LA CASA EN NAVARRA

Biblioteca CAJA DE AHORROS DE NAVARRA (c) Caja de Ahoiros de Navarra Coordinación, Femando Pérez Olio Fotografías en bitono, José Esteban Uranga Fotografías en color, José Luis Zúñiga Fotomecánica: Reproducciones LAR. Logroño Impresión: Industrias Gráficas Castuera, S. A. (Navarra) ISBN: Obra completa 84-500-5257-2. Tomo IV 84-500-9146-2 Depósito Legal: NA 233-1982 JULIO CARO BAROJA

LA CASA EN NAVARRA

Fotografías de José Esteban Uranga IV

CAJA DE AHORROS DE NAVARRA , 1982

CAPITULO I LAS DOS MERINDADES MERIDIONALES INTRODUCCION:

1) La merindad de la Ribera, la de Tudela y la de . 2) Algunas consideraciones fisiográficas e histórico-cultura-

La división del solar navarro en merinda- dondo» y «» 3. A la lista con los des ha estado sujeta, como ya se ha visto, a labradores, francos, moros y judíos, se añade cambios diferentes. La merindad llamada de la de los «fijosdalgo», que aparecen en «Tu­ la Ribera en un tiempo comprendía, además dela», «Cascant», «Montagut», «Arguedas», de los pueblos que luego quedaron adscritos «Fonteillas», «Cadreyta», «Valtierra», «Mar- a la de Tudela, otros como , zieilla», «», «Fostinana», «Cortes», y Caparroso y Rada. Esto por los años de «Villafranqua» «Melida», «Carcastieillo», 1342. Más tarde se habla ya de merindad de «Rada», «Tafailla», «Casteillón», «Pedriz», Tudela, de la que todavía no se segregan «Cabanieillas», «Murchant», «Murieillo», estos términos 1. «Buynuel», «Tuluebras», «Artaxona», «Ri­ El libro de fuegos dé esta merindad tu- baforada», «Coreilla», «Centrueynego» 5. delana en 1366, es breve, menos complejo Ninguna otra merindad es, al parecer, tan que los otros, porque contiene pocos pueblos escasa en elementos vascos. Ninguna pre­ y éstos con bastante fogueración. Aparecerá senta nombres romances tan particulares y en él, en primer lugar, la villa de Tudela, a la alguno viejo prerromano de origen indeter­ que siguen por este orden: «Tafailla», «Arta- minado. Como se verá, respecto a bastantes xona», «Caparroso», «Rada», «Melida», de sus pueblos hay documentación de la «», «Marcieilla», «», época en que fueron dominados por el Islam «Cadreyta», «Valtierra», «Arguedas», «Mu- y la población musulmana o mudéjar vivió en rieillo», «Cabanieillas», «Fostinana», «Cor­ ellos largos años después de la Reconquista. tes», «Buynuel», «», «Fonteillas», Algunas veces la fecha de ésta es muy tardía, «», «Montagut», «Cascant», «Pedriz», como ocurre en el mismo caso de la capital, y «Tuluebras», «Murchant», «Centreynego», los recuerdos arábigos, en toponimia, voca­ «Coreilla», «Casteillón» 2. bulario y aun otros elementos culturales son Aparecen alcaides en «Montagut», sensibles 6. Si en los núcleos meridionales de «Ablitas», «Tafaylla», «Coreylla», «Cortes», la merindad de Estella, próximos al Ebro, «Sanchabarca», «Peynnaflor», «Peyna Re­ esto ya se percibía, resulta más claro de Aza-

9 gra al Sudeste, hasta llegar a la raya de Ara­ de la Valdorba y los pueblos de montaña gón. vecinos con los fronteros de la merindad de De esta merindad por el Norte, de la de Sangüesa, era algo que tenía que parecer muy Sangüesa también por el Sur y el Este y de la claro al navarro medieval y aun de después. de Estella por el Este, se segregan una serie La separación de los núcleos del extremo Sur, de pueblos para constituir la merindad de puede tener, en cambio, cierto sentido histó­ Olite, que luego viene a ser el partido judi­ rico, aunque al Norte de la Bardena queden cial de Tafalla. La constitución se debe a varios pueblos con fisonomía propia y en el Carlos III y se fecha el 18 de abril de 1407 7. extremo Sur de la merindad de Tudela, pe­ Resulta así que: 1.° se segregan de la merin­ gados unos a Aragón, otros a Castilla, los hay, dad de Sangüesa los pueblos de la Valdorba, también, que se diferencian de los que son San Martín de Unx y Ujué, llegando por el pueblos del Ebro, en el sentido más estricto. río Aragón hacia el Sur hasta Muríllo el De todas maneras, haciendo excepción de Fruto, , , con Pi­ la zona más montañosa de la merindad de tillas y , todos considerados también Olite, los núcleos de que se tiene que tratar Ribera (del Aragón y del Cidacos) en el en estas partes dedicadas a las dos merinda- censo de 1366 8. des meridionales, son, en conjunto, grandes y 2.°) Por el Oeste, en la cuenca del Arga, acaso más interesantes desde el punto de Mendigorría que en 1366 pertenecía a la vista de la historia urbana que desde el de la merindad de Pamplona; se incluye en esta arquitectura individualizada en casas y cons­ nueva9. Pero más al Sur, , Berbin- trucciones. La complejidad en ellos es dis­ zana, , , Peralta, Funes tinta a la que se da en los valles, sean los y Milagro se segregan de la Ribera de Este­ atlánticos, sean los pirenaicos o los medios. lla ,0. Puede afirmarse también que la fuerza eco­ nómica estuvo más centrada en ellos que en 3.°) El resto, desde Artajona y Tafalla por aquellos valles, sobre todo cuando la agri­ el Norte, hasta y Caparroso al Sur, cultura extensiva de tipo mediterráneo, con se segrega, como va dicho, de la merindad de campos de cereal, viñas y olivos (también el Tudela. regadío) daba el índice de riqueza física de un Desde el punto de vista lingüístico y et­ país. nográfico no cabe duda de que la agrupación

Marchando de Norte a Sur, como vamos, Aragón, dejando al Este varios municipios de toca tratar, ahora, de la merindad de Olite; la merindad de Sangüesa. Pero torciendo al después, de la de Tudela. La merindad de Sur de Este a Oeste, el mismo río riega otros Olite tiene una especie de eje fluvial; el del pocos pueblos dentro de los límites de la río Cidacos, nombre que se repite en un río merindad de Olite. riojano 11. Las dos poblaciones más impor­ tantes de ella, Tafalla y Olite, están en su Comenzaremos examinando los pueblos curso. Por la banda occidental corre un río del Norte, que corresponden a la cuenca o más importante, el Arga, sobre el que se curso superior del Cidacos; luego los de las escalonan otros núcleos urbanos también montañas orientales, después los de la cuenca bastante populosos. Algunos no precisamente del Cidacos mismo, ya en tierra más llana y en sus orillas, pero sí en la de algún pequeño en fin los de los flancos occidental, oriental y afluente. Por la parte oriental la flanquea el meridional sobre el Arga y el Aragón. 10 El Cidacos, que corre por el lado, occi­ en el siglo XVI será muy difícil encontrarlo dental de la Valdorba, entra en la tierra llana documentado en los siglos anteriores. El a partir de Pueyo. Pero esta tierra todavía vasco o su antecesor en tierras meridionales hacia el Este se halla dominada por alturas en de Navarra se pierde mucho antes de lo que las que se asientan Ujué y San Martín de se quiere dar a entender en algunas obras Unx. De 558 metros en que está Pueyo, se modernas y personalmente sospecho que in­ baja a 483 en lo más alto de Tafalla. De aquí cluso algunos elementos que se dan como a 388 en Olite y 369 en Beire, 354 en vascoides en la toponimia del Pirineo arago­ y 318 en Traibuenas. nés no lo son. Pero éste no es el asunto del El descenso parece que no solamente se que se ha de tratar ahora. relaciona con cambios del paisaje natural, Ahora hay que insistir en que la concep­ sino también con diferencias sensibles en la ción urbana mediterránea es muy antigua en Historia, tanto desde el punto de vista etno­ estas riberas que nos ocupan y que también gráfico, como desde el lingüístico y el eco­ lo son ciertos elementos de la vida económica nómico. La Valdorba, San Martín y Ujué son, que ha estado de moda atribuir a los árabes. como veremos, reductos del vasco y tierra de De ellos el más destacable es el sistema de resistencia en la Edad Media. La llanura ha riegos artificiales. El bronce hallado recien­ estado dominada por gente de habla romance temente en el Cabezo de las Minas, en Boto- desde época bastante remota; después fue rrita (Zaragoza) y publicado por Don Gui­ mediatizada incluso por los visigodos y más llermo Fatás, conocido por «bronce de Con- tarde hubo de experimentar el dominio del trebia», viene a indicar que ya por los años Islam. De todas maneras, desde un punto de de 87 antes de J.C. se daban arbitrajes res­ vista histórico-cultural, lo que es más per­ pecto a conducciones de aguas por campos de ceptible en ella es el efecto de la romaniza­ pueblos de distinto grupo gentilicio en un ción, efecto que incluso persiste en la refe­ punto en que los vascones y los celtíberos rida época de dominio islámico, pudiéndose eran fronteros con los ilergetes 13. La idea de afirmar la existencia larga de un mundo mo­ construir un canal o conducto de agua («rivi zárabe navarro, con rasgos muy peculiares 12. faciendi»), puede asociarse con la existencia Hay, así, elementos en la Toponimia actual de conducciones romanas, próximas al Ebro, que recuerdan a otros que se hallan mucho como la que está en el territorio navarro de más al Sur de la península. Arguedas. Pero lo esencial ahora es ver que Al tratar de cada uno de los núcleos ur­ esto se somete a arbitrajes, exactamente banos de que hemos de ocuparnos en este y como ocurre durante la Edad Media en las los capítulos que siguen, se recordarán. riberas. El Cidacos, por ejemplo, fue objeto por En la parte llana, más atractiva siempre entonces de una repartición de aguas muy para ellos, han actuado con más facilidad los elaborada y repetida; ya hay disposiciones de pueblos colonizadores; lo mismo romanos, la época de Pedro 1 y Alfonso I 14, para el que visigodos (que son los que menos vesti­ reparto entre San Martín de Unx, Olite y gios dejan) que árabes o arabizados. Los ele­ Caparroso. Caparroso vende a Tafalla su mentos de la vida económica (comunicacio­ parre en 1227 15. Hay luchas por el agua nes, producciones agrícolas y ganaderas, ré­ misma entre Olite y Tafalla, que se procuran gimen urbano más denso, etc., etc.), se desa­ evitar en 1304 16 y que siguen en 1308 17, rrollan más a gusto que en las zonas monta­ sometiendo entonces a un arbitraje en que ñosas; esto continúa después, cuando los re­ intervinieron dos inquisidores y reformado­ yes de Navarra fomentan la población del res del reino, que dictaron sentencia 18. reino, a base de gentes venidas de fuera; Luego hubo nuevos problemas, según docu­ sobre todo del Sur de Francia, de suerte que mentos de 1321 19. Nada se diga de los cau­ también puede decirse que entonces se reali­ ces mayores. Los ríos, por otra parte, sirven zan verdaderas colonizaciones urbanas, como de indicadores para las grandes rutas. El ya se ha visto y como se seguirá viendo en los mismo Cidacos marcó la dirección de una capítulos que siguen. esencial hacia el interior de España; de un Más al Sur de la línea que tenía el vasco «camino real» que, como veremos, fue reco­ 11 rrido por viajeros de distintas épocas que a bre ve la llanura de una manera. La montaña veces dejaron sus impresiones acerca de él. de otra. En los capítulos que siguen los con­ También tuvieron significado fuerte en la trastes se destacarán mejor que en cualquier ordenación de los núcleos urbanos. El hom­ otra parte de este libro.

NOTAS

1. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, p. 11. Madoz, VI, p. 386, a, es al que le dedica 322. artículo especial. 2. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 413- 12. Don Francisco Javier Simonet, «Glosario de 417 (n.°s 1-28). voces ibéricas y latinas usadas entre los mozárabes» 3. J. Carrasco Pérez, «La población...», p. 418 (Madrid, 1889), fue poco explícito al aludir a él en la p. (n.°s 32-41). CIII de la introducción. Pero en el vocabulario recogió 4. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 418- algunos testimonios de su existencia. 420 (n.°s 43-70). 13. Guillermo Fatás, «Noticia del nuevo bronce 5. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 418- de Contrebia», en «Boletín de la Real Academia de la 420 (n.°s 43-70). Otra lista a las pp. 424-429 (n.Hs Historia» CLXXVI (1979), pp. 421-437. 79-127), hasta el final. 14. «Catálogo del Archivo General», I, p. 54 (n.° 6. Véase parte tercera, cap. V, §§ 4 y 7. 37). 7. «Catálogo del Archivo General», XXVII, p. 15. «Catálogo del Archivo General», I, p. 104 (n.° 125 (n.° 282). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 176). des», II. pp. 481-482. José Ramón Castro, «Carlos III, 16. «Catálogo del Archivo General», I, p. 285 (n.° el Noble...», pp. 427-428. 632). 8. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 448- 17. «Catálogo del Archivo General», I, p. 304 450, en la merindad de Sangüesa. (n.°s 680 y 681). 9. J. Carrasco Pérez, «La población...», p. 568 (n.° 18. «Catálogo del Archivo General», I, p. ^05 433). (n°s. 684-685). 10. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 617- 19. «Catálogo del Archivo General», I, p. 354 (n.° 624 (n.°s 148-154). 810). Ver también, p. 369 (n.° 851) año 1325.

12 CAPITULO II LA VALDORBA

1) Idea general del valle. 2) Torres y palacios. 3) Los asentamientos.

En el extremo meridional de la zona de Nordeste. Esta parte del valle tiene 8.16^ los valles, nos encontramos con uno muy hectáreas («Leozarana»), cuenta con doce lu­ interesante: el valle de Orba o más común­ gares repartidos como se ve en el mapa de la mente «Valdorba». El arciprestazgo del fig. 1, A 2. mismo nombre comprendía, también, el valle o Val de Ilzarbe o Izarbe. Su extensión es Otra parte la constituye el ayuntamiento grande, si se compara con la de otros valles de Olóriz, con 4.198 hectáreas y siete luga­ navarros. Pero hay que tener en cuenta que res, más dos granjas y un caserío (mapa ci­ desde antiguo los lugares de que consta se tado, B). Con municipio propio quedan: Ba- agrupan en «cendeas» o corriedos diferentes. rasoain 3, Garinoain 4, Pueyo 5 y Unzué 6 en También en asentamientos, la Valdorba pre­ el flanco occidental. También Orisoain 7 y senta un punto de referencia claro, al Norte, Sansosain 8. En otros tiempos se agrupan los con la Sierra de Alaiz, que le separa de los lugares de forma distinta. «Val d’Orba» apa­ valles de Elorz e . Por el Este se rece en 1280 9, con los siguientes pueblos: señala, de modo más o menos claro, un sis­ «Puyo cabo Tafaylla», «Amatriayn», «Holo- tema montañoso que es el de los montes de riz», «Munarizqueta», «Arteta», «Garde- Orba propiamente dichos. Por el Sur hay layn», «Sada», «Loya», «Savai^a», «Ayessa», alturas que marcan el comienzo de las redes «Hossumbelfa», «Olaiz», «Izco» 10; algunos fluviales de San Martín de Unx. Por el Oeste de estos pueblos quedan ya, en otro docu­ los montes de , Artajona y Val de mento, en el valle de 11. Ferrer 1. La Valdorba es el único valle de la Sin embargo, el conjunto, la «Val antigua merindad de Olite con población de d’Orba» en total aparece ya bien definida en tipo parecido a la de los valles de la zona 1366, con estos fuegos, que pongo por orden media. alfabético: Desde el punto de vista administrativo se 1) «Amatriayn», 4. encuentra,, en primer lugar, una parte oriental 2) «Arrofui», 1. que se extiende por las faldas de los referidos 3) «Barassoayn», 14. montes de Orba, con cabeza en Leoz, al 4) «Echagüe» no consta nada. 15 5) «Eriztayn» (con Solchaga), 8 16) «Puyo», 4. 6) «Garinoayn», 12. 17) «Sansoayn», 1. 7) «Leoz», 6. 18) «Sansomayn», 3. 8) «Lepuzayn», 1. 19) «Variayn», 2. 9) «Maquirriayn», 8. 20) «Venegorri», 2. 10). «Mendivil», 1. 21) «Vezquiz», 1. 11) «Munarizqueta», 1. 22) «Unfue», 16. 12) «Oloriz», 4. 23) «Yracheta», 2. 13) «Oricyn», 2. 24) «Yriuerri», 2. 14) .«Orissoayn», 6. 25) «Uzquita», 2 12. Todo, como va di­ 15) «Oylleta», 6. cho, en la merindad de Sangüesa todavía. 16 Bastantes de los pueblos citados aparecen día las cosas más granadas que pasaban en en documentos anteriores. Pero, en todo todas aquellas partes» 17. caso, el nombre de «Orba» es enigmático. Michelena lo asocia con los de «Orbaiz» y Tierra de paso, pero con un flanco mon­ «Orbaiceta» y habría que añadir «»: tañoso y fragoso que da a sus habitantes un todos en Navarra 13. Puede que «Orbe» y carácter muy definido. Haciendo un corte de «Orbea» y aun «Orbezu», tengan relación Noroeste a Sudeste por su territorio 18, po­ con él: pero, en suma, no se sabe qué signi­ demos darnos más cabal cuenta de la estruc­ fica y pienso también que hay que descartar tura de tal ámbito. una etimología árabe, aunque haya sido pro­ Madoz da una curiosa caracterización de puesta por persona de autoridad. los naturales de la Valdorba: «en este valle Pese a su debilidad, son los cauces flu­ tienen casas solares varios títulos de Navarra. viales, afluentes y subafluentes del Cidacos, Los naturales trafican en vinos y granos; son los que condicionan la existencia de los pue­ industriosos, guerreros, astutos y algún tanto blos y los que determinan las agrupaciones de avaros e incrédulos. Es muy antiguo decir en éstos. Puede decirse, además, que cuanto más el país: «Si en el valle de Orba no hay apartados del Cidacos, que es el eje más novedad, Navarra está tranquila» 19. Hoy no perceptible de Norte a Sur, aunque corra podría decirse esto, a causa de la referida siempre por el lado más occidental del valle, decadencia... experimentan de modo más perceptible tam­ Digamos algo más sobre la división del bién los efectos del éxodo, que, como se solar. Aunque en algunas ocasiones se haya verá, ha hecho que haya varios núcleos viejos tenido en cuenta una agrupación de pueblos que han quedado desiertos. No es la primera considerando la población militar y dividién­ vez que se da allí este hecho dramático de la dola en tres cendeas, como se hizo en despoblación. Los altibajos de ésta son cono­ 16 3 6 20, lo más corriente ha sido -según va cidos de antiguo. Después de la guerra de dicho- el dividir el valle en dos. 1451-1452 se despoblaron cinco lugares y los Una cendea septentrional y otra meridio­ vecinos se redujeron de 153 a 91 14. nal. La documentación sobre estas dos unida­ Pero en todo caso, parece permanente el des en siglos pasados nos ilustra algunos ras­ hecho de que los pueblos que marcan la gos que aún pueden percibirse visitando el comunicación de Pamplona con el Sur, por valle. Tafalla, es decir Unzué, Barasoain, Garisoain En la sección de Estadística del Archivo y Pueyo, sean los más grandes. El camino real General de Navarra, el legajo 29, carpeta y, pasaba en esta dirección, como se señala en el contiene el «Apeo de las casas, vecinos y mapa de López y en otros, a partir de la moradores de los lugares de Orisoain, Arta- famosa venta del Piojo, con Unzué un poco a riain, Sansomain, Munarrizqueta, Iracheta, un lado, Mendívil, Barasoain, Garinoain y la Iriberri, Leoz, Uzquita y Olleta, comprendi­ venta de Pueyo 15 al Sur. dos en la merindad de Olite el año 1645 » y Tierra de tránsito y de cambio, en una en el legajo 29, carpeta 7, está el de los frontera antigua de la lengua vasca, que se lugares de Pueyo, Benegorri, Bézquiz, San- conservó allí hasta la época del Príncipe L.L. soain, Maquirriain, Amatriain, Pozuelo y Bonaparte 16. Musqui-Yriberri. No ha de extrañar que el famoso Doctor En resumen el apeo da las agrupaciones y Navarro, Azpilcueta, dijera en cierta ocasión cifras que siguen: que «la casa de su nacimiento, en el reino de Cendea de Val de Leoz Navarra, estaba pegada con el camino más casas vecinos real que hay en todo aquel Reino, y pasan Orisoain: 45 21 52 por su puerta cada día gentes de todas suertes Artariain: 24 22 29 y entraban cada día muchos a verle e dellos a Sansomain: 6 6 negociar, así castellanos como aragoneses e Munarrizqueta: 6 8 navarros, que pasaban de la Corte, Valencia e Iracheta: 8 12 Zaragoza e de otras partes a Pamplona e de Iriberri-Leoz: 2 1 Pamplona para otras partes e le contaba cada Leoz: 9 13 17 Uzquita: 11 7 gos bastante arcaizantes hasta épocas tardías, Olleta: 33 38 según se ve en documentos que nos hablan de cómo se hacían las reuniones concejiles, Cendea del Pueyo de las «cargas» que tenía sobre sí cada con­ casas vecinos cejo y de los rasgos culturales que denotan Pueyo: 57 23 57 24 algunas de tales cargas. Benegorri: 25 8 9 Bézquiz: 26 11 14 A comienzos del siglo XVII hay pueblos Sansoain: 29 26 que ya tienen sus juntas en una casa concejil, Maquirriain: 8 9 mientras que otros cercanos, todavía las cele­ Amatriain: 12 14 bran en el cementerio. Así, por ejemplo, el Poçuelo: 1 1 23 de febrero de 1607 se celebra junta en el Musquer Yriberri: 1 1 «cimiterio de la yglesia» de Sansoain, «donde lo tienen de huso y costumbre de se juntar» los vecinos cuando hay que resolver asuntos Quedan fuera Barasoain y Garinoain. graves, mientras que el 24 de abril del mismo Las declaraciones hechas antes, en 1607, año y por motivo parecido, los de Barasoain, por los propietarios de cada pueblo, no dan pueblo mayor del valle, según se ha visto, se los nombres de las casas: sólo la valoración reúnen en la casa concejil. También en económica y jurídica; si tienen derecho de Pueyo, el 6 de mayo se acredita que la hay. vecindad o no, o si son arrendados o de Los vecinos de Barasoain entonces tenían «caseros» y lo que rentan. Como se verá, el las siguientes cargas concejiles: dos cargas de rango nobiliario de los linajes y la categoría trigo anuales al letrado, una al procurador, de las casas palacianas no van unidos a gran­ cuatro robos de trigo al saludador, una carga des bienes, lo cual hace que la Valdorba, en al tesorero, dos al escribano del ayunta­ conjunto, se parezca más a los valles pobres miento, dos ducados al que «rije el relox», de la zona limítrofe por el Norte y Nordeste dos al nuncio, «quatro ducados al clérigo que que a las tierras del Sur de la merindad. dize las misas de las nubes», seis ducados al Su carácter vasco y montañés en lo esen­ maestrescuela, seis a los regidores y uno a los cial se ve también en otros documentos, que guardas de los términos. acreditan que las casas tenían su nombre par­ Por su parte en Pueyo, por el mismo ticular, dejando a un lado los palacios. Así, tiempo, se declara que las obligaciones eran por ejemplo, en Iracheta, por los años de las que siguen: tres cargas de trigo al letrado 1772, sabemos que la casa «Janarizarena» y prior, cuatro robos al saludador, veinticuatro tenía la obligación de pagar un censo anual de al médico, ocho ducados al escribano, tres cuatro robos de trigo y dos de cebada a la ducados destinados para las «misas de las encomienda de 27. A fines del siglo nubes» y dos a las «preciaduras». Vemos, XVI vivía en la casa «Miquelena» de Leoz la pues, que el saludador y el conjurador de familia Abaurrea28 y en Iracheta mismo tempestades cobran relieve en municipios «Echandía» era de Joannes de Iracheta 29. La agrícolas y pastoriles de poco desarrollo ur­ vida municipal presenta, por otra parte, ras­ bano.

II Las historias compuestas a fines de la duda, al calor de los intereses nobiliarios, por Edad Media y comienzos del siglo XVI reco­ heraldistas y reyes de armas, respecto a la gieron tradiciones fabulosas, creadas, sin antigüedad de las casas nobles de la Val- 18 tiorba, que eran muchas en efecto. Estas tra­ 4) La casa solariega, separada de la villa diciones se incorporan a escritos más moder­ de Barasoain, «plantada sobre una cárcel nos, incluso posteriores a la época en que el subterránea y bóbeda profunda, que no Padre Moret ya había llevado a cabo una puede batirse, ni está fácil su entrada, por las buena labor de crítica y depuración histórica. dos puertas de hierro con que estuvo defen­ Resulta, así, que el abad de Barasoain dida, y sube de ella una torre de mucha Don Francisco de Elorza y Rada, en su «No­ altura, con compartimentos de cámaras fuer­ biliario de el valle de la Valdorba» que pu­ tes, de que asoman troneras y saeteras. Un blicó en Pamplona en 1714, no tiene escrú­ oratorio y capilla muy antigua, fundada en pulo en recoger como cierto lo que dice estancia inferior y centro de la casa, con altar, Mosén Diego Remírez Abalos de la Piscina, que sube del pabimento en circulada forma­ en su historia de Navarra, respecto a la erec­ ción a proporcionada altura...» 33. ción de las casas fuertes, a las que llamó 5) Otro palacio próximo a la iglesia de palacios, de la Valdorba, por el rey Jimeno o Barasoain, con cárcel, torre, saeteras. Xemen García (?) por los años de 84 6 30. 6) El palacio de Echagüe. 7) El de Olleta. Lo que se sabe de esta época a través de 8) El de Pueyo. historiadores árabes, sobre todo, nos indica 9) El de Benegorri. que las expediciones hacia Pamplona se ha­ 10) El de Munarrizqueta. cían aguas del Arga arriba 31; que la Valdorba 11) El de Arrozubi... «que a penas se quedara como fuera de los itinerarios usados conoce que lo han sido, por la incuria de sus en ellas es probable. dueños». Otros reedificados, en cambio. En todo caso se ve que se llenó de torres 12) El de Solchaga. y casas de labor con aire guerrero en siglos 13) El de Olóriz. posteriores. El mismo heraldista al que se ha 14) El de Leoz. hecho referencia es testigo de excepcional 15) El de Iriberri. importancia para apreciar cómo a principios 16) El de Cavo34. «Otros que no os­ del siglo XVIII la Valdorba estaba llena de tentan el estado que tuvieron en su crea­ torres y edificios antiguos en estado vario de ción». conservación. Unos ya arruinados, otros me­ 17) El de Orisoain, que en lo que lla­ dianamente conservados, algunos restaura­ man el «Palacio Viejo» tiene un torreón dos. En la nómina aparecen así: fuerte, no de mucha altura. 18) El de Bézquiz. 1) El palacio de Unzué que fue real 19) El de Amatriain. hasta 1336. 20) El de Oricin 35. 2) El de Bariain, del conde de Ayanz, en En páginas sucesivas Elorza y Rada da los ruina. blasones de estos palacios, sacados de una 3) La torre también arruinada del pala­ certificación del escribano real Juan Dionisio cio de Garinoain: «levantada -dice- en la de Yriart, fechada en 1712. También la de antigüedad con separación y sin arrimo al­ algunos otros, como los de Lepuzain36, guno» y sobre la que da detalles: «es her­ Eriztain 37, Mendívil 38 y Sansomain 39. mosa a la vista por la parte que guarda su A éstos hay que añadir el palacio del firmeza», «en forma sublimada tiene el Monasterio de la Valdorba 40, el santuario de cuerpo de piedras bien labradas, y señas le Catalain 41 y las casas y personas con escudos han quedado de troneras antiguas que tuvo de armas, que son muchas. Pero el viejo en lo alto, que parece le sirven de firmes esquema del pequeño núcleo urbano con la adornos. No se sube a esta torre después de torre, la iglesia, las casas sencillas con sus su ruina; porque aunque tiene assideros en lo dependencias y la explotación agrícola y arruinado, no ay quien se elebe a tanta altura pastoril en dos contornos, se ha dado aquí de por espanto. La anchura de su muro es mu­ una manera muy típica. cha, en altura todo igual, con algunas saetías. Abria sido castillo, puesto en el centro del valle y su camino real para defenderlo» 32.

19 III

Puede afirmarse, también, que en la Val- bajando al Sur a Olóriz, núcleos todos pe­ dorba se observa cierto arcaísmo en la cons­ queños, con sus palacios respectivos 47. Echa­ trucción de edificios agregados a las casas e güe es un pueblo de altura, en la falda de la incluso en éstas y es significativo que allí se sierra de Alaiz y en posición que hace que se hayan conservado ejemplos tan antiguos y le llame el «balcón de la Valdorba». Ha curiosos de la arquitectura rural como el «hó­ bajado de población mucho. En 1971 se le rreo» de Iracheta. daban sólo cuarenta y seis habitantes. Como Bajando por la carretera general de Pam­ en Unzué, también los vecinos tuvieron plona a Tafalla el primer pueblo de la vieja pleito con el palaciano 48, o mejor dicho, éste circunscripción, es Unzué, al pie de una peña con el pueblo, en 1546, sobre preferencias conocida. Estaba cerca del antiguo camino en la iglesia y el concejo. real sobre el que quedaban la venta y la Era ya de los Azpilcueta, aunque luego ermita de Nuestra Señora de Artederreta. cambian los dueños. Los blasones que da Azcárraga en el siglo XVI difieren poco de En 1802 contaba con 333 habitantes en los que se representan en el «Nobiliario...» cuarenta y ocho casas y quedaba el palacio de de Elorza y Rada 49. En Echagüe, «cinco con­ cabo de armería 42, que es el primero en la chas en una cruz y quatro suelas o globos a nómina de Elorza y Rada; primero, de los las quatro partes de la cruz», pertenecía a la Letes y Almorávides; después, de la familia familia Echagüe, aliada a los Azpilcueta 50. El Balanza y Lana 43. elemento gótico en la construcción, con sus Este palacio-castillo fue de los que se ventanas amaineladas, es perceptible aún, ordenó que se demoliesen en 1514, de suerte como se puede ver en las fotos de las figs. 3 y que los datos posteriores deben referirse a un 4. «Orizin» pertenecía en 1712 a Don Luis edificio muy cambiado con respecto a lo que de Donamaría. También el blasón lo da Elor­ había antes. Ya en relación con el pueblo nos za 51. Pero Azcárraga lo reduce a uno de los encontramos con algo que se repite en otros cuarteles, que es el del lobo debajo de dos del valle y en otros valles de más al Norte, campos 5Z. Con relación a Olóriz, Azcárraga según se ha visto. La lucha del municipio o da un blasón que «trahe de Yániz» 53. Pero vecindario con los palacianos, a causa de ho­ Elorza da otro, que se hallaba en el frontispi­ nores. En 1648 los regidores y vecinos con­ cio del palacio 54, que pertenecía a la familia minaron al palaciano Don Miguel Ximénez del mismo nombre. Olóriz ha sido en nues­ de Balanza, para que quitara una pared que tros días cabeza de un municipio en que había puesto para interrumpir la entrada a la quedaban incluidos Bariain, Echagüe, Lepu- iglesia, por la puerta contigua a su palacio 44. zain, Mendívil, Olóriz mismo, Oricin, Sol- Sobre el famoso paso de El Carrascal de chaga y las granjas de Arrazubi, Donianiz, Unzué, estaba también él castillo de Guerga, Eristain y las ventas de Olóriz 55. que servía de lugar de ejecuciones de facine­ A comienzos de siglo ya estaba deca­ rosos allá por el siglo XIV 45. dente. En Lepuzain las ruinas eran percepti­ A comienzos del XVIII, en cambio, tuvo bles y en general la pobreza de los propieta­ cierta notoriedad en el pueblo la casa de los rios y palacianos se percibe desde antiguo. En Doncel y , que fue objeto de una la declaración hecha en Olóriz el 22 de mayo pesquisa típica en punto a su hidalguía, por de 1607, Charles de Olóriz, dueño de los ser de linajes llegados de fuera 46. palacios de Olóriz 56, declaró poseer un «término redondo», junto al lugar de Echano Unzué es punto de tránsito. Hay que «en esta baile que se llama Santangel». Tam­ internarse más al Este para encontrar ejem­ bién hará mención de «un cerrado lieco y plos típicos de arquitectura valdorbesa. olivar» de doce robadas, tasado en cien duca­ La carretera que lleva a Unzué tiene un dos. Ya veremos luego a qué podía subir lo ramal que conduce a Echagüe, otro a Oricin y que poseía alguno de los hombres más pu- 20 dientes del valle por el mismo tiempo. taba con más de 101 casas con 470 personas Mendívil 57, Solchaga 58, Eristain 59 Lepu- y que era villa desde 1665, época en que por zain 60 y Bariain 61 tenían, sin embargo, sus donativos a la corona se obtenían mercedes respectivos palacios en el siglo XVIII. Unos, como ésta o la de ser «ciudad» 66. Después sin duda, con viejo aspecto de torre guerrera. aumentó: en 1888 son 610 los habitantes y Otros no podían ser considerados más que en 1910, 632 en 146 edificios con sólo diez y habitación de honrados labradores de recur­ seis diseminados. Más modernamente sube a sos no muy grandes. 753 habitantes. Barasoain se extiende de Norte a Sur en el antiguo camino real y la En efecto, con relación a un palacio, que carretera de Pamplona a Zaragoza, con tres quedaba al Este de Barasoain y al Norte de alineamientos de casas y varias plazuelas 67. Orisoain hay breves referencias medievales que nos permiten imaginar la existencia de Barasoain aparece, según se ha visto, un conjunto en que se distinguen: 1) la torre, como patria del Doctor Navarro, Don Martín 2) los palacios propiamente dichos, 3) los de Azpilcueta, que instituyó un mayorazgo casales, 4) y las casas. Este conjunto es el de en 1563. Pensó este personaje, nacido en Lepuzain, que fue dado por el rey en 1262 a 1493, rehacer en parte su casa natal y mandó Don Corbarán de Lehet o Leet, a cambio de al capitán Juan de Azpilcueta que hiciera unas la villa de Górriz-licea, que le venía a éste obras que no le complacieron68. Pero, en por heredamiento de su mujer 62. suma, el mayorazgo quedó constituido y an­ La torre ha desaparecido. El palacio con tes de tratar de la casa reformada por el once personas (inquilinos) existía en 1802 y capitán conviene tener una idea de lo que tenía su iglesia 63. Hay, pues, motivos para tiempo después de la fundación poseía el pensar que entre los siglos XIII y XV la mayorazgo. En 1607, según la documenta­ Valdorba estaba poblada de forma parecida a ción ya utilizada, declara después de los dos como lo estaban otros valles cercanos de la jurados de Barasoain el hombre más pu­ merindad de Sangüesa, erizada podríamos diente del lugar, Martín de Azpilcueta, que decir de torres y palomares y con una cons­ dijo tener todo lo que sigue: trucción más o menos sólida en torno. En Olóriz se ven aún algunas obras de cantería 1) Una casa vecinal, donde vivía, que sólida y caprichosa a la par, como la de la hacía un fuego. Tasó su edificio en 2.000 puerta de la foto de la fig. 5. El palacio ducados. blasonado de Eristain, con las armas que dan 2) Otra casa vecinal, con su torre y co­ los heraldista, es de armónicas proporciones, rral, con cuatro caseros. Tasada en 400 duca­ aunque modesto, como se ve por las fotos de dos, arrendada en cuatro ducados y medio. las figs. 6 y 7. No parece tampoco excesiva­ 3) Otra casa vecinal tasada en 100 duca­ mente antiguo 64. Un aire más adusto y viejo dos, arrendada a un solo casero en cinco tienen las casas del conjunto de Mendívil, en ducados anuales. que lo típicamente valdorbano, la construc­ 4) Otra casa que sirve de mesón, tasada ción en piedra seca, se hace patente y donde en 500 ducados, con corral, pajar y caballe­ las torres aún se alzan, amenazando ruina, riza, arrendada en veintidós ducados anuales. como se ve en las fotos de las figs. 8 y 9 65. 5) Otra casa frente a donde vivía, tasada Todos estos pueblos quedan bastante al­ en 100 ducados y arrendada en cinco. tos. Pero siguiendo por la carretera de Pam­ 6) Dos casas más, tasadas en 200 duca­ plona a Zaragoza, hacia el Sur, nos encon­ dos las dos, con dos caseros que le daban tramos otros dos, casi unidos, que parece han siete ducados cada uno, de los que no sabía si tenido siempre mayor importancia; uno es eran vecinos o no. Barasoain y el otro Garinoain, a 528 y 540 7) Cincuenta robadas en el regadío de metros de altura respectivamente y en la los linares del término, a doce ducados cada margen oriental del Cidacos. El primero ha robada: 600 ducados en total. sido considerado como el núcleo mayor del 8) Doscientas noventa robadas de tierra valle. El diccionario de 1802, que le dedica blanca en las coserás y campestre del tér­ un buen artículo inspirado en una relación mino, a cinco ducados robada: 1.450 duca­ manuscrita algo más antigua, dice que con­ dos. 21 9) Cuarenta robadas de tierra blanca en de Azpilcueta declaran María de Arrayz el campestre del lugar de El Pueyo, con sus (2.992), Juan de Olcamendi (2.658), Joan corrales; tasadas sólo a ducado y medio la Remíriz de «Amatiriayn» (sic) (2.885 duca­ robada, hacían sesenta ducados. dos y nueve reales) y aun Juan Beltrán de 10) Una casa vecinal en Garinoain, ta­ Leoz (2.527 ducados y medio). sada en 100 ducados, arrendada en dos duca­ dos y medio anuales a un casero. Luego sí aparece propietarios mucho más 11) Cuatro robadas de tierra en los lina­ pobres. Empieza la serie Juan de Oztívar que res de Garinoain, a doce ducados robada: 48 no poseía más que una casa tasada en cin­ ducados. cuenta ducados, sigue Sancho de Barasoain, 12) Quince robadas de tierra blanca, en con un patrimonio compuesto por una casa el término de Yriondoa de Garinoain, a seis vecinal tasada en cuarenta ducados y una viña ducados robada: 90 ducados. de cinco peonadas, tasada en treinta, con una 13) Ocho robadas de tierra blanca, en el carga encima. Entre éstos y los más pudientes término de Arranguelu de Garinoain, a cua­ hay hombres con posición que varía. tro ducados robada: 32 ducados. La casa de los Azpilcueta subsiste hoy, 14) Cuarenta robadas de tierra blanca sólo en parte. Se conserva el cuerpo consti­ en el campestre de Garinoain, a ducado y tuido por la fachada de piedra de cuenta, con medio: 60 ducados. la puerta cuadrada sobre la que está el blasón 15) Ciento cincuenta peonadas de viñas. dibujado en el «Nobiliario...», de Elorza y Treinta en el término de Orisoain, a seis Rada69, las dos rejas laterales, las cuatro ducados peonada: 180 ducados. ventanas sobre una cornisa y encima otra 16) Diez y seis peonadas en el término cornisa sobre la que van las dos torres con de Garinoain, a seis ducados también: 96 miradores (tapiados) y al centro una galería ducados. de diez arcos, como se ve en la foto de la fig. 17) Veintidós peonadas en el término 10. Pero aún no hace mucho se tiró la parte de Mendívil a seis ducados: 132 ducados. posterior, constituida por un patio «implu- 18) El resto en Barasoain, a cinco duca­ viato», con porches y galería abierta encima, dos: 410 ducados. que, aunque se hallaba en mal estado, mere­ 19) Cincuenta peonadas de liecos en cía haber tenido mejor suerte, como ejemplo Barasoain, tasadas diez y ocho de ellas a clásico de patio de casa grande de la cuatro ducados y treinta y dos a dos y medio: zona media. La foto de la fig. 11, es testimo­ 88 ducados. nio de lo que fue. Probablemente sirvió para 20) Veintiocho peonadas de liecos en los comerciantes, arrieros y viajeros que pa­ Orisoain tasadas a cuatro ducados: 112 duca­ saban por el camino real. También se sabe dos. que allí estuvo el martes 24 de noviembre de 21) Ciento sesenta ovejas paridas con 1592, Felipe II, como indica el archero Enri­ sus corderos, tasadas a catorce reales cada que Cock en su relación de la jornada de una: 176 ducados y cuatro reales. Tarazona 70. 22) Ochenta y seis cabezas de ganado En Barasoain había otra casa importante menudo «vacío», incluyendo, cabras con sus que no era palacio de cabo de armería71, cabritos. Las sesenta y seis vacías tasadas a según unas nóminas; pero que también hos­ ducado y las cabras con sus crías a catorce pedó a reyes. Sus dueños pusieron en ella reales: 91 ducados y cinco reales. una inscripción que demostraba su fidelidad a 23) Cuatro bueyes de arar, tasados a la última dinastía navarra 72: la casa de los quince ducados cada uno: 60 ducados. Rada. Esta debía ser de bastante complejidad 24) Una muía: 20 ducados. y hecha en distintas épocas. También era 25) Una yegua: 14 ducados. conocida como el palacio de Dundrin. Se La suma da 7.119 ducados. hallaba fuera del casco urbano, en el término Uno de los jurados, el primero, Diego de llamado la Adobería, junto al camino real Yriart, había declarado tener una hacienda rumbo a Tafalla, y a la izquierda. Hoy queda tasada en 2.241 ducados. El segundo, Juan de una huerta de ella, llamada de , y los Olcoz, otra tasada en 1.764. No son de los que la recordaban decían que tenía torreones más pudientes en el pueblo, porque después y mazmorras con arcos. Afirmaban también 22 que parte de la piedra sillar se empleó en la riain, al Norte de Amunarrizqueta, al Sur de reforma de las torres de la iglesia del pue­ Iracheta, al Norte de Iriberri y llega, por fin, blo 73. Sus dueños tuvieron pleitos asimismo a Leoz, que da nombre a la cendea o a lo que con el vecindario porque éste no quería que en vasco se llamaba Leozarena. Es la vía que se denominaran señores del palacio de Bara­ nos da el itinerario más interesante a reco­ soain, sino concretando del palacio de Dun- rrer. Porque poco después de iniciarlo nos drin 74. encontramos ya, en ruta y dentro del término Vamos viendo cómo esta resistencia a de Garinoain, con el santuario del Cristo de aceptar superioridades se da en puntos muy Catalain, muy venerado en la comarca. diversos de Navarra, a la par que se multipli­ El diccionario de 1802 decía que era una can las casas que sientan hidalguía. granja de señorío, constituida por tres casas, Porque Elorza y Rada, en Barasoain con una basílica consagrada al Cristo, la cual mismo, señala hasta veintitrés más 75. Tam­ pertenecía a y que los pueblos bién Garinoain es pueblo con bastante casa comarcanos iban en ciertas fechas procesio­ con pretensiones nobiliarias. Garinoain, que nalmente allí y sobre todo en tiempo de tenía 394 habitantes en 1888, descendió a sequía82. Este santuario tenía en su altar 359 en 1910. Antes, en 1786, aparece con mayor las armas de Roncesvalles 83. Pero el treinta y tres casas y 238 almas y después ha templo es románico del siglo XII y de los vuelto a subir a 3 9 0 76. El palacio pertenecía que caracterizan mucho a la Valdorba84. en su origen a la familia del mismo apellido y Desde un punto de vista que no es el estric­ a la de Amatriain y tenía el escudo de los tamente artístico o estilístico, el conjunto «Amatriaynes» 77; pero luego pasó a otros resulta interesante para obtener idea de lo linajes. Parece que con frecuencia, sin em­ que eran las antiguas granjas monasteriales. bargo, las familias palacianas se aliaban entre Porque, aunque lo más destacable a primera sí y así hubo un momento que era poseedor impresión sea el conjunto de la iglesia, con su de él un Azpilcueta7S. Otras casas nobles portada, su campanario, su ábside 8S, las par­ eran la de los condes de Ayanz, la de los tes destinadas a habitación y trabajo nos po­ Zunzarren, que se asientan antes de 1712, y nen ante una suma de edificios complejos, los Mendi que lo hacen algo después 79. Cada como lo son bastantes «palacios» antiguos de vez que un hombre de fuera se fijaba en el la zona, con sus recintos y su torre palomar, pueblo había debate si pretendía colocar su según se ve en la foto de la fig. 12. escudo, como le ocurrió a Juan Pedro de Avanzando hacia el Este se llega a Ori­ Mendi en 1713 y a Felipe de Lana en soain, algo apartado del río y de la carretera; 1685 80. sobre una loma y mirando al Norte. Es pue­ blo que ha descendido mucho de habitantes Esto no quita para que, aclarado el dere­ en los últimos tiempos. Pero su decadencia cho a usarlos, quedaran en las fachadas de las ya se percibía a comienzos de siglo. En 1802 casas respectivas. Así Elorza y Rada reseña se le dan cuarenta y un casas y 238 perso­ los escudos de Ayanz, Virto y Azpilcueta, nas86, 280 en 1888 y sólo 180 en 19 1 0 87. Salvador de Azpilcueta, Lana, Pabolleta y Es- sayn (de 1617), Aoyz y Lacarra, Camón y En 1953 eran 14 8 88. Pabolleta, Olagüe y Zabalza y Zunzarren y El casco parece obedecer a una pequeña Ustáriz: incluso el de Mendi y Badostain81. planificación regular, con dos calles laterales. Hay, pues, una curiosa complejidad en el uso Como en casi todos los pueblos de la Val­ del blasón, en relación con un palacio que lo dorba, había en éste un viejo palacio de cabo tiene propio y que puede ser de un hombre de armería de la familia del mismo nombre. de linaje distinto, el del que va a habitar una Ya en 1568, el señor del palacio, don Remiro casa y trae el suyo y el del que luego hereda de Orisoain, discutía con el vecindario sobre la casa o la cambia. sus antiguos privilegios, uno de los cuales era el de poder empezar la vendimia dos días La carretera que arranca hacia el Este antes que el resto, otro el de preferencia en entre Barasoain y Garinoain y que sigue el la iglesia, otro de mayor aprovechamiento de curso de un afluente del Cidacos, el Cembo- los bienes comunales y, en fin, el del árbol de rain, deja al Sur a Orisoain, pasa por Arta- Nochebuena que había de darle el concejo. 23 Entonces ganó el palaciano. Después la pro­ gueta " , en la cual hay en efecto información piedad pasó a los Elío 89. acerca de la encomienda de Iracheta a media­ Este palacio se alzaba entero en 1712 90, dos del siglo XIII. Había allí por los años de así como otras casas hidalgas91. 1252 un convento con su comendador y ocho freires y la correspondiente iglesia 10°. Se Las casas de Orisoain, como casi todas las considera que el «hórreo» románico que sub­ de esta pequeña cuenca, son modestas y se­ siste y que fue restaurado hace unos años veras, como las de los núcleos que siguen y pertenecía al conjunto monástico (figs. 22, componen el municipio de Leoz. El primero 23, 24 y 25) 101. En el siglo XVII era hórreo de ellos, siguiendo la ruta es Artariain, un parroquial 102. En todo caso, se trata de pueblo también en decadencia 92. construcción civil de las más raras que existen Más interesante resulta Amunarrizqueta o en Navarra, si se considera la época en que se Munarrizqueta, aunque hoy sólo viva allí una hizo, pero en conexión evidente con otras familia y a fines del XVIII no tuviera más de más modernas y que quedaban en recintos a siete casas con treinta y un habitantes 93. modo de patios 103, como lo debió estar ésta. Iracheta tiene algunos edificios abando­ Cerca del pueblecito se sitúa el antiguo nados o semiabandonados, que también re­ monasterio de la Valdorba 94, desaparecido. flejan arcaísmo constructivo, aunque no sean Es curioso observar que a esta fundación se le de gran antigüedad. Vemos en ellos, en da categoría de palacio con blasón95. En efecto, el empleo de la piedra seca, (foto de cuanto al palacio de Munarrizqueta propia­ las figs. 26 y 27), de las lajas de piedra para mente dicho, debe estar constituido física­ construir tejados (fotos de las figs. 28 y 29), mente por el conjunto de edificios que for­ las paredes curvadas (foto de la fig. 27) y, en man el núcleo actual del pueblo. fin, recintos a modo de patios (foto 29), y En 1802 se dice que «la población con­ algún resto de buena cantería, que se repiten siste en un palacio de cabo de armería» y las en los pueblos vecinos del valle. casas y personas indicadas. Cuando se hizo el recuento de blasones que transcribe Elorza, Cerca de Iracheta queda el emplaza­ se indica claramente que el «palacio está sin miento de Iriberri o Iriberri cabe Leoz. Allí escudo de armas en el frontispicio»; pero las no parece haber habido, pese al nombre, más da 96 y son las que dibujó antes Azcárraga 97. que un imponente palacio de cabo de armería Este palacio pasa al mayorazgo de Azpilcueta con cuatro torres y siete fuegos con cuarenta y a una época avanzada del siglo XVI o al y tantas personas104. Elorza y Rada da el XVII ya corresponde el cuerpo principal blasón que es el mismo que dibuja Azcárra­ existente, rodeado de dependencias que for­ ga 105. El palacio, al tiempo en que se hizo el man a modo de patios como se ve en las fotos dibujo de la fig. 2 y antes, en la época en que de las fígs. 13 y 14. La construcción en piedra se tomaron las fotos, era un gran edificio seca, con superficies curvas en tales edificios cuadrangular, flanqueado por cuatro torres secundarios y en muros de contención, da al cuadradas, una de las cuales servía de campa­ conjunto un aire muy arcaico (fotos de las nario. Es posible que las ventanas cuadradas figs. 15, 16, 17, 18, 19 y 20). A veces sin fueran rasgadas sobre grandes lienzos de pa­ embargo, en la Valdorba, hay casas modestas red anteriores, aunque a primera vista no lo en que la piedra de cuenta y la otra se parece. El interior tenía un patio. En suma, combinan armoniosamente (fig. 21). Este se era de las moles más características dentro exagera, si cabe, en Iracheta, uno de los del conjunto navarro de palacios torreados; pueblos más curiosos del valle, situado en pero de fisonomía menos compleja que la de pequeño cerro. Iracheta ha ido también dis­ otros, de los que hay memoria o vestigios en minuyendo de población98 y sin duda, la Valdorba (figs. 32 y 33). cuando tuvo más prosperidad fue en la Edad Leoz, cabeza de la cuenca, no tenía arriba Media. Fue conocido su hospital, regido por de treinta y seis casas con 140 habitantes una de las encomiendas de los caballeros de hacia 1910 106 y en 1802 sólo doce con se­ la Orden de San Juan, que tanto predominio tenta y seis personas. El palacio era el edificio tuvieron en Navarra, como se ve en la eru­ principal y sus poseedores fueron en lo anti­ dita obra de Don Santos A. García Larra- guo monteros del rey 107. El escudo «de los 24

