SERIE FRONTERAS DE BIODIVERSIDAD 4 Recursos forestales en el Occidente de México

DIVERSIDAD, MANEJO, PRODUCCIÓN, APROVECHAMIENTO Y CONSERVACIÓN

Eduardo Salcedo Pérez Efrén Hernández Álvarez José Antonio Vázquez García Nancy Díaz Echavarría

CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS EXÁCTAS E INGENIERÍAS CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y AGROPECUARIAS UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA Recursos Forestales en el Occidente de México

DIVERSIDAD, MANEJO, PRODUCCIÓN, APROVECHAMIENTO Y CONSERVACIÓN ACERCA DE LA SERIE Esta serie nueva está orientada a documentar la diversidad biológica y etnobiológica de cualquier región o grupo taxonómico, mediante trabajos de análisis y síntesis de conocimientos de frontera en biosistemática, !orística, faunística, ecología, etnobiología, biotecnología y conservación biológica. Las obras de esta serie, como nodo de información sobre biodiversidad, contribuye a considerar una red estratégica de información con"able que sirve como herramienta de apoyo para conocer, proteger, conser- var, restaurar y usar de manera sustentable la biodiversidad. La serie incluye volúmenes de multiautoría, coordinados por uno o vario editores, en los cuales se adopta un estilo de redacción directa y accesible. Los capítulos o secciones de los libros incluyen, principalmente, artículos cientí"cos originales o revisiones que ilustran biodiversidad. Estas contribuciones están dirigidas a estudiantes de licenciatura y posgrado, investigadores, profesores, administradores de recursos naturales y / o al público en general. Los volúmenes editados para esta serie son, preferiblemente, resultado de esfuerzos interdisciplinarios e in- terinstitucionales, con el "n de fomentar un alto compromiso en garantizar obras de alta calidad cientí"ca, trascendencia y prioridad social. Este volumen de la Serie se ha dividido en dos tomos por la magnitud del sistema forestal; en el primero se incluyen temáticas relacionadas con diversidad, taxonomía, estudios ambientales de ecosistemas, aspectos de manejo para plantaciones forestales y se aborda al suelo como un componente importante de los ecosis- temas forestales. En el segundo tomo se presenta información relacionada con el aprovechamiento y trans- formación de los recursos forestales, además de propuestas de conservación biológica y sustentabilidad, buscando impulsar el mejor uso de estos recursos. Se espera que la información de esta obra contribuya a la investigación y promueva una mayor vinculación entre los sectores académico, productivo, gubernamental y social, haciendo énfasis para que las comunidades agrarias y rurales incrementen sus conocimientos y logren una mayor apropiación de sus recursos y se re!eje en un mejor desarrollo social.

Editores de la Serie Fronteras de Biodiversidad (2012-2014): José Antonio Vázquez García Miguel Ángel Muñiz Castro Eduardo Salcedo Pérez Efrén Hernández Álvarez Teó"lo Escoto García Nancy Díaz Echavarría SERIE FRONTERAS DE BIODIVERSIDAD 4 TOMO I

Recursos Forestales en el Occidente de México

DIVERSIDAD, MANEJO, PRODUCCIÓN, APROVECHAMIENTO Y CONSERVACIÓN

Eduardo Salcedo Pérez Efrén Hernández Álvarez José Antonio Vázquez García Teó"lo Escoto García Nancy Díaz Echavarría

C#$%&' U$()#&*(%+&(' ,# C(#$-(+* E./-%+* # I$0#$(#&1+* C#$%&' U$()#&*(%+&(' ,# C(#$-(+* B('230(-+* 4 A0&'5#-6+&(+* U$()#&*(,+, ,# G6+,+2+7+&+ 89:8

V

A L6; M+&1+ V(22+&&#+2 ,# P60+, Doctora Honoris Causa, Universidad de Guadalajara en su primer Centenario de vida. Pionera en el conocimiento botánico y en la gestión de la conservación de la biodiversidad en el occidente de México. Docente excelsa que con su !rme carácter, férrea disciplina académica y singular sentido del humor in"uenció y conquistó a numerosas generaciones de agrónomos y biólogos, mereciendo reconocimiento nacional e internacional. Insigne impulsora de la investigación botánica y formadora de una de las escuelas de botánicos más importantes de México. Audaz exploradora, lo que le permitió descubrir numerosas especies, 20 de las cuales fueron dedicadas a ella. Pilar del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara y del Herbario #Luz María Villarreal de Puga$ (IBUG), la colección botánica más importante del Occidente y Norte del país. Elocuente, diplomática en todos los estratos sociales y extraordinariamente convincente, logró allegarse fondos, recursos, infraestructura y el personal indispensable para !ncar una institución sólida, como un legado para generaciones presentes y futuras. VI

Directorio

Universidad de Guadalajara Dr. Marco Antonio Cortés Guardado Rector General Dr. Héctor Raúl Solís Gadea Coordinador General académico Lic. José Alfredo Peña Ramos Secretario General

Centro Universitario de Ciencias Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías Biológicas y Agropecuarias Dr. Cesar Octavio Monzón Dr. Salvador Mena Munguía Rector Rector Mtro. Sergio Fernando Limones Pimentel Dr. Enrique Pimienta Barrios Secretario Académico Secretario Académico Dr. Carlos Pelayo Ortiz Dr. Carlos Beas Zarate División de Ingenierías División de Ciencias Biológicas y Ambientales Dr. Rubén Sanjuan Dueñas Ing. Eleno Félix Fregoso Departamento de Madera, Celulosa y Papel Departamento de Producción Forestal Dr. Ramón Rodríguez Macías Departamento de Botánica y Zoología

Título de la obra: Los recursos forestales del Occidente de México: Biodiversidad, manejo, producción, aprovechamiento y conservación. T'<' I

Primera Edición, 2012.

© D.R. 2012 Universidad de Guadalajara Foto de portada: Nevado de Colima © D.R. 2012 Eduardo Salcedo Pérez Autor: E<<+$6#2 G6#)+&+ L+;-+$' © D.R. 2012 Los autores Recuadro de portada: Magnolia jaliscana A. Vázquez & R. Guzmán, Impreso en México / Printed in Mexico Autor: J'*= A$%'$(' V/;>6#; G+&-1+

Recuadros de contraportada (arriba hacia abajo): ISBN 978-607-8072-56-9 1) Establecimiento de una parcela de muestreo permanente en un bosque tropical. 2) Rodaja de una conífera preparada para su estudio den- drocronológico. AMAYA EDICIONES S DE RL DE CV 3) Trozas en un aserradero de Volcanes, Jalisco. Enrique Díaz de León 514-2 4) Aplicación de una quema prescrita en el bosque La Colonia Americana, CP 44160 Primavera, Jalisco. Guadalajara, Jalisco, México Autor: E?&=$ H#&$/$,#; Á2)+&#; VII

Los autores

R+@2 A-#)#,' R'*+*. Departamento de Geografía y Ordenamiento Territorial, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara. Col. La Normal, C.P. 44260, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] J'*= A$;+2,' H#&$/$,#;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] A&<+$,' A&(+* G+&-1+. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. aarias@ cucba.udg.mx C(&(+-' A4+2+ S/$-A#;. Departamento de Fitotecnia, Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] S(2)(+ M3$(-+ A)(2=* M+&1$. Instituto de Ciencias Agrícolas, Universidad Autónoma de Baja California. Ejido Nuevo León, C.P. 21705, Mexicali, Baja California, México. [email protected] A&%6&' B+2,#&+* T'&&#*. Ingeniería Ambiental, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Periférico sur, C.P. 45090, Tlaquepaque, México. [email protected] V($-#$% B+2B. Sustainable Development, track: Land Use, Environment & Biodiversity, Utrecht University. Heildelberglaan 2, CP: NL 3584 CS. Utrecht, Ce Netherlands L6-1+ B+&&(#$%'* R+<1&#;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] A$%'$(' B#&$+D= A$%'$('. Departamento de Biotecnología, División de Ciencias Biológicas y de la Salud. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Col. Vicentina, C.P. 09340, Iztapalapa, México D.F., México. [email protected] J6+$ ,# D('* B#$+)(,#* S'2'&('. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas Y Pecuaria. Col. Providencia, C.P. 44660, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] R'*+&(' M+&(2@ B#&$+'2+ P+6-+&. M. en C. de Productos Forestales. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] F&+$-(*-' C+2,#&3$ C+2,#&3$ (Q.E.P.D.). Departamento de Ciencias Ambientales, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. J6+$ C+5621$ G&+$,#. Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600, Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] G6(22#&<' C+&&(22' C+*%+E#,+. Instituto de Recursos Genéticos y Productividad, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] VIII Recursos Forestales en el Occidente de México

A&<+$,' CA/)#; H#&$/$,#;. Departamento de Geografía y Ordenamiento Territorial, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara. Col. La Normal, C.P. 44260, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] M(06#2 ,# J#*@* CA/;+&' B+*/E#;. Departamento de Geografía y Ordenamiento Territorial, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara. Col. La Normal, C.P. 44260, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] E,0+& A2#7+$,&' C(*$#&'* L#5#. Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad, Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara. Autlán, C.P. 48900, Autlán, Jalisco, México. H=-%'& J#*@* C'$%&#&+* Q6(E'$#*. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] R+<3$ C6#)+* G6;

F&+$-(*-' J+)(#& F6#$%#* T+2+)#&+. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] O2()#& G+(2($0. Institute of Forest Genetics and Forest Tree Breeding, Georg-August-Universität Göttingen. Germany. [email protected] J6+$ F#&$+$,' G+22+&,' L+$-A'. Instituto de Recursos Naturales, Consejo Superior de Investigaciones Cientí"cas de Salamanca. Cordel de Merinas 40-52, 37008, Salamanca, España. [email protected] A06*%1$ G+22#0'* R',&106#;. Departamento de Producción Forestal, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected]. A&%6&' G+2)(* S5($'2+. Programa de Edafología, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] S+2)+,'& G+&-1+ E$&1>6#;. Ingeniería-Básicas, Centro de Enseñanza Técnica Industrial. Col. Providencia 5ª Sección, C.P. 44638, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] C+&2'* I0$+-(' G+&-1+ J(<=$#;. Department of Agricultural Economics, LSU Agricultural Center, Louisiana State University. Agricultural Administration Building, Baton Rouge 70803, Louisiana, USA. [email protected] E,<6$,' G+&-1+ M'4+. Postgrado en Botánica, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] B+&D+&+ L. G+&%$#&. Department of Wood Science and Engineering, College of Forestry, Oregon State University. Corvallis, OR 97331. [email protected] R+<(&' G'$;/2#; A<+,'&. Tesista. Centro de Investigaciones Forestales, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600, Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. R(-+&,' G'$;/2#; C&6;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] Y'2+$,+ G'$;/2#; G+&-1+. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] P'&?(&(' G6%(=&&#; G'$;/2#;. Departamento de electrónica, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Blvd. Marcelino García Barrgán 1421. C.P. 44430 Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] E?&=$ H#&$/$,#; Á2)+&#;. Departamento de Producción Forestal, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] M+4'2' H(,+20' A2-/;+&. Subgerencia de Programas de Transferencia de Tecnología y Vinculación, Comisión Nacional Forestal. Periférico Poniente 5360, C.P. 45019. Zapopan, Jalisco. mhidalgo@conafor. gob.mx J6+$+ J6/&#; M6E';. Centro de Investigaciones Forestales, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600. Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] P+; A&-#2(+ J62(/$ N@E#;. División de Tecnología y Procesos, Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, Universidad de Guadalajara. Centro Histórico de Guadalajara, C. P.44100, Jalisco, México. arcelia_ [email protected] G#&+&,' L+&+ G3<#;. Subdelegado, Región 10 - Mascota, Jalisco, Secretaria de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable. Col. Centro. C.P. 46900, Guadalajara, Jalisco, México [email protected] C+&(**+ L+$'6#. Department of Biological Sciences, Louisiana State University. Life Sciences Building, Baton X Recursos Forestales en el Occidente de México

Rouge 70803, Louisiana, USA. R'0#2(' L=5(; I2,#?'$*'. Departamento de producción agrícola, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. rlepiz@ cucba.udg.mx M+&%A+ P+%&(-(+ L2+<+* P+&&+. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] M+&1+ G6+,+265# L'<#21 R+<1&#;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] E,6+&,' L35#; A2-'-#&. Departamento de Ciencias Ambientales, Centro Universitario de Ciencias Bio- lógicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] F#&$+$,' L35#; A2-'-#&. Departamento de Desarrollo Rural Sustentable, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Km. 15.5, Carretera Guadalajara-Nogales, Las Agujas, C.P. 45020.Zapopan,Jalisco, México. F#&$+$,' L35#;-D#22+<+&4 T'&+2. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] G6*%+)' A2'$*' L35#; Z#5#,+. Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600, Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] J'$ C. L')#%%. Twente Centre for Studies in Technology and Sustainable Development, University of Twente. Universiteit Twente PO Box 217 7500 AE Enschede. [email protected] J6+$+ A<=&(-+ L';+ L2+<+*. Departamento de Ciencias Ambientales, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] H=-%'& L6>61$ S/$-A#;. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. hluquin@ cucba.udg.mx M++(B# M++&*#. Master Programme Natural Resources Management Faculty of Science. Utrecht University. M+&-($ M+B'-B(. M. en C. Programa Forestal, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. R(-+&,' M+$&1>6#; G'$;/2#;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] J'*= J6*%' M+%#' S/$-A#;. Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hi- dalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600, Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] J6+$ J#*@* M#71+ S'%'. Ingeniería en Manejo de Recursos Forestales, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600. Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. J6+$ ,# D('* M#$,';+ P+2+-('*. División Académica de Ciencias Agropecuarias, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Col. Magisterial, C.P. 86040, Villahermosa Centro, Tabasco, México. mendozapjd@ hotmail.com A06*%1$ M#&($' G+&-1+. Departamento de Edafología y Química Agrícola, Universidad de Santiago de Compostela. Campus Universitario 27002 Lugo, España. [email protected] J6+$ C+&2'* M#;+ C'$%&#&+*. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Autores XI

Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] J'#2 M#;+ R+$0#2. Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600, Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] L#'5'2,' M'A#,+$' C+D+22#&'. Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Rancho Universitario, C.P. 43600. Tulancingo de Bravo, Hidalgo, México. [email protected] A$%'$(' M'&+ S+$%+-&6;. Departamento de Producción Forestal, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] J#?? J. M'&. Department of Wood Science and Engineering, College of Forestry, Oregon State University. Corvallis, OR 97331. R'*+ M6&061+ A&+(;+. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. murararosa@ yahoo.com.mx M(06#2 A$0#2 M6E(; C+*%&'. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] S'$(+ N+)+&&' P=&#;. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. snavarr@ cucba.udg.mx G�'&(' N(#)#* H#&$/$,#;. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] A$+ T#&#*+ N6E' R6D('. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] M+&%A+ D#2(+ O-#06#,+ R#4#*. Departamento de Biología celular y molecular, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] H=-%'& G6(22#&<' O-A'+ R61;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] V1-%'& M+$6#2 O&,+; CA+5+&&'. Programa de Edafología, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] H(2,+ P+2+-('* J6/&#;. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. hpalacio@ dmcyp.cucei.udg.mx J'*= M+$6#2 P+2<+ G+&-1+. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad de Colima. Crucero de Tecoman, C.P.28100, Tecomán, Colima, México. [email protected] D(#%#& R. P#2;. Leiter der Abteilung für Forstliche Biometrie der Albert-Ludwigs, Universität Freiburg. Tennenbacher Street 4. 79085 Freiburg, i. Br. Germany. [email protected] J'#2 P=&#; N(#%'. Departamento de Fitotecnia. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] T'&(D(' Q6($%#&' M'&'. Técnico asesor forestal. Oaxaca 17-A, Centro C.P. 48200, Talpa de Allende, Jalisco. [email protected] XII Recursos Forestales en el Occidente de México

G6*%+)' R+<1&#; V+2)#&,#. Subdirector de investigación, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. [email protected] R(-+&,' R#4#* CA(25+. Instituto de Química, Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria. CP 04510, México D.F., México. [email protected] J+>6#2($# R#4$'*' D6#E+*. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] H+$* G. R(-A%#&. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. V(-#$%# R'-A+ G'$;/2#;. Programa Forestal, Colegio de Postgraduados. Montecillo, C.P. 56230, Texcoco, Estado de México, México. M+&1+ L#'$'& R'

F#&$+$,' S+$%+-&6; R6)+2-+D+. Departamento de Producción Agrícola, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Carretera a Nogales, Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] A$+ L6(*+ S+$%(+0' P=&#;. Departamento de Producción Forestal, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] V(+-A#*2+) SA+2(*B'. Departamento de Geografía y Ordenamiento Territorial, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara. Col. La Normal, C.P. 44260, Guadalajara, Jalisco, México. [email protected] J'*= A$%'$(' S(2)+ G6;6#; G+&-1+. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] R+@2 V#0+ E2)(&+. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. raulveg@email. com P(%+ A. V#&H#(7. Faculty of Science Chemestry. Science, Technology and Society. Copernicus Institute. Utrecht University. Heildelberglaan 2, NL 3584 CS, Utrecht, Ce Netherlands. [email protected] J'*= V(22+ C+*%(22'. Patronato del Parque Nacional Nevado de Colima. Cd. Guzmán, C.P. 49000. Zapotitlán El Grande, Jalisco, México. [email protected] R+4<6$,' V(22+)(-#$-(' G+&-1+. Departamento de Producción Forestal, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] XIV Recursos Forestales en el Occidente de México

E2)(&+ M+0,+2+ V()+$-' C+*%#22+$'. Tesista. Escuela Politécnica SEMS, Universidad de Guadalajara. Av. Revolución 1500, C.P. 44430, Guadalajara, Jalisco, México. L6(*+ A2($+ Y56*A(<+ P($#,'. M. en C. de Productos Forestales. Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] J6+$ F&+$-(*-' Z+<'&+ N+%#&+. Departamento de Botánica y Zoología, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] I*(,&' Z+5+%+ H#&$/$,#;. Lic. en Biología. Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara. Las Agujas, C.P. 45020, Zapopan, Jalisco, México. [email protected] XV

Contenido Tomo I

XX PRÓLOGO

XXII AGRADECIMIENTOS

XXIV FOTOGRAFÍAS

2 CAPÍTULO 1 BIODIVERSIDAD Y ECOSISTEMAS FORESTALES

APARTADO A BIODIVERSIDAD

5 1.1 Diversidad alfa de especies leñosas en relación con gradientes ambientales: Panorámica preliminar en bosques del occidente de México y Mesoamérica a la escala de 0.1 ha J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz- Castro, Ramón Cuevas-Guzmán, Yalma L. Vargas-Rodríguez, Eduardo Sahagún Godínez, Héctor Luquín-Sánchez, Edgar A. Cisneros Lepe, J. Jaqueline Reynoso Dueñas, Gregorio Nieves Hernández.

23 1.2 Patterns in vegetation composition in the Volcanic Complex of Colima, Mexico Maaike Maarse, Pita A. Verweij, Sonia Navarro Pérez.

50 1.3 Biodiversidad y conservación en dos localidades tropicales del suroeste del municipio de Talpa de Allende, Jalisco, México Yalma L. Vargas-Rodríguez, J. Antonio Vázquez-García, Toribio Quintero Moro, Miguel A. Muñiz-Castro.

61 1.4 Muérdagos y otras plantas parásitas en Jalisco y Colima, México. Diversidad y abundancia Miguel de J. Cházaro-B. J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz-Castro, Gregorio Nieves-Hernández, Raúl Acevedo-Rosas, Ana G. Valenzuela-Zapata.

91 1.5 Twenty new neotropical tree species of Magnolia (Magnoliaceae) J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz-Castro, Ernesto De Castro-Arce, Rosa Murguía Araiza, Ana Teresa Nuño Rubio, Miguel de J. Cházaro-B. XVI

131 1.6 Genetic variation in isolated mexican populations of the endemic maple Acer skutchii Rehd Gerardo Lara-Gómez, Oliver Gailing, Reiner Finkeldey.

APARTADO B ECOSISTEMAS FORESTALES

143 1.7 Evaluación de la división dasocrática en un bosque tropical Efrén Hernández Álvarez, Agustín Gallegos Rodríguez, Eduardo Salcedo Pérez, Dieter R. Pelz.

155 1.8 Repoblación de manglares en las márgenes del Río Santiago, estado de Nayarit Vicente Rocha González, J. Ignacio Valdez Hernández, Gustavo Ramírez Valverde.

182 1.9 Crecimiento de tres especies arbóreas en una selva mediana subcaducifolia de Nayarit Marcin Makocki, J. Ignacio Valdez Hernández, Edmundo García Moya.

208 CAPÍTULO 2 PLANTACIONES Y SISTEMAS DE PRODUCCIÓN FORESTAL

211 2.1 Desarrollo dasométrico inicial de plantaciones forestales comerciales de Tectona grandis L. F. en el Trópico Mexicano Luisa Alina Ypushima Pinedo, Efrén Hernández Álvarez, Eduardo Salcedo Pérez, Raúl Rodríguez Anda, Josefina Leticia Fregoso Franco, Ricardo González Cruz.

226 2.2 Propuesta metodológica para la reforestación de áreas con condiciones edafoclimáticas especiales. Estudio de caso: “Pinus hartwegii Lindl. Nevado de Colima” Eduardo Salcedo Pérez, Rosario M. Bernaola Paucar, Efrén Hernández Álvarez, Fernando López-Dellamary Toral, José Villa Castillo.

244 2.3 Evaluación en vivero de Pinus hartwegii Lindl. en el Parque Nacional Volcán Nevado de Colima Rosario M. Bernaola Paucar, Eduardo Salcedo Pérez, Porfirio Gutiérrez González, Victor Manuel Ordaz Chaparro, Ramón Rodríguez Macías, J. Francisco Zamora Nátera. XVII

252 2.4 Importancia de las características físicas y químicas de los sustratos en la producción de plántula forestal José Justo Mateo Sánchez, Juan Jesús Mejía Soto, Juan Capulín Grande, Leopoldo Mohedano Caballero, Gustavo Alonso López Zepeda.

266 2.5 Producción de Pinus patula Schl. et Cham. en sustrato a base de aserrín crudo, en sistema tecnificado José Justo Mateo Sánchez, Juan Jesús Mejía Soto, Juan Capulín Grande, Leopoldo Mohedano Caballero, Gustavo Alonso López Zepeda.

282 CAPÍTULO 3 SUELOS FORESTALES

284 3.1 Edafología y calidad de suelos forestales: valoración en dos sitios contrastantes de Jalisco Irma Estela Delgado Rosas, Eduardo Salcedo Pérez, Eduardo López Alcocer, Josefina Leticia Fregoso Franco, Rufo Sánchez Hernández, S. Mónica Avilés Marín, Nicasio David Sánchez Cruz.

306 3.2 La materia orgánica edáfica en dos áreas forestales de Jalisco Eduardo Salcedo Pérez, Irma Estela Delgado Rosas, Juan Carlos Meza Contreras, Ricardo Manríquez González, Eduardo Valdés Velarde, Arturo Galvis Spinola, Agustín Merino García.

333 3.3 Carbono edáfico y calentamiento global: Importancia ecológica en los manglares de Nayarit Eduardo Valdés Velarde, J. Ignacio Valdez Hernández, Víctor Manuel Ordaz Chaparro, Juan Fernando Gallardo Lancho, Joel Pérez Nieto, Ciriaco Ayala Sánchez.

3.4 Efecto de los incendios sobre la actividad microbiana del suelo en 350 el Bosque La Primavera, en el estado de Jalisco, México Eduardo López Alcocer, Martha Delia Ocegueda Reyes, Francisco Calderón Calderón, Fernando López Alcocer, J. América Loza Llamas, Andrés Rodríguez García, Rogelio Lepiz Ildefonso, Eduardo Salcedo Pérez.

CAPÍTULO 4 PROTECCIÓN FORESTAL 358 4.1 Variaciones en el comportamiento del fuego en un ecosistema 360 forestal de Jalisco al implementar quemas prescritas José Germán Flores Garnica, Juan de Dios Benavides Solorio. XVIII

375 4.2 Relación de los incendios forestales con la infestación por descortezadores y barrenadores de madera Juana Fonseca González

386 ÍNDICE ANALÍTICO CAPÍTULOS 1 - 4

391 ACERCA DE LOS EDITORES XIX

Temario Tomo II

CAPÍTULO 5 LOS RECURSOS FORESTALES MADERABLES Y NO MADERABLES

CAPÍTULO 6 QUÍMICA Y BIODETERIORO DE PRODUCTOS FORESTALES

CAPÍTULO 7 BIOMASA Y BIOTECNOLOGÍA

CAPÍTULO 8 SERVICIOS AMBIENTALES Y USO POTENCIAL FORESTAL

CAPÍTULO 9 PERSPECTIVAS Y TENDENCIAS DE LA EDUCACIÓN, INVESTIGACIÓN Y EXTENSIÓN FORESTAL

CAPÍTULO 10 ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS

FOTOGRAFÍAS

ÍNDICE ANALÍTICO CAPÍTULOS 5 - 10

ACERCA DE LOS EDITORES

BIBLIOGRAFÍA GENERAL XX

Prólogo

l entendimiento de las dimensiones so- entre las corrientes intelectuales orientadas a Ecial, productiva y ambiental de los eco- la producción contra las orientadas a la con- sistemas forestales, bosques, selvas y zonas servación. Han llegado a confrontarse inten- áridas, no siempre ha sido el más adecuado ciones de bienestar social o colectivo contra en los diferentes sectores de nuestra socie- el interés individual, llegando incluso a posi- dad. Mientras que para algunos gobernan- ciones temporalmente irreconciliables. tes prehispánicos la presencia de árboles y Afortunadamente, desde hace algunos otra vegetación espontanea era tan deseable años el rencuentro de las diferentes visio- como una bendición, en otro momento y nes sobre los recursos forestales rinde frutos para otros esa presencia era considerada un intelectuales bené"cos para el desarrollo de uso ocioso. Todavía hoy con frecuencia se nuestras sociedades. Ahora, la obligación evidencia la incomprensión de las relacio- del rencuentro se ha catalizado por la ame- nes que la humanidad ha mantenido con naza que representa el cambio climático y la los recursos forestales. En nuestro país a ve- gravedad del deterioro de la cubierta vegetal ces se responsabiliza a los protagonistas del espontanea y los suelos de vastas super"cies sector forestal del deterioro que innegable- en diferentes partes del territorio de nues- mente padecen tales recursos. Se olvida que tro país, que contrasta con la intención de los ecosistemas naturales fueron destruidos sustentabilidad y la reconocida exigencia de para dar paso a la agricultura y a la ganade- conservación de la diversidad biológica. ría, también para la vivienda. Esas activida- des no suelen ser la dedicación de los prota- Así, surge esta obra, “Recursos forestales gonistas mencionados. Así ha evolucionado en el Occidente de México: Diversidad, la sociedad humana. manejo, producción, aprovechamiento y conservación”. Atendiendo a la ubicación La intención de conocer y comprender a laboral de la mayoría de los autores y a los ecosistemas naturales y sus componen- la región de aplicación de sus esfuerzos tes ha estado vigente desde civilizaciones tan de investigación cientí"ca, se compilan antiguas como la egipcia y quizá anteriores. resultados novedosos y trascendentes sobre Ese conocimiento ha generado en ocasiones los ecosistemas forestales y sus elementos la confrontación de posiciones, por ejemplo componentes. Prólogo XXI

Con certeza se puede a"rmar que el pre- Esta cincuentena de contribuciones ori- sente volumen habrá de convertirse en ma- ginales integran una obra de amplio abanico terial de referencia ineludible para quienes disciplinario que no tiene precedente en el se interesen en conocer y estudiar los va- ámbito forestal mexicano y que representa liosos recursos forestales de la vertiente del un exitoso y "no esfuerzo de colaboración Pací"co Centro de nuestro país. Se abordan ejemplar en el que participan 126 autores, temas que cubren el interés primario de la procedentes de 17 instituciones nacionales, identi"cación y descripción de especies de tanto universidades como dependencias del árboles nuevas para la ciencia, se estudia el gobierno, y 9 internacionales. Dentro de los crecimiento de algunas especies importan- autores que participaron en este proyecto se tes. También, se incluyen estudios sobre la cuenta con la colaboración de investigado- reproducción en vivero, la plantación, el res nacionales, doctores y maestros en cien- manejo de masas forestales espontaneas. cias, licenciados, ingenieros y estudiantes de Finalmente se presenta información sus- licenciatura y posgrado. Por ese esfuerzo de tancial sobre la conservación de la biodi- compendio y más aún por la exitosa convo- versidad en áreas naturales protegidas. No catoria de los compiladores, estos merecen se omiten temas desde hace tiempo concep- sin ambages un amplio reconocimiento que tualmente reconocidos para los que ya se estoy seguro la comunidad cientí"ca no les han logrado acercamientos objetivos como escatima. los servicios ambientales, redimensionados La obra habrá de estar presente en cada por su in!uencia en el tema actual del cam- espacio donde se estudien los recursos fo- bio climático. Asimismo, se exponen traba- restales, no solo del occidente de nuestro jos de investigación referidos a los suelos, al país. Es fuente de información, ya en sí rele- fuego en su dimensión divalente como fac- vante, también de métodos de investigación tor del ecosistema y como agente destructor y de relevantes hallazgos. Por ello, es útil del mismo, el manejo de recursos forestales para los estudiantes y para los investigadores maderables y no maderables. Se despliega especializados. Pero no sólo eso, igualmente información sobre la química de produc- será útil para un público mucho más amplio; tos forestales maderables y no maderables, para el ciudadano en general, que podrá en- apuntando aplicaciones potenciales que contrar datos, conceptos y métodos que en- pronto estarán operando como medios de riquecerán el acervo intelectual de nuestra producción de bienes de consumo y de re- sociedad. Innegablemente debe articularse producción de plantas más e"cientes que los una amplia bienvenida a este monumental hasta ahora practicados. Afortunadamente, libro. se atiende el tema de la educación y la in- vestigación que con frecuencia es soslayado Dr. Hugo Ramírez Maldonado a pesar de ser parte esencial del quehacer Universidad Autónoma Chapingo académico. Texcoco, Edo. de México, Noviembre 2012 XXII

Agradecimientos

os editores agradecemos de manera especial a todos aquellos autores que depositaron su Lcon"anza en este proyecto a pesar de todos los contratiempos y complicaciones sortea- das a lo largo de la publicación. También agradecemos el apoyo de otros amigos y colegas editores; ya que sin su empeño, trabajo, motivación e impulso, este proyecto no se hubiera cristalizado. Al Dr. Hugo Ramírez Maldonado, un excepcional maestro y amigo, por haber aceptado con amabilidad hacer el Prologo de esta obra. A la Comisión Nacional Forestal; especialmente a la Lic. Érika del Rocío López Rojas, al Biol. Jesús Cortes y a la Lic. Erika Hernández por su valioso apoyo para la compra y distribución de esta publicación.

E,6+&,' S+2-#,' P=&#;, agradece a los E?&=$ H#&$/$,#; Á2)+&#; agradece al compañeros del Departamento de Made- Dr. Salvador Mena Munguía, Rector del ra Celulosa y Papel y del Departamento de Centro Universitario de Ciencias Biológicas Botánica que siempre con"aron y apoyaron y Agropecuarias y al Ing. Eleno Félix Fre- este esfuerzo conjunto, al Dr. Rubén Sanjuán goso, Jefe del Departamento de Producción Dueñas Jefe del departamento por el apoyo Forestal por su continuo apoyo académico económico y a la Lic. Cecilia García, por las y económico desde el 2006, año de mi in- gestiones realizadas para ello. Es un honor corporación a este centro universitario. Es- para un servidor agradecer también a pro- pecialmente al Dr. Eduardo Salcedo Pérez ductores, ejidatarios y campesinos forestales por su invitación a trabajar con respeto y que me han brindado su con"anza y grandes en armonía para lograr esta obra intitula- enseñanzas, especialmente al ejido de Ajijic da “Recursos Forestales en el Occidente de y al Sr. Héctor Pineda y familia, con quien México”. Y recordando, que el mérito del he valorado aún mas los recursos forestales trabajo que ha culminado con la publicación y lo valioso de la participación conjunta téc- de este libro no es exclusivo de los autores nico-propietario forestal. Finalmente quisie- que lo "rman, sino que se debe también en ra agradecer a mi familia, esposa Claudia e gran parte a los valiosos apoyos y contribu- hijos Dafne, Narda, Cristian , So"a y Paola., ciones de varias instituciones, especialmen- quienes han sido siempre un motor para se- te la Comisión Nacional Forestal y personas guir adelante a pesar de los obstáculos y a que han sido determinantes para lograr este quienes debo una gran parte de mi desarro- resultado ¡Gracias! llo académico, gracias por su compresión y alegría otorgada. Gracias a todos mis amigos y colegas que omití su nombre, pero que los considero siempre. Gracias a Dios. Agradecimientos XXIII

J'*= A$%'$(' V/;>6#; G+&-1+ agradece a N+$-4 D1+; E-A+)+&&1+ agradece in"ni- los campiranos que nos apoyaron, guiaron tamente a los Doctores Efrén Hernández, y brindaron su hospitalidad durante diver- Antonio Vázquez, Teó"lo Escoto y muy en sas jornadas de campo en las montañas. A especial al Dr. Eduardo Salcedo por hacer- los 26 coautores con quienes conjuntamente me partícipe de este gran proyecto en donde logramos participar con siete manuscritos he adquirido muchas y muy gratas experien- para esta obra. A mis colegas coeditores de cias y por haber con"ado en mi trabajo. A esté libro y de la Serie Fronteras de Biodiver- la Universidad de Guadalajara, en especial sidad, por dar ese esfuerzo extra para ofre- al Departamento de Madera Celulosa y Pa- cer más calidad a los lectores, en especial pel, por abrirme las puertas y permitirme al Dr. Eduardo Salcedo Pérez, por asumir desarrollarme como bióloga, hacer mi ser- frontalmente las decisiones de mayor tras- vicio social e involucrarme en este proyec- cendencia y responsabilidad. Al Dr. Ramón to. Agradezco también a mi familia, princi- Rodríguez Macías, Jefe de Departamento de palmente a mi papá Hermilo Díaz, por su Botánica y Zoología, por sus apoyo y opor- apoyo y comprensión para que concluir este tunas recomendaciones. Al Dr. Enrique Pi- compromiso. Y "nalmente agradezco a mis mienta Barrios, Secretario Académico del amigos David Sánchez e Irma E. Delgado CUCBA, por su esfuerzos de integrar los por brindarme toda su ayuda para cumplir proyectos PIFI-SEP para bene"cio de los con este logro. cuerpos académicos. XXIV

FOTOGRAFÍAS

Láminas xxv 1. Complejo Volcánico de Colima, CVC xxvi 2. Diversidad de los recursos forestales xxvii 3. Párasitas forestales xxviii 4. Magnolia cochranii xxix 5. Magnolia jaliscana xxx 6. Magnolia lopezobradorii xxxi 7. Magnolia sinacacolini xxxii 8. Magnolia vallartensis xxxiii 9. Plantaciones y madera de Tectona grandis xxxiv 10. Sistema de reforestación “Doble trasplante” Pinus hartwegii xxxv 11. Sitios de muestreo Nevado de Colima y Chamela xxxvi 12. Manglares de Marismas Nacionales xxxvii 13. En honor a los brigdistas y voluntarios que protegen nuestros recursos forestales xxxviii 14. Importancia de los recursos forestales xxxix 15. Belleza escénica de los ecosistemas forestales xl 16. Los árboles Fotografías XXV

Lámina 1. Complejo Volcánico de Colima, CVC

Abies religiosa Grasslands(cultivated) Agriculture Alnus spp. Pinus hartwegii Volcanic deposits / Lava Mesophyllous/cloud Pinus / Quercus Pinus spp. Quercus / Pinus Quercus / Pinus / Abies Quercus spp. No vegetation Tropical dry Alpine grassland

1A

1B

1A) Vegetación del CVC (S. Navarro). 1B) Paisaje del CVC. Fotografía de Cristian Alejandro García González. XXVI Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 2. Diversidad de los recursos forestales 2A

2B 2C 2A) Reforestación con Pinus spp. en las Trojes, Jocotepec, Jalisco. Eduardo Salcedo. 2B) El señor Nicanor Mendoza en Coalcoman. Antonio Vázquez. 2C) Jardín Etnobotánico de Oaxaca. Hilda Palacios. Fotografías XXVII

Lámina 3. Párasitas forestales

3A 3B

3C 3D 3A) Cladocolea gracilis “injerto”. 3B) Psithacanthus calyculatus “muérdago”. 3C) Phoradendron dolichocarpum “injerto”. 3D) Arceuthobium globosum “muérdago enano”. Fotografías de Miguel Cházaro. XXVIII Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 4. Magnolia cochranii

4A

4A) Magnolia cochranii A.Vázquez, sp. nov. (holotype at Missouri Botanical garden, MO). Fotografías XXIX

Lámina 5. Magnolia jaliscana

5A

5A) Magnolia jaliscana A.Vázquez & R.Guzmán, sp. nov. (holotype at Instituto de Botánica Universidad de Guadalajara, IBUG). XXX Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 6. Magnolia lopezobradorii

6A

6A) Magnolia lopezobradorii A.Vázquez (holotype at Instituto de Botánica Universidad de Guadalajara, IBUG). Fotografías XXXI

Lámina 7. Magnolia sinacacolinii

7A

7A) Magnolia sinacacolinii A.Vázquez, sp. nov. (holotype at Instituto de Botánica Universidad de Guadalajara, IBUG). XXXII Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 8. Magnolia vallartensis

8A 8A) Magnolia vallartensis A.Vázquez & M. Muñiz, sp. nov. (holotype at Instituto de Botánica Universidad de Guadalajara, IBUG). Fotografías XXXIII

Lámina 9. Plantaciones y madera de Tectona grandis

9A 9B

9C 9A) Plantación en Ruiz, Nayarit. Efrén Hernández. 9B) Madera de Teca. Ruiz, Nayarit. Efrén Hernández. 9C) Floración de Teca. Efrén Hernádez. XXXIV Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 10. Sistema de reforestación “Doble trasplante” Pinus hartwegii a

b a

c

10A b 10B

10C

10A) Diferencias morfológicas de las plantas: a) planta con dos años de establecimiento en campo, proveniente de charola; b) plántula obtenida de charola para reforestación directa; y c) individuo a dos años de establecimiento en campo prove- niente del Doble Trasplante. 10B) Raíz micorrizada del Pinus hartwegii: a) Vista macroscópica 10 X; y b) vista microscópica 40 X. 10C) Doble transplante Fotografías XXXV

Lámina 11. Sitios de muestreo Nevado de Colima y Chamela

a b 11A

a

b 11B

11A) Características biofísicas de los sitios del Parque Nacional Volcán Nevado de Colima (PNVNC): a) y b) PNVNC S3. 11B) Características biofísicas de los sitios de la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala: a) y b) RBC-C S4 XXXVI Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 12. Manglares de Marismas Nacionales

12A

12B 12C

12A) 12B) y 12C) Manglares de Marismas Nacionales, Nayarit. Eduardo Valdés Velarde. Fotografías XXXVII

Lámina 13. En honor a los brigadistas y voluntarios que protegen nuestros recursos forestales

13A

13B 13C

13A), 13B) y 13C) Autor Antonio Aguayo XXXVIII Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 14. Importancia de los recursos forestales

14A

14B 14A) Aserradero en Yécora, Sonora. Hilda Palacios. 14B) Producción de madera. Hilda Palacios. Fotografías XXXIX

Lámina 15. Belleza escénica de los ecosistemas forestales

15A

15B 15A) Cascada petrificadas, Hierve el agua. San Lorenzo Albarradas, Oaxaca. Hilda Palacios. 15B) Poza natural. San Lorenzo Albarradas, Oaxaca. Hilda Placios. XL Recursos Forestales en el Occidente de México

Lámina 16. Los árboles

16A

16A) Árbol al borde del acantilado. San Lorenzo Albarradas, Oaxaca. Hilda Palacios Los árboles son patria en pie. Los veo Camino entre unos árboles oscuros trabajadores forestales, vivos, que anclan en realidad este paisaje con escondido y diario laboreo, de luces y per!les inseguros de la raíz hasta la hoja activos. hacia un extraño, alucinante viaje.

Toco su carne y toco pueblo y vida, A sus troncos me agarro con !rmeza tierra y patria fecunda toco y amo. para no naufragar por el ocaso. Patria de "or y fruto resumida Se pierde el capitán de la tristeza en cada tronco erguido, en cada ramo. noche adelante. Yo sigo mi paso

La tierra reconoce sus raíces mientras un bosque crece en torno mío y reconoce el aire azul sus ramas, como un mar de madera !rme y prieto las aves su verdor, sus cicatrices y un familiar y largo escalofrío el hacha y el hogar sus rojas llamas. de patria me recorre el esqueleto.

En sencillos objetos cotidianos Los árboles (fragmento), autor Leopoldo de Luis sentimos su amorosa compañía creciendo entre la tierra de las manos con una rumorosa lejanía. CAPÍTULO 1 BIODIVERSIDAD Y ECOSISTEMAS FORESTALES

Bosque técnico de coníferas en el Departamento de Madera, Celulosa y Papel. Hilda Palacios. Apartado A Biodiversidad 5 1.1 Diversidad alfa de especies leñosas en relación con gradientes ambientales: Panorámica preliminar en bosques del occidente de México y Mesoamérica a la escala de 0.1 ha 23 1.2 Patterns in vegetation composition in the Volcanic Complex of Colima, Mexico 50 1.3 Biodiversidad y conservación en dos localidades tropicales del suroeste del municipio de Talpa de Allende, Jalisco, México 61 1.4 Muérdagos y otras plantas parásitas en Jalisco y Colima, México: Diversidad y abundancia 91 1.5 Twenty new Neotropical tree species of Magnolia (Magnoliaceae) 131 1.6 Genetic variation in isolated Mexican populations of the endemic maple Acer skutchii Rehd Apartado B Ecosistemas forestales 143 1.7 Evaluación de la división dasocrática en un bosque tropical 155 1.8 Repoblación de manglares en los márgenes del Río Santiago, estado de Nayarit 182 1.9 Crecimiento de tres especies arbóreas en una selva mediana subcaducifolia de Nayarit

Introducción

El presente capítulo inicia con un primer apartado de seis investigaciones básicas sobre Biodiversidad, con escalas y enfoques distintos: 1.1) Se presenta una panorámica preliminar de los patrones de diversidad alfa de distintos tipos de bosque y de su recambio a lo largo de amplios amplios gradientes de altitud y de precipitación pluvial en el occidente de México y en Mesoamérica. Es una primera aproximación, mediante el uso de análisis de gradientes directos, hacia una síntesis de la riqueza de sus bosques a la escala de 0.1 ha. Los datos derivan de múltiples autores y fueron obtenidos en el transcurso de los últimos 20 años. 1.2) Se clasi"can y ordenan 103 releves en el complejo volcánico de Colima, México, con ayuda de técnicas multivariables se identi"can los principales tipos de vegetación, las variables ambientales que explican ciertos atributos de la vegetación y el efecto de las perturbaciones antrópicas en la vegetación; además se generan recomendaciones para su manejo. 1.3) Se describe la composición !orística y faunística de 450 hectáreas de bosque tropical subcaducifolio en el suroeste del municipio de Talpa de Allende, Jalisco, México. Se ge- neran elementos importantes para la toma de decisiones de manejo, así como para la protección y conservación de su biodiversidad. 4 Recursos Forestales en el Occidente de México

1.4) Se analiza la diversidad, abundancia y rareza de más de 109 especies del gremio ecoló- gico de las plantas parásitas de Jalisco y Colima, la mayoría de ellas muérdagos perjudi- ciales para bosques de pino y bosque de encino. Se documenta que Jalisco es uno de los dos principales centros de riqueza de plantas parásitas en México. 1.5) Se dimensiona la diversidad de la familia Magnoliaceae y del género Magnolia en el Neotrópico. Se proponen 20 especies nuevas de árboles neotropicales del género Mag- nolia: cinco de México (incluidas dos del occidente de México), M. jaliscana, M. lope- zobradorii, M. oaxacensis, M. sinacacolinii y M. vallartensis; seis de Costa Rica: M. costaricensis, M. guanacastensis, M. inbioana, M. multinervia, M. talamanacana y M. wetterii; tres de Perú: M. el!na, M. gentryi y M. peruviana, dos de Ecuador: M. equa- torialis y M. lozanoi; dos de Honduras: M. atlantida y M. cochranii; una de Guatemala: M. steyermarkii y una de Panamá: M. chiriquiensis. 1.6) Se examina la diversidad genética de poblaciones relictuales de Acer skutchii (“arce” o “maple”) en Jalisco mediante marcadores microsatélites tanto nucleares como de cloro- plasto; se argumenta la importancia de conservar las poblaciones de Talpa de Allende y como puede mejorarse su diversidad genética. El segundo apartado de este capítulo incluye tres trabajos investigación aplicada sobre Eco- sistemas forestales: 1.7) Mediante Sistemas de Información Geográ"ca se hace una división dasocrática de un bosque tropical, con base en datos de un inventario forestal con muestreo sistemático, se evalúa la división dasocrítica con diversos índices de diversidad de especies arbóreas y se somete a prueba la hipótesis nula de capacidades productivas iguales de los rodales; además, se determina cual es el área mínima o número de sitios de muestreo necesarios para obtener una cantidad de datos con"ables y representativos del número total de las especies “Preciosas 1” presentes en cada unidad. 1.8) Se presentan resultados sobre repoblación de manglares del Río Santiago, Nayarit, me- diante la cuanti"cación de la abundancia de brinzales y la medición de atributos daso- métricos de latizales en relación al grado de apertura total del dosel y a su cercanía al mar. 1.9) Se valoran aspectos dendroméricos y de daños en Cedrela odorata (“cedro rojo”), Ente- rolobium cyclocarpum (“parota”) y Bursera simaruba (“copal) en la Comunidad Indígena San Juan Bautista, Nayarit; sus anillos de crecimiento distinguibles permitieron medir el crecimiento acumulado en diámetro y área basal por especie, así como determinar las relaciones edad-diámetro, edad-tasa de incremento anual y valorar las implicaciones en su manejo silvícola. 5

Apartado A 1.1 Diversidad alfa de especies leñosas en relación con gradientes ambientales: Panorámica preliminar en bosques del Occidente de México y Mesoamérica a la escala de 0.1 ha

J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz- Castro, Ramón Cuevas-Guzmán, Yalma L. Vargas- Rodríguez, Eduardo Sahagún Godínez, Héctor Luquín-Sánchez, Edgar A. Cisneros Lepe, J. Jaqueline Reynoso Dueñas, Gregorio Nieves Hernández.

RESUMEN La riqueza de especies leñosas es útil en la selección de áreas prioritarias para la conservación y manejo de la biodiversidad. Se requiere una síntesis que permita comparar la vegetación del Occidente de México y Meso- américa en términos de su diversidad y de su relación con variables ambientales. Se analizan patrones de riqueza de especies (árboles arbustos y lianas, DAP ≥ 2.5 cm) en gradientes de elevación y de precipitación pluvial para caracterizar la complejidad ambiental y biológica de los ecosistemas estudiados. Usando análisis de gradientes directos se estudiaron 217 rodales con base en muestreos de 0.1-ha aleatoriamente estrati"cados (71 transectos- Gentry y 146 parcerlas circulares-Vázquez) incluyendo desde bosques de oyamel hasta selvas tropicales. La riqueza de especies leñosas mostró la más alta heterogeneidad (hasta de un quintuplo) en elevación intermedia (1300-1800 m). Esta riqueza del gradiente de vegetación disminuyó con el incremento de la elevación, en !"#$% &'(!)&*+",-./012*34565578*9*'$*3#"(':#&*(;"(<:#"'&*+",-56.=/02*345655782*#>$*(<#$?)*(<#$?)*(;'"!#&*()@<$;% ?#?'&*@)&!"#")$*<$#*?;&!";A<(;B$*<$;@)?#:6*C#*";D<'E#*?'*'&3'(;'&*?':*F"#?;'$!'*?'*G'F'!#(;B$*'&!

ABSTRACT Alpha diversity of woody species is useful in selection of priority areas for conservation and in the management of forest biodiversity, however, a synthesis for comparing vegetation as a whole in terms of its diversity and how this relates to environmental variables is lacking for Mesoamerica and Western Mexico. We aimed to examine large scale patterns of species (trees, shrubs and vines with dbh ≥ 2.5 cm) richness in the full set of forest com- munities along elevation and rainfall gradients; this in order to provide a framework for characterizing the bio- logical and environmental complexity of the ecosystems studied. Crough direct gradient analyses we studied a total of 217 strati"ed and randomly sampled 0.1-ha forest stands (71 Gentry´s transects and 146 Vázquez´s circular plots) including a from species-poor stands dominated by conifers to highly diverse tropical forests, wo- ody species richness showed highest heterogeneity (up to "ve-fold diFerence) at intermediate elevation (1300- 1800 m). Species richness for the vegetation as a whole decreased with increasing elevation for both transects (r=−6587, p<0.001) and circular plots (r=−0.6458, p<0.001), even though particular forest types such as tropical semi-deciduous forest, cloud forest and "r forest showed a unimodal distribution each. Woody species richness for the entire vegetation set was positively correlated with annual rainfall for both, transects (r=0.7533, p<0.001) and circular plots (r= 0.409, p<0.001), unlike reported for tropical dry forest in Central America. Cis study illustrates that the pattern of species richness along environmental gradients is scale dependent; for instance, at small-scale gradients it may appear monotonic or not correlated at all; it may be unimodal at a particular forest community type or back to monotonic for the entire vegetation set at large scale gradients. 6 Recursos Forestales en el Occidente de México

éxico es un país megadiverso en espe- Willig et al., 2003; Vargas-Rodríguez et al., Mcies y ecosistemas. Su vegetación inclu- 2005; Cuevas et al., 2011). Por ejemplo, el ye desde bosques pobres en riqueza de espe- incremento de la diversidad alfa con el de- cies, dominados por coníferas con menos de cremento de la altitud ha sido documentado 10 especies leñosas en sitios con muestra de ampliamente (Gentry, 1982, 1988; Vázquez un décimo de hectárea, hasta los extrema- 1995 y Givnish, 1998). También, la riqueza damente ricos bosques tropicales perennifo- de diferentes comunidades de árboles en lios con más de 100 especies leñosas por si- Jalisco muestran una relación con la preci- tio. En el occidente de México se encuentran pitación pluvial y evapotranspiración (Trejo representados la mayoría de los ecosistemas y Dirzo, 2002, Reich et al., 2010), tal como forestales del país, desde los bosques en cli- se documentó en los bosques tropicales pe- ma cálido hasta los templados y fríos, como rennifolios por Gentry (1982). Sin embargo, son: bosque tropical subperennifolio, bos- otros estudios de riqueza de plantas en el que tropical subcaducifolio, bosque tropical Neotrópico señalan que las variaciones en caducifolio, bosque espinoso, bosque mesó- temperatura, y no de precipitación, incluso "lo de montaña (incluido el bosque de arce), en pequeña escala, afectan al número de es- bosque de pino encino, pinar, encinar, oya- pecies y familias presentes (Punyasena et al., metal, manglar, palmar, izotal, vegetación 2008). xerofítica de altura, matorral subtropical, El disturbio natural y antrópico afecta la vegetación sabanoide, chaparrales, pastiza- diversidad y estructura de los ecosistemas. les y zacatonales (Rzedowski y McVaugh, La agricultura y ganadería han impactado 1966; Rzedowski, 1978; Vázquez-García et severamente a los bosques tropicales, los al., 1995). Estos bosques di"eren considera- cuales, en Jalisco, muestran una reducción blemente unos de otros en su diversidad alfa en su diversidad (Calderón-Aguilera et al., o riqueza de especies leñosas y su análisis 2012). Otros ecosistemas pueden ser favo- permite ilustrar cómo en distintos ambien- recidos por la frecuencia de huracanes y los tes, el ecosistema distribuye la abundancia incendios, sin embargo, no existen datos (biomasa) de diferente manera entre distinto cuantitativos su"cientes para evaluar su im- número de especies leñosas. pacto en la región occidental de México. Por La riqueza de especies (diversidad alfa) lo tanto, el grado de disturbio puede limitar usualmente se relaciona de manera com- la evaluación real de la riqueza potencial de pleja con una combinación de numerosos los bosques estudiados en este trabajo. factores ambientales. La altitud, latitud, En la actualidad no se cuenta con una precipitación pluvial, evapotranspiración, síntesis que permita comparar los distin- temperatura y ciertas variables del suelo han tos ecosistemas forestales en términos de sido relacionadas al número y abundancia la magnitud de su diversidad y su relación de especies de plantas (Gentry, 1988, Váz- con variables ambientales relevantes en las quez-García, 1993; Vázquez y Givnish, 1998, distintas escalas. Esta información elemen- 2000; Cuevas, 2002; Francis y Currie, 2003; tal constituye un criterio simple, práctico Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 7 y relevante para caracterizar y entender en pecho) en 217 sitios de 0.1 hectárea del occi- cierto grado la complejidad biológica de los dente de México y Mesoamérica. Los valores ecosistemas forestales y suele ser muy usada de riqueza fueron obtenidos de tesis o artí- en la selección de áreas prioritarias para la culos de investigación realizados por distin- conservación o el manejo de la biodiversi- tos autores en diferentes regiones tanto del dad. No se conocen estudios a la escala de occidente de México como de Mesoamérica 0.1 ha con su"ciente cobertura regional en (Cuadro 1.1.1). Se utiliza la diversidad alfa el occidente de México, ni en Mesoamérica, potencial de los bosques por ser un criterio que describan la relación de la riqueza de simple, práctico y relevante para caracteri- comunidades forestales con amplios gra- zar y entender en cierto grado la compleji- dientes de altitud y de precipitación. dad biológica de los ecosistemas forestales. Para el occidente de México, se incluyen El propósito de este estudio es analizar 146 sitios que usaron el método de Parcelas los patrones de la diversidad alfa en térmi- Circulares con universo de muestra aleato- nos de la riqueza de especies leñosas con riamente estrati"cado y limitado (Vázquez- dap ≥ 2.5 cm en sitios de 0.1 ha, en distintos García, 1995; Vázquez y Givnish, 1998). bosques del occidente de México y de Meso- Para el análisis en Mesoamérica se incluyen américa, a través de gradientes altitudinales aquellos que usan el método de Cuadrantes y de precipitación pluvial, como un referen- (“transectos”) de Gentry (1988), sin univer- te preliminar hacia una síntesis que facilite so de muestra aleatoriamente estrati"cado caracterizar de manera rápida y práctica la ni limitado (método original). complejidad biológica y ambiental de los bosques de esta región del país y de Meso- Los sitios de muestreo a la escala de un américa. décimo de hectárea para especies leñosas ≥ 2.5 cm de dap constituyen una forma sim- ple, rápida, e"caz, que permite generar re- MÉTODOS sultados fáciles de comparar con una vasta La cobertura del gradiente geográ"co repre- información disponible en los ámbitos na- sentado en éste análisis incluyó: a) Occidente cional e internacional, especialmente cuan- de México, bosques en un intervalo altitudi- do se usa el método de Parcelas Circulares nal de 500 a 3000 m, con débil a nula repre- en sus dos versiones con y sin universo de sentación de 2600-3000 m y por debajo de los muestra aleatoria limitado, o cuando se usa 500 m de elevación y b) Mesoamérica, desde el método de Cuadrantes de Gentry (1988), el occidente de México hasta Panamá, bos- en sus dos versiones con y sin universo de ques en un intervalo altitudinal desde cerca muestra limitada. Además en el concepto de del nivel del mar hasta los 2300 m, con débil a leñosas se incluye un amplio espectro bio- nula representación de 350 a 800 m, de 1300 a lógico representado por tres relevantes gre- 1900 m y por encima de los 2000 m. mios (árboles, arbustos y lianas). Se utilizaron datos de riqueza de especies Mediante el análisis de gradiente direc- leñosas ≥ 2.5 cm dap (1.3 m a la altura de to (Whittaker, 1973) se relacionó la riqueza 8 Recursos Forestales en el Occidente de México de especies leñosas en relación con la altitud Diversidad Alfa y Altitud y la precipitación, usando el coe"ciente de Parcelas Circulares (occidente de México) correlación de Pearson. Los datos de prome- La diversidad alfa para 146 sitios de 0.1 ha dios anuales de precipitación pluvial fueron en el occidente de México varió de 7 a 52 obtenidos de diversas fuentes (Hijmans et especies leñosas y disminuyó con el incre- al., 2005; Vázquez-García et al., 1995). mento de la altitud (r=−0.6458, p<0.001) En virtud de que los dos tipos de (Cuadro 1.1.1, Fig. 1.1.1). Los ecosistemas muestreo [Parcelas Circulares y Cuadrantes más pobres en especies leñosas fueron cier- de Gentry] se aplicaron en diferentes sitios tos oyametales (<8 especies) mientras que con diferentes proporciones de tipos de entre los más ricos (>42 especies) fueron un vegetación, no podemos comparar ambas rodal de bosque tropical subcaducifolio de series de datos en sentido estricto, por lo que baja elevación (<1000 m), y cuatro rodales procedimos a analizar las dos situaciones de elevación intermedia (1100-1400 m), de por separado. éstos últimos, tres de bosque tropical sub- caducifolio y uno de bosque mesó"lo. Des- afortunadamente no disponemos de datos RESULTADOS para los manglares, los cuales serán tan po- bres en especies como los bosques de Abies.

Figura 1.1.1 Diversidad alfa en relación a la altitud en bosques del occidente de México. 146 sitios de 0.1 ha, submuestras en parcelas circulares con universo de muestra limitado (Vázquez, 1995) Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 9

• Cuadro 1.1.1. Riqueza de especies leñosas en sitios de 0.1 h en Occidente de México (parcelas circulares) y Mesoamérica (transectos).

Nùm. Vegetación Localidad Coordenadas Referencia Altitud Riqueza pp µ Latitud N, Longitud O spp. mm Parcelas circulares con universo definido (Vázquez 1995), individuos !2.5 cm dap 1 BTC Jal. Manantlán-C.G. 1 19°29’36.81”, 103°59’17.22” Vázquez 1995 1500 38 1400 2 BTC Jal. Manantlán-C.G. 2 19°29’36.81”, 103°59’17.22” Vázquez 1995 1500 35 1400 3 BTC Jal. Manantlán-C.G. 3 19°29’36.09”, 103°59’11.17” Vázquez 1995 1600 33 1400 4 BTC Jal. Manantlán-C.G. 4 19°29’36.09”, 103°59’11.17” Vázquez 1995 1600 40 1400 5 BTC Jal. Manantlán-C.G. 5 19°29’35.56”, 103°59’05.32” Vázquez 1995 1700 23 1400 6 BTC Jal. Manantlán-C.G. 6 19°29’35.56”, 103°59’05.32” Vázquez 1995 1700 27 1400 7 BTC Jal. Manantlán-C.G. 7 19°29’35.21”, 103°58’59.89” Vázquez 1995 1800 34 1400 8 BTC Jal. Manantlán-C.G. 8 19°29’35.21”, 103°58’59.89” Vázquez 1995 1800 32 1400 9 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 9 19°29’34.87”, 103°58’54.57” Vázquez 1995 1900 23 1300 10 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 10 19°29’34.87”, 103°58’54.57” Vázquez 1995 1900 22 1300 11 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 11 19°29’34.87”, 103°58’54.57” Vázquez 1995 1900 17 1300 12 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 12 19°29’34.87”, 103°58’54.57” Vázquez 1995 1900 22 1300 13 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 13 19°29’34.87”, 103°58’54.57” Vázquez 1995 1900 26 1300 14 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 14 19°29’34.63”, 103°58’49.02” Vázquez 1995 2000 28 1300 15 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 15 19°29’34.63”, 103°58’49.02” Vázquez 1995 2000 26 1300 16 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 16 19°29’34.63”, 103°58’49.02” Vázquez 1995 2000 22 1300 17 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 17 19°29’34.63”, 103°58’49.02” Vázquez 1995 2000 26 1300 18 BMM Myrcianthes Jal. Manantlán-C.G. 18 19°29’34.63”, 103°58’49.02” Vázquez 1995 2000 22 1300 19 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 19 19°29’34.35”, 103°58’40.78” Vázquez 1995 2100 25 1200 20 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 20 19°29’34.35”, 103°58’40.78” Vázquez 1995 2100 23 1200 21 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 21 19°29’34.35”, 103°58’40.78” Vázquez 1995 2100 28 1200 22 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 22 19°29’34.35”, 103°58’40.78” Vázquez 1995 2100 28 1200 23 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 23 19°29’34.35”, 103°58’40.78” Vázquez 1995 2100 26 1200 24 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 24 19°29’32.94”, 103°58’33.34” Vázquez 1995 2200 20 1200 25 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 25 19°29’32.94”, 103°58’33.34” Vázquez 1995 2200 19 1200 26 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 26 19°29’32.94”, 103°58’33.34” Vázquez 1995 2200 19 1200 27 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 27 19°29’32.94”, 103°58’33.34” Vázquez 1995 2200 19 1200 28 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 28 19°29’32.94”, 103°58’33.34” Vázquez 1995 2200 19 1200 29 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 29 19°29’31.75”, 103°58’25.66” Vázquez 1995 2300 15 1200 30 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 30 19°29’31.75”, 103°58’25.66” Vázquez 1995 2300 17 1200 31 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 31 19°29’31.75”, 103°58’25.66” Vázquez 1995 2300 16 1200 32 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 32 19°29’31.75”, 103°58’25.66” Vázquez 1995 2300 14 1200 33 BMM mixto Jal. Manantlán-C.G. 33 19°29’31.75”, 103°58’25.66” Vázquez 1995 2300 17 1100 34 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 34 19°29’27.36”, 103°58’01.23” Vázquez 1995 2400 13 1100 10 Recursos Forestales en el Occidente de México

35 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 35 19°29’27.36”, 103°58’01.23” Vázquez 1995 2400 13 1100 36 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 36 19°29’27.36”, 103°58’01.23” Vázquez 1995 2400 12 1100 37 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 37 19°29’27.36”, 103°58’01.23” Vázquez 1995 2400 13 1100 38 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 38 19°29’27.36”, 103°58’01.23” Vázquez 1995 2400 16 1100 39 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 39 19°29’26.41”, 103°57’47.10” Vázquez 1995 2500 13 1100 40 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 40 19°29’26.41”, 103°57’47.10” Vázquez 1995 2500 18 1100 41 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 41 19°29’26.41”, 103°57’47.10” Vázquez 1995 2500 15 1100 42 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 42 19°29’26.41”, 103°57’47.10” Vázquez 1995 2500 14 1100 43 BMM perennifolio Jal. Manantlán-C.G. 43 19°29’26.41”, 103°57’47.10” Vázquez 1995 2500 14 1100 44 BMM-arce Jal. Talpa-Maple 1 20°12’56’’, 104°45’24’’ Vázquez et al. 1800 21 1344 2000 45 BMM-arce Jal. Talpa-Maple 2 20°12’53’’, 104°45’12’’ Vázquez et al. 1800 23 1344 2000 46 BMM mixto Jal. Manantlán-Tec. 01 19°36’20”, 104°18’07’ Cuevas 2002 1850 14 1303 47 BMM mixto Jal. Manantlán-Tec. 02 19°36’28”, 104°18’27” Cuevas 2002 1850 17 1303 48 BMM mixto Jal. Manantlán-Tec. 03 19°36’24”, 104°18’18” Cuevas 2002 1850 20 1303 49 BMM mixto Jal. Manantlán-Tec. 04 19°36’21”, 104°18’21” Cuevas 2002 1850 24 1303 50 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 05 19°36’28”, 104°18’33” Cuevas 2002 1750 26 1303 51 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 06 19°36’26”, 104°18’31” Cuevas 2002 1750 34 1303 52 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 07 19°36’36”, 104°18’36” Cuevas 2002 1750 41 1303 53 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 08 19°36’41”, 104°18’38” Cuevas 2002 1750 30 1303 54 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 09 19°36’47”, 104°18’98” Cuevas 2002 1650 30 1303 55 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 10 19°37’16”, 104°18’45” Cuevas 2002 1650 31 1303 56 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 11 19°36’54”, 104°18’54” Cuevas 2002 1650 39 1303 57 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 12 19°36’94”, 104°18’56” Cuevas 2002 1650 34 1303 58 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 13 19°36’51”, 104°18’19” Cuevas 2002 1550 27 1303 59 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 14 19°36’02”, 104°19’12” Cuevas 2002 1550 35 1303 60 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 15 19°37’01”, 104°19’14” Cuevas 2002 1550 33 1303 61 BMM/BTS Jal. Manantlán-Tec. 16 19°37’06”, 104°19’17” Cuevas 2002 1550 37 1303 62 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 17 19°36’55”, 104°18’27” Cuevas 2002 1450 30 1293 63 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 18 19°36’55”, 104°18’27” Cuevas 2002 1450 37 1293 64 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 19 19°37’06”, 104°19’29” Cuevas 2002 1450 33 1293 65 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 20 19°37’18”, 104°19’27” Cuevas 2002 1450 27 1293 66 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 21 19°37’10”, 104°18’53” Cuevas 2002 1350 35 1293 67 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 22 19°37’09”, 104°20’12” Cuevas 2002 1350 40 1293 68 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 23 19°37’12”, 104°20’27” Cuevas 2002 1350 26 1293 69 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 24 19°37’10”, 104°20’39” Cuevas 2002 1350 36 1293 70 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 25 19°37’16”, 104°20’03” Cuevas 2002 1250 33 1293 71 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 26 19°37’15”, 104°20’14” Cuevas 2002 1250 38 1293 72 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 27 19°39’15”, 104°20’21” Cuevas 2002 1250 42 1293 73 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 28 19°37’21”, 104°20’24” Cuevas 2002 1250 44 1293 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 11

74 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 29 19°37’25”, 104°20’49” Cuevas 2002 1150 27 1293 75 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 30 19°37’20”, 104°20’38” Cuevas 2002 1150 27 1293 76 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 31 19°37’21”, 104°20’33” Cuevas 2002 1150 29 1293 77 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 32 19°37’21”, 104°20’33” Cuevas 2002 1150 26 1293 78 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 33 19°37’30”, 104°21’10” Cuevas 2002 1050 42 1293 79 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 34 19°37’27”, 104°21’11” Cuevas 2002 1050 36 1293 80 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 35 19°37’30”, 104°21’18” Cuevas 2002 1050 40 1293 81 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 36 19°37’22”, 104°21’17” Cuevas 2002 1050 29 1293 82 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 37 19°37’37”, 104°21’44” Cuevas 2002 950 25 1293 83 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 38 19°37’40”, 104°21’31” Cuevas 2002 950 21 1293 84 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 39 19°37’28”, 104°21’38” Cuevas 2002 950 29 1293 85 BTS-a Jal. Manantlán-Tec. 40 19°37’35”, 104°21’52” Cuevas 2002 950 22 1293 86 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 41 19°37’41”, 104°21’57” Cuevas 2002 850 25 1548 87 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 42 19°37’35”, 104°22’09” Cuevas 2002 850 24 1548 88 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 43 19°37’37”, 104°22’22” Cuevas 2002 850 33 1548 89 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 44 19°37’46”, 104°22’31” Cuevas 2002 850 51 1548 90 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 45 19°37’37”, 104°23’09” Cuevas 2002 750 25 1548 91 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 46 19°37’35”, 104°23’09” Cuevas 2002 750 22 1548 92 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 47 19°37’34”, 104°23’19” Cuevas 2002 750 32 1548 93 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 48 19°37’34”, 104°23’20” Cuevas 2002 750 27 1548 94 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 49 19°37’23”, 104°24’00” Cuevas 2002 650 33 1548 95 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 50 19°37’20”, 104°24’02” Cuevas 2002 650 28 1548 96 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 51 19°37’15”, 104°24’15” Cuevas 2002 650 28 1548 97 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 52 19°37’16”, 104°24’06” Cuevas 2002 650 31 1548 98 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 53 19°36’16”, 104°25’16” Cuevas 2002 550 29 1548 99 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 54 19°36’20”, 104°25’18” Cuevas 2002 550 27 1548 100 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 55 19°36’59”, 104°25’36” Cuevas 2002 550 23 1548 101 BTS-b Jal. Manantlán-Tec. 56 19°36’50”, 104°25’38” Cuevas 2002 550 31 1548 102 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 02”, 103°24’46” Sahagún 2003 1320 29 1200 C.M. 1 106 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ , 103°25’ Sahagún 2003 1320 31 1200 C.M. 5 103 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 38”, 103°25’51” Sahagún 2003 1470 35 1200 C.M. 2 105 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 28”, 103°25’40” Sahagún 2003 1575 19 1200 C.M. 4 104 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 26”, 103°25’39” Sahagún 2003 1580 22 1200 C.M. 3 107 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 26”, 103°25’42” Sahagún 2003 1590 10 1200 C.M. 6 108 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 27”, 103°25’43” Sahagún 2003 1590 20 1200 C.M. 7 109 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 26”, 103°25’43” Sahagún 2003 1610 17 1200 C.M. 8 12 Recursos Forestales en el Occidente de México

110 BMM mixto Mich. Coalcomán- 18°41’ 22”, 103°25’42” Sahagún 2003 1645 12 1200 C.M. 9 111 BMM Jal. San Sebastián- 20°47’00’’, 104°55’00’’ Reynoso 2004 900 28 1103 Bul. 1 112 BMM Jal. San Sebastián- 20°43’14’’, 104°53’05’’ Reynoso 2004 1400 42 1261 Mil. 2 113 Oyametal Jal. Cacoma 1 19°54’16’’, 104°32’30’’ Cisneros 2005 2162 9 1368 114 Oyametal Jal. Cacoma 2 19°54’18’’, 104°32’25’’ Cisneros 2005 2127 9 1368 115 Oyametal Jal. Cacoma 3 19°54’30’’, 104°32’16’’ Cisneros 2005 2090 16 1368 116 Oyametal Jal. Cacoma 4 19°55’59’’, 104°32’32’’ Cisneros 2005 2100 10 1359 117 Oyametal Jal. Cacoma 5 20°00’58’’, 104°32’28’’ Cisneros 2005 2370 5 1351 118 Oyametal Jal. Nevado de Colima 1 19°36’05’’, 103°38’13’’ Cisneros 2005 2906 7 1073 119 Oyametal Jal. Nevado de Colima 2 19°35’57’’, 103°38’11’’ Cisneros 2005 2980 7 1073 120 Oyametal Jal. Nevado de Colima 3 19°35’54’’, 103°38’11’’ Cisneros 2005 3015 4 1073 121 Oyametal Jal. Nevado de Colima 4 19°36’27’’, 103°38’14’’ Cisneros 2005 2900 9 1073 122 Oyametal Jal. Nevado de Colima 5 19°36’19’’, 103°38’02’’ Cisneros 2005 2930 6 1073 123 Oyametal Jal. Manantlán 1 19°33’24’’, 104°06’08’’ Cisneros 2005 2750 6 1216 124 Oyametal Jal. Manantlán 2 19°33’48’’, 104°06’31’’ Cisneros 2005 2700 5 1216 125 Oyametal Jal. Manantlán 3 19°33’30’’, 104°07’38’’ Cisneros 2005 2700 6 1216 126 Oyametal Jal. Manantlán 4 19°33’40’’, 104°11’08’’ Cisneros 2005 2450 14 1290 127 Oyametal Jal. Manantlán 5 19°33’37’’, 104°11’12’’ Cisneros 2005 2450 20 1290 128 Oyametal Jal. Cuale 1 20°21’12’’, 105°00’23’’ Cisneros 2005 2435 9 1378 129 Oyametal Jal. Cuale 2 20°21’14’’, 105°00’24’’ Cisneros 2005 2435 10 1378 130 Oyametal Jal. Cuale 3 20°21’15’’, 105°00’18’’ Cisneros 2005 2434 14 1378 131 Oyametal Jal. Cuale 4 20°22’04’’, 105°01’59’’ Cisneros 2005 2160 9 1378 132 Oyametal Jal. Atenguillo 1 20°11’23’’, 104°42’28’’ Cisneros 2005 2162 11 1326 133 Oyametal Jal. Atenguillo 2 20°10’20’’, 104°42’0.6’’ Cisneros 2005 2210 7 1326 134 Oyametal Jal. Atenguillo 3 20°10’22’’, 104°41’54’’ Cisneros 2005 2279 7 1326 135 Oyametal Jal. Atenguillo 4 20°10’38’’, 104°42’54’’ Cisneros 2005 2200 11 1326 136 Oyametal Jal. Atenguillo 5 20°10’16’’, 104°41’42’’ Cisneros 2005 2280 7 1326 137 BMM Jal. Talpa-Refugio 1 20°14’26’’, 104°47’41’’ Muñiz ined. 1260 16 1344 138 BMM Jal. Talpa-Refugio 2 20°14’04’’, 104°47’49’’ Muñiz ined. 1345 12 1344 139 BMM Jal. Talpa-Refugio 3 20°13’43’’, 104°45’59’’ Muñiz ined. 1420 27 1344 140 BMM Jal. Talpa-Refugio 4 20°13’21’’, 104°45’38’’ Muñiz ined. 1505 30 1344 141 BMM Jal. Talpa-Refugio 5 20°12’53’’, 104°45’26’’ Muñiz ined. 1640 24 1344 142 BMM Jal. Talpa-Refugio 6 20°12’52’’, 104°45’12’’ Muñiz ined. 1680 27 1344 143 BMM Jal. Talpa-Refugio 7 20°12’53’’, 104°45’26’’ Muñiz ined. 1740 28 1326 144 BMM Jal. Talpa-Refugio 8 20°12’32’’, 104°44’49’’ Muñiz ined. 1850 30 1326 145 BMM Jal. Talpa-Refugio 9 20°12’33’’, 104°43’44’’ Muñiz ined. 2068 18 1326 146 BMM Jal. Talpa-Refugio 10 20°11’34’’, 104°43’47’’ Muñiz ined. 2110 18 1326 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 13

Cuadrantes (“transectos”) tipo Gentry (1988), sin universo definido, individuos !2.5 cm dap

147 TMCF C.R. Monte Verde 10°48’, 84°50’ Gentry 1988 1550 61 3000 148 BMM/BP Jal. Manantlán-San. C. 19°35’00’’, 104°17’50’’ Muñoz 1992 2060 18 1400 149 BMM/BP Jal. Manantlán-15 Oc. 1 19°33’30’’, 104°14’50’’ Muñoz 1992 1800 36 1500 150 BP/VS/BMM Jal. Manantlán-Toros 19°33’40’’, 104°14’15’’ Muñoz 1992 2100 19 1500 151 BP/VS/BMM Jal. Manantlán-Triguito 19°33’15’’, 104°17’00’’ Muñoz 1992 1925 23 1400 152 BP/VS Jal. Manantlán-Moza 19°35’50’’, 104°18’07’’ Muñoz 1992 1920 25 1500 153 BP Jal. Manantlán- 19°35’20’’, 104°17’30’’ Muñoz 1992 1960 31 1500 Laurelito 154 BP Jal. Manantlán-Chaparr. 19°33’07’’, 104°15’50’’ Muñoz 1992 2010 25 1400 155 BQ/BC Jal. Manantlán-Verdes 19°26’57’’, 103°57’00’’ Muñoz 1992 2300 15 1200 156 BQ Jal. Manantlán-Cipres 19°27’00’’, 103°57’15’’ Muñoz 1992 2100 23 1200 157 BQ Jal. Manantlán-Laguna 19°32’10’’, 103°58’15’’ Muñoz 1992 2180 17 1000 158 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 1 19°41’40’’, 104°06’08’’ Vargas 1998 880 20 900 159 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 2 19°41’43’’, 104°06’08’’ Vargas 1998 950 19 900 160 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 3 19°41’47’’, 104°06’40’’ Vargas 1998 1020 13 900 161 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 4 19°41’50’’, 104°06’42’’ Vargas 1998 1090 20 900 162 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 5 19°41’51’’, 104°04’00’’ Vargas 1998 920 29 900 163 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 6 19°41’52’, 104°03’30’’ Vargas 1998 990 15 900 164 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 7 19°41’52’’, 104°02’35’’ Vargas 1998 1060 10 900 165 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 8 19°41’55’’, 104°04’50’’ Vargas 1998 930 24 900 166 BTC Jal. Manantlán-Zenz. 9 19°41’55’’, 104°05’08’’ Vargas 1998 1000 23 900 167 BTC NIC. Cosiguina 12°54’, 87°32’ Gillespie et al. 64 48 1827 2000 168 BTC NIC. Chacocente 11°32’, 86°12’ Gillespie et al. 20 54 1362 2000 169 BTC NIC. Masaya 11°58’, 86°06’ Gillespie et al. 230 44 1251 2000 170 BTC NIC. La Flor 11°08’, 85°47’ Gillespie et al. 17 59 1805 2000 171 BTC NIC. Ometepe 11°32’, 85°37’ Gillespie et al. 1290 45 1695 2000 172 BTC C.R . Palo verde 10°20’, 85°20’ Gillespie et al. 5 65 1717 2000 173 BTC C.R. Santa Rosa 10°50’, 85°40’ Gillespie et al. 136 75 1552 2000 174 BTC Jal. Chamela 1 19°30’, 105°03’ Phillips & Miller 297 89 748 2002 175 BTC Jal. Chamela 2 19°30’, 105°03’ Phillips & Miller 279 85 748 2002 176 BTC Jal. Chamela 3 19°30’, 105°03’ Phillips & Miller 297 100 748 2002 177 BTC Jal. Chamela 4 19°30’, 105°03’ Phillips & Miller 100 74 600 2002 178 BMM Jal. Manantlán-Joyas 19°35’, 104°08’ Phillips & Miller 1950 26 1000 2002 14 Recursos Forestales en el Occidente de México

179 BMM Jal. Manantlán 15 Oc. 2 19°44’, 104°15’ Phillips & Miller 1800 36 1000 2002 180 BMM Ver. Guadalupe 19°30’, 96°57’ Phillips & Miller 1200 42 1514 2002 181 BTP Ver. Los Tuxtlas 18°35’, 95°08’ Phillips & Miller 185 102 4593 2002 182 BMM Chis. Benito Júarez 15°20’, 92°15’ Phillips & Miller 2100 23 1500 2002 183 BMM/BQ Chis. Motozintla 15°20’, 92°12’ Phillips & Miller 1600 16 500 2002 184 TLMWF NIC. Cerro El Picacho 13°00’, 85°55’ Phillips & Miller 1420 68 2000 2002 185 TPMMF NIC. Cerro Oluma 12°18’, 85°24’ Phillips & Miller 840 96 2000 2002 186 SWF COL. La Providencia 13°21’, 81°22’ Phillips & Miller 230 65 2500 2002 187 BTC C.R. Guanacaste-upland 10°32’, 85°18’ Phillips & Miller 100 58 1600 2002 188 BTC C.R. Guanacaste-gallery 10°30’, 85°10’ Phillips & Miller 100 63 1600 2002 189 TWF C.R. La Selva 10°26’, 84°01’ Phillips & Miller 100 137 4000 2002 190 TWF C.R. Magsasay 10°24’, 84°03’ Phillips & Miller 150 148 3884 2002 191 TMF C.R. Carara Nat. Park 09°46’, 84°32’ Phillips & Miller 130 154 3500 2002 192 TMF C.R. Rancho Quemado 08°42’, 83°33’ Phillips & Miller 300 124 3125 2002 193 TMF C.R. Osa Sirena 08°30’, 83°55’ Phillips & Miller 30 144 3800 2002 194 BTC PAN. Curundu 08°59’, 79°33’ Phillips & Miller 20 85 1830 2002 195 TMF PAN. Madden Forest 09°06’, 79°36’ Phillips & Miller 50 129 2433 2002 196 TWF PAN. Pipeline Road 09°10’, 79°45’ Phillips & Miller 300 161 3000 2002 197 BTC Jal. Ayuquila 1 19°51’32’’, 104°17’32’’ Luquín 2003 810 43 1050 198 BTC Jal. Ayuquila 2 19°51’33’’, 104°17’35’’ Luquín 2003 860 27 1050 199 BTC Jal. Ayuquila 3 19°51’34’’, 104°17’37’’ Luquín 2003 910 26 1050 200 BTC Jal. Ayuquila 4 19°51’38’’, 104°17’37’’ Luquín 2003 960 23 1050 201 BTC Jal. Ayuquila 5 19°51’42’’, 104°17’35’’ Luquín 2003 1010 33 1050 202 BTC Jal. Ayuquila 6 19°51’48’’, 104°17’33’’ Luquín 2003 1060 29 1050 203 BTC Jal. Ayuquila 7 19°51’52’’, 104°17’32’’ Luquín 2003 1110 30 1050 204 BTC Jal. Ayuquila 8 19°51’58’’, 104°17’30’’ Luquín 2003 1160 27 1050 205 BTC Jal. Ayuquila 9 19°52’04’’, 104°17’28’’ Luquín 2003 1210 32 1050 206 BTC Jal. Ayuquila 10 19°52’06’’, 104°17’27’’ Luquín 2003 1260 34 1050 207 BTC Jal. Ayuquila 11 19°51’42’’, 104°18’03’’ Luquín 2003 820 25 1050 208 BTC Jal. Ayuquila 12 19°51’43’’, 104°18’05’’ Luquín 2003 870 22 1050 209 BTC Jal. Ayuquila 13 19°51’44’’, 104°18’07’’ Luquín 2003 920 25 1050 210 BTC Jal. Ayuquila 14 19°51’47’’, 104°18’07’’ Luquín 2003 970 30 1050 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 15

211 BTC Jal. Ayuquila 15 19°51’51’’, 104°18’07’’ Luquín 2003 1020 32 1050 212 BTC Jal. Ayuquila 16 19°51’56’’, 104°18’07’’ Luquín 2003 1070 37 1050 213 BTC Jal. Ayuquila 17 19°52’00’’, 104°18’06’’ Luquín 2003 1120 37 1050 214 BTC Jal. Ayuquila 18 19°52’06’’, 104°18’04’’ Luquín 2003 1170 35 1050 215 BTC Jal. Ayuquila 19 19°52’13’’, 104°18’01’’ Luquín 2003 1220 27 1050 216 BTC Jal. Ayuquila 20 19°52’18’’, 104°17’59’’ Luquín 2003 1270 24 1050 217 BMM Tams. El Cielo 22°40’03’’, 99°16’26’’ Williams et al. 1400 28 2527 2003

Abreviaciones: BTC (bosque tropical caducifolio), BTS-b (bosque tropical subcaducifolio de baja altitud), BTS-a (bosque tropical subcaducifolio de mayor altitud), BMM (bosque mesófilo de montaña), Oyametal (bosque de Abies), BP (bosque de Pinus), VS (vegetación secundaria), BQ (bosque de Quercus), BC (bosque de Cupressus), BTP (bosque tropical perennifolio), TPMMF (tropical premontane moist forest), TLMWF (tropical lower montane wet forest), SWF (subtropical wet forest), TMCF (tropical montane cloud forest), TWF (tropical wet forest), TMF (tropical moist forest), pp µ (precipitación media anual), Jal. (Jalisco, México), Mich. (Michoacán, México), Chis. (Chiapas, México), Ver. (Veracruz, México), Tams. (Tamauli- pas, Méxcico), NIC. (Nicaragua), COL. (Colombia), C.R. (Costa Rica), PAN. (Panamá).

Los bosques que tuvieron mayor intensi- Cuadrantes de Gentry (Mesoamérica) dad de muestreo re!ejan un pico intermedio La diversidad alfa para 71 sitios de 0.1 ha de la riqueza de leñosas y estos son el bos- en el occidente de México y Mesoamérica que tropical subcaducifolio, el bosque mesó- (hasta Panamá) varió de 10 a 162 especies "lo de montaña y el oyametal. En cambio, leñosas y disminuyó con el incremento de el bosque tropical caducifolio y el bosque de la altitud (r=−6587, p<0.001) (Cuadro 1.1.1, pino han sido insu"cientemente muestrea- Fig. 1.1.2). dos usando parcelas circulares. El bosque Los bosques más pobres (≤15 especies) espinoso, el izotal y el chaparral tienen hasta fueron algunos bosques tropicales secos de ahora nula representación con este método. Zenzontla, Jalisco, de tipo secundario y el El cambio de vegetación en el gradiente encinar de Motozintla, Chiapas, ambos de altitudinal va desde oyametales en zonas de elevaciones intermedias y el encinar de Ce- mayor altitud a bosque mesó"lo perennifo- rro Grande, Jalisco, de las partes de mayor lio y luego a bosque mesó"lo mixto de eleva- altitud. Los bosques más ricos (≥120 y ≤162) ción intermedia donde también convergen fueron algunos bosques tropicales de Pana- el bosque tropical caducifolio y los bosques má y Costa Rica de baja altitud. de transición entre el bosque mesó"lo y el El cambio de la vegetación en el gradien- bosque tropical subcaducifolio, continuan- te altitudinal va desde encinares de mayor do con un franco bosque tropical subcadu- elevación, pasando por bosques de pino, cifolio de elevación intermedia y "nalizando bosque mesó"lo y bosque tropical seco (de con uno de baja elevación. elevación intermedia), mientras que en las partes bajas predomina el bosque tropical caducifolio y el bosque tropical perennifolio. 16 Recursos Forestales en el Occidente de México

La mayor intensidad de muestreo se ob- tación, por ejemplo del oyametal y del bos- servó para el bosque tropical caducifolio, sin que mesó"lo con mayor precipitación tien- embargo, por la amplia discontinuidad debi- den a tener mayor riqueza (Cuadro 1.1.1, da a la falta de sitios de muestreo entre 350 y Fig. 1.1.3). Entre los sitios de bosque tropical 800 m de altitud, no se alcanza a apreciar al- caducifolio y subcaducifolio en forma parti- gún patrón particular para esta comunidad cular no se observó que existiera una corre- forestal, al igual que para otros ecosistemas lación entre riqueza y precipitación. que han sido muestreados con menor intensidad. Cuadrantes de Gentry (Mesoamérica) Diversidad Alfa y Precipitación Pluvial El gradiente en precipitación media anual de los sitios forestales con muestreos en Parcelas Circulares (occidente de México) cuadrantes (transectos) con el método de El gradiente en precipitación media anual Gentry en el presente estudio fue de 500 a de los sitios forestales con muestreos de par- 4593 mm y el de riqueza fue de 10 a 161 es- celas circulares fue de 1073 a 1548 mm y el pecies por 0.1 ha (promedio de 49 especies) de riqueza fue de 7 a 51 especies por 0.1 ha (Cuadro 1.1.1, Fig. 1.1.4). Al igual que en las (promedio de 23 especies). La riqueza en ge- parcelas circulares muestreadas con el mé- neral tuvo una tendencia a aumentar con el todo de Curtis, la riqueza en los cuadrantes incremento de la precipitación media anual, en general tuvo una tendencia a aumentar (r=0.409, p<0.001). Esta misma tendencia se con el incremento de la precipitación media observa dentro de diferentes tipos de vege- anual (r=0.7533, p<0.001).

Figura 1.1.2 Diversidad alfa en relación a la altitud en bosques de Mesoamérica. 71 sitios de 0.1 ha, submuestras en cuadrantes, transectos sin universo de muestra limitado (Gentry, 1988) Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 17

DISCUSIÓN el hecho extraordinario de que tan solo en el gradiente de los bosques del occidente de Diversidad Alfa y Altitud México, existan comunidades con una di- Parcelas circulares (Occidente de México) versidad alfa cinco veces menor que otras, como son algunos oyametales con respecto Se describen por primera vez patrones de di- de ciertos rodales de bosque tropical subca- versidad alfa de especies leñosas en amplios ducifolio o de bosque mesó"lo de montaña. gradientes de altitud y de precipitación plu- vial en el occidente de México y Mesoamé- El incremento de la riqueza con el rica a la escala de 0.1 ha para multi-comu- decremento de la elevación podría estar nidades forestales. Se apoya la hipótesis de explicado por la hipótesis de ausencia de que la diversidad alfa aumenta con el decre- equilibrio expuesta por Vázquez y Givnish mento de la altitud (Gentry, 1988; Vázquez- (1998) que se basa en una serie de efectos en García & Givnish, 1998). Sin embargo, en lo cascada: a) La lixiviación de nutrientes hacia individual, para ciertas comunidades fores- las partes bajas puede estar generando un tales con importante intensidad de muestreo gradiente de fertilidad que aumenta con el (e.g. Bosque tropical subcaducifolio, bosque decremento de la elevación, b) la mortalidad tropical caducifolio y bosque mesó"lo de dependiente de la densidad también tiende montaña) parece haber un pico intermedio a incrementarse hacia las partes bajas, ligado de diversidad alfa dentro de cada uno de sus a un gradiente de disminución de defensas respectivos intervalos altitudinales. Resalta anti-herbívoros, lo que contribuye a una

Figura 1.1.3 Diversidad alfa en relación a la precipitación pluvial en bosques del occidente de México. 146 sitios de 0.1 ha, submuestras en parcelas circulares, con universo de muestra limitado (Vázquez, 1995) 18 Recursos Forestales en el Occidente de México

mayor mortalidad hacia las partes bajas, registrado, cuando se examinan gradientes generando espacios para el establecimiento de altitud cortos (Guerra, 2005). de un mayor número de especies. El intervalo de alta heterogeneidad en los Futuros muestreos de vegetación con valores de riqueza (de 8-42 especies), ubica- este método deben enfocarse en altitudes do entre 1400 y 1800 m, puede ser explicado por debajo de los 500 m, en el intervalo de por un ambiente óptimo y no exclusivo con 2600 a 3000 m o más, con la "nalidad de baja frecuencia e intensidad de heladas que completar las lecturas de riqueza en la es- genera una dinámica de relativa inestabili- cala de 0.1 ha a lo largo de todo el gradiente dad ambiental que fomentan la convergen- altitudinal del occidente de México. cia de rodales de al menos cinco distintas comunidades forestales (bosque tropical El hecho de que ciertas comunidades subcaducifolio, bosque tropical caducifolio, vegetales con su"ciente intensidad de mues- bosque mesó"lo de montaña así como el treo presenten un pico de riqueza interme- encinar y el pinar), creando diversas fran- dia, sugiere un compartimiento del gradien- jas de ecotonía entre diversas comunidades te donde diferentes comunidades se han que con frecuencia di"cultan en este seg- especializado "siológicamente a la e"ciente mento la distinción entre distintos tipos de explotación de un segmento particular de vegetación. Por el contrario, en gradientes condiciones ambientales y bióticas. Esto altitudinales de pequeña escala (200-300 m también explica la falta de correlación signi- de gradiente) es común encontrar pequeñas "cativa con la altitud que en ocasiones se ha laderas cuyas discontinuidades de vegeta-

Figura 1.1.4 Diversidad alfa en relación a la precipitación pluvial en Mesoamérica. 71 sitios de 0.1 ha, submuestras en cuadrantes, transectos (Gentry, 1988), sin universo de muestra limitado Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 19 ción hacen muy evidente el cambio de vege- transectos de cada sitio estuvieron más dis- tación, frecuentemente con rodales que van persos que lo usual, es decir según reporta desde el bosque tropical caducifolio en las Lott et al. (1987), fueron ubicados a lo largo partes bajas, pasando por encinares en las de un gradiente altitudinal de casi 574 m. Un partes intermedias y coronados en las lomas valor más real de la riqueza para Chamela es con bosque de pino. de 74 especies por sitio de 0.1 ha, que se trata de un sitio muestreado por Gentry (Phillips Los rodales ubicados en los límites alti- & Miller, 2002). En la misma "gura se apre- tudinales inferiores de cada tipo de bosque cia que los bosques mesó"los de México de se encuentran usualmente muy alejados del la Sierra de Manantlán, en Jalisco, son rela- promedio de riqueza para su tipo de vegeta- tivamente equiparables en riqueza a los que ción, lo que quizá corresponda, al menos en se incluyeron de la Sierra Madre Oriental. parte, con una más acentuada perturbación Igualmente, no di"eren en gran medida en antrópica en esas zonas. De ser excluidos los términos de su riqueza, del bosque de pino sitios de mayor perturbación, posiblemente en Manantlán o del bosque tropical caduci- se elevaría aún más el valor de la correlación folio de Ayuquila, Jalisco. y su nivel de signi"cancia (Cuevas, 2002). Futuros esfuerzos de muestreo con este método deben enfocarse en elevaciones de Cuadrantes de Gentry (Mesoamérica) 350-800 m, de 1300 a 1900 m y por encima Los resultados a través del uso de transec- de los 2000 m, especialmente en comunida- tos apoya la hipótesis de que la diversidad des de bosque de pino, bosque de encino, alfa aumenta con el decremento de la altitud bosque tropical caducifolio, sobre todo de (Gentry, 1988; Vázquez-García & Givnish, bosque espinoso y de otras comunidades ve- 1998). Resalta el hecho extraordinario de getales menos frecuentes como son el man- que en la región de Mesoamérica existan glar, el palmar, el izotal y el chaparral. Tales rodales de bosque de 8-10 veces menos ri- esfuerzos permitirán entender mejor los pa- cos (encinares), con respecto de los bosques trones particulares de las distintas comuni- tropicales perennifolios de Panamá y Costa dades vegetales en los diferentes gradientes Rica y 6 veces menos ricos que los bosques ambientales y a reconocer ambientes ópti- perennifolios de Los Tuxtlas, Veracruz o 5 a mos y contribuir a una mejor selección de 6 veces menos ricos que los bosques caduci- áreas prioritarias para la conservación de la folios de Chamela (Fig. 1.1.2). Los bosques biodiversidad y del manejo sustentable. secos de Ayuquila y Zenzontla, Jalisco son considerablemente pobres, al menos de 2 a 7 veces más pobres que los reportados para Diversidad Alfa y Precipitación Pluvial Chamela, Jalisco. La inusualmente elevada riqueza que ha sido ya reportada para tres Parcelas Circulares (Occidente de México) de los cuatro sitios de bosque tropical cadu- En el análisis de correlación entre la preci- cifolio aquí incluidos para Chamela (Lott et pitación pluvial y la riqueza de las parcelas al., 1987) puede deberse en parte a que, los muestreadas con el método de Vázquez, 20 Recursos Forestales en el Occidente de México

1995; Vázquez y Givnish, 1998, los tipos los resultados pueden ser distintos, como los de vegetación mejor representados son el observados por Reich et al. (2010) para los bosque mesó"lo de montaña y el bosque bosques del estado de Jalisco, también del de oyamel, en cambio los bosques tropica- occidente de México, en los que observaron les caducifolio y subcaducifolio están esca- una relación no lineal (cuadrática) entre es- samente representados, mientras que otros tas dos variables, con un riqueza mayor a ni- tipos más secos como el bosque espinoso y veles intermedios de precipitación invernal. el matorral xeró"lo no cuentan con ningún muestreo conocido en el occidente de México. Cuadrantes de Gentry (Mesoamérica) A pesar de que el rango del gradiente de Con este método los resultados de correla- precipitación no fue alto (de 1073 a 1548 ción fueron similares a los obtenidos de los mm) en los sitios muestreados con el mé- sitios en los que se usó el método de Vázquez, todo de Vázquez 1998, se alcanzó a detectar 1995; Vázquez y Givnish, 1998, la riqueza una correlación positiva signi"cativa entre en general tuvo una tendencia a aumentar este factor y la riqueza, por lo que supone- con el incremento de la precipitación media mos que este método es adecuado para estu- anual. Sin embargo los sitios de bosque tro- diar la variación en la riqueza de estos tipos pical caducifolio de Chamela (occidente de de vegetación. México) muestreados por Lott et al. (1987) El hecho de incluir tipos de vegetación se alejan de la línea de tendencia central al con un gradiente de humedad que va desde poseer una riqueza muy alta comparada con los bosques tropicales caducifolios y subca- los sitios de similar precipitación, esto pue- ducifolios hasta los bosques más húmedos de deberse a que los transectos se escogieron como el mesó"lo de montaña y el de oyamel, al azar en una cuadrícula con una heteroge- permitió con"rmar el patrón de correlación neidad ambiental alta al abarcar un amplio lineal positiva entre precipitación anual y ri- gradiente altitudinal de cerca de 574 m. En queza que se ha observado en previos estu- el presente estudio al incluir un gradiente de dios en bosques Neotropicales que en forma precipitación considerable, que va de los 500 similar abarcan un gradiente completo en- a los 4593 mm, pudimos constatar que este tre bosques secos y húmedos (Gentry, 1988, factor de precipitación media anual sí es un Clinebell et al., 1995), aunque se ha observa- buen predictor de riqueza para los bosques do que esta relación lineal puede llegar a for- Mesoamericanos, lo cual contrasta con lo mar una asíntota cerca a los 4,000 mm, po- observado por Gentry (1995) y Gillespie et siblemente por alguna forma de saturación al. (2000), quienes muestrearon sólo bos- de especies (Gentry, 1988). Sin embargo, en ques tropicales estacionalmente secos, en los los casos en que se analizan diversos tipos de que no pudieron observar una correlación vegetación también puede ser conveniente clara entre riqueza y precipitación pluvial. analizar la relación de la riqueza de especies De forma similar al caso de correlación con la precipitación de la estación más seca entre riqueza y altitud, se observó un lapso del año, en lugar de la media anual, ya que del gradiente en precipitación en el que exis- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 21 ten pocos sitios de muestreo, entre los 500 Cuevas-Guzmán, R., E. A. Cisneros-Lepe, E. J. Jardel- Peláez, E. V. Sánchez-Rodríguez, L. Guzmán- y los 850 mm, por lo que no se puede des- Hernández, N. M. Núñez-López y C. Rodríguez- cartar que exista un patrón de correlación. Guerrero. 2011. Análisis estructural y de diversidad Menos aún para otros ecosistemas que han en los bosques de Abies de Jalisco, México. Revista Mexicana de Biodiversidad 82:1219-1233. sido muestreados con menor intensidad. Curtis, J. T. 1959. &e Vegetation of Wisconsin. Univer- sity of Wisconsin Press, Madison. 657 p.

GRADECIMIENTOS Francis, A. P., y D. J. Currie. 2003. A Globally Con- A sistent Richness-Climate Relationship for Angios- En este trabajo deseamos reconocer de ma- perms. Ce American Naturalist. 161:523-536. nera muy especial a todos y cada uno de los Gentry, A. H. 1988. Changes in community diver- innumerables colaboradores que participa- sity and "oristic composition on environmental and geographical gradients. Ann. Missouri Bot. Garden ron decididamente en el muestreo de vegeta- 75: 1–34. ción de ecosistemas de montaña generando Gentry, A. H. 1995. Diversity and "oristic composition valiosos datos que se han ido acumulando, of Neotropical dry forests. Pp. 146–194. En: Bu- llock, S.H., Mooney, H.A. y Medina, E. (eds.) Sea- particularmente en las últimas dos décadas sonally dry tropical forests. Cambridge University y que sin su ayuda la presentación de esta Press, Cambridge. modesta síntesis no hubiera sido posible. Guerra C., E. A. 2005. Estructura del bosque tropical caducifolio en condiciones contrastantes de exposi- ción y altitud en el cerro Colorado, Autlán de Nava- rro, Jalisco, México. Tesis profesional. Universidad LITERATURA CITADA de Guadalajara, CUCSUR. Autlán de Navarro, Calderón-Aguilera, L.E., Rivera-Monroy, V.H., Por- Jalisco. 76 pp. ter-Bolland, L., Martínez-Yrízar, A., Ladah, L.B., Guillespie, T. W., A. Grijalva y C. N. Farris. 2000. Diver- Martínez-Ramos, M., Alcocer, J., Santiago-Pérez, sity, composition, and structure of tropical dry forests A.L., Hernández-Arana, H.A., Reyes-Gómez, in Central America. Plant Ecology 147: 37–47. V.M., Pérez-Salicrup, D. 2012. An assessment of natural and human disturbance e%ects on Mexican Hijmans, R. J., S. E. Cameron, J. L. Parra, P. G. Jones ecosystems: current trends and research gaps. Bio- y A. Jarvis. 2005. Very high resolution interpolated diversity and Conservation 21:589-617. climate surfaces for global land areas. International Journal of Climatology 25: 1965-1978. Cisneros-Lepe, E. A. 2005. Estructura, composición "orística y diversidad de los bosques de Abies en el Lott, E. J., S. H. Bullock y J. A. Solís-Magallanes. 1987. Estado de Jalisco, México. Tesis de licenciatura en Floristic diversity and structure of a tropical deciduous Ingeniería en Recursos Naturales y Agropecuari- forest of coastal Jalisco. Biotropica 19: 228-235. os. Centro Universitario de la Costa Sur, Univer- Luquín-Sánchez, H. 2003. Ordenación de comuni- sidad de Guadalajara, Autlán de Navarro, Jalisco. dades leñosas de bosque tropical caducifolio en la 101 p. cuenca del río Ayutla-Ayuquila, Jalisco, México. Clinebell, R. R., O. L. Phillips, A. H. Gentry, N. Starks, Posgrado en Manejo de Áreas de Temporal, Di- y H. Zuuring. 1995. Prediction of Neotropical tree visión de Ciencias Agronómicas, Universidad de and liana species richness from soil and climatic Guadalajara. 153 pp. data. Biodiversity and Conservation 4: 56–90. Muñoz-Mendoza, M. E. 1992. Distribución de especies Cuevas-Guzmán, R. 2002. Análisis de gradientes de la arbóreas en el bosque mesó!lo de montaña en la vegetación de la cañada El Tecolote, en la Sierra Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán. Tesis de Manantlán, Jalisco, México. Tesis doctorado. de Licenciatura en Biología. Facultad de Ciencias Colegio de Postgraduados, Montecillo, Estado de Biológicas, Universidad de Guadalajara, Guadala- México. 140 p. jara, Jalisco. 102 p. 22 Recursos Forestales en el Occidente de México

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1.2 Patterns in vegetation composition in the Volcanic Complex of Colima, Mexico

Maaike Maarse, Pita A. Verweij, Sonia Navarro Pérez.

RESUMEN El manejo y la conservación de la biodiversidad en el Complejo Volcánico de Colima requieren de información ecológica básica a la escala de comunidades para ayudar a de"nir prioridades. En este estudio se pretende iden- ti"car los tipos de vegetación y los factores que mejor explican los gradientes de vegetación y evaluar el impacto antrópico en la vegetación. Se realizaron 103 releveés, se ordenó y se clasi"có la vegetación usando TWINSPAN y Canoco, respectivamente. Se identi"caron 6 comunidades vegetales: 1) bosque de Bursera-Plumeria, 2) bosque de Carpinus, 3) bosque de Quercus-Pinus-Abies, 4) bosque de Alnus-Abies, 5) bosque de Pinus y 6) Zacatonal Alpino de Draba-Calamagrostis. La altitud y la exposición este fueron las variables que mejor explican la va- riabilidad de la vegetación; el pastoreo o ganadería fue la única variable signi"cativa para todos los tipos de vegetación y en el bosque mesó"lo se reconoce la mayor perturbación. Las comunidades vegetales identi"cadas mostraron relación con tipos de vegetación de alta montaña de otras áreas o bien con bosque mesó"lo de mon- taña. Para el manejo y conservación del área se recomienda bajar las fronteras del Parque Nacional y prevenir perturbaciones en las zonas que ya están protegidas.

ABSTRACT Ce management and conservation of biodiversity at the Volcanic Complex of Colima require basic ecological data at the community level to help de"ne priorities. Cis study is aimed to identify major vegetation commu- nities, environmental factors explaining community gradients, and to asses anthropic impact on vegetation. 103 Relevees were sampled, TWINSPAN and Caonoco were used for classi"cation and ordination respectively. Six plant communities were identi"ed: : 1) Bursera-Plumeria forest, 2) Carpinus forest, 3) Quercus-Pinus-Abies forest, 4) Alnus-Abies forest, 5) Pinus forest and 6) Alpine Grassland of Draba-Calamagrostis. Altitude and East-exposure were explained community gradients; cattle grazing was the only variable relevant to all plant communities. Ce most disturbed community was the cloud forest. Some communities were related to other high elevation communities, others were related to cloud forest communities. Extending further down the lower boundaries of the National Park boundaries is recommended for biodiversity conservation and management. 24 Recursos Forestales en el Occidente de México

exico belongs to the list of the 17 coun- duced habitat size and increased isolation Mtries that are quali"ed as a ‘mega-di- is one of the causes of increased extinction versity’ country. Together these countries of species (Whitmore, 1997). Ferraz et al. contain more than 70% of the earth’s bio- (2007) recently described the negative eFect diversity (UNDP, 2005). Ce total tropical of decreasing habitat size on Amazon bird forest area in the world is decreasing. Cis species. It has been reported that 124 mam- is due to climate change, but also due to mal species are present in the CVC, among commercial logging and deforestation for them many bat species, and 279 bird species. agricultural purposes. In Mexico the forest Many of these species are endemic for Mexi- cover decreased 260.000 ha annually, which co (Programa de conservación y manejo, is 0.4% per year (FAO, 2005). Ce Volcanic 2006). Bats are very important species in the Complex of Colima (CVC: Complejo Volcá- neotropics because of their very high diver- nico de Colima) is situated in Mexico in the sity (representing 39% of the total amount of south of Jalisco state. mammal species (Emmons and Feer, 1990)) and their importance for pollination and Ce area was declared as a national park seed dispersal within the forest (Heithaus et (“Parque Nacional Nevado de Colima”) in al., 1975). 1936. Ce main aim of this park is to main- tain the hydraulic regime of the mountains In the west the CVC neighbours to the of the CVC because of the signi"cant con- Man and Biosphere Reserve Sierra de Man- tribution to water supply (springs, rivers) atlán (UNESCO, declared in 1988). Ce !o- in the surrounding populated valleys. Ce ra of the Sierra de Manantlán was unknown second aim is preserving the vegetation co- until research that started in 1986. Ce veg- ver in order to prevent erosion and regional etation ranges from tropical dry forest at climatic changes. Next to these aims there low and middle elevations to tropical cloud was the awareness that the intrinsic value of forest at higher elevations. Ce endemism in such a landmark should be maintained and this area is high, it is estimated that about should remain attractive for tourism and 11% of the species are endemic to western thereby stimulate the economy (CONANP, Mexico, 3% to the state of Jalisco and 1.2% 1936). However, in 1940 the borders of the strictly to Manantlán (Vázquez y Givnish, CVC were raised from 2500 to 3350m (CO- 1998). NANP, 1940), to allow logging in a larger For the Volcanic Complex of Colima it area. Ce logging was initiated by the pa- is important to gather information about per and cellulose factory Atenquiqe in 1941 the diFerent factors that cause fragmenta- (Den Oudendammer, 2006). tion and about what factors determine veg- Deforestation by logging causes frag- etation structure and type. Several (human) mentation, which can have a large impact activities, like logging, agriculture, tour- on species that depend on this habitat. Is- ism and burning can cause fragmentation land and metapopulation theories (Mac and disturbance. Analysis of the eFects of Arthur and Wilson, 1967) predict that re- these activities on the vegetation structure Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 25 gives an opportunity to link this informa- Ce University of Guadalajara initiated tion with data about presence of bat, bird research in the CVC about ten years ago, and other species; which will in turn lead to aiming at gaining knowledge on the biodi- more knowledge about the speci"c needs of versity of the area and to design manage- threatened species, and the eFects of frag- ment plans for the entire complex. A large mentation. If the needs of these species are data set comprising information about the known and the activities that cause disrup- vegetation in vegetation relevees was built tion of these needs, a better management up. Cese data will be further analyzed in plan for the area can be generated. order to gain more knowledge about spe- ci"c vegetation patterns, and eventually give Ce vegetation in similar areas such as advice for the conservation of this area. Ce the Popocatepetl, Pelado and Tláloc vol- Programa de Conservación y Manejo of the canoes near Mexico city has already been CVC (2006) already describes the vegetation analyzed with classi"cation and ordination in the CVC but classi"cation and ordination analyses (Velázquez, 1994; Almeida, 1994). analyses were not done before with data With classi"cation analyses large amounts from this area. of data can be clustered into groups or types, with for every type speci"c indicator spe- Ce aim of this research is to generate cies. With ordination analyses the in!uence advice for the management of the CVC in of external environmental variables on the order to conserve the high biodiversity in vegetation can be investigated. Cis same this area. Cerefore it is necessary to gain sort of research was also done on the Vol- an overview of the impact of human in!u- cán Iliniza in Ecuador (Sklenář, 2006), Los ences on the vegetation patterns in the CVC. Nevados National park, Colombia (Verweij At present it is not known how large the im- and Budde, 1992). pacts of several activities such as agriculture, cattle grazing, tourism and burning on the vegetation are. Cis research will focus on the identi"cation of pat- terns in species composition and on the analysis of the in- !uence of human activities on the vegetation structure in the CVC. Insight into the eFects of human activities gives opportunities to sup- port future management of the area, in order to main- tain high species diversity of Figura 1.2.1. Location of the study area in Mexico, with all Mexican states shown vegetation types that are of and the Mexican Central Volcanic Belt highlighted. 26 Recursos Forestales en el Occidente de México importance for the existence of several taxo- consists of two volcanic peaks, Volcán de nomic groups, such as bats and birds. Nevado (Zapotepetl, 4270 m.) and the sma- ller, but highly active Volcán de Colima, or Ce research questions for this research Volcán de Fuego (3800 m). Ce climate of are therefore: a) Which vegetation types can the CVC ranges from humid-subtropical in be distinguished in this area? B) Which envi- the lower parts to a polar climate at the tops. ronmental factors explain (part of) the vari- Most parts have a cold, wet spring and dry ation in vegetation variables? C) Can human winters. Ce CVC forms a barrier for the impact variables be linked to particular veg- humid air streams that come for the Paci"c etation types? D) Which human impact vari- Ocean in the south.Ce volcanic activity has ables have a dominant impact on the vegeta- formed the soils of the CVC, which consist tion pattern? E) Which recommendations can mainly of andosol (55%) and regosol (25%) be derived for management of the area? types. Ce mountain slopes are steep and di- vided by deep barrancas, or canyons, which MATERIAL AND METHODS run through the landscape on all sides (Pro- Area Description grama de Conservación y Manejo, 2006).

Location, climate and soil type Vegetation of the CVC Ce Volcanic Complex of Colima (CVC) is Ce CVC consists of highly diverse vegetavegeta-- situated in Mexico in the south of Jalisco sta- tion types, ranging from alpine bunchgrass- te, approximately 125 km south of Guadala- lands to tropical dry forest. Ce Programa jara and 35km north of Colima (19°27’06”- de Conservacion y Manejo (2006) describes 19°27’19” N , 175°32’57”-175° 49’09” W). the vegetation in the area. Fig 1.2.3. shows It is part of the volcanic belt in Mexico and

Figura 1.2.2. Satellite image of the CVC (picture from Google Earth, 2008). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 27

Abies religiosa Grasslands(cultivated) Agriculture Alnus spp. Pinus hartwegii Volcanic deposits / Lava Mesophyllous/cloud Pinus / Quercus Pinus spp. Quercus / Pinus Quercus / Pinus / Abies Quercus spp. No vegetation Tropical dry Alpine grassland

Figura 1.2.3. The vegetation of the CVC, based on satellite images (unpublished, S. Navarro). the map that was made based on satellite im- on the lower mountain slopes, in the valleys ages. between the mountain ridges on moist soils (Santiago et al., 2002). It has a high diversity On the highest parts Zacatonal bunch- and variation in patches each dominated by grasslands and Pinus Hartwegii forests can other, better adapted species. Cis depends be found. Cese types have species that on the environmental circumstances such can resist low temperatures and snow. Fur- as altitude, slope, canopy openness and soil ther down there are Alnus !rmifolia, Abies type (Vázquez and Givnish, 1998; Fiqueroa- religiosa and Quercus forests. On the low- Rangel and Olvera-Vargas, 2000). est parts there are mesophyllous (or cloud) forests. Cis type of forest was described by Rzedowski (1988) as ‘bosque de mesó"lo Human impact variables de montaña’. Mesophyllous forests have a Ce following descriptions were made based cover of only 1% in Mexico, but with 3000 on a report of "eldwork in the CVC by La- species these forests hold aksonen and Lievonen (1998) and personal 12% of the total Mexican !ora. Because of comments of Dra. S. Navarro. the isolation of these forests an island eFect exists; every forest has its own characteristic Logging. Ce paper company Atenquique is species. Cese forests also suFer the high- located at the foot of the Volcán de Fuego est disturbance in Mexico, because of their and is in function. Ce wood is obtained high value for timber and non-timber forest from the surrounding areas. Landowners products (Kappelle and Brown, 2001). Ce declared that wood is also being logged mesophyllous forest is known to be present from slopes of the volcanoes. Farmers 28 Recursos Forestales en el Occidente de México

practice logging for the purpose of agri- get out of control and spread through the cultural expansion area. Ce "res destroy part of the vegeta- tion, and might change the species com- Tourism. Tourists come to the area for seve- position. AMer a "re pioneer species get a ral activities. People come to camp, hike, chance to grow. hunt and also the snow on the tops of the mountains during wintertime is an important attraction. Cese tourists ga- Vegetation sampling ther wood for their "res, which causes a Ce data for vegetation analysis was gathe- degradation of the vegetation and espe- red from 1994 to 2002 by Dra. Sonia Nava- cially during the dry season there is the rro and her students. Ce total 103 plots were risk of uncontrolled "res that can spread selected on basis of their general vegetation through the area. type that was based on satellite images, so Livestock. Local farmers use the area for that all types were represented in the data- stock raising and cows are therefore qui- set. For a map of the locations of the plots te abundant in this area. Cey walk freely used, see Appendix I. Ce vegetation was trough the area and disturb the vegeta- described using the Braun Blanquet method tion mainly by trampling, destroying the (Braun Blanqet, 1979), modi"ed by Cleef new seedlings of trees and by eating the (1984). Ce size of the relevees was 50x60 green parts of the and eroding the meters (300m2) for the trees and 5x5 me- soil with their hoofs. Trees are logged by ters (25m2) for herbaceous species. Ce data the farmers to create more space for the consisted of the species present per plot and cows and to stimulate the regrowth of the abundance of these species. Additional young plants, as forage for the cattle. information of the plots was also described; Fires. Ce "res are caused by drought and the altitude, the expostion(N, S, E, W), signs thunderstorms, but also by tourist that of logging, tracks of cows, signs of "re, the make small "res and by farmers that slope and the amount of bare soil. burn vegetation. Sometimes these "res

Figura 1.2.4. A cow walking freely through the CVC, June 2007 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 29

Data analyses many species and had many indicator spe- In order to answer the research questions, cies; for this group a new Twinspan analysis the data were analyzed by several statistical (with the same options as the "rst one) was methods. A classi"cation was done to iden- done. Cis resulted in 5 subtypes. tify the vegetation types present in the area. For both analyses a list of the 50 most To investigate the relation between environ- abundant species was made, these spe- mental factors and the vegetation, a canoni- cies were plotted in the Canoco "gures (as cal correspondence analysis was done. More shown in the results). details about these analyses are given in the following sections. Ordination analysis Before the analyses un-identi"ed species To analyze the relations between the envi- in the dataset were deleted and the data were ronmental factors and the vegetation data, a transformed into condensed format, in or- canonical correspondence analysis (CCA, a der to be able to perform the analyses with direct gradient analysis assuming unimodal Twinspan and Canoco. All the species were species response) was performed using the given a code of 8 digits. Canoco soMware (Ter Braak and Šmilauer, Ce information about environmental 2002), with as options automatic forward se- factors was transformed into a ‘digital’ scale, lection and Monte Carlo permutation tests with 0 for no signs of "re, logging and gra- with unrestricted permutations. Ce vegeta- zing and 1 for present signs. Ce informa- tion data was log transformed and rare spe- tion about these factors was not suitable for cies were downweighted. Ce environmental a scale with more steps. factor ‘bare soil’ was not normally distribut- ed and was therefore log transformed before Classification analysis the analysis. Ce vegetation data were classi"ed using AMer the analysis the species and plots a two-way indicator species analysis were plotted together with the environmen- (TWINSPAN; Hill, 1979), which groups the tal factors with the program Canodraw. Ce species in the dataset. TWINSPAN soMware vegetation types that were made on basis of version 2.3, was used for the analysis. Ce the Twinspan analysis were also integrated default options were used; 5 cutlevels, a mi- in these "gures, so that the eFects of envi- nimum group size of 5 and a maximum of ronmental factors on speci"c vegetation 7 indicator species per division. Ce resul- types could be investigated. ting groups were examined for their species composition. Some of the groups were com- Additional analyses bined, 2 plots (25 and 60) were excluded and Ce correlation among the environmental in the end six solid vegetation types could be analysis were tested with a Pearson cor- made, based on the Twinspan analysis. One relation test using SPSS (version 12.0, Inc. type was very large, consisted of a mix of 30 Recursos Forestales en el Occidente de México

Chicago, Illinois, USA )Ce Shannon index Ce diFerent types follow an altitudinal was calculated by Canoco and later the cor- gradient, as can be seen in Fig. 1.2.6. Type D relation between altitude and the Shannon and E show a clear overlap in altitude. Ce index were also tested with a Pearson cor- lowest plots of Type C show overlap in al- relation test using SPSS. titude with plots from Type A and B which also show an overlap. Fig. 1.2.6. Ce altitudes of all the plots, RESULTS each vegetation type is represented by a di- Ferent symbol. Ce mean altitude with the Vegetation classification standard deviation is shown for each vege- Ce species data of 103 plots were used in tation type. the classi"cation analysis using TWINS- PAN. In total the set contained 567 species. With 5 cutlevels the plots were divided into Species diversity 6 main vegetation types. Fig. 1.2.5 shows Ce Shannon index was calculated with the division process. In Appendix II the Canoco to get more insight into the diver- complete results of the analysis are shown. sity of the vegetation of the plots. Fig. 1.2.7 Type A and B consist of 6 and respectively shows the Shannon index plotted against 8 plots and could not be de"ned as clear as the altitude. Cis is a signi"cant negative the other types. Ce names of the types are Pearson relation of -0.573 (P=0.000). Cis given in Table 1.2.1. Each type will be des- is in accordance with Vázquez and Givnish cribed in general and compared to similar (1998), who described a negative relation vegetation types as described in literature in between altitude and species richness in the other section. mesophyllous forest of Sierra de Manantlán.

