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CORTESÍA

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ESTUDIOS EXTREMEÑOS REVISTA HISTÓRICA, LITERARIA Y ARTÍSTICA (Fundada en 1927)

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REVISTA

DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS

AÑO 2009 ~ TOMO LXV

NÚMERO III SEPTIEMBRE - DICIEMBRE

MONOGRÁFICO HISTORIA DE LA MEDICINA

CENTRO DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS DIPUTACIÓN DE

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DIRECTOR: Moisés Cayetano Rosado

DIRECTORA DEL CENTRO DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS: Lucía Castellano Barrios

CONSEJO DE REDACCIÓN: José María Álvarez Martínez Domingo Barbolla Camarero Pilar Blanco-Morales Limones Marcelino Cardalliaguet Quirant Juan Manuel Carrasco González Feliciano Correa Gamero Fernando Cortés Cortés REVISTA DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS Rafael España Fuentes (Fundada en 1927) Rafael Rufino Félix Morillón Julio Fernández Nieva D. L.: BA-14-1958 - I.S.S.N.: 0210-2854 Luis Fernando de la Macorra y Cano Pilar Mogollón Cano-Cortés Redacción, administración, suscripciones, Antonio Pérez Díaz fotocomposición y maquetación:

Isabel M.ª Pérez González CENTRO DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS Fernando Rubio García Apartado de Correos 581 C/ Godofredo Ortega y Muñoz, 2 Antonio Salvador Plans 06011 - BADAJOZ Fernando Serrano Mangas Tfnos.: (924) 245091 - 245722 Francisco Vázquez Pardo Fax: (924) 235908 Manuel Simón Viola Morato

SECRETARIO: La Revista de Estudios Extremeños Diego Peral Pacheco es cuatrimestral y el importe de su suscripción anual es de 9,02 C

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SUMARIO

Pág.

ESTUDIOS ...... 1.161

GUERRERO CABANILLAS, VÍCTOR: Enfermedades y muerte de Carlos V ...... 1.163

MALO ROVIRA, SUSANA; MALO SALAS, PASCUAL Y PERAL PACHECO, DIEGO: La Medicina en la Numismática Clásica ...... 1.205

BARBOLLA CAMARERO, DOMINGO; RUBIO MERINO, M.ª INMACU- LADA Y PERAL PACHECO, DIEGO: Cáncer: investigando desde el paradigma biológico-cultural en ...... 1.247

PINEDA NÚÑEZ, L. F. Y PERAL PACHECO, DIEGO: Años de mayor mortalidad y principales epidemias ocurridas en durante los siglos XIX y XX...... 1.271

SÁNCHEZ ÁLVAREZ, JOSÉ LUIS Y PERAL PACHECO, DIEGO: La epidemia de cólera de 1855 en ...... 1.289

FERRER A GUARELES, JOSÉ LUIS; PERAL PACHECO, DIEGO Y MOLINA BARRAGÁN, EUGENIO: El mapa sanitario de Extremadura ...... 1.321

ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO, ÁNGEL Y PERAL PACHECO, Diego: Evolución del trasplante renal: trasplante renal de donante vivo ...... 1.353

FERNÁNDEZ FALERO, MARÍA DEL ROSARIO Y PERAL PACHECO, Diego: Un nuevo concepto de bibliografía: revisión y análisis cualitativo ...... 1.373

PERAL PACHECO, DIEGO; MARTÍN ALVARADO, MIGUEL ÁNGEL; VALLEJO VILLALOBOS, JOSÉ RAMÓN, ALTIMIRAS ROSET, JACINT Y ROURA POCH, PERE: La Medicina Popular en la ciudad de Badajoz ...... 1.389

CARRETERO CARRETERO, MARIANA Y PERAL PACHECO, DIEGO: Las causas de mortalidad en entre 1800 y 1870 ...... 1.439

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MONTIEL LLORENTE, LUIS: Las palabras del dolor: Medicina y Literatura ...... 1.465

PERAL PACHECO, DIEGO; PINEDA NÚÑEZ, L. F. Y MCCUE, J.: Mortality and the Epidemiological and Demographic Transition in Los Santos de Maimona (Badajoz-) ...... 1.489

PERAL PACHECO, DIEGO; RUIZ CÁRDABA, MARÍA LUISA; BENEÍTEZ MORALEJO, BELÉN; VILLALOBOS DÍAZ, ANTONIO Y MARTÍN ALVARADO, MIGUEL ÁNGEL: Protocolo para la remisión de do- cumentación clínica digitalizada con fines no asistenciales ...... 1.507

VIEDMA MARTÍN, ANA SARA Y PERAL PACHECO, DIEGO: Noticias sanitarias publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz: 1940-1944 ...... 1.515

ALTAMIRAS ROSET, JACINT; PERAL PACHECO, DIEGO; VALLEJO VILLALOBOS, JOSÉ RAMÓN; MARTÍN A LVARADO, MIGUEL ÁNGEL, Y ROURA POCH, PERE.: La transmisión de la medicina popular la Baja Extremadura ...... 1.547

AMADOR FERNÁNDEZ, MIGUEL ÁNGEL Y PERAL PACHECO, DIEGO: La tuberculosis en en el siglo XIX ...... 1.589

VALLEJO VILLALOBOS, JOSÉ RAMÓN; PERAL PACHECO, DIEGO Y CARRASCO RAMOS, MARÍA CONSUELO: Los estudios sobre medicina popular y plantas medicinales en Guadiana del Caudillo...... 1.611

CRESPO MARTÍN, JESÚS MANUEL; CARDENAL GALVÁN, JOSÉ AL- FONSO; PERAL PACHECO, DIEGO Y VALLEJO VILLALOBOS, JOSÉ RAMÓN: Jara pringosa (Cistus ladanifer), usos, utilidades y curiosidades en Extremadura ...... 1.637

CARRASCOSA SANTIAGO, ALFONSO V.: La JAE y el desarrollo de la microbilogía extremeña ...... 1.651

PERAL PACHECO, DIEGO; ALTIMIRAS ROSET, JACINT; MARTÍN ALVARADO, MIGUEL ÁNGEL Y ESPINOSA DE LOS MONTEROS, JAVIER: Análisis de los pacientes con fibromialgia atendidos en la unidad del dolor (Badajoz, Extremadura) ...... 1.667

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Estudios

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BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.163-1.204 1163

Enfermedades y muerte de Carlos V

VÍCTOR GUERRERO CABANILLAS Médico y escritor

LA DECISIÓN DE ABDICAR

“Aquel que tu crees que ha muerto no ha hecho más que adelantarse en el camino”, dijo Séneca. Creo que nos vale este juicio en referencia a Carlos V y su significación histórica, una figura emblemática del Renacimiento, el primer paladín de los tiempos modernos y, en cierto modo, aunque salvando las dife- rencias contextuales, un precursor de la idea de una comunidad europea supranacional, muerto justamente hace 450 años. Carlos V fue un estadista que se adelantó a su tiempo, aunque esta sea una idea valorada con muchas reti- cencias en algunos ámbitos fuera de nuestro país. Fue un hombre ajeno a cualquier nacionalismo, un europeo, el primer europeo persuadido de la necesi- dad de la restauración de la unidad cristiana, por encima de cualquier naciona- lismo, para lo que apostó por la celebración de un concilio “general y libre” donde tuvieran cabida todas las discrepancias. Pero Carlos V fue también un gran sufridor, como tendremos ocasión de ver. Nos interesa aquí y ahora, más que el personaje histórico, la persona o el hombre que hay detrás. . El por qué de su abdicación y el por qué de la elección para su retiro del lugar de Yuste, un recóndito espacio al margen de una pequeña garganta de agua en la sierra de Tormentos, son preguntas que ya se hacía Unamuno hace un siglo. Han provocado auténticos ríos de tinta, sin duda porque no hay una única respuesta. La fidelidad a sus principios, su reciedumbre moral y la total confianza en Dios inspiraron su vida pública y privada. Fue, a pesar de sus infortunios, capaz de mantener su entereza moral y su vigor psíquico hasta que, en la última década de su vida, ya físicamente incapacitado, acabó por abandonar su vida pública para concluir su existencia en Yuste. No es moneda corriente de la condición humana la renuncia al poder de manera que su abdicación habría de ser un hecho absolutamente insólito en toda la historia de la humanidad. Tan solo Cayo Aurelio Valerio Diocleciano renunciaría a su imperio para cultivar un jardín con sus propias manos en su casa de Salona, en la Dalmacia.

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En 1546, atormentado por la gota y muy abatido anímicamente debido a una grave depresión, puso en marcha los preparativos de su retirada. La gota le impedía ya caminar con normalidad, permanecer en pie prolongadamente, mon- tar a caballo y aún escribir, trinchar la carne o realizar determinadas tareas instrumentales relacionadas con su vida diaria, como el aseo corporal o la limpieza dental. Nunca tan evidentes las consecuencias de la enfermedad sobre la persona, conforme al pensamiento de Laín Entralgo, en el plano somático, en el psíquico y en el existencial. La gota de Carlos V fue algo más que una enfer- medad metabólica osteoarticular. La gota del Emperador fue, también, la quie- bra óntica y existencial, la quiebra de las expectativas del ser y el estar en el mundo en su tiempo. ¿Qué podía ser él sin poder montar a caballo ni recorrer la Europa entera? La depresión, acentuada por la percepción de su fracaso en la lucha contra luteranos y musulmanes, por otro lado, le acarreó una merma considerable de su autoestima. El esfuerzo inútil conduce a la melancolía, decía Ortega con razón. Pero no fue su precaria salud orgánica y mental la principal causa de su retiro a Yuste. Ni su mala salud ni la simpleza de los desengaños del mundo que hubieran acabado con sus responsabilidades de gobierno fueron determinan- tes de tan trascendental decisión. Tampoco, la conveniencia de buscar un lugar de clima más templado para su enfermedad gotosa. En cuanto al lugar del retiro, a veces oímos esa pregunta capciosa, formu- lada con un tono displicente, de por qué en Yuste, como si se dudara, en el fondo, de que en Extremadura pudiera haber algún lugar que mereciera tal honor. Es, en el fondo, una pregunta hecha desde la desconfianza mezquina y desde los prejuicios, algo que resulta exasperante. Carlos V no dejó la elección de Extremadura a la improvisación. Él era un hombre sumamente concienzudo y parsimonioso de manera que la decisión de acabar sus días en un rincón verato fue largamente meditada. En Monzón, en 1542, le confesaba al embajador por- tugués Lorenzo Pires de Tabora que desde 1535 abrigaba el deseo de abando- nar algún día el mundo para dedicarse enteramente al servicio de Dios [1]. Antes, a su propia esposa Isabel haría ver esa pretensión suya. A Fran- cisco de Borja, a su hijo Felipe y a sus consejeros más cercanos, como Luís de Ávila o el Conde de Oropesa, a Andrea Doria revelaría también su voluntad de abdicar tan pronto como la situación de sus reinos lo permitiese, sin que el hecho apareciese como una dejación de su responsabilidad superior o como un signo de debilidad ante los otros mandatarios de Europa o, todavía menos, como una expresión de su fracaso. Siempre, en los momentos más críticos de su existencia y en Semana Santa, llevado por su extremada religiosidad, optó por

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recluirse temporalmente en algún monasterio jerónimo. Ya en 1518 se recluyó durante la Semana Santa en el monasterio de Aguilera, en 1520 en el de San Lorenzo, en 1525 en Guadalupe y así repetidamente hasta la definitiva retirada de Yuste. En junio de 1554, antes de que su hijo don Felipe visitara el lugar, puso de manifiesto finalmente al prior general de la Orden fray Juan de Ortega que

“[…] deseo retirarme entre vosotros a acabar la vida; y por eso querría que me labrácedes unos aposentos en San Jerónimo de Yuste, y para lo que fuera menester acudiréis al secretario Juan Vázquez de Molina, que él procurará dineros; para lo cual os envío el modelo de la obra […]” [2].

En una carta que el 19 de enero de 1554 dirige a su hijo Felipe ya le manifiesta que

“Pienso, placiendo a Nuestro Señor, esforzarme cuanto fuere posible para irme por agosto o septiembre […]” [3].

En la misma carta, Carlos V le cuenta que debido a la gota y otros acciden- tes había tenido que guardar cama cinco semanas, durante cuyo tiempo estuvo impedido para entender en sus negocios. Todavía, en el momento que le escri- be, seguía en cama con dolor en una rodilla y la mano derecha, aunque bastante aliviado. Sin embargo, pocos días después, el 29 de enero, sería su médico, Cornelio Baersdorp, el que informara a don Felipe de que había recaído de nuevo aumen- tando los dolores articulares que limitaban su movilidad impidiéndole las acti- vidades propias de su vida ordinaria, motivo por el que se mostraba muy cons- ternado. El mismo Baersdorp, en marzo de 1554, emitió un juicio sobre su estado orgánico y el pronóstico funcional haciendo ver que ya no podía esperarse de Su Majestad salud completa, que sus movimientos se estaban volviendo más achacosos y que las piedras o callos y durezas agarrotaban cada vez más las articulaciones de los dedos de las manos impidiéndoles doblarse. El juicio de Baersdorp era tanto como el anuncio de una cercana invalidez física total. No podría cumplir sus deseos con inmediatez, pero, desde luego, el retra- so se debió a razones bien ajenas a su voluntad. Tan pronto, sin embargo, como falleció su madre, Juana la Loca, en 1555 y su hijo contrajo matrimonio con María Tudor en Inglaterra, considerado idóneo el momento, Carlos V inició los preparativos para su abdicación. Una comisión imperial ya había recorrido

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Extremadura entera buscando el lugar más apropiado. Extremadura, al fin y al cabo, había ganado para Dios más almas, que súbditos le dejaron sus abuelos. Aquella huida vergonzante de Innsbruck en un precario estado de salud tras el fracaso del asedio de Metz en 1552 que le produjo una masiva pérdida de autoestima, le sumió en una grave depresión que, aunque con altibajos, ya no le abandonaría hasta la muerte. Fue en aquel viaje de Mezt a Bruselas, abatido y enfermo, cuando se planteó de una manera firme e improrrogable la abdica- ción, al darse cuenta de que ya no servía como caballero militar. Lo que para la Medicina escolástica de entonces fue el camino de su salvación personal, de la salvación de su alma, -Carlos V era un hombre profun- damente religioso-, para la Psiquiatría actual, para la CIE-10, fue un acto de repliegue social, característico de los enfermos que sufren un trastorno depre- sivo grave o, dicho de otro modo, la manifestación final de una conducta clara- mente aversiva de retirada. Él quería sentirse seguro mediante aquel comporta- miento regresivo, alejándose, al mismo tiempo, de la Corte identificada como la sede de vicios y falsedades. Desde la óptica psicoanalítica vendría a ser una suerte de huida o regre- sión al claustro materno. Un paciente hipomaniaco hubiera construido una gran mansión palaciega pero a un enfermo que sufría una grave depresión le bastaba con una sobria construcción al lado de un monasterio jerónimo. Para llorar o rezar le bastaba con un modesto lugar donde recogerse. Para Pedro Antonio de Alarcón, sin embargo, Carlos V mediante aquel viaje, fue en busca de un lugar ameno, sosegado y saludable(¡), alentado por la fama de religiosidad y sabiduría de aquella comunidad de frailes jerónimos

“fue a abreviar voluntariamente su vida y a anticipar su muerte […] [4], con lo que, de ser así, su traslado a Extremadura, más que un significado autolítico, como si se tratara de un suicidio encubierto, que le estaba vedado por su carácter y por sus profundas convicciones religiosas, fue una huida salvadora, protectora, evitativa o todo a la vez, como la brusca retirada de la mano del fuego abrasador. La lectura de los capítulos III al VIII del libro Menosprecio de corte y alabanza de aldea de Antonio de Guevara, predicador y consejero del empe- rador, publicado en 1539, y que tuvo un gran impacto en los ambientes cortesa- nos, debió influir en su determinación final. Antonio de Guevara era un hombre que gozaba de un gran predicamento, muy influyente, que se mostró muy críti- co y reticente con la erudición renacentista. En su obra, inspirada en las ideas

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de Horacio, trató de enfrentar la vida de la corte con sus vanidades y mentiras a la del mundo rural lleno de naturalidad y de honestidad. Hay que ver en aquel repliegue social la preocupación salvífica de un hombre atormentado que buscó en Yuste, simplemente, el sosiego espiritual. La decisión de retirarse a Yuste no fue, entonces, enteramente, el fruto de un arrebato místico ni la expresión de una huida defensiva. Supuso, creo yo, la culminación de un largo proceso madurativo interior centrado en la idea de ganar la batalla final de su salvación. En realidad, eso hizo, en efecto. Pero, para entonces, su deterioro orgáni- co era considerable. El mismo Prudencio de Sandoval, su cronista, refiriéndose a su discurso en la ceremonia de la abdicación el 25 de octubre de 1555 en Bruselas, advertía de ese estado lastimoso de salud.

“[…] Y con esto acabó su plática, porque ya no podía tenerse en los pies, que como estaba tan flaco faltábale el aliento para pronunciar las palabras, el color del rostro con el cansancio de estar en pie y hablar tanto, se le había puesto mortal, y quedó grandemente decaído; tan grande era su mal que es notable en edad de cincuenta y cinco años estar tan acabado […]” [5].

No se marcharía sin dolor. Al contrario, se mostró consternado en la ceremonia de abdicación. Así lo manifestó públicamente:

“[…] Digo que ninguno de estos trabajos –se refería a sus andanzas bélicas- me fue más penoso ni afligió tanto mi espíritu como el que agora siento en dejaros […]” [6].

LA ELECCIÓN DEL LUGAR La España de entonces era vista en Europa con ciertas reticencias, cuan- do no con una marcada hostilidad. “Non placet Hispania”, respondió sin tapujos Erasmo de Rótterdam cuando fue invitado en 1517 a realizar una visita a España por el Cardenal Cisneros. Una respuesta tan escueta como incomprensible, viniendo de un humanista de talante muy abierto, peregrino impenitente por el resto de Europa, que defendía la universalidad de su pensamiento y que no era un pusilánime. La negativa, que probablemente tuvo que ver con el clima de represión intelectual suscitado por la Inquisición, bien merece una reflexión que se escapa de este lugar.

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En su momento, rechazó Salvatierra de los Barros, como lugar para su retiro al tratarse de un sitio extraviado de clima extremoso [7]. En la elección del lugar de Yuste, una abrigada resolana en los apeos de la sierra de Tormantos, un lugar tranquilo, con abundante agua, poco accesible, alejado de los ambientes cortesanos, de clima templado, anejo a una comuni- dad de jerónimos, debieron influir, sobre todo, los juicios favorables de los nobles extremeños de su entorno, como Don Luís de Ávila y Zúñiga, Marqués de Mirabel, de la vecina ciudad de Plasencia, compañero de armas en las gue- rras de Europa; Francisco Álvarez de Toledo y Pacheco, Conde de Oropesa y Señor de Jarandilla; García Manrique, Conde de Osorno y Señor de Pasarón, que le suministraba las famosas perdices de Gama, en Palencia; Fernando de la Cerda, comendador de , su sumillers de corp; Lorenzo III Suárez de Figueroa, Conde de Feria; Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, duque de Alba y alguno más, cuya nutrida presencia en la Corte era el reflejo del relevante peso que Extremadura tuvo en aquellos tiempos para la Corona. La mayoría habían mandado construir mansiones renacentistas en sus posesio- nes extremeñas, debido, quizás, al miedo a las epidemias que asolaban periódi- camente las ciudades, más que a una moda italianizante del momento o como consecuencia de las ideas del predicador y consejero de Carlos V Antonio de Guevara. Sorapán de Rieros haría, algunas décadas después, el elogio del lugar en su Medicina escrita en proverbios, resaltando sus virtudes para la salud y la prolongación de la vida en los ancianos. En efecto, después de advertir que

“el viejo múdale el aire y darte ha el pellejo” añadía que, sin embargo, la Vera era

“[…] la región de las Españas tal en sus calidades, templanza y aires que excede a las demás para poder vivir los hombres en ella más larga vida, más sanos, más robustos y que con menos peligro puedan los viejos ser transplantados en ellas sin dar el pellejo […] Nos ha parecido que es Extremadura la región que debe ser elegida entre las demás, como más útil, y conveniente para vivir vida sana […]” [8].

En realidad dentro de nuestras fronteras, toda Extremadura era muy con- siderada en el siglo XVI. Como diríamos ahora, tenía una notable presencia institucional. Viajeros y geógrafos como Navaggero, Fernández de Enciso,

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Marineo Sículo, Díaz Tanco de Fregenal, Albar Gómez, Villalba, el anónimo fraile de Yuste cuyo manuscrito apareció en Bélgica, Enrique de Cock, Botero descri- bieron la Vera y la Extremadura de aquel tiempo. Extremadura, por otro lado, vivió en el siglo XVI un impresionante florecimiento intelectual. Dramáticos como Torres Naharro, religiosos como San Pedro de Alcántara, escriturarios como Arias Montano, médicos como Arce, descubridores como Hernán Cor- tés. filósofos como Fray Luís de Carvajal, filólogos como El Brocense, músicos como Juan Vázquez, matemáticos como el cardenal Silíceo, épicos como Luís Zapata, poetas como Francisco de Aldana El Divino, el gramático Antonio de Lebrija y la corte humanista de Juan de Zúñiga en [9]. No elegimos el lugar de nacimiento pero sí podemos, como hizo Carlos V, elegir un lugar para morir. “Nos nacen”, dijo el poeta Delgado Valhondo, pero la elección del lugar donde morir es enteramente nuestra. Esa circunstancia le incluye por derecho propio en la cabecera de la larga nómina de extremeños ilustres, aunque, en puridad, no lo fuera. En realidad, según el célebre hispanis- ta Bartolomé Benassar, Carlos V no fue flamenco, ni borgoñón, ni español, ni alemán, ni italiano, fue un europeo, un hombre de frontera, a caballo entre el estadista y el guerrero, entre el caballero medieval y el hombre humanista del Renacimiento, entre el precursor de una Europa supranacional y la reliquia de las viejas concepciones imperialistas. Él intentó un imperio único multinacional bajo el ideal del humanismo cristiano. Es decir, un escenario común para todos los europeos, por encima de sus diferencias religiosas e ideológicas, algo más que una mera concentración de naciones y territorios. Fue un hombre bastante cosmopolita, que dominó las principales lenguas, un adelantado de su tiempo que tuvo más de renacentista que de caballero medieval.

FUENTES DOCUMENTALES. LA SALUD DE CARLOS V La celebración en el año 2000 del 500 aniversario de su nacimiento trajo una multitud de libros sobre su vida y su obra. A la cabeza, sin duda, las publicaciones de Manuel Fernández Álvarez, quien tuvo la gentileza de prolo- gar mi libro sobre su salud con unas atinadas observaciones, que nos aproxi- maron de una manera muy rigurosa y sistemática a la figura del Emperador. Mucho se escribió en el año 2000 sobre Carlos V pero ni entonces ni en otros momentos se investigó sobre su salud y su psiquismo, a pesar de la relevancia determinante que tuvieron sus enfermedades en su ánimo, en sus cogniciones, en sus habilidades sociales, en su conducta y, como consecuen-

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cia, en los acontecimientos de la época. A. Mignet [10], M. Gachard [11], Mo- desto Lafuente [12], Kart Brandi [13], W. Stirling-Maxwell [14], D. Sánchez Loro [15], fray Domingo María Alboraya [15-bis], el fondo bibliográfico Vicen- te de Cadenas -unos 15.000 volúmenes-, Fernández Álvarez en su Corpus Do- cumental -sus cartas, testamento y Memorias- y V. de Cadenas y Vicent [16], en su Carlos de Habsburgo en Yuste pusieron a nuestra disposición transcripcio- nes absolutamente fiables de la correspondencia con sus médicos, sus memo- rias, sus confesiones, en especial las que mantuvo utilizando siempre el idioma francés, con su hermana María, enferma depresiva como él, la mujer con la que únicamente, salvo con su esposa Isabel, mantuvo una íntima relación afectiva, y los testimonios de sus servidores nos han permitido conocer sus enfermeda- des y seguir estrechamente la evolución de las mismas hasta su muerte. La vida de Carlos V, entre cuyos oscuros vericuetos alentó siempre una depresión malhumorada, fue un largo caminar de temple y heroísmo, atenido siempre a los estrictos mandatos de su rígida conciencia. En mi libro La salud de Carlos V que vio la luz en 2005, gracias al patrocinio de la Fundación Academia Europea de Yuste que dirige, con reconocido acierto, Don Antonio V. Díaz y Díaz, pretendía, lejos de competir con las formidables biografías existen- tes del Emperador, arrojar luz sobre su figura desde una inédita visión médico- psiquiátrica. Su muerte, a una edad relativamente temprana aún en aquella época, dejó detrás de sí, bajo una apariencia equívoca de hedonismo y sensua- lidad, de vida regalada, quiero decir, una existencia amargada por sus padeci- mientos dolorosos y aflictivos y por sus déficits motóricos y funcionales que acabaron arruinándola. El tratamiento del dolor en su tiempo, es preciso recor- darlo, no contaba aún con remedios eficaces, de manera que los enfermos de gota como él se veían obligados a soportar como podían la extremada intensi- dad del dolor durante los ataques. Para sentar los diagnósticos en este estudio patobiográfico no dispuse, obviamente, de más medios que los documentos y testimonios de la época. Siempre traté de huir de asignaciones diagnósticas caprichosas, algo que, des- graciadamente, no es infrecuente ver en este tipo de estudios. Alguna vez tuve que moverme por los terrenos especulativos de las conjeturas pero siempre, en todo caso, huyendo de los juicios nosológicos que no se sustentaran sobre una buena base deductiva. Por ejemplo, a pesar de que no he podido encontrar ninguna referencia a que Carlos V padeciera algún trastorno de la visión, debió padecerlo por cuanto en el inventario de sus bienes que hicieron los albaceas en Yuste tras su muerte, aparecen una notable variedad de lentes que debió utilizar para la lectura por padecer, con toda probabilidad, de presbicia o de

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algún otro trastorno visual, ¿acaso una retinopatía diabética? Ni aún con el uso de cristales correctores debió mejorar su visión. Sus dificultades para la visión próxima fueron la causa, sin duda, de que, de las obras preferidas, la mayoría de preparación a la muerte, como El caballero deliberado o La consolación de la filosofía de Boecio, dispusiese de ediciones en francés, castellano e italiano para facilitar así su lectura a los servidores, que no eran políglotas necesaria- mente. Igualmente, para averiguar su talla, un dato sobre el que no existe tampo- co ninguna estimación por parte de sus numerosos biógrafos, tan solo una referencia de pasada de un embajador para quien tenía una estatura mediana, nos valimos de las dimensiones de la capa pluvial que utilizó para su boda en los Reales Alcázares, donada a la Orden de Santiago, y que se exhibe, actual- mente, en la catedral de Sevilla, las cuales permiten afirmar, con bastante base deductiva, que su estatura debió ser de unos 170 cm, una talla, por cierto, de un percentil bastante alto para la época. Basándonos en los datos clínicos suministrados en sus declaraciones o por los abundantes testimonios presenciales de personas de su entorno, fami- liares y servidores, mediante una metodología correcta pudimos llegar a emitir los diagnósticos de gota y malaria y algunos más en Carlos V. Más que de simples conjeturas, se trata de diagnósticos rigurosos, basados en la evidencia clínica, que el tiempo ha venido a confirmar mediante los preceptivos análisis necrópsicos. En efecto, en el año 2007, en su número de junio, la revista Parassitología incluía un artículo de Julián de Zulueta, The cause of death of emperor Charles V, en el que se confirmaba de manera incontrovertible que fue el paludismo la causa de la muerte de Carlos V. Otro trabajo necrópsico ha venido a confirmar el diagnóstico de gota. A partir de una parte de uno de los meñiques del Rey, Jaume Ordí y sus colaboradores dieron a conocer su estudio The severe gout of holy roman emperor Charles V, en la prestigiosa revista The new england journal of medicine, en el que confirman que Carlos V padeció una gota severa con graves y avanzadas lesiones osteoarticulares producidas por la precipita- ción de cristales de urato con fenómenos inflamatorios articulares, que vino a ser aquel humor viscoso que fluía gota a gota en determinadas articulaciones, como se creía en su tiempo. Una gota de comienzo bastante precoz, que evolu- cionó de una forma extremadamente perjudicial, como no podía ser de otra manera, dadas sus desmesuras alimenticias y la ausencia de tratamiento.

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PSIQUISMO DE CARLOS V Antes de hablar de sus enfermedades, conviene detenerse, aunque sea brevemente, para conocer cual fue el modelo de su crianza. Muchos de los rasgos más característicos de su carácter tuvieron que ver con el modelo fami- liar de su niñez. Los padres crían como fueron criados. Carlos V fue un huérfano de hecho. Un hombre sin infancia de la que se vería privado por razones de Estado ante la prematura muerte del padre y la incapacidad de la madre. Una crianza desvalida la suya, carencial afectivamente, sin apego seguro, sometido a una rígida educación, debiendo asumir tempranamente, además, incluso an- tes de la adolescencia, tareas y responsabilidades propias de los adultos. No pudo beneficiarse de una relación maternofilial normalizada. “¿Pero sois mis hijos?” Se sorprenderá Juana la Loca cuando en 1517, acompañado de su hermana Leonor, acude a Tordesillas a visitarla. ¡Juana no conocía a sus hijos! Hoy día sabemos que de no haber, en las edades más tempranas de la vida, una interacción normalizada de los sentimientos parentales, quedará dañado para siempre el desarrollo de una vida emocional satisfactoria. Si no hubo apego, como fue su caso, entendido como un sólido vínculo afectivo con la madre, que procure seguridad, sosiego y goce, y que sea la fuente, a su vez, de experiencias consistentes, gratificantes y enriquece- doras en la primera infancia, se producirán alteraciones en los procesos cognitivos, emocionales, relacionales y de determinadas variables de la perso- nalidad. Carlos, en su niñez, mantuvo un apego inseguro, evitativo e inconsisten- te. Después de los estudios de John Bowlby [17], podemos vaticinar, teniendo en cuenta el tipo de apego, cómo será el comportamiento relacional y hasta el estilo emocional de la persona. La madre es la instancia biológica que hace adecuada la vinculación del lactante con el mundo. En realidad, muchos cientos de años antes, ya lo había anunciado Virgilio en una maravillosa égloga a Polión.

“[…] comienza, ¡Oh parvulillo!, por la sonrisa a conocer a tu ma- dre […] Comienza, ¡Oh parvulillo! A quien no sonríen sus padres no se le digna la mesa del dios ni el lecho de la diosa” [18].

Carlos V fue, en el fondo, un hombre infeliz. Qué duda cabe que el modelo de su crianza influyó decisivamente en su carácter que tuvo unos rasgos definitorios muy peculiares, sobre los que insistieron sus colaboradores, em- bajadores y cronistas. Alonso de Santa Cruz, el más objetivo de todos sus

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cronistas pues no escribió por encargo, que fue, además, su paño de lágrimas en algún episodio de descompensación afectiva, fue quien con más extensión atendió a tratar de describir su carácter que fue, según él, bastante desabrido y desconfiado. Otros, como Contarini, Pedro Mexía, Corner, fray Martín de An- gulo, Badoaro, Ginés de Sepúlveda, fray Prudencio de Sandoval, García de Loaisa, Luís de Ávila, van Male, Luís de Quijada, Martín de Salinas y alguno más pusieron de relieve los rasgos más característicos de Carlos V, calificándo- le de poco dialogante, intransigente, tozudo, gran contención emocional, uni- verso afectivo reducido, rigidez de carácter, sin empatía, distante, adusto, anti- pático, triste, melancólico, falto de destreza relacional, aversivo, premioso, des- confiado, meticuloso, mezquino y tacaño, suspicaz, parsimonioso, cualidades que modularon su personalidad, su conducta social y sus responsabilidades de gobernante salvador del mundo católico[19]. Esa manera de ser, que le empujo siempre a considerar las cosas bajo el prisma de una integridad inmutable, mermó su capacidad de diálogo concilia- dor convirtiéndole en un hombre poco receptivo y con moderadas habilidades diplomáticas.

ENFERMEDADES ORGÁNICAS Contamos con suficiente base documental para poder establecer los si- guientes diagnósticos fundados: • Prognatismo • Herencia depresiva familiar. Depresión crónica • Enfermedades infantiles • Rinitis y asma alérgicos • Dispepsia, estreñimiento y hemorroides • Jaqueca • Paludismo • Gota • Ictericia y fiebre episódica recurrentes • Prurito de mmii sin filiar • Diabetes mellitus • Litiasis renal

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Malformación mandibular, maloclusión y otros problemas dentarios Su pronunciado prognatismo, aparte del menoscabo estético, representó una dificultad insuperable para una correcta masticación por un acoplamiento incorrecto de ambas mandíbulas. Como es sabido, en esta malformación congé- nita las arcadas dentarias superior e inferior no quedan alineadas debido al desproporcionado tamaño de la mandíbula inferior. La consecuencia es la mala oclusión dental y el cierre incompleto de la cavidad oral que determinan dificul- tades para la masticación y la fonación. En su tiempo el uso de los cubiertos aún no estaba generalizado. A su alcance, él disponía de un trinchete, un largo cuchillo, una buena colección de cucharas de todos los tamaños y unos canutillos de plata con los que sorbía los líquidos. Apenas utilizaba el tenedor, que, todavía, en aquella época era considerado como un signo de afeminamiento. Utilizaba las manos para trocear las carnes, para lo que tenía una gran destreza, salvo que los dolores de la gota se lo impidiesen. En este caso, le gustaba observar como lo hacía, en su presen- cia, algún oficial de boca valiéndose, entonces sí, del trinchete y el cuchillo. No resulta exagerado entender que sus malos hábitos alimenticios y su deficiente masticación le acarrearan dificultades para una digestión normal. Debió, de todos modos, dedicar alguna atención, aunque debió ser esca- sa y deficiente, a su higiene bucal. En el inventario que se hizo al fallecer figuraban

“un mondadientes de oro, un raspador de lengua de oro, un limpia- dientes de plata, polvos para los dientes, una bacinilla o fuente de plata, hecha a manera de galápago, que servía, en que Su Majestad se lavaba los dientes […]” [20].

Claro que disponer del instrumental necesario no significaba, sin duda, que Su Majestad los utilizara con asiduidad. No resulta aventurado afirmar que dedicara una escasa atención a dicho menester. La disposición de las arcadas dentarias, sometidas sus piezas a un espe- cial desgaste junto a una deficiente higiene dental, determinó la precoz apari- ción de problemas con pérdidas de piezas dentales. Fray Martín de Angulo, prior del monasterio de Yuste, llamó la atención sobre este hecho, en particular sus exodoncias, lo que ha sido recogido por José V. Serradilla Muñoz en su libro La mesa del emperador [21].

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El prior se refería a que Carlos V, muy contrariado, reprendió al panadero Pelayo porque no fabricaba un pan que él pudiera masticar con facilidad y comerlo, lo que el fraile, sin embargo, achacaba a la ausencia de piezas denta- rias [22]. También el embajador italiano Badoaro daría cuenta en 1557, en las pos- trimerías de su vida, de su pésima dentadura a la que faltaban piezas a la vez que las que conservaba se encontraban en muy mal estado.

“[…] la mandíbula inferior larga y ancha, lo que le impide juntar los dientes y hace que no se entienda bien el final de sus palabras. Sus dientes de delante son poco numerosos y cariados […] Padece casi continuamente de hemorroides y, a menudo, en los pies y el cuello de la gota, por la que tiene contraídas las dos manos […]”.

Así se manifestaba Badoaro en una semblanza de Carlos V publicada por E. Alberdi de la que se hizo eco ampliamente M. Fernández Álvarez en su biografía del Emperador [23].

Una marcada historia depresiva heredo familiar Su bisabuela, una Isabel de Portugal, también, como su esposa, que aca- bó sus días recluida en Arévalo y su abuela materna, Isabel la Católica, una reprimida recalcitrante con una notable pobreza afectiva que siempre prefirió que la temieran a que la amaran, y su madre, que sufrió una depresión psicótica, padecieron trastornos mentales relacionados con la afectividad. Su madre Jua- na padeció una depresión con rasgos psicóticos que se agravaron con su prisionización, responsable última de su acentuado deterioro mental. Él heredó, probablemente, más que la enfermedad depresiva en sí, una cierta predisposi- ción para padecer trastornos afectivos relacionados con el humor, como una especie de substrato neuro-psíquico, transmitido genéticamente, favorecedor de este tipo de trastornos mentales. En su edad adulta, desembocó en una depresión con algunos rasgos esquizotímicos y paranoides como la acentuada desconfianza en los demás, su rigidez afectiva que le hizo ser un hombre poco diplomático y dialogante, incapaz de reír o de disfrutar con sus éxitos, la hiper- trofia de su yo, en cuyo origen participan también el escenario de su niñez, sus propias vivencias y la influencia negativa de numerosos estresores psicosociales de su vida trepidante. Tuvo, como su madre, una personalidad melancólica depresiva con difi- cultades para el placer, según la terminología de Teodoro Millon [24]. con una

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notable rigidez afectiva y un temple afectivo disminuido que permaneció, en mayor o menor medida, durante toda su existencia que marcó con una impronta peculiar su manera de ser. Gaspare Contarini, el cronista veneciano, cuando aún tenía nada más que 25 años, ya señaló “su sequedad y trato distante. Poco dado a recompensar a nadie. Más bien tacaño, aficionado a la guerra. Poco hablador, nunca se mostró arrogante ni ensoberbecido con las victorias de armas […]” [25].

Mostró habitualmente un ánimo bastante bajo, aburrido, constreñido, se tomó demasiado en serio debido a su educación, lo que le convirtió en un hombre infeliz, salvo la breve etapa de su matrimonio. Buscó el goce de la mesa y de la bebida, bastante finitos, cuyo significado pudo ser el de funcionar como el equivalente de una conducta automedicatoria para combatir su disconfort interior, ignorando probablemente que la felicidad se encuentra más cerca de la alegría que del placer. Padeció, a lo largo de su vida, un trastorno depresivo que conoció mo- mentos cruciales como tras el fallecimiento de su esposa, el fracaso rotundo de la expedición de Argel o el del asedio de Mezt o la abdicación en Bruselas.

Enfermedades propias de la infancia Nació con rapidez, de un parto eutócico, en un cuarto reservado del palacio de Gante. No hubo, pues, ninguna complicación obstétrica ni sufri- miento fetal. Gutierre Gómez de Fuensalida, diplomático español comisionado en los Países Bajos con el fin de informar a los Reyes Católicos sobre cualquier inci- dencia en la vida, estancias, viajes, educación o en la salud de los hijos de Felipe y Juana, contaba que en 1501 Carlos estuvo muy enfermo, sin poder precisar la causa, y en 1505 les daba cuenta de que lo estuvo de calenturas que le duraron unos días [26]. El contenido de sus cartas permite conocer su desa- rrollo pondoestatural y la evolución de su motricidad, siempre acorde con los rangos de normalidad. Cuando aún no había cumplido un año de edad fue investido caballero de la Orden del Toison de Oro, una prueba irrefutable de su temprana instrumentalización política. Pero el hecho más relevante en su crian- za fue, desde luego, como señalamos en otro lugar, el clima de carencias afectivas debido a la ausencia de la madre. Una niñez la suya con marcadas carencias afectivas, sin apego consis- tente, y una educación muy rígida que le marcarían para siempre. Su actitud

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distante, su desconfianza en los demás, su carácter ensimismado y triste, su retraimiento y su talante aversivo, que tan bien fueron descritos por Alonso de Santa Cruz y el embajador italiano Contarini, también por Badoaro, tuvieron ese origen. Fue el precio de la delegación en manos extrañas de la educación y los cuidados de Carlos. Fuensalida informaba a comienzos de 1504 que el padre, Felipe, pasaba mucho tiempo con sus hijos, pero al fallecer en 1506, Carlos se vuelve “débil y enclenque” como consecuencia de una grave depresión adaptativa, el llamado síndrome de privación psicosocial, que cursó con tristeza, apatía, anorexia, pérdida de peso y retraimiento, ocasionada por la pérdida paterna, después de haber recuperado su afecto. La intervención de su abuelo Maximiliano sería providencial en esos momentos críticos. Logró que practicara más ejercicio físico, incluyendo deportes grupales como la caza, equitación, torneos, que procuraron al mejorar su desarrollo músculo-esquelético, una complexión física muy armónica. Padeció sarampión cuando residían en Malinas y, más tarde, en el año 1509, varicela, a pesar de ser separado de sus hermanas enfermas [27].

Rinitis obstructiva y asma bronquial Constituyen una evidencia diagnóstica incontestable sus retratos infan- tiles, particularmente el de Stiegel, donde aparece con la típica facies del blo- queo nasal. Numerosos testimonios hacen mención también a su obstrucción nasal con una voz gangosa que se mantendría a lo largo de su vida y que debemos entender como el inicio y parte de una alergia respiratoria. Un diplo- mático inglés, Corner, se refirió a él como un hombre de talla mediana, con la boca siempre abierta, perennemente resfriado y con la nariz tapada. Así le pin- taría también Lucas Granach el Viejo. Sin embargo, no se trataba, desde luego, de ningún resfriado. El coriza es una enfermedad autolimitada. Tan sólo, por otro lado, la rinitis alérgica cursa con obstrucción nasal, estornudos en forma de salvas y rinorrea de un curso perenne aunque con recurrencias o remisiones. Sabemos hoy, además, que esta rinitis tan molesta es el primer estadío del asma alérgico. Vesalio fue el primero que habló de este padecimiento de Carlos V. En la merma de su condición física, aparte del menoscabo producido por la gota, debió contribuir también la restricción de su capacidad pulmonar indu- cida por el asma. Alguna vez se quejó de sus limitaciones respiratorias, aunque no con frecuencia, así es. En realidad, todos los pacientes con limitaciones del flujo aéreo tienen una pobre percepción subjetiva de su enfermedad. Su herma-

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na Leonor también padeció de asma que, para su sobrina Juana, fue, en gran medida, la causa de su muerte en .

“Le dio una calentura con asma […], informaba a su hermano Felipe II [28]. Carlos V debió tener mucho miedo a los ataques de asma. En una conver- sación mantenida con él, cuenta Luís Quijada que le manifestó sus recelos de que si no daban la gota, después de llevar mucho tiempo sin síntoma alguno, sus malos humores no correrían donde solían pudiendo hacerlo a otra parte de manera que le viniese el asma que le daría más trabajo [29]. Aunque debió padecer más, hay constancia documental del padecimien- to de dos crisis severas de asma, precisamente pocos días antes de hacer estas confesiones a Luís Quijada, de tal intensidad que, según le manifestó a su mayordomo Quijada, prefería sufrir un ataque de gota antes que el de asma. Una crisis padeció en Medina del Campo, camino de Yuste, el 5 de noviembre, en casa de Rodrigo de Dueñas,un banquero y comerciante acaudalado que, en una muestra ostentosa de riqueza, había colocado en la estancia destinada a dormitorio de Carlos V un brasero de oro macizo donde se quemaban ramas de canela de Ceilan. La otra le sobrevino la primera noche que durmió en Jarandilla, una semana después, el 12 de noviembre, por una causa parecida. En esta ocasión se trató de una chimenea cuyo humo le provocó una nueva crisis respiratoria por su hiperreactividad bronquial. Navagero, el viajero italiano, hizo unos comentarios a propósito, que Roberto Pelta recogería en su obra [30].

“se alimenta de manjares que producen humores grasos o viciosos, a los que debe las enfermedades que le afligen, asma y gota […]”.

Esta especial respuesta broncoespástica de su árbol bronquial se produ- jo, en efecto, en repetidas ocasiones, manifestada en forma de tos improducti- va, estornudos y disnea, bien ante la exposición al frío o al humo o al polvo depositado en las páginas de un libro. Al cabo de los años, el enfisema resul- tante comprometió de una manera relevante su capacidad ventilatoria. Existen testimonios suficientes para sostener dicho juicio clínico. Por ejemplo, en la celebración de una misa con motivo de su cumpleaños, el 24 de febrero de 1557, quiso acceder hasta el altar para ofertar sintiendo una notable fatiga. En otra ocasión, su mayordomo Luís Quijada, después de recorrer juntos parte del monasterio, sería bien explícito al respecto:

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“Oíle decir que es diferente de lo que se le había pintado […] Anduvo por todo lo alto y el coro. No fue a lo bajo porque era tarde y se cansaba […]” [31].

Probablemente las limitaciones que para la actividad física le imponía la gota con sus secuelas funcionales y dolorosas articulares impidieron la apari- ción de disnea franca. La presencia de esta fatiga está determinada por la reali- zación de esfuerzos físicos cuya intensidad S. M. no podía alcanzar por las limitaciones impuestas por su gota crónica.

Dispepsia digestiva. Estreñimiento. Hemorroides Mantuvo durante toda su vida una conducta alimentaria bastante desor- denada, con una dieta hiperproteica, muy poco equilibrada. El menú de los ricos, a base de carnes. El de los pobres, a base de legumbres y verduras, una rutina que se ha mantenido casi hasta nuestros días. Alimentos poco y mal elaborados, muy especiados, de difícil digestión, en exceso para una persona con una muy limitada actividad física, deficientemente masticados determina- ron un cuadro de malas digestiones con plenitud posprandial, meteorismo y alteraciones del tránsito intestinal, más frecuentemente estreñimiento respon- sable de que acabara padeciendo de hemorroides. Llama la atención que un enfermo con ese perfil alimentario tan hiperfágico no ganara peso al final de su vida. Se ha exagerado mucho, sin duda, sobre la pretendida glotonería de Carlos V hasta convertirla en un tópico. Que en su mesa hubiera muchos alimentos, como correspondía a la munificencia del pro- tocolo borgoñón del que era un fiel cumplidor, no quiere decir que el Rey se los comiera todos. Aunque resulta bastante verosímil y así ha sido señalado por autores de prestigio como Fernández Álvarez, no existe suficiente base documental para asignarle el diagnóstico de diabetes mellitus, que podría justificar, desde luego, su comportamiento ponderal. Tendría, entonces, el Emperador un síndrome metabólico, algo bastante plausible pero que no deja de ser más que una con- jetura diagnóstica, de momento. Al menos a partir de su estancia en Yuste hasta su muerte, salvo alguna ocasión muy puntual, ninguna base documental hay para suscribir el juicio de una conducta alimenticia insaciable. Al contrario, contamos con numerosos testimonios de personas de su entorno que llamaron la atención, precisamente lo contrario, sobre su escaso apetito en la etapa final de su vida. Conocida es la

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anécdota de las perdices de Gama que le facilitaba el conde de Osorno de sus tierras de Palencia. Resulta que después de remover Roma con Santiago, para hacerle de ellas, tras haberlas reclamado insistentemente en diciembre de 1556 en Jarandilla, apenas comió alguna cuando le llegaron a primeros de enero de 1557, aduciendo, como excusa, que ya no eran como antaño. Luís Quijada se lo contaba así a Juan Vázquez

“Las perdices de Gama llegaron hoy […] y S. M. comió de una y dice que no tienen el gusto que solían […] yo le digo tampoco S. M. tiene el gusto que tenía, ni el apetito que entonces […]” [32].

Con frecuencia, durante esos años finales, en los boletines médicos del doctor Mathis aparecen alusiones y referencias en ese sentido, comentando, por ejemplo, que cenaba únicamente un poco de mazapán y unas gaufras -tortas de harina con azúcar, huevo y leche, típicas de Bruselas, que le encanta- ban- o que comía de mal gusto y ganas y de pocas viandas o que ningún gusto hallaba en la carne y así comía poco de ella o que ya no comía como solía o que estaba muy flaco, unos pareceres que transcribo literalmente y que viniendo de quien venían no tenemos más remedio que tener en cuenta. Los mismos repa- ros encontramos en la correspondencia de Quijada y Gaztelu con el secretario Juan Vázquez de Molina y con la Princesa Gobernadora [33]. Carnes de caza, mariscos, anchoas, arenques, vino y cerveza formaron parte de su dieta habitual, invariablemente, durante toda su vida. Conocía, sin embargo, los efectos beneficiosos sobre la gota de una dieta hipoproteica sin alcohol. En 1549 confiesa que

“quedo bueno, bendito Nuestro Señor, y se conoce haverme hecho provecho la dieta […]” [34].

Conocía, también, en ese sentido, las recomendaciones contenidas en el Banquete de nobles caballeros, la excelente obra de dietética de Lobera de Ávila, el primer nutricionista español, que fue publicada en 1539, siendo alaba- da por el propio Rey. Para el estreñimiento tomaba purgantes variados, de maná, de ruibarbo, cañafístula y píldoras de alefanginas. También utilizaba el vino de sen con este fin. La cantidad, frecuencia y características macroscópicas de sus heces eran objeto de un riguroso seguimiento por parte de sus médicos. En aquel tiempo, la valoración del grado de lucidez mental y la observación del pulso, temperatu- ra corporal, orina y heces constituían la base de la intervención exploradora de los médicos.

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Debió padecer numerosos episodios de trombosis hemorroidal, suma- mente molestos, que le obligaron a recurrir, con los resultados que ya hemos anotado en otro lugar, a un médico italiano, Juan Andreo Mola, que ejercía la profesión con mucha fama, en Italia. Martín Gaztelu le contaba a Vázquez el 1 de julio de 1557 que el Rey acababa de finalizar el tratamiento que había dejado prescrito Mola habiendo experimentado un gran provecho en la primera cura, que después no prosiguió en los seis días restantes hasta su conclusión. Pero antes de este intento terapéutico hubo otros. El mismo Martín de Gaztelu infor- maba a Juan Vázquez el día 15 de noviembre de 1556 de haber recibido de Francisco de Ibarra recetas y raíces para el tratamiento de las hemorroides [35]. El uso y el abuso de especias, una práctica habitual, necesaria para la conservación de los alimentos cárnicos, que servía, además, por su alto precio, como signo de distinción social, aparte del estreñimiento, tuvo que ver con el padecimiento crónico de tan penosa dolencia. A veces, el uso de determinados purgantes, como el palo de Indias, per- mitió descubrir otras acciones muy convenientes. Don Luís de Ávila hacía ver en sus memorias que

“purgarse con el palo de Indias resultaba muy beneficioso para su gota […]” [36].

Por esos mismos efectos laxantes, de una manera empírica, usó Su Ma- jestad, también, el extracto de cólchicon aunque desconociendo, por supuesto, que los beneficios de la pócima iban más allá que el de obrar como un purgante digestivo pues el cólchico ejercía una potente acción antigotosa por otro meca- nismo distinto, que, por supuesto, se desconocía entonces. La idea era que el beneficio terapéutico derivaba de la acción purgante que permitía eliminar de una manera drástica los humores perniciosos. Le gustaban las bebidas frías pero no conservadas en la nieve, sino al relente nocturno, simplemente. En su tiempo, el uso de la nieve para enfriar las bebidas se convirtió en una moda muy extendida. Pedro Mexía, su cronista, llegó a mostrarse algo sorprendido con aquella moda, recordando que en otros tiempos

“no había los extremos de agora, ni las invenciones de los salitres (la salmuera de la actualidad), ni nieves, ni los pozos ni sótanos buscados en los infiernos […]” [37].

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Jaqueca Padeció de frecuentes episodios aislados y ocasionales de dolor de ca- beza de gran intensidad, incapacitantes, sin dudas jaquecas que, como suele ser habitual, se fueron espaciando a la vez que disminuyendo la intensidad del dolor, a lo largo de su vida. En su juventud tuvo numerosas crisis dolorosas pero, quizás, la que tuviera mayor resonancia, fuera la que le sobrevino en Barcelona en 1529 cuando esperaba, acompañado de un numeroso séquito, para embarcar rumbo a Italia. Lo recogió en su biografía P. de Sandoval [38]. Aconsejado por sus médicos, se cortó la melena, que era similar a la de su padre, Felipe el Hermoso, lo que obligó a hacer otro tanto a los numerosos nobles que le seguían, introduciéndose, a partir de entonces, la moda del pelo corto entre los caballeros. Mignet se refirió con cierta extensión a esta dolencia de Carlos V, así como a dos síncopes sufridos antes de su boda en 1526, en su biografía elaborada a partir del manuscrito de Tomás González [39]. Hemos visto, por cierto, alguna película en la que Carlos V, erróneamente, es presenta- do con una larga melena en fechas posteriores a 1529.

Paludismo Para algunos historiadores, padeció paludismo en su juventud. De ser cierto, debió tratarse de una infección de escasa relevancia clínica, que curó sin complicaciones.

Gota El árbol que no deja ver el bosque de su pluripatología. El consumo inveterado de una dieta muy proteica y de alcohol en forma de cerveza y de vino determinaron que su enfermedad gotosa siguiera un curso muy desfavo- rable con la frecuente aparición de ataques inflamatorios muy dolorosos de las articulaciones más distales, en manos y pies, aunque, a la larga, otras articula- ciones más proximales, como rodillas, codos, caderas también se vieran afecta- das. Si bien tras los primeros episodios se produjo una remisión prácticamente completa del dolor y la inflamación, con el tiempo irían acumulándose lesiones residuales, permanentes, invalidantes con deformidades articulares, inflama- ción periarticular y formación de depósitos de ácido úrico avasculares que se ulceraban con facilidad. En su propia correspondencia y en la de algunos de sus servidores más cercanos, como Mathis, Quijada y Gaztelu aparecen numerosas referencias en

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este sentido. En una carta que, ya desde Yuste, dirigía a su hija Juana de Austria, la princesa gobernadora, le daba cuenta, precisamente, de estas com- plicaciones tan molestas

“[…] Hija, ésta no va de mi mano (se refiere a la carta) porque se me ha tornado a abrir los agujeros del dedillo, que casi estaban cerrados y duéleme mucho […] Y mañana o desotro día responderé a lo demás de vuestra carta. Y por eso no diré aquí más […]” [40].

Comenzó a sufrir ataques a una edad relativamente temprana que hay que relacionar causalmente, desde luego, con sus hábitos alimentarios.

“[…] Yendo el Emperador en el año 1528 a Valladolid, se sintió la primera vez atacado por la gota […]” [41].

A principios de 1542, en Valladolid, donde había acudido a las Cortes de Castilla, tuvo el noveno ataque de gota que ya afectó a un buen número de sus articulaciones, tuvo una duración inusitada, con notable quebranto del estado general y con muy importantes manifestaciones dolorosas articulares, que le obligaron a guardar cama durante meses. En el mes de abril, aún no se encontra- ba del todo recuperado de manera que las crisis que en el pasado habían remi- tido en pocas semanas, a partir de entonces van a precisar de varios meses para aliviarse sin desaparecer por completo los síntomas dolorosos y limitantes. Se sucederán, además, más frecuentemente, lo que haría que Felipe II se lamentara

“[…] que Dios sabe la gran pena que me ha dado entender que esa indisposición vuelva a V. M. tan a menudo y le trate tan mal […]” [42].

A partir de esa fecha, efectivamente, los episodios se sucedieron más frecuentemente, con una duración mayor, sin periodos asintomáticos, es decir, con dolores, rigideces y deformidades articulares limitantes prácticamente con- tinuos. El día de la batalla de Nordlingen, en 1546, refería en sus Memorias como

“se levantó antes del amanecer y habiéndose confesado y oído misa, pese a los muchos dolores que padecía, se puso a caballo […] más la gota le atormentaba de tal manera, que fue forzado a poner un lienzo sobre el arzón de la silla en que reposase el pie, y así lo tuvo todo el día […] ” [43].

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En 1549, un nuevo ataque de gota con múltiples manifestaciones poliarticulares dolorosas le impide hasta los pequeños movimientos de manos y dedos como escribir, utilizar un palillo para la limpieza dental, asir el tenedor o el trinchante de la carne, algo que le apenaría tanto que, al fin decide iniciar algún tratamiento para su mal. Así se lo comunicaría a María, su hermana

“ me tornó a dar la gota en más partes del cuerpo donde antes solía, y el dolor me ha causado harto trabajo y me ha tenido en la cama algunos días […] Y con hallarme así, habiendo venido un caballero napolitano que afirma tener experiencia de este mal, he determinado por prevenirme para adelante (¡a buenas horas!), de seguir su orden e medicina, porque ha parecido a los médicos ser a propósito y que no puede traer inconveniente, y confío en Dios que me aprovechará […]” [44].

Los resultados no serían ya los esperados, pues en 1553, escribió a su hijo Felipe II, pero de la mano de Eraso, pues las suyas quedaban por culpa de la gota inútiles, incluso, para tomar la pluma [45]. En enero de 1557 su mayordomo Quijada, desde Jarandilla, se lamentaba del clima tan adverso para la salud de Carlos V. En una carta a Juan Vázquez le hacía ver lo dañino que resultaba el frío para la gota. Esa fue la causa de las reformas de última hora introducidas en las cámaras del palacio modificando la disposición de la chimenea que caldeaba su dormitorio, sustituida por una estufa, aunque, más tuvo que ver en esa obra, seguramente, su acentuada hiperreactividad bronquial frente al humo. Contra lo que auguraban, el clima de Yuste, pasado el verano de 1557, volvió a ser húmedo y frío, llegando a nevar en el mes de diciembre, algo realmente excepcional. Así pues, puede afirmarse que el clima de Yuste no contribuyó a mejorar la evolución de la gota del monarca que acabó arruinando la salud y el vigor físico del monarca.

Ictericia Se ha especulado con la posibilidad de que alguno de los medicamentos que se le administraron fuera el responsable de al menos dos episodios auto- limitados de ictericia sin fiebre. El más señalado, al que se refiere en sus Memo- rias de una manera bien precisa, que le obligó a guardar en cama, le padeció cuando permanecía en Augsburgo en 1547, después de haber sufrido un ata- que de gota muy severo, durante el que tomó diversas hierbas y tisanas [46]. El 17 de septiembre daba a conocer a su hijo Felipe II su estado de salud, con la buena nueva de que

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“lo de la tiricia ha cesado, aunque la color no ha acabado de acla- rarse […]” [47].

No resulta fácil establecer un diagnóstico causal para este síndrome icté- rico. Ni el síndrome de Gilbert ni la ictericia obstructiva por cálculos o tumores, por su evolución natural, puede que estuvieran en el origen de esta enferme- dad. Más verosímil nos parece el diagnóstico, en consecuencia, de una hepati- tis viral o tóxica, más probablemente esta última.

Fiebre episódica También desde Augsburgo, el 24 de abril de 1551, informaba a su hija María de haber padecido algunos episodios de fiebre escueta, sin pródromos, sin focalidad, es decir, sin referir síntomas respiratorios, urinarios o de otra localización. Sólo la fiebre autolimitada, efímera según su propia expresión, sin clínica vegetativa de escalofríos, sudoración u otros síntomas [48]. De pareci- dos trastornos daba cuenta, muchos años antes, a su esposa Isabel en una carta que le dirigía desde Ratisvona el 13 de agosto de 1532 [49]. Entre ambas fechas hay constancia en su correspondencia o en la de sus hijos, médicos o servidores del padecimiento de numerosos episodios de idénticas característi- cas sin secuelas ni focalidad alguna. Existía en su tiempo un riesgo muy eleva- do de padecer tercianas o cuartanas de manera que cada nueva aparición de fiebre despertaba la alarma en su servidumbre. Roberto Pelta achacó esta fiebre al padecimiento de paludismo crónico. Con poca fortuna, sin duda, pues el paludismo crónico, muy poco frecuente, por cierto, cursa siempre con un destacado quebranto del estado general. En esta enfermedad, además, la fiebre se acompaña siempre de un cortejo invaria- ble de escalofríos intensos, sudoración, cefalea y confusión mental con som- nolencia final que no aparecían en los picos febriles de Carlos V. Algunos de estos síntomas vegetativos sí aparecen, en cambio, en la fiebre de las infeccio- nes del tracto urinario, complicantes de la litiasis úrica tan frecuentemente asociada a la gota, que bien pudo padecer Carlos V, un diagnóstico de presun- ción, en cualquier caso, pues no disponemos de suficiente base documental para poder afirmar que padeció de cálculos de riñón.

Prurito en miembros inferiores sin filiar El prurito generalizado tiene un origen sistémico, por lo común, mientras que el que se localiza en los miembros inferiores obedece a una causa local,

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bien dificultades para el retorno venoso con fenómenos de extravasación tras la bipedestación o la postura sedente prolongadas o con una dermatitis de contacto por alergia a los tintes o tejidos de medias y polainas o, lo más proba- ble, con su hiperuricemia. A raíz de un accidente ecuestre, a consecuencia del cual se le produjo un gran hematoma en la pierna, que él se negó a que le fuera evacuado, Cobos, a la vista de los informes del doctor Escoriazo, informaba a Isabel de Portugal de que, tras su convalecencia,

“[…] También le ha quedado comezón en todo el cuerpo que se rasca de buena gana […]” [50].

A esas mismas molestias se referiría él mismo, en una carta que el día 22 de abril de 1532 dirigía a su esposa, aunque no sería más explícito, de manera que no resulta fácil establecer su origen, aunque bien pudo ser una urticaria mediada por un mecanismo de alergia.

“Yo he estado con comezón en las piernas y en otras partes del cuerpo y vino a los ojos […] pero ya se va despidiendo de todo punto y estoy bueno […]” [51].

De dichas palabras parece desprenderse que el picor acabó afectando su conjuntiva ocular, lo que sugiere más una alergia generalizada. En cuanto al prurito localizado en sus miembros inferiores, es una queja del Emperador repetida reiteradamente a lo largo de su vida adulta. Está recogi- da innumerables veces en su correspondencia. Baños y aplicación de paños húmedos de agua de azahar o de rosas y vinagre era el remedio al que recurría habitualmente con resultados irregulares. En otro lugar hemos visto como los picores en las piernas le obligaban a dormir desarropado en las calurosas no- ches del verano de 1558 con una consiguiente mayor exposición a las picadu- ras del mosquito transmisor del paludismo, una enfermedad endémica en la Vera y el Campo Arañuelo de Cáceres en el siglo XVI.

Diabetes mellitus Hasta autores de reconocida solvencia científica como Manuel Fernández Álvarez [52] y Peter Pierson [53] consideran que Carlos V padeció de diabetes sacarina. No existe, sin embargo, suficiente base documental para sostener ese diagnóstico, por otra parte, tan atractivo y verosímil. Tratar de ligar su compor-

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tamiento alimentario a una polifagia secundaria a la diabetes nos parece poco consistente, aunque reconozcamos la frecuente asociación entre ambas enfer- medades, el denominado síndrome metabólico, tan de moda en los últimos tiempos.

Litiasis renal La relación entre nefrolitiasis y gota ya fue advertida por Erasmo de Rótterdam, enfermo de gota, quien le hizo saber a Tomas Moro, enfermo de cálculos de riñón, que se habían casado con dos hermanas. En cualquier libro de Historia de la Urología es obligada la referencia a la litiasis renal de Carlos V, que, aquí, entre nosotros, ha sido señalada también por el profesor Vela Navarrete. Parece ser que fueron Vesalio y Laguna quienes, en primer lugar, establecieron ese diagnóstico en Carlos V, instruyéndole sobre su tratamiento. Gracias a dichas enseñanzas, Carlos V, mediante la introducción de candelillas como sondaje vesical, pudo restablecer por sí mismo el flujo excretorio de orina resolviendo obstrucciones uretrales provocadas por cálculos enclavados. Mathis, en alguno de sus boletines informativos médicos, dirigidos periódica- mente al Secretario de Estado, Juan Vázquez de Molina, daría cuenta de la presentación de un episodio de retención urinaria. De ser cierta la observación de Mathis, así como la práctica de sondajes vesicales, es casi seguro que debió padecer de infecciones del tracto urinario, probable origen de los picos febriles que padeció en su vida adulta.

La medicina de la época ¿Qué remedios tuvo a su alcance Carlos V para hacer frente a tantas enfermedades? ¿Cuál era el arsenal terapéutico disponible en su época? Se conservan libros de Medicina cuyo contenido está reservado, precisamente, a dar respuesta a estas cuestiones. El Tratado breve de Medicina, y de todas las enfermedades, de Fray Agustín Farfán, publicado en 1596, resulta bastante aleccionador con ese fin. Los remedios recomendados por el fraile agustino en su libro para la gota todavía seguían siendo, aparte de la protección frente al frío, del reposo moderado y de las restricciones dietéticas habituales de carnes y alcohol conocidas entonces, la aplicación de emplastos tópicos con extrac- tos de las más variadas hierbas, las sangrías y las purgas. Nunca, pues, pudo disponer de un tratamiento verdaderamente eficaz contra sus dolores gotosos, razón por la que, junto a tantos otros títulos como mereció, debemos asignarle el de sufridor. Carlos V fue un sufridor atormentado por sus dolores osteo-

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articulares. También, por la depresión. Él no pudo derrotar a sus enemigos y el esfuerzo inútil le condujo a la melancolía, conforme al aserto de Ortega y Gasset. También, sufridor, ya en Yuste, por las penurias económicas, algo verdadera- mente inexplicable. En algunos momentos no dispuso de dinero ni siquiera para la comida. Pero él se retira a Yuste como un gran príncipe, no lo hace para compor- tarse como un ermitaño. Ni se flagelaba en su retiro cacereño ni vestía el hábito de los monjes ni seguía su regla ni abandonó por completo su responsabilidad política ni hizo celebrar sus exequias antes de morir ni fue tan glotón, unas imágenes estereotipadas, erróneas, que nos vienen de las crónicas de Fray Prudencio de Sandoval, Pedro Mexía y Fray José de Sigüenza, también de las tópicas informaciones de Robertson. Su idea, en principio, eso sí, fue la de licenciar gran parte de su servidum- bre que estaba compuesta por nada menos que 762 personas ¡no cabían en Yuste ni en Cuacos!, quedando tan sólo unas 50 personas para su servicio. Entre ellos Martín de Gaztelu, como secretario, Luís Méndez de Quijada, como mayordomo, Guillermo Male, su amanuense y ayuda de cámara, un hombre muy culto con el que le encantaba conversar y asistir a sus debates y discusio- nes con Mathis, el médico flamenco, con quien leía sus libros favoritos, Giovanni Turriano, una capilla musical, de música coral, como había sido siempre, y de música instrumental, como empieza a ser la moda, panaderos, cerveceros, vinateros, un cazador, Juan Ballestero, para que le matase grullas, avutardas, perdices, palomas y patos salvajes, un hortelano y dos o tres barberos para ‘curar la gota, si le viniese, y una llaga en el dedo meñique de la mano derecha y sus almorranas que sangraban de vez en cuando’, según sus propias pala- bras. Se ocupó, tan pronto como se instaló en el cenobio jerónimo de la sierra de Tormentos, de que se estableciera un buen servicio de postas. La que comu- nicaba semanalmente Valladolid con Lisboa modificó su ruta de manera que desde Alba de Tormes, en lugar de seguir hasta Plasencia por Bejar y Baños lo hizo, en adelante, por Tornavacas y Jarandilla hasta Yuste. De regreso de Lis- boa, la posta se desviaría en Plasencia para alcanzar la residencia de Carlos V. Así se aseguraba que el jueves por la noche le llegaran de su hija Juana en Valladolid y de su hermana Catalina en Lisboa, pescados gruesos, lampreas, acedías, anchoas, anguilas y mariscos, sobre todo, ostras, pues él comía de pescado viernes y sábado. Luís Quijada y, también, Gaztelu insistirían en dife- rentes ocasiones para que los correos llegaran precisamente el jueves a última hora para que los pescados no se , según sus propias palabras.

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Apercibían para que no hubiera descuidos, porque en Cuacos no había para comer de viernes, salvo, a veces, alguna trucha pequeña [54]. En cambio, no mostró un interés especial en dotarse de buenos médicos. Tan solo Enrique Mathis, que para Gaztelu no dejaba de ser un joven sin prác- tica ni serenidad. Juan Andreo Mola, el médico italiano afincado en el Milanesado, que había sido reclamado en 1556 para tratar sus hemorroides, fue despedido sin llevar a cabo su trabajo. Cornelio Baersdorp, que había estado a su servicio como médico, durante muchos años, fue traspasado a Cigales, a la servidumbre de su hermana María, la reina de Hungría. De manera, pues, que tan sólo accedió y de mala gana a que le acompaña- ra el médico flamenco Enrique Mathis. Juan Vázquez de Molina, su Secretario de Estado, ya había manifestado que

“médicos no los quiere pues dice que los frailes los tienen muy bue- nos […]” [55].

La verdad era que los médicos en el siglo XVI no gozaban de prestigio alguno. El saber médico de la época rompió con algunos de los enfoques pro- pios de la Edad Media, gracias a la valiosa contribución de figuras de la medi- cina tan notables como Paracelso, Falopio, Ambrosie Parè, Vesalio, Daza Chacón, Lobera de Ávila, Vallés y otros más que impulsaron un acercamiento racional a esta rama del saber humano, siempre bajo el miedo a la Inquisición, que frenó la difusión impresa de los progresos médicos. Por eso, los avances apenas si tuvieron traducción práctica. Por otro lado, los médicos, la mayoría judíos con- versos, llegaron a escasear bastante en las ciudades, pues una buena parte, temerosos de la Inquisición, huyó a Portugal. El número y la calidad de galenos disminuyeron notablemente de manera que muchas ciudades quedaron desatendidas. La Corte, sin embargo, en todo momento dispuso de un buen plantel de médicos. Laguna, Vesalio, Daza Chacón, Lobera de Ávila, Mathis, Mole, Baersdorp, algunos más permanecieron más o menos tiempo al servicio de la salud del Emperador. Digamos, como conclusión, que ni el nivel práctico de la Medicina ni el número y la competencia de los profesionales garantizaban en el siglo XVI un buen nivel de atención sanitaria a la población. Por otra parte, no existía ni la más mínima noción de Salud Pública o de Epidemiología de las enfermedades infecciosas. En caso de epidemias, la única alternativa era el traslado de resi- dencia -durante su infancia los hermanos viajarán huyendo del sarampión, de la viruela o de la peste de Malinas a Gante o a Brujas o a Bruselas-, una medida

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reservada únicamente para quienes dispusieran de medios propios de trans- porte y de lugares de estancia alternativos. Así se explica que enfermedades infecciosas como el paludismo se convirtieran en problemas sanitarios endémi- cos de una gran trascendencia sociosanitaria para la población general. Mala- ria venía de mal-aire, ya que ese era el origen de la enfermedad, según aquellos expertos. El Campo Arañuelo, junto con los arrozales valencianos, las dos comar- cas con más elevadas tasas de incidencia, prevalencia y mortalidad por palu- dismo en toda la historia de esta grave enfermedad en España. Qué duda cabe que los asesores médicos de Carlos V no tuvieron en cuenta esta circunstancia, que habría de ser determinante en la muerte del Emperador, pues la descono- cían. Muchas personas de Yuste y de Cuacos, en aquel verano de 1558, enfer- maron de paludismo. El día 2 de septiembre de 1558, Luís Quijada, su fiel mayordomo, se que- jaba amargamente de no tener ni un solo criado con salud, todos enfermos de tercianas o cuartanas, en una carta que dirigía a Vázquez de Molina en Vallado- lid. Y dos días antes de enfermar Carlos V, el 28 de agosto, Martín de Gaztelu en otra, dirigida también a Juan Vázquez de Molina, le hacía ver con preocupación -nunca se sintió a gusto en La Vera, en realidad-, que

“Aquí mueren, de pocos días acá, más que los pasados, de tercianas dobles que dan en calentura continua -se trataba de la forma maligna o perniciosa del paludismo, de comienzo habitualmente al final del estío, producida por el plasmodio falciparum que finalmente padecería también Su Majestad-. Y en casa del señor don Luís Quijada, aunque hay enfermos, no tantos como por lo pasado […]” [56].

La Medicina de la época se mostraría incapaz de dar una respuesta eficaz ante este grave problema sanitario. De haber sido más perspicaces aquellos médicos, hubieran corrido con Carlos V a otro lugar alejado de allí, como más de una vez habían hecho durante su infancia en los Países Bajos. Pero aquellos galenos andaban en otras cosas como las sangrías o las purgas. Por muchas razones, los médicos tenían en el siglo XVI una muy mala reputación social y profesional que era el reflejo de su deficiente formación y eficiencia profesionales. Tanto que en la literatura de la época se convirtieron en un tópico las invectivas contra los galenos. Quevedo se convertiría 50 años después en el azote de aquellos médicos y boticarios .

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Por eso hay que dudar, desde luego de hasta qué punto sus críticas y sus mordaces sátiras contra los médicos fueran el reflejo de una realidad social que no estaba dispuesto a silenciar o, por el contrario, no hacía nada más que seguir con una vieja tradición en esta materia. Detrás de sus invectivas, sin embargo, debió existir una realidad deplorable. No puede sostenerse, sin más, que no hubiera más que un antisemitismo irrefrenable de Quevedo. La opinión generalizada entre la población sobre los médicos era bastan- te deplorable, en cualquier caso. Los ripios de Quevedo son bien explícitos: “¿Tu sabes que es medicina? Sangrar ayer, purgar hoy Mañana ventosas secas Y es otro kirie-eleisón” [57].

Y es que los auxilios magnos del galeno eran las purgas y sangrías. Los médicos se limitaban a formular conjeturas diagnósticas y pronósticas al tiem- po que prescribían pócimas y menjunjes purgantes, sangrías y señalaban de- terminadas orientaciones en la alimentación y el estilo de vida del paciente. Eran los médicos de «dieta, lanceta y vida quieta» como panacea universal. Lo veremos repetido en el tratamiento del paludismo de Carlos V.

“[…] sangrarle y echarle ventosas; y hecho esto una vez, si durare la enfermedad, tornarlo a hacer, hasta que o acabes con el enfermo o con la enfermedad […]” [58].

Algo de verdad hubo, sin duda, en las mordaces críticas de Quevedo para quien los médicos durante el siglo XVI, eran ignorantes, fatuos, incompe- tentes, amigos del lujo y del dinero y verdugos de sus enfermos. Es que persis- tían cuantiosos flecos de la medicina escolástica medieval, oscurantista, dog- mática y visionaria. En el campo de la salud mental la Medicina no había podido aún desprenderse del lastre de los enfoques propios de la preceptiva moral y de la teología con una concepción de la enfermedad como fruto del castigo divino. Los enfermos mentales eran literalmente abandonados a su suerte como sucedió en el caso de Juana la Loca. Cualquier desviación de la conducta convencional era considerada como la consecuencia de perniciosas influen- cias de la luna o como síntoma de brujería o de posesión demoníaca. El trata- miento de los trastornos mentales, en el mejor de los casos, era el confinamien- to del enfermo, abandonado a su suerte, en un lugar estrictamente separado de la sociedad, al igual que se hacía en la Edad Media con los leprosos. Fue el

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caso, por ejemplo, de Juana la Loca cuyo trastorno depresivo con rasgos psicóticos sirvió como excusa para su reclusión perpetua en Tordesillas. Su sobrenombre de Loca fue más bien un diagnóstico profético. La profecía, en realidad no fue nunca más que un secreto deseo convertido en realidad. ‘La función de la profecía, por lo tanto, no es predecir el futuro sino construirlo’. De no haber sido tan singulares sus derechos dinásticos, probablemente Juana I de Castilla hubiera sido simplemente una pobre mujer infeliz y desven- turada. Juana la Loca, de una personalidad premórbida con muy limitadas habi- lidades de afrontamiento, que sufría una depresión crónica con algún rasgo psicótico, celotipia, duelo patológico, sin tratamiento médico correcto, carente de apoyo psico-familiar y social, privada de libertad mediante la reclusión y el aislamiento en una fortaleza inhóspita, maltratada de palabra y hechos sistemáticamente, sometida a los perturbadores efectos de una prisionización prolongada, fue abocada inexorablemente a la locura. Lobera de Ávila publicó en 1511 la primera farmacopea, Concordia Apothecariorum Barchinonensis, una especie de Vademécum que incluía los medicamentos más importantes cuyas características describía. También dio a la imprenta Banquete de nobles caballeros, un notable tratado de dietética, que conocería con escaso aprovechamiento Carlos V, Lobera puede ser consi- derado como el primer nutricionista del mundo. Carlos V utilizó, prescrito por su médico Cornelio Mathis, píldoras, purgantes a base de ruibarbo o maná, agua del palo de Indias, vino de sen que le hacían en Robledillo de Gata, zarzaparrilla, regaliz, hipogras, cólchico, hordiate (cebada cocida, caldo de pollo y leche de almendras), caliopsis y otras hierbas medicinales. Sería de interés un estudio detallado de la botica real. Del Nuevo Mundo se incorporaron a su farmacia otras plantas como el guayaco o la quina, así como piedras preciosas que el Rey mandaba reservar confiando en su valor curativo. Nunca, de todos modos, mostró especial apego a la toma de medicamen- tos ni confió plenamente en la labor de los médicos, “abreviadores de vidas y datarios de tormentos”. Se mostró bastante escéptico con el saber médico de su época. No debe extrañarnos, pues, que, a veces, buscara soluciones a sus problemas de salud en otros ámbitos. Tuvo, en efecto, una afición singular por los amuletos y talismanes, de las más variadas formas y procedencias, a los que confiaba a menudo la solución de sus dolencias. En la prolija relación de perte- nencias y objetos personales que se hizo tras su fallecimiento, se consignaban

“Una sortija de oro engastada con una piedra de restañar sangre, otra piedra de la misma virtud, dos brazaletes y sortijas de oro que tienen

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unos huesos que todos dicen que es apropiado para las almorranas, una piedra azul, con dos corchetes de oro que dicen es buena para la gota, nueve sortijas de oro llanas contra la calambre […] una redomilla de vidrio, con su caja. Y dentro, en ella, bálsamo, que dicen que apropiado contra veneno […]” [59].

Todavía persistía en su tiempo, el no debió sentirse ajeno a esa concep- ción, la idea de la enfermedad como un mal natural que tenía algo, sin embargo, de castigo divino. Es posible que para Carlos V luchar contra la enfermedad fuera, de algún modo, como rebelarse contra Dios. La enfermedad debía servir para fortalecer el espíritu de manera que la resignada paciencia con que Carlos V soportaba habitualmente las violentas crisis dolorosas de sus frecuentes ataques de gota puede que tenga explicación por la vía del estoicismo. Ninguna de las enfermedades que padeció Carlos V se hubiera resistido a los tratamientos médicos actuales. Claro que nos falta por saber si él, en la época actual, habría aceptado el tratamiento de buen grado. Alergia respiratoria con rinitis obstructiva crónica y asma bronquial, enfermedades dentarias con exodoncias y caries, trastorno digestivo dispéptico, ictericia sin filiar, probable- mente una hepatitis autolimitada, gota, y/o un síndrome metabólico, jaqueca, depresión crónica recurrente y paludismo tendrían, en la actualidad, un trata- miento bastante agradecido. En su tiempo no pudo ser así. Tampoco él se mostró como un enfermo disciplinado y colaborador. No tardó ni un instante en despedir al médico que se atrevió a recomendarle que moderara el consumo de cerveza y de alimentos cárnicos especiados para mejorar sus hemorroides y prevenir los ataques de gota. Qué duda cabe que su intemperancia en la mesa y, sobre todo, su afición a los vinos y a la cerveza, que bebía de madrugada en ayunas, agravaron notablemente la evolución de su enfermedad gotosa. En sus Memorias, en 1544, él mismo dejó escrito que

“[…] se marchó de Bruselas, donde había sido amenazado de la gota, para ir a Gante en cuyo lugar le dio la gota de tal suerte que desde principios de diciembre hasta la Pascua estuvo muy trabajado, por más que se puso en régimen y dieta, que fue la primera vez que la usó y la undécima vez que tuvo la gota […]” [60].

Es decir, ni más ni menos que hasta los 44 años, después de haber pade- cido diez ataques y de llevar sufriendo de gota 16 años, Carlos V, como pode- mos ver aquí, no se interesó por recibir tratamiento médico alguno, un hecho que viene a confirmar cuanto llevamos dicho respecto de su actitud reticente

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y su desconfianza frente a la enfermedad y los médicos. El doctor Escoriazo, que le acompañaba como servidor médico, ya había llamado la atención con mucha anterioridad sobre este rasgo personal del Rey. Nada menos que en 1532, en una carta informativa que escribió a Isabel de Portugal para darla cuenta de un accidente sufrido por su esposo al caer de su caballo, decía que

“si los médicos le diésemos lugar para poco, sospechamos S.M. la ampliaría a mucho […]” cuando se encuentra bien cree que nunca va a caer enfermo y no hace caso de las advertencias de sus médicos […]” [61].

MUERTE Desde Jarandilla, adonde acaban de llegar, el 20 de noviembre de 1556, Luís Quijada manifiesta a Juan Vázquez que el Rey está bueno, sano y gor- do [62]. Aunque con sus numerosos achaques gotosos a cuestas, un acentua- do quebranto de su estado general y una notable pérdida de autonomía perso- nal, nada hacía presagiar un final tan próximo. La disposición del palacio en el flanco meridional de la iglesia hacía que sus habitaciones permaneciesen expuestas al sol durante todo el día lo que obligaba, por el calor acumulado, a abrir las ventanas durante la noche en el verano, facilitando así la entrada de mosquitos. Ya nos hemos referido a la notable presencia de enfermos y fallecidos por paludismo en ese tiempo en aquellos lugares. El día 9 de agosto, Mathis, su médico, informaba a Juan Vázquez de que algunos de los criados del Rey y la mayoría de los que morían en el pueblo, eran mozos [63]. Algo similar cuenta Quijada que refiere, además, a Juan Vázquez que Su Majestad tenía una contractura cervical producida probablemente, aventuraba en un intento de explicación causal, por dormir con las ventanas exteriores abiertas, una costumbre que le habría de resultar muy cara. Ese mismo origen tendría también la infección respiratoria banal con ligero dolor de garganta al tragar y fiebre moderada que padeció a mediados de mes. Aprovechaba Quija- da la ocasión para referirse, además, a la salud de sus servidores con indudable preocupación.

“[…] Acá ha comenzado a refrescar el tiempo como allá. Pero des- pués han vuelto los calores como al principio. […] Él duerme -se refería a Carlos V- ventanas y puertas abiertas. […] Y los dolientes no mejoran mucho. Y a mí se me ha muerto uno, y otros no están lejos dello, porque tengo y he tenido trece o catorce malos. Y entre ellos me ha cabido a mí un par de tercianas […]” [64].

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De haber persistido el frío, probablemente Su Majestad se hubiera visto obligado a dormir con las ventanas cerradas y, además, el mosquito anopheles, transmisor del paludismo, hubiera desaparecido; pero no fue así, según hacía notar Quijada. Para su desgracia, volvió de nuevo el calor veraniego persistien- do el riesgo de transmisión de la enfermedad. Por lo demás, durante el mes de agosto, en cuanto a la salud del Rey es de destacar el prurito distal, en las extremidades inferiores que trataba de remediar con baños de agua avinagrada y manteniendo las piernas al descubierto (mayor superficie de exposición a las picaduras del mosquito transmisor), con poco éxito o pobres resultados y los síntomas dolorosos y deficitarios de la gota que tuvo una agudización el día de San Lorenzo, 10 de agosto que le impediría asistir a misa el día 15. Mantenía un aceptable apetito, sin embargo. Pero el día 30 de agosto, el 30, no el 31 como a veces aparece recogido, tras unas horas de intensos escalofríos, Carlos V tuvo un episodio de fiebre elevada que despertó la natural preocupación de sus servidores, más aún cuanto que nunca antes había padecido de fiebre sin síntomas de gota. La repetición del acceso de fiebre determinó que cundiera la alarma general ante la sospecha de tercianas de manera que comenzó a emitirse un parte médico diario a cargo del doctor Mathis, con muchas limitaciones, por cierto, por cuanto no conocía bien el idioma castellano. Preguntado el Rey sobre la conveniencia de contar con otros médicos, Carlos V pidió que acudiera Cornelio Baersdorp. Mathis no deseaba estar solo y Cornelio, además, conocía al enfermo de mucho tiempo atrás. Luís Quijada informará oportunamente a Juan Vázquez de Molina “Visto que este accidente va adelante […] les ha parecido bien -se refería, claro está, a Carlos V y a su médico Mathis- enviar a llamar al doctor Cornelio, como quien conoce su complexión de muchos años atrás, y también porque el doctor Mathisio desea tener compañía. Y, aunque yo he dicho a Su Majestad que sería bien enviar por otros, no ha que- rido; antes bien, ha respondido que no quiere curarse con muchos médi- cos […]” [65].

Tanto Luís Quijada, su fiel mayordomo, como Martín de Gaztelu, su secretario, participaron a Juan Vázquez de Molina, el primer secretario y del Consejo de Su Majestad, residente en Valladolid, que ya aquel día 2 de sep- tiembre se le había anticipado el frío y la fiebre nueve horas, y que estaba más desasosegado y con mucha sed, en unas cartas dadas a conocer por M. Gachard [65-Bis.]

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En un papel adjunto, Quijada añadía que Su Majestad no había podido entender en las cosas de su testamento por la confusión mental. Es decir, estaban ya presentes en el enfermo los tres grandes síntomas premonitorios en aquel tiempo, gran postración, curso irregular de la fiebre y afectación cerebral, y propios de la variedad más grave de paludismo, la forma estío-otoñal debida al plasmodio falciparum. Como remedios, se recurrió a la restricción severa de la ingesta de agua y otros líquidos, aunque se le dio a beber cerveza y hordiate, administración de purgantes a base de ruibarbo y realización de sangrías periódicas, medidas terapéuticas extemporáneas, que contribuyeron, sin duda, a agravar el estado general del paciente. El día 4 de septiembre, domingo, Luís Quijada escribe a la princesa que

“La sed que Su Majestad ha tenido ha sido grandísima. Y, aunque se ha procurado estorbarle que no bebiese, no ha sido posible dejarlo de hacer más de una vez; y no sé si alguna de ellas sin tiempo, porque es terrible la instancia que hace, pidiendo que le den agua” [66].

Ya antes había llamado la atención sobre esta misma cuestión como si quisiera justificarse por facilitarle agua:

“ […] La sed que S. M. ha tenido en esta calentura, ha sido grandí- sima, y no le habemos podido excusar de beber, y más de una vez, y en el enjuagar de la boca hartos tragos […]” [67].

Ya el día 2 de septiembre, viernes, además, se le habían practicado las dos primeras sangrías, en las que, según Enrique Matisio, su médico, le salieron entre 15 y 16 onzas (¡unos 400cc!) ‘de sangre bellaca y corrompida’. Se explica así que el día siguiente, coincidiendo con la apreciación de Mathis, llamara la atención de la acentuada sed de Carlos V.

“[…] Bebió Su Majestad hasta ocho onzas de agua cocida, y con un poco de jarabe aceitoso […] diciendo que no podía en ninguna manera pasar adelante sin beber […] de ahí a una hora y media, no pudiendo sufrir la sed, tornó a beber nueve onzas de cerveza […]” [68].

Alguna mejoría experimentó pues ordenó el lunes día 5 que se saliera al paso de Cornelio Baersdorp para hacerle volver a Cigales. Sin embargo, el día 6 empeoró gravemente de nuevo. Se lamentaría su médico de que a pesar de su oposición bebiera agua tras lo cual le apareció una fiebre muy elevada comen-

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zando a desvariar tanto que estuvo del todo fuera de sus sentidos, juicios y su memoria, según las informaciones que en su habitual boletín médico daba a conocer Mathis [69]. El viernes, día 9, Carlos V, finalmente, redactó el famoso codicilo adicional al testamento hecho en Bruselas el 5 de junio de 1554. Desde el día 31 de agosto, sin embargo, en que ya él mismo se diera cuenta de la gravedad de su estado, quiso rehacer su testamento pero Quijada había logrado persuadirle de que lo pospusiera. El mayordomo no pensaba que las cosas fueran tan omino- sas. El mismo día 1 por la tarde escribía a la princesa gobernadora para tranqui- lizarla informándola de que

“ a Vuestra Alteza no le altere de entender Su Majestad en su testa- mento, porque estos días de atrás lo quería hacer, cuando más salud tenía […]” [70].

Hasta el día 10, en realidad, no empezaría a mostrarse realmente preocu- pado presagiando lo peor:

“[…] Su Majestad acaba de comer y no lo ha hecho sino de dos cucharadas de zumo de una pierna de carnero. A mi parecer está flaco y muy cansado. Tiénenos en cuidado y mucho […] siento que hay más peligro […] de lo que los médicos escriben”.

El día 12, lunes, se mostraría menos pesimista, en una nueva carta dirigida a Juan Vázquez de Molina

“[…] Paréceme que Su Majestad resiste estas tercianas con más sujeto y fuerza que pensábamos […]” [71].

Hasta el día 17, sábado, permanecería estacionario dentro de la extrema gravedad, aunque con altibajos. El parte médico de ese día, firmado por Mathis, apuntaba ya un asomo de desesperanza. Después de referir que había tenido un gran vómito y la fiebre más recia de todas las pasadas, de manera que el enfermo no habló nada ni se quejó ni pidió que se le lavara la boca en 22 horas, Mathis reconocía hacer todo lo posible por mejorar la salud de Su Majestad, pero temía que le faltara la virtud para soportar tanto mal por lo que era menes- ter contentarse con la voluntad de Nuestro Señor. Luís Quijada, en la misma fecha, avisaba ya a la Princesa, a Juan Vázquez y al rey Felipe II diciéndoles que la salud del Emperador era muy preocupante temiéndose lo peor.

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En el parte médico correspondiente al domingo día 18, Mathis informaba que comió algo de pan, cerveza y azúcar y, más tarde, un poco de caldo y vino aguado y como en los dos días últimos no había hecho de vientre resolvió darle caldo con un poco de cañafístula, tras lo que hizo en gran cantidad con flemas y ventosidades. A las 2 tomó algo de pisto con vino aguado como único alimen- to. Se lamentaba Mathis de lo poco que comía y de las abundantes flemas que tenía adheridas en la garganta, tan pegadas que le resultaba muy dificultoso eliminar. Luís Quijada se referiría también a las flemas del enfermo y achacaba sus vómitos, precisamente, a que, para arrancárselas, se introducía los dedos. Daba cuenta, por último, a Juan Vázquez de que el doctor Cornelio, también, había enfermado con fiebre y cámaras con sangre, una enteritis hemorrágica por algún coli patógeno, con toda probabilidad. En el parte facultativo del día 19 los médicos insisten en la escasez de su ingesta alimenticia, su extremada debilidad sin mejoría alguna que ‘antes mostraba desahucio que esperanza’ y la determinación de autorizar que se le diera la extremaunción cosa que se hizo antes de las 10 de la noche. Finalmente, el día 21, miércoles, algo después de las dos de la madrugada, Carlos dejó de existir. Había desarrollado Carlos V una pobre respuesta orgánica defensiva frente a la infección por problemas disfuncionales respiratorios, renales y metabólicos. De alguna manera, el egregio enfermo se vio abocado a un fracaso multiórganos, responsable de la muerte, que explicaría la evolución rápidamen- te mortal de la enfermedad. El tratamiento al que fue sometido, restricción de la ingesta de líquidos, purgantes y sangrías, no puede entenderse como tal. Al contrario, agravó, sin dudas, el curso de la enfermedad. Murió Carlos V pero su memoria sigue viva gracias al empeño de institu- ciones tan valiosas como la Fundación Academia Europea de Yuste y una pequeña comunidad de monjes jerónimos de incierto futuro en el lugar–su desaparición sería una funesta pérdida para todos nosotros-. La Fundación, con múltiples actividades en los campos de la Ciencia y las Humanidades, otorga cada dos años un prestigioso premio que perpetúa su nombre, a las figuras más relevantes de ese territorio común que es la Unión Europea.

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FUENTES DOCUMENTALES

[1] GUERRERO CABANILLAS, Víctor: La salud de Carlos V, Fundación Aca- demia Europea de Yuste, 2005, p. 152. [2] Carta de Carlos V a fray Juan de Ortega, en junio de 1553 citada por CADE- NAS VICENT, Vicente de: Carlos de Habsburgo en Yuste, Hidalguía, 2000, p. 17. También la recoge SÁNCHEZ LORO, Domingo: La inquietud postrimera del Emperador, Volumen II, p. 226. [3] Carta en esquela reservada de Carlos V a Felipe II el 9 de enero de 1554 que transcribe SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., pp. 73-74. [4] ALARCÓN, Pedro Antonio de: Viajes por España. Una visita al monaste- rio de Yuste(1873), edición digital, cervantesvirtual, II. [5] SANDOVAL, Prudencio de: Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V, Edición digital de Carlos Seco, cervantesvirtual, Libro I, año 1555, XXXIV. [6] Ibidem, op. cit., Libro I, año 1555, XXXIII. [7] GACHARD, M.: Retraite et mort de Charles Quint au Monastère de Yuste, Bruselas, 1854, p. 322. También figura una referencia concreta a esta cues- tión en el Diccionario... de Pascual Madoz dentro de la reseña dedicada a dicha población. [8] SORAPÁN DE RIEROS, J.: La medicina española contenida en prover- bios vulgares de nuestra lengua, Madrid, 1616, edición facsimilar de Universitas, Badajoz, 1991, P. primera, pp. 445-446. [9] RODRÍGUEZ MOÑINO, Antonio R.: “Extremadura en el siglo XVI. Noti- cias de viajeros y geógrafos (1495-1600)”, Revista de Estudios Extreme- ños, Diputación provincial de Badajoz, 1954, Tomo X, pp. 281-386. [10] MIGNET, Francois M. A.: El emperador Carlos V, su abdicación, su resi- dencia y su muerte en el Monasterio de Yuste, traducción de M. Lobo, Cádiz, 1855. [11] GACHARD, M.: Retraite et mort de Charles Quint au Monastère de Yuste, Bruselas, 1854. [12] LAFUENTE, Modesto: Historia general de España desde los tiempos primitivos hasta la muerte de Fernando VII, Edición facsimilar de la Biblio- teca de la Universidad de Alicante, cervantesvirtual, Libro Noveno, Capítu- lo XXXIII.

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[13] KARL, Brandi: Kaiser Karl V, traducción española del Tomo I, Madrid, 1943. [14] STIRLING-MAXWELL, W.: The cloister-life of the emperor Charles the Fifth, Londres, 1851. [15] SÁNCHEZ LORO, Domingo, La inquietud postrimera de Carlos V. Retiro, estancia y muerte de Carlos V en Yuste, según la relación inédita del canónigo placentino don Tomás González, Publicaciones del Movimien- to, Cáceres, 1958. Se vale el autor para escribir su biografía de un manuscri- to inédito de Tomás González, quien fue archivero primero en la catedral de Plasencia y más tarde, nombrado por Fernando VII, bibliotecario encarga- do de reorganizar los fondos del Archivo Histórico de Simancas. [15bis.] ALBORAYA, fray Domingo María: Historia del monasterio de Yuste, Madrid, 1906, edición digital en cervantesvirtual. [16] CADENAS Y VICENT, Vicente de: Carlos de Habsburgo en Yuste, Hidal- guía, 2000. [17] BOWLBY, John: El apego y la pérdida, Paidos editorial. En este libro su autor pone de relieve la gran importancia que un apego seguro y consisten- te tendrá en el desarrollo y la maduración psicológica del niño. [18] VIRGILIO MARON, Publio: Égloga a Polión. [19] GUERRERO CABANILLAS, V.: Opus cit., pp. 106-136. [20] GACHARD, M.: Inventario de los bienes que quedaron de Su Majestad en Yuste, al tiempo de su fallecimiento, opus cit.; de la misma fuente -A.G. de Simancas, Cont. Mayor, 1ª época, Leg.1145- lo toma PIZARRO GÓMEZ, Francisco J. y RODRÍGUEZ PRIETO, María T.: Yuste, el monasterio y el palacio de Carlos V, pp. 180-201. Para conocer de manera exhaustiva, sin embargo, los objetos que Carlos V llevó a Yuste a fin de ornar su palacio y atender sus necesidades personales, véase, además, la relación de libros, relojes, cuadros y otros enseres y utensilios que poseyó, en el estudio de PÉREZ DE TUDELA GABALDÓN, A.: El retiro del Emperador en el Mo- nasterio de Yuste. Actas del Symposium Monjes y monasterios españoles, San Lorenzo del Escorial, 1995, Vol. I, pp 1287 y siguientes. [21] SERRADILLA MUÑOZ, José V.: La mesa del emperador, San Sebastián, R.B. editores. [22] GUERRERO CABANILLAS, V.: Opus cit., p. 106.

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[23] Alberi, E.: Relazioni degli ambasciatori veneti al Senato, Ser.I, Volumen III, Florencia, 1853, p. 222, de donde lo transcribe FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel: Carlos V, el césar y el hombre, Espasa, 1999, pp 170-171. [24] THEODOR MILLON: Trastornos de personalidad. Más allá del DSM-IV, Masson, Barcelona, 1998. [25] La crónica de Gaspare Contarini fue publicada por primera vez a mediados del siglo XIX por E. ALBERI, opus cit., Ser. I, Vol. II, Florencia, 1840. Hemos recurrido, sin embargo, a la edición de GARCÍA MERCADAL, L.: Viajes de extranjeros por España y Portugal, desde los tiempos más remotos hasta finales del siglo XVI, Madrid, Editorial Aguilar, 1952, Tomo I, p. 907. [26] GUERRERO CABANILLAS, V.: Opus cit., p. 101. [27] Ibidem, opus cit., pp. 230-231. [28] Carta de Juana de Austria, Princesa Gobernadora, a Felipe II, Valladolid, 10 de marzo de 1558, citada por FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Corpus Docu- mental, Tomo IV, p. 407.29.- Carta de Luís Méndez de Quijada a Juan Vázquez de Molina, Jarandilla, 6 de diciembre de 1556 citada por SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., p. 256. [30] PELTA, Roberto: Célebres asmáticos, Ediciones médicas SL, Badalona, 2003. [31] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Jarandilla, 30 de noviembre de 1556 citada por SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., p. 252. [32] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Jarandilla, 9 de enero de 1557, citada por SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., p. 269. [33] GACHARD, M.: Opus cit. Apéndice documental. [34] Carta de Carlos V en esquela reservada a Maximiliano y María, Bruselas, 6 de noviembre de 1549, citada por FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Corpus Documental, Tomo III, p. 162. [35] GACHARD, M.: Opus cit., p. 42. [36] ÁVILA Y ZÚÑIGA, Luís de: Comentarios de la guerra de Alemania, Edi- ción digital en cervantesvirtual. [37] MEXÍA, Pedro: Diálogos o coloquios. Madrid. Edición de A. Castro Díaz. Cátedra, 2004, p. 352. A pie de página el editor incluye una información dando a conocer que si bien Carlos V se mostró reacio al uso de la nieve para enfriar sus bebidas, sí adoptó, en cambio, la nueva moda de comer borrajas.

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[38] SANDOVAL, Prudencio de: Opus cit., Tomo II, p. 359. [39] MIGNET, M.: Opus cit., p. 211. [40] Carta en esquela reservada de Carlos V a Juana de Austria, Yuste, 5 de julio de 1557, citada por FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Opus cit., Tomo IV, p. 333. [41] Memorias en FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Opus cit., Tomo IV, p. 494. [42] Carta de Felipe II a Carlos V, citada por FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Opus cit., Tomo IV, p. 21. [43] Memorias, en FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Opus cit., Tomo IV, p. 544. [44] Carta de Carlos V a Maximiliano y María, Bruselas, 1 de enero de 1549, Ibidem, opus cit., Tomo III, p. 57. [45] Carta de Carlos V a Felipe II en esquela reservada, Bruselas, 26 de diciem- bre de 1553, Ibidem, opus cit., Tomo III, p. 638. [46] Memorias, Ibidem, opus cit., Tomo IV, p. 565. [47] Carta de Carlos V a Felipe II, Augsburgo, 17 de septiembre de 1547, ibidem, opus cit., Tomo II, p. 546. [48] Carta de Carlos V a María de Austria, Augsburgo, 24 de abril de 1551, Ibidem, opus cit.. Tomo III, pp. 267-268. [49] Carta de Carlos V a Isabel de Portugal, Ratisvona, 13 de agosto de 1532, Ibidem, opus cit., Tomo I, p. 380. [50] Carta de Cobos a la Emperatriz Isabel de Portugal, Ratisvona, 8 de marzo de 1532, Ibidem, opus cit., Tomo I, p. 334. [51] Carta de Carlos V a Isabel de Portugal en esquela reservada, 22 de abril de 1532, Ibidem, Opus cit., Tomo I, p. 355. [52] FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel: Carlos V, el césar y el hombre, p. 170. [53] PIERSON, Peter: Carolus V Imperatur, Lunwerg editores, Madrid, 1999, p. 158. [54] SÁNCHEZ LORO, Domingo: Opus cit., p. 243. [55] GACHARD, M.: Opus cit., edición en digital cervantesvirtual, p. 19. [56] SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., p. 626. [57] TURIEL DE CASTRO, Mariano: Antropología y ciencias médicas en la obra de Francisco de Quevedo, SmithKline Beecham, 2ª edición, mayo de 1997, p. 158. [58] Ibidem, opus cit., pp. 158-170.

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[59] PIZARRO GÓMEZ, Francisco J. y RODRÍGUEZ PRIETO, María T.: Yuste, el monasterio y el palacio de Carlos V, Fundación Caja de Ahorros de Badajoz, p. 153. [60] Memorias, FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M.: Opus cit., Tomo IV, p. 525. [61] Carta del doctor Escoriazo a Isabel de Portugal, Ibidem, opus cit., Tomo I, p. 334. [62] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Jarandilla, 20 de noviembre de 1556, Sánchez Loro, D., opus cit., p. 244. [63] Carta de E. Mathis a Juan Vázquez, Yuste, 9 de agosto de 1558, Ibidem, opus cit., p. 613. [64] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Ibidem, opus cit., p. 613. [65] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Ibidem, opus cit., p. 638. [65bis.] Cartas de Martín de Gaztelu y Luís Quijada a Juan Vázquez dadas a conocer por M. Gachard, Opus cit, CXC, pp329-330. [66] Carta de Luís Quijada a la Princesa Gobernadora, Doña Juana de Austria, Yuste, 4 de septiembre de 1558, Ibidem, opus cit., p. 642. [67] Carta de Luís Quijada a Juan Vázquez, Yuste, 2 de septiembre de 1558, Ibidem, Opus cit., p. 641. [68] Carta de E. Mathis a Juan Vázquez, Yuste, 3 de septiembre de 1558, CADE- NAS VICENT, V de.: Carlos de Habsburgo en Yuste, Hidalguía, 2000, p. 145. [69] Carta de E. Mathis a Juan Vázquez, Yuste, 5 de septiembre de 1558, citada por GACHARD, M.: Opus cit., CXCIV, p. 336. [70] Carta de Luís Quijada a doña Juana de Austria, Yuste, 1 de septiembre de 1558, citada por CADENAS VICENT, Vicente de: Opus cit., p. 142. [71] Cartas de Luís Quijada los días 10 y 12 de septiembre de 1558 citadas por SÁNCHEZ LORO, D.: Opus cit., pp 658-659. También, dadas a conocer por GACHARD, M.: Opus cit., CCI Y CCII, pp. 360 y 362, respectivamente.

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BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.205-1.246 1205

La Medicina en la Numismática Clásica

SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS y DIEGO PERAL PACHECO Universidad de Extremadura

RESUMEN Las monedas son un claro utensilio para los intercambios económicos. A su vez representan un vehículo de transmisión de información y de influencia de la autoridad emisora sobre los pueblos usuarios de la moneda. Estudiamos el inicio de la amonetación en Occidente, Grecia y Roma y su reflejo en Iberia / Hispania, los motivos de estampado, símbolos médicos y dioses de la medicina en las monedas.

SUMMARY The coins are a clear utensil for the economic exchanges. In turn users of the currency represent a vehicle of transmission of information and of influence of the rulers on the peoples users of the coins. We study the beginning of the amonetación in West, Greece and Rome and his reflection in Iberia / Roman Spain, the motives of print, medical symbols and gods of the medicine in the coins.

Numismática, etimológicamente es la reunión o colección de monedas. Numismática (del griego antiguo: íïìéóìáôéêÞ) y éste a su vez del hebreo: Numii: Moneda y Amastik: Reunión. La moneda es una pieza de material resistente, normalmente un metal acuñado en forma de disco, que se emplea como medida de cambio (dinero) por su valor legal o intrínseco y como unidad de cuenta. También se llama moneda a la divisa de curso legal de un Estado.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1206 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Su nombre proviene del latín “moneta”, debido a que la casa en donde se acuñaban en Roma estaba anexa al templo de la Diosa Juno la Avisadora o Juno Moneta, encontrándose esta actividad bajo su protección. Durante la invasión de los celtas, los romanos se habían refugiado den- tro de las murallas del capitolio, por la noche los celtas intentaron asaltar las murallas pero las ocas sagradas que guardaban el templo de Juno avisaron a los romanos, que pudieron repeler el asalto. Por esto la diosa se conocía afec- tuosamente como “ moneta” la avisadora. A éste lugar donde se realiza la acuñación de monedas se le conoce con el nombre de “ceca” o “Casa de Moneda”, y como homenaje, las primeras piezas que salieron de la ceca tenían acuñada la imagen de la diosa Juno. En el concepto actual definimos la numismática como una ciencia auxiliar de la Historia que trata del estudio de las monedas y medallas. Esta ciencia puede dar testimonio inestimable de los intercambios y de la economía de los pueblos, así como su historia política, geográfica, reli- giosa, etc. La moneda aparece como una necesidad comercial en la evolución de la sociedad humana. El trueque o intercambio de productos o servicios es insufi- ciente para satisfacer esa incipiente economía. La naciente división del trabajo precisa de una forma de pago. Se utilizan como primitivas monedas, conchas y minerales, pequeñas obras de artesanía, como collares, pulseras, anillos, y productos cotidianos como la sal. A los legionarios romanos se les pagaba con sal y este es el origen de la palabra salario. También la nueva técnica de la metalurgia que modifica las costumbres de la época permite utilizar ya los metales nobles y escasos de una forma más determinada y homogénea. Antes de que se usaran piezas amonedadas, las transacciones comercia- les se hacían mediante simple trueque o utilizando metales preciosos, oro y plata en lingotes. Esto obligaba a hacer tasaciones para determinar las equiva- lencias en cada ocasión, a pesar y evaluar la pureza de los metales. Estos inconvenientes, se resolvieron cuando se descubrió la técnica de acuñación, pues las monedas son piezas de valor autentificado y regularizado. Así hacia el siglo VII antes de Cristo aparecen monedas en el mundo griego y a la vez y de forma independiente en China y la India.

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Según Herodoto es en el reino de Lidia, península de Antioquia en la actual Turquía, donde se introduce el uso de monedas hechas de una aleación natural de oro y plata llamada electro. También se establecen las primeras tien- das de cambio en locales permanentes. Se cree que fueron los primeros en acuñar monedas estampadas durante el reinado del rey Giges, del 680 al 644 a.C. Otros numismáticos apuntan a su sucesor Ardis II que reinó desde el 644 al 625 a.C., o Alyattes del 610 al 600 a.C., fechas todas aproximadas. La primera moneda conocida fue hecha de electro con un peso de 4,76 gramos, para poder pagar a las tropas de un modo regular. El motivo del estam- pado era la cabeza de un león, el símbolo de la dinastía Mermmada. El estándar lidio eran 14,1 gramos de electro, y era la paga de un soldado por un mes de servicio; a esta medida se le llamó estátera.

Moneda de un tercio de estátera, de electro hacia 640-600 a.C. Lidia.

Era tal la fama de las minas de oro de Lidia, que Creso se tomó por sinóni- mo de riqueza, y su capital Sardes estuvo reconocida como una ciudad flore- ciente y bella. Alrededor del año 550 a. C., Creso pagó la construcción del templo de Artemisa de Éfeso, una de Siete Maravillas del mundo antiguo. La acuñación de la moneda favoreció enormemente el comercio y gracias a su utilidad, el uso de la misma comenzó a extenderse ampliamente por el mundo, siendo habitual en la Grecia continental hacia el 610 a.C.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1208 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Se reconocen tres periodos evolutivos dentro de la numismática griega: En el periodo arcaico las monedas fueron verdaderamente burdas, eran principalmente pequeños trozos de oro o de plata en forma de judía, acuñadas con diseños geométricos o símbolos indicativos de su ciudad de origen. Las técnicas de acuñación mejoraron, las monedas más estandarizadas eran discos planos, y lo convencional era la representación del dios patrono o diosa que la ciudad hubiera establecido como emisión. Símbolos de animales como la lechu- za de Atenas llegaron a ser populares.

Tetradracma de Atenas, siglo V a. C. En el anverso, efigie de Atenea, diosa epónima de la ciudad. En el reverso, la lechuza de Atenas

El mundo griego estaba dividido en muchas ciudades-estado indepen- dientes, la mayoría de las cuales emitían sus propias monedas, lo que dificulta- ba el comercio interurbano. El dracma llegó a ser la más popular unidad de intercambio. Hacia el 510 a. C., Atenas comenzó a acuñar tetradracmas de plata (cuatro dracmas), las cuales se utilizaban en todo el mundo griego y reflejaban el creciente dominio de Atenas. En el periodo clásico la numismática griega alcanzó un alto nivel de cali- dad técnica y estética. Grandes ciudades acuñaban monedas de plata y oro, la mayoría llevaban el retrato del dios o la diosa de la ciudad, o un héroe legenda- rio, en un lado, y el símbolo de la ciudad en el otro.

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Algunas monedas usaban un juego de palabras visual: las monedas de Rodas se caracterizaban por una rosa, ya que para los griegos la palabra para rosa es rhodon. El uso de inscripciones en monedas comenzó también a ser usual, sobre todo el nombre de la ciudad emisora. Las ricas ciudades de Sicilia producían monedas especialmente refinadas. La gran moneda de plata decadracma (diez dracmas) de Siracusa es considerada por muchos coleccio- nistas como una de las mejores monedas del mundo antiguo, tal vez nunca superadas.

Decadracma de Siracusa, 465 a.C.

El uso de las monedas para propaganda fue una invención griega. Las monedas son valiosas, duraderas y pasan por muchas manos. En una época sin periódicos u otros medios de comunicación, eran la forma ideal para propagar mensajes políticos. La primera fue un decadracma conmemorativo emitido por Atenas tras la victoria griega en las guerras médicas. En estas monedas la lechuza de Atenas era representada de cara al espectador con las alas extendi- das, sosteniendo una ramita de hojas de olivo. El mensaje era que Atenas era poderosa y victoriosa, pero amante de la paz. El periodo helenístico se caracterizó por la extensión de la cultura griega a gran parte del mundo conocido, desde la península ibérica en el oeste hasta Afganistán y la India, hacia el este. Los comerciantes griegos extendieron las monedas griegas a través de esta vasta área, y los nuevos reinos pronto empe- zaron a acuñar monedas. Estos reinos eran más grandes y ricos que las ciuda- des-estado griegas del periodo clásico, sus monedas eran fabricadas en gran-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1210 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO des cantidades, más grandes y eran más frecuentemente de oro. Pero a menudo carecían de la delicadeza estética de las monedas del primer periodo. Aún así, algunas monedas greco-bactrianas, y aquellas que les sucedie- ron en la India, las indo-griegas, están consideradas los más bellos ejemplos del arte numismático griego, con una bonita mezcla de realismo e idealización, incluyendo las grandísimas monedas acuñadas en el mundo helenístico: la moneda más grande de oro fue acuñada por Eucrátides, que reinó del 171-145 a. C., la más grande moneda de plata por el rey indo-griego Amintas, que reinó de c. 95-90 a.C.

20 estáteras de oro de Eucrátides I, la más grande moneda acuñada en la antigüedad.

El más llamativo rasgo de las monedas helenísticas era la utilización de retratos de gente viva, concretamente de los mismos reyes. Esta práctica co- menzó en Sicilia, pero fue desaprobada por los otros griegos como muestra de hibris (soberbia). Pero los reyes del Egipto ptolemaico y Siria seleúcida no tenían tantos escrúpulos, y emitieron magníficas monedas de oro adornadas con sus propios retratos, con los símbolo de su estado en el reverso. Los nombres de los reyes están con frecuencia en la moneda. Esto estableció un modelo para las monedas que ha persistido desde aquella época: un retrato de un rey, usualmente de perfil y en un llamativa pose heroica, en el anverso, con su nombre al lado, y un escudo de armas u otro símbolo del estado en el reverso.

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Relación de los tipos de monedas griegos: • Monedas de cobre: ~ ~ calco (calkouj / khalkous), octavo de óvulo. dicalco (dˆcalkon / díkhalkon) • Monedas de plata: hemióbolo (½miwbÕlion / hêmiôbólion) óbolo (ÕbolÕj / obolós) dióbolo o doble óbolo (diëbolÕlon / diÓ ô bolon) tetraóbolo o cuadruple óbolo (tetrëbolon / tetrÓ ô bolon) dracma (dracmhÓ / drakhmê) didracma o doble drachme (dˆdracmon / dídrakhmon) tétradracma o cuadruple dracma (tetr§dracmon / tetrádrakhmon)

• Monedas de oro : ~ estatera de oro (cruaouj stat¿r / khrusous~ statêr), son veinte dracmas.

Motivos de Acuñación Muchos y distintos fueron los motivos de acuñación, al principio son sencillos como animales y figuras geométricas. Con el tiempo aparecen dioses y reyes. Y más adelante el anverso queda para la figura oficial y el reverso para la representación, atributos o propaganda. Entre las figuras geométricas, marcas incusas, cuadrados, gráfila de pun- tos, estrella y objetos como : tridente, áncora, casco, rueda, anfora, arco y carcaj, maza, rayo, cornucopia, escudo, embarcación, flecha, lanza, trípode, lira, cetro, trono, espada, maza, ánfora, clava, leonté (piel de león), diadema palmas, pileos (gorros), cintas, cuerno de Ammón, látigo, báculo, pátera... Podemos observar, cabezas o medios cuerpos, de uno o varios animales como: león, toro, tortuga de mar, ganso, cangrejo, oso, águila, jabalí, pájaro, lechuza, carnero, pulpo, delfín, cigala, caballo, mejillón, estrella de mar, paloma, abeja, esturión, ciervo, vaca con ternero, leona, elefante indio, cebú, serpiente...

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Seres mitológicos como, Gorgona-Medusa, sátiro, ninfa, grifo, quimera, toro androcéfalo, centauro Quirós... Son más escasas las representaciones del mundo vegetal, como coronas de roble, laurel o hiedra y rosas, uvas, lirio... Entre los dioses y personajes mitológicos aparecen : Apolo, Athenea, Afrodita, Dionisios, Herakles, Zeus, Pan, Eros, Hélios, Poseidón, los dióscuros Castor y Pólux, Asklepios, Higieia...

TABLA 1 MONEDAS REPUBLICANAS

Bronce - Valores entre los siglos IV-III a.C.

Denominación Marca Valor en ases Valor en onzas Peso en grs. As libralis I 1 12 327 Semis S 1/2 6 163,7 Triens — 1/3 4 109,4 Quadrans — 1/4 3 81,8 Sextans — 1/6 2 54,2 Uncia — 1/12 1 27

Bronce - Valores entre los siglos III-I a.C. Entre los siglos III-I se redujeron los pesos del as: semibral (163 g), triental (109 g), sextantal (54 g), uncial (27 g), semiuncial (13,6 g). Los divisores se ajustaron siempre a las proporciones indicadas en la tabla superior.

Plata - Valores en el siglo III a.C Denominación Marca Valor en ases V. en sestercios Peso en grs. Denarius X 10 4 4,54 Quinarius V 5 2 2,27 Sestertius IIS 2,5 1 1,13

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Plata - Valores entre los siglos II-I a.C Denominación Marca Valor en ases V. en sestercios Peso en grs. Denarius XVI 16 4 3,90 Quinarius Q 8 2 1,95 Sestertius (teórico) II S 4 1 0,9

TABLA 2 DE AUGUSTO A FINALES DEL SIGLO III

V. e n Denominacióndenarios V. en ases V. en sestercios Peso en grs. Aureus (Augusti) 25 400 100 7,7 Quinarius (oro) 12,5 200 50 3,8 Antoninianus (plata) 2 ( ) 32 8 5,45 Denarius (plata) 1 16 4 3,9 Quinario (plata) 2 8 2 1,95 Sestercio (bronce) 1/4 4 1 54,5 Sestercio (latón) 1/4 4 1 27,2 Dupondio (bronce) 1/8 2 1/2 27,2 Dupondio (latón) 1/8 2 1/2 13,6 As (bronce) 1/16 1 1/4 13,6 As (latón) 1/16 1 1/4 6,8 Semissis (bronce) 1/32 1/2 1/8 6,8 Semissis (latón) 1/32 1/2 1/8 3,4

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TABLA 3 REFORMA DE DIOCLECIANO

Denominación V. en argénteos V. en denarios V. en follis Peso en grs.

Aureus (oro) 24 600 120 5,45 Argenteus (plata) 1 25 5 3,41 Follis (bronce) 1/5 5 1 10,5 Antoninianus (plata baja) 2/25 2 2/5 3,5 Denarius (plata baja) 1/25 1 1/5 1,5

Quinarius (plata baja) 1/50 1/2 1/10 0,25

La acuñación romana Los gobernantes de Roma utilizaron la moneda como medio idóneo para difundir la imagen pública del Estado romano de acuerdo con sus intereses. En relación a los Orígenes y a la Historia de Roma algunas monedas muestran a : Jano, Venus y Cupido, Eneas, Anna Perenna, La cerda Laurentina, Vesta, Marte avanza hacia Rea Silvia, El río Tíber, El pastor Fáustulo encuentra junto a la higuera Ruminal a Rómulo y Remo amamantados por la loba, Acca Larencia ,Rómulo fundador de Roma, Ritual fundacional, Arando. El rapto de las sabinas, La leyenda de Tarpeya, Rómulo Quirino, Numa Pompilio y Anco Marcio, Los ancilia: pacto de Júpiter con los romanos, El rey Anco Marcio, Abolición de la monarquía por Bruto, El cursus honorum. Dos cuestores junto a unas espigas de trigo. Senatus consultu. El Senado y sus poderes, Las guerras Púnicas. Estatua de Augusto sobre Columna rostral, La nobleza helenizante: Cn. Cornelio Escipión el Africano, Aluvión de oro y plata: acuñación de moneda. Herramientas de acuñar moneda, Comitia. El pons suffragii, La conquista del Mediterráneo: nave de guerra, Optimates y populares Sila y Mario: Discordia civilis. Pompeyo y César: Discordia civilis., La conquista de Italia: Roma e Italia en paz tras las guerras sociales, Vercingetórix, la conquista de las Galias, El fundador del Imperio: el Divino César, El templo de Jano con las puertas cerradas. Conquista de Hispania, La Tetrarquía: Diocleciano,

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Maximiano, Constancio y Galerio ante la puerta de un campamento, El cristia- nismo: crismón... La República romana eligió para sus primeras emisiones iconografías que mostraban un Estado en expansión, protegido por los dioses. Jano, Júpiter, Minerva, Hércules, Mercurio, Belona, Apolo, Venus, Diana, Marte, Ceres, Neptuno, Cibeles, Vesta, Vejovis, Saturno, Vulcano, la tríada capitolina, Júpiter, Juno y Minerva, los penates, los augures, y símbolos como altar, simpulm, antorcha, jarra y lituus, templo de Mars Ultor, templo de Júpiter, apoteosis, un comete identificado como el espíritu de César.... A lo largo del siglo II a.C. el mensaje monetario se diversificó con la finalidad de incorporar tipos de monedas que hacían referencia a las gestas y a las divinidades protectoras de las familias de la nobilitas romana que controla- ba el poder. Alegorías como Fortuna, Libertad, Salud, Victoria, Esperanza, Cons- tancia, Equidad, Providencia, Felicidad, Alegría, Piedad, Subsistencia, Se- guridad, Clemencia, Concordia, Fecundidad, Fidelidad, Honor, Indulgen- cia, justicia, Generosidad, Nobleza, Paciencia, Modestia, Seguridad, Tran- quilidad, Virtud, ... En el año 44 a.C., Julio Cesar fue nombrado Dictador perpetuo y el Sena- do romano le concedió el honor de acuñar su efigie en las monedas, siguiendo la línea de los monarcas helénicos y en contra de la tradición republicana. Así pues, se inició la costumbre de exaltar la figura de los gobernantes en las monedas, que perduró hasta el final de las emisiones romanas. A lo largo de la época imperial fue habitual grabar en el reverso de las monedas el retrato del emperador, que solía aparecer con los títulos de Imperator y de Augustus, junto con el de Dominus en la época del bajo imperio. La exalta- ción del augusto ocupó también, muy a menudo, el reverso de las monedas. En estos casos el emperador era el protagonista de escenas en las que aparecía, por ejemplo, dando la mano a los dioses, como militar victorioso o repartiendo regalos entre los ciudadanos. La familia del emperador también tuvo una presencia significativa en las imágenes monetarias, sobre todo se honraron a los herederos, quienes apare- cían designados como Principes iuventutis o Caesares, y la figura de la mujer se puso en relieve, sobre todo durante el alto imperio, a causa de la importancia que tenía en cuanto a la sucesión hereditaria del poder.

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Además de la exaltación del emperador y de su familia, la selección de las imágenes de los reversos estaba orientada a realzar los valores tradicionales del Imperio. La personificación de las virtudes de Roma fue un tema constante, así como la representación de los dioses tradicionales, que únicamente desapa- recieron de las monedas en el siglo IV d.C. con el cristianismo. Otro valor promocionado fue la cohesión territorial del Imperio. El ejército era una institución fundamental para mantenerla, y por esa razón la exaltación del poder militar de Roma y la victoria sobre el enemigo ocupó buena parte de los reversos de las emisiones: El combate, Fides Militum, Annona Militaris, El águila, emblema de las legiones, Vexillum, Galeras, Enseñas, Trofeos y Cautivos, El emperador sometiendo a un bárbaro... Eran mensajes propagandísticos que, en épocas de crisis, servían para ocultar la inestabilidad política, económica o militar del Imperio.

LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA Vejovis (Vediovis) es uno de de los dioses romanos más antiguos. Es un dios curativo y fue asociado más adelante al Asclepio griego. Lo adoraban sobre todo en Roma y Bovillae en Latium. En la colina Capitolina y en la isla de Tiber fueron erigidos templos en su honor. Se le sacrificaban cabras para evitar plagas. Veiovis se retrata como un hombre joven, sosteniendo un manojo de flechas, o un relámpago, en su mano, y es acompañado por una cabra..

Denario - Lucius Caesius, hacia 112-111 a.C. Anverso: Busto de Vejovis. Reverso dos Lares con un perro.

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Asclepio o Asclepios, Hijo de Apolo y Coronis , identificado como Imhotep en Egipto, y Esculapio en Roma. Padre de Hygieía, Salus para los romanos. El culto de Asclepios estaba extendido por toda Grecia. Sus numerosos templos no estaban destinados a los rituales religiosos, aunque se sabe que eran muy visitados. Generalmente estaban construidos en lugares saludables, apropiados para la curación y el descanso y alejados de las ciudades. El princi- pal centro de adoración al dios se encontraba en la ciudad griega de Epidauro, donde existió un templo rodeado de una gran arboleda. La importancia del culto a Asclepios por parte de la ciudad de Epidauro está reflejado en unas intere- santes emisiones monetarias de principios del siglo IV a. C., cuyos anversos presentan la efigie del dios Es representado como un hombre maduro togado y con un bastón con una serpiente.

Pergamon (a.C. 200-133) anverso: Asklepios, reverso: serpiente.

Pergamon (a.C. 200-133) anverso: Asklepios, reverso: báculo y serpiente.

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Higía (en griego antiguo Õãéåßá Hygieía o Õãåßá Hygeía, ‘salud’), hija de Asclepio , hermana de Yaso y Panacea , era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad. De su nombre deriva la palabra “higiene ”. Salus: Divinidad alegórica que personifica la salud. Hija de Esculapio y Minerva, se representa por una mujer con estola, ( túnica amplia y larga que los griegos y romanos llevaban sobre la camisa y que se ceñía a la cintura) con frecuencia alimentando con un pátera a una serpiente. En una primera identificación se corresponde con la diosa Hygieía grie- ga. Salus era una divinidad romana a la que se le atribuían curaciones en relación con diversas enfermedades.

Anverso: Macrino frente a Diadumediano, llamado Antonino. 217-218 Reverso: Hygieía con la serpiente y la patena.

Otra identificación de Salus sería con el concepto griego de soter, en referencia al estado de bienestar general, representaba también la conserva- ción del Estado y así se habla de Salus Populi Romani. Durante el Imperio, fue la primera divinidad llamada oficialmente Augusta, convirtiéndose en virtud asociada al emperador. La institución del culto a Salvs Pvblica se debió a un voto de Q. Junius Bubulcus, realizado durante su consulado en 306 a. C., en el transcurso de la Segunda Guerra Samnita. Por esta “promesa” el entonces cónsul se comprome- tía a construir un templo dedicado a Salvs al término de la guerra. El templo fue construido en el Quirinal, y por tanto la promesa cumplida, en el 302 a. C., año

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en el que se institucionalizó el culto a Salvs Pvblica, en un lugar en el que según parece ya recibía culto privado Salvs. La primera identificación de Hygieia con Salvs, y por tanto con Asclepios, se produce en el año 180 a. C. Según Livio, entre las medidas decretadas para acabar con la epidemia de ese año, se encuentran la consulta a los libros por los decenviri sacris faciundis y la realización de unas estatuas doradas a Apolo, Escvlapio -ya con nombre romano- y Salvs. Las principales leyendas que acompañan a Salvs son, en un primer momento Salvs Avgvsta, referida a la propia divinidad, la Divina Salud, muy diferente de la posterior Salvs Avgvsti, referida a la salud imperial. Con la exten- sión del Imperio se utilizará también Salvs Generis Hvmani, y durante el Bajo Imperio será común Salvs Rei Pvblicae. Desde Magnencio la figura de Salvs empieza a desvincularse del empera- dor. Con Constantino I y la adopción del cristianismo como la religión del estado, la leyenda que se utiliza principalmente es Salus Reipvblicae. En una emisión de Fausta aparece el tipo de Salvs representada como una mujer con dos niños en los brazos, que será el que aparezca a partir de ahora. Este tipo será tomado por la nueva religión para representar a la Caridad Cristiana. Los tipos tradicionales de Salvs, no sobreviven a Constantino I, y aparte del ya mencionado, los reversos con leyenda Salvs serán acompañados de imágenes cruentas relacionadas con las persecuciones y matanzas a los cristia- nos. Por último destacar unas monedas de Olybrio, en el año 472, en las que la leyenda Salvs Mundi es acompañada, exclusivamente, por una cruz.

Denario, Galba, 68-69 d.C. anverso. Reverso: SALVS GEN HVMANI

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Adriano, Dupondio, 119-121 d.C. Roma. Reverso: SALVS PVBLICA SC

Postumo, Antoniniano, 260-269 d. C. , Lugdunum. Reverso: SALVS PROVINCIARVM

En la Península aparece Salvs bastante documentada en la epigrafía, des- tacando, Lusitania con un 66% de los hallazgos epigráficos. La gran mayoría se han hallado en la mitad occidental de la Península y vinculada a fuentes o manantiales con características mineromedicinales o terapéuticas. El hecho de encontrarse preferentemente en dicha área, de tradición céltica, hace pensar en alguna divinidad indígena con las mismas cualidades, que permitiera la rápida asimilación de Salus.

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Manius Acilius Glabrio intenta dar a conocer que su familia las gens Acilia, aunque de origen plebeyo se podía enorgullecer de origen griego y descendiente de un Acilius, la primera persona que ejerció la medicina en Roma, emitiendo esta moneda:

El anverso representa el busto de la Salud y en el reverso, la misma deidad dando de alimentar a una serpiente hacia 55 a.C.

Otros ejemplos de monedas con distintas representaciones de Salus.

Nerón 54-68 d.C. reverso Salus sentada.

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Domitianus, 81-96 d.C. reverso Salus.

Después de los dioses relacionados con la Medicina vemos otros símbo- los relacionados con la Medicina:

La Serpiente. El significado de la serpiente es uno de los más importan- tes de la historia de la humanidad. El periódico cambio de piel del reptil, influyó en su temprana adopción como símbolo de renovación. Es objeto de culto en numerosos santuarios de Grecia. Guarda las tumbas y se la asocia también con el espíritu de los muertos. Representa la fuerza fecundante de la tierra cuando es un animal fálico, extraña paradoja que la hace andrógina. También representa al sol, siendo el símbolo solar, y la serpiente que se muerde la cola es el reflejo de la eternidad.

Tesalia, Homolion. hacia 360 a.C. 18mm. Philoctetes con Pileus.

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Se relaciona con la muerte, el sueño eterno y las creencias en la resurrec- ción, es profética y está también relacionada con la fecundidad y la magia. También fue considerado como un animal prudente y muy apto para encontrar hierbas con poderes curativos. A menudo, la serpiente aparece ligada al mundo de ultratumba, como símbolo de la muerte y del mal. Su aspecto es repulsivo y se la asocia, general- mente, con la idea de un genio del mal, de las tinieblas, de un ser que proviene de la tierra. Es el animal que representa los poderes demoníacos. También está ligada al mundo funerario, a la tierra y a la muerte, pero también a la vida eterna. Está unida a los cultos de las divinidades ctónicas ( inframundo ) y de la fecundidad, de la salud, como Asclepio e Higía y a gran cantidad de héroes y semidioses, siempre aquí como un animal benéfico, como una expresión de la divinidad, dispensadora de bienes, salud y profecías, considerada como inmor- tal porque renueva su piel en primavera y renace cada año, como la vegetación. La serpiente era, en Grecia y Roma, el animal simbólico del dios de la medicina, Asclepio-Esculapio. La serpiente en las monedas griegas es un genio protector, que significa prosperidad y riqueza y que a su carácter de divinidad protectora de los hoga- res y de las ciudades y estados añade el ser una imagen habitual, conocida, que confiere a las monedas la fiabilidad casi mágica de su imagen bienhechora, además del respaldo económico de los templos de las divinidades con cuya figura se emiten. A partir del siglo IV d.C., un hecho fundamental tiene lugar en el Imperio romano: la conversión oficial al cristianismo. Este hecho, capital para la historia de las religiones, aportará nuevos datos sobre la serpiente. De nuevo las monedas servirán de propaganda de unas ideas religiosas, en este caso la serpiente será considerada como “el enemigo” de la religión triunfante, este simbolismo de la serpiente aparece por primera vez en los sóli- dos acuñados por Valentiniano III.

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Moneda de oro acuñada en Rávena, entre los años 426-430.

Anverso: Valentiniano III. Reverso: Valentiniano estante, de frente, portando larga cruz en su mano derecha y Victoria en la izquierda. El emperador pisa una serpiente que tiene un rostro humano.

DOS SÍMBOLOS DE LA MEDICINA: LA VARA DE ESCULAPIO Y EL CADUCEO Realmente son dos los emblemas de la medicina. El ortodoxo y verdade- ramente válido es la Vara de Asclepio, o Vara de Esculapio. Asclepio de los griegos o Esculapio de los romanos, era el Dios de la medicina, venerado en varios templos. Sus atributos eran representados por una serpiente que se encontraba enrollada en un bastón o vara. Por otra parte, lo que se conoce como caduceo, no es más que la insignia del heraldo, más conocida como atributo mágico de Hermes o Mercurio, mensa- jero de los dioses del Olimpo. Entre los romanos servía como bandera de tregua y en su origen consistía en una rama de olivo. En su forma más usual consta de dos serpientes enrolladas sobre una varilla sostenida por un par de alas. Los caduceos reemplazaron gradualmente el bastón de Esculapio, dios de la Medi- cina. Esta es una de las tantas apreciaciones que existen. Por mucho tiempo se pensó que el origen del símbolo de la Medicina estaba en la Mitología griega como atributo del dios Hermes o Mercurio, pero más recientemente se ha conocido que los arqueólogos han encontrado símbo- los semejantes en civilizaciones más antiguas como la asiria (de piedra tallada 30.000 años a.C. y de piedra pulida 6.500 años a.C.) y la caldea (3.000 años a.C.) así como en otras épocas, en la civilización egipcia y la fenicia.

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Es en la etapa greco-romana que muchos historiadores marcan el inicio del caduceo, sin mencionar las anteriores. De hecho, primitivamente fue una rama de olivo, otras veces fue una de laurel o de olivo de cabeza nudosa que se bifurca en dos y se enroscan para juntar sus extremos, después, artísticamente se cambiaron por las serpientes y se colocaron las alas de Mercurio. Los grie- gos lo tenían como báculo heráldico, representado por una caña entrelazada con hilos de lana; en la edad media fue un bastón cubierto de terciopelo flordelisado y así fue cambiando según la época histórica. Este caduceo fue el de Hermes o Mercurio, que seguía el tipo caldeo y fenicio. Ambos pueden ser utilizados como símbolos de la medicina, pero debe- mos precisar que el de Asclepio o Vara de Esculapio, es el símbolo ortodoxo, y que el caduceo de dos serpientes, es paradójicamente el más utilizado y más conocido universalmente. La diferencia es que la Vara de Esculapio siempre fue el signo de la medicina, mientras que el de Hermes fue utilizado erróneamente.

EL CADUCEO COMO SÍMBOLO SAGRADO DEL MÉDICO Es un símbolo cuya antigüedad resulta casi imposible decidir, ya que lo encontramos asociado a diversas deidades de características similares en to- das las civilizaciones.

Demetrio I. Bronce. Anverso: Cabeza de elefante reverso: Caduceo. Hacia 222-180 a C.

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POSTUMIA Denario de plata 74 a.C. Anverso: Piedad. Reverso: Caduceo.

Entre los egipcios, este símbolo de una vara con dos serpientes enrosca- das, se encuentra en monumentos tan arcaicos como los que anteceden a la aparición de Osiris como deidad entre los hombres. Los griegos tomaron de los egipcios la idea del caduceo y lo utilizaron con similar significado. Lo pusieron en manos de Hermes y de Asclepios, y más tarde los romanos lo hicieron con Mercurio y Esculapio. La palabra caduceo, proviene del latín “caduceum”, que a su vez deriva de otra palabra griega que se puede traducir como “heraldo” o “anunciador”. Pero, curiosamente, la raíz también incluye al gallo, el gran anunciador de la mañana, de la luz, de la aparición del Sol. Así, desglosando el sentido del mástil central como árbol, de la o las serpientes, de las alas y -en ocasiones- de la copa en la que bebe la serpiente, intentaremos llegar al simbolismo del Caduceo. Es en Grecia donde encontramos esta tradición más arraigada. Higía, diosa de la Salud, como hija de Asclepios, se relacionó también con la serpiente de Epidauro y una copa que se llegaría a convertir en el emblema de los farma- céuticos. En numerosas monedas aparece Asclepios con una serpiente consagra- da, denominada “paros” por su color cobrizo. Cuentan los sacerdotes de la época que las serpientes se introducían por la noche en la habitación de los enfermos, mientras éstos dormían, para devolverles la salud.

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Según Ovidio, el mismo Asclepios se había transformado en culebra para llegar hasta Roma y curar a los desdichados. Ante semejante prodigio, los romanos le levantaron un templo como dios sanador, eligiendo la cima de la isla del Tíber, donde había arribado la culebra, recordando el hecho con una piedra erigida en la proa de la isla. La espiral, símbolo estrechamente ligado al de la serpiente, es asimismo un Caduceo. A ello se puede agregar la doble espiral que corresponde al encadenamiento de los ciclos y se refleja en muchas deidades de tipo doble, como los Dioscuros, los Devas y Asuras, el dios Jano, Cástor y Pólux, etc. Hay muchos elementos sagrados en este hecho de cambiar de piel, es decir, renovarse constantemente. Por eso se relaciona la serpiente con la inmor- talidad. El emblema de los farmacéuticos está muy cerca del de los médicos y del de la diosa Higía de la Salud. La serpiente ya no se enrosca alrededor del bastón, sino alrededor del pie de una copa en la que ella va a beber. Esta copa contiene, seguramente, la bebida sagrada ofrecida por Higía. Este emblema es llamado también Caduceo. La serpiente toma su conocimiento de esta Copa-Matriz en la que la luz brilla eternamente, y según las tradiciones, es muy probable que esta copa sea de color verde, el rayo-color de la Tierra y el de Seraphis, dios por excelencia de la Medicina. En cuanto al bastón o báculo, recordemos lo que se cuenta de Mercurio, que separó a dos serpientes que combatían entre ellas, arrojándoles su bastón que quedó entre medias y se convirtió en símbolo de la paz. Este bastón es un símbolo tan antiguo que aparece desde el magdaleniense y lo reencontramos como báculo del peregrino o caminante en el Camino de Compostela. El caduceo es, así, emblema de la Concordia, símbolo de armonía y fuerza. Las alas, que están en el casco y en los pies de Mercurio, aparecen también en el Sol egipcio, en Amón-Ra, dando vuelo al espíritu que ha sido incubado por la Serpiente, por Kneph convertida luego en Ptah y en Imhotep. Son las alas del heraldo, del anunciador, las alas del Caduceo.

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Vara de Esculapio

Pergamon (BC 200-133) Anverso: busto de Asklepios. Reverso: vara con serpiente

La vara de Asclepio ó Esculapio para los romanos, es un antiguo símbolo griego asociado con la astrología y la curación de los enfermos. Consiste en una serpiente entrelazada alrededor de una vara larga. La vara fue, durante mucho tiempo, símbolo de la profesión médica, y la serpiente, que muda perió- dicamente de piel, simboliza, por lo tanto, el rejuvenecimiento. Asclepio era el dios de la curación en la antigua mitología griega. Fue instruido en la medicina por el centauro Quirón, y está relacionado con la constelación Ofiuco. Es común caer en el error confundiendo esta vara con el caduceo de Hermes (Mercurio para los romanos). La diferencia y la peculiaridad del bastón de Esculapio está en que no tiene alas y sólo asciende por la vara una serpiente. La serpiente se consideraba en muchas culturas capaz de resucitar a los muer- tos y Esculapio en su afán de sanación iba resucitando a la gente difunta que veía. A Hipólito hijo de Teseo Esculapio/Asclepio le revivió con una hierba milagrosa que le llevó la serpiente. Hades, Rey de los Infiernos, molesto por la reducción de los enviados a su reino fue a quejarse del uso que Esculapio hacía de la serpiente. Como medida salomónica, Zeus optó por anular la capacidad de la resurrección y dotándola solamente de la sanación. De ahí su estrecha rela- ción con el mundo médico.