Leozes» estaba en el frontis en 1712 108; el gorri. Después, bajo Pueyo desemboca un mismo de Azcárraga 109. tercer arroyo con bastantes afluentes insigni­ La parte dedicada a granja subsiste, pero ficantes y en, su cuenca quedan de Oeste a no en buen estado, como tampoco hay que Este, Sansoain, Maquirriain, Amatriain y pensar que el pueblo más recóndito y apar­ Olleta. tado por esta zona sea algo distinto a una También son pueblos decaídos o abando­ ruina. Uzquita no tenía más de ocho casas y nados. No así Pueyo, que queda a modo de cuarenta y siete personas en 1802 y no había entrada de la Valdorba por el Sur. Su nombre palacio 11°. Sí algún edificio sólido de piedra es romance frente a la totalidad de los nom­ con alero de ladrillo construido en el siglo bres de los otros pueblos; viene del latín XVII o ya en el XVIII, como el de la foto de «podium», que da «poyo» también 111. la fig. 34, del que es la puerta de la foto de la «Pueyo» se repite en Navarra en Urraul Bajo fig. 35, con la aldaba tan corriente por tierra y en término de Carcastillo; pero más en de Estella. Otras fotos nos dan la imagen de Aragón. Madoz en Huesca registra siete 112. casas de piedra seca con lajas de losa en los La diptongación parece tardía, porque en tejados alternando con corrales y cobertizos 1264 es denominado El Puyo 113. Por enton­ (figs. 36 y 37). ces debía ser pueblo muy crecido, según Mo- De Barasoain a Pueyo, tomando otra vez ret; pero es imposible imaginar que tuviera como referencia el Cidacos y el antiguo ca­ novecientas familias como conjetura, colo­ mino real, nos encontramos con que por el cándolo entre los pueblos llamados «novena­ lado oriental afluyen a aquel cauce varios rios» 114. arroyos más. Luego los altibajos son grandes dentro de Uno que se une al de Leoz, casi a la límites no grandes. En 1802 se le asignan desembocadura, riega los términos de San- cuarenta y nueve casas con 376 almas 115 y se somain, que queda al Sur de él. Otro los de anota la existencia de ruinas de un castillo Bézquiz, que también queda al Sur, y Bene- fuerte. Otros documentos de la época regis­ 26 tran hasta setenta edificios. Madoz marca un se alza el palacio viejo en lo más alto, el cual aumento sensible, puesto que le asigna 115 conserva elementos medievales típicos, e in­ casas y 400 habitantes ,16. Sigue aumentando cluso la gran campana con hogar al centro. el XIX hasta 647 en 1900. Luego baja algo Este palacio pertenecía a un linaje de Santa­ (638 en 1910) y vuelve a subir hasta 780 en maría durante la segunda mitad del XVI y 1953 117. Esto quiere decir que la fisonomía comienzos del XVIí; pero por alianza Char­ les de Olóriz lo agrupó al suyo y al de del conjunto no es tan vetusta como la de Benegorri 130. Elorza y Rada da un blasón otros pueblos del valle. que refleja estas alianzas 131, tomado de una Hay noticias respecto al empedrado de las losa sepulcral. El palacio es gótico tardío, calles entre 1786 y 1788 118 y a la construc­ como se ve en las fotos de las figs. 38 y 39. ción del frontón en 1857. El acuerdo munici­ La de la fig. 242 da la cerradura de la igle­ pal sobre éste es muy significativo: -«Hace sia 132. mucha falta -dice- para que la juventud se En Sansomain las casas restantes eran entretenga los días de fiesta jugando a la también nobles; así la de Leache y Olcoz, que pelota y se distraigan los mayores viendo era antigua, de «dilatada fábrica», con torre jugar, distraigan a la juventud de diversiones defensiva ,33. Otras eran las de Unzué y Ol­ prohibidas y en beneficio de la moral públi­ coz y la de Unzué 134. ca...» 119. Es la época de construcción de frontones. La planta del pueblo se ajusta al Sigue hacia el Este Benegorri. Otro pue­ cerro 120. blo decaído, que en 1802 aparece con ocho casas y cuarenta personas 135, cincuenta y una Es el único que queda al Oeste del Cida- en 1953 y menos después. El palacio vincu­ cos. El camino que baja hacia el Este tiene un lado a los Olóriz en el siglo XVII, como va puente sobre el río y más allá, en la misma dicho 136, queda en ruina frente a la casa de carretera de Pamplona a Zaragoza una ven­ Margain 137. En Benegorri, como en otros ta 12\ pueblos de la Valdorba, los elementos góti­ Pueyo tenía unido otro núcleo, el de cos se suman a la vieja construcción en piedra Ariamain, con dos iglesias bastante nutridas seca de una manera bastante parecida a como de fieles en la Edad Media 122. se ve en valles de la merindad de Sangüesa. Pueyo poseía asimismo un palacio de Las fotos de las figs. 41 y 42 lo hacen ver. cabo de armería, del que era el «molino Pero también quedan casas nobles, abando­ farinero» del pueblo 123, y que tenía su es­ nadas, con buena, aunque modesta, fachada cudo pintado en la iglesia 124. También exis­ de cantería, como la de la foto de la fig. 43, y tían otras casas linajudas; la de los Pueyos y blasones 138. los Azagras, la de los Alzórriz, «que fue de los Amatraynes», la de los Leoz y Sagüés, la El lugar de Bézquiz, asociado bastante a de Ximénez, la de Baygorri y la de Labia- éste, también tenía su palacio correspon­ no ,25. Alguna subsiste. diente y no más de nueve casas y sesenta y dos habitantes en 1802 139. Hay que señalar Un aire más arcaico tiene Sansomain, que una rústica inscripción en casa popular. La de es núcleo conocido desde muy antiguo. Por­ la foto de la fig. 44. La dovela parece que está que siendo una «villeta» de propiedad real, el mutilada. En los pueblos de la banda más rey Don García Ramírez la donó al abad de meridional encontramos la misma decaden­ Leire, en satisfacción de 170 marcos de plata cia, unida a análogos recuerdos de una socie­ que había recibido de él. Esto en 1141 126. dad muy preocupada por defender derechos Desde entonces el pueblo aparece sin desa­ señoriales, derechos vecinales, derechos tam­ rrollarse mucho nunca. En 1802 se indica que bién contra «foranos» más ricos, que pudie­ está compuesto por la iglesia, el palacio y seis ran explotar los terrenos comunales. San- casas con cincuenta y tres personas 127. A soain, Maquirriain, Amatriain y Olleta, se comienzos de siglo no tenía arriba de treinta distinguen por conservar vestigios de aquel y tres en ocho y estaba en el ayuntamiento de estado. Sansoain es el núcleo mayor. Se llama Leoz 12S. Hacia 1620 se hizo la obra de la Sansoain-Orba para distinguirlo de otro del fuente pública 129. mismo nombre del valle de Urraul Bajo. La En el núcleo, tal como hoy se ve, orientado agrupación mayor constaba de veintiún casas al Sur, con el cerro de Orcamendi al Sureste, y 128 habitantes en 1802 140. Subió a 205 en 27 1888. Luego bajó a 159 en 1910 141. De aquí menterio el 26 de febrero de aquel año, que a 70 en 1953 y luego a menos 142. era domingo, ajustaron el apeo «no por casas sino por hombres» y lo mismo ocurre en los Aparte queda una casa de labranza de pueblos siguientes. Algunos nombres de Musquer-Iriberri que tiene restos de pobla­ pueblos se dan con arreglo a una versión ción mayor y que era de los condes de significativa, sin embargo. Así, a 3 de marzo Guendulain 143. se congregan los vecinos de «Amunarriz- Maquírriain, Amatriain y Olleta tenían queta» según la escritura, aunque se anote otros tantos palacios viejos. Diez casas útiles «Munarrizqueta». No siempre los palacianos en el primero con sesenta y dos personas en y los eclesiásticos van en cabeza. 1802 144; hoy sólo con dos familias 145. Las diferencias entre los palacios de la familia En Orisoain mismo empieza la lista con Ximénez y los otros vecinos, por honras en la las casas y palacio de cabo de armería de Don iglesia, se resolvieron pacíficamente 146 y Sebastián de Elío: que va el primero de los Elorza y Rada 147 pone como armas las de los vecinos, con su hijo Don Lorenzo. En Arta- «Ximénez y Echiniques». rain va, tras la casa de la abadía, la casa y torre de Juanes de , abad 15S. En San- En Amatriain se observa descenso para­ somain, tras la casa de la vicaría, el palacio de lelo. De siete casas y cincuenta y siete habi­ Don Agustín de Olóriz. En Munarrizqueta, tantes en 1802 148 hoy quedan dos fami­ sólo en sexto lugar hay mención de la casa y lias 149. Allí se repite en 1659 la disputa por palacio del lugar, que era de Don Fermín de honores entre palacianos y vecinos, con mo­ Rada: tenía éste un casero que hace el octavo tivo de haber vuelto a vivir allí y querer de los vecinos y moradores, Juanes de Ar- restaurar aquellos honores 150. En origen el mendáriz. En Iracheta la lista la encabeza la apellido debía ser el mismo nombre del pue­ casa llamada el hospital: de la encomienda de blo 151. Leache. En Iriberri - Leoz no se registra más Olleta, por último, es núcleo un poco que lo que sigue: «Primeramente la cassa y menos abatido. Veintinueve casas con 137 palacio de cabo de armería de dicho lugar personas en 1802 152, se aumentan a sesenta que es con sus términos y montes y demás y dos con 253 en 1910 153 que bajan a 160 cassas del dicho Don Mr. Sebastian, señor del en 1953 154. Allí había un palacio del que los dicho lugar y palacio». Las casas son tres más historiadores de la tierra han perdido el ras­ el palacio y dos yermas. En el palacio moran tro, aunque Elorza y Rada indica que en su Fernando de Balencia y Martín de portada se hallaba el blasón: «una semejanza su yerno. También Juan Pérez Calbo. de olla con una faxa en medio» 155. Algo parecido dibuja ya Azcárraga 156. Es decir En Leoz aparece el palacio de cabo de que sobre el nombre vasco se ha debido armería en primer lugar. forjar una explicación romance: «olleta», di­ En Maquirriain en segundo: con Doña minutivo de «olla». Otras casas nobles había Juana de Rada, viuda, señora del palacio allí, de linajes llegados de fuera, como el de como vecina. También en Amatriain aparece Navarlaz, de Valcarlos, que hizo poner su la casa palacio en segundo lugar. escudo en la casa Pernaut y la casa Moron­ do 157. Es, en suma, la Valdorba una tierra en Se considera que «Pozuelo» y Musquer que la modestia de los recursos y lo limitado Yriberri son barrios de Sansoain. En el pri­ de las posibilidades hacen que palacianos no­ mero una casa de Don Antonio Galdiano, bles y no nobles, que son pocos, vivan estre­ vecino de Peralta, con un casero y rentero; chados por la necesidad y que de la Edad Lupercio de Armendáriz. En el segundo otra Media a la Edad Moderna sólo en casos de del vecino de Tafalla Don Joseph de Arbifu gente que trae dinero de fuera se note algo con Pedro Leoz de casero. de prosperidad reflejada en lo que constru­ Estamos, pues, muy lejos de la nobleza de yen. Pero luego la situación sigue, como se gran poder económico, estilo los condes de ve al hacer el censo de 1645. Lerín y los grandes señores del Sur. Empezando por el primer pueblo de la Todo contribuye a que la vida sea dura y «Cendea de Val de Leoz», es decir Orisoain, difícil. Incluso las vías de comunicación. En el vemos que, reunidos los vecinos en el ce­ mismo texto los caminos para llegar a Leoz se 28 consideran ásperos. Uzquita no tiene más En algunas declaraciones, como la de Mi­ que moradores pobres. En varias declaracio­ guel de Mauleón, en Olleta, a 13 de mayo de nes se insiste sobre la pobreza y cortedad de 1607, se usa la palabra «quartelada», para recursos (Sansoain, Maquirriain, Amatrian). medir linares. Dice así éste, que tiene «nuebe En Sansoain se hizo el apeo cuando los veci­ quartaladas» de tierra en los linares de dicho nos «estaban trabaxando en el término y lugar. También mide las huertas por esta ausentes del dicho lugar y no es fácil promp- medida. tamente» reunidos, pues estaban a más de Iribarren indica que equivale a 234,614 dos horas. Se insiste en la pobreza. Un con­ m2, que es la cuarta parte de la robada y que cepto que se utiliza en esta clase de docu­ contiene cuatro almutadas 160. Otras expre­ mentos es el de «corsera...»; los campos y siones que el mismo registra aparecen en terrenos que quedan alrededor del pue­ textos semejantes. Por ejemplo, la de «lieco» blo ,59. para terreno de labranza que se deja sin La distinción de las corseras se hace en las cultivar 161. evaluaciones de Benegorri del 15 de mayo de La expresión de «quedar lieco» se usa en un 1607. Juanes de Eslaba, declara, por ejemplo, documento de Leoz, donde los vecinos decla­ tener dos robadas de tierra en las «corseras» ran tener «veinte robadas de tierra y que si de dicho lugar. Otras tierras, en el campestre. no la siembran con su industria y travajo Y en Olóriz, Charles de Olóriz, el palaciano, quedan liecos muchos años y no dan prove­ declaró el 22 de mayo, que «de linares, yer­ cho ninguno». Y en la declaración de Pascual bas y corseras» tenía veintiocho robadas, ta­ de Santesteban en Orisoain (16 de mayo de sadas en 280 ducados. Algo parecido se re­ 1607) manifiesta tener «Ocho rovadas de pite en las declaraciones hechas el 13 de lieco», tasadas a un ducado cada una. mayo, en Olleta, por varios vecinos que dicen tener tierras en los «linares y corseras» del Pobreza y dificultad. Tanto para dueños, lugar. Lo mismo se repite en declaraciones de como para caseros 162. Sansomain de 15 de mayo de 1607.

NOTAS.

1. Diccionario de 1802, II, pp. 199, b - 201, b. 12. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 493, Madoz, XII, p. 291, a. Mapa de Coello. Altadill, II, pp. b - 497, a (n.°s 350 - 376) 702-705, 718-720, 723-727, 750-755, 760-764, 770- Compárese con pp. 455, a - 457, a. 771. 13. «Apellidos vascos», p. 109 (n.° 347). 2. Hojas 173 y 174 del mapa a escala 1:50.000 del 14. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, Instituto Geográfico y Catastral de España. p. 486. 3. 1.470’90’36 hectáreas. 15. Ramírez Arcas, «Itinerario», n.° 1. 4. 1.064’94’75 hectáreas. 16. En el mapa' aparece como vascófona toda la 5. 2.15ó’42’80 hectáreas. parte septentrional, salvo Leoz y Uzquita que quedan 6. 1.891’56’37 hectáreas. ya fuera de ella. 7_ No consta en Altadill. 17. José Ignacio Tellechea, «El arzobispo Ca­ 8. 1.703’64’37 hectáreas. rranza» n.° 59 de «Navarra, temas de cultura popular» 9. F. Zabalo, «El registro...», p. 67 (n.° 419). (Pamplona, s.a.), pp. 3- 4. 10. F. Zabalo, «El registro...», pp. 133 - 134 (n.°s 18. Véase «Instituto Geológico y Minero de Es­ 1649 - 1664). paña. Mapa Geológico. Memoria explicativa de la hoja 11. F. Zabalo, «El registro...», p. 140 (n.°s 1806 y n.° 173. Tafalla» (Madrid, 1930), lámina con cortes 1807 - 1816). geológicos (n.° 1).

29 19. Madoz, XII, p. 291, a. 54. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. 20. Francisco de Olcoz y Ojer, «Historia Val-dor- p. 79- Olcoz, op. cit. pp. 307-309. besa» (Estella, 1971), pp. 19-20. 55. Altadill, II, pp. 750-754, plano a la p. 751. 21. Tres de viudas, tres de clérigos, dos yermas. 56. No los tasa, como ocurre con otros palacianos. 22. Dos del abad y dos yermas. Se usa la voz 57. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit., ed. cit. p. «abbadia» para casa cural. 88, Azcárraga, fol. 18, 1, «El Palacio de Mendivil» 23. Tres de clérigos, tres de viudas, siete yermas. distinto. 24. Tres clérigos, morador uno y viudas cinco. 58. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. 25. Escrito Venegorri. 85. Agrupa Eristain y Mendivil. En Azcárraga, fol. 64, 3 26. Vezquiz. «el Palacio de Solchaga». 27. Francisco de Olcoz y Ojer, «Historia Val-dor- 59. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. besa», p. 270. 84. En Azcárraga, fol. 64, 6, «El Palacio de Eriztayn en 28. Olcoz, op. cit. p. 278. Valdorua», como Solchaga: tres ondas azules. 29. Olcoz, op. cit. p. 278. 60. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. 30. «Nobiliario del Valle de la Valdorba» edición 83. Azcárraga, fol. 68, 1, «el palacio de Lepuzayn». de la Sociedad de Bibliófilos Españoles (Madrid, 1958), 61. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. p. 66. 106. 31. Lacarra, «Historia política del reino de Nava­ 62. Yanguas, «Adiciones», pp. 192. Olcoz, op. cit. rra», I, pp. 55-64. Iñigo Arista en el mando. pp. 280-281. 32. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. 63. Diccionario de 1802, I., p. 433, b. 67. 64. Mucha información sobre los propietarios da 33. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. Olcoz, op. cit. pp. 218-231. 68. 65. Sobre Mendivil, también Olcoz, p. 296. 34. Elorza y Rada, «Nobiliario... », cit. ed. cit. pp. 66. Diccionario de 1802, I, pp. 148, a - 149, a. 68-69. 67. Altadill, II, pp. 702-705, plano a la p. 703. 35. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. Información amplia da Olcoz, pp. 99-199. 69. 68. Olcoz, op. cit. pp. 173-174. 36. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. 69. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 83. cit. ed. cit. pp. 111-112. Parece que el escudo actual lo 37. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. mandó hacer al cantero Martín de Hualde el mismo 84. Elorza en 1717. Olcoz, op. cit. pp. 181-182. 38. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit., p. 70. Enrique Cock, «Jornada de Tarazona», p. 69: 88. «Martes, a veinte y quatro de noviembre, aguardamos 39. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. después de almorzar a Su Magd. junto al camino donde 90. havia de pasar, el qual vino bien temprano a posar en 40. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit., p. una villeta pequeña, llamada Barasuen, patria del fa­ 103. moso doctor Martín de Azpilcueta, comúnmente por su 41. Elorza y Rada, «Nobiliario.. », cit. ed. cit. p. renombre dicho el doctor Navarro, el qual lugar es de 109. poca vezindad, aunque comarca bien alegre por las 42. Diccionario de 1802, II. p. 408, b. muchas huertas y regadíos que tiene en derredor. Su 43. Elorza y Rada, «Nobiliario... », cit. ed. cit. pp. Magd. estuvo alojado en las mismas casas donde nasció 77-78. el dicho doctor Navarro, que son las más principales del 44. Olcoz, op. cit. pp. 445-446. pueblo, y la compañía passó de largo y se desvió otra 45. Olcoz, op. cit. pp. 446-448. vez del camino real a mano izquierda, yendo por un mal 46. Olcoz, op. cit. pp. 448-451 . Elorza y Rada, camino de barrancos y piedras hasta dos lugarzillos, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. 170. Ver también pp. llamados Sansovin (Sansomain) y Orosuan (Orisoain) 165-168 (familias San José Labiano, La Lana). donde hizo noche». Antes habían pernoctado en Unzué 47. Diccionario de 1802, 1. p. 229, b : en Echa- al que llama «Honsue». güe, palacio, catorce casas y 226 personas. En Oricin 71. Elorza y Rada, «Nobiliario...», ed. cit. pp. (II, p. 210, a), palacio, ocho casas y 58 personas. En 114-115. Diccionario de 1802, I, p. 149 a, Oloriz, palacio, diez y seis casas y 110 personas (II, p. 72. «Después que los Labrides se ausentaran/Y en 180, b). paz y en guerra les rendí lealtades/Me quedó que decir 48. Olcoz, op. cit., p. 214. a las edades/ que reyes me habitaron». 49. Azcárraga, fol. 33. 4: «el palacio de Un<,ue» 73. Olcoz, pp. 186-187. sin la estrella. Noticia cumplida de todos los palacios de 74. Olcoz, pp. 191-194. A comienzos del XVII. la Valdorba da también Martinena «Palacios cabo de 75. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», armería», II, pp. 20-23. cit. ed. cit. pp. 1 13-140. 50. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit., p. 76. Olcoz, op. cit. pp. 231-232. Informaciones 87. Azcárraga, fol. 99, «El palacio de Echagüe» indica varias en las pp. 232-262. Plano en Altadill, II, p. 719. «rosa y tortes». 77. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 51. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit., p. cit. ed. cit. p. 89. Azcárraga, fol. 42, 1. 86. Un lobo debajo de dos campos y tres árboles con 78. Olcoz, op. cit. pp. 257-259. un jabalí atravesado, en cuatro cuarteles. Olcoz, op. cit. 79. Olcoz, op. cit. pp. 259-260. p. 328. 80. Olcoz, op. cit. pp. 260-261. 52. Azcárraga, fol. 51, 3. 81. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 53. Azcárraga, fol. 58, 5. cit. pp. 141-152. 30 82. Diccionario de 1802, I. p. 203, b. III. § VII, n.° 15). 83. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 115. Diccionario de 1802, II, p.-264, b. cit. ed. cit. p. 109. 116. Madoz, XIII, pp. 289, b - 290, a. 84. J.E. Uranga y F. Iñiguez Almech, «Arte me­ 117. Olcoz, op. cit. pp. 346-347. dieval navarro», II, pp. 18, 210, 212, 252, 332. 118. Olcoz, op. cit. p. 374. 85. Uranga e Iñiguez, op. cit. II, p. 212 (fig. 49) y 119. Olcoz, op. cit. p. 374. láminas 107-109. 120. Plano en Altadill, II, p. 761. Un croquis en 86. Diccionario de 1802, II, p. 211, a-b. «La Ilustración Española y Americana», año XIX, n.° 7 87. Altadill, II, p. 754, con plano. (22 de febrero de 1875), p. 121. 88. Olcoz, op. cit. p. 329. Información hasta la p. 121. Curiosas descripciones de las ventas del 345. Piojo y del Pollo, en esta ruta, da Alexander Stidell 89. Olcoz, op. cit. pp. 340-345. Mackensie en « revisited» 1 (Londres, 1836), pp. 90. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 75-84. cit. p. 82. Cinco fajas lisas. En Azcárraga, fol. 63, 4, «el 122. San Esteban y San Martín: «Catálogo del Palacio de Orisoayn» son de oro sobre gules. Archivo Catedral de Pamplona», I, pp. 285 - 286 (n.°s 91. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 1196-1197) 1332. pp. 178-181 (Pabolleta y Lacarra, Normant, Ximénez y 123. Olcoz, op. cit. p. 374. Echeverría, Arzapalo y Ximénez de González). 124. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 92. Olcoz, op. cit. pp. 90-98. cit. ed. cit. pp. 101-102. El blasón de Azcárraga, fol. 48, 93. Diccionario de 1802, II, p. 41, a. Altadill, II, 1, «el Palacio del Pueyo», es más sencillo. Sólo las p. 24, quince casas con sesenta y siete. Olcoz op. cit. cuatro fajas a dos colores. pp. 296-299. 125. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 94. Olcoz, op. cit. cit. ed. cit. pp. 153 - 158. 95. Francisco de Elorza y Rada «Nobiliario...», cit. 126. Moret, «Annales...», II, p. 400, a (libro ed. cit. p. 103. XVIII, cap. V, § V, n.° 24). 96. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 127. Diccionario de 1802, II, p. 351, a. cit. ed. cit. pp. 99-100. 128. Altadill, II, p. 276. 97. Fol. 58, 3, «el Palacio de Munarrizqueta en 129. Olcoz, op. cit. pp. 395-396. Val de Orba», cuatro lises a los cuatro lados de una 130. Olcoz, op. cit. pp. 408-410. cruz. 131. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 98. Diez casas y setenta y ocho habitantes en cit. ed. cit. pp. 90-91. 1802. Diccionario, 1, p. 378. a-b. Sólo 85 en 1953 y 132. De la iglesia es la cerradura de la fig. 242. hoy menos. Olcoz, op. cit. pp. 263. Información hasta 133. Información en Olcoz, op. cit. pp. 410-418. la p. 270. 134. Olcoz, op. cit. p. 418. Francisco de Elorza y 99. «El gran priorado de Navarra de la Orden de Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. pp. 159-160. San Juan de Jerusalén» 2 vols. (Pamplona, 1957). 135. Diccionario de 1802, I. p. 161, b. 100. García Larragueta, op. cit. p. 165 y II pp. 136. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 334-335 (n.° 340) y 588-589 (n.° 520). cit. p. 92. En Azcárraga, fol. 38, 6, «el Palacio de 101. García Larragueta, op. cit. I, p. 165, nota 1. Venegorri en Val de Orba» Igual. El fondo de oro, los 102. Olcoz, op. cit. p. 269. dos castillos y la estrella de gules. 103. Julio Caro Baroja, «Granaría sublimia», 137. Olcoz, op. cit. p. 204. «Horreum pensilio», en «Estudios vascos VIII. Son­ 138. Armas de Iracheta en Margain y de Elío y deos históricos» (San Sebastián, 1978), pp. 110-127. . Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 104. Diccionario de 1802, I. pp. 379, b - 380, a; cit. ed. cit. p. 162. ocho casas con cuarenta y seis almas, más el palacio. 139. Diccionario de 1802, I, p. 177, a. Francisco Menos después. Olcoz, op. cit. pp. 270-271. de Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. 93 105. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», («Vezquiz», del mayorazgo de Montesa). Otros datos cit. ed. cit. p. 80. Azcárraga, fol. 82, 5, «el Palacio de da Olcoz, op. cit. pp. 204-207. Yriberri en Val de Orba». Otro es «el Palacio de 140. Diccionario de 1802, II, p. 350, b. Iriverri de suso», fol. 83, 3. 141. Altadill, II. pp. 763-764 con plano en la 106. Altadill, II, plano, p. 723, datos pp. 725-726. primera. 107. Diccionario de 1802, I. p. 433, a. 142. Olcoz, op. cit. p. 380. 108. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 143. Diccionario de 1802, II. p. 51, a. Francisco cit. ed. cit. p. 81. de Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. p. 107. 109. Fol. 34, 4. Al fol. 115, 2, «del Lic. Leoz por 144. Diccionario de 1802, II, p. 4, b. sentencia lleba de Leoz». 145. Olcoz, op. cit. p. 288. 110. Diccionario de 1802, II, p. 424, b. Catorce 146. Olcoz, op. cit. 290-291. con cuarenta habitantes en 1910. Altadill, II, p. 726. 147. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...», 111. Vicente García de Diego, «Diccionario eti­ cit. p. 98. mológico», p. 453, b y 912, a (n.° 5120). 148. Diccionario de 1802, I. p. 68, a. 112. Madoz, XIII, pp. 289, b - 290, b. 149. Olcoz, op. cit. p. 87. 113. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 241- 150. Olcoz, op. cit. p. 89. 242 (n.° 484), «Catálogo del Archivo General», I. p. 151. Francisco de Elorza y Rada «Nobiliario...», 175 (n.° 355). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ cit. p. 95. Azcárraga, fol. 82, 4 da las armas del segundo des», II, p. 783. cuartel a «el Palacio de Amatriayn». Ver también fol. 114. «Annales...» III, p. 289, b (libro XXII, cap. 68, 1.

31 152. Diccionario de 1802, I, p. 182, a. Roncal. «Coserás» en Mélida. Acaso de «cursus» que 153. Altadill, II, p. 726. da coso. 154. OIcoz, op. cit. p. 310. 160. Iribarren, «Vocabulario navarro...», p. 152, 155. Francisco de Elorza y Rada, «Nobiliario...» b. cit. p. 97. 161. Iribarren, «Vocabulario navarro...», p. 303, 156. Fol. 90, 4, «el Palacio de Olleta». Otro, a. «cabe Sangüesa» tiene tres. 162. Algunos escribanos al tomar declaración usan 157. Olcoz, op. cit. pp. 323-325. Francisco de de la fórmula de que un sujeto «está casero» de otro. Elorza y Rada, «Nobiliario...», cit. ed. cit. pp. 182-184. Juanes de o Urdiayn residente en Orisoain 158. «Juan Ximenez de Maquiríayn», presbítero, declara «que está casero» en una casa de Joanes de va a la cabeza de los vecinos. Arraiza, vecino de Barasoain (16 de mayo). 159. Iribarren, «Vocabulario navarro», p. 146, a.

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Fig. 7.-Puerta blasonada del palacio de Eristain.

Fig. 8.-T on e de Mendivil.

Fig. 9.~ Vista de Mendivil.

36 Fig. 10 - Palacio de Barasoain

Fig. 11.-Patio desaparecido del Palacio de Barasoain.

37 Fig. 13.-Palacio de Amunarizqueta.

38 Fig. 15.-Casa de Amunarizqueta.

39 Fig. 16.- Vista de Amunarizqueta.

Fig. 17.-Muros curvos. Amunarizqueta. 40 Fig. 18.-Casas y muros. Amunarizqueta.

Fig. 19.-Calle de Amunarizqueta.

41 ‘ ':-k - X

Fig. 20.-Otra vista de Amunarizqueta.

Fig. 21.-Casa con piedra de cuenta.

42 Fig. 22.- “Hórreo"de Iracheta, antes de la restauración.

Fig. 23.-Arcos del ",hórreo” de Iracheta, antes de la restauración. 43 Fig. 24.-"Hórreo” de Iracheta, en el momento de la restauración.

Fig. 25.-Arcos del "hórreo"de [racheta, restaurados. 44

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Fig. 26.-Calle de Iracheta.

Fig. 27.-Casas de Iracheta.

Fig. 28.-Casa con tejado de lajas de piedra. Iracheta.

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Fig. 29.-Corral de Iracheta.

Fig. 30.-Patio de Iracheta.

Fig. 31.-Cuadras de Iracheta.

Fig. 32.-Palacio de Iriberri.

Fig. 33.-Palacio de Iriberri.

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50 51 52 53 54 CAPITULO III UJUE Y SAN MARTIN DE UNX

1) Ujué. 2) San Martín de Unx.

La Valdorba tiene por el Sur una tierra tiempos, como atalaya del viejo reino de montañosa y áspera. Linda con el término de Pamplona (anterior al de Navarra), se explica San Martín de Unx y al Sudeste de San que tuviera significación primordial, como Martín de Unx queda otro municipio famoso clave frente a las tierras próximas, dominadas en la Historia de Navarra; el de Ujué '. Los por los árabes y muladíes que se divisaban arroyos de San Martín van al Cidacos, los de desde la altura. Se explica, también, que en Ujué, con el Ezcairu como principal, al Ara­ torno a la roca se creara una fe religiosa que gón, La tierra es dura y con población de venía a apoyar la importancia guerrera que fisonomía distinta a la de Valdorba: concen­ tenía. Un texto de Al-Himyari, a modo de trada. glosa, en el capítulo sobre Santa María de Algarve dice: (Otra localidad, con el nombre Ujué está colocada en altura, como Ci- de Santa María) «constituye el primero de los rauqui y otras villas de la zona de Navarra, castillos fortificados que cuentan como for­ que se hallan en una vieja frontera entre los mando el sistema de defensa de Pamplona. valles y las riberas. Alguna publicación anti­ Entre éstos es el más sólidamente construido gua hace hipérbole respecto a lo que de lo y ocupa la posición más elevada. Está erigido alto de su iglesia se divisa: ¡Hasta los montes en una altura que domina el río Aragón a una de Cataluña! 2. distancia de tres millas de su curso» 3. Pero no es necesario exagerar para com­ prender que la villa de Ujué ha vivido largos Lévi-Provenfal, en una nota de su traduc­ años en función de lo que desde ella se ve ción francesa del texto árabe dice que no ha hacia el Sur, sobre la Ribera del Ebro y más podido identificar este castillo de Santa Ma­ allá hasta el Moncayo y lo que también se ría. Pero no cabe duda de que se trata de domina por el Este, sobre el Aragón y el Santa María de Ujué, como ya lo puso de antiguo reino de aquel nombre. Ujué tiene relieve Lacarra4. en torno un paisaje atormentado, seco, ero­ Porque como castillo famoso aparece en sionado. Es un asentamiento áspero para el cantidad considerable de documentos nava­ hombre: hoy en decadencia. Pero en otros rros medievales. El Padre Moret recogió la 57 tradición de que la primitiva población de lario de Irache en un documento de hacia Ujué se hallaba a una legua al Occidente del 1064, aparece «Sénior Enneco Sanziz domi- núcleo conocido, en el término de Santa Ma­ nator Hussue» 13; en 1066 «Sénior Gartia ría la Blanca, donde hay un templo y las Eximinones in Ussue» 14; en otra de 1071 la ruinas de un pueblo. Allí iban en su época los referencia es a Santa María 15 y luego sigue de Ujué una vez al año, a celebrar aniversario apareciendo «Ussue» con cierta frecuencia: por el alma de sus antepasados. Y añade: en 1076 etc. 16. Hay que advertir, sin em­ «Vese fue grande la causa de la mudanza. bargo, que en textos del siglo XII se escribe Porque el sitio antiguo era muy acomodado «Santa María de Uxua». Así en 1142, con para la vida humana. Y el que ahora tiene la Pedro Ezquerra de «tenente» 17, en 1147 1S, villa todo él sierra brava, y de gran fragura: en ll 55 19. En 1203 aparece la forma «Os- de que retiene mucho aún después de lo que sue» 20. «Uxue» en 1222 21: sobre todo en la industria y fuerza ha trabajado para allanar documentos que se refieren al castillo, «te- el suelo del pueblo» 5. El cambio -sigue- se nentes» o «dominatores». El perfil urbano y debió al milagro de la aparición de la imagen el conjunto de iglesia y castillo se van preci­ de la Virgen en el hueco por donde salió una sando después en su forma. paloma («usua»)6, que dio el nombre vasco El hecho de que diera acceso al reino de de la población, cambiado luego con el de Pamplona, entrando de Aragón por el Su­ «Uxue», «Ujue», al que todavía se añadió un deste, hizo que, al ser también el primer acento: «Ujué» 7. castillo que abrió sus puertas a Sancho Ramí­ La forma de desinencia recuerda otras de rez en su entrada de 1076, el rey concediera Navarra: , Gascue, Unzué, etc. Pero nuevos fueros a sus vecinos 22. volvamos al asunto de los orígenes y a la Esto no quiere decir que antes no tuviera relación de Ujué con el despoblado carcano. otros 23. En documentos posteriores se ob­ En el siglo XIX, hace más de cien años, el serva que se confirman y amplían sus térmi­ párroco y prior de Ujué don José Guillermo nos y parece también que la extensión dada a Lacunza quiso impugnar la tradición diciendo los cultivos de cereales era mayor que des­ que nuestra Señora de la Blanca se edificó en pués. Los pagos en 1299, 1383, 1403, 1427 el siglo XII y se llamó así, porque había una se hacen en trigo y cebada más algo de dinero imagen que regaló la reina de Doña Sancha 8. y los vecinos tienen problemas con los moli­ Pero lo cierto es que en el sitio al que se nos de trigo en 1393 24. refiere Moret se encontraron vestigios de En una confirmación de donaciones he­ población romana y dos aras dedicadas a Jú­ chas por el gobernador de Navarra, fechada piter y a una divinidad indígena, «Lacube- en Cháteau Neuf en 1299 se mencionan las gis» 9. Por otro lado, se puede sospechar que hierbas y pastos del podio de «Arasa», y los Ujué agrupó en un momento a la población términos de «La Rague» y «Archegarrace», de una serie de asentamientos pequeños. hoya de «Auria» y lugar de «Zaldinuaga» Dentro de su término en 1530 había veinti­ hacia Santacara 25. Más tarde aún, en 1309, trés desolados, bastantes con nombre vas­ un «Semén Gongaldeco» es alcalde de co l0, otros con nombre que incluso se podía Ujué 26, lo cual nos da una forma de apellido relacionar con el de la divinidad aludida: vasco muy corriente entonces en Navarra. «Laco». En los comptos de 1280 aparece «Santa Las primeras veces que aparece Ujué en María de Huissue» 27, de «Husse» 28. «Us­ la Historia es, confirmando lo que dice el sue» también 29 y aun «Uissue» 30. El castillo geógrafo árabe, como castillo importante y aparte en concepto de «retenencia» 31. En los bajo la advocación de Santa María. Una cró­ censos del XIV (1366) «Vxue» surge con nica de Val de llzarbe a la que el mismo cincuenta y nueve fuegos y con gentes de Moret se refiere, pondría la primera mención apellido vasco en gran parte; otros no, como, en tiempo de Iñigo Arista11. Pero las refe­ por ejemplo, «Romano», «Mongelos», rencias históricas a «dominatores» del castillo «Verdevande» 32. Entonces se agrupa con el cuando son abundantes es en el siglo XI y Val de Aibar, de modo un tanto laxo. La sobre todo al XII. Un Iñigo Sánchez aparece disminución es sensible en tiempos inme­ en 1011 12, según Yanguas. Pero en el cartu­ diatos. A causa de las guerras civiles la pobla­ 58 ción disminuyó mucho. Ya en 1403 se re­ la Olivera. El casco son 311 casas y 1.278 duce en 150 cahíces de «pan meitadenco» el almas 39. pago de Ujué a causa de la disminución de la Ujué tiene un término considerable población; esto por tres años 33. El empobre­ 1 1.249’26’27 hectáreas más una facería. Pero cimiento es progresivo. Porque en 1427 se no hay que pensar en grandes riquezas agrí­ volvía a hacer una reducción de 322 cahíces a colas. Si Lerín es una fortaleza-regadío, Ujué 100 34. Es un momento de pobreza general es una fortaleza-aprisco. Es decir, que °.u en que se multiplican esta clase de «perdo­ sustento mayor le viene de los ganados que nes». La población se reduce a veintisiete crían sus pastos. A comienzos de siglo 10.264 casas y catorce hogares y Doña Leonor hectáreas se dedicaban a pastos, o sea nueve (1477) hizo nuevas leyes concediendo la in­ décimas partes del término, que daban vida a fanzonía y nuevos privilegios y franquezas a 13-000 cabezas de ganado lanar y algunas sus vecinos para que no se despoblase y se otras especies. Era, pues, un ejemplo bastante mantuviera el culto a la Virgen 35. arcaizante de núcleo grande pastoril, que va La vida de Ujué tiene, pues, matices dra­ perdiendo vida a medida que la economía máticos, bastante constantes. Aparece como moderna penetra más. En todo caso guarda pueblo de habla vasca en el documento de ahora su significado como centro religioso: y fines del siglo X VI estudiado por Lecuona 36. de sus monumentos y obras de Arte cristia­ Pero en el mapa del Príncipe Bonaparte nos es de lo que más se ha tratado 40. Cara al queda ya en pleno dominio romance y se futuro el problema, como en tantas otras puede colegir que la desaparición del vasco ocasiones, es dar razones de vida nueva a una hubo de ocurrir en el siglo XVIII, como en población pensada para fines muy concretos, y otros pueblos vecinos hacia el en otros tiempos; muy distintos a los actua­ Este. les. Ujué no parece haber sido de los pueblos La vista más familiar o popularizada de navarros que disfrutaron de la prosperidad Ujué es la que nos lo presenta como un cerro dieciochesca que se percibe a simple vista en fortificado y poblado (dibujo de la fig. 45)41. otros. En 1802 tenía 170 casas con 974 per­ Acaso tan dramática o más dramática que ésta sonas que vivían -según se dice- de la agri­ es la que nos proporcionan las fotografías cultura en una parte y se cosechaba trigo, aéreas, como la de la foto de la fig. 47. cebada y avena. Muy poco vino y aceite. En Ujué tiene el punto de altura máxima a cambio, había monte bueno de pino y roble 81 5 metros, lo cual es mucho, considerando y, además de carbón, se hacía aceite de ene­ la naturaleza de los territorios vecinos. El bro. El bosque ha desaparecido en gran parte. núcleo urbano se ha desarrollado hacia el También había pastos, que se reputaban Mediodía y fue hacia el Mediodía donde es­ abundantes para sostener mucho ganado lanar tuvo la razón guerrera fundamental de la y caza, no sólo de perdices y conejos, sino existencia de la vila. Las calles que en forma también de lobos, jabalíes y venados 37. Ma- circular o semicircular se ciñen al cerro, al doz, que todavía da el nombre escrito con x antiguo «Castillazo» con su aljibe42 y a la 38, dice que la montaña donde se levanta la iglesia-fortaleza, pierden este alineamiento villa es elevada, batida por los vientos y con hacia el Sudeste; pero en todo caso, conser­ vistas hacia los Pirineos, Castilla y campiña de van el aire defensivo, como se aprecia en el Zaragoza y que sus casas que son ya 230, se dibujo de la fig. 46. La estructura de la distribuyen en doce calles y dos plazas, con construcción no es la de un pueblo de la 300 vecinos y 1.208 almas. Es decir, que en Ribera propiamente dicho, sino que nos re­ medio siglo había aumentado sensiblemente. cuerda más la de los montañosos de la me- Luego sigue el aumento, pero a comienzos rindad de Sangüesa, como Aibar y Galli­ del XX se inicia una verdadera regresión. En pienzo, e incluso la forma y aparejo de las efecto, en 1888 alcanza los 1.525 habi­ calles nos acercan a lo pirenaico. Claro es tantes. En 1900 son 1385 y en 1910, 1291. que, por otro lado, en tierras mediterráneas Se le asignan entonces 490 edificios; pero cabe encontrar núcleos urbanos en cerros, 177 eran establecimientos rústicos, pastori­ con significado guerrero y religioso fuerte les, con sólo siete personas y alguno más en que también nos recuerdan algo a Ujué; por

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Fig. 4 5 .- Vista general de Ujué. Fig. 46 y Lámina en color.-Calle de Ujué.

62 ejemplo, el de Morella en el Maestrazgo e humana y elemento defensivo (foto de la fíg. incluso otros más lejanos 43. 49), sobre todo en las partes que quedan más En Ujué hay bastantes casas altas y estre­ en cuesta, a veces escalonadas (foto de la fíg. chas, con tres pisos más el portal y un solo 52). hueco por alto. Casi todas son de piedra y no Pero de una época más moderna quedan faltan las hechas de sólida cantería. Las modi­ elementos como porches en casas como las ficaciones introducidas en el siglo XIX son de la foto 50, antes de que fueran reforma­ patentes en muchas, en que se han rasgado das. Hay que llamar también la atención so­ ventanas y balcones. Pero no faltan, sobre bre elementos constructivos en madera, con todo en la parte más baja, casas de mayor valor decorativo, como los de la fotos de las holgura y amplitud con más huecos de balco­ figs. 53, 54 y 55, de la iglesia. nes y ventanas, blasonados frecuentemente. En suma, Ujué varió poco desde la época Hay memoria de un palacio cabo de arme­ en que Don juán Iturralde y Suit compuso su ría 44 cuyo blasón da Azcárraga 45 y abundan descripción romántica, dedicada a Don Pedro las casas hidalgas blasonadas. de Madrazo y que éste aprovechó en su Del Ujué gótico quedan vestigios en lien­ conocido libro, hasta nuestros días 46. Frente zos de pared de casas humildes, puertas y a los pueblos del llano, que quedan al Oeste, ventanas: fotos de las figs. 48 y 56. También y al Sur, es un recuerdo del pasado, aunque en la combinación de lo que es habitación ahora parece que hay algún turismo.

A pesar de la proximidad, San Martín de villa llamada Unsi, que se equipara a Unx, se Unx presenta rasgos que lo diferencian. menciona en documento de 1036 como lugar Como núcleo urbano se documenta en fecha en que el rey García tenía propiedad que da a bastante antigua. De la época de Don Pedro San Juan de la Peña 53. «Sant Martin d’Unx» 1, hay una memoria de cómo se distribuyó el da sesenta y seis fuegos en 1366, con ocho agua del Cidacos entre los habitantes de San hidalgos 54. Es, pues, núcleo bastante grande Martín, Caparroso y Olite 47. De 1206 es el en la época, pero luego experimenta vaive­ fuero dado por Sancho el Fuerte 48 y de 1298 nes. El diccionario de 1802 la asigna 700 vuelve a haber memoria de la existencia de almas en 150 casas: pero dice que «en lo regadíos en términos de aquella villa, que se antiguo fue más numeroso el vecindario, compuso con el gobernador del reino, para como lo acreditan los muchos edificios arrui­ que el rey pudiera regar sus majuelos en nados» y añade que la villa «estuvo murada, y ciertas fechas y condiciones, con sus aguas 49. en el día se conservan dos portales, el uno en Otros documentos se refieren a restricciones la parte más baxa del pueblo, y el otro en la de compra de propiedades en el término a los superior, mirando al Norte, que tiene un vecinos de Olite 50. Esto ya indica que la villa fuerte torreón». Consérvanse asimismo los ha sido siempre más agrícola y con la modali­ muros arruinados, foso y contrafoso del cas­ dad de regadío. tillo «al que quedaba cercana la iglesia de San Martín» 55. Madoz, que fija la población en Pero la fortaleza aparece mucho antes, en 1098 almas y en 182 casas, formando diez las nóminas de tenentes. Así en 1 187 51, en calles y tres plazas, dice que en su época 1205 52, etc. El castillo parece haber tenido existían los dos portales y el torreón antiguo cierta importancia, aunque no tanta como el de treinta varas de alto y seis de ancho 56. de Ujué o el de Tafalla. Por lo demás, una Posteriormente el sistema defensivo subsistió 64 en parte, aunque el número de casas au­ la ermita de San Miguel «extramuros». mentó. En 1900 el conjunto del municipio tenía 1.629 almas. En 1910 llegó a 1.738: de Hay bastantes casas palacianas con tejados éstas vivían en el núcleo urbano, constituido a cuatro aguas, fachada de dos pisos y tres por 327 casas, hasta 1.686 57. En 1920 se huecos, con blasones de familias tales como alcanzaron los 2.009 habitantes, que es el los de Azcona, Jaso, Leoz, , Muruzábal, máximo, y el bajón es progresivo: 1.500 en Navascués58. El sillarejo y la cantería se 1940, 1.409 en 1950, 820 en 1975... San combinan y la construcción difiere en con­ Martín queda en una ladera con altura mayor junto poco de la de Ujué y la Valdorba. La hacia el Norte: sensiblemente más bajo que parte más sólida se halla calle de la Abadía Ujué. A 627 metros. La parte más moderna y arriba 59. En las alturas septentrionales de San holgada se extiende hacia el Sur. La más Martín de Unx.se registra el término de estrecha y de aspecto vetusto en lo más alto. Molinos de Viento, ya en la Valdorba. No es Tiene una calle central y otras laterales o frecuente encontrar testimonio de la existen­ transversales, irregulares y pueden tomarse cia de esta clase de molinos en la zona y como puntos extremos los de la parroquia de valdría la pena de realizar alguna averiguación San Martín y Nuestra Señora del Pópulo, en acerca de si existieron y cuándo.