1

2

3

Cutlevel 4

5

F E D C B A Vegetation Figura 1.2.5. Dendrogram of the two-way indicator species analysis (TWINSPAN) of vegetation data from 103 plots in the CVC. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 31

• Table 1.2.1. Summary of the vegetation types made by TWINSPAN.

Number of Type Name Altitude (m) plots A Bursera-Plumeria dry open woodland 6 775 – 1760 B Lower Carpinus tropicalis forest 8 1629 – 1928 C Lower Montane Quercus/Pinus/Abies mesophyllous (cloud)forest 42 1560 – 3270 D Upper Montane Alnus firmifolia-Abies religiosa forest 13 2830 – 3458 E Pinus hartwegii forest 21 2850 – 3705 F Zacatonal/Alpine Draba-Calamagrostis bunchgrasslands 11 3750 - 4150

Figura 1.2 6. The altitudes of all the plots, each vegetation type is represented by a different symbol. The mean altitude with the standard deviation is shown for each vegetation type. Description of vegetation composition ma acapulcense, Leguminosaea species and Gramineae species. In Rzedowski (1991) Le- Type A: Bursera-Plumeria dry open woodland guminoseae, Gramineae and Burseraceae are Represented by 6 plots mentioned as important families for the me- Altitude range: 775 – 1760m sophyllous forest (also known as montane Cis type is present in the lowest regions of cloud forest). Rzedowski (1988) describes the area. Bursera sp. and Plumeria sp. are that the mesophyllous forest has an altitudi- the indicator species for this type, some nal range of 400 to 2500m., is very diverse plots have also a high abundance of Lysilo- and is restricted to Mexico. 32 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 1.2.7. Species richness, (expressed with the Shannon index) in relation to the altitude. A Pearson correlation of -0.573 (P=0.000) was found.

Type B: Lower Carpinus tropicalis mesophyllous nea, Abies religiosa, Alnus acuminata, Pinus forest pseudostrobus, P. douglasiana, Ternstromia Represented by 8 plots lineata and Clethra Mexicana. Because this Altitude range: 1629 – 1928 type was too broad and unde"ned aMer the All plots in this type are dominated by Car- "rst Twinspan analysis, a second analysis pinus tropicalis, the indicator species of this was performed with only the 42 plots from type and by Tilia Mexicana. Cree plots have Type C. Five subdivions (C1-C5) were made a high abundance of Rhamnus aF. hintonii, (with three cutlevels). Every type has two or three other plots have high abundance of three major indicator types, as described be- Meliosma nesites and Zinowiewa conciana. In low in Table 1.5.2. Fig. 1.5.8 shows the divi- Programa de conservación y manejo (2006) sion process. Most of the species in this type Carpinus Tropicalis and Tilia mexicana are are mentioned in the Programa de Conser- classi"ed as belonging to mesophyllous for- vación y Manejo (2006) and by Rzedowski est. Rzedowski (1991) mentions that species (1991) as belonging to mesophyllous forest. from the genera Carpinus, Meliosma and Ce most dominant species in Type C1- Zinowiewa are common to mesophylllous C5 are oak, "r and pine species. Ce types forest. Tilia Mexicana is protected under the show an altitudinal gradient, although there Mexican law (NOM-059-ECOL-2001). is overlap in altitude, Type C1 has the high- est elevations and type C5 has the lowest el- Type C: Lower Montane Quercus/Pinus/Abies me- evations (Fig. 1.5.9). Each type has its own sophyllous (cloud) forest indicator species. Ce several types diFer Represented by 42 plots sometimes in species of the undergrowth Altitude range: 1560 – 3270 (e.g. type C4 and C5 (see Appendix III) or in Cis vegetation type has as most abundant tree species. Cese diFerences can be due to species Quercus laurina, Q. rugosa, Q. casta- environmental circumstances (e.g. height), Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 33

1

2

3

C1 C2 C3 C4 C5

Figura 1.2.8. Dendrogram of the two-way indicator species analysis (TWINSPAN) of vegetation data of 41 plots in the CVC, belonging to vegetation Type C.

• Table 1.5.2. Results of TWINSPAN classification of Type C with 42 plots Type Name Number of plots Altitude (m) C1 Quercus laurina - Abies religiosa –forest 11 2540-3270 C2 Clethra mexicana forest 8 2312-2600 C3 Quercus laurina - Quercus rugosa forest 9 2300-2716 C4 Quercus rugosa - Quercus castanea forest 8 1868-2525 C5 Quercus castanea - Pinus douglasiana forest 6 1560-2230 or due to (selective) logging, "res or graz- ent patches with diFerent dominant species. ing (human impact factors) or due to a com- Cey found several oak species (e.g. Quer- bination of environmental circumstances cus laurina, Q. rugosa and Q. castanea) and and human impact factors. Cese possibili- Ternstoemia lineata as dominant species in ties are further analyzed with an ordination diFerent patches. Ce vegetation of Type C analysis. shows great similarities with the description of these two researches. Vázquez and Givnish (1998) investigated altitudinal gradients in the mesophyllous forest of the Sierra de Manatlán and found Type D: Upper Montane Alnus firmifolia-Abies a continuous change in community com- religiosa forest position along ecological gradients. Cey Represented by 13 plots found a dominance of Quercus laurina at Altitude range: 2830 – 3458 the highest plots, then the dominant species Cis type can also be referred to as a mixed gradually shiMed to Ternstoemia lineata and alder-"r forest. Abies religiosa and Alnus then to Quercus castanea. Figueroa-Rangel !rmifolia are the indicator species of this and Olvera-Vargas (2000) also found diFer- type and the most dominant. Senecio angu- 34 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 1.2.9. The altitudes of all the plots, each vegetation type is represented by a different symbol. The mean altitude with the standard deviation is shown for each vegetation type. lifolium has a high abundance in almost all Cis type is also in accordance with Rze- plots. Abies religiosa is present in 7 of the 13 dowski (1988) who describes that "r forest plots, Alnus !rmifolia is present in 9 of the in Mexico are mostly present under the belt 13 plots, especially in the plots were Abies of Pinus hartwegii forest, between 2400 and religiosa is not present. In some plots Pinus 3600m of elevation. hartwegii is present in small amounts. Ce plots without A. religiosa show more diver- Type E: Pinus hartwegii forest sity in the undergrowth with Penstemon Represented by 21 plots roseus, Euphorbia fuscilata and Solanum Altitude range: 2850 – 3705 cervantesii. Ce disturbance in this type is Pinus hartwegii is the diagnostic species for mostly logging and grazing. this type of pine forest. It is mixed with Abies Cis type shows similarities with the Al- religiosa. Some plots show a transition to the nus !rmifolia – Abies religiosa community alpine type, with Calamagrostis tolucensis, group of the volcanoes Tláloc and Pelado in Draba jorulensis, Arenaria oresbia and Fes- Mexico, described by Velázquez and Cleef tuca sp. in the undergrowth. In other plots (1993). Cey describe the Alnus !rmifolia Muhlembergia quadridentata, M. macroura – Abies religiosa community group as subty- and Festuca tolucensis are present in the un- pe of Abies religiosa ("r) forest. Similarities dergrowth. AMer Pinus hartwegii and Abies with this larger community are the presence religiosa the species with the highest abun- of Senecio angulifolium, S. callosus, S. tolu- dance are: Lupinus montanus, Penstemon canus, and Salix oxilepis. roseus, Salix oxilpensis, Aegopon cenchroides and Pernetia ciliata. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 35

According to Rzedowski (1988) this type this type is typical for these altitudes. Ce is restricted to subalpine very steep slopes occurrence of alpine grasslands was also between 2900 and 4000m of elevation. Ve- described for the highest parts of the Volcán lázquez and Cleef (1993) also describe this Popocatépetl (45km south east of Mexico vegetation type, with as indicator species city). Ce alpine zones are characterized by Pinus hartwegii and Muhlembergia quadri- high !uctuations of the daily temperature, dentata. a high ultraviolet radiation and a nutrient poor soil (Almeida, 1994). Type F: Zacatonal/Alpine Draba-Calamagrostis grasslands Ordination analyses Represented by 11 plots Altitude range: 3750 – 4150 Ordination analysis including all plots: Bunchgrassland with as diagnostic species: For the "rst Canonical Correspondence Calamagrostis tolucensis, Draba jorulensis analysis the number of samples included and Arenaria bryoides. Ce endemic species was 103 (with 567 species) and 10 environ- Arenaria oresbia is also diagnostic for this mental variables were used: altitude, slope, type. Ce plots representing this type are si- bare soil, logging, "re, grazing and the ge- tuated on the highest parts of the area and neral exposition of the plot, North, South, • Table 1.2.3. The weighted correlation coefficients of Canoco analysis.

species axis 1 species axis 2 variables axis 1 variables axis 2

species axis 1 1 species axis 2 -0.0090 1 variables axis 1 0.9624 0 1 variables axis 2 0.0000 0.8435 0 1 altitude -0.9496 -0.1028 -0.9867 -0.1219 fire -0.0160 -0.4503 -0.0166 -0.5338 logging 0.0191 -0.5448 0.0198 -0.6458 grazing 0.0875 -0.4254 0.0909 -0.5043 slope -0.2406 -0.1982 -0.2501 -0.2350 S -0.0653 -0.0367 -0.0679 -0.0435 N 0.1184 -0.1454 0.1230 -0.1724 W -0.1485 0.3726 -0.1543 0.4417 E 0.1827 -0.6285 0.1898 -0.7451 bare soil -0.2968 -0.1210 -0.3084 -0.1434 36 Recursos Forestales en el Occidente de México

East or West. Ce output is summarized in with a Pearson correlation test. Ce stron- the following tables and "gures. gest/most important relations are between altitude and grazing; altitude and slope; al- Four axes with belonging correlation coeO- titude and bare soil "re and eastern exposi- cients were created, only the two most im- tion; "re and bare soil logging and grazing; portant axes are discussed. logging and western exposition, logging and 1st axis: eigenvalue (λ) = 0.771 with a spe- bare soilgrazing and northern exposition; cies–environment correlation of 0.962. grazing and bare soil 2nd axis: eigenvalue (λ) = 0.432 with a spe- Cese correlations generally tell that with cies–environment correlation of 0.844. a higher altitude the slope and the amount Ce "rst two axes accounted for 38.9% of of bare soil increase. Also that logging and the variance in the weighted averages of the grazing are inter-correlated which implica- species, with respect to the environmental tes a general disturbance rate. Ce correla- variables. Each environmental variable had tions also indicate a relation between bare a correlation with one of the two axes. Cese soil and "re, logging and grazing. axes, calculated by Canoco, are represented Figs. 1.2.10 and 1.2.11 show the bi- by two variables because there are two sets plots of the ordination. Fig. 1.5.10 plots the of samples scores, one derived from the en- weighted means of the 50 most abundant vironmental data and one derived from the species against the environmental factors species data (Ter Braak, 1987b). Ce indivi- and shows that altitude is the most impor- dual scores of the environmental variables tant variable to explain variation in plant on these axes are shown in Table 1.2.3. In species cover, this arrow is the longest. Ce this table the species-environment correla- species plotted to the end of the arrow are tion can be found as the correlation between in accordance with a high altitude. Species species axis 1 and environment axis 1. from Type F (triangles), located in the hig- Ce signi"cance of the in!uence of the hest parts of the park are plotted to the leM, environmental variables on the species was and species from Type A (closed circles) tested with a Monte Carlo permutations test located in the lowest parts, are plotted to (Table 1.2.4). With a 5% signi"cance level, the right. Ce variables bare soil and slo- "ve variables were signi"cant: altitude, eas- pe have the same direction as the altitude, tern exposition, slope, grazing and southern which shows the correlation among them, as exposition. With a 10% signi"cance level, W shown in table 1.2.5. Ce arrows of the hu- (P = 0.056), N (P= 0.066) and bare soil (P = man in!uence factors logging, grazing and 0.070) were also signi"cant. Logging and "re "re also show the inter-correlation. It is the- were not signi"cant. Altitude was the stron- refore hard to determine what the speci"c gest and the most signi"cant variable. in!uence of each of these human in!uence variables is. Cerefore the plots from vege- Ce correlations among variables are tation type C, which is a large homogeneous shown in Table 1.2.5. Cey were calculated group (in altitude and species), were selec- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 37

• Table 1.2.4. Results of the Monte Carlo permutations test performed by Canoco. With lambda as the additional variance each variable explains at the time it was included, P as the significance of that variable, together with its test statistic value (F).

Variable Lambda P F

altitude 0.76 0.002 3.87

E 0.35 0.002 1.79

slope 0.26 0.010 1.34

grazing 0.24 0.022 1.24

Z 0.25 0.016 1.30

W 0.23 0.056 1.21

N 0.23 0.066 1.20

bare soil 0.23 0.070 1.17

logging 0.20 0.274 1.07

fire 0.17 0.828 0.87

• Table 1.5.5. The Pearson correlations among all environmental variables, obtained from Canoco. ** means a P<0.05, * means a P<0.1. altitude fire logging grazing slope S N W E

altitude 1.00

fire -0.08 1.00

logging -0.16 0.11 1.00

grazing -0.24** 0.13 0.21* 1.00

slope 0.20** 0.08 0.07 -0.06 1.00

S -0.01 -0.04 -0.20* -0.22 0.18* 1.00

N -0.11 -0.14 0.21* 0.30** -0.11 -0.35** 1.00

W 0.13 -0.21* -0.32** -0.16 0.20 -0.01 -0.14 1.00

E -0.16 0.45** 0.33** 0.02 -0.20 -0.27** -0.15* -0.60** 1.00

baresoil 0.52** -0.24* -0.36** -0.25** -0.09 -0.16 -0.07 0.48** -0.40** 38 Recursos Forestales en el Occidente de México ted for a second Canoco analysis, which is cated higher in the park (plotted to the leM) discussed later. are related to low disturbance (plotted hig- her). It should be mentioned that half of the As shown earlier in Fig. 1.2.10, plots from plots of vegetation type A and B did not have Type D and E show overlap in altitude. Fig. information about "re, logging and grazing. 1.5.10 shows that species from Type E (Pin- Cerefore the positions of these plots (and us hartwegii) are related to a western expo- its species) can be wrong. sition, whereas species from Type D (Abies religiosa–Alnus "rmifolia) are related to an When the plots (with diFerent symbols eastern exposition. for each vegetation type) are plotted toge- ther with the environmental factors (Fig. Fig. 1.2.10 also shows the relation bet- 1.2.11), groups can be formed in accordance ween the disturbance factors ("re, logging with their vegetation type. Cere are some and grazing) and the NE exposition. Which outliers, but plots from the same vegetation suggest that the most human activities take type are clearly clotted together in the "gu- place on the NE sides of the slopes. Species re. In general, this "gure shows the same from Type C are the most correlated with eFect of the environmental factors on the these disturbance factors. Ce circles and the vegetation as Fig. 1.2.10. On the X-axis the distribution of the species show that (except altitude is the most dominant, with on the from species from Type A and B) species lo-

Figura 1.2.10. Bi-plot of the first CCA, shown are the 50 most abundant species; arrows represent environmental factors. Circles were added to show the grouping of the species. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 39 leM plots with the highest altitudes and on Type C demonstrates a very mixed res- the right plots with the lowest altitude. On ponse and part of it is correlated with the the Y-axis the disturbance factor is the most disturbance factors "re, logging and grazing. dominant, which indicates that plots plotted Ce fact that the plots belonging to the on the lower side have the most disturbance same vegetation type (made by Twinspan) and the plots plotted higher have less distur- can be grouped indicates that plots belon- bance. ging to the same type are in!uenced by the Plots from Type A are plotted high to same environmental variables, which means the right, which means that they have a low that speci"c combinations of environmental altitude and are on !atter terrain (there are variables probably determine the occurren- plotted in the opposite direction of slope) ce of the various vegetation types. and are not so much in!uenced by "re, log- ging and grazing.

Figura 1.2.11. Bi-plot of the first CCA, plotted are the environmental factors and the plots. The symbols indicate the vegetation type the plots belong to. Circles were added to show the grouping of the plots belonging to sepa- rate vegetation types. 40 Recursos Forestales en el Occidente de México

Ordination of vegetation Type C Ce result of the Monte Carlo permuta- A second Canonical Correspondence tions test is shown in Table 1.5.6. Applying Analysis with data from plots belonging to a 10% signi"cance level, two variables are Type C was performed. Ce number of sam- signi"cant: altitude (P = 0.002) and Eastern ples included was 42 (with 315 species) and exposition (P = 0.014). 10 environmental variables were used, the Fig. 1.2.12 shows the outcome of the same as used in the "rst analysis. CCA that was performed. Altitude and east- 1st axis: eigenvalue (λ) = 0.444 with a spe- ern exposition are the only signi"cant envi- cies–environment correlation of 0.923. ronmental variables. Slope is still correlated with the altitude, but bare soil is not. Cis 2nd axis: eigenvalue (λ) = 0.342 with a spe- "gure suggests a concentration of "re in the cies–environment correlation of 0.932. east, of grazing in the west and of logging in Ce "rst two axes account for 30.9% of the north, but these variables are not signi"- the variance in the weighted averages of the cant. Ce distribution of the species belong- species, with respect to the environmental ing to the diFerent vegetation types seems variables. to be in!uenced by the altitude; the centers

Figura 1.2.12. Bi-plot of the second CCA, shown are the 50 most abundant species; arrows represent environmental factors. Circles were drawn to show the grouping of the species. Some species are the indicator species for two types and are indicated with a special symbol. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 41

• Table 1.2.6. Results of the Monte Carlo permutations test performed by Canoco. With lambda as the additional variance each variable explains at the time it was included, P as the significance of that variable, together with its test statistic value (F).

Variable Lambda P F altitude 0.36 0.002 1.53 E 0.30 0.014 1.28 N 0.26 0.148 1.13 Z 0.27 0.190 1.15 bare soil 0.27 0.132 1.16 grazing 0.23 0.462 1.02 logging 0.21 0.676 0.92 slope 0.20 0.784 0.87 W 0.20 0.800 0.83 fire 0.18 0.872 0.79 of the drawn ovals are on a virtual horizon- the species depending on it. A large dataset tal line. Ce types C1, C2 and C3 show an with relevees was available; however quanti- overlap and seem to be more related to a SW tative analysis had never been done with this exposition, slope and altitude than type C5 dataset. Ce analyses that were performed and C4. in this research give a more founded view on the vegetation in the area. Six vegetavegeta-- Fig. 1.2.13 shows the in!uence of the al- tion types were found with the TWINSPAN titude on the vegetation types more clearly. analysis (Table 1.2.7) one type was divided It also suggest that plots from Type C4 are into "ve subtypes. In general, these types are located more to the east and plots from Type in accordance with what is described earlier C1 more to the (south) west. in the Programa de Conservación y Manejo, Ce plots of Types C1, C2 and C3 show although the analysis in this research is less overlap, Type C4 and C5 are clearly plotted elaborate in the amount of species per type. to the right. Cis means that these plots have However, these analyses showed less overlap a lower elevation and are on !atter terrain. in species. Many species occurred in only one plot DISCUSSION and were not mentioned because they were not representative for the whole group. Cis Classification analysis is also a consequence of the amount of plots used, with a larger sample size it is likely Before this research the vegetation of the that some species would have been found in CVC had been described (Programa de Con- more plots. servación y Manejo, 2006). A lot was known about the vegetation in the area and about 42 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 1.2.13. Bi-plot of the CCA of Type C, plotted are the environmental factors and the plots. The symbols indi- cate the vegetation type the plots belong to. Circles were added to show the grouping of the plots belonging to separate vegetation types. Ce vegetation types that were found are Type C (Lower Montane Quercus/Pinus/Abies in accordance with the literature, especia- mesophyllous forest) has many diFerent lly the zacatonal vegetation at the top and dominant species, each restricted to a the Pinus hartwegii type below the zacato- few plots. Cis was also found by Vázquez nal Cese types are very characteristic and and Givnish (1998) and Fiqueroa-Rangel restricted to the Volcanic belt in Mexico and Olvera-Vargas (2000). Ce charac- (Almeida, 1994; Velázquez and Cleef, 1993; teristic species of Mesophyllous forests Rzedowski, 1988). are very hard to determine, because the distribution of these forest is very patchy. Type D (Upper Montane Alnus !rmifolia- Cey only occur in speci"c areas with the Abies religiosa forest) was also described right humid, temperate circumstances by Velázquez and Cleef (1993). (Luna et al., 1999). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 43

• Table 1.2.7. The vegetation types resulting from Twinspan analysis

Number of Type Name Altitude (m) plots A Bursera-Plumeria dry open woodland 6 775 – 1760

B Lower Carpinus tropicalis forest 8 1629 – 1928

C Lower Montane Quercus/Pinus/Abies mesophyllous forest 42 1560 – 3270

D Upper Montane Alnus firmifolia-Abies religiosa forest 13 2830 – 3458

E Pinus hartwegii forest 21 2850 – 3705

F Zacatonal/Alpine Draba-Calamagrostis bunchgrasslands 11 3750 - 4150

Type A (Bursera-Plumeria dry open wood- matic consequences (Kappelle and Brown, land) and B (Lower Carpinus tropicalis 2001). More information about the exact lo- forest) show similarities with the meso- cation of these plots and the environmental phyllous forest described by Rzedowski variables is needed to explain this overlap. (1988 and 1991). Cese two types have Type D also shows some similarities in the highest species diversity, as shown in species with Type C1, especially with the Fig. 1.2.7, but in the outcome of Twins- presence of Abies religiosa. It could be that pan they do not have as many indica- part of the plots of Type D used to be me- tor species as the other types. Cese two sophyllous forest but were replaced by Abies types seem to be a semi-natural, degrad- religiosa. Ce causes of this replacement are ed form of a mesophyllous forest. not clear but could be due human distur- Ce diFerent types show an altitudinal bance. gradient, except for Type D and E. Cese types show an overlap in altitude. A large Species diversity part of the plots of Type D has the same altitude as plots of Type E, but show a dif- Ce species diversity has a signi"cant nega- ferent species composition. In Type D Abies tive correlation with altitude as shown in "g- relgiosa and Alnus !rmifolia are dominant, ure 1.2.7. Cis suggests that with an increas- whereas type E has Pinus hartwegii as most ing altitude less species are adapted to the dominant species. However, some plots of circumstances. Other research also found type D also have Pinus hartwegii and plots of a negative correlation between species di- type D also have Abies religiosa. Ce overlap versity and altitude. Especially herb and could be due to a wrong classi"cation. How- shrub species were more abundant in areas ever, it could also be due to selective logging, with a lower altitude. Cis was explained by "res or the exposition (west or east) of the a more open canopy in the lower parts, al- plots on the mountain, which can have cli- lowing more sunlight into the onderstorey, 44 Recursos Forestales en el Occidente de México thereby creating good circumstances for in the same direction as the eastern exposi- understorey herbs and shrubs. Ce higher tion, which indicates that the most human canopy openness can be due to the occur- in!uence takes place on the eastern part si- rence of droughts at lower elevations, or due des of the slopes. b) It seems that plots and to a higher human disturbance at lower el- species of Type C are related to an eastern evations (Vázquez and Givnish, 1998). Cis exposition. c) Types E and D show an over- explains that Type A and B can have high lap in altitude. Ce "gures show that Type E species diversity and be disturbed at the is related to an eastern exposition and Type same time. D to a western exposition. d) Within Type C, subtype C4 (Quercus rugosa – Quercus To get more insight into the mechanisms castanea forest) shows the most correla- behind the decline in species diversity with tion with an eastern exposition, whereas increasing altitude, the amount of herb, type C1 (Quercus laurina - Abies religiosa shrub or tree species in each plot should be forest) shows the most correlation with a determined to see if there is a shiM in com- south-western exposition. e) Ce second or- position. dination shows three clusters of plots. One cluster is formed by Types C1-C3, one by Ordination analysis Type C4 and one by Type C5. Type C4 and Ce Canoco ordination analysis was done C5 both have lower elevations and are loca- to investigate the eFect of environmental ted on !atter terrain. F) Ce variable eastern variables and human impact variables on exposition was, besides altitude also signi"- the vegetation. Two analyses were done, cant in both analyses, with a P of 0.002 for the "rst for a general view and the second the "rst analysis and 0.014 for the second. analysis zooms in on Type C (Lower Mon- Ce presence of the species (belonging to tane Quercus/Pinus/Abies mesophyllous fo- the described types) on the slopes with ei- rest), in order to gain more detail about the ther a western or eastern exposition mainly in!uence of human impact factors on the depends on the diFerent circumstances on vegetation of this type. these slopes. It is expected that the meso- Both analyses show that the altitude is the phyllous forest (Type C) would be present most dominating factor that determines the on the south western exposed slopes, becau- vegetation type. In both analyses the altitude se these slopes have more humid circums- is a signi"cant variable with a P of 0.002. Cis tances. Cese circumstances are due to the relation was also found by Velázquez (1994) moist winds coming from the Paci"c Ocean and Sklenář (2006) and could be explained in the south-west and the lower radiation of by the changing climatic circumstances with the sun on the slopes. When the sun reaches higher elevations (Rzedowski, 1988). these slopes in the aMernoon, a fog layer above the forest has already been formed, Ce biplots of the ordinations deliver the thereby reducing the in!uence of the sun following results: a) Ce human impact va- (Kappelle and Brown, 2001). However, the riables "re, logging and grazing are plotted Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 45 analysis showed a relation between Type C impact variables are intercorrelated and and the eastern exposition, which cannot be the "rst ordination plots these variables in explained by the above theory. Ce other re- the same direction, which makes it hard to lations of speci"c types on slopes with either determine the speci"c in!uence of each of the west or the east exposition could also not the human impact variables. In the second be explained. ordination the human impact variables are separated, but the variables are not signi"- Probably, the occurrence of each species cant in this analysis. Cereby, no speci"c re- is de"ned by a diFerence in environmen- lation with a certain vegetation type could tal circumstances. Cis could be one of the be found. variables included in the analysis, but for example soil moisture content was not taken Ce low signi"cance of the human im- into account in this research. However, Ve- pact variables could be due to the classi"- lázquez (1994) found that soil moisture con- cation of these variables with numbers of 0 tent was one of the most important variables and 1. Cere was not enough information that determined the variation of plant spe- to make a more detailed classi"cation. Un- cies, together with the altitude. Other re- less the fact that grazing is a signi"cant vari- search found that canopy openness and the able, the eFect of grazing in the vegetation humus layer (partly) determine the species cannot be revealed in this research. It could composition (Figueroa-Rangel y Olvera- have a negative eFect on species, but it could Vargas, 2000). also stimulate the growth of other species. Rzedowski (1988) considered burning and Because important variables such as soil grazing as two of the most imortant factors texture and soil moisture were not taken in determining vegetation type, they would into account in this research, the results favor Pinus, Alnus and grassland communi- are probably not complete and do not give ties. However, these eFects were not found enough information to explain the results of in this research. the analysis. Nevertheless, looking at the "rst ordina- Ce diFerence in vegetation type on the tion, part of the mesophyllous forest seems plots with lower elevations is probably also to show the most human impact. Cis could due to the speci"c environmental circums- be due to a higher accessibility at lower el- tances of these plots. However these plots evations, or to a higher value for timber and are also most likely to have a higher distur- other products (Kappelle and Brown, 2001), bance because of the higher accessibility, in both leading to higher disturbance. comparison with the plots with higher alti- tudes. From classi"cation analyses it appeared that Types A and B are likely to be degraded forms of mesophyllous forest. C is degrada-degrada- Human impact variables tion is probably due to human disturbance Grazing was the only signi"cant human im- and the low elevation and !at terrains of pact variable with a P of 0.022. Ce human these plots support the presumptions that 46 Recursos Forestales en el Occidente de México these plots have at least some degree of dis- senting this forest have the most disturbance turbance. However these types seem to be of all. undisturbed according to the ordination Unless the high diversity, type A and B analysis. Cis can be explained by either seem to be a degraded form of the mesophy- missing values for the human impacts fac- llous forest and Type D seems to replace the tors (for half of the plots belonging to type A mesophyllous forest. Ce protected species and B), or to disturbance in the past which is Tilia mexicana (NOM-059-ECOL-2001) is no longer seen, and therefore not reported. present in type B, indicating the value of this Both lead to a wrong ordination. type and the necessity of the protection of the lower parts of the CVC. It is therefore re- commended that the borders of the National RECOMMENDATIONS FOR MANAGEMENT Park are lowered substantially and that mea- Ce ordination shows that the zacatonal sures are taken to prevent the disturbance bunchgrasslands and the Pinus hartwegii fo- that takes place in the parts of the CVC that rest suFer the least in!uence of human dis- are already protected. turbances. Cis could be due to the fact that these forests are already protected by the Because of the socio-economic value National Park. Nevertheless, in these parts of the forest, and the dependence of local of the park signs of human disturbances are people on the forests, it is advisable to seek still found, so the protection should be in- ways to protect these forests while sustai- creased in order to sustain these vegetation ning the quality of life for the people depen- types, which are very characteristic. ding on it. Ce lowest parts of the CVC are not pro- Recommendations for further research tected, are easy to access and have in fact the include to gather more detailed information highest species diversity. Cis could be due about the human disturbances for each plot to disturbance which gives pioneer species and to include extra environmental vari- opportunities to grow. However, this high ables in the analysis, such as soil moisture diversity is also characteristic for mesophy- and texture. With this extra information it llous forests which are, as described earlier, might be possible to determine indicator very diverse forest types. species for each environmental or human impact variable. It is also recommended to Ce mesophyllous forest is vulnerable include information about fragmentation for exploitation because of the quality of the and the occurrence of bird and bat species timber, the non-timber forest products that in the analyses. Several eF ects of fragmenta-fragmenta- can be obtained and the easy access to it be- tion on bats are described, some researches cause of the lower elevations of this forest suggest that some bat species are quite toler- type. Cerefore, this forest should be pro- ant for fragmentation because they feed in tected. Ce analyses show that there is still a open areas and make use of resources in ag- high diversity compared to the other types, ricultural areas, whereas other species need but also that a great part of the plots repre- continuous forest. Goressen et al. (2004) also Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 47 describe the importance of forest remnants human impact variables on the vegetation for bats species; they found the highest bat was not found. IX. Grazing was the only species richness in partly deforested land- signi"cant variable and the mesophyllous scapes. On the contrary, Quesada describes forest seemed to be the most in!uenced by the negative eFect of habitat disruption on disturbance. X. For the management of the pollinating bats and documents the nega- area it is recommended to lower the borders tive consequences of the disruption for the of the National Park and to prevent distur- plants they pollinate (Quesada, 2003). bance in the parts of the CVC that are al- ready protected. For further research it is Combining information about human recommended to gather more information disturbance (and the corresponding indi- about the human disturbance and fragmen- cator species) with information about frag- tation and to combine this information with mentation and the occurrence of bats and the dispersal of bats and birds, in order to birds gives opportunities to get more insight get more insight into their habitat needs. into the habitats need of speci"c species.

CKNOWLEDGEMENTS MAJOR CONCLUSIONS A I want to thank Dra. Sonia Navarro for her I. Six vegetation types were made with hospitality, support, friendship and guidan- TWINSPAN: 1) Bursera-Plumeria dry open ce in Mexico. Together with Armando Cha- woodland, 2) Lower Carpinus tropicalis fo- vez she made my stay in Guadalajara very rest, 3) Lower Montane Quercus/Pinus/Abies pleasant and an unforgettable experience, mesophyllous forest, 4) Upper Montane Al- muchas gracias! Also I want to thank Dr. Pita nus !rmifolia-Abies religiosa forest, 5) Pi- Verweij for her supervision, guidance and nus hartwegii forest, 6) Zacatonal/Alpine advice on all the aspects of this research and Draba-Calamagrostis bunchgrasslands. II. for reviewing this report. I want to thank Ve- Ce types Zacotonal, Pinus Hartwegii forest ronica Zamorra for her rides in Guadalajara, and Abies religiosa – Alnus !rmifolia forest her pictures and her advice. Furthermore I show similarities with types described in would like to thank Professor Antoine Cleef other comparable areas. III. Ce other types, for helping me with the interpretation of the Plumeria–Bursera dry open woodland, the Twinspan analysis and receiving me in the Lower Carpinus tropicalis forest and the Amsterdam to "nd relevant literature. Also I Lower Montane Quercus/Pinus/Abies meso- want to thank Dr. Jos Dekker for reviewing phyllous forest all show resemblance with this report. Last but not least I would like to mesophyllous forest. IV. Ce altitude is the thank my parents, family and friends for su- most important variable determining the pporting me in "nishing my Master’s. Cis vegetation types. VI. Ce variable eastern research was "nancially supported by the exposition is also signi"cantly correlated Alberta Mennega Stichting and by Stichting with the vegetation. VII. Ce relation of the FONA (Fonds voor Onderzoek ten behoeve eastern with several vegetation types could van het Natuurbehoud). not be explained. VIII. Speci"c in!uence of 48 Recursos Forestales en el Occidente de México

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Artículo1.3 Biodiversidad y conservación en dos localidades tropicales del suroeste del municipio de Talpa de Allende, Jalisco, México

Yalma L. Vargas-Rodríguez, J. Antonio Vázquez-García, Toribio Quintero Moro, Miguel A. Muñiz-Castro.

RESUMEN El bosque tropical subcaducifolio se caracteriza por albergar una alta biodiversidad y endemismo, sin embargo en el occidente de México su biodiversidad y estado de conservación son poco conocidos. Se presenta una des- cripción preliminar de !ora (plantas vasculares) y fauna (an"bios, reptiles, aves y mamíferos) en dos localidades del suroeste del municipio de Talpa, Jalisco, México, con base en inventarios y muestreos de transectos de 0.1 ha para vegetación y transectos de observación indirecta para fauna. En el ejido Concepción de Bramador se registraron 67 familias de plantas, 117 géneros y 143 especies. Las familias con más especies fueron Fabaceae (9), Rubiaceae (9), Asteraceae (8), Euphorbiaceae (6) y Moraceae (5). Las especies con mayor de importancia fueron Brosimum alicastrum (26.6%), Co%ea arabica (21.4%), Celtis monoica (11.5%) y Bursera sp (8.6%). En el predio de Tajahualpa se identi"caron 42 familias, 64 géneros y 69 especies. Las familias con más especies fueron Moraceae (6) y Fabaceae (5). Las especies con mayor valor de importancia fueron Co%ea arabica (21.96 %), Magnolia mexicana (17.35 %) y Trichilia havanensis (14.12%). Se registraron 63 especies (35 endémicas) de 20 familias de reptiles y an"bios, 43 especies de aves de 17 familias, 10 especies de mamíferos terrestres y seis de murciélagos. La especies con mayores problemas de conservación y que se recomiendan para protección son Magnolia mexicana, Platymisium trifoliatum, Bahuinia ramirezii, Penelopina nigra, Amazona oratrix, Aratinga cunicularis y Campephilus guatemalensis.

ABSTRACT Tropical subdeciduous forests are characterized by harboring high biodiversity and endemism, however, in wes- tern Mexico its biodiversity and conservation status are poorly understood. A preliminary description of the !ora (vascular plants) and fauna (amphibians, reptiles, birds and mammals) in two locations in southwestern Talpa de Allende, Jalisco, Mexico, is presented. A biodiversity inventory was conducted and 0.1 ha transects were sampled for vegetation analysis and fauna observation. 67 plant families, 117 genera and 143 species were found at Ejido Concepción de Bramador. Families with high species richness included Fabaceae (9), Rubiaceae (9), Asteraceae (8), Euphorbiaceae (6) and Moraceae (5). Species with high Importance Value were Brosimum alicastrum (26.6%), Co%ea arabica (21.4%), Celtis monoica (11.5%) and Bursera sp (8.6%). 42 plant families, 64 genera and 69 species were identi"ed at Tajahualpa. Families with high species richness were Moraceae (6) and Fabaceae (5). Species with high importance value were Co%ea arabica (21.96%), Magnolia mexicana (17.35%) and Trichilia havanensis (14.12%). Reptils and amphibians included 63 species (35 endemic), corresponding to 20 families, Birds included 43 species corresponding to 17 families, mammals included 10 species, bats, six of those ere bats. Ce species with major conservation problems requiring protection were Magnolia mexicana, Platymisium trifoliatum, Bahuinia ramirezii, Penelopina nigra, Amazona oratrix, Aratinga cunicularis and Cam- pephilus guatemalensis. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 51

os bosques tropicales caducifolios y sub- biodiversidad, a pesar de que las exploracio- Lcaducifolios se distribuyen principalmen- nes biológicas no han sido numerosas. La te en la vertiente del Pací"co mexicano. En riqueza biológica del municipio amerita la el estado de Jalisco se observan como man- creación de proyectos productivos compati- chones discontinuos que se extienden hasta bles con la conservación, especialmente en el centro de Sinaloa. En el municipio de Tal- las zonas tropicales. pa de Allende el bosque tropical caducifolio Se presenta una descripción prelimi- habita en la región suroeste, en este muni- nar de la !ora y la fauna de 450 hectáreas cipio es común en laderas secas, expuestas, de bosque tropical en el suroeste del muni- en elevaciones de 600 a 1300 m, mientras cipio de Talpa de Allende, Jalisco, México. que el bosque tropical subcaducifolio se lo- Los inventarios proveen información básica caliza en laderas húmedas, algunas veces en para conocer las especies que habitan en una las proximidades de arroyos y se distribuye zona y su uso antropogénico. Por lo tanto, generalmente entre los 400 a 1200 msnm. La son elementos importantes para la toma de presencia de estos tipos de vegetación está decisiones de manejo para la conservación determinada por la distribución de la pre- de la diversidad y son esenciales para iden- cipitación a lo largo de año. Por ejemplo, el ti"car que especies merecen atención espe- bosque tropical subcaducifolio presenta una cial. El presente trabajo tiene como objetivo, sequía de cinco a siete meses. listar de manera preliminar, las especies de Los bosques tropicales en el suroeste de árboles, arbustos, plantas herbáceas y fauna Talpa de Allende han sido utilizados con "- y determinar su estado de conservación en nes de cultivo. Algunas regiones con estos dos localidades de Talpa de Allende. Se se- bosques han sido desmontados para cultivos ñalan también medidas para la protección y o parcialmente desmontados para la intro- conservación de la biodiversidad. ducción de plantaciones de café. Este último es el predominante en la región, aunque va- rios de los cafetales ya han sido abandona- ÁREA DE ESTUDIO dos. Además, los árboles de tamaño grande Se realizaron inventarios de plantas vascu- tienen un valor comercial, y en algunas re- lares y fauna en dos localidades pertene- giones se ha utilizado de manera limitada a cientes al municipio de Talpa de Allende, la “parota” Enterolobium cyclocarpum. Concepción de Bramador y Tajahualpa. El El occidente de Jalisco puede ser la región ejido Concepción de Bramador tiene una de mayor biodiversidad. La heterogeneidad super"cie de 300 hectáreas y se localiza ambiental, topográ"ca y de tipos de vegeta- entre 20°10’3’’ - 20°17’8’’ N y 105°08’44’’ - ción, pueden ser los factores que determi- 105°11’53’ W. La elevación dentro del ejido nan la diversidad alta y la presencia de un va de los 260 a 1620 msnm. La precipitación número importante de plantas endémicas. media anual es de 1896 mm, siendo agosto En particular, la región de Talpa de Allen- el mes más lluvioso y febrero, abril y mayo de sobresale entre los municipios de mayor los de menor precipitación. La temperatu- 52 Recursos Forestales en el Occidente de México ra promedio anual es de 25.1ºC. El clima se Para realizar una lista preliminar de fau- de"ne como Aw(w), caliente sub-húmedo, na, se realizaron observaciones a lo largo de sin heladas perceptibles y granizadas es- arroyos y caminos, anotándose la presencia porádicas. Los suelos predominantes en la de huellas y cantos de aves. Con la ayuda de zona son regosol, litosol, luvisol y cambisol. binoculares se observaron aves. Se utilizó li- La historia geológica de la zona va desde el teratura cientí"ca para identi"car huellas y Mesozoico, el Cretácico, hasta el Cenozoico ejemplares observados así como para com- Terciario. El predio estudiado en Tajahualpa plementar el listado. tiene una super"cie de 150 hectáreas y se lo- caliza al oeste de la localidad La Esperanza, al este de la localidad Tajahualpa y limitado RESULTADOS al norte por el Río Tajahualpa. El clima es Aw(w), caliente sub-húmedo, con tempera- Flora y vegetación tura media del mes más frío superior a 18ºC, Las especies de plantas vasculares encontra- con lluvias en verano. Los tipos de suelo son das en el ejido Concepción de Bramador in- regosol eutrico, cambisol crómico y litosol cluye 67 familias, 117 géneros y 143 especies. (INEGI, 2007). Las familias con más especies son Fabaceae, Rubiaceae (9), Asteraceae (8), Euphorbia- ceae (6) y Moraceae (5). En cuanto al estado METODOLOGÍA de conservación de las especies de plantas Para conocer las plantas vasculares, se reali- vasculares, un árbol, Calophyllum brasilien- zaron exploraciones botánicas en las 450 hec- se, está incluido en la Norma O"cial Mexi- táreas que forman los dos sitios estudiados. cana de especies en riesgo, con la categoría Se colectó una muestra de las plantas encon- de Amenazada. Las especies con mayor de tradas y la !or o fruto si estaba presente. Se importancia fueron Brosimum alicastrum colectó a lo largo de los arroyos, caminos y (26.58%, abundancia: 19 árboles) y Celtis bajo cafetales. Las plantas se depositaron en monoica (11.51 %, abundancia: 13 árboles). el herbario IBUG de la Universidad de Gua- El café tuvo un valor de importancia alto, dalajara. La identi"cación fue hecha por los 21.38 % y una abundancia de 63 individuos. autores. Además, se midieron los árboles ≥2.5 Otras especies, como Bursera sp. tuvieron cm dap (diámetro a la altura del pecho) en 10 un valor de importancia alto (8.64 %), con- transectos de 2 x 50 m, siguiendo la metodo- siderando el bajo número de individuos en- logía propuesta por Gentry (1982). El área to- contrados. Bahuinia ramirezii, una especie tal muestreada fue de 0.1 hectáreas. En cada endémica de la región y recientemente des- transecto se registró la presencia de hierbas y crita tuvo abundancia de ocho individuos. señales de disturbio natural y antropogénico. Las 0.1 hectáreas muestreadas de selva con Se calculó la diversidad usando el índice de cafetal, pueden considerarse pobres, domi- Shannon, el valor de importancia (abundan- nadas principalmente por capomo, selecti- cia, frecuencias y área basal relativas) y el área vamente mantenido por la sombra que pro- basal para cada especie. vee su dosel. Se identi"caron dos áreas de Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 53

150 hectáreas cada una al suroeste del ejido de Bramador. De las especies encontradas, donde existe selva en condiciones adecuadas Aratinga cunicularis, tiene la categoría de para la conservación. sujeta a protección especial, y Penelopina nigra se considera amenazada de acuerdo Las plantas encontradas en el predio de a la Norma O"cial Mexicana de especies en Tajahualpa incluyeron 42 familias, 64 géne- riesgo. ros y 69 especies. Las familias con más espe- cies son Moraceae (6) y Fabaceae (5). Entre En Tajahualpa, se registraron 31 especies las especies relevantes para la conservación en 13 familias de aves en el predio. Del total presentes en el predio están Talauma mexi- de especies, dos son endémicas a la región, cana, un árbol amenazado, de acuerdo a la tres se consideran amenazadas, una en peli- NOM-ECOL-059 y Platymisium trifoliatum gro de extinción (Amazona oratrix), y una se es un árbol disyunto con Centroamérica que considera rara (Campephilus guatemalensis). amerita protección. El tipo de vegetación presente se considera bosque tropical sub- Mamíferos caducifolio con cultivo de café bajo sombra. Las especies con mayor valor de impor- A través de métodos indirectos, tanto en el tancia fueron Talauma mexicana (17.35 %, ejido de Concepción de Bramador como abundancia: 4 árboles) y Trichilia havanensis en Tajahualpa, se registraron 10 especies de (14.12%, abundancia 5 árboles). El café tuvo mamíferos terrestres y en Concepción de un valor de importancia alto, 21.96 % y una Bramador seis especies de murciélagos, per- abundancia de 12 individuos. tenecientes a dos familias y seis géneros.

FAUNA DISCUSIÓN Anfibios y reptiles Dos zonas del ejido Concepción de Brama- Se registraron un total de 63 especies y 20 dor con bosque tropical subcaducifolio son familias de reptiles y an"bios en ambas lo- viables para la conservación. Estas dos zonas calidades estudiadas. De total de especies, podrán funcionar como fuentes de germo- 35 especies son endémicas para la región, plasma para la restauración de áreas degra- una especie, Ctenosaura pectinata (iguana dadas y como fuente de propágulos para la negra) se encuentra en peligro de extinción, recolonización natural de bosques aledaños. tres especies son raras y 10 tienen importan- La super"cie consiste de dos zonas de 150 cia económica. Se incluyen nombres locales ha y tienen características estructurales de en el listado. vegetación adecuadas para la conservación: árboles de gran tamaño y de diferentes clases diamétricas, presencia de plántulas y juveni- Aves les de árboles y ausencia de cultivo de café. Se identi"caron 14 especies de aves, en 13 Para la restauración se proponen a las géneros y 11 familias en el ejido Concepción especies de Nectandra sp. y Tabebuia sp., 54 Recursos Forestales en el Occidente de México característica de bosques tropicales y emer- guatemalensis, una especie rara y sujeta a gente del dosel. Esta especie puede ser in- protección especial de acuerdo a la NOM- troducida dentro del cultivo del café bajo ECOL-059. Por lo tanto, el predio debe sombra, principalmente como estrato emer- mantener el sistema de cultivo de café rús- gente. Bahuinia ramirezii es un arbusto de tico, con árboles mayores de 12 m de altura talla mediana, endémico para la región y re- con el "n de continuar funcionando como cientemente descrita para la ciencia, que por hábitat de especies de aves. Además se de- sus hojas vistosas y de gran tamaño puede berá promover el establecimiento de cercas introducirse dentro del cafetal como estrato vivas y la reforestación de las áreas circun- inferior. dantes al predio. Se localizaron en el predio dos individuos del ave Penelopina nigra, especie amenazada LITERATURA CITADA y sujeta a protección especial de acuerdo a la Gentry, A. H. 1982. Patterns of neotropical plant spe- NOM-ECOL-059. Por lo tanto, el ejido debe cies diversity. Evolutionary Biology. Hecht, Wal- mantenerse 300 ha dedicadas a la protección lace and Prance, Plenum Publishing Corporation. 15: 1-84. y conservación del bosque tropical subcadu- cifolio y mantener el sistema de cultivo de INEGI 2007. Guía para la interpretación de cartografía Geológica. Ed. INEGI-México. 10-15 pp. café rústico, con árboles mayores de 12 m de INEGI 2007. Carta Geológica F13C79 y F13C89. INE- altura con el "n de continuar funcionando GI-México. como hábitat de especies de aves. Además se INEGI 2007. Guía para la interpretación de cartografía deberá promover el establecimiento de cer- Edafológica. Ed.INEGI-México. 12, 16 y 18 pp. cas vivas y la reforestación de las áreas cir- INEGI 2007. Carta Edafológica F13C79 y F13C89. cundantes al predio. INEGI-México. En Tajahualpa, las 0.02 ha muestreadas de selva con cafetal, pueden considerarse pobres, APÉNDICES dominadas principalmente por Trichilia, Inga El hábito de las especies se indica con una y Talauma mexicana, selectivamente mante- letra mayúscula a la izquierda y correspon- nido por la sombra que provee su dosel. Esta de a la siguiente simbología: H, hierba; A, última es una especie relicta considerada árbol; R, arbusto, E, epí"ta; T, trepadora. M como amenazada en la NOM-ECOL-059. corresponde al uso medicinal. El nombre En el predio crecen 35 individuos, la mayoría local, cuando existe, se indica después del adultos, por lo que se considera que es la po- nombre cientí"co. La presencia en el ejido blación más grande del occidente de México. Concepción de Bramador y/o Tajahualpa se Se sugiere que individuos de Talauma mexi- indica con las iniciales CB y TJ después del cana se introduzcan en los alrededores ya que nombre local. proveen sombra y promueven la diversidad de especies de selva. Se localizaron en el predio dos indivi- duos del pájaro carpintero Campephilus Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 55

Flora vascular Dioscoreaceae Clase Lycopodiopsida Dioscorea sp., “camote T CB Lycopodiaceae de cerro” Selaginella serrata Heliconiaceae H CB Spring. Heliconia mooreana Ar TJ Clase Filicopsida R.R.Sm. Adiantaceae Liliaceae Adiantum lunulatum T Bomarea sp. CB H CB Burmann Marantaceae Adiantum princeps H Maranta sp. CB H CB Moore Orchidaceae H Adiantum sp. TJ E Oncidium sp., “lirio” CB Aspleniaceae Poaceae Tectaria mexicana Chusquea sp., “carri- H CB, TJ Ar CB (Fée) Morton cillo” H Dryopteris sp. CB, TJ H Chusquea liebmannii TJ Gleicheniaceae H Lasiasis sp. CB Gleichenia bi!da (Wi- Muhlenbergia sp. H CB H CB lld.) Spreng. Schreb. Polypodiaceae H Oplismenus burmanii TJ E Pecluma sp. CB H Zeugites sp., “carricillo” CB H Phelbodium sp. CB Smilacaceae E Pleopeltis sp. CB Smilax sp., “zarzapa- T CB E Polypodium sp. CB rrilla” Schizaeaceae Smilax dominguensis T TJ H Anemia sp. Swartz CB Rzm. Clase Liliopsida Zingiberaceae Costus pictus D. Don. Alliaceae H TJ H Bessera elegans Schult.f. CB Ex Lindl. Araceae Clase Magnoliopsida H Anthurium halmorei TJ Actinidiaceae H Arisaema sp. CB A Saurauia serrata DC. TJ Philodendron scandens Amaranthaceae T TJ T Iresine sp. CB, TJ Syngonium neglectum Annonaceae H TJ Schott Annona purpurea Moc. A TJ Xanthosoma sp., “co- & Sesse H CB lomo” Cymbopetalum sp., A CB Becaceae “platanillo”, Chamaedorea pochut- Apocynaceae Ar TJ lensis Liebm. ex Mart H Mandevilla aF. CB A Sabal rosei TJ H Rauvol!a sp. CB Bromeliaceae Stemadenia sp., “San A CB E Tillandsia sp., “gallito” CB Antonio” Stemmadenia palmeri Commelinaceae A CB, TJ H Commelina sp. CB Rose & Standl. Phaeosphaerium leio- Araliaceae H TJ Oreopanax peltatus carpum A TJ Linden ex Regel. 56 Recursos Forestales en el Occidente de México

Dendropanax arboreus Ipomoea sp., “guía A TJ T CB (L.) Decne. & Planch. peluda” Aristolochiaceae Ipomoea spectata J.A. T CB T Aristolochia sp. CB, TJ McDonald, “hiedra” Asclepiadaceae Coriareaceae T Cynanchum sp. L. CB H Coriaria ruscifolia L. CB T Gonolobus sp. TJ Cucurbitaceae Cucurbita sp., “calaba- Asteraceae T CB Archibaccharis sp. cilla” Ar CB Cucumis aF., “pepi- Heering T CB Ar Baccharis sp. L. CB nillo” Momordica charantia H Bidens sp., “aceitilla” CB T CB Calea scabrifolia L. H (Hook. & Arn.) Benth. CB Ericaceae Befaria mexicana & Hook.f. A CB H Cosmos sulphureus Cav. CB Benth. H Elephantopus spicatus TJ Euphorbiaceae Elephantopus sp., “oreja H Acalypha sp. CB H CB de puerco” Cnidoscolus tepiquensis Eupatorium collinum A (Cost. & Ga ll.) Lund., CB H M, CB DC., “chilte” H Lasianthea sp. DC., M, CB H Croton sp. CB Euphorbia pulcherrima H Milleria quinque"ora L. TJ H CB Begoniaceae Willd., “noche buena” H Begonia sp., “begonia” CB, TJ Ar Phyllanthus elsiae Urb. TJ Phyllanthus micrandus Bignoniaceae Ar TJ Müll. Arg. T Amphilophium sp. CB A Sapium sp. M, CB Amphilopium panicula- T TJ Sapium pedicellatum tum (L.) HB & K. A CB Huber, “mataiza” Amphitecna macro- A phylla Miers ex Baill. CB Fabaceae Disyunta Bahuinia ramirezii, A Tabebuia rosea DC. CB, TJ A “pata de vaca”, en- M, CB démica Bixaceae Centrosema sagitattum A Bixa orellana L. CB T TJ Brandegee Burseraceae Entada polystachya (L.) Bursera sp., “copal- T CB A CB DC. quiote” Enterolobium cyclocar- A CB Campanulaceae pum Griseb., “nacas te” H Diastatea sp. Scheidw. CB A Inga sp. Miller CB Capparaceae A Inga vera H.B.K TJ H Cleome sp. CB Lonchocarpus sp., “cue- A CB Caricaceae ro de indio” Jarrilla chocola Standl., Platymisium trifoliatum H CB A TJ “bonete” Benth. Celastraceae T Phaseolus sp. CB, TJ A Euonymus sp. L. CB A Senna sp. CB, TJ Convolvulaceae Senna atomaria (L.) A CB T Ipomoea aF. CB H.S. Irwin & Barneby Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 57

Senna multifoliolata Moraceae Ar (P G.Wilson) Irwin & CB Brosimum alicastrum A CB, TJ Barneby Sw., “capomo” Fagaceae Cecropia obtusifolia A TJ A Quercus sp.1 CB, TJ Bertol. A Quercus sp.2 CB Dorstenia sp., “barbu- H CB Flacourtiaceae dilla” Dorstenia contrahier- A Casearia sp., “juanita” CB, TJ H TJ Casearia arguta H.B. & ba L. A M, CB K., “copalillo” A Ficus sp. CB, TJ Ficus involuta (Liebm.) A Xilosma sp., “coronilla” CB A TJ A Prockia crucis L. TJ Miq. Gesneriaceae A Ficus isophlebia Standl. CB H Achimenes sp. CB A Ficus maxima Mill. CB Columnea septentriona- Trophis racemosa (L.) T CB A TJ lis C.V. Morton Urb. Guttiferae Myrsinaceae Calophyllum brasiliense A Ardisia sp., “tintilagua” CB A CB, TJ Ardisia compressa Camb. Amenazada A TJ Hernandiaceae Kunth Gyrocarpus jatrophifo- Myrtaceae A TJ Psidium sp., “arrayan- lius Domin. A CB Juglandaceae cillo” A Juglans major A. Heller Onagraceae Labiatae H Lopezia sp. Cav. CB H Salvia sp. CB Opiliaceae Agonandra racemosa Lauraceae A TJ A Nectandra sp. CB, TJ (DC.) Standl. Lythraceae Passi!oraceae Passi"ora sp., “grana- H Cuphea sp. CB T CB dilla” Magnoliaceae Papaveraceae Talauma mexicana A TJ Amenazada A Bocconia frutescens L. CB Malvaceae Piperaceae Allosidastrum pyrami- H Piper sp. CB, TJ Peperomia campylotro- H datum (Desp.) Fryxell TJ H CB & Bates pa A.W.Hill Malvastrum bicuspida- Peperomia umbilicata H CB H CB tum, “malva” Ruiz & Pav., “espiga” H Sida linearis Cav. CB Ar Piper hispidum Sw. TJ Melastomataceae Rhamnaceae Ar Miconia sp.1, “pedorra” CB T Gouania sp. CB Ar Miconia sp. 2 CB Ranunculaceae Caltha palustris L., Ar Miconia sp. 3 CB H CB Meliaceae “tacuazín” Clematis sp., “barba de A Trichilia sp. CB T CB Viejo” Monimiaceae Rubiaceae Siparuna nicaraguensis A CB Hemsl. A Chioccoca sp. CB M Co%ea arabica L., “café” CB, TJ 58 Recursos Forestales en el Occidente de México

H Crusea A.Rich. CB A Urera sp, “quemadora” CB T Galium L. CB Valerianaceae Hintonia lati"ora H Valeriana sp. CB A CB Bullock Vitaceae Ho%mannia cuneatissi- Cissus rhomboidea Ar CB T TJ ma Robinson E.Mey A Psychotria sp. CB, TJ Cissus rhombifolia T TJ Randia aculeata L., Vahl. A CB, TJ “gateada” T Parthenocissus sp. CB Randia tetracantha Parthenocissus quin- A CB T CB (Cav.) DC., “crucecilla” quefolia (L.) Planch. Sapindaceae Verbenaceae Cupania dentata Moc. A TJ H Verbena sp. CB et Sessé ex DC Paullinia clavigera T CB Fauna Schltdl. Clase Mammalia (mamíferos) Scrophulariaceae Cervidae H Russelia sp. TJ Odocoileus virginianus “venado cola blanca” Simarubaceae Dasypodidae A Picrasma sp., “mesina” CB, TJ Dasypus novemcinctus “armadillo” Picramnia guerrerensis A CB, TJ Didelphidae W. Comas Didelphis virginiana “tlacuache” Solanaceae Mormoopidae M Cestrum sp., “zorrillo” CB Pteronotus davyi “murciélago” H Lycianthes sp. CB Phyllostomidae Sterculiaceae Anoura geo%royi “murciélago” Guazuma sp., “guazi- A CB Artibeus jamaicensis “murciélago” ma” Dermanura azteca “murciélago” Styracaceae Marmosa canescens “ratón tlacuache” Styrax argenteus C. A TJ Presl Micronycteris megalotis “murciélago” Tiliaceae Sturnira lilium “murciélago” Heliocarpus terebintha- Procyonidae Ar TJ ceus (DC.) Hochr. Bassariscus astutus “cacomixtle” A Triumpheta sp. CB Nasua narica “coati” A Triumpheta sp. M, CB Procyon lotor “mapache” Trichospermum insigne Sciuridae A CB (Baill.) Kosterm. Sciurus aureogaster “ardilla” Ulmaceae Soricidae Celtis monoica Hemsl., Megasorex gigax “musaraña” A CB “cabrel” Tayassuuidae Trema micrantha (L.) A TJ Pecari tajacu “jabalí” Blume Urticaceae A Phenax sp. CB Phenax mexicanus Ar TJ Wedd. A Pouzolzia sp. CB Urera baccifera Gau- A CB dich. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 59

Clase Aves Athene canicularia “tecolote” TJ Ardeidae Otus seductus “tecolote ojioscuro” Ame- TJ Egretta caerulea “garza azul” TJ nazada Caprimulgida Tinamidae Caprimulgus ridgwayi “tapacaminos” TJ Crypturellus cinnamomeus CB Nyctodromus albicollis “tapacamino” TJ Crochilidae Cathartidae Amazilia beryllina “colibrí” TJ Cathartes aura “buitre” CB Amazilia rutila “colibrí” TJ Coragyps atratus “zopilote carroñero” CB, TJ Amazilia violiceps “colibrí” TJ Cerylidae Archilochus alexandri “colibrí” TJ Ceryle sp. “Martín pescador” CB Archilochus colubris “colibrí” TJ Ceryle torquata “Martín pescador” CB Cynanthus latirostris “colibrí” TJ Columbidae Trogonidae Columba "avirostris “paloma morada” TJ Trogon mexicanus “trogón serrano” CB Columba livia “paloma domestica” CB, TJ Tyrannidae Corvidae Pitangus sulphuratus CB Corvus corax “cuervo grande” TJ Tityra sp. CB Cracidae Ortalis poliocephala “chachalaca pací"ca” Orden Testudines (Quelonios o Tortugas) TJ Endémica Bataguridae Penelopina nigra “pajuil” Amenazada CB Rhinoclemmys pulcherrima Importancia eco- Cuculidae nómica Crotophaga sulcirostris “garrapatero pijuy” TJ Rhinoclemmys rubida Rara Importancia eco- Geococcyx velox “correcaminos tropical” CB nómica Piaya cayana subsp. mexicana CB Fringillidae Kinosternidae Amnodramus savannarum “gorrión” TJ Kinosternon integrum Endémica, Impor- Cacicus melanicterus “cacique mexicano” CB tancia eco nómica Carduelis psaltria “jilguero” TJ Orden Anura Melospiza lincolnii “gorrión” TJ Bufonidae Passerina ciris “colorín sietecolores” TJ Bufo marinus Importancia eco- Passerina cyanea “colorín azul” TJ nómica Passerina leclancherii “colorín ventrido- TJ Bufo marmoreus Endémica rado” Passerina versicolor “colorín oscuro” TJ Bufo mazatlanensis Endémica Picidae Hylidae Campephilus guatemalensis “carpintero Hyla sartor Endémica grande, cabe cirrojo” Rara, Sujeta a protec- TJ Pachymedusa dacnicolor Endémica ción especial Dryocopus aF. lineatus “carpintero” CB Phrynoyas venulosa Endémica Ploceidae Triprion spatulatus Endémica Passer domesticus “gorrión doméstico” TJ Leptodactylidae Psittacidae Eleutherodactylus hobarts- Endémica Amazona !nschi “loro” Endémica, Amena- TJ mithi zada Eleutherodactylus modestus Endémica Amazona oratrix “loro” En Peligro TJ Aratinga canicularis “perico” CB, TJ Eleutherodactylus nitidus Endémica Aratinga holochlora “perico” Amenazada TJ Eleutherodactylus occidentalis Endémica Strigidae Leptodactylus melanonotus Endémica 60 Recursos Forestales en el Occidente de México

Microhylidae Suborden Serpentes Gastrophryne usta Baidae Hypopachus variolosus Boa constrictor Boa Importancia eco- Ranidae nómica Rana forreri Importancia eco- Colubridae nómica Dipsas gaigae Endémica, Rara Orden Squamata Dryadophis melanolomus Suborden Sauria Drymarchon corais Familia Anguidae Drymobius margaritiferus Gerrhonotus liocephalus Lampropeltis triangulum Corytophanidae Leptodeira maculata Endémica Basiliscus vittatus Leptophis diplotropis Endémica Gekkonidae Manolepis putnami Endémica Phylloda ctyluslanei Endémica Masticophis mentovarius Helodernatudae Oxybelis aeneus Heloderma horridum Mons- Pseudo!cimia frontalis Endémica truo de Gila Pseudolepto deirauribei Endémica Iguanidae Rhadinea hesperia Endémica Ctenosaura pectinata Iguana Endémica, Riesgo Salvadora mexicana Salvador Endémica negra de Extinción Senticolis triaspis Iguana iguana Iguana verde Importancia eco- nómica Sibon nebulata Phrynosomatidae Sibon philippi Endémica Sceloporus horridus Endémica Symphimus leucostomus Endémica Sceloporus melanorhinus Tantilla bocourti Endémica Sceloporus pyrocephalus Endémica &amnophis valida Endémica Sceloporus utiformis Endémica Trimorphodon biscatatus Urosaurus bicarinatus Endémica Elapidae Polychridae Micrurus distans Endémica, Impor- tancia económica Anolis nebulosus Endémica Viperidae Anolis schmidti Endémica Agkistrodom bilineatus Importancia eco- Scincidae nómica Eumeces parvulus Endémica Crotalus basiliscus Serpiente Endémica, Impor- Mabuya brachypoda de cascabel tancia económica Sphenomorphus assatus Teiidae Ameiva undulata Rara Cnemidophorus communis Endémica Cnemidophorus lineattissi- Endémica mus 61

1.4 Muérdagos y otras plantas parásitas en Jalisco y Colima, México. Diversidad y abundancia

Miguel de J. Cházaro-B. J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz-Castro, Gregorio Nieves- Hernández, Raúl Acevedo-Rosas, Ana G. Valenzuela-Zapata.

RESUMEN Se analizó la diversidad, abundancia y rareza de las plantas parásitas de Jalisco y Colima, México. El inventario de las especies de parásitas vasculares reportadas para Jalisco (109) implicó que Jalisco y Oaxaca (115) resulta- ron ser los estados más ricos en la escala nacional en su riqueza de !ora parásita, ambos más ricos que Chiapas (95) y que Veracruz (97), que en lo referente a muchas otras familias suelen ser superiores a Jalisco.

ABSTRACT Diversity, abundance and rarity of the parasitic !ora in the states of Jalisco and Colima, México were analyzed. A checklist of the vascular parasitic species for Jalisco (109 spp.) implied that Jalisco and Oaxaca (115 spp.) resul- ted the richest states in México in terms of their parasitic !ora, both richer than Chiapas (95 spp.) and Veracruz (97 spp.), states that in terms of other major families are usually superior to Jalisco.

as plantas parásitas se clasi"can en holo- fotosintéticas) y dependen totalmente del Lparásitas, hemiparásitas, parásitas obli- contenido del xilema y !oema del hospe- gadas y parásitas facultativas (Nickrent y dero. Todas las holoparásitas son parásitas Musselman, 2004). Las parásitas facultativas obligadas pero no todas las parásitas obli- contienen cloro"la (llevan a cabo fotosínte- gadas son holoparásitas. No obstante, esas sis) y pueden alcanzar la madurez en ausen- de"niciones implican categorías interme- cia del hospedero. Las parásitas obligadas dias entre las condiciones de hemi y holopa- requieren de un hospedero. Las hemiparási- rasitismo, tal es el caso del género Cuscuta tas contienen cloro"la en su estado maduro L. (Nickrent y Musselman, 2004). Además, y obtienen agua y nutrientes disueltos del existen las epiparásitas, especies parásitas xilema del hospedero a través de un órga- que crecen sobre otra parásita (Wiens y Cal- no succionador llamado haustorio (Visser, vin, 1987). El epiparasitismo en muérdagos 1981; Kuijt, 1969). Un haustorio es una raíz se divide en cuatro categorías: 1) autoparasi- modi"cada que forma un vínculo morfoló- tismo, cuando un individuo infesta otro de gico y "siológico entre el parásito y el hos- la misma especie; 2) epiparasitismo ocasio- pedero (Nickrent y Musselman, 2004). Las nal, típicamente se presenta en hospederos holoparásitas carecen de cloro"la (no son leñosos terrestres, pero puede, esporádica- 62 Recursos Forestales en el Occidente de México mente, infestar otra especie de muérdago; 3) frutales en general. En el medio urbano el epiparasitismo facultativo, cuando una es- concepto de parasitismo parece estar limi- pecie aún parasitando huéspedes terrestres, tado a los reinos animal y al de los hongos, puede comúnmente infestar otra especie de pues principalmente se identi"ca a la soli- muérdago, mostrando alguna co-adapta- taria (Taenia solium L.), las amibas (Enta- ción; y 4) epiparasitismo obligado, donde el moeba hystolitica), las lombrices intestinales muérdago es exclusivamente parásito en una (Ascaris lumbricoides) y a las micosis dermá- especie de muérdago en particular (Wiens y tica denominada pie de atleta. Así también, Barlow, 2002). los forestales desconocen que algunas espe- cies arbóreas, tales como Agonandra (Opi- Es importante también distinguir entre liaceae), Ximenia y Schoep!a (Olacaceae), parásito y patógeno; parásito signi"ca, li- son parásitas, principalmente porque lucen teralmente, al lado del alimento, del griego como si fuésen plantas autótrofas; sin em- para (al lado) y sitos (alimento). Por otra bargo, éstas parasitan a nivel de raíz y son parte, si una planta induce síntomas de en- por lo tanto hemiparásitas (Nickrent y Mus- fermedad en un hospedero, es un patógeno selman, 2004). y también es un parásito (Nickrent y Mus- selman, 2004). Existen dos tipos de plantas La importancia de las plantas parásitas parásitas según la parte que infestan, las de estriba no sólo en que son curiosidades bo- tallo (parte aérea) y las de raíz (parte sub- tánicas, sino que en muchos casos son agen- terránea). Las parásitas de tallo están pre- tes patógenos, causantes de enfermedades sentes en varias familias, éstas incluyen las a sus hospederos, sean nativos o exóticos de los muérdagos (Loranthaceae, Viscaceae, (Hawksworth, 1975), dado que obtienen Eremolepidaceae y Misodendraceae) y la parte o toda el agua, carbono y nutrientes, de las ligas (Cuscutaceae). Las parásitas de a través del tejido vascular de su hospede- raíz son más comunes y se encuentran en ro, causando impactos mayores, como: re- familias como y Scrophula- ducción en el crecimiento diamétrico y de riaceae. La gran mayoría de las plantas pará- altura de los árboles que parasitan, deforma- sitas son angiospermas, excepto por la gim- ción en la arquitectura de las ramas, pérdi- nosperma Austral Parasitaxus ustus (Vieill.) da de vitalidad, predisposición al ataque de de Laub (Podocarpaceae). insectos y decremento en la reproducción. En los casos más extremos se traduce en el En el medio rural es común encontrar exterminio del hospedero (Press y Phoenix, conceptos equívocos sobre la de"nición de 2005), reduciendo así la producción fores- parasitismo; por ejemplo, referirse a cual- tal, frutícola (cítricos, café, cacao, manzana, quier epí"ta, entre ellas orquídeas, brome- pera y durazno) y ornamental. Sin embargo, liáceas y líquenes, como plantas parásitas. algunas especies de este tipo de plantas son Incluso, en la percepción de los citricultores bené"cas y se usan tradicionalmente como del poblado de Martínez de la Torre, Vera- medicina, artesanía, o como forraje de ca- cruz, estos grupos de plantas pueden llegar a prinos y bovinos; además, ecológicamente marchitar las ramas de los cítricos y árboles Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 63 son una importante fuente de néctar para latus son usadas como forrajeras (Cházaro abejas y colibríes (Cházaro et al., 1992). y Oliva, 1988c). En Norteamérica, la parasi- tología forestal es una disciplina en ascenso, A escala mundial, el mayor daño causado lo cual se re!eja bien en México, donde cada por plantas parásitas es por especies de Ar- tres años se realizan congresos nacionales ceuthobium (muérdago enano). Este género de parasitología forestal, además de talleres continúa teniendo un serio impacto en los nacionales sobre el muérdago, organizados bosques de coníferas, problema que afecta a por la Dirección de Sanidad Vegetal, de la una enorme extensión del hemisferio norte SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambien- (Polhill y Wiens, 1998). En el oeste de los te y Recursos Naturales). Estados Unidos, la magnitud de las pérdidas económicas anuales causadas por el muér- La magnitud de la !ora parásita vascular dago enano ascienden a 11.3 millones de en el mundo es del orden de las 4,000 espe- metros cúbicos de madera (o 3 billones de cies (Press y Phoenix, 2005), de las cuales madera en tabla) (Drummond, 1982) y 3.8 3900 son parásitas haustoriales (Nickrent, millones de metros cúbicos de madera en el 2002) y cerca de 100 especies son parási- oeste de Canadá (Sterner y Davidson, 1982). tas micotró"cas. Por lo tanto, si la !ora del No hay información disponible de la pérdida mundo se estima en 422,000 especies (Go- de madera por muérdago enano en Latino- vaerts, 2001; Bramweell, 2002), la !ora pa- américa y Asia, pero sin duda supera varios rásita representa el 0.95% del total de las billones de dólares anualmente (Hawkswor- plantas con !ores. Este dato es inferior a lo th y Wiens, 1996). La teca (Tectona gran- reportado por Nickrent (2002) quien estima dis), principal árbol maderable de la India, que es de poco más del 1%; sin embargo, se encuentra ampliamente infectado por la no señala la estimación del total de especies angiosperma hemiparásita Dendrophtoe fal- vasculares del mundo que utilizó para reali- cata; este muérdago causa enormes daños y zar la extrapolación. hasta la muerte del árbol (Kallarackal et al., Actualmente, la investigación sobre !o- 2002). Cuscuta campestris no es especí"ca ra parásita vascular es muy vasta y dispersa. de algún hospedero en particular, ha sido Existen más de 5,700 artículos sobre muér- diseminada con semillas contaminadas de dagos (Viscaceae y Loranthaceae) de Nor- cultivos agrícolas y actualmente se encuen- teamérica (Geils et al., 2002), mientras que tra en la mayor parte del mundo como ma- a escala mundial, para las familias Loran- leza parásita (Nickrent y Musselman, 2004). thaceae, Viscaceae, Eremolepidaceae y Mi- Por otro lado, muchas especies de parásitas, sodendraceae se han reportado hasta 11,000 particularmente de la famillia Loranthaceae, referencias (Hawksworth com. pers. 1987). son usadas como medicina tradicional, por Entre las obras principales resaltan algunas ejemplo, las especies del género Struthan- sobre la biología de las plantas parásitas con thus y Psittacanthus se usan en forma de !ores (Kuijt, 1969; Sauerborn, 1991; Parker y té en el tratamiento de la presión arterial y Riches, 1993; Press y Graves, 1995; Nickrent, algunas de ellas como Psittacanthus calycu- 2002; Nickrent y Musselman, 2004) y otras 64 Recursos Forestales en el Occidente de México sobre la biología de los muérdagos (Calder y 1989, 1990a; Oliva y Ramón, 2004; Cháza- Bernhardt, 1983; Watson, 2001, 2004; Geils ro et al., 2005); en Aguascalientes (García, et al., 2002). 1998); en Tlaxcala (Acosta et al., 1993); y en Jalisco y Colima (Cházaro, 1990b, 1995; Cabe mencionar a Job Kuijt, con más de Huerta, 1991; Cházaro et al., 1992a, 1992b; 100 obras sobre especies parásitas, inclu- Lott, 1993; Cházaro y Acevedo, 1995; Negre- yendo siete monografías y contribuciones te, 1993; Patiño, 1994; Ruíz, 1995; Huerta y a las !oras del sureste de Estados Unidos Cházaro, 1997, 1998; González, 2000; Chá- (Kuijt, 1982), Ecuador (Kuijt, 1986), Costa zaro et al., 2002; Vázquez-García et al., 1995, Rica (Kuijt, 1964) y Panamá (Kuijt, 1978), 2004; Guerrero y López, 2004). ha sido el autor más prolí"co en el estudio de la !ora parásita (Kuijt, 1959, 1971,1975a, Al igual que el epi"tismo, esta forma de 1979, 1980, 1987a, 1987b, 1990, 1992). Las vida (parasitismo) se ha desarrollado en di- monografías geográ"cas sobre !ora parásita ferentes épocas geológicas y en diferentes incluyen: los muérdagos de África (Polhill y familias no relacionadas "logenéticamente Wiens, 1998), las plantas parásitas de Sudá- (origen poli"lético); sin embargo, es en el frica (Visser, 1981), las plantas parásitas de orden Santalales donde se reúnen la mayo- la península Ibérica e Islas Baleares (López- ría de las plantas parásitas con !ores (Nic- Sáez et al., 2002). Las monografías taxonó- krent, 2002). De acuerdo a la circunscrip- micas incluyen las familias Eremolepidaceae ción hecha por Heywood (1978), el orden (Kuijt, 1988a) y los géneros Phoradendron Santalales comprende las siguientes familias (Trelease, 1916; Kuijt, 2003), Dendrophtho- con elementos parasíticos: Santalaceae, Ola- ra (Kuijt, 1961), Ixocactus (Kuijt, 1967), caceae (incluida Opiliaceae), Loranthaceae Arceuthobium (Hawksworth y Wiens 1972, (incluidas Viscaceae y Eremolepidaceae), 1996), Cladocolea (Kuijt, 1975b), Oryctan- Misodendraceae, Cynomoriaceae y Bala- thus (Kuijt, 1976) y Tristerix (Kuijt, 1988b). nophoraceae. En tanto, el orden RaQesiales Además de las monografías mencionadas, sólo comprende dos familias: RaQesiaceae otras obras son relevantes para la !ora pa- (incluida Mitrastemonaceae) e Hydnoria- rásita de México (Trelease, 1926; Riba, 1963; ceae. Las familias Cynomoriaceae, Hyd- Calderón y Rzedowski, 1972; Hawksworth noraceae y Misodendraceae no ocurren en y Wiens 1975, 1977, 1980; Calderón, 1979, México. 2001; Rzedowski y Calderón, 1979, 1985; La literatura disponible denota la existen- Bello, 1984; Bello y Gutiérrez, 1985; Chá- cia de mayor información sobre parásitas del zaro y Oliva, 1991; Hernández, 1991; Her- orden Santalales pero sobre todo que todavía nández et al., 1992; Cházaro et al., 1993; no existe un catálogo completo de la !ora pa- Acosta y Cházaro, 1994; Flores y Cházaro, rásita de México. Lo anterior permitió tam- 1997; Hawksworth et al., 2002) y más re- bién identi"car huecos de información sobre cientemente trabajos en los estados de Ve- distribución geográ"ca, riqueza, endemismo, racruz (Oliva 1983, 1995; Cházaro y Oliva, estado de conservación de las especies, espe- 1987a, 1987b, 1988a, 1988b, 1988c; Cházaro, ci"cidad por hospedero, así como lagunas Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 65 de conocimiento en la teoría sobre variables La Huerta, Jalisco. Ocho años después, (Lott, ambientales importantes para la distribución 1993) cita nueve especies de Loranthaceae a gran escala de las especies y comunidades para la bahía de Chamela y recientemente de !ora parásita del país. (Lott, 2003) indica 10 especies de Loran- thaceae s.l. para Chamela-Cuixmala: Clado- Rzedowski y McVaugh (1966), sólo re- colea gracilis Kuijt, C. inconspicua (Benth.) portan tres especies de Loranthaceae para Kuijt, C. oligantha (Standl. & Steyerm.) Jalisco: Phoradendron commutatum Trel. Kuijt, Phoradendron quadrangulare, P. rob- (= P. quadrangulare (Kunth) Krug & Urb.), insonii Urb., Psittacanthus calyculatus (DC.) Struthanthus aF. grahamii (Benth.) Standl. G. Don, Struthanthus condensatus Kuijt, S. (= Cladocolea grahami (Benth.) Tiegh.) y S. densi"orus (Benth.) Standl., S. interruptus y interruptus (Kunth) Blume (= Struthanthus S. quercicola (Schldtl. & Cham.) Blume. Sin venetus (Kunth) Blume). La exploración embargo, se ha constatado que Cladocolea botánica y recolecta de material de herbario, gracilis, Struthanthus densi"orus y Struthan- posterior a 1966, ha enriquecido el cono- thus quercicola, no crecen en dicha región, cimiento sobre esta familia, como lo re!eja por lo que, sin duda, son errores de identi- la siguiente información: Vázquez-García "cación. Guerrero y López (1997) señalan et al. (1995) reportan 23 especies de Loran- 15 especies de Loranthaceae (s.l.) para la thaceae s.l. para la Sierra de Manantlán, en el Sierra de Quila, centro-sur de Jalisco: una sur de Jalisco, cuatro especies de Cladocolea, de Arceuthobium, dos de Cladocolea, una cuatro de Psittacanthus, dos de Struthanthus, de Psittacanthus, 10 de Phoradendron y una uno de Arceuthobium y 12 de Phoraden- de Struthanthus. Patiño (1994) reporta la dron. Cházaro (1995) reporta para Jalisco presencia de nueve especies de Lorantha- 32 especies de Loranthaceae s.l., cuatro de ceae (s.l.) para el Volcán de Tequila, Jalisco: Arceuthobium, ocho de Cladocolea, cuatro una de Cladocolea, siete de Phoradendron y de Psittacanthus, 14 de Phoradendron y dos una de Psittacanthus. Ruíz (1995) reporta la de Struthanthus. Machuca (1989) reporta presencia de 18 especies de Loranthaceae nueve especies de Loranthaceae s.l. para el (s.l.) para el Volcán del Fuego y el Nevado de Volcán Cerro Viejo, en el centro de Jalisco Colima: dos de Arceuthobium, dos de Clado- (Municipios de Tlajomulco y Jocotepec): colea, 11 de Phoradendron, una de Psittacan- una de Cladocolea, dos de Psittacanthus y thus y dos de Struthanthus. Huerta (1991) y seis de Phoradendron. Vázquez-García et al. Huerta y Cházaro (1997, 1998) documentan (2004) informan la presencia de 16 especies la presencia de 17 especies de Loranthaceae de Loranthaceae s.l. para la Sierra Huichola (s.l.) para la Sierra de Tapalpa, Jalisco, una o de Bolaños, en el norte de Jalisco: tres de especie de Arceuthobium, dos de Cladocolea, Arceuthobium, dos de Cladocolea, tres de 11 de Phoradendron, una de Psittacanthus y Psittacanthus y ocho de Phoradendron. Lott una de Struthanthus. Se in"ere, de los datos (1985) menciona cinco especies de Loran- anteriores, que la Sierra de Manantlán, en la thaceae s.l. para la Estación Cientí"ca de Sierra Madre del Sur, es la región de la en- Chamela, de la UNAM, en el Municipio de tidad donde, con 23 especies, se concentra 66 Recursos Forestales en el Occidente de México una mayor diversidad alfa de Loranthaceae. o perjuicio de las plantas parásitas de ambas Esto seguramente debido a la humedad que entidades. entra del Pací"co y el amplio intervalo alti- tudinal fomentan la alta diversidad beta y heterogeneidad ambiental. Por cuanto a Co- MATERIALES Y MÉTODOS lima se re"ere, Cházaro et al. (2002) señalan Revisión de especímenes de herbario: los la presencia de 14 especies de plantas parási- herbarios consultados fueron: CHAPA, tas, todas de Loranthaceae. ENCB, IBUG, IEB, MICH, MEXU, MO, Para los Estados circunvecinos se tiene XAL y WIS. Los registros de las colec- que García (1998) realiza un inventario de tas hechas en Jalisco y Colima sobre las las Loranthaceae de Aguascalientes, encuen- plantas parásitas obtenidos de estos her- tra que existen ocho especies: seis de Phora- barios, se sistematizaron en una base de dendron y dos de Psittacanthus. Vela (1998) datos relacional, en la cual se incluyeron reporta 14 especies de plantas parásitas vas- los siguientes campos: familia, nombre culares para Zacatecas, cifra que se estima cientí"co, nombre común, localidad, baja en relación a la super"cie de esta en- estado, municipio, altitud, latitud, lon- tidad, quizá, debido a una baja exploración gitud, fecha de colecta, observaciones, botánica en territorio zacatecano. hábitat, colector, número, determinador y herbario. Jalisco, por su ubicación geográ"ca, condiciones climáticas, geomorfológicas y La información de herbario se complemen- edafológicas posee una gran diversidad !o- tó con la existente en la literatura, prin- rística. Rzedowski (1991) estima que más de cipalmente de listados !orísticos, mo- 7,000 especies de plantas vasculares habitan nografías, otros trabajos taxonómicos y en los 81,000 km2 que comprende el territo- bases de datos disponibles en internet. rio jalisciense. Estas características geográ"- Trabajo de Campo: Los viajes de campo que cas han sido las propicias para que también se realizaron para hacer colectas botá- se desarrollen un número importante de nicas sobre este tipo de especies fueron plantas parásitas. En el presente trabajo se numerosos, realizados durante los últi- reportan 109 especies parásitas con !ores mos 18 años; más de 100 en Jalisco, cu- para Jalisco, lo que representa el 1.5% de las briendo la mayor parte de la entidad y especies fanerógamas estimadas. sólo 8 en Colima, principalmente en el El presente estudio se realizó ex-profeso Cerro Grande. Lo anterior ha permitido para el proyecto CONACYT-SIMORELOS la publicación de artículos sobre !ora pa- (96-06-002) denominado: Ordenamiento rásita del occidente de México (Cházaro ecológico y territorial de la !ora vascular, "- et al., 1992, 1993, 2002; Cházaro, 1995, co!ora y micobiota de los estados de Jalisco Cházaro y Acevedo, 1995; Huerta y Chá- y Colima. Esta contribución evalúa: la diver- zaro 1997, 1998). Los autores de las es- sidad vegetal, abundancia, intensidad de ex- pecies citadas en este trabajo se incluyen ploración, estado de conservación y utilidad en los cuadros 6 y 7, y su abreviación es Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 67

de acuerdo al International Plant Names tado, se identi"caron especies que deben de Index y al índice de autores (Brummitt y ser evaluadas y eventualmente propuestas Powell, 1992). para inclusión en la Norma O"cial Mexica- na (SEMARNAT, 2002). Para determinar la distribución a nivel municipal con base en el material deposita- do en IBUG, sólo se registró la presencia de PLANTAS ÚTILES Y DAÑINAS especies una sola vez en cada uno de los 124 Información sobre el uso o perjuicio de las municipios en que está dividido el Estado. especies parásitas, tanto empírica como la Se seleccionaron los ejemplares determina- compilada se mencionó con la "nalidad de dos a especie, de preferencia por un especia- resaltar su importancia. lista o investigador del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara, México. Lo anterior, se complementó con registros RESULTADOS de citas de publicaciones selectas en siste- mática de Loranthaceae. Diversidad Riqueza taxonómica: Para el estado de Jalis- ABUNDANCIA Y RAREZA co se contabilizaron 109 especies de plantas La !ora parásita se clasi"có en cinco de seis parásitas sensu lato, en 23 géneros y de 12 categorías de abundancia o rareza de acuer- familias. Las familias más ricas en especies do a su frecuencia expresada en términos de resultaron ser: Scrophulariaceae con cinco porcentaje de municipios en que la especie géneros y 30 especies, Viscaceae con dos gé- estuvo presente. Muy abundantes, Abun- neros y 28 especies, Loranthaceae con tres dantes, Raras, Muy Raras y Extremadamen- géneros y 17 especies, Cuscutaceae con un te Raras. No se encontraron especies extre- género y 10 especies, Krameriaceae con un madamente abundantes. género y siete especies, Orchidaceae con dos géneros y seis especies, Olacaceae con dos géneros y cuatro especies, Orobanchaceae INTENSIDAD DE LA EXPLORACIÓN con dos géneros y dos especies, RaQesia- La intensidad de exploración de la !ora pa- ceae con dos géneros y dos especies, y Len- rásita se estimó con base en el número de noaceae, Monotropaceae y Opiliaceae con especímenes de herbario reportado para un género y una especie cada una. El género cada municipio o existentes en los herbarios de mayor riqueza de especies es Phoraden- consultados a la fecha dron con 24 especies, seguido de Castille- ja con 14, Cuscuta con 10, Cladocolea con 10, Krameria con siete; Pedicularis con seis, ESTADO DE CONSERVACIÓN Psittacanthus y Seymeria con cinco especies Con base a la distribución geográ"ca cono- cada uno, Arceuthobium y Buchnera con cida de la especie y su frecuencia en el Es- cuatro especies; Corallorhiza, Hexalectris 68 Recursos Forestales en el Occidente de México y Ximenia con tres especies; Struthanthus Abundancia con dos especies; y Agalinis, Agonandra, Muy Abundantes: Psittacanthus calyculatus es Bdallophyton, Conopholis, Lennoa, Mono- la especie más frecuente (27%), seguida de tropa, Orobanche, Pylostyles y Schoep!a Phoradendron carneum (21%). con una especie. Para el estado de Colima se encontraron 26 especies de !ora parási- Abundantes: Phoradendron reichenbachia- ta, en 8 géneros de 5 familias. Las familias num, P. bolleanum, P. longifolium y Cla- más ricas de esta entidad son Viscaceae con docolea grahami con un 18%, Struthan- 13 especies, seguido de Loranthaceae (6) y thus interruptus (14%), Phoradendron Scrophulariaceae (5). El género más rico es brachystachyum (13%), Psittacanthus Phoradendron (13), seguido de (4) palmeri (12%) y Phoradendron robinsonii y Cladocolea (3). Los municipios de mayor (10%). riqueza fueron Minatitlán con 16 especies y Raras: Aquí se incluyeron Agonandra race- Comala con 10. mosa, Arceuthobium globosum, Cladoco- Riqueza en los municipios de Jalisco: Los lea microphylla, C. cupulata, C. inorna, municipios que agrupan mayor cantidad de C. oligantha, Phoradendron falcatum, especies resultaron ser: Tolimán con 16; Aut- P. forestierae, P. quadrangulare, P, te- lán de Navarro, Tapalpa y Zapotlán el Grande trapterum, P. velutinum, P. vernicosum y con 15 cada uno y Jocotepec con 14. Entre Psittacanthus rami"orus. los municipios que contaron con un núme- Muy raras: Entre éstas se encontraron, Ar- ro intermedio de especies incluyen: Atemajac ceuthobium abietis-religiosae, A. vagi- de Brizuela y Tlajomulco de Zúñiga con siete natum, Bdallophyton americanum, Cla- especies cada uno, Cabo Corrientes, Cuau- docolea loniceroides, Cuscuta corymbosa, titlán, Chiquilistlán, Huejuquilla, La Huerta, Monotropa hypopitys, Phoradendron cha- Mazamitla, San Martín de Bolaños, San Se- zaroi, P. falcifer, P. olivae, P. calvini, P. abie- bastián del Oeste y Tamazula de Gordiano tinum, P. jaliscense, P. kuijti, P. villosum, P. con seis especies. Los municipios en los que calyculatum, Psittacanthus macrantherus, se encuentró una sola especie son: Amacue- Pedicularis glabra, P. mexicana, P. tripin- ca, Amatitán, Arandas, Atotonilco el Alto, nata, P. angustifolia y Ximenia pubescens. Atoyac, Ayotitlán, Cihuatlán, Concepción de Extremadamente raras: En este grupo se in- Buenos Aires, Cuautla, Cuquío, Chimaltitán, cluyeron Pedicularis gordoni, Castilleja El Limón, El Salto de Juanacatlán, Encar- albobarbata, C. mcvaughii, Lennoa ma- nación de Díaz, Guachinango, Juanacatlán, dreporoides, Arceuthobium durangense, Juchitlán, La Barca, Magdalena, Ocotlán, Cladocolea gracilis y Phoradendron schu- Quitupan, Sayula, Tepatitlán de Morelos, Tla- mannii, P. nudum con una frecuencia de quepaque, Valle de Guadalupe, Villa Corona, (1. 61%), así como Phoradendron doli- Villa Hidalgo y Villa Puri"cación. chocarpum, P. rhipsalinum, Cladocolea pringlei, Struthanthus palmeri, Conopho- lis alpina, Orobanche ludoviciana, Pho- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 69

radendron piperoides, Pilostyles thurberi, Quitupan, Tepatitlán de Morelos, Tlaquepa- cuya frecuencia fue del (1%). que, Valle de Guadalupe, Villa Corona, Vi- lla Hidalgo, Villa Puri"cación, Yahualica de González Gallo y Zapotiltic. Índice de exploración De las 970 colectas que se tienen capturadas, 958 tienen identi"cado el municipio al que Estado de conservación de las especies corresponden. De éstos, el 73% de los mu- La sierra Huichola y el volcán de Tequila son nicipios en Jalisco (90 municipios de los 124 las áreas donde más proliferan los muérda- que existen en el Estado) tienen registros de gos (en cantidad de especies), lo que indica por lo menos una planta parásita. El índice un largo historial de perturbación sobre el de exploración por municipio de plantas ecosistema boscoso, en términos de estrés parásitas fue muy variable. Los municipios hídrico, frecuencia de incendios, incidencia con mayor cantidad de colectas fueron Te- de plagas y enfermedades, senescencia y de- quila, con 109 registros, Zapotlán el Grande bilidad de árboles, así como fragmentación con 71 y Tapalpa con 61, Autlán de Navarro del bosque. y Tolimán cada uno con 45. Los municipios con una cantidad intermedia de registros in- Especies endémicas: cluyen: Zapopan (27), Talpa de Allende (25), Tecolotlán (23), Tlajomulco de Zúñiga (21), El endemismo de la !ora parásita de Jalisco San Gabriel (20) y Tonila (20). La mayoría y Colima fue del 8%, las especies endémicas de los municipios poseé pocas colectas, ta- resultaron ser nueve: les como Ameca y Bolaños, con seis regis- 1. Phoradendron olivae, es conocida sólo del tros cada uno; Ixtlahuacán del Río, Jilotlán Cerro Grande, municipio de Minatitlán, de los Dolores, La Manzanilla, Tenamaxtlán, Colima, crece parasitando los árboles Teocuitatlán de Corona y Tonalá con cinco; de Cupressus lusitanica Miller (cipreses) Atengo, Ayotlán, Etzatlán, Mixtlán y Vi- (Wiens y Hawksworth, 2002). Esta espe- lla Guerrero con cuatro; Acatlán de Juárez, cie puede ser confundida con P. minu- Amatitán, Ayutla, Casimiro Castillo, Cha- tifolium Urban, incluso el propio Kuijt pala, El Grullo, Gómez Farías, Magdalena (2003) en su monografía del género Pho- y Manuel M. Diéguez con tres; Ahualulco, radendron, incurre en dicho error aun Atenguillo, Cuautla, Cuquío, Huejucar, Ixt- cuando ya Vázquez et al. (1995) la citan lahuacán de los Membrillos, Juanacatlán, La como Phoradendron olivae Wiens, ined. Barca, Puerto Vallarta, Sayula y Tomatlán 2. Phoradendron calvini, es una epipará- con dos registros. Los municipios que cuen- sita confundida fácilmente con Pho- tan con una sola colecta fueron: Amacueca, radendron calyculatum, también epi- Arandas, Atotonilco, Atoyac, Ayotlán, Ci- parásita, hasta ahora conocida sólo de huatlán, Concepción de Buenos Aires, Chi- cerca de Campo 1, Cerro Grande, Mu- maltitán, El Limón, El Salto, Encarnación nicipio de Minantitlán, Colima (Wiens y de Díaz, Guachinango, Juchitlán, Ocotlán, Hakwsworth, 2002). 70 Recursos Forestales en el Occidente de México

3. Phoradendron chazaroi, es epiparásita en las Revillagigedo, que políticamente per- Cladocolea grahami, la que a su vez pa- tenece al estado de Colima, es una hierba rasita encinos (Quercus spp.), descrita anual que crece a 980 m snm en el volcán de ejemplares colectados en la Sierra de Everman, 4 de abr. 1981, R. Moran 29505 Quila, también reportada del volcán de (Levin y Moran, 1989). Tequila y del volcán Nevado de Colima, 8. Castilleja mcvaughii, arbusto de 1. 5-2 m Jalisco (Wiens y Hawksworth, 2002). de altura, con !ores rojas y amarillas, cre- Kuijt (2003) erróneamente re"ere estos ce en abundancia a un kilómetro al este especímenes bajo el nombre de Pho- y al oeste en el Cerro Las Capillas, Sierra radendron dipterum; sin embargo, de de Manantlán, Jalisco, en el sotobosque acuerdo a Oliva (1995) esta especie es de Abies religiosa, a 2700-2800 m snm, R. epiparásita de Phoradendron falcatum y McVaugh 23124 (holótipo, MICH) (Váz- P. piperoides. quez-García et al. 1995; Iltis et al., 2003). 4. Phoradendron jaliscense, es conocido has- 9. Castilleja albobarbata, herbácea conocida ta la fecha, sólo de la brecha de El Tuito sólo del Cerro Las Capillas, en la Sierra de a la mina de Cuale, Jalisco, entre los 650- Manantlán, y de la Sierra de Cacoma, Ja- 1150 m snm, 19 feb. 1975, en Quercus. R. lisco. (Iltis et al., 2003). McVaugh 26427, MICH. (Kuijt, 2003). 5. Phoradendron kuijti Cházaro & A. Váz- Especies escasas en el occidente de México: quez, sp. nov. ined., crece en el Nevado de Colima, entre los 2500 y los 3500 m Las especies restringidas a uno o dos muni- snm, en el bosque de Pinus-Quercus y el cipios, sin ser endémicas, fueron ocho: bosque de Abies religiosa, parasitando a 1. Phoradendron dolichocarpum es un Alnus jorullensis, suele confundirse con taxón muy raro, sólo se conoce de dos P. forestierae, que crece en Forestiera, localidades: a) de las cercanías a la presa Prunus y Amelanchier. De hecho Kuijt del In"ernillo de Arteaga, Michoacán, su (2003) sugiere que se trata de una especie localidad tipo y b) del municipio de Jilot- diferente e inédita. lán de Los Dolores cerca de la presa de 6. Pedicularis gordoni, es conocida sólo de la Tepalcatepec. colecta tipo y la localidad tipo: cerca de 2. Phoradendron rhipsalinum, es un muér- Berberia, por el camino viejo a Bolaños, dago de la región del Bajío, en Salva- en el Municipio de Bolaños (McVaugh y tierra, (la localidad tipo) y Acámbaro, Koptur, 1978); aunque después de realizar Guanajuato, Zamora, Michoacán, y en varias búsquedas no se ha logrado encon- Jalisco sólo penetra en Ayotlán, crece en trarla, ni tampoco se ha podido relocalizar los ahuehuetes (Taxodium mucronatum) el camino viejo a Bolaños ni el de Berberia. que forman los bosques de galería (Cal- 7. Castilleja socorrensis, “garañona”, es endé- derón y Rzedowski, 1972). mica a la isla Socorro, en el archipiélago de Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 71

3. Cladocolea cupulata es un muérdago que bido, lo que hace pensar que es más fre- parasita a los pinos, conocida sólo del sur cuente de lo que pueden indicar sólo las y occidente de Jalisco (de la Sierra de Qui- tres colectas realizadas. la, y desde Ayutla hasta San Sebastián del 8. Lennoa madreporoides (=Lennoa caeru- Oeste) y de Revolcaderos, Durango, en el lea), “!or de tierra”, parasita las raíces de límite con Sinaloa en la Sierra Madre Oc- hierbas de Compuestas y Gramíneas, se cidental. distribuye desde la duna costera hasta 4. Cladocolea pringlei, en Jalisco sólo se ha los alrededores de Guadalajara (1550 m encontrado en Tapalpa. snm). Es más común y frecuente que lo indicado por los registros de herbario, 5. Struthanthus palmeri, es un muérdago pero por ser efímera pasa fácilmente des- del norte de Sinaloa y sur de Sonora; sin apercibida; Rzedowski y Calderón (1985) embargo, fue reportado por Kuijt (1975) reportan esta planta como comestible. para el volcán de Colima, en Tonila, Jalis- co (Jones 10, US). Aunque no se ha tenido oportunidad de examinar el espécimen Especies comunes en el occidente de México: de M. E. Jones, se sospecha que se trata 1. Conopholis alpina parasita las raíces de de un error de identi"cación de Kuijt, no los encinos (Quercus spp.), se distribuye se reporta por Ruíz (1995), ni se ha po- en todo el estado de Jalisco donde se en- dido encontrar a pesar de haber realiza- cuentre su hospedero, es decir, por toda do trabajo de campo en la zona. Por otra la zona montañosa en el bosque mixto parte, Tonila tiene un clima más húme- de pino-encino, aún cuando las colectas do y vegetación (de encinos) diferentes no re!ejen esta situación, ya que es una al norte de Sinaloa y sur de Sonora, que hierba efímera y poco conspicua. presentan bosque tropical caducifolio, nada propicio para el establecimiento de 2. Psittacanthus calyculatus es el muérdago S. palmeri. de mayor cobertura geográ"ca en el país y en Jalisco también; es encontrado prác- 6. Orobanche dugesii (=O. ludoviciana) se ticamente en toda la entidad, entre los 0 conoce de dos localidades, de Cerro Vie- y los 2200 m snm y en más de 30 hospe- jo, municipio de Jocotepec, parasitando deros arbóreos diferentes. raíces de una Compositae y la segunda del Cerro Gordo, San Ignacio, municipio 3. Struthanthus interruptus (= S. venetus), es de Tepatitlán (Cházaro y Acevedo, 1995). un muérdago bejucoso, común en dife- rentes hospederos en la porción sur de la 7. Pilostyles thurberi parasita los tallos de entidad y adventicio en la zona metropo- Dalea y Calliandra, se conoce de los mu- litana de Guadalajara, donde se está con- nicipios de Lagos de Moreno, Tala y de virtiendo en una amenaza para el arbo- Tapalpa (Cházaro y Acevedo, 1995). Por lado ornamental urbano (Vázquez et al., su reducido tamaño y apariencia de un 1996; Guerrero y López, 2004; Ruvalcava insecto escama, es fácilmente desaperci- et al., 2003). Esta especie es de amplia 72 Recursos Forestales en el Occidente de México

distribución en el occidente de México, infusiones (tés) que mejoran la digestión y desde Nayarit hasta el Istmo de Tehuan- porque se les atribuyen propiedades afro- tepec en Oaxaca. disíacas. Por otro lado, las plantas parásitas son indicadoras del grado de perturbación de los bosques, ya que su proliferación se ve Plantas útiles o dañinas favorecida por este fenómeno; y por contra- Las plantas parásitas tienen una importan- posición pueden hablarnos de la calidad o cia ecológica y biológica relevante, y poseen salud de los mismos (Cházaro et al., 1992). aspectos útiles para la humanidad; sin em- En particular, los muérdagos enanos (Ar- bargo, los aspectos dañinos sobrepasan a los ceuthobium abietis-religiosae, A. vaginatum primeros. Entre los aspectos bené"cos está y A. globosum) tienen gran relevancia eco- la utilización para elaboración de artesanías; nómica por su impacto en la disminución a partir de las ramas de Psittacanthus spp., del crecimiento (incremento en volumen) las llamadas !ores de madera, se elaboran y calidad de la madera de los pinos (Pinus garzas en Veracruz y Nayarit (Martínez, spp.) y oyameles (Abies spp.), en la sierra 1959). En el altiplano mexicano, las ramas Huichola y en los volcanes de Colima. Por de Arceuthobium spp., Phoradendron spp. ejemplo, Arceuthobium durangense se ha ob- y Psittacanthus spp. son cortadas, por los servado creciendo abundantemente sobre vaqueros y los pastores durante la época de Pinus douglasiana cuyas poblaciones en la estiaje, para utilizarlas como forraje para ga- Sierra de Quila se han visto seriamente afec- nado caprino y bovino. El venado cola blan- tadas (Guerrero y López, 1997). Además, A. ca (Odoicoleus virginianus), ramonea las ra- durangense ha aumentado alarmantemente mas de los muérdagos (Phoradendron spp.) en cantidad en las montañas de Mascota y en los bosques de encino de la Reserva de la San Sebastián del Oeste, parasitando a los Biosfera de La Michilia, en Durango, sien- pinos (Pinus spp.), donde, aunque de arribo do una de sus principales fuente de alimen- reciente, se ha convertido en un serio pro- to (Gallina et al., 1978). Psittacanthus spp. blema "tosanitario. (particularmente P. calyculatus) es fuente de néctar para los colibríes, en tanto que Cla- docolea y Struthanthus son fuentes de néctar DISCUSIÓN para las abejas domésticas. En la región de Xalapa, Veracruz, las ramas de Struthanthus Diversidad quercicola tienen uso medicinal empírico, es decir se preparan en infusión para con- Riqueza de grupos taxonómicos: La diversi- trolar la presión arterial (Cházaro y Oliva, dad de Loranthaceae s.l. (Loranthaceae 1988c). Varias especies de Castilleja (princi- y Viscaceae s.s.) en Jalisco queda pa- palmente C. arvensis y C. tenui"ora), se ven- tente si se compara con Argentina que den en los mercados y expendios de hierbas cuenta con una extensión super"cial de medicinales de Guadalajara, Jalisco, bajo el 2,700,000 km² y sólo presenta 23 espe- nombre vulgar de “garañona”, para preparar cies (Abbiatti, 1946), o con Europa don- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 73

de sólo crecen cuatro especies (Polunin, sos altitudinales de vegetación (Vázquez 1974). Jalisco, al igual que Oaxaca, cuen- y Givnish, 1998). ta con 47 especies, y ambos están en el tercer lugar nacional después de Chiapas Abundancia (55), y Veracruz (48) (Cuadro 8). Existen especies de plantas parásitas que Riqueza en municipios de Jalisco: Un gran no presentan preferencia por ningún hos- número de especies de plantas parásitas pedero, como es el caso de Psittacanthus se desarrollan principalmente sobre pi- calyculatus, lo que se re!eja en la cantidad nos y encinos, es decir en zonas boscosas de municipios en donde aparece esta especie templadas, por lo tanto la mayor riqueza (26.61%) por todo el estado de Jalisco, con de plantas parásitas en Jalisco se da en: 53 registros, siendo el municipio de Gua- Sierra de Tapalpa, Sierra de Quila, Sierra dalajara del que se tienen más colectas (5). de la Primavera, Sierra de Cacoma, Sie- Para esta especie los hospederos más repre- rra de Manantlán (Vázquez-García et al., sentativos son: encinos (Quercus spp.), mez- 1995), Sierra de Bolaños (Vázquez-Gar- quites (Prosopis laevigata (Humb. & Bonpl. cía et al., 2004), Sierra del Halo, Nevado ex Willd.) M.C. Johnst.), huizaches (Acacia de Colima, Cerro Grande y volcán Cerro spp.), guamúchiles (Phitecellobium dulce Viejo, entre otras. Por ejemplo, Tolimán, (Roxb.) Benth), entre aproximadamente es uno de los municipios (al cual perte- otras veinte especies más (Huerta y Cházaro, nece el Cerro Grande, que comparte con 1998). Otra de las especies que tiene impor- Minatitlán y Comala, ambos municipios tancia por su abundancia es Phoradendron de Colima) que cuenta con grandes carneum, el cual se encuentra en el 20.97% áreas boscosas (desde el bosque tropical de los municipios, con 71 registros; el muni- caducifolio hasta el bosque de coníferas cipio en donde más abunda es Guadalajara, con pinos, cipreses y oyameles), presen- con 13 colectas. Este muérdago tiene prefe- ta 16 especies de plantas parásitas, (el rencia por los árboles de “ozote” (Ipomoea mayor número de especies encontradas intrapilosa Rose e I. murucoides Roem. & para un municipio) (Vázquez-García et Schul.).Dentro de las especies escasas, que al., 1995). se restringen a uno o dos municipios del Riqueza en municipios de Colima: El muni- estado de Jalisco, se tienen: Phoradendron cipio de Minatitlán, con 16 especies, es dolichocarpum en Jilotlán de los Dolores el que mayor riqueza presenta en la en- y Tamazula, Cladocolea pringlei en Tapal- tidad. Esto es explicable si tomamos en pa, Phoradendron rhipsalinum en Ayotlán, cuenta, por un lado, que es el más explo- Struthanthus palmeri en Tonila, Conopholis rado de Colima, siendo Cerro Grande alpina en Mezquitic, Orobanche dugesi en parte de la reserva de la Biosfera de la Jocotepec; así como Phoradendron olivae y Sierra de Manantlán (Vázquez-García et P. calvinii, en Minantitlán, Colima (Wiens y al., 1995) y por otra, que tiene un amplio Hawksworth, 2002). La epiparásita Phora- rango altitudinal que permiten varios pi- dendron chazaroi se conoce de la Sierra de 74 Recursos Forestales en el Occidente de México