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Este emblema apareció unos 800 años a. C., en tiempos de Homero. Según la mitología, Esculapio era hijo de Apolo y de Coronis; ésta era hija de Flegias, rey de Tesalia. Encolerizado Apolo porque Coronis estaba enamorada del hijo de Eratos, cuando nació su hijo lo dejó abandonado en el Monte Titón, donde fue amamantado por una cabra. Un pastor encontró al niño y lo entregó al cuidado del centauro Girón, quien le enseñó la medicina. Según otra leyenda, Esculapio estaba asistiendo a Glauco, cuando brus- camente cayó éste mortalmente herido por un rayo. Apareció en la habitación una serpiente y Esculapio la mató con su bastón; otra serpiente entró y revivió a la primera, metiéndole unas hierbas en la boca. Con estas mismas hierbas, se dice que Esculapio logró resucitar a Glauco. A ruegos de Plutón, dios de los infiernos, Júpiter hizo morir a Esculapio porque éste curaba los enfermos y resucitaba los muertos, y el infierno se quedaba desierto. Por solicitud de Apolo, Esculapio quedó inmortalizado, per- maneciendo entre las estrellas en el cielo.

Hierapolis – Agripina II – 49-59 d.C. Rev: Serpiente y bastón de Asclepios

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1230 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Pátera: Plato o cuenco de poco fondo que se usaba en los sacrificios antiguos.

Antoniniano de Máximo, 286-305. Lugdunum. Reverso: Salus con serpiente y pátera.

La copa de Higía

La copa de Higía es internacionalmente uno de los símbolos más conoci- dos de la profesión farmacéutica. Se trata de una serpiente enroscada sobre una copa o cáliz. La serpiente representa el poder, mientras que el cáliz es simbólico del remedio.

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El símbolo tiene su origen en la diosa griega Higía, hija del dios de la medicina Esculapio y hermana de Panacea, la diosa de la curación. Higía, la diosa de la salud y de la higiene, recibió de su padre el encargo de preparar los remedios que él empleaba. La copa es el receptáculo adecuado y condigno del poder curador, y contiene drogas potencialmente activas. La serpiente sagrada es la que va a infundirle la dynamis, la virtus que transforma la posis (bebida) en pharmakon (el medicamento).

Amonetación en Iberia / Hispania Iberia es el nombre con que los griegos conocían desde tiempos remotos a lo que hoy llamamos Península Ibérica. El historiador griego Heródoto (hacia 484 – 425 a. C.) cita ya el topónimo de Iberia para designar la península, que es conocido en todo el mundo griego. Hispania proviene del fenicio i-spn-ya, un término cuyo uso está docu- mentado desde el segundo milenio antes de Cristo, en inscripciones ugaríticas. Los fenicios constituyeron la primera civilización no ibérica que llegó a la pe- nínsula para expandir su comercio y que fundó, entre otras, Cádiz, la ciudad habitada más antigua de Europa Occidental. Los romanos tomaron la denomi- nación de los vencidos cartagineses, interpretando el prefijo i como “costa”, “isla” o “tierra”, con ya con el significado de “región”. El lexema spn, que en hebreo se puede leer como saphan, se tradujo como “conejos”(en realidad damanes, unos roedores similares al conejo extendidos por África y el Crecien- te Fértil). Los romanos, por tanto, le dieron a Hispania el significado de “ tierra abundante en conejos”, un uso recogido por Cicerón, César, Plinio el Viejo, Catón, Tito Livio y, en particular, Cátulo, que se refiere a Hispania como penín- sula cuniculosa (en algunas monedas acuñadas en la época de Adriano figura- ban personificaciones de Hispania como una dama sentada y con un conejo a sus pies).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1232 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Anverso: Áureo de Adriano, 117-138 d.C. Reverso: Figura simbólica de Hispania reclinada sobre unas rocas, con una rama en la mano y al frente un conejo.

Acuñaron monedas, griegos en el golfo de Rosas, fenicios en las costas del sur y en Ibiza, púnicos en el Guadalquivir, cartagineses fundamentalmente en Carthagonova, celtíberos en el sistema Ibérico, íberos en el Ebro y en todo el levante peninsular, berones y vascos en ciertas zonas del norte, oretanos y turdelanos en casi tosdo el sur. Cerca de 300 cecas, durante casi cinco siglos y en siete alfabetos distintos. El inicio del uso de la moneda no es uniforme en toda la península. Unas inscripciones sobre plomo de Emporion y Pech Maho evidencian la posible circulación monetaria en el siglo V a. C. En Massalia y Emporion se establecen unas colonias foceas, que con afán comercial y no expansionista se relacionan con los indígenas de la zona según testimonio de Livio. Una élite local utiliza su excedente de productos agrarias, en especial cereales para intercambiar con productos de lujo de los colonizadores. Así empieza a utilizarse la moneda emitida en otras zonas del mediterráneo y propi- cia las primeras emisiones en Emporion. Otra forma de llegar monedas, era el pago con monedas de plata a los mercenarios ibéricos participantes en guerras en el exterior. Así se han encon- trado monedas procedentes de Atenas, Sicilia o de la Magna Grecia. Esta acumulación de monedas puede ser más que un valor económico un bien de prestigio social.

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Se inician las primeras acuñaciones en Emporion y Rhode, a similitud de la vecina colonia de Massalia. Son monedas sin leyendas, lo que dificulta reconocer el emisor, muestran cabezas de divinidades o animales, son mone- das de poco valor para favorecer las transacciones económicas locales. A finales del siglo IV a.C. y principios del siglo III aparecen los dracmas de plata, moneda más fuerte, ya con el nombre de los habitantes de la colonia, rasgo que demuestra la intención de reivindicar una identidad y la conciencia política de estos habitantes. La expansión de las acuñaciones ibéricas tiene lugar entre el siglo III a.C. y hasta la mitad del siglo I a.C. Coincidiendo con la segunda guerra púnica, tiene lugar dos importantes causas. La primera se necesita una gran cantidad de numerario para pagar a las legiones, a los mercenarios y para poder proveer la manutención durante la invernada. La otra razón es satisfacer la fuerte presión fiscal de Roma. En el año 193 a. C. cuando el cónsul Catón termina su labor en Hispania, regresa a Roma con un enorme botín: 1.400 libras de oro, 5.000 de plata, 123.000 denarios y 540.000 monedas de plata ibéricas. Así aparecerán numerosas cecas, primero imitando los dracmas emporitanos, posteriormente serán denarios y ases. Las inscrip- ciones ibéricas se van sustituyendo por latinas. El inicio de la crisis que llevará a la desaparición de la acuñación de moneda en la Península, la podemos datar en el año 45 a.C. con la batalla de Munda. Esta victoria de César contra los pompeyanos representa la antesala al largo periodo de estabilidad política y de profunda romanización que va a suponer el periodo de Augusto. Hispania esta dividida administrativamente en dos provincias Citerior y Ulterior y sólo algunas zonas periféricas como la cántabra y astur está fuera de la dominación romana. Augusto en persona acudirá a la Península en el 26 a.C. para protagonizar la última expedición militar importante en Hispania y que le va a permitir ocupar toda el territorio peninsu- lar. Augusto permanecerá un tiempo en Tarraco proporcionándole un status jurídico y social que la convertirá en capital de la nueva administración territo- rial imperial: la Tarraconense. En esta situación sin campañas militares y con un sistema administrativo que regula la tributación, ya no es indispensable la emisión de tanta moneda ibérica. Después de César se extinguen las acuñaciones en leyenda ibérica y se cierran la mayor parte de cecas. Con Augusto y el Imperio aparecen una moneda con una nueva tipología en consonancia con el

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1234 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO culto imperial existente en estos momentos. Así en estas monedas aparecerán miembros de la familia imperial como Augusto y después Tiberio. Con Augusto la acuñación en el noroeste peninsular se reduce a las cecas más importantes: Dertosa, Tarraco, Emporiae, Caesaragusta. Todo este proceso desembocará primero con Tiberio, y definitiva- mente con Calígula, con la desaparición de todas las cecas ibéricas y con el final de toda acuñación de moneda en Hispania.

Cecas griegas en la península ibérica:

EMPORITON (Ampurias, Gerona). Fundada en el año 580 a.C. por nave- gantes focenses. Acuñó dracmas, hemidracmas, óbolos, hemióbolos y mone- das menores.

Emporiton. Dracma, después 241 a.C. Anverso: Cabeza de Arethusa a derecha, de estilo siciliano. Delante dos delfines y uno detrás.Reverso: Pegaso a derecha. Debajo EMPORITON.

RODETON (Rosas, Gerona). Aunque con un primer asentamiento fue en la colina de Santa María, se dice a inicios del siglo VI a.C., esta ciudad fue probablemente fundada con posterioridad a Emporiton. En el siglo III a.C. se amplió con la creación del barrio helenístico y entonces empezó a acuñar dracmas, primero con una rosa en el reverso.

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Dracma, inicios s. III a.C. Anverso: Cabeza de Perséfone a izquierda. Delante leyenda griega RODETON. Reverso: Rosa vista desde abajo.

Tanto Massalia, como Emporion y Rhode provocaron imitaciones de sus monedas entre los pueblos de sus circuitos económicos. Galos del Languedoc, celtas del Loira y también íberos del NE peninsular, copiaron y modificaron (durante el tránsito del s. III al II, aprox. entre el 218 y 195 a.C.) la deseada amonedación de plata de las colonias griegas. Con un peso teórico de 4,5 g y llamadas por Tito Livio “argentum oscense”, utilizan leyendas griegas, ibéri- cas o seudo-ibéricas de difícil interpretación. Las leyendas ibéricas iltirtar, iltirtasalir, ilirtasalirustin e ilirtasalirnai se han relacionado claramente con Iltirta ( Lérida ), que incluyó el lobo en las monedas y fue la ceca con mayor volumen de estas acuñaciones, barkeno y tarakon/tarakonsalir deben de ser Barcino (Barcelona) y Tarraco (Tarragona), iltirka (Iltirkesken), kese (Cese) y Orosis ( Caminreal, Teruel), antes de acuñar ases emitió dracmas de imitación emporitana con la leyenda Orose. As. Anverso: Cabeza viril imberbe a derecha. Delante dos delfines, uno detrás.

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Reverso: Jinete con lanza a derecha. Debajo OÀOŒI.( en alfabeto ibérico )

Cecas de la época republicana en la zona actual de Extremadura:

Arsa. Zona de Badajoz. Ciudad túrdulo-púnica que en la primera mitad del s. I a.C. acuña escasas unidades y mitades (AE) con palmas en su reverso y leyendas bilingües. Su ubicación es incierta, siendo buscada en diferentes localidades de la provincia de Badajoz, , Arsallenes, Villanueva o y .

Balleia. . Badajoz. Ciudad túrdula de localización desconocida en la provincia de Badajoz que en el tránsito del siglo II al I a.C. acuña una escasa serie en Ae (duplos y mitades) de metrología e iconografía púnico turdetana. El tesorillo del Cerro Hornachuelos y otros hallazgos indican que esta ciudad, no citada en las fuen- tes, se encontraba entre las villas de y Ribera del Fresno, concreta- mente en el término municipal de esta última.

Cuadrante de Balleia, s. II a. C.

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Tamusiens. Villasviejas del Tamuja. Cáceres. (Botija, Cáceres). Fundada en el siglo IV a.C. Población minera de trabajadores arevacos o de Sekaisa, dedicados a la minería del plomo argentífero. Acuñó ases en la primera mitad del siglo I a.C. Después pudo ser la ceca hispanoromana de Tamusiens, que tan sólo emitió ases, aunque sus monedas se hallan en Villanueva de la Serena (Badajoz).

As de Tamusia s.I a.C.

Turirecina. Zona de Badajoz. Localización incierta, posiblemente en las cercanías de Llerena o (Badajoz). Acuñó algunas emisiones de duplos (Ae) en fecha indeter- minada, posiblemente en la segunda mitad del s. II a.C., con una cabeza femeni- na en su anverso y leyendas bilingües, siendo totalmente latina su última emi- sión.

Cecas de la época del Imperio Romano: Provincia de la Tarraconensis. Colonia Iulia Gemella Acci / Guadix (Granada) Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino / Barcelona Municipium Augusta Bilbilis / Cerro de Bámbola - Calatayud (Zaragoza) Colonia Caesar Augusta / Zaragoza Municipium Calagurris Iulia Nassica / Calahorra (La Rioja)

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Carthago Nova - Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago / Cartagena (Murcia) Municipium Cascantum / Cascante (Navarra) Colonia Victrix Iulia Celsa / Velilla de Ebro (Zaragoza) Municipium Clunia / Coruña del Conde (Burgos) Insula Augusta - Ebusus / Eivissa - Ibiza (Baleares) Municipium Emporiae / Sant Martí d´Empúries - L´Escala (Girona) Municipum Ercavica / Castro de Santaver - Cañaveruelas (Cuenca) Municipium Graccurris / Eras de San Martín - Alfaro (La Rioja) Municipium Hibera Iulia Ilercavonia Dertosa / Tortosa (Tarragona) Municipium Ilerda / Lleida Colonia Iulia Ilici Augusta / La Alcudia de Elche (Alicante) Colonia Victrix Iulia Lepida / Velilla de Ebro (Zaragoza) Emisiones del Noroeste / ¿Lugo? Municipium Vrbs Victrix Osca / Huesca Municipium Osicerda / ¿La Puebla de Híjar? (Teruel) - ¿en el Bajo Ebro? Municipium Saguntum / Sagunto (Valencia) Municipium Segobriga / Cabeza de Griego - Saelices (Cuenca) Segovia / ¿Segovia? Colonia Iulia Vrbs Triumphalis Tarraco / Tarragona Municipium Turiaso / Tarazona (Zaragoza)

Provincia de La Bética: Abdera / Adra (Almería) Colonia Libertinorum Carteia (Karteia) / Cortijo del Rocadillo - San Roque (Cádiz) Municipium Gades / Cádiz Municipium Italica / Santiponce (Sevilla) Colonia Iulia Traducta / Localización incierta (¿Tarifa ?- Cádiz) Colonia Patricia / Córdoba Colonia Romula / Sevilla

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Provincia de La Lusitania: Municipium Liberalitas Iulia Ebora / Evora - Alto Alentejo (Portugal) Ciudad lusitana que en tiempos de Augusto acuñó sólo una emisión de dupondios y ases con los símbolos imperiales: busto del emperador en anverso y corona o instrumentos religiosos en reverso.

Ebora . Dupondio 27a.C - 14 d. C. Anverso: Cabeza de Octavio a izquierda. Alrededor PERMISSV.CAESARIS.AVGVSTI. Reverso: Aspérgilo, preferículo, símpulo y pátera. Alrededor LIBERALITATIS.IVL.EBOR.

Colonia Augusta Emerita / Mérida (Badajoz). Colonia fundada en el año 25 a.C. con veteranos de las legiones X (Gemina) y V (Alauda), bajo el legado de Augusto y el propraetor de Lusitania llamado Publius Carisius, que llegaría a ser la capital de la provincia Lusitana. Ceca con gran volumen de acuñación, la segunda en número de cuños de toda Hispania (tras Caesaraugusta) que presenta gran variedad de tipos, entre los que destacan los reversos de las puertas de la ciudad, el sacerdote con la yunta fundacional, los estandartes militares y los templos. Con Augusto y su monetario P. Carisius, Emerita tiene incluso algunas emisiones propiamente Imperiales, denarios, quinarios, dupondios y ases, fina- lizando sus acuñaciones en tiempos de Tiberio.

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Denario de Augusto de Emerita Augusta. P. Carisius, 25-23 a.C.

Colonia Pax Iulia / Beja (Portugal). Ciudad lusitana entre turdetanos o célticos que en época de Augusto acuñó una escasa emisión de dupondios (?) y ases con los símbolos imperiales: busto del emperador en anverso y alegoría femenina con caduceo y cornucopia (PAX ?) en reverso.

Pax Julia. As. Hacia el final s. I a.C. Anverso: Cabeza viril imberbe a derecha. Reverso: Mujer sentada a izquierda, sosteniendo caduceo y cornucopia. Delante PAX. Detrás IVL.

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Circulación de monedas por la península Por Iberia / Hispania circularon acuñaciones de otras cecas, de todo el mundo griego y romano, monedas provenientes del comercio y de la paga de los soldados romanos. De estas cecas provienen la mayoría de las monedas objeto de nuestro estudio en su relación con la Medicina.

La serpiente en la numismática ibérica En la Península Ibérica se encuentra también el tipo de la serpiente en algunas monedas. Así, en Cartago Nova (Cartagena, Murcia), donde se cono- cen las acuñadas por los partidarios de Pompeyo, durante las guerras contra César y luego por los duunviros quinquenales, que recogen varias veces el tipo de la serpiente como característico y peculiar. Y una alusión, la clara abre- viatura de SALVS, que no es difícil que fuese la divinidad principal, teniendo como agregado y secundario a Esculapio, hasta que su difusión por el Imperio hizo que éste tomase mayor importancia. También existen monedas unciales con el tipo de la serpiente en la Península Ibérica, como los semises de Cartago Nova, donde en época republicana romana se acuñó un as en cuyo anverso vemos una cabeza de Jano con las dos caras laureadas separadas por un ara, alrededor de la cual se enrolla una serpiente.

Pompeyo el joven. As. Ceca móvil en Hispania , 50-45 a.C.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1242 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Ebussus, en el siglo III a.C. emite también una moneda en la que vemos una serpiente. Se trata del tipo que lleva en el anverso el cabiro con serpiente y caduceo y una leyenda neopúnica.

Ebusus. (Ibiza, Islas Baleares) hacia 210 a.C. El dios Bes portando la maza y la serpiente.

Y el óbolo y el medio óbolo del 238-206 a.C. en cuyo reverso vemos a Bes de frente, con las manos en el vientre sosteniendo martillo y sierpe. En el anverso, es un toro parado con cabeza de frente. El mismo tipo de reverso se aprecia en las monedas de 1/2 calco que tienen en el anverso la cabeza de Astarté hacia la izquierda. Todas esta monedas repiten de una u otra forma el tipo de la serpiente como una constante, como una divinidad, genio o fuerza benéfica, de la que a menudo desconocemos su significación, aunque no pode- mos dudar de su carácter positivo.

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CONCLUSIONES En la Antigüedad la moneda, aparte de su función económica, constituía el principal soporte de propaganda política, ya que además de ser un elemento de primera necesidad para la vida cotidiana, se extendía rápidamente y por territorios muy alejados entre sí. Las noticias sobre victorias guerreras, las nuevas conquistas territoriales y la sumisión de pueblos rebeldes, a través de las monedas afirmaban, primero, el poderío de la República y más tarde del Imperio Romano. Es posible que al inicio, para los pueblos indígenas en contacto con las culturas del otro lado del mediterráneo, la moneda fuera incluso un objeto de posesión, como bien escaso y de prestigio. La moneda poseía un valor de trueque pero a la vez estaba respaldada por el emisor, y así pudo surgir la acuñación con símbolos como el del templo de Epidauro que como centro de poder de la época era garante de la moneda. Los símbolos de acuñación, representando la serpiente, el altar, la pátera, el caduceo, y los dioses de la Medicina, Vejovis, Asclepios- Esculapio , Hygieía y Salus, centran la temática en nuestro estudio. Salus es frecuente en la acuñación romana, en una primera parte homologada a Higía será símbolo del emisor y garante de la moneda. Posteriormente será una representación más asociada al emperador y al imperio. Así se refería a la salud del emperador. Como consecuencia del paso de Salvs Pvblica a Salvs Avgvsti, pasando por Salvs Caesaris, la diosa se convier- te en protectora del emperador y de su familia y por extensión, en garante del bienestar del estado. Su representación en las acuñaciones monetarias es utili- zada principalmente en caso de enfermedad del emperador, de algún miembro de su familia. También responde a épocas de epidemias, penurias económicas, escasez de alimentos por guerras, malas cosechas, etc. Las principales leyendas que acompañan a Salvs son, en un primer mo- mento Salvs Avgvsta, referida a la propia divinidad -la Divina Salud- , muy diferente de la posterior Salvs Avgvsti, referida, como dijimos, a la salud impe- rial. Con la extensión del Imperio se utilizará también Salvs Generis Hvmani, y durante el Bajo Imperio será común Salvs Rei Pvblicae. Al final del imperio romano de Occidente podemos observar acuñaciones muy flojas con el símbolo de Salus, tal vez era utilizada como símbolo conocido y como tal de prestigio para la acuñación de monedas.

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Y por último la serpiente considerada benéfica al inicio de su uso como símbolo, pasa a representar lo maligno por influjo del cristianismo, por lo que la moneda una vez más no solo es el medio económico por excelencia para las transacciones económicas sino que además sirve como medio de adoctrina- miento y transmisión de mensajes.

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BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.247-1.270 1247

Cáncer: investigando desde el paradigma biológico-cultural en Extremadura

DOMINGO BARBOLLA CAMARERO (UEx)1 Mª INMACULADA RUBIO MERINO (S. E. de Salud) DIEGO PERAL PACHECO (UEx)

RESUMEN Con la investigación (2006-9) bajo título “factores psico-socio-cultura- les como desencadenantes del cáncer” quisimos poner de manifiesto que más allá de las causas biológicas -albergadas en la información previa en algunos de los 30.000 genes del ser humano- y sus manifestaciones en el cuerpo de la persona afectada por cáncer, descubrimos que la persona activa esa informa- ción estructural genética en función del medio ambiente físico -estudiado am- pliamente por otros investigadores- y del medio ambiente humano en el que ésta desarrolla su vida. Desde las relaciones humanas ideamos una hipótesis de partida: el desencadenante de la enfermedad lo tenemos que buscar en las relaciones mal vividas con los otros significativos y sus posteriores pautas de conductas generadas por esa disfunción en la relación. Investigar esas viven- cias de significado -a través de historias de vida y entrevistas en profundidad- relevante en las personas enfermas y su posterior comprensión de las mismas -en lo que hemos llamado la necesidad vital de contarnos con coherencia narra- tiva nuestra vida-, fue el marco de análisis. Nuestro marco teórico se separa del paradigma celular -también llamado molecular- como única dimensión com-

1 BARBOLLA CAMARERO, Domingo: Antropólogo y Sociólogo, Profesor Titular de Universidad en la Universidad de Extremadura, imparte docencia en la Licenciatura de Antropología Social [email protected] RUBIO MERINO, Mª Inmaculada: Facultativo Especialista en Farmacia Hospitalaria del Servicio Extremeño de Salud. Ambos forman parte de la Unidad experimental de Antro- pología Oncológica de la Universidad de Extremadura. [email protected]. PERAL PACHECO, Diego: Médico y Antropólogo, Profesor Titular de Universidad de Extremadura, imparte docencia en la Licenciatura de Medicina. [email protected]

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1248 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

prensiva de la realidad del hombre enfermo, a lo que hemos llamado “paradig- ma biológico-cultural”.

Resultados, los libros El cáncer: investigando desde otro paradigma. Factores psicosocioculturales como desencadenantes, editado por MCGraw- Hill (2007) y El cáncer en niños y adultos: estrategia vital con sentido, editado por Entinema (2009), dan cuenta de la importancia del ambiente humano com- prendido desde el paradigma biológico-cultural y fruto de la investigación mostrada. Estos dos textos nos servirán de cauce para el desarrollo del artículo.

PALABRAS CLAVE: cáncer, antropología, paradigma biológico-cultural.

RÉSUMÉ Avec la recherche (2006-09) sous le titre “facteurs psico-socio-culturels comme déclencheurs du cancer” on a voulu mettre en évidence qu’au-delà des causes biologiques -logées dans l’information préalable dans certains des 30.000 gènes de l’être humain- et leurs manifestations dans le corps de la personne touchée par le cancer. on a découvert que la personne active cette information structurelle génétique en fonction de l’environnement -étudié largement par d’autres chercheurs- et de l’environnement humain dans lequel développe sa vie. Dès les relations humaines on conçoit une hypothèse de départ: On doit chercher le déclencheur de la maladie dans les relations mal vécues avec les autres significatifs et leurs postérieures règles de conduites produites par ce mauvais fonctionnement dans la relation. Faire des recherches sur ces expériences de signification -à travers d’histoires de vie et entretiens en profondeur- significative dans les personnes malades et sa compréhension postérieure de de ces dernières - dans ce que nous avons appelé la nécessité vitale de nous reconter avec cohérence narrative notre vie-, ça a été le cadre d’analyse. Notre cadre théorique est séparé du paradigme cellulaire - aussi appelé moléculaire- comme seule dimension compréhensive de la réalité de l’homme malade, ce que nous avons appelé “paradigme biologique-culturel”. Résultats, les livres El cáncer: investigando desde otro paradigma. Facto- res psicosocioculturales como desencadenantes publié par MCGraw-Hill (2007) et le cáncer en niños y adultos: estrategia vital con sentido, publié par Entinema (2009), rendent compte de l’importance de l’atmosphère humaine comprise depuis le paradigme biologique-culturel et le fruit de la recherche montrée. Ces deux textes nous serviront de voie pour le développement de l’article.

MOTS CLEF : cancer, anthropologie, paradigme biologique-culturel

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1249 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA

PARTIENDO DEL PARADIGMA BIOLÓGICO-CULTURAL A modo de organización teórica En el año 2007 salió publicado el libro Cáncer: investigando desde otro paradigma. Factores psicosocioculturales como desencadenantes, en el que mostrábamos experiencias de enfermos de cáncer en los que cabía interpretar una lógica holística más allá de la específica dinámica biológica que deja exento de responsabilidad al enfermo. Acostumbrados en nuestra civilización Occi- dental a entender la enfermedad y no al enfermo, a la expresión medible de sus células y moléculas adheridas a un ritmo natural alterado por distintos factores todos ellos cuantificados igualmente. Acostumbrados a dar por cierto la objetivación mecánica de pruebas realizadas por máquinas que nos permiten asegurar un diagnóstico cierto, acostumbrados, como decimos, por mostrar la material visualización de lo que el ser humano se conforma en biología; eso “otro” que se vive como verdad queda apartado y tildado como inexistente o en el mejor de los casos sin posibilidad de medir y objetivar y por tanto aparta- do del diagnóstico y de su posterior tratamiento. Eso otro es ese algo más que la pura materialidad biológica molecular, desde el lenguaje cotidiano manifesta- mos cordura al sujeto en su conjunto, al que siente, al que es cúmulo de su historia tanto como de su genética, a ese hombre o mujer que inexorablemente vive y muere en una comunidad, cultura específica en la que se hace lo que es, y por tanto como es. Inteligencia que busca descifrar a ese hombre en su vital unicidad, es ella la apuesta del primer texto lanzado a la crítica de los lectores, especialistas o no, con la continuidad de un segundo Cáncer en niños y adul- tos: estrategia vital con sentido (2009). Nuestro interés sigue siendo la comprensión de la persona enferma en su engranaje cultural y de forma holística sin desmembrar pieza a pieza al sujeto que vive en un continuo respirar. Queremos dirigirlo a las personas que han padecido la enfermedad y a todos aquellos profesionales que se centran en el enfermo y no en la enfermedad, a aquellos que dejan una puerta abierta a otras formas de entender no aprendidas en su formación académica. A estos que se acercan al misterio del hombre en su maravillosa complejidad, admirando el paso cotidiano sin aparente lógica biológica. El ser humano sigue necesitando de rumbo a pesar de ser este el puerto del que se sabe que no se saldrá jamás. Desposeernos de ello es como renunciar a la identidad que nos permite sobre- vivir y “casualmente” las historias de vida de buena parte de las personas entrevistadas han encontrado en el sentido la modificación biológica para cu- rarse. Hemos aprendido de las experiencias relatadas que desde esta perspec- tiva se cosecha admiración, belleza y paz, mucha serenidad al encontrar lógica

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1250 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO en el mismo centro del deterioro humano, la más de las veces expresión de la reconstrucción. Apuesta intuida desde el oír relatos de múltiples pacientes reconvertidos en sujetos activos, nuevamente activos, de su propia vida una vez superada la enfermedad. Será en muestras una y otra vez cotejadas desde donde extraer el mensaje unificador que queremos exponer en estas páginas, de él saldrá la orientación para esas otras vidas que procedan por el mismo sende- ro, bien de derrota abocados a un fatal desenlace o bien hacia el camino de lo nuevo: la reconstrucción de sus vidas. Será el artículo que mostramos un continuador de esta perspectiva, siem- pre necesaria para comprender a ese humano que enfermo solicita no sólo su curación -entendemos que también ayuda a ello-, sino completar el ciclo vital comprensivo de lo significado, de lo vivido desde la inteligencia.

Objetivos Nuestro objetivo básico fue abrir una nueva vía de conocimiento sobre la enfermedad del cáncer, poniendo el énfasis de análisis en el ambiente humano. Desde las relaciones humanas ideamos una hipótesis de partida: el desencadenante de la enfermedad lo tenemos que buscar en las relaciones mal vividas con los otros significativos y sus posteriores pautas de conductas generadas por esa disfunción en la relación. Los distintos cánceres estarán en relación con el ámbito específico en el que el paciente esté inmerso. Los distin- tos roles en los que cada sujeto está inmerso, en función de su género, edad, status social, tienen una relación específica desencadenante. Será en la cons- trucción de la personalidad -fundamentalmente en los cambios de edad signifi- cativos- en los que buscaremos el momento desencadenante (suelen ser actitu- des adaptativas a un entorno humano específico) de la enfermedad. Investigar esas vivencias de significado relevante en las personas enfer- mas y su posterior comprensión de las mismas -en lo que hemos llamado la necesidad vital de contarnos con coherencia narrativa nuestra vida-, será el marco de análisis. Buscábamos paralelismos entre distintos enfermos, correla- ciones en los mismos tipos de cáncer, investigando en el último año el factor género en su rol cultural establecido en nuestra sociedad. Ser hombre y ser mujer enfrenta al individuo portador de una sexualidad específica a “riesgos” culturales específicos que mal vividos generan patologías asociadas a la cons- trucción social del género. Una mujer sumisa ante la obligación de serlo ante su marido, puede enfrentar toda su personalidad a un proceso de liberación -el llamado deber ser de igualdad entre géneros- que de no encontrar salida cons-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1251 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA ciente en su realidad, puede desencadenar la enfermedad -siempre que en sus genes alberguen esa información- como proceso “inteligente” de encontrar una salida a esa contradicción entre lo que vive y a lo que aspira2. Poner en valor estos mecanismos de ajuste en la mente de las personas que enferman, que ellos mismos nos relatan fue un objeto de esta investiga- ción. De poner en referencia científica nuestras hipótesis habremos dado un paso más en la comprensión global de las personas que enferman de cáncer, mostrando el camino necesario para que los especialistas oncólogos se intere- sen también por la historia humana de esa clínica que van creando en sus informes. Si estamos en lo cierto, investigar desde esta perspectiva nos ha de abrir caminos para un mejor conocimiento de la enfermedad y por tanto de su curación. Nos acercamos a pacientes que ya no lo son, a los triunfadores de los distintos cánceres, a aquellos que han salido victoriosos de uno de los grandes lastres de nuestra sociedad, pero también nos servirán de informantes los que ya no están, aquellos derrotados por su propia imposibilidad de adaptarse a un ambiente muchas veces no tan humano como cabría esperar. Ellos, los que ya no están -a través de las historias de sus familiares y amigos- nos dejarán también su rastro de conocimiento. A todos ellos nos acercamos, conscientes de navegar por tierras pantanosas, las mismas que representa el milagro de estar vivo y la sabiduría que nos puede mostrar la enfermedad, las personas enfermas. Somos conscientes de que tenemos que hacer inteligible lo que pare- ce disperso y sin sentido, debiendo demostrar a la comunidad científica que así funciona el ser humano, que todo tiene esa unidad psico-somática. No busca- mos explicaciones metafísicas, tan solo evidencias científicas, eso sí, en un terreno menos explorado por el método descartiano. Tenemos el desafío ante nosotros, sigue siendo el momento. Quedará reflejado un marco teórico necesario para abordar estos objeti- vos, separándonos del paradigma celular como única dimensión comprensiva de la realidad del hombre enfermo. Racionalizar el discurso de “ese algo más” que no aparece en las células aisladas, es ya un reto que nos pertenece para dar coherencia a nuestro discurso. En ello trabajaremos intentando ser referen-

2 Hemos visto pacientes de cáncer en los que esta lógica tiene todo el significado

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1252 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO te de coherencia en una mejor comprensión de aquello que desencadena esta temida enfermedad.

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN La metodología del estudio fue un entrecruzado interdisciplinario de co- ordenadas teóricas, así como de métodos y técnicas, cuantitativas y cualitati- vas de Ciencias Sociales, particularmente de la Sociología, Antropología y Sicología Social, así como Ciencias de la Salud (medicina y farmacia).

Los métodos y técnicas de investigación fueron las siguientes: 1. Consulta de fuentes secundarias y literatura sobre este tema. 2. Entrevistas con investigadores que trabajen en el cáncer desde el planteamiento descrito o similar. 3. Entrevistas en profundidad a personas afectadas por la enferme- dad. 4. Historias de vida de personas que hayan padecido y superado la enfermedad 5. Entrevistas en profundidad a familiares y amigos de personas falle- cidas por la enfermedad. 6. Análisis general, comparación con otros estudios y redacción fi- nal.

De forma algo más detallada relatamos cada uno de estos apartados: 1.- Consulta de fuentes secundarias y literatura sobre este tema. Nos centramos en el análisis detallado de la literatura ya mencionada en el apartado de resumen y antecedentes y estado actual del tema, así como nueva literatura de investigaciones relacionadas con la pers- pectiva de la medicina psico-somática y de aquellas experiencias a las que tengamos acceso relacionadas con los aspectos culturales del cáncer.

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2.- Entrevistas con investigadores que trabajan en el cáncer desde el planteamiento descrito o similar. Puestos en funcionamiento las pri- meras tareas consistieron en hacer un banco de datos de cuantas investigaciones se realizan en España, resto de Europa y los EE.UU., en las que se tenga en cuenta influencias de factores culturales en el desarrollo de la enfermedad. Uno de estos factores más trabajados es el tabaco, coincidiendo de forma unánime que este hábito conduce -en muchas ocasiones- a cáncer de pulmón; si bien en este tipo de cáncer es evidente la causa externa -pero nada o poco se dice de las motivaciones del fumador para consumir este producto-, otras pautas culturales desencadenan también cánceres varios. Preguntar a profe- sionales que enfaticen sus estudios sobre este aspecto de la enferme- dad será de las primeras tareas.

3.- Entrevistas en profundidad a personas afectadas por la enfermedad. Esta fue la técnica más importante y a la que dedicamos más atención, así entrevistamos a 100 personas afectadas por cáncer -por distintos tipos de cáncer- que bien estén aún en tratamiento o que se considere que hayan “superado” la enfermedad, hasta sumar las cien en los tres años. La muestra se realizó a través de las distintas asociaciones que trabajen en este ámbito y de particulares afectados, invitando a todos aquellos asociados que quieran voluntariamente forma parte de la investigación3 hasta completar la muestra. Se realizaron varias entre- vistas a cada persona de dos-tres horas de duración hasta que consi- deramos que la información aportada no daba más de sí. La entrevista fue abierta, con un único tema de interés: su enfermedad. Se pretendió que la conversación girase una y otra vez sobre el acontecimiento vital como es el desencadenamiento de la enfermedad, su tratamiento y posterior salida de la misma -de ser este el caso-. La significación que el paciente da a los hechos acontecidos, la correlación de facto- res que nuestros informantes nos aportaron fué el material de análisis. Hemos partido de un paradigma básico: el ser humano necesita con-

3 A través de esta forma de seleccionar la muestra estamos empezando ya la investigación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1254 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

tar-contarse su historia desde una argumentación narrativa con cohe- rencia; la búsqueda de esa coherencia debe aparecer en el discurso hablado que se trasmite al entrevistador. Este debe ser capaz de “orien- tar” en la búsqueda, ayudando a buscar coherencia en los hechos aparentemente dispersos. Acontecimientos vividos por la persona enferma transformada en informante de su propia historia; es esta la que nos interesa, el discurrir de los hechos teñidos de significado que unidos a las distintas historias nos pueden mostrar el acontecer en la dinámica de la enfermedad. Lo estamos haciendo, los pacientes nos informan de su lógica en la unicidad de cuerpo-mente, en esa misma que han teorizado los filósofos, ellos, los hombres ordinarios en su adaptación al entorno cultural nos deben mostrar el discurrir patoló- gico que no sólo muestran sus cuerpos, ellos mismos son esa disfunción en la adaptación.

4.- Historias de vida de personas que hayan padecido y superado la enfer- medad. Esta técnica la aplicamos a cinco personas afectadas, de igual forma seleccionadas en función de la voluntariedad y de tipología de cáncer diferenciados. Pretendimos comprender como episodia el pa- ciente la enfermedad dentro de su contexto vital, desde donde pauta su comportamiento: apoyo familiar, tipo de trabajo, experiencia vital, religiosidad, etc. Queriendo poner de relieve que la enfermedad no es únicamente una patología biológica, ha de tener sentido más allá del espacio celular anárquico de un cuerpo que tiene que ser entroncado en un ambiente humano, sea este positivo o no. Al principio del relato biográfico suelen salir los antecedentes familiares –no siempre se tie- nen- de la enfermedad, un tío, una madre…, pero después se hila en las relaciones humanas –se empieza a recordar y a comprender-. Esta técnica de investigación nos permitió comprender en un contexto de experiencia individual el engranaje cultural en el que se desenvuelve el paciente –hoy triunfador- . De nuevo los valores imperantes y su contraste con lo real en lo cotidiano, el deber ser con el ser, lo ideal con lo real, lo uno y lo otro entretejen a la persona en un respiro de alivio o en un mar de confusión; se vive y se muere con los otros y por los otros, la historia de vida nos arroja luz desde su hermenéutica. Los pacientes, sujetos culturales específicos, se recrean en lo posible de los otros, en su aceptación o su rechazo forjan biología en su actuar, su historia de vida nos desvelará este engranaje.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1255 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA

5.- Entrevistas en profundidad a familiares y amigos de personas falleci- das por la enfermedad. Hemos considerado importante también reco- ger la información de aquellos enfermos que no han superado el tran- ce; la muerte les sobrevino a consecuencia de su dolencia, son los testigos mudos de nuestra historia colectiva. Queremos que dejen de serlo, no pueden llevarse su misterio al otro lado, al lugar de los de sin vida y podemos “dialogar” con ellos, con lo que queda de ellos en la memoria de sus personas queridas, de los agentes que formaron parte de su drama. Familiares cercanos nos pueden “contar”, en ellos tam- bién están los acontecimientos, una parte de los mismos, seguramen- te los más significativos por su dureza y quizás por su ternura en el desenlace…es mejor así, ha dejado de sufrir… frase repetida cuando ves el agonizar -después de una larga enfermedad- a uno de los tuyos. Estamos abiertos a traspasar ese umbral, sabedores de su dificultad, de parecernos todos impresiones subjetivas de alguien que ya no está alejado, por tanto, de la pulcritud científica en un tema que repre- senta tanto para todos, sobre todo para aquellos profesionales que se enfrentan día a día ante decisiones que conllevan la vida o muerte de sus iguales. Somos conscientes de los misterios que nos quedan por descubrir desde esa apuesta al confiar en que el conocimiento tam- bién está en el recuerdo de los cercanos…pocas veces se ha buscado desde este espacio. No fuimos locos por intentarlo; es posible ras- trear el recorrido de otros ser humano en lo que fue, esa fue nuestra apuesta al ponernos a funcionar desde esta técnica de investigación social.

6.- Análisis general, comparación con otros estudios y redacción final. Durante todo el proyecto de investigación las distintas áreas de co- nocimiento tuvieron su tarea específica. Así la información aportada en la entrevista en profundidad -o en la historia de vida- fue cotejada -no en todos los casos- con el expediente clínico del paciente informa- do y valorado por el médico del equipo de investigación. El trabajo de campo con los pacientes lo realizaron los antropólogos. Cada expe- diente informado y valorado en sus componentes biomédicos fue tratado en grupo con la información proveniente de las entrevistas personales. La conclusión de cada persona investigada aportada por todo el equipo. De igual forma en el trabajo de análisis general y comparativo participarán todos los miembros del equipo investiga-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1256 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

dor, reservándose la redacción final para el investigador principal con los datos y valoración de todo el equipo. Similitudes y diferencias fueron puestas en evidencia en relación a estudios similares.

MICROHISTORIAS CON SENTIDO EN EL DESARROLLO DEL CÁNCER En este punto de la comunicación ilustramos con 12 historias de vida4 -muy en síntesis- la lógica de sentido a la que nos estamos refiriendo una y otra vez. El entramado de relaciones de las personas enfermas de cáncer nos acerca a comprender el por qué de la enfermedad, a dar un paso más que la descripción biológica en su patología reconocida a través del diagnóstico clínico. La vida narrada y reconocida como verdad forma parte sustantiva de la persona enfer- ma, sus preguntas necesitan de respuesta. De igual modo las necesidades básicas no satisfechas requieren de acciones que alberguen posibilidades de cumplimiento. Hemos visto historias de personas que tras esta enfermedad han encontrado cubrir esos espacios derrumbados de su vivencia en la sociedad; la estrategia al enfermar tenía sentido en múltiples ocasiones que relatamos en este apartado. Tanto los adultos como los niños encuentran en esta enferme- dad una posibilidad de cambio, de encuentro con lo mejor de ellos, con la fuerza para seguir el sendero al que temiendo no podían conscientemente escoger. Algunos nos han llegado a decir “es lo mejor que me ha pasado”. Seguidamen- te reflejamos esas experiencias.

Informante 1...orden tras la muerte en una vida desordenada El día 24 de octubre de 2006, nuestro Informante 1 (en adelante Inf.1) ha fallecido, y hasta el último suspiro ha negado la enfermedad, los momentos finales de su vida han sido un paseo por su historia, consciente de que el fin estaba cerca ha intentado reconciliarse con los suyos, sus vecinos, sus familia- res y con su hijo, (en varias ocasiones tal vez en un regreso a la normalidad convivencial, al encuentro con la parte humana de identificación con tu propia

4 Hemos puesto de relieve que la investigación completa tuvo una muestra de 100 personas afectadas por cáncer, reflejamos 12 casos mostrados ya de forma más amplia en los libros fruto de la investigación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1257 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA sangre, asumiendo la responsabilidad que ha estado ausente en todo su tra- yectoria vital, sus deseos de protección a su prole se hicieron presentes y así, manifestó el deseo de ser acompañado en su tránsito por su hijo enfermo terminal y que agonizaba apagándose lentamente. Su petición se hizo realidad y en enero de 2007 el menor se unió a su padre). Alguien con una vida tan cruda, tan violenta, tan al margen de lo normativo cuando tiene la muerte cercana intenta acoplarse la norma, al sistema de convivencia, a la estructura social de referencia. Informante 1 buscó en sus últimos días la paz interior deseando la paz de sus próximos, el panorama de dolor y sufrimiento que estaba cercano a dejar, le dolía más que su propia realidad que pese a su convencida y reiterativa negativa de la enfermedad del cáncer le estaba llevando a dejar a los suyos. Esta reconciliación la manifestaba en sus continuas salidas, siempre que los efectos del mal que padecía se lo permitían, a la calle para hablar, pasear con los vecinos a los que en su mejores momentos incordió, amenazó incluso agredió, y que éstos en la aceptación de la redención del vecino díscolo y trasgresor y llenos de la comprensión y lástima por el igual cuyo fin ven cercano, asumen como sincera. Su marcha es aceptada como mal menor, incluso con un tímido alivio por parte del entorno familiar, la protección que el sistema social da a la mujer compensará la ausencia del ser y supondrá un respiro para su compañera que durante tanto tiempo ha estado sometida a la voluntad de su marido. El resto de la unidad familiar, pese al dolor de la pérdida del ser querido, se mueve en los mismos términos de ver la ausencia como un respiro en su difícil convivencia cotidiana con el progenitor. Tras los meses transcurridos la familia, ya sin Inf.1 y sin el hijo, parece vivir en un estado de relajación, de serenidad sin preceden- tes; los ritmos de la convivencia son más pausados, los gestos de tensión permanente han desaparecido de la expresión del otro hijo, preadolescente, y de la hija pequeña. Parece como si el cáncer se hubiera llevado consigo la tensión y la violencia. La familia empieza a vivir, estrategia póstuma en caridad, por tanto.

Informante 2...tiempo de reconciliación Se me fue la voz, a Inf.2 se le fue la voz un día cualquiera a pesar de tener fecha exacta, el día 18 de marzo de 2007 le diagnosticaron un cáncer de pulmón, las células pequeñas eran las responsables…, ella bien lo sabía dada su condi- ción también de profesional de la sanidad. Marido y dos hijos adultos fruto de sus cincuenta años la enfrentaban a la dolencia que tantas veces explicó. Lo

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1258 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO peor que he llevado, nos manifiesta, es no verme estéticamente como antes, mi coquetería de mujer al perder el pelo, me ha costado mucho acercarme de nuevo a mi marido. Es ahora cuando tiene una “causa” para no hacerlo, sus continuos reproches hasta hacerme valer menos tiene la réplica en forma de alejamiento hasta que vuelva de nuevo a sentir ese amor que le tuve, pero ahora es el tiempo de alejarme como compañera carnal… Por fin Inf.2 recuperó la voz en su trabajo, más que nunca después del cáncer tiene expresión propia ante sus compañeros y ante los alumnos, es uno de los logros de la enfermedad. Me permito decir lo que pienso, nos dice, algo nuevo para mí, sigue reconociendo. Ser una misma ante el marido y el trabajo para ser la consecuencia de su estrategia en esto de enfermar de cáncer. A pesar de todo el dolor de esta época de su vida ha vista el amor de sus hijos y la entrega de su marido como nunca ocurrió, la responsabilidad de todos ellos con la casa, la cercanía de sus hermanos. Está feliz y contenta porque ha recu- perado a muchas personas que tenía olvidadas y he dejado de ser demasiado responsable, demasiado perfeccionista según ella misma reconoce y disfruta con lo que está haciendo, curiosamente lo mismo, pero de otra manera, de otra manera. Quizás este tiempo de encuentro sea el fruto que la vida le da, sabemos ahora que se encamina al final..., seguramente mereció la pena.

Informante 3...lo mejor que me ha pasado en la vida No es fácil encontrase con personas como Inf.3, pero tampoco es del todo infrecuente, son activas militantes de la búsqueda personal y conocedo- ras del sentido de la enfermedad, concretamente de esta enfermedad. Nuestro proyecto la pareció desde el principio una buena idea, mejor que eso, su propia legitimación para él, pensamiento puesto al servicio de la expresión biológica de su experiencia. Inf.3 está convencida que tras la enfermedad se esconde “basura emocional”, vidas desprovistas de sentido o mal orientadas estas. Su recorrido vital es un acontecer que debe mucho al diagnóstico del cáncer, a ese liposarcoma de su pierna derecha detectado y tratado con cirugía allá por el año 1984 cuando en Extremadura estas cosas apenas se conocían y desde luego no había medios para su tratamiento y curación, de ahí que el médico que la diag- nosticó le diera como mucho seis meses de vida. Pero no sólo salió airosa de ese terrible pronóstico sino que orientó su vida y hoy, desde la perspectiva del tiempo pasado, reconoce que fue la mejor estrategia que pudo darse para dar sentido a su vida. Los límites reconocidos en día a día no merman la sensación de estar haciendo aquello que”debía” hacer. Su presente está cargado de sen-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1259 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA tido y la paz y el bienestar la pertenecen sin mayor complicación. Nunca más que ahora la felicidad aborda sin estridencia buena parte de su existencia. El cáncer, nos dice, “me hizo plantearme la vida en todos los aspectos” y el resul- tado es esta paz reconocida por nuestra ex enferma. Inf.3 nunca tuvo mala relación con su padre, por lo menos hasta que en los últimos años de la vida de este y superada la enfermedad del cáncer con sus cambios básicos de actitud permitieron abandonarse al amor entre padre e hija, negado desde siempre y milagrosamente encontrado. No hubiera llegado a forjar esa paz con su padre de no haber mediado la enfermedad en su vida, nos verbaliza. Es una de las mayores satisfacciones emanadas del cambio posterior al cáncer.

Informante 4...mejor enfermar que perder a tu mujer Ha aprendido a valorar las cosas de otra manera y sobre todo a descubrir lo bueno que es la entrega y la unidad de todos, entiende que sus creencias y la ayuda de Dios le han servido de apoyo, cree porque necesita creer para vivir. Ha reflexionado sobre los valores que tiene que tener, ahora se siente más grande y vive de otra forma, es más comprensivo con los demás. Le ha impre- sionado el cariño que le tiene todo el pueblo a los dos y eso es porque algo bueno tendrán, es gratificante haber descubierto cuánto les aprecian. Se ha visto arropado por todos, la gente le para por la calle para preguntarle cómo está y siente el apoyo y los buenos deseos de todos. El lleva tiempo deseando que su mujer deje la política, de hecho esta legislatura no se iba a presentar, lo tenían hablado pero al final las presiones fueron muy fuertes y no pudo decir que no, pero está ansioso por recuperar a su mujer, siente la necesidad de tenerla cerca, de que esté a su lado para cuidarla y ser cuidado por ella. Cree que esta vez sí va a ser posible, no puede haber una excusa más grande que tu propia vida.

Informante 5....cuando no es posible ser madre Inf.5 es una mujer de 47 años de edad afecta de cáncer de mama, en su seno derecho. Está casada desde los veintidós años y es madre adoptiva de dos niños, una niña de 12 años y un niño de 9 años. Es universitaria, al igual que su esposo y trabaja en un organismo público y si debiésemos encuadrarla en una clase social, pertenecería a la clase media. Cuando llega el momento de hablar del cáncer Inf.5 se expresa de la siguiente manera, “lo del cáncer fue un palo muy duro... tuvo un principio y un fin, fue un shock muy grande y luego se

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1260 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO fue deshinchando. No es algo que tenga aquí (Inf.5 acompaña esta frase tocán- dose la sien con el dedo índice), me lo recuerda la cicatriz y la ausencia de regla. Arcadia se refiere a que su cáncer de mama es hormonodependiente, con lo cual no es recomendable que exista una actividad hormonal. Por lo cual, si el propio tratamiento no provoca una amenorrea, se induce una menopausia me- diante tratamiento. “Lo de la regla me angustió, lo llevé fatal... había tenido mi regla durante treinta años puntualmente, deseando que se fuera y ahora se había ido”. Inf.5 se queja de la poca sensibilidad por parte del oncólogo que la trató hacia este tema. Cuando preguntó, o casi se quejó de la ausencia de regla, le respondieron con indiferencia y con una frase que le impactó. “Y qué impor- ta, además tú ya no estás para pegar muchos tiros”. Inf.5 considera: “que esta enfermedad lo que me ha hecho, es echar años encima”. Insiste sobre el tema, y me explica que la importancia de esta menopausia, con cuarenta y cinco años, se debe a: “he tenido el convencimiento de que tarde o temprano me iba a quedar embarazada. Nunca he perdido la esperanza”. Este cáncer de mama es la expresión de esa imposibilidad, que vivencia, de eludir esa norma social, que le obliga a ser madre. La enfermedad se manifies- ta en su seno derecho. Los senos en nuestra cultura son el símbolo máximo de la feminidad, en su doble vertiente, la sexual y la materna. Por un lado lesionan- do su seno, manifiesta un rechazo a su condición de madre, no desea esos órganos, porque no los necesita para alimentar a ningún hijo, porque no quiere hijos. Por otro lado un cáncer de mama, puede llegar a ocasionar una disminu- ción de la líbido, por lo cual estamos castigando al representante social de la norma, su esposo.

Informante 6...viene el descanso Si tomamos la fecha en que debuta su cáncer, tan sólo seis meses des- pués de su matrimonio, es decir después de la separación definitiva de sus progenitores. Podemos observar, cómo estos momentos están cargados de una gran dosis de angustia, que ella atribuye a los viajes y al mal funcionamien- to de su lugar de trabajo5. En el momento que Inf.6 enferma, vuelve al hogar de sus padres para que la cuiden, junto a su esposo. Es decir, vuelve a establecer-

5 El ámbito laboral, le origina una gran tensión emocional.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1261 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA se el lazo íntimo de unión con sus progenitores. En su caso, estaríamos ante una persona que cumple todos los requisitos sociales exigibles a su condición y sexo. Estudiante universitaria, trabajadora y con pareja. Sin embargo hay algo en ella que no se adecua exactamente a los parámetros exigidos. Todas estas normas sociales, para las que se ha preparado, dejan a un lado su convivencia con sus padres, hecho que ella no puede asimilar, desarrollando una patología, que obliga a volver a la situación anterior. Se establece un conflicto, Inf.6 ha alcanzado la edad en que socialmente debe comenzar su vida de forma indepen- diente, sin embargo ella no se siente preparada. El trabajo es un elemento de conflicto, los desplazamientos, le originan un gran estrés, y a ello se añade su matrimonio. No puede con esta nueva situación, que se va gestando desde el momento que comienza la formación secundaria. Por lo cual el cáncer se desen- cadena, volviendo a ser objeto de los cuidados paternos6. Cambia de lugar de trabajo y ya no debe viajar, con lo cual desaparecen las condiciones de estrés.

Informante 7...muerte para rehacer una familia Inf.7 murió de cáncer de forma repentina, no más de un mes conviviendo con la enfermedad en sus cuarenta y pocos años. Murió nada más recibir el diagnóstico nos diría su mujer, quiso morirse nos sigue relatando; son frases en el momento -de esto hace algo más de un año- de estar dispuesta a contar desde su memoria el por qué de la muerte de su marido, sin embargo ahora parece que apenas nada de esto tiene sentido. Todo ha cambiado, la joven viuda y su hijo adolescente después de pasar por un periodo convulso ha encontrado un cauce de serenidad como ningún otro momento. No tiene senti- do volver al pasado, a pesar de estar de acuerdo con nuestras tesis en esto del enfermar no encuentra sentido el hablar de la muerte de su marido. Nuestra informante en su silencio nos desvela algo muy importante como es que la muerte de una persona forma parte de un entramado más amplio y todo queda en la memoria de esos familiares y amigos tal y cómo significó en vida. Por otra parte si el pasado no tiene densidad, si no hay apetencia por desvelar -sobre

6 Inf.6, vuelve a su hogar, durante el tratamiento del cáncer.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1262 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO todo en una persona que constantemente se pregunta- es que el triunfo de la vida, de la vida consciente o inconsciente ha hecho su trabajo; lo importante es el cambio producido, el eficaz cambio como fruto de la estrategia puesta en marcha, incluso la muerte es un camino con sentido que debemos comprender y respetar. Volver al pasado puede ser una onda que ha finalizado su recorrido en el estanque de la vida de una persona, se reconoce la calma del momento y la inapetencia a mirar a ese pasado sin densidad de intensidad y significado en el presente; esto demuestra la labor realizada por el cambio producido; ya nada hay que mirar, nada moviliza nuestra voluntad para comprender aquello com- prendido desde la acción consciente o inconsciente, el juego de la mente nos empuja al presente y al futuro, ese agua pasó en un tránsito lejano. Esto parece haber ocurrido en la viuda de Inf.7, posiblemente la muerte de su marido fortifi- có a la desconsolada viuda y sirvió de soporte -económico también- para em- prender nuevos retos desde el respetuoso recuerdo. No sabemos el por qué de la muerte de Inf.7, de la causalidad simbólica que andamos indagando, pero es seguro que la rapidez, lo inesperado de su juventud y el semblante sereno de su mujer pasado un tiempo prudencial para asimilar el dolor y la separación nos habla de apuesta vital de Inf.7 por abandonar este mundo y dejar hacer a los suyos.

Informante 8... hacer volver a la hija Nos educamos valorando más a unos seres humanos que a otros, no es de extrañar, por tanto, la importancia que cobra para una madre sus hijos. No todas son capaces de vivir en el “nido vacío” y la ausencia, sobre todo prolon- gado y distante, genera temor en forma de constante ansiedad. Una hija en el extranjero con posibilidad de permanencia anuncia esta disposición en una madre con vocación para serlo eternamente. Este será el caso narrado, el último grito de atención para hacer volver a una hija a espacios controlados en el psiquismo de la madre. El desarrollo de la leucemia hizo que la hija ausente se planteara su futuro más cerca; “milagrosamente” doña Inf.8 pudo con la enfer- medad y el susto que a todos dio quedó superado al concluir la estrategia puesta en marcha por la amante madre.

Informante 9... cuando la familia es el único sentido Inf.9 vivió su vida hasta completar su ciclo responsable con ella misma, y ella estaba cimentada en la familia y en el ser útil a los demás, a la sociedad en general; principios de no engañar a los clientes, ayudar siempre a los amigos y

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1263 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA trabajar duro para su familia eran sus señas de identidad que le forjaban una mirada justa de él mismo. Al cambiar el escenario de su vida la estrategia cohe- rente fue adelantar la muerte, su propia muerte. De alguna forma controlamos la lógica de nuestro actuar tanto normativa como biológica, entramados estas dos realidades hasta ser una única, esa que decide desde el conjunto. Inf. 9 decidió desde la lógica de su propia vida, desde la conformación de la realidad, de la marcada por todo una vida, desde los “memes” insertos y hechos biología en el cerebro, desde la coherencia biología-cultura. Se fue una vida, interpreta- da desde nuestros paradigmas como temprana, prematura, pero con la lógica argumentada, cimentada en el propio entramado forjado en su vivir cotidiano, esa estructura de creencias, relaciones, roles asumidos le llevaron a acabar en su propia lógica que construyó en su vida, al cambiar el escenario cultural, su cotidianidad continuo en su coherencia, fue la hora de completar la obra, la suya. El cáncer sólo fue el instrumento, el peón ordenado para desmembrar a un sujeto desde su biología hasta desaparecer en esa misma lógica, quizás hasta llegar a otra de la que nada conocemos desde nuestra propia consciencia, o quizás sí a tenor de la universalidad del referente religioso de los pueblos. Inf.9 se fundió en su propia lógica, como lo haremos todos.

Informante 10...ayuda para encontrar nuestra vocación La vida de Inf.10 tiene un sabor especial, bondad cimentada en la dulzura y en la sonrisa generosa hacen de él ese ser único que siendo aparentemente normal nos habla de las posibilidades del ser humano en su compleja y maravi- llosa individualidad. Sus 42 años son el fruto de continuas adaptaciones a enfermedades muy propias de nuestro tiempo, la anorexia y el cáncer; a ellas dos ha tenido especialmente que adaptarse a lo largo de su vida, generosa ésta en dolor y capacidad de empezar de nuevo y como en pocos otros seres huma- nos a través de los múltiples cambios producidos desde su biología. Inf.10 está aprendiendo a vivir con los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, lo supo hacer con su extrema delgadez tiempos atrás. Camina a duras penas por el asfalto que a otros es facilitador del movimiento, cualquier obstáculo normali- zado para los demás se convierte en batalla a ganar en ese continuo cotidiano desprovisto de alma para los que la biología les recomienda la quietud. En su nueva morfología reconstruye el sentido vital nuevamente, pero será precisa- mente esta nueva fisiología la que da sentido a los otros y a él mismo. Bernardino ama a su mujer y a sus dos hijas, incluso ahora más que nunca por lo “poco” que físicamente puede aportarles, ahora cuando más necesarias son, ahora...; es la grandeza del descubrimiento de sentirse “poco” frente a los que amas con

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1264 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO locura, la misma que brota constantemente a través del brillo de sus ojos, de su sonrisa, de la suave torpeza de sus movimientos.., ¡cuánta belleza redes- cubierta! Inf.10 sirve de guía a los conductores de las ambulancias por el continuo trasiego al que se ha visto sometido en los largos años de su enfermedad, es el primero que recogen porque sabe el camino. Será esta la tarea encomendada por la vida a este hombre mediado por el dolor y la biología caprichosa, otros, esos otros enfermos de cáncer buscan su consejo, su sabiduría hasta descan- sar ante su escucha, al igual que yo que he descansado ante la suya. Que alguien me diga si no tiene sentido la lógica humana que hace un hombre recorrer la tortura de su cuerpo para comprender el sentido de su propia vida y recobrar con ello la cordura ante el sufrimiento, ante las penalidades de la larga enfermedad. Ningún ser humano frente a él maldeciría sus penalidades, más al contrario ellas le hacen grande, muy grande, misteriosamente grande. Es esta la lógica del cáncer en Inf.10.

Informante 11...hospital como lugar de dignidad El conjunto de su relato gira una y otra vez en torno a su enfermedad, es lo que ha expresado de una manera espontánea, sin necesidad de interrogarle sobre la misma. La detalla de una forma exhaustiva, recordando hasta el más mínimo detalle y siempre dejando muy claro que la enfermedad, no alteró en ningún momento su estado de ánimo: “yo siempre he estado bien”, estas son las palabras que repite una y otra vez. Otra frase que es repetida a lo largo de la entrevista es: “que sé yo” y esta frase aparece cuando se le interroga sobre su esposa y su relación con ella. Ante estos hechos, que consideramos altamente significativos, podemos establecer que la patología de Inf.11, está estrecha- mente relacionada, con el entorno sociocultural en el que le ha tocado vivir. Para ello comencemos desde el principio. Inf.11 debuta con la Leucemia, en el momento en que se halla esperando pasar un tribunal médico que dictamine su incapacidad para trabajar. Esta incapacidad supone, que él, un varón, cabeza de familia, debe abandonar, a una edad muy precoz, su función de productor social y pasar a convertirse en un pasivo, con cuarenta y cinco años. Este hecho no se corresponde con la norma social, que establece que la jubilación se alcanza con sesenta y cinco años. En segundo lugar, el pasar a una posición pasiva, le obliga a estar muchas más horas en su casa. Casa, en la que se halla su esposa, que lleva aquejada, prácticamente desde la fecha de su matrimonio, de depre- sión. Una depresión, implica una apatía, una incapacidad para relacionarse con

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1265 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA los demás, en definitiva no existen ganas de vivir. Ante este panorama de vida, Inf.11 enferma. Esta enfermedad, rompe la situación en que se halla inmerso, puesto que por un lado, adquiere un rol social, el de enfermo y por otro lado, al estar ingresado en la TMO, le aleja de su esposa. En esta unidad, recibe todos los cuidados y atenciones que su esposa no es capaz de dispensarle. Por un momento, él es el centro, no debe cuidar, es cuidado. Por otro lado, su patología hace que su esposa “despierte” y cuide de su marido. Se crea por lo tanto, un nuevo escenario social, en el que Inf.11 adquiere un flamante rol social, el de enfermo, que se va a prolongar entre cinco y diez años, con lo cual inf. 11 alcanzaría los cincuenta y cinco años, edad en la que se otorgan prejubilaciones. Su esposa recupera su rol de cuidadora, con lo cual nuestro informante se sentirá mucho mejor en su casa. Sin embargo, este escenario no se cumple, su esposa continúa con su depresión y su rol de enfermo no satisface sus expec- tativas, por lo cual vuelve a recaer. En la TMO, se cumplen sus expectativas.

Informante 12...recuperar al marido Inf.12 ha sido durante muchos años la parte íntima de un hombre público, el reducto familiar, privativo del alcalde de una localidad que requiere todo el esfuerzo y dedicación de su primer edil. No todas las mujeres están dispuestas a compartir sus ratos libres con la tarea pública de su maridos, más bien son pocas y las formas de conseguirlo distintas, entre ellas la respuesta de nuestra informante del silencio en la medida que si bien previamente nos iba a relatar su historia pudo más esa parte íntima a preservar que la exposición -de nuevo- de ella misma a los ojos de los demás. La propia negación a formalizar la entrevista refuerza nuestra tesis: la necesidad de preservar lo íntimo. Su marido deja de dedicarse a la cosa pública para cuidar a su mujer; ahora pasean juntos por las tardes una vez que la jornada laboral como funcionario finaliza, ella es objeto de todo el tiempo que antes quedaba reservado a los “otros”, a esos otros gené- ricos en forma de tiempo y energías. Inf.12 ha sabido recuperar su marido para ella en el equilibrio ordenado de cualquier pareja.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1266 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

A MODO DE CONCLUIR TEÓRICAMENTE Ser mujer, hombre, niño, adulto y cualquier otra categoría social habrá de definirse y así lo hace cada cultura con sus propias peculiaridades. Ordenar lo “exterior” para que se haga realidad es el proceso específico de lo que entende- mos por cultura, un orden específico y a la vez diferenciado de otros posibles; más a lo ojos de los del lugar ese orden es imperante y por tanto fuera de su control subjetivado, se convierte en natural al sujeto, de ahí la importante constante en el hacer de cualquier sociedad. En este mismo orden de entender que la realidad es y no es construida, se distingue lo biológico de lo cultural, la expresión más natural de aquella mano del hombre en el convivir. Lo uno es suma e interacción de la propia evolución y lo otro -cultural- fruto del tiempo inmediato. Así definimos la interacción biología cultura en parámetros comprensibles a la inteligencia normalizada en nuestras sociedades, de ahí que mostrar esta “nuevo” enfoque de simetría biología cultura tal y como la defini- mos en un posible cabalgar en la experiencia vital de un individuo concreto requiere de confiar en la propia inteligencia inmediata al dotarse de sentido una vez reconocida la enfermedad. Biología y cultura se definen en una unidad holística con sentido en la experiencia vital de cada sujeto concreto, lo que nos lleva a pensar en esa misma lógica como soporte de la inteligencia humana, a ella nos estamos dirigiendo. Más que ninguna otra enfermedad, el cáncer sitúa a la persona, y al grupo humano en el que se desenvuelve el diagnóstico, en una posición de sentido, en un antes y un después, en esa lógica de vital importancia preparan- do un futuro de cambio y en último caso de cambio total a través de la muerte. La intensidad de la expectativa y el doloroso camino a recorrer sitúa a la perso- na enferma ante un conjunto de preguntas y ellas han de dotarse de coheren- cia, de inteligencia, de pensamiento humano; ello se muestra a través de la palabra, en la necesidad de nombrar, de reconocer los acontecimientos y estos no son exclusivos de la sabiduría médica escrita en los informes clínicos de cada paciente. El paciente sigue siendo persona, en un estado, además, de diferenciación básica con lo ordinario, ritualiza un tiempo de peligro para la supervivencia del sujeto y este estado necesita de comprensión total. Palabra como expresión simbólica reconocible en lo que básicamente nos hace huma- nos que no es otra cosa que la necesidad de reconocernos con sentido a través de la lógica del pensamiento. Somos constructores de historias y devoradores de ellas mismas, la biología se nos hace sonido y reconforta la lógica vital en lo que somos de pensamiento, así somos personas, las mismas que disfrutamos de salud o enfermamos.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1267 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA

Una y otra vez nos hemos situado en esta lógica de sentido a la hora de escuchar a los informantes, personas enfermas de cáncer y con necesidad de encontrarse con las preguntas que nacen del mismo entramado de la inteligen- cia en su construcción histórica. Los discursos al principio aparentemente dispersos -no en todos los pacientes- cobran coherencia a medida que se van hilvanando en un argumento coherente. Las vivencias de la persona en su pasado y en su presente, y sobre todo en su constructo de futuro (el deber ser antropológico7), marcan una coherencia al que todos tendemos; de no ser así la persona se siente desorientada y perdida de referencias y tendente a la locura. Su trabajo, la familia formada, el sentirse útil en el mundo conforman una lógica individual, compartida a su vez por el grupo, que edifica la persona su identi- dad. La ruptura de esa lógica necesita ser recompuesta, al igual que en todas las culturas, y la enfermedad parece ser un momento de reorientación de los valo- res en su concreción cotidiana. El orden moral se hace imperante ante el des- concierto de la debilidad que puede conducir a la muerte al sujeto global, pre- guntarse en estas condiciones pertenece al “buen funcionamiento de la mente humana”, reorganizar los datos con lógica de sentido acontece en este trance doloroso de la enfermedad, sobre todo de esta enfermedad que seguimos iden- tificando con muerte y sufrimiento, además prolongado en el tiempo, casi siem- pre permitiendo cuestionar el orden de cada uno. Adultos sin saborear el tiempo de trabajo, la falta de amor prometido en la pareja, exceso de responsabilidad para con los padres, abandono salvo por el sistema sanitario, un acontecimiento traumático difícil de superar, búsqueda del desarrollo personal, estudios que realizar, vocación que se impone y obstá- culos para ponerla en acción, encuentro con nuestras necesidades más básicas y otras vivencias desde la complejidad del marco cultural aislado para una parte importante de sus miembros conforman preguntas vitales que necesitan ser contestadas, y al hacerlo con lógica de sentido -decimos- la biología recompo- ne el deterioro mostrado también en el cuerpo, “renace” el orden normalizado en esas células liberadas de desorientación genética, la misma que impera en el

7 Nos estamos refiriendo al conjunto de valores deseados por una comunidad, y por tanto, por los individuos concretos que idealizan las pautas de conducta sociales pasando a ser referenciadas como lo mejor, la ética imperante, más allá de que en el concreto actuar diste mucho de su realización.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1268 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO orden cultural, en el de las acciones humanas, en el de las creencias y el ajuste al conjunto. La sociedad conforma ese ritmo de pensamiento y acción que en momen- tos puntuales de su historia obliga a sus miembros a asfixiantes comportamien- tos enfermados también en la biología, precisamente para reorientar la identi- dad en esos tiempos “difíciles” de obligado cumplimiento. Paralelismo con el hambre en que los cuerpos tienden a la flaqueza como adaptación a ese ecosistema de negación de energía intercambiable para los hombres y mujeres que ocupan ese espacio en ese tiempo. El cuerpo humano es expresión de los posibles en la convivencia con los otros y en el entorno específico vivido, en lo que llamamos ecosistema -tanto físico como humano-, esta muestra biológica de lo que somos actúa de probeta de laboratorio ante los cambios que le llegan y lo hace mostrando la interacción biología-cultura, materia y pensamiento en forma de valores compartidos hasta hacerse salud o enfermedad, vida o camino hacia el final.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.271-1.288 1271

Años de mayor mortalidad y principales epidemias ocurridas en Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX

L. F. PINEDA NÚÑEZ D. PERAL PACHECO Facultad de Medicina. UEx. Badajoz

RESUMEN En el siguiente artículo hacemos una pequeña descripción de los años de mayor mortalidad ocurridos en la población pacense de Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX. Se trata de una población que vive del campo, en continua observación de la naturaleza, que en ocasiones se presenta desfavora- ble, reflejando un aumento de la mortalidad, bien de manera directa por efectos del hambre, bien de manera secundaria por efecto del desarrollo de enfermeda- des de carácter infecciosas que en ocasiones cursan como epidemias.

PALABRAS CLAVES: Epidemia. Mortalidad. Historia de la medicina.

ABSTRACT Next paper, we are doing a short description about the mortality on the most important years in nineteenth and twentieth centuries. People of Los Santos de Maimona lives thanks to the work at the country field. It is for that weather shows increase of mortality directly (people has angry) or indirectly (epidemics or another diseases).

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INTRODUCCIÓN Nadie pone en duda que es en los dos últimos siglos donde se han producido los avances más espectaculares de la medicina. El auge de la medici- na moderna comenzó en el siglo XIX, época en el que se realizaron grandes descubrimientos en el campo de la biología. A comienzos de siglo se conocía ya casi toda la estructura del cuerpo humano, hasta en sus detalles más diminutos. Además se estaban haciendo rápidos avances en la comprensión de los proce- sos fisiológicos [CAPRA, 1985, p 140]. Y se han lanzado las teorías más rele- vantes en cuanto a fisiología y fisiopatología, así como se han descubierto los más avanzados medios de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Los adelantos en el campo de la biología realizados en el s. XIX se acompañaron del desarrollo de la tecnología médica. Se inventaron nuevos instrumentos de diag- nóstico como el estetoscopio y aparatos para tomar la presión sanguínea y la tecnología quirúrgica se volvió más sofisticada [CAPRA, 1985, p 143] Esto junto con la mejoría en la alimentación, la implantación de importantes medidas higiénicas y las mejoras en las condiciones de vida, han dado lugar a un aumen- to de la esperanza de vida de la población. El aumento de la esperanza de vida ha sido el resultado, en primer lugar, de un decrecimiento de la mortalidad infantil, que a su vez está relacionada con el nivel de pobreza, la higiene, la disponibilidad de una alimentación adecuada y muchos otros factores socia- les, económicos y culturales [CAPRA, F. 1985, p.149]. En cuanto al desarrollo de la higiene en España tuvo como figura del siglo XIX a Monlau quien establece las medidas higiénicas más importantes en cuanto a la disminución de la enfermedad, como son: la ventilación de las habitaciones, el lavado del cuerpo y de la ropa, la higiene de los alimentos, alcantarillado, pavimentación, la disposición de los cementerios, la reglamenta- ción de la prostitución, los hábitos, la profesión, etc. [GRANJEL, M. 1983, p.101-115]. El triunfo más espectacular de la Salud Pública, ha sido la marcada dismi- nución de las enfermedades infecciosas durante los ss. XIX y XX. Hace 100 años, enfermedades como el cólera, el sarampión, la viruela, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, ... eran una amenaza constante para la población. Cualquiera sabía que las podía coger en cualquier momento, y en todas las familias se sabía de antemano que alguno de sus hijos perecerían. Todo esto ha sido gracias a la aparición y desarrollo de las vacunas y antibióticos, cuyos conceptos fueron elaborados en el siglo XIX.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1273 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

Objetivos Conocer los años en los que se desarrolló una mayor mortalidad en Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX y analizar cuales fueron las principales causas que ocasionaron estos aumentos de mortalidad.

Material y Método Para la elaboración de este estudio ha sido necesario el vaciado de los Libros de Defunción hallados en el Archivo Parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Los Santos de Maimona. También ha sido necesario sacar información contenida en los Libros de Actas Capitulares, Libros de la Junta Local de Sanidad y Libros sobre el cementerio hallados en el Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Los Santos de Maimona. Una vez recogida la información le hemos dado un tratamiento informático.

Resultado y discusión En el siguiente artículo destacamos los años que superan una mortalidad absoluta de 225 defunciones (Fig. 1).

375375 350350 325325 300300 275275 250250 225225 200200 175175 150150 125125 100100

N.º de Fallecidos 7575 5050 2525 0 1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 Años Fig1. Mortalidad absoluta en Los Santos Años de Maimona:1800-1991 Fig. 1. Mortalidad absoluta en Los Santos de Maimona: 1800-1991

Establecemos este umbral, ya que nos deja por encima de él un 15 % aproximadamente, de los años estudiados y que se trata de años de sobre- mortalidad. Utilizamos la mortalidad absoluta y no las tasas brutas de mortali-

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dad, aunque haremos algunas referencias sobre ellas, porque algunos de estos años pasarían desapercibidos ya que en las tasa influye el número de habitan- tes. Estos años son: 1805, 1812, 1823, 1834, 1849, 1852, 1854, 1855, 1857, 1858, 1863, 1867, 1868, 1869, 1872, 1875, 1879, 1883, 1889, 1890, 1891, 1894, 1895, 1900, 1901, 1905, 1908, 1918, 1937, 1941. Como podemos apreciar en el gráfico, vemos que hay una serie de años que incluso llegan a superar las 300 defunciones año y son: 1855, 1858, 1863, 1872, 1883, 1890, siendo este último el de mayor número de muertes con 348. En los primeros 65 años del siglo XIX, sólo un 44 % de los registros hallados presentan la causa de defunción. Esto, junto con la falta de datos procedentes de los Archivos Municipales, hace que no podamos aclarar las causas de defunción en gran parte de ellos (Fig. 2).

400375 Sin diagnóstico 375350 350325 325300 Con diagnóstico 300275 275250 250225 225200 200175 175150 150125 125100 10075

N.º de Fallecidos 7550 5025 250 0

Años 1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1900

Años Fig. 2. Mortalidad absoluta en Los Santos de Maimona: 1800-1991

El aumento de la mortalidad absoluta en 1805, que presenta una tasa bruta de mortalidad de aproximadamente el 75 por mil, sospechamos fue debido a una crisis de subsistencia como ocurrió en Cáceres [CAMPESINO,1982], sin embargo, en otros sitios próximos a nuestra población de estudio como no se produjo. En nuestro caso, encontramos que de los 279 muertos, 272 no poseen causa de registro y 7 que sí, de los que 4 corresponden a “inanición” [Archivo Histórico Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles. Libro de Defun- ciones, 1805]. Estos se encuentran en Abril y Mayo, siendo Mayo el mes que mayor mortalidad presenta con 40 defunciones.

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En 1812, no encontramos causa inmediata que nos indique que es lo que ocurrió, nos encontramos en un año de gran mortalidad comparado con la de los años anteriores y posteriores, en los que se aprecia una relativa baja morta- lidad. Este año presenta una tasa bruta de mortalidad (TBM.) en torno al 63 por mil. Frente a los años inmediatamente anteriores y posteriores en los que las tasas se encuentran claramente por debajo del 50 por mil. Nos encontramos de nuevo ante una crisis de subsistencia en un año en el que fue generalizada en todas Extremadura y que afectó gravemente a la población debido a las malas cosechas, ocasionando una disminución brusca de los recursos alimenticios. [SÁNCHEZ MARROYO, 1997, p. 400]. En 1823, con una tasa bruta de mortalidad (TBM) de 74 muertes por cada mil habitantes, no podemos determinar que es lo que ocurrió, puesto que no poseemos ninguna causa de muerte en este año, pero si apreciamos que la mortalidad en el mes de Abril asciende considerablemente respecto de los otros meses, situándose la mortalidad absoluta para este mes en 45 defunciones. En 1834 encontramos en Los Santos de Maimona 253 defunciones (TBM del 67 por mil), de las que 4 están inscritas bajo el término de cólera morbo [A. H. P. N. S. A. Libro de Defunciones,1834]. Hay que señalar que son las únicas 4 muertes con causa registradas este año, las restantes 249 no la poseen. Estos 4 registros aparecen entre el 29 de Octubre y 4 de Noviembre. Vemos que en este año la mortalidad general es mayor respecto de los años anteriores y posterio- res y que la mortalidad en el mes de Octubre es de 21 defunciones de las que 11 se dan en los últimos 10 días del mes y en Noviembre es de 31, de las que 21 se dan en la primera quincena. Consideramos que la aparición de 32 defunciones en 25 días, es una mortalidad elevadísima. El hecho de que los 4 causas registra- das como cólera se encuentren en medio, nos da pie para poder afirmar que en esos momentos en Los Santos de Maimona se estaba dando una epidemia de cólera morbo. Ya se conocía los estragos que el cólera comenzó a hacer en el continente europeo desde su primera expansión en el año 1830 y que llega a la península en 1833. [FERNÁNDEZ GARCÍA, 1977, p 127]. En el año 1849, la TBM es del 56 por mil y aún son más los registros sin causa de defunción que los que la poseen, pero entre estos últimos destaca la mortalidad ocurrida entre Febrero y Mayo ocasionada por la “viruela”, con 14 defunciones entre los dos meses que cuentan con una mayor defunción Pre- senta una tasa de mortalidad específica (TME) del 5 %. Y la ocasionada a lo largo de todo el año por las “anginas” (41 casos) con una TME del 15 % y la “tuberculosis” (18 casos), con una TME del 7 % [A. H. P. N. S. A. Libro de

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Defunciones, 1849], por lo que el alto número de defunciones bien pudiera estar solapado por alguna de estas dos patologías con el fin de no provocar alarma dentro de la población. En el año 1852 (TBM del 51 por mil), no hemos podido determinar si hubo o no, epidemia y de qué tipo. De las 263 muertes halladas, tan sólo 74 se encuentran justificadas. Dentro de estas, encontramos una gran diversidad de términos diagnósticos y que podrían estar relacionados principalmente con alteraciones del tracto digestivo y enfermedades infecciosas respiratorias, en concreto con la “tuberculosis”. En el año 1854 (TBM del 42 por mil), hallamos 230 defunciones. Nos encontramos ante la segunda epidemia de cólera (TME del 8 %) y que podemos conocer a través de los registros de defunción. En este año encontramos que la mayor mortalidad es en el mes de Octubre, con 45 defunciones. De ellas, 13 tienen el diagnóstico de “cólera” y otras 28 se encuentran registradas sin cau- sa. Con fecha 2 de Octubre, se convoca la formación de una Junta Local de Sanidad y entre sus miembros destacan los facultativos médicos D. Francisco Javier Miranda y D. Juan Galán. Esta Junta de Sanidad tratará de atender las necesidades publicas y contará con todos los recursos necesarios para el so- corro de los enfermos pobres y demás gastos que concurran, al tiempo que mandan “se proceda a recaudar las cantidades en metálico y trigo ofrecidos en suscripción voluntaria por varios vecinos para este fin” [Archivo Histórico Municipal Santos de Maimona. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1854]. Al día siguiente, la Junta Local de Sanidad queda instalada [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1854]. El año 1855 se presenta con una mortalidad de 328 personas (TBM del 59 por mil). El aumento de la mortalidad en este año se debe de nuevo a la epidemia de cólera, puesto que de este total de defunciones en 1855, hay 99 casos diagnosticados de cólera (TME del 30 %), apareciéndonos entre los meses de Julio y Septiembre. Esta epidemia de cólera es puesta de manifiesto por diver- sos autores como Peral [PERAL, 1993], Rodríguez Flores [RODRÍGUEZ FLO- RES, 1996] y el propio Ayuntamiento de Los Santos que a fecha 11 de Julio [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855], temen ser invadidos por esta enfermedad y comienzan a adoptar medidas por si ello ocu- rriera. El 5 de Agosto se discute cual sería la medida más acertada para mitigar los “estragos que causa la enfermedad del cólera morbo en este vecindario”, siendo uno de ellos el socorrer con toda urgencia las necesidades públicas y se acuerda nombrar una Junta de Beneficencia. [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. Esta lo primero que hace es reclamar fondos,

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1277 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX mediante la desviación y previa autorización del Gobernador de la Provincia, de los 3.500 reales que formaban parte del presupuesto ya aprobado por el Ayun- tamiento para el acerado y empedrado de calles junto con la formación de una charca [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. El 2 de Septiembre se canta en la Iglesia el “Te Deum” en acción de gracias por el cese de la “enfermedad reinante” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. Esta enfermedad dejó muy mermada a la población, con un gran número de pobres, huérfanos y viudas. Se solicita “al Gobierno de S. M. para que digne tomar en consideración la situación penosa de estos infelices y tenga a bien auxiliarles por vía de limosna con la suma que estime” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. En Noviem- bre se le concede a esta villa y para tal fin la cantidad de 6.000 reales [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. En el último trimestre de 1857 y el primer trimestre de 1858, encontramos que el aumento de la mortalidad en Los Santos de Maimona se debe a una epidemia de Viruela (TME del 2 % y del 6 % respectivamente), no es la única localidad que se afecta por esta grave enfermedad, como pone de manifiesto Peral [PERAL, 1993] en Zafra. En 1863 la TBM es del 50 por mil. No podemos saber tampoco a ciencia cierta cual fue el motivo de que murieran tantas personas. Pues del total de muertes halladas, que son 317, hay 240 que no poseen la causa de defunción. Entre los registros que tienen términos diagnósticos, encontramos en mayor número de casos los relacionados con la tuberculosis como son “consunción” y “tisis”. Parecida cuestión encontramos en el año 1867 que presenta una TBM del 40 por mil, en el que se aprecia un aumento de la mortalidad en los meses de verano por procesos que cursan con diarrea y afectando principalmente a ni- ños. En este año, de los 254 registros, sólo 4 son los que no presentan causa de defunción. En 1868 la TBM también es del 40 por mil. Encontramos que el término “irritación” es el que con mayor frecuencia se repite, un total de 63 casos en un año en el que se recogen 251 defunciones (TME del 25 %). De total de “irritacio- nes”, 62 corresponden a niños y tan sólo uno es adulto. El mismo valor del 40 por mil presenta la TBM en el año 1869. Tenemos una gran variedad de causas de muerte, si bien las podemos englobar en cuatro grupos que son: el de las enfermedades digestivas (enteritis, colitis, disentería), el de las enfermedades infecciosas pulmonares (neumonía y tuberculosis) y el

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de las enfermedades consideradas por Bertillon de carácter epidémico [BERTILLON, 1899] (crups, fiebre tifoidea y viruela) y por último, el de las enfermedades inespecíficas (irritación). Dentro de estas causas podemos des- tacar la epidemia de crups de las que tenemos registrados 45 casos, de los que 33 casos ocurren entre Mayo y Julio. También dentro de la alta mortalidad del mes de Agosto, destacamos los 4 casos de muerte por viruelas ocurridos en menos de 10 días. En el año 1872 la TBM es del 49 por mil. Se refleja la mortalidad ocasiona- da principalmente por 2 causas: una es la enteritis y las relacionadas con las que cursan con diarrea. La otra y más relevante, es la ocasionada por una epidemia de viruela (TME del 23 %), que tiene su máximo poder letal en el mes de Septiembre con 21 muertos. Los autores consultados señalan que tanto en Plasencia [SÁNCHEZ DE LA CALLE, 1993] como en [BARAJAS ÁLVAREZ, 2000. Tésis inédita.] no fue en el año 1872 cuando acon- teció una gran epidemia de viruela sino en 1874. Refiriendo que se podía tratar de un descuido en la vacunación, práctica que ya se venía realizando desde años antes [PERAL, 1993, p 128]. En 1875, con una TBM del 39 por mil destacan una vez más las causas de origen digestivo, siendo el término “enteritis” (TME del 21 %) el que más se repite de ellos. También se repite con frecuencia el término “irritación” (TME del 23 %), que englobamos dentro del grupo de casas digestivas por que se da en niños y con frecuencia se acompaña de epítetos como: de vientre, de estó- mago, gástrica, etc. El siguiente año es 1879 (TBM del 37 por mil), en él destacan una vez más dos tipos de causas principales. En primer lugar, las que cursan con diarreas y en segundo lugar las que afectan al aparato respiratorio, destacando como causa principal la tuberculosis. El año 1883 (TBM del 51 por mil), se presenta como año de gran mortali- dad absoluta con una mortalidad que supera las 300 defunciones. En este año, encontramos como causas principales el “sarampión” (TME del 11 %), que se desarrolla de manera epidémica entre los meses de Mayo y Agosto con 45 registros declarados. Al tiempo que concurre una epidemia de “tuberculosis” (TME del 20 %) que se desarrolla entre los meses de Junio y Agosto con 43 defunciones. Por último, una vez más son las enfermedades del tubo digestivo las que provocan una alta mortalidad. Sin embargo, en este año no nos encon- tramos ni un sólo registro de muerte por “viruela”, que estaba ocasionando una gran mortalidad en la vecina población de Zafra a finales de año debido al

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Es el año 1890 el que mayor mortalidad absoluta presenta dentro de nues- tro estudio con 348 defunciones (TBM del 53 por mil). Nos encontramos ante un año en el que la situación de la población es muy mala debido a las malas condiciones atmosféricas de sequía prolongada en el tiempo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. El Ayuntamiento intenta proporcionar un trabajo a un total de “600 braceros” sin ocupación por este motivo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. Para ello, retira 40 obligaciones hipotecarias de las 74 que dispone depositadas en la caja central de la compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante que importan 20.000 pesetas. con destino a paliar la crisis de la clase bracera [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. En este año nos llama la atención la alta mortalidad ocasionada por una epidemia de “difteria” (TME del 28 %). Esta presenta dos picos de una mayor mortalidad; uno situado en el mes de Julio con 13 casos y otro en el mes de Noviembre con 22 casos. Al mismo tiempo encontramos 25 casos más de muer- te ocasionados por “anginas”, que si bien al clasificarlas por Bertillon, se in- cluiría en el grupo de las enfermedades del aparato digestivo y no en el de enfermedades epidémicas como lo es la difteria. También encontramos 13 casos más en el último trimestre del año con el diagnóstico de “crups” (TME del 4 %). Estamos ante un caso en el que para no alarmar a la población que es azotada por la epidemia, se disimula ésta al suprimirse el apellido del término “angina”. No sabemos cuantas de las defunciones por crups, lo eran por difteria, ya que en ocasiones había duda. Ejemplos de esto son los términos inscritos como “crups diftérico” [A. H. P. N. S. A. Libro de difuntos, 1890]. Pero la epidemia de difteria de 1890 no acaba con el año si no que, conti- núa durante el primer trimestre de 1891 (TME del 17 %). En este año la difteria vuelve a ocasionar un importante número de muertes a final del mismo. La situación laboral de los jornaleros sigue siendo mala debido al mal clima que sigue afectando esta región. El Ayuntamiento intenta paliar esta situación dado el numero de braceros sin trabajo que recorren las calles de la población implorando la caridad publica, acuerdan la reparación del empedrado de calles y caminos para dar ocupación a los braceros [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. De esta manera los tiene ocupados durante 2 meses [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. pero las arcas municipales se encuentran en estado muy precario [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. La sequía es muy intensa [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1891]. En el siguiente año, la situación climatológica continúa, ahora con intensas lluvias [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891].

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En 1894 (TBM del 42 por mil), la causa principal de mortalidad en los Santos de Maimona fue la provocada por enfermedades infecciosas respirato- rias (bronquitis, neumonía y tuberculosis) y digestivas (enteritis). También encontramos un pequeño brote epidémico de sarampión en el otoño de este año (TME del 2 %). En este año nos encontramos ante una nueva amenaza de invasión de cólera en la población. La Junta local de Sanidad, ya tiene experien- cia en la lucha preventiva contra el cólera y se acuerdan y adoptan las medidas de preservación y represión de una posible epidemia de cólera y la Junta acuer- da ponerlas en práctica lo antes posible [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1894]. En el año 1895 (TBM del 37 por mil), una vez más son los grupos de enfermedades respiratorias y digestivas las que marcan la alta mortalidad sin embargo, en este año y en sus meses centrales encontramos 14 registros de muertes de niños por escarlatina (TME del 6 %). Lo que nos hace pensar en un brote epidémico aunque no de grandes dimensiones. También nos llama la atención los 14 registros de niños de menos de un mes de edad que mueren por “falta de desarrollo” (TME del 8 %). Los años 1900 (TBM del 34 por mil) y 1901 (TBM del 38 por mil), no son unos años muy diferentes a los ya comentados, donde las primeras causas de mortalidad eran las bronquitis, neumonías y enteritis. También al igual que en el año 1895 nos llama la atención los 19 casos de muerte por “falta de desarrollo” en 1900 (TME del 8 %) y los 16 de 1901 (TME del 6 %). En ambos años el tercer grupo de mayor mortalidad lo forman las enfermedades relacionadas con los órganos de los sentidos en los que la meningitis (TME del 9 % y del 7 % respec- tivamente) es la que predomina en niños y la congestión cerebral en los adultos (TME del 10 % y del 6 % respectivamente). Nos encontramos de nuevo con años de malas condiciones atmosféri- cas, se alternan tiempos de sequía con temporales de lluvias que hacen que las cosechas sean ruinosas y con ello el empobrecimiento de la población “único elemento de vida en esta región” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1905]. En el año 1905 (TBM del 33 por mil) son las enfermedades que cursan con diarreas las que provocan una mayor mortalidad. En este año hay un término diagnóstico dentro de este grupo de causas, “atrepsia”, que ocasiona 23 muer- tes (TME del 10 %). Este término aparece por primera vez en el año 1902.

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La situación de los jornaleros va empeorando porque hace mucho tiempo que se encuentran sin trabajo y sin recursos para el sostenimiento de sus familias [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1905]. El siguiente año que supera los 225 muertos en Los Santos de Maimona es 1908 con un valor de tasa bruta de mortalidad de aproximadamente el 30 por mil. Una vez más son las enfermedades del aparata digestivo las que mayor número de muertos ocasiona. El siguiente grupo es el de enfermedades del sistema nervioso donde la meningitis y las hemorragias cerebrales predominan sobre las demás. En esta ocasión el grupo de las enfermedades de aparato respiratorio ocupan el tercer lugar. En Noviembre de 1912 (TBM del 22 por mil) se desarrolla en Los Santos de Maimona una epidemia de viruela, pero en esta ocasión no es de graves consecuencias, ya que no poseemos registro alguno de muerte por dicha causa en este año y porque según consta en el libro de Actas del Ayuntamiento, la epidemia de viruela está estacionada y se confía que no se propagará por estar el vecindario en inmejorables condiciones, pues conocidas son por todos, las medidas que de antiguo se vienen adoptando, vacunando y revacunando con- tinuamente a las personas que lo solicitan y al mismo tiempo se pide desde la Junta Local de Sanidad que se le den facilidades a los enfermos para que la ropa se hierva antes de ser lavada y destinar un sitio fijo para el lavado de ésta. Se destina el arroyo Punta de Maria Gordillo y que el “lavado se haga en artesas o corchas vertiendo el agua de lavado en las tierras más próximas y que el lavade- ro público llamado de Vistahermosa se desagüe al objeto de evitar se reúnan allí las ropas de varios vecinos y que alguno pudiera estar contagiado” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1912]. En cuanto salta la alarma de la existencia o posible entrada en la población de algunas de las enfermedades de carácter epidémico, se ponen en marcha una serie de medidas que por la experiencia en casos anteriores se ha ido demostrando ser efectivas [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1912].

EPIDEMIA DE GRIPE DE 1918 La pandemia de gripe de 1918 que afectaba a Europa, también se hace notar en Los Santos de Maimona Presentando en esta localidad una TBM del 31 por mil, con una TME del 7 %. Así encontramos que con fecha 18 de Septiem- bre la Junta Municipal de Sanidad se reúne y acuerda:

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Se haga caso a la circular del Gobernador Civil de 19 del corriente para que se eviten las aglomeraciones de personas en lugares cerrados y que pue- dan provocar contagio de masas, ya que la gripe se contagia por el aire de personas enfermas o convalecientes o portadores sanos. Aislamiento en la ermita de la Virgen de la Estrella. No entren vagabundos ni mendigos en la población sin la debida desin- fección y que la policía vigile para evitar la propagación de las enfermedades epidémicas. Se comunique por el médico a la mayor rapidez posible los casos de gripe que vea [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 17 de Octubre se celebra una nueva reunión de la Junta Municipal de Sanidad para resolver sobre las medidas a tomar por las alarmantes noticias que se reciben de las ciudades de Zafra y Villafranca de los Barros con ocasión de la epidemia gripal que reina allí. A propuesta de dicha Junta, acuerdan: 1º- Que se proceda a vigilar las inmediaciones de la población para evitar la comunicación de los habitantes de la villa con los de dichas localidades, impidiendo la importación de ropas de la misma. 2º- Que inmediatamente y mientras duren las actuales circunstancias sa- nitarias se proceda diariamente al barrido y limpieza de las callejas y travesías de la población. 3º- Que se proceda a la desinfección escrupulosa de cuentas personas, objetos y mercancías entren en la zona. 4º- Denunciar a la autoridad a todo el que en la vía publica realice actos contra la salud [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. Al día siguiente se vuelve a reunir pues, se tiene noticia de la difusión de la epidemia de gripe que es alarmante, “ya en Zafra ha causado 7 muertos en el día de ayer” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. Se adoptan medidas extremas y se prohíbe comunicación con la vecina ciudad de Zafra mediante bandos y edictos desde la noche del día 17, ordenan- do todas las medidas preventivas que la ciencia aconseja. Los datos en Los Santos de Maimona son de “Benignidad Relativa”. Se propone:

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I- El Ayuntamiento redoble con vigor las medidas de vigilancia entre esta villa y las de Zafra y Villafranca, por tener noticias de que en estas localidades la epidemia toma caracteres alarmantes.

II- Prohibir en absoluto la importación de trapos o ropas para el lavadero u otro fin. III- Se redoblen las medidas de higiene o desinfección por parte de Ayun tamiento. IV- Se traslade a la Virgen de la Estrella a otro santuario, ya que aquí están las salas de aislamiento y evitar concurrencia de fieles. V- No se visiten los enfermos de gripe. VI- Clausura de escuelas privadas y públicas. VII- Se prohíbe la visita al cementerio en las próximas fiestas de los difuntos. VIII- Llamamiento a los vecinos para que colaboren con todas las medi- das y denuncien las infracciones que vean [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918].

Con fecha 22 de Octubre, acuerdan facultar al Alcalde para que mientras durase la epidemia gripal autorice cuantas recetas se le presenten de enfermos que estime suficientemente pobres y no incluidos en la Beneficencia. También se acuerda que en un sitio determinado sean ordeñadas diariamente todas las cabras, cuyos dueños exportan la leche a Zafra y que ese líquido se venda sólo a los enfermos de la localidad porque es base de la alimentación de los enfer- mos de gripe [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 12 de Noviembre, se realiza un comunicado dirigido al Obispo y al Gobernador Civil dando las gracias por las donaciones recibidas para auxiliar a los enfermos pobres con motivo de la epidemia gripal existente en la provincia de 500 y 200 pesetas [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 24 de Noviembre ya es patente la epidemia de gripe. Se acuerdan la urgente construcción de nichos por razón de la epidemia gripal que se viene padeciendo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918].

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El 13 de Enero de 1919 se redacta el siguiente comunicado: “que en este pueblo hace más de 7 días que no hay difunto por gripe y que los que ha habido se consideran de tipo endémico, dando por concluida la epidemia de gripe en el territorio municipal y ya se pueden abrir las escuelas y celebrar espectáculos en lugares cerrados” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1919]. Se redacta el acta por parte del Inspector Jefe de Sanidad de la Provincia y se declara que: 1º- La invasión de gripe que desde el 7 de Octubre hasta el 10 de Diciem- bre de 1918 ha sido de 1.792 enfermos de los que 95 eran casos graves y ha habido 25 defunciones. Para los incluidos en la beneficencia se han despachado más de 2.487 recetas, entre ellas muchas con fórmu- las dobles. Las defunciones han recaído en personas jóvenes en su mayoría. Se consigna un acto de sentimiento por tan sensible e irrepa- rable desgracia y de congratulación por que la mortalidad haya sido tan reducida. 2º- Felicitaciones para los médicos. 3º- Profunda pena por la muerte del farmacéutico D. Tomás Delgado Me- rino que suministraba medicamentos a los pobres y que murió víctima de esta enfermedad en cumplimiento de su profesión” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1919].

Nosotros sin embargo, en los Libros de Difuntos del Archivo parroquial encontramos sólo 18 casos de defunciones en los que se haga referencia como causa directa a la gripe durante este tiempo que se declaró la epidemia. Ha sido esta epidemia en cuanto a mortalidad se refiere, la última en importancia ocurrida en Los Santos de Maimona dentro de los casi dos siglos de estudio. Las autoridades sanitarias cada vez están más preparadas y en constantes vigilancia al tiempo que se va especializando el mundo sanitario y creando plazas de personal que apoya a los médicos y farmacéuticos que hasta ahora han sido los pilares donde se ha apoyado la sanidad. De este modo la Junta de Sanidad solicita al Ayuntamiento la creación de plazas de “practican- tes y matronas” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1921]. El Ayuntamiento crea dos plazas de matrona meses más tardes [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1921].

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1286 L. F. PINEDA NÚÑEZ Y D. PERAL PACHECO

En el año 1937 (TBM del 28 por mil), la sobremortalidad es debida a los fusilamientos que se realizaron el día 18 de Enero, en el que se ejecutaron 91 personas (TME del 39 %). El año 1941 (TBM del 30 por mil), año de la posguerra civil española, en el que concurrieron unas condiciones atmosféricas catastróficas que hicieron huella en la población. Un 10 % de la mortalidad fue debida directamente a la falta de alimentos, como lo reflejan términos como “inanición”, “debilidad”, “caquexia”, “marasmo”, “agotamiento”, o “depauperación orgánica”. E indi- rectamente con causas de mortalidad que están favorecidas por la falta de alimentación, como es el caso de la “insuficiencia cardiaca”. Por otro lado, encontramos el Oficio que la Alcaldía de Los Santos de Maimona dirige al Gobernador civil el día 27 de Febrero en el que se le comunica “... la cosecha de uva fue notablemente nula, que la de cereales fue ruinosa, habiéndose agrava- do todo ello por nuestra situación general nacional en cuanto a subsistencias y por la catástrofe producida por el reciente ciclón, constituyendo por tanto un problema social de hambre entre las clases obreras de la villa, que no tiene, al parecer, solución como no sea implantado comedores o cocinas de hermandad, por lo que se solicita autorización” [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1941]. El día 13 de Marzo, el alcalde manifiesta que “se concede la autorización para la creación en la villa de la “Cocina de la Hermandad”, que con el auxilio social se organizase la cocina aumentando desde 300 a 800 plazas que actualmente tie- nen en el auxilio” [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1941]. El Gobernador Civil promete enviar los artículos de consumo necesarios.

CONCLUSIONES

1. Durante el siglo XIX en Los Santos de Maimona se desarrollan 3 epidemias de cólera morbo durante los años. 1834,1854 y1855. 2. El incremento de mortalidad durante los años correspondientes al si- glo XIX ha sido consecuencia del desarrollo de enfermedades de ca- rácter infeccioso que en ocasiones han cursado como brotes epidémi- cos, más notables en años en los que ha habido malas cosechas y consecuencia de ello ha sido la aparición del hambre. Siendo el grupo más numeroso el de las enfermedades relacionadas con las diarreas. 3. El aumento de la mortalidad en algunos de los años del siglo XX viene mostrado por el desarrollo de la pandemia de gripe del bienio 1918- 1920, destacando en Los Santos de Maimona la mortalidad durante el año 1918.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1287 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

4. Los otros dos picos importantes que se presentan en el siglo XX corresponden a la Guerra Civil Española y sus consecuencias. En 1937 se reflejan los fusilamientos, mientras que en 1941 se refleja una crisis de subsistencia.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Fuentes ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL de Los Santos de Maimona (A. H. M. S.M.). Libros de actas de la Junta de Sanidad. ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL de Los Santos de Maimona. Libros de Actas Capitulares. ARCHIVO PARROQUIAL de Nuestra Señora De Los Ángeles (A. P. N. S. A.). Libros de Defunciones de los años comprendidos entre 1800 y 1991.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.289-1.320 1289

La epidemia de cólera de 1855 en Olivenza

JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO Grupo de Investigación en Humanidades Médicas Facultad de Medicina. UEx

RESUMEN A lo largo de las presentes páginas, revisaremos lo acontecido en Olivenza durante la epidemia que asolaba España entre los años de 1854 y 1856. La documentación conservada por uno de los médicos que la combatieron, arroja nueva luz sobre lo acaecido durante el verano de 1855, obligando a una reinterpretación en cuanto al papel desempeñado por los protagonistas de la épica lucha contra la mortal enfermedad. No es, por tanto, un estudio exhaustivo de todo lo que rodeó a la epidemia, sino un análisis del papel jugado por diver- sos profesionales y la influencia que pudieron tener en el curso de la enfermedad.

ABSTRACT Along present pages, we will check it happened at Olivenza during the epidemic that destroyed Spain between years 1854 to 1856. The documentation preserved by one of the doctors who attacked it, throws a new light about happened during summer of 1855, forcing to a reintepretation in all that role played by the protagonists of the epic fight against the mortal disease. It is not, therefore, an exhaustive study of everything that round the epidemic, but an analysis of the role played by diverse professionals and the influence that they could have in the course of the disease.

INTRODUCCIÓN A lo largo del siglo XIX la población española se vería sacudida por diversas epidemias que, en mayor o menor grado, alteraron la geografía huma- na de muchas poblaciones. Destacan entre estas epidemias las cuatro de cólera (1833-1835, 1854-1856, 1865 y 1885); para muchos autores, diversas manifesta- ciones de una misma oleada epidémica. El brote de 1854-1856 fue el segundo más virulento. A la expansión de la enfermedad contribuyeron las correrías de las tropas de O´Donnell tras el pro-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1290 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO nunciamiento de Vicálvaro. Pero el verdadero problema era el desconocimiento del origen de la enfermedad. Al respecto, existían dos grupos de teorías: las contagionistas y las anticontagionistas. El fundamento de las primeras era la teoría miasmática: los miasmas eran efluvios etéreos provenientes de la des- composición de materias orgánicas, por tanto eran transportados por el aire; y por otro lado, dependían en gran manera de las condiciones climatológicas. Los contagionistas, al creer que la enfermedad era transmisible, propugnaron el establecimiento de cuarentenas y de cinturones sanitarios en torno a las pobla- ciones afectadas por la enfermedad. Los anticontagionistas se fundamentaban, más que en un discurso pro- pio, en las debilidades de los contagionistas. El hecho de haber diversas ten- dencias dentro de las tesis contagionistas, les daba razones para poner en entredicho las de aquéllos. El no poderse aislar la causa de la enfermedad era el principal problema de los defensores del contagio y la base de sus contradic- ciones, que tanto alimentaban a la mayoría anticontagionista. Como prueba de ello, lo enunciado por el francés Raspail1: ¿de qué sirven las cuarentenas y cordones sanitarios si la enfermedad se transmite por el aire? En 1854 Pettenkofer, tras estudiar la epidemia de cólera de Munich, ela- boró una nueva teoría, atribuyendo al suelo el origen de la enfermedad. Su Bondentheorie sería publicada al año siguiente, y tuvo tal influencia, que ni el descubrimiento del germen por parte de Koch en 1883 hizo cambiar de opinión a sus partidarios. La falta de convergencia sobre el origen de la enfermedad trajo el des- acuerdo en cuanto a las medidas a tomar por los países invadidos por el cólera, como se evidenció en las sucesivas conferencias sanitarias internacionales convocadas a partir de 1851 con el fin de unificar criterios de lucha contra las epidemias. Acabaron por convertirse en el escenario del combate de intereses comerciales, en el que se buscaban siempre las medidas menos lesivas para los países más desarrollados: los del norte europeo2. Incluso en países mediterrá-

1 RISQUES, A. y CARLADO, A. M.: Conselhos hÿgienicos, preservativos, e curativos para a cholera, segundo os principios do sabio F. V. Raspail e doutrinas expendidas na Revista Philosophica, offerecidos ao povo portuguez por…, 1854, p. 6. 2 MATEOS JIMÉNEZ, J. B.: “Actas de las conferencias sanitarias internacionales (1851- 1938). Revista Española de Salud Pública. 2005; 79, p. 340.

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neos como España, no faltarán voces que se alcen contra las medidas ejercidas contra la libre circulación del comercio3. Finalmente, la falta de una legislación sanitaria en España que diera solución, entre otras muchas cuestiones, a una emergencia como la que supo- ne una epidemia, dificultó la lucha contra estas enfermedades. El Real Decreto de abril de 1854, abolido poco después, y el que le sustituyó en julio de 1855, no pudieron dar respuesta a lo que el colectivo sanitario demandaba. Consecuen- temente, la asistencia médica en situaciones críticas no quedaba garantizada. Por fin, el 28 de noviembre de 1855 veía la luz una Ley de Sanidad que venía a resolver buena parte de todas estas cuestiones; Ley que fue, en gran medida, producto de la crisis originada por la epidemia de cólera

LAS EPIDEMIAS DE CÓLERA EN ESPAÑA En enero de 1833 aparecía en Vigo el primer caso de cólera en España, iniciándose la primera oleada de la mortal enfermedad en el siglo XIX, que se alargaría hasta 1835. Las cifras oficiales, como refiere García de Sámano en su Memoria histórica del cólera morbo asiático, publicado en 1857, señalan 1.394 poblaciones invadidas; 449.264 personas infectadas y 102.511 falleci- mientos por causa de la epidemia. Investigaciones posteriores elevan esta últi- ma cifra hasta los 300.000, un 3% de la población española. En la provincia de Badajoz, la estadística oficial refiere 20 poblaciones invadidas, con 5.096 enfer- mos, de los que 2.605 fallecieron. Por esos años el médico español Mateo Seoane se encontraba exilado en Londres por sus ideas liberales. Estudioso del cólera, llegó a ser una autoridad en la materia. Tras su vuelta a España en 1834 se convirtió en el asesor perma- nente del Real Consejo de Sanidad, siendo el promotor de toda una serie de medidas que también se aplicarían en las epidemias de 1855 y 1865. Una de ellas fue la supresión de los cordones sanitarios (R. O. 24 de agosto de 1834).

3 FERNÁNDEZ DE CASTRO, M.: Las cuarentenas: posibilidad de suprimir las de observación sin daño de la salubridad pública y con ventaja de la navegación y del comercio, por… Madrid, 1879. Este ingeniero de minas se apoya en las opiniones que le son favorables a sus intereses, alegando algunas dudas de Monlau sobre que una determinada enfermedad sea siempre contagiosa, o la negación de contagiosidad que Tardieu otorga al cólera y a la fiebre amarilla, p. 10.

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La amenaza siempre latente de la enfermedad fundamenta una nueva Real Or- den, por la que se dictan las normas a seguir en caso de una nueva invasión de la enfermedad. Durante esos años se producen pequeños focos puntuales, siempre en ciudades portuarias; originándose en Canarias, en 1851, un brote de consideración. Agravándose el panorama, a principios de 1854 se dictan ins- trucciones a los gobernadores civiles y alcaldes para que se observen las disposiciones dadas en 1849. Se determina la elaboración de estadísticas sema- nales en las que se reflejen las enfermedades de carácter epidémico; y se con- cretan instrucciones para el caso de que se declare una epidemia. Se da, ade- más, toda una serie de recomendaciones para evitar contraer la enfermedad, basadas en la obra de Seoane Instrucciones generales sobre el modo de pre- servarse del cólera-morbo epidémico, con indicaciones acerca de su método curativo, publicado en 1834. En la primavera de 1854 aparecen nuevos focos en ciudades costeras, extendiéndose hacia poblaciones del interior. Los movimientos de las tropas de O´Donnell, como hemos señalado, vehiculizarán la enfermedad por buena parte de la geografía española, llegando la epidemia a extenderse a lo largo de 1855 por todo el país. La memoria presentada por Nicasio Landa, médico oficial de la epidemia, publicada en la Gazeta de Madrid el 12 de diciembre de 1857, señala 822.189 casos de cólera, con 236.744 fallecimientos. En las tablas que aparecen en la obra de García de Sámano, en lo que se refiere a la provincia de Badajoz, se da una tasa de incidencia de 62 casos por mil habitantes. A continuación ofrece la cifra de 280 “muertos por 1000 habitantes”, que obviamente es un error de concepto, pues un puede superar la cifra de defunciones a la de enfermos. Lo correcto sería relacionar la mencionada cifra con cada 1.000 afectados. En total fueron 79 las poblaciones pacenses afectadas. Para el conjunto de España, se señalan 769.667 infectados y 194.792 fallecidos. Autores posteriores elevan la cifra de fallecidos hasta casi los 240.000. Mencionamos tan sólo las epidemias de 1865 y de 1885, por estar fuera del periodo de tiempo que nos sirve de marco. En cada una de ellas, la cifra de defunciones estuvo en torno a los 120.000. Sí es de interés recordar que en la de 1885 se produjo la primera y controvertida vacunación contra el cólera, llevada a cabo por el doctor Ferrán. Los dudosos resultados de la misma, efectuada en Valencia, obligaron a su suspensión.

EL CÓLERA DE 1854 EN OLIVENZA El cólera comienza a manifestarse en diversas localidades de la provincia en 1854, entre ellas la propia capital pacense. Con la enfermedad a las puertas

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de Olivenza, se establece en la población un hospital militar de coléricos en el mes de septiembre, cuya dirección médica recayó en Francisco Ramírez Vas, médico-cirujano de la localidad y médico militar honorario. En el Hospital de Caridad se creó una sala aparte para afectados por el cólera. Días después, la Alcaldía determina el traslado de los coléricos al Hospital San Juan de Dios. En noviembre de ese mismo año, se acuerda que “si llega aber Cólera se haga un hospital separado de Orden del Capitan General para q. S. Juan de Dios sirva á los Coléricos” 4. La intensidad de la afección epidémica durante este primer verano, no debió de ser de importancia. Gracias a una circular remitida por el Gobierno de la provincia de Badajoz y al borrador de la respuesta, conocemos hoy algunos detalles relevantes de la situación del cólera en dicho verano5. En el citado borrador se menciona la existencia de tan sólo dos casos de cólera en la pobla- ción, uno de los cuales, procedente de Zafra y Almendralejo, falleció. Sí se comentan numerosos casos de menor entidad, lo que se denominaba entonces “colerina”6. Igualmente hace referencia a la incidencia entre la tropa de caballe- ría, que había traído la enfermedad de Sevilla, sin mencionarse ningún caso mortal entre los soldados afectados. Con respecto al citado borrador, hay que señalar que se menciona una posible segunda víctima mortal, en la persona de una mujer que fue hallada moribunda en un cortijo cercano a la población, y a la que Ramírez atendió desinteresadamente.

4 Archivo de la Santa Casa de Misericordia (ASCMO). 179/3473-32 a 33. De 1 de noviembre de 1854. 5 Archivo Ramírez Vas (ARV), 4/4. La circular, de fecha 27 de junio de 1855, va dirigida al Subdelegado de Sanidad de Olivenza, Victoriano de Parra, solicitando un informe reclamado por el Ministerio de Gobernación acerca del comportamiento y servicios prestados por Ramírez durante la expresada epidemia de 1854. El documento contiene el borrador de la respuesta, y la anotación “Contestado en Julio 4 conforme al borrador”. 6 En el mismo documento se dice textualmente “Aunque de un modo benigno, la influencia colérica se dejó sentir por más de dos meses en esta población, manifestándose por la ausencia de toda enfermedad común y estacional y por la propagación creciente de la colerina …” D. J. M. de V, y D. P. E. y M: Manual popular del cólera-morbo asiático. Madrid, 1854, p. 69: “porque efectivamente es ya el cólera en pequeño […] y es muy conveniente atajar el mal en este periodo.”

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Gracias a otro escrito, expedido por el escribano de Olivenza el 10 de mayo de 1855, mediante el que se certifican otros tres documentos relativos a la actuación de Ramírez en la epidemia del año anterior, podemos concretar algu- nos detalles del transcurso de la enfermedad7. En el primero de los referidos, se hace mención de un arriero portugués, procedente de Zafra y Almendralejo, como el primer fallecimiento por cólera de la población, hecho acaecido en una huerta en las afueras de Olivenza. El segundo de los documentos, nos relata el caso de la mujer asistida en un cortijo, que denomina “del Aroche”. En esta ocasión sí que deja claro el fallecimiento de la enferma. Finalmente, en el tercer documento nos comenta la asistencia a la tropa enferma, expresando la ausen- cia de víctimas mortales. Durante este año de 1854 no se puede hablar de epidemia de cólera en Olivenza. Sin embargo, en la vecina Badajoz la situación era más preocupante. Citamos algunos párrafos que nos ilustran la situación en la capital de la pro- vincia8: “A últimos de Agosto de este año se presentaron algunos cólicos con síntomas alarmantes, pero hasta el 11 de Setiembre siguiente no puede decirse de una manera segura que se hubiera desarrollado la epidemia; pues en los once días transcurridos solo se contaron veinte y ocho defuncio- nes de adultos y párvulos. El 12 se verificaron ya ocho de aquellas y se presentaron algunos invadidos, por cuyo motivo se alarmó la población con la presencia de la asoladora enfermedad. Las personas acomodadas, alguno que otro funcionario público, varios Regidores y el Alcalde constitu- cional, fueron sucesivamente emigrando á diferentes pueblos y caseríos inmediatos, ascendiendo el número de las familias que faltan de la ciudad á cincuenta y siete, las que calculando á cada una aproximadamente, y por efecto de las circunstancias, en ocho individuos, componen la suma de mil doscientas cincuenta y seis personas ausentes, comprendidas en el número de las familias, y aun hasta la de dos mil incluyendo la de los ganaderos y trabajadores del campo, y otras clases de que la Junta no tiene un cabal conocimiento”.

El relato de esta Memoria nos cita diversas vicisitudes, como el falleci- miento de tres facultativos y dos Hermanas de la Caridad en el cumplimiento de sus funciones. También se mencionan otros dos facultativos y un farmacéutico que se ausentaron de la población debido a la epidemia.

7 ARV, 4/2. 8 Memoria de la Junta Municipal de Sanidad de Badajoz. Badajoz, 1854, pp. 3 a 7.

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Las cifras finales del cólera de 1854 en Badajoz que se enumeran en dicha Memoria, son las que siguen9.

Niños Hospital de Adultos Párvulos Expósitos Santa María Extramuros TOTAL Septiembre 319 100 15 16 450 Octubre 242 101 21 23* 5* 393 TOTAL 561 201 36 39 5 843

* Todos los fallecidos son adultos

Como podemos ver, la situación era muy diferente entre las dos poblacio- nes. A ello debieron contribuir también decisiones como la tomada por el Ayun- tamiento oliventino el 3 de septiembre de 1854 de suspender la feria para evitar la propagación de la enfermedad10. Este tipo de medidas, como hemos mencio- nado antes, era muy controvertido. Así, en la población de Zafra, y en ese mismo verano, no aparece ni una sola vez el término “cólera” entre las causas de defunción en los libros parroquiales de fallecidos, según estudia Peral, acha- cándolo el autor, precisamente, al miedo a que la población quedara incomuni- cada por causa de la enfermedad11. Incomunicación o “cordones sanitarios” que la Corona pretendió, como se ha dicho, desterrar mediante diversas dispo- siciones, y que no todas las poblaciones estaban dispuestas a llevar a cabo12.

9 Id. pp. 9 y 10. 10 Archivo Histórico Municipal de Olivenza (AHMO), 12/1-81. 11 PERAL PACHECO, D.: La salud pública en Zafra en el siglo XIX. Badajoz, 1993, p. 119. 12 PERAL PACHECO, D.: Cólera y Sanidad en las Reales Órdenes de 1833 a 1855. Mérida, 1994, p. 67.

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Sobre la progresión de la epidemia de cólera por Europa encontramos numerosas referencias, que nos hablan de la agresividad de la misma13. Agresi- vidad que se manifestó claramente en la población de Badajoz y que en la vecina Olivenza apenas tuvo manifestaciones, como acabamos de ver, en ese año de 1854.

EL VERANO DE 1855 En el verano del siguiente año, la suerte cambiaría para la población de Olivenza. Veamos el relato del inicio de la epidemia de 185514: “A consecuencia de un cambio repentino en la constitución atmosfé- rica fué atacado el día 5 del que rige á las 4 de la tarde en el Hospital civil de esta Villa del cólera morbo asiático Juan José Rodríguez, falleciendo el 7 á las 3 de la mañana. El día 7 lo fué Francisco Ortega á las 6 de la tarde. El 8 á las 12 lo fué Marcos Juan que se hallaba en el mismo establecimiento con fiebres intermitentes y sucumbió el 9 por la noche. El mismo día 9 á la 1 de la tarde fué atacado Jerónimo José que ha fallecido hoy día 10, á las 8 de la mañana, siendo invadida el citado día 9 á las 4 de la tarde Quitª Rosa y Mª de la Concepción. La circunstancia de haberse presentado esta terrible enfermedad en el Hospital, sin que en ningún punto de la villa se haya observado enfermo alguno sospechoso, me hizo convenir con el Sr. Hermano Mayor de este establecimiento, D. José Cándido de Carvallo, y el Sr. Alcalde constitucio- nal D. Mariano Gª Puente, el que se tomasen las medidas de aislamiento y sanitarias apropiadas al obgeto, sin temor ni atropello alguno para evitar el temor que semejante noticia infunde en el vecindario y que a no dudarlo dispone los ánimos débiles al desarrollo y propagación del mal; poniendo yo como lo hago en conocimiento de Vd. por reservado esta desagradable nueva, en cumplimiento de mi deber, y para que se sirva comunicarme inmediatamente las instrucciones que tenga por oportuno. Dios guarde á Vd. m. a. Julio, 10, 1855. Sr. Gobernador de la Provincia.”

13 RAMOS BORGUELLA, F.: El cólera morbo. Sevilla, 1848. Esta obra contiene un desplegable explicando la progresión de la epidemia desde 1830 a través de la Europa oriental hasta llegar a los países más occidentales. El autor refiere el contagio a través del aire (p. 4), achaca una mayor predisposición a los pobres (p. 6) y ofrece una estadística de pobreza en la Europa occidental (Pp. 12 y 13) en la que España sale relativamente bien parada, razón por la que, según el autor, nuestro país presentaba una menor incidencia. 14 ARV, 4/5. Es copia del remitido. Sin firmar, correspondiendo la caligrafía a V. de Parra.

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El día 11 de julio, Parra, siguiendo indicaciones del Gobernador de la Provincia, da instrucciones para que los facultativos comuniquen los casos de cólera que vayan apareciendo, así como los datos referidos a los enfermos15. El 15 de julio, los facultativos de la población determinan suspender la lactancia de infantes de la Casa de Misericordia como medida profiláctica16. Ese mismo día, Parra cae enfermo de erisipela en un pie. El 24 de julio cunde el pánico entre la población, tras conocerse la noticia de la pronta llegada de cien hombres de caballería afectados de cólera, determi- nándose su ingreso en el lazareto sito en el antiguo convento de Madre de Dios para permanecer en cuarentena17. Llegada que finalmente no se produjo. Otro foco de tensión tuvo su origen en la negativa del Proveedor de la Santa Casa de Misericordia a socorrer a coléricos fuera de sus muros, algo que se solucionaría cuando le epidemia llegaba a su ecuador18. El hospital de coléricos quedó instalado en el Cuartel de La Panadería o del Asiento, como en el año anterior. Se determinó que el carro que debía conducir los cadáveres de los fallecidos por cólera estuviera siempre en la puerta del Calvario, “a donde serán conducidos en camilla cubierta”19, cum- pliendo así con las disposiciones de 1854. Olivenza contaba, además de los mencionados Ramírez y Parra, con los servicios de un tercer médico desde el 1 de agosto de 1854: José Gómez Balaero20. La mala fortuna privó a la población de los servicios de Parra, enfermo de erisipela en un pie, haciéndose necesaria la contratación de otro médico. Se recurrió a José Ramos Cornejo, médico de al que se le asignaron ochenta reales diarios de sueldo21, a los que añadir otros cincuenta reales

15 ARV. 4/6. 16 ASCMO. 153/2807-40. 17 AHMO. 12/1-199. 18 AHMO. 12/1-209. Así se recoge en las actas municipales de la sesión de 8 de agosto. 19 ASCMO. 179/3473-33 y 33v. Acuerdo de 26 de julio de 1855. 20 AHMO. 12/1-68. 21 AHMO. 12/1-203. Según acuerdo municipal de 28 de julio de 1855.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1298 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO diarios en concepto de dietas22. En la misma sesión en la que se aprueba la contratación del mencionado médico, se acuerda el cierre de las escuelas a causa del cólera. Entre las medidas adoptadas por la corporación municipal, llama la atención la que sigue23: “A invitación de los facultativos se acordó que los vecinos hagan hogueras de romero á las puertas de sus casas y que se introduzca ganado vacuno por las noches en la población”. La costumbre de hacer hogueras con romero estaba extendida por diversos países europeos, y de la inutilidad de la misma estaba convencido Ramírez, tal y como manifiesta en un informe sobre el cólera. La asistencia sanitaria de la población quedaba, pues, en manos de los tres facultativos mencionados. La plaza de médico de la Santa Casa de Miseri- cordia estaba a cargo de Ramírez; así como la de cirujano, que desempeñaba el ahora enfermo Parra. Por tanto Francisco Ramírez quedó como único facultati- vo de la mencionada Institución24. Fue también el único facultativo a cargo del hospital de coléricos instalado al efecto25, así como del contingente militar destacado en Olivenza26.

22 AHMO. 12/1-211. Según acuerdo municipal de 18 de agosto de 1855. 23 AHMO. 12/1-201. En la misma sesión de la corporación municipal, celebrada el 25 de julio, en la que se aprobaba la contratación del nuevo médico, se daba cuenta de las protestas de Parra, y se acordaba el cierre de las escuelas a causa del cólera. 24 ARV, 4/18. Certificación del Hermano Mayor del Hospital de Caridad: “…y suplir por enfermedad del zirujano titular D. Victoriano Parra la asistencia facultativa en las salas de zirujía…” 25 ARV, 4/10. Carta de agradecimiento del Proveedor de la Santa Casa de Misericordia, de 23 de Julio de 1855: “Con satisfacción recibió esta Junta en sesión de ayer el oficio que V. me remitió, brotando en él filantrópicos sentimientos, de los que se halla v. adornado; y maxime prestando sus servicios espontáneos y gratuitos en el Hospital provisional, situado en el cuartel de la Panadería, y además ceder en beneficio de este Establecimiento la tercera parte de sus dotaciones mientras duren las tristes circunstancias actuales…” 26 ARV, 4/11. Carta de agradecimiento del Subinspector de 1ª clase Graduado y Jefe accidental del Distrito de Badajoz a Francisco Ramírez, 2º Ayudante Honorario Médico del Cuerpo de Sanidad: “…Semejante comportamiento que le coloca a V. en el lugar que merecen su celo é inteligencia, será puesta dentro de poco en conocimiento del Excmo. Sr. Director General del Cuerpo…”

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Desde un principio, Ramírez ofrece sus servicios gratuitos para asistir a los infectados por el cólera, tanto de Olivenza como de las aldeas27, cediendo además la tercera parte de su salario de médico de la Casa de Misericordia, en beneficio de ésta, mientras durara la epidemia28. La entrega del dinero la hace efectiva el 10 de septiembre de ese año, ya con la epidemia vencida29. A tenor de los testimonios escritos que se conservan, la actuación de Francisco Ramírez fue mucho más allá de lo que el deber impone. Entresacamos algunas citas:

“…dando a V. las más efusivas gracias en nombre de todos, asegu- rándole que jamás se borrará de nuestra memoria esta conducta por medio de la cual ha infundido V. la tranquilidad y la esperanza en los corazones de este afligido vecindario…”30 “…he resuelto asegurarle se tendrá presente su loable conducta para los efectos á que haya lugar…”31 “Aunque el comportamiento, abnegación heroica y desprendimiento de V. hayan quedado altamente acrisolados en esta población por los heroi- cos hechos que todos hemos admirado y que tanto le enaltecen y sean superiores á cuantos elogios pudiera yo tributarle; cumplo con un deber de rigurosa justicia al patentizarle que jamás se borrarán de mi memoria y de la fuerza de Cantabria…”32

27 ARV, 4/19. Certificación del Alcalde de San Jorge explicando la actuación de Ramírez y su compromiso de hacerlo gratuitamente. 28 ARV, 4/12. Carta del Síndico del Ayuntamiento a Ramírez, de fecha 24 de Agosto de 1855: “Cumpliendo con lo acordado en 21 de Julio último por esta Municipalidad, á consecuencia de las ofertas que V. espontánea y oficialmente la hizo de asistir gratui- tamente á los coléricos, cediendo además el tercio de sus asignaciones de médico de esta villa y de su Hospital, me cabe la satisfacción de transmitir copia auténtica del indicado acuerdo…” También 4/18, ya citado. 29 ARV, 4/16. Recibo de la entrega. 30 ARV, 4/7. Carta del alcalde de San Jorge, de 12 de Julio de 1855. 31 ARV, 4/8. Carta de Ramón Cuervo, Director de Sanidad, de 13 de Julio de 1855. 32 ARV, 4/14. Carta de José Mª Garra, Segundo Comandante del Regimiento Cantabria. 4 de Septiembre de 1855.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1300 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO

“…el Ayuntamiento acuerda: Que el celoso y entendido profesor D. Francisco Ramírez Vas ha merecido bien de esta población que en repre- sentación de la misma le da las más expresivas y sinceras gracias, tanto por su generosidad y desinterés, como por su abnegación, asiduidad y acierto con que se ha grangeado la predilección y general benevolencia…”33

El documento del que se extrae la última cita pone al descubierto el en- frentamiento existente entre el entonces Alcalde, García Puente, y Ramírez: “Y como se abstuviese de votar el Sr. Presidente […] por rechazar la manera irreverente con que, á su modo de ver viene haciendo cargo al Ayuntamiento de la falta de una medida que á juicio suyo no era llegado todavía el caso de adoptar…”. Enfrentamiento que parece haber también con el Síndico de dicho Ayuntamiento, puesto que en otro documento ya mencionado (ARV. 4/12), el remitente habla de “nuestras pasadas disensiones”. Una solicitud de certificación de Ramírez, dirigida al Ayuntamiento de Olivenza el 10 de marzo de 1856, y la respuesta que extiende el Alcalde segundo, Vicente Carvallo, nos desvelan la enrarecida situación de la población34: “D. Francisco Ramírez Vas, Licenciado en Medicina y Cirujía y médico titular de esta villa y su Hospital, con el debido acatamiento hace presente: Que a V. debe constar, como público y notorio, que por haber cumplido el esponente con su deber declarando la existencia del cólera en esta villa el siete de julio del año próximo pasado, vió hollada su reputación y mancillado su crédito facultativo, con riesgo evidente de su persona, habiéndose visto obligado á sufrir mil injuriosos dicterios y siendo tantas las calumnias que contra el recurrente se esparcieron, los animos estaban sobrescitados y con tan profunda y recelosa prevención, que a no ser un pueblo sumamente pacífico su vida hubiera peligrado.”

La certificación del Alcalde segundo refiere lo siguiente: “D. Vicente Carvallo, Alcalde Segundo Constitucional de esta villa,

Certifico: Que a consecuencia de haber sido el Licenciado en Medici- na y cirugía D. Francisco Ramírez Vas el que franca y lealmente declaró la aparición de los primeros casos de cólera en las salas de medicina, que dignamente visita en el hospital de Caridad de esta villa, se hizo blanco inmerecido de calumnias y denigrantes suposiciones, llegando a tacharlo la

33 ARV, 4/20. Del Ayuntamiento de Olivenza, 19 de Setiembre de 1855. 34 ARV, 4/26.

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opinión pública hasta de envenenador; pues se decía que daba unos polvos con los que mataba á los enfermos, para hacer creer que era cierta la existencia del cólera: que esto lo hacía porque declarándose la epidemia, le iban a dar una cruz y cinco duros diarios […] llegando á predisponer los ánimos de tal modo en contra del citado profesor, que yo mismo le aconsegé no saliese de noche de casa sin ir acompañado. A pesar de tantas calumnias y de haber sufrido varios insultos en una plaza pública delante de muchas personas, el Sr. D. Francisco Ramírez se condujo con el mayor comedi- miento, no queriendo proceder contra sus detractores […] con cuya noble y delicada conducta vencio a sus enemigos y se granjeó el cariño y confian- za de todo el pueblo.”

El presente documento deja a las claras que la lucha contra el cólera ciertamente tuvo tintes épicos, pero por causas añadidas a la dificultad que representa combatir una enfermedad cuyo origen se desconoce. No obstante parece exagerado que porque un médico declare la presencia del cólera en la localidad, en plena epidemia en todo el territorio nacional, sea ultrajado por la población de la manera que hemos visto descrita. La explicación hay que bus- carla, en el mejor de los casos, en una disparidad de criterios entre facultativos. Las razones que el propio Ramírez da del asunto convierten la supuesta dispa- ridad de criterios en una mezcla de error médico y de mala intención. Analiza- mos algunos fragmentos del esclarecedor texto35:

“Aunque la opinión pública me haya absuelto de los cargos injurio- sos, que la más vil y tenebrosa intriga lavró contra mí al empezar el cólera en esta villa; aunque todos en general, me han hecho justicia, encomiando mi conducta hasta un extremo que me lisonjea, y que compensa y neutraliza los profundos disgustos que la maledicencia me proporcionó en aquellos primeros días de terrible prueba, y aunque todo este vecindario sabe de los servicios que cada uno de los profesores hemos prestado á la población y los méritos que por ello hemos contraído, es indispensable recurrir á la opinión pública por medio de la prensa, y si necesario fuere al gobierno, como lo haré, para que se sepa toda la verdad de los hechos […]. Tengo entendido que el Subdelegado y médico titular de esta villa, D. Victoriano Parra, está formando espediente justificativo, segunda edición del que hizo ante el Juez de primera instancia, y reune certificados de servicios que dice haber prestado; y como yo puedo expresar alguno que, aunque fuese sin intención, me perjudicó, seré muy explícito […].

35 ARV, 4/24. Con el título de Ocurrencias del cólera. Remitido. Se trata de una copia del informe enviado por Ramírez el 21 de Febrero de 1856 a Sanidad.

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El día 6 ó 7 de Julio de 1855, sin ser esperado, apareció en esta villa el mortífero viagero asiático, dándose el primer caso en las salas de cirujía del señor Parra, en un individuo á quien se le había amputado un brazo hacía más de un mes, el cual falleció el día 8, poniéndosele por dicho profesor en la papeleta de defunción cólico espasmódico. Casi simultánea- mente es invadido en mi enfermería de medicina un gallego portugués, que entró con intermitentes y sucumbió el ocho á las dos de la tarde. Entonces di parte verbal en su casa al subdelegado de lo acaecido, y convenimos en no divulgarlo hasta ver si ocurrían nuevas invasiones. No tardaron en repe- tirse por desgracia; pues al siguiente día nueve fui avisado á las dos de la tarde para visitar otros cuatro coléricos en el hospital […], y mandé llamar enseguida al señor Parra, quien clasificó la dolencia de cólera morbo asiático. Aunque por consejo suyo se acordó no participara al Alcalde este suceso, dispusimos el aislamiento de los coléricos: mi compañero se encar- gó del tratamiento de una enferma suya de cirujía que había sido invadida; y yo, procediendo como debía, le puse al corriente por escrito de las inva- siones y defunciones diarias el nueve, diez y once. En este último día […] nos pasó un oficio á mi digno amigo D. José Gómez y á mí para que le diésemos parte por escrito, como también al señor Alcalde constitucional de las novedades coléricas […]. Era ya forzo- so, por consiguiente, rasgar el velo misterioso y participar oficialmente la fatídica nueva […]. Aquella misma tarde en Junta de Sanidad pregunté, de un modo confidencial, al señor Parra, si el parte se concretaría á las novedades corrientes o habría de comprender los hechos anteriores, y contestándome que incluyese á todos, el día 12 remití al Alcalde el citado con un oficio en el que le comunicaba lo dispuesto por el subdelegado de medicina y cirugía. Lo natural, lógico y justo era, que en este trance, el señor Parra, que nos mandaba dar parte diario con las invasiones anteriores, hubiese hecho también lo mismo como médico, incluyendo el colérico que falleció y la que tenía en tratamiento […]. Según me afirmaron algunos amigos, el Alcalde, con quien ni estaba ni pienso estar en buenas relaciones de amistad, parece que decía que sólo había partes de coléricos del profesor Ramírez. El pueblo me miraba con ojos recelosos, como á un hombre que quiere espe- cular con la vida de sus semejantes `[…]; porque se decía que yo al tocar la lengua de los enfermos los envenenaba y mataba para hacer creer que había cólera; que deseaba se declarase oficialmente para ganar cinco du- ros diarios y que me diesen una cruz; y se añadía falsamente, que D. Victoriano Parra negaba la existencia del cólera… A no haber sido un pueblo tan pacífico, de seguro que mi vida hubie- ra corrido los riesgos que en otras poblaciones hemos visto arrostrar á algunos profesores. El mismo Alcalde segundo llegó á decirme que de

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noche no saliera solo, porque peligraba mi existencia, y si el cólera se hubiese limitado al hospital y no hubiese saltado á la población la noche del 15 de Julio, ensañándose después en todo el vecindario, este hubiera creído por lo menos que era una falsa y punible alarma la que yo había ocasiona- do, y el descrédito más vergonzoso me habría hundido para siempre en la opinión pública, que cual coqueta veleidosa hubiera ido á acariciar la frente del subdelegado Parra… Llega por fin el 15 de Julio, y el cólera salvando las paredes del hospital empieza á elegir sus víctimas en la población. ¡Coincidencia rara! En ese mismo día el profesor Parra se queja de erisipela en un pie y no sale á visitar. ¡Circunstancia desgraciada para mí, y que hacía más crítica y embarazosa mi situación entonces para lo futuro porque no saliendo el Subdelegado, no había términos hábiles de comparación; estaba él libre de toda responsabilidad ó apreciación moral desfavorable, y no podían decir las gentes si mataba ó curaba, mientras que aquí quedaba el pacientísimo cordero expuesto á las iras populares, que se aumentaban á cada nueva defunción…! La dichosa erisipela, limitada siempre al empeine del pie, persistió en tal estado hasta el 14 de Agosto, es decir, un mes justo y cabal, sin fiebre ni otros síntomas generales. De forma que yo de forma espontánea me encargué de todo el hospital cívico-militar […], visité gratis el de coléricos, cediendo […] la tercera parte de mis dotaciones; tuve […] á mi exclusivo cuidado el cuartel con cerca de doscientos quintos […]; me ofrecí para ir gratuitamente cuando me llamaran, al pueblo de San Jorge […], y á la generalidad de mis convecinos no cobré el importe de mis numerosas visi- tas […], para dar un solemne mentís á los que tan vilmente me habían calumniado… ¿Qué hacía en su tiempo el Dr. D. Victoriano Parra […]? Se dice, y es uno de los extremos que se ha propuesto probar, que desde su cuarto, sin ver los enfermos, recetaba para cuantos iban á consultarle. Pero, ¿qué resultó? Seguía recetando, y si el paciente se agravaba, como en varios casos sucedió, se llamaba otro médico; porque sin ver al enfermo no pro- cede ya continuar su curación. ¿Es esto justo? ¿Es decoroso?...”

