REPÚBLICA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN 26/ Reunión - 15ª Sesión ordinaria - 15 y 16 de octubre de 2003 Presidencia del vicepresidente de la Nación, don Daniel Osvaldo Scioli, del señor presidente provisional del H. Senado, ingeniero José Luis Gioja, del señor vicepresidente del H. Senado, doctor Marcelo Eduardo López Arias, y del señor vicepresidente 2/ del H. Senado, don Pedro Salvatori Secretarios: señor Juan Héctor Estrada y señor Carlos Alberto Machiaroli Prosecretarios: señor Juan J. Canals, señor José D. Canata y señor Alfredo A. Luques

PRESENTES MÜLLER, Mabel Hilda NEGRE DE ALONSO, Liliana Teresita AGÚNDEZ, Jorge Alfredo OCHOA, Raúl Ernesto ALPEROVICH, José Jorge OVIEDO, Mercedes Margarita AVELÍN, Nancy Barbarita PARDAL, Jorge Alberto BAGLINI, Raúl Eduardo PARDO, Ángel Francisco BAR, Graciela Yolanda PASSO, Juan Carlos BERMEJO, Norma Nélida PAZ, Elba Azucena BRIZUELA DEL MORAL, Eduardo Segundo PERCEVAL, María Cristina BUSTI, Jorge Pedro PICHETTO, Miguel Ángel CAFIERO, Antonio Francisco PRADES, Carlos Alfonso CAPARROS, Mabel Luisa RASO, Marta Ethel CAPITANICH, Jorge Milton SALVATORI, Pedro CASTRO, María Elisa SAPAG, Luz María CHIAPPE, Lázaro Alberto SEGUI, Malvina María COLAZO, Mario Jorge TAFFAREL, Ricardo César CONTI, Diana Beatriz TERRAGNO, Rodolfo CURLETTI, Miriam Belén USANDIZAGA, Horacio Daniel DANIELE, Mario Domingo VERNA, Carlos Alberto ESCUDERO, Sonia Margarita WALTER, Pablo Héctor FERNÁNDEZ, Nicolás Alejandro YOMA, Jorge Raúl FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, Cristina E. ZAVALÍA, José GALLIA, Sergio Adrián GIOJA, José Luis AUSENTES GÓMEZ DE BERTONE, Deolide Carmen GÓMEZ DIEZ, Ricardo BARRIONUEVO, José Luis GUINLE, Marcelo Alejandro Horacio IBARRA, Vilma Lidia AUSENTES CON AVISO JENEFES, Guillermo Raúl LAMBERTO, Oscar Santiago ARANCIO, Lylia Mónica LATORRE, Roxana Itatí FALCO, Luis LÓPEZ ARIAS, Marcelo Eduardo ISIDORI, Amanda Mercedes LOSADA, Mario Aníbal MARTI, Rubén Américo MAESTRO, Carlos MAYANS, José Miguel Ángel MARTÍN, Floriana Nélida PUERTA, Federico Ramón MAZA, Ada Mercedes MENEM, Eduardo LICENCIA PENDIENTE DE APROBACIÓN MERA, Mario Rubén MONTOYA, Jorge Luciano COLOMBO, María Teresita MORALES, Gerardo Rubén LESCANO, Marcela Fabiana MORO, Eduardo Aníbal 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria

SUMARIO

1. Manifestaciones en minoría ...... Pág. 7 2. Izamiento de la bandera nacional...... Pág. 7 3. Homenaje a ...... Pág. 7 4. Homenaje a Juan Domingo Perón ...... Pág. 10 5. Homenaje al 25/ aniversario del papado de Su Santidad Juan Pablo II ...... Pág. 14 6. Condolencias por la desaparición de integrantes de la familia Olmedo ...... Pág. 14 7. Inserción...... Pág. 16 8. Plan de Labor ...... Pág. 16 9. Acuerdos Embajador extraordinario y plenipotenciario ...... Pág. 17 10. Incorporación de un asunto entre los tratamientos sobre tablas ...... Pág. 17 11. Inserciones ...... Pág. 18 12. Cierre de la auditoría de los estados financieros de distintos programas ...... Pág. 18 13. Proyecto de Desarrollo de Juzgado Modelo ...... Pág. 18 14. Fondo Emergencia para Inundaciones ...... Pág. 19 15. Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social ...... Pág. 19 16. Corredor Vial 10 ...... Pág. 19 17. Comisión Nacional de Energía Atómica ...... Pág. 20 18. Ente Nacional Regulador del Gas ...... Pág. 20

19. Estados Contables del Hospital de Pediatría “Profesor doctor Juan P. Garrahan”Pág. 20 20. Proyecto de Asistencia Técnica para la Administración Nacional de Seguridad Social ...... Pág. 21 21. Programa Sectorial de Apoyo al Equilibrio Fiscal y a la Gestión Social ...... Pág. 21 22. Aerolíneas S.E...... Pág. 21 23. Privatización de Aerolíneas Argentinas ...... Pág. 22 24. Confección de sellos postales conmemorativos ...... Pág. 22 25. “Modelo de organización cooperativa” ...... Pág. 22 26. Puesta en funcionamiento de una fábrica en Monterrico, Jujuy ...... Pág. 23 27. Pago de una deuda a productores yerbateros de Misiones ...... Pág. 23 28. Situación de las micro, pequeñas y medianas empresas en los operativos de control de empleo informal...... Pág. 23 29. Listado de actividades que justifiquen regímenes jubilatorios especiales . . . . . Pág. 24 30. Servicio de Conciliación Laboral Obligatorio ...... Pág. 24 31. Regularización de los servicios del PAMI en Río Negro ...... Pág. 25 32. Incorporación del personal de LAPA a Intercargo S.A.C...... Pág. 25 33. Plan Jefes de Hogar ...... Pág. 25 34. XXII Congreso Nacional de Trabajo Social y el Encuentro de Asociaciones Profesionales del Mercosur ...... Pág. 26 35. Preservación del monte natural en Misiones ...... Pág. 26 36. Controles sobre la venta de agroquímicos y semillas adulteradas ...... Pág. 26 37. Plan Manos a la Obra...... Pág. 27 38. Solución al problema que afecta a ex agentes de Jujuy ...... Pág. 27 39. Creación del Hotel Social y Turístico del Gran Rosario ...... Pág. 27 40. Adjudicación de cupos del Plan Trabajar a Río Negro ...... Pág. 27 41. Programa Fuego de la Unión Europea ...... Pág. 28 42. Auditoría al SENASA ...... Pág. 28 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria

43. Sistema de Soporte de Decisiones del Neuquén ...... Pág. 28 44. Labor social del Ejército Argentino ...... Pág. 29 45. “Estudio comparado de políticas de defensa” ...... Pág. 29 46. Fabricación de aviones Pampa...... Pág. 29 47. Ex Fábrica Militar ECA...... Pág. 30 48. Construcción de submarinos en los Astilleros Tandanor ...... Pág. 30 49. Extensión del Programa de Ingreso Universal para Adultos Mayores a todas las provincias ...... Pág. 30 50. Empresa de Cargas Aéreas del Atlántico Sud S.A...... Pág. 31 51. Proyecto de Infraestructura y Gestión de Desagües ...... Pág. 31 52. Ex Secretaría de Obras y Servicios Públicos ...... Pág. 31 53. Comisión Nacional de Valores ...... Pág. 32 54. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos ...... Pág. 32 55. Centro Nacional de Reeducación Social ...... Pág. 32 56. Dirección General de Aduanas ...... Pág. 33 57. Secretaría de Obras Públicas ...... Pág. 33 58. Subsecretaría de Transporte Aerocomercial ...... Pág. 33 59. Construcción de Vivienda para la Armada ...... Pág. 34 60. Construcción de un helipuerto en las cataratas del Iguazú ...... Pág. 34 61. Protocolo de Cartagena referido a la Seguridad de la Biotecnología ...... Pág. 34 62. Programa de Ozono ...... Pág. 35 63. Utilización de laboratorios científicos brasileños por parte de investigadores argentinos ...... Pág. 35

64. Demandas judiciales que deberá afrontar el Estado en tribunales internacionalesPág. 35 65. Instituto Monetario del Mercosur ...... Pág. 36 66. Emprendimientos acuícolas marinos en el canal de Beagle ...... Pág. 36 67. Pesar por la muerte de un camarógrafo en Irak ...... Pág. 36 68. Instalación de cabinas telefónicas en Jujuy ...... Pág. 37 69. Otorgamiento del premio Juntos Educar 2003 ...... Pág. 37 70. Día del Maestro ...... Pág. 37 71. LII Fiesta Nacional de los Estudiantes y XVIII Congreso Nacional de la Juventud en Jujuy ...... Pág. 38 72. Congresos Internacional de Mediación Cognitiva y Regional del Desarrollo del Pensamiento y los Talentos ...... Pág. 38 73. Día del Inmigrante ...... Pág. 38 74. Foro Ecuménico Pro Humanitas de Rosario, Santa Fe ...... Pág. 39 75. I Jornada de Educación “Los desafíos de la educación en el siglo XXI” ...... Pág. 39 76. Pago único de peaje en dos rutas de Corrientes ...... Pág. 39 77. Obra artística del doctor Luis María Drago en la sede de la OEA ...... Pág. 40 78. I Congreso Internacional La Cultura de la Cultura en el Mercosur ...... Pág. 40 79. Reclamo ante la OMC para la eliminación de los subsidios sobre la producción algodonera ...... Pág. 40 80. Acuerdo con Chile sobre transporte de personas y cargas ...... Pág. 41 81. Inclusión en convenios con Chile de la habilitación del paso fronterizo Peñas Negras, en La Rioja ...... Pág. 41 82. Contenido de una agenda bilateral tratada con Chile ...... Pág. 41 83. Ejercicios militares en la Triple Frontera ...... Pág. 42 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 4

84. Reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas ...... Pág. 42 85. II Congreso Internacional de Ciencia Política y Relaciones Internacionales sobre el Mercosur ...... Pág. 42 86. Compensación a países latinoamericanos por la política de subsidios agrícolas de los Estados Unidos de América...... Pág. 43 87. Programa de Sostenimiento de Cultos ...... Pág. 43 88. Modificación de la ley sobre asignaciones familiares ...... Pág. 43 89. Fondo para Educación y Promoción Cooperativa ...... Pág. 44 90. Suspensión del procedimiento de inscripción de nacimientos ...... Pág. 44 91. Tratamiento del IVA en la producción de películas y grabaciones ...... Pág. 44 92. Día Nacional del Remero...... Pág. 45 93. Banderas españolas donadas por el general San Martín ...... Pág. 45 94. Día Nacional de la Convivencia en la Diversidad Cultural ...... Pág. 46 95. Día de los Intereses Argentinos en el Mar ...... Pág. 46 96. Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre ...... Pág. 46 97. Instituto Nacional de Semillas ...... Pág. 47 98. Incorporación de un asunto entre los tratamientos sobre tablas ...... Pág. 47 99. Modificación de la ley de propiedad horizontal. Moción de preferencia . . Pág. 47 100. Sistema integrado de jubilaciones y pensiones - Moción de preferencia ...... Pág. 47 101. Bloqueo fiscal en Pymes - Moción de preferencia ...... Pág. 48 102. Implementación de las normas del Tratado de Roma. Moción de preferencia . Pág. 48 103. Modificación de la ley 24.374 ...... Pág. 49 104. Congresos de Derecho Internacional ...... Pág. 51 105. Postergación de un asunto ...... Pág. 51

106. Incorporación en el régimen de la ley 25.61 de la plaga denominada grafolita Pág. 52 107. Manifestaciones ...... Pág. 52 108. Acuerdo - Designación del Doctor Zaffaroni como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ...... Pág. 53

— En , a las 16 y 42 del miércoles 15 de octubre de 2003: 1 Manifestaciones en minoría Sr. Pichetto. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: para poder comenzar la sesión le pido que, a través de los secretarios de los bloques, convoque a los senadores que están en sus despachos. Sr. Presidente. — Muy bien. Solicitamos colaboración a los secretarios de los bloques a los efectos de obtener quórum suficiente para comenzar la sesión. Hay cincuenta y cinco senadores en la casa. Si hacemos un esfuerzo, rápidamente tendremos quórum. — Se continúa llamando. — A las 16 y 54: Sr. Presidente. — Si los señores senadores pueden tomar asiento ya tenemos quórum para empezar la sesión. — Luego de unos instantes: 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 5

2 Izamiento de la bandera nacional Sr. Presidente. — Invito al señor senador por Mendoza José Alberto Pardal a izar la bandera nacional en el mástil del recinto y a los presentes a ponerse de pie. — Puestos de pie los presentes, el señor senador Pardal procede a izar la bandera nacional en el mástil del recinto. (Aplausos.) 3 Homenaje a Arturo Umberto Illia Sr. Presidente. — En la reunión de labor parlamentaria celebrada ayer se acordó rendir homenaje a don Arturo Umberto Illia. Lectura y consideración del texto unificado de los proyectos presentados... Sr. Yoma. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Yoma. Sr. Yoma. — Señor presidente: dado que hay un proyecto de declaración de mi autoría, solicito que se lea por Secretaría a fin de que yo brevemente lo explique y lo podamos tratar. Sr. Presidente. — Sí, luego se va a tratar el proyecto de homenaje a Juan Domingo Perón y a Su Santidad, Juan Pablo II. Sr. Yoma. — Así es. Sr. Presidente. — Por Secretaría se dará lectura. — El texto es el siguiente: [Texto unificado de los expedientes S. 1177, 2276 y 2395/03] Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Señor presidente: en nombre del bloque de senadores de la Unión Cívica Radical venimos hoy a testimoniar nuestro homenaje —en el 40° aniversario de asumir el gobierno, el 12 de octubre de 1963— a un gran presidente de los argentinos: don Arturo Umberto Illia. Se trata de un hombre que venía de una larga y rica trayectoria en el campo político que culminó, precisamente, con el ejercicio de la primera magistratura del país; un gobierno ejemplar que significó un avance importante en la vida política, económica, social y cultural de la Argentina. El gobierno de don Arturo Umberto Illia ha conseguido logros realmente dignos de destacar. En su mandato se lograron cifras increíbles de crecimiento del Producto Bruto Interno: el 10,3 por ciento en 1964 y más del 9 por ciento en 1965. Es cierto que ese crecimiento fue acompañado por un logro importante en materia de resultados agrícolas, por las buenas cosechas, pero no solamente creció el sector rural sino también el industrial. Este sector tuvo un crecimiento del 18,9 por ciento en 1964 —una cifra espectacular— y una cifra un poco menor pero también muy significativa en 1965. Durante su gestión aquel gobierno disminuyó el gasto público en relación con el Producto Bruto Interno y redujo el déficit de presupuesto, que fue de alrededor de 4.000 millones en 1963 y que en 1965 se había reducido a 2.700 millones. Ese presupuesto tuvo un incremento muy importante en los gastos en educación y salud, no en cifras relativas nominales, sino en porcentaje de producto del presupuesto nacional, ya que en 1965 se le destinó el 24 por ciento del presupuesto al rubro de la educación. Don Arturo Umberto Illia llevó adelante una política que permitió recuperar para el país la riqueza de su subsuelo y aumentó las reservas del Banco Central. En efecto, logró un importante y significativo incremento en las reservas y las entregó muy consolidadas al movimiento del nefasto golpe del 28 de junio de 1966. Además redujo simultáneamente la deuda externa que la recibió en 3.300 millones de dólares y cuando tuvo que retirarse estaba en 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 6 alrededor de 2.600 millones de dólares. Hizo grandes obras públicas, fundamentalmente grandes complejos hidroeléctricos. Llevó adelante una política de desarrollo de diversas regiones del país con un criterio de gobierno firmemente comprometido con el federalismo. Redujo la desocupación y cuando tuvo que irse el porcentaje de desocupación rondaba el 5 por ciento. A la luz de lo que sucedió después en la Argentina, eso marcó claramente que en ese período se vivía una época de bonanza entre los argentinos. Tuvo gestos realmente magníficos: los gastos reservados prácticamente no los utilizó. Se estima que solamente el 10 por ciento de las cifras volcadas en los presupuestos para gastos reservados de Presidencia fueron utilizados, y lo hizo en cada caso con una asignación contable que marcaba específicamente adónde iban destinados esos dineros, que por supuesto no iban a actividades superfluas, suntuarias o en beneficio personal. Dictó leyes trascendentes como la ley de salario mínimo, vital y móvil; como la ley de medicamentos, la conocida Ley Oñativia, un gran ministro de la salud pública que tuvo don Arturo Umberto Illia, que le permitió al país, con orgullo, exhibir en sus universidades el máximo nivel científico y académico. Creó el Consejo Económico y Social, otra gran apuesta del gobierno que encabezaba don Arturo Umberto Illia. En el plano internacional también se destacó ese gobierno con logros trascendentes. Abrió mercados para la Argentina en un momento en que la guerra fría tornaba prácticamente inviable la posibilidad de comerciar con determinados países; sin embargo él llevó sus exportaciones a Rusia y a China, desafiando claros mensajes del gobierno de los Estados Unidos de América, buscando siempre el beneficio del país. Obtuvo el máximo reconocimiento internacional en el tema Malvinas, con la histórica resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1965. Tuvo una clara vocación de integración americana y trabajó muchísimo su gobierno en la Cuenca del Plata, como un paso previo a lo que fue después la constitución del Mercosur. Tuvo gestos dignos, como negar el envío de tropas a la República Dominicana, pese a la fuerte presión de Estados Unidos. Hizo todo eso en un marco de libertades públicas, de respeto irrestricto a la libertad de prensa, trabajando por el país y por el conjunto de los argentinos sin distinciones. Sin embargo, fue atacado ferozmente durante todo su mandato, desde una prensa que, salvo raras excepciones, lo combatió permanentemente; atacado desde los sectores empresariales más poderosos, precisamente por sus políticas progresistas; con la incomprensión de gran parte del sindicalismo argentino que llevó adelante una gran cantidad de acciones y de planes de lucha y de enfrentamientos estériles con el gobierno constitucional de Illia; con una cúpula de las fuerzas armadas que tuvo una permanente actitud golpista, anticipando ya entonces lo que era una clara doctrina antidemocrática que después llegaría a perfeccionarse en el golpe militar de 1976, con un trabajo de todos los días de la Embajada de los Estados Unidos, ayudando al complot que finalmente lo derrocó. Esa prensa instaló en el país una imagen de Arturo Umberto Illia, presentándolo como un hombre débil, un hombre incapaz, un hombre que no tenía capacidad para administrar la Nación. Tuve el privilegio de conocerlo. Lo visité en la vivienda en la cual pasaba largos períodos, en la zona norte del Gran Buenos Aires, en la casa de un hermano que le facilitaba una habitación para que pudiera vivir. Era un hombre muy austero y muy humilde, carente de bienes. Y allí —ya era anciano Arturo Umberto Illia—, pocos años antes de su muerte, tuve la oportunidad de constatar su real personalidad: era un hombre de muy firmes convicciones. Tenía un carácter fuerte que, en algunos casos, podía ser tomado como caprichoso, pero que se 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 7 correspondía precisamente con sus convicciones, las que defendía con uñas y dientes. Era, además, un hombre muy respetuoso, que sabía relacionarse con los demás, que tenía una gran bonhomía, una gran bondad. Era un hombre honrado a carta cabal. Hace pocos días observaba a un político de una provincia argentina que festejaba su triunfo y que, cada tres palabras, remarcaba que era un hombre honrado. Illia no necesitó nunca decir que era un hombre honrado. Lo era a carta cabal. Y toda su vida tuvo una conducta realmente ejemplar. A Illia lo caracterizaron como una tortuga. En una oportunidad, tuvo uno de esos gestos que él solía tener: salió a caminar solo, sin custodia, por la plaza de Mayo. Iba reflexionando, tranquilo, saludando a los ocasionales transeúntes. En un momento determinado, se sentó en un banco de la plaza de Mayo y sucedió lo que ocurre en los bancos de esa plaza: inmediatamente tenía alrededor un grupo de palomas. A partir de ese día, lo que fue un gesto destacable de un presidente digno, de un presidente demócrata, sirvió para que esa prensa miserable, le agregara a la tortuga la imagen permanente de una paloma sobre la cabeza de Arturo Umberto Illia. Quien encabezaba esa feroz campaña de prensa era el staff de la revista “Confirmado” que en todos los números, además de complotar y de estigmatizarlo, lo presentaba a veces como una tortuga y otras veces como una paloma. Pero las vueltas de la corta vida de los seres humanos hizo que, al poco tiempo de producido el golpe militar de 1966, otra revista hiciera una caricatura del general Onganía —que fue célebre—, presentándolo como una morsa. Ante esto, la revista “Confirmado” se indignó y sacó un editorial que expresaba que no se le podía faltar al respeto a un presidente de la Nación, caracterizándolo con la figura de un animal. El director de la revista “Confirmado” era el señor Timmerman y el jefe de redacción, un joven periodista que se llamaba Verbitsky. La vueltas cortas de la vida nos encontraron con esa paradoja. Pero pasaron los años y los hechos eran incontrastables y no se pudieron ocultar más. Arturo Umberto Illia fue recuperando el reconocimiento de todos, no sólo de los hombres y mujeres del radicalismo sino de la inmensa mayoría de los argentinos que siempre lo consideró bien. Esto llevó a que pocas semanas después del golpe militar de 1976 saliera a caminar en una zona de restaurantes cuyas mesas, como era verano, estaban ubicadas en la vereda, y a medida que él pasaba la gente se paraba y lo aplaudía. Él no necesitaba el reconocimiento de esa gente, pero lo fueron reconociendo los propios militares que lo habían derrocado, lo mismo que la prensa que le fue reconociendo sus virtudes y su gobierno, que fue decente, demócrata, por y para el pueblo. Así nos encontramos durante este último fin de semana con una nueva vuelta en esta corta vida de los hombres: todos los grandes diarios argentinos han editorializado sobre Arturo Umberto Illia. Todos han destacado que fue un gran hombre, un demócrata, honesto y virtuoso y que hizo una gran Presidencia. Simplemente, hoy venimos nosotros aquí a testimoniar desde esta bancada de la Unión Cívica Radical que nos sentimos realmente reconfortados de que hasta el último hombre que habita esta Nación tiene hoy una opinión sana y decente sobre quien fue un gran argentino. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Cafiero. Sr. Cafiero. — A los comentarios sobre la figura del ex presidente Illia, que comparto en todos sus términos, quiero agregar un dato que ha omitido el señor senador por el Chubut y que también ayuda a perfilar su identidad política. Voy a decir esto con un tono de agradecimiento: fue el gobierno de Illia el que levantó la proscripción del partido peronista y nos permitió concurrir a las elecciones legislativas del año 1965 en un plano de igualdad con las demás fuerzas políticas, después de más de diez años de proscripción. Por ello, acompaño no sólo las expresiones del señor senador por el Chubut, sino también 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 8 mi reconocimiento por esta gran figura democrática de los argentinos. Sr. Presidente. — Esta Presidencia adhiere a las palabras vertidas por los señores senadores. De esta manera, queda rendido el homenaje a don Arturo Umberto Illia. — Se aprueba. Sr. Presidente. — Queda así rendido el homenaje. 4 Homenaje a Juan Domingo Perón Sr. Presidente. — A continuación, corresponde considerar sobre tablas el texto unificado de los proyectos presentados sobre homenaje, reconocimiento y adhesión a la conmemoración del 108° aniversario del natalicio del señor teniente general Juan Domingo Perón. Por Secretaría se dará lectura. — El texto es el siguiente: [Texto unificado de los proyectos S. 2409 y 2430/03] Sr. Presidente.— Tiene la palabra el señor senador Cafiero. Sr. Cafiero. — Voy a fundamentar este proyecto de declaración. Homenajear la figura de Juan Domingo Perón es una tarea de no fácil cumplimiento, porque es tan variada no sólo su personalidad sino su rol en la historia argentina que, ciertamente, cuesta dificultad sintetizarla en pocos párrafos, como lo exige el presente proyecto de declaración. Todos sabemos que él fundó el peronismo. Precisamente, hoy leía una frase de Borges que desconocía. Un día le preguntan a Borges cómo sería, a su entender, el infierno, a lo que responde: “Es un lugar lleno de peronistas, donde ni siquiera hay un taxi para poderse ir.” Y estoy hablando —probablemente— del escritor más nombrado y conocido de la literatura argentina. Todos reconocemos aquello de que "los peronistas no son ni malos ni buenos, son incorregibles". Y esto mismo que se le atribuye al Movimiento en términos generales, también se le atribuye a la personalidad —no siempre homogénea— de Juan Domingo Perón. Perón no fue un intelectual atado a fórmulas rígidas que de ninguna manera se podían violar; ni era un amante de los postulados ortodoxos y doctrinarios llevados hasta sus últimas consecuencias. Era un hombre de su época —pragmático e idealista a la vez— que tenía una gran capacidad para interpretar los momentos que vivía el país, y que era tremendamente —y voy a emplear esta palabra— seductor con la gente que se le acercaba. Era difícil llegar a Perón y no terminar yéndose —como le sucedió a muchos argentinos— comprometido o conmovido por la forma en que trataba a sus interlocutores. Perón nació el 8 de octubre de 1895. Como todos sabemos, todavía se discute dónde nació. Para una vertiente histórica nació en la ciudad de Lobos, mientras que para otros escritores —minoritarios— fue en una localidad cercana: Roque Pérez. Se mudó con su familia a la Patagonia y allí, como él decía, aprendió antes a andar a caballo que a caminar. Se hizo amigo de los humildes de la tierra patagónica y empezó a cultivar esa vocación que lo acompañó durante toda la vida. Volvió a Buenos Aires con su familia y fue compañero de estudios de Ceferino Namuncurá. Luego ingresa en el Colegio Militar, donde se destaca a punto tal que, una vez terminado sus estudios, es designado profesor de la Escuela de Conducción Militar, utilizando una serie de términos que adaptará tiempo después a la conducción política, lo que le valió muchas críticas de parte de algunos de sus opositores. Pero la historia grande de este hombre comienza exactamente cincuenta años después de 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 9 su nacimiento. El 8 de octubre de 1945, cuando Perón cumple cincuenta años, recibe a un grupo grande de oficiales que acompañaba la revolución de junio de 1943. Sus compañeros de armas le dicen que había descontento en las fuerzas armadas por la forma en que él estaba conduciendo los negocios de la República. Perón, en esa época, era vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión. Entonces él les dice muy sencillamente: "el que los manda a ustedes es el general Avalos, que es el comandante en jefe del acantonamiento de Campo de Mayo. Ustedes decidan quién quieren que mande: o Avalos o yo. Pero alguien tiene que mandar". Disculpen que sea tan detallista, pero estos acontecimientos están profundamente grabados en mi memoria. No los protagonicé, pero fui un cercano espectador. Perón resolvió designar como director de Correos y Comunicaciones a Oscar Nicolini, un gran amigo de Evita, con quien Perón mantenía una relación sentimental. Esa fue la chispa que inició el incendio. Los opositores a Perón en el Ejército dijeron: "Este hombre nombra a cualquiera en los cargos públicos; no tiene en cuenta su idoneidad, ni sus antecedentes y lo hace a instancias de la amante que tiene a su lado." Se referían a Eva Duarte. Al día siguiente Perón, dado que el clima militar se le iba de alguna manera conmoviendo, resuelve presentar su renuncia. Pero se produce una división en el Ejército. El sector más numeroso, contagiado por el clima creado por la oposición política, económica y social al gobierno militar que en los hechos conducía Juan Perón decide aceptársela. Y le permite a Perón despedirse de sus colaboradores. Perón habla desde las escalinatas de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social —me parece que lo estuviera viendo— sobre la avenida Diagonal Sur, y una muchedumbre comienza espontáneamente a rodearlo. Él iba a despedirse de los empleados, según dijo, y de la gente que lo había acompañado en su gestión como ministro de Trabajo y Previsión Social de la Nación. Pero la gente ya empieza a gritar en la calle: ¡Presidente! ¡Presidente! Así, su figura comienza a crecer políticamente. Frente a ello, sus camaradas militares, con el general Avalos a la cabeza, a pesar de que tenía una entrañable amistad de muchos años con él, resuelve que Perón no solamente debe renunciar sino que también debe ser detenido. Por esa razón, Perón es llevado a la isla Martín García, que parece ser la destinataria de los magistrados sustituidos en el ejercicio de su poder, ya que por allí pasaron Hipólito Yrigoyen, y Juan Perón. De esa manera se genera un gran vacío de poder en la Argentina, ya que Perón queda detenido, y los dirigentes gremiales de entonces no estuvieron a la altura de sus antecedentes, puesto que dejaron que se lo llevaran preso. Ni siquiera amagaron con una resistencia más o menos fuerte frente a ese designio militar de encarcelar a Perón. Entonces, éste queda en la isla Martín García. Sin embargo, comienza entonces a producirse una situación que supera todas las previsiones, inclusive las de quienes observábamos muy de cerca el proceso, dado que frente al cúmulo de fuerzas que había desalojado a Perón del poder, no podíamos imaginar que pudiera nacer u organizarse un movimiento o una fuerza que se moviera en defensa del líder, en aquel entonces encarcelado. Es que todo el empresariado nacional, todos los partidos políticos, toda la prensa, la embajada de los Estados Unidos y todo lo que de alguna manera simbolizaba el poder en la Argentina, no sólo exige la prisión de Perón, sino —además— la disolución de todos los mecanismos, sobre todo sindicales, que se habían generado durante su gobierno y por medio de su famosa Secretaría de Trabajo y Previsión Social. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 10

El 14 de octubre comienzan a llegar algunas noticias al centro de la Capital; se sabe que manifestaciones obreras al grito de “¡Queremos a Perón!” se habían realizado en Tucumán, Salta y Entre Ríos. Y eso había empezado a generar una suerte de “pueblada” que todavía no preocupaba a las autoridades ni al poder, pero que comenzaron a sembrar confianza y optimismo entre los dirigentes adictos. El 16 de octubre de 1945 ya circula el rumor en la calle: al día siguiente va a haber una gran y espontánea manifestación popular para reclamar la libertad del entonces coronel Perón. El 17 de octubre núcleos de jóvenes, sobre todo, mal vestidos para la circunstancia de aquella época llegan a Plaza de Mayo. Si ustedes ven fotos del aquella época no van a dejar de ver que mucha gente iba con camisa y corbata; era inusual que hubiera por la calle gente solamente con camisa y mucho menos con la camisa abierta mostrando el torso. A las 10 de la mañana de ese día la Plaza de Mayo comienza a ser invadida por esos grupos que el diario La Prensa —tradicional opositor al peronismo— denominó “grupos de descamisados”, palabra que enseguida el peronismo incorporó en su lenguaje político, dándole otro significado. El gobierno entra, entonces, en una gran confusión porque no sabe qué hacer. Algunos reclamaban mano dura, es decir, la disolución a sangre y fuego de esas manifestaciones que comenzaban a poblar toda la Plaza de Mayo. Alguna vez en este mismo recinto —y evocando estos hechos— insinué una teoría contrafáctica. Las historias contrafáctica son aquellas que se plantean qué hubiera sucedido si... Por ejemplo, qué hubiera sucedido si Colón fallecía en su viaje hacia América, así como cualquier otro cambio significativo en la historia. Entonces, me interrogué acerca de qué hubiera pasado si, efectivamente, el Ejército hubiera reprimido esa manifestación popular. Es probable que hoy tuviéramos una Argentina distinta; no sé cuál. Pero es probable que todo lo que comenzó a suceder en la historia argentina después del 17 de octubre no hubiera ocurrido tal como ocurrió. Creo que para bien los militares decidieron no reprimir; intentaron impedir que la gente llegara a Plaza de Mayo, cortaron los puentes, llenaron de policías las calles de Buenos Aires y trataron de que no hubiese desmanes ni agresiones. Otro de los hechos significativos del 17 de octubre fue que se trató de una fiesta popular, no hubo un sólo desmán, no hubo una sola vidriera rota. Tengo aquí las impresiones de muchos argentinos de aquel entonces empezando por Delfina Gálvez de Bunge, una señora de la aristocracia argentina que escribe en el diario El Pueblo “...la verdad es que quedamos todos admirados. Cuando vi a la gente que pasaba por la puerta de mi casa, lo primero que hice fue cerrar los balcones porque pensé que nos iban a agredir, pero de repente me di cuenta de que era una manifestación pacífica, que muchos de los que manifestaban lo hacían alegremente y todos cantaban...” Ninguno imprecaba, ninguno insultaba; solamente cantaban sus propios cantos que los fueron improvisando a lo largo de la tarde. Esa tarde del miércoles 17 de octubre de 1945 quedó fundado el Movimiento Peronista. En esa tarde del 17 de octubre, cuando Perón había cumplido recién sus cincuenta años, se divide la historia argentina del siglo XX en dos partes: anterior al 17 y posterior al 17. Ese período posterior al 17 de octubre llega hasta nuestros días; ya está en el siglo XXI. No fue un 17 excluyente sino integrador. En la Plaza de Mayo no se escuchaban expresiones en contra de ningún sector, aunque sí algunas bromas, sobre todo a los socialistas y, por supuesto, a lo que denominábamos la oligarquía. Recuerdo que con un grupo no muy numeroso de estudiantes cuando escuchamos a otro grupo que gritaba en forma enardecida "alpargatas sí, libros no", nos acercamos y les dijimos: 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 11

"Compañeros, esto no es así. Nosotros somos estudiantes y estamos con este movimiento". "Pero qué me la venís a contar a mí. Si sos estudiante, vos estás con la oligarquía. Dejame de macanas", nos dijeron. Claro, usábamos saco y corbata. Y si bien la vestimenta no era homogénea, era una suerte de expresión de la categoría social que cada uno de nosotros investía. La Plaza se llenó. ¿Cuántos hubo? No sé. Los primeros cálculos de las entrañas de la propaganda del peronismo hablaban de 300.000 personas. Imposible. Ni aun ahora se pueden llevar 300.000 personas a la Plaza de Mayo. Tal vez había de 80.000 a 100.000 personas, cifra que para la época era mucho. Tengamos en cuenta que no se utilizaron los medios de comunicación para convocar a la gente. Estos no eran compañeros llevados en micro ómnibus por un sandwich y una Coca Cola. Los muchachos salieron de las fábricas y se fueron a la Plaza de Mayo con sus uniformes de trabajo, marchando alegremente. Tengo presente la vivencia de cuándo me di cuenta de que había triunfado el movimiento del 17 de octubre. En Avenida de Mayo, entre Chacabuco y Perú, había dos filas de cosacos, es decir, de policía montada, una a cada lado de la calle, y venía por esa avenida una manifestación obrera. Eran los muchachos de los frigoríficos con sus delantales, incluso manchados de sangre porque trabajaban en los mataderos. Ni siquiera se habían sacado el guardapolvo de fajina. Entonces les dije a mis amigos: "Muchachos, acá se terminó. En cuanto la cabeza de esa manifestación se junte o intente pasar por este desfiladero de policías, de cosacos, listos para emplear las armas que llevaban y que las mostraban, se va a terminar la vía pacífica de esta manifestación. Prepárense para lo peor". La columna obrera seguía avanzando por Plaza de Mayo, cruzaron la calle Carlos Pellegrini —no existía la avenida 9 de Julio—, llegaron a Tacuarí y luego a Chacabuco. A los muchachos no les importaba que estuviera apostada la policía allí con todo su armamento. Entonces, comenzaron a entrar en ese desfiladero formado por dos filas de cosacos. Ahí vino nuestra sorpresa. Cuando entra la primera cabeza de la manifestación, los policías que estaban montados a caballo los miraron, hasta que uno de ellos se sacó la gorra, la tiró por el aire y dijo: "¡Viva Perón, carajo!” Ahí se terminó la posibilidad de que hubiera violencia el 17 de octubre. ¿Por qué no vamos a reconocerlo si es la realidad? La misma policía participaba del festejo. No tenía órdenes de reprimir y no lo hizo. El mismo Ejército al final se convenció de que lo mejor era traer a Perón para que aquietara los humores de la muchedumbre, lo cual ocurrió más o menos a las 11 de la noche. A partir de allí la historia es más conocida por lo que voy a omitir contarla. Sé que hay muchos que históricamente no han aceptado este hecho, en parte porque consideran que fue producto del poder. Sin el poder que todavía estaba en manos de militares peronistas o amigos de Perón —por ejemplo el jefe de policía— hubiera sido muy difícil dejar que la muchedumbre avanzase y llenase todos los recodos de la Plaza de Mayo a un solo grito: "Perón sí, otro no". Sé que hay gente que dice eso. Pero tuvieron que venir otros cincuenta años, donde ya no el poder del Estado, de los militares, de las estructuras represivas puestas a disposición de un partido y todos aquellos factores espurios facilitaban el concurso de los militantes peronistas, para verificar —lo digo con toda honradez y honestidad— que el 17 de octubre fue una fecha clave para la historia de los argentinos. Significó un gesto de renovación política profunda, un gesto de movilización social como no tenía precedentes la historia del país, significó la afirmación del principio de igualdad —que los argentinos teníamos bastante devaluado por aquel tiempo— y significó cambios fundamentales en la vida del país que todavía no han terminado. Tal vez ni siquiera han empezado todavía. Sr. Presidente. — La Presidencia adhiere profundamente a sus palabras de homenaje a don Juan 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 12

Domingo Perón. — Se aprueba. Sr. Presidente. — Queda, entonces, rendido el homenaje. 5 Homenaje al 25/ aniversario del papado de Su Santidad Juan Pablo II Sr. Presidente. — A continuación, se dará lectura al texto correspondiente al homenaje a su Santidad Juan Pablo II al cumplirse el 25/ aniversario de su papado. Sr. Secretario (Estrada). — (Lee:) [Expte S 2471/03] — Se aprueba Sr. Presidente. — Queda rendido el homenaje. 6 Condolencias por la desaparición de integrantes de la familia Olmedo Sr. Presidente. — A continuación, corresponde considerar el proyecto de declaración por el que se expresan condolencias por el hallazgo de los restos del joven Gustavo Gabriel Olmedo. Sr. Yoma. — Solicito que se lea, señor presidente. Sr. Presidente. — Por Secretaría se dará lectura. Sr. Secretario (Estrada). — (Lee:) [Expte 2485/03] Sr. Presidente. — En consideración el proyecto. Sr. Yoma. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Yoma. Sr. Yoma. — Señor presidente: recién rendimos homenaje a dos grandes hombres de la historia argentina. En este caso no se trata de una figura pública pero creo que tiene la misma envergadura y constituye un símbolo de lo que ha vivido en los últimos años nuestro país. Hace pocas semanas, en el barrio de San Vicente de la ciudad de Córdoba, la Justicia provincial encontró una fosa común con los restos de setenta detenidos-desaparecidos que estuvieron secuestrados en el campo de concentración La Perla de la provincia de Córdoba. El equipo de antropología forense de la Justicia de esa provincia está trabajando y esclareciendo, a través de los estudios de ADN correspondientes, las identidades de los jóvenes detenidos- desaparecidos que han sido encontrados en esta fosa común. Días atrás, el viernes pasado, luego de la realización de estudios, se determinó que uno de ellos es el joven Gustavo Gabriel Olmedo, un estudiante de Ingeniería que fuera secuestrado a los diecinueve años por la dictadura militar. Fue encontrado con los pies y las manos atadas, un balazo en la sien y otro en el corazón. Junto a él desapareció su hermano, Tomás Horacio Olmedo, la esposa de él —Graciela— y su hijo, también llamado Tomás Horacio Olmedo, quienes continúan desaparecidos. Es decir, una familia riojana, como miles de familias argentinas, absolutamente diezmadas por la dictadura militar y por el terrorismo de Estado. El 22 la Justicia de Córdoba va a hacer entrega de los restos a la familia de Gustavo Gabriel y el 24, en mi provincia, en Chilecito, el pueblo profundamente conmovido por esta circunstancia va a proceder a rendirle el homenaje correspondiente y la cristiana sepultura. En una parte, esta familia encontró la paz: tienen por lo menos un lugar en donde dejarle una flor a ese hijo muerto. Pero faltan tres miembros de la familia que todavía continúan desaparecidos. Tomás Horacio, que era compañero mío en la universidad, tenía veintidós años cuando desapareció, lo mismo que su mujer. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 13

Yo simplemente quiero que este Senado traslade a la sociedad riojana y particularmente a la familia Olmedo su pesar, su condolencia y su solidaridad. Era un hogar radical; el hermano mayor de ellos fue candidato a vicegobernador del radicalismo en las últimas elecciones del 27 de abril. La mamá de ellos vive en Salta, está radicada en esa provincia junto a una hermana y, obviamente, junto a todas las organizaciones de Derechos Humanos, sigue después de veintisiete años buscando el paradero de sus hijos. Reitero: simplemente deseo que este cuerpo exprese sus condolencias, dado el profundo dolor y la conmoción que siento, no sólo por tratarse de compañeros y de amigos entrañables sino también por el convencimiento de que no hay lugar para el olvido ni para el perdón sino que tiene que haber Justicia para los responsables de estos crímenes. La justicia divina está asegurada; falta la justicia de los hombres. Hoy, más que nunca, quiero además valorar el hecho que produjo el gobierno nacional cuando ratificó el tratado por la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad y que luego ratificó este Congreso, dándole jerarquía constitucional. Tenemos que apoyar a todas las organizaciones de Derechos Humanos; y sé que hay algunas que están buscando el paradero. Tenemos una luz de esperanza, porque creemos que el chico, que fue secuestrado siendo bebé, vive. Parece que está detectado y se están haciendo los trabajos del caso. Pero, reitero, no podemos retacear el apoyo a las organizaciones de Derechos Humanos; no podemos retacear la firme voluntad de este Congreso, a partir de esta decisión importante del presidente de la República, en cuanto al juicio y castigo a los responsables. Vaya la paz, el consuelo para la familia Olmedo, un gran abrazo y el recuerdo para Gustavo Gabriel, que hoy tendría cuarenta y ocho años. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se procederá en consecuencia. 7 Inserción Sr. Cafiero. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Cafiero. Sr. Cafiero. — Señor presidente: solicito la inserción de mis palabras en la resolución de homenaje al Papa Juan Pablo II. — Asentimiento. Sr. Presidente. — Así se hará. 8 Plan de Labor Sr. Presidente. — Obra sobre las bancas de los señores senadores el plan de labor aprobado en el plenario de labor parlamentaria celebrado ayer. Por Secretaría se dará lectura: Sr. Secretario (Estrada). — (Lee:) "Plan de labor parlamentaria para la sesión del día 15-10-03: - Consideración en conjunto de los Ordenes del Día con proyectos de comunicación, resolución o declaración, que por Secretaría se enunciarán. - Consideración de los Ordenes del Día con proyectos de ley: 460, 612, 692, 714, 332, 750, 751, 753, 780 y 835. Tratamientos sobre tablas a solicitar: 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 14

S Proyecto de ley en revisión por el que se modifica la ley sobre regulación de tierras para viviendas.(CD.128/02) S Dictamen en el proyecto de ley en revisión sobre modificación a la Ley de Procedimiento Tributario.(CD. 61/03) Sesión para consideración de acuerdos. Asuntos que hayan sido reservados en mesa. Sr. Presidente. — En consideración el plan de labor. Sr. Pichetto. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: dado el compromiso de todos los bloques de proceder a votar sin discusión estos temas, dado que todos tienen dictamen de comisión y han sido largamente debatidos, voy a pedir que se autorice por Presidencia a que los senadores puedan insertar sus discursos en cada uno de los proyectos. Sr. Presidente. — Así se hará, señor senador. Sr. Baglini. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — Supongo que estamos hablando de los primeros puntos, que son los dictámenes que contaron con unanimidad en las comisiones y no de los dos que siguen a continuación, entre los cuales se encuentra el de reforma impositiva. Sr. Presidente. — Sí; se ha acordado que los proyectos sobre tablas quedaban abiertos al debate. El señor senador Pichetto se refiere a los órdenes del día que contienen proyectos de comunicación, resolución o declaración sin observaciones, que luego se enunciarán por Secretaría. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Había un compromiso sobre todos los temas. Vamos a tener que invitar al señor senador Baglini a que vaya siempre a las reuniones de Labor Parlamentaria. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — No fue así el compromiso, señor presidente. El compromiso fue sólo sobre los dos primeros puntos y no sobre los asuntos a considerar sobre tablas. En este sentido, no podría haberse asumido ningún compromiso, porque nosotros hemos hecho observaciones al texto que sancionó la Cámara de Diputados antes de que el proyecto se sancionase y mi firma no forma parte de las que suscriben ese dictamen. Sr. Maestro. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Con el fin de conciliar un poco las posiciones quiero señalar que es cierto que en la reunión de Labor Parlamentaria se acordó que los órdenes del día se iban a tratar sin discursos, pero el señor presidente de la bancada justicialista recordará que, con referencia a los expedientes a considerar sobre tablas, se dijo que seguramente el señor senador Baglini iba a hablar sobre el proyecto de ley de procedimiento tributario. Sr. Pichetto. — Está bien, señor presidente. Sr. Presidente. — Entonces hay acuerdo. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el plan de labor aprobado en el plenario de Labor Parlamentaria. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobado el plan de labor. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 15

9 Acuerdos Embajador extraordinario y plenipotenciario Sr. Presidente. — A fin de dar cumplimiento con el artículo 22 del Reglamento, se dará lectura a los mensajes ingresados solicitando acuerdos. Sr. Secretario (Estrada). — Ha ingresado el mensaje 884/03 del Poder Ejecutivo, por el que se solicita acuerdo para designar embajador extraordinario y plenipotenciario al señor general Martín Antonio BALZA. Sr. Presidente. — Pasa a la Comisión de Acuerdos. 10 Incorporación de un asunto entre los tratamientos sobre tablas Sr. Salvatori. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Salvatori. Sr. Salvatori. — En la reunión de labor parlamentaria expusimos nuestra preocupación sobre un proyecto de ley sancionado por este Congreso; me refiero al de técnica de confusión sexual para combatir la carpocapsa, en el cual se conjuga el esfuerzo del gobierno y de las provincias frutihortícolas, fundamentalmente Mendoza, el Neuquén y Río Negro. El tema es que según la interpretación legal de la Administración Federal de Ingresos Públicos, los beneficios de las exenciones impositivas que se habían contemplado para la carpocapsa alcanzan solamente a los importadores. Pero ese no fue el espíritu de los legisladores. Por lo tanto, atendiendo a un requerimiento de los productores y de los gobiernos provinciales, la Cámara de Diputados elaboró con toda celeridad este proyecto que obra en Secretaría y para el cual pido el tratamiento sobre tablas, a fin de dar respuesta a este problema y batalla frontal contra esta plaga que determinaría la imposibilidad de competir en los mercados mundiales con una producción que se aproxima a más de 300 millones de dólares. Aclaro que este proyecto que ingresó en la Cámara de Senadores cuenta con dictamen de la Comisión de Agricultura y Ganadería, pero no de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, por cuanto no se ha reunido, pero he conversado el tema con el presidente de dicha comisión y él me ha expresado su beneplácito, en función del acuerdo que prestaron el subsecretario de Ingresos Públicos, Mario Presa, y el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Horacio Castagnolo. También quiero destacar el apoyo que recibimos del senador Miguel Ángel Pichetto, presidente de la bancada justicialista. — Asentimiento. Sr. Presidente. — Entonces, se incorpora como sobre tablas en los proyectos a tratar oportunamente. 11 Inserciones Sr. Gómez Diez. — Señor presidente: quiero certificar si se han votado las inserciones. Si no se lo ha hecho es conveniente hacerlo, respecto de los temas en debate. Sr. Presidente. — Corresponde votar las inserciones en su conjunto. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Se procederá en consecuencia. 1

1 Ver el Apéndice. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 16

12 Orden del Día N/ 767 Cierre de la auditoría de los estados financieros de distintos programas Sr. Presidente.— Corresponde considerar en conjunto los órdenes del día con proyectos de comunicación, resolución y declaración sin observaciones que por Secretaría se enunciarán, sin perjuicio de que en el Diario de Sesiones figuren como de costumbre. En primer lugar, el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en el pedido de informes solicitado por la Auditoría General de la Nación acerca de los motivos que obstan al cierre de la auditoría de los estados financieros de distintos programas. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 767) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 767 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 13 Orden del Día N/ 768 Proyecto de Desarrollo de Juzgado Modelo Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en las resoluciones remitidas por la Auditoría General de la Nación sobre estados financieros del Proyecto de Desarrollo de Juzgado Modelo. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 768) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 768 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 14 Orden del Día N/ 769 Fondo Emergencia para Inundaciones Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre una Auditoría de Gestión sobre el Fondo de Emergencia para Inundaciones, ley 24.959. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 769) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 769 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 17