NOTAS

1. Hojas 173-174 y 206-207 del mapa a escala 17. «Catálogo de los cartularios reales», p. 23 (n.° 50.000 del Instituto Geográfico y Catastral. 26). 2. Miñano, en su «Diccionario...» IX (Madrid, 18. «Catálogo de los cartularios reales» p. 25 (n.° 1828) p. 158. b. 29). 3. «La péninsule ibérique au Moyen-Age», pp. 19. «Catálogo de los cartularios reales» p. 28 (n.° 140 (de la traducción) 114 (del texto) n.° 105. 34). 4. «Santa María de Ujué», en «Al-Andalus» XII 20. «Catálogo de los cartularios reales», p. 75 (n.° (1947) pp. 484-485 «Historia política del reino de 131). Navarra» I, p. 91. 21. «Catálogo de los cartularios reales» p. 134 (n.° 5. «Annales...» 1. p. 177, a (libro IV, cap. V, § II, 259). Otras menciones pp. 154 (n.° 304) año 1232, 283 n.° 6). (n.° 572), 1299. 6. No estará de más recordar que «Usoa» como 22. Moret, «Annales...» II, p. 114 a (libro XIV, nombre femenino se repite en la Antroponimia vasca cap-IV, § VII n.° 82). Yanguas, «Diccionario de anti­ medieval y que hay el matronímico «Usoiz» con varias güedades» III, pp. 469-470. grafías. 23. «Catálogo de los cartularios reales», p. 14 (n.° 7. Moret, op. cit. I, pp. 177, a - 178, b (libro IV, 7). Extracto y referencia da J. Clavería, «Historia do­ cap. V, § II n.°s 8-9). cumentada de la Virgen y villa de Ujué». (Pamplona, 8. Madrazo, «Navarra y Logroño» III, p. 289. Del 1953) p. 164. referido es la «Fundación de Ujué, su iglesia, sus 24. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, privilegios» (Pamplona 1872). pp. 470-471. 9. Taracena y Vázquez de Parga, «Excavaciones en 25. «Catálogo de los cartularios reales», p. 283 Navarra» 1, p. 147 (inscripción, n.° 59). (n.° 572) Yanguas «Diccionario de antigüedades», III, 10. José María Jimeno, «Ujué» n.° 63 de «Nava­ p. 470, escribe «Zaldinagua». rra, temas de cultura popular» (Pamplona, s.a.) p. 5. 26. «Catálogo del Archivo General...» I, p. 312 1 1. Moret, op. cit. I, p. 175, b (libro IV, cap. V, § (n.° 703). I, n.° 2). Referencia en «Diccionario...» de 1802 II, p. 27. F. Zabalo, «F.1 registro...» p. 63 (n.° 312). 423, b. Madrazo, op. cit. III, pp. 287-289. 28. F. Zabalo, op. cit. p. 133 (n.° 1642-1644). 12. Yanguas, «Adiciones», p. 361. 13. «Colección diplomática de Irache» I. p. 42 29. F. Zabalo, op. cit. p. 137 (n.° 1749), 144 (n.° (n.° 31). 1925). 14. «Colección diplomática de Irache», I. p. 50 30. F. Zabalo, op. cit. p. 140 (n.° 1802). (n.° 37). 31. F. Zabalo, op. cit. pp. 71 (n.° 487), 139 (n.° 15. «Colección diplomática de Irache», I. p. 64 1789). (n.° 48). 32. J. Carrasco Pérez, «La población...» p. 449 16. «Colección diplomática de Irache» I, pp. 74 (n.° 4). También p. 489 (n.° 326) siete fuegos de (n.° 56), 76 (n.° 57). hidalgos.

65 33. «Catálogo del Archivo General» XXV, p. 209 48. «Catálogo de los cartularios reales» pp. 70-71 (n.° 457). Según Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ (n.° 122) y 82 (n.° 144). «Catálogo del Archivo Gene­ des», III, pp. 470-471 era de 677 cahices y un robo de ral» I, pp. 88-89 (n.° 136) Yanguas «Diccionario de «pan meitadenco», 80 libras, 12 sueldos y 6 dineros antigüedades», III, p. 300, etc. fuertes. 49. «Catáiogo del Archivo General», I, pp. 266- 34. «Catálogo del Archivo General» cit. XXX- 267 (n.° 586). VIII, p. 265 (n.° 710). 50. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 310- 35. Yanguas «Adiciones», p. 361. 311 (n.° 635). «Catálogo del Archivo General», I. p. 36. «El euskera en Navarra a fines del siglo XVI» 325 (n.° 737) en 1315. Antes hay referencia a malas en «Geografía histórica de la lengua vasca...» I, pp. relaciones «Catálogo de los cartularios reales» p. 77 135-136. (n.° 134) año 1204. 37. Diccionario de 1802, II, p. 423, b. 51. «Catálogo de los cartularios reales», p. 52 (n.° 38. Madoz, XV, p. 249, a- b. 84). 39. Altadill, II, p. 766. No da plano, contra lo 52. «Catálogo de los cartularios reales», p. 80 (n.° usual. En 1920 eran 1504 habitantes. 140). 40. Uranga e Iñiguez, «Arte medieval navarro» I, 53. C.S.J.P. II, p. 9 (n.° 67). p. 21; II, 11, 13, 15, 19, 48, 50, 51, 52, 53, 55; III, 54. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 449, b 248, 253; IV, 131, 132, 133, etc. - 450, a (n.° 6), dentro de la merindad de Sangüesa; 41. Fotos en publicaciones como la de la nota 10. 490 (n.° 329) hidalgos: ocho 42. Es de los demolidos por orden del Cardenal 55. Diccionario de 1802, II, p. 300, a. Cisneros. 56. Madoz, XV, p. 218, a. 43. Véase parte primera, capítulo III, 8 VIII. 57. Altadill, II, p. 762, con plano. Otras cifras da 44. Martinena, «Palacios cabo de armería» II, p. Francisco Javier Zubiaur Carreño, «Villa de San Martín 25. de Unx» n.° 270 de «Navarra, temas de cultura popu­ 45. Fol, 32, 5 «el Palacio de Uxue». lar» (Pamplona, s.a.) pp. 3 y 5. 46. Madrazo, «Navarra y Logroño» III, pp. 287- 58. Zubiaur Carreño, «Villa de San Martín de 305. Iturralde «Recuerdos de Ujué» en «Euskal-Erria» Unx» p. 3. XII (1885). 59. Descripción de lo que quedaba del recinto en 47. «Catálogo del Archivo General», I. p. 54 (n.° la época de Madrazo, «Navarra y Logroño» III, pp. 37) sin fecha. 305-306.

66 Fig. 4 7.-Vista aérea de Ujué.

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69 70 CAPITULO IV TAFALLA, OLITE Y LOS PUEBLOS DEL CIDACOS

1) Tafalla. 2) Olite. 3) Beire, Pitillas, Murillo el Cuende, Traibuenas.

El contraste que hay entre el paisaje de la les, vidas de santos, etc., durante el siglo XVI Valdorba y de las tierras altas de San Martín y gran parte del XVII 4 y aun el Padre Moret y sobre todo de Ujué, con el de Tafalla y trató el asunto con cierta prudencia, aunque Olite, es muy sensible. Fue, sin duda, de las se ve que no creía que el tubalismo tuviera altas de donde bajaron los reconquistadores y bases muy sólidas en este caso (no en otros). dieron lugar a que la tierra de Olite, todavía Arrancaremos de su conclusión: «Y Tafalla, en el siglo XVI, se llamara en vasco «Erribe- aunque no se le conoce principio, en los rri», es decir «Tierra nueva». Este concepto privilegios antiguos siempre se llama Tafailla se halla en Garibay y de él lo recogieron o Altafailla». otros historiadores antiguos 1. Pero más al Así es, en efecto. En el caso, como en Norte queda Tafalla que durante mucho fue otros varios, el nombre aparece en suscrip­ su rival. Las dos unidas han representado para ciones de documentos hechas por «tenentes» muchas gentes populares algo así como el o señores de castillos importantes que que­ corazón de Navarra. El dicho «Olite y Tafa­ daban bajo los dominios de los reyes de lla, la flor de Navarra» no es de hoy. Rodrigo Navarra. En 1027 «Fortunio Semenons de Méndez Silva, en el siglo XVII, lo recoge de Altafayla» 5, que aparece luego en «Tafa­ Garibay mismo 2 y durante la primera guerra lla» 6. La forma del nombre es fluctuante. En civil un joven norteamericano que pasó de el mismo cartulario de San Juan de la Peña Norte a Sur por Navarra lo oía en boca de un un documento de 1056 da «Tafailla» 7. «Ta­ natural del país 3. falla» en San Millán en 1049 y 1062 8, «Ta- Tafalla ha tenido un destino común con falie» en 1065 9, «Tafalia» en 1074 ,0. Poste­ otras poblaciones españolas conocidas; el de riormente aparecen formas como «Altafala» haber provocado gran abundancia de litera­ donde da el fuero de San Saturnino de Pam­ tura respecto a sus orígenes. La literatura es plona Alfonso el Batallador en 1129 11. En monótona y se reduce a repetir que la fundó 1206 cuando Sancho el Fuerte otorga fuero a nada menos que el patriarca Túbal, con el sus moradores es «Tafalla» 12 y en otros nombre de «Tubala». Esto corrió como posteriores «Tafailla», como dice Moret 13. bueno en historias generales, historias loca­ En todo caso el nombre es enigmático. Las 73 formas en que aparece «Al-» podría pensarse abundantes, como se vio en el capítulo I §, 2, que suponen reflejo de arabización: cosa de esta parte. ilustrada por multitud de palabras castellanas, A pesar de pleitos, dificultades y diferen­ navarras, aragonesas, etc. Pero el resto, el cias, Tafalla crece de modo considerable. En núcleo del nombre actual, podría correspon­ 1366 hay 124 fuegos de labradores pudien­ der a un antiguo topónimo terminado en tes, ocho de pobres, veinte hidalgos y diez de «-alia». judíos; 162, en suma24. La documentación Tafalla se desarrolla en torno a un castillo posterior es muy abundante, con respecto a y este castillo, como otros de la zona, se privilegios. Entre ellos, como más ilustrativos asentaba en un cerro. El cerro, de 485 me­ respecto al desarrollo económico, hay que tros, se señala en los mapas 14 y se destaca en destacar los siguientes: algunas vistas tomadas hace más de cien 1.°) El nombramiento de «buena villa» en años 15; queda, como otros, también, al Oeste 1423, haciéndose a sus vecinos francos y del curso fluvial. El proceso de expansión se ruanos, con las franquezas correspondientes y lleva a cabo bajando de las alturas al llano, un mercado a perpetuidad 25. que hoy constituye lo más importante de la 2.°) La regulación en el nombramiento ciudad. de los alcaldes entre las dos clases de habi­ Parece que sobre la primitiva población tantes, hijosdalgo de un lado y francos y encastillada Sancho el Sabio hace una remo­ ruanos de otro (1425) 26. delación con eco. Porque, en efecto, en la copia de los fueros, según la confirmación de 3.°) La unificación de los fueros de unos Carlos II, en 1355, se lee: «Dominus rex y otros, a consecuencia de las diferencias que Sancius, qui istam villam hedificavit et dona- surgían, en 1436 21. vit nobis nostros fueros...» 16. Este primer 4.°) La ampliación de los derechos en la núcleo corresponde a las calles altas que se feria anual y la concesión de dos mercados ciñen al cerro por el Este y Sur sobre todo. El mensuales, francos también de todo derecho fuero de Sancho el Sabio se fecha en 1157, en 1473 28. época en que el rey empieza una serie de No íaltan momentos en que Tafalla procesos importantes de urbanización 17. pierde vecindario, como se ve en la conce­ Después, en 1206, Sancho el Fuerte le con­ sión respecto a alcaldes, en que de 180 fue­ cede nuevos fueros 18. En 1245 Teobaldo I gos parece haber disminuido a 100 (14 2 5 ) 29. da a los labradores en arriendo de 1.400 sueldos anuales, las piezas, viñas y huertas, Pero, en conjunto, el municipio es pu­ con sus aguas y derechos 19 y en 1256, con­ jante. A veces las gracias reales obedecen a firma los fueros de Sancho el Sabio, con préstamos recibidos, como la concesión de aclaraciones y enmiendas. El texto es intere­ mercados en 1473 30- Mucho más tarde, en sante por las referencias a puntos con nom­ 1636, el privilegio y título de ciudad 31 se bres romances, como El Enforcado, Cascai- deben a otros parecidos. llar, Sant Andreo, el Cuerno del Villar30. Tafalla a fines del siglo XIV y comienzos Todavía hay otra jura de fueros de Enrique I del XV es sede real con frecuencia. Las en 1271 21, una orden de protección de cuentas acerca del palacio son abundantísimas 13 2 4 22 y la confirmación aludida de 1355. y en ellas se hace mención de las partes que lo constituían, de suerte que es fácil advertir A comienzos del siglo XIV se ve, clara­ su complejidad. Sólo examinando cierto ín­ mente, que el concejo y concretamente los dice de «comptos» nos encontramos con re­ labradores, se sentían oprimidos por la carga ferencias a todas estas: la «cambra fría», la que suponía sostener con materiales y jorna­ galería de las Natas, la galería «luenga», el les el castillo del rey, así como los palacios y gran jardín, la gran torre, la gran escalera, el molinos que el mismo tenía allí. Se llegó al gran «pabado», el «grant pavillon», el jardín acuerdo de que ayudaran a tal sostenimiento a secas, el pabellón de los moros, los palacios, con el trabajo y con sus bestias; pero que no el pasaje de la «Galería luenga», el «pasaje pagaran los materiales ni los jornales de los del Gálatas», el «pavillon chico», la plaza del maestros 23. «pabado», el «portillo viejo del jardín» el Las referencias al regadío del Cidacos son puente de la entrada del palacio, la sala chica, 74 la «torr del palacio», «la rorr del reloj», «la con admiración es el retablo de la iglesia de torr dorada», la «torrella francesa» y la «to- Santa María, que le pareció «mejor que lo de rrella morisca» 32. Becerra y Berruguete» 36. Otras personas más atraídas por la Arqueología medieval De rodo esto no queda casi nada. Es informan más acerca del palacio. Antes, el evidente que la vida de la villa como tal sufre Padre Flórez, en su viaje a Bayona, por junio un gran cambio al desaparecer la monarquía de 1766, describió lo que le pareció más navarra. En 1802 se decía que en la «cúspide notable de él; era extenso y con dos jardines. de la colina (que la domina) hay una llanura En uno estaba un cenador «que denota anti­ que servía de plaza de armas (nombre que güedad y magestad» 37. conserva en el día) del castillo y corría la fortificación de muralla con siete portadas Más amplifícatorio resulta lo que dice por todo el ámbito...». El castillo lo demolie­ Cenac Moncaut, en obra impresa en 1861; ron las huestes del Cardenal Cisneros; pero a pero de todas formas, aún quedaban palacio y lo largo de la muralla corría el camino real, jardines 38 y después Don Pedro de Madrazo «hermoseado con una calzada» y el río con aún pudo escribir unas páginas más ajustadas dos puentes 33. e ilustradas con dibujos de Serra, que son lo que ha servido después, también, para decir Hoy, sin duda, el eje principal de Tafalla algo acerca de él en las obras sobre Arte es este camino real extramuros, como lo son Navarro 39. El más interesante de los dibujos los bulevares en otras muchas ciudades, que era el del torreón de entrada que puede han roto sus murallas viejas. Pero en el compararse con otros de fines del siglo XIV tiempo en que éstas existían el eje más per­ y primera mitad del XV 40. Madrazo tiene ceptible de la ciudad estaba en la Calle Ma­ una visión de Tafalla, como población deca­ yor, que corre a lo largo de lo que era la dente. Esto contrasta con lo que parecen parte más baja y de Norte a Sur, con cierta observar otros viajeros de algo antes, que curvatura. Como en otros casos, entre lo más pasaron de largo, es verdad, por la ciudad. En alto y lo más bajo queda la iglesia principal plena guerra civil primera, un joven nortea­ de Santa María, que da nombre a otra calle. mericano la considera «a pretty town» en el En la periferia se levantaron conventos y que le gusta el paseo público con buen arbo­ ermitas en épocas distintas siguiendo una re­ lado que constituía allí el mismo camino gla urbanística común y algunos nombres que real41. Por entonces, debía ser población de se conservan, como el de Portal Nuevo, alu­ unos 4.978 habitantes42. Años antes, en den a ampliaciones del casco perceptibles. En 1802, se le asignan 3.800, en 600 casas43. tiempos de Felipe IV, cuando Tafalla ya era En el artículo, demasiado verboso del dic­ ciudad, Rodrigo Méndez Silva se refiere a sus cionario de Madoz, sobrio en general, se «fuertes muros y castillo», al «suntuoso pala­ indica que hay 626 casas de regular construc­ cio», a la vecindad de 800 fuegos, divididos ción, «con buenas comodidades interiores», en dos parroquias, al convento de frailes repartidas en treinta y dos calles y tres plazas. franciscos y al escudo consistente en un Los habitantes son 4.3 3 0 44; menos que los puente con dos arcos. Da la fecha de 1630 al que da Miñano, tal vez a consecuencia de la título de ciudad 34. Medio siglo antes al ar­ primera guerra civil. Después hay un au­ cherò Cock la llama villa buena, señala la mento muy sensible. abundancia de huertos y le da hasta mil veci­ nos; indica que en el «palacio viejo» comió y En 1888 alcanza los 6.496 habitantes, ci­ se refrescó Felipe II, pero no se extiende en fra máxima, que se reduce a 5.494 en 1900 y más detalles. Sí hace poco caso de la leyenda a 5.651 en 1910 45. El aumento de la segunda de la fundación por el patriarca, que hoy mitad del siglo XIX se expresa en importan­ tiene su calle correspondiente en la ciudad 35. tes reformas urbanas. La principal es una En la segunda mitad del XVIII también pasó remodelación absoluta del camino real, que por Tafalla, rumbo al Sur y por el camino real se convierte en una plaza al Sur, a la que Don Antonio Ponz, de vuelta de su viaje sigue un tramo de calle, que aún conserva fuera de España; le llamaron la atención las aquel nombre o el de Calle Real, con edifi­ huertas e indica que «aún enseñan» un pala­ cios a los dos lados. Después viene la gran cio de Carlos III; pero lo único que describe plaza de Navarra o de los Fueros. Hubo de 75

construirse por los años de 1856, con arreglo ces de un tipo urbano común a muchos en­ al excelente patrón de muchas «plazas mayo­ sanches de ciudades españolas y que incluso res» españolas. Es ésta un gran espacio rec­ ciertos edificios de corte palaciano, como el tangular. Lo absolutamente planificado es el de la foto 58, son de un tipo que podría conjunto del lado más largo, hacia el casco encontrarse en Pamplona o en Madrid. La antiguo, al centro del cual está el ayunta­ vieja Tafalla es menos visible, aunque en ella miento y los dos lados más cortos que lo existen vestigios góticos (foto de la fig. 59) flanquean. La parte baja está constituida por edificios dignos de ser conocidos, como, por soportales y arcos46. Los dos pisos tienen ejemplo, el palacio de Don Francisco de Na­ balcones. A un lado hay obelisco y más al varra, con magnífica fachada de piedra con centro un quiosco más moderno para la mú­ dos torres laterales y galería alta con arcos o sica. El lado largo que queda paralelo frente el de los condes de Guendulain, constituido al ayuntamiento, está constituido por casas de por una torre y un cuerpo en apariencia época no muy posterior, pero sin arcos (fig. posterior, también de buena piedra de cante­ 57). Luego sigue el antiguo camino real, con­ ría, al estilo de las casas palacianas de la zona vertido siempre en calle y paralelo a él, pero media, levantadas en el siglo XVII o en el más ceñido al cuerpo urbano antiguo, una XVIII (lámina en color) 48. especie de bulevar, dedicado al Padre Calata- yud, famoso predicador del siglo XVIII 47. El Al palacio de Don Francisco de Navarra censo de 1910 da a Tafalla 888 casas. Pero se le llama «Casa del Cordón» y se parece al hay que observar que todas las que se en­ de Barasoain del Dr. Navarro. Tafalla, en cuentran en el antiguo camino real, en el suma, ha perdido en monumentalidad y ha paseo citado, en la Plaza de Cortes, en la calle ganado en desarrollo urbano, lo contrario a lo que da a la estación, etc., eran ya por enton­ que ha ocurrido en Olite.

Toca ahora tratar de la que, en un tiempo, El sufijo latino «-etum» que se aplica a fue cabeza de merindad, aunque cabeza bas­ abundanciales de árboles como «roboretum», tante moderna, según va dicho: Olite. La «fraxinetum», «salicetum», da en castellano bibliografía acerca de esta ciudad monumen­ «-edo»; también en abundanciales, como tal es grande. Como pasa con frecuencia, la «robledo» «salcedo». Pero los mozárabes y parte más confusa y dudosa de su historia, es los árabes que utilizaron en habla común o en la que se refiere a los orígenes y hay que topónimos esta clase de nombres de origen advertir que en tiempos modernos se ha latino les dieron otro tratamiento fonético. avanzado poco para aclararlos. Lo que sigue En Andalucía nos encontramos con pueblos es, pues, una exposición de opiniones perso­ que se llaman «Fregenite» (Granada)49, o nales del que escribe. Hablemos primero del «Rubite» (Granada) 50. Hay, también, térmi­ nombre. nos y apellidos como «Lorite». El nombre de «Olite» creo que hay que asociarlo a ellos; es, para mí, un antiguo «olivetum», un olivar. Con él hay que agrupar también, proba­ blemente, el de la villa turolense de «Olie- te» 51. El escudo de la ciudad navarra denota Palacio de Meneos. Tafalla. que su asociación con el olivo era conocida 77 vulgarmente hace mucho; «en escudo una Ahora bien, si el nombre «Olite» se cadena de oro, encima un olivo verde coro­ identifica con el que da San Isidoro y fuera ya nado entre dos. leones» 52. Ya veremos de época visigoda, acreditaría una romaniza­ cuándo aparecen en «Olite» u «Olit». Pero ción intensa anterior. Acaso habría que pen­ en relación con la fundación del núcleo ur­ sar que entre las formas «olivetum» y «Olo­ bano hemos de arrancar del hecho de que gitum» hubo otra relacionada con «oleagina», bastantes historiadores han repetido lo que «oleagineus» y «oleaginus»: palabras siempre uno, moderno, sintetiza de este modo: «Ha­ relacionadas con el olivo. cia 621 p. C. los vascones procuraron invadir Pero dejando textos y nombres aparte, la provincia de Tarragona (Tarraconense). resulta que Blas Taracena y Luis Vázquez de Sorprendidos por el ejército real, se sometie­ Parga consideraban ya hace mucho que gran­ ron sin resistencia y deponiendo las armas, des tramos del recinto murado de Olite son dieron rehenes. El rey les forzó a edificar, de construcción romana: «restos de fortifica­ por sus propias manos, la fortaleza Ologico ción importante» 59. Puede pensarse así: (hoy Olite, en Navarra)» 53. Este texto se basa en la «Historia Gothorum» de San Isi­ 1.°) En una ciudad romana fortificada en doro de Sevilla, § 63. El rey de los godos a época imperial. que se refiere es Suintila, y en ciertos manus­ 2.°) En una ocupación de la misma en critos se escribe «Ologitin civatatem gotho­ época visigoda, en que se reconstruyó. rum» 54. El «Ologicum» citado es «Ologi- 3.°) En un tiempo oscuro de dominio tum» y respecto a que sea Olite hubo parece­ islámico o por lo menos de muladíes. Du­ res distintos desde antiguo. Garibay fue uno rante bastante tiempo quedó en zona fronte­ de los que creyeron que se trataba de «Olit» riza, peligrosa. -como escribe- «que agora es villa del reyno de Navarra, cabera de una de las cinco me- Por los años de 915 Caparroso era aún rindades, en que está dividida (sic) en nues­ una fortaleza árabe considerable, como ve­ tros días el reyno de Navarra. Esta villa de remos. Un siglo después es castillo impor­ Olite 55, en la lengua cántabra, que era la tante de los cristianos. mesma que estos vascones hablavan, es aún «Olit», u «Olite» como tal, aparece rela­ hoy día llamada Eriverri, que significa tierra tivamente tarde y no es al principio de los nueva, como lo era esta, por ellos edificada, castillos fuertes del reino con «tenentes». aunque otros corrompiendo el nombre, dizen Pero se ve que antes de que se le concediera Arriverri, que significa piedra nueva, y aun­ el fuero de 1 147 60 existía como entidad ur­ que no sea de mucha población, es de los bana, pues en el de Caparroso, de 1 102, se mejores pueblos de Navarra, puesta a una establece que tenga ocho días de agua del legua de la villa de Tafalla, con tan fértil y Cidacos 61. grassa tierra, que con razón dizen los nava­ rros por proverbio, Olite y Tafalla, la flor de Moret supuso que la llamada en su época Navarra» 56. Después acepta la reducción «Villa Vieja» era la antigua fundación visi­ Oihenart; el Padre Moret no se decide, goda, y que la nueva la formaba el resto. La frente a otras reducciones, y después la parte vieja la traza así: «como corre desde el aceptan varios historiadores autorizados 57. Palacio Real acia San Pedro; y desde el En todo caso la relación del nombre de mismo Palacio acia el Septentrión corre oy «Olite» con «Ologitum» u «Ologicum» no es dia por la plaza, y en lo muy interior muralla clara y el nombre vasco «Erriberri» debe fuerte, y de muchas torres» 62. Esto parece atribuirse a la época de la reconquista navarra indicar, más bien, un amurallamiento «inte­ que es cuando aparece el pueblo, con el rior». El caso es que en 1147 se da fuero a nombre actual. Lacarra considera, no obs­ los que repoblaron o poblaron de nuevo tante, que la fundación de Olite es visigoda y Olite y que éste es el de los francos de que hay que ponerla en conexión con la de Estella, fijándose los extensos límites del otra ciudad a la que se refiere el texto del término municipal 63. Biclarense, en que se dice que Leovigildo, En 1201 aparece un tenente en O lite64. después de una lucha con los vascones, fundó Y poco después se ve que entre los vecinos la ciudad de «Victoriacum» 58. de Olite y los de San Martín de Unx había Olite. 78 fuertes diferencias, que se procuran resolver en sus muros, con foso 78. En 1802 se le dan con el fuero dado a esta segunda villa en 1.115 almas y su caserío estaba deteriorado: 12 0 4 65. de 344 casas se hallaban arruinadas bastan­ En 1237 Teobaldo I hace donación al tes 79. Madoz indica que en su época había hospital de Roncesvalle de una «plaza» que 300 casas que se repartían en seis calles, tenía en Olite, que lindaba con un huerto que varias travesías y dos plazas céntricas y que era del hospital y con la muralla 66. tenía 1.998 habitantes (500 vecinos)80. Otros documentos de esta época se fir­ Es curioso advertir que, después, Olite man en el palacio del rey de Navarra en experimenta un aumento considerable, pues Olite; así en 1247 67. Desde el punto de vista llega a 3-071 en 1888, para luego bajar a urbano es interesante recordar también las 2.639 en 1910. Por entonces se señala una referencias a los «algorios» o graneros rea­ regresión económica. Pero en punto al case­ les 6S, a la casa comunal («domum comu- río, el aumento demográfico decimonónico nem») o «Capitolio», que los vecinos habían no queda luego muy reflejado, porque Alta- hecho, por lo que hubo un litigio provocado dill le da 337 casas dentro del recinto amura­ por el procurador real en 1315 que negaba llado, que sigue con cinco portales, dieciséis que tuviera derecho a ello. En esta casa ha­ calles, diez «belenas», dos plazas y una pla­ cían mercado o foro («forum seu mercatum») zuela. En el plano de su obra ya se ve lo todos los días menos el jueves. También se construido extramuros, pegado al núcleo había hecho una plaza que se llamaba viejo 81. «Foya», lindante con el mercado del rey. Se Dejando a un lado los grandes monu­ llegó a un acuerdo 69. Desde bastante antes mentos de la ciudad, estudiados por los histo­ tenía Olite una feria de quince días 70. Por riadores del Arte y los arqueólogos, y tam­ estos textos se ve que va adquiriendo cada bién toda referencia al desarrollo urbano de vez más significación como mercado: también los últimos tiempos, para darse cuenta de la como sede real. fisonomía peculiar de Olite en el conjunto navarro, conviene, en primer término, reco­ Las dos iglesias también aparecen men­ rrer por fuera el recinto amurallado con sus cionadas: San Pedro y Santa María71. Por cubos y examinar un plano o una vista aérea, esta época (1350) Olite aparece con una fo- como la de la figura 60. gueración muy nutrida72 y en un tiempo tuvo recibidor particular 73. La muralla fue rasgada, como tantas otras, en el siglo XIX. Lo más perceptible de ella Por otro lado la documentación es abun­ son las antiguas torres cuadradas de planta, dante acerca de las diferencias que Olite tenía que sobresalían del lienzo más largo (fotos de por cuestiones de aguas, con Tafalla 74. las figs. 61 y 62) 82. De 1357 hay un libramiento de 200 libras También en ellas se han abierto balcones de carlines negros para el cerramiento y for­ y ventanas, como se ve en las fotos referidas. tificación de la villa75, que al parecer no Pero en la primera de éstas puede obser­ estaba terminado. La topografía medieval de varse, asimismo, la antigüedad del aparejo de Olite se puede reconocer hoy muy bien gra­ las partes inferiores. Se conservan, asimismo, cias a los estudios y aportaciones documenta­ los «portales». El portal de Tafalla no es muy das de Don Ricardo Ciérvide, entre las que antiguo, sin embargo, como se ve por su aquí hay que destacar la publicación del re­ disposición y por el escudo 83, y el portal de gistro del concejo, de 1224 a 1537 76. Tudela más sencillo, tampoco 84. Gótico es, En el estudio preliminar vemos cómo en cambio, el paso de la torre del Chapitel, Olite llega a formar hasta once vecindades, que en la foto resulta menos airosa de lo que constituidas por barrios y calles, rúas, «calle- en realidad es (fotos de las figs. 63 y 64) 85. lias» y que el cerco tenía los portales de Después de hacer la circunvalación, con­ Tafalla, Tudela, del «Fenero», y de Falces 77. viene tomar como eje de la visita la «Rúa Los caminos exteriores se llaman «carreras». Mayor» o del «Cerco de Fuera», en que hay Olite es villa que sigue con los 400 veci­ un conjunto impresionante de casas de los nos en el siglo XVII y queda siempre metida siglos XVI, XVII y XVIII. Esta formaba 80 parte de la segunda vecindad, según Ciérvi- con recordar su «antiguo alcázar», como lo de 86. En cambio la «Rúa de Dentro» o del hizo Ponz9'. «Cerco de Centro» perteneció a la primera. El Padre Flórez, sobriamente, dice que es En ella también hay buenas casas y termina «ciudad muy acabada» 92; posteriormente en uno de los portales aludidos87. Mucho Ford afirmará que al igual que Tafalla está «in menos empaque tienen las casas de la «Calle the sear and fall» 93. Otros viajeros ingleses de Villa Vieja», en cuesta 88 y también las del de época posterior, que no son de los más barrio de Medios o Meyos (calle del obispo fidedignos cuando se trata de apreciaciones Uriz) 89. Las casas, individualmente conside­ estéticas, dirán cosas como éstas: «This is a radas, son muy sólidas, de piedra de sillería, very old and fortified city, standing in a shin­ cuando se trata de casas hidalgas, incluso las gle spit in the centre of a broad, dry valley del siglo XVIII. Una de las más destacables which soons widens out to the dimensions of de la Calle Mayor es la de los Ochoa de the plain. The old buildings are very paltry, Zabalegui, que se ve en la foto de la fig. 65, and the stone walls are guiltless of cement. con un arco central, dos puertas cuadradas There is not -there never was- a square yard laterales, dos balcones de hierro y el gran in all this fortress wich three English navies blasón barroco en medio 90. En el segundo and a crowber could not displace in ten mi­ piso hay una galería de seis arcos y encima nutes» 94. Hay que observar aquí que los corre un magnífico alero de madera tallado. viajeros ingleses del final de la época victo- Como otros señoriales de la misma época, riana no eran tan perspicaces como los del este tipo parece repetirse como se ve en la siglo XVIII. El castillo de Olite, como es foto de la fig. 66. En otras, las viejas casas sabido, ha tenido una suerte más venturosa góticas han experimentado reformas y am­ que el de Tafalla. Ha sido objeto de bastantes pliaciones (lotos de las íigs. 67 y 68). Estas estudios y de restauración completa 95. Que­ reformas se observan incluso en casas de dan descripciones, dibujos y fotos de la época arquitectura más severa. Olite no ha produ­ anterior. Don juán Iturralde y Suit se distin­ cido siempre la debida curiosidad de los via­ guió en ella 96; y ya puso de relieve lo que jeros que han pasado por el viejo camino significa como producto de un cruce cultural. real. Algunos no se detienen, contentándose

III Mas al Sur de Olite y siguiendo el curso relación con la tierra alta del Este o Nor­ del Cidacos, está Beire, en la orilla oriental deste, mejor dicho. del río. También en la misma orilla y ba­ Beire aparece en 1298, pagando a los jando, quedan Pitillas, Murillo el Cuende y reyes un tributo por la pieza de San Julián, Traibuenas; este pueblo, poco antes de que el que era de ellos, tributo que entonces se Cidacos dé sus aguas al Aragón. Ninguno de dispone que los labradores paguen a Roy estos núcleos ha sido de mucha entidad nun­ Pérez de Echalaz 9S. Después las rentas pasan ca 97. a distintas personas, hasta que en tiempos de El primero parece tener nombre vasco Juan II se dan, con las de San Martín, a que podría explicarse, en parte, por su rela­ Bernart de Ezpeleta, caballerizo mayor que ción con San Martín de Unx. El sufijo -«iré», fue del Príncipe de Viana. Hay diferencias aquí, como en «Zudaire» y algún otro caso con éste, pero' la familia al fin se vinculó puede venir de «iri». «Beiri» sería lo contra­ mucho al pueblo y Bernart ya construyó allí rio a «Goiri»; es decir un pueblo de abajo, en un palacio" , que era de los de cabo de 81 armería y que en 1802 pertenecía al Conde llas es, por entonces, pueblo de poco vecin­ de Ezpelera de Beire precisamente 10°. Como dario, como Beire 112. palacio con asiento aparece en 1548 101. A comienzos del XIX Beire no tenía más de En época más moderna Pitillas ha debido treinta y nueve casas útiles, con 292 perso­ experimentar varios vaivenes demográficos. nas. Hoy Beire está constituido por un ali­ Porque en 1802 se decía que por las ruinas neamiento de casas en forma de calle y un de casas y solares existentes, debía haber sido núcleo compacto donde están la iglesia y el mucho mayor; que hacía poco sólo había de palacio, convertido, al parecer, en conven­ cuarenta a cincuenta vecinos y que en el to 102. Creció bastante cuando se suprimieron momento pasaban de 560 los habitantes, cien las corralizas. Altadill le daba 1 14 edificios en las vecindades y ochenta y seis las casas 113. el casco y cuarenta y seis dispersos, con 712 Después parece que hay una fase de merma y, tras ella, un aumento sensible. Madoz da la habitantes, en 1910 103. Esto quiere decir que cifra de 442 habitantes en noventa casas, es un pueblo muy cambiado de aspecto. Al incluida la municipal 114. En cambio, en 1888 Sur tiene un término llamado Cárdete ,04. éstos suben a 962 y en 1910 a 1416, con 189 De Olite que está a 388 metros, se des­ viviendas y 1.381 personas en el casco. Es ciende en Beire a 369 y de aquí a Pitillas a decir que es una población nueva en parte 354. Este es pueblo de mayor entidad, por lo considerable, en la que las calles y anchuro- menos en la Edad Moderna. Es difícil decir nes guardan alguna regularidad 115. No faltan, algo positivo acerca del nombre, sobre todo a sin embargo, edificios de buena construcción, causa de su forma que es plural, al menos en que deben corresponder a la época de creci­ apariencia. En la Edad Media se escribe «Pit- miento indicada como propia de fines del hieillas», «Pithieyllas» o «Pitiellas» y el XVIII. Por ejemplo, la hermosa casa de nombre recuerda más al de Petilla de Aragón planta baja y tres pisos, con cinco huecos de (también «Pithiylla» en 1366). Podría pen­ la foto de la fig. 69, hecha en piedra, de sarse que desciende de un nombre de «villa» modo como es común más al Norte, o el o de fundo, porque se documenta el «no- edificio de corte palaciano de la foto 70, que, men» romano «Petilius» y «Petillius». Por en cambio, es de ladrillo y de aspecto más otra parte, existen «Petilianus» y «Petiliana» meridional. y, en fin «petilius» con la acepción de blan­ co 105. También las formas derivadas de En Pitillas piedra (foto de la fig. 71) y «Paetus». Lo que más desorienta en éste y ladrillo se han usado, con un triunfo final del otros nombres de la zona, como el mismo de ladrillo, como en casi todas partes. «Traibuenas», es la terminación. Poco más al Sur de Pitillas, en un pe­ queño promontorio, a 366 metros, se halla Pitillas aparece en 1277 asociada a un Murillo el Cuende. La cantidad de nombres castillo 106, que acaso correspondiera a la er­ que se forman en los países de habla romance mita que en el diccionario de 1802 se dice sobre la palabra «murus» es inmensa; tam­ que estaba a media legua del casco, rodeada bién es considerable en España la toponimia de murallas, con un aljibe y donde se descu­ que se forma sobre el diminutivo «murellus», brió un miliario romano de la época de «parvus murus» 116. Sólo en Navarra hay seis Constantino 107. En 1237 hay un prior 108. Murillos; pero, además, hay otros en la Rioja Después es recordada a causa de varias tran­ y Zaragoza; en Asturias, Muriellos 117. Se sacciones de tipo señorial 109. En 1348 tuvo trataba, en principio, de alguna fortificación. una diferencia con los guardas de la laguna de «Muro» («Muru», en tierra vasca) da muchos Sabasan que está en su término y que era de nombres también. A éste, para distinguirle de propiedad real porque éstos perjudicaban otros del reino se le llama en 1366, «Murie- grandemente al vecindario, que llegó a un ylio del Cuende» 118; entonces tiene dieciséis acuerdo con el gobernador del reino, para fuegos de labradores y seis de hidalgos. Mu­ que sus ganados abrevaran en ella, guardando chos años antes, en 1277, aparece con este ellos la caza, etc. 11°. Más tarde, en 1387, la mismo nombre en una escritura en que se ve bailía de Pitillas así como «el lagunaje», se que Lope Díaz, señor de Vizcaya, lo empeñó dan a Gasernaut Dosens 131. Esta laguna se ha con su hermano a un burgués de Pamplona: explotado para el riego, con el Cidacos. Piti­ Guillem Marzel 119. 82 La forma «cuende» (de «comes») indica y seis edificios en el casco, que viene a for­ un dialectalismo del romance navarro muy mar como dos calles y cuatro espacios 126. antiguo y que ha perdurado; se daba por la Dentro del término de Murillo, aparte del Bureba ya por los años de 1156: «loma del despoblado de Rada, en que quedan las rui­ cuende» 120. Sin duda, el castillo de Murillo nas del castillo citado y de las casas; así como el Fruto fue de mayor importancia y por eso una iglesia 127, está incluida la pequeña villa a éste se le llamó también Murillete. No de Traibuenas a 318 metros de altura, que obstante, en 1362 podía alistar para la guerra perteneció al señorío de Rada. Después per­ cinco infanzones y veintitrés labradores 121. teneció a los duques de Granada de Ega, Poco después, se les ve obligados a contribuir como marqueses de Cortes. Lo más notable a la defensa del próximo castillo de Rada 122, de ella era el palacio del señor del pueblo con más famoso en la Historia navarra 123. cuatro torres muy elevadas y foso alrededor. Lo demás lo constituían doce casas con l 13 De todas formas, Murillo el Cuende con­ personas en 1802 12S. En la primera mitad del servó a lo largo de los siglos su silueta gue­ XIX las casas son catorce, los habitantes sólo rrera. En 1802 se indicaba esto: «La etimolo­ 68 129. Después sube a 116 habitantes con gía de su nombre, su primera situación y las veinticuatro casas. El palacio de Traibuenas frequentes guerras ocurridas en las cercanías, tiene un cuerpo bajo de piedra, que data de acreditan haber sido fortaleza. Estaba en lo la época gótica. Los cubos de las torres sobre­ antiguo, como lo está hoy, su primitiva pa­ salen del lienzo más largo de la fachada, que rroquia en un alto, y es principio de una tiene la puerta ojival a la izquierda del es­ próxima eminencia que los naturales llaman pectador, no centrada. Sobre éste después se la Armullá, y al Norte tiene otra eminencia alzó de ladrillo una gran mole con tres pisos. de menor elevación, llamada la Atalaya. En el primero se abren dos grandes ventana­ Arruinado el pueblo, que perteneció al real les con reja. En el segundo dos ventanas de monasterio de la Oliva, orden del Cister, y tamaño regular y en el tercero otras dos ahora al conde de Murillo, se reedificó a fines pequeñas. El cubo de la torre de la derecha del siglo XVI en la falda del alto en que antes es continuado hasta formar un cuerpo de estuvo y próximo al río Cidacos por la parte ladrillo separado por cuatro cornisas. En lo de O. y a su margen derecha» 124. Sólo tenía alto hay tres arcos trabajados al modo común veinticuatro casas útiles y 117 habitantes. El en las galerías navarro-aragonesas y está co­ crecimiento es regular de esta fecha a media­ ronado por un tejado a cuatro aguas, como dos del siglo XIX, en que tiene 194 en de torre de iglesia. El torreón de la derecha treinta casas125. Pero en 1888 son 432 los está desmochado, a la altura en que termina habitantes y 448 en 1910, con 306 en sesenta el cuerpo central 131.

1. Caro Baroja, «Etnología histórica de Navarra», 3. «Spain revisited», 1 (Londres, 1835), p. 86. I, p. 137. Véase la § 2 de este capítulo. 4. Un repertorio bibliográfico grande da el mismo 2. «Población general de España», fol. 198 vt°. Méndez Silva, «Población general de España», fol. 199 r° b. También recoge lo de «Erriberri». 5. C.S.J.P. I, p. 127 (n.° 43).

83 6. C.S.J.P., I. p. 149 (n.° 50). 30. 3.000 florines. A pesar de los veintitrés años 7. C.S.J.P., II. p. 141 (n.° 126). de luchas civiles, «pestillencias e mortandades». 8. C.S.M. pp. 151 (n.° 140), 185 (n.° 176). 31. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, 9. C.S.M., p. 194 (n.° 183). p. 257. 10. C.S.M., p. 221 (n.° 214). «Tafalia» en la carta 32. «Catálogo del Archivo General», LII, p. 339, de Arras de Doña Estefanía, de 1040. «Colección di­ b (índice). plomática medieval de la Rioja», II, p. 25 (n.° 3). 33. Diccionario de 1802, II, pp. 371, b - 372, a. «Tafalia» en 1040, p. 28 (n.° 4). 34. «Población general de España», fol. 199, r. 11. «Catálogo del Archivo General», 1, pp. 48 - 35. «Jornada de Tarazona hecha por Felipe II en 49 (n.° 25). 1592», pp. 69-70. Recoge el dicho de «Olite y Tafalia, 12. «Catálogo del Archivo General», I, p. 88 (n.° flor de Navarra». 135), con bibliografía. 36. «Viaje de España, seguido de los dos tomos 13. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, del viaje fuera de España», ed. de Casto Ma del Rivero p. 358. (Madrid, 1947) pp. 1900, b - 1901, a (tomo II, carta 14. Hoja 173 del mapa a escala 1:50.000 del XII, n.°s 17-22). Instituto Geográfico y Catastral. 37. Francisco Méndez, «Noticias de la vida y es­ 15. Vista general, tomada desde el ferrocarril, en critos del Rmo. P. Mro. Fr. Henrique Flórez...» (Ma­ «La Ilustración Española y Americana», año XIX, n.° drid, 1780), pp. 185-186 (n.° 365). 11 (22 de marzo de 1875), p. 189. 38. «L’Espagne inconnue. Voyage dans les Pyré- 16. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, neés de Barcelona á Tolosa» (Paris, 1861), pp. 133 - pp. 363-364 y antes p. 350, referencia a las «corseras». 135. «Catálogo del Archivo General», II, p. 281 (n.° 710). 39. Pedro de Madrazo, «Navarra y Logroño», III, Aleson «Annales...», IV, p. 32, a-b (libro XXX, cap. II, pp. 254-266. El torreón a la p. 258. § anotaciones, 32). 40. J. E. Uranga y F. Iñíguez, «Arte medieval 17. «Catálogo de los cartularios reales», p. 30 (n.° navarro» V, pp. 192-193

85 (n.° 502) 1281; 235 (n.° 510), 1282. antigüedades», II, p. 439. 110. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II. 120. R. Menéndez Pidal, «Documentos lingüísti­ pp. 718-719. cos de España» I (Madrid, 1919), p. 67 (n.° 39). 111. «Catálogo del Archivo General», XVI, p. 121. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 352 (n.° 850). pp. 439-440. 112. En 1 366, «Beire» aparece con diez fuegos (J. 122. «Catálogo del Archivo General», V. p. 96 Carrasco Pérez, «La población...» p. 450 (n.° 7) y un (n.° 231) 1364. hidalgo (p. 490, n.° 330). «Pithieyllas» con otros diez 123. Arrasado en 1455 con la villa «para no dexar fuegos de labradores (p. 449, n.° 5) y cuatro de hidal­ rastro de ella», Aleson, «Annales...», IV, p. 525 (libro gos (p. 491, n.° 340). XXXII, cap. VII, § V, n.° 26). 113. Diccionario de 1802, II, p. 259, b. Martinena 124. Diccionario de 1802, II. p. 48, a. Ruiz, «Palacios cabo de armería» II, p. 24, sobre el 125. Madoz, XI, p. 762, a. palacio de Pitillas. 126. Altadill, II, pp. 740-741, con plano en la 114. XIII, p. 74, a. última. 115. Altadill, II, p. 759, con plano. 127. Vestigios señalados en el diccionario de 116. Du Cange, «Glossarium...», IV, col. 1105. 1802, II, p. 268, b y Altadill, II, p. 741. 117. Madoz, XI, pp. 760, b - 763, b. 128. Diccionario de 1802, II, p. 387 f. 388 a. 118. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 448 129. Madoz, XV, p. 128, a. (n.° 3), 490 (n.° 328). 130. Altadill, II, p. 741. 119. «Catálogo del Archivo General», I. p. 229 131. Foto en Martinena Ruiz, «Navarra, castillos y (n.° 494), también el 495. Yanguas «Diccionario de palacios», p. 129.

86 ¡•'ig. 57-Plaza Je los Fueros. Tafalla.

87 88 Fig. 60.- Vista aérea de Olite.

89 90 Fig. 6 1 .-Cubos de muralla. Olite.

Fig. 6 2 .-Cubo y muralla. Olite.

Fig. 63.-Torre de la muralla. Olite.

Fig. 64.-Portai. Olite.

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64

91 92 Fig. 6 7.-Calle de Olite, con casas reformadas.

Fig. 68.-Casa gótica reformada. Olite.

93 Fig. 69.-Casa de fines del siglo XVIII o comienzos del XIX. Pitillas.

Fig. 70.-Casa palaciana. Pitillas.

94 95

CAPITULO V LOS NUCLEOS DE LA ZONA NORESTE

1) Mendigorría y Muruzábal de Andión. 2) Artajona. 3) Larraga, y Miranda de Arga.

