, cuad. A (2 ejemplares); e.2b, cuad. B; e.3a, cuad. A; e.3a, cucad. B (2 ejemplares); e.3c, cuad. B; e.6, cuad. A: Corte I/1, e.1/2; Corte II. e.2/5.

VI. Desechos.

Algunos fragmentos tienen bordes cortantes que se hubieran podido utilizar para cortar, pero no hay pruebas. Se encontraron 129 fragmen- tos con un peso total de 1.305 gramos. (Véase la gváfica N? 23).

VII. Lascas sin muestras de desgaste o uso (Lam. XIV, N? 14-17).

A. Lascas enteras. Se encontraron 53 lascas enteras con un peso total de 351 gramos. Sus dimensiones máximas están generalmente entre 3 y 4 cms. por 2 - 3 cms. (Véase la gráfica N? 24).

B . Fragmentos de lascas. Se encontraron 69 fragmentos de lascas con un peso total de 376 gramos. Cinco de ellas parecen haber sido ela- boradas en un material diferente. Los siguientes (Corte I, e.2a, y 3b, cuad. B; e.6; Corte II, e.2/5) son posiblemente de jaspe amarillo, mien- tras que el quinto ejemplar (Corte I, e.3a. cuad. A) es de una piedra rojiza. (Véase la gráfica N? 25).

403 C . Lascas pequeñas y esquirlas. Se encontraron 36 ejemplares con un peso total de 36 gramos. Miden entre 1.5 y 2.0 ems. x 2.0 y 2.5 cms. La mayoría tienen plataformas de percusión naturales donde se ve la corteza de la piedra. (Véase la gráfica N° 26).

VIII. Lascas angulares que tienden a ser mav gruesas en relación con sus otras dimensiones.

No hay ejemplares con huellas definitivas de desgaste o utilización. Por lo menos algunas de ellas representan desperdicios en vez de formas deseadas. Ni la forma ni el tamaño es estandarizado y estas lascas miden generalmente entre 1.7 y 1.1 (x 0.4 cros. de grosor) y 4.0 x 3.0 (x 1.6 cms. de grosor). El grosor mide generalmente de la tercera parte hasta la mitad de la dimensión máxima. Se encontraron 30 ejemplares con un peso total de 182 gramos. (Véase la gráfica N? 27),

IX . Lascas 'O fragmentos de piedra con algunas muescas o con ciertas fracturas en los márgenes.

A. Lascas o fragmentos de piedra C011 muescas o ligeras fracturas unilaterales sobre los márgenes. Probablemente esto fue accidental en to- dos los casos. Se encontraron 5 ejemplares con un peso total de 80 gra- mos. (Corte I, e.2, cuad. A; e.2b, cuad. B; e.6; Corte II, e.5 y 6).

B. Lascas o fragmentos de piedra con fracturas unilaterales más pronunciadas sobre algún sector del margen. Sin embargo, en ningún ejemplar parece haber sido ejecutado de acuerdo con algún patrón defini- do y en todos los casos el área en cuestión es bastante restringida. Se encontraron siete ejemplares. En tres de ellos se localizan sobre el mar- gen de un extremo.

1. Se conserva una parte de la corteza original y parece que este fragmento de chert proviene de un guijarro del río. Las fracturas se en- cuentran sobre una zona algo ondulada de 3.0 cms. de largo. Ellas miden entre 7.0 y 1.5 mm. de largo. Dimensiones máximas de la lasca: 4.0 x 3.7 cros.; grosor máximo 1.2 cms. Peso: 14.5 gramos. Corte I, e.6.

2 . Esta lasca es muy gruesa y se le han quitado varias otras lascas antes de hacer el posible retoque y probablemente mientras todavía for- maba parte del núcleo original. Las fracturas miden entre 5.5 y 2.0 mm. y se encuentran sobre un sector aproximadamente recto de un extremo

404 que mide 2.2 cms. de largo. Las dimensiones máximas de la lasca son 3.1 cms. de largo x 5.3 cms. de ancho x 2.0 cms. de grosor. Peso: 44 gramos. Corte I/1, e. 1 a.

3. Esta lasca es relativamente gruesa también y se le han quitado algunas otras lascas antes de hacer las fracturas sobre el extremo. Se con- serva todavía parte de la corteza original donde estaba localizada la plata- forma de percusión y parece que se desprendió de un bloque tabular. Se fracturó en una forma muy irregular. Las fracturas se encuentran sobre un sector aproximadamente recto que mido 2.2 cyns. de largo; miden entre 2 y 3 mm. de largo. Las dimensiones de la lasca son 3.2 cms. de largo x 4.4 cms. de ancho x 1.6 ems. de grosor. Peso: 21 gramos. Corte II, e.2/5.

4. Una lasca tiene las fracturas sobre el mismo extremo que la plataforma de percusión pero sobre el margen de la superficie exterior donde forma un pequeño semicírculo de 1.1 mis. de diámetro siguiendo el perfil convexo del extremo. Las fracturas miden entre 1.0 y 5.0 mm de largo. La lasca mide 2. 2ems. de largo x 1.5 cms. de ancho x 1.0 cros. de grosor. Peso: 4 gramos. Corte II, e.lc.

5. Las fracturas se encuentran sobre un sector aproximadamente recto que mide 1.8 cms. de largo; miden entre 2.5 y 6mm. de largo. Las dimensiones máximas del fragmento son 2.8 x 1.3 cros. x 1.0 cros. de grosor. Peso: 5 gramos. Corte 1, e.3a.

6. Las fracturas se encuentran sobre un sector algo convexo que mide 1.3 cms. de largo; miden entre 1.5 y 5 min, de largo. Las dimen- siones máximas del fragmento son 2.8 x 2.1 x 1.2 cms. de grosor. Peso: 5 gramos. Corte I, e.3b, cuad. A.

7. Las fracturas se encuentran sobre un sector aproximadamente recto que mide 2.0 cms. de largo; miden entre 3 y 5 mm. de largo. Las dimensiones máximas del fragmento son 3.1 x 1.6 cros. x 0.9 cms. de grosor. Peso: 4 gramos. Corte II. c.6.

C. Lascas con ligeras fracturas bilaterales sobre cierta porción del margen lateral. Se encontraron tres ejemplares poro en ninguno de ellos la fracturación es suficiente para constituir una prueba indudable de que fueron utilizados.

1. Las fracturas se encuentran sobre todo un margen lateral de la lasca. El margen es recto y mide 2.8 cros. de largo. Las fracturas miden

405 entre 1.0 y 0.5 mm de largo Las dimensiones de la lasca son 3.1 cros. de largo x 1.5 cms. de ancho x 0.8 cros. de grosor. Peso: 9 gramos. Corte I, e.3a, cuad. B.

2. Se trata de parte de una lasca rota que termina en una fractura de bisagra. Se conserva parte de la corteza original y, por su apariencia lisa y redondeada, parece haber sido desprendida de un guijarro del río. Las fracturas bifaciales se encuentran sobre todo el largo de uno de los márgenes donde está conservada la corteza. Este margen es ligeramente curvo (convexo) y mide 3.3 cms. de largo. Las fracturas miden entre 1 y 4 mm. de largo, las más largas se encuentran al lado opuesto al que tiene la corteza. Las dimensiones máximas conservadas de la lasca son 2.5 cms. de largo x 2.6 cros. de ancho x 0.8 cms. de grosor. Peso: 7.50 gramos. Corte II, e.5.

3. Esta lasca proviene de un núcleo relativamente grande y se alcanzan a ver las cicatrices negativas donde se desprendieron otras lascas primero. La plataforma de percusión estaba localizada sobre una zona de la corteza original y por lo aplanado de ésta se deduce que el núcleo debe haber sido un bloque tabular de chert. Las muescas son muy peque- ñas, midiendo entre 1.0 y 0.25 mm de largo, y se encuentran por todo el largo de un margen lateral. Las dimensiones de la lasca son 4.3 x 4.3 cms. x 1.0 cms. de grosor. Peso: 26 gramos. Corte II. e.6. Lam. XIV, N? 13.

X . Lascas o fragmentos con sectores de los márgenes que muestran posible desgaste.

En todos los casos el desgaste es apenas perceptible pero podría haber sido el resultado de su utilización sobre materiales duros. Se hallaron 5 ejemplares; de estos, en 4 casos el desgaste pudo haber sido causado al serruchar (Corte I, e.2, cuad. A; e.3a, cuad. A; Corte II, e.2b - 2 ejem- plares), y en 1 caso al raspar (Corte I, e.6, cuad. A).

A. Con desgaste causado, posiblemente, al serruchar.

1. La zona de desgaste se encuentra sobre un borde aproximada- mente plano y mide 3.3 cms. de largo. Es algo romo al tacto y bajo la lupa se alcanzan a ver una serie de pequeñísimas muescas sobre ambas superficies del artefacto, donde la piedra se fracturó. Las dimensiones máximas de la lasca son 2.9 x 4.0 cros. x 1.0 cm. de grosor. Peso: 9 gramos. Corte I, e.2, cuad. A.

406 2. La zona de desgaste se encuentra sobre todo el largo de un borde plano y mide 2.5 cms. Las dimensiones máximas de la lasca son 2.3 x 2.6 cms. x 0.9 cms. de grosor. Peso: 7 gramos. Corte I, e.3a, cuad. A.

3. La zona de desgaste está localizada sobre un sector aproximada- mente plano del borde y mide 2.2 cms. de largo. Bajo la luna se alcanzan a ver unas pequeñísimas fracturas e irregularidades a lo largo. Las di- mensiones máximas de la lasca son 4.1 x 1.9 cms. x 0.6 cms. de grosor. Peso: 6 gramos. Corte II, e.2b.

4. La zona de desgaste se encuentra sobre un sector curvo (con- vexo) del borde y medía 2.5 cms. de largo. Sin embargo, un pequeño fragmento de 1.0 cms. de largo se desprendió de la mitad, probablemente durante el uso. Dimensiones máximas: 5.7 x 2.2 cms. x 2.0 cms. de grosor. Peso: 25 gramos. Corte II, e.2b.

B. Con desgaste causado, posiblemente. por raspar.

1. La zona de desgaste se encuentra sobre u/t sector plano de un borde; mide 1.2 cms. de largo. Las dimensiones máximas del fragmento son 3.7 x 1.0 cms. x 0.5 cms. de grosor. Peso: 3.0 gramos. Corte I, e.6, cuad. A.

La fauna

Los caracoles

En todos los estratos excavados se encontraron caracoles en abun- dancia. Estos pertenecen principalmente a dos especies, las cuales fueron identificadas, muy amablemente, por el padre Acosta del Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional, Bogotá.

Las dos especies principales son: Drymaeus (Drymaeus) eucosme- tus, Haus. y Aperostonza t. translucidum(Sowerby). Posiblemente otro Drymaeus (Drymaeus) sin identificar, está representado también. Ade- más, se encontró un ejemplar de Plekocheilus (Eurythus) sp? (Corte I/1, e.1/2).

Un fragmento de concha marina proviene del Corte I, e.3a. Fue identificado tentativamente por el P. Acosta como de la ostra perlífera, Pinctata radiata (Leach ). Este hallazgo aislado es difícil de interpretart; sin embargo, se sabe que entre los Muisca del altiplano Cundi-Boyacen- se, los caracoles marinos (pero según mis conocimientos, nunca las con- chas) fueron muy apreciados y llegaron por intercambio desde la costa. Se utilizaron como instrumentos musicales (Pérez de Barradas, 1951:

407 tomo 2, 1955 ) y, según parece, tenían cierto significado religioso ya que se los ha encontrado llenos de esmeraldas pequeñas, en cuevas donde fueron depositados corno ofrendas, junto con tunjos de oro.