Quila (municipios Tecolotlán y San Martín Estado de conservación Hidalgo), Volcán de Tequila (municipio de Los datos generados son muy preliminares y Tequila) y el Nevado de Colima (municipio sólo permitieron seleccionar aquellas espe- de Tonila) (Wiens y Hawksworth, 2002). cies que por ser escasas en sus distribución geográ"ca en el occidente de México, deben Índice de exploración ser eventualmente evaluadas mediante los criterios de MER o IUCN para su posible El volcán Tequila presentó un importante inclusión el la Norma O"cial Mexicana (SE- esfuerzo de colecta (109), por ser una zona MARNAT, 2002). boscosa con un amplio intervalo altitudinal, cercana a la zona metropolitana de Guada- lajara y por ende muy visitada por botáni- Especies útiles y dañinas cos locales y foráneos. Otra de las áreas bas- Los muérdagos tienen un valor ecológico, tante exploradas al respecto es Zapotlán el son indicadores de la salud del bosque, a Grande, con 71 registros, ya que en ella se mayor perturbación responden proliferan- encuentran ubicados el Nevado de Colima do, en tanto que en los bosques primarios o y el Volcán de Fuego, ambos bastante visita- prístinos sus poblaciones son bajas o nulas dos tanto por investigadores como por a"- (Cházaro et al., 1992). cionados al campismo. Otra área de la que también se tiene un importante número de registros es la Sierra de Tapalpa, región con AGRADECIMIENTOS una gran importancia, riqueza y diversidad A los encargados de los herbarios CHAPA, !orística. M. Huerta M., M. Cházaro B., M. ENCB, IBUG, IEB, MEXU, MICH, MO, Negrete A. y R. Acevedo R. realizaron nu- XAL y WIS por facilitarnos la consulta de merosos viajes de colecta a esta región du- especímenes. Al Departamento de Geogra- rante 1990, 1991 (Huerta, 1991; Huerta y fía y Ordenación Territorial del Centro Uni- Cházaro, 1997, 1998). Se destaca la falta de versitario de Ciencias Sociales y Humanida- colectas o registros en 32 municipios jalis- des, de la Universidad de Guadalajara por cienses. Esta información permitirá orientar su constante apoyo académico y "nanciero. futuras exploraciones para complementar el A Ceodore S. Cochrane, por proveer foto- conocimiento de la !ora parásita. Colima copias de todos los exsiccata del estado de esta pobremente explorado en sus nueve Jalisco, depositados en el herbario (WIS) del municipios, excepto Minantitlán y Comala, Departamento de Botánica, Universidad de esto es en parte, consecuencia de la falta de Wisconsin-Madison, E.U.A. Al Dr. Hugh H. botánicos locales en la entidad, ya que la ex- Iltis de la misma institución, por sus apoyos ploración en Cerro Grande (Minantitlán) y académicos y económicos en años pasados. el volcán del Fuego (Comala) ha sido reali- A Raúl Acevedo Rosas, Elba Lomelí Mijes, zada por los investigadores de la Universi- Martín Huerta Martínez, Rosa Ma. Patiño dad de Guadalajara. Beltrán, Agustín Flores Macías, José Anto- nio Machuca Núñez, Marisela Hernández Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 75 y José Martín Negrete Aguayo, quienes han Calder, D. M. and P. Bernhardt. 1983. &e Biology of colaborado entusiastamente en el proyecto Mistletoes. Academic Press, New York. 348 pp. de las plantas parásitas de Jalisco y Colima. Calderón de R., G. 1979. Loranthaceae. En: J. Rzedows- ki y G. C. de Rzedowski (eds.). Flora fanerogámica Al Dr. Javier Farias Larios de la Facultad de del valle de México. Ed. CECSA, México, D. F. Pp. 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Krameria erecta Willd. ex Schult., SM-EN: San Cris- Loranthaceae tóbal de la Barranca, 1200 m s.n.m., 14 ago 1984, Cladocolea cupulata Kuijt, injerto, SM-EN: San Mar- bosque tropical caducifolio, R. Hernández-M. tín Hidalgo, cerca del Tezcalame, brecha entre y F. J. Santana M. 9593, det. R. McVaugh 1994 Ameca y Quila, 1600 m s.n.m., 06 may. 1988, bos- (MEXU). que Pinus y Quercus, M. Cházaro B. et al. 5458, Krameria interior Rose & Painter, A: Colotlán, Ran- det. M. Cházaro B. (IBUG, IEB); SM-SMS: Masco- cho Los Aguajes, 10 km al S de Colotlán, carre- ta, Laguna de Juanacatlán, 1800 m s.n.m., 14 jun. tera Tlatenango-Colotlán, 2000 m s.n.m., 14 ago. 1974, bosque Pinus y Quercus, C. L. Díaz Luna 1989, bosque tropical caducifolio, con Ipomoea, 5155, det. Job Kuijt (GUADA, ENCB). Eysenhardtia, Bursera y Acacia, en suelo arcilloso Cladocolea gracilis Kuijt, injerto, DB: Jilotlán de los negro, poco frecuente, A. Flores-M. 1658, det. C. Dolores, 3 km brecha de Tepalcatepec Michoacán Ramírez-S. a Jilotlán de los Dolores, a 1 km de la presa Tepal- Krameria ixine Loe!., CP: La Huerta, 1 km al SE de la catepec, bosque tropical caducifolio, 400 m s.n.m., Estación de Biología Chamela, carretera Barra de 27 jul. 1988, M. Cházaro B. y A. Flores M. 5614, Navidad-Puerto Vallarta, 27 oct 1981, en bosque det. M. Cházaro B. (IBUG, IEB, XAL). tropical caducifolio, con Bursera, Agave, Caesal- Cladocolea grahamii (Benth.) Tiegh., SM-EN: Tapal- pinia, Aeschynomene, Mimosa y Cyrtocarpa, 50 m pa, junto a cultivos, Los Pocitos, 2600 m s.n.m., s.n.m., arbustiva, E. J. Lott y J. A. Solís-M. 601, det. 13 jun. 1999, bosque de pino, poco común, E. M. B. B. Simpson 1987 (ENCB). Barba 475, det. E. M. Barba (IBUG); SM-EN: Za- Krameria pauci"ora Moc. & Sessé ex DC., A: Totati- potlán el Grande, Nevado de Colima, brecha que che, en bosque tropical caducifolio, 1800 m s.n.m., va del Fresnito al refugio de Las Joyas, 2000 m 16 ago. 1983, R. Hernández-M. y F. J. Santana-M. s.n.m., 03 jul. 1989, bosque Pinus y Quercus, M. 9399, det. R. McVaugh (1994) (IBUG, MEXU). Cházaro B. et al. 6008 (IBUG, IEB, WIS, XAL); Krameria prostrata Brandegee, SM-SMS: Autlán de SM-SMS: Autlán de Navarro, Cerro Alto Las Ye- Navarro, one mile S of Autlán, 21 ago 1949, dry, guas, 4-5 km distancia aérea al NE de la Estación over-grazed, cactus-covered slopes, common, R. Cientí"ca, Las Joyas (El Zarzamoro), 19°37’’ N, L. y C. R. Wilbur 2467 (IBUG); SM-EN: Guadala- 104°14’ W, 27 dic. 1984, 2100 m s.n.m., bosque jara, al E del camino a la hidroeléctrica de Huen- Pinus y Quercus, E. J. Judziewicz y T. S. Cochrane titán, 1390 m s.n.m., 02 ago 1977, bosque tropi- 5028 (WIS). cal caducifolio, con Ipomoea intrapilosa, Bursera, Cladocolea inconspicua (Benth.) Kuijt, “mal ojo”, Bombax y Karwinskia humboldtiana, S. Carvajal SMO: Bolaños, Casa Vieja-La Playita, Bolaños, et al. 289, det. R. Guzmán-M. (IBUG). 10 abr. 2004, 1000 m s.n.m, bosque tropical ca- Krameria secundi"ora Moc. & Sessé ex DC., SM- ducifolio, con Ipomoea murucoides, Coursetia sp., SMS: Autlán de Navarro, Sierra de Manantlán, 18 parásita. J. A. Vázquez-García et al.7823, det. J. A. ago. 1949, dry, over-grazed, cactus covered slo- Vázquez-García (IBUG). pes, R. L. y C. R. Wilbur 2408, det. B. B. Simpson Cladocolea inorna (B.L. Rob. & Greenm.) Kuijt, SM- (1988), con"rmó R. McVaugh (1994) (MEXU); EN: Magdalena, Plan de Barrancas, carretera Te- SM-EN: Guadalajara, barranca del río Santiago, quila a Tepic, 900 m s.n.m., 09 may. 1987, bosque 15 km N of Guadalajara, 08 ago. 1965, bosque tropical caducifolio, M. Cházaro B. y P. Hernán- tropical subcaducifolio, L. E. Detling 9595, det. B. dez 4736 (IBUG, IEB, XAL, WIS); SMO: Bolaños, B. Simpson 1987 (ENCB). Rancho El Gallinero, 15 km al NE de Bolaños, 1500 m, 15 jun. 1990, A. Flores M. et al. 1827, det. Lennoaceae A. Flores M. (IEB); SM-SMS: Tuxcacuesco, 13-14 Lennoa madreporoides Lex. , CP: La Huerta, Playa km al NW de Tolimán, 1 km al N de Tuxcacues- Tenacatita, 23 ago. 1975, vegetación subacuática, co, 19°42’36’’N 103°59’18’’W, 03 nov. 1990, 800 m R. Guzmán M. 200, det. J. Rzedowski (IBUG); s.n.m., matorral xeró"lo, L. Guzmán H. et al. 872, A: Paso de La Troje, near km 36 of Ojuelos to det. R. Cuevas y G. Junco (1990) (IEB, MEXU, Aguascalientes, near Cerro La Campana, 2100 MICH, WIS, XAL, ZEA); CP: Tomatlán, alrede- m s.n.m., 09 ago. 1958, scattered on south-facing dores del estero “El Ermitaño”, 24 sep. 1994, 0-5 m hills among rocky slope in Bouteloua grassland, R. s.n.m., bosque de galería, R. Acevedo R. y C. Reyes McVaugh 16828 (ENCB); SM-EN: Las Juntas, Jua- H. 1502a, det. M. Cházaro B. (WIS, XAL). nacatlán, 1500 m s.n.m., L. M. Villareal de Puga Cladocolea loniceroides (Tiegh.) Kuijt, “injerto de s.n. (ENCB); Guadalajara, Dr. Blas P. Reko s.n., gato”, SM-SMS: Autlán: 4 km S of Ahuacapán on det. G. Yatskievich (1982). road to Corralitos, Sierra de Manantlán, 19°39’’ N, 104°20’’ W, 1400 m s.n.m. 11 mar. 1987, in Quer- 82 Recursos Forestales en el Occidente de México

cus forest with Pinus, transition zone with Quercus 1990, 2200 m.s.n.m., A. Flores M. 2144 (WIS). and Heliocarpus, H. H. Iltis et al. 2944 7, det. M. Psittacanthus rami"orus (DC.) G. Don, “mal ojo” o Cházaro B. (WIS). “injerto”, SM-SMS: Cabo Corrientes, camino El Cladocolea mcvaughii Kuijt, SM-SMS: Tecalitlán: Tuito-Minas de Zimapán, Sierra de Cuale, 1200 m Sierra del Halo, near lumber mill road leading s.n.m., 12 jul. 1987, L. M. González V. y J. A. Pérez to San Isidro, 2-5 miles from Colima highway, 7 de la Rosa 3114 (IBUG). miles SSW of Tecalitlán, R. McVaugh 15008, det. Psittacanthus schiedeanus (Schltdl. & Cham.) Blume, J. Kuijt (MICH). SM-SMS: Autlán, Sierra de Manantlán, D. De Níz, Cladocolea microphylla (Kunth) Kuijt, SM-EN: Za- F. J. Santana M. y G. Jiménez 269. (WIS, ZEA); CP:, potlán el Grande, base of Nevado de Colima, 16 Casimiro Castillo, H. H. Iltis et al. 30987 (ZEA). may. 1893 C. G. Pringle 4369, det. M. Ortíz O. Struthanthus condensatus Kuijt, “injerto” o “mal ojo”, (MEXU, MO). SM-EN: Zapotitlán de Vadillo, 2 km después de Cladocolea oligantha (Standl. & Steyerm.) Kuijt, CP: El Fresnito, rumbo al parque nacional Nevado La Huerta, Vieja casa de visitantes, Estación Bioló- de Colima, 1600 m s.n.m., 19 oct. 1988, bosque gica de Chamela. 20-50 m s.n.m., 29 jun. 1982, E. Pinus-Quercus, M. Cházaro B. et al. 5730, det. M. J. Lott 1106, det. Job Kuijt (1983) (ENCB, MEXU); Cházaro B. (IBUG, WIS, XAL); CP:: La Huerta, SM-EN: Jocotepec, Sierra Las Vigas, subiendo por trayecto entre El Higueral y Juan Gil Preciado, 16 San Juan Cosalá, 16 dic. 1990, M. Cházaro B. y J. ago. 1991, 200 m s.n.m, bosque tropical subcadu- A. Machuca N. 6482 (WIS, XAL). cifolio, A. Flores M. y P. Ramos G. 2936, det. A. Cladocolea pringlei Kuijt, SM-EN: Tapalpa, Juanacat- Flores M. (1991) (WIS). lán, 2700 m s.n.m., 03 nov 1976, bosque pino-en- Struthanthus interruptus (Kunth) Blume (= S. venetus cino, C. L. Díaz Luna 6424, det. Job Kuijt (GUA- (Kunth) Blume), “mal ojo”, CP: La Huerta, Playa DA). El Tecuán, a 12 km de la carr. Barra de Navidad- Psittacanthus calyculatus (DC.) G. Don, SM-SMS: Puerto Vallarta, 27 jun 1986, dunas de vegetación Autlán de Navarro, 1. 5 km SE de Las Joyas, 1950 haló"ta, H. Arreola N., L. Guzmán H. 457, det. M. m s.n.m., 01 ene. 1984, H. H. Iltis y R. Guzmán M. Cházaro (1987) (IBUB); SM-EN: Tonila, 2 km so- 29051 (IBUG); SM-EN: Arandas, antena de mi- bre la brecha que parte de Atenquique y llega hasta croondas, ladera norte de Cerro Gordo de San Ig- el albergue del Volcán de Fuego, 1250 m s.n.m., 30 nacio, 2600 m s.n.m., 11 Marzo 1992, J. J. Reynoso- abr. 1990, bosque tropical caducifolio, J. A. Ma- D. y R. Ramírez-D. 717 (IBUG); SM-EN; Ameca, 5 chuca N., M. Cházaro B. y A. Ruíz M. 6490, det. M. km después de Ameca en la brecha al Tezcalame, Cházaro B., 1990 (IBUG, WIS, XAL). Sierra de Quila, 1500 m s.n.m., 02 oct. 1988, M. Cházaro B. et al. 5708 (IBUG, WIS, XAL); A: La- Monotropaceae gos de Moreno, Presa de El Cuarenta, entre Lagos Monotropa hypopitys L. (= Hypopithys multi"ora y Ojuelos, 2100 m s.n.m., 30 jul. 1985, F. J. Santana Scop.) SM-EN: Tapalpa, Los Pocitos, 2600 m M. 1572 (IBUG); SMO: Mezquitic, entre Charca s.n.m., 22 ago. 1999, en sotobosque de pino, es- Azul y Pinos Altos, F. J. Santana M. 1807 (MEXU); casa, de 30 cm de alto, E. M. Barba 846, det. L. M. CP: La Huerta, along road to Quemaro area, 26.1 González Villarreal (IBUG); SM-SMS: Autlán de km NW of Chamela Biological Field Station on Navarro, Sierra de Manantlán, R. Cuevas-G. 1527 Hwy 200, 16 nov 1990, B. Rothschild y M. G. Aya- (WIS, ZEA). la. 79 (UC, WIS). Psittacanthus macrantherus Eichler, SMO: Hueju- quilla el Alto, 4 km al SW de Tenzompa, rumbo Olacaceae al Corral Blanco, 1800 m s.n.m., 08 oct. 1990, A. Schoep!a schreberi J.F. Gmel., CP: La Huerta, Esta- Flores M. 2101 (WIS); SM-SMS: San Sebastián del ción Cientí"ca Chamela, E. J. Lott . 2334, 3596 y Oeste, Real Alto, La Bufa, 01 feb. 1927, Ynex Mexia 2780 (MEXU). 1611 (MO). Ximenia americana L., CP: Autlán de Navarro, F. J. Psittacanthus palmeri (S. Watson) Barlow & Wiens, Santana M., D. De Niz y G. Jiménez 5450 (ZEA, SM-EN: Hostotipaquillo, La Venta a Ixtlán, 1100 IMECBIO). m s.n.m., 09 oct. 1922, B. P. Reko. 4498 (MEXU); Ximenia parvi"ora Benth., SM-EN: Guadalajara, SM-SMS: Autlán de Navarro, 2.5-3.5 km S of El ladera rocosa, ladera SW de la Barranca del Río Chante, along road to Manantlán, ca. 18 km E-SE Santiago, bajando el camino empedrado hacia los of Autlán, 1000 m s.n.m., 04 ene. 1979, H. H. Iltis Baños de Oblatos, exposición N, 1445 m s.n.m., 23 et al. 1126 (WIS); SMO: Huejuquilla el Alto, Bajío abr. 1996, bosque tropical caducifolio, vegetación de Maderas, 15 km al N de Huejuquilla, 10 oct. secundaria en ciertas partes y ganado evidente, ar- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 83

bustiva muy escasa, de 40 cm de alto, M. Harker et comunidad indígena de Santa Catarina, bosque al. 1594, det. M. Harker (IBUG). Pinus-Quercus, 22 ago. 1987, 2730 m s.n.m. L. M. Ximenia pubescens Standl., CP: La Huerta, bahía de González V. y J. A. Pérez de la Rosa 3160 (IBUG). Chamela, playa Los Negritos, E. J. Lott 1016 y Orobanche dugesii (S. Watson) Munz (= O. ludovicia- 1118 (MEXU). na Nutt.), SM-EN: Tepatitlán de Morelos, Cerro Gordo de San Ignacio, Barranca de La Boyera Opiliaceae (casita al pie de la subida), 21 oct. 1998, 1950 m s.n.m., 20°46’11’’N, 102°37’32’’W, bosque tropi- Agonandra racemosa (DC.) Standl., SM-EN: Atoyac, cal caducifolio, herbácea escasa. L. Wynter-W. et E. Villegas F. y M. A. Macías R. 278, det. R. Ra- al. 39, det. F. J. Santana-M. (IBUG); SM-EN: Jo- mírez D. (IBUG); SM-SMS: Autlán de Navarro, L. cotepec, ladera S del Cerro Viejo, base de la Peña Guzmán H. y G. López 650 (ZEA, IMECBIO); SM- del Burro, 06 ene. 1991, 2670 m s.n.m., bosque de EN: Guadalajara, Barranca de Oblatos, a un lado Quercus, J. A. Machuca N. 6620, det. M. Cházaro del camino empedrado, 1500 m s.n.m., 05 mar. B. (WIS). 1997, bosque tropical caducifolio, R. Acevedo R. y M. Hernández-Galaviz 1695, det. R. Acevedo R. (WIS, XAL); SMO: San Martín de Bolaños, A. Rafflesiaceae Flores-M. 311(IBUG). Bdallophytum americanum (R.Br.) Harms (= B. bambusorum (Liebm.) Harms), SMO: Bolaños, Orchidaceae Rancho El Gallinero, 15 km al NE de Bolaños, 15 jun. 1990, 1500 m s.n.m., bosque tropical caduci- Corallorhiza bulbosa A. Rich. & Galeotti, SM-EN: folio, A. Flores M. y G. Martínez P. 1840, det. A. Mazamitla, El Tigre, 6 km al SE de Mazamitla, Flores M. (1990) (IBUG, IEB); SM-EN: Guadala- bosque mesó"lo de montaña, 18 oct. 1987, 2600 m jara, Barranca de Huentitán., 14 jul. 1990, 1300 m s.n.m., R. Soltero-Q. 681, det. R. González-Tamayo s.n.m., selva baja caducifolia, J. J. Guerrero N. y G. (IBUG). Martínez P. 865, det. M. Cházaro B. (1990) (IBUG, Corallorhiza maculata Raf., SM-SMS: Tapalpa, Cerro IEB). Estepeme, sotobosque de pino, 20 sep 1998, 2600 Pilostyles thurberi A. Gray., SM-EN: Tala, cerro al m s.n.m., escasa de 40 cm de alto, E. M. Barba 51, SW de Cruz Vieja, 23 dic. 1990, 1650 m s.n.m. det. E. M. Barba (IBUG). bosque tropical caducifolio, parásita de Callian- Corallorhiza odontorhiza (Willd.) Nutt., SM-SMS: dra, J. A. Machuca N. 6600, det. M. Cházaro B. Mascota, entre Mascota y La Ermita, 27 dic. (1991) (IBUG, IEB). 1981, 1550 m s.n.m., bosque de pino y encino, R. González-T. et al. s.n., det. R. González-Tamayo (IBUG). Scrophulariaceae Hexalectris brevicaulis L.O. Williams, SM-SMS: Aut- Agalinis peduncularis (Benth.) Pennell, SMO: Bola- lán de Navarro, 2 km al SW de Ahuacapán, 03 ños, 19 oct. 1983, 2610 m s.n.m., bosque de pino oct. 1991, 1500 m s.n.m., bosque de encino, F. J. y encino, E. J. Lott et al. 2067, det. I. Méndez-L. Santana-M. y D. de Niz-L. 5495 (IBUG); SM-EN: (1989) (MEXU); SM-EN: Mazamitla, La Lloro- Tecolotlán, cercanías de Los Ailes, 23 nov. 1985, na Country Club, 2100 msnm, bosque de Pinus- 1800 m s.n.m., bosque de encino, R. Ramírez-D. Quercus, M. Cházaro-B. y C. Reyes H. 7440 (IBUG, 92 (IBUG). XAL, WIS). Hexalectris grandi"ora (A. Rich. & Galeotti) L.O. Buchnera elongata L., SMO: Mezquitic, a las afueras Williams, SM-EN: Tapalpa, 3 km al NE de Jua- de San Andrés Cohamiata, bosque de pino-enci- nacatlán, camino a Atemajac de Brizuela, 01 ago. no, C. Chávez-R. 1. 9. 9. 9[D.], (IBUG); A: Caña- 1985, 2200 m s.n.m., bosque de pino y encino, R. das de Obregón, L. M. V. de Puga 8992 (IBUG); Soltero-Q. 463 (IBUG). CP: Puerto Vallarta, 38 km al S de Puerto Vallarta, Hexalectris parvi"ora L.O. Williams, SM-SMS: Mas- 16 dic. 1979, 150 m s.n.m., bosque tropical subca- cota, I. Contreras V. s.n (IBUG); SM-EN: Atengo, ducifolio, herbácea, G. Nieves et al. 5, det. R. Or- 4 km al NE del rancho El Trigo de Alteña, camino nelas (IBUG). al cerro La Tetilla, 03 mar. 1985, 1700 m s.n.m., Buchnera mexicana Hemsl., SM-EN: Guadalajara, 12 bosque de pino y encino R. Soltero-Q. 414 (IBUG). nov. 1888, C. G. Pringle 1783 (MEXU). Buchnera obliqua Benth., SM-SMS: Cuautitlán de Orobanchaceae García Barragán, cerro alto Las Yeguas, Sierra de Manantlán, 1,600 msnm. T. S. Cochrane, E. Conopholis alpina Liebm., SMO: Mezquitic, km 50 J. Judziewicz y R. Guzmán 10808 (IBUG, XAL, camino Bolaños-Tenzompa, al NE de Pinos Altos, 84 Recursos Forestales en el Occidente de México

WIS); SM-EN: Tlaquepaque, L. M. V. de Puga s.n. sotobosque en pino, poco frecuente, hierba de 100 (IBUG). cm de alto, E. M. Barba 1048, det. E. M. Barba Buchnera pusilla Kunth, CP: La Huerta, 1 km al W (IBUG). de El Rincón, 13 nov. 1960, 550 m s.n.m., sabana Castilleja scha#neri Hemsl., A: Teocaltiche, L. M. V. tropical, herbácea, J. Rzedowski 14940, det. C. P. de Puga 5212 (IBUG). Cowan (1983) (IBUG); SM-EN: Tamazula de Gor- Castilleja scorzonerifolia Kunth, SMO: Mezquitic, diano, 26 oct. 1973, 1900 m snm, bosque de pino y 500 m al E de San Andrés Cohamiata, C. Chávez- encino, J. Rzedowski y R. McVaugh 1120, det. A. R. R. 1. 1. 4[B.] (IBUG); SM-SMS: Autlán de Na- López-F. (1983) (MEXU). varro, Sierra de Manantlán, L. M. González-V. Castilleja albobarbata Iltis & G.L. Nesom, SM-SMS: s.n (IBUG); SM-EN: Tonila, Nevado de Colima, Cuautitlán, al E del Cerro Las Capillas, Sierra de Ma- bosque de Pinus hartwegii, 3430 m s.n.m., 09 ago. nantlán, 2800-2860 m s.n.m, 10 oct. 1980, bosque de 1986, S. Zamudio-R. 4267, det. S. Zamudio R. Pinus- Abies, H. H. Iltis y R. Guzmán M. 3227 (TEX, (MEXU). WIS). Castilleja stenophylla M.E. Jones, SM-EN: Zapotlán Castilleja angustifolia M. Martens & Galeotti, SM- el Grande, Nevado de Colima, 1850 m s.n.m., 08 EN: Jocotepec, L. M. V. de Puga 10029 (IBUG); oct. 1985, bosque de pino y encino, B. Bartholo- A: San Miguel el Alto, J. A. Pérez de la Rosa 438 mew et al. 2792 (MEXU). (IBUG). Castilleja tenui"ora Benth., “borrego”, SMO: El Castilleja arvensis Cham. & Schltdl., “cabeza de gru- Mezquital, Durango, de Huejuquilla subiendo a lla”, SM-EN: Arandas, lado W del cráter (sobre Canoas, 09 ago. 2003, bosque de Pinus-Quercus, el "lo) de Cerro Gordo de San Ignacio, 2500 m herbácea, J. A. Vázquez G. et al. 7291, det. J. A. s.n.m., 13 jun. 1997, bosque de encino, herbácea Vázquez-García (IBUG); SM-SMS: Autlán de Na- frecuente, L. Wynter W. et al. 26, det. F. J. Santana- varro, Sierra de Manantlán, H. H. Iltis y R. Guz- M. (IBUG); SMO: Bolaños, 06 jul 1996, bosque de mán 29098 (IBUG); SM-EN: Concepción de Bue- encino y pino, J. Calonico-S. y G. Flores-F. 2530, nos Aires, L. M. V. de Puga et al. 1564 (IBUG); A: det. I. Méndez-L. (1996) (MEXU); A: Huejuquilla Jalostotitlán, 23 ago. 1953, W. E. Manning y M. S. el Alto, 1800 m s.n.m., 01 nov. 1963, J. Rzedowski Manning 531269 (MEXU). 17608, det. J. Rzedowski (MEXU); SM-SMS: San Pedicularis angustifolia Benth., SMO: Mezquitic, Sebastián del Oeste, camino de brecha de San Se- Pinos Altos, A. Rodríguez C. et al. 485 (IBUG); bastián a La Bufa, 26 mar. 1996, bosque de pino SMO: Mezquitic, Pinos Altos, F. J. Santana-M. et y encino, herbácea frecuente, J. J. Reynoso-D., M. al. 1814a (IBUG) (citado por Vázquez-García et al. Harker et al. 2959, det. R. Cuevas-G. (IBUG). 2004, como P. canadensis L. como 1814b). Castilleja cryptandra Eastw., SM-EN: Tolimán, near Pedicularis glabra McVaugh & Mellich., SM-SMS: timberline and above, on rocks or steep loose vol- Autlán de Navarro, Sierra de Manantlán, P. D. So- canic gravels, peak of the Nevado de Colima, 3300 rensen, H. H. Iltis y G. Schatz 7924 (IBUG); SM- m s.n.m., 13 sep. 1952, R. McVaugh 12910, det. R. EN: Tequila, volcán de Tequila, F. J. Santana-M. McVaugh (MEXU, MICH). 1681 (IBUG). Castilleja gracilis Benth., SM-EN: Mazamitla, R. Ace- Pedicularis gordoni McVaugh & Koptur, SMO: Bo- vedo-R. et al. 1676 (IBUG). laños, camino viejo de Bolaños a Berberia, R. Castilleja integrifolia L., SM-SMS: Cuautitlán de Gar- McVaugh 25882 (MICH). cía Barragán, Sierra de Manantlán, 3 miles W of El Pedicularis mexicana Zucc. ex Bunge, SM-EN: Ta- Guisar, 2100 m s.n.m., 23 nov. 1968, F. Boutin y F. palpa, Agua Zarca, 2400 m s.n.m., 27 jun. 1998, Brandt 2550, det. F. Ramos-M. (MEXU). vegetación acuática, rodeada de bosque de pino, Castilleja lithospermoides Kunth, SMO: Bolaños, escasa de 30 cm de alto, E. M. Barba 557, det. E. km 27 por la brecha de Bolaños a Tenzompa, F. J. M. Barba (IBUG). Santana-M. 1890 (IBUG). Pedicularis orizabae Schltdl & Cham., Mezquitic, Castilleja mcvaughii N.H. Holmgren, SM-SMS: 6 km NE de Nueva Colonia, J. A. Vázquez et al. Cuautitlán de García Barragán, Cerro Las Capi- 7071. Det. J. A. Vazquez-G. (IBUG). llas, Sierra de Manantlán, H. H. Iltis 2410 (IBUG). Pedicularis tripinnata M. Martens & Galeotti, SM- Castilleja nervata Eastw., SM-SMS: Cuautitlán de SMS: Autlán de Navarro, Sierra de Manantlán, A. García Barragán, Sierra de Manantlán, 15 feb. Vázquez 3318 (WIS, ZEA); SM-EN: Tapalpa, Agua 1989, 1750 m s.n.m., bosque de pino, G. López y L. Zarca, 2440 m s.n.m., 15 ago. 1999, sotobosque de Guzmán-H. 44 (MEXU, ZEA). pino, poco común, de 40 cm de alto, E. M. Barba Castilleja pectinata M. Martens & Galeotti, SM-EN: 740, det. E. M. Barba (IBUG). Tapalpa, Agua Zarca, 2500 m s.n.m., 06 sep. 1999, Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 85

Seymeria decurva Benth., SMO: Huejuquilla el Alto, Phoradendron bolleanum (Seem.) Eichler, SMO: 4 Km al SW de Tenzompa, rumbo al Corral Blan- Mezquitic, trayecto entre Bajío de Los Amoles y co, A. Flores M. 2090 (IBUG); SM-SMS: Talpa de Bajío del Tule, 40 km al SW de Bolaños, 2400 m Allende, J. A. Vázquez-G. 1222 (IBUG). s.n.m., 03 feb. 1990, bosque Pinus-Quercus, con Seymeria glandulosa (Pennell) Standl., SM-SMS: especies de Alnus, Juniperus, suelo migajón are- Atenguillo, bosque de pino y encino, 1900 noso, A. Flores M. 2334, det. A. Flores M. (WIS); m s.n.m., 30 oct. 1973, D. E. Breedlove 35770 SM-EN: Tequila, Cerro de Tequila, 2150 m s.n.m., (MEXU). bosque de Quercus-Pinus-Arbutus, M. Cházaro B., Seymeria integrifolia Greenm., SM-EN: Ameca, E. J. C. L. Calvin y K. Wilson 5468 (IBUG, IEB, WIS, Lott et al. 1306 (IBUG); SM-EN: Etzatlán, 02 oct. XAL); SM-SMS: Mascota, Laguna de Juanacatlán, 1903, C. G. Pringle 8767, det. F. W. Pennell (1934) 14 jun. 1974, 1800 m s.n.m., bosque Pinus-Quer- (MEXU); A: Yahualica de González Gallo, J. A. cus, C. L. Díaz Luna 5178, det. J. Kuijt (ENCB, Machuca-N. 6117 (IBUG). XAL). Seymeria pennelli B.L. Turner, SMO: Bolaños, 19 oct. Phoradendron brachystachyum (DC.) Nutt., “mal 1983, bosque de pino y encino, 2610 m s.n.m., E. J. ojo” o “injerto”, SM-EN: Jocotepec, Cerro Viejo, Lott et al. 2066, det. B. L. Turner (1984) (MEXU). subiendo por El Molino, 05 nov. 1988, parasitan- Seymeria ramosissima (Pennell) Standl., Mezquita, do Eysenhardtia. M. Cházaro B. et al. 5756, det. M. San Andrés Cohamiata (Bauml 1994). Cházaro B. (IEB, WIS, XAL). Phoradendron calyculatum Trel., “injerto”, SM-EN: Viscaceae Tequila, como a medio camino de la carretera em- pedrada de Tequila a la estación de microondas, Arceuthobium abietis-religiosae Heil., “injerto”, Cerro de Tequila, 07 dic. 1986, 1980 m s.n.m, bos- SM-EN: Tonila, Nevado de Colima, brecha de que de Quercus-Arbutus epiparásito de Phoraden- El Fresnito al Refugio de la Joya, 3000 m s.n.m., dron longifolium, M. Cházaro B. y E. de La Mora 31 jul. 1989, M. Cházaro B. et al. 6014, det. F. G. B., 4194, det. M. Cházaro B (IBUG, WIS, XAL); Hawksworth (WIS, IBUG, IEB, XAL). SMO: Mezquitic, Rancho Bajío de Las Gallinas, Arceuthobium durangense (Hawksw. & Wiens) camino Bolaños-Tenzompa., 1605 m s.n.m., 20 Hawksw. & Wiens, SM-EN: San Martín Hidalgo, may. 1989, A. Flores M. et al. 1605 (IBUG, WIS, Sierra de Quila, de Lagunillas al Pico de Huehuen- XAL). tón, 2050 m s.n.m., 10 ene. 1991, bosque Pinus- Phoradendron carneum Urb., “babas de becerro”, SM- Quercus, M. Cházaro B. et al. 6503, det. M. Cháza- EN: Tenamaxtlán, Rancho Los Encinos, 3 km al E ro B. (WIS, XAL, ENCB, IBUG). de Miraplanes, 13 feb. 1988, parásita de Ipomoea Arceuthobium globosum Hawksw. & Wiens, SMO: intrapilosa, R. Soltero Q. 730, det. A. Rodríguez Mezquitic, 35 km al NW de Bolaños, antes del C. (IBUG, IEB); SMO: San Martín de Bolaños, La rancho Bajío de Las Gallinas, camino a Tenzom- Catarina, 14 km al NW del poblado camino al Is- pa, bosque Pinus-Quercus, 2350 m s.n.m., 19 may. ta"ate, 02 ene. 1985, parásita de Ipomoea intrapilo- 1989, A. Flores et al. 1603 (XAL, IBUG); SM-EN, sa, A. Flores M. y N. Bravo. 102 (IBUG). Tapalpa, Juanacatlán, 2700 m s.n.m., 03 nov 1976, Phoradendron chazaroi Wiens, SM-EN: Tecolotlán, C. L. Díaz L. 6421, det. J. Kuijt (GUADA); SM- Sierra de Quila, entre Quila y el Paraje El Colum- SMS: Autlán de Navarro, Sierra de Manantlán, 1 pio, bosque Pinus-Quercus, 2000 m s.n.m., M. km al W del cerro de las Capillas, 09 mar. 1987, Cházaro B. et al. 4432, det. Delbert Wiens (IBUG, bosque de Pinus-Quercus-Abies, H. Iltis et al. WIS, XAL). 29386, det. J. Kuijt (1989) (WIS, IEB). Phoradendron dipterum Eichler, SM-EN: Tamazula Arceuthobium vaginatum (Willd.) J. Presl., SMO: de Gordiano, aserradero, 20 km brecha Tamazula Mezquitic, 40 km al NW de Bolaños, 5 km al N a Manuel M. Diéguez, 27 oct. 1973, 1400 m, en del rancho Bajío de Las Gallinas, antes del Corral bosque tropical deciduo, C. L. Díaz Luna. 4511, Blanco, A. Flores M. et al. 1608 (CHAPA, IBUG); det. Job Kuijt (GUADA). SM- EN: Zapotlán el Grande, Nevado de Colima, Phoradendron dolichocarpum Kuijt, DB: Jilotlán de 3300 m s.n.m., 28 jun. 1975, bosque de Pinus hart- los Dolores, 1 km sobre la brecha de Tepalcatepec wegii, C. L. Díaz Luna 5897, det. C. L. Díaz Luna. a Jilotlán de los Dolores, 450 m, s.n.m , bosque (IEB, GUADA). tropical caducifolio, M. Cházaro B., A. Flores M. Phoradendron abietinum Wiens. SMO: Mezquitic, 40 y E. Salcedo P. 5615, det. M. Cházaro B. (IBUG). km al NW de Bolaños, 5 km al N del rancho Bajío Phoradendron falcatum (Schltdl. & Cham.) Trel., de las Gallinas, antes de Corral Blanco, parásita en “injerto”, SM-SMS: Autlán de Navarro, Sierra de Abies durangensis. A. Flores M. et al. 1609 (Wiens Manantlán, a 4 km de Las Joyas, hacia el Cerro del y Hawksworth 2002). 86 Recursos Forestales en el Occidente de México

Sol y La Luna, bosque mesó"lo de montaña, 1950 M. Cházaro B. (1991) (WIS); SM-EN: Acatlán de m s.n.m., 08 mar. 1987, M. Cházaro B., et al. 4507 Juárez, trayecto de Acatlán de Juárez al cerro de (IBUG, WIS, XAL). Jiquitera, 31 may 1987, matorral subtropical, J. A. Phoradendron forestierae B.L. Rob. & Greenm., Machuca N. 5901, det. M. Cházaro B. (WIS, XAL); “injerto”, A: Ojuelos, cañada a 10 km al E de La A: Lagos de Moreno, Cerro Grande, al NE de Je- Paz, rumbo al cerro El Espía, 2000 m s.n.m., H. J. sús María, en los límites con Guanajuato, 22 nov. Arreola N. y M. Cházaro B. 677, det. M. Cházaro 1986, L. M. González V. y L. M. Villarreal de Puga B. (IBUG); SM-EN: Tapalpa, Las Ánimas, 150 m 2283, det. M. Cházaro B. (1992) (ENCB). al S de las instalaciones del DIF, 2100 m s.n.m., Phoradendron reichenbachianum (Seem.) Oliv., “in- 05 jun. 1993, en vegetación riparia con Alnus, jerto”, SMO: San Martín de Bolaños, La Zuloaga, Prunus, G. González S. et al. 7, det. G. González S. unos 10 km al W de San Martín de Bolaños, 23 (1993) (IBUG). may. 1990, 1600 m s.n.m., ecotonía del bosque de Phoradendron jaliscense Kuijt, SM-SMS: Cabo Cor- encino, con elementos de bosque tropical caduci- rientes, steep mountainside 3-10 km generally east folio, A. Flores M. y G. Martínez P. 1753, det. A. on the road Mina de Cuale, from junction 5 km Flores M. (WIS); SM-EN: Jocotepec, en el Cerro NW of El Tuito, 850-1150 m s.n.m., 19 feb. 1975, Viejo, subiendo por Las Trojes, 09 sep. 1987, Bos- on forest of Quercus, R. McVaugh 26427 (holotype que de Quercus, M. Cházaro B. y A. Rodríguez C. MICH). 5017, det. M. Cházaro B. (WIS, XAL). Phoradendron lanceolatum Engelm. ex A. Gray (=Ph. Phoradendron rhipsalinum Rzed., A: Ayotlán., Ayot- Schumannii), A: km 32 carretera Lagos de Moreno lán, 08 nov. 1987, parasitando a Taxodium mucro- a Ojuelos, Lagos de Moreno, en matorral xeró"lo natum, M. Cházaro B. y P. Hernández de Cházaro con encinos, 2000 m s.n.m., M. Cházaro B. et al. 5156, det. M. Cházaro B. (1987) (MEXU). 7266, det. M. Cházaro B. (1994) (WIS, XAL); SM- Phoradendron robinsonii Urb., SM-EN: Tamazula EN: Tequila, carretera empedrada de Tequila a la de Gordiano, 40 km al E del Aserradero, sobre el cima del volcán Tequila (estación de microondas), camino de Tamazula a Manuel M. Diéguez, 1700 M. Cházaro B. y E. de la Mora B. 4193 (IBUG, IEB, m s.n.m., 27 oct. 1973, J. Rzedowski y R. McVaugh WIS, XAL). 1062 (ENCB, IBUG, MICH, XAL). Phoradendron longifolium Eichler ex Trel., “in- Phordendron sp. nov. Ined. SM-EN: Zapotlán El Gran- jerto”, SM-SMS: Cabo Corrientes, km 11, bre- de, Nevado de Colima, estación microondas Las cha que va de El Tuito a la Mina de Zimapán (o Víboras, 29 ene. 2006, 3000 msnm, sobre Alnus Cuale), 02 ago. 1989, 1050 m s.n.m, bosque de jorullensis, M. Cházaro Basáñez, J. A. Vázquez-.G. Pinus-Quercus, con elementos del bosque tropical e I. Conteras V., 8551 (holótipo e isótipos: IBUG, subperennifolio en las cañaditas, M. Cházaro B. et IEB, CHAPA, ENCB, MEXU, XAL). al. 6043, det. M. Cházaro B. (1989) (IBUG, IEB, Phoradendron serotinum (Raf.) M.C. Johnst. subsp. WIS, XAL); SMO: Huejuquilla el Alto, 4 km al SW tomentosum (DC.) Kuijt (=Phoradendron villo- de Tenzompa, rumbo a Corral Blanco, 1800 m sum Nutt), A: Huejucar, on escarpament below s.n.m., 08 oct. 1990, bosque de encino-pino, con village San Rafael, 14 km west of Huejucar on road especies de las familias Compositae, Ericaceae, A. to Monte Escobedo, Huejucar, 22° 19 N., 103° 18 Flores M. 2100, det. A. Flores M. (WIS); SM-EN: W, M. Nee y G. Diggs 25296 (LEA); A: Ojuelos, 10 San Gabriel, entre Los Depósitos y Piedra Ancha, km al SW de La Paz, barranca rumbo al cerro El carretera de Ciudad Guzmán a El Grullo, 09 abr. Espía., 2150 m s.n.m, 16 nov. 1986, matorral xe- 1989, 2000 m s.n.m, bosque de Quercus-Pinus, M. ró"lo, H. Arreola N. y M. Cházaro B.. 677 (IBUG). Cházaro B. et al. 5901, det. M. Cházaro B. (1989) Phoradendron tetrapterum Krug & Urb., SM-EN: Ta- (IBUG, WIS). mazula de Gordiano, 14 km al E de el aserradero Phoradendron nudum Kuijt, SM-EN: Tamazula, km sobre el camino de Tamazula a Manuel M. Dié- 86 sobre la brecha de Tamazula a Manuel M. Dié- guez, 1650 m s.n.m., 27 oct. 1963, J. Rzedowski y guez, en árboles de Ficus, C. L. Díaz Luna 4597 R. McVaugh 1071 (ENCB, MICH). (MICH). Phoradendron velutinum (DC.) Nutt., SM-EN: Ma- Phoradendron piperoides (Kunth) Trel., CP: Cabo zamitla, 3 km después de Mazamitla, brecha a las Corrientes, entre El Tuito y Los Cuates, 615 m microondas El Montoso, 06 dic. 1987, 2000 m s.n.m., 30 jul. 1999, bosque de encino, I. M. H. s.n.m., M. Cházaro B. y P. Hernández de Cházaro Toro y R. Castellanos 1459 (IBUG). 5202, det. M. Cházaro B. (IEB, ENCB, WIS, XAL); Phoradendron quadrangulare (Kunth) Krug & Urb., SM-SMS: Ayutla, proximidades a playas de Las Ti- “injerto”, CP: La Huerta, Rancho Nacastillo, 2 km najas, río Santa Mónica de Ayutla, bosque Pinus- al W de la comunidad, 250 m s.n.m, 26 oct. 1991, Quercus, 24 ene. 1979, 1990 m s.n.m., E. Guizar y bosque tropical caducifolio, A. Flores M. 3058, det. A. Niembro 372, det. F. Ramos M. (ENCB). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 87

Phoradendron vernicosum Greenm., SM-EN: Tala, Scrophulariaceae Sierra de la Primavera, lindero W y cerco de pie- Buchnera pusilla Kunth SM-EN: Rancho El Jabalí, dra a partir arroyo Presitas hacia Platanillos, 1500 Comala, 1500 m s.n.m., A. Sanders 642, det. A. m s.n.m, 28 nov. 1987, bosque de Pinus-Quercus y Sanders (UCR). vegetación secundaria derivada de éste, A. Rodrí- Castilleja arvensis Schltdl. & Cham., “garañona”, SM- guez C. y J. Reynoso D. 1139, det. M. Cházaro B. EN: Comala, Rancho El Jabalí, 1500 m s.n.m., A. (IBUG, WIS). Sanders 644, det. A. Sanders (UCR). Castilleja cryptandra Eastw., Colima, Comala, Cu- chilla NE side of volcano, 22 jul. 1905, P.Goldsmith ANEXO 2 76 (NY). Listado de plantas parásitas del estado de Castilleja nervata Eastw., “garañona” SM-EN: Co- mala, Rancho El Jabalí, 1500 m s.n.m., A. Sanders Colima SM-EN: Serranías Meridionales 645, det. A. Sanders (UCR). (Eje Neovolcánico), SM-SMS: Serranías Me- Castilleja socorrensis Moran. Archipiélago Revilla- gigedo, isla Socorro, volcán Everman R. Moran ridionales (Sierra Madre del Sur), CP: Costa 10,870 (US) (Levin y Moran, 1990). Paci"ca, DB: Depresión del Balsas. Castilleja tenuifolia M. Martens & Galeotti. “garaño- na”, SM-EN: Comala, Rancho El Jabalí, 1500 m Lennoaceae s.n.m., A. Sanders 646, det. A. Sanders (UCR). Lennoa madreporoides Lex. debe ser buscada en las dunas costeras, parasitando a Okenia hypogea, Viscaceae dado que se conoce de las costas de Guerrero, Mi- Phoradendron brachystachyum (DC.) Nutt., “mal choacán, Jalisco, Nayarit y Sinaloa, es muy proba- ojo” o “injerto”, SM-SMS: Minantitlán, Cerro ble que este en la costa de Colima. Grande, brecha de El Sauz a El Terrero, en zona de ecotonía entre el bosque tropical caducifolio y el encinar, 1600 m s.n.m., 01 ago. 1989, M. Cháza- Loranthaceae ro B. et al. 6027, det. M. Cházaro B., 1989 (IBUG, Cladocolea grahamii (Benth.) Tiegh., “injerto”, SM- WIS, XAL). SMS: Minantitlán, Cerro Grande, 3-4 km al no- Phoradendron calvinii Wiens, SM (SMS): D. Wiens roeste de El Terrero, 2100 m s.n.m., 17 abr. 1991, 7774 in 1995, Minatitlán, Cerro Grande on road to bosque de Quercus, D. De Niz et al. 196, det. F. J. Terrero (US), parasitando a Cupressus lusitanica. Santana M. (WIS). Phoradendron carneum Urb., “babas de becerro”, SM: Cladocolea loniceroides (Tiegh.) Kuijt, “mal ojo de SMS: Minatitlán, a 100 m de tomar la desviación gato”, SM-SMS: Minatitlán, Cerro Grande, brecha de la brecha de El Sauz a El Terrero (región del de El Sauz a El Terrero, 1 ago. 1989, M Cházaro B. Cerro Grande), 1000 m s.n.m., 01 ago. 1989, bos- et al. 6020, det. M. Cházaro B. (IBUG, XAL, WIS). que tropical subperennifolio, M. Cházaro B. et al. Cladocolea oligantha (Standl. & Steyerm.) Kuijt, Ran- 6015, det. M. Cházaro B. 1989 (IEB, IBUG, XAL, cho Guerrero, M. E. Jones 423 (US). WIS). Psittacanthus calyculatus (DC.) G. Don, vista por los Phoradendron dipterum Eichler., SM-EN: Comala, autores creciendo en los árboles ornamentales de Volcán del Fuego, Mesa de la Hierbabuena, 1800 Manzanillo y Colima. m s.n.m., bosque mesó"lo de montaña, M. Chá- Struthanthus condensatus Kuijt, SM-SMS: Minatit- zaro B. y A. García G. 7280 (ENCB, IEB, MICH, lán, Cerro Grande, brecha que va de El Sauz a El WIS, XAL). Terrero, 1600 m s.n.m., 1 ago. 1989, M. Cházaro B. Phoradendron falcatum (Schltdl. & Cham.) Trel., SM: et al. 6025 (IBUG, XAL, WIS). EN. Comala, Volcán de Fuego o Colima, La Mesa Struthanthus interruptus (Kunth) Blume, “injerto” de La Yerbabuena, bosque mesó"lo de montaña, SM-SMS: Minatitlán, Cerro Grande, brecha de El 19 mar. 1994, 1600 m s.n.m., M. Cházaro B. y A. Terrero a Campo 4, 23 feb. 1987, M. Cházaro B. y García G. 7281, det. M. Cházaro B., (IBUG, IEB, F J. Santana M. 4466 (IBUG, XAL, WIS). ENCB, MEXU, XAL, WIS). Phoradendron falcifer Kuijt, SM-EN: Comala, Mesa Opiliaceae de la Yerbabuena, Volcán de Colima, 1700-1800 Agonandra racemosa (DC.) Standl., SM-EN: Coma- m s.n.m., M. Cházaro y A. García G. 7281 det. J. la, Rancho El Jabalí, 1500 m s.n.m., A. Sanders 55, Kuijt (MICH). det. A. Sanders (UCR). Phoradendron olivae Wiens, SM-SMS: Minatitlán, 2-3 km antes de llegar a El Terrero, viniendo por 88 Recursos Forestales en el Occidente de México

la brecha que parte de El Sauz, 01 ago. 1989, 1950 Phoradendron tetrapterum Krug & Urb., SM-SMS: m s.n.m, bosque mesó"lo de montaña con Cupres- Minatitlán, Cerro Grande, brecha del Sauz a El Te- sus, M. Cházaro B. et al. 6016 (IBUG); SM-SMS: rrero, en zona de transición entre el bosque tropi- Minatitlán, siguiendo la nueva carretera de terra- cal caducifolio y el encinar, 1700 m s.n.m., 01 ago. cería que va de el Terrero a El Sauz, Cerro Grande, 1989, M. Cházaro B. et al. 6023, det. M. Cházaro 24 feb. 1987, 2100 m s.n.m., bosque de Cupressus, B., 1989 (IBUG, WIS). Quercus, Picramnia, M. Cházaro B. y F. J Santana Phoradendron tonduzii Trel., “injerto”, SM-EN: Co- M. 4479 (WIS, XAL). mala, La Mesa de la Yerbabuena, 1700-1800 m Phoradendron quadrangulare (Kunth) Krug & Urb., s.n.m., M. Huerta M. 243, det. J. Kuijt (MICH). “injerto”, SM-SMS: Minatitlán, Cerro Grande, a Phoradendron vernicosum Greenm., SM-SMS: Mina- 150 m s.n.m., desviación de la brecha de El Sauz- titlán, Cerro Grande, brecha de El Sauz a El Terre- El Terrero, 01 ago. 1989, 1000 m s.n.m., bosque ro, en zona de ecotonía del bosque tropical cadu- tropical caducifolio, M. Cházaro B. et al. 6014, det. cifolio con el encinar, 1700 m s.n.m., 01 ago. 1989, M. Cházaro B., 1998 (IBUG, XAL, WIS). M. Cházaro B. et al. 6026, det. M. Cházaro B., 1989 Phoradendron reichenbachianum (Seem.) Oliv., “in- (IBUG, IEB, ENCB, WIS, XAL). Comala, Cerro jerto. SM-SMS:, Comala, Cerro Grande, sobre la Grande, brecha de El Sauz a El Terrero, 1700 m brecha de El Sauz a El Terrero, 1700 m s.n.m., 01 s.n.m, 01 ago. 1989, zona de ecotonía del bosque ago. 1989, bosque de Quercus, M. Cházaro B. et al. tropical caducifolio con el encinar, M. Cházaro B. 6019, det. M. Cházaro B., 1989 (IBUG, WIS). et al. 6022, det. M. Cházaro B. (1989) (IBUG, IEB, Phoradendron robinsonii Urb., SM-SMS: Minantit- ENCB, WIS, XAL lán, Cerro Grande, brecha de El Sauz a El Terrero, zona de ecotonía del bosque tropical caducifolio con el encinar, 1600 m s.n.m., 01 ago. 1989, M. Cházaro B. et al. 6024, det. M. Cházaro B., 1989 (IBUG, WIS, XAL). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 89

ANEXO 3 • Comparación de la riqueza de Loranthaceae, s.l., entre los estados de México (*estados sin un listado florístico publicado).

Actualización Estado Número especies Fuente (Cházaro 2006).

Chiapas 48 Breedlove (1986) 55

Cházaro et al. (2005); Sosa y Gómez- Veracruz 36 48 Pompa (1994).

García-Mendoza (2004) y Torres et al. Oaxaca * 47 (1997)

Jalisco 36 Cházaro et al. (1992) 47 Michoacán 35 Rodríguez y Espinosa (1985) 36 Guerrero * Diego (2000), Fonseca (2002) 34 Durango 22 González et al. (1991) 26 Querétaro 18 Argüelles et al. (1991) 21 Puebla * Dávila et al. (1993) 21

Hidalgo 10 Villavicencio et al. (1998) 21 Morelos 8 Bonilla y Villaseñor (2003) 19 Nayarit 16 Téllez (1994) 18 Colima 16 Cházaro et al. (2002) 18 Tlaxcala 15 Acosta et al. (1992) 18

Estado de México 11 Matuda y Martínez (1979) 17

Sinaloa 5 Vega et al. (1989) 14

Coahuila 13 Villarreal (2002) 13

Chihuahua * REMIB (2005) 13 Sonora 7 Flores (1997), ined. 12 Zacatecas 9 Vela (1998) 11

Yucatán 10 Durán et al. (2000) 10

Campeche 10 Gutiérrez (2000) 10 Aguascalientes 8 García (1998) 10 Quintana Roo 7 Sousa y Cabrera (1983) 10 90 Recursos Forestales en el Occidente de México

Nuevo León * Rojas (1965) 10

Baja California 9 Wiggins (1980) 9 (península)

Guanajuato * Galván et al. (1994) 8 Tabasco 6 Cowan (1983) 6 91

1.5 Twenty new Neotropical tree species of Magnolia (Magnoliaceae)

J. Antonio Vázquez-García, Miguel A. Muñiz-Castro, Ernesto De Castro-Arce, Rosa Murguía Araiza, Ana Teresa Nuño Rubio, Miguel de J. Cházaro-B.

RESUMEN Veinte especies nuevas de árboles de Magnolia del Neotrópico fueron propuestas: cinco de México (incluyendo dos del occidente de México), Magnolia jaliscana, M. lopezobradorii, M. oaxacensis, M. sinacacolinii y M. vallartensis; seis de Costa Rica: M. costaricensis, M. guanacastensis, M. inbioana, M. multinervia, M. talama- nacana y M. wetterii; tres de Perú: M. el!na, M. gentryi y M. peruviana, dos de Ecuador: M. equatorialis y M. lozanoi; dos de Honduras: M. atlantida, M. cochranii; una de Guatemala: M. steyermarkii y una de Panamá: M. chiriquiensis. Incluyendo las nuevas especies que aquí se propusieron, 93% (100 de 108) de las species de Magnolia en América fueron Neotropicales, con"nadas entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio. Magnolia sección Talauma, subsección Talauma, con 56 especies fue la más rica, distribuyéndose desde el su- roeste de México hasta Paraná, Brasil, seguida por Magnolia, sección Magnolia, con 19 especies americanas (18 del Neotrópico, distribuidas de México a Darién, Panamá), Magnolia, sección Talauma, subsección Dugandio- dendron, con 16 especies (distribuidas en Colombia, Venezuela y Ecuador) y Magnolia, sección Talauma, sub- sección Cubenses, con 10 especies con"nadas al Caribe. Diecisiete de las especies nuevas que aquí se propusieron corresponden a la subsección Talauma, dos a la sección Magnolia y una a la subsección Dugandiodendron. Los países con mayor diversidad de especies Neotropicales de Magnoliaceae fueron Colombia con 33 especies, México con 21, Costa Rica con 10 y Perú con ocho y Ecuador con seis.

ABSTRACT Twenty new Neotropical tree species of Magnolia were here proposed: "ve from Mexico (including two from western Mexico): M. jaliscana, M. lopezobradorii, M. oaxacensis, M. sinacacolinii and M. vallartensis; six from Costa Rica: M. costaricensis, M. guanacastensis, M. inbioana, M. multinervia, M. talamancana and M. wette- rii; three from Peru: M. el!na, M. gentryi and M. peruviana; two from Ecuador: M. equatorialis and M. lozanoi; two from Honduras: M. atlantida and M. cochranii, one from Guatemala: M. steyermarkii; and one from Pana- ma: M. chiriquiensis. Including the new taxa, here proposed, 93 % (100 out of 108) of the species of Magnolia in the New World were Neotropical, distributed from Tropic of Cancer to Tropic of Capricorn. Magnolia, section Talauma, subsection Talauma, with 56 species was the richest of all Neotropical Magnoliaceae, occurring from southwestern Mexico to Paraná, Brazil, followed by Magnolia; section Magnolia, with 19 species (18 Neotropical ones ranging from Mexico to Darien, Panamá), Magnolia, section Talauma, subsection Dugandiodendron, with 16 species (occurring from Venezuela to Colombia and Ecuador), and Magnolia, section Talauma, subsection Cubenses, with 10 species (con"ned to the Caribbean). Seventeen of the species, here proposed, belonged to sub- section Talauma, two to section Magnolia and one to subsection Dugandiodendron. Ce most diverse countries in terms of their Neotropical species of Magnoliaceae were Colombia with 33 species, followed by Mexico with 21, Costa Rica with 10, Peru with eight and Ecuador with six. 92 Recursos Forestales en el Occidente de México

any genera of Magnoliaceae have re- Intense botanical explorations in the Mcently been merged with Magnolia Neotropical region, particularly in the last L. (Noteboom, 1993, 1998, 2000; Figlar & two decades, has increased considerably the Noteboom, 2004; Figlar, 2006). However, holdings of major herbaria, allowing us to preliminary nuclear molecular evidence uncover a large number of new tree species of (Nie et al. 2008) shows at least some indi- Magnolia, mostly from Mexico and Central cation that Neotropical Talauma Juss. (sec- America but also from Peru and Ecuador. tion Talauma Baillon, subsection Talauma) Ce aim of this study is to describe may be monophyletic and likely diverged 42 and illustrate twenty new Neotropical tree mya during the mid—Eocene (Azuma et al., species of Magnolia: "ve from Mexico; 2001). Future molecular systematic studies six from Costa Rica; three from Peru; two may be compatible with the taxonomic deci- from Ecuador; one from Guatemala; two sion to conserve Talauma and Dugandioden- from Honduras and one from Panama. dron Lozano as distinct genera; however, for A diagnosis for distinguishing each new now we treat all Neotropical Magnoliaceae species from closely similar ones is provided. as consisting of one single genus, Magnolia, with two sections, Magnolia and Talauma, the later with three subsections: Cubenses METHODS Imchanickaja, Dugandiodendron (Lozano) We used an alpha- approach Figlar & Nooteboom and Talauma. consisting of "eld work in various states of Ce taxonomy of Magnoliaceae has been Mexico and studied herbarium specimens relatively well studied in the Americas: at major herbaria (CIB, IBUG, ENCB, LSU, North America (Rockwell, 1966), the Carib- MEXU, MOUNICACH, US, XAL, XALU, bean (Howard, 1948), and South America WIS, ZEA). In addition, loans from sev- (Lozano, 1994). However, for México and eral herbaria (CHAPA, CR, F, K, MO, NY, Central America the study has been lim- TENN) were available for study at Univer- ited to the genus Magnolia sensu stricto sity of Wisconsin-Madison, during the win- (Vázquez-García, 1990, 1994). Recent work ter of 2011. Internet resources such as IPNI, has focused on describing particular new Tropicos Types of the NY Botanic Garden Neotropical species of Magnolia sensu lato and JSTOR (Journal Storage) images for (Nee, 1994; Cruz-Durán et al., 2005, 2008; type material were used to support the con- Jiménez-Ramírez, 2007; Serna et al., 2009; clusions of this study. Dillon & Sánchez-Vega, 2009; Vázquez-Gar- cía et al., 2002, 2012a, y 2012b), however, even a basic synopsis for the genus Magno- RESULTS AND DISCUSSION lia section Talauma subsection Talauma for Mexico and Central America has been ne- Magnolia atlantida A.Vázquez, sp. nov. glected for decades. Type: HONDURAS: Atlántida. Slopes of Mt. Cangrejal, mountain slopes and coastal Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 93 plains, vicinity of La Ceiba, Alt. 600 M. [182.9 Description: Tree (4—) 6—17 (—20 m) m.], 06 Aug 1938 (immature fr), T. G. Yunck- height; leaves 17—21.5 × 9—10.5 cm, ovate, er 8845 w/ J. M. Koepper & K. A. Wagner (ho- coriaceous, glabrous acute at the base and lotype: NY!, isotype: MO!) (Fig. 1.5.1). apex; twig internodes 0.7—2 × 0.3—1.1 cm,

Figura 1.5.1 Magnolia atlantida (holotype at Missouri Botanical Garden Herbarium, MO). 94 Recursos Forestales en el Occidente de México glabrous, green yellowish; 8—11 secondary Magnolia chiriquiensis A.Vázquez, sp. nov. veins per side; petioles (2—) 3—6.2 × 0.3— Type: PANAMA: Chiriquí. Near Fortu- 0.5 al; gynecium whith 95 carpels and 307 na Dam, along Quebrada de Arena, just staminal scars, the carpes !attened at the south of Continental Divide, forest, 8°45’N, stylar tip; mature !owers, mature fruits and 82°15’W, 1100 m, 5 Dec 1985 (!. bud), Gor- seeds unknown. don McPherson 7766 (holotype: IBUG!, Diagnosis: Magnolia atlantida belongs isotypes: BM! INB!, MEXU!, MO!, PMA!, to section Talauma subsection Talauma, it WIS!) (Fig. 1.5.2). is unique for having the largest number of Description: Tree 8 m height; twig inter- stamens (307) among species in this subsec- nodes 0.3—1.9 × 0.25—0.5 cm, glabrous; tion. M. cespedesii also has a large number of petioles 2—4.8 × 0.2—0.5 cm, leaf blades stamens (250—275), but M. atlantida diFers 13—26.5 × 7—15.5 cm, broadly ovate-ellip- from the former in having a smaller number tic, acuminate at the apex, obtuse at the base, of carpels 95 vs. 122—137. Standley gave an decurrent at the petiole by 0.7—0.8 mm, unpublished name to this specimen. 8—11 secondary veins per side; !ower buds Distribution and ecology: Endemic to 2.8—3.3 × 1.2—1.6 cm, cinnamon-colored, Honduras, scarce tree growing from 180 to sepals 3.9 × 1—1.5 cm, oblong-obovate, 1900 m in elevation, in coastal plains and white, basally glaucous; petals 8, white, out- slopes. Ce habitat of this species includes er ones 4 × 0.9—1.1 cm oblong obovate, in- primary forests at Department of Atlantida, ner ones 2.8 × 0.6—0.7 cm, linear; stamens and conifer dominated forests at high el- 53, 0.9—1.0 × 0.2 cm, pink; connective 0.25 evations on the departments of Comayagua cm long, 0.2 cm wide at the base, triangular; and Cortés, coexisting with Pinus sp. and pistils pale yellow; carpels 10;fruit and seeds Liquidambar styraci"ua L. Flowering from unknown. February to March, fruiting from August to Diagnosis: Magnolia chiriquiensis belongs September. to section Talauma subsection Talauma, it Etymology, ethnobotany and conserva- shares a similar number of stamens with M. tion: Magnolia atlantida refers to the Depar- talamancana (here described), but it diFers tament of Atlántida where the type locality from the latter in having a smaller number of this species is located. Known locally as of carpels 10 vs. 30, glabrous carpels vs. pu- “Magnolia”, none ethnobotanical informa- bescent, and leaves broadly ovate-elliptic vs. tion has been recorded on the species, but obovate. its scattered distribution might suggest that Distribution and ecology: Endemic to it is in need of protection. Panama. Very rare tree, only known from Additional specimens examined: Only forests and “barrancas” on Chiriquí Prov- known from the type locality. ince, from 1050 to 1100 m. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 95

Figura 1.5.2 Magnolia chiriquiensis (holotype at Missouri Botanical Garden Herbarium, MO). 96 Recursos Forestales en el Occidente de México

Etymology, ethnobotany and conserva- to M. morii, however, it diFers from the lat- tion: Ce name refers to the Chiriquí Prov- ter in having more coriaceous and lanceo- ince where the type locality of this species is late leaves with longer petioles vs papira- located. As this species is only known from ceous elliptic with obtuse apex and shorter one locality at Chiriquí province it must be a petioles. A. Molina and W. Burger used an target for conservation and research eForts. unpublished name for this taxon, the former considered this taxon related to M. gloriensis Additional specimens examined: PAN- while the latter suggested a relationship to T. AMA: Chiriquí. Near Fortuna Dam, along mexicana. Quebrada Arena, towards reservoir from highway. 8°45’N; 82°15’W; ca. 1050 m, 29 Distribution and ecology: Endemic Hon- May 1988 (!), G. McPherson 12586 (MO!). duras, growing at 1300-1860 m in elevation, in Pinus-Liquidambar forest, !ower bud from February to May, !owering beginning Magnolia cochranii A.Vázquez, sp. nov. March, possibly through June, and possibly Type: Honduras: Depto. Cortés. Alrededor fruiting aMer June. del Centro de Visitantes, 18 km al oeste de Etymology, ethnobotany and conserva- San Pedro Sula, Parque Nacional Cusuco, tion: Ce "rst author of this paper is very 15°30’N, 88°13’W, 1640 m, 21 Mar 1993 (! pleased to name this unique species aMer bud, !), Mejía-Darío 356 (holotype: MO!, Ceodore S. Cochrane, a true scholar in isotypes: EAP, HEH, IBUG, TEFH, WIS!) botany and long time meticulous curator of (Fig. 1.5.3). the University of Wisconsin-Madison Her- Description: Trees 4—20 m tall, bark barium (WIS), who has collaborated with whitish, aromatic; twig internodes 0.3—1.9 the "rst author of this paper during many × 0.25—0.35 cm, yellowish green; leaf blades years in many botanical endeavors. No eth- 8—21 × 6-10 cm, ovate to broadly elliptic, nobotanical data has been obtained for this obtuse to acute at the apex, obtuse at the species. As this species is only known from base, glabrous, papiraceous; petioles 2.4— few localities at departments Comayagua, 3.8 × 0.2—0.35 cm, 7—10 secondary veins Cortés and Yoro, it must be a target for con- per side; hypsophylls 2; !owers white 1.8 x servation and research eForts. 2.5 cm, stamens 80; !ower buds 1.9 × 2.2 x Additional specimens examined: HON- 1.8—2.4 cm, pale green, becoming dark; se- DURAS: Depto. Comayagua: Base of South pals 1.6—1.75 × 1-1.25 cm, petals 1.3—1.6 × to East slopes of Cuchill Alta, Reserva 0.45—0.7 cm, stamens 80; fruits unknown; Biológica Cordillera de Montecillos, 11 carpels 7—8, seeds unknown. km straigth line SSE of Siguatepeque, Diagnosis: Magnolia cochranii belongs to 14°30’00”N, 88°52’30”W, 1860 m, 9 Feb section Talauma subsection Talauma, it is 1993 (! bud), R. R. Evans 1121 (MO, WIS!); unique in Honduras for having tiny !owers Depto. Comayagua: El Cedral, Cordillera and possibly tiny fruits too. M. cochranii is Montecillos, 1600 m, 24 May 1956 (! bud, similar in terms of the small size of !owers !), A. Molina-R. 7196 (EAP, F!); Depto. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 97

Yoro: Alrededor del campamento Río Pijol, cional Pico Pijol, 15°12’N, 87°35’W, 1300 m, 6.2 km SE de Nueva Esperanza, Parque Na- 28 May 1993 (! bud), Mejía-Darío 453 (EAP, HEH, MO, TEFH, WIS!).

Figura 1.5.3 Magnolia cochranii (holotype at Missouri Botanical Garden Herbarium, MO). 98 Recursos Forestales en el Occidente de México

Magnolia costaricensis A.Vázquez, sp. nov. Diagnosis: Magnolia costaricensis belongs Type: COSTA RICA: Alajuela-Guanacaste, to section Talauma, subsection Talauma, it Bijagua de Upala, vicinity to Río Naranjo, is morphologically close to the geographi- north and west of Volcan Tenorio, 10°40— cally distant M. rimachii (Lozano) Govaerts, 45’N, 85°2—5’W, along small stream, ca. from Ecuador, but it diFers from the latter in 600 m, 5 Jul 1988 (fr), Barry Hammel & Luis terms of fruit dehiscence, with carpels split- Flores 17086 (holotype: WIS!, isotypes: CR, ting separately vs. in irregular masses, and MO) (Fig. 1.5.4). their leaves are glabrous vs. "nely pubescent. Description: Trees 3—20 (—25) m, 0.08— Distribution and ecology: Endemic to 0.1 m dbh, bark yellowish and smooth; Costa Rica. Scarce in the tropical wet forest branches hanging; twigs 0.3—2.3 × 0.3—0.5 of Heredia and Limón provinces, it might cm, glaucous when young; leaf blades 11.7— well be found in primary tropical and pre- 29 (—32) × 4.3—14 cm, lanceolate, acumi- montane wet forests of Cartago province, nate at the apex, acute to obtuse at the base, or it can be found persisting at cleared agri- coriaceous, glabrous, weakly glaucous abax- cultural land, on low altitudes ranging from ially, with 10—14 secondary veins per side; almost sea level (12 m) to 1000 m in eleva- petioles (0.4—)1.6—4.5(—5.7) × 0.15—0.45 tion, coexisting with tropical elements: Pen- cm, glaucous when young; peduncle glau- taclethra macroloba (Willd.) Kuntze, Simira cous when young; ! buds 2.3—3.7 × 1.6 cm, maxonii (Standl.) Steyerm., Socratea sp., greenish white; !owers white, sepals 3, 2.3— Rinorea Sp. and Protium sp. at low altitude, 3 × 1.1—1.2 cm, oblongate-obovate; petals and with Vochysia sp. and Chamaedorea sp. 2.8 × 1.1 cm, cuneate-obovate; gynoecium Etymology, ethnobotany and conserva- 1 × 0.8 cm, ovoid, glaucous, with brown tion: It is named aMer Costa Rica, a country glabrous styles; stamens 0.75 × 0.07 cm, with at least ten species of Magnoliaceae, ex- connective 2.3 mm, triangular; fruit gray- tremely rich for its relatively small area size. ish green and prominently lobed, fruit axis Cis species is known locally as “magnolia”, 4.3—4.5 × 1.6—1.7 cm, ellipsoid, cuneate, no further ethnobotanical information has apiculate; cells of fruit axis 1.5—2 × 0.5— been recorded on the species, but its scat- 0.85 cm, basal carpels 3.5 × 2.3, intermedi- tered distribution might suggest that it is ate carpels 1.8 × 2.1 cm, upper carpels 1.3 urgently in need of protection. × 2 cm, lateral walls extended horizontally Additional specimens examined: COS- (wing like) 0.5—1.5 cm, usually bi"d v-, y- TA RICA: Heredia. Mpio. Sarapiquí: Finca or x-shaped, falling separate, not in masses, La Selva. 200 m, 22 Apr 1970, (!), K. S. dorsally rugose, scabrous, and glabrous, in- Bawa 586 (MO!); Mpio. Sarapiquí: Small ternally smooth, glabrous and shiny yellow- hill near Tirimbina, E of Río Sarapiqui. ish, the walls dull beige; seeds 1 × 0.7 cm, 10°24’N, 84°07’W, 150—1200 m, 12—15 with a white funicle, marbled inside, ovoid, Ago 1971, (fr), W. C. Burger & M. Burger cordiform or subprismatic with a !at side; 8094 (F, CR!); Mpio. Sarapiquí: Braulio Ca-Ca- sarcotesta bright red and shiny. rrillo National Park, one half hour below Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 99

Figura 1.5.4 Magnolia costaricensis (holotype at Winsconsin State Herbarium). 100 Recursos Forestales en el Occidente de México refugio. 10°16’38’’N, 84°04’57’’W, 1000 m, Diagnosis: Magnolia el!na belongs to 22 Nov 1992, (st), B. Boyle et al. 1190 (CR, section Talauma, subsection Talauma. It is MO, WIS!); Limón. Mpio. Limón: Cordil- morphologically similar to the geographi- lera Talamanca, cerro Muchilla, Fila Mata- cally distant M. cochranii, from Honduras, ma, entering by El Progreso 9°47’40”N, but it diFers from the latter in their tree size 83°06’30’’W, 750 m. 13 Apr 1989, (! bud), ≤8 m vs. ≤20 m; smaller leaf blades: 4.6—9.3 R. Robles & A. Chacon 2775 (CR, WIS!); vs. 8—21 cm long, 3.2—5.3 vs. 6—10 cm Mpio. Limón: Pueblo Nuevo, 17 km NE of wide; smaller petioles, 1.5—1.7 vs. 2.4—3.8 Guacimo on the farm of Bernardo Herrera cm long; and their twigs fully covered with M., 1 ha sample plot, 10°20’N, 83°36’W, 100 epiphytic mosses and lichens vs. naked twigs m, 19 Mar 1995, (! bud), K. &omsen & J. without epiphytic mosses and lichens. Korning 1315 (K, WIS!); Mpio. Limón: Cor- Distribution and ecology: Endemic to dillera Talamanca, Matina, NE of Quebrada Perú. Only known from the type locality, on Cañabral and Río Barbilla con!uency, Fila el"n forest at 1850—1900 m. Suita, 10°00’30’’N, 83° 24’45’’W, 100—200 m, 13 Oct 1988, (fr), G. Herrera 2176 (CR, Etymology, ethnobotany and conserva- MO, WIS!); Mpio. Limón: Refugio Barra del tion: Cis species is named aMer its habitat Colorado, Between Río Chirripocito and the el"n forest ecosystem. No ethnobotani- Río Sardina. 10°38’N, 83°45’W, 12m, 21 Apr cal data has been obtained for this species. 1990, (! bud), M. Grayum 9818 (CR, WIS!). As this species is only known from one lo- cality at the Peruvian Amazon province, it must be a target for conservation and re- Magnolia elfina A.Vázquez, sp. nov. search eForts. Type: PERU: Amazonas. Ca. 17 trail km. E Additional specimens examined: Only of La Peca in Serranía de Bagua, 1850—1900 known from the type locality. m, el"n forest in rocky saddle, between two peaks, 14 Jun 1978 (fr), Alwin Gentry 22968 w/ M. Dillon, J. Aronson, C. Diaz & P. Bar- Magnolia equatorialis A.Vázquez, sp. nov. bour (holotype: MO!, isotype: F) (Fig. 1.5.5). Type: ECUADOR: Pastaza Cantón. Campo Description: Tree 8 m height, branches Petrolero “Ramirez” Oil Well, 20 km S of curved, with terminal leafs appearing fas- Curaray, 1°32’S, 76°51’W, 300 m, 21—28 ciculate; twigs 0.15–0.6 × 0.12–0.33 cm, cov- Feb 1990 (!, fr), Vlastimil Zak & Severo Es- ered with lichens & mosses; petioles 1–1.7 × pinoza 4884 (holotype: WIS!, isotypes: MO, 0.15–0.2 cm, adaxially !at; leaf blades 4.6– QCNE) (Fig. 1.5.6). 9.3 × 3.2–5.25 cm, ovoid, apex rounded, or Description: Trees 20—40 m, 0.65 m dbh, folded at the very tip, obtuse at the base, 2–3 terminal twigs 0.2—4.1 × 0.45—1.8 cm; mm decurrent on the petiole, glabrous, 7–9 leaves 26—55 × 12—26.5 cm lanceolate aten- secondary veins per side; !owers unknown; uate at the base acutte at the apex; petioles fruit green; seeds unknown. 2.5—6.8 × 0.3—0.9 cm, with 10—22 second- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 101

Figura 1.5.5 Magnolia elfina (holotype at Missouri Botanical Garden Herbarium, MO). 102 Recursos Forestales en el Occidente de México ary veins per side, adaxially pale green, ab- January and fruiting February to September. axially dark green; !ower bud 6.5—4.8 cm, Etymology, ethnobotany and conserva- hypsophylls 1—2, stamens 160—170; styles tion: Ce speci"c epithet is named aMer the acrescent, elongated and persistent, 4—9 × country Ecuador, and for its location near the 0.2—1.5 mm, becoming woody, gynoecium equator. As many native indigenous groups 3.4 × 3.2 cm, ovoid; fruit 9.5—10.5 × 7—8.5 still live in the provinces above mentioned it cm, pale green; fruit axis 9.4—10.5 × 3.8— is plausible to think that this groups might 3.9 cm, elliptic, the cells 12—14 × 6.7 mm; use this species in their traditional medicine basal carpels decurrent by 3—4 mm, carpels or/and rituals but no record of this practice 78—122, falling in large irregular masses; was documented. Some vouchers show re- seeds 1.1—1.35 × 0.8—0.9 cm, ovoid to cor- moved material for cancer research. It is a diform, sulcated in the middle axis in one somewhat abundant species, however many side, with red sarcotesta. of them are being cut in order to conduct the Diagnosis: Magnolia equatorialis belongs oil extraction procedures aFecting the eFec- to section Talauma, subsection Talauma. In tive size of populations, so monitoring the terms of number of carpels and stamens it health of these populations is recommended is morphologically close to M. sellowiana in order to assess the need for conservation and M. wol!. M. equatorialis diFers from and its priority. both, M. sellowiana and M. wol! in having Additional specimens examined: ECUA- fruits ellipsoid vs. globose. M. equatorialis DOR: Pastaza. Via Auca, 110 km S of Coca, has smaller fruits than M. wol! 11—12 × 10 km from Río Tiguino, Sector Cristal, 6—7 vs. 18 × 17 cm long, and has larger leaf 1°15’S, 76°55’W, 320 m, 7 Jan 1989 (!), W. blades than M. sellowiana 28—55 × 12.3— Palacios et al. 3410 (MO, WIS!); Via Auca, 21 vs. 15.4 × 9 cm. In terms of shape of car- 10 km S of the Pastaza-Napo border, near pels is similar to M. neilli, however it dif- Río Tiguino, 1°15’S, 76°55’W, 320 m, 9 Jan fers from the latter in having notably larger 1989, (!), W. Palacios 3464 (MO, WIS!); leaves, and a much larger number of carpels Via Auca, 115 km S of Coca, Petrocanada and stamens. Oil Well site, 1°9’S, 76°33’W, 320 m, 13 Feb Distribution and ecology: Endemic to 1989, (fr), D. Neill et al. 8903 (MO!, WIS!); Ecuador. Growing on lowland hills at 250— Pastaza Cantón, “Corrientes” Oil Well, 35 400 m in elevation, of tropical wet forest km SSE of Curaray, 1°43’S, 76°49’W, 300 characterized by ferric soils (Oxisol) caused m, 1—13 Sep 1990, (! bud), E. Gudiño 684 by weathering, humi"cation and perturbation (QCNE, MO, WIS!); Napo. Tena Cantón, Ja- due to animals. Its range of distribution goes tun Sacha Biological Station, S of Río Napo, from the central-north province of Napo 8 km E of Misahullí, 1°04’S, 77°36’W, 400 m, to the eastern province of Pastaza, both 17 Sep 1992, (fr), D. Neill & J. Zuleta 10135 featuring a continuum of tropical wet forest (QCNE, MO!); Aguarico, Reserva Etnica and considered the most amazonian portions Huaorani, 0°50’S, 76°18’W, 250 m, 1—7 Mar of the country. Flowering September to 1994, (fr), A. Dik & R. Endomenga 1168 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 103

(QCNE, MO, WIS!). PERU. Loreto. Maynas Magnolia gentryi A.Vázquez, sp. nov. Province, Santa María de Nanay, Quebrada Type: PERU: Pasco. Brack property, SE edge Yarina, 03°55’S 73°40’W, 150 m, bosque of Oxapampa, 10°31’S, 75°28’W, 1850 m, 6 primario, R. Vasquez & N. Jaramillo 12230 Feb 1983 (! bud, fr), Alwin Gentry 40099 w/ (MO, WIS!).

Figura 1.5.6 Magnolia equatorialis (holotype at Winsconsin State Herbarium). 104 Recursos Forestales en el Occidente de México

D. Smith & R. Vásquez (holotype: MO!) (Fig. Magnolia guanacastensis A.Vázquez, sp. nov. 1.5.7). Type: COSTA RICA: Guanacaste. Parque Description: Treelet 4 m, twigs 0.7—1.5 Nacional Guanacaste, Estación Pitilla, × 0.3—0.7 cm; leaves oblong-lanceolate, 10°59’26”N, 85°25’40”W, 700—800 m, 8 9.5—17 × 4.5—6.2 cm, coriaceous; peti- May 1992 (!), Nelson Zamora 1835 (holo- oles 1.2—2.3 × 0.3—0.4 cm, scar of adaxial type: WIS!, isotypes: CR, MO) (Fig. 1.5.8). side of petiole partial; stipules 2.2 × 2 cm, Description: Trees 20—25 m, 0.35—0.4 with 10—11 secondary veins per side; hyp- m dbh; twig internodes 0.6—1.2 × 0.6—1.2 sophylls 2, !ower buds 1.95—1.25 cm; sta- cm; leaf blades 22—27.5 × 10.9—14.3 cm, mens 24; fruit 4.5 × 3 cm; carpels ca. 15, fall- with 12—15 secondary veins per side, ob- ing in masses, styles deciduous; seeds, 1.2 × ovate, occasionally with undulated margin; 0.7 cm, pale brown. and closed fruits petioles 2.3—3.5 × 0.3—0.65 cm; !ower unknown. buds green, open !ower 6.75 × 8 cm diame- Diagnosis: Magnolia gentryi belongs to ter, sepals 3, 5.7—5.75 × 3.3—3.6 cm, white, section Talauma, subsection Talauma. It has fragrant; petals 6; external cycle 6.5 × 3.3 cm, a similar number of carpels to that of M. co- 0.9 cm at the base; internal cycle 5.8 × 2.4 chranii (15 vs. 14), but it diFers from the for- cm, 0.5 cm at the base; stamens 120—140, mer in having a smaller tree size 4 vs. 5—20 1.7 × 0.27—0.29 cm, connective 0.25 cm, m, smaller number of stamens 24 vs. 26—32, triangular; fruit axis 7.5—9.6 × 2.2—2.5 cm, carpels falling in irregular masses vs. falling axis cells 0.4—0.6 × 0.9—1.75 cm, length independently, larger fruits 4.5 × 3 cm vs. to "rst carpel 0.7—1.1 cm; carpels 49—52, 1.7 × 1.0 cm; longer leaf blades 9.5—17 vs. shortly beaked (1—2 mm long), dorsal wall 5.6—12.5, and lanceolate blades evidently 1.4—1.8 cm width; basal carpels 3.7—4.2 × curved downward at apex and base vs. ellip- 1.5—2.5, 2 cm thick; intermediate carpels tic blades occasionally curved at base. 2.7 × 1.5 cm, 1.4—1.6 cm thick; upper car- pels 1.6—1.85 × 1.1—1.5 cm, 1.2—1.6 cm Distribution and ecology: Species distrib- thick; seeds 0.8—1 × 0.7—1.1 cm, ovoid to uted in the central area of the country and subprismatic, with whitish aril. east of the Pasco region occurring at high altitudes around 1850 m elevation. Diagnosis: Magnolia guanacastensis be- longs to section Talauma, subsection Ta- Etymology, ethnobotany and conserva- lauma. It is morphologically close to typical tion: Cis species is named aMer Alwin Gen- M. mexicana in terms of number of carpels try a magni"cent botanist and ecologist of (49—52 vs. 40—46), but it diFers from the Neotropical forests. No ethnobotanical in- later in having leaf blades obovate undu- formation has been obtained for this spe- late vs. elliptic and non undulate, as well as cies. Ce species is very rare and should be shorter petioles 2.3—3.5 vs. 5.2—5.8 cm. protected. Distribution and ecology: Scarce species Additional specimens examined: Only distributed in the northwestern part of Cos- known from the type locality. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 105

Figura 1.5.7 Magnolia gentryi (holotype at Missouri Botanical Garden Herbarium). 106 Recursos Forestales en el Occidente de México ta Rica with an altitudinal range between Diagnosis: Magnolia inbioana belongs to 700 and 900 m. section Talauma, subsection Talauma. It has beaked carpels similar to those of the geo- Etymology, ethnobotany and conserva- graphically distant M. equatorialis, from Ec- tion: It is named aMer the provincia Gua- uador, but it diFers from the latter in having nacaste, Costa Rica, where this species is leaf blades obovate, obtuse at the apex and native. No ethnobotanical information has smaller (29—42 × 11—16 cm) vs. lanceo- been obtained for this species. Ce species late, acute at the apex and larger (18—55 × appears to be rare, however, its abundance 12—21 cm); a larger number of stamens 240 should be studied, starting with further revi- vs. 166 and a smaller number of carpels 70 sions at herbaria. Most likely, the species is vs. 78—122. under urgent need of protection. Distribution and ecology: Cis species is Additional specimens examined: COSTA distributed in the northern Costa Rica in the RICA: Guanacaste. Rincón de la Vieja, 800— provinces of Guanacaste, Heredia, Alajuela 900 m, 10 Oct 1987 (fr), G. Herrera 823 (CR, and Limón, in primary forest and lands WIS!); Tilarán-Arenal, 720 m, 31 Jan 1964 transformed for pasture at altitudes between (fr axis), L. R. Holdridge 5225 (CR!). 80 and 700 m in elevation. Etymology, ethnobotany and conserva- Magnolia inbioana A.Vázquez, sp. nov. tion: Ce speci"c epithet of this species is Type. COSTA RICA: Heredia. Mpio. Sara- named aMer de INBIO institution, at Costa piquí, Chilamate de Saripiquí, south end of Rica, for their leading role in the study of Cerros Sardinal, north side of Río Sarapiquí, tropical biodiversity in Latin America. No 10°27.5’N, 84°4’W, 80—110 m, 3 Jul 1985 ethnobotanical data has been obtained for (fr), B. Hammel &. M. Grayum 14099 (holo- this species. Cis rare tree species should be type: WIS!, isotype: MO) (Fig. 1.5.9). protected. Description: Trees 15—25 m, 0.25—0.35 Additional specimens examined: COSTA m dbh; twigs 0.5—1.4 × 0.6—1.2 cm; leaf RICA: Alajuela. Mpio. Upala, Dos Ríos, 7.5 blades 29.5—38.5 × 11.5—16 cm, obovate, km NE of town, between La Jabalina and Río cuneate at the base, rounded at the apex, Cucaracho, 10°56’N, 85°19’W, 325 m, 4 Apr shiny; stipules 2.5 × 0.7 cm, petioles 2—5.2 1988 (! bud), G. Herrera 1684 (CR!, MO); × 0.3—0.65 cm, longer than the stipular Limón, Cantón de Limón, El Progreso, path scar; with 13—15 secondary veins per side; between Cerro Muchilla and Cerro Avione- hypsophylls 1—2, !ower buds 4.7 × 3.2 cm, ta, Cabeceras Río Suruy, Fila Matama, Valle ovoid, whitish green, rounded at base, ob- de la Estrella, 9°47’25”N, 83°6’30”W, 700 m, tuse at the apex, open !owers unknown, 15 Apr 1989 (! bud), G. Herrera & A. Chacón stamens 198—248, carpels 52—70, styles 2626 (CR, MO, WIS!); Guanacaste, Parque 0.6—0.85 cm, free; fruit pale green. Nacional Guanacaste, Estación Pitilla, Finca la Pasmompa, 11°2’N, 85°24’W, 300 m, 17 Jun 1989 (!), I INBio 57 (CR, WIS!). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 107

Figura 1.5.8 Magnolia guanacastensis (holotype at Winsconsin State Herbarium). 108 Recursos Forestales en el Occidente de México

Magnolia jaliscana A.Vázquez & basal carpels 0.5—0.6 × 0.45—0.5 cm; dorsal R.Guzmán, sp. nov. walls 1.7—4.5 × 0.4—1.4 cm, v- or y-shaped, Type: MEXICO: Jalisco. Cuautitlán de Gar- recurved outward; lateral walls triangular or cía Barragán, Sierra de Manantlán, 1.27 km rectangular, 1.1—3.6 × 0.7—2.3 cm; fruit 9.5 Al sur del templo de Ayotitlán, Chandelcruz, × 7.5 cm, ovoid; fruit axis 8 × 2.6 cm, in- 300 m al noroeste de Palma Alta, tributario termediate cells 1.1—1.6 × 0.7—1 cm; seeds del río Ayotitlán-Chancol, 19°27’31.07”N, 1.2—1.3 × 0.99—0.95 cm, scarlet red. 104°10’57.86”W, 841 m, 29 Apr 2012 (! bud, Diagnosis: Magnolia jaliscana belongs !, fr), bosque tropical subcaducifolio, J. An- to section Talauma, subsection Talauma. It tonio Vázquez García 9335, w/ Ernesto de is closely similar to M. ofeliae A.Vázquez & Castro Arce, Miguel A. Muñiz-Castro y Jesús Cuevas (in press), from Talpa de Allende, Padilla-Lepe (holotype: IBUG!, isotypes Jalisco, but it diFers from the later in having MEXU!, WIS!, ZEA!) (Fig. 1.5.10). much smaller leaf blades 24—25 × 11.9— Description: Tree 18 m height, 0.45 m 12.6 vs. 35—45 × 23—29 cm; larger !owers dbh, bark brown; twig internodes 0.9—0.4 22 vs. 16 cm in diameter, rudiments of leaf × 0.7—0.5 cm, lenticellate, green; petioles blades and or petioles on top of the vs. 7.5—5.5 × 0.2—0.4 cm, adaxially !at, abaxi- no rudiments of leaf blades and or petioles ally convex, smooth; stipular scars 5.2—6.4 on top of the bracts; stamens and gynoe- × 0.2—0.4 cm; stipules 3.4 cm, green, gla- cium pale yellowish vs. creamy white; styles brous; leaf blades 24—25 × 11.9—12.6 cm; persistent before dehiscence vs. early decid- broadly elliptic, truncate to rounded at the uous; smaller fruits 7—10 x 5—7 vs. 14.5 × base, acute at the apex, glabrous; leaf decur- 8.5—9 cm; larger number of carpels 47—58 rency 2 mm; 8—11 secondary veins per side; vs. 37—44; smaller basal carpels 4.3—4.5 × !ower buds 10 × 6 cm, oblong, acute at the 1.2—1.4 vs. 5—5.7 × 1.5—2 cm; shorter fruit apex, glabrous, open !owers 21.5 cm in di- axis 8 vs. 11.2 cm long; and shorter interme- ameter, white throughout; perule 1, spatha- diate seed cells 1.1—1.6 vs. 1.8—2.2 cm. ceous 1, 6 × 5 cm, ovoid, rounded at Distribution and ecology: Cis species is the base, glabrous; sepals 3, 6.8—10 × 5.8 con"ned to the southern slopes of Sierra cm, oblong, concave, !exible, white; pet- de Manantlán, Jalisco and Minatitlán, als 6; outer petals 9—9.2 × 4.5—5.3 cm, the Colima, Mexico. It occurs in bosque base 1.4—1.6 cm, lanceolate, "rm, creamy tropical subcaducifolio with Calophyllum white; inner petals 8.3—8.7 × 3.9—4.5 cm, brasiliense Cambess., Ficus insipida Willd., the base 1 cm wide, lanceolate, "rm, white, Hura polyandra Baill., Annona reticulata L., fragrant; stamens 168—178, 1.5 × 0.3 cm, Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb., pale yellowish; connective 12—15 mm, Styrax argenteus C. Presl, Bursera simaruba acute; gynoecium ovoid, 4.5 × 2.5 cm; styles (L.) Sarg., Cecropia obtusifolia Bertol., Piper 8 × 1.5 mm, rounded, creamy white, dark spp., Inga eriocarpa Benth., and Hedyosmum when dried; carpels 47—58, smooth, gla- mexicanum Cordemoy; in lower montane brous; fruits 7—10 x 5—7 cm, decurrency of cloud forest with Calatola laevigata Standl., Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 109

Figura 1.5.9 Magnolia inbioana (holotype at Winsconsin State Herbarium). 110 Recursos Forestales en el Occidente de México

Beilschmiedia manantlanensis Cuevas & (WIS, ZEA); 200 m from Palma Alta houses, Cochrane, Calliandra laevis Rose, Ardisia 900 m, 3 Jul 1990 (immature fr.), J. Cevallos- revoluta Kunth, Quercus acutifolia Née, Espinoza et al. 65 (WIS!, ZEA!); 1 km S of Siparuna andina (Tul.) A. DC., Magnolia Ayotitlán, 19°28’13”N, 104°11’04”W, 750 iltisiana A.Vázquez, and Hibiscus uncinellus m, 28 Ago 1991 (! bud, fr), B. Benz et al. DC. At an elevation of 700—1000 m. 1269 (WIS!, ZEA!); Arroyo Ayotitlán, 840 Flowering from April to August, peaking in m, 8 ene 1995 (sterile), E. Judziewicz et al. June, fruiting from April to August. 5188 (WIS!, ZEA!); 2.5—3 km NNE de La Pareja, 1200 m, 15 mar 1997 (fr), R. Cuevas- Etymology, ethnobotany and conser- G et al. 5508 (ZEA!); 2 km al N de Cuzalapa, vation: It is named aMer the megadiverse entre Cuzalapa y El Durazno, 700—800 m, Mexican state: Jalisco. It is localy known 25 feb 1995 (sterile), F. J. Santana-Michel as “cacao” (Cuautitlán), “cacao macho” 7098 (ZEA!); Río de la Cruz, Palma Alta, and “yoloxochitl” (Ayotitlán), “granado” 19°27’57”N, 104°10’47”W, 855 m, 29 Apr o “granadillo” (Colima) and “corazón de 2012 (!, ! bud), M. A. Muñiz-Castro et al. buey” (Cuzalapa and Colima). Ce inner 1020 (IBUG!). Colima: Municipio de Mina- petals are strongly fragrant. No seedlings or titlán, 3 km al E de El Arrayanal, 19°36’N, saplings were found and several adult trees 104°18’W, 1224 m, 20 Ago 2000 (sterile), F. missing, nearby Ayotitlán and above El Du- Enciso-M. & H. Orozco-J. 028 (ZEA!); NE del razno, where the Jova hurricane had strong Ejido Arrayanal, colindando con el predio impacts last year. Seed predation by squir- El Ocote, 1000—1100 m, 20 ene 2002 (fr) R. rels and “tezmos” (ground squirrels) is said Cuevas-G & F. Enciso-M. 7298 (ZEA!). to be occurring. Additional specimens examined: MEXI- CO: Jalisco. Mpio. Casimiro Castillo, 19— Magnolia lopezobradorii A.Vázquez 20 km SSW of Autlán, 2—5 km SE of Ca- Type: MEXICO: Veracruz. San Andrés Tux- simiro Castillo, 19°35’16”N, 104°24’13”W, tlas, Ejido Lázaro Cárdenas, entrando por 700—1000 m, 15 Jul 1988 (fr), R. Cuevas La Perla de San Martín, al borde de pasti- & R. Cuevas 3121 (WIS!); 5.7 km al SW de zal, selva alta perennifolia, 18°33’59.1”N, Casimiro Castillo, Ejido de la Naranjera, 95°06’31.2”W, 621 m, 11 Oct 2011 (fr), San- 19°33’ 46”N, 104°23’12.8”W, 920 m, 29 Apr tiago Sinaca Colin 3723 (holotype: IBUG!, 2012 (! bud, fr), E. De Castro-Arce et al. 10 isotype: MEXU!) (Fig. 1.5.11). (IBUG!). Mpio. Cuautitlán de García Bar- Description: Tree 8—35 m height, 0.6 ragán, SSE of Ayotitlán, 805 m, Charco Ne- m dbh, bark green-brown; twig internodes gro o de los Pescadores, 22 Apr 1984 (fr), R. 0.6—0.8 × 0.7—0.1 cm, lenticelated, dark Guzmán-Mejía 6641 (IBUG!, WIS!); 3 km green-brownish; petioles 5.4—8.9 × 0.2—0.3 SE of Ayotitlán, Arroyo Chantecolote, 805 cm, adaxially !at, abaxially convex, smooth; m, 22 Apr 1984 (fr), R. Guzmán-Mejía 6648 stipular scars 5.2—8.6 × 0.2—0.4 cm; stipules (IBUG!, WIS!); Ayotitlán, Manantlán, near 4-6 cm, green, glabrous; leaf blades 16—29 × river, May 1989 (!, fr), R. Justo-Elías s. n. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 111

Figura 1.5.10 Magnolia jaliscana (holotype at Instituto de Botánica, Universidad de Guadalajara, IBUG). 112 Recursos Forestales en el Occidente de México

11—13 cm; lanceolate, truncate at the base, in May and June, and fruiting from June to acute at the apex, glabrous; leaf decurrency October. 4—7 mm; 8—14 secondary veins per side; Etymology, ethnobotany and conserva- !ower buds 4.5—7.3 × 2.6—3.4 cm, oblong, tion: Ce speci"c epithet honors Andrés acute or rounded at the apex, glabrous, open Manuel López Obrador, a progressive politi- !owers 13.5 cm in diameter, creamy white cian and second time Mexican Presidential throughout; spathaceous bract 4.8—5.3 × Candidate, a scholar of the “deep” problems 2.5—2.9 cm, ovoid, rounded at the base, of Mexico, “El México profundo”, with sound glabrous; sepals 3, 5.1—5.2 × 2.9—3.8 cm, proposals for sustainable management for oblong, concave, "rm, re!exed, white- tropical rainforest, from where he and this greenish; petals 6; outer petals 5.8 × 2.2 cm, tree species are native. A magni"cent tree lanceolate, "rm, creamy white; inner pet- of the family Magnoliaceae is named aMer a als 3.0—3.5 × 1.6—1.9 cm, lanceolate, "rm, magni"cent philanthropic man. No ethno- white, fragrant; stamens 70-90, pale yellow- botanical information has been obtained ish; gynoecium ovoid, 2—3.2 × 1.4—2.4 cm; for this species. More individuals of this rare styles 10—12 × 5—7 mm, acute, creamy species should be located, propagated and white, dark when dried; carpels 33—35, protected. 3.4—5 × 1.7—2.1 cm, smooth, glabrous; de- currency of basal carpels 0.8—1.2 × 0.4—0.5 Additional specimens examined: MEXI- cm; dorsal walls humped, 2.8—3.5 × 1—1.6, CO: Veracruz. Catemaco, Cerro al E de Ran- v- or y-shaped; lateral walls triangular or cho La Azufrera, 18°23’30”N, 94°53’15”W, rectangular, 2.9—4 × 1.7—2.1 cm; fruit 770 m, 10 Ago 1989 (fr), R. Acosta-Pérez et 8—12 × 5.5—7.4 cm, ovoid; fruit axis 8.1 × 3 al. 3151 (CIB); Faldas del Volcán San Martín cm green, intermediate cells 1.3—2 × 0.8—1 Tuxtla, Los Tuxtlas, 18°56’9”N, 95°21’91”W, cm and 0.4—0.6 cm deep; seeds 1—1.3 × 895 m, 23 May 2005 (! bud), E. Velasco-Sina- 0.8—1.2 cm, scarlet red. ca 669 (MEXU); Faldas del Volcán San Mar- tín Tuxtla, 18°33’15.48”N, 95°13’26.76”W, Diagnosis: Magnolia lopezobradorii is 915 m, 21 Jun 2005 (fr), E. Velasco-Sinaca morphologically close to typical M. mexi- 699 (MEXU); San Andrés Tuxtlas, Ejido cana DC., but it diFers from the later in hav- Lázaro Cárdenas, Cerro de Cárdenas, den- ing smaller number of carpels 33—35 vs. tro de la Reserva de Los Tuxtlas, entrando 38—46, larger leaf blades 16—19 × 11—13 por La Perla de San Martín, 18°34’26.6”N, vs. 14—18.5 × 10 cm, and the beak of upper 95°06’13.5”W, 579 m, 11 Oct 2011 (fr), sel- carpels emergent vs. non emergent. va alta perennifolia, S. Sinaca-Colín 3724 Distribution and ecology: A rare tree only (MEXU); San Andrés Tuxtlas, Ejido Lázaro known form Los Tuxtlas, Veracruz, in Vol- Cárdenas, 18°34’1.7”N, 95°06’31.9”W, 624 cán San Martín and NW side of Sierra Santa m, 7 May 2011 (!), J. A. Vázquez-García et Marta, in tropical rainforest, primary or sec- al. 9128 (IBUG). ondary (“acahual”), on hills with dark brown clay soils, at 770-915 m elevation; !owering Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 113

Figura 1.5.11 Magnolia lopezobradorii (holotype at Instituto de Botánica, Universidad de Guadalajara, IBUG). 114 Recursos Forestales en el Occidente de México

Magnolia lozanoi A.Vázquez & De Castro, Etymology, ethnobotany and conserva- sp. nov. tion: Cis species is described aMer Gustavo Type: ECUADOR: Morona-Santiago, Gua- Lozano Contreras, an outstanding scholar dalquiza Cantón, Campamento Achupalla, and leading authority for decades on the Cordillera del Cóndor, 15 km east of Guala- systematics of Neotropical Magnoliaceae. quiza, open bromeliad sward with scattered Additional specimens examined: Only shrubs and small trees, 3°27’S, 78°22’W, known from the type locality. 2090 m, 25 Jul 1993 (!, fr), Al Gentry 80443 (holotype: WIS!, isotype: MO!) (Fig. 1.5.12). Magnolia multinervia A.Vázquez, sp. nov. Description: Tree 3 m; twigs 0.35—0.6 Type: COSTA RICA: Limón. Parque In- × .7—1.8 cm, densely yellowish pubescent; ternacional La Amistad Sunidii (Agua de leaf blades 7—9.5 x 3.2—5 cm, elliptic to ob- Venado), Croriña Quebrada Lumbeta, ovate, adaxially with hairs along the middle 9°25’15”N, 82°59’00”W, 600 m, 18 Jul 1989 vein, abaxially appressed pilose, densely yel- (fr), Abelardo Chacón 223 (holotype: WIS!, lowish pubescent; petioles 0.85—1 × 0.15— isotype: CR) (Fig. 1.5.13). 0.25 cm, stipules 4—5 × 0.35 cm, densely yellowish pubescent, darker hairs on stem, Description: Tree 5 m tall; twig inter- with dark dots on the leaf surface, with 17— nodes 2—4 × 0.5—0.75 cm; leaf blades 18 secondary veins per side; !ower 2.8— 33.5—35 × 10.1—11.1 cm, narrowly elliptic, 2.9 cm, white; sepals abaxially tomentose, with 20—21 secondary veins per side; peti- outer petals 1.4—1.4 × 2.8 cm, inner petals oles 5.1—6.5 × 0.3—0.45 cm; fruit 5.5 × 3.5 .9—2.5; gynoecium 1.2 × 0.35 cm, elliptic, cm, pale green; fruit axis 5.5 × 2.2 cm, axis densely tomentose; stamens 40, ca. 6 mm cells 1.1—1.2 cm long; carpels 26; basal car- long, the connective 4 mm long, brittle and pels 2 × 2 cm, with lateral walls 0.4 × 0.4 cm, entangled; fruit with ca. 7 carpels, green. extended outward (winglike), v-shaped; up- per carpels 1.15 × 1.2 cm with lateral walls Diagnosis: Magnolia lozanoi belongs to 0.25—0.3 cm width (winglike), v-shaped; section Talauma, subsection Dugandioden- stamens 97; seeds 0.9 × 0.7 cm, cordiform or dron. It is morphologically similar to M. ma- subprismatic with a !at side. hechae (Lozano) Govaerts, but it diFers from the latter in having a smaller tree size 3 vs. Diagnosis: Magnolia multinervia belongs 15—25 m, smaller obovate leaf blades 7—9.5 to section Talauma, subsection Talauma. M. × 3.2—5 vs. elliptic 11.8 × 4.63 cm, shorter multinervia overlaps partially with the geo- petioles 0.85—1 vs. 1.16 cm, and sparsely graphically distant M. sinacacolinii, in terms long black hairs on the twigs vs none. of number of carpels and stamens, but it dif- fers clearly from the latter in having larger Distribution and ecology: Endemic to leaf blades 33.5—35 × 10.1—11 vs. 16—30 × Cordillera del Cóndor, in open tepui-like 5—12.5 cm, leaf blades narrowly elliptic vs. bromeliad sward at 2090 m elevation, with lanceolate with a larger number of second- shrubs and scattered small trees. ary veins per side 20—21 vs. 12—14. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 115

Distribution and ecology: A very re- leaf blade of this species. No ethnobotanical stricted species known from one locality at data has been obtained for this species. As Limón province in Costa Rica. It grows at an this species is only known from one local- altitude of 600 m. ity at Limón province, it must be a target for conservation and research eForts. Etymology, ethnobotany and conserva- tion: Ce speci"c epithet is named in refer- Additional specimens examined: Only ence to the numerous secondary veins of the known from the type locality.

Figura 1.5.12 Magnolia lozanoi (holotype at Winsconsin State Herbarium). 116 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 1.5.13 Magnolia multinervia (holotype at Winsconsin State Herbarium). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 117

Magnolia oaxacensis A.Vázquez, sp. nov. Etymology, ethnobotany and conserva- Type: MEXICO: Oaxaca. Puerto de la Sole- tion: It is named aMer Oaxaca, the richest dad, Teotitlán de Flores Magón, Carr. Fed- state in Mexico terms of its biodiversity and eral 182, 18°10’02”N, 96°59’57”W, 2340 m, 7 cultural diversity as well. It is locally known Jun 1999 (! bud, !, fr), Gilberto Piña & Ur- as “yolosuchitl”. Scattered trees were ob- let s.n. (holotype: IBUG!, isotypes: MEXU!, served, with no seedlings or saplings nearby. IEB!, WIS!) (Fig. 1.5.14). Ce fruits rarely produce seeds, thus the propagation of this species is highly recom- Description: Trees 4—5 m tall, 30 cm mended. dbh; twigs 0.5—4.5 × 0.4—0.5 cm, yellowish pubescent; leaves 8.5—10.5 × 4.2—5.5 cm; Additional specimens examined: MEXIMEXI-- petioles 2—2.6 × 1—2 cm, axilar foliar buds CO: Oaxaca. Sierra Mazateca, Cerro de 0.4—1.6 × 0.2—0.4 cm; peduncle 1.9—2.9 Los Frailes, District of Teotitlán. 2000 m, × 0.3—0.4 cm, yellowish pubescent, 11—13 8 Jul. 1989 (!), R. E. Schultes 811 (EHOA); secondary veins per side; !ower bud 2—2.9 Puerto de la Soledad, Teotitlán del Camino × 1.2—1.5 cm, open !ower 8 cm diam.; 2150 m, 20 Jun 1979 (fr), M. Sousa 10415 spathaceous bract yellowish pubescent; se- (MEXU), Teotitlán del Camino 2000 m, pals 3.1—3.8 × 1.7—2 cm; petals 3.1—3.7 × 25 mar 1989(!), J.A. Vázquez-García 4975 (1.5—) 2—2.2 cm, stamens 34—39, 1—1.1 (WIS); 2100 m, 2 Apr 1972 (!), T. MacDou- cm long, styles 2—2.2 mm; fruits 3.1 × 1.7 gall H340 (NY, F); Los Frailes, 25 Mar 1989 cm yellowish pubescent, carpels 10—18, (!), J.A. Vázquez-García et al. 4990 (WIS). basal carpels 1.5—1.3 × 0.5—0.8 cm; seeds 0.1 × 0.6 cm, dark brown to reddish, smooth. Magnolia peruviana A.Vázquez, sp. nov. Diagnosis: Magnolia oaxacensis belongs Type: PERU: Amazonas. Bagua Provin- to section Magnolia, subsection Magnolia. It ce, Distrito Imaza, Region del Marañon, is morphologically close to typical M. schie- Comunidad de Yamayakat, Quebrada Ku- deana Schlecht., but it diFers from the latter su-Chapi, Río Marañon, Bosque primario in having a smaller number of carpels 10— colinas, 4°55’S, 78°19’W, 550 m, Feb 1995 (! 18 vs. 18—25 (—30), smaller number of bud), R. Vasquez 20057 w/ N. Jaramillo, R. stamens 34—39 vs. 37—48, fruit and twigs Apanu y R. Kugkumas (holotype: WIS!, iso- yellowish pubescent vs. glabrous, and size type: MO) (Fig. 1.5.15) leaf blades 8.5—10.5 × 4.2—5.5 vs. 15—22 Description: Trees 12—30 m, 0.14—0.41 (—24) × 6—8 (—9) cm. m dbh; twig internodes 0.4—1.9 × 0.3—0.85 Distribution and ecology: Only known cm; leaf blades 11—31.5 × 5.5—18 cm, from the Sierra Mazateca, Oaxaca. It grows broadly ovate to elliptic-obovate, glabrous, in cloud forest, occasionally found on occasionally acute at the apex; stipules 3.2 swampy pond margins. Flowering from × 0.8 cm linear lanceolate, petioles 2.5—6.5 March to July and fruiting in Jun. cm, with 12—15 secondary veins per side; ! bud 4.5—3 cm, sepals 3; 2.9—3.4 × 1.85—2 118 Recursos Forestales en el Occidente de México cm, petals 6; external cycle 2.8—2.9 × 1.8— Diagnosis: Magnolia peruviana belongs 2.2 cm, cochleated; internal cycle 1.4—2.7 to section Talauma, subsection Talauma. It × 1.6—1.75 cm, cochleated; stamens 112 is morphologically close to the geographi- 0.99—1.01 × 0.01—0.015 cm; gynoecium 2 cally distant M. gloriensis, from Costa Rica, × 1.15 ellipsoid; carpels 22—24. but it diFers from the latter in having larg- er leaf blades 16—32 × 8—18 vs. 10—17 ×

Figura 1.5.14 Magnolia oaxacensis (holotype at Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara Herbarium (IBUG)). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 119

4—6 cm, leaf baldes broadly elliptic ovate to Etymology, ethnobotany and conserva- elliptic obovate and coriaceous vs. broadly tion: It is named aMer the country Perú in lanceolate and papiraceous, and smaller honor to their great history led by the Inca number of carpels 22—24 vs. 24—30. Empire. No ethnobotanical information has been obtained for this species. Ce species Distribution and ecology: Cis species should be protected immediately. grows at 550 m in elevation.

Figura 1.5.15 Magnolia peruviana (holotype at Winsconsin State Herbarium). 120 Recursos Forestales en el Occidente de México

Additional specimens examined: PERU: Diagnosis: Magnolia sinacacolinii belongs Amazonas. Bagua Province, Distrito Imaza, to section Talauma, subsection Talauma. M. Region del Marañon, Comunidad de Yamay- sinacacolinii overlaps partially with the geo- akat, Quebrada Kusu-Chapi, Río Marañon, graphically distant M. multinervia, in terms 4°55’S, 78°19’W, 550 m, Feb 1995 (sterile), of number of carpels and stamens, but it dif- R. Vasquez. et al. 19715 (MO, WIS!); Ama- fers clearly from the latter in having smaller zonas, Bagua Province, Distrito Imaza, Re- leaf blades 16—30 × 5—12.5 vs. 33.5—35 × gion del Marañon, Comunidad de Yamay- 10.1—11 cm, leaf blades lanceolate vs. nar- akat, Quebrada Kusu-Chapi, Río Marañon, rowly elliptic, with a smaller number of sec- 4°55’S, 78°19’W, 550 m, Feb 1995 (sterile), ondary veins per side 13—14 vs. 20—21. R. Vasquez et al. 19381 (MO, WIS!). Distribution and ecology: Cis species is distributed in lower montane tropical rain- Magnolia sinacacolinii A.Vázquez, sp. nov. forest of Veracruz, Mexico. It grows on steep slopes ranging in altitudes from 200 to 550 Type: MEXICO: Veracruz. Mpio. Catema- m, also growing with Quercus spp. and Liq- co, Ejido López Mateos, Los Tuxtlas, uidambar styraci"ua L. in areas of perturba- 18°26’39.8”N, 95°00’20.4”W, 309 m, lower tions, !owering in May. montane rainforest, in an induced pasture, at 10 m from the rural road, 7 May 2011 (! Etymology, ethnobotany and conserva- bud, !), J. Antonio Vázquez-García 9134 w/ tion: Ce speci"c epithet honors Santiago Santiago Sinaca-Colín, Miguel A. Muñiz- Sinaca Colín, an outstanding explorer of the Castro, Miguel de J. Cházaro-B. & Eernesto tropical rain forest of southern Mexico spe- De Castro-Arce (holotype: IBUG!, isotype: cially of the Los Tuxtlas region. As the habi- MEXU!) (Fig. 1.5.16). tat for this species was subject of selective logging and wood extraction, some atten- Description: Tree 7—15 m, 0.2—0.25 tion might well be paid to this species in or- mdbh bark gray, smooth; Twig internodes der to evaluate the health of its populations 0.4—1.3 × 0.7—0.8 cm, leaf blades 16—30 and habitats. × 5—12.5 cm, Petioles 3—3.5 × 0.2—0.3 cm, 12—14 secondary veins per side; Spatha- Additional specimens examined: MEX- ceous bract 1, !ower buds 4 × 3—3.5 cm, ICO: Veracruz. Mpio. San Andrés Tuxtla, pale green; !owers white, fragrant; sepals 3, Cerro Lázaro Cárdenas, Estación de Bi- 5.5—5.8 × 3.1—3.3 cm, abaxially green; pet- ología Tropical Los Tuxtlas, 18°34’— als 6, 4.8—6.3 × 2.8—3 cm, creamy white; 18°36’N, 95°04’—95°09’W, 550 m, 24 Apr stamens 71—112; gynoecium 2.1—2.3 × 1986 (! bud), S. Sinaca Colin & F. Chigo S. 1.8—1.9 cm; fruit subglobose, 5.4—6.2 646 (IPN!, MEXU!/Los Tuxtlas); Mpio. San × 4.2—4.4 cm, grayish brown; fruit axis Andrés Tuxtla, Cerro Lázaro Cárdenas, Es- 5.4—6.2 × 1.8—2 cm, elliptic; carpels 20— tación de Biología Tropical Los Tuxtlas, 28, 1.8—3.75 × 1.3—2 cm; seeds 1—2.8 × 18°34’—18°36’N, 95°04’—95°09’W, 500 m, 0.75—1.8 cm, yellowish. 22 May 1986 (!), G. Ibarra-Manríquez & S. Sinaca-Colín 2873 (MEXU!/Los Tuxt- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 121 las); Mpio. San Andrés Tuxtla, Ejido Lázaro de Biología Tropical Los Tuxtlas, 18°34’- Cárdenas, Estación de Biología Los Tuxtlas, 18°36’N, 95°04’-95°09’W, 550 m, 31 Oct 3 Ago 1986 (!), C. León-G. 154 (MEXU!); 1986 (fr), S. Sinaca-Colín 1036 (MEXU!/Los Mpio. San Andrés Tuxtla, Cerro Lázaro Tuxtlas); Mpio. San Andrés Tuxtla, Cerro Cárdenas, Cerro Lázaro Cárdenas, Estación Lázaro Cárdenas, Estación de Biología Trop-

Figura 1.5.16 Magnolia sinacacolinii (holotype at Instituto de Botánica, Universidad de Guadalajara, IBUG). 122 Recursos Forestales en el Occidente de México ical Los Tuxtlas, 18°34’—18°36’N, 95°04’— with elongated lenticels 1—5 × 1—1.5 mm, 95°09’W, 550 m, 31 Oct 1986 (fr), S. Sina- dark brown; petioles, 4—7.5 × 0.4—0.5 cm, ca-Colín 1037 (MEXU!/Los Tuxtlas); Mpio. adaxially !at, abaxially convex, thickened San Andrés Tuxtla, Lote 69, Cerro Lázaro and darkened at the base, glabrous; leaf Cárdenas, Estación de Biología Tropical Los blade 20—22.5 × 12—12.5 cm, broadly el- Tuxtlas, 18°34’—18°36’N, 95°04’—95°09’W, liptic, obtuse at the apex, obtuse at the base, 550 m, 22 May 1989, G. Ibarra-Manriquez the very base with leaf tissue shortly decur- & S. Sinaca-Colín 3389 (MEXU!/ Los Tuxt- rent (0.4—0.5 cm) and converging to the las); Mpio. Catemaco. 2 km E of town La tip of the stipular scar on the petiole, coria- Palma by the road from La Palma to El ceous, with 11—12 secondary veins per side, Real, 14 May 1973 (! bud), A. Villegas H. glabrous or glabrate at the mid vein; !owers 127 (F, MEXU!, WIS!); Mpio. Catemaco. ca. 12 cm in diam., creamy-white, peduncu- Ejido López Mateos, 8 km E of Coyame, late, !ower bud 4 × 3.5 spathaceous bract 1, Los Tuxtlas, 18°26’20.0.4”N, 95°57’56.7”W, sepals ca. 6 × 5 cm, cochleate, thinner than 243 m, 21 Oct 2008 (fr), V. Corona-De Ita petals, adaxially dull white; petals 6, in two et al. 32 (MEXU!/ Los Tuxtlas); Mpio. San whorls; outer petals 6.9 × 3.5 cm, thicker, Pedro Soteapan, 1 km E of Magallanes, "rm, dull white; inner petals 6 × 2.9 cm, "rm, 18°21’30”N, 94°46’00W, 420 m, 14 Apr 1986, dull white; stamens ca. 76. Ginoecium ovoid R. Acosta-P. et al. 1065 (CIB!, XALU); Mpio. 3.5 × 2—2 cm, with 30—32 united carpels, San Pedro Soteapan, Mirador Pilapa, 200 m, styles soon deciduous, brown; carpels striate 15 May 1986 (! bud), M. Vázquez-T. et al. at the base, angulose at the dorsal portion. 3452 (XALU, WIS!); Mpio. Mecayapan, base Fruits and seeds unknown, likely ellipsoid. of Volcan Santa Marta, above Tatahuicapan, Diagnosis: Magnolia steyermarkii belongs 250 m, 15 May 1986, (!), J.V. LaFrankie 1247 to section Talauma, subsection Talauma. M. (TENN!); Mpio. Mecayapan, Los Tuxtlas steyermarkii overlaps, in terms of number of range, very step sllopes adjacent to sharp carpels, with the geographically distant M. ridge ascending Volcan Santa Marta, 500 m, talamancana from Costa Rica, but it diFer 18 May 1986 (! bud), J.V. LaFrankie 1288 from the latter in having a larger number of (TENN!). stamens 76 vs. 56, longer petioles 4—7.5 vs. 1.3—3.3 cm, leaf blades broadly elliptic with Magnolia steyermarkii A.Vázquez, sp. nov. obtuse to acute apex vs. elliptic lanceolate with acuminate apex. Type: GUATEMALA: Depto. Huehuetenan- go, vicinity of Maxbal, about 17 miles north Distribution and ecology: Only known of Barillas, Sierra de Los Cuchumatanes, from the type locality. Flowering in July, 1500 m, 15—16 July 1942 (!, fr), Julian likely fruiting from September to October. A. Steyermark 48895 (holotype: F!) (Fig. Etymology, ethnobotany and conserva- 1.5.17). tion: Ce speci"c epithet honors the botani- Trees 16 m, ca. 40 cm dbh; twig inter- cal accomplishments of Julian Alfred Stey- nodes 0.7—1.7—× 0.7—0.8 cm, glabrous, ermark, an extraordinary botanist of both Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 123

Figura 1.5.17 Magnolia steyermarkii (holotype at Field Museum herbarium, F). 124 Recursos Forestales en el Occidente de México temperate and tropical !oras including his glabrous and glaucous; and a smaller num- monumental work on the Flora de Guate- ber of stamens, 56 vs. 86. mala where this species appears to be en- Distribution and ecology: Endemic to demic. Cis species is locally known as “palo Costa Rica. On the margins of Río Urén, de peña” with fragant !owers with faint odor Cantón Talamanca, at 450 m in elevation. suggestive of apple blossoms. Cis rare spe- Fruiting in July. cies is on urgent need of protection. Etymology, ethnobotany and conserva- Additional specimens examined: GUA- tion: It is named aMer the Talamanca region, TEMALA: Department of Izabal, in Coro- no ethnobotanical data has been obtained zal between Cienaga and Seja on Guatemala for this species. Cis rare species is under Road, May 6 1971, E. Contreras 10735 (IPN!, need of immediate protection. UDT). Additional specimens examined: Only known from the type locality. Magnolia talamancana A.Vázquez, sp. nov. Type: COSTA RICA: Limón. Cantón de Ta- Magnolia vallartensis A.Vázquez & M. lamanca, Sukut. de las juntas de Río Urén y Muñiz, sp. nov. Río Sukut, 1.5 km aguas arriba sobre éste, margen derecha siguiendo el sendero hacia Type: MEXICO: Jalisco. Mpio. Puerto Vallar- Boca de Río Buruy, 9°24’10”N; 82°57’40”W, ta, 5.5 km al suroeste del puerto, 20°32’48”N, 450 m, 8 Jul 1989 (immature fr.), Gerardo 105°16’7.6”W, 102 m, 3 Dic 2009 (!, ! bud, Herrera 3215 (holotype: WIS!, isotypes: CR, fr), J. Antonio Vázquez García 9343 w/ Rosa MO) (Fig. 1.5.18). Murguía Araiza & Ricardo Díaz Borioli (holotype: IBUG!, isotypes: MEXU!, IEB!, Trees 5—6 m tall, bark aromatic; twig WIS!) (Fig. 1.5.19). internodes 0.4—1.9 × 0.45—0.5 cm; leaves (10.5) 18—33.5 (—35) × (4—) 7.5—12 Description: Trees 15 m, 0.2 m dbh, "rst (—12.5) cm, 10—13 secondary veins per branches at 1.5 m height, twig internodes side; petioles 1.3—3.3 × 0.15—0.4 cm; gy- 1—3 × 0.4—0.6 cm, lenticellate, internodes noecium ovoid-subglobose 2.4 × 2 cm; dor- glabrous, nodes yellowish pubescent. Leaf sal pistils 1.5—1 × 3.5 cm; stamens 56; fruit blades 13.5—25.3 × 6—10.8 cm, broadly el- immature, pale green; carpels ca. 30 appar- liptic to obovate or broadly lanceolate, ob- ently separate, pubescent, yellowish green; tuse to acute at the apex; petioles 2—3.4 × mature fruit and seeds unknown. 0.1—0.3 cm, adaxially channeled, thickened and dark at the base, with 14-16 secondary Diagnosis: Magnolia talamancana be- veins per side; !ower bud 3.7—5 × 2.3—2.5 longs to section Talauma, subsection Ta- cm, ovoid; peduncle 2.1—3 × 0.3—0.6 cm, lauma. It is morphologically close to M. cos- with a short internode (5—8 mm); spatha- taricensis, it diFers from the latter in having ceous bract 1, 3.4 × 3.6 cm, concave, glabrous; a larger number of carpels, ca. 30 vs. 16—19; open !owers 8.3—12.5 sepals 3, 4.6—5.8 × the carpels yellowish-green pubescent vs. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 125

Figura 1.5.18 Magnolia talamancana (holotype at Winsconsin State Herbarium). 126 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 1.5.19 Magnolia vallartensis (holotype at Instituto de Botánica, Universidad de Guadalajara, IBUG). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 127

1.5—2, obovate greenish-whitish, re!exed; & R. Díaz-Borioli 9645 (IBUG). Mpio. Cabo petals 6—8, outer ones 3—6.6 × 1.9—3.5, Corrientes, de Provincia a Zimapán, del lado 0.3 mm wide at base, creamy-white, tinged izquierdo del camino, 900 m, 12 Mar 2011, with salmon-orange at the abaxial base; in- J.A. Vázquez-García et al. 9084 (IBUG!); ner ones 1.8—4.2 × 0.9—1.8 cm, 0.15 mm at Mpio. Cabo Corrientes, de Provincia a Zi- base; stamens 75—82 (—118), 1—1.1 × 0.1 mapán, 980 m, 27 jun 2012, J.A. Vázquez- cm, linear, triangular at the apex, creamy- García et al. 9360 (IBUG, MEXU, IPN). white, longitudinally concave, slightly con- torted, wider at toward the apex, some wider Magnolia wetterii A.Vázquez, sp. nov. at the base; gynoecium 1.5—1.6 × 0.6—0.8 cm, with 14—19 carpels; styles 2—2.5 × 0.3 Type: COSTA RICA: Puntarenas, Parque mm, curved, whitish, carpels 0.9—2.7 × Nacional Corcovado, Cerro Brujo, cabeceras 0.5—1.2; fruit 2.4—5.1 × 2—2.3, obovate; de Quebrada, Vaquedano, 8°39’00”N, seeds 0.6—0.9 × 0.2—0.3 cm, ovate to sub- 83°35’50”W, 617 m, 19 Jul 1990 (fr), Gerar- orbicculate, scarlet red. do Herrera 3971 w/ Ricardo Soto & Floren- cio Madrigal (holotype: WIS!, isotypes: CR, Diagnosis: Magnolia vallartensis belongs MO) (Fig. 1.5.20). to section Magnolia, subsection Magnolia. It is morphologically close to M. paci!ca Description: Trees 15—30 m, 30—57.2 A.Vázquez, however it diFers from the latter cm dbh; twig internodes 0.9—1.45 × 0.8— in having leaves broadly elliptic vs. elliptic- 0.9 cm; leaf blades 22.8—30 × 9—12.2 cm; lanceolate, the apex frequently obtuse vs. petioles (1.4—) 3.6—4.7 × 0.2—0.45 cm, frequently acute, the abaxial base of outer with 12—13 secondary veins per side; !ow- petals tinged with pale orange vs. not tinged er bud 3 × 2 cm ellipsoid; open !ower 5 cm and petals 6—8 vs. 6. long, 7 cm in diameter; sepals 3, 5.5—5.7 × 1.9—2.4 cm; petals 6—9, external petals Distribution and ecology: only known 5—5.1 × 1.8—2.3 cm; internal petals 4.4— from Puerto Vallarta and Cabo Corrientes. 4.8 × 1.7—1.8 cm; stamens 140—190, 1.7— On the upper edges of gallery forest at lower 1.8 × 0.2—0.25 mm, the connective 0.3—0.4 elevations 100-1000 m elevation. cm, triangular; carpels 35—42, v—shaped; Etymology, ethnobotany and conservation: fruit axis 5.5 × 2.1 cm, axis cells 1.1 × 0.6 Ce speci"c epithet is named aMer the munic- cm; basal carpels 3—4 × 1—1.1 cm, 0.8 cm ipality of Puerto Vallarta, the type locality of thick; intermediate carpels 2.1 × 1.1 cm, 0.8 this species. No ethnobotanical information cm thick; upper carpels 1.9 × 0.9 cm, 0.8 cm has been obtained for this species. Its propa- thick; seeds 0.95 × 0.8 cm; length to "rst cell gation and protection is urgently needed. from stamens 0.5 cm. Additional specimens examined: MEXICO: Diagnosis: Magnolia wetterii belongs to Jalisco: Puerto Vallarta. 5.5 km al suroeste de section Talauma, subsection Talauma. M. Puerto Vallarta, 20°32’48”N, 105°16’7.6”W, wetteri overlaps much with M. ofeliae, in 102 m, 3 Dic 2009 (!, ! bud), M. Cházaro-B. terms of number of carpels and number of 128 Recursos Forestales en el Occidente de México stamens, but it diFers from the latter in hav- subsection Talauma, with 56 species was ing much smaller leaves 20—30 × 4—14 vs. the richest of all Neotropical Magnoliaceae, 35—45 × 23—2 cm, smaller fruit size 6 × occurring from southwestern Mexico to 4.5 vs. 15 × 8.5—9 cm, and longer petioles Paraná, Brazil, followed by Magnolia, sec- 9.5—12 vs. 1.7—4.5 cm. tion Magnolia, with 19 New World species (18 Neotropical ones ranging from Mexico Distribution and ecology: Cis species is to Darién, Panamá), Magnolia, section Ta- restricted to the south part of Costa Rica lauma, subsection Dugandiodendron, with and is only known from the Osa peninsula. 16 species (occurring from Venezuela to Its altitudinal range goes from 130 to 617 m, Colombia and Ecuador), and Magnolia, sec- coexisting with Iriartea, Symphonia, Otoba tion Talauma, subsection Cubenses, with 10 and Protium spp. species (con"ned to the Caribbean islands). Etymology, ethnobotany and conserva- Seventeen of the new species, here proposed, tion: Ce species epithet is named aMer belonged to subsection Talauma, two to sec- Mark Allen Wetter an excellent curator at tion Magnolia and one to subsection Du- the Wisconsin State Herbarium (WIS). No gandiodendron. Ce most diverse countries ethnobotanical data has been recorded for in terms of their Neotropical species of Mag- this species. Comsen (860), reports logging noliaceae were Colombia with 33 species, activities in the area so research is needed to followed by Mexico with 21, Costa Rica with evaluate the populations health and conser- 10, Peru with eight and Ecuador with six. vation initiatives. Cis study contributes to the understanding Additional specimens examined: COSTA of the unexpectedly high diversity of Mag- RICA: Cantón de la Osa, Aguabuena, 3 km noliaceae, particularly, in Mexico and Cen- W of Rincón, One-hectare permanent sample tral America, however, despite signi"cant plot 800 m N of the house of Henry Monge, advances in the taxonomy of Magnoliaceae 8°42’N, 83°30’W, 130 m, 15 Apr 1993 (!), K. in the Americas, a basic synopsis of Magno- &omsen 860 (CR, K, US, WIS!); Puntarenas, liaceae for Mexico and Central America is Cantón de la Osa, Rancho Quemado, Sector still missing and is urgently needed in order Norte, Camino a Estero Guerra, 8°43’30”N, to guide protection and conservation deci- 83°34’50”W, 320 m, 9 Mar 1992 (! bud), J. sions for these diverse, spatiotemporally Marín 414 (CR, MO, WIS!). wide ranging, and, therefore, biogeographi- cally informative group of plant species.