En España hay varios pueblos que se lla­ tante guerrero 7. Esto explica que en 1277 el man Monterrubio 1, Montrouge, Monterosso alcalde, mayorales y concejo de Mendigorría en Francia e Italia. Mendigorría en vasco al prestar homenaje a la reina en la persona viene a significar lo mismo. Las primeras de Eustaquio de Beaumarche se comprome­ grafías se separan de éstas. Sancho el Sabio, tieron a rendir la villa y fortaleza cuando por julio de 1158, firmaba la confirmación fueren requeridos como signo de lealtad 8. del fuero de San Saturnino «In villa que Desde muy pronto también es caracterizada dicitur Mendegurria» 2. Pero luego, o incluso como villa productora de vino 9. La pecha era en la misma época, aparece la grafía común. cuantiosa y sobre ella y los que disfrutaban Así como la Valdorba y los núcleos de partes de ella hay mucha documentación. San Martín y Ujué pertenecieron a la merin- También sobre la toma de la villa por los dad de Sangüesa hasta la creación de la de castellanos en 1378 1 °. Olite, Mendigorría perteneció a la merindad Los tiempos inmediatamente posteriores de Pamplona o de las Montañas, apareciendo fueron difíciles para su desenvolvimiento. en el libro de 1366 con setenta y nueve Hubo, en primer lugar, muchas malas cose­ fuegos 3. Su desarrollo debe arrancar de muy chas, causadas por tempestades, mortanda­ antiguo. En 1158 recibe por sus buenos ser­ des, pestes, etc., y luego la guerra civil que vicios, el término de San Tortar o San Tortat, dividió a Navarra en dos bandos. El haber que le disputaba Artajona 4. permanecido en el de Juan II hizo que éste concediera a Mendigorría el título de buena En 1194 Sancho el Fuerte le concedió un villa y que hiciera a sus vecinos francos, fuero nuevo confirmando los antiguos 5 y ruanos, ingenuos, infanzones e hijosdalgo poco después aparece como tenencia de un dándoles asiento en Cortes. Esto en 1461 11. Martín Chipia 6. Un documento de 1474 es muy útil para Una nueva concesión de fueros se realiza obtener idea de algunos de sus rasgos por en 1208 y en todos los documentos de aque­ entonces. Durante la guerra había sido ata­ llos tiempos se ve que el vecindario, entre el cada por el conde de Lerín, asistido por casi que se distinguen ahora los foranos, era bas­ todos los pueblos vecinos: Puente la Reina,

99 Larraga, Artajona, Mañeru, y Cirau- los 1.762 habitantes. Luego baja a 1.385 y qui. Talaron aquéllos la tierra «muy cruel- últimamente a 1.100 16. Mendigorría tiene, ment e inhumana, que a moros non se pu­ como otras villas apretadas, una parte alta, diera peor fazer». Se destruyeron 3.000 cahí­ que parece ser el casco más antiguo y otras ces de trigo, 1.000 de cebada, más de 1.000 más bajas con las plazas (tres) y ensanches. cargas de uva, el molino y la presa, dos arcos Todo indica que tuvo un momento de del puente y hasta noventa o cien casas del prosperidad en el siglo XVIII y el caserío es arrabal o «rabal»... Por eso y a expensas de de tipo mucho menos medieval y más medi­ los términos de los pueblos agresores, se le terráneo también, que el de los núcleos anali­ da uno nuevo, más amplio. La toponimia que zados en los capítulos anteriores (foto de la sirve como punto de referencia es en gran fig. 74). Hay bastantes casas del siglo XIX y parte vasca 12. abundan las no muy sólidas de ladrillo, aun­ Por todo lo indicado puede pensarse ya que no faltan las de piedra sillar; empezando que Mendigorría está asentada en un cerro, por el ayuntamiento, muy sobrio de líneas. de planta elíptica, que tiene un río cerca: el Alrededor del casco en que ya queda el arra­ Arga al Oeste, que forma un bucle al Norte. bal del siglo XV hay eras y huertos y el El gran puente queda al Sur. Frente a la villa regadío se extiende al pie del cerro. casi viene a afluir al Arga, también por el En relación estrecha con Mendigorría está Oeste, el río Salado. La altura es poca: 396 el lugar de Muruzábal de Andión. El diccio­ metros. El casco urbano está al Noroeste del nario de 1802 decía que toda su población se término 13. reducía a dos casas y «un palación (sic) en En 1802 se le daban 208 casas y 1.403 que habitan treinta y ocho personas» 17. No personas y se describe como pueblo agrícola, hay que confundirlo con el de Muruzábal de con dos iglesias 14: una en lo más alto de él, la Ilzarbe. Este de Andión era del duque de de Santa María (que debía ser la asociada a la Granada. En Andión había, además, restos de fortificación vieja). Otra, la de San Pedro, al población antigua considerable, con una igle­ centro del pueblo, que es la hermosa parro­ sia de Santa María; sobre el Arga, en un llano quia actual cuyo campanario barroco se ve y terreno pendiente por los lados. Moret desde lejos. Madoz le asigna 252 casas en dos pensó sería la ciudad de los «andelonenses» plazas y veintiún calles con 1.514 almas15. antiguos, porque halló lápidas romanas 1S. La Después aumentó, como en general pasa con ermita que subsiste tiene una parte de vi­ las villas de esta zona de Navarra. Pero en los vienda bastante considerable 19, como se ve últimos censos ha disminuido bastante con en la foto de la fig. 75. respecto a la cifra de Madoz. En 1888 alcanza

«Arte» = encina, es palabra vasca que se Es lo que ocurre también con el nombre considera entra en nombres como los de de «Artajona». Hay que tener en cuenta que 20. El sufijo «- sq-» y «jo» 21 aparece en Huesca hay Artaso y Artasona 22. Si con­ en nombres como los de Artaso y Artajo y se sideramos que nombres como los de Barce­ ha supuesto que en casos equivale a «zu», lona y Tarragona se han formado sobre el «tzu». El caso es que en la toponimia navarra acusativo de «Barcino» y «Tarraco», hay que hay nombres como Artaiz, Artajo, Artariain, pensar en la posibilidad de que el de Arta­ Artavia, Artaza, Artazu y Artázcoz, que si jona se haya formado también del mismo unas veces es fácil explicarlos por «arte», en modo; sobre «Artasso» o «Artaisso», que es otros casos resulta difícil. lo que indican ciertas grafías antiguas 23, o

100 «Artaxo» 24. El sufijo «so» puede ser dimi­ similitud con fortificaciones francesas del nutivo en antropónimos. Pero, en todo caso, Mediodía, la época en que se hizo y las ignoramos el significado real del nombre que, restauraciones y reparaciones que experi­ por el tratamiento en acusativo latino parece mentó, así como sobre la iglesia, se ha escrito reflejar la existencia de un núcleo muy anti­ bastante por historiadores del Arte y ar­ guo, al lado de otros pequeños, con nombres queólogos 30. vascos, descriptivos en casos. El gran promotor del conjunto debió ser Tenemos hoy^buenos puntos de referen­ Hugo de Conques, que comenzó las obras en cia para trazar la historia más remota de 1085. En 1 103 la iglesia de San Saturnino ya Artajona. Sobre todo en las obras de J.M. estaba alzada y las murallas en 1109 31 - Pero Jimeno Jurío 25. parece que hubo una remodelación de la Así sabemos que poco antes de 1070 el iglesia en el siglo XIII 32 y tenemos muy rey Sancho el de Peñalén donó el lugar de pocos elementos para juzgar qué es lo que, «Artaxona», a un noble llamado García Az- en principio, quedaba dentro del cerco nárez, para que lo repoblara. Este noble puso mismo. en Santa María Zuría (Santa María la Blanca) Resulta evidente, en primer lugar, que que quedaba en el término, a un clérigo durante la parte final de la Edad Media, la toledano, Galindo de nombre, y después la población experimentó grandes vaivenes de­ donó a San Juan de la Peña 26. mográficos. Podría pensarse que a partir de esta base Artajona es «Artaissona» en 1280. tan conocida de repoblación se habría dado Cuenta con familias hebreas33; un castillo un proceso de aumento de la misma, al calor importante34. En 1330 aparece en un libro de la iglesia y de algún castillo o fortaleza, de fuegos de la merindad de Estella, con parecido a varios de los ya descritos. Pero a población muy nutrida35. Un documento de Artajona le cupo otra suerte, muy particular. 1350 le da trescientos cuarenta fuegos 36. Se Años después de hecha la donación referida, señala falta de hidalgos. el obispo de Pamplona, Pedro de Andouque En 1366 el censo ha bajado a 201 vecinos o Pedro de Roda ( de Rodez en realidad), y posteriormente aún baja más; sesenta en entregó la iglesia de Artajona al cabildo de 1439 y cincuenta en 1464. En 1495 aparece Saint Sernin de Toulouse. Esta donación se con cien 37. Hay que suponer que desde la data en 1084 27. La confirmación del rey am­ época de la constitución del priorato hasta la plió la base económica de la donación epis­ de la supresión del mismo en el siglo XVI, la copal 28. vida urbana se desarrolló de un modo. Des­ Parece cosa clara que desde este mo­ pués, de otro. Hasta el XVIII San Saturnino mento la acción de los canónigos tolosanos siguió siendo parroquia. Después se le asocia fue decisiva en todos los órdenes, aunque San Pedro, extramuros 38. Al final San Pedro encontraron la resistencia de los monjes de sustituye a la vieja iglesia del cerco y éste San Juan de la Peña, lo cual dio lugar a pierde contenido, aunque no dejaron de edi­ pleitos que duraron de 1085 a 1121, en que ficarse algunas viviendas dentro de él, como se reconoció el total derecho de los primeros se ve en las fotos 78 y 79. 29. Se constituyó, así, un priorato con caracte­ Pero, en realidad, lo que hoy es el núcleo rísticas físicas y económicas muy definidas, urbano de Artajona se hizo en las faldas del que hacen que aun hoy Artajona se diferen­ cerco y fuera del recinto amurallado; hacia el cie de las villas vecinas. Sur y el Oeste. En 1802 se indicaba, gráfica­ La iglesia vieja de San Saturnino, ele­ mente, que Artajona está en una cuesta «di­ mento básico siempre, está relacionada con vidida» en dos partes, de las quales la mayor un «cerco» o «cerca», que ocupa la parte es llamada el arrabal, y la menor, situada en superior del cerro en que se asienta. Este lo más alto que comprehende unas treinta «cerco» es un recinto amurallado con torres casas, se dice el cerco, sin duda por estar de altura diferente y a distancia no siempre rodeada de murallas guarnecidas con doce igual, que tenía varios portales (fotos de las torres, que tienen tres portales» 39. Hoy día figs. 76 y 77). Respecto a este cerco, su del cerco, en parte restaurado, quedan nueve

101 Fig. 72.-Reconstrucción del "cerco" de Artajona.

torres; de ellas una desmochada. Si se sigue posteriores, algunas de las cuales ya han sido el trazado que dan éstas en un plano o una objeto de estudio; por ejemplo, Laguardia y foto aérea 40 parece que en lo antiguo, sepa­ otras de las fundaciones de Sancho el Sabio. rándolo de la iglesia y pensando en una dis­ Pero así como éstas se llenan y crecen de tribución regular, hubo de tener alrededor de contenido, el cerco queda pronto desnutrido catorce torres, como se indica en el croquis y los artajoneses pueblan el arrabal. de la figura72. Puede pensarse también que El conjunto de la villa lo constituían 324 el interior estaría ordenado a lo largo de un casas con 1.727 personas, según el censo de eje longitudinal y algunas líneas transversales. 1797 41. El «arrabal» se convierte ya antes en Es evidente que, dada la fecha en que el centro urbano y la parte más alta, vieja y parece comenzarse a construir el cerco, éste significativa en principio, pierde fuerza (fotos ha debido servir, hasta cierto punto, como de las figs. 78 y 79). Esto se repite en otros modelo a varias villas fortificadas y torreadas muchos pueblos navarros del Sur y de la zona

102 media, como hemos visto y veremos. El ricos, pudientes, fuertes. El medir en términos «arrabal» aumentó a lo largo del XIX; Ma- de pobreza y aun de miseria es más fácil que doz indica que Artajona tenía en su época medir en términos de lo que sea o haya sido, 376 casas con 1.911 habitantes ero después en verdad, riqueza. Un esquema, como, por se da el aumento ya registrado en otros pue­ ejemplo, el que da Voltaire en su curioso blos que hace que en 1888 se le asignen artículo acerca de la Economía doméstica44 2.595 habitantes. Hay un decrecer posterior de lo que debía tener «un bon cultivateur» y en 1910 vuelve a los 2.541, con 789 vi­ del siglo XVIII en países como Auvernia es viendas, de las cuales correspondían 485 a la un esquema difícil de encontrar en la realidad villa misma, donde moraban hasta 2.517 per­ y desde luego no es aplicable a nuestra Nava­ sonas. §e señala, asimismo, que hay diez y rra dieciochesca o de cualquier otra época: nueve casas de un piso, 208 de dos y 258 de «vous pouvez nourrir soixante personnes tres 43. sans presque vous en apercevoir»45. No. En Artajona, como en otros pueblos ve­ Este esquema no nos vale, ni en el caso de los cinos, el término municipal ha estado repar­ viejos señoríos de la zona media. Artajona tido desigualmente, de suerte que había una tuvo su mayor prosperidad cuando aumentó nutrida clase de jornaleros agrícolas, que vi­ el viñedo hasta producir vinos famosos en vía con mucha estrechez, y otra más acomo­ todo el Norte; cuando el vino se usaba in­ dada de labradores propietarios, sin que cluso para hacer argamasa. La crisis empezó pueda hablarse nunca de grandes fortunas con la filoxera de 189 8 46. Después la gana­ agrarias. En lo futuro habrá que llevar a cabo dería no ha suplido la disminución de esta una valoración comparativa respecto a los riqueza real, que condicionó bastante la patrones económicos que rigen o han regido forma de la localidad y el ensanche de la villa, en Navarra y en otros países del Occidente en donde hay bastantes buenos edificios de europeo, incluida toda España, para no de­ piedra sobre todo del siglo XVIII, entre los jarse seducir por la fuerza de ciertos con­ que sobresale el ayuntamiento. ceptos generales, tales como los de nobles.

III Artajona, que está a unos 486 metros de El río, en su término, corre con cierta altura, cuenta con una débilísima red de arro­ inclinación de Noroeste a Sudeste, para yos que, unidos, van a unirse al Arga, al Sur luego torcer al Sudoeste y entrar en el de de Larraga y al lado opuesto de donde queda Berbinzana. El cerro tiene 452 metros de alto esta villa sobre el río. Las otras dos, próximas y arriba queda un resto de castillo, como en a Larraga y situadas más al Sur, son: Berbin- tantos otros pueblos de esta zona. zana y Miranda de Arga, con posiciones bas­ tante parecidas, aunque de diferente signifi­ Larraga parece tener un fuero muy anti­ cación histórica. El nombre de Larraga ilustra guo, al que hace mención un documento de poco respecto a su posición, estructura y 1052, en que el rey Don García dona a origen. Se trata de un nombre vasco com­ Nájera varias propiedades, algunas de las puesto de «larre», «larra», pastizal o dehesa, cuales estaban situadas en Berbinzana. En de gran expansión en la toponimia, y «aga», este documento se menciona el monte de sufijo que indica una forma de localidad 47. Piedrafita, que debía constituir algún hito o Un pastizal más... Pero Larraga, hoy, se nos límite de importancia 4S. presenta como un conjunto urbano aglome­ La existencia del castillo la acreditan otros rado, situado al Sur y al Oeste de un cerro documentos algo posteriores en que aparecen flanqueado por el Arga al Este. algunos de sus «tenentes». Por ejemplo, Pe­

103 dro de Arazuri hacia 1161 49. Años después, El nombre de «Berbinzana» es de los que en 1193, Sancho el Sabio concede al pueblo he interpretado como de formación latina nuevos fueros, confirmando los anteriores 50. referentes a villas y posesiones 59 compuesto Más adelante hay memorias del concejo con de un sufijo ana y de un nombre propio o su alcalde, mayorales y jurados, en el que antropónimo de distinta clase, en la mayoría debía tener importancia la industria viníco­ de los casos. En éste supuse que podía ser el la51. También se hace mención de los moli­ sobrenombre «Vervinius» o «Vervetinus» 60. nos del Soto, hoy conocido como tal 52. En Berbinzana aparece en el documento citado suma, Larraga a mediados del siglo XIV es un de Don García de Nájera, de 1052 61, y al núcleo bastante importante. El castillo había darse el fuero de Olite en 1147 uno de los estado durante algún tiempo bajo la admi­ límites del término de aquella población re­ nistración del concejo y éste en 1366 contaba sulta ser Berbinzana precisamente 62. En con no menos de 189 fuegos; treinta y tres 1220 aparece, con el nombre de «Berven- casas eran de familia pobres. Uno, de familia zana», y como villa con abadía dependiente judía 53. de Nájera que se da al rey de Navarra63 temporalmente. Después, en 1255, vuelve a Después Larraga parece que queda some­ Nájera 64. tida a concesiones de señorío de distinto alcance. Es presa también de los castellanos Posteriormente aún, se ve que la villa en la guerra del tiempo de Carlos II; en el constaba de dos partes: una que era de patri­ siglo XV está en manos de los condes de monio real y otra que pertenecía a Nájera y Lerín. Pero en 1508 es hecha buena villa por se fijaron los derechos, términos y límites los últimos reyes de Navarra, con asiento en respectivos en 1274 65. Después aparece en cortes y feria 54. La tensión con los herede­ poder de Ojer de Mauleón ( 13 0 7 ) 66 y más ros de los condes duró hasta fines del siglo tarde en el de Mosén Pierres de Peralta, que XVIII, en que Larraga tenía al parecer una la cambia al rey por en 1414, re­ agricultura y ganadería bastante prósperas y servándose el molino, unos palacios y varias 1.545 habitantes55. heredades 67. Pero dos años más tarde estaba despo­ Después sufrió bastante. En efecto, Ma- blada por la peste y cabe pensar que su forma doz indica que a mediados del siglo XIX actual se debe a la repoblación fomentada por constaba de unas trescientas casas y que du­ Carlos III, el cual gustaba de ir al término a rante la primera guerra civil se destruyeron cazar y solazarse. Parece que tenía por lo todas las que molestaban para levantar una menos la intención de levantar allí algún edi­ fortificación destinada a la defensa de las ficio nuevo y pretendía que los repobladores tropas allí asentadas. En estas casas se aloja­ contribuyeran a su erección 6S. Más tarde el ban 1.484 personas 56. Después aumentó, de Príncipe de Viana dio en vida a Doña María suerte que en 1910 tenía 1.989 habitantes y de Armendáriz la villa con el palacio y casa hasta 629 viviendas, algunas diseminadas. El que tenía en ella ( 1457) 69. Pero todo estaba conjunto era, como hoy, muy compacto 57. muy destruido 70. En la periferia abunda en corrales y cerrados. Pero dentro, el caserío no ofrece gran inte­ Berbinzana a fines del XVIII no contaba rés, por razón de las destrucciones y aumen­ con más de ochenta y seis casas y 440 habi­ tantes 71. Su planta ofrece cierta regularidad. tos referidos. Como Larraga, queda al Oeste del Arga y En otro tiempo el término comprendía, tiene un buen puente al Este, sobre el río. también, el de Berbinzana, que se conside­ Está a 316 metros de altura. Un eje mayor lo raba simple aldea de Larraga. Pero ya en constituye la calle-camino a Larraga, que va 1 392 hubo fuertes disputas entre los asenta­ de Suroeste a Nordeste. Hacia el lado Oeste dos en un núcleo y otro que se resolvieron salen hasta cuatro cantones rectos. El lado en un sentido bastante favorable a Larraga 58. oriental es más irregular con plazas, anchuro- Y después, en pleno siglo XV, la personali­ nes y alguna calleja. La iglesia está en una dad municipal y urbana de Berbinzana, queda plaza 72. El edificio que se señalaba como más mucho más perfilada. De todas maneras sobresaliente era la «Bovedaza» que se creía como término (y como topónimo) debe ser pertenecía al palacio del Príncipe de Viana 73. muy antiguo. En todo caso, tanto Larraga como Berbinzana 104 tienen más interés por su posición que por la éste. Los tratadistas franceses de Toponimia arquitectura urbana que conservan. Las dos consideran que nombres semejantes corres­ villas cuentan con una franja de regadío de ponden a la época feudal y que son com­ acequias sacadas del Arga, aunque sin el de­ puestos metafóricos 78. sarrollo de los sistemas de riego más meri­ Podríamos ajustar algo la visión. Los fue­ dionales. ros de Miranda de Arga corresponden, al Si Larraga es nombre vasco y Berbinzana parecer, a la época de Sancho el Fuerte, parece nombre romano de villa, el de Mi­ octubre de 1208 y son iguales a los de villas randa tiene otro origen, románico y de muy vecinas; Arta joña, Larraga y Mendigorría 79. clara raigambre. El verbo «miror» da «mi- Pero antes ya aparece con un «tenente» y un randus», «miranda», «mirandum» y en latín castillo80, en 1201. Es decir, que la «mi­ clásico no tiene, en general, el mismo signifi­ randa» como punto de mira se halla acredi­ cado que el verbo castellano mirar, sino más tada en el romance navarro; significado aná­ bien otro «admirativo». Mirar parece venir logo tiene «Milagro», que es «miraculum», directamente de un «mirare» 74, y «mirare» según se verá. Un esquema de la disposición en el sentido castellano tiene sus ejemplos de de la villa (fig. 73) puede ser útil para obte­ uso en latín medieval 7S. ner idea general de esta clase de asenta­ mientos o puntos de mira entre los cuales, «Miranda», como punto de mira, es como más antiguo y de gran significado en la nombre que se repite en España de Norte a historia urbana del Norte de la península81, Sur y de Este a Oeste. Hay caseríos, aldeas y hay que colocar a Miranda de Ebro. lugares que se llaman así, de Galicia a Anda­ lucía. Pero los más conocidos son villas situa­ Miranda de Arga está situada al Sur del das sobre ríos, como esta Miranda de Arga, río que tuerce algo su dirección general cerca primera en la lista en que quedan incluidas del casco y hace luego un bucle al Este. Miranda de Duero y Miranda de Ebro. Tam­ Como resto de su antigua significación, en un bién hay Miranda del Castañar y diminutivos alto, hacia el Oeste del casco, quedan la como Mirandilla y Mirandela 76. En Francia ermita de la Virgen del Castillo y los restos nos encontramos con Mirande, en Gers, que de éste, que se atribuyen, como en tantas es conocida fundación medieval 77; en Portu­ otras partes, a los moros. El casco está más gal, Mirandella; Mirándola en Italia, nos indi­ bajo, a unos 339 metros y en la parte más alta can lo extendido del concepto como topó­ de él se halla la iglesia. Más bajo y en un nimo. Otros nombres, cuales los de Miral- extremo el palacio de que luego se trata. El camp, Miramar, Miralrío, Mirambeau, Mi- puente atraviesa el río de Este a Oeste 82. rambel, Miramón o Miramont, se asocian con El esquema de la figura 73 está tomado

Fig. 73.- Vista general de Miranda de Arga. 105 desde el Este, pasado el puente, cerca de la Monte», el «portalejo» y el «portal» por carrera que va a Tafalla. La parte próxima al antonomasia 95. río tiene una zona de huertas de cierta im­ Dentro del recinto quedan vestigios me­ portancia y el resto del término, a los dos dievales, pero también casas de los siglos lados, es bastante áspero y seco. Con relación XVII y XVIII. La obra de los maestros can­ a los más septentrionales antes descritos, pa­ teros se combina, a veces peregrinamente, rece percibirse una disminución muy sensible con la de los alarifes de tradición mudéjar. del elemento vasco. Miranda, en efecto, hubo De ello es un ejemplo el conjunto consti­ de hallarse en la misma frontera vieja en que tuido por la misma iglesia y lo que queda más al Este se halla Olite y tanto una pobla­ unido a ella. El templo tiene una torre gótica ción como otra tienen, entre Arga y Cidacos, de piedra sillar, con aire de fortaleza, y una zonas bastante despobladas, con el Monca- gran nave gótica también, pero en un ex­ yuelo y otras pequeñas alturas, como puntos tremo del sistema defensivo y cerca, hay otra de referencia 83. torre más pequeña, pétrea, de base gótica Entre 1236 y 1237 se concedió al concejo asimismo. Más sobre ella se ve un añadido de de Miranda facultad de construir una presa y ladrillo completamente al estilo de lo mudé­ acequia para regar sus términos 84 y en 1248 jar aragonés, sea la que sea la fecha de su se registra la existencia de un molino real 85; construcción. Al conjunto de la iglesia se y, como en otros pueblos, en 1264 los cléri­ añadió, luego, un cuerpo de piedra con cua­ gos y labradores renunciaron en favor del rey tro grandes arcos y balcones encima, que el nombramiento de abad a causa de las con­ corresponde a la época en que se ponen de tiendas que esto producía 86. moda las plazas mayores y los soportales. La vida de Miranda es agitada en el siglo (Véanse fotos de las figs. 80 y 81). XIV; y como otros núcleos, después de pasar Pegada a la torre con elementos mudéja- por momentos de población nutrida, llega res hay alguna casa de ladrillo, con galería de luego a otros de considerable depresión de­ arcos superiores, también de estilo muy co­ mográfica. El censo de 1330 es muy denso 87. mún en la zona del Ebro y en contraste con No tanto como se ha dicho en alguna parte, este tipo de edificación alguna sólida casona sin embargo. También lo es el de 135 0 88. En del siglo XVII, de magnífica sillería 96. 1366 consta de setenta y siete fuegos con Mención especial merece la casa familiar siete hidalgos y diez y siete pobres 89. Esto del Arzobispo Carranza, que nació en parece indicar una disminución, pero aún 15 0 3 97- Es claro que el edificio actual no llegó otra fecha en que el vecindario hubo de puede ser aquel en que creció este personaje sufrir dominio castellano; luego, los desma­ famoso por su suerte desdichada. Se trata de nes de las tropas de Du Guesclin y las malas una casa de calle, de piedra sillar en la planta cosechas 90. baja y ladrillo y piedra en los dos altos, El pueblo quedó casi desierto y el rey llamando la atención la hornacina barroca que perdonó el pago de varias cantidades en queda entre dos balcones rasgados en época 1487. Después no dejó de haber contratiem­ moderna (foto de la fig. 82 ) 98. pos económicos y bélicos91. En la lucha de agramonteses y beamonteses los de Miranda En otros edificios de los siglos XVII y fueron del primer bando, cuando otros pue­ XVIII se observa también el empleo combi­ blos vecinos eran del contrario. En 1463 fue nado de piedra de sillería y ladrillo, como en tomada por los castellanos y en 1466 recibió la portada de la figura 83, interesante por los mercedes por su lealtad a Juan II 92. Des­ herrajes. pués, en 1512, fue hecha buena villa con Pero en Miranda hay, además, un ejem­ asiento en cortes por los últimos reyes de plo poco común en Navarra de arquitectura Navarra y se le dió como blasón el castillo, civil; el palacio o «casa de los Colomo». El símbolo de su resistencia 93. apellido, que posiblemente es de origen gas­ En el siglo XVI hubo grandes diferencias cón, aparece también escrito Collon. En el entre el concejo y los condes de Lerín 94. índice de Azcárraga se da el escudo de «Mos- Miranda vivió encerrada mucho tiempo en sen Pero Collon en Miranda armado caual sus murallas y como recuerdo de la época en (lero) el día de la Coronación del Rey Don que había un control absoluto de las entradas, Juan» ". se conservan los nombres del «Portal del Esta familia hubo de prosperar a lo largo 106 de los siglos XVI y XVII. Pero a fines de mente, según lo que en cada época es pri­ este último siglo, y a comienzos del XVIII, mordial. Del antiguo castillo o «miranda», la vivió un Don Agustín Colomo que se distin­ gente va bajando. El recinto fortificado se guió como secuaz del Archiduque Carlos, rompe o rasga. Más adelante se hacen casas durante la guerra de Sucesión. Este recibió un marquesado, y a lo que parece fue el que mayores y aun palacios en sitios con mayor mandó construir el palacio que tanto choca amplitud y, en fin, la población tiende a ir al en Miranda. Se trata de un edificio que, llano, donde quedan más cerca las áreas del siguiendo la norma de los de estilo palaciano trabajo y más fáciles las comunicaciones. en el país, tiene un cuerpo central con planta Miranda en 1910 aparece con 1.532 ha­ baja y dos pisos, más dos torres laterales, con bitantes, de ellos estaban asentados en la villa y lo que se consideraban arrabales 1.487, con tres. Lo que más llama la atención en la 336 casas. La planta no ofrecía señales de fachada son las cuatro columnas salomónicas planificación regular y llegaba a contar con (dos por banda) que flanquean la puerta de diez y seis calles y callejas y hasta seis plazas entrada, el gran balcón del primer piso y el y plazuelas 101. enorme escudo que queda al centro del se­ El cambio técnico sobrevenido después, gundo. sobre todo en los treinta últimos años, ha Lo demás es de corte más severo. Este hecho que se repitan aquí hechos que ya nos palacio pasó al linaje de Vizcaíno, al morir sin son conocidos. sucesión el que lo mandó construir, que lo Miranda de Arga es una villa que ha dejó a una hermana, y el blasón, aunque con andado entre los 1.000 y los 1.600 habitantes la corona de marqués, es el de esta familia desde 1645 a 1930. El aumento máximo se Vizcaíno 100 de mucho arraigo en Miranda da -como casi siempre- en el siglo XIX, pese asimismo. a las grandes crisis. Siguiendo la línea gene­ Este palacio que cuando se tomó la foto ralmente observada después en Navarra, a de la fig. 84 se hallaba en estado lamentable partir de la última guerra civil, empieza a de abandono, ha sido restaurado posterior­ decrecer. En 1940 tiene 1.481 y en momen­ mente, como se ve en la foto de la fig. 85. tos próximos a este actual, 1.200. La emigra­ Una vez más observamos cómo un pe­ ción ha sido fuerte a partir de 1950 y el queño conjunto urbano va cambiando lenta­ desequilibrio resulta sensible 102.

NOTAS 1. Madoz, XI, pp. 550, b - 551, b. 7. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 83-84 2. «Catálogo del Archivo General» I, p. 56 (n.° 147). También en la «Colección diplomática...» (n.° 43). cit. pp. 86-88. Confirmación de 1234, «Catálogo...» p. 3. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 568- 164 (n.° 327). 569 (n.° 433). 8. «Catálogo del Archivo General», I. p. 225 4. «Catálogo de los cartularios reales» p. 31 (n.° 483). (n.° 41). Este y los documentos que se citan luego los 9. «Catálogo del Archivo General», I. p. 368 utilizó ya Yanguas «Diccionario de antigüedades», II, (n.° 927) 1357. pp. 317-320, artículo muy completo. 10. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 5. «Catálogo de los cartularios reales» p. 67 pp. 318-319. Resumen general en Alejandro Diez y (n.° 115). La publicó C. Marichalar, «Colección diplo­ Díaz, «Mendigorría» n.° 221 de «Navarra, temas de mática del rey don Sancho VII (el Fuerte) de Navarra» cultura popular» Pamplona, s.a., pp. 3-5. (Pamplona. 1934) pp. 28-29. 11. «Catálogo del Archivo General» XLVIII, pp. 6. «Catálogo de los cartularios reales» p.74 (n.° 29-30 (n.° 57). También pp. 87-88 (n.° 179) 1463. 128). Otro en 1208, p. 83 (n.° 146), etc. Otro p. 96 (n.° 196) del mismo año. 107 12. «Catálogo del Archivo General...» XLVI1J, (n.° 395), 36 (n.° 10). La reducción a la «Tarraga» de pp. 245-246 (n.° 481) Confirmación, p. 262 (n.° 518) Ptolomeo II, 6, 66, es posible; pero sugerida sólo por el 1476. Otra de 1485, p. 360 (n.° 748). sonsonete. 13. Hoja 173. 48. «Catálogo de los cartularios reales», p. 13 14. Diccionario de 1802, II, p. 17, a-b. (n.° 6). Yanguas «Diccionario de antigüedades», II. p. 15. Madoz, XI, p. 373, a. 173. 16. Altadill, II, p. 731, con plano. Alejandro Diez 49. «Catálogo de los cartularios reales» p. 31 y Díaz, «Mendigorría» p. 3. (n.° 43), otras de 1205, p. 80 (n.° 140); 1208, p. 84 17. Diccionario de 1802, II, p. 50, b. (n.° 147). 18. Moret, «Investigaciones», pp. 30-31 (libro I, 50. «Catálogo de los cartularios reales» p. 64 capítulo II, § IV, n.° 33). (n.° 109). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 19. Alejandro Diez y Díaz, «Mendigorría», pp. pp. 176-177-178. Otras mercedes, «Catálogo del Ar­ 26-30. chivo General» I, pp. 90-91 (n.° 141) 1208. 20. Michelena, «Apellidos vascos», p. 57 (n.° 95). 51. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 320- 21. Michelena, «Apellidos vascos», p. 150 321 (n.° 656) hacia el año 1.323. Ver también, «Catá­ (n.° 545). logo del Archivo General» I, pp. 211 (n.° 443), 1276; 22. Madoz, II, p. 600, a. 214 (n.° 451); 224

108 XLVII, p. 505 (n.° 1160). «Catálogo del Archivo General» I, p. 167 (n.° 71. Diccionario de 1802, I, pp. 172, b - 173, a. 337). Ver también p. 277 (n.° 558) del primero; pp. 72. Plano en Altadill, 11. p. 709, que le daba 907 245-246 (n.° 536) del segundo. almas en 1910, 170 casas en el casco y seis diseminadas. 87. 1. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 240- 73. Altadill, II, p. 705. 245 (n.° 4). 74. Vicente García de Diego,«Diccionario eti­ 88. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 312- mológico...» p. 861 (n.° 4373). 314 (n.° 6). 75. Du Cange, «Glossarium...» IV, cois. 798-799. 89. I- Carrasco Pérez, «La población ...» pp. 619- 76. Madoz XI, pp. 431-a, 437-a. 620 (n.° 150). 77. Al Sudoeste de Auch, la Bayse le riega. Está 90. «Catálogo del Archivo General» XVI, pp. planificada por un conde de Astarac en el siglo XIII, en 589-590 (n.° 1413); le llama Miranda de la Ribera. forma de cuadrícula. Era estación de los peregrinos a Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II. p. 329. Santiago. 91. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 11, 78. Albert Dauzat, «Les noms des lieux-Origine et p. 329. Jesús Lorenzo Otazu «Miranda de Arga, historia evolution» (Paris 1928) p. 156. Charles Rostaing, «Les y fueros», pp. 25-27. noms de lieux» (Paris 1954) p. 98. 92. «Catálogo del Archivo General» XLVI1I, p. 79. «Catálogo del Archivo General» I, p. 90 (n.° 1.34 (n.° 267). Hay bastantes mercedes a particulares 140). Ver también. Jesús Lorenzo Otazu Ripa, «Mi­ por el mismo motivo, pp. 128-133 (n.°s 252, 260, 262), randa de Arga. Historia y fueros» n.° 314 de «Navarra, etc. temas de cultura popular» (Pamplona, s.a.) p. 10 etc. 93. «Catálogo del Archivo General», XLIX, pp. 80. «Catálogo de los cartularios reales», p. 72-73 71-72 (n.° 140). Yanguas «Diccionario de antigüeda­ (n.° 126). Ver también pp. 83 (n.° 146), 1208 y 156 des», II, p. .329. (n.° 308) 1232. Sobre el castillo, Jesús Lorenzo Otazu 94. Jesús Lorenzo Otazu, «Miranda de Arga, his­ Ripa, «Miranda de Arga. Miscelánea de la Historia toria y fueros», pp. 27-28, siguiendo a Florencio local», pp. 6-9. Da la lista de los que lo tuvieron. Idoate. También su historia más moderna, hasta la segunda 95. Jesús Lorenzo Otazu, «Miranda de Arga, his­ guerra carlista, en que se utilizó, para pasar luego a la toria y fueros» p. 4. categoría de ruina. Ver la foto 6 de las páginas centra­ 96. Foto en Lorenzo Otazu Ripa, «Miranda de les. Arga, historia y fueros» frente a la p. 17. 81. Su fuero famoso, dado por Alfonso VI, data 97. Conocidas son las grandes obras de mi amigo de 1099. Miranda es una población-puente. Muñoz y J.l. Tellechea Idígoras sobre esta personalidad. Por Romero, «Colección de fueros...», pp. 344-353. ejemplo, «Bartolomé Carranza, Un prelado evangélico 82. Hoja 206 del mapa a escala 1:50.000 del en la silla de Toledo (San Sebastián, 1958). Instituto Geográfico y Catastral. 98. Reproducida en varias de las obras citadas. 83. Una. Araiz, de 428 m., entre la Venta de San Miguel y la Plana de Olite. 99. Azcárraga, fol. 115,4. Tres cabezas de carnero 84. «Catálogo de los cartularios reales» p. 172 (n.° de plata en sinople. Compárese con Jesús Lorenzo 343) Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, p. Otazu, «Miranda de Arga, miscelánea de historia local» 328. pp. 26-27. 85. «Catálogo de los cartularios reales» p. 21 3 (n.° 100. Lorenzo Otazu Ripa, 420). Ver también, p. 223 (n.° 442). 101. Altadill, II, p. 738, con plano. 86. «Catálogo de los cartularios reales» p. 238 102. Lorenzo Otazu Ripa, «Miranda de Arga, (n.° 474). historia y fueros», p. 6.

109 Fig. 74.-Vista de Mendigorria.

Fig. 75.-Iglesia de Andión. HO Fig. 76.-E l "cerco " de Arta/ona.

Fig. 77.-0tra vista del “cerco" de Arta/'ona.

Ili 112 80 81

lig. 7 8 - Artajona y sus dos iglesias,

lig. 79.-Iglesia de S. Saturnino. Artajona.

hig. 80.-Iglesia de Miranda de A rga.

I'ig. 81.- Torre mudé jar de Miranda de A rga.

113 82 83

Fig. 82.-Casa de Miranda de Arga.

Fig. 83.-Puerta con blasón y herrajes. Miranda de Arga.

Fig. 84.-Palacio de Miranda de Arga, antes de la restauración.

Fig. 8 5 .-Palacio de Miranda de Arga, después de la restauración.

1 14 115

CAPITULO VI LOS NUCLEOS DE LA ZONA SUDOESTE

1) Falces y Peralta. 2) Funes y Milagro.

De Miranda hacia el Sur hay un buen nando de la Granja, hay hasta tres menciones trecho en el que a orillas del Arga no existen a este pueblo, al que se llama «Falyus». La pueblos. Este vacío ha debido tener un signi­ primera del año 874-875 (261 de los musul­ ficado histórico profundo. Los cuatro que manes), en que Muhammad ibn Lubb lo for­ quedan en el curso inferior del Arga y en el tificó, a la par que a Caparroso 1. último tramo del Aragón, cuando los dos La segunda, a una destrucción que sufrió juntos van a unirse al Ebro, son pueblos que algo posterior 2 y la tercera, aun cambio de permanecieron bastante tiempo bajo el poder Falces y Caparroso por un prisionero 3. Es del Islam, pueblos reconquistados y pueblos, entonces tierra de muladíes. Los nombres también, en los que debió existir una masa romances se alteran en el texto arábigo, pero urbana mozárabe o hispano-cristiana que, se identifican con los actuales: Valtierra, Ca­ aunque quedaba incluida dentro del antiguo parroso, etc. El nombre de «Falces» es ex­ territorio de los vascones, hubo de experi­ presivo. «Falx» da hoz en castellano o «foz». mentar los efectos de una romanización bas­ En la zona pirenaica navarra, «hoz» como tante temprana. A estos pueblos, desde mu­ instrumento y «foz» con significado geográfi­ chos puntos de vista hay que agruparlos con co4. Pero en navarro meridional se da tam­ los que quedan al Oeste de ellos en la antigua bién «falce» 5 para designar una hoz pequeña merindad de Estella, de los que ya se ha y «Falces» está en relación con esta forma. tratado: Cárcar, , . Vale, pues, tanto como Hoces, pero en sen­ Yendo, pues, Arga abajo desde Miranda, tido geográfico o topográfico 6. nos encontramos, en primer lugar a Falces. Mas hay que tener en cuenta por otro Desde el punto de vista histórico ya re­ lado que «hoz» así entendida viene de «faux» sulta significativo que las primeras referencias «faucis» = garganta 7 y resulta que esta pala­ que hay a este núcleo se encuentren en tex­ bra es la que sirve a San Isidro para decir: tos árabes. «fauces sunt aditus angustorum locorum ínter Resulta, pues, que en la obra de Al-‘Udri, arduos montes, loca angusta et brevia, dicta a que conocemos gracias a la diligencia de Fer­ faucium similitudine, quasi foces» 8.

119 «Fálches» lo da Simonet en su glosario 9 Después es objeto de una destrucción; en relación con el pueblo navarro, cuya re­ mayor, según documento de 1380, que la conquista debió ocurrir cuando Sancho Gar- que sufrieron otros pueblos navarros durante cés ocupó todo lo que queda sobre el Sur del la guerra con Castilla. Los castellanos entra­ Aragón y el Ebro10. Durante bastante tiem­ ron en Falces, agotaron sus recursos y pren­ po permaneció en situación fronteriza, muy dieron a muchos vecinos 27. Siguen años de peligrosa, con los dominios islámicos11, lo decadencia, hasta tal punto que en 1423 se mismo en tiempo de Sancho el Mayor que en dice que de treinta años a la fecha había el de su hijo García 12, o más adelante, rei­ quedado con las tres cuartas partes del vecin­ nando Sancho de Peñalén, con el reino de dario que tenía 2S. La reducción de vecindario Aragón ya muy hecho, extendido y poten­ obliga a reducción de oficios 29. te 13. Las conquistas de Sádaba en 1096, Mi­ lagro en 1098, Valtierra y Arguedas en 1084, En 1470 Falces pasa a la jurisdicción de la de Tudela, en fin, en 1 1 19, y la de Zara­ Mosén Pierres de Peralta, hombre muy pre­ goza un año antes cambian el significado del potente en la época y luego -con algún inter­ horizonte hacia el Sur y el Este 14. Falces valo corto- sigue dentro de la familia 30. Los sigue siendo pueblo de frontera con el reino descendientes de éste fueron creados mar­ de Castilla y por eso sufrió mucho en varias queses de Falces y ejercieron su jurisdicción ocasiones 15. Los documentos primeros que señorial hasta fines del Antiguo Régimen31. se refieren a él como municipio cristiano lo En 1802 se le asignan 389 casas y 2.588 presentan como fundador en 1204 de una habitantes, es decir que es una de las grandes cofradía con sede en el castillo de Estaca en la villas de señorío del reino 32. Bardena, a la que pertenecieron otros nava­ A mediados del siglo XIX el caserío ha­ rros y aragoneses de los contornos, cofradía bía aumentado mucho. Madoz le asigna «so­ destinada a regular negocios comunes, a ase­ bre 600» casas y, sin embargo, los habitantes gurar la vida civil en asuntos de ganados, son menos: 2.500. Por esta época el puente latrocinios, etc., 16. Después aparece arbi­ sobre el río había quedado roto, a conse­ trando el modo por el que los de Miranda cuencia de la primera guerra civil y Falces habían de trazar su regadío 17 o como pueblo vivía, sobre todo, de su regadío, de 8.000 con riego propio en el que el rey tenía su robadas de huertas y de una ganadería que se parte 18. En 1263-1264, siguiendo un princi­ elevaba a 18.000 cabezas de ganado lanar, pio que se observa simultáneamente en otros churro33. El aumento conocido, propio de de la zona, el concejo y los clérigos de Falces fines del siglo XIX, hace que Falces en 1888 renuncian al derecho de nombrar abad, para alcance los 3.211 habitantes. Luego bajan a evitar discordias ,9. Dejando a un lado do­ 2.983 en 1910; pero los edificios son 620, cumentos que se refieren a propiedades di­ con 490 en el casco 34. Falces se asienta al versas que había en su término, hay que Oeste del Arga y la gran peña que justifica su señalar en otros cómo el pueblo compuesto nombre queda al Sudoeste, con el resto de la de infanzones y labradores, tenía también fortaleza vieja. Como en otros pueblos de la buena cantidad de racioneros y de oficios, zona, en Falces hay viviendas pegadas a la tales como los de pescador, carnicero, ca­ roca, que, en parte, están metidas en ella, brero, vaquero, peletero, tejedor, pregone­ como se ve en la foto 88. Un resto más de las ro 20: el «romanz» es el lenguaje común por viejas habitaciones rupestres ibéricas. En los los años de 1349 21. barrios altos hay, además, casos humildes de En un documento del siglo XIII (o ante­ sola planta baja con patio, o estrechas y de un rior) a un originario del pueblo se le llama piso o dos, que recuerdan las de barrios «falcetano» 22. El siglo XIV es abundante en humildes de la Andalucía oriental y Levante noticias de vario signo. Hay memoria de una (foto de la fig. 89). Más abajo se encuentran rebelión campesina de 1358, contra el go­ casas de ladrillo con galerías o arcos en la bernador del reino23 y documentos que parte superior, de tipo señorial, modesto, acreditan la existencia de población nutrida como también se ven en otros pueblos veci­ para 13 3 0 24, 13 5 0 25 y 1366 en que da hasta nos de la zona del Ebro (foto 90) y, en fin, 277 vecinos, noventa y seis de ellos hijos­ hallaremos asimismo grandes casas de corte dalgo y diez y ocho judíos 26. hidalguesco, hechas de ladrillo en su parte 120 mayor, con balcones grandes en el piso pri­ arcos en los lados más anchos. Sobre éstos mero, escudo y piso superior con balconaje van los huecos de los balcones del primer más pequeño; de hasta cinco huecos y algo piso de las casas con herraje individual, salvo cambiadas por comercios, tiendas y bares en el edificio central que tiene un gran mira­ (fotos de las figs. 91, 92, 93 y 94). dor que ocupa tres huecos. En el segundo En algunas el trabajo ornamental de la­ piso hay, también, balcones y en el tercero, drillo es de tipo clásicamente navarro-arago­ ventanitas cuadradas, sobre un cornisamento. nés, de estilo dieciochesco o algo anterior. En Todo lo alto, de ladrillo. Hay pocas plazas, otras (foto 94) el ladrillo, se emplea más incluso en otros pueblos grandes de la me- sobriamente; pero siempre tienen empaque. rindad de Tudela, que tengan una regularidad En algunas la parte baja es de cantería muy tal; por eso es digna de ser señalada (fig. 86). sólida. Dentro del estilo de construcción ur­ Valdría la pena de estudiar en conjunto bana, en ladrillo, de este tipo en Falces hay este estilo de plazas navarro-aragonesas, que que señalar la existencia de una plaza mayor, deben corresponder, siempre, a fechas muy Plaza de los Fueros, absolutamente regular y similares y que deben inspirarse en las que planificada de un golpe, como las que nos son hacen en algún centro mayor. conocidas ya en general 35 o en algunos casos particulares, en poblaciones mayores. Esta No faltan en Falces casas que conservan plaza, que queda cerca del puente, es ligera­ su primitivo carácter agrícola, con grandes mente rectangular. El Ayuntamiento refor­ corrales y patios, como el de la foto de la fig. mado en el siglo XIX ocupa el lugar de 95. Un pueblo con un ritmo histórico y unos honor. Es una típica plaza porticada, con once caracteres físicos completamente mediterrá­

Fig. 86.-Plaza de los Fueros. Falces. 121 neo-ibérico. Como los que le son vecinos por .esporádicamente; y en el mismo año vemos el Sur. El más próximo es Peralta. En España que había varias casas con sus corrales, en «el este nombre se repite mucho. Madoz lo re­ Poyo» mismo48. En 1244 surge ya, en sus­ gistra en Albacete, Gerona, Granada, cripción latina, la forma «Peralta» 49. Des­ Huesca, donde hay Peralta de Alcolea y Pe­ pués vemos que sigue el ejemplo de otras ralta de la Sal; también Peraltilla36. La de villas entregando al rey el patronato de su Navarra está documentada, en principio, iglesia en 1252. El documento indica que la como «Petralta»; es decir que es un com­ prosperidad agrícola era grande, puesto que puesto de «petra», piedra37, palabra que de­ se establece que en la dicha iglesia había de sempeña un gran papel en la toponimia, así haber hasta veinte racioneros con seis cahíces como las equivalentes, en idioma de grupo de trigo, seis nietros de vino y sesenta suel­ distinto, incluido el vasco. dos 50. Hay luego pleitos y diferencias. Pero Peralta es de los pueblos nutridos de Navarra En el caso de Peralta vemos que «petra» y la población que da en los censos de no ha diptongado de la forma corriente que 1330 51, 1350 52 y 1366 53, indica que ya por da piedra. Simonet señala, como mozárabes, entonces estaba extendida por la parte llana; las palabras «péthra», «peydra», «pithra» y en esta última fecha son 171 vecinos los que «pitra» y recoge la grafía de un texto árabe, hay, de los cuales hasta cincuenta y siete eran referente a Peralta 38. No faltó momento en hidalgos y diez judíos. que se escribió «pietra» 39. Pero en el fuero de 1144 se escribe una y otra vez «Petral­ Años antes, en 1303, en cierta reunión ta» 40. Como observó el Padre Moret, el concejil aparecen más de doscientas personas fuero está firmado «in illo Poyo suso», «en reunidas 54. En 1315 aparece el soto de «So- su pueyo alto, que le dio el nombre primitivo peynna» como tenencia del rey 55 y de fines de Petra alta» y añade: «en remuneración de del XIV hay una curiosa memoria de los sus servicios y porque suban a poblar en infanzones «postigos» de Peralta, por la que aquella peña alta, que era dexarla inconquis­ se ve que había vecinos de origen gascón y de table, por ser muy alta, y de subida notable­ otras partes del Sur de Francia; Bayona, Ar­ mente agria, en mucha parte con pendiente les, etc. 56. muy despeñada sobre el río Arga, que muy Las malas horas que tuvo Falces en la aumentado, la baña el pie por parte del guerra con Castilla las padeció Peralta 57 y en Oriente y todo el Mediodía. Parece cierto recompensa al valor de los vecinos se les estuvo poblada antes y el nombre, ya mucho concedió una feria franca de doce días al año, antes usado, lo arguye. Y en la ocasión pre­ que había de comenzar el 27 de abril 58. sente se debió repoblar. Vense en ella peda­ Como expresión de la vida municipal es zos de murallones grandes y fuertes y con también curiosa la licencia dada al concejo capacidad mucho mayor que de castillo y ya para construir un «peilleric» nuevo, en de población cumplida. Con el tiempo la donde fueran expuestos a la vergüenza los comodidad del agua y cultivo menos traba­ que robaban en los términos agraz, uvas, joso de su fértil campiña, baxaron toda la olivas, peras, manzanas, almendras, hortali­ población a lo llano, quedando el nombre de zas, gallinas, pollos y ánsares. Esta licencia es lo que fue, no de lo que es» 41. de 1412 59. En esta fecha se hace una repara­ Estas líneas escritas en el siglo XVII nos ción al puente que hoy es elemento caracte­ dan un esquema válido para otros pueblos de rístico del conjunto urbano 60. Peralta, que la zona, según se va viendo. Peralta, en en un tiempo es señorío del Príncipe Don efecto, aparece en documentos anteriores al Carlos (1423), luego pasa a serlo de Mosén fuero, como castillo conocido. Un tenente Pierres de Peralta y luego de su hijo de igual suscribe los fueros de Funes, Marcilla y Pe- nombre, que tiene con la realeza unas rela­ ñalén, de 1 1 10 42. Después en 1 14 2 43, ciones muy varias; pero en fin, la familia 1 147 44, 1 155 45 otros. Un año más tarde se quedó con el dominio, al igual que en Falces, registra una suscripción real, «in Petralta» 46. que da el título al marquesado61. Como concejo es de los que forman la cofra­ Mediando el siglo XVII Rodrigo Méndez día de Estaca en 1204; en aquel momento Silva decía que Peralta tenía 400 vecinos, con aparece «Pedralta» 47, forma que se repite parroquia, convento de capuchinos, hospital.