— En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 15 Orden del Día N/ 770 Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre verificación de contratos del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 770) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 770 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 16 Orden del Día N/ 771 Corredor Vial 10 Sr. Presidente.— Corresponde considerar los dictámenes, en mayoría y en minoría, Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre auditoría de gestión en el ámbito del Corredor Vial 10 concesionado por Covicentro S.A.. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 771) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 771 y anexo Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 17 Orden del Día N/ 772 Comisión Nacional de Energía Atómica Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estados contables en el ámbito de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 772) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 772 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 18

Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 18 Orden del Día N/ 773 Ente Nacional Regulador del Gas Sr. Presidente.— Corresponde considerar los dictámenes, en mayoría y en minoría, de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre informe de auditoría referido al Ente Nacional Regulador del Gas. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 773) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 773 y anexo Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 19 Orden del Día N/ 774 Estados Contables del Hospital de Pediatría “Profesor doctor Juan P. Garrahan” Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la documentación remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estados contables en el ámbito del Hospital de Pediatría Profesor doctor Juan P. Garrahan”. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 774) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 774 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 20 Orden del Día N/ 775 Proyecto de Asistencia Técnica para la Administración Nacional de Seguridad Social Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estados financieros del Proyecto de Asistencia Técnica para la Administración Nacional de Seguridad Social. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 775) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 775 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 21 Orden del Día N/ 776 Programa Sectorial de Apoyo al Equilibrio Fiscal y a la Gestión Social 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 19

Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estado de la cuenta de depósito del Programa Sectorial de Apoyo al Equilibrio Fiscal y a la Gestión Social. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 776) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 776 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 22 Orden del Día N/ 777 Aerolíneas Argentinas S.E. Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la respuesta remitida por la Jefatura de Gabinete de Ministros con relación a una resolución aprobada por el Honorable Congreso sobre la necesidad de adecuar a la normativa legal la actuación de Aerolíneas Argentinas S.E.. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 777) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 777 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 23 Orden del Día N/ 778 Privatización de Aerolíneas Argentinas Sr. Presidente.— Corresponde considerar los dictámenes, en mayoría y en minoría, de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la respuesta remitida por la Jefatura de Gabinete de Ministros con relación a una resolución aprobada por el Honorable Congreso referida a la privatización de Aerolíneas Argentinas. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 778) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 778 y anexo Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 24 Orden del Día N/ 779 Confección de sellos postales conmemorativos 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 20

Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión y de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el proyecto de comunicación del señor senador Jenefes por el que se solicita la confección de una serie de sellos postales conmemorativos a la declaración de Quebrada de Humahuaca como patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad. (Orden del Día Nº 779) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 779 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 25 Orden del Día N/ 781 “Modelo de organización cooperativa” Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisión de Economías Regionales, Micro, Pequeña y Mediana Empresa en el proyecto de resolución del señor senador Moro por el que se declara de interés del Honorable Senado de la Nación al Modelo de organización cooperativa desarrollado por la Cooperativa de Comercialización para Productores “Empresas Quality Cooperación Limitada”, domiciliada en la provincia de Santa Fe, por su aporte al impulso de la economía social de la región. (Orden del Día Nº 781) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 781 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se procederá en consecuencia. 26 Orden del Día N/ 782 Puesta en funcionamiento de una fábrica en Monterrico, Jujuy Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisión de Economías Regionales, Micro, Pequeña y Mediana Empresa en el proyecto de declaración del señor senador Jenefes por el que se declara beneplácito y satisfacción ante el nuevo emprendimiento productivo de la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy por la puesta en funcionamiento de una fábrica de cigarrillos en la localidad de Monterrico, provincia de Jujuy. (Orden del Día Nº 782) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 782 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 21

27 Orden del Día N/ 783 Pago de una deuda a productores yerbateros de Misiones Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisión de Economías Regionales, Micro, Pequeña y Mediana Empresa en el proyecto de declaración del señor senador Losada por el que se expresa satisfacción por el cumplimiento por parte del actual gobierno nacional de la deuda existente con los productores yerbateros de la provincia de Misiones desde el año 2001. (Orden del Día Nº 783) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 783 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 28 Orden del Día N/ 784 Situación de las micro, pequeñas y medianas empresas en los operativos de control de empleo informal

Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisión de Economías Regionales, Micro, Pequeña y Mediana Empresa en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicita al Poder Ejecutivo nacional, a través de la Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Economía Regional, a fin de que establezca acuerdos con el Ministerio de Trabajo y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), para que, en los operativos de control de empleo informal y trabajo en negro que se llevarán a cabo, se contemple razonablemente la situación de las micro, pequeñas y medianas empresas. (Orden del Día Nº 784) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 784 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 29 Orden del Día N/ 785 Listado de actividades que justifiquen regímenes jubilatorios especiales Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Guinle por el que se solicita la elaboración del listado de actividades que justifiquen regímenes jubilatorios especiales. (Orden del Día Nº 785) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 785 Sr. Presidente. — En consideración en general. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 22

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 30 Orden del Día N/ 786 Servicio de Conciliación Laboral Obligatorio Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Morales y de la señora senadora Arancio de Beller por el que se solicitan informes acerca de la cantidad de reclamos presentados por ante el Servicio de Conciliación Laboral Obligatorio. (Orden del Día Nº 786) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 786 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 31 Orden del Día N/ 787 Regularización de los servicios del PAMI en Río Negro Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de resolución del señor senador Falcó por el que se solicita garantizar las prestaciones del PAMI en Río Negro. Se aconseja aprobar un proyecto de comunicación. (Orden del Día Nº 787) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 787 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 32 Orden del Día N/ 788 Incorporación del personal de LAPA a Intercargo S.A.C. Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Maestro por el que se solicita la incorporación a Intercargo S.A.C. del personal contratado de LAPA que opera en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, Chubut. (Orden del Día Nº 788) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 788 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 23

Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 33 Orden del Día N/ 789 Plan Jefes de Hogar Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicitan informes acerca de la ejecución del Plan Jefes de Hogar. (Orden del Día Nº 789) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 789 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 34 Orden del Día N/ 790 XXII Congreso Nacional de Trabajo Social y el Encuentro de Asociaciones Profesionales del Mercosur Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de resolución de la señora senadora Gómez de Bertone y otros señores senadores por el que se declara de interés parlamentario el XXII Congreso Nacional de Trabajo Social y el Encuentro de Asociaciones Profesionales del Mercosur “El desafío de ser argentino”. (Orden del Día Nº 790) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 790 Sr. Secretario (Estrada). — Secretaría informa que por tratarse de un evento vencido corresponde su pase al Archivo. Sr. Presidente. — En consideración. Se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 35 Orden del Día N/ 791 Preservación del monte natural en Misiones Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de comunicación del señor senador Puerta por el que se solicita se preste colaboración en la preservación del monte natural en la provincia de Misiones. (Orden del Día Nº 791) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 791 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 24

36 Orden del Día N/ 792 Controles sobre la venta de agroquímicos y semillas adulteradas Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de comunicación del señor senador Gómez Diez por el que se solicita se intensifiquen los controles sobre la venta de agroquímicos y semillas adulteradas. (Orden del Día Nº 792) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 792 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 37 Orden del Día N/ 793 Plan Manos a la Obra Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicitan informes acerca del Plan Manos a la Obra. (Orden del Día Nº 793) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 793 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 38 Orden del Día N/ 794 Solución al problema que afecta a ex agentes de Jujuy Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Jenefes por el que se solicita se arbitren las medidas correspondientes a fin de dar solución al problema que afecta a los ex agentes de Jujuy con relación a sus beneficios previsionales. (Orden del Día Nº 794) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 794 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 39 Orden del Día N/ 795 Creación del Hotel Social y Turístico del Gran Rosario Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 25

Social en el proyecto de declaración de la señora senadora Latorre por el que se declara de interés de este honorable cuerpo el proyecto de creación del Hotel Social y Turístico del Gran Rosario, Rosario, provincia de Santa Fe. (Orden del Día Nº 795) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 795 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 40 Orden del Día N/ 796 Adjudicación de cupos del Plan Trabajar a Río Negro Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicita se adjudiquen cupos del Plan Trabajar a la provincia de Río Negro. (Orden del Día Nº 796) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 796 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 41 Orden del Día N/ 797 Programa Fuego de la Unión Europea Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de comunicación del señor senador Salvatori por el que se solicita se instruya a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) la implementación de un sistema similar al denominado Plan Nacional de Manejo del Fuego. (Orden del Día Nº 797) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 797 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 42 Orden del Día N/ 798 Auditoría al SENASA Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de comunicación de la señora senadora Curletti y del señor senador Taffarel por el que se solicita se proceda a auditar el accionar del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). (Orden del Día Nº 798) 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 26

— El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 798 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 43 Orden del Día N/ 799 Sistema de Soporte de Decisiones del Neuquén Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de declaración del señor senador Salvatori por el que se manifiesta beneplácito por la confección del Sistema de Soporte de Decisiones del Neuquén, realizado por el INTA-Bariloche. (Orden del Día Nº 799) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 799 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 44 Orden del Día N/ 800 Labor social del Ejército Argentino Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Defensa Nacional en el proyecto de declaración del señor senador Martí por el que se expresa reconocimiento a la labor social del Ejército durante el 2001. (Orden del Día Nº 800) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 800 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 45 Orden del Día N/ 801 “Estudio comparado de políticas de defensa” Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Defensa Nacional en el proyecto de declaración del señor senador Martí por el que se declara de interés de este cuerpo el trabajo de investigación “Estudio comparado de políticas de defensa” que se celebrará entre el 15 de agosto y el 15 de octubre del corriente año en la Ciudad de Buenos Aires. (Orden del Día Nº 801) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 801 Sr. Presidente. — En consideración en general. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 27

Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 46 Orden del Día N/ 802 Fabricación de aviones Pampa Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Defensa Nacional en el proyecto de comunicación del señor senador Martí por el que solicita se impulse el proyecto de modernización y fabricación de aviones de entrenamiento básico avanzado, Pampa, elaborado por la Fuerza Aérea. (Orden del Día Nº 802) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 802 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 47 Orden del Día N/ 803 Ex Fábrica Militar ECA Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Defensa Nacional en el proyecto de comunicación del señor senador Salvatori por el que se solicitan informes respecto del cierre de la ex Fábrica Militar ECA. (Orden del Día Nº 803) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 803 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 48 Orden del Día N/ 804 Construcción de submarinos en los Astilleros Tandanor Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las Comisión de Defensa Nacional en el proyecto de comunicación del señor senador Morales y de la señora senadora Arancio de Beller por el que se solicitan informes sobre la construcción de submarinos del proyecto TR 1700 en los Astilleros Tandanor. (Orden del Día Nº 804) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 804 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 28

49 Orden del Día N/ 805 Extensión del Programa de Ingreso Universal para Adultos Mayores a todas las provincias Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Trabajo y Previsión Social en el proyecto de comunicación de la señora senadora Latorre (I) y del señor senador Guinle (II) por el que se solicita se haga extensivo el Programa de Ingreso Universal para Adultos Mayores a todas las provincias. Se aconseja aprobar otro proyecto de comunicación. (Orden del Día Nº 805) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 805 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 50 Orden del Día N/ 807 Empresa de Cargas Aéreas del Atlántico Sud S.A. Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estados contables en el ámbito de la Empresa de Cargas Aéreas del Atlántico Sud S.A.. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 807) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 807 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 51 Orden del Día N/ 808 Proyecto de Infraestructura y Gestión de Desagües Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre estados financieros del Proyecto de Infraestructura y Gestión de Desagüe, Convenio de donación 25.819. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 808) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 808 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 29

52 Orden del Día N/ 809 Ex Secretaría de Obras y Servicios Públicos Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre un examen especial en el ámbito de la ex Secretaría de Obras y Servicios Públicos. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 809) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 809 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 53 Orden del Día N/ 810 Comisión Nacional de Valores Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre auditoría de gestión en el ámbito de la Comisión Nacional de Valores. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 810) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 810 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 54 Orden del Día N/ 811 Instituto Nacional de Estadísticas y Censos Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre evaluación de la gestión de un programa en el ámbito del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 811) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 811 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 30

55 Orden del Día N/ 812 Centro Nacional de Reeducación Social Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre un informe de auditoría realizado en el ámbito del Centro Nacional de Reeducación Social. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 812) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 812 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 56 Orden del Día N/ 813 Dirección General de Aduanas Sr. Presidente.— Corresponde considerar los dictámenes, en mayoría y en minoría, de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación con relación al informe de auditoría en el ámbito de la Dirección General de Aduanas. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 813) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 813 y anexo Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 57 Orden del Día N/ 814 Secretaría de Obras Públicas Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resolución remitida por la Auditoría General de la Nación sobre auditoría en el ámbito de la Secretaría de Obras Públicas. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 814) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 814 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 31

Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 58 Orden del Día N/ 815 Subsecretaría de Transporte Aerocomercial Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en la resoluciones remitidas por la Auditoría General de la Nación sobre auditoría de gestión en el ámbito de la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. (Orden del Día Nº 815) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 815 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 59 Orden del Día N/ 816 Construcción de Vivienda para la Armada Sr. Presidente.— Corresponde considerar el dictamen de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en las resoluciones remitidas por la Auditoría General de la Nación y en la comunicación de la Jefatura de Gabinete de Ministros referidos a la empresa Construcción de Vivienda para la Armada. Se aconseja su remisión al Archivo. (Orden del Día Nº 816) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 816 Sr. Presidente. — En consideración. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 60 Orden del Día N/ 817 Construcción de un helipuerto en las cataratas del Iguazú Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el proyecto de resolución del señor senador Falcó (I) y en el de comunicación del señor senador Losada (II), referido a la construcción de un helipuerto en las cataratas del Iguazú. Se aconseja aprobar un proyecto de comunicación. (Orden del Día Nº 817) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 817 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 32

Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 61 Orden del Día N/ 818 Protocolo de Cartagena referido a la Seguridad de la Biotecnología Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el proyecto de comunicación de las señoras senadoras Müller y Sapag por el que se solicitan informes acerca de la implementación del Protocolo de Cartagena referido a la Seguridad de la Biotecnología. (Orden del Día Nº 818) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 818 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 62 Orden del Día N/ 819 Programa de Ozono Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el proyecto de comunicación del señor senador Morales y de la señora senadora Arancio de Beller por el que se solicita la implementación del Programa de Ozono, donación BIRF OTF 22.031, en el marco del cumplimiento del Protocolo de Montreal (ley 23.778). (Orden del Día Nº 819) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 819 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 63 Orden del Día N/ 820 Utilización de laboratorios científicos brasileños por parte de investigadores argentinos Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración del señor senador Cafiero por el que se manifiesta beneplácito por la iniciativa del Brasil de ofrecer a investigadores argentinos la utilización de sus laboratorios científicos. (Orden del Día Nº 820) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 820 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 33

Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 64 Orden del Día N/ 821 Demandas judiciales que deberá afrontar el Estado en tribunales internacionales Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Justicia y Asuntos Penales en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicitan informes acerca de las demandas judiciales que deberá afrontar el Estado en tribunales internacionales. (Orden del Día Nº 821) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 821 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 65 Orden del Día N/ 822 Instituto Monetario del Mercosur Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Economía Nacional e Inversión en el proyecto de comunicación del señor senador Moro y de la señora senadora Curletti por el que se manifiesta beneplácito por la constitución del Instituto Monetario del Mercosur. (Orden del Día Nº 822) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 822 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 66 Orden del Día N/ 823 Emprendimientos acuícolas marinos en el canal de Beagle Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en el proyecto de declaración del señor senador Daniele por el que se declara de interés de este cuerpo legislativo el proyecto piloto comercial de emprendimientos acuícolas marinos a escala artesanal en el canal de Beagle. (Orden del Día Nº 823) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 823 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 34

67 Orden del Día N/ 826 Pesar por la muerte de un camarógrafo en Irak Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión en el proyecto de declaración del señor senador Jenefes por el que se manifiesta pesar por la muerte de un camarógrafo en Irak. (Orden del Día Nº 826) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 826 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 68 Orden del Día N/ 827 Instalación de cabinas telefónicas en Jujuy Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión en el proyecto de comunicación del señor senador Jenefes por el que se solicita la instalación de cabinas telefónicas en el pueblo de Barrios y Nuevo Pirquitas, Jujuy. (Orden del Día Nº 827) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 827 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 69 Orden del Día N/ 828 Otorgamiento del premio Juntos Educar 2003 Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración de la señora senadora Isidori por el que se manifiesta beneplácito por el otorgamiento del premio Juntos Educar 2003. (Orden del Día Nº 828) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 828 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 70 Orden del Día N/ 829 Día del Maestro Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 35

Ciencia y Tecnología en distintos proyectos de declaración de varios señores senadores por los que se adhieren a la conmemoración del Día del Maestro. Se aconseja aprobar otro proyecto de declaración. (Orden del Día Nº 829) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 829 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 71 Orden del Día N/ 830 LII Fiesta Nacional de los Estudiantes y XVIII Congreso Nacional de la Juventud en Jujuy Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración del señor senador Jenefes por el que se declara de interés de esta Honorable Cámara la LII Fiesta Nacional de los Estudiantes y otro evento conexo a realizarse en Jujuy. (Orden del Día Nº 830) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 830 Sr. Secretario (Estrada). — Secretaría informa que por tratarse de un evento vencido corresponde su pase al Archivo. Sr. Presidente. — En consideración. Se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consecuencia, pasa al Archivo. 72 Orden del Día N/ 831 Congresos Internacional de Mediación Cognitiva y Regional del Desarrollo del Pensamiento y los Talentos Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración del señor senador Gioja por el que se declara de interés de este cuerpo el I Congreso Internacional de Mediación Cognitiva y el I Congreso Regional del Desarrollo del Pensamiento y los Talentos, organizados por la Universidad de Mendoza. (Orden del Día Nº 831) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 831 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 36

73 Orden del Día N/ 832 Día del Inmigrante Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en distintos proyectos de varios señores senadores por el que se adhiere a la celebración del Día del Inmigrante. Se aconseja aprobar un proyecto de declaración. (Orden del Día Nº 832) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 832 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 74 Orden del Día N/ 833 Foro Ecuménico Pro Humanitas de Rosario, Santa Fe Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración de la señora senadora Latorre por el que se declara de interés al Foro Ecuménico Pro Humanitas de la ciudad de Rosario, Santa Fe. (Orden del Día Nº 833) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 833 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 75 Orden del Día N/ 834 I Jornada de Educación “Los desafíos de la educación en el siglo XXI” Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de declaración de la señora senadora Latorre por el que se declara de interés la I Jornada de Educación “Los desafíos de la educación en el siglo XXI”. (Orden del Día Nº 834) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 834 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 37

76 Orden del Día N/ 836 Pago único de peaje en dos rutas de Corrientes Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Asuntos Administrativos y Municipales y de Infraestructura, Vivienda y Transporte en el proyecto de comunicación del señor senador Chiappe por el que se solicita se abone una sola vez la tarifa de peaje en puestos de las rutas 12 y 14 en Corrientes. (Orden del Día Nº 836) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 836 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 77 Orden del Día N/ 838 Obra artística del doctor Luis María Drago en la sede de la OEA Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación del señor senador Menem por el que se solicita la colocación de una obra artística que recuerde al doctor Luis M. Drago en la sede de la Organización de los Estados Americanos. (Orden del Día Nº 838) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 838 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 78 Orden del Día N/ 839 I Congreso Internacional La Cultura de la Cultura en el Mercosur Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de declaración de la señora senadora Perceval por el que se declara de interés cultural el I Congreso Internacional La Cultura de la Cultura en el Mercosur. (Orden del Día Nº 839) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 839 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 38

79 Orden del Día N/ 840 Reclamo ante la OMC para la eliminación de los subsidios sobre la producción algodonera Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación de la señora senadora Curletti por el que se solicita se reclame ante la OMC la eliminación de subsidios sobre la producción algodonera por parte de los Estados Unidos de América. (Orden del Día Nº 840) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 840 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 80 Orden del Día N/ 842 Acuerdo con Chile sobre transporte de personas y cargas Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación del señor senador Colazo por el que se solicita su promueva una reunión bilateral con Chile a fin de impulsar el acuerdo sobre transporte de personas y cargas entre localidades ubicadas en un mismo país con tránsito por territorio del otro. (Orden del Día Nº 842) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 842 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 81 Orden del Día N/ 843 Inclusión en convenios con Chile de la habilitación del paso fronterizo Peñas Negras, en La Rioja Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación de la señora senadora Maza por el que se solicita se incluya en los futuros convenios con Chile la habilitación del paso fronterizo Peñas Negras, en La Rioja. (Orden del Día Nº 843) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 843 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 39

82 Orden del Día N/ 844 Contenido de una agenda bilateral tratada con Chile Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicitan informes acerca del contenido de la agenda bilateral tratada con Chile recientemente. (Orden del Día Nº 844) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 844 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 83 Orden del Día N/ 845 Ejercicios militares en la Triple Frontera Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación del señor senador Falcó por el que se solicitan informes acerca de las acciones conjuntas llevadas a cabo en la Triple Frontera con la cooperación de Estados Unidos de América. (Orden del Día Nº 845) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 845 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 84 Orden del Día N/ 846 Reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de resolución del señor senador Moro y otros señores senadores por el que se apoya el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas efectuado ante el Comité de Descolonización de la ONU. (Orden del Día Nº 846) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 846 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 40

85 Orden del Día N/ 848 II Congreso Internacional de Ciencia Política y Relaciones Internacionales sobre el Mercosur Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de resolución de la señora senadora Perceval por el que se declara de interés cultural el II Congreso Internacional de Ciencia Política y Relaciones Internacionales sobre el Mercosur a realizarse en Mendoza, en mayo de 2004 y solicitando se lo declare de interés nacional. (Orden del Día Nº 848) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 848 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la resolución. Se procederá en consecuencia. 86 Orden del Día N/ 849 Compensación a países latinoamericanos por la política de subsidios agrícolas de los Estados Unidos de América Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de declaración del señor senador Falcó por el que se respalda el reclamo para que EE.UU. de América compense a los países latinoamericanos por los daños producidos por su política de subsidios agrícolas. (Orden del Día Nº 849) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 849 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 87 Orden del Día N/ 850 Programa de Sostenimiento de Cultos Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Relaciones Exteriores y Culto en el proyecto de comunicación de la señora senadora Escudero por el que se solicitan informes acerca de las transferencias realizadas en el marco del Programa 17 (Sostenimiento de Cultos). (Orden del Día Nº 850) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 850 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la comunicación. Se procederá en consecuencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 41

88 Orden del Día N/ 460 Modificación de la ley sobre asignaciones familiares Sr. Presidente. — Corresponde considerar a continuación los órdenes del día, que contienen con proyectos de ley, que se votarán conforme lo propuesto por el señor senador Pichetto, sin perjuicio de que en el Diario de Sesiones figuren como corresponde. En primer lugar, el dictamen de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda en el proyecto de ley del señor senador Guinle por el que se modifica el artículo 3/ y se incorpora un párrafo al artículo 18 de la ley 24.714 (asignaciones familiares) a fin de incrementar los topes máximos. (Orden del Día Nº 460) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 460 Sr. Presidente. — En consideración en general. Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Hago moción para que se vote en general y en particular. Sr. Presidente. — Si hay asentimiento, así se hará. — Asentimiento. Sr. Presidente. — En consideración los artículos 1° y 2°. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 89 Orden del Día N/ 612 Fondo para Educación y Promoción Cooperativa Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en el proyecto de ley en revisión sobre integración del Fondo para Educación y Promoción Cooperativa. (Orden del Día Nº 612) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 612 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley. Se harán las comunicaciones correspondientes. 90 Orden del Día N/ 692 Suspensión del procedimiento de inscripción de nacimientos Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Legislación General en el mensaje y proyecto de ley del Poder Ejecutivo por el que se suspende por el término de un año el procedimiento de inscripción de nacimientos (ley 16.478 y sus modificatorias), a fin de asentar a los menores de diez años que no hubieran sido inscriptos en el término legal. (Orden del Día Nº 692) — El texto es el siguiente: 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 42

Orden del Día Nº 692 Sr. Presidente . — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 91 Orden del Día N/ 714 Tratamiento del IVA en la producción de películas y grabaciones Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de ley en revisión sobre tratamiento del impuesto al valor agregado en la producción de películas y grabaciones. (Orden del Día Nº 714) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 714 Sr. Presidente . — En consideración en general. Tiene la palabra el señor senador Morales. Sr. Morales. — Señor presidente: quiero consignar mi voto negativo y pedir autorización para insertar los fundamentos. Sr. Presidente. — Ya están votadas las inserciones. Tiene la palabra la señora senadora Escudero. Sra. Escudero. — También dejo constancia de mi voto negativo y pido la inserción de los fundamentos. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el proyecto. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley. Se harán las comunicaciones correspondientes. 92 Orden del Día N/ 332 Día Nacional del Remero Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Interior y Justicia y de Deportes en el proyecto de ley en revisión por el que se declara al 11 de abril como Día Nacional del Remero, en conmemoración del natalicio de Alberto Demiddi. (Orden del Día Nº 332) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 332 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley. Se harán las comunicaciones correspondientes. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 43

93 Orden del Día N/ 750 Banderas españolas donadas por el general San Martín Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de ley del señor senador Baglini y otros señores senadores por el que se restituyen a Mendoza las banderas españolas donadas por el general San Martín. (Orden del Día Nº 750) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 750 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 94 Orden del Día N/ 751 Día Nacional de la Convivencia en la Diversidad Cultural Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de ley del señor senador Falcó por el que se instituye el 19 de abril de cada año como Día Nacional de la Convivencia en la Diversidad Cultural. (Orden del Día Nº 751) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 751 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 95 Orden del Día N/ 753 Día de los Intereses Argentinos en el Mar Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de ley de la señora senadora Gómez de Bertone y otros señores senadores por el que se instituye el 16 de julio como Día de los Intereses Argentinos en el Mar, en homenaje al nacimiento del almirante Segundo R. Storni. (Orden del Día Nº 753) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 753 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 44

96 Orden del Día N/ 780 Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Salud y Deporte y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en el proyecto de ley del señor senador Walter y otros señores senadores por el que se declara el 9 de noviembre como Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre. (Orden del Día Nº 780) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 780 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 97 Orden del Día N/ 835 Instituto Nacional de Semillas Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Asuntos Administrativos y Municipales, de Agricultura, Ganadería y Pesca y de Presupuesto y Hacienda en el proyecto de ley del señor senador Gioja y otros señores senadores por el que se deroga un decreto que disuelve el Instituto Nacional de Semillas. (Orden del Día Nº 835) — El texto es el siguiente: Orden del Día Nº 835 Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda sancionado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de Diputados. 98 Incorporación de un asunto entre los tratamientos sobre tablas Sr. Terragno. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Terragno. Sr. Terragno. — Señor presidente: obra en Secretaría el proyecto S 2.320/03, de la senadora Colombo, por el que se declara de interés parlamentario el XVII Congreso Ordinario de la Asociación Argentina de Derecho Internacional y el XIII Congreso Argentino de Derecho Internacional Luis María Drago. He consultado a los presidentes de los bloques mayoritarios y al presidente de la comisión respectiva y están de acuerdo; por lo tanto, solicito su aprobación sobre tablas. Sr. Presidente. — Si hay asentimiento, se incorporará al temario a tratar sobre tablas. — Asentimiento. Sr. Presidente. — Queda incorporado en los temas a considerar sobre tablas. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 45

99 Modificación de la ley de propiedad horizontal. Moción de preferencia Sr. Usandizaga. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Usandizaga. Sr. Usandizaga. — Señor presidente: había anticipado al señor secretario parlamentario que iba a pedir una preferencia para la semana que viene, para el Orden del Día 201, que fue impreso el 23 de junio y cuenta con dictamen unánime de comisión. Se trata de un proyecto por el que se modifican los artículos 8 y 9 de la ley de propiedad horizontal. Reitero: pido preferencia para la próxima sesión y dejo aclarado que, por supuesto, ya hablé con el presidente de la bancada mayoritaria. — Asentimiento. Sr. Presidente. — Queda aprobada la preferencia. 100 Sistema integrado de jubilaciones y pensiones - Moción de preferencia Sr. Morales. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Morales. Sr. Morales. — Señor presidente: solicito una preferencia, con dictamen de comisión, para la próxima sesión —conforme lo aclaré en la reunión de labor parlamentaria— para el Orden del Día 701/02, que contiene un proyecto por el que se modifica el sistema integrado de jubilaciones y pensiones. Sr. Presidente. — Si tiene orden del día, se va a considerar en la reunión de labor parlamentaria de la próxima sesión. 101 Bloqueo fiscal en Pymes - Moción de preferencia Sr. Maestro. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Señor presidente: recién vino a esta casa una delegación de la Confederación de PyMEs solicitando el tratamiento el proyecto de ley, que está a consideración del cuerpo, sobre bloqueo fiscal en las PyMEs. Y existe el compromiso de considerarlo, con dictamen de comisión, en la presente sesión. Así se había acordado la preferencia. Lamentablemente, no hay dictamen de comisión, todavía, por lo que solicitamos que se mantenga la preferencia para la próxima sesión, con o sin dictamen de comisión, ya que tienen una gran preocupación todas las entidades PyMEs. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Daniele. Sr. Daniele. — Es para solicitar moción de preferencia para la próxima sesión para el Orden del Día 783. Sr. Presidente. — En consideración la moción formulada por el señor senador Maestro... Sr. Pichetto. — ¿Se está refiriendo al proyecto fiscal? Sr. Presidente. — Al bloqueo fiscal de las Pymes; el proyecto que no tuvo dictamen de comisión durante esta semana y para el cual se había aprobado una preferencia. Sr. Pichetto. — Estoy de acuerdo en que se le dé preferencia... Sr. Presidente. — ¿Con o sin dictamen? Sr. Pichetto. — Con dictamen de comisión. De cualquier manera, creo que hay voluntad política de avanzar con ese proyecto que me parece muy importante para las Pymes. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 46

Sr. Presidente. —- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar la moción de preferencia para considerar en la próxima sesión, con dictamen de comisión, el proyecto sobre bloque fiscal de las Pymes. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la preferencia. Tiene la palabra el señor senador Daniele. Sr. Daniele. — Señor presidente: no se ha votado la moción de preferencia para tratar en la próxima semana el orden del día 783. Sr. Presidente. — Como ese tema tiene Orden del Día impreso, se va a tratar en la reunión de labor parlamentaria de la próxima sesión. 102 Implementación de las normas del Tratado de Roma. Moción de preferencia Sr. Menem. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Es para insistir en una moción de preferencia sobre un tema para el que se había aprobado una preferencia. Me refiero al proyecto de ley por el que se implementan las normas del Tratado de Roma de la Corte Penal Internacional en nuestro derecho positivo. La preferencia había sido fijada para una sesión anterior, pero en reunión de labor parlamentaria se decidió cambiar esa fecha. No sé cuándo se piensa tratar este tema, pero señalo que se trata de un proyecto de trascendental importancia. Como dije, esta iniciativa se vincula con la implementación de las normas en materia de derecho penal del Tratado de Roma, cuestión a la que debemos prestarle atención. Este no es un proyecto más, señor presidente, sino de trascendental importancia porque, además, se agrega la concesión de jerarquía constitucional al Tratado de Roma. Si no recuerdo mal, se había aprobado una preferencia para tratar esto dos sesiones atrás y hasta el momento no se lo consideró. Por estos motivos, insisto en que se incluya su tratamiento como primer tema de la próxima sesión. Sr. Presidente. — En consideración la moción formulada por el señor senador Menem. Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Estamos de acuerdo, señor presidente. En realidad, la postergación en el tratamiento de este tema obedeció a un pedido expreso del señor senador por La Rioja, que tenía previsto un viaje a una conferencia internacional. Por esa razón nos pidió la postergación de la consideración de este tema. De cualquier manera, todos estamos de acuerdo en tratarlo en la próxima sesión. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Quiero hacer una aclaración, señor presidente. La preferencia que se había aprobado no era para el día en que estuvimos ausentes algunos senadores en razón de asistir a una reunión de la Unión Interparlamentaria, sino para la sesión anterior a esa fecha. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Estamos de acuerdo en que este tema sea tratado en la próxima sesión. Es una iniciativa muy importante que, además, debe ser debidamente fundada. Ahora bien, en razón de que seguidamente vamos a pasar a debatir el tema del ingreso del doctor Zaffaroni a la Corte Suprema de Justicia, nos pareció prudente pasar este tema para la 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 47 próxima sesión. Así que le doy la tranquilidad al señor senador Menem en el sentido de que hay voluntad para tratar esto en la próxima sesión. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar la moción de preferencia a fin de considerar como primer tema de la próxima sesión el proyecto al que aludió el señor senador Menem. —La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente: — Queda aprobada. 103 Modificación de la ley 24.374 Sr. Presidente. — Corresponde considerar si se trata sobre tablas el proyecto de ley en revisión por el que se modifica la ley 24.374, de regulación de tierras para viviendas, respecto de la inscripción registral. Por Secretaría se dará lectura. —El texto es el siguiente: [Incorporar proyecto de ley en revisión] Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — En consideración en general. Tiene la palabra la señora senadora Ibarra. Sra. Ibarra. — Señor presidente: solicito autorización para abstenerme en esta votación y para insertar mi discurso. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar la moción de abstención formulada por la señora senadora Ibarra. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Se procederá en consecuencia. Tiene la palabra la señora senadora Latorre. Sra. Latorre. — Señor presidente: solicito autorización para insertar mi discurso. Sr. Presidente. — Señora senadora: los pedidos de inserción ya fueron votados. Tiene la palabra el señor senador Pardal. Sr. Pardal. — Señor presidente: si bien el proyecto cuenta con dictamen de la Comisión de Legislación General, hace menos de quince minutos el proyecto ingresó en la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte para que se produzca el dictamen respectivo. En consecuencia, solicito una preferencia para la próxima sesión a fin de que haya dictamen de la comisión a la que el proyecto ingresó hace instantes. Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Paz. Sra. Paz. — Señor presidente: en el mismo sentido que la senadora Ibarra, solicito autorización para abstenerme de votar. Además, quisiera que el proyecto cuente con dictamen de la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Transporte. Sr. Presidente. — Se va a votar el pedido de abstención de la señora senadora Paz. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Se procederá en consecuencia. Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: respecto de este tema se logró un acuerdo mayoritario en mi bloque y, si bien sé que algunos senadores llegaron tarde por razones de vuelo, la intención es 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 48 tratar hoy el tema. En consecuencia , reitero que existió una posición mayoritaria para tratarlo. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Ochoa. Sr. Ochoa. — Señor presidente: en el mismo sentido que el señor senador por Mendoza, solicito que el tratamiento del proyecto de ley se pase para la próxima sesión. Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Müller. Sra. Müller. — Señor presidente: la señora presidenta de la Comisión Legislación General convocó a reuniones conjuntas con las demás comisiones a las que había sido girado el proyecto, contándose con la presencia de especialistas en el tema. Por eso, y a partir de lo que se escuchó, tengo entendido que el dictamen se está haciendo firmar y no sé si ya se ha concluido. De cualquier manera, quiero decir que se trata de una necesidad de muchísima gente, la cual compró terrenos de buena fe y, al día de hoy, no han podido hacerse de su título de propiedad por diversos motivos. Entre ellos, porque las rematadoras han desaparecido, se quedaron con las libretas de pago o con su boleto de compraventa. En síntesis, se trata de gente que ha comprado de buena fe. No quiero imponer nada y si los senadores consideran que hay que profundizar el proyecto, lo haremos. Pero pido encarecidamente que sea tratado en la próxima sesión porque es sumamente necesario para regularizar la situación de 150 mil familias de la provincia de Buenos Aires. Sr. Presidente. — Entonces, la moción de tratamiento sobre tablas se convierte en un pedido de pronto despacho para la próxima sesión. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el pedido de pronto despacho. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Se procederá en consecuencia. Tiene la palabra el señor senador Prades. Sr. Prades. — Señor presidente: participé de la reunión de comisión sin ser miembro de ella. Y en la instancia en que se trató el tema formulé objeciones por entender que la iniciativa no se encuadraba dentro del marco normativo argentino. Además, creía que se incurría en una contradicción con el Código Civil. De todas formas, dije en ese momento que la situación era de carácter excepcional. Más precisamente utilicé el término "excepcionalísima" porque, compartiendo el criterio de la señora senadora por Buenos Aires, entendía que se trataba de una situación atípica y grave que, fundamentalmente, se centraba en las grandes aglomeraciones urbanas y no en los pueblos pequeños. Como es un problema grave me comprometí con la senadora Müller a estudiar el tema y me comprometo, junto con los demás integrantes del bloque de la Unión Cívica Radical, a tratarlo y a hacer todo lo posible para darle una salida a ese aflictivo problema de numerosas familias argentinas. 104 S. 2320/03 Congresos de Derecho Internacional Sr. Presidente. — Corresponde considerar si se trata sobre tablas el proyecto de declaración de la señora senadora Colombo por el cual el Honorable Senado declara de interés parlamentario el XVII Congreso Ordinario de la Asociación Argentina de Derecho Internacional y el XIII 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 49

Congreso Argentino de Derecho Internacional "Doctor Luis María Drago". Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el tratamiento sobre tablas. — La votación resulta afirmativa. — El texto es el siguiente: [Incluir S.2320/03] Sr. Presidente. — En consideración en general. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda aprobada la declaración. Se procederá en consecuencia. 105 Postergación de un asunto Sr. Pichetto. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: propongo pasar para la próxima semana el tratamiento del proyecto vinculado con la modificación de la ley de procedimiento tributario, a fin de evitar un debate muy prolongado como el que seguramente va a plantear el doctor Baglini... Sr. Baglini. — Serán menos de diez minutos... Sr. Presidente. — En consideración la moción de postergación de tratamiento formulada por el señor senador Pichetto. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Queda postergado la consideración del proyecto. 106 Incorporación en el régimen de la ley 25.61 de la plaga denominada grafolita 1 Constitución de la Cámara en comisión Sr. Presidente. — Corresponde considerar el pedido formulado por el señor senador Salvatori con respecto al tratamiento del proyecto de ley en revisión por el que se incorpora en el régimen de la ley 25.614 (erradicación de la carpocapsa) a la plaga denominada grafolita. Por implicar gastos, requiere constituir a la Cámara en comisión, para formular dictamen y designar autoridades. Se requieren dos tercios de votos. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. Sr. Presidente. — Queda constituida la Cámara en comisión y confirmadas las autoridades para la conferencia. 2 Conferencia Sr. Presidente. — Queda abierta la conferencia. Corresponde considerar el expediente contenido en el CD 64/03. Por Secretaría se dará lectura. — Se lee el proyecto de ley en revisión que figura en el punto V de los asuntos entrados. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se entenderá que el Senado constituido en comisión adopta como dictamen el texto del proyecto que se acaba de leer por Secretaría. — Asentimiento. Sr. Presidente. — Queda cerrada la conferencia. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 50

3 Votación Sr. Presidente. — Continúa la sesión. Corresponde votar el dictamen de la Cámara constituida en comisión. — La votación resulta afirmativa. — En particular es igualmente afirmativa. Sr. Presidente. — Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley. Se harán las comunicaciones correspondientes. 107 Manifestaciones Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: quiero recordar que ahora vamos a entrar en una sesión especial, tal como define el Reglamento, con el objeto de seleccionar a un juez de la Corte Suprema. Se trata de una nueva sesión especial, tendiente a que el Senado designe a un juez de la Corte. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Señor presidente: no quise plantear ninguna cuestión por la forma en que se estuvo votando porque, indudablemente, se nota que había mucho apuro por liquidar rápidamente estos temas. Pero espero que no siente precedente con esta forma de votar los proyectos de ley en general y en particular al mismo tiempo, porque es totalmente antirreglamentario. No lo quise cuestionar en su momento, reitero, porque indudablemente había premura. Los proyectos de ley se pueden votar por períodos o por capítulos, pero no en general y en particular de ese modo. El Reglamento establece claramente que existen dos discusiones: en general y en particular. Por eso, dejo sentada esta observación. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: no quiero abrir un debate sobre esta cuestión, pero en la práctica parlamentaria, durante casi ocho años en la Cámara de Diputados, en numerosas oportunidades se ha votado en general y en particular, fundamentalmente, en aquellos casos en los que había un acuerdo al respecto en la reunión de labor parlamentaria y, además, cuando existía un dictamen de comisión unificado. Así que esto forma parte de la práctica parlamentaria. De todos modos, no quiero abrir un debate al respecto. Creo que el tema central es la designación del doctor Zaffaroni como juez de la Corte Suprema. De todas maneras, no quiero que quede la duda de que ha existido una votación irregular. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Señor presidente: tampoco quiero que se abra un debate sobre el tema; no es mi propósito. Quiero, simplemente, dejar sentada mi reserva sobre esta forma de votación. También sé que en la Cámara de Diputados se votan las leyes en paquete, pero eso no constituye un elemento para que aquí lo hagamos igual. Me remito a las normas expresas de nuestro Reglamento que establece una votación en general y otra en particular. No es mi intención abrir un debate parlamentario, pero que se lo haya hecho en la Cámara de Diputados no significa que se lo haga aquí. Además, una práctica parlamentaria no puede modificar el Reglamento, que tiene una norma clara y expresa sobre cómo debe ser modificado. Sr. Presidente. — Se toma debidamente nota del tema. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 51

108 Acuerdo - Designación del Doctor Zaffaroni como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Sr. Presidente. — Corresponde considerar el dictamen de la Comisión de Acuerdos en el mensaje del Poder Ejecutivo por el que se solicita acuerdo para designar como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación al doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Se aconseja aprobar un proyecto de resolución. Sr. Presidente. — En consideración el tratamiento sobre tablas Si no se hace uso de la palabra, se va a votar. — La votación resulta afirmativa. — El texto es el siguiente: [ Incluir dictamen en mayoría y en minoría S. ] Sr. Presidente. — En consideración en general. Tiene la palabra el señor miembro informante de la comisión, senador Busti. Sr. Busti. — Señor presidente: como presidente de la Comisión de Acuerdos voy a fundamentar el dictamen en mayoría. La Comisión de Acuerdos ha trabajado en los últimos dos años siguiendo dos parámetros que también se utilizaron para abordar el pliego del doctor Zaffaroni; uno es el de la pluralidad... Sr. Prades. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Busti. — Cómo no. Sr. Presidente. — Para una interrupción tiene la palabra el señor senador Prades. Sr. Prades. — Señor presidente: le confieso que en la reunión de nuestro bloque tuve un fuerte impacto emocional. Pude comprobar y he dado fe de su transparencia en todo este proceso; lo he dicho y lo he hecho público y se lo he comunicado a usted.. Cuando muchos sostenían que no se iba a abrir a prueba y que no se iba a correr traslado a las impugnaciones les decía que el presidente de la comisión me había dado la tranquilidad de que eso se iba a hacer, y usted cumplió. Hoy, cuando nuestro bloque estaba reunido para definir cuál iba a ser la posición de la Unión Cívica Radical, me llevé una desgraciada sorpresa. Consta estampado en el dictamen de mayoría el sello del suscripto y, obviamente, la firma inserta no es la mía. Tengo entendido que es la del señor senador Colazo. Eso me ha afectado porque algunos medios —no todos— me señalaban que había adoptado una posición política. Soy un hombre que cometo muchos errores, pero no cambio de opinión; cuando digo blanco, es blanco, y cuando digo negro, es negro. Y los que me conocen bien saben que no soy hombre de andar dando saltos.. No he firmado ese dictamen, y estoy convencido porque sé de su transparencia y sé cómo ha manejado el trámite, de que seguramente se debe a un error. Le pido encarecidamente que en forma pública lo rectifique ya que, en ese caso, me sentiré honrado por su actitud y, fundamentalmente, tranquilo con mi conciencia. Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el señor senador Busti. Sr. Busti. — Señor presidente: es exacto lo que dice el senador Prades. El senador no firmó el dictamen. La firma corresponde al senador Colazo. Los senadores Prades y Agúndez expresaron en la comisión que, luego de la reunión de bloque, iban a fijar su posición. O sea, el sello apareció allí, pero la firma es del senador Colazo. El dictamen en mayoría tiene nueve firmas positivas. El senador Menem firmó en disidencia. El senador Prades tiene absoluta razón. Esta es la forma en la que nos hemos manejado... 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 52

Sr. Prades. — Señor presidente... Sr. Presidente. — El senador Prades le solicita otra interrupción. Sr. Busti. — Cómo no. Sr. Presidente. — Para una interrupción, tiene la palabra el señor senador Prades. Sr. Prades. — Ahora lo dejo. Tengo en mi banca el dictamen en minoría que he firmado (exhibe una hoja), que he presentado para que luego tenga el tratamiento respectivo. Sr. Presidente. — Ingresó por Mesa de Entradas, señor senador. Sr. Prades. — Correcto. Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el señor senador Busti. Sr. Busti. — Señor presidente: decía que esa es la forma en la que se ha trabajado en casi dos años. Podemos decir en el tratamiento del pliego del doctor Zaffaroni que la Comisión de Acuerdos no tiene ningún pliego en consideración en este momento, salvo el del general Martín Balza, que acaba de tomar estado parlamentario. En estos casi dos años ingresaron 16 pliegos del Ministerio Público y se aprobaron los 16. Del Poder Judicial ingresaron 71 pliegos, de los cuales se aprobaron 69 y 2 fueron retirados por el Poder Ejecutivo. Del Banco Central de la República Argentina ingresaron 14 pliegos, 11 de los cuales se aprobaron y 3 fueron retirados por el Poder Ejecutivo nacional. De las Fuerza Aérea ingresaron 5 pliegos, 4 se aprobaron y 1 se rechazó. De la Armada ingresaron 54 pliegos, se aprobaron 52 y se rechazaron 2. Del Ejército ingresaron 95 pliegos, de los cuales se aprobaron 93 y 2 se rechazaron. En cuanto a pliegos de diplomáticos, entre embajadores categoría “A”, artículo 5°, ministros de primera, ministros de segunda y ministros de segunda, artículo 18, ingresaron 207, se aprobaron 120 y 87 fueron retirados por el Poder Ejecutivo. Esta comisión trabajó en el marco de la pluralidad y por eso hubo muchos despachos unánimes, aunque también los hubo en mayoría y en minoría. En esos casos en el recinto se decidió su suerte en votación nominal. Esto pasa hoy con el pliego del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Pero antes de tratar el pliego en sí, quiero decir que indudablemente con el decreto 222/03 del presidente Kirchner y con la modificación del Reglamento del Senado se produjo un antes y un después en la selección y designación de los jueces. Creo que es un cambio sustancial, revolucionario diría yo. El decreto 222/03, que reglamenta las facultades propias que tiene el Poder Ejecutivo por el artículo 99, inciso 4°, de la Constitución Nacional, realmente aporta un hecho novedoso de participación popular. Este procedimiento, cuya autoridad de aplicación es el Ministerio de Justicia, comenzó con una consulta de ese ministerio, por orden del Poder Ejecutivo, a veinte entidades de prestigio respecto del pliego del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Diez entidades contestaron positivamente, una negativamente, cuatro se excusaron de expedirse y cinco no contestaron. Entre las entidades que contestaron positivamente quiero mencionar al Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, a la Unión de Usuarios y Consumidores, a la Asociación de Estudios para la Justicia, a la Federación Argentina de Colegios de Abogados, al Instituto de Estudios Comparados de Ciencias Penales y Sociales, a la Federación Judicial Argentina, a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, a la Asociación por los Derechos Civiles, al Centro de Estudios Legales y Sociales y al decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Quiero decirle, señor presidente, que también dentro de las opiniones institucionales 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 53 positivas y espontáneas que se realizaron, además de la mayoría de las universidades del país y colegios de abogados, merecen destacarse la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Asociación Civil Justicia y Democracia, la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, las organizaciones defensoras de los derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo, la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, la Asociación de Abogados Laboralistas, la Comisión Provisional por la Memoria, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, el Centro de Militares para la Democracia Argentina, el Instituto Superior de Estudios para la Justicia, la Central de Trabajadores Argentinos, la Federación Argentina de Abogados Previsionalistas, la Unión de Usuarios y Consumidores, el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales y el Centro de Estudio e Investigación en Derechos Humanos, Profesor Juan Carlos Gardela, Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. También es importante resaltar el espectro académico del doctor Zaffaroni, en el cual no solamente hay opiniones a su favor de parte de todo el ámbito jurídico de la República Argentina más destacado, a los que hay que agregar, por ejemplo, la opinión del jurista doctor Germán Bidart Campos, sino también la de instituciones y funcionarios públicos de países extranjeros que, espontáneamente, adhirieron a esta designación. Por ejemplo, la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Antofagasta de Chile, la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Brasil, el Instituto Carioca de Criminología, la Defensoría del Policía de la Universidad Católica del Perú, la Concertación Interamericana de Mujeres Activistas por los Derechos Humanos de San José de Costa Rica, el Instituto Brasileño de Ciencias Criminales, la Asociación Internacional de Derecho Penal de Bari, Italia, la Universidad de Salamanca de España, la Corte Suprema de Justicia de la República de Costa Rica, la Universidad Nacional de San Agustín de Perú; la Universidad de di Camerino, Italia; el Instituto Interamericano de Derechos Humanos de San José de Costa Rica, el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, la Universidad de Castilla de La Mancha, España y la Universidad de Nápoles Federico II. Es decir, el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni tiene un reconocimiento nacional de gran prestigio sino también internacional. Yendo al procedimiento en sí de la Comisión de Acuerdos, quiero decir que se cumplieron todos los plazos previstos en la reforma del Reglamento. El pliego del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni ingresó en el Senado el 27 de agosto del año 2003. Tomó estado parlamentario en la sesión del 3 de septiembre. Del 11 al 12 de septiembre se publicaron edictos en diarios y el Boletín Oficial. Del 15 al 23 de septiembre fue el plazo para presentar observaciones, impugnaciones o adhesiones. Se presentaron cuarenta impugnaciones y ocho adhesiones. Del 24 al 26 de septiembre fue el plazo para el estudio de las presentaciones. La comisión se reunió y con un criterio amplio, si bien había observaciones que no reunían los requisitos formales, decidió aceptarlas todas y también las adhesiones. El 29 de septiembre personalmente entregué al doctor Eugenio Raúl Zaffaroni las impugnaciones y él contestó el traslado el 2 de octubre. El 6 de octubre se hizo la audiencia pública y luego, el 8 de octubre, surgió un dictamen de comisión por mayoría y uno por minoría. Y hoy, 15 de octubre, estamos en esta sesión considerándolo en el recinto. Quiero decir, señor presidente, que de las cuarenta impugnaciones recibidas en la Comisión, hay veintiséis que se refieren en forma exclusiva y excluyente a cuestiones del pensamiento ideológico, jurídico o político del doctor Zaffaroni; hay seis que no tenían las cuestiones formales, pero que se las admitió; hay cinco que se refieren a la actuación del doctor 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 54