CONCLUSIONS CKNOWLEDGEMENTS Including the new species, here proposed, A 93 % (100 out of 108) of the species of Mag- We thank Dr. Salvador Mena Munguía, nolia in the New World were Neotropical, chancellor of the Centro Universitario de distributed from Tropic of Cancer to Tropic Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUC- of Capricorn. Magnolia, section Talauma, BA), Dr. Ramón Rodríguez Macías, chair- man of Departamento de Botánica y Zo- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 129

Figura 1.5.20 Magnolia wetterii (holotype at Winsconsin State Herbarium). 130 Recursos Forestales en el Occidente de México ología and Dr. Enrique Pimienta Barrios, !lo de montaña del estado de Guerrero, México. Bo- Secretario Académico at CUCBA, the three letín de la Sociedad Botánica de México 80: 73-76. from Universidad de Guadalajara for their Lozano-C., G. 1994. Dugandiodendron y Talauma (Magnoliaceae) en de Neotrópico. Bogotá: Institu- academic support. Special thanks to Mark to de Ciencias Naturales. Colección Jorge Alvarez Wetter, Ceodore S. Cochrane, Ken Cam- Lleras, no. 3, 147 p. eron and Hugh H. Iltis, all from University Nee, M. 1994. A new species of Talauma (Magnolia- of Wisconsin-Madison for all their valuable ceae) from Bolivia; Brittonia 46(4): 265-269. support to study the collections at the WIS Nie, Z. L., J. Wen, H. Azuma , Y. L. Qiu., H. Sung, Y. Meng , W. B. Sun, & E. A. Zimmer. 2008. Phylo- herbarium. To Francisco “Chico” González genetic and biogeographic complexity of Magno- Palomera†, Toribio Quintero Moro, Rosa liaceae in the Northern Hemisphere inferred from Murguía Araiza, Santiago Sinaca Colín, three nuclear data sets. Molecular Phylogenetic and Evolution 48: 1027—1040. Heriberto Hernández, Alicia L. Leinberger, Noteboom, H. P. 1993. Magnoliaceae. In K. Kubitski, J. Harvey E. Ballard Jr., Daniel Ausem, and G. Rohwer, and Bttrich (eds.). Ce families and ge- Manuel Rosales Castellanos for their experi- nera of vascular plants, vol. II, 391—401. Springer enced assistance during "eldwork. Verlag, New York, USA. Noteboom, H. P. 1998. &e tropical Magnoliaceae and their classi!cation. In D. Hunt (ed.), Magnolias and their allies, 71–80. David Hunt, Milborne CITED LITERATURE Port, UK. Azuma, H., J. G. García-Franco, V. Rico-Gray & L. Nooteboom, H. P. 2000. Di%erent looks at the Classi!- Cien. 2001. Molecular phylogeny of the Magno- cation of Magnoliaceae. In Liu Yu-hu et al. (eds.), liaceae: &e biogeography of tropical and tempera- Proceedings of the International Symposium on te disjunctions. American Journal of Botany. 88: the Family Magnoliaceae: 26—37, Science Press, 2275—2285. Beijing. Cruz-Durán, R., & J. Jiménez-Ramirez. 2005. Mag- Rockwell, H.C., Jr. 1966. &e genus Magnolia in the nolia krusei (Magnoliaceae), una especie nueva de United States. M.A. Cesis. West Virginia Univer- Guerrero, México. Novon 15: 438-441. sity. Morgantown, WV. 93 p. Cruz-Durán, R., K. Vega-Flores & J. Jiménez-Ramírez. Serna, M., C. Velásquez, A. Cogollo. 2009. Novedades 2008. Magnolia vazquezii (Magnoliaceae), a new taxonómicas y un nuevo registro de Magnoliaceae species from the state of Guerrero, Mexico. Novon para Colombia. Brittonia 61(1): 35-40. 18: 21-24. Vázquez García, J. A. 1990. Taxonomy of the genus Dillon, M. O. & I. Sánchez-Vega. 2009. A new species Magnolia in Mexico and Central America. M.S. of Magnolia (Magnoliaceae) from the Alto Mayo, Cesis. University Of Wisconsin-Madison. 224 pp. San Martín, Peru. Arnaldoa 16(1): 7-12. Vázquez García, J. A. 1994. Magnolia (Magnoliaceae) Figlar, R. & H. O. Nooteboom. 2004. Notes on Magno- in Mexico and Central America: a synopsis. Britto- liaceae IV. Blumea 49: 87—100. nia 46 (1): 1-23. Figlar, R. B. 2006. Taxonomy topics: a new classi!cation Vázquez-García, J. A., E. De Castro-Arce, M. A. Mu- for Magnolia. In Royal Horticultural Society (ed.), ñiz-Castro & M. De J. Cházaro-Basáñez. 2012a. Rhododendrons with Camellias and Magnolias. Magnolia zoquepopolucae (subsection Talauma, MPG Books Ltd., Bodmin, Cornwall, pp. 69–82. Magnoliaceae), a new species from Sierra de Santa Howard, R.A. 1948. &e morphology and systematics Marta, Veracruz, Mexico. Phytotaxa 57: 51–55. of the West Indian Magnoliaceae. Bulletin of the Vázquez-García, J. A., M. A. Pérez-Farrera, N. Mar- Torrey Botanical Club. 75: 335-357. tínez-Meléndez, G. Nieves-Hernández & M. A. Jiménez-Ramírez, J., K. Vega-Flores, R. Cruz-Durán & Muñiz-Castro. 2012b. Magnolia Mayae (Magno- J. A. Vázquez-García. 2007. Magnolia guerrerensis liaceae), A New Species From Chiapas, Mexico. Bo- (Magnoliaceae), una especie nueva del bosque mesó- tanical Sciences 90 (2): 109-112. 131

1.6 Genetic variation in isolated mexican populations of the endemic maple Acer skutchii Rehd*

Gerardo Lara-Gómez, Oliver Gailing, Reiner Finkeldey.

* Este artículo fue publicado con autoriza- ción la revista alemana Allgemeine Forst und Jagdzeitung 176 (6-7): 97-103. 2005. RESUMEN La variación genética de tres poblaciones relictuales de Acer skutchii del occidente de México fue determinada mediante marcadores microsatélites (cinco nucleares y diez cloroplastos) además de 161 AFLP loci. La variación genética total fue baja, particularmente la de Manantlán, atribuido por la deriva genética. Esfuerzos de conser- vación in situ de este recurso genético debe centrarse sobre todo en las poblaciones más grandes de Talpa, y como medida complementaria de conservación se deben establecer plantaciones ex situ que incluyan de forma mezclada la progenie de las tres poblaciones.

ABSTRACT We observed genetic variation of relic populations of Acer skutchii in three small populations in the West of México at "ve nuclear and ten chloroplast microsatellite loci and 161 AFLP loci. Ce total variation of the stu- died populations was low, particularly in population Manantlán, it is explained by genetic driM. EForts for in situ conservation of genetic resources should primarily focus on the larger populations in Talpa. A mixed plantation with progenies from all populations should be established as a complementary ex situ conservation measure.

any tree species occur scattered and in low density in the temperate (Demesure Min low density in natural and naturally et al., 2000) and tropical (Hamrick and Mu- regenerated forests. Ce discontinuous dis- rawski, 1991) zone. Ce observation of high tribution of many scattered species suggests levels of genetic variation for most tree spe- reproductive isolation of comparatively cies (Hamrick et al. 1992) and usually low small populations to be common. However, diFerentiation among populations (Auster- it is not appropriate to estimate reproduc- litz et al., 2000) is interpreted as an indica- tion eFective population sizes based on dis- tion of extensive gene !ow resulting in eFec- tribution patterns of a plant species as long tively large populations. Cus, strong eFects as the extent of gene !ow among more or of genetic driM due to small population sizes less widely separated trees is unknown (Sta- have been reported for comparatively few cy et al., 1996). forest tree species such as the endemic Pinus torreyana (Ledig and Conkle, 1983). Howe- High levels of genetic variation were not ver, today’s population sizes may be poor only reported for common and widespread indicators for the impact of driM on genetic tree species, but also for rare trees occurring structures. For example, the extraordinary 132 Recursos Forestales en el Occidente de México low levels of genetic variation of the rather genetic diFerentiation among widely sepa- common and widespread Pinus resinosa are rated populations and among two spatially explained by a bottle-neck eFect in the evo- separated, but neighbouring sub-popula- lutionary past of the species (Allendorf et tions and (iii) to compare variation patterns al., 1982). at AFLPs and at SSRs. Low levels of genetic variation have been Our results will form a basis for the con- reported for several endemic species with ex- servation of the endangered populations traordinarily low numbers of surviving plants and for the management of the genetic re- (for example, Dowe et al., 1997). In this study sources of A. skutchii in Mexico. we examine patterns of genetic variation in populations of the very rare and endangered Mexican maple Acer skutchii. Ce diploid spe- MATERIALS AND METHODS cies is hermaphroditic. Pollen is assumed to be dispersed both by insects and wind. Fruits Plant material (samaras) are wind-dispersed. Ce current A total of 461 A. skutchii trees grow in Talpa distribution of A. skutchii is very scattered. It (Talpa 1: 114 trees; Talpa 2: 347 trees) and only occurs in six small and distant locations only 26 mature trees consists Ce Manantlán in Central American high mountain cloud population. We sampled "ve fully developed forests. Five populations are known to exist leaves from 30 randomly selected, mature in Mexico (Jardel et al., 1993; Vázquez et al., trees in populations Talpa 1 and Talpa 2, 2000) and one in Guatemala (Rehder, 1936). respectively, and from 20 trees in population Temperate species such as A. skutchii may Manantlán. have been more widely distributed during the last glacial period in Central America (Rzedowski, 1965; Toledo, 1982; Jardel et al., Laboratory procedures 1993). Ce fragmentation of populations and Total DNA was extracted from dried leaves the decrease of population sizes were presu- using the DNeasyTM Plant Minikit (Qiagen, mably initiated approximately 9000 years BP Hilden; Germany). PCR ampli"cation was when the climate became warmer (Lozano- performed in the Peltier Cermal Cycler García, 1993). (PTC-0200 version 4.0, MJ Research) and We used Ampli"ed Fragment Length PCR reactions were carried out with one Polymorphisms (AFLPs; Vos et al., 1995) as primer that was labelled with the !uores- well as nuclear and chloroplast microsatelli- cent dyes 6-FAM, HEX (metabion) or NED tes (Simple Sequence Repeats; SSRs) in or- (Applied Biosystems). Fragments were sepa- der to observe patterns of genetic variation rated on an automatic sequencer (ABI 3100 in three Mexican populations of A. skutchii. Genetic Analyser, Applied Biosystems) with Ce objectives of our study are (i) to assess GS 500 ROX as internal standard (!uores- levels of genetic diversity in small relic po- cent dye ROX). Ce size of microsatellites pulations of A. skutchii, (ii) to characterize was determined with the computer pro- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 133 grams Genescan 3.7 and Genotyper 3.7 1973). DiFerentiation among the three po- (Applied Biosystems). Ten chloroplast mi- pulations was also assessed by the F-statis- crosatellites (ccmp1 to ccmp 10) were am- tics of Wright (1969) for SSRs. Population pli"ed for all 80 samples according to the genetic structure for AFLPs (Fst, Wright’s protocol of Weising and Gardner (1999) "xation index) was calculated with AFLP- with slight modi"cations. Separation and surv 1.0 (Vekemans et al., 2002) according analysis of fragments followed procedures to Lynch and Milligan (1994) aMer estima- described for nuclear SSRs. ting allele frequencies with default method 4 (Bayesian method with non-uniform prior For AFLP analysis total genomic DNA distributions of allele frequencies, Zhivoto- was digested with EcoRI (hexacutter) and vsky, 1999). Ce total genetic diversity (H ) MseI (tetracutter). Corresponding oligonu- T found in all three populations was partitio- cleotide adapters were ligated to restriction ned into contributions of single populations fragments following the protocol of Vos et (H (j)) due to their within-population di- al. (1995). A preselective ampli"cation was T versity (H (j)) and their diFerentiation from carried out with the primer pair E01/M03 S other populations (D (j)) following Finkel- (nomenclature follows the standard list for ST dey and Murillo (1999). Ce number of pri- AFLP® primers, http://wheat.pw.usda.gov/ vate alleles unique to a single population ggpages/keygeneAFLPs.html). Ce sizes of was counted for each population at SSRs. AFLP fragments were determined with Ge- Likewise, the number of loci showing varia- nescan 3.7 and Genotyper 3.7 (Applied Bio- tion in a single population only was calcula- systems). Absence or presence of fragments ted for AFLPs. in all samples was transformed into a 0/1 ma- trix. Ce computer program POPGENE (Ver- sion 1.31; Yeh et al., 1999) was used for most computations. Signi"cant deviations from Data analysis Hardy-Weinberg Equilibrium (HWD) were Genetic variation within populations was determined with Fisher´s exact test (Gene- assessed as percentage of polymorphic loci pop on the web version 3.4, http://wbiomed. (PPL), (average) number of alleles per locus curtin.edu.au/genepop/, Raymond & Rous-

(A), and expected heterozygosity (He) (Nei, set, 1995) and the Markov chain method 1973) for codominant microsatellite loci. implemented in Genepop 3.4 and Arlequin Presence or absence of AFLP fragments was (Schneider et al., 2000). recorded for all investigated individuals. Genetic diFerences between populations ESULTS were measured as genetic distances between R population pairs according to Nei (1972). DiFerentiation was illustrated by cluster Variation within populations diagrams based on Nei’s (1972) genetic dis- A total of 13 alleles were detected at the tance using UPGMA (Sneath and Sokal, "ve SSR loci (Table 1). One locus was mo- 134 Recursos Forestales en el Occidente de México nomorphic in all populations, and no more to the two Talpa populations regardless of than 4 alleles were observed at any SSR lo- the marker system (SSRs or AFLPs) and the cus. Ce mean "xation indices (FIS) were variation measure (PPL at 1% level, A, or

0.166 for Talpa 1, 0.298 for Talpa 2, and He). Measures for PPL at the 5% level were –0.0742 for Manantlán. Cus, there is a ten- of about the same magnitude for each po- dency for increased homozygosity relative pualtion (Table 1; 45.3% - 47.2%). to Hardy-Weinberg proportions in both Talpa populations, but not in the Manantlán Differentiation among populations population. Deviations from Hardy-Wein- berg proportions determined using option No variation was observed at any of the 1 (Hardy-Weinberg exact tests) of Genepop cpDNA markers (ccmp 1 to 10) and they 3.4 (webversion) were signi"cant for Map 34 were from further analyses excluded. in population Talpa 2 (p = 0.023). Genetic diFerentiation among popula-

More variation was observed at 161 po- tions (FST) was low for the nuclear SSR loci lymorphic AFLP fragments (Table 2). Esti- (Table 3), since the same allele was frequent mates of the mean expected heterozygosity in all populations. A signi"cant diFerentia- tion (F value) could only be detected for (He) were similar under the assumption of st Hardy-Weinberg proportions or a disequi- Map 12 (p = 0.0014, Table 3). Average diFe- rentiation among populations at 161 AFLP librium with "xation indices (FIS) equivalent to the respective population estimates at loci was higher (Fst (gene pool) = 0.137, p< 0.01;

SSRs. Fst (min) = 0.001; Fst (max) = 0.472). Genetic dis- tances revealed the maximum similarity Genetic variation within population Ma- between Talpa 1 and Manantlán for SSRs nantlán was consistently lower as compared and between Talpa 1 and Talpa 2 for AFLPs

• Table 1. Genetic variation within three populations of Acer skutchii. Ta: annealing tempera- ture; A: Number of alleles; He: expected heterozygosity; Range: size range of amplified DNA Talpa 1 Talpa 2 Manantlán Total

SSR Ta Ranger A He A He A He A He Map 11 55 ºC 1 0 1 0 1 0 1 0 137

Map 12 62 ºC 2 0.12 2 0.43 2 0.06 2 0.24 147-149

Map 34 64 ºC 4 0.19 2 0.23 1 0 4 0.14 112-120

Map 40 62 ºC 2 0.03 3 0.18 2 0.15 3 0.12 240-244

Map 46 64 ºC 1 0 3 0.16 1 0 3 0.05 148-156

Mean (5 loci) 2 0.07 2.2 0.2 1.4 0.04 2.6 0.11

Mean (4 variable loci) 2.3 0.09 2.5 0.25 1.5 0.05 3 0.14 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 135

• Table 2. Genetic variation at 161 AFLP loci in three populations of Acer skutchii. PPL: Pro- portion of polymorphic loci, He: expected heterozygosity; HWE: estimate based on Hardy- Weinberg equilibrium; HWD: estimates based on Hardy-Weinberg disequilibrium.

H PPL (%) PPL (%) e Population 5% level 1% level HWE HWD

Talpa 1 46 73.9 0.16 0.16 Talpa 2 45.3 70.8 0.15 0.15 Manantlán 47.2 54.7 0.13 0.13 Total 100 0.17 0.17

• Table 3. Genetic differentiation (FST=GST)for microsatellite loci in Acer skutchii. **: p < 0.01, significant differentiation between populations as determined with Genepop 3.4 for SSRs (Raymond & Rousset 1995).

Gene marker FST SSRs Map 11 - Map 12 0.132**

Map 34 0.04 Map 40 0.02 Map 46 0.04 Gene pool SSRs (4 loci) 0.08

(Table 4). Cese contrasting diFerentiation “Private” alleles con"ned to a single po- patterns are also illustrated in the cluster pulation were observed at SSRs in popula- analysis (Fig. 1). Ce partitioning of the total tions Talpa 1 and Talpa 2, but not in popu- variation (HT) among populations reveals lation Manantlán (Table 6). Out of the 161 that the largest population Talpa 2 contri- observed AFLP loci, 54 (33.5%) were varia- butes most (62.6%) to the total diversity at ble in all three populations, 52 (32.3%) va- SSR loci (Table 5). DiFerences between the ried in two populations, and 55 (34.2%) va- contributions of populations to HT are less ried in a single population only. Ce lowest pronounced at AFLPs under the assump- number of AFLP loci showing variation in a tions of a Hardy-Weinberg equilibrium (Ta- single population was observed in popula- ble 5). Population Manantlán contributes tion Manantlán (Table 6). least to the total genetic diversity at SSRs and AFLPs. 136 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Table 4. Genetic distances between three populations of A. skutchii at five SSR (above diagonal) and 161 AFLP (below diagonal) loci. First value for AFLPs: Hardy-Weinberg equili- brium assumed; second value: Hardy-Weinberg disequilibrium assumed.

Talpa 1 Talpa 2 Manantlán Talpa 1 0.015 0.003

Talpa 2 0.024 0.026 0.019

Manantlán 0.063 0.064 0.041 0.041

• Table 5. Partitioning of the total genetic diversity (HT) according to Finkeldey & Murillo (1999) at four polymorphic SSR loci and 161 AFLP loci (second line in italics) in three popu- lations of A. skutchii. Populations were equally (equ.) weighted or weighted in proportion (prop.) to their respective sizes (N).

Equ. Prop. Population

N HS (J) DST (J) HT (J) HT (J) (%) HS (J) DST (J) HT (J) HT (J) (%) 114 0.03 0 0.03 22.20/ 0.02 0 0.02 11.20% Talpa 1 114 0.05 0.01 0.06 36.20% 0.04 0 0.04 25.50% 347 0.08 0 0.09 62.60% 0.18 0 0.18 87.00% Talpa 2 347 0.05 0.01 0.06 33.20% 0.11 0 0.11 69.10% 26 0.02 0 0.02 15.20% 0 0 0 1.90% Manantlán 26 0.04 0.01 0.05 30.60% 0.01 0 0.01 5.40% 487 0.13 0.01 0.14 100.00% 0.2 0.01 0.21 100.00% Total 487 0.15 0.02 0.17 100.00% 0.16 0.01 0.17 100.00%

• Table 6. Private alleles at five SSR loci and number of AFLP loci showing variation in a single population only in three populations of A. skutchii.

Population Private alleles at SSRs Loci variable in a single population at AFLPs

Talpa 1 2 26 Talpa 2 3 18 Manantlán - 11 Total 5 55 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 137

(a) (b) Talpa 1 Talpa 1

Manantlán Talpa 2 Talpa 2 Manantlán 0.1 Figura 1. Differentiation among three populations of Acer skutchii at four SSR (a) and 161 AFLP (b) loci (UPGMA based on genetic distances according to Nei (1972)).

DISCUSSION Higher levels of genetic variation were also reported at AFLPs for tropical (Russel et Diversity within populations al., 1999) and temperate (Coart et al., 2003) trees with a scattered distribution. Low le- Population Manantlán consistently harbours vels of genetic variation in the observed A. lower levels of genetic variation as compared skutchii populations are likely to be caused to both Talpa populations. Cis observation by genetic driM persisting for many genera- is in accordance with our expectation based tions. Low population sizes were not only on the small size of population Manantlán encountered in the recent past as a conse- (N=26). Ce population might have been quence of human disturbance and fragmen- small and isolated for several generations. tation of forest ecosystems, but are more Cus, we explain the particularly low levels likely a consequence of climatic change aMer of genetic variation in population Manant- the last glacial epoch. lán with stronger eFects of genetic driM as compared to both Talpa populations. However, population Manantlán is not Differentiation among populations completely "xed, and the variation in both Ce lack of variation at ten chloroplast of the Talpa populations is also low. Cis is microsatellites suggests low levels of va- particularly evident at SSRs. We observed an riation of cpDNA haplotypes both within average of 2.6 alleles per locus at "ve SSRs. and among populations. A recent common Cis is considerably less than the variation origin of the investigated relic populations observed in most other tropical trees (Da- which might have been part of a more wi- yanandan et al., 1999; Ujino et al., 1998) and despread population during the last glacial endemic plants (Freville et al., 2001). An epoch is possible. Of course, diFerentiation average of 10 alleles per locus was observed of haplotypes from the more distant popu- in a population consisting of 96 trees of Acer lations in Mexico and Guatemala cannot be pseudoplatanus in Germany using the four ruled out. polymorphic primers MAP-12, MAP-34, Ce same allele was dominating in the MAP-40, and MAP-46 (Pandey et al., 2004). three populations at all investigated SSR 138 Recursos Forestales en el Occidente de México

loci. Expected heterozygosity in popula- lation (HT=0.1393; in Table 5) as compared tion Talpa 2 is considerably higher due to to a deme established from plants according a higher frequency of otherwise rare alleles to the size of the populations (HT=0.2071). in this population. In result, the genetic dis- Ce variation within the smallest popula- tances of Talpa 2 to both other populations tion Manantlán is also lowest at AFLPs and are higher than the distance between these contributes least to the total diversity. Ce to- two low-diversity populations (Talpa 1 and tal contribution of within-population diver- Manantlán). Cus, diFerentiation patterns sity (H = total H (j) in Table 5) to the total at SSRs mainly result from diFerent levels S S diversity is slightly increased, if populations of genetic variation within the three popu- are weighted in proportion to their respec- lations. tive sizes as compared to a deme composed Patterns of genetic diFerentiation at the of the three evenly represented populations. 161 AFLP loci do not correspond to the re- However, the contribution of population di- sults at SSRs. Ce neighbouring populations Ferentiation (DST = total DST (j) in Table 5) Talpa 1 and Talpa 2 cluster together at the to the total genetic diversity is decreased if AFLP loci. Population Manantlán is clearly populations are weighted in proportion to separated from both. Very similar diFeren- their size. In result, the genetic diversity (HT tiation patterns were obtained under the as- = total HT (j)) of a deme composed of the sumption of Hardy-Weinberg equilibrium populations in equal proportions is higher and disequilibrium, if "xation indices esti- than the diversity if populations contribu- mated from the analysis of codominant SSRs te in proportion to their respective sizes. A are used in the latter case. DiFerentiation comparison to the diversity within single patterns at AFLPs are in accordance with the populations (He in Table 1) shows that the geographic distribution of the three popu- diversity within a deme composed of the lations. Cis observation strongly suggests a three populations (evenly represented or re- common origin of the two Talpa populations, presented according to their size) is slightly which actually may be two parts (subpopula- higher than the diversity within the most di- tions) of a single reproductive unit. verse single population (Talpa 1) at AFLPs. Ce partitioning of the total genetic va- No allele was exclusively observed in riation at SSRs reveals that the largest po- population Manantlán, but not in the two pulation Talpa 2 clearly contributes most Talpa populations at the SSR loci. Ce num- to the overall genetic diversity of a deme ber of AFLP loci variable only in Manantlán composed of the three investigated popula- was also lower than the number of AFLPs tions. Ce small population Manantlán har- variable in only a single one of the Talpa bours the lowest level of within- population populations. Cus, we found some evidence diversity and contributes least to the total at AFLPs for unique genetic variants in the diversity. In consequence, the total genetic small Manantlán population. However, the diversity is lower in a deme established from number of unique variants is higher in both an equal number of plants from each popu- of the Talpa populations. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 139

Comparison of variation patterns of SSRs Prosopis chilensis (Fabaceae, Mottura et al., and AFLPs in press). Likewise microsatellites developed We expect genetic driM to play a dominant in Quercus petraea (Steinkellner et al., 1997) role in shaping the genetic structure in show comparable levels of polymorphisms the small investigated relic populations of in other Quercus species of section Robur A. skutchii. If this hypothesis is true and if (Steinkellner et al., 1997; Curtu et al., 2004) today’s population sizes are representative In accordance with SSRs genetic variation for the past, lower levels of genetic varia- in AFLPs is low for Acer skutchii in terms of tion are expected in the smallest population genetic diversity (mean value of He =0.145, (Manantlán) as compared to the larger po- PPL 45.3%-47.2%, 5% level) compared to pulations (Talpa 1 and Talpa 2), which even other tree species that generally maintain may be subpopulations of a single, larger higher levels of genetic diversity than short- reproductive unit. Our data based on varia- lived herbaceous species (Hamrick and tion patterns both at SSRs and AFLPs su- Godt, 1990, Hamrick et al., 1992) However, pport this hypothesis, since we consistently less directly comparable results have been observed lower levels of genetic variation published for AFLP markers. Drummond

(measured as A, He, and PPL), lower con- et al. (2000) calculated an average heterozyheterozy-- tributions to the total genetic diversity, and gosity of H = 0.18 and a proportion of pol- a lower number of unique variants in the ymor-phic genes (fragments) of PPL =0.44 Manantlán populations as compared to both in 31 adult trees of the rare species Metrosi- Talpa populations. deros bartlettii (Myrtaceae). Very low levels Comparisons of variation levels at SSRs of diversity were detected in the rare species of A. skutchii to other species (see above) re- Wollemia nobilis (Araucariaceae) that is rep- veal overall low levels of genetic diversity in resented by fewer than 100 trees. Only 10 the studied populations. Since all SSR mar- out of 800 AFLP loci were variable (Peakal kers were originally developed for Acer pseu- et al., 2003). Ce analysis of 75 putative wild doplatanus (Pandey et al., 2004) and adapted apples with 139 AFLP markers revea-led to Acer skutchii, these results have to be in- 76.63% (5% level) polymorphic loci and a genetic diversity of H = 0.225 (Coart et al., terpreted with caution. Although SSR mar- e kers proved to be useful in across-species 2003). However, estimates of genetic diver- application in several studies (Steinkellner sity have to be interpreted with caution since et al., 1997; Vornam et al., 2004; Mottura et comparisons of AFLP variation in diFerent al., in press) with increasing evolutionary species is ambiguous if diFerent primer distance (especially in across-genera am- pairs and diFerent methods for the separa- pli"cations) a decreasing proportion of po- tion of AFLP fragments have been used. lymorphisms could be observed (Steinkell- We observed contrasting diFerentiation ner et al., 1997). But also a reverse tendency patterns at SSRs and at AFLPs. We do not could be observed for example in the closely expect the variation observed at SSRs to related tree species Prosopis "exuosa and re!ect the overall distribution of genetic 140 Recursos Forestales en el Occidente de México variation among the studied populations tions as long as possible and the establish- due to the limited number of polymorphic ment of natural regeneration by appropriate SSR loci and the low levels of variation silvicultural means. Flowering and fruiting observed at these loci. Ce high number of as many trees as possible should be pro- of polymorphic AFLP loci suggests these moted in order to safeguard the transmis- markers to be particularly useful to assess sion of rare genetic variants to the next ge- patterns of genetic diFerentiation among neration. populations. Variation patterns at AFLPs We recommend the establishment of an may be regarded as representative for the ex situ conservation stand as a complemen- majority of selectively neutral polymorphic tary measure to conserve the genetic resour- loci. Ce genetic diFerentiation observed ces of the species. Seeds should be collected at 161 AFLPs is more plausible than in a year of heavy !owering and fruiting the diFerentiation at four SSRs since from all reproducing trees in the three po- the neighbouring Talpa populations are pulations. A similar number of progenies genetically more similar to each other than should be sampled for all seed trees of a to the Manantlán population at AFLPs, but single population. Ce smallest population not at SSRs (Table 4 and Figure 1). (Manantlán) should be represented by its We can state as a conclusion that Acer progenies in the ex situ conservation stand skutchii is an endemic, rare species. Ce po- in a proportion at least equivalent to its re- pulations investigated by us are isolated by lative population size (26/487 = 5.3%), but a distance of hundreds of kilometers from with no more than 1/3 of all planted proge- the other four locations of occurrence of the nies (even contribution of all populations). species. Less than 500 trees are leM at the- Ce genetic multiplicity (average number se two locations. Cus, all eForts should be of alleles per locus) and the genetic diversi- taken to save the species from extinction in ty (measured as He = HT) within this ex situ the region and to maintain as much as possi- plantation are expected to surpass the varia- ble of the still existing genetic variation. tion in any single natural population if the genetic structures are transmitted from the Our results con"rm the occurrence of population of adult trees to their progenies unique genetic information in all investigated without major modi"cations. populations. Cus, eForts aimed at the con- servation of the species should be undertaken in both locations. However, if a prioritisation ACKNOWLEDGEMENTS is unavoidable, the conservation of the larger populations in Talpa deserves highest atten- We wish to thank Enrique J. Jardel Peláez tion since higher levels of genetic variation who helped to facilitate the collection of were observed in Talpa as compared to the the Manantlán population. Eugenia Maria small Manantlán population. Barba Robert, who assisted in the collec- tion of samples. And the German Academic In situ conservation should aim at the Exchange Service (Deutscher Akademischer preservation of all trees in the relic popula- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 141

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Apartado B 1.7 Evaluación de la división dasocrática en un bosque tropical

Efrén Hernández Álvarez, Agustín Gallegos Rodríguez, Eduardo Salcedo Pérez, Dieter R. Pelz.

RESUMEN Las divisiones dasocráticas de un predio forestal para su gestión pueden ser de tipo administrativo y de manejo. Considerando que las divisiones dasocráticas son herramientas que proporcionan información sistematizada para el manejo del bosque, con apoyo de un Sistema de Información Geográ"ca (SIG) se llevo a cabo la división dasocrática del predio y utilizando cartografía digital escala 1: 50000., capas vectoriales: Area.shp, Contours. shp, Presammpl.shp, Sample.shp, Geology.shp, Soils.shp, y Landuse.shp., capas de datos raster: DHM.grid, Ex- position.grid, y Hangneigung.grid. Se dispuso de los datos de un inventario forestal con muestreo sistemático, distancias entre líneas de 500 m y entre sitios de 250 m y parcelas concéntricas de 500 m2. Para evaluar la efectividad de la división dasocrática se usaron diversos índices de biodiversidad de especies de árboles, diversidad Alfa; Número de árboles, Uniformidad, Índice de Margalef, Simpson, Shannon, Berger- Parker. Para probar la hipótesis nula de que las capacidades productivas de los rodales en términos de diversidad de las especies forestales son las mismas, se tomaron muestras de 3 Unidades Dasocráticas (UD’s) y se evaluaron con el índice de Shannon, utilizando el procedimiento propuesto por Hutcheson. Los índices de diversidad Beta; Jaccard, Sorenson, Sorenson Cuantitativo y Morisita-Horn fueron útiles para de"nir la similaridad entre UD’s. Además se analizó la utilidad que para un manejo forestal tiene la división dasocrática hecha, analizando criterios de grupo de especies “Preciosas”1, básicamente se determinó cual es el área mínima representativa o número de sitios de muestreo necesarios para obtener una cantidad de datos con"ables y representativos de el número total de las especies “Preciosas 1” que están presentes en cada UD. Por último, se de"nió el ahorro en costos económicos posibles si se utiliza esta metodología en posteriores trabajos de inventarios forestales y para el tipo de bosques de la Costa de Jalisco, México. Palabras claves: División Dasocrática, Sistemas de Información Geográ"ca, índices de diversidad.

ABSTRACT Ce divisions of a forest "eld for their management can be from an administrative type and also management, considering that the dasocratic divisions are tools that provide systematic information for the management of the forest, supported by an geographical information system (GIS) it is possible to carry out with the dasocratic division of the "eld and by using digital cartography scale 1: 50000, vectorial layers: Area.shp, Contours.shp, Presammpl.shp, Sample.shp, Geology.shp, Soils.shp, and Landuse.shp. Raster data layers: DHM.grid, Exposi- tion.grid, and Hangneigun.grid. We disposed of the forest inventory data with systematic sampling, distances from 500m between lines and between sieges from 250m and concentric plots from 500m.To evaluate the eFec- tiveness of the dasocratic division we used varied indexes of trees species biodiversity, Alpha diversity; Number of trees, Uniformity, 1 “Preciosas” grupo de especies maderables que Margalef Index, Simpson, Shannon, Berger-Parker. To prove the desde el punto de vista económico son de alto void hypothesis that says that the production capacities of the trees valor por el tipo de madera que producen; estas rounding in terms of forest species diversity are the same, samples son conocidas en el mercado comercial como for 3 Dasocratic Units (DU´S) were taken and were evaluated with “Preciosas”, muy apreciadas para la ebanistería. 144 Recursos Forestales en el Occidente de México the Shannon Index, using the procedure proposed by Hutcheson. Ce Beta diversity Index: Jaccard, Sorenson, Sorenson Quantitative and Morisita-Horn were useful to de"ne the similarity between DU´s. Furthermore the utility that a dasocratic division has for forest management was analyzed, by analyzing the criterion of the spe- cies group “Preciosas”, basically it was determined which was the minimum representative area or number of sampling sieges necessary to obtain a quantity of reliable data and representative of the total number of species “Preciosas” that are present in every DU. Lastly the possible cost savings if you use this methodology in later assignments of forest inventory and for the forest type in the coastline of Jalisco, Mexico was de"ned. Key words: Dasocratic division, GIS, diversity Index

a dasocracia es la parte de la dasonomía con apoyo de un Sistema de Información Lque trata la ordenación de los bosques Geográ"ca (SIG). Por ello, para evaluar la con el objeto de que reditúen lo mejor po- efectividad de la división dasocrática se usa- sible y de acuerdo a los planes de manejo. ron diversos índices de biodiversidad Alfa y Por tanto, se entiende por división dasocrá- Beta de especies de arbóreas o arborescen- tica la rodalización de un predio forestal. Se tes; mientras que para determinar la utilidad considera que el bosque es un conjunto de de la división dasocrática, se estimó el área rodales que se ubican en determinada área mínima representativa o número de sitios de geográ"ca y constituyen las unidades daso- muestreo necesarios para obtener una can- cráticas (UDs). El rodal es una masa de ár- tidad de datos con"ables y representativos boles de la misma especie o una estructura del número total de las especies de maderas arbolada que crece en condiciones homo- preciosas presentes en cada rodal. géneas que la diferencian de las demás. En El objetivo de la presente investigación este caso una unidad dasocrática coincide fue evaluar la e"ciencia y ventajas de la divi- con el concepto de rodal, aunque la unidad sión dasocrática. dasocrática es un concepto superior dado que su de"nición es mucho más precisa, ya que involucra más factores como geología, MATERIALES Y MÉTODOS edafología, vegetación, climatología y topo- grafía, los cuales también se consideran en la Área de estudio de"nición original de rodal de manera im- El estudio se realizó en la cuenca La Quebra- plícita, pero no tan explícitamente como en da (ACQ), del municipio de Tomatlán, Jalis- la presente investigación. En ambos casos, el co, México (Fig. 1.6.1), entre las coordena- rodal y las unidades dasocráticas presentan das 19° 55´ 49,83” - 20° 00’ 41,81” N y 105° un conjunto de condiciones de desarrollo 06´ 41,47” - 105° 01´ 24,15 W, y comprende especí"cas lo que les con"ere una determi- 4,600 hectáreas (ha). La precipitación pro-pro- nada capacidad productiva. Se considera medio anual es de 1,408 milímetros, y se que las divisiones dasocráticas son herra- concentran en los meses de julio a octubre. mientas que proporcionan información sis- La temperatura media anual es de 25.8 °C y tematizada para el manejo del bosque; una varía entre 5 °C y 7 °C (SPP, 1981). De acuer- división dasocrática puede llevarse a cabo do con la clasi"cación climática de Köppen, Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 145

Figura. 1.7.1. Ubicación del área de estudio. modi"cado por García (1973), corresponde Información Geogra"ca Arc ViewÓ, que al tipo: cálido subhúmedo con lluvias en ve- posee herramientas de análisis espacial de rano [Aw 1(w) (i’)]; según la clasi"cación de datos vectoriales muy útiles, entre ellas, la Zonas de Vida de Holdridge (1978) se rela- extensión Geoprocessing Wizard, para la ciona con la zona de vida Bosque Seco Tro- superposición (overlay) de capas de infor- pical (bs-T). mación. Dicha superposición consta de diversas operaciones espaciales que permi- Para hacer la division dasocrática se uti- tieron el análisis, la representación de los lizó cartografía digital escala 1: 50,000, con datos existentes y la generación de nuevas capas de datos vectoriales: área, contor- capas de información procedentes de las an- no, premuestreo, muestreo, geología, tipos teriores. Las operaciones del Geoprocessing de suelo, tipo de vegetación, y las capas de Wizard utilizadas para hacer la estrati"ca- datos raster: modelo digital de terreno, ex- ción de unidades ecológicas fueron: disol- posición, y pendiente del terreno. La estra- ver elementos basados en atributos, fusión ti"cación y de"nición de las unidades daso- de temas, recortar un tema basado en otro, cráticas se hizo de acuerdo con la técnica de intersección de dos temas (Intersect two sobreposición de mapas de la metodología themes), unión de dos temas, y asignación Francesa (Boyas, 1992) y que en el ámbito de datos por localización. Se utilizó como de los Sistemas de Información Geogra"ca patrón principal la capa de geología, sobre fue precursor el urbanista norteamericano la cual se traslaparon o se hicieron diferen- Ian L. Mc Harg (Bosque, 2000; Bill Y Fritsch, tes operaciones espaciales con las capas de 1991). Para este "n se utilizó el Sistema de 146 Recursos Forestales en el Occidente de México edafología, modelo digital de elevación del tigación fueron obtenidos de un inventario terreno, exposición del terreno, pendiente forestal previamente elaborado, las caracte- del terreno y uso actual del suelo (vegeta- rísticas básicas de dicho inventario son las ción). Se de"nieron estratos o unidades de siguientes: diseño de muestreo sistemático acuerdo a los límites y combinaciones de los con distancias entre líneas de 500 m2 y entre tipos físicos y de vegetación; de esta forma sitios de 250 m, intensidad de muestreo del cada unidad dasocrática quedo de"nida por 0.4%, un tamaño de muestra n= 357 parce- cuatro factores biofísicos, lo que dio origen las de muestreo. Para obtener los datos de a las unidades dasocráticas de este trabajo. campo se utilizaron parcelas concéntricas de Se asignó una clave a cada unidad ecológica 500 m2 para censar arbolado adulto, subpar- obtenida; de esta manera cada unidad daso- celas de 100 m2 para arbolado intermedio, y crática esta de"nida por 4 números o síla- subparcelas de 12.57 m2 para regeneración bas; el primero corresponde al tipo geológi- de las especies arbóreas. La posición de los co, el segundo al tipo edafológico, el tercero individuos arbóreos y arborescentes inclui- al tipo de vegetación y el cuarto a la altitud dos en las parcelas fue localizada en el terre- sobre el nivel del mar (Fig. 1.7.2). no por su azimut con una brújula, y la dis- tancia medida desde el centro de la parcela Los datos dasométricos, silvícolas y eco- con un distanciómetro láser. Las parcelas lógicos necesarios para este trabajo de inves- de muestreo quedaron debidamente locali-

Figura 1.7.2. Estratificación del área de estudio. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 147 zadas geográ"camente con ayuda de Siste- to por Hutcheson en 1970 (citado por Zar, mas de Posicionamiento Global (GPS) y en 1996 en Moreno, 2001). el centro de cada uno se colocó una varilla a. Para cada muestra se calcula el índice de metálica para poder lograr posteriormente diversidad ponderado (Hp) en función su reubicación (Fig. 1.7.3). La ubicación del de la frecuencia de cada especie: punto central de cada parcela en el terreno fue mediante navegación apoyada con apa- b. Para cada muestra calcular la varianza del ratos de GPS programados con datos espa- índice de diversidad ponderado: ciales pertenecientes a la red cuadriculada c. Calcular la diferencia de las varianzas de del diseño de muestreo previamente elabo- ambas muestras. rado, cabe destacar que en México esta fue d. Obtener el valor de t. la primera vez que se utilizó esta tecnología de punta (GPS y distanciómetro láser) en e. Calcular los grados de libertad asociados inventarios forestales formales y con estas con el valor de t. dimensiones. f. Si el valor de t obtenido en el cálculo es mayor que el valor de t en tablas, se re- Evaluación de la eficiencia de la división chaza la hipótesis nula y se concluye que dasocrática realizada la diversidad de especies forestales en una UD no es igual que la diversidad de Para evaluar e"ciencia de cada UD y estable- especies forestales en otra UD, caso con- cer sus niveles de diferencias entre ellas, se trario se acepta la hipótesis nula. procedió a calcular índices de biodiversidad:

Índices de diversidad Beta calculados son: Los índices de diversidad calculados fueron los siguientes: Índice de Jaccard, Índice de Sorenson, Ín- dice de Sorenson Cuantitativo e Índice de Índices de biodiversidad Alfa, Número de Morisita-Horn. árboles, Riqueza de especies arbóreas, Uni- formidad, Índice de Margalef, Índice de De acuerdo con Whittaker (1970), la di- Simpson, Inverso de Simpson, Índice de versidad beta o diversidad entre habitáts es Shannon, Índice de Berger-Parker, Inverso el grado de reemplazamiento de especies o de Berger-Parker. cambio biótico a través de gradientes am- bientales. A diferencia de las diversidades Para probar la hipótesis nula de que las alfa y gamma que pueden ser medidas fá- capacidades productivas de las UDs en tértér-- cilmente en función del número de espe- minos de diversidad de las especies fores- cies, la medición de la diversidad beta es de tales son las mismas se tomaron diferentes una dimensión diferente porque está basada muestras de las UDs 11, UD 12, y UD 13, y en proporciones o diferencias (Magurran, se evaluaron con el índice de Shannon, para 1991). ello se utilizó el procedimiento propues- 148 Recursos Forestales en el Occidente de México

2 s1 = 500 m 2 s2 = 100 m 2 250 s3 = 12.57 m

r1 = 12.62 m

r2 = 5.64 m 250

r3 = 2 m

Figura 1.7.3. Muestreo sistemático mostrando las parcelas concéntricas de diferentes radios y superficies evaluadas.

Análisis de la utilidad que para un manejo lar que 40 de ellas sólo se tienen identi"ca- sustentable tiene la división dasocrática das con los nombres locales o comunes. Para llevarlo acabo, se analizó el criterio de grupo de especies maderables “Preciosas” Evaluación de la eficiencia de la división bajo manejo forestal, básicamente se deter- dasocrática realizada minó cual es el área mínima representativa o número de sitios de muestreo necesarios Resultados para los índices de diversidad Alfa para obtener una cantidad de datos con"a- bles y representativos del número total de las Los resultados se muestran en el siguiente especies maderables “Preciosas” que están cuadro 1.7.1, en el que puede verse que en presentes en cada UD. general los índices calculados pueden ser usados para describir la biodiversidad de es- pecies presentes en cada UD, pero también RESULTADOS puede observarse que entre más parecidas La división dasocrática permitió obtener son las condiciones de crecimiento, y por información biofísica del predio ACQ a dos ende las capacidades productivas de las uni- niveles: se obtuvieron las unidades dasocrá- dades dasocráticas en términos de biodiver- ticas físicas y de uso actual (vegetación) en sidad son más similares, como los indican forma particular y además se de"nieron las los valores de los índices respectivos. unidades dasocráticas (Fig. 17.4). De acuer- Respecto a la prueba de la hipótesis nula do a este mapa, en el predio se encuentran de que las capacidades productivas de las en total 19 unidades dasocráticas. Se regisregis-- UD’s en términos de diversidad de las espe- traron en total 136 especies arbóreas en las cies forestales son las mismas. Los resulta- Unidades Ecológicas estudiadas, cabe seña- dos se muestran en el cuadro 1.7.2: Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 149

Figura 1.7.4. División dasocrática del predio ACQ en la Región Costa de Jalisco, México.

• Cuadro 1.7.1. Índices de diversidad Alfa en 3 UD’s.

Índices de diversidad UD 11 UD 12 UD 13 Total Número de árboles (N) 1065 1219 3475 5883 Número de especies (S) 72 84 111 131 Uniformidad (E) 0.798 0.764 0.769 0.750 Índice de Margalef (DMg) 10.185 11.680 13.491 14.977 Índice de Simpson (DSp) 0.053 0.052 0.041 0.041 Inverso de Simpson (1/DSp) 18.623 18.920 24.247 24.239 Índice de Shannon (H’) 3.414 3.389 3.622 3.657 Varianza de Shannon 0.001 0.001 0.000 0.000 Índice Berger-Parker (d) 0.143 0.122 0.096 0.086 Inverso de Berger-Parker (1/d) 6.960 8.181 10.311 11.580

• Cuadro 1.7.2. Prueba del índice de diversidad de Shannon

Unidad Dasocrática UD 11 UD 12 UD 13 UD 11 Igual Igual Desigual UD 12 Igual Igual Desigual UD 13 Desigual Desigual Igual 150 Recursos Forestales en el Occidente de México

Como se muestra aun con este análisis tivos Jaccard y Sorenson indican que las dos más profundo, al probar la hipótesis nula UD’s tienen una similaridad media, ya que la tendencia es que entre más parecida son comparten entre un 45 y 60% de las especies las UD’s en sus condiciones de crecimiento, forestales. De acuerdo a esto, la beta diversi- más similar es la diversidad de especies fo- dad tiene también un valor medio, inferior restales y por ello tienden a tener una misma al 55%. Al observar los resultados de los ín- capacidad productiva en términos de com- dices de similaridad de tipo cuantitativo, los posición de especies. resultados se mantienen un poco por enci- ma de la media, resultando valores cercanos Los resultados del análisis de las mues- a la media de beta diversidad, llegando a un tras por el procedimiento propuesto por 44%, en el caso más cercano. Lo anterior Hutcheson indican que existe evidencia permite concluir que estas UD’s, comparten signi"cativa (pr > 0.05) de que la capacidad un porcentaje medio de de especies foresta- productiva de las UD’s 11 y 12 con respecto les, sus abundancias se distribuyen en forma a su capacidad productiva en términos de igual y tienen una composición similar de diversidad de especies son iguales, y ambas especies. son signi"cativamente diferentes a la UD 13. Lo cual permite inferir que la diversidad de El cuadro 1.7.5 muestra los índices de beta especies esta altamente asociada a las con- diversidad tanto cualitativos como cuantitati- diciones especí"cas del área de crecimiento. vos, que forman las medidas métricas para la evaluación de la similaridad entre las UD’s 11 y 13. Los índices cualitativos Jaccard y Soren- Resultados para los índices de diversidad son, indican que las dos UD’s son muy simi- Beta lares, ya que comparten entre un 56 y un 72% Los resultados generales se muestran en el de las especies forestales. De acuerdo con esto, cuadro 1.7.3. la beta diversidad tiene un valor bajo, inferior Después se hizo un análisis entre las 3 al 44%. Al observar los resultados de los ín- diferentes UD’s, el cuadro 1.6.4 muestra los dices de similaridad de tipo cuantitativo, los índices de beta diversidad tanto cualitativos resultados cambian, se generan valores ele- como cuantitativos, que forman las medidas vados de la beta diversidad, llegando al 59%, métricas para la evaluación de la similaridad en el caso extremo (Sorenson Cuantitativo). entre las UD’s 11 y 12. Los índices cualita- Lo anterior permite concluir que estas UD’s,

• Cuadro 1.7.3 Índices de diversidad Beta

Especies Especies Sorenson UD comparadas Jaccard Sorenson Morisita en común diferentes cuantitativo

UD 11 - 13 66 45 0.564 0.721 0.410 0.764 UD 11 - 12 49 35 0.458 0.628 0.567 0.681 UD 12 - 13 70 41 0.560 0.718 0.505 0.916 Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 151

• Cuadro 1.7.4.- Comparación de índices en las UD’s 11 contra 12

Índice Similaridad Beta diversidad Jaccard 0.45 55% Sorenson 0.62 38% Sorenson cuantitativo 0.56 44% Morisita-Horn 0.68 32%

• Cuadro 1.7.5.- Comparación de UD’s 11 contra 13 Índice Similaridad Betadiversidad Jaccard 0.56 44% Sorenson 0.72 28% Sorenson cuantitativo 0.41 59% Morisita-Horn 0.76 24% comparten un porcentaje elevado de especies centaje elevado de especies forestales, sus forestales, sus abundancias se distribuyen en abundancias se distribuyen en forma des- forma desigual, y tienen una composición igual, y tienen una composición diferente diferente de especies. Lo cual corrobora que de especies. Lo cual con"rma que la capaci- la capacidad productiva de ambas UD’s es di- dad productiva de ambas UD’s es diferente, ferente, como fue señalado con anterioridad. como fue señalado con anterioridad. El cuadro 1.7.6 muestra los índices de beta diversidad tanto cualitativos como Resultados del análisis de la utilidad cuantitativos, que forman las medidas mé- que para un manejo sustentable tiene la tricas para la evaluación de la similaridad división dasocrática entre las UD’s 12 y 13. Los índices cualita- A continuación se presentan las "guras de tivos Jaccard y Sorenson, indican que las dos la variación del número de especies “Precio- UD’s son muy similares, ya que comparten sas” (4 especies en total) presentes en fun- entre un 56 y 71% de las especies forestales. ción del número de sitios de muestreo. De acuerdo a esto, la beta diversidad tiene un valor bajo, inferior al 44%. Al observar En la "gura 1.7.5 se puede observar que los resultados de los índices de similaridad después de 20 sitios muestreados la curva de de tipo cuantitativo, los resultados cambian, grupo de especies “Preciosas” se estabiliza, se generan valores mayores de beta diversi- y entonces con una muestra de 20 sitios de dad, llegando al 50% en el caso extremo (So- muestreo es su"ciente para obtener datos renson cuantitativo). Lo anterior permite con"ables para el análisis y representación concluir que estas UD’s, comparten un por- dasométrica de las cuatro especies de “Pre- ciosas”, en esta UD y en cualquier otra que 152 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 1.7.6.- Comparación de UD’s 12 contra 13 Índice Similaridad Betadiversidad Jaccard 0.56 44% Sorenson 0.71 29% Sorenson cuantitativo 0.50 50% Morisita-Horn 0.91 9%

Grupo “Preciosas” UD 11

Número de sitios de muestreo

Figura 1.7.5. UD 11. tenga las mismas características geológicas, en cualquier otra que tenga las mismas ca- edafológicas, altitud sobre el nivel del mar, racterísticas geológicas, edafológicas, altitud y tipo de vegetación, que se usaron para la sobre el nivel del mar, y tipo de vegetación, rodalización. que se usaron para la rodalización. En la "gura 1.7.6 puede observarse que En la "gura 1.7.7 puede observarse que después de 50 sitios de muestreo la curva de después de 20 sitios de muestreo la curva de grupo de especies se estabiliza, y entonces grupo de especies se estabiliza y entonces con una muestra de 50 sitios de muestreo es con una muestra de 20 sitios de muestreo es su"ciente para obtener datos con"ables para su"ciente para obtener datos con"ables para el análisis y representación dasométrica de el análisis y representación dasométrica de las cuatro especies “Preciosas”, en esta UD y las cuatro especies de “Preciosas”, en esta Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 153

UD 12

Grupo “Preciosas”

Número de sitios de muestreo Figura 1.7.6. UD 12.

UD 11 Grupo “Preciosas”

Número de sitios de muestreo Figura 17.7. UD 13. 154 Recursos Forestales en el Occidente de México

UD y en cualquier otra que tenga las mis- LITERATURA CITADA mas características geológicas, edafológicas, Bill, R., Fritsch, D. 1991. Grundlagen der Geo-Infor- altitud sobre el nivel del mar, y tipo de ve- mation-Systeme, Band 1. Hardware, So'ware und Daten. Heidelberg-Wichmann. P. 437. getación, que se usaron para la rodalización. Bosque, S. J. 2000. Sistemas de Información Geográ!ca. 2 Au"age. Editorial RIALP. España. p. 451. CONCLUSIONES Boyas, D. C. 1992. Determinación de la productividad, composición, y estructura de las comunidades ar- Considerando los resultados de este análisis bóreas del estado de Morelos en base a Unidades en las 3 UD`s en relación al tamaño de la Ecológicas. Tesis de Doctorado en Ciencias. Facul- tad de Ciencias. División de Estudios de Posgrado. muestra, se concluye que para estudios futu- Universidad Autónoma de México. p. 247. ros con "nes de manejo forestal se deben de García, E. 1973. Modi!caciones al sistema de clasi!ca- tomar muestras que consideren el tamaño ción climática de Köppen. Instituto de Geografía. de muestreo determinado para cada UD en UNAM. México. la presente investigación. Con ello se incre- Hernández A., E. 2008. Inventurmodell für tropischen Wälder auf der Grundlage eines Geographischen mentará la e"cacia en la toma de la infor- Informationssystems - dargestellt am Beispiel von mación, la rapidez de la toma de la muestra, Costa de Jalisco, Mexiko. ISBN: 978-3-8300-3581- 7. Editorial Dr. Kovac. Hamburgo, Alemania. p. disminución de costos y los demás trabajos 150. inherentes a la captura, procesamiento y Holdridge, L. 1978. Ecología basada en zonas de vida. análisis de la información. Editorial IICA. San José, Costa Rica. Otro aspecto considerado es el costo eco- Magurran, A. 1991. Ecological diversity and its mea- surement. London, New Cork, Tokyo, Melbourne nómico para la toma de datos por sitio de and Madras Croom Helm, London- Sydney. p. muestreo, pues de acuerdo con Hernández 179. (2008), el costo es de $53.37 para la toma de Moreno, C. E. 2001. Métodos para medir la biodiver- datos en un sitio de muestreo en este tipo de sidad. M&T–Manuales y Tesis SEA, Vol. 1. Zara- goza. p.84. bosques y para inventarios forestales con "- nes básicos de manejo de bosques tropicales SPP.1981. Síntesis Geográ!ca del Estado de Jalisco. México D. F. en la Costa de Jalisco, México. Por lo tanto, Whittaker, R. H. 1970. Communities and ecosystems. puede concluirse que en la UD 8 el ahorro Mc Millan Co., Collier-MacMillan Ltd., London. seria de $2134.80, para UD 9 de $1067.40, p. 162. mientras que para la UD 10 el ahorro en tér- minos económicos seria de $9072.90. Puede concluirse que tomando en cuenta estos cri- terios de muestreo y este tamaño y forma de sitios de muestreo, los costos del muestreo en esas 3 UD´s el ahorro económico sería de un 64%, y dichas UD´s representan el 92% de la super"cie total del predio ACQ. 155

1.8 Repoblación de manglares en las márgenes del Río Santiago, estado de Nayarit

Vicente Rocha González, J. Ignacio Valdez Hernández, Gustavo Ramírez Valverde.

RESUMEN Con el propósito de obtener información básica para un manejo adecuado de la repoblación natural del mangle Laguncularia racemosa en la costa de Nayarit (Ejido Villa Juárez, municipio Santiago Ixcuintla: 21° 41’ 29’’ N; 105° 23’ 15’’ O), se cuanti"có la abundancia de sus brinzales en cuadros de 1x1 m y se midieron atributos daso- métricos de sus latizales en unidades de muestreo (UM) de 4x4 m. Los resultados muestran que la densidad de brinzales fue signi"cativamente (Tukey, p<0.05) mayor en condiciones de apertura total del dosel (11.5 brinzales m-2) que en aquellas de no apertura (2.8 brinzales m-2), pero estadísticamente igual (Tukey, p>0.05) a la densidad en condiciones de apertura intermedia del dosel (6.3 brinzales m-2). Los latizales registrados cerca del mar (fre- cuente inundación) tuvieron mayores valores de densidad, diámetro normal, área basal, altura total y cobertura del dosel, que aquellos medidos lejos del mar (escasa inundación).

ABSTRACT Cis study was aimed to generate valuable data to help guide management of natural regeneration of mangroves. A quantitative survey was conducted at Laguncularia racemosa stands in the Santiago river, coast of Nayarit (Ejido Villa Juárez, Municipio Santiago Ixcuintla); seedlings at 1 x 1 m squares were tallied and dasometric attri- butes at pole stage of trees were measured at 4 x 4 m sample units Seedling density was higher (11.5 m-2) at forest gaps than at closed canopies (2.8 m-2) (Tukey, p<0.05), trees at pole stage close to the sea (frequently !ooded) had larger values for density, diameter, basal area, canopy cover than those away from the sea (rarely !ooded).

l término repoblación puede de"nirse En silvicultura, la repoblación sirve para Ecomo el proceso mediante el cual una po- designar el conjunto de labores o trabajos blación persiste o puede volver a poblar un que tienen por objeto la reproducción de los área o parte de ella. Desde el punto de vista montes en aprovechamiento, o su creación forestal, la repoblación natural es el proceso sobre los terrenos sin vegetación. Cuando la por el cual la masa forestal existente es sus- repoblación se logra como consecuencia del tituida por otra (sea de la misma o diferente tratamiento adecuado del monte sin hacer especie) y de ella depende la continuidad, siembras ni plantaciones se llama repobla- permanencia y composición de especies de ción natural y cuando para lograrla se em- un bosque (Aldrete et al., 1992; Mitchell y plean siembras y plantaciones se llama repo- Beese, 2002). blación asistida (Smith et al., 1997). 156 Recursos Forestales en el Occidente de México

De acuerdo con Grime (2002) existen Los manglares albergan una cantidad dos formas generales de repoblación: a) pro- importante de recursos naturales y propor- pagación a partir del tallo principal (en pie, cionan una gran variedad de bienes y ser- caído) o de la raíz, y b) reproducción por se- vicios a las poblaciones humanas aledañas milla (sexual). a ellos. Su potencial económico procede de tres fuentes principales: productos fores- Los manglares dependen de la incorpo- tales, pesca estuarina y de litoral, así como ración de brinzales para su mantenimiento, ecoturismo. Además, desempeñan un papel ya que el establecimiento y supervivencia de fundamental en la protección costera y en el éstos últimos afecta directamente la distri- mantenimiento de hábitats para diversas es- bución de especies y patrones de abundan- pecies amenazadas y en peligro de extinción cia de los primeros (Tomlinson, 1994; Core- (FAO, 1994). lla et al., 2001). En México, no obstante la gran impor- El establecimiento de las plantas, en ge- tancia ecológica y socioeconómica que esta neral, a menudo ocurre después de un pe- comunidad vegetal posee, existe aún poca riodo de dormancia del embrión, aunque en información generada y disponible, así algunas especies, incluyendo la mayoría de como una creciente presión humana que se las especies de mangles, existe un desarro- ha re!ejado en una disminución de su co- llo precoz del mismo. En estos individuos, el bertura arbolada y en pérdida de su riqueza establecimiento y supervivencia subsiguien- biológica y desarrollo estructural (Valdez, te de una población de brinzales puede ser 2004). estudiada más fácilmente que en aquellas plantas con una fase de dormancia posterior En el estado de Nayarit la situación no a la dispersión. Esto debido a que no existe es diferente. Los cambios drásticos en el un banco de semillas y el espacio en el que hábitat y abundancia de este tipo de vege- caen los propágulos es reconocido fácilmen- tación se han acentuado en los últimos 20 te (McKee 1995a, 1995b). años debido a la realización inadecuada de obras hidráulicas, carreteras y acuacultura A pesar de lo anterior, son pocos los es- empresarial (Valdez et al., 2009a); pero no al tudios relacionados con el establecimiento aprovechamiento maderable, el cual se lleva y desarrollo temprano de estos individuos. a cabo con programas autorizados de mane- Por ejemplo, Jiménez y Sauter (1991) com- jo forestal sustentable (Valdez, 2002). pararon las diferencias de estructura y esta- blecimiento entre Avicennia bicolor Standl. Por lo anterior, y con la "nalidad de ge- y Rhizophora racemosa G. Mey. en la costa nerar parte de la información biológica ne- Pací"ca de Costa Rica; mientras que Blan- cesaria para un mejor manejo silvícola de los chard y Prado (1995) estudiaron los factores manglares, el objetivo del presente trabajo que afectan la repoblación natural de Rhi- fue evaluar y describir la repoblación natu- zophora mangle L. en transectos cortados a ral de Laguncularia racemosa (L.) Gaertn. f. matarrasa en el noroeste de Ecuador. en el Ejido Villa Juárez, municipio de Santia- go Ixcuintla, estado de Nayarit; en particu- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 157 lar, se busca caracterizar las poblaciones de "smo (Solonchak gleyico), manifestado por brinzales y latizales de esta especie comer- cierta reducción del hierro y la formación de cial maderable con base en el análisis de sus manchas al quedar en contacto con el aire. características dasométricas y del hábitat. Posee además un porcentaje de saturación de sodio mayor de 15 (fase sódica) y llega a Para lo cual, se plantean las siguientes presentar en la super"cie una capa arcillosa hipótesis: a) la abundancia de brinzales es que sufre rupturas en forma de placas poli- mayor en sitios con aperturas de dosel en gonales cuando está seca (Solonchak takyri- comparación con aquellos sin apertura, y co) (INEGI, 2000). b) los latizales muestran cambios en atribu- tos dasométricos (densidad, altura, diáme- De acuerdo con García (1987), el clima es tro) según su modo de repoblación (sexual, Aw1 (w) (i’): cálido subhúmedo con lluvias asexual) y ubicación respecto al mar. en verano y poca oscilación térmica (5-7 °C). La precipitación media anual !uctúa entre 1000 y 1500 mm, con una temperatu- MATERIALES Y MÉTODOS ra media anual mayor de 22 °C. La máxima La presente investigación se llevó a cabo en ocurrencia de lluvia oscila entre 370 y 480 las márgenes del Río Santiago, dentro de los mm en agosto y la mínima es menor de 5 predios del ejido Villa Juárez (21° 38’ 55.2’’ mm en mayo (SPP, 1981). Norte, 105° 26’ 19.8’’ Oeste), municipio de La vegetación predominante es el man- Santiago Ixcuintla, estado de Nayarit (Figu- glar [L. racemosa, Avicennia germinans L. ra 1.8.1). (Stearn.), R. mangle] y en menor escala la El área se encuentra ubicada en la pro- selva baja caducifolia [Acacia spp., Opun- vincia Llanura Costera del Pací"co, subpro- tia sp., Jatropha sp., Cynodon dactylon (L.) vincia Delta del Río Grande de Santiago, que Pers., Bouteloua repens (Kunth) Scribn & recibe depósitos aluviales acarreados desde Merr., Chloris sp.] (INEGI, 2000; Valdez et la Sierra Madre Occidental, los cuales son al., 2009b)). transformados por acción de las mareas en Brinzales sedimentos deltaicos formando barras, la- En un lugar cercano a la desembocadura del gunas y marismas (INEGI, 2000). Río Santiago en el Océano Pací"co (Figura El suelo predominante es Solonchak, con 1.8.1a), se establecieron 18 sitios circulares elevado contenido de sales y una conduc- de muestreo de 113 m2 (radio = 6 m) cada tividad eléctrica del extracto de saturación uno, tomando en cuenta el tamaño y forma mayor de 16 mmhos cm-1 (SPP, 1981). Este de los claros en el dosel que se presentan na- suelo tiene un horizonte A ócrico de color turalmente en los manglares (Valdez, 2001). pardo oscuro y un B cámbico de color par- Estos sitios (N = 18) se distribuyeron en do amarillento oscuro (en húmedo); debido tres zonas paralelas al cauce del río siguien- al medio anaeróbico en que se desarrolla do un gradiente de humedad en el suelo: a) (frecuente inundación), presenta hidromor- zona húmeda (n = 6), b) zona de humedad 158 Recursos Forestales en el Occidente de México

E

A B C

D

Figura 1.8.1. Establecimiento de sitios y unidades de muestreo en el área de estudio para evaluación de brinzales (a) y latizales (b-e). Fotografía aérea escala 1:20 000 (INEGI 1995). intermedia (n = 6), c) zona seca (n = 6); y se de Valdez, 2002) donde se cuanti"có el nú- les aplicó tres niveles de apertura del dosel: mero de brinzales (<1.3 m) de L. racemosa i) apertura total [eliminación total de la co- establecidos durante un año. bertura del dosel (n = 6)], ii) apertura inter- Los datos se analizaron estadísticamente media [eliminación parcial de la cobertura con un diseño de bloques al azar, donde las del dosel (n = 6)], iii) no apertura (sin eli- tres zonas de humedad se usaron como blo- minación de la cobertura del dosel (n = 6)]. ques (húmeda, intermedia, seca) y los trata- En cada sitio se establecieron en forma mientos fueron los tres niveles de apertura aleatoria cinco cuadros de 1 m2 (modi"cado del dosel aplicados (total, intermedia, no Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 159 apertura). Mediante análisis de varianza se 3.1.2. (SAS Institute Inc., 1997) y mediante veri"có la existencia de diferencias signi"- el programa MINITAB versión 13.32 (MI- cativas para el número de brinzales estable- NITAB Inc., 2002) se ajustaron diferentes ti- cidos entre tratamientos. Asimismo, se em- pos de distribuciones estadísticas [Weibull, pleó el método de comparación de medias Log normal (base e), Normal, Exponencial] según Tukey (α=0.05) (sensu Steel y Torrie, a los valores de diámetro y altura registrados 1985) cuando fue necesario. Estos análisis se para individuos de L. racemosa en los gru- realizaron con el paquete JMP versión 3.1.2 pos de datos antes mencionados. (SAS Institute Inc., 1997).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN Latizales En cuatro lugares a lo largo de la región del- Brinzales taica del Río Santiago (Figura 1.8.1b-e), se establecieron en forma aleatoria un total de La Figura 1.8.2 muestra el número prome- 15 unidades de muestreo (UM) de 4 m2 (4 x dio de individuos establecidos por metro 4 m) cada una, donde se midieron todos los cuadrado en cada tratamiento y zona. En individuos de L. racemosa mayores de 1.3 m promedio, la zona seca tuvo una mayor can- 2 de altura y menores de 5 cm DAP (modi"ca- tidad de brinzales (9.2 por m ) que las zonas 2 do de Valdez, 2002). húmeda (7.8 por m ) y de humedad inter- media (3.7 por m2). Los atributos dasométricos evaluados fueron DAP y altura total, empleando para Esto coincide con los resultados de Clar- el primero un vernier mecánico marca Pre- ke y Myerscough (1993), quienes registraron tul con aproximación a 0.01 cm, y para el se- una mayor densidad de individuos de Avi- gundo una pértiga (construida ex professo) cennia marina en zonas altas (40 cm sobre el de seis metros de largo con divisiones cada nivel del mar) en comparación con zonas in- 10 cm. termedias (20 cm snm) y bajas (0 cm snm). La información se analizó estadística- En contraste, Blanchard y Prado (1995) mente por: a) tipo de repoblación, i) sexual reportaron que la densidad de brinzales y ii) asexual; b) distancia de las UM respecto recién establecidos de Rhizophora mangle al mar, i) cerca y ii) lejos; c) combinación de estuvo inversamente correlacionada con la incisos a) y b): repoblación sexual y asexual elevación: a mayor altura sobre el nivel del en las UM cercanas y lejanas al mar. mar, menor número de individuos. El procesamiento de los datos incluyó Ambos comportamientos fueron docu- la elaboración de cuadros y grá"cas para la mentados por Jiménez y Sauter (1991). En descripción de los atributos dasométricos Avicennia bicolor el número de individuos en cada UM. Con la prueba Wilcoxon (α = fue mayor conforme aumentó la distancia, 0.05) se compararon los diferentes grupos y con ello la elevación, respecto al cuerpo de datos utilizando el paquete JMP versión de agua, de tal forma que la tasa más alta de 160 Recursos Forestales en el Occidente de México

H HI S

Figura 1.8.2. Número promedio de plántulas establecidas en forma natural por tratamiento (AT = Apertura total, AI = Apertura intermedia, NA = No apertura) y zona (H = Húmeda, HI = Humedad intermedia, S = Seca) en el ejido Villa Juárez, Nayarit. establecimiento fue máxima en la zona de con el establecimiento de Laguncularia race- terreno más elevada. En cambio, para Rhizo- mosa; además, la producción de propágulos phora racemosa el establecimiento decreció fue alta y su dispersión se realizó en la época rápidamente hacia tierra adentro; en los pri- lluviosa (agosto-octubre). Esto último fue meros metros la densidad de brinzales fue descrito por Jiménez (1988) en el Río Jesús mayor respecto a la de los últimos metros María, costa Pací"ca de Costa Rica, donde la del transecto evaluado. fructi"cación de L. racemosa también ocu- rrió entre agosto y octubre (periodo de llu- La presencia y abundancia de especies vias) y la liberación de propágulos, al igual de mangles en diferentes zonas ha sido uno que en la mayoría de las especies de man- de los temas más discutidos en la ecología gles, estuvo relacionada con altos niveles de de esta comunidad. Las explicaciones de inundación dentro del bosque. posibles causas que determinan estos pa- trones son numerosas: procesos de suce- Considerando lo anterior, las tasas y es- sión (Lugo, 1980), cambios geomorfológicos pacio destinado al establecimiento de esta (Com, 1967), requerimientos "siológicos especie parecen estar relacionadas con el (López-Portillo y Ezcurra, 1989b), así como tamaño y características de !otación de sus depredación (Smith, 1987) y dispersión di- propágulos, así como de la !uctuación rela- ferencial de propágulos (Rabinowitz, 1978a, tiva del nivel de inundación. 1978b, 1978c; Jiménez y Sauter, 1991). Esto lo sugiere McKee (1995a) al estudiar En cuanto a alguna relación de compe- las características físicas de propágulos y tencia, en el sotobosque del área de estudio brinzales, quien menciona que debido al ta- no se encontraron especies que inter"rieran maño reducido de sus propágulos (respecto Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 161 a otras especies), L. racemosa está destinada masa forestal. En algunos países, las leyes a ocupar una posición alta de la zona inter- obligan plantar en rodales con regeneración mareal. La diferencia en tamaño y peso de inadecuada después de su cosecha, estable- las diásporas, así como la acción conjunta de ciendo densidades entre 1667 y 10,000 indi- mareas y corrientes, ocasiona un estableci- viduos ha-1 (FAO, 1985). miento a menudo diferencial de las especies La densidad de brinzales fue signi"cati- a través de gradientes de elevación (Jiménez vamente mayor en el tratamiento de aper- y Sauter, 1991; Rabinowitz, 1978c). Como se tura total del dosel en comparación con los mencionó anteriormente, en la zona de estu- demás tratamientos. Este escenario con- dio el periodo de dispersión de las diásporas cuerda con algunas investigaciones en don- de L. racemosa se presentó en la época llu- de el dosel superior ha sido perturbado. Por viosa, por lo que los efectos del movimiento ejemplo, Blanchard y Prado (1995) y Valdez de agua sobre ellas se ven acentuados. (2002) encontraron un mayor número de La apertura del dosel estuvo signi"cati- individuos en lugares intervenidos que en vamente (p <0.05) asociada con la densidad los mantenidos intactos. Asimismo, Ewel et de brinzales (Cuadros 1.8.1 y 1.8.2), la cual a al. (1998) reportaron un número signi"ca- su vez fue estadísticamente mayor en aper- tivamente mayor de plántulas en claros que tura total (11.5 individuos por m2) respecto bajo el dosel sin perturbar. a la no apertura (2.8 individuos por m2) pero Un argumento para explicar tales dife- igual a la apertura intermedia (6.3 indivi- rencias fue considerar a la apertura total del duos por m2) (Cuadro 1.8.3). dosel realizada en la presente investigación Los valores de abundancia de brinzales como un claro natural del bosque. que se obtuvieron en la presente investiga- Brokaw (1982) de"ne claro, como un ori- ción son intermedios al compararlos con "cio en el bosque que se extiende desde el aquellos obtenidos en otros estudios (Cua- dosel superior hasta una altura promedio de dro 1.8.4), y de acuerdo con Roth (1992) se dos metros sobre el nivel del suelo, y que tie- consideran su"cientes entre 605 y 50,000 ne notables consecuencias para la dinámica plantas ha-1 para el restablecimiento de la forestal (iniciación de nuevas clases de edad

• Cuadro 1.8.1. Prueba de F para el número de brinzales de Laguncularia racemosa estableci- dos en el ejido Villa Juárez, Nayarit.

Fuente variación Nparm gl Suma de cuadrados Valor de F Prob>F

Bloque 2 2 98.77778 2.7764 0.1099 NS Tratamiento 2 2 228.11111 6.4116 0.0161* Error submuestreo 3 3 207.00000 * p<0.05, NS = no significativo. 162 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 1.8.2. Análisis de varianza para el número de brinzales de Laguncularia racemosa establecidos en el ejido Villa Juárez, Nayarit.

Cuadrados Fuente variación gl Suma de cuadrados Valor de F Prob>F medios

Modelo 7 533.88889 76.2698 4.2875 0.0192* Error 10 177.88889 17.7889 Total corregido 17 711.77778 * p<0.05

• Cuadro 1.8.3. Comparación de medias para el número promedio de brinzales de Laguncula- ria racemosa en función de la apertura del dosel en el ejido Villa Juárez, Nayarit.

Tratamiento Media Clasificación

Apertura total 11.500 a Apertura intermedia 6.333 ab No apertura 2.833 b Medias seguidas por la misma letra son estadísticamente iguales (Tukey, α=0.05) o liberación sustancial de árboles suprimi- Adicionalmente, la formación de claros dos). Dicha formación conduce al desarrollo puede originar cambios en la composición de una densa masa vegetal a nivel del suelo, de especies de macrofauna que habita en las estimulada por un incremento en ilumina- cavidades del suelo, lo cual, a su vez, pue- ción y quizás por una disminución local en de alterar los procesos biológicos en el cla- competencia radicular. En este espacio, los ro tales como la depredación de semillas y brinzales de las especies intolerantes respon- brinzales de los mangles (Osborne y Smith, den más rápidamente que las tolerantes, las 1990). Algunos de estos cambios son bené- cuales pueden ser suprimidas temporal o "cos para el establecimiento y crecimiento permanentemente (Richards, 1981). de las plántulas (p. ej. incremento en luz y nutrientes), mientras que otros son nocivos Sin embargo, los efectos de la formación (p. ej. disminución de la humedad e incre- de claros en el bosque son más complejos de mento de la temperatura del suelo) (Smith lo descrito anteriormente. et al., 1994). Cuando se produce un claro en el bos- Por lo tanto, junto con su notable capa- que, se alteran varios parámetros físicos cidad reproductiva (Roth, 1992) y su pro- comparados con los límites de la abertura bada intolerancia a la sombra (Wadsworth, (Smith et al., 1994). La humedad en el claro 1959), es posible que la gran disponibilidad es menor, la temperatura es alta, los niveles de luz sea el factor detonante para un abun- de luz aumentan dramáticamente y la con- dante establecimiento de individuos de L. dición nutrimental del suelo también puede racemosa, al menos en sus primeros estadios ser diferente (Smith, 1987). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 163

• Cuadro 1.8.4. Densidad de brinzales y latizales reportada en diferentes estudios sobre repoblación natural de manglares. Lugar Especie Individuos por m2 Autor Brinzales Latizales Ecuador Rhizophora mangle 0.7-1.2 --- Blanchard y Prado (1995) Micronesia Varias --- 0.1-0.8 Ewel et al. (1998) Avicennia bicolor 3.4-50.5 (9.1) Costa Rica --- Jiménez y Sauter (1991) Rhizophora racemosa 0.4-5.1 (4.1) Avicennia germinans 0.7

Nicaragua Laguncularia racemosa 1.8 --- Roth (1992)

Rhizophora mangle 0.7 Avicennia germinans y Puerto Rico --- 0.5-1.7 Cintrón et al. (1978) Rhizophora mangle

Avicennia germinans 5 --- México Laguncularia racemosa Valdez Hernández (2001) 51 --- Rhizophora mangle 2.5 --- México Laguncularia racemosa (3.7-9.2) --- Presente estudio

Estados Uni- Laguncularia racemosa --- 0.2-1.4 Ball (1980) dos y Rhizophora mangle

Australia Avicennia marina 0-156 (24) --- Clarke y Myerscough (1993)

Australia Avicennia marina 0-128 (32.4) --- Clarke y Allaway (1993)

Nueva Zelanda Avicennia marina 0-168 (17.4) --- Osunkoya y Creese (1997) Valores promedio entre paréntesis. de vida (Valdez, 2002); lo que con"rmaría a En promedio, el porcentaje de individuos su vez el hábito helió"lo de esta especie y su reproducidos vía sexual fue ligeramente ma- gran habilidad para colonizar sitios abiertos yor (52%) que los de origen asexual (48%) y/o perturbados (Tomlinson, 1994). (Cuadro 1.8.5), lo cual di"ere de lo expre- sado por Tomlinson (1994) en cuanto a la poca capacidad de propagación vegetativa Latizales de los mangles. Los atributos dasométricos y estructura La densidad promedio siguió la mis- del rodal en poblaciones de L. racemosa se ma tendencia: 33,875 tallos por ha de ori- muestran en los Cuadros 1.8.5 a 1.8.7 y en gen sexual y 24,333 tallos por ha de origen las Figuras 1.8.3 a 1.8.13. asexual, 58,208 tallos por ha en total; can- 164 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 1.8.5. Densidad de latizales de Laguncularia racemosa por tipo de reproducción y unidad de muestreo (UM) en el ejido Villa Juárez, Nayarit.

Cobert. Altura Tallos por UM (No.) Porcentaje No. de tallos por ha del de UM (No.) raíces Plantas Tallos/ Dosel Sexual Asexual Suma Sexual Asexual Sexual Asexual Suma aéreas (No.) planta (%) (cm)

1 25 17 42 59.5 40.5 32 1.3 15625 10625 26250 40 0

2 1 36 37 2.7 97.3 10 3.7 625 22500 23125 30 0

3 22 11 33 66.7 33.3 25 1.3 13750 6875 20625 30 0

4 3 81 84 3.6 96.4 24 3.5 1875 50625 52500 50 0

5 55 10 65 84.6 15.4 60 1.1 34375 6250 40625 50 0

6 102 4 106 96.2 3.8 104 1.0 63750 2500 66250 70 0

7 73 13 86 84.9 15.1 79 1.1 45625 8125 53750 50 0

8 23 33 56 41.1 58.9 35 1.6 14375 20625 35000 50 0

9 - 106 106 - 100.0 29 3.7 - 66250 66250 60 0

10 138 5 143 96.5 3.5 140 1.0 86250 3125 89375 80 5-10

11 167 - 167 100.0 - 167 1.0 104375 - 104375 90 5-10

12 45 107 152 29.6 70.4 85 1.8 28125 66875 95000 80 10

13 127 64 191 66.5 33.5 157 1.2 79375 40000 119375 90 10

14 28 47 75 37.3 62.4 37 2.0 17500 29375 46875 40 0

15 4 50 54 7.4 92.6 14 3.9 2500 31250 33750 30 0

Suma 813 584 1397 776.6 720.5 998 29.2 508125 365000 873125 840 -

Media 54 39 93 52 48 67 1.9 33875 24333 58208 56 - Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 165

• Cuadro 1.8.6. Características dasométricas promedio de latizales de Laguncularia racemosa por tipo de reproducción y unidad de muestreo (UM) en el ejido Villa Juárez, Nayarit.

Diámetro promedio (cm) Altura promedio (m) Diámetro cuadrático (cm) Área basal (m2 ha-1)

UM (No.)

Sexual Asexual Media Sexual Asexual Media Sexual Asexual Media Sexual Asexual Suma

1 1.09 1.21 1.15 2.19 2.22 2.2 2.26 2.57 2.42 6.25 5.50 11.75

2 2.70 1.90 2.30 3.10 2.83 2.97 5.40 3.94 4.67 1.44 27.56 29.00

3 1.42 1.95 1.70 2.43 2.94 2.69 2.94 3.95 3.44 9.38 8.44 17.81

4 2.30 2.08 2.19 3.23 3.40 3.31 4.82 4.29 4.60 3.44 73.50 76.94

5 1.13 1.11 1.12 2.35 2.35 2.35 2.38 2.29 2.33 2.63 15.44 18.07

6 0.78 0.85 0.81 1.92 1.96 1.94 1.65 1.75 1.70 13.75 0.63 14.38

7 1.18 1.48 1.33 2.47 2.70 2.59 2.46 3.06 2.76 21.81 6.00 27.81

8 1.65 1.68 1.66 2.61 2.92 2.76 3.46 3.42 3.44 13.50 18.94 32.44

9 0.00 1.57 1.57 0.00 3.28 3.28 0 3.46 3.46 0 62.38 62.38

10 2.05 1.78 1.91 4.66 4.06 4.36 4.33 3.89 4.11 127.19 3.75 130.94

11 1.96 0.00 1.96 4.49 0.00 4.49 4.12 0 4.12 139.69 0 139.69

12 2.34 1.90 2.12 4.39 3.86 4.12 4.81 4.15 4.48 53.00 90.50 143.50

13 2.12 1.69 1.91 4.04 3.50 3.77 3.76 4.44 4.10 122.94 44.44 167.38

14 1.80 1.64 1.72 2.99 2.71 2.85 3.71 3.93 3.82 18.94 27.13 46.06

15 1.90 1.79 1.85 2.85 2.64 2.74 3.86 3.70 3.78 2.94 33.75 36.69

Suma 24.41 22.61 25.28 43.74 41.37 46.42 49.96 48.84 53.10 536.87 417.94 954.81

Promedio 1.74 1.61 1.68 3.12 2.95 3.03 3.33 3.26 3.54 35.79 27.86 63.65 166 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 1.8.7. Características dasométricas y número de latizales de Laguncularia racemosa en las unidades de muestreo (UM) por tipo de reproducción y distancia al mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. UM cerca UM lejos Suma Promedio del mar del mar Característica Cerca Lejos Cerca de Lejos Sexual Asexual Sexual Asexual del mar del mar mar de mar Tallos (No.) 477 176 336 408 653 744 163.2 67.6 Porcentaje 73 27 45 55 - - - - Tallos por ha 298125 110000 210000 255000 408125 465000 102031 42273 Diámetro pro- 2.1 1.3 1.4 1.6 3.5 3.0 1.7 1.5 medio (cm) Altura prome- 4.4 2.9 2.4 2.7 7.3 5.1 3.6 2.5 dio (m) Diámetro cua- 4.3 3.1 2.9 3.3 7.4 6.3 3.7 3.1 drático (cm) Área basal 110.7 34.7 14.9 25.4 145.4 40.4 72.7 20.2 (m2 ha-1) tidad muy por arriba de la reportada por m2 ha-1), sumando en promedio 63.6 m2 ha-1, Wadsworth (1959) para un rodal dominado cantidad cuatro veces mayor que la repor- por latizales de L. racemosa con una densi- tada por Wadsworth (1959) para rodales de dad de 34,000 tallos por ha. la misma especie con características simila- res (15.8 m2 ha-1). Los individuos de origen El diámetro normal promedio fue de sexual fueron en promedio más altos (3.1 m) 1.7 y 1.6 cm para la reproducción sexual y que los reproducidos vegetativamente (2.9), asexual, respectivamente (Cuadro 1.8.6), y y en ambos casos la distribución Lognormal osciló entre 0.8 y 2.7 cm. La Figura 1.8.3a (base e) fue la que obtuvo el mejor ajuste muestra que la distribución Weibull en para esta variable (Figura 1.8.3b). comparación con las otras probadas (Log normal base e, Normal y Exponencial) fue la Con objeto de identi"car posibles dife- que mejor se ajustó a los datos de esta varia- rencias en las poblaciones estudiadas por ble, tanto para los individuos originados por su distancia respecto al mar, las unidades reproducción sexual como para aquellos de de muestreo (UM) se dividieron en dos ca- forma asexual. tegorías: i) cercanas al mar (UM 10-11: 2.5 km, UM 12-13: 3.5 km) y ii) alejadas del mar No obstante que el diámetro cuadrático (UM 1-9: 3.75 km, UM 14-15: 5 km) (ver Fi- fue casi idéntico entre individuos de origen gura 1.8.1). sexual y asexual, el área basal fue mayor en los reproducidos sexualmente (35.8 m2 ha- El cuadro 1.8.7 muestra las característi- 1) que para aquellos de origen asexual (27.9 cas de las UM en ambas categorías. No obs- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 167 Percent

A Percent

B

Figura 1.8.3. Ajuste de datos para diámetro normal (a: distribución Weibull) y altura total (b: distribución Lognormal base e) en tallos de Laguncularia racemosa originados sexual (!) y asexualmente (") en el ejido Villa Juárez, Nayarit. 168 Recursos Forestales en el Occidente de México

UM 10 A UM 11 B

UM 12 C UM 13 D

Categoría diamétrica (cm)

UM 10 E UM 11 F

UM 12 G UM 13 H

Categoría de altura (m)

Figura 1.8.4. Distribución del número de individuos de Laguncularia racemosa por tipo de reproducción (" sexual, ! asexual) según su categoría diamétrica (a-d) y de altura (e-h) en unidades de muestreo (UM) cercanas al mar (eje Y: No. por 1000 ha-1). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 169 tante que el diámetro normal, la altura total observa el número de individuos por cate- y el diámetro cuadrático fueron mayores en goría de altura y la Figura 1.8.6a indica que las UM cercanas al mar, esta diferencia fue la distribución Weibull se ajustó mejor a los más evidente en términos de la densidad de datos de esta variable. La presencia de neu- tallos y área basal (Cuadro 1.8.7). matóforos con alturas de 5 a 10 cm sugieren que las UM cercanas al mar reciben altos y/o En las UM cercanas al mar (10-13) la co- frecuentes niveles de inundación (Tomlin- bertura del dosel fue muy densa (80-90%) son, 1994). (Cuadro 1.8.5), evitando con ello el desa- rrollo de un estrato inferior de vegetación, En contraste con las UM cercanas al mar, y la mayoría de los individuos fue de origen en las UM alejadas del mar (1-9, 14-15) la co- sexual (73%) (Cuadro 1.8.7), lo que se re!e- bertura del dosel fue menos densa (30-60%) jó en una baja relación tallos/planta (Cuadro (Cuadro 1.8.5), favoreciendo el crecimiento 1.8.5). La Figura 1.8.4a-d muestra el núme- de otras especies vegetales tanto en el estra- ro de individuos por categoría diamétrica en to inferior (p. ej. Batis maritima) como en cada UM, mientras que la Figura 1.8.5 ilus- el superior (p. ej. Typha sp.); además, el tipo tra como la distribución Weibull fue la que de reproducción asexual (55%) fue mayor mejor describió el comportamiento de esta que el sexual (45%) (Cuadro 1.8.7), lo cual variable. Asimismo, en la Figura 1.8.4e-h se se tradujo en una alta relación tallos/plan- Percent

Figura 1.8.5. Ajuste de datos para diámetro normal (distribución Weibull) en individuos de Laguncularia racemosa para unida- des de muestreo (UM) cercanas (!) y alejadas (") del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. 170 Recursos Forestales en el Occidente de México

A Percent

B Percent

Figura 1.8.6. Ajuste de datos para altura total de individuos de Laguncularia racemosa en unidades de muestreo (UM) cercanas (a: distribución Weibull) y alejadas (b: distribución Lognormal base e) del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 171 ta (Cuadro 1.8.5). La Figura 1.8.7 expone ra 1.8.9b). Las distribuciones que mejor se el número de individuos por categoría dia- ajustaron a los datos de esta variable fueron métrica en cada UM, en tanto que la Figura la Weibull en las UM cercanas al mar (Fi- 1.8.5 muestra que la distribución Weibull gura 1.8.11a) y la Lognormal (base e) en las representó mejor el ajuste de estos datos. El UM alejadas del mar (Figura 1.8.11b). número de individuos por categoría de altu- En cuanto a los individuos originados ra en cada UM se presenta en la Figura 1.8.8, por vía asexual, la prueba de Wilcoxon no mientras que la Figura 1.8.6b indica como la mostró diferencias signi"cativas (p > 0.05) distribución Lognormal (base e) fue la que para el diámetro normal entre las UM eva- mejor describió el comportamiento de esta luadas con respecto a la distancia al mar (Fi- variable. La ausencia de neumatóforos en las gura 1.8.9c), y la distribución Weibull fue la UM alejadas del mar sugiere que los nive- que mejor se ajustó al comportamiento de les de inundación son más bajos y/o menos esta variable tanto en las UM cercanas como frecuentes que en las UM cercanas al mar en aquellas alejadas del mar (Figura 1.8.12). (Tomlinson, 1994). En contraste, los individuos de origen Con el propósito de detectar posibles di- asexual en UM cercanas al mar fueron signi- ferencias en las poblaciones de L. racemosa "cativamente más altos (Wilcoxon, p < 0.05) evaluadas respecto al tipo de reproducción que aquellos en UM alejadas del mar (Figu- y distancia al mar, se consideró lo siguiente: ra 1.8.9d). Las distribuciones que mejor se i) individuos reproducidos sexualmente en ajustaron a los datos de esta variable fueron las UM cercanas y alejadas del mar, e ii) in- la Weibull (Figura 1.8.13a) en las UM cerca- dividuos reproducidos asexualmente en las nas al mar y la Normal en las UM alejadas UM cercanas y alejadas del mar. En ambos del mar (Figura 1.8.13b). casos, las UM cercanas y alejadas del mar se probaron en forma separada. De acuerdo con lo anterior, los individuos de L. racemosa que crecen en UM cercanas Según la prueba de Wilcoxon, los indivi- al mar (mayor in!uencia de la inundación) duos reproducidos sexualmente en las UM fueron más altos y presentaron mayor diá- cercanas al mar tuvieron un diámetro nor- metro que aquellos en las UM alejadas del mal signi"cativamente (p < 0.05) mayor que mar (menor in!uencia de la inundación), aquellos en las UM alejadas del mar (Figu- lo que aunado a los valores de cobertura del ra 1.8.9a). Las distribuciones que mejor se dosel (Cuadro 1.8.5) y área basal (Cuadro ajustaron a los datos fueron la Weibull en 1.8.7), sugieren un desarrollo estructural las UM cercanas al mar (Figura 1.8.10a) y la más elevado en poblaciones bajo caracterís- Lognormal (base e) en las UM alejadas del ticas ribereño-estuarinas, en comparación mar (Figura 1.8.10b). con aquellas creciendo en condiciones más Los individuos reproducidos sexualmen- terrestres. te en las UM cercanas al mar fueron tam- Estos resultados son similares a los ob- bién de mayor altura que aquellos en las UM tenidos por Cardona y Botero (1998) en un alejadas del mar (Wilcoxon, p < 0.05) (Figu- 172 Recursos Forestales en el Occidente de México

UM 1 UM 2

UM 3 UM 4

UM 5 UM 6

UM 7 UM 8

UM 9 UM 14

UM 15

Figura 1.8.7. Distribución del número de individuos de La- guncularia racemosa por tipo de reproducción (" sexual, ! asexual) según su categoría diamétrica en unidades de muestreo (UM) alejadas del mar (eje Y: No. por 1000 ha-1). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 173

UM 1 UM 2

UM 3 UM 4

UM 5 UM 6

UM 7 UM 8

UM 14 UM 9

UM 15

Figura 1.8.8. Distribución del número de individuos de Laguncularia racemosa por tipo de reproducción (" sexual, ! asexual) según su categoría de altura en uni- dades de muestreo (UM) alejadas del mar (eje Y: No. por 1000 ha-1). 174 Recursos Forestales en el Occidente de México

A B

C D

Figura 1.8.9. Valores de diámetro normal y altura total para individuos de Laguncularia racemosa reproducidos sexual (a, b) y asexualmente (c, d) en unidades de muestreo (UM) cercanas y alejadas del mar. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 175

A Percent

B Percent

Figura 1.8.10. Ajuste de datos para diámetro normal de individuos de Laguncularia racemosa reproducidos sexualmente en unidades de muestreo (UM) cercanas (a: distribución Weibull) y alejadas (b: distribución Lognormal base e) del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. 176 Recursos Forestales en el Occidente de México

A Percent

B Percent

Figura 1.8.11. Ajuste de datos para altura total de individuos de Laguncularia racemosa reproducidos sexualmente en unidades de muestreo (UM) cercanas (a: distribución Weibull) y alejadas (b: distribución Lognormal base e) del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 177 Percent

Figura 1.8.12. Ajuste de datos para diámetro normal (distribución Weibull) de individuos de Laguncularia racemosa reprodu- cidos asexualmente en unidades de muestreo (UM) cercanas (!) y alejadas (") del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. manglar de la costa Caribeña de Colombia, Diversos autores han encontrado que la donde se explica que la localidad situada en dinámica del agua en el suelo, así como las el nivel topográ"co más bajo y cercana a una condiciones topográ"cas y de vegetación, laguna costera, tuvo un intercambio perma- in!uyen en el estado nutricional (Cardona nente de agua, lo cual originó bajos valores de y Botero, 1998; McKee, 1995b), salinidad salinidad y altos de fosfato en el suelo, lo que (Clarke y Hannon, 1970; López-Portillo y a su vez se re!ejó en la presencia de árboles Ezcurra, 1989b), potencial redox (Boto y vigorosos: mayores valores de diámetro nor- Wellington, 1984), pH (Patrick y Mikkel- mal, altura total, área basal y biomasa aérea. sen, 1971), características sedimentológicas (Com, 1967; Clarke y Hannon, 1971) y de En contraste, López-Portillo y Ezcurra microclima (Cardona y Botero, 1998) del (1989a) reportan que individuos de Avi- sustrato. cennia germinans, R. mangle y L. racemosa tuvieron un incremento mayor en altura y Además de los anterior, algunos otros diámetro normal en sitios ubicados tierra factores pudieron originar las diferencias adentro, con mayor distancia respecto al mar entre UM cercanas y alejadas del mar: i) su- pero en un hábitat !uvial de baja salinidad, ministro pobre de propágulos y dispersión en comparación con aquellos creciendo en de"ciente de los mismos en las UM alejadas sitios más cercanos al mar (planicies lodo- del mar, lo cual puede re!ejarse en tasas li- sas) pero en un hábitat lagunar más salino. mitadas de establecimiento y supervivencia 178 Recursos Forestales en el Occidente de México

A Percent

B Percent

Figura 1.8.13. Ajuste de datos para altura total de individuos de Laguncularia racemosa reproducidos asexualmente en unida- des de muestreo (UM) cercanas (a: distribución Weibull) y alejadas (b: distribución Normal) del mar en el ejido Villa Juárez, Nayarit. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 179

(Rabinowitz, 1978b, 1978c; Jiménez y Sau- Boto, K.G., J.T. Wellington. 1984. Soil characteristics and nutrient status in a northern australian man- ter, 1991); ii) competencia con otras espe- grove forest. Estuaries. 7(1): 61-69. cies (p. ej. Batis maritima y Typha sp.) en Brokaw, N. V. L. 1982. &e de!nition of treefall gap and las UM alejadas del mar; iii) cambios en las its e%ect on measures of forest dynamic. Biotropica condiciones de humedad, particularmente 14 (2): 158-160. en el régimen !uvial (Clarke y Myerscough, Cardona, P., L. Botero. 1998. Soil characteristics and 1993); y iv), depredación diferencial según vegetation structure in a heavily deteriorated man- grove forest in the Caribbean coast of Colombia. la posicion intermareal (Smith, 1987) o la Biotropica 30 (1): 24-34. presencia de claros en el dosel (Osborne y Clarke, L. D., N. J. Hannon. 1970. &e mangrove Smith, 1990). swamp and salt marsh communities of the Sidney district. II. Plant growth in relation to salinity and waterlogging. Journal of Ecology 58: 351-369. ONCLUSIONES Clarke, L. D., N. J. Hannon. 1971. &e mangrove C swamp and salt marsh communities of the Sidney La apertura del dosel estuvo signi"cativa- district. IV. &e signi!cance of species interaction. mente asociada con la densidad de brinzales Journal of Ecology 59: 535-553. de Laguncularia racemosa: su abundancia Clarke, P. J., P. J. Myerscough. 1993. &e intertidal dis- tribution of grey mangrove (Avicennia marina) in fue estadísticamente mayor en el tratamien- southeastern Australia: the e%ects of physical con- to de apertura total (11.5 individuos por m2) ditions, interspeci!c competition, and predation on propagule establishment. Australian Journal of en comparación con el tratamiento de no Ecology 18: 307-315. apertura (2.8 individuos por m2). Corella Justavino, F., J. I. Valdez Hernández, V. M. Las poblaciones de latizales de L. race- Cetina Alcalá, F. V. González Cossio, A. Trinidad Santos y J. R. Aguirre Rivera. 2001. Estructura mosa cercanas al mar (condiciones ribere- forestal de un bosque de mangles en el noreste del ño-estuarinas) tuvieron mayores valores de estado de Tabasco, México. Ciencia Forestal en cobertura del dosel, diámetro normal, altura México 26(90): 73-102. total, número de individuos y área basal, que Ewel, K., S. Zheng, Z.S. Pinzón, J.A. Burgeois. 1998. Environmental e%ects of canopy gap formation in aquellas alejadas del mar (condiciones te- high-rainfall mangrove forest. Biotropica 30(4): rrestres), las cuales a su vez presentaron una 510-518. cantidad superior de individuos propagados FAO. 1985. Mangrove management in &ailand, Ma- asexualmente y con una mayor relación ta- laysia and Indonesia. FAO Enviroment Paper No. 4, Rome. 60 p. llos/planta. FAO. 1994. Directrices para la ordenación de los man- glares. Montes No. 117.Santiago, Chile. 345 p. García, E. 1987. Modi!caciones al sistema de clasi!ca- LITERATURA CITADA ción climática de Köeppen. E. García. 4a. ed. Méxi- Aldrete, A., C. Aguirre B., A. Muñoz O., F.V. González co, D.F. 217 p. C., B. Arteaga M. 1992. Estudio de algunos factores Grime, J. P. 2002. Plant strategies, vegetation processes, que afectan el establecimiento y desarrollo de la rege- and ecosystem properties. 2nd ed. Wiley. Chiches- neración natural de Pinus montezumae. Agrocien- ter, England. 419 p. cia (Serie Recursos Naturales) 2 (1): 41-53. INEGI. 2000. Síntesis de información geográ!ca del es- Blanchard, J., G. Prado. 1995. Natural regeneration of tado de Nayarit. 140 p. Rhizophora mangle in strip clearcuts in Northwest Ecuador. Biotropica 27(2): 160-167. 180 Recursos Forestales en el Occidente de México

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1.9 Crecimiento de tres especies arbóreas en una selva mediana subcaducifolia de Nayarit

Marcin Makocki, J. Ignacio Valdez Hernández, Edmundo García Moya.

RESUMEN Con la "nalidad de contribuir a un mejor manejo forestal de las selvas en el estado de Nayarit (Comunidad Indígena San Juan Bautista, municipio Rosamorada: 22º 08’ 00’’ N; 105º 05’ 00’’ O), se realizaron mediciones cada dos meses con cinta diamétrica y bandas dendrométricas, así como heridas al cámbium vascular, en un total de 56 árboles de Cedrela odorata (L.), Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb y Bursera simaruba (L.). Se detectaron anillos de crecimiento claramente distinguibles y de formación anual en las tres especies. Con esta información se obtuvieron datos del crecimiento acumulado en diámetro y área basal por especie, así como de las relaciones edad-diámetro y edad-tasa de incremento anual. Se mencionan las principales implicaciones de estos resultados para un manejo silvícola de las tres especies en el área de estudio.

