¿QUÉ LE PASÓ AL FÚTBOL BOGOTANO?

Una mirada documental analizando el pasado y la actualidad del fútbol bogotano

CHRISTIAN FELIPE AMÉZQUITA ORTIZ

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR

SOCIAL

ÉNFASIS EN RADIO

TRABAJO DIRIGIDO POR: ANDREA CARDONA LEAL

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE

COMUNICACIÓN SOCIAL

BOGOTÁ D.C.

2018

1 Artículo 23

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”

Reglamento académico

Pontificia Universidad Javeriana

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TABLA DE CONTENIDO

1 INTRODUCCIÓN ...... 14 2 EL HISTÓRICO FÚTBOL CAPITALINO ...... 18 2.1 El Dorado ...... 19 2.1.1 Historia ...... 20 2.1.2 Bogotanos ...... 26 2.2 Década entre 1958-1968 ...... 30 2.2.1 Bogotanos ...... 34 2.3 Debacle ...... 37 2.3.1 Bogotanos ...... 39 2.4 Actualidad ...... 40 2.4.1 Copa ...... 41 2.4.2 2012 capitalino ...... 43 2.4.3 Supremacía santafereña ...... 44 2.4.4 Final bogotana ...... 46 2.4.5 Bogotanos ...... 47 2.4.6 Los chicos bogotanos ...... 48 3 FÚTBOL ORGANIZADO EN ...... 51 3.1 Instituciones ...... 51 3.1.1 IDRD ...... 52 3.1.2 Difutbol ...... 56 3.2 Torneos distritales ...... 58 3.2.1 Liga de Bogotá ...... 58 3.2.2 Otros torneos ...... 60 3.3 Escuelas y clubes ...... 63 3.3.1 Escuelas ...... 63 3.3.2 Clubes ...... 65 3.4 Selección Bogotá ...... 67 4 EL PROFESIONALISMO: LLEGAR Y MANTENERSE ...... 70 4.1 Divisiones inferiores ...... 73 4.1.1 Santa Fe ...... 76 4.1.2 Millonarios ...... 79 4.1.3 Demás equipos ...... 83 4.2 Características del futbolista bogotano ...... 84 4.2.1 Virtudes ...... 85 4.2.2 Mentalidad ...... 87 4.3 ¿Por qué no logran destacar? ...... 90 4.3.1 Tiempos de entrenamiento ...... 91 4.3.2 Estudio ...... 93 4.3.3 Apoyo familiar ...... 97

12 4.3.4 Distancias ...... 99 4.3.5 Llegada de futbolistas no bogotanos ...... 100 4.3.6 Búsqueda de nuevos horizontes ...... 102 4.3.7 Corrupción y empresarios ...... 104 4.3.8 Profesores no capacitados ...... 105 5 PRODUCTO ...... 109 6 CONCLUSIONES ...... 111 6.1 Futbolistas bogotanos más recordados ...... 114 7 ANEXOS ...... 118 8 REFERENCIAS ...... 119

13 1 INTRODUCCIÓN

Mi sueño de ser futbolista inició desde muy niño, quería ganarme la vida haciendo lo que amo y más me apasiona. Lo intenté hasta los 19 años, habiendo jugado varios torneos y pasado por varias escuelas, en ese momento entendí que debía decidirme entre el fútbol y el estudio. Escogí dedicarme a la comunicación. Por un lado porque ya con esa edad estaba en tercer semestre de la carrera, y por otro porque no recibí el suficiente apoyo de mis padres.

Al final entendí que la vida del futbolista es difícil, desde chicos deben aferrarse a esa idea y seguirla cueste lo que cueste, así se deba dejar de lado el estudio, la familia, los amigos, los hobbys, etc.

Ahora bien, en Colombia el sueño de llegar a la élite y sobresalir es durísimo. En especial si eres rolo. Con eso grabado en mi mente, me puse a investigar sobre los jugadores bogotanos que hay en el fútbol colombiano y me dí cuenta que son muy pocos los que sobresalen a nivel futbolístico. En ese momento me propuse trabajar el tema del fútbol bogotano en mi tesis de grado.

Elaboré una síntesis inicial en la que ví que el fútbol colombiano se ha caracterizado por tener en sus filas a futbolistas de todas las regiones del país; desde guajiros hasta leticianos, desde chocoanos hasta llaneros. El fútbol ha permitido que cualquier persona, sin importar su región, ingrese y se profesionalice en dicho deporte. Si bien cualquiera puede entrar, son pocos los que llegan y logran destacar, solo pocos son elegidos para llegar a la cúspide del profesionalismo.

A lo largo de los años, es común ver que la mayoría de futbolistas provienen de ciudades importantes como Cali, Medellín y Barranquilla, o también de zonas apartadas y flageladas por el conflicto armado colombiano. Estas personas encuentran una oportunidad de vida en

14 el fútbol, entienden que para sobrevivir junto a su familia, deben llegar al profesionalismo y mantenerse. No hay otra opción.

Ahora bien, la afluencia de jugadores en Bogotá dista en exceso de las que hay en otras partes del país. Esto resulta bastante paradójico dado que en la capital se encuentra la infraestructura, inversión y las condiciones necesarias para la promoción de jugadores. Es más, varios jóvenes de provincia llegan a la ciudad para impulsar su carrera futbolística y dar el paso final en equipos como Millonarios o Santa Fe. Entonces, si en Bogotá se cuenta con lo necesario, ¿Qué ocurre con el futbolista bogotano en Colombia?

Muchas son las causas por las que un chico no llega al profesionalismo, puede tratarse desde temas médicos o condiciones determinadas del jugador, hasta aspectos básicos como el apoyo familiar o la persistencia en su vocación. Si bien son casos que le pueden pasar a cualquiera, en Bogotá se presenta mucho más que en varias ciudades del país.

A partir de ello, surge la pregunta que abarcará toda la tesis.

¿Por qué le cuesta al futbolista bogotano figurar en el Fútbol Profesional Colombiano?

Con ello buscaré realizar un documental sonoro donde se analice y se establezcan los motivos por los que al futbolista bogotano le cuesta sobresalir en el Fútbol Profesional

Colombiano. Para llegar a esto, primero tendré que establecer los motivos por los que el futbolista bogotano tiene problemas para sobresalir en el fútbol profesional. Después, recoger información desde el análisis de historias de vida, visión de periodistas y la voz de las instituciones a partir de testimonios que permitan trabajar mi documental sonoro. Y por

último, toda esa información me permitirá realizar el documental sonoro que, desde la radio, permita dar cuenta de la situación que vive el futbolista bogotano y sus dificultades para llegar al profesionalismo.

15 Ahora bien, para lograr dichos objetivos, es pertinente hablar del método que se utilizará en el proceso investigativo. Partiendo desde los inicios del fútbol bogotano y su organización, hasta llegar al jugador capitalino y las dificultades que le impiden llegar a ser profesional.

En primera medida, la historia nos ayudará a conocer cómo era el fútbol bogotano en

épocas determinadas, marcadas por el éxito. Para ello abordaremos las épocas del Dorado

(1949-1953) y la década entre 1958 y 1968, donde predominaron los equipos capitalinos.

Todo esto nos permitirá analizar si dicho éxito fue de los futbolistas rolos o si fue netamente de los clubes.

A partir de allí, se abordará todo lo que tiene que ver con la organización del fútbol capitalino. Pasando por instituciones distritales que lo rigen, los torneos oficiales y la escuelas con sus respectivas metodologías. Una vez reunidos estos datos, se tendrá un panorama completo del fútbol en Bogotá y se podrá abordar el tema de los jugadores, teniendo todo el conocimiento del caso. El tema de los jugadores es vital ya que toda esta investigación permitirá dar cuenta de lo que pasa actualmente con ellos y permitirá establecer qué es lo que impide su llegada al profesionalismo y a su vez, en caso de llegar, cuales son las factores por los cuales no logran sobresalir a nivel nacional. Por último, se expondrá todo lo relacionado al documental radiofónico, desde lo que es hasta los elementos sonoros que se usarán en el documental.

La investigación será de tipo cualitativo, dado que se hará especial énfasis en la descripción, clasificación y explicación del tema. La primera permitirá describir a cabalidad la situación actual del tema; la segunda clasificará etapas del éxito bogotano y, basada en el proceso de profesionalización, enumerará los factores por los que muchos jóvenes no logran llegar a la élite; la tercera explicará si el fútbol bogotano tiene las bases necesarias para proyectar jugadores de calidad a la elite del fútbol colombiano.

16 Una vez esclarecido esto, hay que tener en cuenta las técnicas e instrumentos que se implementarán, ellos son la recolección de información de parte de libros, artículos de prensa, tesis referentes al tema, podcasts y entrevistas. Ahora bien, es necesario hacer una división entre lo que será el trabajo escrito y el radiofónico. El escrito nos permite hacer uso de cada recurso. El radiofónico, por otro lado, se basará en las entrevistas que se realicen y podcasts o archivos de audio que den cuenta del tema a tratar. Por ejemplo, programas deportivos en los que se hable de ciertos temas relacionados o especiales que revivan la historia de los clubes bogotanos. En ellos estará la fuerza del documental.

Quizá la herramienta más utilizada en el documental será la entrevista. Ella es quien le dará al documental la autoridad pertinente para abordar el caso y la credibilidad necesaria. En dicho sentido se entrevistará, en la medida de lo posible, a periodistas deportivos, miembros de entes distritales encargados del deporte bogotano, y muy en especial a jugadores, tanto los que llegaron como los que no, los que aún tienen vivo el sueño como los que lo abandonaron por una infinidad de motivos. De ellos es el documental.

Todo el material de audio estrá reunido en una página web con el fin de segmentar la información del documental por capítulos o según las entrevistas específicas que el públivo quiera consumir.

17 2 EL HISTÓRICO FÚTBOL CAPITALINO

Es común escuchar hoy en día, el continuo descontento que muestra la afición bogotana por el nivel de los equipos de la ciudad. Hinchas de Millonarios y Santa Fe por muchísimo tiempo estuvieron acostumbrados al éxito y el espectáculo, pero hoy en día parece que de ello solo quedan recuerdos lejanos. Aquellos equipos de antaño, que marcaron a tantas generaciones, de verdad eran extraordinarios. No solo ganaban títulos, también enamoraban al público colombiano a punta de buen juego, técnica y mucho gol.

Cómo olvidar al Millonarios de El Dorado o al Santa Fe de los 70. Cómo no recordar a viejas glorias tanto nacionales como internacionales, jugadores extraordinarios como

Alfredo Di Stéfano o Julio César Pandolfi. Cómo no tener siempre presente la victoria del embajador ante el mítico Real Madrid o el primer campeonato cardenal en 1948. Cada aspecto contribuyó para que el fútbol bogotano se convirtiese en el más importante del país, revalidándolo con títulos e invitacines que recibía para representar a Colombia en el exterior.

Ahora bien, a medida que pasaron los años, Bogotá empezó a perder su hegemonía ante el resto del país. Las malas dirigencias, los problemas económicos y el progresivo crecimiento del fútbol caleño, paisa y costeño, pusieron en evidencia nuestro retroceso. Tal fue la caída, que los clubes hegemónicos de la capital tuvieron que pasar una enorme sequía sin títulos ligueros, Santa Fe duró 37 años para volver a festejar y Millos 24. Además, el azul estuvo a punto de descender y debió pasar por un proceso de recapitalización para no desaparecer.

Por si fuera poco, un club pequeño como , salido del torneo del Olaya, fue quien tomó la batuta y logró maquillar por unos años la terrible situación con los equipos tradicionales capitalinos.

18 Si bien en la última década ambos equipos han recuperado de a poco la importancia en el fútbol colombiano e internacional (especialmente Santa Fe), la vara que pusieron las viejas glorias bogotanas aún está muy alta. Lo que se logró en el pasado aún no se ha recuperado ni en un 50%.

Por todos estos motivos, es pertinente hacer un recuento de las épocas más importantes del fútbol bogotano para contextualizar lo que significaba Millonarios y Santa Fe en el país.

Además, es justo poner en evidencia la cantidad de jugadores rolos que hubo en cada época para concluir si el éxito se debe más a las instituciones que a los capitalinos de dichas nóminas.

2.1 El Dorado

Me divertí viendo el llamado ‘Dorado’, cinco años maravillosos donde vimos y aprendimos que el fútbol era jugado por lo que hoy seguramente llamaríamos ‘extraterrestres’, y nunca se dieron cuenta de que eran hombres comunes y corrientes que amaron y trataron a la pelota con respeto, como a sus propias vidas. Jugadores extranjeros que hicieron de Colombia su casa, donde compartieron, vivieron y echaron raíces. Futbolistas que conformaron el mejor fútbol del mundo de clubes en ese entonces. Ellos, los famosos, también aprendieron de otros jugadores extranjeros y colombianos que ya actuaban aquí, conformaron familias e hicieron de la pelota una forma de vida. Lamentablemente hoy, como una total falta de respeto, los llaman dinosaurios; o peor, ya nadie los recuerda. (Álvarez, 2014)

El Dorado nace en 1949, un año después de la profesionalización del fútbol colombiano.

Fue una era conocida como las más gloriosa de nuestra historia debido a las grandes figuras que llegaron, los incontables partidos memorables y los éxitos rutilantes que pusieron a

Colombia en la cúspide del fútbol a nivel de clubes.

Ahora bien, dicho éxito tuvo como insignia a Millonarios de Bogotá. El cuadro albiazul logró hacerse con los mejores futbolistas del momento, ganó tres campeonatos seguidos, triunfó en Europa y llegó a ser catalogado como el mejor equipo del mundo. Además, fue el

19 club que impulsó la carrera de uno de los futbolistas más grandes de la historia, Alfredo Di

Stéfano.

2.1.1 Historia

Después de la creación del torneo colombiano en el 48, Alfonso Senior (presidente de

Millonarios) se puso en la tarea de construir un equipo importante con figuras rutilantes y que obviamente ganara títulos. El directivo barranquillero se fijó entonces en el fútbol argentino que pasaba por una situación económica sumamente complicada. Los futbolistas de aquel país entraron en una huelga, liderada por el jugador , exigiendo el pago de sus salarios y pidiendo mejoras en su situación laboral. Argentina en materia futbolística se caía a pedazos.

Con todo esto sobre la mesa, Senior reformó al equipo y en un primer momento contrató cuatro jugadores de renombre para el inicio de temporada en abril de 1949. Llegaron

Gabriel Ochoa Uribe, del América; “Cacho” Aldabe, técnico argentino; Danilo Mourman, brasileño; y Alfredo Mosquera, peruano e integrante de su Selección (Neira, 2017).

Ahora bien, la nómina tenía un grado alto de competitividad pero Senior aun quería traer más y más, en la mente del dirigente estaba la imperiosa necesidad de convertir al fútbol en el mayor espectáculo del país. Era necesario fichar aún más figuras para impulsar al

“deporte rey” en una sociedad que estaba ávida de nuevos tipos de entretenimiento.

Aparece entonces un hombre clave en la creación de El Dorado, Alfredo “El Maestro”

Pedernera. El mismo de la huelga en Argentina. Alfonso Senior le dice al técnico Aldabe que traiga a Pedernera debido a que era el jugador sudamericano más importante del momento. Ello sería un golpe de autoridad de parte del dirigente, el hecho de traer a un

20 jugador de semejante nivel a nuestra naciente liga era una proeza en aquella época.

Desafortunadamente la tarea no sería sencilla,

El proceso era difícil debido a que el argentino tenía que llegar a un torneo recién formado en un país desconocido a nivel deportivo, con dirigentes sin mayor trayectoria y en una ciudad con un contexto lleno de violencia. Además de ello, cabe aclarar que Pedernera no vivía una buena época a pesar de contar con 31 años. Ya había conseguido la gloria en River, donde comandó la célebre “Máquina” y había sido campeón sudamericano con la Selección Argentina. (Neira, 2017)

Aldabe terminó yendo a la Argentina, habló con Pedernera y volvió a Colombia con noticas alentadoras. Pedernera aceptaba la oferta de jugar en Millonarios pero pedía un sueldo exorbitante, 5000 dólares de prima hasta el fin del torneo y un sueldo de 200 dólares mensuales (Neira, 2017). Una barbaridad.

Claramente la directiva del cuadro embajador se negó rotundamente porque no tenían tal cantidad de plata y los riesgos, en caso de pagar, eran incontables. Parecía que el sueño de traer al ‘Napoleón del fútbol argentino’ quedaba en el olvido, pero Alfonso Senior se negaba a darse por vencido. Traer a uno de los mejores jugadores del mundo te aseguraba estadios a reventar y dinero por montón.

Finalmente, Senior convenció a la directiva con las siguientes palabras: “Lo traemos, y si el asunto no funciona, yo me hago cargo del compromiso laboral de Adolfo” (Neira, 2017).

“El Maestro” Pedernera llegó un 12 de junio a Bogotá y de inmediato la afición bogotana, corrió para darle la bienvenida. Así lo relata Jorge Neira (2017) en Las 1001 anécdotas de

Millonarios, “Despertó la fiebre entre los hinchas azules quienes salieron a recibirlo al antiguo aeropuerto de Techo. Más de 5 mil personas se movilizaron en 200 automóviles y

25 buses que facilitó el club, asunto que para la época era una locura”. Pedernera fue presentado de inmediato en El Campín antes del partido frente al Atlético Municipal y la efervecencia era abismal. “La publicidad hecha por el club fue determinante y en el estadio

21 hubo un problema de sobrecupo […] El argentino se plantó en el centro del terreno, elegantemente vestido de paño y corbata, saludó a los cuatro costados y se retiró. El estadio casi se viene abajo.” (Neira, 2017).

Se recogió un total de 7000 dólares y al siguiente día se le pago la prima de seis meses a

Pedernera. Senior lo había logrado, pero quería más. Vale la pena recordar que El Campín tenía una capacidad de 23500 personas y cada boleta costaba un peso (Álvarez, 2014).

Los directivos se dieron cuenta de que la afición los respaldaba y decidieron continuar con la idea del presidente. Había que construir una nómina superpoderosa. En los días siguientes le dicen a Pedernera que vaya a Argentina y traiga jugadores de élite. “El

Maestro” va a Buenos Aires y trae consigo a dos figuras de River Plate, Néstor Raúl Rossi y Alfredo Di Stéfano. Con ello, Millonarios contaba entonces con los mejores jugadores del continente, la afición no se cambiaba por nadie y los bolsillos de la directiva se llenaban cada vez más. El Dorado se tomaba al fútbol colombiano.

Por esta razón es que Guillermo Ruíz (2018) considera a Pedernera como el jugador vital que formó, organizó y catapultó El Dorado:

El maestro era Pedernera, el que sabía todo era Pedernera y el que organiza todo en Colombia se llama Adolfo Pedernera. La propuesta de Pedernera fue que le propuso a Millonarios unos jugadores pero también a otros equipos, él estaba pendiente para que los otros clubes trajeran jugadores e igualar las cargas y esa fue la propuesta del gran campeonato […]El gran protagonista de esa liga pirata y todo eso fue Adolfo Pedernera. Y el más grande jugador que vino en aquella época se llamó Pedernera, que no le quepa la menor duda.

Y no solo fue Millonarios quien se reforzó. El Cúcuta trajo 14 jugadores uruguayos, entre ellos los campeones del Mundo en 1950, Gambetta y Tejera; Cali tuvo al peruano

Valeriano López; Medellín contrató a los argentinos “Tito” Drago y “Titina” Castillo;

Junior compró a los brasileños Tim y Heleno de Freitas; y el Caldas, quien fue el único que pudo arrebatarle un título a Millos, trajo lituanos.

22 Santa Fe, para no quedarse atrás de su archirrival, contrató jugadores argentinos e ingleses.

Ángel Perucca, volante argentino que jugó con el cuadro cardenal durante El Dorado, tiene buenas remembranzas de sus compañeros “Del Dorado recuerdo que René (Pontoni) era un caballero con las rodillas destrozadas; Del Pibe Rial, que era la resurrección del inventor del fútbol; de Mario Boyé, que dejó de ser el mismo cuando partió” (Álvarez,

2014).

La cuota inglesa es recordada de la siguiente manera :

Aquella fue la época de los ingleses que llegaron al país, a Santa Fe, y que marcaron con su fugaz paso una forma de jugar y convivir: Hablo de Mitten, Mantford y el entrenador Blitoreau. […] Lo de los ingleses en Santa Fe fue para novela. Con ellos, arribó el que era la figura del fútbol inglés en ese momento, , quien tiene el título de ser una de las transacciones más caras en la historia del fútbol colombiano y no jugó un solo partido. Los diarios dicen que Mitten era el de mayores pergaminos, con el Manchester United jugó 162 partidos y marcó 61 goles. Recuerdo que los tipo si jugaban muy diferente a como lo hacíamos acá: se la pasaban haciendo cambios de frente, de más de 40-50 metros, de izquierda y derecha, e iban avanzando dándose pases entre ellos y corriendo a lo largo de la cancha. El resto los mirábamos y nos sorprendíamos con esa precisión tan bárbara. Se la ponían al pie. (Álvarez, 2014)

El tema de las nacionalidades llegó a un nivel impensado. Para 1951, en la liga colombiana se inscribieron 440 jugadores de 18 países diferentes. Tan solo una tercera parte era de nacionalidad colombiana, es decir un total de 153 futbolistas. Había 247 sudamericanos, 14 centroamericanos y 26 europeos (Neira, 2017).

Aquella época llegó a su punto máximo cuando en 1952, Millonarios recibe una invitación del Real Madrid para que participe en las Bodas de Oro del club en España.

Don Santiago Bernabéu, un hombre muy capaz, a solicitud de Guillermo de León Valencia, cónsul de Colombia en España, le dice: “Mire, los mejores jugadores de River están en Colombia, no en River y son Pedernera, Di Stéfano, Rossi, Báez… Investigue”. Sacaron a River de la lista y metieron a Millonarios. El azul tenía que ser muy poderoso para que eso pasara. (Ruíz, 2018)

23 Millonarios va a España a participar del torneo, bajo la condición de jugar al menos cinco encuentros. Primero se enfrenta al Valencia en el estadio Mestalla y empata a cero, luego pierde 3-2 con Las Palmas y en el tercer partido vence 3-2 al Norrkoping, campeón de

Suecia, en el antiguo Chamartín. El cuarto cotejo sería el histórico, Millonarios venció 2-4 al Real Madrid en su estadio y ante toda su afición, con anotaciones de Di Stéfano por duplicado, Pedernera y el “Maestrito” Báez. Finalmente, el azul empata a un gol con

Sevilla en el estadio Sánchez Pizjuán y se corona como campeón del torneo de las Bodas de

Oro (Polanía, 2012).

La prensa europea estaba completamente anodada ante la maravilla futbolística que destilaba el cuadro bogotano. Por donde iba dejaba huella a punta de jugadas mágicas y goles de todos los colores. Los diarios de España rápidamente publicaron titulares hablando de aquel equipo de ensueño:

“Millonarios, auténticos artistas del fútbol” Diario La Prensa de Valencia; “Millonarios el mejor equipo del mundo” , “Lo más grande que ha visto Madrid, Millonarios de Bogotá” Diario el País de España; “El ballet bailó a su antojo” ABC de Madrid; “Los Millonarios del fútbol deslumbraron” Arriba de Madrid. (Goal Colombia)

Dicho éxito trascendió a nivel político y el mismísimo presidente de Colombia agradeció a

Millonarios el haber dejado el nombre del país en lo más alto. Guillermo Villamil, futbolista bogotano de aquella época, en entrevista con Carlos Álvarez (2014) en el libro Yo construí El Dorado habla un poco sobre aquella gran anécdota:

Fue tal la repercusión de esa victoria en España, que el presidente de ese entonces, Guillermo León Valencia, destacó la hazaña, la primera de un equipo colombiano en Europa. “Ustedes lograron hacer en 90 minutos, lo que los políticos no hemos podido en 100 años. Son ustedes unos verdaderos embajadores”. Desde ese tiempo, y luego del triunfo, también se nos conoció como el “Ballet Azul”.

A partir de esas grandes actuaciones, Millonarios adquirió dos de sus máximos apodos. “El

Embajador” por representar de gran manera a Colombia en cada juego que disputó a nivel

24 internacional, bien fuese amistoso o algún tipo de torneo, y “El Ballet Azul” por la calidad en su juego, un estilo en el que los once jugadores jugaban tan bien, con movimientos precisos, exactos y sumamente coordinados, que parecía que bailaran dentro del terreno de juego.