El material óseo

El material óseo excavado en PUB. III está bastante fragmentado y, aunque los huesos son duros y no descompuestos, su pequeño tamaño dificulta la identificación. Esta fue lograda, hasta donde fue posible, por el doctor Alberto Cadena, del Instituto de Ciencias Naturales, Universi- dad Nacional, Bogotá.

La mayoría de los fragmentos pertenecían a animales pequeños, ta- les como conejos y otros roedores. También se encontró un fragmento que pertenecía a un carnívoro pequeño de la familia Mustelidae, como, por ejemplo, una comadreja. Son contados los huesos de venado y es muy posible que en la época en cuestión, ya no existieran muchos animales grandes de cacería en la zona. Sin embargo, también es factible que los indígenas se interesaran poco por la cacería de animales grandes y prefi- rieran cazar aquellos que se lograba coger con trampas, o aves.

Los huesos de aves son comunes, pero la mayoría son demasiado fragmentarios para permitir su identificación. Unicamente se pudo deter- minar que algunos eran de aves del tamaño de una gallina o de un gavi- lán y que una garra pertenecía, tal vez, a un águila o un búho. Algunos fragmentos de huesos pertenecían a reptiles sin id?ntificar, aunque está representado por lo menos un lagarto como la iguana o la ameyva (po- llero). Además se encontraron cantidades apreciables de tenazas de can- grejos de agua dulce, animales que se encuentran todavía en los pozos y quebradas cerca al sitio. También se encontró un hueso de aleta de pescado (nicuro - Pemelodus sp.). Es probable que hubiera muchos más, los cuales no se encontraron por su tamaño reducido. Sin embargo, no salió ninguno en la pequeña muestra de tierra con la cual se practicó el método de flotación.

Lista, según niveles, de los animales que se logró identificar por sus restos óseos.

Corte I. e . 1 . Conejo (Sylvilagus Brasiliensis) : 3 fragmentos de húmero. Venado (Odocoileus Virginianus): 1 fragmento de falange.

408 2 . 2 . Conejo (Sylvilagus Brasiliensis): 1 mandíbula, 2 huesos largos, 1 costilla, 1 homoplato.

Venado: 1 fragmento de hueso largo de mamífero grande. Aves: 2 caracoides. 1 garra de ave, cf. gavilán 1 garra de ave, cf. águila o búho. Cangrejo: 9 tenazas. e. 3. Roedores: tamaño de un conejo: 1 costilla y otros fragmentos. tamaño de una rata: varios fragmentos. Venado pequeño: 1 fragmento de hueso largo, 1 fragmento de costilla. Venado grande: parte de la cintura pélvica. Familia Mustelidae, p. e. comadreja: 1 fragmento de canino. Aves: 1 garra y otros huesos de un ave algo más pequeña que una gallina. Reptiles: lagarto grande, tamaño de una ameyva o una iguana: 1 fragmento de maxilar. sin identificar: 1 costilla. Cangrejos: 21 tenazas. 1 fragmento pequeño de hueso sin identificar, de unos 1.5 cros. de largo, parece haber sido pulido y tiene parte de una perforación circular.

Corte 1/1. e. 2. Mamífero del tamaño de un perro: varios fragmentos de huesos largos. Cangrejo: 2 tenazas.

Corte II. e. 2. Roedores: 1 fémur, 2 húmeros. Mamífero del tamaño de un perro: varios fragmentos de huesos largos. Venado: 1 fragmento de hueso largo. Aves: varios fragmentos: 1 caracoide, tamaño como el de una ga- llina. Cangrejo: 2 tenazas. Pescado: hueso de aleta de nicuro (Pemelodus sp.).

409 LOS SITIOS PUB 1-II, IV-VI; BREVE DESCRIPCION Y RESUMEN DE LOS HALLAZGOS.

Los sitios descritos en seguida están todos localizados aproximada- mente entre el Cajón de Piedras Negras y el Cajón del Chocho (cerca al Alto del Palo), entre los 74• 45' y 74? 46' de longitud y entre los 4? 25' y 4? 26' de latitud. No existen mapas suficientemente detallados para mostrar los puntos mencionados aquí, pero se los puede apreciar en las fotos aéreas, Lam I, A. y B.

PUB. I.

Fue éste el primer sitio localizado en la zona. Está situado en terre- nos de la finca llamada Monserrate, perteneciente al señor Manuel Men- doza, a una altura aproximada de 600 m. Queda a más o menos medio kilómetro arriba de una mina de yeso, explotada por el señor Mendoza en la fecha del reconocimiento. El encontró los huesos de varios masto- dontes entre el yeso; estos posteriormente fueron excavados por una misión geológica de la Universidad Nacional. Es posible que represente un sitio de matanza de animales. Cuando fue examinado inicialmente por el arqueólogo Gonzalo Correal, y el palinólogo Thomas van der Ham- men, ellos no encontraron evidencia de actividad humana; sin embargo, al continuar posteriormente con la excavación, el señor Mendoza y varios miembros de la familia García aseguraron haber encontrado fragmentos de chert negra entre los huesos.

El sitio arqueológico PUB. 1 está ubicado en terreno ondulado y tiene una extensión un poco menor de 1 hectárea. En la época de nuestra visita, estaba sembrado de maíz. Se excavaron allí 2 cortes de 2 x 2 mts. cada uno, buscando siempre las partes más planas del sitio. El primero se localizó hacia los límites nor-occidentales del sitio, cerca a una carre- tera destapada, hoy en día abandonada. Desafortunadamente el material arqueológico resultó ser bastante escaso y se agotó del todo a los 30 cros. de profundidad. En vista de que la capa cultural parece haber sido del- gada y completamente removida para los cultivos, se buscó una zona que diera indicios de haber sido menos perturbada. Se escogió un punto hacia los límites suroccidentales del sitio, debajo de unos árboles, donde la gente tenía por costumbre almorzar cuando trabajaba en el maizal, y donde no alcanzaron a llegar los cultivos. Sin embargo, tuvimos la misma suerte, pues la capa cultural desapareció a los 25 cros. Aunque seguimos excavando hasta los 85 cros., no encontramos más evidencia de activida- des humanas.

410 Frecuencia de las formas de cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado encontradas en el sitio PUB. I.

Gráfica N° 22

Formas Número de fragmentos Comentarios Comparaciones encontrados con PUB. III

Cuencos

a 5 Todos erosionados, no se conservó decoración ni baño.

b Ausentes en los niveles tempranos.

c 1 Erosionado, no se ve decoración. ci —

c/d 2 Erosionado, no se ve decoración.

d 15 Muchos están erosionados; entre 6 con Comunes en los decoración, 2 tienen un baño blanco, niveles tempranos. uno de los cuales muestra restos de pintura negra todavía.

di

e 2 1 con ? restos de un baño blanco; 1 con relleno blanco en las incisiones.

Vasijas con cuello

a 14 Todos, menos 2, muy erosionados. Comunes en los niveles tempranos.

b 11 Todos muestran grados diversos de erosionamie,-,to. 3 tienen restos de un baño blanco, de los cuales 1 tiene pin- tura negra también; 1 tiene restos de ? un relleno blanco.

c 2 Decorados pero muy erosionados. No se ven restos de pintura ni de baño.

d 15 Sin decoración.

e 20 Sin decoración.

g

Botellones 3

Patas 5

411 La única zona donde se encontraron cantidades apreciables de cerá- mica del tipo Pubenza Polícromo quedaba no muy lejos de este segundo corte y sobre una vertiente relativamente abrupta en los límites surocci- dentales del sitie. En toda el área restante la cerámica era del tipo Pu- benza Rojo Bañado casi en su totalidad. Entre varios centenares de ties- tos recogidos, los del tipo Pubenza Polícromo no alcanzaron a ser ni el 1% del total. Parece que el sitio estuvo habitado en una época anterior a aquella en la cual el tipo de cerámica Pubenza Polícromo estuvo en uso común en la zona, y por esto es especialmente de lamentar que el sitio ya hubiera sido perturbado: de lo contrario, nos hubiera proporcio- nado más información en cuanto a la duración dé, la vida del tipo de cerámica Pubenza Rojo Bañado y, tal vez, datos sobre la primera coloni- zación de la serranía.

Esta cerámica es prácticamente idéntica a la del mismo tipo encon- trada en PUB. III, no solamente en cuanto a la gama de formas, sino también en cuanto a los motivos y tipos de decoración. Se hizo un análi- sis detallado de las formas y motivos decorativos presentes (véase la grá- fica 22) para poder comparar sus frecuencias con las de la excavación practicada en PUB. III. Los resultados reflejan las mismas tendencias hasta un grado sorprendente. Fuera de las vasijas con cuello tipos (d) y (e) que son muy comunes durante todo el período de ocupación del sitio, los dos tipos de vasija más comunes en PUB. I (cuencos tipo (d) y vasijas con cuello tipo (a) ) son precisamente aquellos que estuvieron asociados con los niveles tempranos en PUB. III (véase la gráfica 1\1• 7). En contraste, el cuenco tipo (b), encontrado solamente en niveles tardíos en PUB. III, está ausente en PUB. I. La pintura, prácticamente restrin- gida al estrato N? I en PUB. III, se encuentra en PUB. I también, y además se encontró un fragmento con decoración modelada y pintura negra sobre el baño anaranjado. Desafortunadamente, la mayoría de los fragmentos de la muestra recolectada en PUB. I están tan erosionados, ya que cualquier pintura original no hubiera sobrevivido.

Otro elemento decorativo considerado tentativamente como tempra- no en PUB. III es el segmento con relleno hachurado. En contraste, el relleno de puntos, utilizado tanto con el segmento, como con el triángulo, está restringido a los estratos superiores en PUB. III; en PUB. 1, entre 7 ejemplares de segmentos y 1 de triángulos, se encuentra el relleno ha- churado únicamente. Otro motivo que se limita a los estratos inferiores en PUB. III es el de 2 ó 3 hileras de puntos sobre los bordes aplanados, especialmente sobre vasijas con cuello (a); en PUB. I este es uno de los motivos más comunes (6 ejemplares). El número total de bordes que todavía conservan decoración incisa es solamente 26.

412 Tal cual fragmento encontrado en PUB. I conserva todavía los restos de un relleno blanco entre las líneas incisas, un modo de decoración que no se encontró en PUB. III (Lam. XVI, N? 3 ). Un fragmento (Lam. XVI, N? 1) parece pertenecer a una forma que no está representada en PUB. III. Podría ser el cuello bajo (2.5 cros. de altura) y angosto (7.2 cros. de diámetro exterior; 3.7 e/11s. de diámetro interior ) de una vasija con cuerpo de una forma desconocida; pero igualmente podría ser la base anular de una copa pequeña y baja. Por último, se encontró un fragmento el cual por su pasta parece pertenecer al tipo Pubenza Rojo Bañado pero está completamente sin oxidar y sin baño. Al parecer era un adorno o tal vez una agarradera; representa una cara antropomorfa en la cual los ojos y la boca están indicados solamente por incisiones. Los ojos tienen grandes abultamientos modelados por debajo, como para re- presentar una persona vieja o trasnochada. Carece de nariz (Lam. XVI, N? 2).

Fuera de la cerámica, se encontró un fragmento de una mano de moler cuya forma pudo haber sido aproximadamente cilíndrica. Está ela- borada en la misma piedra utilizada para los metates de PUB. III —un conglomerado cuarcítieo—. Se hallaron también unos fragmentos y lascas de chert negra y gris.

PUB. II.

Este es un sitio de muy poca extensión, localizado a unos cinco minutos de camino arriba del sitio PUB. I, eti un punto denominado Los Limones. Este terreno también pertenece al señor Manuel Mendoza, quien muy amablemente nos llamó la atención sobre el sitio.