ABSTRACT Cis study was aimed to aid forest management of tropical subdeciduous trees in the State of Nayarit (Comu- nidad Indígena San Juán Bautista: 22º 08’ 00’’ N; 105º 05’ 00’’ W), bimonthly measurements of diameter and dendrometric bands were made, and wounds to vascular cambium were recorded in 56 trees including Cedrela odorata (L.), Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb and Bursera simaruba (L.).Increment rings of annual growth were clearly displayed on all three species. Cumulative growth data for diameter and basal area were obtained for each species. And relationships age-diameter and age-annual growth rate were determined. Major implications for forest management of this results are discussed for all three species in the study area.

o obstante su alta biodiversidad, de !ora y fauna tropicales (Berry, 2002; Nin!uencia en el clima global y en la Ceballos et al., 2005), es notable la falta de atmósfera, así como en el ciclo del agua e estudios orientados a prácticas silvícolas que intercambio gaseoso, los bosques tropicales permitan un aprovechamiento sustentable. (especialmente aquellos con estacionalidad Es necesario realizar un manejo forestal marcada) están siendo fuertemente enfocado, por ejemplo, a la producción impactados por la actividad humana que de madera, donde se considere el balance ocasiona disminución en su cobertura apropiado entre funciones y valores y desaparición de especies (Challenger, ambientales y socioeconómicos (FAO 1999). 1998; Roig, 2000). Si bien se ha tenido un Una de las principales restricciones para aumento en la cantidad de investigaciones el manejo racional de los bosques tropicales enfocadas al conocimiento de la diversidad es aquella relacionada con la tecnología sil- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 183 vícola, ya que no se dispone de experiencia cal del mundo posibilitó un estudio subse- su"ciente en torno a sistemas y tratamientos cuente de la periodicidad en el incremento aplicables para diferentes asociaciones vege- radial (Mariaux, 1995). tales, por lo que generalmente se desconoce Con el propósito de alcanzar un aprove- la composición de especies y sus dimensio- chamiento sostenible de este recurso ma- nes (De Camino, 1987). Las actividades sil- derable es indispensable determinar, por vícolas que se llevan a cabo en grandes áreas ejemplo, la tasa de crecimiento de los árbo- del trópico mexicano carecen de bases cien- les tropicales. Bajo condiciones naturales, tí"cas para su aplicación, lo cual en parte se poco se sabe de estas tasas de crecimiento debe a que la mayoría de los profesionales y/o acerca de procesos dinámicos en rodales forestales están orientados a bosques de cli- mayores de 20 años de edad (Worbes, 1992). ma templado. Esta situación resulta difícil La formación de zonas de crecimiento radial de comprender dado el enorme uso que ha en la madera es comúnmente producto de tenido y tiene la madera proveniente de es- condiciones favorables y desfavorables que pecies tropicales (Pennington y Sarukhán, ocurren de manera alternada en el ambien- 1998; Toledo et al., 2008). te; por ejemplo, temperaturas bajas en zonas Debido a que las condiciones de hume- templadas y estaciones de sequía en los tró- dad y temperatura en las regiones ecuato- picos. Estas condiciones provocan una inte- riales de baja altitud se creían uniformes a rrupción de la actividad cambial y, en conse- lo largo del año, los primeros investigadores cuencia, generan zonas de crecimiento en la modernos de estos bosques pensaron que madera (Worbes, 1995). los árboles tropicales crecían de manera Los sistemas silvícolas basados en el con- continua todo el año. Por esta razón, parecía cepto de uso sostenible requieren de cono- poco probable que los estudios de secciones cimiento acerca de las tasas de incremento transversales provenientes de sus troncos radial en los árboles y de su respuesta a las permitieran determinar su tasa de creci- condiciones climáticas (Worbes, 1999). El miento (Mariaux, 1995). Sin embargo, tra- conocimiento de la composición de espe- bajos llevados a cabo desde el siglo XIX en cies, estructura de edades, tasas de incre- anillos de crecimiento en árboles de diferen- mento y mecanismos de crecimiento permi- tes regiones tropicales (Coster, 1927-1928; tirá una mejor comprensión de los patrones Chowdhury, 1939-1940), motivaron una re- sucesionales en las selvas (Worbes, 1992). consideración al respecto. Se descubrió que cada especie arbórea tiene su propio ritmo Son casi inexistentes los datos sobre ta- de crecimiento como resultado de variacio- sas de crecimiento en árboles tropicales de nes estacionales en el clima, las cuales fue- México basados en el análisis de sus anillos ron relacionadas con la formación de anillos en la madera (López et al., 2006), pero este anatómicamente distinguibles en la madera. conocimiento es esencial para comprender Esta información, aunada al reconocimiento la dinámica de las selvas mexicanas en ge- de diversos climas en el cinturón intertropi- neral y de las selvas medianas en particular. 184 Recursos Forestales en el Occidente de México

Con el presente trabajo se espera propor- triásico (las más antiguas) y sedimentarias cionar las bases para un aprovechamiento del cretácico (calizas-lutitas, areniscas-luti- sostenible del recurso maderable con base tas). Las pendientes !uctúan entre 20 y 40% en datos de incremento y rendimiento obte- de inclinación con predominio de exposicio- nidos a partir del análisis de anillos de cre- nes noroeste (NW) y las principales unida- cimiento en árboles de tres especies de im- des de suelos, de acuerdo con FAO/Unesco portancia económica. Debido a que las tres (1974), son cambisol eútrico (franco areno- especies poseen una madera muy apreciada so, café obscuro, horizonte cálcico) y feozem en el mercado nacional, se espera que los háplico (arcillo arenoso, pardo grisáceo muy bene"cios derivados de su comercialización obscuro, generalmente ácido). La tempera- sean redituables a los poseedores de la selva tura media anual es de 25.6 °C y la precipita- (población indígena y mestiza) en el área de ción media anual de 1410 mm (CGSNEGI, estudio. 1995b). La precipitación es marcadamente estacional (Figura 1.9.1): 90% en la época de El objetivo de la presente investigación lluvias (junio-septiembre) y 10% en la de se- es determinar el ritmo y tasa de crecimiento quía (octubre-mayo). El clima es cálido sub- radial de Cedrela odorata L., Enterolobium húmedo con lluvias en verano (Aw ) el más cyclocarpum (Jacq.) Griseb. y Bursera sima- 2 húmedo de los cálido subhúmedos (García, ruba (L.) Sarg. en una selva mediana sub- 1987). El tipo de vegetación corresponde a caducifolia del estado de Nayarit, México. una selva mediana subcaducifolia (Beard, Se plantea la hipótesis que debido a la in- 1944; Miranda y Hernández X, 1963; Flores !uencia de la estación seca prolongada en el et al., 1971; Rzedowski, 1978). área de estudio, las tres especies de interés presentan anillos de crecimiento formados anualmente, gracias a los cuales es posible ANÁLISIS DE ZONAS DE CRECIMIENTO EN establecer la edad y tasa de crecimiento ra- dial de sus árboles. LA MADERA Para comprobar la presencia de anillos de crecimiento en las tres especies estudiadas, MATERIALES Y MÉTODOS así como determinar la forma y grado de vi- El área de estudio se localiza en un predio sibilidad de sus bordes, se tomaron muestras (22º 08´ 00´´ Norte, 105º 05´ 00´´ Oeste) de madera en tocones y árboles selecciona- propiedad de la Comunidad Indígena San dos con la ayuda de un taladro de Pressler. Juan Bautista, municipio de Rosamorada, Estas muestras se pulieron en corte trans- estado de Nayarit (Figura 1.9.1); la cual for- versal y se observaron tanto a simple vista ma parte de la provincia "siográ"ca Sierra como empleando un estereoscopio. Madre Occidental, subprovincia Pie de la Con el objetivo de caracterizar la estruc- Sierra, caracterizada por sierras altas asocia- tura anatómica de un anillo de crecimiento das con lomeríos (CGSNEGI 1995a). En di- y proporcionar una explicación funcional cha provincia las rocas son metamór"cas del de esta estructura, para cada especie se se- Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 185

Figura 1.9.1. Localización geográfica y diagrama climático del área de estudio. leccionó en campo un individuo sano (sin luz y descritas de acuerdo con los criterios daños visibles causados por plagas, hongos convencionales de anatomía de maderas. o factores mecánicos). Se tomaron muestras de madera que comprendieron la zona tran- sicional entre dos anillos de crecimiento su- VARIACIÓN DE ELEMENTOS TRAQUEALES EN cesivos, las cuales fueron "jadas posterior- UN ANILLO DE CRECIMIENTO mente en GAA (glicerina, alcohol al 90% y La inferencia preliminar sobre la periodici- agua en proporciones 1:2:1). dad en la formación de cada zona de creci- De este modo las muestras se transporta- miento radial, requirió de un estudio de los ron al laboratorio donde, con la ayuda de un cambios en longitud y forma de los elemen- micrótomo de deslizamiento, se obtuvieron tos traqueales ("bras y elementos de vaso) tres preparaciones microscópicas permanen- dentro de un anillo de crecimiento. Por lo tes para cada uno de los cortes transversal y anterior, se exploró la existencia de un pa- radial, así como seis preparaciones para el trón de cambios común para todas las zonas corte tangencial. Lo anterior se realizó con de crecimiento dentro de una especie, lo que la "nalidad de determinar los cambios en la con"rmaría su formación periódica en un estructura de los elementos anatómicos: de la ritmo inducido por factores internos o ex- parte "nal de un anillo de crecimiento hacia ternos. la parte inicial del siguiente anillo a través de Mediante el uso de un taladro de Pressler la zona transicional. Las preparaciones fue- de 12 mm de diámetro se obtuvieron mues- ron observadas usando un microscopio de tras de diez árboles por especie. En los últi- 186 Recursos Forestales en el Occidente de México mos cinco anillos de estas muestras se toma- cm de diámetro a la altura del pecho (DAP = ron porciones de 1 mm de grosor, las cuales 1.3 m sobre el suelo) hasta el mayor DAP en- representaron la parte inicial y terminal de contrado para cada especie: 47.8 cm en Ce- cada uno de estos anillos. Estas porciones drela, 122.3 cm en Enterolobium y 56.8 cm fueron maceradas en solución de JeFrey en Bursera. La selección en campo de estos (Berlyn y Mischel, 1976) y en cada una de árboles se llevó a cabo tratando de incluir ellas se midió la longitud de 50 "bras y 50 diferentes posiciones sociológicas para indi- elementos de vaso con el analizador de imá- viduos de una misma categoría diamétrica. genes Image Pro-Plus® v. 3.01 (Media Cy- En todos los árboles seleccionados se llevó bernetics, 1997) adaptado a una cámara de al cabo el registro de cambios (0.5 mm de video Hitachi KP-D51 y a un microscopio precisión) en su DAP para periodos bimen- Olympus BX-50. En cada muestra se obser- suales usando cinta diamétrica. Asimismo, vó la forma de los elementos de vaso y se cal- para cada especie investigada se eligió un cularon estadísticas descriptivas para cuatro árbol por categoría diamétrica al cual se le variables en cada anillo de crecimiento: colocó una banda dendrométrica (Cattelino longitud de "bras en la zona inicial (FIBRA et al., 1986) con el "n de identi"car cambios INI), longitud de "bras en la zona terminal (0.1 mm de precisión) en su circunferencia. (FIBRA TER), longitud de elementos de Las lecturas en estas bandas también fueron vaso en la zona inicial (EV INI) y longitud bimensuales. Para ambos métodos se calcu- de elementos de vaso en la zona terminal laron tasas de crecimiento por categoría dia- (EV TER). métrica y posición sociológica, establecien- do además relaciones con la precipitación Se llevó a cabo una prueba de t, con ob- correspondiente al año de medición. jeto de veri"car la existencia de diferencias signi"cativas entre las longitudes de los ele- mentos traqueales dentro de un anillo, y se Observaciones fenológicas realizó un análisis de varianza y prueba de Simultáneamente al registro bimensual del Tukey con la "nalidad de averiguar la varia- DAP se observó el estado fenológico de cada bilidad entre individuos de una misma es- uno de los árboles muestra como sigue: a) pecie. Estos análisis se realizaron con el pa- porcentaje de follaje presente, b) presencia quete estadístico SAS (SAS Institute, 1988). de brotes vegetativos y/o !orales, c) propor- ción de !ores y frutos. El propósito de estas MEDICIONES CON CINTA DIAMÉTRICA Y observaciones fue determinar el ciclo feno- lógico para cada especie, así como reconocer BANDAS DENDROMÉTRICAS su carácter estacional y posible in!uencia en Se seleccionaron un total de 56 árboles: 15 la periodicidad y tasas de crecimiento. Ade- de Cedrela odorata, 21 de Enterolobium cy- más, con la ayuda de grá"cos se relaciona- clocarpum y 20 de Bursera simaruba. Estos ron éstos ciclos fenológicos con la actividad árboles fueron agrupados en categorías dia- del cámbium y la incidencia de elementos métricas de 10 cm de amplitud, desde los 10 climáticos, tales como la precipitación. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 187

Heridas al cambium presentes en cada viruta usando el progra- Esta técnica fue sugerida por Mariaux (1967) ma TRIMS - Tree-ring Increment Measure- en árboles tropicales de África y ha sido des- ment System (Tree-ring Laboratory, 1986) y crita y aplicada, entre otros, por Worbes se elaboró, por especie, la curva de anchuras (1995). Tres individuos con diferentes DAP promedio por año de crecimiento de los ár- y posiciones sociológicas para cada especie, boles. fueron deliberadamente heridos en el fuste Para la obtención de estimadores de al- por medio de incisiones, con la "nalidad de gunos parámetros básicos para el manejo dejar una marca en la madera al destruir la silvícola con "nes de producción de madera zona cambial. Al cerrarse, esta marca generó en las tres especies estudiadas, se calcularon en el corte transversal una cicatriz de edad incrementos medios de los árboles por año, conocida. Las incisiones, de aproximada- con base en las anchuras de anillos de creci- mente 0.5 cm de ancho y 20 cm de longitud miento medidas anteriormente, y se corre- se efectuaron cada dos meses alrededor del lacionaron con datos del DAP y edad para fuste a una distancia aproximada de 20 cm cada especie. Tomando en cuenta la anchura entre ellas durante un año. Transcurrido este de anillo del año correspondiente y el radio tiempo, los árboles fueron cortados con la del fuste del árbol, se estimó el incremento "nalidad de obtener secciones transversales en área basal para cada año de crecimiento (rodajas) del fuste a la altura donde las cica- de acuerdo con la siguiente ecuación (Bo- trices se realizaron. Mediante observaciones ninsegna et al., 1989): tanto macro como microscópicas de estas cicatrices se determinó la periodicidad en la formación de las zonas de crecimiento en la Ba(t) = 2π r(t-1) Ir(t) madera y se estimaron tasas de producción donde: de madera para cada periodo bimensual y Ba = área basal a la edad t para el total anual. (t) π = 3.14159

Predicción del incremento radial r(t-1) = radio alcanzado por el Se seleccionaron ocho árboles de Cedrela, árbol a la edad t-1 20 de Enterolobium y 15 de Bursera con base Ir(t) = anchura de anillo del año t en los requerimientos para árboles-muestra señalados por Schweingruber (1988). Con ayuda de un taladro de Pressler de 12 mm Los incrementos promedio acumulados de diámetro, se tomaron dos muestras (vi- en diámetro y área basal se ajustaron me- rutas) en lados opuestos del fuste para cada diante curvas de función de potencia, las individuo y se les guardó en GAA (gliceri- cuales pretenden constituir una base para na, alcohol etílico 90% y agua en propor- las predicciones futuras de incremento ra- ciones 1:2:1). Posteriormente se midieron dial en las tres especies estudiadas. Además, las anchuras de los anillos de crecimiento 188 Recursos Forestales en el Occidente de México y con la "nalidad de analizar la tendencia Descripción microscópica temporal en tasas de incremento radial para En C. odorata (Figura 1.9.2a) la zona de cada especie, sus incrementos radiales pro- transición entre anillos presentó una banda medio se presentaron en función de cada de parénquima marginal claramente dis- año de crecimiento y el diámetro acumu- tinguible (7-9 células). Esta especie mostró lado del fuste. Estos resultados también se porosidad anular y el contraste entre dos ajustaron mediante curvas de funciones de zonas de crecimiento fue dado por una hi- regresión lineal simple y polinomiales. La lera de vasos con diámetro mayor, la cual elección de un tipo de función para cada correspondió a la parte inicial del anillo. El grupo de datos se llevó a cabo consideran- parénquima axial fue muy escaso en la parte do principalmente el valor del coe"ciente de inicial del anillo pero aumentó su abundan- 2 determinación (R ). cia en la terminal, donde formó bandas tan- genciales mezcladas con "bras. En contraste, las bandas de parénquima marginal no pre- RESULTADOS sentaron "bras. Descripción macroscópica En E. cyclocarpum (Figura 1.9.2b) la zona de transición estuvo formada por una banda Las rodajas de las tres especies examinadas de parénquima marginal muy delgada (1-3 presentaron anillos de crecimiento distin- células) pero conspicua. Esta especie mostró guibles. Cedrela odorata mostró los anillos porosidad semi-anular o anular. Aunque no más claramente visibles, en tanto que Burse- fue muy notorio, se apreció el cambio tanto ra simaruba y Enterolobium cyclocarpum re- en densidad de distribución de vasos como quirieron de tratamientos adicionales para en diámetro tangencial de los mismos, des- aumentar su visibilidad: corte super"cial de la parte inicial a la terminal de un anillo con navaja o pulido con lijas y humectación de crecimiento. con agua o aceite. En E. cyclocarpum la di"- cultad aumentó debido a gomas y colorantes La parte inicial (“madera temprana”) presentes en el duramen. consistió de vasos con mayor diámetro pero menor densidad de distribución, mien- No se detectaron anillos falsos o tras que la parte terminal (“madera tar- discontinuos en la madera. Las zonas día”) presentó vasos con menor diámetro de transición entre anillos subsecuentes pero mayor densidad. Solamente en la zona fueron más conspicuas al observarlas bajo transicional entre dos anillos, los vasos que el estereoscopio y en condiciones de mayor limitan con la hilera del parénquima mar- humedad de la madera. Las especies se ginal se agruparon de manera evidente. En ordenaron de mayor a menor excentricidad la parte inicial, el parénquima vasicéntrico de sus anillos como sigue: E. cyclocarpum, B. fue abundante y estuvo localizado en forma simaruba y C. odorata. concéntrica alrededor de cada uno de los vasos solitarios. En la parte terminal, se en- contró parénquima aliforme que pasó luego Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 189

A B

C

Figura 1.9.2. Cortes transversales de zonas transicionales en- tre dos anillos de crecimiento colindantes para Cedrela odora- ta (a), Enterolobium cyclocarpum (b) y Bursera simaruba (c). Las flechas indican el borde entre los dos anillos. a con!uente formando bandas abundantes en la porción cercana a la zona transicional (Figura 1.9.2b). En B. simaruba (Figura 1.9.2c) a diferen- cia de las especies antes descritas, no existió un borde distinguible entre dos anillos de crecimiento sucesivos. La hilera de células tudes de "bras y de elementos de vaso de la del parénquima marginal no se observó en zona inicial a la terminal dentro de un anillo la muestra analizada. Lo que permitió de- de crecimiento (Cuadro 1.9.1). La longitud tectar la zona de transición fue una marcada del elemento de vaso aumentó, en promedio, diferencia en densidad de vasos. Esta espe- 46% para C. odorata y E. cyclocarpum y 21% cie mostró porosidad difusa y no existieron para B. simaruba. La longitud de las "bras grandes diferencias entre los diámetros de aumentó 23% para C. odorata, 20% para E. vasos. Sin embargo, la densidad de vasos cyclocarpum y 26% para B. simaruba. disminuyó notablemente de la parte inicial a la terminal del anillo. El análisis de varianza mostró la existen- cia de diferencias altamente signi"cativas (p<0.001) para longitudes de elementos tra- Variación de elementos traqueales den- queales entre individuos de la misma especie tro de un anillo (Cuadro 1.9.2). La diferencia entre longitu- Todas las especies mostraron un aumento des máximas y mínimas fue mayor en "bras altamente signi"cativo (p<0.001) en longi- que para elementos de vaso, así como mayor 190 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 1.9.1. Longitud de elementos traqueales en las zonas inicial y terminal de los anillos de crecimiento por especie.

Longitud Especie Elemento Mínima (mm) Máxima (mm) Media (mm) Error Estándar Prueba de t1 Fibra-In 0.71 1.89 1.24 0.003 Fibra-Ter 0.85 2.52 1.52 0.003 p < 0.001 Vaso-In 0.17 0.46 0.33 0.003 Cedrela odorata Vaso-Ter 0.25 0.73 0.48 0.003 p < 0.001 Fibra-In 0.65 1.68 1.13 0.003 Fibra-Ter 0.79 2.14 1.35 0.004 p < 0.001 Enterolobium Vaso-In 0.12 0.53 0.26 0.004 cyclocarpum Vaso-Ter 0.23 0.61 0.38 0.003 p < 0.001 Fibra-In 0.71 1.49 1.12 0.002 Fibra-Ter 1.08 1.88 1.41 0.002 p < 0.001 Vaso-In 0.26 0.88 0.53 0.005

Bursera simaruba Vaso-Ter 0.35 0.90 0.64 0.004 p < 0.001 1 para diferencias entre longitudes de zona inicial y su correspondiente zona terminal Fibra-In = longitud de fibra en zona inicial Fibra-Ter = longitud de fibra en zona terminal Vaso-In = longitud de elemento de vaso en zona inicial Vaso-Ter = longitud de elemento de vaso en zona terminal en "bras de la zona terminal de un anillo De igual manera, los árboles en posi- respecto de las "bras en la zona inicial. ciones sociológicas inferiores mostraron un mayor crecimiento porcentual (del total anual) durante la sequía (enero-abril): 10% Mediciones con cinta diamétrica y ban- en intermedios de C. odorata, 25% en supri- das dendrométricas midos de B. simaruba y 75% en suprimidos Las tres especies mostraron en general un de E. cyclocarpum. aumento en diámetro de junio a noviembre, coincidiendo en gran medida con la época de lluvias, y una disminución del mismo a Observaciones fenológicas partir de diciembre (Figura 1.9.3). Sin em- En C. odorata las !ores aparecieron junto con bargo, este patrón cambió de acuerdo con: las hojas nuevas en junio (inicio de la época a) posición sociológica, los árboles codomi- de lluvias) y de diciembre a enero (inicio de nantes disminuyeron su diámetro después la sequía) todas las hojas se desprendieron que los intermedios y suprimidos; y b) es- de los árboles. Para E. cyclocarpum tanto las pecie, los individuos de B. simaruba presen- hojas nuevas como la !oración ocurrieron taron un marcado aumento en diámetro du- en abril ("n de la sequía) y la caída de hojas rante la sequía (Figura 1.9.3c). en noviembre (un mes después del cese de Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 191

• Cuadro 2. Análisis de varianza para diferencias en longitud de elementos traqueales entre individuos de la misma especie.

Fibra-In Fibra-Ter Vaso-In Vaso-Ter Especie Fuente gl gl SC F1 SC F SC F SC F

Individuo 9 8.1 42.06 11.8 63.34 9 0.4 17.53 0.8 21.80

Cedrela Error 2490 52.3 51.7 490 1.3 1.9 odorata

Total 2499 61.4 63.5 499 1.7 2.6

Individuo 9 3.4 15.47 14.9 56.85 9 0.6 18.31 0.3 8.78

Enterolobium Error 2490 61.3 72.7 490 1.9 1.6 cyclocarpum

Total 2499 64.7 87.6 499 2.5 1.9

Individuo 9 2.4 23.51 9.5 94.73 9 0.4 4.51 0.3 4.13

Bursera Error 2490 28.3 27.6 490 4.7 3.6 simaruba

Total 2499 30.8 37.1 499 5.1 3.9

1 Todos los valores de F fueron altamente significativos (p < 0.001) las lluvias). En B. simaruba las !ores y hojas último anillo completo (Figura 1.9.4b), mien- nuevas aparecieron en junio (inicio de las tras que para B. simaruba dicha marca apare- lluvias) mientras que para enero-abril (épo- ció en la zona cambial (Figura 1.9.4c). ca de sequía) todos los árboles se encontra- ron desprovistos de follaje. Ecuaciones de crecimiento Las tres especies mostraron una disminu- Heridas al cambium ción notoria en sus tasas de incremento ra- En las tres especies estudiadas, las marcas rea- dial con un aumento tanto en la edad (Figura lizadas con la navaja al "nal de la sequía (mar- 1.9.5) como en el diámetro del fuste (Figura zo 1999) se ubicaron en el borde del penúlti- 1.9.6). Cada grupo de datos fue ajustado con mo anillo (Figura 1.9.4). Para E. cyclocarpum las siguientes funciones de regresión lineal la marca de enero 2000 se ubicó en el borde del simple o polinomial: 192 Recursos Forestales en el Occidente de México

A

Codominante diámetro (cm)

Intermedio Crecimiento en Suprimido

B Codominante

Dominante

Intermedio diámetro (cm)

Suprimido Crecimiento en

C Codominante

Intermedio

Suprimido diámetro (cm) Crecimiento en

Figura 1.9.3. Crecimiento acumulado en diámetro para árboles de Cedrela odorata (a), Enterolobium cyclocarpum (b) y Bursera simaruba (c) por posición sociológica (Marzo 1999-Abril 2000). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 193

A B

Enero 2000 Marzo 1999

Marzo 1999

Mayo 1999

C D

Enero 2000 Marzo 1999

Figura 1.9.4. Heridas al cambium en las secciones transversales de Cedrela odorata (a), Enterolobium cyclocarpum (b) y Bursera simaruba (c).

Cedrela odorata Enterolobium cyclocarpum Relación incremento radial y edad Relación incremento radial y edad y = -0.0027x2 + 0.034x + 6.6283 y = -0.1871x + 11.884 n = 8 R2 = 0.73 (1) n = 20 R2 = 0.85 (3) Relación incremento radial y diámetro Relación incremento radial y diámetro y = -0.0032x2 + 0.0604x + 6.4615 y = -0.0055x2 + 0.1775x + 9.5796 n = 8 R2 = 0.74 (2) n = 20 R2 = 0.91 (4) 194 Recursos Forestales en el Occidente de México

A

Periodo de lluvias radial (mm) Incremento

B radial (mm) Incremento

C radial (mm) Incremento

Edad (años)

Figura 1.9.5. Relación entre la tasa de incremento radial y la edad para Cedrela odorata (a), Enterolobium cyclocarpum (b) y Bursera simaruba (c). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 195

A

Periodo de

radial (mm) lluvias Incremento

B radial (mm) Incremento

C radial (mm) Incremento

DAP (cm) Figura 1.9.6. Relación entre la tasa de incremento radial y el DAP para Cedrela odorata (a), Enterolobium cyclocarpum (b) y Bursera simaruba (c). 196 Recursos Forestales en el Occidente de México

Bursera simaruba donde y es el incremento acumulado en diámetro del fuste en cm (ecuaciones 7, 9 y Relación incremento radial y edad 11) o en área basal en cm2 (ecuaciones 8, 10 y = -0.0326x + 4.8747 y 12) a la altura de 1.30 m (DAP) y x es la n = 15 R2 = 0.73 (5) edad del árbol en años. Relación incremento radial y diámetro y = 0.0002x3 - 0.0134x2 + 0.2417x + 3.7203 DISCUSIÓN n = 15 R2 = 0.70 (6) La distinción de los anillos de crecimiento varió en las tres especies estudiadas. Cedrela donde y es el incremento radial anual odorata mostró anillos claramente de"nidos promedio por especie y x es la edad del árbol gracias a su porosidad anular; sin embargo, (ecuaciones 1, 3 y 5) o el diámetro a la altura en muestras de tamaño pequeño pueden del pecho (DAP = 1.30 m) (ecuaciones 2, 4 surgir problemas con la distinción macros- y 6). cópica. Este problema desaparece al efectuar El incremento acumulado en diámetro y observaciones microscópicas, así como al área basal se presenta en las Figuras 1.9.7 y observar muestras de mayor tamaño, lo cual 1.9.8, respectivamente. Las curvas promedio fue sugerido por Stahle et al. (1999) para ajustadas para ambas variables están descri- Pterocarpus angolensis en Zimbabwe. Ente- tas por las siguientes funciones de potencia: rolobium cyclocarpum presentó anillos muy Cedrela odorata claros, aunque en la zona de duramen, llena de gomas y colorantes, se necesitó una me- 0.883 Diámetro: y = 1.5958(x ) jor preparación de la super"cie para poder n = 8 R2 = 0.98 (7) observar y distinguir los anillos correcta- mente. En las preparaciones microscópicas Área basal: y = 2.4535(x1.779) se pudo distinguir una "na banda de parén- n = 8 R2 = 0.99 (8) quima marginal que representó el margen Enterolobium cyclocarpum entre dos anillos colindantes, característico de la mayoría de las leguminosas (Worbes y 0.889 Diámetro: y = 2.4946(x ) Junk, 1989). Bursera simaruba tuvo anillos n = 20 R2 = 0.98 (9) poco claros en comparación con las dos es- pecies anteriores; sin embargo, después de Área basal: y = 6.7678(x1.703) una preparación adecuada de las muestras 2 n = 20 R = 0.99 (10) y humectación de su super"cie, el grado de Bursera simaruba distinción aumentó signi"cativamente. Diámetro: y = 1.2194(x0.871) n En las rodajas de todas las especies se = 15 R2 = 0.98 (11) detectó una médula excéntrica y, por conse- cuencia, los anillos de crecimiento variaron Área basal: y = 1.5293(x1.695) n = 15 R 2 en anchura de acuerdo con el radio. Sin em- = 0.99 (12) Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 197

A B

Edad (años) Edad (años) C

Figura 1.9.7. Relación entre el incremento acumulado en diámetro y la edad para árboles de (a) Cedrela odorata (n = 8), (b) Enterolobium cyclocarpum (n = 20) y (c) Bursera sima- ruba (n = 15). Las líneas engrosadas representan las curvas ajustadas por especie (ver ecuaciones 7, 9 y 11). Las líneas horizontales indican los diámetros mínimos de corta para cada especie en el área de estudio (UAF 1988).

Edad (años) 198 Recursos Forestales en el Occidente de México

A

B

C

Edad (años)

Figura 1.9.8. Relación entre el incremento acumulado promedio en área basal y la edad para (a) Cedrela odorata (n = 8), (b) Enterolobium cyclocarpum (n = 20) y (c) Bursera simaruba (n = 15). Las curvas fueron ajustadas por especie (ver ecuaciones 8, 10 y 12). Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 199 bargo, después de un análisis minucioso de y Dadswell (1950). Estos autores sugieren cada rodaja no se detectaron anillos falsos que las divisiones cambiales son más nume- o incompletos. Según Schweingruber (com. rosas al principio del periodo vegetativo, con pers.), los árboles de porosidad anular (C. menos tiempo disponible para la elongación odorata) y semi-anular (E. cyclocarpum) no de las células entre dos divisiones sucesivas. presentan anillos falsos, ésta es una caracte- Después, en el periodo cuando disminuye rística de maderas con porosidad difusa (p. la intensidad de las divisiones, las células ej. B. simaruba). No obstante esta aclaración, tienen más tiempo para desarrollarse en ta- en las rodajas de B. simaruba examinadas no maño. Una diferenciación rápida produce se detectó la presencia de anillos falsos. elementos traqueales más cortos, mientras que una diferenciación lenta permite una Las diferencias en anchuras de los anillos mayor expansión de células y, de este modo, constituyen un problema cuando se evalúa elementos traqueales más largos. el incremento radial. Se sugiere, por tanto, tomar muestras de dos lados opuestos a la Los resultados obtenidos para C. odora- medula y obtener un valor promedio o me- ta y E. cyclocarpum con"rman lo reportado dir las rodajas en la mayor cantidad de radios para especies con porosidad anular en cli- posible, como lo realizaron Sass et al. (1995) mas templados (Bisset y Dadswell, 1950). En para Shorea leprosula en Malasia. Conside- la presente investigación se encontró el mis- rando el trayecto de sus anillos, C. odorata mo patrón en B. simaruba, una especie con y B. simaruba crecieron concéntricamente madera de porosidad difusa, hallazgo que durante los primeros años, pero después no ha sido consignado en trabajos similares. la actividad cambial alrededor del fuste se La diferencia entre las longitudes de los volvió desigual y ocasionó diferencias en la elementos traqueales para individuos de la anchura de sus anillos. E. cyclocarpum pre- misma especie puede deberse, por un lado, a sentó irregularidades desde sus primeros las diferentes posiciones sociológicas de los años de crecimiento. Con la información árboles muestra y, por el otro, a diferencias disponible a la fecha, es difícil a"rmar si el en el diámetro del fuste. Según Panshin y de excentricismo constituye una característica Zeeuw (1980), la longitud de los elementos de la especie derivada de su propia "logenia traqueales aumenta, en general, en el senti- o es una respuesta ecológica a las condicio- do radial de la médula hacia la corteza, junto nes del hábitat. con el incremento de las células fusiformes iniciales. De este modo, las longitudes en Variación de elementos traqueales en diferentes anillos de crecimiento varían en anillos de crecimiento función de su distancia a la médula. Sin em- bargo, el patrón del aumento dentro de cada Todas las especies demostraron un patrón anillo sigue siendo el mismo. regular en la longitud de los elementos tra- queales dentro de cada anillo de crecimien- Como fue indicado por Carlquist (1980), to, cuya explicación podría basarse en Bisset los cambios en el diámetro de los vasos cons- tituyen un indicador de las variaciones eco- 200 Recursos Forestales en el Occidente de México lógicas durante el periodo vegetativo. El diá- B. simaruba por Reich y Borchert (1984) en metro de vaso parece estar correlacionado una selva baja de Costa Rica. de manera positiva con el volumen de agua Las reducidas tasas de crecimiento radial conducida y de manera negativa con la se- durante la época seca se atribuyen a una re- guridad del sistema conductor. En el caso de ducción en la actividad cambial como reac- C. odorata y E. cyclocarpum, la disminución ción al estrés causado por el dé"cit de agua, del diámetro de vaso en la parte terminal de como lo explicaron Détienne et al. (1988) y los anillos de crecimiento parece contribuir Détienne (1989) para la Guyana Francesa y a un aumento en la seguridad del sistema Vetter y Botosso (1989) para el Amazonas. conductor contra embolismos que ocurren durante el periodo de mayor estrés hídrico Los resultados obtenidos en la presente (p. ej. inicios de la sequía). Aparentemente investigación indican ritmos de crecimiento con el mismo objetivo, B. simaruba reduce similares para todas las especies con varia- la densidad de sus vasos. ciones entre individuos de diferentes posi- ciones sociológicas. Tanto la disminución La seguridad del sistema conductor pare- del crecimiento en diámetro como una re- ce estar reforzada, además, por cambios en la ducción del periodo cuando este crecimien- forma de los elementos de vaso en la parte "- to ocurre, pueden explicarse debido al acce- nal de los anillos de E. cyclocarpum y B. sima- so restringido de las copas a la luz solar en ruba. Este comportamiento apoya el hallazgo posiciones sociológicas inferiores y, en con- de que la zona terminal de los anillos en las secuencia, a un menor vigor del crecimien- tres especies estudiadas se formó a "nales de to provocado por una escasa producción de la época de lluvias y que la actividad cambial fotosintatos. El cese del crecimiento radial cesó durante la sequía. Las modi"caciones en dos o tres meses antes del "n de la época de la naturaleza del sistema conductor parecen lluvias, como ocurrió para las posiciones so- seguir el patrón anual de disponibilidad de ciológicas inferiores en las tres especies estu- agua lo que, en consecuencia, sugiere la for- diadas, fue también observado por Détienne mación anual de cada anillo. et al. (1988) y Botosso et al. (2000) quienes concluyeron que la saturación por agua du- Relación del crecimiento con la precipi- rante la segunda mitad de la época de lluvias tación y fenología puede ocasionar una as"xia temporal e inhi- bición en el crecimiento del sistema radical, El periodo vegetativo en las tres especies es- con una reducción consecuente en la tasa de tudiadas se relacionó fuertemente con el su- crecimiento radial del tronco. ministro de agua. El patrón de variación en el crecimiento radial de C. odorata, el cual Dentro de una misma posición socioló- siguió los cambios en precipitación, ha sido gica se registraron diferencias en las tasas corroborado por Botosso y Vetter (1991) y de crecimiento radial de las especies. Resul- Botosso et al. (2000) en la selva Amazónica tados similares han sido consignados para de Brasil; y en el caso de E. cyclocarpum y muchas especies de selvas lluviosas (Primack et al., 1985; Silva et al., 1995; Clark y Clark, Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 201

1999). Estos autores relacionaron dicha va- fase de contracción en la última parte de la riabilidad con diferentes grados en fertilidad época seca. Este comportamiento con"rma del suelo, tipo de vegetación acompañante o lo descrito por Reich y Borchert (1984) en potencial genético de los individuos. una selva baja de Costa Rica. Estos autores explican la rehidratación del fuste de B. si- El advenimiento de la estación seca pro- maruba como una recuperación parcial de vocó la contracción de los fustes en casi to- su potencial hídrico, gracias a un cese de su dos los árboles muestra, lo cual sugiere una transpiración por la pérdida completa de declinación en su potencial hídrico (Reich y sus hojas. Sin embargo, la continuación del Borchert, 1984), causada por una pérdida de fuerte estrés hídrico y de un alta demanda agua almacenada durante la época de lluvias evaporativa, inducen la segunda disminu- en el xilema y !oema. Esta pérdida pudo ción del potencial hídrico del fuste durante ocurrir mediante transpiración a principios la misma época seca, cuya consecuencia es de la sequía o a través de la corteza, como una reducción en diámetro que ocurre antes lo explica Botosso et al. (2000) para árboles de las primeras lluvias. del Amazonas. La magnitud de esta contrac- ción, la cual varió entre las especies, pare- Los árboles de E. cyclocarpum se carac- ce estar correlacionada con las propiedades terizan por la pérdida de hojas durante un físicas de la madera, principalmente con la periodo relativamente corto después de ha- densidad. La mayor contracción se presen- ber terminado las precipitaciones fuertes, tó en B. simaruba, la cual tiene una menor así que sus fustes no pierden agua por me- densidad en su madera (0.47 g/cm3) en com- dio de la transpiración y las contracciones paración con E. cyclocarpum (0.49 g/cm3) y son pequeñas en esta primera fase de sequía. C. odorata (0.50 g/cm3) (Borchert, 1993). Sin embargo, aunque la reducción en diáme- Bursera simaruba es conocida como “sucu- tro aumenta conforme avanza la época seca lenta de tronco” (Borchert, 1999; Malavassi, (abril), inmediatamente antes de que el ár- 1995), lo cual se re!ejó en sus cambios noto- bol expanda las hojas nuevas el diámetro del rios en diámetro a través del tiempo. fuste vuelve a su dimensión previa o incluso supera el tamaño alcanzado en la época de Las observaciones fenológicas pueden lluvias anterior. Este aumento en diámetro contribuir a explicar las !uctuaciones en diá- sin la ocurrencia de lluvias está explicado metro de los fustes de B. simaruba y E. cyclo- por Reich y Borchert (1984) como conse- carpum durante la época seca. Ambas espe- cuencia de una rehidratación necesaria para cies presentaron contracciones en sus fustes la apertura de yemas y expansión de hojas durante la primera fase de la época seca, la aunada a la !oración. Según estos autores, cual fue seguida por una rehidratación tem- la fuente del agua en E. cyclocarpum son los poral de los mismos en dicho periodo: en B. horizontes inferiores del suelo, los cuales simaruba después de su defoliación y en E. son alcanzados por el gran sistema radical cyclocarpum unas semanas antes de las pri- de esta especie (Rzedowski, 1978; Penning- meras lluvias. Después de esta rehidratación ton y Sarukhán, 1998). temporal, B. simaruba pasa por una segunda 202 Recursos Forestales en el Occidente de México

Las observaciones fenológicas permitie- seca. Esto con"rmó la utilidad del método ron relacionar las lluvias con la presencia de de heridas al cambium para la determina- hojas nuevas en las tres especies estudiadas ción del carácter periódico de las zonas de y con la actividad cambial expresada me- crecimiento radial, como había sido referido diante su crecimiento en diámetro. Aunque por Mariaux (1967), Vetter y Botosso (1989) estos tres factores parecen estar altamente y Worbes (1995, 1999). correlacionados, similar al caso de varias es- Debido a que algunos de los árboles pre- pecies en Java (Coster, 1927-1928), la India sentaron anillos muy angostos (principal- (Chowdhury, 1939-1940), Congo y Costa de mente en B. simaruba), la localización de las Mar"l (Mariaux, 1967), se menciona que el cicatrices con respecto a sus bordes fue di- patrón periódico de desarrollo de un árbol fícil. Por ello, se sugiere aplicar este método en un hábitat no muy seco se correlaciona en árboles jóvenes y vigorosos. principalmente con su estatus hídrico y que la in!uencia de la variación externa en la dis- Según la Unidad de Administración Fo- ponibilidad de agua es sólo indirecta (Reich restal (UAF) “Costa de Nayarit” (1988), las y Borchert, 1984; Borchert, 1993, 1999). La tres especies estudiadas se consideran como actividad cambial de E. cyclocarpum en au- de importancia maderable comercial en la sencia de lluvias parece con"rmar esta a"r- zona de estudio. Con base en la calidad de su mación. Sin embargo, las especies estudia- madera, características físicas y mecánicas, das cuando se desarrollan en lugares secos así como atributos relacionados con su pro- aumentan su dependencia de la variación cesamiento y utilidad, C. odorata y E. cyclo- pluviométrica externa (Borchert, 1999). De carpum son clasi"cadas como especies “pre- acuerdo con lo anterior, los brotes de E. cy- ciosas tropicales”, mientras que B. simaruba clocarpum y B. simaruba nunca pasan por dentro de las “comunes tropicales blandas”. un verdadero letargo durante la época seca. El Cuadro 1.9.4 muestra los diámetros de corta y turnos "jados con base en el conoci- Periodicidad del crecimiento y sus impli- miento práctico de las personas de la región caciones de manejo y según la clasi"cación antes mencionada. El carácter anual de los anillos de crecimien- Esta información no se basó en un regis- to fue determinado por las observaciones de tro sistemático del crecimiento de las especies las cicatrices formadas en respuesta a las he- y la asignación de los turnos siguió un crite- ridas realizadas al cambium. Con base en la rio principalmente utilitario de la madera. posición de estas heridas respecto a los bor- Por lo anterior, y con base en las curvas des del penúltimo y último anillos, se deter- de crecimiento acumulado generadas du- minó que su formación estuvo relacionada rante la presente investigación (ver Figura con la época de lluvias. La formación de los 1.9.7), para alcanzar el diámetro mínimo de anillos empezó con las primeras precipita- corta (Cuadro 1.9.4) en el área de estudio C. ciones (unas semanas antes en E. cyclocar- odorata necesita 42 años, E. cyclocarpum 24 pum) y concluyó a principios de la época años y B. simaruba 45 años. Considerando Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 203

• Cuadro 1.9.3. Tasas de crecimiento anual en diámetro por posición sociológica y por especie.

Tasa de crecimiento (mm año-1) Especie Posición Sociológica Mínima Máxima Promedio

Codominantes 0.0 33.0 14.4 Cedrela odorata Intermedios 2.0 4.0 3.0 Suprimidos 1.0 1.0 1.0 Dominantes 8.0 16.5 11.4 Enterolobium Codominantes 4.5 30.0 14.5 cyclocarpum Intermedios 3.5 13.0 7.8 Suprimidos 0.0 0.1 0.5 Codominantes 0.0 13.5 5.5 Bursera simaruba Intermedios 2.5 4.5 3.5 Suprimidos 0.0 2.0 0.6

• Cuadro 1.9.4. Diámetros de corta y turnos para las especies forestales en la región “Costa de Nayarit” (UAF 1988).

Diámetro (DAP) mínimo de Diámetro (DAP) comercial Turno ESPECIE corta (cm) (años) (cm)

Preciosas tropicales 60 45 60

Comunes tropicales duras 60 15 50

Comunes tropicales blandas 60 35 40

el diámetro comercial, C. odorata requiere otras especies de árboles tropicales (Alvim de 60 a 70 años, E. cyclocarpum de 35 años y Alvim, 1978; Borchert, 1999), la actividad y B. simaruba de 90 a 100 años. Estos datos cambial en algunas especies no depende de pueden servir para el ajuste de los turnos de la precipitación sino del estatus hídrico en extracción, al indicar la velocidad potencial sus fustes. Esto parece aplicar sobre todo en del incremento radial para cada especie en individuos de E. cyclocarpum y B. simaruba, función de su edad. También resultan útiles los cuales pudieran recibir riego durante la para la planeación de turnos en plantaciones estación seca, por ejemplo en plantaciones comerciales. comerciales, con el propósito de activar su cambium vascular y aumentar las tasas De acuerdo con las observaciones fe- anuales de incremento maderable. nológicas realizadas en el presente traba- jo y tomando en cuenta los hallazgos para 204 Recursos Forestales en el Occidente de México

CONCLUSIONES permitió una mejor estimación del incre- mento acumulado en diámetro respecto al Las tres especies estudiadas (Cedrela odo- tiempo y la consecuente modi"cación en las rata, Enterolobium cyclocarpum, Bursera si- edades de extracción maderable con "nes maruba) presentaron anillos de crecimiento comerciales para el área de estudio: 60 años distinguibles tanto macro como microscó- para C. Odorata, 35 años para E. cyclocar- picamente. El grado de visibilidad de estos pum y de 90 a 100 años para B. simaruba. anillos aumentó cuando las muestras fueron pulidas "namente y su super"cie fue hume- decida. AGRADECIMIENTOS Tanto la formación de estos anillos como A la Dra. Amparo Borja de la Rosa, Dra. Tere- el crecimiento en diámetro del fuste, estu- sa Terrazas y Biól. Rubén Pérez Ishiwara por vieron estrechamente relacionados con la su ayuda en laboratorio, al Ing. Alfonso Solís época de lluvias (Junio-Octubre) y con los Venegas y Comunidad Indígena de San Juan meses de transición a la sequía (Noviembre, Bautista por su apoyo en el trabajo de campo. Mayo). Sin embargo, E. cyclocarpum comen- zó a formar sus anillos al "nal de la época seca (Abril). LITERATURA CITADA Alvim, P. y R. Alvim. 1978. Relation of climate to La !uctuación de la precipitación in!u- growth periodicity in tropical trees. In: P.B. Tom- yó en el arreglo estructural de los elementos linson y M.H. Zimmermann (eds.) Tropical trees anatómicos dentro de cada anillo de creci- as living systems. Cambridge Univ. Press, USA pp. 445-464. miento. Los vasos diferenciados al "nal de Beard, J.S. 1944. Climax vegetation in tropical America. la época de lluvias fueron menores en diá- Ecology 25 (2): 127-152. metro (C. odorata, E. cyclocarpum) o dismi- Berlyn, G.P. y J.P. Mischel. 1976. Botanical microtech- nuyeron la densidad en su distribución (B. nique and cytochemistry. Ce Iowa State University simaruba). En las tres especies estudiadas, Press, Ames. 326 p. la longitud de "bras y de elementos de vaso Berry, P.E. 2002. Diversidad y endemismo en los bos- en la zona inicial de un anillo fue siempre ques neotropicales de bajura. pp. 83-96. In: M.R. Guariguata y G.H. Kattan (eds.) Ecología y Con- menor que su longitud en la zona terminal servación de Bosques Neotropicales. Libro Uni- del mismo. versitario Regional (EULAC-GTZ). Cartago, Cos- ta Rica. Las tasas de crecimiento anual en diáme- Bisset, I.J.W. y H.E. Dadswell. 1950. &e variation in tro fueron mayores en árboles codominan- cell length within one growth ring of certain angio-angio- tes (14.5 mm año-1) e intermedios (7.8 mm sperms and gymnosperms. Australian Forestry 14: 17—29. año-1) de E. cyclocarpum, en comparación Boninsegna, J.A., R. Villalba, L. Amarilla y J. Ocampo. con aquellos de C. odorata (14.4 y 3.0 mm 1989. Studies on tree rings, growth rates and age- año-1) y Bursera simaruba (5.5 y 3.5 mm año- size relationships of tropical tree species in Misiones, 1) para las mismas posiciones sociológicas. Argentina. IAWA Bulletin n.s. 10(2): 161-169. Borchert, R. 1993. Water status and development of Las zonas de crecimiento en las tres es- tropical trees during seasonal drought. Trees 8:115- pecies tuvieron periodicidad anual, lo cual 125. Capítulo 1 Biodiversidad y ecosistemas forestales 205

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Bosque de Arce, Talpa de Allende, Jalisco. Miguel A. Muñiz Castro. Plantación de Teca, Ruiz, Nayarit. Eduardo Salcedo Pérez. CAPÍTULO 2 PLANTACIONES Y SISTEMAS DE PRODUCCIÓN FORESTAL

211 2.1 Desarrollo dasométrico inicial de plantaciones forestales comerciales de Tectona grandis L. F. en el Trópico Mexicano 226 2.2 Propuesta metodológica para la reforestación de áreas con condiciones edafoclimá- ticas especiales. Estudio de caso: “Pinus hartwegii Lindl. Nevado de Colima” 244 2.3 Evaluación en vivero de Pinus hartwegii Lindl. en el Parque Nacional Volcán Nevado de Colima 252 2.4 Importancia de las características físicas y químicas de los sustratos en la produc- ción de plántula forestal 266 2.5 Producción de Pinus patula Schl. et Cham. en sustrato a base de aserrín crudo, en sistema tecnificado

Introducción

El capítulo “Plantaciones y sistemas de producción forestal” pone de mani"esto el interés que se ha puesto en las últimas décadas sobre los programas de reforestación como alterna- tiva a los problemas originados por la deforestación; resaltando la necesidad de incluir en los programas de reforestación especies con potencial, sobre todo de una manera integral. Asi- mismo, se hace referencia a la importancia de plani"car adecuadamente y con anticipación el establecimiento de plantaciones, ya sea con "nes de conservación o con "nes comerciales; considerando siempre diversos factores: condiciones ambientales del sitio por reforestar, la especie a utilizar y su procedencia, características de los árboles (calidad de planta), con- diciones de vivero y sistema por el que se produjeron las plántulas; ésta información es de suma importancia para cumplir los objetivos de nuestro propósito de plantación. 210 Recursos Forestales en el Occidente de México

En el primer trabajo 2.1) se incluye información actualizada sobre las plantaciones en México; también se presentan datos descriptivos sobre las plantaciones forestales comercia- les de Teca (Tectona grandis L.) en nuestro país, ya que es una de las especies más impor- tantes para plantaciones forestales en las zonas tropicales del mundo debido a sus excep- cionales cualidades, madera dura, resistente a las in!uencias de sol y de la lluvia, y es fácil de trabajar. Además, se pone de mani"esto la necesidad de conocer y evaluar la calidad de la madera que se está produciendo en dichas plantaciones bajo las distintas condiciones edafoclimáticas de México. En los siguientes artículos se presenta la importancia no sólo de la producción de planta de calidad, sino de su aclimatación y adecuación de acuerdo a las necesidades del sitio a reforestar y condiciones ambientales del mismo. A este respecto, en el segundo artículo 2.2) se propone el sistema de “Doble Trasplante”, que ha mostrado tener mejores resultados tanto en calidad de planta como en sobrevivencia. En el 2.3) se compara el efecto que tiene el volumen del contendor sobre la calidad de planta, en la producción en vivero de Pinus hartwegii Lindl. en el Nevado de Colima. Los trabajos 2.4) y 2.5) incluyen información sobre la caracterización y evaluación de sustratos con "nes de producción de planta forestal, también se abordan algunos aspectos de los materiales utilizados en la elaboración de mezclas de sustratos, la descripción de algunos materiales utilizados como la turba, el aserrín, la corteza de pino, vermiculita y perlita; se describe la importancia de la fertilización y las funciones de los macroelementos y microelementos. En uno de los estudios se evaluaron once combinaciones a base de aserrín y la mezcla de peat moss-agrolita-vermiculita para determinar cual combinación de esos materiales presentaba los mejores valores para las variables de calidad de planta para Pinus patula Schl. et Cham. 211

2.1 Desarrollo dasométrico inicial de plantaciones forestales comerciales de Tectona grandis L. f. en el Trópico Mexicano

Luisa Alina Ypushima Pinedo, Efrén Hernández Álvarez, Eduardo Salcedo Pérez, Raúl Rodríguez Anda, Josefina Leticia Fregoso Franco, Ricardo González Cruz.

RESUMEN El manejo silvícola de las plantaciones forestales comerciales de Tectona grandis L.f. (teca), requiere de infor- mación ecológica y dasonómica, como son los estudios dasométricos. En este trabajo se hace un análisis de la importancia de las plantaciones forestales comerciales como alternativa a los problemas originado por la deforestación que ocurre principalmente en los países tropicales, como México. Se tuvo acceso a información de ocho plantaciones establecidas en cinco diferentes estados del trópico mexicano, se elaboraron mapas de sus ubicaciones geográ"cas, se describen sus parámetros dasométricos, mismos que al analizarlos, se concluyo que existen diferencias marcadas en cuanto a crecimientos e incrementos, ello como consecuencia de las diversas calidades de sitio en las que se establecieron, edad, densidad de la plantación, manejo y procedencias. Palabras clave: Incremento medio anual, manejo forestal, calidad de sitio.

ABSTRACT Ce forestry use of Tectona grandis L.f. commercial planting requires environmental and forestry information, like the tree dimension´s Studies. In this document an analysis of the important of commercial tree plantations is presented, as an alternative to the problems originated by deforestation, which occurs mostly on tropical con- traes like Mexico. We gained access to "ve diFerent states in Mexico´s tropical area, maps of their geographical location were elaborated, their tree dimensions parameters are described and by analyzing them it is concluded that there are signi"cant diFerences regarding growing and increases as a consequence of the very diverse qua- lities of the area where they were established, age, plantation denseness, use and origin. Key Words: average annual increment, forestry management, site quality. 212 Recursos Forestales en el Occidente de México

unque la tasa de deforestación y pérdida originado por la deforestación que ocurre Ade áreas forestales ha disminuido, principalmente en los países tropicales. aún continua siendo alarmante; a nivel México no es la excepción y por ello, el mundial pasó de 16 a 13 millones de Programa Estratégico Forestal para Méxi- hectáreas al año en el último decenio co (PEF, 2025), el propósito del programa (FAO, 2010). Así la (FAO, 2005) estimó una es aumentar la producción maderable para super"cie total de bosques a nivel mundial abastecer la industria forestal, reducir la de aproximadamente 3,869 millones de presión sobre los bosques, fomentar la in- hectáreas. Sin embargo, las plantaciones versión privada y social en el sector forestal, forestales (incluyendo productivas y y convertir áreas degradadas o improducti- protectoras) fueron aproximadamente 187 vas en bosques productivos, y contribuir al millones de hectáreas, que representan el mejoramiento del ambiente en general tiene 4.8% de toda la super"cie forestal mundial. como una prioridad a mediano y largo pla- Las plantaciones forestales establecidas zos el desarrollo forestal sustentable, y des- en el periodo de 2000-2005 se calculó en taca la importancia de las Plantaciones Fo- 7.3 millones de hectáreas al año contra el restales Comerciales (PFC). Actualmente la 8.9 millones de hectáreas anuales de 1990 al madera de teca para aserrío tiene un alto va- 2000 (FAO, 2005), de estas, el 4% correspon- lor comercial, los precios de troncos de teca de a Tectona grandis L.f (FAO, 2007). En los de plantación importados hasta el 2006 iban últimos 10 años las plantaciones de Tectona de US$225 por m3 a US$1,000 por m3, de- grandis más importantes provienen de Ibe- pendiendo del tamaño y la calidad (Anantha ro América, exportando troncos jóvenes de Padmanabha, 2006), cuyo periodo de corta teca hacia India, Europa y EEUU (Anantha se estima entre los 20 a 25 años de edad. Las Padmanabha 2006). Por su parte, en México plantaciones forestales una vez establecidas la super"cie de plantaciones aún sigue sien- deben ser evaluadas periódicamente y una do muy pequeña, se estima que solo el 1.6% evaluación que describa las variables daso- de la super"cie se destina a plantaciones nómicas, proporciona información funda- forestales que incluye la teca (FAO, 2009), mental para prescribir intervenciones de ubicadas principalmente en los estados de manejo y permite determinar el rendimiento Campeche, Veracruz, Tabasco, Chiapas y de la masa forestal, proporcionando alterna- Nayarit, en las plantaciones comerciales se tivas viables para la correcta administración cultivan árboles para producir madera só- de la diversidad de productos que pudiesen lida y celulosa, por lo que utilizan especies obtenerse de la misma (Prodan et al., 1997). de los géneros Pinus, Tectona, Gmelina, Eu- Por lo anteriormente expuesto, la impor- caliptus, Swietenia y Cedrela (SEMARNAT, tancia del presente documento que analiza 2003). Por ello, en las últimas décadas ha el desarrollo dasométrico inicial de PFC de aumentado el interés en programas de refo- teca establecidas en el trópico mexicano. restación como alternativa a los problemas Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 213

PLANTACIONES FORESTALES A NIVEL MUNDIAL de 1990 al 2000 (FAO, 2005, de estas, el 4% corresponde a Tectona grandis L.f. (FAO, Velázquez et al. (2012), apuntan que la si- 2007). La producción y consumo de pro- tuación actual de las plantaciones forestales ductos maderables sigue en aumento y esta comerciales en el mundo alcanzan aproxi- tendencia incrementa la presión a los bos- madamente 187 millones de hectáreas, que ques naturales, probablemente en un futu- representan el 4.8% de toda la super"cie ro la madera proceda de bosques plantados forestal mundial, concentrándose en 10 paí- como mecanismo para reducir esta presión ses, estimó una super"cie total de bosques (FAO, 2009). a nivel mundial de aproximadamente 3,869 millones de hectáreas. Las plantaciones se concentran por regiones; Asia con el 62%, PLANTACIONES FORESTALES EN MÉXICO Europa el 17%, America del Norte y Cen- Las primeras plantaciones forestales comer- tral un 9%, y otras regiones aparecen con ciales en México se dan en la década de los porcentajes menores. Los cambios en cuan- 60’s por la empresa Fibracel, S. A. quien es- to a la super"cie cubierta por plantaciones tableció en el estado de San Luis Potosí plan- forestales productivas o industriales en las taciones con "nes de producción de materia diferentes regiones, se ha mostrado un in- prima para la fabricación de tableros aglo- cremento constante durante los últimos 15 merados en una super"cie de 2,500 hectá- años para todas ellas. Sin embargo, los in- reas con varias especies del genero Eucalyp- crementos para el caso de África y Oceanía tus Posteriormente en la década de los 70’s la han sido muy pequeños, mientras que en el plantación comercial en la Sabana, Oaxaca, caso de Asia, el incremento en la super"cie establecida por Fábricas de Papel Tuxtepec de este tipo de plantaciones durante los últi- en un área de 8,500 hectáreas con Pinus cari- mos 15 años representa más del 35% (FAO, bea var. hondurensis, para producir materia 2005), de dichas plantaciones, aproximada- prima para la elaboración de celulosa (Mu- mente el 80% se concentra en los países de sálem, 2002). China, India, Rusia, y los Estados Unidos, con super"cies plantadas de más 45, 32, 17 Fortes (1994) reporta que la empresa y 16 millones de hectáreas, respectivamen- Ponderosa Industrial, realizó plantaciones te. Los géneros que más se plantan a nivel del genero Eucalyptus con el "n de probar mundial son; Pinus con el mayor porcentaje el comportamiento de diversas especies para 20%, Eucalyptus 10%, Hevea 5%, Acacia 4% la producción de celulosa, estas plantaciones y Tectona 3%, otras latifoliadas en conjunto se iniciaron en el estado de Sinaloa; para el ocupan un 18% y otras coníferas diferentes año de 1992 alcanzaron una super"cie de del género Pinus con un 11% (FAO, 2000). 500 hectáreas. A nivel mundial las plantaciones forestales Lo anterior muestra que en México han establecidas en el periodo de 2000-2005 se existido algunas plantaciones forestales co- calculan en 7.3 millones de hectáreas al año merciales desde mediados de los 70’s, sin contra el 8.9 millones de hectáreas anuales embargo, es hasta inicios de la década de 214 Recursos Forestales en el Occidente de México los 90’s que esta estrategia productiva surge rables son Veracruz, Tabasco y Campeche. como una verdadera alternativa. El Gobier- Estos tres estados concentran alrededor del no ha diseñado y puesto en práctica incen- 60% del total de la super"cie plantada en tivos económicos directos y "scales como el el país. Los estados de Veracruz, Tabasco y PRODEPLAN y otros, que están en su fase Campeche tienen una super"cie de planta- de ajuste. A "nales de los 90’s las reglas de ciones comerciales maderables de 57,305 Ha operación eran bastante rígidas, sin embar- de un total de 100,131 hectáreas. Además go, se están realizando esfuerzos para mejo- de estos estados, Puebla, Oaxaca, Chiapas, rar la asignación y administración de estos Jalisco, Michoacán, y Guerrero presentan incentivos (SEMARNAP, 1998). importantes super"cies de PFC, y los nueve estados mencionados, en su conjunto, cu- En México la super"cie de plantaciones bren casi un 90% de la super"cie establecida aún sigue siendo muy pequeña, se estima de PFC maderables en el país. Los géneros que solo el 1.6% de la super"cie se destina Eucalyptus, Pinus, y Cedrela odorata con- a plantaciones forestales que incluye esta gregan una super"cie de 55,748 hectáreas, especie la teca (FAO, 2009), ubicadas prin- de un total maderable de 100,131 hectáreas. cipalmente en los estados de Campeche, Mencionan también que el género Eucalyp- Veracruz, Tabasco, Chiapas y Nayarit, en las tus es el que abarca la mayor super"cie plan- plantaciones comerciales se cultivan árboles tada con 21,168 hectáreas, Cedrela odorata para producir madera sólida y celulosa, por con 20,705 hectáreas otras especies del gé- lo que utilizan especies de los géneros Pin- nero Pinus con 13,566 hectáreas, Gmelina us, Tectona, Gmelina, Eucaliptus, Swietenia y arbórea con 10,830 ha, Tectona grandis L.f. Cedrela (SEMARNAT, 2003). con 9,024 hectáreas, Swietenia macrophylla Por su parte, Velázquez et al. (2012) do- con 6,328 hectáreas y Hevea brasiliensis con cumentan ampliamente la actualidad de las 2,892 hectáreas. Mientras que otras especies PFC y mencionan que la super"cie cubierta cubren aproximadamente 15,617 hectáreas. por PFC de diversas especies a nivel nacio- nal alcanza aproximadamente 117,479 hec- táreas, de las cuales las especies maderables PORQUE ESTUDIAR Y EVALUAR PLANTACIONES cubren un 85.2% (100,131 Ha), mientras DE TECTONA GRANDIS EN MÉXICO que las especies no maderables cubren so- Tectona grandis L.f. (teca) es una de las es- lamente un 14.8% (17,348 Ha). Lo anterior, pecies más importantes para plantaciones sin considerar las plantaciones que fue- forestales en las zonas tropicales del mundo, ron aprovechadas y ya no se renovaron, ó ha despertado mucho interés en proyectos como las plantaciones establecidas en La de reforestación, para la producción de ma- Sabana, que ya se encuentran hasta en un dera en sitios que tienen una estación seca tercer ciclo de corta y actualmente se están de"nida y también se planta en lugares con manejando como si fuera bosque natural. alta precipitación. Su uso se ha incremen- Los Estados de la República Mexicana con tado por su fácil establecimiento, buen cre- la mayor super"cie plantada de PFC made- Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 215 cimiento inicial y por la calidad de la ma- comercio. Se estima que actualmente un vo- dera (Chávez y Fonseca, 2003). Desde hace lumen de aproximadamente 0,5 millones de siglos ha habido una gran demanda de la m3 se talará en bosques nativos, y de 1,5 a 2 madera de teca debido a sus excepcionales millones de m3 en bosques plantados, si to- cualidades. En los últimos años la creciente dos los países productores de teca se tuvie- demanda de la madera de esta especie co- ran en cuenta. De esta forma, el suministro sechada de bosques naturales y por lo tan- de teca total mundial procedente de bos- to de la mejor calidad (cercanos a los cien ques nativos y plantados se llega a calcular años de edad); ha sido tal, que los pedidos entre 2 a 2.5 millones de m3, de los cuales se realizan con varios años de anticipación; al menos 60% se talan en India, Indonesia y y la madera proveniente de plantaciones con Myanmar. El aporte estimado de los troncos menor edad, poca dimensión y por lo tanto de teca en el mercado, en comparación con de menor calidad, también ha crecido sus- la producción global de madera tropical en tancialmente para la fabricación de artículos rollo, es inferior al 2%, pero en términos de de cocina y decorativos residenciales (com. valor es mucho mayor, ya que teca es una pers. Dr. J. Hans Richter). Es una made- parte del mercado de madera de alto valor ra dura, resistente a las in!uencias de sol y y un componente importante en las econo- de la lluvia, y es fácil de trabajar, por lo que mías forestales de muchos países tropicales. resulta ideal para la industria del mueble. I Las plantaciones de teca han atraído gran- Mueblera: para mobiliario exterior de alto des inversiones del sector privado en África, valor comercial. I Naval: para la fabricación Asia y América Latina. A nivel mundial es la de Yates de lujo, la industria naval y el sector única madera dura que está aumentando en de la construcción para acabados "nos, so- términos de área plantada (FAO, 2012). bre todo para pisos en exteriores de edi"ca- El precio de teca en Myanmar durante ciones lujosas y clubes privados. 2008 y 2009, madera para enchape 2a cali- Las personas que invierten en las planta- dad US$3026 y 3a calidad US$3438 por me- ciones de esta especie en cualquier parte del tro cúbico respectivamente y para aserrío mundo contribuyen a la mejora de la situa- de US$1770 a US$1992 por metro cúbico ción económica y social del país. Cuando se (ITTO, 2008, 2009). El crecimiento de la invierte en silvicultura renovable, una parte demanda internacional ha ampliado el su- de su inversión se reserva para el manteni- ministro tradicional para incluir trozas de miento y la gestión: una construcción segura pequeño diámetro cultivadas en plantacio- que le garantiza el crecimiento de sus árbo- nes, especialmente de África y América La- les hasta su aprovechamiento. Invertir en ár- tina, de"niéndose básicamente el precio de boles signi"ca un horizonte inversor a largo la madera a partir de la edad de la plantación plazo y aporta tranquilidad en su cartera de y el diámetro medio de la troza, con precios inversiones. que van desde los $260 por metro cúbico para teca de 10 años de edad con diámetros Teca representa una pequeña proporción medios de 14 cm., hasta los $1000 por metro de la producción mundial de madera y del 216 Recursos Forestales en el Occidente de México cúbico para teca con 30 o más años de edad, cia (Teck); Inglaterra y Estados Unidos con diámetros a partir de 36 cm. en la cara (Teak Genuine). más delgada (Maldonado y Louppe, 2000). Por otra parte, debido al decrecimiento Distribución en el suministro de teca de bosques nativos La teca se desarrolla de manera natural de y la demanda creciente de esta madera, en el los 10 a los 25° N en el Subcontinente In- futuro posiblemente solo se podrá obtener dio y en Asia Suroriental, especialmente en de plantaciones nuevas (Anantha Padmana- India, Birmania, Tailandia, Laos, Camboya, bha, 2006). Vietnam y en Java. En Asia Suroriental des- La teca es una de las maderas más valio- de hace mucho tiempo existen plantaciones sas del mundo, por lo que existe interés por en escala más grande que otras especies ar- cultivar e invertir en esta especie forestal. Ac- bóreas forestales. También es cultivada más tualmente existen en el país 139 proyectos de allá de la región asiática, en latitudes bajas, plantaciones forestales comerciales con teca, como en Togo, Camerún, Zaire, Nigeria, que se ubican principalmente en los estados Trinidad y Honduras. Su distribución alti- de Campeche, Veracruz, Tabasco, Chiapas y tudinal alcanza en Java de O hasta 700 m, Nayarit. Estos proyectos abarcan una super- en Birmania hasta 1000 m y en India hasta "cie de 34 mil 700 hectáreas, de las cuales ya 1300 m. Se distinguen razas geográ"cas, se- están plantadas 12 mil y las restantes se es- gún la procedencia, por ejemplo, la teca de peraba que quedaran plantadas al concluir el Birmania, de Rangún, de Siam, de Java tie- año 2007. Además, por su potencial de creci- nen características productividad y calidad miento las proyecciones para el año 2008 se- muy diferentes (Lamprecht, 1990). ñalaron a la teca como la tercera especie más plantada en México con "nes comerciales, Fisonomía solo superada por el Cedro Rojo y el Eucalip- Los árboles de esta especie forestal decidua to (Velázquez et al., 2012). alcanzan alturas de 25 a 35 m, algunos auto- res mencionan que puede llegar a alcanzar Aspectos generales de Tectona grandis L.f. más de 45 m, DAP de 100 cm y en algunos casos de más. Las distintas razas se diferen- Taxonomía cian entre sí por la forma y el color de las Reino: Vegetal División: Magnoliophyta hojas, por el color y la estructura de la cor- teza y por la forma de los fustes. Las pro- Clase: Magnoliopsida Orden: cedencias del norte de Tailandia y Birmania Familia: Verbenaceae Género: Tectona son famosas por sus fustes muy rectos; la Especie: Tectona grandis L.f. teca de India y de Indonesia generalmente Nombres comunes tiene ramas hasta las partes bajas del fus- te, el cual normalmente es cilíndrico y con De acuerdo a Fonseca (2004): en España, relativa frecuencia bifurcado. La corteza es Colombia, México y Portugal (Teca); Fran- Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 217 suave y mide hasta 15 mm de espesor, casi árboles/ha y se han realizado fertilizaciones, siempre se desprende y se agrieta profun- podas, limpias o deshierbes y raleos. damente en sentido vertical; tiene un sabor El crecimiento promedio de teca en altu- astringente. La teca forma sólo un sistema ra fue de 2.2 m con diámetro normal de 1.7 radical super"cial, el cual es muy susceptible cm y un volumen de 0.001 m3 en la planta- a la falta de oxígeno. El tamaño de las hojas ción de un año, y en la plantación de 2 años llega a ser de 30 a 60 cm de largo y de 20 a 35 la altura fue 4.2 m con Incremento medio cm de ancho, son coriáceas y opuestas o se anual en altura (IMAA) dE 2.1 m y diámetro agrupan en verticilos de a tres; su forma es normal 2.8 cm con Incremento medio anual elíptica amplia, en el haz son glabras y en el en diámetro altura de pecho (IMADAP) de envés verrugosas y densamente tomentosas. 1.4 cm, asimismo un volumen de 0.003 m3 Los árboles producen una densa sombra ya con un Incremento medio anual en volumen desde jóvenes. Las !ores son pequeñas y de (IMAV) de 0.001 m3. En la plantación de 9 color blanco; están dispuestas en panículas años el crecimiento promedio en altura fue de hasta 40 x 35 cm de tamaño. El fruto es de 15.2 m con IMAA de 1.7 y diámetro nor- drupáceo y envuelto por el cáliz persisten- mal de 17.6 cm con un IMADAP de 2 cm, te de aproximadamente 1 cm de diámetro y asimismo un volumen de 0.373 m3 con una posee 4 carpelos, aunque generalmente pro- IMAV de 0.187 m3. duce de 1 a 3 semillas (Lamprecht, 1990).

Municipio de Ruiz UBICACIÓN EN MÉXICO DE LAS PLANTACIONES Se ubica entre los paralelos 21°52’ y 22°10’ EN ESTUDIO de latitud norte; los meridianos 104°47’ y 105°14’ de longitud oeste; altitud entre 0 y Estado de Nayarit 1 700 m. Colinda al norte con los munici- pios de Rosamorada y Del Nayar; al este con La fracción de variables dasométricas fue to- el municipio de Del Nayar; al sur con los mada de 3 plantaciones en los municipios de municipios de Del Nayar, Santiago Ixcuint- Ruiz y San Blas que corresponden a planta- la; al oeste con los municipios de Santiago ciones de un año, 2 años y 9 años. Ixcuintla, Tuxpan y Rosamorada. Ocupa el Las plantaciones de un año y 2 años ubi- 1.87% de la super"cie del estado. cadas en el municipio de Ruiz se establecie- Clima cálido subhúmedo con lluvias en ron a un espaciamiento de 3.3 x 3.3 m que verano, de mayor humedad, cálido húmedo corresponde a una densidad inicial de 918 con abundantes lluvias en verano, semicá- árboles/ha. El manejo que hicieron a las lido subhúmedo con lluvias en verano, de plantaciones desde su establecimiento son mayor humedad y cálido subhúmedo con limpias, fertilización y riegos de auxilio. La lluvias en verano, de humedad media. Ran- plantación de 9 años ubicada en el municipio go de temperatura entre 20 a 28°C y precipi- de San Blas se estableció a un espaciamiento tación entre 1 000 a 2 500 mm. de 3.5 x 3.5 m a una densidad inicial de 816 218 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 2.1.1. Ubicación de las Plantaciones en el Estado de Nayarit.

Suelo dominante: Cambisol, Umbrisol, Clima cálido subhúmedo con lluvias en Regosol, Nitisol, Vertisol, Luvisol, Acrisol, verano, de mayor humedad y cálido subhú- Leptosol, Fluvisol y Phaeozem. medo con lluvias en verano, de humedad media. Temperatura de 22 a 28°C y rango de Los tipos de vegetación que presentan precipitación de 1 300 a 2 000 mm. son: Selva, Bosque y Pastizal (INEGI, 2009a). Suelo dominante: Luvisol, Solonchak, Cambisol, Phaeozem, Vertisol, Umbrisol, Municipio de San Blas Nitisol, Regosol, Arenosol, Fluvisol, e His- Se ubica entre los paralelos 21°20’ y 21°45’ tosoles. de latitud norte; los meridianos 105°01’y 105°28’ de longitud oeste; altitud entre 0 y 1 Los tipos de vegetación que presentan 200 m. Colinda al norte con los municipios son: Selva, Manglar, Bosque, Pastizal y Acuí- de Santiago Ixcuintla y Tepic; al este con los cola (INEGI, 2009b). municipios de Tepic y Xalisco; al sur con los municipios de Xalisco, Compostela y el Estado de Michoacán Océano Pací"co; al oeste con el Océano Pa- La fracción de variables dasométricas fue cí"co y el municipio de Santiago Ixcuintla. tomada de una plantación de 7.9 años en el Ocupa el 3.05% de la super"cie del estado. municipio de Nuevo Urecho. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 219

Figura 2.1.2. Ubicación de la Plantación en el Estado de Michoacán

La plantación se estableció a un espacia- de Ario; al sur con los municipios de Ario, miento inicial de 2 x 3 m que corresponde a La Huacana y Gabriel Zamora; al oeste con una densidad de 1667 árboles por hectárea. los municipios de Gabriel Zamora, Uruapan Se realizaron podas, limpias o deshierbes y Taretan. y así como riego rodado, durante la época Clima Cálido subhúmedo con lluvias en de estiaje. El crecimiento promedio de teca verano, de menor humedad, semiseco muy en altura fue de 11.5 m con IMAA de 1.4 cálido y cálido, cálido subhúmedo con llu- m y un diámetro normal de 14.5 cm con vias en verano, de humedad media, semicá- IMADAP de 1.83 cm, asimismo un volu- lido subhúmedo con lluvias en verano, de men de 0.189 m3 con un IMAV de 0.023 m3 humedad media, y semicálido subhúmedo (Cortéz, 2011). con lluvias en verano, de mayor humedad, rango de temperatura entre 20 a 28°C y pre- Municipio de Nuevo Urecho cipitación entre 700 – 1 100 mm. Se ubica Entre los paralelos 19°01’ y 19°18’ Suelo dominante: Vertisol, Luvisol, Lep- de latitud norte; los meridianos 101°46’ y tosol, Phaeozem, Fluvisol, y Regosol. 101°58’ de longitud oeste; altitud entre 500 y Los tipos de vegetación que presentan 1 800 m, ocupa el 0.56% de la super"cie del son: Bosque, Selva y Pastizal (INEGI, 2009c). estado. Colinda al norte con los municipios de Taretan y Ario; al este con el municipio 220 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 2.1.3. Ubicación de la Plantación en el Estado de Veracruz

Estado de Veracruz 19’de longitud oeste; altitud entre 10 y 1 100 La fracción de variables dasométricas fue m. Colinda al norte con los municipios de tomada de una plantación de 10 años en el Moloacán, Agua Dulce y el estado de Ta- municipio de Las Choapas. basco; al este con los estados de Tabasco y Chiapas; al sur con el estado de Chiapas y La plantación se estableció a un espacia- el municipio de Uxpanapa; al oeste con los miento inicial de 3 x 3 m que corresponde a municipios de Uxpanapa, Minatitlán y Mo- una densidad de 1100 árboles/ha. Se reali- loacán. Ocupa el 4.91% de la super"cie del zaron podas, deshierbes, fertilización y ra- estado. leos. El crecimiento promedio de T. grandis en altura fue de 11.9 m con IMAA de 1.2 Clima cálido húmedo con abundantes m y un diámetro normal de 15.9 cm con lluvias en verano (64%) y cálido húmedo IMADAP de 1.6 cm, asimismo un volumen con lluvias todo el año (36%). Temperatura de 0.238 m3 con un IMAV de 0.19 m3. de 22 a 28°C y rango de precipitación entre 2 400 a 3 100 mm.

Municipio de Las Choapas Suelo dominante: Luvisol, Cambisol, Umbrisol, Gleysol, Acrisol, Regosol, Verti- Se ubica entre los paralelos 17° 07’ y 18° 00’ sol, y Fluvisol. de latitud norte; los meridianos 93° 36’ y 94° Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 221

Figura 2.1.4. Ubicación de la Plantación en el Estado de Tabasco.

Los tipos de vegetación que presentan Municipio de Balancán son: Pastizal, selva, popal, y tular (INEGI, Se ubica Entre los paralelos 17°25’ y 18°11’ de 2009d). latitud norte; los meridianos 90°59’ y 91°43’ de longitud oeste; altitud entre 0 y 200 m. Estado de Tabasco Colinda al norte con el estado de Campeche; al este con el estado de Campeche y la Repú- La fracción de variables dasométricas fue blica de Guatemala; al sur con el municipio tomada de una plantación de 21 años en el de Tenosique; al oeste con el municipio de municipio de Balancán. Emiliano Zapata y el estado de Campeche. La plantación se estableció a un espa- Ocupa el 14.46% de la super"cie del estado. ciamiento inicial de 3.5 x 3.5 m que corres- Clima Cálido húmedo con abundantes ponde a una densidad de 816 árboles/ha. Se lluvias en verano y cálido subhúmedo con realizaron podas, deshierbes, fertilización y lluvias en verano (30.32%). Temperatura de raleos. El crecimiento promedio de teca en 26 a 28°C y rango de precipitación entre 1 altura fue de 25.2 m con IMAA de 1.2 m y un 500 a 2 500 mm. diámetro normal de 33.1 cm con IMADAP de 1.6 cm, así mismo un volumen de 2.184 Suelo dominante: Gleysol, Vertisol, Cam- m3 con un IMAV de 1.092 m3. bisol, Leptosol, Arenosol, Phaeozem, Lixisol y Calcisol. 222 Recursos Forestales en el Occidente de México

Los tipos de vegetación que presentan un IMAV de 0.292 m3 en la plantación de 9 son: Selva, bosque, tular, pastizal inducido, años, y en la plantación de 15 años la altura y sabana (INEGI, 2009e). fue 16.5 m con IMAA de 1.1 m y diámetro normal 32.5 cm con IMADAP de 2.2 cm, asimismo un volumen de 1.378 m3 con un Estado de Campeche IMAV de 0.689 m3. La fracción de variables dasométricas fue to- mada de 2 plantaciones en el municipio de Municipio de Campeche Campeche corresponde a plantaciones de 9 años y 15 años. Se Entre los paralelos 19°13’ y 19°58’ de la- titud norte; los meridianos 89°51’ y 90°42’ La plantación se estableció a un espa- de longitud oeste; altitud entre 0 y 200 m. ciamiento inicial de 3.5 x 3.5 m que corres- Colinda al norte con el Golfo de México y ponde a una densidad de 816 árboles/ha. Se los municipios Tenabo y Hopelchén; al este realizaron podas, deshierbes, fertilización y con el municipio de Hopelchén; al sur con raleos. El crecimiento promedio de teca en el municipio de Champotón y al oeste con altura fue de 15 m con IMAA de 1.7 m y diá- el municipio de Champotón y el Golfo de metro normal 22.2 cm con IMADAP de 2.5 México. Ocupa el 6.3% de la super"cie del cm, asimismo un volumen de 0.585 m3 con estado.

Figura 2.1.5. Ubicación de la Plantación en el Estado de Campeche Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 223

Clima Cálido subhúmedo con lluvias en tación, manejo y procedencia. En general los verano, de menor humedad y cálido subhú- reportes de crecimiento anual varían entre 10 medo con lluvias en verano, de humedad y 25 m3 por año. En diferentes sitios de Cen- media. Temperatura de 26 a 28°C y rango de troamérica, en los primeros 30 años se repor- precipitación entre 1 000 a 1 200 mm. ta una producción de 6 a 15m3 por hectárea por año, para sitios de mediana calidad en Suelo dominante: Vertisol, Leptosol, regiones aptas (Chávez y Fonseca, 1991). Phaeozem, Regosol, Nitisol, Luvisol, Gley- sol, Solonchak, e Histosol. La teca tiene un crecimiento inicial bas- tante rápido, pero este disminuye después Los tipos de vegetación que presentan de 8-10m de altura en 2 años. En Colom- son: Selva, tular, manglar, bosque, y área sin bia la empresa “Reforestadora de la costa” ha vegetación (INEGI, 2009f). reportado crecimientos de 10 y 12m en 19 meses. Después de esa edad el crecimiento Algunas consideraciones sobre el de- de la especie es lento. Una producción entre sarrollo de esta especie en diferentes 12 y 15 m3/ha/año es común durante los pri- localidades del trópico mexicano meros 15 y 20 años. En forma general el in- Existen diferencias marcadas en cuanto a cre- cremento anual de teca, en sitios promedio, 3 cimiento, como consecuencia de las diversas puede variar entre 10 y 15m /ha/año y su calidades de sitio, edad, densidad de la plan- turno más rentable entre los 20 y 30 años. En

Estados: Edad Imaa Imadap Imav Aguascalientes Estado Municipio 3 Baja California Año m cn m Baja California Sur Nayarit Ruiz 1 - - - Campeche Chiapas Nayarit Ruiz 2 2.1 1.4 0.001 Chihuahua Nayarit San Blas 9 1.7 2 0.187 Coahuila de Zaragoza Colima Campeche Campeche 9 1.7 2.5 0.292 Distrito Federal Campeche Campeche 15 1.1 2.2 0.689 Durango Guanajuato Veracruz Las Chopas 10 1.2 1.6 0.119 Guerrero Hidalgo Tabasco Balancan 21 1.2 1.6 1.092 Jalisco Michoacán Nuevo Urecho 7.9 1.4 1.8 0.023 México Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo San Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Verazruz Yucatán Zacatecas

Figura 2.1.6. Características del Incremento Medio Anual de las plantaciones de Tectona Grandis L.f. en México. 224 Recursos Forestales en el Occidente de México

Costa Rica, plantaciones de teca de 5 años estudio, se presenta en la "g.2.1.6 el mapa de presentan un incremento anual en altura de ubicación de las plantaciones y algunas va- 2.62 m a 3 m, y a los nueve años, entre 1.83 riables de desarrollo dasométrico. m a 2.24 m. Las diferencias son marcadas entre sitios, debido principalmente a la can- LITERATURA CITADA tidad de potasio y calcio, capacidad de inter- Anantha Padmanabha, H. S. 2006. Informe internacio- cambio catiónico, profundidad y textura del nal sobre la teca. (Product Disclosure Statement - suelo (Chávez y Fonseca, 1991). Rewards Group Teak Project “International Teak Market Report”). Ypushima (2010), encontró que Calcio, Chávez S. E, W. Fonseca. 2003. Ensayos de aclareo y magnesio y manganeso fueron determi- crecimiento en plantaciones de teca (Tectona gran- nantes para separar la calidad de los sitios dis L.f) en la Península de Nicoya, Costa Rica. En memoria Plantaciones de Teca (Tectona grandis) de plantación y solamente fósforo y potasio Posibilidades y perspectivas para su desarrollo. 26 al mostraron tener una relación estadística 28 de noviembre, Heredia, Costa Rica. 16 p. ISBN 9968-9996-3-6. Disco compacto. con la altura de los árboles y con el diámetro del tallo a la base; encontrando además que Cortéz, G. F. 2011. Evaluación dasométrica de una plantación comercial de teca (Tectona grandis L.) contenidos menores de potasio a los esta- en Nuevo Urecho, Michoacán. Tésis de Licenciatu- blecidos como mínimos, fueron su"cientes ra. Universidad Michacana de San Nicolás de Hi- dalgo, Uruapan Michoacán. 54 p. para el desarrollo de teca en este sitio. En su estudio Ypushima (2010), en Ruiz Naya- FAO. 2000. Perspectivas mundiales del suministro futu- ro de madera procedente de plantaciones forestales. rit; concluye que el comportamiento en el Documento de trabajo: GFPOS/WP/03. Elabora- contenido foliar de nutrientes fue diferente do por Christopher Brown, O"cial Forestal (plan- taciones). Dirección de Políticas y Plani"cación respecto a la época de muestreo, de esta ma- Forestales, Roma. nera independientemente de la posición de FAO. 2005. Situación de los bosques en el mundo. Orga- la hoja, los contenidos de Ca, Mg, Fe, M y nización de las Naciones Unidas para la Agricul- Cu fueron mayores durante los meses mas tura y la Alimentación. Roma. 153 p. secos (Enero y Abril) que durante los meses FAO. 2007. Situación de los bosques del mundo. 2007. Subdivisión de Políticas y Apoyos en Materia de lluviosos (Julio y Octubre); mientras que el Publicación Electrónica. FAO. Roma, Italia. contenido foliar de Zn fue mas elevado du- FAO. 2009. Situación de los bosques en el mundo. Orga- rante la época lluviosa (Julio). nización de las Naciones Unidas para la Agricul- tura y la Alimentación. Roma. Otros aspectos que inciden en el desarro- FAO. 2010. Evaluación de los recursos forestales mun- llo en volumen de teca, que es considerado diales, 2010- Informe principal. Estudio FAO Mon-Mon- como una variable indicadora del potencial tes 163. Roma. o de la capacidad de producción de un ro- FAO. 2012. Teak resources and market assessment dal y es afectado por diferentes variables que 2010.Roma. 42 p. deben considerarse en el manejo, tales como Fonseca G. W. 2004. Manual para productores de teca la densidad inicial, la calidad de sitio, el diá- (Tectona agrandis L.f.) En Heredia, Costa Rica. Disponible: (Consultada: 12 de abril del 2012). metro, la altura, la forma del árbol, la edad Http://www.fonafifo.com/text_files/proyectos/ de la plantación, las intervenciones silvicul- manualproductoresteca.pdf. turales. Finalmente y para el caso de nuestro Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 225

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2.2 Propuesta metodológica para la reforestación de áreas con condiciones edafoclimáticas especiales. Estudio de caso: Pinus hartwegii Lindl. Nevado de Colima

Eduardo Salcedo Pérez, Rosario M. Bernaola Paucar, Efrén Hernández Álvarez, Fernando López- Dellamary Toral, José Villa Castillo.

RESUMEN En el presente trabajo se propone un modelo metodológico para la implementación de un sistema de reforesta- ción denominado “Doble Trasplante” el cual se generó a partir de la experiencia de los autores, años de trabajo en campo, de los antecedentes publicados y de la implementación en un estudio de caso. Se proponen las etapas requeridas para dicho modelo y las acciones en cada una de ellas. El principal propósito del modelo es lograr mejores resultados en programas de reforestación en sitios que presenten condiciones edá"cas y ambientales adversas o condiciones especiales, que garantice una mayor sobrevivencia de los árboles en campo. Dicha es- trategia ha sido implementada y valorada en el Parque Nacional Nevado de Colima con Pinus hartwegii Lindl. y del que se presentan los principales resultados obtenidos. Se espera que el costo de producir y acondicionar árboles para reforestación, sea igual o menor, al bene"cio que se logra con el éxito de esta práctica en México, no solo considerando la sobrevivencia a corto plazo, sino de todos los demás bienes adicionales de largo plazo, como son los servicios ambientales.

ABSTRACT In this document a methodological model is proposed to implement a reforestation system named “Doble Transplante” which was generated through the experience of the authors, years of "eld study, the published pre- cedents and the implementation on a case of study. Ce phases for the model are exponed as well as the actions in every one. Ce model aims for better results in reforestation programs in areas that present adverse edaphic and enviromental characteristics or special conditions, that guarantee an increasing survival of trees on the "eld. Cat strategy was implemented and evaluated in the National Park Nevado de Colima with Pinus hartwegii Lin- dl. which results are here exposed. It is expected that the cost for produce and preparing of trees for reforestation equals or even gets to be less than the bene"t achieved with this practice in Mexico, not only considering the survival, but of all the additional long term bene"ts like the enviromental services. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 227

n México, la producción de planta fores- va desde 14 hasta 90%; las principales causas Etal ha cambiado fuertemente en los úl- asociadas a los bajos porcentajes (menores timos 20 años; lo que se re!eja en diversos al 50%), se debe a inadecuadas prácticas de aspectos: Cantidad y calidad de planta ge- cultivo en vivero y al momento de la plan- nerada, diversidad de especies producidas, tación, a condiciones de clima extremo y tipo de sistema de producción y tecnología suelos degradados, ataque "topatológico empleada. La producción de planta forestal a plántulas (Phytium sp., Rhizoctonia sp. y tiene como principal objetivo satisfacer la Phytophthora sp.), etc. (Owston, 1990). demanda para la reforestación de sitios que En la actualidad se requiere contar con han sufrido deterioro o pérdida de su masa parámetros técnicos para especies foresta- forestal por deforestación, incendios, sobre- les mexicanas que sirvan de indicadores de pastoreo o por condiciones adversas de sue- calidad en sus características morfológicas lo; lo que obliga a generar no sólo planta de y "siológicas, además, que permitan de"nir calidad, sino también adecuada y adaptada cuales son las más determinantes en cada es- para cada una de esas condiciones especia- pecie para su establecimiento a condiciones les que tendrá en campo, sobre todo cuan- edafo-climáticas especí"cas y especiales, es- do de coníferas se trata. Rodríguez (2008), tos parámetros son poco estudiados por los destaca la importancia de los parámetros viveristas y los técnicos. Según la CONA- que determinan la “Calidad de Planta” en vi- FOR (2010), en una encuesta realizada a los vero, los cuales favorecen el establecimien- viveristas, el 23% se basa en el coe"ciente de to de los individuos y les permiten crecer y esbeltez, el 13% en relación tallo raíz y el 3% desarrollarse vigorosamente en el sitio de en el índice de Dickson. Cabe resaltar que el plantación. Actualmente, el creciente apoyo 40% no utiliza ningún parámetro de calidad del programa PROARBOL de la Comisión de planta; lo que signi"ca que existe una dis- Nacional Forestal (CONAFOR) a los pro- tancia entre los productores de panta y los pietarios y comunidades forestales, ha gene- usuarios de la misma, por lo tanto la falta rado una gran demanda de planta forestal y de comunicación y retroalimentación de la se ha optado por sistemas de producción de información entre ambas partes, di"culta la gran escala a menor costo, utilizando con- integración de esfuerzos, conocimientos y tenedores múltiples (charola) con cavidades experiencias de gran importancia en estos individuales pequeñas. El 33% del sistema sistemas de trabajo integrales y multidisci- de producción forestal en México, sigue plinarios. En este sentido, el éxito de las re- siendo “tradicional de bolsa” (polietileno forestaciones inicia desde la producción de negro), y muy pocos viveros utilizan el siste- planta y su manejo en vivero en los prime- ma de raíz desnuda; sin embargo el sistema ros años de vida, en donde su aclimatación de producción en charolas dado en viveros y adaptación previa a las condiciones reales tecni"cados se ha incrementado en un 56% que tendrán en campo, es de enorme rele- (CONAFOR, 2010). Con estos sistemas de vancia para lograrlo. producción, según la CONAFOR, la super- vivencia en campo es sumamente variado y 228 Recursos Forestales en el Occidente de México

DEFINICIÓN DEL SISTEMA “DOBLE desarrollo morfológico y una mejor condi- ción "siológica, antes de ser establecidos en TRASPLANTE” campo (considerado segundo trasplante) Como de"nición en el contexto de esta pu- (Figura 2.1.1). blicación, el sistema “Doble Trasplante” constituye una propuesta metodológica de Para poder abordar e implementar la producción y aclimatación de planta fores- propuesta denominada “Doble Trasplante” tal, la preparación del sitio, el establecimien- será conveniente visualizar el proyecto de to, seguimiento y la evaluación de la refores- reforestación en el concepto de sistema, ya tación para sitios especí"cos de interés. Es que el análisis de sistemas es una útil herra- el paso de la plántula producida en charolas mienta y la forma mas sencilla para com- en viveros tecni"cados a contenedores indi- prender, atender y solucionar una proble- viduales (considerado primer trasplante) y mática, y sin duda alguna, la reforestación mantenidas en un vivero volante cercano a en muchos sitios forestales de México es una los sitios de plantación; los principales ob- gran problemática, por la gran diversidad de jetivos son la aclimatación de los árboles condiciones edafo-climáticas y la enorme durante cierto periodo, logrando un mayor cantidad de factores bióticos y abióticos in-

Árboles en contenedores Colecta germoplasma Manejo y tratamiento individuales

Acondicionamiento Producción de planta de calidad Aclimatación de la planta al estrés hídrico y Vivero intensivo nutrimental charola Vivero volante

Siembra Mantenimiento 1er trasplante Mantenimiento y cultivo a contenedor y cultivo (8 meses) individual (12 meses)

Plantación Preparación del sitio (obras de conservación 2do trasplante del suelo donde sean requeridas) Evaluación del proceso Establecimiento bajo un método de (42 meses) plantación adecuado De la plantación Mantenimiento, seguimiento y protección -Sobrevivencia Árboles -Condición general -Calidad de planta -Relación costo/beneficio -índices de calidad

Figura 2.1.1. Diagrama de flujo del proceso para la implementación del sistema de doble trasplante. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 229 volucrados. Aún, sin considerar los factores comprometida (CONAFOR, 2010). Es reco- sociales, económicos, políticos y técnicos nocido que una gran super"cie forestal en que también presentan gran impacto positi- México, es propiedad de comunidades agra- vo o negativo a esta problemática. rias, ejidales o indígenas y que correspon- de al denominado uso común, que por tal Un sistema forestal es un conjunto de in- característica se ha convertido en muchos terrelaciones de componentes físicos, bióti- casos en una real amenaza para la conser- cos y sociales que se expresan en una particu- vación de los ecosistemas forestales por los lar combinación de interacciones y prácticas diversos intereses productivos, económicos relacionadas entre sí, con el objeto de obtener y sociales presentes en cada lugar. En el Eji- productos forestales y servicios ambientales do Ajijic del estado de Jalisco, se ha logrado de muy diverso tipo; de acuerdo al poten- después de 5 años de trabajo constante una cial y usos que de"ne cada especie forestal o conciencia ambiental social más arraigada a los "nes para los cuales se promueven los y comprometida, producto de las acciones desarrollos forestales. Para Briceño (2000), de planeación, reforestación y conservación este conjunto de interrelaciones tiene una emprendidas en sus áreas forestales (Reyes y ubicación espacial y territorial de"nida, con D’Acosta, 2012). Por el anterior panorama y características particulares y propias de tipo: la complejidad para resolver la problemática ecológica, socio cultural, histórica, tecnológi- de reforestación de enormes super"cies en ca y económica, constituyendo un complejo México se propone la implementación del genérico-genésico, que al mismo tiempo que sistema “Doble Trasplante. particulariza actividades forestales especí"- cas, re!eja sus orígenes, evolución y tenden- El sistema “Doble Trasplante” incluye cias, expresados en los complejos paisajes fo- seis etapas bien de"nidas y comprenden: a) restales a los que da lugar. Producción de la plántula en viveros inten- sivos tecni"cados, b) Acondicionamiento Estos factores e interrelaciones, facilitan de la planta en un vivero volante (primer la planeación de la reforestación y la im- trasplante), c) Preparación del sitio por re- plementación de la propuesta “Doble Tras- forestar, d) Establecimiento de los árboles plante”; además de considerar cuales son en campo o reforestación propiamente di- los elementos materiales físicos, biológicos, cha (segundo trasplante), e) Seguimiento y humanos y conceptuales de entrada al sis- mantenimiento de la misma y "nalmente, f) tema y cuales serán las salidas del mismo, Evaluación de los resultados del proceso. principalmente los denominados servicios ambientales o las externalidades económi- cas del mismo. PRODUCCIÓN DE LA PLANTA FORESTAL: En estos casos, la participación social “DOBLE TRASPLANTE” del sector público y privado, así como los En la producción de planta forestal, es im- diferentes niveles de participación guberna- portante considerar los bene"cios que otor- mental, es sumamente importante y efectiva gan los sistemas modernos; por lo tanto, se cuando se realiza de manera coordinada y 230 Recursos Forestales en el Occidente de México debe realizar por producción masiva, ya que principalmente en Canadá y Estados Unidos garantiza la obtención de una enorme can- (Oregón), han sido exitosos en la reforesta- tidad de árboles de buena calidad. Estos sis- ción directa debido a las condiciones edafo- temas son los más apropiados, ya que hacen climáticas particulares que a estas latitudes un uso e"ciente del espacio y puede cubrir se presentan (Rose y Hasse, 1995; Dumroese la gran demanda de planta para la refores- et al., 1998). tación de toda una región. Por otro lado, en La especie forestal a producir, deberá ser este tipo de sistemas ya se tienen bien esta- la indicada para cada sitio en particular, en blecidos los protocolos de producción y las este sentido es importante considerar la per- acciones técnicas requeridas para cada uno tinencia de colectar germoplasma del mismo de ellos por tipo y especie de árboles que sitio que se pretende recuperar. Sin embargo, producen; desde los procesos pre germi- se podrá enriquecer el sitio forestal con indi- nativos, la siembra, el repique, el riego, la viduos de la misma especie, cuyas plántulas fertilización; haciendo uso de la tecnología se hayan originado de semillas recolectadas y teniendo medidas de control, los cuales de otros sitios a partir de individuos con me- pueden variar desde los semi-tecni"cados jores características genotípicas y fenotípicas hasta los automatizados y controlados por a los que se encuentran en dicha área y que al sistemas de computo. Se caracterizan por te- momento de su establecimiento, promoverán ner diferentes áreas en las instalaciones y la la mejora de la masa arbórea. producción de planta se mantiene bajo con- diciones de invernadero o cuando menos Otro punto de gran importancia pero siempre bajo algún tipo de cubierta princi- poco atendido en la implementación de re- palmente de malla sombra; además, por el forestaciones con "nes de conservación, son uso e"ciente de espacio al utilizar charolas las plantaciones mixtas; estableciendo indi- de poliestireno de cavidades con diferente viduos de diversas especies acorde a cada capacidad y diseño (Figura. 2.2.2 A y 2.2.2 lugar, sobro todo en ecosistemas tropicales B). Estos sistemas, diseñados y utilizados donde la diversidad de árboles es mayor y

Figura 2.2.2A. Charola de producción de plántula foresta Figura 2.2.2B. Vista del vivero de producción intensiva de plántula f Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 231 de gran importancia conservar estas abun- ACLIMATACIÓN Y ADAPTACION DE ÁRBOLES dancias entre especies, por lo tanto es de EN VIVERO VOLANTE gran relevancia incrementar la diversidad de especies producidas en los viveros insti- Uno de los puntos claves en el “Doble Tras- tucionales atendiendo la gran diversidad de plante”, es sin duda la necesidad de aclima- nuestro país. tar, adaptar y lograr un mejor desarrollo de las plantas que serán utilizadas en el progra- En los casos en donde la afectación ha ma de reforestación, esta acción constituye sido tan severa que se ha perdido o modi"- el primer trasplante. Para lo cual será nece- cado drásticamente la masa forestal, después sario instalar un vivero volante (temporal) o de una adecuada valoración ecológico am- incluso semipermanente (dependiendo del biental, se podrá proponer el re-estableci- objetivo y magnitud de la reforestación o los miento de especies originales que ya se han años de trabajo requeridos para cubrir una perdido y que eran propias de ese sitio fo- determinada super"cie), éstas instalaciones restal y tipo de vegetación (CONANP, 2006; se utilizan por un periodo de 12 a 24 meses, López y Rivera, 2010). donde se induce la aclimatación, adaptación La evaluación de la calidad de planta y desarrollo secundario de las plántulas fo- forestal en este modelo es imprescindible y restales cultivadas en los viveros de produc- los factores que proponemos evaluar en di- ción masiva, hasta que son establecidas en ferentes especies para obtener información campo. para cada grupo son a) de tipo morfológicos: Se cultivan en contenedores de polipro- Altura de planta, diámetro de tallo, volumen pileno adecuado en forma y tamaño para foliar y radical, biomasa foliar y de raíz, ín- la especie en cuestión. Las condiciones del dice de dickson, índice de tallo-raíz e índice vivero y la necesidad de uso de coberturas de robustez y b) de tipo "siológicos: grado (plástico, malla sombra, cubiertas con ma- de micorrización, contenido nutrimental y teriales naturales) también dependerá de las estrés hídrico. De ser posible, evitar la ex- necesidades de cultivo de la especie y las fa- tracción de la planta y su empaquetamiento cilidades del lugar (Figura 2.2.3 A Y 2.2.3 B). con otras seis u ocho plantas más, en virtud del primer estrés que este produce, o en su Esta condición de aclimatación puede caso evitarlo al máximo, mediante proto- implicar la suspensión paulatina del riego colos bien de"nidos por especie y por vive- o de la fertilización para ir acondicionando ro; cuando sea el caso, preferentemente esa los árboles a las condiciones naturales que planta deberá ser alojada en una sitio fres- tendrán en el sitio de reforestación (Bernao- co y a la sombra. En caso contrario realizar la, 2012). En este sentido, hace falta mucha surcos para colocar los paquetes, arroparlos información cientí"co-técnica, para de"nir con suelo (tierra) o sustrato y humedecerlos el tipo de estrés y nivel de plasticidad para constantemente, sin aplicaciones excesivas cada especie (sobre todo mexicanas) al que de agua; en caso necesario colocar malla deberán someterse las plántulas antes de su sombra de 50%. paso al sitio de"nitivo de reforestación con 232 Recursos Forestales en el Occidente de México lo que se espera mejorar sustancialmente su De igual manera, la aplicación de fertili- sobrevivencia y buen establecimiento. zantes orgánicos o minerales, responderá a las necesidades y demanda reportada para En el contenedor individual se podrá uti- la especie de interés, considerando que si la lizar suelo del lugar o mejorado con mezcla fertilidad química del suelo por reforestar de insumos orgánicos y en algunos casos será es muy pobre, será mejor ir disminuyendo mejor continuar con el sustrato utilizado en la dosis paulatinamente, hasta suspender su la etapa de producción o de otro tipo de ma- uso unos dos meses antes de su estableci- terial económico. Esto tendrá también que miento en campo (Sigala, 2009). responder a las condiciones edá"cas del sitio a reforestar (fertilidad física, química y bio- Además de la necesidad de aclimatar los lógica), si son de baja calidad, tratar de que árboles, el factor económico y de logística el cepellón del árbol lleve mejores condicio- son determinantes para de"nir el lugar para nes para que su sobrevivencia y proceso de la instalación del vivero volante o de transi- establecimiento sea más fácil en los siguientes ción, por lo que deberá ser lo más cercano dos años de implantados (Bernaola, 2012). posible al sitio por reforestar, preferente- mente con acceso a energía eléctrica, agua En la elección del tamaño del contene- y con protección; ya que se debe evitar al dor, considerar que sitios a reforestar con máximo los costos y complicaciones de tras- precipitaciones menores a 800 mm año1 y lado; considerando que el movimiento de poca humedad ambiental, deben ser máxi- planta pequeña de las charolas a éste tipo de mo de 1 l, puesto que no se cubrirá la de- manda de agua disponible para árboles de este tamaño en la época seca por estiaje, en sitios con mejores condiciones de humedad edá"ca, ambiental y mayor presipitación, se podrá utilizar contenedores de mayor tama- ño de 2 a 5 l.

Figura 2.2.3 A. Contenedores de la empresa Inovaciones In- ustriales y Forestales de 5 l. y 1 l. (Tamaño no real) Figura 2.2.3 B. Vista del vivero volante. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 233 instalaciones, no implica gran di"cultad y se nivel, presas "ltrantes de piedra acomodada realiza a costo mínimo; pero cuando se tra- en cauces de arroyos; y en algunos sitios rea- ta de árboles en contenedores individuales y lizar y preparar la cepa: terrazas individua- con un volumen de sustrato o suelo mayor, les, la aplicación de insumos al suelo como el costo y la di"cultad de traslado se eleva fertilizantes, mejoradores orgánicos u otros enormemente. materiales, etc. En este sentido, es de gran utilidad el manual de obras y prácticas para la protección, restauración y conservación PREPARACIÓN DEL SITIO A REFORESTAR Y de suelos forestales (CONAFOR, 2007), en OBRAS DE CONSERVACIÓN DE SUELO donde se describen de manera muy sencilla Una de las primeras actividades antes de dichas acciones; a) obras para el control de pensar en la producción de la planta forestal; erosión en cárcavas: presas de diferente tipo será de"nir el objetivo de la reforestación y dependiendo la necesidad, las mas utiliza- evaluar las condiciones del área por refores- das son presas "ltrantes de piedra acomoda- tar; no es lo mismo un sitio conservado y da y de ramas o material vegetal; b) obras que necesita solo enriquecer la masa forestal, en taludes, sobre todo para la protección y que un sitio que ha sido impactado drástica- conservación de caminos y c) obras para el mente por aprovechamiento, desmonte, tala, control de la erosión laminar: terrazas in- sobrepastoreo, problemas de enfermedades dividuales y barreras de piedra en curvas a o plagas, erosión, incluso o principalmente nivel, zanjas trincheras, zanja bordo y bor- en México, por incendio forestal. dos en curva a nivel; además de d) prácticas vegetativas, como la implementación de sis- Como se ha mencionado, un análisis de temas agroforestales y el enriquecimiento de sistema nos permitirá plani"car y abordar acahuales. Estas acciones de mejoramiento de manera más adecuada la reforestación, de la calidad de la cepa, se recomienda reali- propia para cada condición. En este senti- zar al menos un año antes a la reforestación; do y considerando que la gran parte de las lo que signi"ca un proceso de al menos tres áreas forestales de México que requieren re- años para establecer los árboles y de ahí unos forestaciones con "nes de conservación, se cinco más para poder reconocer cambios encuentran en sitios muy devastados y con y evaluar los resultados de la reforestación. pendientes pronunciadas; será importante Desafortunadamente los aspectos políticos y planear actividades para establecer previa la presión social en muchos casos apresuran o paralelamente un manejo del suelo (CO- el proceso, lo que ocasiona un menor éxito. NANP, 2006). Cuando existe alto riesgo de Con reforestaciones sucesivas y con el tiem- que se presente un problema de erosión po requerido, se puede incrementar el costo elevada; lo primero es promover la conser- real, pero el bene"cio y bienes recibidos es vación de ese recurso, antes de pensar en mayor (CONANP, 2006; PRONARE, 1990). reforestar; mediante la ejecución de obras En la mayoría de los casos, una reforestación de conservación de suelo, tales como: zanja masiva exitosa de más de 15 o 20 mil plan- bordo, línea de piedra acomodad en curva a tas, requiere de una adecuada planeación y 234 Recursos Forestales en el Occidente de México coordinación entre la parte técnica y la par- se requiere, siguiendo la curva de nivel. te bene"ciaria o ejecutora, para lograr los Este método funciona en terrenos con resultados esperados o comprometidos; ya pendientes de hasta el 12%, debido a que que en la práctica no es nada fácil. Un as- no controla el escurrimiento super"cial pecto primordial, son los costos requeridos en pendientes mayores. para lograr cubrir los jornales necesarios Zanja trinchera. Consiste en abrir zanjas y para este tipo de actividades, para lo cual se bordos en forma discontinua sobre cur- requiere hacer un uso e"ciente de los recur- vas de nivel, tal discontinuidad forma un sos disponibles para ello y nunca compro- dique divisor entre zanja y zanja. Para su meter mas de lo que es posible cumplir. establecimiento, son necesarios los si- guientes pasos: ESTABLECIMIENTO DE LA REFORESTACIÓN Calcular la pendiente media del terreno a La reforestación propiamente dicha, constitu- reforestar, el espaciamiento entre bordos de- ye nuestro segundo trasplante y ésta se debe termina las dimensiones de la zanja y bordo, llevar a cabo con los protocolos que se tienen tal como se procede a continuación con los para ello; es importante mencionar que exis- siguientes datos: ten numerosos sistemas de plantación y de- • Pendiente del terreno. pendiendo del objetivo y tipo de reforestación, • Valor máximo de lluvia en el área de es el empleo del sistema más adecuado para plantación. nuestros propósitos, al igual que en la etapa anterior la planeación es sumamente impor- • Porcentaje de erosión en el área. tante; pero la realización de las acciones puede • Coe"cientes de escurrimientos en el área. variar en dependencia de las condiciones del • Trazado de las curvas de nivel a equidis- sitio y lo cual se deberá considerar al momento tancias de ½ del espaciamiento calculado. de realizar dichas actividades. Las zanjas se construyen en forma dis- Algunos ejemplos de métodos de planta- continua sobre una curva de nivel, pero se ción son los siguientes (Pierre, 1996): debe procurar que la proyección de un tra- Pala pocera. Consiste en abrir las cepas con mo de zanja coincida con un tramo ciego de el instrumento del mismo nombre y a las la siguiente curva aguas abajo. distancias predeterminadas. Una parti- Independiente de la profundidad de cularidad de este método es que requiere plantación, cada zanja debe tener 2,5 metros aplicarse en terrenos forestales no muy de largo y una separación entre zanjas que compactados. puede variar de 0,5 metros hasta 2,5 metros Cepa común. En este método se abre una como máximo. oquedad para colocar la planta. Las di- Sauceda 1. Consiste en trazar bordos sobre mensiones mínimas son de 30 x 30 x 30 curvas de nivel y a equidistancias dadas cm, y las distancias varían según lo que por la pendiente. Aguas arriba del bordo Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 235

Figura. 2.2.4. Sauceda 1 (Pierre, 1996). Figura 2.2.5. Sauceda 2 (Pierre, 1996).

y a ambos lados de la cepa, se abren zan- ma de seguimiento y en lo posible conside- jas de 0,8 metros de largo por 0,5 metros rar económica y técnicamente acciones de de ancho y con una profundidad de 0,4 mantenimiento de la misma. En este sentido metros, la cual va disminuyendo gradual- y considerando las condiciones edafo-cli- mente conforme se aleja de la cepa, has- máticas de los sitios forestales que requieren ta llegar a cero. Esta modalidad permite este tipo de sistemas en México, en el IN- aprovechar los escurrimientos y controla FOR (1999) recomiendan la aplicación de la erosión hídrica, por lo cual se reco- por lo menos un riego de auxilio durante la mienda utilizarla en las zonas templadas, temporada de estiaje, ya que representa la áridas y semiáridas del país (Figura 2.2.4). única oportunidad de supervivencia de un mayor número de individuos, facilitando su Sauceda 2. Consiste en trazar bordos sobre arraigo al suelo curvas a nivel, plantar aguas arriba del bordo y abrir una zanja de forma circu- Respecto a la aplicación de insumos lar alrededor de la cepa. Las dimensiones fertilizantes en las plantaciones forestales, de la zanja son de 0,5 metros de ancho y es muy recomendable en sitios donde se profundidad constante de 0,4 metros en ha practicado la agricultura durante largo toda la zanja. Por su diseño es funcional tiempo y que podría presentar de"ciencia en zonas áridas, semiáridas y templadas de nutrientes. Esta actividad se debe realizar del país (Figura 2.2.5). desde la fase de establecimiento de la planta- ción (durante los primeros 3 años de la plan- tación), hasta árboles en pleno crecimiento MANTENIMIENTO Y PROTECCIÓN DE LA de 3 a 8 años, después de ese tiempo los in- PLANTACIÓN dividuos son autosu"cientes en la absorción En cualquier programa de reforestación es de nutrimentos. Hay 2 clases de fertilizantes: de suma importancia considerar un progra- los orgánicos y los minerales. Los orgánicos 236 Recursos Forestales en el Occidente de México se producen del material vegetal descom- SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DEL PROCESO puesto o de excremento de animales. Los El objetivo de evaluar un área reforestada re- minerales generalmente son abonos indus- cientemente, es conocer su condición actual, triales o químicos que se encuentran en el el potencial y estado integral del arbolado. mercado de manera comercial en diferentes De"nir los alcances de la evaluación de la presentaciones, por ejemplo la cal dolomita, plantación no siempre es una actividad sen- el yeso y la roca fosfórica (FONAM, 2007). cilla y debe considerar elementos importan- Una actividad importante en el segui- tes (tiempo requerido, los costos implicados, miento de la reforestación, tomar medidas calidad y cantidad de información preten- de protección para prevenir incendios fo- dida). Debe realizarse preferentemente de restales como la construcción de una brecha manera multi e interdisciplinaria, conside- cortafuegos de al menos 8 m de ancho en rando a especialistas y personal con expe- el perímetro de la plantación y hacer con- riencia en campo. La cantidad y calidad de ciencia entre la comunidad para que evite información que se genera, constituirá una quemas cercanas. la vigilancia y detección herramienta imprescindible para la toma oportuna de plagas o enfermedades, que de decisiones en futuras acciones (Torres y permita en el corto tiempo, tomar alguna Magaña, 2001). Murillo y Camacho (1997) medida de control o aplicación de algún proponen una metodología para "nes de producto químico o natural que sirva para evaluación de la calidad de plantas recién erradicar y disminuir su impacto sobre la establecidas, dependiendo del objetivo de reforestación. Por ejemplo en caso del Pinus dicha evaluación, donde la supervivencia es hartwegii, esta siendo atacada por el descor- la principal variable a evaluar, ya que nume- tezador Dendroctonus Adjunctus, causando rosos estudios han probado que una mayor la muerte de la planta, para ello se recomien- calidad de planta (tanto morfológica como da monitoriar las plantaciones establecidas "siológica) en vivero aumenta la supervi- pues un desbalance nutrimental puede con- vencia en campo (Oliet et al., 2005; Puér- tribuir al ataque de esta plaga (Perez, 2010). tolas et al., 2003). Además permite obtener una medida cuantitativa del éxito de la plan-

• Cuadro 2.2.1. Datos de estación meteorológica del Nevado de Colima

Temperatura anual (°C) Año Precipitación Anual (mm) T° promedio T° mínima T° máxima 2008 626.8 6.27 1.80 8.80 2009 479.1 6.49 1.38 10.98 2010 370 6.61 - 4.25 12.28 2011 430 NR NR NR Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 237

• Cuadro 2.2.2. Análisis químico y físico del sustrato de las charolas y contenedores y del suelo del sitio de reforestación

Propiedades químicas del sustrato y suelo Propiedades Sustrato Suelo Referencia Textura NR Arena migajosa Ph 6.9 5.4 5.5 - 7.5 CE (Ms/Cm) 0.2 0.0 0 – 2 MO % 26.2 1.7 3.5 – 6 C.I.C (meq/100g) 9.1 6.1 0.3 – 10 Nitrógeno 0.18 0.09 0.11 - 0.2 Fosforo (ppm) 12.5 15.0 17 -24 Potasio (Mg/100Gr) 6 6.6 22 -34 Magnesio (Mg/100Gr) 4.8 4.91 18 -30 Calcio (Mg/100Gr) 80.5 45.55 200 -280 Manganeso (KG/HA) 5.5 3.5 9 – 27 Boro (PPM) 0 0.7 0.5 – 2 Fierro (KG/HA) 3.5 4 – 18 (Donde: NR: No registrado, CE: Conductividad eléctrica, MO: Materia orgánica y C.I.C.: Capacidad de intercambio catiónico) tación bajo la in!uencia de los factores del Estudio de caso: reforestación sitio (CONAFOR, 2011). En todos los casos de pinus hartwegii en el parque será de gran relevancia una evaluación de tipo económica (relación bene"cio-costo), nacional nevado de colima en donde se considere a los costos unitarios como base de la valoración. Sabemos que INTRODUCCIÓN existen numerosos bene"cios intangibles o difícilmente cuanti"cables económicamen- El presente estudio constituye un ejemplo te, tales como los servicios ambientales y las metodológico de implementación del siste- externalidades positivas, sobre todo por su ma “Doble Trasplante” para la producción efecto a mediano y largo plazo; aun así, será de especies forestales con las características de gran relevancia considerar al menos la necesarias para una reforestación exitosa y supervivencia como un factor de bene"cio su establecimiento en campo con excelen- importante y relacionarlo con costo unita- tes resultados. Se describe el manejo de las rio de producción, con el "n de comparar el plantas desde su germinación, aclimatación porcentaje de supervivencia con los diferen- y establecimiento en sitios de plantación tes sistemas de producción (Bernaola, 2012). que presentan condiciones edafo-climáticas 238 Recursos Forestales en el Occidente de México

Vivero de producción 8 meses

Vivero volante

Características: • Vol. del cont.: 165 cm3. • Altitud: 1543 m.s.n.m. • Sustrato: Corteza de pino. Campo Características: • Vol. del cont.: 5 L. • Altitud: 3000 m.s.n.m. • Sustrato: Corteza de pino.

12 meses

Características: • Altitud: >3000 m.s.n.m. • Condiciones edafoclimáticas especiales.

Figura 2.2.6. Descripción del sistema doble trasplante Pinus hartwegii. especiales en el Parque Nacional Volcán Ne- Con el objeto de incrementar el porcenta- vado de Colima (cuadro 2.2.1 y 2.2.2), in- je de sobrevivencia como se ha mencionado, cluso para sitios que presentan problemas se requiere contar con plantas que presen- de sobrevivencia y éxito de sus plantaciones ten parámetros de calidad y características (Bernaola, 2012). morfológicas adecuadas (tamaño, forma y estructura), y "siológicamente adapta- das (funciones y procesos vitales apropia- MATERIALES Y MÉTODOS dos para una buena nutrición y desarrollo) En la "gura 2.2.6 se muestra con imágenes el (Duryea, 1985; Prieto y Alarcón, 1998; Ro- diagrama del proceso implementado. dríguez, 2008). En este caso, fue necesario utilizar plantas cultivadas en contenedores Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 239

• Cuadro 2.2.3. Características morfológicas que deben presentar plantas del genero Pinus en vivero para reforestación (Bernaola, 2012).