Finalmente, en 1953 cerró El Dorado luego de El Pacto de Lima. Situación que obligó a muchos extranjeros a devolverse a su país natal.

En el rentado nacional, Millonarios se alzaría con los campeonatos profesionales de 1952 y 1953, año en cual según lo estipulado en el Pacto de Lima, los equipos colombianos devolverían a los jugadores que llegaron de forma ilegal. Ese año Alfredo Di Stefano ficharía para el Real Madrid, los gauchos Reinaldo Mourin, Hugo Reyes y el “Maestrico” Antonio Báez regresarían a su país de origen; los peruanos Ismael Soria y Alfredo Mosquera harían otro tanto, lo mismo que el uruguayo Alcides Aguilera. De 1949 a 1954, Millonarios de Bogotá reunió jugadores de nueve nacionalidades diferentes, 21 de los cuales eran de Argentina, el país que más jugadores aportó al Ballet Azul durante la época de El Dorado en Colombia. (Polanía, 2012)

El saldo de aquella etapa del fútbol nacional dejó varios récords.

Santa Fe logró en 1949 el récord del mayor promedio de goles en la historia del fútbol colombiano, fueron 101 anotaciones en 26 partidos jugados. Disputó torneos internacionales en Bolivia, Chile y Argentina, dejando sensaciones extraordinarios por su juego directo y movido. Es más, se dijo que lo que promovía el cuadro cardenal era “Fútbol

Moderno” y que más adelante se conocería en Holanda como el “Fútbol Total” de Johan

Cruyff.

Millonarios claramente tuvo un éxito más marcado dadas las cualidades de sus futbolistas.

El azul tenía a los mejores jugadores del mundo y continuamente lo demostró. Entre los títulos destacan las Bodas de Oro del Real Madrid en 1952, cuatro títulos ligueros siendo tres de ellos de forma consecutiva (1949, 1951, 1952, 1953) y la pequeña Copa Mundial de

Clubes de 1953. En cuanto a jugadores, Pedro Cabillón logró el récord de mayor cantidad

25 de goles en una temporada con 42 en 30 partidos y Pedernera fue campeón en 1952 y 1953 oficiando como jugador y DT. Además, el club ostenta el título de ser el primer equipo colombiano en ganar en La Paz y Europa, y también en ser el primero en derrotar a un equipo argentino, chileno y brasileño.

Además, el cuadro albiazul logró inmortalizar el famoso “Cinco y baile”. Jorge Neira

(2017) aclara en que consistía ello, “En 1949 surgió el dicho que acompañó al equipo

“cinco y baile”, ya que después de llegar a esa cifra, para no humillar más al contrario, los jugadores se dedicaban a ejecutar jugadas de alta calidad técnica con una precisión tan asombrosa que parecía un baile”.

2.1.2 Bogotanos

En aquella época, los jugadores bogotanos se vieron opacados por las grandes figuras que arribaron a Colombia. Tenían que darse por bien servidos aquellos que lograban sumar algunos minutos, es decir la situación para los capialinos era sumamente complicada y los motivos por los que no figuraban eran varios.

El primer aspecto a tener en cuenta es que el fútbol colombiano recién estaba empezando y por ello la diferencia entre profesionalismo y amateurismo aún no era clara. Muchos jugadores amateurs creían que el profesionalismo solo era una etapa más que debían superar y no lo tomaban con todo lo que exige la profesionalización del deporte.

El segundo aspecto es que los clubes bogotanos tenían el dinero para comprar futbolistas de gran envergadura. Con los problemas que había en Argentina, por ejemplo, era preferible traer dos o tres jugadores de primer nivel antes que jóvenes de la cantera. Ese papayazo no se podía desaprovechar y como todos los clubes colombianos lo estaban haciendo pues los

26 equipos bogotanos no podían quedarse atrás, y menos si tenían a cuestas el peso del favoritismo.

Por último, y en mi opinión el factor más importante, el tema del negocio influyó demasiado. Si los dirigentes, como Alfonso Senior en Millos o Bernardo Bustamante en

Santa Fe, conseguían jugadores top para su plantilla, aseguraban ganacias a futuro a partir de la venta de entradas. Lo que significaba traer a un jugador foráneo era altísimo en comparación a uno criollo en cuanto a nombre, calidad y jerarquía. Obviamente costaban un dineral pero los réditos por traerlo eran considerables teniendo en cuenta que la población bogotana estaba afiebrada con el fútbl. Al pueblo había que darle lo que pedía.

Ahora bien, todo ello significó una clara preferencia del extranjero por encima del colombiano. Nicolás Samper (2018) en entrevista opina respecto a este tema:

Es como si usted reclamara hoy por ser suplente de Lionel Messi, entonces usted se pregunta el porqué no lo dejan jugar y pues es Messi. Era muy difícil cuestionarlos a ellos[…] Existen varios ejemplos de esa clase de duelos y obviamente como lo que se necesitaba era consolidar el fútbol como espectáculo pues debía ir la gente al estadio. Una cosa es que uno de nosotros jugara en el año 48 y otra muy diferente era que se les anunciara que estaría Alfredo Di Stefano, “Coco” Rossi y Pedernera. Ahí cualquiera perdía la batalla.

Por otro lado, la diferencia salarial entre extranjeros y colombianos era abismal. Pedernera al llegar pidió 200 dólares mensuales cuando el jugador promedio ganaba entre 50 y 100 dólares. Para ellos, las condiciones eran las mejores dado que los dirigentes debían mantener contentas a sus máximas figuras. Por ningún motivo se podían marchar. Esta situación se asemeja a lo que sucede hoy en día pero en esa época aquellas preferencias eran un aspecto nuevo en la naciente vida del futbolista colombiano.

27 Muchas veces, la prensa quiso enaltecer el ideal de que el futbolista colombiano estaba inconforme ante esa situación y comenzaron a salir noticias sobre ese tema. Una de ellas es relatada por Ángel Perucca en el libro Yo construí El Dorado (2014):

La prensa publicó una historia pelotuda sobre Adolfo Pedernera: que compró un Cadillac por 20 mil pesos. ¡Una cifra de locos! Y comenzaron los comentarios de periodistas boludos y tontos que no faltan para comparar lo que ganaban los jugadores colombianos y los demás, frente a los que se guardaba Pedernera en la bolsa. Él tan solo abrió la boca para decir que ‘con su plata podía hacer lo que quisiera’ y santo remedio. Intentar llevar el tema a un problema de nacionalidades como decir que el argentino gana millones y el colombiano ni tiene contrato o que le pagan 50 pesos por partido y luego ni juega, fue de mala leche.

Por otro lado, Guillermo Villamil, bogotano que jugó en Millonarios, tiene una visión que contrasta la situación entre los primeros argentinos que llegaron el 48 y después los que aparecieron en El Dorado. Afirmó que con los jugadores bogotanos hubo ingratitud de parte de la dirigencia porque al llegar los extranjeros simplemente los echaron. Como no hubo contratos y cada pago era por partido, todo se soluciono con un “Hasta luego, gracias”. No hubo preaviso, carta de despido y la seguridad social no existía. Villamil puso como ejemplo lo que le sucedio a su gran amigo “Pipiolo” Rodríguez:

Cuando terminó la gira por Ecuador, los clubes empezaron a traer a la legión argentina, por lo que muchos colombianos nos fuimos a la banca o nos sacaron de las instituciones. “Pipiolo” Rodríguez jugaba tan bien que conservó su puesto y firmó contrato por 50 pesos mensuales. Con pinta nueva, con las camisetas de cuello redondo y manga corta, 1948 fue un año de consolidación y amalgama entre colombianos y los argentinos de renombre que arribaron. Alfredo Castillo, el “Poeta del Gol”, fue el goleador de ese torneo y ‘Pipiolo’ salió segundo, aunque muchos periodistas de la época manifestaron que Rodríguez era quien surtía de balones al super jugador gaucho […]Con el arribo de lo argentinos que conformaron El Dorado y por la lesión que sufrió, la dirigencia del club decidió poner en venta la carta de transferencia de ‘Pipiolo’, tasada en la millonaria suma de 50 mil pesos, dada su exquisita calidad al jugador a la pelota. Como ningún equipo en Colombia contaba con ese presupuesto para hacerse con los derechos deportivos del jugador, de esta forma le dijo adiós a su momento de fama en el fútbol tildado de ‘profesional’ y tuvo que dedicarse a buscar trabajo. (Álvarez, 2014)

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Efraín Cerón, ex jugador de Santa Fe en aquella época, recuerda sin rencor su salida al llegar los extranjeros. El simple hecho de jugar fútbol, profesional o amateur, lo era todo para él:

¿Cómo fue mi salida de Santa Fé? Entró mucha gente y la directiva optó por limpiarnos. Aquí inventaron una liga que llamaron SAFA y nos dijeron que íbamos a jugar allá. Salió un equipo entero de jugadores. Eso fue después del El Dorado. En esa SAFA, liga amateur, jugamos cuatro años. Después nos pasamos al equipo de la Beneficencia de Cundinamarca: jugábamos los que salíamos de Santa Fe y Millonarios, como Luis ‘Mono’ Rubio, Villamil, Moyano y Ricardo ‘Pibe’ Díaz. Allí no había líos de pases o transferencias. Uno pirateaba, pero nos divertíamos y había buen fútbol. (Álvarez, 2014)

A pesar de las injusticias que cometieron con los jugadores bogotanos, todos los testimonios concuerdan en que la relación entre colombianos y extranjeros siempre fue cordial y amistosa. Entendían que todo era un negocio y que a fin de cuentas, la culpa no la tenían los argeninos. Ellos simplemente cumplían un contrato.

Un buen día de 1949, todos los argentinos, sin importar de qué equipo, se reunieron para conmemorar la fiesta de San José de San Martín, en el monumento del prócer austral que está instalado en la calle 32. Hubo mate, facturas, mucho chamuyo (palabrerías) y camaradería. A los colombianos que los acompañamos nos acogieron como propios, como hermanos, como amigos. Siempre recuerdo el momento de esa foto, donde se resume la caballerosidad deportiva y las amistades que surgieron fuera de una cancha (Álvarez, 2014).

Al final, los jugadores bogotanos que lograron destacarse en la época del Dorado fueron cuatro. Los promovió Santa Fe desde categorías inferiores pero emigraron a Millonarios

(salvo uno) una vez terminado El Dorado. Hernando Reyes jugó de 1952 a 1957 y volvió en 1959; Rafael Valek Moure debutó en 1948 y después se fue a Millonarios donde jugó entre 1949-1950; Hernando “Tigre” Moyano debutó en 1948 también, dejó el club, volvió en 1951 y estuvo por tres años. Después jugó en Millonarios desde 1955-1961; Luis

29 “Mono” Rubio estuvo en 1948 (debut), 1950 y 1954. Después fue a Millos donde estuvo de

1956 a 1963.

Lo único que logró promover el equipo albiazul fue al “Cobo” Zuluaga, quien ya había jugado torneos departamentales con Antioquia pero debutó como profesional con el equipo bogotano.

2.2 Década entre 1958-1968

Una vez firmado el Pacto de Lima, los clubes bogotanos perdieron a sus principales figuras y las cargas con el resto de equipos estuvieron mucho más parejas. Es más, tanto Santa Fe como Millonarios tuvieron un serio bajón y realizaron campañas tristísimas en años posterirores. Guillermo Ruíz (2018) en entrevista relata un poco tal debacle:

Lo cierto es que los jugadores vinieron e hicieron un Dorado maravilloso pero que no dejó nada, porque el día en que se fueron, se acabó y los equipos quedaron en la ruina. Santa Fe último en el campeonato del 54 y Millonarios último del 57, se arruinó hasta el diablo. El Dorado nos dejó el pase de Di Stéfano a Europa con un montón de plata y nada más.

Y no era paramenos, los equipos de Bogotá se habían fijado tanto en traer figuras, especialmente Millonarios, que terminaron dejando de lado un aspecto vital para cualquier club, la cantera o divisiones menores. Ahora con regulaciones en contratos para los extranjeros y bajo la imperiosa necesidad de renovar las nóminas, la capital debía buscar la materia prima nacional.

Santa Fe se concientizó y comenzó a tener en cuenta a los futbolistas bogotanos que iban surgiendo poco a poco. La tarea al final no salió mal dados los nombres que llegaron a salir a finales de los años 50 y durante la década del 60. Desde Jaime Silva hasta el grandioso

Alfonso Cañón.

30 Millonarios, con una obligación mayor a la de su rival tradicional, no se enfocó tanto en lo de adentro sino que comenzó a buscar talento en diferentes partes del país, esencialmente en el Pacífico. Jaime “El Loco” Arroyave fue pieza vital en esa labor de scouting dado que de su trabajo salieron jugadores grandiosos como Marino Klinger o Willington Ortíz.

Nuevamente Millos le hacía el quite al talento capitalino.

Tal fue la importancia de Arroyave que el periodista Jorge Neira (2017) lo recuerda en su libro Las 1001 anécdotas de Millonarios de la siguiente forma:

Jaime “El Loco” Arroyave Marín, personaje único al que se le deben más de 60 títulos aficionados y la formación y descubrimiento de una gran cantidad de valores que, bajo su sapiente conducción, nutrieron la primera división durante más de 20 años

Mientras los bogotanos estaban en ese proceso en búsqueda de nuevo talento, los equipos paisas, aprovechando su incursión en potenciar las divisiones menores, empiezan a equiparar las cargas en cuanto a títulos. Atlético Nacional es campeón en 1954,

Independiente Medellín en 1955, Quindío en 1956 y Medellín repite en 1957. Con ello,

Bogotá quedaba con cinco títulos en total (Cuatro de Millos y uno de Santa Fe), Antioquia con tres (Dos de Medellín y uno de Nacional) y dos del Eje Cafetero (Caldas y Quindío con uno).

En 1958 sucede un hecho anecdótico que refleja por completo el avance futbolístico de los equpos paisas en cuanto a la formación y promoción de jugadores en su región. Por dificultades económicas, Nacional y Medellín anuncian su liquidación, a pesar de haber salido campeones en años recientes. Después de charlas con el ente rector del fútbol colombiano y entre presidentes, se llega a la conclusión de unir ambos equipos para mantener la tradición futbolística en Antioquia. “El 3 de mayo se anunció la creación del

Independiente Nacional, mixtura entre jugadores de Medellín y Nacional, dirigida por

31 Ricardo “Tanque” Ruiz, estratega verdolaga” (Redacción Deportes, 2018). Aquel equipo fue conformado con puros criollos, sin extranjero alguno. “Jugó con ‘Caimán’ Sánchez,

Darío ‘Patillas’ Zapata, Hernán Escobar Echeverry, Hernando ‘Canino’ Caicedo, Ranulfo

Vidal, Ignacio Calle, Orlando Vásquez, Humberto ‘Turrón’ Álvarez, Jaime ‘Manco’

Gutiérrez, Delio ‘Maravilla’ Gamboa y Jaime ‘Niño’ Arias. Un equipo de estrellas nacionales” (Redacción Deportes, 2018). En pocas palabras, aquel equipo era formado a punta talento nacional, en su mayoría paisas. Jugadores de la tierra.

A pesar de ello, aquel año sería el resurgir de la gloria capitalina con el título de Santa Fe.

El cuadro cardenal comandó el torneo de principio a fin y terminó ganando el título en la

última fecha debido al empate de Millonarios. Los dos equipos bogotanos compartieron la punta y comenzaba el presagio de lo que sería la década siguiente.

En 1959 el azul capitalino logró conquistar su quinta estrella en el fútbol nacional con

Gabriel Ocho Uribe como entrenador. Además, volvió a enfrentarse con el Real Madrid esta vez en Bogotá. El conjunto español llegó con sus más grandes figuras para el amistoso, y dentro de los inicialistas destacaban Paco Gento, Puskas y Di Stéfano. Finalmente el encuentro terminó igualado a uno y Millos mantenía el invicto sobre el reciente campeón de

Europa.

En 1960 volvió a celebrar Santa Fe y consiguió su tercer título. Lo más destacado de aquel título fue la garra y verticalidad con que jugaba el rojo bogotano cada partido, ofensivamente era una tromba aquel equipo. Tal fue su éxito que aquella nómina se le considera, por muchos, como el mejor Sata Fe de la historia. El talento lo aportaron no solo los grandiosos argentinos Panzutto y Perazzo, con 25 y 21 goles respectivamente, allí aportó el talento capitalino de divisiones menores. “Pero definitivamente, al margen del protagonismo argentino, para la historia quedó el cuarteto colombiano: Héctor “Zipa”

32 González, Carlos “Copetín Aponte”, Jaime Silva y Carlos Rodríguez.” (Redacción

Deportes, 2018).

Después de ello, vendría una etapa histórica en el fútbol colombiano. Millonarios conquistó cuatro títulos de manera consecutiva, de 1961 hasta 1964, bajo la batuta del “Médico”

Gabriel Ochoa Uribe los primeros tres y el último bajo las órdenes de “El Caimán”

Sánchez. En aquellos años, el cuadro azul tuvo una nómina de ensueño que descrestó por su poderío goleador. Antonio Casale (2018) afirma sin duda alguna: “Gabriel Ochoa Uribe fue parte fundamental estando al frente de ese equipo y Millonarios escribió una de sus más grandes páginas a nivel local”.

En esos años, Millonarios potenció la base que tenía con contrataciones sumamente rutilantes. En el 61 contrata al mejor futbolista colombiano de aquella época, Delio

“Maravilla” Gamboa y se empieza a formar una dupla extraordinaria con el canterano, nacido en Buenaventura, Marino Klinger. Al año siguiente se sumaron brasileños de gran rendimiento como José Romeiro Cardozo y Almir Da Silva. Tal era la cantidad de atacantes en el club que en 1963, Millonarios presenta “una curiosa línea internacional en ataque.

Pedro Gando, ecuatoriano; Carlos Arango, colombiano; José Romeiro, brasileño; Rubén

Pizarro, argentino, y Jenaro Benítez, paraguayo” (Neira, 2017). Es más, en ese mismo año logran concretar la mayor goleada en la historia del club con un 8-1 al Tolima.

En 1966 nuevamente Santa Fe conquista un título más para sus vitrinas, y curiosamente de la mano del entrenador Gabriel Ochoa Uribe. El cardenal disputó hasta la última fecha con el Medellín y terminó ganándole la primera casilla por una diferencia de tres puntos. Aquel nómina esta vez fue liderada por dos argentinos extraordinarioa, el portero Centurión y el delantero Lorenzo Devanni (que al final sería goleador del torneo). Detrás de ellos hicieron una gran labor Delio “Maravilla” Gamboa y un jóven Alfonso Cañón.

33 Con este título y el subtítulo albiazul de 1967, cierra una de la décadas más importantes en la historia del fútbol capitalino. Con los éxitos recientes, Millonarios llegaba a la increíble suma de nueve títulos en primera división y tres subtítulos; Santa Fe quedaba como el segundo equipo más laureado del país con cuatro títulos y un subcampeonato. La capital regía de nuevo el fútbol nacional con la increíble suma de once títulos; siete más que

Antioquia, ocho más que el Valle del Cauca y nueve más que el Eje Cafetero y la Costa.

“Todavía el fútbol colombiano era muy precario para competir afuera y los torneos continentales hasta ahora estaban comenzando. Aun así, a nivel local, Millonarios fue el más fuerte dentro de un fútbol muy débil” (Casale, 2018).

2.2.1 Bogotanos

El tema de la promoción de futbolistas bogotanos empieza a incrementar cada vez más.

Con las múltiples sanciones y los problema económicos de los clubes, comienza a ser más rentable la inversión en talento nacional y en trabajos completos de divisones menores.

Ahora bien, como se mencionó anteriormente, la diferencia entre Millonarios y Santa Fe en cuanto al tener jugadores capitalinos era abismal. Nicolás Samper (2018) da su opinión en este caso:

Ya no eran nóminas plagadas de extranjeros porque habían unas regulaciones al respecto. Era necesario buscar nuevos talentos dentro de Bogotá o gente que vieran y la trajeran a Bogotá […] El caso Santa Fe es un poquito más cercano porque Millonarios se va al Pacífico y allá encuentra futbolistas. Santa Fe formó una base que tiene jugadores de la casa, criollos literalmente. Millonarios pensó que podía encontrar otros elementos porque tenían seguramente quién les avisara y Santa Fe, que también lo hacía, le da prioridad al talento local.

Santa Fe empieza a recoger el trabajo de lo que se hizo durante mucho tiempo en los semilleros de Monaguillos y Expreso Rojo. La cantera también da frutos y se empieza a darle oportunidad al futbolista bogotano. Podría decirse que aquellos jóvenes tienen la

34 suerte, y en gran parte la culpa, de que su evolución como futbolistas coincidiera con el gran nivel que muestra el equipo en cuanto a títulos y juego vistoso. Los jugadores extranjeros que eran fichados por el club se convertían en maestros y complementos de los bogotanos que iban surgiendo. El proceso en Santa Fe fue excelente en ese sentido durante los años 60.

Millonarios se fijo mucho más en el tema de la búsqueda de talento por todo el territorio nacional. Salieron pocos bogotanos pero en cuanto a jugadores del Pacífico se sacó un montón. Es más, no solo se sacaron jugadores para el bien del club sino también para el fútbol colombiano en general porque la gran mayoría eran cracks. Ahora, a pesar de la exigencia que necesita un club como Millonarios, los jugadores jóvenes tuvieron esa cuota de jerarquía y talento para desarrollar su carrera junto a la consecución de logros. Marino

Klinger, por ejemplo, salió del club y siendo jóven ganó cinco títulos e hizo parte del tetracampeonato.

Guillermo Ruíz (2018) encuentra una relación entre la promoción de jugadores bogotanos y la Selección Cundinamarca:

Hablando de la Selección Cundinamarca, la que estuvo en el torneo Juventudes de América en el año 64, tuvo a Ernesto Buitrago, puntero izquierdo extraordinario que jugaba en Millonarios; Hernando Piñeros, crack que jugaba en Santa Fe; Alfonso Cañón, ni se diga; Anibal Niño, bogotano; Jairo Miranda, marcador central; Luna, arquero. Grandísimos jugadores. Algunos llegaron y se mantuvieron.

El mayor ejemplo del éxito de los equipos bogotanos fue el Mundial Chile 1962. Mucho tuvo que ver el trabajo de Santa Fe y Millonarios en aquel torneo. La delantera albiazul

“Maravilla” Gamboa y Marino Klinger fue parte de la ofensiva de aquel equipo, siendo este

último quien marcó el gol del 4-4 ante la Unión Sovietica. El “Cobo” Zuluaga, que ganó todo con Millonarios de El Dorado, era uno de los referentes en la defensa patria y marcó el

35 descuento en la derrota ante Uruguay. El director técnico fue el “Maestro” Pedernera, gloria de Millonarips en El Dorado como jugador y técnico. Y por último, el “Zipa” González, canterano de Santa Fe, en Eliminatorias marcó el gol frente a Perú que nos metió al

Mundial. Uno de los goles más importantes en la historia del fútbol colombiano.

Basado en todo lo anterior, los jugadores bogotanos que fueron importantes son varios.

Dentro de Santa Fe están Jaime Silva (Eliminatoria de Suecia 1958, Eliminatoria y Mundial

Chile 1962, y Copa América de 1963), Hernando “Mono Tovar” (Eliminatoria y Mundial

Chile 1962), Mario Bustamante, Carlos Rodríguez, Norberto “Gallito Hernández, Hector

“Zipa” González (Eliminatoria y Mundial Chile 62, y Copa América 1963); Alonso

“Cachaco” Rodríguez, y el mejor de todos, Alfonso Cañón (Eliminatoria México 1970 y

Copa Amérca 1975). Y promovido por divisiones menores sin ser bogotano está Carlos

“Copetín” Aponte de Tunja (Mundial Chile 1962 y Copa América 1963).

Millonarios promocionó tan solo a Gonzalo Guzmán y Alonso Hernández principalmente.

Y los destacados jugadores promovidos desde inferiores sin ser bogotanos son bastantes.