El resto de la exposición sigue en la misma línea de rebatir los supuestos méritos de Parra durante la epidemia. Le echa en cara su falta de gratitud para con Gómez Balaero, quien, no siendo titular, se encargó de asistir a los enfer- mos de Parra gratuitamente. Tampoco le agradeció a Ramírez otro tanto con los pacientes de cirugía de la Casa de Misericordia, ni siquiera las visitas que Gómez y Ramírez le hicieron en su propia casa. Al supuesto mérito de Parra de no haber cobrado a los que le consultaron en su casa, Ramírez le contesta que

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1304 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO cite algún médico que cobre por las consultas en casa propia, pues es costum- bre no cobrar cuando el paciente acude a casa del médico. Y finalmente le recuerda el ofrecimiento de asistencia gratuita a los coléricos, posterior al de Ramírez, ofrecimiento que pareció olvidar cuando se incorporó a su actividad el 14 de agosto, puesto que no llegó a pisar el hospital de coléricos. En fin, que la indignación que es patente en Ramírez y que también parece afectar a Gómez, les ha decidido a remitir un informe detallado de todo lo acontecido. Era habitual en esa época la solicitud de certificaciones a distintos orga- nismos cuando un facultativo estimaba haber tenido una actuación destacada en una determinada situación36. Gómez pidió sus pertinentes certificaciones37, también lo hizo Ramos38. El motivo fundamental era el poder acreditar ante las distintas administraciones la valía profesional, ya que los sanitarios podían ser despedidos de su plaza a voluntad del correspondiente Ayuntamiento. Lo que no gustó a Ramírez, y parece que a Gómez tampoco, es que Parra intentara arrogarse unos méritos que no le correspondían, y que, debido a una omisión inicial, Ramírez se había visto en una situación tan sumamente peligrosa como injusta. En el transcurso de la epidemia, Ramírez evidenció síntomas de padecer la llamada colerina39. Tras poco más de un día en cama, salió de nuevo a asistir a los afectados, a pesar de la mala situación de su salud, movido, tal vez, por un afán de acallar a los que pusieron en entredicho su buen hacer: “así como juré morir viendo coléricos, si el mal asiático me atacaba de una manera fulmi- nante”, según él mismo nos refiere40. Es la razón que le lleva a criticar la postura de Parra, que por una afección local en el pie no saliera a visitar enfermos, cuando él mismo, enfermo de colerina, sí lo estaba haciendo.

36 ARV. Al respecto, del legajo 4 podemos citar los documentos 13, 15, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 25, 26, 27, 28, 29 y otros más relativos a otros asuntos. AHMO, 12/1-217, en sesión del pleno municipal se acuerda certificar la conducta filantrópica de Ramírez. 37 AHMO, 12/1-120. En la misma sesión de 19 de Septiembre de 1855, se presenta la solicitud de Parra. 38 AHMO, 12/1-241, en sesión de 31 de Octubre de 1855. 39 ARV, 4/21. Certificación de haber padecido cólera, expedido por el doctor Gómez. También c 22, id. por el doctor Ramos. Ambos facultativos le diagnosticaron la enfermedad la noche del 8 de Agosto. Igualmente se reconoce en diversos documentos como el de la c 28, correspondiendo la certificación al Ayuntamiento de Olivenza. 40 ARV, 4/24.

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Encontramos agradecimientos a la actuación de los tres facultativos de Olivenza por parte del Ayuntamiento41, incluso del Gobernador de la provin- cia42. También es reseñable la actitud del farmacéutico local José Soto, cedien- do gratuitamente todos los medicamentos que fueron necesarios para combatir la epidemia43. Como colofón al capítulo de agradecimientos, Ramírez vio su nombre en la corta lista de facultativos que merecieron la felicitación expresa y pública del Gobernador de la provincia, y que fue publicada en el Boletín de la provincia44. Podríamos seguir con el análisis de las secuelas de las distintas actuacio- nes durante la epidemia de cólera, pero antes cabría preguntarse por el alcance de la misma, ya que a tenor de las repercusiones citadas con anterioridad, podemos atisbar una situación ciertamente grave. Analicemos, pues, los datos que tenemos de aquella terrible epidemia. Para ello recurriremos a los obtenidos de los archivos parroquiales y a los que se conservan en el propio archivo de Ramírez. Habida cuenta que los primeros ya han sido estudiados45, veremos primero los datos que nos ofrece Ramírez. Los datos de mortalidad por cólera que nos da Ramírez son superponibles a los que figuran en los registros parroquiales en el mismo período. La salvedad es que en los datos procedentes de los archivos parroquiales figuran algunas defunciones más, acaecidas en fechas posteriores a las referidas por Ramírez46 y en las que se consideraba extinguida la epidemia47. Otra particularidad, ésta

41 AHMO, 12/1-231. Sesión de 11 de Octubre de 1855, en la que se reconoce la actitud filantrópica de Parra y los demás médicos. Parra había cedido parte de su salario para contratar a Ramos, hecho que Ramírez achaca (ARV, 4/24) a que era la única opción, pues estaba privando a la localidad de los servicios de un facultativo. 42 AHMO, 12/1-225, de 22 de Septiembre de 1855. 43 AHMO, 12/1-237, según reconoce el Ayuntamiento en sesión de 24 de Octubre de 1855. 44 Boletín Oficial de la Provincia (BOP) nº 11, de 25 de enero de 1856, p. 1. 45 PACHECO VICENTE, M.: “Cólera asiático en Olivenza: aquel trágico verano del 55…” En Revista de ferias y fiestas. Olivenza, 1999, pp. 15 a 18. 46 ARV 4/24. “…hasta el 8 de Setiembre que se cantó el Té Deum…” 47 ASCMO. 153/2807-8. En el presente documento se da por concluido el cólera el 28 de octubre de 1855: “En seguida se dio parte á la mesa, q. haviendo concluido la epoca del colera se havia ya recibido la 3ª parte del honorario de D. Francisco Ramírez; y se acordó, q. no solo se den las gracias por su servicio á dicho Señor sino á D. Victoriano de Parra por sus buenos deseos”.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1306 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO de mayor trascendencia, es que las cifras que nos ofrece Francisco Ramírez son de morbilidad también. En otro documento adjunto al anterior48, figura el listado nominal de los enfermos de cólera atendidos por Ramírez entre el 7 de julio y el 25 de agosto de 1855, precisando el domicilio y si curaron o fallecieron. Aunque es relativo a una parte de los afectados, da idea del curso de la epidemia. Lo vemos representado:

Julio 1855

9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 135791113151719212325272931

Agosto 1855

14

12

10

8

6

4

2

0 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31

Incidencia del cólera entre los pacientes de Ramírez Vas

48 ARV, 4/33.

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Los días del mes de julio en que más casos aparecieron entre los pacien- tes de Ramírez son el 24 (9 casos) y el 27 (8 casos). En agosto, el día 11 (14 casos) y el 20 (13 casos), son los dos días de mayor incidencia, y en ese sentido son referidos dichos picos en el documento mencionado con anteriori- dad49. La otra parte del documento que ahora vemos, es la copia del estadillo remitido una vez finalizada la epidemia. Bajo el título de “Estadística del cólera- morbo en la provincia de Badajoz”, se recogen una serie de datos y de conside- raciones estadísticas que pasamos a describir y analizar. Los referidos datos, como advierte Ramírez, corresponden al periodo que va desde el 7 de julio hasta el 2 de septiembre del año en cuestión. El depósito de cadáveres que se menciona, no se estableció hasta el mes de agosto50.

-Pueblos invadidos en 1855...... Olivenza -Nº de invadidos ...... 331 -Defunciones ...... 97 -Duración epidemia: Desde el 7 de Julio hasta el 2 de Sept. del espresado año. -Máximo diario de -Curaciones ...... 4 -Defunciones...... 2 -Total de personas socorridas -A domicilio ...... 217 -En Hospital ...... 71 -Resumen de lo gastado durante la epidemia...... 9.505 -Depósito de cadáveres...... 1 -Nº de profesores -Medicina ...... 4* -Cirugía...... 0 -Farmacia ...... 2

49 ARV, 4/24. 50 AHMO.12/1-205. Así se acordó en sesión de 2 de agosto.

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-Nº de boticas...... 2 -Nº de herbolarios ...... 0 -Enfermedades endémicas...... fiebres intermitentes de varios tipos. -Enfermedades epidémicas ...... cólera morbo asiático. -Epizootias ...... 0 -Observaciones: 1ª. De los 331 invadidos, 146 fueron varones y 185 hembras. 2ª. De los 97 fallecidos, 56 fueron varones, y 41 hembras. 3ª. Para la clasificación de curaciones y defunciones, se ha dividido por el nº de estas y de invadidos por el tiempo que duró la epidemia.

*De estos 4 Profesores sólo 1 era Médico puro. Los demás son Médico-Cirujanos.

Vemos, en primer lugar, como la muerte alcanza a casi la tercera parte de los afectados. El número final de defunciones es de 97, algo alejado de los 119 que da Pacheco51. Es posible que hubiera más defunciones por cólera de las referidas, aunque el motivo, evidentemente, no es el miedo a declarar la enfer- medad, como ya vimos en el caso de Zafra. También Pacheco hace la observa- ción de no registrarse ninguna defunción por cólera en las aldeas, algo impro- bable, salvo que los enfermos estuvieran hospitalizados. Sabemos que al me- nos en la aldea de San Jorge hubo casos de cólera, pero no se mencionan defunciones52.

51 PACHECO VICENTE, M.: Op. cit. En el mencionado artículo, resumen de un trabajo realizado por el autor junto a Mª Jesús Borrallo, Belén de Casas y Mª Luz Serrano, conta- biliza defunciones por cólera ocurridas después del 2 de septiembre, fecha tope de los datos expresados. El autor refiere las defunciones por meses y otra serie de datos de interés con respecto a la población afectada. 52 ARV, 4/19. Escrito de agradecimiento del alcalde de San Jorge a Francisco Ramírez, fechado el 18 de septiembre de 1855: “…habiendo ocurrido el primer caso de cólera morbo en este vecindario el día once de Julio del corriente año, se llamó al Sr. D. Francisco Ramírez […] y temiendo que se repitiesen en mayor ó menor número los ataques coléricos en lo sucesibo, hasí lo hizo presente a esta Junta de Sanidad […] fue cuantas veces se le pasó recado para la asistencia necesaria de los enfermos que reclamaron sus auxilios…”

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La falta de documentación procedente del hospital de coléricos nos deja sin datos sobre la incidencia de la epidemia entre el colectivo militar, como bien recuerda Pacheco. Esta carencia la solventamos con otro documento consis- tente en una certificación, que a continuación detallamos53:

“D. José Mª Rolo Sotelo, Comisario de Grra. hab. de esta plaza, é Inspector en la parte militar de los hospitales de la misma. Certifica que D. Franº. Ramírez Vas, segundo Ayudante honº. del cuerpo de Sanidad Militar, ha dado las más relevantes pruebas e inimitable ejemplo de asiduidad, abnegación é inteligencia en el dilatado periodo que el cólera-morbo afligió á esta población, siendo extraordinaria y en extre- mo eficaz la asistencia […] proponiendo medidas eficaces y acertadas con- tra la epidemia, animando al soldado y prodigándole los socorros de la medicina con tal prontitud y oportunidad que de veinte y siete coléricos que ingresaron en el hospital, sin contar los que por indisposiciones más leves de vientre se curaron en el cuartel, solo fallecieron dos, a pesar de haber sido muchos los que tubieron síntomas muy graves […] y no dejó de visitar hasta que, viéndose acometido de los primeros síntomas de cólera, perma- neció un día en cama por consejo de los médicos, abandonándola al si- guiente en un estado muy delicado, p que oyó decir que la epidemia había tomado nuevo incremento…”

En el mencionado escrito se nos detalla tanto el número de afectados como de fallecidos, así como datos ya conocidos del extraordinario comporta- miento de Ramírez. Sobre los expresados datos, llamamos la atención sobre la mortalidad, sensiblemente inferior a la de la población civil, hecho con seguri- dad motivado por tratarse de enfermos más jóvenes que el promedio de la población de Olivenza. Con respecto a los métodos curativos empleados para combatir la epide- mia, sabemos que eran tan variados como poco fundados en muchas ocasio- nes. La ignorancia del agente causal de la enfermedad, lógicamente imposibili- taba un tratamiento efectivo. La literatura de la época, incluso posterior, está llena de remedios54 que, en el mejor de los casos, se remitían al uso de astrin-

53 ARV, 4/34. Fechado el 11 de septiembre de 1855. 54 ULECIA CARDONA, J.: Tratamiento del cólera morbo. Madrid, 1885. En portada, “contiene 79 métodos y más de 200 fórmulas”. Para este autor, a pesar de que 2 años atrás Koch había demostrado que la causa del cólera estaba en el vibrión colérico (conocido entonces como “vírgula”, denominación que sirvió para no pocos comentarios jocosos

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1310 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO gentes55. Sobre los remedios empleados en Olivenza, tenemos vagos testimo- nios. En el documento mencionado con anterioridad, en el que aparece la rela- ción nominal de enfermos asistidos por Ramírez56, se menciona en varias oca- siones la expresión “tomó sulfato”, indicando algún compuesto usado en el tratamiento. En una certificación ya referida57, en la que se relata la actuación de Ramírez en el caso del arriero afectado de cólera en 1854, nos da algunos datos:

“Biendo el aislamiento del enfermo y el retraimiento de los morado- res de la huerta, el espresado facultativo estuvo aplicándole ladrillos ca- lientes, dándole friegas y propinándole otros remedios…”

Más allá de la dudosa efectividad de remedios como los descritos, sí hay que hacer mención de la conveniencia de otro tipo de medidas que no todos compartían. Tal es el caso del aislamiento del enfermo, como se detalla en el relato. Aunque autores de aquilatada trayectoria recomendaban evitar el con- tacto con coléricos por otros motivos: “…es peligroso por contemplar lo desmejorado de su cara”58. En este sentido Ramírez escribe un artículo en 1854 que lleva por título”¿Debe aconsejarse el aislamiento de los coléricos y la incomunicación completa de los pueblos contagiados?”59 El artículo que nos parece doble- mente interesante. Por un lado, porque en él expone sus propios razonamien- tos, en contraposición a las teorías más extendidas. Por otro, porque en él

por parte de los anticontagionistas) el origen del cólera “se pierde en un intrincado laberinto” (p. 38). 55 LA MARE-PICQUOT: Observaciones sobre el cólera-morbo de La India hechas en Bengala y en la Isla de Francia. Madrid, 1832. Entre los llamados “remedios ingleses y franceses” (p. 17), cita el láudano y el opio. Entre las causas, cita la “afección moral” (p. 22) y “la pérdida de ánimo” (p. 26). 56 ARV. 4/35. 57 ARV, 4/2. 58 SEOANE, M.: Instrucciones generales sobre el modo de preservarse del cólera-morbo epidémico con indicaciones acerca de su método curativo. Madrid, sin fecha, ca. 1835, p. 9. A propósito de los remedios contra el cólera, en la p. 73 habla del uso de botellas de agua caliente, con una finalidad similar a la de los ladrillos calientes que usa Ramírez: aliviar los dolores cólicos. 59 RAMÍREZ VAS, F.: “¿Debe aconsejarse el aislamiento de los coléricos y la incomuni- cación completa de los pueblos contagiados?” La Crónica de los Hospitales, 1854, pp. 555-556.

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encontramos los fundamentos de su actuación durante la epidemia que se desencadenará en Olivenza unos meses después. Para ilustrar lo primero recu- rrimos a citas textuales, comenzando por la polémica de los cordones sanita- rios, “…por su influencia más o menos directa en la paralización del comer- cio y de la industria…”60, añadiendo unas líneas más abajo, que el aislamiento es la “… única profilaxis para la epidemia…” Más adelante, sobre la etiología y el contagio de la enfermedad, expresa lo siguiente:

“…el intrincado problema de la etiologia colérica […] se ha tratado de oscurecer y desfigurar, especialmente en los países comerciales, que son los mas interesados en que la verdad no brille con todo su esplendor[…] Que el cólera es importable, y que se comunica por el contacto con las personas que lo padecen ó con los efectos contagiables que de ellos proce- den, nos lo está patentizando no solo los casos aislados y bien comproba- dos de trasmisión directa, sino tambien la marcha que en su aparicion ha seguido la epidemia…”

En la página siguiente repite claramente su convicción:

“…este azote del género humano es importable, y que no va a ningu- na parte sino lo llevan los hombres ó los efectos contagiados…”

Sea cual fuere el motivo, sí parece claro que el trabajo de los facultativos de Olivenza fue efectivo y, dentro de la tragedia general que supuso la epidemia de cólera, los resultados hay que etiquetarlos de brillantes. Si nos remitimos a cualquier fuente que nos indique las poblaciones de la época61, vemos cómo en la vecina Badajoz, con algo más del doble de población que Olivenza62, la epide- mia había producido en el otoño anterior ocho veces más víctimas que en ésta. Volviendo a las respectivas actuaciones de los distintos médicos de Olivenza, asunto que momentáneamente dejamos algunas páginas más atrás, y vistas ya algunas certificaciones sobre las mismas, emitidas por diferentes

60 Ibidem., p. 556. 61 MADOZ, P.: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. T II. Madrid, 1849, pp. 262 a 269. 62 Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el censo de población de 1842 Badajoz tiene 11.715 habitantes de derecho, por 6.291 de Olivenza. En el de 1857, son 22.195 los habitantes de hecho de Badajoz, y 7.498 los de Olivenza.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1312 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO estamentos, veremos otros aspectos relevantes que derivaron del trabajo de los facultativos en cuestión. Mencionábamos con anterioridad la situación de interinidad de Gómez Balaero en la localidad. Tras la epidemia y, tal vez, aprovechando su buena imagen tras su actuación en la misma, solicitó una plaza de médico en el ayun- tamiento de Olivenza, ya que Parra tenía a su cargo dos63, cosa que consiguió. Gómez, además, vería recompensado su buen hacer con la concesión de un diploma64. En el caso de Ramírez, los reconocimientos fueron mucho más allá de lo imaginable y de lo que hasta ahora hemos mencionado. No era infrecuente en los tiempos que corrían que cualquier ciudadano que considerase haber reali- zado un buen servicio a la Corona, solicitase algún tipo de recompensa. Llegó a tal extremo la referida costumbre, que el Ministro de Estado, a la sazón, Joa- quín Francisco Pacheco, promulgó un Real Decreto en julio de 1847 para inten- tar mantener el prestigio de algunas de estas recompensas65. Ramírez fue recompensado con la Cruz de la Orden civil de Beneficen- cia66. La Orden Civil de Beneficencia había sido creada en Mayo de 1856, preci- samente a raíz de la epidemia de cólera, para recompensar a los facultativos que habían sobresalido en la lucha contra la enfermedad, “y más concretamente a los individuos de ambos sexos que presten servicios extraordinarios durante las epidemias, y a los que, en casos de aflicciones públicas, como naufragios, terremotos, inundaciones, incendios, etcétera, arriesguen su vida o sus inte- reses en beneficio de sus semejantes”67.

63 AHMO, 12/1-227. En sesión de 3 de octubre de 1855 se da cuenta de dicha solicitud y se declara vacante una de las plazas de Parra. 64 PACHECO VICENTE, M.: Op. cit., p. 18. 65 AZCÁRRAGA SERVERT, J. de: La insigne Orden del Toisón de Oro. Madrid, 2001, p. 121. 66 Desconocemos la fecha exacta de concesión. A partir de algún momento de 1856, Ramírez comienza a hacer referencia a ella. Como ejemplos, documentos como el 3/49 ó el 3/53. 67 CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A. de y GARCÍA-MERCADAL y GARCÍA-LOYGO- RRI, F.: Las Órdenes y Condecoraciones Civiles del Reino de España. Madrid, 2003, p. 179.

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El 25 de agosto de 1856 se le concedía la Cruz de Epidemias, condecora- ción creada en 1838 para premiar a los médicos destacados en las mencionadas situaciones68. Le fue comunicada la concesión a través del Gobierno Civil de la provincia, y a propuesta de éste69: “Conformándose S M con el dictamen de su Consejo se ha servido conceder la cruz de epidemias á D. Francisco Ramírez Vas, licenciado en Medicina y Cirugía…” Por último, aunque no en orden cronológico, y menos aún en importan- cia, se le concedió una tercera recompensa, que hemos dejado para el final por estar mejor documentada. Con fecha 27 de Noviembre de 1855 se comunicaba a Ramírez la noticia por parte del entonces Consejero de Sanidad70 Pedro Felipe Monlau71 en los siguientes términos:

“Muy Sr. mío y estimado compañero: ayer se acordó proponer á V. para la Cruz de Carlos 3º, que es una de más categoría que la de Isabel la Católica que V. deseaba. Activaré en lo posible el despacho del expediente, para que la propuesta pase cuanto antes al Ministerio de Estado, donde debe V. poner en juego las relaciones que me indica en su favorecida última para que el Ministro no se muestre rehácio como se muestra de cuatro meses a esta parte respecto de las Cruces por servicios durante el cólera. Yo no tengo relaciones en Estado, pero basta con que el Sr. Moreno, oficial de dicho Ministerio, se interese, para que logre V su objeto. Sin otro particular […] P. F. Monlau”.

Esta primera comunicación merece varias reflexiones. En primer lugar, vemos cómo efectivamente las condecoraciones eran solicitadas por quien se creía merecedor de ellas. En segundo lugar, se nos da a entender que esta costumbre se había extendido acaso más de lo deseable debido a la menciona-

68 Ibidem, pp. 220 y 221. 69 ARV, 3/59. Comunicación de fecha 25 de agosto de 1856. 70 GRANJEL, M.: Pedro Felipe Monlau y la higiene española del siglo XIX. Salamanca, 1983, p. 89. 71 ARV, 13/121.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1314 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO da epidemia, hasta llegar al hartazgo del propio Ministro. Hartazgo que no afectaba al aluvión de condecoraciones que fueron otorgadas a militares y políticos por sus actuaciones durante la epidemia, como si hubieran sido ellos los que arriesgaron su vida. Esto último es el razonamiento que Ramírez, y también otros médicos que así se pronunciarían, hizo público en las páginas del segundo número de El Estandarte Médico. Es evidente que Ramírez aspiraba a una determinada condecoración. Pero su expediente debió alcanzar suficiente peso como para ser propuesto para otra de mayor entidad. No obstante, parece clara la conveniencia de tener buenos mentores, incluso de mayor influencia que la de todo un Consejero de Sanidad. La propuesta le fue comunicada oficialmente por Sanidad por carta fe- chada el 10 de diciembre de ese año72:

“En vista de los extraordinarios servicios prestados en Olivenza, provincia de Badajoz, con motivo de la existencia del cólera morbo por el licenciado en Medicina y Cirugía D. Francisco Ramírez Vas, la Reina (q D g), ha tenido a bien resolver que por el Ministerio del digno cargo de V. se le proponga para la cruz de Caballero de Carlos tercero libre de gastos…”

Finalmente, el 27 de mayo de 1856, le fue concedida la Cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos Tercero. El documento que se conserva73, firmado por el Duque de Híjar, refiere lo siguiente:

“NOS D. TOMÁS IGLESIAS Y BARCONES, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Patriarca de las Indias, Pro-capellán y Limos- nero Mayor de la Reina nuestra señora doña Isabel II, Vicario General de los Ejércitos y Armada, Gran Canciller y Caballero Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y de la Americana de Isabel la Católica, Vicepresidente de sus supremas Asambleas, etc, etc. Por cuanto S. M. la Reina nuestra Señora, que Dios guarde, se dignó agraciar con la Cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos Tercero, á D. Francisco Ramírez Vas, y se le ha expedido el Diploma correspondien- te…”

72 ARV, 3/56. 73 ARV, 3/58.

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La comunicación de concesión, se sigue de una citación, fechada el 14 de agosto de 1856, por la que se convoca a Ramírez para la ceremonia que tendrá lugar al día siguiente. A continuación, y siempre en el mismo documento, en- contramos el acta de la susodicha ceremonia, celebrada conforme a lo estable- cido el 28 de julio de 1790 por el Conde de Floridablanca74 y cuyo desarrollo se nos detalla, constituyendo, a tenor de lo que se describe, todo un aconteci- miento en la población. Se nos refiere la presencia del Obispo de Badajoz, el Gobernador Militar de la plaza y demás autoridades militares, el entonces canó- nigo y posterior obispo de Badajoz, Fernando Ramírez, el Alcalde de Olivenza, jueces y otras personalidades locales y de la zona. La celebración del acto tuvo lugar en la iglesia de Santa María del Castillo. Ramírez culminaba con estas tres condecoraciones toda una cohorte de reconocimientos a su actuación durante la pasada epidemia de cólera, y que a buen seguro paliaban los sufrimientos y afrentas sufridas por el desarrollo de su profesión. O tal vez fueron los agravios sufridos los que le llevaron a solici- tar estas recompensas para hundir en el silencio a sus enemigos. Finalmente, conviene reseñar que ningún profesional de Olivenza aban- donó la localidad durante la epidemia75. Hecho que era infrecuente en las pobla- ciones que resultaron más afectadas por el cólera, como ya hemos visto en Badajoz. Pero no fue el único caso. El Boletín de la provincia recoge diversos ejemplos de abandonos de las poblaciones afectadas por el cólera, tanto de profesionales, como de autoridades civiles y eclesiásticas. La primera huida registrada en 1855, es la del médico de Siruela76. En el caso de Burguillos77, parte de la corporación municipal es la que abandona la población. De la villa de huyen alcalde, regidores, concejales, secretario, procurador síndico, presbíteros y particulares, dejando en una lamentable situación a sus conveci- nos; socorridos tan sólo por el cura párroco y el médico78.

74 ARV, 3/58 b. 75 Únicamente el regidor Antonio Frois aparece como huido a Portugal. BOB, 117 de 1855, de 28 de septiembre, p. 3. 76 BOB, 98 de 1855, de 15 de agosto, p. 3. 77 BOB, 108 de 1855, de 7 de septiembre, p. 1. 78 BOB, 128 de 1855, de 24 de octubre, p. 2.

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El caso de Almendralejo superó todo lo anterior, mereciendo por ello aparecer en la Gazeta de Madrid, aunque sólo en su faceta más negativa. En 1854 moría en Almendralejo a causa del cólera Antonio Marcello. A pesar de ser el único boticario que no abandonó la ciudad, su sacrificio no tuvo reconoci- miento por parte de las autoridades, lo que dio lugar a un artículo de Ramírez79, en el que expresaba:

“Al publicarse en la ´Gazeta´ los nombres de los que han huido y de los que permanecieron firmes en sus puestos en Almendralejo, no se hace mención del malogrado farmacéutico Marcello; pero en cambio se conde- cora á los particulares con las cruces de Carlos III y de Isabel la Católica: es verdad que también se manda que á los facultativos titulares se les den…las gracias!!”

Los que sí vieron sus nombres en la Gazeta fueron los que huyeron de Almendralejo80, figurando el alcalde, regidores, administrador de correos, cléri- gos, particulares y, por supuesto, sanitarios. Pero no se hace mención de los que se sacrificaron hasta perder la vida, como bien refiere Ramírez.

A MANERA DE CONCLUSIÓN No abundan los trabajos sobre temas sanitarios de Olivenza, siendo los más frecuentes, y también los más atractivos, los relativos a la Santa Casa de Misericordia de la localidad. Tanto en los referidos a la cinco veces centenaria Institución, como en los que indagan en la historia de la población, se trata el asunto de la epidemia de 1855 de forma tangencial y con graves errores en la interpretación de los hechos. La estadística oficial de la epidemia señala el 7 de julio como fecha de inicio, y el 2 de septiembre se da por finalizada la misma. Por tanto a este

79 RAMÍREZ VAS, F.: “Reflexiones acerca de los importantísimos servicios que las clases médico-farmacéuticas han prestado en todos los tiempos, y principalmente en la actualidad, y de la indiferencia con que son atendidas”. La Crónica de los Hospitales, 1854, pp. 629-634. 80 Gazeta de Madrid, nº 623, de 16 de septiembre de 1854 y nº 661, de 24 de octubre de 1854.

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intervalo de tiempo corresponden las cifras oficiales que hemos visto, lo que no quiere decir que en fechas posteriores al mismo no se produjeran más defun- ciones por la misma causa. La actuación del facultativo Francisco Ramírez Vas fue determinante. A su filantrópica acción, siempre ponderada por otros autores, hay que añadir una labor heroica, dada la actitud de la población y de las autoridades locales. Aparte de hacerse cargo del hospital de coléricos, atendió en exclusiva la Casa de Misericordia durante más de un mes; asistiendo además a sus otros pacien- tes de la localidad. En su buen hacer tuvo mucho que ver su concepción del cólera como enfermedad contagiosa. Destacables fueron también la desprendida labor de José Gómez Balaero, que se hizo cargo de forma desinteresada de los pacientes de Victoriano Parra; y la actitud del boticario José Soto, cediendo gratuitamente los medicamentos para combatir la epidemia. En un segundo plano queda Victoriano Parra. Contra lo que cuentan otros autores, ni llevó el peso de la lucha contra la epidemia, ni padeció la enfermedad; quedando en entredicho su disposición tras el análisis de los hechos. Si bien la mortalidad entre los enfermos de cólera está en la media nacio- nal, entendemos que los afectados por la epidemia hubieran sido mucho más numerosos sin la decidida actuación de los profesionales sanitarios de Olivenza.

FUENTES - Archivo Histórico Municipal de Olivenza (AHMO). - Archivo de la Santa Casa de Misericordia de Olivenza (ASCMO). - Archivo Ramírez Vas (ARV).

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PUBLICACIONES PERIÓDICAS

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El mapa sanitario en Extremadura

JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES Consejería de Educación y Dependencia

DIEGO PERAL PACHECO Doctor en Medicina. UEx

EUGENIO MOLINA BARRAGÁN Consejería de Sanidad y Dependencia

RESUMEN El Mapa Sanitario constituye el instrumento básico para la ordenación y planificación del territorio y de los recursos sanitarios en Extremadura. Por este motivo, debe organizarse con un obligado carácter dinámico y flexible, que le permita adaptarse a los posibles cambios, tanto demográficos como sociales y de racionalidad de recursos, que puedan producirse. El conocimiento de la evolución histórica hasta su actual configuración del Mapa Sanitario de Extremadura, sus distintos componentes y los criterios formales empleados para su definición, nos permitirá comprender mejor la necesidad de su continua adaptación a los posibles cambios en las necesidades sanitarias de la población extremeña.

ABSTRACT The Sanitary Map constitutes the basic instrument for the arrangement and planning of the territory and the sanitary resources in Extremadura. For this reason, one must organize with an obliged dynamic and flexible character, which one allows it to adapt to the possible changes, demographic, social and rationality of resources, which could take place. The knowledge of the historical evolution until its current configuration of the Sanitary Map of Extremadura, its different components and the formal criteria used for its definition, will allow us to understand better the need of its continuous adjustment to the possible changes in the sanitary needs of the Extremaduran population.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1322 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

1. ANTECEDENTES La coexistencia de la llamada Sanidad Nacional y de la Seguridad Social en los tiempos anteriores a la constitución de la Comunidad Autónoma de Extremadura (CAE), queda reflejada a la hora de visualizar el Mapa Sanitario en Extremadura a principios de la década de los ochenta.

1.1. Organización territorial de la Sanidad Nacional La organización territorial de la Sanidad Nacional emanaba de la ordena- ción establecida en dos Decretos (D): el D 575/1966, de 3 de marzo, que aprobó la regionalización hospitalaria de España delimitando once regiones hospitala- rias (la provincia de Badajoz estaba englobada en la décima, junto con Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla, mientras la provincia de Cáceres se integraba en la sexta, junto a Ávila, Salamanca y Zamora); y el D 3318/1974, de 24 de noviem- bre, que reestructuró los partidos sanitarios. Más tarde, el primer Decreto fue derogado totalmente y el segundo, par- cialmente, mediante el Real Decreto 2221/1978, de 25 de agosto, por el que se establecía la confección del Mapa Sanitario del territorio nacional (BOE núm. 226 de 21/09/1978). Este Real Decreto (RD) trató de configurar una estructura territorial que, partiendo de la unidad sanitaria local, llegara a tipificar las regio- nes sanitarias, estructuradas como núcleos autosuficientes en la gestión de los medios asistenciales y en el desarrollo de los programas sanitarios. Textual- mente, enunciaba que “... dicha estructura territorial debe establecer las áreas geográficas, urbanas y rurales como núcleos a través de los cuales pueda realizarse una medicina integrada”. También propugnaba la eliminación de duplicidades asistenciales y organizaciones paralelas, así como la utilización armónica de los recursos, tanto personales como materiales, instrumentales, institucionales y económicos existentes en el país, justificándolo en la necesi- dad de hacer socialmente productivos los medios empleados por el sector público. Por ello exigía que, a la hora de planificar territorialmente la Sanidad, todas las instituciones de cualquier naturaleza y patrimonio, públicas o priva- das, pudieran integrarse en el sistema sanitario previa homologación. El Mapa Sanitario diseñado en cumplimiento del mencionado RD 2221/ 1978, de 25 de agosto, estructuraba de forma distinta el medio rural y el medio urbano (entendiendo este último como todas las capitales de provincia y las localidades con una población aproximada a los 100.000 habitantes -en Extremadura tan sólo Cáceres y Badajoz-):

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a) La estructuración del medio urbano se realizaba en sectores y distri- tos. b) El medio rural quedaba delimitado en unidades sanitarias locales -con una población total de unos 5.000 habitantes-, que se agrupaban en subcomarcas sanitarias -de entre 25.000 y 30.000 habitantes- y éstas, a su vez, en comarcas sanitarias -que totalizaban una población de aproximadamente 75.000 a 100.000 habitantes-. Este Mapa Sanitario también contemplaba las provincias sanitarias (que coincidían con la división administrativa provincial) y la región sanitaria (Extremadura), estructurada como núcleo autosuficiente en la gestión de los medios asistenciales y en el desarrollo de los programas sanitarios. Sin embar- go, los Mapas Sanitarios de Cáceres y Badajoz confeccionados a partir del RD 2221/1978, de 25 de agosto, aunque fueron publicitados en periodo de alega- ciones, no llegaron nunca a entrar en vigor.

1.2. Estructura de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social Como antecedente en el campo de la asistencia sanitaria cabe citar el D 2065/1974, de 30 de mayo, texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social (BOE núms. 173 y 174 de 20 y 22 de julio de 1974). Territorialmente, los servicios sanitarios encargados de ofertar las prestaciones de la Seguridad Social se estructuraban según su ámbito de actuación en:

a) Servicios nacionales, establecidos para la asistencia sanitaria espe- cializada en todo el ámbito nacional. b) Servicios regionales, que extendían su circunscripción a varias pro- vincias y que, en general, se ubicaban en la capital del distrito univer- sitario con Facultad de Medicina. c) Servicios provinciales, que organizaban las circunscripciones territo- riales en dos niveles, según el número de personas protegidas y sus características geográficas y laborales: sectores (unidades sanitarias completas, que tenían todas las especialidades sanitarias) y subsectores (unidades complementarias del sector en las que se si- tuaba una primera asistencia especializada que, normalmente, com- prendía radiología, laboratorio, odontología, tocología, pulmón y co- razón).

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d) Por último, la zona era la unidad primaria para la organización de la asistencia sanitaria, que servía para delimitar el ámbito de actuación de los facultativos de medicina general.

La delimitación de estas unidades correspondía al Ministerio de Trabajo, a propuesta del Instituto Nacional de Previsión (INP). En este esquema organizativo se integraban las instituciones sanitarias configuradas en torno a dos conceptos, las abiertas y las cerradas: a) Las instituciones sanitarias abiertas prestaban asistencia ambulatoria y podían diferenciarse en: 1) Centros de diagnóstico y tratamiento, dotados de servicios capaces de realizar una asistencia ambulatoria completa. 2) Ambulatorios, que disponían de consultas de medicina general, de pediatría y puericultura, así como de algunas especialida- des. 3) Consultorios de medicina general, dedicados a la prestación de medicina general y de pediatría y puericultura. b) Las instituciones sanitarias cerradas se configuraban como centros de hospitalización e internamiento, aunque también podían prestar ser- vicios en régimen ambulatorio en sus áreas de consulta externa. Se diferenciaban en varias categorías: 1) Ciudades Sanitarias o complejos asistenciales, compuestos por una residencia general y otros hospita- les especiales de traumatología, rehabilitación y materno-infantil. 2) Residencias Sanitarias u hospitales generales con servicios regiona- les. 3) Residencias Sanitarias Provinciales u hospitales generales bási- cos con un ámbito provincial de influencia. 4) Residencias Sanitarias Comarcales u hospitales locales básicos de ámbito comarcal (Tabla 1).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA 1325

TABLA 1: ORDENACIÓN TERRITORIAL DE LA SANIDAD NACIONAL Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL. 1978

SANIDAD NACIONAL SANIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Niveles Responsable Tipos Niveles Responsable Tipos territoriales de recursos territoriales de recursos asistenciales asistenciales

Nacional Dirección Nacional Servicios General asistenciales de Sanidad especializados de referencia nacional

Regional Servicios asistenciales especializados para varias provincias, vinculados por lo general a la Universidad (Facultad de Medicina)

Provincial Jefe Provincial Jefatura Provincial Director Dirección de Sanidad Provincial Provincial Provincial de Sanidad del INP del INP

Comarcal Director Centro Sector Director Ambulatorios Centro Secundario de Ambulatorio con todas las Secundario de Higiene especialidades Higiene

Subcomarcal Director Centro Primario Subsector Centros con 5 Centro de Higiene especialidades: Primario radiología, de Higiene laboratorio, odontología, tocología y pulmón y corazón

Local Jefe Local de Consultorio Zona Médico Consultorio de Sanidad Médico medicina -Partido Médico general -PartidoFarmacéutico y pediatría -PartidoVeterinario puericultura

(INP) Instituto Nacional de Previsión Fuentes: RD 2221/1978, de 25 de agosto. D 2065/1974, de 30 de mayo

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2. EL MAPA SANITARIO DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA Antes de la aprobación de la Ley General de Sanidad (LGS) de 1986, el RD 137/1984 de 11 de enero, sobre Estructuras Básicas de Salud, adoptó medidas preparatorias para la reforma general del sistema sanitario, otorgando a las Comunidades Autónomas la delimitación territorial de las zonas de salud (ZS) en base a criterios demográficos, geográficos y sociales. En función de los mismos, la población protegida por la Seguridad Social a atender en cada zona de salud (definida en dicho RD como el marco territorial de la atención primaria de salud y como “... la demarcación poblacional y geográfica fundamental, delimitada a una determinada población, siendo accesible desde todos los puntos y capaz de proporcionar una atención de salud continuada, integral y permanente con el fin de coordinar las funcio- nes sanitarias afines”, podía oscilar entre 5.000 y 25.000 habitantes, tanto en el medio urbano como en el rural. En definitiva, el RD 137/1984, de 11 de enero posibilitó a la CAE llevar a cabo una nueva ordenación territorial sanitaria mediante la aprobación de su primer Mapa Sanitario. El primer antecedente del mismo en la CAE fue la promulgación de la Orden de la Consejería de Sanidad y Consumo por la que se creó la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Estructuras Básicas de Salud, encar- gada de elaborar una propuesta que delimitara las zonas de salud de toda la Comunidad Autónoma. Los integrantes de esta Comisión, con el mandato de reunirse una vez por semana como mínimo hasta la finalización de los trabajos, desarrollaron su cometido atendiendo a criterios geográficos, demográficos, sanitarios, así como aquellos indicadores sociales que pudieran repercutir positiva o negativamen- te sobre la salud. Todo ello de acuerdo con los criterios de población estableci- dos en el artículo 1.2 del citado RD 137/1984, de 11 de enero. Sus miembros debieron realizar estudios demográficos y recorrer miles de kilómetros para verificar distancias entre municipios, analizar las rutas y horarios del transporte público, determinar las isocronas al municipio cabecera de cada una de las zonas de salud que se iban configurando como más recomendables, etc. La culminación de los trabajos e informes de esta Comisión se vio mate- rializada con la promulgación del D 68/1984, de 6 de septiembre, mediante el que se aprobó el primer Mapa Sanitario de Extremadura, delimitado únicamente en

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zonas de salud: se componía de 84 ZS, 45 en la provincia de Cáceres y 39 en la de Badajoz. El Decreto argumentaba en su exposición de motivos dos necesi- dades a las que pretendía satisfacer la nueva ordenación territorial de la Sani- dad extremeña: “... integración de la asistencia sanitaria en el medio rural, cortando la dicotomía existente entre la Sanidad preventiva y asistencial, y [...] acercar al ciudadano las funciones sanitarias de promoción, preven- ción, asistencia y rehabilitación, dirigidas tanto al individuo como a la co- munidad, permitiendo el trabajo en equipo así como la progresiva participa- ción de la población en el proceso sanitario”. La premura de la Junta de Extremadura por contar con un Mapa Sanitario donde quedaran definidas las estructuras básicas de salud, venía dada por la voluntad política de impulsar la creación de los centros de salud y, con ellos, la implantación del nuevo modelo de atención primaria de salud. El Mapa consti- tuía un instrumento planificador, al proporcionar información del municipio cabecera de la zona (donde se situaría el centro de salud) y del resto de munici- pios de la misma (a los que correspondería un consultorio local).

2.1. Evolución histórica del Mapa Sanitario de Extremadura Los cambios experimentados por el Mapa Sanitario de la CAE fueron recogidos en sucesivos Decretos de la Junta de Extremadura, publicados en el Diario Oficial de Extremadura (DOE), por los que se introducían cambios en la composición y distribución del número de zonas de salud y en la definición de las áreas de salud (AS), atendiendo a diferentes criterios formales (Tabla 2).

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TABLA 2: MODIFICACIONES DEL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA

Año Norma de aprobación Áreas Zonas Nuevas zonas de salud de salud de salud creadas

1984D 68/1984, de 6 de septiembre - 84 Primer Mapa Sanita- (DOE nº. 72 de 20/09/84) rio de Extremadura

1985D 55/1985, de 4 de noviembre - 84 Ceclavín (desaparece (DOE nº. 95 de 21/11/85) Madrigalejo)

Villanueva de la Se- 1986D 19/1986, de 4 de marzo - 87 (DOE nº. 21 de 11/03/86) rena II (Sur), Cam- panario y

1987D 4/1987, de 27 de enero, por 8 87 La CAE se organiza el que se delimitan las áreas de en 8 áreas de salud so- salud (DOE nº. 9 de 03/02/87) bre la base de las 87 zonas de salud consti- tuidas en esa fecha

1989D 63/1989, de 18 de julio 8 97 Badajoz-Anexo (DOE nº. 58 de 25/07/89) (C. Jardín), San Vicen- te de Alcántara, , Aceu- chal, Mérida-Polígono Nueva Ciudad, Cordo- billa de Lácara, Cáce- res-Norte, Plasencia- Norte (La Data), Mo- hedas de Granadilla y Serradilla

1989D 64/1989, de 18 de julio, por el 8 97 - que se modifican las áreas de sa- lud (DOE nº. 58 de 25/07/89)

1991D 98/1990, de 26 de diciembre 8 97 - (DOE nº. 1/extraord. 02/01/91)

1998D 67/1998, de 5 de mayo(DOE 8 101 Badajoz-Valdepasi-, nº. 54 de 14/05/98) llas, , Mérida-Obispo Paulo y Los Santos de Mai- mona

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1999D 189/1999, de 30 de nov. 8 103 Badajoz-Progreso (DOE nº. 143 de 07/12/99) y Almendralejo-San Roque 2001D 94/2001, de 13 de JUN. 8 104 (DOE nº. 71 de 21/06/01) 2003D 183/2003, de 23 de sept. 8 107 II (Oes- (DOE nº. 115 de 30/09/03) te), Cáceres-La Me- jostilla y Cáceres-Nue- vo Cáceres

2005D 166/2005, de 5 de julio(DOE 8 109 Gévora y Trujillo-Ru- nº. 80 de 12/12/05) ral

2008D 238/2008, de 7 de noviembre 8 113 Badajoz-Cerro Gordo, (DOE nº. 221 de 14/11/08) Badajoz-Suerte Saave- dra/La Pilara, Casar de Cáceres y Plasencia- Valcorchero

Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

El primer Mapa Sanitario de Extremadura de 1984 había definido un solo nivel territorial, compuesto por zonas de salud distribuidas entre las provincias de Cáceres y Badajoz. Las modificaciones efectuadas en 1985 y 1986 no cam- biaron esta situación. El nuevo contenido de salud recogido en la Constitución, el derecho a la protección de la salud reconocido en la misma, y la regulación general de las acciones que permitieran la efectividad de dicho derecho, establecido en la LGS, fueron argumentos esgrimidos para que en 1987 la Junta de Extremadura estableciera, definiera y regulara, desde el punto de vista sanitario, su territorio y sus recursos sanitarios. Lo hizo mediante la promulgación del D 3/1987, de 27 de enero (que definió y reguló las estructuras de atención primaria de la CAE) y del D 4/1987, de 27 de enero (que delimitó en ocho las áreas de salud de la misma y les adscribió los hospitales públicos existentes del Instituto Nacional de la Salud -INSALUD- como hospitales generales). Esto supuso un avance en la ordenación territorial de la CAE, al completar la definición del Mapa Sanitario de Extremadura con este segundo nivel territorial, clave por definir el marco de actuación de la atención especializada. La delimitación territorial se llevó a cabo sobre la base de los trabajos desarrollados por la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Es-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1330 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN tructuras Básicas de Salud, y se tuvieron en cuenta los criterios definidos en el D 3/1987, de 27 de enero, una normativa que, curiosamente, fue aprobada en la misma fecha en la que se promulgó la delimitación de las áreas de salud y en cuya exposición de motivos también quedaban enunciadas. Esta norma definió el área de salud como “... la demarcación geográfica y poblacional capaz de organizar, programar, gestionar y coordinar los centros y establecimientos del futuro Servicio Regional de Salud de la Comunidad Autónoma de Extremadura, y la atención a la salud de la población”, estando integrada por “... las zonas de salud y equipos de atención primaria, así como por al menos un hospital general”. Desde 1984, año en que se aprobó el primer Mapa Sanitario de Extremadura, hasta noviembre de 2008 (excluidas la definición de las ocho áreas de salud en enero de 1987, y la modificación en la delimitación de ciertas áreas de salud en julio de 1989), se han producido diez cambios legislativos en distintos años (1985, 1986, 1989, 1990, 1998, 1999, 2001, 2003, 2005 y 2008), que globalmente implicaron un significativo incremento en el número de zonas de salud, de 84 a 113 (Tabla 2). Respecto a las áreas de salud, éstas permanecieron invariables en cuanto a su número durante todo el periodo estudiado, y solo experimentaron alguna pequeña variación respecto a su delimitación original de 1987. En todos los casos, la Administración sanitaria argumentó razones de mejora a la atención sanitaria de la población para realizar la modificación, solicitando estudios previos a la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Estructuras Básicas de Salud, y sometiendo al periodo de alegaciones a los municipios afectados.

2.1.1. Breve reseña de las modificaciones del Mapa Sanitario de Extremadura

-Tan sólo en una sola ocasión (D 55/1985, de 4 de noviembre), la modifi- cación del Mapa Sanitario supuso la supresión de una zona de salud, en concreto Madrigalejo; aunque por otra parte, a través de dicho Decreto se creó la Zona de Salud de Ceclavín. -En 1986, mediante el D 19/1986, de 4 de marzo, se crearon tres nuevas zonas de salud (Villanueva de la Serena II, Campanario y Fuente del Maestre), lo que supuso modificar la composición de las primitivas Zo- nas de Salud de Villanueva de la Serena (que se desdobló), (que perdió dos municipios), además de Zafra I y Villafranca de los Barros (que perdieron Feria y Fuente del Maestre, respectivamente).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA 1331

-En 1989 se produjo la modificación que ha supuesto el mayor incremen- to en el número de zonas de salud, diez. Mediante el D 63/1989, de 18 de julio, se pasó de un Mapa Sanitario con 87 zonas de salud, a otro con 97. Las nuevas zonas de salud fueron: Badajoz-Ambulatorio Anexo; Mérida- Urbano 2 (Nueva Ciudad); Cáceres-Norte; Plasencia-Norte; Oliva de la Frontera; San Vicente de Alcántara; ; Cordobilla de Lácara; Mohedas de Granadilla y Serradilla. Cuatro ciudades (Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia), vieron incrementado el número de zonas de salud de sus núcleos urbanos, debido a su tendencia hacia la expansión poblacional y urbanística. -Con esta misma fecha, y como consecuencia directa de los cambios que se habían producido en la composición y número de las zonas de salud, el Ejecutivo autonómico dictó el D 64/1989, de 18 de julio, en el que estableció algunas modificaciones en la composición de las áreas de salud de la CAE, que no en la denominación y número de las mismas. Las mismas hacían referencia: al paso de la ZS de Montijo del AS de Mérida a la de Badajoz; la incorporación de la nuevas ZS de San Vicente de Alcántara y Oliva de la Frontera al AS de Badajoz; el paso de la ZS de Hornachos desde el AS de Don Benito-Villanueva de la Serena al AS de Mérida; la incorporación al AS de Mérida de las nuevas ZS de Cordobilla de Lácara y Aceuchal; y la incorporación de la nueva ZS de Serradilla al AS de Plasencia. -En enero de 1991, se modificaría el marco territorial que definía dos zonas de salud de la ciudad de Cáceres (ZS de Cáceres-Plaza de Toros y ZS de Cáceres-Norte), quedando sobre la base de lo regido en el Anexo del D 98/1990, de 26 de diciembre. En consecuencia, este cambio no modificó el número de zonas de salud existentes desde 1989. -La siguiente modificación del Mapa se llevó a cabo mediante la aproba- ción del D 67/1998, de 5 de mayo. Se produjo tras un estudio exhaustivo del inventario de recursos en el nivel primario de salud, identificando y analizando las variables demográficas, de accesibilidad a los servicios sanitarios y de distribución de los recursos, y supuso contar con un nuevo Mapa Sanitario compuesto por 101 zonas de salud.

En esta fecha, la reforma de la atención primaria en Extremadura estaba totalmente consolidada, contando con cerca del centenar de centros de salud en funcionamiento y 370 consultorios locales operativos, en los que desempe-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1332 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

ñaban su trabajo 850 médicos (médicos de familia y pediatras) trabajando en EAP, junto a 812 enfermeros, 198 veterinarios y 78 farmacéuticos. Los cambios más significativos que introdujo la aprobación de este nue- vo Mapa Sanitario de Extremadura consistieron en el incremento en cuatro nuevas zonas (Badajoz-Valdepasillas, Mérida-Obispo Paulo, Orellana La Vieja y Los Santos de Maimona), la modificación en cuanto a la delimitación geográ- fica de algunas zonas de salud, y el ofrecer una codificación de zona de salud, municipio y localidad que facilitaría, en gran manera, la incorporación y utiliza- ción del mismo en los sistemas de información gestionados por la Autoridad sanitaria de la CAE y por el Sistema Sanitario Público de Extremadura (SSPE), en general. -Posteriormente, el crecimiento de población previsto para determinadas áreas de las ciudades de Badajoz y Almendralejo aconsejó al Gobierno regional incrementar el número de zonas de salud de ambas creando, respectivamente, la ZS de Badajoz-Progreso y desglosando en dos la primitiva ZS de Almendralejo (ZS de Almendralejo-San José y ZS de Almendralejo-San Roque). Estas modificaciones se recogieron en el D 189/1999, de 30 de noviembre. -En el año 2001, mediante el D 94/2001, de 13 de junio, se creó la nueva ZS de Calamonte, integrada por los municipios de Calamonte, Arroyo de San Serván y Torremejía, que hasta esa fecha formaban parte de la ZS de Mérida-Obispo Paulo. -Más tarde, el D 183/2003, de 23 de septiembre, modificó el Mapa Sanita- rio con el objetivo de adaptar la ordenación territorial de la atención primaria de salud en los municipios de Cáceres y Don Benito a las nece- sidades detectadas, en aras a mantener una buena accesibilidad a los servicios sanitarios por parte de sus respectivas poblaciones, como consecuencia de la expansión de ambas ciudades y la incorporación de nuevos recursos. Esto se tradujo en la creación de las nuevas zonas de salud de Cáceres-La Mejostilla, Cáceres-Nuevo Cáceres y Don Benito- II. -En 2005, el D 166/2005, de 5 de julio, aprobó un nuevo Mapa que recogía el incremento en dos nuevas zonas de salud (Gévora y Trujillo-Rural), así como la nueva nomenclatura y el nuevo sistema de codificación de las estructuras territoriales definidas en el Mapa.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA 1333

-Recientemente, el D 238/2008, de 7 de noviembre, ha modificado el Mapa Sanitario con la creación de un total de cuatro nuevas zonas de salud (Badajoz-Cerro Gordo, Badajoz-Suerte Saavedra/La Pilara, Casar de Cáceres y Plasencia-Valcorchero), además de modificar la delimitación de algunas zonas de salud ya existentes, sobre todo en las ciudades de Mérida y Badajoz. Con este Decreto se ha desarrollado la zonificación sanitaria en tres de las principales ciudades extremeñas (Badajoz, Mérida y Plasencia), con el mismo objetivo de adaptar la ordenación territorial de la atención primaria de salud a las necesidades detectadas, mante- niendo la adecuada accesibilidad de la población a los servicios sanita- rios.

2.1.2. Conclusiones Contemplados globalmente, todos estos cambios no pueden justificarse -excepto en los núcleos de población más importantes-, por un incremento en el número de habitantes de la CAE, cuya población ha permanecido estable du- rante todos estos años; sino que se han debido, más bien, a una voluntad política de ganar en accesibilidad a los servicios de atención primaria. Cuantitativamente, los cambios temporales experimentados en cuanto al número de zonas de salud según el área de salud de pertenencia se sintetizan en la Tabla 3 y en la Figura 1.

TABLA 3: EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ZONAS POR ÁREA DE SALUD. EXTREMADURA 1984-2008.

Número de zonas de salud Provincias Áreas de salud 1984 1989 1999 2008 Badajoz Badajoz 15 18 20 23 Mérida 6 10 12 13 Don Benito-Villanueva 10 12 13 14 Llerena-Zafra 8 8 9 9 Cáceres Cáceres 20 20 20 24 Coria 5 7 7 7 Plasencia 12 14 14 15 Navalmoral de la Mata 8 8 8 8 Extremadura 8 84 97 103 113 Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1334 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

Como puede observarse tanto en la Tabla 3 como en la Figura 1, los cambios cuantitativos más significativos entre 1984 y 2008 se han producido en el Área de Salud de Mérida, que actualmente dispone de más del doble de su número inicial de zonas de salud, y en el Área de Salud de Badajoz, que ha visto incrementado durante estos años su número original de zonas en más del 50%.

FIGURA 1: EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ZONAS POR ÁREA DE SALUD. EXTREMADURA. 1984-2008

30 23 24 25 20 20 15 15 13 14 15 12 1984 10 9 8 7 8 8 10 6 5 20082002 5 Nº zonas de salu de zonas Nº 0

al joz ida a. ra es ia ia a ér or ad -Zaf ácer C B M ito-Vv a C lasenc P en ren aval mor le N on B L D Áreas de salud

Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

La Figura 2 representa de forma aproximada las 113 zonas de salud de la CAE existentes a finales de 2008.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA 1335

FIGURA 2: ZONAS DE SALUD DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. 2008

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/ 2008, de 7 de noviembre)

La Figura 3 aporta los resultados obtenidos de la población extremeña, según datos del INE (Censos de 1981, 1991 y 2001, y Padrón de 2007), distribui- da en cada una de las áreas de salud de la CAE para los años 1981, 1991, 2001 y 2007, respectivamente.

FIGURA 3: DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR ÁREAS EN EXTREMADURA. 1981, 1991, 2001 Y 2007.

300.000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.000 0

1981 1991 2001 2007

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre). INE (Censos 1981/91/01; Padrón 2007).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1236 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Reverso: Jinete con lanza a derecha. Debajo OÀOŒI.( en alfabeto ibérico )

Cecas de la época republicana en la zona actual de Extremadura:

Arsa. Zona de Badajoz. Ciudad túrdulo-púnica que en la primera mitad del s. I a.C. acuña escasas unidades y mitades (AE) con palmas en su reverso y leyendas bilingües. Su ubicación es incierta, siendo buscada en diferentes localidades de la provincia de Badajoz, Azuaga, Arsallenes, Villanueva o Zalamea de la Serena y Retamal de Llerena.

Balleia. Ribera del Fresno. Badajoz. Ciudad túrdula de localización desconocida en la provincia de Badajoz que en el tránsito del siglo II al I a.C. acuña una escasa serie en Ae (duplos y mitades) de metrología e iconografía púnico turdetana. El tesorillo del Cerro Hornachuelos y otros hallazgos indican que esta ciudad, no citada en las fuen- tes, se encontraba entre las villas de Hornachos y Ribera del Fresno, concreta- mente en el término municipal de esta última.

Cuadrante de Balleia, s. II a. C.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA EN LA NUMISMÁTICA CLÁSICA 1237

Tamusiens. Villasviejas del Tamuja. Cáceres. (Botija, Cáceres). Fundada en el siglo IV a.C. Población minera de trabajadores arevacos o de Sekaisa, dedicados a la minería del plomo argentífero. Acuñó ases en la primera mitad del siglo I a.C. Después pudo ser la ceca hispanoromana de Tamusiens, que tan sólo emitió ases, aunque sus monedas se hallan en Villanueva de la Serena (Badajoz).

As de Tamusia s.I a.C.

Turirecina. Zona de Badajoz. Localización incierta, posiblemente en las cercanías de Llerena o Casas de Reina (Badajoz). Acuñó algunas emisiones de duplos (Ae) en fecha indeter- minada, posiblemente en la segunda mitad del s. II a.C., con una cabeza femeni- na en su anverso y leyendas bilingües, siendo totalmente latina su última emi- sión.

Cecas de la época del Imperio Romano: Provincia de la Tarraconensis. Colonia Iulia Gemella Acci / Guadix (Granada) Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino / Barcelona Municipium Augusta Bilbilis / Cerro de Bámbola - Calatayud (Zaragoza) Colonia Caesar Augusta / Zaragoza Municipium Calagurris Iulia Nassica / Calahorra (La Rioja)

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1238 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Carthago Nova - Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago / Cartagena (Murcia) Municipium Cascantum / Cascante (Navarra) Colonia Victrix Iulia Celsa / Velilla de Ebro (Zaragoza) Municipium Clunia / Coruña del Conde (Burgos) Insula Augusta - Ebusus / Eivissa - Ibiza (Baleares) Municipium Emporiae / Sant Martí d´Empúries - L´Escala (Girona) Municipum Ercavica / Castro de Santaver - Cañaveruelas (Cuenca) Municipium Graccurris / Eras de San Martín - Alfaro (La Rioja) Municipium Hibera Iulia Ilercavonia Dertosa / Tortosa (Tarragona) Municipium Ilerda / Lleida Colonia Iulia Ilici Augusta / La Alcudia de Elche (Alicante) Colonia Victrix Iulia Lepida / Velilla de Ebro (Zaragoza) Emisiones del Noroeste / ¿Lugo? Municipium Vrbs Victrix Osca / Huesca Municipium Osicerda / ¿La Puebla de Híjar? (Teruel) - ¿en el Bajo Ebro? Municipium Saguntum / Sagunto (Valencia) Municipium Segobriga / Cabeza de Griego - Saelices (Cuenca) Segovia / ¿Segovia? Colonia Iulia Vrbs Triumphalis Tarraco / Tarragona Municipium Turiaso / Tarazona (Zaragoza)

Provincia de La Bética: Abdera / Adra (Almería) Colonia Libertinorum Carteia (Karteia) / Cortijo del Rocadillo - San Roque (Cádiz) Municipium Gades / Cádiz Municipium Italica / Santiponce (Sevilla) Colonia Iulia Traducta / Localización incierta (¿Tarifa ?- Cádiz) Colonia Patricia / Córdoba Colonia Romula / Sevilla

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Provincia de La Lusitania: Municipium Liberalitas Iulia Ebora / Evora - Alto Alentejo (Portugal) Ciudad lusitana que en tiempos de Augusto acuñó sólo una emisión de dupondios y ases con los símbolos imperiales: busto del emperador en anverso y corona o instrumentos religiosos en reverso.

Ebora . Dupondio 27a.C - 14 d. C. Anverso: Cabeza de Octavio a izquierda. Alrededor PERMISSV.CAESARIS.AVGVSTI. Reverso: Aspérgilo, preferículo, símpulo y pátera. Alrededor LIBERALITATIS.IVL.EBOR.

Colonia Augusta Emerita / Mérida (Badajoz). Colonia fundada en el año 25 a.C. con veteranos de las legiones X (Gemina) y V (Alauda), bajo el legado de Augusto y el propraetor de Lusitania llamado Publius Carisius, que llegaría a ser la capital de la provincia Lusitana. Ceca con gran volumen de acuñación, la segunda en número de cuños de toda Hispania (tras Caesaraugusta) que presenta gran variedad de tipos, entre los que destacan los reversos de las puertas de la ciudad, el sacerdote con la yunta fundacional, los estandartes militares y los templos. Con Augusto y su monetario P. Carisius, Emerita tiene incluso algunas emisiones propiamente Imperiales, denarios, quinarios, dupondios y ases, fina- lizando sus acuñaciones en tiempos de Tiberio.

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Denario de Augusto de Emerita Augusta. P. Carisius, 25-23 a.C.

Colonia Pax Iulia / Beja (Portugal). Ciudad lusitana entre turdetanos o célticos que en época de Augusto acuñó una escasa emisión de dupondios (?) y ases con los símbolos imperiales: busto del emperador en anverso y alegoría femenina con caduceo y cornucopia (PAX ?) en reverso.

Pax Julia. As. Hacia el final s. I a.C. Anverso: Cabeza viril imberbe a derecha. Reverso: Mujer sentada a izquierda, sosteniendo caduceo y cornucopia. Delante PAX. Detrás IVL.

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Circulación de monedas por la península Por Iberia / Hispania circularon acuñaciones de otras cecas, de todo el mundo griego y romano, monedas provenientes del comercio y de la paga de los soldados romanos. De estas cecas provienen la mayoría de las monedas objeto de nuestro estudio en su relación con la Medicina.

La serpiente en la numismática ibérica En la Península Ibérica se encuentra también el tipo de la serpiente en algunas monedas. Así, en Cartago Nova (Cartagena, Murcia), donde se cono- cen las acuñadas por los partidarios de Pompeyo, durante las guerras contra César y luego por los duunviros quinquenales, que recogen varias veces el tipo de la serpiente como característico y peculiar. Y una alusión, la clara abre- viatura de SALVS, que no es difícil que fuese la divinidad principal, teniendo como agregado y secundario a Esculapio, hasta que su difusión por el Imperio hizo que éste tomase mayor importancia. También existen monedas unciales con el tipo de la serpiente en la Península Ibérica, como los semises de Cartago Nova, donde en época republicana romana se acuñó un as en cuyo anverso vemos una cabeza de Jano con las dos caras laureadas separadas por un ara, alrededor de la cual se enrolla una serpiente.

Pompeyo el joven. As. Ceca móvil en Hispania , 50-45 a.C.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1242 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Ebussus, en el siglo III a.C. emite también una moneda en la que vemos una serpiente. Se trata del tipo que lleva en el anverso el cabiro con serpiente y caduceo y una leyenda neopúnica.

Ebusus. (Ibiza, Islas Baleares) hacia 210 a.C. El dios Bes portando la maza y la serpiente.

Y el óbolo y el medio óbolo del 238-206 a.C. en cuyo reverso vemos a Bes de frente, con las manos en el vientre sosteniendo martillo y sierpe. En el anverso, es un toro parado con cabeza de frente. El mismo tipo de reverso se aprecia en las monedas de 1/2 calco que tienen en el anverso la cabeza de Astarté hacia la izquierda. Todas esta monedas repiten de una u otra forma el tipo de la serpiente como una constante, como una divinidad, genio o fuerza benéfica, de la que a menudo desconocemos su significación, aunque no pode- mos dudar de su carácter positivo.

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CONCLUSIONES En la Antigüedad la moneda, aparte de su función económica, constituía el principal soporte de propaganda política, ya que además de ser un elemento de primera necesidad para la vida cotidiana, se extendía rápidamente y por territorios muy alejados entre sí. Las noticias sobre victorias guerreras, las nuevas conquistas territoriales y la sumisión de pueblos rebeldes, a través de las monedas afirmaban, primero, el poderío de la República y más tarde del Imperio Romano. Es posible que al inicio, para los pueblos indígenas en contacto con las culturas del otro lado del mediterráneo, la moneda fuera incluso un objeto de posesión, como bien escaso y de prestigio. La moneda poseía un valor de trueque pero a la vez estaba respaldada por el emisor, y así pudo surgir la acuñación con símbolos como el del templo de Epidauro que como centro de poder de la época era garante de la moneda. Los símbolos de acuñación, representando la serpiente, el altar, la pátera, el caduceo, y los dioses de la Medicina, Vejovis, Asclepios- Esculapio , Hygieía y Salus, centran la temática en nuestro estudio. Salus es frecuente en la acuñación romana, en una primera parte homologada a Higía será símbolo del emisor y garante de la moneda. Posteriormente será una representación más asociada al emperador y al imperio. Así se refería a la salud del emperador. Como consecuencia del paso de Salvs Pvblica a Salvs Avgvsti, pasando por Salvs Caesaris, la diosa se convier- te en protectora del emperador y de su familia y por extensión, en garante del bienestar del estado. Su representación en las acuñaciones monetarias es utili- zada principalmente en caso de enfermedad del emperador, de algún miembro de su familia. También responde a épocas de epidemias, penurias económicas, escasez de alimentos por guerras, malas cosechas, etc. Las principales leyendas que acompañan a Salvs son, en un primer mo- mento Salvs Avgvsta, referida a la propia divinidad -la Divina Salud- , muy diferente de la posterior Salvs Avgvsti, referida, como dijimos, a la salud impe- rial. Con la extensión del Imperio se utilizará también Salvs Generis Hvmani, y durante el Bajo Imperio será común Salvs Rei Pvblicae. Al final del imperio romano de Occidente podemos observar acuñaciones muy flojas con el símbolo de Salus, tal vez era utilizada como símbolo conocido y como tal de prestigio para la acuñación de monedas.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1244 SUSANA MALO ROVIRA, PASCUAL MALO SALAS, Y DIEGO PERAL PACHECO

Y por último la serpiente considerada benéfica al inicio de su uso como símbolo, pasa a representar lo maligno por influjo del cristianismo, por lo que la moneda una vez más no solo es el medio económico por excelencia para las transacciones económicas sino que además sirve como medio de adoctrina- miento y transmisión de mensajes.

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BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.247-1.270 1247

Cáncer: investigando desde el paradigma biológico-cultural en Extremadura

DOMINGO BARBOLLA CAMARERO (UEx)1 Mª INMACULADA RUBIO MERINO (S. E. de Salud) DIEGO PERAL PACHECO (UEx)

RESUMEN Con la investigación (2006-9) bajo título “factores psico-socio-cultura- les como desencadenantes del cáncer” quisimos poner de manifiesto que más allá de las causas biológicas -albergadas en la información previa en algunos de los 30.000 genes del ser humano- y sus manifestaciones en el cuerpo de la persona afectada por cáncer, descubrimos que la persona activa esa informa- ción estructural genética en función del medio ambiente físico -estudiado am- pliamente por otros investigadores- y del medio ambiente humano en el que ésta desarrolla su vida. Desde las relaciones humanas ideamos una hipótesis de partida: el desencadenante de la enfermedad lo tenemos que buscar en las relaciones mal vividas con los otros significativos y sus posteriores pautas de conductas generadas por esa disfunción en la relación. Investigar esas viven- cias de significado -a través de historias de vida y entrevistas en profundidad- relevante en las personas enfermas y su posterior comprensión de las mismas -en lo que hemos llamado la necesidad vital de contarnos con coherencia narra- tiva nuestra vida-, fue el marco de análisis. Nuestro marco teórico se separa del paradigma celular -también llamado molecular- como única dimensión com-

1 BARBOLLA CAMARERO, Domingo: Antropólogo y Sociólogo, Profesor Titular de Universidad en la Universidad de Extremadura, imparte docencia en la Licenciatura de Antropología Social [email protected] RUBIO MERINO, Mª Inmaculada: Facultativo Especialista en Farmacia Hospitalaria del Servicio Extremeño de Salud. Ambos forman parte de la Unidad experimental de Antro- pología Oncológica de la Universidad de Extremadura. [email protected]. PERAL PACHECO, Diego: Médico y Antropólogo, Profesor Titular de Universidad de Extremadura, imparte docencia en la Licenciatura de Medicina. [email protected]

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prensiva de la realidad del hombre enfermo, a lo que hemos llamado “paradig- ma biológico-cultural”.

Resultados, los libros El cáncer: investigando desde otro paradigma. Factores psicosocioculturales como desencadenantes, editado por MCGraw- Hill (2007) y El cáncer en niños y adultos: estrategia vital con sentido, editado por Entinema (2009), dan cuenta de la importancia del ambiente humano com- prendido desde el paradigma biológico-cultural y fruto de la investigación mostrada. Estos dos textos nos servirán de cauce para el desarrollo del artículo.

PALABRAS CLAVE: cáncer, antropología, paradigma biológico-cultural.

RÉSUMÉ Avec la recherche (2006-09) sous le titre “facteurs psico-socio-culturels comme déclencheurs du cancer” on a voulu mettre en évidence qu’au-delà des causes biologiques -logées dans l’information préalable dans certains des 30.000 gènes de l’être humain- et leurs manifestations dans le corps de la personne touchée par le cancer. on a découvert que la personne active cette information structurelle génétique en fonction de l’environnement -étudié largement par d’autres chercheurs- et de l’environnement humain dans lequel développe sa vie. Dès les relations humaines on conçoit une hypothèse de départ: On doit chercher le déclencheur de la maladie dans les relations mal vécues avec les autres significatifs et leurs postérieures règles de conduites produites par ce mauvais fonctionnement dans la relation. Faire des recherches sur ces expériences de signification -à travers d’histoires de vie et entretiens en profondeur- significative dans les personnes malades et sa compréhension postérieure de de ces dernières - dans ce que nous avons appelé la nécessité vitale de nous reconter avec cohérence narrative notre vie-, ça a été le cadre d’analyse. Notre cadre théorique est séparé du paradigme cellulaire - aussi appelé moléculaire- comme seule dimension compréhensive de la réalité de l’homme malade, ce que nous avons appelé “paradigme biologique-culturel”. Résultats, les livres El cáncer: investigando desde otro paradigma. Facto- res psicosocioculturales como desencadenantes publié par MCGraw-Hill (2007) et le cáncer en niños y adultos: estrategia vital con sentido, publié par Entinema (2009), rendent compte de l’importance de l’atmosphère humaine comprise depuis le paradigme biologique-culturel et le fruit de la recherche montrée. Ces deux textes nous serviront de voie pour le développement de l’article.

MOTS CLEF : cancer, anthropologie, paradigme biologique-culturel

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1249 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA

PARTIENDO DEL PARADIGMA BIOLÓGICO-CULTURAL A modo de organización teórica En el año 2007 salió publicado el libro Cáncer: investigando desde otro paradigma. Factores psicosocioculturales como desencadenantes, en el que mostrábamos experiencias de enfermos de cáncer en los que cabía interpretar una lógica holística más allá de la específica dinámica biológica que deja exento de responsabilidad al enfermo. Acostumbrados en nuestra civilización Occi- dental a entender la enfermedad y no al enfermo, a la expresión medible de sus células y moléculas adheridas a un ritmo natural alterado por distintos factores todos ellos cuantificados igualmente. Acostumbrados a dar por cierto la objetivación mecánica de pruebas realizadas por máquinas que nos permiten asegurar un diagnóstico cierto, acostumbrados, como decimos, por mostrar la material visualización de lo que el ser humano se conforma en biología; eso “otro” que se vive como verdad queda apartado y tildado como inexistente o en el mejor de los casos sin posibilidad de medir y objetivar y por tanto aparta- do del diagnóstico y de su posterior tratamiento. Eso otro es ese algo más que la pura materialidad biológica molecular, desde el lenguaje cotidiano manifesta- mos cordura al sujeto en su conjunto, al que siente, al que es cúmulo de su historia tanto como de su genética, a ese hombre o mujer que inexorablemente vive y muere en una comunidad, cultura específica en la que se hace lo que es, y por tanto como es. Inteligencia que busca descifrar a ese hombre en su vital unicidad, es ella la apuesta del primer texto lanzado a la crítica de los lectores, especialistas o no, con la continuidad de un segundo Cáncer en niños y adul- tos: estrategia vital con sentido (2009). Nuestro interés sigue siendo la comprensión de la persona enferma en su engranaje cultural y de forma holística sin desmembrar pieza a pieza al sujeto que vive en un continuo respirar. Queremos dirigirlo a las personas que han padecido la enfermedad y a todos aquellos profesionales que se centran en el enfermo y no en la enfermedad, a aquellos que dejan una puerta abierta a otras formas de entender no aprendidas en su formación académica. A estos que se acercan al misterio del hombre en su maravillosa complejidad, admirando el paso cotidiano sin aparente lógica biológica. El ser humano sigue necesitando de rumbo a pesar de ser este el puerto del que se sabe que no se saldrá jamás. Desposeernos de ello es como renunciar a la identidad que nos permite sobre- vivir y “casualmente” las historias de vida de buena parte de las personas entrevistadas han encontrado en el sentido la modificación biológica para cu- rarse. Hemos aprendido de las experiencias relatadas que desde esta perspec- tiva se cosecha admiración, belleza y paz, mucha serenidad al encontrar lógica

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1250 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO en el mismo centro del deterioro humano, la más de las veces expresión de la reconstrucción. Apuesta intuida desde el oír relatos de múltiples pacientes reconvertidos en sujetos activos, nuevamente activos, de su propia vida una vez superada la enfermedad. Será en muestras una y otra vez cotejadas desde donde extraer el mensaje unificador que queremos exponer en estas páginas, de él saldrá la orientación para esas otras vidas que procedan por el mismo sende- ro, bien de derrota abocados a un fatal desenlace o bien hacia el camino de lo nuevo: la reconstrucción de sus vidas. Será el artículo que mostramos un continuador de esta perspectiva, siem- pre necesaria para comprender a ese humano que enfermo solicita no sólo su curación -entendemos que también ayuda a ello-, sino completar el ciclo vital comprensivo de lo significado, de lo vivido desde la inteligencia.

Objetivos Nuestro objetivo básico fue abrir una nueva vía de conocimiento sobre la enfermedad del cáncer, poniendo el énfasis de análisis en el ambiente humano. Desde las relaciones humanas ideamos una hipótesis de partida: el desencadenante de la enfermedad lo tenemos que buscar en las relaciones mal vividas con los otros significativos y sus posteriores pautas de conductas generadas por esa disfunción en la relación. Los distintos cánceres estarán en relación con el ámbito específico en el que el paciente esté inmerso. Los distin- tos roles en los que cada sujeto está inmerso, en función de su género, edad, status social, tienen una relación específica desencadenante. Será en la cons- trucción de la personalidad -fundamentalmente en los cambios de edad signifi- cativos- en los que buscaremos el momento desencadenante (suelen ser actitu- des adaptativas a un entorno humano específico) de la enfermedad. Investigar esas vivencias de significado relevante en las personas enfer- mas y su posterior comprensión de las mismas -en lo que hemos llamado la necesidad vital de contarnos con coherencia narrativa nuestra vida-, será el marco de análisis. Buscábamos paralelismos entre distintos enfermos, correla- ciones en los mismos tipos de cáncer, investigando en el último año el factor género en su rol cultural establecido en nuestra sociedad. Ser hombre y ser mujer enfrenta al individuo portador de una sexualidad específica a “riesgos” culturales específicos que mal vividos generan patologías asociadas a la cons- trucción social del género. Una mujer sumisa ante la obligación de serlo ante su marido, puede enfrentar toda su personalidad a un proceso de liberación -el llamado deber ser de igualdad entre géneros- que de no encontrar salida cons-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1251 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA ciente en su realidad, puede desencadenar la enfermedad -siempre que en sus genes alberguen esa información- como proceso “inteligente” de encontrar una salida a esa contradicción entre lo que vive y a lo que aspira2. Poner en valor estos mecanismos de ajuste en la mente de las personas que enferman, que ellos mismos nos relatan fue un objeto de esta investiga- ción. De poner en referencia científica nuestras hipótesis habremos dado un paso más en la comprensión global de las personas que enferman de cáncer, mostrando el camino necesario para que los especialistas oncólogos se intere- sen también por la historia humana de esa clínica que van creando en sus informes. Si estamos en lo cierto, investigar desde esta perspectiva nos ha de abrir caminos para un mejor conocimiento de la enfermedad y por tanto de su curación. Nos acercamos a pacientes que ya no lo son, a los triunfadores de los distintos cánceres, a aquellos que han salido victoriosos de uno de los grandes lastres de nuestra sociedad, pero también nos servirán de informantes los que ya no están, aquellos derrotados por su propia imposibilidad de adaptarse a un ambiente muchas veces no tan humano como cabría esperar. Ellos, los que ya no están -a través de las historias de sus familiares y amigos- nos dejarán también su rastro de conocimiento. A todos ellos nos acercamos, conscientes de navegar por tierras pantanosas, las mismas que representa el milagro de estar vivo y la sabiduría que nos puede mostrar la enfermedad, las personas enfermas. Somos conscientes de que tenemos que hacer inteligible lo que pare- ce disperso y sin sentido, debiendo demostrar a la comunidad científica que así funciona el ser humano, que todo tiene esa unidad psico-somática. No busca- mos explicaciones metafísicas, tan solo evidencias científicas, eso sí, en un terreno menos explorado por el método descartiano. Tenemos el desafío ante nosotros, sigue siendo el momento. Quedará reflejado un marco teórico necesario para abordar estos objeti- vos, separándonos del paradigma celular como única dimensión comprensiva de la realidad del hombre enfermo. Racionalizar el discurso de “ese algo más” que no aparece en las células aisladas, es ya un reto que nos pertenece para dar coherencia a nuestro discurso. En ello trabajaremos intentando ser referen-

2 Hemos visto pacientes de cáncer en los que esta lógica tiene todo el significado

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1252 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO te de coherencia en una mejor comprensión de aquello que desencadena esta temida enfermedad.

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN La metodología del estudio fue un entrecruzado interdisciplinario de co- ordenadas teóricas, así como de métodos y técnicas, cuantitativas y cualitati- vas de Ciencias Sociales, particularmente de la Sociología, Antropología y Sicología Social, así como Ciencias de la Salud (medicina y farmacia).

Los métodos y técnicas de investigación fueron las siguientes: 1. Consulta de fuentes secundarias y literatura sobre este tema. 2. Entrevistas con investigadores que trabajen en el cáncer desde el planteamiento descrito o similar. 3. Entrevistas en profundidad a personas afectadas por la enferme- dad. 4. Historias de vida de personas que hayan padecido y superado la enfermedad 5. Entrevistas en profundidad a familiares y amigos de personas falle- cidas por la enfermedad. 6. Análisis general, comparación con otros estudios y redacción fi- nal.

De forma algo más detallada relatamos cada uno de estos apartados: 1.- Consulta de fuentes secundarias y literatura sobre este tema. Nos centramos en el análisis detallado de la literatura ya mencionada en el apartado de resumen y antecedentes y estado actual del tema, así como nueva literatura de investigaciones relacionadas con la pers- pectiva de la medicina psico-somática y de aquellas experiencias a las que tengamos acceso relacionadas con los aspectos culturales del cáncer.

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2.- Entrevistas con investigadores que trabajan en el cáncer desde el planteamiento descrito o similar. Puestos en funcionamiento las pri- meras tareas consistieron en hacer un banco de datos de cuantas investigaciones se realizan en España, resto de Europa y los EE.UU., en las que se tenga en cuenta influencias de factores culturales en el desarrollo de la enfermedad. Uno de estos factores más trabajados es el tabaco, coincidiendo de forma unánime que este hábito conduce -en muchas ocasiones- a cáncer de pulmón; si bien en este tipo de cáncer es evidente la causa externa -pero nada o poco se dice de las motivaciones del fumador para consumir este producto-, otras pautas culturales desencadenan también cánceres varios. Preguntar a profe- sionales que enfaticen sus estudios sobre este aspecto de la enferme- dad será de las primeras tareas.

3.- Entrevistas en profundidad a personas afectadas por la enfermedad. Esta fue la técnica más importante y a la que dedicamos más atención, así entrevistamos a 100 personas afectadas por cáncer -por distintos tipos de cáncer- que bien estén aún en tratamiento o que se considere que hayan “superado” la enfermedad, hasta sumar las cien en los tres años. La muestra se realizó a través de las distintas asociaciones que trabajen en este ámbito y de particulares afectados, invitando a todos aquellos asociados que quieran voluntariamente forma parte de la investigación3 hasta completar la muestra. Se realizaron varias entre- vistas a cada persona de dos-tres horas de duración hasta que consi- deramos que la información aportada no daba más de sí. La entrevista fue abierta, con un único tema de interés: su enfermedad. Se pretendió que la conversación girase una y otra vez sobre el acontecimiento vital como es el desencadenamiento de la enfermedad, su tratamiento y posterior salida de la misma -de ser este el caso-. La significación que el paciente da a los hechos acontecidos, la correlación de facto- res que nuestros informantes nos aportaron fué el material de análisis. Hemos partido de un paradigma básico: el ser humano necesita con-

3 A través de esta forma de seleccionar la muestra estamos empezando ya la investigación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1254 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

tar-contarse su historia desde una argumentación narrativa con cohe- rencia; la búsqueda de esa coherencia debe aparecer en el discurso hablado que se trasmite al entrevistador. Este debe ser capaz de “orien- tar” en la búsqueda, ayudando a buscar coherencia en los hechos aparentemente dispersos. Acontecimientos vividos por la persona enferma transformada en informante de su propia historia; es esta la que nos interesa, el discurrir de los hechos teñidos de significado que unidos a las distintas historias nos pueden mostrar el acontecer en la dinámica de la enfermedad. Lo estamos haciendo, los pacientes nos informan de su lógica en la unicidad de cuerpo-mente, en esa misma que han teorizado los filósofos, ellos, los hombres ordinarios en su adaptación al entorno cultural nos deben mostrar el discurrir patoló- gico que no sólo muestran sus cuerpos, ellos mismos son esa disfunción en la adaptación.

4.- Historias de vida de personas que hayan padecido y superado la enfer- medad. Esta técnica la aplicamos a cinco personas afectadas, de igual forma seleccionadas en función de la voluntariedad y de tipología de cáncer diferenciados. Pretendimos comprender como episodia el pa- ciente la enfermedad dentro de su contexto vital, desde donde pauta su comportamiento: apoyo familiar, tipo de trabajo, experiencia vital, religiosidad, etc. Queriendo poner de relieve que la enfermedad no es únicamente una patología biológica, ha de tener sentido más allá del espacio celular anárquico de un cuerpo que tiene que ser entroncado en un ambiente humano, sea este positivo o no. Al principio del relato biográfico suelen salir los antecedentes familiares –no siempre se tie- nen- de la enfermedad, un tío, una madre…, pero después se hila en las relaciones humanas –se empieza a recordar y a comprender-. Esta técnica de investigación nos permitió comprender en un contexto de experiencia individual el engranaje cultural en el que se desenvuelve el paciente –hoy triunfador- . De nuevo los valores imperantes y su contraste con lo real en lo cotidiano, el deber ser con el ser, lo ideal con lo real, lo uno y lo otro entretejen a la persona en un respiro de alivio o en un mar de confusión; se vive y se muere con los otros y por los otros, la historia de vida nos arroja luz desde su hermenéutica. Los pacientes, sujetos culturales específicos, se recrean en lo posible de los otros, en su aceptación o su rechazo forjan biología en su actuar, su historia de vida nos desvelará este engranaje.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1255 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA

5.- Entrevistas en profundidad a familiares y amigos de personas falleci- das por la enfermedad. Hemos considerado importante también reco- ger la información de aquellos enfermos que no han superado el tran- ce; la muerte les sobrevino a consecuencia de su dolencia, son los testigos mudos de nuestra historia colectiva. Queremos que dejen de serlo, no pueden llevarse su misterio al otro lado, al lugar de los de sin vida y podemos “dialogar” con ellos, con lo que queda de ellos en la memoria de sus personas queridas, de los agentes que formaron parte de su drama. Familiares cercanos nos pueden “contar”, en ellos tam- bién están los acontecimientos, una parte de los mismos, seguramen- te los más significativos por su dureza y quizás por su ternura en el desenlace…es mejor así, ha dejado de sufrir… frase repetida cuando ves el agonizar -después de una larga enfermedad- a uno de los tuyos. Estamos abiertos a traspasar ese umbral, sabedores de su dificultad, de parecernos todos impresiones subjetivas de alguien que ya no está alejado, por tanto, de la pulcritud científica en un tema que repre- senta tanto para todos, sobre todo para aquellos profesionales que se enfrentan día a día ante decisiones que conllevan la vida o muerte de sus iguales. Somos conscientes de los misterios que nos quedan por descubrir desde esa apuesta al confiar en que el conocimiento tam- bién está en el recuerdo de los cercanos…pocas veces se ha buscado desde este espacio. No fuimos locos por intentarlo; es posible ras- trear el recorrido de otros ser humano en lo que fue, esa fue nuestra apuesta al ponernos a funcionar desde esta técnica de investigación social.

6.- Análisis general, comparación con otros estudios y redacción final. Durante todo el proyecto de investigación las distintas áreas de co- nocimiento tuvieron su tarea específica. Así la información aportada en la entrevista en profundidad -o en la historia de vida- fue cotejada -no en todos los casos- con el expediente clínico del paciente informa- do y valorado por el médico del equipo de investigación. El trabajo de campo con los pacientes lo realizaron los antropólogos. Cada expe- diente informado y valorado en sus componentes biomédicos fue tratado en grupo con la información proveniente de las entrevistas personales. La conclusión de cada persona investigada aportada por todo el equipo. De igual forma en el trabajo de análisis general y comparativo participarán todos los miembros del equipo investiga-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1256 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

dor, reservándose la redacción final para el investigador principal con los datos y valoración de todo el equipo. Similitudes y diferencias fueron puestas en evidencia en relación a estudios similares.

MICROHISTORIAS CON SENTIDO EN EL DESARROLLO DEL CÁNCER En este punto de la comunicación ilustramos con 12 historias de vida4 -muy en síntesis- la lógica de sentido a la que nos estamos refiriendo una y otra vez. El entramado de relaciones de las personas enfermas de cáncer nos acerca a comprender el por qué de la enfermedad, a dar un paso más que la descripción biológica en su patología reconocida a través del diagnóstico clínico. La vida narrada y reconocida como verdad forma parte sustantiva de la persona enfer- ma, sus preguntas necesitan de respuesta. De igual modo las necesidades básicas no satisfechas requieren de acciones que alberguen posibilidades de cumplimiento. Hemos visto historias de personas que tras esta enfermedad han encontrado cubrir esos espacios derrumbados de su vivencia en la sociedad; la estrategia al enfermar tenía sentido en múltiples ocasiones que relatamos en este apartado. Tanto los adultos como los niños encuentran en esta enferme- dad una posibilidad de cambio, de encuentro con lo mejor de ellos, con la fuerza para seguir el sendero al que temiendo no podían conscientemente escoger. Algunos nos han llegado a decir “es lo mejor que me ha pasado”. Seguidamen- te reflejamos esas experiencias.

Informante 1...orden tras la muerte en una vida desordenada El día 24 de octubre de 2006, nuestro Informante 1 (en adelante Inf.1) ha fallecido, y hasta el último suspiro ha negado la enfermedad, los momentos finales de su vida han sido un paseo por su historia, consciente de que el fin estaba cerca ha intentado reconciliarse con los suyos, sus vecinos, sus familia- res y con su hijo, (en varias ocasiones tal vez en un regreso a la normalidad convivencial, al encuentro con la parte humana de identificación con tu propia

4 Hemos puesto de relieve que la investigación completa tuvo una muestra de 100 personas afectadas por cáncer, reflejamos 12 casos mostrados ya de forma más amplia en los libros fruto de la investigación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1257 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA sangre, asumiendo la responsabilidad que ha estado ausente en todo su tra- yectoria vital, sus deseos de protección a su prole se hicieron presentes y así, manifestó el deseo de ser acompañado en su tránsito por su hijo enfermo terminal y que agonizaba apagándose lentamente. Su petición se hizo realidad y en enero de 2007 el menor se unió a su padre). Alguien con una vida tan cruda, tan violenta, tan al margen de lo normativo cuando tiene la muerte cercana intenta acoplarse la norma, al sistema de convivencia, a la estructura social de referencia. Informante 1 buscó en sus últimos días la paz interior deseando la paz de sus próximos, el panorama de dolor y sufrimiento que estaba cercano a dejar, le dolía más que su propia realidad que pese a su convencida y reiterativa negativa de la enfermedad del cáncer le estaba llevando a dejar a los suyos. Esta reconciliación la manifestaba en sus continuas salidas, siempre que los efectos del mal que padecía se lo permitían, a la calle para hablar, pasear con los vecinos a los que en su mejores momentos incordió, amenazó incluso agredió, y que éstos en la aceptación de la redención del vecino díscolo y trasgresor y llenos de la comprensión y lástima por el igual cuyo fin ven cercano, asumen como sincera. Su marcha es aceptada como mal menor, incluso con un tímido alivio por parte del entorno familiar, la protección que el sistema social da a la mujer compensará la ausencia del ser y supondrá un respiro para su compañera que durante tanto tiempo ha estado sometida a la voluntad de su marido. El resto de la unidad familiar, pese al dolor de la pérdida del ser querido, se mueve en los mismos términos de ver la ausencia como un respiro en su difícil convivencia cotidiana con el progenitor. Tras los meses transcurridos la familia, ya sin Inf.1 y sin el hijo, parece vivir en un estado de relajación, de serenidad sin preceden- tes; los ritmos de la convivencia son más pausados, los gestos de tensión permanente han desaparecido de la expresión del otro hijo, preadolescente, y de la hija pequeña. Parece como si el cáncer se hubiera llevado consigo la tensión y la violencia. La familia empieza a vivir, estrategia póstuma en caridad, por tanto.

Informante 2...tiempo de reconciliación Se me fue la voz, a Inf.2 se le fue la voz un día cualquiera a pesar de tener fecha exacta, el día 18 de marzo de 2007 le diagnosticaron un cáncer de pulmón, las células pequeñas eran las responsables…, ella bien lo sabía dada su condi- ción también de profesional de la sanidad. Marido y dos hijos adultos fruto de sus cincuenta años la enfrentaban a la dolencia que tantas veces explicó. Lo

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1258 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO peor que he llevado, nos manifiesta, es no verme estéticamente como antes, mi coquetería de mujer al perder el pelo, me ha costado mucho acercarme de nuevo a mi marido. Es ahora cuando tiene una “causa” para no hacerlo, sus continuos reproches hasta hacerme valer menos tiene la réplica en forma de alejamiento hasta que vuelva de nuevo a sentir ese amor que le tuve, pero ahora es el tiempo de alejarme como compañera carnal… Por fin Inf.2 recuperó la voz en su trabajo, más que nunca después del cáncer tiene expresión propia ante sus compañeros y ante los alumnos, es uno de los logros de la enfermedad. Me permito decir lo que pienso, nos dice, algo nuevo para mí, sigue reconociendo. Ser una misma ante el marido y el trabajo para ser la consecuencia de su estrategia en esto de enfermar de cáncer. A pesar de todo el dolor de esta época de su vida ha vista el amor de sus hijos y la entrega de su marido como nunca ocurrió, la responsabilidad de todos ellos con la casa, la cercanía de sus hermanos. Está feliz y contenta porque ha recu- perado a muchas personas que tenía olvidadas y he dejado de ser demasiado responsable, demasiado perfeccionista según ella misma reconoce y disfruta con lo que está haciendo, curiosamente lo mismo, pero de otra manera, de otra manera. Quizás este tiempo de encuentro sea el fruto que la vida le da, sabemos ahora que se encamina al final..., seguramente mereció la pena.

Informante 3...lo mejor que me ha pasado en la vida No es fácil encontrase con personas como Inf.3, pero tampoco es del todo infrecuente, son activas militantes de la búsqueda personal y conocedo- ras del sentido de la enfermedad, concretamente de esta enfermedad. Nuestro proyecto la pareció desde el principio una buena idea, mejor que eso, su propia legitimación para él, pensamiento puesto al servicio de la expresión biológica de su experiencia. Inf.3 está convencida que tras la enfermedad se esconde “basura emocional”, vidas desprovistas de sentido o mal orientadas estas. Su recorrido vital es un acontecer que debe mucho al diagnóstico del cáncer, a ese liposarcoma de su pierna derecha detectado y tratado con cirugía allá por el año 1984 cuando en Extremadura estas cosas apenas se conocían y desde luego no había medios para su tratamiento y curación, de ahí que el médico que la diag- nosticó le diera como mucho seis meses de vida. Pero no sólo salió airosa de ese terrible pronóstico sino que orientó su vida y hoy, desde la perspectiva del tiempo pasado, reconoce que fue la mejor estrategia que pudo darse para dar sentido a su vida. Los límites reconocidos en día a día no merman la sensación de estar haciendo aquello que”debía” hacer. Su presente está cargado de sen-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1259 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA tido y la paz y el bienestar la pertenecen sin mayor complicación. Nunca más que ahora la felicidad aborda sin estridencia buena parte de su existencia. El cáncer, nos dice, “me hizo plantearme la vida en todos los aspectos” y el resul- tado es esta paz reconocida por nuestra ex enferma. Inf.3 nunca tuvo mala relación con su padre, por lo menos hasta que en los últimos años de la vida de este y superada la enfermedad del cáncer con sus cambios básicos de actitud permitieron abandonarse al amor entre padre e hija, negado desde siempre y milagrosamente encontrado. No hubiera llegado a forjar esa paz con su padre de no haber mediado la enfermedad en su vida, nos verbaliza. Es una de las mayores satisfacciones emanadas del cambio posterior al cáncer.

Informante 4...mejor enfermar que perder a tu mujer Ha aprendido a valorar las cosas de otra manera y sobre todo a descubrir lo bueno que es la entrega y la unidad de todos, entiende que sus creencias y la ayuda de Dios le han servido de apoyo, cree porque necesita creer para vivir. Ha reflexionado sobre los valores que tiene que tener, ahora se siente más grande y vive de otra forma, es más comprensivo con los demás. Le ha impre- sionado el cariño que le tiene todo el pueblo a los dos y eso es porque algo bueno tendrán, es gratificante haber descubierto cuánto les aprecian. Se ha visto arropado por todos, la gente le para por la calle para preguntarle cómo está y siente el apoyo y los buenos deseos de todos. El lleva tiempo deseando que su mujer deje la política, de hecho esta legislatura no se iba a presentar, lo tenían hablado pero al final las presiones fueron muy fuertes y no pudo decir que no, pero está ansioso por recuperar a su mujer, siente la necesidad de tenerla cerca, de que esté a su lado para cuidarla y ser cuidado por ella. Cree que esta vez sí va a ser posible, no puede haber una excusa más grande que tu propia vida.

Informante 5....cuando no es posible ser madre Inf.5 es una mujer de 47 años de edad afecta de cáncer de mama, en su seno derecho. Está casada desde los veintidós años y es madre adoptiva de dos niños, una niña de 12 años y un niño de 9 años. Es universitaria, al igual que su esposo y trabaja en un organismo público y si debiésemos encuadrarla en una clase social, pertenecería a la clase media. Cuando llega el momento de hablar del cáncer Inf.5 se expresa de la siguiente manera, “lo del cáncer fue un palo muy duro... tuvo un principio y un fin, fue un shock muy grande y luego se

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1260 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO fue deshinchando. No es algo que tenga aquí (Inf.5 acompaña esta frase tocán- dose la sien con el dedo índice), me lo recuerda la cicatriz y la ausencia de regla. Arcadia se refiere a que su cáncer de mama es hormonodependiente, con lo cual no es recomendable que exista una actividad hormonal. Por lo cual, si el propio tratamiento no provoca una amenorrea, se induce una menopausia me- diante tratamiento. “Lo de la regla me angustió, lo llevé fatal... había tenido mi regla durante treinta años puntualmente, deseando que se fuera y ahora se había ido”. Inf.5 se queja de la poca sensibilidad por parte del oncólogo que la trató hacia este tema. Cuando preguntó, o casi se quejó de la ausencia de regla, le respondieron con indiferencia y con una frase que le impactó. “Y qué impor- ta, además tú ya no estás para pegar muchos tiros”. Inf.5 considera: “que esta enfermedad lo que me ha hecho, es echar años encima”. Insiste sobre el tema, y me explica que la importancia de esta menopausia, con cuarenta y cinco años, se debe a: “he tenido el convencimiento de que tarde o temprano me iba a quedar embarazada. Nunca he perdido la esperanza”. Este cáncer de mama es la expresión de esa imposibilidad, que vivencia, de eludir esa norma social, que le obliga a ser madre. La enfermedad se manifies- ta en su seno derecho. Los senos en nuestra cultura son el símbolo máximo de la feminidad, en su doble vertiente, la sexual y la materna. Por un lado lesionan- do su seno, manifiesta un rechazo a su condición de madre, no desea esos órganos, porque no los necesita para alimentar a ningún hijo, porque no quiere hijos. Por otro lado un cáncer de mama, puede llegar a ocasionar una disminu- ción de la líbido, por lo cual estamos castigando al representante social de la norma, su esposo.

Informante 6...viene el descanso Si tomamos la fecha en que debuta su cáncer, tan sólo seis meses des- pués de su matrimonio, es decir después de la separación definitiva de sus progenitores. Podemos observar, cómo estos momentos están cargados de una gran dosis de angustia, que ella atribuye a los viajes y al mal funcionamien- to de su lugar de trabajo5. En el momento que Inf.6 enferma, vuelve al hogar de sus padres para que la cuiden, junto a su esposo. Es decir, vuelve a establecer-

5 El ámbito laboral, le origina una gran tensión emocional.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1261 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA se el lazo íntimo de unión con sus progenitores. En su caso, estaríamos ante una persona que cumple todos los requisitos sociales exigibles a su condición y sexo. Estudiante universitaria, trabajadora y con pareja. Sin embargo hay algo en ella que no se adecua exactamente a los parámetros exigidos. Todas estas normas sociales, para las que se ha preparado, dejan a un lado su convivencia con sus padres, hecho que ella no puede asimilar, desarrollando una patología, que obliga a volver a la situación anterior. Se establece un conflicto, Inf.6 ha alcanzado la edad en que socialmente debe comenzar su vida de forma indepen- diente, sin embargo ella no se siente preparada. El trabajo es un elemento de conflicto, los desplazamientos, le originan un gran estrés, y a ello se añade su matrimonio. No puede con esta nueva situación, que se va gestando desde el momento que comienza la formación secundaria. Por lo cual el cáncer se desen- cadena, volviendo a ser objeto de los cuidados paternos6. Cambia de lugar de trabajo y ya no debe viajar, con lo cual desaparecen las condiciones de estrés.

Informante 7...muerte para rehacer una familia Inf.7 murió de cáncer de forma repentina, no más de un mes conviviendo con la enfermedad en sus cuarenta y pocos años. Murió nada más recibir el diagnóstico nos diría su mujer, quiso morirse nos sigue relatando; son frases en el momento -de esto hace algo más de un año- de estar dispuesta a contar desde su memoria el por qué de la muerte de su marido, sin embargo ahora parece que apenas nada de esto tiene sentido. Todo ha cambiado, la joven viuda y su hijo adolescente después de pasar por un periodo convulso ha encontrado un cauce de serenidad como ningún otro momento. No tiene senti- do volver al pasado, a pesar de estar de acuerdo con nuestras tesis en esto del enfermar no encuentra sentido el hablar de la muerte de su marido. Nuestra informante en su silencio nos desvela algo muy importante como es que la muerte de una persona forma parte de un entramado más amplio y todo queda en la memoria de esos familiares y amigos tal y cómo significó en vida. Por otra parte si el pasado no tiene densidad, si no hay apetencia por desvelar -sobre

6 Inf.6, vuelve a su hogar, durante el tratamiento del cáncer.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1262 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO todo en una persona que constantemente se pregunta- es que el triunfo de la vida, de la vida consciente o inconsciente ha hecho su trabajo; lo importante es el cambio producido, el eficaz cambio como fruto de la estrategia puesta en marcha, incluso la muerte es un camino con sentido que debemos comprender y respetar. Volver al pasado puede ser una onda que ha finalizado su recorrido en el estanque de la vida de una persona, se reconoce la calma del momento y la inapetencia a mirar a ese pasado sin densidad de intensidad y significado en el presente; esto demuestra la labor realizada por el cambio producido; ya nada hay que mirar, nada moviliza nuestra voluntad para comprender aquello com- prendido desde la acción consciente o inconsciente, el juego de la mente nos empuja al presente y al futuro, ese agua pasó en un tránsito lejano. Esto parece haber ocurrido en la viuda de Inf.7, posiblemente la muerte de su marido fortifi- có a la desconsolada viuda y sirvió de soporte -económico también- para em- prender nuevos retos desde el respetuoso recuerdo. No sabemos el por qué de la muerte de Inf.7, de la causalidad simbólica que andamos indagando, pero es seguro que la rapidez, lo inesperado de su juventud y el semblante sereno de su mujer pasado un tiempo prudencial para asimilar el dolor y la separación nos habla de apuesta vital de Inf.7 por abandonar este mundo y dejar hacer a los suyos.

Informante 8... hacer volver a la hija Nos educamos valorando más a unos seres humanos que a otros, no es de extrañar, por tanto, la importancia que cobra para una madre sus hijos. No todas son capaces de vivir en el “nido vacío” y la ausencia, sobre todo prolon- gado y distante, genera temor en forma de constante ansiedad. Una hija en el extranjero con posibilidad de permanencia anuncia esta disposición en una madre con vocación para serlo eternamente. Este será el caso narrado, el último grito de atención para hacer volver a una hija a espacios controlados en el psiquismo de la madre. El desarrollo de la leucemia hizo que la hija ausente se planteara su futuro más cerca; “milagrosamente” doña Inf.8 pudo con la enfer- medad y el susto que a todos dio quedó superado al concluir la estrategia puesta en marcha por la amante madre.

Informante 9... cuando la familia es el único sentido Inf.9 vivió su vida hasta completar su ciclo responsable con ella misma, y ella estaba cimentada en la familia y en el ser útil a los demás, a la sociedad en general; principios de no engañar a los clientes, ayudar siempre a los amigos y

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1263 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA trabajar duro para su familia eran sus señas de identidad que le forjaban una mirada justa de él mismo. Al cambiar el escenario de su vida la estrategia cohe- rente fue adelantar la muerte, su propia muerte. De alguna forma controlamos la lógica de nuestro actuar tanto normativa como biológica, entramados estas dos realidades hasta ser una única, esa que decide desde el conjunto. Inf. 9 decidió desde la lógica de su propia vida, desde la conformación de la realidad, de la marcada por todo una vida, desde los “memes” insertos y hechos biología en el cerebro, desde la coherencia biología-cultura. Se fue una vida, interpreta- da desde nuestros paradigmas como temprana, prematura, pero con la lógica argumentada, cimentada en el propio entramado forjado en su vivir cotidiano, esa estructura de creencias, relaciones, roles asumidos le llevaron a acabar en su propia lógica que construyó en su vida, al cambiar el escenario cultural, su cotidianidad continuo en su coherencia, fue la hora de completar la obra, la suya. El cáncer sólo fue el instrumento, el peón ordenado para desmembrar a un sujeto desde su biología hasta desaparecer en esa misma lógica, quizás hasta llegar a otra de la que nada conocemos desde nuestra propia consciencia, o quizás sí a tenor de la universalidad del referente religioso de los pueblos. Inf.9 se fundió en su propia lógica, como lo haremos todos.

Informante 10...ayuda para encontrar nuestra vocación La vida de Inf.10 tiene un sabor especial, bondad cimentada en la dulzura y en la sonrisa generosa hacen de él ese ser único que siendo aparentemente normal nos habla de las posibilidades del ser humano en su compleja y maravi- llosa individualidad. Sus 42 años son el fruto de continuas adaptaciones a enfermedades muy propias de nuestro tiempo, la anorexia y el cáncer; a ellas dos ha tenido especialmente que adaptarse a lo largo de su vida, generosa ésta en dolor y capacidad de empezar de nuevo y como en pocos otros seres huma- nos a través de los múltiples cambios producidos desde su biología. Inf.10 está aprendiendo a vivir con los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, lo supo hacer con su extrema delgadez tiempos atrás. Camina a duras penas por el asfalto que a otros es facilitador del movimiento, cualquier obstáculo normali- zado para los demás se convierte en batalla a ganar en ese continuo cotidiano desprovisto de alma para los que la biología les recomienda la quietud. En su nueva morfología reconstruye el sentido vital nuevamente, pero será precisa- mente esta nueva fisiología la que da sentido a los otros y a él mismo. Bernardino ama a su mujer y a sus dos hijas, incluso ahora más que nunca por lo “poco” que físicamente puede aportarles, ahora cuando más necesarias son, ahora...; es la grandeza del descubrimiento de sentirse “poco” frente a los que amas con

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1264 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO locura, la misma que brota constantemente a través del brillo de sus ojos, de su sonrisa, de la suave torpeza de sus movimientos.., ¡cuánta belleza redes- cubierta! Inf.10 sirve de guía a los conductores de las ambulancias por el continuo trasiego al que se ha visto sometido en los largos años de su enfermedad, es el primero que recogen porque sabe el camino. Será esta la tarea encomendada por la vida a este hombre mediado por el dolor y la biología caprichosa, otros, esos otros enfermos de cáncer buscan su consejo, su sabiduría hasta descan- sar ante su escucha, al igual que yo que he descansado ante la suya. Que alguien me diga si no tiene sentido la lógica humana que hace un hombre recorrer la tortura de su cuerpo para comprender el sentido de su propia vida y recobrar con ello la cordura ante el sufrimiento, ante las penalidades de la larga enfermedad. Ningún ser humano frente a él maldeciría sus penalidades, más al contrario ellas le hacen grande, muy grande, misteriosamente grande. Es esta la lógica del cáncer en Inf.10.

Informante 11...hospital como lugar de dignidad El conjunto de su relato gira una y otra vez en torno a su enfermedad, es lo que ha expresado de una manera espontánea, sin necesidad de interrogarle sobre la misma. La detalla de una forma exhaustiva, recordando hasta el más mínimo detalle y siempre dejando muy claro que la enfermedad, no alteró en ningún momento su estado de ánimo: “yo siempre he estado bien”, estas son las palabras que repite una y otra vez. Otra frase que es repetida a lo largo de la entrevista es: “que sé yo” y esta frase aparece cuando se le interroga sobre su esposa y su relación con ella. Ante estos hechos, que consideramos altamente significativos, podemos establecer que la patología de Inf.11, está estrecha- mente relacionada, con el entorno sociocultural en el que le ha tocado vivir. Para ello comencemos desde el principio. Inf.11 debuta con la Leucemia, en el momento en que se halla esperando pasar un tribunal médico que dictamine su incapacidad para trabajar. Esta incapacidad supone, que él, un varón, cabeza de familia, debe abandonar, a una edad muy precoz, su función de productor social y pasar a convertirse en un pasivo, con cuarenta y cinco años. Este hecho no se corresponde con la norma social, que establece que la jubilación se alcanza con sesenta y cinco años. En segundo lugar, el pasar a una posición pasiva, le obliga a estar muchas más horas en su casa. Casa, en la que se halla su esposa, que lleva aquejada, prácticamente desde la fecha de su matrimonio, de depre- sión. Una depresión, implica una apatía, una incapacidad para relacionarse con

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 CÁNCER: INVESTIGANDO DESDE EL PARADIGMA 1265 BIOLÓGICO-CULTURAL EN EXTREMADURA los demás, en definitiva no existen ganas de vivir. Ante este panorama de vida, Inf.11 enferma. Esta enfermedad, rompe la situación en que se halla inmerso, puesto que por un lado, adquiere un rol social, el de enfermo y por otro lado, al estar ingresado en la TMO, le aleja de su esposa. En esta unidad, recibe todos los cuidados y atenciones que su esposa no es capaz de dispensarle. Por un momento, él es el centro, no debe cuidar, es cuidado. Por otro lado, su patología hace que su esposa “despierte” y cuide de su marido. Se crea por lo tanto, un nuevo escenario social, en el que Inf.11 adquiere un flamante rol social, el de enfermo, que se va a prolongar entre cinco y diez años, con lo cual inf. 11 alcanzaría los cincuenta y cinco años, edad en la que se otorgan prejubilaciones. Su esposa recupera su rol de cuidadora, con lo cual nuestro informante se sentirá mucho mejor en su casa. Sin embargo, este escenario no se cumple, su esposa continúa con su depresión y su rol de enfermo no satisface sus expec- tativas, por lo cual vuelve a recaer. En la TMO, se cumplen sus expectativas.

Informante 12...recuperar al marido Inf.12 ha sido durante muchos años la parte íntima de un hombre público, el reducto familiar, privativo del alcalde de una localidad que requiere todo el esfuerzo y dedicación de su primer edil. No todas las mujeres están dispuestas a compartir sus ratos libres con la tarea pública de su maridos, más bien son pocas y las formas de conseguirlo distintas, entre ellas la respuesta de nuestra informante del silencio en la medida que si bien previamente nos iba a relatar su historia pudo más esa parte íntima a preservar que la exposición -de nuevo- de ella misma a los ojos de los demás. La propia negación a formalizar la entrevista refuerza nuestra tesis: la necesidad de preservar lo íntimo. Su marido deja de dedicarse a la cosa pública para cuidar a su mujer; ahora pasean juntos por las tardes una vez que la jornada laboral como funcionario finaliza, ella es objeto de todo el tiempo que antes quedaba reservado a los “otros”, a esos otros gené- ricos en forma de tiempo y energías. Inf.12 ha sabido recuperar su marido para ella en el equilibrio ordenado de cualquier pareja.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1266 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO

A MODO DE CONCLUIR TEÓRICAMENTE Ser mujer, hombre, niño, adulto y cualquier otra categoría social habrá de definirse y así lo hace cada cultura con sus propias peculiaridades. Ordenar lo “exterior” para que se haga realidad es el proceso específico de lo que entende- mos por cultura, un orden específico y a la vez diferenciado de otros posibles; más a lo ojos de los del lugar ese orden es imperante y por tanto fuera de su control subjetivado, se convierte en natural al sujeto, de ahí la importante constante en el hacer de cualquier sociedad. En este mismo orden de entender que la realidad es y no es construida, se distingue lo biológico de lo cultural, la expresión más natural de aquella mano del hombre en el convivir. Lo uno es suma e interacción de la propia evolución y lo otro -cultural- fruto del tiempo inmediato. Así definimos la interacción biología cultura en parámetros comprensibles a la inteligencia normalizada en nuestras sociedades, de ahí que mostrar esta “nuevo” enfoque de simetría biología cultura tal y como la defini- mos en un posible cabalgar en la experiencia vital de un individuo concreto requiere de confiar en la propia inteligencia inmediata al dotarse de sentido una vez reconocida la enfermedad. Biología y cultura se definen en una unidad holística con sentido en la experiencia vital de cada sujeto concreto, lo que nos lleva a pensar en esa misma lógica como soporte de la inteligencia humana, a ella nos estamos dirigiendo. Más que ninguna otra enfermedad, el cáncer sitúa a la persona, y al grupo humano en el que se desenvuelve el diagnóstico, en una posición de sentido, en un antes y un después, en esa lógica de vital importancia preparan- do un futuro de cambio y en último caso de cambio total a través de la muerte. La intensidad de la expectativa y el doloroso camino a recorrer sitúa a la perso- na enferma ante un conjunto de preguntas y ellas han de dotarse de coheren- cia, de inteligencia, de pensamiento humano; ello se muestra a través de la palabra, en la necesidad de nombrar, de reconocer los acontecimientos y estos no son exclusivos de la sabiduría médica escrita en los informes clínicos de cada paciente. El paciente sigue siendo persona, en un estado, además, de diferenciación básica con lo ordinario, ritualiza un tiempo de peligro para la supervivencia del sujeto y este estado necesita de comprensión total. Palabra como expresión simbólica reconocible en lo que básicamente nos hace huma- nos que no es otra cosa que la necesidad de reconocernos con sentido a través de la lógica del pensamiento. Somos constructores de historias y devoradores de ellas mismas, la biología se nos hace sonido y reconforta la lógica vital en lo que somos de pensamiento, así somos personas, las mismas que disfrutamos de salud o enfermamos.

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Una y otra vez nos hemos situado en esta lógica de sentido a la hora de escuchar a los informantes, personas enfermas de cáncer y con necesidad de encontrarse con las preguntas que nacen del mismo entramado de la inteligen- cia en su construcción histórica. Los discursos al principio aparentemente dispersos -no en todos los pacientes- cobran coherencia a medida que se van hilvanando en un argumento coherente. Las vivencias de la persona en su pasado y en su presente, y sobre todo en su constructo de futuro (el deber ser antropológico7), marcan una coherencia al que todos tendemos; de no ser así la persona se siente desorientada y perdida de referencias y tendente a la locura. Su trabajo, la familia formada, el sentirse útil en el mundo conforman una lógica individual, compartida a su vez por el grupo, que edifica la persona su identi- dad. La ruptura de esa lógica necesita ser recompuesta, al igual que en todas las culturas, y la enfermedad parece ser un momento de reorientación de los valo- res en su concreción cotidiana. El orden moral se hace imperante ante el des- concierto de la debilidad que puede conducir a la muerte al sujeto global, pre- guntarse en estas condiciones pertenece al “buen funcionamiento de la mente humana”, reorganizar los datos con lógica de sentido acontece en este trance doloroso de la enfermedad, sobre todo de esta enfermedad que seguimos iden- tificando con muerte y sufrimiento, además prolongado en el tiempo, casi siem- pre permitiendo cuestionar el orden de cada uno. Adultos sin saborear el tiempo de trabajo, la falta de amor prometido en la pareja, exceso de responsabilidad para con los padres, abandono salvo por el sistema sanitario, un acontecimiento traumático difícil de superar, búsqueda del desarrollo personal, estudios que realizar, vocación que se impone y obstá- culos para ponerla en acción, encuentro con nuestras necesidades más básicas y otras vivencias desde la complejidad del marco cultural aislado para una parte importante de sus miembros conforman preguntas vitales que necesitan ser contestadas, y al hacerlo con lógica de sentido -decimos- la biología recompo- ne el deterioro mostrado también en el cuerpo, “renace” el orden normalizado en esas células liberadas de desorientación genética, la misma que impera en el

7 Nos estamos refiriendo al conjunto de valores deseados por una comunidad, y por tanto, por los individuos concretos que idealizan las pautas de conducta sociales pasando a ser referenciadas como lo mejor, la ética imperante, más allá de que en el concreto actuar diste mucho de su realización.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1268 DOMINGO BARBOLLA CAMARERO, Mª INMACULADA RUBIO MERINO, Y DIEGO PERAL PACHECO orden cultural, en el de las acciones humanas, en el de las creencias y el ajuste al conjunto. La sociedad conforma ese ritmo de pensamiento y acción que en momen- tos puntuales de su historia obliga a sus miembros a asfixiantes comportamien- tos enfermados también en la biología, precisamente para reorientar la identi- dad en esos tiempos “difíciles” de obligado cumplimiento. Paralelismo con el hambre en que los cuerpos tienden a la flaqueza como adaptación a ese ecosistema de negación de energía intercambiable para los hombres y mujeres que ocupan ese espacio en ese tiempo. El cuerpo humano es expresión de los posibles en la convivencia con los otros y en el entorno específico vivido, en lo que llamamos ecosistema -tanto físico como humano-, esta muestra biológica de lo que somos actúa de probeta de laboratorio ante los cambios que le llegan y lo hace mostrando la interacción biología-cultura, materia y pensamiento en forma de valores compartidos hasta hacerse salud o enfermedad, vida o camino hacia el final.

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Años de mayor mortalidad y principales epidemias ocurridas en Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX

L. F. PINEDA NÚÑEZ D. PERAL PACHECO Facultad de Medicina. UEx. Badajoz

RESUMEN En el siguiente artículo hacemos una pequeña descripción de los años de mayor mortalidad ocurridos en la población pacense de Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX. Se trata de una población que vive del campo, en continua observación de la naturaleza, que en ocasiones se presenta desfavora- ble, reflejando un aumento de la mortalidad, bien de manera directa por efectos del hambre, bien de manera secundaria por efecto del desarrollo de enfermeda- des de carácter infecciosas que en ocasiones cursan como epidemias.

PALABRAS CLAVES: Epidemia. Mortalidad. Historia de la medicina.

ABSTRACT Next paper, we are doing a short description about the mortality on the most important years in nineteenth and twentieth centuries. People of Los Santos de Maimona lives thanks to the work at the country field. It is for that weather shows increase of mortality directly (people has angry) or indirectly (epidemics or another diseases).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1272 L. F. PINEDA NÚÑEZ Y D. PERAL PACHECO

INTRODUCCIÓN Nadie pone en duda que es en los dos últimos siglos donde se han producido los avances más espectaculares de la medicina. El auge de la medici- na moderna comenzó en el siglo XIX, época en el que se realizaron grandes descubrimientos en el campo de la biología. A comienzos de siglo se conocía ya casi toda la estructura del cuerpo humano, hasta en sus detalles más diminutos. Además se estaban haciendo rápidos avances en la comprensión de los proce- sos fisiológicos [CAPRA, 1985, p 140]. Y se han lanzado las teorías más rele- vantes en cuanto a fisiología y fisiopatología, así como se han descubierto los más avanzados medios de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Los adelantos en el campo de la biología realizados en el s. XIX se acompañaron del desarrollo de la tecnología médica. Se inventaron nuevos instrumentos de diag- nóstico como el estetoscopio y aparatos para tomar la presión sanguínea y la tecnología quirúrgica se volvió más sofisticada [CAPRA, 1985, p 143] Esto junto con la mejoría en la alimentación, la implantación de importantes medidas higiénicas y las mejoras en las condiciones de vida, han dado lugar a un aumen- to de la esperanza de vida de la población. El aumento de la esperanza de vida ha sido el resultado, en primer lugar, de un decrecimiento de la mortalidad infantil, que a su vez está relacionada con el nivel de pobreza, la higiene, la disponibilidad de una alimentación adecuada y muchos otros factores socia- les, económicos y culturales [CAPRA, F. 1985, p.149]. En cuanto al desarrollo de la higiene en España tuvo como figura del siglo XIX a Monlau quien establece las medidas higiénicas más importantes en cuanto a la disminución de la enfermedad, como son: la ventilación de las habitaciones, el lavado del cuerpo y de la ropa, la higiene de los alimentos, alcantarillado, pavimentación, la disposición de los cementerios, la reglamenta- ción de la prostitución, los hábitos, la profesión, etc. [GRANJEL, M. 1983, p.101-115]. El triunfo más espectacular de la Salud Pública, ha sido la marcada dismi- nución de las enfermedades infecciosas durante los ss. XIX y XX. Hace 100 años, enfermedades como el cólera, el sarampión, la viruela, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, ... eran una amenaza constante para la población. Cualquiera sabía que las podía coger en cualquier momento, y en todas las familias se sabía de antemano que alguno de sus hijos perecerían. Todo esto ha sido gracias a la aparición y desarrollo de las vacunas y antibióticos, cuyos conceptos fueron elaborados en el siglo XIX.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1273 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

Objetivos Conocer los años en los que se desarrolló una mayor mortalidad en Los Santos de Maimona durante los siglos XIX y XX y analizar cuales fueron las principales causas que ocasionaron estos aumentos de mortalidad.

Material y Método Para la elaboración de este estudio ha sido necesario el vaciado de los Libros de Defunción hallados en el Archivo Parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Los Santos de Maimona. También ha sido necesario sacar información contenida en los Libros de Actas Capitulares, Libros de la Junta Local de Sanidad y Libros sobre el cementerio hallados en el Archivo Histórico Municipal del Ayuntamiento de Los Santos de Maimona. Una vez recogida la información le hemos dado un tratamiento informático.

Resultado y discusión En el siguiente artículo destacamos los años que superan una mortalidad absoluta de 225 defunciones (Fig. 1).

375375 350350 325325 300300 275275 250250 225225 200200 175175 150150 125125 100100

N.º de Fallecidos 7575 5050 2525 0 1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 Años Fig1. Mortalidad absoluta en Los Santos Años de Maimona:1800-1991 Fig. 1. Mortalidad absoluta en Los Santos de Maimona: 1800-1991

Establecemos este umbral, ya que nos deja por encima de él un 15 % aproximadamente, de los años estudiados y que se trata de años de sobre- mortalidad. Utilizamos la mortalidad absoluta y no las tasas brutas de mortali-

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dad, aunque haremos algunas referencias sobre ellas, porque algunos de estos años pasarían desapercibidos ya que en las tasa influye el número de habitan- tes. Estos años son: 1805, 1812, 1823, 1834, 1849, 1852, 1854, 1855, 1857, 1858, 1863, 1867, 1868, 1869, 1872, 1875, 1879, 1883, 1889, 1890, 1891, 1894, 1895, 1900, 1901, 1905, 1908, 1918, 1937, 1941. Como podemos apreciar en el gráfico, vemos que hay una serie de años que incluso llegan a superar las 300 defunciones año y son: 1855, 1858, 1863, 1872, 1883, 1890, siendo este último el de mayor número de muertes con 348. En los primeros 65 años del siglo XIX, sólo un 44 % de los registros hallados presentan la causa de defunción. Esto, junto con la falta de datos procedentes de los Archivos Municipales, hace que no podamos aclarar las causas de defunción en gran parte de ellos (Fig. 2).

400375 Sin diagnóstico 375350 350325 325300 Con diagnóstico 300275 275250 250225 225200 200175 175150 150125 125100 10075

N.º de Fallecidos 7550 5025 250 0

Años 1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1900

Años Fig. 2. Mortalidad absoluta en Los Santos de Maimona: 1800-1991

El aumento de la mortalidad absoluta en 1805, que presenta una tasa bruta de mortalidad de aproximadamente el 75 por mil, sospechamos fue debido a una crisis de subsistencia como ocurrió en Cáceres [CAMPESINO,1982], sin embargo, en otros sitios próximos a nuestra población de estudio como Zafra no se produjo. En nuestro caso, encontramos que de los 279 muertos, 272 no poseen causa de registro y 7 que sí, de los que 4 corresponden a “inanición” [Archivo Histórico Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles. Libro de Defun- ciones, 1805]. Estos se encuentran en Abril y Mayo, siendo Mayo el mes que mayor mortalidad presenta con 40 defunciones.

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En 1812, no encontramos causa inmediata que nos indique que es lo que ocurrió, nos encontramos en un año de gran mortalidad comparado con la de los años anteriores y posteriores, en los que se aprecia una relativa baja morta- lidad. Este año presenta una tasa bruta de mortalidad (TBM.) en torno al 63 por mil. Frente a los años inmediatamente anteriores y posteriores en los que las tasas se encuentran claramente por debajo del 50 por mil. Nos encontramos de nuevo ante una crisis de subsistencia en un año en el que fue generalizada en todas Extremadura y que afectó gravemente a la población debido a las malas cosechas, ocasionando una disminución brusca de los recursos alimenticios. [SÁNCHEZ MARROYO, 1997, p. 400]. En 1823, con una tasa bruta de mortalidad (TBM) de 74 muertes por cada mil habitantes, no podemos determinar que es lo que ocurrió, puesto que no poseemos ninguna causa de muerte en este año, pero si apreciamos que la mortalidad en el mes de Abril asciende considerablemente respecto de los otros meses, situándose la mortalidad absoluta para este mes en 45 defunciones. En 1834 encontramos en Los Santos de Maimona 253 defunciones (TBM del 67 por mil), de las que 4 están inscritas bajo el término de cólera morbo [A. H. P. N. S. A. Libro de Defunciones,1834]. Hay que señalar que son las únicas 4 muertes con causa registradas este año, las restantes 249 no la poseen. Estos 4 registros aparecen entre el 29 de Octubre y 4 de Noviembre. Vemos que en este año la mortalidad general es mayor respecto de los años anteriores y posterio- res y que la mortalidad en el mes de Octubre es de 21 defunciones de las que 11 se dan en los últimos 10 días del mes y en Noviembre es de 31, de las que 21 se dan en la primera quincena. Consideramos que la aparición de 32 defunciones en 25 días, es una mortalidad elevadísima. El hecho de que los 4 causas registra- das como cólera se encuentren en medio, nos da pie para poder afirmar que en esos momentos en Los Santos de Maimona se estaba dando una epidemia de cólera morbo. Ya se conocía los estragos que el cólera comenzó a hacer en el continente europeo desde su primera expansión en el año 1830 y que llega a la península en 1833. [FERNÁNDEZ GARCÍA, 1977, p 127]. En el año 1849, la TBM es del 56 por mil y aún son más los registros sin causa de defunción que los que la poseen, pero entre estos últimos destaca la mortalidad ocurrida entre Febrero y Mayo ocasionada por la “viruela”, con 14 defunciones entre los dos meses que cuentan con una mayor defunción Pre- senta una tasa de mortalidad específica (TME) del 5 %. Y la ocasionada a lo largo de todo el año por las “anginas” (41 casos) con una TME del 15 % y la “tuberculosis” (18 casos), con una TME del 7 % [A. H. P. N. S. A. Libro de

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Defunciones, 1849], por lo que el alto número de defunciones bien pudiera estar solapado por alguna de estas dos patologías con el fin de no provocar alarma dentro de la población. En el año 1852 (TBM del 51 por mil), no hemos podido determinar si hubo o no, epidemia y de qué tipo. De las 263 muertes halladas, tan sólo 74 se encuentran justificadas. Dentro de estas, encontramos una gran diversidad de términos diagnósticos y que podrían estar relacionados principalmente con alteraciones del tracto digestivo y enfermedades infecciosas respiratorias, en concreto con la “tuberculosis”. En el año 1854 (TBM del 42 por mil), hallamos 230 defunciones. Nos encontramos ante la segunda epidemia de cólera (TME del 8 %) y que podemos conocer a través de los registros de defunción. En este año encontramos que la mayor mortalidad es en el mes de Octubre, con 45 defunciones. De ellas, 13 tienen el diagnóstico de “cólera” y otras 28 se encuentran registradas sin cau- sa. Con fecha 2 de Octubre, se convoca la formación de una Junta Local de Sanidad y entre sus miembros destacan los facultativos médicos D. Francisco Javier Miranda y D. Juan Galán. Esta Junta de Sanidad tratará de atender las necesidades publicas y contará con todos los recursos necesarios para el so- corro de los enfermos pobres y demás gastos que concurran, al tiempo que mandan “se proceda a recaudar las cantidades en metálico y trigo ofrecidos en suscripción voluntaria por varios vecinos para este fin” [Archivo Histórico Municipal Santos de Maimona. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1854]. Al día siguiente, la Junta Local de Sanidad queda instalada [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1854]. El año 1855 se presenta con una mortalidad de 328 personas (TBM del 59 por mil). El aumento de la mortalidad en este año se debe de nuevo a la epidemia de cólera, puesto que de este total de defunciones en 1855, hay 99 casos diagnosticados de cólera (TME del 30 %), apareciéndonos entre los meses de Julio y Septiembre. Esta epidemia de cólera es puesta de manifiesto por diver- sos autores como Peral [PERAL, 1993], Rodríguez Flores [RODRÍGUEZ FLO- RES, 1996] y el propio Ayuntamiento de Los Santos que a fecha 11 de Julio [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855], temen ser invadidos por esta enfermedad y comienzan a adoptar medidas por si ello ocu- rriera. El 5 de Agosto se discute cual sería la medida más acertada para mitigar los “estragos que causa la enfermedad del cólera morbo en este vecindario”, siendo uno de ellos el socorrer con toda urgencia las necesidades públicas y se acuerda nombrar una Junta de Beneficencia. [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. Esta lo primero que hace es reclamar fondos,

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1277 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX mediante la desviación y previa autorización del Gobernador de la Provincia, de los 3.500 reales que formaban parte del presupuesto ya aprobado por el Ayun- tamiento para el acerado y empedrado de calles junto con la formación de una charca [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. El 2 de Septiembre se canta en la Iglesia el “Te Deum” en acción de gracias por el cese de la “enfermedad reinante” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. Esta enfermedad dejó muy mermada a la población, con un gran número de pobres, huérfanos y viudas. Se solicita “al Gobierno de S. M. para que digne tomar en consideración la situación penosa de estos infelices y tenga a bien auxiliarles por vía de limosna con la suma que estime” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. En Noviem- bre se le concede a esta villa y para tal fin la cantidad de 6.000 reales [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1855]. En el último trimestre de 1857 y el primer trimestre de 1858, encontramos que el aumento de la mortalidad en Los Santos de Maimona se debe a una epidemia de Viruela (TME del 2 % y del 6 % respectivamente), no es la única localidad que se afecta por esta grave enfermedad, como pone de manifiesto Peral [PERAL, 1993] en Zafra. En 1863 la TBM es del 50 por mil. No podemos saber tampoco a ciencia cierta cual fue el motivo de que murieran tantas personas. Pues del total de muertes halladas, que son 317, hay 240 que no poseen la causa de defunción. Entre los registros que tienen términos diagnósticos, encontramos en mayor número de casos los relacionados con la tuberculosis como son “consunción” y “tisis”. Parecida cuestión encontramos en el año 1867 que presenta una TBM del 40 por mil, en el que se aprecia un aumento de la mortalidad en los meses de verano por procesos que cursan con diarrea y afectando principalmente a ni- ños. En este año, de los 254 registros, sólo 4 son los que no presentan causa de defunción. En 1868 la TBM también es del 40 por mil. Encontramos que el término “irritación” es el que con mayor frecuencia se repite, un total de 63 casos en un año en el que se recogen 251 defunciones (TME del 25 %). De total de “irritacio- nes”, 62 corresponden a niños y tan sólo uno es adulto. El mismo valor del 40 por mil presenta la TBM en el año 1869. Tenemos una gran variedad de causas de muerte, si bien las podemos englobar en cuatro grupos que son: el de las enfermedades digestivas (enteritis, colitis, disentería), el de las enfermedades infecciosas pulmonares (neumonía y tuberculosis) y el

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de las enfermedades consideradas por Bertillon de carácter epidémico [BERTILLON, 1899] (crups, fiebre tifoidea y viruela) y por último, el de las enfermedades inespecíficas (irritación). Dentro de estas causas podemos des- tacar la epidemia de crups de las que tenemos registrados 45 casos, de los que 33 casos ocurren entre Mayo y Julio. También dentro de la alta mortalidad del mes de Agosto, destacamos los 4 casos de muerte por viruelas ocurridos en menos de 10 días. En el año 1872 la TBM es del 49 por mil. Se refleja la mortalidad ocasiona- da principalmente por 2 causas: una es la enteritis y las relacionadas con las que cursan con diarrea. La otra y más relevante, es la ocasionada por una epidemia de viruela (TME del 23 %), que tiene su máximo poder letal en el mes de Septiembre con 21 muertos. Los autores consultados señalan que tanto en Plasencia [SÁNCHEZ DE LA CALLE, 1993] como en Villanueva del fresno [BARAJAS ÁLVAREZ, 2000. Tésis inédita.] no fue en el año 1872 cuando acon- teció una gran epidemia de viruela sino en 1874. Refiriendo que se podía tratar de un descuido en la vacunación, práctica que ya se venía realizando desde años antes [PERAL, 1993, p 128]. En 1875, con una TBM del 39 por mil destacan una vez más las causas de origen digestivo, siendo el término “enteritis” (TME del 21 %) el que más se repite de ellos. También se repite con frecuencia el término “irritación” (TME del 23 %), que englobamos dentro del grupo de casas digestivas por que se da en niños y con frecuencia se acompaña de epítetos como: de vientre, de estó- mago, gástrica, etc. El siguiente año es 1879 (TBM del 37 por mil), en él destacan una vez más dos tipos de causas principales. En primer lugar, las que cursan con diarreas y en segundo lugar las que afectan al aparato respiratorio, destacando como causa principal la tuberculosis. El año 1883 (TBM del 51 por mil), se presenta como año de gran mortali- dad absoluta con una mortalidad que supera las 300 defunciones. En este año, encontramos como causas principales el “sarampión” (TME del 11 %), que se desarrolla de manera epidémica entre los meses de Mayo y Agosto con 45 registros declarados. Al tiempo que concurre una epidemia de “tuberculosis” (TME del 20 %) que se desarrolla entre los meses de Junio y Agosto con 43 defunciones. Por último, una vez más son las enfermedades del tubo digestivo las que provocan una alta mortalidad. Sin embargo, en este año no nos encon- tramos ni un sólo registro de muerte por “viruela”, que estaba ocasionando una gran mortalidad en la vecina población de Zafra a finales de año debido al

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 AÑOS DE MAYOR MORTALIDAD Y PRINCIPALES EPIDEMIAS OCURRIDAS 1279 EN LOS SANTOS DE MAIMONA DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX desarrollo de una epidemia [PERAL, 1993, p 128]. Es un año en el que se produ- ce una altísima mortalidad de párvulos en Los Santos de Maimona, siendo el propio sepulturero el que hace referencia a ello [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1883]. Días más tardes le encargan a la comisión de Sanidad y Beneficencia “el estudio para mejorar en lo posible el cementerio de la villa pues se encuentra en muy mal estado y además hay escasez de terreno debido a las numerosas muertes de párvulos que han ocurrido este año” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1883]. Y aunque desde el propio Ayuntamiento no se nos indica la causa que provoca una mayor mortalidad en este año, presenta una solicitud a la Junta Local de Sanidad y Beneficencia exponiendo que “en el trimestre pasado ha aumentado la mortalidad de forma extraordinaria, sin que en el presente haya disminuido, y ante la perspectiva de una epidemia de terribles consecuencias, las condicio- nes del cementerio no satisfacen las más vulgares exigencias higiénicas, ya que sin que haya mediado el tiempo necesario para la descomposición orgánica se vuelve a enterrar y los cadáveres quedan casi insepultos, con una atmósfera mefítica apreciable a veces a bastante distancia, la cual respira una población fija que apenas dista 20 me tros de los muros del edificio” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1883]. La Junta acuerda agilizar los trámites para la construcción de un nuevo cementerio [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1883]. En Febrero de 1889 se inaugura por el párroco de Los Santos el nuevo cementerio, al tiempo que se clausura el viejo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1889], aunque no será hasta 5 años más tardes cuando se decida la limpieza y traslado de los cadáveres ya enterrados al nuevo cementerio quedando este tiempo en situación ruinosa [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1894]. Es un año en el que la mortalidad es alta (TBM del 38 por mil), debida principalmente a la “tuberculosis” (TME del 14 %), gran responsable de este aumento de mortalidad, que tan sólo en el mes de Agosto ocasiona el fallecimiento de 13 personas. También destacan, la “es- carlatina” (TME de l 4 %) en la primera mitad del año y al “sarampión” (TME del 5 %) en la segunda mitad, dentro del de enfermedades epidémicas. Pero una vez más, no podemos olvidar que las enfermedades digestivas son una importante causa de mortalidad sobre todo en los meses de verano, aunque hay un interés por parte del Ayuntamiento en el control de las aguas que es la principal causa de este tipo de enfermedades [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1889].

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Es el año 1890 el que mayor mortalidad absoluta presenta dentro de nues- tro estudio con 348 defunciones (TBM del 53 por mil). Nos encontramos ante un año en el que la situación de la población es muy mala debido a las malas condiciones atmosféricas de sequía prolongada en el tiempo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. El Ayuntamiento intenta proporcionar un trabajo a un total de “600 braceros” sin ocupación por este motivo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. Para ello, retira 40 obligaciones hipotecarias de las 74 que dispone depositadas en la caja central de la compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante que importan 20.000 pesetas. con destino a paliar la crisis de la clase bracera [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1890]. En este año nos llama la atención la alta mortalidad ocasionada por una epidemia de “difteria” (TME del 28 %). Esta presenta dos picos de una mayor mortalidad; uno situado en el mes de Julio con 13 casos y otro en el mes de Noviembre con 22 casos. Al mismo tiempo encontramos 25 casos más de muer- te ocasionados por “anginas”, que si bien al clasificarlas por Bertillon, se in- cluiría en el grupo de las enfermedades del aparato digestivo y no en el de enfermedades epidémicas como lo es la difteria. También encontramos 13 casos más en el último trimestre del año con el diagnóstico de “crups” (TME del 4 %). Estamos ante un caso en el que para no alarmar a la población que es azotada por la epidemia, se disimula ésta al suprimirse el apellido del término “angina”. No sabemos cuantas de las defunciones por crups, lo eran por difteria, ya que en ocasiones había duda. Ejemplos de esto son los términos inscritos como “crups diftérico” [A. H. P. N. S. A. Libro de difuntos, 1890]. Pero la epidemia de difteria de 1890 no acaba con el año si no que, conti- núa durante el primer trimestre de 1891 (TME del 17 %). En este año la difteria vuelve a ocasionar un importante número de muertes a final del mismo. La situación laboral de los jornaleros sigue siendo mala debido al mal clima que sigue afectando esta región. El Ayuntamiento intenta paliar esta situación dado el numero de braceros sin trabajo que recorren las calles de la población implorando la caridad publica, acuerdan la reparación del empedrado de calles y caminos para dar ocupación a los braceros [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. De esta manera los tiene ocupados durante 2 meses [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. pero las arcas municipales se encuentran en estado muy precario [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891]. La sequía es muy intensa [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1891]. En el siguiente año, la situación climatológica continúa, ahora con intensas lluvias [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1891].

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En 1894 (TBM del 42 por mil), la causa principal de mortalidad en los Santos de Maimona fue la provocada por enfermedades infecciosas respirato- rias (bronquitis, neumonía y tuberculosis) y digestivas (enteritis). También encontramos un pequeño brote epidémico de sarampión en el otoño de este año (TME del 2 %). En este año nos encontramos ante una nueva amenaza de invasión de cólera en la población. La Junta local de Sanidad, ya tiene experien- cia en la lucha preventiva contra el cólera y se acuerdan y adoptan las medidas de preservación y represión de una posible epidemia de cólera y la Junta acuer- da ponerlas en práctica lo antes posible [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1894]. En el año 1895 (TBM del 37 por mil), una vez más son los grupos de enfermedades respiratorias y digestivas las que marcan la alta mortalidad sin embargo, en este año y en sus meses centrales encontramos 14 registros de muertes de niños por escarlatina (TME del 6 %). Lo que nos hace pensar en un brote epidémico aunque no de grandes dimensiones. También nos llama la atención los 14 registros de niños de menos de un mes de edad que mueren por “falta de desarrollo” (TME del 8 %). Los años 1900 (TBM del 34 por mil) y 1901 (TBM del 38 por mil), no son unos años muy diferentes a los ya comentados, donde las primeras causas de mortalidad eran las bronquitis, neumonías y enteritis. También al igual que en el año 1895 nos llama la atención los 19 casos de muerte por “falta de desarrollo” en 1900 (TME del 8 %) y los 16 de 1901 (TME del 6 %). En ambos años el tercer grupo de mayor mortalidad lo forman las enfermedades relacionadas con los órganos de los sentidos en los que la meningitis (TME del 9 % y del 7 % respec- tivamente) es la que predomina en niños y la congestión cerebral en los adultos (TME del 10 % y del 6 % respectivamente). Nos encontramos de nuevo con años de malas condiciones atmosféri- cas, se alternan tiempos de sequía con temporales de lluvias que hacen que las cosechas sean ruinosas y con ello el empobrecimiento de la población “único elemento de vida en esta región” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1905]. En el año 1905 (TBM del 33 por mil) son las enfermedades que cursan con diarreas las que provocan una mayor mortalidad. En este año hay un término diagnóstico dentro de este grupo de causas, “atrepsia”, que ocasiona 23 muer- tes (TME del 10 %). Este término aparece por primera vez en el año 1902.