Zaffaroni como juez en el Proceso militar de 1976 a 1983, y hay cuatro que se refieren a supuestas irregularidades en sus declaraciones juradas patrimoniales presentadas como funcionario público de la transición democrática. Producto de estas impugnaciones, la Comisión hizo producir toda la prueba ofrecida por los impugnantes y se remitieron oficios que fueron contestados en el día de la audiencia pública: al administrador federal de ingresos públicos, a la Oficina Anticorrupción, a escribanías, al Banco Central, a la Dirección General de Rentas de la Ciudad de Buenos Aires, a presidentes de bancos, a juzgados pidiendo los hábeas corpus de la época. Con respecto al tratamiento en sí de las impugnaciones, la mayoría de la Comisión considera que aquellas sostenidas exclusiva y excluyentemente en disensos doctrinarios, jurídicos e ideológicos carecen de entidad y envergadura política y jurídica ante el enorme apoyo que ha recibido el doctor Zaffaroni desde juristas como Germán Bidart Campos, pasando por las entidades más prestigiosas del derecho de la República Argentina. Además, expresó claramente la Comisión que, como lo expuso el postulado, vivimos en una sociedad pluralista y los disensos teóricos en el campo del derecho no constituyen motivo suficiente para excluir a alguien de la posibilidad de acceder a la magistratura. Con respecto a las impugnaciones referidas a su actuación como juez en el Proceso militar del año 1976 al año 1983, conviene aclarar que el doctor Zaffaroni ejercía la judicatura desde el año 1969. Por lo tanto, quizá no podemos pedir, a veinticinco años, actitudes heroicas. Como dijo él, quizá su debilidad fue no haber renunciado como juez cuando vino el golpe militar. Pero yo conozco personalmente muchos jueces que han colaborado con la dictadura militar, que han entregado personas. En mi provincia, conozco uno que fue entregador y que luego se quiso disfrazar de fiscal de investigaciones administrativas. No es el caso del doctor Zaffaroni, quien tuvo ciento setenta y ocho hábeas corpus en tratamiento, como juez de primera instancia. A todos ellos les hizo la apertura a prueba, pidiendo informes y oficios a los distintos organismos del Estado. Inclusive, en algunos casos ordenó la libertad de detenidos que estaban a disposición del Poder Ejecutivo nacional. Por supuesto, el fiscal de Cámara apeló ante la Corte y se revocaron sus fallos. Pero realmente es un hombre que siempre procedió a agotar todas las instancias que estaban dentro de su competencia. Además —y el senador Usandizaga nos hizo agregar un párrafo—, el doctor Zaffaroni fue ascendido a juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal mediante el correspondiente acuerdo prestado el 15 de febrero de 1984 por el Senado de la Nación. Es decir que el Senado, en democracia, le dio acuerdo al ascenso del doctor Zaffaroni. Hay que destacar que en la audiencia pública, de 313 preguntas presentadas por los impugnantes, como presidente de la Comisión de Acuerdos le he formulado 125, resumiendo esos 313 interrogantes que había por parte de los impugnantes, porque muchas preguntas se repetían y otras eran improcedentes. Y, además, se han hecho 85 preguntas por parte de los senadores. Es decir que fue una audiencia de siete horas en la cual se desnudó al doctor Zaffaroni frente a la sociedad, y yo creo que bien. Por eso creo que el decreto 222 del presidente Kirchner y este nuevo Reglamento del Senado que establece la audiencia pública son una bisagra en la historia. Con relación a la situación patrimonial del doctor Zaffaroni, tal como expresa el dictamen, cabe recriminarle algunas negligencias con respecto a sus declaraciones juradas y a sus obligaciones previsionales, pero son negligencias; esto lo dice bien el dictamen de la Oficina Anticorrupción. Acá no hay malicia o dolo directo; hay negligencia que ha sido reconocida por 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 55 el impugnante. La Oficina Anticorrupción manda a archivar las actuaciones porque no se ha cometido ningún ilícito por parte del doctor Zaffaroni ni tampoco evasión, como dice la AFIP. En ese sentido, señor presidente, siguiendo a Max Weber en La Ética de las Convicciones, con absoluta convicción, sin ninguna disciplina partidaria y dejando de lado cualquier ética de la conveniencia, vengo a informar como presidente de la Comisión de Acuerdos y a aconsejar la aprobación del pliego del doctor Zaffaroni. No tengo dudas de que será una oxigenación para la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La catástrofe social que vivimos en la Argentina nos ha mostrado que la riqueza de un país no está en lo material sino precisamente en el funcionamiento de sus instituciones, y eso es lo que tenemos que fortalecer como una política de Estado entre todos los partidos políticos: qué tipo de derecho y qué clase de jueces son necesarios para darle a la democracia argentina calidad institucional y confiabilidad social. Creo que ese es el gran dilema. Y este decreto 222 del presidente, autolimitándose en sus funciones, y la audiencia pública en el Senado, nos han permitido un rico debate. El doctor Zaffaroni ha sido virtualmente desnudado, y está bien que eso suceda, a diferencia de lo que ocurrió en otras épocas de las cuales todos nos tenemos que hacer cargo, en las que los miembros de la Corte se aprobaban en sesiones de siete minutos, secretas, y en las que no se les hacía preguntas acerca de sus bienes o parentesco. Acá se le preguntó todo. Creo que el acuerdo debe ser prestado porque las condiciones intelectuales y morales del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni están debidamente cubiertas. El doctor Juan Carlos Vega, en su obra La Justicia en la Transición Democrática Argentina —Editorial Marcos Lerner—, en 1995 y en base a un exhaustivo trabajo de campo que comprende más de cien causas judiciales en un segmento histórico de diez años, llegó a la conclusión de que en la transición democrática argentina conviven dos pensamientos jurídicos y dos perfiles de juristas absolutamente diferentes e ideológicamente contradictorios; por un lado, el derecho dominante gestado en la doctrina de la Corte en septiembre de 1930 llamada sobre la continuidad jurídica del Estado y, por otro lado, un pensamiento jurídico alternativo, garantista, expresado fundamentalmente en los artículos 36 y 75, inciso 22, de la Constitución Nacional, dispositivos estos que constitucionalizan la nulidad insanable de los actos jurídicos de los poderes de facto y, por otro lado, dan jerarquía constitucional a los tratados de derechos humanos. El enfrentamiento de estas dos ideologías jurídicas es lo que está en el centro del debate de Zaffaroni, porque hay que recordar que durante todo el siglo XX en la Argentina el pensamiento jurídico dominante fue el avalista de todos los golpes de Estado y terminó siendo cómplice del genocidio en nuestro país. Ese derecho dominante en el siglo XX es un auténtico derecho del poder que ha generado juristas y jueces absolutamente obedientes al poder militar y también, luego, al poder económico. El caso Zaffaroni abre de manera pública este debate y los impugnantes al doctor Zaffaroni no son los organismos de derechos humanos ni los representantes de las minorías ni los excluidos del sistema, como las organizaciones piqueteras. No. Los impugnantes del doctor Zaffaroni son grandes estudios y organizaciones formadas especialmente para estar en contra de su nominación. Por su parte, los que apoyan al doctor Zaffaroni, a pesar de haber sido juez en la época de Proceso militar, son las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿Cómo se explica eso? Se explica porque todos sabemos que lo que en verdad está en juego es otra cosa. Esto implica un salto en la calidad institucional del país, significa dar confiabilidad al Poder Judicial e incorporar a jueces que garanticen una justicia independiente. Acá no está en juego ni el garantismo, ni el minimalismo penal, ni inclusive las irregularidades fiscales mínimas corregidas 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 56 de Zaffaroni. Lo que está en juego es la posibilidad concreta de que la Argentina tenga una justicia independiente y yo creo que esta incorporación de lujo para la Corte lo va a garantizar. Este avance que damos hoy sería muy parcial si esto quedara solamente en la justicia federal, la cual comprende algo así como el 30 por ciento de la justicia argentina. Creo que esto debe extenderse a todas las provincias argentinas. Algunas provincias han podido incluir en sus constituciones el Consejo de la Magistratura. Pero no basta con esto. No basta con la opinión solamente de la corporación judicial, de las asociaciones de magistrados, de los colegios de abogados: tiene que opinar el vecino, tiene que opinar la sociedad civil y esto es lo que se ha hecho con este nuevo mecanismo de participación social. Una de las impugnaciones al doctor Eugenio Zaffaroni fue que él había apoyado la candidatura del presidente Kirchner. Él dijo en la audiencia pública que estaba en el extranjero, en México, y que había mandado un e-mail de apoyo a esa candidatura. Quiero decirles —porque lo conozco por algo que voy a contar— algo respecto de su total independencia. Cuando él era presidente del Instituto Nacional Contra la Discriminación y la Xenofobia en el gobierno del doctor Fernando de la Rúa hubo un problema de despidos en el gobierno de Entre Ríos Se trató de tres mil ochocientos despedidos en función de una ley —la 9235— que nosotros considerábamos injusta y discriminatoria. Los trabajadores públicos afectados y los representantes de los empleados con sus gremios fueron atendidos en el instituto y el doctor Zaffaroni, a los seis meses, falló en contra del gobierno de Entre Ríos, que era del mismo signo político del cual él era funcionario público, diciendo que en Entre Ríos se había despedido con discriminación. Esto realmente muestra a un hombre cabal, recto e independiente, al que no le importó el signo político del gobierno del lugar donde estaba. Otro tema indudablemente polémico en estos días fue quien acompañaba al doctor Zaffaroni en la audiencia pública, el doctor Jacobo Grossman. Creo que el hecho de que el doctor Zaffaroni haya puesto a su lado al doctor Grossman no es un desafío, ni un acto de menosprecio al Senado. Me parece que, por lo contrario, es un acto de valentía. Es cierto que el doctor Grossman fue juzgado en 1976 por delitos graves y tuvo una pena de trece años de prisión. Pero salió de la prisión, se rehabilitó en su vida, se casó, estudió, se recibió de abogado, cursó estudios de sociología y ha acompañado durante catorce años al doctor Zaffaroni. Inclusive fue funcionario del instituto contra la discriminación y xenofobia, según un informe del Ministerio del Interior, durante los años 2000 y 2001. Es decir que el doctor Zaffaroni es consecuente con lo que considera que es el instituto de la pena. Esta es para rehabilitar al detenido. Y el doctor Grossman es alguien que cometió un delito, lo pagó con prisión —estuvo trece años detenido— y luego se rehabilitó y es un hombre que está trabajando, con su título de abogado. Creo que, de ninguna manera, esto significa un menoscabo a la personalidad intelectual y moral del doctor Zaffaroni. Acá no estamos juzgando ni dando acuerdo al doctor Grossman, sino al doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Por lo que he hablado, señor presidente, y por lo que seguramente dirán otros señores senadores, considero que hoy el Senado tiene que provocar el hecho histórico de dar acuerdo al doctor Eugenio Raúl Zaffaroni como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Escudero. Sra. Escudero. — Señor presidente: como miembro de la Comisión de Acuerdos quiero, en primer lugar, manifestar mi conformidad con el procedimiento establecido por el presidente de la Nación y por este Senado, que ha sido muy enriquecedor. Asimismo, quiero agradecer a todas las personas e instituciones que nos hicieron llegar sus opiniones a favor y en contra, porque han 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 57 sido evaluadas, sopesadas. Y a pesar de que por ahí escuché “¿Para qué todo esto?, si al final nada se tiene en cuenta”, quiero llevarles la tranquilidad de que no es así. Creo que el tiempo va a demostrar que, por este camino de transparencia y de conocimiento, a la larga, vamos a mejorar el sistema institucional de la Argentina. También quiero hacer un reconocimiento a todos los funcionarios de la Comisión de Acuerdos, que realmente llevaron adelante una tarea dificilísima. Todo este procedimiento, todo lo que conocimos del doctor Zaffaroni durante el proceso que duró la etapa previa al dictamen no me hizo cambiar mi opinión. Todo lo contrario, me ratifica en mi posición de que, en realidad, esta designación no va a cambiar lo que, para mí, es importantísimo cambiar en la Corte Suprema argentina. Coincido en que hacen falta cambios en el Poder Judicial. Y quiero, esta noche, que mi voto sea un voto de enérgica protesta, un voto a favor de los millones de mujeres argentinas que no encuentran respuestas, hoy, en el Poder Judicial argentino. Si bien habría muchos aspectos para oponerme, quiero centralizar mi atención en la cuestión de la discriminación hacia las mujeres, que todavía existe, enquistada, en parte del Poder Judicial argentino. Y les pido paciencia para escuchar el razonamiento de cuál es esa discriminación, porque ésta hunde sus raíces feroces, profundas, muy difíciles de cambiar. El filósofo más influyente en la historia de la filosofía, Aristóteles, justificó un orden jerárquico social sobre la base de un orden jerárquico natural. Así, en su obra La Política sostuvo lo siguiente: “El hombre es por naturaleza superior y la hembra inferior. El hombre gobierna y la hembra debe obedecer.” De modo que Aristóteles fundó en un plano ontológico la subordinación jurídica, económica y social de las mujeres y lo hizo con criterio universal. A lo largo de la historia y de los años, esta ideología, esta subordinación de un sexo por el otro, fue absolutamente enriquecida. Así, en la Edad Media, en el occidente cristiano, la mujer es considerada como una pecadora y su cuerpo es objeto de tentación y de perdición para el hombre. Con el Iluminismo, el estereotipo de la pecadora cede lugar al estereotipo de la reproductora. Es recién en la Edad Contemporánea cuando las mujeres acceden a las universidades y a las academias, cuando desde el pleno lugar del conocimiento se puede enfrentar el determinismo biológico y empezar a destruir esta relación entre los sexos. Precisamente, esa relación entre los sexos hizo que la violencia contra las mujeres fuera vista como natural y hace que aún hoy, en la Argentina, millones de mujeres y de jovencitas sientan muy temprano en la vida que la violencia y el acoso serán parte natural de sus vidas. Hay un estudio muy bueno que fue financiado por el Banco Mundial, cuyas autoras son Cristina Motta y Marcela Rodríguez, denominado “Mujer y Justicia: el caso argentino”. Allí hacen una exégesis de la jurisprudencia argentina con relación a esta situación de discriminación contra la mujer. En su presentación, María Dakolias, de la Unidad de Reformas Legales y Judiciales del Banco Mundial, manifiesta lo siguiente: “Es fundamental garantizar un tratamiento justo de las mujeres por el sistema judicial. Las mujeres deben ser activamente incorporadas en el sistema judicial como juezas, como abogadas.” — Ocupa la Presidencia el señor presidente provisional del H. Senado, senador José Luis Gioja. Sra. Escudero. — En esa exégesis se advierte cuál es la realidad de la situación de las mujeres frente a la justicia argentina. Solamente el 10 por ciento de los casos de abusos sexuales contra mujeres mayores llega a la instancia de apelación. Las estadísticas son realmente alarmantes: el 90 por ciento de los casos de violencia intrafamiliar es cometido contra mujeres. Y frente a estos 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 58 hechos, ¿qué hace la jurisprudencia? Cuando se trata de mujeres mayores es casi imposible que se condene a un hombre por abuso sexual. Cuando se trata de violencia intrafamiliar, generalmente, en todo ese espacio de libre convicción que tiene el juez, se hace una valoración de las condiciones del agresor, de su relación familiar, de las consecuencias de la pena y se trata de equilibrar. El caso citado en este libro —que es un estudio realizado entre los años 1994 y 1998— es el caso Tiraboschi, que es uno de los casos ejemplificadores de lo que sucede en el Poder Judicial argentino. Pero no es solamente el caso Tiraboschi. Justamente, a raíz de todo lo que pudimos conocer de la actuación del doctor Zaffaroni mientras era juez, tomamos conocimiento de su posición en otros supuestos similares. Así, por ejemplo, la causa Pafundo se trataba de dos mujeres mayores de edad que fueron objeto de una violación. Allí, a pesar de haber sido sometidas y agredidas con un cuchillo de cocina, se aplica la duda a favor del agresor. En la causa Quiroga, por corrupción de una menor de catorce años, el doctor Zaffaroni dice: “Hay un detalle importante acerca de la conducta llamativa en el área sexual por parte de la menor desde la primera foja de la causa, donde se señalan sus senos exuberantes.” La nena tenía catorce años. Otro tanto sucede en la causa Antar, donde con el voto del doctor Scimé, al que adhiere el doctor Zaffaroni, se dispone la absolución de tres hombres que habían obligado a una menor a tener relaciones con ellos. Y el voto dice que en realidad se analiza la conducta de la menor, como si el hecho de que la mujer ejerciera la prostitución traería aparejada una renuncia automática a su derecho a decidir. O sea, pareciera que la mujer debiera dejar hacer lo que el varón pretenda. Lamentablemente, estos fallos del doctor Zaffaroni no son los únicos en la Justicia argentina. Existe una cantidad de fallos que demuestran este prejuicio de género, el cual debemos realmente desterrar de la Justicia. La violencia contra las mujeres las inmoviliza. No en vano los resultados de las últimas estadísticas demuestran una feminización de la pobreza. Las mujeres sienten que no hay acceso a la Justicia y que no son escuchadas. Eso es lo que muchas veces sucede cuando llegan a la Policía con una denuncia de violación. Y lo mismo acontece en el Poder Judicial. Por eso es fundamental introducir cambios importantes en el Poder Judicial. Sin esa transformación considero que estaríamos perdiendo una oportunidad histórica. En menos de un año se produjeron dos vacantes en la Corte Suprema y no ha ingresado ninguna mujer, a pesar de las estadísticas verdaderamente alarmantes acerca de lo que sucede en el Poder Judicial argentino. A pesar del avance normativo, la Corte Suprema de Justicia no ha hecho una construcción jurisprudencial de los derechos políticos de las mujeres ni de las últimas convenciones internacionales, respecto de las cuales son extraordinarios los derechos que se reconocen. Obviamente, los derechos de las mujeres no son importantes en la actual Corte Suprema de Justicia. Por lo tanto, quiero ratificar que se trata de una lucha de poder, tal como dijo uno de los senadores en la discusión en mi bloque, muy rica por cierto. Efectivamente, esta es una lucha de poder. La lucha de millones de mujeres por el empoderamiento, por llegar a tener una voz fuerte y potente en el sistema judicial argentino. Esta noche estoy triste, a pesar de las convicciones, de los esfuerzos, del proyecto de resolución que presenté hace más de un año al producirse la vacante del doctor Bossert y de la nota que le mandé al presidente de la Nación junto con varias senadoras. Hasta el momento, no hemos obtenido la respuesta que esperan millones de mujeres argentinas. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 59

Por lo tanto, quiero decir que en la Argentina, hoy, aquí y ahora, sigue encendida una hoguera para Juana de Arco. Sra. Perceval. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Gioja). — Para una interrupción, tiene la palabra la señora senadora Perceval. Sra. Perceval. — Señor presidente: no obstante compartir la necesidad de democratizar la composición y conformación de todas las instituciones, no quiero dejar pasar por alto —después entregaré el informe en Secretaría— que más de 504 organizaciones feministas y del movimiento de mujeres hemos avalado la candidatura del doctor Zaffaroni. Entre otras entidades han manifestado su apoyo: la Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de la Mujer, Abuelas de Plaza de Mayo, Junta Ejecutiva de CTERA, Fundación de Estudios e Investigación de la Mujer, INSGENAR, Comisión Internacional de los Derechos Humanos de las Mujeres, Abuelas de Mar del Plata, universidades de todo el país, personalidades como Eva Giberti, etcétera. No quiero ser extensa, ya que se trata de 504 organizaciones. Al respecto, el libro "Feminismo y antropología" de la filósofa española Judith Astelarra, recomienda al feminismo identificado un síntoma de lucidez para construir los tiempos necesarios que deben venir. Y hay una frase que sintetiza esta advertencia: "no basta añadir mujeres para batir la mezcla". En un libro del año 2000 —"Las trampas del poder punitivo"— la compiladora Haydeé Birgin, reconocida experta en temas de género, inicia su obra con un artículo del doctor Zaffaroni en el que se expresa: "Sabemos que a través del patriarcado el poder operó la primera gran privatización del control social punitivo. El patriarcado, junto con la confiscación de la víctimas y el establecimiento de la verdad por interrogación violenta, son formas de las tres vigas maestras sobre las que se asienta un mismo poder estructuralmente discriminante.” De este modo, quiero llevar tranquilidad a la señora senadora que piensa en el tema del cupo en la Corte, por cuanto el doctor Zaffaroni expresa al movimiento de mujeres y su literatura en materia de derecho penal incluye la perspectiva de género y asume las reivindicaciones sobre las que, desde hace muchos años, trabajamos quienes participamos en el movimiento de mujeres y en el feminismo. Por eso, pido no ensombrecer el tema; existen quinientas cuatro organizaciones de mujeres con trayectoria e historia sobre derechos de los humanos y de las humanas que avalamos la candidatura del doctor Zaffaroni. Sr. Presidente (Gioja). — Para una interrupción, tiene la palabra el señor senador Moro. Sr. Moro. — Señor presidente: quiero hacer un pedido de carácter procedimental. En la sesión anterior hubo una alegación similar y creo que conviene, para el ordenamiento del debate y por el respeto recíproco que nos debemos entre todos los senadores, que por Secretaría se haga conocer el orden quienes se encuentran anotados en la lista de oradores. Sr. Presidente (Gioja). — Para una aclaración, tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: sin perjuicio del uso de las facultades reglamentarias que corresponden a la Presidencia para ordenar la lista de oradores, pido el cierre de dicha lista a fin de que podamos tener un horario tentativo de votación. Creo que sería importante definirlo, al menos medianamente. Entonces, podemos aprovechar ahora para que se anoten en la lista todos los senadores que quieran exponer y, luego de ello, proceder al cierre de la lista de oradores, así no hay más 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 60 sorpresas. Y propongo también brindar la posibilidad de que los señores senadores puedan insertar sus discursos. Reitero, pues, mi moción para que se proceda ya al cierre de la lista de oradores y se fije un horario de votación. Sr. Presidente (Gioja). — Debo decir que existen hasta ahora quince señores senadores anotados para hacer uso de la palabra. Los puedo leer y proceder a someter a votación la moción de orden formulada por el señor senador Pichetto para que se cierre la lista de oradores y se fije un horario tentativo de votación. Entiendo que los presidentes de los bloques radical y oficialista van a cerrar el debate. Hasta ahora se han anotado los señores senadores Gómez Diez, Prades, Ibarra, Chiappe, Capitanich, Conti, Terragno, Moro, Fernández, Sapag, Negre de Alonso, Passo, Ochoa, Baglini, Salvatori, Yoma y Fernández de Kirchner. Además, me están solicitando ahora su inclusión en dicha lista los señores senadores Morales, Avelín y Raso. Sra. Perceval. — Pido la palabra... Sr. Presidente (Gioja). — Señora senadora: usted ya habló... Sra. Perceval. — ¿Le puedo pedir un favor, señor presidente? Sr. Presidente (Gioja). — Sí, señora senadora. Sra. Perceval. — Señor presidente: le pido tenga la amabilidad de permitirme solicitar una inserción para explicar los argumentos que fundamentan por qué el movimiento de mujeres avala la designación del doctor Zaffaroni. Sr. Presidente (Gioja). — Cómo no. Pido disculpas a la señora senadora si tuve algún gesto de intolerancia... Sr. Perceval. — Usted sabe que yo siempre lo disculpo. Sr. Presidente (Gioja). — Gracias, señora senadora. En su momento se van a votar las inserciones. Están también anotados para exponer los señores senadores López Arias y Zavalía. Aclaro, para evitar cualquier problema que se pudiera haber presentado anteriormente, que además de los señores senadores mencionados en su momento, se han anotado luego para exponer los señores senadores Zavalía, López Arias, Raso, Morales y Avelín. Se van a ordenar las exposiciones de manera tal que los presidentes de bloque figuren en último término. A continuación, se va a votar el cierre de la lista. Sr. Presidente (Gioja). — Señor senador Menem: ¿usted también se anota para exponer sobre este tema? Sr. Menem. — Señor presidente: cuando llegue a mi banca le digo; no puedo hablar afuera de mi banca... Sr. Presidente (Gioja). — Está bien; espero que llegue rápido... Sr. Menem. — Con la lentitud de los riojanos... Sr. Presidente (Gioja). — Pero han llegado lejos los riojanos. (Risas.) — Luego de unos instantes: Sr. Presidente (Gioja). — Como ha tomado asiento en su banca, tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Señor presidente: acabo de pedir al señor secretario que me anote en la lista de oradores. Sr. Presidente (Gioja). — Entonces, tenemos 25 oradores anotados, incluidos los presidentes de 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 61 los dos bloques. Si toman asiento se va a someter a votación el cierre de la lista de oradores. Luego, ordenamos la lista y seguimos con los oradores. Una hora tentativa de votación sería las 12 de la noche, si están de acuerdo. Si no se hace uso de la palabra, se va a votar el cierre de la lista de oradores. — La votación resulta afirmativa. Sr. Menem. — Señor presidente, ¿cuál es el tiempo con que se cuenta para las exposiciones? Sr. Presidente (Gioja). — El Reglamento establece 20 minutos; si quiere reducirlo... Sr. Menem. — No, no. Sr. Presidente (Gioja). — Son 20 minutos, señor senador. Sr. Menem. — Y los miembros informantes de los despachos, ¿cuánto tiempo tienen? Sr. Presidente (Gioja). — Tienen 40 minutos. Tiene la palabra el señor senador Gómez Díez. Sr. Gómez Díez. — Señor presidente: en primer lugar, quiero señalar que hubiera sido conveniente que en el curso de esta sesión dispusiéramos del orden del día impreso con los diferentes dictámenes de comisión, porque eso hubiese permitido, en un asunto de tanta trascendencia como este, difundir adecuadamente los distintos dictámenes que reflejan los diferentes puntos de vista que se han sostenido en el ámbito de la Comisión de Acuerdos. Se ha realizado un trabajo prolijo en cuanto a la aplicación del Reglamento del Senado recibiendo observaciones por parte de ciudadanos y organizaciones no gubernamentales así como también adhesiones a la candidatura del doctor Zaffaroni. Es la primera oportunidad en que el Senado aplica el nuevo sistema que rige para la designación de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En este sentido, debemos señalar que se trata de un mecanismo que permite una mejora institucional realmente muy importante pues transparenta la designación de quienes van a integrar el tribunal supremo de la República. En este caso, es dable señalar que se trata de un tribunal que es el máximo órgano jurisdiccional de la Nación, que tiene a su cargo el control de constitucionalidad de las leyes que sanciona el Congreso y que también es el árbitro superior del federalismo en nuestro país dado que tiene la responsabilidad de dirimir los conflictos que se generen entre la Nación y cualquier provincia así como también entre los mismos Estados provinciales. Al respecto, es una responsabilidad muy grande la de encarar con convicción, seriedad y valentía la designación de quienes, sin duda, deben reunir requisitos de capacidad y conducta ejemplar para integrar el tribunal supremo que tiene la misión de juzgar y de aplicar la Constitución y las leyes. El Poder Ejecutivo, en ejercicio del derecho de iniciativa que le acuerda la Constitución Nacional, propone el nombre del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. para cubrir la vacante producida en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El doctor Zaffaroni es un reconocido intelectual que ha publicado numerosas obras relacionadas con el derecho penal; es un hombre de un pensamiento controvertido, polémico y, por qué no decirlo, provocativo, que ha generado debates en el ámbito de nuestra sociedad; sin duda, son muy interesantes en lo que hace al progreso de las distintas disciplinas entre la que se encuentra, evidentemente, la de la ciencia del derecho penal. Pero en este caso no nos cabe la responsabilidad de discernir un sitial en la Academia Nacional de Derecho ni tampoco una cátedra en la universidad. Diría que estamos en la búsqueda de un buen juez para administrar justicia desde el tribunal supremo, al que le corresponde la 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 62 máxima instancia de control de constitucionalidad. En este sentido, también hay que señalar que Zaffaroni no es un académico más. Es un hombre que ha ejercitado la magistratura en el Poder Judicial de la Nación, tanto en primera como en segunda instancia. A través de ese ejercicio ha hecho también aplicación de sus doctrinas y de sus modos de pensar el derecho penal. Zaffaroni ha dicho que no es partidario del juez aséptico, del juez neutral. Por el contrario, cree en un activismo judicial fuerte. Esto lo ha dicho también en la audiencia pública que se realizó en este Senado el pasado lunes 6, en la que textualmente expresó: "Si el Honorable Senado me hace el honor de conferirme el acuerdo, sí, creo que sería un juez activista. Como lo dije hace un rato, me mueve a aceptar este ofrecimiento justamente la posibilidad de cambiar algo". Zaffaroni piensa que el juez no debe conformarse solamente con racionalizar el poder punitivo del Estado en la aplicación al caso concreto, sino que se pronuncia por acotar, por reducir ese poder punitivo que se expresa a través de las leyes que sanciona este Congreso. Esa actitud tendiente a la atenuación de la responsabilidad de quien ha delinquido, y que se evidencia en la graduación de la pena y en el planteo de eximentes de responsabilidad de la persona que ha cometido el delito, se trasunta en los diversos fallos que fue dictando en el transcurso de su carrera judicial. La senadora Escudero se ha referido en su exposición a diversos fallos que trasuntan esa actitud, relativos fundamentalmente a la situación de la mujer. Se podrían citar sin duda muchos otros, pero no voy a abrumarlos con una enumeración de jurisprudencia. Tal vez sí mencionaré alguno a título de ejemplo. En el caso Irigoyen las personas acusadas fueron aprehendidas por la policía en momentos en que transitaban a bordo de un vehículo que había sido desapoderado a su propietario momentos antes. Cuando el vehículo es sorprendido por la autoridad policial presentaba en la puerta signos de haberse violado el acceso a su interior. Estaba circulando en virtud de un "puente" con el cual se había hecho contacto para poder encender el motor. En el interior del vehículo se encontraron varios juegos de llaves de diferentes tipos de automotores. También se encontraron herramientas del tipo del que se usa para forzar puertas. La Cámara que integraba el doctor Zaffaroni consideró que en ese caso no estaban en presencia ni de un hurto ni de un robo sino de una apropiación indebida, que genera una pena absolutamente menor, interpretación a la cual se llega al darle una prevalencia indebida a los dichos de los imputados. Este caso llega luego hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación y es uno de los casos paradigmáticos de la aplicación, por parte de la Corte, de la doctrina de la arbitrariedad. Este fallo fue revocado por arbitrario. La Corte, en ese sentido, entre otros aspectos señala lo siguiente: "Que aparte de la absurda valoración de la prueba, importa una grosera contradicción con la lógica más elemental y el sentido común sostener, como se hizo en el pronunciamiento recurrido, que aun en el caso de admitirse el relato de los acusados, el automotor del que se apoderaron era o aparentaba ser una cosa perdida para su dueño. Es que si la mente se resiste a considerar que un bien de esa naturaleza —que no se trata de un mueble cualquiera pues es objeto de una registración especial de acuerdo a la ley— pueda ser estimado como cosa perdida, lo cierto es que en las condiciones en las que los imputados sostienen haberlo encontrado era, o aparentaba ser, una cosa robada cuyo dominio y posesión —obviamente— conservaba su dueño... En consecuencia, tan inadecuada inteligencia del derecho común, capaz, por otro lado, de dejar en letra muerta las disposiciones penales que prevén el robo o el hurto de automotores, constituye una causal de arbitrariedad que, reconocida por esta Corte, determina también la invalidación de la sentencia." 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 63