Marino Klinger de Buenaventura (Mundial Chile 1962), Senén Mosquera de Buenaventura

(Mundial Chile 1962 y Copa América 1963), Jorge Ramírez Gallego de Cali (Eliminatorias

Mexivo 1970), Otoniel Quintana de Padilla, Cauca (Eliminatorias a México 1970 y

Alemania 1974) y Julio Edgar “Chontico” Gaviria (Eliminatorias a México 1970).

Y por último, los principales bogotanos que jugaron en ambos clubes son Hernando Piñeros

(Debut en Santa Fe), Luis “Chiqui” García (Debut en Santa Fe) y Héctor Javier Céspedes

(Debut en Millonarios).

36 2.3 Debacle

Los años 70 pasaron con nuevas alegrías para los clubes capitalinos. Santa Fe conquistó dos títulos (1971 y 1975) y quedó subcampeón en 1979. Por otro lado, Millonarios gritó campeón en dos ocasiones (1972 y 1978) y ocupó el segundo lugar en otras dos opotunidades (1973 y 1975). Bogotá cerró aquella época con 17 títulos y mantenía la superioridad a nivel futbolístico en Colombia.

Desafortunadamente, en las próximas tres décadas vendrían decepciones y tristezas continuas para la capital. El gran causante de tal debacle fue el narcotráfico, actividad que se inmisculló en el fútbol colombiano desde finales de los años 70 y pudrió todo lo que el fútbol bogotano había logrado construir.

Guillermo Ruíz (2018) narra cómo fue la llegada de los primeros jugadores traídos por dineros del narcotráfico:

Los dos primeros jugadores que llegaron a Colombia por el narcotráfico fueron Aurelio José Pascuttini y Óscar “Pinino” Mas. Uno era central de la Selección argentina de Rosario Central y el otro era jugador del Real Madrid de España y de River Plate. Para Colombia valían un huevo pero los trajo el América, y luego llegaron un montón de jugadores que los trajo el narco.

Era tal la cantidad de dinero que los clubes podían traer a quien fuese. La necesidad de igualar las cargas en el fútbol nacional era enorme y los capos comenzaron a pasar dinero a los equipos por los que hinchaban. Los casos más conocidos son los de Pablo Escobar con

Atlético Nacional, los hermanos Orejuela con el América y Gonzalo Rodríguez Gacha con

Millonarios. Ahora bien, no solo aquellos equipos estaban manchados (ellos eran los más reconocidos), casi todos los equipos tradicionales tenían algo que ver con ese tema.

La situación era sumamente rentable para los capos debido a que podían lavar dinero a través de los clubes. Había compras exorbitantes dado que los recursos eran casi ilimitados.

37 Nicolás Samper (2018) ahonda en dicho tema afirmando, “El narcotráfico usó al fútbol para lavar dólares, legalizar plata y esa clase de cosas, pero es que aquí vinieron jugadores…

Usted ve al América y tenía a Gareca, Battaglia, Falcioni; en Bogotá estaba Van Tuyne,

Trobbiani, Vanemerak, “Petiso” Zárate, Gottardi”. Es más, llegó el rumor de que al mismísimo Ricardo Enrique Bochini por poco la ficha Millonarios o que el América pidió a

Maradona, y no era chiste.

Fue tan impresionante el mercado colombiano en dicha época que llegó a ser comparado con El Dorado de los años 50. Eran figuras extranjeras de igual calibre tentadas por los sueldos estratosféricos. Guillermo Ruíz (2018) dice lo siguiente al respecto:

Si el Dorado de los 50 lo toleramos como el gran espectáculo y lo aceptamos rayando la delincuencia con un montón de equipos piratas, jugadores mal inscritos y robando jugadores de otros equipos; en los años 80 fue igual, lo que pasa es que la plata vino del narco. Fue otra piratería, otra cosa parecida.

Al elenco cardenal llegaron jugadores del nivel de Migue Escobar, histórico defensor colombiano; José Luis Carpene,volante argentino; Miguel Ángel Converti, atacante argentino extraordinario; Diego Edison Umaña, creativo magnífico; Walter Perazzo y Hugo

Gottardi, delanteros argentinos históricos de Santa Fe. (Ruíz, 2014)

Y a la nómina azul llegó mucho jugador argentino como el “Búfalo” Funes, delantero querido por la hinchada; Juan José Irigoyen, gran centrodelantero, “Pájaro” Juárez, otro atacante; y Pedro Vivalda, arquero histórico. Dentro de los nacionales están “El Guajiro”

Iguarán, con exitoso paso por la Selección Colombia; y Óscar Córdoba en comienzos de los años 90.

Una vez terminado el idilio corrupto entre fútbol, por lo menos en Bogotá, y el narcotráfico, tanto Millos como Santa Fe quedaron aruinados económicamente. La cantera empezó a asomarse ante la necesidad y se convirtió en la materia prima de las plantillas. Se acababan

38 los argentinos de renombre o las máximas figuras del fútbol colombiano, ahora debían conformarse con los pelaos’ de la casa.

La situación fue sumamente pesada y Nicolás Samper (2018) tiene una anécdota de ello sobre Santa Fe:

Yo me acuerdo que en el año 86, en un programa llamado Panorama salen “La Chiva” Cortés, Daniel Samper Pizano, Julio E. Sánchez Vanegas, Yamid Amat, “El Payaso Bebé” y Pacheco. Hacen una colecta para que Santa Fe no desapareciera en el año 86 y en el 87 les toca recurrir a refuerzos baratos y jóvenes. Ese equipo se potencia porque juega bien al fútbol. Dice la historia que Zabaleta, parte del cartel de Cali, financiaba el funcionamiento de Santa Fe y hace que esos jugadores se vayan al América en los 90, y más otros como el “Checho” Angulo y Balbis, ese América se convierte en campeón del fútbol colombiano.

Como bien dijo Guillermo Ruíz (2018), “El narco dejó una estela de miseria impresionante”. Las deudas eran cada vez más y los problemas con la justicia en igual medida. Graso error.

2.3.1 Bogotanos

La etapa de finales de los 70 y la década entre los 80 e inicios del 90 dejó un buen saldo de jugadores bogotanos. Ante la necesidad de economizar, las divisiones menores fueron tenidas en cuenta y salieron jugadores de gran nivel. Ahora bien, Bogotá empezaba a sentir la llegada de muchas familias del país, huyendo de violencia especialmente, y eso se veía reflejado en las promociones de los equipos.

Los bogotanos que sacó Santa Fe fueron “Basílico” González, Eduardo Niño (con paso por

Millonarios), Francisco Wittingham, el “Choco” Suárez (con paso por Millonarios) y

Nelson “El Rolo” Flórez (con paso por Millonarios).

En cuanto a los foráneos, hubo jugadores de condiciones extraordinarias. Destacaron

“Palmero” Morales de Cundinamarca, Wilmer Cabrera de Cartagena (con paso por

39 Millonarios), Freddy Rincón y el “Tren” Valencia de Buenaventura. Los dos últimos con un grandioso paso por la Selección Colombia, disputando Mundiales, Eliminatorias y

Copas América, y con rodaje por el fútbol europeo.

Millonarios no se quedó atrás y también logró sacar una de las mejores camadas del fútbol capitalino. Se puede encontrar a Eduardo Pimentel, Nilton Bernal, Jairo “Pocillo” Díaz,

Omar Franco, Eddy Villarraga, Freddy “Muelas” León, Óscar Cortés (a día de hoy sigue en el club), Ricardo “Gato” Pérez y uno de los más grandes, Jhon Mario Ramírez (con paso por Santa Fe).

Dentro de los jugadores de provincia están “Pocillo” López de Manizales, Cerveleon

Cuesta de Quibdó, el histórico René Higuita, “Sanjuanino” Rendón de Nariño, Bonner

Mosquera del Chocó y “Fosoforito” López de Buenaventura.

Es notable la presencia de juveniles en las plantillas de Santa Fe y Millonarios, pero es proporcional al nivel futbolístico que cada uno mostró. Fueron jugadores que seguramente bajo otras circunstancias hubieran podido ganar títulos con sus respectivos clubes. Nombres como Rincón, “El Tren” Valencia, Higuita, Jhon Mario o Rendón, son de categoría y que merecieron más en su desarrollo dentro de la capital.

2.4 Actualidad

A finales de los 90 y durante la primera década del 2000, los equipos bogotanos empiezan a evidenciar algunas mejoras. Las campañas alternan entre muy buenas y muy malas, pero la ilusión permaneció intacta. Millonarios a finales de los 90 saca la cara por Bogotá y logra dos subcampeonatos en el 94 y en la temporada 95-96. Gracias a ello va a Copa

Libertadores y en 1994 logra llegar hasta cuartos de final. Además, en el 2001 es campeón de la al vencer a Emelec de Ecuador en los penales.

40 Durante esos años, el azul contó con jugadores importantes como el juvenil Andrés Chitiva, que terminó siendo ídolo y saliendo al fútbol del exterior; y Ricardo Lunari, creativo argentino.

Santa Fe aparece ya iniciado el nuevo milenio de la mano de grandiosos jugadores salidos de la cantera. En el 2004 llegó la mejor temporada de Santa Fe en muchísimo tiempo de la mano del ex jugador y en ese momento entrenador “Basílico” González. El rojo se instaló en la final del fútbol colombiano ante Atlético Nacional y a pesar de la derrota, la hinchada cardenal tenía paralizada la ciudad por la vuelta del equipo a una fase importante.

Con el trancurrir de aquellos torneos, aparecieron desde la divisiones menores dos ídolos del club. Agustín Julio y Leider Preciado comandaron al equipo durante varias temporadas y lograron un complemento con los también juveniles Aldo Leao Ramírez, Jairo Suárez e

Iván López.

2.4.1

A partir del 2009, los equipos bogotanos iniciaron procesos alentadores y de a poco fueron recuperando la grandeza perdida por tantos años. Aquel año tuvo como gran protagonista a

Independiente Santa Fe dado que después de casi 34 años logró levantar un nuevo título, la

Copa Colombia.

El diario El Tiempo (2010) relató así aquel suceso histórico para el rojo capitalino:

A las 10:26 de la noche del 18 de noviembre de 2009, luego de 94 minutos de angustia y 16 cobros desde el punto penalti, después de poner a prueba el corazón de 40 mil hinchas, de terminar el partido con un jugador menos que su rival, se acabó una sequía de 33 años, 10 meses y 28 días sin estar en lo más alto de un torneo. Valió la pena acabar con las uñas, escuchar el latido del corazón. ¡Santa Fe es el campeón de la Copa Colombia!

41 Con una base liderada por el argentino Omar Sebastián Pérez y el venezolano Luis Manuel

Seijas, el cuadro rojo lograba alzar un título que abrió el camino a los éxitos que vendrían más adelante. A partir de un estilo de juego definido y manteniendo la famosa “garra cardenal”, Santa Fe comenzaba a asomarse de nuevo en el olimpo del fútbol colombiano.

Por si fuera poco, aquel equipo contó con una gran dosis bogotana. Entre la nómina campeona estaban Ricardo Villarraga, un joven , Jairo Suárez, Mario

Gómez, Mario González, “Pacho” Delgado y el “Trencito” Valencia.

Dos años después, el campeón de la Copa sería Millonarios bajo el mando del técnico venezolano Richard Páez. El azul se coronaba despues de diez años de completa sequía.

Aquel éxito fue un suspiro para un equipo que estuvo a punto de irse al decenso en campañas anteriores y que pasaba por un proceso de recapitalización y conversión a

Sociedad Anónima para no desaparecer.

El potal web FUTBOLRED (2011) hablo así del título albiazul:

A las 8 y 58 de la noche el juez Adrián Vélez señaló el centro de campo y Millonarios volvió a gritar campeón luego de diez largos años. Fueron 84 minutos de infarto, de comerse las uñas, de sufrimiento para los cerca de 39 mil aficionados azules que se dieron cita en El Campín para ver a su equipo quedarse con el título de la Copa Postobón 2011.

Millos iniciaba un camino que le devolvió la confianza y bajo el cual empezó a destacar en algunos torneos. Un estilo basado en el buen trato al balón y la verticalidad le permitió recuperar la memoria.

Dentro de aquella nómina destacó Rafael Robayo como capitán, Mayer Candelo y el goleador Edinson Toloza. Dentro de la cuota bogotana estuvo , Omar

Rodríguez y el ya mencionado Robayo. Este último siendo líder indiscutido del equipo y referente de la hinchada.

42 2.4.2 2012 capitalino

Después de los títulos de Copa, era el momento de la Liga. El 2012 fue el año de Bogotá sin duda alguna. Tanto rojos como azules celebraron una nueva estrella y el fútbol colombiano recuperaba a sus equipos más tradicionales.

El Torneo Apertura de aquel año dejó a Santa Fe como segundo en el todos contra todos.

Los dirigidos por el ténico bogotano Wilson Gutiérrez hicieron 29 puntos, siete menos que el líder Tolima, y fueron el equipo más goleador del torneo con 29 dianas. En los cuadrangulares finales, el rojo quedó instalado en el grupo B con Itaguí, Equidad y Boyacá

Chicó, grupo relativamente fácil. Santa Fe no desentonó, no perdió ningún partido y ganó el grupo con 14 puntos sacándole seis de ventaja al otro bogotano, Equidad.

La mesa estaba servida, la final sería contra el recién ascendido y la llave cerraba en Bogotá. Tal como pasó en la Copa Colombia del 2009, la escuadra capitalina debía vencer al conjunto nariñense en El Campín luego del empate a uno de la ida.

Con una victoria por la mínima diferencia, Santa Fe gritaba campeón después de 37 años de sequía con la táctica predilecta que lo haría ganar en el futuro, la pelota quieta. Aquel equipo siguió contando con Omar Pérez como su gran figura y los bogotanos mantenían un rol importante en el acompañamiento del creativo argentino. Camilo Vargas, Juan Daniel

Roa, Óscar Rodas y Mario Gómez fueron los capitalinos que labraron aquella sufrida estrella.

El Finalización sería totalmente azul. Los dirigidos por el tolimense Hernán Torres fueron primeros desde el comienzo del torneo, cerraron el todos contra todos con 37 puntos, récord del club en torneos cortos, y tuvieron la vaya menos vencida del torneo. En cuadrangulares quedaron ubicados en el grupo A junto al Tolima, Junior y el Pasto. Millonarios arrancó flojo por la doble competencia, quedando eliminado en semis de , pero

43 terminó remontando el grupo y ganando el pase a la final por un gol de diferencia. Era la primera vez que Millos llegaba a una final bajo el formato de torneos cortos.

El azul capitalino enfrentaba en la final al Independiente Medellín del “Bolillo” Gómez. La ida quedó igualada a cero por lo que la estrella se definía en Bogotá. Aquel día la capital colapsó y El Campín estaba a reventar. Millos empezó ganando con gol de Cosme pero en la segunda parte la visita empató con Zapata. Todo se definió por penales, con el nerviosismo a flor de piel. Finalmente Luis Delgado fue el héroe de la noche al atajar el

último penal y Millonarios después de 24 años era campeón.

Jose Orlando Ascencio (2012) en El Tiempo dijo al respecto:

La hinchada azul, desde hace muchos años, estaba acostumbrada a sufrir. Esta vez llegó la recompensa, la estrella 14 que se les había escapado muchas veces y que por fin aterrizó encima del escudo del equipo más campeón del fútbol colombiano, al vencer en un desempate a un durísimo Independiente Medellín.

Dentro de aquella nómina destacaron Mayer Candelo, Wason Rentería y el panameño

Román Torres. Los bogotanos que fueron parte fundamental por la entrega y el amor que demostraron a la institución son: Rafael Robayo que fue al fútbol de los Estados Unidos y volvió justo en esa temporada, y Pedro Franco que desde la cantera se convirtió en ídolo de la institución. Además los juveniles, no bogotanos, tuvieron gran aporte en la consecución de la estrella: Ómar Vásquez, Oswaldo Henríquez, Erik Moreno, Luis Mosquera y Yuber

Asprilla, principalmente.

2.4.3 Supremacía santafereña

Dos años después, Santa Fe volvía a celebrar en el Finalización del 2014. El cuadro cardenal comandó el todos contra todos logrando 31 puntos y siendo la valla menos vencida del campeonato. El poderío defensivo era ya su principal virtud. En cuadrangulares se

44 instaló en el grupo A con Huila, Atlético Nacional y , cuadro durísimo.

Finalmente logro el pase a la gran final en una reñida competencia con el Huila.

El partido de la estrella fue ante Independiente Medellín. La ida quedo 2-1 a favor del cuadro bogotano y en la vuelta quedaron 1-1. Aquel equipo fue una tromba cada vez que tenía una pelota quieta a favor y en virtud de ello tuvo como principales figueras a Yerry

Mina, Omar Pérez y Luis Carlos Arias. Dentro de los bogotanos importantes destacaron

Camilo Vargas como gran capitán y abanderado, y el polifuncional .

Al año siguiente, Santa Fe conquistó el más importante título de su historia. El rojo ganó la

Superliga ante Atlético Nacional y consiguió cupo a la Copa Sudamericana del 2015. En primera fase del torneo continental venció al equipo ecuatoriano Liga de Loja por un global de 3-0; en segunda fase, en un partido durísimo, derrotó a Nacional de Uruguay por 2-1 y logró entrar en la llave final. En octavos, los dirigidos por vencieron a

Emelec de Ecuador por 3-1 en el global, después derrotaron a Independiente por 2-1 y en semifinales sacaron sin problema a Sportivo Luqeño de Paraguay por 2-0.

En la gran final enfrentaron a Huracán de Argentina. El partido en Buenos Aires finalizó con un empate a cero y la final se definiá en Bogotá. En la capital colomiana no se sacaron ventaja y la serie debía desempatarse por los cobros del punto penal. Allí la gran figura fue

Róbinson Zapata y con ello el cuadro cardenal terminó alzando el segundo trofeo más importante del continente.

En aquel equipo la cuota bogotana y las divisiones menores tuvieron un buen aporte.

Dentro de la nómina principal destacó Almir Soto, Fransico Meza y los bogotanos, Juan

Daniel Roa y Leyvin Balanta.

Con el título internacional, Santa Fe disputó en 2016 la con River y después la Suruga Bank frente al japonés. La primera la perdió por 2-1

45 pero dejando una grata impresión en el continente y la segunda la ganó por la mínima diferencia. Santa Fe conseguía su pimer título intercontinental.

El éxito no paró y en ese mismo año, en el Torneo Finalización Santa Fe clasificó a las finales del torneo al ocupar la cuarta casilla con 33 puntos. Con el nuevo formato del torneo, llaves de ida y vuelta, el rojo pudo mostrar su jerarquía en este tipo de competiciones. Primero eliminó al Medellín en cuartos de final por un global de 4-1, después aprovechó los compromisos internacionales de Atlético Nacional y lo despachó con un 5-1.

La final se jugó contra el Tolima de . En Ibagué el resultado quedó con un empate a cero goles y nuevamente el cuadro capitalino definía las cosas en El Campín.

Terminó siendo un partido durísimo pero la categoría de Santa Fe salió a relucir y terminó llevándose la final por la mínima diferencia. Con ello, la novena estrella llegaba y se cerraba un 2016 de ensueño.

Dentro de la nómina que gano torneo internacional y campeonato local destacó nuevamente la cantera santafereña. Héctor Urrego fue vital en la zaga defensica del equipo, Leyvin

Balnat se hizo dueño de la banda izquierda y los bogotanos daban el orden al equipo en el mediocampo, el líder Juan Daniel Roa y la figura en ascenso Sebastián Salazar.

2.4.4 Final bogotana

En el Finalización 2017 nuevamente se haría historia en la capital. Santa Fe y Millonarios clasificaron a las fases finales del fútbol colombiano, el rojo como co-líder con 39 puntos y el azul de cuarto con 36. En cuartos, Santa fe venció a Jaguares con un global de 4-1 conseguido en Bogotá y en semifinales dejó al Tolima en el camino con un sufrido 2-1. Por su lado, Millos le ganó con sufrimiento a Equidad en cuartos por 3-2 y en semis venció en

46 el clásico al recién ascendido América por un 2-1 conseguido en el Pascual. Por primera ven en la historia de torneos cortos, Bogotá se adueñaba de la final. En el partido de ida,

Millonarios se llevó la ventaja por la mínima diferencia. En la vuelta, y con el público santafereño como local, Santa Fe debía darlo vuelta. Rojos y azules dieron un partido memorable, con llegadas de lado y lado y goles para el recuerdo. Finalmente fue

Millonarios quien se llevó el clásico capitalino más importante de la historia y conseguía de paso la estrella 15. La gloria y las fiestas decembrinas volvían a vestirse de azul luego de cinco años.

En ambos equipos hubo una participación importante de las divisiones menores y jugadores bogotanos. Por el elenco cardenal dijeron presente Héctro Urrego y los bogotanos Juan

Daniel Roa y Sebastián Salazar. Por las arcas embajadoras estuvieron Harold Santiago

Mosquera y los bogotanos Macalister Silva, Jhon Duque y Christian Huérfano.

2.4.5 Bogotanos

Desde finales de los 90 hasta hoy, tanto Santa Fe como Millonarios empezaron a darle atención a sus divisiones menores. La falta de dineros, las malas dirigencias y la necesidad de resultados fueron los motivos principales por los que surgieron jugadores capitalinos y de otras zonas del país en las instituciones tradicionales de Bogotá.

En Santa Fe aparecen jugadores de la cantera divididos entre los que son bogotanos y los que no. Dentro de los que no, figuran Agustín Julio, cartagenero con participaciones en

Selección Colombia; Leider Preciado, tumaqueño ídolo histórico de Santa Fe y con participación en el Mundial Francia 1998; Aldo Leao Ramírez, samario con gran paso por la Selección; , barranquillero que ganó la Sudamericana y hace parte de la

Selección; y ahorita encontramos a Héctor Urrego de Apartadó, Nicolás Gil de Medellín y

47 de Cartagena. En cuanto a los bogotanos están Iván López (campeón Copa

América 2001), “Pacho” Delgado, Pablo Pachón, “Pacho” Nájera, Jairo Suárez, Juan Carlos

Toja (paso por Selección), Mario Gómez, Daniel Torres (de Cáqueza y paso por Selección),

“Trencito” Valencia (paso por Selección Sub20), Mario Gonzáez, Hugo Acosta, Carlos

Rodas, Darío Rodríguez, y el más importante en el último tiempo, Camilo Vargas (puesto fijo en la Selección). En este momento están Sebastián Salazar y Juan Daniel Roa.

En Millonarios se puede hacer la misma división. Dentro de los canteranos destacados que no son rolos están “Fosforito” López, de Buenaventura; Victor Hugo Montaño, caleño con paso por Selección Colombia Sub20; José Fernando Cuadrado, vallenato con puesto fijo en

Selección; Ómar Vásquez, santandereano; Oswaldo Henríquez, samario; Luis Mosquera, leticiano; Harold Santiago Mosquera, de Buenaventura y pieza vital en el campeonato del

2017; y ahorita encontramos a Stiven Vega de Apartadó, Juan Camilo Salazar del Valle del

Cauca y Ómar Bertel de Córdoba. Los bogotanos son Andres Chitiva (de los mejores que ha pasado), Ómar Rodríguez, Macalister Silva (actualmente en el club) y el mejor en mucho tiempo, Pedro Camilo Franco (con paso por Selección). Actualmente están Christian

Huérfano y Andrés Felipe Román.

Julián Téllez, Andrés Pérez, Rafael Robayo, Fabián Vargas, Jhon Duque (actualmente en el club) y Óscar Barreto (actualmente en el club) son otros bogotanos que debutaron fuera del club pero que tuvieron un paso importante por Millonarios.

2.4.6 Los chicos bogotanos

En este tiempo, algunos equipos bogotanos logran aparecer pero sin mayor éxito a excepción claro de Equidad. Expreso Rojo (desaparecido), Academia (desaparecido) y

Bogotá F.C. estuvieron mucho tiempo figurando en segunda división. Chicó cuando tuvo el

48 apoyo de la ciudad, Fortaleza y Tigres recientemente hicieron parte de primera división.