Entre la pequeña recolección hecha allí, se encontró cerámica de los dos tipos Pubenza Rojo Bañado y Pubenza Polícromo, únicamente. Aparecieron solamente fragmentos de forma y de decoración similar a los encontrados en PUB. III. Entre ellos se destacan un trozo de la unión entre la vasija y la base de una copa (Pubenza Rojo Bañado) y un frag- mento del cuello y hombro de una figurina del tipo 2, y el fondo de una copa con base anular (los dos últimos del tipo Pubenza Polícromo).

PUB. IV.

Este sitio es una muy pequeña plataforma o plan, al pie del camino que sube de la casa de don Marco hacia PUB. III, a mano derecha; hu- biera sido apenas suficientemente grande para una casa pequeña que

413 alojara una familia nuclear. Se encontraron tiestos de los dos tipos de cerámica, Pubenza Rojo Bañado y Pubenza Polícromo. Se hallaron tam- bién algunos fragmentos de chert negro y gris.

PUB. V. (Lam. Ha).

Es el plan donde está situada actualmente la casa de don Marco y su familia. Con la actividad de la gente y las gallinas, el pequeño plan se encuentra bastante erosionado, y se alcanza a ver el amarillo natural sobre buen parte de él. Sin embargo, se encuentran todavía algunos tiestos sobre la superficie, especialmente hacia el oeste en las zonas menos erosionadas; eran principalmente del tipo Pubenza Rojo Bañado, con algunos fragmen- tos de Pubenza Polícromo.

PUB. VI. Este sitio se encuentra a unos 8 minutos de camino de PUB. III hacia el sur; es el plan más cercano a PUB. III hacia este lado. Don Abel García vivió allí durante diez años y muy amablemente nos llamó la atención sobre el sitio y trajo una muestra de la cerámica que había en- contrado allí. Hoy en día está cubierto con vegetación otra vez, con algu- nos árboles ya gruesos, y la cerámica no es fácil de encontrar entre la vegetación. Es un área pequeña, algo más grande que PUB. IV, pero probablemente no hubiera sido suficiente para contener más que una casa. Los tiestos encontrados allí son todos de los tipos Pubenza Rojo Bañado y Pubenza Polícromo. También se encontraron algunos fragmen- tos de chert. Es probable que, con la excepción de PUB. I. todos los sitios que acabamos de describir fueran habitados durante aproximadamente el mis- mo período que PUB. III. Sin embargo, como en la zona donde están localizados los sitios PUB. III - VI la tierra cultivable es limitada y algo pendiente, es probable que no fueran todos habitados simultáneamente sino alternándolos en la misma forma como están habitados hoy día.

Buscavida

Antes de dejar Pubenza, recibí datos de un sitio bastante interesan- te localizado al otro lado de la serranía, en el municipio de Nariño, ve- reda Buscavida, no lejos de la quebrada del mismo nombre, en terrenos pertenecientes al señor Miguel Herrera. Desafortunadamente no hubo oportunidad para ir a visitarlo personalmente, pero el señor Luis Monroy, hermano de doña Ana García, muy amablemente me trajo una muestra de alrededor de 100 tiestos.

414 La recolección incluye muestras de por lo menos cuatro tipos dife- rentes de cerámica, de los cuales tres son distintos a los encontrados en los sitios PUB. I - VI. Se encontraron unos seis tiestos del tipo Pubenza Polícromo y, además, dos fragmentos de borde que, por su forma, su desgrasante de tiestos y su pasta blanca-grisosa, parecen pertenecer a este tipo. Estos últimos dos fragmentos, sin embaxgo, son muy porosos con cavidades de 1 - 3 mm. de diámetro sobre la superficie como si se hubiera disuelto alguno de sus minerales componentes. Elaborado con esta misma pasta porosa hay un objeto macizo y pesado que parece ser la base de una vasija burda. Sin embargo, en contraste con las bases de copas del tipo Pubenza Polícromo conocidas hasta ahora, éste no es anular, sino sólido.

Cinco tiestos parecen estar hasta cierto punto relacionados con la cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado (Lam. XVI, Nos. 4-7). La pasta y el baño rojo son prácticamente idénticos y los elementos decorativos son bastante similares, con rellenos de hachurado cruzado y puntos. Son, sin embargo, más audaces y más grandes, con las incisiones más profun- das y menos detalle fino. Las formas también son distintas: se encontró parte del borde de un cuenco y además una vasija concuello, pero ningu- na de estas concuerda con las formas encontradas en los sitios de Puben- za. No se puede decir todavía si estas diferencias se deben a factores es- paciales o temporales.

Hay 4 bordes con refuerzo exterior que pertenecían a cuencos y, en un caso, a una vasija con cuello abombado (Lam. XVI, Nos. 8-10). La pasta es de color carmelita con abundantes inclusiones de cuarzo. En dos de los fragmentos, la decoración consiste en triángulos o rombos im- presos sobre el borde o sobre el labio. Los otros dos tienen una decoración de líneas diagonales incisas debajo del borde (Lam. XIV, Nos. 8- 9). Se ha encontrado cerámica parecida en Ricaurte, cerca al río Magdalena (Reichel-Dolmatoff, G. y A., 1943: Fig. 15). También es algo similar a algunos bordes sin clasificar de PUB. III.

La mayor parte de la muestra está compuesta por tiestos grandes y muy gruesos (entre 1 y 2 cms. de grosor). Los pocos bordes en la mues- tra (3 ) son sencillos, ligeramente evertidos, y provienen de vasijas con bocas de unos 34 cms. de diámetro; como éste no parece suficientemente amplio para exigir paredes tan gruesas, es posible que las vasijas fueran muy hondas. La pasta es de color anaranjado, granular y, generalmente, friable. Tiene abundantes inclusiones de cuarzo y de tiesto molido con algunas partículas de mica y partículas negras brillantes.

415 COMPARACIONES Y CONCLUSIONES

Se ha encontrado el tipo de cerámica Pubenza Rojo Bañado en tres sitios por lo menos, distintos a los de Pubenza (véase mapa, Fig. 5), e indudablemente una búsqueda intensiva en las faldas de los cerros que flanquean el bajo río Bogotá y el río Magdalena y sus afluentes en esta zona, revelaría muchísimos más.

El sitio más cercano está localizado en el Cerro de Cotoma, munici- pio de Jerusalén, aproximadamente a unos catorce kilómetros en línea recta de los sitios de Pubenza. Aquí, Gonzalo Correal hizo en 1974 una pequeña recolección superficial (en prensa). Consiste en 7 fragmentos del tipo Pubenza Rojo Bañado, entre ellos una pata de vasija, igual a las de Pubenza Clase I , que fueron hallados juntos con un solo fragmento que parece ser de tipo Pubenza Polícromo.

Llegando a los límites meridionales de la Sabana de Bogotá y la cuenca alta del río del mismo nombre, Correal y Van der Hammen ex- cavaron un solo fragmento de cerámica de este tipo entre otra cerámica distinta. en los niveles superiores del sitio precerámico de la Hacienda Tequendama (Correal y Van der Hammen, 1977, Foto 29, No. 13).

El otro sitio que ha sido excavado y ha producido grandes cantida- des de esta cerámica es el de la Hacienda La Vuelta, Cerro de Quininí (Arango de Gómez: 1974). Está situado sobre una pequeña planada fértil en las faldas del Cerro de Quininí. La localización es algo parecida a los sitios de Pubenza. En este caso, sin embargo, la planada tiene una extensión mayor (alrededor de seis fanegadas) y está situada a una altura de 1.700 mts. (Arango 1974; 142). Casi la totalidad de la cerámica de este sitio pertenece, según parece, al mismo tipo que nuestro Pubenza Rojo Bañado. Igual que en Pubenza, la mayoría de los fragmentos son pequeños y es necesario comparar detalles en lugar de motivos y formas. Allí también se encuentra la misma decoración incisa con énfasis sobre el contraste entre unas zonas y otras, principalmente a través de diferen- tes tipos de rellenos incisos. Se encuentran el hachurado (Foto N? 24, Nos. 2, 3), el hachurado cruzado (Foto 31, Nos. 1, 5, 7; Foto 35, N? 4), la "escalera" (Foto 25, N? 1; Foto 37, N? 5), puntos (Foto 31, N? 3; Foto 29, N? 5), y triángulos (Foto 29, N? 4). También se encuentran óvalos relativamente grandes en la parte central de zonas sin relleno (Foto 29, N? 5). En cuanto a formas, son relativamente comunes las vasijas aquilladas y también se encuentran cuencos con reborde sublabial (véanse ilustraciones de bordes para el tipo Quininí Gris Liso después de la página 174, abajo, a mano izq uierda) y algunas pequeñas patas de

416 vasijas multípodes (Foto 28, Nos. 2, 3). Una de estas tiene decoración incisa y también una perforación horizontal como las de Pubenza (Clase I), mientras la otra, hasta donde se puede ver en la fotografía, se parece más a las que en Pubenza he llamado Clase III.

Desafortunadamente no existen fechas para este sitio. Sin embargo, el hecho de que allí esta cerámica es el tipo principal, sin estar asociada con el tipo Pubenza Polícromo, sugiere que fue ocupado en una época anterior a 1000 a. C. la época muy aproximada en la cual este último tipo fue introducido en PUB. III, según las fechas de radiocarbón. Se encuentran también algunos fragmentos de cerámica que sugieren con- tactos con otras zonas. De acuerdo con la escasa información que tene- mos en cuanto a la edad de estos, datarían del primer milenio después de Cristo o aun antes. La cerámica con decoración ungular o seudoungu- lar (Arango 1974: Foto 25, N? 3), es similar a fragmentos excavados en Nemocón con fechas de radiocarbón de 2.210 + 65 antes del presente (GrN 6,544); 1.880 ± 100 a. del p. ( GrN 6,543), y 1975 -I- 70 (GrN 6,542) (Cardale de Schrimpff 1974: 426) y a otros excavados en la Hacienda Tequendama (Correal y Van der Hammen, 1977; Foto 29, Nos. 1, 2) con fechas de radiocarbón comparables. Herrera excavó frag• mentos similares en abrigos rocosos en la zona de Pasea (1972: Lam. LV).

Los pequeños triángulos (Arango 1974: Fo+o 31, NT 9 3) son un motivo decorativo común en la cerámica del tipo Mosquera Rojo Inciso. En la seriación hecha por Broadbent de los diferentes tipos de cerámica comunes alrededor de la Laguna de la Herrera (sobre los límites sur-oc- cidentales de la Sabana de Bogotá), el tipo Mosquera Rojo Inciso resultó ser uno de los más antiguos (Broadbent 1971: 187). El mismo tipo fue encontrado hace poco en una excavación estratigráfica en Zipaquirá, en niveles para los cuales tenemos una fecha de radiocarbón de 2.300 ± 275 antes del presente (350 a.0 )' (Cardale de Schrimpff; en preparación). También fue excavado en el Cerro de Quininí un borde con líneas incisas horizontales, aproximadamente paralelas (Aran- go 1974: Foto 44, N• 1). Parece pertenecer a otro tipo de cerámica des- crito por Broadbent para la zona de Mosquera y denominado por ella Mosquera Desgrasante Roca Triturada (Broadbent 1971: 191-2, y Fig. 5, L; 6, A). Junto con el tipo Mosquera Rojo Inciso, éste también re- sultó temprano en la seriación (Broadbent 1971: 187), y además, frag-

Obtenida por el Instituto de Asuntos Nucleares, Bogotá, sobre carbón (N' IAN 81); por ella debo mis agradecimientos a la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la República.