Hay otros casos de invalidación de sentencias por la Corte Suprema. Por ejemplo, en el dictamen menciono también el caso Borthagaray, que es un caso de robo con violencia para las personas y con violación, donde hay un voto disidente muy claro del doctor Donna. Es bueno remitirse a sus expresiones cuando plantea su disidencia. Dice que hay que ubicarse en el momento de los hechos. La víctima tiene un arma apoyada en la cabeza, por una parte. Sabe que el imputado puede reconocerla tal como ella lo hizo y, además —este dato es fundamental—, su hija menor de edad está en la pieza de al lado. Cualquier resistencia puede, si se permite la expresión, ocasionar una catástrofe no solo en ella sino en su familia. De modo que —sostiene— exigir resistencia en este caso y lesiones en la mujer, es no entender el curso de los hechos. Acá Zaffaroni estaba planteando eximir de responsabilidad a los acusados, por el beneficio de la duda, diciendo que la mujer no había presentado resistencia física cuando se encontraba en esta situación tan delicada. Este fallo fue luego revocado por la Corte Suprema, la cual dijo, entre otras cosas, lo siguiente: "En lo que atañe a la violación, las pruebas citadas en el fallo recurrido, evaluadas de la forma indicada en el pronunciamiento de esta Corte, no dejan lugar a ninguna duda acerca de la existencia del delito, de quién fue su autor y de la responsabilidad penal de este hecho." Hay muchos otros casos. La senadora preopinante citaba el caso Tiraboschi y el caso Gerula. Hay muchos ejemplos de esta tendencia —que se ejercita a través de diversos pronunciamientos— a atenuar la responsabilidad de quienes han delinquido, cuando no a encontrar eximentes de responsabilidad. Sin duda, cuando estamos planteando estas cuestiones que hacen a las concepciones del derecho penal por parte del doctor Zaffaroni, estamos entrando en un terreno controvertible y opinable, donde pueden existir diversas posiciones. Nosotros exponemos la nuestra, porque creemos que es dable en la designación de un juez de la Corte considerar también estos aspectos —si se quiere—, de apreciación subjetiva de su pliego de designación. Pero en nuestro análisis tenemos también que entrar a considerar otras cuestiones, que yo diría que ya no son sólo de apreciación subjetiva, controvertida, polémica sino que hacen a cuestiones objetivas que han sido detectadas por la comisión, en el prolijo trabajo que se ha hecho con este nuevo procedimiento. Dicho trámite permite receptar observaciones y también, entre otros aspectos, verificar no sólo el cumplimiento de las obligaciones tributarias y previsionales de las personas propuestas sino además el cumplimiento de las obligaciones que señala la ley de ética pública, sobre todo en lo que hace a la presentación de declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción. Comencemos por este último punto que ha sido analizado por la comisión. Todos sabemos que por la ley de ética pública los funcionarios públicos tienen que realizar una declaración jurada. El doctor Zaffaroni, estando vigente la ley, ha sido funcionario del Ministerio del Interior de la Nación; concretamente fue interventor en el INADI en el período 2000-2002. Por lo tanto, él ha tenido que presentar estas declaraciones juradas; y las hemos analizado. Ahora bien, de su análisis surge que el doctor Zaffaroni ha omitido consignar cuentas bancarias existentes en el exterior, que era obligación declararlas. Incluso, el formulario, en un casillero, menciona expresamente que hay que consignar las cuentas en el exterior y él no lo ha hecho. También ha omitido consignar inmuebles que han sido adquiridos en el país. Concretamente, me refiero a dos inmuebles comprados en 2000, que no fueron consignados en la declaración jurada 2001. Asimismo, en la declaración de cierre de su función pública, que es 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 64 la de 2002, sólo se menciona a uno de los inmuebles y se omite el otro. Como ha señalado el señor miembro informante de la mayoría, la Oficina Anticorrupción ha actuado de oficio analizando estas omisiones y ha emitido un dictamen que firma el doctor Manuel Garrido, a cargo de la Fiscalía de Control Administrativo de la Oficina Anticorrupción, en donde dice que en este caso no hay dolo, el que es requerido para que exista ilícito penal. Pero este es su criterio. No obstante, hay que señalar que en este dictamen existe un muy fuerte reproche —en términos muy duros— a la conducta del doctor Zaffaroni. El informe dice textualmente que esta omisión sólo halla explicación en el extremo descuido y desprolijidad con que evidentemente obró Zaffaroni al presentar las declaraciones juradas en esta oficina. Esta obligación, debe señalarse, es claramente personal y, por lo tanto, no es relevante lo alegado por Zaffaroni en cuanto a la supuesta desatención de su contador. Era a él a quien incumbía el deber de detallar adecuadamente su patrimonio en las declaraciones juradas. Luego también dice el dictamen que la omisión de Zaffaroni sólo parece deberse a su actuar claramente descuidado, lo que si bien podría reprochársele éticamente, en efecto, el desinterés exhibido en completar adecuadamente su declaración jurada no parece corresponderse con un correcto, transparente y responsable ejercicio de sus funciones públicas. Es decir que la Oficina Anticorrupción considera que no hay delito penal, pero formula un grave reproche ético e indica que el proceder del doctor Zaffaroni no se adecua a padrones de un proceder correcto, transparente y responsable en el ejercicio de la función pública. En el seno de la comisión también hemos analizado las declaraciones juradas presentadas respecto del impuesto a las ganancias y a los bienes personales. En este sentido, me permito señalar que la declaración jurada de bienes personales, original, de 2002 no ha sido remitida por la AFIP ni tampoco ha sido agregada a estas actuaciones por el doctor Zaffaroni. Todas las declaraciones juradas de 2000, 2001 y 2002 de estos dos impuestos —ganancias y bienes personales— han sido objeto de rectificaciones en agosto de este año, luego de efectuada la propuesta de designación del doctor Zaffaroni como juez de la Corte Suprema. Y evidentemente han sido rectificadas, porque las cifras consignadas en las declaraciones originales no son exactas y porque con ellas no se puede justificar la adquisición de dos inmuebles en 2000 ni tampoco la compra de otras propiedades que se efectuara en 2002. Incluso, me permito señalar que las declaraciones rectificativas de ganancias y de bienes personales, en lo que hace a las cifras de los bienes situados en el exterior, son discordantes unas de otras. A su vez, a esto hay que agregar la conducta en materia previsional que ha seguido el doctor Zaffaroni. Al respecto, el 25 de septiembre de este año, la AFIP ha informado que en el momento en que fue propuesto como juez de la Corte, el doctor Zaffaroni adeudaba al régimen de trabajadores autónomos 94 períodos mensuales completos y tenía 18 incumplimientos mensuales parciales. Realmente se trata de un período significativo de tiempo. Si uno lee los diarios del día de la fecha, podrá observar que el doctor Abad, administrador federal de Ingresos Públicos, ha dicho que Zaffaroni es impositivamente desprolijo y previsionalmente moroso. Incluso hay que señalar respecto de este punto que Zaffaroni ha pagado sus deudas previsionales en lo que hace al capital pero no lo ha hecho respecto de los intereses, que todavía en este momento está adeudando. En el descargo que Zaffaroni ha presentado ante la comisión responsabiliza al contador por esta omisión. En este sentido, él ha dicho “Cuando el contador me hizo llegar la declaración, no la leí y por ende la firmé sin reparar en la omisión." Nosotros no creemos que sea una excusa válida decir que las declaraciones juradas las 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 65 hace el contador, porque ellas son personales; hay que revisarlas, puntearlas y leerlas antes de firmarlas, tal como lo apunta la oficina Anticorrupción, que no admite como un eximente de responsabilidad el echarle la culpa al contador o no leer las declaraciones juradas, porque se supone que las mismas tienen la seriedad necesaria para que todos los leamos antes de firmarlas y de presentarlas como manda la ley. Tampoco creemos que sea una excusa la respuesta que él formula en la audiencia pública, cuando respecto de este tema dice: "No me ocupo de estas cuestiones. No soy un empresario; no sigo estrictamente este tipo de cosas. Tampoco creo ser un gran contribuyente fiscal." Ahora bien, estas cosas tienen interés para todos y también para la Nación. Estoy seguro de que los señores senadores que integran esta Cámara en su gran mayoría no serán grandes contribuyentes del Fisco, pero todos tenemos la obligación de ser prolijos en nuestras declaraciones juradas, por más modesta que pueda ser la suma con la cual estamos contribuyendo al sostenimiento del Estado, porque en definitiva lo recaudado por los tributos es lo que le permite al Estado sostener y brindar los servicios de salud, de seguridad y de educación; en definitiva, los servicios esenciales del Estado. Y en este tema, por aplicación del principio de ejemplaridad, debemos ser muy claros. Todos estamos obligados a cumplir la ley; todos estamos obligados a pagar nuestros tributos y contribuciones al sistema previsional. Y si bien este es un deber de todos, más intenso es para quienes tienen las más altas responsabilidades públicas o para quienes aspiran a integrar el Tribunal Supremo de la Nación, porque luego en ejercicio de la función judicial van a tener que exigirle a otros el cumplimiento de la ley, el pago de los tributos y el cumplimiento de los aportes previsionales. Un tema de la audiencia pública que me ha llamado profundamente la atención es el que fue patentizado en las preguntas que en el transcurso de la misma le formuló el senador Baglini al doctor Zaffaroni y que trasuntan un diálogo que tiene un gran interés. En una nota que Zaffaroni le dirige al jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández, reconociendo su deuda de carácter previsional dice textualmente: "De todas formas me permito observar que no se trata de una deuda impositiva sino de carácter previsional no ejecutable, que sólo perjudica eventualmente mi futuro derecho a jubilación y cuyos efectos no se extienden a terceros." Entonces, en la audiencia pública, Baglini le pregunta a Zaffaroni: "¿Usted dice en esa nota que entendía que las obligaciones previsionales no son exigibles?" Contesta, Zaffaroni: "Bueno, no son exigibles en el sentido de que no son ejecutables." Vuelve a preguntar Baglini: "¿Usted dice eso? ¿Usted afirma eso?" Contesta Zaffaroni: "No se puede embargar, digamos." Y pregunta nuevamente Baglini: "¿Usted asegura que no se pueden ejecutar las obligaciones previsionales?" Respuesta: "Hasta hoy no se puede." Vuelve Baglini: "¿Sabe cuántos juicios hay, doctor? 700 mil ejecuciones. Usted no puede desconocer esa norma para intentar integrar el tribunal. Está claro que las obligaciones previsionales son exigibles." Luego, dice también Baglini: "Mucho más las de los autónomos porque, como usted mismo ha dicho, forman parte de un sistema solidario. Por lo tanto, se trata de deudas que son perfectamente ejecutables." En lo que respecta a la actuación como empleador, en este caso del doctor Zaffaroni, yo le he efectuado algunas preguntas al respecto en la audiencia pública, dado que me llamó la atención que presentara un descargo donde dice que no tiene empleados en su estudio jurídico y, sin embargo, en una extensa entrevista publicada en el diario de Río Negro, publicada el 17 de julio de 2003, textualmente manifiesta: "Mi estudio jurídico no puede ser categorizado como grande, apenas tengo un par de empleados." Hay un informe de la AFIP que dice que no está 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 66 inscripto como empleador. Luego él manifiesta que no tiene empleados en relación de dependencia, aunque en verdad me suena poco consistente que un estudio jurídico no tenga mínimamente a alguien que atienda el teléfono. Se ha suscitado también una cuestión relativa al inmueble que adquirió en 2002, en la avenida Boyacá. Y acá debo decir que, cuando uno analiza la documentación relativa a este tema, se encuentra con que en 1998, ese inmueble se vendió en 420 mil dólares o pesos convertibles de ese entonces. Cuatro años después —es cierto, devaluación mediante—, ese inmueble es comprado por el doctor Zaffaroni por el 25 por ciento de ese valor en dólares. El valor de las propiedades, en dólares, cayó en la Argentina, pero nunca a ese nivel del 25 por ciento, lo cual me hace suponer que, en este caso, hay realmente una subvaluación respecto de estos montos. Algunos han tratado de relativizar estos aspectos. Esto es cierto. Pero creo que en un país que necesita construir una cultura de cumplimiento y de acatamiento a la ley, que necesita que la ley deje de ser mirada por una parte de la sociedad como un obstáculo a sortear, como un obstáculo a eludir, es importante ser rigurosos en estos aspectos porque luego, evidentemente, es muy difícil exigir el cumplimiento de obligaciones tributarias y previsionales a los demás. El miembro informante de la mayoría ha hecho referencia a otro tema, que la verdad es que no ha sido traído por ninguno de nosotros —de los que integramos este Senado—, tampoco lo he visto en todo el expediente, ni introducido por alguna organización no gubernamental o ciudadano. Es una cuestión que ha sido introducida por el propio doctor Zaffaroni y es lo relativo al doctor Jacobo Isaac Grossman. El lo trae a este procedimiento de designación de juez de la Corte. Es el candidato propuesto el que lo convoca para hacerse presente en este Senado, en la audiencia pública. Es él quien lo sienta en el estrado del Senado, a su lado, y el que lo presenta ante esta Cámara y ante la sociedad argentina como un hombre de su máxima confianza, que lo asesora a lo largo de las siete horas de la audiencia pública. Así que fue Zaffaroni el que presentó a Grossman ante este Senado y, en definitiva, ante la sociedad argentina. En ese momento, nosotros ignorábamos quién era Grossman. Luego, resultó que a través de las imágenes de la audiencia pública que se transmitieron por televisión y de las fotos que se publicaron en los diarios hubo ciudadanos argentinos que reconocieron al doctor Grossman y que manifestaron haber sido víctimas del delito de secuestro extorsivo. En los diarios de la semana pasada hay diversos testimonios: entre ellos, por ejemplo, el del señor Alejandro Watt, quien tuvo la tarea de llevar el importe del rescate de un secuestro extorsivo para entregárselo al señor Grossman. En su testimonio, el señor Alejandro Watt dice lo siguiente: “Estuve frente a frente con Grossman. Lo vi porque tenía su rostro a cuarenta centímetros del mío, junto a otros dos que me tenían encañonado. Todo esto lo declaré ante la Justicia de San Isidro, pero él tenía siete abogados.” Planteada así la cuestión y reconocido el doctor Grossman a través de los medios de comunicación social, en rigor de verdad muchos de nosotros experimentamos una profunda sorpresa. Porque convengamos que no es normal ni en la Argentina ni en ningún país del mundo que quien aspira a integrar el Tribunal Supremo de Justicia de la Nación se presente acompañado de una persona que acredita estos antecedentes. Además, esas imágenes se transmitieron a todo el país y la ciudadanía pudo apreciar a quien aspira a integrar el Tribunal Supremo al lado de una persona que ha tenido en el pasado este tipo de conductas. En la reunión de la Comisión de Acuerdos, donde se emite el dictamen, esto nos llevó a pedir, junto con otros señores senadores, que la comisión hiciera un averiguamiento respecto de este tema y solicitara informes al Poder Ejecutivo nacional, lo que así se hizo. Se pidieron informes al Ministerio del Interior, desde donde se señaló que el doctor Grossman ha sido 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 67 funcionario de esa cartera de Estado. Hay una nota del Ministerio de Justicia donde informan los datos personales del doctor Grossman y se adjunta un informe del Registro Nacional de Reincidencia, el que —desde luego— nada dice, porque el Código Penal establece que en el caso de los registros de delitos, una vez que han pasado diez años de la extinción de la pena, ella no se informa. Pero el Ministerio de Justicia de la Nación, que remite esta nota con la firma del ministro Gustavo Béliz, envía a este Senado una pieza que nosotros habíamos solicitado y que consideramos fundamental en este averiguamiento: el expediente en base al cual se dictó el indulto de Grossman, o sea, el decreto 263 del año 1991. Ese decreto dice que el indulto recae en la causa 13.906 del Juzgado de Sentencia Letra A, Secretaría N° 1. En rigor de verdad, existe una prohibición legal en el caso de los registros de delitos. Pero lo que nosotros estábamos pidiendo en este caso es el expediente donde consta la motivación de un acto que dictó el Poder Ejecutivo nacional en 1991 para conocer el fundamento de esa medida, porque diversos medios de comunicación han dado cuenta de que el doctor Grossman había sido condenado a 25 años de prisión. Luego, el doctor Grossman presenta una nota... Sr. Presidente (Gioja). — Senador, su tiempo está terminando, le ruego que redondee ya que hay veintiséis senadores anotados. Sr. Gómez Diez. — Señor presidente: voy a ocupar mi tiempo como miembro informante, porque alguien tiene que relatar el trabajo que hemos efectuado en la Comisión. Sr. Presidente (Gioja). — Senador: le han dado cuarenta minutos. Sr. Gómez Diez. — Señor presidente: dice textualmente el doctor Grossman: "...poco más tarde me vinculé a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. En ese marco participé en acciones armadas y de obtención de recursos para la organización". O sea que Grossman reconoce su participación en acciones armadas y de obtención de recursos mediante esa forma, es decir, la de los secuestros extorsivos. Luego dice: "Nunca he participado ni nunca nadie me ha reconocido en secuestro de menores". Como por la falta de colaboración del ministro Béliz no tenemos el expediente del indulto, no nos quedó otro camino que verificar en los diarios y en los medios de comunicación de la época qué antecedentes figuran en ellos... Sr. Presidente (Gioja). — Señor senador... Sr. Gómez Diez. — Señor presidente: voy a terminar de fundamentar este tema porque, si no, ¿para qué se aprobó el mecanismo de transparencia? Por lo tanto, deje que termine el último punto que estoy analizando. Sr. Presidente (Gioja). — Senador: la Presidencia cumple exclusivamente con el Reglamento. Esta Presidencia le va a dar un poco más de tiempo, pero redondee su exposición porque ha tenido cuarenta minutos. Sr. Gómez Diez. — Estoy redondeando. Deje que trate este último punto porque es un tema sensible. Señor presidente: tengo diversas publicaciones que he podido obtener en la Biblioteca del Congreso. Poseo dos publicaciones del diario La Nación, una del 30 de julio de 1976 y otra del 29 de julio de dicho año, y una de La Razón del 30 de julio de 1976. Tengo además datos de La Prensa del 12 de julio de 1987 y una publicación de Crónica de 1991. Todas estas crónicas y noticias periodísticas dan cuenta de que el doctor Grossman 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 68 participó en secuestros extorsivos de menores. Ahora bien, ¿quién miente? ¿Miente el doctor Grossman cuando nos manda una nota donde dice que nunca he participado ni nunca nadie lo ha reconocido en secuestros de menores? ¿O miente la prensa de la época, cuando dice que sí participó de secuestros de menores y aporta datos y pormenores? ¿Quién miente? Si hubiéramos tenido el expediente que se reserva el ministro Béliz —que luego dice ser el abanderado de la transparencia—, tal vez hubiéramos podido encontrar una respuesta y saber quién miente. Lo que sí debo decirles es que en un diario de hoy aparece un artículo que quizá nos ayude a saber quién miente. Se trata de una nota del diario Clarín —página 7— que dice: "Dos menores secuestrados en 1976 por el asesor de Eugenio Zaffaroni, Jacobo Grossman, resultaron ser primos del senador Jorge Yoma, hijos de una hermana de su madre, de entonces ocho y nueve años". Si chicos de ocho y de nueve años no son menores, entonces no sé qué son menores. Evidentemente, este dato relativo a dichos familiares del senador Yoma arroja luz en el sentido de que, efectivamente, el doctor Grossman secuestró a menores. Y, lo que es más grave, cuando el doctor Grossman presenta la nota mencionada le miente al Senado de la Nación. Alguien podrá preguntarse por qué analizamos estas circunstancias, pero no fuimos nosotros quienes las trajimos. Quien lo hizo, como dije recién, fue el doctor Zaffaroni. El llevó a Grossman a la audiencia. Además, el acuerdo es un acto de confianza. Cuando prestamos acuerdo para la designación de un juez de la Corte otorgamos nuestro consentimiento para integrar el tribunal supremo de la Nación y administrar justicia a los demás. Y para ejercitar ese acto de confianza tenemos que analizar todos los antecedentes que están a nuestro alcance. En ese sentido, el procedimiento que se ha instaurado, tanto en el ámbito del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo, es bueno. Pero lo que no debemos hacer nunca, es enamorarnos de los candidatos. O sea, cuando el procedimiento funciona y demuestra que el candidato no es adecuado, debemos saber reconocerlo. Anteriormente señalé que prestar un acuerdo es un acto de confianza. Dicho acto lo prestamos nosotros, en representación de la gente que nos votó, para encontrar con convicción, fortaleza y valentía para administrar justicia no sólo a los hombres más capaces sino también a aquellos que, a lo largo de su vida, han tenido una conducta intachable. Sr. Presidente (Gioja). — Tiene la palabra el señor senador Prades. Sr. Prades. — Señor presidente: varias veces manifestamos en este recinto que la Unión Cívica Radical ha pagado un alto costo político por su acompañamiento al anterior gobierno del presidente Duhalde y al actual. Aquí nadie puede negar que, desde la Unión Cívica Radical, se ha colaborado legislativamente para que este gobierno comience bien, como es el deseo de todos los argentinos. Pero eso no implica, de modo alguno, que uno esté condicionado u obligado a aprobar todo, aunque las obligaciones institucionales y funcionales y la alta responsabilidad que tenemos como integrantes del Senado nos llevará a apoyar todo aquello que sirva para consolidar el sistema institucional. En esa instancia, seguramente, se contará con el voto favorable del bloque de la Unión Cívica Radical y de quien habla. Hemos reconocido y reconozco que el dictado del decreto 222/03 constituye, sin lugar a dudas, un avance significativo en favor del mejoramiento de la calidad institucional del país. Pero no es un argumento válido de defensa señalar que se han mejorado las formas, no importando 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 69 cuál sea el resultado al que se arribe. Justamente, si mejoramos la forma, también estaremos obligados a mejorar el resultado, las decisiones y los fallos porque eso es, precisamente, lo que hace a la “fehaciencia” del mejoramiento de la calidad institucional. El domingo próximo pasado he leído con detenimiento los editoriales de los diarios de mayor circulación de la Argentina. Casi todos han señalado con gran preocupación la instancia institucional de fuerte impacto social que vive en este momento la Argentina y, en particular, la que se da esta noche en el Senado. — Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente de la Nación, señor Daniel O. Scioli. Sr. Prades. — Por ejemplo, el diario Clarín, en su página 26, contiene un editorial titulado "La justicia y las costumbres del pasado", que no voy a leer íntegramente porque no quiero perder mi tiempo, del que voy a resaltar algunos aspectos porque se trata de uno de los diarios de mayor circulación de la Argentina y de América. Dicho texto expresa lo siguiente: "Desde este punto de vista, la decisión de mejorar la composición de la Corte es encomiable [algo que sin duda compartimos todos], pero no pueden ocultarse que en esta empresa se están utilizando también prácticas criticables como el seguimiento de los dictados del Ejecutivo por parte del Legislativo. A esto se agrega, además, que los argumentos para la suspensión de Moliné O’Connor no son inobjetables y han merecido serios reparos, incluso de juristas favorables a la renovación de la Corte. Todo indica, en suma, que la política sigue influyendo, más allá de lo razonable, el ámbito de la Justicia, lo cual indica la permanencia de una distorsión en el funcionamiento de las instituciones que es, precisamente, lo que el gobierno promete corregir y cuya superación es una demanda de la sociedad. “La audiencia pública para designar a un nuevo miembro de la Corte Suprema y el juzgamiento de uno actual son avances en el mejoramiento de la calidad institucional, pero, aún así, se mantienen prácticas políticas reñidas con este proceso.” El diario La Nación, en la página 24, titula: “La presentación de Zaffaroni.” En algunos párrafos del artículo dice: “Es preciso que los senadores de la Nación tengan clara conciencia de que a la hora de votar en el recinto sobre la incorporación de un candidato para integrar la Corte Suprema de Justicia estarán decidiendo sobre el prestigio y el desenvolvimiento del máximo organismo judicial del país. Por eso, no deberán olvidar las dudas en torno de la conducta tributaria y previsional del doctor Eugenio Zaffaroni, cuestiones que el candidato no logró despejar durante la audiencia realizada el miércoles último en la Comisión de Acuerdos de esta Cámara. “Cuando el miércoles próximo los senadores nacionales se expidan sobre el pliego del doctor Eugenio Zaffaroni deberían tener presente que no sólo están votando la incorporación de una persona a la Corte sino que estarán enviando también un mensaje a la sociedad acerca de que ningún ciudadano que aspire a un cargo de tanta importancia merece quedar exceptuado de las obligaciones que se le exige cumplir al resto de la población.” El diario Ámbito Financiero, que desde el inicio ha sido muy crítico con esta designación, señala un aspecto importante que quiero dejar remarcado. Dice al respecto: “Qué podría alegar ante los jueces el eficiente titular de la AFIP, Alberto Abad. Bien pueden aparecer evasores que digan que no hicieron nada peor que lo que hizo con su declaración de bienes el doctor Zaffaroni.” Hay otras publicaciones a las que por razones de tiempo no me voy a referir, pero es evidente que la decisión que está en nuestras manos apunta seriamente a la defensa de la República, al aseguramiento de su funcionamiento y la mejora querida por todos de la calidad 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 70 institucional del país. No puede ser que se nos quiera silenciar. No puede ser que no se nos permita opinar de forma diferente y no puede ser, y en esto doy una gran importancia a la prensa nacional, que quienes pensamos distinto, queremos construir una República fuerte y seria y, como dijo el presidente, queremos asegurar la Justicia, no podamos dejar expresado nuestro punto de vista. Es más. Recuerdo que en la campaña política el señor presidente de la Nación dijo que los evasores iban a usar traje a rayas. Sin embargo, no comparto lo señalado hoy en algunos medios por el titular de la AFIP. El doctor Zaffaroni no ha sido ni improlijo ni moroso. Hay una figura típicamente ilícita en su proceder, que no ha subsanado porque haya querido en alguna medida revertir su conducta atípica, sino que lo ha hecho dentro del marco del proceso de su postulación. Es decir, lo hizo para viabilizar su designación por el Senado, lo que agrava la situación. Creo que la mejor decisión que hubiera ayudado al gobierno, al presidente y al Senado era que el doctor Zaffaroni hubiera retirado su pliego. De esa manera hubiese dado una gran mano a la Nación. Quiero precisar claramente la fundamentación de mi voto, aunque en materia tributaria y previsional lo hará complementariamente el señor senador por Mendoza, doctor Baglini. La designación de un juez de la Nación es un acto complejo que requiere la participación de la voluntad del Poder Ejecutivo y del Senado de la Nación. Además, en el caso de un juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el acto contiene un sentido fundacional de la mayor trascendencia, porque ese juez ha de reflejar en su persona la mayor versación técnica jurídica posible y, de modo particular, una irreprochable conducta pública y privada; ha de ser prístina e insospechada en sus actitudes hacia la sociedad y hacia el derecho. Muchos exigen, en palabras llanas, que sea una buena persona, dotada, además, de aquellos atributos. Se ha reprochado al abogado propuesto para el alto cargo sus particulares creencias acerca de la eficacia del derecho punitivo del Estado nacional. A un tiempo, se ha destacado su aguda versación técnico jurídica y un cierto criterio discrecional respecto de algunos institutos del derecho penal. No me parecen decisivas para fundar el rechazo a su nominación ciertas decisiones críticas expuestas cuando el nombrado ejercía la magistratura penal y ciertas opiniones doctrinarias por él sostenidas, pues a menudo los cambios legislativos han tenido en la doctrina y en la jurisprudencia un punto de partida para la renovación legislativa. El ejemplo más próximo e importante de ello me parece que es el fallo "Sejeán", que en la década de los 80 emitió la Corte federal, abriendo el camino a la ley de divorcio vincular. Hay otros supuestos en donde el entonces magistrado se aparto del stare decisis, que es la fuerza inmanente con que la Corte impulsa en los tribunales inferiores de la Nación la uniformidad de la jurisprudencia. La propia Corte lo criticó con énfasis por ello en el caso "Borthagaray", en fallos 205:614, considerando 2/. Parecidos desajustes en la interpretación de la ley acometió el doctor Zaffaroni en las causas "Irigoyen" y "Gérula". Insisto, señor presidente, que tales desajustes, si en definitiva lo fueran a la luz de la jurisprudencia de la Corte federal nacional, no resultan decisivos porque la personalidad de quien ha de desempeñar el cargo de juez del Alto Tribunal no puede agotarse en eso. Ya lo he dicho, es menester que la sociedad vislumbre en el candidato la espectabilidad de una conducta irreprochable que, aunque importante, tampoco es decisivo que en número cuantioso se haya expresado la sociedad manifestando su disconformidad con el propuesto. Ello porque las razones en pro o en contra no se cuentan sino que se pesan, como toda prueba que debe evaluarse, según 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 71 las reglas. Es útil aquí recrear esas probanzas sobre la sana crítica racional, reglas que contienen la inmensa mayoría sino todos los códigos procesales de la Nación. Allí se alienta la libre convicción, que es más propia de los sistemas anglosajones, que la nuestra, que establece la regla de la sana crítica racional. Esa imagen irreprochable no se advierte en el caso del doctor Zaffaroni. Se ha hecho evidente en este desgastante proceso a que ha sido sometido este hombre público de prestigio intelectual, que no ha aclarado debidamente en su intervención en este cuerpo, un desajuste en sus declaraciones impositivas respecto de sus bienes y de sus egresos. Es más, proyecta oscura sombra sobre su prestigio personal su situación previsional pues ha omitido tributar los aportes del sistema, pudiendo hacerlo sin justificar su extendida mora, en tanto en este mismo Senado de la Nación se discute en comisiones sobre el mejor modo de paliar los graves efectos que las recurrentes crisis han producido en las clases menos aventajadas sometidas ahora a la presión de las ejecuciones por las deudas que se han ido acumulando. No hubo manifestación alguna del candidato tendiente a poner de manifiesto su imposibilidad de cumplir, pues, en tal caso, no habría podido reprochársele sin discriminarlo que, ante determinada y penosa situación a la que fuera extraño, su impedimento económico para hacer frente a sus obligaciones tributarias y previsionales justificaría su incumplimiento. En este sentido, los desajustes entre sus declaraciones, bienes y deudas es responsabilidad personal e indelegable de todos los habitantes, por lo que la responsabilidad atribuida con no poca ironía a su asesor contable es una actitud que desluce mucho aquel prestigio que he computado antes en su favor. Quiero señalar, en síntesis, que, por otro lado, es bueno tener presente los reclamos de la prensa nacional. La prensa tiene, en toda sociedad democrática, una inmensa, una gran responsabilidad. Diría que trascendental. Y hoy, frente a los acontecimientos públicos que interesan en grado sumo a las instituciones de la República, levantan su voz para indicar ciertos desajustes que no pueden ser silenciados; Clarín, edición del 12 de octubre de 2003, página 26; La Nación, edición del 12 de octubre de 2003, página 24; Ámbito Financiero, edición del 10 de octubre de 2003, páginas 1 y 2. De esas prácticas criticables se pueden extraer muchas conclusiones, pero deben atenderse tres hechos destacados. Uno, la presencia en el estrado del Senado de un socio del doctor Zaffaroni que, más allá de toda consideración que se tenga sobre el derecho a una segunda oportunidad en la vida, no se advierte la prudencia de exhibirlo al lado de quien habría de desempeñar la más alta magistratura judicial. Más bien, parece una provocación más que la no censurable exhibición de un modo de sentir. Otro, el hecho no menos preocupante que sugiere un abandono de los frenos y contrapesos que mantienen en su justo quicio a los órganos del poder del Estado, con un seguimiento del Poder Legislativo a los dictados del Poder Ejecutivo. Por fin, un indebido abuso de mayorías al disponer la innecesaria suspensión del juez Moliné O'Connor, en tanto se sustancia su juicio político, que ha merecido serios reparos de juristas favorables a la renovación de la Corte. Y aquí viene lo más importante, señor presidente. Lo que creo que todos debemos evitar. y lo que todos —peronistas, radicales, partidos provinciales, disidentes de los bloques— debemos tener en cuenta para la salud de la República y para el mantenimiento fuerte, serio y creciente de las instituciones de la Nación. El Senado de la Nación debe mantener su independencia funcional en todos y cada uno de los actos que la Constitución le confiere. Y debe conformar su voluntad sobre la base de las ideas rectoras que alientan su composición política, sin aceptar las intromisiones indebidas del 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 72

Poder Ejecutivo, que va mostrando, poco a poco, la fuerza de su autocracia que implicará, a un tiempo, el deterioro de la República que tanto nos ha costado mantener. La bondad de un hombre es una síntesis, un balance entre sus obras buenas y las que no lo son, aunque no puede soslayarse que el procedimiento inaugurado por el señor presidente de la Nación Argentina, a través del decreto 222/03, ha desnudado la vida del candidato, las omisiones y reproches que aquí consigno y que, a mi modo de ver, tienen la entidad superlativa para calificar como inadecuada la asignación de un cargo de tan alta consideración pública, institucional y política para la Nación. En síntesis, estas breves declaraciones que fundan el dictamen en minoría en contra de la designación del doctor Zaffaroni, me imponen en conciencia la inconveniencia de conceder el acuerdo solicitado. Por lo tanto, mi voto será en contra de la designación del doctor Zaffaroni. Esto quiero dejarlo expresamente aclarado, con el total respeto y aceptación de la totalidad de los integrantes de mi bloque, algunos de los cuales —todos o cada uno de nosotros— irán fundamentando la posición asumida en este caso en particular. Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Ibarra. Sra. Ibarra. — Señor presidente: en primer lugar quiero referirme al procedimiento de audiencia pública que hemos incorporado a nuestro Reglamento y que nos lleva hoy al tratamiento de este pliego, mencionado por parte de diversos senadores y senadoras preopinantes. En este caso tuvo lugar un debate público. Esto hace a la transparencia y a la publicidad, y nos muestra a la sociedad haciéndose cargo de la resolución de los grandes temas de la República. Estamos definiendo en este caso quién va a integrar el máximo tribunal jurisdiccional del país; en definitiva, quién van a decidir sobre el honor, el patrimonio, los derechos y la libertad de la gente. No es la primera vez que se discute esto en el Senado, y en realidad es bueno traer a colación la historia que tuvo esta cuestión. Hace más de un año, el propio Senado intentó incorporar la figura de la audiencia pública, pero esa idea no prosperó. Yo presenté un proyecto acerca del cual la Comisión de Asuntos Constitucionales emitió dictamen y lo trajo al pleno de este recinto. En un momento que yo estaba de licencia, la senadora Fernández de Kirchner defendió ese proyecto y pidió que se incorporaran las modificaciones reglamentarias. Toda la modificación del Reglamento se votó a libro cerrado, excepto el artículo por el cual se incorporaba la audiencia pública para designar a los ministros de la Corte. Este tema se trató por separado y la mayoría votó negativamente. ¿Por qué voy a esto? Porque fue prácticamente en soledad. El senador Baglini, en su momento también dijo que acompañaba esta incorporación y de la versión taquigráfica también surge que el senador Morales hizo lo propio. No hubo gran debate sobre este tema. Nadie pidió este gesto de transparencia, pero hoy parece que todos estamos felicitándonos por haber incorporado la audiencia pública. Hay algo que quiero aclarar toda vez que se hizo mención al poder político en vinculación con el funcionamiento del Congreso. Al respecto debo decir que fue precisamente la voluntad del poder político, y en este caso, del presidente de la Nación, lo que permitió la incorporación de este debate público en un tema tan importante. En este sentido, creo que esto se incorpora porque, cuando uno no tiene qué esconder, uno no ha entrado en negociaciones respecto de los miembros de la Corte sino que ha buscado o tratado de encontrar al mejor candidato, a aquel que, efectivamente, va a sumar al prestigio de 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 73 la justicia y a aquel que puede funcionar independientemente de los poderes políticos, está dispuesto a hacer todo el proceso público, de cara a la sociedad y con transparencia, porque —repito— no hay nada que esconder. Venimos de un período donde esto no fue siempre así. Considero que aquel período constituyó —Pacto de Olivos mediante— el proceso más patético que tuvimos de negociaciones de miembros de la Corte. Y parece que pocos en esa época buscaban la transparencia y la independencia que hoy puede tener lugar gracias a estas audiencias públicas. Debo decir que en la época del Pacto de Olivos tampoco se escuchó a las fundaciones que aparecieron estos días en los diarios efectuando publicidades costosísimas, hablando de ética y de transparencia. No se las escuchó en aquella época hacer referencia a las grandes negociaciones, por cierto vergonzantes, que trajeron tanto desprestigio y tanto costaron en materia de pérdida de independencia al Poder Judicial de nuestro país. Es, por suerte, en el marco de una audiencia pública y de un proceso transparente que vamos a discutir estas impugnaciones. ¿Quién es Zaffaroni? En primer lugar, el candidato para integrar la Corte Suprema. Sin dudas, un jurista de enorme prestigio y, seguramente, el de máximo reconocimiento internacional que tenemos en la Argentina. Es profesor universitario, autor de numerosísimas publicaciones y libros. Todos hemos estudiado con los libros de Zaffaroni y siempre los consultamos. Es juez desde 1969, fue constituyente nacional en 1994 y constituyente de la Ciudad; fue legislador porteño, interventor en el INADI. Es una persona reconocida en todos los ámbitos académicos internacionales y, por supuesto, en todas las universidades del país. No dudamos de que el doctor Zaffaroni es un hombre brillante, inteligente y estudioso —creo que eso no ha sido puesto en tela de juicio—, aptitudes muy importantes para acceder a un trabajo que implica horas y horas de estudios de expedientes. Es un hombre con una enorme vocación por la justicia y, por supuesto, es un hombre de la democracia, sobre lo cual hablaré luego. Entre los apoyos y adhesiones —no leeré todos porque son muchos y los senadores ya los conocen, pero como esto es público es importante mencionarlo— podemos contar con los de casi todas las jurisdicciones del país y de los organismos más prestigiosos: Colegio de Abogados de Santiago del Estero, Federación Nacional de Docentes Universitarios, Colegio de Abogados de Morón, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Universidad Nacional de Tucumán, Asociación Civil Justicia Democrática, Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina, Asociación de Abogados de Buenos Aires, Colegio de Abogados Procuradores de Villa Mercedes, San Luis, Colegio de Abogados de Quilmes, Colegio de Abogados de la provincia de La Rioja, Colegio de Abogados de Lomas de Zamora, Abuelas de Plaza de Mayo, Concejo Deliberante de Tartagal, Centro de Militares para la Democracia Argentina, Colegio de Abogados de Villa María, Central de Trabajadores Argentinos, Universidad de Morón... La lista es enorme, y también podemos citar las opiniones de instituciones públicas de países extranjeros, algunas de las cuales gozan de enorme prestigio. Se trata de un hombre que, además, ha recibido el grado de doctor honoris causa de las universidades más prestigiosas y antiguas del mundo en materia jurídica. Ese es el hombre que fue propuesto para ocupar la Corte. Hemos recibido impugnaciones y corresponde tratarlas y analizarlas. Hay algunas de naturaleza ideológica y otras de naturaleza teórica. Creo que, en ese caso, fue muy interesante y me voy a atener a los planteos que hizo el propio juez Zaffaroni en la audiencia pública, que creo que fueron contestados impecablemente. No comparto algunos de los votos que ha hecho Zaffaroni en su ejercicio como juez, otros sí. Es un hombre teórico. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 74

Zaffaroni es una persona con un pensamiento controvertido. Al respecto, quiero decir que quien no genera controversia con el pensamiento básicamente no piensa. Las ideas están precisamente para eso. En el marco de una democracia, el pluralismo y el debate teórico es fundamental, y Zaffaroni ha hecho de los más grandes aportes en el marco del debate jurídico en la Argentina. Cuenta con apoyos nacionales e internacionales sumamente prestigiosos; es convocado para clases de posgrado en todo el mundo; se venden, editan y traducen sus obras; lo reciben universidades, tribunales y cortes de todo el mundo. Digo esto porque es algo que, en general, no acontece con un hombre de quien se dice que su pensamiento puede estar enfrentado a la Constitución, a los derechos humanos o al derecho internacional. Sentado esto, empezar a discutir voto por voto creo que es casi una imprudencia. Los votos de cada juez, incluso en el marco de salas, revisados por instancias superiores, precisamente son parte de la construcción de un sistema judicial complejo y, en ese sentido, Zaffaroni ha hecho grandes aportes a la Justicia argentina. En todo caso, sí es importante detenerse en lo que hace a su trabajo como juez federal, atendiendo a que algunas fundaciones han mencionado el tema de que haya jurado por los estatutos del proceso y que haya sido un juez federal durante la dictadura. En primer lugar, es bueno el aporte que hace el propio postulante, el doctor Zaffaroni, cuando dice que efectivamente se desempeñó en una época de alteraciones institucionales que abarcó una generación. En su desempeño, efectivamente, participó de la creación pretoriana de abrir a prueba los hábeas corpus; participó de la declaración de inconstitucionalidad del famoso decreto 642/76, por el que se reformaba el Código Procesal y limitaba la opción de salida del país. Ahora estos cuestionamientos en general no vienen precisamente de aquellos que han sido víctimas del terrorismo de Estado y que han estado vinculados históricamente a la lucha por los derechos humanos, sino que, lejos de ello, provienen de aquellas fundaciones que nunca encontramos en esta lucha. Precisamente “los pañuelos blancos” han venido a acompañar esta postulación y los organismos de derechos humanos masivamente han considerado como una conquista la incorporación del doctor Zaffaroni en la Corte. Si hay algo que no puede decirse es que Zaffaroni haya sido un juez del proceso, uno de esos jueces que han sostenido el proceso militar, que han permitido, ocultado y facilitado el proceso de terrorismo de Estado. Lejos de ello, este reconocimiento que tienen los organismos de derechos humanos y muchos de los que participamos en estas luchas es el reconocimiento enorme que ha tenido Zaffaroni por su aporte a la lucha por los derechos humanos, por el reconocimiento de las minorías, y porque en los juicios por la verdad se esclarecieran las responsabilidades y se hiciera justicia sobre este tema. Acá se habló de las impugnaciones vinculadas a sus declaraciones juradas y patrimoniales y a los aportes previsionales. Se ha alegado que existían diferencias entre las declaraciones juradas que hizo en la AFIP y las que hizo en la Oficina Anticorrupción. Se indicaron omisiones e inexactitudes. Yo repasé la prueba documental, repasé la prueba informativa y las explicaciones que dio el propio postulante. Lo primero que hay que decir es que efectivamente hay omisiones, hay inexactitudes que yo las calificaría de desprolijidades y, en algunos casos, hasta de desatenciones fuertes porque ha omitido cuentas de 56 pesos; hay 10.000 pesos que no declaró en un lado, pero sí en el otro. Quienes lo conocemos a Zaffaroni y hemos podido trabajar con él — he trabajado mucho con él en la Convención Constituyente del 94—, es la misma desatención que él en general presenta con muchas de las cosas propias: con sus pertenencias, con su actividad cotidiana; nunca con los expedientes, nunca con el Derecho. Tiene una enorme rigurosidad frente a cada uno de 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 75 los temas del derecho. Es verdad que suele ser desprolijo y desatento en aquellas otras cuestiones. Nada indica en el recorrido de las declaraciones juradas en la AFIP o en la Oficina Anticorrupción una sola omisión dolosa, ni siquiera la voluntad real de salirse de los alcances de sus responsabilidades y obligaciones impositivas, y mucho menos —muchísimo menos— la posible sospecha siquiera de un enriquecimiento ilícito. El doctor Zaffaroni ha hecho las rectificaciones correspondientes. Pagó lo que tenía que pagar. La misma AFIP señala que efectivamente había mora. Pagó. La mora es mora, no es delito, es mora. Muchos ingresan en mora. Reconocida la mora, pagó y, como cualquier ciudadano común, dijo: “Voy a impugnar los intereses. Me parece que el 3 por ciento mensual acumulativo es usurario.” Estará a las resultas de esa impugnación. Si le dan la razón le reajustarán los intereses, si no le dan la razón, tendrá que pagar los intereses hasta el último peso. Esto es parte de lo que pasa a los contribuyentes cuando entran en mora y tienen que cumplir con sus obligaciones previsionales. Yo hubiera preferido que cumpliera mes a mes, como lo hacen muchos con sus aportes previsionales ante la Caja de Autónomos. No lo hizo. Tenía largos meses en mora. Se presentó y pagó. Ahora, seguimos hablando de una mora a la que tantos ciudadanos se acogen, como a los planes de pago. Esto no es incumplimiento de la ley, ni evasión, sino una desprolijidad. ¿Qué pasa con esta vehemencia, con esta actitud casi de histeria por parte de algunos sectores, frente a la postulación de Zaffaroni? En las últimas décadas nunca se hizo una radiografía de los que ingresaban en la Corte a través de pactos nunca claros, como el Pacto de Olivos. Nunca se pidieron constancias de declaraciones juradas, del cumplimiento impositivo, de los orígenes de los fondos, de cómo se había formado ese patrimonio y cómo se fue desarrollando ese patrimonio durante el transcurso del cumplimiento de las funciones públicas. Hoy ni siquiera conocemos cómo fue evolucionando el patrimonio de los funcionarios de la Corte quienes, por otra parte, cuando se dictó la ley de ética pública, decidieron que no les alcanzaban los artículos de esa ley. En efecto, emitieron la acordada 1/2000, donde incluso declinaron incorporar la Comisión Nacional de Ética Pública que, hasta la fecha, no se pudo conformar. Además, establecieron un sistema insólito, para ellos mismo, acerca de la forma en que se podía acceder a sus declaraciones juradas. Nadie, ni siquiera organismos como Poder Ciudadano pudieron acceder a esas declaraciones juradas y a la evolución patrimonial de los actuales ministros de la Corte. Pero no escuché a ninguno de los que ahora se rasgan las vestiduras por la cuenta de 56 pesos que Zaffaroni no incorporó, o los 10.000 pesos que se había olvidado, que representaban un mes y medio de sueldo, hablar de la preocupación por la evolución del patrimonio de los integrantes de la Corte, los actuales y los que fueron siendo designados en su momento. El 85 por ciento de los abogados no paga autónomos. Esto no es justificación para nadie. Existe la ley que obliga a pagar autónomos y hay que pagar autónomos. Pero, en todo caso, hagámonos cargo, como legisladores, de estos sistemas que no funcionan, por los que se pagan más de 250 pesos y se terminan cobrando, después de treinta y cinco años de aportes, 400 y pico de pesos de jubilación. Repito: el 85 por ciento de la matrícula de abogados no paga autónomos. Esto no es una justificación, simplemente nos hace repensar a los legisladores los sistemas que no funcionan en la Argentina. Quiero acercarme con toda tranquilidad al caso Grossman, que es un tema que se trató acá. Grossman, aparentemente, cometió delitos gravísimos. En su momento fue condenado. Cumplió más de trece —o dieciséis— años de prisión, salió en libertad condicional, luego habría sido indultado. Estudió, trabajó, se casó, hizo su vida como quiso y es un colaborador del doctor 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 76

Zaffaroni. ¿Por qué nos estamos rasgando las vestiduras? Yo, acá, escuché: “Lo sentó al lado, en la audiencia pública.” Dictemos una ley para ver a cuántos metros se tendría que haber sentado. ¿Volveremos al derecho romano de penas infamantes? ¿Nos haremos cargo de penas infamantes que alcanzaban a los hijos, a los padres, a la esposa? ¿De qué estamos hablando? Se trata de un hombre que cometió delitos gravísimos, fue a la cárcel, fue condenado —estuvo más de trece años en prisión—, salió en libertad condicional, fue vigilado en su libertad condicional, le dictaron un indulto. En todo caso, yo revisaría la Constitución. No estoy de acuerdo con que exista el indulto. La verdad es que me parece un resabio del viejo poder absolutista. Pero, en todo caso, el indulto está, lo firmaron allá por el año 91 y este señor purgó la pena que le tocó. Ahora bien, si vamos a querer condenarlo otra vez, lo que pido es que los que están dispuestos a ello propongan una ley de muerte civil. Que en vez de firmar dictámenes como el que me trajeron a la firma hace tres días —suscripto por el señor senador Gómez Diez y por otros señores senadores—, donde se solicitan más planes de resocialización en las cárceles, propongan un proyecto de ley de muerte civil. Yo no estoy dispuesta a ello. En verdad, creo que el derecho penal tiende a buscar una resocialización que, en este caso, habría sido exitosa. No estoy dispuesta a discutir que no puede sentarse a uno o a diez metros o que no puede ser colaborador porque es ex convicto. No estoy dispuesta a entrar en eso. Que a algunos les guste o no, es otra cosa; a muchos puede gustarle y a otros no. Pero aquí no se ha incumplido ninguna ley, el hombre hizo lo que tenía que hacer y elige a sus colaboradores, y nosotros elegimos al doctor Zaffaroni para integrar la Corte Suprema de Justicia y es a él, con su historia, con su sapiencia, con su currículum, con su desarrollo académico y con su decencia, a quien elegimos. En cuanto al caso Grossman, más allá de que a algunos les guste o no, no hay ley que se incumpla ni nada nuevo en todo esto. En todo caso, si quieren que no haya un colaborador de este estilo también se puede aprobar un proyecto de ley que establezca que los miembros de la Corte o de los ministerios no pueden tener un colaborador ex convicto. Pero para ello hay que sancionar la ley: después veremos si pasa por el INADI y si es constitucional o no. Lo que no podemos hacer es rasgarnos las vestiduras como si se hubiese incumplido alguna ley. El señor cumplió y elegirá a su colaborador; no sé si yo lo hubiese elegido, pero aquí no se ha incumplido una sola norma. Entonces, no se puede venir aquí con un criterio cuasi discriminatorio. Todos acá hablan del derecho penal y de la necesidad de resocialización, pero no corresponde pretender ahora la muerte civil y las penas infamantes del derecho romano. Estamos eligiendo como juez de la Corte a un jurista del máximo prestigio con el procedimiento más transparente, donde todos pudieron opinar y se hizo la máxima radiografía al doctor Zaffaroni. Si finalmente lo designamos en la Corte, el doctor Zaffaroni habrá sido el primer funcionario en la historia argentina que pasó por semejante examen y radiografía. Pues bien, bienvenida sea esta radiografía y que por voluntad política este procedimiento se haga con este nivel de transparencia. Seguramente, hoy estaremos eligiendo al jurista más prestigioso que tenemos, al más vinculado con los derechos humanos, al que sin duda va a defender los derechos de los hombres y de las mujeres de este país y que ha sido reconocido internacionalmente por su enorme trayectoria. Por consiguiente, voy a votar a favor de la incorporación del doctor Zaffaroni a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Chiappe. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 77

Sr. Chiappe. — Señor presidente: el doctor Zaffaroni ha confesado no haber aportado en forma oportuna al sistema previsional. Así puede leerse en la carta que le remitiera al señor jefe de Gabinete doctor Alberto Fernández el 9 de agosto de este año. Allí decía textualmente “Que esa deuda [entre comillas, esto es literal] sólo perjudica eventualmente mi futuro derecho a jubilación y cuyos efectos no se extienden a terceros.” ¡Increíble afirmación! Pero tal sinceramiento —para llamarlo de alguna forma— no es otra cosa que la más palmaria confesión de que el incumplimiento de la ley es para él una cuestión que hace a sus más mezquinos intereses. Entonces, es cuestión de preguntarse lo siguiente: ¿será que el doctor Zaffaroni subestima la inteligencia de los argentinos o supone que no se percatarán de que su falta de aporte desfinancia al sistema previsional. ¿Será que él cree eso, o por el contrario, que el Poder Ejecutivo sobreestima la capacidad de su candidato que, sin embargo, no alcanza a comprender que sin aportes no puede funcionar ningún sistema jubilatorio? Y la última pregunta: ¿será que el Poder Ejecutivo subestima la falta de ética del doctor Zaffaroni? Por ello, nunca como en este caso resultó mejor aplicable aquella frase del Mahatma Gandhi, según la cual no es posible construir un país diferente con gente indiferente. La falta de solidaridad social así evidenciada por el candidato que nos ocupa, debió resultar decisiva para que el Poder Ejecutivo retire el pliego de tan insólito aspirante a ocupar la máxima magistratura judicial del país. Por otra parte, la Administración Federal de Ingresos Públicos informó a la Comisión de Acuerdos que el doctor Zaffaroni, no se encuentra inscripto como empleador en el régimen de la seguridad social. Sin embargo, en una entrevista otorgada por el doctor Zaffaroni al diario Río Negro y publicada el 17 de julio de este año, reconoció tener empleados en su estudio. Dijo que su estudio jurídico no podía ser categorizado como grande, ya que apenas tenía un par de empleados. Quizás por tener un par de empleados, el doctor Zaffaroni creyó que no estaba obligado por la ley previsional a hacer la denuncia. En consecuencia, a confesión de parte, relevo de pruebas. Con esta actitud de tener empleados en negro, el doctor Zaffaroni se encuentra incurso en los delitos previstos por el Título V de la ley 24.241 —específicamente en lo dispuesto por el artículo 132—, ya que ha violado el deber de información al no estar registrado como empleador, no inscribir a sus empleados y no hacer los aportes previsionales correspondientes, entre otras obligaciones. Nuevamente nos encontramos con incumplimientos previsionales del doctor Zaffaroni, pero esta vez afectan directamente a terceros. Ya no se trata de su falta de aportes como autónomo, sino que ahora se afecta a terceros, en este caso a sus empleados, quienes se han visto privados por sabe Dios cuánto tiempo de sus aportes jubilatorios. Por otro lado, el falseamiento de sus declaraciones juradas relativas a cuentas bancarias en el exterior y otros bienes, ingresos, obligaciones tributarias y derivadas de la ley de ética pública, también ingresan en el universo del derecho penal. Los argumentos esgrimidos en su defensa por el doctor Zaffaroni en la audiencia pública, por lacónicos e insustanciales resultaron de una liviandad propia de un bisoño abogado, que no es propiamente el caso de este jurista. Por ejemplo, manifestó que no leyó lo que en materia de declaraciones impositivas le había preparado para su firma el contador. Fue la argucia que no le sirvió a María Julia Alsogaray para evitar ser procesada por defraudación contra la administración pública. Sin embargo, a este 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 78 hombre se le está por otorgar el acuerdo del Senado. Este panorama hace aún más inexplicable la pertinacia con que el Poder Ejecutivo presiona para lograr un acuerdo senatorial que, de alcanzarse, perjudicará irremediablemente la imagen de este alto cuerpo, que hoy más que nunca necesita recuperar su prestigio. Señor presidente, señores senadores: el país entero, a través de la televisión, ha estado pendiente y ha observado la audiencia pública a la que concurriera hace poco tiempo el doctor Zaffaroni a prestar el interrogatorio que prescribe el Reglamento del Honorable Senado. Se respiraba allí un clima expectante por el severo cuestionamiento ético al que debía responder. Pero, de pronto, ¡oh sorpresa! El doctor Zaffaroni apareció acompañado del doctor Jacobo Grossman, quien fuera coordinador de una banda dedicada a los secuestros extorsivos de personas. Por ese accionar mereció una condena de veinte años de prisión, estuvo trece años preso y fue indultado en 1991, según se dice —desconozco si es cierto— gracias a gestiones realizadas por el propio Zaffaroni, quien logró incluirlo en la lista junto con otras diecinueve personas que resultaron favorecidas por esos indultos. Aclaremos bien la cuestión: los actos de Grossman fueron delitos comunes y aberrantes, que además en muchos casos involucraron a menores de edad. Sin embargo, aquí se afirma que eso no importa; que ya pasó. Se dice que Grossman ya fue condenado; que ya pagó por ello —en realidad, sólo pagó a medias porque no estuvo preso veinte años sino sólo trece— y que, en definitiva, ya es suficiente. Ahora ese hombre está redimido, se baño en las aguas del río Jordán y hoy puede asesorar, acompañar y patrocinar nada menos que al candidato que se propone para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Aun en el supuesto de que no hubiera sido Zaffaroni quien gestionara ese indulto, sino la madre Teresa de Calcuta, igualmente hubiera sido un acto reprochable. Sea quien fuere su mentor, ese acto de indulto a favor de un hombre condenado a veinte años de prisión por haber participado de secuestros extorsivos aberrantes de menores es realmente insoportable; supera la imaginación de la gente. Por aquella frase según la cual "dime con quién andas y te diré quien eres", el acompañamiento de Zaffaroni por su socio y ex convicto, en calidad de supuesto asesor patrocinante, debe interpretarse de la única manera posible. No existe otra interpretación, porque esa persona estuvo allí, simplemente sentada al lado del candidato propuesto, poniendo la cara mientras Zaffaroni nos decía: "Acá vengo acompañado de este hombre." Eso debe interpretarse como una mueca macabra dirigida a la ciudadanía argentina. ¿Qué necesidad había de traer a un personaje de este tipo para que lo acompañe en la audiencia pública de la Comisión de Acuerdos? La Argentina se debate en una profunda crisis moral, que seguramente es la determinante de las falencias económicas, financieras y políticas que aquejan a nuestro país. Mucha tela hay para cortar sobre este tema pero no es momento de detenernos aquí. Simplemente, quiero señalar que sólo partiendo de ese muy bajo estándar ético puede un aspirante a integrar la Corte Suprema de Justicia venir al Senado de la Nación acompañado y patrocinado por tan siniestro personaje, al que siendo director del INADI lo designó a cargo de Relaciones Institucionales. Sí, cuando Zaffaroni estuvo a cargo de dicho instituto designó a cargo de las relaciones institucionales a Jacobo Grossman. Por lo tanto, si el Senado hoy aprueba el pliego de acuerdo es cuestión de preguntarse cuál será el destino en la Corte de este personaje. Asusta la cercanía de un hombre de esas cualidades a un ministro del más alto tribunal judicial de la República. Me resisto a admitir la posibilidad de que el Senado Nacional protagonice hoy este grotesco ético e institucional; el pueblo argentino no se lo merece. Y al señor presidente Kirchner, que habló de poner traje a rayas a los evasores, de transparencia y de combatir el trabajo en negro, 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 79 lo exhorto a que retire el pliego pues ello seguramente lo haría mucho más confiable ante el pueblo argentino. El pueblo argentino necesita confiar en el presidente de la República. ¡Quiero confiar en el presidente de la República! ¡Todos necesitamos confiar en el presidente de la República! Me encantaría poder hacerlo y creer en la transparencia que ha predicado. Pero, ¿podemos pensar en ello con este grotesco que hoy está viviendo el Senado de la Nación? Zaffaroni y su acompañante no debieran ser causa de confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Senado de la Nación, y mucho menos entre los argentinos. Por último, es un momento muy grave en lo que hace a la vida institucional de la República. Por ello, va a ser difícil digerir que senadores oficialistas se presten a votar favorablemente el acuerdo para la designación de un ministro de la Corte de las características apuntadas. ¿Por qué no decirlo? Resultaría más que lamentable que en virtud de una reedición del Pacto de Olivos comprobemos hoy que la oposición no es capaz de asumir el rol que le corresponde en defensa de la división de poderes del Estado, la ética y la dignidad del pueblo argentino. (Aplausos en las galerías) Sr. Presidente. — Silencio a la barra, por favor. Tiene la palabra el señor senador Capitanich. Sr. Capitanich. — Señor presidente: el Senado de la Nación hoy tiene la instancia de participar activamente en la decisión de designar un miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el marco de un procedimiento que ha establecido el Poder Ejecutivo nacional. El propio presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner, ha inaugurado un procedimiento a través del decreto 222/03 con el objeto de establecer mecanismos transparentes que permitan seleccionar a aquellas personas que inexorablemente deben contribuir para que se cumplan las garantías constitucionales en la República Argentina. Se ha cumplido con ese requisito. En el futuro sería interesante que por un decreto de las características del 222, que es muy importante por la autolimitación que establece para el propio presidente, se establezca que no tengamos que debatir solamente un postulante sino una terna; y que esa terna sea integrada en función de los criterios que objetivamente establece el decreto 222, es decir, procedencia desde el punto de vista del país federal, procedencia de género y procedencia de la especialidad de cada uno de los postulantes en el marco de lo necesario para el servicio de justicia en el país. En este procedimiento existió la posibilidad para el mismo postulante de formular descargos respecto a una serie de objeciones. También hemos asistido a una audiencia pública, en la que durante siete horas se realizaron preguntas que el mismo presidente de la Comisión de Acuerdos, con absoluta transparencia, pudo divulgar. Consiguientemente, tuvimos posibilidad de observar las opiniones del postulante con relación a su posición sobre el funcionamiento del sistema judicial en la República Argentina. No quiero abundar en las objeciones formuladas desde el punto de vista previsional e impositivo ni en las opiniones sobre los fallos. Me parece muy importante aceptar la crisis que han tenido las instituciones en la República Argentina. Esta crisis política ha generado un fuerte descrédito en todas las instituciones, de las que no está excluido el Poder Judicial de la Nación ni los poderes judiciales de cada una de las provincias argentinas. Es cierto que los mecanismos que permitan mejorar la calidad de las instituciones de la República se basan no solamente en reformas políticas sino también en reformas institucionales, que deben incluir inexorablemente a la Justicia para garantizar que exista un Poder Judicial autónomo, independiente y para que existan jueces probos, honestos y capaces. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 80