Todos ellos dejaron nombres interesantes como Jhon Duque, Kevin Salazar y Juan David

Jiménez pero no más. Nicolás Samper (2018) en entrevista muestra su punto de vista respecto a estos equipos:

Lo de Chicó también es un impulso de Eduardo Pimentel con algunos socios. Me acuerdo que cuando ascienden en el 2004, me encontré en el 2003 con Pimentel en el Olaya y estaba viendo un partido de Equidad. Ahí Chicó iba de décimo en la B, no había manera de que ascendiera pero de vainas se cola en los 8. Le cogió una buena racha y terminó ascendiendo sin tener estadio porque jugaban en la Nacional […]A partir de las ligas, Bogotá también entra en la disputa de la B porque entiende que es un buen lugar. Uno podría incluir a Tigres de Soacha porque digamos que Soacha es Bogotá. Expreso Rojo es un caso que no tiene ningún sentido porque era antes el símbolo de las inferiores de Santa Fe y termina convirtiéndose como en una insensatéz porque lo puso a trastear por todo lado. Y Expreso Rojo que era un ícono que venía de atrás, como Maracaneiros y Monaguillos, ya no tenía ninguna identidad bogotana por ese trasteo en el que jugó en Girardot, Villavicencio, Cartagena, en una cantidad de lados que uno no se explica hoy. El club termina desapareciendo, transformándose en otra cosa. Asumo yo que se vuelve doloroso para los hinchas de Santa Fe que un emblema como Expreso Rojo se termine convirtiendo en un tiquete de cambio.

Vale la pena recordar el trabajo de La Equidad, club salido del Torneo del Olaya en Bogotá y que ascendió de la B en el año 2007. El cuadro “asegurador” fue por unos años el encargado de maquillar el vaivén de los equipos tradicionales de la capital. De la mano del entrenador Alexis García y con una nómina humilde, el club logró salir subcampeón en tres ocasiones (Finalización 2007, Apertura 2010, Apertua 2011) y ganó la Copa Colombia en

2008. Aquel título fue el primero de Bogotá, a nivel nacional, en 20 años.

Nicolás Samper (2018) en entrevista recalca el arduo camino de Equidad desde su amateurismo hasta su consolidación en primera división:

Equidad siempre fue un equipo muy tradicional de los torneos del Olaya y siempre estuvieron convencidos de que su puesto no era la profesional. Era jugar torneos aficionados de diciembre y punto. El paso que da la Equidad se da porque un día les da por ensayar a ver cómo les va y les va bien. No duran mucho tiempo disputando la B, creo que son como 1-2 años, no más que eso […] Equidad ya tenía un trabajo más estructurado en la

49 formación de futbolistas bogotanos y uno mira las formaciones iniciales, antes de meterle plata, eran o bogotanos o jugadores que habían desechado de clubes muy modestos. Tanto así que Equidad en el primer torneo queda de último, luego se ponen las pilas y logra figurar.

Durante ese tiempo, La Equidad se valió de la cantera y mucho jugador bogotano para subsistir y terminó dando rédito su estrategia. Dentro de los canteranos importantes están

Dager Palacios, Cleider Alzáte, Dahwling Leudo, Jherson Córdoba (con paso por

Selección), y quizá el más importamte de todos al estar consololidado en

Selección Colombia, . Y los bogotanos más importantes que salieron de sus divisiones menores son Jhon Duque, Jerson Malagón, Óscar Barreto y Diego Novoa.

50 3 FÚTBOL ORGANIZADO EN BOGOTÁ

Bogotá, siendo una ciudad grande y pluricultural, cuenta con un sinfín de escuelas y clubes por doquier. Así mismo, la cantidad de jugadores es increíblemente grande, trayendo consigo el talento y la búsqueda de oportunidades. A pesar de lo anterior, hay muy pocos torneos organizados que promuevan el fútbol de alto rendimiento y menos aún la búsqueda de su profesionalización.

Aunque existe una entidad distrital encargada del deporte, como lo es el IDRD, el enfoque hacia al fútbol no es la prioridad. Como su nombre lo indica, se encarga de fomentar y apoyar la recreación-actividad física en la capital. Por otro lado, la Liga de Bogotá si bien mantiene una organización seria y con gran nivel, es un ente aparte del distrito. Y no pasa por un buen momento. Como prueba de ello, a comienzos del 2018 se dio la noticia de que

La Morena, sede histórica de los partidos, sería cerrada y a día de hoy no se ha encontrado algún terreno que cumpla con los requisitos para albergar una competición de tal magnitud.

Torneos históricos como el del Tabora y el Olaya (de allí salió Equidad) han perdido la importancia de antaño. La Selección Bogotá, donde alguna vez compartieron Radamel

Falcao, , Rafael Robayo, entre otros, hoy es un grupo perdido en medio de la inestabilidad del torneo sub20 que organiza DIFUTBOL.

Todo ello contribuyó para que la exposición de jóvenes talentos capitalinos quedase truncada y junto a ella los clubes.

3.1 Instituciones

Las instituciones distritales son las encargadas de promover el deporte, por diferentes niveles, en Bogotá. Son ellos quienes tienen la responsabilidad de brindar espacios,

51 infraestructura, apoyo en todos los sentidos y las garantías necesarias para un buen desarrollo deportivo en los bogotanos.

Muchas son las propuestas que se han tomado en pro del deporte de parte de las diferentes alcadías de la capital, pero es en el fútbol donde se puede ver algo de dejadez. Se promueven deportistas en patinaje, tenis y algunos deportes individuales que logran sacar la cara por la ciudad pero en el fútbol no es así. Y no es que haya falta de futbolistas, uno va un fin de semana al norte de Bogotá, donde se suelen realizar torneos amateur, y la cantidad de jóvenes que juegan al fútbol es grandísima, al igual que el número de escuelas y clubes.

Partiendo de ello, el IDRD y Difutbol son los encargados de dar explicaciones del desarrollo profesional en Bogotá y la construcción de torneos nacionales en el país, respectivamente.

3.1.1 IDRD

En palabras de Juan Carlos Gutiérrez (2018), coordinador de los Juegos Supérate y los torneos intercolegiados de la ciudad, la labor del IDRD es:

El instituto tiene, en todo su funcionamiento, una estructura que apoya los procesos deportivos que se generan a través de las ligas deportivas. Apoyarlo significa darles aportes para que desarrollen algunas actividades especialmente en el desarrollo de la participación de Bogotá en Juegos Nacionales o en los Campeonatos Interligas.

Partiendo de ello, el instituto en materia futbolística es quien debe dar el apoyo a jugadores, clubes y ligas en cada aspecto que se necesite. Dicha ayuda se ve materializada en la contratación de entrenadores, el préstamo de escenarios depotivos y el apoyo en las diferentes competiciones que tenga la ciudad a nivel nacional. Dentro de este útlimo aspecto están el aspecto materia social, económico (que muchas veces es vital) y médico

52 con “valoraciones, seguimientos o recuperaciones a los deportistas amateur que estén conformando selecciones en su debido momento” (Gutiérez, 2018).

En el tema de préstamo de escenarios deportivos hay que tener en cuenta varios aspectos.

Para nadie es un secreto que para la gran cantidad de clubes que hay en la ciudad, el número de canchas es bastante limitado. La libertad a la hora de escoger sitio para entrenar o realizar competiciones deportivas es poca. Dento de la institución son conscintes de ello y han hecho campañas con las alcaldías para la construcción de escenarios que no solo sirvan para la práctica del fútbol sino también para “desarrollar otros deportes o actividades, que puedan ser recreativas, formativas o culturales básicas” (Gutiérez, 2018).

Obviamente aún la deficiencia de canchas es enorme debido a los horarios que exigen los clubes bogotanos. Por ejemplo entre semana, la mayoría de jóvenes estudia en la mañana y entrena en la tarde tipo 3-4 p.m. hasta las 6 p.m., esas son las llamadas “horas críticas” porque el 85% de los clubes piden ese horario por la ocupación que tienen tanto entrenadores como jugadores en la mañana, ya sea por estudio o trabajo.

Las horas valle, por llamarlo así, son en la mañana por el tema mecionado anteriormente y en la noche por la falta de iluminación y seguridad en gran parte de los escenarios deportivos.

En los fines de semana el tema cambia, ya existe una libertad en cuanto al tiempo y el problema pasa por las distancias. En Bogotá los únicos sitios que permiten albergar competeciones como la Liga de Bogotá y demás torneos amateur están en el norte de la ciudad, después de la 200. Es un trayecto larguísimo que los chicos tienen que atravesar para poder jugar.

53 En ambos casos hay que sumarle otra próblemática, las condiciones de los terrenos de juego. Christian Huérfano (2018), jugador de Millonarios, habla sobre dicha situación desde su experiencia:

A veces por el estado de las canchas como La Morena, Xcoli y Arrayanes. A veces no están en su mejor estado para uno de jóven que quiere jugar bien, mostrarse, y pues la cancha no ayuda mucho. Creo que si se le invirtiera un poquito más, si se tuviera un poco más de conciencia del talento que se tiene en Bogotá como tal y de que traen jugadores de otras partes del país que aportan mucho, se podría ver un cambio muy grande.

El IDRD junto a los clubes ha buscado otras soluciones al respecto y encontró dos medidas que seguramente funcionarán con el tiempo. La primera hace referencia al área denominada

“Parques”. En ella establecen procedimientos sencillos y sumamente efectivos para la consecución de espacios para el desarrollo del fútbol. Tienen canchas que no exigen pago alguno para colegios oficiales o comunidades barriales y canchas con valor especial para clubes con reconocimiento deportivo. Aquellos clubes que no cumplan con los requisitos anteriores también pueden lograr alquiler de un escenario por unos días y horarios dterminados, a través de una consignación mensual a la cuenta del IDRD (Gutiérez, 2018).

La segunda medida hace referencia a los convenios que pueden hacerse entre colegios y escuelas deportivas. En ellos se hace un pago de arrendamiento a la institución educativa para que preste sus instalaciones deportivas, que en su mayoría se encuentran en gran estado, en horarios de 4-6 p.m. Con ello ganan ambas partes, los clubes al tener una sede con muchos beneficios y los colegios al recibir ingresos extra.

Otro aspecto a tener en cuenta es el trabajo que adelanta el IDRD con las escuelas deportivas de la ciudad. Más exactamente con la capacitación de entrenadores con el fin de entregar personas preparadas, tanto en pedagogía como en conocimiento técnico-táctico, para formar jóvenes desde los 5 hasta los 20 años.

54 En el proceso se tiene en cuenta los siguientes conceptos:

Hay varios elementos, hay un formato de clasificación de entrenadores donde se evalúan principalmente su formación profesional, experiencia profesional, logros deportivos, actualizaciones en estudios y si tiene otros elementos como el ser docente en universidad, haber dado charlas a nivel internacional o tener apropiamientos que desarrollen unas situaciones complementarias para eso. Se le da un puntaje y a partir de ello obtiene un valor en una tabla establecida donde tendría su clasificación para recibir el aporte económico. (Gutiérez, 2018)

Este lineamiento que se le da a los nuevos entrenadores muestra el interés de la institución por buscar entrenadores completamente preparados. Con ello, logran grandes aportes en los nuevos talentos futbolísticos bogotanos y valoran el trabajo de cada entrenador con el reconocimiento económico que merecen.

Gutiérrez (2018) afirma que la clave en el éxito a nivel profesional está en que esos niños hayan tenido un proceso de formación excelente desde su base con trabajos motrices, procesos cognitivos y formación personal. Es decir, no es solo patear un balón sino elaborar un sinnúmero de elementos que se implementen en cualquier situación de juego. Si a esa unión de virtudes se le agrega confianza y un buen acompañamiento de los padres, seguramente Bogotá contará con una gran cantidad de futbolistas extraordinarios a futuro.

Por último, las ayudas que brinda el IDRD como ente organizador son primordiales. Apoya económicamente a deportistas bogotanos que viven en condiciones sumamente difíciles, apoya en el marco social con actividades que mejoran en cierta medida el estilo de vida de las personas a través del ejercicio y apoya a jugadores con valoraciones y seguimiento médico. Como diría el dirigente William Leal (2017), “El IDRD es más organizativo. Un

órgano protector que se mantiene al margen vigilando que las cosas se hagan bien”.

La profesionalización del los jóvenes jugadores es quizá lo que más se critica al IDRD.

Muchos entrenadores de clubes y periodistas son enfáticos en la falta de interés que muestra

55 el instituto hacia la búsqueda de futbolistas. El entrenador y ex-futbolista Enrique Angulo

(2017) muestra su preocupación en el tema:

El IDRD es una institución que no solamente está enmarcada en el fútbol sino en todos los deportes. Un deporte sano, saludable, que la gente se meta al deporte por salud, no como oportunidad de vida. Más recreativo que profesional. Es incitar a que las personas hagan deporte y no para sacar grandes deportistas.

Y el periodista Jhon Guerrero (2018) concuerda con dicho punto de vista:

Creo que a la misma alcaldía y al IDRD les hace falta apersonarse de eso, es como si no importara si hay o no futbolistas y deportistas destacados [...] Con esto no quiero decir que los estamentos y el IDRD no cumplan, simplemente tratan de hacerlo pero no es un trabajo completo como todos esperamos que fuese.

Por su lado, el instituto en voz de Juan Carlos Gutiérrez (2018) enaltece el ideal del deporte como formador de personas:

Ser exitoso deportivamente no significa solamente el jugar fútbol o jugar en la profesional, ser exitoso deportivo es saber que a través del deporte pude conseguir una formación estructural, puede desarrollar unos elementos que a mí me permitan en una sociedad presentarme ante una situación de juego en donde yo pueda divertirme, compartir, desarrollar elementos de integración, y no simplemente buscando que se desarrolle un profesional.

3.1.2 Difutbol

El Difutbol es otra entidad encargada del fútbol amateur pero a nivel nacional. Se encargan de “administrar, planificar, desarrollar, promover, promocionar, capacitar y proyectar en

Colombia el Fútbol de Divisiones Menores, como deporte recreativo, formativo y de alta competencia” (Difutbol). Y en cuanto a su labor con los jóvenes, deben “enseñar e inculcar valores, ser generador de la sana competencia, contribuir en la formación de personas honestas y de mejores ciudadanos cada día en un marco de comprensión y tolerancia social” (Difutbol).

56 En pocas palabras, dicha entidad es el paso anterior que da un jugador colombiano rumbo a la profesionalización y busca la formación integral de los jóvenes futbolistas a partir de torneos regionales y nacionales. Los primeros parten de las categorías Sub-15, Sub-17,

Sub-20 y Sub-21; Los segundos tienen Infantil, Prejuvenil, Juvenil y Sub-23.

En cuanto a su relación con Bogotá, Gutiérrez (Gutiérez, 2018) es enfático en dicha situación “Cuando hay un campeonato nacional organizado por DIFUTBOL en cualquiera de las categorías, las ligas como ente privado tienen que organizar sus electivos. Esa selección se da según los clubes que estén afiliados a La Liga de Bogotá”. En pocas palabras, los torneos de DIFUTBOL no tiene mucho que ver con el IDRD sino con las ligas, de allí salen los jugadores y entrenadores que representaran a cada departamento en el caso de los Nacionales.

Ahora bien, en cuanto a la labor del DIFUTBOL se puede decir que tiene muchas opiniones divididas. Los que están a favor recalcan la oportunidad que Difutbol da a los jóvenes de mostrar su talento y seguir con su sueño rumbo a la profesional, mientras que otros actores consideran que su verdadera función va dirigida hacia aspectos administrativos de la

Federación Colombiana de Fútbol.

Nicolás Samper (2018) señala el principal problemadel Difutbol:

“Me parece que la influencia es nula porque la Difútbol que es la realmente encargada de las ligas aficionadas porque esa es la división del fpl, Dimayo encargada de clubes profesionales y Difútbol de ligas aficionadas, no hace ninguna clase de labor ni siquiera altruista con las ligas sino que básicamente se convierte en un ente cuya importancia es elegir y descartar presidentes de Federación, esa es la verdadera importancia de ellos. No de torneos y de armar competiciones visibles”.

Lo cierto es que la función del Difutbol es buena en cuanto fomente la actividad deportiva de alto rendimiento en los jóvenes, el problema principal radica en que dicho ente está muy separado de los clubes y la Dimayor. Es decir, no hay un hilo que lleve a cada elemento y

57 por tal motivo muchos jóvenes terminan desertando. (2018) como director de las divisiones menores de Santa Fe dice al respecto “La DIFUTBOL hace muy buenos torneos y se ven muy buenos talentos. El problema es que solamente unos equipos en

Colombia está subiendo a los jugadores porque los están viendo bien, mientras que hay otros que no”. Y el “Chamo” Serna (2018), ex-director de las divisiones menores de

Millonarios, complementa “Yo creo que debe haber un programa institucional en el que se busque apoyar en clave con clubes como Millonarios, Santa Fe, Equidad y Fortaleza”.

3.2 Torneos distritales

3.2.1 Liga de Bogotá

La Liga de Bogotá es el torneo distrital más importante de la capital. Su objetivo es el de

“Liderar, fomentar y desarrollar el crecimiento de los deportistas y de las organizaciones asociadas, a través de sus procesos y gestión; con criterio participativo de inclusión e igualdad” (Liga de Bogotá).

Absolutamente todos los clubes están integrados a ella y a sus torneos en las diferentes categorías. Su labor agrupa tanto a clubes, futbolistas y árbitros, integración que la convierte en una de las más importantes del país. Está organizada en tres fases para todas las categorías en el siguiente orden, desde el menor nivel hasta el más alto: Promocional,

Ascenso y Élite.

En sus inicios, La Liga de Bogotá se llamó Liga Distrital y fue fundada en 1959. En el libro

Yo construí El Dorado” se habla de aquellos inicios:

Se ingresaba a partir de la compra de un cupo y las categorías que existían en aquel entonces eran las de Preinfantil, Infantil, Intermedia y Primera. De allí muchos pasaron al profesionalismo. Además, las preliminares se jugaban en el mismísimo Campín y con el público que llegaba temprano para vivir el partido de fondo. Había equipos amateur que se desempeñaban como semilleros o filiales de equipos profesionales de la ciudad.

58 Monaguillos y Expreso Rojo lo eran de Santa fe, mientras que River, manejado por Manuel Fandiño, lo era de Millonarios. (Álvarez, 2014)

La Liga de Cundinamarca creció a partir de los desafío barriales que hubo en Bogotá. Ya no solo eran los equipos del departamento sino también los clubes, colegios y asociaciones capitalinas. Dicha organización fue aumentando cada vez más con el paso de los años y surgieron equipos como “Platense, Newells, Albion (Barrio Ricaurte), Andino, San

Lorenzo, Colo-Colo, y Rosario Central. Otros conjuntos que empezaron a cobrar renombre fueron los de Olaya y Centenario” (Álvarez, 2014). La segunda división de aquella Liga fue la ADB (Asociación Deportiva de Bogotá).

Con ello, es claro la importancia histórica y la gran tradición que ha tenido Bogotá con el fútbol amateur. Una gran organización que lleva más de 50 años de existencia pero que no ha logrado explotar todo ese talento propio que abunda.

Ahora bien, la relación entre Liga de Bogotá y el máximo ente distrital como lo es el IDRD tienen una relación de control legal en múltiples aspectos:

Su legalidad, su conformación, que se estén cumpliendo con la normativa establecida, que hayan hecho sus elecciones correspondientes, que tengan su comité ejecutivo, que estén integrado por la cantidad mínima de clubes que se necesita, que estén atendiendo a sus deportistas desde la base en todo su proceso, que desarrollen integralmente con nosotros los acompañamientos a esas promociones y a ese desarrollo deportivo para que podamos tener en Bogotá un estándar de trabajo y formación.

A pesar de ello, La Liga es totalmente independiente del IDRD. Ella misma tiene una estructura económica y dirigencial, encabezada por Camilo Llinás, que le permite subsistir con normalidad. El único apoyo que solicita al distrito es el de préstamo de escenarios deportivos, logística en competencias y, como se dijo anteriormente, la vigilancia para que

59 el desarrollo de los torneos sea completamente legal desde deportistas, entrenadores, padres de familia, clubes y administradores.

El principal problema de la Liga de Bogotá es la falta de compenetración y apoyo con los demás entes encargados del fútbol amateur en Colombia. Antonio (2018) dice que el trabajo hecho por el presidente Camilo Llinás es vital y por ello volvieron los éxitos, pero la falta de unión es el principal problema:

Sucede que el fútbol aficionado en Colombia es un desastre porque no hay un nexo claro entre los clubes profesionales y las ligas. Es decir, si a usted la va bien en Liga pues no quiere decir nada porque no hay nadie que lo haya visto. No hay un elemento que enlace a las dos cosas y creo que en Liga hacen cosas interesantes

Guillermo Arango (2018) complementa con otra problemática derivada de dicha desorganización, “La estructura no es muy clara. La Dimayor está muy separada de las ligas aficionadas, tanto en Bogotá como en Antioquia y Valle, y todo eso ayuda a que jugadores se pierdan”.

A pesar de ello, la relación Liga-Distrito es complementaria y persigue un objetivo único, apoyar el fútbol amateur en la capital. Bien dice César Augusto Londoño (2018) “La Liga de Bogotá es una de las más organizadas del país, tiene torneos y equipos permanentes, a nivel clubes es sólida y los equipos son muy bien conformados. Es la más grandes del país”.

3.2.2 Otros torneos

Además de La Liga, hay otros torneos importantes en la ciudad. En ellos el fútbol amateur crece y se le brinda la oportunidad a clubes de menor envergadura para que desarrollen sus jugadores a partir de la alta competencia.

60 Quizás la competición más importante y tradicional de la capital, después de La Liga, es el

Hexagonal del Olaya. Dicho torneo arrancó en el sur de la ciudad en 1959 y su nacimiento es recordado de la siguiente manera:

El barrio Olaya Herrera, nombrado así en honor del expresidente liberal, fue un sector del sur lleno de casas-lotes en el que la clase media de aquel entonces empezó a edificar la ciudad. Pero también fue un sitio donde las familias fueron aficionadas al deporte. Allí, el Club Deportivo Olaya construyó su cancha, donde el fútbol aficionado vive hoy. Y dentro de ese fútbol, nacieron en la ciudad torneos como la Copa Amistad del Sur o también llamado Hexagonal del Olaya. (Álvarez, 2014)

Allí muchos clubes pasaron y el torneo se empezó a ganar un nombre con el transcurrir de los años. Junto al Torneo del Tabora mandaban la parada en el fútbol amateur de la ciudad y la conglomeración de aficionados capitalinos era enorme en cada fecha. Se fue convirtiendo en un torneo tradicional de la ciudad y los clubes profesionales empezaron a fijarse en el talento que allí había.

Del Olaya salieron jugadores como Jerson Malagón, Rafael Robayo cuando volvió de

Atlético Nacional, Juan Daniel Roa, Sergio Gutiérrez y Diego Novoa. Por si fuera poco,

Equidad inició como un club amateur del Olaya hasta que compró ficha en la B y terminó siendo lo que es hoy en día.

Nicolás Samper (2018) ve el caso de Equidad como un completo éxito del fútbol amateur en la capital “Toda la vida fue equipo de ese hexagonal y hoy es un equipo profesional porque hizo los méritos para llegar hasta allá con un curso larguísimo de 30 años para llegar. Pero es solo un caso”.

Los Juegos Supérate son otro torneo que ha comenzado a agarrar fuerza en la capital y cuenta con el apoyo total del distrito en cabeza del IDRD y Coldeportes. Básicamente son equipos de colegios capitalinos que se enfrentan en unas fases distritales, los ganadores van a fases regionales y de allí se clasifica a los nacionales.

61 Juan Carlos Gutiérrez (2018), como coordinador de dicho torneo en Bogotá, evidencia las ayudas que da el distrito en Juegos Supérate:

Aquí les conseguimos los escenarios, los protegemos con unas pólizas, se coordina absolutamente todo lo que es el desarrollo del evento y se consigue una premiación para que se les entregue a ellos un reconocimiento.

Todo este trabajo es interesante en la medida en que quien representa a Bogotá no es una selección como tal sino que son los integrantes del colegio que ganó su cupo. Se le brinda a muchos jovenes estudiantes la oportunidad de representar a su ciudad en un torneo de alto rendimiento a nivel nacional. Un sueño para muchos.

Otra gran ventaja es que los jóvenes que pertenecen a determinado club de La Liga de

Bogotá pueden participar también con su colegio sin necesidad de preocuparse por la carta de libertad. Es decir, no deben salirse de su club para jugar con su respectivo colegio. Con ello ganan mucha más experiencia y aseguran la continua competencia.