Características morfológicas Descripción Altura Promedio a 15 cm. Diámetro de cuello Promedio a 11 mm. Volumen foliar Promedio a 40 cm3 Volumen radical Promedio a 18 cm3 Índice de Dickson Promedio 3.6 Índice de tallo raíz Promedio 2.1 Índice de robustez Promedio 1.4 Grado de micorrización 4 a 5 grados (80 a 95 %) Contenido nutrimental Valor aproximado a Anexo 1 individuales con dimensiones mayores a las llevadas a campo estuvieran en mejores con- cavidades de las charolas, por la baja calidad diciones y aclimatadas, tuvieran un mayor de suelo que presentan las áreas reforestadas tamaño, un sistema radical más vigoroso, (doble trasplante), los contenedores generan tallo más ligni"cado con mayor resistencia y un mayor volumen radical y ámbito de ex- área foliar más activa (cuadro 2.2.3). En los ploración, proporcionando tolerancia al es- sitios de reforestación se realizaron algunas trés del trasplante, mayor oferta de agua y de prácticas de conservación de suelo y se esta- nutrientes requeridos para un buen estable- bleció la plantación en curvas a nivel y con cimiento y desarrollo (Rose et al., 1991). el sistema de terrazas individuales por árbol (Bernaola, 2012). Además fue necesario aclimatar dichas plantas a las condiciones ambientales pre- Después de dos años de establecimiento, sentes en el Parque donde se establecería se evaluó la calidad de plantación y de los dicha plantación, dado que en la mayoría de individuos utilizando la metodología pro- los casos, las plantas son producidas en con- puesta por Murillo y Camacho (1997). diciones climáticas diferentes e incluso más favorables a las que tendrán en campo. Para ello fue necesario instalar un vivero volante, RESULTADOS Y CONCLUSIONES el cual se ubica cerca del sitio de plantación, El porcentaje de sobrevivencia de los árboles lugar donde se hace el trasplante de las plan- provenientes del “Doble Trasplante” fue de tas producidas en vivero de producción ma- 94% y las plantas mostraron los siguientes siva (charola) a contenedor individual de 5 parámetros de calidad: 86 % de plantas re- litros, utilizando corteza de pino composta- sultaron de muy buena calidad, 8% de buena da como sustrato. En dicho lugar las plantas o aceptable calidad y solo un 6% plantas de permanecieron durante 8 meses, sometidas mala calidad. Por el contrario, la sobrevi- a las condiciones ambientales propias del vencia de los árboles establecidos de manera lugar, logrando que las plantas antes de ser directa del sistema de charola fue de tan solo 240 Recursos Forestales en el Occidente de México

a

b

c

Figura. 2.2.7. Diferencias morfológicas de las plantas: A) planta con dos años de establecimiento en campo, proveniente de charola; B)plántula obtenida de charola para reforestación directa; C) individuo a dos años de establecimiento en campo proveniente del Doble Trasplante. el 13% y de los cuales el 87% son de mala ca- ción en campo con base a 5 ha (CONAFOR, lidad y solo el 13% de buena calidad; además 2003), donde el sistema doble trasplante ob- se presentaron problemas de hongos "topa- tuvo una relación BC más factible y cercana tógenos en estos arboles de mala calidad a 1 (0.9) en comparación al obtenido por la (Phytium sp., Rhizoctonia sp. y Phytophthora reforestación directa que fue de tan solo 0.1. sp.) (Figura 2.2.7). Aunque este valor de 0.9 no resultó mayor a uno 1, es debido a que se valoró un solo be- Al concepto de calidad, se le sumó la Re- ne"cio ambiental, pero si añadimos los de- lación Bene"cio-Costo (BC) que nos facilita más bene"cios ambientales (PRODEPLAN, valorar el costo de oportunidad del capital. 2003), no hay duda que este valor sería ma- Protti (1982) indica que la regla de decisión yor a uno. en este indicador "nanciero establece que el proyecto o propuesta de inversión se consi- dera aceptable cuando la relación BC>1. En CONCLUSIONES el presente estudio se considero únicamen- te el porcentaje de sobrevivencia en campo, I. El sistema forestal “Doble Trasplante” es como único factor de bene"cio (ambiental) una técnica viable para la producción de y el costo la producción en vivero e instala- plantas de Pinus hartwegii Lindl., para Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 241

el programa de reforestación del Parque LITERATURA CITADA Nacional Volcán Nevado de Colima con Bernaola R. 2012. Evaluación del sistema de doble tras- la "nalidad de garantizar una mayor su- plante de Pinus hartwegii para la restauración de suelos en el Parque Nacional Volcán Nevado de Co- pervivencia en campo. lima. Tesis de Maestría. Departamento de madera II. El sistema “Doble Trasplante” mejora la Celulosa y Papel, Universidad de Guadalajara, Ja- lisco, México. calidad morfológica y "siológica de las Briceño M. 2000. Las Foresterías del Nuevo Milenio. Insti- plantas en comparación al sistema de tuto Forestal Latinoamericano. Mérida. (En prensa). producción “tradicional”, las cuales son Programa Nacional de Reforestación. PRONARE. reforestadas de manera directa sin previa 1990. Deterioro, restauración y fomento forestal. aclimatación. Capitulo 4. México. Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegida. III. La evaluación nutrimental de las plan- CONANP. 2006. Programa de conservación y ma- tas del sistema “Doble Trasplante” en su nejo parque nacional volcán nevado de colima. Di- rección general de manejo para la conservación paso a campo, mostró una ligera dismi- (CONANP), Dirección regional occidente (CO- nución de su concentración macronutri- NANP) y Dirección ejecutiva del parque nacional mental y mantuvo constante los valores volcán nevado de colima. México. de microelementos. Comisión Nacional Forestal. CONAFOR. 2003. Proce- dimientos y cálculos básicos, útiles en la operación IV. Las plantas del sistema tradicional pre- de viveros que producen en contenedor. Dirección sentaron valores constantes en la concen- General de Comisión Forestal y Coordinación Ge- neral de Conservación y Restauración. tración de macroelementos y un ligero Comisión Nacional Forestal. CONAFOR. 2007. Pro- incremento en la concentración de mi- tección, restauración y conservación de suelos fores- cronutrientes de vivero a campo. tales. Manual de Obras y Prácticas. CONAFOR. México. 298 p. V. La colonización micorrítica en las plantas Comisión Nacional Forestal. CONAFOR. 2010. Eva- del sistema Doble Trasplante y tradicio- luación externa de los apoyos de reforestación en nal, presentó valores óptimos, tanto en México el 2009. Dirección General de Comisión Forestal y Universidad autónoma de Chapingo. vivero como en campo, pero la diferen- México. cia en las plantas reforestadas a dos años, Comisión Nacional Forestal. CONAFOR. 2011. Pro- fueron de más del 40% mejor en las de grama para el desarrollo de plantaciones comercia- doble trasplante. les ejercicio 2003. Dirección General de Comisión Forestal y Universidad Nuevo León. México. VI. La relación bene"cio-costo del sistema Dumroese, R. K., T. D. Landis, and D. L. Wenny. 1998. de producción “Doble Trasplante”, resul- Raising Forest Tree Seedlings at Home: Simple Me- tó ser una propuesta de inversión eco- thods for Growing Conifers of the Paci!c Northwest from Seeds. Contribution Number 860. Idaho Fo- nómicamente factible en comparación rest Wildlife and Range Experiment Station. USA. al sistema de producción tradicional de 54 p. trasplante directo de charola a campo. Duryea, M. L. 1985. Evaluating seedling quality: Im- portance to reforestation. In: Duryea, M. L. (ed.). Evaluating seedling quality: principles, proce- dures, and predictive abilities of major test. OreOre-- gon State University, Corvallis. pp: 1-4. 242 Recursos Forestales en el Occidente de México

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• Anexo 1. Concentraciones óptimas por nutrientes en el follaje de coníferas (Landis, 1985)

Nutrimento Concentración*

Macronutrimentos Nitrógeno 1.3 a 3.5 Fósforo 0.2 a 0.6 Potasio 0.7 a 2.5 Calcio 0.3 a 1.0 Magnesio 0.1 a 0.3 Azufre 0.1

Micronutrimentos Fierro 0.006 a 0.020 Cloro 0.01 Manganeso 0.005 a 0.025 Zinc 0.002 a 0.015 Boro 0.002 a 0.010 Cobre 0.0004 a 0.002 Molibdeno 0.00001 a 0.0005 244

2.3 Evaluación en vivero de Pinus hartwegii Lindl. en el Parque Nacional Volcán Nevado de Colima

Rosario M. Bernaola Paucar, Eduardo Salcedo Pérez, Porfirio Gutiérrez González, Victor Manuel Ordaz Chaparro, Ramón Rodríguez Macías, J. Francisco Zamora Nátera.

RESUMEN En el presente estudio se evaluó el efecto del volumen de contenedor en la calidad de planta y micorrización de Pinus hartwegii Lindl., cultivado en tres diferentes tipos de contenedor. Se analizaron las características morfo- lógicas de plantas producidas en contenedores de 0,160 L, y otras que fueron trasplantadas a contenedores de 1 L y 5 L, todas con una edad de 20 meses. El volumen de contenedor resultó tener gran in!uencia en la calidad de planta forestal, mostrando diferencias signi"cativas para todas las variables excepto para la altura, donde los contenedores de 0,160 l y de 1 l fueron estadísticamente iguales; mientras que para el grado de micorrización, el tamaño de contenedor resultó no tener in!uencia. El contenedor de 5 l presentó los mayores valores pro- medio para altura (16,10cm); diámetro (11,35mm); volumen aéreo (40,33cm3) y volumen de raíz (18,86cm3). Asimismo el índice de calidad de Dickson resultó favorable, con un valor de 3,67, tomando en consideración que cuanto más alto es el valor mejor es la calidad de planta. El realizar el trasplante de un contenedor pequeño a contenedores más grandes, pretende favorecer mejor crecimiento y adaptabilidad, lo que resulta congruente con los resultados de este trabajo. Palabras clave: volumen de contenedor, trasplante, índices de calidad, micorrización.

ABSTRACT Cis study evaluated the eFect of container volume in the seedling quality and mycorrhization from Pinus hart- wegii Lindl., cultivated in three diFerent types of containers. Ce morphological characteristics of plants with an age of 20 months produced in containers of 0,16 l and some of 1 l and 5 l were analyzed. Ce container volume turned out to have big in!uence on the seedling quality, showing signi"cant diFerences for all variables except for the height, where containers from 0,160 l and 1 l were statistically the same, while for the micorrhization level the size of the container turned out to have no in!uence whatsoever. Ce 5 l container presented the highest average values for height (16,10m); diameter (11,35mm), aerial volume (40,33cm3) and root volume (18,86cm3). Also the Dickson quality index turned out to be favorable, with a value of 5,09 taking into account that the hig- hest value is better the seedling quality. By making a transplant from a small container to bigger ones favors a better growing and adaptability which is consistent with the study´s result. Key words: container volumen, transplant, quality index, micorrhization. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 245

uando se inicia la plani"cación de un cionado mejores resultados de crecimiento Cprograma de reforestación deben consi- y supervivencia en muchos de los estudios derarse diversos factores: condiciones edá- realizados (Domínguez, 2000). "cas, climáticas y ambientales del sitio por Al realizar un segundo trasplante de las reforestar, la especie a utilizar y su proceden- plántulas, de un contenedor pequeño (cha- cia, el sistema de producción de los árboles rola) a contenedores más grandes (prefe- y sus características al salir del vivero, cono- rentemente individuales) y cultivarlos en cidas como calidad de planta; esta informa- viveros transtorios o volantes, se pretende ción es de suma importancia para cumplir favorecer el crecimiento y adaptabilidad, los objetivos de la plantación. En este senti- mejorando la calidad morfológica y el desa- do, Hobbs (1984) y Landis et al. (1998) men- rrollo radicular. El obtener plantas más re- cionan que se requiere contar con la planta sistentes, adecuadas a las condiciones edafo- adecuada para las condiciones especí"cas a climáticas que tendrán en campo, permitirá las condiciones edafoclimáticas de cada sitio menor porcentaje de mortandad y adecuado de plantación. Al reforestar con plántulas de establecimiento de los árboles reforestados los sistemas actuales de producción forestal (Dumroese et al., 1998, Ritchie, 2002). (intensivos en charola y de bolsa tradicional) y trasplantándolas de manera directa al sitio Por lo anterior, el propósito de este traba- de"nitivo sin considerar los factores men- jo es evaluar el efecto del volumen del conte- cionados de aclimatación y desarrollo, se nedor en las características morfológicas de corre el riesgo de fracasar en la reforestación las plantas al salir del vivero y por lo tanto, (Landis et al., 1998). su calidad de planta, generando información para tomar decisiones al momento de plani- Entre las causas asociadas al alto por- "car y establecer reforestaciones con "nes centaje de mortandad reportado por algu- de restauración de suelo, asegurando mayor nos estudios están inadecuadas prácticas de éxito de sobrevivencia en las plantaciones. cultivo durante su producción en vivero, la baja calidad de planta, la falta de aclimata- ción adaptación previa al establecimiento MATERIALES Y MÉTODOS en campo, la falta de seguimiento y atención El estudio se realizó con plantas de Pinus silvícola durante los primeros dos años de su hartwegii Lindl., producidas en contenedo- establecimiento (Ritchie, 2002). res de 0,160 L (charolas de poliestireno con En las prácticas culturales, el volumen o 60 cavidades), en el Vivero Masvi, situado a tamaño es una de las variables más impor- 1543 m.s.n.m. en San Andrés - Ciudad Guz- tantes al momento de elegir un contenedor. mán, Jalisco. Además, se utilizaron plantas En los contenedores de mayor volumen se de este mismo vivero, pero que fueron lleva- obtienen dimensiones mayores de planta. das al vivero volante “Pico del Águila”, ubica- Por tanto el agua adicional y la mayor can- do en el Nevado de Colima a 3389 m.s.n.m., tidad de nutrientes disponibles en los con- para ser trasplantadas a contendores de ma- tenedores de mayor tamaño han propor- yor tamaño (tubetes de polietileno de 1 y 5 246 Recursos Forestales en el Occidente de México l) y ser cultivadas 1 año más, induciendo así rante 30 min a 90ºC, una vez transcurrido una mejor aclimatación y promoviendo ma- este tiempo, se enjuagan con agua destilada yor desarrollo. Se tomaron al azar 15 plantas y se introducen en una solución de HCl 0,1 por tipo de contenedor, cuyas características N durante 10 minutos, se enjuagan nueva- se describen en el cuadro 2.3.1 mente y se observan en microscopio a 40X. Si se di"culta visualizar la presencia de mi- La calidad de las plantas de cada sistema corrizas, pueden colocarse los trozos duran- fue evaluada separando la parte aérea de la te 5 min en una solución de colorante azul raíz y midiendo las siguientes variables mor- tripán o de lactofenol y se vuelve a proceder fológicas: Altura (cm), diámetro del cuello a su observación. A la presencia fúngica en de la raíz (mm), volumen de la parte aérea y las raíces se atribuye un valor que va de 0 a 5, radicular (cm3) por desplazamiento de agua según Cuadro 2.3.2 (Trouvelot et al., 1986). (Harrington et al., 1994), pesos secos del ta- llo y raíz (g). Con estos datos se calculó el índice de robustez, la relación parte aérea/ RESULTADOS Y DISCUSIÓN raíz y el Índice de Dickson. Para la evaluación de la micorrización se Variables morfológicas seleccionaron aleatoriamente 3 plantas por El volumen de contenedor es un factor que cada tipo de contenedor, procediendo como indiscutiblemente tiene in!uencia en la pro- sigue: la raíz se corta en trozos de 1 cm, se ducción de planta forestal. Como se muestra colocan en una solución de KOH al 10% du-

• Cuadro 2.3.1. Características del material biológico

Edad Tipo de contenedor Volumen de contenedor Ubicación Tamaño de muestra (Meses)

Charola 0,160 L 20 Vivero Masvi 15 plantas

Tubete A 1 L 20 Vivero Volante 15 plantas

Tubete B 5 L 20 Vivero Volante 15 plantas

• Cuadro 2.3.2. Grado de micorrización

Grado de micorrización Porcentaje de micorrización 0 Sin colonización 1 Trazas de colonización 2 Menos del 10% 3 Entre el 11 y 50 % 4 Entre el 51 y 90 % 5 Más del 90 % Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 247

Figura 2.3.1. Resultados de variables morfológicas respecto a los diferentes tipos de contenedor. en la "gura 2.3.1., hay una clara tendencia y el tallo no está ligni"cado, también tendrá hacia el incremento en altura, diámetro, problemas por el viento y la lluvia, por eso es volumen aéreo y de raíz conforme aumen- preferible que al seleccionar la planta en vi- ta el volumen de contenedor. El análisis de vero, tenga la altura necesaria, que le permi- varianza mostró diferencias signi"cativas en ta competir y desarrollarse en campo (Prieto todas las variables morfológicas (p≤0.05), et al., 1999; Maldonado, 2010). excepto para altura, donde las plantas de los El diámetro al cuello de la raíz de las contenedores de 0,160 L y el de 1 L resulta- plantas del Tubete A (9.88 mm promedio) ron estadísticamente iguales. superó a las plantas producidas en charolas Comparando la variable altura, como se (8.28 mm), mientras que el Tubete B alcan- había mencionado, el Tubete A (12,52 mm zó los mayores valores (11,35 mm prome- promedio) y el de Charola (12,76cm) no dio) Esta diferencia en diámetros se debe a presentaron diferencia estadística signi"ca- la acumulación de sustancias de reserva y tiva. El mayor crecimiento en altura se pre- se mani"esta en un aumento del diámetro sentó en el Tubete B con 16,10 mm, supe- del cuello. Las plantas con diámetros gran- rando a los dos anteriores por 3,58 y 3,34 cm des tienden a desarrollar sistemas radicales respectivamente. La altura es un indicador grandes, lo cual produce plantas con mejor de capacidad fotosintética y área de transpi- soporte, mayor aislamiento contra tempe- ración. Sin embargo, si la planta es muy alta raturas extremas y proveen mayor cantidad 248 Recursos Forestales en el Occidente de México de sustancias de reserva, por lo que sufren racterísticas de sus raíces para la absorción menor daño por calor o sequía (Cleary et de agua y nutrientes del suelo. Cuando se al., 1978). Rodríguez-Trejo y Duryea (2003) presenta un mayor sistema radical se tiene encontraron que hay una relación positiva una mayor densidad de raíces "nas, con lo entre la longitud de raíz y el diámetro del cual se aumentan las posibilidades de su- cuello en plántulas de Pinus palustris Mill. pervivencia en campo, ya que explorará una de 12 meses establecidas en campo. extensa área del suelo y se optimiza la capa- cidad de absorber agua y nutrientes (Rose et En cuanto al volumen aéreo que presen- al., 1991; Wenny et al. 1998). tan las plantas producidas en contenedores de 1 L (26.06 cm3 promedio), sobrepasa por casi el doble al contenedor de charola (14.4 Índices de calidad cm3), en tanto que el volumen obtenido en Para los índices de calidad, la comparación los contenedores de 5 L (40.33 cm3 prome- de medias se muestra en el cuadro 2.3.3, dio), es casi 3 veces mayor al de la plantas donde puede observarse que hubo poca producidas en charola. Respecto al volumen diferencia entre los distintos volúmenes de de raíz, los Tubetes A y B, resultaron esta- contenedores; el que mostró mayor diferen- dísticamente similares. El Tubete B obtuvo cia fue el Tubete B que corresponde a los un valor promedio de 18,86 cm3, mientras contenedores de 5 L. que en el Tubete A las plantas lograron un promedio de 15,46 cm3. Estos resultados su- Para el índice de robustez se hace refe- peraron a los obtenidos en las charolas, por rencia a que valores más bajos están asocia- 6,4 cm3, en el caso de los contenedores de 1 dos a mejor calidad de planta, ya que ésta es l; y por 9, 8 cm3, en el caso de los contenedo- más robusta; en cambio, valores altos indi- res de 5 L. Aquellas plantas con mayor vo- can que la planta es más esbelta y que existe lumen radical al momento de la plantación desproporción entre la altura y el diámetro presentan mayores tasas de supervivencia de la planta; generalmente, se recomienda y crecimiento inicial en altura y diámetro que éste sea menor a seis (Prieto et al., 1999). que aquellas con menor volumen radicular. Conforme a lo anterior, las plantas pro- Esto se explica por el hecho de que inme- ducidas en los contenedores de 0,160 L, al diatamente después de establecida la planta tener el valor promedio más alto (1,57), son en terreno, las plantas dependen de las ca- las que mostraron mayor desproporción en-

• Cuadro 2.3.3. Comparación de medias de los índices de calidad de planta

Tipo de contenedor Rel. parte aérea/raíz Índice de robustez Índice de Dickson

Charola 1,53 a 1,57 a 2,36 a

Tubete A 1,63 a 1,30 a 3,47 b

Tubete B 2,11 b 1,42 a 3,67 b Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 249 tre el crecimiento en altura y el diámetro, donado, 2010). Las plantas producidas en los haciéndolas más susceptibles a daños por contenedores de 5 L resultaron tener el valor el viento; seguida de los contenedores de 1 promedio más alto para éste índice, con 3,67, l y de 5 L; sin embargo, todos están dentro y a su vez no tuvieron diferencia signi"cativa del rango recomendado. Las plantas de los (p≤0.05) con las producidas en los contene- contenedores de 1 L resultaron ser las mejor dores de 1 l (3,47 promedio). Este resultado proporcionadas. es útil al inferir sobre la sobrevivencia que las plantas tendrán en campo, ya que se involu- En relación con la distribución de bio- cra una interacción de varias características masa, la mejor calidad de plantas correspon- morfológicas, generando un indicador muy de a un volumen menor en la parte aérea en conveniente del comportamiento en campo a relación con la raíz, que puede garantizar largo plazo (Maldonado, 2010). una mayor supervivencia en campo, por- que se evita que la transpiración de la planta exceda a su capacidad de absorción de agua MICORRIZACIÓN (Mayo, 1984). En cuanto a la evaluación del grado de mi- En este estudio, las plantas producidas en corrización, todos los tratamientos presen- los contenedores de 5 L (Tubete B) obtuvie- taron el 90% de sus raíces micorrizadas; se- ron el mayor valor promedio para este ín- gún el cuadro 2.3.2, corresponde a un grado dice (2,11), repercutiendo negativamente en 5 de micorrización (Figura 2.3.2). Según la relación parte aérea/raíz, seguido por el Perea et al. (2009) señalan que las micorri- contenedor de 1 L y "nalmente por el conte- zas son factores bióticos importantes para el nedor de charola, que obtuvo el menor valor buen desarrollo del Pinus hartwegii Lindl., (1,53), resultando favorable en éste índice. en una evaluación sobre la incidencia de las Algo similar encontraron Pinda-Ojeda et al. micorrizas en esta especie de pino, conclu- (2004), quienes en su investigación sobre la ye que las variables morfológicas (altura y calidad de planta bajo tres sistemas de pro- diámetro de la planta y longitud del sistema ducción: a) contenedor (1+0); b) trasplante radicular) se incrementan según su grado de contenedor-contenedor (1+1); c) trasplante micorrización. Además Egerton et al. (2007) contenedor-raíz desnuda (p+1), hallaron señalan que el movimiento de agua por que la relación peso seco de la parte aérea/ redes comunes micorríticas es potencial- raíz fue más baja en el tratamiento conte- mente importante para la supervivencia de nedor (1.81) seguido por los tratamientos las plantas durante la sequía. Runion et al. trasplante contenedor-raíz desnuda (2.84) (1997) reportaron un alto porcentaje de raí- y contenedor-contenedor (3.02), donde el ces cortas colonizadas por ectomicorrizas en tratamiento contenedor (1+0) presenta el Pinus palustris Mill. con un adecuado sumi- mejor balance entre la parte aérea y la raíz. nistro de agua, en comparación a otro trata- Respecto al índice de Dickson, cuanto miento en donde hubo falta de agua, donde más alto es el valor mejor es la calidad de estos autores registraron menor longitud de planta (Dickson et al., 1960, citado por Mal- raíz y una baja micorrización. 250 Recursos Forestales en el Occidente de México

Vista macroscópica 10XX Vista microscópica 40XX

Figura 2.3.2. Raíz micorrizada del Pinus hartwegii y vista de las hifas micorriticas en la raíz.

CONCLUSIONES aplicar un sistema de producción con doble trasplante para mejorar las características El volumen es un factor de suma importan- morfológicas y la aclimatación al sitio de re- cia al momento de elegir un contendor en forestación, con el bene"cio que esto traería la producción de planta forestal, pues tiene en el éxito de la plantación. gran in!uencia en las características morfo- lógicas deseables a la salida del vivero. A ma- El sistema de trasplante charola-contene- yor volumen de contenedor, el crecimiento dor es una técnica viable para la producción de las plantas es mayor, como se observó en de plantas de Pinus hartwegii en el Nevado los resultados de éste estudio. de Colima, que serán utilizadas para garan- tizar la sobrevivencia y establecimiento en Será conveniente que contenedores mayores campo de las mismas, pues mejora la calidad se utilicen en áreas con mayor precipitación, morfológica y "siológicas de las plantas en mejor calidad de suelo y mayor humedad comparación con las producidas en charo- ambiental en la época seca, de lo contrario la y reforestadas inmediatamente sin previa tanto volumen de raíz será contraproducen- aclimatación. te en ese periodo. En la selección del envase, además de considerar su funcionalidad en el crecimien- LITERATURA CITADA to de las plantas, se debe tomar en cuenta Cleary B., D. Greaves, K. Hermann. 1978. Regenera- también los costos de producción. Sin em- tion Oregon’s Forest. A Guide for Regeneration Forest. Oregon State University. School of For- bargo, en los programas de reforestación, estry. Oregon. 242 p. es necesario revisar la relación del costo de Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 251

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2.4 Importancia de las características físicas y químicas de los sustratos en la producción de plántula forestal

José Justo Mateo Sánchez, Juan Jesús Mejía Soto, Juan Capulín Grande, Leopoldo Mohedano Caballero, Gustavo Alonso López Zepeda.

RESUMEN La producción de planta forestal en vivero de acuerdo con la SEMARNAT para el año 2008, fue de trescientos cincuenta millones de plantas de las cuales el 65% se produjo con sistemas tecni"cados, esto es, en contenedores y utilizando sustratos importados con un costo aproximado de setenta millones de pesos, que representaron una fuerte inversión para el país, lo anterior ha motivado en gran medida, en el desarrollo de sustratos alterna- tivos que sustituyan a la turba (peat moss). El punto de partida para el posible uso de un sustrato nuevo, es la caracterización física y química del mismo. El presente escrito aborda algunas características físicas y químicas importantes de los sustratos: entre ellas están la granulometría, densidad aparente, la porosidad total del sustra- to, la capacidad de retención agua y el potencial osmótico. Las propiedades químicas, la conductividad eléctrica, el pH, nutrimentos disponibles, capacidad de intercambio catiónico y relación carbono/nitrógeno. También se abordan algunos aspectos de los materiales utilizados en la elaboración de mezclas de sustratos, la descripción de algunos materiales utilizados como la turba, el aserrín, la corteza de pino, vermiculita y perlita, se describe la importancia de la fertilización, desglosando los fertilizantes en orgánicos e inorgánicos y funciones de los macroelementos y microelementos. Adicionalmente se incluyen los criterios para evaluar la calidad de plantas en vivero.

ABSTRACT According to the SEMARNAT the production of forest plants in nursery for fall 2005 was 350 millions plants and 65% was produced in containers and using imported substratums with a rough cost of 70 millions pesos. Cis has motivated the study and development of alternative substratums that replace the natural peat moss products but to a lower cost. Ce starting point for a possible usage of a new substratum, are his physical and chemical characteristics. Cis document presents some important physical characteristics of the substratums. A few of them are grain size, apparent denseness, the complete substratum´s porosity, his capacity to retain water and the osmótica potencial. Some of the chemical properties are the electricity conductivity, pH, available nutrients, cation exchange capacity and carbon/nitrógeno relation. Also a a few aspects of the used material to produce substratums mixtures are presented for example peat moss, sawdust, pine bark, vermiculite and perlite, also the importante of fertilization is described by breaking down the organic and inorganic fertilizers, functions of macro and micro elements. Additionally criteria to evaluate the quality of nursery plants are included. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 253

e acuerdo con la Secretaría de Medio instalada total de producción de 560’000,000 DAmbiente y Recursos Naturales (SE- plantas por año. MARNAT) la producción de plantas fo- Considerando una producción nacional restales en México para el año 2008 fue de anual de 350’000,000 árboles forestales y que 350’000,000 de árboles, en los viveros per- un 65% de esta producción se hace bajo el tenecientes a la Comisión Nacional Fores- sistema tecni"cado, esto arroja una cantidad tal (CONAFOR), Secretaria de la Defensa de 227’000,000 plantas producidas utilizan- Nacional (SEDENA), Gobiernos estatales y do sustratos importados como la turba (Peat municipales, organizaciones sociales, e Ins- moss). Si además se considera que el volumen tituciones de Enseñanza e Investigación, en- promedio del contenedor es de 0.14 dm3, se tre otros (SEMARNAT, 2009). obtiene un volumen total de 31 850 m3 de De esta producción de planta aproxima- sustrato utilizado en el sistema tecni"cado. damente el 30% se realiza bajo el sistema de El costo promedio de los sustratos im- producción “tradicional”, es decir, en bolsa de portados es de $2,500.00 m3, que multipli- polietileno, utilizando como sustrato diferen- cado por las necesidades de este material, tes mezclas de suelo forestal, suelo agrícola genera un gasto de $79,625,000 pesos. y otros subproductos como corteza de pino, aserrín compostado, cascarilla de café y ba- Algunos viveristas han comenzado a gazo de caña. Otro 65% de la producción se probar en sus mezclas otros materiales que hace bajo el sistema tecni"cado, donde se puedan brindar a las plantas óptimas condi- usan contenedores de poliéstireno expandi- ciones para su crecimiento. A pesar de que do y plástico rígido, y como sustrato: turba algunos resultados son alentadores, como es (peat moss), perlita y vermiculita. El restante el caso del polvo de coco, la tierra y hojaras- 5% se lleva acabo mediante la técnica de pro- ca de monte aún siguen siendo un material ducción a raíz desnuda, utilizando el propio utilizado en gran escala para elaborar sustra- suelo como sustrato (CONAFOR, 2002). tos. Existen otros materiales a los que se les ha prestado poca o ninguna atención y que El atlas forestal de México (1999) repor- podrían contribuir en forma importante en ta que el país cuenta con 659 viveros de los la elaboración de nuevos sustratos, como los cuales 129 pertenecen a la SEMARNAT, 45 desechos de la industria maderera (corteza a la SEDENA, 122 a gobiernos estatales, 221 de pino, aserrín y viruta) (García, 1999). a organizaciones sociales y 142 a otros como municipios, Secretaria de Agricultura Gana- En un estudio realizado por Mateo dería y Desarrollo Rural (SAGAR), Secreta- (2002), en la producción de plantas de Pi- ria de Educación Publica (SEP), Universi- nus patula y Pinus teocote, se encontró que dades, Comisión Nacional de Zonas Áridas las mezclas que contenían entre 70 y 80% (CONAZA), Instituto Nacional Indigenista de aserrín con fertilizante, produjeron el (INI), Comisión Federal de Electricidad mayor peso seco, altura y diámetro de tallo, (CFE), Secretaria de Desarrollo Social (SE- en ambas especies, al comparar mezclas de DESOL), los cuales tienen una capacidad 10 a 100% de aserrín con tierra de monte; 254 Recursos Forestales en el Occidente de México concluyendo que el aserrín con fertilizan- mezcla fertilizantes solubles de liberación te es un subproducto que se puede utilizar lenta e incluso algún hidrogel para aumen- como sustrato para la producción de planta tar la retención de agua (Ruano, 2003). En forestal; teniendo un alto potencial por ser la formulación de sustratos para plantas en un material ligero, de fácil manejo, relativa- maceta debe utilizarse al menos un 40% de mente barato, con alta retención de hume- componente orgánico (Cabrera, 1996). El dad, buena aereación, libre de metales pesa- medio de cultivo deberá tener una estruc- dos y fácilmente disponible en las regiones tura tal que permita a las raíces penetrar forestales. De igual forma Martínez (2005), ampliamente para extraer su"ciente agua, recomienda que los sustratos compuestos oxígeno y nutrimentos, además deberá te- con mezclas a base de aserrín en combina- ner una densidad aparente que permita ción con otros materiales, producen plantas que la planta permanezca vertical; deberá iguales e inclusive de mejor calidad que las también tener buena humectación aún des- producidas con otros sustratos. Sin embar- pués de haberse secado el contenedor, una go, para entender mejor el uso del aserrín estructura permanente con tasas bajas de crudo como sustrato, es necesario hacer una contracción, y que regule el crecimiento de revisión de algunos conceptos como los que la planta, dándole apariencia compacta, con se detallan a continuación. una adecuada retención de agua y nutri- mentos; así como pureza químico-biológica, bajo costo, homogeneidad, y disponibilidad SUSTRATOS del material a largo plazo, que también son En horticultura un sustrato es cualquier me- criterios importantes para la selección de dio que se utilice para el cultivo de plantas sustratos (García, 1999). en contenedor, debe proporcionar soporte físico al sistema radicular, tener la capaci- Características de los sustratos dad de retener, entre riegos, la cantidad de agua que la planta requiere (Burés, 1997). Los sustratos pueden ser de materiales quí- Propiedades físicas micamente inertes o activos, y pueden o no La estructura física de un sustrato está for- aportar nutrimentos al complejo proceso del mada por un esqueleto sólido que contiene crecimiento de las plantas, deben tener una espacios porosos que pueden llenarse de alta capacidad de absorción y retención hí- agua o de aire, y que corresponden a los es- drica (Cadahia, 1992). pacios entre las partículas de sustrato y den- En la composición de los sustratos se tro de las mismas (Burés, 1997). suelen usar dos o tres materiales, aunque El cuerpo sólido y el espacio poroso de hay viveristas que mezclan hasta seis mate- los sustratos están de"nidos por la natura- riales en diferentes proporciones (turba ru- leza del material y por el acomodo de las bia, turba negra, aserrín, arena, vermiculita partículas. Generalmente se consideran más y perlita). En muchos casos se añaden a la importantes las propiedades físicas de los Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 255 sustratos, ya que una vez seleccionada una García (1999) menciona que para el óp- mezcla de sustratos, como medio de culti- timo crecimiento de las plantas en contene- vo es difícil modi"car su estructura física, a dor es necesario que la distribución del ta- diferencia de su composición química, que maño de poros sea la adecuada, para que el puede alterarse durante el desarrollo de la sustrato retenga cantidades convenientes de planta, mediante el riego y la fertilización. agua y aire. Un alto contenido de partículas Para cumplir correctamente sus funciones grandes proporciona mucho aire a la mezcla de regulación del suministro de agua y aire, mientras, que una mayor cantidad de partí- los sustratos deben poseer una elevada po- culas pequeñas ocasiona una alta retención rosidad y capacidad de retención de agua, de agua. Es necesario considerar que las pro- unidos a un drenaje rápido y una buena ai- porciones “ideales” estarán determinadas reación (Ansorena, 1994). por la especie de planta que se desee cultivar. Las propiedades físicas más importantes Espacio poroso. Los sustratos están forma- que permiten evaluar la capacidad de un dos por la mezcla de partículas o "bras material como sustrato, o comparar diferen- de diferentes tamaños. Cada una de es- tes materiales son: granulometría, densidad tas partículas tendrá en su interior poros aparente espacio poroso total, y densidad de diferentes tamaños, que constituyen real, la porosidad de aireación, la capacidad la porosidad interna o intrapartícula, de retención de agua y el potencial osmótico. dependiendo de la naturaleza del mate- Recientemente la distribución de tamaño de rial. Pero además, quedaran huecos entre partículas y la super"cie especí"ca, han sido las partículas que dan lugar a la porosi- incorporadas en otros trabajos de investiga- dad interpartícula o externa (Ansorena, ción, en el presente no fueron considerados.. 1994). La porosidad externa es la que se genera por el propio acomodo de las par- Granulometría. Las partículas que compo- tículas y depende del modo de empaque- nen los sustratos pueden tener tamaños tamiento, tamaño del contenedor, forma, diversos. La importancia de conocer el tamaño y naturaleza de las partículas. tamaño de las partículas reside en que La porosidad interna depende de la na- éstas de"nen a su vez el tamaño de los turaleza de las partículas, estado e inter- poros situados entre ellas. Normalmente conexión de los poros (Burés, 1997). Los la granulometría se determina por tami- poros internos, generalmente de tamaño zado de muestras de sustrato secadas al reducido, son capaces, en la mayoría de aire o en estufa. Para la caracterización los materiales utilizados como sustratos, de sustratos es frecuente utilizar los ta- de retener agua a tensiones más elevadas maños de malla de 0.125; 0.25; 0.5; 1; 2; que la que determina la altura del sustra- 4; 8 y 16 mm de abertura. Generalmente to. De este modo, un tamaño mayor de se considera que las partículas que pasan partículas y una porosidad interna ele- a través de un tamiz tienen un tamaño vada aseguran un reservorio de agua im- medio igual a la media aritmética de la portante en el sustrato, a la vez que gran abertura de malla (Burés, 1997). 256 Recursos Forestales en el Occidente de México

parte del agua es liberada a tensiones aire tendrá un valor bajo. Cuando el tama- muy bajas. ño de partículas alcance un diámetro mayor a 1 mm, el tamaño del poro y la porosidad Las partículas de mayor tamaño en un de aire se incrementaran considerablemen- sustrato no se agrupan tan densamente como te. Sin embargo, la mayoría de los sustratos las pequeñas; macroporos y microporos tie- para maceta están compuestos por diversos nen una relación complementaria: cuando materiales con un amplio rango de tamaño el tamaño de la partícula se incrementa, los de partículas. microporos decrecen y los macroporos au- mentan. Los materiales orgánicos son usa- Capacidad de retención de agua. Para el óp- dos en los sustratos porque proporcionan timo crecimiento de las plantas en conte- una gran cantidad de microporos, lo que se nedor es necesario que la distribución de traduce en una alta capacidad de retención tamaños de poros sea la adecuada, para de agua, siendo además bastante elásticos que el sustrato retenga cantidades con- para resistir la compactación. Los materiales venientes de agua y aire. Pero no es su- orgánicos tienen, además, una alta capaci- "ciente con que la cantidad total de agua dad de intercambio catiónico y pueden, por contenida en un medio de cultivo sea la consiguiente, retener iones de nutrimentos necesaria para la planta, ya que puede es- contra la lixiviación y proporcionar al mis- tar retenida con una fuerza muy elevada, mo tiempo un amortiguamiento contra los superior a la de succión que es capaz de cambios de salinidad (Ruano, 2003). ejercer la planta (García, 1999). Un sus- trato presenta agua fácilmente disponi- Densidad aparente. La densidad aparente ble cuándo: 1) su porosidad total es alta; (Da) de un sustrato se de"ne como la 2) el porcentaje de partículas entre 0.25 relación entre la masa de una muestra y 0.50 mm es alto; 3) la planta es capaz seca y el volumen del sustrato húmedo, de extraer una parte importante del agua en condiciones estándar previamente es- retenida por el sustrato; 4) la concentra- tablecidas (Bunt, 1988). ción de sales en la solución acuosa es baja Porosidad de aire. La porosidad de aire es y 5) se da una combinación de las situa- la medida de la parte del total de espa- ciones anteriores (Ansorena, 1994). cios porosos ocupados con aire luego de Ruano (2003) menciona que la cantidad que el medio de crecimiento es saturado de agua retenida por un sustrato depende de con agua y facilita el libre drenaje de esta los microporos y del volumen del sustrato (Landis et al., 1990). en el envase. Cuanto menor sea este último, Para materiales que tienen un rango muy mayor será la cantidad de agua retenida por estrecho de tamaño de partículas, es posi- unidad de volumen de sustrato. ble predecir el volumen de los poros gran- Potencial osmótico. El fenómeno de ósmosis des, los cuales crean la porosidad de aire. se presenta cuando dos soluciones acuo- Si las partículas son pequeñas, los poros lo sas de distinta concentración de sales se serán también y por tanto la porosidad de encuentran separadas por una membra- Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 257

na. La tendencia natural es a igualarse dades se mani"estan es a través de variables por difusión, la concentración de las dos del sustrato que in!uyen en el crecimiento soluciones que se ponen en contacto. Se de las plantas como: conductividad eléctri- produce un !ujo de agua desde el lado de ca, pH, nutrimentos solubles, capacidad de la solución más diluida al de la concen- intercambio cationico y relación carbono/ trada. Este !ujo crea una diferencia en- nitrógeno. tre los potenciales del agua hacia ambos Conductividad eléctrica. La conductividad lados de la membrana, que se mani"esta eléctrica o conductancia eléctrica especí- en una diferencia de niveles del líquido "ca es el valor reciproco de la resisten- a ambos lados de ésta, y que se conoce cia eléctrica, que es la resistencia de una como presión osmótica (García, 1999) y columna de líquido de sección 1 cm2 y es muy importante para la asimilación longitud 1cm. La conductividad eléctri- del agua por las plantas. La presión os- ca se expresa en decisimens (dSm-1) o mótica de una solución es consecuencia milimohs (mmhocm-1) y representa, de de la cantidad de sales disueltas que esta manera aproximada, la concentración de contiene y se puede medir mediante el sales ionizadas en la solución del sustrato proceso de conductividad eléctrica. La (Burés, 1997). presión osmótica se determina multipli- cando la conductividad eléctrica por un La asimilación del agua por la planta de- factor universal de 0.36, por lo que una pende fundamentalmente de la conductivi- conductividad eléctrica de 2.0 dS m-1 dad eléctrica del sustrato. Esto signi"ca que provoca una presión osmótica de 0.72 cuanto mayores son las necesidades de agua atm de presión y en este valor la planta para la planta (mayor tasa de transpiración estará en un óptimo de concentración de e intensidad de luz) debe ser menor la con- solución acuosa, a medida que se incre- ductividad eléctrica en el medio de nutri- menta la conductividad eléctrica se re- ción (OIRSA, 2002). duce la absorción por parte de la planta, pH y nutrimentos disponibles. El pH es la por que se incrementa la concentración medida de la acidez o la alcalinidad re- de sales y por lo tanto la planta se esfuer- lativa de una sustancia, con base en una za mas en absorber la solución nutritiva escala logarítmica de 0 a 14; los valores presente en el sustrato. menores a 7.0 son ácidos y los valores superiores a 7 son alcalinos. La compa- Propiedades químicas ración del efecto del pH en la disponibi- lidad de nutrimentos en suelos minerales Las propiedades químicas del sustrato se re- y orgánicos (como en muchos medios de "eren, de manera general, a las reacciones crecimiento en maceta) muestra que la de disolución e hidrólisis de los constitu- máxima disponibilidad de los nutrimen- yentes minerales, el intercambio de iones o tos minerales para suelos orgánicos se da mineralización de la materia orgánica (Bu- en valores de 5.5 y en los suelos minera- rés, 1997). La forma en que dichas propie- les de 6.5 (Landis et al., 1990). Con valo- 258 Recursos Forestales en el Occidente de México

res de pH inferiores a 5 pueden aparecer miento, mientras que cuando se utilizan ma- síntomas de de"ciencia de N, K, Ca, Mg teriales con baja capacidad de intercambio y B. Con valores superiores a 6 se produ- catiónico los fertilizantes se aplicarán sólo a cen problemas en la disponibilidad de Fe, través del sistema de riego (fertirrigación), P, Mn, Zn y Cu (OIRSA, 2002). puesto que el sustrato no es capaz de retener los nutrimentos y por lo tanto, no están dis- El pH afecta al desarrollo de los cultivos ponibles para las plantas. modi"cando las formas asimilables de los distintos elementos nutritivos, de tal modo Relación carbono/nitrógeno. Es importante que un pH adecuado en el sustrato indica el contenido de nitrógeno (N) en rela- que los nutrimentos están en formas. En ge- ción con el del carbono (C) en el medio neral para los materiales orgánicos el mar- de crecimiento. La materia orgánica se gen de pH óptimo se halla entre 5.0 y 5.8 descompone principalmente por la ac- (Burés, 1997). ción de microorganismos. El C es el ma- yor componente de la materia orgánica Capacidad de intercambio catiónico (CIC). (50% o más) (OIRSA, 2002). Es la capacidad de un sustrato para ab- sorber e intercambiar iones. Se expresa La relación C/N se ha utilizado amplia- generalmente en miliequivalentes por mente como indicador del origen, del grado 100 gamos de sustrato. La capacidad de de madurez, y de la estabilidad de la materia intercambio catiónico es la suma de to- orgánica, puesto que su valor nutrimental dos los cationes intercambiables en el depende del material y este valor decrece a complejo de cambio (Burés, 1997). medida que fermenta la materia orgánica; un material composteado presenta valores Valores elevados de CIC son deseables de C/N entre 5 y 30. Una relación C/N infe- para los medios de crecimiento, puesto que rior a 20 se suele tomar como indicadora de mantienen una reserva del potencial de madurez y estabilidad (Burés, 1997). fertilidad que abastece al crecimiento de la planta entre aplicaciones de fertilizantes (Landis et al., 1990). Muchos cationes son Materiales utilizados en la elaboración de sustratos lixiviados debido a los frecuentes riegos a Dado que difícilmente un material reúne que son sometidas las plantas en los viveros por sí solo las características adecuadas para forestales. Ciertos componentes de los sus- las plantas, es una práctica frecuente el uso tratos resisten mejor la lixiviación que otros, de mezclas que permitan satisfacer los nive- en general el valor más alto para la CIC de les de las propiedades físicas y químicas ade- un sustrato es el que presenta mayor resis- cuadas, para el crecimiento de las plantas. tencia a la lixiviación (Ruano, 2003). Los componentes de los sustratos para Burés (1997) menciona que una capa- producción de planta en contenedor más cidad de intercambio catiónico elevada utilizados en los viveros forestales, se pueden incrementa la e"ciencia en la adición de clasi"car en dos grandes grupos: componen- fertilizantes durante el período de manteni- tes orgánicos y componentes inorgánicos. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 259

La clasi"cación que se presenta a conti- genes e incluyen a los suelos naturales. Estos nuación es la propuesta por Burés, (1997). materiales pueden modi"carse ligeramente sin alterar la estructura interna del material, Materiales orgánicos mediante tamizado o fragmentación, o bien a)De origen natural. Están sujetos a descom- pueden transformarse mediante procesos posición biológica y en general, pueden físicos o químicos que alteran las propieda- ser utilizados como sustratos después de des intrínsecas del material de origen. Estos sufrir una serie de procesos biológicos de materiales pueden ser resultantes de otras transformación arti"cial, por ejemplo, actividades (por ejemplo, residuos de mine- mediante el composteo, o bien natural, ría) o bien pueden ser elaborados ex-profeso como el caso de las turbas. para obtener materiales de características b) De síntesis. Son polímeros orgánicos no particulares, por ejemplo perlitas expandi- biodegradables que se obtienen median- das y vermiculitas exfoliadas, entre otros. te procesos químicos, como el poliésti- c) Materiales mixtos. reno o las espumas de poliuretano, que Comprende subproductos minerales de por sus características se han clasi"cado diversas industrias, como los residuos de "l- erróneamente como inorgánicos. tración que suelen ser materiales inorgáni- Según Ruano (2003), los materiales orgá- cos acompañados por residuos orgánicos de nicos son usados en los sustratos porque pro- origen diverso, según el proceso industrial porcionan una gran cantidad de microporos, del cual se derivan. Por ejemplo los mate- lo que se traduce en una alta capacidad de riales que resultan del cribado de las arenas retención de agua. Los materiales orgánicos sílicas y feldespatos en las minas de mate- tienen, además, una alta capacidad de inter- rias primas minerales no metálicos, que se cambio catiónico y pueden, por consiguien- pueden utilizar como sustratos cuando el te, retener nutrimentos contra la lixiviación tamaño de partícula corresponde a los reco- y proporcionar al mismo tiempo un amor- mendados para la producción de planta en tiguamiento contra los cambios rápidos de envase. salinidad inicial. En síntesis aumentan consi- derablemente la porosidad, la conductividad Descripción de algunos materiales utilizados eléctrica, la CIC, son de bajo costo y presen- como sustrato tan disponibilidad en el mercado. Turba. Se forma por la descomposición Materiales inorgánicos parcial de plantas acumuladas bajo el agua Son los materiales no sujetos a descomposición. en zonas con bajas temperaturas, poca oxi- genación y niveles bajos de nutrimentos a) de origen natural (Ruano, 2003). Puede estar compuesta de b) de materiales alterados varias especies de plantas, incluyendo mus- Los materiales inorgánicos se obtienen a gos, juncos y pastos. La especie de planta, partir de rocas o minerales de distintos orí- su grado de descomposición, el clima local 260 Recursos Forestales en el Occidente de México y la calidad del agua, contribuyen a propor- poros y, en consecuencia, la porosidad es cionar diferencias en la calidad de la turba y menor; sin embargo, tienen casi el doble de determinan su valor como un componente capacidad de intercambio catiónico. Se usan del medio de crecimiento (Mastalerz, 1977). en pequeñas proporciones, pues son menos duraderas y menos elásticas que las turbas La turba puede ser clasi"cada en cuatro de colores claros (Ruano, 2003). tipos distintos: turba de musgo Sphagnum, turba de musgo Hypneum, turba de cañuela Aserrín. El aserrín es el desperdicio que y junco, y turba de humus o estiércol. De los resulta del proceso de aserrío de la madera tipos de turba la de musgo es la menos des- (Diccionario de la lengua española, 1992). compuesta, y proviene de Sphagnum, Erio- En las regiones forestales se produce en phorum y otros géneros de musgos. La tur- grandes cantidades y en la mayoría de los ba que proviene de otras clases de musgos casos representa un problema de contami- se deshace con facilidad, comparada con la nación, por lo que es importante darle uso a originada por Sphagnum. Las turbas de ca- este material. ñuela y otras plantas acuáticas se descompo- El aserrín posee características que lo nen rápidamente. La mayoría de las turberas hacen deseable para la preparación de sus- tienen edades comprendidas entre los 6 000 tratos. La especie de árbol del cual deriva y 18 000 años, por lo que actualmente se está in!uye en la durabilidad del aserrín y en limitando su explotación (OIRSA, 2002). la cantidad de nitrógeno complementario Turba de musgo Sphagnum. Sphagnum requerido para mantener un crecimiento es un musgo que presenta crecimiento por normal de las plantas. Algunas especies con- yemas apicales mientras que las partes bajas tienen toxinas que pueden tener efectos ne- de la planta mueren, así se van depositan- gativos sobre las plantas cultivadas (OIRSA, do capas de este musgo que van creciendo 2002). sobre sus propios restos, conformando "nal- El aserrín y las virutas se descomponen mente las turberas. Las paredes celulares del muy lentamente debido al elevado conteni- sistema de transporte son porosas, permi- do de lignina y compuestos lignocelulósicos, tiendo el movimiento vertical y horizontal es decir su alta relación C/N. Presenta pro- del agua y de los solutos, incluso si la plan- blemas por exceso de humedad, por lo que ta está muerta. Esta característica es la que debe mezclarse con materiales de partículas proporciona la propiedad más apreciada de más gruesas que aporten aireación, tanto las turbas de Sphagnum en horticultura: su durante el compostaje como en el cultivo, gran capacidad de retención de agua (Burés, puesto que el material puede compactarse 1997). produciendo procesos anaeróbicos de fer- Normalmente se suelen distinguir dos mentación que dan lugar a algunos ácidos tipos de turbas: turba rubia o clara y turba orgánicos (Burés, 1997). negra u oscura. Son muy diferentes tanto Existen referencias que indican que para en color como en peso. Las turbas negras algunas especies como la Sequoia semper- son más pesadas, tienen menos cantidad de Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 261 virens y Sequoiadendron giganteum, no es el autor concluye que desde el punto de vista necesario realizar un compostaje previo a su económico, el polvo de coco, mezclado con uso como sustrato, puesto que tarda mucho corteza de pino compostada resultaron ser en descomponerse (Burés, 1997). los mejores sustratos. Por lo anterior el aserrín se considera Perlita. La perlita natural es una roca una opción importante. Martínez (2005), volcánica vítrea formada por enfriamiento menciona que se descarta el hecho de que las rápido. Este mineral, en su manipulación plantas producidas a base de aserrín crudo industrial, se granula y precalienta de 300 a puedan presentar efectos de "totoxidad, por 400 ºC y se vierten en hornos a 1,000 ºC, por lo que su utilización representa un material efecto de las altas temperaturas el agua atra- alternativo para el viverista forestal, además, pada se evapora rápidamente, expandién- es de fácil manejo y en muchos aserraderos dose para formar una espuma de densidad lo consideran como un desperdicio del cual aproximada a 120 kg/m3 (Burés, 1997). quisieran deshacerse. Vermiculita. Es un silicato de aluminio- Corteza de pino. Burés (1997) a"rma hierro-manganeso que se obtiene en minas que la corteza de pino puede ser un sustra- de Norteamérica y África, el cual consiste to cuando se cultiva directamente en ella, de una serie de placas delgadas y paralelas. mientras que es una materia prima, “mate- Después de que la vermiculita es extraída rial o componente” para la preparación de es sometida a un intenso calor (superior a sustratos cuando se utiliza mezclada con los 1,000 ºC), lo cual provoca la expansión perlita, turba u otros materiales en distintas de sus partículas hasta 15 ó 20 veces más proporciones. Por su parte, Ruano (2003) en comparación a su volumen original, y menciona que la corteza de pino tiene exce- les provee de una estructura tipo acordeón lentes cualidades para mezclarse con otros (Bunt, 1988). sustratos ya que es naturalmente ácida, tiene una baja fertilidad inicial, aumenta conside- Fertilización rablemente la porosidad, es de conductivi- dad eléctrica baja, una CIC muy aceptable y En México la fertilización de especies fores- tiene un bajo precio. Reis (1995) señaló que tales es una actividad que ha sido con"nada la corteza de pino puede usarse de un 25% básicamente a la producción de brinzales en a 100% como componente de mezclas para los viveros, empleando diferentes dosis y ti- producción de plantas ornamentales en ma- pos de fertilizante. Los fertilizantes pueden ceta. García (1999), evaluó algunos subpro- ser aplicados en diferentes periodos o etapas ductos orgánicos agroindustriales (corteza de desarrollo de la plántula en vivero, con de pino, cascarilla de arroz, polvo de coco el "n de reducir el tiempo de estancia en el y composta de jardinería) en combinación mismo y proporcionarle las características con materiales inorgánicos (piedra pómez y deseables de vigor y resistencia a los efectos tezontle) en la producción comercial de Epi- adversos del ambiente (Álvarez y Bautista, premnum aureum y Spathiphyllum wallisii; 1999). La producción de brinzales sanos de- 262 Recursos Forestales en el Occidente de México pende de un adecuado suministro de nutri- resultado de la presión osmótica. El proceso mentos. Aún con una buena mezcla de sue- depende de la humedad y la temperatura, el lo el crecimiento de los brinzales en envase Osmocote tiene diferentes formulaciones de necesita la adición de minerales suplemen- N-P-K disponibles, con rangos de liberación tarios, especialmente nitrógeno y potasio de 3 a 14 meses (Landis et al., 1990). (Hartmann y Kester, 1990). Fertilizantes orgánicos: Están compuestos Función de los macroelementos y microelementos por multielementos, pero los elementos Los elementos minerales esenciales, pueden esenciales están presentes en pequeñas ser divididos en dos grupos, los macronutri- cantidades, necesitándose una gran can- mentos que incluyen el N, P, K, Ca, Mg y S. tidad de material para obtener cantida- El segundo grupo llamado micronutrimentos des signi"cativas, según las necesidades son necesarios en cantidades muy pequeñas; de las plantas. estos son: B, Cu, Fe, Mn, Zn, Cl y Mo. Fertilizantes inorgánicos: Son la fuente más Nitrógeno: Desempeña funciones funda- disponible para suplir los elementos mentales en la planta, como la partici- esenciales. Éstos pueden ser compuestos pación esencial en la formación de los naturales que han sido procesados con compuestos orgánicos como son las pro- otros fertilizantes, o bien son productos teínas, los nucleótidos y la cloro"la, y su de una reacción sintética para un propó- in!uencia es notable en el crecimiento sito especí"co. Los fertilizantes de lenta vegetativo (Zottl y Tschinkel, 1971). La liberación o liberación controlada son de"ciencia de este elemento causa cloro- los más utilizados en la producción de sis debido a la perdida de cloro"la. brinzales en envases rígidos, las ventajas de los fertilizantes de lenta liberación son Fósforo: Es componente indispensable de las siguientes (Harold et al., 1988): los núcleos de las células vegetales (fos- folípidos y ácidos nucleicos) es parte im- Pueden ser aplicados en el momento de portante de los fermentos de importancia plantación y suplir las necesidades de nutri- central (ATP) en síntesis, es un elemento mentos en la estación de crecimiento, elimi- de las proteínas y de sus ciclos de asimi- nando la necesidad de aplicar otros fertili- lación y desasimilación. Los síntomas de zantes. de"ciencia de fósforo se pueden confun- Su uso puede reducir la perdida de mate- dir con la de"ciencia de nitrógeno, pero riales solubles a través de la lixiviación y en dichos síntomas no son tan pronuncia- la misma manera minimizar la contamina- dos. Esta de"ciencia puede causar caída ción del ambiente. prematura de las hojas y una pigmenta- ción en color rojo o morado (Devlin y Osmocote® es un fertilizante de liberación Witham, 1983). lenta, su presentación es en gránulos homo- géneos cubiertos con una resina plástica que Potasio: El potasio juega un papel impor- al hidratarse liberaran nutrimentos como tante como activador de enzimas para la Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 263

síntesis de péptidos, así como activador transporte de electrones en la fotosínte- del metabolismo de las proteínas. La de- sis, su de"ciencia se caracteriza por una "ciencia de potasio se puede reconocer gomosis (exudación de goma). en las hojas de la planta, primero aparece una clorosis moteada, seguida por el de- sarrollo de áreas necroticas en la punta y CRITERIOS PARA EVALUAR LA CALIDAD DE márgenes de la hoja. Los síntomas apare- LA PLANTA cen primero en las hojas maduras. Existen varios métodos para evaluar la ca- Calcio: Es un elemento necesario para la di- lidad de la planta en vivero, estos deben ser visión celular (mitosis), además es uno rápidos y fáciles de aplicar e interpretar. La de los componentes de la lamina media mayoría de ellos están basados en criterios de la pared celular. Su de"ciencia puede morfológicos y "siológicos. La calidad de causar la muerte de tejidos meristemáti- planta es un término complejo en el cual cos en el tallo, hoja y raíz. convergen muchos factores, incluyendo no solamente las características morfológicas Magnesio: Una de sus principales funciones de la planta, si no también el “potencial "- es la fotosíntesis (ya que forma parte de la siológico” el cual permite que éstas sobrevi- cloro"la). Su de"ciencia se observa como van después de su establecimiento (Mexal y una clorosis intervenial, apareciendo pri- Landis, 1990). El desempeño de una planta mero en las hojas basales. en campo está relacionado, por lo tanto, a Azufre: Es un componente de la estructura una serie de características internas y exter- de las proteínas, aunque también inter- nas de las mismas que a su conjunto se le viene en la fotosíntesis, su de"ciencia otorga el término “calidad de planta”. causa clorosis general.

Hierro: Es un elemento necesario para el Criterios morfológicos transporte de electrones en las mitocon- Altura. Es la característica morfológica más drias, en la formación de ferredoxina ne- fácil de determinar en un brinzal. Tiene cesaria para las funciones luminosas de poco valor como indicador único de la la fotosíntesis. Su principal de"ciencia calidad de brinzal, pero combinado con causa clorosis excesiva afectando princi- el diámetro adquiere mayor importancia. palmente a las hojas jóvenes. Un brinzal pequeño tiene poca super"cie Manganeso: Es un elemento esencial en la fotosintética, esto puede ocasionar que respiración y en el metabolismo del nitró- su crecimiento y adaptabilidad sea len- geno. La falta de éste se caracteriza por la to, mientras que un brinzal grande tiene aparición de zonas cloróticas y necroticas mayores probabilidades de crecer (Cano, en el área intervenial de las hojas. 1998). Cobre: La función del cobre es como par- Diámetro: El diámetro se encuentra común- te de una proteína que es esencial en el mente relacionado con la altura, el ta- 264 Recursos Forestales en el Occidente de México

maño del sistema radical, supervivencia, ICD=[Peso seco total (g)/ Altura (cm)/Diá- crecimiento, biomasa total, cantidad de metro (mm)+Peso seco aéreo (g)/peso sustancias de reserva y área de conduc- seco radical (g)] ción. Por lo tanto, las plantas con diáme- Otro criterio morfológico que evalúa la re- tros más grandes presentan resistencia al lación parte aérea/raíz, esta variable es acame por el viento, daños por insectos, importante ya que permite conocer el entre otros (Compson, 1985). equilibrio "siológico del brinzal en rela- Peso seco de parte aérea y raíz. El peso seco ción a la parte aérea y la radical (Haase y de la parte aérea representa la cantidad Rose, 1990). de la materia seca que se formo duran- te el crecimiento de la planta y puede correlacionarse con la sobrevivencia en LITERATURA CITADA campo, a mayor peso seco de la planta Álvarez, C., L.; Bautista, Z., N. 1999. Análisis de la cali- dad de brinzales de Pinus durangensis Mtz. y Pinus deberá tener mejor e"ciencia "siológica engelmannii Carr., a través de su producción en tres (Compson, 1984). El peso seco de la raíz tipos de envases. Tesis de licenciatura. Universidad muestra el comportamiento "siológico Autónoma Chapingo. Chapingo, México. 76 p. que llevo a cabo la planta y se re!eja en la Ansorena, M., J. 1994. Sustratos. Propiedades y carac- terización. Ediciones Mundi-prensa. Madrid. Es-Es- acumulación de la materia seca. Depen- paña. 380p. diendo de la cantidad de materia seca se Bunt, A.C. 1988. Media and Mixes for container-grown puede comparar la facilidad o di"cultad plants. Unwin Hyman Ltd London. que tuvo la planta para absorber elemen- Bures, I., S. 1997. Sustratos. Ediciones Mundi-prensa. tos nutritivos. El peso seco radical pue- Madrid, España. pp. 7-238. de relacionarse con la sobrevivencia en Cabrera, R. 1996. Manejo de sustratos de cultivo para la producción de plantas en maceta. Departamen of campo, a mayor peso seco radical, mayor plant science and Rutgers cooperative extension. sobrevivencia en campo (Segura y Gar- Rutgers University. 151 p. cía, 2000). Cadahia, L., C. 1992. Caracterización química y físico- química de sustratos. Jornadas de sustratos. Actas La relación altura/diámetro a la base o Ín- de Horticultura 11: 19-25. dice de esbeltez. Es otro indicador que Cano, P., A. 1998. Tamaño y calidad de planta de Pinus combina los valores de dos variables, con greggii Engelm., en dos sistemas de producción en el "n de tener una mejor predicción de la vivero. Tesis de Maestría. Colegio Postgraduados. Montecillos, México. 80 p. calidad de la planta. Se calcula mediante Conafor. 2002. Programas nacionales forestales. Dispo- la división de la altura, en centímetros, nible en http://www.Conafor.gob.mx.programas. entre el diámetro, en milímetros. nacionales.forestales/pronare/resultados 2002. htm (Revisado el 17 de enero de 2006) El índice de calidad de Dickson (ICD) es De Boodt, M.; Verdonck, O. 1972. &e physical proper- más con"able debido a que está basado ties of the substrates in horticulture. Acta Horticul- en una serie de criterios que involucran, turae. 26: 37-44. altura, diámetro y peso seco total de raíz Devlin, R., M.; Witham, F.H. 1983. Plant physiology. y parte aérea (Dickson et al., 1960); se Wadsworth Publishing Co., Bermont California, U.S.A. 577 p. calcula con la siguiente formula: Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 265

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2.5 Producción de Pinus patula Schl. et Cham. en sustrato a base de aserrín crudo, en sistema tecnificado

José Justo Mateo Sánchez, Juan Jesús Mejía Soto, Juan Capulín Grande, Leopoldo Mohedano Caballero, Gustavo Alonso López Zepeda.

RESUMEN Para producir plantas en vivero de buena calidad se emplean sustratos comerciales (peat moss-agrolita-vermi- culita), por su costo elevado, es una limitante para su utilización. El aserrín de pino es un subproducto de la industria forestal de más bajo costo y disponible en áreas forestales. En el presente trabajo se evaluó el efecto de diferentes mezclas de aserrín de Pinus teocote sobre el crecimiento de plantas de P. patula producidas con el sis- tema tecni"cado en invernadero. Se estudiaron once combinaciones a base de aserrín + la mezcla de peat moss- agrolita-vermiculita en proporciones que variaron desde cero % hasta 100% de aserrín y la mezcla de sustratos comerciales. A los ocho meses de edad las plántulas que se desarrollaron en el sustrato con la mezcla de 80% de aserrín + 20% de la mezcla peat moss agrolita-vermiculita, generaron los valores más altos para las variables, peso seco de la raíz y la altura. La mezcla que contenía 70% de la mezcla peat-moss-agrolita-vermiculita + 30% de aserrín, obtuvo los valores más altos para las variables, peso seco total, peso seco de parte aérea y diámetro. Para el índice de calidad de Dickson el valor más alto lo presentó la mezcla que contenía 80% de aserrín. Los resultados obtenidos demuestran que el aserrín no tiene efectos tóxicos y puede producir plantas sanas.

ABSTRACT In order to grow good quality plants in nursery comercial substratums are use(peat moss-agrolita-vermiculita. His cost is really high which in returns limitates his usage. Ce pine sawdust is a sub producto of the less expen- sive wood industry and available in foresta areas. In this study the impact of diFerent mixtures of Pinus teocote sawdust by growing P. patula plants produced by a technological system in a nursery. Eleven combinations of pine sawdust + peat moss-agrolita-vermiculita were studied in diFerent proportions that went from 0% to 100% from the mixture of sawdust and comercial substratums. At the age of eight months the seedlings developed with the 80% sawdust and 20% peat moss substratum presented the highest values for the variables dry weight of the root and height. Ce mixture that contained 70% peat-moss and 30% sawdust generated the highest values for the variables, total dry weight, dry weight aerial and diameter. For the Dickson quality index the highest value was presented by the mixture containing 80% of sawdust. Ce results obtained show that the sawdust does not posses toxic eFectsand can produce healthy plants. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 267

urante los últimos años el desarrollo de Por lo anterior, el objetivo del presente Dsustratos a partir de diversos materiales trabajo fue, determinar el porcentaje de tur- (residuos y subproductos agroindustriales), ba que es posible sustituir por aserrín en la uso de materiales con características capa- elaboración del sustrato para el crecimiento ces de sustituir al suelo, en la producción de de planta de Pinus patula Schl. et Cham. en plantas forestales en especial a la tierra de vivero empleando el sistema de producción monte y recientemente a disminuir la de- tecni"cado. manda de los sustratos importados, ha sido muy acelerado, de tal manera que la produc- ción de planta en vivero, a nivel mundial, se METODOLOGÍA hace bajo esquemas de producción donde se prioriza el uso de materiales reciclados y con Ubicación del experimento un enfoque de mayor sustentabilidad. El experimento se instaló en el invernadero Un buen sustrato es esencial para la pro- del Área Académica de Ingeniería Forestal ducción de plantas de calidad. Dado que el del Instituto de Ciencias Forestales, de La volumen de un contenedor es limitado, el sus- Universidad Autónoma del Estado de Hidal- trato y sus componentes deben poseer propie- go, que se encuentra ubicado entre las coor- dades físicas y químicas que en conjunto, con denadas 20º 05’ latitud norte y 98º 22’ longi- un programa integral de manejo adecuado tud oeste, a una altitud de 2,140 msnm, en la de vivero permitan un crecimiento óptimo ciudad de Tulancingo de Bravo, Hidalgo. (Cabrera, 1999). El aserrín crudo, de acuerdo a Martínez, (2005) ha mostrado ser un buen Beneficio a la semilla y aserrín sustrato para la producción de planta forestal La colecta de conos de Pinus. patula se rea- en vivero y no ha mostrado efectos tóxicos du- lizó en el mes de noviembre del 2004, en rante este periodo (Martínez, 2005). un predio particular, en el Municipio de En algunas regiones del país existen Zacualtipan, estado de Hidalgo. Posterior- subproductos de la industria maderera, mente se trasladaron en costales al inver- y otros materiales naturales, que podrían nadero del Área académica de Ingeniería usarse como una alternativa para mejorar Forestal para ser puestos al sol por 10 días, los sustratos y sustituir el uso de la tierra de hasta que abrieron las escamas y soltaron las monte y de los sustratos importados, como semillas. el peat moss. Dentro de estos componentes El aserrín fresco de P. teocote se obtuvo alternativos, que actualmente son consi- de un aserradero se homogeneizo con una derados desperdicios de otras actividades criba de 6 mm de abertura por lo que las productivas, se encuentran el aserrín y la partículas de aserrín que se utilizaron para corteza de pino, los cuales pueden ser com- el presente experimento fueron menores a 6 binados con otros materiales y disminuir el mm; el aserrín no recibió ningún tratamien- uso de la tierra de monte, que ocasiona un to de composteo utilizándolo tal como se gran impacto ambiental (Mateo, 2002). 268 Recursos Forestales en el Occidente de México extrajo del aserradero por lo cual se le deno- agrolita y vermiculita en proporciones de mino aserrín crudo. 60:20:20. A partir del sustrato base, se hi- cieron los tratamientos combinando dicha mezcla con el aserrín como se muestra en el Preparación del sustrato para almacigo Cuadro 2.5.1. En proporciones de cero % a El sustrato del almacigo estuvo compuesto por 100% con rangos de 10%. la mezcla de peat moss, agrolita y vermiculita A todas las mezclas se les adicionó un fer- en proporción 60:20:20 (volumen) respectiva- tilizante comercial de liberación lenta, (Os- mente. Las semillas se sembraron al boleo y mocote plus*, 15-9-12 más micro elementos) se taparon con la misma mezcla, quedando a con un tiempo de liberación de nueve meses. una profundidad promedio de 6 mm. Los rie- La dosis utilizada fue de ocho Kg/m3. De gos fueron ligeros, aplicando un riego diario cada tratamiento se llenaron tres charolas, hasta que las plántulas emergieron y se trans- de 49 cavidades (diámetro de 4 cm, altura de plantaron. Se realizo el trasplante anticipado 19.5 cm y una capacidad de 140 cm3), dando que consistió en trasplantar las plántulas de un total de 33 charolas y 1,617 plantas, cada P. patula a los 7 días después de la emergencia planta fue una unidad experimental. cuando la radícula tenia de 2 a 4 cm.

Preparación del sustrato para el crecimiento Trasplante de las plantas En cada una de las cavidades de las charolas se trasplantaron plántulas de P. patula, cui- En primer lugar se preparo un sustrato base dando que la altura y el vigor aparente fue- a partir de la combinación de Peat moss, ran semejantes. El trasplante se hizo el 7 de

• Cuadro 2.5.1. Lista de tratamientos con la combinación de aserrín y la mezcla compuesta por peat moss agrolita y vermiculita.

Mezcla de peat moss, agrolita y vermiculita No. de Tratamiento Aserrín (60:20:20) 1 10% 90% 2 20% 80% 3 30% 70% 4 40% 60% 5 50% 50% 6 60% 40% 7 70% 30% 8 80% 20% 9 90% 10% 10 100% 0% 11 0% 100% Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 269 febrero del 2005 y el manejo fue bajo condi- lo LW-120C a 70ºC donde se mantuvieron ciones de invernadero, durante ocho meses. durante 72 horas. Concluido este tiempo se pesó la parte radical y aérea para obtener el peso seco. Con los datos anteriores se esti- Diseño experimental maron el índice de esbeltez, la relación parte Se utilizó un diseño experimental comple- aérea/raíz y el índice de calidad de Dickson. tamente al azar con una asignación de trata- mientos utilizando tablas de números alea- torios. La distribución de los tratamientos y Análisis estadístico la forma en que estos quedaron distribuidos Los datos de las variables respuesta se so- se muestra en la Cuadro 2.5.2. metieron a un análisis de varianza tradicio- nal, también se realizó una comparación de medias a través de la prueba de medias de Variables evaluadas en las plantas Tukey. Para ello se utilizó el soMware Statis- Concluido el tiempo de crecimiento se eva- tical Análisis System (SAS, 1999). luaron mediante muestreo tres plantas por charola en cada una de las repeticiones del experimento, seleccionándolas aleatoria- RESULTADOS Y DISCUSIONES mente. Las variables que se midieron en el El análisis de varianza obtenido es altamen- mismo día que se sacó el experimento fue- te signi"cativo para la variable, altura (ALT) ron: altura y diámetro en la base del tallo. con un valor de 245.31; Diámetro (DIAM) Para la medición de la altura se utilizo una con un valor de 0.50; Peso seco de la parte regla graduada en centimetros y milímetros, aérea (PSPa) con un valor de 1.28; Peso seco para medir el diámetro se utilizo un vernier de la raíz (PSR) con un valor de 0.19; Peso digital con aproximación a centésimas de seco total (PST) con un valor de 2.1; Rela- mm. A todas las plantas se les colocó una ción peso seco de la parte aérea entre peso etiqueta para su identi"cación. seco de la raíz (PSPa/PSR) con un valor de Las plantas fueron depositadas en bolsas 2.63; para el índice de esbeltez (IESB) con un de papel en una estufa marca Grieve mode- valor de 13.94 (Cuadro 2.5.3). • Cuadro 2.5.2. Distribución de las charolas de los tratamientos dentro del invernadero con tres repeticiones. 5 11 7 10 8 4 2 11 4 6 9 7 2 8 5 9 7 5 10 3 1 11 3 6 10 3 9 6 1 2 8 1 4 270 Recursos Forestales en el Occidente de México

Altura 80% de aserrín + 20% de la mezcla de peat La altura presentó diferencia estadística alta- moss-agrolita-vermiculita, seguido por los mente signi"cativa (p<0.01) entre tratamien- tratamientos que contenían 30, 70, 60, 50 y tos (Cuadro 2.5.3). De acuerdo a la prueba 40% de aserrín con valores de 32.11, 31.77, de medias de Tukey se forman tres grupos 31.77, 31.44 y 31.44 cm. respectivamente, no (Cuadro 2.5.4). El mayor crecimiento en al- siendo estadísticamente diferentes entre estos tura (33.55 cm) se presentó en las plantas que seis (p=0.05), (Figura 2.5.1). se desarrollaron en la mezcla compuesta por • Cuadro 2.5.3. Análisis de varianza para las variables evaluadas en los tratamientos de porcentajes de aserrín en Pinus patula

Cuadrado medio de significancia

F.V. G.L. ALT DIAM PSPa PSR PST PSPA/PSR IESB ICD

Tratamientos 10 245.31** 0.50** 1.28** 0.19** 2.1** 2.63** 13.94** 0.00**

Error 88 4.22 0.09 0.14 0.3 0.2 0.58 1.49 0

• Cuadro 2.5.4. Influencia de los tratamientos de porcentajes de aserrín en el crecimiento de plantas de Pinus patula para las variables evaluadas.

ALT DIAM PSPa PSR PST PSPA/PSR IESB ICD Tratamientos (cm) (mm) (g) (g) (g) 0 17.11 c 2.48 d 0.81 c 0.42 c 1.24 d 2.16 bc 6.89 d 0.13 b

10 24.11 b 2.69 d 1.57 b 0.77 ab 2.34 abc 2.08 c 9.11 bc 0.18 ab

20 25.66 b 2.73 bd 1.69 b 0.48 bc 2.17 bc 3.51 a 9.51 abc 0.17 ab

30 32.11 a 3.25 a 2.29 a 0.83 a 3.12 a 3.07 abc 9.96 abc 0.24 a

40 31.44 a 2.81 bc 1.7 ab 0.55 abc 2.25 bc 3.12 abc 11.23 a 0.15 b 0.54 50 31.44 a 2.90 bc 1.77 ab 2.32 abc 3.32 ab 10.91 ab 0.16 ab abc 60 31.77 a 3.02 abc 1.9 ab 0.6 abc 2.51 abc 3.14 abc 10.56 abc 0.17 ab

70 31.77 a 3.06 abc 1.97 ab 0.58 abc 2.55 abc 3.58 a 10.52 abc 0.18 ab

80 33.55 a 3.16 ab 1.95 ab 0.8 a 2.75 ab 2.52 abc 10.62 abc 0.21 ab

90 25.55 b 2.68 d 1.45 b 0.47 bc 1.93 cd 3.30 ab 8.86 c 0.16 ab

100 24.28 b 2.70 bd 1.49 b 0.43 c 1.92 cd 3.57 a 9.07 bc 0.15 b Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 271 ALT (cm) ALT

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.1. Comportamiento de la altura de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín.

Diámetro mayor peso seco de la parte aérea se presen- El diámetro presentó diferencia estadística tó en las plantas que tuvieron el tratamiento altamente signi"cativa (p<0.01) entre trata- compuesto por 30 % de aserrín + 70% de la mientos (Cuadro 2.5.3). El análisis de com- mezcla de peat moss-agrolita- vermiculita, paración de medias de Tukey agrupa el diá- que alcanzó un peso de 2.29 g, seguido por metro en cuatro grupos (Cuadro 2.5.4). Las los tratamientos que contenían 70, 80, 60, 50 plantas de Pinus patula alcanzaron el mayor y 40% de aserrín con valores de 1.97, 1.95, diámetro (3.25 mm) cuando se desarrolla- 1.90, 1.77 y 1.70 g. respectivamente, no sien- ron en el tratamiento que contenía 30% de do estadísticamente diferentes entre estas aserrín, aunque fueron estadísticamente seis (p=0.05), (Figura 2.5.3). iguales (p=0.05) a las que se desarrollaron en los tratamientos que contenían 80, 70 y Peso seco de la raíz 60% de aserrín con valores de 3.16, 3.06 y El peso seco de la raíz al igual que el peso 3.02 mm respectivamente (Figura 2.5.2). seco de la parte aérea presenta diferencia estadística altamente signi"cativa (p<0.01) Peso seco de la parte aérea entre tratamientos (Cuadro 2.5.3). De El peso seco de la parte aérea presenta dife- acuerdo a la comparación de las medias de rencia altamente signi"cativa (p<0.01) entre Tukey se forman tres grupos (Cuadro 2.5.4). tratamientos (Cuadro 2.5.3). De acuerdo El tratamiento que contenía la mezcla de con la comparación de las medias de Tukey 30% de aserrín + 70% de la mezcla de peat se formaron tres grupos (Cuadro 2.5.4). El moss-agrolita-vermiculita alcanzó el mayor 272 Recursos Forestales en el Occidente de México DIAM (mm)

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.2. Comportamiento del diámetro de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín. PSPa en (g)

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.3. Comportamiento del peso seco de parte aérea de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín. Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 273 PSR (g)

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.4. Comportamiento del peso seco de la raíz de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín valor de peso seco de raíz (0.83 g) seguido siendo estadísticamente diferentes entre es- de los tratamientos con 80, 10, 60, 70, 40 y tos seis (p=0.05), (Figura 2.5.5). 50% de aserrín con valores de 0.8, 0.77, 0.58, De manera general, las variables des- 0.55 0.54 g. respectivamente, no siendo es- critas anteriormente tuvieron un compor- tadísticamente diferentes entre estos siete tamiento similar, los mejores resultados se (p=0.05), (Figura 2.5.4). obtuvieron cuando las plantas crecieron en el tratamiento de 30% de aserrín + 70% de Peso seco total la mezcla de peat moss-agrolita-vermiculita; sin embargo, la reducción de sustratos im- La variable peso seco total presenta dife- portados no se disminuye signi"cativamen- rencias estadísticas altamente signi"cativas te. No obstante, resultó estadísticamente (p<0.01) entre tratamientos (Cuadro 2.5.3). igual a los tratamientos que contenían de 40 El análisis de comparación de medias de a 80% de aserrín, y es en estos tratamientos Tukey agrupa el peso seco total en cuatro donde el ahorro por concepto de sustratos es grupos (Cuadro 2.5.4). El tratamiento que importante (80%), considerando que al uti- alcanzó el mayor valor de peso seco total fue lizar la mezcla con 80% de aserrín los costos el de 30% de aserrín con un valor de 3.12 de producción de planta se reducirían sus- g, seguido de los tratamientos con 80, 70, tancialmente. Además, no se detecto que el 60, 10 y 50% de aserrín con valores de 2.75, aserrín en la mezcla compuesta por 80% de 2.55, 2.51, 2.34 y 2.32 g. respectivamente, no 274 Recursos Forestales en el Occidente de México PST (g)

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.5. Comportamiento del peso seco total de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín. aserrín generara plantas de calidad inade- traciones de aserrín dieron los mejores re- cuada en comparación con la mezcla de peat sultados son alentadores, Mastalerz (1977) moss- agrolita-vermiculita. Estos resulta- a"rma que el aserrín es el sustrato más co- dos con"rman los datos de Boodley (1998), mún y ampliamente utilizado porque tiene quien asegura que el aserrín crudo puede ser muchas características que lo hacen desea- utilizado como medio de crecimiento si se ble para la preparación de los medios de cre- agrega cierta cantidad de fertilizante. cimiento. De igual forma Starck y Lukaszuk (1991) Caron et al. (2001) descubrieron que si se reportaron que con altas dosis de fertilizante elimina el tamaño de partícula pequeño dis- es posible incluir aserrín crudo hasta en un minuye la capacidad de retención de agua en 75%, y que con esta mezcla se obtienen los el sustrato. Esto sugiere que el tamaño de la más grandes tallos y diámetros de especies partícula tiene una gran importancia en las ornamentales. Pudelski (1983) encontró que propiedades físicas del sustrato y por lo tan- la mezcla de aserrín crudo y turba en volu- to en el desarrollo de la planta, lo que explica men de 75 y 25% respectivamente, dio bue- en parte el comportamiento que tuvieron los nos resultados en especies ornamentales. tratamientos que contenían aserrín. Por otra parte De Boodt y Verdonck (1972) encon- Los resultados obtenidos en el presente traron que el espacio poroso total del ase- trabajo, donde las mezclas con altas concen- rrín es de 84.65% lo que lo acerca al sustrato Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 275 ideal, comparándolo con la turba negra que que el pH resultante de las mezclas que arro- presenta 86%, lo anterior es importante to- jaron los mejores resultados estuvieron den- mando en cuenta que las mezclas que con- tro de los rangos óptimos de pH de acuerdo tenían de 40 a 80% de aserrín presentaron con el autor. una equilibrada estructura de poros, lo que La información acerca de la producción proporcionó un buen intercambio gaseoso de especies forestales creciendo en sustra- para el sistema radicular, lo cual afecto di- tos a base de aserrín es muy limitada, por rectamente a todas las funciones de la planta lo que se recurrió al cultivo de hortalizas como la absorción de agua y nutrimentos. que es donde más trabajos se han realizado. Beardsell et al. (1979) encontraron que Adamson y Maas (1971) mencionan que en el aserrín, el agua disponible como una los jitomates (Lycopersicon esculentum Mill) medida de porcentaje de humedad en volu- pueden crecer exitosamente en medios sin men, es muy similar al de la turba (51.9% suelo compuestos completamente de aserrín contra 50.2% respectivamente); sin embar- crudo si se enriquecen adecuadamente con go, el aserrín mantiene a la planta sin mar- los nutrimentos minerales esenciales. En chitarse por un periodo más largo (14 días). este trabajo al utilizar aserrín el rendimien- to incrementó en casi 50% con respecto al Las plantas que tuvieron una mejor dis- testigo. ponibilidad de nutrimentos fueron las que presentaron los mayores valores de las va- Pudelski (1978) utilizó una mezcla con riables altura, diámetro, PSPa, PSR y PST 75% de aserrín fresco + 25% de turba y lo- y estas fueron las que se desarrollaron en gro un rendimiento superior al testigo com- las mezclas que contenían de 30 a 80% de puesto únicamente de turba. Concluyó que aserrín, esto podría ser explicado por el el aserrín crudo tomado directamente del pH resultante del aserrín + la mezcla de aserradero es efectivo para el crecimiento de peat moss-agrolita-vermiculita ya que el jitomate y pepino. El mismo autor, pero en principal efecto del pH es su in!uencia en 1980, menciona que es posible usar aserrín la disponibilidad de los nutrimentos, espe- y corteza de pino no composteados de espe- cialmente en los micronutrimentos, ya que cies de coníferas como sustrato para el creci- muchos nutrimentos son inaccesibles a las miento de hortalizas. D’ angelo et al. (1993) raíces o a veces tóxicos con pH extremos. De encontraron que en plantas ornamentales acuerdo con Ruano (2003), el viverista debe el aserrín crudo puede sustituir hasta en un mantener los valores de pH en el sustrato 66% al peat moss en mezclas de sustratos con un rango ligeramente ácido entre 5.5 y para la producción de plantas de calidad. 6.5. Mateo (2002) encontró que las mezclas Ismali et al. (1996), en trabajos realizados con más del 50% de aserrín presentaron un en la producción de melón (Cucumis melo pH menor a 6.0, el pH disminuyó a medida L.) utilizando como sustrato aserrín crudo que aumentó la cantidad de aserrín, hasta del árbol de hule (Ficus elasticus), encontra- valores de 4.7 y 4.5, en la mezcla con 100% ron mejores resultados cuando aumentaron de aserrín. Esto es de gran importancia ya la proporción de aserrín crudo a un 60%, 276 Recursos Forestales en el Occidente de México además mencionan que no se observaron trato se le aplicó el fertilizante de liberación síntomas de toxicidad en las plantas. Bel- lenta Multicote ® (18-6-12) en una dosis de tran y Rembao (1996), en una investigación cinco kg/m3. El investigador encontró que la con Petunia híbrida, reportan que el ase- mezcla que contenía 80% de aserrín + 20% rrín crudo en porcentajes de 55, 65 y 75% de peat moss, resultó ser la mejor para las puede competir con la turba canadiense en variables PSPa, PSR, ALT y DIAM. peso seco de la planta y tiempo de !oración. Jarvis (1997) reporta que el aserrín crudo Relación (PSPa/PSR) ha sido efectivo en el cultivo de jitomate y lechuga en la Columbia Británica (Canadá). Uno de los indicadores de la calidad de plan- ta producida en vivero es el cociente que re- Los resultados del presente trabajo, de sulta de dividir el peso seco de parte aérea manera general, coinciden con lo realizado (PSPa) entre el peso seco de raíz (PSR). Para por Mateo (2002) en la producción de planta esta variable obtuvimos una diferencia esta- de Pinus patula y P. teocote, donde encontró dística altamente signi"cativa (p<0.01) entre que mezclas que contenían entre 70 y 80% tratamientos (Cuadro 2.5.3). De acuerdo a la de aserrín con fertilizante produjeron el ma- prueba de medias de Tukey se formaron tres yor peso seco, altura y diámetro de las plan- grupos (Cuadro 2.5.4). Los mayores valores tas de ambas especies al comparar mezclas para esta relación se presentaron en las plan- de 10 a 100% de aserrín con tierra de mon- tas que se desarrollaron en los tratamientos te. Por otra parte Martínez (2005), evaluó el que contenían de 20 a 100% de aserrín con efecto de diferentes combinaciones de sus- un valor promedio de (3.34), no siendo es- tratos (aserrín, arena de rió y tierra de mon- tadísticamente diferentes entre estos trata- te) sobre el crecimiento y calidad de planta mientos (p=0.05), (Figura 2.5.6). de P. patula en vivero. Encontró que el ma- yor valor para las variables PSPa, PSR, ALT En especies de coníferas la relación y DIAM se presentaron cuando las plantas PSPa/PSR no debe sobrepasar el valor de 2.5 se desarrollaron en el sustrato que contenía cuando la planta esté destinada para sitios entre 80 y 90% de aserrín. con problemas de disponibilidad de agua (Compson, 1985). La mejor calidad de Reyes (2005) evaluó el efecto de diferen- planta se obtiene cuando la parte aérea es re- tes mezclas de aserrín (cuatro mezclas de lativamente pequeña y la raíz grande, lo que sustratos compuestos de aserrín, tierra de puede garantizar una mayor supervivencia monte, corteza de pino, peat moss y agro- ya que evita que la transpiración exceda a la lita) sobre el crecimiento inicial de Pinus capacidad de absorción. pseudostrobus var. Apulcensis , producidas con el sistema tradicional en vivero. Utilizó Los valores de la relación PSPa/PSR del cuatro tratamientos, mezclando 80% de ase- presente trabajo resultaron similares a otras rrín + 20% de cada uno de los demás com- especies con sustrato a base de aserrín, como ponentes: tierra de monte, corteza de pino, los reportados por Reyes (2005) con Pinus peat moss y agrolita. A cada mezcla de sus- pseudostrobus, con valores de 2.33. Martí- Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 277 PSPa/PSR (REL)

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.6. Comportamiento del cociente del peso seco de parte aérea y peso seco de la raíz de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín. nez (2005) por su parte trabajando con Pi- para el índice de esbeltez se presentaron en nus patula encontró que el mayor valor para las plantas que crecieron en los tratamientos esta relación se obtuvo en una mezcla que que contenían de 20 a 80% de aserrín con un contenía 60% de aserrín + 40% de tierra de valor promedio de (10.47), (Figura 7). monte; sin embargo, los segundos mejores Este índice relaciona la resistencia de la valores correspondieron a las mezclas que planta con su capacidad fotosintética (Toral, contenían 80 y 90% de aserrín. 1997). Se recomienda que los valores sean bajos, lo que indica una planta más robusta y Índice de esbeltez con menos probabilidad de daño físico por la acción del viento, sequía o heladas en el sitio La relación altura/ diámetro o índice de es- de plantación (Compson, 1985). Sin embar- beltez, es otro indicador que combina los go, los valores obtenidos en el presente traba- valores de las variables altura y diámetro, jo indican que las plántulas crecieron en altu- con el "n de tener una mejor predicción de ra y su crecimiento en diámetro fue menor, la calidad de la planta. Para esta variable se por lo que se obtuvieron plantas delgadas. obtuvo una diferencia estadística altamen- te signi"cativa (p<0.01) entre tratamientos (Cuadro 3). De acuerdo con la prueba de Índice de calidad de Dickson comparación de medias, de Tukey, se for- Para esta variable se obtuvo una diferencia maron cuatro grupos (Cuadro 4). Los trata- estadística altamente signi"cativa (p<0.01) mientos que presentaron los mayores valores 278 Recursos Forestales en el Occidente de México ALT/DIAM (AD) ALT/DIAM

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.7. Comportamiento del cociente de la altura y el diámetro de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín. entre tratamientos (Cuadro 2.5.3). De índices de esbeltez (entre 6.55 y 5.74) y bajos acuerdo con la prueba de comparación de para el ICD, entre 0.48 y 0.25. De igual for- medias, de Tukey, se formaron tres grupos ma resultaron similares a otras especies con (Cuadro 2.5.4). El mayor valor para este ín- otros sustratos, como los encontrados por dice (0.24) se presento en las plantas que se Román et al. (2001) con Pinus greggii En- desarrollaron en el tratamiento con 30% de gelm. (var. Australis Donahue & Lopez) con aserrín, seguido de los tratamientos con 80, valores entre 11.48 y 12.08, para el índice de 10, 70, 60, 20, 90 y 50% de aserrín con valo- esbeltez, y valores bajos para el ICD (entre res de 0.21, 0.18, 0.18, 0.17, 0.17 0.16 y 0.16 0.4 y 0.6). Martínez (2005) reportó el mayor respectivamente (Figura 2.5.8). Este índice ICD cuando las plantas de Pinus patula se combina la información de los dos índices desarrollaron en un sustrato compuesto por anteriores y los ajusta por el efecto del tama- 80 y 90% de aserrín. Cobas et al. (2001) con ño de la planta, por lo que un aumento en Hibiscus elatus Sw, utilizando como sustrato el índice representa plantas de mejor calidad una mezcla de 20% corteza de pino compos- (Oliet, 2000). tada + 40% humus de lombriz + 40% turba, encontraron valores de 0.1 y 0.2 para el ICD, Los valores de índice de esbeltez y del ín- lo que no es adecuado. Barajas et al. (2004) dice de Dickson (ICD) resultaron similares a trabajando con Pinus greggii (var. Australis), los reportados por Reyes (2005) con plantas utilizaron un sustrato que consistió en una de Pinus patula, con valores altos para los mezcla de suelo forestal y arena (3:1); obtu- Capítulo 2 Plantaciones y sistemas de producción forestal 279 PST/(ALT/DIAM)+ (PSTa/PSR) PST/(ALT/DIAM)+

Porcentaje de aserrín en las mezclas de sustrato

Figura 2.5.8. Comportamiento del cociente del peso seco total y el cociente de la altura y el diámetro mas el cociente del peso seco del tallo y el peso seco de la raíz (Índice de calidad de Dickson) de Pinus patula en las mezclas de porcentajes de aserrín.

vieron valores de ICD menores a 0.5 a los LITERATURA CITADA diez meses de edad. Adamson, R., M.; Mass, F., E. 1971. Sawdust and other soil substitutes and amendments in greenhouse to- mato production. Hortscience 6: 397-399. CONCLUSIONES Barajas, R., J.E.; Aldrete, A., J.J.; Vargas, H.; López U., J. 2004. La poda química en vivero incrementa la Todas las mezclas de sustrato que contenían densidad de raíces en árboles jóvenes de Pinus greg- aserrín produjeron plantas de mejor calidad, gii. Agrociencia 38: 545-553. comparadas con la mezcla de sustratos re- Beardsell, D.V.; Nichols, G., D.; Jones, L., D. 1979. comendados para el sistema tecni"cado de Water relations of nursery potting-media. Scientia Horticulturae. 11: 9-17. producción de planta en vivero (considera- Beltrán, V., C.H.; Rembao, J., A. 1996. Evaluación de da como testigo). diferentes sustratos orgánicos para la producción de planta en vivero. XXVII Congreso nacional de la El aserrín crudo de Pinus teocote puede ciencia del suelo. Cd. Obregón Sonora, México. P. sustituir hasta un 80% a la mezcla de peat 192. moss, agrolita y vermiculita, generando Boodley, W.J. 1998. &e Commercial Greenhouse. 2nd. plantas de buena calidad. Edition. Del mar publishers, Washington, USA. Pp. 146-148. 280 Recursos Forestales en el Occidente de México

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284 3.1 Edafología y calidad de suelos forestales: valoración en dos sitios contrastantes de Jalisco 306 3.2 La materia orgánica edáfica en dos áreas forestales de Jalisco 333 3.3 Carbono edáfico y calentamiento global: Importancia ecológica en los manglares de Nayarit 350 3.4 Efecto de los incendios sobre la actividad microbiana del suelo en el Bosque La Primavera, en el estado de Jalisco, México Perfil de suelo, Nevado de Colima, Jalisco. Irma Estela Delgado Rosas.

Introducción

En este capítulo “SUELOS FORESTALES” se abordan y discuten aspectos que facilitan el entendimiento de los procesos edá"cos y su relación con el entorno físico y biótico de los ecosistemas forestales, temáticas importantes para zonas naturales poco modi"cadas y muy alteradas. Se presenta información original, resultado de investigaciones cientí"cas; la contribución académica constituye una útil herramienta para el manejo adecuado y mejor aprovechamiento de los recursos forestales, considerando el fundamento edá"co de dichos ecosistemas. En el primer trabajo 3.1) se presentan resultados sobre aspectos de calidad y fertilidad del suelo en dos áreas forestales contrastantes. El estudio de los suelos forestales es impres- cindible, tomando las siguientes consideraciones: es el soporte de la vegetación super"cial y arbórea; en la parte super"cial se realiza la dinámica de ciclos biogeoquímicos de elementos de gran relevancia relacionados con el cambio climático [carbono (C) y nitrógeno (N)]; es el hábitat de otras formas de vida (microbiótico y animal); en él se realiza el reciclado de los nutrientes de manera especial y diverso; su comprensión y entendimiento es diferente al de los suelos agropecuarios. Las siguientes contribuciones están íntimamente relacionadas entre sí, pues abordan el proceso de transformación de la biomasa forestal a materia orgánica edá"ca, y a su vez, la dinámica del C. Así, en el trabajo 3.2) se pone de mani"esto la trascendencia de su estudio de una manera integral y multidisciplinaria, haciendo uso de técnicas y equipos novedo- sos que aporten información más detallada para explicar los proceso aún poco entendidos de transformación de los residuos a las diferentes fracciones orgánicas consideradas como reservas edá"cas, y que son de gran valor ambiental y cientí"co. El siguiente estudio 3.3) tienen que ver con captura de carbono en “manglar”, ecosistemas de los más impactados en nuestro país por intereses económicos relacionados a la actividad turística. Finalmente el último documento 3.4) versa sobre uno de los impactos mas agresivos que sufren las áreas naturales en México, los incendios forestales; y en particular, su efecto negativo a las condi- ciones edá"cas y la actividad de la micro!ora en un ecosistema forestal de gran importancia ambiental para Jalisco, denominado “Bosque La Primavera” (BLP); el cual forma parte de una Zona de Protección Forestal y Refugio de la Fauna Silvestre, considerando los nume- rosos servicios ambientales que esta área ofrece a la zona metropolitana de Guadalajara (ZMG). 284

3.1 Edafología y calidad de suelos forestales: valoración en dos sitios contrastantes de Jalisco

Irma Estela Delgado Rosas, Eduardo Salcedo Pérez, Eduardo López Alcocer, Josefina Leticia Fregoso Franco, Rufo Sánchez Hernández, S. Mónica Avilés Marín, Nicasio David Sánchez Cruz.

RESUMEN El estudio del suelo y la comprensión de los procesos edá"cos en ecosistemas forestales son de suma impor- tancia para su protección, adecuado manejo y debido aprovechamiento; ya que la enorme diversidad vegetal en dichos ecosistemas y la variación de la cubierta super"cial edá"ca en México los hace especiales. Por otro lado, el gran dinamismo de sus reservas orgánicas y de su población microbiana, así como los complejos procesos y fenómenos que intervienen en la dinámica y reciclado de energía y nutrientes, los hace sumamente diferentes en su estudio a suelos uso agropecuario. El objetivo primordial del presente documento, es presentar los conceptos edafológicos involucrados en sitios forestales. Se presentan los resultados de un estudio edá"co realizado en cua- tro sitios de dos ecosistemas forestales contrastantes, uno en el Parque Nacional Nevado de Colima y el otro en la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, en el estado de Jalisco; con dicha información se pretende poner de mani"esto la diferencia entre suelos forestales y su gran variabilidad debido a las condiciones ambientales y de manejo en esos ecosistemas. Lo que se aporta reviste importancia y utilidad para generar propuestas de manejo en la conservación o restauración de ecosistemas en áreas forestales.

ABSTRACT Ce study of soil and the understanding of his processes in forest ecosystems are of huge importance for his protection, adequate use and appropriate exploitation; especially because of his huge vegetable diversity in such ecosystems and also the variation of the soil surface in Mexico makes them very special. Ce dynamism of his organic reserves and his microbial population makes them extremely diFerent in his study compared to the study of agricultural soils. Ce pricipal purpose of this document, is to present the soil concepts involved in forest places. Ce results of a soil study made in four sites in two diFerent forest ecosystems are presented, one in the National Park of the Nevado de Colima and the other one in the Biosfera Chamela-Cuixmala Reserve in the state of Jalisco; with this information we pretend to make obvious the diFerence between forest soils and his variability because of the enviromental conditions and explotiation in this ecosystems. Cis contribution is im- portant and useful to generate explotation proposals in conservation or restoration of ecosystems in forest areas. Capítulo 3 Suelos forestales 285

l recurso suelo es esencial para la vida; los suelos en cada lugar; lo que la hace mas Ees considerado como un cuerpo natural compleja, comparada con los sistemas agro- y dinámico del planeta, es el enlace entre pecuarios. los factores bióticos y abióticos de los eco- La fase sólida mineral y orgánica in!uye sistemas naturales y antrópicos; además, es sobre el nivel de productividad de un sitio el hábitat para el desarrollo de las plantas e (INPOFOS, 1997). La fracción sólida mine- innumerables organismos y al que se le atri- ral, es la fuente principal de nutrientes para buyen numerosas funciones, entre las que las plantas y en su interacción con la frac- destacan, ser el soporte de la vida orgánica ción sólida orgánica, regulan las constantes y social del planeta (USDA, 1962; Miramon- de humedad (Nelson y Sommers, 2006), tes, 2004; García et al., 2009); se considera además in!uyen fuertemente sobre las pro- componente fundamental de los ecosiste- piedades físicas y químicas del suelo, pro- mas forestales (Nelson y Somm3ers, 1996) y mueve la formación y estabilidad de agre- conjuntamente con la biodiversidad y el cli- gados y tienen in!uencia directa sobre la ma, condicionan el equilibrio ecológico de Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC). toda el área de in!uencia de ese ecosistema. El suministro de nutrimentos a plantas y mi- Por lo anterior la fertilidad del suelo es con- croorganismos se debe al contenido y aporte siderada como la capacidad para sostener de las reservas orgánicas del suelo (Chen et permanentemente la productividad en bio- al., 2009).Es un importante almacén de car- masa y sin desequilibrio, a una comunidad bono orgánico; in!uye en el ciclo biogeoquí- de organismos; es valorada bajo el concepto mico de los nutrientes, en el pH del suelo y de calidad edá"ca. en el balance de energía. La materia orgáni- ca (MO) está constituida por compuestos LA FERTILIDAD DE LOS SUELOS sometidos a procesos de descomposición y transformación, hasta los componentes La calidad y el nivel de fertilidad de los sue- elementales de las proteínas, carbohidratos los forestales está de"nida por la interacción y otros (Labrador, 1996). Según Galantini y entre las diversas fases del suelo: fase líquida, Suñer (2008), esta fracción de la fase sólida, fase gaseosa, fase sólida y su interacción con es considerada como el atributo del suelo los organismos que en él se desarrollan (Ga- más utilizado como indicador de calidad y lloso y Alarcón, 1999; Miramontes, 2004). estabilidad. En los ecosistemas forestales la in!uencia de las condiciones ambientales sobre todo La cubierta forestal provee el suelo de un climáticas, altitudinales y latitudinales, pro- microclima y de un espectro de microrga- mueve la conformación de diferentes tipos nismos diferente entre ellos y entre suelos de vegetación y por lo tanto de la diversidad asociados a cultivos agrícolas. Como resul- en su composición !orística, lo que genera tado de los diferentes residuos aportados gran variación en la cantidad y calidad de la por la biomasa y por el subsecuente lavado biomasa generada en cada sitio y por ello, de las bases, la descomposición y minerali- una dinámica diferente en la fertilidad de zación de la materia orgánica, le otorga un 286 Recursos Forestales en el Occidente de México carácter distintivo a los suelos en los ecosis- presencia de capas inferiores impermeables, temas forestales (De Salas, 1987). determina la cantidad de agua disponible para las plantas. La fertilidad, determinada Un suelo forestal es aquél que se ha de- por la presencia de los elementos minerales sarrollado bajo la in!uencia de una cubierta requeridos por la vegetación y la masa ar- forestal vegetal bien de"nida y bajo condi- bórea forestal para desarrollarse. La salini- ciones edafoclimáticas especí"cas; en este dad es importante en el potencial osmótico, sentido, Pritchett (1986) reconoce un mar- ya que in!uye en los procesos de absorción cado efecto sobre las propiedades físicas y de agua. La reacción del suelo determina químicas de los suelos por la asociación de la transformación de la materia orgánica y las raíces de los árboles con microrganismos la asimilación de los nutrientes (Galloso y especí"cos. Esta asociación in!uye en los Alarcón, 1999). cambios de dichas propiedades, principal- mente de carácter enzimático. La relación clima-suelo-vegetación de"- EL CICLO DE LOS NUTRIENTES ne el tipo de ecosistema forestal y el suelo La mejor forma de estudiar y evaluar un se reconoce como uno de los factores más ecosistema forestal, es mediante el Análisis determinantes de la calidad de un sitio. Este de Sistemas como herramienta; se conside- recurso retiene el agua y suministra a la ve- ra sistema a un conjunto de componentes, getación los nutrimentos necesarios para delimitados, con !ujos e interacciones bien sus funciones vitales, favorece el intercam- de"nidas, resultado de diversas entradas y bio gaseoso lo que brinda el aire para las raí- salidas del mismo. En este caso, un sistema ces, constituye el anclaje de plantas. In!uye forestal consta de la entrada de nutrientes al directamente en la tasa de crecimiento de ecosistema, del !ujo de los nutrientes entre ecosistemas forestales, en la calidad de la las plantas y el suelo y entradas y salidas de madera, en la resistencia de las especies a nutrientes del ecosistema (Imbert, Blanco y enfermedades y a ciertos factores abióticos Castillo, 2004). Cada proceso es un precur- adversos (De Salas, 1987). sor del anterior y del !ujo de nutrientes que Las propiedades físicas del suelo in!u- se genera en ellos. yen sobre el crecimiento y la distribución de las comunidades forestales. La profundidad del per"l in!uye en el desarrollo adecuado CICLO EXTERNO DE LOS NUTRIENTES del sistema radical (Serrada, 2008). La per- El ciclo de nutrientes en un ecosistema fo- meabilidad; in!uenciada por la textura y la restal consta de la entrada de nutrientes al estructura del suelo, determina la compacta- ecosistema, del !ujo de nutrientes entre las ción y velocidad del !ujo de agua e intervie- plantas y el suelo y de las salidas de nutrien- ne en la aireación del suelo (Flores, Ferrer y tes del ecosistema. Cada proceso es un pre- Florentino, 2011). La capacidad de retención cursor del anterior y el !ujo de nutrientes de agua; determinada por la textura, la pen- sigue una serie de pasos interconectados. diente, la cantidad de materia orgánica y la Las entradas y salidas del ecosistema consti- Capítulo 3 Suelos forestales 287

tuyen el ciclo externo de nutrientes (Figura El carbono atmosférico (CO2) es incor- 3.1.1) y los !ujos entre las plantas y el suelo porado a los procesos metabólicos de las el ciclo interno (Figura 3.1.2). plantas mediante la fotosíntesis, y forma las estructuras necesarias para que la plan- ta pueda desarrollarse. Las plantas aportan ENTRADAS materia orgánica al suelo, misma que al de- La meteorización, considerada como un gradarse se incorpora y da origen al humus precursor o iniciador del !ujo biogeoquí- estable que aporta nuevamente CO2 al en- mico de los elementos primordiales para la torno (Ordoñez, 2001). vida, puede ser de origen mecánico, químico La transferencia de nutrientes por la o biótico (Waring y Running, 1998). Su efec- biota vegetal, tiene gran importancia en el to depende de la recalcitrancia y estabilidad balance de nutrientes en los ecosistemas de los minerales, de las condiciones climáti- forestales; como ejemplo, la "jación bioló- cas como la precipitación y la temperatura, gica de nitrógeno, que es la reducción de además de la química y humedad del suelo, nitrógeno atmosférico (N2) a ión amonio la vegetación y del tamaño del grano mine- + (NH4 ) una de las dos formas principales de ral presente (April y Newton, 1992). En sue- absorción en suelos forestales, y que es dada los forestales, la meteorización de pequeñas principalmente por especies silvestres, es de partículas minerales se produce más rápida- gran importancia en dichos ambientes (Za- mente que la de las rocas (Fisher y Binkley, pata, 2012) y sólo algunas algas y bacterias, 2000). pueden realizar esta transformación y está Los aportes nutrimentales vía atmósfera, restringida a ambientes con alta radiación provienen de la deposición húmeda (lluvia, (Chapin et al., 2002). nieve y nieblas) y la deposición seca (partí- culas y aerosoles). La cantidad de aportes at- mosféricos que llegan a los bosques depende SALIDAS del clima, microclima, y distancia con respec- Las precipitaciones provocan la salida de nu- to al mar, áreas de erosión eólica y zonas in- trientes de los bosques, en forma de lixiviados, dustriales (Kimmins, 1997). El agua de lluvia hacia las aguas subterráneas o con el agua de que llega al suelo, arrastra la deposición seca y escorrentía hacia los ríos. Así se registran pér- lixiviados de las plantas, y pierde algunos nu- didas importantes de nitratos, nitrógeno orgá- trientes que han sido absorbidos por las hojas nico disuelto y fósforo, adheridos a la materia (Terradas, 2001); además mediante la lluvia orgánica y a complejos minerales. En bosques ácida se aportan nutrientes esenciales tales donde hay un exceso de deposición de N y S como nitrógeno y azufre, fenómeno estudia- atmosféricos el suelo se acidi"ca, ocasionan- do desde la década de los 70. La estructura do la perdida de cationes, nitratos, sulfatos y vegetal del bosque también tiene in!uencia y aluminio por lixiviación (Freer-Smith, 2001). modi"ca el tipo y magnitud de la deposición Otra causa importante es la volatilización de húmeda y seca (Chapin et al., 2002). nutrientes, ocasionada por incendios foresta- 288 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 3.1.1. Ciclo externo de nutrientes en una cuenca forestada (Imbert, Blanco y Castillo, 2004). les (Martínez et al. 2004) y sobre todo por la túa mediante tres vías: 1) difusión de iones, afectación de la micro!ora edá"ca bené"ca siguiendo un gradiente de concentración: (López-Alcocer et al., 2011). No obstante que de un gradiente de mayor a menor concen- los incendios forestales pueden provocar gran- tración. 2) movimiento pasivo de iones, ge- des pérdidas de nutrientes, también suelen au- nerado por el efecto del bombeo del agua a mentar la disponibilidad de ciertos nutrientes, partir de la transpiración foliar, lo que forma además de disminuir la competencia entre es- el !ujo del suelo hacia las hojas y 3) inter- pecies vegetales por los nutrientes disponibles cepción de nutrientes por las raíces, que cre- en el sitio (González, 2011). cen y colonizan el suelo mediante la explora- ción. (Imbert, 2004). En los bosques, la mayoría de los árbo- CICLO INTERNO DE LOS NUTRIENTES les forman asociaciones micorrízicas con ciertas especies de hongos. En la asociación Absorción de nutrimentos vía sistema y por medio del crecimiento hifal, se incre- radical menta el espacio de exploración de la raíz, La absorción de los nutrientes del suelo, es aumentando la e"ciencia en la absorción de primordialmente a través de las raíces de- nutrientes (López-Alcocer et al., 2011). Las pendiendo de su alcance, magnitud y evo- micorrizas pueden aumentar la disponibili- lución. La absorción de nutrientes se efec- dad de nutrientes liberando ácidos orgáni- Capítulo 3 Suelos forestales 289 cos que aceleran la meteorización, liberando Degradación enzimas que aceleran la descomposición de La degradación es el proceso de transfor- la materia orgánica, y liberando fosfatasas mación de la materia orgánica muerta en para mineralizar el fósforo orgánico (Lands- nutrientes inorgánicos disponibles para berg y Gower, 1997; Terradas, 2001). las plantas y en dióxido de carbono (CO2). La descomposición puede dividirse en tres Retranslocación procesos: a)lavado de iones minerales y compuestos orgánicos, b)fragmentación de La retranslocación de nutrientes consiste en la materia orgánica por animales microor- la transferencia de nutrientes solubles del te- ganismos y c)degradación química, en la jido envejecido a través del !oema (Chapin que se producen CO2, agua y energía para et al., 2002). Esta circulación de nutrientes los microorganismos (Landsberg y Gower, puede tener lugar de las hojas a las ramas 1997; Waring y Running, 1998). De la canti- (Del Arco et al., 1991), de las raíces "nas a dad y calidad de la materia orgánica, depen- las gruesas (Millard y Proe 1993) o del du- de la disponibilidad de algunos nutrientes ramen a la albura (Attiwill y Leeper, 1987). para las plantas, y por tanto sobre el creci- El N, P y K son los nutrientes más móviles miento de las mismas (Chapin et al., 2002). en los ecosistemas forestales y predominan entre los elementos retranslocados. Otras pérdidas Defoliación Durante un evento lluvioso se presenta el lavado de nutrientes, éstos se disuelven y Más del 90% del nitrógeno y del fósforo ab- transportan hasta el suelo por translocación. sorbido por las plantas en la mayoría de eco- La cantidad de lluvia necesaria para que ini- sistemas forestales, proviene de reciclar los cie la translocación, varía dependiendo de la nutrientes de la defoliación de años anterio- estructura aérea de la vegetación (Terradas, res (Chapin et al., 2002). Las pérdidas por 2001). La herbivoría precede a la retranslo- defoliación son generalmente mayores en si- cación. Las pérdidas de biomasa vegetal, de tios húmedos, cálidos, fértiles y con alta pro- N y P debidas a los herbívoros son el doble ductividad, y menores en sitios secos, fríos, que aquellas debidas a la defoliación (Cha- infértiles y de baja productividad (Kimmins, pin et al., 2002); esta puede agotar las reser- 1997). También hay que considerar la varia- vas de la planta para producir hojas nuevas, bilidad estacional, propia de cada especie, y haciéndolas de menor calidad. Siguiendo las variaciones anuales, que suelen estar rela- el ciclo de nutrientes, la mayoría de los nu- cionadas con la meteorología. Gray y Schle- trientes transferidos de las plantas a los her- singer (1981) observaron diferencias en bívoros son devueltos al suelo, y en poco cuanto a las cantidades relativas aportadas al tiempo se encuentran en formas disponi- suelo de cada nutriente: 1) Caducifolias, ge- bles para las plantas (Singer y Schoenecker, neralmente (N>Ca>K>Mg>P); y 2) Peren- 2003). nifolias, generalmente (Ca>N>K>Mg>P). 290 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 3.1.2. El ciclo interno de nutrientes en un bosque (Imbert, 2004).

Sumideros de nutrientes SUELOS Y VEGETACIÓN EN ECOSISTEMAS Las mayores concentraciones de N, P y K en FORESTALES DE MÉXICO los árboles ocurren en su área foliar (hojas), Los suelos forman parte de la megadiversidad seguidas por las raíces "nas; éstas concentra- de México. De los 30 grupos de suelos existen- ciones re!ejan la importancia de estos ele- tes en el mundo, (FAO-ISRIC-ISSS, 1998), 26 mentos en el metabolismo. Por el contrario, la se encuentran en nuestro país (SEMARNAT, madera, tiene bajas concentraciones de éstos 2009), siendo los dominantes los Leptoso- elementos de manera aislada, a excepción de les (28.3% del territorio), Regosoles (13.7%), Ca donde se encuentra en altas concentracio- Phaeozems (11.7%), Calcisoles (10.4%), Lu- nes, en virtud de que se encuentran forman- visoles (9%) y Vertisoles (8.6%), que en suma do parte de compuestos más recalcitrantes cubren el 81.7% del país (Figura 3.1.3). como la celulosa, hemicelulosa y lignina. Las raíces medias y gruesas tienen concentracio- Además se encuentran representados nes mas o menos intermedias de nutrientes prácticamente todos los tipos de vegetación en sus tejidos en comparación de los tejidos terrestre natural conocidos (CONAFOR, suaves y duros (Chapin et al., 2002). 2009), en 140 millones de hectáreas; esta extensión equivale al 73% del territorio na- cional. Los ecosistemas que ocupan la ma- Capítulo 3 Suelos forestales 291

Gleysol 1.5% Fluviso 1.3% Chernozen 1.3% Andosol 1.3% Otros grupos 3.3%

Figura 3.1.3. Superficie relativa cubierta por los principales grupos de suelo en México (CONAFOR, 2009)

yor parte de esta super"cie son los matorra- que intervienen en la fertilidad y calidad de les xeró"los (41%), los bosques templados los suelos forestales; para ello, se eligieron dos (24%) y las selvas (23%). En el anexo 1 se áreas forestales con diferente condición climá- presentan algunas consideraciones relacio- tica y ambiental (Figura 3.1.4). nadas con condiciones de suelo especí"cas Parque Nacional Volcán Nevado de Colima por cada tipo de vegetación. (PNVNC): Se encuentra en las inmedia- ciones de Ciudad Guzmán, Mpio. de Za- Estudio de caso: Parque Nacional potlán el Grande, Jalisco, a 1,600 msnm. El PNVNC; tiene una super"cie de 6,654 hec- Nevado de Colima y Reserva de táreas. Es una Área Natural Protegida , ubi- la Biósfera Chamela–Cuixmala cada entre los límites del estado de Jalisco y Colima, en la parte más alta del sistema montañoso conocido como Sierra de los NTRODUCCIÓN I Volcanes, a partir de los 3,350 msnm (CO- El presente trabajo de investigación tiene como NANP et al., 2006). Roca de origen ígneo "nalidad proporcionar información sobre las extrusivo, con suelos de tipo Leptosol lítico características físicas y propiedades químicas y Regosol éutrico (INEGI, 2007). 292 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 3.1.4. Características edafoclimáticas de las áreas de estudio y su ubicación en el Estado de Jalisco.

Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala Las dos áreas han sido declaradas como (RBCC): Se ubica en la costa de Jalisco, en Áreas Naturales Protegidas, pero cuentan el Municipio de la Huerta, entre el mar- con sitios en donde se han dado diferentes gen norte del Río Cuitzmala y el Arroyo manejos y usos del suelo lo que permitió la Chamela. Está comprendida por 13,142 realización del presente trabajo que tiene hectáreas; son terrenos lagunares y coste- como objetivo el determinar las diferencias ros federales así como predios de la Uni- entre las características físicas y propiedades versidad Nacional Autónoma de México, químicas de los suelos en las dos áreas y los la Fundación Ecológica de Cuixmala, sitios evaluados, relacionadas con la calidad A.C., Universidad de Guadalajara y de pe- y fertilidad edá"ca. queños propietarios y una porción del eji- do Rincón de Ixtán. La altitud varía desde el nivel del mar hasta los 500 msnm en las MATERIALES Y MÉTODOS lomas más altas. (IBUNAM, 2012). El ma- La investigación se llevó a cabo en dos áreas terial geológico en el que se asienta es roca forestales del estado de Jalisco: en el Parque ígnea intrusiva y suelos de tipo regosol Nacional Nevado de Colima y en la Reserva eutrico y feozem háplico (INEGI, 2007). de la Biosfera Chamela-Cuixmala, en cada Capítulo 3 Suelos forestales 293

área se ubicaron 4 sitios con diferentes con- abundantes son el cedro macho (Scia- diciones vegetales. Los sitios evaluados tie- dodendrom excelsum), ramón (Brosi- nen las siguientes características: mun alicastrum), y primavera (Tabebuia donell-smithii), de hasta 30m de altura, PNVNC Sitio 1: (3,400 msnm) Vegetación la cobertura orgánica es muy abundante de oyamel (Abies religiosa); pino (Pinus al igual que la vegetación. La zona se ca- hartwegii) y juniperos (Juniperus spp.), racteriza por guardar mucha humedad, de aproximadamente 30m de altura; so- debido a la orografía del sitio. tobosque formado por plantas de la fa- milia Asteraceae y Campanulaceae, de RBC-C Sitio 2: Se ubica a una altura de 31 buena calidad, con gran cantidad de co- msnm, la vegetación es de Selva baja ca- bertura orgánica en el sitio. ducifolia; las especies dominantes son el iguanero (Caesalpinia eriostachys), PNVNC Sitio 2: (2,800 msnm) Bosque de cuachalalate (Amphypterigium adstrin- transición con pinos (Pinus spp), abies gens), cascalote (Caesalpinia alata) y no- (Abies spp) y especies de latifoliadas pal (Opuntia excelsa), los arboles tienen como la tilias (Tilia americana var. mexi- buena calidad y una altura máxima de cana) y encinos (Quercus spp) y una altu- 7m, la cubierta orgánica es poco abun- ra máxima de 20m. Se observa mínima dante, ya que su degradación es rápida en presencia de aprovechamiento humano, la época de lluvias. pero existe una buena cantidad de cober- tura orgánica. RBC-C Sitio 3:Ubicado a una altura de 36 msnm, la vegetación es de Selva mediana PNVNC Sitio 3: (3,555 msnm) Vegetación subperennifolia y las especies arbóreas natural casi inexistente por aprovecha- más importantes son el ramón (Brosi- miento forestal; actualmente se realizan mum alicastrum), jobo (Astronium gra- reforestaciones con Pinus hartwegii, la al- veolens), olozapo (Couepeia poliandra), tura máxima de la vegetación es de 10m. primavera (Tabebuia donnell-smithii) La cobertura orgánica es casi inexistente. y Ficus spp., la zona en los años 80’s fue PNVNC Sitio 4: (3,780 msnm) Sitio pertur- loti"cada, pero en la actualidad se en- bado por un incendio ocurrido en el año cuentra en etapa de recuperación. La 2006; presenta vegetación de pinos (Pin- vegetación se presenta en buena condi- us spp.) de entre 15 y 20m de altura, la ción "tosanitaria, la mayoría son árboles mayoría quemados y con ataque de gusa- jóvenes. El suelo posee buena húmedad no barrenador; plantas del género Lupi- ya que se encuentra cercano al río y la co- nus y pastizales. Presenta características bertura orgánica es limitada. de erosión muy marcada, por lo que la RBC-C Sitio 4:Ubicado a 26 msnm, la ve- cobertura orgánica es casi inexistente. getación es Pastizal inducido. Las espe- RBC-C Sitio 1: Ubicado a una altura de 35 cies que comúnmente lo conforman son: msnm, presenta una vegetación de Selva Zacate grama china (Cathestecum brevi- mediana subcaducifolia; las especies más !orum), Setariopsis auriculata, Aristida 294 Recursos Forestales en el Occidente de México

adscencionis, Diectomis fastigiata, Di- sitios es de tipo arenofranco con mayor can- gitaria ciliaris. Existe mucha cobertura tidad de arena que lo reportado por Cruz- orgánica proporcionada por estos pastos; Flores y Etchevers-Barra (2011), de"niendo aunque la altura que alcanzan son de suelos tipo francoarenoso. En la RBC-C aproximadamente 1.5 m. los suelos son de tipo Francoarenoso a ex- cepción del sitio 3 de tipo franco, debido al Los muestreos se realizaron en el mes de transporte, deposición y acumulación de las marzo y se tomaron 3 replicas de forma alea- partículas "nas (limos y arcillas) durante pe- toria; cada réplica consta de una parcela de riodos de inundación en dicho lugar. aproximadamente 1500 m2 compuesta por 5 submuestras, elegidas aleatoriamente. Cada En cuanto a la densidad aparente (DA), submuestra se tomó del per"l completo (de podemos observar que los suelos del PN- 60 a 80 cm); las muestras se secaron a la som- VNC tienen una densidad más baja (1.25 y bra y se realizaron las siguientes determina- 1.40 g/cm3); con respecto a los suelos de la ciones para las características físicas: textura RBC-C (1.48 y 2.00 g/cm3), esto se debe al por el método de Hidrómetro de Bouyoucus tipo de material geológico de origen; sobre y densidad aparente (DOF, 2009), distribu- todo las fracciones arenosas, las primeras ción de tamaño de partículas (Bravo, 2001); derivadas de cenizas y espumas volcánicas y y para las propiedades químicas: pH por el en la segunda área de roca granítica, además método de potenciómetro, conductividad la textura también es un factor in!uyente en eléctrica por el método del conductímetro, la DA y el mayor contenido de arenas es de- capacidad de intercambio catiónico por el terminante para esta diferencia. Cruz-Flores método de acetato de amonio de acuerdo a y Etchevers-Barra (2011), reportan una DA la NOM-021-SEMARNAT-2001, N total por de 0.88 g/cm3 para su estudio en el PNVNC. el método micro Kjeldahl (Keeney y Nelson, Martínez-Trinidad, et al. (2008), reportan

1982), NO3 y NH4 por micro-Kjeldahl de la una DA para la RBC-C entre 0.94 y 1.23 g/ NOM-021-SEMARNAT-2000. cm3 (Figura 3.1.5). Con respecto a las propiedades químicas, en la "gura 3.1.6 se muestran los niveles de RESULTADOS Y DISCUSIÓN pH de los suelos evaluados. En el PNVNC Con respecto a las características físicas; en se encontraron valores entre 4.22 a 5.27 el cuadro 3.1.1, la textura presentó marcadas considerados por la NOM-021-SEMAR- diferencias entre áreas, pero no entre los si- NAT-2010 como suelos fuertemente ácidos tios; ya que ésta, depende directamente de a excepción de S2 que es catalogado como los factores de formación del suelo (Mira- moderado; en este sentido se reconoce, que montes, 2004); principalmente clima, roca la acidez en este tipo de suelos es debido al madre y topografía; por lo tanto, cada área origen volcánico, aportaciones de MO y baja forestal ha sido sujeta a diferente nivel de actividad microbiana; el nivel más bajo de in!uencia. En este sentido en el PNVNC se pH fue en el S4, y puede deberse a la pérdi- encontró que la clase textural para todos los da de vegetación provocada por el incendio Capítulo 3 Suelos forestales 295

• Cuadro 3.1.1. Textura de los ocho suelos estudiados

Arena Limo Arcilla Sitio evaluado Clase textural % PNVNC S1 83.6 12.7 3.7 Arenofrancoso PNVNC S4 80.6 15.1 4.3 Arenofrancoso PNVNC S2 79.6 16.7 3.7 Arenofrancoso PNVNC S3 79.3 16.5 4.2 Arenofrancoso RBC-C S1 73.9 14.8 11.4 Francoarenoso RBC-C S4 71.3 19.6 9.1 Francoarenoso RBC-C S2 65.9 17.6 16.4 Francoarenoso RBC-C S3 45.2 29.9 24.9 Franco en 2006 (DOF, 2009), causando erosión en considerado por la NOM-021-SEMAR- el área, pérdida de la cubierta orgánica, al- NAT-2000 como efectos despreciables de teración de los ciclos de nutrientes, y como salinidad, esto puede deberse a la continua consecuencia la acidez del sitio (Certini, humedad que presentan los suelos (Mataix- 2005). Cruz-Flores y Etchevers-Barra (2011) Solera y Guerrero, 2007) por las nevadas de reportan un pH de 5.8, para el PNVNC. En meses recientes; siendo el S2 el que presentó el caso de la RBC-C se encontraron suelos el mayor valor de CE (0.097 mmhos/cm) y moderadamente ácidos debido a una mayor S4 el menor (0.037 mmhos/cm), ya que este dinámica de la MO y actividad microbiana último presenta la mayor pendiente y altos por condiciones ambientales más favorables niveles de erosión hídrica, lo que provoca la para ello; el S2 tiene un pH de 5.4 muy por perdida de sales. Por otro lado, en la RBC- debajo de lo reportado por Martínez-Trini- C se presentaron valores de 0.83 a 0.183 dad et al. (2008) que fue de 7.08 con las mis- mmhos/cm; considerados ligeramente sali- mas características de vegetación, mientras no según la NOM-021-SEMARNAT-2000, que el S4 posee un pH de 5.88 y Martínez- atribuibles a la acumulación de materia or- Trinidad et al. (2008) reportan 5.79 para gánica por más de 7 meses y de sales solu- pastizales inducidos; el S2 es el que presenta bles (Ca y Mg) (Figura 3.1.7). la mayor acidez debido a que en él se acu- La capacidad de intercambio catiónico mula mas humedad por su cercanía con un (CIC) se muestra en la "gura 3.1.8 donde el río “Chamela”; lo que provoca un lavado se observó que en el PNVNC se presentan de bases, mineralización de la materia orgá- valores entre 13.93 y 19.67 meq/100g para nica, liberación de nitrógeno y por conse- el sitio S4 y para el S2 respectivamente, cuencia aumento de pH. considerados como medios (Rioja Molina, Los suelos del PNVNC presentaron un 2002). En la RBC-C se encontraron valores nivel de conductividad eléctrica (CE) baja, altos de acuerdo con el mismo autor de entre 296 Recursos Forestales en el Occidente de México

g/cm3

RBC-C PNVNC

Figura 3.1.5. Densidad aparente con desviación estándar.

PNVNC RBC-C Figura 3.1.6. pH con desviación estándar.

29.53 y 36.47 meq/100g para los sitios S2 y en estudio, están relacionados con el hecho S3, mientras los sitios S1 y S4 fueron bajos. de que las arcillas y coloides orgánicos son Para ambas áreas forestales, el valor de CIC las porciones más activas en suelos foresta- se puede inferir que las arcillas del complejo les tanto física como químicamente (Ortiz- arcillo-húmico son de tipo micas hidrata- Villanueva y Ortiz, 1990); ya que ellos llevan das según la NOM-021-SEMARNAT-2000 a cabo el intercambio de cationes y su eva- (DOF, 2001). luación es relevante, debido también a que son una fuente importante de nutrientes y Los resultados encontrados sobre catio- un buen indicador de la calidad del suelo. nes intercambiables en los suelos de las áreas Capítulo 3 Suelos forestales 297

mmhos

RBC-C PNVNC Figura 3.1.7. Conductividad eléctrica (mmhos/cm a 25ºC).

Los resultados de cationes intercambia- y altas temperaturas presentes en ésta área bles se muestran en el cuadro 3.1.2 respecto (SEP, 2008). a los niveles de cationes intercambiables. El Para el caso de Na+ en todos los sitios del Mg+ intercambiable en el PNVNC S1 y en PNVNC presentaron valores considerados el S1 de la RBC-C son considerados como de medios a altos (Peck y Melsted, 1973); muy bajos, lo que re"ere que al ser un ele- por otro lado, en la RBC-C los sitios poseen mento esencial en la fotosíntesis es tomado valores de medio a altos. Los niveles bajos rápidamente por la vegetación arbórea de y medio bajos se dan por mayor precipita- esos sitios; mientras que los sitios 2, 3 y 4 de ción y pendientes pronunciadas en el terre- el PNVNC se consideran de nivel bajo; los no y los niveles medios a altos, se presentan sitios S2, S3 y S4 de la RBC-C presentan va- debido a procesos de mineralización de la lores de medio a alto de acuerdo a la NOM- materia orgánica, favorecidos por el clima 021-SEMARNAT-2001 (DOF-2001). tropical de la zona (Acevedo-Sandoval et al., Los valores de Ca+ intercambiable en el 2010) PNVNC son considerados como muy bajo El contenido de K+ en el PNVNC en S1 en todos los sitios; debido al lavado provo- y S3 es muy bajo, y en S2 y S4 son medios. cado por la humedad ambiental constante, Para la RBC-C todos los sitios tienen un ni- mayor precipitación y poca evaporación; ya vel considerado alto (DOF, 2001); ya que en que el Ca es considerado el catión mas so- suelos que alternativamente se humedecen y luble (SEP, 2008). Mientras que en la RBC- secan, "jan grandes cantidades de K (Ortiz- C los contenidos de Ca fueron mayores; los Villanueva y Ortiz, 1990). sitios S1, S2 y S4 son bajos y el S3 tiene un nivel medio (DOF, 2001); esta diferencia en- Los resultados en el contenido de ni- tre áreas, se debe a las bajas precipitaciones trógeno total, fueron diferentes entre áreas 298 Recursos Forestales en el Occidente de México

meq

PNVNC RBC-C Figura 3.1.8. Capacidad de intercambio catiónico (meq/100g). • Cuadro 3.1.2. Cationes intercambiables

Cationes intercambiables Mg+ Ca+ Na+ K+ meq/100 g PNVNC S1 0.261 1.954 0.261 0.127 PNVNC S2 0.521 1.823 0.311 0.433 PNVNC S3 0.647 0.521 0.373 0.047 PNVNC S4 0.649 0.649 0.281 0.473 RBC-C S1 0.390 3.517 0.402 1.129 RBC-C S2 2.932 4.300 0.435 0.987 RBC-C S3 3.520 8.337 0.483 1.134 RBC-C S4 2.990 3.383 0.358 0.787

(Cuadro 3.1.3). En el PNVNC el S1 corres- día) y una condición ambiental fría a tem- pondiente a una vegetación arbórea de co- plada (10 a 15ºC) debido a su altitud (2850 níferas poco perturbada, presentó el valor msnm). Por el contrario, el sitio S2 es el que mas alto (0.51%) considerado por la NOM- posee el menor contenido (0.058); ya que 021-SEMARNAT-2000 como medio para presenta un bosque de transición con ma- suelos volcánicos, donde la acumulación yor cantidad de especies latifoliadas, alta de MO ha sido igualmente mayor (23%), producción de biomasa y por lo tanto alto por su lenta descomposición, baja activi- contenido de MO (9.2%); pero una mayor dad microbiológica (4.25 mg CO2 g-2 por dinámica de descomposición por su menor Capítulo 3 Suelos forestales 299

• Cuadro 3.1.3. Contenido de nitrógeno total

PNVNC RBC-C Sitio mg/g de suelo S1 5.17 0.04 S2 0.58 1.43 S3 1.37 0.03 S4 1.34 0.07 recalcitrancia, condiciones ambientales me- Se realizaron las determinaciones para nos extremas por su menor altitud (2400 los contenidos de nitrógeno de tipo amo- + + msnm); por lo que se le considera como ni- niacal (NH4 -N) y nítrico (NO3 -N); en este vel bajo. Los sitios S3 y S4 han tenido mayor sentido, cabe señalar que los resultados para perturbación por aprovechamiento forestal los contenidos de nitrógeno amoniacal entre + antes de su declaratoria y posteriormente el áreas es similar. Los resultados de NH4 -N S3 ha sido por actividad turística y el S4 por (Figura 3.1.9) muestran que los suelos del un fuerte incendio de copa, esto ha provo- PNVNC mantienen valores similares cerca- cado que estos sitios también presenten un nos a 40 mg/kg, excepto para el sitio S2 don- valor bajo contenido de N; S3 con 0.137% y de el valor fue menor (30 mg/kg), lo que su- S4 con 0.134%. En este sentido, Cruz-Flores giere que el alto contenido de humedad que y Etchevers-Barra en el 2011, reportan un se presenta en ese microclima, propicia una único valor de 2.8 mg/g para suelos del Ne- mayor pérdida de este elemento. Por otro vado lo que corresponde a .28% según los lado, en la RBC-C, se presentaron valores valores que maneja la NOM-021-SEMAR- con mayor contraste entre los sitios, encon- NAT-2000. trando que los sitios S2 y S3 fueron similares En la RBC-C de los cuatro sitios en estu- a los del nevado (41 mg/kg); en compara- dio, tres presentaron contenidos considera- ción con contenidos mas altos de los sitios dos de bajo a muy bajos (S1, S3 y S4); lo cual S1 y S4 con 46 y 50 mg/kg respectivamente. es debido a una mayor dinámica de incor- Los contenidos de nitrógeno nítrico + poración de la biomasa y transformación de (NO3 -N) se muestran en la "gura 3.1.10 y + la materia orgánica en las zonas tropicales. se observó mayor variación que para NH4 - El sitio S2, tuvo el mayor valor considerado N entre áreas forestales (valores menores como alto (DOF, 2001); ya que el tipo de ve- para el PNVNC), pero también entre sitios getación presente incluye numerosas espe- de cada una. Para el PNVNC, resalta una cies "jadoras de nitrógeno y por lo tanto, a gran diferencia entre el sitio S3 con 26 mg/ pesar de mantener constante la producción kg y los casi 50 mg/kg del S1. En la RBC-C de biomasa, la extracción de nitrógeno pro- de 42.5 mg/kg en el S4 a 65.5 mg/kg en el S3. veniente de la descomposición de la MO, es De manera general, se puede considerar menor (Binkley y Giardina, 1997). que la variación en los contenidos de nitró- 300 Recursos Forestales en el Occidente de México

mg/kg

RBC-C PNVNC Figura 3.1.9: Porcentaje de contenido de nitrógeno amoniacal geno en sus formas minerales, puede deber- que afecta los contenidos de nitratos es el se a los factores que afectan el proceso de proceso de inmovilización que pudiera estar nitri"cación, considerando: el suministro in!uenciando del ión amonio, la actividad de la población de organismos nitri"cantes, el pH, la airea- ción y la temperatura del suelo, además de CONCLUSIONES la poca humedad y la presencia de materia Se puede concluir que entre las dos áreas orgánica en los sitios (Beteta-Beteta, 2012). forestales se presentaron diferencias en las En este sentido, comparando los resultados características físicas y propiedades quími- que muestran Salazar-Sosa (2003) para sue- cas de los suelos y por lo tanto requieren los agrícolas con diferente tipo de labranza de un manejo diferenciado. Otro aspecto para el cultivo de maíz, también reportan importante es que entre sitios de la misma diferencias para ambas formas de nitrógeno; área, se presentaron diferentes tendencias, encontrando que los nitratos en promedio en el PNVNC se observaron diferencias me- fueron menores a 20 mg/kg y el amonio fue nos contrastantes entre las variables de los entre 30 y 40 mg/kg; por el contrario para sitios, lo que signi"ca que un bosque tem- suelos en ecosistemas forestales, en esta in- plado es más estable edá"camente hablando. vestigación se encontró que los contenidos Por otro lado, la RBC-C presenta diferencias de amonio son menores, en promedio cer- más signi"cativas entre sitios para las varia- canos a 40 mg/kg en ambas áreas; mientras bles evaluadas; por lo tanto, las condiciones que los contenidos de nitratos son mayores ambientales tropicales y su mayor diversi- de 30 mg/kg, sobre todo en el ecosistema dad vegetal, promueve cambios mas signi"- tropical, donde se presentaron valores ma- cativos ocasionados por el manejo y por un yores a 50 mg/kg. Otro factor importante cambio en la condición de conservación. Lo Capítulo 3 Suelos forestales 301

mg/kg

PNVNC RBC-C Figura 3.1.10. Porcentaje de contenido de nitrógeno en forma de nitrato. que hace a este tipo de ecosistemas más sus- Beteta Beteta, O. 2012. Caracterización y dinámi- cas de carbono y nitrógeno de suelos forestales, en ceptibles a la degradación de estos ecosiste- Santa María Yavesía, Oaxaca. Tesis para obtener mas. Finalmente, los parámetros de calidad el Titulo de Licenciado en Ciencias Ambientales. y fertilidad de los suelos en áreas forestales, Universidad de la Sierra Juárez. Ixtlán de Juárez, Oaxaca. dependen fuertemente de las características Bravo, J.A. 2001. Determinación de la distribución del ambientales, de su vegetación, del uso y ni- tamaño de partículas en suelos: Teoría. Revista de vel de perturbación; lo que obliga entonces investigación de Física. Facultad de Ciencias Físi- a un manejo de acuerdo a su naturaleza y cas. UNMSM, vol.4, núm.1:51-64 condición. Chapin F.S. III, P.A. Matson y H.A. Mooney. 2002. Principles of terrestrial ecosystem ecology. Springer- Verlag. Nueva York, Estados Unidos. Chen, H., R. Hou, Y. Gong, H. Li, M. Fan y Y. Kuz- LITERATURA CITADA yakov. 2009. E%ects of 11 years of conservation ti- Acevedo-Sandoval, O., M.A. Valera-Pérez y F. Prieto- llage on soil organic matter fractions in wheat mo- García. Propiedades físicas, químicas y mineraló- noculture in Loess Plateau of China. Soil Till. Res. gicas de suelos forestales en Acaxochitlán, Hidalgo, 106:85-94. México. Uciencia 26(2): 137-150. Certini, G. 2005. E%ects of !re on properties of forest April, R. y R. Newton. 1992. Mineralogy and mineral soils: a review. Oecologia. Vol. 143, num 1. weathering. Páginas: 378-425 en D.W. Johnson y S.E. Lindberg (editores). Atmospheric deposition CONAFOR. 2009. Restauración de ecosistemas foresta- and forest nutrient cycling. Springer-Verlag, Berlín. les: Guía básica para comunicadores. Primera Edi- ción. Comisión Nacional Forestal. Guadalajara, Attiwill, P.M. y G.W. Leeper. 1987. Forest soils and nu- México. 63 pp. trient cycles. Melbourne University Press, Australia. 302 Recursos Forestales en el Occidente de México

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Selva alta perennifolia: Árboles de más de en suelos calcáreos de drenaje de"ciente 25m, con abundantes bejucos y plantas ((Rzedowzki, 1978; González, 2003). epí"tas; muy densa. La mayoría de los árboles permanecen verdes todo el año, Bosques aunque algunos tiran el follaje durante la !oración. De 0 a 3 meses secos. Frecuen- Vegetación arbórea de regiones de clima temente asociado a rocas calizas. A menu- templado y semifrío, con diferentes grados do se encuentra en terrenos kársticos de de humedad, se presenta en regiones monta- drenaje rápido y suelos someros, en terre- ñosas. Algunos presentan mayor desarrollo nos planos o ligeramente ondulados con con lixiviación de arcillas, como los Acriso- suelos aluviales profundos y bien drena- les y Luvisoles, algunos muestran moderado dos, ricos en materia orgánica y pH ácido intemperismo, como los Cambisoles; Otro (Rzedowzki, 1978; González, 2003). grupo presenta propiedades determinadas por su fracción coloidal, como los Andoso- Selva mediana subcaducifolia: La altura de les. Los suelos dominantes son super"ciales los árboles dominantes es de 15 a 40m. y de insipiente desarrollo, como los Litosoles Del 25 al 50% de los árboles pierden sus y Regosoles, los cuales mantienen en forma hojas en la época seca; 3 a 6 meses secos. conjunta al 58.6% de los bosques templados Comúnmente se desarrolla sobre suelos (Sánchez, 2003; Granados et al., 2007). de caliza, medianamente profundos, a menudo arcillosos y rojos o negros, ricos Bosque Mesó"lo de Montaña: Bosque den- en materia orgánica y de drenaje rápido so, arboles de 15 a 35m de alto, algunos (Rzedowzki, 1978; González, 2003). con más de 60m, perennifolios o de hoja caduca. El 75% de las especies pierde fo- Selva baja caducifolia: Árboles de 15m de al- llaje, se presenta en los meses más fríos tura; predominan los de 2 a 8m. Entre el del año. Es frecuente un sotobosque muy 25 y el 50% de los árboles pierden las ho- desarrollado y presencia de epí"tas. A jas en la época de secas. En las zonas más menudo sobre calizas, así como sobre secas es común la presencia de cactáceas laderas andesíticas, basaltos y otros tipos columnares y candelabriformes, así como de rocas. Los suelos son someros o pro- de rosetó"los; de 5 a 8 meses secos. Gene- fundos, con abundante materia orgánica ralmente se encuentra en lomeríos y lade- y húmedos durante todo el año (Rze- ras con suelos someros y pedregosos, o en dowzki, 1978; González, 2003; Granados suelos profundos con drenaje de"ciente et al., 2007; Cotler, 2003). (Rzedowzki, 1978; González, 2003). Bosque de Coníferas: Incluye Pinus, Abies Selva baja espinosa: Presenta árboles con es- y Juniperus. Las comunidades son de pinas, de 4 a 8m, o hasta 15m, la mayoría una altura de hasta 40 m. De 5 a 6 me- plantas caducifolias. De 5 a 9 meses secos. ses secos. Se asientan principalmente en Localizada en terrenos planos o poco in- áreas cubiertas por rocas ígneas, en sue- clinados, profundos, oscuros, más o me- los de pH ácido (5 a 7), profundos, bien nos ricos en materia orgánica. También Capítulo 3 Suelos forestales 305

drenados; pero los Juniperus pre"eren ki, 1978; González, 2003; Mitsch y Gos- suelos alcalinos; con contenido modera- selink, 2000) damente elevado en sales solubles y yeso, Selva de galería: Agrupaciones arbóreas con drenaje de"ciente, poco profundos heterogéneas, de 4 a 40m de altura. A y pedregosos. Son frecuentes las tierras menudo constituido por árboles irregu- rojas, más o menos arcillosas derivadas larmente distribuidos. Las plantas están de basaltos; los suelos negros o muy os- arraigadas en el fondo de cuerpos de curos son también frecuentes (Rzedowz- agua, tanto dulce como salobre. También ki, 1978; González, 2003; Granados et al., a orillas de zanjas, canales y remansos 2007; Cotler, 2003). de ríos; suelos aluviales formados por Bosque de Quercus: Con arboles de roble y el arrastre de las corrientes (Rzedowzki, encino de 2 a 30m, algunos de 50m; ge- 1978; González, 2003). neralmente con clima seco. Se encuentra en sustratos ígneos y sedimentarios, en suelos profundos de terrenos aluviales planos, y en suelos rocosos e inclinados o pedregosos, de pH ácido (Rzedowzki, 1978; González, 2003; Granados et al., 2007; Cotler, 2003).

Matorral Xerófilo Comunidades de zonas áridas y semiáridas, predominan arbustos altos o árboles ba- jos de 3 a 5m, caducifolios, con hojas o foliolos de tamaño pequeño; 7 a 12 meses secos. Presenta suelos someros de laderas de cerros, formados de roca sedimenta- ria o volcánica, desciende a suelos aluvia- les contiguos; con poca inclinación, en terrenos planos y algo pedregosos (Rze- dowzki, 1978; González, 2003).

Vegetación acuática y subacuática Manglar: Presenta arboles y arbustos de 2 a 25m, poca diversidad vegetal. Prospera en donde hay in!uencia de agua de mar. El suelo es hidromór"co, presentar una capa de agua poco profunda (Rzedowz- 306

3.2 La materia orgánica edáfica en dos áreas forestales de Jalisco

Eduardo Salcedo Pérez, Irma Estela Delgado Rosas, Juan Carlos Meza Contreras, Ricardo Manríquez González, Eduardo Valdés Velarde, Arturo Galvis Spinola, Agustín Merino García.

RESUMEN En el presente trabajo se presentan los resultados y evidencias más relevantes encontradas sobre las fracciones de la materia orgánica edá"ca, realizado en dos áreas forestales de Jalisco, el Volcán Nevado de Colima y en la Reserva de la biosfera “Chamela- Cuixmala. La materia orgánica es un componente de la naturaleza sumamente importante en la historia del planeta y ha tenido diferentes momentos de gran atracción e interés para su estu- dio a lo largo de la historia del hombre, sobre todo en las áreas agrícolas, por diversas civilizaciones y culturas. Actualmente ha retomado una nueva revaloración por parte de la sociedad rural y cientí"ca. En áreas forestales, representa uno de los componentes más determinantes para el desarrollo de los diversos tipos de vegetación y por lo tanto de su biodiversidad. Constituye también un factor de gran efecto sobre el equilibrio ambiental para dichos ecosistemas y comunidades; ya que es el proveedor más importante de los nutrientes hacia la vegetación natural; por otro lado, los microorganismos del suelo son los actores principales en la transformación de esta materia: degradación, descomposición y mineralización. Uno de los aportes mas recientes y novedosos en el es- tudio de este componente edá"co son los conceptos de “materia orgánica particulada” y el de “reservas orgánicas edá"cas”, los cuales motivaron el presente trabajo de estudio integral de la materia orgánica.

ABSTRACT Ce present document exposes the results and more relevant evidences found about fraction in the soil organic material in two forest areas in Jalisco, the Nevado Volcano and in the biosphere reserve Chamela- Cuixmala. Ce organic materia is a nature component and very important in the history of the planet, it at diFerent times it became appealing for diverse studies specially in agricultural areas to many cultures and civilizations. Nowadays it has been revaluated by the scienti"c and rural society. In forest areas it represents one of the most determinant for the development of many kinds of vegetation and therefore biodiversity. It also constitutes an important factor in enviromental balance for such ecosystems and communities since it is the most important supplier of nutrients to the natural vegetation, also the soil microorganisms are the principal actors in the transformation of this material: degradation, decomposition and mineralization. One of the more recent and new contributions to this "eld are the concepts of “organic particulate material” and “organic reserves” which motivated the present document. Capítulo 3 Suelos forestales 307

e le denomina “materia orgánica” (MO) presente en el complejo órgano–mineral del Sdel suelo a todos aquellos residuos y frac- suelo (Jandl et al., 2007). ciones en diferente etapa de transformación En este sentido, los componentes quími- y composición química, generada a partir de cos principales de la MO son polisacáridos, la biomasa de plantas, animales y microrga- inclusive celulosa, hemi-celulosa, ligninas, nismos; la cual se origina a partir de la fo- sustancias pépticas y otras. Las ligninas son tosíntesis y de otros procesos naturales (Ko- relativamente resistentes al ataque bacteria- nonova, 1967; Galantini y Suñer; 2008); se no y, por consiguiente, tienden a acumularse encuentra presente en todos los ecosistemas en los procesos de descomposición (Brady & naturales y agrícolas (Killham, 1994); forma- Weil, 2002). Sin embargo, tampoco perma- da por compuestos de carbono. Los cambios necen totalmente inalteradas. que se producen en el proceso de descom- posición de la materia orgánica tienen como La MO super"cial contribuye a la forma- resultado habilitarla para retener cationes ción y acumulación de horizontes orgánicos y aniones, los cuales forman un importan- superiores edá"cos y ejerce una in!uencia te almacén de nutrimentos para las plantas considerable sobre el suelo mineral subya- (Allison, 1973; Kononova, 1967; Williams y cente, así como sobre la población de mi- Joseph, 1973). La cantidad presente en un crorganismos y animales asociados al suelo. suelo depende del balance entre las entradas La dinámica de la MO y la naturaleza del (biomasa aérea, biomasa del sistema raíz; la complejo órgano-mineral in!uyen de ma- incorporación de organismos de fauna y los nera positiva sobre diversas propiedades del microrganismos) y rizodeposición y, de las suelo, modi"cando las características físicas salidas que se producen por la liberación de – químicas y propiedades "sicoquímicas, es C durante la descomposición (Jandl et al., decir; cumple funciones esenciales en su es- 2007), y consumo por organismos del suelo; tructura y estabilidad (Tisdall y Oades, 1982; extracción de madera así como por lixiviado Six et al., 2002), en su fertilidad nutritiva y procesos erosivos. (Reeves, 1997; Brady, 2003), en su capacidad de retención de agua (Hudson, 1994) y en su De acuerdo con Miramontes (2004), el resistencia a la penetración por raíces (Zou, tipo y cantidad de materia orgánica presente et al., 2000), además aumenta su resistencia en un determinado lugar depende del tipo a la erosión favoreciendo la in"ltración del de vegetación presente, la naturaleza de la agua (MacRae y Mehuys, 1985; Boyle et al., población microbiológica , las condiciones 1989; Pikul y Zuzel, 1994); además contri- de drenaje, la precipitación, los rangos de buye a capturar elementos potencialmen- temperatura y el tipo de manejo aplicado al te tóxicos y contaminantes de los cursos suelo. En este sentido, bajo condiciones am- de agua, gracias a su papel de "ltro natural bientales similares, la descomposición de la asociado principalmente a sus propiedades MO dependerá de: la disponibilidad del sus- adsorbentes (Camps-Arbestain et al., 2004). trato, la estructura química (recalcitrancia) Por otro lado, la MO in!uye fuertemente de los compuestos orgánicos y la relación en la actividad enzimática del suelo (Dick, 308 Recursos Forestales en el Occidente de México

1984; Dick y Kandeler, 2005) y en la com- ni contaminantes. En esta mezcla de mate- posición de las comunidades microbianas rial orgánico no existen límites de"nidos; (Grayston y Presscott, 2005). sin embargo, es importante "jarlos; y es po- sible de"nir varios compartimentos discre- Los ecosistemas forestales y en particu- tos con una relación inversa entre su tamaño lar su suelo juegan un papel importante en y su velocidad de descomposición, donde las el ciclo global del C y del cambio climático fracciones más abundantes se descomponen (IPCC, 2000); representa un importante re- más lentamente. servorio del carbono orgánico (C) del pla- neta. Se estima que la biomasa aérea de los Kapkiyai et al. (1999) señalaron que la bosques constituye entre el 82-86% de todo fracción joven de la MO (MOj) es clave para el C "jado en la biomasa terrestre (Richter et interpretar cambios en la fertilidad del suelo y al., 1999) y que los suelos forestales acumu- podría ser utilizada como un índice de calidad lan entre el 70-73 % de todo el C orgánico de los mismos. De similar manera, Biederbeck "jado en el suelo (Birdsey et al., 1993). En et al. (1998) comprobaron que fracciones lábi- este sentido, la transformación de la MO en les de la MO fueron indicadores más sensibles sus diferentes fracciones dependerá princi- a los cambios en la calidad del suelo que el palmente del grado de estabilización de los CO y N total. Esta fracción estaría compues- compuestos químicos de la MO. ta principalmente por fragmentos de raíces parcialmente descompuestas (Cambardella y Elliott 1993). La fracción más estable de la MO FRACCIONAMIENTO DE LA MATERIA ORGÁNICA (<50μm) se relacionó con el contenido de arci- La materia orgánica del suelo, desde el pun- lla (Hassink, 1997), mientras que la MOj (100- to de vista ambiental, esta formada, por dos 2000 μm) fue signi"cativamente in!uenciada fracciones o materiales; la materia orgánica por el manejo (Cambardella y Elliott, 1994; fresca o cruda; a su vez esta puede ser sepa- Quiroga et al., 1996). rada en dos grupos distintos; biomasa vege- Para separar fracciones con velocidades tal o animal y biomasa microbiana. La otra de ciclado semejantes se debe tener en cuen- fracción de MO es el humus (Miramontes, ta los factores que modi"can la transforma- 2004). Aunque no existe una de"nición aca- ción de la MO en el suelo. Es aquí donde las bada sobre lo que el humus es, McLaren y complicaciones son mayores, ya que pueden Peterson (1967), lo describen como el con- predominar factores químicos, físicos o bio- junto de restos postmortem de vegetales y lógicos en forma más o menos simultánea animales depositados en el suelo, sometidos (Galantini, 2008); incluso los menos estu- a procesos de descomposición, transforma- diados, los "sicoquímicos como la super- ción y resíntesis. "cie especí"ca, su capacidad caloró"ca, el El fraccionamiento ideal de acuerdo con potencial zeta de atracción y repulsión de la Galantini (2008), debería permitir extrac- fracción coloidal, etc. (Salcedo, 2006). ción completa de un determinado material Por su parte, Galvis (1998) ofrece una orgánico en todos los suelos, sin alteraciones de las mejores propuestas para comprender Capítulo 3 Suelos forestales 309 la MO del suelo y las agrupa de la siguiente comunidad microbiana dado que menos del manera: Reservas orgánicas activas lábiles, 5% de ésta se oxida por una vía estrictamen- constituidas por materiales orgánicos de te química (Lavelle et al., 1993). Los proce- reciente incorporación, los cuales se mine- sos microbianos de descomposición de la ralizan en menos de un año en condiciones MO son controlados por la disponibilidad de campo. Reservas orgánicas activas estabi- del sustrato, y por las condiciones ambien- lizadas, formadas por compuestos no humi- tales como temperatura y humedad (Lavelle "cados de mineralización más lenta por su et al., 1993). constitución química o por estar protegidos La disponibilidad para los microorganis- físicamente en el interior de la matriz arci- mos de cada uno de estos compartimentos llosa contra la acción de los microorganis- dependerá de su composición química, re- mos. Reservas orgánicas pasivas, denomina- lación C:N, estado de humi"cación y ubi- das así por no contribuir en corto plazo a la cación dentro de la matriz del suelo (Sollins nutrición vegetal, los cuales se mineralizan et al., 1999; Balesdent et al., 2000). Nogales lentamente a su composición bioquími- (2005) explica que los microorganismos des- ca. Las reservas orgánicas se incrementan, empeñan funciones de gran importancia en mantienen o disminuyen en función de la relación con procesos de edafogénesis; ciclos actividad de la biomasa edá"ca y del balance biogeoquímicos de elementos como el carbo- que se establece entre las entradas de los ma- no, el nitrógeno, oxígeno, el azufre, el fósfo- teriales orgánicos y la salida por los diferen- ro, el hierro y otros metales; fertilidad de las tes procesos de deterioro ambiental. plantas y protección frente a patógenos; de- gradación de compuestos xenobióticos, etc. Las raíces vegetales también participan en LA VIDA MICROBIANA EN EL SUELO la transformación del suelo, disgregándolo, El suelo es un ecosistema más, ya que en el tomando elementos minerales, y aportando existen toda una serie de organismos que restos orgánicos, exudados, etc. Las relacio- lo modi"can. Las relaciones entre ellos son nes entre ellas y con otros organismos son de complejas, y en su conjunto muy importan- tipo químico y son muy complejas. tes en la determinación de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos y La super"cie de las partículas sólidas es en el establecimiento de determinadas co- el lugar donde se suelen formar colonias de munidades vegetales (Nogales, 2005). Los microorganismos (Carter y Stewart, 1996); organismos del suelo no se distribuyen al los principales factores que pueden afectar el azar sino que siguen patrones espaciales de desarrollo de estos son el agua, la presencia agregación, a escalas diferentes (desde nm a de oxígeno en el suelo y la riqueza de nu- km) que se superponen. Esta estructuración trientes (Miramontes, 2004). En el complejo obedece al efecto causado por diferentes arcillo-húmico, los microorganismos acce- factores de control y es totalmente dinámica den a gran cantidad de nutrientes, ya sean (Ettema, et al., 2002). La descomposición de substancias orgánicas o bien, elementos mi- la MO está principalmente controlada por la nerales adsorbidos (Navarro, 2003). 310 Recursos Forestales en el Occidente de México

Julca-Otiniano et al. (2006) mencionan orgánica suelo (sapró"tos, simbiontes, nitri- que los suelos contienen una amplia diversi- "cación, etc.) constituyen una herramienta dad de formas biológicas, desde virus hasta efectiva para analizar la diversidad de res- insectos y numerosos microrganismos aso- puestas "siológicas, permitiendo describir ciados a las raíces de las plantas superiores el funcionamiento del componente biótico, vivas. La importancia relativa de cada uno como una explicación causal de los !ujos de de ellos depende de las propiedades del sue- nutrientes en el ecosistemas (Valenzuela et lo. La materia orgánica y la actividad bioló- al., 2001; Cárcamo et al., 2004) gica que esta genera tienen gran in!uencia La fertilidad y el funcionamiento de los sobre las propiedades químicas y físicas de suelos dependen en una gran proporción de los suelos. La agregación y la estabilidad de las propiedades bioquímicas y microbiológi- la estructura del suelo aumentan con el con- cas, ya que son muy importantes para de"nir tenido de materia orgánica; éstas a su vez, las principales funciones edá"cas: produc- incrementan la tasa de in"ltración y la ca- tiva, "ltrante y degradativa. Por lo tanto, la pacidad de agua disponible en el suelo así actividad biológica y bioquímica del suelo es como la resistencia contra la erosión hídri- de importancia capital en el mantenimien- ca y eólica. La materia orgánica del suelo to de la fertilidad de los hábitat terrestres y también mejora la dinámica y la biodispo- consecuentemente del funcionamiento de nibilidad de los principales nutrientes de las los ecosistemas forestales y agrícolas (To"ño plantas (Bot, 2005); además, la actividad de et al., 2012). los organismos del suelo sobre los materiales orgánicos dispersos en el mismo, tienen una Bacterias: Su función básica es la descompo- función importante en los ciclos biogeoquí- sición y mineralización de los residuos micos del carbono, nitrógeno y fósforo; en la orgánicos, de donde obtienen su fuente pedogénesis y en la movilidad de los conta- energética y alimenticia. Mediante su minantes del suelo (Kalbitz et al., 2000). metabolismo liberan sustancias al medio, como enzimas, proteínas, reguladores de crecimiento, metabolitos y algunos nu- PAPEL DE LOS MICROORGANISMOS EN LOS trientes. Favorecen el incremento en la CICLOS BIOGEOQUÍMICOS cantidad de raíces y un aporte importan- te de elementos básicos para el desarro- La actividad biológica de los microorganis- llo y producción. El número de bacterias mos del suelo constituye uno de los mecanis- esta relacionada con la textura, estructu- mos mas esenciales en los procesos de reci- ra, porosidad, aireación y retención de claje y consecuente liberación de nutrientes humedad, ya que su actividad se bene"- en el bosque, entrelazándose en complejos cia con una mayor disponibilidad de oxí- !ujos biogeoquímicos (Críquet et al., 2004). geno, principalmente en aquellos suelos Los patrones de actividad de grupos funcio- con poca compactación y sin excesos de nales especí"cos de organismos asociados a agua. Dentro de las propiedades quími- la hojarasca, descomposición de la materia cas que favorecen la actividad de las bac- Capítulo 3 Suelos forestales 311

terias se encuentra un pH cercano a la utilizar una amplia gama de compuestos neutralidad, una baja acidez, altos conte- carbonados y nitrogenados; son organis- nidos de materia orgánica y alta disponi- mos típicamente anaerobios por lo que no bilidad de algunos elementos necesarios suelen encontrarse en suelos encharcados, para su metabolismo, como N, Ca y Mg son mas frecuentes en los suelos calientes (Julca-Otianiano, 2006). que en los fríos y resultan poco tolerantes a la acidez (Julca-Otianiano, 2006). Hongos: Su función básica es la descompo- sición y mineralización de los residuos Biomasa microbiana: Es el componente más orgánicos frescos o recién incorporados activo del suelo, y cumple una función al suelo, mediante su metabolismo libe- muy importante en el humus, ya que ran gran cantidad de enzimas capaces de interviene en los procesos de minera- destruir compuestos de estructuras com- lización de nutrientes, una vez muertos plejas, para así obtener su fuente ener- ponen a disposición de otros microor- gética y alimenticia; liberan proteínas al ganismos y de las plantas los nutrientes medio, reguladores de crecimiento, me- contenidos en los restos microbianos tabolitos y algunos nutrientes. Favorecen (Jenkinson y Ladd, 1981) y, por otro lado, el incremento en la cantidad de raíces, también participan en la inmovilización. una protección al ataque de "topatóge- Así, los ciclos de algunos nutrientes ma- nos y un aporte importante de elementos yoritarios, como el carbono, demuestran básicos para el desarrollo y producción. que la biomasa microbiana es clave en la La disponibilidad de oxígeno en el me- dinámica de los nutrientes esenciales en dio es importante, el número de hongos el sistema edá"co (Doran et al., 1994). del suelo tiene una estrecha relación con Los parámetros microbiológicos, y por propiedades físicas relacionadas con la lo tanto bioquímicos, sirven para indi- función "ltrante del suelo: textura, es- car posibles cambios netos en el equili- tructura, porosidad, aireación y reten- brio del suelo que no podrían detectarse ción de humedad. En cuanto a paráme- con métodos tradicionales (Doran et al., tros químicos, se favorece la actividad de 1994; García et al., 2000). los hongos a un pH del suelo mediana- La micro!ora edá"ca que actúa en la des- mente ácido, una acidez intercambiable composición y mineralización de la materia intermedia, altos contenidos de materia orgánica requiere carbono como fuente de orgánica y alta disponibilidad de elemen- energía, y nitrógeno como intermediario en tos esenciales. Organismos antagónicos la síntesis de proteínas. Si en un suelo, la re- y sustancias contaminantes son factores lación C/N en la materia orgánica es eleva- que también afectan la actividad de los da, los microorganismos disponen de C en hongos en el suelo (Wild, 1992). abundancia, pero carecen de N, con lo cual Actinomicetos: Organismos procariotas "- son pocos los microorganismos que pueden lamentosos; sus hifas son cenocíticas. Se actuar en la degradación de la materia orgá- trata de un grupo adaptable y pueden nica. Como consecuencia, el proceso de mi- 312 Recursos Forestales en el Occidente de México neralización se ralentiza, y el N amoniacal o cas, físicas y biológicas del suelo; vinculadas los nitratos asimilables por las plantas supe- con: su calidad, sustentabilidad y capacidad riores se encontrarán en baja cantidad en el productiva. La fuente primaria de carbono suelo. De este modo, podemos decir que la orgánico esta constituido por las partes aé- relación C/N tiene una gran importancia en reas de los cultivos, las raíces y exudados la valoración de la fertilidad del suelo (Porta radicales, una vez en el suelo, el carbono or- et al., 1999). gánico soluble sigue la vía de mineralización transformándose en CO2 y escapando a la La dominancia de formas orgánicas e in- atmosfera, o se almacena en el suelo me- orgánicas de nitrógeno en un suelo es deter- diante la humi"cación (Murillo, 2010). minada por la relación C/N, de esta manera, la materia orgánica del suelo con una relación Los microrganismos necesitan del car- C/N de 30 (30:1) favorece la inmovilización; bono como fuente de energía (oxidan el C en tanto que con relaciones bajas (20:1) la mi- y lo devuelven a la atmósfera como bióxido neralización es mas rápida, por lo que ambos de carbono CO2). La actividad enzimática procesos resultan favorables para aumentar la produce cambios en la materia orgánica del fertilidad del suelo. La relación C/N sirve de suelo produciendo los productos simples:

índice para caracterizar el estado de humi"- CO2 y agua. cación de la materia orgánica, cuando es alta, la actividad de los microorganismos es inten- sa y sus necesidades de oxigeno son elevadas; NITRÓGENO EN EL SUELO cuando desciende la relación, disminuye la El Nitrógeno, elemento fundamental de la actividad microbiana y se hace disponible el biomasa vegetal, y constituyente básico de las N mineral para las plantas. proteínas, ácidos nucleicos, cloro"las, etc. El N es indispensable para el adecuado desarrollo y funcionamiento de la planta, promoviendo EL CARBONO DEL SUELO el alargamiento de troncos y brotes, es respon- El carbono forma el “esqueleto” de todas las sable del incremento foliar y de la producción sustancias orgánicas. Su ciclo se interrela- frutos. Mas del 95% del N del suelo esta en for- ciona estrechamente con los ciclos de O, N, ma de materia orgánica, cuya fracción menos P y S (Murillo, 2010). El suelo puede actuar susceptible de sufrir una descomposición rápi- como fuente o reservorio de C (Jobbágy y da es la fracción estable. La cantidad de N dis- Jackson, 2000), dependiendo de su uso y ponible para las plantas depende del equilibrio manejo; además es un componente impor- entre mineralización y inmovilización. Las tante del ciclo global de C, ocupando un plantas lo absorben principalmente por las raí-

69.8% del C orgánico de la biosfera, los sue- ces en forma de NH4 y NO3. En la naturaleza, los contienen más C que la suma existente el nitrógeno puede existir ya sea en una forma - en la vegetación y en la atmósfera (Martínez altamente oxidada como ion nitrato (NO3 ), - et al., 2008). El carbono orgánico del suelo, ion amoniaco (NH3), ion nitrito (NO2 ) o gas afecta la mayoría de las propiedades quími- nitrógeno (N2). Capítulo 3 Suelos forestales 313

De acuerdo a Campbell (2005), el ciclo equipos utilizados para otro tipo de estudios, del N incluye cuatro procesos: ha permitido avanzar en su conocimiento y ha facilitado la generación de información Nitri"cación: Transformación del amonio a más precisa y con"able. nitrito y luego a nitrato. Las técnicas analíticas instrumentales Amoni"cación: Descomposición de com- permiten estudiar de manera integral una puestos orgánicos para formar amonio gran cantidad de factores y variables físicas, Desnitri"cación: El nitrato se transforma en químicas y "sicoquímicas, se dividen en ter- N gaseoso. moanalíticas y electroestáticas. Fijación de nitrógeno: N gaseoso se trans- Termoanalíticas: La estabilidad térmica de forma en amonio. un material está relacionada con sus pro- El N para ser absorbido por las raíces de piedades y composición química. Las di- las plantas tiene que encontrase disponible ferencias en el comportamiento térmico en forma de iones amonio y nitrato, los cua- de los complejos órgano-minerales en les se han generado principalmente a partir comparación con los distintos compues- del nitrógeno atmosférico molecular, por tos orgánicos y minerales pueden dar una procesos biológicos como la "jación simbió- idea acerca de la energía de interacción tica de bacterias y leguminosas. Además del entre la materia orgánica del suelo y los nitrógeno que "ja la bacteria, eventos de alta minerales del suelo. Los análisis térmicos energía natural, tales como los relámpagos, y calorimétricos comprenden un núme- fuegos forestales, y hasta !ujos de lava, pue- ro amplio de métodos que determinan den causar la "jación de pequeñas, pero sig- algunos parámetros, tales como energía, ni"cativas cantidades de nitrógeno. La alta peso, dimensión y emanaciones volátiles, energía de estos fenómenos naturales puede como una función de la temperatura; los romper los enlaces triples de las moléculas métodos térmicos utilizados en la inves- de N2, haciendo alcanzables átomos indivi- tigación del suelo son tres: análisis tér- duales de N para la transformación química mico diferencial, calorimetría diferencial (Beteta, 2012). de barrido y termogravimetría (Langier- Kuzniarowa, 2002). Uso de técnicas de análisis instrumental Análisis térmico diferencial: esta técnica para el estudio de las reservas orgánicas se ha utilizado para para determinar las del suelo reacciones endotérmicas y exotérmicas que ocurren en el material arcilloso, al El estudio de la MO del suelo ha evoluciona- tratarse térmicamente (Muñoz et al., do y con ello el reconocimiento del impacto 2007); además funciona como técnica antrópico y el cambio en la relación entre el cualitativa y cuantitativa para determi- hombre y la naturaleza; lo que ha obligado nar los minerales arcillosos presentes en no solo al desarrollo de nuevas metodolo- el suelo (Sande-Eslava, 2010) gías, sino que además, la incorporación de 314 Recursos Forestales en el Occidente de México

Calorimetría diferencial de barrido se ha uti- y entendimiento de la estructura de las lizado para entender fenómenos y proce- diferentes fracciones de las reservas or- sos que ocurren en los suelos; usándose gánicas del suelo y por ende en el estu- para conocer el potencial energético y la dio y entendimiento de sus funciones y estabilidad de la materia orgánica (San- relaciones en el suelo (Mosquera et al., de-Eslava, 2010). En este sentido Salcedo 2007). Las técnicas utilizadas con este (2005) encontró que la capacidad calorí- "n son: super"cie especí"ca (SE) (Salce- "ca de los suelos determinada con base do et al., 2006; Cascarini de la Torre et en el !ujo de calor se relaciono signi"ca- al., 1996); potencial Zeta (pZ) (Prieto et tivamente con las variables inherentes a al., 2009); resonancia magnética nuclear la fertilidad física edá"ca, cuya variación (RMN) (Golchin et al., 1994; Hopkins y se asoció a los cambios de uso de suelo y Chudek, 1997; Mosquera et al., 2010); es- tipo de practicas de manejo; así mismo, pectroscopia de infrarrojo (IR) (Gelati et encontró una relación altamente signi- al., 2009). "cativa con la super"cie especi"ca y los Super"cie especí"ca (SE): es de"nida como contenidos de materia orgánica. el área super"cial por unidad de masas Análisis termogravimétrico: es el registro de o de volumen, la cual varía en el sue- la pérdida de peso de una muestra some- lo por la diferencias en su composición tido a un aumento de temperatura, es una mineralógica y orgánica (Salcedo et al., técnica generalmente utilizada para estu- 2006). Cascarini de la Torre et al., (1996) diar los cambios físicos y químicos de los y Gelati et al. (2009) explican que puede materiales a medida que se calienta a una interesar como medida absoluta o puede tasa especí"ca en una atmósfera de"ni- utilizarse para comparar muestras de un da (aire, oxígeno o nitrógeno) (Kristen- mismo origen que hayan sido sometidas sen, 1990). Hernández (2003), reconoció a diferentes tratamientos, siguiendo de tres regiones térmicas bien de"nidas en esta manera, a través de la super"cie es- la MOS. La región A (menor a 160 ºC); peci"ca, la evolución de material con el donde la perdida de peso se atribuyó a tratamiento aplicado. la pérdida de agua ligada al material or- Potencial Zeta (pZ): puede ser un indicador gánico y a la liberación de compuestos al para evaluar el comportamiento de un inicial su descomposición. La región B coloide puesto que indica cambios en el (160 a 350 ºC); donde la pérdida de peso potencial de la super"cie y en las fuerzas puede deberse a la materia orgánica ac- de repulsión entre los coloides. Prieto cesible o no protegida. La región C (350 García et al. (2008) determinaron que a 620 ºC) se asocio al grado de saturación existe una correlación entre algunas ca- del suelo. racterísticas "sicoquímicas de los suelos Electroestáticos: El desarrollo de las dife- (a partir de los extractos de saturación rentes técnicas espectrales ha permitido de los mismos) como variaciones del pH, avanzar considerablemente en el estudio potencial redox (Eh) y del potencial Zeta. Capítulo 3 Suelos forestales 315

Resonancia Magnética Nuclear (RMN): presentes en anillos de 5-6 miembros en- puede ser usada cuantitativamente en la lazados a oxígeno evaluación del ambiente de cada átomo 106-150 ppm: carbono aromático. de carbono (13C) y de hidrógeno (1H) que constituye la materia orgánica del suelo 151-170 ppm: carbono fenólico. MOS, con la información se puede esta- 171-190 ppm: carbono en grupos carboxíli- blecer el tipo de carbono e hidrogéno de cos, carbonilos y esteres. los diferentes componentes de la materia 180-220 ppm: carbono en aldehídos y cetonas. orgánica del suelo; esta técnica ofrece la posibilidad de una caracterización de la La técnica RMN ha cobrado mucha impor- composición química y estructural de los tancia en los estudios de MOS y se ha materiales orgánicos del suelo sin altera- planteado como una de las herramientas ciones a medida que se separan las frac- ideales en los mismos. ciones (Golchin et al., 1994 y Hopkins y Espectroscopia de Infrarrojo (IR): esta técni- Chudek, 1997). Mosquera et al. (2010) ca determina las frecuencias de vibración explican que el RMN 13C en estado sóli- de los enlaces entre los átomos en grupos do con CPMAS empleados como herra- químicos presentes en el suelo (Quezada, mienta analítica cuantitativa, no destruc- 2008). Mosquera et al., (2010) establecie- tiva, puede ser utilizado para determinar ron que todos los suelos empleados en la el tipo de carbón presente en la o las caracterización de la MOS presentan en estructuras moleculares que conforman su estructura molecular anillos aromáti- la materia orgánica del suelo y encontró cos, también encontraron que todos los que las bandas o picos presentaron carac- suelos cuentan con una fracción alifática terísticas muy similares en las regiones. y la presencia de grupos OH y la ausen- El uso de esta técnica permite analizar la cia de la banda de intensidad fuerte en- posición de los átomos de hidrógeno (reso- tre 1900-1650 cm-1, debida a la tensión nancia de protones) y de carbono (resonan- del C=O de aldehídos, ácidos, cetonas, cia de 13C) de las SH, mediante la obtención amidas, ésteres y anhidros, en este tra- de sus espectros (Mosquera et al., 2010). bajo también se observaron las bandas Schnitzer (1991), dividen los espectros de de deformación de C-H del CH2 y CH3 13C en las siguientes regiones: y la vibración de tensión de C-O de éste- res, éteres y fenoles, respectivamente. El 0 - 40 ppm: carbono en cadenas rectas, rami- análisis de los espectros IR fue usado por "cado, alcanos cíclicos y ácidos alcanoicos. Stevenson y Goh (1971) para clasi"car las 41-60 ppm: carbono en rami"caciones ali- sustancias húmicas en cinco grupos con fáticas, aminoacidos y grupos metoxilos base en el tipo de grupos funcionales de- 61-105 ppm: carbono en carbohidratos y tectados. Es conveniente destacar que el en estructuras alifáticas que contienen infrarrojo con transformadas de Fourier carbono enlazado a hidroxilos, éteres o es una técnica altamente efectiva desde el 316 Recursos Forestales en el Occidente de México

punto de vista cualitativo. En todo caso, Se presentan los resultados mas relevantes Senesi (1992) plantea que la información relacionados a la materia orgánica del suelo obtenida por IR debe ser complemen- en dos áreas forestales contrastantes de Jalis- tada por la aplicación de otras técnicas co, El Parque Nacional Nevado de colima y analíticas. la reserva de la Biósfera Chamela Cuixmala (Figura 3.2.1). Se evaluaron 4 sitios que pre- Termogravimetría-Infrarrojo (TG-IFTR): sentaran notorias diferencias ambientales, de consiste en someter una pequeña canti- vegetación y grado de conservación en cada dad de muestra a calentamiento, inicial- una; se determinaron los contenidos de ma- mente a unos 100ºC y luego se lleva a teria orgánica, el carbono soluble, los princi- unos 900ºC. Los gases que evolucionan pales grupos microbiológicos asociados a los son simultáneamente transferidos a un es- suelos y su producción de CO2. pectrofotómetro de infrarrojo con trans- formadas de Fourier, esto permite obtener El Parque Nacional Volcán Nevado de una serie de espectros de IFTR en secuen- Colima (PNVNC); situado a 33 km. de la cia temporal (Gelati et al., 2009). ciudad de Colima, sin embargo, están dentro del Estado de Jalisco, en las inmediaciones Además de las técnicas descritas, cuyo de Ciudad Guzmán, municipio de Zapotlán uso se ha extendido notablemente en los úl- el Grande, Jalisco, a 1,600 msnm; tiene una timos tiempos dada la alta calidad de la in- super"cie de 6,654 hectáreas. Es una Área formación que generan, los estudiosos han Natural Protegida (ANP), ubicada entre los ensayado un número bastante considerable límites del estado de Jalisco y Colima, en la de otras técnicas; muchas de las cuales han parte más alta del sistema montañoso cono- resultado de utilidad limitada. cido como Sierra de los Volcanes, a partir de los 3,350 msnm (CONANP et al., 2006). Estudio de caso: Parque Nacional Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala Nevado de Colima y Reserva de (RBCC): Se ubica en la costa de Jalisco, en el Municipio de la Huerta, aproximadamente la Biósfera Chamela–Cuixmala a 120 Km al norte de Manzanillo, entre el margen norte del Río Cuitzmala y el Arroyo Chamela. Está comprendida por 13,142 INTRODUCCIÓN hectáreas; son terrenos lagunares y costeros El presente trabajo es de tipo exploratorio, en federales así como predios de la Universidad virtud de que su "nalidad fue proporcionar Nacional Autónoma de México, la Fundación información sobre el comportamiento de la Ecológica de Cuixmala, A.C., Universidad materia orgánica, mediante un modelo de es- de Guadalajara y de pequeños propietarios tudio integral y una propuesta de agrupación y una porción del ejido Rincón de Ixtán. La de las fracciones orgánicas edá"cas de acuer- altitud varía desde el nivel del mar hasta do a su recalcitrancia y presencia; para ello, los 500 msn las lomas más altas. (Estación se eligieron dos áreas forestales con diferente de Biología de Chamela de la Universidad condición climática y ambiental. Nacional Autónoma de México, 2012). Capítulo 3 Suelos forestales 317

Figura 3.2.1. Localización y condiciones edafoclimáticas de las áreas de estudio.

Las dos áreas antes de ser declaradas Áreas diciones de vegetación y con las siguientes Naturales Protegidas, presentaron diferente características: tipo de uso de suelo y actividades de aprove- PNVNC Sitio 1: (3,400 msnm) Vegetación chamiento; por lo que se encuentran en ellas de oyamel (Abies religiosa); pino (Pinus sitios con diversas condiciones ambientales hartwegii) y juniperos (Juniperus spp.), y de vegetación; lo que permitió elegir los de aproximadamente 30 m de altura, so- cuatro mas representativos para cumplir con tobosque formado por la plantas de la el objetivo del presente trabajo, en el cual se familia Asteraceae y Campanulaceae, de evaluaron las variaciones en la dinámica de buena calidad, con gran cantidad de co- la materia orgánica y de sus fracciones; así bertura orgánica en el sitio. como, determinar el efecto de los microor- ganismos que intervienen en estos procesos, PNVNC Sitio 2: (2,800 msnm) Bosque de para conocer la in!uencia que tiene por un transición con pinos (Pinus spp), abies lado las condiciones ambientales y por otro el (Abies spp) y especies de latifoliadas como cambio de uso de suelo, sobre la transforma- la tilias (Tilia americana var. mexicana) ción de la materia orgánica en cada sitio. y encinos (Quercus spp), con alturas de alrededor de 20 m. Mínima presencia de aprovechamiento humano, y con buena MATERIALES Y MÉTODOS cantidad de cobertura orgánica. En cada área forestal elegida; se ubicaron PNVNC Sitio 3: (3,555 msnm) Vegetación cuartro sitios de estudio con diferentes con- natural perturbada por aprovechamiento 318 Recursos Forestales en el Occidente de México

forestal; actualmente se realizan refores- zona fue loti"cada en los años 80, aunque taciones con Pinus hartwegii, la altura en la actualidad se encuentra en etapa de máxima de la vegetación es de 10 m. La recuperación, la vegetación es buena, cobertura orgánica es casi inexistente. aunque la mayoría son árboles jóvenes. El suelo posee buena humedad ya que se PNVNC Sitio 4: (3,780 msnm) Sitio pertur- encuentra cercano al río y la cobertura bado por incendio en 2006; vegetación orgánica es limitada. de pinos (Pinus spp.) de entre 15 y 20 m, la mayoría quemados y con ataques de RBC-C S4: (26 msnm) Pastizal inducido. gusano barrenador; plantas del género Las especies que comúnmente lo confor- Lupinus y pastizales. Presenta erosión man son: Zacate grama china (Catheste- muy marcada, por lo que la cubierta or- cum brevi"orum), Setariopsis auriculata, gánica es casi inexistente. Aristida adscencionis, Diectomis fastigia- ta, Digitaria ciliaris. Existe una abundan- RBC-C S1: (35 msnm) Selva mediana sub- te cobertura orgánica, que se deriva de caducifolia y las especies más abundantes los propios pastos; la altura que alcanzan son cedro macho (Sciadodendrom excel- son de aproximadamente 1.5 m. sum), ramón (Brosimun alicastrum), y primavera (Tabebuia donell-smithii), de En cada sitio se establecieron tres parce- hasta 30 m de altura, la cobertura orgá- las de muestreo de aproximadamente 1500 nica es muy abundante al igual que la m2, cada parcela consta de cinco unidades vegetación. La zona se caracteriza por de muestreo. De cada parcela se obtuvo una guardar mucha humedad, debido a la muestra compuesta. Se colecto una muestra orografía del sitio. del per"l completo (30 a 80 cm, según su profundidad) para las diferentes determina- RBC-C S2: (31 msnm) Selva baja caducifolia ciones de materia orgánica después de ha- en donde las especies dominantes son el ber sido secadas a la sombra y temperatura iguanero (Caesalpinia eriostachys), cua- ambiente. Del horizonte orgánico se obtuvo chalalate (Amphypterigium adstringens), otra muestra para las evaluaciones de CO2, cascalote (Caesalpinia alata) y nopal caracterización microbiológica y caracteri- (Opuntia excelsa), los arboles tienen bue- zación química instrumental (RMN), la cual na calidad y una altura máxima de 7 m, la se mantuvo en refrigeración para conservar cubierta orgánica es poco abundante, ya las propiedades biológicas del suelo. Los que su degradación es rápida en la época muestreos se realizaron en el mes de marzo. de lluvias. A las muestras se les determinó el con- RBC-C S3: (36 msnm) Selva mediana subpe- tenido de carbono total por calcinación di- rennifolia y las especies arbóreas más recta a 550ºC (Silveira et al., 1999); conte- importantes son el ramón (Brosimum nido de materia orgánica (Método Walkey alicastrum), jobo (Astronium graveolens), y Black), carbono soluble (Alejo, 2007) pro- olozapo (Couepeia poliandra), primavera ducción de CO2 (Osorio, 2005) y se realizó (Tabebuia donnell-smithii) y Ficus spp. La el conteo de grandes grupos microbianos Capítulo 3 Suelos forestales 319

(hongos, bacterias y actinomicetos) por ex- máticas, ambientales y tipo de vegetación; tensión en placa. La caracterización química su interpretación y discusión no fue tarea instrumental se realizó mediante la extrac- sencilla y pone de mani"esto la necesidad ción de 100 g de suelo seco y tamizado. Se de obtener mayor cantidad de información pesaron 100 g de muestra de suelo previa- y abordar su estudio de una manera integral mente secadas a temperatura ambiente y a y multidisciplinaria para poder comprender la sombra; se tamizaron (malla no. 20), y mejor estos procesos y aportar mayor evi- fueron sometidas a extracción con 100ml dencia de su comportamiento en el suelo; de diclorometano durante 24 h, en continua aún así, se presentan datos originales y ex- agitación. Posteriormente; se "ltraron (Wat- plicaciones que se consideran de gran valor man no. 42) al extracto diclorometánico se y utilidad. le evaporó el disolvente al aire (temperatura El contenido de materia orgánica por cal- ambiente) y la muestra se guardo hasta su cinación nos proporciona el total de carbo- análisis. Las muestras fueron resuspendidas no orgánico existente en los suelos (COT). en 1 ml de cloroformo deuterado para su En la "gura 3.2.2 se puede observar que el análisis de RMN 1H y 13C (protón y carbo- sitio S1 del PNVNC presenta un COT suma- no 13). La muestra que quedo en el "ltro se mente elevado(25%) en comparación a los seco completamente y se le agrego 100 ml de demás sitios; atribuido, a la mayor acumula- metanol, se agitó por otras 24 horas y en se- ción de residuos vegetales y al efecto inhibi- guida se "ltro (papel "ltro Watman no. 42), y dor de los compuestos químicos que presen- los extractos fueron puestos a una corriente tan las coníferas sobre los microorganismos de aire (temperatura ambiente) para que se degradadores de la MO (Schlatter, 1977); en evaporara el solvente, y guardadas hasta su el S3 del PNVNC, se encontró un contenido análisis. Las muestras fueron resuspendidas menor pero considerado alto de MO (11%); en metanol deuterado. Para su análisis de la diferencia con respecto al sitio anterior, se RMN 1H y 13C (protón y carbono 13). To- debió a menores aportes de biomasa debi- dos los análisis por Resonancia Magnética do a una menor cobertura arbórea, pues la Nuclear de las muestras se realizaron en un composición es la misma. equipo Varian Gemini 2000, de banda ancha de 200MHz; y para obtener la información Los valores más bajos de COT se en- de los espectros de los extractos obtenidos contraron en el sitio S4 del PNVNC y S4 de en cada análisis de RMN, los archivos FID se RBC-C; en estos sitios la vegetación arbórea procesaron mediante el soMware Mest Re-C. es mínima, y predominan los pastizales, los cuales aportan al suelo MO de menor recal- citrancia, constituida por compuestos lábi- RESULTADOS Y DISCUSIÓN les de fácil degradación; debido a esto, en Los resultados que este trabajo arrojan, per- dichos sitios la dinámica de descomposición miten conocer la distribución de las reser- y mineralización de la MO es más rápida. vas orgánicas edá"cas en sitios forestales, De acuerdo a Periano (1992), los suelos in!uenciada por las condiciones edafo-cli- forestales de origen volcánico, presentan 320 Recursos Forestales en el Occidente de México contenidos muy variados de MO que van que se re!eja en un menor contenido de MO de 3.5 hasta 13.5%; en este caso, a excepción acumulada (9.2%) con respecto a los sitios del S1, todos los suelos en ambas áreas fores- S1 y S3. Por su parte, en el sitio S4 se registró tales estudiadas, presentaron valores que se también un contenido menor; en virtud de encuentran dentro de éste rango (6.5 a 11%). que que los incendios forestales que se re- gistraron en ese lugar seis años atrás, oca- El contenido de MO determinado por sionaron pérdida de MO, lo que también ha Walkley y Black (Figura 3.2.3), presentó una repercutido en un incremento observado mayor diferencia entre las dos áreas, lo cual de erosión y perdida de la vegetación del hace evidente y la degradación diferenciada sitio. De acuerdo a la NOM-021-SEMAR- de la misma, in!uenciada por las diversas NAT-2000, los contenidos de MO de estos condiciones climáticas presentes en cada lu- sitios son clasi"cados como medios. gar; se observó que en el PNVNC la MO es conservada durante mucho tiempo debido En la RBC-C, se observaron conteni- a las bajas temperaturas que imperan y a las dos menores a 4.1% de MO, debido a que condiciones edá"cas características de los la dinámica de descomposición de la bio- andosoles. En la RBC-C por el contrario, la masa es mas acelerada en estos ecosistemas alta humedad y temperatura, promueven una y por lo tanto se presenta una menor acu- mayor actividad microbiana, que favorece mulación de MO. El sitio S1 corresponde una trasformación mas acelerada de la MO. a una selva perennifolia, y al igual que los sitios S2 y S4 presenta una textura franco- De los cuatro sitios del PNVNC el S1 es arenosa; de acuerdo a Matus y Maire (2000), el que presentó el mayor contenido de MO la acumulación de MO del suelo esta direc- (24 %), debido entre otras razones a una ma- tamente vinculada con la textura del suelo y yor vegetación arbórea de Pinus y Abies; lo por la cantidad residuos aportados al mis- que produce una abundante acumulación de mo. Los contenidos de los sitios S1 y S2 se biomasa (principalmente acículas de abies) consideran bajos (2%) según la NOM-021- con características químicas recalcitrantes; SEMARNAT-2000 (DOF, 2001). Para el si- además de que, la topografía en forma de tio S3 existe un mayor aporte de residuos cañada, ha provocado una mayor acumu- orgánicos (vegetación caducifolia), en la lación de MO en el per"l, clasi"cado por la temporada seca que se realizó el muestreo NOM-021-SEMARNAT-2000 (DOF, 2001) mantenía mayor acumulación de MO (4%), para suelos volcánicos como muy alto; ya lo que sugiere que en época de lluvias la des- que el S3 también presenta una vegetación composición puede ser mayor; el sitio S4 de este tipo (coníferas), encontramos un corresponde a un pastizal en un área plana contenido alto de acuerdo a la NOM-021- y su acumulación es menor, debido a que la SEMARNAT-2000 (DOF, 2001) con 12.2%; producción de biomasa es menor y de rápi- la diferencia entre los contenidos radica en da mineralización. la composición química de su biomasa. El S2 es un bosque mesó"lo en donde los restos Los resultados obtenidos en este estudio, vegetales son más lábiles (Silva, 1995) por lo permiten conocer la distribución de las re- Capítulo 3 Suelos forestales 321

PNVNC RBC-C Figura 3.2.2. Contenido de materia orgánica por calcinación servas orgánicas edá"cas en sitios forestales, tan las coníferas sobre los microorganismos in!uenciada por las condiciones edafo-cli- degradadores de la MO (Schlatter, 1977); en máticas, ambientales y tipo de vegetación; el S3 del PNVNC, se encontró un contenido su interpretación y discusión no fue tarea menor pero considerado alto de MO (11%); sencilla y pone de mani"esto la necesidad la diferencia con respecto al sitio anterior, se de obtener mayor cantidad de información debió a menores aportes de biomasa debi- y abordar su estudio de una manera integral do a una menor cobertura arbórea, pues la y multidisciplinaria para poder comprender composición es la misma. mejor estos procesos y aportar mayor evi- Los valores más bajos de COT se en- dencia de su comportamiento en el suelo; contraron en el sitio S4 del PNVNC y S4 de aún así, se presentan datos originales y ex- RBC-C; en estos sitios la vegetación arbórea plicaciones que se consideran de gran valor es mínima, y predominan los pastizales, los y utilidad. cuales aportan al suelo MO de menor recal- El contenido de materia orgánica por cal- citrancia, constituida por compuestos lábi- cinación nos proporciona el total de carbo- les de fácil degradación; debido a esto, en no orgánico existente en los suelos (COT). dichos sitios la dinámica de descomposición En la "gura dos se puede observar que el si- y mineralización de la MO es más rápida. tio S1 del PNVNC presenta un COT suma- De acuerdo a Periano (1992), los suelos mente elevado(25%) en comparación a los forestales de origen volcánico, presentan con- demás sitios; atribuido, a la mayor acumula- tenidos muy variados de MO que van de 3.5 ción de residuos vegetales y al efecto inhibi- hasta 13.5%; en este caso, a excepción del S1, dor de los compuestos químicos que presen- 322 Recursos Forestales en el Occidente de México

RBC-C PNVNC Figura 3.2.3. Contenido de materia orgánica por Walkley y Black. todos los suelos en ambas áreas forestales es- tra en las raíces de las coníferas, exudados tudiadas, presentaron valores que se encuen- radicales y la biomasa microbiana (Alvear et tran dentro de estos rangos (6.5 a 11%). al., 2008). No se observa diferencia en cuan- to al contenido de C soluble entre los sitios 3 La MO lábil contribuye a mantener ele- y 4, ya que este disminuye considerablemen- vada la actividad microbiana, esto favorece te al disminuir de biomasa radical y micro- la liberación de nutrientes (Rodríguez, et al., biana, ambas situaciones se observaron en 2004; Alejo, 2007). Esta fracción de la MO es sitios deforestados y con marcados rasgos la que se encuentra disponible para los mi- de erosión. croorganismos del suelo. Por ella, se puede observar que en el PNVNC la disponibili- En contraste, en la RBC-C la cantidad de dad de carbono es mayor que en la RBC-C. MO lábil es menor al 3 %, debido a las ca- La acumulación de MO lábil es favorable racterísticas de textura, y a la gran actividad en climas fríos y secos, en suelos cuyo pH microbiana que es favorecida por la tempe- es bajo, y donde predomina una vegetación ratura y humedad ambiental, que acelera la con alto reciclaje de material vegetal (bos- degradación de la MO, y evitan su acumu- ques y praderas) (Zagal et al., 2002). lación. El sitio con mayor contenido de MO lábil fue el S4, debido a una mayor deposi- En el PNVNC se observó que el S1 y S2 ción de sedimentos orgánicos arrastrados tiene la mayor disponibilidad de C soluble por el río durante la época de lluvias; el sitio (Figura 3.2.4), esto puede atribuirse a la gran 2 aporta gran cantidad de MO al suelo, que cantidad de MO presente en los sitios; sobre estimula una mayor actividad microbiana, todo por que el mayor contenido se encuen- que se re!eja en contenidos de MO lábil Capítulo 3 Suelos forestales 323

RBC-C PNVNC Figura 3.2.4. Contenido de C soluble (%) de 2.2 %; mientras que en los sitios 1 y 3 la Las condiciones climáticas, de suelo y MO fue escasa en la época de muestreo. Se vegetación regulan la dinámica de las ROEs; observaron valores muy bajos de MO lábil provocando una gran variación en las pro- (1.4 y 0.9, respectivamente). Además el S3 porciones en las que se encuentran en el se caracterizó por presentar lavado de MO suelo; en el cuadro 3.2.1 se presentan las lábil, ocasionado por ser un sitio propenso diferentes formas de MO determinadas por a inundaciones. métodos convencionales y las fracciones de ROE estimadas (ROAL) a partir de los re- Las reservas orgánicas edá"cas (ROE) de sultados obtenidos. Para poder determinar acuerdo a la clasi"cación propuesta por Gal- las ROPE se requiere de diferentes técnicas vis (2000): para su determinación y que no se conside- Reservas orgánicas activas lábiles (ROAL), raron en el presente estudio. son compuestos que se degradan muy En el presente trabajo se considero que rápidamente (glúcidos, proteínas y algu- las ROAL corresponden a la determinación nos lípidos); de C soluble descrito anteriormente; con la Reservas orgánicas activas estabilizadas "nalidad de que se pudieran estimar por di- (ROAE) son compuestos de difícil de- ferencia las ROAE; en virtud de que no se gradación como las ligninas y lípidos fue posible realizar su determinación. En complejos; y, este sentido se observó que el S1 del PN- Reservas orgánicas pasivas estabilizadas VNC, posee la mayor cantidad de este tipo (ROPE) que incluyen compuestos muy de reserva (17.1%), atribuible a la naturaleza recalcitrantes y de muy difícil degrada- recalcitrante de la MO y su acumulación en ción que permanecen en el suelo por más diferentes estadíos de degradación. Mientras de 20 años. que el S3 presenta un contenido alto debido 324 Recursos Forestales en el Occidente de México a la recalcitrancia de sus compuestos pero degradación y que su restauración sea muy menor aporte de MO que en S1; en el S2 el complicada. aporte de MO es alto pero sus compuestos Por su parte la RBC-C; posee conside- son lábiles y de fácil degradación por lo que rables cantidades de ROPE y que a pesar observa un alto contenido de ROAL. El S4 de una modi"cación los suelos y de que no mostró el menor contenido de ROAE de- existan aportes de MO por tiempos conside- bido a la poca vegetación, y grado de ero- rados; se podrán restaurar más fácilmente; sión presentes. Para el caso de la RBC-C, se a pesar de la pérdida de las ROAL y ROAE. observa que los contenidos son menores a 3.17 para todos los sitios; e inexistentes en En la RBC-C S4 se observa que no exis- el S4. Esto puede ser causado a la ausencia ten ROAE ya que en el sitio no hay vege- de vegetación arbórea que incorpore mate- tación arbórea que incorpore materiales riales ligni"cados y por gran disponibilidad ligni"cados; y las ROPE pudieran estar pre- de compuestos lábiles que son fácilmente sentes desde antes del cambio de uso de sue- aprovechados por las plantas y microorga- lo; pero el aporte que hacen los pastizales; nismos, y que los compuestos más recalci- es su"ciente para mantener a la comunidad trantes se acumulen en el suelo. microbiológica por lo que estas reservas no han tenido que ser atacadas. En cuanto a las ROPE se observó que los suelos del PNVNC tuvieron valores menores La actividad de la biota del suelo se evalúa a 1.6 %; por lo que podemos inferir que los mediante la producción de CO2 y depende aportes de nutrientes disponibles deben ser de la especie forestal (Saetre y Baath, 2000). continuos; ya que las reservas nutrimentales Como se puede observar en la "gura 3.2.5, a largo plazo son mínimas o inexistentes (S2 en los suelos del PNVNC se observó que el y S3). En los suelos de la RBC-C, los valores S1 mostró el menor contenido (4.25 mg de son entre 4.26 y 5.47 %; esto puede deberse CO2 g de suelo/ al día) pudiendo deberse a a la gran cantidad de material que se aporta; la gran cantidad de materia orgánica que se proporcionándoles a los microorganismos y acumula sobre la super"cie del suelo; el S3 a las plantas los nutrientes necesarios para presenta el mayor cantidad de CO2 (4.84 mg su desarrollo; por lo que no es necesario que de CO2 g de suelo/ al día); posiblemente de- los microorganismos del suelo tengan que bido a la mayor cantidad de carbono soluble recurrir a los compuestos más recalcitrantes que se encuentra en el suelo y que favorece y a las ROPE. el desarrollo de los microorganismos y por consecuencia la respiración de los microor- Mientras un ecosistema templado; como ganismos. es el caso del PNVNC, tenga los aportes mí- nimos necesarios para mantener una vege- En los suelos de la RBC-C la variación tación, esta será capaz de sobrevivir; pero entre los diferentes sitios es mayor el sitio cuando un ecosistema es modi"cado y se que presenta el menor contenido es S4 (4.11 provoca la pérdida de ROAL y ROAE; origi- mg de CO2 g de suelo/al día); este contenido na que estos ecosistemas tengan una rápida puede estar in!uenciado por la vegetación Capítulo 3 Suelos forestales 325

• Cuadro 3.2.1. Contenido y tipo de reservas orgánicas edáficas

Sitio COT MO ROAL ROAE*

Calcinación Walkley y Black C soluble MO-ROAL

PNVNC S1 25.17 23.57 6.50 17.07 PNVNC S2 8.57 9.18 5.70 3.48 PNVNC S3 10.99 12.24 5.00 7.23 PNVNC S4 7.30 6.57 4.92 1.65 RBC-C S1 7.74 2.27 1.43 0.84 RBC-C S2 9.11 2.72 2.21 0.51 RBC-C S3 8.34 4.08 0.91 3.17 RBC-C S4 6.54 2.04 2.85 -0.81 *Valores estimados a partir de la diferencia de la MO (Walkley y Black) y de ROAL (Csoluble). de pastizal que presenta, los bajos conteni- microorganismos, contrarrestándose con la dos de ROAL y altos valores de ROPE que humedad continua presente en los suelos. di"cultan la disponibilidad de los nutrientes Con respecto a los sitios; S4 presento el me- a los microorganismos. Y en el S2 se pre- nor número de microorganismos; viéndose senta la mayor cantidad de CO2 (5.28 mg de su población afectada por las condiciones de

CO2 g de suelo/al día); debido a las constan- baja población vegetal y erosión; lo que re- tes aportaciones de MO que se incorporan duce las características físicas y químicas fa- en el bosque tropical caducifolio. vorables. El S3 presentó el mayor número de UFC; esto puede ser debido a las prácticas En el cuadro 3.2.2 se presentan las uni- de restauración y conservación que se han dades formadoras de colonias (UFC) que realizado; y que han favorecido que las ca- fueron contabilizadas los suelos de las dos racterísticas físicas y químicas del suelo fa- áreas; se observó que en los suelos del PN- vorezcan el desarrollo de estas poblaciones. VNC hubo un menor desarrollo microbiano que en los suelos de la RBC-C; esto puede La RBC-C presentó el mayor número de provocado por el clima y además la afecta- UFC favorecido por la humedad y tempera- ción que ha tenido el área por los incendios tura dominantes de la región; estas condi- forestales y que según Durán et al. (2004); ciones son las más favorables para que los afectan a la biomasa microbiana; observán- microorganismos puedan desarrollarse de dose una reducción en su tamaño, empo- manera e"ciente. El S1 tiene el menor con- brecimiento de especies y reducción de las tenido de microorganismos; esto puede de- capacidades catalíticas. berse a que en el sitio el aporte de materia orgánica es menor y en la zona hay un alto El PNVNC presentó el menor número de grado de humedad edá"ca; en el S3 el mayor UFC debido a las condiciones limitantes de numero pude deberse al gran aporte de ma- temperatura (10-15 ºC); que no promueve teria orgánica que se realiza en el suelo; que el desarrollo y actividad de muchos de los 326 Recursos Forestales en el Occidente de México

mgCO2/g suelo/día

PNVNC RBC-C

Figura 3.2.5 Producción de CO2

permite a los microorganismos desarrollar- hexano, éter, o benceno. Por otra parte; la se sin limitantes de nutrientes. degradación de la celulosa a carbohidratos también forma cadenas alifáticas (Almen- El índice microbiológico varió en los di- dros, 2004); además se observaron señales ferentes sitios, hecho que indica que el de- de compuestos aromáticos (2); Almendros sarrollo microbiológico depende de las ca- (2004) mencionó que estos son degradados racterísticas climáticas, del suelo y en gran del fenilpropano producido por la ruptura medida de la vegetación. Saetre y Baath de la lignina hasta la obtención de ácidos (2000), encontraron que diferentes especies polifenólicos sencillos. Las señales con A arbóreas generaron patrones espaciales di- corresponden al solvente utilizado en la ex- ferentes en la comunidad microbiana en el tracción (diclorometano y metanol); y la se- suelo. ñal con la letra B se re"ere a un contaminan- El análisis de resonancia magnética nu- te que pudo provenir del material utilizado clear que se realizó en este trabajo, presento para la extracción (plasti"cante). señales espectrales características de cade- Al igual que en las "guras anteriores en nas alifáticas (CH2-CH2), mismas que se los espectros con metanol (Figuras 3.2.8 señalan con 1; los espectros de las extraccio- y 3.2.9) también se observaron señales de nes realizas con diclorometano se muestran grupos alifáticos (1) siendo estos los más en las "guras 3.2.6 y 3.2.7; pudiendo estas abundantes, y en pequeñas cantidades los pertenecer a compuestos del tipo de las gra- compuestos aromáticos (2) y azúcares (3); sas o ceras; esto concuerda con lo expues- provenientes de la degradación incompleta to por Stevenson (1982) donde explica que de los carbohidratos, celulosa o celulosa; en para la extracción de ácidos grasos, ceras y algunos de los espectros de metanol se ob- resinas se utilizan solventes orgánicos como serva una señal cerca de 170 ppm que co- Capítulo 3 Suelos forestales 327

• Cuadro 3.2.2. Número de UFC/g de suelo/48hrs de actinomicetos, hongos y bacterias.

Área Sitio Bacterias Actinomicetos Hongos Total UFC/ g de suelo S1 4.91 x10-7 1.34 x10-5 1.80 x10-4 4.92x10-7 S2 2.01 x10-7 1.22 x10-4 5.52 x10-3 2.02x10-7 PNVNC S3 5.08 x10-8 4.21 x10-4 8.54 x10-3 5.08x10-8 S4 8.98 x10-6 8.57 x10-4 1.37 x10-4 9.08x10-6 S1 2.13 x10-7 5.68 x10-4 3.19 x10-3 2.13x10-7 S2 1.46 x10-8 6.14 x10-4 4.79 x10-4 1.46x10-8 RBC-C S3 5.13 x10-8 5.74 x10-5 6.34 x10-4 5.13x10-8 S4 3.04 x10-7 9.39 x10-4 4.26 x10-4 3.06x10-7 rresponde al grupo funcional carbonilo pro- ello, es indispensable el uso de técnicas ana- cedentes de cetonas, quinonas o aldehídos líticas y equipos de análisis instrumental que (Mosquera, 2010). aporten información con mayor precisión. En ecosistemas forestales el comporta- miento de la MO edá"ca, esta in!uenciada Mientras los conceptos clásicos postula- por las condiciones climáticas, cobertura ban una relación causal entre la presencia de vegetal y el tipo de biomasa que se aporta estructuras aromáticas y la estabilidad de la al suelo. Por lo tanto, cuando alguno de es- materia orgánica del suelo, también se han tos factores es modi"cado, la dinámica de la presentado evidencias recientes sobre la im- MO se altera. portancia de los mecanismos de humi"ca- ción, basados exclusivamente en precursores Con respecto a las reservas orgánicas alifáticos, como son los carbohidratos (tanto edá"cas se encontró que las reservas orgá- por efecto del fuego como por reacciones de nicas activas (ROAL y ROAE) están relacio- deshidratación catalítica en microcompar- nadas con ambientes templados; mientras timentos reductores del suelo) y los lípidos que las reservas orgánicas pasivas (ROPE) (por condensación de ácidos grasos insa- se encuentran en mayor cantidad en los eco- turados o alteración de biomacromoléculas sistemas tropicales. alifáticas incluyendo ésteres no hidroliza- Por su parte la evaluación microbiana bles) (Almendros, 2004). mostró que la RBC-C posee mayor núme- ro de microorganismos que el PNVNC, y se pudo hacer una correlación entre el gru- CONCLUSIONES po de microorganismo y el tipo de reserva El estudio y comprensión de las reservas orgánica que afectan; siendo las bacterias orgánicas edá"cas requiere de trabajos inte- las principales degradadoras de la ROAL y grales y multidisciplinarios para poder de- ROAE, y los hongos de las ROPE. "nir con claridad su comportamiento. Para 328 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 3.2.6: Espectro característico de RMN-1H extraído con Figura 3.2.7: Espectro característico de RMN-13C extraído

CH2Cl2 con CH2Cl2

Figura 3.2.8: Espectro característico de RMN-1H extraído Figura 3.2.9: Espectro característico de RMN-13C extraído con MeOH. con MeOH. El manejo de áreas forestales, debe consi- so de secuestro de carbono en los suelos. Edafología, derar las características propias de cada eco- Vol. 11(2) pp. 229-248. sistema, ya que éstas determinan la transfor- Alvear, M.; M. Astorga y F. Reyes. 2008. Efecto de los residuos vegetales provenientes de dos tratamientos mación de la biomasa y el reciclado de la MO. silvícolas en una plantación de Pinus radiata d. Don sobre los cambios estacionales de las activida- des biológicas del suelo. R.C. Suelo Nutr. Veg, vol.8, n.1, pp. 14-27. LITERATURA CITADA Balesdent, J.; C. Chenu and M. Balabane, 2000. Rela- Alejo, G. 2007. El carbón soluble como indicador de tionship of soil organic matter dynamics to physical calidad química de materia orgánica. Tesis para protection and tillage. Soil Tillage Res. 53: 215-230. obtener el grado Doctor en Ciencias. Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo. Beteta, O.B. 2012. Caracterización y dinámicas de car- bono y nitrógeno en suelos forestales, en Santa Maria Allison, F.E. 1973. Soil organic matter and its role in Yavesia, Oaxaca. Tesis para obtener el titulo de li- crop production. In Developments in Soil Science cenciada en Ciencias Ambientales. Universidad de 3. Elsevier. New York. la Sierra de Juarez. Ixtlán de Juárez, Oaxaca. 74pp. Almendros, C. 2004. Investigaciones básicas sobre el Biederbeck, V. O., Campbell, C. A., Rasiah, V., Zent- origen y la estructura molecular de las formas esta- ner, R. P. and Wen, G. 1998. Soil quality attributes bles de materia orgánica relacionadas con el proce- Capítulo 3 Suelos forestales 329

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3.3 Carbono edáfico y calentamiento global: Importancia ecológica en los manglares de Nayarit

Eduardo Valdés Velarde, J. Ignacio Valdez Hernández, Víctor Manuel Ordaz Chaparro, Juan Fernando Gallardo Lancho, Joel Pérez Nieto, Ciriaco Ayala Sánchez.

RESUMEN El objetivo de la presente investigación es mostrar la importancia ecológica de los manglares de Nayarit (Méxi- co), con relación al almacenamiento de C edá"co. Los suelos del mundo contienen más C que la vegetación y la atmósfera juntos; éste potencial, tiene especial relevancia en los suelos de manglar, dada su alta capacidad de incorporar C por sus condiciones de anaerobiosis, por ello retienen más C (junto a las tundras) que cualquier otro ecosistema terrestre. Los bosques de mangles o manglares crecen en latitudes tropicales y subtropicales de la interfase tierra-mar, formadas por plantas leñosas, herbáceas y numerosos organismos; su carácter de ecotono y frontera entre el mar y el continente les con"ere un papel clave en el equilibrio de la naturaleza. Nayarit es el estado mexicano con el cuarto lugar en super"cie de manglares en el país y posee, en la región de Marismas Nacionales, la mayor extensión sin fragmentar de este tipo de humedales de toda la costa Pací"ca del continente. Es de los pocos ecosistemas que no tienen registro de sus valores arqueológicos, biológicos, económicos y de aprovechamiento forestal, y que ha sido fuertemente afectada por la realización inadecuada de obras hidráulicas y de infraestructura turística, así como por el cambio de uso del suelo para cultivo del camarón.

ABSTRACT Ce present investigation aims to show the enviromental importance of the mangrove swamps in Nayarit (Mexi- co), specially because of the C soil storage. Ce ground over the world contain more C than the vegetation and the atmosphere put together; this potential it´s specially important on mangrove swamps soils, because of his height capacity to incorporate C because of his anaerobic characteristics, that is why the retain more C (as well as the tundras) than any other terrestrial ecosystem. Ce mangrove swamps grow in tropical and sub-tropical latitudes of the earth/ocean interfaces made up of woody, herbaceous plants and many organisms; his ecotone character and the fact that they are set up inbetween land and sea gives them a key role in the balance of nature. Nayarit is the fourth place of states in Mexico with more mangrove swamps and also holds the biggest expanse without fragmentation of this kind of wetland in all the paci"c coast in the continent. Is one of the few ecosys- tems that doesn´t have register of his archeological, biological, economic and forest explotaition values, and has also suFer bacause of the inadequate realization of hydraulic building works and turist infrastructure as well as the change in land usage for shrimp growing. 334 Recursos Forestales en el Occidente de México

unto con el carbono (C), los nutrimen- diferentes trabajos de investigación no se Jtos edá"cos considerados esenciales (por difunden adecuadamente entre la sociedad. requerirse en mayores cantidades para el En los últimos años se han hecho avan- desarrollo adecuado de las plantas) son: ni- ces notables, de manera general, relativos al trógeno (N), fósforo (P), azufre (S), calcio conocimiento del ciclo del C; por ejemplo, (Ca), magnesio (Mg) y potasio (K). El C es, se sabe cuáles son los mayores reservorios sin embargo, el punto focal de las transfor- activos en el planeta y su tamaño, así como maciones de energía y hace posible la conti- las actividades humanas que tienen mayores nuidad de la vida en la Tierra (Brady, 1990). efectos en la dinámica del C; pero todavía A escala terrestre los suelos de turba y de falta cuanti"car el daño que se puede cau- humedales pueden acumular de 100 a 300 sar de continuar emitiendo el C que durante Tg1 de C al año; en contraste, los suelos de- miles o millones de años se mantuvo prácti- sérticos pueden almacenar sólo 10 Tg de C camente fuera del ciclo. por año en forma de carbonatos. El balance Igualmente se desconoce una buena par- entre procesos: asimilación por fotosíntesis te de las interacciones biogeoquímicas y versus liberación de C de la materia viva y climáticas de los ecosistemas. Los modelos muerta, determina la magnitud del inter- de simulación que se utilizan para esque- cambio neto de C entre la atmósfera y los matizar y predecir el ciclo del C aun tienen sistemas terrestres mundiales (Post et al., serias limitaciones, sobre todo porque re- 1990). gularmente incluyen espacios y periodos de En las últimas décadas ha aumentado tiempo muy pequeños. sustancialmente el interés en el ciclo del C El estudio del ciclo del C y sus elementos debido a los incrementos que se han regis- asociados más importantes (N, S, P, Ca, Mg trado en la atmósfera. Cada vez son más los y K) ofrece innumerables oportunidades de organismos internacionales (gubernamen- investigación que es imperativo abarcar de tales y no gubernamentales) que se mues- manera interdisciplinaria, interinstitucional tran interesados en "nanciar y llevar a cabo e intergubernamental para entender la di- estudios que documenten, con datos cada námica de los ciclos biogeoquímicos desde vez más precisos, la verdadera magnitud de la perspectiva del suelo y favorecer la con- este problema. servación y uso racional de los ecosistemas Una de las limitaciones que se tienen hoy naturales. en día para crear conciencia sobre los efectos Los bosques de mangles o manglares son dañinos de continuar usando combustibles comunidades formadas por plantas leñosas fósiles y promoviendo de forma indiscrimi- que crecen en latitudes tropicales y subtro- nada cambios en el uso del suelo es que, fre- picales de la interfase tierra-mar: bahías, cuentemente, los resultados obtenidos por estuarios, lagunas, aguas estancadas, ríos y

1 1 Tg = 1 Teragramo = 1012 g; 1 Pg = 1 Petagramo = 1015 g hasta donde el agua permanece salina (Qa- (equivale a 1 Gigatonelada) sim, l998). Los manglares son ecosistemas Capítulo 3 Suelos forestales 335

únicos, ya que combinan características de comunidades humanas que poseen estos te- otros humedales (ciénagas, pantanos, popa- rrenos y viven de ellos. les, tulares) con aquellas de bosques y selvas, presentando bene"cios de todo tipo (ecoló- gico, económico, social, cultural). Su carác- HUMEDALES ter de ecotono y frontera entre el mar y el Se entiende por humedales: “las extensio- continente les con"ere un papel clave en el nes de marismas, pantanos y turberas, o equilibrio de la naturaleza. Una vez entendi- super"cies cubiertas de aguas, sean éstas de da la importancia del suelo, como el multi- régimen natural o arti"cial, permanentes o sistema que dirige y coordina las relaciones temporales, estancadas o corrientes, dulces, y !ujos de materia y energía entre los dife- salobres o saladas, incluidas las extensiones rentes componentes (bióticos y abióticos) de agua marina cuya profundidad en marea de cualquier ecosistema natural no es difícil baja no exceda de seis metros” (Artículo 1.1, imaginar cuanto más importante será el pa- Convención de Ramsar2). pel que representan los suelos de los bosques La Lista Ramsar de Humedales de Im- de mangles. portancia Internacional: “podrán compren- Nayarit es el Estado mexicano con el der sus zonas ribereñas o costeras adyacen- cuarto lugar en super"cie de manglares en el tes, así como las islas o extensiones de agua país y posee, en la región de Marismas Na- marina de una profundidad inferior a los 6 cionales la mayor extensión sin fragmentar metros en marea baja, cuando se encuentren de este tipo de humedales de toda la costa dentro del humedal” (Artículo 2.1, Conven- Pací"ca del continente. Dicha región es una ción de Ramsar). de las pocas en la República Mexicana que tienen registro de sus valores arqueológi- Características e Importancia cos, biológicos, económicos y de aprove- chamiento forestal sostenible, pero que ha De acuerdo con Mitsch y Gosselink (2000) sido afectada por la realización inadecuada los humedales deben tener uno o más de los de obras hidráulicas (canales, presas) y de siguientes atributos: a) el suelo o sustrato infraestructura (caminos), así como por el debe ser fundamentalmente hidromór"co cambio de uso del suelo para cultivo del ca- (no drenado), saturado de agua de manera marón. temporal o permanente; b) presentar una lámina o capa de agua poco profunda o sub- La presente investigación tiene como terránea próxima a la super"cie del terreno, objetivo mostrar la importancia ecológica sea permanente o temporal; y c) al menos de los manglares de Marismas Nacionales periódicamente, el terreno debe mantener (Nayarit, México) con relación al almacena- vegetación acuática. miento de C en sus suelos y contribuir (des- de la perspectiva de los servicios ambienta- 2 Tratado internacional dedicado a la protección y el uso les) a un mejoramiento no sólo del entorno racional de los humedales, su reunión fundacional se realizó natural, sino también del bienestar de las en Ramsar (Irán, 1971). 336 Recursos Forestales en el Occidente de México

Los humedales representan un gradiente Clasificación y Extensión entre ambientes acuáticos y terrestres, son Se reconocen cinco tipos principales de hu- complejos y dinámicos caracterizados por medales (Abarca, 2002): 1) marinos (costeros, su alta productividad y diversidad biológica incluyendo lagunas costeras, costas rocosas y que proporcionan un hábitat único para una arrecifes de coral); 2) estuarinos (incluyendo amplia variedad de !ora y fauna. Son fuente, deltas, marismas de marea y manglares); 3) sumidero y transformadores de materiales lacustres (asociados con lagos); 4) ribereños químicos y biológicos, ayudan a estabilizar (adyacentes a ríos y arroyos); y 5) palustres los suministros de agua y contribuyen a la (es decir, “pantanosos”, que engloban maris- depuración de aguas contaminadas (Blac- mas, pantanos y ciénagas). kwell et al., 2002), la protección de litorales y la recarga de los mantos freáticos. También Además, existen humedales creados por han sido reconocidos como sumideros de C el hombre: estanques para cría de peces y ca- y estabilizadores climáticos en una escala marones, o para tierras agrícolas de regadío, global (Mitsch y Gosselink, 2000). depresiones inundadas salinas, embalses, piletas de aguas residuales y canales, entre Los humedales son ecosistemas de gran otros. importancia para el ser humano. Todas las culturas han buscado fuentes de agua para De acuerdo con PNUMA (Centro Mun- establecerse y obtener alimento. Así, mu- dial de Monitoreo de la Conservación; chos humedales han jugado un papel funda- PNUMA, 1998) la super"cie mundial cu- 2 mental en el desarrollo de la sociedad hu- bierta por humedales es 5,7 millones de km mana. Ejemplos de ello fueron los egipcios y (aproximadamente 6% de la super"cie de la el uso del río Nilo, los aztecas en el Lago de Tierra): 2% lagos, 30% turberas arbustivas Texcoco, así como numerosas culturas asiá- (“bogs”), 26% turberas de gramíneas o ca- ticas basadas en el cultivo del arroz. rrizos (“fens”), 20% pantanos y 15% llanuras aluviales. Los manglares cubren menos de A pesar de ello, los humedales son poco 16 millones de ha y se estima que quedan conocidos y apreciados; frecuentemente se alrededor de 60 millones de ha de arrecifes les drena y deseca buscando transformar- de coral. los con la creencia errónea que en su estado natural no tienen uso o no prestan servicio En México, Olmsted (1993) estimó más alguno y que son solamente fuente de enfer- de 3.3 millones de ha de humedales, pero medades y malos olores. Sin embargo, hoy se otros autores reconocen menos de 2.0 mi- sabe que los humedales proporcionan servi- llones (Ruiz-Luna et al., 2008); en contraste, cios ambientales de gran valor y uno de los el Sistema Nacional de Información Forestal recursos más importantes: el agua potable, de México (CONAFOR, 2008) indicó que en base del desarrollo y de una buena calidad 2002 existían 4.5 millones de ha de vegeta- de vida (Moreno-Casasola, 2006). ción hidró"la, agrupando manglares, popa- les, tulares, petenes y vegetación de galería, entre otras. Capítulo 3 Suelos forestales 337

Uno de los primeros antecedentes para la Características clasi"cación de humedales costeros en Méxi- Desde parches aislados de árboles enanos co se encuentra en el trabajo de Lankford hasta bosques exuberantes de más de 40m (1977), donde clasi"có a 125 lagunas cos- de altura los manglares representan una teras de acuerdo con su origen geológico y zona de contacto entre las comunidades ma- características de su barrera, dividiendo al rinas y terrestres, recibiendo agua, nutrien- país en siete regiones costeras. Aunque los tes y sedimentos tanto del océano como de mecanismos de formación de estas barras de ríos o arroyos super"ciales, incluso subte- arena y/o islas de barrera no han sido ple- rráneos, provenientes del continente. Habi- namente aclarados, es necesario que exista tan los bordes de lagunas costeras, estuarios, al menos suministro de arena, energía del desembocaduras de ríos y bahías: interfase oleaje y !uctuaciones de marea (Phleger, de in!uencia del agua marina y dulce (Tra- 1969; Kjerfve, 1994). vieso, 2006). Abarca y Cervantes (1996) elaboraron Los manglares crecen en condiciones una clasi"cación tipológica de los humedales donde pocas especies de plantas pueden so- similar al esquema de Ramsar, considerando brevivir (Walter, 1977; Hutchings y Saenger, su ubicación geográ"ca (costeros, interiores, 1987) debido a que pueden ser afectados marinos) y describiéndolos según el tipo de por inundación, sequía, alta salinidad y/o cuerpo de agua, extensión y características mal drenaje de sus suelos; probablemente no tales como presencia o ausencia de aportes existen otras plantas con adaptaciones tan marinos (Abarca, 2002). Berlanga-Robles et marcadas a condiciones extremas (Calderón al. (2008) propusieron una clasi"cación que et al., 2009). Algunas de estas adaptaciones integra 26 clases de humedales naturales y son (de acuerdo con Scholander, 1968; Clo- arti"ciales, homologable con los principales ugh, 1982; Jiménez, 1990): a) raíces aéreas sistemas internacionales, basada en criterios que les permiten aprovechar el oxígeno en geomorfológicos e hidrológicos y un enfo- suelos anegados; b) glándulas en sus hojas que paisajístico. que regulan el exceso de sales (p. ej. Avicen- nia spp.); c) transporte de sales hacia hojas senescentes que al desprenderse eliminan MANGLARES dichas sales; y c) raíces que absorben agua El conjunto de árboles de mangle y sus aso- pero impiden el paso de sales (p. ej. Rhizo- ciados bióticos (microbios, hongos, anima- phora spp.). les y otras plantas) constituyen la comuni- En el mundo se conocen 54 especies de dad de manglar, la que junto con los factores mangles distribuidas en 20 géneros y 16 fa- abióticos integran el ecosistema manglar milias (Dawes, 1986; Tomilson, 1986). En (Kathiresan y Bingham, 2001). México se encuentran tres especies de man- gles ampliamente distribuidas: Rhizophora mangle (mangle rojo, candelón); Laguncula- ria racemosa (mangle blanco, mangle bobo) 338 Recursos Forestales en el Occidente de México y Avicennia germinans (mangle negro, puye- aves acuáticas residentes y migratorias, peces que, madre sal). (p. ej. robalos, lisas), moluscos (p. ej. ostiones) y crustáceos (p. ej. camarón y cangrejos), los cua- les poseen un alto valor ecológico y/o comercial. Marismas Nacionales, Nayarit El mangle (L. racemosa) es la especie do- El Estado de Nayarit cuenta con una de minante en la región, sobre todo en Agua Bra- las mayores áreas de manglares (200,000 va, mientras que el puyeque (A. germinans) es hectáreas) en el país (CONAFOR, 2009) y común en Teacapán y el candelón (R. man- comparte, con el sur del Estado de Sinaloa, gle) en los bordes de esteros y canales al sur de el sistema lagunar Teacapán-Agua Brava- Marismas Nacionales (Valdez, 2004). Marismas Nacionales (Fig. 3.3.1), alrededor del 20% de los manglares de México y la co- En la zona de transición manglar-vege- bertura más extensa de los mismos en toda tación haló"ta se pueden encontrar vidrillo la costa Pací"ca del continente Americano (Batis maritima) y verdolaguilla (Sesuvium (RHRAP, 2008). portulacastrum). Los ríos que drenan al sistema son Cañas, La cantidad de hojarasca que producen Acaponeta, Rosamorada, Bejuco, San Pedro los mangles es alta (14.2 Mg ha-1 año-1), así y Santiago. En las Marismas Nacionales se como sus tasas de descomposición (mayores encuentran cerca de 250 crestas paralelas de durante la época de lluvias), lo cual permite dunas abandonadas de playas originadas por mantener elevados niveles de materia orgá- crecimientos sucesivos de la costa; entre estas nica particulada (MOP) y sustancias húmi- series de barras arenosas se formaron lagunas cas en los cuerpos de agua (Flores-Verdugo longitudinales. Las crestas (de menos de 1 et al., 1990). hasta 5 m.s.n.m.) están espaciadas entre 30 y Los principales agentes de destrucción y 200 m, cubriendo de 5 a 10 km de ancho y de degradación de los manglares en la región 130 a 225 km de longitud. Algunas depresio- son la mala planeación e inapropiada eje- nes entre las crestas tienen lentes de aluvión cución de obras de infraestructura (p. ej. moderno, pero la arena se encuentra siempre presas, caminos) y canalización (p. ej. boca por debajo del aluvión. Algunos de los ríos arti"cial de Cuautla). descargan directamente en el pantano de ma- rea entre las crestas de arena. Cada cresta se Debido a que las especies de mangles se formó individualmente como un depósito de encuentran en la NOM-059-ECOL-2001 línea de costa: el más antiguo es el más lejano su madera (p. ej. latas, pies derechos, es- del océano y el más joven el más cercano (Cu- tantes, postes, horcones) se aprovecha me- rray y Moore, 1963). diante planes de manejo sustentables (Val- dez, 2002) registrados y autorizados como Esta región provee de hábitats (protección, U.M.As en la Dirección General de Vida reproducción, alimentación y refugio) a nume- Silvestre (D.G.V.S.) de la SEMARNAT. rosas especies de mamíferos (p. ej. jaguar y mo- jocuán), reptiles (p. ej. cocodrilo, tortugas, boa), Capítulo 3 Suelos forestales 339

Figura 3.3.1. El sistema lagunar Teacapán-Agua Brava-Marismas Nacionales, Estados de Sinaloa y Nayarit (RHA- RAP, 2008). 340 Recursos Forestales en el Occidente de México

GEOMORFOLOGÍA de las geoformas existentes, las característi- cas morfogenéticas del relieve y la microto- Las condiciones geológicas, físicas y pografía, las cuales determinan a su vez el geomorfológicas de un determinado espa- régimen hidrológico y la salinidad del agua cio geográ"co constituyen la base ambiental intersticial (López-Portillo y Ezcurra, 1989; para la estructura y dinámica de los compo- López-Portillo et al., 1989; Semeniuk, 1994; nentes en geosistemas naturales o antropo- Méndez-Linares, 2003; Méndez-Linares et génicos (Hernández et al., 2007). al., 2007). Com (1967) fue de los primeros en se- El hidroperíodo (patrón resultante de ñalar una relación entre geoforma, drenaje frecuencias y duración de inundaciones) del suelo, nivel de inundación, salinidad y afecta las condiciones de oxido/reducción desarrollo de manglares proponiendo (en- (anaerobiosis) del suelo, la acumulación tre otros) los siguientes tipos de entornos: de materia orgánica, la disponibilidad de a) descarga !uvial dominante con aporte de nutrientes y la productividad primaria, así sedimentos; b) mareas dominantes y apor- como la riqueza y composición de especies te de sedimentos; c) oleaje dominante con (Mitsch y Gosselink, 2000). descarga !uvial; d) oleaje dominante y poco aporte sedimentario; y también tres clases de hábitats: (1) !uviales (canales, barras de CALENTAMIENTO GLOBAL meandros, cuencas); (2) lacustres (llanuras Las características químicas del carbono lodosas y playas); y (3) marinos (cordones (C) le con"eren una gran versatilidad para litorales). la construcción de moléculas que forman Más tarde Lugo y Snedaker (1974) men- los componentes básicos de los seres vivos cionaron que la estructura de los manglares (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, está determinada por factores como dispo- enzimas, hormonas, entre otras). El ciclo nibilidad de agua dulce, reciclaje de nutrien- del C, uno de los pilares del equilibrio bio- tes, !ujos de mareas, frecuencia y periodos geoquímico en cualquier ecosistema y, junto de inundación, características físicas del se- con el ciclo hidrológico, es el responsable del dimento y químicas del agua. mantenimiento ecológico y del equilibrio Posteriormente Stoddard (1980) recono- entre las interacciones atmósfera-hidrosfe- ció patrones de comunidades vegetales aso- ra-litosfera-biosfera (Post et al., 1990; Osna- ciados a variaciones del substrato y deter- ya, 2003). minados por el relieve, mientras que Com El CO2 es uno de los compuestos inorgá- (1984) demostró la estrecha correlación nicos indispensables para la vida en la Tie- entre la evolución de los patrones de vege- rra, pero su exceso en la atmósfera es cau- tación y la dinámica del desarrollo costero sa de desequilibrios, que in!uyen en otros junto con la sedimentación. procesos terrestres como, por ejemplo, el La distribución de los mangles en patro- climático (que, a su vez, altera sensiblemen- nes de zonación depende, en gran medida, te la naturaleza de los ecosistemas en todo Capítulo 3 Suelos forestales 341 el mundo. Este gas es el principal respon- este efecto comparado con lo que han con- sable del efecto invernadero que, en ciertos taminado los propios fenómenos naturales y niveles, permite el mantenimiento de una que la Naturaleza no se haya podido recupe- temperatura promedio ideal para la existen- rar tarde o temprano. cia de vida actual en el Planeta. En los últi- No hay datos contundentes que demues- mos años, sin embargo, el exceso de este gas tren que la contaminación por el hombre (principalmente generado por la actividad está contribuyendo de manera determinan- humana) ha creado un sobrecalentamiento, te al cambio climático mundial y que dicho con consecuencias impredecibles (Schimel cambio no esté provocado por otros factores et al., 2000; Gore, 2007). de mayor escala (modi"cación del ángulo

El contenido de CO2 de la atmósfera se del eje de rotación terrestre, alteración de incrementó de 270 a 290 ppm durante el la órbita terrestre, cambios en el Sol, u otras siglo XIX, de 315 ppm en 1956 a 335 ppm condiciones cíclicas de tipo astronómico). en 1976 (De la Cruz, 1986) y, según Bravo En contraste, los modelos apoyados en (2007), hasta 379 ppm en 2005. Este incre- las ideas y propuestas emanadas del Panel mento continúa a una tasa de 1 ppm por Intergubernamental para el Cambio Climá- año. El balance de C es uno de los más im- tico3 han llegado a las siguientes conclusio- portantes en la naturaleza, puesto que deter- nes (Gruber et al., 2004): mina los !ujos de materia orgánica (MO) y también, en gran parte, el de otros bioele- A) El hombre está incrementando de mane- mentos (N, P, S, entre otros), pudiéndose a ra anormal la concentración de gases de partir de esta información controlar el con- efecto invernadero en la atmósfera a ni- veles sin precedentes desde que se tienen tenido de CO2 atmosférico (Gallardo y Gon- zález, 2004). registro en la historia de la humanidad. El ciclo del C es tremendamente com- B) El principal compartimiento de almace- plejo. Se tienen avances en el estudio de las namiento de C en las esferas terrestres es relaciones con factores climáticos, pero falta el suelo y, de este multisistema, los bio- uni"car criterios entre los diferentes modelos mas que mejor lo retienen son los hume- que abordan las múltiples interacciones (ade- dales (p. ej. manglares, popales, pantana- más de la in!uencia humana). Ello es debido les, ciénagas), aquellos de regiones frías a la forma en que los seres humanos regresan con permafrost como la tundra y algunos el C a la atmósfera, muy variada y muchas bosques boreales. veces difícil de estimar cuantitativamente. De C) Desde la perspectiva del presupuesto de ahí que los escépticos critiquen el enfoque C en el siglo XXI apenas una atenuación por contaminación antropogénica argumen- importante en la desforestación tiene el tando lo siguiente (Gruber et al., 2004): mismo efecto que una disminución en Si es un hecho que la contaminación an- las emisiones de combustibles fósiles o tropogénica puede modi"car el equilibrio un aumento en los sumideros de la tierra ecológico global, qué tanto más podrá ser 3 IPCC, siglas en inglés 342 Recursos Forestales en el Occidente de México

o el mar. Adicionalmente, forestación y masa de raíces o en formas estables de com- reforestación pueden ser aspectos cada puestos orgánicos humi"cados. Aunque el C vez más importantes en el manejo futuro almacenado en el suelo no es fácil de cuan- del C. ti"car es necesario calcularlo para entender mejor la distribución e importancia relativa D) En los trópicos el calentamiento global de los almacenes aéreos y subterráneos de C y el incremento de la aridez pueden pro- en los ecosistemas terrestres (Acosta et al., mover una reducción en el tamaño de 2001; Etchevers et al., 2002). los bosques tropicales. Dado que estos bosques contienen el compartimiento El suelo mantiene una de las más grandes más grande de C en biota terrestre (así reservas super"ciales en el ciclo global del como la mayor producción primaria C; contiene al menos 1,500 4Pg C en formas neta, PPN) esta reducción muy probable- orgánicas (C orgánico edá"co, COS), y gran mente promoverá un aumento de C en la proporción de esta cantidad mantenida está atmósfera. muy cerca de la super"cie terrestre. Como resultado de la in!uencia humana (especial- E) Hay cinco veces más C en el suelo que mente en la agricultura) se han perdido 36 en la biota terrestre. Por tanto, si el obje- Pg C de los suelos entre 1860 y 1960, a una tivo es retener el C en los ecosistemas y velocidad de pérdida de aproximadamente mantenerlo fuera de la atmósfera la clave 0.8 Pg C año-1. Así, la pérdida de COS es un está en entender cómo funciona el sue- componente signi"cativo del !ujo biótico de lo como almacén de este elemento en el CO a la atmósfera (Schlesinger et al., 2000). tiempo y en el espacio. 2 Varios trabajos han estimado que el f) Los !ujos de C están controlados por el compartimento de COS; se estima alrede- clima y por el cambio de uso de la tierra, dor de 1,400–1,600 Pg C. De este total glo- aunque se desconoce a ciencia cierta en bal, aproximadamente 55 Pg C reside en el que magnitud sucede esto. mantillo fresco o detritus (prácticamente sobre la super"cie del suelo) conocido in- CARBONO EDÁFICO formalmente como piso u hojarasca forestal. Debido a que este valor es similar a la pro- El carbono total del suelo (CTS) es un com- ducción primaria neta (PPN) terrestre glo- ponente mayor del ciclo del C terrestre. Los bal, el tiempo de residencia media (TRM) suelos del mundo contienen más C que las del mantillo super"cial a nivel mundial es cantidades totales combinadas que ocurren de aproximadamente un año. Una gran pro- en la vegetación y la atmósfera. Consecuen- porción del compartimento de COS perma- temente, los suelos son un reservorio mayor nece cerca de la super"cie del suelo donde de C y un importante depósito (Schlesinger se mineraliza por los microorganismos, o se et al., 2000). pierde por erosión u otras alteraciones (de- Casi tres cuartas partes del C en los eco- sistemas se encuentran en el suelo como bio- 4 Un Pg C = Un petagramo de C = mil billones de gramos (1015 gramos) = mil millones de toneladas de C. Capítulo 3 Suelos forestales 343 gradaciones) promovidas por actividades de los ecosistemas es abrumadora, lo que humanas (Schlesinger et al., 2000). evidencia de manera signi"cativa el papel de los humedales como reguladores de C en El almacén mundial de C en el suelo es la naturaleza y, por consiguiente, las conse- cuatro veces mayor que el biótico (C en la cuencias evidentes que supone su alteración. biomasa aérea) y tres veces mayor que el al- macén de C en la atmósfera (Lal, 2004). Esto es particularmente importante si se conside- IMPORTANCIA DE LOS MANGLARES ra el caso de los manglares en particular, y los humedales en general, porque a pesar de En el IPCC se ha indicado que el almacena- su relativa poca extensión en comparación miento de C por las plantas (también llama- con otros ecosistemas del mundo, el papel do “secuestro de C”) es una alternativa de bajo costo para reducir el contenido de CO estratégico que representan desde el punto 2 de vista ecológico, como almacenadores de atmosférico. C edá"co, es evidente. Por ejemplo, si se les La información acerca de la captura de C compara a los humedales con los demás al- atmosférico mediante fotosíntesis y el incre- macenes de COS (Cuadro 3.3.1), se obser- mento de productividad primaria en bioma- va claramente que sólo son superados en sa está primordialmente dirigida a ecosiste- contenido de C por los bosques boreales y mas terrestres forestales y agroforestales. Sin los pastizales, dada la mayor extensión de embargo, poco se tiene documentado sobre estos últimos. No obstante, si se considera la e"ciencia de esta captura en manglares y el rubro del COS por unidad de super"cie, un manejo forestal de estos humedales cos- la diferencia entre los humedales y el resto teros representa una oportunidad para el al-

• Cuadro 3.3.1. Estimaciones de los principales almacenes de carbono orgánico del suelo (Lal, 2004).