Esto no existió en circunstancias anteriores. Estamos inaugurando un nuevo sistema para garantizar transparencia en la selección de los jueces y, naturalmente, un funcionamiento armónico y equilibrado de cada uno de los poderes de la República. Me parece que es importante remarcar que todo alto tribunal, toda corte suprema de justicia, dependiendo de las características de cada sistema institucional en los distintos países, tiene la particularidad de estar integrado por jueces conservadores o jueces más liberales. Por supuesto, la postulación del doctor Zaffaroni se inclinaría por un criterio más liberal que el tradicional en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia. El doctor Zaffaroni en su exposición en la audiencia pública ha establecido algunas opiniones relevantes. Por ejemplo, planteó que el máximo Tribunal de la República Federal de Alemania durante cincuenta años tuvo solamente 6.500 casos o que la Corte Suprema de los Estados Unidos tiene un poco de más 100 casos anuales. Existiría la necesidad en la República Argentina de establecer una reforma, con concurrencia de los poderes Legislativo y Ejecutivo, en materia de presentación de la iniciativa, o mediante un sistema de modificaciones en las instancias de casación El recurso ante la Corte por vía de arbitrariedad genera un número extraordinario de causas que llega a cerca de 15 mil en el ámbito de tratamiento de la Corte Suprema de Justicia por año. Y la proyección indicaría 75 mil, por lo cual tornaría realmente una situación de extrema gravedad y complejidad atender tamaña cantidad de expedientes. Por lo tanto, la calidad de las instituciones no solamente debe hacerse a través de reformas en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia sino también de todo el sistema judicial, estableciendo el presupuesto y la tecnología correspondientes y la idoneidad en la designación de los jueces, pero también en el ámbito de la calificación de los recursos humanos que deben atender una responsabilidad inalienable en el ejercicio de un poder de la República, que es precisamente el Poder Judicial de la Nación. En este sentido creo que las opiniones vertidas por Zaffaroni determinan que tiene cualidades muy interesantes que nosotros no podemos soslayar en este ámbito del Senado. Creo que es un hombre con una versación jurídica extraordinaria. Es un hombre de reconocimiento nacional e internacional, que tiene apoyo de múltiples universidades del país y del exterior. Es un hombre prestigioso, es un penalista de talla que tiene publicaciones relevantes. Es un hombre que puede, efectivamente, aportar un cambio extraordinario en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia en materia de criterios, de procedimientos, de instancias que permitan mejorar la calidad de las instituciones de la República. Porque inexorablemente, desde la visión diferente, desde la especialidad, desde una perspectiva creativa con respecto a la interpretación de las normas jurídicas, efectivamente también se puede contribuir al mejor desenvolvimiento en el funcionamiento de las instituciones. Ha tenido opinión respecto de casos que me parecieron interesante plantear. Cuando se hicieron preguntas respecto de que no compartía el tema de la eutanasia y la aplicación de un criterio básico, que es garantizar la posibilidad de una muerte digna para cada una de las personas. La posibilidad de decir que el tema del aborto era un tema social y que inexorablemente no debe estar solamente legislado en el Código Penal sino que era un problema social de una magnitud extraordinaria que requiere la concurrencia de todos para mejorar los índices que derivan de los abortos, que producen tantos graves dramas en la humanidad y, fundamentalmente, en Latinoamérica y en la República Argentina. Él habló de que el aborto es una tragedia que debe ser superada con una activa participación del Estado respecto de políticas que permitan el mejoramiento de la calidad de vida 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 81 de los habitantes. Habló de muchas cuestiones y emitió opiniones que me parecieron importantes, como por ejemplo una aclaración respecto del tema de la seguridad pública, de la necesidad de establecer y extremar los mecanismos de prevención en materia de seguridad pública. Y que efectivamente, cualquier incremento de pena no necesariamente generaba mecanismos de disuasión y que el poder coactivo y la coacción no necesariamente generaban disuasión. — Ocupa la Presidencia el vicepresidente 2° del H. Senado, senador Pedro Salvatori. Sr. Capitanich. — Esto también me parece que es un elemento a tener en cuenta. En materia de seguridad pública, frente a la proliferación de delitos existen causas pero, fundamentalmente, existe una necesidad de generar una gran reforma en la República Argentina en materia de seguridad pública para garantizar que las fuerzas de seguridad funcionen fuertemente involucradas con la comunidad organizada y con la sociedad civil. Porque ese es uno de los mecanismos de una policía más comunitaria o de una policía más bonapartista. Efectivamente, al no tener un contacto fuerte de relaciones desde el punto de vista social, naturalmente es una institución que en muchos casos no goza de prestigio, o goza de desprestigio desde el punto de vista comunitario y social. Y naturalmente, la seguridad y la justicia van de la mano. Me da una gran pena y un gran escozor observar en mi provincia del Chaco claramente el colapso que tienen las subcomisarías y las comisarías para el depósito de encausados, o la inexistencia de un sistema penitenciario apropiado que funcione adecuadamente entre la provincia y la Nación para resolver este enorme problema que tiene que ver con que casi el 70 por ciento de aquellos que están reclusos no tienen ningún tipo de condena. Y que, naturalmente, están cumpliendo transitoriamente un proceso de prisión preventiva. Entonces, creo que es muy importante la participación de alguien que tiene una experiencia en el campo penal para que, a través de su especialidad, promueva mecanismos que permitan, por un lado, garantizar la seguridad de los ciudadanos y, por el otro, establecer reformas en el ámbito judicial que permitan efectivamente no sólo cumplir con un precepto estrictamente garantista, porque el tema de ser garantista no es ni siquiera una visión desde el punto de vista ideológico, ya que ser garantista es un deber y una obligación que tiene un juez para preservar justamente el cumplimiento de las garantías que la misma Constitución Nacional establece. Por eso creo que la postulación de Zaffaroni es un avance cualitativo en el ámbito de la composición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, desde el punto de vista de su versación jurídica y de sus antecedentes académicos y judiciales inclusive. Yo escuchaba atentamente las objeciones que existían respecto de su participación como juez y, fundamentalmente, a partir de lo que él planteó, en el sentido de que había jurado por el Estatuto de Onganía, por el del Proceso de Reorganización Nacional, por la Constitución de 1853 y por la Constitución de 1994; y que se sentía parte de una generación política de la República Argentina que había experimentado una serie de contradicciones, de pujas muy drásticas y dramáticas que se han reflejado a través de nuestro devenir histórico. Pero aquellas expresiones aviesas y malintencionadas que pretendían plantear su connivencia con dictaduras militares estaban clara y absolutamente desacreditadas por la presencia de aquellas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en la audiencia pública, que fueron quienes defendieron a capa y espada los derechos humanos en nuestra República. Por lo tanto, la postulación de Zaffaroni no reviste comentarios desde el punto de vista de su compromiso en materia de derechos humanos y de la defensa de las garantías constitucionales. Ahora bien, con respecto estrictamente a la materia previsional e impositiva, debo señalar 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 82 por lo menos dos cuestiones. La primera es que, en realidad, lo que existe en materia previsional es una mora en el ingreso de las cotizaciones personales del régimen previsional de seguridad social, a través del denominado "pago de autónomos". Esto es lo que efectivamente existe. No se trata de un empleador; no ha acreditado empleados ni tampoco ha retenido aportes y luego no los ha depositado en la caja correspondiente o en el sistema de seguridad social. Por lo tanto, si bien es objetable que alguien no cumpla regularmente el pago de las cuotas correspondientes, una vez que ha hecho la identificación del problema respectivo y la regularización en el pago de las mismas, naturalmente, ello lo exime de cualquier comentario. Del mismo modo estamos eximidos de hacer comentarios con relación al tema previsional e impositiva, ya que cuando la Comisión de Acuerdos, a través del presidente, establece cuál es su situación, el titular del organismo recaudador, Alberto Abad, dice que no se registra deuda líquida y exigible al momento de realizar el informe, que creo que fue el 6 de agosto del corriente año. Por otro lado, que existan declaraciones juradas rectificativas en materia de impuesto a las ganancias, por supuesto que no es lo óptimo, lo mejor. Pero cuando uno tiene que analizar la postulación de alguien que aspira a ser juez del máximo Tribunal de la Nación, debe sopesar adecuadamente todos los pro y los contra de cada una de las personas. Todos nosotros, quienes tenemos la posibilidad de acceder a cualquier cargo, electivo o no, poseemos virtudes y defectos. Tenemos solvencia en determinados temas y, naturalmente, no somos solventes en otros. Podemos haber tenido errores en nuestras vidas y pudimos haberlos rectificado. No somos hombres perfectos; somos seres humanos. Pero justamente para eso está la Justicia: para determinar si nosotros hemos cometido delitos o no. Y acá no se ha configurado ningún delito en las omisiones que ha realizado el postulante. También es importante que nosotros, como legisladores, nos atengamos a cumplir estrictamente las normas en cuya elaboración somos partícipes activos. Además, quiero decir que quien efectivamente debe garantizar que las normas previsionales e impositivas se cumplan son los organismos recaudadores; y si ellos dicen que no hay deuda líquida exigible por supuesto que nos exime a cada uno de nosotros, como legisladores, de determinar si el postulante a juez de la Corte Zaffaroni ha cometido un error o un delito. Por lo tanto, salvando todas estas cuestiones que ha tenido este proceso e instando al Poder Ejecutivo nacional a mejorar y perfeccionar este decreto 222, estamos promoviendo la designación de un juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nuestro máximo tribunal, que va a cumplir con idoneidad moral e intelectual el desafío que significa promover e impartir Justicia en el marco de la Constitución y las leyes de la República. Por eso adelanto mi voto favorable a la postulación del juez Zaffaroni. Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra el señor senador Terragno. Sr. Terragno. — Señor presidente: no voy a cuestionar el buen nombre y honor, las actitudes morales y mucho menos la idoneidad técnica y jurídica del doctor Zaffaroni. Como bien se ha dicho en este recinto, su autoridad como penalista es reconocida internacionalmente y está allí para acreditarlo la opinión de la Asociación Internacional de Derecho Penal, el Instituto Brasileiro de Ciencias Criminais, la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica y esa manifestación de Luciano Nascimento Silva, tal vez exagerada pero elocuente, de la Universidad de San Pablo, que dice que Zaffaroni es el mejor penalista latinoamericano del siglo XX. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 83

Creo que las objeciones que se han hecho a sus ideas jurídicas son improcedentes. No se puede acusar a un jurista de ser garantista, sobre todo si se entiende qué significa ello en el lenguaje penal. Esta es una corriente internacional; la palabra garantista fue acuñada por Luigi Ferrajoli —el jurista italiano autor de “Derecho y Razón”, teoría del garantismo penal—, elogiado por un pensador de la talla de Norberto Bobbio, dice que, en definitiva, se trata de cumplir lo que reclama el profesor norteamericano Ronald Dworking, que es tomar en serio de una vez por todas la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sancionada en 1948 y, en nuestro caso, tomar en serio de una vez por todas el Capítulo I de la Constitución Nacional. No es el doctor Zaffaroni sino la Constitución la que establece que cuerpos armados no pueden efectuar requisiciones; es la Constitución la que establece que nadie debe estar obligado a declarar contra sí mismo; es la Constitución la que dice que nadie puede ser detenido sin orden escrita de autoridad competente; es la Constitución la que dice que las cárceles de la Nación serán sanas y limpias para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas. En cuanto al minimalismo, tampoco sería grave ni una acusación que el doctor Zaffaroni coincidiera con opiniones como las de Jesús María Silva Sánchez, de la Pompeu Fabra de Barcelona. Porque, en definitiva, la idea de la pena mínima se entronca con el pensamiento de Voltaire, de Montesquieu, de Russeau y del padre de la criminología, Cesare Beccaria y su famoso "De los delitos y de las penas", que ya tiene muchos años porque es de 1764. Zaffaroni ha negado su adhesión al abolicionismo de Louk Hulsman, de la Universidad de Rotterdam, quien cree que el Derecho Penal ha fracasado, porque el miedo no educa, pero que no tiene realmente una alternativa como no la tienen otros teóricos que en verdad no cuestionan el Derecho Penal sino el capitalismo mismo. Zaffaroni se ha asumido como garantista y ha sostenido no sólo que la coacción policial debe detener el proceso lesivo en curso o inminente sino también que es inútil aumentar la graduación de las penas porque esto no detiene el delito. De todos modos, en todo caso, la graduación de las penas es una cuestión del Poder Legislativo. Lo que importa es la interpretación del juez y en esto coincido con el doctor Zaffaroni, en el sentido de que es sano —aunque no estemos de acuerdo con alguna de sus interpretaciones— que en un tribunal constitucional haya distintas concepciones del Derecho. Mis dificultades para aprobar el pliego tienen que ver con algo que el señor senador por el Chaco recién trataba de empequeñecer y que para mí tiene una enorme importancia. Sinceramente no entiendo y me causó mucha sorpresa que no se haya convertido en un escándalo la manifestación del doctor Zaffaroni cuando para explicar el juramento por el Estatuto del Proceso dijo: “Juré por el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional; juré por el Estatuto de Onganía; juré por la Constitución reformada por Lanusse; juré por la Constitución Nacional de 1853 y juré por la Constitución reformada de 1994.” Esto es a mi juicio lo más grave que ha ocurrido en todo este proceso de examen sobre las calidades del nominado, porque una persona de Derecho no puede jurar lo que venga; no puede jurar una Constitución democrática y después tres estatutos dictatoriales. Una persona de Derecho no puede asumir el perjurio constitucional y mucho menos si es una persona a la cual se postula para interpretar la Constitución, porque no otra cosa hace un juez de la Corte; es el intérprete de la Constitución. En 1968 el doctor Zaffaroni era becario de la OEA en México y después de la brutal represión del 2 de octubre en la plaza de Tlatelolco decidió volver, porque le pareció que el México de Díaz Ordaz era peor que la Argentina de Onganía. Para un residente este es un 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 84 concepto aceptable, pero el doctor Zaffaroni ya era camarista designado por un gobierno de facto cuando se produjo el "cordobazo", que no fue muy diferente de la matanza de Tlatelolco. Y como él dice ahora, juró por aquel estatuto. Y eso significaba jurar por un sistema que había destituido a todas las autoridades democráticamente elegidas, que había removido a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que había eliminado la actividad política, que había impuesto la doctrina de la seguridad nacional —que ya Onganía antes de dar el golpe había aprobado públicamente en la reunión de jefes de ejércitos americanos en West Point, en 1963—, que había intervenido las universidades y que había protagonizado “la noche de los bastones largos”. En San Luis, como en todas las provincias, había un interventor designado por ese gobierno central. Y el mismo estatuto además decía que estaba por encima de la Constitución Nacional. Entonces, no podemos pensar que este es un hecho anecdótico. Mucho menos cuando en 1976, días después del golpe de Estado, el general Videla nombra a Zaffaroni juez nacional en lo criminal de sentencia en la Capital Federal. Y un juez que había jurado por Dios y la Patria respetar y hacer respetar la Constitución Nacional, juró por un estatuto por el cual la junta militar asumía el poder político; por el cual eran declarados caducos los mandatos de presidente, de gobernadores, de vicegobernadores, por el cual se disolvían el Congreso, las legislaturas provinciales, las salas de representantes, los concejos municipales; por el cual eran removidos los miembros de la Corte, el procurador General de la Nación, los integrantes de los tribunales superiores de justicia; por el cual era removido el procurador del Tesoro; por el cual se suspendía la actividad política y la actividad gremial. En su descargo, el doctor Zaffaroni nos ha dicho: "Esto nos tocó hacer a los que vivimos aquella época y pertenecemos a una generación, sea al asumir como abogado, sea el desempeñar funciones o al asumir cargos docentes. Evalúo esto generacionalmente y asumo la responsabilidad generacional como corresponde. Comparto esto con toda mi generación. Yo no era un militante político; era un abogado, un juez, un funcionario. Lo tomábamos como una profesión. Nací y me crié en medio de convulsiones políticas y de tipo institucional, como toda la gente de mi generación. Estábamos habituados a ver como normal lo que era anormal. Los que nacieron o se criaron en los últimos veinte años no lo entienden. Es una generación por la que asumo la responsabilidad, pero junto con toda mi generación. Desde la perspectiva de esa cultura caótica en la cual nos criamos, todo era distinto." No es cierto, señor presidente. No es que eso nos tocó hacer a quienes pertenecimos a una generación. Lo hizo quien quiso hacerlo o quien no tuvo el coraje o la convicción para hacer algo distinto. Es en esas circunstancias, frente a una dictadura, cuando se pone a prueba el compromiso con la democracia. Y esa generación no estuvo formada sólo por gente habituada a ver lo anormal como normal; estuvo compuesta por gente que perdió la libertad, que padeció tormentos, que entregó su vida, que vivió el destierro, para defender la Constitución. Y no hablo con desconocimiento o desapego. No pertenezco a una generación distinta; soy prácticamente a la misma generación que el doctor Zaffaroni. Y yo tampoco era un militante político. Y yo también era abogado, como lo era mi esposa. Y en 1976 renunciamos a la profesión, a nuestros ingresos, a la cercanía de nuestra familia, para emprender un exilio, porque nos anticipamos a una detención inminente fundada en las denuncias que, a través de la revista Cuestionario había hecho yo sobre la violación de los Derechos Humanos. Fueron años de desempleo e incertidumbre; y no me estoy poniendo en el centro de la 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 85 escena. En 1980 escribí un artículo, que inició una larga polémica con Osvaldo Bayer. Ese artículo se llamaba "El privilegio del exilio". Y allí yo sostenía que las verdaderas víctimas de la dictadura no éramos nosotros, los que estábamos lejos, sino quienes sufrían la persecución y la tortura aquí; y que los verdaderos héroes eran aquellos que se atrevían a desafiar o a denunciar a la dictadura en el mismo escenario del horror, entre los cuales había argentinos que hoy están sentados en estas bancas. Sin embargo, Bayer decía con razón que el exilio era también, en proporción, un castigo. Entonces, ante millares de desaparecidos, de torturados, de presos, de exiliados, no se puede decir que hay una suerte de responsabilidad generacional respecto de los hechos de alguien que, por sus razones, decidió no luchar. La Conadep en el libro "Nunca Más", refiriéndose a la profesión del doctor Zaffaroni, dice lo siguiente: "Las más duras represalias cayeron sobre muchos abogados. Las detenciones arbitrarias, los malos tratos, la desaparición y hasta la muerte de los abogados defensores fueron uso corriente en los primeros años del régimen militar. Fueron secuestrados y desaparecieron no menos de 109 abogados. El 90 por ciento de estas desapariciones se consumaron entre los meses de marzo y diciembre de 1976." Por supuesto, alguien podrá decir que la lucha contra una dictadura no es sólo heroísmo o huida, pero hay que tener en cuenta, entonces, qué es lo que hizo quién acaso haya decidido pelear desde dentro. El doctor Zaffaroni ha dicho que él y otros jueces estaban observados severamente por todas las autoridades del Ministerio de Justicia. Bueno, ese ministerio estuvo a cargo, primero, del brigadier auditor Julio Arnaldo Gómez y, luego, del doctor Alberto Rodríguez Varela, hoy defensor del ex dictador Videla, un hombre a quien Julio Bárbaro en "Pasiones razonadas" alude, con esa verba inflamada de este escritor argentino, como el "oscuro y siniestro ministro de Justicia de Videla". ¿Qué fue lo que observado severamente por Rodríguez Varela hizo un juez como Zaffaroni? ¿Pudo salvar a alguien? El 1° de agosto de este año me dirigí a la cámara para solicitar que me enviaran las 143 acciones de hábeas corpus que había resuelto el doctor Zaffaroni en el período previo a 1983. En rigor de verdad, eran 128 acciones, dado que 15 fueron resueltas por jueces subrogantes: de ellas, 38 eran relativas a edictos policiales y 6 habían sido desistidas. Por lo tanto, me concentré en 84 casos, incluido el caso "Olleros" al cual no me voy a referir porque es suficientemente conocido. El hecho es que no encontré ningún ejemplo de actividad judicial de parte del doctor Zaffaroni que haya puesto en aprietos a las autoridades o permitido esclarecer un caso o salvar una vida. Claro está que frente a esto surge la siguiente pregunta que he escuchado en este recinto: ¿cómo es posible, si esto es así, que las organizaciones de derechos humanos estén a favor de la designación del doctor Zaffaroni? Creo que, sin duda, el apoyo de los organismos de derechos humanos se debe a la intensidad y a la congruencia con que desde la reinstauración de la democracia el doctor Zaffaroni ha participado en la promoción de los Derechos Humanos. Pero este no es un juicio de acción privada en el cual nosotros debemos abstenernos de emitir nuestra opinión si aquellos que promovieron la acción la retiran. Por otra parte, quiero decir que en el sitio de Internet de las Madres de Plaza de Mayo —www.madres.org— se puede observar la denuncia contra los jueces que juraron por los objetivos básicos del Proceso de Reorganización Nacional entre 1976 y 1980. Es una denuncia criminal contra 437 jueces, a quienes las Madres llaman represores del Poder Judicial. Entre esos jueces está Eugenio Raúl Zaffaroni. La acción que promueve Madres de Plaza de Mayo dice que todos quienes juraron por el Estatuto fueron partícipes necesarios en términos del artículo 45 del 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 86

Código Penal, de los delitos de privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales y otros. En su doble carácter de madres de víctimas y de integrantes de una asociación civil defensora de los derechos humanos, las denunciantes imputan al doctor Zaffaroni y a los otros 437 jueces que hayan prestado juramento al Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional y hayan sido conniventes y funcionales a los designios de los usurpadores, por lo que piden para todos ellos el máximo de la pena prevista para los delitos enunciados. El doctor Zaffaroni nos ha dicho: "Obviamente, sabíamos que se estaba secuestrando gente. Ahora, cuál era su destino o qué pasaba con la gente secuestrada fue lo que en líneas generales me enteré en el extranjero en 1978". Ante esto creo que caben varias reflexiones. En primer lugar, cuesta entender que el juez no sabía, no encontraba, no podía establecer correlaciones entre filiación, no recibía información oficiosa alguna y que hasta 1978 no había siquiera conjeturado. Creo, señor presidente, que estos argumentos son inconvincentes. No sé si voy a poder cumplir con las exigencias del tiempo. En consecuencia, solicito a la Presidencia que, en caso de ser así —como no quiero excederme—, luego se someta a consideración del cuerpo la posibilidad de insertar todos los elementos complementarios que estime pertinentes. Sr. Presidente (Salvatori). — Al finalizar las exposiciones se insertarán las proposiciones de todos los señores senadores. Sr. Terragno. — Dejo planteado mi pedido, señor presidente. Si bien mi exposición será complementada con la inserción de otros fundamentos, quiero señalar respecto de la actuación del doctor Zaffaroni durante el Proceso que el hecho de que haya publicado en 1980 un libro realmente equívoco, donde se justificaban de hecho —aunque no haya hoy en día en la interpretación del jurista esa intención— sucesos extraordinarios, en definitiva, de represión y donde se aludía a derecho penal militar de excepción, a circunstancias especiales, necesidad terrible, necesidad terribilísima, bando militar como ley material, bando militar como tipificador de delitos, excepcionalidad de dar muerte al delincuente, muerte por legítima defensa cuando el delincuente haga armas contra la autoridad, entre otras cosas, creo que nos habilita a pensar que no luchó desde el Derecho contra la dictadura. El doctor Zaffaroni dice en el prólogo del libro lo siguiente: "Queremos hacer público nuestro agradecimiento al brigadier auditor doctor Laureano Álvarez Estrada, quien tuvo la gentileza de leer los originales, por las importantísimas observaciones que nos efectuara, y al contraalmirante auditor doctor Ramón León Francisco Morel." El 23 de julio me dirigí al doctor Zaffaroni para pedirle una explicación sobre esto y me respondió que en la citada obra no se agradece a nadie por funcionario de la dictadura, sino por auditor militar. Creo que se trata de una explicación insuficiente por cuanto los auditores no eran ajenos a la dictadura. Álvarez Estada, en virtud del decreto 105 del 14 de abril de 1976, había sido subsecretario de Justicia. Y sus antecedentes no eran muchos; ni los anteriores ni los previos, salvo que después fue miembro del directorio de EDCADASSA, una empresa que tuvo serios cuestionamientos. Cuando uní todos estos elementos, comprendí que no podía responder a mi impulso inicial, que había sido aprobar la designación del doctor Zaffaroni. El análisis de toda su evolución como juez me mostró una peligrosa inestabilidad de su parte, una dificultad para actuar independientemente del poder de turno —civil o militar— y que fue connivente o funcional con 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 87 un régimen inconstitucional. Eso me llevó a concluir que el doctor Zaffaroni no puede ser intérprete vitalicio de la Constitución Nacional, que es en definitiva la función de un juez de la Corte Suprema de Justicia. Por eso, sin perjuicio de solicitar que se me permita oportunamente insertar una exposición más completa sobre este tema en el Diario de Sesiones a fin de no emplear ahora un tiempo excesivo, por los mínimos fundamentos expuestos dejo sentada mi posición contraria a la aprobación del pliego propuesto por el Poder Ejecutivo. Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra el señor senador Moro. Sr. Moro. — Señor presidente: la verdad es que esta tarde he escuchado, posiblemente, las cosas más terribles que se hayan dicho de alguien en este recinto desde que soy senador, y es posible que todavía tengamos que escuchar cosas más graves en lo que resta de la sesión. Estoy realmente consternado por esta pira de palabras, en función de las cuales se está crucificando a Zaffaroni. En primer término, quiero comenzar mi exposición señalando que el bloque de la Unión Cívica Radical ha brindado libertad de acción a sus miembros por considerar que esta cuestión es de conciencia. En ese plano me expreso y voy a fundar mi decisión individual como senador. Con relación a las palabras que he vertido al comienzo de mi exposición, deseo señalar que, si fuera cierta la magnitud de lo dicho, estaríamos casi en la presencia de un Dorian Gray revivido, con la diferencia de que este Dorian nuestro ha sacado él mismo el retrato del ropero y lo ha exhibido a la luz pública cuando gran parte de la dirigencia nacional tenemos casi una gimnasia permanente en la hipocresía. Sabía que el 80 por ciento de las palabras se iban a ocupar hoy de los cumplimientos o incumplimientos con la DGI, de los aportes previsionales, de las declaraciones juradas, de la doctrina de la fellacio abusiva, dicha hasta el cansancio, como si hubiera un vértigo por el entretenimiento de la figura transgresional, y de la apropiación de la cosa abandonada. Debo decir que también soy abogado, que he trabajado largos años en la profesión, que me ha tocado en suerte ser presidente del Colegio de Abogados en la circunscripción de mi provincia y que he representado a dicho organismo en la Federación Argentina de Colegios de Abogados. Por lo tanto, creo haber desarrollado alguna ponderación acerca del valor que tiene para la convivencia civilizada la construcción y el cumplimiento de los estándares jurídicos de conducta. También aprendí en mi media verdad —porque nunca creo tener la verdad completa— que esos estándares formales no configuran enteramente la idea de justicia sino que la auxilian o la ayudan, porque necesitan la calidez de la interpretación de los valores profundos de su funcionamiento. Por eso, quiero hablar de otros aspectos. Por ejemplo, a grandes rasgos quiero hablar de cosas que se han dicho también con otras palabras, como el contexto histórico comparado del episodio de hoy respecto a otros anteriores. Desde otro punto de vista, también quiero hablar de la relación que existe entre la política práctica y los ideales, lo cual quizás suene remoto ante la necesidad de una definición concreta. Nos estamos pronunciando en un tema de alta delicadeza institucional y tenemos que hacerlo porque es parte de la agenda principal de la República y de la realidad nacional. Además, desde nuestras distintas visiones —algunos estarán a favor y otros en contra de la nominación propuesta—, confiamos en que cada uno de nosotros hará lo correcto según su propio camino. El contexto histórico no es el que se daría en un país con una calidad institucional sólidamente afirmada en la continuidad temporal; no es el de una cultura democrática fecundamente vivida a lo largo de los años sino que, ni más ni menos y con las buenas y las malas 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 88 noticias, es el contexto que tuvimos los argentinos durante largo tiempo, con interrupciones, dificultades, contradicciones, marchas, contramarchas, avances, retrocesos, esperanzas y frustraciones. Sin embargo, aún conscientes de ello, ninguno declinó en la voluntad de creer en nosotros mismos —me refiero a todos los argentinos— y en ayudar a que este tiempo sea mejor que el anterior, y así sucesivamente. Porque creía en esa ética esencial, eternamente mejoradora del ser humano y de las sociedades, Italo Calvino decía figuradamente que el infierno no son las llamas del Dante sino muchas veces el mundo que nos rodea a cada paso. Y que, en todo caso, nuestra misión como seres humanos —y con mayor razón como dirigentes y gobernantes— es procurar todos los días y todas las horas en tanto podamos, hacer crecer, por pequeño que fuere, todo aquello que no es infierno. Dicho así, quizá esta afirmación pueda ser acompañada por todos, desde cualquier punto de vista. Se complica, sí, cuando se trata de decidir en actos, como el de hoy, por su contenido y efecto qué es lo bueno, lo malo, lo peor o lo mejor para la vida y la salud de la República. Para esta tarea, con referencia al complejo contexto histórico, político y social, que mencioné inicialmente, comparado en el tiempo, es inevitable —y se ha hecho circunstancialmente— evocar aquella sesión del Senado del 19 de abril de 1990, durante la cual en siete minutos, en sesión secreta y con la ausencia del bloque de la Unión Cívica Radical, se prestó acuerdo favorable a la designación de cuatro miembros de la Corte Suprema, con mínima repercusión crítica en la prensa del día siguiente, de los días, meses y años sucesivos, pese a todo lo que vivió el país tras aquella decisión. Además de esa configuración histórica y de contexto tenemos que resolver desde nuestra propia visión la mejor forma de buscar el ideal, porque de eso estamos hablando esta tarde. Aunque la palabra suene un tanto distante, es un modo de filosofía práctica. La filosofía política es filosofía moral aplicada a las situaciones sociales, incluida la organización del poder, las nominaciones de los miembros de la Corte Suprema y la justificación de los métodos para alcanzar esas decisiones, esas metas propuestas, que, finalmente, nos han de ayudar a entender por qué hacemos lo que hacemos, por qué creemos en lo que creemos y por qué expresamos nuestras acciones como las expresamos. Hablando de ideales, Isaiah Berlin, un pensador letón, ante la pregunta de cuál era su propio ideal, después de mucho tiempo de trajinar los laberintos de las preocupaciones fundamentales dijo: “Sólo puedo dar una respuesta modesta”. Creo que no hay nada más destructor de vidas humanas que la convicción exagerada sobre la vida perfecta. Creo, por el contrario, en el trabajo por una sociedad que tenga al menos un mínimo de decencia. Y si más allá de esto podemos avanzar a una vida más rica, tanto mejor. El ideal perfecto es en realidad una búsqueda que se va llenando con avances graduales de cada momento. Plantear de repente, súbitamente, el ideal perfecto como verdad única de un tiempo único con frecuencia puede servir precisamente para impedir el avance posible en la práctica inmediata. Puede ser un valor-contravalor. Es decir, exactamente contrario al ideal imaginado que se dice defender. Desde la cultura nacional, , que fue un hombre que superó las fronteras del radicalismo y creo que del propio peronismo para incorporarse a la galería de los pensadores y actores criollos, sin otro aditamento, dijo algo parecido en su lenguaje. Dijo que no debemos preocuparnos tanto por los perfeccionismos porque muchas veces quienes proponen subir muy alto, de repente, a través de exigencias implacables, le sacan la escalera al hombre que está subiendo esforzadamente algunos escalones. Raúl Alfonsín, de quien seguimos aprendiendo tantas cosas fuera y dentro de este recinto, 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 89 señala a veces la diferencia entre el populismo clásico, demagógico, superficial y "cualunquista" y lo que llama el "neopopulismo", que es una sofisticada expresión de esta época, propia de los transeúntes de la política, de los que definen su inserción partidaria en una mochila que va con ellos a donde se trasladen y se sitúen por sus propias conveniencias del momento. Él dice que ese “neopopulismo” es una sofisticada expresión que consiste en plantear como de realización posible e inmediata ideales que se saben irrealizables en lo inmediato, y todo junto y perfecto. De modo tal que la supuesta respuesta ideal, en vez de ser una luz que ilumina un rumbo de búsqueda hacia lo mejor, en concreto, se convierte en un cepo que encierra los esfuerzos de la búsqueda por alcanzarlo. Este momento del presente, con algún margen de esperanza, no nació de la nada. Es producto de esfuerzos que hicieron muchas personas para afirmar el timón de la Argentina frente a las incredulidades de los que, no hace mucho tiempo, planteaban el fin de la política. Cómo olvidar desde el Senado la dolorosa transición que vivimos hace poco y cómo no recordar la forma implacable con que, desde la supuesta perfección de los que miran de afuera, pese a ejercer responsabilidades poderosas en la realidad del poder, se desvalorizaban los avances posibles de la política en búsqueda de gobernabilidad, de recomposición del poder institucional y de nuevos tiempos y misiones nacionales postergadas. Por esto, señor presidente, porque el propuesto reúne idoneidad, porque hasta donde pude saber a lo largo de su vida ha sido un hombre respetado, porque ahora mismo hizo esfuerzos en enmendar sus errores —y desde luego que esto no es un bill de indemnidad, pero supone también una jerarquía moral para enfrentar las durezas de la confrontación pública—, porque esas faltas, aunque lo fueran, no son las de un magnate dependiente de la plutocracia y de los que mandan el poder profundo de la economía, por su apego a los derechos humanos, porque quiero una Corte Suprema pluralista, por el mérito de una sociedad libre, que acepta gran variedad de opiniones en pugna, sin necesidad de sacrificar ninguna, por la convicción de que no en todo hay una sola respuesta correcta y de que en democracia puede haber respuestas diferentes a un mismo interrogante y, sin embargo, cualquiera de ellas puede ser aceptada por hombres honestos y racionales —y creo que lo somos, desde nuestras distintas perspectivas, frente a esta importante decisión—, votaré a favor de que el Senado preste su acuerdo al presidente de la Nación para designar juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación al doctor Eugenio Zaffaroni. Espero, sí —y en esto entra una parte de exhortación casi divina— que no me pase con mi voto, tan cargado de expectativas favorables frente al futuro, de confianza y casi hasta de ingenuidad ante otras acechanzas de las circunstancias del escenario nacional, lo que alguna vez le ha pasado a un querido dirigente de nuestra política en un momento difícil. Cuando —palabras más, palabras menos— dijo: “Hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo.” Aspiro y confío en que el doctor Zaffaroni ingrese finalmente como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y ruego para que sea un juez imparcial y justo. Tengo confianza en que lo será. Pero además, quiero que siga siendo una persona libre, un abogado libre, un político libre, un ciudadano libre, que sólo detenga su libertad ante los límites de la Constitución. Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra la señora senadora Conti. Sra. Conti. — Señor presidente: las exposiciones de los senadores Busti, Ibarra, Capitanich y Moro —que hago mías— me van a eximir de profundizar en discursos. Han sido mucho mejores de los que yo hago y creo que todavía no estoy a la altura de las circunstancias, menos aun cuando el hecho de que se me presente a Zaffaroni casi como a un monstruo, logra conmocionarme. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 90

Salvo en el caso del senador Terragno, opino que quienes advierten sobre su voto negativo están expresando claramente una ideología opuesta a la del doctor Zaffaroni, opuesta a la que intenta sostener el presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner, y opuesta a la mía propia. Lo del senador Terragno también me conmocionó. Lograste conmoverme más de la cuenta. Pero como inicialmente tuviste una tendencia al voto positivo, exacerbaste las connotaciones que te terminaron de convencer de un voto negativo. Porque yo me pregunto: ¿A Zaffaroni lo apoyan delincuentes que él dejó en libertad o que él cobijó? ¿A Zaffaroni lo apoyan genocidas a los que él les fue funcional? ¿Son personas impresentables las que apoyan a Zaffaroni? No. Son organizaciones, personas, sectores de nuestro pueblo que, aún conociendo sus defectos —porque los tiene—, le reconocen coherencia de vida digna, solidaridad, lealtad, afectuosidad, sentido común, sensibilidad social, solvencia moral y formación académica. Lo reconocen como par, como ser humano y como idóneo, en el sentido constitucional más amplio, que es aquél que interpreta nuestro pueblo y nuestra ciudadanía. Lo consideran idóneo para ir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación en este momento histórico, de recambio fundacional que espero que la Argentina siga transitando. Quiero hacer alguna referencia a Jacobo Grossman. No porque crea que sea él el candidato al cual nos estamos abocando, pero sí por un compromiso de lealtad que yo tengo con mi amigo Jacobo Grossman, y quiero que quede en la versión taquigráfica de esta sesión la carta completa que Jacobo Grossman le envió al presidente de la Comisión de Acuerdos de este cuerpo. La mencionada carta dice así: “No es sencillo referirse [dice Jacobo] a lo que ha sido la vida de uno hace más de 35 años atrás. Pero lo intentaré ya que la desgraciada situación que se ha provocado a raíz de mi aparición junto a Eugenio Raúl Zaffaroni el lunes último, indica que este esfuerzo es necesario. “En primer lugar quiero resaltar que si yo he tenido una deuda con la Justicia esta ha sido holgadamente saldada durante los 13 años de prisión que he cumplido efectivamente. Quien me puso en libertad el 21 de diciembre de 1989 fue la Justicia y no el indulto que a principios de 1991 otorgó el ex presidente doctor . Indulto que de ninguna manera gestionó Zaffaroni, sino quien entonces era mi novia y más tarde mi mujer, junto a compañeros, profesores y amigos, y personalidades como el rabino Cohen de Nueva York o el canciller del Estado de Israel Itzak Shamir en ocasión de su visita el 13 de diciembre de 1982 interesándose por mi situación, solicitándole una solución al presidente Bignone junto al de una compañera detenida- desaparecida Marina Woinstein. “Así, las visitas en la cárcel del Rabino Marshall Meyer durante años a instancias del rabino Cohen, fueron de gran sostén anímico y protección personal. “También mi madre que vivía en Israel desde 1980, realizó incansables gestiones por mi libertad. Lo que sí es cierto es que desde antes de obtener mi libertad yo mantenía una relación de incipiente amistad y consulta con Eugenio Raúl Zaffaroni, con quien había mantenido audiencias. “Creo que en función de la oscura y tenebrosa historia que me atribuyen algunos medios de difusión puedo hacer una breve síntesis acerca de esos años. Desde adolescente inicié mi militancia en la juventud del Partido Comunista y más tarde en el Partido Comunista Revolucionario y en las Fuerzas Armadas de Liberación. Alrededor de 1971 fui detenido por infracción a la ley 17.401 que reprimía la militancia comunista, y fui encarcelado por algo más de un año. Poco más tarde me vinculé a las Fuerzas Armadas Revolucionarias conducidas por Carlos Olmedo, Roberto Quieto, Marcos Osatinsky, Arturo Lewinger y Andrés Marcharsky, entre 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 91 otros compañeros. En ese marco participé en acciones armadas y de obtención de recursos para la Organización (y no personales) junto a compañeros de reconocida militancia, alguno de ellos hoy detenidos-desaparecidos, o asesinados, quienes aparecen en las causas que se me atribuyen. En 1974 fui nuevamente detenido y acusado del secuestro de un empresario. Nunca he participado ni nunca nadie me ha reconocido en secuestros de menores. Y cabe destacar que esa acusación surgió en mi última detención de julio de 1976, en plena dictadura y en medio de la metodología de terror y exterminio implementada desde el aparato estatal. Fui brutalmente torturado para que reconociera mi vinculación con esos hechos y no habiéndolos reconocido, de todos modos se me sometió a juicio y condena por ellos. Permanecí preso, como ya lo he expresado, hasta fines de 1989. En la cárcel de Devoto [creo que todos conocen lo que fue durante ese período la humillante y deteriorada cárcel de Devoto, este agregado es mío] hice gran parte de la carrera de abogacía y cursé 17 materias de la de sociología. Ya en libertad continué asistiendo a la Facultad de Derecho y obtuve mi título. Poco después de salir en libertad comencé a trabajar con el doctor Zaffaroni y desde entonces hasta el presente la relación laboral y de amistad se mantiene. Fui su asesor en la Convención Nacional Constituyente y en las siguientes actividades vinculadas a la política que él desempeñó tanto en la Legislatura de la Ciudad como en el INADI. Es de público conocimiento que hace alrededor de catorce años que trabajo junto a Zaffaroni. Como también lo es que desde 1989 en adelante tuve una vida normal de estudio y de trabajo, me casé y tuve una hija que hoy tiene diez años, y crié junto a mi pareja los dos hijos que ella tenía de su matrimonio anterior con un compañero detenido-desaparecido en 1977. Explicar los años 60 y '70 a quienes no los han vivido desde una militancia en las organizaciones armadas es algo que aún hoy resulta complejo. Más complejo aún es explicar la suerte corrida por muchos de nosotros tras el golpe militar a pesar de estar hoy vivos; sobrevivir era muy difícil y el desamparo de la militancia inmenso. En ese marco podían darse algunas relaciones, producto de la necesidad de salvar la integridad física y la subsistencia que no son sencillas de entender, y menos aún si la intención es seguir juzgando y condenando a quienes ya hemos sido juzgados y hemos cumplido las condenas que la Justicia (justa o injustamente) nos impuso. “Trece años de encierro en la vida de un ser humano dejan marcas imborrables. Pero con eso se puede vivir. Con lo que se hace difícil vivir es con el hostigamiento de quienes desde un lugar de poder (cuya obtención está muy lejos de ser transparente) pretenden continuar condenando y utilizan a quien ha tenido una historia como la mía para tratar de impedir que alguien como Zaffaroni ocupe un lugar en la Corte Suprema y ejerza desde ella la Justicia en el sentido en que ha elaborado toda su teoría; lo que por supuesto no favorece a quienes desde una posición de interés me utilizan como medio para otro fin. Cualquier argumento es bueno para evitar que la impunidad y el poder se les escurra como agua entre los dedos. Por ello es que estoy convencido de que el blanco no soy yo. El blanco es Zaffaroni. “Aun cuando no estuviera, ni esté en los planes de Zaffaroni o míos, ocupar algún cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Sin más y a su disposición para lo que crea conveniente, lo saludo con mi sincero respeto. Jacobo Grossman.” En este contexto fue que el doctor Zaffaroni, sabiendo que hacía un mes que en dos páginas de Internet —una que responde a una organización de servicios— se había estado presentando el prontuario modificado de Jacobo Grossman, lo sentó ante nosotros; primero, para mostrar su integridad, su forma total de ser y, segundo, para darnos la posibilidad de vetar o no vetar su candidatura pese a que él va a seguir siendo coherente en la vida, va a seguir siendo leal y amigo de tantos Jacobo Grossman que nos rodean al doctor Zaffaroni y a mí porque esa es la 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 92 militancia en nuestra vida. Prefiero entonces —y en esto fundo mi voto— al ser humano imperfecto pero idóneo, al ser que conozco y que es Raúl Zaffaroni, y que ahora conocemos todos. Lo prefiero antes que aquel que parece perfecto, alineado, no provocador pero con una osadía tal como para aparentar al principio y defraudarnos después. Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra la señora senadora Sapag. Sra. Sapag. — Señor presidente: aun cuando coincida con el dictado del decreto 222/03, a través del cual y por primera vez en la historia de la República un presidente se autolimita en su facultad discrecional de designar a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no puedo dejar de señalar cuestiones pasibles de ser perfeccionadas en el futuro a fin de cumplir fielmente con los objetivos buscados en el momento de su emisión. Entre ellas, señor presidente, la escasa incidencia jurídica que se le ha otorgado a las impugnaciones efectuadas por la ciudadanía a la postulación de los posibles candidatos a ministros de la Corte hace que el procedimiento instaurado por el Poder Ejecutivo nacional pierda la esencia que le dio origen. Ahora bien, señor presidente, teniendo en cuenta los requisitos establecidos en el decreto, podemos sostener que la candidatura del doctor Zaffaroni para ocupar un cargo en el tribunal no debería prosperar. En primer lugar, porque constituye un impedimento inexcusable para acceder a tal magistratura la participación político-partidaria llevada a cabo por el candidato propuesto, tal como se desprende de su trayectoria: electo convencional constituyente en 1994 por el Frente Grande de la Capital Federal, estatuyente de la Ciudad de Buenos Aires en 1996 por el Frepaso y legislador en 1997 por la Alianza. La situación dificulta de manera ostensible un desempeño imparcial e independiente para el cargo para el cual ha sido propuesto el doctor Zaffaroni, circunstancia que atenta contra el fortalecimiento del sistema republicano institucional, tal como emana de los considerandos del decreto 222. En segundo lugar, señor presidente, está el tema inseguridad. A nadie escapa la ola excesiva de situaciones de violencia, secuestros y robos que preocupan a toda nuestra sociedad. Esta necesita que se esté del lado de las víctimas. La sociedad no quiere jueces que busquen evitar la aplicación de penas severas a los delincuentes. De hecho, en este recinto hemos votado leyes más severas, demandada por una sociedad que se ve, cada vez, más expuesta a la inseguridad. Para finalizar, señor presidente, espero que los senadores que se han retirado, cuando vuelvan a votar, no lo hagan por obediencia debida o argumenten conducta partidaria. Es por todos estos argumentos que dejo sentado mi voto negativo a la postulación del doctor Eugenio Zaffaroni para integrar el máximo tribunal. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra el señor senador Ochoa. Sr. Ochoa. — Señor presidente: hago mías las palabras del senador Chiappe, por Corrientes, y también las del senador por Buenos Aires, doctor Terragno, quienes han expresado claramente mi pensamiento. Creo que estamos frente a una difícil situación, porque el decreto 222 es muy claro y concreto. Entiendo que el doctor Zaffaroni no reúne las condiciones que nuestro presidente ha requerido para designar a los ministros de la Corte Suprema de Justicia. Pienso que los senadores de la República debemos tener esto muy claro. Como dijeron algunos senadores, hemos acompañado todos los proyectos de ley que han llegado desde el Poder Ejecutivo porque entendemos que tiene buena predisposición y la mejor voluntad para cambiar la difícil situación que nos ha tocado vivir a los argentinos. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 93