Uno de los grandes éxitos de este torneo lo cuenta Juan Carlos Gutiérrez (2018):

Incluso, ya hay colegios que han generado clubes que se preparan, participan en Liga y a la vez participan acá en el intercolegiados. Ese es el caso del colegio Don Bosco, que tiene esa posibilidad porque fueron campeones de este año y nos van a ir a representar a la fase regional; ellos tienen las dos situaciones, trabajan o juegan en la Liga y a la vez acá. El colegio Colsubsidio también consiguió esa clasificación y van para allá.

Otros torneo de menor envergadura es el Maracaná. Ahí ya estan enfocados en darle competencia a escuelas de menor nivel o clubes que quieren foguear a sus nuevos equipos para la Liga de Bogotá. Podría decirse que es el primer paso rumbo a la alta competencia a nivel amateur.

Por último, ASCUN es una asociación de universidades que dentro de sus tareas está la promoción del deporte en jóvenes Universiarios. El torneo de fútbol ASCUN enfrenta

62 universidades públicas y privadas de Bogotá en un torneo realizado semestralmente. Las universidades hacen un pago para competir en dicho torneo y el ganador va directo a representar a Bogotá en los Juegos Nacionales. Este es otro ejemplo del interés de las instituciones por fomentar el fútbol amateur y el estudio.

3.3 Escuelas y clubes

Bogotá cuenta con 260 clubes y escuelas afiliadas a la Liga. Además de ello, hay un sinfín de escuelas en diferentes zonas de la ciudad que no cumplen con los lineamientos que exige el distrito pero que igual están en libertad de operar. Muchas nacen por iniciativa de educadores físicos o personas allegadas al deporte que buscan brindar nuevos espacios recreativos a jóvenes de escasos recursos, principalmente.

La principal diferencia entre club y escuela la meciona el dirigente Willima Leal (2017) de la siguiente manera:

Hay una gran diferencia entre un equipo y una empresa. El equipo puede ser del barrio o amigos que se reúnen a jugar. Una empresa (Club) tiene un organigrama, la junta, áreas de negocios y basa su trabajo en fútbol de tipo profesional, recreativo, formativo, etc. Significa entonces costos, organización, mercadeo y manejo internacional.

Mientras una busca aspectos recreativos solamente, la otra se enfoca en el alto rendimiento y la consecución de logros deportivos.

3.3.1 Escuelas

Dentro de las escuelas de fútbol hay dos variantes. Las reconocidas por el distrito y las que no. Las primeras responden ante el IDRD en cuanto al control y seguimiento de su estructura. Juan Carlos Gutiérrez (2018) explica dicha labor del instituto:

Es un proceso que acá se tiene en donde se revisa que ellos cumplan especialmente con los lineamientos que están establecidos para poder definir, qué es una escuela avalada.

63 Es decir, que tengan su conformación legal, que estén registradas las personas, que tengan un plan de formación o plan pedagógico, que tengan licenciados en Educación Física dentro de su grupo, que estén categorizados. O sea todo lo que significa tener una escuela e igualmente que cumplan la parte jurídica: que hayan conformado legalmente sus cosas y que estén estructurados de acuerdo a la norma establecida. De esa manera, aquí se hace la revisión y aprobación para que esas escuelas lo puedan tener todo.

Las otras escuelas son las llamadas “escuelas de barrio” que subsisten sin la necesidad de estar avaladas. Su lineamiento deportivo está en conglomerar jóvenes por un tiempo determinado y con ello recibir una compensació económica. Obviamente no participan en torneos de Liga de Bogotá sino juegan copas amistosas o disputan partidos con otras escuelas.

Ante el distrito, dichas iniciativas no están prohibidas y no están en la obligación de buscar el aval del IDRD. Juan Carlos Gutiérrez (2018) explica ese tema:

Escuelas de barrio hay bastantes, son escuelas que tienen una libertad de asociación que lo tiene establecido nuestra Constitución, nuestra legalidad o sea no es ilegal, pero pues evidentemente no se tiene un seguimiento ni un control sobre estos debido que, al ser elementos que la comunidad asume y desarrolla y no les interesa legalizarse,se mantienen en su situación propia, donde ellos hacen el trabajo como corresponde.

En sí, las “escuelas de barrio” tienen pros y contras. La parte positiva es que el chico, sin mayor poderío económico, puede reunirse y jugar seguramente con amigos del barrio en un terreno determinado y bajo las órdenes de una persona que muy seguramente pertenece al mundo del deporte. Además, no se le exigirá al chico por logros y demás, sino que vive el fútbol de una manera recreativa. Lo negativo es que no se sabe qué tan bueno será su proceso de fundamentación en aspectos básicos del fútbol y tampoco la seguridad de qué tanto timepo dure operando la escuela. Si un día el entrenador acaba la escuela pues no hay nada que hacer.

64 En este sentido, el IDRD junto a la Federación Colombiana de Fútbol están creando iniciativas que ayuden a la integración de los jóvenes con el deporte. Con ello formaron la inicitiva “Escuelas de mi Barrio” la cual se enfoca en la creación de escuelas deportivas que se enfoquen en el tema del esparcimiento de los jóvenes a través del fútbol y no en la búsqueda de su profesionalización.

Se busca es que, en una forma apropiada, la comunidad tenga una oportunidad de participar en una actividad deportiva para que los niños complementen su formación, su estructura y ocupen el tiempo libre. Se desarrollan a través de la práctica deportiva y el mejoramiento de su crecimiento personal. (Gutiérez, 2018)

En líneas generales, las escuelas ayudan a que el joven inicie su camino rumbo a la profesionalización. Allí es el momento en el que se le empieza a meter todo el tema del condicionamiento físico, fundamentación y demás elementos que son básicos en la formación de jugadores. Son la base de los futbolistas que mostrará Bogota en un futuro.

Claramente hay escuelas tradicionales como Caterpilar, Maracaneitos o Ecopetrol que manejan procedimientos excelentes y por ello han creado una tradición exitosa en el fútbol capitalino amateur. Esos son los módulos que se deben seguir.

3.3.2 Clubes

Al hablar de clubes, se hace referencia a los equipos profesionales que tiene la ciudad como

Santa fe, Millonarios, Equidad, Fortaleza, Bogotá y Tigres. Todos y cada uno de ellos tienen una estructura completamente organizada que les permite aglomerar una gran cantidad de jóvenes en búsqueda de talento apto para la primera categoría.

La exigencia es enorme a comparación de una escuelas debido a que ellos son los representantes de los equipos profesionales en categorias inferiores. Es una forma de ir

65 metiendo a los jóvenes en el rollo del profesionalismo a partir de torneos de completa exigencia y entrenamientos sumamente completos.

La relación entre los clubes bogotanos y el IDRD es un poco más distanciada dado que el rol principal cae en Coldeportes. Juan Carlos Gutiérrez (2018) explica dicha situación:

Los clubes deben tener un reconocimiento pero esa labor no le corresponde al instituto sino a Coldeportes Nacional. Ellos son quienes a nivel Colombia hacen el reconocimiento de los clubes deportivos. Eso significa que en la Liga de fútbol de Bogotá, si existen 200 clubes y ellos exigieran que todos estuvieran con reconocimiento deportivo, ese reconocimiento lo tiene que emitir Coldeportes, cumpliendo la normativa que está establecida.

Claramente el papel que cunple un club en la formación del jóven es vital. Es allí donde el futbolista tiene su primera experiencia en el mundo del deporte. Hay que cumplir horarios determinados, las profesores tiene un conocimiento amplio en la materia, cuentan con departamente médico, disputan torneos importantes dependiendo de su nivel y categoría, el pago es costoso y la necesidad de ganar cosas importantes es latente.

Ahora bien, los clubes capitalinos tiene una división en su manejo de categorías menores.

Por un lado están las categorías inferiores y por otro el fútbol base.

El primero obedece a jugadores que se enfocan en la parte profesional y están a un paso de la élite. Ellos son los que en un futuro, y cumpliendo los procesos establecidos, llegarán a la primera nómina de los equipos bogotanos. Ellos juegan Liga y torneo Difutbol.

El segundo obedece a una labor más recreativa, similar a las escuelas en cuanto a su enfoque. Allá son un poco más flexibles en cuanto al nivel de los jóvenes y la participación en torneos de la ciudad. Antonio Casale (2018) exlica dicho enfoque:

Es un primer pasa y me parece que está bien porque no todos tienen que ser jugadores profesionales, los valores que enseña el deporte para una persona menor de edad son muy importantes; solidaridad, respeto, saber perder, resiliencia. Todo eso es muy importante y lo enseña el fútbol. Quizá la mayoría no va a ser futbolista

66 profesional pero si usted logra educarse en el trabajo en equipo pues eso quedará muy bien para su vida.

Ahora bien, la principal crítica en este sentido está en que muchas veces no se le brinda la atención necesaria tanto al fútbol base como a las divisiones menores. Unos porque no son tenidos en cuenta para su ascenso a las inferiores y los otros porque no son tenidos en cuenta para llegar al primer equipo. En el proceso se van quedando jugadores por falta de opotunidades y todo se va convirtiendo en un circulo vicioso.

3.4 Selección Bogotá

La Selección es el último paso a tener en cuenta. Se supone que ellos son quienes deberían ser los abanderados del fútbol bogotano pero hace rato que no es así. Hoy es una nómina compuesta en su mayoría por jóvenes de otras partes del país y la identidad bogotana con el paso de los años se ha ido perdiendo.

Ahora bien, la elección de dicha nómina es decisión única y exclusiva de la Liga de Bogotá.

Ellos tienen veedores en los torneos y van seleccionando jóvenes (de clubes afiliados a La

Liga) que tienen potencial para integrar la Selección. El paso siguiente son los microciclos que realiza el cuerpo técnico con el fin de ir filtrando al grupo y asi potenciar a la nómina ya existente. Por último, los jugadores que logran mantenerse se unen al primer equipo, por decirlo así, y son los que terminan representando a la ciudad en el torneo Difutbol.

Dicho equipo tiene el apoyo del IDRD en cuanto a tres temas vitales: “El préstamo de un escenario, el pago del entrenador y apoyo económico para viajes” (Gutiérez, 2018). En lo demás es La Liga la que se encarga del tema logístico y deportivo de la Selección Bogotá.

En cuanto a la importancia de la Selección, la mayor crítica está en el talento y la visibilidad. Es decir, antes la Selección Bogotá era lo máximo a lo que podía aspirar un

67 jugador amateur y con ello se le abría el camino a la profesionalización. Nicolás Samper

(2018) habla sobre aquella importancia de antaño:

Antes era mucho más factible que un jugador que pasara por Selección Bogotá pudiera llegar al profesionalismo, era casi que una bendición el estar allí. Hoy no se tiene muy presente por la globalización del fútbol, antes se podía tener más presente porque no nos llegaba información de otros lados. No podíamos ver la Champions entonces decíamos “Vamos a ver torneos aficionados”. Eso nos ha hecho quitar la mirada a un fútbol que no debe ser visto con malos ojos.

En cuanto al talento, la última gran Selección Bogotá fue la de Falcao, Robayo, Motta y

Abel Aguilar; en adelante pasaron jugadores como Camilo Vargas o Kevin Salazar que si bien tenían un gran nivel, no estaban acompañados de un equipo con iguales condiciones.

Guillermo Ruíz (2018) pone en evidencia dicha intrascendencia

Si te pones a ver, Bogotá fue campeón nacional juvenil ocasionalmente, no como Valle. Valle fue campeón cuatro años seguidos o Antioquia, y se peleaban campeonatos entre ellos. Bogotá entra de vez en cuando a finales, ganaba algún torneo o quedaba en buena posición pero no era consistente.

El tema de la visibilidad da muestras del distanciamiento entre la Selección y los clubes. No hay un hilo conductor que una ambos bandos y así poder proyectar a los jugadores al fútbol profesional. Guillermo Arango (2018) es enfático en ello:

Hoy por hoy, uno no sabe cual es el destino de la Selección Bogotá, es muy difícil porque es un torneo aparte que no tiene la misma proyección. Hoy eso pasa a un tercer plano pero ya es trabajo de cada equipo poder excavar y mirar qué hay en cada uno de esos equipos para reclutar.

Otro aspecto a tener en cuenta es que cuando los jugadores son llamados, ya muchos están unidos a clubes de manera profesional entonces les toca quedarse on quienes estaban un escalón abajo. Los suplentes, por decirlo así, son los que terminan representando a la capital.

68 En líneas generales existen muchos problemas alrededor de la Selección Bogotá y es deber desde las instituciones, jugadores y equipos, el unir todo para que a futuro hayan jugadores bogotanos curtidos en el alto rendimiento y que puedan destacar a nivel nacional, tal y como lo hacen en Antioquia, Atlántico y Valle.

69 4 EL PROFESIONALISMO: LLEGAR Y MANTENERSE

“En muchas partes del mundo, un chico es alguien que tiene una pelota en el pie. O alguien que se sueña con una pelota en el pie para siempre. Sin embargo, desde hace rato, ese sueño no es un sueño suelto, sino que funciona dentro de las instituciones, demanda atenciones muy específicas y es parte de la larga cadena de producción de un sistema llamado fútbol.

El cuidado de ese sueño no es menor ni es para cualquiera. Ocurre que la humanidad se mueve y se transforma. Pero de todos los sueños posibles, ése, ser futbolista, continúa siendo nada menos que el sueño del pibe." (Perfumo y Morales, 2006, p. 245)

El sueño de debutar en primera división es lo máximo para un joven, ganarse la vida mediante el juego y haciendo lo que más se ama es un privilegio de pocos. Pero como todo sueño, hay que perseverar enormemente dado que el camino es largo y lleno de dificultades. Muchos son los que intentan y pocos son los que lo logran. Es necesario prepararse a nivel físico y mental de la mejor manera junto a técnicos que promuevan el crecimiento a un nivel técnico-táctico y como persona. Para ello, La Liga de Bogotá cuenta con 260 equipos y 1874 entrenadores certificados (Liga de Bogotá).

Ahora bien, aunque existen 39531 futbolistas afiliados (Liga de Bogotá), ni siquiera la mitad llega a ser profesional. Muchos pensarán que es por falta de talento o “rosca” como se dice popularmente, pero no; los motivos son variados y obedecen a factores sociales, económicos o netamente personales.

Dichos problemas en inferiores son, en su mayoría, un problema directo del jugador bien sea por falta de condiciones, necesidad económica, salud o simple compromiso. Ahora bien, en dicho proceso hay cierta responsabilidad de entrenadores (Falta de experiencia a la hora de enseñar), escuelas de formación (Compromiso por el profesionalismo) y las mismas

70 instituciones que rigen el fútbol (Hobby VS Profesionalización). Además de que muchas escuelas, o semilleros como se les llama, se encargan de promover futbolistas directamente al exterior. Buscando así mercados en los que el jugador tenga más opciones para llegar a la

élite.

Si nos fijamos bien, el hecho de tener menos de diez jugadores rolos consolidados en los equipos más importantes de Colombia es un hecho alarmante; Cali cuenta con cuatro,

Camilo Vargas, Andrés Pérez, y Nicolás Roa; América tiene dos, Pedro

Franco y Cristian Dájome; Junior con dos también, Deyvi Balanta e Iván Rivas; y tanto

Medellín como Nacional no tienen un solo bogotano.

Es más, tener menos de diez jugadores capitalinos en dos plantillas de 25 es motivo de preocupación en los equipos tradicionales de Bogotá. Millonarios (seis) tiene a Andrés

Felipe Román, Macalister Silva, Jhon Duque, Nicolás Murcia, Óscar Barreto y Christian

Huérfano. Santa Fe (tres) por su lado tiene a Leyvin Balanta, Sebastián Salazar y Juan

Daniel Roa.

Por si fuera poco, es increíble ver que jugadores ascendidos de las inferiores de ambos equipos, no son rolos en su mayoría (como diría la lógica) sino que provienen de diferentes partes del país. En Santa Fe hay jugadores de Apartadó (Héctor Urrego), Rionegro (Nicolás

Gil) y Cartagena (Edwin Herrera). En Millos hay dos de Apartadó (Juan Moreno y Stiven

Vega), Valledupar (Breiner Paz), Montelíbano (Omar Bertel), Florida-Valle (Orles Aragón) y Zarzal-Valle (Juan Camilo Salazar).

Ahora bien, si tomamos como ejemplo a las instituciones más importantes del país, encontramos lo siguiente. En los equipos paisas, en la plantilla de Nacional destacan cuatro paisas, tres vallunos, cinco costeños y seis del Pacífico. Además, el verde cuenta con cuatro

71 jugadores provenientes de divisiones menores. Medellín tiene principalmente diez paisas, cuatro jugadores del Pacífico, tres vallunos, tres costeños y tres santandereanos.

En los equipos del Valle es posible ver que el América cuenta con diez jugadores del

Pacífico, tres paisas, cuatro caleños y tres costeños. Además de tener cuatro jugadores proveniente de la cantera. En el destacan cuatro jugadores costeños, cuatro rolos, ocho del Pacífico y la increíble suma de 16 futbolistas del Valle. Por si fuera poco, cuentan con 19 jugadores de la cantera, de los cuales nueve alternan entre sí en la primera nómina por la norma que puso Dimayo al inicio del 2018 en la que se autoriza la inscripción de tan solo 25 jugadores por equipo.

Por último, el equipo representante de la Costa es el Junior. El cuadro “tiburón” cuenta con cuatro paisas, dos vallunos, tres del interior y 16 costeños, además cuenta con dos juveniles.

Este barrido da cuenta de que en los equipos más importantes del país existen 28 jugadores del Pacífico, 21 paisas, 28 vallunos y 31 costeños. Números interesantes comparados con los 17 jugadores capitalinos anteriormente mencionados.

A todo lo anterior le podemos añadir el éxito de los equipos en la liga colombiana durante los últimos cincos años. Hay seis títulos para los equipos paisas (cinco de Nacional y uno de Medellín), tres para Bogotá (dos de Santa Fé y uno de Millonarios) y uno para Cali y

Tolima. Dentro de los equipos finalistas encontramos al Junior en tres oportunidades; Cali,

Medellín y Santa Fe con dos; y Tolima con uno.

Lo anterior da cuenta de que hay zonas del país que superan de gran manera a Bogotá, futbolísticamente hablando, en materia de promoción de jugadores canteranos, títulos y número de futbolistas provenientes de la misma ciudad del equipo en que juegan.

Todo ello genera la sensación de que algo no está saliendo bien con el fútbol en Bogotá, seguramente hay elementos que están fallando e imposibilitan la llegada de jóvenes a la

72 élite del Fútbol Colombiano. Es por esto que el tema permite analizar los errores en cuanto a preparación y enseñanza, los factores ajenos al juego como el estudio, las deficiencias de los clubes, entre otros.

4.1 Divisiones inferiores

El proceso de divisiones menores es un tema de vital importancia en el fútbol actual, es la etapa en la que el niño empieza a conocer y adentrarse en el mundo futbolístico. Tal es el nivel de importancia, que la FIFA, en su página web, trata el tema basado en tres aspectos fundamentales: La filosofía, la pedagogía y el entrenador infantil. A esto lo llama

Grassroots. Con esto, buscan que el fútbol llegue a todas las partes del mundo con el fin de traer nuevos adeptos sin importar la edad, el sexo, su condición física, color de piel o religión. En pocas palabras fomenta la inclusión desde edades tempranas. En cuanto a la pedagogía, el máximo ente del fútbol hace un paralelo en el que busca profesionales que no solo sean entrenadores sino también educadores. Con ello, la FIFA pretende que el joven crezca como deportista y como persona, dejando de lado el resultadismo para enfocarse en la transmisión de valores a través del deporte. “El fútbol puede ser una herramienta maravillosa para transmitir valores como el respeto, la solidaridad, la ayuda al prójimo, el compartir, etc.” (FIFA). Y por último, en cuanto al proceso pedagógico, la FIFA recalca la importancia de conocer muy bien a cada niño, dado que no todos se desarrollan de igual manera, basándose en aspectos físicos, psicológicos y fisiológicos.

Quizá una de los mayores ejemplos de éxito a nivel fútbol base es el F.C. Barcelona y su cantera llamada La Masía. Allí se fomentan los valores que promueve el conjunto catalán junto a un estilo de juego trabajado desde los más chicos hasta el plantel profesional, en las ramas masculina y femenina. Con ello, logran que el jugador desde una edad temprana se

73 identifique no solo con el deporte sino con el club. “Ellos son, por tanto, el futuro del

Barça. Pero para llegar a conseguirlo deben recorrer antes un camino donde todos aprenderán a hablar el mismo lenguaje. Una filosofía de juego donde el balón será su gran compañero de viaje. El gran tesoro. Aprenderán a amarlo y a respetarlo y, sobre todo, aprenderán a disfrutar jugando. Esta es la clave. El hecho diferencial. La posesión del balón es la fuerza de los equipos azulgrana y hacerlo rodar es el homenaje más grande que pueden hacer al fútbol.” (FC Barcelona). Además de lo ya mencionado, el club se encarga de capacitar nuevos técnicos bajo el estilo del juego Barça y brinda cursos, de nutrición y alimentación, a los padres de los jugadores para influir mucho más en el crecimiento del niño.

Tal es su éxito que han internacionalizado dicha filosofía empezando a ubicar escuelas alrededor del mundo. Una de ellas en Colombia con sedes en Bogotá, Medellín y Cali. Su objetivo es brindar los conceptos futbolísticos básicos de su filosofía e inculcarles los valores del club a jóvenes entre los 3 y 18 años. Además de brindarles la posibilidad de jugar torneos a nivel nacional e internacional.

Además de ella, existen otras academias de equipos europeos en Bogotá como la Juventus

Academy y la Fundación Revel del Real Madrid. También escuelas de equipos sudamericanos como River (antes llamada Fortaleza) y Newells. En cuanto a los norteamericanos están Los Ángeles Galaxy.

Ahora bien, Santa Fe y Millonarios son las canteras más apetecidas por lo jóvenes que buscan llegar al profesionalismo en la capital. Equidad y Fortaleza tienen una menor envergadura pero aún así demuestran un proceso serio enfocado en la preparación de futbolistas y en su posterior promoción a la primera división.

74 Los equipos bogotanos empezaron a entender que la promoción de jugadores a la primera categoría los beneficia no solo a nivel deportivo sino también económico e institucional.

César Augusto Londoño (2018) recalca dicha iniciativa tomando como ejemplo el labor de

Atlético Nacional:

Hay una conciencia en la que la única salvación del fútbol, a nivel nacional, es la promoción de jugadores. Los equipos que no vendan jugadores, no pueden subsistir. No es suficiente con la publicidad y con la taquilla, entonces hay que vender. Mire el caso de Nacional, es el equipo más costoso del fútbol colombiano, su presupuesto está por encima de los 30 millones de dólares al año y si no vende jugadores, esa plata jamás la reincorpora. Nacional ha vendido cerca de 30 jugadores en los últimos 10 años. Es la única razón para la subsistencia.

Es más, si un club como Millonarios o Santa Fe promociona por lo menos un jugador de gran nivel subido de divisiones inferiores, asegura una suma de dinero importante. “Lo que pasó con Harold Santiago Mosquera en Millonarios. Salió, jugó año y medio, se fue y trajo cuatro millones de dólares que sirven al club para subsistir, seguir trabajando” (Samper,

2018).

Ahora bien todo esto necesita de un proyecto seguro, responsable y ante todo viable para que de frutos. De nada sirve sacar un montón de jugadores que con los años estarán en clubes de la B o equipos modestos de la primera división. Es necesario que desde las divisiones menores se les haga un trabajo físico, táctico y ante todo mental. Guillermo Ruíz

(2018) tiene una visión particular de ello:

De Millonarios y Santa Fe, si los proyectos son serios, sólidos, que los haga quien sepa del tema, funcionan. Uno con un buen cuerpo técnico, contenido curricular, seguimiento de jugadores, la parte psicológica, técnica-táctica, todo eso se suma y te saca un jugador. De 25 en un grupo, la mitad son profesionales y la inversión se paga con creces. Venderlo por 5 millones de dólares y el trabajo no valió eso.

El seguimiento es vital para que de aquí a mañana, los clubes bogotanos tengan una materia prima importante. Lo ideal es que las divisiones menores empiecen a ser vistas como un

75 recurso más para reforzar una nómina, que no sea utilicen solo por necesidad sino porque de verdad le pueden ofrecer soluciones a un plantel profesional. Los jugadores de la cantera son quienes pueden brindar esa cuota de orgullo, entrega y sentido de pertenencia por los equipos capitalinos.