Área Almacén de COS Densidad de COS Ecosistema (109 ha) (Pg C)* (Mg C ha-1)** Bosques Tropical 1.76 213 – 216 121 – 123 Templado 1.04 100 – 153 96 – 147 Boreal 1.37 338 – 471 247 – 344 Sabanas y pastizales tropicales 2.25 247 – 264 110 – 117 Matorrales y pastizales templados 1.25 176 – 295 141 – 236 Tundra 0.95 115 – 121 121 – 127 Desierto y semi-desierto 4.55 159 – 191 35 – 42 Tierras de cultivo 1.60 138 – 165 80 – 103 Humedales 0.35 225 643 *Pg = petagramo = 1015 g = mil millones de megagramos. **Mg = megagramo = 106 g = un millón de gramos. 344 Recursos Forestales en el Occidente de México macenamiento de C. Los suelos de manglar La destrucción de los manglares se re- tienen promedios de mineralización de COS laciona comúnmente con el aumento en bajos, por lo que su potencial de almacena- densidad de la población humana y con una miento de C es alto, y por ello pueden ser percepción distorsionada de los supuestos una alternativa para retener el C por largos bene"cios económicos, a corto plazo, que periodos (Ponce-Hernández, 1999; UN- puede generar su cambio en uso del suelo; FCCC, 2000; Moreno et al., 2002a). otras formas de destrucción de los mangla- res son la plani"cación y ejecución inade- Desde hace al menos tres décadas, los cuada de infraestructura hotelera y turismo humedales se han reconocido como fuente masivo (Valdez, 2002). signi"cativa de C y parte importante en el ciclo del mismo (Armentano, 1979). Los manglares pueden verse afectados de Estos ecosistemas (conocidos por su alta manera directa o indirecta. El efecto indirec- producción primaria) retiran el CO2 de la to de perturbación de manglares es, quizás, atmósfera y secuestran el C en el suelo (hasta el más generalizado y se presenta cuando se por miles de años) donde la descomposición construyen caminos o carreteras, se urba- es inhibida por una reducción de oxígeno nizan zonas costeras o se construyen desa- debido a las condiciones de inundación. rrollos turísticos, así como cuando se llevan Por ello se ha sugerido que ésta función de a cabo obras de infraestructura para la ex- los humedales como almacenes naturales plotación y transporte de petróleo o líneas de C pudo contribuir en los últimos siglos de distribución de energía eléctrica. A estas a balancear las pérdidas de C liberado a la afectaciones se pueden agregar las políticas atmósfera por la actividad humana. Aunque económicas orientadas hacia la obtención de los humedales no ocupan más del 3% de la ganancias a corto plazo, la modi"cación de extensión total del planeta, éstos contienen la hidrología por desviaciones de los cauces grandes cantidades de C que podrían !uviales con "nes agrícolas y la sustitución contribuir, en relación con la super"cie de áreas de manglar por obras de acuacultura que cubren, más que otros sistemas a (López-Portillo y Ezcurra, 2002). los intercambios del ciclo global del C A principios de la década de 1980 se esti- (Armentano, 1981). mó que 2300 km2 de manglares en los trópi- Los manglares son un recurso ecológi- cos se habían convertido a estanques piscí- co y económico muy valioso; ofrecen sitios colas y que más de 86 millones de toneladas para reproducción de varias especies acuá- de C se liberaron en los años subsiguientes ticas y de alimento para aves, peces, crustá- como consecuencia de los suelos de manglar ceos, reptiles y mamíferos; representan una expuestos (Armentano, 1981). fuente renovable de madera y son sitios de La cantidad y liberación de CO de los acumulación de C, nutrimentos, sedimentos 2 manglares y de los humedales, en general, y contaminantes; además ejercen un papel puede ser cuanti"cada con precisión si se de barrera protectora contra la erosión cos- tienen disponibles los siguientes datos (De tera (Alongi, 2002; Moreno et al., 2002b). la Cruz, 1986): 1) Área del humedal o volu- Capítulo 3 Suelos forestales 345 men del sustrato orgánico alterado, drenado Debido a que los procesos pedogenéti- o excavado; 2) Densidad aparente del suelo cos (adición, translocación, transformación) orgánico; 3) Concentraciones de C orgánico ocurren después que los sedimentos son co- del sustrato; 4) Velocidad de oxidación de lonizados por plantas vasculares el sustrato de la MO por combustión o descomposición los bosques de mangles es considerado suelo natural (constante de descomposición); y 5) más que sedimento (Ferreira et al., 2007). A Cantidad de cobertura vegetal removida o pesar de que las características de estos sue- reducida para establecer el !ujo neto de C. los pueden afectar directamente la producti- vidad y composición de especies los factores La producción primaria en el ecosistema edá"cos en manglares han recibido relativa- de manglar está integrada por las estructu- mente poca atención (Sukardjo, 1994). ras aéreas de los mangles, las epí"tas que vi- ven sobre sus troncos y ramas, las algas que Los suelos de manglares se pueden clasi- viven sobre sus raíces y el "toplancton. Las "car en dos grupos (Von Prhal et al., 1990): existencias reales de biomasa aérea de los a) orgánicos (mantenidos por procesos manglares oscilan entre 100 y 200 5Mg ha-1 y anaeróbicos y donde los nutrientes se libe- la productividad primaria neta entre 20 y 40 ran por descomposición de la MO en zonas Mg ha-1 año-1 (Larcher, 1977). aeróbicas y su mineralización es continua); y b) inorgánicos (generalmente ricos en partí- Los mangles desprenden sus hojas a una culas minerales y nutrientes, como Ca, Mg velocidad excepcionalmente alta en relación y K, que son retenidos temporalmente del con otras plantas, a un ritmo de alrededor de lavado y se forman como depósitos de limo 10 Mg peso seco ha-1 año-1 (Flores-Verdugo y arcillas en llanuras aluviales). et al., 1990). Esta caída de hojarasca puede ser afectada por factores ambientales como la El desarrollo estructural, producción de salinidad, que incrementa el costo de mante- material orgánico y reciclaje de nutrientes ner tejido fotosintético (Pool et al., 1975). Las son regulados en estos ecosistemas costeros hojas, con la ayuda de bacterias y hongos, se por mareas, disponibilidad de agua dulce y convierten en detritus (partículas de MO en sedimentos arrastrados vía escorrentía su- descomposición) rico en contenido calórico, per"cial, in!uyendo a su vez sobre los dife- proteico y carga microbiana (Espinoza et al., rentes niveles de salinidad, hipoxia y conte- 1981), además de fuente de alimentación para nido de nutrientes (Twilley, 1995). muchos organismos que habitan los mangla- La descomposición microbiana es rápida res (Robertson y Duke, 1987). Algunos de en presencia de O (materiales sápricos6) el estos organismos detritívoros pertenecen a 2 cual actúa como receptor de electrones du- especies de importancia comercial, como el camarón, callo de hacha, ostiones, mejillones, 6 Sáprico: Material orgánico en etapa avanzada de descom- entre otros (Yáñez-Arancibia et al., 1988); a su posición; fíbrico: Poco descompuesto, se reconoce aún el material vegetal original; hémico: Etapa de descomposición vez éstos son alimento de peces de alto valor, intermedia. Soil Survey Staff, 1999, Keys to soil taxonomy, como juveniles de pargos, róbalos y corvinas. Soil Conservation Service, 2ª. ed., United States of Ameri- ca, Deparment of Agriculture, State University, Washington 5 1 Mg =Un Megagramo = 1,000,000 g = 1 tonelada. D.C. 346 Recursos Forestales en el Occidente de México rante la oxidación aeróbica de compuestos CONCLUSIONES orgánicos; sin embargo, el O disminuye 2 El CO es el principal gas de efecto inver- cuando los poros del suelo están rellenos de 2 nadero por ser abundante en la naturaleza agua (como en los suelos de manglar) y la (tras el vapor de agua, que no se suele con- descomposición se vuelve lenta (materiales siderar); otros gases pueden tener un po- fíbricos), acumulándose grandes cantidades tencial de absorción de calor mucho mayor de materia orgánica (Brady y Weil, 1999; que el CO , como el CH o los óxidos de N Skoop, 2000). 2 4 (NOx), pero debido a que se encuentran en La acumulación de COS en humedales es menor concentración son menos peligrosos resultado del balance de dos procesos: a) "- (aunque no menos importantes). jación de C vía fotosíntesis; y b) pérdida por Los suelos del mundo contienen más C descomposición (los valores promedio de fo- que las cantidades totales combinadas que tosíntesis son más altos que en otros ecosiste- ocurren en la vegetación y la atmósfera; por mas y los de descomposición son más bajos tanto, los suelos son un reservorio mayor de por las condiciones anaerobias; por tanto, la C y un importante depósito. Pero este po- MO tiende a acumularse (Reddy et al., 2000). tencial edá"co tiene especial relevancia en el La composición de especies puede in!uir caso de los suelos de manglares, dada su alta en la acumulación de hojarasca sobre el piso capacidad de incorporación de C al suelo por del manglar y ser un factor importante para sus condiciones de anaerobiosis; por ello re- la inmovilización de nutrientes durante la tienen más C en el suelo (junto a las tundras) descomposición; por ejemplo, en bosques que cualquier otro ecosistema terrestre. de R. mangle la tasa de descomposición de hojarasca es más baja y la inmovilización de nitrógeno más alta que en bosques de A. ger- LITERATURA CITADA minans (Yañez-Arancibia et al., 1988). Abarca F., J. y M. Cervantes. 1996. De!nición y clasi- !cación de humedales. In: Manual para el manejo Debido a que los suelos de manglares y conservación de los humedales de México. Eds. Abarca, F. J. y M. Cervantes. 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3.4 Efecto de los incendios sobre la actividad microbiana del suelo en el Bosque La Primavera, en el estado de Jalisco, México

Eduardo López Alcocer, Martha Delia Ocegueda Reyes, Francisco Calderón Calderón, Fernando López Alcocer, J. América Loza Llamas, Andrés Rodríguez García, Rogelio Lepiz Ildefonso, Eduardo Salcedo Pérez.

RESUMEN En el presente documento se dan a conocer los principales efectos que un incendio forestal provoca en los si- tios afectados, principalmente en las características químicas y microbiológicas del suelo. El estudio se realizó dentro de una super"cie afectada de aproximadamente 10,000 ha del bosque “La Primavera” (BLP), ubicado al occidente de la zona metropolitana de Guadalajara. Para el estudio se cuanti"caron bacterias (ufc), hongos y actinomicetos. Además esporas de hongos micorrizicos (MVA). En las áreas afectadas se encontraron cuatro estratos en el per"l de suelo, en tanto que en las áreas no afectadas por incendios, se formaron seis estratos. Los incendios afectaron además del desarrollo de los estratos, la fertilidad del suelo. El contenido de MO fue de 8.74% y 3.4%, en las áreas sin y con incendios, respectivamente. La CIC presentó la misma tendencia, 16.96 meq 100g-1 y 11.11 meq 100g-1, en el orden mencionado para la MO. Además, se encontró una menor actividad del grupo bacteriano, que de hongos y actinomicetos. La cuenta de esporas de hongos endomicorrízicos fue signi"cativamente menor a la del área no afectada. Dichos resultados demuestran que en el caso de bosques fragmentados las consecuencias de un incendio son mayores y su impacto se re!eja de manera casi inmediata.

ABSTRACT In this document the main eFects that a forest "re causes in the damaged areas are exposed, mainly in the chemical and microbiological soil characteristics. Ce study was realized in a damaged area of approximately 10,000 ha in the “Primavera” forest located westly from Guadalajara city. For the study bacteria, fongus and actynomicetes were quanty"ed. Also micorrhyzation fongus spores. In the aFected areas four stratums in the soil were found, but in the undamaged areas six stratums were found. Ce "res damaged the development of the stratums as well as the fertility of the soil. Ce content of MO was 8.74% and 3.4% in the "re damaged and undamaged areas respectively. Ce CIC presented the same tendency, 16.96 meq 100g-1 and 11.11 meq 100g-1, in the mentioned order for MO. Also less activity from the bacterian team was found than the fongus and ac- tynomicetes. Ce total of fongus endomycorrhizal spores was signi"cantly lower than that of the undamaged area. Such results demostrate that in the case of fragmented forest the consequences aMer a "re are higher and his impact re!ects almost immediately. Capítulo 3 Suelos forestales 351

l bosque La Primavera (BLP), enclavada En el bosque se encuentran seis tipos de Een la Sierra de la Primavera, se ubica al vegetación dominante: Bosque de Encino- occidente de la ciudad de Guadalajara entre Pino, Bosque de Pino-Encino, Bosque de las coordenadas extremas 103º28’ a 103º42’ Pino, Bosque Tropical Caducifolio, Pastizal de longitud Oeste y 20º32’ a 20º44’ de latitud y Matorral Subtropical (Reyna, 2004). El Norte, en parte los municipios de Zapopan, suelo predominante en el BLP es de tipo Re- Tala y Tlajomulco de Zuñiga, en el estado de gosol, derivado del intemperismo de la toba, Jalisco (SEMARNAT, 2000). Cubre una ex- pómez y riolita (SEMARNAT, 2000; Univer- tensión de 36,000 ha, de las cuales 30, 500 sidad de Guadalajara, 1986). ha por el decreto del 6 de marzo de 1980, La importancia de este bosque radica en forman el área protegida bajo la categoría de que es prácticamente la última zona bosco- Zona de Protección Forestal y Refugio de la sa de consideración en las cercanías a la Fauna Silvestre. La sierra de la Primavera ciudad de Guadalajara y su área conurbada, es el parteaguas super"cial de las cuencas actúa como pulmón de la ciudad, además de hidrológica del Río Grande o Santiago, del ser zona de recarga hidrológica super"cial Río Ameca, y la de San Marcos. La precipi- para los acuíferos, área de recreación y área tación media anual es de 980mm, con tem- de refugio de la fauna silvestre. peratura media anual de 20.6ºC.

Figura 3.4.1. Localización del Bosque La Primavera (*). 352 Recursos Forestales en el Occidente de México

Los principales problemas que aquejan no obstante que dichos incendios se presen- al bosque La Primavera son los relaciona- tan año con año. (Comité Técnico para la dos con la reducción del área boscosa por el Administración del BLP, 2006). avance de la frontera agrícola, crecimiento El día 25 de abril del 2005, se registró un de la mancha urbana, ganadería no contro- incendio en el Bosque la Primavera, afec- lada y los frecuentes incendios, principal- tando una super"cie aproximada de 10,000 mente. ha, el de mayor magnitud en los últimos 10 Particularmente los incendios forestales años. El área cubierta por bosque de pino- son, por su frecuencia e intensidad, los que encino, fue la más afectada. Las cifras o"cia- más afectan la condición forestal. Su origen les reportadas, en la página web del Bosque es principalmente de orden antropogénico la Primavera, mani"esta que: “El incendio y la actividad agrícola y ganadera, sus cau- en el bosque afecto en diversas formas el sas principales. El efecto negativo directo de área, en total la super"cie afectada es como los incendios es sobre la !ora y la fauna, sin sigue: 8,478 hectáreas afectadas de las cua- embargo la capa super"cial de materia orgá- les 7,799 ha, corresponden a pastos nativos e nica y sobre todo la actividad microbiana, se inducidos 423 ha. a arbustos y matorrales y afectan considerablemente. 254 ha, a arbolado adulto y renuevo”. El presente escrito tiene como objetivo Se menciona además que la con!agra- conocer el efecto de los incendios sobre la ción se inició al Oeste del área con un in- actividad microbiana en el bosque La Pri- cendio tipo copa y extendido hacia el Este mavera. se registro de tipo super"cial. La vegetación más afectada fue la del bosque de pino-enci- Se cuenta con un registro histórico de no con vegetación secundaria. los incendios que han afectado signi"cativa- mente al bosque La Primavera, donde des- Para el logro del objetivo planteado, en el tacan por su extensión y daño, los acaecidos año 2009, fueron seleccionados dos sitios de en los años 1996, 2000, 2002, 2004 y 2005, muestreo, el primero no afectado por incen-

Figuras 3.4.2 y 3.4.3. Imágenes de satélite en falso color del área de estudio, antes y después del incendio ocurrido en abril de 2005 (*). Capítulo 3 Suelos forestales 353

Figuras 3.4.4 y 3.4.5. Sitios de muestreo en las áreas no afectadas y afectada por el incendio ocurrido en el 2005, respectivamente. dios en los últimos veinte años y el segundo Los resultados muestran un menor de- bajo condición de incendio, particularmen- sarrollo de los estratos en los per"les en las te del área afectada por el incendio del año áreas afectadas por incendios. En las áreas 2005, ambos sitios en el área de bosque de con incendios se encontraron cuatro estra- encino-pino. El muestreo se realizó en la tos en el per"l, en tanto que en las áreas no época de estiaje. afectadas por incendios, se formaron seis estratos en el per"l. Los dos primeros es- En cada sitio se abrieron los correspon- tán formados por la hojarasca en proceso dientes per"les; de cada estrato se tomaron de fragmentación y descomposición, res- muestras para realizar el análisis microbio- pectivamente (Figuras 3.4.6 y 3.4.7). El ta- lógico. Se cuanti"caron por el método de maño de las hojas presentes en los sitios de vaciado en placa (ufc) bacterias, hongos y muestreo, fue diferente, ya que en las áreas actinomicetos. Además por el método de afectadas por incendios fueron más peque- tamizado y decantación (Gerdermann y Ni- ñas, en tanto que las mismas en el área no colson, 1963), se cuanti"caron esporas de afectada por incendios presentaron un ma- hongos micorrizicos (MVA). yor desarrollo (Figura 3.4.8). Esta diferencia

Figuras 3.4.6 y 3.4.7. Perfiles de suelo correspondientes a las áreas no afectadas y afectadas por el incendio ocurrido en el 2005, respectivamente. 354 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 3.4.8. Diferencia en el desarrollo de las hojas de encino en las áreas afectadas y no afectadas por incendios en el bosque La Primavera. sugiere que los incendios afectaron además Generalmente en el curso de la descom- del desarrollo de los estratos, la fertilidad del posición de la materia orgánica existe una suelo. En efecto, el contenido de Materia Or- sucesión de grupos microbianos, según el gánica (MO) y la Capacidad de Intercambio proceso metabólico de cada grupo, así, las Catiónico (CIC), presentaron diferencias, bacterias inician el proceso de descompo- medidas en el estrato donde se mezclan la sición consumiendo la fracción lábil de la MO y la fracción mineral del suelo. materia Orgánica, tales como glucosa, al- midones, proteínas y otras moléculas. A El contenido de MO fue de 8.74% y 3.4%, las bacterias le siguen los hongos, degra- en las áreas sin y con incendios, respectiva- dando la fracción celulósica y "nalmente mente. La CIC presentó la misma tendencia, participan los actinomicetos para degradar 16.96 meq 100g-1 y 11.11 meq 100g-1, en el los compuestos ricos en lignina (Polpraset, orden mencionado para la MO, lo que su- 1989). giere una afectación de éstas variables por los incendios y la continuidad del proceso Los datos anteriores muestran que la de recuperación de las áreas afectadas. Esto actividad microbiana es más intensa en los se dará siempre y cuando no se presente un estratos medios, posiblemente porque la hu- nuevo incendio. medad se conservó mejor en esta porción del per"l. Aquí se recuerda que el muestreo Los datos de la cuenta microbiana se re- se realizó en época de estiaje. portan en el cuadro 3.4.1. Capítulo 3 Suelos forestales 355

• Cuadro 3.4.1. Cuenta de microorganismos (UFC) x 105 para los diferentes grupos que intervienen en la degradación de la Materia Orgánica.

Actino- Actino- Estrato Hongos Hongos Bacterias Bacterias micetos micetos N° C/I S/I C/I S/I C/I S/I 1 400 0.005 0.040 500 50 0.5 2 900 0.023 0.090 6000 98 0.5 3 280 0.058 0.027 1250 135 7.5 4 380 0.015 0.039 100 40 7.0 5 0.060 250 5.0 6 0.031 - 0.1 C/I= Con incendio; C/I= Con Incendio S/I= Sin incendio

En el sitio afectado por los incendios se inferior (suelo) donde se tiene mayor con- observa baja actividad del grupo bacteriano, tacto con los microorganismos degradado- no así en los grupos de hongos y actinomi- res de la materia orgánica. En esta fase de cetos. Lo anterior sugiere que buena parte regeneración del per"l, el estrato húmico se de la materia orgánica ya fue degradada en empieza a integrar, después de 3-4 años, que la fracción aprovechable por las bacterias, es el periodo de transformación de la hoja- en tanto que los hongos y actinomicetos de- rasca en humus y la posterior formación del sarrollan su actividad en la fracción rica en estrato orgánico. celulosa y lignina. Como observación adicional se encontró El sitio no afectado por los incendios que en el área afectada por los incendios, la presenta mayor cantidad de hojarasca acu- cuenta de esporas de hongos endomicorrizi- mulada en la super"cie del suelo. El grupo cos fue signi"cativamente menor a la cuenta bacteriano es el que presenta mayor activi- efectuada en el área no afectada por los in- dad en los estratos medios, precisamente cendios. donde se conserva mejor la humedad y por (*) Fotos proporcionadas por el Comité lo tanto donde existe un proceso intensivo Técnico para la Administración del BLP de degradación de la materia orgánica, en- trando en sucesión el grupo de los hongos y actinomicetos. CONCLUSIONES Los resultados indican mayor actividad Los incendios consumieron las capas del de los grupos de hongos y actinomicetos per"l con de alto contenido de MO en el sitio afectado por los incendios. Lo La perdida de la MO afectó el hábitat de los anterior sugiere que a partir del incendio, microorganismos del suelo donde se perdieron las capas o estratos más super"ciales del per"l (estrato orgánico), se Disminuyó el número de microorganismos activó el proceso de regeneración en la capa en el área quemada 356 Recursos Forestales en el Occidente de México

Se disminuyó la producción de biomasa en el área quemada, visualizada por el tama- ño de las hojas del encino La capa orgánica del per"l inicia su recupe- ración en un lapso de 3 a 4 años. El horizonte orgánico ambientalmente, re- presenta el factor de recuperación del suelo, después de un incendio.

LITERATURA CITADA Comité Técnico para la Administración del BLP. 2006. Carta de registro histórico de conatos e incendios en el bosque La Primavera. Diario O"cial de la Federación, 6 de marzo de 1980. Gerdermann, J.W. y T. Nicolson. 1963. Spores of myco- rrhizal Endogone species extracted from soil by wet sieving and decanting. Trans. Brit. Mycol, Soc. vol. 46. pp 235-244. Polpraset, Ch. 1989. Organic waste recycling. Jhon Wyley and Sons. 357 p. Reyna B. O. F. 2004. Árboles y arbustos del bosque La Primavera. Guía ilustrada. Universidad de Guada- lajara. 118 pp. SEMARNAT. 2000. Programa de Manejo Área de Pro- tección de Flora y Fauna La Primavera México. Co- misión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. México. 132 pp. Universidad de Guadalajara. 1986. Plan de Manejo Bosque La Primavera. Universidad de Guadalaja- ra. México. 164 pp. Capítulo 3 Suelos forestales 357 CAPÍTULO 4 PROTECCIÓN FORESTAL Brigada combate de incendios del Ejido, Ajijic, Jocotepec, Jalisco.

360 4.1 Variaciones en el comportamiento del fuego en un ecosistema forestal de Jalisco al implementar quemas prescritas

375 4.2 Relación de los incendios forestales con la infestación por descortezadores y barre- nadores de madera

Introducción

En el presente capítulo 4 denominado “Protección forestal”, se tratan dos temas de inves- tigación relacionados con las variaciones en el comportamiento del fuego en ecosistemas forestales, y sobre la relación que existe entre los incendios forestales con la infestación por plagas en la madera. El primer trabajo 4.1) re"ere a las variaciones en el comportamiento del fuego en los ecosistemas boscosos en relación con el ambiente. El trabajo se desarrolló en un bosque templado de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán y presenta el monitoreo de la in!uencia de los factores ambientales en el comportamiento del fuego, básicamente la altura de llama cuando se implementa una quema controlada en un rodal forestal de pino-encino. En el segundo artículo 4.2) se describe la relación que existe entre los incendios foresta- les con la infestación por plagas en la madera. Los árboles que son dañados por los incen- dios, pueden morir años más tarde debido a la disminución del vigor y/o de la presencia de plagas y enfermedades que son favorecidas por el fuego. Los árboles que quedan con la copa completamente chamuscada pero con las yemas terminales vivas han mostrado ser más susceptibles de ser colonizados por insectos descortezadores y barrenadores de madera. 360

4.1 Variaciones en el comportamiento del fuego en un ecosistema forestal de Jalisco al implementar quemas prescritas

José Germán Flores Garnica, Juan de Dios Benavides Solorio.

RESUMEN Los incendios forestales de bajo impacto pueden resultar en una serie de efectos positivos en los bosques, como son: el favorecer la regeneración natural, de"nición de hábitats apropiados para la fauna, disminución de ries- gos de incendios extremos, entre otros. Y para conocer como se mani"esta el incendio deben evaluarse varios parametros, como son, velocidad de propagación, altura de llama, e intensidad de calor. En México es escasa la información en este tema, por ello, el objetivo de este presente trabajo fue monitorear la in!uencia de los factores ambientales en el comportamiento del fuego (básicamente altura de llama), bajo la implementación de una quema controlada en un rodal forestal de pino-encino. El trabajo se desarrolló en un bosque templado del estado de Jalisco. Se observó que las cargas de combustibles in!uyen, de manera directa, en el comportamiento del fuego. Por ejemplo, en las áreas donde se acumulan combustibles de 1 hora, la velocidad de propagación se aceleró. Por otra parte, la acumulación de combustibles pesados (100 y 1000 horas) propició una mayor in- tensidad de calor. En cuanto a la in!uencia de factores ambientales en el comportamiento del fuego, el factor más relevante fue el viento, que fue en promedio de 2.2 km/hr. En general, al disminuir la velocidad del viento, disminuyó la altura de la llama. Palabras clave: quemas prescritas, evaluación de combustibles, quema controlada, altura de la llama.

ABSTRACT Low impact forest "res can result in a serie of positive eFects for forest, such as: enable natural regeneration, de"nition of apropiate habitats for fauna, danger decreasing of extreme forest "re and more. In order to know how the "re domonstrate itself diFerent parameters must be evaluated like spread of the "re speed, !ame high and heat intensity. In Mexico the information on this topic is very limited this is why the main purpose of this paperwork was to monitor the in!uence of enviromental factors in "re behavior (basically !ame hight), by im- plementing a controlled burning in a mild forest in Jalisco. We could observe that the fuel charges in!uence in a direct way the "re behavior. For example in areas where 1 hour fuel is accumulated, the speed of the "re spread was speeded up. Also the accumulation of heavy fuel (100 and 1000 hours) favored a higher heat intensity. A for the in!uence of enviromental factors in "re behavior, the most relevant factor was the wind, which was 2.2 km/ hr average. In general by reducing the wind speed the !ame height decreased. Key words: prescribed burning, fuel evaluation, controlled burning, !ame height. Capítulo 4 Protección forestal 361

ncendios forestales de bajo impacto pue- ANTECEDENTES Iden resultar en una serie de efectos posi- tivos en ecosistemas forestales (Arno, 1980), como son: el favorecer la regeneración, de"- Parámetros de evaluación del nición de hábitats apropiados para la fauna, comportamiento del fuego disminución de riesgos de incendios extre- El comportamiento del fuego se re"ere a mos, entre otros. Sin embargo, para poder la velocidad de propagación, su dirección estimar el impacto del fuego, debe enten- de avance, su forma, el largo de las llamas, derse como se mani"esta este en diferentes su intensidad, la probabilidad de que se condiciones ambientales (Hernando, 2000). produzcan fuegos secundarios, o de que se Si es posible conocer bajo qué condiciones el convierta de super"cial a incendio de copas, fuego tiene un comportamiento moderado etc. La evaluación de este comportamiento en un incendio forestal, este puede ser usado se hace a través de varios parámetros (Cam- en forma controlada para el logro de objeti- pbell et al., 1996; Fuller, 1991): 1) Ritmo de vos especí"cos (fomento de la regeneración dispersión. La velocidad a la que el frente [Van Lear y Waldrop, 1991], disminución de del incendio avanza; 2) Calor por unidad combustibles (Flores et al., 2007), fomentar de área. La cantidad de calor liberado por condiciones de hábitat para fauna [Flores unidad de super"cie durante cierto tiempo y Benavides, 1994a]). Esta forma en que se en un área dada del frente de la !ama; 3) mani"esta el fuego, bajo diferentes condi- Intensidad de la línea de fuego. La cantidad ciones, se re"ere como el comportamiento de calor liberada por unidad de longitud del del fuego, en el que se consideran varios pa- frente del fuego por segundo; 4) Longitud rámetros, como lo son: velocidad de propa- de !ama. Promedio de la longitud de !ama gación, altura de llama, intensidad de calor, hacia un punto de proyección; 5) Distancia etc. (Campbell et al., 1996). Sin embargo, de dispersión. Estimación del probable mo- debe remarcarse la escasa información que vimiento de avance de un incendio en un existe sobre estudios del comportamiento periodo especí"co; 6) Mapa de distancia. del fuego en quemas controladas en México, Estimación del progreso del frente del fuego; lo cual hace difícil la prescripción del uso del 7) Área. Estimación del área del incendio; 8) fuego. Debido a esto, el objetivo general del Componente de ignición. Estimación de la presente trabajo fue monitorear la in!uencia probabilidad de que una brasa cause una ig- de los factores ambientales en el comporta- nición que pueda evolucionar en un nuevo miento del fuego (básicamente altura de lla- incendio; 9) Intensidad de reacción. Rango ma), bajo la implementación de una quema de calor liberado por unidad de super"cie controlada en un rodal forestal de pino-en- por unidad de tiempo. cino. El trabajo se desarrolló en un bosque templado del estado de Jalisco. Se espera que los resultados puedan usarse como apoyo a las estrategias de prevención y control de in- cendios forestales. 362 Recursos Forestales en el Occidente de México

Factores que afectan el comportamiento vimiento del fuego sobre el terreno y confor- del fuego me pasa el tiempo (Countryman, 1992). Por Para que exista fuego es necesario que exis- lo tanto, el estado actual de los componentes ta una fuente de ignición y a su vez exista ambientales, y las interacciones entre ellos y combustible disponible para arder, además con el fuego mismo, determinan el compor- de oxígeno que va a ser necesario para la tamiento del fuego en cualquier momento. sustentación del proceso de combustión. (Rodríguez, 1996). Una vez que se ha inicia- MATERIALES Y MÉTODOS do el fuego, ya sea como incendio forestal o quema prescrita, se mani"esta un compor- tamiento de"nido. El cual es producto de las Características del área de estudio condiciones ambientales en el que el fuego Este trabajo se desarrolló dentro de la Re- está ocurriendo, tales como tiempo atmos- serva de la Biosfera Sierra de Manantlán férico (Martínez et al., 1990), topografía (RBSM), la cual es un área de gran impor- (Flores et al., 2005) y los combustibles fores- tancia para la conservación por su alta di- tales (Kapler y Fischer, 1997). Estos pueden versidad biológica (más de 2,800 especies variar en el tiempo y espacio (Flores y Omi, de plantas vasculares y alrededor de 580 es- 2003). En el tiempo atmosférico se conside- pecies de vertebrados), con casi toda la va- ran cinco factores (temperatura, humedad riedad de ecosistemas representativos de las relativa, estabilidad atmosférica, precipita- montañas mexicanas (incluyendo bosque ción y velocidad y dirección del viento). Re- mesó"los, pinares, encinares, selvas bajas y ferente a la topografía se consideran cinco medianas, bosques de galería y agrosistemas factores (la elevación, la posición en la pen- tradicionales), y con una alta importancia diente, la pendiente, la exposición y la con"- regional para la protección de cuencas hi- guración del terreno). drográ"cas (Jardel, 2003; Martínez et al., Dentro de los combustibles son conside- 1993). El área de estudio corresponde a la rados seis factores (carga del combustible, Estación Cientí"ca “Las Joyas”, la cual está tamaño y forma, compactación, continuidad ubicada dentro de la RBSM (Figura 4.1.1). horizontal y vertical, contenido de sustan- Los sitios de muestreo se ubicaron en un cias químicas) (Rodríguez, 1996). De acuer- área que presenta un relieve montañoso, ac- do con esto el fuego es una fuente localizada cidentado, alrededor de los 2,000 m de alti- de calor, pero que reacciona en conjunción tud sobre el nivel del mar. Donde el clima de las interacciones que puedan tener en- es templado subhúmedo con régimen de llu- tre factores y componentes del ambiente. vias de verano. Los tipos de cobertura vege- Llegando incluso a crear su propio tiempo tal son bosque mesó"lo de montaña, bosque atmosférico (Anderson, 1989). De esta for- de pino, bosque de pino-encino, matorrales ma, los cambios en el comportamiento del secundarios y bosques riparios. Las especies fuego son el resultado de los cambios en los de pino son Pinus douglasiana, P. herrerae y patrones ambientales, de acuerdo con el mo- Pinus oocarpa y en el sotobosque abundan Capítulo 4 Protección forestal 363

Figura 4.1.1. Localización geográfica de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán (Jalisco), donde se ubica la Estación Científica “Las Joyas”. especies de Salvia, Eupatorium, orquídeas sitae y Lamiaceae (Departamento de Ecolo- terrestres y hongos. El bosque de pino-en- gía y Recursos Naturales, 2011). cino consiste de una mezcla de individuos La super"cie aproximada de la Estación de pinos y robles o encinos, y además de las Cientí"ca “las Joyas” es de 1,200 ha, donde presencia de alguna de las especies de pino, se desarrollan el bosques de pino, pino–en- de los que ya se mencionaron, se observan cino y mesó"lo de montaña. Algunas de las varias especies de Quercus, de las cuales las especies de árboles observadas son Pinus más comunes son Quercus magnoliifolia, Q. douglasiana, P. herrerai, P. oocarpa, Quercus scytophylla, Q. peduncularis, Q. praineana y spp., Fraxinus sp., Magnolia sp., Arbutus sp., Q. obtusata, tambien son abundantes las ar- entre otras. bustivas y herbáceae de las familias compo- 364 Recursos Forestales en el Occidente de México

DISEÑO EXPERIMENTAL de 15 m a partir del centro de cada círcu- lo. Dentro de cada sitio circular, también se Durante el año 2005, el Instituto Nacional de muestrean también la hojarasca, humus y Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pe- herbáceas en cuadros de 30 x 30 cm, que se cuarias (INIFAP) realizó una serie de que- ubicaron en cada uno de los cuatro transec- mas prescritas, con el propósito de evaluar la tos, a 8 m a partir del centro del círculo. cantidad y calidad de humo generado (Hao, 2005). Algunas de estas quemas se llevaron a cabo en el estado de Jalisco, bajo diferentes EVALUACIÓN DE COMBUSTIBLES condiciones de vegetación. Los experimen- Los combustibles forestales se clasi"can de tos fueron realizados en el mes de marzo y acuerdo a su tamaño y condición, por lo que durante 3 días para cada parcela. El primer cada clase debe evaluarse en forma diferente día se dedicó a caracterizar la vegetación (Brown et al., 1977). Por lo que para la eva- y muestrear combustible, en el segundo se luación de combustibles se usaron diferentes llevó a cabo la quema controlada y se regis- técnicas de acuerdo con el tipo de combusti- traron la velocidad de propagación del fuego ble (Cuadro 4.1.1). así como la altura de las llamas, el tercer y último plazo se volvieron a muestrear para Para evaluar el consumo de combustible de"nir la cantidad del material quemado en se instalaron 17 varillas de metal (en los si- los sitios de consumo. tios de consumo [Figura 4.1.2]), las cuales se enterraron hasta el nivel de la super"cie de Para saber con cuanto material combus- la hojarasca. Después de la quema se ubicó tible se contó inicialmente, y después de la el nivel de la varilla al que llegaron las capas quema, se hizo un inventario de combusti- de hojarasca en cada sitio de consumo. La bles. Para lo cual se establecieron tres par- longitud que se de"ne después de la quema, celas experimentales, con una dimensión se usó para estimar la cantidad de combusti- rectangular de 100 m por 200 m (2 ha). En ble consumido. estas se delimitaron 3 sitios de 600 m en los cuales se recopilaron los datos de arbolado, presentes en el área (Figura 4.1.2). Con "nes QUEMAS PRESCRITAS del muestreo de combustibles las parcelas se dividieron en tres cuadros que midieron Las quemas prescritas se hicieron en las tres 50 x 50 m. En cada cuadro se caracterizó el parcelas experimentales (Figura 4.1.2), ante- arbolado mayor de 2 m, y se designó un si- riormente descritas. El método de ignición tio circular para evaluar combustibles vivos, fue a través del uso de una antorcha de go- que consisten en el arbolado menor de 2 m, teo, que consiste en un tanque portátil, en la regeneración y los arbustos. También se el que se coloca el combustible para realizar evaluó el material combustible muerto en el la ignición. Dicho combustible consiste de suelo forestal, para lo cual se consideraron una mezcla recomendada de 3 o 4 porciones las ramas y troncos que se intersectaran en de diesel a 1 porción de gasolina. La técni- cuatro líneas (transectos) con una distancia ca de encendido utilizada fue de franjas en Capítulo 4 Protección forestal 365

Figura 4.1.2. Parcela experimental, donde se ubican los cuadros y círculos usados para la evaluación del comportamiento del fuego. retroceso, quemando en contra de viento y la perdida de humedad de los combustibles. pendiente (Flores y Benavides, 1994b), espe- Este factor propicia una constante oxigena- cí"camente teniendo como prescripción la ción del ambiente, por lo que la llama man- reducción de material combustible (Wade, tiene una mayor intensidad. La dirección del 1989). Las quemas se iniciaron a tempra- viento in!uye considerablemente en la di- na hora de la noche, con humedad relativa rección del fuego, así como en su velocidad variable (desde 32 hasta 65%). Se tomaron de propagación. Finalmente, la temperatura las medidas de seguridad pertinentes, como in!uye en la humedad relativa, así como en son brecha cortafuego y establecimiento de el contenido de humedad de los combusti- un plan de contingencia. bles. Internamente en la quema se propicia una serie de cambios de temperatura y favo- Por otro lado, se tomaron en cuenta va- recen una serie de condiciones que, de algu- rios factores que determinan el compor- na u otra forma, afectan el comportamiento tamiento del fuego, como son la humedad del fuego. De acuerdo a lo anterior, durante relativa, la dirección y velocidad del viento, las quemas se monitorearon los cambios en y la temperatura. A menor humedad relativa humedad relativa, temperatura y velocidad se espera que los combustibles disminuyan del viento. Además, se tomaron fotografías su contenido de humedad (Omi, 1997), lo y videos, con el objetivo de monitorear el que los hace más in!amable. El viento juega comportamiento del fuego. Se evaluó la al- también un papel importante ya que ayuda a 366 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 4.1.1. Técnicas de evaluación de los diferentes tipos de combustibles (Flores, 2001; Sánchez y Zerecero, 1983; Brown et al., 1982).

Tipo de Vegetación Técnica

Material leñoso tirado Intersección planar

Hojarasca. Peso relativo Profundidad

Capa de fermentación Peso relativo Profundidad

Herbáceas Medición de copas, altura y cobertura

Arbustos Medición de copas, altura y cobertura

Pequeñas coníferas Conteo de árboles

tura de llama, como parámetro principal del RESULTADOS comportamiento del fuego en cuatro bali- El sitio presentó vegetación densa (Figura zas distribuidas a lo largo de los 200 m de 4.1.4) y considerable cantidad de combusti- la parcela (Figura 4.1.3). Aunque también se ble ligero. Los cálculos del arbolado mayor a estimó la velocidad de propagación del fue- 2 m determinaron una densidad aparente de go y la longitud de llama (longitud de !ama 428 individuos por hectárea. Mientras que el hacia un punto de proyección), el análisis en promedio de altura del arbolado es de 15.5 m. este trabajo solo se re"ere a la altura de lla- ma (distancia vertical de la base de la llama La clasi"cación de combustibles se hizo hasta su parte más alta). de acuerdo a su “tiempo de retardo” (1 hr, 10 hrs, 100 hrs, etc.), que, en general, se re-

Figura 4.1.3. Ubicación de las balizas, dentro de la parcela, que se utilizaron para evaluar la altura de llama. Capítulo 4 Protección forestal 367

Figura 4.1.4. Vegetación presente en la parcela experimental que corresponde al tipo de pino-encino

"ere al tiempo que un combustible tarda en ton/ha para los de 1000 hrs ("rmes) y "nal- alcanzar el equilibrio de su contenido de mente 3.55046 ton/ha para los de 1000 hrs humedad con la humedad del medio am- (podrido). biente, cuando se presentan variaciones de Durante el proceso de las quemas con- esta última. En general las cargas son muy troladas se evaluaron dos aspectos: 1) com- similares en los combustibles de 1 hr, 10 hrs portamiento del fuego; y 2) condiciones y 100 hrs para los tres sitios. Las diferencias atmosféricas. A continuación se hace un de cargas se presentan en los combustibles análisis en el que se interpreta, con los ele- de 1000 hrs, ya sea para podridos o para "r- mentos evaluados, la relación entre estos dos mes. Esto se debe a que es difícil diseñar una aspectos. En cuanto a las características del línea de transecto que re!eje una cantidad comportamiento del fuego (CF) se evaluó la real para este tipo de combustibles. Poste- altura de llama y se observo que existe un riormente se calcularon las cargas promedio comportamiento in!uenciado ligeramente por cada tipo de combustible (Figura 4.1.5). por las variaciones en la humedad relativa Dando como resultado los siguientes valo- (HR) (Figura 4.1.6). Sobre todo al inicio de res: 0.13890 ton/ha para los combustibles la quema, se observó que al aumentar la HR de 1hr, 2.76989 ton/ha para los de 10 hrs, la altura de llama disminuye. Cabe señalar 3.58829 ton/ha para los de 100 hrs, 8.69380 368 Recursos Forestales en el Occidente de México ton/ha

Figura 4.1.5. Cargas promedio de los 3 sitios en los combustibles de 1 hr, 10 hrs, 100 hrs, 1000 hrs para troncos firmes (f) y 1000 hrs para troncos podridos (p). que los niveles de HR superaron el 30% du- partir de las 10:10 p.m., que corresponde rante toda la quema, llegando incluso al 60% con el aumento de la velocidad del viento, de HR. No obstante, se registraron incre- disminución de la HR y un ligero aumento mentos en la altura de llama, quizás se debió de la temperatura promedio. a otros factores como la continuidad vertical La temperatura ambiental fue la de me- de los combustibles o al viento. nos in!uencia en las dimensiones de la lla- Los combustibles ligeros, como se men- ma. La temperatura se mantuvo relativa- cionó tuvieron cargas menores y la distri- mente constante (Figura 4.1.8) a los 25 ºC bución espacial de los combustibles ligeros promedio, siendo de 20 ºC el registro menor y medianos, en términos generales fue ho- y de 30 ºC el registro mayor. Siendo la HR y mogénea, esto tuvo in!uencia en una mayor la velocidad del viento los factores que ma- homogeneidad en el comportamiento del yores relaciones tuvieron con respecto a la fuego a lo largo de la parcela. variación de la altura de llama. En el caso de la velocidad del viento Para dimensionar la correlación de cada (Figura 4.1.7) se registró una racha de 11.3 una de las variables que se asociaron con la km/h, relacionándose con la mayor altura altura de llama, se realizaron los análisis de de llama. En general se registró una velo- correlación correspondientes. Los resulta- cidad promedio de 2.2 km/h, velocidades dos se presentan en el Cuadro 4.1.2, donde apropiadas para las condiciones de una bue- se observa que, en todos los casos, la corre- na quema controlada. Esta condición se vio lación fue baja. Principalmente en lo que se re!ejada en las alturas de llama constantes re"ere a la correlacione entre la temperatu- durante la quema. Sin embargo se nota un ra y la altura de llama. Los grá"cos corres- ligero incremento en las alturas de llama a pondientes (Figuras 4.1.9, 4.1.10 y 4.1.11), Capítulo 4 Protección forestal 369

HR%

Altura de llama (m)

Figura 4.1.6. Relación de variaciones de altura de llama y variaciones de humedad relativa, en el sitio experimental (bosque de pino-encino).

Altura de llama (m)

Velocidad del viento km/h

Figura 4.1.7. Relación de variaciones de la altura de llama y las variaciones de velocidad del viento, en el sitio experimental con bosque de pino-encino.

Temperatura °C

Altura de llama (m)

Figura 4.1.8. Relación de las variaciones de altura de llama y variaciones de temperatura, en el sitio experimental con bosque de pino-encino. 370 Recursos Forestales en el Occidente de México

• Cuadro 4.1.2. Coeficiente de correlación resultante de la relación entre la altura de llama (variable dependiente), con tres variables independientes.

Variable independiente R2 Ecuación Humedad Relativa (%) 0.335 y = 0.0001x2 - 0.061x + 1.578

Velocidad del Viento (km/hr) 0.31 y = 0.002x2 - 0.006x + 0.294

Temperatura (oC) 0.081 y = -0.002x2 + 0.115x - 1.22

muestran que la tendencia de las correlacio- La velocidad de propagación (VP) pro- nes no está bien de"nida. No obstante, para medio fue baja en casi toda la quema. La los casos de la correlación con la humedad velocidad mínima fue de 0.14 m/min, en relativa y la velocidad del viento, se aprecia contra pendiente y en contra del viento (Fi- una ligera de"nición de la tendencia. Lo gura 4.1.12). El factor que pudo in!uir en cual sugiere que la altura de llama estuvo este comportamiento quizás fue la humedad in!uenciada primeramente por la humedad presente en los combustibles forestales. relativa, y posteriormente por la velocidad del viento.

Figura 4.1.9. Tendencia de la relación entre la altura de la llama y la humedad relativa, en la condición pino-encino. Capítulo 4 Protección forestal 371

Figura 4.1.10. Tendencia de la relación entre la altura de la llama y la velocidad del viento, en la condición pino-encino.

Figura 4.1.11. Tendencia de la relación entre la altura de la llama y la temperatura, en la condición pino-encino. 372 Recursos Forestales en el Occidente de México

Figura 4.1.12. Continuación de la quema prescrita, cuyo comportamiento del fuego fue similar al de la parcela experimen- tal, donde se distingue la altura de llama y la línea de ignición. Autor: Antonio Aguayo

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES En cuanto a la in!uencia de factores am- bientales en el comportamiento del fuego, el De acuerdo con los resultados se observó factor más relevante fue el viento, que fue en que las cargas de combustibles in!uyen, de promedio de 2.2 km/hr. En general, al dis- manera directa, en el comportamiento del minuir la velocidad del viento, disminuyó la fuego. Por ejemplo, en las áreas donde se altura de la llama. Por lo que, debido a pro- acumulan combustibles de 1 hora, la veloci- pósitos de seguridad, se sugiere realizar las dad de propagación se aceleró. Por otra par- quemas cuando el viento registre su altura te, la acumulación de combustibles pesados mínima (Hernando, 2000). (100 y 1000 horas) propició una mayor in- tensidad de calor (International Fire Service Se de"nieron algunos temas que darían Training Association, 1998). No obstante se continuidad al estudio del comportamien- debe considerar que es necesaria una con- to del fuego, en los ecosistemas de México, tinuidad espacial de dichos combustibles, como lo son: 1) Adecuar formatos de toma para que el comportamiento del fuego sea de datos de comportamiento de fuego de tal homogéneo. (Flores y Benavides, 1994b). manera que se registren los datos de tiempo atmosférico y comportamiento de fuego en Capítulo 4 Protección forestal 373 periodos cortos por lo menos cada 20 mi- Range Experiment Station, Ogden, Utah. General nutos; 2) Es importante que antes de aplicar Technical Report INT-37. 35 p. la quema prescrita se cuente con un mapa Campbell, J., K. Green; D. Weinstein y M. Finney. 1996. Fire growth modeling in an integrated GIS de la distribución espacial de las cargas de environment. P. 133-142. En Proc. of the Southern combustible, para poder apreciar cuál es su Forestry Geographic Information Systems Confe- rence. Athens, GA. relación con el comportamiento del fuego (Keane et al., 1999). Dichos mapas se pue- Countryman, C. M. 1992. El concepto del ambiente del fuego. Estación Experimental Forestal y de Guarda- den generar basándose en diversas estrate- bosques del Servicio Forestal del Departamento de gias, como lo son el uso de sensores remotos, Agricultura. California, Estados Unidos de Amé- rica. 16 p. como las imágenes de satélite (Flores, 1996). Departamento de Ecología y Recursos Naturales.2011. Laboratorio Natural Las Joyas de la Sierra de Ma- nantlán (LNLJ). Instituto Manantlán de Ecología y AGRADECIMIENTOS Conservación de la Biodiversidad. Universidad de Guadalajara. http://148.202.114.23/derns/. Año Se agradece profundamente la colaboración de consulta: 2011. y apoyo del personal de la Estación Cientí"- Flores-G., J.G. y P. Omi. 2003. Mapeo de combustibles ca “Las Joyas”. Especialmente se agradece la forestales para simulaciones del comportamiento es- colaboración del M. en C. Enrique J. Jardel pacial del fuego utilizando estrategias de geomática. Agrociencia 37 (1), 65- 72. Peláez y del Ing, Sergio Mor"n Ríos. Tam- Flores-G., J.G. 1996. Aplicación de sensores remotos y bién se agradece la participación del perso- sistemas de información geográ!ca para el mapeo nal que colaboro del INIFAP. Especí"camen- de riesgo de incendios forestales. INIFAP, SAGAR. te se agradece la colaboración de Ramón G. Campo Experimental Colomos. Folleto Informa- tivo No.1. Guadalajara. Jalisco. Cabrera Orozco, Miriam Meléndez Gómez Flores-G., J.G. 2001. Modeling the spatial variability of y Oscar Gerardo Rosas Aceves. Finalmente forest fuel arrays. Ph. D. Dissertation, Forest Scien- se agradece a todas las personas que, de una ce. Dept. forma u otra, participaron y ayudaron a la Flores-G., J.G. y J.D. Benavides-S. 1994a. In"uencia consecución de este trabajo. de dos tipos de quemas controladas en un bosque de pino en Jalisco. Folleto Técnico No. 5. SAGAR. INIFAP. 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4.2 Relación de los incendios forestales con la infestación por descortezadores y barrenadores de madera

Juana Fonseca González

RESUMEN Los efectos de los incendios forestales pueden ser bené"cos o perjudiciales, dependiendo de la intensidad y temporada del mismo, así como de la especie del árbol afectado y de la etapa en que se encuentra éste, principal- mente. Los árboles que son dañados por los incendios, pueden morir años más tarde debido a la disminución del vigor y/o de la presencia de plagas y enfermedades que son favorecidas por el fuego. Los árboles que quedan con la copa completamente chamuscada pero con las yemas terminales vivas han mostrado ser más susceptibles de ser colonizados por insectos descortezadores y barrenadores de madera.

ABSTRACT Ce eFects of forest "res can be bene"cial or harmful, depending on the intensity and season of the same, as well as tree species aFected and the stage where it is, mainly. Trees that are damaged by "re, may die years later due to decreased of force and/or the presence of pests and diseases that are favored by "re. Trees that have crown completely charred but with the terminal buds live have shown to be colonized by bark beetles and wood.

os incendios forestales son procesos com- durante los incendios, generalmente no son Lplejos modi"cados por factores interrela- considerados para prácticas de saneamien- cionados como clima, área geográ"ca, tipo to; aun cuando pueden presentar diversas de bosque y sitio. Históricamente los incen- alteraciones, tales como reducción del cre- dios se presentaban sobre grandes áreas y cimiento, disminución del vigor y mayor se extinguían por eventos naturales o por atracción para insectos descortezadores, lo la falta de combustible, teniendo un efecto que puede llevarlos a la muerte en años pos- sanitario en el ecosistema al eliminar tanto teriores (Sala et al., 2005). De manera natu- las plagas como los insectos bené"cos y sus ral el fuego y los insectos interactúan en mu- hospedantes por largos periodos de tiempo chos ecosistemas para regular la sucesión, el (Rogers, 1996). En México los incendios fo- reciclado de nutrientes y la composición de restales afectan cada año una super"cie im- especies (McCullough et al., 1998) pero al portante de bosques, la cual se incrementa excluir el fuego de los ecosistemas foresta- cuando las condiciones ambientales son muy les se aumenta la densidad de población, lo secas y de altas temperaturas (SEMARNAP- que repercute en una gran competencia por UACH, 1999). Los árboles que no mueren recursos, dando como resultado árboles más 376 Recursos Forestales en el Occidente de México estresados y un mayor riesgo de ataque por zal o adulto), de su estado fenológico (en cre- insectos y enfermedades (Tiedemann et al., cimiento, en reposo, en estado cespitoso, en 2000). De los insectos considerados piró"- producción de yemas, !ores, frutos, semillas los, los que presentan mayor importancia o en liberación de las mismas), de las adap- son los que se alimentan del !oema (descor- taciones al fuego con que cuente, de la época tezadores) y de la madera (barrenadores de en que ocurran los incendios y del comporta- madera), ya que son las principales plagas miento del fuego (Rodríguez, 2009). forestales para México (Cibrián et al., 1995). Se ha observado que las poblaciones de Mortandad de árboles descortezadores y barrenadores de madera Las especies leñosas mueren porque no pue- pueden aumentar en forma considerable den adquirir o movilizar su"cientes recursos inmediatamente después de los incendios, para mantener una función normal a cier- pero vuelven a sus niveles anteriores en un to nivel de daño o estrés (Waring, 1987). La lapso de tiempo que puede ser de pocos me- necrosis en follaje, ramas y yemas produce ses o varios años (Miller y Patterson, 1927; la disminución de las tasas de "jación de Barr, 1984; Santoro et al., 2001; Werner, carbono, elevando la posibilidad de muerte, 2002; Zanuncio et al., 2002; McHugh et al., mientras que la necrosis de las raíces afecta 2003; Saint-Germain et al., 2004), existien- la absorción de agua y nutrientes y la necro- do el riesgo de que las poblaciones de estos sis en !oema y cambium vascular involucra insectos aumenten sus niveles y puedan in- la imposibilidad de que se lleven a cabo los festar los árboles sanos adyacentes (Furniss, procesos de transporte (Dickinson y John- 1965). son, 2001). En México hay pocos estudios enfocados Algunos investigadores han encontrado a analizar la relación entre los árboles cha- que el daño a la copa es uno de los factores muscados y la subsecuente infestación de más importantes para causar la muerte de insectos descortezadores y barrenadores de árboles de pino después de un incendio (Pe- madera, por lo que el presente trabajo tiene terson y Arbaugh, 1986; Rodríguez, 1996). el objetivo de revisar los estudios que apor- Por otro lado, Ryan et al. (1988) encontraron tan información sobre este aspecto. que para árboles de Pseudotsuga menziesii de ocho años de edad, la variable que mejor EFECTO DEL FUEGO EN EL ARBOLADO predecía la muerte después de un incendio ligero fue el número de cuadrantes con cam- Los impactos de un incendio sobre el arbo- bium muerto. En la aplicación de quemas lado no sólo ocurren al momento que este se prescritas se reporta una alta mortalidad de presenta, también se compromete su super- los árboles más pequeños asociada a la in- vivencia y vigor a mediano plazo. El efecto tensidad de la quema (Schwilk et al., 2006). de las llamas sobre un árbol dependerá de Se ha visto que cuando la altura de las llamas la etapa de desarrollo del individuo afectado no sobrepasa un metro, la mortalidad de (semilla, plántula, brinzal, montebravo, lati- Capítulo 4 Protección forestal 377 los árboles no es mayor que en las áreas no citado por Rodríguez (2009) encontró una quemadas (Vera-Vilchis y Rodríguez-Trejo, variación de hasta 10oC a lo largo del año. 2007). Brown y Simmerman (1986) citados Otros factores son el tiempo de permanen- por Rodríguez (1996), mencionan que los cia del calor y el estado metabólico del te- largos de llama de entre 0.6 a 0.65 m en que- jido (Whelan, 1995). Las yemas tienden a mas prescritas, resultan insu"cientes para ser mucho más sensibles al calor cuando matar a Populus tremuloides adultos, pero al están en crecimiento activo (Wright y Bai- rebasar este límite, se presenta mortandad. ley, 1982), los tejidos que típicamente tienen mayor contenido de humedad, mueren a La temporada en que acontecen los si- menores temperaturas y en menores tiem- niestros es un factor importante para deter- pos (DeBano et al., 1998 citados por Rodrí- minar el daño que presentarán los árboles; guez, 2009). Schwilk et al. (2006) mencionan que las quemas durante el tiempo en que los árboles La muerte del árbol dañado por el fuego están en actividad de crecimiento pueden puede ocurrir hasta después de varios años, incrementar las tasas de mortalidad, debido asociada a factores como plagas y enferme- al daño a las raíces "nas, ya que los tejidos dades cuya presencia ha sido favorecida por con mayor contenido de humedad, mue- el fuego (Rodríguez, 2009). Fonseca et al. ren a menores temperaturas y en un menor (2009a) encontraron que para árboles de Pi- tiempo (Rodríguez, 2009). Vera-Vilchis y nus patula, el porcentaje de chamuscado de Rodríguez-Trejo (2007) encontraron para la copa y el daño por descortezadores fueron Pinus hartwegii que las quemas realizadas las variables más importantes para predecir en mayo aumentan la probabilidad de muer- su muerte, aumentando esta probabilidad en te de los árboles con respecto a las quemas forma considerable (50%) si al daño por el prescritas en marzo. fuego se suma el ataque de descortezadores. La resistencia de un árbol al fuego de- pende del tipo de adaptaciones, las reservas Efecto sobre el vigor alimenticias y el régimen de fuego a que este El fuego puede tener efectos bené"cos o per- sometido. La mortalidad es mayor cuando el judiciales dependiendo del nivel de adapta- árbol tienen menos reservas, lo cual aconte- ción que la especie tenga a los incendios y ce en primavera cuando las yemas están en del nivel de alteración del régimen del fuego. pleno crecimiento y las reservas de carbohi- Los impactos de un incendio no sólo ocu- dratos están siendo utilizadas (Rodríguez, rren de manera inmediata, también se com- 2009). promete el vigor y la supervivencia a corto Se ha establecido que la temperatura le- plazo (Rodríguez, 2009), además el vigor tal para la mayoría de los tejidos vegetales que los árboles tengan previamente al in- es de 60oC aplicado de dos a 60 min, depen- cendio y su estado "tosanitario son también diendo del contenido de humedad del teji- importantes, ya que mientras mayor sea el do (Wright, 1970). Esta temperatura varía primero y se encuentre libre de plagas y en- también estacionalmente, Jameson (1961) 378 Recursos Forestales en el Occidente de México fermedades, mejor tolerará el incendio (Ro- muscado supera los dos tercios de la copa, el dríguez, 1996). crecimiento de la temporada siguiente se ve disminuido signi"cativamente (Rodríguez, Los efectos más importantes de los in- 1996). González y Rodríguez (2004) encon- cendios se re!ejan en los daños ocasionados traron que Pinus hartwegii tuvo mayores in- al árbol (principalmente el chamuscado de crementos en diámetro cuando se le aplicó copas), en el enriquecimiento del suelo con una quema prescrita de baja intensidad; sin nutrimentos provenientes de las cenizas, en embargo, cuando el chamuscado fue alto la erosión a que se somete la localidad des- (más del 60% de la copa) el incremento en pués del paso del incendio, en la reducción diámetro fue menor al testigo. En el caso de de la competencia inter e intraespecí"ca, así que la copa se chamusque completamente como en la alteración de las poblaciones de pero las yemas terminales sigan vivas, el ár- microorganismos del suelo, tales como las bol puede regenerar parte de su follaje; si las micorrizas y las bacterias nitri"cantes (Ro- yemas mueren, el árbol perece. En varios es- dríguez, 1996). tudios se ha encontrado que el chamuscado El impacto sobre el árbol estará en fun- de copa es una variable más importante que ción directa de la intensidad de las llamas y el daño al cambium para predecir la morta- de la velocidad de propagación, en términos lidad de pinos después de un incendio (Ro- generales. Conforme más joven sea un árbol dríguez, 1996). y más delgada su corteza, mayor la proba- Otras características del árbol que son bilidad de que resulte afectado por el fuego, útiles para medir la dimensión del daño por por lo que la etapa de plántula es cuando son incendios son la concentración de etanol en más susceptibles al presentar más posibili- el !oema y albura (Kelsey y Joseph, 2003), dades de ser dañado y muerto por el fuego el !ujo de resina (Santoro et al., 2001), la (Rodríguez, 1996). tasa fotosintética neta y el potencial hídri- En el chamuscado de copa se re!eja tan- co (Wallin et al., 2003), que aunque son más to la quema directa como la deshidratación difíciles de medir, aportan conocimientos que sufren los tejidos vegetales de la fronda sobre la "siología del árbol. debido al calor del fuego. A ciertos niveles, Tanto más dañado resulte un árbol por este puede ser un factor de poda natural en el fuego, menor será su vigor por lo que ten- los árboles. Se ha encontrado que cuando se drá que invertir más energía en recuperarse, chamusca solo el tercio inferior de la copa, siendo además más susceptible a plagas y el crecimiento se ve favorecido, especial- enfermedades, las cuales reducirán su ex- mente en diámetro ya que se eliminan las pectativas de crecimiento y supervivencia ramas viejas. Cuando se afecta la mitad de (Rodríguez, 1996). la copa, se compensa la pérdida de ramas jó- venes con follaje productivo con la pérdida La mayoría de los bosques de pino de de ramas viejas con follaje poco productivo, nuestro país presentan adaptaciones al fue- por lo que no hay una gran afectación en el go que les permiten mantenerse en ecosis- crecimiento. Sin embargo, cuando el cha- temas que presentan este siniestro en forma Capítulo 4 Protección forestal 379 recurrente. Estas adaptaciones también les dores se encuentra el nivel de chamuscado de dan ventajas ante otras especies de latifolia- la copa y la altura de quemado del fuste (Miller das que pueden ser sus competidoras (Ro- y Patterson, 1927; Pérez, 1981; Kelsey y Joseph, dríguez, 1996). 2003; McHugh et al., 2003). En diversos estudios se ha visto que la atracción hacia árboles chamuscados es ma- INCENDIOS Y DESCORTEZADORES yor en las primeras semanas, posteriormen- Los árboles chamuscados ejercen una in- te la población de descortezadores regresa a !uencia que puede causar la concentración los niveles que mantenía antes del incendio de los diferentes grupos de insectos que los (Santoro et al., 2001; Sullivan et al., 2003). colonizan. Entre los insectos considerados Pérez (1981) realizó un análisis de los ár- piró"los se encuentran dípteros, hemípteros boles dañados por incendios en el área de y coleópteros, destacando estos últimos por Uruapan, Mich., encontrando que a un año la gran cantidad de familias que han sido re- de transcurrido el incendio, el 25% de los ár- portadas sobre sustratos quemados (Dajoz, boles muestreados estaba plagado con des- 2001). En los pinos dañados por incendios cortezadores. Sin embargo, Werner (2002) forestales, varias especies de coleópteros son encontró que la in!uencia puede ser a lar- atraídas principalmente por los compuestos go plazo, ya que la familia Scolytidae sigue volátiles que desprenden los tejidos afecta- manteniendo poblaciones altas quince años dos (Suckling et al., 2001; Kelsey y Joseph, después de una quema. 2003) y algunos de estos insectos depen- den de los incendios para su supervivencia (McCullough et al., 1998). Las principales Dendroctonus spp. familias reportadas sobre pinos quemados El género Dendroctonus Erichson contiene a son Scolytidae, Curculionidae, Ceramby- las especies de insectos descortezadores de cidae, Buprestidae, Cleridae, Salpingidae y mayor importancia económica y ecológi- Staphylinidae (Fonseca et al., 2009b; Saint- ca en el hemisferio norte (Stark, 1982), en Germain et al., 2004; Sullivan et al., 2003). México se reportan once especies de este gé- La relación existente entre los incendios nero, la mayoría asociadas a árboles debilita- forestales y la colonización por insectos des- dos ya sea por edad avanzada, porque están cortezadores (Scolytidae) se ha estudiado a sujetos a resinado o por incendios frecuen- través de la relación entre los daños visibles tes; sin embargo, en éste género también se que la exposición al fuego provoca a los árbo- encuentran las plagas forestales más dañinas les y las evidencias externas de la colonización de nuestro país (Cibrián et al., 1995). por escolítidos, sobre todo Dendroctonus e Ips Miller y Patterson (1927) demostraron (Bradley y Tueller, 2001; Santoro et al., 2001; la in!uencia de los incendios forestales so- Fonseca et al., 2009a). Entre las principales bre los descortezadores desde principios del variables que se han relacionado con el incre- siglo pasado, al reportar que Dendroctonus mento en la población de insectos descorteza- ponderosae puede ser atraído a árboles de Pi- 380 Recursos Forestales en el Occidente de México nus ponderosa dañados por incendio y que do de copa. Fonseca et al. (2009b) reportan a además esta in!uencia se puede dar desde Ips mexicanus e I. integer sobre árboles de Pi- una distancia de dos o tres millas del incen- nus montezumae con la totalidad de la copa dio. El peligro potencial que representa esta chamuscada. atracción es que los descortezadores logran El género Ips ha sido reportado sobre ár- acumularse en árboles dañados o muertos, boles con daño por incendio aunque el fue- incrementando sus poblaciones hasta ser go no haya chamuscado la copa, este género capaces de matar árboles sanos adyacentes coloniza la parte quemada del tronco (Santo- (Miller y Patterson, 1927; Furniss, 1965). ro et al. 2001, Fonseca et al. 2008). Bradley Pérez (1981) identi"có a Dendroctonus y Tueller (2001) desarrollaron un modelo de mexicanus y D. valens infestando árboles de regresión logística para predecir la presencia varias especies de pino con daño por incen- de Ips en árboles dañados por fuego y entre dio en el área de Uruapan, Michoacán. Para las variables que resultaron signi"cativas el estado de Hidalgo Fonseca et al. (2009a, mencionan el chamuscado de copa, la altu- 2009b) reportan infestaciones de Dendrocto- ra de chamuscado del fuste y el diámetro a la nus mexicanus, D. approximatus y D. valens, altura del pecho; si el chamuscado de copa se en árboles de Pinus montezumae y P. patula incrementa de 5% a 50%, la probabilidad de con daño por incendio en la región de Sin- que el árbol sea colonizado por este descor- guilucan y de Cuautepec, respectivamente. tezador aumenta en 241%; a su vez, esta pro- babilidad se incrementa un 312% al aumen- Ips spp. tar de 0.1 a 1.5 m la altura del chamuscado del fuste. Fonseca et al. (2008) encontraron Aunque los descortezadores del género Ips signi"cativas, además de las variables ante- son considerados como secundarios, tam- riores, la longitud de copa viva, destacando bién son un grupo importante económi- la preferencia del género Ips hacia árboles de camente, ya que están involucrados en el diámetros pequeños, señalando además, que manchado de la madera y la transmisión la proporción de galerías construidas por Ips de patógenos (Cibrián et al. 1995). Santoro en un árbol de 40 cm de diámetro varía poco et al. (2001) encontraron que en bosques (3%) si se incrementa el daño en la copa de de Pinus resinosa la población de Ips pini se ninguno a completamente chamuscada y con incrementó al doble a las cuatro semanas yemas terminales muertas. En este estudio después de un incendio, pero a los tres me- también se encontró que la proporción de ses regresó a los niveles previos al disturbio, galerías construidas por Ips disminuye con- mientras que las poblaciones de I. grandico- forme aumenta la altura de chamuscado del llis e I. perroti se mantuvieron estables. Pérez fuste, por ejemplo, para un árbol de 40 cm (1981) reporta a Ips cribicollis, I. calligraphus de diámetro y sin daño en la copa, la propor- e I. plastographus sobre árboles de Pinus mi- ción disminuye de 46% a 29% al aumentar de choacana, P. douglasiana, P. montezumae, P. 2 a 15 m la altura de chamuscado del fuste; leiophylla, P. teocote, P. pringlei y P. lawsonii en este caso se presume que al aumentar la que presentaban algún grado de chamusca- Capítulo 4 Protección forestal 381 altura de chamuscado se incrementa el área reste de Estados Unidos, fueron bupréstidos de vida de los barrenadores y éstos son más y cerambícidos. Las áreas adyacentes a donde competitivos que Ips. se realizan quemas prescritas también pro- veen condiciones para que las poblaciones Aunque para México, este género se con- de cerambícidos y escolítidos aumenten, ya sidera un descortezador secundario, algunas que los troncos y las raíces parcialmente cha- de sus especies han sido encontradas contri- muscados son infestados de forma intensa buyendo a la muerte de árboles dañados por por estos escarabajos durante el primer año incendio (Pérez, 1981, Fonseca et al., 2009b). después del incendio (Werner, 2002). Se ha encontrado que los barrenadores de madera Otros géneros de Scolytidae de la familia Cerambycidae y Scolytidae pre- También se han encontrado asociados a ár- "eren colonizar árboles que presentan la tota- boles de pino chamuscados a insectos de los lidad de la copa chamuscada, pero mantienen géneros Pityophthorus, Hylastes e Hylurgops las yemas vivas, ya que son estos árboles los (Cibrián et al., 1995; Fonseca et al., 2009b). que muestran un incremento en la concen- Considerados de menor importancia por tración de etanol tanto en !oema como en al- ser secundarios al ataque de otros descorte- bura después de ser dañados por un incendio zadores. Pityophthorus coloniza sobre todo (Fonseca et al., 2008; Kelsey y Joseph, 2003). ramillas y árboles pequeños, por otro lado, Otro factor determinante en la coloni- Hylastes e Hylurgops son reportados más bien zación por descortezadores es el diámetro sobre tocones y árboles moribundos (Cibrián del fuste, los barrenadores de madera in- et al., 1995, Furniss y Carolin, 1977). crementan su presencia en los árboles con diámetros mayores (a partir de la categoría diamétrica de 30 cm), lo cual se explica por NCENDIOS Y BARRENADORES I el mayor volumen de madera que requieren Algunos barrenadores de madera de las fa- debido a su tamaño relativamente grande, milias Buprestidae y Cerambycidae respon- tanto para ovipositar como para alimentar- den directamente al humo (Rogers, 1996), e se. Se ha reportado que en zonas afectadas incluso al resplandor del fuego, como es el por incendios los cerambícidos emergen de caso del género Melanophila (Evans, 1966; los árboles de mayor diámetro, debido a que citado por McCullough et al., 1998). Estos el grosor del !oema y la corteza son mayores insectos también buscan los sustratos produ- en esos árboles (Reid y Glubish, 2001; Saint- cidos por el incendio para ovipositar, lo cual Germain et al., 2004). fue demostrado por Suckling et al. (2001) para el caso de la hembra de Arhopalus tris- tis (F.) (Cerambycidae) sobre Pinus radiata. Influencia de los incendios sobre los McHugh et al. (2003) encontraron que los enemigos naturales de descortezadores insectos más frecuentes en bosques de Pinus Los insectos depredadores de descorteza- ponderosa afectados por incendios en el su- dores utilizan diversas pistas para orien- 382 Recursos Forestales en el Occidente de México tarse hacia sus presas, principalmente las sea un árbol y si se encuentra en crecimien- feromonas de agregación emitidas por és- to, más probabilidades tiene de ser afectado tas inmediatamente después de iniciado un por el fuego. ataque a un árbol (Birch, 1984; Aukema et Existen insectos que son atraídos a los al., 2000), llegando al lugar de uno a cuatro árboles que presentan daño por el incendio, días después (Tatcher et al., 1980, citados entre los más importantes, por las pérdidas por Romero, 1993). También se sabe que se económicas que provocan están los descor- guían por los volátiles que desprenden los tezadores (Coleoptera: Scolytidae), los cua- árboles que han sido colonizados por des- les contribuyen a la muerte de éstos árboles. cortezadores (Birch, 1984); especí"camente, En general, los árboles que quedan con la el clérido &anasimus dubius es atraído por totalidad de la copa chamuscada, pero tie- los volátiles de los árboles infestados por Ips nen yemas terminales vivas son los que han pini, pero no muestra ninguna respuesta por resultado más atractivos tanto para insectos los volátiles de árboles solos (Aukema et al., descortezadores como para barrenadores de 2000). Además, se ha relacionado la presen- madera, por lo que es recomendable que sean cia de depredadores cléridos con el nivel de eliminados en las cortas de saneamiento. chamuscado de los árboles, Kelsey y Joseph (2003) encontraron una relación directa en- tre el nivel de chamuscado de Pinus ponde- LITERATURA CITADA rosa y la cantidad de insectos depredadores Aukema, B. H., D. L. Dahlsten y K. F. RaFa. 2000. Im- de las familias Cleridae y Trogositidae colec- proved population monitoring of bark beetles and predators by incorporating disparate behavioral tados; una relación semejante encontraron responses to semiochemicals. Environmental Ento- Santoro et al. (2001) para &anasimus du- mology 29 (3): 618-629. bius en rodales quemados de Pinus resinosa. Barr, W. F. 1984. An overview of the mexican Bupres- Sin embargo, como lo mencionan Dahlsten tidae with a listing of Chrysobothris species (Cole- optera). Memoria de los Simposia Nacionales de et al. (2004), todavía es necesario poner en Parasitología Forestal II y III. Cuernavaca, MoreMore-- claro el papel que juegan los volátiles de las los. pp: 69-75. plantas en la orientación de los depredado- Birch, M. C. 1984. Agregation in bark beetles. Pp. 331- res hacia sus presas, tanto para mejorar los 353. En: W. J. Bell y R. T. Cardé (Eds.). Chemical Ecology of Insects. Chapman and Hall. programas de monitoreo como desde una Bradley, T. y P. Tueller. 2001. E%ects of !re on bark beet- perspectiva ecológica. le presence on Je%rey pine in the Lake Tahoe Basin. Forest Ecology and Management 142 (1/3):148- 153. CONCLUSIONES Cibrián, T. D., J. T. Méndez M., R. Campos B., H. O. Yates III y J. Flores L. 1995. Insectos Forestales de El daño que los árboles presenten después de México/Forest Insects of México. Universidad Au- un incendio, depende de muchos factores, tónoma Chapingo. SARH Subsecretaría Forestal y principalmente la intensidad del incendio, de Fauna Silvestre México. 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Índice analítico

Mesó"lo de montaña 6, 15, 80, 81, 82, 83, 284, 291, 292, 295, 302, A 17, 18, 20, 21, 22, 23, 27, 48, 306, 316, 330, Acacia 73, 81, 157, 213 83, 86, 87, 88, 130, 141, 362, Ciclo 286, 288 Acer xvi, 3, 4, 22, 131, 132, 134, 135, 363 Biogeoquímico 285, 287, 340 137, 139, 140, 141, 142 Perennifolio 9, 10, 15 De carbono 283, 285, 289, Aclimatación 228, 231 Templado 183, 300, 304, 324, 301, 302, 307, 312, 315, 318, Actinomicetos 311, 327 359, 360, 361, 362 319, 321, 322, 324, 328, 330, Adaptación 62, 227, 231, 245, 377 Tropical caducifolio 6, 15, 16, 331, 343, 347, 348, 376 Aéreo 244, 247, 248, 264 17, 18, 19, 20, 21, 22, 51, 71, Del nitrógeno 263, 289, 313 A"ps 132, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 73, 80, 81, 82, 83, 85, 86, 87, De los nutrientes 283, 285, 139, 140 88, 325 286, 288, 289, 306, 311, 325 Agalinis 68, 83 Tropical subcaducifolio 3, 6, Hidrológico 340, , Agonandra 62, 68, 83, 87 8, 15, 17, 18, 50, 51, 53, 54, 81, Cladocolea 64, 65, 67, 68, 70, 71, 72, Agua 84, 114, 180, 181, 220, 242, 338, 82, 83, 108 73, 76, 77, 81, 82, 87, 339, 347 Tropical subperennifolio 6, Cleridae y trogositidae 382 Albura 289, 378, 381 86, 87 Coalcomán 11, 12, 22, Alnus xxv, 23, 27, 31, 32, 33, 34, 38, Bouteloua 81, 157 Co%ea 50 42, 43, 45, 47, 70, 85, 86 Brasil 91, 200, 347 Coleoptera 382, 383, 384 Amazona 50, 53 Brosimum 50, 52, 293, 318 Colombia 15, 25, 48, 91, 128, 130, 177, Anillos de crecimiento 4, 182, 183, Buchnera 67, 83, 84, 87 179, 216, 223, 331, 332, 349 184, 185, 187, 188, 189, 190, 196, 199, Commelinaceae 79 200, 202, 204 Componente 361 Antorcha de goteo 364 C Compositae 71, 86 Aratinga 50, 53 Cacoma 12, 70, 73, 77 Comunidad 4, 117, 120, 182, 184, 204 Arceuthobium 63, 64, 65, 67, 68, 72, Calamagrostis 23, 31, 34, 35, 43, 47 Concentración 243 77, 85 Calophyllum 52, 108, 205 Concepción de Bramador 50, 51, 52, 53 Ardisia 110 Campanulaceae 293, 317 Condiciones 238, 304, 332 Arecaceae 141 Campephilus 50, 53, 54 Conopholis 68, 71, 73, 83 Asteraceae 50, 52, 141, 293, 317 Caracterización 180, 264, 280, 301, Conservación viii, 25, 26, 32, 41, 48, Atenguillo 69, 85 328, 331, 347 67, 204, 241, 242, 302, 329, 336, 373, Atenquiqe 24 Carbono xvii, 282, 303, 333, 342 395 Avicennia 156, 157, 159, 163, 177, 179, Carpinus 23, 31, 32, 43, 47 Corallorhiza 67, 83 337, 338, 348 Castilleja 67, 68, 70, 72, 77, 84, 87 Corteza 238, 261 Ayuquila 19, 21 Cecropia 108 Cosiguina 13, Cedrela 4, 182, 184, 186, 187, 188, 189, Crecimiento 190, 191, 192, 193, 194, 195, 196, 197, Anual 4, 15, 16, 20, 51, 52, B 198, 203, 204, 205, 212, 214 70, 144, 157, 182, 184, 187, Bacterias 310, 327, 355 Celtis 50, 52 190, 196, 200, 202, 203, 204, Bahuinia 50, 52, 54 Celulosa vi, vii, viii, ix, x, xi, xii, xiii, 211, 217, 223, 224, 236, 253, Batis 169, 179, 338 xiv, xxii, xxiii, 241, , 392, 393, 397 329, 351 Biomasa xix, 311 Cerambícidos 381 Radial 183, 184, 185, 187, Bolivia 130 Cerro grande 15, 22, 48, 66, 69, 73, 74, 188, 191, 193, 194, 195, 196, Bosque 86, 87, 88, 302, 199, 200, 202, 203 De arce 6, , 394 Chacocente 13 Ctenosaura 53 De pino-encino 71, 83, 352, Chamaedorea 98 Cuadrantes de gentry 7, 8, 15, 16, 359, 360, 361, 362, 363, 367, 369 Chamela xxiv, xxxv, 13, 19, 20, 65, 78, 19, 20 Índice analítico 387

Cuale 12, 70, 82, 86 Escolítidos 379, 381 Cubenses 91, 92, 128 Escurrimiento 234 I Cucumis 275, 280 Espacio poroso 254, 255, 274 Iliniza 25, 48 Cupressus 15, 69, 87, 88 Especies endémicas 69 Impacto 6, 23, 63, 72, 229, 236, 267, Cuscuta 61, 63, 67, 68, 80 Estabilidad atmosférica 362 313, 350, 360, 361, 378 Cuscutaceae 62, 67, 80 Estación cientí"ca “Las Joyas” 81, 82, Incendios 303, 361, 374, 379, 381, 383 Cynodon 157 85, 362, 363, 373, 374, 394, 395 Altura de llama 359, 360, Estadístico 186, 242, 269 361, 365, 366, 367, 368, 369, Estados Unidos 63, 64, 163, 213, 216, 370, 372 D 225, 230, 301, 302, 303, 373, 381 Árboles chamuscados 376, Dap 159, 186, 187, 195, 196, 203, 216 Estiaje 72, 219, 235, 353, 354 379 Deforestación 209, 211, 212, 227, 302 Estrategias de prevención 361 Calor por unidad Degradación 289, 293, 301, 306, 309, Estrés 69, 200, 201, 228, 231, 239, 376 Carga del combustible 362, 311, 318, 319, 320, 321, 322, 323, 324, Etapa de desarrollo 376 Combustibles 334, 341, 360, 326, 338, 347, 355 Eucaliptus 212, 214 361, 362, 364, 365, 366, 367, Dendroctonus Eupatorium 363 368, 370, 372, 373, 374, approximatus 380, Euphorbia 34 Combustión 345, 362, mexicanus 380, 383 Euphorbiaceae 50, 52 Comportamiento del fuego ponderosae 379, xvii, 359, 360, 361, 362, 365, valens 380, 366, 367, 368, 372, 373, 376 Densidad de población 375 F Control de incendios fores- Deshierbes 217, 219, 220, 221, 222 Fabaceae 50, 52, 53, 139 tales 361 De transición 15, 88, 188, 189, 204, Fauna 53, 283, 351, 356, 382 Efecto de los incendios 352 232, 293, 298, 317, 338 Fertilización 210, 217, 220, 221, 222, Frente del incendio 361 Dirección del viento 362, 365 230, 231, 242, 252, 255, 261, 280, 303 Fuente de ignición 362 Diseño experimental 269 Fibras 185, 186, 188, 189, 190, 204, Incendio de copas 361 Distribución de especies 156 255, , 396 Intensidad de calor 360, 361, Diversidad i, iii, xv, xx, xxiv, xxvi, 3, Ficus 86, 108, 275, 293, 318 372 5, 8, 16, 17, 18, 19, 61, 67, 72, 79, 204, Fijación Prescripción 361, 365 205, , 399 Biológica de nitrógeno 313 Quemas controladas 361, Alfa xv, 3, 5, 6, 7, 8, 15, 16, De carbono 313 367, 373 17, 18, 19, 66, 147, , 394 Físicos 146, 162, 229, 259, 308, 314 Quemas prescritas xvii, 303, Beta 66, 147, 150, 151 Fisonomía 216, 348 359, 360, 364, 376, 377, 381, Biológica ii, xx, 7, 51, 72, 156, Floema 61, 201, 289, 376, 378, 381 384 180, 181, 232, 254, 259, 287, Fuste 187, 188, 191, 196, 199, 201, Riesgos de incendios 360, 310, 329, 331, 336, 362 204, 216, 379, 380, 381 361 Genética 4, 131 Velocidad del viento 360, División dasocrática 149 365, 368, 369, 370, 371, 372 Dna 132, 133, 134, 142 G Velocidad de propagación Dormancia 156 Gmelina 212, 214 360, 361, 364, 365, 366, 370, Draba 23, 31, 34, 35, 43, 47 Gramineae 31 372, 378 Dugandiodendron 91, 92, 114, 128, Gramíneas 71 Incremento anual 4, 182, 223, 224 130 Granulometría 252, 255 Incremento radial 183, 187, 188, 191, Guadalupe x, 14, 68, 69 193, 194, 195, 196, 199, 203 Guanacaste 14, 98, 104, 106 Índices E Guatemala 4, 77, 80, 91, 92, 124, 132, De calidad 210, 227, 228, Ecuador 4, 25, 48, 64, 77, 91, 92, 98, 137, 142, 221 238, 239, 240, 244, 248, 251, 102, 106, 128, 156, 163, 179 264, 265, 266, 267, 269, 274, Ejido vii, 50, 110, 112, 120, 121, 122, 275, 277, 279, 280, 283, 285, 155, 156, 229, 359 H 301, 308, 328 El cielo 15 Hábitats 156, 338, 340, 360, 361 De Dickson 227, 239, 244, Encinar 6, 15, 18, 87, 88 Heliocarpus 82 246, 248, 249, 264, 266, 269, Enfermedades 62, 69, 233, 236, 286, Hexalectris 67, 83 277, 278, 279 336, 359, 375, 376, 377, 378 Honduras 4, 91, 92, 94, 96, 100, 216, De diversidad 3, 4, 17, 21, Enterolobium 4, 51, 108, 182, 184, 186, 329 143, 147, 148, 149, 150, 187, 188, 189, 190, 191, 192, 193, 194, Hongos 62, 185, 240, 251, 265, 280, De esbeltez 227, 264, 269, 195, 196, 197, 198, 203, 204 288, 311, 319, 327, 329, 337, 345, 350, 277, 278 Ericaceae 86 353, 354, 355, 363, 394 Inducido 185, 222, 293, 318 Erosión Humedad 160, 251, 370 Inga 54, 108 Control 28, 230, 233, 236, Hylastes 381 Inorgánicos 252, 258, 259, 261, 262, 309, 361 Hylurgops 381 289, 340, 345 Laminar 233 Insectos 62, 264, 310, 359, 375, 376, 388 Recursos Forestales en el Occidente de México

379, 381, 382, 383 Materia seca 264 Parámetros 162, 187, 211, 227, 238, Barrenadores xviii, 359, 375, Matorrales secundarios 362 239, 280, 301, 311, 313, 331, 361 376, 381, 382, 383 Matorral subtropical 6, 86 Parcela experimental 367, 372 Descortezadores xviii, 359, Meliaceae 141, 205, Parénquima 188, 189, 196 375, 376, 377, 379, 380, 381, Meliosma 32 Partículas 254, 255, 256, 260, 261, 267, 382 Mesoamérica xv, 3, 5, 7, 9, 15, 16, 17, 287, 294, 301, 309, 345 Instituto Nacional de Investigaciones 18, 19, 20, , 394 Pastizal 218, 219, 221, 293, 318, 351 forestales, Agrícolas y Pecuarias xii, Métodos xxi, 53, 66, 184, 186, 234, Pedicularis 67, 68, 70, 78, 84 364 238, 263, 292, 311, 313, 317, 323, 362 Pelado 25, 34, 49 Intercambio catiónico 224, 237, 252, De reforestación 209, 212, Pendiente 145, 146, 234, 286, 295, 362, 256, 258, 259, 260, 294, 295, 298 214, 226, 228, 229, 231, 234, 365, 370, 373 Inundación 155, 157, 160, 169, 171, 235, 237, 239, 241, 245, 250, Penelopina 50, 53, 54 294, 337, 340, 344 392 Perturbación 19, 23, 69, 72, 74, 299, Ipomoea 73, 81, 85 De regeneración 355 301, 344 Ips 379, 380, 381, 382, 383 Mezcla 268 Perú 4, 91, 100, 119, 242 calligraphus 380 Microsatélites 4, 131 Peso seco 249, 253, 264, 266, 269, 271, cribicollis 380 Modelo 145, 146, 226, 231, 269, 316, 272, 273, 274, 276, 277, 279, 345 grandicollis 380 380 Ph 177, 252, 257, 258, 275, 285, 294, integer 380 Monitorear 360, 361, 365 295, 296, 300, 304, 305, 311, 314, 322, perroti 380 Monotropa 68, 82 Phoradendron xxvii, 64, 65, 66, 67, pini 380, 382, 383 Monotropaceae 67, 76, 82 68, 69, 70, 72, 73, 77, 78, 79, 80, 85, plastographus 380 Montebravo 376 86, 87, 88 ITTO 215, 225 Monte Verde 13 Phyllostomidae 48 Moraceae 50, 52, 53, 206 Pilostyles 69, 71, 83 Morisita-Horn 143, 144, 147, 151, 152 Pinus J Mortalidad 17, 18, 376, 377, 378, 383 douglasiana 32, 33, 72, 362, Jatropha 80, 157 Motozintla 14, 15 363, 380 Musgo 260 hartwegii xvi, xxiv, xxv, xxxiv, Myrcianthes 9 27, 31, 34, 35, 38, 42, 43, 46, K Myrtaceae 139, 141 47, 84, 85, 209, 210, 226, 236, Krameria 67, 80, 81 237, 238, 240, 241, 242, 244, Krameriaceae 67, 80 245, 249, 250, 293, 317, 318, N 377, 378, 383, 384 Necrosis 376 herrerae 362 L Nectandra 53 lawsonii 380 Laguncularia 155, 156, 160, 161, 162, Nicaragua 15, 163, 180 leiophylla 265, 380 163, 164, 165, 166, 167, 168, 169, 170, Nitri"cación 313 michoacana 380 172, 173, 174, 175, 176, 177, 178, 179, Nitrógeno 237, 243, 262, 312 montezumae 179, 380, 383 337 oocarpa 362, 363 Lamiaceae 363 patula xvii, 209, 210, 253, La Quebrada 144 O 265, 266, 267, 268, 270, 271, La Selva 14, 98 Odocoileus 76 272, 273, 274, 276, 277, 278, Leguminosae 79 Olacaceae 62, 64, 67, 82 279, 280, 377, 380, 383 Lennoa 68, 71, 81, 87 Oluma 14 ponderosa 141, 242, 251, 380, Lennoaceae 67, 76, 81, 87 Ometepe 13 381, 382, 383, 384 Lignina 260, 290, 326, 354, 355 Opiliaceae 62, 64, 67, 83, 87 pringlei 68, 71, 73, 82, 380 Loranthaceae 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, Opuntia 80, 157, 293, 318 radiata 328, 331, 381 72, 75, 76, 77, 78, 79, 81, 87, 89 Orchidaceae 67, 83 teocote 253, 266, 267, 276, Los Nevados 25 Orobanchaceae 62, 67, 77, 83 279, 380 Los Tuxtlas 14, 19, 112, 120, 121, 122 Orobanche 68, 71, 73, 83 Piper 108 Lysiloma 31 Orquídeas 62, 363 Piró"los 376, 379 Osa Sirena 14 Pityophthorus 381 Oyametal 6, 15, 16 Platymisium 50, 53 M Plumeria 23, 31, 43, 47 Podas 217, 219, 220, 221, 222 Magnoliaceae xv, 3, 4, 91, 92, 98, 112, P Popocatepetl 25 114, 128, 130, 394 Palmar 6, 19 Potencial de crecimiento 216 Magnoliopsida 216 Panamá 4, 7, 15, 19, 64, 91, 128, 180, Potencial hídrico 201, 378 Magsasay 14 348 Potencial osmótico 256 Manglar 218, 305 Papel 156, 262, 269, 307, 308, 319, Precipitación 16, 19, 236 Masaya 13 333, 335, 336, 343, 344, 347, 365, 382, Preparación del sitio 228 Materia prima 213, 261 396 Procesos ix, , 396 Índice analítico 389

Providencia vii, viii, ix, 14, 158, 159, 160, 161, 162, 163, Muestra de suelo 319 Psittacanthus 63, 65, 66, 67, 68, 71, 72, 179, 261, 262, 264, 265, 280 Organismos del suelo 307, 73, 77, 82, 87 Latizal 376 309, 310 Latizales 4, 155, 157, 158, Phaeozem 218, 219, 221, 223, 163, 164, 165, 166, 179 Regosol 218, 219, 220, 223, Q Prácticas silviculturales 291, 351 Quemado 14, 128 Rodal 8, 144, 163, 166, 224, Reservas orgánicas 302, 309, Quercus 359, 360, 361 323 magnoliifolia 363 Rodal forestal 359, 360, 361 Solonchak 157, 218, 223, obtusata 363 Siparuna 110 Temperatura del suelo 162, peduncularis 83, 363 Sistema radical 200, 201, 217, 239, 300 praineana 363 248, 264, 286, 288 Textura del suelo 224, 320, scytophylla 363 Sistemas de información geográ"ca 4, 331 Químico 396 143, 154 Uso de suelo 314, 317, 324 Sitios de consumo 364 Super"cial 72, 188, 217, 234, 283, 284, Sitios de muestreo 4, 7, 16, 21, 143, 307, 314, 342, 345, 351, 352, 361 R 144, 148, 151, 152, 153, 154, 352, 353, Supervivencia 156, 177, 227, 235, 236, Radical 200, 201, 217, 231, 239, 248, 362 237, 241, 242, 245, 248, 249, 264, 276, 264, 269, 286, 288, 322 Sobrevivencia 210, 226, 232, 238, 239, 376, 377, 378, 379 Radicular 162, 245, 246, 248, 249, 240, 245, 249, 250, 264 Sustrato 237, 238, 265, 280 254, 275 Sotobosque 70, 82, 83, 84, 160, 293, Capacidad de retención de RaQesiaceae 64, 67, 83 304, 317, 362 agua 255, 256, 259, 260, 274, Recreación 351 SSRs 132, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 286, 307 Regeneración 146, 161, 179, 355, 360, 139, 140 Perlita 210, 252, 253, 254, 261 361, 364 Struthanthus 63, 65, 68, 71, 72, 73, 75, Porosidad 188, 189, 196, 199, Regeneración natural 179, 360 77, 79, 82, 87 252, 255, 256, 259, 260, 261, Reserva de la Biosfera Sierra de Ma- Styrax 108 310, 311 nantlán 48, 359, 362, 363, 374, , 394 Suelo 218, 219, 220, 221, 223, 237, Tamaño de partícula 259, 274 Rhamnus 32 242, 302, 328, 329 Turba 210, 252, 253, 254, Rhizoctonia sp. 227, 240 Agregados 285 260, 261, 267, 274, 275, 276, Rhizophora 156, 159, 160, 163, 179, Aireación 255, 260, 286, 300, 278, 334 337, 347 310, 311 Vermiculita 210, 252, 253, Río Santiago xvi, 3, 4, 82, 155, 157, Alcalinidad 257 254, 261, 266, 268, 270, 271, 159 Andosol 291 273, 274, 275, 279 Rosamorada 182, 184, 205, 217, 338 Arcilla 308 Swietenia 212, 214 Rubiaceae 50, 52, Arena 254, 276, 278, 294, 337, 338 Arenoso 85, 184 T S Arenosol 218, 221 Tabebuia 53, 293, 318 Sabana 213, 214 Cambisol 218, 220, 221 Tajahualpa 50, 51, 52, 53, 54 Salvia 363, 394 Conservación de suelo 233, Talauma 53, 54, 91, 92, 94, 96, 98, 100, San Juan Bautista 4, 182, 184, 204 239 102, 104, 106, 108, 114, 118, 120, 122, San Sebastián del Oeste 22, 68, 71, 72, Control de la erosión 233 124, 127, 128, 130 82, 84 Descomposición de la materia Talpa xi, xv, 3, 4, 10, 12, 22, 50, 51, 69, Santa Rosa 13 orgánica 289, 307, 310, 354 80, 85, 108, 131, 132, 134, 135, 136, Santiago Ixcuintla 155, 156, 157, 217, Edá"cas 226, 232, 245, 283, 137, 138, 139, 140, 142, 207, 394 218 303, 306, 310, 316, 319, 320, Tasa fotosintética neta 378 Schoep!a 62, 68, 82 321, 323, 325, 327, 330 Tecolote 21 Scolytidae 379, 381, 382, 384 Erosión 233, 234, 235, 287, Tectona xvi, xxiv, xxxiii, 63, 77, 209, 210, Scrophulariaceae 62, 67, 68, 83, 87 293, 295, 307, 310, 318, 320, 211, 212, 213, 214, 216, 223, 224, 225 Selva 14, 98, 218, 219, 222, 223, 293, 322, 324, 325, 342, 344, 378 Temperatura 218, 220, 221, 223, 236, 304, 305, 318 Estructura del suelo 286, 310 369, 370 mediana subcaducifolia 293, Fertilidad del suelo 201, 283, Ternstromia 32 304, 318 285, 308, 312, 350, 354 Tierra 334, 336, 340 Semilla 156, 267, 376 Franco 15, 184, 294, 320 Tilia 32, 46, 293, 317 Servicios ambientales xxi, 226, 229, Hongos del suelo 311 Tláloc 25, 34, 49 237, 283, 335, 336, 392 Humedad del suelo 287 Tomatlán 69, 80, 81, 144 Seymeria 67, 85 Humi"cación 309, 312, 327 Toros 13 Sida 22, 77, 79 Humus 45, 260, 278, 287 Tradicional 63, 215, 227, 241, 245, Silvicultura 225, 242 308, 311, 355, 364 253, 269, 276 Brinzal 263, 264, 376 Limo 345 Transpiración 201, 247, 249, 257, 276, Brinzales 4, 155, 156, 157, Luvisol 218, 219, 220, 223, 288 390 Recursos Forestales en el Occidente de México

Trichilia 50, 53, 54 Triguito 13 Tropical xxv, 22, 27, 48, 49, 50, 120, 121, 122, 141, 145, 204, 205, 206, 225, 302, 331, 343, 347, 351 Trópico xvi, 91, 209, 211 Typha 169, 179 V Vegetación xxv, 9, 22, 48, 79, 206, 293, 303, 304, 305, 317, 366, 367 Herbácea 70, 83, 84 Sabanoide 6, Xerofítica de altura 6 Venezuela 91, 128, 206, 302 Verbenaceae 216 Villa Juárez 155, 156, 157, 160, 161, 162, 164, 165, 166, 167, 169, 170, 175, 176, 177, 178 Viscaceae 62, 63, 64, 67, 68, 72, 77, 78, 80, 85, 87 Vivero 228, 238, 245, 246 Charola xxxiv, 227, 228, 239, 240, 241, 245, 248, 249, 250, 269 Doble trasplante 228, 229, 238, 239, 240, 241, 250 Plántula xvii, 209, 228, 229, 230, 252, 261, 376, 378 Trasplante 228, 229, 231, 234, 238, 239, 240, 241, 244, 245, 249, 250, 251, 268 Volante 228, 229, 231, 232, 238, 239, 245 Volcán de fuego 26, 27, 74, 79, 82, 87 X Ximenia 62, 68, 82, 83 Z Zacatonal 23, 27, 31, 35, 43, 47 Zapotepetl 26 Zenzontla 15, 19, 22 Zinowiewa 32 391

Acerca de los editores

E!"#$!% S#&'(!% P)$(* (1966-, Guadalajara, Jal., México.). Ingeniero agrónomo "totec- nista, incorporándose desde el tercer año de la ingeniería por invitación de la maestra Luz Ma. Villarreal de Puga y a recomendación del Dr. Jorge A. Pérez de la Rosa, al Instituto de botánica en el área de cactáceas, desempeñando varios años y obteniendo el tema de tesis con los Pitayos (Stenocereus) de Techaluta, Jalisco; bajo la dirección del Dr. Eulogio Pi- mienta Barrios (1990). Posteriormente por invitación del Dr. Montes en 1992 se incorporó al Instituto de Madera, Celulosa y Papel, donde inició estudios relacionados con el arbolado urbano y las áreas verdes. En 1995 realizó trabajos de investigación con el composteo de residuos de desecho de jardinería y principalmente con la evaluación del uso agrícola y forestal de lodos residuales de plantas depuradoras de aguas negras, "nanciado por diver- sas empresas obtuvo el título de Maestro en Ciencias en Agroforestería para el Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma Chapingo, bajo la dirección del Dr. Hugo Ramírez Maldonado y del Dr. L. Krishnamourthy. En el año 2001 ingresa al programa doctoral en el área de Edafología del Colegio de Postgraduados, donde realizó investigaciones sobre la materia orgánica de suelos agrícolas y forestales de diferentes partes de México bajo la tutela del Dr. Arturo Galvis hasta enero de 2005. A lo largo de su desarrollo académico ha publicado diversas contribuciones cientí"cas en revistas indizadas Nacionales (14) e Inter- nacionales (3), además de varias de divulgación; ha participado como ponente en más de 20 eventos académicos especializados. Ha dirigido más de 10 tesis de Licenciatura y Posgrado, y asesorado a un número similar. Asesor de 5 comunidades ejidales en programas de re- forestación, ecoturismo y servicios ambientales. Su labor se centra en estudios de manejo e investigación de los Recursos Forestales enfocados en las áreas de fertilidad de suelos y nutrición vegetal para especies agrícolas y forestales. Actualmente profesor del programa de Doctorado BEMARENA (CUCBA), Maestría en Ciencia de Productos Forestales (CU- CEI), Maestría BIMARENA (CUCBA) y Licenciatura en Agronomía (CUCBA). Miembro del SNI Nivel 1 (CONACYT) y con reconocimiento Per"l PROMEP (SEP). 392 Recursos Forestales en el Occidente de México

E+$), H($,-,!(* Á&.#$(* (1960-, Tlaquepaque, Jalisco, México). Inicio como volun- tario (1983-1985) en el hoy Departamento de Madera, Celulosa y Papel de la Universidad de Guadalajara, con el Ing. Karl Augustin Grellmann como director de dicha institución, laboró como colector de semillas, en la producción de plántulas y en plantaciones piloto y experimentales de especies arbóreas forestales en el bosque de la Primavera, así como, en el municipio de Zacoalco de Torres, Jalisco. Se graduó en licenciatura como Ingeniero Agró- nomo, especialista en bosques (1990), bajo la tutela del Dr. Agustín Gallegos Rodríguez, Universidad de Guadalajara; obtuvo el grado de Maestro en Ciencias (1994) en silvicultura y manejo forestal, bajo la dirección del Dr. Carlos Rodríguez Franco, Colegio de Postgradua- dos de Chapingo. Se graduó como Doctor Rerum Naturalium (2007) en biometría forestal, dirigido por el Dr. Dieter R. Pelz de la Universidad de Friburgo, Alemania. Su investigación incluye: a) epidometria de la regeneració natural de bosques de coníferas; b) evaluación y monitoreo de bosques tropicales; c) plantaciones forestales comerciales. Ha asesorado y dirigido tesis de posgrado y licenciatura. Ha publicado 1 libro como autor único; 3 como coautor; y más de 10 articulos internacionales y nacionales. Fue becario CONACYT 1992- 1994, del PROMEP, y del Deutscher Akademischer Austausch Dients. Actualmente labora como Profesor Investigador en el Departamento de Producción Forestal de la Universidad de Guadalajara. Es profesor externo del programa de la Maestría en Ciencias de Produc- tos Forestales (CUCEI), Profesor del Programa de Licenciatura Ingeniero Agronomo con Orientación en Bosques. Desde el año 2008 tiene reconocimiento como Profesor con Per"l deseable por parte del Programa de Mejoramiento del Profesorado (SEP), y es miembro del Cuerpo Académico: CA-538 “Manejo de Ecosistemas Forestales Tropicales” de la Universi- dad de Guadalajara. Editores 393

J%/) A,0%,1% V-*2"(*-G#$'3# (1961-, Guadalajara, Jalisco, México). Sus líneas de in- vestigación incluyen: ecología y "togeografía de bosques mesó"los y tropicales caducifolios en Mesoamérica; sistemática de Magnoliaceae en el Neotrópico y de Agave en el Occidente de México; !orística de Jalisco, del Occidente de México y de la Sierra de Manantlán; con- servación de la biodiversidad en la Costa Norte y Sierra Occidental de Jalisco y bosque de arce (maple) de Talpa de Allende. Sus principales aportaciones o hallazgos cientí"cos, individuales o en coautoría, incluyen: a) La hipótesis de no-equilibrio de efectos en cascada que explica como en bosques tropicales de montaña aumenta la diversidad alfa de especies leñosas hacia las partes de menor elevación; b) el descubrimiento del bosque de arce (ma- ple) de Talpa de Allende, un relicto del Terciario en el que convergen elementos Afro-Asiá- tico-Americanos y Austro-Boreo-Tropicales; c) la descripción de 45 especies nuevas para la ciencia, de México, Centro América y Suramérica, incluyendo 33 especies de árboles del género Magnolia, 10 especies de agaves y otras suculentas, una de oyamel y una de álamo tropical; la mayoría de ellas como autor principal y, además, le han dedicado tres especies: Magnolia vazquezii, Agave vazquezgarciae y Salvia vazquezii; d) el desarrollo de las bases de datos VITEX y ReBiOMex (1996-2005), que sistematizan los primeros inventarios multi- autores de biodiversidad de plantas vasculares, algas y hongos del Occidente de México; e) la publicación de la primera familia (Hydrophyllaceae) para la Flora de Jalisco (1983); f) la fundación del Herbario ZEA, CUCSUR (1984); g) la participación en el establecimiento de áreas naturales protegidas: Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán y Estación Cientí"ca Las Joyas, así como en el Ordenamiento Ecológico Territorial del Estado de Jalisco; h) la formación de una escuela de ecólogos de comunidades que han generado la más importante base de datos de muestreos de bosques naturales de Mesoamérica en la escala de 0.1 ha; i) la formación del primer grupo de liderazgo en Florística y Sistemática Vegetal en la Uni- versidad e Guadalajara; j) el inventario de la Flora de Manantán, 13 años de colaboración cientí"ca entre la Universidad de Guadalajara y la Universidad de Wisconsin-Madison; y k) el primer estudio ecológico del "toplancton de Chapala, el lago más grande de México. Es Profesor-Investigador de la Universidad de Guadalajara, con 31 años de experiencia en el conocimiento de la !ora y vegetación de Jalisco, e Investigador Nacional en Nivel I. Ha publicado 30 artículos internacionales indizados (Science Citation Index o CONACyT), 8 libros cientí"cos, en cinco de ellos como editor-autor principal, 27 capítulos de libro, 20 artículos nacionales. Ha contribuido a la edición de 4 volúmenes de la Serie Fronteras de Biodiversidad, libros cientí"cos en multi-autoría, interdisciplinares e interinstitucionales. Cuenta con más de 200 citas a su obra en el Science Citation Index y150 citas adicionales en Google Scholar), procedentes de más de 25 países y otras citas son en libros internacionales tanto de texto como de investigación. Ha dirigido 4 doctores (3 más en proceso), varios de ellos extranjeros, 3 maestros en ciencias y 2 de licenciatura; además, ha fungido como re- ceptor de 2 posdoctorantes. Actualmente, imparte la asignatura de Análisis Multivariable de Comunidades Ecológicas en el Doctorado en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recurso Naturales y Agrícolas de la Universidad de Guadalajara. 394 Recursos Forestales en el Occidente de México

En la Universidad de Guadalajara, incursioné en la botánica desde el bachillerato (1978-1979) con Ismael Romero Alcaráz; laboré como voluntario (1979-1980) en Instituto de Botánica (IBUG) con Luz María Villarreal de Puga (Secretario), siendo Director Enrique Estrada Faudón, luego laboré como técnico-curador del herbario IBUG (1980-1984) siendo Directora la insigne maestra Villarreal de Puga; realicé mi primera publicación (1983) orientado por Servando Carvajal; me gradué de Ingeniero Agrónomo, especialista en suelos (1984), con Arturo Curiel Ballesteros. Ejercí como Jefe del Área de Flora y del Herbario ZEA (1984-1987), del Laboratorio Natural Las Joyas, ahora IMECBIO, siendo Director Rafael Guzmán Mejía. En la Universidad de California-Riverside (1982) cursé el idioma inglés (1982), en estancia con Marcelino Vázquez García. En la Universidad de Birmingham, Reino Unido, (1986) realicé un curso intensivo sobre Conservación In Situ de Recursos Genéticos Vegetales con ‘Jack’ Hawkes, experto en papas silvestres. En la Universidad de Wisconsin-Madison, EUA, obtuve el grado de Maestría (1990) en sistemática vegetal con Hugh H. Iltis, experto en teosintes, y el grado de Doctor (1995) en ecología con Edward W. Beals, Comas J. Givnish y Hugh H. Iltis. Recién doctorado, fungí como Director del Instituto de Botánica (1997-1998), siendo Rector del CUCBA Arturo Curiel Ballesteros, luego como Jefe del Departamento de Botánica y Zoología (1998-2001), siendo Rector del CUCBA Salvador Mena Munguía. A todos los antes mencionados mi agradecimiento y reconocimiento sincero. Editores 395

T(4+1&% E/'%0% G#$'3# (1956-, Guadalajara, Jalisco, México). Inició como prestador de servicio social y tesista (1978-1981), actualmente cuenta con una experiencia laboral de 34 años y se desempeña como Profesor Investigador Titular C en el Centro de investigación de recursos forestales y biotecnología ambiental del Departamento de madera celulosa y papel “Ing. Karl Augustin Grellmann” de la Universidad de Guadalajara. Egresado de la carrera de Químico Técnico Industrial (1980) de la Escuela Politécnica de la Universidad de Guadalaja- ra; tiene una Especialidad en Procesos Papeleros (1983) de la Escuela de Ingeniería Técnica Papelera IPE, Tolosa, España; Diplomado en Métodos Estadísticos para el Control de Calidad Total (1995) CEDUCA Universidad de Guadalajara; Licenciado en Pedagogía (1999) Escuela Normal Superior de Jalisco, y obtuvo el grado de Maestro en Ciencias de la Educación con Especialidad en Planeación Educativa (2002) Instituto Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio, SEP. La gestión de sus proyectos y líneas de investigación se ubican dentro del uso y aprove- chamiento de recursos forestales no maderables y desechos agroindustriales, para el desa- rrollo de Cursos Taller y la implementación de metodologías para el aprovechamiento de malezas vegetales acuáticas y arbustivas en la obtención de "bras celulósicas y su aplicación en papeles artísticos, papel y cartón. Ha dirigido más de 15 tesis de licenciatura, ha publi- cado 6 libros y más de 30 artículos nacionales e internacionales. Es profesor en programas de licenciatura (Educación e Ingeniería) en el Centro Universitario de los Valles de la Uni- versidad de Guadalajara. Desde el año 2003 tiene reconocimiento como Profesor con Per"l deseable del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP / SEP), y es miembro del Cuerpo Académico CA-193 “Manejo Forestal” de la Universidad de Guadalajara. Ha obtenido diferentes premios y reconocimientos; Premio Universitario a la vincula- ción Universidad – Sociedad 2001; Premio Universitario a la Vinculación Universidad – Sociedad 2002; Presea al Mérito Académico “Enrique Díaz de León” 2004 y como "nalista, el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología Jalisco 2007.

N#,'5 D3#* E'6#.#$$3# (1987 - Guadalajara, Jalisco, México). Egresada de la Licencia- tura en Biología (Universidad de Guadalajara) inició como prestadora de servicio social en el Departamento de Madera, Celulosa y Papel (2009), continuando con las prácticas profe- sionales (2010) y el trabajo de tesis (2011-2012), todo bajo la tutela del Dr. Eduardo Salcedo Pérez. Se ha desarrollado como asistente de investigador obteniendo por ello un contrato temporal por CONACyT para dicha ocupación (2010). Actualmente labora como asistente y coeditora de la presente obra.

Nuestra casa es un árbol.

El árbol nos da de todo: barca, techo, enterramiento.

El mundo parece un árbol plantado en el !rmamento. La vida parece un árbol, en el medio tan sólo el viento.

Teoría del árbol (fragmento) Celso Emilio Ferreiro

SERIE FRONTERAS DE BIODIVERSIDAD 4 TOMO I

Recursos Forestales en el Occidente de México DIVERSIDAD, MANEJO, PRODUCCIÓN, APROVECHAMIENTO Y CONSERVACIÓN

Se terminó de imprimir en 2012 en los Talleres de Editorial Pandora, calle Caña 3657, Colonia La Nogalera, Tlaquepaque, Jalisco, México.

Tiraje de 1,000 ejemplares más sobrantes para reposición.

DISEÑO, CUIDADO DE EDICIÓN Y DIAGRAMACIÓN Amaya Castellón Ponce Francisco Castellón Amaya

ASISTENTE EDITORIAL Denise Moreno

AMAYA EDICIONES S DE RL DE CV Enrique Díaz de León 514 Interior 2 Colonia Americana, CP 44160 Guadalajara, Jalisco, México www.amayaediciones.mx [email protected]