417 mentos del mismo tipo de cerámica se excavaron en Zipaquirá en asocia- ción con el tipo Mosquera Rojo Inciso y la fecha ya mencionada. Sin embargo, a pesar de que el sitio de Quininí indudablemente fue habitado durante el primer milenio después de Cristo y quizás antes, no se puede asegurar del todo que el tipo de cerámica Pubenza Rojo Inciso estuviese asociado con los dos tipos que acabamos de mencionar. La capa cultural es relativamente delgada —de aproximadamente 50 cros. de profundi- dad— y se encuentra principalmente entre la cana de humus que se está trabajando actualmente. Esta tierra fértil parece haber sido cultiva- da durante muchos años, principalmente con árboles frutales y cafetos; en ambos casos para la siembra es necesario abrir agujeros relativamente profundos.

Me parece que el tipo de cerámica Pubenza Rajo Bañado pertenece a una tradición de cerámica con baño rojo y decoración incisa que estuvo difundida a lo largo de una zona relativamente grande. Es probable tam- bién que esta tradición durara casi dos milenios.

En zonas de la misma comarca donde se encuentra la cerámica Pubenza Rojo Bañado, se conocen tres sitios o grupos de sitios con cerámi- ca que comparten con ésta muchos detalles pero que, a pesar de eso, es distinta. Se trata de los cementerios de la zona de Espinal, el sitio de Arrancaplumas, hoy día un barrio de Honda (ambos sobre o cerca al río Magdalena), y los sitios conocidos hasta ahora principalmente sobre los límites meridionales de la Sabana de Bogotá. con cerámica del tipo Mosquera Rojo Inciso.

Una muestra de la cerámica de Arrancaplurnas ha sido publicada por G. y A. Reichel-Dolmatoff (1943). En este sitio de habitación se encontraron también varias vasijas enteras, de las cuales una (Lam. XI, N? 3) es casi idéntica a la vasija tetrápode aquillada de Pubenza (Lam. XII, N? 3), con la diferencia de que la de Honda es trípode. Se encon- traron también vasijas fitomorfas (Lam. XI, Nos. 1, 2 y 8) de diferentes formas pero aquí los puntos de comparación no pasan de la idea porque ninguna asemeja a la de PUB. III (Lam. VIII, N? 9; fig. 13, N? 4). Se hallaron copas también y aunque la ilustrada en la Lam. XI, N? 9, no se parece mucho a la cerámica de Pubenza, en la página 238 del citado artículo se menciona "un fragmento de vasija cuyo pie tiene 2 grandes recortes angulares opuestos, situados en la mitad de su altura". La des- cripción (p. 237) de una vasija "decorada en alto relieve con protube- rancias circulares y una banda ondeada en línea de festón" recuerda el estilo de decoración modelada más común. Sin embargo, a pesar de estos

418 puntos de comparación muy notables, tornando en su totalidad la gama de formas en la Lam. XI, estas difieren considerablemente de las que hemos podido reconstruir para Pubenza.

En la región alrededor de Espinal se encuentra una cerámica fina con baño rojo y decoración incisa y /o pintada que también tiene algu- nos puntos de comparación con el tipo Pubenza Rojo Bañado. Ya se mencionaron algunos de ellos anteriormente. Según parece, todas las pie- zas se encontraron en tumbas y como representan solamente ajuar fune- rario, la gama de formas es muy limitada, consistiendo principalmente en copas. Raras veces se encuentran ollas grandes de forma globular con cuello restringido como la ilustrada por G. y A. Reichel-Dolmatoff (1943: Lam. XVI, N? 5) y algunas otras formas poco comunes, como el botellón que se exhibe actualmente en el Museo de la Universidad de Ibagué cuya forma es tan característica de la cerámica Pubenza Rojo Bañado y que, como ésta, tiene decoración pintada, rojo sobre negro. Otros puntos de comparación son los bordes, los cuales en ambos tipos de cerámica llevan decoración incisa la cual, aunque no es idéntica, es de un estilo similar.

Técnicamente, corno en la cerámica de Pubenza, superficies pulidas hasta brillar eran comunes. La combinación de incisión y pintura se en- cuentra con frecuencia, aunque generalmente en zonas diferentes de la vasija. A pesar de que, entre las formas representadas, la pintura es mu- cho más común que entre la cerámica Pubenza Rojo Bañado, los colores. negro y blanco, son los mismos.

Los motivos incisos son generalmente sencillos; los más complica- dos se han ejecutado con pintura. En aquellas vasijas que tienen una combinación de decoración incisa y pintada, la primera se encuentra sobre el pie y la segunda sobre el interior de la copa. Algunas (¿de diferente edad?) sin pintura, tienen decoración incisa sobre la pared exterior. Co- mo en Pubenza, se encuentra la misma preocupación por rellenar los motivos incisos, con la diferencia de que aquí los rellenos se limitan casi exclusivamente al hachurado o hachurado cruzado. Se encuentra también el motivo "escalera" y diseños construidos con base en triángulos hachu- rados. Los diseños incisos del Espinal son casi exclusivamente rectilinea- res. Sin embargo, a pesar de varios puntos de diferencia entre los dos tipos, se alcanza a notar una "semejanza de familia" bastante fuerte.

La cerámica Mosquera Rojo Inciso, en cambio, se conoce solamente por fragmentos encontrados en excavaciones y recolecciones superficiales hechas en lo que parecen ser sitios de vivienda. Como se han publicado relativamente pocas ilustraciones de esta cerámica hasta ahora, he incluí-

419 do aquí algunas del material superficial recolectado por mí, principal- mente en un sitio sobre los linderos de las haciendas Fute y Canoas en el Municipio de (Lam. IX), cerca a los límites suroccidentales de la Sabana de Bogotá. Técnicamente la pasta es parecida a la del tipo Pubenza Rojo Bañado. Es granular. relativamente fina, con inclusiones minerales y un baño rojo pulido hasta brillar. Por lo general está oxi- dada en forma incompleta con un fuerte núcleo gris o negro. Hay unos ejemplares con paredes muy delgadas. En cuanto a formas, parecen ser relativamente comunes las vasijas aquilladas —sean cuencos, sean vasi- jas de silueta compuesta con base redonda—. con la decoración incisa limitada a la pared cóncava arriba de la aquillación. Vasijas con reborde sublabial se encuentran con frecuencia también (Lam. IX, N? 1) aunque difieren en detalle con las de Pubenza. Se encuentran algunos bordes con diferentes tipos de labio aplanado que permiten su decoración pero son mucho menos comunes que en Pubenza.

En cuanto a decoración, parece que hubo mucho menos énfasis en textura y rellenos en la cerámica Mosquera Rojo Inciso y que, además, los motivos eran más sencillos y menos variados. Se encuentran, sin em- bargo, algunos fragmentos con motivos más complejos, como las vasijas aquilladas con paredes cóncavas (Lam. IX, N? 2). Hay algunos motivos o elementos decorativos que se encuentran en la cerámica de ambos luga- res, de los cuales llama la atención principalmente el segmento hachu- rado (Lam. IX, N? 7): también hay hachurado cruzado (Lam. IX, N? 8) y triángulos hachurados (Lam. IX, Nos. 4,5). Se encuentran algunos fragmentos con motivos ejecutados en pintura negra (Lam. IX, Nos. 9, 10 ) aunque no son comunes, posiblemente debido a que la pintura no se conservó bien sobre los fragmentos hallados en la superficie.

Algunos de los motivos de la cerámica Mosquera Rojo Inciso se encuentran también en las copas de Espinal —por ejemplo, los triángu- los hachurados opuestos (Lam. IX, N? 4) y otro motivo basado en trián- gulos que es básicamente un rectángulo dividido en cuatro partes iguales que luego son divididas por una línea diagonal y cada segundo triángulo formado así está relleno con líneas paralelas (Brcadbent 1971: Fig. 5, N? F). Además se encuentran lóbulos trabados en la cerámica Mosquera Rojo Inciso, de vez en cuando; un motivo que se encuentra a veces en el tipo Pubenza Rojo Bañado, también (Fig. 12, N? 2a ); este motivo es común en los pies de las copas del Espinal. Sin embargo, no tengo hasta ahora, evidencia sobre copas en el tipo Mosquera Rojo Inciso.

Futuros estudios seguramente revelarán otros tipos de cerámica re- lacionados en mayor o menor grado con el tipo Pubenza Rojo Bañado.

420 Unos fragmentos encontrados por Herrera (1972: Lam. XLI y XLII) en sitios del Municipio de Pasea, tienen varios puntos en común con los tipos descritos arriba. Es una cerámica oxidada incompletamente con inclusiones de cuarzo y mica, baño rojo y decoración incisa, la cual tiene rellenos hachurados. Posibles parientes más lejanos son las copas prove- nientes de Méndez (Jiménez y Ochoa 1943; 419-20; Lam. III), y una cerámica excavada por Lucía de Perdomo en el Municipio de (comunicación personal).

En resumen, durante algunos siglos antes y después del año 1000 a. C. una gran parte de la zona drenada por los ríos Panche y bajo Bo- gotá estuvo habitada por gentes que utilizaban cerámica del tipo Puben- za Rojo Bañado; vivían en clima templado (Cerro de Quininí) y hasta cálido; construían sus casas sobre pequeñas planadas en las vertientes de los cerros. Según parece por el reducido tamaño de algunos de los planes habitados en la zona de Pubenza, vivían en familias nucleares, pero tal vez agrupadas en poblados dispersos formados por las habitaciones de varios parientes.

Practicaban la agricultura pero por las exigencias del terreno ésta fue indudablemente del tipo cultivo alternativo, dejando ciertas zonas para regenerarse, probablemente regresando luego a ellas. Es factible, sin embargo, que las condiciones para la agricultura fuesen mejores en aque- lla época, por lo menos en lá zona de Pubenza, antes de que se erosiona- ran tanto los sedimentos aluviales de las terrazas antiguas. No se encon- tró evidencia directa sobre los tipos de plantas cultivadas. También logra- ban cazar algunos mamíferos pequeños y comían cangrejos de agua dulce.

Las figurinas indican que mascaban la coca y también sugieren, aunque no en una forma concluyente, que tenían ceremonias o creencias religiosas relacionadas con éstas. El fragmento de concha marina atesti- gua comercio con zonas lejanas; ¿será posible que utilizaran conchas como una fuente de cal para mezclar con la coca?

Hacia el final del primer milenio o algo después, un nuevo tipo de cerámica aparece en la región. Las evidencias disponibles sobre tejidos —volantes de huso, tela de ? algodón y esteras tejidas en diagonal— da- tan de esta época aunque pueden haber estado presentes también antes. Lo mismo se puede decir de la costumbre de pintar el cuerpo, atestiguada por el hallazgo del rodillo cilíndrico. La nueva cerámica, con su decora- ción principalmente pintada, se parece básicamente y en términos gene- rales más a la cerámica de los grupos Muisca y Guane, que vivían en tierras templadas y frías en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá

421 y Santander cuando llegaron los primeros españoles. No hay evidencia sobre grandes cambios en el estilo de vida y los dos tipos de cerámica siguen siendo utilizados contemporáneamente.