122 cinco ermitas y dos hermosos puentes; esto mino de Espártete, rebasan los cuatrocientos daba razón al escudo en que se veía un metros con frecuencia. Pero «el Poyo» está a castillo encima de un puente. Era conocida 363 y el pueblo a unos 292, en la orilla por su «oloroso vino» 62. En 1802 se le dan occidental del Arga. El regadío está al otro 500 casas y 2.770 habitantes y se hace énfasis lado y es de gran complejidad, combinado en la producción del vino 63. Más tarde Ma- con el de Falces, en parte, con una acequia doz dirá que las casas son 509, repartidas en alimentada por el Aragón de otro lado. tres plazas y veintiséis calles espaciosas y bien empedradas, alumbrados de reberveros a La vista que señala más el contraste es la cargo de tres serenos, hasta 3.204 habitantes. que se puede tomar desde el otro lado del Señala la existencia del puente de piedra de río; pero más al Sur de los puentes. Cuando once arcos y del de ladrillo con nueve, lla­ se hicieron los pianitos que ilustran la obra mado «Puente chico» 64. En un momento ya de Altadill, Peralta tenía 3.486 habitantes, bastante final de la segunda guerra civil, con con 680 casas en el casco y 3.456 también en motivo de ciertas operaciones militares y de él. En 1888 había llegado a 3.560 66. El nú­ la entrada de Alfonso XII en ella, el exce­ cleo urbano estaba constituido por tres partes lente dibujante Pellicer hizo un dibujo de esenciales: Peralta, que se publicó en «La Ilustración 1.°) Una pegada a la roca, con diez y Española y Americana», en el que se ven los nueve cuevas; después casillas pobres, como dos puentes, el castillo, etc. 65. en Falces, que recuerdan las de pueblos del Hasta fines del siglo XVIII Peralta con­ Sur (véase la foto de la fig. 96). servó bastantes de los rasgos que reflejan los 2.°) De la parte alta bajan calles estre­ documentos del medievo. La «piedra alta» chas y escalonadas con casas de dos pisos por (fig. 87) es, en realidad el final de un sistema lo general (foto de la fig. 97), a calles más de alturas que va hacia el Noroeste y que se anchas y largas que arrancan de las orillas del distingue muy bien desde el avión. También río y que van de Este a Oeste. Muchas casas se señala en los mapas. Estas alturas, atrave­ siguen siendo estrechas y altas de hasta tres sadas por el Portillo y donde queda el tér­ pisos con balcones no muy antiguos y revo-

Fig. 87.-Peralta

123 eos y pintura (foto de la fig. 98). En algún barroco de estilo muy del país (foto de la fig. caso se ven callejones sin salida y en las 102). partes altas secaderos o solanas. No faltan las Las casas remozadas de Peralta conservan grandes casas de ladrillo con arcadas en la más el espíritu de la arquitectura tradicional parte superior; balcones y rejas más abajo que las de otros pueblos. (fotos de las figs. 99, 100 y 101); lo domina todo la esbelta torre de ladrillo, con remate

Los dos pueblos que quedan más al Sur muchos restos» y da cuenta de algún lance de dentro de este ámbito, son Funes, sobre el los vecinos en su lucha con los moros, al año Arga todavía, y Milagro, ya muy cerca del 1015 75. punto en que Arga y Aragón, unidos, se unen En las «Investigaciones» suministra más al Ebro. Funes es un núcleo menor que Pe­ detalles sobre aquel viejo asentamiento gue­ ralta. Menéndez Pidal considera éste entre rrero: «Vense oy dia en Funes restos de gran los nombres romances septentrionales que fortificación; en especial acia la parte de conservan f frente a h 67. El nombre aparece Septentrión, que por la del Mediodía le hacia tal como se escribe en documentos antiguos. inaccesible el Arga muy caudaloso, se ven Entre ellos destaca un fuero famoso, dado torres y murallas de castillo enriscado, gran por Alfonso el Batallador a Viguera y a un pendiente y foso y fábrica muy fuerte. Y término que se denomina «Val de Funes» del cerca del fosso se topan sepulchros, que sin que la villa actual sería como centro, pero duda so de moros, y lo arguye al toparse en que abarcaba una extensión mayor. Al co­ algunas vasijas de agua y en muchos monton- mienzo de él se lee: «Esta es la carta del cillos de granos de passas, a la usanza supers­ fuero que yo don Alonso emperador di a los ticiosa de aquellos bárbaros, que proveian de ornes de Bal de Funes e a toda su Vallía» 68. viandas a sus difuntos» 76. Por el texto de la Bastante antes el nombre aparece con refe­ donación a Leire del rey, se ve que éste había rencia a un castillo importante. Así, en una realizado una campaña para echar a los mu­ suscripción de documento de San Millán de sulmanes (llamados «gentem barbaricam») la Cogolla, aparece un «tenente» de él, el año del valle de Funes («ad expellendum illam de 1020 69. Antes, en 1011, un testigo es lla­ mado «funensis» 70. Otras suscripciones se valle quae vocatur Funes»), pero que el pue­ refieren a la tenencia, en 1020 71 o al «domi- blo estaba ya en poder de los cristianos, los nator» 72. También en los documentos de cuales en un momento de paz debieron matar San Juan de la Peña se hallan suscripciones a diez moros, por lo que el rey les condenó a de esta época; una de «Garcia Fortunionis de un pago y como no pudieron hacerlo, le Funes» de 1027, otra del mismo de 1033 en dieron una viña, que, a su vez, él donó a que el nombre se escribe «Funis» 73. Es posi­ Leire 77. El «valle» pues, es un valle de fron­ ble que una glosa al texto de Al-‘Udrí, que tera durante mucho y se puede pensar que el indica la reconstrucción del castillo de «al- nombre tiene algo que ver con «fines», lími­ Funs» en el año 275 ( = 888-889), se refiera tes, fronteras 7S. ya a esta fortaleza, cuando pertenecía a un Después la documentación acerca de Fu­ linaje islámico 74. En todo caso, el Padre nes es más abundante todavía. En 1110 Al­ Moret, tratando de la época de Sancho el fonso el Batallador le dio también el fuero de Mayor, decía que Funes era pueblo muy Calahorra, a la par que a Marcilla y Peñalén, principal «por la fortaleza de que conserva que quedó pronto como un desolado o des­ 124 poblado 79. Funes sigue siendo castillo im­ Oeste. El regadío entre Arga y Aragón es portante 80 y en 1221 los concejos de Argue- complejo, con una acequia grande que va de das, Valtierra y hacen hermandad Este a Oeste y otras que arrancan de ésta de («fraternitatem super ómnibus rebus et super Norte a Sur. Se destaca, en efecto, una gran ómnibus hominibus») y se relacionan con el calle a lo largo del pueblo; pero hay hasta alcalde de Funes para «demandar como era el cuatro plazas y plazuelas; una bastante regu­ fuero de las agoas por amor de vedar el lar, al Sur. Como en otros de los pueblos mal» 81. descritos, en Funes destaca airosa la torre del En 1232 hay mención del barrio «Jusano» campanario de la iglesia, de ladrillo, sobre el de Funes y de unas casas que llamaban del caserío, que es compacto. En 1910 constaba «buchorno», sin duda por su posición82. de 220 casas en el casco y hasta 1.045 habi­ tantes. Es decir, que había aumentado de La vitalidad económica del municipio la modo sensible a lo largo de la segunda mitad expresan hechos, como el de que en 1171 del siglo XIX. De las 231 casas que había en Sancho el Sabio concediera a la aljama de los conjunto, se dice que sólo trece eran de un judíos que pudieran trasladar sus casas al piso. Veintinueve de dos y 189 de tres. No castillo y les confirmó el fuero de Nájera 83. faltaban cuevas a la parte septentrional 90. En Mucho después éstos sufrieron por las prédi­ suma, la estructura de Funes corresponde a la cas de fray Pedro de Ollogoyen 84. de los pueblos vecinos y a lo que podría Funes no aparece con judíos en 1366, en llamarse una «razón histórica» paralela y se­ que tiene cuarenta y tres fuegos85. En 1378 mejante a la que pesa sobre aquéllos. sufre un incendio en el que los vecinos per­ Otro tanto cabe decir de Milagro. El dieron «cuanto en el mundo habian», de nombre de por sí es indicativo. La palabra suerte que se fueron a vivir casi todos a española con su acepción religiosa más cono­ Peralta; pero el rey pensaba que no se habían cida, milagro, es claro que viene de «mira- defendido bien y agregó el término al de culum» 91, que ya se usaba con referencia a Peralta 86. Después pasa a dominio del linaje las religiones del Paganismo romano. Pero la del mismo nombre 87; es decir a lo que luego palabra «mirare» da «mira», como punto de es el marquesado de Falces. mira 92 y «miraculum» en este caso se rela­ En 1802 el marqués ejercía todavía la ciona con el concepto de espejo 93 y cobra el jurisdicción baja por medio de alcaldes. En­ significado de punto de mira, que también se tonces se dice también que el núcleo urbano llama «speculum» en la Edad Media. constaba de 130 casas con 663 personas, que las casas se asentaban en la «falda de una Así, se documenta en la Toponimia his­ cuesta que da principio a una cordillera» y pánica y en este caso y en algún otro, reco­ que el Arga «en tiempos antiguos arruinó la gido por Simonet en su glosario de voces mozárabes 94, «Mirado». Lévi-Provenfal mejor parte de sus edificios». Se considera pensaba que un texto de Ibn al-Athir corres­ dilatado el terreno de regadío y excelente la pondiente al tiempo de Mohamned I de Cór­ producción de vino88. Madoz le asigna 170 doba (segunda mitad del siglo IX), se refería casas «distribuidas en una calle larga que al castillo que ya entonces habría allí 95. Des­ cruza todo el pueblo y varias callejuelas con pués el castillo, el «lugar» y la «villa» apare­ una mala plaza», con 700 almas. Indica, tam­ cen, aunque no con la abundancia de otros, bién que en el término hubo un pueblo lla­ en documentos navarros, bastante remotos. mado Villanueva, que fue destruido en una En 1122 Alfonso el Batallador fecha el fuero avenida del Arga, pero que aún quedaban de Puente la Reina «in locum vel villa, que vestigios de él 89. dicitur illo Miraculo» 96; la forma «Miraglo» La sumaria descripción de Madoz no da idea aparece después en la lista de los pueblos de del todo exacta de la topografía de Funes, si­ la cofradía de Estaca, en 1204 97 y en 1221 tuado a unos 310 metros de altura, a la mar­ suscribiendo otro documento, ya citado, en­ gen occidental, muy pegado al río, en efecto, contramos el «sennor» de Milagro, Pedro entre dos grandes bucles de éste. La planta Ximénez de Olleta 98. Este sigue en la te­ es longitudinal de Norte a Sur, con una ligera nencia años después. Pero más interesante inclinación Noroeste-Sudeste y con cerros al que acumular suscripciones de este tipo, es 125 ver cómo en los términos de «Miraglo», en río Aragón unido al Arga se hacía por una 1248, había sotos, lugares con nombres ro­ barca, que sustituía a cierto puente de ma­ mances tan expresivos como los de «Seca­ dera construido en 1781 y destruido en la rral», «Arenal», «Calzas Royas» y cómo crecida del 25 de septiembre de 1787. Que­ también se tomaban referencias de los puntos daba en pie el castillo antiguo con sus fosos, cardinales y también los vientos; el «cierno» que pertenecía a los duques de Alba, como del Norte, el «buytorno» del SurLa sucesores de los condes de Lerín a los que le forma nos acerca al latín «vulturnus», de dio Carlos I; después fue restaurada 108. A donde viene 10°. Milagro aparece en 1366 mediados del siglo XIX había disminuido de con setenta y cinco fuegos 101. Entonces, lo población; había entonces 1.039 personas en mismo que en los censos de 1330 y 1350 es 230 casas, distribuidas en diez y ocho calles, todavía «Miraglo» ,02. una plaza y tres plazuelas. Seguía funcio­ Dada su posición más cercana a la fron­ nando una barca 109. Después viene el mo­ tera que la de ningún otro pueblo de esta mento de un aumento grande: 1.420 almas zona, se explica que estuviera sujeto a gran­ en 1888, 1.586 en 1900, 2.115 en 1910, en des peligros y que tuviera contiendas graves que el casco tenía 2.051 en 338 casas en la con los vecinos de poblaciones cercanas ma­ villa, en que también había cuevas. El plano yores, pertenecientes al reino de Castilla, que da Altadill es muy regular 11°. Hoy no como Calahorra y Alfaro, que se valían de su corresponde más que a una parte pequeña superioridad numérica para saquear sus tér­ del conjunto urbano, que se ha extendido minos. Por eso en 1393 ante la amenaza de muchísimo y muy regularmente por el sur y que Milagro quedara desamparada y despo­ el Suroeste, como se ve en la fotografía aérea blada, Carlos III le perdonó la mitad de las (foto de la fig. 103). Estas barriadas nuevas se ayudas en cuatro años. Aparte de las guerras repiten en otros pueblos cercanos de la anti­ había habido epidemias y malas cosechas 103. gua merindad de Tudela y corresponden a En 1398 se habían ausentado sesenta y cinco criterios de urbanización modernos, que se vecinos y quedaban cuarenta y dos, que esta­ basan en concepciones sociales y en una utili­ ban dispuestos a marcharse 104. La reducción zación de materias y recursos técnicos de los demográfica sobrevino. En 1446 sólo había que no hemos de ocuparnos, dada la índole quince fuegos 105. Pasa por entonces a mano de esta obra. de Don Luis de Beaumont; pero los vecinos, El casco viejo es rectangular, orientado de ayudados por otros de fuera, se opusieron Noroeste a Sudeste. Puede decirse que tiene luego al bando beamontés, pasaron al contra­ un flanco occidental constituido por una calle rio y la reina Doña Leonor en 1472 le hizo larga. Otro oriental sobre el río, de estructura de la corona para siempre 106, en vista de que menos definida. Entre los dos queda una gran habían expulsado a los beamonteses. En 1687 plaza rectangular, con los lados más largos a obtuvo el asiento en Cortes 107. Lo cual in­ Este y Oeste, con calles al Norte y Sur que dica cierta prosperidad, que, desde luego se no están alineadas. La del Norte va más al ve reflejada en el conjunto urbano, que tiene Oeste y se abre en otra plaza cuadrada. La del una fisonomía propia; porque, si de una parte Sur es más corta. Los cantones y calles trans­ presenta rastos semejantes a los de otros versales son irregulares. Pero, en conjunto. pueblos próximos, de otra se separa de ellos, Milagro parece haber sido objeto de una a causa de su regularidad mucho mayor. ordenación que no debe ser muy antigua. Como Funes, Peralta y Falces, Milagro Hay derecho a pensar que en los siglos XVII está en la margen occidental del río a unos y XVII1 se dio nuevo contenido a calles y 310 metros de altura. Tiene algunos monte- plazas, donde abundan edificios de ladrillo cilios o montículos al Oeste y el regadío en como el de la foto de la fig. 104. También las llano al Este en una parte; pero, por otro casas con galerías y arcadas en el piso supe­ lado, cuenta con una zona de riego que se rior y balcones en el principal, como los de la nutre de la acequia principal de San Juan, que foto de la fig. 105. En algún caso puede que toma sus aguas del río Ebro. En 1802 contaba sean anteriores. Siempre en el estilo navarro- con 250 casas útiles y 100 derruidas y la aragonés conocido (foto de la fig. 106), como población era de 1784 personas. No tenía lo es también el del campanario barroco de la puente, como las villas cercanas y el paso del iglesia, que domina el conjunto urbano. 126 NOTAS

1. Fernando de la Granja, «La Marca Superior en 28. «Catálogo del Archivo General», XXXV, p. la obra de Al-'Udrí (Zaragoza, 1966), p. 35 ln.° 58). 340 (n.°s 829-830). 2. Fernando de la Granja, op. cit. p. 39 (n.° 68). 29. En 1444, Yanguas, «Diccionario de antigüe­ 3. Fernando de la Granja, op. cit. p. 40 (n.° 70). dades», I., p. 495. 4. Iribarren, «Vocabulario navarro», p. 244, a. 30. En un momento pasa a Johan de Bosquet, 5. Iribarren, «Vocabulario navarro», p. 234, b. cancilller en 1508. «Catálogo del Archivo General» 6. Foz, como topónimo se da en Galicia y Astu­ XLIX, p. 57 (n.° 110). Los cambios se deben a las rias; pero también en Teruel, Madoz VIH. p. 153, a - b. guerras. Ya en 1461 se hace donación perpetua de las Hoz, de Santander a Andalucía, Madoz, IX. pp. 251, a - alcabalas e imposiciones de Peralta, Falces, Azagra y 254. a. Funes a Pierres de Peralta. «Catálogo del Archivo 7. Vicente García de Diego, «Diccionario etimo­ General» XLVIII, p. 29 (n.° 56). Pero luego hay dife­ lógico...», pp. 328 y 757, a (n.° 2672), 760, a (n.° rencias. Ver pp. 213-214 (n.° 415). 27 15). 31. El título es de 1513. Yanguas, «Diccionario de 8. «Etymologiae», XIV, 8, 26. antigüedades», III, p. 371. Este ya aparece en 1514, 9. «Glosario de voces ibéricas y latinas usadas «Catálogo del Archivo General» XLIX, p. 102 (n.° entre los mozárabes...» (Madrid, 1869), p. 201. 207). 10. Lacarra, «Historia política del reino de Nava­ 32. Diccionario de 1802, I. p. 279, b. rra», I. p. 119. .33. Madoz, VIII, p. 1 1, a - b. 11. Véase el mapa de los dominios de Sancho el 34. Altadill, 11, p. 712, con plano. Mayor, que da Lacarra, «Historia política...», cit. I, p. 35. Véase parte 1, cap. VII, § 6. 205. 36. Madoz, XII, pp. 803, a - 804, b. 12. Lacarra, «Historia política...», cit. I, p. 236. 37. En Huesca queda «Petraiba», Madoz, XII, P- 13. Lacarra, «Historia política...», cit. 1, p. 273, 824, a. mapa de 1076. .38. Simonet, «Glosario de voces ibéricas», p. 436. 14. Lacarra, «Historia política...», cit. I, p. 318, 39. Menéndez Pidal, «Orígenes del español», P- mapa de la reconquista del valle del Ebro de 1076 a 147. 1134. 40. Muñoz y Romero, «Colección de fueros.. . » , 15. En C.S.M.C., p. 194 (n.° 183), al año 1065 pp. 546-550. aparece un «Fortun Sangiz, dominator Falcis». Antes en 41. Moret, «Annales...», II, p. 409, a-b (libro C.S.J.P.. I, p. 175 (n.° 58). «Falzes», 1033. XV111, cap. VI, § III, n.° 5). El original del fuero estaba 16. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 76-77 en el archivo de Peralta, según el mismo Moret, «In­ (n.° 133). vestigaciones...», pp. 48-49 (libro 1, capítulo II § IX, 17. «Catálogo de los cartularios reales», p. 172 n.° 57). (n.° 343) año 1236. 42. «Catálogo de los cartularios reales...», p. 18 18. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 213 (n.° 15). Texto en Muñoz y Romero, «Colección de (n.° 420) 1248; 223 (n.° 442). fueros...», a la p. 422. 19. «Catálogo de los cartularios reales», p. 236 43. «Catálogo de los cartularios reales...», p. 23 (n.°s 469-470). «Catálogo del Archivo General» I, pp. (n.° 26). 171-172 (n.°s 347-348). Yanguas, «Diccionario de an­ 44. «Catálogo de los cartularios reales...», p. 25 tigüedades», I. p. 494. (n.° 29). 20. «Catálogo de los cartularios reales», p. 336 45. «Catálogo de los cartularios reales», p. 27-28 (n.° 689). «Catálogo del Archivo General», I. p. 403 (n.° 34). (n.° 942); 1331. 46. «Catálogo de los cartularios reales...», p. 38 21. «Catálogo de los cartularios reales», p. 350 (n.° 56). (n.° 717): «vulgar lengoa», p. 351 (n.° 718). 47. «Catálogo de los cartularios reales...», p. 22. «Catálogo de los cartularios reales», p. 371 76-77 (n.° 133). (n.° 758). 48. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 77-78 23. «Yanguas», «Diccionario de antigüedades», I., (n.° 135). En la p. 78 (n.° 136). Se distingue de la peña p. 494. situada «super Alberia». 24. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 245- 49. «Catálogo de los cartularios reales», p. 207 251 (n.° 5). (n.° 408). 25. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 314- 50. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 221- 318 (n.° 7). 222 (n.° 438). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 26. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 614- des», II,. pp. 686-687. Confirmación de 1301, «Catá­ 615 (n.° 140), 620-622 (n.° 151). logo...», cit. pp. 284-285 (n.° 575). Un cahiz tenía 27. Las referencias al castillo acreditan la impor­ cuatro robos. El robo, cuatro cuartales. El cuartal, cua­ tancia que se le daba en la época. «Catálogo del Ar­ tro almudes. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», chivo General», III. pp. 156 (n.° 382) 1351; 159 (n.° II, p. 709. El nietro, medida de vino (de «metrum») se 390) id; 179 (n.° 440); 304 (n.° 770); 421 (n.° 1068), usa aún en Aragón; son diez y seis cántaros; 159 litros y 1357. Sobre la destrucción de 1380, «Catálogo del sesenta y ocho centilitros (Huesca). Archivo General» XIII, pp. 91-92 (n.° 214). Poco 51. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 251- antes se había restaurado el castillo; p. 50 (n.° 117). 255 (n.° 6).

127 52. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 320- el «Catálogo de los cartularios reales», pp. 25 (n.° 29), 321 (n.° 12), «Pedralta». 29 (n.° 36) de 1147 y 1157, etc. 5.3. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 615 81. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 129- (n.° 141), 622 (n.° 152). 130 (n.° 250). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 54. «Catálogo de los cartularios reales», p. 287 des», I, pp. 55 y 158. (n.° 580). En torno al nombramiento de abad, que sigue 82. «Catálogo de los cartularios reales», p. 155 provocando discordias en 1308, pp. 299-300 (n.° 614). (n.° 307). 55. «Catálogo de los cartularios reales», p. 310 83. «Catálogo del Archivo General», I, p. 60 (n.° (n.° 634). 56). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, p. 56. «Catálogo de los cartularios reales», p. 371 112. Fritz Baer, «Diejuden im Christlichen Spanien», (n.° 758), Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 1, pp. 935-937 (n.° 579). p. 48. Acusación de que algunos cogieron mujer vi­ llana. 84. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 389- 57. «Catálogo del Archivo General», XII, pp. 390 (n.° 905), 1329. Yanguas, «Diccionario de anti­ 398-399 (n.° 1010). Referencia a los molinos en XI, p. güedades», II, p. 114. 35 (n.H 79), etc., de 1378. 85. J. Carrasco Pérez, «La población...», p. 623 58. Confirmado en 1482 y 1514. Yanguas «Dic­ (n.° 153). Ver p. 321 (n.° 13) para 1350 y 255 (n.° 7) cionario de antigüedades», II, p. 688. Ver «Catálogo para 13.30. En 1379 los había. «Catálogo del Archivo del Archivo General» XVII, p. 340 (n.° 822). General», XII, p. 407 (n.° 1032). 59. «Catálogo del Archivo General», XXXIX, 86. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I. p. pp. 287-288 (n.° 604). Es época de crisis como se ve a 587. Véase lo que se dice de Peralta. las pp. 141-142 (n.° 268). 87. En 1430. «Catálogo del Archivo General», 60. «Catálogo del Archivo General», XXXIX, p. XXXIX, p. 342 (n.° 966). 288 (n.° 605). Esta obra se hace sobre la pecha de los 88. Diccionario de 1802, I, pp. 289, a - 290, b. judíos, pp. 292-293 (n.° 614). 89. Madoz, VIII, pp. 257, b - 258, a. 61. Largo artículo de Yanguas «Diccionario de 90. Altadill, II, p. 714, con plano. antigüedades», II, pp. 690-706. 91. Vicente García de Diego, «Diccionario eti­ 62. «Población general de España...», fol. 199, mológico...» pp. 377, b y 861, b (n.° 4371). vt°, b. 92. Du Cange, «Glossarium...», IV, col. 797. 63. Diccionario de 1802, II, pp. 250, b - 251, b. 93. Vicente García de Diego, «Diccionario eti­ 64. Madoz, XII, p. 80.3, a-b. mológico», p. 861, b (n.° 4370). 65. «La Ilustración Española y Americana», año 94. Simonet, «Glosario de voces ibéricas y lati­ XIX, n.° 5 (8 de Febrero de 1875), p. 84. nas...», p. 365. 66. Altadill, II, p. 755. 95. «Histoire de l'Espagne musulmane», I, p. 323. 67. «Orígenes del español», p. 223. Esto es dudoso cuando menos. 68. «Fuero de Viguera y Val de Funes», edición 96. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 18-19 de José M.a Ramos y Loscertales (Salamanca, 1956), (n.° 17). «Catálogo del Archivo General», I. p. 47 (n.° p. 3. 21). «Mirado» en 1189, I, p. 73 (n.° 93). 69. C.S.M.C., p. 102 (n.° 88). 97. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 76-77 70. C.S.M.C., p. 90 (n.° 79). Otro igual, p. 95 (n.° (n.° 133). 83) de 1013. También, p. 97 (n.° 84), de 1014. 98. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 129- 71. C.S.M.C., p. 102 (n.° 88). 130 (n.° 250). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 72. C.S.M.C, p. 149 (n.ü 139) en 1049; 159 (n.° des», 1, pp. 55 y 158. 147) 1050; 194 (n.° 183) en 1065, «Funis». Todavía en 99. «Catálogo de los cartularios reales», p. 216 1070, p. 209 (n.° 200 bis); 221 (n.° 214) de 1074; 30} (n.° 426), «Catálogo del Archivo General», 1, p. 1 í8 (n.° 300) de 1116. (n.° 262). 73. C.S.J.P., 1. p. 127 (n.° 43) y 175 (n.° 58). Aún 100. Vicente García de Diego, «Diccionario eti­ en II, p. 10 (n.° 67) otra de 1036. mológico», p. 1060, a - b. 74. Fernando de la Granja, «La Marca Superior en 101. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 623- la obra de Al-'Udrí», p. 35 (n.° 58, nota 4). 624 (n.° 154). 75. «Annales...», pp. 574, a - 575, b (libro XII. 102. ). Carrasco Pérez, «La población...», pp. 255- cap. III, S II. n.°s 7 - 9). 256 (n.° 8) y 321 (n.° 15). 76. «Investigaciones...», p. 5 (libro I, capítulo II, § 103. «Catálogo del Archivo General», XX, p. 101 XI, n.° 67). (n.° 238). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 11, 77. Texto dado por Justo Pérez de Urbel, «San­ p. 324. cho el Mayor de Navarra», p. 351 (n.° 12) y 352-353 104. «Catálogo del Archivo General», XXII, p. (n.° 13). Los considera «sospechosos» sin embargo. 514 (n.° 1146). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 78. «Fines agrorum», «fines patriae», en singular des», II, p. 324. «Finem Galliae». Hay bastante toponimia sobre esta 105. «Catálogo del Archivo General», XLVI, p. base. 220 (n.° 542). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 79. «Catálogo de los cartularios reales», p. 18 (n.° des», II. p. 324. 15). «Catálogo del Archivo General», I. pp. 44-45 (n.° 106. Confirmaciones de 1497 y 1520. Yanguas, 16). Muñoz Romero, «Colección de fueros...», pp. «Diccionario de antigüedades», II, pp. 324 - 325. Ale- 427-428. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II son, «Annales», *IV, pp. 635, b - 636, b (libro XX- p. 685. XIII, capítulo 1, § V, n.° 20. El privilegio estaba en el 80. Hay bastantes suscripciones de «tenentes» en archivo de la villa. 128 107. Yanguas, «Diccionario de antigüedades» II 109. Madoz. XI, 414, a - b. p. 325. 110. Altádill, II, p. 735. 108. Diccionario de 1802, II, p. 23, a - b.

129 130 Fig. 88.-Habitaciones rupestres y semirrupestres. Falces.

Fig. 89.-Casas humildes. Falces.

Fig. 90.-Casas de ladrillo, con galería. Falces. 132 133 Fig. 95.-Corral pegado a la peña. Falces.

Fig. 96.-Calle de Peralta.

Fig. 97,-Calle en cuesta. Peralta.

134 135 136 Fig. 98.-Calle modernizada. Peralta.

Fig. 99.-Calle de Peralta.

Fig. 100.-Casa señorial, con galería superior. Peralta.

137 Fig. 101 .-Casas de Peralta.

Fig. 102.-Iglesia de Peralta.

138 Fig. ¡03. - Vista aérea de Milagro.

139 Fig. ¡0 5 .- Casa palaciana. Milagro.

140 l'ig. 10(i. Casas con Ratería. Milagro.

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CAPITULO VII LOS PUEBLOS DEL RIO ARAGON

1) y Santacara 2) Caparroso y Marcilla

El río Aragón que va de Norte a Sur des vacilaciones, de suerte que en Navarra y entre Gallipienzo y el barranco de Arras y Aragón quedan ejemplos de ellas, no sólo en que servía de linde a las merindades de San­ la toponimia 1. güesa y Olite en algún trecho, en su curso final toma una dirección Este a Oeste, con ,«E1 «fractum» de Muriilo pasa, así, en cierta inclinación al Sur. Sobre todo en el unos casos a «freto», en otros a «freito». último tramo y después de recibir las aguas Pero aún da resultados más peregrinos como del Cidacos. En este tramo, dentro de la «frito» y, en fin, «fruto». Vamos a docu­ merindad de Olite, hay primero un pueblo mentarlos. que se llama Muriilo el Fruto y luego otro, 1) «Morelo freto» en 1099, en docu­ Santacara, con bastante personalidad. Cada mento de Monte-Aragón, citado por Menen- uno tiene en frente, al Sur del río, otros dos: dez Pidal. Muriilo a Carcastillo y Santacara a Mélida. 2) «Murello freito», en 1149 en docu­ Estos ya en la merindad de Tudela. Más al mento del mismo origen, con la misma refe­ Sudoeste, sin embargo, Caparroso, que tam­ rencia. bién está al Sur del Aragón, quedó incluido 3) «Muriel Freito», en 1204 2. en la merindad de Olite y en último término 4) «Muriel Frito», en 1237 3. Marcilla, que es el núcleo más meridional de 5) «Murieillo Freyto», en 1331 4. Por ella; pero al Norte del Aragón. Vamos a ir de esta época hay allí un castillo de cierta im­ Este a Oeste, ocupándonos primero de Muri- portancia al parecer 5, que en un momento 11o el Fruto. La parte primera del nombre no queda, por empeños, hipotecado al rey de necesita nueva explicación, después de lo di­ Aragón. cho acerca de Muriilo el Cuende. La segunda, El pueblo se desarrolla en torno, como sí. Porque este «Fruto» nada tiene que ver tantas otras veces. En 1366 es ya «Murieillo con «fructus», sino con «fractum» = roto. Fruyro» o «Murieyllo Fruyto», con diez y La reducción de -ct- en «fractum» y otras seis fuegos de labradores y un hidalgo 6; tuvo palabras latinas a «ch» no se realiza sin gran­ fueros en 1207, confirmados en 13.31 1 ■ 145 También en 1265 Teobaldo II donó a sus ción recuerda más a la de la zona montañosa habitantes todas las propiedades que allí te­ lindante de la merindad de Sangüesa (Galli- nía: pastos, casas, cubos y cubas, viñas y pienzo, Peña, etc., ) que a la de más al Sur piezas, a cambio- de un tributo 8. Después (fotos 109, 110, 111). Hay en Murillo el pasa, con el castillo siempre, a poder de Fruto partes reducidas a corrales y cuadras varios magnates, y en fin a la casa de Beau- que antes fueron habitaciones y en conjunto mont 9. Es curioso observar que en su tér­ puede sostenerse que se trata más de un mino y pese a su situación muy al Sur, 10, en pueblo de montaña navarro-aragonesa, que la parte montañosa hay toponimia vasca y en de ribera llana. los documentos medievales se acredita. Así «Oyllarzaldua» en el ya citado de 1265. El Algo parecido cabe decir del poblado que pueblo tiene su parte más alta a 407 metros y queda más al Oeste y cerca: Santacara 15. se halla en una falda, sobre la vega del río (la Desde la época del Padre Moret se sabe que Hoya), limitada por una acequia de riego. en él existían importantes vestigios romanos Hay noticia de su desplazamiento hacia que denotaban que por él pasaba una calzada, abajo. En 1802 se dice: «Su situación actual según testificaban varios miliarios. También no corresponde a la que tuvo; antiguamente existían memorias funerales 16. El analista no estaba más inmediata al castillo, del qual dista creía, sin embargo, que fuera la ciudad de los ahora como unas 800 varas». Ya entonces el antiguos «carenses» de Plinio, sino que este tal castillo estaba destruido, pero la parroquia nombre correspondía más a «Gares» nom­ había quedado y había sido parte integrante bre que la gente de habla vasca daba a Puen­ de él. La acequia parece que se construyó a te la Reina en su época 17. El caso es que comienzos del siglo XV. Otro elemento des­ el nombre, con su aspecto de origen reli­ truido en 1787 fue el hermoso puente que le gioso, aparece en el tuero de 1102: «Santa comunicaba con Carcastillo, que -como va Cara» 18 y se repite en el fuero de 1191, dicho- queda en frente. La población la de Sancho el Sabio 19. Después aparece, igual constituían 114 casas con 490 personas11. que otros núcleos urbanos actuales de la Madoz, que reduce las casas a 112, entre las zona, como una tenencia o lugar donde ha­ cuales se refiere a «un torreón» de propiedad bía un castilllo de cierta resonancia. Así, particular», aumenta, en cambio, la población en 1201 es «tenente» un Semeno de Rada, a 554 almas 12. Fue, pues, de los pueblos que que sería oriundo de Rada, lugar vecino y aumentaron más en la segunda mitad del rival 20. Forma Santacara parte de la cofradía XIX, porque en 1888 se le dan 804 y en de Estaca 21. Una confirmación de los fueros, 1910 tenía 1.010, de los cuales 997 estaban de 1210, da a entender que no sólo el casti­ concentrados en el casco urbano, con 209 llo, sino también la villa eran objeto de repa­ edificios. Esto quiere decir que muchas casas ración en sus fortificaciones22. Luego hay fueron rehechas o remodeladas en un lapso memoria de diferencias con Rada23; en de medio siglo. 1244. También de un pleito con el rey, de 12 5 4 24 sobre aprovechamiento de pastos, Murillo el Fruto forma una especie de etc. Por entonces se destaca ante todo, como semicírculo ceñido al cerro del castillo, hacia pueblo ganadero25. Las relaciones con los el Sur, como otras muchas poblaciones. Hay representantes de la realeza no eran muy una primera calle alta que se ciñe más y otra buenas en 1318, en que se dice que los más baja, que es la que constituye la carretera vecinos sacaron de Santacara «muy aontada- que por el Este o Nordeste va hacia Galli- ment» a un oficial real26. En 1366 «Santa- pienzo, y por el Oeste a Santacara 13. Kara» tiene diez y nueve fuegos de labrado­ Hoy día la vivienda forma un conjunto res y cuatro hidalgos 27. Después debió sufrir bastante irregular de casas reformadas o arre­ reducción y en 1447 el Príncipe de Viana dio gladas y de casas que en otro tiempo tuvieron su señorío a Don Juan de Beaumont 2S. mejor uso 14. La posición de Santacara nos habla, una La foto de la fig. 108 puede ilustrar lo vez más, de un pueblo guerrero. Al Norte que se afirma. En conjunto cabe decir tam­ del núcleo urbano y algo distanciado de él, se bién que en otro tiempo se utilizó mucho alza un cerro de 422 metros. A lo alto que­ más la piedra y la cantería y que la construc­ daba el castillo. En 1802 todavía había allí 146 «un fuerte torreón muy elevado, rodeado de ocho calles muy espaciosas y empedradas». fosos, y con vestigios de haber sido casti­ Pero ya son 440 los habitantes30. En 1900 llo» 29. Debajo se extendía el pueblo, con no eran 634 y 948 en 1910, con 149 casas. más de sesenta y un casas útiles y seis arrui­ Santacara resulta, así, otro pueblo nuevo. Lo nadas, compuesto de 261 personas. No tenía atraviesa la carretera de Este a Oeste; forma puente para atravesar el río, sino una barca. una especie de eje, del que salen varias calles Esta imagen cambia bastante, después. Por­ rectas, cortas, hacia el Norte y otras al Sur, que Santacara, siguiendo el ritmo general en con la regularidad que dice Madoz. Las casas esta zona, aumenta durante la segunda mitad antiguas llevan bastantes blasones, como ob­ del siglo XIX. Madoz todavía no le daba servaba el Padre Moret en el texto ya cita­ arriba de sesenta y dos casas, «que forman do 31.

Los dos núcleos que siguen tiene un as­ párrafos3S. En él se reglamenta el uso del pecto bastante distinto, pese a que se hallan a agua del Cidacos, para los regadíos, agua que, poca distancia. Caparroso es nombre de re­ como ya se ha visto, vendió luego a Tafalla. sonancia bastante grande en la historia de Este es por un trecho linde del término hacia Navarra de la época árabe y de la Recon­ el Este. Hacia el Norte del pueblo se halla la quista. No cabe duda de que se trata de un vega del Aragón con sus riegos bien desarro­ nombre romance. De un «caput-«russus» llados. Caparroso la domina ligeramente; = rojo fuerte (por extensión seco). Pero la pero por el Sur tiene tierras quebradas y primera documentación que hay sobre el duras. La complejidad del castillo y de las nombre y el pueblo es árabe. Al-‘Udri men­ torres reales parece que era grande, según los ciona por cuatro veces a «Qabarrus». La pri­ documentos del siglo XIII y XIV. Hay me­ mera con referencia a los años 842-843 de moria de que Don Alonso el Batallador cercó J.C., en que «Abd-al-Rahman o Abderraman de muros a Caparroso, y que el rey moro se establece en un campamento cercano al Obengaria le dijo que no valía nada sin el castillo de este pueblo» 32. Otra en la que se agua del río Cidacos 39. El caso es que, aparte hace referencia a la fortificación mayor de de tales muros, se ve que en 1248 Hum­ que dispuso algún tiempo después (874-875), berto, abad de Conques, tenía allí una Muhammad ibn Lubb 33. «plaza» y unas casas llamadas «la Abadía», Una tercera mención en que también se donde el rey Don Sancho había edificado ya alude a mejoras en su defensa es del año una torre 40. 9 1 5 34. La última, relativa a un canje de una En 1332-1333 se ve que los labradores se persona por Falces y Caparroso por la misma hallaban obligados a reedificar el castillo y las época 35. Poco después Caparroso pasa a po­ torres reales unidas a él, también los que se der de los cristianos 36; pero en un momento llaman palacios y casas, unidos al mismo. el castillo lo vuelve a ocupar el rey de Zara­ Pero no los palacios y torres, también reales, goza Muqtadir. El año 1073 por abril, Sancho que quedaban separados41. Los restos de el de Peñalén hace un trueque con aquél, de todo esto han de buscarse en las partes altas y suerte que le cede Tudején y se queda con dominantes. La población es bastante consi­ Caparroso 37. Desde entonces es un castillo derable, porque da hasta 136 fuegos de la­ conocido entre los del reino. bradores y veintitrés de hidalgos, con diez no Los conflictos con Aragón le dan nuevo pudientes 42. Parece, no obstante, que luego significado. El fuero de Caparroso data de disminuyó; en 1378 son sólo setenta y siete 1102 y allí aún es «Caparros» en muchos labradores y dieciséis hidalgos 43.

147

Después hay una nueva disminución e casas y 1.357 habitantes y se señala el paso incluso amenaza de que se despoblase44: del camino real51. Durante la primera mitad como se ve en un documento de 1436. Las del XIX hay poco aumento. Madoz le asigna guerras civiles hicieron que Caparroso su­ 1.500 habitantes en 250 casas «de fabricación friera considerablemente, hasta que quedó regular». Señala la existencia de ruinas del como realenga y objeto de varias mercedes castillo al Norte del término, también la de Juan II y Doña Leonor 45. existencia de una casa con grandes cuadras, Aparte de la significación del castillo hay huerta y tierras de cultivo que servía para que señalar la importancia que ha tenido sostener el culto de la hermosa ermita de siempre el puente sobre el Aragón, que hoy Nuestra Señora del Soto, la existencia de una queda al Nordeste del núcleo urbano. Tanto cartería para los pueblos circunvecinos y la de en la Edad Media, como después, es un algunas industrias especiales: fábricas de punto de referencia conocido. En 1307 Luis aguardiente, telares de lienzos caseros y este­ Hutin establece una ley de pontaje en rela­ ras y útiles de esparto, del que abundaban los ción con los puentes de Caparroso y As- montes52. En 1910 el aumento era grande: purz 46. Otra hay de 13 17 47. En 1361 se dio 2.403 habitantes en 401 edificios en el casco, orden a los guardas de las Bardenas, Peñaflor que es bastante complejo 53. y Arguedas para que permitieran al alcalde y Caparroso se ciñe a una curva que hace el jurados de Caparroso cortar cien pies de Aragón hacia el Sur. Puede decirse que hay pinos para la fábrica del puente 48. De época una vía baja que se ajusta a esta curva; vía posterior, 1420, hay memoria de que el Ara­ bastante larga, parte de la cual la formaba la gón destruyó «dos piedes e dos arquadas» carretera de Zaragoza-Pamplona, antes. Al del puente y que hubo que imponer un dere­ Oeste tiene un montículo de hasta 417 me­ cho sobre los que pasaran hasta cierto tér­ tros y al Este otros menores, de hasta 356. En mino, para reconstruirlo 49. Ligada con el río el centro de esta planta angular y en declive está también la existencia de unos molinos hay una anchura no regular. El arquero Cock, reales, que .aparecen con frecuencia en do­ que pasó por Caparroso en 1592, dice que es cumentos del medievo final, por ejemplo en villa pequeña, asentada en un collado, sobre 1420-1421 50 y el regadío. el río «tiene estraño sitio con un buen cam­ La vida y el desarrollo urbano de Capa­ panario» 54. rroso se han ajustado a estos elementos con significación distinta en épocas distintas. A Ponz le informan de que no hay cosa notable: llegó de noche y salió al amanecer, El castillo y las torres reales no dejan casi siguiendo el camino real 55. Flórez le da cua­ huella. El puente sigue teniendo importancia trocientos vecinos, y dice que no hay rastro y sigue sufriendo las consecuencias de las de antigüedad. Pasa por el puente anterior a crecidas del Aragón. En 1787 se arruinó de la destrucción y distingue bien el regadío del nuevo y se construyó otro de once arcos. Los Norte y el terreno inculto que le rodea. molinos siguieron utilizándose. Pero el pue­ Hacia el Norte registra la existencia de la blo en sí parece haber sido objeto de cambios venta de Murillete 56. Para el norteamericano que habría que estudiar mejor. En 1802 se que pasó por allí durante la primera guerra dice que «estuvo situado en una llanura, y civil, es un punto interesante. «It was situa- por evitar los daños que ocasionaban las ted on the side of a barren, chalky hill, aguas en una tierra floxa se trasladó a un every-where cut into ravines by torrents. The collado o peña inmediata, y las casas están valley below was, however, very fertile, and pendientes hacia el Norte, por donde pasa the gardens, vineyards, and olive-orchards, muy inmediato el río Aragón». Se le dan 257 through wich the town is approached, make a very pleasing contrast with the town» 57. En el puente había, al centro, una puerta tempo­ ral y una barrera, guardada por cabarineros. Ford señala la existencia del «Alcázar» en alto 5S. Otro viajero inglés, más moderno y menos conocido, pasó a fines del XIX por Caparroso. Caparroso y se fijó en un elemento del que

149 no se ha hablado y que, sin embargo, es de los pueblos del llano del Ebro que con los típico en todos estos pueblos de ribera, he­ de la montaña próxima. Las calles en cuesta chos en tierra de yeso: las cuevas «Caparroso que suben por las laderas no recuerdan a las is at once striking and peculiar, in its rude de Ujué ni a otras de que se ha hablado (foto primitiveness and effective position. It occu­ de la fig. 112). El yeso domina sobre la pies the sides of two long ravines lying bet­ piedra. El adobe se ve aquí y allá. ween three bold ridges of close, gritty clay. With the exception of the boulders on the De las cuevas o semicuevas queda algo bed of the Aragon there is not a stone or (fotos de las figs. 113 y 114). Hay muchas rock within sight, and not a vestige of vege­ casas modestas, exiguas, en los altos (foto de tation. Where the ravines converge near the la fig. 115). Alrededor de la parroquia actual river there are a few houses of stone and se alzan casas estrechas y altas (foto de la fig. sun-dried bricks, but up both gullies hun­ 116). Muchas corresponden a las ampliacio­ dreds of dwellings are cut out on the solid nes del siglo XIX o han sido reformadas hills. The scene is most striking. There stand recientemente (fotos de las figs. 117 y 118). the houses veritable temples of kylos-hewn Las mejores corresponden a formas deci­ out of masses of native clay. The world- monónicas que se repiten en poblaciones known temple is entitled to no more respect mayores, como Tafalla, Tudela (foto de la fig. than isolated cabins by the «hills of silence» 119). the local name for the ridges. Althoug the architect and enginneer have not been con­ Y tras tratar de Caparroso, bajamos a sulted, the plan of construction is excellent. Marcilla. El nombre parece romance y podría Enormous mounds and spurs of earth have a primera vista relacionarse con los derivados been honeycombed within and decorated de «margo, marginis», margen, tales como without, so as to afford shelter to the body «mareen», «maree», etc. 60. En latín medieval and satisfaction to eye. del Sur de Francia «margilla» («margillis» en Difficulties have been recognised only to plural) está documentado refiriéndose a már­ be overcome. In many cases the hills have genes de un río 61. La localización del pueblo cracked and sent the houses over towards the y término conviene bien con esto. Pero en el gullies below. The floors have been squared mismo fuero de 1110 se le denomina «Mar- down to a horizontal plane again, ant the cella» y la forma «Marcilla» aparece después walls, roofs, and chimneys left leaning at de las de «Marzieilla», «Marziella» y «Mar- frightful angles ober the chasm. There are zieylla». Acaso hay confusión con «marca» military earthworks half so curious as the señal, palabra de origen germánico y muy civil dwellings, and no monolith reared to usada con acepciones varias en la Edad Me­ perpetuate the memory of a nothing or a dia 62. nobody could impress one more than these Marcilla recibe su fuero (el de Calahorra) necessary domestic lives. a la vez que Funes y Peñalén 63. Después A frightful monotony reigns over all. Doña Sancha, mujer de Sancho el Sabio, Everything wears the same shade of buff funda allí un convento de religiosas de San grey. The windows are out tiny holes, and Benito y de Cistercienses y en el texto de la the doorways are screened by canvas blinds confirmación, de marzo de 1181, se ve que faded to the same dull hue. se les había dado todos los labradores, así como aguas, molinos, selvas, sotos y pas­ The people are almost as silent as their tos 64. En 1309 la abadesa actuaba en colabo­ natural surroundings. There is no voice in ración con el concejo en un pleito con Villa- nature here, and man seems half afraid to tranca 65. Creo que para comprender la es­ break the stillness» 59. tructura del pueblo hay que señalar este ca­ Creo que estas páginas son de lo mejor rácter religioso que tiene primero, que ya le observado por este viajero, y dan idea de una da un sello. Marcilla tiene en 1350 sólo vein­ construcción rupestre que, como veremos tidós fuegos 66, cosa extraña, porque en 1366 más adelante, se documenta en algún pueblo (cuando se dan las grafías antes indicadas) se vecino en la época árabe. Caparroso tiene dan doce de pudientes y cuatro que no lo son una fisonomía mucho más relacionada con la y hasta treinta hidalgos. También un «fran­ 150 co» 67. La forma «Marzieilla» sigue empleán­ arrancan otras dos, también bastante rectas; dose después; por ejemplo, en 1419 6S. una hacia el Norte. Otra, al Sudeste. En el El giro mayor en la historia de la villa núcleo más meridional hay otra plaza. La red corresponde al momento en que Juan II da el viaria se completa con otras calles menores. señorío perpetuo de ella a Mosén Pierres de El edificio más conocido de Marcilla es el Peralta. Porque éste y su familia, es decir los castillo-palacio de los descendientes de Mo­ marqueses de Falces, construyen allí un casti­ sén Pierres de Peralta, que ha sido reprodu­ llo conocido que subsiste en buen estado 69. cido muchas veces en obras sobre Navarra 73. Es posible que hubiera también una remo­ En ellas también se viene a decir que su delación del casco urbano. Marcilla está construcción debe datar, en esencia, de la en el centro de una hondonada, sólo a 290 época de aquel personaje, que su nieto metros de altura. Casi todo el término es de Alonso Carrillo de Peralta, primer marqués huerta de regadío y el Aragón describe varias de Falces, agregó un pórtico renacentistas y curvas en él. El núcleo urbano no tenía arriba reformó las torres en lo alto. Se repite tam­ de 477 almas en 108 casas en 180 2 70. A bién que la mujer de éste, Doña Ana de mediados del XIX había 120 casas y 685 Velasco evitó su demolición, poniéndose habitantes, con siete calles y dos plazas71. frente a la gente del coronel Villalva, encar­ Luego fue, también, cuando tuvo un creci­ gado de la de los castillos navarros, por orden miento mayor; 971 habitantes en 1888, 1800 de Cisneros 74. hacia 1916. En el casco vivían 1674 en 200 Hay que advertir que esta fortaleza no ha casas modernas o modernizadas en la mayor podido ser estudiada en todos sus detalles. parte 72. Un gran convento queda al Norte Los cimientos son de gruesos sillares y podría del núcleo. Este tiene al Nordeste de él, el pensarse que corresponden a una época ante­ castillo o palacio de los marqueses de Falces, rior al resto, que es de ladrillo. Se trata de con explanada al Oeste y al Sur. una gran construcción (dibujo de la fig. 107) De ella sale en dirección Nordeste-Su- de la que se conoce, sobre todo, la fachada doeste una calle recta de la cual en un cruce con dos gruesas torres laterales y una central,

Fig. 107,-Conjunto del palacio de Marcilla.