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La situación de los jornaleros va empeorando porque hace mucho tiempo que se encuentran sin trabajo y sin recursos para el sostenimiento de sus familias [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1905]. El siguiente año que supera los 225 muertos en Los Santos de Maimona es 1908 con un valor de tasa bruta de mortalidad de aproximadamente el 30 por mil. Una vez más son las enfermedades del aparata digestivo las que mayor número de muertos ocasiona. El siguiente grupo es el de enfermedades del sistema nervioso donde la meningitis y las hemorragias cerebrales predominan sobre las demás. En esta ocasión el grupo de las enfermedades de aparato respiratorio ocupan el tercer lugar. En Noviembre de 1912 (TBM del 22 por mil) se desarrolla en Los Santos de Maimona una epidemia de viruela, pero en esta ocasión no es de graves consecuencias, ya que no poseemos registro alguno de muerte por dicha causa en este año y porque según consta en el libro de Actas del Ayuntamiento, la epidemia de viruela está estacionada y se confía que no se propagará por estar el vecindario en inmejorables condiciones, pues conocidas son por todos, las medidas que de antiguo se vienen adoptando, vacunando y revacunando con- tinuamente a las personas que lo solicitan y al mismo tiempo se pide desde la Junta Local de Sanidad que se le den facilidades a los enfermos para que la ropa se hierva antes de ser lavada y destinar un sitio fijo para el lavado de ésta. Se destina el arroyo Punta de Maria Gordillo y que el “lavado se haga en artesas o corchas vertiendo el agua de lavado en las tierras más próximas y que el lavade- ro público llamado de Vistahermosa se desagüe al objeto de evitar se reúnan allí las ropas de varios vecinos y que alguno pudiera estar contagiado” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1912]. En cuanto salta la alarma de la existencia o posible entrada en la población de algunas de las enfermedades de carácter epidémico, se ponen en marcha una serie de medidas que por la experiencia en casos anteriores se ha ido demostrando ser efectivas [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1912].

EPIDEMIA DE GRIPE DE 1918 La pandemia de gripe de 1918 que afectaba a Europa, también se hace notar en Los Santos de Maimona Presentando en esta localidad una TBM del 31 por mil, con una TME del 7 %. Así encontramos que con fecha 18 de Septiem- bre la Junta Municipal de Sanidad se reúne y acuerda:

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Se haga caso a la circular del Gobernador Civil de 19 del corriente para que se eviten las aglomeraciones de personas en lugares cerrados y que pue- dan provocar contagio de masas, ya que la gripe se contagia por el aire de personas enfermas o convalecientes o portadores sanos. Aislamiento en la ermita de la Virgen de la Estrella. No entren vagabundos ni mendigos en la población sin la debida desin- fección y que la policía vigile para evitar la propagación de las enfermedades epidémicas. Se comunique por el médico a la mayor rapidez posible los casos de gripe que vea [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 17 de Octubre se celebra una nueva reunión de la Junta Municipal de Sanidad para resolver sobre las medidas a tomar por las alarmantes noticias que se reciben de las ciudades de Zafra y Villafranca de los Barros con ocasión de la epidemia gripal que reina allí. A propuesta de dicha Junta, acuerdan: 1º- Que se proceda a vigilar las inmediaciones de la población para evitar la comunicación de los habitantes de la villa con los de dichas localidades, impidiendo la importación de ropas de la misma. 2º- Que inmediatamente y mientras duren las actuales circunstancias sa- nitarias se proceda diariamente al barrido y limpieza de las callejas y travesías de la población. 3º- Que se proceda a la desinfección escrupulosa de cuentas personas, objetos y mercancías entren en la zona. 4º- Denunciar a la autoridad a todo el que en la vía publica realice actos contra la salud [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. Al día siguiente se vuelve a reunir pues, se tiene noticia de la difusión de la epidemia de gripe que es alarmante, “ya en Zafra ha causado 7 muertos en el día de ayer” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. Se adoptan medidas extremas y se prohíbe comunicación con la vecina ciudad de Zafra mediante bandos y edictos desde la noche del día 17, ordenan- do todas las medidas preventivas que la ciencia aconseja. Los datos en Los Santos de Maimona son de “Benignidad Relativa”. Se propone:

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I- El Ayuntamiento redoble con vigor las medidas de vigilancia entre esta villa y las de Zafra y Villafranca, por tener noticias de que en estas localidades la epidemia toma caracteres alarmantes.

II- Prohibir en absoluto la importación de trapos o ropas para el lavadero u otro fin. III- Se redoblen las medidas de higiene o desinfección por parte de Ayun tamiento. IV- Se traslade a la Virgen de la Estrella a otro santuario, ya que aquí están las salas de aislamiento y evitar concurrencia de fieles. V- No se visiten los enfermos de gripe. VI- Clausura de escuelas privadas y públicas. VII- Se prohíbe la visita al cementerio en las próximas fiestas de los difuntos. VIII- Llamamiento a los vecinos para que colaboren con todas las medi- das y denuncien las infracciones que vean [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918].

Con fecha 22 de Octubre, acuerdan facultar al Alcalde para que mientras durase la epidemia gripal autorice cuantas recetas se le presenten de enfermos que estime suficientemente pobres y no incluidos en la Beneficencia. También se acuerda que en un sitio determinado sean ordeñadas diariamente todas las cabras, cuyos dueños exportan la leche a Zafra y que ese líquido se venda sólo a los enfermos de la localidad porque es base de la alimentación de los enfer- mos de gripe [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 12 de Noviembre, se realiza un comunicado dirigido al Obispo y al Gobernador Civil dando las gracias por las donaciones recibidas para auxiliar a los enfermos pobres con motivo de la epidemia gripal existente en la provincia de 500 y 200 pesetas [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918]. El 24 de Noviembre ya es patente la epidemia de gripe. Se acuerdan la urgente construcción de nichos por razón de la epidemia gripal que se viene padeciendo [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1918].

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El 13 de Enero de 1919 se redacta el siguiente comunicado: “que en este pueblo hace más de 7 días que no hay difunto por gripe y que los que ha habido se consideran de tipo endémico, dando por concluida la epidemia de gripe en el territorio municipal y ya se pueden abrir las escuelas y celebrar espectáculos en lugares cerrados” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1919]. Se redacta el acta por parte del Inspector Jefe de Sanidad de la Provincia y se declara que: 1º- La invasión de gripe que desde el 7 de Octubre hasta el 10 de Diciem- bre de 1918 ha sido de 1.792 enfermos de los que 95 eran casos graves y ha habido 25 defunciones. Para los incluidos en la beneficencia se han despachado más de 2.487 recetas, entre ellas muchas con fórmu- las dobles. Las defunciones han recaído en personas jóvenes en su mayoría. Se consigna un acto de sentimiento por tan sensible e irrepa- rable desgracia y de congratulación por que la mortalidad haya sido tan reducida. 2º- Felicitaciones para los médicos. 3º- Profunda pena por la muerte del farmacéutico D. Tomás Delgado Me- rino que suministraba medicamentos a los pobres y que murió víctima de esta enfermedad en cumplimiento de su profesión” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1919].

Nosotros sin embargo, en los Libros de Difuntos del Archivo parroquial encontramos sólo 18 casos de defunciones en los que se haga referencia como causa directa a la gripe durante este tiempo que se declaró la epidemia. Ha sido esta epidemia en cuanto a mortalidad se refiere, la última en importancia ocurrida en Los Santos de Maimona dentro de los casi dos siglos de estudio. Las autoridades sanitarias cada vez están más preparadas y en constantes vigilancia al tiempo que se va especializando el mundo sanitario y creando plazas de personal que apoya a los médicos y farmacéuticos que hasta ahora han sido los pilares donde se ha apoyado la sanidad. De este modo la Junta de Sanidad solicita al Ayuntamiento la creación de plazas de “practican- tes y matronas” [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1921]. El Ayuntamiento crea dos plazas de matrona meses más tardes [A. H. M. S. M. Libro de Actas de la Junta Local de Sanidad, 1921].

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

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En el año 1937 (TBM del 28 por mil), la sobremortalidad es debida a los fusilamientos que se realizaron el día 18 de Enero, en el que se ejecutaron 91 personas (TME del 39 %). El año 1941 (TBM del 30 por mil), año de la posguerra civil española, en el que concurrieron unas condiciones atmosféricas catastróficas que hicieron huella en la población. Un 10 % de la mortalidad fue debida directamente a la falta de alimentos, como lo reflejan términos como “inanición”, “debilidad”, “caquexia”, “marasmo”, “agotamiento”, o “depauperación orgánica”. E indi- rectamente con causas de mortalidad que están favorecidas por la falta de alimentación, como es el caso de la “insuficiencia cardiaca”. Por otro lado, encontramos el Oficio que la Alcaldía de Los Santos de Maimona dirige al Gobernador civil el día 27 de Febrero en el que se le comunica “... la cosecha de uva fue notablemente nula, que la de cereales fue ruinosa, habiéndose agrava- do todo ello por nuestra situación general nacional en cuanto a subsistencias y por la catástrofe producida por el reciente ciclón, constituyendo por tanto un problema social de hambre entre las clases obreras de la villa, que no tiene, al parecer, solución como no sea implantado comedores o cocinas de hermandad, por lo que se solicita autorización” [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1941]. El día 13 de Marzo, el alcalde manifiesta que “se concede la autorización para la creación en la villa de la “Cocina de la Hermandad”, que con el auxilio social se organizase la cocina aumentando desde 300 a 800 plazas que actualmente tie- nen en el auxilio” [A. H. M. S. M. Libro de Actas, 1941]. El Gobernador Civil promete enviar los artículos de consumo necesarios.

CONCLUSIONES

1. Durante el siglo XIX en Los Santos de Maimona se desarrollan 3 epidemias de cólera morbo durante los años. 1834,1854 y1855. 2. El incremento de mortalidad durante los años correspondientes al si- glo XIX ha sido consecuencia del desarrollo de enfermedades de ca- rácter infeccioso que en ocasiones han cursado como brotes epidémi- cos, más notables en años en los que ha habido malas cosechas y consecuencia de ello ha sido la aparición del hambre. Siendo el grupo más numeroso el de las enfermedades relacionadas con las diarreas. 3. El aumento de la mortalidad en algunos de los años del siglo XX viene mostrado por el desarrollo de la pandemia de gripe del bienio 1918- 1920, destacando en Los Santos de Maimona la mortalidad durante el año 1918.

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4. Los otros dos picos importantes que se presentan en el siglo XX corresponden a la Guerra Civil Española y sus consecuencias. En 1937 se reflejan los fusilamientos, mientras que en 1941 se refleja una crisis de subsistencia.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

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La epidemia de cólera de 1855 en Olivenza

JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO Grupo de Investigación en Humanidades Médicas Facultad de Medicina. UEx

RESUMEN A lo largo de las presentes páginas, revisaremos lo acontecido en Olivenza durante la epidemia que asolaba España entre los años de 1854 y 1856. La documentación conservada por uno de los médicos que la combatieron, arroja nueva luz sobre lo acaecido durante el verano de 1855, obligando a una reinterpretación en cuanto al papel desempeñado por los protagonistas de la épica lucha contra la mortal enfermedad. No es, por tanto, un estudio exhaustivo de todo lo que rodeó a la epidemia, sino un análisis del papel jugado por diver- sos profesionales y la influencia que pudieron tener en el curso de la enfermedad.

ABSTRACT Along present pages, we will check it happened at Olivenza during the epidemic that destroyed Spain between years 1854 to 1856. The documentation preserved by one of the doctors who attacked it, throws a new light about happened during summer of 1855, forcing to a reintepretation in all that role played by the protagonists of the epic fight against the mortal disease. It is not, therefore, an exhaustive study of everything that round the epidemic, but an analysis of the role played by diverse professionals and the influence that they could have in the course of the disease.

INTRODUCCIÓN A lo largo del siglo XIX la población española se vería sacudida por diversas epidemias que, en mayor o menor grado, alteraron la geografía huma- na de muchas poblaciones. Destacan entre estas epidemias las cuatro de cólera (1833-1835, 1854-1856, 1865 y 1885); para muchos autores, diversas manifesta- ciones de una misma oleada epidémica. El brote de 1854-1856 fue el segundo más virulento. A la expansión de la enfermedad contribuyeron las correrías de las tropas de O´Donnell tras el pro-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1290 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO nunciamiento de Vicálvaro. Pero el verdadero problema era el desconocimiento del origen de la enfermedad. Al respecto, existían dos grupos de teorías: las contagionistas y las anticontagionistas. El fundamento de las primeras era la teoría miasmática: los miasmas eran efluvios etéreos provenientes de la des- composición de materias orgánicas, por tanto eran transportados por el aire; y por otro lado, dependían en gran manera de las condiciones climatológicas. Los contagionistas, al creer que la enfermedad era transmisible, propugnaron el establecimiento de cuarentenas y de cinturones sanitarios en torno a las pobla- ciones afectadas por la enfermedad. Los anticontagionistas se fundamentaban, más que en un discurso pro- pio, en las debilidades de los contagionistas. El hecho de haber diversas ten- dencias dentro de las tesis contagionistas, les daba razones para poner en entredicho las de aquéllos. El no poderse aislar la causa de la enfermedad era el principal problema de los defensores del contagio y la base de sus contradic- ciones, que tanto alimentaban a la mayoría anticontagionista. Como prueba de ello, lo enunciado por el francés Raspail1: ¿de qué sirven las cuarentenas y cordones sanitarios si la enfermedad se transmite por el aire? En 1854 Pettenkofer, tras estudiar la epidemia de cólera de Munich, ela- boró una nueva teoría, atribuyendo al suelo el origen de la enfermedad. Su Bondentheorie sería publicada al año siguiente, y tuvo tal influencia, que ni el descubrimiento del germen por parte de Koch en 1883 hizo cambiar de opinión a sus partidarios. La falta de convergencia sobre el origen de la enfermedad trajo el des- acuerdo en cuanto a las medidas a tomar por los países invadidos por el cólera, como se evidenció en las sucesivas conferencias sanitarias internacionales convocadas a partir de 1851 con el fin de unificar criterios de lucha contra las epidemias. Acabaron por convertirse en el escenario del combate de intereses comerciales, en el que se buscaban siempre las medidas menos lesivas para los países más desarrollados: los del norte europeo2. Incluso en países mediterrá-

1 RISQUES, A. y CARLADO, A. M.: Conselhos hÿgienicos, preservativos, e curativos para a cholera, segundo os principios do sabio F. V. Raspail e doutrinas expendidas na Revista Philosophica, offerecidos ao povo portuguez por…, 1854, p. 6. 2 MATEOS JIMÉNEZ, J. B.: “Actas de las conferencias sanitarias internacionales (1851- 1938). Revista Española de Salud Pública. 2005; 79, p. 340.

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neos como España, no faltarán voces que se alcen contra las medidas ejercidas contra la libre circulación del comercio3. Finalmente, la falta de una legislación sanitaria en España que diera solución, entre otras muchas cuestiones, a una emergencia como la que supo- ne una epidemia, dificultó la lucha contra estas enfermedades. El Real Decreto de abril de 1854, abolido poco después, y el que le sustituyó en julio de 1855, no pudieron dar respuesta a lo que el colectivo sanitario demandaba. Consecuen- temente, la asistencia médica en situaciones críticas no quedaba garantizada. Por fin, el 28 de noviembre de 1855 veía la luz una Ley de Sanidad que venía a resolver buena parte de todas estas cuestiones; Ley que fue, en gran medida, producto de la crisis originada por la epidemia de cólera

LAS EPIDEMIAS DE CÓLERA EN ESPAÑA En enero de 1833 aparecía en Vigo el primer caso de cólera en España, iniciándose la primera oleada de la mortal enfermedad en el siglo XIX, que se alargaría hasta 1835. Las cifras oficiales, como refiere García de Sámano en su Memoria histórica del cólera morbo asiático, publicado en 1857, señalan 1.394 poblaciones invadidas; 449.264 personas infectadas y 102.511 falleci- mientos por causa de la epidemia. Investigaciones posteriores elevan esta últi- ma cifra hasta los 300.000, un 3% de la población española. En la provincia de Badajoz, la estadística oficial refiere 20 poblaciones invadidas, con 5.096 enfer- mos, de los que 2.605 fallecieron. Por esos años el médico español Mateo Seoane se encontraba exilado en Londres por sus ideas liberales. Estudioso del cólera, llegó a ser una autoridad en la materia. Tras su vuelta a España en 1834 se convirtió en el asesor perma- nente del Real Consejo de Sanidad, siendo el promotor de toda una serie de medidas que también se aplicarían en las epidemias de 1855 y 1865. Una de ellas fue la supresión de los cordones sanitarios (R. O. 24 de agosto de 1834).

3 FERNÁNDEZ DE CASTRO, M.: Las cuarentenas: posibilidad de suprimir las de observación sin daño de la salubridad pública y con ventaja de la navegación y del comercio, por… Madrid, 1879. Este ingeniero de minas se apoya en las opiniones que le son favorables a sus intereses, alegando algunas dudas de Monlau sobre que una determinada enfermedad sea siempre contagiosa, o la negación de contagiosidad que Tardieu otorga al cólera y a la fiebre amarilla, p. 10.

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La amenaza siempre latente de la enfermedad fundamenta una nueva Real Or- den, por la que se dictan las normas a seguir en caso de una nueva invasión de la enfermedad. Durante esos años se producen pequeños focos puntuales, siempre en ciudades portuarias; originándose en Canarias, en 1851, un brote de consideración. Agravándose el panorama, a principios de 1854 se dictan ins- trucciones a los gobernadores civiles y alcaldes para que se observen las disposiciones dadas en 1849. Se determina la elaboración de estadísticas sema- nales en las que se reflejen las enfermedades de carácter epidémico; y se con- cretan instrucciones para el caso de que se declare una epidemia. Se da, ade- más, toda una serie de recomendaciones para evitar contraer la enfermedad, basadas en la obra de Seoane Instrucciones generales sobre el modo de pre- servarse del cólera-morbo epidémico, con indicaciones acerca de su método curativo, publicado en 1834. En la primavera de 1854 aparecen nuevos focos en ciudades costeras, extendiéndose hacia poblaciones del interior. Los movimientos de las tropas de O´Donnell, como hemos señalado, vehiculizarán la enfermedad por buena parte de la geografía española, llegando la epidemia a extenderse a lo largo de 1855 por todo el país. La memoria presentada por Nicasio Landa, médico oficial de la epidemia, publicada en la Gazeta de Madrid el 12 de diciembre de 1857, señala 822.189 casos de cólera, con 236.744 fallecimientos. En las tablas que aparecen en la obra de García de Sámano, en lo que se refiere a la provincia de Badajoz, se da una tasa de incidencia de 62 casos por mil habitantes. A continuación ofrece la cifra de 280 “muertos por 1000 habitantes”, que obviamente es un error de concepto, pues un puede superar la cifra de defunciones a la de enfermos. Lo correcto sería relacionar la mencionada cifra con cada 1.000 afectados. En total fueron 79 las poblaciones pacenses afectadas. Para el conjunto de España, se señalan 769.667 infectados y 194.792 fallecidos. Autores posteriores elevan la cifra de fallecidos hasta casi los 240.000. Mencionamos tan sólo las epidemias de 1865 y de 1885, por estar fuera del periodo de tiempo que nos sirve de marco. En cada una de ellas, la cifra de defunciones estuvo en torno a los 120.000. Sí es de interés recordar que en la de 1885 se produjo la primera y controvertida vacunación contra el cólera, llevada a cabo por el doctor Ferrán. Los dudosos resultados de la misma, efectuada en Valencia, obligaron a su suspensión.

EL CÓLERA DE 1854 EN OLIVENZA El cólera comienza a manifestarse en diversas localidades de la provincia en 1854, entre ellas la propia capital pacense. Con la enfermedad a las puertas

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de Olivenza, se establece en la población un hospital militar de coléricos en el mes de septiembre, cuya dirección médica recayó en Francisco Ramírez Vas, médico-cirujano de la localidad y médico militar honorario. En el Hospital de Caridad se creó una sala aparte para afectados por el cólera. Días después, la Alcaldía determina el traslado de los coléricos al Hospital San Juan de Dios. En noviembre de ese mismo año, se acuerda que “si llega aber Cólera se haga un hospital separado de Orden del Capitan General para q. S. Juan de Dios sirva á los Coléricos” 4. La intensidad de la afección epidémica durante este primer verano, no debió de ser de importancia. Gracias a una circular remitida por el Gobierno de la provincia de Badajoz y al borrador de la respuesta, conocemos hoy algunos detalles relevantes de la situación del cólera en dicho verano5. En el citado borrador se menciona la existencia de tan sólo dos casos de cólera en la pobla- ción, uno de los cuales, procedente de Zafra y Almendralejo, falleció. Sí se comentan numerosos casos de menor entidad, lo que se denominaba entonces “colerina”6. Igualmente hace referencia a la incidencia entre la tropa de caballe- ría, que había traído la enfermedad de Sevilla, sin mencionarse ningún caso mortal entre los soldados afectados. Con respecto al citado borrador, hay que señalar que se menciona una posible segunda víctima mortal, en la persona de una mujer que fue hallada moribunda en un cortijo cercano a la población, y a la que Ramírez atendió desinteresadamente.

4 Archivo de la Santa Casa de Misericordia (ASCMO). 179/3473-32 a 33. De 1 de noviembre de 1854. 5 Archivo Ramírez Vas (ARV), 4/4. La circular, de fecha 27 de junio de 1855, va dirigida al Subdelegado de Sanidad de Olivenza, Victoriano de Parra, solicitando un informe reclamado por el Ministerio de Gobernación acerca del comportamiento y servicios prestados por Ramírez durante la expresada epidemia de 1854. El documento contiene el borrador de la respuesta, y la anotación “Contestado en Julio 4 conforme al borrador”. 6 En el mismo documento se dice textualmente “Aunque de un modo benigno, la influencia colérica se dejó sentir por más de dos meses en esta población, manifestándose por la ausencia de toda enfermedad común y estacional y por la propagación creciente de la colerina …” D. J. M. de V, y D. P. E. y M: Manual popular del cólera-morbo asiático. Madrid, 1854, p. 69: “porque efectivamente es ya el cólera en pequeño […] y es muy conveniente atajar el mal en este periodo.”

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Gracias a otro escrito, expedido por el escribano de Olivenza el 10 de mayo de 1855, mediante el que se certifican otros tres documentos relativos a la actuación de Ramírez en la epidemia del año anterior, podemos concretar algu- nos detalles del transcurso de la enfermedad7. En el primero de los referidos, se hace mención de un arriero portugués, procedente de Zafra y Almendralejo, como el primer fallecimiento por cólera de la población, hecho acaecido en una huerta en las afueras de Olivenza. El segundo de los documentos, nos relata el caso de la mujer asistida en un cortijo, que denomina “del Aroche”. En esta ocasión sí que deja claro el fallecimiento de la enferma. Finalmente, en el tercer documento nos comenta la asistencia a la tropa enferma, expresando la ausen- cia de víctimas mortales. Durante este año de 1854 no se puede hablar de epidemia de cólera en Olivenza. Sin embargo, en la vecina Badajoz la situación era más preocupante. Citamos algunos párrafos que nos ilustran la situación en la capital de la pro- vincia8: “A últimos de Agosto de este año se presentaron algunos cólicos con síntomas alarmantes, pero hasta el 11 de Setiembre siguiente no puede decirse de una manera segura que se hubiera desarrollado la epidemia; pues en los once días transcurridos solo se contaron veinte y ocho defuncio- nes de adultos y párvulos. El 12 se verificaron ya ocho de aquellas y se presentaron algunos invadidos, por cuyo motivo se alarmó la población con la presencia de la asoladora enfermedad. Las personas acomodadas, alguno que otro funcionario público, varios Regidores y el Alcalde constitu- cional, fueron sucesivamente emigrando á diferentes pueblos y caseríos inmediatos, ascendiendo el número de las familias que faltan de la ciudad á cincuenta y siete, las que calculando á cada una aproximadamente, y por efecto de las circunstancias, en ocho individuos, componen la suma de mil doscientas cincuenta y seis personas ausentes, comprendidas en el número de las familias, y aun hasta la de dos mil incluyendo la de los ganaderos y trabajadores del campo, y otras clases de que la Junta no tiene un cabal conocimiento”.

El relato de esta Memoria nos cita diversas vicisitudes, como el falleci- miento de tres facultativos y dos Hermanas de la Caridad en el cumplimiento de sus funciones. También se mencionan otros dos facultativos y un farmacéutico que se ausentaron de la población debido a la epidemia.

7 ARV, 4/2. 8 Memoria de la Junta Municipal de Sanidad de Badajoz. Badajoz, 1854, pp. 3 a 7.

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Las cifras finales del cólera de 1854 en Badajoz que se enumeran en dicha Memoria, son las que siguen9.

Niños Hospital de Adultos Párvulos Expósitos Santa María Extramuros TOTAL Septiembre 319 100 15 16 450 Octubre 242 101 21 23* 5* 393 TOTAL 561 201 36 39 5 843

* Todos los fallecidos son adultos

Como podemos ver, la situación era muy diferente entre las dos poblacio- nes. A ello debieron contribuir también decisiones como la tomada por el Ayun- tamiento oliventino el 3 de septiembre de 1854 de suspender la feria para evitar la propagación de la enfermedad10. Este tipo de medidas, como hemos mencio- nado antes, era muy controvertido. Así, en la población de Zafra, y en ese mismo verano, no aparece ni una sola vez el término “cólera” entre las causas de defunción en los libros parroquiales de fallecidos, según estudia Peral, acha- cándolo el autor, precisamente, al miedo a que la población quedara incomuni- cada por causa de la enfermedad11. Incomunicación o “cordones sanitarios” que la Corona pretendió, como se ha dicho, desterrar mediante diversas dispo- siciones, y que no todas las poblaciones estaban dispuestas a llevar a cabo12.

9 Id. pp. 9 y 10. 10 Archivo Histórico Municipal de Olivenza (AHMO), 12/1-81. 11 PERAL PACHECO, D.: La salud pública en Zafra en el siglo XIX. Badajoz, 1993, p. 119. 12 PERAL PACHECO, D.: Cólera y Sanidad en las Reales Órdenes de 1833 a 1855. Mérida, 1994, p. 67.

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Sobre la progresión de la epidemia de cólera por Europa encontramos numerosas referencias, que nos hablan de la agresividad de la misma13. Agresi- vidad que se manifestó claramente en la población de Badajoz y que en la vecina Olivenza apenas tuvo manifestaciones, como acabamos de ver, en ese año de 1854.

EL VERANO DE 1855 En el verano del siguiente año, la suerte cambiaría para la población de Olivenza. Veamos el relato del inicio de la epidemia de 185514: “A consecuencia de un cambio repentino en la constitución atmosfé- rica fué atacado el día 5 del que rige á las 4 de la tarde en el Hospital civil de esta Villa del cólera morbo asiático Juan José Rodríguez, falleciendo el 7 á las 3 de la mañana. El día 7 lo fué Francisco Ortega á las 6 de la tarde. El 8 á las 12 lo fué Marcos Juan que se hallaba en el mismo establecimiento con fiebres intermitentes y sucumbió el 9 por la noche. El mismo día 9 á la 1 de la tarde fué atacado Jerónimo José que ha fallecido hoy día 10, á las 8 de la mañana, siendo invadida el citado día 9 á las 4 de la tarde Quitª Rosa y Mª de la Concepción. La circunstancia de haberse presentado esta terrible enfermedad en el Hospital, sin que en ningún punto de la villa se haya observado enfermo alguno sospechoso, me hizo convenir con el Sr. Hermano Mayor de este establecimiento, D. José Cándido de Carvallo, y el Sr. Alcalde constitucio- nal D. Mariano Gª Puente, el que se tomasen las medidas de aislamiento y sanitarias apropiadas al obgeto, sin temor ni atropello alguno para evitar el temor que semejante noticia infunde en el vecindario y que a no dudarlo dispone los ánimos débiles al desarrollo y propagación del mal; poniendo yo como lo hago en conocimiento de Vd. por reservado esta desagradable nueva, en cumplimiento de mi deber, y para que se sirva comunicarme inmediatamente las instrucciones que tenga por oportuno. Dios guarde á Vd. m. a. Julio, 10, 1855. Sr. Gobernador de la Provincia.”

13 RAMOS BORGUELLA, F.: El cólera morbo. Sevilla, 1848. Esta obra contiene un desplegable explicando la progresión de la epidemia desde 1830 a través de la Europa oriental hasta llegar a los países más occidentales. El autor refiere el contagio a través del aire (p. 4), achaca una mayor predisposición a los pobres (p. 6) y ofrece una estadística de pobreza en la Europa occidental (Pp. 12 y 13) en la que España sale relativamente bien parada, razón por la que, según el autor, nuestro país presentaba una menor incidencia. 14 ARV, 4/5. Es copia del remitido. Sin firmar, correspondiendo la caligrafía a V. de Parra.

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El día 11 de julio, Parra, siguiendo indicaciones del Gobernador de la Provincia, da instrucciones para que los facultativos comuniquen los casos de cólera que vayan apareciendo, así como los datos referidos a los enfermos15. El 15 de julio, los facultativos de la población determinan suspender la lactancia de infantes de la Casa de Misericordia como medida profiláctica16. Ese mismo día, Parra cae enfermo de erisipela en un pie. El 24 de julio cunde el pánico entre la población, tras conocerse la noticia de la pronta llegada de cien hombres de caballería afectados de cólera, determi- nándose su ingreso en el lazareto sito en el antiguo convento de Madre de Dios para permanecer en cuarentena17. Llegada que finalmente no se produjo. Otro foco de tensión tuvo su origen en la negativa del Proveedor de la Santa Casa de Misericordia a socorrer a coléricos fuera de sus muros, algo que se solucionaría cuando le epidemia llegaba a su ecuador18. El hospital de coléricos quedó instalado en el Cuartel de La Panadería o del Asiento, como en el año anterior. Se determinó que el carro que debía conducir los cadáveres de los fallecidos por cólera estuviera siempre en la puerta del Calvario, “a donde serán conducidos en camilla cubierta”19, cum- pliendo así con las disposiciones de 1854. Olivenza contaba, además de los mencionados Ramírez y Parra, con los servicios de un tercer médico desde el 1 de agosto de 1854: José Gómez Balaero20. La mala fortuna privó a la población de los servicios de Parra, enfermo de erisipela en un pie, haciéndose necesaria la contratación de otro médico. Se recurrió a José Ramos Cornejo, médico de Almendral al que se le asignaron ochenta reales diarios de sueldo21, a los que añadir otros cincuenta reales

15 ARV. 4/6. 16 ASCMO. 153/2807-40. 17 AHMO. 12/1-199. 18 AHMO. 12/1-209. Así se recoge en las actas municipales de la sesión de 8 de agosto. 19 ASCMO. 179/3473-33 y 33v. Acuerdo de 26 de julio de 1855. 20 AHMO. 12/1-68. 21 AHMO. 12/1-203. Según acuerdo municipal de 28 de julio de 1855.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1298 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO diarios en concepto de dietas22. En la misma sesión en la que se aprueba la contratación del mencionado médico, se acuerda el cierre de las escuelas a causa del cólera. Entre las medidas adoptadas por la corporación municipal, llama la atención la que sigue23: “A invitación de los facultativos se acordó que los vecinos hagan hogueras de romero á las puertas de sus casas y que se introduzca ganado vacuno por las noches en la población”. La costumbre de hacer hogueras con romero estaba extendida por diversos países europeos, y de la inutilidad de la misma estaba convencido Ramírez, tal y como manifiesta en un informe sobre el cólera. La asistencia sanitaria de la población quedaba, pues, en manos de los tres facultativos mencionados. La plaza de médico de la Santa Casa de Miseri- cordia estaba a cargo de Ramírez; así como la de cirujano, que desempeñaba el ahora enfermo Parra. Por tanto Francisco Ramírez quedó como único facultati- vo de la mencionada Institución24. Fue también el único facultativo a cargo del hospital de coléricos instalado al efecto25, así como del contingente militar destacado en Olivenza26.

22 AHMO. 12/1-211. Según acuerdo municipal de 18 de agosto de 1855. 23 AHMO. 12/1-201. En la misma sesión de la corporación municipal, celebrada el 25 de julio, en la que se aprobaba la contratación del nuevo médico, se daba cuenta de las protestas de Parra, y se acordaba el cierre de las escuelas a causa del cólera. 24 ARV, 4/18. Certificación del Hermano Mayor del Hospital de Caridad: “…y suplir por enfermedad del zirujano titular D. Victoriano Parra la asistencia facultativa en las salas de zirujía…” 25 ARV, 4/10. Carta de agradecimiento del Proveedor de la Santa Casa de Misericordia, de 23 de Julio de 1855: “Con satisfacción recibió esta Junta en sesión de ayer el oficio que V. me remitió, brotando en él filantrópicos sentimientos, de los que se halla v. adornado; y maxime prestando sus servicios espontáneos y gratuitos en el Hospital provisional, situado en el cuartel de la Panadería, y además ceder en beneficio de este Establecimiento la tercera parte de sus dotaciones mientras duren las tristes circunstancias actuales…” 26 ARV, 4/11. Carta de agradecimiento del Subinspector de 1ª clase Graduado y Jefe accidental del Distrito de Badajoz a Francisco Ramírez, 2º Ayudante Honorario Médico del Cuerpo de Sanidad: “…Semejante comportamiento que le coloca a V. en el lugar que merecen su celo é inteligencia, será puesta dentro de poco en conocimiento del Excmo. Sr. Director General del Cuerpo…”

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Desde un principio, Ramírez ofrece sus servicios gratuitos para asistir a los infectados por el cólera, tanto de Olivenza como de las aldeas27, cediendo además la tercera parte de su salario de médico de la Casa de Misericordia, en beneficio de ésta, mientras durara la epidemia28. La entrega del dinero la hace efectiva el 10 de septiembre de ese año, ya con la epidemia vencida29. A tenor de los testimonios escritos que se conservan, la actuación de Francisco Ramírez fue mucho más allá de lo que el deber impone. Entresacamos algunas citas:

“…dando a V. las más efusivas gracias en nombre de todos, asegu- rándole que jamás se borrará de nuestra memoria esta conducta por medio de la cual ha infundido V. la tranquilidad y la esperanza en los corazones de este afligido vecindario…”30 “…he resuelto asegurarle se tendrá presente su loable conducta para los efectos á que haya lugar…”31 “Aunque el comportamiento, abnegación heroica y desprendimiento de V. hayan quedado altamente acrisolados en esta población por los heroi- cos hechos que todos hemos admirado y que tanto le enaltecen y sean superiores á cuantos elogios pudiera yo tributarle; cumplo con un deber de rigurosa justicia al patentizarle que jamás se borrarán de mi memoria y de la fuerza de Cantabria…”32

27 ARV, 4/19. Certificación del Alcalde de San Jorge explicando la actuación de Ramírez y su compromiso de hacerlo gratuitamente. 28 ARV, 4/12. Carta del Síndico del Ayuntamiento a Ramírez, de fecha 24 de Agosto de 1855: “Cumpliendo con lo acordado en 21 de Julio último por esta Municipalidad, á consecuencia de las ofertas que V. espontánea y oficialmente la hizo de asistir gratui- tamente á los coléricos, cediendo además el tercio de sus asignaciones de médico de esta villa y de su Hospital, me cabe la satisfacción de transmitir copia auténtica del indicado acuerdo…” También 4/18, ya citado. 29 ARV, 4/16. Recibo de la entrega. 30 ARV, 4/7. Carta del alcalde de San Jorge, de 12 de Julio de 1855. 31 ARV, 4/8. Carta de Ramón Cuervo, Director de Sanidad, de 13 de Julio de 1855. 32 ARV, 4/14. Carta de José Mª Garra, Segundo Comandante del Regimiento Cantabria. 4 de Septiembre de 1855.

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“…el Ayuntamiento acuerda: Que el celoso y entendido profesor D. Francisco Ramírez Vas ha merecido bien de esta población que en repre- sentación de la misma le da las más expresivas y sinceras gracias, tanto por su generosidad y desinterés, como por su abnegación, asiduidad y acierto con que se ha grangeado la predilección y general benevolencia…”33

El documento del que se extrae la última cita pone al descubierto el en- frentamiento existente entre el entonces Alcalde, García Puente, y Ramírez: “Y como se abstuviese de votar el Sr. Presidente […] por rechazar la manera irreverente con que, á su modo de ver viene haciendo cargo al Ayuntamiento de la falta de una medida que á juicio suyo no era llegado todavía el caso de adoptar…”. Enfrentamiento que parece haber también con el Síndico de dicho Ayuntamiento, puesto que en otro documento ya mencionado (ARV. 4/12), el remitente habla de “nuestras pasadas disensiones”. Una solicitud de certificación de Ramírez, dirigida al Ayuntamiento de Olivenza el 10 de marzo de 1856, y la respuesta que extiende el Alcalde segundo, Vicente Carvallo, nos desvelan la enrarecida situación de la población34: “D. Francisco Ramírez Vas, Licenciado en Medicina y Cirujía y médico titular de esta villa y su Hospital, con el debido acatamiento hace presente: Que a V. debe constar, como público y notorio, que por haber cumplido el esponente con su deber declarando la existencia del cólera en esta villa el siete de julio del año próximo pasado, vió hollada su reputación y mancillado su crédito facultativo, con riesgo evidente de su persona, habiéndose visto obligado á sufrir mil injuriosos dicterios y siendo tantas las calumnias que contra el recurrente se esparcieron, los animos estaban sobrescitados y con tan profunda y recelosa prevención, que a no ser un pueblo sumamente pacífico su vida hubiera peligrado.”

La certificación del Alcalde segundo refiere lo siguiente: “D. Vicente Carvallo, Alcalde Segundo Constitucional de esta villa,

Certifico: Que a consecuencia de haber sido el Licenciado en Medici- na y cirugía D. Francisco Ramírez Vas el que franca y lealmente declaró la aparición de los primeros casos de cólera en las salas de medicina, que dignamente visita en el hospital de Caridad de esta villa, se hizo blanco inmerecido de calumnias y denigrantes suposiciones, llegando a tacharlo la

33 ARV, 4/20. Del Ayuntamiento de Olivenza, 19 de Setiembre de 1855. 34 ARV, 4/26.

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opinión pública hasta de envenenador; pues se decía que daba unos polvos con los que mataba á los enfermos, para hacer creer que era cierta la existencia del cólera: que esto lo hacía porque declarándose la epidemia, le iban a dar una cruz y cinco duros diarios […] llegando á predisponer los ánimos de tal modo en contra del citado profesor, que yo mismo le aconsegé no saliese de noche de casa sin ir acompañado. A pesar de tantas calumnias y de haber sufrido varios insultos en una plaza pública delante de muchas personas, el Sr. D. Francisco Ramírez se condujo con el mayor comedi- miento, no queriendo proceder contra sus detractores […] con cuya noble y delicada conducta vencio a sus enemigos y se granjeó el cariño y confian- za de todo el pueblo.”

El presente documento deja a las claras que la lucha contra el cólera ciertamente tuvo tintes épicos, pero por causas añadidas a la dificultad que representa combatir una enfermedad cuyo origen se desconoce. No obstante parece exagerado que porque un médico declare la presencia del cólera en la localidad, en plena epidemia en todo el territorio nacional, sea ultrajado por la población de la manera que hemos visto descrita. La explicación hay que bus- carla, en el mejor de los casos, en una disparidad de criterios entre facultativos. Las razones que el propio Ramírez da del asunto convierten la supuesta dispa- ridad de criterios en una mezcla de error médico y de mala intención. Analiza- mos algunos fragmentos del esclarecedor texto35:

“Aunque la opinión pública me haya absuelto de los cargos injurio- sos, que la más vil y tenebrosa intriga lavró contra mí al empezar el cólera en esta villa; aunque todos en general, me han hecho justicia, encomiando mi conducta hasta un extremo que me lisonjea, y que compensa y neutraliza los profundos disgustos que la maledicencia me proporcionó en aquellos primeros días de terrible prueba, y aunque todo este vecindario sabe de los servicios que cada uno de los profesores hemos prestado á la población y los méritos que por ello hemos contraído, es indispensable recurrir á la opinión pública por medio de la prensa, y si necesario fuere al gobierno, como lo haré, para que se sepa toda la verdad de los hechos […]. Tengo entendido que el Subdelegado y médico titular de esta villa, D. Victoriano Parra, está formando espediente justificativo, segunda edición del que hizo ante el Juez de primera instancia, y reune certificados de servicios que dice haber prestado; y como yo puedo expresar alguno que, aunque fuese sin intención, me perjudicó, seré muy explícito […].

35 ARV, 4/24. Con el título de Ocurrencias del cólera. Remitido. Se trata de una copia del informe enviado por Ramírez el 21 de Febrero de 1856 a Sanidad.

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El día 6 ó 7 de Julio de 1855, sin ser esperado, apareció en esta villa el mortífero viagero asiático, dándose el primer caso en las salas de cirujía del señor Parra, en un individuo á quien se le había amputado un brazo hacía más de un mes, el cual falleció el día 8, poniéndosele por dicho profesor en la papeleta de defunción cólico espasmódico. Casi simultánea- mente es invadido en mi enfermería de medicina un gallego portugués, que entró con intermitentes y sucumbió el ocho á las dos de la tarde. Entonces di parte verbal en su casa al subdelegado de lo acaecido, y convenimos en no divulgarlo hasta ver si ocurrían nuevas invasiones. No tardaron en repe- tirse por desgracia; pues al siguiente día nueve fui avisado á las dos de la tarde para visitar otros cuatro coléricos en el hospital […], y mandé llamar enseguida al señor Parra, quien clasificó la dolencia de cólera morbo asiático. Aunque por consejo suyo se acordó no participara al Alcalde este suceso, dispusimos el aislamiento de los coléricos: mi compañero se encar- gó del tratamiento de una enferma suya de cirujía que había sido invadida; y yo, procediendo como debía, le puse al corriente por escrito de las inva- siones y defunciones diarias el nueve, diez y once. En este último día […] nos pasó un oficio á mi digno amigo D. José Gómez y á mí para que le diésemos parte por escrito, como también al señor Alcalde constitucional de las novedades coléricas […]. Era ya forzo- so, por consiguiente, rasgar el velo misterioso y participar oficialmente la fatídica nueva […]. Aquella misma tarde en Junta de Sanidad pregunté, de un modo confidencial, al señor Parra, si el parte se concretaría á las novedades corrientes o habría de comprender los hechos anteriores, y contestándome que incluyese á todos, el día 12 remití al Alcalde el citado con un oficio en el que le comunicaba lo dispuesto por el subdelegado de medicina y cirugía. Lo natural, lógico y justo era, que en este trance, el señor Parra, que nos mandaba dar parte diario con las invasiones anteriores, hubiese hecho también lo mismo como médico, incluyendo el colérico que falleció y la que tenía en tratamiento […]. Según me afirmaron algunos amigos, el Alcalde, con quien ni estaba ni pienso estar en buenas relaciones de amistad, parece que decía que sólo había partes de coléricos del profesor Ramírez. El pueblo me miraba con ojos recelosos, como á un hombre que quiere espe- cular con la vida de sus semejantes `[…]; porque se decía que yo al tocar la lengua de los enfermos los envenenaba y mataba para hacer creer que había cólera; que deseaba se declarase oficialmente para ganar cinco du- ros diarios y que me diesen una cruz; y se añadía falsamente, que D. Victoriano Parra negaba la existencia del cólera… A no haber sido un pueblo tan pacífico, de seguro que mi vida hubie- ra corrido los riesgos que en otras poblaciones hemos visto arrostrar á algunos profesores. El mismo Alcalde segundo llegó á decirme que de

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noche no saliera solo, porque peligraba mi existencia, y si el cólera se hubiese limitado al hospital y no hubiese saltado á la población la noche del 15 de Julio, ensañándose después en todo el vecindario, este hubiera creído por lo menos que era una falsa y punible alarma la que yo había ocasiona- do, y el descrédito más vergonzoso me habría hundido para siempre en la opinión pública, que cual coqueta veleidosa hubiera ido á acariciar la frente del subdelegado Parra… Llega por fin el 15 de Julio, y el cólera salvando las paredes del hospital empieza á elegir sus víctimas en la población. ¡Coincidencia rara! En ese mismo día el profesor Parra se queja de erisipela en un pie y no sale á visitar. ¡Circunstancia desgraciada para mí, y que hacía más crítica y embarazosa mi situación entonces para lo futuro porque no saliendo el Subdelegado, no había términos hábiles de comparación; estaba él libre de toda responsabilidad ó apreciación moral desfavorable, y no podían decir las gentes si mataba ó curaba, mientras que aquí quedaba el pacientísimo cordero expuesto á las iras populares, que se aumentaban á cada nueva defunción…! La dichosa erisipela, limitada siempre al empeine del pie, persistió en tal estado hasta el 14 de Agosto, es decir, un mes justo y cabal, sin fiebre ni otros síntomas generales. De forma que yo de forma espontánea me encargué de todo el hospital cívico-militar […], visité gratis el de coléricos, cediendo […] la tercera parte de mis dotaciones; tuve […] á mi exclusivo cuidado el cuartel con cerca de doscientos quintos […]; me ofrecí para ir gratuitamente cuando me llamaran, al pueblo de San Jorge […], y á la generalidad de mis convecinos no cobré el importe de mis numerosas visi- tas […], para dar un solemne mentís á los que tan vilmente me habían calumniado… ¿Qué hacía en su tiempo el Dr. D. Victoriano Parra […]? Se dice, y es uno de los extremos que se ha propuesto probar, que desde su cuarto, sin ver los enfermos, recetaba para cuantos iban á consultarle. Pero, ¿qué resultó? Seguía recetando, y si el paciente se agravaba, como en varios casos sucedió, se llamaba otro médico; porque sin ver al enfermo no pro- cede ya continuar su curación. ¿Es esto justo? ¿Es decoroso?...”

El resto de la exposición sigue en la misma línea de rebatir los supuestos méritos de Parra durante la epidemia. Le echa en cara su falta de gratitud para con Gómez Balaero, quien, no siendo titular, se encargó de asistir a los enfer- mos de Parra gratuitamente. Tampoco le agradeció a Ramírez otro tanto con los pacientes de cirugía de la Casa de Misericordia, ni siquiera las visitas que Gómez y Ramírez le hicieron en su propia casa. Al supuesto mérito de Parra de no haber cobrado a los que le consultaron en su casa, Ramírez le contesta que

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1304 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO cite algún médico que cobre por las consultas en casa propia, pues es costum- bre no cobrar cuando el paciente acude a casa del médico. Y finalmente le recuerda el ofrecimiento de asistencia gratuita a los coléricos, posterior al de Ramírez, ofrecimiento que pareció olvidar cuando se incorporó a su actividad el 14 de agosto, puesto que no llegó a pisar el hospital de coléricos. En fin, que la indignación que es patente en Ramírez y que también parece afectar a Gómez, les ha decidido a remitir un informe detallado de todo lo acontecido. Era habitual en esa época la solicitud de certificaciones a distintos orga- nismos cuando un facultativo estimaba haber tenido una actuación destacada en una determinada situación36. Gómez pidió sus pertinentes certificaciones37, también lo hizo Ramos38. El motivo fundamental era el poder acreditar ante las distintas administraciones la valía profesional, ya que los sanitarios podían ser despedidos de su plaza a voluntad del correspondiente Ayuntamiento. Lo que no gustó a Ramírez, y parece que a Gómez tampoco, es que Parra intentara arrogarse unos méritos que no le correspondían, y que, debido a una omisión inicial, Ramírez se había visto en una situación tan sumamente peligrosa como injusta. En el transcurso de la epidemia, Ramírez evidenció síntomas de padecer la llamada colerina39. Tras poco más de un día en cama, salió de nuevo a asistir a los afectados, a pesar de la mala situación de su salud, movido, tal vez, por un afán de acallar a los que pusieron en entredicho su buen hacer: “así como juré morir viendo coléricos, si el mal asiático me atacaba de una manera fulmi- nante”, según él mismo nos refiere40. Es la razón que le lleva a criticar la postura de Parra, que por una afección local en el pie no saliera a visitar enfermos, cuando él mismo, enfermo de colerina, sí lo estaba haciendo.

36 ARV. Al respecto, del legajo 4 podemos citar los documentos 13, 15, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 25, 26, 27, 28, 29 y otros más relativos a otros asuntos. AHMO, 12/1-217, en sesión del pleno municipal se acuerda certificar la conducta filantrópica de Ramírez. 37 AHMO, 12/1-120. En la misma sesión de 19 de Septiembre de 1855, se presenta la solicitud de Parra. 38 AHMO, 12/1-241, en sesión de 31 de Octubre de 1855. 39 ARV, 4/21. Certificación de haber padecido cólera, expedido por el doctor Gómez. También c 22, id. por el doctor Ramos. Ambos facultativos le diagnosticaron la enfermedad la noche del 8 de Agosto. Igualmente se reconoce en diversos documentos como el de la c 28, correspondiendo la certificación al Ayuntamiento de Olivenza. 40 ARV, 4/24.

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Encontramos agradecimientos a la actuación de los tres facultativos de Olivenza por parte del Ayuntamiento41, incluso del Gobernador de la provin- cia42. También es reseñable la actitud del farmacéutico local José Soto, cedien- do gratuitamente todos los medicamentos que fueron necesarios para combatir la epidemia43. Como colofón al capítulo de agradecimientos, Ramírez vio su nombre en la corta lista de facultativos que merecieron la felicitación expresa y pública del Gobernador de la provincia, y que fue publicada en el Boletín de la provincia44. Podríamos seguir con el análisis de las secuelas de las distintas actuacio- nes durante la epidemia de cólera, pero antes cabría preguntarse por el alcance de la misma, ya que a tenor de las repercusiones citadas con anterioridad, podemos atisbar una situación ciertamente grave. Analicemos, pues, los datos que tenemos de aquella terrible epidemia. Para ello recurriremos a los obtenidos de los archivos parroquiales y a los que se conservan en el propio archivo de Ramírez. Habida cuenta que los primeros ya han sido estudiados45, veremos primero los datos que nos ofrece Ramírez. Los datos de mortalidad por cólera que nos da Ramírez son superponibles a los que figuran en los registros parroquiales en el mismo período. La salvedad es que en los datos procedentes de los archivos parroquiales figuran algunas defunciones más, acaecidas en fechas posteriores a las referidas por Ramírez46 y en las que se consideraba extinguida la epidemia47. Otra particularidad, ésta

41 AHMO, 12/1-231. Sesión de 11 de Octubre de 1855, en la que se reconoce la actitud filantrópica de Parra y los demás médicos. Parra había cedido parte de su salario para contratar a Ramos, hecho que Ramírez achaca (ARV, 4/24) a que era la única opción, pues estaba privando a la localidad de los servicios de un facultativo. 42 AHMO, 12/1-225, de 22 de Septiembre de 1855. 43 AHMO, 12/1-237, según reconoce el Ayuntamiento en sesión de 24 de Octubre de 1855. 44 Boletín Oficial de la Provincia (BOP) nº 11, de 25 de enero de 1856, p. 1. 45 PACHECO VICENTE, M.: “Cólera asiático en Olivenza: aquel trágico verano del 55…” En Revista de ferias y fiestas. Olivenza, 1999, pp. 15 a 18. 46 ARV 4/24. “…hasta el 8 de Setiembre que se cantó el Té Deum…” 47 ASCMO. 153/2807-8. En el presente documento se da por concluido el cólera el 28 de octubre de 1855: “En seguida se dio parte á la mesa, q. haviendo concluido la epoca del colera se havia ya recibido la 3ª parte del honorario de D. Francisco Ramírez; y se acordó, q. no solo se den las gracias por su servicio á dicho Señor sino á D. Victoriano de Parra por sus buenos deseos”.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1306 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO de mayor trascendencia, es que las cifras que nos ofrece Francisco Ramírez son de morbilidad también. En otro documento adjunto al anterior48, figura el listado nominal de los enfermos de cólera atendidos por Ramírez entre el 7 de julio y el 25 de agosto de 1855, precisando el domicilio y si curaron o fallecieron. Aunque es relativo a una parte de los afectados, da idea del curso de la epidemia. Lo vemos representado:

Julio 1855

9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 135791113151719212325272931

Agosto 1855

14

12

10

8

6

4

2

0 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31

Incidencia del cólera entre los pacientes de Ramírez Vas

48 ARV, 4/33.

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Los días del mes de julio en que más casos aparecieron entre los pacien- tes de Ramírez son el 24 (9 casos) y el 27 (8 casos). En agosto, el día 11 (14 casos) y el 20 (13 casos), son los dos días de mayor incidencia, y en ese sentido son referidos dichos picos en el documento mencionado con anteriori- dad49. La otra parte del documento que ahora vemos, es la copia del estadillo remitido una vez finalizada la epidemia. Bajo el título de “Estadística del cólera- morbo en la provincia de Badajoz”, se recogen una serie de datos y de conside- raciones estadísticas que pasamos a describir y analizar. Los referidos datos, como advierte Ramírez, corresponden al periodo que va desde el 7 de julio hasta el 2 de septiembre del año en cuestión. El depósito de cadáveres que se menciona, no se estableció hasta el mes de agosto50.

-Pueblos invadidos en 1855...... Olivenza -Nº de invadidos ...... 331 -Defunciones ...... 97 -Duración epidemia: Desde el 7 de Julio hasta el 2 de Sept. del espresado año. -Máximo diario de -Curaciones ...... 4 -Defunciones...... 2 -Total de personas socorridas -A domicilio ...... 217 -En Hospital ...... 71 -Resumen de lo gastado durante la epidemia...... 9.505 -Depósito de cadáveres...... 1 -Nº de profesores -Medicina ...... 4* -Cirugía...... 0 -Farmacia ...... 2

49 ARV, 4/24. 50 AHMO.12/1-205. Así se acordó en sesión de 2 de agosto.

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-Nº de boticas...... 2 -Nº de herbolarios ...... 0 -Enfermedades endémicas...... fiebres intermitentes de varios tipos. -Enfermedades epidémicas ...... cólera morbo asiático. -Epizootias ...... 0 -Observaciones: 1ª. De los 331 invadidos, 146 fueron varones y 185 hembras. 2ª. De los 97 fallecidos, 56 fueron varones, y 41 hembras. 3ª. Para la clasificación de curaciones y defunciones, se ha dividido por el nº de estas y de invadidos por el tiempo que duró la epidemia.

*De estos 4 Profesores sólo 1 era Médico puro. Los demás son Médico-Cirujanos.

Vemos, en primer lugar, como la muerte alcanza a casi la tercera parte de los afectados. El número final de defunciones es de 97, algo alejado de los 119 que da Pacheco51. Es posible que hubiera más defunciones por cólera de las referidas, aunque el motivo, evidentemente, no es el miedo a declarar la enfer- medad, como ya vimos en el caso de Zafra. También Pacheco hace la observa- ción de no registrarse ninguna defunción por cólera en las aldeas, algo impro- bable, salvo que los enfermos estuvieran hospitalizados. Sabemos que al me- nos en la aldea de San Jorge hubo casos de cólera, pero no se mencionan defunciones52.

51 PACHECO VICENTE, M.: Op. cit. En el mencionado artículo, resumen de un trabajo realizado por el autor junto a Mª Jesús Borrallo, Belén de Casas y Mª Luz Serrano, conta- biliza defunciones por cólera ocurridas después del 2 de septiembre, fecha tope de los datos expresados. El autor refiere las defunciones por meses y otra serie de datos de interés con respecto a la población afectada. 52 ARV, 4/19. Escrito de agradecimiento del alcalde de San Jorge a Francisco Ramírez, fechado el 18 de septiembre de 1855: “…habiendo ocurrido el primer caso de cólera morbo en este vecindario el día once de Julio del corriente año, se llamó al Sr. D. Francisco Ramírez […] y temiendo que se repitiesen en mayor ó menor número los ataques coléricos en lo sucesibo, hasí lo hizo presente a esta Junta de Sanidad […] fue cuantas veces se le pasó recado para la asistencia necesaria de los enfermos que reclamaron sus auxilios…”

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La falta de documentación procedente del hospital de coléricos nos deja sin datos sobre la incidencia de la epidemia entre el colectivo militar, como bien recuerda Pacheco. Esta carencia la solventamos con otro documento consis- tente en una certificación, que a continuación detallamos53:

“D. José Mª Rolo Sotelo, Comisario de Grra. hab. de esta plaza, é Inspector en la parte militar de los hospitales de la misma. Certifica que D. Franº. Ramírez Vas, segundo Ayudante honº. del cuerpo de Sanidad Militar, ha dado las más relevantes pruebas e inimitable ejemplo de asiduidad, abnegación é inteligencia en el dilatado periodo que el cólera-morbo afligió á esta población, siendo extraordinaria y en extre- mo eficaz la asistencia […] proponiendo medidas eficaces y acertadas con- tra la epidemia, animando al soldado y prodigándole los socorros de la medicina con tal prontitud y oportunidad que de veinte y siete coléricos que ingresaron en el hospital, sin contar los que por indisposiciones más leves de vientre se curaron en el cuartel, solo fallecieron dos, a pesar de haber sido muchos los que tubieron síntomas muy graves […] y no dejó de visitar hasta que, viéndose acometido de los primeros síntomas de cólera, perma- neció un día en cama por consejo de los médicos, abandonándola al si- guiente en un estado muy delicado, p que oyó decir que la epidemia había tomado nuevo incremento…”

En el mencionado escrito se nos detalla tanto el número de afectados como de fallecidos, así como datos ya conocidos del extraordinario comporta- miento de Ramírez. Sobre los expresados datos, llamamos la atención sobre la mortalidad, sensiblemente inferior a la de la población civil, hecho con seguri- dad motivado por tratarse de enfermos más jóvenes que el promedio de la población de Olivenza. Con respecto a los métodos curativos empleados para combatir la epide- mia, sabemos que eran tan variados como poco fundados en muchas ocasio- nes. La ignorancia del agente causal de la enfermedad, lógicamente imposibili- taba un tratamiento efectivo. La literatura de la época, incluso posterior, está llena de remedios54 que, en el mejor de los casos, se remitían al uso de astrin-

53 ARV, 4/34. Fechado el 11 de septiembre de 1855. 54 ULECIA CARDONA, J.: Tratamiento del cólera morbo. Madrid, 1885. En portada, “contiene 79 métodos y más de 200 fórmulas”. Para este autor, a pesar de que 2 años atrás Koch había demostrado que la causa del cólera estaba en el vibrión colérico (conocido entonces como “vírgula”, denominación que sirvió para no pocos comentarios jocosos

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1310 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO gentes55. Sobre los remedios empleados en Olivenza, tenemos vagos testimo- nios. En el documento mencionado con anterioridad, en el que aparece la rela- ción nominal de enfermos asistidos por Ramírez56, se menciona en varias oca- siones la expresión “tomó sulfato”, indicando algún compuesto usado en el tratamiento. En una certificación ya referida57, en la que se relata la actuación de Ramírez en el caso del arriero afectado de cólera en 1854, nos da algunos datos:

“Biendo el aislamiento del enfermo y el retraimiento de los morado- res de la huerta, el espresado facultativo estuvo aplicándole ladrillos ca- lientes, dándole friegas y propinándole otros remedios…”

Más allá de la dudosa efectividad de remedios como los descritos, sí hay que hacer mención de la conveniencia de otro tipo de medidas que no todos compartían. Tal es el caso del aislamiento del enfermo, como se detalla en el relato. Aunque autores de aquilatada trayectoria recomendaban evitar el con- tacto con coléricos por otros motivos: “…es peligroso por contemplar lo desmejorado de su cara”58. En este sentido Ramírez escribe un artículo en 1854 que lleva por título”¿Debe aconsejarse el aislamiento de los coléricos y la incomunicación completa de los pueblos contagiados?”59 El artículo que nos parece doble- mente interesante. Por un lado, porque en él expone sus propios razonamien- tos, en contraposición a las teorías más extendidas. Por otro, porque en él

por parte de los anticontagionistas) el origen del cólera “se pierde en un intrincado laberinto” (p. 38). 55 LA MARE-PICQUOT: Observaciones sobre el cólera-morbo de La India hechas en Bengala y en la Isla de Francia. Madrid, 1832. Entre los llamados “remedios ingleses y franceses” (p. 17), cita el láudano y el opio. Entre las causas, cita la “afección moral” (p. 22) y “la pérdida de ánimo” (p. 26). 56 ARV. 4/35. 57 ARV, 4/2. 58 SEOANE, M.: Instrucciones generales sobre el modo de preservarse del cólera-morbo epidémico con indicaciones acerca de su método curativo. Madrid, sin fecha, ca. 1835, p. 9. A propósito de los remedios contra el cólera, en la p. 73 habla del uso de botellas de agua caliente, con una finalidad similar a la de los ladrillos calientes que usa Ramírez: aliviar los dolores cólicos. 59 RAMÍREZ VAS, F.: “¿Debe aconsejarse el aislamiento de los coléricos y la incomuni- cación completa de los pueblos contagiados?” La Crónica de los Hospitales, 1854, pp. 555-556.

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encontramos los fundamentos de su actuación durante la epidemia que se desencadenará en Olivenza unos meses después. Para ilustrar lo primero recu- rrimos a citas textuales, comenzando por la polémica de los cordones sanita- rios, “…por su influencia más o menos directa en la paralización del comer- cio y de la industria…”60, añadiendo unas líneas más abajo, que el aislamiento es la “… única profilaxis para la epidemia…” Más adelante, sobre la etiología y el contagio de la enfermedad, expresa lo siguiente:

“…el intrincado problema de la etiologia colérica […] se ha tratado de oscurecer y desfigurar, especialmente en los países comerciales, que son los mas interesados en que la verdad no brille con todo su esplendor[…] Que el cólera es importable, y que se comunica por el contacto con las personas que lo padecen ó con los efectos contagiables que de ellos proce- den, nos lo está patentizando no solo los casos aislados y bien comproba- dos de trasmisión directa, sino tambien la marcha que en su aparicion ha seguido la epidemia…”

En la página siguiente repite claramente su convicción:

“…este azote del género humano es importable, y que no va a ningu- na parte sino lo llevan los hombres ó los efectos contagiados…”

Sea cual fuere el motivo, sí parece claro que el trabajo de los facultativos de Olivenza fue efectivo y, dentro de la tragedia general que supuso la epidemia de cólera, los resultados hay que etiquetarlos de brillantes. Si nos remitimos a cualquier fuente que nos indique las poblaciones de la época61, vemos cómo en la vecina Badajoz, con algo más del doble de población que Olivenza62, la epide- mia había producido en el otoño anterior ocho veces más víctimas que en ésta. Volviendo a las respectivas actuaciones de los distintos médicos de Olivenza, asunto que momentáneamente dejamos algunas páginas más atrás, y vistas ya algunas certificaciones sobre las mismas, emitidas por diferentes

60 Ibidem., p. 556. 61 MADOZ, P.: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. T II. Madrid, 1849, pp. 262 a 269. 62 Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el censo de población de 1842 Badajoz tiene 11.715 habitantes de derecho, por 6.291 de Olivenza. En el de 1857, son 22.195 los habitantes de hecho de Badajoz, y 7.498 los de Olivenza.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1312 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO estamentos, veremos otros aspectos relevantes que derivaron del trabajo de los facultativos en cuestión. Mencionábamos con anterioridad la situación de interinidad de Gómez Balaero en la localidad. Tras la epidemia y, tal vez, aprovechando su buena imagen tras su actuación en la misma, solicitó una plaza de médico en el ayun- tamiento de Olivenza, ya que Parra tenía a su cargo dos63, cosa que consiguió. Gómez, además, vería recompensado su buen hacer con la concesión de un diploma64. En el caso de Ramírez, los reconocimientos fueron mucho más allá de lo imaginable y de lo que hasta ahora hemos mencionado. No era infrecuente en los tiempos que corrían que cualquier ciudadano que considerase haber reali- zado un buen servicio a la Corona, solicitase algún tipo de recompensa. Llegó a tal extremo la referida costumbre, que el Ministro de Estado, a la sazón, Joa- quín Francisco Pacheco, promulgó un Real Decreto en julio de 1847 para inten- tar mantener el prestigio de algunas de estas recompensas65. Ramírez fue recompensado con la Cruz de la Orden civil de Beneficen- cia66. La Orden Civil de Beneficencia había sido creada en Mayo de 1856, preci- samente a raíz de la epidemia de cólera, para recompensar a los facultativos que habían sobresalido en la lucha contra la enfermedad, “y más concretamente a los individuos de ambos sexos que presten servicios extraordinarios durante las epidemias, y a los que, en casos de aflicciones públicas, como naufragios, terremotos, inundaciones, incendios, etcétera, arriesguen su vida o sus inte- reses en beneficio de sus semejantes”67.

63 AHMO, 12/1-227. En sesión de 3 de octubre de 1855 se da cuenta de dicha solicitud y se declara vacante una de las plazas de Parra. 64 PACHECO VICENTE, M.: Op. cit., p. 18. 65 AZCÁRRAGA SERVERT, J. de: La insigne Orden del Toisón de Oro. Madrid, 2001, p. 121. 66 Desconocemos la fecha exacta de concesión. A partir de algún momento de 1856, Ramírez comienza a hacer referencia a ella. Como ejemplos, documentos como el 3/49 ó el 3/53. 67 CEBALLOS-ESCALERA Y GILA, A. de y GARCÍA-MERCADAL y GARCÍA-LOYGO- RRI, F.: Las Órdenes y Condecoraciones Civiles del Reino de España. Madrid, 2003, p. 179.

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El 25 de agosto de 1856 se le concedía la Cruz de Epidemias, condecora- ción creada en 1838 para premiar a los médicos destacados en las mencionadas situaciones68. Le fue comunicada la concesión a través del Gobierno Civil de la provincia, y a propuesta de éste69: “Conformándose S M con el dictamen de su Consejo se ha servido conceder la cruz de epidemias á D. Francisco Ramírez Vas, licenciado en Medicina y Cirugía…” Por último, aunque no en orden cronológico, y menos aún en importan- cia, se le concedió una tercera recompensa, que hemos dejado para el final por estar mejor documentada. Con fecha 27 de Noviembre de 1855 se comunicaba a Ramírez la noticia por parte del entonces Consejero de Sanidad70 Pedro Felipe Monlau71 en los siguientes términos:

“Muy Sr. mío y estimado compañero: ayer se acordó proponer á V. para la Cruz de Carlos 3º, que es una de más categoría que la de Isabel la Católica que V. deseaba. Activaré en lo posible el despacho del expediente, para que la propuesta pase cuanto antes al Ministerio de Estado, donde debe V. poner en juego las relaciones que me indica en su favorecida última para que el Ministro no se muestre rehácio como se muestra de cuatro meses a esta parte respecto de las Cruces por servicios durante el cólera. Yo no tengo relaciones en Estado, pero basta con que el Sr. Moreno, oficial de dicho Ministerio, se interese, para que logre V su objeto. Sin otro particular […] P. F. Monlau”.

Esta primera comunicación merece varias reflexiones. En primer lugar, vemos cómo efectivamente las condecoraciones eran solicitadas por quien se creía merecedor de ellas. En segundo lugar, se nos da a entender que esta costumbre se había extendido acaso más de lo deseable debido a la menciona-

68 Ibidem, pp. 220 y 221. 69 ARV, 3/59. Comunicación de fecha 25 de agosto de 1856. 70 GRANJEL, M.: Pedro Felipe Monlau y la higiene española del siglo XIX. Salamanca, 1983, p. 89. 71 ARV, 13/121.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1314 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ ÁLVAREZ DIEGO PERAL PACHECO da epidemia, hasta llegar al hartazgo del propio Ministro. Hartazgo que no afectaba al aluvión de condecoraciones que fueron otorgadas a militares y políticos por sus actuaciones durante la epidemia, como si hubieran sido ellos los que arriesgaron su vida. Esto último es el razonamiento que Ramírez, y también otros médicos que así se pronunciarían, hizo público en las páginas del segundo número de El Estandarte Médico. Es evidente que Ramírez aspiraba a una determinada condecoración. Pero su expediente debió alcanzar suficiente peso como para ser propuesto para otra de mayor entidad. No obstante, parece clara la conveniencia de tener buenos mentores, incluso de mayor influencia que la de todo un Consejero de Sanidad. La propuesta le fue comunicada oficialmente por Sanidad por carta fe- chada el 10 de diciembre de ese año72:

“En vista de los extraordinarios servicios prestados en Olivenza, provincia de Badajoz, con motivo de la existencia del cólera morbo por el licenciado en Medicina y Cirugía D. Francisco Ramírez Vas, la Reina (q D g), ha tenido a bien resolver que por el Ministerio del digno cargo de V. se le proponga para la cruz de Caballero de Carlos tercero libre de gastos…”

Finalmente, el 27 de mayo de 1856, le fue concedida la Cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos Tercero. El documento que se conserva73, firmado por el Duque de Híjar, refiere lo siguiente:

“NOS D. TOMÁS IGLESIAS Y BARCONES, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Patriarca de las Indias, Pro-capellán y Limos- nero Mayor de la Reina nuestra señora doña Isabel II, Vicario General de los Ejércitos y Armada, Gran Canciller y Caballero Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y de la Americana de Isabel la Católica, Vicepresidente de sus supremas Asambleas, etc, etc. Por cuanto S. M. la Reina nuestra Señora, que Dios guarde, se dignó agraciar con la Cruz de Caballero de la Real Orden de Carlos Tercero, á D. Francisco Ramírez Vas, y se le ha expedido el Diploma correspondien- te…”

72 ARV, 3/56. 73 ARV, 3/58.

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La comunicación de concesión, se sigue de una citación, fechada el 14 de agosto de 1856, por la que se convoca a Ramírez para la ceremonia que tendrá lugar al día siguiente. A continuación, y siempre en el mismo documento, en- contramos el acta de la susodicha ceremonia, celebrada conforme a lo estable- cido el 28 de julio de 1790 por el Conde de Floridablanca74 y cuyo desarrollo se nos detalla, constituyendo, a tenor de lo que se describe, todo un aconteci- miento en la población. Se nos refiere la presencia del Obispo de Badajoz, el Gobernador Militar de la plaza y demás autoridades militares, el entonces canó- nigo y posterior obispo de Badajoz, Fernando Ramírez, el Alcalde de Olivenza, jueces y otras personalidades locales y de la zona. La celebración del acto tuvo lugar en la iglesia de Santa María del Castillo. Ramírez culminaba con estas tres condecoraciones toda una cohorte de reconocimientos a su actuación durante la pasada epidemia de cólera, y que a buen seguro paliaban los sufrimientos y afrentas sufridas por el desarrollo de su profesión. O tal vez fueron los agravios sufridos los que le llevaron a solici- tar estas recompensas para hundir en el silencio a sus enemigos. Finalmente, conviene reseñar que ningún profesional de Olivenza aban- donó la localidad durante la epidemia75. Hecho que era infrecuente en las pobla- ciones que resultaron más afectadas por el cólera, como ya hemos visto en Badajoz. Pero no fue el único caso. El Boletín de la provincia recoge diversos ejemplos de abandonos de las poblaciones afectadas por el cólera, tanto de profesionales, como de autoridades civiles y eclesiásticas. La primera huida registrada en 1855, es la del médico de Siruela76. En el caso de Burguillos77, parte de la corporación municipal es la que abandona la población. De la villa de Usagre huyen alcalde, regidores, concejales, secretario, procurador síndico, presbíteros y particulares, dejando en una lamentable situación a sus conveci- nos; socorridos tan sólo por el cura párroco y el médico78.

74 ARV, 3/58 b. 75 Únicamente el regidor Antonio Frois aparece como huido a Portugal. BOB, 117 de 1855, de 28 de septiembre, p. 3. 76 BOB, 98 de 1855, de 15 de agosto, p. 3. 77 BOB, 108 de 1855, de 7 de septiembre, p. 1. 78 BOB, 128 de 1855, de 24 de octubre, p. 2.

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El caso de Almendralejo superó todo lo anterior, mereciendo por ello aparecer en la Gazeta de Madrid, aunque sólo en su faceta más negativa. En 1854 moría en Almendralejo a causa del cólera Antonio Marcello. A pesar de ser el único boticario que no abandonó la ciudad, su sacrificio no tuvo reconoci- miento por parte de las autoridades, lo que dio lugar a un artículo de Ramírez79, en el que expresaba:

“Al publicarse en la ´Gazeta´ los nombres de los que han huido y de los que permanecieron firmes en sus puestos en Almendralejo, no se hace mención del malogrado farmacéutico Marcello; pero en cambio se conde- cora á los particulares con las cruces de Carlos III y de Isabel la Católica: es verdad que también se manda que á los facultativos titulares se les den…las gracias!!”

Los que sí vieron sus nombres en la Gazeta fueron los que huyeron de Almendralejo80, figurando el alcalde, regidores, administrador de correos, cléri- gos, particulares y, por supuesto, sanitarios. Pero no se hace mención de los que se sacrificaron hasta perder la vida, como bien refiere Ramírez.

A MANERA DE CONCLUSIÓN No abundan los trabajos sobre temas sanitarios de Olivenza, siendo los más frecuentes, y también los más atractivos, los relativos a la Santa Casa de Misericordia de la localidad. Tanto en los referidos a la cinco veces centenaria Institución, como en los que indagan en la historia de la población, se trata el asunto de la epidemia de 1855 de forma tangencial y con graves errores en la interpretación de los hechos. La estadística oficial de la epidemia señala el 7 de julio como fecha de inicio, y el 2 de septiembre se da por finalizada la misma. Por tanto a este

79 RAMÍREZ VAS, F.: “Reflexiones acerca de los importantísimos servicios que las clases médico-farmacéuticas han prestado en todos los tiempos, y principalmente en la actualidad, y de la indiferencia con que son atendidas”. La Crónica de los Hospitales, 1854, pp. 629-634. 80 Gazeta de Madrid, nº 623, de 16 de septiembre de 1854 y nº 661, de 24 de octubre de 1854.

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intervalo de tiempo corresponden las cifras oficiales que hemos visto, lo que no quiere decir que en fechas posteriores al mismo no se produjeran más defun- ciones por la misma causa. La actuación del facultativo Francisco Ramírez Vas fue determinante. A su filantrópica acción, siempre ponderada por otros autores, hay que añadir una labor heroica, dada la actitud de la población y de las autoridades locales. Aparte de hacerse cargo del hospital de coléricos, atendió en exclusiva la Casa de Misericordia durante más de un mes; asistiendo además a sus otros pacien- tes de la localidad. En su buen hacer tuvo mucho que ver su concepción del cólera como enfermedad contagiosa. Destacables fueron también la desprendida labor de José Gómez Balaero, que se hizo cargo de forma desinteresada de los pacientes de Victoriano Parra; y la actitud del boticario José Soto, cediendo gratuitamente los medicamentos para combatir la epidemia. En un segundo plano queda Victoriano Parra. Contra lo que cuentan otros autores, ni llevó el peso de la lucha contra la epidemia, ni padeció la enfermedad; quedando en entredicho su disposición tras el análisis de los hechos. Si bien la mortalidad entre los enfermos de cólera está en la media nacio- nal, entendemos que los afectados por la epidemia hubieran sido mucho más numerosos sin la decidida actuación de los profesionales sanitarios de Olivenza.

FUENTES - Archivo Histórico Municipal de Olivenza (AHMO). - Archivo de la Santa Casa de Misericordia de Olivenza (ASCMO). - Archivo Ramírez Vas (ARV).

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BLANCA

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El mapa sanitario en Extremadura

JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES Consejería de Educación y Dependencia

DIEGO PERAL PACHECO Doctor en Medicina. UEx

EUGENIO MOLINA BARRAGÁN Consejería de Sanidad y Dependencia

RESUMEN El Mapa Sanitario constituye el instrumento básico para la ordenación y planificación del territorio y de los recursos sanitarios en Extremadura. Por este motivo, debe organizarse con un obligado carácter dinámico y flexible, que le permita adaptarse a los posibles cambios, tanto demográficos como sociales y de racionalidad de recursos, que puedan producirse. El conocimiento de la evolución histórica hasta su actual configuración del Mapa Sanitario de Extremadura, sus distintos componentes y los criterios formales empleados para su definición, nos permitirá comprender mejor la necesidad de su continua adaptación a los posibles cambios en las necesidades sanitarias de la población extremeña.

ABSTRACT The Sanitary Map constitutes the basic instrument for the arrangement and planning of the territory and the sanitary resources in Extremadura. For this reason, one must organize with an obliged dynamic and flexible character, which one allows it to adapt to the possible changes, demographic, social and rationality of resources, which could take place. The knowledge of the historical evolution until its current configuration of the Sanitary Map of Extremadura, its different components and the formal criteria used for its definition, will allow us to understand better the need of its continuous adjustment to the possible changes in the sanitary needs of the Extremaduran population.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1322 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

1. ANTECEDENTES La coexistencia de la llamada Sanidad Nacional y de la Seguridad Social en los tiempos anteriores a la constitución de la Comunidad Autónoma de Extremadura (CAE), queda reflejada a la hora de visualizar el Mapa Sanitario en Extremadura a principios de la década de los ochenta.

1.1. Organización territorial de la Sanidad Nacional La organización territorial de la Sanidad Nacional emanaba de la ordena- ción establecida en dos Decretos (D): el D 575/1966, de 3 de marzo, que aprobó la regionalización hospitalaria de España delimitando once regiones hospitala- rias (la provincia de Badajoz estaba englobada en la décima, junto con Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla, mientras la provincia de Cáceres se integraba en la sexta, junto a Ávila, Salamanca y Zamora); y el D 3318/1974, de 24 de noviem- bre, que reestructuró los partidos sanitarios. Más tarde, el primer Decreto fue derogado totalmente y el segundo, par- cialmente, mediante el Real Decreto 2221/1978, de 25 de agosto, por el que se establecía la confección del Mapa Sanitario del territorio nacional (BOE núm. 226 de 21/09/1978). Este Real Decreto (RD) trató de configurar una estructura territorial que, partiendo de la unidad sanitaria local, llegara a tipificar las regio- nes sanitarias, estructuradas como núcleos autosuficientes en la gestión de los medios asistenciales y en el desarrollo de los programas sanitarios. Textual- mente, enunciaba que “... dicha estructura territorial debe establecer las áreas geográficas, urbanas y rurales como núcleos a través de los cuales pueda realizarse una medicina integrada”. También propugnaba la eliminación de duplicidades asistenciales y organizaciones paralelas, así como la utilización armónica de los recursos, tanto personales como materiales, instrumentales, institucionales y económicos existentes en el país, justificándolo en la necesi- dad de hacer socialmente productivos los medios empleados por el sector público. Por ello exigía que, a la hora de planificar territorialmente la Sanidad, todas las instituciones de cualquier naturaleza y patrimonio, públicas o priva- das, pudieran integrarse en el sistema sanitario previa homologación. El Mapa Sanitario diseñado en cumplimiento del mencionado RD 2221/ 1978, de 25 de agosto, estructuraba de forma distinta el medio rural y el medio urbano (entendiendo este último como todas las capitales de provincia y las localidades con una población aproximada a los 100.000 habitantes -en Extremadura tan sólo Cáceres y Badajoz-):

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a) La estructuración del medio urbano se realizaba en sectores y distri- tos. b) El medio rural quedaba delimitado en unidades sanitarias locales -con una población total de unos 5.000 habitantes-, que se agrupaban en subcomarcas sanitarias -de entre 25.000 y 30.000 habitantes- y éstas, a su vez, en comarcas sanitarias -que totalizaban una población de aproximadamente 75.000 a 100.000 habitantes-. Este Mapa Sanitario también contemplaba las provincias sanitarias (que coincidían con la división administrativa provincial) y la región sanitaria (Extremadura), estructurada como núcleo autosuficiente en la gestión de los medios asistenciales y en el desarrollo de los programas sanitarios. Sin embar- go, los Mapas Sanitarios de Cáceres y Badajoz confeccionados a partir del RD 2221/1978, de 25 de agosto, aunque fueron publicitados en periodo de alega- ciones, no llegaron nunca a entrar en vigor.

1.2. Estructura de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social Como antecedente en el campo de la asistencia sanitaria cabe citar el D 2065/1974, de 30 de mayo, texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social (BOE núms. 173 y 174 de 20 y 22 de julio de 1974). Territorialmente, los servicios sanitarios encargados de ofertar las prestaciones de la Seguridad Social se estructuraban según su ámbito de actuación en:

a) Servicios nacionales, establecidos para la asistencia sanitaria espe- cializada en todo el ámbito nacional. b) Servicios regionales, que extendían su circunscripción a varias pro- vincias y que, en general, se ubicaban en la capital del distrito univer- sitario con Facultad de Medicina. c) Servicios provinciales, que organizaban las circunscripciones territo- riales en dos niveles, según el número de personas protegidas y sus características geográficas y laborales: sectores (unidades sanitarias completas, que tenían todas las especialidades sanitarias) y subsectores (unidades complementarias del sector en las que se si- tuaba una primera asistencia especializada que, normalmente, com- prendía radiología, laboratorio, odontología, tocología, pulmón y co- razón).

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d) Por último, la zona era la unidad primaria para la organización de la asistencia sanitaria, que servía para delimitar el ámbito de actuación de los facultativos de medicina general.

La delimitación de estas unidades correspondía al Ministerio de Trabajo, a propuesta del Instituto Nacional de Previsión (INP). En este esquema organizativo se integraban las instituciones sanitarias configuradas en torno a dos conceptos, las abiertas y las cerradas: a) Las instituciones sanitarias abiertas prestaban asistencia ambulatoria y podían diferenciarse en: 1) Centros de diagnóstico y tratamiento, dotados de servicios capaces de realizar una asistencia ambulatoria completa. 2) Ambulatorios, que disponían de consultas de medicina general, de pediatría y puericultura, así como de algunas especialida- des. 3) Consultorios de medicina general, dedicados a la prestación de medicina general y de pediatría y puericultura. b) Las instituciones sanitarias cerradas se configuraban como centros de hospitalización e internamiento, aunque también podían prestar ser- vicios en régimen ambulatorio en sus áreas de consulta externa. Se diferenciaban en varias categorías: 1) Ciudades Sanitarias o complejos asistenciales, compuestos por una residencia general y otros hospita- les especiales de traumatología, rehabilitación y materno-infantil. 2) Residencias Sanitarias u hospitales generales con servicios regiona- les. 3) Residencias Sanitarias Provinciales u hospitales generales bási- cos con un ámbito provincial de influencia. 4) Residencias Sanitarias Comarcales u hospitales locales básicos de ámbito comarcal (Tabla 1).

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TABLA 1: ORDENACIÓN TERRITORIAL DE LA SANIDAD NACIONAL Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL. 1978

SANIDAD NACIONAL SANIDAD DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Niveles Responsable Tipos Niveles Responsable Tipos territoriales de recursos territoriales de recursos asistenciales asistenciales

Nacional Dirección Nacional Servicios General asistenciales de Sanidad especializados de referencia nacional

Regional Servicios asistenciales especializados para varias provincias, vinculados por lo general a la Universidad (Facultad de Medicina)

Provincial Jefe Provincial Jefatura Provincial Director Dirección de Sanidad Provincial Provincial Provincial de Sanidad del INP del INP

Comarcal Director Centro Sector Director Ambulatorios Centro Secundario de Ambulatorio con todas las Secundario de Higiene especialidades Higiene

Subcomarcal Director Centro Primario Subsector Centros con 5 Centro de Higiene especialidades: Primario radiología, de Higiene laboratorio, odontología, tocología y pulmón y corazón

Local Jefe Local de Consultorio Zona Médico Consultorio de Sanidad Médico medicina -Partido Médico general -PartidoFarmacéutico y pediatría -PartidoVeterinario puericultura

(INP) Instituto Nacional de Previsión Fuentes: RD 2221/1978, de 25 de agosto. D 2065/1974, de 30 de mayo

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2. EL MAPA SANITARIO DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA Antes de la aprobación de la Ley General de Sanidad (LGS) de 1986, el RD 137/1984 de 11 de enero, sobre Estructuras Básicas de Salud, adoptó medidas preparatorias para la reforma general del sistema sanitario, otorgando a las Comunidades Autónomas la delimitación territorial de las zonas de salud (ZS) en base a criterios demográficos, geográficos y sociales. En función de los mismos, la población protegida por la Seguridad Social a atender en cada zona de salud (definida en dicho RD como el marco territorial de la atención primaria de salud y como “... la demarcación poblacional y geográfica fundamental, delimitada a una determinada población, siendo accesible desde todos los puntos y capaz de proporcionar una atención de salud continuada, integral y permanente con el fin de coordinar las funcio- nes sanitarias afines”, podía oscilar entre 5.000 y 25.000 habitantes, tanto en el medio urbano como en el rural. En definitiva, el RD 137/1984, de 11 de enero posibilitó a la CAE llevar a cabo una nueva ordenación territorial sanitaria mediante la aprobación de su primer Mapa Sanitario. El primer antecedente del mismo en la CAE fue la promulgación de la Orden de la Consejería de Sanidad y Consumo por la que se creó la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Estructuras Básicas de Salud, encar- gada de elaborar una propuesta que delimitara las zonas de salud de toda la Comunidad Autónoma. Los integrantes de esta Comisión, con el mandato de reunirse una vez por semana como mínimo hasta la finalización de los trabajos, desarrollaron su cometido atendiendo a criterios geográficos, demográficos, sanitarios, así como aquellos indicadores sociales que pudieran repercutir positiva o negativamen- te sobre la salud. Todo ello de acuerdo con los criterios de población estableci- dos en el artículo 1.2 del citado RD 137/1984, de 11 de enero. Sus miembros debieron realizar estudios demográficos y recorrer miles de kilómetros para verificar distancias entre municipios, analizar las rutas y horarios del transporte público, determinar las isocronas al municipio cabecera de cada una de las zonas de salud que se iban configurando como más recomendables, etc. La culminación de los trabajos e informes de esta Comisión se vio mate- rializada con la promulgación del D 68/1984, de 6 de septiembre, mediante el que se aprobó el primer Mapa Sanitario de Extremadura, delimitado únicamente en

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zonas de salud: se componía de 84 ZS, 45 en la provincia de Cáceres y 39 en la de Badajoz. El Decreto argumentaba en su exposición de motivos dos necesi- dades a las que pretendía satisfacer la nueva ordenación territorial de la Sani- dad extremeña: “... integración de la asistencia sanitaria en el medio rural, cortando la dicotomía existente entre la Sanidad preventiva y asistencial, y [...] acercar al ciudadano las funciones sanitarias de promoción, preven- ción, asistencia y rehabilitación, dirigidas tanto al individuo como a la co- munidad, permitiendo el trabajo en equipo así como la progresiva participa- ción de la población en el proceso sanitario”. La premura de la Junta de Extremadura por contar con un Mapa Sanitario donde quedaran definidas las estructuras básicas de salud, venía dada por la voluntad política de impulsar la creación de los centros de salud y, con ellos, la implantación del nuevo modelo de atención primaria de salud. El Mapa consti- tuía un instrumento planificador, al proporcionar información del municipio cabecera de la zona (donde se situaría el centro de salud) y del resto de munici- pios de la misma (a los que correspondería un consultorio local).

2.1. Evolución histórica del Mapa Sanitario de Extremadura Los cambios experimentados por el Mapa Sanitario de la CAE fueron recogidos en sucesivos Decretos de la Junta de Extremadura, publicados en el Diario Oficial de Extremadura (DOE), por los que se introducían cambios en la composición y distribución del número de zonas de salud y en la definición de las áreas de salud (AS), atendiendo a diferentes criterios formales (Tabla 2).

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TABLA 2: MODIFICACIONES DEL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA

Año Norma de aprobación Áreas Zonas Nuevas zonas de salud de salud de salud creadas

1984D 68/1984, de 6 de septiembre - 84 Primer Mapa Sanita- (DOE nº. 72 de 20/09/84) rio de Extremadura

1985D 55/1985, de 4 de noviembre - 84 Ceclavín (desaparece (DOE nº. 95 de 21/11/85) Madrigalejo)

Villanueva de la Se- 1986D 19/1986, de 4 de marzo - 87 (DOE nº. 21 de 11/03/86) rena II (Sur), Cam- panario y Fuente del Maestre

1987D 4/1987, de 27 de enero, por 8 87 La CAE se organiza el que se delimitan las áreas de en 8 áreas de salud so- salud (DOE nº. 9 de 03/02/87) bre la base de las 87 zonas de salud consti- tuidas en esa fecha

1989D 63/1989, de 18 de julio 8 97 Badajoz-Anexo (DOE nº. 58 de 25/07/89) (C. Jardín), San Vicen- te de Alcántara, Oliva de la Frontera, Aceu- chal, Mérida-Polígono Nueva Ciudad, Cordo- billa de Lácara, Cáce- res-Norte, Plasencia- Norte (La Data), Mo- hedas de Granadilla y Serradilla

1989D 64/1989, de 18 de julio, por el 8 97 - que se modifican las áreas de sa- lud (DOE nº. 58 de 25/07/89)

1991D 98/1990, de 26 de diciembre 8 97 - (DOE nº. 1/extraord. 02/01/91)

1998D 67/1998, de 5 de mayo(DOE 8 101 Badajoz-Valdepasi-, nº. 54 de 14/05/98) llas, Orellana la Vieja, Mérida-Obispo Paulo y Los Santos de Mai- mona

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1999D 189/1999, de 30 de nov. 8 103 Badajoz-Progreso (DOE nº. 143 de 07/12/99) y Almendralejo-San Roque 2001D 94/2001, de 13 de JUN. 8 104 Calamonte (DOE nº. 71 de 21/06/01) 2003D 183/2003, de 23 de sept. 8 107 Don Benito II (Oes- (DOE nº. 115 de 30/09/03) te), Cáceres-La Me- jostilla y Cáceres-Nue- vo Cáceres

2005D 166/2005, de 5 de julio(DOE 8 109 Gévora y Trujillo-Ru- nº. 80 de 12/12/05) ral

2008D 238/2008, de 7 de noviembre 8 113 Badajoz-Cerro Gordo, (DOE nº. 221 de 14/11/08) Badajoz-Suerte Saave- dra/La Pilara, Casar de Cáceres y Plasencia- Valcorchero

Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

El primer Mapa Sanitario de Extremadura de 1984 había definido un solo nivel territorial, compuesto por zonas de salud distribuidas entre las provincias de Cáceres y Badajoz. Las modificaciones efectuadas en 1985 y 1986 no cam- biaron esta situación. El nuevo contenido de salud recogido en la Constitución, el derecho a la protección de la salud reconocido en la misma, y la regulación general de las acciones que permitieran la efectividad de dicho derecho, establecido en la LGS, fueron argumentos esgrimidos para que en 1987 la Junta de Extremadura estableciera, definiera y regulara, desde el punto de vista sanitario, su territorio y sus recursos sanitarios. Lo hizo mediante la promulgación del D 3/1987, de 27 de enero (que definió y reguló las estructuras de atención primaria de la CAE) y del D 4/1987, de 27 de enero (que delimitó en ocho las áreas de salud de la misma y les adscribió los hospitales públicos existentes del Instituto Nacional de la Salud -INSALUD- como hospitales generales). Esto supuso un avance en la ordenación territorial de la CAE, al completar la definición del Mapa Sanitario de Extremadura con este segundo nivel territorial, clave por definir el marco de actuación de la atención especializada. La delimitación territorial se llevó a cabo sobre la base de los trabajos desarrollados por la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Es-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1330 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN tructuras Básicas de Salud, y se tuvieron en cuenta los criterios definidos en el D 3/1987, de 27 de enero, una normativa que, curiosamente, fue aprobada en la misma fecha en la que se promulgó la delimitación de las áreas de salud y en cuya exposición de motivos también quedaban enunciadas. Esta norma definió el área de salud como “... la demarcación geográfica y poblacional capaz de organizar, programar, gestionar y coordinar los centros y establecimientos del futuro Servicio Regional de Salud de la Comunidad Autónoma de Extremadura, y la atención a la salud de la población”, estando integrada por “... las zonas de salud y equipos de atención primaria, así como por al menos un hospital general”. Desde 1984, año en que se aprobó el primer Mapa Sanitario de Extremadura, hasta noviembre de 2008 (excluidas la definición de las ocho áreas de salud en enero de 1987, y la modificación en la delimitación de ciertas áreas de salud en julio de 1989), se han producido diez cambios legislativos en distintos años (1985, 1986, 1989, 1990, 1998, 1999, 2001, 2003, 2005 y 2008), que globalmente implicaron un significativo incremento en el número de zonas de salud, de 84 a 113 (Tabla 2). Respecto a las áreas de salud, éstas permanecieron invariables en cuanto a su número durante todo el periodo estudiado, y solo experimentaron alguna pequeña variación respecto a su delimitación original de 1987. En todos los casos, la Administración sanitaria argumentó razones de mejora a la atención sanitaria de la población para realizar la modificación, solicitando estudios previos a la Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Estructuras Básicas de Salud, y sometiendo al periodo de alegaciones a los municipios afectados.

2.1.1. Breve reseña de las modificaciones del Mapa Sanitario de Extremadura

-Tan sólo en una sola ocasión (D 55/1985, de 4 de noviembre), la modifi- cación del Mapa Sanitario supuso la supresión de una zona de salud, en concreto Madrigalejo; aunque por otra parte, a través de dicho Decreto se creó la Zona de Salud de Ceclavín. -En 1986, mediante el D 19/1986, de 4 de marzo, se crearon tres nuevas zonas de salud (Villanueva de la Serena II, Campanario y Fuente del Maestre), lo que supuso modificar la composición de las primitivas Zo- nas de Salud de Villanueva de la Serena (que se desdobló), Castuera (que perdió dos municipios), además de Zafra I y Villafranca de los Barros (que perdieron Feria y Fuente del Maestre, respectivamente).

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-En 1989 se produjo la modificación que ha supuesto el mayor incremen- to en el número de zonas de salud, diez. Mediante el D 63/1989, de 18 de julio, se pasó de un Mapa Sanitario con 87 zonas de salud, a otro con 97. Las nuevas zonas de salud fueron: Badajoz-Ambulatorio Anexo; Mérida- Urbano 2 (Nueva Ciudad); Cáceres-Norte; Plasencia-Norte; Oliva de la Frontera; San Vicente de Alcántara; Aceuchal; Cordobilla de Lácara; Mohedas de Granadilla y Serradilla. Cuatro ciudades (Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia), vieron incrementado el número de zonas de salud de sus núcleos urbanos, debido a su tendencia hacia la expansión poblacional y urbanística. -Con esta misma fecha, y como consecuencia directa de los cambios que se habían producido en la composición y número de las zonas de salud, el Ejecutivo autonómico dictó el D 64/1989, de 18 de julio, en el que estableció algunas modificaciones en la composición de las áreas de salud de la CAE, que no en la denominación y número de las mismas. Las mismas hacían referencia: al paso de la ZS de Montijo del AS de Mérida a la de Badajoz; la incorporación de la nuevas ZS de San Vicente de Alcántara y Oliva de la Frontera al AS de Badajoz; el paso de la ZS de Hornachos desde el AS de Don Benito-Villanueva de la Serena al AS de Mérida; la incorporación al AS de Mérida de las nuevas ZS de Cordobilla de Lácara y Aceuchal; y la incorporación de la nueva ZS de Serradilla al AS de Plasencia. -En enero de 1991, se modificaría el marco territorial que definía dos zonas de salud de la ciudad de Cáceres (ZS de Cáceres-Plaza de Toros y ZS de Cáceres-Norte), quedando sobre la base de lo regido en el Anexo del D 98/1990, de 26 de diciembre. En consecuencia, este cambio no modificó el número de zonas de salud existentes desde 1989. -La siguiente modificación del Mapa se llevó a cabo mediante la aproba- ción del D 67/1998, de 5 de mayo. Se produjo tras un estudio exhaustivo del inventario de recursos en el nivel primario de salud, identificando y analizando las variables demográficas, de accesibilidad a los servicios sanitarios y de distribución de los recursos, y supuso contar con un nuevo Mapa Sanitario compuesto por 101 zonas de salud.

En esta fecha, la reforma de la atención primaria en Extremadura estaba totalmente consolidada, contando con cerca del centenar de centros de salud en funcionamiento y 370 consultorios locales operativos, en los que desempe-

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ñaban su trabajo 850 médicos (médicos de familia y pediatras) trabajando en EAP, junto a 812 enfermeros, 198 veterinarios y 78 farmacéuticos. Los cambios más significativos que introdujo la aprobación de este nue- vo Mapa Sanitario de Extremadura consistieron en el incremento en cuatro nuevas zonas (Badajoz-Valdepasillas, Mérida-Obispo Paulo, Orellana La Vieja y Los Santos de Maimona), la modificación en cuanto a la delimitación geográ- fica de algunas zonas de salud, y el ofrecer una codificación de zona de salud, municipio y localidad que facilitaría, en gran manera, la incorporación y utiliza- ción del mismo en los sistemas de información gestionados por la Autoridad sanitaria de la CAE y por el Sistema Sanitario Público de Extremadura (SSPE), en general. -Posteriormente, el crecimiento de población previsto para determinadas áreas de las ciudades de Badajoz y Almendralejo aconsejó al Gobierno regional incrementar el número de zonas de salud de ambas creando, respectivamente, la ZS de Badajoz-Progreso y desglosando en dos la primitiva ZS de Almendralejo (ZS de Almendralejo-San José y ZS de Almendralejo-San Roque). Estas modificaciones se recogieron en el D 189/1999, de 30 de noviembre. -En el año 2001, mediante el D 94/2001, de 13 de junio, se creó la nueva ZS de Calamonte, integrada por los municipios de Calamonte, Arroyo de San Serván y Torremejía, que hasta esa fecha formaban parte de la ZS de Mérida-Obispo Paulo. -Más tarde, el D 183/2003, de 23 de septiembre, modificó el Mapa Sanita- rio con el objetivo de adaptar la ordenación territorial de la atención primaria de salud en los municipios de Cáceres y Don Benito a las nece- sidades detectadas, en aras a mantener una buena accesibilidad a los servicios sanitarios por parte de sus respectivas poblaciones, como consecuencia de la expansión de ambas ciudades y la incorporación de nuevos recursos. Esto se tradujo en la creación de las nuevas zonas de salud de Cáceres-La Mejostilla, Cáceres-Nuevo Cáceres y Don Benito- II. -En 2005, el D 166/2005, de 5 de julio, aprobó un nuevo Mapa que recogía el incremento en dos nuevas zonas de salud (Gévora y Trujillo-Rural), así como la nueva nomenclatura y el nuevo sistema de codificación de las estructuras territoriales definidas en el Mapa.

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-Recientemente, el D 238/2008, de 7 de noviembre, ha modificado el Mapa Sanitario con la creación de un total de cuatro nuevas zonas de salud (Badajoz-Cerro Gordo, Badajoz-Suerte Saavedra/La Pilara, Casar de Cáceres y Plasencia-Valcorchero), además de modificar la delimitación de algunas zonas de salud ya existentes, sobre todo en las ciudades de Mérida y Badajoz. Con este Decreto se ha desarrollado la zonificación sanitaria en tres de las principales ciudades extremeñas (Badajoz, Mérida y Plasencia), con el mismo objetivo de adaptar la ordenación territorial de la atención primaria de salud a las necesidades detectadas, mante- niendo la adecuada accesibilidad de la población a los servicios sanita- rios.

2.1.2. Conclusiones Contemplados globalmente, todos estos cambios no pueden justificarse -excepto en los núcleos de población más importantes-, por un incremento en el número de habitantes de la CAE, cuya población ha permanecido estable du- rante todos estos años; sino que se han debido, más bien, a una voluntad política de ganar en accesibilidad a los servicios de atención primaria. Cuantitativamente, los cambios temporales experimentados en cuanto al número de zonas de salud según el área de salud de pertenencia se sintetizan en la Tabla 3 y en la Figura 1.

TABLA 3: EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ZONAS POR ÁREA DE SALUD. EXTREMADURA 1984-2008.

Número de zonas de salud Provincias Áreas de salud 1984 1989 1999 2008 Badajoz Badajoz 15 18 20 23 Mérida 6 10 12 13 Don Benito-Villanueva 10 12 13 14 Llerena-Zafra 8 8 9 9 Cáceres Cáceres 20 20 20 24 Coria 5 7 7 7 Plasencia 12 14 14 15 Navalmoral de la Mata 8 8 8 8 Extremadura 8 84 97 103 113 Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

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Como puede observarse tanto en la Tabla 3 como en la Figura 1, los cambios cuantitativos más significativos entre 1984 y 2008 se han producido en el Área de Salud de Mérida, que actualmente dispone de más del doble de su número inicial de zonas de salud, y en el Área de Salud de Badajoz, que ha visto incrementado durante estos años su número original de zonas en más del 50%.

FIGURA 1: EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ZONAS POR ÁREA DE SALUD. EXTREMADURA. 1984-2008

30 23 24 25 20 20 15 15 13 14 15 12 1984 10 9 8 7 8 8 10 6 5 20082002 5 Nº zonas de salu de zonas Nº 0

al joz ida a. ra es ia ia a ér or ad -Zaf ácer C B M ito-Vv a C lasenc P en ren aval mor le N on B L D Áreas de salud

Fuentes: sucesivos Diarios Oficiales de Extremadura

La Figura 2 representa de forma aproximada las 113 zonas de salud de la CAE existentes a finales de 2008.

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FIGURA 2: ZONAS DE SALUD DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. 2008

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/ 2008, de 7 de noviembre)

La Figura 3 aporta los resultados obtenidos de la población extremeña, según datos del INE (Censos de 1981, 1991 y 2001, y Padrón de 2007), distribui- da en cada una de las áreas de salud de la CAE para los años 1981, 1991, 2001 y 2007, respectivamente.

FIGURA 3: DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR ÁREAS EN EXTREMADURA. 1981, 1991, 2001 Y 2007.

300.000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.000 0

1981 1991 2001 2007

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre). INE (Censos 1981/91/01; Padrón 2007).

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En la Figura 4 se resalta el peso relativo de cada una de ellas y la variación experimentada entre los Censos de población de 1981, 1991 y 2001, y el Padrón de 2007; en ella, las áreas se enumeran por su número de código, que se inicia con el número 1 del AS de Badajoz y continúa en el orden de la figura preceden- te hasta el número 8, que corresponde con el AS de Navalmoral de la Mata.

FIGURA 4: PORCENTAJE DE POBLACIÓN POR ÁREAS DE SALUD EN EXTREMADURA. 1981, 1991, 2001 Y 2007

2007

2001

1991

1981

0% 20% 40% 60% 80% 100%

Área 1 Área 2 Área 3 Área 4 Área 5 Área 6 Área 7 Área 8

Fuentes: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre). INE (Censos 1981/91/01; Padrón 2007)

2.2. El actual Mapa Sanitario de Extremadura Extremadura se estructura sanitariamente en dos niveles territoriales, constituidos por las áreas de salud y las zonas de salud, respetando ambas estructuras territoriales los límites provinciales. La organización sanitaria cuen- ta con 8 áreas de salud y 113 zonas de salud. La Tabla 4 aporta información cuantitativa sobre la situación del Mapa Sanitario de Extremadura a finales del año 2008, en relación a la superficie medida en kilómetros cuadrados, el número de habitantes, la densidad de po- blación medida en habitantes por kilómetro cuadrado, el número de tarjetas individuales sanitarias (TIS) del Servicio Extremeño de Salud y el número de zonas de salud, respectivamente.

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TABLA 4: MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA. DATOS SIGNIFICATIVOS EN EL AÑO 2008

Áreas Zonas Tarjetas Habitantes Extensión Hab./km2 de salud de salud sanitarias (km2)

Badajoz 23 263.574 267.481 6.237,80 42,88 Mérida 13 162.393 162.287 3.392,45 47,84 Don Benito-Villanueva 14 144.475 141.929 6.963,77 20,38 Llerena-Zafra 9 107.856 106.762 5.172,21 20,64 Provincia de Badajoz 59 678.298 678.459 21.766,23 31.17 Cáceres 24 193.253 197.201 10.559,19 18,68 Coria 7 49.300 47.516 2.415,80 19,67 Plasencia 15 114.555 111.940 3.990,13 28,05 Navalmoral de la Mata 8 55.463 54.874 2.903,08 18,90 Provincia de Cáceres 54 412.571 411.531 19.868,20 20,71 Extremadura 113 1.090.869 1.089.990 41.634,43 26,18

Fuentes: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre). INE (Padrón a 01/01/2007). Instituto Geográfico Nacional (Superficie por municipio). Consejería de Sanidad y Dependencia - CSD- (Programa CIVITAS: tarjetas sanitarias según Contrato Programa entre la CSD y el Servicio Extremeño de Salud -SES- a 01/01/2008)

Las dos áreas de salud más populosas, Badajoz y Cáceres, cuentan con un número similar de ZS (23 y 24), a pesar de que el AS de Badajoz la sobrepasa en más de setenta mil habitantes y de tarjetas sanitarias; ello se explica, funda- mentalmente, por la gran extensión del AS de Cáceres (más de 10.000 km2) con una baja densidad de población (18,68 habitantes por km2), menos de la mitad de la que dispone el AS de Badajoz (42,88 habitantes por km2). En valores relativos, las áreas de salud de la provincia de Cáceres cuen- tan con un número mayor de zonas de salud por habitante, especialmente las Áreas de Coria y Navalmoral de la Mata que disponen de medias inferiores a los 7.000 habitantes por zona. En el extremo opuesto se encuentran las áreas de salud de la provincia de Badajoz, sobre todo el AS de Mérida, con un promedio de más de 12.000 habitantes por zona de salud, casi el doble que las AS de Coria y Navalmoral de la Mata (Tabla 4).

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La Figura 5 recoge la delimitación geográfica de las ocho áreas de salud del Mapa Sanitario de Extremadura en 2008.

FIGURA 5: ÁREAS DE SALUD DEL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA 2008

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/ 2008, de 7 de noviembre)

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre)

La organización territorial sanitaria de la CAE en 2008 se recoge en la Figura 6. En el mapa se expresa la delimitación territorial aproximada de las 8 áreas y de las 113 zonas de salud de la CAE. Se han señalado los municipios que las integran con un punto sobre el mapa, coincidiendo con la situación de la localidad cabecera o más representativa del mismo.

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FIGURA 6: MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA. ZONAS Y ÁREAS DE SALUD EN 2008

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/ 2008, de 7 de noviembre)

3. CRITERIOS FORMALES PARA LA DEFINICIÓN DEL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA Como toda planificación sanitaria, la del Mapa Sanitario de Extremadura hizo recomendable que se mantuviera una actitud de adecuación periódica de la delimitación de las estructuras básicas de salud, a fin de dar respuesta ade- cuada a los cambios demográficos, nuevos asentamientos y mejoras de las vías de comunicación, fundamentalmente. Para ello, a lo largo de la historia de la CAE, un conjunto de normas fueron definiendo formalmente los criterios que debían ser tenidos en cuenta para delimitar las estructuras territoriales sanita- rias. Estos criterios, junto a su correspondiente norma, se enuncian en la Tabla 6.

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TABLA 6: CRITERIOS FORMALES PARA LA ORDENACIÓN TERRITORIAL. 1984-2008

NORMATIVA CRITERIOS INVOCADOS Criterios para Criterios para las áreas las zonas de salud de salud Real Decreto 137/1984, •Isocrona menor de 30 minutos de 11 de enero, sobre Es- •Población: 5.000-25.000 tructuras Básicas de Salud habitantes •Demográficos •Geográficos •Sociales Orden de la Consejería •Demográficos de Sanidad y Consumo •Geográficos de la Junta de Extremadura, •Indicadores sanitarios por la que se crea la •Indicadores sociales Comisión Mixta para el Estudio y Delimitación de las Estructuras Básicas de Salud Ley 14/1986, de 25 de abril, •Geográficos General de Sanidad (art. 56) •Socioeconómicos •Demográficos •Laborales •Epidemiológicos •Culturales •Climatológicos •Dotación de vías y medios de comunicación. •Instalaciones sanitarias del área. •Población: 200.000 -250.000 hab. Decreto 3/1987, de •Geográficos 27 de enero, por el que se •Socioeconómicos definen y regulan las •Demográficos •Población: 5.000-25.000 habit. estructuras de •Laborales •Geográficos Atención Primaria •Epidemiológicos •Demográficos •Culturales •Sociales •Climatológicos •Isocrona menor de 30 minutos •Dotación de medios de comunicación.

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•Instalaciones sanita- rias del área. •Población: 200.000 -250.000 hab. •Geográficos •Demográficos •Socioeconómicos •No establece •Epidemiológios •Laborales y culturales •Vías y medios de comunicación •Recursos existentes •Comarcalización

Como puede apreciarse, en todos los casos se repiten los criterios demo- gráficos y geográficos. Además son prácticamente invocados en todas las normativas, los referidos a: indicadores sociales o socioeconómicos, vías y medios de comunicación, número de habitantes, indicadores sanitarios o epidemiológicos. Debe resaltarse que la definición más completa en cuanto a los criterios de delimitación de las zonas de salud se encuentra en la Ley 10/2001, de 28 de junio, de Salud de Extremadura (LSE), con siete factores decisorios: geográfi- cos, demográficos, socioeconómicos, epidemiológicos, laborales, culturales y vías y medios de comunicación; además de dos criterios complementarios: recursos existentes y comarcalización. Siempre tuvo un peso importante la experiencia acumulada, por lo que en todos los casos se realizó un análisis pormenorizado sobre el funcionamiento de los recursos y del conjunto de prestaciones que operaron en los mapas sanitarios precedentes.

4. COMPONENTES DEL MAPA SANITARIO DE EXTREMADURA. EVOLUCIÓN CONCEPTUAL EN EL TIEMPO RECIENTE El Mapa Sanitario de Extremadura, tras la promulgación de la LGS, res- pondió al modelo organizativo del sistema sanitario público, donde se diferen- ciaban tres niveles de especialización sanitaria: el nivel primario, constituido por centros de salud, consultorios locales y unidades de apoyo; el nivel secun- dario o de área; y el nivel terciario o regional, cuyo ámbito territorial abarca todo el territorio de la Comunidad Autónoma, y en el que se integran los recursos de alta especialización.

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4.1. Provincia sanitaria Aunque la provincia, como delimitación geográfica y política, no se defi- nió explícitamente como nivel organizativo en el momento de establecer el Mapa Sanitario de la Comunidad Autónoma de Extremadura, lo cierto es que desde el primer Mapa promulgado, las unidades componentes del mismo se distribuyen siguiendo la división provincial. Además, hasta la promulgación de la LSE y su posterior desarrollo reglamentario, la provincia sanitaria tuvo un papel clave en la organización sanitaria, como se recoge en este estudio en múltiples ocasio- nes; y particularmente al contar ambas provincias, Badajoz y Cáceres, con multitud de órganos directivos que coexistían y/o formaban parte de estructu- ras en el ámbito regional o nacional: Delegaciones Provinciales de Sanidad y Seguridad Social, Direcciones Provinciales de Sanidad y Consumo, Direccio- nes Provinciales del INSALUD, Direcciones Provinciales de Salud, Servicios Territoriales de Bienestar Social, Servicios Territoriales de Salud, etcétera.

4.2. Área de salud La primera referencia del área de salud en el ámbito del ordenamiento jurídico de la CAE surgió, una vez aprobada la LGS en abril de 1986, a través del D 3/1987, de 27 de enero, que al regular la atención primaria organizó ésta en dos niveles, zonas de salud y áreas de salud, y definió a estas últimas como “... la demarcación geográfica y poblacional capaz de organizar, programar, gestionar y coordinar los centros y establecimientos del futuro Servicio Ex- tremeño de Salud de la CAE y la atención a la salud de la población”. Y añadía que, el área de salud “... está integrada por zonas de salud y equipos de atención primaria, así como por al menos un hospital general”. Para con- seguir la máxima operatividad y eficacia en el funcionamiento de los servicios de atención primaria, las áreas de salud se dividían en zonas de salud. Este Decreto definió, como funciones del área de salud en el ámbito de la atención primaria, las de promoción de la salud, prevención, curación y rehabi- litación. En el ámbito de la atención especializada enunciaba que a nivel del área de salud se debía prestar la atención de mayor complejidad, desarrollando las funciones propias de los hospitales generales. Desde esta fecha, el legislador ya las concebía como piezas básicas del futuro Servicio de Salud de la CAE, organizadas conforme a una concepción integral de la Sanidad, de manera que fuera posible ofrecer, desde ellas, todas las prestaciones propias del sistema sanitario público.

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En este sentido, debe llamarse la atención sobre cómo el texto legislativo que aprobaba la delimitación de las mismas -el mencionado D 4/1987, de 27 de enero-, ya otorgaba este papel relevante al área de salud, que recuerda al mode- lo organizativo que seguiría, casi cinco lustros después, la LSE a la hora de definir el Sistema Sanitario Público de Extremadura (Servicio Regional de Salud) y crear el Servicio Extremeño de Salud. Por su valor de precedente organizativo, se reproduce el segundo párrafo de su exposición de motivos que, refiriéndose al área de salud del futuro Servicio de Salud de la Comunidad, dice que “... posibilitará la organización de un sistema sanitario coordinado e inte- grado con responsabilidad en la gestión unitaria de los centros y estableci- mientos sanitarios que en su día configuren aquél ”. Las áreas de salud debían desarrollar, conforme se recogía en el artículo 8 del D 4/1987, de 27 de enero, las siguientes actividades: internamiento clínico y asistencia especializada en su respectiva zona de influencia; funciones pro- pias hospitalarias, incluyendo además de la asistencia, promoción de la salud, medicina preventiva y rehabilitadora, investigación y docencia, una vez que se cumplieran los requisitos de acreditación oportunos y fueran autorizados para ello por la Autoridad sanitaria; y, en el ámbito de la atención primaria, acciones encaminadas a la promoción de la salud, prevención, curación y rehabilitación desde los propios recursos de ese nivel, y en coordinación con los profesiona- les y estructuras del hospital de área y de los centros de especialidades. De igual modo, tenían encomendada la coordinación con los Servicios hospitala- rios de carácter regional, para la atención de las necesidades de los usuarios relativas a aquellos medios asistenciales que exijan mayor especialización, ac- tuando para estos servicios como centro de referencia el Complejo Hospitalario “Infanta Cristina” de Badajoz. Sin perjuicio de las excepciones que pudieran producirse en razón de los criterios expresados anteriormente y recogidos en la Tabla 6, el AS comprendía formalmente una población no inferior a 200.000 habitantes ni superior a 250.000 (artículo 14.3 del D 3/1987, de 27 de enero), circunstancia que, sin embargo, solo se cumplió en el caso del AS de Badajoz y nunca en las siete áreas de salud restantes. Conviene señalar que el D 3/1987, de 27 de enero, habilitaba para estable- cer subdivisiones dentro del marco geográfico y poblacional del área de salud, creando lo que denominaba “sectores de salud”. El legislador del momento abrió esta posibilidad para ampliar la capacidad organizativa de la Administra- ción sanitaria, ante la eventualidad de que funcionalmente resultara más efi- ciente la asignación de un cupo poblacional a un determinado hospital del área

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1344 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN de salud cuando existiera más de uno. Nunca se llegó a utilizar esta facultad optando, más bien, por la constitución de complejos hospitalarios con dos o más hospitales, de los que parte la ordenación conjunta de sus respectivas prestaciones. Es preciso reseñar que, a lo largo del devenir histórico, ni el Ejecutivo de la CAE ni el Organismo gestor de la asistencia sanitaria hicieron uso de este aspecto organizativo, a pesar de que en determinados momentos existieron reivindicaciones localistas a favor de la creación de determinadas delimitacio- nes geográficas como coartada para la creación de un nuevo recurso hospita- lario. Frente a estos posicionamientos, no exentos de intereses políticos, la respuesta de la Administración responsable de la planificación y organización del sistema sanitario argumentó, como determinante de mayor peso, la oportu- nidad de una atención integrada y bien dimensionada, y la amenaza que supo- nía para la cohesión y calidad de las prestaciones del sistema sanitario público la disgregación excesiva de los recursos especializados. Los órganos del área de salud, como se recoge en la Tabla 7, eran: el Consejo de Salud del Área, órgano colegiado de participación, cuyo objetivo era el seguimiento de la gestión del área, procurando una mejor adecuación de los servicios del área a las necesidades de la población; el Consejo de Direc- ción del Área, responsable de la gestión de la misma y de la formulación de los criterios de política sanitaria en éste ámbito; y el Gerente del Área, encargado de su gestión.

TABLA 7: ÓRGANOS DEL ÁREA DE SALUD EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. 1987

ÓRGANOS DEL ÁREA DE SALUD (1987) Función Órgano Participación Consejo de Salud de Área Dirección Consejo de Dirección del Área Gestión Gerente de Área

Fuente: D 3/1987, de 27 de enero, por el que se definen y regulan las Estructuras de Atención Primaria

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Hasta la promulgación de la Ley de Salud de Extremadura de 2001, no habría cambios conceptuales en cuanto eran y representaban las áreas de sa- lud en el ordenamiento territorial y funcional del sistema sanitario de la CAE. La LSE mantuvo la distinción territorial en áreas de salud y zonas de salud, no contemplando la provincia sanitaria. De este modo, ordenó el Sistema Sanitario Público de Extremadura en áreas de salud, demarcaciones territoriales que debían disponer de las dotaciones necesarias para prestar atención prima- ria, atención especializada y atención sociosanitaria. También estableció el área de salud como marco fundamental para el desarrollo de los programas de promoción de la salud y prevención de la enfer- medad, y en tal condición debía asegurar la organización y ejecución de las distintas disposiciones y medidas que pudiera adoptar la Administración Sani- taria de la Comunidad Autónoma. Además, el área de salud, como estructura básica del Sistema Sanitario Público de Extremadura, constituía, según la LSE, el ámbito de referencia para la financiación de las actuaciones sanitarias que en ellas se desarrollan. Su organización debía asegurar la continuidad de la aten- ción en sus distintos niveles y promover la efectiva aproximación de los servi- cios al usuario y la coordinación de todos los recursos sanitarios y sociosanitarios, públicos y privados. Asimismo, sus órganos de gobierno de- bían potenciar la coordinación de los recursos sanitarios con los dispositivos de acción social. La LSE, como ya hiciera el D 3/1987, de 27 de enero -a pesar del periodo transcurrido y la falta de necesidad para hacer uso de la potestad que le otorga- ba de crear, “... a efectos de funcionamiento y desconcentración”, los sectores de salud-, vuelve a otorgar a la Junta de Extremadura la potestad de establecer otras demarcaciones de carácter funcional como ámbitos de actuación de otros centros, servicios o establecimientos, públicos o de cobertura pública que, debido a su mayor o menor nivel de especialización o de innovación tecnológi- ca, debieran tener asignado un territorio de actuación distinto al del área. Con esta salvedad, la LSE, en su artículo 32.6, establece que las áreas de salud se dividan en zonas de salud, a fin de conseguir la máxima operatividad y eficacia en el funcionamiento de los servicios de atención primaria. En definitiva, el área de salud debía establecer los objetivos y programas generales de salud de su demarcación y sus necesidades de financiación, que se integraban en el Plan de Salud de Extremadura. La Ley encomendaba que la gestión y administración de los recursos y ejecución de los programas del área de salud se llevaran a cabo de forma descentralizada. La coordinación y conti-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1346 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN nuidad de las actuaciones asistenciales en el área de salud debía quedar garan- tizada mediante dispositivos de información sanitaria básica, programas sani- tarios comunes para los niveles de atención primaria y especializada, y actua- ciones de formación continuada e intercambio técnico entre los profesionales de ambos niveles. En el aspecto organizativo, la LSE establece el Consejo de Dirección de Área, órgano de dirección cuya principal función sería el establecimiento de los criterios generales de actuación en política sanitaria del área de salud, de con- formidad con las directrices de la Consejería de Sanidad, el Plan de Salud de Extremadura y los planes estratégicos del Servicio Extremeño de Salud (SES) que le pudieran corresponder; la Gerencia de Área, órgano de gestión y coordi- nación de los recursos del área de salud, responsable de la gestión y ejecución de las directrices establecidas en el Consejo de Dirección del Área y por el Plan de Salud de Extremadura, actuando de acuerdo con los planes estratégicos del SES y constituyéndose como órgano territorial del mismo; el Consejo de Salud de Área, órgano colegiado de participación con carácter consultivo; y el Direc- tor de Salud de Área, responsable de la dirección, coordinación, impulso y control de las actividades relacionadas con la Administración Sanitaria y la Salud Pública. En la Tabla 8 se esquematizan los órganos del área de salud en la CAE a partir de 2001.

TABLA 8: ÓRGANOS DEL ÁREA DE SALUD EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. 2001

ÓRGANOS DEL ÁREA DE SALUD (2001) Función Órgano Participación y consulta Consejo de Salud de Área Dirección de la política sanitaria del área Consejo de Dirección del Área Gestión y ejecución Gerente de Área Dirección y coordinación en administración Director de Salud de Área sanitaria y salud pública

Fuente: L 10/2001, de 28 de junio, de Salud de Extremadura

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Sin duda, guardaba mucha similitud con la organización establecida en 1987. El hecho más novedoso fue la creación de la figura del Director de Salud. El artículo 37 de la LGS, con una redacción algo contradictoria entre el conteni- do del primer párrafo con el segundo, le otorgaba un papel relevante como autoridad sanitaria (dirección y coordinación) en el ámbito de la Salud Pública y de la Administración Sanitaria. Situado formalmente en la cúpula directiva de la Gerencia del Área (Vicepresidente del Consejo de Dirección de Área), era nombrado directamente por el Consejero de Sanidad. En la práctica, suponía la traducción normativa de la voluntad organizativa de integrar la Salud Pública y la delegación territorial de la Consejería de Sanidad y Consumo en un mismo y único órgano rector de la política y gestión sanitarias del área de salud. Un modelo organizativo original que, sin romper con los postulados del D 3/1987 y de la LGS, sino más bien reafirmándolos, suponía un nuevo referente en el panorama de la ordenación sanitaria general del país. Con estos órganos del SSPE en el nivel del área de salud, el organismo autónomo SES ejercía las competencias de administración y gestión de servi- cios, prestaciones y programas sanitarios encomendados por la normativa vi- gente y por la Autoridad sanitaria de la CAE, de forma que podemos decir que el Gerente de Área lo sería del SES y del SSPE, sin solución de continuidad. A finales de 2008, las ocho áreas de salud de la CAE se definen por un desigual volumen poblacional, diferente densidad de población y muy diferen- te carga de población entre sus respectivas zonas de salud (Tabla 4).

4.3. Zonas de Salud La definición de zona de salud se remonta a la aprobación del RD 137/ 1984, de 11 de enero, quien la definió como “marco territorial de la atención primaria de salud”, siendo “... la demarcación poblacional y geográfica funda- mental, delimitada a una determinada población, siendo accesible desde to- dos los puntos y capaz de proporcionar una atención de salud continuada, integral y permanente con el fin de coordinar las funciones sanitarias afi- nes”. En clara referencia a la ordenación territorial precedente, en este mismo artículo 1 establecía que la zona de salud delimitaba una Zona Médica, y estaba constituida por un solo Partido Médico, sin separación en distritos. Sobre la base de esta normativa y conceptualización de zona de salud, la CAE reguló el

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1348 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN primer Mapa Sanitario de Extremadura en septiembre de 1984, así como las sucesivas modificaciones de noviembre de 1985 y marzo de 1986. A principios de 1987, la CAE, mediante el D 3/1987, de 27 de enero, definió la zona de salud en el mismo sentido que lo había hecho la normativa estatal de 1984, como el “... marco territorial de la atención primaria de salud” y la “... demarcación poblacional y geográfica fundamental capaz de proporcio- nar una atención continuada, integral y permanente”. Esta norma legislativa, otorgó las competencias de la configuración de las zonas de salud de la CAE a la Consejería de Sanidad y Consumo, y estableció los criterios a tener en cuenta para la misma (Tabla 6). Hasta la promulgación de la Ley de Salud de Extremadura de 2001, no se producirían en el terreno normativo nuevas definiciones conceptuales en cuanto a lo que eran y representaban las zonas de salud en el ordenamiento territorial y funcional del SSPE, si exceptuamos la definición dada en el artículo 1 del Reglamento de Organización y Funcionamiento de los Equipos de Atención Primaria de la CAE, aprobado por el D 67/1996, de 21 de mayo, que definió a la zona de salud como “... el marco territorial y poblacional de la atención primaria de salud donde desarrollan las actividades sanitarias los profesio- nales integrantes del equipo de atención primaria”. Un concepto en nada contradictorio con la definición dada por el legislador en 1987 sino, más bien, complementario. La LSE definió la zona de salud, en su artículo 38, como el marco territorial y poblacional de la atención primaria, donde se recibe la prestación sanitaria mediante el acceso directo de la población y en el que se ha tener la capacidad de proporcionar una atención continuada, integral y permanente, a través de los profesionales integrantes del EAP. Esta definición vino a ratificar, en un solo párrafo, la conceptualización de zona de salud imperante en Extremadura desde la promulgación del tan mencionado RD 137/1984, de 11 de enero. Reafir- mando el aspecto integral de la atención, el artículo 38.5 decía que en el ámbito de la zona de salud “... se establecerán de manera integrada las actuaciones relativas a la promoción, prevención, curación y rehabilitación de la salud individual y colectiva de la población, así como a la reincorporación social de la persona”. A la Junta de Extremadura, la LGS le otorgó la aprobación y modificación de los límites territoriales de las zonas de salud. Como hiciera el RD 137/1984, la LSE estableció que la zona de salud constituía una demarcación sanitaria única que englobaba los diferentes núcleos poblacionales asignados a cada EAP.

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Fijaba en cada zona de salud, “... una cabecera en la que se ubicará un Centro de Salud, como estructura física y funcional, que dará soporte a las activida- des comunes de los profesionales del equipo de atención primaria, así como a las actuaciones sanitarias de la propia localidad”. Desde el punto de vista organizativo, la LSE estableció que en cada zona de salud “... se constituirá un equipo de atención primaria integrado por el conjunto de profesionales que desarrollan las actividades de la zona, con- tando con el órgano de gestión de los recursos humanos y materiales que se determine. Así mismo, contará con un Consejo de Salud de Zona, como órga- no colegiado de participación y coordinación entre las Corporaciones Lo- cales y el equipo de atención primaria”. A finales de 2008, Extremadura contaba con 113 zonas de salud, veinti- nueve más que en el primer Mapa Sanitario de Extremadura aprobado en el año 1984. Su distribución, según el AS de pertenencia y evolución en este intervalo de tiempo es muy desigual (Tabla 3). En todas las zonas de salud actuaban de forma integrada los profesiona- les del EAP, los profesionales de atención continuada (hasta 2007 denomina- dos “de refuerzo”) para cubrir completamente las necesidades de la atención continuada, y otros profesionales que pertenecían a diferentes tipos de aten- ción como unidades de apoyo a la atención primaria. Todos estaban adscritos a recursos denominados centros de atención primaria: centros de salud, con- sultorios locales y unidades de apoyo. En el ámbito organizativo, el peso de las zonas era notable (Tabla 9). Sólo 29 zonas de salud pueden considerarse como estrictamente o eminentemente urbanas.

TABLA 9: ZONAS DE SALUD EN EXTREMADURA SEGÚN MEDIO URBANO Y RURAL. 2008

Ámbito provincial Urbanas Rurales Total Badajoz 18 41 59 Cáceres 11 43 54 Extremadura 29 84 113

Fuente: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre)

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1350 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

Si se atiende al volumen de población de las mismas, 27 zonas (el 24%) no alcanzan el límite inferior (5.000 habitantes) ordenado en los criterios de plani- ficación vigentes. Por otra parte, una zona de salud (Cáceres-Sur) sobrepasa ligeramente el límite superior marcado en los 25.000 habitantes, aunque esta situación se corregirá con la entrada en funcionamiento de los dos nuevos centros de salud previstos en la ciudad de Cáceres (Tabla 10).

TABLA 10: ZONAS DE SALUD EN EXTREMADURA SEGÚN SU COBERTURA POBLACIONAL. 2008

Habitantes de las zonas de salud Nº de zonas de salud Zonas de salud no funcionantes 6 Menos de 5.000 habitantes 27 Entre 5.000-12.500 habitantes 47 Entre 12.501-25.000 habitantes 32 Más de 25.000 habitantes 1 Número total de zonas de salud 113

Fuentes: Mapa Sanitario de Extremadura (D 238/2008, de 7 de noviembre). INE (Pa- drón Municipal 2007)

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BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1352 JOSÉ LUIS FERRER A GUARELES, DIEGO PERAL PACHECO Y EUGENIO MOLINA BARRAGÁN

BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.353-1.372 1353

Evolución del trasplante renal: trasplante renal de donante vivo

ÁNGEL A BENGÓZAR GARCÍA-MORENO DIEGO PERAL PACHECO Grupo de Investigación de Humanidades. Facultad de Medicina. UEx.

RESUMEN El trasplante renal es el tratamiento de elección de la insuficiencia renal crónica, habiendo demostrado que permite un aumento en la cantidad y calidad de los pacientes con enfermedad renal crónica. España es el país del mundo con un mayor índice de donación, siendo del 34,5 pmp. La incidencia de los pacientes renales que precisan tratamiento sustitu- tivo ha aumentado casi al doble en la última década, mientras el número de potenciales donantes no ha mostrado un incremento sustancial. Como conse- cuencia de estos dos factores, el tiempo de espera de los pacientes con ERC se está incrementando progresivamente. El cambio en el perfil actual del donante, al aumentar las causas de fallecimiento por accidentes cerebrovasculares frente a los accidentes de tráfi- co, ha contribuido al aumento de donantes añosos, encontrando la población más joven de insuficientes renales mayor dificultad para la obtención de un riñón de donante cadáver adecuado. Son varias las actuaciones desarrolladas para mejorar esta situación, destacando entre ellas el trasplante de donante vivo, que en los últimos años ha experimentado un gran crecimiento en todo el mundo. Permite una mayor su- pervivencia de los pacientes y la posibilidad de obtener un injerto renal antes incluso de comenzar la diálisis, de forma anticipada, evitando el tiempo en listas de esperas.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1354 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO

ABSTRACT Renal transplantation is the treatment of choice for chronic renal failure, having shown that allows an increase in the quantity and quality of patients with chronic kidney disease. Spain is the country of the world with a higher rate of donation is 34.5 pmp. The incidence of patients requiring renal replacement therapy has increased almost twice in the last decade, while the number of potential donors has not shown a substantial increase. As a result of these two factors, the waiting time for patients with ERC is increasing gradually. The change in the current profile of the donor, to increase the causes of death from stroke compared to traffic accidents, has contributed to the increase in elderly donors, finding the younger population of kidney failure increased difficulty in obtaining a kidney cadaveric appropriate. There are several actions to improve this situation, among them living donor transplantation, which in recent years has seen large growth around the world. Allows greater patient survival and the possibility of obtaining a graft before the start of dialysis, in advance, avoiding long waiting lists.

1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA El trasplante renal es actualmente la mejor opción terapéutica para los pacientes con insuficiencia renal crónica, siendo una posibilidad ofertada en la mayoría de los centros hospitalarios de todo el mundo. Sin embargo, el recorri- do hasta este punto ha sido largo, plagado de éxitos y fracasos, críticas éticas y morales y de pioneros perseverantes. Las primeras experiencias exitosas se realizan entre hermanos gemelos idénticos en 1955. Es de destacar las referencias históricas tanto en la mitología, donde existen numerosas muestras de dioses y seres con cabeza humana y cuerpo animal o viceversa, y en el mundo del arte como el óleo de Pedro Berruguete (1450-1504), Milagro de San Cosme y San Damian (fig 1), que constituye la primera idea de trasplante con intención terapéutica. Durante parte del siglo XVIII y todo el XIX, existió una amplia experimen- tación animal con injertos e implantes en prácticamente todos los tejidos de la economía. En 1804, Boronio implanta trozos de piel de oveja en otra zona del dorso del mismo animal, comprobando el éxito de los autoinjertos y del fracaso del intercambio entre especies diferentes y en 1869 Jacques Louis Reverdin, cirujano genoves, realiza los primeros injertos epidérmicos en el hombre con resultados satisfactorios (2). En el siglo XX se consigue superar los tres prime-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EVOLUCIÓN DEL TRANSPLANTE RENAL: 1355 TRANSPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO ros grandes obstáculos que existían para el avance de la trasplantación, como frenar el rechazo, la pérdida del injerto y la objeción y escepticismo de la clase médica (1).

Fig 1: Se representa uno de los milagros más conocidos de estos dos hermanos médicos, mártires y patrones de los cirujanos, que ejercieron siempre su profe- sión sin cobrar a los enfermos (anargiros o enemigos del dinero). Naturales de Arabia fueron muertos por Diocleciano (300 d.JC.). Trasplantaron a un enfermo la pierna de un criado negro, o de un «moro» según las versiones, que acababa de fallecer.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1356 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO

Mathieu Jaboulay y sus asistentes Alexis Carrel, Briau y Villaud en la École Lyonnaise, desde 1896 a 1898, describen su técnica de anastomosis vascular por sutura en eversión (mucosa con mucosa). Alexis Carrel, 1902, desarrolla anastomosis extremo con extremo con hilos de apoyo por triangulación, realizándolo sobre la vena de riñones de perros, gatos, cabras, conejos y cerdos, consiguiendo un éxito sin precedentes y marcando el defini- tivo método de sutura vascular. En esta época es también de destacar la escuela vienesa, en la que Emerich Ullmann, discípulo de Edgard Albert y Alfred von Decastello, utilizan la técnica vascular de Payr, logrando también en el año 1902, el primero un autotrasplante de riñón de perro y el segundo un trasplante de perro a perro. En 1910 Unger, profesor de cirugía en Berlín, comunicó haber realizado más de 100 trasplantes de riñón de perros foxterrier a perros boxer. Al mismo tiempo, Carrell rea- lizó transplantes experimentales de riñones, tiroides, paratiroides, co- razón y ovario, siendo reconocido su trabajo con el premio Nóbel de Medicina y Fisiología en 1912. Un momento histórico impor- tante, ocurre en 1933, cuando se realiza el primer trasplante en humanos. Anteriormente, la escuela rusa dirigía sus investigaciones en el estudio del sistema retículoendotelial en la respuesta inmunitaria de los alotrasplante. Uno de estos investigadores, Voronoff, traba- jando en esas fechas en el Collage de Francia, se manifiesta partidario de la utilización de cadáveres humanos para el trasplante, intentado implantar el riñón de un condenado a ser decapitado a una joven afecta de insuficiencia renal por tuberculosis. Este intento fue impedido por el Ministerio fiscal fran- cés. Estos trabajos experimentales fueron seguidos por su compatriota Voronoy, cirujano Ucraniano, el cual en mayo de 1933, practica un trasplante a partir de un riñón del grupo sanguíneo B, extraído de un hombre de 60 años muerto por accidente, a una enferma del grupo sanguíneo 0, en coma urémico tras la inges- tión de cloruro de mercurio (sublimado) por intento de suicidio (41). El trasplan- te se planteó como tratamiento de esta intoxicación, a pesar de que era la anuria la que no permitía eliminar el tóxico y a su vez la retención del tóxico imposibi- litaba la recuperación del funcionalismo renal. El riñón fue implantado en la

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EVOLUCIÓN DEL TRANSPLANTE RENAL: 1357 TRANSPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO ingle del lado derecho sobre los vasos femorales y colocado en una bolsa para vigilar la diuresis. La paciente sobrevivió 4 días. Es curioso reseñar que este trasplante se conoce a través de una publicación española ya desaparecida, Siglo Médico, debido a una traducción que realizó el Dr. Emilio de la Peña de un original de Voronoy. Después de la II Guerra Mundial y después de la recesión económica posterior, se reanuda los ensayos trasplantadores, realizándose el primer tras- plante de cadáver a vivo en EEUU, en Boston, por el equipo de Hume, Landsteiner y Hufnagel. A un joven con insuficiencia renal por un aborto séptico se le implanto el riñón de un hombre recién fallecido. Se implanto en el codo sobre los vasos femorales. A las 24 horas el riñón secretaba orina, dejando de funcio- nar al día siguiente (5). Este periodo de funcionamiento, ayudo a la paciente a recuperarse de su fallo renal, considerándose por muchos un éxito, y alentando a la administración del hospital a proseguir los estudios clínicos de trasplante y diálisis. Lawler, del hospital Presbiteriano de Chicago, coloca el primer riñón de cadáver a vivo en posición ortotópica con reposición vascular y de la vía. También se hizo otro intento en Sprinfield en 1951 por Scala, fracasando pero siendo la primera vez que se utilizó un riñón artificial para preparar al pa- ciente (6). Estos intentos contribuyeron a animar el trasplante experimental y clíni- co (7), volviéndose a investigar los mecanismos inmunológicos involucrados en la destrucción de los tejidos, realizando ensayos como la colocación del riñón en posición pelviana, transfusiones previas y nefrectomía bilateral previa al trasplante, obteniéndose mejores resultados clínicos (5). En Francia, en la década de los 50, trabajan varios grupos en el campo del trasplante, uno de estos cirujanos, Rene Küss, realizó 5 homotrasplante, 4 de donante vivo y uno de cadáver. En enero de 1951, utiliza un riñón de donante vivo extraído por motivos terapéuticos, constituyendo el primer homotrasplante renal de donante vivo de la historia de la Medicina. Los resultados fueron malos, pero sirvieron para continuar los estudios inmunológicos como causa del fracaso, y estimularon nuevos intentos como los del Hospital Necker de Paris (Vaysse, 1952), donde se continuaron trasplantes de personas emparentadas, en concreto a joven carpintero de 16 años que cayó desde un andamio y sufrió una rotura de su riñón derecho, que tuvo que ser extraído. Después de la intervención quedó anúrico y se descubrió que el riñón extraído era único. Seis días después se le trasplantó el riñón izquierdo de su madre. El riñón funcionó inmediatamente y la situación clínica y biológica del receptor mejoró rápidamente. Pero, a los 22 días del trasplante, la función del injerto

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1358 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO fracasó por un episodio de rechazo y pocos días después el receptor falleció: no había posibilidades de diálisis y no se conocían tratamientos para solucio- nar el problema. Dos años después se realiza el primer trasplante renal entre gemelos verdaderos, por Murria (premio Nobel de Medicina en 1990), Merrill y Harrison, en el Brigham de Boston. Se siguieron los postulados establecidos unos años antes por Hamburger para evitar el rechazo: perfusión extracorpórea, isquemia breve, heparinización para obviar la coagulación intravascular y lograr la com- patibilidad mediante la observación de los grupos sanguíneos ABO (8). El paciente sobrevivió muchos años. A partir de estas fechas, el trasplante renal es una terapéutica aceptada como la mejor solución a la insuficiencia renal. Es entonces, cuando comienzan a centrarse los esfuerzos en el estudio del rechazo y de la necesidad de inhibir la reacción de defensa del organismo contra un tejido extraño. En este periodo, aparte de nefrólogos y urólogos, comienzan a intervenir biólogos, inmunólogos, hematólogos, etc, convirtiéndose en trasplante renal en una ciencia multidisciplinar, similar a la de nuestros días (9). Comienzan los estudios e investigaciones en inmunología humoral y ce- lular y se estudian los antígenos del trasplante, evidenciados primero por Landsteiner con los antígenos ABO y más tarde por George Snell, descubrién- dose por último el complejo de histocompatibilidad MAC y de el de histocompatibilidad tisular HLA, por Jean Dausset, sentándose las bases inmunológicas fundamentales para la compresión del fenómeno del rechazo, abriéndose el camino para el objetivo final de inhibirlo. La evidencia de que las radiaciones producidas en las explosiones atómi- cas inhibían la respuesta del sistema inmunitario justificó la práctica de la irra- diación corporal total del trasplantado como forma de evitar el rechazo. La primera experiencia se realizó en Boston en 1958. Una mujer anéfrica recibió un trasplante de un donante vivo, previamente fue irradiada y recibió trasplantes sucesivos medulares. El riñón se le implantó en el muslo derivando el uréter a la piel. El riñón funciono, pero la paciente falleció por aplasia medular y hemorra- gia. Comienza la experimentación con fármacos inmunosupresores, realizán- dose pruebas con metrotexate, ciclofosfamida, corticoides, actinomicina, azaserina y principalmente con mercaptopurina y su derivado imidazólico la azatioprina, comenzando a utilizarse en el trasplante a partir de 1960, represen- tando un momento muy señalado en la historia de la trasplantación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EVOLUCIÓN DEL TRANSPLANTE RENAL: 1359 TRANSPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO

A pesar del debate y las consideraciones morales y éticas de la época y de los cuestionamientos acerca de la legitimidad sobre los ensayos, sobre todo, a partir de donantes vivos, los avances se siguen sucediendo, aumenta- do la experimentación en xenotrasplantes y mejorándose las técnicas de diálisis peritoneal y hemodiálisis, creándose los primeros centros de diálisis. En 1962 se establece la tipificación del tejido para la selección de los receptores y donantes, el cross-matching o prueba cruzada positiva entre el suero del receptor y células del donante para predecir el rechazo hiperagudo por Kissmeyer-Nielsen (7) y finalmente el sistema de tipaje e histocompatibilidad a partir de los leucocitos (HLA) en 1967 por Dausset. En 1965 un neurocirujano sueco, Frykholm, establece el concepto de muerte cerebral, y en 1968, la Hartad Medical School propone los primeros criterios para la determinación de muerte cerebral (10), adoptando los distintos países diferentes formas de regulación legal de esta practica médica. El descubrimiento de la Ciclosporina A en 1976 y su introducción clínica mejoran considerablemente la supervivencia de los injertos renales. En España los primeros trasplantes son realizados por el Prof. Martínez Piñeiro en 1960 entre hermanos gemelos homocigóticos y Younger y Rivera un año después, entre padre e hijo. Ambos, obtuvieron resultados fallidos, atra- yendo numerosas críticas en la época. Es en 1965, cuando se establece el primer trasplante en España con éxito por el Prof. Gil Vernet en la Cátedra de Urología de Barcelona y el doctor Alférez Villalobos en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Aunque los inicios en nuestro país fueron algo retrasados con respecto a otros países, el empuje y tesón de los profesionales españoles, ha permitido que actualmente España se encuentre dentro de los países lideres en trasplante renal y el llamado Modelo Español de organización de trasplantes, sea un referente mundial.