Es interesante anotar que en las dos zonas, Muisca y Guane, una tradición de cerámica con decoración incisa fue remplazada también por otra tradición con decoración pintada. La información disponible sobre este cambio en la zona Guane, en el departamento de Santander, se ob- tuvo de una serie de excavaciones realizadas durante los años 1970 y

1 . 972 por Warwick Bray y otros. Según lo que muy amablemente me comunicó él, acerca de las fechas de radiocarbón obtenidas, parece que el cambio tuvo lugar alrededor del año 1000. Para la zona Muisca no sabemos todavía exactamente cuándo se efectuó este cambio. Ya mencio- namos la fecha más reciente (70 más/menos 100 A, C.) asociada con la cerámica de la primera tradición encontrada en Nemocón; sin embar- go, a continuación del estrato donde se encontró, vienen varios posterio- res para los cuales no tenemos fechas todavía. Las fechas más antiguas asociadas con cerámica pintada netamente Muisca que yo conozca son 1005 260 a.C. para un sitio alfarero en el Municipio de Suta- marchán, Boyacá, excavado por Falchetti ( 1975: 164) y una para otro sitio en Zipaquirá (Zipa III) de 610 + 100 a.C. (Cardale de Schrimpff; en preparación). Por lo tanto, la cerámica pintada que llamamos Muisca, posiblemente aparece por primera vez en la zona durante la segunda parte del primer milenio a. C. Según la evidencia que tenemos hasta ahora, es factible que el cambio encontrado en Pu- benza sea parte de una tendencia general en la región central de la Cor- dillera Oriental. Sin embargo, en contraste con las zonas Muisca y Gua- ne, en Pubenza el tipo de cerámica más antiguo sigue siendo utilizado contemporáneamente con el nuevo.

En Pubenza las fechas para los estratos formados hacia el final del período de ocupación prehistórica del sitio se acercan al principio de la Conquista Española, y tenemos que preguntarnos si podrían representar los restos culturales que dejaron los indígenas Panche, los habitantes de la zona, cuando llegaron los primeros españoles. Sin embargo, debemos tener en cuenta esa posibilidad con bastante cuidado hasta tener fechas o material asociado que sean claramente posteriores a la Conquista.

Sobre carbón, IAN N9 69. Para esta fecha también debo mis agradecimientos a la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales del Banco de la Re- pública.

422 GRAFICAS

(Todas se refieren al Sitio PUB. III si no está indicado lo contrario)

1 Las fechas de radiocarbón con 2 desviaciones estandar.

2. Las frecuencias de los diferentes tipos de cerámica a través de los estratos.

3-7. Tipo Pubenza Rojo Bañado: las diferentes formas de vasijas a través de los estratos.

3. Corte I, cuad. A.

4. Corte I, cuad. B.

5. Corte 1/1.

6. Corte II.

7. Todos los cortes.

8-12. Tipo Pubenza Rojo Bañado.

8. Los diferentes tipos de patas a través de los estratos.

9. Fragmentos de copas a través de los estratos.

10. Los distintos motivos decorativos en los bordes a través de los estratos.

11 Los distintos motivos decorativos en los bordes de las diferentes formas de vasijas.

12. Los distintos motivos decorativos sobre el cuerpo de las vasijas a través de los estratos.

13-17. Tipo Pubenza Policromo: las diferentes formas de vasijas a través de los es- tratos.

13. Corte I, cuad. A.

14. Corte 1, cuad. B.

15. Corte 1/1.

16. Corte II.

17. Todos los cortes.

423 18 Tipo Pubenza Polícromo: los diferentes motivos decorativos sobre borde y cuer- po a través de los estratos.

19. Cerámicas con impresión de estera. Los fragmentos de borde y del cuerpo a través de los estratos.

20. Fragmentos sin clasificar.

21 Figurines: los diferentes tipos a través de los estratos.

22. Sitio PUB. I: formas y motivos decorativos en la recolección superficial; Tipo Pubenza Rojo Bañado.

23. Desechos de chert a través de los estratos.

24. Lascas completas sin muestras de uso a través de los estratos.

25. Fragmentos de lascas a través de los estratos.

26. Lascas pequeñas y esquirlas.

27. Lascas gruesas.

424 EXPLICACION DE LAS ILUSTRACIONES

Figuras

1. Croquis del sitio Pubenza 111 y localización de los cortes. 2. Corte I: perfil de la pared occidental. 3. Corte 1/1: perfil de la pared occidental. 4. Corte 11: perfil de la pared nor-oriental. 5. Mapa de los sitios donde se ha encontrado cerámica del tipo Pubenza Rojo Ba- ñado y de sitios con cerámica relacionada. 6. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado, cuencos. 1. Tipo a; Corte 11, e. lc. 2. Tipo b; Corte II, e. 2b. 3. Tipo c; Corte 11, e. 1/2.

3a. ; Corte 11, e. 2b.

3b. ; Corte 11, e. lc. 4. Tipo c/d; Corte 1/1, e. lb. 7. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado, cuencos. 1. Tipo c/d; Corte 1/1, e. lb. Tiene restos de un diseño en pintura blanca mate sobre el interior. 2. Tipo d; Corte 11, e. 2a. 3. Tipo e; Superficie. Pintura blanca brillante y negra mate sobre baño rojo. 4. Tipo e; Corte II, e. 2b. 5. ; Corte 1/1, e. 2a. 8. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado, vasijas con cuello. 1. Tipo a; Variedad poco común. Superficie. 2. " ; Corte II, e. 1/2. 3. Tipo d; Corte II, e lb. 4. " ; Superficie. 5. Tipo e; Corte II, e. 2/5. 6. " ; Superficie.

425 9 Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado, vasijas con cuello y patas de vasijas multípodes.

1 Tipo f; Corte II, e. 6.

2. Tipo g; Corte II, e. lb.

3 Porde sin clasificar; Superficie.

4.

5. Pata de vasija multípode, Clase I; Corte 1/1, e: la. (5a vista del lado; 5b corte; 5c vista del frente). 6. Pata de vasija multípode, Clase II; Corte II, e. lb.

7. Clase III; Corte I, e. 4, cuad. A.

8 Clase IV; Superficie.

9. Clase V; Corte II, e. 2b.

10. " ; variedad; Superficie.

10. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado. 1 Cuello de un botellón con decoración pintada, rojo sobre negro; Superficie.

2. Hombro de un botellón con decoración pintada, rojo sobre negro; Corte II, e. 2/5. 3. Hombro de un botellón con decoración; Corte 1/1, e. 5.

4 Decoración modelada; Corte 1/1, e. la. La zona en donde se alcanzan a ver todavía restos de un baño blanco está delimitada por una línea interrumpida. La parte inferior de la vasija está bastante erosionada, mientras que la región superior lleva el baño rojo usual.

13 Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado. Reconstrucciones tentativas de copas con base pedestal perforada.

1. Fragmento de la base con perforación. Corte II, e. 6.

2. Fragmento de la base; Superficie.

3 Fragmento de la unión entre recipiente y base pedestal; Corte 1/1, e. 1/2.

4. Fragmento de la base; Corte 1/1, e. lb.

12. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado. Cuencos y vasijas con cuello.

1. Cuenco tipo ci; Superficie. Pintura negra sobre baño rojo.

2. Vasija con cuello, tipo b; Cortte II, e. 5.

2a Vasija con cuello, tipo b; Corte 1/1, e. 5.

2b. Vasija con cuello, tipo b; Superficie. Tiene pintura negra sobre baño blanco.

3. Cuenco tipo d. Variedad poco común; Corte 1/1, e. la.

4. Cuenco tipo di; Corte II, e. 5.

5. Vasija con borde evertido. Atípico, sin clasificar; Superficie.

13. Tipos varios: 1-4 Pubenza Rojo Bañado, 5.7 Pubenza Polícromo.

1. Negro sobre rojo anaranjado; Corte 1/1, e. 1/2 y la.

2. Negro sobre rojo anaranjado; Superficie.

426 3 Negro sobre rojo con líneas "compactadas"; Superficie. 4 Decoración modelada; Superficie. 5. Cuenco subglobular, tipo h; Corte II, e. 2/5. Pintura roja oscura sobre baño crema. 6. Cuenco semiesférico, tipo a; Corte Ii, e. 2b. 7 Cuenco aquillado ,tipo c; Corte II, e. 2b. Pintura roja. 14. Cerámica del tipo Pubenza Polícromo. 1 Cuenco semiesférico, tipo a; Corte II, e. 5. 2. Cuenco semiesférico, tipo a; Corte I, e. 2. cuad. A. 3 Cuenco aquillado, tipo c, con agarradera tipo "guía para cuerda"; Corte I, e. 3b, cuad. B. Cl labio está pintado de rojo. La pared exterior lleva un diseño en pintura roja oscura y un color ya muy desteñido que pudo haber sido rosado o tal vez un negro mal logrado (5YR 6/3). 4. Fragmento de una posible vasija doble. Corte II, e. 2b. 5. Vasija con base anular; Corte I, e. 6. Sobre el exterior tiene pintura negra sobre un baño blanco y sobre el interior, restos de líneas en pintura negra.

15. Cerámica del tipo Pubenza Polícromo. 1. Vasija con base anular; Superficie. Sobre el fondo tiene restos de un diseño en pintura negra sobre roja. 2. Pico de un botellón; ? Superficie. Pintura negra burda. 3. Vasija con borde evertido, tipo a (ejemplar excepcionalmente pequeño); Corte II, e. 2b. La decoración consiste de pintura negra o morada sobre roja. 4. Vasija con borde evertido, tipo a; Corte II, e. 2b. Tiene decoración en pintura negra sobre el exterior y en pintura roja sobre el interior. 5. Vasija con borde evertido (no se puede definir si es tipo a ó b); Corte II, e. 2b. Decoración poco usual de triángulos impresos. 16 Cerámica del tipo Pubenza Polícromo. 1. Parte del cuerpo de una vasija grande con una agarradera grande, horizontal; Corte I, e.3b, cuad. B.

2. Vasija con cuello evertido; tipo b; Corte II, e.b. 3. Asa en forma de rodillo; Corte Ii, e. 2a. 4. Asa de sección ovalada; Corte II, e. 2b. 5. Asa en forma de D; Corte II, e. 2b. 6. Asa con sección redonda; Corte II, e. 2b. 7. Agarradera vertical; Corte II, e. 2/5. Pintura negra, con roja sobre el lomo.

17. Cerámica del tipo Pubenza Polícromo. 1. Cuenco semiesférico con agarradera horizontal; Superficie. la. La agarradera vista desde encima. 2. Fragmento de uso problemático. Posiblemente de una vasija con repisa para una tapa; Corte II, e. 2b. Pintura roja sobre el interior y parte del exterior. 3. Lo mismo; Superficie. Pintura roja sobre parte de la superficie exterior.

427 4. Lo mismo; Corte II, e. 2b. Pintura roja y negra. 5. Fragmento con rectángulos bisecados por líneas diagonales; Corte II, e. 2b. El color de la pintura está mal definido, podría ser negra o roja (10R 4/2). 6. Lo mismo; Corte I, e. 2a; Pintura roja y negra. 7. Parte de un diseño de rombos (?) delimitados por líneas dobles; Corte II, e. 5. Pintura negra. El interior del tiesto está atravesado por una línea recta en pintura roja de 1 cm. de ancho. 8. Parte de un diseño de espirales; Corte II, e. 2b. Pintura roja y negra. 18. Misceláneo. 1. Plato para tostar con la impresión de una estera sobre la superficie inferior; Corte I, e. 2b, cuad. B. 2. Cerámica sin clasificar; Corte I, e. 6. 3. Sin clasificar, con agarradera; Corte II, e. 2b. 4. Sin clasificar; Corte II, e. 5. 5. Parte de un objeto de uso problemático; Corte II, e. la. 6. Fragmento problemático; posiblemente una vasija miniatura con 2 patas úni- camente; Corte II, e. lb. 7. Fragmento de vasija de forma problemática; Superficie. 8. Cerámica sin clasificar; Superficie.

9. Volante de huso, tipo A; Corte I, e. 3c, cuad. B. 10. Volante de huso, tipo A; Corte I, e. 6. 11. Volante de huso, tipo B; Corte II, e. 2b. 12. Rodillo Cilíndrico. Corte que muestra la perforación excéntrica y una huella del diseño; Corte I, e. 1/2, cuad. A.