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Palacio de Morcilla. cha arbolada (fotos de las figs. 123 y 124), lados mucho menos regulares. También el interior es curioso. Se halla constituido por una serie de cuerpos que dejan en medio un patio rectangular, cuerpos pegados a los que constituyen el gran recinto fortificado, y con tejados propios y más bajos, siguiendo un sistema «imapluviato». Estos cuerpos son, sin duda, más modernos; a un antiguo patio de armas se le redujo, convirtiéndolo en un patio para usos agrícolas ante todo. Durante la del homenaje, que da a un espacio conver­ mucho tiempo en el castillo de Martilla se tido en jardín (compárense las fotos de la guardaron armas antiguas. Respecto a ellas lo lámina en color y figs. 120 y 121). Es claro más curioso es lo que dice el Padre Moret, que en la parte de ladrillo, correspondiente a según el cual, en su tiempo se conservaba allí las viviendas, se rasgaron en un tiempo ven­ la «Tizona» del Cid 75. tanas y balcones de hierro, de modo irregu­ A pesar de la influencia de un linaje lar. Las partes superiores están construidas de sobre el pueblo es claro que en él siguieron acuerdo con la técnica con que se hicieron asentadas bastantes familias de hidalgos, muchas fortalezas de ladrillo, también casas como lo acreditan no sólo las labras heráldi­ con algo de voladizo, en la zona del Ebro cas que pueden verse en casas, mejor o peor (fotos de las figs. 125 y 126). Pero en la conservadas, del siglo XVIII, sino en otras fachada donde está el pórtico (foto de la fig. anteriores, con elementos góticos (fotos de 122) también se nota que entre el arco gótico las figs. 127 y 128). En ellas predomina el de entrada, el aparejo de piedra inferior y lo ladrillo y el yeso. En algunos cantones las que sube hay una disarmonía que parece fachadas enfrentadas se hallan muy próximas denotar fases de construcción distinta y cam­ unas a otras y tienen un aire que recuerda al bio de concepción en ella. Esto se repite en de pueblos de mucho más al Sur (fotos de las los lados de atrás que dan a una parte estre­ figs. 129, 130 y 131).

NOTAS

1. R. Menéndez Pida!, «Orígenes del español», 8. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 244- pp. 81-82. 245 (n.° 490). 2. «Catálogo de los cartularios reales», p. 77 (n.° 9. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 133). pp. 440-441. 3. «Catálogo de los cartularios reales», p. 183 (n.° 10. Hoja 207 del mapa a escala 1:50.000 del 364). Instituto Geográfico y Catastral. 4. «Catálogo de los cartularios reales», p. 336 (n.° 1 1. Diccionario de 1802, II, p. 48, a - b. 690). 12. Madoz, XI. p. 763, a - b. 5. «Catálogo del Archivo General», II, pp. 38 (n.° 13. Plano en Altadill, II, p. 743. 86), 42 (n.° 96), 58-59 (n.° 113), 308 (n.° 780), docu­ 14. Martinena Ruiz, «Palacios cabo de armería» mentos de 1337, 1338, 1340 y 1356. II, p. 24, señala la existencia de un palacio, de los 6. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 448 Morales de Rada. (n.° 2), 492 (n.° 346) en la «Ribera». Es en 1204, de 15. Ya en la hoja 206. los pueblos de la cofradía de Estaca, «Catálogo de los 16. Moret, «Investigaciones...» pp. 58-59 (libro I, cartularios reales», pp. 76-77 (n.° 133). capítulo II, § XIV, n.° 75). 7. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 82-83 17. Moret, «Investigaciones...» p. 60 (libro I, ca­ (n.° 145). pítulo II, § XIV, n.° 77). 153 18. Muñoz y Romero, «Colección de fueros mu­ pp. 169-170. nicipales» pp. 594-596. «Catáiogo de los cartularios 46. «Catálogo de, AGN», I, pp. 297-8, n.° 664. reales», p. 17 (n.° 13). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, p. 294. 19. Muñoz y Romero, «Colección de fueros mu­ 47. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 328- nicipales», pp. 597. «Catálogo de los cartularios rea­ 329, n.° 747. les», p. 56 (n.° 93). 48. «Catálogo del Archivo General», III, p. 336, 20. «Catálogo de los cartularios reales», p. 74 (n.° n.° 861. 129). 49. La crecida debió ocurrir en 1419. «Catálogo 21. «Catálogo de los cartularios reales» pp. 76-77 del Archivo General» XXXIII, p. 107 (n.° 200). Pero (n.‘> 133). podría haber otra después, pp. 196-197 (n.° 368). 22. «Catálogo de los cartularios reales» p. 89 Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I. p. 169. Ver (n.° 157). Yanguas «Diccionario de antigüedades», 1. también, pp. 2 18-219 (n.° 411). Hay mucha más docu­ pp. 316-317. mentación en el mismo tomo. 23. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 201- 50. «Catálogo del Archivo General», XXXIII, pp. 202 (n.° 397). 182 (n.° 342), 497 (n.° 1096), 539 (n.° 1203). 24. «Catálogo de los cartularios reales» p. 229 (n.° 51. Diccionario de 1802, 1. pp. 192, b - 193, a. 455). 52. Madoz, V, p. 501, a - b. 25. «Catálogo dq los cartularios reales» pp. 251 53. Altadill, II, pp. 709-71 1, plano en la p. 710. (n.° 503), 280 (n.° 566), Yanguas, «Diccionario de 54. Enrique Cock, «Jornada de Tarazona...» p. 71. antigüedades», III, p. 317. 55. «Viaje fuera de España», edición citada, p. 26. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 314- 1901 (tomo II, carta XII, n.° 22). 315 (n.° 643-644) Yanguas «Diccionario de antigüeda­ 56. Francisco Méndez, «Noticias de la vida y es­ des», p. 338. critos del Rmo. P. Mtro, Fr. Enrique Flórez», p. 185 27. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 448 (n.° 364); 1766. (n.° 1), 489 (n.° 324) Aquí «Santa Kara». 57. «Spain revisited» 1, p. 90. 28. Yanguas, «Diccionario de antigüedades» III, 58. «A hand-book for travellers in Spain» p. 612 p. 317. a. 29. Diccionario de 1802, II, p. 351, b. 59. C. Bogue Luffmann, «A vagabond in Spain», 30. Madoz, XIII, p. 756, b - 757, a. pp. 32-33. Este viajero con un boieto del alcalde dur­ 31. Plano en Altadill, II, p. 765. mió en el hospital, p. 34. 32. Fernando de la Granja, «La Marca Superior en 60. Vicente García de Diego, «Diccionario eti­ la obra de Al-'Udri», p. 26 (n.() 29). mológico...» p. 849 a (n.° 4159). 33. Fernando de la Granja, op. cit. p. 35 (n.° 58). 61. Du Cange, «Glossarium...» IV, col. 526, 34. Fernando de la Granja, op. cit. 39 (n.° 67). «molendinariis et margillis» 1279, «Consuet. Tolos-». 35. Fernando de la Granja, op. cit. p. 40(n.° 70). 62. Simonet, «Glosario de voces ibéricas y lati­ 36. «Fortunio de Caparroso testis» en C.S.J.P., I., nas» pp. 335-336 une los dos nombres. Véase «marka» p. 44 (n.° 12) año 921. «Fortun Sangez de Caparroso» en Vicente García de Diego, «Diccionario etimoló­ en 1027, 1. p. 127 (n.° 43). Otra vez en II, p. 10 (n.° gico», p. 849, b (n.° 4170). 67) en 1036. 63. «Catálogo de los cartularios reales» p. 18 (n.° .37. Lacarra, «Historia política del reino de Nava­ 15). «Catálogo del Archivo General», I, pp. 44-45 (n.° rra» I, pp. 259-260. El Padre Moret, «Annales...» II, 16) Publicado por Muñoz y Romero, «Colección de pp. 64, a - 65, a (libro, XIV, capítulo III, § III, n.° 41) fueros municipales», pp. 427-428. Yanguas «Dicciona­ dio la traducción de este tratado según una copia de San rio de antigüedades», II, p. 685. Juan de la Peña. 64. Catálogo de los cartularios reales» p. 47 (n.° 38. Muñoz y Romero, «Colección de fueros mu­ 74). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, p. nicipales», pp. 390-395. «Catálogo de los cartularios 303. También en una «Historia de Marcilla» del P. reales» p. 17 (n.° 14). «Catálogo del Archivo General», Fabo (Pamplona, 1917) pp. 47-48. No la he visto. I, p. 44 (n.° 14). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 65. «Catálogo del Archivo General» I, p. 310 (n.° des», I., pp. 167-168. 698). Otros documentos hay sobre las abadesas; XVI, 39. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III. p. 245 (n.° 594), 1387, etc. P. 533. 66. J. Carrasco Pérez, «La población...» p. 381 40. «Catálogo de los cartularios reales» p. 2 14 (n.° (n.° 26). 423). 67. ). Carrasco Pérez, «La población...» pp. 415 4 1. «Catálogo de los cartularios reales» p. 339 (n.° (n.° 8), 419 (n.° 51). 425-426 (n.° 87), 433 (n.° 120). 695). «Catálogo del Archivo General» II, p. 5 (n.° 1). 68. «Catálogo del Archivo General» XXXIII, p. Yanguas «Diccionario de antigüedades», I., p. 168. 32 (n.° 50). 42. J. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 415 69. «Catálogo del Archivo General» XXXIX, p. (n.° 4), 419 (n.° 52), 422 (n.° 74), 426 (n.° 88), 342 (n.° 966). En agosto de 1430 le da Peralta y Funes; 433-434 (n.° 121). En 1350, aparece como «Caparosa», pero ya tenía Marcilla y Andosilla. Yanguas «Dicciona­ p. 380 (n.° 15). rio de antigüedades», I. p. 587, II, p. 692. 43. Yanguas «Diccionario de antigüedades», I. pp. 70. Diccionario de 1802, II, p. 6, b. 168-i 69. 71. Madoz, XI, p. 217, a. 44. «Catálogo del Archivo General», XLII, p. 347 72. Altadill, II, p. 727, con plano. (n.° 921). Yanguas «Diccionario de antigüedades», I. p. 73. Altadill, II, p. 729 y antes I. p. 794. 169. «Arquitectura turística navarra», loe. cit. p. 30 y texto 45. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I. p. 29 c - d. 154 «Itinerarios por Navarra», 1, p. 45. Martinena á la Castille» p. 465, indica que esto se cuenta Ruiz, «Navarra, castillos y palacios» pp. 29 y 92-93. en la vida del Cardenal Cisneros de Gómez. T.E. Uranga y F. Iñiguez, «Arte Medieval navarro» V. 75. Moret, «Investigaciones...» p. 667 (libro 111, láminas 17 y 18 en color, texto pp. 209-210. capítulo V, § 1 n.° 3). 74. P. Í3oissonnade, «Histoire de la réunion de la

155 156 157 158 114

Fig. 112.-Calle de Caparrosa.

Fig. 113.-Cuevas y casas. Caparroso.

Fig. 114,-Cuevas. Caparroso.

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Fig. 115-Casasreformadas. Caparroso.

Fig. 116,-Parte alta, de la iglesia. Caparroso.

Fig. 117.-Calle de Caparroso.

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Fig. 118.-Casas de Caparroso.

Fig. 119.-Casas decimonónicas. Caparroso.

Fig. 120.-Palacio de Morcilla, fachada de las tres torres.

163 Fig. 121 .-Palacio de Morcilla, fachada de las tres torres.

Fig. 122.-Palacio de Morcilla, entrada principal.

164 Fig. 124,-Palacio de Morcilla, otra vista.

165 166 167 Fig. 130.-Calle de Marcilla.

Fig. 131.-Calle de Marcilla.

168 PARTE V ili CAPITULO I LOS PUEBLOS DE LA RIBERA DEL ARAGON Y DEL NORTE DEL EBRO

1) Carcastillo y Mélida. 2) Villafranca. 3) Cadreita y Valtierra. 4) Arguedas y Murillo de las Limas.

El recorrido por los pueblos de la merin- sonal, más o menos indígena, porque «Ca- dad de Tudela se puede ajustar bien a las rus» o «Caro» es nombre romano, pero tam­ cuencas hidrográficas. En la parte septentrio­ bién aparece en la onomástica celtibérica 7. nal de ella, en la ribera del Aragón, los dos En algún documento el nombre aparece asi­ primeros, enfrentados con Murillo el Fruto y mismo como «Carocastro» 8, lo cual aparte Santacara. respectivamente, son Carcastillo y de confirmar el uso simultáneo de las pala­ Mélida 1. El primero tiene, sin duda, mucha bras «castellum» y «castrum», nos hace re­ más resonancia histórica que el segundo. cordar algunos hombres que deben compo­ El nombre es un compuesto de «caste- nerse de forma similar por ejemplo, el de llum» de un tipo que se repite en Navarra y «Punicastro», castillo muy afamado; también en zonas vecinas. Las primeras referencias al en Navarra 9. Este nombre, por su parte y en nombre parecen hallarse en textos árabes. su primer elemento, nos recuerda al de «Vi- Una acaso de la época en que estaba en llapun» o «Villapuni» (Villa de Pun) en Val- poder musulmán 2. Otras, cuando ya era degobia (Alava) 10, y resulta que «Punius»: plaza cristiana, evacuada en 924 ante una «Punitius» y el patronímico «Punitiz» se do­ gran expedición califal 3. Después el nombre cumentan en la Antroponimia medieval 11. aparece escrito de formas diferentes; pero Parece, pues, que el nombre de Carcastillo hay que advertir que en el fuero de Alfonso obedece a la existencia de un castillo de un el Batallador se repite, una y otra vez, la de hombre importante en la tierra, como en «Carocastello» 4. La forma nos recuerda a la otros casos y formas lo son los de «Castroge- de «Unocastello», para Uncastillo, que tam­ riz» o «Castrocontrigo», mucho más defor­ bién aparece, a veces, como «Unicastello» 5. mados 12. Como en tantas otras ocasiones, el Estos nombres hay que asociarlos -por otra fuero de este pueblo implica una repoblación parte- con los de , castillo de en parte («vobis totos homes populatores de «Deio», y «Turdicastiello» 6. La cuestión es, Carocastello, qui estis ibi, et ad illos qui pues, averiguar el significado del primer ele­ adelante ibi venierunt populare»...) de un mento. En el caso de «Carocastello» podría término en el que la toponimia es sobre todo pensarse (como en otros) en un nombre per­ romance: «Muguiellas», «Podio retondo».

171 «Viegia», «Rúa Longa», «Podium pinosum». categoría de palacio de cabo de armería do­ «Valzamiilada» 13. El significado de Carcasti­ cumentadas hasta fines del siglo XVIII. pero llo en una antigua ruta comercial hacia Ara­ siempre adscritos a la Oliva. En 1802 se le gón se comprueba por las disposiciones asignan 446 habitantes. Se señala, también, la prohibitivas de paso por allí de mercaderes, a existencia de un regadío de 1.262 robadas. favor de Sangüesa 14. Puede pensarse que Aumentó a 546 en poco menos de medio pierde cierta significación al convertirse en siglo; vivían éstos en 120 casas en calles muy señorío eclesiástico. llanas, una plaza y una plazuela. En su tér­ Carcastillo en el siglo XII fue donada-en mino su hallaba el caserío «Figarol» y el efecto- como villa al monasterio de la Oli­ despoblado de «Encisa». Madoz añade, tam­ va 15, y en l 204 forma parte de la cofradía de bién: «Aun se conserva en los límites con la Estaca 16. Pero mucho después seguía perte­ provincia de Zaragoza una especie de portal neciendo al monasterio, aunque Carlos II o fortificación muy sólida con varias troneras señaló ciertas atribuciones de los funcionarios en buen estado cuyas obras y los restos de reales en materias de alta justicia sobre todo distintos fosos que rodean a la villa manifies­ 17. Esto se dispuso en 1 35 1. pero luego hubo tan que esta fue en tiempos remotos punto de ratificarse en tiempo del mismo rey 1S; y de defensa bastante respetable» 21. También de esta época hay una «recepta» del peaje de describe el regadío. En la toponimia puede Carcastillo y Mélida 19. «Carcastillo» o «Car- registrarse todavía un término vasco, el de castieillo» aparece con poco número de ha­ Larrate. quizá debido a los pastores trashu­ bitantes en 1350 y en la merindad de la mantes. También Carcastillo aumentó bas­ Ribera; ocho fuegos de labradores en 1 366, tante durante la segunda mitad del siglo XIX, más cuatro de hidalgos20. Mucho después porque hacia 1888 tenía 1.365 habitantes y conservó su pequeña fortaleza y una casa con en 1910 llegaban a 1.687, con 339 casas.

Fig. 132.-Monasterio de la Oliva, fachada. Fig. 133.-Monasterio de la Oliva, entrada.

algunas en el término y las más en el núcleo, núcleo antiguo hay algún edificio importante que formaba una especie de elipse imper­ de piedra, con galería superior de arcos de fecta, con un eje de Norte a Sur22. ladrillo, amplio balconaje y puerta de arco de Carcastillo está a 352 metros de altura y medio punto (en la plaza) (Foto de la lámina tiene un término bastante grande hacia el Sur en color). Muchas casas de dos y tres pisos de y Sudeste. El monasterio de La Oliva le dos huecos por banda y otros edificios que queda al Sudoeste, bastante cerca; y la cañada denotan el crecimiento decimonónico. ganadera que baja desde el Roncal a las Bar- denas cruza su término de Norte a Sur, por El gran cuerpo de construcción que da bastante trecho. Hoy día el casco urbano se acceso al monasterio de la Oliva es un buen ha ampliado de modo considerable hacia el ejemplo de arquitectura navarro-aragonesa Sur y el Sudoeste y subió a 2.762 habitantes de piedra y ladrillo (figs. 132 y 133), en hacia 1970 23. Esta parte ampliada no tiene contraste con los estupendos elementos me­ interés desde nuestro punto de vista. En el dievales del interior (figs. 134, 135 y 136). Fig. 134.-Monasterio de la Oliva, centauro. Fig. 135.-Monasterio de la Oliva, sirena.

Fig. 136.-Monasterio de la Oliva, ciervo. 175

Mélida se ha desarrollado menos. Fue antiguo, tal como se ve en el plano que da pueblo con castillo también. Creo que es Altadill, (el de la hoja 206, de 1953. es más nombre romance y que hay que asociarlo con complejo) 33, nos indica la existencia de un «mellitus». «mellita», «mellitum», relacio­ núcleo rectangular, con una masa más com­ nado con la miel. La toponimia alusiva a la pacta hacia el Norte y la proximidad del miel es conocida en la península y desde la Aragón, que podría recordar una pequeña Antigüedad 24. Nombres como Peña-Melera, «bastida» con tres calles y unos cantones. etc., lo acreditan. Mélida se repite en Valla­ Luego paralela, otra mayor con la plaza hacia dolid 25. Aparece la de Navarra como un el camino de Carcastillo, y unos edificios pueblo de labradores, en el que hay un casti­ meridionales, de junto a los cuales arranca­ llo real en 12 6 6 26 y en 1307 se prometía a ban de Este a Oeste los caminos a Sádaba y a los labradores guardar sus fueros, franquezas, la Bardena, en tres direcciones. El pueblo, a privilegios y buenas costumbres27. Poco 349 metros, ha crecido hacia el Oeste y se ha después, en 1369, aparece sujeto al monaste­ hecho más compacto hacia el Sur. El creci­ rio de La Oliva 28 y nueve años más tarde, fue miento lúe posible en el XIX, pues en 1888 destruido todo él por los castellanos 29. En se dan 804 habitantes y en 1910 eran 1012, 1366 Mélida tiene dos fuegos de hidalgos y con 997 en el casco que tenía 188 viviendas. cinco de labradores 30. así que la destrucción No faltan, como en Carcastillo, casas de bas­ era fácil, como en otros casos en que se habla tante empaque y del estilo común en la zona de despoblados, mortuorios o mortueros. en el siglo XVIII, diferenciándose poco de lo Es posible que después fuera objeto de que encontramos, cuando el río, ya unido con una reconstrucción de planta. Mélida en el Arga, va hacia el Sur y pasa por municipios 1802 da 292 almas31. Madoz establece que que. en parte, viven de él, pero que quedan hay 350 en cien casas distribuidas en seis más apartados de sus orillas. calles y una plaza32. En realidad, el casco

De ellos el siguiente es el de Villafranca; existencia de varias poblaciones que se lla­ un nombre que se repite bastante en España man «Francavilla». La aparición de estos y que tiene sus equivalentes en Fracia e Italia. nombres es propia de época determinada. En Hay «Villafrancas» no sólo en Navarra, sino los manuales de toponimia franceses se con­ también en Alava y Guipúzcoa, en Aragón sideran «formaciones de la época feudal», varias, en Castellón y Valencia, en Cataluña y como otras que hemos encontrado ya en la Mallorca; también en Burgos y León, en Navarra de la Ribera. Se ilustra esto indi­ Avila, en Badajoz, en Toledo34. Unas han cando que «Villefranche-de-Conflent», que tenido poco desarrollo; pero otras son nú­ es de las más antiguas, es fundación de 1095. cleos bastante considerables. Lo mismo pasa «Villefranche-de-Rouergue» de 1232, «Vi- en Francia con las «Villefranche». que se llefranche-de-Lauragais» de 1270 35. El con­ extienden por amplios territorios. En Italia cepto lo encontramos en alemán, en nombres los términos se invierten, señalándose la como «Freiburg» y la forma del tipo señalado en Italia, también se da en Francia, en «Fran- cheville» 36. Hasta qué punto esta comunidad de nombres obedece a una comunidad de conceptos jurídicos, militares y mercantiles es lo que aún no está del todo aclarado. Lo Casa palaciana renacentista. Carcastillo. que sí es evidente es que en Navarra corres­ 177 ponden a una época del desarrollo de la inmediata. En 1416 Carlos III dio grandes monarquía. Ya se ha visto varías veces cómo privilegios al vecindario en atención a los sobre un núcleo urbano anterior, con un esfuerzos que realizaba en servicio de los castillo a veces, se hace una fundación nueva, reyes; era plaza fronteriza muy expuesta, en con otro nombre, y cómo el tránsito de castillo efecto49. Estos privilegios se confirmaron en a municipio propiamente dicho se repite una 145 1 50. y otra vez. El caso de Villafranca es de los Pero después, en 1462. el rey perdonó a más ilustrativos. Alfonso el Batallador fecha los habitantes un censo de sesenta y cinco «in Billafranca» en septiembre de 1129 el libras, sobre sus casas, porque cuando las fuero de Cáseda 37. Pero parece que, como tropas del rey de Castilla entraron en Nava­ en tantos otros casos, la creación de un nú­ rra, «desficieron todas e’ las mas casas de la cleo urbano con nuevo fuero se debe a San­ villa, e atajaron aqueilla, e con la fusta e cho el Sabio, que lo da en Tudela en 1 191, a madera de aqueilla, se acogieron en un cir­ «Alesves» 3S. Posteriormente entre los ue- cuito alto et pequeño de la dicha villa, donde blos que constituyen la cofradía de Estaca se pudiesen defender et conservar, a muy (1204) aparece «Alesves» 39 y este pueblo grant danio et destrucción deillos...» 51. tiene un «tenente» en 1222 40. Luego hay varios pleitos por concesiones en Ahora bien, cuando en 1238 Lupo Garsie el término; pero aún hay mayores concesio­ de Olcoz obtuvo del rey un permiso para nes, que reflejan que en 1466 los daños de la construir el molino de Carcava, se indica en guerra seguían patentes 52. la escritura que se hizo en Villafranca «que in- quam villa Alesueis retro temporibus voca- Un documento de 1493 creo que es muy tur»41. Moret señala la relación del molino significativo desde el punto de vista de la con la construcción de una gran fosa para historia urbana de Villafranca. Estando en regadíos «tirada desde aquella villa acia Tu­ Saint lean Pied-de Port los reyes Don Juan y dela» y señala que por no conocer la reduc­ Doña Catalina concedieron, entre otros dere­ ción se erró muchas veces42. Resulta pues, chos a concejos lindantes con las Bardenas, que el nombre es anterior a la «confirma­ uno a Villafranca para que pudiera gozar de ción» de los fueros de la villa hecha por aquel territorio, entre los términos de la villa Enrique I, en 1271, en la que hay referencia y la carrera que va de Caparroso hasta Santa a fuerzas y excesos cometidos por Sancho el María del Yugo. Esto atendiendo a una sú­ Fuerte y los Teobaldos43 y que es el primer plica y en consideración al aumento del vecin­ documento a que hace referencia Yanguas 44. dario y al interés que demostraba éste por En 1355 las rentas de Villafranca estaban construir edificios mayores y mejores que los asignadas a la reina45. En 1356 se da una antiguos, a la par que trabajaba en la iglesia y orden de reparar entre otros castillos y villas en los muros. De las Bardenas llevaba leña de la Ribera las de Villafranca, pudiéndose al seca y verde, de pino 53. tratarse de murallas derribar las casas extra­ Parece evidente pues, que entre 1466 y muros, dando solares a los dueños de las 1493 se había llevado a cabo una reconstruc­ derribadas para que pudieran levantar otras ción de Villafranca y creo que la planta ur­ dentro del recinto y obligando a maestros bana, tal como existía a comienzos de este carpinteros y mazoneros y a los braceros a siglo, corresponde a esta reconstrucción, total trabajar en las obras de reparación que afec­ en apariencia. En 1802 era pueblo de hasta taban a Villafranca con Ablitas, Araciel, Ar- 2.635 habitantes rodeado por el regadío he­ guedas, Cadreita, . Casteillón (Cas- cho en varias épocas, de hasta 12.135 roba­ tejón), Cintruénigo, Corella, Monteagudo, das 54. Madoz señala que está en una pequeña Tudela y Valtierra46. Consta que en Villa- eminencia, que tiene 2.227 almas en 530 franca se reparó la torre del rey, por Barto­ casas, que forman diez calles y una plaza. lomé de Cadreita 47. Pero no indica nada respecto a su configura­ Diez años después Villafranca tenía cua­ ción. Sí recuerda que aún en 1834 la iglesia renta y dos fuegos de francos y seis de hidal­ sirvió de fortaleza a los «nacionales» (es decir gos48. Pero de lo que fuera esta vecindad liberales) atacados por Zumalacárregui, que desde el punto de vista urbano, hay derecho terminó por incendiarla y fusilar a los defen­ a pensar que no quedó gran cosa en la etapa sores supervivientes de una manera cruelísi­ 178 ma 55. Las casas, a comienzos de siglo, eran XVII y sobre todo el XVIII, en que se unas 638. La población, que en 1888 había hicieron plazas y edificios de ladrillo muy llegado a los 3.171 habitantes, bajó luego y notables, en el estilo navarro-aragonés que en 1910 tenía 2.754. El casco urbano era podría llamarse ibérico en el sentido más muy denso 56. ajustado de la palabra, porque se da teniendo Altadill decía que en el casco urbano te­ al río Ebro como eje de expansión, hacia el nía Villafranca la íorma de una U. Es decir, Noroeste o hacia el Sudeste. hacia el Noroeste tenía una curva y los otros Se forman así conjuntos como el de la lados eran más o menos rectos. Anotaba la foto de la fig. 138, en que en primer término existencia de siete cailes longitudinales y aparece el palacio cuya fachada se ve mejor ocho transversales, con cinco plazas y una en la foto de la fig. 139, que es un clásico plazuela. Creo que esta disposición general es palacio dieciochesco de la Ribera, con cinco la dada al núcleo en la última lase del siglo huecos por banda en planta baja y piso prin­ XV y que de lo anterior puede rastrearse cipal más una galería de catorce arcos. Cuatro algo, arrancando de la iglesia, por una de las huecos en la fachada lateral y gran linterna calles consideradas transversales. Esta planta sobre el tejado. La construcción de Villa- de Villafranca se amplió luego en ángulo, que franca es predominantemente de ladrillo; en hace la carretera a Cadreita y una de las las calles más estrechas pueden verse casas acequias, al Sur. Pero posteriormente al otro señoriales, con rejas, balcones y blasón, como lado de la vía del ferrocarril y al Sudeste del la de la foto de la fig. 140, u otras, más antiguo casco, más allá del cementerio, se ha modernas y modestas, estrechas y hasta de hecho una población nueva, donde todavía en tres pisos, en que el ladrillo está también 1952 no nabía más que un campo de fútbol. muy bien trabajado, con sentido decorativo Esta se ve en la foto aérea que se reproduce (foto de la lig. 141). Las galerías superiores en la fig. 137. de arcos se hallan en muchas, como ocurre en Desde nuestro punto de vista hay que otros pueblos vecinos (foto de la fig. 142). señalar que en Villafranca -como en tantos El edificio más conocido de Villafranca es otros pueblos- las concepciones urbanas am­ el palacio aludido que se reproduce en las plias se desarrollaron en los siglos XVI. fotos de las figs. 138 y 13 9 57.

Los pueblos de la merindad que quedan «Cadreggas» (1082) y en fin «Cadrechas» inmediatos hacia el Sur, se encuentran todos (1170) 5S. «Cadreita» se ha quedado en una ellos al Norte del Ebro. El primero es Ca­ especie de estadio de tránsito; como «peita» dreita que tiene al Aragón en su confluencia en vez de «pecha» y otros vocablos navarros con el Ebro al Oeste, y al mismo Ebro al Sur antiguos 59. Cadreita es un pueblo que parece en un tracto en el que el término de Alfaro lo haber sido conquistado a los moros por San­ rebasa. Cadreita parece un nombre antiguo cho Ramírez en 1084 60 y este rey lo donó a romance que en su origen sería «cataracta». «San Ponce de Torneras» en 1093 61 - Des­ Esta palabra tiene varias acepciones: entre pués, en el fuero de la Tudela ya cristiana, ellas la de esclusa, compuerta y presa. El paso aparece como dentro de su jurisdicción 62 y de un grupo «-akt» a «ec» lo documenta con nombre más próximo al original: «Ca- Menéndez Pidal con la voz «cataractas» pre­ treyta». Muy posteriormente aparece en cisamente, que, en un topónimo castellano- 1218, en que el rey de Navarra se queda con burgalés, da «Kadrectas», en 1011, luego la yilla y el castillo que eran de Johan y Gil 179 de Vidaurre, a los que entrega a cambio mentó más en el XIX, aunque en 1888 había cuatro lugares 63: Arre, , Biurrun y más que doblado la cifra anterior (695), en . Todos mucho más al Norte. A pro­ 1910 tenía 851. Altadill daba un plano que se pósito de esta permuta, Moret indica que reducía a un casco urbano pequeño, orien­ Sancho el Fuerte procuró agregar al patrimo­ tado de Noroeste a Sudeste, con una calle nio real todos los castillos y lugares que recta central, como eje, tres laterales hacia el quedaban en frontera, levantando a la par Este y cuatro hacia el Oeste. Esto varía muy nuevas poblaciones grandes, como Viana poco en 1952 y la construcción resulta, en su (1219) 64. Poco después, en 1221, forma mayor parte, muy modernizada. Más al Su­ fraternidad con los concejos de Arguedas y deste, Valtierra ofrece elementos urbanos de Valtierra, para defender intereses comunes mayor interés. que, sobre todo, se referían a la distribución Se trata de un pueblo que conserva su de aguas de riego 65. En 1235 el arzobispo de nombre romance en la época árabe, en que es Toledo Don Rodrigo reconoce que Teobaldo castillo de alguna notoriedad. En efecto, en la 1 le ha concedido de por vida, el castillo y la obra de Al-‘Udri aparece por cuatro veces. La villa. Este es el famoso Don Rodrigo Jiménez primera vez en 883 de J.C., como fortaleza de Rada 66. disputada por miembros de una misma fami­ Varias referencias al castillo hay de tiem­ lia muladí 75. Se fortifica a la vez que Capa- pos algo posteriores 67; más tarde aún muchas rroso hacia 915 76. Es castillo importante actas de toma de posesión de sus alcaides, de siempre 77, y sus señores muladíes aparecen inspecciones generales de los castillos de la incluso como testigos en escrituras de San zona y de reparaciones en tiempos de espe­ Juan de la Peña. cial peligro 68. Es un pueblo de composición Así, en una en que el rey Fortún García étnica mixta, porque en el censo de 1366 se señala los términos de San Julián de Labasal, indica que tenía fuegos de labradores cristia­ el año 893, firman: «pagani vero Mohamat nos, de hidalgos y de moros 69. Esto es rastro Ebenlupu in Balleterra, et Mohamat Atauel obligado de la larga ocupación musulmana, in Osea» 78. En otra, de 947, «Mohamat que nos es mejor conocida en relación con el Ebenlupe in Valterra» 79. Las dos formas son pueblo vecino de Valtierra. arcaicas. Moret indica que, en su tiempo, en Cadreita parece haber sido objeto de una Valtierra había rastros de población antigua gran destrucción cuando las guerras fieras mucho mayor y «fábricas subterráneas de con Castilla y luego presa de la peste. La architectura morisca por ser tierra calidissi- guerra de 1355 es la más señalada 70. La peste ma» 80. Las atribuye a la época de estos ré­ mayor la de 1348 71. Pero con todo, se ve gulos o cabecillas. En todo caso, vamos com­ que hay continuidad en el vecindario y en probando que en esta zona de los vascones 1372 se observa que seguía habiendo vecinos antiguos, dominada por los árabes, éstos en­ moros y cristianos, a los que se libertó de contraron ya una población completamente toda pecha 72. Después pasa por distintas vi­ romanizada desde el punto de vista lingüís­ cisitudes y a estar en manos de varios se­ tico y con rasgos parecidos a la de los mozá­ ñores 73. rabes de más al Sur. Simonet, que recogió Pero el castillo subsistió tras las destruc­ tanta documentación en escrituras mozárabes ciones organizadas por Cisneros. El dicciona­ y textos árabes acerca de «vallis» y sus com­ rio de 1802 dice esto: «El duque de Albur- puestos, no incorporó -sin embargo- este querque como marqués de los Balbases, se­ nombre81. La diptongación de e, muy gene­ ñor de toda la villa, tiene en ella un palacio, y ral y bastante antigua, al parecer, hace que contiguo a él un castillo fuerte en tiempos de «Valtierra» aparezca ya con «ie» en el fuero los moros que ya está arruinado, y era el de Tudela82 como dependiente de aquella blasón de sus armas, como se ve en un sello ciudad. Antes, en 1092, al otorgarse el fuero de cera pendiente de una escritura en perga­ de Arguedas, se fijan sus límites con aquel mino del año 1307, que está en el archivo del pueblo. Los topónimos a que se hace refe­ gran priorato de la religión de San Juan, rencia en la demarcación son romances: «Val legajo de Cadreyta» 74. El pueblo tenía 314 de Estinyel», «Torr de Trescales», «Soto del almas y no parece que estaba muy próspero. Yugo» 83... No ha sido de los pueblos riberos que au­ En 1139 el rey Don García el Restaura­ 180 dor y su mujer Doña Margarita donaron las de que en 1367 se decía que había sufrido iglesias de Valtierra y Cadreita a su capellán mucho por la ocupación que había experi­ Lope, que era a la par sacristán y tesorero de mentado de «los ingleses e otras malas gen­ la catedral de Pamplona y el rey concedió, tes», que entraron en la villa tras tomar el además, que, cuando fuera tiempo oportuno, castillo 102. se transformara en iglesia la mezquita de Prescindiendo de otros documentos, hay Valtierra que subsistía84. Así pasaron todas que señalar que en 1453 su vecindario se las pertenencias de la tal mezquita a Santa había reducido de setenta a veinticinco o María de Pamplona. Los bienes de la iglesia de Valtierra se acrecientan luego con dona­ treinta fuegos 103 y que a 1456, cuando se ciones85 y dan orígenes a pleitos entre los dan las pechas de Valtierra a Mosén Martín clérigos y el «prior» sobre las raciones86. de Peralta, aparecen en el vecindario judíos, Otros documentos de esta época dan a en­ además de cristianos y de moros 104. La crisis tender que, dentro del término de Valtierra, demográfica seguía al parecer en 1471 105 y había propiedades (piezas) de los vecinos de es después cuando comienza a experimentar Arguedas87 y de 1244 hay memoria de la un aumento sensible. existencia de un hospital de Sancti Spiritus, Puede pensarse que. en efecto, cuando en servido por frailes y con pobres dependientes l 529 pudo hacer el esfuerzo económico de de él 88. La iglesia del pueblo, bajo la advoca­ pagar a Carlos l 1.500 ducados de oro por el ción de Santa María, tenía casas, posesiones y castillo, el horno real, el molino, el soto y el muchos derechos en 1288 89. Todo esto in­ paso del Bergal, más cincuenta robos de pan dica que Valtierra era pueblo de considera­ en los «cuartos», se hallaba en una situación ción, dentro del marco económico navarro. de mayor prosperidad que a tiñes del siglo XV 106. En 1 147 asimismo aparece como una te­ nencia asociada a Funes 90; con moros y cris­ Mucho más tarde, en 1631, compra, tam­ tianos en 1 163 91, con casas, viñas, piezas y bién al rey. la jurisdicción criminal por 1.200 huertas 92 en 1 167. Un documento de 1 188, ducados 107. Cierta prosperidad se percibe aparte de comprobar la existencia de pobla­ asimismo a través de edificios públicos y pri­ ción mahometana, da una lista de términos vados. que, en parte, son árabes («Abencehir», Valtierra tenía al comenzar el siglo XIX «Aflophat»); otros siguen siendo romances 1.129 habitantes, quedaba en el camino real y («Badiello de Retorta», «Rueta», «Rega- disfrutaba de un buen regadío. Se da a en­ niel», etc.) 93. Valtierra figura en la colradía tender que conservaba algo de muralla 108. de la Estaca en 1204 94, y en 1218 hay me­ El archero Cock mucho antes, en 1592, moria de una cofradía de San Salvador dice: «Baltierra es villa o pueblo pequeño, («confratie Santi (sic) Salvatoris Valterrie») que tiene una buena casa a manera de casti­ compuesta de caballeros, clérigos, inlanzones llo, en que su Magestad posó, situada al lado y labradores, que dona la casa de la misma al meridional de unos collados altos, no lexos hospital del Santo Sepulcro de Montpe- de la ribera de Ebro, que se paresce, y tam­ llier95. En 1221 Valtierra hace hermandad bién se vee la villa de Allaro, que está a la con Arguedas y Cadreita, para cuestiones de otra orilla del río en Castilla» 109. riego sobre todo 96. Otro documento de 1229 expresa la existencia de una vía del En la primera mitad del siglo XIX Valtie­ castillo, próxima a unas casas del rey, donde rra cambia poco de población. Madoz le da vivían los moros de Alguazoz 97 y otro de 1.181 habitantes y un casco de 235 casas, 1233 indica que una torre de cierto particu­ repartidas en seis calles y una plaza 11°. Val- lar, con varias heredades, fue vendida al rey tierra tiene un casco urbano que originaria­ por 2.500 sueldos 98. Las memorias sobre el mente debía estar constituido por una elipse, castillo tampoco faltan ". Valtierra estuvo con dos calles y varios cantones. Este casco se bajo el control económico de distintas perso­ acrecentó por el Sudeste y al flanco occiden­ nas agraciadas con sus pechas y rentas 10°. En tal, por donde hoy pasa la carretera, se hizo 1366 tenía una población compuesta de siete otra calle, que hoy es la más importante del fuegos de francos y labradores, veinticinco de pueblo. hidalgos y veinticuatro de moros, es decir, Las tres plazas son consecuencia del au­ cincuenta y seis cabezas de familia 101 a pesar mento periférico por un lado; por otro, de

181 ensanches interiores. En 1888 tenía 1.666 emparentó con los Beaumont, en 1530. Estos habitantes y 1.833 en 1910. El plano que da fueron luego los señores y tuvieron pleitos Altadill expresa ya las ampliaciones 111. En el con Valtierra a propósito del título de «pala­ casco había, por entonces, 1.803 almas y 298 cio» de su mansión. edificios, con noventa y seis albergues. La villa de Valtierra queda a unos 266 metros de Pero en 1747 Don Manuel Salcedo y altura y en un flanco perceptible que va de Beaumont, conde de Gomara, era reconocido Noroeste a Sudeste la ciñe un sistema de señor de los palacios de Valtierra 112. cabezos que llegan a tener más de 400 me­ tros, y que son de gran aridez en contraste Las fotos de las figs. 155 y 156 y el dibujo con la zona llana que alcanza al Ebro y donde de la fig. 157, están hechos cuando el palacio hay un complejo sistema de acequias, que en cuestión ya se hallaba en muy mal estado, ríos. pero entero. Después se derribó, dejando también se llaman sólo la fachada sobre la carretera, como un El conjunto urbano es, todavía, uno de testimonio de no se sabe qué. Era un edificio los más curiosos de esta zona. Aparte del constituido por un gran cuerpo rectangular efecto que producen las dos calles largas y de planta baja y dos pisos. La fachada princi­ estrechas más antiguas, con sus partes bajas pal, que es lo único que queda, estaba flan­ blanqueadas, sus balcones rasgados en el siglo queada por las dos consabidas torres palacia­ XIX y sus galerías altas de ladrillo (fotos de nas. Es bastante sobria, dentro de su estilo. las figs. 143, 144 y 145), se ha de resaltar la En el lado opuesto del gran cuerpo había existencia de edificios también de ladrillo, otras dos torres. La fachada lateral del lado como el representado en la foto déla fig. 146, izquierdo tenía siete grandes balcones y siete a la izquierda y en la foto de la fig. 147, que ventanas cuadradas encima. Una puerta de se ajustan a un estilo muy peculiar de la zona entrada. Por el lado opuesto, la otra fachada del Ebro, con voladizo de inspiración o tradi­ lateral era más irregular. Había hacia el lado ción medieval. Al lado de estos otros más hoy conservado un juego desigual de tres comunes, con galerías de arcos o sistemas de ventanas superiores y dos balcones (uno ce­ ventanales cuadrados en serie, en lo más alto, gado), con dos huecos más, abiertos sin si­ como los de la misma foto de la fig. 146. Hay metría. Pero, después, en lo alto existía una una casa palaciana, la de la foto 148, con gran galería de ocho arcos abiertos a modo de galería doble,| cosa menos frecuente y buena solana. En el piso principal cinco huecos rejería (foto de la fig. 149). también irregulares y abajo cuatro, con cua­ Hay calles en que las casas están mal tro contrafuertes, como se indica sumaria­ tenidas (fotos de las figs. 150, 151 y 152), y mente en el dibujo referido 113. Dentro del edificios de empaque ciudadano (fotos de las gran rectángulo había un patio espacioso. figs. 153 y 154). Aparte de este palacio magnífico y digno de El edificio civil más conocido de Valtierra mejor suerte, hay en Valtierra otros edificios era el palacio de los condes de Gomara. Los civiles de buen corte, neoclásico ya, y solu­ que llevaban este título en el siglo XVIII, ciones para plazas y ensanches de una her­ cuando se construyó, descendían de Martín mosa línea, como se ha visto. Entre casas de Peralta, que obtuvo el señorío en 1456. La humildes, alguna de amplias dimensiones familia, por vía de Doña Leonor de Peralta, (fotos de las figs. 158 y 159).

182 IV

Arguedas, un poco al Sudeste de Valtie- Far», moro123. En 1351 Carlos II confirmó rra, tuvo por fuerza un destino parecido al de el fuero 124 y el mismo año se señala la esta villa y„ así, permaneció en el área mu­ existencia de una «bardena del rey», con sulmana hasta el año 1084 114. Pero también, arbolado en el término del pueblo 125. De como en el caso de Valtierra, Caparroso y 1358 hay una relación de las cabañas de vacas otros pueblos de la misma zona, su nombre que han pastado en las «bardenas» de Ar­ parece romance o «romanceado»; en el fuero guedas, Peñaflor y Sancho Abarca 126. Las de 1092 está escrito como hoy 125. Pero en fotos de las figs. 161, 162 y 163, nos ponen otros textos se encuentran documentadas en situación de comprender qué son hoy los grafías diferentes. «Arghedas» en una sus­ paisajes que existen, incluso cerca del núcleo cripción de Irache en 1097 116. En otros do­ urbano, en estas «» que en cumentos se lee «Argetas» 117. Se ha querido otro tiempo tenían, al parecer, bastantes pi­ asociar el nombre con el de una ceca ibérica, nares, como lo reflejan los documentos alu­ en que se lee «Arecorada» o algo similar. didos. Pero la reducción no satisface a muchos y el nombre está sin explicar. En todo caso, queda En 1254 los vecinos de Arguedas habían entre bastantes de tipo romance que hubie­ ganado un pleito por contrafueros realizados ron de sufrir variaciones peculiares en la por Don Sancho el Fuerte y Don Teobaldo I época de dominio árabe o muladí. cuando les despojaron de Peñaflor y edifica­ Aparece como «tenencia» en l 110 118. ron el castillo de este nombre 127. La pobla­ En 1203, como término cerca del cual el rey ción de 1366 es de 108 fuegos de labradores podía hacer una presa y acequia, en el camino y 12 de hidalgos 128 que luego se reducen, de Tudela a la villa 119. Pertenece a la cofra­ como en los pueblos circundantes; de aquella día de Estaca en 1204 120. La donación origi­ cifra a la de sesenta y uno y después a cin­ nal a «San Poncio de la iglesia de Arguedas» cuenta (1376); más tarde a treinta129. De (San Esteban), se amplía por un cambio que 1433 hay una curiosa transacción con el mo­ narca relativa al horno público 13°. En 1456 hace el rey en 1213 por varias tierras en se da pueblo y castillo a Don Martín de término de Tudela pertenecientes a aquel Peralta, donación por la que se ve que había monasterio francés. En el término de Argue­ vecindario de moros y judíos, lo cual oca­ das aparecen entonces nombres tales como sionó largos litigios 131. Es decir, que tiene un «Valle Morta», «Alberca», «Torre del Rey», ritmo histórico parecido a Valtierra y otras «La Canal», «Azudiello», «Soto de Junco» (a villas cercanas. En 1608 obtiene el asiento en orillas del Ebro), «Río Amefoa», «Lagrera», cortes 132. En 1802 se le asignan 900 habi­ «Cala», «Naviella», «Las Paretes» y «So­ tantes y se hace referencia al dilatado regadío peña». Varios nombres son claramente alusi­ y a los términos bardeneros 133. A mediados vos al regadío 121. del siglo XIX había subido a 1.068, en 280 Como se recordará, en 1221 hace «fra­ casas 134, que a comienzos de este siglo eran ternidad» con Valtierra y Cadreita, en de­ 324 en el casco urbano. Tenía, en 1910, fensa de intereses comunes en que predomi­ 1961 habitantes. El plano que da Altadill nos nan los tocantes a riegos. Dejando aparte refleja la existencia de un núcleo urbano escrituras de ventas de particulares, nombres compacto y ordenado con alineación rectilí­ de alcaides del castillo, cambios de pechas y nea. En efecto, la villa está orientada como otros documentos que son poco significativos Valtierra, en función del antiguo camino, de para el estudio de la estructura física de la Noroeste a Sudeste. Hay una calle que sirve villa y de su término, hay que insistir en la de eje, aun cuando a un lado de ella, el que importancia que tiene en su desarrollo el da a la parte quebrada, tenía más desarrollo. regadío, que enfrentó a Arguedas con Muri- Dos calles rectas salen de ésta dividiendo 11o de Las Limas en 1325 122 y en relación aquella parte en tres trozos principales y en con el término de «Puliera». El litigio ter­ el interior está la plaza cuadrangular. Las minó con un reconocimiento de derecho; por otras vías y plazas son más irregulares y pe­ parte de Arguedas y entre los que intervinie­ queñas. Arguedas, que está a 266 metros, ha ron en el arbitraje está un «don Amor de crecido hacia el Sudeste.

183 Las notas constructivas que se han dado grupo de casas agregadas al municipio tude- para Valtierra se repiten aquí. Las calles son lano. El nombre nos es conocido por los parecidas y las casas también, como puede otros Murillo de que se ha tratado. Hay que verse en la foto de la fig. 164. Pero algo que observar, sin embargo, que en documentos cobra más fuerza es el barrio de las cuevas, al antiguos se documenta como «Morel» y aun que corresponden las fotos de las figs. 165 y «Morella», lo cual hace pensar en «muralis» 166. y «muralia». «Lima» es palabra relacionada, El pueblo siguiente hacia el Sudeste es sin duda, con «limus», barro. Ya se ha visto Murillo de las Limas, núcleo que después de que aparece como topónimo: el «Limar», la haber tenido cierta vida fue descendiendo en «Lima de...», etc. Fue pueblo de cierta im­ población hasta que quedó reducido a ser un portancia, con población musulmana 135.