Comparto plenamente lo expresado sobre el decreto 222. Por ello voy a votar negativamente la designación del doctor Zaffaroni como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ha quedado demostrado en la audiencia pública que ha mentido y que ha faltado a los requerimientos del decreto que acabo de mencionar. Por todo ello y haciendo mías las palabras de los senadores que me precedieron en el uso de la palabra, solicito la inserción de mi exposición sobre este tema. Hice uso de la palabra para dejar bien en claro mi oposición a la designación del doctor Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente (Salvatori). — Tiene la palabra el señor senador Morales. Sr. Morales. — Señor presidente: hemos venido a tratar en esta sesión —que aparece como una de las más importantes en pos de fortalecer la democracia y sus instituciones— el acuerdo del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Creo que tanto el procedimiento dispuesto por el Poder Ejecutivo nacional como el decreto 222 y las modificaciones introducidas en el Reglamento de este Senado —por propia iniciativa de los integrantes de este cuerpo— hablan a las claras de la decisión institucional de fortalecer la democracia a partir de establecer un nuevo procedimiento para la designación de los miembros de la Corte. Tanto el procedimiento que establece el decreto 222 como la modificación reglamentaria que nosotros introdujimos oportunamente han logrado lo que nosotros queríamos: transparencia en el análisis de los méritos y conveniencia del nominado. Como ha dicho el presidente de la Comisión de Acuerdos, el procedimiento ha sido impecable. En ese sentido, reitero las felicitaciones al señor presidente, que ha cumplido acabadamente no sólo con los preceptos del decreto 222, sino también con nuestras previsiones reglamentarias. Como corresponde, se han recibido las impugnaciones —concretamente, fueron cuarenta hasta el 23 de setiembre—, donde se han planteado, por un lado, disensos con la doctrina jurídica o con la pertenencia ideológica del postulado y, por el otro, cuestionamientos que tienen que ver con la conducta personal y pública del doctor Zaffaroni, quien fuera propuesto por el Poder Ejecutivo nacional. También hemos recibido ocho adhesiones. En todas las impugnaciones y adhesiones y en los planteos que han hecho distintas personas físicas y jurídicas que han participado de este proceso se ha logrado producir las pruebas solicitadas y se ha seguido adelante con la conclusión en la audiencia pública realizada el 6 de octubre. Además, se plantearon 123 preguntas que el doctor Zaffaroni ha respondido, en general, correctamente. Señor presidente: me preocupan algunas de las expresiones que se han vertido aquí, y que —dado que votaré favorablemente— me obligan a profundizar sobre algunas cuestiones. Algunos senadores manifestaron conceptos graves y descalificantes. Y un colega en particular dijo que estaba asistiendo a un grotesco ético institucional, e hizo referencia a un "insólito aspirante" y a una "mueca macabra". También planteó el concepto de "dime con quien andas y te diré quién eres", lo cual me lleva a hacer algunas apreciaciones, en primer lugar, con relación a los fundamentos volcados en un sentido y en otro. Para ser breve, adhiero a los conceptos que ha planteado el senador Busti, fundamentalmente respecto del detalle de apoyo y de adhesiones, no sólo nacionales sino también internacionales que ha merecido el doctor Zaffaroni.. Adhiero también a los conceptos planteados por la senadora Vilma Ibarra con relación a las cualidades personales del candidato propuesto.. Además respeto y valoro —aunque con disensos—, los sólidos fundamentos esgrimidos 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 94 por el senador Terragno, y algunos pasajes del discurso del senador Gómez Diez vinculados con la situación fiscal del doctor Zaffaroni. Justamente considero que este ámbito es el que tiene que ver con la posibilidad de lograr consensos, y el ser respetuosos de los disensos. Por eso es que como primera medida, rechazo por improcedentes algunos de los conceptos que acabo de mencionar. Esto me lleva a plantear dos cuestiones acerca de la reafirmación de mi voto afirmativo por el pliego del doctor Zaffaroni. La primera de ellas está vinculada con el procedimiento. El procedimiento que establece el decreto 222 y también nuestro Reglamento modificado, aleja la posibilidad de los acuerdos de cúpula, y evita la partidización del otorgamiento de acuerdos para los miembros de la Corte Suprema. Y no planteo una crítica al acuerdo de los partidos políticos en la designación de los miembros de la Corte, tal como normalmente acostumbra a hacer en nuestro país la derecha —y en algunos casos la ultraizquierda— para buscar destruir las instituciones. Soy consciente de que es necesario y fundamental para consolidar la democracia, sostener y consolidar a los partidos políticos como instituciones básicas no sólo para la democracia, sino también para la política. Pero también entiendo que es imprescindible establecer procedimientos más claros y transparentes para la designación de los jueces. En ese sentido, ha sido un gran avance en la reforma constitucional de 1994 la creación del Consejo de la Magistratura. Seguramente el mecanismo no es perfecto, pero se ajusta mucho más a la participación de los distintos sectores —y no solamente de los partidos políticos— en la designación de los jueces inferiores. Considero que esos son, en verdad, los legítimos avances institucionales que desde la política y los partidos políticos tenemos que consolidar. Creo, además, que el decreto 222 y también la reforma del Reglamento constituyen un avance para evitar los acuerdos de cúpula y de los partidos políticos en la designación de los miembros de la Corte. — Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente del H. Senado, doctor Marcelo Eduardo López Arias. Sr. Morales. — También creo que el mencionado decreto 222 ha incorporado a la sociedad en el debate acerca del otorgamiento del acuerdo del Senado para la integración del órgano más importante que tiene que ver con la división de los poderes y con la independencia del Poder Judicial, como es la Corte Suprema de Justicia. Entonces, por la cuestión de procedimiento estoy dispuesto a votar favorablemente el pliego del doctor Zaffaroni y, también, por los argumentos que han planteado fundamentalmente el doctor Busti y la señora senadora Vilma Ibarra, a los cuales adhiero. Ahora bien, esta situación me lleva a referirme a una segunda cuestión. Es decir, considero que las voces que afirman que estamos asistiendo a un grotesco ético institucional constituyen una afrenta para quienes estamos sosteniendo una posición distinta. Me parece que detrás de esas opiniones subyace, en alguna medida, un planteo de intolerancia contra quienes pensamos diferente. En el mismo sentido, también se ha afirmado que estamos sometidos a la presión del gobierno nacional. Sin embargo, no es mi caso; pertenezco a un partido de la oposición y estoy parado en la vereda de enfrente del gobierno nacional. Lo digo desde la Unión Cívica Radical, partido de oposición a este gobierno. Nuestro partido tiene historia y tradición en sostener principios, fundamentalmente los 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 95 de libertad e igualdad. En alguna época, especialmente el principio de igualdad ha constituido una bandera arriada, o a media asta, por parte de algunos correligionarios. Pero con la llegada de la democracia en 1983 y la presencia fundamental del doctor Alfonsín en la política nacional las dos banderas fundamentales que acabo de mencionar fueron enarboladas y se avanzó también notablemente en materia de derechos humanos, a través del enjuiciamiento de las juntas militares. Desde ya, nuestro gobierno debió tomar medidas apremiado por los intentos de golpes de Estado, lo cual hemos sabido entender. Incluso, hasta hace poco han estado vigentes. Por eso, con libertad de conciencia, con apego a esos principios y a través de las acciones que el propio doctor Alfonsín instruyó a la Unión Cívica Radical para el país, he votado también a favor de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final. Porque hay que entender que la seguridad jurídica se construye, fundamentalmente, garantizando primero los derechos humanos y no los financieros. Esto me lleva a señalar que detrás de este debate también subyacen, además de algunos argumentos sólidos de quienes piensan distinto de mí y de otros consistentes del doctor Busti y de la doctora Vilma Ibarra, ciertos planteos que tienen que ver con la política y con la ideología. Es decir —y no me aparto del tema— subyace la agenda neoliberal que nos han impuesto a partir del acuerdo de Washington distintos organismos y algunos países durante la década del 90, para lo cual con apego a la libertad y olvidándose de la igualdad han intentado consolidar un modelo de país que ha reventado en 2001 con la profunda crisis social y política que hemos vivido los argentinos y que ha cruzado transversalmente a todos los partidos políticos, incluyendo al justicialismo, al radicalismo y a muchas instituciones. En función de esa agenda neoliberal nos quisieron hacer creer que se habían acabado las esperanzas y que era imposible soñar con la República Argentina. Ese modelo neoliberal se construyó con la Corte que tuvimos durante la década del 90; una Corte adicta que ha tenido como emblema a varios "nazarenos". Entonces, de lo que se trata ahora es, justamente, de reemplazar ni más ni menos que al doctor Nazareno, quien ha sido la cara visible de la herramienta que ha significado la Corte Suprema de Justicia para consolidar durante la década del 90 ese atropello en materia de privatizaciones, para consolidar también algunos esquemas que han servido a unos pocos y perjudicado a muchos, y que han tenido que ver, entre otras cosas, con la patria contratista. El otro día, un abogado defensor del doctor Moliné O’Connor hablaba muy suelto de cuerpo sobre el tema de los juicios y que la cuestión de la patria contratista tenía solamente dos patas: un funcionario corrupto y una empresa constructora corrupta. Y se olvidó que el sistema de la patria contratista, que ha generado tantos perjuicios al Estado, tenía tres patas: los funcionarios corruptos del Estado nacional, las empresas corruptas del sector privado y también una Justicia funcional a los intereses de unos pocos. Eso es lo que ha pasado en la década del 90. Aparte de lo expresado aquí, lo que subyace es un planteo que roza la política y la ideología. Y lo digo desde la Unión Cívica Radical, partido opositor al gobierno, que tiene muchos reparos y que tiene miedo de ciertas actitudes hegemónicas e inclusive intolerantes de parte de algunos integrantes del gobierno nacional, pero que combate en el marco de la democracia. A mí no me la van a contar; en mi provincia me ha tocado combatir y obtuve un 35 por ciento de los votos en contra de todo el aparato que ha construido el gobierno nacional. Pero no se trata de eso sino de algo que es anterior a la división de los partidos políticos, que tiene que ver con el interés nacional y con la puesta en marcha de otra agenda para la década siguiente. Es decir, finalizar con la agenda neoliberal que beneficia a unos pocos y poner en marcha la agenda social demócrata que resuelva primero el problema de su ineficiencia para gobernar. Ese es un 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 96 problema que no sólo tiene la Unión Cívica Radical sino también otras fuerzas políticas; además, que busque enfrentar la globalización con un modelo propio de país. Nosotros queremos que el paraguas que nos cubra de la globalización sea un modelo propio, con identidad nacional y que se ocupe de sostener las economías regionales. Es decir, que no sólo se acabe en un modelo que tenga que ver con la economía de servicios no productivos. ¡Se trata de eso! Y para lograrlo necesitamos una Corte que no sea adicta. ¡Eso también está en juego en el debate! También están en juego cuestiones políticas que tienen que ver con la derecha y la izquierda así como con los intereses nacionales. ¡Eso también está en juego! Porque el doctor Zaffaroni va a reemplazar al doctor Nazareno, que ha sido la cara visible de lo que ha pasado durante la década del 90. Y para eso estamos, para buscar una Corte independiente. A pesar de todo, los argumentos respetables del doctor Terragno como del doctor Gómez Diez han sido muy sólidos con relación a los puntos débiles que tiene —por qué no decirlo— la designación del doctor Zaffaroni. Esos son elementos que debemos poner en la balanza para tomar una decisión que sea justa, porque aquí vamos a levantar la mano para otorgarle la confianza o no a un futuro miembro de la Corte. Y eso tiene que ver con valoraciones políticas pero no se tienen que alejar de la racionalidad y de la equidad así como no deben ser arbitrarias. En consecuencia, tienen que ver con la libertad de conciencia y con las decisiones subjetivas de cada uno de los senadores. ¡Aquí estamos por eso! Es por ello que no estoy de acuerdo con aquellos intolerantes que plantearon en esta sesión que asistimos a un grotesco ético institucional. Por consiguiente, la incorporación del doctor Zaffaroni va a significar la adición de otra visión jurídica en un cuerpo integrado por nueve miembros. ¡Y que nadie se asuste! Todos los antecedentes y la audiencia pública que ha sido una radiografía que le ha sacado el pueblo argentino al doctor Zaffaroni, harán que su nombramiento sirva para consolidar el sistema democrático y las instituciones. De esta manera, vamos a evitar volver a la década del 90 que tanto daño le ha hecho al país. Posiblemente muchos que viven por acá no lo saben, pero sí lo sabemos los que vivimos en muchas provincias. Hemos visto durante estos diez años cómo se destruyeron las economías regionales y cómo aumentaban los desempleados, mientras acá algunos creían que vivían en el "primer mundo". Hay que diseñar un modelo propio para enfrentar la globalización, como lo hace Brasil, que tiene un proyecto para el desarrollo y la tecnología, y que sabe pararse para negociar frente a los organismos internacionales de crédito, como tiene que hacerlo el Estado nacional. Lo digo desde la Unión Cívica Radical. No estoy sometido a ningún tipo de presión por parte de este gobierno nacional. Lo estoy haciendo con total libertad de conciencia. Que nadie se confunda. Seguramente esta otra visión que va a incorporar el doctor Zaffaroni a la Corte va a significar la posibilidad de que concretemos la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, sancionada en 1948, y que en verdad podamos aplicar aquella letra importante de nuestra Constitución de 1853 en materia de declaración de derechos y garantías. De esto se trata. Eso es lo que va a significar la voz de Zaffaroni en la Corte. Por eso es que voto con libertad de conciencia y con mucha decisión. A todos los temas que se han planteado, que no he querido repetir, se agregan estos que dejé expresados sobre la mesa. Me refiero al tema político de fondo que subyace y al tema ideológico que en verdad ha estado dando vueltas durante toda la noche en este recinto. Por eso voy a votar favorablemente por el pliego del doctor Zaffaroni no sólo con libertad 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 97 sino con tranquilidad de conciencia. Sr. Presidente (López Arias). — Tiene la palabra el señor senador Fernández. Sr. Fernández. — Señor presidente: indudablemente, el tema que nos convoca tiene que ver con una propuesta de integrante de la Corte Suprema de Justicia y con una metodología. Hay quienes a lo largo de esta sesión afirmaron que debíamos tener cuidado porque el Senado estaba haciendo "seguidismo" del Ejecutivo. Además de esta advertencia algunos nos leían editoriales. Se me ocurre que este debate es posible porque se inaugura en la Argentina una etapa inédita, una metodología desconocida. El presidente de los argentinos, autolimitándose, propone un integrante de la Corte Suprema de Justicia y lo somete a una audiencia pública. Después de un procedimiento que nació el 19 de junio de 2003, después de siete horas de audiencia pública en la que escuchamos al postulante dar respuesta a viva voz y a cuerpo presente a más de 150 interrogantes que hicieron senadores y organizaciones, tenemos hoy algunos cuestionamientos, algunas observaciones. Pero es importante saber que además de las afirmaciones que se puedan efectuar en este recinto y de algunas opiniones editoriales que no comparten la propuesta de Zaffaroni, hay algunos grupos con intereses en la Argentina que tampoco la comparten y que tienen por argumentadores a algunos señores senadores y algunas editoriales periodísticas. Pero sí comparten la designación de Zaffaroni una innumerable cantidad de expresiones políticas, jurídicas y doctrinarias, de mucho peso en la Argentina y en el mundo, las que han sido detalladas, entre otros, por el senador Busti. Entonces, frente a lo que puede desplazarse de una línea editorial de algún periódico, me parece también importante sobrevalorar lo que opinan la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, la Universidad de Buenos Aires, la Unión de Usuarios y Consumidores de la República Argentina, la Asociación de Estudios para la Justicia, la Federación Argentina de Colegios de Abogados, el Instituto de Estudios Comparados de Ciencias Penales y Sociales, la Federación Judicial Argentina, la Asociación de Derechos Civiles, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales, el mismísimo autor del proyecto de Código Civil Atilio Alterini y universidades, instituciones y asociaciones importantes y prestigiosas. ¿Por qué podemos cuestionar algunos temas al candidato propuesto? Porque se inauguró en la Argentina un sistema que corre el velo. Hay que dar la cara para fundamentar; no hay más sesiones secretas. No hay más acuerdos de cúpula, hay un debate de cara a la sociedad. Zaffaroni viene a representar en la Corte Suprema de Justicia a un sector de la sociedad que durante mucho tiempo no tuvo voz ni voto, que no hace lobbies, pero que no es menos importante. Entonces, cuando nosotros analizamos, desde el punto de vista doctrinario, jurídico y fundacional cada uno de los argumentos a favor o en contra de una u otra postura, recurrimos a la historia. Y entonces decimos que los antecedentes doctrinarios y jurisprudenciales indican que la tendencia, que el buen humo del derecho, se encamina para tal o cual lado. Este Senado también tiene doctrina y antecedentes. Y los antecedentes del Senado de la Nación nos habilitan para decir que nosotros también estamos escribiendo una historia inédita. Estamos avanzando sobre manera en el profuso sistema de designación de integrantes de la Corte. Porque antes acá no se debatía nada y lo que se debatía en esta materia era secreto. Claro, la audiencia pública nos muestra a un hombre con algunas cuestiones observables. Del resto no conocemos nada. Y no conocemos nada porque, además, indagar está vedado. Y está vedado por la Corte que nosotros hoy queremos reintegrar. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 98

Entonces, no estamos proponiendo un cardenal. Estamos proponiendo un hombre de la Argentina vinculado con el pensamiento doctrinario más excelso de un sector muy importante de nuestro país, para reemplazar a otro que estuvo en la Corte y que, efectivamente, mereció la denuncia del pueblo de la Nación a través de los organismos colegiados que la representan. ¿Quién es Zaffaroni? ¿Un ciudadano de un submarino? ¿Un paracaidista francés? No, es un argentino que vivió en esta Argentina donde sucedieron cosas muy complicadas de explicar. En esta Argentina donde vivió y vive Zaffaroni, donde cometió errores, hubo golpes de Estado, torturas, asesinatos de miles de argentinos. Hubo silencios cómplices. Hubo funcionarios, silencio y cosas muy complicadas. Existieron estas cosas en la Argentina. No las podemos negar. Entonces, me parece poco serio que frente a esta Argentina, en donde muchos están dirimiendo culpas no en forma constitucional porque están ocupando espacios y han participado de esta historia, le carguemos las tintas y la romana a un hombre que cometió errores. Efectivamente, tiene errores y son observables. Pero me parece poco serio atribuir, justamente a Zaffaroni, el pesado argumento de hacerlo responsable de un montón de cosas que sucedieron en la Argentina, porque hubo cómplices y partícipes. Y porque, efectivamente, no podemos mirar para el costado. Y este Senado sabe de lo que estoy hablando. Finalmente, quiero hacer una referencia a un nuevo delito que apareció legislado en este cuerpo. Hace rato que veo con preocupación que nosotros, en lugar de enfrentar los problemas serios de la Argentina, pretendamos agravar penas, porque creo que las causas del delito son múltiples. Y si bien hay gente que desde hace muchos años se dedica a estos temas —por lo que no voy a pretender reemplazarlos yo a la hora de fundamentar estas nuevas causas—, sí quiero decir que apareció un nuevo delito, que es el "delito de acompañante". En efecto, se lo condena a Zaffaroni porque ha sido acompañado —es asesorado— por un hombre que, efectivamente, fue condenado, purgó penas y está reinsertado en la sociedad. Pero lo más triste es que algunos hacen cuestionamientos y lo hacen desde el lado del Derecho, desconociendo no ya opiniones doctrinarias sino la razón misma del Estado de Derecho, del Derecho Penal, del Derecho Constitucional, porque perdonar, redimirse, reinsertarse, son elementos constitutivos de nuestro Derecho Constitucional. Por el contrario, si este es el camino, sería importante que, sin ningún tipo de atajos, enfrentemos el debate que algunos pretenden dar; entonces, impongamos la pena de muerte y terminemos con esta especie de mentiras y verdades parciales. Finalmente, me parece un gesto muy lógico acompañar a quien inéditamente inicia en la Argentina un sistema de discusión abierta. Hay cosas que no se pueden disimular y es importante que en la sociedad empiecen a aparecer tal cual son. Me parece un gesto de civilidad política, de convivencia, que cada uno de nosotros pueda decir lo que sienta, lo que quiera y lo que, en definitiva, está dispuesto a soportar y a respaldar. Nosotros acompañamos la propuesta de Zaffaroni, porque creemos que sus atributos académicos, doctrinarios y su compromiso con la Justicia están más allá de alguna que otra observación que desde algún lado —interesado— o desde otro —también fundado— se le hagan a su figura. Asimismo, apoyamos esta designación fundamentalmente porque entendemos que va a integrar un cuerpo, que es la Corte Suprema de Justicia de la Nación, bajo un procedimiento inédito que, ojalá no abandonemos nunca, ya que por más defectos que tenga es siempre mucho más ventajoso que el de los silencios, el de los acuerdos de cúpulas, donde nada se sabe y donde cada uno de los nombrados responde a intereses ocultos. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 99

Por eso, en forma personal, mi voto es por la afirmativa. Sr. Presidente (López Arias). — Tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso. Sra. Negre de Alonso. — Señor presidente: hoy analizamos la propuesta que nos ha realizado el Poder Ejecutivo de la Nación para integrar el Tribunal que es la última ratio en el control constitucional, en el control de las políticas de este Estado y —por lo menos desde el punto de vista interno— en la garantía del honor, de los bienes y de la libertad de los argentinos. Yo he celebrado, creo que juntamente con todos los senadores que integramos esta Cámara, el dictado del decreto 222 por parte del Poder Ejecutivo. Es más, cuando tratamos la reforma del Reglamento me pronuncié públicamente señalando que iniciábamos un nuevo camino, el cual significaba un punto de inflexión en este recorrido. Ahora bien, ¿en qué aspecto es importante este nuevo camino de transparencia de debate que ha blanqueado el Poder Ejecutivo? Es importante desde el momento en que este debate y esta discusión nos puedan permitir que, a la luz de quien lo propone o de quienes debemos votarlos, consideremos que esa persona no reúne los requisitos que el propio decreto establece. Entonces, creo oportuno empezar el análisis de la propuesta que nos hace el Poder Ejecutivo a partir del decreto dictado por el propio Poder Ejecutivo y de la Constitución Nacional. El artículo 110 de la Constitución Nacional se refiere a la buena conducta que deben tener los propuestos, no sólo para mantenerse en el cargo sino para ser nominados e integrar ese tribunal. — Murmullos en el recinto. Sra. Negre de Alonso. — La verdad es que hay tanto barullo que me distraigo, señor presidente. Sr. Presidente (López Arias). — Vamos a garantizar que pueda hablar con tranquilidad, señora senadora. Sra. Negre de Alonso. — Gracias, señor presidente. ¿Qué es lo que exige la Constitución Nacional para ser miembro del Máximo Tribunal? No exige únicamente el cumplimiento de la norma jurídica sino también el cumplimiento de normas y principios éticos que, tal vez, no son exigibles al común de los ciudadanos. Quienes van a juzgar nuestra conducta y proceder deben reunir determinados requisitos mucho más exigentes que cualquier ciudadano común. Fíjese, señor presidente, que la Mesa del Diálogo Argentino, en la cual participaron distintos sectores de la sociedad, el Poder Ejecutivo nacional de entonces y representantes de este cuerpo —o por lo menos algunos senadores—, dijo sobre la idoneidad ética de los magistrados que no cabe duda de que en buena medida la autoridad de un juez descansa no tanto en sus conocimientos jurídicos sino en esa idoneidad ética que la sociedad reconoce y exige de quien va a desempeñarse como juez. Se requiere que quien se desempeñe como juez cuente con una buena reputación por su integridad. La actividad de los jueces no corresponde ser examinada y conmensurada con la misma vara que la del ciudadano común, toda vez que su función hace que le sea exigido un comportamiento cuando no superior al del resto de la comunidad; y ello no tan sólo en los aspectos concernientes al desempeño de su específica y tutelar misión sino abarcativa de las restantes facetas de su vida. ¿Y por qué digo que no cumple? El decreto 222 establece dos o tres cuestiones importantes. En primer lugar, algo a lo que se refirió la señora senadora Escudero, que es la diferencia de sexo de los miembros que integran la Corte. Pero además creo que el decreto también hace referencia a una integración con un sentido regional y federal y, salvo el doctor 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 100

Maqueda, ninguno de los otros miembros de la Corte Suprema de Justicia —ni la persona cuya postulación hoy estamos debatiendo— responden al sentido de federalismo e integración aludido en el decreto sino que todos pertenecen a la Capital Federal. Además, el artículo 5° y la exposición de motivos del decreto también hacen referencia al cumplimiento de las respectivas obligaciones fiscales. Consecuentemente, ¿qué es lo que tenemos hoy? Tenemos un hecho objetivo. No voy a hablar del pensamiento ni de la filosofía de los votos en sus sentencias sino que me voy a referir a un hecho absolutamente objetivo, como son los incumplimientos fiscales. En este recinto se ha dicho —minimizando el tema— que se trata de simples errores en las declaraciones juradas. Yo quiero decir que hay treinta y una correcciones en cuatro declaraciones juradas. Entonces, esto me llevó a analizar si era yo quien estaba haciendo un mal análisis de la situación y me pregunté qué es una declaración jurada. En consecuencia, fui a averiguar qué era una declaración jurada desde el punto de vista impositivo y, con la venia del señor presidente, voy a leer lo que averigüé: “Es la afirmación o la negación, bajo promesa con sentido ético y en el círculo de imperatividad. El precedente de declaración jurada se inspira en el principio de que nadie mejor que el sujeto de la imposición se halla informado sobre los resultados económicos de su evolución en los distintos períodos anuales. Partiendo de esta premisa, las personas deben declarar bajo promesa de no quebrantar la verdad, su situación patrimonial y/o los diversos hechos imponibles de que se trata.” Y esto quiero recalcarlo: “Se implanta una norma ética fiscal en cuanto al contribuyente se refiere. Se está al grado de moralidad del individuo.” Norma ética fiscal, grado de moralidad del individuo. Señor presidente: creo que hay ausencia de una conducta fiscal ética por parte del doctor Zaffaroni. Y ¿por qué digo esto? Porque el doctor Zaffaroni presentó las rectificaciones —aunque tuviera jurídicamente derecho; y por eso hablo de una conducta fiscal con ausencia de ética—, después de que fue nominado por el presidente de la Nación. Consecuentemente nos queda la duda de por qué no las presentó antes, por qué necesitó la nominación para rectificarse en sus declaraciones juradas. En las declaraciones juradas de 2001 ante la Oficina Anticorrupción declara como dinero en el exterior 40 mil dólares. En la declaración jurada anual de 2001 ante la AFIP no declara tener dinero en el exterior y sí lo hace en la rectificativa de 2003. Pero además no se da cumplimiento adecuadamente a la ley 25.188, artículo 7°, inciso h), conforme lo indica el decreto 222, con la declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción en la cual debe acompañar la declaración jurada de la AFIP, con la no consignación de los valores de los bienes de la declaración jurada de la Oficina Anticorrupción, con la omisión de la declaración jurada del impuesto a las ganancias para 2001 de los inmuebles ubicados en la calle Paraguay y Vicente López; y conforme a las ganancias extraordinarias —según la declaración del Fisco— para 2002 debería haber pagado el impuesto al valor agregado. Y acá me quiero detener, porque no es casualidad... Es decir, no podemos marginar del análisis cuál es el impacto que produce no declarar 40 mil dólares en el exterior. Porque ello tal vez implique que de ser responsable no inscripto en el IVA pase a una categoría de responsable inscripto. — Murmullos en el recinto. Sra. Negre de Alonso. — Señor presidente: si pueden los senadores bajar un poco la voz. Sr. Presidente (López Arias). — Les pido a los señores senadores que no hablen; es muy molesto cuando están hablando al lado de quien está haciendo uso de la palabra. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 101

Sra. Negre de Alonso. — Le agradezco, señor presidente. En segundo lugar, si yo no denuncio una suma de dinero en el exterior, no pago sobre ella el impuesto a las ganancias en mi país, consecuentemente no es neutra la omisión de no denunciar ingresos que se tienen fuera del país, porque me puede cambiar mi posición frente al IVA o porque además estoy dejando de pagar el impuesto a las ganancias. Pero fíjense que hay otro hecho más, que no se lo puede marginar del análisis, como es el tema previsional, que acá se discutió mucho y el mismo doctor ha reconocido en la audiencia pública —en donde se le hicieron todas las preguntas—, que había ocho años durante los cuales no se pagó el aporte previsional. Ahora bien, ¿qué significa el aporte previsional? ¿Por qué decimos que es violación del principio de solidaridad? El sistema previsional se nutre en primer lugar sobre las retenciones sobre los sueldos y, en segundo lugar, por las contribuciones provenientes de los depósitos de los autónomos, además de la afectación específica de determinados impuestos. En este sentido, se estima que el sistema funciona con cinco aportantes activos por un pasivo, para jubilados y pensionados. En consecuencia, cada uno que deja de aportar, aunque no necesite la jubilación, porque es una persona de un buen pasar, afecta a que cada jubilado pueda acceder a un haber previsional. Así, se viola el principio de solidaridad básico de un país. Entonces, no es casualidad; y yo no quiero repetir la contestación que el doctor dio en esa nota, porque acá se lo ha dicho en innumerables oportunidades. Pero además quiero recalcar que la Oficina Anticorrupción ha mandado una nota muy detallada donde dice que no hay dolo. En este sentido, no comparto que haya dolo, con el respeto a los señores senadores que lo han dicho, porque yo estoy hablando de una omisión ética en la conducta de quien estamos proponiendo para la Corte. De ninguna manera hablo de dolo. Pero fíjense que el propio fiscal de la Oficina Anticorrupción dice que es personal y no relevante lo alegado en cuanto a la respuesta de desatención de su contador, porque era a él a quien incumbía el deber de detallar adecuadamente su patrimonio en las declaraciones juradas; página 7 del documento que tenemos todos. Después dice, también en la página 7, que la omisión de Zaffaroni sólo parece deberse a un actuar claramente descuidado, lo que sí podría reprochársele éticamente. En efecto, el desinterés exhibido en completar adecuadamente su declaración jurada no parece corresponderse con un correcto, transparente y responsable ejercicio de funciones públicas. No por ello esto configura un tipo penal. Señor presidente: una cosa es hablar en el marco de la función pública y en el de un Congreso, en donde mensualmente se nos efectúan todas las retenciones. Entonces, pregunto, para los que somos abogados y venimos de la profesión, ¿qué es la teoría de la bagatela? ¿O estamos olvidando que al quiosquero le cierran por tres días si incumple, que al comerciante le cierran, etcétera, pero no a los grandes empresarios? La obligación de los ciudadanos es cumplir con los impuestos. Y nosotros, los profesionales del Derecho, que conocemos la ley penal tributaria y la ley de procedimientos, tenemos mayor obligación de cumplir las normas. En consecuencia, mayor exigencia tiene que tener la sociedad con nosotros. Si cumplen el quiosquero, el diariero, el comerciante, el panadero y mi carnicero, el que yo sea un jurista eminente —y no discuto en lo más mínimo la trayectoria jurídica del doctor Zaffaroni— me impone mayor responsabilidad. El propio fiscal de la Oficina Anticorrupción dice que no puede blandir el argumento de decir que el contador se olvidó. Un abogado tiene que saber lo que es la declaración jurada, lo que significa firmar, lo que es el principio de solidaridad y tiene que saber lo que significa el principio de cumplir con la ley y con 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 102 los impuestos. En un Estado donde la televisión nos dice "Exija su factura, para que se paguen los impuestos", ¿vamos a minimizar el incumplimiento fiscal, cuando quien llega a la Corte tiene que ser el modelo de cumplimiento, en el que nos tenemos que reflejar? Sé que se dice que los miembros actuales no cumplen o que no podemos investigarlos. Es verdad; lo sabemos y lo compartimos. Pero, como dijo el senador Fernández, empezamos a transitar un nuevo camino y en ese nuevo recorrido, en esa transparencia que el presidente de la Nación permanentemente está predicando, este es un inicio. Hace poco lo ha dicho un periodista, en una revista: "El prócer es prócer, pero la ley fiscal la debe cumplir aunque sea un prócer. Nos debe dar el ejemplo en ese sentido." Antes de terminar, quiero referirme a dos o tres cuestiones que aquí han mencionado algunos senadores, en el sentido de que se trata de un mero incumplimiento, que no hay violación a la ley. El incumplimiento de una ley es la violación de la norma que tengo obligación de cumplir, lo que no significa que con mi accionar rectifique. Creo que no se trata de simples desatenciones. También quiero contestarle al senador Chiappe, con relación a lo que dijo cuando habló de que iba a haber un conflicto de poderes. Yo no creo que pueda haber un conflicto de poderes. Nosotros estamos ejerciendo nuestras facultades originarias. El Poder Ejecutivo ha ejercido las suyas. El ha elegido un miembro. Nosotros estamos cumpliendo el mandato constitucional que los pueblos de nuestras provincias nos dieron, que es el de ejercer la facultad originaria como senadores de la Nación. Entonces, no va a haber conflicto de poderes. No tengo miedo al conflicto de poderes. Para eso está el Congreso; no está simplemente para aceptar todo sino para debatir. Y casualmente este nuevo procedimiento del Poder Ejecutivo y del Senado consagra ese debate con mayor profundidad. El problema es si no obstante el debate no se puede tomar otra decisión. Creo que eso no es constitucionalmente correcto ni la voluntad del Poder Ejecutivo. Voy terminando, señor presidente. Aquí, un senador dijo que la AFIP sostuvo que no había deuda líquida y exigible. Precisamente, la deuda líquida y exigible existe cuando se la determina y hay cinco años para su determinación, ya que si mal no recuerdo, ese es el plazo de la prescripción. Hoy hemos leído en casi todos los medios de prensa las declaraciones del titular de la AFIP, quien ha dicho que el doctor Zaffaroni es desprolijo y moroso. Entonces, no se trata de que no haya deuda líquida y exigible. Repito: ha dicho que es desprolijo y moroso, porque ha abonado el capital de la deuda previsional, pero no sus intereses; y no me refiero ya a los que cobra y quiere reclamar la AFIP sino ni siquiera a los que él considera legítimos. En el temario de la sesión de hoy estaba previsto el tratamiento de una reforma a la ley de procedimiento fiscal, que tiende a garantizar la mayor recaudación impositiva. Por lo tanto, a mí me parece una paradoja que, por un lado, estemos proponiendo y debatiendo la incorporación como miembro de la Corte de un candidato que presenta como debilidad —o que el proceso instaurado ha permitido establecer que tiene como debilidad— el incumplimiento fiscal y de las normas previsionales; y que, por el otro, estemos levantando la mano para profundizar la recaudación tributaria y para perseguir a aquellos que violen las normas tributarias. Como dije al principio, voy a votar en contra de la incorporación del doctor Zaffaroni, repitiendo algo que dijo un periodista y que me dejó pensando. De ninguna manera puedo objetar su trayectoria jurídica, que es notoria, internacional y que fuera referenciada aquí por la señora senadora Vilma Ibarra y por otros señores senadores, pero como decía un periodista en un artículo 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 103

"Aunque sea prócer, el prócer debe cumplir la ley". Las normas éticas y los principios le deben ser exigibles a un juez de la Corte por encima del ciudadano común, para que ello implique dar un ejemplo y abrir la huella en el cumplimiento de la ley y del derecho en este nuevo país. En este nuevo camino sobre el que acá se ha hablado, reseñado y caracterizado con mucha esperanza, creo que también es un modelo, una enseñanza y un ejemplo para nuestro país que sepan los ciudadanos y cada uno de nosotros que la ley se cumple y que los impuestos se pagan para que lo que dice el Preámbulo de nuestra Constitución —"promover el bienestar general"— sea una realidad y no, simplemente, una proclamación de principios. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente (López Arias). — A efectos de no interrumpir el desarrollo de esta sesión y como a continuación me tocaba a mí hacer uso de la palabra, desde ya dejo planteado que voy a solicitar autorización al cuerpo para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones. Tiene la palabra el señor senador Zavalía. Sr. Zavalía. — Señor presidente: yo también voy a tratar de ser lo más breve posible, dado que los argumentos esgrimidos por un lado y por el otro han sido bastante reiterativos, a pesar de lo cual no dejan de tener valor e importancia. Creo que el presidente de la Nación, al instrumentar este mecanismo para la designación de los futuros integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, realmente abrió una gran perspectiva en el seno de nuestra sociedad. El hecho de que el Poder Ejecutivo haya abierto la posibilidad de examen del candidato por parte de distintas organizaciones es un hecho de gran trascendencia para la República. Algunos opinarán a favor y otros en contra, así es el juego de la democracia. Pero tenemos que respetar la opinión de la mayoría pues es el fruto de la voluntad soberana de nuestro pueblo. Si somos democráticos tenemos que respetar el resultado, más allá de nuestras discrepancias. Después de esas siete horas en las que el doctor Zaffaroni fue sometido a un extenso interrogatorio surgieron grandes dudas y se produjo un gran impacto en el seno de la sociedad al escuchar respuestas carentes de contenido, algunas de las cuales parecieron subestimar la opinión pública de nuestro país. Y lo más lamentable de esto es que algunos colegas en sus exposiciones, muy sueltos de cuerpo, subestimaron hechos que lindan con lo delictivo e ilegal. Se dijo que queremos vivir una nueva instancia política en la República y que la sociedad en su conjunto, después de todo lo que ha sufrido, le está exigiendo a los jueces, legisladores y gobernantes probidad, idoneidad, eficiencia y otras tantas cualidades. Pero veo que todo esto se subestima y que no se toman las cosas con la suficiente seriedad y profundidad. Realmente, he quedado asombrado con la exposición de mi colega y correligionario, el senador Terragno. Sin embargo, más allá de que pueda servir o no, quisiera contarles una anécdota Mi padre era profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Tucumán y cuando derrocaron a Illia, pese a estar en la pobreza, renunció a su cátedra porque consideraba que ejercer el derecho o enseñar la Constitución era realmente una barbaridad frente a un gobierno que, a través de las acordadas, había suprimido la Constitución y las leyes y había puesto a todos los argentinos en disponibilidad. El señor Zaffaroni fue juez de ese Proceso de Reorganización Nacional. ¿Alguien lo designó? Y no fueron los políticos porque los partidos políticos estaban proscriptos. Pero por alguien salió designado. Después vino el horrendo Proceso con sus crímenes, sus muertes y tantas otras cosas 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 104 sobre las que no voy a redundar. Lo cierto es que estamos sometidos a una profunda contradicción ideológica, política y legal porque este hombre ha expresado que si él, como juez del Proceso, hubiese sabido lo que estaba ocurriendo en el país se hubiera ido de la República. Y, realmente, creo que sabía perfectamente bien todo lo que se estaba pasando en el país. He vivido esa década del 70; a mí no me la contaron ni tampoco soy un cholulo. He vivido todo en carne propia. Como dijo Rodolfo Terragno, recuerdo que los abogados recibían en ese entonces —no era mi caso por ser hijo de un letrado- listas anónimas en función de las cuales cualquier agente de policía señalaba o indicaba quién tenía que desaparecer. Al señor presidente mismo le consta lo que afirmo porque ha tenido parientes y familiares muy cercanos en esa época involucrados en dicha situación. Entonces, Zaffaroni no nos puede venir a decir que desconocía todo lo que ocurría en el país. Y, mucho menos, cuando había numerosos argentinos que se quedaban aquí para defender su causa, ya sea en el error o en el acierto. Incluso hoy mismo, ¿que le podemos decir a esos dos dirigentes políticos que están encerrados y presos, nada más ni nada menos que con María Julia Alsogaray, porque se los acusa del supuesto delito de contrainteligencia en virtud de haber hecho regresar al país a ex militantes de Montoneros para que después fueran reprimidos? ¿Qué les podemos decir? ¿En qué hipocresía o contradicción ideológica estamos cayendo? Es cierto que la política se está recuperando en el país y que las instituciones están recuperando su prestigio; pero ello no es mérito de una o dos personas sino del conjunto de nuestra sociedad. Si bien no quiero caer en el túnel del tiempo —y esto tiene mucho que ver con lo que ocurrió la semana pasada— observo que algunos senadores quieren ser los apóstoles de cierta pacificación y recuperación económica que hay en el país. Pero no nos equivoquemos porque todos los que estamos aquí tenemos nuestra cuota de responsabilidad. En ese momento de transición había hombres y mujeres, que se dicen de la democracia, que eran los principales tira bombas contra las instituciones de la Constitución con tal de salvar su pellejo; ¡claro, total, venían y vienen agarrados desde 1983! Felizmente, dentro de muy pocos días esta democracia de los argentinos, recuperada de la mano de Raúl Alfonsín, va a cumplir veinte años por primera vez en la historia de la República. Entonces, me preocupa que tratemos tan ligeramente el tema e, incluso, que cuando hablamos de la violación de los derechos humanos, se lo haga como si fuese un hecho anecdótico. ¿Qué va a pasar con el juez Zaffaroni cuando tenga que referirse a las leyes de obediencia debida o punto final? ¿Con qué autoridad va a hablar y cómo va a juzgar esas leyes? No fueron decretos de Lanusse, Onganía, Videla o Massera sino leyes aprobadas por el Congreso argentino. Entonces, entiendo que no se habla de nimiedades. Hoy en día, hay 700 mil argentinos, algunos muy ricos y otros muy pobres, como decía la senadora por San Luis, tal vez un quiosquero, un almacenero o un carnicero, que hoy están “agarrados” por la AFIP. Sin embargo, ese hombre ha pasado casi una década sin realizar sus aportes previsionales e, incluso, ha renegado del principio de la solidaridad. Justamente, en un momento —y felicito al presidente por su iniciativa— en el que nos damos cuenta de que jamás tendríamos que haber salido de la jubilación de reparto. Y, menos aún, haber caído en el negociado de las AFJP. Ahora bien, ¿qué pasaría si los 33 millones de argentinos siguiéramos la conducta del 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 105 doctor Zaffaroni? Claro, él tendrá mucha plata; incluso, hasta tiene dos cuentas que ha omitido declarar: una en Suiza y otra en la Argentina. ¡Y esto sólo por ahora! Señor presidente: ¿cuántas omisiones ha cometido en sus declaraciones juradas? ¡No seamos hipócritas! Hasta el año pasado, Poder Ciudadano nos tenía con la pistola en la cabeza diciéndonos que debíamos declarar nuestros bienes por la Ley de Ética Pública. ¿Qué pasaría si alguno de nosotros mintiera hoy en esas declaraciones juradas? Hoy nos estarían colgando en el obelisco. Por lo tanto, no son nimiedades. No quiero entrar en la parte penal, pero seguramente ahora vamos a escuchar a algunos senadores exponiendo sobre el hecho de que evadir no es delito si luego se paga. No es así porque hay dolo, y el dolo configura una figura delictual. El doctor Zaffaroni debería renunciar a su postulación y, si así no fuera, el presidente debería pedirle que no se postule y permitir que mediante este mecanismo se pueda dar la posibilidad de elegir a muchos hombres y mujeres capaces e idóneos de nuestra República Argentina. (Aplausos en las galerías) Sr. Presidente (López Arias). — Tiene la palabra la señora senadora Raso. Sra. Raso. — Señor presidente: voy a fundamentar mi voto positivo para la designación del doctor Eugenio Zaffaroni como miembro de la Corte Suprema de Justicia. En primer término, voy a dar mi voto positivo porque, a mi juicio, las impugnaciones y observaciones realizadas sobre el pliego no son suficientes para impedir la llegada al máximo tribunal de la Nación de un jurista de la calidad del doctor Zaffaroni. En segundo lugar, porque creo que estamos dando una clara señal a la sociedad, que nos reclama permanentemente medidas que conduzcan a la conformación de un Poder Judicial independiente y equidistante de los otros dos poderes. Es mucho lo que se ha dicho en los últimos tiempos del doctor Zaffaroni, mucho más de lo que se ha dicho de todos los jueces anteriormente designados.. A mi criterio esto no mella su propia trayectoria personal, idoneidad y prestigio, como se ha dicho aquí, nacional e internacional. Mi voto desde la Unión Cívica Radical tiene el carácter simple y republicano de dar un paso en el camino de la construcción de una Corte amplia y pluralista que asegure la vigencia del derecho para todos los argentinos. Sr. Zavalía. — Pedí una interrupción. Sr. Presidente (López Arias). — Pero la senadora terminó de hablar. No es una interrupción. Corresponde que haga uso de la palabra el senador Salvatori. Señor senador Salvatori: ¿le concede una interrupción al señor senador Zavalía? Sr. Salvatori. — Cómo no. Sr. Zavalía. — En el diario Infobae de hoy se dice: "Tito Bessone a juicio oral por evasión impositiva". Nada más. Sr. Gioja. — No tiene nada que ver. Sr. Presidente (López Arias). — Tiene la palabra el señor senador Salvatori. Sr. Salvatori. — Señor presidente: creo que la sociedad argentina está revalorizando en su justa dimensión la relevante trascendencia que tiene para nuestro sistema republicano la Corte Suprema de Justicia de la Nación como institución clave de separación de los poderes y garantía del Estado de derecho. En los últimos años aparentaba ser una institución casi abstracta, sin mayor importancia 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 106 en la vida de la comunidad. Pero dejó de ser así luego de los graves acontecimientos que hemos vivido en los últimos tiempos en nuestra Nación y del mal llamado "corralito", que significó la apropiación ilegal de depósitos bancarios de ahorristas, todo lo cual ha llevado a la sociedad a adquirir una clara conciencia de la importancia de esa separación de poderes y del rol de la Corte Suprema, sobre todo por sus sentencias. Por eso, ahora la sociedad reclama jueces independientes y procedimientos claros para su designación. La designación de un magistrado judicial ha pasado a ser un acto público trascendente. En este sentido, quisiera manifestar que el proceso que inauguró el decreto 222/03 ha traído un soplo de aire fresco al cuestionado procedimiento que nos regía hasta hace poco y que ha merecido abundantes consideraciones por parte de los que me precedieron en el uso de la palabra. Este esfuerzo representa un buen intento para ayudar a la transparencia en el proceso de designación de los jueces. Sin embargo, debo confesar que la virulencia de las impugnaciones, que van mucho más allá de la persona del nominado, y la exposición pública y mediática de todos los detalles privados de la vida, obra y fortuna del futuro juez, son una consecuencia no deseada de este nuevo procedimiento, que resulta necesario a la hora de medir las opiniones del candidato, pero que consideramos no debe llegar a límites abusivos de intromisión en la vida privada de las personas. — Ocupa la Presidencia el señor presidente provisional del H. Senado, senador José L. Gioja. Sr. Salvatori. — Un comentario del doctor Falbo sobre la selección de jueces en la ciudad de Buenos Aires dice: “El sistema de designación no es un procedimiento en que el candidato propuesto es sometido a una acusación o imputación como si se tratara de un procedimiento judicial. Se trata exclusivamente de un mecanismo de evaluación de los antecedentes, idoneidad y mérito del candidato ante la Legislatura, lo que incluye esta audiencia pública.” Con estas salvedades queremos dejar sentado que estamos a favor de la transparencia del procedimiento. El doctor Eugenio Zaffaroni, apoyado por el Poder Ejecutivo, sostenido por entidades profesionales y académicas y por personalidades de la política y de los derechos humanos, ha debido soportar una andanada de impugnaciones, algunas serias y razonables, basadas en su actuación como juez, incluso durante el Proceso militar. Nadie puede olvidar que juró por el Estado del Proceso de Reorganización Nacional, por encima de nuestra Constitución. Además, hay otras acciones, dentro de estas asambleas públicas, que han significado inmiscuirse en la intimidad de su vida privada, cuando no con un fuerte acento ideológico sobre el contenido de sus sentencias. Sobre esto me viene a la memoria una famosa frase del cardenal Richelieu: "Si usted me da seis líneas escritas por el hombre más honesto en el mundo, encontraré algo en ellas para colgarlo". El final de la historia del cardenal Richelieu es por todos conocido. Pero lo que no se puede obviar del doctor Zaffaroni es su comportamiento impositivo y previsional, que no es un tema menor y plantea una seria objeción de fondo. El mismo administrador de la AFIP —está en todos los periódicos de hoy— ha dicho que el doctor Zaffaroni es previsionalmente moroso, tributariamente desprolijo y se trata de alguien que no está en regla. Este cuestionamiento no puede ser soslayado, máxime si se tiene en cuenta que sus declaraciones juradas impositivas fueron rectificadas a posteriori de ser propuesto como miembro de la Corte Suprema. El doctor Eugenio Zaffaroni, además, ha quedado envuelto en la bruma de una polémica 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 107 sobre la presencia de su socio y asesor Jacobo Grossman, convicto durante más de una década por un caso de secuestro emparentado con la guerrilla de los años 70. Creo y comparto el criterio de que nadie puede ser condenado por sus amigos, pero debemos reconocer que cuando sentó a Grossman en la audiencia pública del Senado exhibió una falta de perspicacia política, un simple espíritu de provocación o quiso demostrar —lo cual es valiente— sus profundas convicciones con relación a su doctrina, que promueve la rehabilitación de los que han cumplido su condena ante la sociedad. Pero sobre esto último me cabe una duda. A pesar de haberlo solicitado, no hemos tenido acceso al expediente del Ministerio de Justicia que dispuso el indulto. Y no sabemos si además del delito por el cual fue condenado existen otros. Quiero decir —y no estamos analizando la situación del señor Grossman sino su proximidad a quien va a ser miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación— que él ha sido indultado por el Poder Ejecutivo. Ha sido perdonado políticamente por sus actos. Su presencia en la audiencia pública es, cuanto menos, inconveniente. También digo que este no es un tema menor para el juez propuesto y, tanto es así, que ha mandado una carta explicatoria que ha sido leída por la senadora Conti. Señor presidente: nadie pone en duda los méritos y el prestigio académico del doctor Zaffaroni, que son de gran envergadura y de reconocimiento. Lo que está en análisis es su conducta fiscal y previsional. Otra circunstancia, que no puedo dejar de mencionar, con la aclaración de que mi interpretación no pretende ser un juicio de valor pero sí de preocupación, es que a través de ciertas mayorías políticas circunstanciales se pueda promover la formación de lo que anteriormente se llamó mayoría automática en la Corte Suprema de Justicia. Este enigma se dilucidará con el tiempo. Sin embargo, pienso que el presidente de la Nación está honestamente embarcado en un proyecto político que incluye el saneamiento de la Justicia. Esa es mi convicción. Pero desde nuestra posición política, y en conciencia, si bien queremos proporcionar al Poder Ejecutivo todos los instrumentos y herramientas que necesita para reencauzar el rumbo del país, pensamos que el doctor Eugenio Zaffaroni, por las razones ya apuntadas, no reúne las condiciones para ser designado juez de la Corte Suprema de Justicia. Así, señor presidente, anticipo mi voto negativo. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente (Gioja). — Vamos a pedir a la barra, por favor, el mayor de los respetos para que la sesión pueda seguir desarrollándose normalmente. Tiene la palabra el señor senador Cafiero. No está. Tiene la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — Señor presidente: la sesión de hoy es trascendental. Por eso comienzo pidiendo que la totalidad de las actuaciones producidas por la Comisión de Acuerdos integren el Diario de Sesiones de esta sesión. Vamos a elegir un integrante de un poder del Estado que tiene por misión fundamental hacer funcionar mejor a la Argentina, hacer funcionar armónicamente los poderes del Estado —entre los cuales está este propio Parlamento—, administrar Justicia con rectitud, contribuir a disipar el conflicto social, fomentar la integración de la Argentina, mejorar las condiciones de su crecimiento, dar posibilidad a una distribución más estable del ingreso. Frente a semejante desafío, uno se pregunta si lo que falta en la Argentina son hombres de capacidad, son leyes, es sistema educativo, es ciencia, es libertad o son valores. ¿Es la inestabilidad institucional, medida en el largo plazo de la Argentina, su volatilidad política en el corto plazo, el número y recurrencia 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 108 de sus penurias sociales, la carencia de crecimiento económico sostenido, la desigual distribución del ingreso, la causa y fin de nuestros problemas? Es una discusión interesante pero muy difícil. Pero creo que el centro del problema lo puso el propio presidente de la Nación en su mensaje del 25 de mayo de 2003. En dos simples frases. Una, que dice sencillamente, que lo que hay que buscar es el acatamiento a la norma. La calidad institucional supone el apego a la norma, en una Argentina que por momentos aparece ante el mundo como un lugar donde la violación de las leyes no tiene castigo legal ni social. Y más adelante, cuando entró más particularmente en algunas de nuestras penurias, fundamentalmente las económicas, dijo: “mantenimiento del equilibrio fiscal y traje a rayas para los evasores.” Aquí hay que buscar, por lo tanto, algunas de las cosas que pueden contribuir a que nosotros resolvamos el intríngulis de cómo designar un ministro de la Corte Suprema. Yo comienzo afirmando con todo énfasis que no comparto la actitud diplomática que ha tenido el administrador federal de ingresos públicos para calificar la conducta impositiva y previsional del doctor Zaffaroni. Probablemente, él tiene a su vista algunas declaraciones rectificativas y algunas originales de impuestos pero no tiene la información de la que nosotros disponemos hoy. Con respecto a las explicaciones que ha dado Zaffaroni, me voy a basar fundamentalmente en su escrito de descargo ante la propia Comisión de Acuerdos en la audiencia pública, en el informe de la Oficina Anticorrupción, que clausura los procedimientos abiertos en ella y en el informe de la propia AFIP, en la versión taquigráfica de la sesión, del coloquio, y en las preguntas que se le formularon en la comisión. Hablando en términos penales, cuando menos recordando viejos libros de Derecho Penal —un libro de la talla de François Gorphe en La prueba—, la conducta del doctor Zaffaroni muestra dos indicios suficientes para condenarlo, el indicio de actitud sospechosa y el indicio de mala justificación, que me llevan a afirmar con absoluta mesura, pero también con convicción, que es un triple evasor: es un evasor impositivo, un evasor previsional y un evasor como empleador. A veces hay detalles que revelan la actitud típica del evasor, que conforman la actitud sospechosa y el indicio de mala justificación. Adviértase que se ha dicho hasta el cansancio que no pagó 94 períodos mensuales de aportes previsionales; sin embargo, para quien está acostumbrado a lidiar contra la evasión, que es la tarea que el Congreso ha hecho muchas veces —y lamento que no estén presentes en el recinto algunos de los miembros de la Comisión de Presupuesto y Hacienda—, hay algunas actitudes que son mucho más reveladoras que otras, como por ejemplo, dieciocho pagos parciales ... ¿Por qué los pagos parciales? Justamente estos son una conducta típica del evasor, que cuando tiene que remitir una factura de honorarios a una gran empresa o realizar un trámite bancario o de otra naturaleza, lo que hace es un pago parcial. Si es un autónomo, manda a pagar la categoría mínima, del mes anterior, y eso le sirve para acreditar y seguir adelante el trámite. Desde luego que es muy difícil encontrar un evasor que confiese frontalmente que lo es; para eso las leyes de procedimiento tributario y las normas fiscales van creando una red —que hemos estado a punto de mejorar hace unos momentos, pero que ha quedado postergada para la siguiente sesión— de presunciones, indicios y conductas que van cerrando el camino a la evasión. Una de las ramas de estos indicios es la falta de justificación o diferencia patrimonial injustificada, que está presente en varias de las expresiones y actitudes que ha tenido el doctor Zaffaroni. El doctor Zaffaroni ha tenido ocultamiento de bienes en las declaraciones de la ley de ética y en las de la AFIP. Algunos son formularios complejos, porque nadie entiende fácilmente 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 109 el formulario del Impuesto a las Ganancias, pero hasta un niño de primero infantil entiende el de bienes personales, que tiene solamente cuatro clasificaciones: bienes en el país, bienes en el exterior, determinación del impuesto, saldo a pagar. Hay cientos de miles de empleados públicos que todos los años llenan sin ayuda de ningún contador sus declaraciones ante la oficina de ética, que solamente exige mencionar las cuentas corrientes, los inmuebles, los créditos y las deudas, con una simpleza tal que no requiere colaboración. Por eso, señor presidente, la propia legislación que el Congreso ha dictado le ha puesto cortapisas a la posibilidad de que funcionarios de alto rango encuentren salida al cumplimiento de sus obligaciones previsionales por las vías fáciles que le concede al común de los ciudadanos. Lamento que no se encuentre presente el senador Lamberto, pero en 1985 se trató una moratoria impositiva que él calificó como muy parecida a un blanqueo. En esa oportunidad, a sugerencia del bloque justicialista, se impidió que los funcionarios de cualquiera de los poderes del gobierno accedieran a la moratoria. Y esa es una diferencia que se hace, como bien se ha dicho aquí, con respecto a cualquier vecino. No es cualquier vecino un funcionario de un poder de gobierno, y mucho menos quien pretende llegar a la Corte. Yo digo que hubo reticencia para declarar su patrimonio, ya no para cumplir las obligaciones impositivas, porque allí hubo resistencia. Incluso, una vez puesta de manifiesto su situación patrimonial, recién entonces rectifica cinco años de declaraciones juradas en un sólo y único acto. Digo esto porque no es que se hayan rectificado las declaraciones juradas de un solo impuesto en una ocasión, o sea, un error que se va arrastrando año tras año y que obliga a modificar más de una declaración jurada. Aquí se han rectificado, manoseándolas hasta el cansancio, las declaraciones juradas de dos de los tres principales impuestos de las personas físicas en la Argentina, ganancias y bienes personales, de los últimos cinco años, reformulando nada más y nada menos que 50 ítem solamente en las declaraciones de ganancias. No son rectificaciones de un error pequeño; no son rectificaciones espontáneas como lo voy a mostrar ahora. Lo que se ha hecho en numerosos rubros es arreglar declaraciones juradas en las que se había omitido declarar bienes, dinero, porcentuales hereditarios, alquileres, honorarios profesionales, depósitos, cuentas en el exterior, gastos, deudas, deducciones, amortizaciones y otros rubros, que además se correlacionan con omisiones y con ocultamientos en las declaraciones exigidas por la ley de ética pública. Hasta en la propia audiencia pública se rectificaron cifras que se habían dado antes. Hice este trabajo que pido se agregue al Diario de Sesiones, en el que simplemente se comparan 37 puntos de la versión taquigráfica de esa audiencia con la declaración jurada correspondiente. Del análisis se puede marcar que efectivamente hay una serie de omisiones y de inexactitudes que, de ninguna manera, puede suponerse que sean casuales. Voy a mencionar a algunas de ellas, por grandes rubros, pero pido que todas se acompañen al Diario de Sesiones. Este trabajo no incluye la situación del doctor Zaffaroni en ingresos brutos, no incluye su situación frente a autónomos —a las que ya me he referido y me voy a referir también específicamente aparte—, no incluye el problema de si es responsable inscripto en el IVA o no, ni los temas jurídicos abordados en la audiencia en el Senado. En trece oportunidades utilizó las palabras “se omitió” o “lo omití”. En este trabajo, con el mismo contexto, le echa la culpa en numerosas oportunidades a alguien externo, intentando deslindar la responsabilidad que le corresponde. Cuando le preguntan por qué no acompañó su declaración jurada que el decreto 222 le exige que acompañe —la de la AFIP— dijo: “No me la pidieron”. En el punto 2, cuando le preguntan por qué no denunció la cuenta en España, dice: “No la denuncié porque estaba desactivada”, desconociendo que lo importante es la cuenta, más que el monto final. Luego, para 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 110 justificar que no había estado alquilado el departamento en Madrid, dijo: “Allá tuve una administrador desastroso”. En los puntos 4 y 9 de estos que estoy agregando, que se refieren a la omisión de la declaración de un inmueble en la Oficina Anticorrupción, curiosamente de dos inmuebles en Buenos Aires no declara ninguno de los dos ante la oficina de Ética Pública. Al siguiente año declara uno solo. Con relación al pago de bienes personales en el año 2002 le echó la culpa al contador. En el 13, preguntado acerca de los resultados en los bienes de las sucesiones, dijo: “Yo no administré los bienes de la sucesión, fue el condómino.” Preguntado sobre la declaración de bienes personales de los años 1998 y 1999, que no apareció, dijo: “Las perdió la AFIP.” Quiero aclarar que dijo que la copia la debía tener el contador pero la copia no apareció nunca. Desde 1998, las declaraciones juradas de ganancias y de bienes personales se hacen por medios informáticos. Es decir que uno lleva un diskette, entra en el sistema informático de la AFIP, la máquina le da el talón de pago y le certifica la declaración jurada. Lo único que falta allí es el sello de pagado del banco. Es virtualmente imposible que se pierdan, como ha sucedido aquí, tres declaraciones juradas. En realidad cuatro si computamos que el informe de la AFIP dice que remite la declaración 2002, que nadie ha podido encontrar entre los papeles que fueron remitidos. En el punto 23, preguntado acerca de lo que le dijo al diario de Río Negro —pero también se lo dijo al diario “La Nación”, aunque no fue incluido en la pregunta—, dijo “El periodista entendió mal.” En el punto 27, preguntado sobre su declaración de bienes personales del año 2000: “La culpa la tiene el contador.” En el punto 31, cuando se le pregunta por la inmobiliaria del inmueble de Boyacá, que no lleva tanto tiempo de vendido y comprado: “No recuerdo el nombre de la inmobiliaria.” En el punto 32, bueno... “Petrobrás y la justicia brasileña no son clientes importantes.” Entonces, señor presidente, vamos a puntos centrales. Dijo, por lo menos diez veces: “Siempre he tenido 40.000 dólares.” La expresión textual en la versión taquigráfica fue: “Denuncio que tengo 40.000 dólares en el extranjero y, desde el 2000, denuncio la cuenta del Crédit Suisse.” Esto de los 40.000 dólares es la falta a la verdad más notoria. Nunca, en las declaraciones juradas originales ante la AFIP de bienes personales que, como digo, son el formulario más sencillo, porque dice específicamente “Depósitos en el exterior”, ni en el 2000, ni en 2001, las denunció. Y en las declaraciones de ganancias nunca denunció depósitos en el exterior. Lo dijo, cuando menos, diez veces. Figura en los puntos 5, 7, 15, 16, 24, 26, 34, 35 y 36 del informe que acompaño. Incluso llegó a confundir al fiscal de la oficina de investigaciones éticas o Anticorrupción que considera que los 40.000 dólares están declarados por Zaffaroni en la declaración jurada original de ganancias y bienes personales de 2001. Esto es incorrecto y surge de la simple lectura de la declaración que aquí está acompañada. Lo que pasó es que Zaffaroni declaró que tenía en el país, en la Argentina, $40.000. Garrido interpreta que esos $40.000 son los U$S40.000 del extranjero, lo cual es una interpretación totalmente favorable a Zaffaroni, acomodando la declaración jurada como mejor le conviene a Zaffaroni. Los pesos en efectivo en el país se han transformado en dólares depositados en el extranjero en cuentas que jamás fueron denunciadas. Acá lo que ha declarado son, solamente, en bienes personales del ejercicio 2001, 40.000 pesos en efectivo, lo que los argentinos llamamos “dinero en el colchón”. Nunca declaró la existencia de depósitos en moneda extranjera en el exterior, ni de depósitos de esta envergadura en el país. Y esto es sumamente importante. Cuentas en el exterior. Nunca declaró ante la Oficina Anticorrupción, en las declaraciones juradas de los años 2000 y 2001, la cuenta en España ni la cuenta en Suiza. Nunca declaró ante 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 111 la AFIP —me refiero a los originales— de ganancias y bienes personales de los años 2000, de 2001 y 2002, cuentas en el exterior. Vamos al punto 16, que es trascendental a estos efectos. Dice lo siguiente. Le pregunta el doctor Busti: “¿Ha declarado ante la AFIP tener una cuenta en un banco suizo, abierta en 1986, cuando era camarista y existían severas restricciones cambiarias en la Argentina? ¿La declaró? ¿Cuándo lo hizo?” “No recuerdo exactamente. Desde que tengo regularizada la situación con la AFIP y fue después de pagar, cuando empecé a ejercer la profesión. Durante el tiempo que trabajé como juez, naturalmente, los únicos bienes o ingresos que tenía eran el sueldo. A partir de entonces, la declaré. En aquellos años no hice ninguna remesa de dinero al exterior. Manejé mi economía de una manera primitiva. Lo que cobraba en el país lo atesoraba en dólares, hasta que juntaba algo y compraba un inmueble. Lo que ganaba afuera, por regla general, iba quedando en la cuenta de los 40 mil dólares.” — Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente de la Nación, don Daniel O. Scioli. Sr. Baglini. — Esa cuenta, que se nutría de pagos en el exterior, no registra en las declaraciones juradas originales de ganancias de los años 2000, 2001 y 2002 ingresos provenientes del exterior. Y advierta, señor presidente, que esto no es menor, porque aquí aparece la diferencia patrimonial no justificada. Durante el período en que fue juez, sus únicos bienes se circunscribían al sueldo de magistrado. En esta época en que el doctor Zaffaroni fue juez, entre 1975 y 1991, compró el departamento en Madrid, en 1981, abrió las cuentas en el Bilbao Vizcaya en 1982, abrió la cuenta en Suiza en 1986 y compró el departamento en Costa Rica en 1991. Sobre esto declara ante la Oficina Anticorrupción que se trataba de ingresos propios. Bienes en el exterior. Como lo hemos dicho en este punto, en ninguna de las declaraciones juradas de ganancias originales de los años 2002, 2001 y 2002 declara bienes en el exterior; ni inmuebles, ni cuentas, ni depósitos, ni los 40.000 dólares. Únicamente, declara en el inicio del 2000 tener bienes por 35.000 dólares en el exterior y cierra el año sin bienes en el exterior. Bienes adquiridos aquí en el año 2000: son dos departamentos. No los declaró ante la Oficina Anticorrupción en la declaración del 2001 y declaró solamente uno en la del 2002. Cuentas con chequera y tarjeta de crédito. Ante el Senado dijo “No tengo cuentas con cheques.” Ante la Oficina Anticorrupción dijo “No tengo tarjetas de crédito.” El Banco Sudameris informó una cuenta corriente; por lo tanto, tiene chequera. En el informe de Garrido, que cierra la actuación de la Oficina Anticorrupción, se evidencia que Zaffaroni tiene en Suiza una cuenta con chequera y tarjeta de crédito. Ello figura específicamente en los considerandos de la resolución. Deudas en el país... Sr. Presidente. — Le pido que vaya redondeando, señor senador, porque su tiempo de exposición ha terminado. Sr. Baglini. — Voy redondeando, señor presidente. En las declaraciones juradas de ganancias de los años 2000 y 2001 dice que no tiene deudas en el país. En la original del 2002 declara una deuda en el país de 50.000 pesos. En las rectificativas de ganancias, que las hace en agosto de 2003, declara que en el período 2000 tenía una deuda de 27.000 que canceló en el período 2001 y que en el período 2002 no tiene deudas en el país. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 112