428 LISTA DE LAMINAS

(Escala: todas a aproximadamente 1:2 si no se especifica lo contrario)

la. Vista aérea de la zona de la cordillera de Alonso Vera donde se realizaron las in- vestigaciones arqueológicas. La fotografía muestra la región al nor-oeste de la po- blación de Pubenza, aproximadamente entre el Cajón de Piedras Negras y el Cajón del Chocho y el Alto del Palo.

lb. Vista aérea hacia la quebrada el Chocho (en segundo plano), con los sitios PUB III, IV, V y VI al otro lado.

Ila. Vista desde el camino que pasa entre los sitios PUB III y PUB V, hacia el pequeño plan (hoy en día habitado nuevamente) donde está localizado este último sitio. En el fondo se ve el valle del Río Bogotá con los vertientes de la cordillera oriental atrás.

Ilb. Perfil nor-oriental, Corte II. Se alcanza a ver claramente los estratos naturales N9 1 (tierra carmelita con puntos blancos), 2 (carmelita clara amarillenta con partículas abundantes de arenisca amarilla) y 5 y 6 (el humus).

III. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado; cuencos.

1. Tipo a; Corte I, e. 1/2, cuad. A. 2. " ; con pintura negra sobre blanca; Corte I, e. 2, cuad. A. 3. Tipo b; Corte II, e. 2b. 4. " ; Corte II, e. 6. 5. Tipo c; con baño blanco; Corte II, e. 1/2. 6. ; Corte II, e. 5. 7. ; Corte 1/1, e. 5. 8. Corte II, e. le.

9. Tipo ci, con pintura negra sobre rosada; Corte I, e. 1/2, cuad. A. 10. " d; Corte 1/1, e. 5. 11. Tipo d; con pintura negra sobre blanca; Corte 1/1, e. lc.

12. " ; Corte 1/1, e. la. 13. " ; Corte 1/1, es, 2ai y 5. (2 fragmentos pegados; nótese la diferencia en el color de la superficie debido a las diferentes calidades de los suelos en los cuales se encontraron).

429 IV. Cerámica de tipo Pubenza Rojo Bañado.

1. Cuenco tipo e; Corte II, e. 2b.

2. Vasija con cuello, tipo a; Corte II, e. 2/5.

3. Cuenco tipo e; Corte 1/1, e. 2a.

4-8. Vasijas con cuello.

4. Tipo a, con una banda de pintura roja oscura en el interior del cuello; Cor- te 1/1, e. 2a. 5. Tipo b; Corte II, e. 5.

6. " ; con pintura negra; Corte 1/1, e. lc.

7 ; Superficie.

8. ; Corte II, e. 6.

V. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado. 1-3. Vasijas con cuello, tipo b; Superficie. Nótese la decoración hachurada cuneada del N9 3.

4. Vasija con cuello, tipo c; Corte II, e. lb.

5. Vasija con cuello, tipo e; Superficie.

6 Cuello de botellón; Corte II, e. 2/5.

7. Pata de vasija multípode, clase 1; Corte I/1, e. la.

8-9. Posibles fragmentos de bases de copas con base pedestal; Corte II, e. 6 y Cor- te II, e. 1/2.

VI. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado.

1. Corte II, e. lb.

2. Corte 1/1, e. 1/2. 3. Corte 1/1, e. le.

4. Corte II, e. lb.

5. Corte II, e. 5.

6. Superficie.

Vil. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado.

1. ¿ Cepillado con impresiones ovaladas; Corte 1/1, e. la.

2. Cuneado continuo en combinación con pintura negra; Corte 1/1, e. 2a. 3. Cuneado continuo; Corte II, e. 2/5.

4. Hachurado cruzado; Corte II, e. 6.

5. Hachurado cruzado; Corte 1, e. 2, cuad. A.

6. Espina de pescado; Corte 1, e. 1/2, cuad. B.

7. Hileras de líneas rectas y paralelas; Corte 1/1, e. le.

8. Hileras de líneas rectas y paralelas; Corte 1/1, e. 2a.

9. "Escalera"; Corte 1/1, e. le.

10. ; Corte 1/1, e. la.

430 11. Puntos; Corte II, e. lb.

12. ; Corte II, e. 5.

13. ; Corte II, e. 6. 14.

15. Triángulos Corte 1/1, e. lb.

16. " ; Corte II, e. lb.

V111. Cerámica del tipo Pubenza Rojo Bañado.

1. Pintura negra sobre roja con líneas "compactadas"; Superficie. 2. Pintura negra sobre roja; Corte I, e. 2a, cuad. B.

3. Pintura negra con una cresta modelada; Corte 1/1, e.la.

4. Crestas modeladas y protuberancias circulares; Corte 1/1, e. la. 5. Protuberancia circular; Corte la e. lb.

6. Brazo cruzado; Superficie.

7. Cresta modelada; Corte II, e. lb.

8. Cabeza zoomorfa? Superficie.

9. Superficie.

IX. Cerámica del tipo Mosquera Rojo Inciso proveniente de diferentes sitios.

1. Cuenco con reborde sublabial; Hcda. Canoas, superficie.

2. Vasija aquillada; Hcda. Canoas, superficie.

3. Zona hachurada; Hcda. Canoas, superficie.

4. Triángulos hachurados; Hcda. Canoas, superficie.

5. Triángulos hachurados; Hcda. Canoas, superficie.

6. Lóbulos trabados; Hcda. Canoas, superficie.

7. Segmento hachurado; Sitio Bojacá 17, superficie. 8. Hachurado cruzado; Hcda. Canoas, superficie.

9. Pintura negra sobre roja; Hcda. Canoas, superficie.

10. Pintura negra sobre roja; Hcda. Canoas, superficie.

X. Cerámica del tipo Pubenza Polícromo.

1 Fragmento de una posible vasija doble (véase también la Fig. 9, 4); Cor- te II, e. 2b.

2. Cuenco semiesférico, Clase A; Corte I, e. 2, cuad. A.

3. Borde de un cuenco con una mano y parte de un brazo modelado, pintura roja; Superficie.

4. Cuenco aquillado con una agarradera del tipo "guía para cuerda", pintura roja y otro color desteñido; Corte I, e. 3b, cuad. B.

5. Cuenco semiesférico con agarradera vertical, pintura roja; Superficie.

6. Decoración hachurada cruzada; Corte II, e. 6.

431 7. Rombos, hachurada cruzada y relleno de puntos; Corte II, e. 5. 8. Rombos, pintura negra; Superficie, En el interior de las vasijas se encuentra el mismo motivo pero a una escala menor y pintado en rojo.

Xl. 1.6 Pubenza Polícromo.

1. Líneas paralelas con grupos de líneas paralelas y diagonales entre ellas, pin- tura negra; Corte II, e. 6. 2. Lo mismo; Superficie. 3. Hileras de líneas cortas en pintura negra; Superficie. Sobre el interior hay par- te de otro diseño con base en líneas rectas. 4. Pintura roja y negra; Superficie. 5. Fragmentos de triángulos (?) con un relleno de hachurado cruzado en pintura negra; Superficie. 6. Ganchos trabajos, pintura roja y negra; Corte II, e. 5. 7-12. Cerámica sin clasificar. 7. Fragmento de vasija con borde reforzado hacia afuera y con impresiones trian- gulares; Corte II, e. 2/5.

8. Incisiones onduladas, anchas y pandas; Superficie. 9. Líneas curvas, y puntos ejecutados con un instrumento tubular; Corte 1/1, e. 5. 10. Líneas trazadas a trechos, haciendo presión con el instrumento a determinados intervalos pero sin levantar la astilla; Superficie. 11 Fragmento con un acabado ceroso y decoración impresa. Nótense las 2 hileras casi imperceptibles de incisiones cortas; Superficie. 12. Decoración ungular; Superficie. 13. Posiblemente la impresión de una red sobre el barro aún húmedo; Superficie. 14. Fragmento de una mano zoomorfa; Corte II, e. 2/5. 15. Fragmento problemático; Corte II, e. 2a.

XII. 1 Cuello de vasija del tipo g (Pubenza Rojo Bañado); Corte II, e. lb.

2. Fragmento de un rodillo cilíndrico; Corte I, e. 1/2, cuad. A. 3. Vasija tetrápode con decoración incisa y pintura negra (Pubenza Rojo Bañado), encontrado entre los sitios Pub III y V; mide 21.5 cms. de alto. 4. Cuenco, o posiblemente la tapa de una urna, encontrado a aproximadamente 1 km. del sitio Pub I. La boca mide aproximadamente 18.0 cms de diámetro. Barro negro, pulido.

XIII. 1-3 Cerámica con impresión de estera.

1. Corte I, e. 3b. 2. Corte 1/1, e. 5. 3. Corte I, e. 2b, cuad. B. 4. Cerámica con impresión de tela; Superficie. 5-10. Fragmento de figurinas. 5. Tipo I, estilo A; Corte 1/1, e. 2a.

432 6. Tipo 1, estilo B; Corte II, e. 2b.

7. Tipo 1, estilo B; Corte II, e. lb. 8. Tipo 1, estilo C. Corte II, e. 2b. 9. Tipo II, fragmento del tronco; Corte II, e. 2b. 10. Tipo II, fragmento de la pierna; Corte II, e. 2/5.

XIV. Objetos de piedra.

1. Golpeador; Superficie. 2. Fragmento de arcilla utilizado ,para la pulida final de objetos de madera, etc.; Superficie. 3. Fragmento de huso problemático en forma de pata de vasijas; Superficie. 4. Objeto con un fósil de bivalvo a un extremo y un núcleo de baritina al otro; Corte II, e. 2b. 5. Objeto de uso problemático; Superficie. 6. Pelota; Corte II, e. 2b. 7. Objeto de uso problemático; Corte 1/1. e. 2a. 8. Martillo; Corte II, e. 6. 9. Fragmento de lidita de forma tabular; Corte 1, e. 6. 10. Fragmento de lidita de forma tabular; Corte II, e. 6. 11. Núcleo; 1/1, e. lc. 12. Núcleo; Corte II, e. 5. 13-17. Lascas. Todas retienen una porción de la plataforma de golpe natural. 13. Lasca con fracturas bilaterales; Corte II, e. 6. 14. Lasca muy irregular; Corte II, e. 1/2. 15. Corte 1, e. 2, cuad. A. 16. Corte II, e. 6. 17. Corte 1, e. 3c, cuad. B.

XV. Objetos de piedra; aprox. 1:4.

1. Fragmento de metate; Corte II, e. lb. 2. Fragmento de metate; Superficie. 3. Objeto de uso problemático; Superficie. 4. Fragmento de mano; Corte 1/1, e. 5. 5. Fragmento de objeto de uso problemático; Corte I, e. 3b, cuad. A.

XVI. Cerámica encontrada en las recolecciones superficiales.

1-3. Pubenza I, Tipo Pubenza Rojo Bañado. Sobre el N9 3 se alcanzan a ver restos de un relleno blanco en las incisiones.

4-10. Vereda Buscavida, Municipio de Nariño. Los Nos. 4-7 muestran una cerámica que está relacionada, probablemente, con el tipo Pubenza Rojo Bañado.

433 GRAFICA No 3 Forma de Total Estratos Vasija 6 4 3b 3a 2 1/2 1 Cuencos Dec. Sin dec. D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd a 2 — 1 1 (22) (24) b — - c ci — d — di — e ?3 ?1 ?1 ?1 c/d (8) (18) (18) Vasijas con cuello

a 1 1 (20) b 2 2 (16) (17) c — d 1 1 1 1 (25) (26) e 1 2 1 2 (20) (21) (14) f 1 1 (14) g h

Botellones 1 5 1 2 2 1 (8) (8) (8) (10) Descartados (8) (7) por 1 pequeños — 1 (?) Total: (21) 9 12 2 4 1 1 2 2 1 3 4 1 1 P. Rojo Bañado; Corte 1, A. Formas de vasijas a través de los estratos. (números entre paréntesis: diámetro de la boca en cros.).