2. SITUACIÓN ACTUAL DEL TRASPLANTE RENAL Actualmente el tratamiento de elección de la insuficiencia renal terminal es el trasplante renal. La evolución de los tratamientos médicos, el mayor cono- cimiento de la patogenia y evolución de las enfermedades, han mejorado la supervivencia de los paciente, mejorando su calidad de vida. El mejor acceso a los sistemas de salud, unido a todos estos avances, ha contribuido de forma importante a un aumento constante en la demanda de salud. Los enfermos

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1360 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO renales, con un acceso casi universal a la diálisis, encuentran un tratamiento ideal en el trasplante renal, consiguiendo no sólo una mayor supervivencia sino una mejoría en su calidad de vida, pudiendo llevar una vida prácticamente normal, con escasa dependencia médica y con tratamientos bien tolerados y fácilmente administrables. Todos estos avances suponen también un incre- mento en la demanda de servicios médicos en general y en concreto un aumen- to de la demanda de necesidad de trasplantes de órganos, aumentando año tras año, ofertándose además esta terapéutica a pacientes que anteriormente eran excluidos. En España, el éxito de nuestro modelo de trasplante, conocido internacionalmente como “Spanish Model” ha generado resultados muy por encima del resto de países trasplantadores. La Organización Nacional de Tras- plantes (ONT), creada hace casi 20 años, ha establecido las bases y la organi- zación necesaria, que junto con la creación de una legislación adecuada, permi- te tener un sistema eficaz, con unas tasas altas de trasplante renal de donante cadáver (37,39). España, sigue liderando mundialmente las donaciones de órganos, con una tasa actual de 34,2 pmp en 2008, superando en 8 puntos la media de Esta- dos unidos (26,5 pmp) y duplicando la tasa media de la Unión Europea ( 16,8 pmp). Las donaciones en 2008 han aumentado un 1,7%, y el número de tras- plantes se ha incrementado en un 3%, alcanzando el máximo histórico en riñón con 2.229 trasplantes. (fig 2)

2400 2200 2229 2200 2131 2023 1924 2211 2000 2125 2157 1861 2032 1800 1996 1938 1800

1707 1600 1633 1400 1488

1200

1000 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Fig 2: Actividad de Trasplante Renal (nº absoluto) en España. Dossier Renal, ONT 2009.

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A pesar de estos brillantes datos, en los últimos años, en la literatura médica especializada, se plantea la posibilidad de un estancamiento en la evo- lución hasta ahora progresiva de las donaciones de órganos, que si bien con- tinua incrementándose, no lo hace al ritmo del aumento de la demanda crecien- te. Hoy en día, la lista de espera de trasplante renal se cifra en aproximadamente 4.300 pacientes. Además se incorporan cada vez más pacientes que hasta hace poco eran excluidos. Se trasplanta pacientes de más de 70 años, hipertensos, diabéticos y pacientes con alteraciones congénitas del aparato urinario e insu- ficiencia renal. También, en todos los programas de trasplantes, con experien- cia de varios años, se incorporan pacientes trasplantados previamente, cuyos injertos dejan de funcionar, siendo candidatos a un segundo, tercero o incluso cuarto trasplante. En los últimos años, se ha objetivado un cambio en el perfil del donante que se traduce en un aumento en la media de edad de los donantes. El 44,4 % de los donantes tiene más de 60 años, habiendo sido este grupo de edad el que ha experimentado el mayor aumento entre los donantes en los últimos años, pasando del 10 % en 1992 al 44,4 % actual. Estos donantes son por accidentes cerebrovasculares, que han pasado de un 39 % en 1992 al 65,5 % en 2008, siendo actualmente la primera causa de fallecimiento entre los donan- tes españoles. Los accidentes de tráfico, hasta hace algunos años encabezaban la lista como causa de donación, sufriendo una disminución espectacular, con una reducción del 50 %. De los 249 donantes por tráfico registrados en 2005 (26,1%) se ha pasado a 129 en 2008, representando un 8,3 % del total, siendo esperable que continúen reduciéndose con el tiempo al continuar mejorando las infraestructuras, actuaciones y medidas adoptadas en seguridad vial. (fig 3) Estos datos, al analizarlos, nos indican por una parte la necesidad de seguir mejorando e incrementar el número de donaciones renales que son insu- ficientes para cubrir la demanda, y la necesidad de nuevos planteamientos para dar respuesta a la población más joven de pacientes en espera de un riñón, los cuales encuentran actualmente más limitaciones ya que la oferta de riñones añosos no es del todo adecuada para ellos.

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400 350 358 311 304 301 307

300 278 293 270

270 249 250 269 264 248 232 200 211 156 150 100 129

2 4 6 8 0 2 4 6 8 9 9 9 9 0 0 0 0 0 9 9 9 9 0 0 0 0 0 1 1 1 1 2 2 2 2 2

Fig 3: Nº de donantes por traumatismo craneoencefálic por accidente de trafico. ONT 2009

Son varias las líneas de actuación, las que actualmente pretenden el objetivo de aumentar el número de trasplantes renales. En nuestro país, en este último año, se ha incrementado la donación entre la población inmigrante, pa- sando de un porcentaje de donantes de nacionalidad no española de un 4,6% en 2004 a un 9,1 % en 2008, en concreto en 144. También continua existiendo algunas diferencias entre comunidades autónomas, siendo en el último año, Asturias la comunidad con mayor tasa de donación por millón de habitantes (45,4 pmp), pudiendo todavía mejorar muchas otras comunidades, establecién- dose como ideal el objetivo de 40 pmp (figura 4).

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Fig 4: Tasa anual p.m.p de donación en las Comunidades Autónomas. Actividad de Donación y Trasplante de Órganos 2008. Ministerio de Sanidad y Consumo, publicación 10 de enero de 2009.

La donación con el corazón en asistolia sigue incrementándose, aunque todavía son pocos los centros con los medios necesarios para poder llevarlo a cabo con efectividad. Otra solución adoptada en nuestro país, es la utilización de donantes añosos, que son una buena opción para pacientes también añosos. Estos pa- cientes presentan una mayor supervivencia que aquellos otros que se encuen- tran en diálisis en lista de espera de trasplante (13, 14). También en los últimos años de forma importante se está desarrollando el trasplante de donante vivo en nuestro país, todavía con cifras menores que en otros países de la unión Europea y EEUU. Son cada vez más centros y grupos de trasplantes que desarrollan esta opción, presentándose como una gran opor- tunidad para aumentar las posibilidades de muchos pacientes para obtener un riñón funcionante.

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3. TRASPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO Aunque en el inicio de los trasplantes renales, la donación de vivo era la principal fuente de órganos, el mayor desarrollo de la donación de cadáver y la aceptación de los criterios diagnósticos de muerte cerebral, ha impedido el desarrollo de este tipo de donación, presentado siempre un cierto rechazo por diferentes motivos. En países donde por motivos religiosos, culturales y lega- les no se ha desarrollado el trasplante de cadáver, la donación de vivo ha continuado siendo la única fuente de obtención de riñones. En España, durante todos estos años, el trasplante de donante vivo ha tenido poco desarrollo, manteniendo su práctica casi exclusivamente en la Fun- dación Jiménez Díaz y en el Hospital Clínico de Barcelona. La necesidad cada día mayor de donaciones, por el continuo aumento en la demanda, el aumento de donantes añosos con respecto a donantes jóvenes, la necesidad de dar solución a pacientes de menor edad que no obtienen res- puesta actualmente y los resultados muy favorables de este tipo de trasplante, ha impulsado el desarrollo de nuevo de esta práctica en todo el mundo, incrementado el número total de trasplantes de vivo y aumentando el porcenta- je con respecto al de cadáver. En España, a pesar de no obtener actualmente las cifras de otros países de la unión europea y de EEUU, los datos del 2008 demuestran un aumento significativo de los trasplantes procedentes de donantes vivos, un aumento de un 12 %, en concreto 154 trasplantes, que representan el 7 % del total del trasplante de riñón en este año. (figura 5) Aunque el trasplante de donante vivo es la mejor opción terapéutica en la insuficiencia renal crónica, existen problemas inherentes al proceso que han limitado siempre su desarrollo. El donante es una persona sana, sobre la que se práctica una intervención quirúrgica con riesgo vital y es una persona que va a quedar monorrena, y que en definitiva se le expone a unos riesgos y compli- caciones. Ante esto deben existir garantías suficientes y condiciones obligatorias para que exista un bajo riesgo para el donante, se debe proporcionar una infor- mación amplia y detallada de todo el proceso, de los riesgos y posibles compli- caciones y debemos tener la seguridad de que no exista una compensación económica. Desde el punto de vista bioético, se deben respetar los principios básicos de autonomía del donante, no-maleficiencia, beneficiencia y justicia. En las sociedades con un sistema sanitario publico, donde prima el estado de bienestar es fundamental respetar el principio de justicia, a diferencia de las

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EVOLUCIÓN DEL TRANSPLANTE RENAL: 1365 TRANSPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO sociedades de corte individualista que solo consideran los principios de no maleficiencia y de autonomía. El consentimiento es el procedimiento que garan- tiza los derechos del donante, debiendo los cirujanos y las instituciones velar por su correcto cumplimiento para mantener una relación clínica correcta.

180 156 160 140 137 120 102 100 87 80 60 60 61 35 31 34 40 16 15 15 22 20 19 17 19 20 20 0

1 3 5 7 9 1 3 5 7 9 9 9 9 9 0 0 0 0 9 9 9 9 9 0 0 0 0 1 1 1 1 1 2 2 2 2

TRDV

Fig 5: Actividad en España de Trasplante de Donante vivo. ONT 2008.

Con respecto a las ventajas del trasplante de donante vivo, son múltiples y suficientes como para plantear éste como primera opción para los pacientes con insuficiencia renal crónica (21,22). Presenta mejores resultados que el tras- plante de donante cadáver, con una mayor supervivencia, siendo esta mayor con gemelos univitelinos, seguido del donante vivo haploidentico. En diferen- tes publicaciones esta supervivencia del injerto es del 85% a los 5 años, con una vida media del injerto de 32 años. En el donante cadáver la supervivencia del injerto es del 62%, con una vida media de 9 años (12,15,16,17,31). También la supervivencia de los pacientes es mayor en el trasplante de vivo con respecto al de cadáver, 90 % versus 82 % a los 5 años (31). Estas diferencias, no se pueden solamente atribuir a la mejor calidad del injerto donante vivo, encon- trando en otros estudios (18) una similar supervivencia al ajustar e igualar las variables que influyen en ambos tipos de trasplantes. Los factores principales que van a permitir los mejores resultados del vivo, son la compatibilidad HLA, la edad del receptor, el menor tiempo de

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1366 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO diálisis, menor tiempo de isquemia fría, menor incidencia de necrosis tubular aguda, menor incidencia de rechazo, reducción de la terapia inmunosupresora y que permite elegir el mejor momento para el trasplante (11,12,19,20,21). La compatibilidad HLA es mayor al seleccionarse los donantes en el ámbito familiar del paciente, donde se encuentran mayores compatibilidades, incluso entre hermanos idénticos, presentando estos el mejor pronóstico. Con el incremento de donaciones de parejas y donaciones cruzadas, este factor está cambiando. En los últimos años los trasplantes entre parejas han ido aumentando, considerándose una gran alternativa en el conjunto de la donación, con muy buenos resultados a pesar de no ser personas genéticamente relacionados. El trasplante renal cruzado de donante vivo es actualmente un programa nacional de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que consiste en que una pareja de donante-receptor que no es compatible entre ellos, cede el riñón donante a otra pareja con la que si existe compatibilidad y viceversa. Ambos trasplantes se deben realizar simultáneamente y generalmente en hos- pitales diferentes. El trasplante previo a la diálisis proporciona mejor supervivencia del pa- ciente y del injerto, tanto en el donante vivo como de cadáver (12,21,23,24,25,26,27). Los pacientes con diálisis previa presentan peores resul- tados, encontrando una supervivencia en pacientes que recibieron diálisis durante 5 años, del 45% a los 10 años, frente a un 70% en aquellos que habían estado menos de 5 años en diálisis (11,28). La tasa de mortalidad post-trasplan- te, también se ve influida por el tiempo que el paciente ha sido tratado previa- mente con diálisis, en concreto del 23% en los pacientes con menos de 3 años de tratamiento, y el 44% en aquellos que habían estado dializados más de 3 años (11,29). En el trasplante de donante de vivo, el poder realizarlo de forma progra- mada permite importantes ventajas (tabla 1). El donante y el receptor se en- cuentran en las condiciones más favorables para el procedimiento, se acorta el tiempo en lista de espera y se puede programar antes de iniciar la diálisis. También esta planificación previa, permite colocar el injerto con un tiempo de isquemia fría muy corto y casi inexistente, que junto con el poder pautar trata- miento inmunosupresor previo al implante, disminuye las posibilidades de re- chazo agudo del injerto (29,30).

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Un aspecto fundamental en la donación de vivo es tener en cuenta las posibles desventajas o riesgos para la persona que dona. La principal y que supone el mayor obstáculo es la intervención quirúrgica necesaria para obte- ner el riñón. La mortalidad perioperatoria es del 0,03 al 0,06 %, la cual es consi- derada bastante baja. La morbilidad perioperatoria está en torno al 32 %, sien- do de gravedad tan sólo en un 2 %. Las complicaciones más frecuentes suelen ser el neumotórax, el embolismo pulmonar, la infección de la herida, infecciones urinarias, reintervenciones por sangrado, etc…(32,33,34).

VENTAJAS DESVENTAJAS

1. Estudio extenso del donante vivo 1. Morbimortalidad perioperatoria del donante 2. El donante vivo suele tener menos patologías asociadas 2. Riesgo de vivir con un solo riñón 3. El tiempo de isquemia es menor 3. Presión familiar inadecuada 4. Mejor compatibilidad HLA 4. Impacto psicológico en el donante que rechaza serlo 5. Inmunosupresión anticipada al receptor 5. Pérdidas económicas de tipo laboral 6. Posibilidad de trasplante anticipado 7. Se acorta el tiempo en lista de espera 8. Posibilidad de realizar el trasplante en fases de prediálisis 9. Reducción del nº de receptores en la lista de espera de cadáver 10. Beneficios psicológicos para el donante 11. Descubrimiento de patología tratable en el donante 1. Morbimortalidad perioperatoria del donante 2. Riesgo de vivir con un solo riñón 3. Presión familiar inadecuada 4. Impacto psicológico en el donante que rechaza serlo 5. Pérdidas económicas de tipo laboral

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1368 ÁNGEL ABENGÓZAR GARCÍA-MORENO Y DIEGO PERAL PACHECO

Las técnicas quirúrgicas empleadas en la actualidad son la nefrectomía mediante cirugía abierta con incisión mínima y la nefrectomía laparoscópica. El auge de la cirugía laparoscópica en los últimos años en el campo de la urología es indiscutible y ha animado a muchos grupos a iniciarse en trasplante de donante vivo e incluso a atribuir el mayor desarrollo de éste en los últimos años a dichas técnicas. Sin embargo, no debemos olvidar que existen grupos de trabajo que llevan años realizando extracciones de donante vivo con cirugías abiertas con excelentes resultados y gran experiencia (35,40). Las ventajas de una y otra son numerosas, existiendo multitud de artículos en la literatura que analizan con precisión los diferentes factores a tener en cuenta, no existiendo una información publicada suficiente para que la nefrectomía de donante laparoscópica sea considerada el método estándar (36). En definitiva, son los diferentes equipos de trasplante los que deben decidir una técnica u otra en función de sus posibilidades y experiencia, con el objetivo principal de dismi- nuir al máximo las complicaciones derivadas del acto quirúrgico.

4. CONCLUSIONES El trasplante renal es hoy día un tratamiento totalmente establecido, que ha demostrado mejorar la cantidad y calidad de vida de los pacientes con enfermedad renal crónica. Los pacientes con insuficiencia renal crónica aumentan progresivamen- te, precisando de un tratamiento sustitutivo, sin que el número de potenciales donantes sufra un incremento similar. Como consecuencia de esto, el tiempo de espera para trasplante de los pacientes con insuficiencia renal crónica se incrementa progresivamente. El cambio en el perfil del donante, experimentado en los últimos años, refleja un aumento del donante añoso, que fallece principalmente por enferme- dad cerebrovascular, con una disminución progresiva de la donación tras acci- dente de tráfico. Como consecuencia de esto, el número de trasplantes en este tipo de pacientes ha aumentado, objetivándose excelentes resultados en su- pervivencia del injerto y del paciente, sin embargo la demanda en pacientes de menor edad continua persistiendo, encontrando actualmente una pobre res- puesta en el trasplante renal de donante cadáver. El trasplante de donante vivo, en la actualidad se perfila como una exce- lente opción no sólo para contribuir en aumentar el número de riñones disponi- bles, sino permitiendo ser una primera opción para numerosos enfermos que

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 EVOLUCIÓN DEL TRANSPLANTE RENAL: 1369 TRANSPLANTE RENAL DE DONANTE VIVO podrán disponer de un riñón donante antes de comenzar la diálisis, mejorando así sus expectativas de supervivencia. Los avances en conocimientos, terapias inmunosupresoras y en técnicas quirúrgicas, permiten abordar el proceso cada día con mayores garantías de éxito tanto para el donante como para el receptor. La posibilidad de donación no genéticamente relacionada y de parejas cruzadas permitirá ofertar este trata- miento a cada día más pacientes en todo el mundo.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.373-1.388 1373

Un nuevo concepto de bibliografía: revisión y análisis cualitativo

M.ª DE ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO Fac. de Biblioteconomía y Doc. UEx

RESUMEN Se realiza una revisión del concepto de bibliografía a través de las definiciones localizadas para este estudio; en principio se realiza una revisión de la evolu- ción histórica del concepto y uso de este término a través del tiempo, analizando las distintas definiciones, recuperadas por medio de una serie de búsquedas retrospectivas en buscadores en la Red, catálogos y bases de datos. Una vez recogidas las definiciones a estudiar se procede a su estudio aplicando la meto- dología empleada por Mª del Pilar Ortego de Lorenzo-Cáceres.

PALABRAS CLAVE: Bibliografía, definición, análisis

ABSTRACT In this work a revision of the concept of “bibliography” is made through the definitions searched for this study; first we made a revision of the historical evolution of the concept and use of this term through time, analysing the different definitions recovered by means of a series of searches in Internet, catalogues and data bases. Once we had the definitions, we analyzed them applying the methodology used by Mª del Pilar Ortego de Lorenzo-Cáceres.

KEY WORDS: Bibliography, definition, analysis

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1374 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO

INTRODUCCIÓN Se realiza una revisión del concepto de bibliografía a través de las defini- ciones aportadas por diversos autores, con el fin de analizar qué aspectos del concepto de bibliografía son los considerados por los autores censados; tam- bién se realiza un estudio estadístico y de las relaciones establecidas entre los distintos parámetros analizados. Así, al iniciar el trabajo partimos de que el concepto de Bibliografía no es fácil de definir, pues ya en 1914 Greg decía en su obra “what is bibliography” (Pensato, 1994) que “la bibliografía está afligida por su nombre”. Y como se puede ver en este trabajo parece que aún no ha terminado de sufrir. El término bibliografía procede etimológicamente de la conjunción de dos formas griegas: biblion = libro y graphein = escribir; luego, en un principio significa “escribir libros con la mano”; posteriormente, hacia el siglo XII es usado con el signifi- cado de “describir libros”, que es la forma que ha perdurado hasta que, debido a la aparición de la obra titulada Bibliographia política, en 1633, cuyo autor es Naudé, comienza a usarse también para designar a una “lista de libros”, si bien la obra de Naudé no es un repertorio bibliográfico propiamente dicho, sino una relación de autores que han escrito sobre política, que incluye una lista de los libros que han escrito; aunque, como indica Gloria Carrizo (Carrizo, 1994) cabe la posibilidad de que el primero que empezó a usar esta palabra fuera Dioscórides, un médico griego del siglo I d.C, que tanta influencia tuvo tanto en farmaceúticos como en médicos en siglos pasados. Durante el siglo XVII, el término se empieza a utilizar (Torres, 1990), aun- que algunos autores continúan usando Biblioteca, Inventarium, Repertorium, Index, etc., como repertorio de libros. No es hasta el siglo XIX cuando se regula el nombre de bibliografía como lista de libros. A principios del siglo XVIII se utiliza el término con el significado de “estudio de los manuscritos”. En el diccionario Trévoux (Dictionnaire de Trévoux. Dictionnaire Universal français et latin, (1704) se define como “Co- nocimiento e interpretación de los antiguos manuscritos” y la Encyclopedie ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers de Diderot y d´Alamber (1751) no recoge la voz bibliografía pero sí bibliographe y lo define como “Aquél que está versado en el conocimiento de los manuscritos anti- guos”. En España el término bibliografía es usado por el Padre Esteban de Terre- ros, autor del “Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana” (1786), como “el conocimiento de los manuscritos antiguos”.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1375 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO

Finalmente, todavía en el siglo XVII (Torres, 1990) surge otro significado del término bibliografía como “Ciencia del libro” que es utilizado por Michael Denis en su obra “Gründiss der Bibliographie” (1774). Pero es a partir del siglo XIX cuando se difunde entre los profesionales, y aún en nuestros días se mantiene vigente, originando la llamada Teoría o Escuela Anglosajona (Carrizo, 1994) donde bibliografía se identifica con Ciencia del libro y se ocupa del “as- pecto histórico, descriptivo, analítico, crítico y catalográfico de las obras, de- jando a la Biblioteconomía sólo el tratamiento técnico: la clasificación”.

Fecha de Significado Autores aparición

I Escribir libros a mano Dioscórides (arte de los copistas) XVII Describir libros 1633 (XVII) Lista y descripción de libros Naudé (Francia) XVIII Estudio de los manuscritos Trévoux (1704) (principios) Diderot y d´Alambert (1751) (Francia) XVIII Ciencia del libro Michael Denis (1774) (Austria) (finales)

Fig. 1.1. Usos, significados, fechas de aparición y nombres de aquellos de quienes se tiene conocimiento que fueron los primeros en utilizar o aplicar el término Bibliografía.

Es difícil definir el concepto de bibliografía sin tener en cuenta la evolu- ción histórica del mismo. Así Balsamo (Balsamo, 1998) también considera los distintos significados del término Bibliografía como resultado de la evolución del concepto a través del tiempo; pero si se considera la bibliografía como una forma de comunicación dirigida a un colectivo, nos preguntaremos por qué y cuándo se ha originado, así como quiénes sienten la necesidad de este tipo de comunicación: esto implica conocer su evolución histórica dentro del contexto social. De manera que la bibliografía desde el punto de vista histórico forma parte del sistema de difusión de la cultura: tiene un papel mediador entre la producción literaria y los posibles lectores. Este papel mediador puede ser de diversa índole, dependiendo del objetivo: desde el área de estudios hasta el meramente comercial. Por tanto, lo prioritario es identificar los motivos (socia-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1376 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO les, económicos o ideológicos) que son la base de la elaboración de la biblio- grafía; de esta manera, se determinarán las cualidades técnicas (construcción, funcionamiento y eficacia) y finalmente el público al que va destinada. En el ámbito nacional, debido a los libreros, el término empezó a significar técnica de descripción de libros, especialmente libros raros para el mercado anticuario destinado a coleccionistas y bibliófílos; de esta manera, se puede ver por primera vez el aspecto económico de la bibliografía (hasta ahora se ha considerado el meramente cultural). En definitiva, Balsamo establece un triple significado de la bibliografía, como se indica en la tabla adjunta en la cual se tienen en cuenta en primer lugar la definición de bibliografía, la función asociada a esta definición y finalmente el ámbito sobre el que incide.

Bibliografía Función Ámbito Lista de libros Difusión de la información Técnico Mediador entre la producción Forma de comunicación Social literaria y los posibles lectores Técnica de descripción de libros Comercio del libro Económico

Tabla 1. Significado de la bibliografía según Balsamo

Esta pequeña revisión de la evolución del concepto de bibliografía, viene a indicar la dificultad de encontrar una definición clara y precisa, lo que conlle- va serias dificultades a la hora de, en el campo docente, enseñar la definición de bibliografía.

MATERIAL Y MÉTODO Para realizar este trabajo, se ha buscado en bases de datos, catálogos y otras fuentes de información, las definiciones de Bibliografía que presentan distintos autores y escuelas. Una vez compilada la información objeto de este estudio, se ha procedi- do al análisis de las mismas siguiendo el métdodo de estudio que utiliza la Prof. Pilar Ortego en su proyecto docente (Ortego, 2003) estudiando las definiciones

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1377 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO aportadas y analizando las características de las mismas como se muestra a continuación en los resultados de este trabajo.

RESULTADOS

Concepto de bibliografía según diversos autores Balsamo establece el concepto de bibliografía (Balsamo, 1998) en su obra titulada “la bibliografía: historia de una tradición” concluyendo que, “la Bi- bliografía tiene el deber, precisamente, de coordinar y utilizar el saber para obtener provecho de él, dando a conocer los libros promoviendo su difusión; en consecuencia, resulta un componente importante de la historia de la cul- tura”. Malclés (Malclés, 1985) (Carrizo, 1994), de manera general, considera que la bibliografía “ocupa un sector de la Bibliología o ciencia del libro y se propone buscar, identificar, descubrir y clasificar los documentos impre- sos, con el fin de constituir unos repertorios apropiados para facilitar el trabajo intelectual”. De esta forma, Malclés engloba todas las funciones de la bibliografía, pero dado que cada día se van desarrollando productos nuevos esta definición hay que ampliarla considerándola Gloria Carrizo como “una parte de la Ciencia de la información que constituye el depósito ordenado de referencias de documentos y los hace accesible para los usuarios, empleán- dose indiferentemente para hacer procesos de búsqueda manuales o automá- ticos”. Isabel de Torres en su libro “Bibliografía : la palabra y el concepto” (Torres, 1990) nos dice respecto al concepto de Bibliografía: “No existe, pues, la posibilidad de definir de manera unívoca el término “Bibliografía”. Pese a todos los esfuerzos que se han hecho por clarificarlo podemos decir con Serrai que la forma bibliografía presenta una etimología fácil y un uso mútliple, que no favo- rece una aproximación exacta a su significado por parte del especialista. En primer lugar establece la dificultad de definir este concepto, aunque lanza la siguiente propuesta: “Todo lo que tiene que ver con esta actividad. Las listas mismas, la teoría general de los repertorios bibliográficos, su estructura, finalidad, uso, articulación, desarrollo histórico, la metodología de su con- fección, el estudio y el conocimiento de cada repertorio, todo esto constituye para nosotros –y es en este sentido propio- la Bibliografía ”. Propone de este modo una definición de Bibliografía siguiendo la teoría tradicional de la escuela de la Europa Continental. También delimita el dominio de la Bibliografía : “Lo

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1378 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO que terminamos de decir nos conduce hasta el dominio de la Bibliografía, del que excluimos –con algunas salvedades, siguiendo a Simón Díaz- a los ma- nuscritos, con lo que consideramos que, propiamente, la historia de la Bi- bliografía comienza con la de la imprenta. Nos mostraremos partidarias de no cerrar la Bibliografía al influjo de las nuevas tecnologías y abogamos por una nueva definición del dominio de nuestra disciplina, a fin de que pueda seguir siendo un instrumento válido para responder a las nuevas exigencias de información que tienen nuestro contemporáneos”. Asímismo, comenta el aspecto técnico de la Bibliografía : “Por último, en relación con su estatuto científico, pensamos que la Bibliografía es una téc- nica y más que una técnica: una ciencia aplicada e instrumental, que se nos presenta hoy como disciplina autónoma, con objeto propio de investigación y método también propio, muy ligado al de las ciencias históricas.” Blum, en su libro “Bibliografía: un examen de sus definiciones y sus denominaciones” (Blum, 1980) concluye que, de manera generalizada, en Euro- pa bibliografía significa “en primer lugar la descripción de libros y otras publicaciones y la elaboración de repertorios, y en segundo lugar el conoci- miento de los libros y toda la información sobre listados de documentos y todo lo necesario para llegar a su conocimiento”. Gloria Carrizo (Carrizo, 1994) establece que la Escuela de la Europa Con- tinental o Teoría Tradicional está formada por los teóricos de los países de la Europa Continental: Alemania, Francia, Italia, España, etc., “los cuales consi- deran la Bibliografía como ciencia de los repertorios, y centran sus funcio- nes en recopilar, describir y ordenar los escritos”. Para Robinson (Robinson, 1992) la bibliografía se ocupa de “ todo el campo de la ciencia de los libros como entidades físicas: su historia y formas cambiantes, los materiales y métodos de su fabricación, su descripción y compilación en listas”. Según Krummel (Krummel, 1993), “El término bibliografía puede tener dos definiciones: existe la bibliografía por sí misma, una actividad, y existe una bibliografía que es el resultado de esa actividad. Las bibliografías per- tenecen generalmente a dos grupos, uno que está relacionado con la enume- ración de libros y otros documentos, y otro que se preocupa del estudio de los libros como objeto físico”.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1379 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO

Por su parte, la norma “ UNE 50-113-1:1992 sobre Documentación e In- formación. Vocabulario. Parte 1: conceptos fundamentales (Aenor, 1999), “defi- ne la bibliografía como la “ técnica de identificación y descripción de docu- mentos, así como de la organización de las descripciones obtenidas”. Para terminar, según el Diccionario de Bibliología de José Martínez de Sousa (Martínez, 1993), el concepto de Bibliografía puede definirse de seis modos diferentes: “Catálogo o lista de obras referentes a un autor o una materia. Técnica de identificación y descripción de documentos y de la organi- zación de las descripciones obtenidas. Antiguamente, conocimiento de los manuscritos. Antiguamente, ciencia del libro. Antiguamente, ciencia de las bibliotecas. Ciencia de los repertorios”. Finalmente, según el Glosario ALA de bibliotecología, Bibliografía (Young, 1988) es: “estudio de los libros como objetos físicos, a fin de determinar la histo- ria y transformación de los textos ; arte de describir los libros correctamente en lo que se refiere a la autoría de los trabajos que contienen, las ediciones, la forma física, etc., y lista de trabajos, documentos o piezas bibliográficas que, generalmente, tienen relación entre ellos, por ejemplo, un autor dado, un tema determinado o que se han publicado en el mismo lugar”. Difieren de un catálogo en que su contenido no se halla limitado a los fondos de una sola colección, biblioteca o grupo de éstas.

LA BIBLIOGRAFÍA COMO FUENTE DE INFORMACIÓN Arturo Martín Vega (Martín, 1995) considera que la bibliografía es la rama más afín a las fuentes de información, estableciendo el concepto de bibliogra- fía asociado al de fuentes de información y partiendo del concepto tradicional de la bibliografía como “la ciencia que se ha ocupado de la identificación de los libros y así sucesivamente hasta establecer los posibles significados de la palabra bibliografía a través de la historia”. Mientras que Isabel Villaseñor (Villaseñor, 1999) partiendo de los errores que se cometen al definir fuente de información pone de manifiesto “la costumbre de relacionar las fuentes de información con la bibliografía, y no sólo en manuales, sino también en la

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1380 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO designación de algunas asignaturas destinadas a formar futuros profesionales de la información, donde los dos términos se relacionan e incluso se identifi- can”. Esto se debe a la tendencia encabezada por Marcelle Beaudiquez (Beaudiquez, 1989) que amplía los límites de la bibliografía como ciencia, inclu- yendo en su seno las fuentes de información y concediéndole el carácter de disciplina que permite la búsqueda global del documento y la información. Pero el objeto de estudio de ambas disciplinas es distinto, ya que, mientras que para “la bibliografía es el estudio de la historia y de la elaboración de los reper- torios bibliográficos (las bibliografías)”, para las fuentes de información en el seno de la naciente ciencia de la documentación, es el estudio de todo tipo de documentos en cualquier soporte y de todo aquello que proporcione in- formación, se haya creado con tal fin o no (personas, instituciones y docu- mentos). Es cierto que la bibliografía ha sentado sus bases, como lo han reconoci- do algunos autores, porque su principal objetivo ha sido y es no sólo describir e identificar documentos, sino también permitir localizarlos para poner al alcan- ce la información requerida en un momento dado No se le debe atribuir el estudio y análisis de aquellas fuentes que no son bibliográficas. Por tal motivo conviene no confundir “bibliografía” con “biblio- grafías”; la primera es una disciplina considerada por algunos autores como Ciencia, mientras que las segundas son el resultado o producto resultante de la aplicación de una técnica muy específica “La Bibliografía (Villaseñor, 1999) no puede ni debe ocuparse de otras fuentes que no sean las que proporcionan exclusivamente información bi- bliográfica, es decir, información que remita a textos de las características que sean: Libros, artículos o publicaciones periódicas” Una vez expuestas las definiciones aportadas podemos ver en la siguien- te tabla los autores de las mismas.

Glosario ALA de Balsamo Beaudiquez bibliotecología Blum Carrizo Escuela anglosajona Europa continental Krummel Malclés Martín Vega Martínez de Sousa Robinson Torres UNE 50-113-92/1 Villaseñor

Tabla 2. Autores de las definiciones a analizar

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Para una mayor claridad y una mejor localización de los elementos que forman parte de las diferentes definiciones más arriba citadas, exponemos a continuación la siguiente tabla:

Autor Naturaleza Función Finalidad Elementos Contexto Producto Dominio

ALA X X Balsamo X X X Beaudiquez X X Blum X X Carrizo X X X Escuela X anglosajona Europa X Continental Krummel X Malclés X X X Martín X X Martínez X X de Sousa Robinson X X X Torres X X X X X UNE X X 50-113-92/1

Villaseñor X X X

Tabla 3. Relación de los autores de las definiciones y los elementos usados en las definiciones

En la tabla se muestran en la primera columna los autores censados y en cada fila se va indicando con una x los elementos que forman parte de las definiciones aportadas por los mismos. También se pone de manifiesto que ninguna definición abarca todos los elemento estudiados, la que más tan sólo hace referencia a 5 de ellos y la que menos incluye uno sólo.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1382 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO

A continuación se realiza un análisis de cada uno de ellos: Naturaleza: o esencia y propiedades características de la bibliografía. Algunas definiciones comienzan destacando diferentes rasgos tales como su carácter científico y técnico, como se pone de manifiesto en la siguiente tabla.

Concepto de Bibliografía. Naturaleza

Glosario ALA de Bálsamo Beaudiquez bibliotecología

Escuela anglosajona: Blum Carrizo Científica, Histórica, Descriptiva, Analítica, Crítica, Catalográfica Escuela de la Europa continental Krummel Malclés Científica

Martínez de Sousa Martín Vega Técnica y Científica Robinson

Torres UNE 50-113-92/1 Técnica y Científica Villaseñor

Tabla 4. Relación de los autores que incluyen la naturaleza de la bibliografía en su definición

Función o actividad (capacidad de acción) de la bibliografía. La mayoría de las definiciones analizadas hacen referencia al uso que se hace de la biblio- grafía, como puede apreciarse en la figura que se observa a continuación.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1383 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO

Concepto de Bibliografía. Función

Glosario ALA de Bálsamo Beaudiquez bibliotecología Coordinación y utilización del saber Búsqueda global del documento y la Estudio de los libros como objetos información Blum Carrizo: Depósito ordenado de Descripción y conocimientos de referencias de documentos hacién- Escuela anglosajona libros y otras publicaciones dolos accesibles para los usuarios Krummel Malclés Escuela de la Europa Enumeración de libros y otros doc. Búscar, identificar, descrubrir y continental Libros como objetos físicos clasificar los documentos impresos Robinson Martín Vega Martínez de Sousa Ciencia de los libros como Identificación de los libros entidades físicas UNE 50-113-92/1 Torres Identificación y descripción de Villaseñor documentos

Tabla 5. Relación de los autores que incluyen la función de la bibliografía en su definición

Finalidad, fin, motivo o móvil con qué o porqué se hace una bibliografía. Algunas definiciones recogen la principal finalidad de la bibliografía como fuente de información.

Concepto de Bibliografía. Finalidad

Glosario ALA de Bálsamo bibliotecología Dar a conocer los libros: difusión Beaudiquez

Blum Carrizo Facilitar procesos de búsqueda Elaboración de los repertorios Escuela anglosajona manuales y autonómicas

Escuela de la Europa Krummel Malclés continental Construir repertorios

Martínez de Sousa Robinson Martín Vega Conocimiento de los manuscritos Descripción y compilación de listas Organiz. de las descripc. obtenidas Torres UNE 50-113-92/1 Villaseñor Respuesta a la nuevas exigencias Organización de las descripciones Elaboración de los repertorios de información obtenidas bibliográficos (las bibliografías)

Tabla 6. Relación de los autores que incluyen la finalidad de la bibliografía en su definición

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Elementos que integran la bibliografía. Respecto a esta cuestión, las de- finiciones analizadas son dispares, haciendo referencia a diferentes objetos de estudio de la Bibliografía (por ejemplo, soportes –libros o revistas-, materiales y métodos de fabricación, etc.).

Concepto de Bibliografía. Elementos

Glosario ALA de Bálsamo Beaudiquez bibliotecología

Blum Carrizo Escuela anglosajona

Escuela de la Europa Krummel Malclés continental

Robinson: Libros como entidades fí- Martín Vega Martínez de Sousa sicas: Historias y formas (cambiantes) materiales y métodos de fabricación

Villaseñor Torres UNE 50-113-92/1 Libros, artículos y revistas

Tabla 7. Elementos de la Bibliografía, según diversos autores

Contexto o entorno en que se enmarca el uso de la bibliografía, estable- ciéndose diferentes conexiones con distintas ciencias, siempre relacionadas con la cultura y los libros.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1385 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO

Concepto de Bibliografía. Contexto

Glosario ALA de Bálsamo Beaudiquez bibliotecología Componente importante de la Incluye las fuentes de la historia de la cultura información

Blum Carrizo Es una parte de la Escuela anglosajona Elaboración de los repertorios Ciencia de la Información Malclés Escuela de la Europa Krummel Sector de la Bibliología o continental Ciencia del libro

Martín Vega: Rama más afín a las fuentes de la información. Concepto Martínez de Sousa Robinson asociado a las fuentes de la inf. Villaseñor Torres UNE 50-113-92/1 Situada en el seno de la naciente ciencia de la documentación

Tabla 8. Contexto de la Bibliografía, según diversos autores

Producto de la bibliografía, o lo que es lo mismo, resultado final de los estudios bibliográficos: repertorios y listas de trabajo.

Concepto de Bibliografía. Producto

Glos. ALA de bibliotecología: Lista de trabajos no limitadas a los Bálsamo Beaudiquez fondos de una sola colección o Bibliot.

Blum Carrizo Escuela anglosajona

Escuela de la Europa Krummel continental Malclés

Martín Vega Martínez de Sousa Robinson

Torres UNE 50-113-92/1 Villaseñor Las listas mismas

Tabla 9. Producto de la Bibliografía, según diversos autores

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1386 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO

Dominio de la bibliografía. Algunas definiciones incluyen el ámbito de esta actividad, que enmarca cuál es el objetivo concreto de los estudios biblio- gráficos.

Concepto de Bibliografía. Dominio

Glosario ALA de Bálsamo Beaudiquez bibliotecología

Blum Carrizo Escuela anglosajona

Escuela de la Europa Krummel Malclés continental

Martín Vega Martínez de Sousa Robinson

Torres: Las listas mismas: excluye los manuscritos y se UNE 50-113-92/1 Villaseñor abre a las nuevas tecnologías

Tabla 10. Dominio de la Bibliografía, según diversos autores

CONCLUSIONES De los 7 elementos estudiados ninguna definición los contiene todos, tan sólo Isabel de Torres hace referencia a 5 de ellos siendo la que más elemen- tos incluye, seguida de cinco autores con 3 elementos, seis autores con dos, y con uno las definiciones de la escuela anglosajona, la de la Europa continental y Krummel, por lo que consideramos no son necesarios todos ellos para expre- sar el concepto de bibliografía. Respecto a la naturaleza la incluyen cuatro autores en su definición ha- ciendo hincapié en su naturaleza científica todo ellos, mientras que la técnica la destacan dos y la histórica, descriptiva, analítica, crítica y catalográfica la considera la escuela anglosajona solamente.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 UN NUEVO CONCEPTO DE BIBLIOGRAFÍA: 1387 REVISIÓN Y ANÁLISIS CUALITATIVO

La función de la bibliografía es el elemento más considerado: concreta- mente en 11 de las definiciones, seguido de la finalidad en 9 de ellas, el contexto en 6, los elementos y el producto en 2 y finalmente el dominio en una sola de las definiciones. Podríamos terminar considerando que la Bibliografía es una Ciencia que supera lo meramente físico, cuya función es buscar, recopilar, describir y clasi- ficar todo tipo de información, independientemente del soporte en que pueda presentarse, con el objetivo de producir repertorios bibliográficos, o bibliogra- fías propiamente dichas, a fin de difundir la información de modo que pueda facilitarse su recuperación, pasando de la información a la comunicación; tam- bién es un bien inmaterial de la cultura, ya que está en nuestra mente desde el mismo momento de su inicio.

BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1388 M.ª DEL ROSARIO FERNÁNDEZ FALERO DIEGO PERAL PACHECO

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.389-1.438 1389

La Medicina Popular en la Ciudad de Badajoz

PERAL PACHECO, DIEGO1 MARTÍN ALVARADO, MIGUEL ÁNGEL1* VALLEJO VILLALOBOS, JOSÉ RAMÓN1 ALTIMIRAS ROSET, JACINT2 ROURA POCH, PERE2

Grupo de Investigación en Humanidades Médicas. Facultad de Medicina. Uex.

RESUMEN Este trabajo se inició con el diseño de un protocolo de investigación para el estudio de la Medicina Popular en la población general, que fuera utilizable en ocasiones ulteriores con el fin de obtener estudios comparables entre sí y resul- tados completamente compatibles. Estudiamos el conocimiento y la utilización de la Medicina Popular en la ciudad de Badajoz, así como la procedencia y la transmisión de los remedios con un enfoque epidemiológico. Se realizaron un total de 746 entrevistas válidas (68% a mujeres y 32% a varones). La edad media de los encuestados fue de 47,8±18,9 años y el 90% de los mismos había nacido en Extremadura. El 11% de los entrevistados se consideraron de origen rural mientras que el 89% fue considerado de origen urbano. No se demostró asociación estadísticamente significativa entre el sexo, el nivel de instrucción, el estado de salud percibido y el conocimiento o uso de remedios populares. Sí se comprobó una asociación estadísticamente significa- tiva entre ser mujer y conocer personalmente a usuarios de remedios naturales. El 92% de todos los encuestados tiene conocimientos sobre Medicina Popular. La transmisión de remedios se realiza fundamentalmente a través de miembros de sexo femenino y a través de familiares hasta en el 73% de los casos, de forma personal.

1 Facultad de Medicina (Badajoz). Universidad de Extremadura. * Dirección de Contacto: Miguel Ángel Martín Alvarado. Avda. del Mediterráneo, 61, 7ºB, 28007-Madrid. Tfno.: 677855865. [email protected] 2 Unitat d’Epidemiologia Clínica. Hospital General de Vic (Barcelona).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1390 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

Se registraron 292 remedios procedentes de ambas provincias extreme- ñas. El 75% de los encuestados emplea en la actualidad o ha utilizado remedios de Medicina Popular. El 57% de los remedios empleados son de naturaleza vegetal, el 25% son remedios heterogéneos, el 8% son remedios cuyo efecto es de naturaleza física, el 5% son de origen animal, el 3% de origen mineral y el 2% de naturaleza o acción mágica. Se citaron un total de 178 patologías o trastornos en los que los encuestados utilizan remedios populares, siendo los cinco procesos más frecuentes en pala- bras de los entrevistados: catarro, nervios, dolor de estómago, tos y dolor de garganta.

SUMMARY This work began with the design of a protocol of investigation for the study of the Popular Medicine in the general population usable outside sometimes later to obtain comparable studies and completely compatible results between them. We study the knowledge and the use of Popular Medicine in the city of Badajoz, as well as the origin and the broadcast of the remedies with an epidemiologist approach. A total of 746 valid interviews were realized (68% to women and 32% to men). The average age of the surveyed ones was of 47.8±18.9 years old and 90% of them were born in Extremadura. 11% of the interviewed people were considered as rural originated whereas 89% were considered as urban originated. Statistically significant association between sex, level of instruction, perceived state of health and knowledge or use of popular remedies was not demonstrated. Nevertheless there is a statistically significant association between being a woman and personally know users of natural remedies. 92% of all the surveyed has knowledge about Popular Medicine. The transmission of these remedies is performed essentially by feminine sex members, personally used and through relatives until 73% of the cases. 292 remedies coming from both frontiers provinces were registered. 75% of the surveyed ones use at the present or have used Popular Medicine remedies. 57% of remedies used are of vegetal nature, 25% are heterogeneous remedies, 8% are remedies whose effect is of physical nature, 5% are of animal origin, 3% of mineral origin and 2% of nature or magical action. A total of 178 pathologies or upheavals were mentioned in which the surveyed ones used popular remedies, being the five more frequent processes as the interviewed ones said: cold, nerves, stomach ache, cough and sore throat.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA POPULAR EN LA CIUDAD DE BADAJOZ 1391

INTRODUCCIÓN En la actualidad asistimos a un retorno, más o menos extendido, a las recientemente denominadas medicinas complementarias o alternativas y que, tradicionalmente, hemos conocido como Medicina Popular o natural. La multi- plicidad de denominaciones, el diferente uso de las mismas y su contenido dispar, requiere que establezcamos un contexto general para evitar equívocos. La medicina científica, occidental o convencional es la que emana de las Facultades de Medicina y se basa en el método científico, con la experimenta- ción como pilar básico y más recientemente con la medicina basada en pruebas. Siguiendo la corriente de pensamiento que la OMS estableció en 2001, se denomina medicina alternativa o complementaria a aquella que utiliza métodos diagnósticos y terapéuticos ajenos a la medicina alopática o científica que predomina en los países desarrollados. Además, el criterio de la OMS restringe la denominación de medicina tradicional a aquella que está integrada en la sociedad y que forma parte de la cultura y de las tradiciones de la civilización de que se trate y que, en general, prevalece sobre la medicina alopática. El término medicina popular, que no se contempla entre las definiciones oficialistas, se aplicaría al saber médico popular, según la definición del antropólogo Castillo de Lucas [4]; para Guío estaría constituido por las creen- cias y prácticas sobre la enfermedad; serían las ideas y prácticas médicas con un trasfondo mágico, natural y religioso [5], según la visión de Kuschick [17], y, según la definición de Peral sería el conocimiento y la aplicación de remedios naturales, preventivos y terapéuticos, transmitidos de forma oral [13]. Así, la medicina popular encajaría entre las medicinas complementarias o alternativas según las definiciones de la OMS. En este acervo popular se individualiza por volumen y entidad propias el conocimiento, transmisión, uso y consumo de remedios basados en plantas medicinales [10]. Las plantas se han utilizado con propósitos medicinales du- rante miles de años [1]. Es curioso observar al respecto que las corrientes migratorias han aportado casi siempre a los lugares adoptados el saber popular de los emigrantes, sus remedios tradicionales, tanto botánicos como de cual- quier otra naturaleza [3]. Todas las culturas conocidas han utilizado especies botánicas como método curativo. Por ejemplo, cinco siglos antes del nacimien- to de Jesucristo, Hipócrates registró el uso de la hierba de San Juan para mejo- rar el estado de ánimo [21]. En Europa la medicina botánica, que se originó en la Edad Media, floreció en el siglo XVII y después fue declinando conforme

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1392 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH avanzaba la Revolución Científica. No obstante, gran parte de la farmacoterapia actual deriva de la botánica, estimándose en el 10% las especies vegetales con propiedades medicinales (es decir, unas 21.000 especies, aproximadamente) de las que se calcula que se han examinado e investigado tan solo el 4% [21]. Actualmente, la medicina comprehensiva es aquella práctica de la medici- na que reafirma la importancia de la relación entre médico y paciente, se centra en la persona como un todo, se basa en pruebas y hace un uso apropiado de todas las aproximaciones terapéuticas, profesionales sanitarios disponibles y disciplinas conocidas para alcanzar la máxima restitución posible de la salud óptima [20]. Las terapias complementarias son sólo un subgrupo que conforma la medicina comprehensiva en su doble sentido de comprensiva, que entiende, y comprensiva, que incluye. Según esto la lista de elementos posibles a consi- derar dependería de las diferentes culturas pero con ciertos valores básicos: importancia de los derechos individuales, acceso a la información característi- ca de una sociedad moderna y relaciones no jerárquicas entre pacientes y proveedores de salud, dándole gran importancia a la prevención de enfermeda- des y a la promoción de la salud [20]. En este contexto general definimos Medicina Popular como el conoci- miento y aplicación de remedios naturales, tanto para la prevención como para el tratamiento de molestias y procesos morbosos. Este conocimiento se trans- mite de forma oral, fundamentalmente, aunque algunos remedios hayan sido descritos en la literatura. La Medicina Popular es utilizada por la Medicina Alopática. Por otra parte, definimos Remedios Naturales como todos aquellos re- medios, incluidos medicamentos, que tienen su origen en la naturaleza o en la magia, bien se utilicen elementos místicos o no, con preparación sencilla o sin preparación, que pueden entrar en contacto físico con el cuerpo humano o no, y cuyo objetivo es que desaparezcan o disminuyan los signos y síntomas que padece la persona.

OBJETIVOS Los objetivos del presente trabajo son los siguientes: Diseñar y validar un protocolo de investigación para el estudio de la medicina popular en la población general, que sea utilizable en ocasiones ulte- riores (otras ciudades, pueblos o grupos de población) con el fin de generar estudios comparables entre sí y resultados completamente compatibles.

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Estudiar, concretamente, el conocimiento y la utilización de la medicina popular en la ciudad de Badajoz, la procedencia y la transmisión de los reme- dios con un enfoque epidemiológico y cuantificar los remedios populares que se conocen y utilizan en dicha ciudad.

MATERIAL Y MÉTODO Se trata de un estudio observacional, descriptivo y transversal, mediante entrevistas personales cara a cara. La población de estudio la constituyen todas las personas de 18 años o más, que sean originarias de Extremadura o que vivan desde hace 18 o más años en la región y que, en el momento de la encuesta, residan, oficialmente o no, en una calle de la ciudad de Badajoz3, exceptuando el barrio de “Las Cues- tas de Orinaza” y aledaños4. Se excluyen de este estudio a las personas que estén estudiando o hayan cursado estudios de biología, botánica, enfermería, farmacia, homeopatía, naturopatía o medicina, que hayan leído libros al respecto o hayan consultado frecuentemente a homeópatas, naturópatas o herbolarios. Se requiere, además, que no padezcan defectos sensoriales graves ni tengan las facultades mentales perturbadas. Las exclusiones realizadas por estos motivos no constituirán unidades estadísticas de estudio. Se utilizará una muestra aleatoria estratificada para controlar las variables que pueden ser factores de confusión y que están relacionadas con el hecho de

3 En este trabajo la palabra calle incluye también a las denominaciones: avenida, callejón, camino, carretera, grupo de viviendas, paseo, pasaje, plaza, ronda, traseras, travesía y urbanización, que deben figurar en un callejero completo, específicamente elaborado para seleccionar la muestra de este estudio. 4 Los aledaños del barrio de “Las Cuestas de Orinaza” comprenden: el barrio Los Colorines, la Avenida del Padre Tacoronte (desde la calle San Marcial hasta la calle Campo Maior, las calles Viriato, San Marcial, Gurugú, Hermanos Medina, Monteverde, Pintor Goya, callejón Gurugú y camino Santa Engracia.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1394 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH conocer y utilizar la Medicina Popular. Los criterios por los que se estratificará la muestra son los siguientes [2]: • La edad (grupo de edad). Es probable que a mayor edad haya un mayor conocimiento y utilización de la Medicina Popular. Puesto que la infor- mación que se podría obtener de personas más mayores sería superior, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, es por lo que hemos elegido gradualmente un mayor número de personas en la muestra a medida que aumenta el grupo de edad, excepto para las per- sonas de 80 años y más. El factor edad, a su vez, podría estar relaciona- do con la frecuencia y banalidad, objetiva o subjetiva, de las enferme- dades padecidas, con la cronificación de las mismas y con la utilización escasa o nula de la medicina convencional para determinados procesos morbosos. • El sexo. A priori creemos que las mujeres y la condición social de ama de casa, estrechamente relacionada con el sexo femenino, por la espe- cial relación madre-hijo y con el estado de salud de los familiares direc- tos, estarán más relacionadas con el hecho de conocer y utilizar la Medicina Popular. • El lugar de nacimiento. Es fácil sospechar que aquellas personas que bien hayan nacido en zonas rurales bien hayan vivido durante periodos significativos de su vida en las mismas o convivan con ascendientes de este tipo, tengan un mayor discernimiento o utilización de la Medicina Popular, en comparación con las personas nacidas en la ciudad, que han vivido la mayoría de su vida en la misma o convivan con ascendien- tes de extracción urbana o medio-urbana. Utilizaremos una clasifica- ción muy básica del poblamiento en Geografía Humana, aunque arbitra- ria, que combina el número de habitantes y las actividades económicas predominantes del núcleo de población (Tabla 1). Consideraremos como del grupo rural a todas aquellas personas que hayan nacido en nú- cleos de población con menos de 2.000 habitantes censados y cuya actividad primordial sean las tareas agrícolas o ganaderas tradiciona- les. En España sólo el 7,5% de la población habita en municipios de estas características mientras que en Extremadura lo hace el 20,8% de la población, casi tres veces más. Consideraremos como del grupo urba- no a todas aquellas personas que hayan nacido en núcleos medio- urbanos (entre 2.000 y 10.000 habitantes) y urbanos (más de 10.000 habitantes) y cuyas actividades predominantes estén relacionadas con el comercio, la industria y los servicios. En España el 16,4% de la

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población habita en municipios medio-urbanos mientras que en Extremadura lo hace el 35,8% de la población, prácticamente el doble. El 76% de la población española vive en municipios urbanos mientras que sólo el 43,4% de la población extremeña es urbana como tal5.

CLASIFICACIÓN DEL POBLAMIENTO

Municipios según Municipios según el Número de habitantes actividades económicas

Rurales Medio- Urbanos Hábitat Hábitat urbanos rural urbano <2.000 habit. 2.000-9.999 habit. >10.000 habit. Agrícolas Comercio Nacen/ Nacen/ Nacen/ Ganaderas Industria Viven/ No Viven/ Viven/ Trabajan No Trabajan Trabajan Eñ6: 7,5% Eñ: 16,4% Eñ: 76% Industria Servicios Ex7: 20,8% Ex: 35,8% Ex: 43,4% Comercio

Tabla 1. Clasificación del poblamiento

Como no sabemos a priori el porcentaje de personas que conocen y utilizan la Medicina Popular en la ciudad de Badajoz, hemos realizado un estu- dio piloto entre el personal de la Gerencia de Atención Primaria del Instituto Nacional de la Salud de Badajoz, con el objetivo de averiguar el tamaño de la muestra necesario para nuestro trabajo, según los resultados de dicho estudio inicial. Utilizando el menor porcentaje de conocimiento de la Medicina Popular observado en el estudio piloto (71.7%) y con un intervalo de confianza del 95% (error a = 5%) la muestra mínima necesaria para realizar este trabajo sería de 306 personas. Puesto que desconocemos la tasa de personas que se negarán a partici- par en el estudio y el porcentaje esperado de exclusiones bioéticas pensamos que pueda situarse alrededor del 20%, se aumenta la muestra en un 25%, por lo

5 Todos los datos utilizados para calcular estos porcentajes proceden de las Cifras de Población referidas al 01/01/1999 del Instituto Nacional de Estadística. 6 Eñ = España 7 Ex = Extremadura

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1396 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH que la muestra final mínima será de 382 personas. Las reservas por tramo de edad se destinan sólo a las exclusiones éticas, es decir, personas que aun cumpliendo con todos los criterios no quieran participar en el estudio. La estratificación de la muestra se realiza de forma proporcional por gru- pos de edad y sexo, teniendo en cuenta las consideraciones efectuadas ante- riormente, con el siguiente resultado (Tabla 2):

Grupos de Edad Varones Mujeres Reservas Totales Rural Urbano Rural Urbano 18-29 años 6 6 7 6 6 31 30-39 años 7 7 7 7 7 35 40-49 años 9 8 9 9 9 44 50-59 años 11 11 12 11 11 56 60-69 años 18 17 18 17 18 88 70-79 años 18 17 18 17 18 88 80 años y más 8 8 8 8 8 40

Totales 77 74 79 75 77 382

Tabla 2. Muestra segregada por grupos de edad, sexo y procedencia.

La aleatorización de la muestra estratificada de personas a encuestar en la ciudad de Badajoz se ha conseguido de la siguiente manera: hemos elegido aleatoriamente cinco calles de cada distrito postal de la ciudad, obteniendo un total de cincuenta y cinco nombres de calles del callejero de la ciudad de Badajoz (Tabla3). El número de la calle o la vivienda será elegido libremente por el encuestador in situ. Para la elección del número del piso el encuestador utiliza- rá una tabla de números aleatorios: si la vivienda tiene más de una planta y menos de diez elegirá un número de una cifra, y si la vivienda tiene diez plantas o más elegirá dos líneas o dos columnas de la tabla. La letra del piso se elegirá de forma arbitraria, también in situ.

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Los nombres de las calles son:

Distrito Postal Nombre de la Vía Observaciones

06001 C/Meléndez Valdés Del 16 y 19 al final C/Duque de San Germán C/Norte Plaza de Portugal Callejón del Parque

06002 C/Suárez Somonte C/Castillo C/Montesinos C/San Lorenzo C/Padre Rafael

06003 Grupos 1 y 2 Pardaleras Plaza Cecilio Reino C/La Canela Avda. Jose Mª Giles Ontiveros Del 1 al 85 y del 2 al 84 C/Museo

06004 C/Gral.Manuel Saavedra Palmeiro Antigua C/Cuartel Plaza del Pilar Plaza de la Constitución C/Manuel García Matos C/Zaragoza

06005 C/República Argentina C/Regino de Miguel C/Juan Miró Avda. Villanueva C/Díaz Brito

06006 C/Torres Navarro C/Jalifa C/Hernando de Soto C/Huesca C/Mérida

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1398 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

Distrito Postal Nombre de la Vía Observaciones

06007 C/Gévora C/Castaño C/Umbría C/Portalegre Avda. del Sol

06008 C/García de la Huerta Ronda del Revellín C/Gómez de Tordolla C/Extremadura Plaza de Talavera la Real

06009 C/Otoño C/Henao Muñoz, M. C/Ricardo Carapeto Burgos Urbanización La Atalaya C/Cámara, JR. 06010 C/Hermanos Maristas

C/La Hiedra Ciudad Jardín C/Cartagena Avda. Dr. Juan Pereda Pila C/Pedro Cieza León

06011 Avda. República Dominicana Avda. Sinforiano Madroñero C/Corazón de Jesús Ctra.Olivenza Km. 6-7 C/Jacinta García Hernández C/Federico Alba Quesada

Tabla 3. Nombres de las calles y observaciones a la elección.

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Durante el sorteo de las calles se produjeron varias incidencias que su- pusieron su eliminación por distintas razones. El Cartero Mayor del Servicio de Correos y Telégrafos de Badajoz nos resuelve algunas de las dudas acaecidas durante el sorteo de los nombres del callejero: en la C/Castillo Militar hay sólo unas chabolas pequeñas, por lo que se desestima; en la C/Audiencia, la C/Mercado, la Plaza de Bernardino Torres y la Plaza de Toros ya no habita nadie; la C/Tavira ya no existe; el Cerro de San Miguel no es una calle sino un barrio que tiene muchas calles; la C/Obispo Mateo Delgado se vio afectada por la riada del 6 de noviembre de 1997. Además, a pesar de figurar en el callejero no hemos sido capaces de encontrar en el plano de Badajoz las siguientes calles: C/Matías Ramón Martínez Martínez, Plaza de las Escuelas, C/Don Bosco, C/El Arce, C/Los Alpotreques, C/Diego Barrena, C/El Tamarisco y C/Hibisco. Unidades estadísticas. Las personas elegidas por muestra para el estu- dio constituyen las unidades estadísticas. Variables del estudio. Se registrarán un total de 30 variables; nueve corresponden a datos de filiación de los encuestados y las veintiuna restantes se refieren a los remedios por ellos conocidos. Las variables de los encuestados (datos de filiación) son: la edad (1), el sexo (2), su lugar de nacimiento (medio rural o urbano) (3), su profesión (4), su etnia (si procede) (5), si tiene descendencia o no (6), su nivel de instrucción (7), su nivel de ingresos mensuales (8) y su estado de salud (9). Las variables de los distintos remedios son: su origen [fuente (10), tiem- po (11) y lugar (12)], la utilización (cualitativa) (13), el inicio de la utilización (14), la composición cuantitativa (15) y cualitativa (16), la procedencia (17), en caso de recolección, el momento que se ha recogido (18) y el lugar donde se ha recogido (19), la forma de preparación (20), la forma de aplicación (21), la forma de administración (22), la dosis (23), la frecuencia de utilización (24), la duración (25), el modo (26) y el lugar donde se guarda (27), la información a otras perso- nas (28), las indicaciones (29) y la eficacia (30). La única variable que deberá objetivarse es el “propio remedio” (compo- sición cualitativa). En el caso de que el día de la entrevista no se pueda objetivar o recoger una muestra, se solicitará otra cita (de palabra o se solicitará el teléfo- no a dicha persona).

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Criterios de exclusión Será excluida toda persona que se niegue a realizar la encuesta (exclusión bioética). Se excluirán, por operatividad, todas las personas que padezcan de- fectos sensoriales graves o que tengan perturbadas sus facultades mentales. Se excluirán también a aquellas personas que hayan cursado o estén realizando estudios de biología, botánica, enfermería, farmacia, homeopatía, naturopatía o medicina y a las que hayan leído libros sobre biología, botánica, enfermería, farmacia, homeopatía, medicina, naturopatía o plantas medicinales. Se excluirá a los herbolarios y todas aquellas personas que consulten a menudo con homeópatas, naturópatas o personal de herbolarios. Una vez realizada una entrevista se excluirán, automáticamente, el resto de personas que habiten en la misma vivienda para evitar el fenómeno del sobreapareamiento o contaminación, es decir, sólo será válida una encuesta por vivienda. Quedan excluidas todas las personas que habiten en casas, cortijos o viviendas no urbanizadas (sin nombre de calle), debido al método de aleatorización empleado en la selección. Para garantizar la seguridad personal de los encuestadores se excluye el barrio de Las Cuestas de Orinaza y aledaños8. Por operatividad se excluyen también los núcleos de población dispersos del municipio de Badajoz, concre- tamente: Alcazaba, Alvarado, Balboa, Gévora, Guadiana del Caudillo, Novelda del Guadiana, , Sagrajas, Valdebotoa y Villafranco del Guadiana.

Instrumento de medida (Cuestionario) Para facilitar la recogida de las variables se utilizará un cuestionario con tres partes. En la primera (Figura 1) se evalúan los criterios de inclusión y exclusión; en la segunda parte (Figura 2), con 22 cuestiones, unas abiertas y otras cerradas, se recogen los conocimientos y utilización de la Medicina Po- pular; y una tercera parte (Figura 3) que tiene siete preguntas sobre aspectos

8 Los aledaños del barrio de “Las Cuestas de Orinaza” comprenden: el barrio Los Colorines, la Avenida del Padre Tacoronte (desde la calle San Marcial hasta la calle Campo Maior, las calles Viriato, San Marcial, Gurugú, Hermanos Medina, Monteverde, Pintor Goya, callejón Gurugú y camino Santa Engracia.

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sociales y demográficos. Para facilitar la evocación por parte del entrevistado, el encuestador dispondrá de dos listas con nombres de dolencias comunes y de remedios populares9. La anamnesis ayudará también a cobrar conciencia a aquellas personas que conocen y utilizan o han utilizado la Medicina Popular sin saberlo.

CUESTIONARIO. PRIMERA PARTE Nº ENCUESTADOR Nº ENCUESTA Lugar de nacimiento Municipio: ______Provincia: ______País (si ha nacido en el extranjero): ______¿Reside en Extremadura hace 18 años o más?: Sí (1) No (2) ¿Reside actualmente en la ciudad de Badajoz?: Sí (1) No (2) Sexo: mujer (1) varón (2) Edad: ______años Profesión (si ha tenido varias, especificar aquella a la que ha dedicado más tiempo): ______(EXCLUIDOS: biólogos, botánicos, enfermeras/os, farmacéuticas/os, herbolarios, homeópatas, naturópatas y médicos) Señalar con una cruz esta casilla si es una exclusión bioética (persona que cumpliendo todos los criterios de inclusión no quiera participar en la encuesta).

Figura 1. Cuestionario, primera parte.

9 Lista de Dolencias: aborto, alergia, azúcar, caída del pelo, colesterol, diarrea, dolor, fiebre, gases, hemorroides, mareo, picor, piedras, quemaduras, resfriado, úlceras, verrugas (lista no exhaustiva). Lista de Remedios: agua, limón, manzanilla, menta, miel, romero, tila, tomillo (lista no exhaustiva).

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CUESTIONARIO. SEGUNDA PARTE

Nº ENCUESTA Nº REMEDIO 1 ¿Qué remedio conoce y/o utiliza?______

2 ¿Quién le ha dicho el remedio? Persona (1):______Lo ha leído (2) Lo ha visto en televisión (3) NS/NC (98) En el caso de que lo hubiera leído o hubiera visto/oído por televisión, no continuar el resto de preguntas para este remedio.

3 ¿Dónde le han dicho el remedio? o ¿De dónde era la persona que le ha dicho el remedio? Municipio: ______Provincia:______NS/NC (98)

4 El remedio, ¿Lo toma (1) lo ha tomado (2) ni lo toma ni lo ha tomado (3) NS/NC (98)?

5 ¿Para qué dolencia o dolencias lo utiliza o lo ha utilizado? a) ______b) ______c) ______

6 Ingrediente/s del remedio y cuantificación de los mismos (intentar especificarlos por orden de preparación): 1er ingrediente: ______cantidad: ______2º ingrediente: ______cantidad: ______3º ingrediente: ______cantidad: ______4º ingrediente: ______cantidad: ______5º ingrediente: ______cantidad: ______

7 ¿Cómo lo prepara? brebaje (1) caldo (2) cocción (3) cortando (4) infusión (5) refresco (6) zumo (7) Otros:______

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8 ¿Cómo se lo toma? Duchas (1) ensalada (2) fresco (3) friegas (4) gasas (5) Gotas (6) infusión (7) maceración (8) masticación (9) Paño (10) deglución (traga) (11) ungüento (12) Otros: ______NS/NC (98)

9 ¿Por dónde entra el remedio en el cuerpo?, ¿Cómo se lo administra? Inhalación (1) local (2) nasal (3) oral o deglución (4) Rectal (5) otros: ______NS (98)

10 ¿Qué cantidad toma? (nº de cucharillas, vasos, tazas...)______NS (98)

11 ¿Cuándo se lo toma? Mañana (1) tarde (2) noche (3) otros: ______NS (98) 12 ¿Cuántas veces se lo toma? (Al día, a la semana...)______NS (98) 13. ¿Durante cuánto tiempo se lo toma? Un día (1) varios días (2) una semana (3) Mientras dura la dolencia (4) otros: ______NS (98) 14 ¿Cómo le sienta? 14a desaparece (1) mejora (2) nada (3) empeora (4) NS (98) 14b siempre (1) a veces (2) nunca (3) NS (98)

15 ¿Cuántas veces lo ha utilizado? Una vez (1) varias veces (2) muchas/bastantes veces (3) Otros: ______NS (98) 16 ¿Desde qué edad viene utilizando este remedio? Desde siempre o desde la infancia (1) otros: ______NS (98)

17 El remedio, Lo compra (1) se lo dan (2) lo recoge en el campo (3) NS (98)

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Si lo recoge en el campo, 17a ¿Dónde lo recoge? Jardín (1) huerta (2) campo/monte (3) otros: ______NS (98)

17b ¿En qué época lo recoge? Primavera (1) verano (2) otoño (3) invierno (4) Indiferente (5) otros: ______NS (98) Si guarda el remedio, 18a ¿Cómo lo guarda? ¿Hace “algo” para guardarlo? ______NS (98)

18b ¿Dónde lo guarda?

Sin recipiente o en un recipiente transpirable1 (1)

Recipiente no transpirable2 (2) Nevera (3) Otros: ______NS (98)

19 El remedio que me acaba de explicar ¿Se lo ha contado a alguien? Sí (1) No (0) NS (98)

20 ¿Nos puede dar una muestra de este remedio? Sí (1) No (0)

Figura 2. Cuestionario, segunda parte.

NS = No sabe (siempre se codificará como 98). En el caso de que el entrevistado no conteste, no se señalará ninguna respuesta. Nota 1: Recipientes transpirables: saquito de ropa, caja de cartón con agujeros, etc. Nota 2: Recipientes no transpirables: porcelana, cristal, plástico, latón, etc.

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CUESTIONARIO. TERCERA PARTE

Nº ENCUESTA

Hijos: Sí (1) No (0) Nivel de Instrucción: Sin estudios (1) Primarios (2) Medios (3) Universitarios (4) Estado de Salud (actual): Muy bueno (1) bueno (2) regular (3) malo (4) muy malo (5) NS (98) Etnia (si procede): ______Ingresos familiares al mes (aproximados):______NS (98) Nº de teléfono (para ulteriores aclaraciones):______¿Conoce a alguien que conozca y/o utilice también remedios? Sí (1) No (0) (En caso afirmativo, nombre y dirección de la/s persona/s): ______

Figura 3. Cuestionario, tercera parte.

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Fuentes de datos Las fuentes de datos las integran el conjunto de personas seleccionadas por el encuestador. La constituye la transmisión oral de los remedios, haciendo uso de la memoria del entrevistado y ayudado por una lista recordatorio por parte del entrevistador.

Vaciado de datos Una vez realizado el trabajo de campo se transcribirán los datos de los cuestionarios a una hoja de cálculo, mediante etiquetas y codificación unifor- me de las variables, para su análisis posterior. Para la codificación de profesiones se podrá utilizar cualquier clasifica- ción habitualmente usada por el Instituto Nacional de Estadística.

Análisis estadístico Globalmente o incluso considerando los dos sexos por separado, se ha- llarán los intervalos de confianza para los distintos porcentajes. Para comparar entre grupos de edad, profesiones, descendencia, nivel de instrucción y nivel de ingresos, es decir tamaños de submuestras inferiores a 25 ó 30 casos, se utilizarán pruebas no paramétricas. Para ver la relación entre nivel de ingresos y el número de remedios utilizados y/o conocidos se utilizará el test de correla- ción. Para la realización de las pruebas estadísticas se utilizará el programa SPSS para Windows versión 9.0 inglesa. Aunque no tienen el mismo significado, las respuestas “no sabe”, la ausencia de respuesta señalada porque “no contesta” el encuestado y el olvi- do del encuestador, tanto para preguntar como para registrar la posible res- puesta, se codificarán desde el punto de vista estadístico como valores ausen- tes (“missing values”).

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RESULTADOS Se realizaron un total de 746 entrevistas personales válidas, todas ellas en la ciudad de Badajoz, siguiendo las consideraciones expuestas en el proto- colo.

Sexo En 511 casos (68%) la entrevista se hizo a mujeres, mientras que en 235 casos (32%) los entrevistados fueron varones.

Edad La edad de los participantes osciló entre 18 y 84 años, con una media de 47,8 ± 18,9 años en la muestra total. Las mujeres entrevistadas tenían entre 18 y 83 años, con una edad media de 48,7 ± 17,4 años. Los varones entrevistados tenían entre 18 y 84 años con una edad media de 45,6 ± 21,6 años. La distribu- ción de los entrevistados por grupos de edad y sexo se recoge en la tabla siguiente:

Grupos de edad Varones Mujeres Totales 18-29 años 76 83 159 30-39 años 23 86 109 40-49 años 33 83 116 50-59 años 31 98 129 60-69 años 23 92 115 70-79 años 34 58 92 80 años y más 15 11 26 Totales 235 511 746

Tabla 4. Número total de encuestados por grupos de edad y sexo.

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Lugar de nacimiento La mayoría de los encuestados, 740 (99,1%), habían nacido en España. Se contabilizaron seis extranjeros, 4 nacidos en Portugal (0,6%) y 2 nacidos en Argentina (0,3%). Los dos encuestados argentinos habían nacido en Buenos Aires, y de los cuatro portugueses, dos habían nacido en Campo Maior, uno en Lisboa y otro en Castro Marín. Respecto a los nacidos en España provienen de dieciséis provincias que son, por orden de frecuencia: Badajoz (622), Cáceres (49), Ávila (18), Ciudad Real (12), Sevilla (12), Madrid (6), Guadalajara (5), Zamora (4), Málaga (3), Valla- dolid (3), Barcelona (1), Burgos (1), Castellón (1), Jaén (1), Santander (1) y Vizcaya (1). Por lo tanto, los nacidos en Extremadura supusieron el 90,1% de todos los encuestados. En el conjunto total de la muestra se consideraron de origen rural 87 entrevistados (11,6%), pues habían nacido en poblaciones con menos de 2.000 habitantes y cuya ocupación es fundamentalmente agrícola y ganadera. Por el contrario, 659 entrevistados (88,4%) fueron considerados de origen medio- urbano o urbano pues nacieron en poblaciones con más de 2.000 habitantes y cuya ocupación fundamental tiene que ver con el comercio, la industria y los servicios. Origen de los encuestados ORIGEN DE LOS ENCUESTADOS

Rural 12%

Urbano 88%

Figura 4. Origen de los entrevistados según su población de nacimiento.

Figura 4. Origen de los entrevistados según su población de nacimiento.

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De todos los nacidos en la provincia de Badajoz (622) el 87,9% se con- sideraron de origen urbano (547), concretamente: Badajoz (366), Alburquerque (21), Salvaleón (18), (13), Burguillos del Cerro (13), Zafra (13), Olivenza (12), Mérida (9), Fuentes de León (8), Villanueva del Fresno (8), Los Santos de Maimona (7), Segura de León (6), Arroyuela (5), Almendralejo (4), Guareña (4), (4), (4), Aceuchal (3), Don Benito (3), (3), Talavera la Real (3), Valverde de Leganés (3), (3), Guadiana del Caudillo (2), Montijo (2), (2), San Vicente de Alcántara (2), Santa Marta (2), Campanario (1), (1), Granja Torrehermosa (1), y (1). Por el contrario, se consideraron de origen rural al 12,1% de los pacenses (75) entrevistados, concretamente: Oliva de la Frontera (18), Salvatierra de los Barros (8), Garlitos (7), Entrín Bajo (6), Orellana (6), (5), Campillo (4), (3), (2), (2), (2), Valencia de Mombuey (2), (1), Higuera Vargas (1), (1), Montemolín (1), (1), Torremejías (1), Usagre (1), (1), (1) y (1). De todos los nacidos en la provincia de Cáceres (49) el 89,7% se conside- raron de origen urbano, concretamente los nacidos en: Cáceres (17), Madrigalejo (16), Valencia de Alcántara (4), Jarandilla de la Vera (3), Navalmoral de la Mata (2), Alcuéscar (1) y Montánchez (1), mientras que el 11,3% había nacido en municipios considerados rurales, concretamente: Albalá del Caudillo (4) y Salvatierra (1). Respecto a las restantes catorce provincias españolas y a las dos nacio- nalidades extranjeras, se consideraron entrevistados de origen urbano a sesen- ta y ocho personas (90,6%) y de origen rural a siete encuestados (9,4%). En la tabla siguiente se resume el lugar de origen de los encuestados y su considera- ción urbana o rural.

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Provincia/País Urbano Rural Total Badajoz 547 75 622 Cáceres 44 5 49 Ávila 13 5 18 Ciudad Real 12 12 Sevilla 11 1 12 Madrid 6 6 Guadalajara 5 5 Zamora 4 4 Málaga 3 3 Valladolid 3 3 Barcelona 1 1 Vizcaya 1 1 Burgos 1 1 Castellón 1 1 Jaén 1 1 Santander 1 1 Portugal 4 4 Argentina 2 2 Total 659 87 746

Tabla 5. Lugar de nacimiento de los entrevistados.

Considerando el origen urbano (659 encuestados) o rural (87 encuestados) de los entrevistados, y al considerarlos por separado, encontramos diferencias significativas desde el punto de vista estadístico respecto a la edad media: 46,5 ± 0,7 años en el grupo urbano frente a 57,0 ± 1,9 años en el grupo rural (p<0,001) siendo, por lo tanto, más joven el grupo de origen urbano. Sin embargo, la

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distribución de sexos no presenta diferencias significativas (60% mujeres y 40% varones en el grupo de encuestados rurales y 70% mujeres y 30% varones en el grupo de encuestados urbanos) respecto al lugar de nacimiento.

Actividades de los encuestados Utilizando la Clasificación Nacional de Actividades (CNAE) de 1993, con las ligeras modificaciones introducidas en 2003, podemos distribuir a los encuestados en los grupos recogidos en la siguiente tabla:

CNAE - 1993. Rev.1 N %

A Agricultura, ganadería, caza y selvicultura 14 2% B Pesca 0 0% C Industrias extractivas 2 0% D Industria manufacturera 12 2% E Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua 0 0% F Construcción 5 1% G Comercio y reparación de vehículos a motor 56 8% H Hostelería 7 1% I Transportes, almacenamiento y comunicaciones 30 4% J Intermediación financiera 12 2% K Actividades inmobiliarias, servicios empresariales 3 0% L Administración pública, defensa y seguridad social 47 6% M Educación (Profesores y Estudiantes) 167 22% N Actividades sanitarias, veterinarias y servicios sociales 12 2% O Servicios personales y otros servicios sociales 110 15% P Actividades de los hogares 240 32% Q Organismos extraterritoriales y organizaciones 10 1% R Desconocida 19 3%

SUMA 746 100%

Tabla 6. Clasificación de los encuestados según su actividad económica principal.

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En dicha tabla quedan agrupadas todas las actividades registradas que se desglosan a continuación: Abogado, Administrativo, Agricultor, Albañil, Ama de Casa, Anticuaria, Aparejador, Autónomo, Auxiliar de Administración de Justicia, Auxiliar de Enfermería, Auxiliar de Sonido, Cajero, Camarero, Car- pintero, Cocinero, Comercial, Conductor, Contable, Costurera, Decoradora, Dependienta, Dependiente, Desconocida, Economista, Empleada del Hogar, Empleados diversos (tienda, banco), Empresarios y Empresarias, Estudiantes de múltiples grados y especialidades, Funcionarios, Gerentes, Guardia Civil, Hostelero, Impresor, Industrial, Joyero, Jubilados, Licenciados diversos, Maes- tros muy diversos, Mecánico, Militar, Orientadora, Peluquera, Periodista, Pin- tor, Psicóloga, Pulidor de suelos, Reponedor de alimentos, Técnico de Telefóni- ca, Topógrafo y Vigilante. En resumen, prácticamente un tercio de los encuestados tienen como actividad principal las tareas desarrolladas dentro del hogar. Casi otro tercio se dedica al sector servicios. Casi la cuarta parte de los encuestados son profeso- res o estudiantes de diversos grados y materias. Apenas el 2% se dedica a tareas agrícolas y ganaderas y el 3% de los encuestados omite su actividad primordial o la desconocemos nosotros.

Nivel de Instrucción Respecto al tipo de educación declarada por los encuestados se resumen los resultados en la tabla siguiente:

Nivel de Instrucción N % Sin estudios 136 18% Estudios Primarios 183 25% Estudios Medios 160 21% Diplomatura o Licenciatura 237 32% Desconocido 30 4% Total 746 100%

Tabla 7. Clasificación de los encuestados según su nivel de instrucción declarado.

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En resumen, prácticamente un tercio de los encuestados realiza o ha realizado estudios universitarios, mientras que el 40% no tiene estudios o son estudios primarios. Este aspecto educativo no se conoce en el 4% de los entrevistados. Aplicando el estadístico de la c2 de Pearson, se comprueba que no existe asociación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el nivel de estudios declarado y el sexo de los entrevistados.

Estado de Salud Se preguntó a todos los participantes por su estado de salud actual percibido. Las contestaciones se resumen en la siguiente tabla, considerando el sexo de los encuestados:

Estado de salud percibido Mujeres Varones N% N % Muy bueno 164 32% 72 31% Bueno 251 49% 123 52% Regular 51 10% 30 13% Malo 22 4% 3 1% Muy Malo 0 0% 0 0% No sabe / No contesta 23 5% 7 3% Total 511 100% 235 100%

Tabla 8. Estado de salud percibida por los encuestados según su sexo.

Más del 80% de los encuestados consideran su estado de salud como muy bueno o bueno, en cualquiera de los dos sexos. El 14% contesta que es regular o malo y en ningún caso es considerado como muy malo. El 4% de los encuestados no contesta a esta cuestión. Aplicando el estadístico de la c2 de Pearson, no existe asociación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el estado de salud percibido y el sexo.

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Relación con usuarios o conocedores de remedios naturales Cuando se preguntó a los encuestados en la tercera parte de la entrevista si conocían personalmente a otros sujetos que o bien conocieran o bien utiliza- ran remedios naturales se obtuvieron los siguientes resultados:

Contacto personal con Mujeres Varones Total usuarios/entendidos N%N%N% No conoce a usuarios o entendidos 169 33% 100 43% 269 36% Sí conoce a usuarios o entendidos 248 49% 77 33% 325 44% No contesta a la pregunta 94 18% 58 25% 152 20%

Total 511 100% 235 100% 746 100%

Tabla 9. Contacto con usuarios/conocedores de remedios naturales.

Aplicando el estadístico de la c2 de Pearson, existe una asociación estadísticamente significativa (p<0,001) entre ser mujer y conocer personal- mente a usuarios o entendidos en remedios naturales.

No conocedores de remedios populares Entre los 746 entrevistados, un total de 56 personas (30 mujeres y 26 varones) declararon no conocer ni utilizar ningún remedio natural. Es decir, el 8% de todos los encuestados no utilizan ni conocen ningún remedio popular. Las mujeres representan el 54% de las personas encuestadas que decla- ran no conocer ni utilizar ningún remedio natural con una edad media de 51,9 ± 16,8 años, mientras que los varones suponen el 46% con una edad media de 42,7 ± 18,6 años. De estas 56 personas, 49 habían nacido en la provincia de Badajoz, 3 en la provincia de Cáceres, 1 en Ávila, 1 en Madrid y 2 en Portugal. Utilizando los mismos criterios anteriormente descritos 47 encuestados eran de origen urbano y 9 de origen rural. Respecto a las actividades desempeñadas por estos encuestados encon- tramos 21 amas de casa, 6 estudiantes, 3 administrativos y otras 22 profesiones en las que están representadas los principales grupos de actividades de la

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CNAE-1993 (aparejador, autónomo, cajero, carpintero, camarero, cocinero, co- mercial, empresario, estudiante, funcionaria, hostelera, impresor, limpiadora, maestro, mecánico, profesor de secundaria, pulidor de suelos, etc.). Es decir, no hay diferencias al respecto con el grupo que sí conoce algún remedio popu- lar. &212&,0,(1726 62%5( 0(',&,1$ 3238/$5 CONOCIMIENTOS SOBRE MEDICINA POPULAR

NO12&212&(1 CONOCEN 

SÍSÍ CONOCEN CONOCEN 92%

El nivel de instrucción de este subgrupo tiene representantes en todos los niveles posibles, desde personas sin estudios hasta titulados con estudios universitarios, y de todos los estados de salud percibidos, excepto el estado de salud “muy malo” que no ha sido declarado por ningún entrevistado.

Transmisión de los remedios Entre los 690 entrevistados que sí utilizan o conocen algún remedio natu- ral, 603 dijeron que el remedio les había sido transmitido por otra persona, es decir, cuando existe transmisión de los remedios naturales en más del 87% de los casos esta transmisión es oral cara a cara. Tan sólo 6 entrevistados recono- cieron haber leído (revista, artículo) o escuchado (radio, televisión) el remedio natural, es decir en menos del 1% de los casos. Finalmente, 81 entrevistados no supieron contestar exactamente el método de transmisión del remedio, lo que supone el 12% del total.

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En la tabla siguiente se ofrece el resumen de estos datos:

Mujeres Varones Total Transmisión de los remedios N%N%N%

Transmisión personal 412 86% 191 91% 603 87%

Transmisión instrumental 5 1% 1 0% 6 1%

No sabe tipo de transmisión 63 13% 18 9% 81 12%

Total 480 100% 210 100% 690 100%

Tabla 10. Tipo de transmisión de los remedios naturales.

Aplicando el estadístico de la c2 de Pearson comprobamos no existe asociación estadísticamente significativa (p>0,05) entre el tipo de transmisión de los remedios naturales y el sexo. En la figura siguiente podemos ver de modo gráfico la relación nominal de personas transmisoras de remedios populares, las que tienen mayores fre- cuencias absolutas, tal y como han sido descritas por los encuestados. Persona Transmisora del Remedio

180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 s a a a s o o s re li re ra d o i el ig re ig g a id ad m m d ad m e s c a bu a P u a o M F A A P A S p te on n C A Figura 6. Tipo de persona que realiza la transmisión de los remedios naturales.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA POPULAR EN LA CIUDAD DE BADAJOZ 1417

Considerando a todos los familiares nominados es posible distinguir el género en un buen número de ellos, gracias a las contestaciones tan específi- cas que se recogieron. Pertenecen al género femenino 245 personas (56%), al género masculino 42 personas (10%) y es imposible determinarlo o bien la descripción se refiere a ambos géneros en 154 ocasiones (34%). La transmi- sión de los remedios naturales y su utilización prefiere, pues, el género femeni- no.

Origen de los remedios En 574 casos los encuestados especificaron la procedencia del remedio que estaban transmitiendo o la procedencia de la persona que les había trans- mitido el remedio, a título de localización geográfica. En la tabla siguiente se relacionan todas las procedencias conocidas:

Provincia / País N Provincia / País N

Badajoz 500 Cantabria 1

Cáceres 42 Córdoba 1

Sevilla 7 Granada 1

Ciudad Real 4 Lisboa 1

Salamanca 4 Madrid 1

Barcelona 2 Palencia 1

Huelva 2 París 1

Málaga 2 Santander 1

Alicante 1 Soria 1

Burgos 1 Total 574

Tabla 11. Origen de los encuestados.

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Podemos observar que prácticamente la totalidad de las ubicaciones rea- lizadas por los encuestados (542) se refieren a las dos provincias extremeñas, lo que supone el 94,4% de todas las referencias geográficas. Es destacable que el origen mayoritario de los remedios, o de los transmi- sores de los mismos, sea de origen urbano según los conceptos que hemos discutido con mayor amplitud anteriormente.

Utilización personal de los remedios En la tabla siguiente se resumen los datos sobre la utilización personal que hacen los entrevistados de los remedios naturales que conocen. Se tiene en cuenta su extracción urbana o rural, distinguiendo entre los que utilizan habitualmente los remedios naturales, aquellos que los han utilizado en algún momento, si bien no lo hacen de forma habitual, y los que nunca los han utilizado y tampoco los emplean actualmente.

Urbano Rural

Utilización personal de remedios N % N % Los emplean actualmente 282 46% 23 29% Los han utilizado 188 31% 36 46% No los han utilizado ni los utilizan 95 16% 17 22% No contesta 47 8% 2 3%

Total 612 100% 78 100%

Tabla 12. Utilización personal de los remedios naturales conocidos por los encuestados según su extracción urbana o rural.

Aplicando el estadístico de la c2 de Pearson comprobamos que no existe asociación estadísticamente significativa (p>0,05) entre la utilización personal de remedios naturales conocidos y el origen urbano o rural de los encuestados.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA POPULAR EN LA CIUDAD DE BADAJOZ 1419

Poniendo en relación la utilización personal de remedios naturales cono- cidos con el estado de salud auto-percibido se obtienen los resultados siguien- tes:

Estado de salud Muy Bueno Regular Malo percibido Bueno Utilización de remedios N % N % N % N % Los emplean actualmente 86 38% 176 49% 26 36% 13 52% Los han utilizado 66 29% 120 34% 29 40% 8 32% No utilizan ni han utilizado 45 20% 43 12% 16 22% 3 12% No contesta 27 12% 19 5% 2 3% 1 4%

Total 224 100% 358 100% 73 100% 25 100%

Tabla 13. Utilización personal de los remedios naturales conocidos por los encuestados según su estado de salud percibido.

Aplicando a estos datos el estadístico de la c2 de Pearson se comprueba que hay una asociación estadísticamente significativa (p<0,01) entre la utiliza- ción de remedios naturales conocidos y el estado de salud percibido por los encuestados, de manera que cuanto peor se percibe el estado de salud propio más se utilizan los remedios naturales.

Conocimientos de Medicina Popular de los encuestados La población encuestada describe 292 remedios distintos en un conjunto de 1746 remedios citados. Las mujeres aportan 224 remedios diferentes, que suponen el 76,7%, mientras que los varones aportan 68 remedios diferentes, que representan el 23,3% restante. Los quince remedios más conocidos, ordenados de mayor a menor fre- cuencia, fueron: Manzanilla (53), Eucalipto (31), Tila (30), Limón con Miel (21), Leche con Miel (20), Aceite (17), Cebolla (16), Hierbaluisa (11), Aguardiente de pepino (10), Poleo (10), Romero (10), Agua con Sal (9), Ajo (9), Vinagre (9) y Barro (8).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1420 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

En la tabla siguiente se recogen todos los remedios citados.

REMEDIO N REMEDIO N REMEDIO N

Manzanilla 53 Agua+Sal+Baño 1 Huevo clara+Limón 1 de Sol Eucalipto 31 Agua+Sal+Vinagre 1 Huevo yema 1 Tila 30 Aguardiente 1 huevo+azúcar+ 1 vino dulce Limón+Miel 21 Ajo camisa diente 1 Jamón serrano 1 Leche+Miel 20 Ajo castaño 1 Jamón+Fanta de limón 1 Aceite 17 Ajo+Aceite 1 Jarabe 1 Cebolla 16 Alcohol friegas 1 Kiwi 1 Hierbaluisa 11 Alcohol Quemado 1 La Purga 1 Aguardiente de pepino 10 Alcohol+Laurel 1 Lavativa 1 Poleo 10 Alcohol+Trapo 1 Leche de burra 1 en la cabeza Romero 10 Algodón para hipo 1 Leche de mujer 1 Agua+Sal 9 Algodón+Alcohol 1 Leche+Limón 1 Ajo 9 Alpiste cocido 1 Leche+Miel+Limón 1 Vinagre 9 Amapola 1 Lejía 1 Barro 8 Amoniaco 1 Limón sal nahco4 1 Eucalipto vapores 8 Anís 1 Limón zumo 1 Alcohol 7 Anís estrellado+ 1 Limón+Talco 1 Hinojo Anís estrellado 7 Anís estrellado+ 1 Linaza harina+ 1 Manzanilla Manteca de cerdo Limón 7 Anís+Manzanilla 1 Llave Hembra 1 T é 7 Arcilla verde 1 Llaves viejas 1 (mascarilla) con óxido Arzolla 6 Árnica 1 Mal de ojo 1 Moneda 6 Árnica Aceite 1 Manzanas 1 Rompepiedra 6 Arroz hervido 1 Manzanilla amarga 1

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Leche+Limón+Miel 5 Arsenicum-A 1 Manzanilla brava 1 Agua fría paños 4 Arzolla flor 1 Manzanilla+Poleo 1 Agua+Azúcar 4 Arzolla raíz 1 Manzanilla+Té 1 Agua+Limón 4 Avena+Leche+ 1 Mejorana o 1 Miel+Polen+ Tomillo salsero Sésamo+Trigo Alcohol paño 4 Azahar 1 Melisa 1 Barro+Orina 4 Azúcar tostada 1 Menta 1 Ceniza 4 Azúcar tostada+ 1 Menta+Poleo 1 Limón Coca-cola 4 Azúcar+Limón+ 1 Mezcla de hierbas 1 Miel Coñac+Leche 4 Azúcar+Naranja 1 Miel 1 zumo Higuera 4 Azufre 1 Miel+Orégano 1 Malva 4 Azuleja 1 Miel+Tila 1 (Variedad de olivo) Naranjo flor 4 Babosas 1 Moneda (perra gorda) 1 Pasta de Dientes 4 Barita de S. Juan 1 Moneda 1 Perejil 4 Barro + Orina 1 Moneda caliente 1 Saliva 4 Barro para picadura 1 Moneda de 50 pts 1 de avispas Tocino 4 Barro+Hierbas 1 Naranjas bravías 1 (cáscaras) Valeriana 4 Bicarbonato 1 Nogal hoja+Saúco flor 1 Agua fría (Hielo) 3 Bicarbonato 1 Nogal hojas 1 +Cerveza Agua vapor 3 Boldo infusión 1 Olivo enterrar hojas 1 Agua+Limón+Sal 3 Bolsa 1 Olivo hojas 1 Alpiste 3 Brebaje agujetas 1 Orégano 1 Apio 3 Bufo de lobo 1 Orina 1 Coñac 3 Café 1 Orujo 1 Higo 3 Café negro+Limón 1 Pájaro 1

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1422 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

Malva flor 3 Café‚ cargado 1 Palmito frito 1 Naranja 3 Caldo+Cebolla 1 Pan Bendito 1 +Limón+Miel Pepino 3 Canela en rama 1 Pañuelo en la cabeza 1 Agua cocida+Sal 2 Canela+Harina+Pan 1 Pasiflora 1 (Cataplasma) Agua+Azúcar+ 2 Cantueso 1 Pepino mascarilla 1 Bicarbonato+ Limón Agua+Azúcar+Limón 2 Cardillo flor 1 Pericón aceite 1 Agua+Limón+Sal 2 Cardo silvestre 1 Pimienta+Sal+ 1 (limonada alcalina) Tomate zumo Ajo+Alcohol 2 Carquesa 1 Plancha caliente 1 Alcohol+Romero 2 Cataplasma 1 Pluma de escribir 1 Aloe 2 Cebolla 1 Poleo+Tomillo 1 (partida bajo cama) Altramuces 2 Cebolla cocida 1 Rabo de Gato 1 Azahar agua 2 Cebolla+Limón+ 1 Rabo de lagartija 1 Miel Azúcar 2 Cebolla+Zanahoria 1 Regaliz 1 Barro+Vinagre 2 Chuleta cruda 1 Remedio para 1 la “endeblez” Bicarbonato+Limón 2 Cítrico+Miel 1 Retama+Vinagre 1 Chocolate 2 Clavo 1 Ricino Aceite 1 Corderillo 2 Cogido de la luna 1 Romero Alcohol 1 Ginebra 2 Cola de lagartija 1 Romero Baños 1 Higo chumbo flor 2 Cura o curato 1 Romero infusión 1 Higo leche 2 Curar de la luna 1 Romero+Vino blanco 1 Higuera leche 2 Depurativo de 1 Rompepiedra+ 1 sangre Cola caballo LLave antigua 2 Empachos 1 Rompepiedras 1 Miel+Naranja zumo 2 Encina Hoja 1 Sal gruesa 1 Naranja zumo 2 Escoba (chamosca) 1 Salve “curaculebrón” 1

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Patata 2 Escorpión 1 Salvia o Té silvestre 1 Polen 2 Esparto Nuevo 1 Sanalotodo Hojas 1 Sal 2 Espino Albar 1 Sanalotodo 1 (Tila Bravía) Sanguijuela 2 Eucalipto blanco 1 Santa Hoja 1 Sanguinaria 2 Eucalipto macho 1 Sen 1 Tomillo 2 Eucalipto macho 1 Sinus (Menta) 1 (bedajo) +Miel Ventosa 2 Fortalecedor pelo 1 Tabla colocada 1 dolor lumbar Vino dulce 2 Fresno Hojas 1 Té de sierra 1 Yogur 2 Frutas zumo 1 Té del campo 1 Aceite+Ajo 1 Gallina Grasa 1 Té moruno 1 abdominal Aceite+Azúcar 1 Gasas mojadas 1 Té moruno o pasote 1 Aceite+Hierba de 1 Ginebra+Té 1 Tigre grasa 1 San Juan Aceite+Naranja 1 Glicerina+Yodo 1 Tila alpina 1 Adelfa 1 Habitación oscura 1 Tila silvestre 1 Agua caliente 1 Harpagocito 1 Tisana 1 Agua caliente vahos 1 Hiel de la tierra 1 Tocino cataplasma 1 Agua caliente+ 1 Hierbabuena 1 Tocino cuero 1 Agua fría duchas Agua fría 1 Higo pasado 1 Tomate zumo 1 Agua tª ambiente baños 1 Higos pasados 1 Tomate zumo+sal 1 +Vino tinto Agua+Aceite 1 Higuera hoja 1 Ungüento para dolor 1 Agua+Agua oxigenada+ 1 Hilo frente 1 Ungüento para Limón dolores de espalda 1 Agua+Bicarbonato 1 Hipérico 1 Ventosa ( vaso ) 1 Agua+Cebolla 1 Hongo 1 Verrugas 1 Agua+Ceniza 1 Huevo batido+ 1 Vinagre para dolor Tablas+Vendas 1 de muelas

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1424 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. ROURA POCH

Agua+Mermelada 1 Vino o Whisky 1 Yogur con leche 1 Yogur natural 1 Mascarilla

Tabla 14. Lista exhaustiva de los remedios populares citados por los encuestados, con su correspondiente frecuencia de aparición.

El 57% de los remedios enunciados son de naturaleza vegetal, les siguen en importancia los remedios heterogéneos (mezcla de varios ingredientes acti- vos potenciales) con un 25%, a continuación se sitúan los remedios cuyo efecto es de naturaleza física con un 8%, siguen los remedios de origen animal que suponen el 5%, a continuación los que tienen origen mineral que constitu- yen el 3% y, finalmente, los remedios de naturaleza o acción mágica que son el 2% de todos ellos. En la figura siguiente se representan estos datos expresados como por- centaje del total de remedios recogidos.

1DWXUDOH]D X 2ULJHQ GH ORV 5HPHGLRV 3RSXODUHV Naturaleza u Origen de los Remedios Populares

2%

3%

5% 8%

57% 25%

Vegetal Heterogéneo Físico Animal Mi ner al Má gi c o

Figura 7. Naturaleza u origen de los remedios naturales citados por los encuestados.

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Remedios populares de naturaleza o acción mágica Los remedios de naturaleza o acción mágica recogidos son los siguien- tes:

Cebolla (partida bajo la cama) Enterrar hojas de olivo Curar de la luna Pan bendito Hilo en la frente Pañuelo en la cabeza Llave antigua Salve “curaculebrón” Llave Hembra Oración para alunados Llaves viejas con óxido Oración para empachos Remedio contra el mal de ojo

Tabla 15. Lista de los remedios populares de naturaleza mágica citados por los encuestados.

Todos los entrevistados que han citado remedios mágicos han nacidos en la provincia de Badajoz, excepto una mujer nacida en Cáceres. Se trata de nueve mujeres (65%) y cinco varones (35%), con una edad media de 50,3 ± 16,8 años.

Remedios populares de origen mineral Los remedios de naturaleza mineral descritos por los entrevistados son los siguientes, por orden alfabético:

Arcilla verde (mascarilla) Azufre Barro Ceniza Tabla 16. Lista de los remedios populares de origen mineral citados por los encuestados. Grasa Tigre Sal Sal gruesa

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1426 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

La mayoría de los dieciocho entrevistados que han citado remedios de origen mineral han nacido en la provincia de Badajoz, excepto cuatro: uno en Ávila, uno en Burgos, uno en Ciudad Real y uno en Cáceres. Son doce mujeres (67%) y seis varones (33%), con una edad media de 41,6 ± 12,6 años.

Remedios Populares de origen animal Los remedios de origen animal descritos por los entrevistados son los siguientes:

Babosa Rabo de lagartija Chuleta de carne cruda Rana viva Escorpión Saliva Gallina (grasa abdominal) Sanguijuela Huevo clara Tocino Huevo yema Tocino (cataplasma) Jamón serrano Tocino cuero Leche de burra Yogur Leche de mujer Yogur con leche Orina Yogur natural (mascarilla) Pájaro

Tabla 17. Lista de los remedios populares de origen animal citados por los encuestados.

La mayoría de los treinta y cuatro entrevistados que han citado remedios de origen animal han nacido en la provincia de Badajoz, excepto dos: uno en Cáceres y otro en Ciudad Real. Son veintitrés mujeres (67%) y once varones (33%), con una edad media de 49,7 ± 11,2 años.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA POPULAR EN LA CIUDAD DE BADAJOZ 1427

Remedios populares de naturaleza y acción físicas En este grupo, que supone al 8% de todos los remedios populares descri- tos por la población de estudio, se han reunido todos aquellos remedios cuya naturaleza o cuyo mecanismo de acción se basa en sus propiedades físicas, y son los siguientes, por orden alfabético:

Agua (baños) Amoniaco Agua caliente Bolsa Agua caliente (vahos) Gasas mojadas Agua caliente+Agua fría (duchas) Habitación oscura Agua cocida+Sal Lavativa Agua fría Lejía Agua fría (Hielo) Moneda Agua fría (paños) Moneda caliente Agua (vapor) Pasta de dientes Alcohol Plancha caliente Alcohol (friegas) Tabla para la cama Alcohol en paño Ventosa Alcohol quemado

Tabla 18. Lista de los remedios populares citados de naturaleza o acción físicas.

La mayoría de los cincuenta y siete entrevistados que han citado reme- dios de naturaleza física o cuyo mecanismo de actuación es físico han nacido en la provincia de Badajoz (44), además, también hay nacidos en Zamora (4), en Cáceres (3), en Ávila (2), en Sevilla (2) y en Ciudad Real (2). Son cuarenta y dos mujeres (73%) y quince varones (27%), con una edad media de 53,2 ± 19,5 años.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1428 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

Remedios populares de composición heterogénea El grupo de remedios populares cuya composición principal es heterogénea, pues tienen dos o más ingredientes potencialmente activos, re- presenta el 25% de todos los remedios populares descritos por la población de estudio. Son los siguientes:

Aceite+Ajo Azúcar tostada+Limón Leche+Limón+Miel Aceite+Azúcar Azúcar+Limón+Miel Leche+Miel Aceite+Hierba de San Juan Azúcar+Naranja zumo Leche+Miel+Limón

Aceite+Naranja Barro + Orina Limón sal NaHCO4 Agua+Aceite Barro+Hierbas Limón+Miel Agua+Agua oxigenada Barro+Orina Limón+Talco +Limón Agua+Azúcar Barro+Vinagre Linaza harina+Manteca de cerdo Agua+Azúcar+ Bicarbonato Manzanilla+Poleo Bicarbonato+Limón Agua+Azúcar+Limón Bicarbonato+Cerveza Manzanilla+Té Agua+Bicarbonato Bicarbonato+Limón Menta+Poleo Agua+Cebolla Café negro+Limón Miel+Naranja zumo Agua+Ceniza Caldo+Cebolla+ Miel+Orégano Limón+Miel Agua+Limón Canela+Harina+ Miel+Tila Pan (Cataplasma) Agua+Limón+Sal Cebolla+Limón+Miel Nogal hoja+Saúco flor Agua+Limón+Sal+Bicarbonato Cebolla+Zanahoria Pepino Aguardiente Agua+Flor de Malva Tisana Ceniza+Aceite de oliva Pericón en aceite Agua+Mermelada Cítrico+Miel Pimienta+Sal+Tomate (zumo) Agua+Sal Coca-cola Pluma de escribir Agua+Sal+Baño de Sol Coñac+Leche Poleo+Tomillo Agua+Sal+Vinagre Eucalipto macho +Miel

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Ajo+Aceite Ginebra+Té Retama+Vinagre Ajo+Alcohol Glicerina+Yodo Romero Alcohol Alcohol+Laurel Higos pasados+ Romero+Vino blanco Vino tinto Alcohol+Romero Huevo batido+ Rompepiedra+ Tablas+Vendas Cola caballo Alcohol+Trapo en cabeza Huevo clara+Limón Tomate zumo+sal Algodón para hipo Huevo+azúcar+ Ungüento para dolor vino dulce Algodón+Alcohol Jamón+Fanta limón Ungüento para dolores de espalda Árnica Aceite La Purga Avena+Leche+Miel+ Leche+Limón Polen+Sésamo+Trigo

Azúcar tostada

Tabla 19. Lista de los remedios populares citados cuya composición es heterogénea.

La mayoría de los ciento setenta y dos entrevistados que han citado remedios cuya composición es heterogénea han nacido en la provincia de Badajoz (141), además también hay nacidos en Sevilla (7), en Cáceres (13), en Ávila (4), en Madrid (3), en Guadalajara (2) en Valladolid (1) y en Ciudad Real (1). Son ciento catorce mujeres (66%) y cincuenta y ocho varones (34%), con una edad media de 42,6 ± 13,1 años.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1430 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH

Remedios Populares de origen vegetal Los remedios de origen vegetal descritos por los entrevistados son los siguientes: Algodón para hipo Cordelillo Naranja zumo Aceite de oliva Cura o curato Naranjo flor Adelfa Depurativo de la sangre Nogal hojas Aguardiente Encina Hoja Olivo hojas Ajo Escoba (chamosca) Orégano Ajo camisa diente Esparto Nuevo Orujo Ajo castaño Espino Albar (Tila Bravía) Palmito frito Aloe Eucalipto Parsiflora Alpiste Eucalipto blanco Patata Alpiste cocido Eucalipto macho Pepino Altramuces Eucalipto vapores Pepino mascarilla Amapola Fortalecedor pelo Perejil Anís Fresno Hojas Polen Anís estrellado Frutas zumo Poleo Anís estrellado+Hinojo Ginebra Rabo de Gato Anís estrellado+Manzanilla Harpagocito Regaliz Anís+Manzanilla Hiel de la tierra Ricino Aceite Apio Hierbabuena Romero Arnica Hierbaluisa Romero Baños Arroz hervido Higo Romero infusión ARSENICUM-A Higo chumbo flor Rompepiedra Arzolla Higo leche Salvia o Té silvestre Arzolla flor Higo pasado Sanaloto Hojas Arzolla raiz Higuera Sanalotodo Azahar Higuera hoja Sanguinaria Azahar agua Higuera leche Santa Hoja Azúcar Hipérico Sen Azuleja (hoja de olivo) Hongo Sinus (Menta) Barita S. Juan Jarabe Té Boldo infusión Kiwi Té de sierra Brebaje para agujetas Limón Té del campo Bufo de lobo Limón zumo Té moruno Café Malva Té moruno o pasote Café‚ cargado Malva flor Tila Canela en rama Manzanas Tila alpina Cantueso Manzanilla Tila silvestre Cardillo flor Manzanilla amarga Tisana Cardo silvestre Manzanilla Brava Tomate zumo Carquesa Mejorana o Tomillo salsero Tomillo Cataplasma Melisa Valeriana Cebolla Menta Vinagre Cebolla cocida Mezcla de varias hierbas Vinagre (dolor de muelas) Chocolate Miel Vinagre Refresco Clavo Naranja Vino dulce Coñac Naranja bravías Cáscaras Vino o Whisky Tabla 20. Lista de los remedios populares de origen vegetal citados por los encuestados.

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La mayoría de los cuatrocientos dos entrevistados que han citado reme- dios de origen vegetal han nacido en la provincia de Badajoz, concretamente el 83%, a continuación suponen el 7% los nacidos en Cáceres, con el 2,5% los que han nacido en Ávila y con el 1,7% los nacidos en Ciudad Real. Con porcentajes inferiores al 1% hay encuestados de Argentina, Barcelona, Castellón, Guadalajara, Jaén, Madrid, Málaga, Portugal, Santander, Sevilla, Valladolid y Vizcaya. Por lo tanto, son naturales de Extremadura el 90% de este grupo. Son doscientas ochenta y cuatro mujeres (70%) y ciento dieciocho varo- nes (30%), con una edad media de 49,57 ± 13,8 años. Estos remedios vegetales han sido transmitidos de forma oral cara a cara por familiares en el 70,6% de los casos, no recuerdan qué persona les transmitió el remedio en el 15% de los casos, por conocidos en el 7%, por amigos en el 6%, mediante lectura en el 1% y en el 0,4% por desconocidos.

Patologías, enfermedades o trastornos Se citaron un total de 178 patologías, enfermedades o trastornos en los que los encuestados utilizaban o conocían remedios populares. Las quince más citadas, ordenadas de mayor a menor frecuencia, fueron: Catarro (52), Nervios (38), Dolor de estómago (37), Dolor de barriga (31), Tos (27), Dolor de garganta (25), Verrugas (21), Diarrea (19), Digestión pesada (13), Dolor de Mue- las (13), Faringitis (13), Dolor de cabeza (12), Estreñimiento (10), Acné (9) y Fiebre (9).

DISCUSIÓN La encuesta, como señalan algunos autores, es una técnica de investiga- ción que sabe lo que se quiere encontrar y que, aunque trata fundamentalmente de cuantificar algo, no tendría razón de ser sin la existencia de un análisis cualitativo al diseñarla [25]. La formulación de una encuesta sirve también para dimensionar las características del objeto de estudio. En nuestro caso, tenemos que más del 90% de los encuestados es nacido y vive en Extremadura, por lo que nuestros resultados sólo pueden calificarse de extremeños. Esta herra- mienta de investigación nos permite planificar con antelación qué es lo que queremos preguntar, proporciona cierto anonimato y más libertad a los encuestados para responder a las cuestiones, lo que permite obtener mucha información si se recoge bien. Además, los resultados son comparables con otras investigaciones sobre el mismo tema y se puede mezclar o transformar en

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1432 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. R OURA POCH una entrevista cuando se utilizan preguntas abiertas o se solicita la opinión personal sobre algunas materias [13]. La encuesta también tiene sus limitaciones, por ejemplo, no se adapta a las diferencias individuales de los entrevistados y requiere de la colaboración de los mismos, por lo que tanto la precisión como la sinceridad de las respues- tas tienen influencia sobre el resultado. Además existe un límite en cuanto al número de temas que pueden tratarse a la vez y al tiempo necesario para com- pletarla, es decir su extensión, debido a la fatiga que pueden producir en los entrevistados [26]. García Ferrando define la encuesta como “una técnica que utiliza un con- junto de procedimientos estandarizados de investigación mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de una muestra de casos representativa de una población, del que se pretende explorar, describir, predecir y explicar una serie de características” [22]. La encuesta permite hacer aplicaciones masivas con facilidad que, unida a las técnicas de muestreo adecuadas, pueden hacer extensivos los resultados a comunidades enteras. Siendo en nuestros resulta- dos el 88% de los encuestados de origen urbano no tenemos duda de que puede atribuirse el conocimiento de medicina popular recogido a un acervo popular arraigado en la ciudad estudiada. En nuestro caso el interés no fue sólo el sujeto que contesta al cuestiona- rio sino la población a la que pertenece, ya que la información que se recoge de modo estandarizado permite realizar comparaciones entre individuos y grupos [2,13,17]. El instrumento básico utilizado fue un cuestionario, que puede definirse como el documento que recoge de forma organizada los indicadores de las variables implicadas en el objetivo de la encuesta. Por lo tanto, la palabra cuestionario la restringimos al formulario que contiene las preguntas mientras que la palabra encuesta la utilizamos para denominar genéricamente a todo el proceso. En el cuestionario que hemos diseñado encontramos preguntas cerradas o de respuesta fija, preguntas de respuesta múltiple con abanico de respuestas que se ofrecen o de respuesta abierta, preguntas de estimación para obtener una distribución de frecuencias de la muestra, preguntas abiertas en las que el encuestado tiene libertad para contestar con sus propias palabras, preguntas de identificación que suelen referirse a variables independientes principales como edad, sexo, estado civil, etc. También hemos diseñado algunas pregun- tas filtro para seleccionar a los encuestados a los que posteriormente se les van a realizar algunas preguntas específicas, lo que supone una economía de es- fuerzos en todos los sentidos.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA MEDICINA POPULAR EN LA CIUDAD DE BADAJOZ 1433

La antropología médica es el término que engloba, entre otros asuntos, la percepción cultural sobre la salud y la enfermedad, así como la investigación empírica sobre la atención de la salud y la asistencia relacionada con la enfer- medad. Las relaciones entre la Antropología, la Medicina y la práctica médica están bien documentadas [27]. A partir del inicio del siglo XX la Medicina y su enseñanza fueron nutriéndose progresivamente más de la medicina experimen- tal hospitalaria y de los laboratorios, y abandonando el empirismo del día a día. A lo largo de dicho siglo se ha venido denominando medicina popular -en inglés folkmedicine- al conocimiento y recursos empleados por los pueblos para resolver sus problemas de salud al margen de los profesionales sanitarios, con especial énfasis en los recursos etnobotánicos, de donde proceden gran número de principios activos farmacológicos empleados por la medicina cientí- fica [18,31]. Además, se añadía un componente ritual en la terapia natural, mágico o religioso, que desbordaba completamente los límites de la biome- dicina [24]. El concepto de medicina popular, pues, ha servido para establecer una dicotomía entre prácticas mágicas o pseudoreligiosas y medicina alopática, considerando a la medicina popular como un rasgo cultural específico de cada cultura [16]. Así, los chamanes de sociedades aborígenes cuya práctica carece de los rasgos sincréticos de la medicina popular europea se encuadraron den- tro de una medicina primitiva. Los sistemas médicos que disponían de un acer- vo documental amplio, como en Tíbet, China o la India, se denominaron medi- cinas tradicionales. Por lo tanto, la medicina alopática sería también un sistema médico más, perteneciente a una forma cultural que es posible estudiar y com- parar desde el punto de vista antropológico con los demás sistemas médicos [28]. Desde finales del siglo XX trabajamos con una base más sofisticada de lo que es la cultura y las prácticas populares respecto a la salud, la enfermedad y las prácticas de asistencia que constituyen un todo que adopta formas locales muy variopintas que constituyen el proceso de medicalización de cada cultura. A día de hoy podemos asegurar que no existe ningún sistema médico comple- tamente autónomo sino que todos forman parte del proceso de medicalización en proporciones variables. Las fronteras de la medicina alternativa cambian constantemente en función de las solicitudes de los pacientes y la aceptación que de las mismas hacen los médicos. La demanda de terapias alternativas y complementarias tiene tendencias muy diferentes según los países. En gene- ral, en los países desarrollados esta tendencia obedece a la búsqueda de una mejor atención de la salud, menos agresiva, mientras que en los países en desarrollo está relacionada con aspectos económicos. Uno de los problemas

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1434 D. PERAL PACHECO, M. A. MARTÍN A LVARADO, J. R.VALLEJO V ILLALOBOS, J. ALTIMIRAS ROSET Y P. ROURA POCH con que se enfrenta esta tendencia hacia lo natural es la carencia de investiga- ciones científicas que respalden su utilización como parte de la medicina occi- dental y, por lo tanto, impiden su posterior evaluación. Carencia que se hace más patente al estar la práctica clínica actual inmersa en la cultura de la medicina basada en pruebas. Prácticamente el 90% de todos los trabajos publicados sobre terapias complementarias y alternativas se registran en los últimos 5 años, aunque el auge de su utilización comenzó hace dos décadas, por lo menos. Sin embargo, los ensayos clínicos no llegan al 10% de todos los traba- jos publicados. A pesar de los logros incuestionables de la medicina alopática, ésta, cada cada vez más tecnológica, se ha separado de los pacientes y de la naturaleza, los efectos adversos han aumentado y se ha reducido el contacto personal con el médico y los demás proveedores de salud. Para algunas personas ambas medicinas, la popular y la alopática, son antitéticas, sin embargo, hay múltiples ejemplos de recursos tradicionales que, tras su estudio, se han incorporado a la medicina alopática y verdades científi- cas que acaban constituyéndose en sabiduría popular. Es precisamente en el estudio y la validación científica donde radica el punto central de la cuestión. Son necesarios pues más estudios científicamente planteados sobre las cues- tiones relevantes de medicina popular. Si queremos incorporar parte de la medicina tradicional a la medicina basada en pruebas tenemos que elaborar más hipótesis contrastables y diseñar más ensayos clínicos controlados. Por otro lado, cada vez hay más evidencias empíricas de que tener creencias fuertes puede influir positiva o negativamente en la salud [32]. No se puede obviar que el recurso acientífico más utilizado en la historia para intentar recobrar la salud es el rezo y, por muy irracional que parezca, en ocasiones funciona.

CONCLUSIONES Tanto el protocolo de investigación propuesto como la encuesta emplea- da en el estudio han demostrado su idionidad para obtener la información que se pretendía y su capacidad para discriminar en el ámbito de estudio, el de los conocimientos de medicina popular de la población general. En la práctica, la entrevista personal dirigida es un procedimiento lento y costoso en medios humanos y tiempo que devuelve con creces en forma de resultados. El 92% de todos los entrevistados conoce algún remedio popular, en muchos casos también lo ha utilizado o lo utiliza (casi el 80%), y siendo el 88%

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de todos ellos de extracción urbana se comprueba que existe un conocimiento de medicina popular en las ciudades que se utiliza, además, se transmite a las generaciones posteriores. Este acervo popular está muy extendido en ambos sexos y en todos los grupos de edad. La transmisión de este conocimiento se hace preferentemente de forma personal y a través del género femenino en el seno de las familias, aunque también se registran otros medios de transmisión y se da credibilidad a la información conocida a través de amigos, vecinos y conocidos. El origen de los remedios populares conocidos y empleados por la pobla- ción pacense es predominantemente extremeño -en más del 85%, según la pro- cedencia de la persona transmisora que declaran de los encuestados. Es posible estudiar esta red de conocimiento popular con estos instru- mentos en otras zonas de Extremadura para determinar su utilización real. Sería conveniente desarrollar paralelamente estudios basados en el mé- todo científico que incluyeran los remedios populares utilizados por la pobla- ción. En la práctica, seguimos sin saber cuáles son los determinantes que las personas utilizan para acudir a la medicina alopática y cuáles les hacen decidir- se por la medicina popular.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.439-1.464 1439

Las causas de mortalidad en Burguillos del Cerro entre 1800 y 1870

MARIANA CARRETERO CARRETERO Hospital Infanta Cristina de Badajoz DIEGO PERAL PACHECO Facultad de Medicina. UEx

RESUMEN A partir de los datos de los libros parroquiales de Burguillos del Cerro (Badajoz, Extremadura, España), se analiza la mortalidad y sus causas desde 1800 hasta 1870. Hasta los años cuarenta no empieza a incluirse la causa de muerte en los libros; por ello, el estudio de estos primeros años se limita a analizar la evolución de la mortalidad de párvulos y no párvulos: crisis en 1802 (60‰), 1805 (64‰), 1809, 1820, 1823 y 1831 (82,5‰) y 1834 (67,7‰; el cólera en la villa). La inclusión de la causa de muerte en los libros nos permite estudiar también la repercusión de cada grupo usando la tercera clasificación de Bertillón. Destacan las enfermedades infecciosas (las calenturas sobre todo, y en menor medida, viruela, escarlatina...), que son la causa del 72% de las defunciones de párvulos y del 42% en los mayores de siete años. En general, los repuntes están en los años 1843, 1847, 1855 (cólera), 1857, 1863 y 1868.

RÉSUMÉ À partir des données des livres paroissiaux de Burguillos del Cerro (Badajoz, l’Estrémadure, l’Espagne), la mortalité et ses causes sont analysées de 1800 à 1870. Jusqu’aux années quarante, la cause de mort ne commence pas à être incluse dans les livres; par cette raison, l’étude de ces premières années se limite à analyser l’évolution de la mortalité des enfants de moins de sept années et du reste de personnes: une crise en 1802 (60‰), 1805 (64‰), 1809, 1820, 1823 et 1831 (82,5‰) et 1834 (67,7‰; le choléra dans la ville). L’inclusion de la cause de mort dans les livres nous permette d’étudier aussi la répercussion de chaque groupe en utilisant la troixième classification de Bertillon. Les maladies infectieuses se font remarquer (les fièvres surtout, et dans une moindre mesure, la variole, la scarlatine ...) parce qu’elles sont la cause de 72% des décès de personnes de moins de sept années et de 42% dans les personnes de plus de sept années. En général, les pointes de mortalité sont dans les années 1843, 1847, 1855 (choléra), 1857, 1863 et 1868.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1440 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

INTRODUCCIÓN. LA SANIDAD DE BURGUILLOS VISTA POR LOS CONTEMPORÁNEOS La villa de Burguillos del Cerro (Badajoz) entra en el siglo XIX como perteneciente a la duquesa de Béjar. El sustantivo proviene de “burgo”, aldea pequeña. Su fundación es anterior a la dominación romana. Después de la dominación árabe, que dejó sus huellas en la villa, perteneció a los Templarios hasta que fue disuelta la orden en 1331. La villa pasó por varios señores hasta que en 1393 Enrique III la dona a Diego López de Zúñiga, duque de Béjar. Pasa la Edad Moderna en Burguillos con los problemas comunes a otras villas extre- meñas: guerras con Portugal, crisis de subsistencias, calamidades en los cam- pos y ganados, epidemias, etc.1 En el periodo de la Ilustración se hizo un esfuerzo por adquirir hábitos intelectuales acordes con los cambios científicos y tecnológicos que se esta- ban produciendo en el resto de Europa. Los Borbones impulsaron la confec- ción de censos, fiscales y poblacionales, y se acordó en 1801 establecer una Oficina de Estadística2. La interrupción del proceso ilustrado con la Guerra de la Independencia, el posterior reinado absolutista de Fernando VII, desastroso por tantos motivos, y la larga inestabilidad política hasta la Restauración, fue un gran obstáculo para el afianzamiento de la estadística demográfica; los pa- sos importantes se dieron con gobiernos liberales: creación de la Comisión Estadística del Reino (1856) y la implantación del Registro Civil (1871)3. A finales del XVIII, aunque existía cierta preocupación por la mejora de las condiciones de vida, en la práctica la calidad de la asistencia sanitaria era

1 Más información sobre la villa en MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Matías Ramón: Apuntes para un Mapa Topográfico-Tradicional de la Villa de Burguillos del Cerro, edición crítica de Antonio Carretero Melo. Diputación de Badajoz y Ayuntamiento de Burguillos del Cerro. Col. Filología. Badajoz, 2004. FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR, Carmen: El Señorío de Burguillos en la Baja Edad Media Extremeña. Institución Cultural Pedro de Valencia. Badajoz, 1981. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Matías Ramón: Historia de Burguillos del Cerro. Edición de Javier Marcos Arévalo. Diputación de Badajoz en colaboración con el Ayuntamiento de Burguillos del Cerro. Badajoz, 1995. CUMPLIDO TANCO, Juan F.: Burguillos de Extremadura. Caja de Ahorros de Badajoz. Burguillos del Cerro, 1985 2 RODRÍGUEZOCAÑA, Esteban: Salud pública en España. Ciencia, profesión y política, siglos XVIII-XX. Universidad de Granada. Granada, 2005, p. 191. 3 Ibídem, p. 192.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1441 ENTRE 1800 Y 1870 lamentable, más en el medio rural, más en Extremadura4. En Burguillos, según respuestas al Interrogatorio de la Real Audiencia en 17915 había unos 900 vecinos6: veintiún eclesiásticos, el mismo número del estado noble; los restan- tes del general: diez zapateros, cinco sastres, ocho herreros y cerrajeros, diez albañiles, dos albeitares (veterinarios), seis barberos (sólo uno examinado7), cuatro tenderos, diez molineros y el resto, dedicado a la agricultura y ganadería. En ningún oficio, hay gremio con ordenanzas ni sin ellas, ni se examinan para ejercerlo, como no sean los albeitares y sangradores. En la España de la segunda mitad del XIX, la cirugía mayor la hacían tres tipos de titulados superiores: los Licenciados en Cirugía, que habían estudiado en los ya clausurados Colegios de Cirugía de Madrid, Barcelona o Cádiz, y los dos tipos de Licenciados en Medicina y Cirugía, que habían estudiado bien en estos mismos Colegios de Cirugía tras la segunda unificación de la titulación en 1827, o bien en algunas Facultades de Medicina, tras la creación en 1840 de cátedras de cirugía. Además de estos tres tipos de profesionales superiores, después de las muchas modificaciones legislativas, había titulados de las Fa- cultades de Medicina, que, tras los seis años reglamentarios, cuatro de Institu- ciones médicas y dos de Clínica (según los planes de 1807, 1824 y 1843), cursa- ban en alguno de los tres Colegios de Cirugía, dos años complementarios de estudios quirúrgicos para obtener la titulación de médico y de cirujano; y vice- versa: algunos licenciados en la práctica quirúrgica cursaban estudios comple- mentarios de medicina. Pero todo esto no implica que en esta situación tan convulsa, en la práctica existieran otros titulados acogidos a legislaciones an-

4 GRANJEL, Mercedes: “Las comunidades rurales extremeñas como espacio de la práctica médica. Viejos y nuevos problemas en el ejercicio profesional a finales del Antiguo Régimen”, en La medicina ante el nuevo milenio, una perspectiva histórica. XII Congreso Nacional de Historia de la Medicina. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca, 2004, p. 317. 5 Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Badajoz. Asamblea de Extremadura. Badajoz, 1994, pp. 279 a 274. 6 Es decir, multiplicando por cuatro, como metodológicamente suele hacerse, habría unos 3.600 habitantes. 7 Médicos, cirujanos, boticarios, sangradores, barberos y parteras integraban el colectivo de profesionales para atender la salud. El Tribunal del Protomedicato era la institución que se encargaba de regular el ejercicio profesional y controlar el sistema de exámenes para autorizar la práctica; pero los controles eran ineficaces y no siempre se cumplían las normas. GRANJEL, opus cit, p. 320.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1442 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO teriores, o existieran también prácticos sin titulación superior en Cirugía que se encontrasen capacitados para ejercerla8. La sociedad de finales del XVIII distinguía muy bien entre médicos, ciru- janos latinistas y cirujanos romancistas; médicos y cirujanos latinistas estudia- ron en las facultades, los romancistas, barberos y sangradores tenían una edu- cación práctica, adquirida, sólo en algunos casos, en los hospitales. Los médi- cos curaban las llamadas enfermedades internas; los romancistas, las externas; los latinistas, las mixtas, las heridas. Médicos y cirujanos necesitaban que el Protomedicato, el tribunal examinador, les autorizara a ejercer la profesión; los barberos debían actuar bajo la supervisión de éstos, limitándose, como marca- ba la ley a sangrar, sacar dientes y muelas, aplicar sanguijuelas y vejigatorios, poner ventosas y sajarlas9. En el Burguillos del XIX (y aún hoy en la parte más antigua) las calles eran angostas y en pendiente y por el mucho ganado que andaba por el pueblo normalmente, pocas veces estaban aseadas10. Los únicos cementerios eran las dos parroquias11. Argumentan -en el Interrogatorio más arriba citado- que no

8 La información del párrafo la hemos tomado de BERNAL BORREGO, Encarnación: “Perfil sociológico de los cirujanos en la Sevilla de 1865”, en La medicina ante el nuevo milenio: una perspectiva histórica. XII Congreso Nacional de Historia de la Medicina. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca, 2004, p. 349-350. 9 ARAGÓN MATEOS, Santiago: “La atención sanitaria en la Extremadura del siglo XVIII”, en Alcántara. Septiembre-diciembre 1987. Cáceres, 1987, p. 67. 10 Diferentes sentimientos se despiertan cuando contemplamos las estrechas y tortuosas calles, intransitables por el fango y las inmundicias y nunca lavadas sino por las lluvias, que dejan en ellas un pegajoso barro, que evaporándose en los ardorosos días de primavera y verano produce emanaciones, malos olores y un polvo que el más ligero viento introduce en las casas, envuelve a los transeúntes y penetra en sus pulmones, produciendo, cuando en los organismos no hay fuerzas para resistir su acción deletérea, graves enfermedades del aparto respiratorio. Así se expresaba Hauser en 1882 respecto a Sevilla. HAUSER y KOBLER, Felipe: Estudios médico-topográficos de Sevilla. Tomo I. Ayuntamiento de Sevilla. Sevilla, 2005, p. X. 11 Hasta comienzos del siglo XIX los enterramientos se hacían dentro de las iglesias o en sus proximidades. En una real cédula de Carlos III, en 1778, se dictaron normas sobre traslado de enterramientos a los cementerios, que no se cumplieron; por ello, en 1804, una circular de Carlos IV las recordó y exigió su aplicación. BLANCO, Juan Francisco: La muerte dormida. Cultura funeraria en la España tradicional. Universidad de Valladolid. Valladolid, 2005, p. 60.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1443 ENTRE 1800 Y 1870 necesitan más ya que ambas están en la mayor altura del pueblo y lejos del comercio; además, como se estaba construyendo una nueva parroquia, queda- ría sobrante la de Santa María, que se destinaría a cementerio. Sólo hay un hospital -del Espíritu Santo-, que, por su poca renta, únicamente sirve para recoger a los transeúntes pobres y para trasladar a los enfermos a otros pue- blos; depende del duque a través de una persona nombrada por él. Hay tam- bién, para el socorro de los pobres, una obra pía de unos 500 maravedíes al año. Sin embargo, no hay hospicio, casa de misericordia ni junta de caridad En la respuesta treinta y tres, se afirma que hay médico y boticario pero no cirujano. El médico percibe del vecindario las igualas convenidas y, además, del común, percibe doscientos sesenta ducados; sería deseable, dicen, que médico y cirujano percibieran una cantidad fija para que los pobres vecinos experimentasen este alivio12. Más adelante en el tiempo, a mediados del siglo XIX, en el conocido diccionario de Madoz13, se afirma que en Burguillos se padecen tercianas y gastroenteritis. En efecto, unos años más adelante, en 1883 el médico de Burguillos, Manuel Trullás y Soler14, presentó a concurso una topografía médi- ca de Burguillos en la Real Academia de Medicina de Barcelona siguiendo la moda folclorista15 de estudiar el suelo, los aires, etc., impulsada en España por el padre de los Machado16, deudores ambos de las doctrinas de Krause de

12 Las dificultades económicas de los municipios, la precariedad de sus vecinos, hicieron que los salarios de ciertas localidades extremeñas fueran más bajos, lo cual explica no sólo la presencia de profesionales de rango inferior, sino también el grado de exigencia de las autoridades respecto a las condiciones que reunían los aspirantes; la miseria de los salarios, las dificultades para el cobro de las asignaciones y la ausencia de particulares acomodados que permitieran aumentar las ganancias, explicarían las dificultades para encontrar profesionales sanitarios autorizados en la Extremadura rural. GRANJEL, opus cit, p. 322. 13 MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar (Madrid, 1848-1850). Ed. Facs. Biblioteca «Santa Ana». Almendralejo,1989-1993. 16 vols. 14 CARRETERO CARRETERO, Mariana y CARRETERO MELO, Antonio: “D. Manuel Trullás y Soler, médico de Burguillos y escritor”, en La Talega. Ayuntamiento de Burguillos del Cerro. Nº 15, 2007, p. 48. 15 CARRETERO CARRETERO, Mariana: “Topografía Médica de Burguillos.1883 (Primera parte)”, en La Talega. Ayuntamiento de Burguillos del Cerro. Nº 15, 2007, pp. 59-62. 16 Antonio MACHADO Y ÁLVAREZ.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1444 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO principios de siglo con su relevancia de la higiene y la gimnasia, recogidas sus enseñanzas después por La Institución Libre de Enseñanza17. Ya a finales del XVIII, no había duda entre los médicos de la relación existente entre las enfer- medades y el espacio en que se vivía: el agua, el aire, el clima, la naturaleza del suelo, la alimentación... se relacionan con las epidemias; por tanto no sólo hay que estudiar las enfermedades en el cuerpo humano sino hay que estudiar el lugar donde hace su vida, su familia y, en definitiva, su sociedad18; médicos y folcloristas estudiarán el espacio, con algunos objetivos comunes y, natural- mente, muchos diferentes dada la especificidad de la disciplina médica. Trullás, en dicha Topografía19, después de estudiar los vientos, el clima, el suelo... y hasta la historia, al estilo de la época, llega a la conclusión de que la humedad constante del suelo, que no desaparece ni en verano20, y la mala construcción de los edificios -piedra, tierra y cal- son la causa de la insalubridad porque los efluvios y emanaciones con sus detritus vegetales que se elevan a la atmósfe- ra van modificando el aire y provocan el padecimiento de fiebres intermiten- tes, neuralgias, afecciones escrofulosas y tuberculosas, reumatismos, etc.; las fuerzas van disminuyendo y el hombre se ve atacado por enfermedades en que la anemia y la cloro-anemia tienen importante papel. Además hay una rivera próxima que se usa de lavadero y se forman lagunas en el ejido, que despren- den miasmas palúdicos e influyen en la facilidad del padecimiento de fiebres intermitentes, endémicas en la población, tanto en verano como en invierno. Son la terminación casi obligada de todas las enfermedades que se padecen en Burguillos y, a veces, sorprenden al médico con una perniciosa que arreba- ta en pocas horas al paciente. La mala distribución de las casas, habitar en piso bajo -siempre húmedo- la pequeñez, la miseria que obliga a la familia a vivir mezclados con los animales en una misma habitación, respirando un aire viciado y asfixiante, explican la

17 FERNÁNDEZ, Joaquín: Educación ambiental en España (1800-1975). Editorial Raíces. Madrid, 2002, p. 148. 18 URTEAGA, Luis: “Miseria, miasmas y microbios. las topografías médicas y el estudio del medio ambiente en el siglo XIX”, en Cuadernos críticos de Geografía Humana. Universidad de Barcelona. Nº 29. Barcelona, 1980 19 CARRETERO CARRETERO, Mariana: “Topografía Médica de Burguillos.1883 (Segunda parte)”, en La Talega. Ayuntamiento de Burguillos del Cerro. Nº 16, 2007, pp. 55-57. 20 Por lo que las paredes de la mayor parte de las casas manan agua, escribe.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1445 ENTRE 1800 Y 1870 facilidad con que se desarrollan enfermedades tan frecuentes en Burguillos como la fiebre tifoidea, el crup y la tuberculosis en sus variadas formas, y se propaguen las enfermedades contagiosas como dicho crup, la angina diftérica, la viruela, el sarampión, la coqueluche y otras muchas por las calles de la clase proletaria. Estaban en vigor las teorías miasmáticas de la enfermedad que atribuían la diseminación de enfermedades epidémicas a partículas flotantes en el aire como consecuencia de la putrefacción21. Humedad, vientos, calor como ele- mentos importantes que influyen en la salubridad de las poblaciones y en la aparición de enfermedades como las referidas más arriba, es lugar común de la literatura de la época. Así puede comprobarse leyendo los citados Interrogato- rio de 1791 y el Diccionario de Madoz y también el Interrogatorio de López22. En muchos pueblos, además de Burguillos se hacen informes muy parecidos23. En definitiva, la medicina de finales de la Edad Moderna y principios de la Contemporánea tenía mucho de observación a falta de descubrimientos cientí- ficos. Pero nunca abandonaba la filosofía que le acompañó desde la antigüe- dad. El médico y presbítero andaluz Buendía24 se preguntaba, en controversia con sus colegas en la Academia de Sevilla, que, puesto que era seguro que el hombre debía morir, cuál era la utilidad de la medicina; otros contemporáneos, sin embargo, estaban seguros y deseaban, como los egipcios, poder hacer un hombre inmortal el día que se conociera todo en medicina. La medicina, se decía, tiene no sé qué de admiración y respetamos a los médicos con no sé qué impulso natural; y téngase por seguro que, siguiendo al poeta, cuando el mal es de muerte sólo el morir es remedio25.