Deudas en el exterior: en las declaraciones juradas de ganancias originales de los años 2000, 2001 y 2002 dice que no tiene deudas en el exterior. En las rectificativas de agosto de 2003 dice que en el 2000 tenía una deuda de 30.000, que canceló en el 2001, y que en 2002 apareció una deuda de 84.000. Es decir, que si uno toma esto y le agrega la confusión entre lo que son cuentas y depósitos, entre lo que son declaraciones ante la AFIP y ante la Oficina Anticorrupción, entre las barbaridades que aquí ya se han citado... No voy a volver a hablar sobre la nota que le dirige al ministro Fernández acerca de su interpretación del sistema previsional que, ¡atención!, dice “Buscando información para la candidatura”... Esa nota está presentada cinco días después de haber hecho las declaraciones rectificativas en la AFIP y todavía, a esa altura, no pagaba. Encima, se divierte con los ocultamientos: en el punto 20 de este informe hay una respuesta a la pregunta: “¿Qué otra cosa omitió usted?” En sorna, dijo “La bóveda del cementerio”, cuando allí estaba claro que habían sido omitidas todas las cosas que he dicho: bienes, créditos, deudas, depósitos, cuentas corriente, dinero en efectivo, de todo. Incluso, en el punto 18 hay una importantísima diferencia, de entre 100.000 y 160.000, que no es menor para una sola declaración, sólo en lo que corresponde a los derechos de autor. Entonces, lo primero que tenemos que preguntarnos es si esto lo hizo espontáneamente -la rectificación de sus declaraciones juradas-. No, señor presidente, no lo hizo espontáneamente. Eso está absolutamente claro porque cuando se produjo su declaración rectificativa de impuestos —donde rectifica todas las declaraciones el 4 de agosto—, en el diario Ámbito Financiero del 29 de julio ya se denunciaba que había investigaciones respecto de su situación patrimonial. Una de las entidades impugnantes acompañó a su impugnación una nota dirigida a la AFIP, de fecha 24 de julio —es decir, todavía anterior—, donde pide la misma información que luego resulta rectificada por Zaffaroni. Entonces, no hay espontaneidad, porque ni siquiera cuando rectifica los cinco años paga lo debido en un solo acto: paga capital nominal y dice que le están cobrando intereses usurarios, pero no abona ni un centavo de intereses. Entonces, señor presidente, están pendientes no sólo los intereses sino también las sanciones. Además, hay sanciones que se pueden imponer por la falta de declaraciones. No es una cuestión de 10 mil pesos —y esto lo quiero aclarar muy puntualmente— que no ha causado ningún perjuicio. Eventualmente, para llegar a 10 mil pesos lo que tuvo que hacerse fue declarar rubros del activo. Y para que el impuesto a las ganancias —que es una "guadaña" que puede llegar a llevarse el 35 por ciento de los rubros del activo— no resulte demoledor, hay que componer el pasivo. Por eso hay 51 movimientos en las declaraciones de ganancias que comienzan con números distintos al inicio y al cierre del ejercicio. Por lo tanto, quiero que ahora imaginemos la imitación de la conducta de este candidato a magistrado por parte de cualquier común comerciante del Once o por "doña Rosa"; no ya por este señor Bessone, que está procesado y va a juicio oral por presentar en el impuesto a las ganancias valores menores a los correspondientes en el ejercicio 1998. Imaginémonos, respecto del Estado, la imitación de dicha conducta: significaría paralizar la recaudación. E imaginémonos también los otros problemas que tienen traducción económica, porque cuando yo no pago, corto la cadena de fiscalización del Estado. O sea, el Estado no pasa a estar en las mismas condiciones de fiscalizar que cuando pago, hago todas las declaraciones, acompaño todos los comprobantes y puede seguir a mis proveedores, deudores y acreedores. La actitud es un pésimo ejemplo para una sociedad a la que nos cuesta encaminar en la conducta tributaria. En la Argentina ha habido gente de gran poder adquisitivo que ha llegado a ocultar yates y cuadros, que usa facturas truchas... 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 113

Sr. Presidente. — Senador Baglini, su tiempo ya ha terminado. Sr. Maestro. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Señor presidente: para que pueda finalizar su exposición el senador Baglini, le cederé algunos minutos de los que me corresponden como presidente de bloque, en virtud de que poseo cuarenta minutos para el cierre. En consecuencia, hasta veinte minutos le cedo al senador Baglini. Sr. Pichetto. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: el cierre no son cuarenta minutos. El cierre es de veinte minutos. Los cuarenta minutos eran los que disponían los senadores que habían firmado los dictámenes en mayoría o en minoría, los cuales ya fueron agotados. Por lo tanto, le puede ceder una parte de los veinte de que dispone. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Señor presidente: para no entrar en polémicas, le cedo diez minutos, ya que con los otros diez me voy a arreglar perfectamente. Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — Señor presidente: decía que es una sociedad a la que cuesta encaminar. Una sociedad en donde el administrador de la Aduana se cayó al río intentando censar los yates no declarados atracados en el puerto de Olivos en 1989. Una sociedad que oculta los cuadros en las declaraciones juradas. Más de una vez a algún alto funcionario del gobierno le han preguntado en el Banco Mundial si la señora sigue comprando cuadros. Y todos sabemos quién es "la señora"; alguna vez fue embajador de este país. Una sociedad que usa factura truchas, por lo que todos los días tenemos que estar inventando nuevos mecanismos para evitar esta práctica, y que duda de la eficiencia del gasto público. Se trata de una sociedad que no está acostumbrada —como otras— a que se publique al día siguiente del vencimiento del impuesto a las ganancias, la declaración jurada del presidente de la Nación, tal como se hace en los Estados Unidos desde tiempos inmemoriales. Entonces, la frase "traje a rayas para el evasor" no puede transformarse en "toga para el evasor". Todos recordamos esa frase —no sé si era de una propaganda— que decía "debería haber una ley que nos proteja". Ahora imaginémonos a un evasor, quien a partir de este momento en lugar de decir "debería haber una ley que nos proteja", dirá "mejor que una ley que nos proteja, es tener un juez que nos comprenda". Señor presidente: no podemos tener conductas epilépticas. No podemos estar dictando normas anti evasión periódicamente. El paquete que estamos considerando es el segundo megapaquete en dos años. Y en este se están duplicando —eso era lo que quería decir en los diez minutos que no tuve ocasión de utilizar— las sanciones de clausuras y de multas de las leyes previsionales por la omisión de la declaración de empleados, a pesar de que ya existen en el paquete impositivo anterior. ¿Por qué sucede esto? Por la desesperación para encontrar un mecanismo. Entonces, esta es la primera nominación. Y en ella se elige el camino de sostener, contra viento y marea, lo que resulta cuestionable, en lugar de procurar el consenso social. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 114

Estamos ante la primera aplicación del decreto 222 y, sin embargo, el procedimiento se cumple en lo formal pero no se atiende a la sustancia. Se cierra un proceso donde han existido ochocientas impugnaciones y ciento cincuenta adhesiones, con un decreto que tiene tres carillas mensurando con qué máquina o con qué tipología se efectuaron las impugnaciones y algunas entidades académicas que manifestaron su adhesión. El cambio revolucionario, como ha manifestado algún señor senador, no tiene que ver con las formas, sino con la sustancia. Entonces, me parece un absurdo que para que en algún momento se reflexione y se guarde un equilibrio uno tenga que preguntarse qué tiene que hacer Zaffaroni para que reaccionemos. A veces parece que no se entiende el daño que se causa de este modo. Ya ocurrió en el pasado, cuando el miembro informante del proyecto por el que se propició la ampliación del número de integrantes de la Corte Suprema... — Manifestaciones en las galerías. Sr. Presidente. — Por favor, pido silencio a la barra. Continúa en el uso de la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — Dicho miembro informante, al cerrar su discurso dijo: "Vamos a pedirle al Senado que preste su acuerdo para el nombramiento de los nuevos integrantes de la Corte Suprema en forma pública, a fin de que todo el pueblo sepa que son infundadas las sospechas con relación al actual Poder Ejecutivo en cuanto a la designación de los integrantes del Tribunal y, al mismo tiempo, para que conozca la trayectoria de los notables juristas que la integrarán." Entonces, no podemos hablar en los 80 mal de los 70; en los 90 mal de los 80; en el 2000 mal de los 90; y terminar sin resolver el problema. Porque, realmente, más allá de la discusión acerca de si Zaffaroni vino aquí con un secuestrador o si este ha purgado o no su sanción, no parece una actitud realmente que se distinga de la respuesta en el sentido de que se olvidó de declarar la bóveda del cementerio. ¿Qué tiene que hacer Zaffaroni? ¿Dedicarle o reconocerle la autoría intelectual de un libro a Massera? Ya lo hizo con el secretario de Justicia de Videla, como aquí se ha dicho. ¿Tiene que hacer más "muchachismo" del que hizo cuando afirmó “...cuando agarramos un expediente tenemos que ver cómo zafa, si corresponde...” como dijo en la audiencia? ¿O cuando sostuvo “...tres gramos de marihuana está más o menos bien...”? En fin, parece que no hay que entrar en más disquisiciones. En el mismo contexto, cuando Zaffaroni afirma que “... el incumplimiento de las obligaciones previsionales me jode solamente a mí y no jode a ningún tercero..." cuando en realidad este es un sistema basado en la solidaridad, va a generar determinadas conductas. Porque va a haber evasores que van a pedir una tasa de interés del cero por ciento para el pago de sus obligaciones previsionales y van a pagar los impuestos vocacionalmente. Gracias a Dios, existe el artículo 111 de la Constitución, que exige que los jueces de la Corte Suprema sean abogados. Si estuviéramos en los Estados Unidos, donde no existe esa exigencia, pretenderían ser jueces de dicho tribunal. Entonces, creo que lo fundamental en este tema es que logremos un procedimiento en el cual todos —nosotros y la sociedad—, más allá de las banderías políticas, estemos convencidos de que a quien estamos llevando a integrar de uno de los máximos poderes del Estado es, efectivamente, quien va a poner en movimiento un mejor sistema de pesos y controles, quien va a guardar la armonía entre los poderes y quien va a hacer que la Argentina tenga mejores posibilidades para el futuro. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 115

Si estamos en duda al respecto, la contribución que tenemos que hacer no será en aras de posiciones partidarias o en función de lo que se piense en los próximos cinco minutos, porque en éstos siempre se van a pensar cosas malas. Los argentinos necesitamos a veces un largo período de tiempo para poder darnos cuenta, con una perspectiva histórica, que las cosas pudieron ser diferentes. En consecuencia, pensando en eso y con esa perspectiva de tiempo, creo que lo que debemos hacer es detenernos cinco segundos, encontrar una solución y no forzar una designación que puede ser pato o gallareta. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Cafiero. Sr. Cafiero. — Señor presidente: seré muy breve. Es la segunda vez en mi vida parlamentaria que me toca participar de un debate para prestar acuerdo a favor de un miembro de la Corte Suprema de Justicia. La anterior ocasión fue a fines de 1995 cuando se trató el pliego del doctor Adolfo Vázquez. El aquel entonces, quien habla se negó a prestar su acuerdo porque entendió, como buena parte de la opinión pública de entonces, que la persona nominada lo era más por su amistad con el presidente de la República que por los méritos intelectuales y profesionales que acumulaba en su carrera. Esa fue una decisión que me costó mucho tomar. A fines de 1995 el ex presidente Menem había sido reelecto por un porcentaje muy importante; sin embargo, adopté esa posición la cual me habilita hoy —tal vez parcialmente— para explicar el sentido del voto que voy a emitir. En primer lugar, quiero señalar que el doctor Zaffaroni reúne todos los requisitos que exige la Constitución Nacional para nominar a un miembro de la Corte. El doctor Zaffaroni cuenta con antecedentes de actividad académica, profesional y docentes que lo colocan en un lugar de privilegio en el mundo de la Justicia. Pero también no se me escapa que la aplicación del decreto 222 y del nuevo Reglamento del Senado en torno a la nominación de los jueces de la Corte Suprema me resulta similar a abrir la caja de Pandora. Porque cuando creíamos que eso iba, de alguna manera, a establecer mayor transparencia y a estimular la participación ciudadana en un aspecto tan crítico para la vida institucional de la República, muy pocos imaginaron lo que en la realidad está sucediendo; un combate de facciones, algunas próximas al canibalismo, en el que defensores y acusados tratan de justificar sus posiciones relativas, y producen ante la opinión pública un estado de sorpresa. Es difícil imaginar, afuera de este recinto o del mundo jurídico, la reacción que provoca ver estos enfrentamientos entre los hombres que deben discernir el derecho y la ley. Y no es menos cierto que, sometida a un escrutinio vigoroso la nominación propuesta, entiendo que la misma ha sufrido un fuerte deterioro. Aquí hemos escuchado argumentaciones muy severas y estrictas que ponen de relieve que esta situación es la que tenemos a nuestra consideración. Confieso que he dudado mucho y sigo haciéndolo respecto de cuál es la verdadera posición que hay que asumir en esta cuestión, porque si bien encontramos a un hombre con una formación académica que lo habilita para el cargo para el cual ha sido propuesto, no es menos cierto que hemos descubierto en su foja de tareas desprolijidades en torno a sus declaraciones impositivas y previsionales. También hemos recapacitado —yo por lo menos lo he hecho— en cuanto a que no me resulta muy fácil aceptar este estilo transgresor del candidato propuesto para la Corte, ejercitado por su cercanía con un empleado o socio de su estudio, ni sus antecedentes ligados al ejercicio de la magistratura durante la época de la dictadura militar. Pero sumando y restando he llegado a una conclusión, si se quiere atípica, que no me conforma, pero que de cualquier manera tengo que emitir. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 116

Me he preguntado si dadas las circunstancias que vive la República, estamos habilitados, aun teniendo argumentos a favor, para contradecir una actitud del Poder Ejecutivo. Me lo he preguntado por varias razones. El país sigue viviendo momentos extremadamente delicados. Pero está dando señales de una gran fortaleza en aspectos claves de su desarrollo. El país ha dejado atrás una herencia de recesión que duró cuatro o cinco años. El país se está encaminando a recuperar un ritmo de crecimiento económico que, si continúa, nos permitirá llegar a los mismos niveles de producto bruto per cápita que los que teníamos cuando comenzó la depresión mucho antes de lo que opinaban los técnicos. En el país se están tomando decisiones trascendentes para el futuro que están en la buena dirección. Sostengo que el estilo y la forma con que se está tratando el problema de la deuda externa argentina se adapta y es conveniente y funcional a los intereses de la Argentina. Sostengo que los programas sociales del gobierno han significado, de alguna manera, comenzar a poner un dique a la extensión de los niveles de pobreza y de exclusión social que nos afligen a todos los argentinos. Vivimos un proceso de estabilidad monetaria sin necesidad de convertibilidad. Acumulamos reservas. Estamos ante las puertas de una excepcional cosecha agraria para el año que viene. No quiero referirme a otros aspectos a la vida del país para no alargar mi exposición. Me pregunto si en este preciso momento nuestra responsabilidad como dirigentes nos habilita a rechazar una propuesta del Poder Ejecutivo, no habiendo —como me animo a declarar— alguna causal absolutamente inhabilitante del candidato propuesto. La exposición del colega Baglini ha sido exhaustiva al igual que otras. Sí, sabemos bien que no estamos ante un inocente. Sabemos bien que no estamos frente a un escrupuloso declarante de cuestiones impositivas y previsionales relacionadas con su vida profesional. Pero, reitero, que ante la duda de si estas situaciones constituyen o no causales absolutas de inhabilitación para aceptar la propuesta del Poder Ejecutivo creo que es necesario reforzar la autoridad de las instituciones, comenzando por la institución presidencial. La sabemos jaqueada por grupos de fuerzas interesados en debilitar institucionalmente al país en este momento tan grave frente al inicio de las negociaciones de la deuda externa. En consecuencia, por todas esas razones, y sin estar muy seguro de la decisión que he tomado, sin estar muy convencido de que esto es realmente en verdad lo que le corresponde hacer a este cuerpo, sólo pensando en la gradación de responsabilidades que tenemos ante la sociedad, sólo pensando que de esta situación sólo podemos salir con un alto grado de cohesión nacional y social y que eso, a veces, involucra el sacrificio de algunas situaciones, sin que por esto signifique que vaya a aceptar y a avalar todo lo que la figura del doctor Zaffaroni sugiere, después de haber escuchado las horas de impugnaciones a su candidatura, anticipo mi voto favorable al pliego que nos ha enviado el Poder Ejecutivo, por las circunstancias que acabo de mencionar. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Yoma. Sr. Yoma. — Señor presidente: antes que nada quiero decir que el autor de ese párrafo del Diario de Sesiones del año 90 en la Cámara de Diputados, que tan cortésmente leyera el senador Baglini, fui yo, como miembro informante de la ley por la que se aumentó la cantidad de miembros de la Corte. Tal cual lo dice él —me ahorró el trabajo de leerlo—, los diputados peronistas a través de quien habla, pedimos al Senado que hiciera una sesión pública y que publicara los antecedentes de los candidatos propuestos. Eso también lo dijo el senador Rodríguez Saá, que era presidente de la bancada justicialista del Senado, cuando también garantizó que los candidatos que iba a proponer el Poder 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 117

Ejecutivo iban a ser idóneos y que, además, tanto nosotros en Diputados como el bloque justicialista del Senado, aspirábamos a que el aumento de la cantidad de miembros de la Corte viniera acompañado de la división en salas del Tribunal, con lo cual ahí sí iba a ser eficiente el trabajo y la reforma iba a ser importante. Es decir que el peronismo difícilmente se haga cargo en su conjunto de lo que envió el Poder Ejecutivo luego al Senado. Recién en una muy fundada exposición el senador Baglini me ratificó algo que vengo sosteniendo desde hace tiempo: en diciembre Mendoza va a perder un gran senador, pero la DGI va a recuperar un gran cobrador fiscal. La verdad es que en su trabajo como cobrador fiscal de la DGI en Mendoza es impecable. Y tal como él lo manifiesta y tal cual nosotros escuchamos atentamente —y creo que el conjunto y la inmensa mayoría del pueblo argentino— lo que dicen los cobradores fiscales es chino básico. Después de lo que significa impuesto tras impuesto, interés tras interés, moratoria tras moratoria, anticipo tras anticipo, uno termina preguntando al contador a dónde hay que pagar, sin más explicación. De esto se trata. ¿Qué hicimos nosotros, senadores nacionales, cuando nos vino un pliego del Poder Ejecutivo? La Comisión de Acuerdos del Senado, a través del presidente, remitió dos oficios centrales. Uno a la DGI y otro a la Oficina Anticorrupción. A la DGI le preguntó cuál era la situación impositiva y previsional del doctor Zaffaroni. La DGI contestó oficialmente —no en las declaraciones ante los movileros o en los diarios, que después venimos a interpretar qué se quiso decir— que no hay obligación fiscal ni previsional exigible. Esto es lo que dice oficialmente el Estado frente a la requisitoria de la Comisión de Acuerdos del Senado. La Oficina Anticorrupción dijo que no hay ocultamiento malicioso de información. No estamos en presencia de un evasor ni de alguien que oculta maliciosamente algún tipo de información. Sr. Baglini. — Señor presidente: solicito una interrupción. Sr. Presidente. — Senador Yoma: el senador Baglini le pide una interrupción. Sr. Yoma. — Primero le pregunto si lo hace como cobrador fiscal o como senador. Sr. Baglini. — Es lo mismo, porque en las dos funciones estoy defendiendo el interés del Estado. Sr. Yoma. — Que sea breve. Si no, que Maestro me dé los otros diez minutos. Sr. Presidente. — Para una interrupción, tiene la palabra el señor senador Baglini. Sr. Baglini. — La información oficial dada por la AFIP, con la firma de Abad, dice: “Este organismo sostuvo que no existía a esa fecha deuda líquida y exigible respecto a las declaraciones juradas rectificativas antes mencionadas.” No agregar esto es decir la mitad de la verdad. Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el señor senador Yoma. Sr. Yoma. — Bien se podría haber evitado la aclaración, porque no agrega nada a lo que estoy diciendo. Exactamente dice eso. Además, el sistema tributario argentino está dado en función de que, cuando se paga, es decir, se abona la deuda, se extingue cualquier tipo de sanción por parte del Estado. No hay sanción cuando se paga. Todo el sistema está orientado a que se pague. ¿El problema cuál es? ¿Cuál es el problema que tenemos? Recién también lo dijo muy bien el senador Baglini: el problema no son las formas, son las sustancias. Es cierto, son las sustancias. Primero, quiero saber dónde estamos parados, de dónde venimos. Porque estamos debatiendo como si nosotros estuviésemos por ocupar la vacancia dejada por Alberdi o Joaquín 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 118

V. González. Yo quiero decir que tengo en mis manos un mensaje de elevación del Poder Ejecutivo de los acuerdos que solía dar este Senado. Yo era diputado y pedíamos sesiones públicas y que se publicaran los antecedentes. Y no reniego del apoyo que le di al gobierno del presidente Menem, pero cuando había que marcar las cosas, se marcaban. En la Cámara de Diputados nosotros pedíamos que se hicieran públicos los antecedentes, tal cual lo leyó el doctor Baglini. Fíjense este que tengo aquí; era un pliego ómnibus, de una hoja. ¡Ni el diploma acompañaron de cuatro jueces de la Corte! ¡En sesión sobre tablas, secreta, les dieron el acuerdo! Y está bien, fue una muestra de apoyo al presidente. Se votó por apoyo al presidente acá en el Senado. Pero reconozcamos que hay un salto cualitativo importante, hay una situación institucional en la que hemos avanzado. Hace dos meses, un presidente al que se le retaceó el voto, ya que lo tenía garantizado en las urnas pero se le retaceó para que quedara debilitado en el ejercicio del poder, podría haber dicho: "Bueno, voy a acumular poder con las herramientas que tengo y a manejarlo discrecionalmente". En cambio dijo: "No lo voy a hacer, me lo voy a limitar; el poco poder que me dejaron tomar, ese poco poder, me lo voy a limitar". Y, en ese sentido, a este ministro de la Corte —con todo el derecho del mundo y la discreción que tuvieron todos los presidentes de la historia— lo sometió a consideración del conjunto de la sociedad. Hace dos meses que estamos debatiendo en torno al doctor Eugenio Zaffaroni. Vinieron al Senado y también al Poder Ejecutivo, los dos bagajes, tanto de avales como de observaciones. Así fue que cuando íbamos a la red, a Internet, comenzamos a encontrar esas observaciones y nos apabullaban. Llegábamos a nuestros despachos y nos encontrábamos con comunicados, folletos, solicitadas en los diarios, campañas multimillonarias de publicidad, de quienes objetaban de Zaffaroni su teoría penal. Objetaban el fallo “Tiraboschi”, porque se consideró que la penetración por vía bucal —o fellatio—, no era violación sino abuso deshonesto, tal cual lo sostenía en la escuela de Córdoba, hace veinte años, el doctor Ricardo Núñez. Entonces objetamos: "¡Qué barbaridad...!" Entonces, pagaron miles y miles de pesos en solicitadas en el diario para decir: "¡Miren lo que hace! ¡Miren este fallo!" Armaron toda una red de impugnaciones a través de Internet. Acá lo tengo: formularios impresos que había que ir a retirarlos de un estudio jurídico, firmarlos y presentarlos. En el estudio jurídico de Guillermo Alchourón, Fernández Vallejo y no sé de quién más. Todos cuestionaban el fallo “Tiraboschi” y el hábeas corpus de la causa “Olleros”. Claro, uno pensaba: “Estas solicitadas las deben pagar las madres de los chicas violadas o las Madres de Plaza de Mayo”, porque se cuestionaba el fallo de Zaffaroni en el habeas corpus del caso “Olleros”. Sin embargo, cuando fuimos a ver los antecedentes de los estudios jurídicos que cuestionaban al doctor Zaffaroni nos dimos cuenta de que no había ninguno que se dedicara al tema penal; ninguno de ellos defendía a madres de chicas violadas o a organizaciones de detenidos desaparecidos durante la dictadura militar. Puedo citar el nombre de alguno de esos estudios, porque aquí tengo las notificaciones y los mails que nos enviaban a través de Internet; entre otros, estaba el estudio de ese buen señor Alchourón y de Fernández Vallejo. ¿Y cuáles son sus clientes? Empresas privatizadas y concesionarias de servicios públicos a nivel nacional y provincial. Y, claro, entonces cabe pensar que lo que les preocupa del doctor Zaffaroni no es el pensamiento sobre la teoría penal —si la 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 119 fellatio es violación o abuso deshonesto— sino que cuando este gobierno rescinda un contrato de alguna empresa privatizada, él esté en la Corte y en una contradicción de intereses resuelva a favor de los del Estado y no de los particulares. De otra forma, uno no se explica cómo en esta lista de clientes no haya un sólo familiar de desaparecidos y que sean todas empresas concesionarias privatizadas; y de todas las áreas: energía, gas, Altos Hornos Zapla, bancos, instituciones financieras, concesionarias de obras públicas por peaje, etcétera. No hay entre sus clientes una sola madre de criatura violada que le importe el caso “Tiraboschi”. Al contrario; fíjense que recién la compañera Perceval leyó las decenas de organizaciones de mujeres que apoyan la nominación del doctor Zaffaroni. Pero en el caso “Olleros”, que fue una de las causas paradigmáticas, porque lo primero que se dijo fue "¡Miren este habeas corpus! ¡La Corte Suprema de la dictadura tuvo que llamarles la atención!", se presentó el papá de la compañera desaparecida agradeciéndole al doctor Zaffaroni cómo se comportó como magistrado en el tratamiento del habeas corpus; y se acabó; no hablaron más de “Tiraboschi” ni de “Olleros”. Entonces descubrieron autónomos, la base del sistema tributario argentino, donde está volcada toda la capacidad contributiva de los argentinos. El financiamiento de los gastos del Estado pasa por autónomos, que tiene el 81 por ciento de incumplimiento. Descubrieron la importancia que tiene autónomos y, desde entonces, venimos escuchando sobre ese problema. Estamos en presencia de un hombre que ha sido y es convalidado por todas las facultades de Derecho de la Argentina, por universidades nacionales del país y de Latinoamérica, por organizaciones de Derechos Humanos, por las minorías —permanentemente discriminadas en la legislación y la función pública— y por organizaciones de todas esas minorías, las cuales están acá pidiendo por nuestro intermedio que este hombre integre la Corte. Nadie duda en avalar ni discute la calidad científica y académica con que cuenta el doctor Zaffaroni para integrar la Corte. Nadie quiere discutir eso; prefieren discutir autónomos. Todas esas minorías, esos ciudadanos, quieren un cambio después de décadas en la Argentina de cortes supremas que avalaron cuanta violación de las garantías individuales hubo en el país, cuanto golpe de Estado hubo en la Argentina, cuanta violación de garantías constitucionales sufrieron los argentinos; de esas cortes supremas que avalaron los golpes de Estado de 1930 y de 1943 y cuanto gobierno conservador y oligárquico hubo en nuestro país. De pronto viene un jurista que nos va a decir "Muchachos: está bien que persigan a los delincuentes, pero arrancarles la cabeza y torturar a una mujer embarazada para sacarle información no está bien. Cuiden las formas. Hay derechos de las personas". Otra cosa que se le cuestiona es que sea garantista, cuando en lugar de ser un demérito debería ser una exigencia nuestra, porque para que una causa penal llegue a la Corte Suprema es necesario que estén afectadas las garantías constitucionales. En efecto, si las garantías constitucionales no se encuentran afectadas en el proceso penal, la causa no llega a la Corte —y esto lo saben todos los abogados— sino que muere en Casación. En este sentido, deberíamos exigir que si se propone un penalista, que este sea garantista, porque eso es lo que va a discutir en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Escuchamos discursos gravísimos por el caso del asesor Grossman —y todos saben que hay una cuestión a la cual no me voy a referir, pero que en este caso también me llega a lo personal—, que es un hombre que estuvo trece años preso, que delinquió, que cumplió los dos tercios de la condena, que salió en libertad después de cumplir los dos tercios de su pena, que estudió Derecho en la cárcel, que luego salió, se recibió, comenzó a trabajar, se vinculó con asociaciones de Derechos Humanos y se reinsertó en la sociedad. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 120

En definitiva, es una muestra de lo que debería ser una sociedad correcta, una sociedad que funciona, en donde el que delinque se reintegra a la sociedad, porque el sistema funciona bien. Así debería ser, máxime en una sociedad en la cual el 80 por ciento de los delitos son cometidos por reincidentes. Entonces, si tenemos uno que no reincide sino que se reconcilia con la sociedad, trabaja, se esfuerza, se inserta y nosotros a los treinta años lo vamos a condenar de nuevo, pongamos la pena de muerte; no hay penas posibles, perpetua o pena de muerte. Es una canallada condenar a una persona después del esfuerzo que hizo para volver a la sociedad y ser una persona útil. En todo caso Zaffaroni merece un elogio por haberlo albergado en su estudio jurídico y no haberlo discriminado por sus antecedentes; él tuvo en cuenta otras cuestiones y no el error que pudo haber cometido y que después pagó. Señor presidente: hay cuestiones que parecen deshonrosas y que yo considero que son valorables; además veamos de dónde vienen. Cuando nosotros votamos a un juez de la Corte estamos votando determinada orientación ideológica y determinada postura frente a intereses concretos; no estamos votando a un juez de Faltas de Chilecito sino a un magistrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que va a entender en causas del Estado, muchas veces multimillonarias; y hay intereses concretos en estudios jurídicos que siempre opinaron y que ahora no opinan, porque por primera vez en este caso lo hizo la gente a través de sus organizaciones sociales. Entonces, reconozcámoslo; hagámonos cargo de la baja calidad institucional, porque fuimos protagonistas de esa década con distintos niveles de responsabilidad. También valoremos cuando hay un presidente que trata de mejorar esa calidad institucional, pero no digamos “¡Qué bien! Y lo rechazamos, no lo acompañamos. No digamos “¡Qué bien!” Pero sigamos con lo de antes, cuando se reunían cuatro o cinco y se fijaban en el listado de amigos a ver con quiénes tenían mayores juicios, a fin de dar el acuerdo. A muchos de los que cuestionan su actual situación fiscal y previsional, la DGI tendría que mandarles una carta a la casilla de correo de las Bahamas o a un paraíso fiscal, para poder cobrarles. Se organizaron campañas de miles y miles de pesos con la bandera de las chicas violadas, que no tienen nada que ver con los intereses que ellos representan. Señor presidente: por convicción ideológica, por las calidades científicas y académicas del doctor Zaffaroni y porque poniendo en la balanza lo positivo y lo negativo me quedo con la enorme estatura intelectual y científica de un hombre que va a ir a ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, voy a votar a favor de la propuesta del Poder Ejecutivo. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Menem. Sra. Sapag. — ¿Me permite una interrupción, señor senador? Sr. Presidente. — ¿Le concede la interrupción, senador Menem? Sr. Menem. — Cómo no. Sr. Presidente. — Para una interrupción, tiene la palabra la señora senadora Sapag. Sra. Sapag. — En realidad, el senador que me precedió en el uso de la palabra creo que ha confundido una cantidad importante de cosas, aunque solamente me voy a referir a dos. Una es que nadie condenó a Grossman sino que estamos hablando de cómo empañó su presencia la elección del juez. Y la otra es que si los que cuestionan a Zaffaroni tienen cuentas en las Bahamas, eso no disminuye el hecho de que él no haya pagado o cumplido con el pago de sus impuestos. Señalo estos temas entre otros tantos que no comparto con el senador que me precedió en el uso de la palabra.. Sr. Presidente. — Continúa en el uso de la palabra el senador Menem. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 121