GRAFICA Na 4 Forma de Total E:tratos Vasija 6 3c 3b 3a 2b 2a 1/2 1 Cuencos D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd a — — b c 2 — 1 1 ( 1 ) (?) ci — — d — di — e — — c/d Vasijas con cuello a 1 — 1 (21) b 1 1 (14) c — — d 2 > 1 1 (24) (30) e 4 1 1 1 1 (21) ( ? ) (16) ( ? )

h Botellones 2 1 1 ( 7 ) ( ) Descartados por pequeños 3 1 1 1 ( ? ) ( ? ) ? ) TOTAL: (15) 4 11 3 1 1 2 3 2 1 1 1 P. Rojo Bañado; Corte 1, B. Formas de vasijas a través de los estratos. (Números entre paréntesis: diámetro de la boca en cros.).

GRAFICA No. 5

Formas de Vasija Total Estratos

6 5 2b 2a 2ai 1/2 lc lb la

Cuencos D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd

a 1 — 1 (20) b c 2 2 2 2 (19) (18) (19) (20) ci 2 1 1 (14) ( ? ) d 6 1 2 1 1 1 1 1 (18) (20) (23) (20) (24) (20) (20) di — 1 1 1 e 3 3 1 2 (12) ( ? ) (17) ( ? ) (12) ( ? ) c/d 3 1 2 1 1 (15) (20) (22) (17)

Vasijas con cuello (20) (25) V') (21) (22) (23) (?:?) c 1 1 (?) 2 4 d — 14 4 1 2 1 (22) (21) (21) (18) (17) (18) (24) (28) (17) (20) (?:?) (24) ( ? ) 2 1 e 10 2 1 3 1 (15) (19) ( ? ) (19) (13) ( ? ) (?) (?:?) ( ? ) f - g — h — — Botellones — 10 1 4 1 2 2 (10) ( 6) (8) (7) ( 8 ) ( 6) (11) ( ? ) (10) (11)

Descartados por pequeños 2 5 1 1 2 1 1 1 ( ? ) ( ? ) (?:?) ? ) ( ? ) ? )

Sin drífinir 1 1 (17)

TOTAL: (77) 28 49 9 12 10 4 8 1 5 2 1 4 9 2 1 3 6

P. Rojo Bañado; Corte 1/1. Formas de vasijas a través de los estratos

(números entre paréntesis: diámetro de la boca en cros.) GRAFICA No 6

Estratos Forma de Total Vasija 6 5 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la

Cuencos D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd

a 2 3 2 1 1 1 (20) (23) (21) ( ? ) b 2 — 1 (32) 1 (21) (21) c 7 4 1 1 1 1 3 1 1 1 1 (19) (19) (19) (18) (19) (7) (20) (20) (19) (19) (34) ci — 1 1 (12) d 1 9 1 1 1 6 1 (13) (13) (17) (11) (16) (11) (15) (15) (22) ( ? )

di 1 - 1

(?) e 1 — 1 (17)

Vasijas con cuello a 14 — 2 1 1 1 1 2 4 2 (21) (20) (13) (18) (21) (20) (20) (20) (21) (26) (20) (25) (20) z 1 1 1 1 (18) (18) (18) d 1 18 6 1 2 1 6 4 (20) (23) (23) ( ? ) (17) (16) (21) (19) (21) (23) (23) (26) (28) (24) ( ? ) (?;?) (25) (26) e 2 17 1 2 3 1 1 1 1 1 3 3 2 (13) (15) (16) (14) ( ? ) (16) (20) (10) (16) (11) (11) (30) (17) (16) (20) ( ?) ( ? ) ( ? ) ( ? ) f 1 -- 1 (16) 1 — 1 (21) Botellones — 8 1 2 1 2 1 1 ( 7 ) ( 6 ) (10) (10) ( S ) ( 7 ) (10) (11) Descartados por pequeños 1 8 1 4 1 1 1 1

?) ?) ?) (?) (?) (? ) Sin Definir — 2 1 1 (16) (15)

TOTAL: (114) 43 71 7 3 4 13 4 9 12 5 3 4 3 3 8 18 5 9 4

P. Rojo Bañado; Corte II. Formas de vasijas a través de los estratos (Números entre paréntesis: diámetro de la boca en cros.). • ▪

SJ C 0 W., cm -., o O. o 0- e4 .9 < (C C, O. C") C, n 7- O () < ',1 O o O C c> c ra 7

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1-, 1- - CU A N 1-. .-.. N 1.-.. CT

:. N.) 1-• (..0 A N ..... 1.-. a) GRAFICA N9 10 Estratos Motivo decorativo 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la I. Inciso A. Segmentos de círculos con relleno hachurado: 1. Solos: a) abiertos hacia afuera 1 3 b) abiertos hacia adentro c) abiertos en direcciones opuestas 1 1 d) abiertos hacia ambos lados e) quebrados 1 2. Separados por grupos de líneas verticales: a) abiertos hacia afuera: (i) 2 líneas 1 1 (ii) 3 líneas 1 (iii) 4 líneas 1 (iv) 5 líneas 1 b) abiertos hacia ambos lados: (iv) 5 líneas 3. Separados por partes de impresiones ovaladas: a) abiertos hacia afuera i 1 4. Con el espacio hachurado en vez del segmento: a) (ii) abiertos hacia afuera y separados por grupos de 3 líneas 1' verticales 3. Segmentos de círculos con relleno punteado: 1. Solos: b) abiertos hacia adentro 1 c) abiertos en direcciones opuestas 1 C. Triángulos con relleno: a) hachurado 2 b) punteado 1 2 D. Líneas paralelas: 1. Formando un ángulo recto con el borde: a) juntos b) con espacios 1 c) ccn espacios entre grupos 1 2. Diagonales al borde: a) juntos 2 1' 1 2 b) con espacios entre grupos 1 GRAFICA N° 10 (Continuación)

Estratos Motivo decorativo 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la 3. Líneas paralelas al borde en combinaciones con líneas que forman 1 un ángulo recto con éste. E. Bandas hachuradas delimitadas por líneas paralelas que forman un ángulo recto con el borde: 1. Hachurado horizontal: a) recto b) ligeramente curvo c) cuneado 2. Hachurado diagonal: c) cuneado 1 F. Bandas de relleno punteado delimitadas por líneas incisas paralelas, 1 diagonales al borde. G. Línea ondulada: a) con el espacio a un lado hachurado 1 H. Guirnaldas: a) solas 1 1 b) con una hilera de puntos triangulares 1 I. Hileras de puntos paralelas al borde: a) 2 hileras 1 2 1 2 b) 3 hileras 1 1 J. Zigzag 1 K. 1 N. Fragmentos de motivos grandes, geométricos, que no se alcanzan a reconstruir 1 1 1 O. Lo mismo, con hachurado 2 1 1 1 II. Pintado 1. baño blanco 1 1 2. negro sobre blanco 1 2 2 3. negro sobre rojo 1 1 2 1 1 4. rojo 5. rojo sobre blanco 6. blanco sobre rojo con negro GRAFICA No 11

Tipo de vasija

Cuencos Vasijas con borde evertido Botellones

Motivo decorativo a b c ci c/d d di ea b c d e f g

Inciso

A. 1 . a) 2 x 1 . c) x 2 1 . e) 1 A.2. a) (i) 1 (ii) 1 (iii) 1 (iv) 1 d) (iv) 1 3 . a) 1 1 4. a) (ii) 1 B .1 . b) 1 c) 1 C . a) 1 1 b) 1 1 D . 1 a) x 5 b) c) 1 x 2 a) 1 1 4 b) 1 3. 1 E 1 a) b) 1 2 c) 1

GRAFICA N9 11 (Continuación)

Tipo de vasija

Cuencos Vasijas con borde evertido Botellones

Motivo decorativo a b c ci c/d d di ea bc d e f g F. 1 G. a) 1 b) con el espacio a un lado punteado X a) 2 b) 1 I. a) 1 6 b) 2 J. 1 K. 1 L. rombos X M. M ancho X N.

II. Pintado 1. 1 1 2. 1' 1' 1 2 3. (1) X 3 4. X 5. 6. Vea p. ( ) decoración incisa y pintada sobre el mismo tiesto. X sobre un fragmento encontrado en la superficie.

Los distintos motivos decorativos en los bordes de las diferentes formas de vasija GRAFICA N9 12

lc lb la Diseños Total 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 a. Rellenos 7 4 hachurado 30 +1' 5 4 4 3+1' 1 2 11 ¿cepillado 1' 1 3 cuneado 7 1 1 1 cuneado 2 +1' 1 1 V continuo hachurado 10 1 4 1 1 1 1 1 cruzado espina de pescado 1 1 hileras de líneas 2+ V 1 1 1 1 2 1 rectas paralelas 9 +V "escalera" 3 +' 1 1 1' 1 puntos 38 +2' 6 3 2 3 4+2' 2 1 15 2 triángulos 9 2 1 2 1 3 óvalos 11 +V 1 1 2 1 2 3 1+1' pintado 13 +6 V+V 1' 1' 1'+2' 1 3'+1" 1 1' +2' +14 +1 b. Diseños sin 7 1 1 1 1 2 1 relleno, parcialmente reconstruibles GRAFICA N9 12 (Continuación)

Diseños Total 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la

demasiado pequeños 73 12 8 2 3 5 9 9 10 6 9 para reconstruir líneas rectas, 123 14 11 1 2 9 9 12 10 15 31 9 paralelas

c Diseños modelados protuberancias circulares 2 1 1 crestas 22 3 2 1 2 4 2 6 2

TOTAL: 367 50 39 3 5 20 24 43 31 42 79 31

Tipo Pubenza Rojo Bañado. Los distintos motivos decorativos sobre el cuerpo de las vasi}as a través de los estratos.

Decoración ? cepillada en combinación con depresiones ovaladas en las zonas vecinas.

• Decoración cuneado "continuo" en combinación con pintura negra en las zonas vecinas.

• Decoración punteada en combinación con pintura negra en las zonas vecinas.

Decoración hachurada en combinación con pintura negra en las zonas vecinas.

▪ El motivo "escalera" en combinación con pintura negra en las zonas vecinas.

▪ Hileras de líneas rectas y paralelas en combinación con pintura negra en las zonas vecinas.

Pintura negra solamente (sin incisiones).

S Pintura negra y líneas incisas casi imperceptibles. GRAFICA N? 13

Forma de Total Estratos Vasija 6 4 3b 3a 2 1/2 1 Con borde D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd evertido a — — b — 1 1 (28) no se puede 1 5 1 1 1 2 1 diferenciar (54?) (?) (30) (?;?) (16) Cuencos a 1 3 1 1 1 1 (20) (22) (13) (20) b — 1 1 (14) c Otros — — No se puede 4 5 1 1 1 2 2 2 clasificar (13) (20) (?) (32) (14) (<30) (?) (28) ((30)

TOTAL: (21) 6 15 1 2 2 2 4 3 2 5

Asas Agarraderas 1 1

TOTAL: (1) 1 1

Bases — anulares Asientos de 1 1 vasijas con Base anular Objetos pro- blemáticos

P. Polícromo; Corte I, A. Formas de vasijas a través de los estratos. GRAFICA No 14

Forma de Total Estratos Vasija 6 3c 3b 3a 2b 2a 1/2 1 Con borde D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd O Sd evadido a — — b — — no se puede 4 1 1 2 diferenciar (18) ( ?) (22) ( ?) Cuencos a — b — — c 1 — 1 (15)

Otros - No se puede 1 1 Clasificar (? )

TOTAL: (6) 1 5 1 1 1 1 2

Asas Agarraderas (1) 1 ( 1 ) 1

TOTAL: (1) 1 ( 1 ) 1

Bases 1 1 1 1 anulares (5) (14) Asientos de 1 1 vasijas con base anular Objetos pro- blemáticos P. Polícromo; Corte I, B. Formas de vasijas a través de los estratos.