21 FERNÁNDEZ: Opus cit, p. 33.

22 Por ejemplo, de Zafra, muy cercana a Burguillos, se dice que las enfermedades más comunes son tercianas, tabardillos, erisipelas, dolores de costado y constipaciones. Estremadura. Estudio y recopilación de Gonzalo Barrientos Alfageme. Asamblea de Extremadura. Mérida, 1991, p. 485 23 BLANCO CARRASCO, José Pablo: Demografía, familia y sociedad en la Extremadura moderna. 1500-1860. Universidad de Extremadura. Cáceres, 1999, p. 191. 24 HERMOSILLA MOLINA, Antonio: Cien años de medicina sevillana. Diputación de Sevilla. Sevilla, 1970, p. 302. 25 Ibídem, p. 303.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1446 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

OBJETIVOS El objetivo de nuestro trabajo es claro: qué causaba la muerte a los burguillanos en el periodo que va desde 1800 a 1870, último año en el que sólo se usaba el registro parroquial26. Para ello podemos consultar lo que otros han escrito o ir directamente a las fuentes. En nuestro caso, de lo primero hemos hablado más arriba brevemente porque no es nuestro objetivo. En efecto, que- remos analizar la mortalidad a través de las expresiones diagnósticas conteni- das en las partidas de defunción.

MÉTODO Codificar las expresiones diagnósticas presenta dificultades27. Por ello la Historia de la Medicina no puede ir sola, sino acompañada de otras ciencias como la Filología28; tan claro está que en algunos Congresos sobre Historia de la Medicina se reserva un espacio para la Filología (por ejemplo, el celebrado en Albacete en 2002). Con el paso del tiempo, las expresiones van cambiando de nombre, los criterios de los médicos también, a tenor de los avances científicos, de tal modo que es frecuente que una misma palabra (lexema) adquiera signifi- cados diferentes (polisemia), que se usen dos o más palabras para un mismo significado (sinonimia), que se asocie la muerte a la edad (vejez, enfermedad propia de la infancia...), que no se especifique y se prefiera una palabra que englobe a varias enfermedades, etc. Además, un problema añadido: ¿es el médi- co el que escribe la partida? No. ¿Es el médico el que informa al anotador parroquial? Dependerá: una veces el médico rellena una papeleta con el nombre de la causa de muerte y el anotador parroquial la copia; otras, será un familiar el

26 A partir de enero de 1871 comienza el Registro Civil creado por la Ley provisional (se mantuvo hasta 1957) de junio de 1870, al haberse proclamado el año anterior la libertad de culto en la nueva Constitución y, por tanto, el derecho de todos los españoles a que sus datos fueran anotados independientemente de que se fuera o no católico. 27 BERNABÉU MESTRE, Josep: “Expresiones diagnósticas y causas de muerte. Algunas reflexiones sobre su utilización en el análisis demográfico de la mortalidad”, en Revista de Demografía Histórica. Vol. II, nº 3. Barcelona, 1993, pp. 11-22. 28 GONZÁLEZ MANJARRÉS, Miguel Ángel: “Filología e Historia de la Medicina en España. Una colaboración necesaria”, en La medicina ante el nuevo milenio, una perspectiva histórica. XII Congreso Nacional de Historia de la Medicina. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca, 2004, p. 813

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1447 ENTRE 1800 Y 1870 que informe al anotador: médico-familiar-anotador: el término puede sufrir trans- formaciones por ese boca a boca y por la falta de formación científica de alguno de los que intervienen en el proceso. Por todo ello, las partidas no pueden tomarse como si fueran actas notariales que den fe de las verdaderas causas de mortalidad29. Dejando a un lado a familiares y anotador, ¿el médico describe como causa la inmediata (un infarto) o la causa originaria que la provoca o especifica una causa más próxima al tiempo de la muerte, originada por la primera? Por otro lado, ¿todas las causas son tratadas de la misma manera? ¿Se dejará llevar el médico por los prejuicios sociales? Todos sabemos la dificultad que tienen algunas sociedades para reconocer ciertas enfermedades: cáncer, cirrosis, sífi- lis, sida... Más, cuanto más nos alejemos de la actualidad. Así pues, ¿el médico del XIX concreta todas las causas a todas las personas? Todas estas dificultades nos inducen a proceder con cautela, analizando los términos en su diacronía, y los codifiquemos con sistemas internacional- mente conocidos usados por otros investigadores, para que nuestro estudio no sea una isla en un océano, es decir, para que puedan establecerse compara- ciones y contribuir, desde nuestra pequeñez, a la historia de la sanidad en la provincia de Badajoz. Para codificar las causas de muerte hemos utilizado la Tercera Nomencla- tura de la Primera Clasificación de Causas de Muerte de Bertillón30 y la propues- ta por Thomas McKeown que consta en un conocido artículo de Bernabéu- Mestre en 200331; es decir, hemos introducidos dos códigos (en este artículo, sólo damos los resultados del primeros de los códigos, el de Bertillón). Al usar a Bertillón podemos dar resultados que puedan ser comparados con otros estudios ya hechos usando la misma clasificación. Bien es sabido que la clasi- ficación de Bertillón combina criterios etiológicos y anatómicos, pero predomi-

29 GARCÍA GUERRA, Delfín: Prólogo a PERAL, Diego: La salud pública en Zafra en el siglo XIX. Universidad de Extremadura. Badajoz, 1993, p. 15 30 BERTILLÓN, Jacques: Nomenclatura de las enfermedades. Imprenta de la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico. Madrid, 1899. 31 BERNABÉU-MESTRE, José y otros: “El análisis histórico de la mortalidad por causas. Problemas y soluciones”, en Revista de Demografía Histórica. XXI, I. Barcelona, 2003. Aquí, se utiliza la segunda nomenclatura; nosotros la hemos adaptado a la tercera.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1448 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO nando estos últimos, lo cual limita el conocimiento de los factores, los proble- mas de salud y los episodios de enfermedad que conducen a la muerte; aplicar los criterios de McKeown, a pesar de sus limitaciones, ayuda a superar esta dificultad32. Nos hemos aprovechado de la codificación publicada como anexo al interesante artículo metodológico referido; nos hemos ayudado de una he- rramienta imprescindible hoy para manejar tanta información: el ordenador; y de una conocida base de datos, de manejo sencillo pero potente: FileMaker Pro en su versión 8.5. Los Libros de Difuntos utilizados son los de las Parroquias de San Juan Bautista y la de Santa María, unificadas, ya bien entrado el siglo, en una única Parroquia que lleva el nombre de ambas33. Todos los libros se encuentran en buen estado. De las partidas se ha extraído la siguiente información: año, mes, nombre, sexo, causa de la muerte, estado civil, naturaleza, vecindad, profesión, nombre de los padres, nombre del marido o mujer, nombre del médico, edad (o si es o no párvulo cuando ésta falta), calle, circunstancias personales (expósito, hijo na- tural...) y observaciones.

MORTALIDAD GENERAL Podemos estudiar la evolución de la mortalidad comparándola con las otras dos variables demográficas (nacimientos y matrimonios); es lo que suele hacerse cuando se desconoce la población, intentando interpretar los datos para obtener una aproximación a los habitantes; buena muestra de ello es la cantidad de estudios demográficos de las últimas décadas de la centuria ante- rior siguiendo, entre otros, a Fleury y Henry34. En el periodo que nos ocupa, disponemos del número de vecinos o habitantes en algunos años, por lo que es más significativo utilizar la tasa bruta de mortalidad para estudiar la evolución de esta. Los años de los que disponemos de datos son 1763, 1791, 1795, 1842,

32 Ibídem, p. 172.

33 Nuestro agradecimiento a los párrocos D. José Ángel Losada Gahete, primero, y D. José María Campanón Forte, en la actualidad, por amabilidad y las facilidades dadas para la consulta de los Libros. 34 Fleury, M. y Henry, L. : Nouveau manuel de dépouillement et d’explotation de l’état civil ancien. INED. Paris, 1976.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1449 ENTRE 1800 Y 1870

1857, 1860 y 187735. Como hay grandes saltos entre los años, la población de los que faltan es estimada: hemos tomado la diferencia de habitantes entre dos años, hemos dividido por el número de años entre ambos y hemos ido sumando o restando el resultado a los sucesivos años según la tendencia fuera positiva o negativa. Hemos hecho el Gráfico 1 con la tasa bruta de mortalidad en todo en periodo:

90,00 TMB 80,00 TMB Párvulos TMB No Párvulos 70,00

60,00

50,00

40,00

30,00

20,00

10,00

0,00 1790 1794 1798 1802 1806 1810 1814 1818 1822 1826 1830 1834 1838 1842 1846 1850 1854 1858 1862 1866 1870

Gráfico 1. Tasa de mortalidad bruta. Burguillos del Cerro (1800-1870)

El promedio en el periodo 1800-1870 es de 34,74‰ (18,12‰ por los pár- vulos y 16,62‰ por el resto). En Almendralejo, el promedio en todo el XIX es del 33,8‰36. Podemos dividir los setenta años estudiados en tres fases.

35 Los datos están extraídos de MARTÍNEZ MARTÍNEZ: Historia... Opus. cit.; CARRE- TERO CARRETERO: Topografía... Opus cit.; MADOZ: Opus cit., y Extremadura a finales... Opus cit. 36 AMADOR FERNÁNDEZ, Miguel Ángel: La salud pública y la medicina en Almendralejo en el siglo XIX. Tesis de doctorado inédita. Badajoz, 2006, p. 1.365.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1450 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

Primera fase: 1800-1815 Durante estos quince años, hay dos acontecimientos importantes que debieron influir en la vida de la villa y, por tanto, en la mortalidad: la crisis de subsistencias de 1804-05, general en toda España37, y la Guerra de Independen- cia. Después del repunte en la mortalidad de los últimos años del siglo XVIII (sobre todo 1794), debido en gran medida a la mortalidad infantil, parecía que se tardaría en sufrir una crisis como la de final de siglo. Sin embargo, la villa soportó en 1802 una crisis aún mayor que la anterior; también, debido a los párvulos: la tasa subió casi al 60‰. Sólo dos años más tarde, volvió a ascender la tasa; pero esta vez hasta el 64‰ afectando no solo a niños sino también a adultos. Estamos en plena crisis de subsistencias en la península; desconoce- mos en qué medida las malas condiciones climatológicas de 1803 afectaron a la ganadería y a la agricultura de Burguillos. Sabemos que, por ejemplo, en Badajoz, el precio del trigo subió desde 60 reales de vellón en 1802-03 hasta 172 en 1804- 0538. La subida es considerable; más, para las débiles economías de las villas extremeñas. Otro hecho destacado es la Guerra de la Independencia. Sabemos que en Burguillos hubo tropas enemigas, que algunos habitantes huyeron y otros le hicieron frente desde el castillo hasta llegar a un acuerdo. Son testimonios orales que Matías R. Martínez escuchó de ancianos dignos de todo crédito39. Los acuerdos que suelen hacer las tropas enemigas con los lugareños pode- mos imaginarlos: alojamiento, sustento para caballos y caballeros... A la necesi- dad se le suma más necesidad, a la debilidad más debilidad: falta de nutrición, inanición... son causas que incitan a suponer que tal vez no fuera exagerado pensar en que, efectivamente, la gente podría morir de hambre. ¿Qué sucederá si a este estado carencial le añadimos las pertinaces fie- bres, tan diversas? Sucede que carestía y enfermedad suelen ser inseparables. Pasada la gran crisis de 1805-06, habiendo muerto los más débiles, tras solo dos años de descanso, volvió a haber otro repunte en 1809, importante en los niños

37 PÉREZ MOREDA, Vicente: Crisis de mortalidad en la España interior. Siglos XVI-XIX. Siglo XXI. Madrid, 1980, p. 376. 38 SÁNCHEZ DE LA CALLE, José Antonio: Plasencia: historia y población en la época contemporánea (1800-1990). Asamblea de Extremadura. Badajoz, 1994, p. 56. 39 MARTÍNEZ MARTÍNEZ: Historia... Opus cit, p. 266.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1451 ENTRE 1800 Y 1870 de menor edad. Con subidas y bajadas muy cortas, llegamos a 1915 con casi el 40‰ de tasa bruta, que se hizo notar en los no párvulos.

Segunda fase (1816-1836) En los primeros años de esta segunda fase, la población va recuperándo- se de tan mal comienzo de siglo e intenta estabilizarse. Sin embargo, con el estallido de libertad del Trienio Constitucional (1820-23), los fallecimientos in- fantiles y de adultos, ambos, hacen que la tasa suba hasta 44‰ en 1820 y 40‰ en 1823; esta última, a costa de la población infantil. El comienzo de la oscura década ominosa, después de las alegrías libera- les, supuso un tímido descenso de la mortalidad hasta que se produjo la crisis más importante de todo el periodo: 82,6‰ en 1831 y 68‰ en 1834. En 1831 es la mortalidad infantil la protagonista; y, en 1834, ambas. Fernando VII se despidió de la España que tanto le quiso y a la que tanto hizo sufrir40, con una epidemia de cólera que hará sufrir a la población de 1833 a 1835.

Tercera fase (1837-1870) Después de una breve caída de la mortalidad durante un lustro, asistimos a dos repuntes en 1843 y 1847. Otros cinco años con valores normales hasta que en 1855-57 se dispara la mortalidad, más de no párvulos en 1855 y al contra- rio los dos años siguientes. El pico mayor es en 1855 con una tasa es de 51,37‰; en otros lugares, como por ejemplo Zahínos, fue en 1857 con el 89‰41; en Calera de León, en 185542; en Llerena, en 185543; en Almendralejo en

40 Comparando con los liberales, muy pocos médicos colaboraron con los absolutistas; el más importante, Castelló, que debió su encumbramiento al afortunado tratamiento del ataque de gota visceral de Fernando VII a comienzos de 1825. LÓPEZ PIÑERO, José María; GARCÍA BALLESTER, Luis; y FAUS SEVILLA, Pilar: Medicina y sociedad en la España del siglo XIX. Sociedad de Estudios y Publicaciones. Madrid, 1964, p. 63. 41 BOBADILLA Gómez, Eva María y PERAL PACHECO, Diego: “Causas de mortalidad en Zahínos desde 1800 a 1999”, en REE, T. LXI, nº I. Badajoz, 2005, p. 140. 42 GARCÍA MORO, C.E. y OLIVARES MARÍN, M.C: “Contribución a la cronología de las crisis de mortalidad en la España interior: Calera de León (Badajoz), siglos XVII al XX”, en REE, T. LXIV, nº I. Badajoz, 2008, p. 107 43 MALDONADO VIZUETE, José Ángel y PERAL PACHECO, Diego: “Las causas de mortalidad en Llerena entre 1800 y 1870”, en REE T. LXI, nº I, Badajoz, 2005, p. 110.

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185744 (95‰). A nivel nacional, el origen de la crisis está en las deficientes cosechas de 1856 y 57 que provocaron grandes fluctuaciones en los precios: casi el 100% el precio del trigo en Badajoz45. Termina la fase con un tercer momento de ascenso en 1863 (párvulos) y 1868 (ambos). En 1868 España sufrió una crisis alimenticia importante. La sequía y las malas cosechas provocan ca- restía y hambre entre la población. Y una revolución en septiembre, La Glorio- sa, que daría comienzo al llamado Sexenio Revolucionario. En tal situación, es natural que las enfermedades se cebaran con los más pobres y los más débiles.

ESTACIONALIDAD Para estudiar la estacionalidad, hemos separado a los párvulos del resto y, dentro de cada grupo, las tres fases. Así se muestra en el cuadro 1 en porcen- tajes. CUADRO 1 ESTACIONALIDAD. BURGUILLOS DEL CERRO 1800-1870 PÁRVULOS % NO PÁRVULOS % Años 00-70 00-15 16-36 37-70 00-70 00-15 16-36 37-70 Enero 5,5 5,0 6,6 5,1 8,5 7,9 9,5 8,3 Febrero 3,9 3,5 5,3 3,3 6,2 6,1 5,6 6,6 Marzo 5,3 4,0 5,8 5,5 6,5 6,4 6,0 6,8 Abril 5,4 4,0 5,5 5,8 7,0 7,6 7,6 6,4 Mayo 5,9 4,6 5,8 6,4 6,9 8,1 7,7 6,0 Junio 8,9 8,0 9,9 8,6 7,1 7,6 7,5 6,7 Julio 13,7 13,0 14,9 13,2 8,3 8,0 9,0 8,2 Agosto 12,8 14,8 12,9 12,0 9,1 8,3 9,5 9,4 Septiembre 11,9 14,6 9,9 12,0 9,6 10,1 7,6 10,2 Octubre 12,4 13,0 9,7 13,6 11,8 11,3 10,4 12,8 Noviembre 8,1 8,8 7,3 8,3 9,6 8,2 9,4 10,4 Dic.6,3 6,7 6,2 6,2 9,3 10,5 10,2 8,2

100 100 100 100 100 100 100 100

44 AMADOR. Opus cit, p. 122.

45 SÁNCHEZ DE LA CALLE, opus cit, p. 161.

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Representamos en el Gráfico2 la estacionalidad de todo el periodo en los párvulos y en el resto.

16,0 14,0 Pár v ulos 12,0 Res to 10,0 8,0 6,0 4,0 2,0 0,0 l ro i o io io o e e r y n Ab Ju Jul Enero Marzo Ma iembre iembr Febr Agost t Octubre oviembreDic Sep N

Gráfico 2. Estacionalidad. Burguillos del Cerro 1800-1870

Se observará la conveniencia de separar los párvulos del resto puesto que la estacionalidad es diferente. En efecto, en los meses de verano sube la mortalidad infantil, mientras que la del resto de la población, aunque también asciende, se mantiene más estable. ¿Cuándo y por qué sube la mortalidad? Esto nos lleva a analizar la estacionalidad de las tres fases en los dos grupos de edad.

Primera fase: 1800-1815 En estos años, no se anotaba en el Libro de Difuntos la causa de la muerte. El año con más muertes de párvulos en la primera fase es 1802 con 102 fallecimientos, 81 de ellos en junio (20), julio (30) y agosto (31). Antes, en 1800 los muertos se centran de junio a octubre. En 1804, de julio a octubre; y en 1809, de julio a noviembre. Por tanto en estos cinco años hemos de suponer que la mortalidad está relacionada con la climatología y las condiciones ambientales: verano y primeros meses de otoño: enfermedades infecciosas: paludismo, ter- cianas, tabardillos, calenturas... Sin embargo, dentro de los seis años con más muertes, 1805 se sale del ciclo estacional descrito. Las muertes se concentran en enero, marzo y, sobre todo, octubre; ello nos lleva a suponer que la epidemia

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1454 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO de viruelas que se extendió por la España interior en los primeros años del siglo, se manifestara en Burguillos especialmente en este año afectando a la pobla- ción infantil. En el resto de la población, destacan dos años: 1805 y 1806. Los picos del primero están en abril, mayo, noviembre y diciembre; los del segundo, en abril y de septiembre a diciembre. Las puntas de abril y mayo nos hacen pensar en la crisis de subsistencias, que unida a las «normales» enfermedades infecciosas, los catarros invernales... provocarán la falta de alimentos y debilidad, y los picos de los últimos meses del año.

Segunda fase (1816-1836) En los párvulos destacan, con puntas en los meses estivales, 1816, 1829, 1833; debemos pensar en lo ya dicho en la primera fase. Con ascenso en los estivales y septiembre, 1832 y 1834; suponemos un septiembre con calor y, por tanto, con los mismos problemas que en los meses anteriores. En 1823, los muertos se centran especialmente en junio, pero el número de fallecimientos en el resto de meses es importante por lo que suponemos alguna epidemia. Final- mente, el año que destaca sobre los demás es 1831: 169 muertes, desde junio a noviembre, principalmente. También suponemos alguna epidemia que agravara el ciclo estival. Este año hubo un aumento de defunciones de párvulos en Mérida, Zafra, Badajoz... debido a una epidemia de sarampión agudizada en algunos casos con la viruela46; Burguillos sería una villa más. En el resto de la población, esta segunda fase se caracteriza por la pre- sencia del cólera en la villa. Aunque aún el anotador parroquial no especifica la causa de las muertes, para el cólera hace una excepción. Por ello sabemos que en diciembre de 1834 causó 23 muertes y el mes siguiente, nueve47; en agosto de ese mismo año se había presentado en la vecina Zafra48, alcanzó su punto

46 BLANCO CARRASCO: Opus cit., p. 186.

47 El cólera concentra la fase más aguda en unas pocas semanas; por ejemplo, en 1885, en la provincia de Valencia, produjo 21.613 muertes, casi todas entre la segunda quincena de junio y la primera de julio. LÓPEZ PIÑERO, José María: Historia de la Medicina. Alba Libros. Madrid, 2005, p. 144. 48 Repetidas veces, el Ayuntamiento de Burguillos pide información al de Zafra sobre el estado de la cuestión. PERAL: La salud..., opus cit, pp. 84-85.

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álgido el mes siguiente y remitió en octubre49. En septiembre de 1833, la temible enfermedad, procedente de Portugal, había afectado a Olivenza y Badajoz50, donde provocó mil trescientas defunciones51. Hubo grandes polémicas en los círculos médicos y no médicos a propósito de la utilidad de la vacuna de Ferrán, mezclándose argumentaciones científicas con intereses económicos52. Además de los dos años del cólera, destacan en esta fase los años de 1820, con picos en enero, abril, mayo y noviembre; y 1831, que centra las muertes en verano y otoño.

Tercera fase (1837-1870) a) Párvulos La gran diferencia entre esta fase y las dos anteriores es que en la mayo- ría de los años disponemos ya de información sobre la causa de la muerte. Esto nos permitirá estudiar la estacionalidad por grupos de enfermedades, siguien- do la clasificación de Bertillón. En el Cuadro 2 están los porcentajes correspon- dientes a los párvulos.

49 PERAL: La salud... Opus cit, p. 76.

50 PÉREZ MOREDA: Opus cit., p. 394.

51 RODRÍGUEZ FLORES, Mª del Pilar: Morir en Badajoz. El cólera de 1833. Medicina y sociedad. Servicio de publicaciones de la Universidad de Extremadura y Ayuntamiento de Badajoz. Badajoz, 1991, p. 103. 52 LÓPEZ PIÑERO, Medicina... Opus cit., p. 335.

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CUADRO 2. ESTACIONALIDAD DE PÁRVULOS POR GRUPOS. BURGUILLOS DEL CERRO 1837-1870

Párvulos En. Feb. Mar. Abr. Mayo Junio Julio Ag. Sep. Oct. Nov. Dic.

00 8,6 4,8 5,8 13,0 8,2 8,6 13,7 11,6 8,2 6,5 5,8 5,1 292

01 4,4 2,8 5,0 4,3 6,2 8,7 12,6 11,6 13,4 15,6 8,9 6,3 1688

02 13,3 6,7 6,7 20,0 0,0 0,0 20,0 6,7 0,0 6,7 6,7 13,3 15

03 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0

04 6,3 10,1 12,7 11,4 7,6 7,6 5,1 10,1 6,3 8,9 6,3 7,6 79

05 12,0 6,0 10,0 2,0 4,0 6,0 20,0 20,0 6,0 8,0 4,0 2,0 50

06 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0

07 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0

08 1,4 2,7 0,0 4,1 4,1 10,8 28,4 16,2 10,8 10,8 6,8 4,1 74

09 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0

10 0,0 0,0 100,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1

11 2,7 0,0 6,8 4,1 9,6 9,6 21,9 15,1 8,2 15,1 4,1 2,7 73

12 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0

13 4,5 9,1 4,5 13,6 0,0 9,1 4,5 13,6 4,5 9,1 13,6 13,6 22

14 4,3 0,0 8,5 8,5 4,3 6,4 4,3 12,8 14,9 6,4 17,0 12,8 47

Muertos 119 78 129 136 149 201 309 281 281 319 194 145 2341

00: No consta la causa. 01: Enfermedades generales. 02: Enf. del sistema nervioso y órgano de los sentidos. 03: Enf. del aparato circulatorio. 04: Enf. del aparato respiratorio. 05: Enf. del aparato digestivo. 06: Enf. del aparato génito-urinario y de sus anexos. 07: Estado puerperal. 08: Enf. de la piel. 09: Enf. de los órganos de locomoción. 10: Vicios de conformación. 11: Primera infancia. 12: Vejez. 13: Causas exteriores. 14: Mal definidas.

En el cuadro están los porcentajes respecto a los valores absolutos de la última columna; en la fila inferior, el número de fallecidos en los meses respec- tivos. Por tanto, en negrita, en la última fila y última columna, los valores abso- lutos que suman 2341 fallecidos, sobre los cuales se hace la estadística.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1457 ENTRE 1800 Y 1870

– 01. Enfermedades infecciosas.- En este grupo destacan: • Viruelas. Hay 47 muertes. Se presentaron sobretodo en 1849, 1864-6553 y 1868-69. Esta enfermedad se comportó en Europa54 como muy grave: era una de las principales causas de la mortalidad infantil hasta la vacu- nación de Jenner que se produjo con bastante diferencia en el tiempo en los distintos países europeos: en la guerra francoprusiana de 1870- 71, un brote epidémico supuso la muerte de más de veinte mil soldados franceses, mal vacunados, y, en el ejército alemán, bien vacunado, sólo trescientas muertes55 • Escarlatina. Produjo 66 muertes en el periodo. Destacan 1843 (23) y 1858 (25). En menor medida, 1846-1848 (6), 1867-68 (7). • Cólera. Sólo ocho casos en septiembre-octubre de 1855. • Calenturas. Es la causa más numerosa. Esta causa se lleva el 90% del grupo. En los meses estivales, como es bien sabido, es cuando más niños mueren por esta causa. Destacan los años siguientes: 1847-48 (98 muertes); 1852-55 (202); 1856-58 (263); 1862-63 (132); y 1867-70 (302). Las afecciones palúdicas tuvo en épocas pasadas una presencia cons- tante; altas temperaturas y charcas son el entorno perfecto para la difu- sión del morbo palúdico produciendo las llamadas fiebre intermitentes, tercianas y cuartanas, ya que los síntomas de fiebre altas se producían el primer y el tercer día o el primero y el cuarto de cada ciclo febril56.

53 La epidemia fue general. Por ejemplo, en León hubo una epidemia que afectó a la capital y alrededores. FERNÁNDEZ ARIENZA, José: Medicina y Sociedad en León durante el siglo XIX. Editorial MIC. León, 1998, p. 43. También, en Cataluña, por citar lugares lejanos: MONTAÑÀ I BUCHACA, Daniel: Medicina i societat a la Vall de Boí als segles XVIII i XIX. Diputació de Lleida. Lérida, 1994, p. 32. 54 Un ejemplo extranjero del XIX: Bélgica: Les enfants sont touchés par les entérites, les diarrhées, la rougeole, la coqueluche, la scarlatine, les bronchites, la diphtérie, les convulsions (...) Frappant des petits organismes souffrant d’un manque d’hygiène et d’une alimentation inadaptée, ces maladies ne pouvaient qu’entraîner la mort. Parmi les autres causes signalons également le manque de soins, d’hygiène, la mise en nourrice, les conditions de vie pénibles des classes laborieuses, une mauvaise alimentation,... ou tout simplement la fatalité. LORIAUX, Florence : La prise de conscience au XIXe siècle des causes de la mortalité infantile en Belgique. Le Carhop (Centre d’animation et de recherche en histoire ouvrière et populaire). Diciembre 2006. Bruxelles, 2006. 55 LÓPEZ PIÑERO, Historia... Opus cit., p. 145. 56 CARMONA GARCÍA, Juan Ignacio: Enfermedad y sociedad en los tiempos modernos. Universidad de Sevilla. Sevilla, 2005, p. 127.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1458 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

– 04. Aparato respiratorio: • Anginas. En 23 fallecimientos constan las anginas como causa de la muerte. Destaca 1863 con nueve fallecimientos. • Dolor de costado, afección al pecho, dolor de pecho. 48 veces. Destaca 1863 (7) y 1866 (6) • Pulmonía. Sólo ocho veces.

– 05. Aparato digestivo. -Gastroenteritis, diarrea. 15 veces -Dolor de vientre, inflamación al vientre. 28 veces. – 08. Piel: • Erupción cutánea. Esta causa aparece 57 veces. ¡43 entre julio y sep- tiembre de 1863! Siete en los tres últimos meses de 1867. Suponemos que el sarampión está detrás de estas erupciones cutáneas.

– 11. Primera infancia: • Dentadura, dentición. 72 muertes. Sobresale en la crisis de1855-57 (13).

– 13. Causas exteriores: • Accidentes (mordedura de cerdo, quemaduras, ahogamientos, caídas...) 14 muertes.

– 14. Mal definidas: • Un dolor, hidropesía, flujo de sangre, de repente, fuego vivo, acciden- tes... 35 muertes

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1459 ENTRE 1800 Y 1870 b) No párvulos Como hicimos con los párvulos, ponemos los datos en el Cuadro 3

CUADRO 3. ESTACIONALIDAD DE NO PÁRVULOS POR GRUPOS. BURGUILLOS DEL CERRO 1837-1870

Párvulos En. Feb. Mar. Abr. Mayo Junio Julio Ag. Sep. Oct. Nov. Dic.

00 8,4 5,2 6,8 6,8 7,3 7,9 10,5 9,4 5,2 12,6 10,5 9,4 191 01 6,8 5,6 5,9 5,4 3,8 6,1 8,1 10,5 13,7 16,5 9,9 7,7 868 02 12,9 6,5 6,5 11,6 7,1 3,2 5,2 11,6 7,7 9,0 8,4 10,3 155 03 10,0 10,0 0,0 0,0 3,3 3,3 6,7 6,7 6,7 40,0 3,3 10,0 30 04 8,1 9,9 10,2 9,9 9,0 6,0 8,1 5,7 6,0 6,9 10,8 9,0 332 05 4,8 4,8 6,5 4,8 6,5 9,7 9,7 14,0 9,7 7,5 12,4 9,7 186 06 40,0 0,0 0,0 0,0 0,0 20,0 0,0 0,0 0,0 20,0 20,0 0,0 5 07 13,0 5,6 3,7 5,6 11,1 9,3 3,7 7,4 13,0 9,3 18,5 0,0 54 08 12,5 8,3 8,3 0,0 16,7 0,0 0,0 8,3 12,5 8,3 16,7 8,3 24 09 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0 10 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0 11 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 100,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2 12 100,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1 13 5,0 6,7 5,0 8,3 5,0 8,3 13,3 8,3 15,0 13,3 5,0 6,7 60 14 14,4 7,8 9,2 2,6 5,9 9,8 7,8 5,2 6,5 11,1 11,8 7,8 153 172 135 141 132 123 138 169 193 210 263 215 170 2061

La estructura del cuadro es similar a la del anterior, por lo que nos remiti- mos a él para comprender el significado de las filas y las columnas. El grupo está hecho a partir de 2061 defunciones, de las que en el 9% de las partidas no consta la causa de la muerte (es el apartado 00).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1460 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

– 01. Enfermedades infecciosas. Es el grupo con más muertes: 42% • Calenturas. Es la causa más frecuente: 590 personas. La estacionalidad puede observarse en el gráfico 3.

Fallecidos

100 80 60 40 20 0 En. Dic Jul. Ag. Spt. Jun. Oct. Feb. Mar. Abr. Nov. May.

Gráfico 3. No párvulos. Estacionalidad. Calenturas. Burguillos del Cerro 1837-1870

Aunque la mortalidad va ascendiendo a partir del verano hasta octubre, su intensidad no destaca especialmente como en los párvulos. En el gráfico 4 comprendemos por qué. En efecto, las llamadas calenturas afectan con especial intensidad a partir de los 55 años.

140 Fallecidos 120 100 80 60 40 20 0 8-15 16-25 26-35 36-45 46-55 56-65 66-75 76-85 86-95 <96

Gráfico 4. No párvulos. Grupos de edad. Calenturas. Burguillos del Cerro 1837-1870

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1461 ENTRE 1800 Y 1870

Salvo once fallecimientos en los que no consta la edad, el resto está en el gráfico. • Calentura violenta, cerebral, serosa, tifoidea, fiebre atáxica... Es el si- guiente grupo en importancia, aunque muy lejos del anterior: 13,55%. Las muertes se acumulan principalmente en agosto (18,7%) y los tres meses siguientes (11,2% cada uno). Los cuatro meses, pues sólo se llevan el 52,5%, por lo que la intensidad no es especialmente relevante en verano y otoño. El grupo de edad que destaca es el de 16 a 25 años (22,7%); el grupo anterior y los cinco siguientes hacen el 76%, distri- buidos los fallecimientos con gran similitud entre ellos. • Cólera. Esta temible57 enfermedad produjo en Burguillos 64 muertos entre agosto (un solo muerto), septiembre (27), octubre58 (34) y noviem- bre (solo dos) del año 1855. Afectó casi por igual a las mujeres (36) que a los hombres (28). Sin embargo, en los grupos de edad observamos que donde más muertos hubo fue en los comprendidos entre los 26 y 35 años (28,1%); el grupo anterior y los cinco siguientes hacen el 65,6%, con muchas igual entre ellos. En Zafra, el cólera provoca en octubre 36 muertes59. • Tisis. Produjo en Burguillos 44 muertes. Entre agosto y octubre, 22. Los fallecimientos, casi todos, se concentran entre los 16 y los 45 años. • Viruelas. Sólo trece muertes: una en 1849; cinco en 1864; dos en 1865; y cinco en 1868. Todos, entre los 11 y los 30 años.

57 Hasta se buscaron soluciones homeopáticas, como hizo el controvertido Vallcanera en Alicante. PASCUAL ARTIAGA, Mercedes y PERDIGUERO GIL, Enrique: “Cólera, homeopatía y práctica médica: Alicante a mitad del siglo XIX”, en La medicina ante el nuevo milenio, una perspectiva histórica. XII Congreso Nacional de Historia de la Medicina. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca, 2004, p. 120. 58 También en Plasencia este mes fue el de más muertos. SÁNCHEZ DE LA CALLE, opus cit., p. 155. Y en Torrelaguna, Madrid; PÉREZ MOREDA, opus cit, p. 397. 133 muertos en , sobre todo en agosto: BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel: “El brote de cólera en la provincia de Badajoz en 1855: aproximación a su incidencia epidemiológica en Monesterio”, en XXXIII Coloquios históricos de Extremadura. Trujillo, 2005, pp. 47-59. 59 PERAL: La salud... Opus cit, p. 121.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1462 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

• Escarlatina: cuatro fallecimientos: uno en 1847; dos en 1858; y uno en 1868. Entre 7 y 11 años. • Disentería: 8: uno en 1842 y 1843 y 1844 y 1846y 1866 y 1867; dos en 1845. Uno de 55 años y los demás mayores de 70. • Erisipela: 8: 1846 y 1856 y 1860 y 1865 y 1868 y 1870 (1); 1849 (2). Todos mayores de 55 años. • Carbunco: 15: uno en 1839; 1842; 1844; 1845; 1860; 1868; 1869 y 1870; dos en 1853 y 54; y tres en 1848. • Cáncer: 13. La mayoría, mayores de 50 años • Tabardillo, tabes mesentérica, tuberculosis... tienen muy poca presen- cia en la villa.

– 02. Enfermedades del sistema nervioso y órganos de los sentidos. • Accidente apopléjico (apoplejía; apoplejía fulminante; síndrome fulmi- nante; síncope cerebral; accidente apoptótico, apopléctico, apoptético; congestión cerebral). La expresión más utilizada es la de accidente apopléctico. Suponen el 65% de este grupo. La mayoría se concentran entre los 46 y los 75 años (sobre todo de 56 a 65). • Parálisis, accidente de perlesía: el 20% del grupo. La mayoría, por enci- ma de los 60 años. • Accidente epiléctico, alferecía, ataque cerebral, reblandecimiento cere- bral... Son el resto; la mayoría, por encima de los 50 años.

– 03. Enfermedades del aparato circulatorio: • Sólo 21 muertes: aneurismas, palpitación en el corazón, mal en el cora- zón, afección al corazón, ataque violento al corazón, lesión orgánica del corazón, hemorragia...

– 04. Enfermedades del aparato respiratorio. Dos causas principales: • Pulmonía. 164 muertes por esta causa. Destacan 1848; 1855-57; y, sobre todo, de 1868 a 1870. En la estacionalidad, la diferencia entre los meses son escasas. Los grupos de edad más afectados son desde los 36 a los 75 años.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LAS CAUSAS DE MORTALIDAD EN BURGUILLOS DEL CERRO 1463 ENTRE 1800 Y 1870

• Dolor de costado, afección al pecho, catarro pulmonar... 158 muertes. Sin diferencias significativas entre los meses, salvo, un poco, noviem- bre y febrero. El grupo de edad más afectado, con diferencia (31,8%), es el de 56 a 65 años; le siguen el de 66 a 75 (18,8%) y el de 26 a 35 (12,3%). • Anginas, asma.. Muy poca presencia en la villa en los no párvulos.

– 05. Enfermedades del aparato digestivo. • Colitis, gastro enteritis, diarrea. 49,7% del grupo. Hay valores más altos en verano y noviembre, pero no sobresalen demasiado. En los grupos de edad destacan los de 56 a 65 (29,9%) seguido de los de 66 a 75 (17,2%). • Gastritis, gastrocerebritis, irritación violenta del estómago y vientre, afección al estómago, fuerte indigestión... Son el 9,7% • Quebradura, hernia... El 8,1%

– 06. Enfermedades del aparato génito-urinario y de sus anexos. Sólo hay seis muertes: mal de orina, nefritis...

– 07. Estado puerperal. • Hay 54 mujeres que mueren por parto, sobreparto, mal parto, peritonitis puerperal... Naturalmente el grupo de edad donde hay más muertes es el de 26 a 35 años (49%), seguido del de 16 a 25 (30%) y del de 36 a 45 (21%).

– 08. Enfermedades de la piel. • Gangrena, irritación cutánea, herpes, un apostema, erupción cutánea... Sólo 25 muertes.

– 13. Causas exteriores. • Envenenado, por un novillo, puñalada, se les cayó el techo encima, caída de una caballería, herida, de resultas de una patada, un rayo, garrote vil, asesinado.... La mayoría varones: 51 por 11.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1464 MARIANA CARRETERO CARRETERO DIEGO PERAL PACHECO

– 14. Mal definidas. • Hidropesía, ascitis. 98 muertes. Sobre todo, en otoño e invierno. A las edades que más afecta es a los de 56 a 65, seguido de los dos de 36 a 55. • De repente. 23. La mayoría, mayores de 50 años. • Muerte natural, un dolor, enfermedad crónica, flujo de sangre... Son 32. No hay nada que destacar en los grupos de edad.

CONCLUSIONES La tasa bruta de mortalidad en todo el periodo estudiado (1800-1870) es de 34,74‰ (18,12 por los párvulos y 16,62 por el resto). En los primeros quince años del siglo XIX, dos hechos debieron influir en la mortalidad: la crisis de subsistencias de 1804-05 y la Guerra de la Independencia; hay aumento signi- ficativo de la mortalidad en 1802 (párvulos, sobre todo) y 1804 (toda la pobla- ción), 1805-06 y 1809. En los veinte años siguientes son muy significativos los años 1831 (82,6‰; niños) y 1834 (68‰; toda la población; epidemia de cólera). Y en el resto de años hasta 1870 destacan 1855-57; 1863 y 1868. Respecto a la estacionalidad, hay crisis en las que las muertes de niños se concentran en los meses de calor, lo cual nos lleva a pensar en la relación con la climatología y las condiciones ambientales como causa de paludismo, tercia- nas... Otras veces, no responde a este ciclo veraniego (por ejemplo, 1805), por lo que hemos de pensar en epidemias concretas: viruelas, cólera... A partir de 1840, se incluye en los libros parroquiales la causa de la muerte. En los 2.341 párvulos fallecidos entre 1837 y 1870, las enfermedades infecciosas son las que más muertes provocan (72%); y dentro de éstas, las calenturas. En los no párvulos (2.061 fallecimientos) también es el grupo de infecciosas el protagonista (42%), a causa, principalmente, de las calenturas; el cólera estuvo presente en 1855 causando 64 muertos; le siguen las enfermeda- des del aparato respiratorio (16%), las del digestivo (9%), las del sistema ner- vioso (7,5%) y las mal definidas (7,4%).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.465-1.488 1465

Las palabras del dolor: Medicina y Literatura

LUIS MONTIEL LLORENTE* Universidad Complutense

1. SOBRE DIVERSAS FORMAS DE LA PALABRA MÉDICA: AXEL MUNTHE Nacido en 1857, el sueco Axel Munthe estudió Medicina en el París de la década de los 70, lo que equivale a decir que lo hizo en uno de los santuarios de la ciencia de Hipócrates en aquel tiempo; el más reverenciado tal vez, con el permiso de Viena y sin que sus sacerdotes se libraran de mirar de reojo hacia algunas universidades alemanas, al menos en lo que a las ciencias básicas se refiere. Los nombres de algunos de sus maestros –Charcot, Potain, Péan - brillan aún en las páginas de los tratados clásicos de Historia de la medicina, por más que algunos de ellos, retratados por la pluma de nuestro médico escri- tor, dejen mucho que desear en lo que atañe a su calidad humana. Sin embargo, París comenzaba ya a perder el cetro de la medicina, y ello por causa de lo que la había hecho grande en las décadas en torno a la mitad del siglo: la objetividad de la mirada clínica, convertida en criterio máximo de fiabilidad, palidecía ante la más descarnada y exacta del laboratorio, mundo en el que la Europa central llevaba la preeminencia, y vacilaba ante la llegada de visitantes inesperados procedentes, como tempranamente señaló Pedro Laín Entralgo, del mundo del oído mucho más que del de la mirada1. ¿No fue precisamente en la clínica de Charcot donde Freud inició su camino hacia la psicología profunda?

* Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor Titular de Universidad, acreditado como Cate- drático, en el área de Historia de la Ciencia. Desempeña su labor docente e investigadora en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. [email protected] 1 Tempranamente lo puso de relieve en su texto La obra de Segismundo Freud, en: LAÍN, Pedro: Estudios de Historia de la Medicina y Antropología Médica. Madrid, Escorial, 1943, pp. 67-278.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1466 LUIS MONTIEL LLORENTE

Pues bien: precisamente en este entorno un joven exótico -sueco-, inte- lectualmente bien dotado y, a lo que se ve, consciente de su valía hasta parecer, en algún caso, un tanto pagado de sí mismo, inició su carrera como médico; una carrera que le llevaría al éxito económico y profesional, pero también a concebir la medicina de un modo especial, tanto que decidió escribir sobre ello para sorpresa de sus contemporáneos y gozo de quienes tenemos la suerte de poder contemplar aquella época desde una cómoda distancia. En el día de hoy la lectura de su obra más conocida, La historia de San Michele2 (1929) me permi- te, y espero que nos permita a todos, echar un vistazo sobre una época de cambio a través de su mirada sensible, particularmente en lo que concierne a la palabra -la del médico y la del enfermo- en su relación con el sufrimiento y, en el caso más deseable, con la curación. Ocasión privilegiada, por otra parte, pues si nuestra ambición es asociar medicina y literatura la satisfaremos en este caso del modo más cabal, pues no en vano Munthe fue ambas cosas, médico y escritor. Vayamos, pues, a nuestro asunto. ¿De qué modo se ocupa Axel Munthe de la comunicación médica en su inclasificable obra? Para responder a esta pregunta lo primero que debo señalar es que, en su condición de médico de éxito, sus principales pacientes pertenecieron a las clases más acomodadas de la sociedad parisina e internacional de la época, pues también trabajó durante bastante tiempo en Roma. En ambas capitales llegó a atender a pacientes proce- dentes de América y, naturalmente, de su país natal. No debo pasar por alto lo que conocerá cualquier lector de su obra: que desde sus inicios no dejó de ocuparse de los más pobres, y que vivió catástrofes como una epidemia de cólera en Nápoles y el terremoto de Mesina, ocasiones en las que se desvivió por los más necesitados; pero sus principales testimonios sobre el tema que nos atañe proceden de esa clientela privilegiada cuya patología más habitual se encontrará precisamente en el mundo de las palabras. Prueba de ello es la primera noticia que tenemos acerca de su práctica profesional en su consulta de la Avenue de Villiers:

En la mayoría de estos casos mi diagnóstico era que [mis pacientes] comían con exceso; demasiados pasteles y dulces de día, y cenas harto abundantes de noche. Probablemente fue el diagnóstico más exacto que hice en aquellos días, pero ningún éxito tuve. Nadie quería saberlo. No agrada-

2 MUNTHE, Axel: La historia de San Michele. Barcelona, Editorial Juventud. 1981.

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ba. El diagnóstico que gustaba a todos era el de apendicitis. En aquella época estaban de moda las apendicitis entre la gente de la mejor sociedad que buscaba una dolencia. Todas las damas nerviosas la tenían en el cere- bro, ya que no en el abdomen, y se encontraban muy bien con ella, y lo mismo sus médicos3.

Pero esta situación será sólo transitoria, pues al poco tiempo llegará a París, procedente de los Estados Unidos, la noticia de que la apendicitis se cura extirpando quirúrgicamente el apéndice.

Muy pronto fue evidente que las apendicitis pasaban de moda y que era preciso descubrir una nueva enfermedad para satisfacer la demanda general. Entonces la Facultad se mostró a su altura y lanzóse al mercado un nuevo mal, se acuñó una nueva palabra, una verdadera moneda de oro; la ¡COLITIS!4.

Esta es, pues, la primera visión de la realidad médica parisina que nos suministra -casi diría “que nos administra”, como si se tratara de un jarabe de gusto dudoso- nuestro autor: la de una enfermedad de la que sólo existe el nombre. Pero no nos engañemos: Munthe sabe ver más allá de las apariencias y enseguida comprende que esta entidad nosológica inventada admite un con- tenido, aunque inesperado, pues no tiene nada que ver con el colon, sino con el malestar mucho más psíquico que somático que Freud reconocerá en el fon- do de una plaga a la sazón propia de las clases populares: la histeria. Desde el punto de vista de la medicina anatomoclínica la “colitis” no es más que una palabra, y mendaz por añadidura, pues los mismos que la ponen en circulación saben mejor que nadie que no designa una inflamación del colon. Pero segura- mente también ellos saben, en su fuero interno, que detrás de esa palabra se esconde algo para lo que aún no están preparados. No es éste el caso de nuestro médico. No es por azar por lo que, después de revelarnos esta sensacional noticia -la creación de una nueva especie mor- bosa- nos cuenta de qué modo pasaba sus horas de ocio en un pequeño zoo- lógico, la Ménagerie Pezon, poniendo a prueba su capacidad de relacionarse con las fieras, que admiraba a los propios cuidadores de éstas. Entre las anéc-

3 Id. pp. 32-33. 4 Ibid.

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dotas que refiere las más destacadas son el doloroso drenaje de un absceso -sin anestesia, naturalmente- en la pata de una leona y su acompañamiento, la mano en la mano, de la lenta agonía por tuberculosis de Jack, el gorila del Jardín Zoológico, con quien previamente había pasado muchas horas de silenciosa relación, siempre mediada tan sólo por el contacto manual. Estas experiencias, así como las realizadas con seres humanos, le llevaron a preguntarse acerca de este misterio de la comunicación por el tacto, más allá, o si se prefiere más acá de las palabras.

¿Por qué, después de haber perdido el uso de la palabra y con los ojos extraviados por el terror de la muerte [mis pacientes] quedaban tan pacíficos y tranquilos si ponía en su frente la mano? ¿Por qué los locos del asilo de santa Ana, espumeando de rabia y profiriendo gritos de animales salvajes, se volvían serenos y dóciles en cuanto les aflojaba la camisa de fuerza y tomaba en mi mano la suya?5.

Más tarde referirá esta misma experiencia, aunque esta vez asociada a la palabra, con ocasión de sus reflexiones acerca del hipnotismo en el marco de los angustiosos lazaretos de campaña de la Primera Guerra Mundial. Su conclu- sión será que la palabra, como el contacto, es lenitiva sobre todo por la inten- ción con la que es pronunciada, por lo que transmite al otro, al sufriente, al agonizante. No hace falta ser un gran científico -aprenderá- para acceder con la palabra, y con ese otro género de comunicación no verbal que representa el contacto, al interior del dolor ajeno. En este sentido es muy esclarecedora la comparación que puede establecerse entre lo que refiere acerca de Charcot y sus discípulos de la Salpêtrière y un desconocido, pero exitoso médico alemán. Del gran maestro de la neurología se atreve a decir algo que hoy resulta bien conocido y apenas provoca escándalo, pero que en la época podía interpretarse como la venganza de un discípulo despechado:

Para mí, que durante años había empleado la mayor parte de mi tiempo libre en estudiar el hipnotismo, aquellas representaciones en el escenario de la Salpêtrière ante el público del tout Paris no eran más que una absurda farsa. Algunos de aquellos sujetos femeninos eran, sin duda, verdaderos sonámbulos que ejecutaban en estado de vela los diversos actos que les habían sugerido durante el sueño ( ) Siempre estaban dis-

5 Id. p. 44.

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puestas a piquer une attaque de la clásica grande hystérie de Charcot con el subsiguiente arc-en-ciel o a exhibir sus tres famosas fases de hipnotismo: letargo, catalepsia y sonambulismo, inventadas todas por el Maestro y rara vez observadas fuera de la Salpêtrière.6

De este modo, Charcot y sus secuaces habrían producido el fenómeno contrario al suscitado por la Faculté en los inicios de la carrera profesional de Munthe. Mientras que el gremio médico había inventado una enfermedad inexis- tente, el ínclito Jean-Martin Charcot habría sido capaz de producir verdaderos enfermos mediante el uso de la palabra, de su palabra de sabio omnipotente:

Hipnotizadas a diestro y siniestro, docenas de veces al día, por los doctores y los estudiantes, muchas de aquellas desgraciadas muchachas pasaban el día en un estado de semiletargo, aturdidos sus cerebros por toda clase de absurdas sugestiones, semiconscientes y seguramente irres- ponsables de sus actos, destinadas, más tarde o más temprano, a terminar sus días en la salle des agités, si no en el manicomio7.

A cambio, la historia del médico alemán ofrece todo lo contrario. En deter- minado momento las autoridades deciden controlar, ante la sospecha de intrusismo profesional, a todos los extranjeros que ejercen la medicina en París, citándolos en comisaría para que acrediten su formación universitaria. También Munthe tiene que hacerlo, y el comisario aprovecha para pedirle su opinión sobre cierto alemán sospechoso de charlatanismo que, sin embargo, gozaba de un extraordinario éxito social y económico.

Observé -señala Munthe- que no había ninguna razón para que un charlatán no pudiera ser un buen médico; un título significaba poco para sus enfermos, si el podía aliviarlos: Un par de meses después, el mismo comisario me contó el fin de la historia. El doctor se presentó a última hora, solicitando una entrevista particular. Mostró el título de una notable uni- versidad alemana y suplicó al comisario que le guardase el secreto, porque su enorme clientela la debía al hecho de ser considerado por todos como un charlatán. Dije al comisario que no tardaría en ser millonario aquél hom- bre si supiera de medicina la mitad de lo que sabía de psicología 8.

6 Id. pp. 191-192.

7 Ibid.

8 Id. p. 176.

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Munthe, lo he señalado al comienzo, es testigo privilegiado y sensible de una época de cambio. La medicina que representa el deificado Charcot produce lo que hoy llamaríamos daños colaterales, y muy pronto otro de sus estudian- tes -no diré discípulo en su caso, como no podemos decirlo en el de Munthe-, Sigmund Freud, arrojará su particular paletada de tierra sobre el féretro del maestro de la “mentalidad anatomoclínica” al señalar que no había podido llegar más lejos porque era “un visual”9; porque lo era, señalaría yo, en aras de la precisión, en un terreno en el que había que abrir plaza al oído, a la palabra. Concteramente, a las palabras del dolor y del sufrimiento. A su manera Munthe lo había hecho, aunque, al menos en su libro, parece prestar más atención a la palabra del médico como instrumento terapéutico. Pero no cabe duda que fue su capacidad de comprender, de escuchar con los oídos, los ojos y las manos, lo que le llevó a saber lo que supo y a transmitírnoslo. Otros médicos y escrito- res, a lo largo del siglo que ya pasó y en los comienzos de éste en el que vivimos, han sido testigos y transmisores de la movediza historia de las pala- bras del dolor. Buscamos ahora a uno de ellos, que compartió, como Munthe, esa doble condición en los años centrales del siglo veinte: Jean Reverzy.

2. LA PALABRA Y EL SILENCIO. PLACE DES ANGOISSES, DE JEAN REVERZY A diferencia de lo que ocurre a menudo, en el caso que nos ocupa la situación biográfica del autor es de suma importancia para la más completa valoración de su obra: el escritor Jean Reverzy fue, además, médico, y nunca dejó de serlo. Como señala uno de sus estudiosos, ni siquiera la consecución, en 1954, del Premio Renaudot, “que le garantizaba de golpe más de cien mil lectores, la celebridad, una vida pública”10, le apartó del ejercicio profesional como médico de cabecera en un barrio obrero de Lyon. Pero a esta doble con-

9 FREUD, Sigmund: Charcot, en Obras completas (ed. López Ballesteros). Madrid, Biblioteca Nueva, vol. X, 1925, p. 280. 10 Recibió este premio por su primera novela, Le passage. Cfr. BUIN, Yves: Jean Reverzy (médecin et écrivain lyonnais) 1914-1959. (Tesis doctoral en medicina). París, Facultad de Medicina, 1968, p. 2.

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dición de médico y escritor, Reverzy añade, en la época en que redacta Place des Angoisses, la de enfermo crónico con pronóstico fatal, pues la enfermedad que padece, probablemente hemocromatosis, no tenía cura a la sazón. Médico, enfermo y escritor; pero no todos los médicos que enferman son capaces de escribir acerca de la enfermedad, el sufrimiento, la muerte y la comunicación entre los seres humanos con la enfermedad como telón de fondo del modo en que lo hace Reverzy. Dos años después de la obtención del mencionado premio publica Reverzy su segunda novela, de la que vamos a ocuparnos en adelante por las razones ya señaladas11. Uno de los aspectos más atractivos -y aleccionadores- de Place des Angoisses es, precisamente, la confrontación entre la comunicación que se suscita en el ambiente hospitalario y la que surge, cuando se tiene suficiente sensibilidad, en la consulta en casa del paciente. En el santuario de la ciencia médica todo está tecnificado, sometido a una estricta observancia de códigos estilísticos y márgenes temporales que ofenden la sensibilidad del joven inter- no en formación:

En tres horas lo aprendí todo sobre el diálogo sumario de la medici- na hospitalaria y de la enfermedad popular: “¿Le duele la cabeza?... ¿Se siente cansado por las mañanas?... ¿Siente punzadas en el corazón?... ¿Se fatiga al caminar?... ¿Ve usted moscas volantes?...”. El paciente sólo debe responder sí o no (...) La mano firme del médico apartaba la sábana; retumbaba una orden: “¡No se mueva! ¡Respire hondo! ¡No respire! ¡Vuél- vase sobre el costado!”12.

El ejercicio del lenguaje que se propone al flamante médico está basado en el uso de la palabra que Laín ha denominado “cosificadora”, que reduce al ser humano enfermo a objeto científico cognoscible por la vista y el tacto, desdeñando lo que de él pueda conocerse por el oído; una palabra que sólo

11 Estos datos proceden de la tesis doctoral citada en la nota precedente, así como de las “ Repères biographiques” con que se cierra la edición de REVERZY, Jean: Oeuvres completes. Paris, Flammarion, 2002, pp. 916-919. 12 Id. p. 195.

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pretende ser “inquisitiva, imperativa y descriptiva”13. A esta misma conclusión llega Reverzy cuando reflexiona sobre lo anterior:

Comprendí que esos seres numerados, inmóviles como el bloque de mineral detrás de la vitrina del museo, como el reptil sumergido en formol, como la mariposa atravesada sobre el cartón, se presentaban maravillo- samente simplificados y preparados para las investigaciones de los sabios, quienes se preocupaban tan poco por la angustia de sus pacientes que incluso estos parecían, a su vez, no experimentar opresión alguna (...); no intentaban comprender: su enfermedad sería lo que quisieran los médi- cos14.

A lo largo de la novela abundan las referencias a esta palabra cosificadora y, en general, a la incapacidad de muchos médicos para establecer vínculos más comprometidos con sus pacientes; incapacidad que, a menudo, se trueca en voluntad deliberada de crear una distancia que se juzga necesaria para conser- var la frialdad en la mirada, el hábil pulso, la desapasionada decisión que el acto médico requiere:

A los médicos no les gusta llamar a sus pacientes por su nombre, marca demasiado visible de un antiguo estado humano: prefieren al enfer- mo numerado, puro, sublimado y perfectamente sometido a la ciencia, de la cual ellos son presencia ubicua y misterio15.

No parece necesario recordar que, desde los tiempos en que Reverzy denuncia esta actitud, se ha intentado de buena fe corregirla, aunque a veces cayendo en el error de suponer que ese objetivo puede conseguirse mediante técnicas que pueden “aprenderse”. Por otra parte, muchos médicos en ejercicio son conscientes de que la crítica de Reverzy sigue estando vigente en muchos ambientes. Por ambas razones, es de temer que aún hoy tenga valor uno de los juicios más dramáticos, el más triste quizá, de los que quedaron plasmados en esta novela de la comunicación médica; aquél en que su autor se refiere a unos

13 LAÍN, Pedro: “ La palabra y el silencio del médico”. En: Ciencia, técnica y medicina. Madrid, Alianza Editorial, 1986, p. 238. 14 Op. cit., p. 195

15 Id. pp. 206-207.

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“seres tan alejados como los médicos y los enfermos”16 ¡Tan alejados...! Más que una denuncia hay que concebir esta declaración como la manifestación de una profunda tristeza, pues no olvidemos que es un médico quien la emite. Incluso más acá de lo radicalmente humano, en el ámbito de lo puramente profesional -si es que puede ser lícito proceder a esta antinatural separación-, esta lejanía se revela como eminentemente negativa, como condición determi- nante de un fracaso previsible, pues lo que, a la larga, instaura ese lenguaje codificado es la incomunicación. Frente a la palabra cosificadora y dictatorial el enfermo responde -observa el joven interno- con el silencio. Al fin y a la postre, silencio es lo que se le pide frente a las órdenes y manipulaciones del médico, y casi es silencio -al menos, máxima contención verbal- lo que se le exige en las respuestas a las preguntas de la anamnesis. Así, frente a la usura verbal del profesor de clínica, “ahorrativo de sus instantes como de sus gestos y sus palabras”17, que sólo concede cinco minutos, cronometrados por una enferme- ra, al interrogatorio y exploración de los pacientes ambulatorios, el enfermo, desde el mismo momento de su ingreso -nota Reverzy- se atrinchera en un mutismo defensivo que conduce, diabólicamente asociado al laconismo del clínico, a diálogos como éste, cruelmente descrito por el escritor:

-¿Dónde le duele? -Por todas partes. -¿Cuándo le duele? -Todo el tiempo. -¿Desde cuándo? -No me acuerdo18.

Sería, no obstante, un error suponer en Reverzy una actitud fácilmente crítica y descalificadora frente a unos colegas respecto de los cuales se consi- dera de algún modo “superior”. Nada más lejos de la realidad. Nuestro autor no es un enfant terrible de la medicina. No lo necesita -como ya hemos visto-

16 Id. p. 228.

17 Id. 207.

18 Ibid.

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cuando escribe su novela, ni parece que su temple moral sea conciliable con la posición de un puro censor. Al médico-enfermo-escritor Jean Reverzy le duele la incomunicación porque ha vivido -yo aún diría más: ha gozado- la experien- cia contraria, que también, y especialmente, desea transmitir en su novela. Además, de ningún modo quiere ser injusto con esos colegas con los que en más de un aspecto se identifica. Reconoce, por una parte, que el propio lengua- je de la medicina tiende sus trampas a quienes lo utilizan, que habitualmente no son plenamente conscientes de las complejas implicaciones del mismo; por otra, advierte que la jerga profesional sirve oscuramente a otros fines que no son en sí ni buenos ni malos, sino simplemente humanos, demasiado humanos, y que tienen que ver con la especial dureza del ejercicio de la medicina. Ambos aspectos son puestos de relieve, de mano maestra, en un fragmento en el que el escritor reflexiona sobre el “estilo” literario de los clínicos,

... ese estilo impersonal, propio de los doctores, tan particular como el de los militares y el de los eclesiásticos, infestado por el énfasis, las metáforas dudosas y los términos incongruentes, tales como oligofrenia, bradicardia, asistolia, polidipsia, y otros mil parecidos, revoltijo hirsuto de griego farfullado por bárbaros. Estilo que refleja, como su escritura ilegi- ble y desmoronada, la inmensa fatiga de los médicos, cuyo espíritu sobre- cargado, para aislar el hecho y describirlo, no tiene ya la fuerza de ir hasta el extremo de los recursos del lenguaje19.

En su indagación sobre el lenguaje, sobre la comunicación, le ayudará tanto como el análisis crítico de la jerga profesional y el de su dosificación técnica la escucha del decir del lego, especialmente cuando éste, de manera totalmente impremeditada, consigue tender hacia el enfermo esos puentes que el médico establece con tanta dificultad, cuando no renuncia lisa y llanamente a esa tarea. Es lo que ocurre, por ejemplo, durante las horas de las visitas, cuando

... las salas muertas, donde resucitaba una vida insospechada para los médicos, se llenaban del zumbido de las palabras dulces, crasas, con las cuales el pueblo expresa su emoción y su ternura20.

19 Id. p. 210.

20 Id. p. 208.

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Palabras que expresan sentimientos... En el marco de la relación entre el médico y su paciente hay un espacio del cual pueden estar ausentes los senti- mientos, o mejor, en el que pueden ser puestos entre paréntesis en nombre de la voluntad de conocimiento científico de lo que sucede en el interior del cuer- po doliente; un espacio ocupado por lo que Laín ha denominado morbus in verbo, la enfermedad verbalizada, descrita. Pero también hay lugar para lo que este mismo autor ha nombrado morbus ultra verbum o morbus in silentio21; y ese silencio, que surge más allá de la palabra (ultra verbum) no equivale a incomunicación, sino que se abre a la posibilidad de otro género de comunica- ción, menos explícita pero tal vez más profunda, la “comunicación existencial” en el sentido que estos términos tienen en el pensamiento del médico y filósofo Karl Jaspers22. Ante la perplejidad que se experimenta frente al dolor y la muer- te, la palabra, incluso la bienintencionada, resulta inoperante, y el silencio -un silencio expresivo, comunicativo- resulta ser la única vía para expresar la com- pasión, la comprensión, el deseo de auxiliar en lo posible, de acompañar al menos, a aquél que, a menudo, tampoco puede manifestar verbalmente su sole- dad, su sufrimiento. El médico Jean Reverzy, educado por experiencias como las ya descritas, se muestra especialmente sensible a este silencio expresivo; silencio que, en ocasiones, será administrado por él sabiamente, incluso técni- camente, con una aparente frialdad que no debe engañarnos, pues lo premedi- tado de alguno de estos silencios se justifica por la convicción de que tal actitud ayuda efectivamente al enfermo -y, en ocasiones, constituye la única posibilidad humana de ayuda-. La narración comienza, precisamente, con la descripción de una visita domiciliaria cuyo único objetivo es la cumplimentación, por parte del médico, de un certificado de defunción. Pero, además de este acto legal, Reverzy se encamina a su tarea con la decisión de ejecutar uno de estos actos de comunicación en el silencio:

Me dirigía hacia un deber fácil; exigiría de mí pocas palabras, no habría vacilación ni duda: bajo el tejado, en una buhardilla, iba a recibir la tranquila hospitalidad de un muerto. Bastaría con algunas palabras escri- tas, con una mirada más pensativa que de costumbre y con un movimiento

21 LAÍN, Pedro: Op. cit. en nota 13, p. 244.

22 JASPERS, Karl: Philosophie. Berlin, Springer Verlag, 1973, pp. 126-129. Lo que define la “comunicación existencial” es “la voluntad existencial de apertura”.

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de la mano alzada, que luego dejaría caer, como para decir: “Callemos. El ruido ofende a los muertos. Incluso este gesto es inútil”23.

Pero de poco serviría el arduo aprendizaje de Reverzy -y no sería mu- cho lo que podría enseñar a sus lectores, médicos o no- si solamente le permi- tiera salvar con gallardía situaciones como la descrita. La piedra de toque de la comunicación médica no puede ser el cadáver, ni siquiera su viuda. Sólo el enfermo puede revelar cuándo se ha logrado establecer la comunicación, y en qué medida puede ésta ser verbalizada. Del mismo modo que Reverzy nos muestra solamente uno de los difuntos con los que hubo de vérselas en su práctica profesional, sólo presta atención a uno de sus pacientes, paradigmáti- co, al que nos presenta como el primero de su ejercicio profesional como médi- co de arrabal. La prolija narración de la primera visita a casa de este paciente, Dupupet, constituye una rareza frente a las descripciones habituales; pero es, precisamente, lo que la hace extraña, lo que mayor valor le confiere para los fines perseguidos, de consuno, por el autor y por quienes hemos aceptado seguirle en su pesquisa sobre la comunicación médica:

Todo el mundo habló al mismo tiempo. La mujer se mantenía de pie detrás de mí, y su voz, como un viento ligero, pasaba por encima de mi cabeza. Todas sus palabras, desde el instante en que ella había abierto la puerta, habrían podido transcribirse en una sola frase armoniosa, inmen- sa, prolongada sin cesar. Dupupet oscilaba, de derecha a izquierda, a cada penosa inspiración, y la dificultad de su respiración fragmentaba su discur- so en frases entrecortadas. Su voz, amplificada por la resonancia de un flaco tórax, recordaba la sonoridad del cuerno o de la trompeta: estallaba y luego, repentinamente, moría con un sordo fragor. Y mis palabras, de un timbre más agudo, intentaban insinuarse en los silencios de un segundo de los viejos que me contaban su pena. Creo que éramos felices y que una unión casi perfecta estaba en trance de realizarse: el hombre acostado, su compañera de pie, el médico sentado al borde de la cama, formaban un coro al unísono24.

Considerado superficialmente podría parecer que lo que aquí se describe obedece a un mero afán esteticista, al impuro deseo de sorprender con la finura

23 Op. cit. p. 180.

24 Id. pp. 234-235.

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de las metáforas a un lector ingenuo; esto sería, literalmente, obsceno, tratán- dose de lo que se trata: el sufrimiento de los seres humanos. Pero, por fortuna, el tono general de la obra no permite sospechar algo semejante. Reverzy quiere llegar más lejos, como médico, de lo que como médicos pretendían llegar sus maestros, y los más conformistas de sus colegas, en el camino de la compren- sión; quiere saber, entender más que aquello que dice la respuesta dirigida por la pregunta, y más que aquello que revela el cuerpo sumiso a la mano inquisidora del clínico. Quiere saber lo que dicen las palabras libremente pronunciadas, transmisoras no sólo de datos, sino también de valoraciones y sentimientos, y lo que dice el cuerpo expresivo, el cuerpo que se comporta -si así puede decir- se- como acento tónico de lo meramente verbal. Por eso actúa del modo que hemos visto, y las consecuencias de su acción resultan ser, a la postre, benefi- ciosas. Después de esa conversación que califica de “huracán de palabras”, los tres personajes, como de común acuerdo, abandonan ese fondo musical que, a lo largo de esta primera etapa de la visita médica, ha suministrado su decir. La palabra, que ha dejado de ser “cosificadora”, huelga al fin, habiendo experimentado quienes hablaban, al unísono, “una misma necesidad de silen- cio”. El paciente y su esposa parecen compartir la convicción del narrador: “en nosotros, sin que ninguna palabra lo tradujera, la conversación proseguía”25. Poco más resta que decir sobre esta sensible apología de la comunica- ción humana en el ámbito de la práctica médica. De otros asuntos se ocupa, con no menor sinceridad, Jean Reverzy en la novela, pero desbordarían los márge- nes de este trabajo, de modo que es necesario imponerse la disciplina del límite. En tanto que docente -de médicos, sobre todo-, sólo me queda suscribir sin restricciones una declaración del escritor cerca ya del final de su novela, y transmitirla a quienes hayan resuelto seguirme en este recorrido por su obra; suscribirla transcribiéndola, para que no se interpongan entre el médico escri- tor y el lector de estas líneas los comentarios del mensajero que he querido ser:

Mi visita a Dupupet sigue siendo para mí un tema de meditación, de estudio, de extrañeza y a veces de temor (....) Recordando todo esto, se me ocurre pensar que hay una ciencia aún por nacer que se preocupará de la aproximación de los seres vivos, de su contacto, de su retiro, de los movi-

25 Ibid.

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mientos de sus cuerpos y de sus miembros; ciencia que será la de la soledad del hombre y, en consecuencia, la del hombre mismo. Y (...) el pensamiento se contenta con esta observación, sin conclusión ni provecho para la inte- ligencia, de sonidos articulados, de signos escritos, de gestos, de descarga de miradas, gracias a los cuales parecen comunicarse las almas (...) Me había encontrado junto a un anciano dormido, lo había despertado; nues- tras voces se habían elevado para proclamar nuestra alianza, mientras que detrás de nosotros una anciana señalaba su presencia con una frase sin fin. Yo no quería comprender nada, pues nada humano se comprende, pero había encontrado mi lugar entre los seres humanos26.

3. LO INCOMUNICABLE EN LA ENFERMEDAD, DE ALBERTO BARRERA TYSZKA. El protagonista de esta novela, galardonada con el Premio Herralde en 2006, del escritor venezolano Alberto Barrera es también un médico, Andrés Miranda, quien al comienzo del relato recibe de su colega jefe de radiología un sobre que contiene una sentencia: la de su padre; y de inmediato debe respon- der a una llamada telefónica de éste, inquieto por el resultado de la exploración. La descripción de ambos encuentros bastaría para justificar el premio literario concedido a la obra, pues constituye un ejemplo precioso de lo que, en esas circunstancias, puede suceder en el ánimo de unos seres humanos. De entrada el protagonista desearía, aunque sabe que es imposible, no haber pronunciado la frase -“¿Ya están listos los resultados?”- con la que se inicia el relato; lo que nos muestra al menos dos cosas: que, como médico, no se hace ilusiones sobre lo que puede esperar de ellos, y como persona preferiría no saber. Su compañero le entrega las radiografías sin comentarios, tan sólo con “una sonrisa de forzada solidaridad”27 que él mismo conoce bien:

Ahora [su] ansiedad por fin tiene una primera forma: el rostro del jefe de radiología, esa mirada esquiva, esa expresión resignada. Andrés ha visto demasiadas veces esa mueca. Él mismo ha debido ajustársela sobre el

26 Id. pp. 238-239.

27 Barrera Tyszka, Alberto: La enfermedad. Barcelona, Anagrama, 2006, p. 11

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rostro en más de una ocasión. Es la ilustración que acompaña a una mala noticia clínica, la primera cuota de un pésame28.

Y se pregunta: “¿Está preparado para esto? No lo sabe”. No lo sabe, ni puede saberlo. Seguramente nadie está preparado, y a menudo el médico está menos preparado que otros29. De hecho reacciona como lo haría cualquiera ante la noticia; pensando en el diagnóstico del que ha sido objeto su padre se dice a sí mismo:

Nunca ha fumado, sólo bebe ocasionalmente, camina todas las ma- ñanas en el parque Los Caobos, evita los aceites, come fruta y avena en las mañanas, cada noche mastica siete garbanzos crudos para conspirar en contra del colesterol. Entonces, ¿qué pasó?30.

Pasó que en efecto hay un límite absoluto para la medicina, que es la naturaleza misma. Y la región de la naturaleza que nos muestra ese límite se llama enfermedad, y no siempre la prevención y las “conductas saludables” bastan para evitarla, pues forma parte de la vida. El relato de Barrera arranca precisamente del descubrimiento de ese límite en un caso concreto, que, ade- más, está emocionalmente “cargado”. Lo que sigue a tal descubrimiento y tales reflexiones se dirime así mismo en lo concreto: durante la breve visita del doctor Miranda al radiólogo su padre ha telefoneado, inquieto, y vuelve a hacerlo ahora. Una vez más el escritor expone de mano maestra, explicándolos incluso, los resortes de la comunica- ción médica en este caso extremo. La primera frase del padre, enunciada en tono chancero, es explícita: “¿tan mal estoy que ya ni siquiera deseas hablar conmi- go?”. Una pregunta que denota un saber, aprendido quizá a partir de las pro- pias reacciones ante casos similares. Tal vez también el padre de Andrés Miran- da ha reaccionado, más o menos conscientemente, de manera evasiva ante casos semejantes al que sospecha pueda ser el suyo, o ha visto cómo otros lo

28 Id. p.13

29 Cfr. MONTIEL, Luis : “ La novela de la eutanasia: Les Thibault (1922-1940), de Roger Martin du Gard”. En : Montiel, Luis; García, María (Eds.): Pensar el final: La eutanasia. Eticas en conflicto. Madrid, Editorial Complutense, 2007, pp. 91-114. 30 Op. cit., p. 18.

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hacían. El caso es que la conversación entre padre e hijo, una conversación desprovista del valiosísimo lenguaje no verbal a consecuencia de la mediación técnica, de la distancia falsamente superada, o superada sólo a medias, por el teléfono, sigue los cauces comunes en este género de diálogo. El médico expe- rimentado que es Andrés reconoce el miedo a la verdad en la pregunta de su padre:

Andrés también conoce esa forma de nerviosismo. Es todo un clási- co. Muchos pacientes acuden a esa estrategia, se sitúan sobre una débil línea donde todo es medio en broma y medio en serio a la vez; intentan demostrar normalidad cuando en realidad están aterrados y no han dejado de pensar, ni un segundo, en el posible resultado de sus exámenes. Han pasado horas perseguidos por el temor a enfermedades mortales; han encontrado un dolor inédito en cada movimiento; han presentido manchas sospechosas donde antes sólo veían su piel... Pero entonces se acercan al médico tratando de fingir una peculiar naturalidad: sonríen pero parece que estuvieran a punto de llorar. Dejan caer preguntas como la que acaba de hacer su padre31.

Es difícil responder a ese tipo de pregunta, como sabe cualquier clínico. Además de la natural repugnancia hacia la mentira, consideraciones de diversa índole hacen difícil el recurso a la falsedad absoluta. Incluso si alguien es capaz de mentir sin empacho –casos hay, y sin duda casi todos conocemos alguno- las formas actuales de la relación clínica hacen que este sea un mal expediente, sin ir más lejos desde el punto de vista puramente legal. Pero es evidente que decir la verdad descarnada constituye una crueldad innecesaria, especialmente cuando, como en éste caso, se ha reconocido que el paciente no está en dispo- sición de aceptarla sin sufrir daños muy graves en su equilibrio psíquico. Por eso Andrés responde de una forma que también “es todo un clásico”: “en principio todo está bien”; fórmula que su padre entiende también a la perfec- ción: -¿En principio? ¿Qué carajo quiere decir eso, Andrés? -Tranquilo, viejo. Te estoy diciendo que estás bien. -Me estás diciendo que en principio estoy bien. Es distinto32.

31 Id. p. 13-14.

32 Ibid.

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Finalmente, presionado de este modo, cae en la tentación de la mentira. Pero ya en este punto se trata de una tentación tolerable, si así puede decirse, pues, por más que acabe asegurando a su padre que “todo está bien, en serio”, y que responda a su pregunta: “Tú no me mentirías, ¿verdad?” con un angus- tiado “yo jamás te engañaría, papá”33, además de tratarse de una clásica pia fraus -lo que no siempre constituiría una disculpa desde el punto de vista moral- ya casi ni siquiera es una mentira, pues el médico avezado intuye que se trata de otra cosa: de un juego a dos, un sutil juego psicológico del que éste no es sino el primer movimiento, y que la ética del mismo dependerá de lo que haga a partir de este momento, pues el enfermo también sabe, o intuye, que el juego ha comenzado:

Por lo general los pacientes necesitan estrujar cada palabra; las exprimen buscando su significado más directo, limpiando cualquier matiz. Quieren despejar de dudas hasta los signos de puntuación. Un paciente siempre sospecha que no le están diciendo la verdad, o que al menos no le están diciendo toda la verdad, que hay algo que le ocultan. Por eso insisten, hurgan tan desesperadamente en cualquier lugar, incluso en el lenguaje34.

Sí: sin duda sólo a medias hay engaño. Además, en este caso la mentira no representa el cómodo expediente para volver la espalda, sino que pone en marcha un compromiso: Andrés ha mentido por lo que considera el bien de su padre, y en adelante tendrá que improvisar su estrategia siempre al servicio de ese bien. En las páginas precedentes hemos podido observar un juego sutil de sobreentendidos entre padre e hijo. El enfermo pregunta por la verdad, pero en el fondo parece demandar más bien lo contrario. Basándose en su experiencia, esto es lo que Miguel, un cirujano amigo de Andrés, quiere darle a entender mediante el relato de una historia por él vivida; con ello el autor parece sostener una tesis discrepante respecto de la doctrina más en boga entre los teóricos contemporáneos. Cuando Miguel se disculpa por haber referido a su amigo la historia aquella en un momento tan inoportuno, éste le tranquiliza al respecto:

Yo sé por qué te acordaste de ese cuento, yo sí lo entiendo (...) En el fondo (...) tu memoria recordó que morir no es tan fácil como parece. Que,

33 Id. p. 15

34 Id. p. 14.

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a veces, saber lo que ocurre, o lo que va a ocurrir, no nos ayuda. Eso fue todo, Miguel. La palabra muerte es un hechizo impredecible. Que mi viejo no sepa nada de la verdad. No le digas la verdad a tu padre: eso es lo que me contaste35.

Y esto, que últimamente no parece estar de moda, es lo contrario de lo que Andrés ha decidido hace ya tiempo: “la relación de transparencia entre el médico y el enfermo”36. Algo que, por otra parte, tiene innegables connotacio- nes positivas, que el mismo Andrés ha evaluado con cuidado, de manera res- ponsable, mediante una deliberación racional irreprochable:

Siempre ha insistido en que lo mejor es hablarle con esa misma franqueza al paciente. Aún a riesgo de inocularle una angustia tan terrible como la misma enfermedad. Lo más probable es que él mismo lo sospeche, que ya el paciente lo intuya, que escuche en silencio los anuncios de su propio cuerpo, el sonido final de la enfermedad. Todos tenemos derecho a saber que nuestra vida ya tiene un tiempo marcado, una fecha; todos tene- mos derecho a saber cómo y cuándo moriremos37.

Todo muy lógico, muy razonable, muy digno, muy ético. Y sin embargo la irracionalidad irrumpe de súbito en medio de toda esta claridad, pues es el propio Andrés quien, como un ser humano común, eleva su irreflexiva, casi supersticiosa protesta ante al cáncer de pulmón de su padre:

¡Y él nunca fumó, carajo! (...) ¡Ni un solo cigarro en toda su puta vida!38.

Al fin y al cabo, no es mucho más que una superstición de raíz científi- ca pensar que por no fumar va a librarse uno del cáncer de pulmón. Oficialmente la medicina sabe que el tabaco es un factor de riesgo pero, con esa voluntad o sin ella, el mensaje que el público recibe del entorno sanitario es: “no fumes

35 Id. p. 38.

36 Id. p. 32.

37 Id. p. 33.

38 Ibid.

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para no tener cáncer”. Y más allá de discusiones bizantinas, el hecho crudo que subyace a cualesquiera interpretaciones es que ante la muerte lo irracional sobreviene; que, como Miguel hace notar a su amigo, ese comentario irracio- nal, pero que traduce la inevitable pregunta “¿por qué a mi?”, será también el de su padre, y en ese momento habrán desaparecido la racionalidad, la lógica y la claridad, pues el sentimiento lo habrá inundado todo. En suma, como señala el cirujano, “¿qué sentido tiene que sepa la verdad?”39. O, si se prefiere, ¿qué sentido tiene que la sepa ahora, especialmente si, como el propio Andrés ha reconocido, el enfermo tiene un interlocutor privilegiado, que es su propio cuerpo? No creo que la tesis de Barrera sea que la pia fraus, si de verdad es pia, deba mantenerse en todos los casos hasta el final40; y desde luego para Andrés no representa el cómodo expediente para desentenderse de su padre pues, como la novela pone de manifiesto, el conocimiento que decide no compartir con él va asociado a un mayor compromiso afectivo. Además, una parte impor- tante de ese compromiso está representada por la silenciosa deliberación del doctor Miranda, de Miranda hijo. Una deliberación profundamente axiológica, pero que me resisto a denominar ética, pues la pregunta fundamental para él no es “¿es justo que...?” o “¿tiene derecho a...?”, sino:

¿Vale en realidad la pena que su padre sepa la verdad? ¿Qué ventaja le puede dar ese saber? ¿Qué puede hacer con esa información? ¿De qué le sirve conocer que su cuerpo lo está traicionando, que muy pronto mori- rá?41.

Estas preguntas no están formuladas desde el punto de vista del de- ber, sino desde una perspectiva pragmática en el más noble sentido del término: el que se pregunta por el interés del paciente no desde un paternalismo censu- rable, sino desde la empatía, o si se prefiere, la compasión, virtud que, desde determinados puntos de vista en exceso tecnificados, ha acabado por parecer un vicio. En el fondo las preguntas que Andrés Miranda se formula respecto de

39 Ibid.

40 Algo que, por ejemplo, sucede en la película Goodbye Lenin sin dejar un poso de desagrado ético en el espectador. 41 Op. cit. p. 49.

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su padre podría igualmente formulárselas teniéndose a sí mismo como sujeto paciente42. A la serie anteriormente citada podría, sin violencia, añadirse como última pregunta: “¿Querría yo saber, en su situación...?”. Y esta pregunta no sería otra cosa que la adaptación al contexto de la famosa “regla de oro” que reza: “no quieras para otro lo que no querrías para ti”. En este punto la novela, como la vida -pero, ¿qué es la novela sino vida imaginada?- se ciñe a lo existencialmente valioso, que siempre está más acá de toda teoría, de toda técnica, de toda ciencia, por bienintencionadas que sean. En una situación como ésta uno se siente muy próximo a la célebre sentencia de Goethe en su Fausto: Gris, querido amigo, es toda teoría Y verde el dorado árbol de la vida.

De hecho el protagonista acude a un libro en el que se informa acerca de algo que cada vez está más de moda: cómo dar malas noticias. Y lo que allí encuentra da fe a la vez de la seriedad del tratadista y de lo escabroso del tema:

“La realidad es que no es fácil percatarse de qué enfermos tiene la capacidad de escuchar todo y quiénes no. Es intrincado determinar quiénes podrán beneficiarse sabiendo en cuánto tiempo perderán la vista, cuándo dejarán de caminar o cuando requerirán sondas para el funcionamiento de sus esfínteres” (...) Quizá Miguel tenía razón: no es posible adivinar la reacción de un ser humano al enterarse de la inminencia de su propia muerte43.

Como ya he advertido, y como puede verse en las citas precedentes, no se trata en modo alguno de escapar a la responsabilidad o de negar la realidad, pues Andrés no hace otra cosa que contender con ella. Incluso sus- penderá su consulta para realizar un viaje con su padre en el curso del cual pueda, tal vez, encontrar la circunstancia adecuada para comunicarle lo que

42 Esto se comprueba en el párrafo siguiente. “ Andrés puede evaluar el efecto de esa noticia sobre él mismo. Desde que vio la tomografía del cerebro de su padre, ¿cómo se siente?”. Y poco más lejos recuerda otra cita del médico y poeta William Carlos Williams: “ Muchas veces hay que observar la mente del paciente tal y como ésta lo observa a uno, con desconfianza” (Id. p. 55). 43 Id. pp. 49-50.

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sabe. Pero ese momento no se presenta, y las forzadas vacaciones sólo le dan ocasión para comprobar de manera más aguda como sufre él, que sabe, y cuán tranquilo puede llegar a estar su padre, que sospecha pero niega, constituyen- do la fe en que su hijo no lo engañará una parte muy importante de esa nega- ción. No tener la absoluta certidumbre, la confirmación oficial, le permite igno- rar, o si se prefiere, olvidar, confirmando con ello lo que aquél agudo psicólogo que fue Nietzsche escribió sobre la necesidad del olvido para poder seguir viviendo, prácticamente en cualquier circunstancia44. Barrera representa esta situación de manara casi pictórica cuando nos presenta a Javier Miranda dur- miendo boca arriba y con los miembros extendidos, “como un niño que en una excursión familiar se ha quedado vencido sobre la yerba, sin ninguna preocu- pación, con la certeza de que nada lo amenaza”, mientras su hijo yace insomne “casi encogido sobre sí mismo”45. Finalmente, ya en el viaje de retorno, casi como una claudicación, Andrés le revela la verdad. En enfermo experimenta una intensa conmoción y se indig- na porque su hijo le ha estado ocultando la verdad. Pero no es fácil saber si, en el fondo, esto último es importante; si no se trata tan sólo del pretexto para liberar una tensión insoportable. Al llegar a casa su ira parece haberse esfuma- do, y no contesta -sin duda porque no conoce la respuesta- a la angustiada pregunta de su hijo: “¿Hubieras preferido no saber nada? (...) ¿Hubiera sido mejor que no te lo dijera?”46. En efecto, el enfermo que sabe -que sabe que va a morir- no tiene res- puestas, sólo preguntas: “¿Por qué a mí? ¿Por qué yo?”, que flotan sobre una continua “depresión que más que envolverlo, lo empapa”.

Está indignado con la vida, furioso, resentido; se siente impotente, le aterra saber que no tiene salidas (...) También ha cambiado su relación con su hijo. En realidad ha cambiado su relación con los otros, con todo el mundo (...) En el fondo también siente algo de pena, lamenta lo que ocurre, desearía ahorrarles a los demás este proceso inútil47.

44 Lo hizo en la segunda de sus Consideraciones intempestivas, titulada : “ Sobre la utilidad y las desventajas de la Historia para la vida”. NIETZSCHE, Friedrich: Vom Nutzen und Nachtheil der Historie für das Leben, en Kritische Studienausgabe (Hrsg. Von G. Colli & M. Montinari), Bd. 1. Berlin & New York, DTV & de Gruyter, 1999, pp. 250-251. 45 Op. cit. p. 89

46 Id. p. 105.

47 Id. p. 105-106.

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Se trata de reacciones conocidas, que en buena medida ya han sido tipificadas en libros técnicos, pero que se experimentan de otra manera cuando se las contempla encarnadas, por más que sea en personajes de papel; esa es la magia del verdadero arte48. Lo mismo ocurre con el descubrimiento “del cruel significado de la palabra destino. Es esto. Nada más. Una jeringa”, y con la vivencia de desposesión del propio cuerpo, secuestrado por la enfermedad49. Sólo gracias al embrujo de la literatura podemos pasar de la intelección “gris”, en el sentido de los versos de Goethe, a otro dominio, aquél en el que, por un momento, nos sentimos dentro de la piel del que sufre,

... de una piel que no gobierna, que ya no dialoga con él (...), que vive para sí misma, para su propia destrucción 50.

Y, también por un momento, esa piel es la nuestra. Tal vez por eso resulte más fácil comprender que el tan valorado conoci- miento de la verdad ha hecho más complicada la comunicación:

Desde que la enfermedad se instaló entre ambos, la relación se les ha vuelto menos fluida, más áspera y difícil. Ahora son un trío. Siempre hay un peso invisible entre los dos. Son padre e hijo, y uno más, otro, una tercera fuerza innombrable, que jamás los deja a solas. Pasan mucho más tiempo juntos, pero esa cantidad de tiempo es diferente. Hablan cada vez menos. Los dos lo saben, lo sienten pero no saben cómo expresarlo, qué hacer. Quizás, incluso, ambos desearían apartarse, salir corriendo, no verse. Pero tampoco se atreven a hacerlo. No soportan que así sea su despedida, aunque no tienen otra opción. En más de un sentido se trata de un fatal lugar común: no tienen otro remedio 51.

48 Nada más interesante a este respecto que el notable hallazgo psicológico y literario del autor al presentarnos a Andrés citando un fragmento de una novela de Christa Wolf, para añadir a renglón seguido: “Andrés no debería leer estos libros, pero los busca, cada vez con más ahínco; tal vez intenta encontrar en esas páginas lo que no puede resolver en el hospital, ni en el apartamento, ni en el cine, ni en las comidas familiares de los domingos”. (Id. p. 117). 49 Id., pp. 106-107.

50 Id., p. 106.

51 Id. p. 116. Más adelante dirá: “Por primera vez piensa que la enfermedad puede quitarle a él y a su padre algo que jamás pensó: la conversación, la posibilidad de hablar. La enfer- medad también está destruyendo sus palabras (Id., p. 138).

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En efecto: no tienen otro remedio porque lo que ocurre remite a un fatal lugar común; al más común de todos los lugares. Al destino de todos. La muerte nos iguala a todos. Pero, ¿nos iguala también el morir? ¿Es la incomuni- cación entre el que se va y el que se queda un fatal lugar común? Parece que lo sea, al menos en nuestra cultura; pero al menos en otros momentos ha habido lugar a actitudes diferentes. De creer al historiador Philippe Ariès la Edad Me- dia cristiana afrontó de otro modo la inminencia de la muerte, del que da testi- monio, por ejemplo, el relato de la vida de Guillermo el Mariscal, compuesto precisamente cuando el protagonista sintió que llegaba su hora52. Cierto es que nos interesa sobre todo lo que concierne a nuestros contemporáneos, pero el caso es que la supuesta fatalidad de ese lugar común de la comunicación está histórica y culturalmente condicionado53. Textos como los transcritos de Barre- ra nos permiten reconocer una característica de la muerte en nuestra sociedad, y en tal medida tienen un valor diagnóstico. En el ámbito de la medicina, del que procede el término diagnóstico, aquello que se diagnostica es, por esencia, malo; pero no tiene por qué ser inevitable. La incomuniciación hace sufrir, es dolorosa. Surge, como surge el cáncer y luego sus metástasis. Pero si se com- bate contra esto último, aunque sólo sea con pretensiones paliativas, se puede y se debe combatir contra el silencio, igualmente hasta donde sea posible. La medicina parece haberse dado cuenta de ello y haberse hecho cargo a su mane- ra: Javier Miranda acude, acompañado por su asistenta, a un taller, evidente- mente gobernado por la psicología conductista, sobre el tema “Aprender a morir”. En ningún punto del relato se pone de manifiesto de forma tan aguda la discordancia entre el tratamiento técnico y las tentativas ingenuas, pero cor- diales, de ayudar a una persona a afrontar su próxima muerte. Bajo la dirección del especialista en la materia, que hace gala de una jovialidad a prueba de bomba y de una “actitud positiva” que reclama a su vez a sus pacientes, éstos

52 DUBY, Georges: Guillermo el Mariscal. Madrid, Alianza Editorial, 1997.

53 Véase, por ejemplo: CALAVIA, Oscar: “ Humana vida breve”, en: MONTIEL, Luis; GARCÍA, María. (Eds.): Pensar el final: La eutanasia. Eticas en conflicto. Madrid, Editorial Complutense, 2007, pp. 45-61.

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se ponen de pie, en círculo, dándose las manos y gritando en alta voz: “¡Vivo!”. Y luego:

Ahora repitan conmigo: Vivo. Y mi vida ha sido buena. Cuando pienso en mi vida, en lo que soy, sólo viene a mi mente una palabra: gracias. Sí. Gracias. Porque mi vida es un milagro. Porque mi vida es un don. Sí. Gracias. Gracias a la vida54.

La sensación que transmite todo el fragmento es ambigua. Barrera no cae en el fácil expediente de caricaturizar una práctica que sin duda parte de la mejor intención, pero no deja de apuntar los aspectos más grotescos de la situación reflejada, por ejemplo la despedida del terapeuta aplaudiendo a los moribundos por la admiración que le produce verlos allí repitiendo sus jaculatorias. No es extraño que Merny, la asistenta de Javier Miranda, que se ha visto inesperada- mente incorporada a la terapia, piense en “los evangélicos de su barrio. Ellos también gritan. Se agarran de las manos y gritan. Y cantan”55. Cuando abando- nan el taller su patrón le pide su opinión sobre lo que acaban de vivir: -¿Qué te pareció? -Raro. -¿Raro bueno o raro malo? -No lo sé. Creo que sólo me pareció raro56.

Poco tiempo después el enfermo entra en agonía. En su lecho de muerte parece encontrar su propia respuesta a esa pregunta, cuando su hijo, el médico se lamenta de no haber sabido vivir esa etapa final de otra manera. “Esa vaina no se ensaya”, es la lacónica respuesta de Javier. Coincido plenamente con él, y por eso este trabajo nunca ha pretendido ser un manual de instrucciones. Pero también suscribo el saber implícito en su último ruego: “Háblame (...) Háblame ahora de nosotros (...) Quiero irme así (...) oyéndote hablar (...) No dejes que me muera en silencio”57.

54 Op. cit., p. 141.

55 Id., p. 141.

56 Id., p. 145.

57 Id., p. 168.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.489-1.506 1489

Mortality and the Epidemiological and Demographic Transition in Los Santos de Maimona (Badajoz-Spain)

D. PERAL PACHECO L.F. PINEDA NÚÑEZ History of Medicine Dept. Grupo de Investigación en Humanidades Médicas Facultad de Medicina(UEx)

J. MCCUE English Language Dept.

ABSTRACT A study of mortality was made from the Registers of Deaths of the Parochial Archives of the Church of Nuestra Señora de los Angeles from 1800 to 1992 in Los Santos de Maimona (Badajoz, Spain). The number of deaths in the study period is 29,885, of which children represent 46% and the rest, 54%, are over 7 years old. The mortality rate from the 19th to the 20th centuries changes from children to elderly people. The commencement of the demographic transition can be situated in 1894, and finalizes in 1965 when the birth rate is lower than 20 per thousand.

RESUMEN Se realizó un estudio de mortalidad a través de los Libros de Difuntos del Archivo Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles de los Santos de Maimona (Badajoz) desde 1800 hasta 1992. El número de fallecidos en este período estudiado es 29.885, de los cuales el 46% corresponde a párvulos y el 54% son difuntos mayores de 7 años. La tasa mortalidad en los siglos XIX y XX evolucio- na desde una mortalidad infantil hacia una mortalidad adulta, de edades cada vez mayores. El comienzo de la Transición Demográfica la podemos situar en 1894 y finalizar en 1965, cuando la tasa de nacimientos se sitúa por debajo del 20 por mil.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1490 D. PERAL PACHECO, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE

INTRODUCTION The last two centuries have produced, without question, the most nota- ble advances in medicine. In the 19th century, when great discoveries in biology were made, modern medicine began its spectacular rise. By the beginning of the 20th century, practically the whole structure of the human body was known in minute detail. Rapid progress was also being made in the understanding of physiological processes. The biological discoveries of the 19th century gave rise to the development of medical technology. New instruments for diagnosis such as the stethoscope were invented, and devices for taking blood pressure and for surgical use became more sophisticated (Capra 1985: 140-143). This, together with improved nourishment, the use of hygiene measures and a gene- ral improvement in living conditions, has resulted in greater life expectancy for the population. This increase in life expectancy came about firstly as a result of a decrease in child mortality, which was also related to the poverty level, to the availability of proper nourishment, and to a number of other social, economic and cultural factors (Bernabeu Mestre 1991). Dr. González Gallego says, echoing the words of Richard Shyrock, that “the history of medicine is linked as much to social and economic phenomena as it is to biological problems, and constitutes one of the central issues of human experience” (Gonzalez Gallego 1994). With regards to hygiene advances in Spain, an outstanding figure from the 19th century was Monlau, who laid down a series of important hygiene measures aimed at reducing illness: ventilation of rooms, washing of the body and clothes, hygiene in the handling of food, drainage systems, paving, the setting-up of cemeteries, regulations regarding prostitution, customs, professions, etc. (Granjel 1983: 101-115). Public Health’s most spectacular triumph has been the achievement of an important decrease in infectious diseases during the 19th and 20th centuries. A hundred years ago, diseases such as cholera, measles, smallpox, tuberculosis, typhoid, etc. were a constant threat to the population. People were aware that they could be infected by these diseases at any time and every family knew that one or other of their offspring was likely to perish. Control and prevention of these diseases came about thanks to the introduction and development of vaccines and antibiotics in the 19th century. The decrease in the mortality rate is a phenomenon of capital importance in the history of mankind and to which the growth of the population in modern times can be initially attributed. This drop in the death rate first began to take

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 MORTALITY AND THE EPIDEMIOLOGICAL AND DEMOGRAPHIC 1491 TRANSITION IN LOS SANTOS DE MAIMONA place in Europe in the 18th century, although the younger population, especially children of less than a year old, were not favourably affected by it until the end of the 19th and beginning of the 20th centuries. (Gómez Redondo 1992: 13-14). This study focuses on Los Santos de Maimona, a town located 74 km south of the capital of the (Spain). It has an extension of 109.02 km2. The urban nucleus is situated at an altitude of 529 m, and within its municipal boundaries the lands are mostly flat or slightly undulating, with the exception of the heights of Los Santos (657 m) and Los Olivos (653 m), and the Cabrera, Castillo and Resbala hills. (Madoz 1849: vol.13).

OBJECTIVES To analyze the overall mortality within the population of this town from 1800 to 1992. To determine the time of occurrence of both the Demographic Transition and the Epidemiological Transition.

MATERIAL AND METHOD Data were collected from the Books of Registers of Deaths of the Parochial Archives of the Church of Nuestra Señora de los Angeles. The first Book of Register of Deaths dates from the year 1660. In these Archives, we found all the Registers corresponding to our study period, except the Register of Deaths of Children for the years 1839-1843 inclusive. The information gathered from the Archives was recorded on files. All the data were recorded faithfully as they were written in the Registers of Deaths. Once the files were completed with the greatest number of data possible, we proceeded to analyze the variables defined for the study on mortality.

RESULTS AND DISCUSSION In order to deal with the question of Epidemiological and Demographic Transition we carried out an analysis of overall mortality from 1800 to 1992.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1492 D. PERAL PACHECO, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE

Overall Mortality For the study period established from 1800 to 1992 we found that in Los Santos de Maimona there are a total of 29,885 deaths registered. The distribution of this mortality, expressed as Gross Mortality Rate (the number of deaths registered in a given year divided by the number of town inhabitants for that year and multiplied by a thousand, that is, the number of deaths occurring per year per thousand inhabitants), for each of the 192 years is shown in Figure 1.

FIGURA 1 GROSS MORTALITY RATES IN LOS SANTOS DE MAIMONA: 1800-1992







 Rate per thousand



                                                                                 1800-1991

Of the total number of deaths registered, 8,706 have no recorded diagno- sis of cause of death whereas 21,179 do have such a diagnosis, meaning that for 71% the cause of death is known and for 29% it is not (Fig. 2). From 1800 to 1838, 5,424 records exist, of which 5,330 have no cause of death; that is, over a period of 38 years only 114 causes of death were registered. From 1838 onwards we begin to find causes of death being recorded. The reason for this is that in this year a Royal Order was introduced obliging the Church to record causes of death prior to burial. Of the 133 cases registered in this year, 83, i.e. more than half, have cause of death, whereas 50 do not. This

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 MORTALITY AND THE EPIDEMIOLOGICAL AND DEMOGRAPHIC 1493 TRANSITION IN LOS SANTOS DE MAIMONA situation does not last long, however, reverting, in the years up to 1846, to that found previously, with very few death cause diagnoses found for each of these years. In 1846, around half the deaths were registered with cause diagnosis, 61 out of a total of 120, whereas the other 59 were not. From 1846 to 1864 we find that approximately half of the records for each of these years have a written cause of death, although the graph shows that the deaths without cause are always more than those with cause. In 1865 the situation is reversed, the majority now having recorded causes of death.

FIGURE 2 OVERALL MORTALITY IN LOS SANTOS DE MAIMONA: 1800-1992

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Only in the year 1850 do we find that all the deaths have their corresponding causes recorded. There are 150 death records for this year (Fig. 3). Of the total number of 29,885 deaths, 14,038 (46%) were children, 15,813 (53%) were adults, and 34 (1%) are not specified (Fig. 4). Of the 29,885 deaths registered, those without specified age include 2,766 children, 134 married males, 104 married females, 48 widowers, 96 widows, 11 single males, and 21 single females of which 18 are registered without record of age, marital status or whether they are minors. There are also 51 males registered without this information.

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FIGURE 3 OVERALL MORTALITY IN LOS SANTOS DE MAIMONA: 1800-1992

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N.º of deaths 





                                                                                 1800-1991

FIGURE 4 OVERALL MORTALITY IN LOS SANTOS DE MAIMONA: 1800-1992 ADULTS/CHILDREN

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 MORTALITY AND THE EPIDEMIOLOGICAL AND DEMOGRAPHIC 1495 TRANSITION IN LOS SANTOS DE MAIMONA

The records contain 19 adults and 65 children who are registered with no indication of their sex. There are 917 cases of adults registered with no indication of their marital status. We have assumed that the 466 records of subjects whose ages range from 7 to 14 are single, since no cases of married individuals appear at these ages, and we would not expect to find any. A unique case is that of a 15 year-old married woman whose death was registered in 1825. Furthermore, there are 2,841 records which give no indication of either marital status or age. Profession is indicated only in 267 of the total number of deaths recorded. The doctor who certified cause of death is identifiable in 4,944 cases. The first time the name of a doctor appears on a death certificate is on November 12, 1884, though this is a chance occurrence since a doctor’s name does not appear again until 1926. It is not until May 1936 and onwards that we find this information regularly appearing on the death certificate. A total of 890 records of individuals of unknown parentage were found, of which 796 are children and the remainder adults. The graph shows a depression in the years 1839-1843 which corresponds to the absence of records of children’s deaths due to the disappearance in this period of the Register of Children’s Deaths. We shall now analyze overall mortality and how it is distributed in relation to age by looking separately at the two centuries studied. The graph in Figure 5 corresponds to the 19th century and that in Figure 6 to the 20th . Each graph is divided into 4 columns of 25 years, except the last column of the graph corresponding to the 20th century, which is only 16 years, as the study period ends in 1991. It is thus possible to observe how mortality varies within each quarter century in terms of age. The values from these groups are also presented in Tables 1 and 2, so that the low percentages in some age groups can be appreciated more easily in comparison to other groups. Both graphs reveal how mortality has evolved globally from very early ages; in the 19th century the highest percentages of deaths occurred in children, whereas in the 20th century the most advanced age groups have proportionally the highest number of deaths.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1496 D. PERAL PACHECO, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE

TABLE 1. A.

3523257,21$/Ã(92/87,21Ã2)Ã0257$/,7<Ã%<Ã$*(Ã*52836Ã'85,1*Ã7+(ÃWKÃ&(1785<Ã,1Ã PROPORTIONAL EVOLUTION/26Ã6$1726Ã'(Ã0 OF MORTALITY $,0 21$ BY AGE GROUPS DURING THE 20th CENTURY IN LOS SANTOS DE MAIMONA

Over 79 years

È È È È È 70-79 years È È È È È È È 60-69 years È È È È È È È È 50-59 years È È È È È È È È È È È 40-49 years È È È È È 30-39 years È 20-29 years È 10-19 years È È È 2-9 years È 0-1 year

È È Without age

1800-1824 1825-1849 1850-1874 1875-1899

TABLE 1. B.

Period

Age 1800 – 1824 1825 – 1849 1850 – 1874 1875 – 1899

> 79 years 2.65% 5.15% 4.19% 4.37% 70 – 79 years 5.79% 7.39% 6.86% 7.78% 60 – 69 years 6.63% 8.61% 6.17% 7.40% 50 – 59 years 5.16% 5.63% 4.87% 5.35% 40 – 49 years 4.21% 5.06% 3.63% 3.15% 30 – 39 years 3.72% 4.65% 4.10% 3.47% 20 – 29 years 3.06% 5.12% 4.06% 3.45% 10 – 19 years 3.40% 5.84% 3.18% 2.83% 2 – 9 years 3.63% 9.23% 18.01% 15.80% 0 – 1 year 2.65% 11.32% 44.74% 45.94%

Without age 59.09% 31.99% 0.20% 0.47%

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 MORTALITY AND THE EPIDEMIOLOGICAL AND DEMOGRAPHIC 1497 TRANSITION IN LOS SANTOS DE MAIMONA

PROPORTIONAL EVOLUTION OF MORTALITY BY AGE GROUPS DURING THE 20th CENTURY IN LOS SANTOS DE MAIMONA

P R OP OR T IONAL E VOL UT ION OF M OR T AL IT Y B Y AGE GR OUP S D UR ING T H E 20th Over 79 CE NT UR Y IN L OS S ANT OS DE M AIM ONA years 70-79 years È È È 60-69 years È È È 50-59 years È È È 40-49 years È È È È 30-39 years È È È È È È È 20-29 years È È È 10-19 years È È È È È 2-9 years È ÈÈ È È È È 0-1 year È ÈÈÈ È È È ÈÈ Without age 1900-1924 1925-1949 1950-1974 1975-1991

Period

Age 1900 – 1924 1925 – 1949 1950 – 1974 1975 - 1991

> 79 years 8% 12% 24% 40% 70 – 79 years 12% 18% 27% 31% 60 – 69 years 8% 13% 14% 13% 50 – 59 years 6% 9% 9% 8% 40 – 49 years 4% 5% 4% 3% 30 – 39 years 4% 4% 3% 1% 20 – 29 years 4% 6% 2% 1% 10 – 19 years 3% 3% 1% 1% 2 – 9 years 11% 6% 2% 1% 0 – 1 year 38% 25% 12% 1% Without age 1% 0% 1% 0%

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1498 D. PERAL, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE

2YHUDOOPRUWDOLW\LQ/RV6DQWRVGH OVERALL MORTALITY0DLPRQD6H[ IN LOS SANTOS DE MAIMONA: 1800-1992. SEX

)HPDOHV 0DOHV  

From a break-down of the figures on overall mortality, we can see (Fig. 7) that 15,524 (51.94%) are males, 14,276 (47.76%) are females, and in 84 records (0.28%) sex is not specified. The seasonal mortality study by months has been divided into two se- ries, one corresponding to the19th century and the other to the 20th. Figure 8 shows that the month which produced most deaths is July in both centuries, with 13.85% of the records corresponding to the 19th century and 10.57% to the 20th. The summer months in general produced the greatest mortality in both centuries.

Demographic and Epidemiological Transitions During the chosen study period, Los Santos de Maimona is witness to the so-called Demographic and Epidemiological Transitions. The first of these focuses on the decrease in the birth rate, and the second aims to explain the drop in mortality. The two seem to go hand in hand. Los Santos de Maimona is an example of what has already been described by other authors for other European and Spanish towns (Vallin 1999: 70). On the one hand, the town under study was affected by the devastating epidemics which ravaged throughout the 19th century, and which ceased to exist, at least as far as mortality is concerned, in the 20th century.

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The 19th century was witness to epidemics of cholera, smallpox, measles and other diseases. The las of these great epidemics in terms of mortality was the influenza epidemic which took place in the 20th century, in 1918.

Seasonal mortality in Los Santos de Maimona during the 19th and 20th centuries  

                       

< 5 5 5 / < 5 5, %( %( %( 0$< 0 $3 -81( -8/ ( 0$5&+ &72 9 -$18$5< $8*867 )(%58$5 2 '(&(0%( 6(37(0 12

The “classic or western” model of demographic and epidemiological tranistion described by Omran (Bernabeu Mestre 1981: 83), representing western European societies, shows a gradual and progressive transition from high rates of birth and mortality, i.e. around 40 per thousand and 30 per thousand, respectively, to low birth and mortality rates of 20 and 10 per thousand, respectively.

Demographic transition This is exactly what occurs in the case of Los Santos de Maimona, where from 1894 onwards the birth rate becomes stable at less than 40 per thousand, except for the year 1903 when it is higher. We can therefore situate the beginning of the demographic transition in the year 1894, and its finalization in 1965 when

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1500 D. PERAL, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE the birth rate drops to below 20 per thousand. During this period an important and progressive drop in the birth rate takes place and does not end in the year 1965 but continues decreasing until 1974, when it finally becomes more or less stable (Fig. 9).



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Rate per thousand " !                                                                                  

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In the first decade of the 20th century, as Dopico notes, birth control co- mes into use, and the consequent reduction in the birth rate results in a decrease in mortality of fertile women, that is, in puerperal mortality, and at the same time child and youth mortality rates also become lower (Dopico 1998: 57-58). The most marked drop in the birth rate in Los Santos de Maimona occurred in the 1970’s, when in a period of a few years births decreased by more than 50%.

Epidemiological transition It may be said that the beginning of the epidemilogical transition occurred in the last years of the 19th century and the first years of the 20th; with regards to mortality it is more difficult to pinpoint because in some years there are fluctuations in which rates of more than 30 per thousand appear. The period in which the decrease in mortality starts to appear and is then consolidated is from the end of the decade of the 1880’s until the decade of the 1910’s, when the birth rate also begins to drop (Dopico 1998: 28). Dopico situates the beginning of the epidemiological transition in the year 1885; this year saw in Spain the last

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& EPIDEMIOLOGICAL T R ANSIT ION % $ # " Rate per thousand !                                                                                  

B ‚††Ã€‚ ‡hyv‡’à h‡rÃvÃG‚†ÃTh‡‚†ÃqrÃHhv€‚h)à ' ((! Gross mortality rate in Los Santos de Maimona: 1800-1992 cholera epidemic, though no deaths resulted from it in Los Santos de Maimona. The beginning of the descent in mortality then comes about gradually, only to be interrupted by the rise in mortality in the decade of the 1910’s which reaches its peak with the widespread influenza epidemic of 1918-1920, and by a further increase in mortality as a result of the Spanish Civil War in the years 1937 and 1941 (Dopico 1998: 27). This drop in mortality reaches its lowest point in the 1960’s, when it becomes lower than 10 per thousand, and although it rises a little in the following years, it finally remains at around 10 per thousand. The demographic transition ends in the 1970’s when, according to Dopico(1998: 30), “mortality reaches the point where it is on a par with the most advanced Western countries”. This drop in the mortality rate most benefits child and youth mortality (Ramiro and Sanz 1990:61; Robles and Pozzi 1997: 172). Many factors can account for this, such as improved nourishment, and the fact that society began to change its attitude with regard to the child population, especially where mothers’ preoccupation for children’s upbringing is concerned (Dopico 1998: 56). The parish priest Ezquequiel Fernández Santana contributed to this fact in Los Santos de Maimona in many respects, the creation of his School for Adults being worthy of special note. We can see how the high mortality rate in children and young people which existed in the 19th century reaches a point at the end of the 20th century where it is practically non-existent (Fig. 10). Mortality has gone in an upward

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1502 D. PERAL, L.F. PINEDA NÚÑEZ Y J. MCCUE direction age-wise, affecting the most advanced age groups. Children, therefore, have benefitted most from the decrease in mortality (Schofield and Reher 1994: 17). Disease in the 19th century and the beginning of the 20th was to a very great extent an acute process, frequently synonymous with death; nowadays, however, it is a temporary everyday occurrence in acute cases, or a chronic state suffered by many people over long periods of their lives up to an advanced age. This fact is corroborated by other authors such as Bernabeu (1991:99-100, 1998:18) and Vallin (1995: 96-100). We are able to verify that the mortality and birth descent pattern for our study of Los Santos de Maimona bears out similar studies made by Vallin (1995: 69) for England – Wales over the same period, McKeown (1990: 98-104) for Sweden, England and Wales, France and Ireland, and Arnaut (1998:215) for Pamplona in Spain.

CONCLUSIONS We found for the study period, 1800-1992, a total of 29,885 deaths registered in the Parochial Archives of the town of Los Santos de Maimona. Of this number, 8,706 (29.13%) do not contain cause of death diagnoses, whereas the remaining 21,179 (70.87%) do. Of the total number of records (29,885), those corresponding to males are 15,525 (52%), females 14,227 (47.7%) and 83 (0.3%) do not specify sex. Without looking at specific ages, 14,049 (47%) are children, 15,729 (52.6%) are adults, and in 107 cases (0.4%) there is no specification of age or whether the subjects refer to children or adults. When we consider that 47% of the total number of deaths are children, and the fact that we have no records of children’s deaths for a period of five years, we can see that the child and youth mortality rate corresponds to that of the 19th and 20th centuries. The epidemiological transition in Los Santos de Maimona commences in the year 1890. Then mortality starts to decrease gradually, and is only interrupted by a rise in mortality in the decade 1910-1920, reaching its peak with the worldwide influenza epidemic of 1918-1920 and as a result of the Spanish Civil War in the years 1937 and 1941. The period when the drop in mortality begins and becomes consolidated is the end of the 1880’s and the decade 1910-1920, and in this period births also start to drop. The epidemiological transition ends in the 1960’s, and the demographic transition finalizes in the 1970’s.

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BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.507-1.514 1507

Protocolo para la remisión de documentación clínica digitalizada con fines no asistenciales

DIEGO PERAL PACHECO MARIA LUISA RUIZ CÁRDABA BELÉN BENEITEZ MORALEJO ANTONIO VILLALOBOS DÍAZ MIGUEL ÁNGEL MARTÍN ALVARADO

RESUMEN El acceso a la documentación con fines no asistenciales constituye una de las tareas fundamentales de la Unidad de Archivo. Para la mayoría de estas unidades esta tarea se ha limitado a copiar la documentación, pero actualmente, y por los diferentes tipos de documentos que componen la historia clínica, no es factible entregar la documentación fotocopiada. Este trabajo propone la digitalización como método alternativo a la simple fotocopia, y el uso del disco compato (cd) frente al papel. Adicionalmente a este proceso se pueden unir las imágenes descargadas del PACS del Servicio de Radiología.

ABSTRACT Non-healthcare access to documentation is a fundamental task of the Medical Records Department. For most of these units, this work has been limited to copy the documentation, but currently, it is not feasible because of multiple, and the different types of medical documents. This paper proposes scanning as an alternative to simply copy, and the use of compact disk (cd) against of paper. In addition to this process, it can be attached downloaded images from the PACS of Radiology Department.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1508 D. PERAL PACHECO, M.ª L. RUIZ CÁRDABA, B. BENEITEZ, MORALEJO Y A. VILLALOBOS D. Y M. Á. MARTÍN A LVARADO

INTRODUCCIÓN El desarrollo de la Medicina y de la complejidad de los procesos asistenciales, se ve reflejado en la historia clínica (desde aquí HC), que se ha transformado en un instrumento imprescindible. Al igual que la asistencia, tam- bién ha aumentado su complejidad, con mayor número de documentos, tipologías, y diferentes formatos y soportes. Paralelamente a los movimientos de la historia para la asistencia al paciente, se ha generado un incremento de los accesos a la HC con fines no asistenciales. La inspección médica, los juzgados y la asesoría jurídica, son los que con mayor frecuencia solicitan información del mismo proceso, incluso simultáneamente. De lo anteriormente expuesto se deduce que los servicios de documentación han sufrido un incremento del trabajo para facilitar copias a los solicitantes, que en ocasiones entorpecen el funcionamiento habitual del archivo, cuyo fin principal es la atención al pacien- te. Por otra parte, este tipo de solicitudes obligan a un manejo más cuidadoso de la historia, debiendo quedar custodiada en un archivo que denominamos “Especial Custodia”, con un acceso restringido, para evitar pérdidas o altera- ciones de la documentación que contiene.

LEGISLACIÓN Los accesos a la documentación clínica están regulados fundamental- mente por la siguiente normativa: • Ley 14/1986 General de Sanidad • Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal • Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica y reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica • Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación biomédica. En el ámbito autonómico • Real Decreto 63/1995 de 20 de enero, sobre ordenación de prestaciones del Sistema Nacional de Salud • Ley 3/2005, de 8 de julio, de información sanitaria y autonomía del paciente.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 PROTOCOLO PARA LA REMISIÓN DE DOCUMENTACIÓN CLÍNICA 1509 DIGITALIZADA CON FINES NO ASISTENCIALES

Siendo ésta última de aplicación en el ámbito de la Autonomía de Extremadura.

MATERIAL Y MÉTODO • Ordenador con grabador de dvd/cd • Escáner color de alimentación a doble cara • Grapadora de alta capacidad • Adobe Acrobat • Normas de ordenación de la historia clínica aprobadas por la Comisión de Historias Clínicas. • Normas de solicitud de copia de la HC • Acceso al PACS del Proyecto Zurbarán (proyecto de digitalización de imágenes radiológicas de la Comunidad Extremeña) Este protocolo se estableció en la Unidad de Documentación Clínica del Hospital de Mérida, dentro del plan de actuación de digitalización de las histo- rias clínicas del Servicio de Urgencias.

PROTOCOLO Básicamente los pasos se describen a continuación: 1. Solicitud de documentación clínica por escrito 2. Registro de la solicitud 3. Localización de la HC 4. Ordenación de los documentos 5. Selección de documentos 6. Copiar o digitalizar la documentación 7. Registrar la salida de documentación 8. Archivar la HC

El algoritmo está descrito en la figura 1

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1510 D. PERAL PACHECO, M.ª L. RUIZ CÁRDABA, B. BENEITEZ, MORALEJO Y A. VILLALOBOS D. Y M. Á. MARTÍN A LVARADO

PROTOCOLO DE REMISIÓN DE DOCUMENTACIÓN CLÍNICA CON FINES NO ASISTENCIALES

Solicitud por escrito

Registro de entrada

Desestimar no Se ajusta a al normativa? y devolver

Localizar no Buscar la hc la hc

Ordenar la hc

Selección de documentos

Muchos Añadir Rx o imágenes no no Copiar y documentos? en color? enviar

Descargar imágenes del PACS

Digitalizar la documentación en papel Digitalizar documentación en papel

Grabar cd con imágenes del PACS Grabar cd con documento pdf y documento pdf

Registrar la salida

Archivar la hc

Figura 1

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 D. PERAL PACHECO, M.ª L. RUIZ CÁRDABA, B. BENEITEZ, 1511 MORALEJO Y A. V ILLALOBOS D. Y M. Á. MARTÍN A LVARADO

Descripción detallada del proceso 1.- La solicitud de documentación se suele realizar por correo, aunque actualmente también puede llegar por correo electrónico y por fax. La petición debe llegar debidamente cumplimentada y con el motivo de acceso a la información, que debe estar justificado dentro de la nor- mativa vigente. Deben existir normas para solicitar copia de la HC, aprobadas por la comisión de historias clínicas, y ratificadas por la dirección del centro. 2.- Según la normativa el hospital debe tener un registro de acceso a la documentación con fines no asistenciales. Este registro puede estar soportado dentro del sistema de información del hospital, o a nivel local en el la Unidad de Documentación Clínica 3.- La localización de la historia clínica es primordial, que generalmente se ve dificultada por la propia asistencia, ya que con frecuencia coincide con la solicitud. La celeridad en la gestión de la solicitud, evitará entorpecer la labor asistencial. 4.- La ordenación de la historia clínica es la tarea más tediosa, porque aunque existan normas de ordenación, es habitual que los episodios estén desordenados. Este paso es básico para localizar los documen- tos imprescindibles. El registro informático del sistema de informa- ción con los movimientos del paciente facilitará la labor de ordena- ción y localización de lo solicitado. 5.- La selección de documentos varía según el peticionario, y el motivo de la petición. El juzgado generalmente necesita un informe detallado de la patología del enfermo. En el caso de supuestas faltas y delitos de los profesio- nales sanitarios y no sanitarios, se deberá remitir la historia completa, con las salvedades que la legislación permite, como son las anotacio- nes subjetivas y la información de terceros. En el oficio del juzgado debe venir detalle de la información solicitada, para evitar el envío de información que no tenga relación con el proceso. La asesoría jurídica suele ser simple transmisor de las solicitudes del juzgado, aunque en ocasiones solicita información para defensa de los profesionales sanitarios y no sanitarios, y al igual que en el caso de las solicitudes al juzgado, se remite toda la documentación clínica referente al proceso.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1512 PROTOCOLO PARA LA REMISIÓN DE DOCUMENTACIÓN CLÍNICA DIGITALIZADA CON FINES NO ASISTENCIALES

La inspección médica realiza dos tipos de solicitudes, para revisión de incapacidad transitoria, generalmente referido a un informe o una prue- ba, y los expedientes de responsabilidad sanitaria y reclamaciones, de los que solicitan un episodio concreto, la evolución y las patologías concomitantes. Las unidades de valoración de incapacidades, realizan tres tipos de solicitudes: informes médicos, informes de pruebas complementarias e informes de valoración actualizada de patología. En ocasiones es el propio enfermo el que lleva a cabo la solicitud para cualquiera de los citados anteriormente, y simultáneamente a ellos. 6.- Cuando la información se limita a unas cuantas hojas, la fotocopia autenticada es el método más eficaz. Sin embargo cuando la docu- mentación requerida es un volumen significativo de hojas de diferen- tes tipologías (A4, tiras de electrocardiograma, ecografías impresas, imágenes radiológicas digitales, etc), copiar la documentación no es una opción viable. En estos casos la solución, aunque requiere de la adquisición del material arriba descrito, es la digitalización de la documentación en papel, y la descarga de las imágenes del sistema radiológico digital. Digitalizar una HC con los escáneres existentes en la actualidad es probablemente la parte más sencilla del proceso. Generalmente el formato de salida del escaneado del papel es el jpg. Una vez finalizado este trámite, de una historia con una media de cien documentos, obtendremos alrededor de ciento cincuenta imágenes informáticas que serán difíciles de tratar individualmente. Para resol- ver este problema, podremos utilizar un programa de gran ayuda, como es el Adobe Acrobat. Este programa es capaz de reunir las imágenes formando un solo documento, con extensión “pdf”, que es capaz de ser leído por casi todos los ordenadores que están en el mercado. Esto se realiza mediante la opción “crear pdf de varios documentos” y seleccionando las imágenes que están escaneadas. Entre las utilidades de que dispone este programa está la de creación de índices, mediante la herramienta “marcadores”, que permitirán na- vegar por el documento con mayor facilidad y acceder a a las partes que sean más destacadas para cada usuario. Otra característica remarcable es la posibilidad de firmar el documento y de protegerlo,

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limitando la apertura del documento a personas autorizadas, impi- diendo modificaciones, o evitando que se imprima total o parcialmen- te el documento. Una vez generado el documento pdf se grabará en disco compacto (cd), al que se podrán añadir las imágenes radiológicas descargadas del PACS. 7.- Registrar la salida del documento permitirá comprobar en el futuro, que el trabajo se efectuó en tiempo y forma, o en el peor de los casos, el motivo por el que no se pudo suministrar la documentación. 8.- Por último no queda más que archivar la HC para que esté disponible para su fin principal, la asistencia.

CONCLUSIONES A pesar de que la inversión inicial es mayor que una simple fotocopiadora, sin embargo el ahorro en costes de papel, tinta de impresora, placas radiográficas, y de tiempo en reproducción del documento, justifica la adquisición del mate- rial. Por otra parte, para duplicar documentos en color son necesarias máquinas fotocopiadoras que son caras de adquisición y mantenimiento. Mediante este sistema, hacer nuevas copias de la documentación ya procesada es tan sencillo como copiar un cd, o hacer clic en el icono imprimir.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.515-1.546 1515

Noticias sanitarias publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz: 1940-1944

ANA SARA VIEDMA MARTÍN Médica Residente en Anatomía Patológica DIEGO PERAL PACHECO Profesor Titular de la Universidad de Extremadura

RESUMEN En el contexto de una España martirizada por la Guerra Civil, las condi- ciones de salubridad no son las ideales. El país sufre grandes carencias en todos los ámbitos y la sanidad no es una excepción. Desde el gobierno se dictan una serie de medidas y leyes encaminadas a organizar la situación. En Extremadura y particularmente en Badajoz, la lucha ha sido especialmente encarnizada. Las necesidades de la población son numerosas y de toda índole. La miseria, el hambre y las condiciones higiénicas calan hondo en la región, por lo tanto, las preocupaciones de entonces en materia sanitaria a rasgos genera- les se centran en las enfermedades infecto-contagiosas y en las zoonosis, ocu- pando también un lugar privilegiado la Beneficencia y su obra social.

ABSTRACT In the context of Spain that has been martyred by the Civil War, sanitary conditions are poor. The country has been affected by the chaos and misery in all areas and health is no exception. Government dictates measures and laws to organize the situation. And particularly in Extremadura, in Badajoz, the fighting has been especially fierce. People’s needs are important in all fields. Misery, hunger and hygiene conditions penetrate deeply into the region, so in general terms, health concerns focus on infectious diseases and zoonoses, also Charity and its social work occupy a privileged place.

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INTRODUCCIÓN En este artículo se describen las principales noticias sanitarias halladas en el registro de los Boletines Oficiales de la Provincia de Badajoz en el periodo comprendido entre 1940 y 1944, ambos inclusive. Lo que permite com- prender el alcance, la repercusión y el tratamiento, en todo el significado de la palabra, que reciben los problemas y cuestiones sanitarias destacados de la época. Hemos elegido este tema, por considerarlo novedoso al ser aún hoy “territorio por explorar” y relevante en cuanto a la aportación que puede supo- ner como nuevo peldaño en el conocimiento de la realidad sanitaria de la época, con una visión telescópica hacia la región y general hacia el país. Buscamos una visión en conjunto de la realidad de la época y concreta de la sanidad de entonces. Así pues, obviamente, el contexto es determinante. La Guerra Civil supone un cruel y sangriento conflicto que azota España duran- te los años 1936-1939 y arrastra grandes carencias. En el boletín se refleja así: “Todas las guerras o convulsiones populares, llevan aparejadas al choque violento de sus medios combativos en la esfera militar, una coetánea varia- ción en el modo y forma de la convivencia social, reflejados en un ostensible desequilibrio en el campo de las actividades humanas. Esto, que por su cons- tante repetición en idénticas circunstancias, alcanza la categoría de princi- pio en el orden político, no podía menos de afectar a nuestra nación ”1. Es una época difícil en todos los ámbitos, en política se produce un cambio brusco con el alzamiento de un régimen dictatorial y en el campo económico se obser- van grandes pérdidas. La nación resurge cansada y apaleada tras la violencia de una lucha entre hermanos y se incorpora para vivir la austeridad de la postguerra. Se trata de la vuelta a la actividad y la expectación ante la Segunda Guerra Mundial que golpea a Europa. Los BOPB van a ser el escaparate de los más relevantes acontecimientos del lugar y de la época. Éstos, salpicados de noticias sanitarias, son la fuente de nuestra investigación.

1 BOPB Nº101, 25/05/1940.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1517 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944

OBJETIVOS -Conocer el estado de salud: percepción y problemas de salud en el pe- riodo estudiado. -Recopilar las noticias sanitarias. -Analizar, estudiar, clasificar y discutir su contenido. -Elaborar conclusiones a partir de los resultados obtenidos, en el marco de las características demográficas y socioeconómicas de la época. -Contribuir a la elaboración del boceto de un primer sistema de recupera- ción de información.

MATERIAL Y MÉTODO La recogida de información se realizó mediante la lectura y el análisis detallado de los BOPB, en el período comprendido entre enero de 1940 y di- ciembre de 1944, a través de la página web de la Diputación de Badajoz (www.dip- badajoz.es), centrándonos en las noticias sanitarias y encuadrándolas en los correspondientes apartados de la clasificación tomada como modelo (clasi- ficación que aparece en laTesis de Licenciatura de Tomás Pérez Torralba – Documentación Sanitaria en el Boletín Oficial de Badajoz en el s.XIX (1833- 1850). 2000), adaptada para nuestro estudio. Se procede, después, a la descripción de los hallazgos, dando prioridad a las noticias de mayor relevancia.

RESULTADOS I. Enfermedades Los estragos de la Guerra juegan un papel protagonista en la trasmisión de enfermedades. Afortunadamente ya vamos dejando atrás, en el siglo .XIX, el flagelo del cólera y la viruela. El reto de la Salud pública de la época es el afrontamiento de las enfermedades infecciosas que azotan a la población.

1.1. Tifus exantemático Las modestas condiciones higiénicas y sanitarias, constituyen el caldo de cultivo ideal para el tifus. No estamos ante una situación de epidemia, sin embargo, la prevención es esencial dados los casos declarados en provincias

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vecinas. “ Ante un posible peligro epidemiológico, a propuesta de la Jefa- tura provincial de Sanidad, he tenido a bien disponer el exacto cumplimien- to de las normas que se expresan ”2. Estas normas se recogen en las noticias encontradas en los boletines: BOPB Nº 12, 04/ /1941, BOPB Nº 71, 12/04/ 1944 y BOPB Nº 137, 16/07/1943. La desinsectación y el control de la mendicidad juegan un papel impor- tante muestra de ello es lo que se recoge aquí: “ De modo muy especial se extremará la vigilancia e vagabundos y pordioseros, prohibiendo la mendi- cidad. Los Alcaldes tomarán las medidas encaminadas a evitar la circula- ción de vagabundos transeúntes ”. Para ello se aplicará, “ en la ropa el calor seco por medio de hornos o de agua hirviendo, y para personas, el perlado de los hombres u las fricciones de aceite u petróleo en las mujeres, u para la destrucción de las liendres fricciones de vinagre caliente ”3. A los desinsectados se les expide un certificado con vigencia de ocho días, con el que puedan disponer de libertad de movimiento dentro del territorio nacional.

1.2. Tuberculosis Los hallazgos se refieren a infraestructura asistencial. El Patronato Na- cional Antituberculoso es de reciente creación (1936) y se está asentando como institución.4 Las noticias encontradas en relación con la tuberculosis, se refie- ren a esta institución: BOPB Nº 174, 16/09/1941. BOPB Nº 84, 01/05/1940. BOPB Nº 100, 24/05/1940. BOPB Nº 214, 05/11/1940. BOPB Nº 253, 31/12/ 1940. BOPB Nº 191, 30/09/1940. BOPB Nº 1, 02/01/1943. En relación a la enfermedad en los centros penitenciarios encontramos en el BOPB Nº 83, 30/ 04/1940 (se vuelve a hacer referencia a esta noticia en el apartado de miscelá- nea):” los enfermos serán trasladados a los hospitales penitenciarios o en caso de que esta medida no sea posible, aislarlos en locales debidamente adecuados para tales fines, separados por completo del resto de la población penitenciaria, debiendo aplicárseles, en lo posible, el régimen de reposo y sobrealimentación indicados para tal dolencia. En el caso de tuberculosos

2 BOPB Nº 71, 12/04/1944.

3 BOPB Nº 69, 12/04/1941.

4 GONZÁLEZ, Enrique: “El Dispensario Antituberculoso”. El Día Digital. Criterios. 2001.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1519 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944 bacilíferos, que por las condiciones de sus procesos judiciales puedan ser puestos en libertad provisional, cada recluso interesado deberá solicitar del Juzgado de quien dependa la concesión de tal privilegio. La instancia a que dé lugar esta petición se resolverá con carácter urgente, previo el informe del Médico de la Prisión donde se halle recluido el tuberculoso ”.

1.3. Difteria Del griego “diphtera”: cuero (por el aspecto de la membrana que se forma en la garganta del enfermo). Angina diftérica o enfermedad en garrotillo (la muerte de estos pacientes por asfixia recordaba a los ajusticiados mediante garrote). Estamos ante una enfermedad conocida ya de antaño, que ocasiona gran alarma social al afectar principalmente a la infancia y por el riesgo vital que conlleva. Se lucha contra ella mediante la vacunación sistemática, como se explica en los boletines. Noticias encontradas: BOPB Nº 67, 08/04/1941. BOPB Nº 68, 09/04/ 1941. BOPB Nº 77, 25/04/1941. BOPB Nº 43, 01/03/1944.

1.4. Paludismo El paludismo (malaria) es una enfermedad infecciosa grave, caracteriza- da por escalofríos, fiebre, anemia y esplenomegalia, con tendencia a recidivar. En el BOPB Nº 147, 30/07/1943 leemos: “ Aunque el paludismo, la enfer- medad endémica por excelencia de esta provincia, sin dejar de preocupar, parece que se halla en momento estacionario se hace preciso no obstante, insistir en las medidas sanitarias de prevención y lucha para que el estado continúe ”. Probablemente por esto mismo, sólo encontramos una noticia al respecto.

1.5. Enfermedades venéreas El Profesor Laín Entralgo ya manifestó que en la historia de la venereología han tenido siempre indudable influencia los factores extra médicos-sociales, religiosos y humanos. Los hábitos sexuales de cada época son cambiantes, nada estáticos e influyen, obviamente, sobre la morbilidad venérea5.

5 LAÍN ENTRALGO: Historia Universal de la Medicina. Tomo VII. 1ª Impresión 1975.

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La lucha antivenérea está en marcha y se hace obligatoria la declaración de estas patologías. “ En interés de la salud pública, y con la vista puesta en una España más fuerte y más sana, este Ministerio decide intensificar la lucha contra las enfermedades venéreas en todo el territorio nacional y viene en disponer todos los Médicos de España deberán remitir a la Sección Antivenérea de la Dirección general de Sanidad : a-Número de casos de sífilis primaria, b-Número de casos de sífilis primo-secundaria. c-Número de casos de sífilis secundaria reciente. d-Número de casos de blenorragia agu- da. E-Número de casos de blenorragia crónica reagudizada. f-Número de casos de chancro venéreo g-Número de casos de linfogranulomatosis. Indi- car en cada caso si el origen del contagio radica en una prostituta matricu- lada, clandestina, o mujer de las llamadas fáciles. Igualmente si se trata de un contagio conyugal o accidental y no venéreo ”.6 Con la prostitución en el punto de mira y la protección individual como principales armas, los resultados no son muy alentadores. Se hace patente la relevancia que se le otorga al tema,” Ante la impor- tancia decisiva del diagnóstico precoz para poder realizar una profilaxis eficaz desde el punto de vista individual y social se realizará una “intensa propaganda” que mueva a las gentes a acudir al Médico competente en cuanto adviertan el menor síntoma sospechoso de enfermedad venérea o ten- gan motivos para temer un contagio Teniendo en cuenta que el recono- cimiento médico periódico de las personas en estado de salud aparente cons- tituye una de las bases más conmovibles de la higiene moderna, porque per- mite los diagnósticos más precoces , se impondrá como sistema a aquellas personas que por su género de vida puedan representar mayor peligro para la sociedad En aquellas capitales en donde no haya sifilocomio del Estado, la Diputación provincial tendrá la obligación de destinar en su Hospital correspondiente un número prudencial de camas para el aislamien- to de tales enfermos Serán perseguidos con todo rigor el intrusismo y el charlatanismo ”7

6 BOPB Nº 59, 25/03/1940.

7 BOPB Nº 98, 26/05/1941.

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Estas enfermedades eran graves, a menudo requerían un largo periodo de hospitalización y representaban un estigma social para el paciente. En cuanto a la profilaxis “El arma principal que ha de utilizarse en la lucha contra los males venéreos es el adecuado tratamiento de los enfermos, singularmente el de aquellos que se hallen en estado actual o potencial de contagio.” 8. La sífilis es ya entonces la enfermedad venérea mejor conocida y los que la sufren son marginados por la moral de entonces en los ya mencionados sifilicomios.

II. Actividad profesional y académica 2.1. Vacantes de plaza La Guerra nos deja bajas en todos los cuerpos y los sanitarios no son una excepción. Se necesitan profesionales sanitarios. Por ejemplo, la primera noticia que encontramos anuncia vacantes en los siguientes pueblos: Almendralejo, Don Benito, Mérida, Olivenza, Burguillos del Cerro, , Campanario, , Alarcón, etc., etc. y así muchos más. Noticias encontradas: BOPB Nº 48, 06/03/1940. BOPB Nº 139, 28/07/ 1941. BOPB Nº 140, 29/07/1941. BOPB Nº 153, 18/08/1941. BOPB Nº 11, 16/01/1940. BOPB Nº 34, 17/02/1940. BOPB Nº 38, 23/02/1940. BOPB Nº 45, 04/03/1940. BOPB Nº 66, 05/04/1940. BOPB Nº 139, 28/07/1941.BOPB Nº 140, 29/07/1941. BOPB Nº 153, 18/08/1941. BOPB Nº 103, 28/05/1940. BOPB Nº 124, 28/06/1940. BOPB Nº 183, 20/09/1940. BOPB Nº 189/2809/ 1940. BOPB Nº 157, 13/08/1943. BOPB Nº 63, 29/03/1944. BOPB Nº 15, 22/01/1940, etc., etc.