Hay que hacer un trabajo de base mucho más sólido y consistente que el que se está haciendo hoy. No es ponerlos a competir, simplemente. No. Hay que hacer un trabajo como lo hacen en Alemania, de arriba; Como lo hacen de Holanda, de arriba; Como lo están empezando a hacer en Inglaterra, de la cabeza. Porque esos jugadores convencidos de que van a llegar y con las condiciones que tienen, lo hacen. Pero si usted tiene un montón de bogotanos talentosos sin espíritu y sin ganas, se va a morir con ellos. (Ruíz, 2018)

4.1.1 Santa Fe

El rojo capitalino toda la vida se destacó por ser el club de Bogotá que más se fijó en sus divisiones menores. De su gran trabajo han salido nombres como Alfonso Cañón, Ernesto

Díaz, Freddy Rincón, “El Tren” Valencia y Camilo Vargas. Todos con una gran proyección a nivel nacional e incluso internacional, ademas de destacados pasos por Selección

Colombia.

Juan Daniel Roa (2018), unos de los líderes del club y salido de divisiones menores, enaltece en ese sentido el apoyo de la institución en su carrera. Y con su llamado a

Selección, él es la prueba de que sien Santa Fe se hacen las cosas bien, habrá talento para rato.

Llegué a Santa Fe porque se me dio la oportunidad. Me dijeron que fuera, probara porque depronto allá me iba a ir bien. Tuve disciplina, la fe y esperanza de que se me iba a dar este gran sueño y tuve la oportunidad de jugar fútbol profesional después de haber estado medio año en las divisiones menores. Le debo todo a Santa Fe.

76 En sus inicios, la cantera del club fue manejada por Jorge “El Gringo” Peñaranda desde

1945 a 1955. Después, debido a problemas económicos, se hizo cargo de una filial santafereña llamada Monaguillos. De a poco, “El Gringo” fue formando lo que hoy llaman semilleros buscando “Preparar bien, no solo física y técnicamente a los futbolistas que nutrirìan las siguientes generaciones de jugadores de Millonarios y Santa Fe, sino a gente de bien, a personas con valores, dedicadas al estudio y a progresar a través del deporte”

(Álvarez, 2014).

De aquel trabajo surgieron nombre históricos para el fútbol bogotano como Jaime Silva,

Norberto “Gallito” Hernández, Hernando “Mono” Silva y Hernando “Tigre” Moyano.

Todos marcando historia en el cuadro cardenal y en la Selección. Aquel trabajo de

Peñaranda fue fructífero porque tuvo total confianza en los jóvenes que dirigió y así lo plasmo en el libro Yo construí El Dorado “Los jóvenes nuestros tienen una extraordinaria facilidad para aprender, inteligencia para captar las enseñanzas; el muchacho nuestro asimila cualquier enseñanza en cuestión de momentos” (Álvarez, 2014).

Obviamente hubo problemas por aquella época, curiosamente bastante parecidos a los de hoy en día, y “El Gringo” en medio de su experiencia planteó soluciones que hoy serían perfectamente aplicables en los equipos de Bogotá:

Ciertos clubes creen cumplida su labor deportiva, organizando de cualquier manera un cuadro de figuras, sin desarrollar ninguna labor constructiva, en pro del criollismo, de nuestra juventud. Valdría la pena preguntarse cuáles de nuestros pomposamente llamados ‘clubes’ merecen tal denominación, o si más bien no es una reunión de 15, 16 o 18 profesionales, de fama, a veces discutible, produciéndoles dinero a unos cuantos mal llamados aficionados al progreso deportivo de Colombia[…]No obstante, yo opino que nuestra juventud, biológicamente está mal. Atribuyo estas deficiencias alimenticias al bajo estándar de vida, falta de estaciones. Sería interesante ver el progreso de nuestras categorías infantiles que se pudieran concentrar en una colonia de vacaciones, bien alimentados, mejorando sus reglas de higiene y con un favorable cambio de clima.

77 Más adelante, la herencia de Peñaranda siguió dando alegrías a la familia santafereña.

Fueron saliendo jugadores de gran nivel tanto bogotanos como foráneos y los éxitos iban viento en popa. Con el bache futbolístico que inició en 1975, Santa Fe no dejó de promocionar jugadores importantes y se mantuvo a flote a punta de los pelaos’.

Hoy en día, el ex-jugador Gerardo Bedoya es quien maneja las divisiones menores del club y asegura que se viene llevando un trabajo importante en la institución. El paisa es enfático en que a los profesores les pide resultados a nivel deportivo y personal. “Exijo, lógicamente queriendo resultados, ante todo proyección y formación que le podemos dar a los jóvenes.

Jugadores de carácter que sientan el fútbol y ya después con la pelota hacer todos nuestros trabajos para pensar que día a día van a mejorar” (Bedoya, 2018).

El buen trabajo se ha puesto en evidencia y como él dice, en el torneo Sub-20 lideran su zona con total tranquilidad. Le llevan diez puntos al segundo que es Patriotas y 14 a

Millonarios. Sin duda el trabajo está dando de qué hablar.

Aún así, Bedoya ve una gran falla y es que desde la dirigencia no se le está dando la suficiente atención a las divisiones menores y ello sin duda trunca la posibilidad de dar resultados perceptibles en primera división. El trabajo en cuanto a la mentalidad lo han cumplido dado que les meten en la cabeza que “El jugador debe también darse cuenta de que debe mejorar para tratar de pelear posiciones a los profesionales que ya han llegado y tratar de irlos superando para poder tener oportunidad” (Bedoya, 2018). Pero si los jóvenes ven que aún así nada pasa con su futuro pues terminan desistiendo.

La directiva tiene la intención de potenciar las divisiones menores pero a ojos de Bedoya existen políticas erradas y eso a un club le cuesta bastante. “Es muy difícil cuando acá no le creen a ellos o tienen otra política o negocio. Santa Fe ha demostrado que tiene jugadores

78 para subir pero si no es la principal política, muchos de los jugadores se van a perder”

(Bedoya, 2018).

Obviamente, el ex-jugador es consciente de que un club grande como Santa Fe debe reforzarse para pelear cosas importante a nivel nacional e internacional, pero también propone que la directiva y el entrenador de turno vea los buenos resultados que da la nómina Sub-20 por ejemplo.

El punto es que nos apoyen desde arriba y crean que sí hay para pelear porque en realidad hay. Por ejemplo, Nicolás Gil que salió de divisiones menores y Edwin Herrera que tuvo un gran partido contra Millonarios, ahora son tapados por otra gente que llega y no tienen esa continuidad pero ellos han demostrado, cuando han jugado, que en divisiones menores sí hay potencial y sí se puede pensar en que hay jugadores que puedan reemplazar a los profesionales. (Bedoya, 2018)

A fin de cuentas, el trabajo hecho por el paisa durante estos tres años ha sido bastante interesante y de su mano han salido muy buenos jugadores. Ahora solo queda esperar para que sus pedidos sean escuchados por la nueva dirigencia encabezada por Andrés Carreño.

4.1.2 Millonarios

El cuadro albiazul ha tenido odios y amoríos con las divisiones menores. A lo largo de su historia, hubo momentos en los que el club no volteaba ni a mirar a los juveniles dadas las necesidades por buscar nombres importantes, estrellas de talla nacional e internacional.

Otras épocas, no tan agradables, terminaron mostrando la gran cantera que tiene

Millonarios y ante la necesidad dieron soluciones rápidas y en cierto sentido eficientes.

Hoy, la junta directiva liderada por el presidente Camacho está buscando rescatar a las divisiones menores del olvido. Se están empezando a crear iniciativas en las que prime el ascenso de juveniles a la primera plantilla a partir de un trabajo serio y organizado.

79 Históricamente Millonarios fue un club de comprar y comprar, no en vano tiene su tan representativo nombre. Desde la época de El Dorado se instauró la política de los grandes jugadores, la institución se acostumbró a los títulos y por ello no había cabida para el proceso que exige un buen trabajo de divisiones menores.

Con el tiempo, el dinero fue cada vez más escaso y era necesario echar mano a la cantera.

Allí apareció Jaime “El Loco” Arroyave como el encargado de surtir al primer equipo con los mejores talentos a nivel nacional. De su trabajo salieron jugadores exquisitos del nivel de Willington Ortíz, Marino Klinger, Alejandro Brand, Jaime Morón y Senén Mosquera.

Jugadores de calidad extraordinaria que hicieron historia en Millonarios.

Más adelante surgieron talentos bogotanos que salieron a relucir ante las dificultades económicas del equipo, lastimosamente su aparición se dio por necesidad más que por meritocracia. El más claro ejemplo de ello fue el tan recordado “Kínder de Cortés”, equipo que en el 2004 tuvo que recurrir a las divisiones menores, casi a cabalidad, por los desastres económicos y las pésimas campañas administrativas.

Ahora bien, hoy día hay una conciencia respecto a las divisiones menores y Antonio Casale

(2018) narra un poco sobre la orden de la dirigencia en cuanto a las divisiones menores en

Millonarios:

Es una orden de Millonarios al entrenador de turno que por año se promuevan un mínimo de cuatro jugadores y que tengan un mínimo de 10 o 20 partidos profesionales entre Liga y Copa. El DT que llegue sabe que debe someterse y jugar con eso. Además de gestionarlo.Eso empezó con la llegada de Amber y cuando el Chamo Serna dio los primeros resultados, coincide con la llegada de Israel y final de Lunari.

La dirigencia entendió que a partir del fútbol base se pueden conseguir éxitos a nivel deportivo y económico, y lo está apoyando en su totalidad. Hoy se ven los resultados de

80 dicho proceso con los títulos de Liga y Superliga, torneos en los que hubo un muy buen aporte de canteranos, especialmente con Harold Santiago Mosquera y Christian Huérfano.

Mucho de aquel trabajo se debe a la organización y el modelo de Jorge “Chamo” Serna, un especialista en temas de divisiones menores que por tres años estuvo en el club y ahora trabaja directamente con la Federación Colombiana de Fútbol. Con su trabajo, se formaron las bases que hoy día tiene Millonarios.

Cuando yo llegué, Millonarios tenía una conciencia en la que el proceso en el fútbol base era muy importante. Estructuramos unos programas deportivos que recibieron el 100% de respaldo de toda la junta directiva, a la cabeza del doctor Camacho y los diferentes accionistas. Se montaron tres proyectos que fueron supremamente importantes y que para mí tuvieron indicadores de logros que se pueden evidenciar hoy día. (Serna, 2018)

Los tres trabajos principales son las Reservas Estratégicas, las Academias y el Fútbol Calle.

Las Reservas Estratégicas fueron las encargadas de dar resultados a-priori, evidenciados en el título del 2017 y la Superliga del 2018. Como dice Serna (2018) “Empezamos a jugar con chicos entre 19-21 años. Primero buscando esos jugadores que tenían el sueño y la ilusión de llegar al fútbol profesional. Después, le dimos la posibilidad a algunos jugadores que estaban dentro de la estructura del club pero que ya se iban a retirar”. De allí salieron jugadores como Andrés Felipe Román y Ómar Bertel que eran parte ya de divisiones menores pero que estaban cumpliendo su ciclo, y se vinculó Christian Huérfano.

Precisamente el caso Christian Huérfano es para tener en cuenta dado que el jugador pasó por canteras de diferentes equipos en Colombia sin éxito, partió a la Argentina donde tampoco pudo y en su regreso Millonarios le abrió las puertas gracias al programa del

“Chamo”.

Volví y fue como mi última oportunidad, entonces lo que me ofrecieron fue un equipo grande en el que cualquiera quiere estar. Un equipo de nombre, grande y con historia, entonces me ofrecieron unas buenas bases, buenos entrenadores. Al saber

81 uno que es un equipo grande pues se supone que tiene muy buenos formadores, y eso fue lo que me llamó la atención. Al final me brindaron la oportunidad de llegar al equipo profesional y hoy en día ser el jugador que soy. (Huérfano, 2018)

El proyecto de Reservas Estratégicos permitió también recorrer todo el país en búsqueda de talento para el club en el cual “Se tuvo microciclos en Bogotá y una participación internacional como el Mundial sub-15 en Bolivia” (Serna, 2018). De allí salieron jugadores rumbo a categorías inferiores en Selección Colombia.

Las Academias cumplen un rol formativo en aquellos padres que quieren introducir a los chicos en el mundo del fútbol pero a nivel hobby o pasatiempo, no como una opción de vida. Así lo ve Antonio Casale (2018):

La Academia es un negocio y es cuando usted puede llevar a su hijo a jugar el sábado en Millonarios, que usted esté estudio pero también quiere que estudie y que el fútbol sea un primer paso, después si se le ve talento pasa a divisiones menores.

Por último, la iniciativa del Fútbol Calle se basó en la búsqueda del talento bogotano a lo largo y ancho de la ciudad. Se buscó llegar a zonas de bajos recursos, principalmente, y explorar el talento para llevarlo a las divisiones menores. Algo así como un scouting a la capitalina. “Un programa que fue agresivo por todas las zonas de Bogotá, haciéndose principalmente en el Tunal, en Suba y Fontibón” (Serna, 2018).

Otros de los aspectos importantes fue el convenio deportivo realizado con Valledupar, equipo de la segunda división. Con ello, Millonarios formó un lazo vitala para el futuro de los jóvenes talentos de la cantera azul. “El proyecto que se hizo con Valledupar creo yo que fue importantísimo porque le permitió al jugador tener sus vivencias en esas últimas etapas y seguir pensando en que Bogotá tiene jugadores” (Serna, 2018). Allá destacaron jugadores como Stiven Vega y se mantienen David Zamora, Andrés Llinás, Kevin Salazar, Juan

García, Brayan Blandón y Jorge Rengifo.

82 Antonio Casale (2018) ve el convenio como una magnífica medida de la junta directiva:

Es una maravilla porque les da roce profesional, viajar, jugar en diferentes pisos térmicos, ya es fútbol profesional con muchos jugadores de la A. La B en Colombia uno quisiera que fuera mejor, hoy está pasando un limbo terrible pero es la forma en que los jugadores tengan minutos y así cuando lleguen al primer equipo pues ya vienen con la idea de fútbol profesional en la cabeza.

Ahora bien, no todo es color de rosa. Hay cosas aún por mejorar como el hecho de recurrir a jugadores ya formados con 15-16 años en vez de tomarse el trabajo de criarlos desde los

10 e inculcarles el sentido de pertenencia por la institución. Jugadores que en el mañana marquen la pauta en el respeto por el club y sus colores. Otro aspecto es que el trabajo del

“Chamo” Serna no quede en el olvido con su salida, que a pesar de cambiar las formas, se mantenga el objetivo final. Todo ello es un trabajo que se verá a futuro y que ojalá, por el bien del fútbol capitalino sea excelente. Es un trabajo de todos, “Está el compromiso y la responsabilidad de los directivos, de la junta y el comité para que ese proyecto de fútbol base se consolide. Y creo que al darle continuidad lo estarán disfrutando” (Serna, 2018).

4.1.3 Demás equipos

El trabajo en clubes como Equidad y Fortaleza se puede ver en gran medida debido a que son instituciones en las que no se les exige títulos sino logros medianos como la permanencia o la entrada a fases decsivas en Liga. Con ello, los clubes tiene el aval de poder realizar procesos mucho más completos con divisiones menores en función de nutrir la plantilla con talento propio sin tener la necesidad de invertir en jugadores.

Guillermo Arango (2018) cree que el trabajo en aquellas instituciones ha venido haciéndose de manera correcta:

Yo siento que se ha mejorado, por ejemplo lo logrado por La Equidad es muy interesante. Es un equipo que básicamente surgió del Olaya, con una muy buena sede, el desarrollo de fútbol base se ve reflejado. Lo hecho por Academia también

83 fue importante en su momento, allá estuvo Álvarez Balante y Oswal Álvarez. (Arango, 2018)

El talento salió a relucir y salieron jugadores de condiciones sumamente interesantes para el fútbol bogotano como Stalin Motta (Chía F.C.), Julián Guillermo (Academia), Carlos

Carbonero (Academia), Kevin Salazar (Fortaleza), Cristian Dájome (Bogotá F.C.), Juan

David Jiménez (Fortaleza) y Diego Novoa (Equidad).

Precisamente, Diego Novoa (2018) hace especial énfasis en la labor de Equidad en su formación:

Primero me formaron como ser humano y luego como jugador de fútbol. En medio de esa formación, lo que más quisieron poner en mi vida fue ambición y disciplina. Eso es lo que hoy en día marca la diferencia entre un jugador profesional y uno que tal vez se quedó en el camino.

Por otro lado, Juan David Jiménez (2018) habla un poco sobre la importancia que Fortaleza brinda a sus divisiones menores:

El modelo deportivo de Fortaleza es muy diferente al de los otros clubes profesionales en Bogotá, puesto que ellos le apuestan a la cantera y sacar jugadores, a diferencia de Sant Fe, Millos y Equidad que ya buscan jugadores maduros para el equipo profesional, por lo que ya tienen que responder con resultados. La diferencia de Fortaleza con respecto a los otros equipos es esa, que se la juega por los jugadores jóvenes, de la cantera y ese es un plus donde el jugador joven puede escoger o irse por ese club por encima de los otros.

4.2 Características del futbolista bogotano

Una vez analizado el modus operandi de las instituciones bogotanas más importantes, es pertinente adentrarse en las principales virtudes y los defectos más recurrentes del futbolista capitalino. Con ello se puede partir de una base en la que se clarifique el factor diferencial del bogotano como futbolista y los aspectos a mejorar a nivel físico, técnico y táctico.

84 4.2.1 Virtudes

Entre las principales virtudes que tiene el jugador bogotano está la condición técnica, el control de balón, la inteligencia y la facilidad para jugar en espacio reducido. Esos factores son muy comunes en jugadores de la capital y ello obedece bastante al tema del biotipo del futbolista. En el interior, los futbolistas suelen ser pequeños y de contextura maciza por lo que el dominio del balón es un factor diferencial respecto a las demás zonas del país.

Para el “Chamo” Serna (2018), la calidad técnica del rolo es su principal característica:

El jugador bogotano es un jugador con mucha técnica, muy buena interpretación de juego, muy inteligente y son los complementos para las características de otros jugadores de otras partes del país. Tenemos claro que el desarrollo del jugador bogotano se puede ir dando a medida de que también hayan o se tengan procesos más serios con un enfoque importantísimo de desarrollo y crecimiento, y en una etapa más adelante llevarlos al alto rendimiento.

Dicha técnica en cierta medida se ve fortalecida con la continua práctica del micro en la capital. Esta variación del fútbol es clave en la formación de un jugador dado que imprime virtudes en “espacio reducido, capacidad física y mayor reacción” (Casale, 2018). Es más, curiosamente el micro aparece como una alternativa dados los pocos sitios aptos en Bogotá para el desarrollo del fútbol y termina siendo un gran aliado del futbolista capitalino.

Además, Christian Huérfano (2018) encuentra otras ventajas que otorga el fútbol de calle en el bogotano, “Algunos que venimos de los barrios del sur nos gusta mucho gambetear, jugar corto, tirar algo de lujo, tratar de ser rápido es importante. Algunos somos picantes, queremos deslumbrar, mostrarnos”.

Los mejores ejemplos bogotanos de aquella gran capacidad técnica y visión de juego son

Ernesto Díaz, Andrés Chitiva, Macalister Silva y claramente Jhon Mario Ramírez.

Otra gran característica del futbolista capitalino es el temperamento y la entrega que muestran en cada partido. Su anatomía maciza les permite batallar a nivel físico con una

85 gran capacidad aeróbica dadas las condiciones climáticas en las que se desarrolla, la altura y el frío forjan su capacidad pulmonar. Casale (2018) lo describe como un jugador “de marca, volante de destrucción, fuerte, acostumbrado a jugar contra la adversidad, buen defensa. Mentalmente decide bien y soluciona rápido”. Todo eso los convierte en líderes dentro y fuera del terreno de juego.

Los mejores ejemplos de ello son Andrés Pérez, Rafael Robayo, Juan Daniel Roa, Abel

Aguilar y Fabián Vargas.

Otro aspecto que lo caracteriza es el tema de la inteligencia de juego. Al ser una persona con una buena formación académica y personal, es capaz de solucionar situaciones de juego con gran rapidez y eficacia. Lo cual le permite elegir de la mejor manera, aspecto vital en un futbolista. El periodista Antonio Cortés (2018) considera ese factor algo diferencial dadas las condiciones difíciles que se ven en otra regiones del país, “deberían estar por encima de jugadores de otras regiones que depronto no tienen esa cuna de la educación.

Vemos que el jugador bogotano es educado, siempre está en colegio o escuela, y esa capacidad no la tienen en otras regiones”.

Los mismos jugadores son conscientes de ese factor positivo que les brinda la capital. Juan

David Jiménez (2018) agrega:

Eso hace que uno enfrente retos con mucha más tranquilidad. Que a la hora de salir del país tenga esa facilidad para adaptarse a las nuevas situaciones y al ambiente en donde esté. Las cuestiones del idioma y eso, por la misma formación académica creo que es un plus con respecto a los demás.

Y Diego Novoa (2018) complementa:

Tiene una capacidad intelectual distinta, una formación académica mucho más avanzada. Es un jugador técnico, muy inteligente y que asimila cualquier estilo de juego lo más rápido posible[…] Hoy en día, el jugador bogotano demuestra que se adapta a cualquier fútbol o a cualquier región del país e incluso del mundo, porque donde van triunfan.

86

Basado en todo lo anterior, Guillermo Arango (2018) hace una interesante descripción del futbolista bogotano a partir de sus exponentes más representativos:

El jugador bogotano es muy técnico, no es de portento físico o estatura grande. Su posición obedece más a lo que fue en su momento Jhon Mario Ramírez, un tipo muy técnico, de espacio reducido, con buen pase a profundidad. De remate de larga distancia como don Alfonso Cañón pero no es usual ver a un Roa, mucho más físico, con mayor capacidad pulmonar. Además del temperamento, son jugadores recios como Andrés Pérez y que hablan bastante, les gusta ser líder. Esas son las características en cuanto a los referentes más recientes.

Aquellas características ponen en evidencia un concepto de favorabilidad del jugador bogotano y dan muestra de que cuenta con las condiciones necesarias para triunfar tanto a nivel de categorías menores como en la élite de la primera división.

4.2.2 Mentalidad

La mentalidad es quizá el mayor defecto del futbolista bogotano y tanto periodistas como formadores e incluso los mismos jugadores son conscientes de ello. La parte mental le impide a los bogotanos llegar a figurar en el rentado nacional porque no se convencen de que cuentan con las capacidades futbolísticas necesarias para brillar.

Muchas veces, esa vida donde todo lo tienen a la mano les termina jugando en contra.

Como ven al fútbol como una profesión más, terminan muchas veces desistiendo del sueño profesional porque consideran que hay más oportunidades de vida o que por sus características no tendrán nunca la posibilidad de debutar en primera división. Christian

Huérfano (2018) da un claro ejemplo de dicha situación, “nos conformamos mucho, vemos jugadores de otros sectores entonces vemos que se llena esto de jugadores de otras ciudades y nos bajoneamos un poco, vemos que no estamos a ese nivel”.

Todo es cuestión de arriba, la mentalidad en esos momentos ha de ser fortísima y

87 Guillermo Ruíz (2018) analiza dicha situación desde la parte psicológica:

En la parte psicológica no hay ese convencimiento que él necesita para seguir en la lucha, entonces va entrena y si no hay respaldo, saca el fuste o entrena a medias o va por la platica del mes, pero no hay un trabajo psicológico en el que se convenza de que es capaz, que puede hacerlo. Es una situación psicológica porque condiciones tienen, yo he visto jugadores acá en Bogotá asombrosos.

Otra aspecto que deriva de la mentalidad es que muchos talentos se pierden precisamente por esa falta de espíritu. En el fútbol de hoy no solo basta con ser bueno, los técnicos le exigen al jugador una serie de fortalezas a nivel mental y el que no está listo pues sencillamente se cae. Bien lo dice Jhon Guerrero (2018) “El ser bueno ahora no te va a asegurar el triunfo”.