Sr. Menem. — Señor presidente: vamos a procurar ser lo más concisos posibles, lo cual se ve facilitado por este debate tan intenso que esta noche nos ha ocupado, en este nuevo procedimiento para elegir a un miembro de la Corte, que ha tenido las alternativas que aquí han quedado claras. Trataría de quitarle dramatismo al tema, porque de algunos discursos y exposiciones ha surgido esta connotación, que no creo que tenga que ver con la naturaleza del asunto que estamos tratando. Por supuesto que es importante la designación de un miembro de la Corte. Pero, cualquiera sea el resultado de la votación, aquí no está en juego el poder del presidente de la Nación. No va a aumentar su poder si Zaffaroni es elegido ni va a disminuir si su pliego no es aprobado. En definitiva, estas son alternativas nuevas dentro de este sistema de designación de jueces, que hoy estamos inaugurando y en el que, en alguna medida, estamos haciendo camino al andar, porque realmente es la primera vez que se usa este procedimiento. Y debo decir que la Comisión de Acuerdos ha funcionado conforme a las normas previstas. Creo que ha actuado correctamente y ha llevado adelante un proceso muy difícil, porque la verdad es que hasta era difícil pensar que, dentro de los plazos previstos, se pudiera llevar a cabo toda esta serie de procedimientos. Así que, desde ese punto de vista, podemos estar muy satisfechos. Señor presidente: no es mucho lo que puedo agregar en cuanto a los elementos que se conjugan a favor de la candidatura del doctor Zaffaroni ni en cuanto a los que están en contra de su postulación. Tanto en la audiencia pública como en el trámite de las impugnaciones y de los apoyos ya se ha hablado del tema y entiendo que ya está todo sobre la mesa. El señor senador por Salta decía que, en definitiva, este es un acto de confianza. Y es cierto. La designación de un juez de la Corte es un acto complejo, donde hay una propuesta del Ejecutivo —que, en este caso, se ha autolimitado con un decreto—, un acuerdo del Senado, que ha reglamentado el procedimiento, y ahora nosotros que tenemos que votar conforme nuestras propias convicciones. Al firmar el dictamen de comisión yo adelanté mi disidencia respecto del dictamen en mayoría, lo cual significa que voy a votar en contra de la designación del doctor Zaffaroni. Y lo voy a hacer precisamente por una cuestión de falta de confianza en la persona propuesta para ministro del Alto Tribunal. Desde mi punto de vista Zaffaroni no reúne las condiciones necesarias para ocupar este alto sitial en la Corte Suprema de Justicia de la Nación; y quiero hacer algunas reflexiones al respecto. Aquí se ha cuestionado cómo se designaba antes a los jueces y se ha expuesto una parafernalia de argumentos acerca de cuánto tiempo duraba el tratamiento de los pliegos. Pero ese fue el procedimiento desde 1853. Así se designó siempre a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, con su pro y sus contra. Es decir, no creo que corresponda renegar de lo que se hizo durante más de cien años de vida institucional del país. En segundo término, si se ha instaurado un nuevo procedimiento para dar mayor transparencia y de ese procedimiento surgen cuestiones que pueden fundamentar un voto negativo, tenemos que movernos por nuestras convicciones. De lo contrario, podría aparecer como que esto sería nada más que una puesta en escena para justificar una decisión. Otra reflexión que quiero hacer es la siguiente: si se ha querido dar participación ciudadana, si se ha querido que toda la sociedad opine sobre la designación de un miembro de la Corte, creo que no corresponde descalificar a quienes han asumido una u otra posición. ¿O acá hay hijos y entenados? ¿Los que opinan a favor son todos buenos y los que opinan en contra son 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 122 todos malos? Acá se ha abierto el debate a la participación ciudadana, entonces, todos tienen derecho a participar, sean estudios jurídicos, familiares de las víctimas o ciudadanos comunes. De lo contrario, no tiene sentido este procedimiento abierto de audiencia pública. Por lo tanto, bajo ningún punto de vista podemos aceptar estas descalificaciones sobre quienes han creído de buena fe —o por lo que sea— que había que hacer llegar impugnaciones en contra de esta candidatura. Si no, estaríamos desvirtuando el sentido que tiene este sistema nuevo que se está poniendo en marcha por primera vez. ¿Por qué yo decía que mi voto se funda en una falta de confianza? Como han hecho muchos otros señores senadores, quiero dejar a salvo mi reconocimiento a la trayectoria jurídica y a la capacidad intelectual del doctor Zaffaroni. Al respecto, nadie puede poner en duda sus condiciones como jurista y como penalista. Eso está fuera de debate y nadie lo ha discutido durante esta noche. Ahora bien, por supuesto que uno puede compartir sus posiciones jurídicas o no. Por ejemplo, algunos han cuestionado el hecho de que sea garantista. Y yo no estoy de acuerdo con eso. Más aún, coincido en que está bien que sea garantista, porque además nuestra Constitución Nacional —reformada en 1994 y tan vilipendiada por algunos— es garantista. En mi libro "La Constitución Reformada", uno de los caracteres que precisamente desde mi punto de vista de la tipología de la realidad caracteriza a la reforma constitucional de 1994 es su garantismo. Yo recuerdo que cuando el destacado profesor y jurista italiano Lapérgola fue de visita a la Convención Constituyente de Santa Fe nos felicitó porque estábamos haciendo una Constitución garantista. Lo que pasa es que algunos creen que el término "garantista" corresponde nada más que a determinado sector ideológico; y yo creo que el garantismo no es propio de un determinado sector, en este caso, únicamente de lo que antiguamente se conocía como la izquierda. Creo que garantistas debemos ser todos porque en el reconocimiento de los derechos humanos está la fortaleza de una República. Por eso, en la Constitución de 1994 se incorporaron instituciones fundamentales para reforzar el carácter garantista como, por ejemplo, los tratados de derechos humanos, el artículo 43, por el que se da jerarquía constitucional al hábeas corpus, el hábeas data o el reconocimiento de la vigencia de los partidos políticos, entre otras cosas. En fin, hay toda una serie de disposiciones que le otorgan a la Constitución un carácter garantista. Por lo tanto, enhorabuena que el doctor Zaffaroni sea garantista. Pero lo que no comparto son algunas posiciones doctrinarias que, por supuesto, no lo descalifican como jurista. Simplemente, no comparto algunos fallos. Por ejemplo, se habló mucho del caso Tiraboschi, sobre el cual en la audiencia pública le hice una pregunta cuya respuesta, realmente, no me dejó satisfecho. Creo que ha sido un mal fallo. Pienso —el propio juez Zaffaroni lo dijo— que no se puede condenar o enjuiciar a un juez por el contenido de las sentencias. Pero cuando se trata de una designación para juez de la Corte Suprema, las sentencias sirven para ver qué inclinación tiene el candidato o cómo aplicará el derecho en el futuro. Esa es la ventaja de estar ante una persona que ha sido juez por lo que, por ende, se conoce cómo aplica el Derecho. Respecto de todos los casos que se han citado, no estuve de acuerdo con la forma en que se resolvieron y allí radica uno de los puntos por el que no le tengo confianza. Tampoco me ha gustado la respuesta que dio respecto del tema de la despenalización del aborto. Coincido con el doctor Zaffaroni en que se trata de un tema trágico, una tragedia del 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 123 mundo que, en general, afecta más a los que menos tienen. En eso coincido totalmente. Pero no me gusta que el doctor Zaffaroni diga que se trata de un problema que debe quedar encerrado en el Código Penal. El dice que esto no se resuelve con una ley penal para un lado o para el otro y termina expresando que el Código Penal si sirve, sirve y, si no, no importa con tal de salvar vidas humanas. Considero que este no es un problema sólo de la ley penal. El aborto está prohibido por la propia Constitución Nacional. Por la reforma de 1994, entre otros, se ha dado rango constitucional al Pacto de San José de Costa Rica, el cual consagra el derecho a la vida a partir de la concepción. Si se sancionara una ley que despenalizara el aborto sería inconstitucional. Además, el artículo 75, inciso 23, de la Constitución Nacional reconoce el derecho a la seguridad social a partir del embarazo en el seno materno. Por otro lado, cuando la Argentina ratifica la Convención de los Derechos del Niño, en la reserva se dice expresamente que se entiende por niño a todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad. Por eso, no me gustó la respuesta que dio Zaffaroni a esta cuestión ya que es la propia Constitución Nacional la que protege la vida a partir de la concepción, más allá de lo que pueda decir la ley penal. Ya se habló in extenso respecto de las cuestiones patrimonial e impositiva, por lo que repetir lo que ya se ha dicho tantas veces sería torturar a mis colegas. Lo que sí quiero enfatizar es que, como hombre de Derecho, el doctor Zaffaroni no podía sostener que no es exigible el pago de los aportes previsionales, como manifestó en la audiencia pública a raíz de una pregunta que le formulara el señor senador Baglini. En primer lugar, porque dicho pago es efectivamente exigible, en tanto y en cuanto quien no lo efectúa puede ser ejecutado —los miles de juicios que existen así lo demuestran— y, en segundo término, porque ese pago se fundamenta en las bases mismas del sistema previsional, en virtud del principio de la solidaridad. Esto ha quedado claramente expresado por algunos de los colegas que me precedieron en el uso de la palabra. Otra de las cuestiones que no me convencieron y que no me parecieron correctas del doctor Zaffaroni, razón por la cual no tengo confianza para votar a favor de su pliego, fueron algunas expresiones que formuló y de las cuales se hicieron eco algunos medios de difusión, que él luego reconoció haber pronunciado. Por ejemplo, cuando refiriéndose a su postulación afirmó en un momento: "Soy feliz; logré enloquecer a lo peor de la Argentina". En ese sentido, no puedo dejar de recordar que el doctor Zaffaroni fue titular del INADI, instituto que lucha contra la discriminación. Me pregunto cómo alguien que ocupó ese cargo puede calificar a algunos justiciables como lo peor o lo mejor de la Argentina. Creo que ha sido una expresión poco feliz de su parte, porque pareciera que quienes apoyan su candidatura son lo mejor del país y quienes no lo hacen son lo peor del país. Realmente, considero que no han sido palabras afortunadas. En definitiva, todas las cuestiones que se han planteado y en las que han puesto énfasis los colegas que comparten mi posición, en especial las palabras vertidas por el señor senador por Salta y los señores senadores Terragno y Baglini, huelgan todo otro comentario de mi parte y ayudan a que no sea reiterativo. Por otra parte, la postulación del doctor Zaffaroni no sólo ha merecido críticas de un amplio sector de la sociedad sino que, además, ha tenido eco en distintos medios de comunicación de nuestro país, incluso de diverso signo político. Por ejemplo, podría citar el título de "mamarracho institucional" del diario Ámbito Financiero, o referirme al editorial del diario 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 124

La Nación del domingo pasado vinculado a la presentación del doctor Zaffaroni. Ese editorial contiene algunos párrafos que considero que conviene leer, con el permiso de la Presidencia. Allí se dice: "Es preciso que los senadores de la Nación tengan clara conciencia de que a la hora de votar en el recinto sobre la incorporación de un candidato para integrar la Corte Suprema de Justicia estarán decidiendo sobre el prestigio y el desenvolvimiento del máximo órgano judicial del país." Y luego de hacer una serie de consideraciones sobre este tema el mismo editorial se refiere también a lo que creo que alguien remarcó con relación a la Mesa Permanente del Diálogo, en el sentido de que la autoridad de un magistrado judicial descansa no tanto en su conocimiento jurídico, sino en la idoneidad ética que la sociedad reconoce y exige de quien se va a desempeñar como juez. A los jueces les debe ser exigida una norma de conducta superior al resto de los ciudadanos. Finalmente, ese editorial termina manifestando lo siguiente: "Cuando el miércoles próximo los senadores nacionales se expidan sobre el pliego del doctor Eugenio Zaffaroni deberían tener presente que no sólo estarán votando la incorporación de una persona en la Corte sino que estarán enviando también un mensaje a la sociedad acerca de que ningún ciudadano que aspire a un cargo de tanta importancia merece quedar exceptuado de las obligaciones que se le exige cumplir al resto de la población.” Por supuesto, eso tiene que ver con los aludidos incumplimientos en materia previsional. Es decir, cómo un juez que no cumple con la ley puede puede exigir su cumplimiento a los justiciables. Por esos motivos, y sin que esto signifique una mengua alguna de la personalidad del doctor Zaffaroni, a quien he tenido oportunidad de tratar, ni tampoco de su capacidad jurídica, que es ampliamente reconocida, y sin que implique creerme el dueño de la verdad, porque como bien decía un colega, uno tiene dudas sobre estos temas, que logré vencer, tengo la más absoluta convicción y voto con la conciencia tranquila de que no puedo aprobar el pliego por el que se otorga acuerdo al doctor Zaffaroni para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. (Aplausos en las galerías.) Sr. Presidente. — Silencio, por favor. Tiene la palabra la señora senadora Fernández de Kirchner. Sra. Fernández de Kirchner. — Señor presidente: si uno fuera un turista desprevenido que llegó hoy a la Argentina y presencia esta sesión le quedaría la sensación de que se está frente a una discusión realizada por los representantes de los distintos cantones de la República Helvética, cuyo máximo tribunal está integrado por prestigiosos juristas, al igual que en tantísimos otros países como, por ejemplo, Estados Unidos. Es decir, países donde los integrantes de tan alto tribunal siempre son designados después de mecanismos de selección y elección pública mediante audiencias. Eso podría ser factible para alguien desprevenido, pero para quienes estamos sentados aquí hoy, que no es la primera vez que ocupamos una banca ni que seguramente prestamos acuerdo para jueces, miembros de la Corte o procedimientos de selección, realmente implica plantearse de dónde venimos, como hizo algún otro señor senador. Pero no por una cuestión de comparar sino porque es imposible juzgar y evaluar a una institución o a una persona por fuera del contexto histórico, institucional y político en el que se produce esa situación. Voy a agregar otros dados a los ya mencionados por algunos señores senadores porque la mayor parte de la sociedad, seguramente, los desconoce. En realidad, pienso que la gente no conoce cuáles han sido los mecanismos de designación de los jueces, pero sí han sufrido los 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 125 resultados de esas políticas. Hasta el año 1993 se designaba a los jueces de la Corte en forma secreta. Es decir, la sesión era de carácter secreta. Por ejemplo, la designación de quien hasta hace poco tiempo fue presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el doctor Nazareno, se realizó en la sesión secreta del 19 de abril de 1990, en un trámite que insumió exactamente siete minutos. Quise acceder al registro de la sesión secreta, pero hay mecanismos que impiden que uno pueda leer lo que pasó y lo que se dijo en esa sesión acerca del doctor Nazareno. Parece que ese tipo de juristas inspira confianza, ya que dos señores senadores que me precedieron en el uso de la palabra hablaron de confianza, de trust, como dicen los norteamericanos. Luego, a título de ejemplo, en la sesión extraordinaria —esta vez pública a partir de una reforma que se operó en el 93 ó 94— del día 9 de febrero de 1994, en los prolegómenos del Pacto de Olivos, y precisamente producto de ese acuerdo, se designó a dos magistrados de la Corte, uno por el PJ y otro por la UCR: López y Bossert. Para esto hubo que convencer a otros dos magistrados del Tribunal para que renunciaran. Esa sesión fue peor que la de los siete minutos. Directamente no hubo discusión en la votación de estos dos miembros de la Corte. Después viene la designación del doctor Vázquez en la sesión del 7 de diciembre de 1995. En este caso se tomaron un poco más de tiempo para su tratamiento: tres horas y cuarenta y cuatro minutos. Esto fue hasta hace muy poco tiempo, hasta la reforma del Reglamento de la Cámara de Senadores, y esencialmente por la decisión del Poder Ejecutivo —no voy a abundar en eso porque fue reseñado por otros señores senadores—, el método por el cual se elegían los jueces que integraban la Corte. No hablemos de juristas ni de doctrinas ni de fallos. No se podía hablar de nada de eso porque no se conocía, por una simple y sencilla razón: no existía. El único mérito para formar parte de un tribunal era, en todo caso, la amistad con quien tenía la facultad constitucional, eso sí, de proponerlos. Esa era la República Argentina que teníamos. Esos eran los métodos de selección de los jueces. Me voy a referir a algunos de loa argumentos que se han vertido esta noche en el recinto para impugnar la candidatura del doctor Zaffaroni, agrupados en tres o cuatro grandes casos. Escuché a un senador proveniente de un partido que se conformó durante la dictadura, lo que se denominó la “cría del Proceso", hablar del Derecho, de la defensa de la libertad y del patrimonio. Pero los fundadores de ese partido fueron militares que se adueñaron del poder en la República Argentina sin respetar la vida y el patrimonio de argentinos. Ese mismo senador se preguntaba y se horrorizaba porque había visto en la audiencia que se celebró en la Comisión de Acuerdos, sentado al lado del doctor Zaffaroni, a una persona que había delinquido y purgado su condena, como lo han señalado otros senadores. Debería mirar también un poco a sus costados porque también en estas bancas hay senadores que estuvieron fotografiados en afiches y formaban parte de partidos que atentaron contra la vida y el patrimonio de los argentinos. Secuestraron argentinos, y lo que es peor, nunca fueron juzgados, nunca purgaron condenas. Es más, lograron, merced a las instituciones argentinas, una suerte de amnistía encubierta por leyes de perdón. Todos y cada uno de los que ocupamos estas bancas deberíamos comenzar a mirar un poco a nuestros costados. Otro señor senador argumentó que el doctor Zaffaroni había jurado por el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional. También tenemos senadores que formaron parte de gobiernos dictatoriales y que cumplieron funciones pese a que se había usurpado la voluntad popular. Pero debo confesar que este argumento fue el que me tocó más de cerca, sobre todo, cuando planteo una presunta inactividad o cobardía o qué hizo ese juez por defender la vida de 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 126 los argentinos. Debo confesarle, señor presidente —esto lo hice en alguna otra oportunidad—, que tengo una visión muy crítica del rol de todos los argentinos durante la dictadura. Es más. Cité una vez el ejemplo de un fiscal al que le cupo una gran responsabilidad en la República Argentina, como fue la de acusar a los comandantes en el histórico juicio a la junta de comandantes durante el gobierno del presidente Alfonsín. Voy a contar una anécdota que tal vez nunca repetí en el Senado. Cuando cayó preso el gobernador constitucional de mi provincia, Cepernic, por estar incurso en las actas de reparación institucional —la CONAREPA, de triste y célebre recuerdo en 1976—, los abogados que plantearon hábeas corpus presentaron la inconstitucionalidad de esa detención, en virtud de que las actas de reparación eran inconstitucionales. El fiscal al que corrieron traslado de esta presentación dijo que las actas eran constitucionales y, por supuesto, Jorge Cepernic permaneció detenido durante años junto a otros argentinos. Ese fiscal era Julio César Strassera. Cuando uno, como senador de la Nación, reclama conductas a los demás, se supone que ha tenido también las mismas conductas valiosas para defender la vida y el patrimonio de los argentinos en momentos en los que era muy difícil hacerlo. Y reitero, como lo hecho en otras oportunidades: solamente muy pocos —y mujeres— se atrevieron a desafiar ese momento de terrible miedo y terror que vivía la República Argentina. Sostener que el doctor Zaffaroni no puede ser miembro de la Corte porque no ha acreditado, a través de actividad judicial, haber enfrentado la dictadura significaría que nadie puede estar ocupando una banca en este Senado. Le pregunto a cada uno de los señores senadores y senadoras que hoy evalúan esta conducta qué me pueden contar que hicieron para que en este país no ocurrieran las cosas que ocurrieron. Quién de ustedes puede decirme —en esto me incluyo— qué hemos hecho para impedir que desaparecieran, torturaran y afectaran el patrimonio de miles de argentinos. ¡Dios mío, señor presidente! ¡Dios mío si también fuéramos evaluados con la misma vara! Ni siquiera deberíamos estar discutiendo a quién damos acuerdo y a quién no. Por eso creo que a la hora de las argumentaciones hay una suerte de enmascaramiento de las verdaderas razones por las cuales se discute, con justicia o sin justicia, la designación de Zaffaroni. El otro gran grupo de cuestionamientos tiene que ver con las declaraciones juradas, con su situación patrimonial y si pagó impuestos o no. Lo dije en la sesión anterior. Si Zaffaroni obtiene el acuerdo del Senado no va a tener ya ningún problema más con ninguna declaración jurada. ¿Saben por qué? Porque en la República Argentina los únicos que están exentos de decir qué patrimonio tienen, cómo lo han ganado y cuánto ganan son los jueces que, además, están exentos de pagar impuesto a las ganancias. Un señor senador decía que la sociedad se indignaría por la designación de Zaffaroni en estas condiciones. El Senado tiene aún pendiente la aprobación de la ley por la cual los jueces, al igual que el resto de los ciudadanos argentinos, tienen que pagar impuesto a las ganancias. Los ciudadanos deben saber que quien es juez en este país no paga impuestos. Nosotros hemos admitido que la Corte dijera que no es obligación de los jueces prestar y mostrar su declaración jurada, mientras que cualquier otro funcionario de la República, desde el presidente de la Nación hasta el último concejal del último pueblo de este bendito país, tiene la obligación de dar cuenta de sus declaraciones juradas. Por eso digo, señor presidente —permítaseme calificar—, que creo que hay una suerte no diría de hipocresía, porque sería tal vez muy duro, pero sí de enmascaramiento de las verdaderas 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 127 razones por las cuales se discute la designación de Zaffaroni. Creo que hay dos grandes cuestiones: una es que hay gente que tiene diferencias ideológicas con Zaffaroni. Y no está mal que las tenga. Lo que está mal es que no diga por qué son esas diferencias. A mí no me molesta que alguien esté en las antípodas ideológicas o filosóficas de lo que yo pienso. Lo que realmente me molesta es que enmascare su argumentación a través de cuestiones que realmente, cuando uno las confronta con la realidad, con nuestra propia realidad como senadores, no tienen el menor argumento. Porque, en definitiva, de ser cierta esa impugnación, la primera impugnación podría caber sobre nosotros mismos. No está mal tener diferencias ideológicas. Yo no coincido con todo lo que plantea Zaffaroni, por la escuela penal a la cual él pertenece. Toda mi vida he creído que yo era una persona garantista en el marco del Derecho, pero hoy, después de escuchar a muchos señores senadores, me he dado cuenta de que no lo soy tanto. Comentaba esto con la senadora Ibarra, y le preguntaba si nosotros realmente tendríamos la valentía de, por ejemplo, tener un asesor o un colaborador que fuera un ex convicto en el marco resocializador que marca la Constitución Nacional. Basta leer el artículo 18 in fine, para advertir cómo deben ser las cárceles y para qué sirven. No lo tendríamos, porque sentiríamos mucho miedo de que alguien dijera que amparamos delincuentes, cuando en realidad, lo que hace Zaffaroni es ser lo que él dice: Zaffaroni es tal cual se lo ve. Esto es lo desestructurante para muchos. No estamos acostumbrados a que nos digan determinadas cosas. Cuando a alguien se le pregunta: “¿Es usted garantista?” puede responder: “Sí, soy garantista”. Y como es garantista, considera que una persona que ha cumplido dos terceras partes de su condena, de acuerdo a lo que marca la Constitución y los códigos de procedimiento, tiene el derecho a reinsertarse y a resocializarse en la sociedad. Eso es ser garantista. Hoy me di cuenta de que yo no soy garantista. Yo no tendría a una persona que tuviera esos antecedentes, porque tendría mucho miedo. Debo decirlo, confesarlo. No tendría pruritos porque se trate de una persona que se ha regenerado, que ha obtenido su título universitario, que trabaja, que se ha reinsertado en la sociedad, sino porque tendría mucho miedo de que algún prestigioso diario me dedicara un inmenso titular acerca de esto. Y hablando de diarios les recomiendo que lean todos los diarios, porque han leído “Ámbito Financiero” o “La Nación”, aunque yo les puedo traer también editoriales de “Página/12”, en los que se señala que Zaffaroni es un jurista que significa una de las mejores opciones que podríamos tener. No debemos tener miedo a decir que tenemos diferencias ideológicas. Porque las hay, porque existen. Pero además de estas, también hay otras a las que hizo referencia el senador Yoma, y que son los intereses; intereses económicos, políticos y partidarios. Él hace referencia únicamente al tema de los intereses económicos cuando habla de estudios jurídicos vinculados con las privatizadas. Todos sabemos que es así; todos sabemos que es tal cual él lo ha contado y narrado. Pero también hay en distintos señores senadores y senadoras, posiciones políticas y partidarias, de sectores que no opinamos lo mismo y que dentro de nuestro propio partido tenemos diferencias. Siempre las hubo. Entonces, me parece que lo correcto no es más enmascarar argumentos; es llamar a las cosas por su nombre. Si yo soy una militante católica, absolutamente convencida de estar en contra del aborto, y considero que determinadas cuestiones tienen que ver con mis ideas, tengo que decirlo así. Porque no está mal pensar diferente. No es condenable pensar diferente. Lo que fundamentalmente es condenable es no llamar a las cosas por su nombre. La designación del doctor Zaffaroni como miembro de la Corte es un salto cualitativo. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 128

No nos va a dar el mejor tribunal del mundo pero es un salto cualitativo, no solamente por el método de selección o por la forma en que se ha discutido y debatido durante meses esta cuestión, sino esencialmente porque, además, es un jurista de prestigio nacional el internacional. Quiero decir que sería bueno, en honor a la salud de las instituciones y a nuestra propia imagen frente a la sociedad, comenzar a discutir y a debatir llamando a las cosas por su nombre y, por sobre todas las cosas, a no tener temor a decir que alguien tiene diferencias desde lo ideológico, lo político o, si se quiere, desde lo partidario, porque en tanto y en cuanto tengamos un sistema que nos permita procesar esas diferencias, será en el marco de la Constitución, de lo que marcan las mayorías y de lo que marca el Reglamento, que el sistema funciona. Pero creo que ahora ese sistema funciona mejor porque hay un control de la sociedad sobre quienes van a integrar ese tribunal. Creo que estamos ante una mejora de la calidad institucional. Estoy convencida, más allá de las diferencias que uno pueda tener con determinadas posturas, de que estamos dando un paso adelante en mejorar la calidad, la imagen y el prestigio de las instituciones en la República Argentina. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Maestro. Sr. Maestro. — Señor presidente: comienzo coincidiendo con las últimas palabras de la señora senadora por Santa Cruz: estamos avanzando en una mejor calidad institucional. Es cierto. Nosotros celebramos y valoramos mucho la decisión del presidente de la Nación de dictar el decreto 222/03, por el que se establece un nuevo procedimiento para la selección de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. También hemos celebrado y apoyado en este recinto una modificación del Reglamento para también aquí modificar el procedimiento por el cual el Senado debe integrar la conducta formativa de la decisión de designación de jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación con el Poder Ejecutivo. Aquí se han dicho cosas importantes durante este debate, que es inédito, por cierto, porque nunca utilizamos este procedimiento. Recién recordaba la señora senadora por Santa Cruz esa jornada del 19 de abril de 1990, cuando en siete minutos se eligió no solamente a Nazareno sino también a Levene, a Cavagna Martínez y a Barra; es decir, a cuatro miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y en sesión secreta. Quiero destacar al respecto que ningún senador de la Unión Cívica Radical participó de esa sesión y, por lo tanto, mucho menos prestó su acuerdo a esos cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En materia de calidad institucional, el avance que se ha logrado en el presente viene precedido de muchos esfuerzos que se han hecho desde diversos sectores de la vida política argentina. Por ejemplo, quiero decir que en esa jornada del 19 de abril de 1990, aunque los senadores radicales no participaron de esa elección, ese día presentaron dos proyectos en este Senado, uno de ellos para transformar las sesiones secretas en públicas, y el otro para modificar el procedimiento de deliberación del Senado, estableciendo audiencias públicas y todo un mecanismo para su realización, que también posibilitaran que la ciudadanía pudiera participar y formular sus objeciones. Esos proyectos no sólo no fueron aprobados, sino que poco después fueron enviados al Archivo. Y esto no fue responsabilidad del radicalismo, sino de la mayoría que estaba presente en el Senado y que tomó esa decisión. Es cierto que en 1994 se modificó esto y que se lo hizo como consecuencia de los acuerdos del Pacto de Olivos. Claro que sí. Y eso se hace a la luz pública, no tenemos por qué sentirnos comprometidos al respecto; por el contrario: a partir de allí las audiencias fueron 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 129 públicas. Fue un avance en calidad institucional, no tanto como hubiéramos querido pero fue un avance. Y se designaron dos jueces y los que nos hacemos cargo del juez Bossert no tenemos porqué arrepentirnos, fue un excelente juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Cuando el año pasado se intentó el juicio político a todos los miembros de la Corte en la Cámara de Diputados, fue el juez con menos imputaciones recibidas por todo el espectro político de esa Cámara. Después dignamente presentó su renuncia al cargo de juez de la Corte. Pero hoy estamos con este avance que es importante, porque está cambiando la historia. En reiteradas intervenciones se ha dicho —al igual que lo ha manifestado desde la asunción del nuevo gobierno la propia senadora por Santa Cruz—, que estamos transitando un nuevo camino . Claro que sí. Estoy absolutamente convencido de la autenticidad de las ideas que expone la senadora por Santa Cruz, que son también las que exhibe el presidente de la República. Él está convencido de la necesidad de avanzar en un proceso de transformación institucional en la Argentina. ¿Por qué lo hace el presidente? Porque está reflejando el sentido del pueblo. Es el pueblo argentino el que está demandando esto y lo está haciendo porque estaba harto del deterioro institucional de la Argentina y de esta profunda crisis moral que agraviaba la conciencia colectiva de los argentinos. Por eso se están produciendo estos cambios y se ha dicho —algo que comparto— que hay que avanzar y calar hasta el hueso, sin hesitar. Un destacado integrante de mi partido, el senador Moro, dijo hace un rato que creía que había que hacer avances progresivos. Señaló que cambiar todo esto no era tan fácil y que lo importante era avanzar. En algunas cuestiones no podemos hacer avances por etapas. Tenemos que tener autenticidad en los principios y defenderlos a muerte. Yo no tengo dudas, señor presidente, de que no voy a prestar el acuerdo al doctor Zaffaroni. He escuchado aquí a algunos senadores en un sentido y en otro, quienes expresaron recién sus dudas y después fijaron su posición. Por ejemplo, el senador por la provincia de Buenos Aires y el senador por la provincia de La Rioja. Yo no tengo ninguna duda: no lo voy a votar. Y no lo voy a hacer porque creo que no es un buen ciudadano, porque creo que es un hombre que con su falta de conducta, con su falta evidente de ética, defrauda a lo que reclama el pueblo argentino. No me paro en el campo de los que defienden otros intereses. Tengo autoridad moral para hablar. De ninguna manera me siento identificado con los grupos de privilegio o con los grandes estudios jurídicos a que se hacía referencia, ni con algunos intereses de empresas privatizadas. Siempre milité en el campo popular, siempre defendí la Constitución Argentina. Desde los 14 años milité en un partido político democrático, luché contra las dictaduras, defendí siempre la Constitución Argentina, estuve permanentemente en la lista de sospechosos. Me llevó de mi casa el Ejército Argentino de la dictadura a las 3 de la madrugada. Puedo hablar con propiedad de lo que significa tener convicciones y defenderlas en todo momento y yo no estoy convencido de la designación del doctor Zaffaroni. ¡Claro que no estoy convencido! Creo que nos defrauda. Por lo que significan su persona y su actividad, él tiene mucha más responsabilidad que cualquier ciudadano. Él es un abogado. Bien lo ha dicho hace un par de horas la senadora por San Luis: un abogado no puede desconocer la ley. Él conoce las leyes tributarias de la Argentina. Él ha sido juez, ha sido legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha sido dirigente político, ha ocupado un alto cargo de funcionario en el gobierno nacional hasta hace muy poco tiempo. Él no puede desconocer la ley y hacerse el distraído, no puede tener esa actitud de distraído, esa actitud displicente, que tuvo en la audiencia pública, como que no tenía mayor importancia si él cumplía con sus obligaciones tributarias y previsionales. Creo que no son hechos menores, sino graves, 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 130 que marcan una conducta reprochable. Aquí se ha dicho y es cierto —lo dijo el presidente de la Comisión y lo remarcó la senadora por la Capital, Vilma Ibarra— que existe una cantidad de entidades, organismos de derechos humanos, asociaciones civiles, universidades, instituciones extranjeras, que vinieron a este Senado a avalar y a defender a Eugenio Zaffaroni. Nadie duda de la calidad académica de Zaffaroni. Nadie duda de su prestigio intelectual, de su conocimiento en el campo del Derecho. No es eso lo que está en discusión. Pero esos sectores que vinieron aquí reflejan una porción pequeña de la sociedad argentina. No está reflejado en ellos la inmensa mayoría del pueblo argentino al que sí representamos nosotros, no a una institución que venga aquí, con un sello de mayor o menor importancia. Nosotros representamos al pueblo, y esa mayoría del país ve con profunda preocupación lo que estamos por hacer en este Senado, porque nosotros representamos a esos millones de desocupados, de gente que está pasando hambre, privaciones, necesidades de todo tipo, y que no encuentra en el Estado la respuesta que éste debería dar, cumpliendo con obligaciones indelegables. ¿Por qué? Precisamente porque el Estado carece de los recursos necesarios para atender a esos sectores marginados, por la evasión fiscal que hay en este país. Nosotros representamos, señor presidente, a millones de trabajadores, gente que todos los días, con su esfuerzo, pide, nada más y nada menos, que respeto a las leyes; que lo que ellos hacen con sacrificio para salir adelante en su vida y en sus familias sea, también, la norma moral que impere para todos los argentinos, fundamentalmente para las clases dirigentes, para los políticos, para los empresarios, para los sindicalistas, para los jueces, para los que aspiran a un alto cargo institucional como ser miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Con nuestra voz y con nuestro voto representamos a millones de jubilados que hoy ven peligrar sus magras jubilaciones por la falta de conducta, de actitud solidaria previsional, de hombres como Zaffaroni. Representamos a millones de futuros jubilados que ven que en este colapso absoluto del sistema previsional peligra, incluso, la posibilidad de que puedan arribar algún día a una mínima jubilación. Nosotros representamos, señor presidente, a los millones de argentinos que cumplen con sus obligaciones previsionales y tributarias, y lo hacen, muchas veces, con gran sacrificio personal y familiar, porque no están en buenas condiciones económicas, pero tienen conducta, son buenos ciudadanos y quieren cumplir con el país del cual forman parte y con la sociedad a la que se deben. Venimos, entonces, desde este bloque de la Unión Cívica Radical, donde se respeta la libertad de conciencia, donde diversos senadores han expresado una posición distinta de la mía, a reflejar nuestro punto de vista respetando el de los demás, tanto de los integrantes de mi bancada como de los de las demás bancadas que integran este cuerpo. Venimos a decir que, a los que pretenden ser jueces, se les debe exigir una norma de conducta superior a la del resto de la ciudadanía. No podemos admitir algunas de las cosas que aquí se han sostenido como elementos de excusación. El señor senador por La Rioja Yoma decía: “No hay sanción cuando se paga.” Es cierto, no hay sanción penal. Pero hay una sanción moral, porque pagó tarde y pagó mal, porque estuvo ocho años sin pagar los aportes previsionales. ¿Qué hubiera sucedido si no se hubiera nominado a la Corte y no le hubieran descubierto su inconducta previsional? Estaría todavía, casi con seguridad, en incumplimiento tributario y en una falta absoluta de solidaridad con el sector pasivo. Además, pagó solamente el capital. No pagó ni un centavo de intereses, ni los usurarios que dice que son, ni los que él cree que debería haber pagado. El doctor Zaffaroni incumplió sus declaraciones juradas. Hoy explicaba muy bien y muy didácticamente la señora senadora por San Luis Negre de Alonso lo que significa una declaración jurada y lo que significa en un abogado de nota y de prestigio como Zaffaroni saber lo que es una 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 131 declaración jurada. Él, año tras año, incumplió sus declaraciones juradas y ocultó bienes que no declaró. Después, llevó adelante una serie de maniobras para tratar de corregir eso, en el mes de agosto de este año, cuando también se descubrió ese incumplimiento, esa evasión fiscal. Allí hizo cosas peores, señor presidente, que graficó muy bien el señor senador Baglini en una magnífica disertación y con gran acopio de documentación que va integrar el Diario de Sesiones de esta reunión. Seguramente, eso será un elemento muy importante para radicar una denuncia penal. Hoy escuché al señor senador Capitanich que muy suelto de cuerpo dijo que ningún juez demostró que acá hubiera un delito y que por eso le iban a dar el acuerdo. Por supuesto que si recién se acaba de descubrir esto, máxime con lo que significa un procedimiento penal tributario, no puede haber una sentencia de ningún juez. Pero no tengo ninguna duda de que si se incorporan todos los elementos y las evidencias que ha traído esta noche aquí el señor senador Baglini, más tarde o más temprano, habrá una condena para el futuro juez Zaffaroni, si es que esta Cámara lo designa esta noche en dicho cargo. No tengo ninguna duda en que será así porque son flagrantes los incumplimientos en que ha incurrido. Sr. Presidente. — Senador Maestro: el senador Capitanich le pide una interrupción... Sr. Maestro. — No concedo ninguna interrupción. Asimismo, quiero señalar que los que asumimos esta posición nos sentimos muy apenados. Nos hubiera gustado que el señor presidente de la Nación retirara el pliego del doctor Zaffaroni, reconociendo una equivocación plenamente justificable: se lo presentó, y es cierto, como un jurista de nota, como un hombre de prestigio intelectual, con un gran respaldo de las organizaciones jurídicas. Por lo tanto, parecía una muy buena propuesta del Poder Ejecutivo nacional. Pero a la luz de lo que se ha podido dilucidar a través de la investigación que se ha hecho en este proceso transparente, corresponde el retiro del pliego. Se pedía que hiciéramos algo transparente; pues bien, lo estamos haciendo. De esta transparencia, surgen estas cosas. Todos nosotros aplaudimos al presidente de la Nación cuando en la Asamblea Legislativa del 25 de mayo dijo, por ejemplo, lo siguiente: “Terminaremos con la Argentina donde el hilo se corta por lo más delgado y en eso actuáremos con energía, porque no es posible una economía sin esfuerzo y no alcanzará para ayudar a los desprotegidos si no hay cumplimiento impositivo. Somos conscientes de que ninguna de esas reformas será productiva y duradera si no creamos las condiciones para generar un incremento de la calidad institucional, y la calidad institucional supone el pleno apego a las normas [repito: el pleno apego a las normas], en una Argentina que por momentos aparece ante el mundo como un lugar donde la violación de las leyes no tiene castigo legal ni social. A la Constitución hay que leerla completa...” Esto decía el presidente de la Nación. Nosotros compartimos totalmente esas afirmaciones, y también las comparte el pueblo que se va a sentir defraudado si esta noche Zaffaroni es designado ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, porque verá que no se utiliza la misma vara para todos, que siguen pasando cosas que no tienen que pasar y que se pueden evitar. Acá no se acaba el mundo porque se retire o se rechace el pliego de Zaffaroni. ¡Qué se va a acabar! Hay muchísimos hombres y mujeres de prestigio intelectual y de capacidad jurídica que pueden ser designados en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Lo sabemos todos. Pero este sería un ejemplo que marcaría ese camino de transparencia, de cambio de actitudes, de recuperación de la moral y de la ética públicas y de reparación que pide la sociedad argentina a sus clases dirigentes. Porque después de eso, después de esta medida ejemplificadora, seguramente el presidente de la Nación llamará a una, dos, tres o cuatro personas para proponerles el cargo. Y una, dos, tres o cuatro personas le irán diciendo: “No, presidente, no puedo aceptar porque yo también estoy en falta.” Pero no 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 132 cabe ninguna duda de que llegará una quinta persona, porque hay mucha gente que cumple con sus deberes, con sus responsabilidades y que tributa plenamente sus obligaciones fiscales y tributarias, sobre todo en el campo del mundo del Derecho. Hoy recordábamos a don Arturo Umberto Illia. Este penoso momento, este mal momento, que tiene que vivir hoy el señor Zaffaroni no le hubiera pasado a Arturo Umberto Illia. Jamás hubiera incumplido como lo ha hecho él. Y hay mucha gente en esta sociedad argentina que trabaja por el país, cumple con sus obligaciones y quiere respuestas. Y nosotros tenemos que dárselas. Por lo tanto, me parecería un magnífico gesto que hoy paráramos esta designación y que le diéramos la oportunidad al presidente de sentirse realmente respaldado —pero con autenticidad— por nosotros. No con actitudes distintas como las que he visto esta noche, en donde han faltado senadores porque les pidieron que no vengan, los coaccionaron para que no vengan al recinto. Me consta que hay senadores que votarán afirmativamente, mascullando su protesta. Y reconozco también que hay senadores que van a votar en forma positiva pero con convicción. Ellos tienen una posición distinta de la mía, pero hay que respetarlos. Igualmente, convengamos que existe una inmensa mayoría de integrantes de este cuerpo que no están conformes ni convencidos, pero por razones de uno u otro tipo están dando su voto afirmativo. Pido entonces que valoremos esta instancia, que comprendamos que el presidente está haciendo muchas cosas bien, tal como lo manifestó el senador Cafiero. Pero a pesar de ello, no tenemos que invocar la infalibilidad del presidente porque no le hacemos bien. Si consideramos que no le podemos rechazar o retirar un pliego ni suspender esta sesión porque lo dejaríamos mal parado, estaríamos diciendo que la infalibilidad del presidente no debe ser cuestionada, con lo cual le estaríamos haciendo un daño a él y a la República. Digo entonces que esa es la posición que con todo derecho venimos a sostener en este recinto. No tenemos ninguna duda de que lo que hoy se va a hacer —porque creo que están los votos para lograr la designación de Zaffaroni— será un gran error. Y que significará también un momento de reflujo de la confianza del pueblo argentino hacia el presidente de la Nación. La gente verá que da lo mismo pagar que no pagar, ser buen o mal contribuyente o que a los que tienen posiciones de privilegio se los mide con una vara distinta. No es cierto que a partir de su designación Zaffaroni no tributará más impuestos y, por lo tanto, no debemos preocuparnos. Yo me preocupo por lo que pasó, no por lo que pasará. Además, hacia adelante ratifico lo que hemos pedido en más de una oportunidad, es decir, que los jueces también tributen. No es nuestra bancada la que está sosteniendo una posición distinta, sino el oficialismo. En la anterior gestión —y no sé si ahora el presidente Kirchner—, Duhalde se oponía precisamente a tomar una decisión de esta naturaleza porque podía crear un ambiente turbio en la magistratura, y siempre el Poder Ejecutivo requiere de una situación lo más favorable posible o, por lo menos, de un trato cordial. Valoramos muchísimo el esfuerzo que se ha hecho aquí para exponer la posición de cada sector. Y reitero que este tipo de designación es algo inédito en la vida institucional del Senado. Pero esta noche me voy de aquí con la firme convicción de que lo que expreso representa el sentir de la gran mayoría de los argentinos, de los que no están reflejados en el listado de organizaciones que se han nombrado. Pero son la parte medular de la Argentina. Se trata de un pueblo que quiere conducta y 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 133 que lo que decimos, de una vez por todas lo hagamos. Y aquí prometimos y respaldamos lo que se dijo, en el sentido de que se cambiaba la situación y que se abría una nueva historia. Por lo tanto, estamos dispuestos a acompañar esa nueva historia. (Aplausos en las galerías) Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: va llegando a su fin una larga jornada de numerosos discursos y mensajes. Y menos mal que estamos finalizando porque si seguimos, muy pronto Zaffaroni será el jefe de una organización ilícita, de alguna banda de secuestradores o el principal evasor de la Argentina, como si fuera Al Capone. Indudablemente en las últimas palabras, y lo digo con respeto, del presidente de la bancada de la Unión Cívica Radical hay una nota exagerada, como también en algunos mensajes pronunciados por parte de algunos señores senadores. Creo que hay algunas cuestiones que es importante remarcar, especialmente para aquellos que han formulado menciones expresas sobre el tema impositivo. Por ejemplo, recién el doctor Maestro mencionó incluso la posibilidad de realizar una denuncia penal, algo que no sería factible desde el momento en que no existe delito, por cuanto Zaffaroni pagó y la propia AFIP, ante el pedido de informes del presidente de la Comisión, afirmó claramente por escrito que no existe deuda líquida exigible. Por lo tanto, desde el punto de vista de la ley penal tributaria, no existe ningún tipo de acción dolosa. Asimismo, he leído atentamente el informe de la Oficina Anticorrupción, que descarta todo tipo de acción maliciosa tendiente al ocultamiento de bienes. En ese sentido, es interesante destacar algunas cosas. El señor senador Baglini habló de las cuentas en el extranjero. Estas fueron denunciadas por el propio Zaffaroni y nadie lo obligaba a hacerlo, ya que indudablemente rige el secreto bancario. Él no estaba sometido a ningún proceso judicial y bien podría haberlas omitido. Además, eran cuentas en las que no había dinero e, incluso, una estaba totalmente inactiva. Sin embargo, el propio doctor Zaffaroni las denunció. También denunció los bienes y dijo claramente, con respecto al valor de la casa de la calle Boyacá, que esa propiedad la compró prácticamente al valor del terreno, porque la vivienda estaba destruida. Incluso acompañó las fotografías respectivas, que se encuentran en mi poder dado que me las alcanzó el presidente de la Comisión, las cuales estuvieron al alcance y a la vista de todos los senadores que las hubieran querido ver. Por otra parte, se argumenta que existió un intento de omisión de datos con respecto a un departamento de veinticinco metros que el propio doctor Zaffaroni compró a su nombre. Sin embargo, es indudable que cuando alguien intenta ocultar la titularidad de un bien, el mecanismo más directo y sencillo del que dispone es adquirirlo a través de algún amigo o por medio de un testaferro. Además —reitero— estamos hablando de un departamento de veinticinco metros, con un valor de venta que seguramente debe ser muy escaso, razón por la cual no se puede hablar de un intento de evadir obligaciones impositivas. Creo que las explicaciones que se formularon en la audiencia pública fueron muy concretas y muy claras. Además, hubo dos organismos del Estado que así lo han ratificado. A pesar de ello, se han efectuado apreciaciones de carácter subjetivo tendientes a colocar al doctor Zaffaroni casi en el plano de la comisión de ciertos delitos. Realmente, hubo expresiones graves. Creo que el mecanismo que hemos puesto en marcha configura, sin lugar a dudas, un avance para la sociedad. Venimos de la oscuridad y estamos entrando en la luz. Algunos quieren 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 134 que el próximo juez de la Corte sea San Francisco de Asís. Yo creo que el doctor Zaffaroni es un ser humano que pudo haber cometido errores, como todos en este país lleno de desencuentros, y que indudablemente tiene condiciones superlativas en el plano académico que le acreditan virtudes suficientes como para ser juez. Me pregunto qué hubiera ocurrido aquí con este mecanismo de la audiencia pública, que en otros países ha avanzado mucho, frente a un caso como el ocurrido en los Estados Unidos, en donde se vivieron acontecimientos mucho más graves. Me refiero al caso del juez Clarence Thomas, propuesto por el ex presidente Clinton. Dicho magistrado sufrió una acusación de su secretaria -Anita Hill- por acoso sexual y, frente a dicha situación, el Senado americano, con alto nivel de inteligencia, de razonabilidad y de responsabilidad, lo preservó y finalmente lo transformó, además, en juez de la Corte, porque se pudo acreditar en el marco de la investigación llevada adelante con mucha seriedad por los republicanos y los demócratas, que esas imputaciones eran inexistentes o que no se podían acreditar de manera fehaciente. De tal modo, el juez Thomas resultó designado juez de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. Realmente, no quiero pensar lo que hubiera ocurrido aquí ante una situación similar. El mecanismo de la audiencia pública es positivo y configura un avance en la calidad institucional. Pero hay un elemento que indudablemente nuestro presidente no computó, que es la actitud destructiva que a veces impera en algunos sectores de la sociedad argentina. Hay un espacio para la destrucción, para encontrar allí algún resquicio por donde empezar a demoler el prestigio de un hombres público de trayectoria y capacidad que tiene experiencia porque ha sido juez así como un alto nivel de calidad universitaria reconocido por todas las universidades argentinas. Me he tomado el trabajo de hacer una recolección de todas las universidades y son más de 150 las facultades de derecho del país, de Latinoamérica y del mundo de habla hispana así como del Brasil, que envían su apoyo. Indudablemente, después de 12 horas de debate no podríamos llegar a asimilar la figura de Zaffaroni con los apoyos enviados por las mejores casas de estudios, los mejores centros educativos de Latinoamérica, los organismos defensores de los derechos humanos así como los sectores ligados al consumidor, a la lucha contra la discriminación, a la lucha por los derechos de la mujer, etcétera; pareciera que estuviéramos hablando de otra persona. En síntesis, a pesar de que tengo diferencias —y lo he dicho en varias oportunidades en este recinto— dado que no tengo una visión ligada a la aplicación de la pena como la que tiene el doctor Zaffaroni, —aunque no es abolicionista— debo destacar que sus respuestas fueron coherentes y consistentes en el plano del derecho penal. A pesar de no compartir la visión que tiene con respecto a la política criminal, en el disenso que se puede tener en el marco pluralista y en la discusión desde el punto de vista del Derecho, considero que el doctor Zaffaroni tiene condiciones, cualidades y actitudes que le permiten ser juez de la Corte así como nos permiten votar con convicción el pliego que ha remitido el Poder Ejecutivo. Estoy convencido de que estamos dando un paso adelante, que el doctor Zaffaroni va a estar a la altura de las circunstancias, que va a ser un buen juez y que sus respuestas encierran un fuerte contenido humanista como cuando nos contestó en la audiencia pública la pregunta sobre el tema del aborto. Es importante destacar esa mirada humanitaria. Si me permite, quiero dar lectura de esa parte porque también es importante esclarecer a la sociedad. Dijo: “El aborto es un tema trágico; es una tragedia del mundo. Una tragedia de América latina que tiene naturaleza propia, distinta a la que se plantea en los países centrales. La 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 135 realidad del aborto en números casos resulta genocida. Si pensamos que en estimaciones optimistas habría un 20 por ciento de abortos cada cien nacimientos, en términos de nuestra región estaríamos pensando en 60 millones de vidas. Es decir que estaríamos pensando en una real tragedia. El aborto está en el Código Penal. No hay ningún país en el que el aborto esté legitimado. Existen discusiones sobre si se descriminalizan algunos abortos. Pero creo que las discusiones se hacen, en líneas generales, en abstracto y sin tomar en cuenta nuestras realidades. Y a veces se importan argumentos de países centrales a nuestra realidad periférica, donde el aborto que predomina no es el aborto de comodidad, sino de pobreza y de miseria, practicado en condiciones antihigiénicas, que causa la muerte de miles de mujeres". Es una profunda visión humanista. Tal vez no sea compartida desde la mirada de algunas concepciones —que yo califico de retrógradas— de un sector de la Iglesia argentina. La respuesta que nos da sobre la eutanasia también encierra una definición humanista sobre este tema. Habla de la diferencia entre pobres y ricos, y del derecho de morir con dignidad. Para no extenderme demasiado, porque creo que estamos en condiciones de votar, termino diciendo que considero que no nos estamos equivocando esta noche. Pienso que hemos hecho un proceso de cara a la sociedad, una audiencia pública que ha permitido que se expresaran todos los organismos, universidades y sectores de la opinión jurídica de la Argentina, que lo hicieran de manera altamente positiva con respecto al candidato. Las objeciones formuladas son menores y ninguna tiene entidad de gravedad. Estamos avanzando en el camino de la recuperación institucional. Algunos planteos con relación al género están en el espíritu del presidente y del decreto 222. De producirse vacantes en la Corte estamos seguros de que el espacio de la mujer va a ser respetado. Estamos convencidos porque así lo sostiene el decreto de autolimitación firmado por el presidente. Además, considero que estamos respaldando la primera decisión de este presidente que ha asumido hace tres meses y que está apuntando a mejorar la calidad institucional del país. Por estas reflexiones voy a votar positivamente. Sr. Presidente. — Si no se hace uso de la palabra, se va a votar en forma nominal. Los que voten por la afirmativa, lo hacen en favor de la aprobación del pliego del doctor Zaffaroni. — Votan por la afirmativa los señores senadores Agúndez, Alperovich, Bar, Bermejo, Brizuela del Moral, Busti, Cafiero, Caparrós, Capitanich, Castro, Colazo, Conti, Daniele, Fernández, Fernández de Kirchner, Gallia, Gioja, Gómez de Bertone, Guinle, Ibarra, Jenefes, Lamberto, Latorre, López Arias, Losada, Maza, Mera, Montoya, Morales, Moro, Müller, Oviedo, Pardal, Pardo, Passo, Paz, Perceval, Pichetto, Raso, Seguí, Usandizaga, Verna y Yoma. — Votan por la negativa los señores senadores Avelín, Baglini, Chiappe, Escudero, Gómez Diez, Maestro, Menem, Negre de Alonso, Ochoa, Prades, Salvatori, Sapag, Taffarel, Terragno, Walter y Zavalía. Sr. Pichetto. — Pido la palabra. Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Pichetto. Sr. Pichetto. — Señor presidente: le pido que haga la cuenta y diga con qué porcentaje se ha aprobado. 15 y 16 de octubre de 2003 Sesión ordinaria Pág. 136

Sr. Presidente. — Con cuarenta y tres votos por la afirmativa sobre cincuenta y nueve presentes; queda aprobado el pliego del doctor Zaffaroni, por los dos tercios. (Aplausos.) No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la sesión. — Es la 1 y 57 del jueves 16 de octubre de 2003.

RUBÉN A. MARINO Director del Cuerpo de Taquígrafos