2.2. Cursos y exámenes La Guerra Civil sirve de recordatorio de la importancia de contar con profesionales sanitarios cualificados y con una formación de calidad. Entre ellos: “ se celebrarán dos cursillos gratuitos de veinte días sobre tracoma y

8 BOPB Nº 71, 12/04/1944.

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afecciones oculares pera Médicos Generales en Instituto Provincial de Sani- dad de Badajoz, a cargo del Oftalmólogo de los Servicios Provinciales de Higiene don José Torrea Torres ”9; “ Curso abreviado sobre lucha anti infecciosa se celebrará un curso abreviado sobre epidemiología, profi- laxis de enfermedades infecciosas, vacunación y despiojamiento ” 10. Los llamamientos a exámenes y oposiciones son más numerosos que los cursos convocados. Se llama a examen para ingreso en el Cuerpo de Inspecto- res Farmacéuticos municipales, para tomar posesión de la plaza de Oficial de Secretaría afecta a la plantilla del Instituto Provincial de Sanidad, para ocupar las plazas vacantes de Médicos de Asistencia Pública Domiciliaria y para la provisión de plazas del Cuerpo Médico de la Beneficencia Provincial. Entre las noticias encontradas: BOPB Nº 20, 29/01/1941. BOPB Nº 111, 13/06/1941. BOPB Nº 136, 22/07/1941. BOPB Nº 50, 11/03/1944. BOPB Nº 61, 27/03/1940. BOPB Nº 152, 11/08/1944. BOPB Nº 153, 11/08/1944. BOPB Nº 156, 18/08/1944. BOPB Nº 34, 17/02/1940. BOPB Nº 60, 26/03/1940. BOPB Nº 91, 11/05/1940. BOPB Nº 232, 30/11/1940.

2.3. Enfermeras Mientras los practicantes constituyen una profesión sobradamente re- conocida y consolidada, la enfermería empieza a echar raíces como profesión. La Guerra Civil puso de manifiesto la ingente necesidad de enfermeras. Tal demanda, contribuyó al asentamiento de la profesión.11 La Cruz Roja influye de manera determinante en la historia de la enferme- ría. “ Ministerio de Educación Nacional. ORDEN de 21 de mayo de 1941 sobre condiciones y estudios necesarios para la obtención del título de En- fermera. Ilmo. Sr.: Es aspiración de la Cruz Roja Española y otras Institucio- nes similares dar validez oficial a los estudios que en ellas cursan sus enfer- meras. Ha mucho tiempo que se siente la necesidad de regular u encauzar esos estudios y prácticas que se realizan en beneméritas institucionales y dar

9 BOPB Nº20, 29/01/1941. 10 BOPB Nº 111, 13/06/1941.

11 SILES GONZÁLEZ, J.: Historia de la enfermería. Ed. Aguaclara. 1999. VEGA CARNICERO, J. de la y ESTEBAN HERNÁNDEZ, A.: Historia de la Enfermería en Castilla y León: practicantes y enfermeras.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1523 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944 así satisfacción deseos, sin que por otra parte sufra perjuicio la enseñanza u tengan la garantía imprescindible Los estudios, que se ajustarán a planes aprobados por la Facultad de Medicina, tendrán dos años de duración, exi- giéndose escolaridad y podrán ser realizados en la Facultad de Medicina o en las Instituciones por ellas reconocidas como la Cruz Roja. Transcurridos dos años desde su inscripción en una facultad o institución, sufrirán un exa- men. Estos exámenes se verificarán una vez al año, durante el mes de junio Por el Rector de la Universidad y a propuesta del Tribunal examinador serán expedidos los oportunos títulos de Enfermeras ”12.

III. Hospitales Debemos tener en cuenta el concepto histórico de hospital, desde lugar de encierro, albergue para viajeros, acogida de enfermos, asilo hasta los actuales y súper especializados centros hospitalarios de tecnología punta. • Durante nuestro estudio, se menciona el “Sanatorio provincial de las Poyatas, sito en término municipal de Palomas”13. Utilizado como hospital de tuberculosos. Hoy en ruinas en medio de una gran finca, pero aún conocido por los lugareños como “El Sanatorio”.

• Hospital Psiquiátrico: En plena etapa de cambio, a nivel mundial, en la concepción y el trato de la enfermedad mental, se continúa haciendo referencia a estas institu- ciones con la denominación de “manicomios”, donde como el propio nombre indica, se da asilo a los “locos”. El fantasma de la deshu- manización, la marginación y la incomprensión aún revolotea cuando se trata de enfermedad mental. En el BOPB Nº 242, 29/11/1944 se convoca una plaza de barbero en el Manicomio del Carmen de Mérida y se explican las condiciones que han de cumplir los aspirantes al cargo y en el BOPB Nº 136, 14/07/1943, se requiere que los señores alcaldes

12 BOPB Nº 108, 09/06/1981.

13 BOPB Nº 139, 28/07/1941 y BOPB N.º 140, 29/07/1941.

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comuniquen al hospital psiquiátrico las bajas en racionamiento de ví- veres correspondientes a los pacientes ahí acogidos.

• Hospitales de la Beneficencia:

• En el hospital del pueblo de Medellín, fundado por don Manuel Pedraza Medina, se instruye un expediente de investigación de bienes14.

• En el BOPB Nº 235, 30/11/1943 (incluido también en el apartado de beneficencia), se menciona el Hospital instituido por doña Eladia Ruíz, en Don Benito, el Hospital Cinco Llagas de Guareña, el Hospital de Fuenlabrada de los Montes, Hospital de Hornachos, Hospital de , Hospital de , Hospital de Arro- yo de San Serván y el Hospital de Castuera.

• Hospital Militar de Badajoz: En el BOPB Nº 198, 20/10/1942 se anuncia la necesitad de instalar un grupo motobomba para el abastecimiento de agua de la instalación. Y en el BOPB Nº 45, 05/03/1943 se da a conocer que existen plazas vacantes en este hospital, entre ellas once para enfermeros, un cocine- ro, un pinche de cocina, tres mozos de intendencia, etc.

IV. Beneficencia La beneficencia y el auxilio social, son el único refugio de aquellos que carecen de recursos, que son muchos. En el BOPB Nº 109, 05/06/1940, se define el Auxilio Social como “expresión de los afanes sociales que laten en las entrañas del Movimiento Nacional, ha prestado, a lo largo de su actua- ción, eficaces servicios a la causa de una España apretaba con lazos de hermandad amplia y generosa integrado en la Falange Española Tradicio- nalista y de las J. O. N. S (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) es una entidad oficial encargada de cumplir el protectorado del Estado y por dele- gación de él, las funciones benéficas” y se explica que su labor principal con-

14 BOPB Nº 61, 27/03/1944.

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15 BOPB Nº 217, 09/11/1940.

16 BOPB Nº 83, 01/05/1944. BOPB Nº 45, 04/03/1940. BOPB Nº 58, 23/03/1940.

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las oficinas del Estado, Administraciones Locales o Corporaciones creadas por el poder público. c) Mandos, cargos o empleos en las Organizaciones de Falange Española Tradicionalista y de las J. O.N. S La prestación del “Servicio Social” comprenderá dos fases: una, formativa, en el triple aspecto moral, doméstico y social, que se realizará del modo que la Delegación Na- cional de la Sección Femenina de F. E. T. (Falange Española Tradicionalista) disponga ”. BOPB Nº 113, 11/06/1940. Es época de escasez y la beneficencia supone el sustento de muchos. Es imperativo llevar un control exhaustivo. No se admite en el Hospital Provincial de Badajoz a los enfermos que no figuren en los padrones de beneficencia de su vecindad17. El suministro de medicamentos a la Beneficencia se rige por el artículo 12 del Reglamento de Inspectores Farmacéuticos municipales de 14 de junio de 193518. Y del mismo modo, los administradores de las fundaciones privadas, deberán presentar un registro de contabilidad anual19. En el BOPB Nº 160, 18/08/1943, se hace referencia a la Fundación de Ribera del Fresno, instituida por doña Ana Grajera Toro, por la que se pretende adjudicar varias dotes a huérfanas, preferentemente emparentadas con la fun- dadora y también preferiblemente que hayan contraído matrimonio entre los años 1936 y 1942.Igualmente ocurre con la Fundación situada en Castuera y cuyo fundador es don Juan Cáceres Hidalgo. En la capital de la provincia, contamos con una Fundación Benéfica instituida por doña Catalina de Vargas, en beneficio de las huérfanas pobres de la ciudad20. Otras noticias encontradas: BOPB Nº 61, 27/03/1944. BOPB Nº 83, 01/ 05/1944. BOPB Nº 93, 16/05/1944. BOPB Nº 190, 26/09/1944. BOPB Nº 45, 04/03/1940. BOPB Nº 83, 30/04/1940. BOPB Nº 93, 14/05/1940. BOPB Nº 109, 05/06/1940. BOPB Nº 163, 23/08/1940. BOPB Nº 185, 23/09/1940. BOPB Nº 232, 30/11/1940. BOPB Nº 188, 27/09/1940. BOPB Nº 208, 26/ 10/1940, etc.

17 BOPB Nº 93, 16/05/1944 y BOPB N.º 236, 01/12/1943.

18 BOPB Nº 82, 29/04/1940.

19 BOPB Nº 91, 11/05/1940.

20 BOPB Nº 250, 07/12/1944.

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V. Política sanitaria Contamos con las Mancomunidades provinciales sanitarias. “ Los Municipios tienen reguladas sus obligaciones en materia sanitaria, funda- mentalmente, por la vigente Ley Municipal, Reglamento de Sanidad Munici- pal y Ley de once de julio de mil novecientos treinta y cuatro, creando las Mancomunidades provinciales si bien autorizándoles a su fusión con los de los Institutos provinciales de Sanidad, si así lo deseasen, previa la confor- midad del Ministerio de la Gobernación. Sin embargo, pueden producirse momentos graves por la declaración de epidemias, en cuyo caso la dirección de todos los Servicios Sanitarios debe estar por entero en manos de la Jefatu- ra Provincial de Sanidad ”21. Es de vital importancia no olvidar que estamos en la etapa previa a la aparición de las Residencias Sanitarias de la Seguridad Social. Se podría decir que es el caldo de cultivo ideal para lo que está por venir. Las preocupaciones en este apartado, giran en torno a infraestructuras como alcantarillados, habitabilidad de las viviendas, obligaciones municipales en materia sanitaria, salarios, presupuestos, saneamiento de aguas, infraccio- nes, legislación, etc. Con el Decreto de 29 de septiembre de 1934 se constituyó el Cuerpo de Médicos de Asistencia Pública Domiciliaria. Por “ORDEN de 15 de noviembre de 1941 por la que se dispone se constituya en cada provincia una Comisión de Sanidad Maternal”22. Noticias encontradas: BOPB Nº 46, 07/03/1942. BOPB Nº 81, 27/04/ 1942. BOPB Nº 88, 08/05/1942.BOPB Nº 133, 13/07/1942. BOPB Nº 232, 05/12/1942. BOPB Nº 233, 09/12/1942.BOPB Nº 53, 15/03/1944. BOPB Nº 54, 17/03/1944. BOPB Nº 216, 27/10/1944. BOPB Nº 117, 21/06/1941. BOPB Nº 207, 04/11/1941. BOPB Nº 231, 09/12/1941. BOPB Nº 189, 28/09/1940. BOPB Nº 98, 22/05/1943. BOPB Nº 133, 10/07/1943, etc.

21 BOPB Nº133, 13/07/1942.

22 BOPB Nº 222, 25/11/1941.

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5.1. Seguro de enfermedad, incapacidad y accidentes de trabajo En el s.XIX, los temas de Higiene, prevención y protección frente a accidentes laborales, subvención de obras sanitarias, depuración de aguas eran prácticamente inexistentes o desconocidos. Los sistemas de Seguro de Enfermedad empezaron en Alemania en 1883, cuando aún en España no se conocían23. Nosotros encontramos varias noticias al respecto: BOPB Nº 169, 31/08/ 1943. BOPB Nº 119, 21//06/1944. BOPB Nº 139, 22/07/1944. BOPB Nº 142, 28/07/1944. BOPB Nº 151, 09/08/1944. BOPB Nº235, 12/12/1942. BOPB Nº 120, 23/06/1944. BOPB Nº 131, 10/07/1944. BOPB Nº 140, 24/07/1944.

5.2. Aborto y propaganda anticoncepcionista Durante los primeros años del Nuevo Régimen, el tema de la despoblación centra la atención de las autoridades. Las bajas son numerosas. Lo cual, unido a la importante morbimortalidad que sufren los niños y que ilustra en parte la situación sanitaria, junto con el peso de la religión como una constante, dan lugar a la “ LEY DE 24 DE ENERO DE 1941 PARA LA PROTECCIÓN DE LA NATALIDAD CONTRA EL ABORTO Y LA PROPAGANDA ANTICONCEP- CIONISTA. La política demográfica es una de las preocupaciones fundamen- tales de nuestro Estado. No se concibe una política democrática eficaz sin abordar el problema de los miles y miles de vidas que se frustran antes de nacer por maniobras criminales. Así lo dice la experiencia y el asesoramien- to de los técnicos a través de las Entidades científicas competentes. El estra- go harto acusado en tiempos anteriores como consecuencia de un sentido materialista de la vida adquirió caracteres de escándalo durante el régimen republicano agudizándose aún más escandalosamente en aquellas zonas sometidas a la denominación del Frente Popular. El Gobierno, consciente de su responsabilidad, decide combatir el crimen social que el aborto provoca- do representa y que impide que nazcan muchos miles de españoles actual- mente ”24. Curiosamente y en la misma línea, en el BOPB Nº 83, 30/04/1940,

23 MARTÍN TARDÍO, Jesús Martín: Las epidemias del cólera del siglo XIX en Mocejón (Toledo), 2004. 24 BOPB Nº 36, 19/02/1941.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1529 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944 encuadrado en el apartado de Beneficencia, se anuncia que se expedirán pre- mios, que consistirán en la apertura de cartillas en la Caja de Ahorros de Ma- drid, a favor de todos niños nacidos de partos múltiples. Para sumarse así a la política de aumento de la natalidad del gobierno.

5.3. Casas cuna y maternidad En los artículos encontrados, se hace referencia a la intención de cons- truir, con carácter de urgencia, una nueva Casa Cuna y Casa Maternidad en Badajoz, probablemente por aumento de la demanda tras la guerra. Sin embar- go, al parecer no se traslada a los niños a un edificio de mayor capacidad hasta 195025. Noticias encontradas: BOPB Nº 162, 21/08/1943. BOPB Nº 124, 30// 06/1944. BOPB Nº 126, 03/07/1944. BOPB Nº 135, 15/07/1944. BOPB Nº 142, 28/07/1944.

VI. Veterinaria La Veterinaria tiene una gran proyección en la época, fácilmente entendible si recordamos que la Ganadería es una actividad tradicional en Extremadura y además, múltiples enfermedades con graves consecuencias para el hombre se hallan dentro de las atendidas por la sanidad veterinaria. Preocu- pan las denominadas zoonosis (definidas por la Organización Mundial de la Salud como: “Todas aquellas enfermedades transmisibles de forma natural de los animales vertebrados al hombre y viceversa”) y las enfermedades animales que sin ser transmisibles al hombre le afectan muy directamente.

6.1. Enfermedades A continuación se comentan las patologías veterinarias a las cuales se hace referencia en las noticias sanitarias, haciendo especial hincapié en aque- llas más frecuentes, a las que consecuentemente se dedica más atención en los boletines.

25 PERAL PACHECO, D.; ALTIMIRA ROSET, J. y FERRER AGUARELES, J. L.: La Casa Cuna de Badajoz: aspectos históricos, sanitarios y sociales.

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6.1.1. Carbunco bacteridiano El carbunco bacteridiano, ocupa un lugar privilegiado en cuanto a fre- cuencia en la región, aunque por detrás de la viruela ovina y de la fiebre aftosa. Se trata de una zoonosis relevante, que se caracteriza por producir lesiones que terminan ulcerándose, dando una coloración oscura a la piel para finalmente ocasionar la claudicación del miembro afectado y la muerte por toxemia. Tene- mos más de cuarenta noticias las cuales se limitan a la declaración de enferme- dad epizoótica por poblaciones y a nombrar su posterior extinción, salvo por una circular sobre el procedimiento burocrático de adquisición de sueros y vacunas para el tratamiento obligatorio del carbunco bacteridiano26.

6.1.2. Viruela ovina En los años analizados, encontramos más de un centenar de noticias que hacen referencia a esta enfermedad. Se trata de una patología de etiología viral con apetencia especialmente cutánea, linfática y pulmonar. Las lesiones cutá- neas producen una secreción mucopurulenta y finalmente se ulceran y termi- nan por necrosarse. Se afectan los nódulos linfáticos y aparecen lesiones pulmonares. En 1940, se declara la enfermedad en enero en y en Fuenlabrada de los Montes. En febrero en Valdecaballeros, hasta su extinción en julio del mismo año. En junio, en Sancti Spiritus. En julio, en . En agosto, en Casas de Don Pedro hasta octubre del mismo año; en Badajoz hasta noviembre también del 40 y en Mirandilla hasta noviembre de 1940. En septiem- bre, en y así se va presentado en numerosos pueblos de la provincia. En 1941, en enero, la plaga hace mella en y en febrero, en Don Álvaro. En marzo, en Montemolín En 1942, en enero en Oliva de Mérida hasta marzo de 1942, en Guareña hasta julio del mismo año y en Usagre. En mayo, en San Vicente de Alcántara. En junio, en hasta septiembre del mismo año En 1943, en enero fue declarada epizootia en Azuaga, en agosto en , en septiembre en en varias fincas, etc.

26 BOPB Nº 116, 17/06/1944.

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En 1944, en enero aparece en Llerena y en Albuquerque. En el BOPB Nº 184, 20/09/1944 se constata otro brote, pero no se especifica la población “ Habiéndose presentado la epizootia de VIRUELA OVINA en el ganado existente en el término municipal, en cumplimiento de lo prevenido den el artículo 12.”. En noviembre, en Magacela. En diciembre, en y en La Haba. En área endémica, como la nuestra, la vacunación es esencial, sin embar- go, según lo que dicta la siguiente noticia, no parece resultar muy efectiva, sino más bien todo lo contrario:” El inusitado desarrollo de la enfermedad infec- to contagiosa denominada viruela en el ganado lanar, y los fracasos evi- dentes de la vacunación antivariólica , pero especialmente con la vacuna sensibilizadota Bride Boquet , evidencian una vez más que la viruela del ganado lanar, en España tiene un carácter de verdadera enzootia, y que en cuanto a su profilaxis por la vacunación, los resultados que se obtienen dejan mucho que desear, hasta el punto que consideramos no sería hiperbó- lico afirmar que, desde que se ha generalizado la vacuna contra el ganado lanar, la extensión de esta enfermedad es cada día mayor causan un daño terrible a la ganadería nacional, contribuyen a desprestigiar un método profiláctico, como la vacunación que bien aplicada, podría constituir un medio eficaz de lucha antivariólica cuantiosísimas pérdidas en la lana, leche y carne ”27. Se considera que la vacunación antivariólica es la causa principal del estado actual de las cosas y se toman una serie de medidas para controlar la situación, entre ellas: “ se elegirán los lotes de reses a vacunar, ejecutando la operación en aquellas reses que no se hallen en estado avanza- do de gestación, que tengan buen estado de carnes y que se aprecie su resis- tencia orgánica De los tres procedimientos principales de vacunación antivariólica, de variolización (virus puro de pústulas naturales), de inyec- ción de virus diluido y de inoculación de virus sensibilizado, y una vez elegi- do el que se vaya a practicar, se asegurará una ejecución perfecta, por profe- sional práctico que disponga de instrumentos adecuados y vacuna garanti- zada, la que depositará entre el epidermis y el dermis y nunca debajo de la piel, en el tejido conjuntivo subcutáneo actuación inmediata de los Equi- pos móviles para la lucha de la epizootia, que con personal idóneo y material

27 BOPB Nº 22, 31/01/1941.

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adecuado tiene este Centro, seguramente se conseguirá una limitación sensi- ble y beneficiosa de la Cabaña Nacional ”28.

6.1.3. Pulmonía contagiosa En las veinte noticias encontradas, se mencionan los brotes en los pue- blos de la provincia y las declaraciones oficiales de extinción de la enfermedad.

6.1.4. Sarna ovina Patología cutánea, contagiosa. Causada por ácaros. Produce atrasos en el engorde del ganado y grandes pérdidas en peletería, por las lesiones cutá- neas que acarrea. El 18 de agosto de 1942 se pone en circulación una circular en que se advierte de la obligación de tratar la sarna o roña en el ganado lanar, que se llevará a cabo mediante baños antisárnicos, previa declaración de los casos aportando nombre del dueño del rebaño y número de cabezas afectadas29. Los casos declarados en la provincia son numerosos, como así lo atesti- gua la gran cantidad de noticias encontradas en relación a declaración y extin- ción de la enfermedad, la mayor parte de ellas recogidas en torno a 1942. Se hace necesario tomar medidas concretas ante la proyección que toma el asunto:” Con el fin de establecer de una manera categórica la lucha contra las enfermedades parasitarias del ganado ovino -sarna- y con ello poner remedio eficaz y positivo para la extinción de los focos de roña las Juntas locales informarán a esta provincial de los extremos siguientes: sería más conveniente en esa localidad hacer un baño fijo o si por el contrario, sería mejor un portátil En donde la esquila se hace en los propios cortijos, resulta más indicado el portátil Si el censo ovino es muy numeroso y se estimase indispensable el hacer más de un baño, se hará constar así Se acompañará presupuesto del coste del baño del cumplimiento de dicho servicio no pueden ignorar éstas que se han de obtener beneficios inmediatos para la cuantiosa producción de lana que la cabaña ovina de nuestra pro-

28 BOPB Nº 22, 31/01/1941.

29 BOPB Nº 158, 18/08/1942.

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6.1.5. Peste porcina Enfermedad muy contagiosa y de alta mortalidad. La carne de los anima- les infectados no debe consumirse. Es necesario contar con preparados para prevenir el ataque de la enfer- medad, así se hace constar como sigue: “ ORDEN de 18 de octubre de 1940 por la que se dispone la creación de depósitos de suero y virus contra la peste porcina, en las provincias productoras de ganado de cerda que la lucha contra la epizootia de peste porcina no sufra interrupción y el ganadero y el veterinario pueda contar en todo momento con los elementos indispensables para ello ”31. Se produce un brote de peste porcina, del que queda constancia en el BOPB Nº 237, 07/12/1940, en el término municipal de Don Benito.

6.1.6. Rabia En el BOPB Nº 71, 12/04/1940 se hace referencia al boletín del 8 de junio de 1938, donde ya se proporcionaban normas a los alcaldes para la contención de la enfermedad. Sin embargo” AUNQUE ATENUADOS LOS CASOS NO SE HA LLEGADO A DESTERRAR POR COMPLETO EL PELIGRO EN CUES- TIÓN, POR LA PRESENTE HAGO SABER A LOS SEÑORES Alcaldes, Inspec- tores municipales Veterinarios y demás autoridades locales, que sancionaré con toda energía el incumplimiento de las medidas que referido capítulo 32

30 BOPB Nº 44, 03/03/1943.

31 BOPB Nº 207, 25/10/1940.

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señala, si los vecinos de los pueblos y capital no acatan con absoluta disci- plina las medidas sanitarias vigentes , ya que no ha sido aún levantada la declaración en la provincia por no haberse extinguido la citada epizootia de Rabia ”32. En el BOPB Nº 31 del 11 de febrero del 42, se constata la presentación de dos casos de rabia en diferentes localizaciones de la provincia. Se trata de una patología de fatales consecuencias, vieja conocida de los sanitarios de antaño y temida con fundamento. Se vuelven a adoptar las medidas pertinentes del ya mencionado capítulo 32 y es declarada enfermedad epizoótica en toda la pro- vincia, disponiéndose las siguientes normas: “ Vacunación obligatoria de todos los perros de la provincia y tratamiento curativo - de ser factible- de los animales mayores mordidos Todos los perros serán retenidos y atados por sus dueños y los que circulen por las calles deberán ir provistos de bozal y collar con la chapa metálica en la que figure el nombre y domicilio del propietario y fecha en que fue vacunado. Los que se encuentren en la vía pública desprovistos de bozal y chapa serán secuestrados y muertos Los gatos serán secuestrados Todo animal rabioso serán sacrificados inme- diatamente Los que sean sospechosos de haber sido mordidos se les secues- trará y quedarán bajo vigilancia sanitaria por espacio de tres meses ”.

6.1.7. Glosopeda o fiebre aftosa Del griego: glossos: lengua; peda: pata, pezuña y aphtai: quemadura. Patología infecciosa, altamente contagiosa, causante de importante morbilidad que ataca a los animales de pezuñas hendidas y que ocasiona graves pérdidas económicas. Caracterizada por fiebre y aparición de aftas muy dolorosas en boca, pezuñas y otras zonas desprovistas de pelo. Es una enfermedad especialmente frecuente en la época, a menudo men- cionada en los boletines. Fuente del Maestre sufre la plaga desde julio de 1941 hasta su extinción en junio del 44. En 1941 la enfermedad también es declarada en . En 1943, en noviembre aparece en Fregenal de la Sierra, en diciembre en

32 BOPB Nº 71, 12/04/1940.

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La Roca de la Serena y en , y en octubre cala en Mérida. En el año 44 se multiplican los casos: en marzo del mismo, se declara la epizootia en Valdecaballeros, en abril en Campanario y en hasta julio del mismo año y así sucesivamente se va presentando en cuantiosas poblaciones. Finalmente, es en 1944 cuando leemos: “ CIRCULAR SOBRE LA FIE- BRE AFTOSA O GLOSOPEDA. Encontrándose declarada en la actualidad la epizootia de FIEBRE AFTOSA O GLOSOPEDA en diecisiete pueblos de la provincia, y siendo raro el día en que no hay que proceder a la declaración de nuevos focos, dada la gran difusión de citada enfermedad queda decla- rada oficialmente en toda la provincia la repetida enfermedad epizoótica de fiebre aftosa o glosopeda. En su virtud, serán aplicadas con TODO RIGOR las medidas sanitarias prevenidas en el vigente Reglamento de Epizootias del 26 de septiembre de 1933(Gaceta del 3 de octubre), capítulo 33, artículos 224 al 228 se denunciará a la Alcaldía con toda DILIGENCIA , serán adop- tadas las medidas en cuestión y dada cuenta a la Jefatura de Gana- dería ”33.

6.1.8. Muermo Como se explica en la Circular sobre profilaxis del muermo en la primera parte de la noticia de la cual más abajo citamos un fragmento, se trata de una enfermedad típica de équidos, de no fácil control. La contienda exige la concen- tración de grandes cantidades de ganado equino y una vez terminada la guerra se les devuelven a los ganaderos los ejemplares que les fueron requisados por demanda de la lucha armada y se toman una serie de medidas preventivas.” . Es sabido que las concentraciones de animales lleva consigo la difusión de agentes productores de enfermedades. Entre éstas las hay de evolución larvada lo que determina que no sea fácil la puesta en evidencia de alguna de ellas, ni aún acudiendo a procedimientos especiales de diagnóstico - pruebas alérgicas-, reacciones serológicas y otras. Apelando a los diferentes medios diagnósticos se pone de manifiesto un porcentaje considerable de casos de enfermedad Entre las enfermedades de los équidos figura el muer-

33 BOPB Nº 138, 21/07/1944.

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mo, cuya eliminación se hace con dificultad por las características especia- les de su patogenia, contra ella hemos de estar prevenidos por las dificulta- des mencionadas ”34.Todos los animales entregados por el ejército serán observados durante un tiempo prudencial. Semanalmente serán examinados por el veterinario, procediendo al aislamiento de los sospechosos, los síntomas de vías respiratorias altas (especialmente moco) darán lugar a la prohibición del abrevado en pilares públicos. Por otro lado, en la prueba alérgica, “maleino diagnóstico”, se prefiere la oftalmorreacción a otra35.

6.1.9. Otras enfermedades A la pasteurelosis, no se le concede gran atención en cuanto a su men- ción en los boletines. Igualmente ocurre con la stronfilosis, la distomatosis, la fiebre de malta, la difteria aviar y la tuberculosis bovina. 6.2. Actividad profesional Destaca que con la Orden de 17 de octubre de 1944, se constituye en cada provincia una comisión para la confección del proyecto de unificación de honorarios de los profesionales veterinarios, “ Las tarifas de honorarios de la clase veterinaria se rigen por disposiciones que exigen su adaptación a las condiciones sociales de vida actual precisan de una unificación nor- mativa e lo relativo a la percepción de honorarios del Cuerpo facultativo de referencia, a fin de otorgarles un sentido equitativo en compensación a las necesidades del momento ”36. Otras noticias encontradas: BOPB Nº 54, 15/03/1940. BOPB Nº 58, 23/ 03/1940. BOPB Nº 61, 27/03/1940. BOPB Nº 178, 13/09/1940.

6.3. Mataderos El programa de control sanitario incluye vigilancia de las condiciones higiénico- sanitarias en los mataderos (localización, capacidad, abastecimiento de agua, procedimiento de destrucción de carnes decomisadas “sumidero,

34 BOPB Nº 8, 10/01/1940.

35 BOPB Nº 222, 04/11/1944.

36 BOPB Nº 114, 16/06/1941.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1537 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944 horno crematorio, solubilización por el ácido sulfúrico, caldera para la ob- tención de grasas, etc.”, existencia de microscopio o triquinoscopio y nombre del Inspector o Inspectores Veterinarios encargados, control del sacrificio do- miciliario de ganado, el transporte de carnes y despojos y el despiece de las reses37. Dentro de las denominadas zoonosis distinguimos entre infecciones e infestaciones. La triquina se clasifica dentro de las últimas. Se contrae mediante la ingestión de carne o derivados de cerdo. Como todos conocemos, Extremadura ha sido desde tiempos remotos gran productora y consumidora de productos del cerdo ibérico, lo cual justifica por sí mismo la importancia de esta patología en la región. De modo que tanto el funcionamiento de mataderos industriales y fábricas de embutidos así como el sacrificio domiciliario queda prohibido en los pueblos en los que no se cuente con microscopio y servicio veterinario38. Todo ello, posteriormente se recoge en la ORDEN de 10 de octu- bre de 1942, añadiendo la premisa de que para la circulación de carnes de cerdo y productos elaborados será necesario se acompañen de una “guía sanitaria” expedida por el Inspector Veterinario responsable39. La matanza, es una costumbre popular muy extendida en la región. Tiene lugar una vez al año y de forma tradicional antes de los meses de invierno, por lo cual, cuando se aproxima la fecha, encontramos noticias relacionas con esta práctica. Otras noticias encontradas: BOPB Nº 193, 04/10/1940. BOPB Nº 67, 06/04/1940. BOPB Nº 193, 04/10/1940. BOPB Nº 223, 16/11/1940.BOPB Nª 230, 04/12/1942. BOPB Nº 28, 09/02/1943. BOPB N 77, 21/04/1943. BOPB Nº 202, 18/10/1943. BOPB Nº 108, 06/06/1944. BOPB Nº 216, 27/10/ 1944.

37 BOPB Nº 179, 23/09/1941.

38 BOPB Nº 201, 24/10/1942.

39 BOPB Nº 203, 26/10/1940.

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6.4. Espectáculos taurinos Se determinan las obligaciones y responsabilidades de los Subdelega- dos e Inspectores Veterinarios en los espectáculos taurinos en el BOPB Nº 49, 10/03/1942: “ 1º Para cumplimentar y aclarar varios conceptos del Regla- mento de Espectáculos Taurinos de 12 de julio de 1930 corresponderá a los Subdelegados de Veterinaria existentes el conocimiento zootécnico de las reses y caballos, siendo de la incumbencia de los Inspectores Municipales Veterinarios el reconocimiento sanitario de las reses una vez muertas y con- sideradas como útiles para el consumo humano ”.

6.5. Estadísticas La Dirección General de Ganadería, en la circular número 53, ordena la formación del denominado “censo pecuario” de la provincia. “ la REPOBLA- CIÓN de las zonas que quedaron sin ganado alguno por el vandalismo rojo motivó una gran salida de animales de esta provincia de Badajoz, que debido al patriotismo de los ganaderos, por una parte, y, de otra, a las sabias medi- das dictadas por los organismos superiores, último censo dio cifras mayo- res que las resultantes de la estadística anterior al Glorioso Movimiento Nacional. Por dicha causa es desconocida la cifra que REALMENTE tenga en la actualidad esta provincia de las diferentes especies de ganado, inclui- do aves y conejos. Ello dificulta al equitativo abastecimiento de aquellos núcleos urbanos y regiones de nuestro país que por su menor producción ganadera, en relación con el consumo por su mayor número de habitantes, por lo que el NUEVO censo pecuario a confeccionar tiene una IMPORTAN- CIA EXCEPCIONAL ” “ Otro servicio en relación con el censo pecuario, también dispuesto por la Dirección general de Ganadería en Circular núme- ro 57 es el de la VALORACIÓN de TODOS los productos que la ganadería suministra como materias primas, de las que unas son destinadas a la alimen- tación del hombre y otras para las diversas industrias, MAS las que en forma de materias fertilizantes -ABONO-son devueltas a la tierra. EL TRABAJO que rinden los animales es también un VALOR y, como tal, ha de ser consignado su importe, como indica el estado correspondiente ”40.

40 BOPB Nº 77, 21/04/1943.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1539 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944

En otras noticias encontradas, también se pone de manifiesto el toque de atención de las autoridades al respecto de la importancia de contar con una estadística veraz de existencias de ganado, remitida mensualmente a las autori- dades correspondientes y cuya notificación es responsabilidad de los Inspec- tores municipales Veterinarios del servicio de Estadísticas41. Se exige también la relación del número y clase de animales sacrificados en los mataderos, para lo que se hace uso de las denominadas Guías de Salida42.

6.7. Varios Los propietarios, encargados de ventas o de transporte de ganado deben contar con las Guías sanitarias de origen y Sanidad, cuya expedición será gra- tuita, como se recoge en circular del BOPB Nº 120, 23/06/1944. En cuanto a alimentación, recogemos dos noticias sobre cuajares, en relación a su recolec- ción para la preparación de cuajo industrial, que garantice la materia prima necesaria para su elaboración y conservación en las condiciones apropiadas43. “ Los cuajares deberán ser frescos y proceder exclusivamente de animales que solo se hayan alimentado con leche Se les sacará toda la leche que contienen exprimiéndolos con la mano de arriba abajo A continuación se les lavará interior y exteriormente, debiendo efectuarse el lavado rapidísimamente, para evitar el prolongado contacto del agua con los cuajares. Si no hay agua corriente, es preferible no lavarlos más que exterior- mente Una vez lavados se les atará por el extremo intestinal y se inflarán soplándolos por el otro extremo el cual una vez inflados, se atará con cuida- do para que no haya escape de aire Los cuajares inflados se colgarán en un lugar ventilado y seco, hasta que se sequen completamente Los cuajares una vez secos se desinflarán y empaquetarán para su envío. Este se hará a la siguiente dirección: INSTITUTO DE BIOLOGÍA ANIMAL ”44. Otras noticias encontradas: BOPB Nº 127,03/03/1940. BOPB Nº 129, 07/07/1944. BOPB Nº 66, 05/04/1941.

41 BOPB Nº 142, 24/07/1940.

42 BOPB Nº 31, 13/02/1940.

43 BOPB Nº 51, 11/03/1940.

44 BOPB Nº 92, 13/05/1942.

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VII. Farmacia 7.1. Actividad profesional En la ORDEN de 23 de abril de 1942 se prohíbe el ejercicio simultáneo de las profesiones de Farmacia y Veterinaria por un mismo individuo” Habién- dose suscitado algún incidente con motivo de ejercer una misma persona y en igual localidad las profesiones de Farmacia y Veterinaria simultáneamente, y teniendo en cuenta que la Medicina veterinaria puede considerarse una especialización de la Medicina General se prohíbe el ejercicio simultáneo de las profesiones de Farmacia y Veterinaria ”45. En el BOPB Nº 64, 31/03/1943, se recoge el aumento de sueldos a dependientes y auxiliares de farmacias. En el BOPB Nº 102, 27/05/1942 se da el visto bueno a la solicitud de don José Villafuerte Grueso, alcalde de Malcocinado y el médico del pueblo, don Bernardo Murillo Herrera referida a la creación de un boletín de urgencia en la localidad, argumentando que la farmacia más cercana se encuentra a 15 kiló- metros. Según lo dispuesto en Orden ministerial de 25 de noviembre de 1939, en el BOPB Nº 137, 17/07/1940 se recoge la convocatoria de oposiciones para ingreso en el Cuerpo de Inspectores Farmacéuticos municipales. Los oposito- res deberán ser españoles licenciados o doctores en farmacia, afectos al régi- men, carecer de antecedentes penales y abonar 50 pesetas en conceptos de derechos de oposición. Por la Orden de 31 de julio de 1944, se vuelven a convo- car, esta vez se abonarán 60 pesetas como derechos de examen, el cual consis- tirá en tres ejercicios: escrito, oral y práctico (problemas de análisis clínico o bromatología). El programa se reproduce en el BOPB Nº 152 y 153 del 11/08/ 1944 y BOPB Nº 156, 18/08/1944. Otras noticias encontradas: BOPB Nº 73, 15/04/1944. BOPB Nº 98, 21/05/1940. BOPB Nº 198, 11/10/1940. BOPB Nº 255, 29/12/1943. BOPB Nº 87, 08/05/1944. BOPB Nº 141, 26/07/1944. BOPB Nº 213, 24/10/1944. BOPB Nº 66, 05/04/1940. BOPB Nº 255, 29/12/1943.

45 BOPB Nº 35, 18/02/1941.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1541 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944

7.2. Remedios Respecto a importación y exportación: Por la Orden de 3 de diciembre de 1931 (Gaceta del 4) se dispone que han de ser objeto de examen en el Instituto Técnico de Farmacobiología todos los lotes nuevos importados o fabricados en España46. Por Orden de 12 de julio de 1943, se regula la elaboración, importa- ción y distribución de los medicamentos. Se hace referencia al uso inadecuado de la Betafenil isopropilamina (sustancia de la que derivan las anfetaminas), que se tratará como sustancia estupefaciente. Será dispensada únicamente con receta y se llevará una exacta contabilidad de las existencias. Y por el “DECRE- TO de 28 de julio de 1944 se prorroga por otro año más el de cinco de junio de mil novecientos cuarenta sobre importación de especialidades farmacéu- ticas extranjeras ”47. Se habla de la existencia de casos de efectos adversos con el tratamiento oral de sales de talio para enfrentar la tiña, accidentes que se consideran evita- bles si se hace un uso correcto y bajo vigilancia médica, por ello no se dispen- sarán sin receta48. En el BOPB Nº 90, 10/05/1940, encontramos la publicación de una noti- cia que hace referencia a la estricta regulación de tenencia y empleo de sacarina “ la cantidad de sacarina para usos medicinales que pueden recibir será de dos kilogramos por expedición, no debiendo exceder de cuatro las existen- cias que como máximo, pueden tener dichos establecimientos quedan obli- gadas a llevar una cuenta corriente de la sacarina, que reciban e inviertan en la preparación de medicamentos ”. Por la ORDEN de 9 de octubre de 1944 se reglamentará la fabricación y venta de los jabones medicinales49.

46 BOPB Nº 167, 01/09/1944.

47 BOPB Nº 127, 03/07/1940.

48 BOPB Nº 208, 18/10/1944.

49 BOPB Nº 132, 09/07/1943.

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VIII. MISCELÁNEA 8.1. Baños Encontramos noticias referidas a los balnearios, se hace mención en con- creto de los baños de y del Raposo50.

8.2. Cárceles Por sus especiales características acentuadas por las circunstancias, los establecimientos penitenciarios deben cumplir rigurosamente las normas de profilaxis, tratamiento y estadística de las enfermedades infecto-contagiosas, que se recogen en la Orden de 18 de abril de 1940. Se considera obligatoria la declaración de las enfermedades infectocontagiosas “Sarampión, varioloide, varicela, difteria, escarlatina, meningitis, cerebro espinal epidémica, coqueluche, gripe, parálisis infantil, peste bubónica, encefalitis letárgica, tuberculosis pulmonar, septicemia puerperal, lepra, tracoma, rabia, dengue, fiebre amarilla, cólera morbo asiático, tifus exantemático, viruela, fiebre ti- foidea y disentería bacilar.” Los nuevos reclusos serán aislados hasta pasar un reconocimiento médico y se les aplicará, sin excusa, la vacunación antivariólica y antitífica (TAE), más la antidiftérica si se tratase de reclusas con niños, igualmente serán vacunados los empleados del centro. Cada prisión contará con servicio de despiojamiento. Sólo en caso de situación urgente se planteará su traslado al hospital “tales como apendicitis aguda antes de las doce horas, hernia estrangulada, laparotomía, trepanación craneana y traqueotomía y siempre que en la Prisión no haya medica para practicar tales intervenciones”51.

8.3. Tabacos Las recomendaciones en torno al tabaco giran alrededor del raciona- miento, no se hace referencia a él como hábito nocivo para la salud: “ Se establece la “tarjeta de fumado que le será entregada mediante el abono de una peseta. El expendedor llevará una relación de tarjetas entregadas

50 BOPB Nº 83, 30/04/1940.

51 BOPB Nº 212, 02/11/1940.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 NOTICIAS SANITARIAS PUBLICADAS EN EL BOLETÍN OFICIAL 1543 DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ: 1940-1944 tomando como base su cédula personal y la cartilla de abastecimiento de víveres en que se halle inscrito Se cortará la matriz de la tarjeta que se enviará a la Administración o Representación provincial para la formación del censo de fumadores El fumador una vez en vigor la tarjeta, podrá ad- quirir su ración semanal ”52. Con el Decreto de 4 de junio de 1940 se aprueba la Instrucción reguladora del consumo de tabacos” En atención a las cir- cunstancias creadas por el actual conflicto internacional y con el fin de que la reducción necesaria del gasto de tabaco se distribuya justamente entre todos los consumidores ”53.

8.4. Cementerios. Exhumación y traslación de cadáveres Con la Guerra tan reciente la exhumación y la traslación de cadáveres está a la orden del día. Noticias al respecto: BOPB Nº33, 16/02/1940. BOPB Nº 95, 17/05/1940. BOPB Nº 148, 02/08/1940. DISCUSIÓN A rasgos generales las publicaciones sobre el tema que nos ocupa son prácticamente inexistentes, cómo ya puede leerse en la Tesis Doctoral antece- sora: “Una de las mayores dificultades que hemos encontrado para componer esta discusión es la ausencia de estudios similares sobre cualquiera de los Boletines Oficiales publicados en nuestro país y que nos permita un referente de contraste con el resultado encontrado por otros autores.”51 El marco general de la Sanidad forma parte de un amplio concepto difícil de abordar en toda su expresión. Las noticias revisadas recogen multitud de temas relacionados con la salud pública, lo que nos obliga a escoger concien- zudamente los más relevantes, que suelen ser también a los que con más fre- cuencia se hace referencia en los boletines, para hacer factible su análisis en profundidad. Consideramos los BOPB, aceptable reflejo de la realidad sanitaria de la época, nos aportan una visión de la sanidad de entonces a través de las publicaciones relacionadas dispersas en el periódico, entremezcladas con otras noticias que nos sitúan en el ambiente histórico.

52 BOPB Nº 116, 15/06/1940. 53 PÉREZ TORRALBA, T.: Documentación Sanitaria en el Boletín Oficial de la Provincia (1833-1850). Tesis doctoral. Badajoz. 2000. Inédito.

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CONCLUSIONES El fin de la guerra marca una época de escasez y supone una serie de cambios en todos los ámbitos y la sanidad no es una excepción. Se vislumbra una nueva etapa en materia sanitaria. Los problemas sanitarios se multiplican y los que ya existían antes de la guerra han empeorado. Las autoridades definen los problemas sanitarios y establecen un orden de importancia para finalmente plantear las posibles soluciones. La administración pública, como coordinador central, pretende organizar las bases del espectro sanitario español, mediante la adopción de una serie de principios y normas, cuya difusión en Extremadura se llevará a cabo a través de los boletines oficiales de la provincia. En cualquier caso, el cometido inicial en sanidad del nuevo gobierno de posguerra no será otro que gestionar un sistema de salud que llegue a toda la ciudadanía para poder así garantizar un estado de salubridad mínimo. En el que será primordial establecer unas condiciones higiénicas básicas y donde las enfermedades in- fecciosas tienen un papel protagonista. Se trata de gestionar eficazmente los modestos medios humanos y materiales disponibles. El sistema requiere y de- manda profesionales sanitarios. Hemos sufrido bajas en todos los ámbitos y los sanitarios no son una excepción. Se necesitan profesionales para cubrir la asistencia sanitaria del área. Un punto a destacar es el afán del gobierno por potenciar la natalidad. Por otro lado no hay que olvidar que la región es tradi- cionalmente ganadera y el papel de la veterinaria en la salud pública tiene gran proyección (el número de noticias encuadradas en el apartado de Veterinaria es llamativamente elevado), sobresaliendo especialmente las zoonosis. Y por su- puesto, con mayúsculas la labor de la Beneficencia en estos años, que marca para muchos la diferencia entre subsistir o no.

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FUENTES BOLETINES OFICIALES DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ, AÑOS 1940, 1941, 1942, 1943 Y 1944.

BIBLIOGRAFÍA

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BLANCA

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La transmisión de la medicina popular en la Baja Extremadura

JACINT A LTIMIRAS ROSET1 DIEGO PERAL PACHECO2 JOSÉ RAMÓNVALLEJO VILLALOBOS2 MIGUEL ÁNGEL MARTÍN ALVARADO 2 PERE ROURA POCH1

Grupo de Investigación en Humanidades Médicas. Facultad de Medicina. UEx.

RESUMEN En este trabajo se estudia la transmisión, tanto en origen como su difu- sión, de la medicina popular en la Baja Extremadura. El porcentaje conocido de remedios recibidos es del 87,8%, mientras que se difundieron el 61,7%. La transmisión (origen) conocida de la medicina popular es básicamente oral (86,2%). Aquella se produce dentro de la misma familia (56,6%) y la madre (33,7%) es la figura de mayor transmisión. En cuanto a la difusión de los remedios, los hombres (67,3%) divulgan más que las mujeres (57,3%). La utilización o la eficacia de los remedios populares no influyen en su difusión.

ABSTRACT This study examines the transmission, both in terms of origin and dissemination, of folk medicine in the Baja Extremadura region of Spain. The known percentage of remedies received is 87.8%, whereas 61.7% were disseminated. The known transmission (origin) of folk medicine is basically oral (86.2%). This is produced within the same family (56.6%), and the mother is the major transmitting figure (33.7%). In terms of dissemination of remedies, men (67.3%) disseminate more than women (57.3%). The use or the effectiveness of popular remedies does not influence their dissemination.

1 Unitat d’Epidemiologia Clínica. Hospital General de Vic (Barcelona).

2 Facultad de Medicina (Badajoz). Universidad de Extremadura.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1548 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH

INTRODUCCIÓN La medicina popular es una ciencia que emana de un conocimiento an- cestral [1] y de la sabiduria popular, que es uno de nuestros grandes tesoros. Con la necesidad de curar o mejorar las dolencias y enfermedades, hubo unos primeros acercamientos a los remedios de base empírica. Poco a poco, genera- ción tras generación, hubo un enlace del conocimiento que pasaba de unas gentes a otras. La mayoria de los remedios se transmitían por necesidad de prevenir o curar dolencias y enfermedades. La utilización de plantas medicina- les se pierde en la noche de los tiempos. Hay evidencia confirmada del uso de hierbas de hace 60.000 años del lugar en el entierro de un hombre de Neanderthal descubierto en 1960 en una cueva en Irak, donde fueron encontradas enterra- das con el hombre ocho especies de plantas, siete de las cuales siguen siendo plantas medicinales en la actualidad [2]. Y aunque se han escrito remedios populares desde hace 4.000 años en distintos soportes, no es la forma habitual de transmisión de esta disciplina. La existencia de importantes tratados, como el Dioscórides [3], gran legado escrito y en Extremadura, Sorapán de Rieros mencionando remedios populares contenidos en su aforística [4], no eran obras divulgadas quedando la población al margen de estas obras magnas [3,4] y de su conocimiento. Más tarde, en los siglos XVIII y XIX se elaboraron algunos manuscritos [5-7], tratados [8] y recetarios [9-16], transmisión manuscrita de remedios populares. En la actualidad se van elaborando nuevos catálogos [17], costumarios [18-20] y recetarios [21,22]. Antaño, el arte de sanar era reservado a la figura de los médicos de pueblo, llamados doctores, instalados en grandes pueblos y ciudades. El esca- so contingente de médicos [1], el lento desarrollo de las ciencias médicas, las precarias infraestructuras, la inexistencia de medios de transporte habían ense- ñado a las gentes a sobrevivir y defenderse de las dolencias y las enfermeda- des que les azotaban. Por otro lado, debido al espíritu de sacrificio y lucha, la población resistía y sólo iba al médico [23] cuando las dolencias no desapare- cían, es decir en los casos en que la medicina popular era ineficaz o las enferme- dades eran importantes. Las gentes necesitaban conocer y aprender los reme- dios que tenían a su alcance. Tradicionalmente las personas mayores, princi- palmente mujeres, conocedoras de los remedios, prevenían y curaban dolen- cias, dando atención a la toda la familia y a los vecinos. Con la aparición de las diferentes enfermedades en las distintas estaciones del año se iban necesitan- do remedios específicos. Las gentes debían tener conocimientos del medio que les rodeaba, como las plantas y los animales, así como objetos, oraciones, entre otras. Había una cierta previsión a la hora de preparar los remedios para poder

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TRANSMISIÓN DE LA MEDICINA POPULAR 1549 EN LA BAJA EXTREMADURA disponer de ellos cuando fuere necesario. Esta disciplina, como hemos comen- tado, no ha sido ni es eficaz ante todo tipo de dolencias o enfermedades. Las gentes debían sucumbir frente a las más graves, las más mortíferas, las nuevas enfermedades, las epidemias como la peste y el cólera entre otras, aunque estas fueron enemigas de cualquier tipo de medicina. Desde la antigüedad y hasta mediados del siglo XX, la medicina popular fue de las pocas medicinas vigen- tes [1,24]. Según la Organización Mundial de la Salud [25], en África hasta un 80% de la población utiliza la medicina tradicional para ayudar a satisfacer sus nece- sidades sanitarias; la medicina tradicional incluye, entre otras, terapias con medicación, implicando medicinas con base de hierbas. En la sociedad actual y desde hace algunos años, distintas personas [26]3 sensibles a la medicina popular, se han ido percatando de que la población joven tiene un menor conocimiento sobre remedios populares. Las causas podrían ser varias, entre las que destacarían el desarrollo de la sanidad (univer- salización) con inversión en infraestructuras (consultorios, hospitales...) y per- sonal sanitario, el acceso a este sistema (gratuidad de prestación, atención las 24 h del día y todos los días del año, mejora y creación de carreteras...), la seguridad en los diagnósticos, la eficacia de los tratamientos, por las que la población se va alejando de la medicina popular. En el mundo rural, la medicina popular ha sobrevivido más tiempo, probablemente debido al aislamiento geo- gráfico, las tradiciones, el conocimiento de la naturaleza, la religión y la escasa incursión de la medicina oficial [27]. El conocimiento y el uso de los remedios populares está desapareciendo en la memoria de la gente mayor. La utilidad y el interés por la medicina popular va disminuyendo, y aunque puede que haya en algunos casos, una evocación de los remedios, las nuevas generaciones olvi- dan los remedios por no utilizarlos. Con ello aparece una ruptura de la transmi- sión oral de la medicina popular y nace la necesidad y urgencia [26,28-30], de recoger y transcribir todo el conocimiento de la medicina popular posible, dan- do paso a la transmisión epistolar de la medicina popular. Al menos, de esta forma, se intenta evitar la pérdida irreparable del conocimiento heredado duran-

3 Dr. Joan Vallès en la presentación del libro “Plantes, remeis i cultura popular del Montseny. Etnobotànica d’una Reserva de la Biosfera”. Santa Eulàlia de Ronçana (Barcelona) (2007).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1550 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH te tanto tiempo. Desde hace algunos años, investigadores y grupos de inves- tigadores[31]4, están desarrollando líneas de investigación en este área con el objeto de rescatar la medicina popular del olvido. Otros autores [32] creen necesaria su recuperación como un recuerdo comprensivo del pasado. La medicina popular ha sido objeto de análisis desde hace tiempo por varios autores como el escocés Black [33], más tarde por Castillo de Lucas [34] y actualmente por Kuschick [35]. Desde hace algunos decenios ha habido un trabajo ingente de recopilación de nombres vernáculos de plantas [36-41] o fitónimos y remedios populares, de la mano de botánicos [3,36], etnógrafos [42], folcloristas [43-45], lingüistas [43], entre otros [46,47]. También algunos herbolarios se atrevieron a escribir remedios populares para su divulgación [48]. En algunas zonas geográficas (Andalucía, Cataluña, Extremadura [49- 53], Galicia [54,55]...) ha habido un inicio de estudios populares, desde finales del siglo XIX [56]. Más tarde, debido a los factores señalados que inciden negativamente en la pervivencia de la medicina popular, ha habido otro avance importante de este tipo de estudios, en todas las comunidades autónomas. En Extremadura se han realizado trabajos sobre tradiciones populares [57, entre otros], medicina popular o etnomedicina [58-76] y plantas medicina- les [2,78-83], desde hace tiempo, a lo largo de los siglos XX y XXI, y en distin- tas zonas geográficas (La Calabria [26], La Siberia [26,62], Sierra de Gata [51,52], Tierra de Barros [84], Valle del Jerte [85]...) o municipios como Alburquerque [70,86], Badajoz [87,88], Cáceres [53], Capilla [89], Castuera [90], La Codosera [91,92], Cheles [93], Feria [94], Guadiana del Caudillo [95-97], Llerena [70], Madroñera [98,99], Olivenza [100,101], Pallares [102], Santa Cruz de la Sierra [70], Valdecaballeros [103,104], Valencia de Alcántara [105], [106, 107], [108], Zahínos [109], entre otros. En otros trabajos [91,100,101,110-113] queda reflejada la cultura transfonteriza con Portugal. También se han realizado tres trabajos bibliográficos importantes sobre medicina popular extremeña [38,56,114].

4 GReB: Grup de recerca Biodiversitat i Biosistemàtica Vegetals. Facultat de Farmàcia. Universitat de Barcelona.

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En este artículo se analizan algunos factores relacionados con la transmi- sión oral de la medicina popular, en la actualidad en la Baja Extremadura. La finalidad de este estudio es conocer las características de la transmisión de los remedios y actividades preventivas. Como objetivos de este trabajo pretende- mos conocer el porcentaje de remedios y actividades preventivas transmitidas, la persona o personas que los transmiten en origen y la difusión que se ha realizado de los remedios y actividades preventivas por parte de los encues- tados. La población de Guadiana del Caudillo (Vegas Bajas, Badajoz) ya ha sido objeto de estudio desde el punto de vista de la transmisión de los reme- dios [95].

METODOLOGÍA El marco geográfico y demográfico de este estudio lo situamos en el pueblo de Atalaya, en la comarca de Zafra-Río Bodión, situado en la Baja Extremadura, provincia de Badajoz, cuenta con 339 habitantes5, en un terreno accidentado y a 525 metros sobre el nivel del mar [115,116]. La actividad agraria es la que alcanza mayor importancia (41,8%) respecto a la actividad económica. La actividad dominante, dentro del sector agrario, es la ganadera [115]. Atalaya ya fue objeto de un estudio anterior sobre medicina popular [117] y otro sobre veterinaria popular [118,119]. La medicina popular, definida en nuestro protocolo de investigación [120,121], como el conocimiento o la aplicación de remedios naturales o mági- co-religiosos, dirigidos básicamente a la curación aunque también a la preven- ción, transmitidos fundamentalmente de forma oral. La transmisión oral hace referencia a aquellos conocimientos, actitudes y habilidades que, en general, una generación recibe verbalmente de la genera- ción precedente. La transmisión oral ha sido una forma universal de transmitir y de pervivencia de una cultura que ha tenido el género humano a lo largo de su historia. Antes del desarrollo de la escritura, la transmisión oral fue la única fuente de adquisición de conocimientos que ha tenido la población, puesto

5 Instituto Nacional de Estadística (2007).

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Preguntas del cuestionario [121] que hacen referencia a la transmisión de los remedios o actividades preventivas.

• ¿Quién le ha dicho el remedio? (Persona/Lo ha leído/Lo ha visto en televisión/No sabe) • ¿Dónde le han dicho el remedio? o ¿De dónde era la persona que le ha dicho el remedio? (Municipio/Provincia/No sabe) • ¿Se lo ha contado a alguien? (Sí/No/No sabe)

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La población de estudio han sido todas las personas mayores de 17 años con residencia de derecho en Atalaya. Se ha dispuesto de una relación de las personas objeto de nuestro estudio en la que ha habido un tratamiento confi- dencial de los datos nominales. Se recogieron los datos durante varios dias en los años 2000 y 2002 por varios encuestadores. Los encuestadores recibieron unas instrucciones prácticas verbales sobre la forma de cumplimentar los cues- tionarios. La unidad estadística de análisis es el remedio o la actividad preventiva de una dolencia o enfermedad. Las actividades preventivas también se inclu- yen en el análisis. Aunque para ciertas variables, hemos utilizado como unidad estadística el número de ocasiones, que es el número de veces que ha sido citada la persona de transmisión (origen). Es por esto que queremos constatar que no en todas las tablas, como resumen de los distintos tipos de análisis, coincide el número total de datos. Un remedio o una actividad preventiva pue- de haber sido transmitido en varias ocasiones y por varias personas. Pudiendo haber transmisión escuchada u oída (oral) o leída (epistolar) sólo se analiza la transmisión oral exclusivamente. Puesto que la transmisión oral puede ser escuchada u oída, entendemos que “escuchar” se refiere a un cierto tipo de transmisión oral que va acompañada de cierto interés (recepción activa); en cambio “oir” se referiria a una transmisión oral no buscada o no demandada (recepción pasiva). La transmisión oral puede aparecer como transmisión vertical que es la transmisión de personas de diferentes generaciones. La transmisión vertical suele aparecer como una transmisión descendente, es decir de personas de más edad, y en general con más conocimientos, a personas de menor edad, y con menor conocimiento; en pocas ocasiones será al revés, de transmisión ascendente, es decir de personas de menor edad a personas de mayor edad. La transmisión oral también puede tener un sentido horizontal que es la de gente de más o menos la misma edad, como puede ser entre cónyuges, hermanos, primos, amigos, vecinos, entre otras posibilidades. En los resultados y a continuación de la tabla III, que analiza el género de los informantes (origen) de los encuestados; de la tabla IV, que analiza el núme- ro de informantes (origen); y de la tabla V, que analiza la transmisión familiar de los informantes (origen), figuran una serie de notas metodológicas paralelas a los resultados, para facilitar la comprensión de algunos datos agrupados. Las pruebas estadísticas [127] utilizadas en el análisis descriptivo son el test de la Chi cuadrado y la prueba de Yates (Chi2 corregida). Los intervalos de

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RESULTADOS El número de habitantes de Atalaya mayores de 17 y más años, según el censo electoral del primer semestre del año 2002 , era de 333 personas. El núme- ro de personas encuestadas fue de 174 (52,3%). El número de personas que aportan información sobre remedios y actividades preventivas ha sido de 157 (90,2% del total de encuestados). Se nombraron 1.094 remedios o actividades preventivas, algunos de ellos se hallan repetidos.

A) Transmisión de los remedios o actividades preventivas (origen) El número de remedios o actividades preventivas transmitidas en origen a los encuestados fue de 961. Las formas de transmisión tanto de los remedios como de las actividades preventivas vienen detalladas en la tabla siguiente (Tabla I). Ha habido transmisión oral (943) o escrita (6) en 949 ocasiones (86,7%). En una ocasión la transmisión ha sido mixta, es decir oral y escrita (la hemos consignado sólo como oral). En el 12,1% no disponemos de datos, por lo tanto no sabemos el tipo de transmisión que ha habido. En el 1,1% ha habido trans- misión no reconocida. En un caso no ha habido transmisión, por propia inven- tiva del remedio por parte del encuestado.

TABLA I. FORMAS DE TRANSMISIÓN EN ORIGEN DE LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS A LOS ENCUESTADOS Nº de remedios Porcentaje (%) o actividades preventivas Transmisión (oral o escrita) 949 86,7% Transmisión no reconocida(lo sabe) 12 1,1% Transmisión desconocida 132 12,1% (no sabe/no contesta/no anotado) Sin transmisión (propia inventiva) 1 0,1% Total 1.094 100%

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La transmisión oral a la que hacemos referencia es la de los remedios contra dolencias o enfermedades (947); sólo hay dos prácticas (no remedios) que hacen referencia a actividades preventivas. Toda la transmisión de remedios o actividades preventivas ha sido des- cendente y sólo ha habido un caso de transmisión ascendente (una muchacha ha leído un remedio que transmite a una señora de más edad). La edad deducida de los informantes (origen) de los encuestados (Tabla II) sólo podemos deducirla en 540 ocasiones, lo que representa aproxi- madamente la mitad de las ocasiones (54,2%). La madre, el padre o los padres constituyen el grupo más importante (40,0%). Los abuelos, antiguo/s, gente vieja, mayores, personas mayores y viejos es el segundo grupo más importante (14,0%). El análisis se realiza sobre el número de veces que ha sido citada la persona de transmisión (997).

TABLA II. LA EDAD DEDUCIDA DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Nº de ocasiones Porcentaje (%)

Bisabuelo 1 0,1% Abuelos, antiguo/s, gente vieja, 139 14,0% mayores, personas mayores, viejos... Madre, padre, padres 399 40,0% Muchacha 1 0,1% Edad no deducida 457 45,8

Total 997 100%

El género de los informantes (origen) de los encuestados (Tabla III) sólo podemos deducirla en 587 ocasiones, lo que representa más de la mitad de las ocasiones (58,9%). El género femenino se nombra en 444 ocasiones que repre- senta el 44,5% del total de los transmisores nombrados. Hay que tener en cuenta que desconocemos el género de un importante contingente de transmi- sores (41,1%). La madre se nombra 336 veces (33,7%) y es la figura que transmi- te más remedios o actividades preventivas en medicina popular. El análisis se realiza sobre el número de veces que ha sido citada la persona de transmisión (997).

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TABLA III. EL GÉNERO DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Género Nº de Género Nº de No se femenino ocasiones masculino ocasiones precisa el género Bisabuela 0 Bisabuelo 1 Abuela 57 Abuelo 20 Abuelas 1 Abuelos 0 Madre 336 Padre 82 Esposa 3 Marido 4 Suegra 2 Suegro 2 Mujer 2 Hombre 1 Compañera 0 Compañero 3 Vecina 7 Vecino 8 Vecinas 1 Vecinos 0 Tía 23 Tío 1 Tías 1 Tíos 0 Hermana 1 Hermano 1 Cuñada 2 Cuñado 2 Amiga 1 Amigo 20 Amigas 1 Amigos 11 Señora 0 Señor 4 Profesionales 6 Profesionales 3 (mujeres) (hombres) No preciso No preciso 410

Total (orales) 444 143 410

Notas metodológicas sobre el análisis del género: 1) Aunque la elocuencia o escritura de los plurales sea masculina, como abuelos, mayores, vecinos, viejos, los incluiremos como “no preciso”, puesto que pueden incluir hombres y mujeres. No así, los plurales femeninos. 2) Las elocuencias o escrituras de los plurales se contabilizan una sola vez. 3) Se mencionan a los padres en 20 ocasiones que quedan incluidos en madre y padre, en 20 ocasiones cada uno de ellos. 4) Cuando se menciona a “la mujer” (con artículo determinado), creemos que se refiere a la esposa; lo diferenciamos de “una mujer” (con artículo indeterminado). 5) En el grupo “no preciso” se incluye antiguo, antiguos, casa, conocidos, familia, familiar, familiares, gente, gente del pueblo, gente mayor, mayores, lo ha oído, persona, lo sabe, popular, pueblo, de toda la vida, tradición, tradi- cional y ciertas profesiones (dentista, masajista, médico/médicos).

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Los informantes (origen) de los encuestados, en cuatro ocasiones sigue una sucesión de transmisión oral o epistolar previa. Así, hemos encontrado en tres ocasiones la transmisión oral previa al informante del encuestado y en una ocasión la transmisión epistolar previa al informante del encuestado. El número de personas informantes (origen) de los encuestados figura en la tabla IV. La gran mayoria de remedios o actividades preventivas sólo los transmite, en origen, un individuo (707) que supone el 76,3%.

TABLA IV. LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS TRANSMITIDAS SEGÚN EL NÚMERO DE PERSONAS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Nº de remedios o Porcentaje actividades preventivas (%) Un individuo 707 76,3% Dos individuos 35 3,8% Al menos un individuo 171 18,5% Al menos dos individuos 11 1,2% Al menos tres individuos 2 0,2%

Total 926 100%

Notas metodológicas sobre el análisis del número de personas informantes: 1) El grupo “al menos una per- sona” incluye abuelos, antiguos, casa, conocidos, familia, familiares, gente, gente del pueblo o de otros luga- res, gente mayor, los médicos, monjas, oido, oido en Atalaya, padres, padres/abuelos, personas, personas mayores, pueblo, tías, vecinos y viejos. 2) Cuando aparecen dos respuestas, una concreta y otra ambigua, se elige la respuesta más concreta posible, independientemente se refiera a una o más personas. 3) En el caso de la explicación de más de un informante se elige cronológicamente el más antiguo.

La transmisión familiar (Tabla V) en origen es del 56,7%, mientras que la transmisión no familiar (Tabla V) es del 29,4%. En la transmisión no familiar, las amigas o los amigos transmiten más remedios o actividades preventivas que los compañeros, conocidos o vecinos, a los hombres (11 ocasiones) y a las mujeres (22 ocasiones). En el 13,9% de las transmisiones es desconocido o no precisado.

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TABLA V. TRANSMISIÓN, FAMILIAR O NO, DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Nº de ocasiones Porcentaje (%) Familiar 685 56,7% No familiar 356 29,4% Desconocido o no precisado 168 13,9%

Total 1.209 100%

Notas metodológicas sobre el análisis de la transmisión familiar: 1) En el grupo “familiar” se incluye abuela, abuelo, abuelos, bisabuelo, cuñada, cuñado, esposa, familia, familiares, hermana, hermano, madre, marido, padre, padres, suegra, suegro, tía, tías y tío. 2) En el grupo “no familiar” se incluye amiga, amigas, amigo, amigos, compañera, compañero, hombre, mujer, señor, señora, vecina, vecinas y vecino.

El grado de parentesco de los informantes (origen) respecto a los encuestados se muestra en la tabla VI. Los padres (39,9%) es el mayor grado de parentesco señalado entre los informantes (origen). El análisis se realiza sobre el número de veces que ha sido citada la persona de transmisión (997).

TABLA VI. EL GRADO DE PARENTESCO DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) RESPECTO A LOS ENCUESTADOS

Parentesco Nº de ocasiones Porcentaje (%) Bisabuelos 1 0,1% Abuelos 85 8,6% Padres 398 39,9% Tíos 25 2,5% Suegros 4 0,4% Hermanos 2 0,2% Cónyugues 7 0,7% Primos 0 0% Cuñados 4 0,4% Sin parentesco mencionado 471 47,2%

Total 997 100%

Los epígrafes plurales, aunque se exponen en masculino, incluyen hombres y mujeres.

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En los casos de más de un informante (origen), hemos analizado las aso- ciaciones de éstos que se exponen en la tabla VII. La familia o los familiares es la asociación de informantes (origen) más señalado (40,3%) en estos casos.

TABLA VII. LAS ASOCIACIONES DE INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Asociaciones de informantes (origen) Nº de ocasiones Porcentaje (%) Abuela y madre 11 6,1% Abuelas y padres 1 0,55% Abuelos 6 3,3% Abuelos y padres 1 0,55% Abuelo y padre 7 3,9% Amigas/Amigos 12 6,6% Antiguos 1 0,55% Conocidos 2 1,1% Familia/Familiares 73 40,3% Familia y antiguos 2 1,1% Familiares y padres 3 1,65% Madre y mujer mayor 1 0,55% Madre y padre 13 7,2% Padres y viejos/Padre y gente vieja 3 1,65% Madre y viejos 1 0,55% Madre y tía 13 7,2% Mayores/Personas mayores/Viejos 24 13,3% Médicos 1 0,55% Monjas 1 0,55% Tías 1 0,55% Vecinas y gente mayor 1 0,55% Vecinos 3 1,65%

Total 181 100%

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En cuanto a la procedencia, según la comunidad autónoma y el municipio de los informantes (origen) de los encuestados se detalla en la tabla VIII. La mayoria (87,9%) de las procedencias de los informantes (origen) es la misma comunidad autónoma, Extremadura. Dentro de esta misma comunidad autóno- ma, la misma población de Atalaya es el lugar de donde proceden la mayoría (96,2%) de informantes (origen). De los municipios colindantes con Atalaya, hemos recogido remedios de cuatro de seis de ellos; no hemos recogido ninguna procedencia de los munici- pios de la zona noroeste como son y Burguillos del Cerro.

TABLA VIII. LUGAR DE PROCEDENCIA, COMUNIDAD AUTÓNOMA Y MUNICIPIO, DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

CC.AA. Municipio Nº de remedios Porcentaje (o Provincia) o actividades (%) preventivas

Andalucía Huelva 1 0,1% Jaen 2 0,2% Sevilla 3 0,2% Cataluña Barcelona 1 0,1% Extremadura Atalaya 922 84,8% Jerez de los Caballeros 6 0,6% 9 0,8% Medina de las Torres 1 0,1% El Raposo (La Puebla 2 0,2% de Sancho Pérez) Los Santos de Maimona 3 0,2% Valencia del Ventoso 5 0,5% 5 0,5% Zafra 5 0,5%

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Madrid Madrid 1 0,1% No se 121 11,1% menciona la procedencia Total (procedencias orales) 1.087 100%

No se incluyen los remedios leídos (4), ni novela (2) ni propia inventiva (1).

Sólo se pudo registrar la profesión u oficio de 20 informantes (origen) de los encuestados. La relación de profesiones u oficios y el número de ocasiones viene figurada en la tabla IX. Aunque la profesión u oficio no ha sido una variable objeto de estudio, se mencionan el 2,1% de las profesiones u oficios de los informantes. La mayoría de las profesiones u oficios citados (3/4) se inclu- yen en el mundo sanitario (comadrona, curandero, dentista, farmacéutico, masajista, médico...).

TABLA IX. RELACIÓN DE PROFESIONES U OFICIOS MENCIONADOS DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Profesión u oficio Nº de ocasiones Comadrona 1 Curandera, curandero, semicurandera 4 Dentista 1 Dependienta 1 Farmacéutica 1 Masajista 1 Médico, médicos, médicos especialistas 7 Monjas 1 Pastores 1 Veterinario popular 2 Total20

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El tipo de transmisión, respecto al género de los informantes (origen) de los encuestados, se muestra en la tabla X. La transmisión (origen) conocida más frecuente es la que se refiere de mujer a mujer (25,4%). El hombre recibe más información de remedios o actividades preventivas de una mujer (13,3%) que de otro hombre (6,6%).

TABLA X. TIPO DE TRANSMISIÓN (GÉNERO) DE LOS INFORMANTES (ORIGEN) DE LOS ENCUESTADOS

Informante (origen) a encuestado Nº de ocasiones Porcentaje De género desconocido a hombre 291 25,4% De género desconocido a mujer 262 22,8% De hombre a hombre 76 6,6% De hombre a mujer 75 6,5% De mujer a hombre 153 13,3% De mujer a mujer 291 25,4%

Total 1.148 100%

Respecto a los remedios transmitidos por los informantes (origen) de los encuestados y para un mismo remedio, la madre lo aporta en más ocasiones que el padre, exceptuando el árnica o raíz de árnica (el padre en cinco ocasiones y la madre en tres ocasiones), la raíz de arzolla o raíz de zolla (el padre en once ocasiones y la madre en dos ocasiones); el padre aporta una sóla vez y la madre en ninguna ocasión, los siguientes remedios: aceituna negra, altramuces, ceni- za, cerveza y el sinbúscalo6. La conejera u orejas de conejo es aportada sólo por la figura del padre en dos ocasiones.

6 El simbúscalo [70], sinbúscalo o viernes [70], ooteca de Mantis religiosa, se utiliza como remedio. Tanto en Atalaya como en Valencia del Ventoso [108] el vocablo evocado es sinbúscalo.

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B) Transmisión de los remedios o actividades preventivas (difusión) La transmisión de los remedios o actividades preventivas (difusión) por los propios encuestados (tabla XI) ha tenido lugar en 675 ocasiones, lo que supone el 61,7%. En el 13,7% de las ocasiones no se ha contado, por lo tanto no ha habido transmisión. Hay que resaltar que en el 23,7% de las ocasiones no se ha registrado.

TABLA XI. TRANSMISIÓN DE LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS (DIFUSIÓN) POR LOS PROPIOS ENCUESTADOS

Nº de remedios o actividades Porcentaje (%) preventivas Lo ha contado 675 61,7% No lo ha contado 150 13,7% No sabe/No contesta 10 0,9% No registrado 259 23,7% Total 1.094 100%

Los hombres presentan un mayor porcentaje (67,3%) de difusión de re- medios o actividades preventivas que las mujeres (57,3%) aunque no hay dife- rencias significativas (p>0,5) (Tabla XII).

TABLA XII. TRANSMISIÓN DE LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS (DIFUSIÓN) POR LOS PROPIOS ENCUESTADOS, SEGÚN EL GÉNERO

Difusión No difusión Desconocido Total

Hombres 325 46 112 483 Mujeres 350 108 153 611 Total675 154 265 1.094

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La mayoría de la población (65,6% ± 7,4) transmite todos los remedios o actividades preventivas. Un tercio de la misma (34,4% ± 7,4) ha dejado de transmitir (difusión) algun remedio o alguna actividad, entre los que se hallan 18 hombres y 36 mujeres, no hallando diferencias estadísticas (0,1>p>0,05). En un pequeño porcentaje de la población (8,9% ± 4,5) no ha habido transmisión (difusión) de remedio o actividad. Curiosamente un remedio (eucalipto) se ha difundido precisamente para que no se utilice (dolor de muelas). El remedio menos difundido (9,3%) es la tila. Siete remedios no se han difundido porque los encuestados manifiestan que son remedios conocidos por todos, de entre estos la tila en cuatro ocasiones. Otro remedio (agua caliente con ceniza y eucalipto y arroparse) no se ha difun- dido porque existe un medicamento de farmacia (Sinus). La distribución de los encuestados por grupos de edad decenales, según difunden o no los remedios o actividades preventivas no presenta significa- ción estadística (p>0,5) (Tabla XIII).

TABLA XIII. DISTRIBUCIÓN DE LOS ENCUESTADOS POR GRUPO DE EDAD SEGÚN DIFUNDEN O NO LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS

Nº de encuestados Nº de encuestados Nº total de que difunden que no difunden encuestados

18-29 años 11 8 17 30-39 años 16 5 21 40-49 años 15 11 26 50-59 años 16 7 23 60-69 años 18 7 25 70-79 años 22 11 33 80-89 años 7 5 12 Total103 54 157

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La mayoría de los remedios o actividades preventivas que utilizan o han utilizado los encuestados (71,1%) son difundidos. La utilización de los reme- dios o actividades preventivas según si no ha tenido lugar nunca, tuvo lugar con anterioridad o se está llevando a cabo, no está relacionado estadísticamente con su difusión (p>0,1) (Tabla XIV).

TABLA XIV. DISTRIBUCIÓN DE LOS REMEDIOS O ACTIVIDADES PREVENTIVAS SEGÚN LA VIGENCIA DE SU UTILIZACIÓN Y SU DIFUSIÓN

Utilización Difusión No difusión Desconocido Total Utiliza 216 32 43 291 Utilizó 266 56 65 387 No ha utilizado nunca 127 49 67 243 No contesta 66 13 94 173 Total675 150 269 1.094

La mayoría de los remedios en los que desaparece o mejora la dolencia son transmitidos (69,2%). La eficacia de los remedios, desaparece o mejora la dolencia frente a inocuo o empeora la dolencia, no está relacionado estadísticamente con su difusión (p>0,1) (Tabla XV). Respecto a las dos activi- dades preventivas recogidas, una de ellas se ha difundido y la otra no hay constancia de su difusión.

TABLA XV. DISTRIBUCIÓN DE LOS REMEDIOS SEGÚN EL RESULTADO OBTENIDO SOBRE LA DOLENCIA O ENFERMEDAD POR LOS ENCUESTADOS TRAS LA APLICACIÓN DEL REMEDIO Y SU DIFUSIÓN

Eficacia Difusión No difusión Desconocido Total Desaparece o mejora 573 123 132 828 Otros* 101 27 136 264

Total 674 150 268 1.092

*Otros incluye inocuidad, empeora o no sabe/no contesta. No se incluyen las actividades preventivas al no cuestionar el resultado sobre la salud de los encuestados.

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Sólo nos consta la profesión u oficio de una persona (veterinario) a la que se ha difundido el remedio. Se han recogido 44 remedios mágicos-supersticiosos (4,0%) aunque no se ha recogido ningún remedio religioso. La transmisión (difusión) de los reme- dios mágicos es del 36,4%. Las actividades preventivas recogidas no hacen referencia ni a aspectos mágicos ni supersticiosos ni religiosos.

DISCUSIÓN El trabajo de Atalaya y en general, los de medicina popular, se enfrentan a un doble compromiso: la oralidad, como fuente de información; y la encuesta, como método de recogida [128]. Hay un rechazo a la oralidad como fuente fidedigna para realizar estudios históricos [128]. Desde el punto de vista metodológico, el cuestionario es un instrumento habitual en investigación sa- nitaria y social. En la recogida de datos se recurre a la memoria de los encuestados. Los factores que influyen en la respuesta y cumplimentación del cuestionario dependen del encuestado (memoria [119], lucidez, distensión...) y del encuestador, sin olvidar el tiempo de dedicación entre ambos. Nuestra expe- riencia (com. pers. Altimiras) en un encuestado de Atalaya, el factor distensión, influyó positivamente en la recogida de un mayor número de remedios. Desco- nocemos si la distensión de la entrevista influiria favorablemente en la recogida de datos sobre la transmisión de los remedios, tanto en su origen como en su difusión. El cuestionario [121], previamente diseñado, no se utiliza de la misma forma. El grupo extremeño [31] de investigadores rellena con bastante fidelidad la relación de preguntas. Es una forma de no olvidarse preguntas, que «a priori» podrían considerarse secundarias, como la relativa a la transmisión (origen) del remedio y la difusión realizada. En otros ámbitos geográficos diferente al extre- meño, aun teniendo el cuestionario elaborado, por un lado no se formulan directamente las preguntas sino que dejan al encuestado que explique libre- mente [129,130], conviven con él [131], con tiempo y paciencia [131], poten- ciando la calidez y la espontaneidad [29] y evitando de esta forma la coacción y la inhibición [129]; en otras ocasiones [132], hay tertulia distendida y anota- ción en un cuaderno de campo; y por otro lado, no hay preguntas específicas referidas a la transmisión (origen) y difusión de los remedios [133,136], excepto en el último trabajo sobre el área del Montseny (Cataluña) [30]. Algunos autores [28,30,70,130,131,134-136] utilizan el magnetófono como herramienta de trabajo de campo para registrar las entrevistas, siempre que sea

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TRANSMISIÓN DE LA MEDICINA POPULAR EN 1567 LA BAJA EXTREMADURA posible. La grabadora ofrece ventajas pero también no está exento de inconve- nientes, tanto para los encuestados como para los investigadores. En cuanto a los remedios vegetales se refiere, los nombres populares existentes para las diferentes especies vegetales apuntan la posibilidad de atribuir de forma errónea asociaciones entre nombres vernáculos y nombres científicos, por lo que es necesario recoger las muestras convenientemente y poderlas identificar correctamente [96]. Para ello, seria preciso adaptar los pro- tocolos introduciendo aspectos botánicos que conduzcan a la determinación de las especies [96]. De esta forma se propone modificar el cuestionario actual [96]. La medicina popular sufre un proceso de regresión, tal como coinciden la mayoría de autores [95], en cuanto a la transmisión de los remedios se refiere, como en nuestro caso en el que ha habido un mayor porcentaje de remedios transmitidos en origen que la difusión de los mismos. Es decir que en un poco más de un cuarto de las ocasiones no ha habido una difusión del conocimiento. Además, en casi una cuarta parte de los remedios desconocemos si hubo o no difusión. Teniendo en cuenta esta circunstancia habrá más remedios difundi- dos y por lo tanto la diferencia entre la transmisión en origen y su difusión sería menor. Las personas no son muy generosas y no cuentan todo lo que saben. El despoblamiento [137] o desvinculación [96,138] rural o la creciente urbaniza- ción [33,138], los cambios socioculturales [30,137,139,140], los cambios en la escuela [138], el desarraigo cultural de las jóvenes generaciones [119], el creci- miento de los medios de comunicación [138], la tendencia a una vida cómoda y fácil [98], la actual revolución biológica y sanitaria [141], la expansión de la medicina científica [98,100], la influencia del sistema sanitario [33] con acceso a medicamentos [142] entre otras, provocan un salto generacional que impide la transmisión oral de los remedios [137]. El grado de desaparición de remedios depende de los factores anteriormente mencionados. Por suerte, no se observa una pérdida geográficamente homogénea de los conocimientos de medicina popular [126]. Sin embargo, actualmente se señala [95] y señalamos la vigencia de la medicina popular en áreas rurales. También se apunta en algunas zonas geográficas, como causa de la pérdida de conocimiento de remedios, la no comercialización de plantas medicinales [142]. La transmisión oral todavia se mantiene como la forma de transmisión más importante [30] y supera con creces a otras formas de transmisión que irremediablemente irán ganando terreno, como es la transmisión epistolar, ya sea a través de los habituales libros de medicina en casa [143], como enciclope- dias médicas [144,145], guías médicas populares [146] o libros de tratamientos

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1568 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH con plantas [3,30,147,148] o información escrita en la red internet [92,149-151] sustentada por importantes trabajos de campo y en algunos casos bajo atrac- tivos títulos [152-156]. También los medios de comunicación [30] se hacen eco de algunos remedios y prácticas, como fueron algunos programas que gozaron de gran predicamento y seguimiento de audiencia7. Se han editado series de televisión sobre flora medicinal8. Hoy por hoy, las pequeñas notas sobre reme- dios incluidos en algunas revistas de la llamada «prensa rosa» han encontrado una fidelidad lectora, sobretodo entre las mujeres. Por suerte, ha habido una creciente motivación para realizar trabajos so- bre medicina popular, como lo demuestra el registro de 50 mil trabajos sobre medicina tradicional hallados en Medline en la última década del siglo XX [157]. Se han ido celebrando durante estos últimos años, algunos eventos cien- tíficos9,10,11 para dar a conocer los trabajos realizados y llamar la atención sobre la urgente recuperación de la medicina popular; aunque con la desventaja de una participación discreta, por parte de la población. Otras formas alternativas a la medicina popular van surgiendo en las que se da una transmisión no convencional, tales como la presencia de herbolarios [158], en tiendas o ambulantes en ferias12, favorecen el conocimiento y la venta de plantas y sus virtudes; las prácticas en la enseñanza infantil y primaria (Girona [159,160]...) y secundaria (Badajoz [161], Albacete [162]...) o trabajos de

7 Programas televisivos “La botica de la abuela” y “La botica de Txumari”, conducidos por Txumari Alfaro. 8 Osona en flor. Serie de televisión. La Marxa. Televisió d’Osona (TVO) (2004).

9 I Jornades d’Antropologia de la Medicina. II Col·loqui de l’ICA. Comunicacions. Tarragona. Arxiu d’Etnografia de Catalunya (1982). 10 Seminario Internacional. Seminario de Curaciones y Plantas en las Tradiciones de España y Portugal. Seminario de Curaçôes e Plantas nas Tradiçôes de Espanha e Portugal. Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura. Badajoz (1997). 11 Jornades d’Etnobotànica en llengua catalana.

12 Fira de Sant Ponç, tradicional feria de productos campestres: plantas curativas o medicinales y plantas aromáticas (Barcelona); Fira d’herbes remeieres i productes artesants, Vilanova de Sau (Barcelona); Festa del bolet i les herbes remeieres, Castellterçol (Barcelona); Fira d’herbes, Setcases (Girona); Fira de les herbes, Peratallada (Girona); Fira d’herbes remeieres i aromàtiques, Montseny (Barcelona).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TRANSMISIÓN DE LA MEDICINA POPULAR EN 1569 LA BAJA EXTREMADURA investigación (Porcuna -Jaén-) [163], cursos o cursillos sobre botánica13, botá- nica popular14, plantas medicinales15 o talleres16 dirigidos a todos los públicos, rutas botánicas17, o eventos científicos de aprendizaje sobre preparación de remedios populares18. Ha habido una iniciativa pionera en el marco de un plan comunitario al recoger de forma oral diferentes tipos de remedios populares sobre problemas de salud frecuentes que no precisan de tratamiento médico si se practican los remedios apropiados y también remedios no aconsejables, entre más de un centenar de personas que habitan en un barrio de Barcelona y presentados y divulgados en forma de cuaderno [164]. Se han creado espacios para incluir reservas botánicas [165], jardines botánicos119, arboretum20, algu- nos de ellos incluyen plantas medicinales [166]. También se han creado mu- seos21 o ecomuseos22 destinados al mantenimiento y divulgación de la medici-

13 Cursos de botànica, Sotacingles, Vilanova de Sau (Barcelona). Curset de botànica d’un dia a Vilanova de Sau (Barcelona). 14 Curs de botànica popular, Secció de Geografia i Ciències Naturals, Centre Excursionista de Catalunya. 15 Curs de plantes remeieres, Sant Hilari Sacalm (Girona); Curset d’herbes remeieres, Biblioteca Joan Triadú, Vic (Barcelona); Curs d’Iniciació al coneixement de les herbes remeieres, Cassà de la Selva (Girona); Cursos de Fitoteràpia i Botànica Medicinal, Sotacingles, SL, L’Herbolari de Sau, Vilanova de Sau (Barcelona); Curso de etnobotánica: plantas medicinales, comestibles, mágicas y festivas en las comarcas centrales valencianas. Universitat d’Alacant. 16 Taller artesà d’elaboració de cremes, pomades, ungüents vegetals i medicinals, Vallfogona de Ripollès (Girona); taller d’herbes remeieres, Roda de Ter (Barcelona); taller d’herbes remeieres, Casal de Jubilats de Callús (Barcelona); taller d’herbes remeieres de l’Alta Anoia (Cataluña). 17 Trobada sobre herbes remeieres de la Vall de Muntanyola (Barcelona) (2005); Diada de les herbes remeieres, Vallfogona de Ripollès (Girona) (2006). 18 Primeres Jornades de Remeis Casolans (Girona).

19 Jardins botànics de Vilanova de Sau (Barcelona) y Blanes, Calella de Palafrugell, Olot y Ripoll (Girona) 20 Arborètum de Lleida (Lleida), Manlleu (Barcelona) y Vidrà (Girona).

21 Museu de Les trementinaires, Tuixent (Lleida); Museu Tomàs Balvey, en Cardedeu (Barcelona), dedicado a remedios naturales e hierbas medicinales. 22 Ecomuseu del Moianès, Castellterçol (Barcelona).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1570 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH na popular. La edición de CD-ROM básicamente imágenes que forman parte de nuevos medios de comunicación [167,168]. Otra posible forma de transmisión de la medicina popular es a través de los profesionales que la cultivan (chamanes, curanderos, herbolarios...). La mayoria de las ocasiones son reacios a la enseñanza de esta disciplina entre los pacientes guardando celosamente los secretos curativos (com. pers. Peral y Pineda). En la selva amazónica peruana, el chamán, gran conocedor de hierbas medicinales que vive con el pueblo aislado del exterior aprovecha la escuela para transmitir los conocimientos a los pequeños, preparándoles fórmulas y pócimas y enseñándoles rituales mágicos delante de ellos23. Algunos profesio- nales de la medicina académica [169] lamentan la utilización de ciertos remedios no científicos entre la población. Más recientemente [164,170,171], vemos una cierta utilización de la medicina popular en la académica. La línea de transmisión de padres a hijos es el binomio generacional más preconizado [30,108,130,172], incluso a través de los abuelos24 o la abuela [173]. Los depositarios de los rituales populares fueron principalmente las mujeres [1]. La mujer ha sido la gran transmisora de remedios populares [174]. La mujer, sea la madre, la abuela [23] (agüela [175]) o la suegra [29], han velado por la salud en el hogar [1,29,174], la del marido y la de los hijos. Debemos matizar que la figura de la madre, en las distintas poblaciones pacenses estudiadas (Atala- ya, Valencia del Mombuey [107,108] y Guadiana del Caudillo [95,96]) y con cifras muy parecidas, es la persona más importante de transmisión (origen). Al parecer, la complicidad entre madres e hijas, supone un refuerzo en la transmi- sión [95,96]. Había sido importante la figura de la comadre [175] o madrina [29,176] (com. pers. Altimiras y Orra) o los compadres [29]. En otros casos, como en el cólera, la terapéutica casera no era individual sino que se transmitia de una familia a otra o de un pueblo a otro [177,178]. Entre los hombres, desta- can los pastores [29], por su estrecho contacto con el ganado y el mundo rural. Así en los trabajos sobre veterinaria popular en Zafra [118,119], la persona que más ha transmitido los remedios, es el padre. Respecto a la transmisión familiar (origen) de los remedios, Guadiana del Caudillo [95,96] presenta un porcentaje mayor que en Atalaya. Y en cuanto a la

23 Reportaje emitido por Canal 33 (canal autonómico de televisión).

24 Primera Trobada de Remeis Populars. Ajuntament de Sant Quirze del Vallès, 2006.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TRANSMISIÓN DE LA MEDICINA POPULAR EN 1571 LA BAJA EXTREMADURA transmisión no familiar (origen), mientras que en Atalaya la figura más impor- tante es el amigo, en otros pueblos extremeños como en Guadiana del Caudillo [95,96] son los conocidos o vecinos; en algunas zonas de Cataluña [30] son los vecinos. En el caso de los hombres, se presenta de forma inversa en Atalaya y en Guadiana del Caudillo [95]. En esta última, los compañeros, conocidos o vecinos transmiten más que las amigas o los amigos [95]. La gran mayoría de los remedios transmitidos (origen) proceden de la misma población de Atalaya, recibiendo pues muy poca influencia exterior, de los pueblos colindantes. Hay muy poca influencia de otros municipios u otras comunidades autónomas. Las cifras de Valencia del Mombuey [106,107], aun- que parecidas, superan las cifras de la transmisión (origen) de los remedios en Atalaya. Mientras que en Guadiana del Caudillo [96] hay una menor (menos de la mitad) transmisión (origen) por personas de la misma población. Tal como señalan sus autores, esa última población, al ser un pueblo de colonización, hay más personas procedentes de otras localidades [95]. La profesión u oficio de los informantes (origen) de los encuestados no estaba previsto en los objetivos del presente estudio, por tanto no estaba prevista su recogida. No obstante la información emitida y recogida por los encuestadores nos permite hacer un análisis de los pocos casos registrados. Llama la atención que la mayoria de profesiones u oficios mencionados por los encuestados de los informantes (origen) y registrados por los encuestadores hagan referencia a profesionales del mundo sanitario. La mención de estas profesiones, probablemente es debido a la relación de éstas con la salud y la autoridad que representan [30]. En la población de 18 años, la media de remedios conocidos en Atalaya es la misma que la observada en los estudiantes de medicina de los diferentes años académicos [179]. Los remedios populares utilizados hoy en dia por estu- diantes de medicina [179] son algo distintos de los que utilizaban las anteriores generaciones. El remedio más conocido por los habitantes de Atalaya no coin- cide con el remedio más conocido por los estudiantes [179]. Por lo tanto, la transmisión de éstos (origen) puede que no haya seguido la vía clásica y da pie a pensar que pueden haber sido transmitidos por otras vías (horizontal, episto- lar...) u otros criterios (dolencias más frecuentes...). Sorprendentemente, la mayoria de remedios que no se utilizan ni se han utilizado nunca, son transmitidos (52,3%). Aunque la primera regla de oro de la medicina es la eficacia [138], en nuestro caso no influye en la transmisibilidad. Habrá que buscar otros factores que pudieran estar relacionados con la trans-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1572 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH misión distintos a la utilización y eficacia de los remedios como puede ser la tradición, el estado civil, el grado de parentesco, el grado de sensibilidad sobre estos temas, la confianza en el remedio -la fe popular [98], el grado de receptividad, la petición o el estado de salud de la persona a la que se transmite el remedio, entre otras. La experiencia de los encuestados es primordial a la hora de relatar sus remedios [98]-. El conocimiento que poseen y la aplicación que realizan los encuestados sobre todo en veterinaria popular [98] y etnobotánica ha ido gestando su aplicación hacia la medicina popular. Las respuestas de los encuestados de «lo sabe todo el mundo» denota que los remedios populares van más allá del conocimiento individual y forman parte de la memoria colectiva. Para el rescate de remedios mágico-religiosos es importante la oralidad [180]. En Guadiana del Caudillo [97] re recogieron un poco más de cinco veces de remedios mágico-religiosos que en Atalaya. Algunos remedios mágico-reli- giosos (rezos, leche materna para los ojos) de Guadiana del Caudillo [97] no se transmiten, por lo que hubieran quedado en el olvido. La no recogida de ningún remedio religioso en Atalaya y el desconocimiento de remedios mágico-religio- sos por parte de estudiantes de medicina [179] podría ir relacionado con un defecto de la encuesta, una menor utilización o mayor olvido de este tipo de remedios. Contrasta con la conservación de todas las supersticiones de perso- nas que tienen en torno los cincuenta años de Valdecaballeros legadas por sus padres [104]. La transmisión de las supersticiones a las nuevas generaciones y su posterior conservación ha sufrido un retroceso inversamente proporcional a la edad [104]. Si se hubiera previsto en la encuesta el preguntar por este tipo de remedios, se hubieran recogido algunos de ellos [94]. No ocurrió así en el estudio llevado a cabo en Guadiana del Caudillo [96,97] y Valencia del Ventoso [108] en los que se recogieron diferentes remedios. La población agradeció a las fuerzas divinas y a algunos santos, la liberación de enfermedades graves en la edad media, como fue el azote de la peste, a través de San Sebastián. En algunas zonas aisladas de los médicos, los curas se convertían en profesiona- les de la medicina popular (com. pers. Farràs). Por el contrario y más reciente- mente, algunos curas consiguieron que desaparecieran, a pesar de las resisten- cias de la propia población, las supersticiones de algunas zonas geográficas [181]. En la veterinaria popular en la comarca de Zafra [119], respecto a otras áreas geográficas, se halló un menor número de remedios mágicos. Se podía haber profundizado en la transmisión de los remedios, recaban- do información sobre las características de los informantes (origen) de los

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TRANSMISIÓN DE LA MEDICINA POPULAR EN 1573 LA BAJA EXTREMADURA remedios de los propios encuestados, el momento de la transmisión25 y las características de las personas (edad, género, profesión...) a las que se difun- dieron los remedios, incluyendo otras preguntas específicas en el cuestionario de recogida de datos. El modelo de cuestionario sobre medicina popular [121] utilizado por distintos investigadores [96,107] no ha sido modificado desde su creación, permitiendo de esta forma una mejor comparación entre las diferentes investigaciones realizadas.

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25 Información escrita en paneles en el Museu de les trementinaires en Tuixent (Lleida).

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Agradecimientos A las personas que componen el grupo de investigación en Medicina Popular de la Universidad de Extremadura, por la ayuda recibida. Queremos agradecer la ayuda prestada de la Unitat d’Epidemiologia Clínica del Hospi- tal General de Vic (Barcelona) y de las bibliotecas Bartolomé J Gallardo (Badajoz) y «Joan Triadú» de Vic (Barcelona). Y como no, agradecemos muy sinceramen- te el apoyo constante y los comentarios de una persona anónima, que sin duda han contribuido a mejorar la calidad del presente artículo

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1588 J. ALTIMIRAS ROSET, D. PERAL PACHECO, J. R.VALLEJO VILLALOBOS, M. Á. MARTÍN A LVARADO Y P. ROURA POCH

BLANCA

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.589-1.610 1589

La tuberculosis en Almendralejo en el siglo XIX

MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ1 DIEGO PERAL PACHECO2 Grupo de Investigación en Humanidades Médicas. Facultad de Medicina. UEx.

RESUMEN La tuberculosis, verdadero azote de la humanidad durante siglos, es el gran padecimiento del siglo XIX. La mortalidad por tuberculosis ha estado siempre muy influida por una serie de condicionantes socioeconómicos, indus- triales e higiénicos. Transmitida principalmente por vía aérea, el contacto ínti- mo y mantenido, el hacinamiento en habitaciones mal ventiladas, la deficiente alimentación y la vida miserable de buena parte de la población local, fueron el factor fundamental en la alta mortalidad de esta enfermedad infecciosa. La fácil difusión del bacilo tuberculoso, el Mycobacterium, hacen de la tuberculosis el prototipo de infección crónica, que incidió de manera cruel entre los adultos jóvenes de Almendralejo, que antes de la introducción de la terapéutica antimicrobiana tenía un carácter netamente mortal.

SUMMARY Tuberculosis, the real scourge of the humanity for centuries, is the great suffering of the XIXth century, Mortality because of tuberculosis has always been influenced by a series of socio-economic, industrial and hygienic determinants. Transmitted mainly via air, the overcrowding in badly ventilated rooms, a poor diet and the miserable life of a big part of the local population were fundamental factors on the high mortality caused by this infectious disease. The easy dissemination of the tubercle bacillus, Mycobacterium, makes tuberculosis the prototype of a chronic infection, which influenced, in a cruel way, among the young adults of Almendralejo that, before the introduction of the antimicrobial therapy, had a cleary mortal characteristic.

1 Doctor en Medicina. Médico de Familia perteneciente al Centro de Salud “Zafra I” de Zafra (Badajoz). 2 Doctor en Medicina. Profesor de Biblioteconomía de la Universidad de Extremadura (Badajoz).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1590 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO

INTRODUCCIÓN Poco más de un siglo después que fuera decretada su declaración obliga- toria como enfermedad y algo más de una década de que fuera identificada como una emergencia de la salud mundial, la tuberculosis sigue siendo en la actualidad un grave problema de Salud Pública, una de las principales infeccio- nes causante de la muerte en adultos, incluso en países desarrollados. Cerca de un tercio de la población mundial, o dos mil millones de personas, son portado- res la bacteria tuberculosa, a pesar de que la mayoría nunca la desarrollará en su forma activa. La enfermedad ha ido aumentando desde la década de 1980, en especial en el Sureste de Asia y el África Subsahariana. En gran medida, el resurgimiento de la tuberculosis se debe a la pandemia del VIH/SIDA, en espe- cial en África, donde el virus de la inmunodeficiencia humana adquirida (VIH) constituye el factor principal de aumento de la tuberculosis. En el mundo, se estima que un tercio de los casi 40 millones de personas que viven con VIH/ SIDA están, a su vez, infectados con el bacilo tuberculoso. El surgimiento de un tipo de tuberculosis resistente a los fármacos, particularmente en ámbitos donde hay numerosos pacientes que también padecen VIH, representa una seria amenaza para el control de aquélla y confirma la necesidad de fortalecer los esfuerzos destinados a la prevención y el tratamiento. Alguien ha dicho que de todos los millones de especies de organismos vivos de la tierra, existen dos sobre los que la literatura es más abundante: el hombre y el bacilo de Koch3. Por consiguiente, no va ser fácil condensar en pocas líneas la importancia de la tuberculosis. La tuberculosis es una enferme- dad cuya presencia ha sido constante en la historia de la humanidad. Su memo- ria es tan remota y tan larga, que su presencia puede testificarse con claridad en muchos de los restos humanos procedentes del Neolítico4 y es posible seguir su rastro en momias egipcias, en los escritos del Antiguo Testamento, en los textos clásicos de Hipócrates (siglo V a. de C.), así como en innumerables testimonios históricos a través de las curas por el llamado “toque real”5. El

3 Citado en BURNET, M. y WHITE, D. O.: “Historia natural de la enfermedad infecciosa”. Alianza Universal. Madrid. 1982, p. 269. 4 CAMPILLO, D.: “Paleopatología”. Colección Histórica de Ciencias de la Salud nº 4. Barcelona. Fundación Uriach. 1993, p. 83. 5 El Rey de Francia, Enrique IV, que si bien no fue tuberculoso pero merecía serlo por sus escasos hábitos de higiene ya que olía a ajo a la distancia, tocaba las pústulas escrofulosas de los tuberculosos ganglionares, los que por centenas concurrían al palacio real el día señalado y recibían el toque con las palabras sacramentales “el rey te toca, Dios te cura”.

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médico de Cos, es el primero en emplear el término “phtisis” para definir a la forma pulmonar de esta enfermedad que, a partir de un absceso en el pulmón, termina “consumiendo” la vida de los jóvenes afectados6. Hipócrates -imposi- ble dejar de citarlo- contribuyó enormemente al conocimiento de esta enferme- dad, de forma que hasta nuestros días nos han llegado sus alcances semiológicos al describir “la facies hipocrática”, “el temperamento héctico”, la fiebre vesper- tina o “fiebre héctica”7. Al finalizar la Revolución Francesa, el médico Xavier Bichat (1771-1802), creador de la Patología General, sucumbía víctima de la meningitis tuberculosa. Luego, ya en pleno siglo XIX, encontramos la figura de Teófilo Jacinto Laënnec (1781-1826), el más ilustre de los clínicos de la tisiología que también moriría de tuberculosis pagando con la vida, su afán de estudio de la enfermedad; fue el padre de la auscultación mediata por intermedio del este- toscopio. Creó el método anatomo-clínico según el cual comprobaba en el cadáver los hallazgos auscultatorios en vida. Y así, examinando numerosos tuberculosos en el Hospital Necker, pudo describir la variedad de soplos pulmonares y los diferentes tipos de estertores. Todo este trabajo lo llevó a la muerte en plena juventud en 1826. Aunque es la responsable de una cuarta parte de las muertes de perso- nas adultas en Europa durante los siglos XVII y XVIII, la explosión epidemiológica de la tuberculosis va a producirse de forma paralela a la primera revolución industrial del siglo XIX. Referirnos a esta centuria nos conduce inevitablemente hablar de la tuberculosis. La tuberculosis es la enfermedad que mejor refleja la mentalidad de la época8. Las condiciones de habitabilidad de los ciudadanos favorecen el crecimiento de la misma. La población vive en condi- ciones de insalubridad, pues apenas ha cambiado el hábitat de siglos anterio- res y los vecinos viven en habitaciones excesivamente pequeñas, mal ventila-

6 En realidad los antiguos utilizaban el vocablo griego “phisis” para designar el aniquilamiento llevado hasta la consunción, cualquiera que fuese la causa orgánica de la misma. 7 En el siglo XIX, e incluso a principios del siglo XX, la enfermedad era denominaba consunción. Sin embargo, en el siglo XVII, el anatomopatólogo francés Jacques Dubois Sylvius había utilizado por primera vez el término “tubérculo” para describir las lesiones nodulares descubiertas en los pulmones de las personas fallecidas a causa de la enfermedad que consume. 8 SENDRAIL, M.: Civilisation et maladies. Paris. 1948, p. 24.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1592 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO das y sin sol. La ausencia de toda higiene, tanto individual como colectiva, aña- de los daños que causa a las condiciones físicas deplorables de la población. Aunque el origen de la enfermedad era desconocido y muy discutido, no será hasta finales del siglo XIX cuando se logre un buen conocimiento de esta enfermedad. En la sesión celebrada el 24 de Marzo de 1882, el científico alemán Robert Koch anunció a la Sociedad Fisiológica de Berlín el descubrimiento del germen causal de la enfermedad, el Mycobacterium tuberculosis y posterior- mente, en 1890, un proteína a la que llamó tuberculina9. Sin embargo, a pesar de estos descubrimientos, los avances terapéuticos fueron lentos y no se recono- ció un remedio verdaderamente eficaz hasta bien entrado el siglo XX, cuando en 1944 el ucraniano Selman A. Waksmann, sintetizó la estreptomicina “primer medicamento capaz de actuar directamente contra el bacilo tuberculoso”10. Con anterioridad, durante el reinado de Alfonso XIII, que no conoció a su padre por culpa de la tuberculosis, se dedicaron numerosos esfuerzos institucionales a la lucha contra esta enfermedad mediante la creación de la “Liga Nacional contra la tuberculosis y socorro a los tísicos pobres”, la “Asociación Antituberculosa” y los “Dispensarios antituberculosos” que, lamentablemente, no tendrán re- percusión en nuestra localidad hasta la segunda década del siglo XX.

ESTADÍSTICAS SANITARIAS En Almendralejo, durante el ochocientos, casi mil quinientas per- sonas murieron víctima de la tuberculosis11. Aunque con anterioridad, en el siglo XVIII, el diagnóstico de “tisis” aparece anotado excepcionalmente en algunas defunciones almendralejenses, no será hasta 1828, cuando comienza a registrarse el verdadero incremento en la aparición de los mismos, a medida que en las partidas de defunción se asientan las causas del fallecimiento. De todas formas, creemos que estas cifras no son muy exactas por insuficientes y deben

9 Aún más tarde se utilizó la Cutirreacción de Von Pirquet y los Rayos X que permitieron confirmar los datos exploratorios obtenidos mediante la auscultación y, aunque desconocemos desde cuando se utilizaron estas reacciones, no cabe duda que los diagnósticos fueron cada vez más precisos. 10 WINAU, R.: “Ascensión y crisis de la medicina moderna: 1900-1945”, en Crónica de la Medicina. Tomo II. Plaza&Janés Editores, S.A. 1986, p. 474. 11 AMADOR FERNÁNDEZ, M. A.: “La Salud Pública y la Medicina en Almendralejo en el siglo XIX”. Tesis Doctoral inédita, pp. 382-398. Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura. Badajoz, 2006.

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ser tenidas en cuenta con ciertas reservas por el frecuente subregistro de esta enfermedad como causa de muerte12. Al revisar los diagnósticos de las causas de muerte en nuestra localidad, encontramos numerosos términos que podrían enmascarar esta enfermedad. Expresiones como enfermedad interna y algunos relacionados con las afecciones respiratorias crónicas, como el catarro pulmonar, dolor de costado o la hemoptisis, y algunas otras enfermedades infecciosas, son ejemplos de ellos13. Como podemos comprobar en el Cuadro 1, en Almendralejo, el valor pro- medio de la tasa bruta de mortalidad para el quinquenio 1871-1875 es el 1,5 ‰, mientras que para el lustro 1891-1895 el dato encontrado es ligeramente más alto, el 1,7 ‰14. Sin embargo, estos valores registrados son menores que los de la media española. En 1915, Román García Durán desde su condición de Jefe Provincial de Sanidad de Valladolid, al comentar las altas cifras de mortalidad vallisoletana por tuberculosis asegura que son menores que las reales. Entre otras razones, argumenta la dificultad para poder efectuar un diagnóstico dife- rencial de los cuadros clínicos de tuberculosis con otras enfermedades como pleuritis, bronquitis crónicas, neumonías y congestión pulmonar, amén de otros cuadros de localización no respiratoria como meningitis, peritonitis y enteritis, con lo cual muchas de las afecciones de origen tuberculoso no figuraban como tales. Por otra parte, existen igualmente otras patologías que “ aceleran la

12 LENDERMAN, S.: “La répartition de décès de cause “indéterminée”. Revue de l’Institut Internacional de Stadistique, 1955, Vol. 23, nº 1-3. Relativo a Francia, este autor pone manifiesto que en 1925, las causas de muertes por “Mortalidad Mal Especificadas” suponen un 12 % de tuberculosis y en las incluidas dentro de “Senilidad”, un 16 % son tuberculosis. De igual manera estos datos pueden ratificarse en BIRABEN, J. N.: “La tuberculose et la disimulation des causes de décès”, p. 184-198, en BARDET y otros: Peurs et terreurs face à la contagion. Editorial Fayard, Paris. 1988. 13 Dr. FABRE: Diccionario de los diccionarios de medicina franceses y extranjeros, o Tratado completo de Medicina y Cirugía prácticos. Tomo VIII. Imprenta y Estereotipia Española de los Señores Nieto y Cía. Madrid. 1866, p. 124. La hemoptisis es un síntoma que “ sin ser constante está unido las más veces a la existencia de tubérculos pulmonares; desde que aparece una hemoptisis, debe temerse, en general, que vaya seguida de todos los fenómenos funcionales de la tisis; pero felizmente no sucede siempre, pues se encuentran personas que han expectorado muchas veces sangre sin que haya sobrevenido la tisis”. 14 En los primeros años del siglo XX, el valor es incluso algo más elevado, el 1,9 ‰.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1594 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO muerte de los tuberculosos (grippe, pneumonía, congestión pulmonar, etc.)”, siendo estas últimas las que aparecen en los certificados de defunción15.

CUADRO 1 Tasas brutas de mortalidad (‰) comparada para la Tuberculosis en el siglo XIX

Período Almendralejo Valladolid España 1871-1875 1,5 - 2,3 1881-1885 1,8 6,9 2,3 1891-1895 1,7 5,3 2,2

Fuentes: Almendralejo: A.P.A.: Libros de Difuntos, 1871-1895. Valladolid: GARCÍA DURÁN, R. (1914). España: VILLAR SALINAS, R. (1947)

De acuerdo con la evolución experimentada por los valores y tasas na- cionales, el descenso de la tasa bruta de mortalidad tiene lugar a partir de la primera década del siglo XX16. Es en estos años cuando comienza a fraguarse la lucha institucional contra la tuberculosis17. En el año 1901 es decretada la de- claración obligatoria de la enfermedad y en 1903 se funda la Asociación

15 GARCÍA DURÁN, R.: “Estadística de mortalidad general y especial por tuberculosis registrada en Valladolid durante 1880 a 1914 (Segundo Congreso Español Internacional de Tuberculosis, Valladolid, 1914)”, en RIERA PALMERO, J.: Epidemiología y medicina social vallisoletana. La obra de Román G. Durán. Universidad de Valladolid, Acta Histórico-Médica vallisoletana, 30. Valladolid, 1990. Otra de las razones pudiera ser la ocultación voluntaria del diagnóstico de tuberculosis por parte del médico, obligado por múltiples consideraciones a “disfrazar el verdadero nombre”, con lo cual hay cambios deliberados de diagnóstico. 16 VILLAR SALINAS, R.: “Evolución de la mortalidad por tuberculosis en Santander”. Revista de Sanidad e Higiene Pública, 21, 1947, pp. 655-677. 17 BÁGUENA CERVELLERA, M. J.: “La incidencia de la lucha antituberculosa en la mortalidad de la población valenciana (1882-1914)”. II Congreso de la ADEH, Alicante, Tomo V. 1991. (Bernabeu, Coord.), pp. 193-199.

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Antituberculosa Española, de la que partirán las futuras ligas provinciales y locales contra la tuberculosis, pero cuyos efectos aún tardarán en hacerse sentir18. A través de la tos, la enfermedad es trasmitida habitualmente por la diseminación a través del aire de pequeñas gotas respiratorias producidas por los pacientes con tuberculosis pulmonar infecciosa19. “La tuberculosis es una enfermedad que viene a ser como una especie de sedimento social que recoge en los organismos empobrecidos por mil circuns- tancias una causa de enfermedad, la cual viene a ser a la postre, la condensa- ción de un estado de pobreza”20. Con este tipo de intervenciones se planteaba en el Senado Español el debate sobre la tuberculosis21. Manifestaciones que sobre todo, en el último tercio del XIX y principios del XX, mantuvieron en diferentes colectivos del país, una agria polémica social sobre los terribles efectos de la tuberculosis en los sectores más deprimidos de la población22.

18 BARDET y otros: Peurs et terreurs face à la contagion. Editorial Fayard, Paris. 1988, p. 381. Según este autor, las campañas antituberculosas implicaron a toda la nación por el gran número de enfermos y por la cuantía de las inversiones necesarias y prefiguraban el futuro de la Seguridad Social al desarrollar la solidaridad y el derecho a la protección médica. De forma similar puede confirmarse en Italia, según COSMACINI, G.; De FILIPPIS, M. y SANSEVERINO, P.: La peste bianca. Milano e la lotta antitubercolare (1882-1945). Editorial Franco Angeli. Milán. 2004, pp. 38-42. 19 RAVIGLIONE, M. C. y O’BRIEN, R. J.: “Tuberculosis”, en Harrison, Principios de Medicina Interna. Vol. I, 14ª Edición. Editorial McGraw-Hill-Interamericana. Madrid. 1998, p. 1150. 20 Informe del Dr. Pulido ante el Senado Español en la sesión del 24 de junio de 1903 (citado por RICARDO REVENGA: La muerte en España. Editorial de Madrid. 1904, p. 133). 21 Como ejemplos pueden señalarse diferentes escritos: HERGUETA, S.: Circunstancias que favorecen el desarrollo de las enfermedades del pecho en Madrid. Madrid. 1895; GUERRA Y CORTÉS, S.: “La tuberculosis del proletariado en Madrid”. Madrid. 1903. Por otra parte, la “Liga Nacional contra la tuberculosis y Socorro a lo tísicos Pobres” (1899), la “Asociación antituberculosa” (1903) y la “Comisión permanente contra la tuberculosis” (1906), no son más que pequeñas muestras del clima de preocupación existente en el país y que se anticipó en muchos años a las medidas específicamente legislativas. 22 CHAPMAN, J. S. y DYERY, M. D.: “Social and other familial factors in intrafamilial transmisión of tuberculosis”. Aur. Rev. Dis., 90, 1964; pp. 48-60.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1596 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO

La mejora de las condiciones de vida de la población, sobre todo en sus condiciones alimenticias, y el posterior apoyo institucional en la lucha contra la enfermedad durante el siglo XX fueron determinantes en la disminución de las tasas brutas de mortalidad. De todos los fallecimientos por tuberculosis regis- trados en Almendralejo durante el siglo XIX, casi el 94 % eran jornaleros, obre- ros o hijos de éstos. Sin embargo, también uno de nuestros Médicos Titulares más queridos, el almendralejense, Francisco Romero Marzulo (1833-1869), fue víctima de la enfermedad apenas cumplido los 36 años de edad23. Desde su consulta de la calle del Pilar, reconoce que el tratamiento de la misma es prácti- camente inexistente. La principal cura propuesta por la época consistía en un clima suave y soleado, únicamente al alcance de la nobleza. La tuberculosis es el mejor ejemplo de infección crónica24. Sin embargo, a pesar de su cronicidad y de la lentitud de sus síntomas, incide esencialmente en adultos jóvenes. Los mayores porcentajes reconocidos ocurren en fallecidos cuyas edades se encuentran comprendidas entre los 15 y 24 años -423 regis- tros, el 31,7 %- y los 25 y 34 años -321 registros, el 24,2 %-. Desde aquí se inicia un lento retroceso en el número de casos, de tal forma que más del 55 % de los difuntos tenían una edad comprendida entre los 15 y 34 años y que más del 90 % de los mismos se desarrollan en personas que no han cumplido los 50 años de edad (Gráfico 1).

23 Archivo Parroquial de Almendralejo (en adelante A.P.A.): Libro de Difuntos nº 22 (1874-1875). 24-IX-1874, p. 162. 24 BURNET, M. y WHITE, D. O. (1982), p. 268. Comparativamente con el bacilo difté- rico o el de la fiebre tifoidea, el bacilo de Koch es un germen muy inactivo. Mientras que el bacilo tífico tarda media hora en doblar su tamaño original, el Mycobaterium tubercu- losis invierte aproximadamente un día en terminar este proceso. Lógicamente este hecho condicionará la lentitud de la aparición de sus síntomas.

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GRÁFICO 1

Distribución de la mortalidad por edades de fallecidos por causa de la Tuberculosis en Almendralejo durante el siglo XIX







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Fuente: A.P.A.: Libros de Difuntos, 1801-1900

Por otra parte, la localización de la enfermedad tiene también un cierto reparto por edades: en los párvulos la tuberculosis peritoneal y la tuberculosis meníngea son más frecuentes; la tuberculosis generalizada, las diferentes for- mas orgánicas y, s obre todo, la tuberculosis pulmonar predominan en las eda- des adultas. Además, pueden hacerse algunas puntualizaciones respecto de esta dis- tribución por edades cuando el total de casos encontrados es analizado en los tres últimos cuartos de siglo en los que se disponen de datos referentes a la edad de los fallecidos. En cualquiera de los tres períodos, la distribución de la curva de mortalidad sigue parámetros similares, con una mayor participación

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1598 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO de casos encontrados entre los 15 y 24 años de edad, pero con unos datos porcentuales que varían significativamente de unas etapas a otras25. Para el período de 1876-1900, coincidiendo con un mayor desarrollo local y comarcal, aunque el número de casos diagnosticados fue mayor, sin embargo, se registra una notable tendencia a igualarse los porcentajes encontrados entre los dife- rentes grupos de edad (Cuadro 2 y Gráfico 2). Con toda probabilidad, este hecho fue debido a la mejora en los niveles de vida de la población durante esta época. Fundamentalmente la clase trabajadora comía más y mejor y las casas mejor acondicionadas gozaron de niveles de higiene más elevados. Respecto de la mortalidad estacional, ésta es bastante similar entre to- dos los meses del año, aunque superior en los meses del invierno y de la primavera -822 casos, el 55,9 %-, como desde siempre se había reconocido. En realidad lo que los datos ponen de manifiesto es la influencia que en desarrollo de la tuberculosis pulmonar tienen la convivencia en lugares cerrados y poco ventilados típicas de los meses fríos, unida a la carencia de trabajos asalariados en el campo y a una alimentación insuficiente, principalmente en las edades infantiles y juveniles. Todo ello unido a la continua ineficacia de los métodos puestos sucesivamente en uso hacía de ésta una enfermedad temida:

“Si hay algún medio de combatir la disposición a los tubérculos, a la tisis pulmonar, que tantos estragos hace en las clases pobres y mal nutridas de nuestras grandes poblaciones, es a no dudarlo y en toda edad la alimen- tación abundante y sustanciosa. Las privaciones no se han hecho para la infancia”26.

25 LARA GARCÍA, L.: “La tuberculosis como problema de salud”, en Martínez Navarro y colaboradores: Salud pública. McGraw-Hill-Interamericana. Madrid, 1999, p. 738. Aunque la capacidad de transmisión tuberculosa no es muy elevada, se puede hablar que, en conjunto, la infección no llega a producirse ni en el 50 % de los expuestos, la edad de expuesto es un factor determinante, siendo máximo el riesgo de infección hasta los 4 años, disminuyendo entre los 5 y la pubertad, y siendo muy reducido a partir de los 25 años. 26 DONNÉ, M.: Consejos a las madres. (Traducido de la cuarta edición por D. José Alonso y Rodríguez). Imprenta de D. C. Frontaura, Madrid. 1870, p. 150.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TUBERCULOSIS EN A LMENDRALEJO EN EL SIGLO XIX 1599

El total de diagnósticos aparece reflejado en el Cuadro 3. El bacilo de Koch, tanto en su forma humana como bovina pueden afectar al hombre, aun- que en nuestro medio, las infecciones pulmonares por el bacilo humano de la tuberculosis son predominantes como podemos apreciar. La tuberculosis hu- mana por bacilo bovis, aunque infrecuente, ocasionó un buen número de casos de tuberculosis abdominal. Trasmitido por vía oral, al ingerir leche contamina- da, aparece bajo la habitual denominación de “tabes mesentérica”27. Actual- mente, como consecuencia del consumo casi general de leche pasteurizada, estas infecciones han desaparecido. En nuestro medio esta forma de tuberculo- sis es típica de la juventud, de manera que la edad promedio de aparición de la tabes mesentérica es de 15 años, mientras que la edad media para el total de las infecciones tuberculosas es de 30 años.

27 BOUCHUT, E. y DESPRES, A.: Diccionario de Medicina y Terapéutica Médica y Quirúrgica. Editorial de Carlos Bailly-Bailliere. Madrid. 1878, p.1.449. “La existencia en el vientre de tumores formados por la degeneración tuberculosa de los ganglios linfá- ticos mesentéricos, constituye la tabes mesentérica [ ]. Es una enfermedad incurable y mortal [ ], producida por la perforación del intestino [ ]. En algunos casos la muerte se verifica principalmente por efectos de tubérculos pulmonares consecutivos, o por defecto de la extenuación en su más alto grado de desarrollo”.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1600 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO

CUADRO 2

Distribución de la mortalidad por edades de fallecidos por causa de la Tuberculosis en Almendralejo durante el siglo XIX

1826-1850 1851-1875 1876-1900 Edad (Años) Nº % Nº % Nº % < 1 - - 1 0,3 4 0,6 1-3 3 0,9 5 1,3 10 1,5 4-7 1 0,5 5 1,3 11 1,7 8-14 36 12,2 29 7,3 28 4,4 15-24 101 34,2 162 40,4 158 24,9 25-34 71 24,3 101 25,2 149 23,5 35-44 49 16,7 58 14,6 136 21,4 45-54 25 8,6 28 7,0 76 11,9 55-64 4 1,4 9 2,3 48 7,5 65-74 4 1,4 1 0,3 13 2,1 75-84 - - - - 1 0,2 85-94 - - - - 1 0,2 > 94 ------Totales 294 100,0 399 100,0 635 100,0

Fuente: A.P.A.: Libros de Difuntos, 1801-1900

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GRÁFICO 2 Evolución de la mortalidad por edades de fallecidos por causa de la Tuberculosis en Almendralejo durante los últimos tercios del siglo XIX

     



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Fuente: A.P.A.: Libros de Difuntos, 1801-1900.

Aunque los términos “tisis” y “tuberculosis” coexisten pacíficamente durante buen parte del siglo XIX, la calificación de “tisis pulmonar” como causa de muerte es el término más frecuentemente encontrado y no será sino muy lentamente sustituido por el de “tuberculosis pulmonar”, empleado por primera vez en nuestra localidad en 1862 por el médico local, Guillermo García Fernández28. La enfermedad producida por la inhalación del bacilo tuberculoso

28 Ya en el siglo XVII -pródigo en trabajos sobre la tisis o mejor aún sobre la escrófula, ya que en aquel entonces se consideraba una enfermedad similar a la tisis-, R. Morton, en su libro Phtisiologia, sui exercitationes de phitis, crea el término “tuberculosis pulmonar” y pretende consagrar el nombre moderno para sustituir el antiguo de tisis. Pretensión que no pasa del intento. Puede consultarse Diccionario Español de Textos Médicos Anti- guos. Tomo II, dirigido por Mª Teresa Herrera. Editorial Arco/Libros, S. L. Madrid, 1996, p. 1.556.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1602 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO produce una infección pulmonar inespecífica desencadenante de una respues- ta inmunitaria, que en el 90 % de los infectados es suficiente para impedir el desarrollo de esta primoinfección29. Por tanto, todas aquellas circunstancias socioeconómicas que atenúan o disminuyen la respuesta inmunológica, pue- den influir en el desarrollo de la enfermedad30.

29 La respuesta inmunitaria se manifiesta por la aparición de una reacción tuberculín- positiva (técnica de de la cutirreacción de Von Pirquet; reacción de Mendel-Mantoux). Para prevenir la tuberculosis intestinal en los lactantes tenía gran predicamento la vacuna de B.C.G., administrada por vía oral. En varios estudios se puso de manifiesto que los niños vacunados con B.C.G. resistían mejor que los no vacunados a otras enfermedades como el sarampión o la gripe, así como otras afecciones gastrointestinales. 30 SÁENZ GONZÁLEZ, M. C. y GÓMEZ GARCÍA, A. C.: “Tuberculosis”, en Medicina Preventiva. 9ª Edición. Salvat Medicina. Barcelona. 1994, p. 536. Se sabe que el riesgo de desarrollar enfermedad clínica es elevado durante el primer año tras la infección (1 de cada 30 infectados, es decir el 3,3 %) y que un total del 5 al 15 % de los infectados presentan clínica tuberculosa en los 5 primeros años tras la infección, y entre el 3 y 5 % enferman durante el resto de su vida.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TUBERCULOSIS EN A LMENDRALEJO EN EL SIGLO XIX 1603

CUADRO 3 Formas diagnósticas de Tuberculosis en Almendralejo en el siglo XIX (Tercera Nomenclatura de J. Bertillon 1899)

Grupo Subgrupo Nº casos

Tuberculosis pulmonar: 925 Tuberculosis pulmonar 350 Fulminante 6 Tisis Pulmonar 517 Adinámica 4 Caseosa 6 Catarral 5 Escrofulosa 10 Galopante 3 Gutural 6 Casificación 18 Tuberculosis meníngea: 63 Tuberculosis meníngea 63 Tuberculosis peritoneal: 78 Peritonitis tuberculosa 14 Tuberculosis intestinal 9 Enteritis tuberculosa 7 Tisis intestinal 5 Tabes mesentérica 43 Tuberculosis de otros órganos: 44 Laringitis tuberculosa 8 Tisis laríngea 27 Tuberculosis vesical 5 Ulcera tuberculosa 4 Tuberculosis generalizada: 341 Tuberculosis (s/e) 121 Tisis (s/e) 153 Tisis tuberculosa 48 Degeneración tuberculosa de los ganglios linfáticos 19 Total 1.451

Fuente: A.P.A. Libros de Difuntos, 1801-1900

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1604 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO

También existen localizaciones extrapulmonares de la enfermedad conse- cuencia de la diseminación hematógena del bacilo tuberculoso. En orden de frecuencia, encontramos tuberculosis peritoneales, meníngeas, de las vías res- piratorias superiores y del sistema urinario, además de la tuberculosis miliar generalizada. La tuberculosis intestinal, es la forma más habitual de tuberculo- sis extrapulmonar -63 casos, el 34,1 %-. Como anteriormente reflejamos era conocida como “tabes mesentérica”; estaba ocasionada por la deglución de leche procedente de vacas con tuberculosis bovina. Un emplazamiento igual- mente encontrado en las localizaciones extrapulmonares es la tisis laríngea -35 casos, el 18,9 %. Con una típica sintomatología de ronquera y disfagia, en ocasiones fueron motivo de confusión con procesos catarrales laríngeos que nuestros médicos debieron distinguir con gran dificultad31. La tuberculosis meníngea, todas ellas diagnosticadas entre 1885 y 1900, así como del aparato genitourinario, especificada como “tuberculosis vesical” son formas más ex- cepcionales. Designadas con la denominación de “escrófula” se incluían un conjunto de alteraciones genéricas de los ganglios linfáticos, de la piel, mucosas, etc., de carácter tórpido que reconocen casi constantemente un origen tuberculoso32. El diagnóstico de las afecciones escrofulosas estaba basado en los caracteres que la revisten, en las alteraciones del estado general de la economía, en las manifestaciones generales del marasmo progresivo característico de la tuber- culosis miliar generalizada, la llamada clínicamente “diátesis escrofulosa”, que recogieron nuestros sanitarios locales y que vienen de nuevo a poner de mani- fiesto las relaciones de la enfermedad tuberculosa con las crisis de subsisten- cias de los siglos anteriores33.

31 Más adelante podemos comprobar las argumentaciones presentadas por el soldado Manuel Silva Saavedra, quién alegó padecer tuberculosis laríngea que nuestros médicos, a raíz de la pertinente exploración, no consideraron válida para eludir sus obligaciones militares. 32 Dr. FABRE: Diccionario de los diccionarios Tomo III, p. 382. Se designa con el nombre de escrófulas, “una enfermedad o mejor un conjunto de fenómenos morbosos, consistente en una alteración general de la nutrición [ ]. Viniéndose a desarrollar todos los síntomas, las glándulas del cuello supuran [ ], se forman úlceras en las articulaciones, la tos y la fiebre toman también parte; el enflaquecimiento, el marasmo y la diarrea preceden a la muerte de los que sucumben. 33 ELORZA, A.: Artículos madrileños de Salvador Seguí. Editorial Cuadernos para el Diálogo, Madrid, 1976, p. 15 y textos.

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LA TUBERCULOSIS COMO CAUSA DE EXTINCIÓN ENTRE LOS SOLDADOS DE REEMPLAZO DE ALMENDRALEJO La tuberculosis fue frecuente motivo de alegación para eludir las obliga- ciones militares entre los jóvenes de Almendralejo. Los expedientes de recono- cimientos médicos a militares de reemplazo reflejan la importancia en la socie- dad del momento de la enfermedad. Los soldados invocaron el “estar enfermo del pecho”, en un número muy elevado de casos durante dichas exploraciones. Sin embargo, según las normas reglamentarias, para declarar su exención los facultativos debían comprobar en el acto mismo del reconocimiento la enferme- dad alegada34. Veamos algunos ejemplos: En las actas de revisión de los mozos que fueron excluidos temporalmen- te en 1890, el soldado Ángel Blanco Alvarado arguyó para eludir su incorpora- ción militar, su ya antigua afección de pecho. Reconocido por los facultativos, “ por la auscultación y la percusión en el acto del reconocimiento no se comprueba la enfermedad alegada, conceptuándolo útil para el servicio”35. Otras veces, “...si bien existe cierta deformidad en dicha cavidad no es lo suficiente para considerarlo excluido, por lo que lo consideran útil para el mismo”36. Tampoco fue considerado de suficiente importancia la alegación de “he- moptisis” presentada por Fernando Gómez del Castillo en las revisiones reali- zadas en 189737. También en este año, una afección de pecho, es igualmente el motivo alegado por el mozo Francisco Blanco Vargas. Los médicos locales

34 MATA, P.: Tratado de Medicina y Cirugía Legal. Segunda Edición. Tomo II. Imprenta de Suárez. Madrid. 1846, p. 424. En el llamado “Reglamento aprobado por S. A. el Regente del reino para la declaración de exenciones físicas del servicio militar”, aparecen todas las exenciones legales para no realizar el servicio militar. 35 Archivo Histórico Municipal de Almendralejo (en adelante A.H.M.A.): “Gobierno Municipal. Libros de Acuerdos. 8-III-1897 (Leg. 18, Carp. 1, Fol. 100)”. Actas de revi- siones de los mozos del reemplazo de 1890 excluidos temporalmente. Alegaciones presen- tadas por el recluta Ángel Blanco Alvarado. 36 A.H.M.A.: “Gobierno Municipal. Libros de Acuerdos. 6-III-1898 (Leg. 18, Carp. 1, Fols. 18-40v)”. Actas de clasificación y declaración de los mozos del reemplazo de 1898. Alegaciones presentadas por el recluta Federico Manuel Clemente Joven, quien también alega “padecer del pecho”. 37 A.H.M.A. “Gobierno Municipal. Libros de Acuerdos. 7-III-1898 (Leg. 18, Carp. 2, Fols. 29-59)”. Actas de clasificación y declaración de soldados del presente año de 1897. Alegaciones presentadas por el recluta Fernando Gómez del Castillo Delgado.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1606 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO observan, ahora sí, los rasgos característicos de un cuadro tuberculosis pulmonar y declaran: “ padece una tuberculosis pulmonar que se manifiesta por la per- cusión y auscultación de los fenómenos característicos a dicho padecimien- to, comprobándose por la simple inspección una disminución considerable de los diámetros de la cavidad torácica, conceptuándolo inútil para el servicio”38. En cualquiera de sus presentaciones, la tuberculosis es una de las enfer- medades más terribles que han existido, porque deja una herencia cruel y per- manente de deformidad. De hecho, muchos de los jorobados almendralejenses de las antiguas épocas fueron víctima de la tuberculosis de la columna verte- bral, mientras que los niños epilépticos y retrasados mentales que tenían la “suerte” de sobrevivir a las meningitis tuberculosas, por lo general vivían el resto de sus vidas como vegetales en sus casas. Sin embargo, el descenso de la mortalidad por tuberculosis es anterior al establecimiento de medidas terapéuticas efectivas como la introducción en el mercado de los tuberculostáticos específicos e incluso a que se instaurasen métodos profilácticos para evitar su difusión como el aislamiento de los enfer- mos en hospitales de tísicos o el sacrificio de reses infectadas. El descenso en la mortalidad tuberculosa, depende fundamentalmente del llamado riesgo anual de infección (R.A.I.). Una mejora de este índice es el resultado del mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos. En este hecho ha sido esencial, como asegura McKeown, la mejora en las condiciones alimenticias de la población39. Una nutrición deficiente y unas condiciones de vida y de trabajo miserable fueron el factor fundamental de la alta mortalidad por esta enferme- dad. A pesar de los avances experimentados por la medicina decimonónica, a mediados del siglo XIX “ el médico continuaba como en plena Edad Me- dia”40. En zonas rurales como la nuestra, el diagnóstico de la tuberculosis se

38 A.H.M.A. “Gobierno Municipal. Libros de Acuerdos. 7-III-1898 (Leg. 18, Carp. 2, Fols. 41-48)”. Actas de revisiones de los mozos del reemplazo de 1897 excluidos temporalmente. Alegaciones presentadas por el recluta Francisco Blanco Vargas. 39 MCKEOWN, T.: El crecimiento moderno de la población. Antoni Bosch Editor. 1978, p. 173. 40 ORIOL ANGUERA, J. y A. (1944):. Los autores recogen el mayor número de síntomas posibles para luego recomendar un medicamento empírico que llevaba consigo el Spiritus curantor, p. 202.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA TUBERCULOSIS EN A LMENDRALEJO EN EL SIGLO XIX 1607

basaba en la experiencia clínica de los propios facultativos, sin que pudiera confirmarse con ningún tipo de prueba o exploración complementaria. Aunque en la mayor parte de los casos -la tisis-, era fácil de reconocer no puede descar- tarse, como ya anteriormente quedó advertido, que la misma esté subestimada y que algunas defunciones causadas por la tuberculosis aparezcan bajo dife- rentes diagnósticos, sobre todo englobadas en afecciones pulmonares o en un amplio grupo de enfermedades mal definidas: consunción general, fiebre hética, hemoptisis, etc., términos que en ocasiones -aunque no siempre- aluden a un debilitamiento causado por la enfermedad. Algunos años más tarde, en 1905, otros médicos almendralejenses, D. Felipe Luengo Martínez y D. Francisco Cortés Villa, envían a sus enfermos tuberculosos al Hospital Provincial “San Sebastián” de Badajoz para la práctica de placas radiográficas que confirmen el diagnóstico del proceso tuberculoso.

CONCLUSIONES La tuberculosis, una de las enfermedades más antiguas que afectan a la especie humana, es una enfermedad infectocontagiosa grave originada por el Mycobacterium tuberculosis, descrito por Robert Koch en 1882, que a lo largo de los últimos siglos ha causado millones de muertos en todo el mundo. En la localidad de Almendralejo, a lo largo de todo el siglo XIX, casi un millar y medio de adultos jóvenes fueron víctimas de la enfermedad, principalmente en su forma pulmonar. En el XIX, las míseras condiciones de vida de la población, que apenas ha cambiado el entorno de siglos anteriores, favorecen el desarrollo de la enfer- medad. Las inexistentes medidas de higiene pública y privada facilitan la proba- bilidad de contacto con un caso de infección por Mycobacterium. El grado de intimidad y la duración del mismo son determinantes para su transmisión. El hacinamiento de la población en habitaciones pequeñas y mal aireadas es uno de los factores más importantes en el desarrollo de la enfermedad. Por otra parte, desde la antigüedad se pensaba en la cura de descanso, en un ambiente de aire puro y buena alimentación, como únicas medidas terapéuticas, exclusi- vamente al alcance de unos pocos privilegiados. Aunque, a primera vista, la tuberculosis siga pareciendo la enfermedad por excelencia del siglo XIX, aún a pesar de la mejora en la condiciones de vida de la población mundial, la tuberculosis sigue siendo una de las principales causas de muerte en los adultos, en gran medida, como consecuencia de la pandemia del VIH/SIDA. En la actualidad la erradicación de la tuberculosis es

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1608 MIGUEL ÁNGEL AMADOR FERNÁNDEZ Y DIEGO PERAL PACHECO considerada por las autoridades sanitarias mundiales como una prioridad sani- taria en la que la mayor parte de los países desarrollados han invertido, y siguen invirtiendo, importantes recursos económicos desde hace muchos años.

FUENTES DOCUMENTALES

Archivo Histórico Municipal de Almendralejo (A.H.M.A.): Sección: Gobierno Municipal. Libros de Acuerdos: 1897: Legajo 18, Carpeta 1. 1898: Legajo 18, Carpeta 1 y 2. Archivo Histórico Municipal de Almendralejo (A.P.A.): Libro de Difuntos (1801-1900).

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.611-1.636 1611

Los estudios sobre medicina popular y plantas medicinales en Guadiana del Caudillo

JOSÉ RAMÓN VALLEJO VILLALOBOS1 DIEGO PERAL PACHECO2 Grupo de Investigación en Humanidades Médicas. Facultad de Medicina. UEx.

MARÍA CONSUELO CARRASCO RAMOS3 Médico de Familia. Consultorio Local de Guadiana del Caudillo (Badajoz)

RESUMEN Se realiza una revisión bibliográfica de todos los trabajos producidos en Guadiana del Caudillo (Badajoz) sobre Medicina Popular y plantas Medicina- les, se indican sus referencias bibliográficas analizándose la revista donde se incluye la publicación, se añade un resumen y se reseñan otro tipo de aportacio- nes como congresos, Tesis doctorales o libros con ISBN.

ABSTRACT A literature review of all the work on Folk medicine and Medicinal plants is carried out in Guadiana del Caudillo (Badajoz, Spain). The journal is analyzed, indicating not only bibliographical references or summaries but also other inputs as Congresses, PhD Thesis or books with the ISBN.