NOTAS

1. Hojas 206-207 del mapa siempre citado. 4. Muñoz y Romero, «Colección de fueros muni­ 2. Fernando de la Granja, «La Marca Superior en cipales...», pp. 469-471. Se fecha alrededor de 1129. la obra de Al-‘Udrí», p. 26 (n.° 29), sospecha que la «Catálogo de cartularios reales», pp. 20-21 (n.° 21). referencia al campamento de «Faranbil» detrás de Ca- «Catálogo del Archivo General», 1. p. 49 (n.° 26). parroso (año 843) debe reducirse a «Qarqastil». 5. C.S.J.P., I, pp. 101-102 (n.° 36) 1036, etc. 3. E-Lévi-Proven£al, «Histoire de l’Espagne mu- «Unicastello» en I, p. 43 (n.° 12) 921. sulmane», II, p. 46, siguiendo a 'Arib ibn Sa’d. Hay 6. C.S.J.P., II. p. 63 (n.° 88), 1046. mas. 7. Y en la medieval. G. Díez-Melcón «Apellidos 184 castellano-leoneses» (siglos 1X-XII ambos inclusive)» 20). Muñoz Romero, «Colección de tueros municipa­ (Granada, 1957), p. 96 (n.° 89). les», pp. 474-476. 8. «Catálogo de los cartularios reales», p. 344 (n.° 38. «Catálogo del Archivo General», I, p. 74 (n.° 70§), fray «Pedro de Carocastro» en 1339. 95). 9. «Punicastrum» en 1065, C.S.M., p. 194 (n.° 39. «Catálogo de los cartularios reales», p. 77 (n.° 183), etc. 133). 10. C.S.M.. p. 55 (n.° 45) 948. 40. «Catálogo de los cartularios reales», p. 134 11. G. Díez-Melcón, «Apellidos castellano-leone­ (n.a 259). ses», p. 185 (n.° 152). 41. «Catálogo de los cartularios reales», p. 193 12. «Castrum Sigerici» y «Castrum Guntherici». (n.° 382). «Catálogo del Archivo General», I, p. 118 13. Muñoz y Romero, «Colección...» cit. p. 469. (n.° 211). 14. «Catálogo del Archivo General», I. pp. 297- 42. Moret, «Annales...», 111, p. 174 (libro XXI, 298 (n.° 664) año 1307. Ya citados al tratar de aquella capítulo II, § III. n.° 17). ciudad y del puente de Caparroso. 43. «Catálogo de los cartularios reales», p. 261 15. «Catálogo de los cartularios reales», p. 56 (n.° (n.° 525). «Catálogo del Archivo General», I, p. 191 44). «Catálogo del Archivo General», I, pp. 32 (núme­ (n.° 394). ros 44-45), confirmaciones de 1163. Yanguas «Diccio­ 44. Yanguas. «Diccionario de antigüedades», III, nario de antigüedades», I. p. 176. Moret, «Annales...», p. 497. Moret, «Annales», III, p. 355, b (libro XXIII, 11, pp. 483-484 (libro XIX, capítulo IV, § II, números capítulo I, § I, n.° 4). En 1269 (?) se data un documento 5-6). en «Villa franqua», I, pp. 183-184 (n.° 376). 16. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 76-77 45. «Catálogo del Archivo General», II, p. 279 (n.° 133). (n.° 704). 17. «Catálogo de los cartularios reales», p. 305 46. «Catálogo del Archivo General», II, pp. 297- (n.° 625) confirmación de la donación a la Oliva. 298 (n.° 753). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 18. «Catálogo del Archivo General», 11, pp. 171- des». II, pp. 90-91. Ver también el «Catálogo...», II. p. 172 (n.° 422), 1451. Yanguas «Diccionario de antigüe­ 309 (n.° 783). dades», 1, pp. 176-177, confirmación en 1371. 47. «Catálogo del Archivo General», II, pp. 363 19. «Catálogo del Archivo General», II, p. 428 (n.° 914), 364 (n.° 917), 1.356. (n.° 1084), 1357. 48. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 381 20. I. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 380 (n.° 25) para 1350; 415 (n.° 9), 419 (n.° 55), 427 (n.° (n.° 12),'415 (n.° 7), 419 (n.° 57), 427 (n.° 93). 435 91), 433 (n.° 119) para 1366. (n.° 124). Hay variantes con «y». 49. «Catálogo del Archivo General», XXXII, p. 21. Madoz, V, p. 546-b. 21 (n.° 31). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 22. Altadill, II, p. 834, plano. III, p. 497. Diez racioneros de la villa en la iglesia de 23. Foto en el «Diccionario enciclopédico vasco», Santa Eufemia. VI, p. 230. 50. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, 24. Fuente Ovejuna (que no es de oveja, sino de p. 497. abeja) era «Mellaría». Pero hay otras, C.I.L., II, pp. 241 51. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, pp. y 324. 36 (n.° 72); gracia de noviembre de 1461, 49-50 (n.° 25. Madoz, XI, p. 360, b. La posibilidad de rela­ 94) es a la que se refiere Yanguas, «Diccionario de ción con un cognomen o apodo nos la indicaría, por antigüedades», III, p. 498. Ya en 1461 estaba en peli­ otro lado la existencia del nombre «Mellinius» y el gro por tener poca gente, pp. 20 (n.° 34), 33-34 (n.° patronímico castellano «Melliniz». Díez-Melcón, 67: el recinto se llama «cortijo»). «Apellidos castellano-leoneses», p. 182 (n.° 166). 52. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, p. 26. «Catálogo de los cartularios reales», p. 249 142 (n.° 285). (n.° 499). «Catálogo del Archivo General», I. p. 179 53. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, p. (n.° 364). Yanguas «Diccionario de antigüedades». II, 422 (n.° 876). Yanguas, «Diccionario de antigüedades» pp. 314-315. I. p. 87. 27. «Catálogo de los cartularios reales», p. 295 54. Diccionario de 1802, II, p. 452, b. (n.° 601). «Catálogo del Archivo General», I. p. 297 55. Madoz. XVI, pp. 128, b-129, a. (n.° 661). Yanguas. «Diccionario de antigüedades», II, 56. Altadill, II, pp. 916-917, plano en la primera. P. 433. 57. Reproducido por Martinena Ruiz, «Navarra, 28. Yanguas, «Diccionario de antigüedades» II, p. castillos y palacios», p. 118. 315. 58. R. Menéndez Pidal, «Orígenes del español», 29. Yanguas, «Diccionario de antigüedades» II, p. p. 81. Para las diversas acepciones Du Cange, «Glossa- 315. rium...», II, col. 4 17. 30. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 380 59. «Peita» de «pacta» tiene una evolución pare­ (n.° 13), «Melyda» en 1350. 415 (n.° 6), 419 (n.° 56), cida a «Cadreita». En el partido judicial de Briviesca 427 (n.° 92), 434-435 (n.° 123). hay un río corto, pero bastante caudaloso al final, que 31. Diccionario de 1802, II, p. 14, a. se llama «Caderechano», Madoz, V, p. 115, a. 32. Madoz, XI. p. 360, b. 60. Conquista de Arguedas, más al Sur. Moret, 33. Altadill, II, p. 895. «Annales...», II, pp. 144, b-145, a (libro XV, cap. II, § 34. Madoz, XVI, pp. 128, a-143. b. n.° 21). 35. Albert Dauzat, «Les noms des lieux», p. 157. 61. Moret, «Annales...», II, pp. 181, a-182, a (li­ 36. Dauzat, op. cit. pp. 33 y 80-81. bro XV, cap. V § IV, n.° 13). 37. «Catálogo de los cartularios reales», p. 20 (n.° 62. «Colección de fueros municipales...», p. 418. 185 Muñoz Romero. (n.° 549). 63. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 117- 89. «Catálogo del Archivo Catedral...», cit., pp. 118 (n.° 222). «Catálogo del Archivo General», I, p. 99 185-186 (n.° 781). (n.° 164). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, 90. «Catálogo de los cartularios reales», p. 25 (n.° p. 158. 29). Yanguas, «Diccionario de antigúedades», I., p. 64. Moret, III, pp. 124, b-125, b (libro XX, ca­ 137. pítulo VI, § V=VI, números 34-35). Antes Cadreita 91. «Catálogo de los cartularios reales», p. 33 (n.° está entre las villas junteras de Estaca, en el documento 46). de 1204 varias veces citado. «Catálogo de los cartula­ 92. «Catálogo de los cartularios reales», p. 35 (n.° rios reales», p. 77 (n.° 133). 51). 65. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 129- 93. «Catálogo de los cartularios reales», p. 52 (n.° 130 (n.° 250). Yanguas «Diccionario de antigüedades», 85). I, pp. 55 y 158. 94. «Catálogo de los cartularios reales», p. 77 (n.° 66. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 112 133). (números 196-197). Yanguas, «Diccionario de antigüe­ 95. «Catálogo de los cartularios reales», p. 118 dades», I, pp. I 58-159. (n.u 223) 67. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 219 96. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 129- (n.° 465), 1276: 226 (n.° 485) 1227. 130 (n.° 250). 68. «Catálogo del Archivo General», II, pp. 248 97. «Catálogo de los cartularios reales», p. 145 (n.° 623), 277-278 (n.° 701). 305 (n.° 773), 309 (n.° (n.° 284). 783), 324 (n.° 818) de 1354 a 1356. 98. «Catálogo de los cartularios reales», p. 157 69. J- Carrasco Pérez, «La población...», p. 381 (n.° 310). (n.° 24) para 1350; 415 (n.° 10), 419 (n.° 49), 422 (n.° 99. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 214, 74), 424-425 (n.° 85), 433 (n.° 118). Los hidalgos son n.° 450, 1276; 221, n.° 471; II, pp. 297. n.° 753, 1356; dieciséis: los demás treinta y nueve. 309. n.° 783, 1356, etc. 70. Moret, «Annales...», III, pp. 623, a-626, b 100. «Catálogo del Archivo General», I, p. 137 (libro XXIX, capítulo III, § II, números 7-13). Batalla (n.° 348) 1359. Ochoa de San Per, etc. Yanguas, «Dic­ de Tudela. cionario de antigüedades», III, p. 481. 71. Diccionario de 1802, I, p. 190, a. 101. J. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 381 72. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1, p. (n.° 23) para 1350; 415 (n.° 11), 418 (n.° 41), 419 (n.° 159. 50), 425 (n.° 86), 433 (n.° 117). 73. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», II, 102. «Catálogo del Archivo General», VI, p. 353- pp. 159-160. El duque, era también marqués de Ca­ 354 (n.° 845). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ dreita. Yanguas, A. p. 99. des», III, pp. 480-481. De esta época hay también 74. Diccionario de 1802, 1. p. 190, a. memoria del horno del rey, III, pp. 262 (n.° 624), 345 75. Fernando de la Granja, «La Marca Superior en (n.° 826) 1366 y 1367. la obra de Al-‘Udrí», p. 32 (n.° 49). 103. Yanguas III, «Diccionario de antigüedades», 76. Fernando de la Granja, op. cit. p. 39 (n.° 67). p. 481. Véanse los documentos de las notas siguientes. 77. Fernando de la Granja, op. cit., p. 40 (núme­ 104. «Catálogo del Archivo General» XLVII, p. ros 70-72). Valtierra es nombre que se repite en Ma­ 397-398 (n.° 906). Yanguas, «Diccionario de antigüe­ drid y Burgos. (Valtierra de Albacastro y Valtierra de dades», III, p. 481 y I, p. 57. Río Pisuerga). Madoz, XV, p. 496, a-b. 105. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, p. 78. C.S.J.P., I, p. 35 (n.° 7). 208 (n.° 406). Mención de la aljama, p. 261 (n.° 516) 79. C.S.J.P., I, p. 53 (n.° 16). El primero de estos en 1476. documentos lo transcribió, tradujo y analizó Moret. 106. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, «Investigaciones...», pp. 409, 410 (libro II, capítulo p. 481. VII, w III, números 57-58). El otro en pp. 412-413 107. Yanguas, «Adiciones», p. 371. (libro II, capítulo VII, w III números 62-63). 108. Diccionario de 1802, II, p. 430, a-b. 80. Moret, «Annales...», 1. p. 227, a (libro V, 109. «Jornada de Tarazona...», p. 72. capítulo IV, § II, n.° 2). 110. Madoz, XV, p. 496, a. 81. Simonet, «Glosario de voces latinas e ibéri­ I 1 1. Altadill, II, p. 909, datos a la p. 910. cas...», p. 651. 112. Martinena Ruiz, «Palacios cabo de Armería», 82. Muñoz y Romero, «Colección de tueros mu­ II, p. 27. nicipales...», p. 418. 113. Altadill, II, p. 913. foto. En la p. 911 se ve el 83. Muñoz y Romero, «Colección de fueros mu­ edificio con las cuatro torres y la solana. nicipales...», p. 330. 114. Moret, «Annales...», II, p. 144, a-b (libro 84. «Catálogo del Archivo Catedral de Pam­ XV, capítulo 11, § IV, n.° 21). Considera que hubo un plona», I, p. 48 (n.° 200). fuero de población entonces. 85. «Catálogo del Archivo Catedral...», cit., p. 80 115. «Catálogo de los cartularios reales», pp. (n.° 333), año 1175. Cambios, p. 92 (n.° 381), año 16-17 (n.° 12) Muñoz y Romero, «Colección de fue­ 1193. Más donaciones, p. 101 (n.° 423), siglo XII. ros...», pp. 329-331. Antes Yanguas, «Diccionario de 86. «Catálogo del Archivo Catedral...», cit. pp. antigüedades», I, pp. 51-55, etc. Moret, «Annales...», 108-109 (n.° 457) año 1209. II, pp. 179, b-180, a (libro XV, capítulo V, § III, n.° 87. Lista de 1225, «Catálogo del Archivo Cate­ 11). señala la existencia del texto en el pueblo. dral...», cit. p. 119 (n.° 502). 116. «Colección diplomática de Irache». I, p. 95 88. «Catálogo del Archivo Catedral...», cit. p. 130 (n.° 72). Otro documento hay en Leire y de 1086 en 186 que se distingue la villa del castillo y se refiere a uno de 127. «Catálogo del Archivo General», I, p. 151 los pobladores nuevos. Don Leyoar lñiguez, Moret. (n.° 294). Yanguas. «Diccionario de antigüedades», I, «Annales», II, p. 153. b (libro XV, capítulo III, § n.° P P . 55-56. 8). 128. I. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 381 117. «Arguetas» existe en Badajoz, Madoz, II. p. (n.° 22) para 1350; 415 (n.° 12), 4 19 (n.° 47), 424 (n.° 554. a. 83). 432 (n.° 116). 118. «Catálogo de los cartularios reales», p. 18 129. Yanguas «Diccionario de antigüedades», 1, p. (n.° 15), fuero de Funes. 56. 119. «Catálogo de los cartularios reales», p. 75 130. Por ella se ve que los hidalgos tenían sus (n.° 131). hornos. Este era para los francos. Había un molino real 120. «Catálogo de los cartularios reales», pp. y también un granero del rey. «Catálogo del Archivo 76-77 (n.° 133). General», XLI, p. 172 (n.° 444). Aparece un término 121. «Catálogo de los cartularios reales», pp. llamado El Limar. Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 95-96 (n.° 172). «Catálogo del Archivo General», I, p. des», I. pp. 56-57. 95 (n.° 154). 131. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, 122. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 325- P. 57-58. 326 (números 665-666). «Catálogo del Archivo Gene­ 132. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1, ral», I, pp. 370-371 (números 853-855). p. 58. 123- «Catálogo de los cartularios reales», pp. 326- 133. Diccionario de 1802, 1, p. 99, a-100, a. 327 (n.° 668). «Catálogo del Archivo Genearl», I, p. 134. Madoz, II, pp. 551, b-552, a. 372 (n.° 858). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 135. Diccionario de 1802, II, p. 47, a-b. Sólo doce des», II, p. 443. habitantes. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 11, 124. «Catálogo del Archivo General», 11, p. 167 pp. 442-444. Madoz, XI, p. 762, a-b. Altadill, II, p. ( n.° 4 10). 816. En los cartularios y documentos del Archivo Ge­ 125. «Catálogo del Archivo General», II, p. 154 neral hay bastante documentación sobre él, que, en (n.° 377). parte, se usa como siempre en las obras citadas. 126. «Catálogo del Archivo General», III, p. 96 (n.° 237). Ver también de 1361. p. 336 (n.° 861).

187 Fig. 137.-Vista aérea de Villafranca.

Fig. 138.-Palacio de Villafranca.

Fig. 139.-Palacio de Villafranca, fachada.

188 189 190 191 145

Fig. 145.-Calle de Valtierra.

Feg. 146.-Casas de Valtierra.

Fig. 147,-Casas de Valtierra.

192 193 Fig. 148.-Casa palaciana, con galería doble. Valtierra.

Fig. 149,-Reja de la casa palaciana. Valtierra.

Fig. 150-Casas de Valtierra.

Fig. 151.-Casa con galería. Valtierra.

194 195 152

153

196 154

Fig. 152.-Calle de Valtierra.

Fig. ¡53.-Plaza de Valtierra.

Fig. ¡54.-Pasadizo. Valtierra.

197 198 Fig. 155.-Fachada del palacio de Valtierra, conservada. Fig. 156.-Flanco del palacio de Valtierra, derruido. Fig. 157.-Dibujo del palacio de Valtierra. Fig. 158.-Casa de vecinos. Valtierra. Fig. 159.-Casa palaciana. Valtierra. Fig. 160.-Paisaje da las Bardenas. Arguedas. Vedado de Eguaras y Peñaflor. Fig. 161.-Paisaje de las Bardenas. Arguedas. Fig. 162.-Paisaje de las Bardenas. Arguedas. Fig. 163.-Paisaje de las Bardenas. Arguedas. Fig. 164.-Calle de Arguedas. Fig. 165.-Cuevas de Arguedas. Fig. 166.-Cuevas de Arguedas.

199 200 161

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201 If»'!

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CAPITULO II

LOS PUEBLOS DEL EBRO 1) , El Bocal, y Fustiriana. 2) Ribaforada, Buriuel y Cortes.

En el capítulo acerca de Tudela se dieron Los pueblos de que ahora hay que ocu­ bastantes informaciones acerca de la historia parse tienen todos nombres de origen latino. de la ciudad y el territorio circundante 1 y en El primero bajando de Tudela al Sudeste por otros anteriores también las hay respecto a la la línea del ferrocarril a Zaragoza es Fonte- historia de los vascones en el valle del Ebro lias, que aparece con este mismo nombre en propiamente dicho 2. el fuero de Tudela, como adscrito a aquella De Tudela al Sudeste, sobre el río, hay población, junto con otros de que luego hay una serie de antiguos núcleos urbanos con que tratar4. La grafía se repite en documen­ nombre romance, que aparecen en el fuero tos posteriores, de l 167 por ejemplo 5, o en de Tudela misma y como pertenecientes a su la forma «Fonteillas», «Fontellis» 6. jurisdicción. La existencia de tales nombres, «Fontellas», parece un diminutivo de al lado de otros árabes, indica que la romani­ «fons» en plural. Con la «o» sin diptongar y zación del territorio era muy intensa desde la «f» si convertirse en «h» como ocurre en tiempos anteriores. Después aparecen nom­ algunos topónimos castellanos. Es nombre bres franceses y algunos de linaje vasco, pero que se repite en Lérida (Tost) 7 y que puede es claro que la aparición se debe a la recon­ compararse con varios gallegos: «Fontelas» 8. quista. La intensa romanización de las dos En 1276 aparece como emplazamiento de un orillas del Ebro, que era un hecho claro ya castillo que estaba a cargo del justicia y baile para Estrabón, allá a comienzos de la era de Tudela 9. cristiana o poco antes3, se comprueba de muchas maneras y parece haber quebrado la En 1 366 era de los núcleos pequeños del situación política anterior, nada clara, porque extremo meridional del reino, en el que ha­ también por estas latitudes quedan vestigios bía población compuesta de varios elemen­ de una ocupación céltica, de suerte que hay tos: cinco vecinos cristianos y cinco moros 10 que modificar la visión que tenemos respecto y de 1361 a mediados del siglo XV pasó por al significado étnico y lingüístico de nombres varias manos 11; en el linaje de los Peralta tales como los de vascones, ilergetes, etc., y quedó hasta fines del XVIII, como señorío 12 de la separación de los pueblos de raíz ibé­ convertido en marquesado. Fontellas no pa­ rica, céltica y pirenaica. saba de los 140 habitantes por entonces; a En todo caso, en esta zona lo que queda mediados del siglo XIX permanecía en situa­ claro es el efecto de la romanización y algún ción estacionaria. elemento árabe. Madoz indica que había treinta y cuatro 207 casas y 143 personas 13. El aumento sensible gado por cinco ventanas, una de ellas, aña­ viene luego. En 1888 contaba con 371 habi­ dida acaso, quitaba simetría al conjunto. tantes y en 1910 con 398; 283 en la villa que Al medio quedaba en un recuadro el gran alcanzaba las cincuenta y tres casas 14. escudo con las águilas imperiales. La parte El núcleo más viejo parece que es el que baja de la entrada tenía una gran puerta al queda en torno a la iglesia. Pero, en con­ lado izquierdo y tres huecos irregulares de junto, todo está muy modificado en relación ventanas con otro escudo sobre la ventana con lo que pudo existir en tiempos remotos. central. Debajo había unos arcos. La parte Un poco al Sudeste del núcleo referido, pero trasera en conjunto era más baja. Cerca había en el término municipal, queda El Bocal. La unas grandes ruedas reguladoras 19. palabra «bocal» agrupa varias acepciones de El palacio actual quedó completamente origen distinto; pero en los léxicos aragone­ remozado al rehacerse las torres, haciéndolas ses una de las acepciones es la de «presa o sobresalir del cuerpo antiguo y al construir muro de contención» 15. El topónimo aquí se una gran galería con arcos entre la una y la refiere, precisamente, a la presa mediante la otra. También se rehizo la parte de atrás. El que del Ebro se llevan aguas al Canal Impe­ Canal Imperial no dio, en principio, el juego rial de Aragón: «el Bocal-Real» 16. que se esperaba, y como es sabido, fue en tiempo de Carlos III cuando la obra se re­ Con objeto de conservar esta gran obra planteó, dándosele el alcance que luego tuvo. hay allí un pequeño núcleo de población, que Desde 1772 a 1790 fue un personaje típico queda entre el mismo río al Norte y el canal de la época, Don Ramón de Pignatelli (1734- al Sur. Este núcleo de El Bocal en 1802 1792), curiosa mezcla de hombre de iglesia y aparece como provisto de una buena posada, de ingeniero, el que dirigió las nuevas obras. algunas casas que se consideraban de carácter El 19 de agosto de 1790 se puso la última provisional, donde vivían los dependientes de piedra en el Bocal-Real, la nueva presa de la obra «hasta que se levanten las nuevas que Fontellas. Junto a ella se levantó una nueva están proyectadas» y una iglesia dedicada a casa de compuertas que también subsiste y a San Carlos Borromeo 17. En 1846 había cin­ la que se llama, a veces, palacio de Pignatelli. cuenta habitantes y diez vecinos, aparte de Esta gran construcción que se «determinó» el empleados más movibles 18. 28 de julio de 1780, es un modelo de arqui­ tectura industrial neoclásica y su alzado se En función de la obra y al extremo halla dibujado con el de la presa en la obra oriental del núcleo se alza una hermosa del Conde de Sástago, «Descripción de los construcción de ladrillo, de planta rectangu­ canales Imperial de Aragón y Real de lar, flanqueada en la fachada por dos torres y Tauste», impresa en Zaragoza el año de con buen jardín delante, que se conoce como 17 9 6 20. «palacio de Carlos V» (fotos en color y fig. 167). Este es un ejemplo de arquitectura Al otro lado del Ebro, hacia el Este, y a la señorial navarro-aragonés de gran empaque. misma altura de Fontellas, queda Cabanillas, Pero hay que observar que está muy restau­ pueblo que queda asimismo en el área tude- rado. En 1529, decidido ya que en Fontellas lana en el fuero referido, donde el nombre se hiciera la gran presa, base del proyecto de no varía de grafía 21. Pero después Alfonso el Gil de Morlanes, se comenzaron obras que Batallador dio a los que fueran a poblar allí el duraron diez años y entre ellas la casa de fuero de Cornago22. Esto en 1124. En el compuertas o palacio del gobernador con el texto el nombre está también en la misma escudo real. También se levantaron otras vi­ forma que hoy, «Cabaneillas» en una autori­ viendas. El palacio se mantuvo durante siglos zación para construir una acequia en 1253 23- tal y como se ideó. Grabados de 1833 nos También resulta un diminutivo conocido. dan idea de él. Era un edificio compuesto por La base es «capanna», voz que se encuentra un gran cuerpo rectangular con dos torres a en San Isidoro y que ha dado cabaña en los dos lados de la fachada. Cada una de ellas castellano, «cabane» en francés y que en con dos arcos. En el piso alto quedaba una vasco se conserva en términos como «Capa- galería con nueve arcos, todo de construcción naga», etc. 24. El topónimo navarro se repite clásica del país. El piso principal estaba ras­ en otras partes de España 25 y parece que en

208 El Bocal.

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fyf. 76 7.-£7 Bocal, fachada. romance antiguo se usó también la palabra medieval bastante grande y evidentemente «cappa» con significado de construcción mi­ acogida al fuero. En 1366 había allí cuarenta litar 26. y dos fuegos de hidalgos y seis de francos 29, El nombre de Cabanillas es claro en su y dependió del hospital de San Juan de Jeru­ significado, como lo indica este texto de Don salem 30. Juan Antonio Fernández, de hacia 1787; En 1802 aparece con 234 almas31. A «Entre los pueblos de la merindad de Tudela mediados del siglo XIX había 350, en se­ situados a la margen izquierda del Ebro y senta y cinco casas distribuidas en tres calles siguiendo su curso desde esta ciudad hacia el y una plaza32. Después sobreviene gran au­ mediodía, es el primero que se encuentra mento. de suerte que en 1910 andaba en los Cabanillas. El nombre de esta villa suena lo 855 habitantes. El casco con 827 en 116 mismo que Cabañas reducidas, chozas o al­ casas 33. bergues de pastores, etimología que la con­ El asentamiento, sobre la carretera, y en viene aún en el día, por las muchas corralizas un altozano alargado de Este a Oeste, con la que hay en sus términos para el ganado la­ iglesia en el extremo occidental, le da al nar», que sólo el de propiedad privada lle­ núcleo una fisonomía típica de la zona. En gaba a 3.000 cabezas 27. este siglo la población ha seguido aumen­ El mismo autor indica que había también tando y en conjunto, salvo en la iglesia, hay otros ganados y que el pueblo está asentado pocas reliquias curiosas del pasado. Siguiendo en una altura inmediata a la acequia de riego por la misma orilla, hacia el Este queda un de Tauste que regaba hasta 4.000 robadas de pueblo de estructura parecida, que es Fusti- su término28. Cabanillas tuvo una población ñana, «Fustiniana» en el fuero de Tudela34.

2 10 También se registran las formas «Fostinyana» contaba con 618 habitantes39. y «Fostiniana» 35. A diferencia de lo que ocurría con Caba- «Fustiñana» parece corresponder a alguna nillas, en que Madoz da idea de un trazado villa antigua y ser compuesta por un antropó- muy simple, a Fustiñana le asigna 160 casas, nimo y el sufijo «-ana». La reducción cono­ distribuidas en catorce calles con 820 habi­ cida de «au» a «-o-» como se da en foz y en tantes 40. Esta complejidad de trazado se ob­ hoz (de «fauces») permite suponer que la serva en los planos de comienzos de siglo, en forma en «o» dada viene lisa y llanamente de que tenía hasta 1.330 almas (1900), 1.529 en «Faustiniana» 36. 1910 41. El casco es de planta elíptica, con una calle como eje longitudinal, que, sin em­ Es -como va dicho- pueblo de estructura bargo. queda truncada. Es la calle Mayor. parecida al anterior, que en el siglo XVIII Otras tienen nombres de carácter religioso contaba con 4.600 robadas de riego, y 2.500 (Iglesia, San Antón, Almas) o referente a cabezas de ganado lanar. Como pueblo ads­ funciones (Granero, Horno, Abrevadero, Sa­ crito al Priorato de San Juan tenía un privile­ litre), también las hay referentes a posición gio en pastos 37. (Heras, Rincón, Portal). Desde el punto de Su población era de cuarenta y dos veci­ vista arquitectónico hay que señalar la exis­ nos, todos hidalgos en 13 6 6 38. Hay derecho tencia de un antiguo «Granero del Rey» 42. a pensar que el casco urbano tiene una base En el término quedaba la vieja torre de Leoz, medieval bastante fuerte. En 1802 seguía de­ con dos edificios 43 y otros puntos con casas pendiendo del Gran Prior de San Juan y de labranza bastante viejas.

Siguiendo la línea que da el canal de Las donaciones a los templarios siguen Tauste hacia el Sudeste, por la orilla septen­ después. Una de 1264 da más información trional del Ebro no hay, después, ninguna topográfica y toponímica, con referencia a población navarra, hasta la frontera de Zara­ «carreras» de los ganados y de Ribaforada a goza. En cambio al Sur del río se escalonan Ablitas46. En 1309 hay memoria del arriendo tres más, que son Ribaforada, Buñuel y Cor­ de la casa de Ribaforada, que fue de los tes. templarios y que pertenecía al rey 47. La primera, al Sudeste de Fontellas y so­ Todo da a entender, pues, que el primer bre el Canal Imperial. No aparece en la lista desarrollo del pueblo se verificó bajo la di­ de los pueblos adscritos a Tudela en el fuero, rección de aquéllos y a ese desarrollo debió pero en su término debieron de estar algunos contribuir un convenio de 1193 en que apa­ de los que allí se citan. En efecto, en 1155 se recen los habitantes distinguidos de los hizo una concordia entre los hermanos del «frailes de la milicia del Templo» 48. Temple y el cabildo de Tudela, en punto a la iglesia de Ribaforada, reclamada por el prior Después pasó a la orden de San Juan de la ciudad, y allí surgen los términos de (1365) y en 1366 tenía veinticinco vecinos, «Espedolla», «Estercuel», «Azut», «Bas- de ellos unos cristianos, otros moros y cinco saon», «Almunia de Albariel», «Campo de hidalgos 49. A comienzos del siglo XV (1419) Marcho» y el resto próximo44. De 1157 es la población cristiana había descendido de un una donación de cierta heredad situada en modo sensible 50. Fontellas y Ribaforada a la Orden del Temple También el nombre entra en el acervo hecha por Sancho el Sabio45. toponímico romance conocido. Porque

211 «ripa», ribera, da abundantes nombres de y hierbas 62. Ya por entonces había un hos­ lugar. En éste hay que advertir que, contra lo pital de la Orden de San Juan 63. que ocurre en otros navarros y aragoneses de En 1220 se vende la villa y el castillo al más al Norte, y también en vasco, ha habido rey por 9.000 morabetinos alfonsíes de oro y una sonorización de la p 51. Respecto al se­ 3.000 sueldos sanchetes 64. Pero aún la fami­ gundo elemento, «foratus, a, um», es decir, lia vieja de Buñol-Oriz tenía allí propiedades horadado, da también nombres como hacia 1223 en que el nombre aparece como «Monte furado», «Belorado» y otros 52. Se «Buinol» 65 y en 1280 Martín Iñiguez de trata de alguna conducción de agua. Oriz se titula señor de Buñuel 66. Ribaforada no tenía arriba de setenta y Más tarde vemos que había diferencias seis habitantes a fines del XVIII 53. Después entre Buñuel y Tauste en punto a límites de aumenta a 127 en cuarenta y cuatro casas 54. términos y aguas, por lo que se nombraron Con arreglo al ritmo que se ha indicado que unos árbitros 67 y en 1357 se halla mención existe en otros pueblos de la zona, éste au­ de su soto y de su «plana» 6S. En 1366 el menta mucho en habitantes a fines del siglo pueblo contaba con diez vecinos francos y XIX y comienzos del XX; son 806 en 1888 siete hidalgos 69 y después pasa a ser señorío y 1077 en 1910; sólo en el casco había 1.000 de distintas personas 70. con 148 edificios. Buñuel fue un pueblo ganadero en esen­ Una vez más nos encontramos con un cia, en tiempos remotos, como parece dedu­ núcleo de apariencia poco vetusta. El plano cirse de un privilegio fechado en 1222 por del mismo es rectangular con uno de los Don Jaime de Aragón, confirmado en lados más cortos al Noroeste y el otro al 1303 71 • Pero después ha sido más bien agrí­ Sudeste. Hay tres alineaciones principales de cola y por su término corren varias acequias casas paralelas que constituyen como tres antiguas, dejando aparte el Canal Imperial 72. ejes mayores, cruzados por calles menos re­ Buñuel tenía a fines del XVIII. 575 ha­ gulares y más cortas y un ancho al medio 55, bitantes 73, que en la época en que se com­ que divide al núcleo en dos barrios. puso el diccionario de Madoz eran 901, en 163 casas, alguna fuera del casco 74. Se repite Ribaforada ha tenido un aumento sensible allí el aumento decimonónico, puesto que en su población y una fase de él la expresa el Altadill daba una población de hasta 2.021 plano que daba la hoja del mapa del Instituto habitantes y en 1888 eran 584 menos. En Geográfico y Catastral en 19 5 3 56. conjunto había 306 edificios habitables y sólo Algo al Sudeste, más cerca del Ebro, 129 personas fuera del núcleo, que afectaba queda Buñuel; un pueblo que en escrituras también una forma rectangular orientado de del siglo XII (1176) aparece como «Bug- Noroeste a Sudeste, con dos calles paralelas a nol» 57. Luego como «Buñol» 58. Este nom­ los flancos más largos, otras transversales y bre puede compararse con el de Albuñol, en varias plazas 75. Granada. Asín Palacios considera que «al- Hoy en Buñuel hay una barriada planifi­ Bunyul» es un nombre híbrido, compuesto cada en cuadrícula, agregada al casco antiguo, del artículo árabe y del romance «boniol». que también aumentó. En lo que queda de diminutivo de bueno 59, frente a Simonet que otros tiempos hay que señalar alguna casa cree que la base sería «vineola» 60. En todo señorial, como la de los condes de Altamira, caso hay que agruparlo con los topónimos de estilo clásico en la zona, con fachada que cita de áreas arabizadas: «Bunyol», «Bu­ constituida por una planta baja con gran arco ñol», «Bunyola», etc. de Andalucía oriental y central y dos huecos a los lados, piso primero Levante. con balcón y dos grandes ventanas y piso segundo con una galería de arcos que tiene Buñuel aparece en 1213 como villa con cinco a un lado y seis al otro del blasón 76. castillo, de propiedad particular de una fami­ lia que lleva el mismo apellido y que la También hay algún blasón que recuerda empeñan al rey 61. Más tarde, en 1216, «Fe­ el influjo de la Orden de San Juan 77. rrando de Bunnol» vende al rey lo que allí Al Sur de Buñuel algo apartada del Ebro tenía; casas, piezas, viñas, huertas, eras, aguas y flanqueada por el río Huecha por Oriente,

212 queda en la misma raya de Navarra con Ara­ derechos de los porteros eran subidos. Pa­ gón la villa de Cortes, de la que el nombre se rece que la causa principal de la decadencia repite en bastantes lugares de Galicia y en había sido una gran mortandad 87. otras partes de España, hasta muy al Sur 7S. A consecuencia de su exposición se re­ El nombre no parece tener dificultad en dujeron las pechas. Después sigue siendo su interpretación y hay que asociarlo con núcleo de población mora88. Pero también otros muchos que vienen de «cohors». había allí cristianos y judíos, según indica la «cohortis» (también «cors») y que ya en Va- donación hecha por Carlos 111 a su hijo bas­ rrón está documentado con la acepción agrí- tardo Godofre. que tomó el título de Conde cola-ganadera que tienen, «corte», «cortijo», de Cortes 89. etc. 79. Cortes aparece con el mismo nombre en 1214 80; en 1228 hay memoria de un Pasó luego a otras manos y por Don «tenente» de su castillo, que es Don Sancho Alonso de Aragón, hijo natural de Juan 11, a Lópiz 81. la casa de los duques de Villahermosa 90. en que ha continuado, pese a una venta realizada Poco más adelante, en 1234, Doña Toda en 1481 91. Por estas fechas seguía habiendo Rodríguez, hija de Don Rodrigo Abarca (en vecindario moro 92. Duraron éstos hasta la cuyo linaje estaba el señorío), cambia esta expulsión de 1516 93. villa, con su castillo y el bosque de Mora, al rey Teobaldo 1, por otras posesiones situadas Antes, en 1460, se descubrió un manan­ mucho más al Norte de Navarra82. tial tan abundante que con sus aguas y las del Un documento de 1234 poco más o me­ río Huecha se constituyó un buen regadío, nos expresa los derechos y pechas que paga­ aumentado con las del Canal Imperial y el de ban al rey los moros de Cortes, documento Tauste. de suerte que alcanzaba las 12.000 por el que se ve que eran ganaderos (poseían robadas a fines del XVIII, en que el vecinda­ cabras y ovejas), pero también horticultores rio estaba constituido por 572 habitantes94. que tenían que salir del recinto fortificado a Este regadío se amplió con la apertura de un regar, a determinadas horas de la noche, de nuevo canal y sus acequias; obra iniciada en suerte que había un sayón encargado de las 1844, dio como resultado el descubrimiento llaves del portal de la villa y de las recauda­ de muchas aguas subálveas provenientes del ciones y medidas. Se da como existente la Moncayo y la extensión de las acequias al­ mezquita donde un escribano indicaba lo que canzó las tres leguas. Todo ello lo llevó a se cogía de legumbres y lino. El cultivo de cabo una sociedad por acciones que introdujo trigo y ordio debía ser fuerte y hay mención muchas novedades en maquinaria hidráuli­ de eras83. ca 95. Por aquel tiempo Cortes era un pueblo Otros documentos de la época hablan de de 190 casas repartidas en nueve calles y propiedades de que se apoderó algún rey cuatro plazas y en el que destacaba el castillo indebidamente84, de la calzada que pasaba de los duques de Granada de Ega, más por su por el pueblo85, de propiedades que allí volumen que por otra cosa. La población tenía el monasterio de Leire 86. ascendía a 960 habitantes. Posteriormente Todo hace ver que el pueblo en el siglo suben a 1.291 (1888) y 1.577 (1910); en el XIII tenía cierta importancia. Pero las catás­ casco había 1.496 en 239 viviendas. Este trofes que caracterizan la vida social del siglo tenía una parte situada a Poniente y otra, siguiente lo depauperaron de modo conside­ mayor, a Levante con una calle más ancha. rable. Había una red de calles como de circunvala­ ción, como hexágono irregular y otras trans­ Hacia 1353 los moros alegaron que se versales o interiores en un núcleo bastante hallaban disminuidos y empobrecidos. En compacto 96. otro tiempo -decían- eran hasta 400. En la fecha habían quedado reducidos a 60, de los A éste se le han agredado modernas ur­ cuales sólo la mitad podía trabajar los cam­ banizaciones planificadas y algunas fábricas y pos. Se emigraba a Aragón. No podían con parte del caserío se ha remozado. También el los numerosos tributos, tenían deudas y los castillo-palacio fue objeto de una restaura­

213 ción un tanto ambigua 97; pero aún quedan de la región, con sus galerías de arcos supe­ bastantes casas de ladrillo, del estilo propio riores y en la iglesia vestigios mudéjares.

NOTAS

1. Parte segunda, capítulo V. 25. Hay pueblos de este nombre en Madrid, To­ 2. Parte primera, capítulos 1 y VI, 8 °. ledo, Guadalajara, Segovia, Soria. Madoz, V, pp. 16, 3. Julio Caro Baroja, «Los pueblos del Norte de la b-18, a. «Cabaniellas» en Asturias. península ibérica», 2.a ed. (San Sebastián, 1973), pp. 26. Según un texto de «El libro de Alexandre», la 95-95, etc. «cappa» era una construcción de madera, portátil, en 4. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...» p. que podían ir metidos como en una casa, muchos 418. guerreros. 5. «Catálogo del Archivo General...» I, p. 58 (n.° «Fizo fazer una cappa de muy fuertes maderos 50). Que bien cabien so ella quinientos cavalleros. 6. «Catálogo del Archivo General...», I, p. 129- Tiravan la por turno III cavallos sineros, 130 (números 240-241), 1244. Ally non temien galgas, non temien balesteros». 7. Madoz, VIII, p. 134, a. Estrofa 206. «Poetas castellanos anteriores al siglo 8. Madoz, VIII, p. 134, a. XV». B.A.E., LVII. p. 153, b. 9. «Catálogo del Archivo General...», I, p. 216 27. «Descripción histórico-geográfica...» cit. en (n.° 458). «Descripciones de Navarra» I, fol. 303. 10. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 381 28. El artículo del Diccionario de 1802, I, pp. (n.° 21). 187, b-188, a depende, como casi todos los relativos a 11. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I., la merindad de Tudela, del texto de Fernández. pp. 512-514. 29. Carrasco Pérez, «La población...» pp. 381 (n.° 12. Diccionario de 1802, I, p. 284, b. Martinena, 20) para 1350 (vacío); 416 (n.° 14), 420 (n.° 62), 432 «Palacios cabo de Armería» II, p. 26. (n.° 114). 13. Madoz, VIII, p. 134, a. 30. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1.. p. 14. Altadill, II, p. 888. Con foto del palacio real 156. del Conde de Gabarda, y en la p. 889, de la plaza. 31. Diccionario de 1802, I, p. 188, a. 15. «Diccionario histórico de la lengua española», 32. Madoz, V, p. 17, a-b. II, p. 266, a. 33. Altadill, p. 831. 16. Madoz, IV, p. 367, a-b. Véase la hoja 282 del 34. Muñoz y Romero. «Colección de fueros...», mapa a escala 1 : 50.000 del Instituto Geográfico y p. 418. Catastral. 35. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I., p. 17. Diccionario de 1802, I. p. 182, a-b. 587. En 1253 «Fostinnana». «Catálogo de los cartula­ 18. Madoz, IV, p. 367, b. rios reales», p. 224 (n.° 445). 19. Juan Ignacio Fernández Marco, «El Canal Im­ 36. «Faustus» es muy abundante en inscripciones perial de Aragón» (Zaragoza, 1961) fotos frente a las p. hispano-romanas. Véase el índice de Hübner, S. p. 86 y texto de las pp. 84-85. 1.083, a. 20. Fernández Marco, op. cit. lámina frente a la p. 37. Diccionario de 1802, I, p. 290, b. Compárese 94. Ver también la que queda frente a la p. 98 y el con la citada «Descripción...» de Don Juan Antonio texto de las pp. 93-94. Fernández, de 1787, fols. 304 vto.-305 r. Yanguas 21. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...» «Diccionario de antigüedades», I., pp. 587-588. La p. 418. donación a los sanjuanistas, en 1142 se halla registrada 22. Texto en Yanguas, «Diccionario de antigüe­ en «Catálogo de los cartularios reales», p. 23 (n.° 26) dades», I., pp. 156-157. También en Muñoz y Romero. junto con Cabanillas. El nombre aquí es «Fustagán». «Colección de fueros...», p. 444. 38. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 381 (n.° 23. «Catálogo de los cartularios reales» p. 224 19). «Fustiynana», vacío. Luego, 416 (n.° 15), 419 (n.° (n.° 445). 53), 426 (n.° 89), 431 (n.° 113). 24. «Etym.» XV, 12, 2. Se da como voz rústica. 39. Diccionario de 1802, I, p. 290, b. Du Cange, «Glossarium» II, col. 214 da varios textos 40. Madoz, VIII, p. 259, b. en latín, castellanos y aragoneses, en que se emplea ya 41. Altadill, p. 891, con plano. Compárese con el «cabana». de la hoja 283 del mapa a escala 1 ; 50.000 del Instituto 214 Geográfico y Catastral (edición de 1953). 71. Diccionario de 1802, I, p. 184, b. 42. Foto en Altadill. II, p. 893. 72. Hoja 321 ya citada. 43. Torre y casa de Leoz de Don Francisco de 73. Diccionario de 1802, 1. p. 184-b. Aperregui, vecino de Tudela. en la «Descripción...» de 74. Madoz. IV. pp. 499. b-500. a. Don Juan Antonio Fernández, fol. 305 r. 75. Altadill. II, pp. 826-830; plano a-la p. 827. 44. «Catálogo de los cartularios reales» p. 28 (n.° Compárese con el de la hoja 321. 35). 76. Foto en Altadill. II, p. 829. 45. «Catálogo de los cartularios reales» pp. 28-29 77. Antigua casa de Correos. Altadill, 11, p. 829. (n.° 36). 78. Madoz.Vil, pp. 32-38, a. Otropueblo de 46. «Catálogo de los cartularios reales» pp. 243- Cortes es aquél en que había un palacio por los años de 244 (n.° 488). 1075 y 1085. «Catálogo del Archivo General», I. pp. 47. «Catálogo del Archivo General» I, p. 312 (n.° 40-41 (n.° 7 y 8). En el Roncal. 702). 79. Varrón, «Rerum rusticarum», 1. 13, 2; III, 3, 48. Yanguas, «Diccionario de antigüedades» III, 6, etc. Compárese con San Isidoro, «Etym.» XV, 9, 1. pp. 268-269. Du Cange, «Glossarium» 11, col. 1.104-1.114. s.v. 49. Carrasco Pérez, «La población...» p. 380 (n.° «cortis», «curtis». 10) para 1350, y luego, 416 (n.° 18), 420 (n.° 68), 429 80. «Catálogo de los cartularios reales», p. 99 (n.° (n.° 104) y 431 (n.° 112). 180). 50. Con arreglo a lo que ocurre en toda la Merin- 81. «Catálogo de los cartularios reales», p. 144 dad. (n.° 281). 51. Esta se da ya en Alava, en la hermandad de la 82. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 162- Ribera, en nombres como Ribabellosa, Ribaguda e in­ 263 (números 323-324). «Catálogo del Archivo Gene­ cluso Riba. ral», 1, p. 109 (n.° 189). Yanguas, «Diccionario de 52. El verbo es «foro». antigüedades». 1.. pp. 65 y 72 y 338-339. 53. Diccionario de 1802, II, p. 274, a. 83. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 164- 54. Madoz, XIII, pp. 454, b-455, a. 165 (n.° 328). 55. Altadill, II, pp. 903-906, con plano en la pri­ 84. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 192- mera. En el término coloca a Azut, Espedolla y Ester- 193 (n.° 381) año 1238. cuel. 85. «Catálogo de los cartularios reales», p. 243 56. Hoja 321 a escala 1 ; 50.000 del Instituto (n.° 488), 1264. Ver también p. 272 (n.° 549), 1280. Geográfico y Catastral. 86. «Catálogo de los cartularios reales», p. 256 57. «Catálogo de los cartularios reales» p. 41 (n.° (n.° 513), 1270. «Catálogo del Archivo General», 1, p. 63). También en 1179, pp. 44-45 (n.° 69). 184 (n.° 377). 58. «Catálogo de los cartularios reales», p. 95 (n.° 87. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 354- 171), en 1213. 355 (n.° 726). «Catálogo del Archivo General», II, pp. 59. «Contribución a la toponimia árabe de Es­ 195-196 (n.° 487). Yanguas, «Diccionario de antigüe­ paña» p. 50. dades», 1., p. 339 y 11. p. 433. 60. «Glosario de voces ibéricas y latinas», p. 62. 88. Carrasco Pérez, «La población...» p. 381 (n.° 61. «Catálogo de los cartularios reales» p. 95 (n.° 17) para 1350. En 1366 se registran, a la p. 4 16 (n.° 16) 171). Yanguas, «Diccionario de antigüedades». I., p. cuarenta y cuatro fuegos pudientes de cristianos y mo­ 148. ros. De hidalgos, no consta a la p. 418 (n.° 36); en la 62. «Catálogo de los cartularios reales», p. 110 419 (n.° 54), diez fuegos de hidalgos. Lo mismo, por­ (n.° 205). menorizando, a las pp. 426-427 (n.° 90). 63. «Catálogo de los cartularios reales» p. 1 10 (n.° 90. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1, 206). pp. 339-340. 64. «Catálogo de los cartularios reales», p. 128 90. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, pp. (n.° 247). Yanguas. «Diccionario de antigüedades», 1.. 74-75 (números 149-150), 1462. pp. 148-149. 91. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I.p. 65. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 137- 340. 138 (n.° 266). Yanguas, «Diccionario de antigüeda­ 92. «Catálogo del Archivo General» XLVIII, pp. des», II., p. 488. 258-259 (n.° 510). Queja de la aljama por el exceso de 66. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 272- cargas con desigualdad respecto a los cristianos, dispo­ 273 (n.° 549). «Catálogo del Archivo General» 1, p. niéndose que los cristianos paguen una tercera parte y 231 (n.ü 499). Yanguas «Diccionario de antigüedades», los moros el resto. I., p. 149. 93. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I., p. 67. «Catálogo del Archivo General» II, p. 37 (n.° 342. 83). Yanguas. «Diccionario de antigüedades», I., p. 94. Diccionario de 1802, I, p. 216, b. 149. 95. Pormenores en Madoz, VII, pp. 33, b-34, b. 68. «Catálogo del Archivo General» II, p. 407 96. Altadill, , II, pp. 870-872, plano en lapágina (n.° 1.031). 871. Compárese con el de la hoja 321. 69. Carrasco Pérez, «La población...» p. 381 (n.° 97. Martinena, «Palacios cabo de Armería» II, p. 18) para 1350 y 416 (n.° 17), 420 (n.° 65) y 428-429 26 y «Navarra, castillos y palacios», p. 24, foto del (n.° 101). torreón. 70. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I., p. 149.