(agarraderas: 1 sueltas. (1) afijadas todavía a bordes y ya contadas arriba).

GRAFICA N9 15

Forma de Total Estratos Vasija 6 5 2b 2a 2a i 1/2 lc lb la Con borde D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd evadido a b — — no se puede 1 6 1 2 2 2 diferenciar (19) (?30) (14) ( 30) ( ? ) (?32) ( ? ) Cuencos a

b - 1 (13) c — — Otros — 1 1 (?30) No se puede 3 1 2 clasificar ? ) (16) (?18)

TOTAL: (12) 1 11 1 3 3 4 1

Asas Agarraderas

TOTAL:

Bases anulares Asientos de — vasijas con base anular Fragmentos problemáticos 2 — 1 1

P. Polícromo; Corte 1/1. Formas de vasijas a través de los estratos. GRAFICA No 16

Forma de Total Estratos 1 c-1 a Vasija 6 5 2/5 2b 2a 1/2 Con borde D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd D Sd evertido a 4 1 1 1 3 ( ? ) (?28) (10) (20) (21) b — 5 3 2 (20) (25) (21) (?25) (26)

1 no se puede 1 30 3 1 4 9 10 3 diferenciar (17) ( ? ) (15) (15) (11) (25) ( ? ) (20) (20) (28) (19) ( ? ) (?50) (30) (?30) (19) (30) (?40) (20) ( ? ) (22) ( ? )

Cuencos 1 a 5 13 2 3 1 3 5 3 (18) (18) ( ? ) (12) (?17) ( 7 ) (19) (12) ( ? ) (18) (12) (21) (21) (30) (30) (21) (30) ( ? ) b 1 3 1 2 1

( 7 ) (13) (13) Otros 2 1 1 (?10) (9 ) No se puede 2 31 9 3 4 2 12 2 1 clasificar (? ) (13) (22) (28) (16) (20) ( ? ) ( ? ) (?) ( , ) (30) (?) (? )

TOTAL: (101) 14 37 2 13 5 12 1 19 6 32 8 3

Asas a 1 1 b 2 2 c 2 2 d 3 1 2 Agarraderas 1+(2) ( 1 ) 1+(1)

TOTAL: 9+ (2) (1 ) 2+(1) 6 1

Bases anulares

Asientos de 1 1 vasijas con base anular

Fragmentos 3 3 problemáticos

P. Polícromo; Corte II. Formas de vasijas a través de los estratos.

(agarraderas: 1 sueltas. (1) afijadas todavía a bordes y ya contadas arriba). GRAFICA No 17

Forma de Total de 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la Vasija Fragmentos

Con borde evertido a 5 2 3 b 6 3 2 1 no se puede diferenciar 48 7 7 1 3 9 12 5 2 2 Cuencos a 22 3 4 0 1 3 6 3 2 b 6 1 3 1 1 c 4 1 1 2 Otros 3 2 1 no se puede clasificar 46 11 4 1 3 4 16 4 3

O AL: 140 23 20 4 7 20 43 12 8 2 1

Asas a 1 1 b 2 2 c 2 2 d 3 1 2 Agarraderas 6 2 3 1

TOTAL: 11 + 2 4 6 1 1

Bases anulares 2 1 1? Asientos de vasijas con 3 1 1 1 base anular Objetos problemáticos 5 1 3 1

Tipo Pubenza Polícromo. Las diferentes formas de vasijas a través de los estratos. (Todos los cortes)

3 de estas agarraderas o asas se encuentran afijadas a bordes todavía y se contaron en la parte superior de la gráfica. -

GRAFICA No. 18

Total de Motivos 6 5 4 3c 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lo lb la Fragmentos 4 4 Hachurado tor\ le 8 + 11° cruzado k...1.) CA A A

Rombos 6+ 11" a p 2 +140 A Triángulos 1 A / / / / 7 A WIII L

de lineas cortas Hilera 3 + 1111 1W [I I1 A Espirales 2 Ú O 1 Lineas curvas 16 III.T /2\ 111 0 2 ill ,, /,, L,,

Rectángulos bisectados 1 por diagonales 0

Os Ganchos 3 + 1(') E O Otros 1 II Líneas que se encuentran a un ángulo agudo 12 ii\ Hl a ,, 1 OA

Lineas que se encuentran 5 2 en un ángulo recto. A A A

Líneas paralelas 58 O la á 0 3 1 1 a OMOIN Mj E LO El A El i 1 Vestigios 58 1-41A 1 3 á 1 1 n 1 2 .1 1 0 Ill A 1Q El El 0 Triángulos impresos 4 1 3 Modelado 1 1 7 10 5 1 TOTAL 189 43 30 1 11 13 8 23 37

Tipo Pubenza Policromo:los distintos motivos decorativos sobre bordes y cue po a través de los e tratos (todos los cortes).

— Color indefinido 1 - Rombos en combinación con hacho recio cruzado. Dos colores — Rojo Hileras de lineas cortas en combinación con ganchos. 2_ Negro

GRAFICA No. 19

Corte Totales Estratos

1/2 — la. 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a lc

1 C. B. j C. B. C. Bordes 1 Cuerpo B. C. B , C. B. C. B. C. B. 1 C. C. B. C. B. j C. B. i I 1 I I 1 1 I I 1 i I I B 1 I 11 1 11 1 2 1 2 1 4 1 A 1 I i i 3 1' 1 1 (36, I? / 1 10 9 (40,40) il (?) 1 1 (?) 1 1 I

1 ~- . 1 r 1 I 1 I 2 1 1 1 1 1, B 1 I i 1 1 1 (28, 1 I? 341 1 (c 30) 1 1 1 i 1 1 1 I ?34) 1 1 1 i

i 1

1 1/1 1 3 1 (1) 2 1 1 1 1 (?26) ' 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ti I 1 1 1 1 1 1 i 1 1 1 I 1 1 1 1 1 2 1 1 11 i 2 1 11 3 i 6 1 1 1 1 I 1 1 1 1 1 i 1 1 1 1 1 1 1 1 1 (30, i i 1 ? 68/ 1 I 1 I I I 1 1 22( 1 1 1 i 1 1 I 1 1 1 1 1 1 I- 1 1 I 1 i 1 1 1 1 1 1 i 2 1 1 I 3 2 1 4 14 1 18 4 3 1 1 3 , 4 1 1 1 2 11 1 1 1 1 1 1 I 1 1 1 1 1 1 i I i I 1 I I i I 1 I I ) 1 1 1 ' .I 1 I

Elstribución de la cerámica con impresiones de estera según estratos. GRAFICA N° 20

Total de fragmentos 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la Corte I, A

Bordes 2 1 1 Decorados 1 1

Corte 1, 13

Bordes 1 1 Decorados

Corte 1/1

Bordes Decorados 1 1

Corte II

Bordes 4 1 2 1 Decorados

TOTAL: 9 2 2 1 2 2

Fragmentos sin clasificar. Estratos

Peso en 6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc lb la Total grito.

Corte 1 cuad. A. 2 11 7 2 22 260

15 15 125

14 170 Corte 1 cuad. B. 1 3 10

Sub Total 555

Corte 1/1 1 4 3 4 12 107

Corte II 16 7 13 11 1 11 7 1 67 643

TOTAL 130 1305

Desechos de chert a través de los estratos. GRAFICA No. 24

Estratos

6 5 4 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 1c 1b la Total Peso en gramos

Corte I cuad. A 1 7 2 1 11 71

7 7 61

Corte I cuad. B 1 3 3 1 8 44

Sub total 176

Corte 1/1 1 3 I 1 6 50

Corte II 7 3 3 1 1 3 2 I 21 125

TOTAL 53 351

Lascas completas sin muestras definitivas de uso a través de los estratos. Estratos

Total Peso en 4 3c 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 lc 1b la 6 5 Tamos

47 4 4 4 12 Corte 1 Cuad. A—,

8 47 _1L 8

10 70 3 1 3 2 1 Corte 1 cuad. 8

Sub total 164

1 2 1 1 1 7 40 Corte 1/1 1

1 1 5 4 1 32 172 Corte II 8 3 9

69 376 TOTAL

Fragmentos de lasca a través de los estratos. GRAFICA NO. 26

Estratos

Total Peso en 6 5 4 3c 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 1c 1b la Tamos

2 5 Corte 1 Cuad. A ---

5 4 4 CO

1 2 6 8 Corte 1 Cuad. B --

Sub total 12 18

2 1 1 1 5 8 Corte lit 1

7 2 1 1 2 4 2 19 30 Corte II

TOTAL 36 56 GRAFICA No. 27

Estratos

Total Peso en 6 5 4 3c 3b 3a 2/5 2b 2a 1/2 1c lb la gramos 1

4 2 2 8 62

Corte 1 cuad. A 1 1

5 21

Corte I cuad. B --- 5 1 2 1 2 6 29

Sub-total 19 112

Corte 1/1 1 1 2 10

Corte II 5 1 3 9 60

TOTAL 30 182

Lascas gruesas.

Figura 2. Figura 3.

PERIO II

47 ,. ///

=-- // \\\ /// \ o I I '7/ (II /". 77/ \\\ / /. \\\ \\\= /// /// (7) // \\\ /// /// II / \\\ \\\ \-\‘‘ /II /// /// /// E /// \\\ PE RIC /ft /// -- ",\:` III \\‘ /// //I /// /// /// /7/ III /1/ ///

ESTERIL o cros o 50

Figura 4. Figura 5.

i

3.

_ _ ------

— O 9.1 l o

Figura 6.

o 5 10

VJ

Figura 7. Figura 8. 1 .1 , -, •9

_j_j, --" li .,_--1-1 -! --1 Iliks

t.

8.

9. 10.

5 10

Figura 9. 2.

------

Figura 10. Figura 11. r o

, Figura 13.

______

o 1 0

Figura 14.

2..

• 4 r o 41 4 %

o 5 lo

Figura 15. 4-4

Figura 16. r <

e e

------

Figura 17.

22 . / 3 r ti 2.

0 5 io

Figura 18. Lámina la.

PUB. Sil

Lámina lb. Lámina Ha.

Lámina Hb. 3

Lámina III. 6

Lámina IV. 3

Lámina V. 3

6

Lámina VI.

1

10

1.2 13 II

Lámina VII. q

2

7

Lámina VIII. 7

q 10

Lámina IX. Lámina X. 2

4

Lámina XII. Lámina XIII. „ 5 111

4L. kftipná 4

6

8

10

I.2

16

Lámina XIV. BIBLIOGRAFIA

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NOTA ACLARATORIA

Cuando este informe ya estaba en prensa, llegaron los análisis de los dos tipos de cerámica Pubenza Rojo Bañado y Pubenza Polícromo, gracias a la amable colaboraCión del Dr. Herbert Neuland. El tipo Pubenza Polícromo está fabricado con el tipo de arcilla Montmorillonita (68% arcilla, 32% limo), y el tipo Pubenza Rojo Bañado de Caolina que al quemarse toma un color rojo.

El Dr. Neuland opina que según los mapas ecológicos publicados es muy poco probable que este último tipo de arcilla sea local.

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