1 Email: [email protected]

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1612 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS

INTRODUCCIÓN El médico y gran antropólogo Castillo de Lucas en 1958, definía la Medi- cina Popular como “el estudio y aplicación de todos los conocimientos de la sabiduría popular a la Medicina”. Desde 1996 el Grupo de Investigación en Humanidades Médicas (HUME) de la Universidad de Extremadura (UEx), dirigi- do por el Dr. Peral Pacheco, comenzó a abordar estudios sobre Medicina Popu- lar con planteamientos de tipo epidemiológico en Extremadura (Vázquez, Altimiras & Peral, 2000), es decir, sobre qué conocen y utilizan las poblaciones extreme- ñas objeto de estudio de cara a una futura planificación sanitaria (Altimiras & Peral, 1998), donde ha tenido y está teniendo especial relevancia Guadiana del Caudillo (Badajoz). Durante el primer periodo de trabajo en Guadiana se impar- tió un curso práctico que proporcionaba 5 créditos de libre elección a estudian- tes de Medicina y Documentación durante el curso 2003-2004 en la Facultad de Medicina de la UEx, siendo la fase práctica en Guadiana del Caudillo y en San Jorge de Alor. Posteriormente continuaron unos estudios pilotos y unas prime- ras experiencias que dieron como resultado el artículo “Conocimientos de Me- dicina Popular en ancianos de una población rural: Guadiana del Caudillo (Badajoz)” publicado en la Revista de Estudios Extremeños que puede ser consultada en la Red. Paulatinamente se fueron publicando diversos artículos en revistas médicas como Salud Rural y se realizaron diversas comunicacio- nes para congresos, como el I Congreso Extremeño de Atención Primaria cele- brado en Mérida en 2006, con la colaboración del Consultorio de Guadiana donde se plasmaron varios estudios de Medicina Popular en Guadiana median- te un trabajo titulado “Introducción del consumo de plantas medicinales en los antecedentes personales”. Cabe destacar en uno de los últimos números de la Revista de Estudios Extremeños dedicados a la Historia de la Medicina, el artículo titulado “Remedios basados en plantas usadas en la Medicina Popular guadianera: el aceite de árnica”, donde junto a miembros del grupo de investi- gación HUME de la Universidad de Extremadura colabora, la por entonces estudiante de Medicina originaria de Guadiana, Dª Josefa Plaza Gragera. Du- rante el curso 2007-2008 fue defendida la Tesis Doctoral titulada “La Etnome- dicina en Guadiana del Caudillo” por José Ramón Vallejo Villalobos en el Depar- tamento de Terapéutica Médico Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura dirigida por el Dr. Diego Peral Pacheco. En dicha Tesis se ha realizado una prospección sobre la Medicina Popular en Guadiana del Caudillo, incluyendo un catálogo con las plantas medicinales guadianeras, en el que se compara su uso terapéutico con la Medicina Popular extremeña, española y las Medicinas Tradicionales china, india y norteafricana, así como

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OBJETIVO Realizar una descripción de la producción científica sobre los trabajos Medicina Popular y plantas medicinales en Guadiana del Caudillo.

MATERIAL Y MÉTODO Revisión de todos los trabajos realizados sobre Medicina Popular y plan- tas medicinales producidos en Guadiana del Caudillo (Badajoz), cuantificándo- los por categorías (artículos de revista, congresos, libros y Tesis Doctoral) aportando un análisis de las revistas y congresos donde han sido publicados o presentados, la referencia bibliográfica y un resumen de cada uno de ellos, que es más extenso en el caso de comunicaciones que no hayan sido todavía publicadas.

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RESULTADOS

1. REVISTA DE FITOTERAPIA. ISSN 1576-0952 La Revista de Fitoterapia es el órgano oficial de la Sociedad Española de Fitoterapia (SEFIT), cuya página web es http://www.fitoterapia.net, está dirigi- da por el médico fitoterapéuta Dr. Bernat Vanaclocha y tiene como editor cien- tífico al Profesor de la Universidad de Barcelona el Dr. Salvador Cañigueral, ambos de reconocido prestigio en el campo de la Fitoterapia. El consejo de redacción de la Revista está compuesto por destacados miembros de Universi- dades españolas y extranjeras. Según la Tesis Doctoral de la Dra. Elvira Gimeno Sieres, leída en la Universidad de Valencia, “Los criterios de calidad editorial LATINDEX (Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científi- cas en América Latina, el Caribe, España y Portugal)” en el marco de la evalua- ción de la revistas de Farmacia y Farmacología (2005), la Revista de Fitoterapia tiene 51,5 puntos lo que la posiciona muy destacadamente en cuanto a sus cualidades y características editoriales, científicas y documentales.

TABLA 1 Puntuación de las 20 revistas más destacas en Farmacia y Farmacología según los criterios LATINDEX (fuente ISSN)

Posición Revista Puntos 1 DRUGS OF TODAY 63 2 FARMACIA HOSPITALARIA 63 3 REVISTA DE TOXICOLOGÍA 62 4 FISIOTERAPIA 61 5 ARS PHARMACÉUTICA 60 6 REVISTA ESPAÑOLA DE SALUD PÚBLICA 60 7 REVISTA IBEROAMERICANA DE 59,5 FISIOTERAPIA Y KINESIOLOGÍA 8 CIENCIA Y TECNOLOGÍA PHARMACÉUTICA 57,5 9 METHODS AND FINDINGS IN EXPERIOMRNTAL AND CLINICAL PHARMACOLOGY 57

10 REVISTA ESPAÑOLA DE QUIMIOTERAPIA 57

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11 DRUG NEWS AND PERSPECTIVES 55 12 REVISTA ESPAÑOLA DE DROGODEPENDENCIAS 55 13 ATENCIÓN FARMACÉUTICA 53 14 PHARMACEUTICAL CARE 53 15 ANALES DEL INSTITUTO BARRAQUER 52 16 REVISTA DE FITOTERAPIA 51,5 17 DRUGS OF THE FUTURE 51 18 LAZAROA 50 19 REVISTA DE LA OFIL 50 20 ANALES DE LA REAL ACADEMIA NACIONAL DE 49,5 FARMACIA

El comité de evaluación de esta revista decidió publicar en mayo de 2008 el siguiente artículo en el volumen nº 8 (2) de noviembre de dicho año: “Uso medicinal de Atractylis gummifera L. en Guadiana del Caudillo (Badajoz, Es- paña). Toxicidad y especies afines”. En este trabajo destaca la colaboración con el grupo HUME del Dr. Ma- nuel Pardo de Santayana del Departamento de Biología (Botánica) de la Univer- sidad Autónoma de Madrid y la Médico del Servicio Extremeño de Salud D.ª Dolores López Crespo. Se analizan las especies que pudieran confundirse por usuarios de Medicina Popular de esta localidad con A. gummifera, planta tóxica y medicinal citada por primera vez en Extremadura para el tratamiento de espolones calcáneos. Igualmente se realiza una estimación del riesgo de ser utilizada por confusión y la posibilidad de intoxicaciones en el área de estudio. Se presentan también las actividades para contribuir en la planificación de la salud pública y la asistencia médica en la zona.

2.-GAZETA DE ANTROPOLOGÍA. ISSN: 0214-7564 Gazeta de Antropología admite para su publicación textos originales e inéditos de interés en el campo de la antropología y las ciencias humanas, de carácter descriptivo o bien teórico y filosófico. Se trata de una revista dirigida por el Dr. Pedro Gómez de la Universidad de Granada que cuenta con un Conse- jo de Redacción y de Asesores muy plural correspondientes a numerosas Uni-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1616 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS versidades españolas. Es una publicación que goza de buen prestigio y ha sido evaluada muy positivamente, concretamente en quinto lugar, según valoración integrada realizada por el Grupo de Investigación “Evaluación de publicacio- nes científicas en Ciencias Sociales y Humanas”. IEDCYT (RESH) para Revis- tas de Antropología.

TABLA 2 Valoración integrada e índice de citas según el Grupo de Investigación “Evaluación de publicaciones científicas en Ciencias Sociales y Humanas”. IEDCYT (RESH) para Revistas de Antropología (2005).

Nº Cod. Revistas Año A B Índice área citadas comien- Citas Art. de en el 2003 por zo-fin a art. Public. Impacto el conjuntode rev. 1998-2002 1998-2002 A/B las 208 revistas citantes

105Demófilo 1993- 10 135 0,074 Revista de cultura tradicional de andalucía 205revista de 1991- 3 41 0,073 antropologia social 305Asturies 1996- 3 63 0,048 Memoria encesa d’un pais 4 05 Anales del 1994- 2 53 0,038 museo nacional de antropologia Nos-otros 5 05 Gazeta de 1991- 4 104 0,038 antropología 6 05 Historia, 1996- 4 111 0,036 antropologia y fuentes orales

705Revista de 1944- 3 120 0,025 dialectología y tradiciones populares

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805Cuadernos de 1969- 2 93 0,022 etnología y etnografía de navarra 905Revista 1992- 2 113 0,018 d’etnologia de catalunya

10 05 Revista de folklore 1980- 2 267 0,007

Se trata de una revista electrónica que puede ser consultada en http://www.ugr.es/~pwlac/ . La revista publica el siguiente trabajo del grupo HUME en el volumenn nº 24, texto 24-32: 1-15 de 2008: “Prácticas mágicas en la medicina popular de un pueblo extremeño de colonización”. Dicho artículo puede leerse en la URL: http://www.ugr.es/~pwlac/G24_32JoseRVallejo_DiegoPeral_ConsueloCarrasco.html En este trabajo se comentan las prácticas mágicas en la Medicina Popular de Guadiana del Caudillo teniendo en cuenta sus características de pueblo de colonización que aporta una visión sobre las mismas en Extremadura. Estas prácticas forman parte del acervo cultural del pueblo, no han sido desplazadas, ni suprimidas hasta el momento. Así encontramos el mal de ojo, el culebro, el empacho y otras prácticas más difíciles de clasificar como la leche de mujer, saliva y sangre menstrual. A final de año la revista ofrece un CD con todos los trabajos publicados.

3. MEDICINA NATURISTA. ISSN 1576-3080 Medicina Naturista es una revista internacional de difusión biomédica dirigida por el Dr. Pablo Saz Peiró, la revista presenta una amplia y cuidada selección de colaboradores nacionales e internacionales al margen de su Con- sejo de Redacción y Evaluación. Está indexada en el Índice Médico Español, en BDlic, Cuiden, OAIster, Scientific commons, LANDITEX, BBSCO, AMED y Dialnet. Se trata de una revista orientada a la formación, investigación, informa- ción y expresión del colectivo de médicos naturistas y otros profesionales interesados en el naturismo. Acepta trabajos referentes a la Medicina Naturista Clásica, así se encuentran en ella trabajos sobre hidroterapia, balneoterapia,

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1618 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS climatoterapia, helioterapia, termo y crioterapia del movimiento, fisioterapia, masaje, medicina manual, electroterapia, nutrición, fitoterapia, dietética y ayu- no, terapía del orden psicoterapias corporales, historia de la Medicina Naturis- ta, medicina humoral, metodología en invesigación clínica, control de calidad, clínicas de Medicina Naturista y Medicina del Medio Ambiente. Admite origi- nales, casos clínicos y cartas al director y se puede consultar la revista on-line en: http://www.medicinanaturista.org

El artículo publicado en 2008 puede ser consultado también directamente a través de dialnet en la siguiente URL y se resumen más a bajo.

http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=324459 En este original titulado “Estudio comparado del uso de algunos reme- dios populares de Guadiana del Caudillo (Badajoz, España) con diferentes comunidades y culturas” y recogido en el volumen 2, nº 3, pp. 33-40, se comen- tan los remedios más conocidos en Guadiana y los resultados se comparan con la Medicina Popular extremeña, española y las Medicinas Tradicionales china, india y norteafricana, así como con indicaciones de la Comisión E (comisión de expertos del Ministerio de Sanidad alemán) y la ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy). El análisis de paralelismos y coincidencias en las diferentes Medicinas Populares apuntan a la necesidad de incrementar los esfuerzos en Etnomedicina desde una óptica multidisciplinar e integrada. Hay que indicar que existen otras colaboraciones del grupo HUME en esta revista donde están implicados resultados obtenidos en Guadiana.

4. SALUD RURAL. ISSN 0212-646 Revista nacional de Atención Primaria indexada por el Índice Médico Español y editada por la Editorial Jarpyo que cuenta con una extensa distribu- ción en los Centros de Salud pero que carece de difusión en la Red. El Consejo Asesor de la Revista es bastante amplio recorriendo todas especialidades mé- dicas que tienen cabida en Atención primaria. Es una revista que entre 2003 y 2005 publicó 314 artículos presentando un factor de impacto internacional por país del 0,032 según datos del Instituto de Historia de la Ciencia y Documenta- ción López Piñero. Se trata de una revista que cuida bastante la medicina que podríamos llamar social.

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Se han publicado los siguientes trabajos en esta revista durante 2008 y 2007: 1. “La nomenclatura popular de las plantas medicinales como objeto de consideración en Atención Primaria”. Salud Rural (2008). Vol. XXV. Nº 7: 15-28.

En este artículo se realiza una discusión que trata de demostrar a través de la Medicina Popular guadianera como la Fitoterapia y la Medicina Popular pertenecen a ámbitos terapéuticos y socioculturales muy diferentes. En ésta última, la asociación de un mismo nombre vulgar a varias especies y viceversa, puede conducir a problemas de salud. Además se proporciona un listado con las plantas pertene- cientes a la farmacopea popular guadianera indicando su nombre científico y la familia botánica a la que pertenece la especie.

2. “Origen y transmisión de remedios en la Medicina Popular de un pueblo de colonización”. Salud Rural (2007). Vol. XXIV. Nº 12:43-49.

En esta publicación se determina como los pueblos de colonización pueden constituir una fuente de conocimiento en Medicina Popular de amplias zonas geográficas regionales. El hecho de que se puedan constatar conocimientos destacables en estos pueblos puede apun- tar a una persistencia de la Medicina Popular en áreas rurales que deben tenerse en cuenta a la hora de la planificación sanitaria.

5. REVISTA DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS. ISSN 0210-2854 La Revista de Estudios Extremeños se trata de una revista dentro del Área de Conocimiento de Estudios locales que se fundó en 1927 y que hasta 1945 recibió el nombre de Revista del Centro de Estudios Extremeños, gozan- do de prestigio en materia de investigación sobre la “Realidad Extremeña”. Está clasificada dentro de Misceláneas según el área temática ISOC, y en Multi- disciplinar y Humanidades según la clasificación UNESCO, posicionándose en el nº 38 del área según la valoración integrada e índice de citas [(Evaluación de publicaciones científicas en Ciencias Sociales y Humanas. IEDCYT (RESH) para Misceláneas (2005)]. La puntuación que obtiene según los criterios de calidad LATINDEX es de 21 y publica 173 artículos entre 1998 y 2002 consi- guiendo un factor de impacto del 0,017. El Director de la revista D. Moisés

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1620 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS

Cayetano Rosado cuenta con el aval de un nutrido plantel de especialistas en distintas áreas en el Consejo Asesor de la Revista. Los originales publicados que han sido incluidos en 2007 en un nº ex- traordinario de la revista y en 2005 en un nº ordinario se resumen a continua- ción:

1.- “Remedios basados en plantas usadas en la Medicina Popular guadianera: “el aceite de árnica”. Revista de Estudios Extremeños. Tomo LXIII: 307-316. Nº extraordinario 2007.

En este artículo se desarrolla el remedio conocido como «aceite de árnica» utilizado en la Medicina Popular de Guadiana y cuyo ingre- diente básico pueden ser dos especies vegetales, Senecio jacobaea L. e Hipericum perforatum L., maceradas en aceite de oliva. Tras unas breves notas sobre la nomenclatura, dialectología, y caracterís- ticas de la primera de las plantas citada, se aportan sus usos en la Medicina Popular guadianera, extremeña, española y en la Medicina Tradicional de China, India y del norte de África. Igualmente se abor- da su composición química y sus aplicaciones fitoterapéuticas.

2.- “Conocimientos de Medicina Popular en ancianos de una población rural: Guadiana del Caudillo (Badajoz)”. Revista de Estudios Extre- meños. Tomo LXI. Nº I (Enero-Abril 2005).

En este trabajo se catalogan los remedios populares que conocen o utilizan las personas mayores de 65 años de Guadiana para colaborar en la planificación sanitaria, organización de la asistencia médica y prevención de enfermedades en este Área de Salud.

6. UNIVERSO EXTREMEÑO. ISSN: 1887-0791. Revista editada por D. Manuel Trinidad Martín autor entre otros proyec- tos de la Biblioteca Virtual Extremeña http://www.paseovirtual.net/biblioteca/ y Voz de mi Tierra que recogen una muestra muy significativa del patrimonio cultural extremeño. En está revista divulgativa en 2006 se publicó en su nº 1, pp. 12-13, el siguiente artículo: “El problema dialectológico y etnobotánico en medicina: dos especies vegetales utilizadas como sedante en Extremadura”.

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Se comentaba la problemática de nomenclatura popular presentada a tra- vés de dos ejemplos encontrados en la Medicina Popular guadianera, las plan- tas pertenecientes al género Crataegus y Tilia, que son conocidas como tilas en Guadiana. En realidad se trata de plantas de familias muy diferentes, donde sólo encontramos coincidencia en el nombre vernáculo y el uso sedante proce- dente de algunos principios activos que actúan sobre el Sistema Nervioso Central.

7. I CONGRESO DE SEMERGEN EN EXTREMADURA La Sociedad Extremeña de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) celebró en Badajoz los días 28 y 29 de marzo de 2008 su primer congreso. El congreso fue inaugurado por la Consejera de Sanidad y Dependencia de la Junta de Extremadura Dª María Jesús Mejuto. En el congreso se abordaron temas de primera línea en Atención Primaria y se realizaron talleres sobre manejo de fibrilación auricular en Atención Prima- ria, diagnóstico y manejo de Síndrome de apnea del sueño, tristeza y pérdida de memoria, evaluación clínica en pacientes ancianos, cómo afrontar una prueba de formación práctica en habilidades de Medicina de Familia, iniciación a la investigación en Atención Primaria, insulinoterapia, lectura rápida de un EKG, anticoncepción píldora y postcoital e infiltraciones. Se desarrollaron comuni- caciones libres entre las que fueron muy comentadas las dedicadas a Medicina Popular por lo atípico del tema en un congreso de Atención Primaria, que inclu- so dio pie a debate y conversaciones con profesionales de la industria farma- céutica. Tal vez todo ello hizo que la presentación de la comunicación dedicada al Hipérico fuera premiada como la mejor comunicación del congreso junto con otra de la Dra. María Redondo de la Unidad del Dolor. Las comunicaciones fueron las siguientes:

1. “Un remedio en la Medicina Popular guadianera basado en una plan- ta tóxica”.

Se ha identificado el uso de la planta Atractylis gummifera L. en Guadiana del Caudillo, conocida en España entre otros nombres como cardo de liga, ajonjera y camaleón blanco. Se utiliza la decocción de su raíz para el tratamiento de espolones administrada vía tópica. Esta especie en el año 83 provocó graves intoxicaciones en la provincia de Badajoz al ser consumida vía oral tras confundirse con raíz de arzolla (Centaurea ornata Willd.).

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El objetivo ha sido sondear el uso de A. gummifera y realizar una primera aproximación sobre posibles riesgos de intoxicación. Se realizaron entrevistas a 94 individuos procedentes de un muestreo para medir el conocimiento de Medicina Popular en Guadiana del Caudillo.Se han datado 5 individuos conocedores del remedio no relacionados entre sí. Según estos informantes su conocimiento está extendido en la localidad y al preguntar por su nombre vernáculo aparecen los siguientes: cardo, cardo de los espolones, cardo para los espolones, cardo borriquero para los espolones, raíz de la azolla, raíz de la olla, cardo la zolla, raíz de arzolla. Pensamos que el riesgo de confusión es dialectológico al existir un remedio tradicional (C. ornata) que inicia su coexistencia con un remedio de nueva incorporación (A. gummifera) en un pueblo de colonización y que en ambos se emplea la raíz. Estos motivos darían lugar a un trasvase de nomenclatura del vocablo arzolla y derivacio- nes de éste a la planta tóxica y a un pequeño riesgo de intoxicación por confusión en la nomenclatura popular.

2.- “Usos del hipérico en la Medicina Popular de Guadiana del Caudillo” (premio a la mejor comunicación del Congreso). El Hipericum perforatum L. es una planta utilizada en Guadiana del Caudillo macerada en aceite vegetal para preparar el remedio conoci- do como «aceite de árnica». Con este mismo nombre del remedio se utiliza otra planta completamente diferente Senecio jacobaea L. El objetivo de la comunicación fue cuantificar, conocer los usos y procedencia del remedio en Guadiana del Caudillo, para ello se realizó un estudio observacional descriptivo transversal con un muestreo aleatorio simple. El tamaño muestral fijado en 94 individuos presenta- ba un intervalo de confianza del 95% y un error a=5%. El remedio ha sido citado por 17 personas con los siguientes usos a) Golpes, hematomas. b) Heridas, ulceraciones. c) Dolores muscula- res. d) Esguinces y torceduras. e) Dermatitis del pañal. f) Hemorroi- des. e) Manchas. f) Picaduras. g) Piel irritada. h) Quemaduras. i) Disimulador de vello. j) Herpes. La procedencia del remedio es la siguiente: a y b) Casas de don Antonio, Guadiana del Caudillo y no definido por el informante.

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b) Fuente de Cantos, Montijo y Talavera la Real. c) Fuenlabrada de los Montes y Guadiana del Caudillo. d) Fuente de Cantos. e, f, g y h) Guadiana del Caudillo. g, h, i y j) Montijo. g) . Se incorporan nuevas aplicaciones en la Farmacopea Popular extre- meña (dermatitis del pañal, herpes, esguinces, manchas, disimulador del vello). El resto de las indicaciones coinciden básicamente con la Medicina Popular española e incluso con Medicinas Tradicionales como las del norte de África y para especies del género Hipericum en China, especialmente su uso vulnerario.

3.- “La raíz de arzolla en la Medicina Popular guadianera” La raíz de arzolla (Centaurea Ornata Willd.) es una planta tra- dicional en la Medicina Popular extremeña y guadianera que en algu- nas ocasiones ha sido confundida con la planta tóxica Atractylis gummifera L. El objetivo fue profundizar en el conocimiento del uso y vía de administración de C. ornata. Se realizaron entrevistas realizadas a 94 individuos procedentes de un muestreo para medir el conocimiento de Medicina Popular en Guadiana del Caudillo. El remedio ha sido citado por 21 personas con los siguientes usos: a) Granos. b) Heridas. c) Circulación. d) Dolores de piernas. e) Inflamaciones. f) Dolores de estómago. g) Hemorroides. h) Picadu- ras. i) Rozaduras. La vía de administración en a, b, d, e, g, h e i) es tópica, en c y f) oral y se prepara mediante decocción de su raíz en todos los casos. Los usos para el dolor de estómago y heridas coinciden con los descritos en la Medicina Popular extremeña. Sin embargo de nue- va incorporación en la Farmacopea Popular extremeña estarían sus indicaciones en dolores de piernas, circulación, inflamaciones, ron- chas por picaduras, granos, rozaduras y hemorroides. Se trata de una planta poco conocida como medicinal en la Medicina Popular espa- ñola donde solamente hemos encontrado su uso como diurético. Ni en las Medicinas Tradicionales, ni en la Fitoterapia oficial es emplea- da. No obstante en Fitoterapia existen dos especies del género que

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se usan en desórdenes digestivos (C. cyanus y C. aspera). Se trata de una planta sobre la que no existen estudios farmacológicos.

8. XI CONGRESO DE LA SOCIEDAD EXTREMEÑA DE MEDICINA DE FAMILIA Y COMUNITARIA La XI Edición del Congreso de la Sociedad Extremeña de Medicina de Familia y Comunitaria (Sexmfyc) se celebró del 12 al 14 de junio de 2008 en Badajoz. El congreso presentaba como novedades actividades abiertas a los ciu- dadanos como un taller teórico-práctico para el manejo de los desfibriladores semiautomáticos y un foro dedicado a la implantación regional de la Ley de Dependencia. Para los profesionales se desarrollaron 13 talleres sobre materias como las técnicas de negociación rápida en consulta, manejo de anticoagulantes, consultas en la conducta adictiva del tabaco, cirugía menor o la prescripción de ejercicio físico. Las comunicaciones libres presentadas por nuestro grupo de investigación fueron las siguientes:

1.- “Análisis sobre el conocimiento de Medicina Popular en Guadiana del Caudillo (Badajoz) con un enfoque epidemiológico”. Se analiza el grado de conocimiento que posee la población a partir de un enfoque estadístico introduciendo un parámetro nuevo de re- ciente creación para medir el conocimiento en Medicina Popular. El tratamiento estadístico se realizó con una muestra aleatoria entrevis- tando a 94 individuos según un protocolo estándar con un intervalo de confianza del 95 %. Los conocimientos son destacables tanto cuantitativamente como cualitativamente.

2. “Grupos de patologías en las que se utilizan remedios populares en la cultura de Guadiana del Caudillo (Badajoz)”. El objetivo de este estudio ha sido averiguar la distribución de fre- cuencias de los grupos de patologías en los que se utilizan remedios populares basados en plantas medicinales o en otra procedencia como la animal, química, mineral o ritual. Los 359 remedios recogidos en la población objeto de estudio se corresponden con 158 dolencias que han sido agrupadas en 17 patologías médicas: nefrourológica, trau-

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matológica, respiratoria, psiquiátrica, pediátrica, otorrinolarringoló- gica, oftalmológica, neurológica, inmunológica, infecciosa, hemato- lógica, ginecológica, estomatológica, endocrino-metabólica, digesti- va, dermatológica y cardiovascular. La patología más representativa es la dermatológica con un 33,7%, seguida de la digestiva y traumatológica con un 1%. Los resultados obtenidos nos vienen a indicar que la Medicina Po- pular se circunscribe a un ámbito terapéutico de dolencias comunes que no son graves y que en todo caso se utilizan como tratamientos coadyuvantes o complementarios de patologías que pueden serlo. Dado el amplio número de patologías tratadas por la Medicina Popu- lar y el conocimiento de la población objeto de estudio, cabe contem- plar que la Medicina Popular pudiera convertirse en un elemento más de trabajo en Atención Primaria, que redundaría en un mejor entendi- miento con el paciente al tener en cuenta las pautas de comporta- miento de la cultura popular con respecto a la salud.

9. I CONGRESO IBÉRICO DE BIOLOGÍA Y SOCIEDAD Este congreso organizado por el Colegio Oficial de Biólogos de Extre- madura en 2009 tuvo los siguientes objetivos: - Analizar el papel que la Biología viene desempeñando frente a los retos que la Sociedad tiene planteados en relación con la Salud, el Desarrollo Sostenible, la Alimentación y la Educación, con vistas a plantear los posibles escenarios futuros. - Fortalecer las vías de colaboración y estimular la coordinación entre empresas, profesionales, investigadores, docentes y estudiantes rela- cionados con la Biología en España y Portugal. - Promover el intercambio de conocimiento y la difusión de los avances en investigación y desarrollo tecnológico, enseñanza, producción de bienes y servicios, y cooperación al desarrollo, en el campo de la Bio- logía. El grupo HUME presenta dos trabajos en este congreso que se citan a continuación.

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1.- “Las plantas conocidas como manzanillas en la Medicina Popular de Guadiana Popular del Caudillo (Badajoz)”. En esta comunicación se tiene el objetivo de analizar el uso popular y la nomenclatura vernácula de las plantas conocidas como manzani- llas identificando las especies denominadas por dicho vocablo en Guadiana del Caudillo (Badajoz) y contrastar su aplicación terapéuti- ca con la Fitoterapia oficial. Se han realizado 94 entrevistas a individuos procedentes del muestreo aleatorio simple para medir el conocimiento de Medicina Popular en Guadiana del Caudillo con un error a=5% y un intervalo de confianza del 95 %. Posteriormente se han repetido las entrevistas en aquellos casos donde el conocimiento de plantas medicinales autóctonas era muy superior al de la población estudiada (de 10 a 24 especies cono- cidas). Con el nombre vernáculo de manzanilla se identificaron dos especies vegetales que son utilizadas en la Medicina Popular guadianera in- distintamente: Chamaemelum nobile (L.) All. y Chamomilla recutita (L.) Rausch. Para estas plantas se han recogido las siguientes aplica- ciones: dolor de estómago, problemas oculares, nervios, aclarar y dar brillo al cabello, como digestiva, heridas, anti-acné e hipertensión. Se determinó una tercera manzanilla denominada manzanilla serrana o faro como Helichrysum stoechas (L.) Moench, utilizada vía tópica para el tratamiento de heridas. La preparación consiste simplemente en cortar la planta y aplicar directamente con una compresa o cata- plasma. Una cuarta manzanilla fue nombrada como manzanilla de huerta o altamilla tratándose de la especie Tanacetum parthenium (L.) Sch.Bip. utilizada como diurético y frente a infecciones de orina. Las dos primeras manzanillas fueron citadas por 69 individuos, de la tercera y cuarta manzanilla solamente hay 1 cita correspondiente a una persona oriunda de Jola (Cáceres) que colecta las plantas cuan- do se desplaza a dicha localidad. Se obtuvieron 11 casos donde no fue sido posible la determinación pero por las referencias de los in- formantes se trataba de Chamaemelum nobile o Chamomilla recutita. Las dos primeras especies se usan de forma similar en la Medicina Popular guadianera y extremeña especialmente en problemas digesti-

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vos y oculares. Los usos dados en Guadiana del Caudillo están reco- gidos a nivel nacional ampliamente y las Medicinas Tradicionales utilizan habitualmente las dos especies, especialmente como estoma- cal para estimular el apetito y la secreción gástrica, así como en pro- blemas digestivos. Chamaemelum nobile es utilizada por la Fitoterapia Oficial entre otras aplicaciones para curar heridas, uso popular que se da en Guadiana del Caudillo, aunque la Comisión E (expertos del Ministerio de Sani- dad alemán) indica que no están suficientemente documentados sus usos, ni siquiera los oculares. Respecto a Chamomilla recutita la OMS y los organismos de referencia mundial en Fitoterapia ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy) y la Comisión E reconocen su acción antiinflamatoria, espasmolítica, antiulcerosa, carminativa, digestiva, bactericida, funguicida y sedante suave coin- cidiendo con la Medicina Popular. Helichrysum stoechas es una manzanilla utilizada como yesquera y en muchas zonas de Extremadura es usada como anticatarral. Otros usos populares según la bibliografía en nuestro país son para el tratamiento de alergias respiratorias, gripe, resfriados, bronquitis, rinitis, sinusitis, amigdalitis, gastritis, hepatitis, cistitis, uretritis, ca- sos en los que la administración es vía oral y para casos de eczemas, blefaroconjuntivitis, parodontopatías, candidiasis y otras dermatomicosis, vulvovaginitis, vía tópica. El segundo nombre vernáculo de la tercera y cuarta manzanilla (faro y altamilla) no existe en las bases de datos botánicas sobre nombres vernáculos españoles, ni en la bibliografía antropológica, ni en los estudios de Medicina Popular realizados hasta el momento en nues- tro país, se debe a una clara influencia portuguesa al tratarse Guadiana del Caudillo de un pueblo de colonización. Nuestros informantes hacen clasificaciones con las plantas, distin- guiendo lo bravo, bravío, silvestre o serrano. Para ellos, las plantas bravas poseen sus propiedades y cualidades más concentradas y ostentan una capacidad terapéutica mayor, por lo que señalan una gran capacidad curativa a Helichrysum stoechas. Las plantas man- sas serían las que se obtienen del cultivo o las que se crían en las cercanías del hombre. De esta forma se habla de la manzanilla mansa cuando crece en terrenos antrópicos, cerca de caminos o en huertos

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como es el caso de Tanacetum parthenium y de manzanilla serrana, como sería Helichrysum stoechas, cuando crece en terrenos agres- tes. Se constató la utilidad de la investigación etnobotánica en pueblos de colonización al recoger una perspectiva de la Medicina Popular extremeña. Ello ha permitido la identificación y uso terapéutico en Guadiana del Caudillo de 4 especies de manzanillas que proceden de colectas en otras zonas de Extremadura debido a la idiosincrasia de esta localidad. Se incorporan dos nombres vernáculos extremeños hasta el momen- to no publicados en nuestra región y que se deben a una clara in- fluencia de la Raya. Chamomilla recutita es la especie que ofrece mayor eficacia tera- péutica según los organismos con autoridad reconocida en materia de Fitoterapia según quedó reflejado.

2. “Conocimientos de plantas medicinales en la Medicina Popular de Guadiana del Caudillo”. El objetivo de esta comunicación se trata de comprobar el grado de conocimiento de la flora medicinal regional de los usuarios de Medi- cina Popular en Guadiana del Caudillo (Badajoz) introduciendo algu- nas modificaciones conceptuales en el índice de etnobotanicidad de Portéres. Portéres propone básicamente determinar la flora conocida en una determinada cultura para categorías taxonómicas como la especie, el género y las familias basándose en porcentajes, proporciones entre la etnoflora y la flora de su entorno. En este trabajo se introducían una serie de variaciones en parte ya contextualizadas por la localidad y los objetivos, basadas en calcular la tasa a nivel regional, pero no contrastando con la flora regional sino con la flora medicinal regio- nal, denominándola índice de etnobotanicidad familiar o específico medicinal. Para establecer el índice se realizó un listado de la etnoflora medicinal conocida en Guadiana del Caudillo a partir del Catálogo de remedios de Medicina Popular para dicha población que se elaboró con un triple enfoque (epidemiológico, antropológico y etnobotánico) par- tiendo de un muestreo aleatorio y entrevistando a 94 personas. La

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etnoflora medicinal guadianera se comparó con las floras medicinales extremeña integradas en obras botánicas de carácter general, artícu- los, documentos y monografías diversas de autores extremeños. Según Devesa (1995) la flora vascular extremeña cuenta con 1938 especies agrupadas en 139 familias. En cuanto a la compilación que se realizó según la bibliografía disponible hasta el momento actual existían al menos 366 especies medicinales donde se incluía a Atractylis gumífera L. planta tóxica vía oral, que aunque se encontraba descrita en la bibliografía como medicinal, en Guadiana del Caudillo se utiliza vía tópica para el tratamiento de espolones calcáneos y está descrita su uso medicinal en la Antigüedad y en las Medicinas Tradicionales del norte de África; son 98 familias las recogidas en la flora medicinal regional compilada. Por otra parte en Guadiana del Caudillo se han encontrado 110 especies de plantas medicinales conocidas por la población estudiada correspondientes a 47 familias botánicas. Índice de etnobotanicidad medicinal familiar = 47/98 x100 = 47’95 % Índice de etnobotanicidad medicinal específico = 110/366 x 100 = 30’13% Los estudios de Medicina Popular en Guadiana del Caudillo están indicando que existe todavía un gran bagaje y riqueza cultural en lo que se refiere a la Antropología médica. En la población de estudio algo más del 60% de los remedios tienen su origen en las plantas, no obstante los remedios vegetales se repiten mucho entre los infor- mantes y algunos como el aceite de árnica (Hipericum perforatum L.) están ampliamente extendidos. Por consiguiente este porcentaje puede resultar engañoso si no se hace una lectura correcta, ya que son 110 especies vegetales frente a 359 remedios y por tanto son un factor discriminante en la Medicina Popular guadianera. La interpretación del índice de etnobotanicidad desde el punto de vista planteado no resulta fácil, pero sugiere que tal vez se haya realizado una aproximación a una realidad social ya que al no recurrir a los “sabios” y seguir un enfoque epidemiológico y comunitario, los índices han mostrado valores por debajo de lo que en principio se esperaba teniendo en cuenta el elevado número de remedios curati- vos que se habían obtenido en la población objeto de estudio.

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10. I CONGRESO EXTREMEÑO DE ATENCIÓN PRIMARIA Congreso celebrado en Mérida el 5 y 6 de mayo de 2006 cuyo programa tiene tiene la siguiente URL: http://sefycex.faecap.com/Documentos/Programa_Merida%2003.pdf En dicho congreso se inició la trayectoria de cooperación entre el Grupo de Investigación en Humanidades Médicas y la Sanidad en Guadiana del Cau- dillo ya que participaron en el estudio dos médicos y un farmacéutico local con el objetivo de incidir en la planificación sanitaria a medio o largo plazo. Las colaboraciones externas a HUME fueron de María Consuelo Carrasco; Dolores López; Elisa Simancas; María Jesús Cano y Amelia Villanueva. La comunicación presentada se tituló: “Introducción del consumo de plantas medicinales en los antecedentes personales”. En este trabajo 345 sujetos seleccionados por muestreo consecutivo en Guadiana del Caudillo fueron preguntados sobre si usaban plantas medicinales y donde las adquirían. Se mostraba una planta autóctona (Crataegus monogyna Jacq.) y se solicitaba su nombre y aplicación. El 50% de los encuestados usaba la Fitoterapia solapándose con un 43% que utiliza alguna planta perteneciente a la Medicina Popular (aceite de árnica, raíz de arzolla, té moruno, etc). Los principales usuarios de Fitoterapia se trataban de mujeres de mediana edad y los de Medicina Popular procedían de cualquier estrato poblacional. Las iden- tificaciones aportaron los nombres de tila, tila brava, tila bravía, galapero y guapero asociándoseles una acción sedante. Se dejó patente que la Fitoterapia y la Medicina Popular pertenecen a ámbitos terapéuticos diferentes y que en ésta última existen riesgos debido a los nombres populares y por falta de información farmacológica. Ante posibles confusiones y dado que las plantas no son inocuas, se planteó preguntar en los antecedentes personales por su uso y procedencia. Se trató el ejemplo de Crataegus monogyna que se conoce en Fitoterapia como espino albar, arbusto muy diferente a la tila comprada en comercios procedente de árboles conocidos como tilos (vgr. Tilia platyphyllos) en los que existen coincidencias en el nom- bre vulgar y en el uso como tranquilizante, si bien farmacológicamente tienen respuestas muy diferentes (Crataegus no debe asociarse a heterósidos cardiotónicos ni a benzodiazepinas). A modo de reflexión se discutió cuál es el límite de la responsabilidad médica en el uso de terapias populares y naturales.

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11. TESIS DOCTORAL Y LIBROS CON ISBN La Tesis La Etnomedicina en Guadiana del Caudillo, que ya se comen- tó en la introducción fue merecedora de la calificación de Sobresaliente Cum Laude por unanimidad. Trabajada en el Departamento de Terapéutica Médico Quirúrgica, su defensa se llevo a cabo en la Facultad de Medicina de la Univer- sidad de Extremadura por José Ramón Vallejo Villalobos y fue dirigida por el Dr. Diego Peral Pacheco.

Derivadas de esta Tesis se han publicado los siguientes libros:

2008. Catálogo de remedios de la Medicina Popular de Guadiana del Caudillo. Autores: José Ramón Vallejo, Diego Peral y María Consuelo Carrasco. Edita: Excmo. Ayuntamiento de Guadiana del Caudillo (Badajoz). ISBN: 978-84-606-4642-6.

2009. Las plantas medicinales en la cultura guadianera frente a las Medicinas Tradicionales y la Fitoterapia oficial. Autores: José Ramón Vallejo, Diego Peral y María Consuelo Carrasco. Edita: Editorial Club Universitario. ISBN: 978-84-8454-765-5 http://www.editorial-club-universitario.es/index.asp

2009. Algunos remedios mágicos y no botánicos de la medicina popular guadianera. Autores: José Ramón Vallejo, Diego Peral y María Consuelo Carrasco. En revisión editorial.

12. TESIS DOCTORAL EN EJECUCIÓN Actualmente se están tomando los datos iniciales sobre una muesta pilo- to para un estudio sobre el uso de la Fitoterapia en Guadiana, donde uno de los objetivos fundamentales será establecer los grupos de patologías que se tratan con Fitoterapia a partir de los datos de campo y contrastarlos con el conoci- miento que se posee sobre la Medicina Popular guadianera.

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TABLA 3 Nº DE TRABAJOS REALIZADOS SOBRE GUADIANA DEL CAUDILLO

ARTÍCULOS 11 (8 + 3a + 1b) CONGRESOS 10 (1a + 1b) TESIS DOCTORAL 1 LIBROS CON ISBN 3 (2 + 1a) TESIS DOCTORAL EN EJECUCIÓN 1a Total26 (18 + 5a + 2b)

a Trabajos aceptados recientemente y mencionados en la discusión pero no comentados. b En proceso de evaluación.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Los trabajos realizados en Guadiana si bien pudieran haber tenido una mayor difusión desde foros especificamente botánicos o antropológicos, se ha optado por realizar dicha difusión mayoritariamente desde la Atención Primaria, por ello hasta el momento no encontramos reseñas significativas de los traba- jos de HUME en Guadiana del Caudillo. La Atención Primaria es un Área de Conocimiento donde este tipo de trabajo puede resultar atípico, especialmente la Medicina Popular, un poco menos para la Fitoterapia; sin embargo el Grupo de Investigación se ha sentido escuchado. De todas formas somos conscien- tes de la dificultad de que se formen grupos de trabajo e investigación en Atención Primaría con la línea que nuestro grupo a abierto. Si reconocemos que existen trabajos muy brillantes de carácter etnobotánico o del área de Historia de la Medicina que inciden en foros con otros objetivos ocupando otros “ni- chos profesionales” más versátiles. Por otro lado nuestro enfoque epidemio- lógico sometiendo a la población a un escrutinio por grupos de edad tiene un claro componente de planificación sanitaria que nos implica con el Médico de Familia. En principio se tuvo la idea de publicar todo el material en castellano, pensado que nuestro modelo debería ser considerado previamente en nuestro país, pues nuestros intereses son prácticos y deseamos obtener una aplicación

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LOS ESTUDIOS SOBRE MEDICINA POPULAR Y 1633 PLANTAS MEDICINALES EN GUADIANA DEL CAUDILLO de nuestra investigación en la Salud Pública de nuestros pueblos y ciudades. Para ello contamos con la fortuna, de que podemos ensayar el modelo en Gua- diana, donde una de nuestras compañeras de investigación es su Médico. No obstante esta idea ha ido evolucionando y actualmente existen varios trabajos publicados en revistas y foros internacionales, algunos de ellos con resultados positivos recientes como es el caso de:

1. “Interactions of Valeriana officinalis L. and Passiflora incarnata L. in a patient treated with lorazepam”. Autores: Carrasco Ramos, María Consuelo; Vallejo Villalobos, José Ramón; Pardo de Santayana, Manuel; Peral Pacheco, Diego, Martín Alvarado, Miguel Ángel y Altimiras Roset, Jacinto. Revista: Phytotherapy Research. Edita: John Wiley & Sons, Ltd. ISSN 0951418X. Latest Impact Factor has increased to: 1’43 Index Science Citation. Report 2008. Publicado on -line: May 13 2009. 11:01 AM. DOI: 10.1002/ptr.2847.

2.-“Medicinal use of Atractylis gummifera L. in Guadiana (Badajoz, Spain)”. Autores: Vallejo Villalobos, José Ramón; Pardo de Santayana, Ma- nuel; Peral Pacheco, Diego; Carrasco Ramos, María Consuelo y Cres- po López, Dolores. Nombre del Congreso: Vth Congress of Ethnobotany. Lugar de cele- bración: San Carlos de Bariloche (Argentina), 2009.

3.-“Atractylis gummifera and Centaura ornata in the Province of Badajoz (Extremadura, Spain) Ethnopharmacological importance and toxological risk”. Autores: Vallejo Villalobos, José Ramón; Peral Pacheco, Diego; Gemio Zunalave, Pedro; Carrasco Ramos, María Consuelo; Heinrich, Michael y Pardo de Santayana, Manuel. Revista: Journal of Ethnopharmacology. Edita: ELSEVIER. Ireland Ltd. ISSN: 0378-8741. Impact Factor: 2’260. 5-Year Impact Factor: 2’790. Publicado on line en Agosto de 2009. DOI: 10.1016/j.jep.2009.08.036.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1634 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS

Es interesante comentar que se ha realizado una incursión con éxito en foros antropológicos como es el caso de la revista Gazeta de Antropología que agradecemos. Igualmente valoramos mucho nuestras aportaciones en los fo- ros de Medicina Naturista, ya que su filosofía de la Medicina desde la Cátedra de Medicina Preventiva de la Universidad de Zaragoza y especialmente del Dr. Saz Peiró es muy afín a la nuestra. Uno de los trabajos posiblemente de más relevancia es el publicado en la Revista Fitoterapia, ya que se da la primera cita discutida de A. gumifera como una planta tóxica medicinal en la Península Ibérica, si bien, se usó como medicinal en la Antigüedad y además en algunas localidades de España es consumida como alimento. Actualmene esta planta se emplea en la Medicina Popular de zonas como el norte de África y cuenta con la patente francesa para el tratamiento de pato- logías cancerígenas, inflamatorias e inmunodepresivas Gaudeau&Gouthiere, en 1991. Los congresos extremeños de Atención Primaria han sido una oportuni- dad para estar presentes en la Atención Primaria “in vivo” y ha permitido el intercambio de ideas y charlar con compañeros e incluso con profesionales del sector farmacéutico. El premio otorgado por SEMERGEN a la mejor comunica- ción del congreso al trabajo sobre el hipérico, revela lo de novedoso que apor- taba el objeto de estudio para el congreso; fue recibido con gran ilusión. Con este artículo se ha llegado a un punto de inflexión en los estudios en Guadiana ya que pensamos que la técnica del reestudio y la complementareidad de otros enfoques puede conducir a resultados que mejoren la planificación sanitaria en la localidad a medio plazo. Por otra parte se está iniciando desde hace ya un tiempo una labor de Educación para la Salud desde la introducción en los antecedentes personales del uso de plantas medicinales, al mensaje corto destinado a que las plantas no son inócuas, o los pósters que se van colocando en la sala del consultorio y que reflejan los estudios sobre plantas medicinales y Medicina Popular y que propician un encuentro médico-paciente en ese sentido. Por otra parte los medios de comunicación han estado interesados en la divulgación de la Medicina Popular en Guadiana del Caudillo y varios progra- mas de televisión e informativos han entrevistado a informantes de los estu- dios y a investigadores del Grupo de Humanidades Médicas, la prensa y la radio también han informado con lo cual ha habido una concienciación de realmente el valor patrimonial que posee un pueblo que ha sabido mantener oralmente las tradiciones.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BÁSICAS

ALTIMIRAS ROSET, Jacint y PERAL PACHECO, Diego. Enfoque metodológico en Medicina Popular. Documento de trabajo inédito. Facultad de Medici- na. Universidad de Extremadura. Badajoz, 1998. VÁZQUEZ PARDO, Francisco María; ALTIMIRAS ROSET, Jacint y PERAL PACHECO, Diego. El nacimiento de un grupo de investigación en Medi- cina Popular en Extremadura. Editora Regional Extremeña. Mérida, 2000.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1636 J. R. VALLEJO VILLALOBOS, D. PERAL PACHECO Y M. C. CARRASCO RAMOS

BLANCA

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Jara pringosa (Cistus ladanifer), usos, utilidades y curiosidades en Extremadura

JESÚS MANUEL CRESPO MARTÍN JOSÉ A LFONSO CARDENAL GALVÁN DIEGO PERAL PACHECO Y DR. JOSÉ RAMÓN VALLEJO VILLALOBOS Grupo de Investigación en Humanidades Médicas Facultad de Medicina. UEx

RESUMEN Extremadura es una región donde se puede observar claramente la rela- ción entre el hombre y la jara pringosa a través de múltiples facetas de la vida humana. La Medicina Popular y otras actividades tradicionales como la apicultura ponen de manifiesto esta riqueza cultural

ABSTRACT Extremadura is a region where the relationship between men and the “gum rockrose” can be clearly observed, though multiples facets of human life. Popular Medicine and other traditional activities like apiculture reveal this cultural richness.

JARAS, LA PLANTA La más conocida de nuestras jaras, la pringosa (Cistus ladanifer), apare- ce cubriendo las colinas de numerosos campos de la mitad occidental ibérica hasta los 1.000 metros de altitud. Es con toda seguridad el matorral más carac- terístico de Extremadura y del monte mediterráneo. Científicamente las jaras se clasifican en el género Cistus, que da nombre a la familia de las cistáceas, a la que también pertenecen las jarillas y los jaguarzos. Esta especie es un arbusto que habitualmente no supera los 2 metros de altura, pero en condiciones ópti- mas puede llegar a alcanzar hasta 2,5 o incluso los 4 metros. Sus grandes flores llaman particularmente la atención entre los meses de marzo y junio, según la

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1638 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS zona geográfica, ya que resalta el blanco de su espectacular floración en el tapiz siempre verde que forma el jaral11, 13, 14, 15, 24. Sus flores son muy grandes, de hasta 10 cm de diámetro, se diferencian bien de las de otras jaras, con las que a menudo aparece mezclada, por su tamaño y porque suelen poseer una mancha de color purpúreo en la base de cada pétalo que le confiere el nombre popular de “jara de las cinco llagas” (se trata de la variedad maculata) aunque estas flores también pueden ser comple- tamente blancas (variedad albiflorus). Los estambres son muy numerosos y el pistilo está formado por entre 5 y 6 cavidades que, al madurar, producen un fruto seco denominado cápsula. Es precisamente de esta forma del fruto, en cápsula globosa, de la que proviene la denominación del género, que tiene su origen en la palabra del latín cisthos, que a su vez deriva del griego kísthos, que significa “cesto”11, 13, 14, 15, 24. Las hojas de la jara son enteras, alargadas y estrechas, de hasta 10 cm. de largo. Cuando son jóvenes, aparecen impregnadas de una sustancia de carác- ter resinoso y olor característico, que le confiere un aspecto brillante y se adhiere fácilmente a las manos y a la ropa. Es por esta sustancia pegajosa por la que ha recibido la denominación popular de “pringosa”11, 13, 14, 15, 24. La sustancia pegajosa de las jaras pringosas, denominada ládano (que le confiere el epíteto específico de ladanifer), tiene la propiedad de inhibir el crecimiento de otras plantas, lo que, junto con la preferencia de la jara pringosa por los terrenos aclarados por talas o incendios, explica la gran capacidad colonizadora de esta especie, que le permite formar en ocasiones grandes ex- tensiones de matorral impenetrable8,11, 19, 20, 24. En la Península Ibérica, el área de la jara pringosa coincide en líneas generales con la de la encina, siempre que ésta no habite sobre terrenos calcá- reos. Está muy adaptada a crecer sobre suelos muy degradados o menos evo- lucionados, por lo que su presencia suele indicar suelos muy pobres1, 8, 23, 24. Se extiende desde el nivel del mar, donde puede vivir incluso en las are- nas de las dunas costeras hasta unos 1500 metros de altitud. Es especialmente abundante en Extremadura, Andalucía y ciertas regiones del centro, como el sur de Ávila y el oeste de Madrid y en la región centro de Portugal. Además de en nuestra Península, la jara pringosa habita en las Islas Canarias, donde es fre- cuente, y en el sudeste de Francia, Marruecos y Argelia1, 4, 6, 11, 14, 15, 18, 20, 24, 30, 32. Las poblaciones de África (Argelia, Marruecos) y de la serranía de Ron- da en Andalucía muestran las hojas provistas de un corto rabillo, lo que las diferencia del resto de las poblaciones de la especie; por ello, esta raza geográ-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 JARA PRINGOSA (CISTUS LADANIFER), 1639 USOS, UTILIDADES Y CURIOSIDADES EN EXTREMADURA fica se ha denominado Cistus ladanifer Subsp. africanus, diferenciada de la especie tipo subsp. ladanifer4, 11, 15, 23, 24. Otra raza geográfica de la jara pringosa, que se reconoce porque las hojas tienen los nervios muy resaltados en la cara superior, es la denominada Cistus ladanifer subsp. sulcatus, que crece exclusivamente en el suroeste de Portu- gal: costas del Algarbe y el Bajo Alentejo. Antes de los nuevos estudios taxonómicos que la han considerado como raza o variedad, algunos autores la consideraban como una especie distinta: Cistus palhinhae. Esta raza geográ- fica se trata de un arbustillo achaparrado de hasta medio metro de alto, raramen- te más elevado en las zonas al abrigo del viento. Habita desde el nivel del mar hasta unos 100 metros de altitud. Se cría en matorrales pulvinulares costeros, es decir, formando agrupaciones redondeadas características, en lugares venteados de suelo arenoso sobre rocas calizas1, 4, 11, 24.

USOS Y UTILIDADES DE LA JARA PRINGOSA El ládano procede de pequeñas glándulas e impregna las hojas y el tallo de las jaras. Esta sustancia es una oleorresina marrón pegajosa que refleja efectivamente los rayos solares y por lo tanto provoca una menor transpiración de la planta, protegiéndola así del calor. El ládano que se obtiene de la jara pringosa es una sustancia de aspecto resinoso de color pardo oscuro; tiene un sabor amargo y un aroma persistente y agradable. La resina de dichas jaras contiene “esencia de ládano” en una proporción del 0,91%, la cual es de color amarillo dorado y aroma fuerte a ámbar. La esencia de ládano es soluble en alcohol, cloroformo y éter. Dicha esencia contiene dos cetonas, feno- les, ésteres y sesquiterpenos y se obtiene en la actualidad por arrastre de vapor11, 22, 24, 33. La utilización del ládano se conoce desde la antigüedad, su uso en medi- cina está bien documentado. Contiene varios principios activos -principalmen- te el denominado ladaniol-. Se considera que el ládano tiene diversas acciones farmacológicas, entre las que cabe destacar una acción sedante del sistema nervioso (usado contra el insomnio y los estados de ansiedad e histeria), una acción revulsiva y otra antigastrálgica (actúa aliviando los síntomas de las gastritis y las úlceras gastroduodenales). Su principal aplicación tradicional ha sido en medicina popular. Se recomendaba contra la tosferina que se cortara jara y se colgara boca abajo en la habitación del enfermo para ayudarle a respi- rar. También se usaba el ládano mediante administración oral diluido al 5 % en jarabes para el alivio de la tos. No obstante, dada la toxicidad de los principios

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1640 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS activos que contiene el ládano sobre el riñón, el hígado y el sistema nervioso, se recomienda, exclusivamente, el uso tópico para combatir las contracturas musculares y los dolores articulares. Para ello, existen algunos preparados en el mercado, aunque la simple aplicación de hojas jóvenes machacadas de jara pringosa sobe la zona dolorida puede surtir efectos similares5, 7, 11, 22, 33. A lo largo de la historia se han descrito los más curiosos procedimientos para la recolección del ládano. Uno de ellos consistía en hacer pasar durante la primavera rebaños de cabras por los jarales para que la resina se impregnara en su pelo. Al guardar el ganado, éste era cepillado para así, día a día, ir “cosechan- do” el ládano. Para la obtención artesanal de ládano en Extremadura se echa- ban manojos de jaras sin raíces (se obtenían por segado) en calderas especia- les. A los cinco minutos de estar cociendo empezaban a echar espuma. Esta espuma se recogía con una paleta y cuando se enfriaba se hacían unas bolas negras denominadas “melojas” (ládano). Esta actividad se realizaba centrada principalmente en la época veraniega. Tuvo su mayor importancia económica en la segunda mitad del Siglo XX. El proceso se hace más rentable cuando se añade al agua de cocción sosa cáustica y posteriormente al agua donde se ha cocido la jara se le añade ácido sulfúrico para que produzca una reacción quími- ca que haga que se separe la resina extraída5, 22, 33. Antaño se preparaba el denominado “emplasto regio” para curar heri- das y hernias o quebraduras. Este remedio se elaboraba mezclando el ládano con pez negra, trementina y cera amarilla de abejas. En algunas comarcas de Extremadura y en el Alentejo portugués se empleaba para las “muñecas abier- tas”. Para ello se colocaban alrededor de las muñecas hojas de jara mantenién- dolas mediante una ligadura. En cualquier caso, hoy día son escasos los usos medicinales del ládano, utilizándose más frecuentemente en la industria de perfumería como fijador de esencias y para dar un toque de cuero al perfume. Su olor es muy rico, complejo y tenaz, por lo que resulta muy apreciado en perfumería, por su semejanza con el aroma del “ámbar gris”. Este último ha sido prohibido su uso en muchos países debido a que sus precursores se origina- ban a partir del esperma de cachalote o ballenas, que, además de las considera- ciones éticas sobre su extracción, son especies protegidas. En los últimos años el ládano también ha adquirido utilidad para la industria química, al ser emplea- do como sustancia que confiere propiedades adhesivas a los fitosanitarios empleados en fumigaciones agrícolas11, 22, 24. La madera de la jara se aprovechaba como combustible para las hogue- ras, para calentarse. Pero era muy utilizada y apreciada como leña para cocer el

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 JARA PRINGOSA (CISTUS LADANIFER), 1641 USOS, UTILIDADES Y CURIOSIDADES EN EXTREMADURA pan debido al gusto que le confería al mismo. Así mismo servía y se usaba como combustible para los hornos de cal (caleras)5, 7, 11. La jara era muy empleada para hacer “picón” o “cisco”, carbón muy menudo para los braseros. Para ello se rozaba la jara con una hoz de punta roma y se preparaba la piconera amontonando los “brazaos” de ramas de jaras, sin raíz. Esta labor suponía un tremendo esfuerzo para ganarse el jornal. Un piconero cortaba y agavillaba en jornadas de 9 a 10 horas (de sol a sol) alrededor de 900 kg de jaras, que quemaba al amanecer del día siguiente. Se encendía la piconera y se añadía agua poco a poco de modo que humease, pero que no se formasen cenizas, sino tizones. Este proceso se realizaba en unas dos horas, pudiendo realizar una persona de siete a ocho sacos en una jornada. La época idónea para hacer el picón era invierno o primavera. Actualmente sigue realizándose de la misma manera por algunas personas en algunas partes de la geografía extremeña, pero de una manera muy esporádica5, 11, 12, 16, 22. La denominada “chasca” en los hornos de carbón es la cobertura vegetal que se pone cubriendo la pila de leña gruesa (principalmente de encina o alcor- noque). El material de esta cobertura suele ser pasto, paja, puntas de jara o la mezcla de ellos. A este proceso se le denomina “encañᔠpara finalmente cubrir todo el conjunto con tierra tierra seca y suelta. Para evitar riesgos de que se hunda el horno durante la elaboración del carbón este debe ser muy tupido de leña, llevar mucha chasca y mucha tierra, aparte de no violentar el fuego11, 31. Otro uso que se le ha dado a esta madera ha sido en la ganadería caprina, muy ligada a las zonas de jarales. Así se empleaba para hacer los “bozos” de los chivos. Estos son unos palos de jara cortados a la medida de la boca, que se les ponía a los cabritos para que no mamaran pero que sí pudieran comer, con el fin de que no dejaran sin leche a la madre, hasta que se ordeñaba. A esta operación se la denominaba “redrar a los chivos”. La especie ganadera por excelencia asociada al pastoreo en los jarales es la cabra. Las ovejas y vacas también pueden ramonear jaras, pero de una manera anecdótica en aquellos lugares donde existe esta cobertura vegetal acompañando a los pastos. En aquellas tierras más deprimidas algunos ganaderos también emplean sus ramas tiernas como forraje para el ganado. Esto también ha dado lugar a que diversos pro- yectos de investigación intenten encontrar utilidades a la jara negra en alimen- tación animal. Algunos estudios han demostrado que las hojas de este arbus- to, una vez tratadas con etanol, son susceptibles de incorporarse a piensos para conejos, sustituyendo a la alfalfa (Medicago sativa)2, 5, 16, 27, 34.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1642 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS

Antiguamente también se hacían punzones de jara y agujas para coser los aparejos de las bestias. Las ramas (que se llamaban varetas o variles) de jara son muy rectas y se usaban para hacer las “perchas” que es la denominación que se daba a unas especies de trampas empleadas para cazar pequeños anima- les, principalmente conejos y perdices5, 11. En la apicultura tradicional, en colmenas de corcho, la madera de jara jugaba un papel fundamental, gracias a su abundancia, dureza y el hecho de ser una madera que no se apolilla. Se usaban palos secos de jara, denominados “tranquillas”, cruzados de dos en dos en forma de aspa, dividiendo el corcho en su interior. La función de estas tranquillas era la de sujetar los panales. Para el acabado también se usaban los “viros”, que eran una especie de clavos hechos de jara, que servían para coser el corcho por sus lados, y remachar la parte superior que lo cubría, llamada “témpano” 3, 11, 13. La dureza de la madera no solo ha tenido aplicación en la apicultura tradi- cional ligada a los corchos. También se ha empleado para hacer los cabrios de los tejados o los bolillos empleados en el arte de hacer encaje, artesanía que aún persiste en algunos enclaves de Extremadura, como por ejemplo la Sierra de Gata5, 12. En multitud de zonas, antaño en los muros de las casas de piedra se colocaban cogollos de jara bajo la teja. Se hacía así por su utilidad como aislan- te del frío y del calor y además las tejas asentaban mejor. Normalmente los cabrios de los tejados de las casas eran de otra madera, como por ejemplo la de madroño, pero también se empleaba la de la jara. En las paredes de los cercados para el ganado se ponía jara seca atravesada en el remate. Muchas veces la cama de los pastores se hacía habitualmente con cogollos de jara5, 12. Un producto de la jara, apreciado en el pasado pero ya abandonado, era la “mangla” o “Maná de España”, un exudado azucarado que aparece de modo irregular, formando copos blancos o amarillentos en la heridas de los tallos y cicatrices de las hojas en las ramas de la jara, ofreciendo un aspecto similar a la saliva, que se oscurecen al contacto con el aire. Se compone de glicocistina, un azúcar propio de los Cistus, con sabor dulzón y ligeramente resinoso. Entre otras virtudes, servía para combatir la tos, para ello se hacían pastillas con ácido nítrico. Aunque más a menudo la mangla se recolectaba y ofrecía como golosina para los niños. A pesar de su nombre, la mangla no tiene relación con el verdadero maná de la Biblia, extraído del “Fresno del Manᔠ(Fraxinus ornus). En Extremadura se denominaba a esta sustancia “miel de jara”, por su consis-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 JARA PRINGOSA (CISTUS LADANIFER), 1643 USOS, UTILIDADES Y CURIOSIDADES EN EXTREMADURA tencia y sabor dulzón que asemejaba a la verdadera miel de abejas y era muy apreciada para confeccionar dulces como los buñuelos7, 11. Otro uso que se le ha dado a este arbusto y del que no se tiene constan- cia en Extremadura es el uso que se le ha dado en las montañas de Ketama, en Marruecos. Allí utilizan las semillas de la jara para mezclarlas con el trigo, obtener la harina y confeccionar el pan, o se consumían en fresco los pétalos de las flores11, 12. En las actuales condiciones sociales, económicas y ambientales de nues- tro país, tiene difícil justificación la eliminación de vegetación natural para la implantación de cultivos de cualquier tipo. A pesar de ello, actualmente se sigue roturando y eliminando las jaras de muchos terrenos para hacerlos más productivos para la agricultura o la ganadería, pero por otra parte ha entrado con pleno derecho ha formar parte de las plantas ornamentales de muchos jardines, sobre todo en aquellas zonas que no están acostumbrados a verlas por todos lados. Además en este campo es muy frecuente el empleo de varie- dades híbridas que ofrecen mayor combinación de colores11, 12. Las manchas de matorral impenetrable que forma el jaral resultan de enor- me importancia en la biología de muchas especies de fauna asociadas al ecosistema mediterráneo. También son importantes en la actividad cinegética, ya que las especies de caza mayor (jabalíes, ciervos, gamos, muflones, etc.) y menor (conejos, liebres) encuentran refugio en la espesura del monte11, 12.

POLEN DE ABEJA Las jaras no son productoras de néctar y aunque alguna vez, muy rara- mente, en algún año con condiciones climáticas especiales, algunas especies podrían llegar a ser productoras de mielatos (miel procedente de secreciones de la planta), su interés para el aprovechamiento apícola radica en ser productoras de polen monofloral de gran calidad. Aunque la mayoría de las colmenas no estén dedicadas a la cosecha de polen, los jarales resultan de gran interés polinífero ya que constituyen unas de las principales fuentes de proteínas para las abejas2, 8, 11, 12, 13, 17, 21, 25. Poseen un gran valor biológico por la época en que florecen así como debido a la larga floración de los jarales, lo que las convierte en una fuente proteica de primer orden de indudable importancia ecológica al intervenir en el desarrollo de las larvas de abejas y otra gran multitud de especies de insectos. Todo ello está favorecido por la morfología de la flor, con numerosos estambres

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1644 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS y con enorme cantidad de polen producido que es además fácilmente accesible por los polinizadores11, 12, 13, 29. Extremadura constituye un ejemplo de la importancia de las jaras en la producción de polen. Se puede considerar el polen extremeño como monofloral de jaras porque, aunque determinados estudios han identificado un promedio de 16 taxones, más del 90% del polen pertenece a las cistáceas. En España, la producción total de polen anual es de 1.117 Toneladas (2003). De este total se estima que de las jaras se recolectan anualmente hasta 400.000 Tm de polen tan sólo en la Comunidad Autónoma de Extremadura, que se constituye en la re- gión con mayor producción del mundo, concentrándose principalmente en la comarca cacereña de Las Hurdes. Se recolecta en Extremadura durante un pe- riodo de tiempo de unos 15-20 días en primavera para que la producción de la colonia no se vea afectada. Se puede obtener una producción media de 4-5 kg de polen por colmena y año2,8, 11, 12, 13, 29. Para su cosecha se emplea la denominada “trampa cazapolen”. Ésta consiste básicamente en un armazón de madera que lleva un cajón inferior con una chapa perforada en la parte superior, a través de la cual caen hacia el cajón las cargas de polen que se desprenden de las patas de las abejas cuando estas intentan penetrar hacia el interior de la colmena atravesando una rejilla de material plástico grueso con orificios de 4,5 mm. Se sitúan colocadas en la entrada de la colmena (piquera). El polen es retirado de los colmenares por el apicultor a diario. Posteriormente es deshidratado mediante un secado. Hace unos años (década de los 80 del siglo XX) se realizaba este secado al sol y actualmente se realiza un secado artificial basado en la utilización de aire calien- te en secaderos industriales de polen. Además de en estado seco, el polen también se comercializa en fresco tras un proceso de congelación y su poste- rior mantenimiento en frío8, 11, 12, 13, 25. El color final del grano de polen que las abejas recolectan de las jaras es fundamentalmente amarillo o amarillo-anaranjado. Este color no sólo depende de la planta, sino que intervienen diversos factores más: el estado en el momen- to de la recogida, la humedad, la naturaleza y la cantidad de miel o néctar empleado por la abeja en la aglutinación del grano, etc. 11, 12, 13, 29, 30 El polen de abejas es una importante fuente natural de proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, considerado por ello como un excelente suplemento dietético con acción bioestimulante. La Industria farmacéutica lo utiliza en diversas formulaciones. Existe gran demanda por parte de los distri- buidores de alimentos naturales o vegetarianos, máxime a su condición de

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 JARA PRINGOSA (CISTUS LADANIFER), 1645 USOS, UTILIDADES Y CURIOSIDADES EN EXTREMADURA producto dietético y debido a su escasa transformación. Así el polen como producto comercial, se emplea en alimentación, cosmética y terapéutica (apiterapia). Entre sus múltiples acciones, se destacan las siguientes: regula- ción del equilibrio orgánico y estimulación del crecimiento; regulación de las funciones intestinales y del sistema nervioso; prevención de los problemas de próstata y resistencia a las infecciones; protege del desarrollo de diversas enfermedades del intestino, de la obesidad, hemorroides y cáncer de colon. Todo ello es debido a su composición en la que entran en distintas proporcio- nes hidratos de carbono, proteínas, aminoácidos libres (Histidina, Leucina, Isoleucina, Triptófano, Valina, Cistidina, Metionina, Fenilalanina, Treonina, Arginina, Glutamina, Prolina, Lisina, etc.) y gran cantidad de vitaminas (B , B , 1 2 B , B , B , B , B , B , B , C, D, E, HK, provitamina A) y minerales como el calcio, 3 5 6 7 8 9 12 potasio, sodio, fósforo, azufre, magnesio, manganeso, sílice, cloro, hierro, co- bre, etc.; ácidos orgánicos como el fórmico, acético, oleico, linoléico, palmítico, mirístico entre otros; enzimas (fosfatasa, amilasa, invertasa, etc.) lípidos, y es- teroles además de otras sustancias como antibióticos, pigmentos, etc. 11, 12, 26, 29. El polen también se emplea en la alimentación animal, sobre todo en fresco para la alimentación con polen a abejorros del género Bombus, que son especies de alto interés en la agricultura por su uso como polinizadores de cultivos, especialmente de invernaderos11, 12, 13, 30. A pesar de la ausencia en la producción de néctar de las jaras, y por consiguiente la inexistencia de miel de jara, en el espectro polínico de muchas otras mieles se encuentran granos de polen de jaras; sobretodo en algunas mieles multiflorales de primavera y en algunas monoflorales como aislados importantes. Esto puede ser de utilidad en la clasificación floral o geográfica de muchas mieles, ya que aporta información de la época de recolección, las espe- cies botánicas asociadas o la mezcla de mieles11, 12, 13, 17.

CORTEJO MICOLÓGICO EN LOS JARALES El matorral o jaral-aulagar se encuentra muy bien conservado en ciertas áreas de Extremadura. Estos enclaves poseen hongos típicos de terrenos áci- dos, siendo el inconveniente su impenetrabilidad o su fragosidad10, 28. Desde el punto de vista taxonómico en los jarales se encuentran especies de hongos poco conocidas e incluso posiblemente sin describir, muchas de ellas con el epíteto “cistophilum”, lo que indica su preferencia por el sustrato. La jara parece proporcionar una flora micológica selectiva, debido posiblemen- te a la acidez de sus resinas (ládano). Aunque los jarales no se encuentran entre

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1646 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS los tipos de hábitats naturales a conservar que recoge la legislación comunita- ria, sin embargo, debido al alto valor ecológico de muchos hongos que se en- cuentran en ellos, algunos de los hábitats donde fructifican deberían ser pro- tegidos, en vistas a la conservación de esas setas y a preservar los valores culturales asociados a su recolección y consumo. En Extremadura son espe- cialmente apreciadas las criadillas jareras (Choiromyces magnusii) y otras es- pecies de hongos propias del bosque de encinas o alcornoques que se adentran frecuentemente en el jaral como son los Boletus o “tentullos”, principalmente el Boletus aereus10, 28.

COLMENINAS La colmenina, mielera, jarrita de miel, hipociste o granadilla (Cytinus hypocistis sub. hypocistis) es una curiosa planta parásita de las jaras de flor blanca (C. ladanifer, C. salviifolius, C. monspeliensis, C. clusii). Existe otra subespecie de colmenina, Cytinus hypocistis sub. kermesinus o Cytinus ruber según algunos autores, que es parásita de jaras de flores rosa (C. albidus, C. crispus)11, 12, 13. Se trata de plantas parásitas que carecen completamente de hojas. En primavera, a los pies de algunas jaras aparece en la superficie del suelo un tallo muy corto y carnoso, como una seta o una yema cubierta de escamas rojo escarlata o rojo amarillentas, que tras abrirse, mostrarán las flores de pétalos blancos. Este tallo es todo lo que se ve. Si se siguiera subterráneamente este tallo, se vería que está implantado sobre una raíz de la jara a la que parasita. Su nombre vulgar es colmenina, mielera o jarrita de miel, por el sabor dulce de sus flores maduras, ya que el fruto es una baya, rellena de mucílago con sabor a miel, que es comestible y consumido como golosina en algunas comarcas, sobre todo del Norte de la provincia de Cáceres (Las Hurdes, Sierra de Gata). En algunas regiones españolas se conoce a esta planta parásita de las jaras con el nombre de granadilla por su semejanza con las granadas11, 12, 13. La colmenina es la única representante en Europa de la familia Raffle- siáceas, constituida íntegramente por plantas parásitas de distribución princi- palmente tropical. Las rafflesiáceas forman tejidos que penetran en el interior de la planta huésped, como si se tratara de las hifas de un hongo. Rafflesia arnoldii, una planta de las selvas de Sumatra y Borneo, ostenta el récord mundial de tamaño floral, con su única y descomunal flor de hasta un metro de diámetro11, 12.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 JARA PRINGOSA (CISTUS LADANIFER), 1647 USOS, UTILIDADES Y CURIOSIDADES EN EXTREMADURA

NOMBRES COMUNES DE LA JARA PRINGOSA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA El nombre de jara proviene del vocablo árabe sa´râ, que significa mato- rral. En documentos del siglo XIII aparece la palabra xara como voz mozárabe utilizada también con este significado11, 13, 24. Concretamente en Extremadura, pero también en otras muchas zonas de España a la flor de jara pringosa se la denomina “rosa de la jara”; al fruto “repión o trompo”. A la resina o ládano le llaman “meloja”. Los “cogollos” son los brotes terminales de la planta. Al polen se le denomina “sarro” y “mangala” es el exudado con aspecto de saliva del tallo3, 5, 11, 24. Los nombres vulgares de esta planta son muchos y muy variados como podemos observar en información recopilada y mantenida por el Dr. Ramón Morales (Real Jarín Botánico, CSIC) y su equipo de colaboradores en la base de datos “Nombres vulgares” publicada en parte en “Archivos de Flora de Iberica”: “Cogollos, estepa, estepa blanca, estepa de ládano, estepa del ladón, estepa ladanífera, gallarín, hierba lobera, jara, jara blanca, jaracepa, jara común, jara de flor manchada, jara de hornos, jara de laúdano, jara de las cinco llagas, jara de ládano, jara del ládano, jara de Sierra Morena, jara estepa, jara estepa y pegajosa, jara gomosa, jara ladanifera, jara manchega, jara melosa, jara mora, jara negra, jara pegajosa, jara pegantosa, jara pringosa, jara sabia, juagarzo blanco, lada, lada ladón, ladano, ladón, ládano, ledo, mangala, mangla, meloja, mángala, mánguila, pringe, repipión, ripión, rosa de la jara, sarro, trompillo, trompo, turmeruela, xara”. A su vez el término “Jara” ha dado nombre a determinadas zonas natura- les y enclaves de toda España; son arbustos tan frecuentes que es práctica- mente imposible transitar por el monte mediterráneo sin verlos. Llevan esta designación comarcas como la de La Jara entre Toledo y Cáceres, que además se ve reflejado en el nombre de diversos municipios de este territorio como puede ser, entre otros, Belvis, Alcaudete, El Campillo o Sevilleja de la Jara en Toledo. También aparece este nombre asociado a otras localidades de lugares tan dispersos como Guadalajara, Madrid (Robledillo de la Jara), Valladolid (Valle del Arroyo Jaramiel), Alicante (La Jara o La Xara), Valencia (Jarafuel) Sevilla (El Real de la Jara, Martín de la Jara), Cuenca (Villanueva de la Jara), Cádiz (La Jara), Murcia (San Ginés de la Jara), Zaragoza (Jaraba) o Cáceres (Jaraiz de la Vera, Jarandilla de la Vera, Jaraicejo). En resumen, la jara que en un primer momento parece que es una planta sin ningún tipo de utilidad para el hombre, resulta que ha sido utilizada en

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1648 J. M. CRESPO MARTÍN, J. A. CARDENAL GALVÁN D. PERAL PACHECO Y J. R. VALLEJO VILLALOBOS múltiples facetas de la vida humana desde la antigüedad hasta nuestros días. Tanto es así que actualmente se emplea como reclamo turístico en actividades diversas. Sirvan como ejemplo las localidades pacenses de Valencia del Mombuey donde se celebra la “fiesta de la jara en flor” o la de Valdecaballeros con el “día de la jara”, entre otras muchas actividades lúdicas o turísticas asociadas a las jaras y los jarales1.

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.651-1.666 1651

La JAE y el desarrollo de la microbiología extremeña

DR. ALFONSO V. CARRASCOSA SANTIAGO Dpto. Microbiología Instituto de Fermentaciones Industriales, CSIC.

Partiendo de la importancia que la profesión médica tuvo en el desarrollo de la microbiología española se aborda el papel de Manuel y Práxedes Corrales Vicente, farmacéuticos de Trujillo, que propusieron a la Junta para la Amplia- ción de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) la creación de sendos laboratorios de investigación en microbiología, que no llegaron a ponerse en marcha. Tanto el carácter centralista de la JAE, como el funcionamiento de redes de influencia que operaban en su desenvolvimiento, y dentro de las cuales parece que nuestros protagonistas no estaban, pudieron influir en la falta de apoyo a las iniciativas extremeñas. En el presente artículo se comenta la documentación al respecto existente en el Archivo JAE de la Edad de Plata, de la Residencia de Estudiantes del CSIC. Para contextualizar el estudio se apor- tan reseñas de las memorias y actas de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), así como decretos publicados en la Gaceta, Boletín Oficial del Estado de la época. La JAE, que pensionó a médicos y farmacéuticos para ampliación de estudios en microbiología, no promovió con la misma intensidad la institucionalización de dicha disciplina.

INTRODUCCIÓN Ha sido propuesto que el desarrollo inicial de la microbiología en España se llevó a cabo en las Facultades de Medicina, a finales del siglo XIX, en algunas cátedras de Anatomía Patológica, donde entonces existían los micros- copios (1), y por médicos que propugnaron la denominada medicina de labora- torio (2). También un médico, Luis del Río y Lara, ayudante de prácticas del mismísimo Cajal, sería quien escribiría el primer libro en español de microbiolo- gía titulado “Elementos de microbiología para uso de estudiantes de medicina y veterinaria “(1898), presentando a la microbiología como disciplina separada

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de la anatomía patológica (3). Además, durante el siglo XIX, la mayoría de las publicaciones científicas en microbiología se llevaron a cabo en revistas del ámbito médico (4). Precisamente el Doctor en Medicina y Premio Nobel en Fisiología o Me- dicina, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), se colegiaría en Madrid como bacteriólogo, y según su discípulo Jorge Francisco Tello Muñoz (1880-1958) , comenzaría su obra científica con el trabajo denominado “Contribución al estu- dio de las formas involutivas y monstruosas del comabacilo de Koch” en 1885 (5). Más tarde , y juntamente con él, publicaría un “Manual Técnico de Anato- mía Patológica (Autopsia-Histología, Patología-Bacteriología)” (1918, Impren- ta y Librería de Nicolás Moya, Madrid) que incluía técnicas microbiológicas (6). La docencia universitaria de la incipiente microbiología comenzó con la incorporación de los conocimientos de bacteriología a las asignaturas de higie- ne, también en las facultades de medicina (7). Sin embargo con el nombre de microbiología la primera cátedra fundada en España fue la F. de Farmacia de la U. Central en 1900, que se llamó “Microbiología, técnica bacteriológica y prepa- ración de sueros medicinales”, en la cual fueron probablemente presentadas las primeras tesis doctorales en microbiotecnología de alimentos (8). Precisa- mente farmacéuticos serían Manuel y Práxedes Corrales Vicente, de Trujillo, que tuvieron relación directa con el desarrollo de la microbiología extremeña y con la institución que más impulsó el desarrollo científico español durante el primer terco del siglo XX: la Junta para la Ampliación de Estudios e Investiga- ciones Científicas (JAE).

EL LABORATORIO DE BACTERIOLOGÍA APLICADA A LA INDUS- TRIA LÁCTEA DE MANUEL CORRALES VICENTE La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) se proponía la creación de nuevos centros de investigación y contemplaba la posibilidad de que en esos centros se pudiesen difundir los trabajos de inves- tigación realizados por sus pensionados mediante cursos, indicando la dota- ción de fondos a tal fin (9). Se propuso incluso dotar cuando fuera necesario con personal dichos establecimientos, y traer profesores extranjeros (10). En las Actas de la JAE, en relación con la sesión de 20 de abril de 1920, bajo la Presidencia de Cajal, en la que se destinaron 50.000 pesetas al capítulo “Extensión de servicios a provincias”, de un total presupuestado para la JAE de 1.219.000 pts. (11) se cuenta el destino de los gastos sobre el presupuesto

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA JAE Y EL DESARROLLO 1653 DE LA MICROBIOLOGÍA EXTREMEÑA asignado a la JAE en los presupuestos generales del estado próximos a aprobarse, y es aquí donde aparece Manuel Corrales Vicente:

“ la creación de nuevos Laboratorios con destino a aplicaciones industriales se acordó formar cuatro grupos de laboratorios en donde se puedan comenzar los estudios y enseñanzas prácticas que guarden relacio- nes con la agricultura y con las principales industrias. Estos grupos de Laboratorios serán uno de Bacteriología, especialmente con aplica- ción a los fermentos lácticos y a las industrias de mantequería y quesería que dirigirá Don Manuel Corrales Vicente. A este laboratorio quedará por ahora agregado don Julio Blanco que realiza trabajos de tuberculosis en el Instituto Alfonso XIII. Estos nuevos laboratorios quedan incorporados al Instituto Nacional de Ciencias y se instalarán por ahora en el Pabellón de Laboratorios de la Residencia, los de química....El Laboratorio de Bacte- riología se instalará por ahora en el local cedido para este fin en el Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII. La junta determinará en acuerdos poste- riores la forma en que ha de llevar a provincias los servicios que le están confiados.”

Manuel Corrales Vicente aparece como director de un laboratorio que se iniciará en el importante establecimiento microbiológico sanitario del Instituto Nacional de Higiene Alfonso XIII (12), origen del actual Instituto Carlos III. Sin embargo el estudio de las Memorias de la JAE desde 1920 a 1934 no recogen actividad alguna de dicho laboratorio, por lo que ha de admitirse que no llegó a existir, al menos en las instalaciones de la JAE. Sorprende sin embargo la apari- ción simultánea de la creación de un Laboratorio de Bacteriología y Serología en la Residencia de Estudiantes de Madrid , en las memorias de la JAE, de cuyo acuerdo de fundación no se guarda constancia en las Actas, como en el caso de la propuesta de Manuel Corrales Vicente. El inicio de su andadura coincide con la desaparición de aquel, tal y como se recoge en la Memoria de la JAE 1920-1921. La desaparición del laboratorio de Manuel Corrales Vicente, y la apari- ción de modo “irregular” del de Paulino Suárez fue un cambio de pareceres que pudo tener que ver con lo que se ha reconocido por importantes historiadores de la ciencia como la existencia de redes de poder e influencias en las activida- des de la JAE (13), en las que Manuel Corrales Vicente no estaría bien posicionado. Lo cierto es que en 1920 comenzó su andadura el Laboratorio de Bacteriología y Serología con Paulino Suárez como Director (14). Paulino Suárez no llevó a cabo estudio científico alguno de tipo microbiológico y la actividad del Laboratorio de Bacteriología de Madrid, principalmente docente, ya se rea-

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lizaba en el I. Nal. de Higiene Alfonso XIII, creado en 1899 y con Cajal de director (12). Sin embargo, Paulino Suárez era primo hermano de Juan López Suárez, personaje influyente por ser cuñado de Castillejo secretario de la JAE, lo que pudo ser determinante en el cambio de promoción de laboratorio.

MANUEL CORRALES VICENTE EN EL ARCHIVO JAE DE LA EDAD DE PLATA (JAE/ 38-630) Pero ¿Quién era Manuel Corrales Vicente? ¿Se sabe algo de su formación y su Curriculum Vitae? Por suerte sí: en el Expediente JAE/38-630 del Archivo JAE de la Edad de Plata (http://archivojae.edaddeplata.org/jae_app/ jaemain.html). En su ficha (15) consta que estaba domiciliado en Madrid y Trujillo y que era Dr. en Farmacia, y también figura su cargo, el de Director del Laboratorio de Bacteriología Aplicada a la Industria Láctea, lo que da idea de la importancia que llegó a tener la referencia en las Actas de la JAE que hemos comentado con anterioridad. Manuel Corrales Vicente solicitó (16) ser pensionado por la JAE para ampliación de estudios en el extranjero para estudiar sueros y vacunas bacterianas, con la edad de 33 años y siendo doctor sin graduar en Farmacia. Ya entonces se percibe su madurez al plantear cosas como que la terapéutica y la farmacología están orientadas a estos medicamentos, y que por tanto urge “ al farmacéutico ponerse en condición de poderlos preparar con arreglo a las exigencias de la ciencia actual”. “La eficacia de unos y el potencial de unidades inmunizantes de otros está íntimamente ligados a detalles de la técnica que a su vez son deducidos de concepciones científicas en que se funda la preparación. Unos y otros sólo podrán aprenderse con un trabajo y una práctica constante, cosa que sólo es posible en los laboratorios del extranjero, por su intensa labor y facilidades para el trabajo”. Este fue el primer planteamiento, tal vez derivado de su aprendizaje biosanitario en farma- cia. De lo que no debe caber duda es de la vocación y determinación que Manuel Corrales Vicente tuvo para la investigación científica. Con la misma carta (17) adjunta un documento en el que comenta haber cursado en la F. de Farmacia de la Universidad Central la asignatura de bacteriología, en la que hemos comentado que se fundó la primera cátedra con la palabra microbiología incluída en su nombre (3), habiendo obtenido la calificación de sobresaliente según consta en su expediente en dicha facultad. Además refiere llevar 18 meses empleado en el Laboratorio Municipal de Madrid, siendo Profesor Agre-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA JAE Y EL DESARROLLO 1655 DE LA MICROBIOLOGÍA EXTREMEÑA gado de la Sección de Bacteriología de Aguas y Alimentos de dicho centro, donde se dedica al aislamiento e identificación de gérmenes, en especial de los grupos tífico y coli, manejando técnicas tanto microbiológicas como inmunológicas en un elevado número, pero en donde no se realiza lo que el desea que es la investigación científica. Por todo ello comenta tener presiona- do su ánimo y de tal modo que lo deja y solicita una pensión para el extranjero, dejando su trabajo que le resuelve su situación económica, pero creyendo que la utilidad que su trabajo aporta a la sociedad se verá incrementada con sus estudios y ampliación en el extranjero, con lo que vería compensados los sa- crificios que se imponga actualmente. Será difícil encontrar un planteamiento similar de pérdida de status en pro de la aventura de la ciencia. Termina ponién- dose a disposición de la JAE para aclaraciones o examen si lo creen oportuno, el 27-2-1916. Es interesante hacer notar cómo llega Manuel Corrales Vicente a propo- ner lo que probablemente sea el primer laboratorio de investigación científica en productos lácteos de España. En carta al Presidente de la JAE (13), escrita desde Trujillo el 5-1-1917, comenta haber recibido la pensión a condición pro- puesta por Castillejo, el secretario de la JAE, de que amplíe su formación en el I. Nacional de Higiene Alfonso XIII. Por ello se incorporó primero a la Sección de Epidemiología que dirigía el Dr. Tello, discípulo de Cajal, con el que estudió gérmenes patógenos que se estudiaban en dicha sección, así como métodos de suero diagnóstico aplicados al conocimiento e identificación de las bacterias, y en la Sección de Sueroterapia, dirigida por el Dr. José Motriz Riesgo, sobre preparación y valoración de suero antidiftérico. Al terminar esta etapa comenta haber recibido del Dr. Tello el ofrecimiento de seguir estudiando bajo su super- visión, pero esta vez algún asunto que en España no estuviese del todo estu- diado, y que fuera de utilidad, eligiendo él la fermentación de las industrias derivadas de la leche y las levaduras seleccionadas para la fabricación de vinos. Para entonces Juan Marcilla había comenzado a escribir su libro “Vinificación en países cálidos” (Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1922) que constitu- ye un hito en el desarrollo de la microbiotecnología vínica que tanto se dedica- ría a desarrollar posteriormente este personaje. Comenta no haber seguido mucho tiempo estudiando este trabajo por las obligaciones familiares de mon- tar un laboratorio en Trujillo con su padre y hermano, donde viven siendo también farmacéuticos, un laboratorio químico-bacteriológico donde pudiesen resolverse los problemas de la higiene y de la clínica, dado que en la región no hay institución similar. Debido al montaje de este laboratorio y al no poder por todo ello utilizar la pensión en 1916, pide le sea concedido disfrutarla ahora para

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hacer estudios de preparación de sueros y vacunas y de microbios para fer- mentaciones, que realizará en el Instituto Pasteur de París, firmado el 5 de enero de 1917. En el siguiente documento del expediente Manuel Corrales Vicente, Dr. en Farmacia, se vé que aprovechó bien su estancia en el Instituto Pasteur. En carta firmada el 14 de agosto de 1918 por el Dr. Pettit, que tutorizó a un buen número de pensionados de la JAE que recalaron en el Instituto Pasteur de París (Memorias JAE 1920-1934), se da cuenta de la seriedad del trabajo del pensio- nado, y de la confianza que se puede depositar en él, debido al trabajo desarro- llado, que primero estudia patógenos de interés clínico, concretamente las espiroquetas icterohemorrágicas, y posteriormente realiza con el Dr. Maizé estudios sobre la microbiología aplicada a las industrias lácteas (14). Debió ser en este momento cuando se decidió a montar a la vuelta a España algo similar, siendo como era y es un importante productor en quesos, etc. La propia administración de la JAE (15) da cuenta de que ha pensionado a Manuel Corrales Vicente para trabajar un año, de 1919 a 1920, en fermentos lácticos bajo el doble aspecto científico e industrial, y de regreso desearía proseguir sus investigaciones. No contando la JAE con laboratorios adecua- dos, ella solicita al Sr. Director del I. Higiene Alfonso XIII le dejen hacer a Manuel Corrales Vicente dichas investigaciones allí, y ruega que pongan a su disposición los elementos con fecha de 31 de enero de 1920. Tal vez porque empezó aquí a estudiar ese tipo de problemas, o porque se pensaba en la JAE en dar una salida a su solicitud para montar otro laboratorio, el que dirigiría a Pulino Suárez, el director del I. Nacional de Higiene Alfonso XIII, el Dr. Murillo, en carta de 6 de febrero de 1920, comunica que ha ordenado se le den al expensionado Manuel Corrales todas las facilidades en ese instituto para que pueda continuar sus estudios (16).

PROYECTO DE CREACIÓN DE UN LABORATORIO EN LA ASOCIACIÓN GENERAL DE GANADEROS, PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA INDUSTRIA DE LA LECHE A estas alturas sobra decir que Manuel Corrales Vicente se había espe- cializado a altísimo nivel científico internacional sobre el empleo de fermentos lácticos. El documento siguiente (17) es un proyecto en toda regla de “Proyec- to de creación de un laboratorio en la Asociación General de Ganaderos, para el estudio de los problemas relacionados con la industria de la leche”.

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Comienza exponiendo que la Asociación General de Ganaderos le encargó el mes de abril el estudio de los problemas bacteriológicos relacionados con las industrias lácteas. Se pensó, comenta, en montar un laboratorio dedicado a ello, adaptado a esas investigaciones, y por contar con el anterior ofrecimiento del director del I. Nacional de Higiene Alfonso XIII, dichas actividades comen- zaron ya allí. No obstante comenta que necesidades inherentes a la organiza- ción de dicho centro, junto con la falta de elementos de trabajo, convierten su labor en un tanto estéril e inútil para la asociación. Por ello propone que la Asociación monte un laboratorio para poder continuar su labor. La idea de plasmar la propuesta la comenta en persona al Sr. Marqués de la Frontera, D. Francisco Martín Bertrán de Lis (Madrid 1874, Badajoz 1940), que fue Diputado a Cortes por Badajoz desde 1914 a 1927, y probablemente uno de los más importantes regionalistas extremeños de la épo- ca, que abogó por la regeneración de Extremadura (18). El Marqués le anima a crear el laboratorio y proponérselo así a la Asociación. El Marqués, manifesta- da la inquietud a él, le recomendó preparar una memoria de creación del labora- torio en la que se incluyeran las razones de crearlo y establecerlo, por estimar que existe unanimidad perfecta en esa corporación al apreciar esas cuestiones.

INSTALACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL LABORATORIO DE BACTERIOLOGÍA APLICADO A LA INDUSTRIA LÁCTEA Tras los prolegómenos mencionados anteriormente, se pasa a describir la INSTALACION Y ORGANIZACION DEL LABORATORIO. Comienza por comentar la adecuación a los fines que se pretenden. Estos no son otros que los del estudio de industrias de la leche “ y más concretamente: 1º a estudiar los accidentes de fabricación y dictar métodos que permitan evitarlos o redu- cirlos al límite mínimo posible; 2º al estudio experimental de fermentos lácticos del país y de los quesos tipo nacional, con objeto de llegar a sustituir en ambas industrias los métodos empíricos actuales por otros científicos modernos” No puede por menos de reconocerse que el planteamiento, todavía reco- gido con posterioridad en los Planes Nacionales de Investigación Científica en Tecnología de los Alimentos desde la década de los 80 apoyando el estudio de la microbiota patógena y autóctona de los productos lácteos españoles, es acertado, original y de enorme interés. Continúa el planteamiento científico de la exposición considerando que los problemas en las industrias lácteas son de dos tipos, químicos y micro-

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biológicos, y que por lo tanto ambos deberán ser contemplados, planteando la necesidad futura de personal técnico formado en ambos ámbitos. Este abordaje se llama en la actualidad multidisciplinario, y se recomienda practicarlo en ám- bitos científicos de tecnología de los alimentos, debido a que los problemas habrán de ser estudiados muchas veces yendo a las industrias, indica la nece- sidad de un capítulo de gastos de viajes y dietas. Más adelante marca que como objetivo que ahora calificaríamos de microbiotecnológico, se plantea “ llegar al empleo de los fermentos lácteos seleccionados, es obvio que la labor previa del estudio de la flora de un tipo de queso determinado y la de seguir los procesos microbiológicos de los distintos etapas de fabricación, ha de hacerse en las industrias mismas”. Para todo el trabajo indica que sería necesario una habitación amplia y una cocina adjunta, y señala que también en el espacio se tenga en cuenta que haya un par de alumnos a los que ir enseñando las técnicas “ hasta que lográramos un plantel de jóvenes directores de fábricas, capaces de continuar en las indus- trias la orientación que nos proponemos imprimirlas y crear nuevos labora- torios en las más importantes regiones lecheras”, toda una planificación de investigación científica, y transferencia de know how y tecnología a la indus- tria lechera, como se diría y se hace en la actualidad. Termina aclarando la necesidad de unos gastos de suscripción a revistas y libros para estar al día. Sin embargo la JAE, una institución muy activa en lo que a promoción científica del primer tercio del siglo XX se refiere, tuvo una escasa actividad en relación con el desarrollo de la microbiología. El propio Cajal, que la presidiría desde su fundación en 1906 hasta su muerte en 1934, comentaría haciendo balance de los resultados de la JAE “ en nuestra prometedora ascensión cultural no todas las disciplinas y sus aplicaciones marchan isocrónicamente. En ciertas actividades (matemáticas, estudios históricos, histología, cien- cias naturales, etc.) comenzamos a hombrearnos con los extraños, aunque sin igualarlos todavía; pero en otros, verbi gratia, la ingeniería, la zootec- nia, la bacteriología, la botánica práctica, la astronomía, la química, la física, y sobre todo el arte de invención industrial, vamos a la zaga ” (19).

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TABLA 1: Presupuesto sin incluir sueldos de profesores, presentado a la Asociación Nacional de Ganaderos, de gastos de instalación

PRESUPUESTO DE INSTALACIÓN Arreglo de local instalación de gas, etc. 8000 pts. 1 microscopio 750 1 autoclave 300 I trompa Adnet 200 1 horno Pasteur 125 1 estufa de desecación 125 1 balanza de precisión 300 1 desecador por vacío 100 2 aparatos Aubin 150 1 estufa para 50 º 200 1 centrifuga (Serber) 300 Laboratorio portátil (¿) 1500 Reactivos y colorantes 1000 Mobiliario (mesas, armarios, etc.). 500 Biblioteca 1000 Imprevistos 500 Total 10.950

Presupuesto de gasto anual Un profesor bacteriólogo Un profesor químico Viajes estudio Un mozo de laboratorio (150 pts. Mensuales) 1800 Gas luz electricidad 900 Reactivos medios de cultivo 500 Aparatos nuevos-reposición material 1000 (pag. 5) Suscripción revistas 500 Imprevistos 500

Total 5.100

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Añade que si bien es cierto que los dos primeros años el laboratorio no podrá ganar dinero, y deberá ser costeado por los asociados, primeros benefi- ciarios al tiempo del trabajo científico a desarrollar, tras los mismos y habida cuenta de que sabe que el I. Pasteur ingresa por fabricación de fermentos lácteos del orden de 200.000 francos al año afirma que algo así realizará en el laboratorio que propone, incluso llega a indicar que los beneficios habrá que repartirlos también parcialmente con los profesores que intervengan, lo cual se hace en la actualidad a través de ciertos componentes de productividad. Por desgracia el proyecto no salió adelante.

PROPUESTA DE PRÁXEDES CORRALES VICENTE A LA JAE PARA EL USO DEL “LABORATORIO CORRALES” DE TRUJILLO Como ha sido comentado con anterioridad, la JAE se propuso la creación de nuevos centros de investigación. Una parte de ellos quiso que fueran laboratorios en provincias. En conjunto, dicha tarea fue exigua. En sesión de 20 de abril de 1920, respecto al capítulo “Extensión de servicios a provincias”, (11), se dice lo siguiente:

“Vista la partida de 100.000 pts. consignada en los presupuestos para la creación de nuevos Laboratorios ...y para la extensión a provincias de los servicios de carácter científico y educativo que a la Junta están encomendados...la junta determinará en acuerdos posteriores la forma en que ha de llevar a provincias los servicios que le están confiados.”

La JAE consideraría como preferentes las propuestas de laboratorios en provincias ajustadas a un conjunto de criterios que se recogen en una de sus memorias (14):

“6. Laboratorios en Provincias. El presupuesto para el año econó- mico 1920-21 consignó una partida para la “extensión a provincias de los servicios de carácter científico y educativo” encomendados a la Junta. A fin de aprovecharla, ésta circuló ampliamente un anuncio notificando su pro- yecto de extender a provincias la obra que realiza en Madrid y estudiando actualmente los medios de establecer, por ahora, laboratorios de investiga- ciones científicas enlazadas con las necesidades industriales de cada ciu- dad o región (por ejemplo, creación de laboratorios de Química, Ciencias Naturales o Biología aplicadas a la Agricultura, Ganadería o Piscicultura, etc.; laboratorios de Química para problemas industriales; laboratorios de Bacteriología con aplicación a las industrias lácteas, etc.). Se añadía en el anuncio que la Junta daría preferencia a aquellas ciudades donde hubie-

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ra surgido, junto a la necesidad de su progreso científico, el interés de alguna parte de la opinión hacia esos problemas, y donde ese interés se manifieste en ofrecimientos de edificios, subvenciones, material, etc. Con estos elementos que una ciudad ofrezca –ya por iniciativa privada, ya por acuerdo de sus Corporaciones municipales o provinciales, o Sociedades industriales o científicas-, unidos a los recursos que la Junta aportaría, se formaría el primer núcleo de laboratorios y se iniciarían los primeros trabajos”.

La materialización de dicha decisión de proponer en provincias la crea- ción de laboratorios se realizó mediante la publicación en prensa escrita de varios anuncios publicitarios, recogidos también en su libro de Actas refirién- dose a la Sesión de 14 de enero de 1921 (20):

“Se dio cuenta de haberse publicado anuncios invitando a las enti- dades de provincias a ofrecer su cooperación para que la Junta cree labo- ratorios científicos”.

Tras los anuncios en prensa, no tardaron en recibirse propuestas al res- pecto. Así, y como consta en el Libro de Actas de la JAE, en sesión de 25 de febrero de 1921 (21), y tras poco más de un mes desde la salida a prensa, ya se habían producido varias solicitudes, dentro de las cuales se encontraba una de particular interés para el estudio que nos ocupa, proveniente de Extremadura:

“Se dio cuenta del resultado del anuncio publicado en los periódicos para explorar las necesidades de carácter científico sentidas en las diferen- tes regiones españolas así como la cooperación que estuvieran dispuestas a prestar al proyecto de la Junta de extender a provincias los servicios de cultura implantados en Madrid. A dicho anuncio han respondido 1º La Real sociedad Económica del País de Santiago de Galicia, 3º varios ganade- ros de Extremadura pidiendo la creación de un Laboratorio de Bacteriolo- gía para combatir la mortalidad del ganado porcino que llega en aquella región a un 30 por ciento... y 5º La Sociedad de Ciencias de Málaga ofre- ciendo apoyo a la Junta para crear allí un Laboratorio de Bacteriología Vistas las anteriores proposiciones se acordó comenzar el establecimiento de laboratorios científicos que se mantengan en contínua correspondencia con los que existen en Madrid solicitando al efecto la oportuna autorización del Ministerio así como el libramiento de las cincuenta mil pesetas del capítulo 25, artículo 2º concepto 8º reservadas para la extensión a provin- cias de los servicios de carácter científico y educativo”.

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Los documentos relativos al la propuesta de Práxedes Corrales Vicente están en el expediente JAE/162-260 relativo al proyecto de Laboratorio de Bac- teriología de Málaga en el AJAEP de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Los primeros documentos de los que consta dicho expediente precisamente hacen referencia a las solicitudes sobre laboratorios de provincias. Se recoge (22) carta de 7 de enero de 1921 de Ganaderos de Extremadura y en particular dedicados a la cria de cerdo se dirigen al Excmo. Sr. Presidente de la JAE para hacerle presente un problema ganadero de crucial interés para el florecimiento de esta región, que depende del mismo:

“Es dicho problema la mortalidad porcina que diezma la ganadería desde hace más de 20 años de un modo alarmante y cada día más intenso desconociéndose hasta el presente de una manera clara y precisa el agente causal de las infecciones y los medios racionales si no de combatirlos por lo menos de preservarlos. Enterados del plausible proyecto de esa Junta con la creación de laboratorios científicos que aporten datos de interés para la resolución de problemas industriales y agrícolas creemos con justificada razón que el que tenemos el honor de exponer a Vd. entra de lleno en tan plausible proyecto sin mas que darle a conocer que pasa de 45.000 los cerdos que se crían en este distrito de Trujillo siendo la mortalidad media del 30%. Por tanto solicitamos con un decidido interés la creación de un laboratorio de bacteriología que practique los estudios necesarios para la resolución de dicho problema”.

Firman en Trujillo, entre otros, José Álvarez, Alfonso Higuero, Francisco Serrano . Es en el mismo expediente en el que está la carta de Práxedes Corrales y Vicente (23) firmada por él en Trujillo el 9 de febrero de 1921 y teniendo como señas Laboratorio Corrales (Trujillo) Cáceres, en la que relata:

“Habiéndome notificado la Asociación de Ganaderos de esta región de la solicitud de dirigen a Vd. referente al estudio del problema de la mortalidad de cerdos tengo el gusto de manifestarle que dirigiendo un laboratorio químico bacteriológico establecido en esta ciudad desde hace cinco años no tengo ningún inconveniente en ponerle a disposición de esa Junta para que en él se lleven a cabo los estudios necesarios al esclareci- miento del problema siempre que dicha entidad preste la cooperación nece- saria a tan importante cuestión. Por correo le envío folletos y fotografías del laboratorio que conceptúo en principio con material científico suficiente para comenzar la obra”.

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La oferta de don Práxedes, unida al evidente interés de los ganaderos, reúne elementos que hemos visto se consideraban necesarios para el estable- cimiento de laboratorios en provincias: problema concreto y de interés local a resolver e instalaciones. No hay documentación en la que se explique bien porqué se descarta. Se recoge en el libro de Actas la rápida puesta en marcha de otra solicitud recibida por la JAE ,la del laboratorio de Galicia (21) con el nombre de Misión Biológica de Galicia, hoy perteneciente al CSIC. Al dar las razones de la rápida puesta en marcha comenta:

“... manifestando que la Junta concede la preferencia a los proyectos de marcado carácter científico en los cuales las aportaciones iniciales sean menores y el tiempo requerido sea más corto a fin de atenuar los riesgos y significando el deseo de limitarse por ahora al trabajo de laboratorio de sus especialistas dejando al cuidado de las entidades económicas el aspecto propiamente industrial”.

La propuesta de Trujillo era en estos puntos igual y absolutamente reso- lutiva en relación a la de Galicia: el Laboratorio Corrales ya funcionaba y tan sólo se trataba de afrontar el problema señalado por los ganaderos, no así la Misión Biológica. En el mismo documento recoge para este laboratorio un Comité Local ya establecido, en el que se integran Cruz Gallastegui, quien sería primer director de la Misión Biológica de Galicia, con formación científica im- portante, conseguida en parte gracias a las pensiones de la JAE, y nuevamente Juan López Suárez -el primo hermano de quien fuera director del laboratorio que terminó funcionando en Madrid en lugar del de Manuel Corrales Vicente- tam- bién científico, pero además cuñado de José Castillejo, secretario de la JAE, con una gran amistad con Cruz Gallastegui. Es difícil no interpretar nuevamente que la negativa a la propuesta de Práxedes Corrales Vicente se debe a la no pertenencia de éste a las comentadas redes de influencia de la JAE. Otra propuesta de laboratorio de microbiología para provincias, simultánea a la de Práxedes Corrales Vicente, fue la del Laboratorio de Bacteriología de Málaga, que fue seleccionada por la JAE aun sin tener local, debido probablemente a la amistad de quien la solicitaba con Jiménez Fraud, un personaje importante de las aludidas redes de influencia que en este caso no beneficiaron a Extre- madura (24).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1664 ALFONSO V. C ARRASCOSA SANTIAGO

CONCLUSIONES No siempre lo lógico y novedoso es lo que sale adelante y es tenido como interesante. En medio de la gestión de la investigación científica ocurren cosas que dependen del denominado factor humano. Tal vez la microbiología de alimentos extremeña, hoy cultivada de modo importante en el INTAEX y en la UEX, y sectores como el lácteo extremeño que año tras año se reúne precisa- mente en Trujillo, se habrían visto impulsados por la puesta en marcha de los laboratorios propuestos por Manuel y Práxedes Corrales Vicente a la JAE. Sea por el centralismo o por la falta de “padrinos” en la institución, no se pusieron en marcha. De auténticamente pioneras y novedosas habría que calificar ambas propuestas.

AGRADECIMIENTOS El autor de este artículo cuenta con financiación pública en los proyectos PIE 2006701188, AGL2006-02558; CONSOLIDER INGENIO 2010 CSD2007- 00063FUN-C-FOOD (Ministerio de Educacion y Ciencia) y ALIBIRD-CM S- 0505/AGR-0153 (Comunidad Autónoma de Madrid), merced a los cuales desa- rrolla actividades de investigación científica en microbiología de alimentos y su historia. Los interesados pueden obtener más información en la web www.ifi.csic.es o contactando directamente con los autores.

BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 LA JAE Y EL DESARROLLO 1665 DE LA MICROBIOLOGÍA EXTREMEÑA

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Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1666 ALFONSO V. C ARRASCOSA SANTIAGO

(22) 178 AJAEP JAE/162-260 Laboratorio de Bacteriología de Málaga (LBM), 1. (23) AJAEP JAE/162-260, 1921, 5. (24) CARRASCOSA, A. V. (2008): “La Sociedad Malagueña de Ciencias y el establecimiento del Laboratorio de Bacteriología de Málaga”. Bol. Acad. Malag. Ciencias 10, 129-142.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, Número III, pp. 1.667-1.692 1667

Análisis de los pacientes con fibromialgia atendidos en la unidad del dolor (Badajoz, Extremadura)

DIEGO PERAL PACHECO1 JACINT A LTIMIRAS ROSET2 MIGUEL ÁNGEL MARTÍN ALVARADO1 JAVIER ESPINOSA DE LOS MONTEROS Grupo de Investigación de Humanidades Médicas de la Universidad de Extremadura

RESUMEN La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica, de etiología desco- nocida, con una expresión clínica heterogénea marcada por el dolor músculo- esquelético y con efectos devastadores sobre la calidad de vida de las personas afectadas. Estudiamos un grupo de 21 pacientes, 19 mujeres y 2 varones, con edades entre 30 y 74 años, ya diagnosticados de fibromialgia en otras instancias sanitarias y con varios intentos farmacológicos y de otros tipos en el alivio del dolor. La EVA (Escala Visual Analógica) antes de cada tratamiento demostró diferencias estadísticamente significativas entre la primera consulta y las otras once analizadas, con variaciones de hasta 3 puntos. A tenor de los resultados de este estudio piloto parece claro que la aurículo- medicina y la acupuntura, como medidas aisladas de otras terapias farmacológicas o coadyuvantes, tienen un cierto papel en el manejo de los pa- cientes con fibromialgia..

1 Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura. 2 Unitat d’Epidemiologia Clínica. Hospital General de Vic (Barcelona).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1668 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

SUMMARY Fibromyalgia is a rheumatic chronic disease, of unknown aetiology, with an heterogeneous clinical expression characterized by musculoskeletal pain and with devastating effects on quality of life of the affected persons. We study a group of 21 patients, 19 women and 2 men, aged between 30 and 74 years, already diagnosed of fibromyalgia in other sanitary instances and several pharmacological and other types attempts in the relief of the pain. The VAS score before every treatment demonstrated statistically significant differences between the first encounter and other eleven analyzed ones, with variations of up to 3 points each other. According to the results of this pilot study it seems clear that acupuncture and auricular-medicine, as separate measures of other drug therapies or adjuvant, have a certain role in managing patients with fibromyalgia.

INTRODUCCIÓN En estos últimos años la fibromialgia ha ido cobrando importancia cre- ciente [17] hasta constituirse en un problema de salud pública por varias razo- nes: su alta prevalencia en la población general, el insuficiente conocimiento sobre sus causas y desencadenantes, la ausencia de tratamiento curativo y la insatisfacción tanto de los pacientes como de los profesionales. Se observa en todas las clases socioeconómicas, en todos los grupos étnicos y en todo tipo de climas. La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica, de etiología desco- nocida, cuya expresión clínica es heterogénea, aunque su núcleo fundamental es un cuadro de dolor crónico en diversas estructuras musculoesqueléticas con efectos graves o muy graves sobre la calidad de vida de los afectados. Dependiendo de cada país se estima la prevalencia de esta enfermedad entre el 2% y el 6% de la población general, con predominio del sexo femenino (más del 80%) y, aunque puede presentarse a cualquier edad, se observa con más fre- cuencia entre los 20 y los 50 años y es muy rara después de los 80 años. En 1904, Gowers propuso el nombre de “fibrositis” para referirse a estos pacientes [1] y fue Smythe, en 1972, quien describió pormenorizadamente los puntos de dolor; no fue hasta 1976 cuando Hench utilizó por primera vez el término fibromialgia. En 1990 se establecieron los actuales criterios diagnósti- cos, por parte de la Academia Americana de Reumatología, que incluye antece-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1669 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA) dentes de dolor generalizado durante más de 3 meses y dolor a la presión con una fuerza de 4kg/cm2 en 11 de los 18 puntos sensibles descritos [28]. En 1992 la OMS reconoció la fibromialgia como una enfermedad independiente entre los reumatismos no articulares, aunque siempre han existido detractores de este reconocimiento [14]. Los puntos que los pacientes afectados de fibromialgia describen como dolorosos, aquellos puntos de hiperalgesia con un patrón característico repar- tidos por todo el cuerpo que sirven para establecer el diagnóstico, no muestran alteraciones ni evidencias de patologías que seamos capaces de demostrar. Los pacientes con fibromialgia, además del cuadro doloroso, suelen que- jarse de fatiga, alteraciones del sueño, cefalea, dificultad de concentración, ansiedad y depresión y muchas otras quejas psicosomáticas [23], aunque se ha descartado la existencia de deterioro cognitivo [1]. A pesar de este cuadro generalizado no existe un marcador específico para la fibromialgia, que puede presentarse como entidad aislada o asociada a otras enfermedades como artri- tis reumatoide, lupus eritematoso sistémico o esclerosis múltiple, con una fre- cuencia superior a la de la población general [16]. Los estudios publicados sobre acupuntura [7], aurículo-medicina y quiropraxia [26] han demostrado ciertos beneficios para los pacientes con fibromialgia pero tienen debilidades metodológicas muy significativas [16]. Por esta razón, aprovechando la afluencia de pacientes a la Unidad del Dolor de Badajoz, hemos recogido un número pequeño, pero significativo, a modo de estudio piloto con vistas a sentar las bases de una intervención posterior más fundada en el supuesto de que los resultados fueran positivos.

METODOLOGÍA Se fija el nivel de significación en el 5%. Para el análisis hemos contado con el programa SPSS (versión 17.0). Para analizar los resultados de cada una de las sesiones de AM/A (Aurículo-Medicina/Acupuntura) hemos aplicado el test de la t de Student para muestras pequeñas en el que hemos comparado dos medias observadas, antes y después del tratamiento, en muestras apareadas. Para el análisis de la evolución de los valores de la EVA aplicamos el test de ANOVA comparando las medias de todos los valores antes de cada uno de los tratamientos y las medias de los valores después de cada uno de los tratamien- tos.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1670 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

RESULTADOS Características de la muestra Disponemos de tratamiento con auriculomedicina/acupuntura en 21 pa- cientes. No hay pacientes repetidos. Diecinueve mujeres (90,5%) y dos varo- nes (9,5%) (Gráfico 1). Las edades de los mismos van desde los 30 hasta los 74 años: 30-39 años (9,5%), 40-49 años (38,1%), 50-59 años (42,9%), 60-69 años (0%) y 70-79 años (9,5%) (Gráfico 2). La media de edad es de 50,8 años y una mediana de 50 años. Con respecto al estado civil, 19 están casados (90,5%) y 2 están solteras (9,5%). La situación laboral es muy dispar: 3 amas de casa (14,3%), 3 pensionistas (14,3%), 2 jubilados (9,5%), 2 voluntarias (9,5%), 2 en paro (9,5%), 1 artista, 1 procurador, 1 limpiadora, 1 limpiadora camarera, 1 banquero, 1 maes- tra de escuela y 3 no contestan (14,3%). En cuanto al nivel de estudios, 8 cuentan con estudios primarios (38,1%), 4 graduado escolar (19,0%), 2 con EGB (9,5%), 2 analfabetos o sin estudios (9,5%), 1 con estudios medios, 1 licencia- do, 1 formación profesional, 1 diplomado y 1 nivel COU. Las dolencias padecidas por los 21 pacientes se distribuyen de la si- guiente forma: 20 padecen fibromialgia (95,2%) y 1 fibromialgia con lumbalgia crónica inespecífica. El periodo de estudio abarcó desde noviembre 2007 a septiembre 2008.

Análisis de género Hay un seguimiento de dos hombres hasta la consulta 7, es decir, que se puede hacer una valoración hasta este momento. No hay diferencias entre la disminución de la EVA antes-después del tratamiento entre hombres y mujeres (sólo en la sesión 2 presenta una significación estadística en la que hay una mayor disminución entre mujeres).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1671 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

9,5%

90,5%

MUJERES VARONES

Gráfico 1. Distribución del sexo entre los pacientes con fibromialgia.

Gráfico 2. Distribución por grupos de edad y sexo de los pacientes con fibromialgia.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1672 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Resultados de la EVA antes de cada tratamiento Hemos realizado el análisis de los valores de la EVA antes del tratamiento a lo largo de las 12 consultas. Aplicamos el test de Wilcoxon para muestras apareadas. La media de la consulta 1 respecto a cada una de las consultas siguientes presenta una significación estadística (Tabla 1) y la media por cada dos consultas (Tabla 2). La evolución de la media de la EVA en la primera consulta (7,2) progresivamente va disminuyendo hasta la quinta y sexta con- sulta (media 4,2); progresivamente y hacia la duodécima consulta vuelve a subir la media de EVA (5,8) (Gráfico 3).

Tabla 1. Comparación estadística de la EVA antes del tratamiento entre la primera consulta y el resto de consultas.

Consulta 1 vs. consulta 2 P=0,046 S

Consulta 1 vs. consulta 3 P=0,002 S

Consulta 1 vs. consulta 4 P=0,002 S

Consulta 1 vs. consulta 5 P=0,001 S

Consulta 1 vs. consulta 6 P=0,003 S

Consulta 1 vs. consulta 7 P=0,002 S

Consulta 1 vs. consulta 8 P=0,002 S

Consulta 1 vs. consulta 9 P=0,005 S

Consulta 1 vs. consulta 10 P=0,01 S

Consulta 1 vs. consulta 11 P=0,015 S

Consulta 1 vs. consulta 12 P=0,042 S

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1673 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

Tabla 2. Comparación estadística de la EVA antes del tratamiento para cada par de consultas.

Consulta 1 vs. consulta 2 P=0,046 S

Consulta 2 vs. consulta 3 P=0,011 S

Consulta 3 vs. consulta 4 P>0,05 NS

Consulta 4 vs. consulta 5 P>0,05 NS

Consulta 5 vs. consulta 6 P>0,05 NS

Consulta 6 vs. consulta 7 P>0,05 NS

Consulta 7 vs. consulta 8 P>0,05 NS

Consulta 8 vs. consulta 9 P>0,05 NS

Consulta 9 vs. consulta 10 P>0,05 NS

Consulta 10 vs. consulta 11 P>0,05 NS

Consulta 11 vs. consulta 12 P>0,05 NS

Gráfico 3. Evolución de las medias de la EVA antes del tratamiento a lo largo de las 12 consultas.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1674 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Resultados de la EVA después de cada tratamiento Hemos realizado el análisis de los valores de la EVA después del trata- miento a lo largo de las 12 consultas. Aplicamos el test de Wilcoxon para mues- tras apareadas. La media de la consulta 1 respecto a cada una de las consultas siguientes presenta una significación estadística (Tabla 3) y la media por cada dos consultas (Tabla 4). La evolución de la media de la EVA en la primera consulta (4,5) progresivamente va disminuyendo hasta la sexta consulta (me- dia 2,2); presenta un nuevo pico, disminuyendo hacia la décima consulta (3,0); finalmente presenta un aumento de la media de EVA (3,8) (Gráfico 4).

Tabla 3. Comparación estadística de la EVA después del tratamiento entre la primera consulta y el resto de consultas

Consulta 1 vs. consulta 2 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 3 P=0,03 S

Consulta 1 vs. consulta 4 P=0,002 S

Consulta 1 vs. consulta 5 P=0,007 S

Consulta 1 vs. consulta 6 P=0,003 S

Consulta 1 vs. consulta 7 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 8 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 9 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 10 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 11 P>0,05 NS

Consulta 1 vs. consulta 12 P>0,05 NS

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1675 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

Tabla 4. Comparación estadística de la EVA después del tratamiento para cada par de consultas.

Consulta 1 vs. consulta 2 P>0,05 NS

Consulta 2 vs. consulta 3 P>0,05 NS

Consulta 3 vs. consulta 4 P>0,05 NS

Consulta 4 vs. consulta 5 P>0,05 NS

Consulta 5 vs. consulta 6 P>0,05 NS

Consulta 6 vs. consulta 7 P>0,05 NS

Consulta 7 vs. consulta 8 P>0,05 NS

Consulta 8 vs. consulta 9 P>0,05 NS

Consulta 9 vs. consulta 10 P>0,05 NS

Consulta 10 vs. consulta 11 P>0,05 NS

Consulta 11 vs. consulta 12 P>0,05 NS

10

9

8

7

6

5

4

3

2

1

0 123456789101112 Gráfico 4. Evolución de las medias de la EVA después del tratamiento a lo largo de las 12 consultas.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1676 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Resultados de la EVA antes y después del tratamiento de cada sesión Primera consulta Los parámetros estadísticos de la EVA de la primera consulta antes del tratamiento fueron: una media de 7,2; una mediana de 8 y un amplio rango (3- 10). Después del tratamiento con auriculomedicina/acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,8. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en un caso en el que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 7 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,001). No hay diferencia significativa entre hombres y mujeres (p>0,05).

Segunda consulta Se analizan 16 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la segunda consulta antes del tratamiento fueron: una media de 7,0; una mediana de 8 y un amplio rango (3-10). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,5. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en tres casos, dos de ellos no ha habido cambio en la EVA y en un caso ha habido un aumento, con un rango entre 2 y 8 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significati- va (p=0,001) y más importante estadísticamente significativa para las mujeres (p=0,02).

Tercera consulta Se analizan 15 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la tercera consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,4; una mediana de 6 y un amplio rango (1-9). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,3. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en dos casos en los que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 7 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,001). No hay dife- rencia significativa entre hombres y mujeres (p>0,05).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1677 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

Cuarta consulta Se analizan 15 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la cuarta consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,0; una mediana de 6 y un amplio rango (0-9). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,4. En todos los casos hemos registrado una disminución de la EVA, excepto en dos casos en el que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 7,5 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p=0,001). No hay dife- rencia significativa entre hombres y mujeres (p>0,05).

Quinta consulta Se analizan 15 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la quinta consulta antes del tratamiento fueron: una media de 4,2; una mediana de 5 y un amplio rango (0-8). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 1,7. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en cuatro pacientes en los que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 4,5 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,001). No hay dife- rencia significativa entre hombres y mujeres (p>0,05).

Sexta consulta Se analizan 14 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la sexta consulta antes del tratamiento fueron: una media de 4,3; una mediana de 4 y un amplio rango (0-10). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,1. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en un caso en el que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 8 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p=0,005). No hay diferencia significa- tiva entre hombres y mujeres (p>0,05).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1678 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Séptima consulta Se analizan 14 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la séptima consulta antes del tratamiento fueron: una media de 4,6; una mediana de 5 y un amplio rango (2-7,5). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 1,9. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en un caso en el que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 4 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,001). No hay diferencia significa- tiva entre hombres y mujeres (p>0,05).

Octava consulta Se analizan 13 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la octava consulta antes del tratamiento fueron: una media de 4,7; una mediana de 4,6 y un amplio rango (1-8). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 1,2. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en tres casos en el que ha habido un aumento en la EVA, con un rango entre 5 y 4,5 puntos. La diferen- cia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento no presenta una diferencia estadísticamente significativa (p>0,05).

Novena consulta Se analizan 12 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la novena consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,3; una mediana de 6,5 y un amplio rango (1-8). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 1,8. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en dos casos en los que en uno no ha habido cambio y otro ha aumentado en la EVA, con un rango entre 3 y 4 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,05).

Décima consulta Se analizan 11 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la décima consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,3; una mediana de 6 y un amplio rango (1,5-7). Después del tratamiento con auriculomedicina/

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1679 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA) acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,2. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en un caso en el que ha habido un aumento en la EVA, con un rango entre 3,5 y 5 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p<0,05).

Undécima consulta Se analizan 10 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la undécima consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,6; una mediana de 5 y un amplio rango (3-9). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,5. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA, excepto en un caso en el que no ha habido cambio en la EVA, con un rango entre 0 y 6 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p=0,001).

Duodécima consulta Sólo se analizan 6 pacientes. Los parámetros estadísticos de la EVA de la duodécima consulta antes del tratamiento fueron: una media de 5,8; una media- na de 6,5 y un amplio rango (3-8). Después del tratamiento con auriculomedicina/ acupuntura (AM/A) hay una media de disminución de la EVA de 2,1. En todos los casos ha habido una disminución de la EVA con un rango entre 0,5 y 4 puntos. La diferencia de valores de la EVA entre el antes y el después del tratamiento presenta una diferencia estadísticamente significativa (p entre 0,01 y 0,05).

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Tabla 5. Comparación estadística de la EVA antes y después del tratamiento para cada una de las consultas.

Consulta 1 (antes y después) P<0,001 S

Consulta 2 (antes y después) P=0,001 S

Consulta 3 (antes y después) P<0,001 S

Consulta 4 (antes y después) P=0,001 S

Consulta 5 (antes y después) p<0,001 S

Consulta 6 (antes y después) P=0,005 S

Consulta 7 (antes y después) p<0,001 S

Consulta 8 (antes y después) P>0,05 NS

Consulta 9 (antes y después) p<0,05 S

Consulta 10 (antes y después) p<0,05 S

Consulta 11 (antes y después) P=0,001 S

Consulta 12 (antes y después) P entre 0,01 y 0,05 S

Evolución de la media de la EVA entre antes y después del tratamiento de cada sesión La evolución de la media de la EVA entre el antes y después del tratamien- to es fluctuante como puede observarse en el gráfico 5.

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Gráfico 5. Evolución de la media de la EVA entre el antes y después del tratamiento de cada sesión.

Globalizando el conjunto de pacientes para cada una de las sesiones y observando la evolución de las medias de las diferencias entre antes y después del tratamiento de cada sesión vemos que, excepto en la octava sesión, se observa una mejora de la calidad de vida respecto al dolor, al hallarse todas las medias por encima de 1,6 puntos de la EVA (disminución de al menos 1,7 pun- tos, excepto de 1,2 en la octava sesión).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1682 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Resultados de la escala de valoración cualitativa (mucho mejor, mejor, igual, peor, mucho peor)

Gráfico 6. Evolución de las valoraciones de la escala cualitativa después del tratamiento de cada sesión.

Excepto en la sesión 1 en la que no hubo puntuación cualitativa, la califi- cación de estar “mejor” después de cada sesión, oscila entre el 50 y el 100%.

Consulta 1 SIN DATOS Consulta 2 50,0% Consulta 3 69,2% Consulta 4 60,0% Consulta 5 58,3% Consulta 6 69,2% Consulta 7 90,9% Consulta 8 62,5% Consulta 9 50,0% Consulta 10 100% Consulta 11 88,9% Consulta 12 60,0%

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1683 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

Observando la evolución de la escala cualitativa de siete pacientes con puntuaciones seguidas podríamos decir que hay tres patrones de evolución del dolor después de las sesiones. Un patrón más o menos mantenido de mejo- ra (patrón 1). Otro patrón oscilante (patrón 2). Finalmente un patrón en el que mejora, se mantiene y empeora (patrón 3).

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1684 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Resultados de la comparación entre la diferencia de los valores de la escala EVA antes y después de cada sesión (escala cuantitativa) y escala de dolor (escala cualitativa) Hemos comparado la diferencia de los valores de la EVA, antes y después de cada sesión, con valores cualitativos (mucho mejor, mejor, igual, peor, mu- cho peor). Hemos convertido los valores cualitativos a una escala cuantitativa para poder comparar con la escala EVA. Disponemos de 113 pares de valores, reuniendo todas las sesiones. El coeficiente de correlación de la comparación de estas dos series de valores numéricos da un valor próximo a la significación estadística (r = 0,147). Para la respuesta mucho mejor, presenta un rango de diferencias entre 0 y 8 puntos, una media de 1,7, una mediana de 1 y una moda de 0 puntos. Para la respuesta mejor, presenta un rango de diferencias entre 5 y 8 puntos, una media de 1,8, una mediana de 2 y una moda de 2 puntos. Para la respuesta igual, presenta un rango de diferencias entre 0 y 4,5 puntos, una media de 1,5, una mediana de 0,6 y una moda de 0 puntos. Para la respuesta peor, presenta un rango de diferencias entre 2 y 4 puntos, una media de 3,2, una mediana de 3,5 y una moda de 4 puntos. Finalmente, para la respuesta mucho peor, presenta un sólo valor de diferencia 4,5.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1685 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA)

Estos resultados demuestran que para una mejora de la calidad de vida, que englobaría dar respuesta mucho mejor o mejor, el paciente debería puntuar de tal forma que la diferencia entre el antes y el después de cada sesión se obtuvieran valores a partir de 1,6, es decir 1,7 y más puntos. Obtener una diferencia de 1,5, el paciente no obtendría beneficio. Para la respuesta peor parece obtenerse una conclusión paradójica; según nuestro estudio debería obtener una diferencia de al menos 3,5. Para la respuesta mucho peor no pode- mos valorarla puesto que sólo hay un valor.

Resultados según la participación (Evolución del porcentaje de pacientes con fibromialgia tratados por cada una de las sesiones) La evolución del porcentaje de pacientes con fibromialgia tratados por cada una de las sesiones viene detallado en la siguiente tabla.

Número Porcentaje Consulta 1 21 100% Consulta 2 16 76,2% Consulta 3 15 71,4% Consulta 4 15 71,4% Consulta 5 15 71,4% Consulta 6 14 66,7% Consulta 7 14 66,7% Consulta 8 13 61,9% Consulta 9 12 57,1% Consulta 10 11 52,4% Consulta 11 10 47,6% Consulta 12 6 28,6%

De 21 pacientes tratados en la 1 sesión tenemos 16 resultados de escala cualitativa, es decir que no tenemos la puntuación de cinco pacientes; estos cinco pacientes habían disminuido la EVA de 1,5 hasta 3 puntos.

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 1686 D. PERAL PACHECO, J. ALTIMIRAS ROSET M. Á. MARTÍN A LVARADO Y J. ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Quince pacientes (71,4%) no terminaron las 12 sesiones. Cuatro pacien- tes que no regresan a la consulta puntuaron sobre la escala cualitativa encon- trarse “mejor”, un paciente puntuó “mucho mejor” y otro paciente que realizó siete sesiones dijo encontrarse “peor”.

DISCUSIÓN Las hipótesis etiopatogénicas actuales sobre la enfermedad descansan sobre supuestos fenómenos de sensibilización central y de respuesta alterada a sustancias neuromediadoras [6]. Es indudable la participación del estrés físi- co o mental, la alteración en la percepción del dolor, las alteraciones del sueño y alteraciones hormonales e inmunológicas, aunque en otros casos parece un trastorno psicógeno de tipo somatomorfo [6]. Algunos indicios apuntan tam- bién a cierta predisposición genética [4], pues existe una clara agregación fami- liar [3], y a deficiencias en los niveles de neurotransmisores [13] y otras sustan- cias en el líquido cefalorraquídeo [19]. Desde una visión integradora podemos describir la fibromialgia como una enfermedad psiconeuroinmunoendocrina, es decir, con participación del eje hipotálamo-hipofisario, del ciclo vigilia-sueño y los procesos relacionados, de los centros de proceso de las vías del dolor y del sistema nervioso autónomo [29] [21]. Últimamente, parece que hay una tenden- cia a considerar la fibromialgia como un padecimiento del sistema nociceptivo [5][2], con base en la nuevas exploraciones radiológicas como la Resonancia Funcional con Estimulación que muestra un claro fenómeno de sensibilización central [5]. Este fenómeno se ha podido observar también de forma localizada, por ejemplo, en la vulvodinia, el síndrome de la boca ardiente, el síndrome de intestino irritable, el dolor lumbar crónico, el dolor del miembro fantasma, la endometriosis, etc. [5]. Existen evidencias suficientes como para asegurar que en los pacientes con fibromialgia debe existir una alteración en el procesamien- to cerebral de la información relacionada con el dolor, más allá del procesamien- to nociceptivo [29]. La fibromialgia afecta tanto a la esfera biológica como a la psicológica y a la social de estos pacientes [18]. La razón principal por la que la fibromialgia es una enfermedad debilitante e incapacitante se debe a la limitada efectividad de las opciones terapéuticas disponibles. Las terapias establecidas pretenden la mejoría de los síntomas primarios como el dolor, la fatiga y el sueño, así como mejorar la funcionalidad general, motivo por el cual se recomienda combinar medidas farmacológicas con otras terapias coadyuvantes [26]. El grado de respuesta es muy variable. Desde el punto de vista farmacológico se han utili-

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1687 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA) zado diversas drogas como antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de noradrenalina, antiepilépticos, opioides, AINE, miorrelajantes y hormona de crecimiento, entre otros. Sin embargo, el porcentaje de pacientes que obtienen mejoría o beneficio con los distintos tipos de medicación oscilan sólo entre el 25% y el 50%, este último porcentaje en el caso de un ensayo clínico muy reciente con la pregabalina [24,25]. El pronóstico sobre la recuperación sintomática de estos pacientes es malo, en general. Los estudios más recientes demuestran una eficacia superior del trata- miento multidisciplinar, aunque varias revisiones sistemáticas no han podido demostrar la existencia de una estrategia modelo, si bien los propios autores reconocen que la calidad de los ensayos clínicos era muy baja [26]. No obstan- te parece lógico pensar que la combinación de terapias farmacológicas y otras modalidades terapéuticas coadyuvantes debería ser superior al uso de cual- quiera de ellas aisladamente. Estudiamos un grupo de 21 pacientes, 19 mujeres y 2 varones, con eda- des entre 30 y 74 años, ya diagnosticados de fibromialgia en otras instancias sanitarias y con varios intentos farmacológicos y de otros tipos en el alivio del dolor. La EVA antes de cada tratamiento demostró diferencias estadísticamente significativas entre la primera consulta y las otras once analizadas, con varia- ciones de hasta 3 puntos. La EVA después del tratamiento obtuvo diferencias positivas, estadísticamente significativas, en las primeras visitas, si bien después se pro- dujo un leve rebote y una estabilización de las puntuaciones. En conjunto, la diferencia entre el valor medio de EVA antes y después del tratamiento supera los dos puntos en la escala (2,1). Siendo este un valor promedio, el análisis de cada caso permite especular con la posibilidad de que existan pacientes respondedores y otros no respondedores, cuyas diferencias no conocidas pueden ser objeto de estudio posterior. El análisis globalizado del conjunto de pacientes para cada una de las sesiones permite observar una mejoría de la calidad de vida, en lo que respecta al dolor, que se mantiene en todas las sesiones, exceptuando en la octava sesión cuyos resultados podrían explicarse por acumulación de pacientes no respondedores en lugar de promediarse como en el resto de sesiones.

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Utilizando una escala de valoración cualitativa (mucho mejor, mejor, igual, peor, mucho peor) después del tratamiento, además de la puntuación en la EVA, la acumulación de valoraciones positivas, es decir “mejor” y “mucho mejor” oscila entre el 50% y el 100% de los casos. El estudio de la evolución de esta escala cualitativa permite distinguir tres patrones de evolución respecto al dolor: un primer patrón de mejoría man- tenida en el tiempo, un segundo patrón que obtiene mejoría oscilante a lo largo del tiempo y un tercer patrón que registra una mejoría inicial que desaparece con el tiempo [19]. La comparación de todos los pares de valores de cada uno de los pacien- tes y sesiones nos permiten situar el límite de la mejoría franca del dolor en 1,7 puntos de la EVA. Diferencias de valoración de la EVA entre la situación basal del paciente y la situación posterior al tratamiento que sean de 1,5 puntos e inferiores no suponen un beneficio clínico en todos los casos. A tenor de los resultados de este estudio piloto parece claro que la aurículo- medicina y la acupuntura, como medidas aisladas de otras terapias farmacológicas o coadyuvantes, tienen un cierto papel en el manejo de los pacientes con fibromialgia. Queda por definir si este papel es significativo en todos los pacientes con fibromialgia o sólo en un grupo de ellos, si la mejoría obtenida se logra en cualquier momento o hay que seleccionarlo y si su efecto se multiplica más con algunas de las terapias más habituales para esta enferme- dad. Tipos de fibromialgia [19] [10]: 1 fibromialgia con sensibilidad extrema al dolor pero no asociada a alteraciones psiquiátricas (van mejor con antiserotoninérgicos), 2 fibromialgia con depresión y con o sin ansiedad (antidepresivos) 3 fibromialgia secundaria a un proceso de somatización (analgésicos y AINE o bien fármacos psicoactivos+psicoterapia). Algunos trabajos que utilizan la acupuntura para el tratamiento de los síntomas de la fibromialgia encuentran mejorías significativas a las 8 semanas de tratamiento, independientemente de la duración del mismo, del terapeuta que aplica la terapia y del número de síntomas iniciales, por lo que cobra más credibilidad la acción de la acupuntura por elevación de los niveles séricos de serotonina [20] [27] [8]. En otro ensayo clínico se observa que el mayor alivio se produce en la fatiga y en la ansiedad y no en el dolor [15]. Aunque las medidas de enmascaramiento son especialmente importan- tes y deseables cuando se van a medir variables subjetivas [9], por ejemplo el

Revista de Estudios Extremeños, 2009, Tomo LXV, N.º III I.S.N.N.: 0210-2854 ANÁLISIS DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA ATENDIDOS 1689 EN LA UNIDAD DEL DOLOR (BADAJOZ, EXTREMADURA) dolor, por razones técnicas es muy difícil plantear un ensayo clínico en el que el tratamiento sea ciego para el que lo aplica (acupuntura o auriculopuntura), por lo que habría que plantearse por lo menos que el evaluador de los resultados, un tercero, desconociera la intervención asignada, sería una evaluación ciega realizada por terceros.

CONCLUSIONES Utilizando la acupuntura se presenta una disminución progresiva de la media de la EVA antes de cada sesión hasta la consulta 6; a partir de esta hay un progresivo aumento de la misma. Respecto al tratamiento mediante aurículo-medicina, hay una disminu- ción estadística de la media de la EVA en cada sesión, entre el antes y el des- pués del tratamiento, excepto en la octava sesión que presenta una disminu- ción, aunque no es estadísticamente significativa. La amplitud de los rangos de las diferencias, de 5 hasta 8, sugiere que la apreciación del dolor depende de cada paciente y puede llegar a ser muy distin- ta entre los distintos pacientes. Cada paciente tiene una escala propia de dolor. La percepción de dolor parece alterar los valores cualitativos, peor y mucho peor.

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Los trabajos se remitirán a la siguiente dirección: CENTRO DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS. Apdo. de Correos 581-06080- Badajoz; o bien C/ Godofredo Ortega Muñoz, 2 -06011­ Badajoz y no serán necesariamente objeto de correspondencia, ni se devolverán a los remitentes. Los originales, que no podrán exceder de 30 páginas, deberán presentarse impresos y precedidos de una primera página donde consten los datos completos (nombre, apellidos, dirección, teléfono y correo electrónico si lo tuviere) y un breve currículum vitae del autor o autores. Cada uno de los trabajos deberá ir precedido de palabras claves del contenido y un pequeño resumen (unas 10 líneas) en castellano y en francés o inglés; podrán asimismo adjuntar ilustraciones, cuadros, esquemas, fotografías y similares, siempre que sean de calidad suficiente, en blanco y negro o color, y no excedan en sus dimensiones DIN A4. En el caso de que los trabajos sean aceptados para su publicación, el autor enviará la versión definitiva en soporte informático y procesador de textos Microsoft Word, así como el original de las fotos, gráficos, ilustraciones, etc. De no ser posible los originales, las fotografías deberán estar digitalizadas en formato .jpg o Microsoft Excel si son gráficos. Las notas se numerarán de forma correlativa en caracteres árabes e irán voladas (posición índice) sobre el texto, figurando indistintamente al final de cada página o del artículo (preferiblemente al final de éste). Las referencias bibliográficas se ajustarán en su forma a las normas de esta REVISTA que es la siguiente: APELLIDOS DEL AUTOR (todo en mayúsculas), Nombre: “Título del artículo en su caso”, Título de la Revista o Libro en cursiva, ciudad, año, p. (o pp.) XXX. El Consejo de Redacción de la REEX podrá requerir la introducción de modificaciones en el texto original de un artículo aprobado. La no aceptación de cualquiera de estos requisitos puede conllevar que un trabajo no sea admitido para su valoración por el Consejo Redacción.

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BLANCA

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CORTESÍA

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CORTESÍA

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