Juan Daniel Roa (2018) apoya dicha perspectiva:

Algunos son perezosos o sencillamente se dejan caer por cualquier cosa y dejan de cumplir ese sueño sabiendo que es algo de todos los días. El hecho de jugar fútbol no representa que sea jugar uno o dos partidos, no, esto es de todos los días y trabajar.

Las ventajas que brinda una ciudad enorme como Bogotá hay que saber aprovecharlas. Es necesario que el jugador bogotano se concientice de que el fútbol es una profesión y como tal exige dedicación, preparación y mucha entrega. Y eso no solo se demuestra dentro del terreno de juego sino en la vida en general. Deben dejar la comodidad de la gran ciudad a un lado y aprender a luchar porque en divisiones menores nada es sencillo. “El talento está, hace falta que se lo crean, lo trabajen y no renuncien porque nada en la vida es fácil. Es como nuestra profesión, debemos estar constantemente trabajando, dedicándole tiempo porque si no lo hacemos pues eso se irá” (Guerrero, 2018).

Ahora bien, dicho problema se soluciona desde las bases, trabajando con los jugadores desde chiquitos para enfocarlos en el camino profesional, tal como lo hacen en Argentino o

88 países europeos. Allí radica el error según Guillermo Ruíz, “El jugador bogotano tiene esa condición muy especial. Hay que trabajarlo psicológicamente pero no tenemos los suficientes profesionales para que trabajen en ello. Y ese sí es un problema jodido”.

El “Chamo” Serna (2018) ve dicho trabajo mental más enfocado a los formadores que a psicólogos y otro tipo de profesionales que no todas las escuelas pueden tener, “Nosotros como formadores debemos tener claro que los sueños e ilusiones de estos niños están en nuestras manos, si no les vendemos la idea de que pueden llegar lejos pues la mentalidad de ellos también va a ser pobre”.

Gerardo Bedoya (2018) en Santa Fe coincide que los profesores son los encargados de encarrilar al bogotano en el camino profesional. Que no se quede todo en el conformismo sino que vayan más allá y se vean a futuro en la institución que sueñan. Una vez se logra eso, los resultados son alentadores. “Yo quedo muy contento y vivo contento con el jugador de acá cuando realmente se compromete a buscar ese sueño y a tener esa pasión. Con su talento, uno realmente ve grandes jugadores y personas que pueden llegar a ser profesionales. Igual me parece que a veces hay un cierto conformismo”.

Por otro lado, hay quienes consideran que la parte mental no es un problema a tener en cuenta. Nicolás Samper (2018) opina que la forma de ser del bogotano sencillamente es así,

“en su esencia es callado, cerrado, desconfiado” y en nada tiene que ver eso con su desempeño futbolístico. A fin de cuentas ha habido y seguramente habrán más jugadores capitalinos en el fútbol colombiano. Samper simplemente lo ve de la siguiente manera:

Yo creo que eso tiene más que ver con que usted tiene más chances y si ve que todo ese andamio militar que debe superar, lo supera más fácil yendo a trabajar en algún lado pues se va para allá. Uno tampoco es bobo. No sé si sea poca capacidad de lucha, yo no lo veo así, sino más como la posibilidad de ser recursivo ante la catástrofe de no poder hacer lo que a uno le gusta.

89 A fin de cuentas, es una realidad que el jugador bogotano no sobresale y las respuestas al porqué de dicha situación en su mayoría están encaminadas a la parte mental. Sin duda es algo que se puede trabajar y corregir con el tiempo. Los clubes deben influir desde la base y claramente los bogotanos deben creérsela, es un trabajo de ambas partes.

Bien lo dijo Diego Novoa (2018), “Nosotros como jugadores bogotanos si nos proponemos hacer lo que queramos en la vida, lo vamos a conseguir porque tenemos las herramientas y la materia prima para hacerlo”.

4.3 ¿Por qué no logran destacar?

Los factores por los que muchos bogotanos no destacan varían en gran medida.

Principalmente son motivos relacionados a su etapa de formación lo cual no les permite llegar al profesionalismo, perdiéndose muchos talentos en el camino, o que también les genera vacíos que a nivel profesional son bastante perceptibles.

A nivel profesional, un claro ejemplo de ello es lo que sucedió con Jhon Mario Ramírez, un jugador extraordinario pero que se dejó llevar por la fama. Guillermo Ruíz (2018) lo recuerda así:

Jhon Mario Ramírez, un talentoso como poquitos pero tenía aserrín en la cabeza. Primero el trago, los amigos, la joda, el baile. Primer lo fácil y luego el compromiso. Es al revés. El jugador de fútbol debe saber que primero debe luchar, ganar en personalidad, temperamento y nivel psicológico para que la adversidad no lo mate de entrada.

A nivel de divisiones menores, la dificultad de ascender desde etapas juveniles hasta el primer equipo es un problema de gran calibre para bogotanos. Nicolás Samper (2018) muestra su punto de vista:

Para usted ser general de 3 soles (que sería debutar en primera) le tocaba superar al Brigadier General, Coronel, Teniente, Capitán, Mayor y así. Al jugador bogotano le tocaba superar primero a sus congéneres bogotanos, luego superar a los que venían

90 de afuera que eran talentosos del Pacífico y tal, luego superar a los extranjeros que eran muy verracos y luego ver si el técnico que llegaba, que era extranjero, tenía en cuenta, antes de los argentinos, de los foráneos de otras plazas y de los bogotanos, a usted. Era una pirámide muy difícil de alcanzar, por eso en Bogotá no hay tantos jugadores tan destacados, porque era una pirámide muy difícil de escalar. Muy difícil.

Al ser una competencia dura, muchos pierden la ilusión y terminan desistiendo, situación que tiene que ver mucho con la mentalidad, tema tocado anteriormente. Por otro lado,

Bogotá, al ser una ciudad grande, le ofrece a los jugadores múltiples ofertas en su futuro.

Como bien dice Guillermo Ruíz (2018) “Algunos ven el fútbol como una actividad lucrativa pero no próxima porque no ven la oportunidad de llegar, entonces se dedican a otras tareas. Ganan mucho menos pero aunque sea tienen trabajo”. En pocas palabras, si no es el fútbol pues será el estudio, el trabajo o cualuqier otra cosa. En Bogotá no te dejas morir de hambre.

Basado en todo lo anterior, los motivos por los que no destacan los bogotanos son muchos y vale la pena ahondar en muchos de ellos.

4.3.1 Tiempos de entrenamiento

Uno de los principales problemas en el proceso de profesionalización es que, hoy en día, los jóvenes bogotanos no dedican tanto tiempo al entrenamiento ni a la actividad física. Por cuestiones de estudio, trabajo u ocio, ellos deciden limitar la práctica a dos o tres días por semana. El fútbol se convierte en una actividad más para ellos. Perfumo y Morales (2006) en una charla con el ex jugador Tete Queiroz comparan dicha situación con los jugadores de antaño:

En nuestra época nosotros vivíamos el fútbol muy intensamente y ahora eso no pasa, porque los chicos tienen otros elementos para distraerse, para formarse de otras maneras. Ahora hay muchos carriles y el fútbol es uno más, antes teníamos un único carril que era el fútbol (p. 250).

91

Ello pone en evidencia que antes, sin la tecnología y demás distractores, los chicos basaban su tiempo libre en salir, jugar, trepar, correr, hacer deporte, etc. Ahora bien, en una ciudad como Bogotá se hace aún más difícil promover la actividad física dado que los elementos de distracción son variados. La TV, Netflix, Internet y los videojuegos encierran a los jóvenes cada vez más. Es más, el DT enfatiza en el libro de Bermudez

(2016) que:

“Los expertos en actividades de destreza y coordinación neuromuscular y deportes colectivos dicen que son necesarias aproximadamente 10 mil horas de vivenciación para llegar a la experticia. Con la modernización, la globalización y los cambios que ha experimentado el mundo es imposible jugar en la calle, en el campo, en la playa o en el monte como pasaba antes (p. 70).

Hoy lastimosamente la tecnología ha mermado a la actividad física.

El ex futbolista y ahora entrenador de categorias juveniles Enrique Angulo (2017) manifiesta una total preocupación por esta situación afirmando que a lo largo de sus años como formador, se ha dado cuenta que los jugadores bogotanos tienen muchos problemas a nivel motriz, de tipo fino y grueso. Como no cuentan con el tiempo necesario para hacer actividad física y mantienen una vida sedentaria, su cuerpo se va oxidando y les impide tener fluidez en sus movimientos. Por ello ha tenido que trabajar constantemente con sus grupos, apelando a ejercicios de movilidad como circuitos, juegos e incluso el baile. Es más, Angulo afirma con seguridad “La dedicación del futbolista debe ser total. Las prácticas deben ser permanentes, por lo menos 4-5 veces a la semana para jugadores de alto nivel”. Con ello se asegura que el jugador logre mantener el ritmo de competencia, perfeccione movimientos a nivel motriz y entienda cada vez más del juego. Y es que como bien dice Osorio en el libro de Bermúdez “A través del juego mismo se pueden entrenar casi todos, por no decir todos, los aspectos del fútbol” (2016, p. 74).

92 4.3.2 Estudio

Es una de las causas más tenidas en cuenta y va muy de la mano con el apoyo familiar.

Dentro del tema del estudio hay dos variantes, primero está la imposibilidad de continuar el sueño profesional por la necesidad de continuar con los estudios secundarios o el inicio de los universitarios, y en segunda medida está la gran iniciativa de los jugadores por alternar el fútbol con la vida académica, demostrando con ello que pueden ser dos áreas afines.

En cuanto a la primera variante es posible ver que muchas veces los padres del jugador van en contravía de los sueños del joven por llegar a ser profesional argumentando que es una vida fácil, para vagos o que sencillamente no le dará al chico el sustento para vivir en un futuro. Es decir, se cohibe al jugador con suposiciones apresuradas y no permiten darle un tiempo de espera al muchacho. Si a la primera falla, apague y vámonos, y póngase a estudiar.

Al muchacho hay que darle un tiempo en el que pueda probarse y desarrollarse a nivel futbolístico, ya después se hará un análisis en el que se sabrá si rinidó o no. Pero la primera medida está en que el estudio se empiece a ver como un aliado y no como al más fiero enemigo.

Los preparadores y formadores en categorías juveniles resaltan la importancia de darle al joven un tiempo de espera, entre el fin de sus estudios y el inicio de una carrera de pregrado, para que desarrolle esa vena futbolística. Enrique Angulo (2018) ve dicho problema de la siguiente manera:

Si no se alternan (fútbol-estudio), el jugador pierde los años de aprendizaje y es el espacio entre las edades de 10-15 años donde se aprende la fundamentación y el aprendizaje. También hay una falya de compromiso de los padres. Ellos piensan en el desarrollo del estudio y su bachillerato, pero el tiempo del fútbol es muy corto. Muchos van a las escuelas de fútbol y a los torneos durante los fines de semana, entonces es poco tiempo de trabajo. El trabajo entre semana lo empecé a utilizar debido a eso.

93 Y es una realidad, un joven que busque llegar al profesionalismo necesita de un tiempo explícito para jugar y entrenar, de lo contrario jamás llegará. Afortunadamente los colegios brindan espacios para la práctica del deporte pero ello no tiene punto de comparación con lo que se puede lograr en un entrenamiento articulado y bien desarrollado.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los mismos jóvenes se meten en el cuento del fútbol y empiezan a tratar de unir al fútbol con su colegio. Entonces buscan horarios en los que salgan de su jornada escolar y vayan corriendo, en una hora, al sitio donde entrenan. Ahí se ve un claro compromiso del jugador y los padres, algo sumamente vital dado que la disposición del juador debe ser total. Gerardo Bedoya (2018) lo ve en que “eso siempre dependerá de la cabeza que tenga la persona. Ell muchacho, la familia, el inculcarles todo esto. Yo creo que eso es algo individual y tiene que ver con el empuje”.

Ahora bien, la cosa cambia cuando los chicos salen de grado once y deben escoger, o más que todo cumplir. El “Chamo” Serna (2018) es enfático en dicha situación:

Cuando terminan su ciclo académico, desafortunadamente los padres no le dan al chico la posibilidad de que continúe con su carrera y de una vez quieren que el chico comience su ciclo académico profesional, lo cual es normal en un entorno familiar. Entonces que el chico busque universidad, su pregrado y que empiece a construirse como ser humano en un proyecto de vida estudiantil y eso está bien, pero también hay que ser conscientes de que un chico hay que darle, a los 17 años, un compás de espera en donde intente luchar por ese sueño y darle todas las garantías para que pueda tener 2-3 años para desarrollarse.

En este sentido, si el jóven ve que no tiene las condiciones para seguir con la carrera futbolística pues sencillamente entra a la universidad o algún centro de educación superior para profesionalizarse en algún área del conocimiento. Y este caso ocurre con muchísima frecuencia. “Hoy en día a los 15-16 años el pelao entra a la universidad y allá su parte deportiva muere, lo hace por diversión” (Angulo, 2017).

94 Otro inconveniente entre el tema estudio-fútbol es el de las necesidades económicas de la familia del jugador. Muchos futbolistas bogotanos provienen de zonas humildes de la ciudad y no cuentan con la capacidad económica para costearse ambas vidas. Como bien dice Antonio Casale (2018): “hay para jugar al fútbol o para estudiar, esa es la lamentable situación de nuestros más necesitados”.

Y es completamente cierto; tienes para pagar una mensualidad, transporte, líquido y demás, o empleas todo tu capital en una carrera profesional. Pero ambas no. Además ques eguramente en el tiempo libre restante, el chico tendrá que trabajar para ganar un dinero extra y así ayudar a sus padres. Si no alcanza para un estilo de vida, ni de chiste se pueden costear dos.

La segunda gran medida del tema estudio-deporte está en la voluntad que comienzan a tener los jugadores profesionales por estudiar. Una iniciativa que le muestra a los jóvenes que vienen en el proceso de que sí se puede y que todo depende del querer hacer las cosas de la mejor manera. La alternancia entre fútbol y vida académica es posible.

Antes, el estudio era algo muy tomado a la ligera por los futbolistas dado que su vida profesional les permitía vivr con un sustento económico, casi siempre, importante. Nicolás

Samper (2018) es claro en ese error de pensamiento en los futbolistas:

El problema está en que la mayoría entienden que el fútbol es una manera para salir de la olla, de la pobreza, entonces cuando medio salen de la cosa como que no se proyectan a futuro, a los 70 años por ejemplo. Dicen que tienen que romperla ya para no sufrir en 15 años, pero no todos pueden ser Faustino Asprilla o el Tren Valencia. Hay futbolistas que son buenos pero que no les da para tanto.

A fin de cuentas, Samper tiene toda la razón porque para vivir del fútbol (una carrera de 15 años por mucho) debiste haber tenido una carrera magnífica en la que ganaste toda la plata

95 del mundo para asegurar un futuro estable. En pocas palabras, como futbolista debiste ser top 10 del mundo para poder darte ese lujo.

Los futbolistas han comenzado a cambiar el chip y están tomando conciencia de la importancia del estudio en la vida. César Augusto Londoño (2018) cree en la posibilidad del estudio como acompañante en la vida del futbolista profesional:

Se puede alternar y hay muchas casos de jugadores que hacen su carrera profesional y juegan a la vez. Al futbolista le queda mucho tiempo libre pero se debe recuperar y descansar, eso hay que entenderlo, además de que el estudio no es fácil. Si un futbolista se lo propone, entrenar y estudiar en la noche, estoy completamente seguro de que puede sacar adelante una carrera.

Juan Daniel Roa (2018) apoya también dicha iniciativa, “el que la tiene clara sabe que puede hacer las dos cosas al tiempo. Obviamente es difícil porque a veces toca quitar horas de sueño, de estar con la familia, hobbys. Por ese lado toca hacer muchos sacrificios pero es posible”.

Ante dicha concientización, el IDRD ha iniciado una campaña en la que busca apoyar a todos aquellos jóvenes estudiantes que sueñan con la vida profesional en el deporte. La iniciativa se llama “Proyecto Especial del Rendimiento Deportivo” y se resume en:

El deportista es clasificado acorde a su condición deportiva, se le dan unos reconocimientos económicos, se le hacen ofertas educativas o él propone de acuerdo a las condiciones que tenga para saber cómo se le puede apoyar su situación de pagos semestrales o anuales. Nosotros acá, a través de un análisis que se tiene con el grupo metodológico y el de ciencias del sistema integrado al apoyo bogotano (SIAP), se le hace un análisis y se les entrega previos soportes de toda la legalidad y cosas Se les exige unos estándares y porcentajes de cumplimiento en el estudio, y de esa manera se le puede dar un reconocimiento y el apoyo para mantenerlos motivados. Claro. Pero sí se busca que esa formación se haga, evidentemente prima que un deportista que ya tenga una alta condición deportiva no le de miedo pensar que por el estudio puede perder su reparación deportiva. Todo es integrado, si yo no doy resultados, yo no puedo seguir estudiando, es lógico. La exigencia es integral, pero estudio no significa semestre, diez materias, cumplir el pénsum de la universidad; estudio es poder cumplir con mi deporte y el desarrollo cognitivo. Es más, hay muchos deportistas que están estudiando virtualmente y allí reconocen y se

96 forman casi que igual que presencialmente, entonces ahí cumplen sus volúmenes de entrenamiento y su formación estructural.

Este proyecto es una gran motivación para todos aquellos jóvenes que buscan alternar su vida deportiva con el proceso educativo. En caso de seguir así, muy probablemente a futuro hayan futbolistas bogotanos que decidan bien dentro del terreno dads sus condiciones técnicas y cognitivas. Por ello, Guillermo arango pone a Jhon Duque como máximo ejemplo de las ventajas que ofrece la parte académica cuando se complementa con el fútbol profesional, “es muy importante valorar lo de Jhon Duque que ha sabido alternar los estudios con el fútbol. Es un jugador que al tomar decisiones dentro de la cancha lo hace bien porque es un tipo ya preparado en todo aspecto”.

4.3.3 Apoyo familiar

El tema familiar es sumamente delicado ya que en cierta medida de ellos depende de que el futbolista logre salir adelane o quedarse en el camino. Juan Daniel Roa (2018) ve en la familia el motor para no decaer en la vida futbolística, “El apoyo familiar yo creo que es indiscutiblemente primordial porque es el apoyo de los padres, hermanos, hermanas. Es primordial para no decaer en esos momentos difíciles que uno pasa cuando pierde o no salen las cosas”.

Si bien es un aspecto que le aplica a cualquier futbolista, dicho tema en Bogotá se ve aún más marcado dadas las alternativas de vida que ofrece la capital al hecho de ser futbolista y la mentalidad, en muchos casos conservadora e incrédula, de los padres ante la posibilidad de que su hijo se gane la vida “jugando y ya”.

El principal error esta en que “los padres no ven al deporte como algo importante, yo pienso que el deporte hace parte de la estructura de formación, el espíritu, los músculos, la

97 salud, para la vida” (Angulo, 2017). Con ello, el apoyo a los jóvenes se pierde porque la principal autoridad de la casa reprueba su sueño.

Guillermo Ruíz (2018) tiene una opinión marcada sobre dicho tema:

Muchos papás tiene dificultades económicas o no le dan las herramientas para que el niño se sienta seguro. El pelaito desiste y se dedica a otras cosas, a jugar billar, tomar, etc. El pelao no encuentra el canal para que la ilusión que él tiene pueda ser una realidad. Y te digo que lo viví porque lo sentí muchas veces.

Si ellos no son el principla motor del muchacho entonces ¿Quién?

Otro tema contraproducente son los papás que ven al fútbol como una oportunidad de vida para que el chico saque adelante a la familia. Con ello surge la presión, obligación y el muchacho, casi siempre, termina perdiéndose por la gran responsabilidad que carga. Como bien dijo Casale (2018) “Es algo así como, o usted triunfa o nos jodemos todos”. Algo que pasa a ser una completa y total irresponsabilidad de parte de la familia.

Ahora bien, el otro extremo también afecta, es decir la sobreprotección del muchacho.

Muchas veces la familia, especialmente la bogotana, trata de suavizar las dificultades de la vida con mimos y soluciones no comprometedoras. Entonces si está lloviendo y hace frío que no entrene porque se enferma, si el técnico no lo pone pues se le mete en otra escuela, si no tiene cómo llegar pues que el entrenador entienda, etc. Y así se va malcriando al muchacho y todo desencadena en la mentalidad confomrista que se habló anteriormente.

Respecto a dicha situación, Guillermo Ruíz (2018) muestra su punto de vista “Uno tiene que sufrir un poco para poder llegar a la meta, uno aprende que las situaciones se resuelven si uno les mete la cara y no metiéndoles el fuste. El que se aguanta un poco, triunfa.”

En este sentido, el futbolista de Equidad, Diego Novoa (2018), narra un poco sobre cómo fue el proceso de llegar al profesionalismo con su familia:

98 Al principio mi papá no conocía el tema del fútbol, el mundo del fútbol, y no le gustó mucho la idea de que yo jugara y no estudiara, porque prácticamente tienes que tomar una decisión entre estudiar o jugar. En mi familia, mi hermano es médico, mi otro hermano es ingeniero de sistemas, todos prácticamente llevan su camino de estudio y yo era el único que estaba desviando ese camino por el deporte. Al principio fue algo difícil de asimilar, pero al momento en que todo empezó a marchar bien y vieron las cosas positivas, me apoyaron al 100%. Hoy en día son los hinchas número uno de mi carrera. 4.3.4 Distancias

El tema de las distancias es especial en Bogotá. Es inconcebible que un chico gaste alrededor de dos horas para llegar a su sitio de entrenamiento, eso no cabe en la cabeza de nadie. De allí salen otras problemáticas como la falta de escenarios, la disponibildad de clubes o escuelas y demás. Pero en sí, las distamcias en la capital son enormes y el trasnporte no ofrece una solución eficaz. Un taxi o un Uber saldría excesivamente caro y el

Transmilenio no ofrece la garantía de la inmediatez en servicios y mucho menos la seguridad.

El “Chamo” Serna (2018) e su experiencai en divisiones menores ve dicho tema con total preocupación:

Un chico no puede perder cuatro horas en un medio de transporte para entrenar dos, o sea estamos hablando de que el niño está perdiendo el 50% del día, o no perdiendo porque igual entrena. Emplea un 15% de ese tiempo en su desarrollo y lo demás en transporte, entonces sí es importante hacer puntos o centros de desarrollo y entrenamiento en diferentes partes de la ciudad donde sea mucho más fácil para esos jugadores su parte de preparación y que no le dediquen tanto tiempo al estar perdidos en una movilidad que es imposible.

Es verdaderamente increíble que literalmente se gaste más tiempo en transporte que en los mismos entrenamientos. En este sentido, las instituciones y los clubes deberían ofrecer soluciones o aunque sea variantes para que los chicos, porque son pelaos’ entre 12-17 años, puedan tener beneficios.

99 Un caso directamente relacionado es el del jugador de Millonarios, Christian Huérfano. Al vivir en Soacha, el bogotano debe viajar en trasnporte público, porque no solo es

Transmilenio, por alrededor de dos horas y media para llegar a la sede del club ubicada al norte de la ciudad. Ante esta situación, el club se puso las pilas y tomo medidas para que casos como los de Huérfano no sean más frecuentes. “Los equipos ahora si están muy interesados en hacer escuelas o filiales en el sur de Bogotá, que es donde pienso yo que más talento hay” (Huérfano, 2018).

4.3.5 Llegada de futbolistas no bogotanos

Este tema es de vital importancia dadas las marcadas promociones de los equipos bogotanos. Examinando con ojo clínico, tanto Santa Fe, en menor medida, como

Millonarios se han caracterizado por promover jugadores de afuera antes que los propios capitalinos. Los llamados “provincianos” llegan a Bogotá con la mentalidad de triunfar y sin más remedio que cumplir o cumplir. Los resultados dan cuenta que los de afuera se llevan y arrasan con los de acá.

Un primer aspecto a tener en cuenta es la diversidad que hay en Colombia y la marcada realidad en la que por lo menos la mitad de los habitantes de la capital no son bogotanos.

Bogotá es “la casa de todos” y congrega a personas de todas las regiones del país. “Aquí el

75% de las personas es de otras partes del país, y ellos son los que alimentan a los clubes de la capital. Fútbol netamente bogotano en una ciudad tan abierta y cosmopolita es imposible” (Londoño, 2018).

En este sentido, Juan Carlos Gutiérrez (2018) ofrece una visión que desde el IDRD evidencia el trabajo de los principales clubes bogotanos:

Todos se desarrollan trayendo gente de afuera que ya viene con condiciones y estructuras para que esos clubes principales tengan buenos jugadores. Eso se llama

100 también el negocio del fútbol. Así como existen jugadores de formación integral en un proceso, los hay que usted los ve y nadie los ha visto, y al traerlos son mejores que todos los que están en el proceso. Son lo jugadores que tienen las características que uno quisiera tener por posición.

Basado en lo anterior, el biotipo es un factor clave dado que la biodiversidad en el país le ofrece a los entrenadores diversas características en sus jugadores. Guillermo Ruíz (2018) lo explica de la siguiente manera, “Mientras el paisa te habla de fútbol y táctica; el vallecaucano te juega con alegría, delantero clásico que mete o central duro; el costeño con una constitución física berraquísima; y el santandereano parecido al bogotano pero vive más lejos”.

En este orden de ideas, el bogotano no aprovecha su gran capacidad técnica y se deja amilanar ante las condiciones físicas de los jugadores de afuera. Ello lo ven los directores técnicos y terminan optando por el jugador grande y potente que puede ofrecer regiones como el Pacífico o Valle.

Otro aspecto vital es que los jugadores de afuera vienen con el hambre de triunfar en la capital. Ellos son conscientes de que el fútbol es su única oportunidad de vida y que el hecho de debutar con Millonarios o Santa Fe sería darle un vuelco de 360º a su vida. Por tal motivo, llegan y terminan ganado la pulseada al bogotano.

Guillermo Ruíz (2018) pone un ejemplo claro de esta situación:

La gente que viene por allá de Puerto Tejada, a la que le ha costado la vida, el papá es un borracho y la mamá es una mujer que vive de limpiarle la casa a la vecina. Gente que sufre mucho pero que llega con el convencimiento de que van a triunfar y que las dificultades que vivieron, les puso esa piel más dura. Ese es el que va a luchar. En cambio, el bogotano tiene muchas comodidades dentro de la misma ciudad y eso lo hace más flojo. Desafortunadamente así es.

Por otro lado, el entrenador Enrique Angulo ve que mientras el bogotano tiene cemento y pocos sitios aptos para desarrollarse físicamente, el de afuera tiene un mundo espacioso

101 mucho más completo. Ellos en su región tienen la complicidad con la naturaleza de poder saltar, correr, nadar, trepar y demas actividades que desarrollan físicamente al jóven. No en vano, el “Chamo” Serna (2018) sacó la conclusión que “el jugador en nuestra región, sobretodo en el centro del país, no se desarrolla a los 18-19 años sino que se demora mucho más”.

Lo ideal sería que el trabajo conjunto entre bogotanos y foráneas fuera complementario. Por un lado porque uniendo todas esas carcaterísticas biodoversas del futbolista colombiano con la téncia del bogotano saldría un equipo muy interesante. Es más, como afirma

Guillermo Ruíz (2018) “no haga un equipo con solo bogotanos porque se arruina.

Infortunadamente el jugador bogotano tiene una mentalidad muy débil y arruga”.

Y por otro lado, el hecho de tener bogotanos en los principales equipos de la capital asegura un valo adicionado. “Son jugadores que dan sentido de pertenencia y a los que llegan les dicen cómo es la movida en Bogotá con un estilode vida y juego determinado” (Casale,

2018).

Por último, Gerardo Bedoya (2018) con su trabajo en las divisiones menores de Santa fe deja una reflexión al respecto:

Acá, yo nunca he pensado en que si son de afuera o de acá, yo digo que son jugadores de . El que es bueno es bueno y aun así el bueno tiende a mejorar también. A mí me criticaban en algún momento cuando abrí la posibilidad para que jugadores de afuera llegaran y nos reforzaran. Después se dieron cuenta de que el jugador bogotano crece con ellos[…] Muchas veces también vienen de afuera y aun así llegan otros. En un equipo, yo no pienso en si es de afuera o de adentro, yo pienso en el club. Si 10 jugadores bogotanos llegan y no llegan de otro lado pues por talento llegaron los de acá. 4.3.6 Búsqueda de nuevos horizontes

Ante la promoción de jugadores foráneos en los equipos tradicionales de Bogotá, los futbolistas capitalinos han tenido que partir de la “ciudad de las oportunidades” buscando,

102 irónicamente, una oportunidad para llegar al profesionalismo. Es como si en la misma ciudad le pusieran trabas al jugador bogotano para no salir a primera división.

El error está en la incompetencia de los clubes de acá en la búsqueda de nuevos taletnos capitalinos. El caso de Huérfano es la prueba de alguien que pasó por primera vez sin recibir mayor opotunidad, por Argentina no logró dar el paso final y a la tercera, de nuevo en Colombia, encontró una luz y lo logró. Pero este es un caso de muchos y Nicolás

Samper (2018) afirma con total seguridad “También es un poco la ceguera de los clubes[…] claramente hay una equivocación y si hay jugadores que se van a otros lados y no se quedan aquí para pelear pues hay algo mal en el modelo”.

El sueño de debutar en el club por el cual hinchan es enorme pero si no se presentan las oportunidades pues tienen que partir para no quedarse en el camino. “Muchas veces hemos visto cómo estos chicos se trasladan a otras regiones del país donde los factores son mucho más fáciles y triunfan” (Serna, 2018).

También esta la situación de jugadores que salen del país en búsqueda de oportunidades dado el mercado apetecido del futbolista colombiano en el mundo. Bien dice Casale (2018),

“parece increíble pero está siendo más fácil debutar en Europa que en Colombia o en

Argentina que en Colombia”. Y es verdad, unos buscan el éxito y la gloria como el caso de

Falcao cuando salió de Lanceros rumbo a Argentina, mientras que otros como Juan Carlos

Toja (que se fue a la liga estadounidense), “se la rebuscan y salen[…] Jugadores de cuna de oro, de otro estrato, que pierden el hambre por desarrollo y buscan oportunidades en el exterior pero con otras comodidades” (Arango, 2018).

103 4.3.7 Corrupción y empresarios

Para nadie es un secreto el tema de la corrupción en las divisones menores de los clubes, es el cáncer del fútbol amateur y provoca que muchos grandes jugadores queden en el camino por no querer dar un dinero para jugar y demás desastres de ese estilo. En el tema bogotano,

Casale (2018) muestra cierta preocupación:

Millos está muy pendiente del tema mientras que en Santa Fe están desapercibidos hace un par de años. Es difícil de controlar mientras no seas profesional. No hay quien lo regule, están los códigos internos de cada club pero tanto en las ligas como en los clubes eso sigue pasando. Es decir, de todas maneras al presidente de un club, al técnico y a los jugadores los miden por lo que haga el primer equipo, lo otro es importante pero pasa a un punto bajo.

Ahora bien, el tema de los empresarios es de especial cuidado dados los antecedentes de malos acompañamientos, robos y otros problemas aún más escandalosos. Es más, tan grave es la cosa que muchos han dejado su vida futbolística por malos manejos del representante,

“No quieren estar en es, y trabajar para un tipo que no hace un carajo” (Samper, 2018).

“Los representantes empiezan a nacer en el momento en que un jugador empieza a mostrar sus destellos desde los 13-14 años y es una situación que tenemos que controlar” (Serna,

2018). Muchos de ellos son como aves de rapiña que andan en búsqueda de inocentes jóvenes que serán fáciles de engañar.

Ahora, no todos son malos pero no deja de haber una sensación de que son más los que quitan en vez de aportar.

En primera medida, muchos de los representantes dañan al futbolista porque “los aconsejan mal y piensan en el bien particular más no en el común, que es ver al futbolista desarrollarse con buenas condiciones” (Arango, 2018). Además, aceleran el proceso del jugador cuando apenas está en etapas de pleno desarrollo “Deforman el proceso de formación. No dejan que se formen en los clubes y rápidamente los envían a un equipo

104 profesional donde la responsabilidad es distinta, la formación es distinta y donde la manera de adaptarse al medio es diferente. Los perjudica” (Londoño, 2018). Y con ello, llega un proceso en el que los jugadores pierden toda independencia en materia de decidir qué hacer con su vida y su carrera.

En resumidas cuentas, los jugadores de hoy en día buscan antes que nada un representante para que maneje su futuro peor que al final es “un tipo que les va a robar la plata y que no es un tipo capacitado para preparar al muchacho para que juegue al fútbol y para la vida”

(Ruíz, 2018). Muchos de ellos no solo son una desgracia para los futbolistas sino para los mismos dirigentes, “Una vez hablando con Enrique Camacho, presidente de Millonarios, me decía que lo más difícil no eran los hinchas que lo insultaban cada ocho días sino los intermediarios y empresarios” (Arango, 2018).

4.3.8 Profesores no capacitados

La función del entrenador es vital en las categorías inferiores, ellos son quienes forman en todos los sentidos al futbolista en desarrollo y de su rabajo depende el éxito o fracaso del jugador a nivel profesional. Ahora bien, una de las mayores quejas con el fútbol bogotano está en que los profesores a cargo de las escuelas y algunos clubes son licenciados en educación física y no como personas con preparación a nivel futbolístico, dos aspectos completamente diferentes.

El entrenador Enrique Angulo (2017) muestra dicha diferencia:

Yo estudio educación física para preparar atletas en la parte física, por lo tanto no son especialistas en fútbol. Usted va y mira, la mayoría de las escuelas de fútbol tienen profesores no especializados como tal en fútbol. Los jugadores profesionales han tenido una vivencia real, es más fácil que ellos enseñen a jugar al fútbol, claro que con unas condiciones básicas del estudiante. Cada deporte debería tener más técnicos con vivencias y que hayan sido profesionales.

105 Ahora bien, esto no quiere decir que los licenciados físicos no puedan realizar una labor educativa sino que deben preparse completamente si piensan adquirir una responsabilidad tan grande en sus manos. Pasado a nuestros términos, es como si a un comunicador social le piden realizar un trabajo de publicidad para una empresa. Obviamente el comunicador cuenta con unos conocimientos básicos del tema pero aún le falta otros estudios más específicos para realizar un buen trabajo.

Por otro lado, los ex-futbolistas también tienen fallas dado que la labor de la enseñanza no es su especialidad. Obviamente saben mucho del mundo futbolístico pero a la hora de transmitirlo a jóvenes ya se complica la cosa. Un ejemplo de ello lo da Nicolás Samper

(2018):

Fíjese a , licenciado en Educación Física, y el tipo trabajó mucho tiempo con Texeira en Millonarios siendo asistente y ahí aprendió mucho del oficio de ser técnico. Pinto terminó convirtiéndose en uno de los técnicos más importantes que hemos tenido sin haber tocado una cancha. Ahora, uno piensa en Moisés Pachón que jugó en Cali, Millonarios y su experiencia como entrenador, salvo en el Once Caldas, es mala porque no pudo en Millonarios ni en Cúcuta.

Ahora bien, el tema del trabajo de los entrenadores en divisiones menores es importante dadas las continuas críticas que hay. Por un lado, clubes importantes de la capital se vanaglorian con la continua fiscalización, por llamarlo así, del trabajo en divisiones menores. Por un lado, Bedoya (2018) en Santa Fe recalca la importancia que tiene para ellos el contratar formadores con éxitos en su espalda y que ayuden al juvenil a crecer como futbolista porque “a veces los profesores son también conformistas y no le sacan al jugador todo lo que tiene por dar. Por otro lado, “Chamo” Serna muestra su experiencia en la escogencia de entrenadores en su etapa dentro de Millonarios:

Nosotros si somos conscientes de que se busca un complemento. La academia sola tiene sus vacíos, el jugador solo tiene sus vacíos. Estamos buscando un equilibrio en el que hayan sido chicos con vivencias, así no sea a nivel profesional del fútbol. Que

106 dentro del desarrollo y su crecimiento también hayan pasado por el aula, por la academia, y hayan tenido esas experiencias educativas que les permitan encontrar una hoja de ruta en cómo liderar un proyecto y cómo direccionar un proceso deportivo con chicos. Finalmente, cuando uno se mete en el deporte, debe conocer muy bien las fases sensibles de desarrollo de cada ser humano.

A pesar de esto, existen problemáticas relacionadas a la incompetencia de varios entrenadores a la hora de formular entrenamientos para los jóvenes futbolistas. Muchos improvisan con trabajos físicos y no le dan herramientas al jugador para que se desarrolle dentro de la cancha con un objetivo claro. Otros tantos exageran con el tema táctico y se despreocupan por formar a la persona, aspecto vital en categorías inferiores.

Respecto a lo anterior, Enrique Angulo (2017) da un ejemplo respecto a las dificultades de ciertos entrenadores al enseñar:

Algunos entrenadores coartan la creatividad del jugador. Es muy difícil que se le diga a un niño que no le pegue al balón de cierta manera. Encontré que los pelaos’ siempre miraban al DT, esperaban algo que les dijera el técnico, una aprobación. Yo los preparaba para jugar y les decía que no tenían ninguna razón para dudar, que tuvieran seguridad, confianza. Que pudieran ser unos jugadores libres porque ellos son los que hace el pensamiento en el campo. Si usted ve, los jugadores que se destacan tienen mucha creatividad porque cuando jugaron en una edad pequeña, siempre fueron creativos.

Lo ideal sería que haya una retroalimentación jugador-DT y DT-jugador porque “mientras uno le demuestre al jugador, él a uno le responde. Si usted un día desiste, se le cae. Tiene que respaldarlo hasta que esté lo suficientemente maduro” (Ruíz, 2018).

Por último, es increíble ver que en Colombia no se exige una profesionalización del entrenador, por ejemplo con los cursos de entrenador de la UEFA o la ATFA. El IDRD ha adelantado medidas en las que busca clasificar entrenadores-profesores según su grado de conocimiento en el ámbito deportivo y pedagógico, pero es una medida orientada más a la orientación que a una búsqueda de profesionalizar el tema. Otras iniciativas como la de la

107 universidad Sergio Arboleda son interesantes en la medida que muestran el interés, de las instuciones educativas y no de DIMAYOR, por preparar a los futuros entrenadores del país.

108 5 PRODUCTO

El producto es un documental radiofónico que busca evidenciar los problemas que le impiden debutar y destacar al futbolista bogotano en el fútbol profesional colombiano.

Todo ello logrado a partir de entrevistas a formadores, jugadores, instituciones distritales que rigen el deporte bogotano y periodistas deportivos.

La idea es darle al público un producto que tenga todos los puntos de vista en cuanto a la situación del fútbol bogotano y sus jugadores, tanto profesionales como amateur. Además de contrastar opiniones y generar opinión. El problema está planteado y cada quien forma su propia percepción del tema a partir de la información planteada.

Ahora bien, para hacer del producto algo más interesante y pensando en el gusto de cada quien. El documental consta de tres capítulos en el que se narran las épocas más importantes del fútbol bogotano hasta la actualidad, las instituciones distritales y torneos que lo conforman, y las problemáticas que afectan la profesionalización del futbolista capitalino. Todo ello con el fin de que las personas se motiven a esuchar el tema de su preferencia.

Por otro lado, a parte se encuentran todas las entrevistas realizadas en la investigación. Ello con el objetivo de no desaprovechar ningún testimonio y que cada oyente pueda enfocarse en un punto de vista específico, como la opinión y lo que defiende el IDRD o los datos y anécdotas de Guillermo Ruíz.

Todo estará aglutinado en una página web dividida en cinco secciones.

Primero, la parte documental con sus tres capítulos y una presentación del tema. Los capítulos son “El glorioso fútbol bogotano”, “Fútbol organizado en Bogotá” y

“Profesionalismo: Llegar y mantenerse”.

109 Segundo, las entrevistas a jugadores profesionales y amateur con sus historias de vida

(https://amezchris97.wixsite.com/loscapitalinos/jugadores). En los profesionales están

Diego Novoa de Equidad, Christian Huérfano de Millonarios, Juan Daniel Roa de Santa Fe y Juan David Jiménez de Fortaleza. En los amateurs están Jhon Gaviria y David Gómez.

Tercero, los periodistas que son voz autorizada en temas futbolísticos

(https://amezchris97.wixsite.com/loscapitalinos/periodistas). Estan Antonio Casale

(Periodista de RCN Radio), Nicolás Samper (Periodista de RCN Radio), Guillermo Arnago

(Periodista de RCN Radio), Jhon Guerrero (Periodista de Antena2), César Augusto

Londoño (Periodista de Caracol Radio) y Antonio Cortés (Periodista de Antena2). Cuarto, las instituciones encargadas de organizar y fiscalizar del fútbol en Bogotá

(https://amezchris97.wixsite.com/loscapitalinos/instituciones). Está Juan Carlos Gutiérrez como coordinador de Juegos Supérate e Intercolegiados del IDRD. Y quinto, los formadores encargados de guiar a los nuevos talentos bogotanos

(https://amezchris97.wixsite.com/loscapitalinos/formadores). Dentro de ellos están Gerardo

Bedoya (Director de las Divisiones Menores en Santa Fe), Jorge “Chamo” Serna

(exDirector de las Divisiones Menores de Millonarios y actual miembro del F.C.F.),

Enrique Angulo (Entrenador de Divisiones Menores), William Leal (Dirigente deportivo) y

Guillermo Ruíz (Historiador del fútbol colombiano).

La idea es que todo el material recolectado no quede en apariciones de 20-30 segundos de un documental, sino que cada palabra sea valiosa y sirva para el conocimiento de alguien más. Cada entrevista dejó un punto de vista concreto por lo que vale la pena tener presente todo el material a disposición del público.

La dirección web de la página es: https://amezchris97.wixsite.com/loscapitalinos

110 6 CONCLUSIONES

El trabajo dejó un sinfín de conclusiones respecto a la situación actual del fútbol bogotano, desde los principales aciertos hasta los errores más marcados. Para ello, el material bibliográfico y las entrevistas dieron el aporte vital en la consecución de información y opinión derivada del fútbol capitalino.

En primera medida, es necesario hablar sobre la historia del fútbol en Bogotá. Como se mencionó a lo largo del documento, El Dorado y la década entre 1958-1968 fue un éxito total. Los equipos bogotanos mandaron la parada en el fútbol colombiano a partir de títulos y estrellas del deporte. Millonarios con su marcada búsqueda de talento internacional y

Santa Fe con un mix entre el talento de casa, el bogotano, y el foráneo.

En primera medida, la primera conclusión es que todo aquel éxito de antaño fue propio de los clubes bogotanos y no de los futbolistas. Dos factores totalmente distintos. Es decir,

Millonarios se hizo grande por las grandes figuras argentinas y el derroche de dinero en búsqueda del talento de más alto nivel, no en vano su nombre haciendo referencia a los

“ricos”. Santa Fe recién comenzó a potenciar la salida de jugadores bogotanos a finales de los años 60 y la primera parte de la década del 70. Y a pesar de ello, para ese entonces ya se había hecho un nombre.

Podriamos decir entonces que el éxito bogotano de los primeros años del fútbol nacional fue prestado. No fueron los rolos quienes lideraron aquellas épocas gloriosas sino que aparecían como actores secundarios. Con esto no se quiere decir que no existieron jugadores bogotano grandes en aquel entonces, sería una falacia desconocer a Jaime Silva,

“El Mono” Tovar o al “Pibe” Díaz.

111 Otra conclusión de la parte histórica es que si bin en los 70 hubo una camada capitalina de gran nivel, liderada por Alfonso Cañón y Ernesto Díaz, los clubes de Bogotá miraron las divisiones menores y se encontraron con jugadores del Pacífico o la costa o de cualquier lado superior a los de casa. Partiendo de ello, se ven dos situaciones concretas. Por un lado, una gran afluencia de jugadores de provincia hacia la capital en búsqueda de oportunidades y por otro lado, la continua búsqueda de talento nacional a partir del scouting. Trabajo liderado por Jaime “El Loco” Arroyave. Con esto, se trunca de nuevo la salida de jugadores bogotanos y su posterior consolidación.

Otra conclusión es que mientras las regiones alejadas de la capital fomentaban el talento propio, los de acá se distraían con los extranjeros o los que venían del Paacífico, principalmente. Con ello, la tradición de fútbol capitalino se iba perdiendo por la falta de oportunidades y los paisas, caleños o costeños se iban fortaleciendo cada vez más. Todo ello genera que en los años 90, cuando Bogotá recurre a sus jugadores, los demas futbolistas le lleven una ventaja considerable. Algo sumamente notorio.

En cuanto a las instituciones, quedan conclusiones en cuanto a los factores a mejorar en la promoción de jugadores. La visibilidad es quizá el tema más importante a tratar dado que la división entre ligas aficionadas y la élite es enorme. Hay mucho talento perdido en las ligas distritales debido a la poca búsqueda de talento de Millonarios y Santa Fe, especialmente.

Ambos equipos se acostumbraron a las continuas pruebas que hacen para sus divisiones menores, esperando que un Messi aparezca de repente. Falta un Jaime Arroyave que bsque el talento capitalino.

Y por último, los problemas de profesionalización son variados. La conclusión arroja que el estudio junto al apoyo familiar, la disputa entre provincia vs capital en divisiones menores, la mentalidad del jugador, las distancias y la falta de interés por profesionalizar el fútbol

112 aficionado son los prinicpales inconvenientes para el jugador que quiere llegar a la primera categoría. Por estos cinco motivos, muchísimos talentos se pierden semana tras semana.

El estudio porque la familia considera primero la educación antes que el deporte, sin meditar un rato la posibilidad de que ambos enfoque vayan de la mano. Disputa provincia y capital es una batalla con un claro ganador, basta con revisar las últimas promociones de

Millos y Santa Fe. Además de que ante la falta de oportunidad, muchos jugadores se van a otras regiones o países para continuar con el sueño profesional. La mentalidad es un factor psicológico importante en el que se sabe que si no se puede jugar al fútbol pues se estudia en la universidad o se trabaja, con ello la extrema comodidad del rolo salta a la vista y su poca capacidad de lucha contra la adversidad. Las distancias son evidentes, un chico que vive en Soacha se demora más de dos horas ala Autopista Norte para jugar algún torneo e incluso poder entrenar. Y la falta de interés en la profesionalización del fútbol porque el

IDRD y las Alcaldías en general les importa poco o nada el deporte de alto rendimiento, les interesa el desarrollo deportivo por salud.

Pero no todo es malo, hay luz al final del túnel. A pesar de tanta dificultad, el jugador bogotano se las ha empezado a arreglar. Talento hay y los clubes lo están empezando a notar. Por ello, las iniciativas de los equipo capitalinos por proyectar nuevos jugadores son tan interesantes y Dios quiera que a día de mañana sean más los Alfonso Cañón, Ernesto

Díaz y Jhon Mario Ramírez.

113 6.1 Futbolistas bogotanos más recordados

El trabajo investigativo arrojó varios nombres importantes para el fútbol bogotano. Por ello, a continuación aparecen las imagen de una tabla que da muestra de los futbolistas bogotanos promocionados por Millonarios y Santa Fe más recordados. Así como también aparecen los que jugaron en ambos equipos y los que hicieron parte de Selección Colombia en competiciones (no amistosos). Es un número algo corto.

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Nombres importantes y sumamente interesantes. Ahora bien, la lista de canteranos provenientes de otras regiones del país cuenta con nombres históricos a nivel nacional.

115

116

Siendo los de la primera casilla azul debutantes en Millonarios y los de casilla roja en Santa

Fe, se ve una clara mejora en la seunda tabla en cuanto a jerarquía, goles e importancia.

117 7 ANEXOS https://www.youtube.com/watch?v=3ssL8vx7Xhg https://www.youtube.com/watch?v=YrjAneTSMS4 https://www.youtube.com/watch?v=9IIhkHBecYw https://www.youtube.com/watch?v=Xr4BSpWOGc4 https://www.youtube.com/watch?v=prNwd5qalV8 https://www.youtube.com/watch?v=cCyEwUYeGlg https://www.youtube.com/watch?v=aSf89Asu-XQ https://www.youtube.com/watch?v=DooAWhBZGPA https://www.youtube.com/watch?v=C3FJk1ANt3U https://www.youtube.com/watch?v=8K83auzBdHc https://www.youtube.com/watch?v=LwcdpYQrdoo https://www.youtube.com/watch?v=l-D7lbYrWc8 https://www.youtube.com/watch?v=K7Yhd6Vb878 https://www.youtube.com/watch?v=c2OVC6bcbxw

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