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CAPITULO III LOS PUEBLOS DEL QUEILES

1) Monteagudo, , y Ablitas. 2) Cascante, Urzante y .

El río Queiles es un afluente del Ebro que pueblo natal vencía en lo de fabricar armas nace en las alturas sorianas de la sierra del mortíferas a los «chalybes» y a los nóricos: Madero, que pasa por Agreda, luego por dos antiguos pueblos metalúrgicos 6. De to­ Tarazona y entra en Navarra, en la zona del das formas, también Tarazona era famosa por «ager», por Monteagudo, para regar los cam­ sus armas bien templadas, de suerte que hay pos de Cascante, Murchante y otros pueblos que considerar que el Queiles tiene, en menores y terminar en Tudela. Es, pues, un efecto, su nombre clásico en función de lo río que corre por el antiguo país de los dicho. celtíberos y después por el de los vascones meridionales y más pronto conocidos, desde Observemos, por otra parte, que tanto los pueblos navarros de su ribera, como los de la el punto de vista histórico. cuenca del río Alhama, pertenecieron a la Se juzga que el nombre del Queiles es de diócesis de Tarazona, dentro del deanato de resonancia clásica y que incluso tendría un Tudela7. De éstos el que queda más cercano origen helénico. En efecto, para defender a la linde con Aragón es Monteagudo, un esto, se recuerda un texto de Justino, en que núcleo que aparece adscrito a Tudela en su se habla de cierto río no lejano a Bilbilis, que fuero famoso, con el nombre de «Monta- daba con sus aguas temple especial a las gut» 8. armas, «unde etiam Chalybes, fluvii hujus finitimi appellati» 1. A este texto se añade El nombre no tiene necesidad de ser ex­ otro de Plinio 2. Los dos, se considera desde plicado. Hay en todo el territorio románico hace mucho que se refieren al Queiles 3 y la muchos iguales o parecidos, e incluso tam­ reducción se acepta por autoridades moder­ bién en Inglaterra. Se trata casi siempre de nas 4. Hay que observar, sin embargo, que en emplazamientos de aquella época en que el alguna ocasión se mezcla la información res­ Occidente de Europa se llenó de fortalezas pecto a este «Chalybs» de Justino, con lo que de mayor o menor importancia, situadas en Marcial dice de las aguas del mismo río de un lugar que dominaba cierto territorio9. Bilbilis, es decir, el Jalón o «Salo» 5. En uno Cabe suponer que el pueblo conservó su de los pasajes del bilbilitano se dice que su nombre romance pese al dominio arábigo. 219 como pasó en tantas otras ocasiones 10. Des­ El casco viejo tenía una calle de Enmedio, pués, durante mucho, aparece como sede de otra del Arrabal, otra del Norte, un Barrio un linaje que lleva su mismo norrfbre. Así en Bajo, una calle Tras la Iglesia, otra Tras Cas­ 1218 hay memoria de una Doña Teresa de tillo, la de Subida al Palacio y otras del Monteagudo 11. Pero durante bastante Horno, del Puerto, del Trinquete, del Bos­ tiempo también se sigue escribiendo «Mon- que, de Cachano... rodeadas de huertas 22. El tagut», como ocurre en el tratado de alianza palacio, que deja al castillo viejo, pero tam­ de Jaime I y Teobaldo II, fechado allí, a 9 de bién restaurado, en plano secundario, es un abril de 1254 12 y en el homenaje a la reina edificio de planta regular, de ladrillo, con Juana, suscrito por Semeno de Montagut, gran puerta de arco de medio punto al centro como tenente del castillo del mismo nom­ y dos ventanas a cada lado de ella. Encima bre 13 en 1277. El castillo aparece en tiempos hay otras tres, colocadas irregularmente (dos sucesivos, como plaza de cierta importan­ a un lado y una a otro de la misma puerta) cia 14. que dan a un entresuelo. En la planta princi­ De 1357 hay un documento en que se pal se abren cinco grandes huecos y sobre establecen sus límites con el pueblo aragonés éstos, pegadas al mismo alero, cinco ventanas de Navajas o Navallas 15. Como ocurre en simétricamente ordenadas. En la fachada late­ otros pueblos de la frontera meridional del ral hay cuatro huecos en cada planta 23. reino, Monteagudo aparece en el siglo XIV Siguiendo la carretera de Tarazona a Tu- con una población mora considerable, sujeta dela hacia el Norte, después de Monteagudo, a grandes tributos y muy amenazada siempre queda el pueblo de Tulebras y próximos a él, en sus trabajos por las guerras con Aragón. hacia Levante, están Barillas y Ablitas. Estos Así se ve en un documento de 1365 en que dos aparecen en el tantas veces citado fuero los moros 16 exponen su miserable estado, de Tudela. El primero, no24. La iglesia de porque los aragoneses los mataban o pren­ «Tolebras» surge, en cambio, en la demarca­ dían, de suerte que en 1363 no se habían ción de la iglesia tudelana de 1196. También atrevido a sembrar 17. La situación empeoró «Ablitas» 25. Tanto el nombre de «Ablitas» después, porque en 1423 se indica que de las como el de «Barillas» como el de «Tulebras» cincuenta o sesenta casas de moros que allí son enigmáticos. habían existido, sólo quedaban ocho, por lo que el rey disminuyó las pechas y tributos de Tulebras aparece como sede de un con­ los supervivientes 18. El pueblo, como tantos vento de monjas cistercienses, que se tras­ otros, pasa por diversas manos por gracia ladó allí de Tudela, en tiempos de Don Gar­ real, quedando en 1454 en poder de los cía Ramírez y por un documento en que se Agramont, junto con el castillo 19. Montea­ refleja esto, se ve también que, a la vez. gudo hubo de experimentar un cambio sensi­ fueron a poblar o repoblar el término los ble con la expulsión de los moros. Después moros de Barillas («illos moros de Bare- creció y en el diccionario de 1802 se le dan las») 26. En documentos posteriores se hace 437 habitantes. En él, también, aparte de memoria de las «donnas» de Tulebras 27, es suministrarse otras informaciones, se indica decir, las monjas. que los marqueses de San Adrián habían Más tarde surge el abad del mismo mo­ reedificado el castillo 20, situado en el cerro nasterio28. El pueblo fue de abadengo hasta que da nombre al pueblo y que lo domina. la época moderna 29, pero experimentó nota­ También Monteagudo experimenta creci­ bles altibajos en su densidad, nunca muy miento en el siglo XIX. Madoz le da 680 grande. En el siglo XIV, época de grandes almas en 160 casas, distribuidas en solas tres calamidades, quedó casi desierto, volviéndose calles21; en 1888 había 1192; 1166 en 1900 a poblar a comienzos del XV. El diccionario y 1.253 en 1910. Por entonces el núcleo de 1802 indica que «desde entonces viven urbano estaba constituido por dos partes di­ sus habitantes en casas comprehendidas den­ ferenciadas. Una era Monteagudo propia­ tro de la cerca del monasterio» 30. No eran mente dicho. La otra Monteagudillo. Esta más de 1 12 ocupados en la horticultura. Ma­ parte la constituían las casas que se extendían doz da 187, en treinta casas de no muy buena a lo largo de un camino que cruza el río construcción; esto a pesar de las pingües Carchetes. hacia el Oeste. rentas que se atribuían a la comunidad y que.

220 en su tiempo, había ya desaparecido31. La cida por el mismo tiempo43. Como todo situación era estacionaria a comienzos de si­ núcleo fronterizo, cuenta con el castillo co­ glo o algo más baja en punto a demografía: rrespondiente 44 y con población mora 45. 168 personas en veintinueve casas hacia Sufrió pronto las consecuencias de la ri­ 1910. El casco que se da es casi un rectángulo validad navarro-aragonesa y ya en 1137 fue irregular con una anchura al centro 32 y re­ ocupado por los aragoneses y rescatado por sulta un tanto esquemático. En realidad, Tu- el propio rey de Navarra que entró en Ara­ lebras constituye un núcleo pequeño, api­ gón a su vez 46, quedando luego en poder de ñado, en el que, en efecto, el antiguo recinto Don Gonzalo de Azagra hasta 1 158, en que del convento aún puede seguirse, como su viuda lo restituyó al patrimonio real47. marco de la población y esto es lo que le da Después de permanecer en él durante algún mayor carácter. tieijipo, pasó al linaje de Lacarra, que con­ También es muy compacto el caserío de servó el señorío durante toda la segunda mi­ Barillas, pueblo que. como se ha visto, tam­ tad del siglo XIV y luego hasta el siglo XVII, bién se llamó «Barelas». Puede que haya que con otros lugares48. En 1366 contaba con asociar este nombre con los de «Varela» y una población compuesta de diecinueve fue­ «Varelas» topónimos gallegos 33 y que se re­ gos de francos, treinta y dos de moros y seis lacione con «vara», «varal», «varilla». de hidalgos49. Pero después disminuyó mu­ Barillas, que también aparece como «Ba- cho; primero a treinta vecinos y en 1440 a riellas», es sede de un castillo conocido que sólo diez 50. fue objeto de varias ventas, unido al término. Ablitas a fines del Antiguo Régimen era Así, en 1225 lo venden a Sancho el Fuerte cabeza de un condado que poseían los condes Pedro Sánchez de- Bariellas y su mujer de Montijo, creado en 1652 por Felipe IV. Urraca Gil, por 3-400 maravedíes alfonsíes Tenía población bastante grande, hasta de de oro34. Luego, en 1303 aparece como se­ 1.244 almas y un regadío de 14.000 robadas, ñor Pero Sanz 35. En 1323 lo compra el dependiente del Queiles y de la ya citada obispo de Tarazona 36 y dos años después lo acequia de Bendienique 51. En tiempo de dona a un canónigo de la misma sede, Johan Madoz la población no había aumentado 52. Périz de San Johan 37. Más tarde volvió a la Posteriormente llegó a 2.040 en 1888 y bajó jurisdicción real y en 1466 Doña Leonor lo luego a 1.887 en 1910. En el recinto urbano dio a su copero mayor Carlos Pasquier, que había 438 casas, y en su jurisdicción varios de se tituló señor de Barillas 38. El castillo-pala­ los poblados con nombre árabe de los que cio, que parece haber sido el alma del pue­ hay mención en el fuero de Tudela y otros blo, fue destruido en 1976, según Martine- documentos: «Abofageg», «Alcabet», «Alca- na 39. El señorío, por los Pasquier, pasó a los ret», «Almazdra» o «Almazara». También condes de Bureta y a fines del siglo XVIII puntos con nombres cristianos, como «Pe- Barillas seguía existiendo como pequeña villa driz» y «Bonamaison» 53. de señorío, puesto que no tenía arriba de 96 Ablitas se asienta al Norte de un cerro de personas. El cultivo de las huertas era el 427 metros de altura y queda a 385. Cuenta principal ejercicio de éstas y alguna de las con una zona de Cuevas Altas y otra de acequias que las regaban conservaban y con­ Cuevas Bajas. Hay también yesería, lo cual servan nombre de sabor moruno que re­ explica que en el siglo XV hubiera maestros cuerda al de algunas acequias de Levante. Por yeseros conocidos, del sector mudéjar, que ejemplo, la de «Bendienique» 40 que, sin trabajaron para los reyes de Navarra en dis­ duda, en principio fue pertenencia de algún tintos edificios M. En su término hay varias grupo familiar o linaje (hijos de...). granjas que reciben el nombre de «torres», Ablitas, que, como se ha visto, también como más a Levante (torre de Ugueal, torre aparece en la lista de pueblos del fuero de de Volandin) y es conocida su laguna 5S. Un Tudela41, es citada en algún texto como camino o carretera se cita en 1264 de Ribafo- «Oblitas», y no mucho después de la recon­ rada a Ablitas, que aún está en uso. El casco quista se ve que es pueblo en que había urbano de Ablitas, que queda bajo las ruinas población cristiana en tratos de préstamo con del castillo, es un casco típico de pueblo de la algún judío pudiente 42. Su acequia es cono­ zona, con casas más bien pequeñas de un solo

221 piso en gran parte, uno o dos huecos y co­ de las figs. 169 y 170). Los espacios más rrales o patios irregulares 57. Como pasa en anchos han sufrido aún más los efectos de la casi todos los pueblos de esta disposición, los modernización en balcones, miradores, tien­ conjuntos situados en alto parecen los más das (foto de la fig. 171). Pero aún quedan modestos y arcaizantes (foto de la fig. 168). casas de ladrillo típicas, de aire señorial, con Las calles estrechas han sido modernizadas y su fila de balcones de hierro en el piso prin­ los blanqueos y adornos se han impuesto, cipal y la galería de arcos en el segundo (foto como en los demás pueblos de la zona (fotos de la fig. 172).

Los municipios que siguen son más im­ «Cascanto» en el itinerario de Antonino64. portantes y el primero, de gran resonancia De su importancia relativa habla el hecho de histórica. Ya se indicó en el capítulo primero que ya por los años de 457 fuera ciudad de la parte primera (§ II) algo respecto a la destacada en el asunto de Silvano, obispo de aparición del municipio de Cascante en la Calahorra, que había cometido varias irregu­ Historia; su importancia la acreditan las mo­ laridades. Es en la respuesta del papa Hilario nedas que por otra parte expresan que fue a la denuncia del 30 de diciembre de 465. en ciudad ibérica de las que utilizaron el sistema donde aparecen los «honrados y poseedores» de escritura, descifrado, sobre todo, merced a de la ciudad de Cascante («Cascantensium»), las monedas mismas que ostentan los nom­ entre otras de la zona 65. Esto indica cristiani­ bres de las ciudades que se vieron obligadas a zación vieja. Después las memorias respecto acuñarlas. a Cascante se pierden. Las crónicas árabes no Así, en efecto, en la serie de monedas con hacen referencia a algo que allí hubiera po­ nombres escritos en carácter ibérico del «tipo dido ocurrir. Pero en el fuero de Tudela se del jinete», la que lleva el número 57 de la da como tierra conquistada, adscrita a la ciu­ serie de Vives es una con el letrero, que se dad. En el texto y en otros posteriores se lee «Caiscata» o «Caiscada». Heiss ya pensó escribe «Cascant» 66. que se debía reducir a Cascante, en lo que le Algunas décadas después, en una escri­ siguió Hübner 58. En la serie de monedas con tura en latín de 1 174. se suministran detalles inscripción en latín de la época de Tiberio las curiosos sobre la situación de Cascante. En hay que en el reverso llevan la indicación primer término, se conserva la misma grafía «MVNICIP / CASCANTVM» 59. La desi­ del «Itinerario de Antonino». Un «Petrus de nencia en «-ntum», en vez de la propia de la Cascanto» era por entonces dueño de la mi­ ceca ibérica, explica luego el nombre de tad de la villa, que había sido antes de un «Cascante», que, por cierto, se repite en personaje con nombre raro: «Don Daliman». Aragón 60. En los textos antiguos el pueblo Este había poseído asimismo distintas here­ aparece por vez primera en uno de Tito dades, la mitad de las rentas y otros derechos Livio, referente al año 76 a. de J. C. en que y la mitad también de los árboles y palomares se describe un paso del ejército de Pompeyo, situados en el castillo. Pedro empeña lo que de Este a Oeste, para llegar a Calahorra61, posee a «Don Jucef». hermano de «Don paso en que devastó las tierras de los cascan- Albofa^an». un judío, por 2.000 morabetinos tinos entre otras («cascantinorum»). Después de oro, por término de San Miguel. Son los cita Plinio («cascantenses») 62 entre los fiadores dos cristianos y testigos tres cristia­ llamados «latinos viejos». Más tarde aparece nos (dos de origen francés, al parecer) y dos «Káskonton» en las tablas de Ptolomeo63. judíos 67. Después el castillo y el pueblo pa­

222 rece que se acrecientan en importancia. cante aumenta y adquiere una prosperidad Como tantos otros castillos y villas, quedó en que reflejan distintos textos y monumentos. manos de un linaje. Se sabe que por los años Rodrigo Méndez Silva le daba ochocien­ de 1273 era señor de Cascante Pero Sánchiz tos vecinos 79 y, aparte de la parroquia, indica de Montagut. que hizo donación del castillo y que había un convento de «frayles victoria- de la villa al rey en caso de morir sin herede­ nos», y otro cercano de monjas bernardas. ros 6S. Los hijos de éste pleitearon con la Subraya la fertilidad del término y da el reina Juana respecto a la herencia en 1281 69, blasón, indicando que en 1630 Felipe IV la llegando a una composición. elevó a la categoría de ciudad. El diccionario Así, en 1381 era castellano por el rey de 1802, indica que esto ocurrió en 1633 y Remonet de Audaux. que prestó juramento que, en parte fue debido a un donativo de de guardarlo fielmente, según el tuero de 10.000 ducados de plata doble. Lo concedido Navarra70. Estando en el linaje de los en 1630 sería la jurisdicción civil y criminal, «Montagut» o «Monteagut», el concejo de mediante otro donativo de 17.000 ducados los cristianos fue liberado de determinadas de la misma clase. Los Beaumont habían ven­ pechas y por lo que dice el documento se ve dido el señorío al municipio mismo en que en el término había abundancia de vi­ 1551 81. A fines del siglo XV11I, Cascante ñas71. La situación fronteriza hacía que el era un núcleo de hasta 550 casas con 2.600 castillo fuera objeto de reparaciones 72 e ins­ almas81. Medio siglo después, en 1847, Ma- pecciones periódicas; también, de repartos de doz sigue manteniendo el número de casas, armas tales como ballestas y «artillería» 73. repartidas en seis calles, varias callejuelas y Pero, pese a toda previsión, la villa estaba una plaza y señala la divergencia entre unos expuesta a grandes males y por ello Carlos 11 datos oficiales que fijan su población en en 1364. para que fuese mejor poblada, hizo 2.244 almas y los particulares que la elevan a exentos del peaje a sus habitantes, así como 3.50082. En la segunda mitad del XIX al­ de otras cargas y servidumbres, dando tam­ canzó los 4.132 habitantes en 1888. Luego bién garantías a los que fueran a vivir allí por bajó a 4.086 en 1900 y aún más hacia 1910 haber cometido crímenes de lesa majestad, (3-712). Dentro de la ciudad los edificios incluso el de fabricar moneda falsa74. La habían llegado a ser 781 y 3-631 los que población que arroja el libro de fuegos de vivían en ellos. Cascante presentaba, por en­ 1366 es de noventa y cuatro vecinos cristia­ tonces, la forma de un rectángulo colocado nos, moros y judíos, distinguiéndose siete u sobre el Queiles en dirección Nordeste-Su­ ocho hidalgos75. Antes, en 1350, se dan doeste. Los lados más cortos los constituían hasta 182 fuegos76. En los censos sigue es­ las calles que marcaba el camino de Cascante cribiéndose «Cascant». Después el señorío a Tudela al Sudoeste y la del camino a Ablitas con el castillo fue concedido a Roger de Foix y al monte al Nordeste. (1378), más tarde a Juan Hurtado de Men­ doza (1394), y en 1445 Juan II vendió a Don Podría hablarse de un eje, aunque irre­ Juan de Beaumont varias pechas que cobraba gular, constituido por la calle que continuaba de los labradores y en 1446 le hizo donación el camino a Monteagudo y otro transversal del castillo, del horno y del molino. Esto dura por la que empezaba en el camino a . El poco, porque en 1452 se registra otra dona­ trazado era, de todas formas, irregular, aun­ ción del rey a Don Diego Gómez de Sando­ que en líneas generales podría corresponder val, conde de Castro y en ella se advierte que a una población de la época romana tardía 83. sigue existiendo población de las tres religio­ Hoy Cascante ha experimentado grandes nes. transformaciones, aunque la población no sea Hay luego mercedes a los clérigos, hidal­ de las que más habían aumentado, según los gos y labradores de 1454 y 1471 77. Pero la censos, de 1960-1970. última se debe a la extrema decadencia en Las casas remozadas, blanqueadas, han que se hallaba la población que de 150 veci­ perdido el carácter un poco adusto que te­ nos que tenía antes, se había reducido a 65, nían aún hace cincuenta o sesenta años. Los pobres, sin medios de vida78. Las guerras tonos ocres de las antiguas de la plaza de los civiles hubieron de ser causa principal de esta Fueros y otros lugares, se han perdido87. disminución; y del siglo XVI al XVII Cas­ Pero quedan casas del estilo navarro-aragonés 223 ya tantas veces encontrado en la zona, como ha llegado a ser una villa bastante próspera. la que ocupaba él telégrafo y algunas de estilo Como tantas otras, estuvo en poder de un dieciochesco, menos popularizado, con bal­ linaje poderoso en la zona, el de los Azagra, cones de línea curva y dentro del conjunto que, con el castillo que allí había lo vendió a urbano es curiosísima, como concepción, la la iglesia de Tudela y al prior de San Juan en larga fila de arcos de ladrillo que conduce al 1 178 88. Era luego sólo de la iglesia tudelana santuario de la Virgen del Romero, que en y lugar de moros; con diez vecinos de esta otro tiempo fue la parroquia, con el nombre estirpe en 1366. más dos hidalgos89. La de Santa María la Alta: «por la banda del mezquita duró hasta la expulsión en 1516. Norte -dice el diccionario de 1802 refirién­ Murchante, como dependiente de Tudela, dose a la altura donde se asienta-, sube un fue gobernado hasta tiempos modernos. Era camino cubierto con treinta y nueve arcos de un núcleo con 440 almas a fines del XVIII, ladrillo que forman un claustro, del cual se contaba con un riego de 8.000 robadas y. sirven en tiempo lluvioso y de mucho calor 85 aparte de las acequias del Queiles, tenía una (figs. 173, 174, 175. 176 y 177). laguna, cercada por un muro de piedra que se decía obra moruna 90. El aumento en el siglo Dentro del término de Cascante quedan XIX es paralelo al de otros pueblos de la tres antiguos poblados, citados en el fuero de zona tudelana. A mediados del siglo XIX las Tudela: uno es «Calchetas», despoblado hace casas eran doscientas, los habitantes 684 91. mucho; otro «Lor», famoso por un castillo, Luego viene, como casi siempre, un creci­ también desaparecido; otro «Urzant», es de­ miento más sensible. En 1888 se registran cir Urzante hoy 86; reducido a una pequeña 1.492 y en 1900, 1.862, para pasar a 2.003 agrupación de casas que en un tiempo fueron en 1910, con 355 casas92. Esto quiere decir granjas del priorado de San Juan y antes que Murchante tenía una fisonomía muy re­ señorío laico 87. ciente en conjunto y el aire del pueblo mo­ Un desenvolvimiento mayor ha tenido derno se ha exagerado en los últimos tiem­ otro núcleo mencionado en el mismo fuero pos. de Tudela: «Murchant», hoy Murchante. que

NOTAS

1. XL1V, 3. Soria. Madoz, XI, pp. 533, b-536, a. «Montagut» en 2. XXXIV 144. Lérida, Gerona y Tarragona, p. 517, a-b. 3. Ya en el diccionario de 1802. II, p. 267, b. 10. Véase la Toponimia a base de «monte» en También Don Vicente de la Fuente, «España Sagrada» Simonet, «Glorsario de voces ibéricas y latinas», XLIX, pp. 59, a-60, b. Este dice que el vulgo aún P. 373. pronuncia «Cailes». 11. «Catálogo de los cartularios reales», p. 117 4. A. Schulten, «Hispania, Geografía, Etnología, (n.° 221). Historia» (Barcelona, 1920). p. 48. 12. «Catálogo del Archivo General», I, pp. 147- 5. I. 49. 12 y IV, 55. 15. 148 (n.° 285). Yanguas «Diccionario de antigüedades», 6. IV, 55, 11, 12. III. p. 37. 7. Véase el mapa en «España Sagrada» XLIX, al 13. «Catálogo del Archivo General», I, p. 221 final. A las pp. 401-403 la demarcación de la jurisdic­ (n.° 471). ción de la iglesia tudelana de 1196. 14. «Catálogo del Archivo General», II, pp. 167 8. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...», (n.° 411), 1351; 297 (n.° 753). 1356, 364-365 (n.° p. 418. 918), 1356. Otros después 9. Hay bastantes «Monteagudo» en Galicia. Tam­ 15. «Catálogo del Archivo General», II, p. 398- bién se registra el nombre en Cuenca, Teruel, Murcia, (n.° 1008).

224 16. J. Carrasco Pérez. «La población...», p. 179 45. «Catálogo del Archivo General», I, p. 308 (n.° (n.° 7) da cincuenta y cuatro fuegos en 1350. Veintidós 692), 1308. pudientes, de francos y moros, en 1366, p. 416 (n.° 46. Moret. «Annales...», II, pp. 371 a-371, b (li­ 21), diez de hidalgos, p. 418 (n.° 45) que se nombran a bro XVIII, capítulo IV § I, números 1-3. Compárese la p. 424 (n.° 81). Otra nómina en la p. 431 (n.° 109). con Zurita, «Annales...», I, pp. 195-196 (libro II, ca­ Siempre es «Montagut». pítulo II). 17. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 111, 47. Moret, «Annales...», II, pp. 408 (libro XV1I1, p. 411. capítulo V, § II, n.° 3. 18. «Catálogo del Archivo General» XXXV, p. 48. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, 57 (n.° 128). Yanguas, «Diccionario de antigüedades». pp. 2-3. Martinena, «Palacios cabo de Armería», II, p. 111, p. 412. 25. 19. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 111, 49. Carrasco Pérez, «La población...», p. 380 (n.° pp. 412-413. Martinena, «Palacios cabo de Armería», 9) para 1350. Luego pp. 416 (n.° 20), 418 (n.° 33), 419 II, pp. 26-27 da alguna información más. (n.° 46), 422 (n.° 76), 424 (n.° 82) y 431 (n.° 110). 20. Diccionario de 1802, II, p. 35, b. 50. «Catálogo del archivo general», XLIV, pp. 21. XI, p. 534. a-b. 316-317 (n.° 804), Yanguas, «Diccionario de antigüe­ 22. Altadill, II, pp. 896-890, plano a la p. 897. dades», 1, p. 3. Compárese con el de la hoja 320 del mapa a escala 1 : 51. Diccionario de 1802, 1, p. 4, a-b. 50.000 del Instituto Geográfico y Catastral. 52. Madoz, I, p. 58. b, 1226. 23. Foto en Altadill, II, p. 899. Otra por detrás en 53. Altadill, II. pp. 817-820. «Itinerarios por Navarra». I. p. 63. Otra da Martinena. 54. «Catálogo del Archivo General», XLIV, pp. «Navarra, castillos y palacios», p. 24. 65-66 (n.° 158), 68 (n.° 165), 1439. 24. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...», 55. Hoja 320 ya citada. Agua de Ablitas, «Catá­ p. 418. logo de los cartularios reales», pp. 185-186 (n.° 370), 25. «España Sagrada», XLIX, p. 401. 1237. 26. Copia en Yanguas, «Diccionario de antigüe­ 56. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 243- dades», III, p. 466 sacáda de la catedral de Tudela. 244 (n.° 488). . 27. «Catálogo de los cartularios reales», p. 114 57. Foto de una parte y otra de la laguna en (n.° 215), 1216. «Itinerarios por Navarra», I, p. 61. 28. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 175- 68. Antonio Vives y Escudero, «La moneda hispá­ 176 (números 349-352), 1236. nica», II (Madrid, 1924), p. 129. 29. Diccionario de 1802, II, p. 400, a. 59. Vives, op. cit. IV (Madrid, 1924), p. 108. 30. Diccionario de 1802, II, p. 400, b. En 1350 se 60. Madoz, VI, pp. 59, b-60, a, río y villa en dan doce fuegos: Carrasco Pérez. «La población...», p. Teruel. Despoblado en Soria. 380 (n.° 8). aEn el censo de 1366, que escribe «Tulue- 61. Fragm. del libro XCI. Shulten, F.H.A., IV, bras», hay tres labradores pudientes, p. 417 (n.° 24), pp. 187-188. ningún hidalgo (pp. 420, n.° 66 y 429, n.° 102). 62. III (3), 24. 31. Madoz, XV, p. 182, a-b, artículos sobre el 63. II, 6, 66. En décimo lugar, entre las poblacio­ pueblo v el monasterio. nes vasconas. 32. ' Altadill, II, pp. 906-908, plano a la p. 907. En 64. 492, 2. la hoja 320 no se distingue nada. 65. Texto en «España Sagrada» XXV, p. 196. 33. Madoz, XV, p. 612, a. En La Coruña. 66. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...», 34. «Catálogo de los cartularios reales», p. 139 p. 418. (n.° 269). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, 67. «Catálogo de los cartularios reales», p. 39 (n.° p. 107. 58). Publicación parcial por Fritz Baer, «Die Juden im 35. «Catálogo de los cartularios reales», p. 287 Christlichen Spanien», I p. 929, n.° 577, 18, de un (n.° 580). registro de «Don Abolfafan» o «Albofafan» y «Don 36. O se lo donó Carlos el Calvo, «Catálogo del Jucef». Archivo General», I, p. 357 (n.° 820). 68. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 264- 37. Yanguas. «Diccionario de antigüedades», I, p. 265 (n.° 532). «Catálogo del Archivo General», I, pp. 107 y «Catálogo de los cartularios reales», p. 323 (n.° 232-233 (números 503-504). Yanguas, «Diccionario de 661). «Catálogo del Archivo General», I, pp. 365 (n.° antigüedades», I, p. 194. 842) y 368 (n.° 848). No aparece en los censos. 70. «Catálogo de los cartularios reales», pp. 368- 38. Pasquier es apellido que perdura. 369 (n.° 753). De 1319 se conoce un arriendo de la 39. Martinena, «Palacios cabo de Armería», II, escribanía, «Catálogo del Archivo General», I, pp. 340- pp. 25-26. 341 (n.° 778). 40. Diccionario de 1802, I, pp. 150, b-151, a. 71. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, p. 41. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...», 193. año de 1256. p. 418. 72. «Catálogo del Archivo General», II, p. 205 42. «Catálogo del Archivo General», I. pp. 58-59 (n.ü 513) 1352. (números 50-51) 1167. 73. «Catálogo del Archivo General», II, p. 301 43. «Catálogo del Archivo General», I, p. 59 (n.° (n.° 762) 1356, reparto de armas; p. 309 (n.° 783), 52). La mitad era propiedad de dos hermanos que la visita, 1356. Más documentos de este tipo en III, pp. donan a otros dos particulares, en 1167. 61 (n.° 146), 1358; 85 (n.° 210) 1358; 133 (n.° 337) 44. «Catálogo del Archivo General», I, p. 215 (n.° 1359; 233 (fi.° 598), 1360, etc... 455) 1276; II, pp. 297 (n.° 753), 1356; 309 (números 74. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, p. 783-784), id. etc. 194.

225 75. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 416 (n.° 84. Véase la foto que da Altadill, II, p. 848. 22), 418 (n.° 44); 424 (n.° 80); 430 (n.° 107). 85. «Diccionario de 1802», I, p. 199. a. 76. Carrasco Pérez, «La población...», p. 379 (n.° 86. Muñoz y Romero, «Colección de fueros...», 6). Hay memoria de la pecha de los judíos de 1359, p. 418. «Catálogo del Archivo General», III, p. 120 (n.° 302). 87. Diccionario de 1802, II, p. 416, b-417, a. 77. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, Yanguas, «Diccionario de antigüedades», III, pp. 478- pp. 195-196. La hecha al Conde de Castro parece que 479. se revocó. Diccionario de 1802, I. p. 198, b. 88. El linaje también perdura. 78. «Catálogo del Archivo General», XLVIII, p. 89. Carrasco Pérez, «La población...», pp. 417 (n.° 205 (números 400-401). 25), 420 (n.° 63). 428 (n.° 99). 79. «Población general de España», fol. 198, r. 90. Diccionario de 1802, II, p. 45, a-b. 80. «Diccionario de 1802», I, pp. 198,b-199, a. 91. Madoz, XI, p. 754, b. 81. Diccionario de 1802, I, p. 200, a. 92. Altadill, II, pp. 900-903. 82. Madoz, VI, pp. 60, a y 61, a. 83. Altadill, II, pp. 842-852, plano a la p.843. Compárese con el de la hoja 320.

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CAPITULO IV LOS PUEBLOS DEL ALHAMA

1) Fitero y Cintruénigo. 2) Corella.

Nos queda por tratar de los pueblos de drahita», etc. 5. «Fitero» se repite, como es una última cuenca fluvial, la del río Alhama, sabido, en Navarra y en el emplazamiento al que entra en Navarra por término de Fitero y que se refiere el famoso refrán geográfico que. poco antes, se acrecienta con varios que se da en el «Poema de Fernán Gonzá­ subafluentes del Ebro, la mayor parte de los lez»; cuales nacen en las alturas sorianas y bajan «Entonces era Castiella un pequeño luego hacia la Rioja meridional; una tierra rincón, que fue arabizada, como lo indica el nombre era de castellanos Montes d’Oca del mismo río y otros como el del pueblo de mojón Alfaro, que está en el punto donde el Alhama e de la otra parte Fituero en da sus aguas al Ebro. En este nombre, sin fondón» 6. embargo, la arabización se ejerce sobre otro anterior romance, originado en «pharos». En textos muy tardíos se reduce a: Aquí aparece en forma más conservado­ «Harto era Castilla pequeño rincón, quando ra de la f. En el nombre de Haro, en el otro Amaya era la cabeza y Hitero el mojón» 7. extremo de la Rioja, con «h» 1. El nom­ Algunos erraron al creer que este refrán se bre de Alhama, es decir, fuente termal, se refería al Fitero que nos ocupa, que, sin repite en Albacete, Almería, Granada, Mur­ duda, es un «fictorium» fijado muy antigua­ cia y Zaragoza 2. De todas maneras, los pue­ mente en la frontera meridional de los vasco- blos de su cauce tienen nombres no árabes; el nes. En el límite este se establece primero primero es muy ilustrativo. una fundación monasterial famosa luego. La palabra latina «fictus» (de «figere») da La función de los monasterios en Navarra el castellano «hito» y antes «fito». Con sig­ es semejante a la que tienen en otras tierras nificado de mojón es voz conocida y que se cercanas de la Europa occidental. En mo­ encuentra en otras hablas peninsulares, así mentos en los que la vida urbana está muy como varias derivadas 3. Entre ellas el topó­ decaída y en los que hay graves peligros, en nimo «Fitero». También hay Hituero4 y al­ los lugares recónditos y estratégicos donde se gunos compuestos, como «Piedrafita», «Pie- hallan, se concentra lo que queda de la cul­ 233 tura antigua y los esfuerzos mayores que hace mino había un castillo muy fuerte, del que el hombre se dedican al culto, a la Religión. Moret mismo indica que un pedazo de mura­ Existe, sin duda, una fe homogénea que hace lla almenada sirvió de muro al monasterio. En que los mayores cuidados se dediquen a la el término existía también un manantial salu­ construcción y adorno de los monasterios, tífero que se llamaba «Aguas de Tudején». El casas de Dios, donde se acumulan las rique­ Emperador volvió allí en 1146, cuando el zas y centros de trabajo que acaparan muchos abad Raimundo había sucedido a Durando y bienes por donaciones de príncipes y parti­ estuvo en Niencevas, según un documento culares y que tienen sucursales en vastos conservado en Fitero y en la Cámara de territorios. Esta concentración llega a ser es­ Comptos 10. La donación fechada en 1153 de plendorosa con la reforma Cluniacense, que todo el realengo de Anagora confirmando las aquí tiene expresión muy clara. anteriores da ya a Fitero una entidad pro­ Pero hay un momento en que se realiza pia 11. Desde pronto comienzan a hacerse a otra gran reforma. La patrocinada por San Raimundo donaciones de particulares, como Bernardo (muerto en 1 153), que da lugar al se ve en el cartulario del monasterio, o el movimiento Cisterciente. Los monasterios abad, por compra, acrecienta los bienes 12. buscan, más aún si cabe, las soledades, los Pero en un tiempo Fitero padeció una crisis, monjes huyen del lujo exterior y de la fanta­ porque el abad se llevó a Calatrava a los sía en adornos y ornamentos de las partes monjes robustos, quedando sólo allí los vie­ distintas de los templos, el trabajo monacal se jos y débiles. Un abad con nuevos monjes organiza en formas más eficaces, con división (Guillermo) restauró y repobló Fitero, que el más clara por especializaciones. rey Don Sancho el Sabio considera como cosa propia y le da grandes franquicias, como Se levantan, así, grandes monasterios de se ve en documento de 1164 13. El abad se una sobriedad absoluta, sin enterramientos consideraba señor de Tudején 14. Por los suntuosos, con un plan arquitectónico en que años de 1189 lo era Don Pedro Quesada, del no queda lugar a fantasías. Dentro de un que hay varias memorias de trueque de tie­ conjunto de ideas pesimistas, puesto que, rras con el obispo de Calahorra y confirma­ como siempre, el trabajo es considerado ción de donaciones 15. Es de esta época, al como castigo y expiación, se llega a mayor parecer, de cuando se hallan más reliquias en perfeccionamiento en las explotaciones agrí­ la parte arquitectónica. colas y de otras clases, a una producción también mayor. La iglesia, con una puerta románica, se di­ Entre las fundaciones cistercientes que ce en efecto que es de los siglos XII-XIII 16. quedaron en Navarra, Fitero destaca de Posteriormente el monasterio pasa por mo­ modo considerable. Su historia es conocida8. mentos prósperos y por otros inseguros. Pero El Padre Moret ya la trazó en sus líneas hay que advertir que un asiento o memoria generales, en distintos pasajes de su obra. que estaba en el tumbo o becerro del mismo Dice, así, en primer término, que por los indica que el que edificó el templo suntuoso años de 1140 había un monje cisterciense que había fue el arzobispo de Toledo Don llamado Durando que había fundado en la Rodrigo Jiménez de Rada, gran protector del montaña de Yerga una habitación estrecha monasterio 17. Fernando el Santo y Alfonso con iglesia dedicada a Santa María, en la que el Sabio de Castilla también lo protegen. servía con otros monjes más. Este primer La inseguridad de la frontera en el siglo abad en una serie larga intervino, al parecer, XIII hace que Fitero tenga su significado de en el tratado de paz entre Don Alonso el hito peligroso sin resolver. La contienda en­ Emperador de Castilla y Don García Ramírez tre Navarra y Castilla por su posesión conti­ y el primero de los dos monarcas le donó una nuó en el XIV. Hay, así, memoria de precau­ «villeta» desierta que quedaba en el llano ciones, por parte de Navarra, de 1245 18. Es próximo y la de «Niencevas» o «Nience- memorable el arbitraje de 1336 con senten­ bas». 9. cia a favor de Navarra, según Moret. Las dos Años después tiene lugar el tercer traslado partes consideraban que Fitero estaba en su de los monjes a Fitero. Se llamaba propia­ jurisdicción 19. Las diferencias se repiten el mente Castellón de Fitero, porque en el tér­ año de 1373, y esta vez fue una sentencia 234 papal la que dio razón a Navarra 20. Fitero acrecentada. Llegaron nuevas familias a la resulta así un núcleo en el que. aparte del vecindad de Aragón y Castilla. Entonces el templo, había el gran monasterio y una po­ abad determinó ampliar el caserío, dar solares blación de labradores adscritos al mismo, que para construir casas, asignar heredades a los vivían en un recinto murado que se conservó nuevos vecinos21. Pero no hay que pensar después, pegado a la iglesia. Era como una que este núcleo fue algo bien planeado. Las fortificación, porque las guerras fronterizas casuchas se acumularon de modo mísero al así lo exigían. Paradójicamente, a fines del Este del monasterio albergando a unas treinta siglo XV, época de gran depresión para Na­ familias. Por otro lado tanto la comunidad varra. bajo el mando del abad Don Fray como el vecindario vivieron en gran desor­ Miguel de Peralta, la población laica se vio den y anarquía, que hubo de durar toda la

Fig. 177.-Vista aérea de Fitero. segunda mitad del siglo XV y los primeros otros ejemplos de utilización del ladrillo en años del XVI. cuerpos de carácter utilitario y llaman la En 1520 se redactan, sin embargo, unas atención algunas cubiertas del siglo XV. memorables ordenanzas. La lucha entre Siguiendo la cuenca del Alhama hacia el monjes y vecindario se da fuerte después 22. Nordeste y sensiblemente separado de Fi­ tero. queda Cintruénigo, que desde antiguo Fitero tenía hacia 1542 unos doscientos es pueblo que sirve como punto de referen­ vecinos y después aumenta de modo sensible. cia en la comunicación más importante de El trazado muy característico del conjunto ha Navarra con Castilla, e incluso entre Madrid de descomponerse así: y el centro de España en general y Francia, 1.°) El monasterio con sus dependen­ como se ve en distintas relaciones de viaje­ cias, que queda como en un gran ros, regularizándose este itinerario en el siglo cuadrado en la parte del Sudeste. XVIII. 2.°) El núcleo viejo, exterior, al Su­ doeste del monasterio. Las postas en Navarra entraban -en 3.°) El núcleo de mayor desarrollo ur­ efecto- de Agreda a Cintruénigo, pasaban bano con la calle Mayor como eje por Valtierra, Marcilla y Tafalla, a Oriz y de más largo en longitud y otras para­ allí a Pamplona. Luego se marca paso por lelas, atravesadas por cantones, que Ostiz. Lanz, Berroeta y Maya, para salir a corresponde al aumento de la Edad Ainhoa 26. Moderna y que se destaca en algún Cintruénigo aparece en el momento de la texto. reconquista de la zona. Cuando Alfonso el En efecto, hay que recordar que Madoz, Batallador concede el fuero de Cornago a con información que es de 1846 por lo me­ Araciel le da derecho al riego del Alhama nos, decía: «La villa ocupa poquísimo te­ durante un día y una noche al mes y otro rreno, por estar las casas casi apiñadas; éstas tanto a Cintruénigo, que es denominado son número de quinientas poco más o menos, «Centruneco» 27. En otros documentos apó­ de dos y tres pisos, más cómodas que ele­ crifos, pero antiguos, se escribe «Centrone- gantes, particularmente una porción que co» 28. La forma más moderna recuerda la de tiene huerto. La parte antigua que constituye topónimos aragoneses como «Anzanigo», la mitad de la población, se compone de «Lituénigo» y «Sabiñánigo» en que parece malísimas calles, estrechas, torcidas, llenas de adivinarse un antiguo sufijo «-icus». que, en rincones y algunas sin salida; mas en la otra el último caso, se ve que va unido a un mitad, de construcción moderna, son más antropònimo, «Sabinus». Pero en «Centru­ espaciosas y rectas, con especialidad la Ma­ neco», «Centroneco», resulta más anóma­ yor, que es hermosa, larga y ancha» 23. lo 29. El caso es que, reconquistado, queda en poder de un linaje al que hubo de pertenecer Fitero. en este momento posterior a la algún tiempo. En septiembre de 1219 Ro­ exclautración, tenía 2.190 habitantes y antes drigo de Argaiz vendió al rey villa y casti­ ya industria bastante floreciente. Pero des­ llo 30. Posteriormente hay testimonio de las pués crece más. Llega a 3.335 habitantes en numerosas rencillas que tenían tanto los de 1888, 3.469 en 1900, luego decrece a 3-146 Cintruénigo como los de Corella con los de hacia 1910. En el casco había 783 edificios y Alfaro. lo cual dio lugar a tratados y adver­ 3.033. el resto en los Baños y otros pequeños tencias de los reyes31. La población cuenta núcleos o caseríos 24. La planta, en conjunto con un núcleo de palacios, casas, casales, nos la da la foto aérea de la fig. 192. alguna torre de piedra y en su ruedo existen En conjunto tan denso no pueden faltar huertos, hortales. linares, viñas, piezas. Antes mansiones de todas clases. Entre ellas las de 1352 un rico hombre, Pedro Sánchez de mejores corresponden a la más refinada ar­ Fermosieylla, contaba con toda esta clase de quitectura en ladrillo de los siglos XVII y bienes que se pusieron en venta aquel año. XVIII, en que con aquel material se procura porque el rey y su mujer adeudaban dineros obtener efectos arquitectónicos clásicos en y pan. a la Señoría y a un canónigo de Tu- pilastras, cornisas, etc. En la abadía había una dela32. De ellos se vendieron la torre de puerta de este tipo 25. En el monasterio hay piedra y los palacios y Carlos II en 1354 236 donó los demás a la hija del antiguo propieta­ contaba con 3.556 en 782 edificios y el resto rio 33. Luego amplió la donación a un palacio en el término. Cintruénigo queda en la mar­ de los que había delante de la torre de pie­ gen oriental del río Alhama, sobre un pe­ dra. a las cubas y bienes muebles del pa­ queño bucle y en altura: a unos 391 metros. dre 34. El castillo está entre los señalados del Hacia el Oeste un puente comunica a la villa reino y en 1356 se ordenó que, como otros, con la zona de riego, que tiene una acequia fuera restaurado y se derribaran las casas que bastante paralela al río. llamada «Río de la pudiera haber en torno35. Huerta». El casco más antiguo está flan­ queado por la carretera de Castilla de Sur a La población era eminentemente de fran­ Norte, con ligera inclinación al Nordeste. Ya cos y el registro de 1366 da treinta y seis hay mucho construido al otro lado. Pero vecinos de esta categoría, y dos de hidal­ aquel casco, irregular con tendencia elíptica, gos36. De 1369 data un privilegio endere­ tiene una primera calle en sentido longitudi­ zado, sin duda, a fomentar la población, para nal y luego otra más larga que hacia el centro lo que se libera de ciertas pechas y servidum­ se abre por la plaza. La iglesia, con otra plaza, bres a sus habitantes y a los que fueran allí queda más al Noroeste y en conjunto se admitiendo incluso a los malhechores, que no puede seguir el trazado de la antigua muralla. serían acotados 37. Aquí, como en Fitero y Las calles más cortas e irregulares están en el otros núcleos de frontera, se constituye una barrio de la iglesia. La calle transversal más población de gentes llegadas de Aragón y larga es la constituida por la prolongación de Castilla. En 1380 tanto el señorío de Cin- la carretera de Tarazona43. Hoy día en Cin­ truénigo como el de Corella se dan al Conde truénigo pueden verse varias grandes casas de Paillars; en 1431. al Príncipe Don Carlos, que justifican lo dicho en otros tiempos res­ por vida; pero después (1449) Juan II volvió pecto a la bondad de su construcción. Como a incorporar la villa a la corona, se dispuso ocurre también en Corella, los mejores pala­ que no pudiera ser enajenada y cuando Mo- cios de ladrillo y piedra en la base correspon­ sén Arnaut de Luxa la solicitó, las cortes se den a los siglos XVII y XVIII y deben ser opusieron, ratificándose la agregación a la obra de personas que pertenecieron a linajes corona 38. Así quedó como una de las buenas enriquecidos en la administración, en la mili­ villas de Navarra, con voto en cortes. El cia y también en los negocios. Uno de ellos castillo fue objeto siempre de cuidados y es el representado en el dibujo de la fig. 178 reparaciones y sobre él hay documentación (puerta en la fig. 179), que se destaca entre abundante, aparte de la citada 39. En ella se las casas señoriales con galería alta de arcos encuentran referencias a una torre mayor de por detalles como el «goticismo» de piedra, reparada en 1359 40. En el diccionario del balcón principal y del segundo piso. Otro de 1802 se dice que aún se conservaban palacio, el de la foto en color, se ajusta más a vestigios de los muros del recinto amurallado principios clásicos de ordenación. Pero en «y una torre de gusto romano». Por entonces Cintruénigo, hay, además, construcciones tenía 1736 habitantes y llamaba la atención más modestas, como la de la comunidad de por sus hermosos edificios41. Madoz con­ regantes de la Nave y Alhama, de una gran firma esta impresión: «Tiene -dice- sobre armonía (dibujo de la fig. 180). 500 casas, que forman veintisiete calles y una Por otra parte, lo que ha sido en otros plaza, siendo hermosos sus edificios y la villa, tiempos la arquitectura popular en ladrillo una de las mejores de Navarra» 42. nos lo reflejan casas como las de la calle Cantón de la villa (dibujo de la fig. 181) o La población ya había subido a 2.200 pasadizos, como el de la calle de Jesús (di­ habitantes y la carretera de Navarra a Castilla bujo de la fig. 182). Otros puntos de vista le daba vida cruzándose con la de Tudela. recuerdan pueblos de más al Sur; puertas de Una crecida grande se percibe -como casi grandes corrales, casas modestas de yeso, ar­ siempre en la zona- en el censo de 1888 quitectura en que el ladrillo se combina con (3-648 habitantes); en 1910 son 3-959 y des­ la manipostería y el adobe (dibujo de la fig. pués desciende a 3-586. De éstos el casco 183). etc.

237 Fig. 178.-Palacio de Cintruénigo. Fig. 179.-Puerta del palacio (casa número 5 de Ligues). Cintruénigo.

Palacio de ladrillo. Cintruénigo.

239

Fig. 180.-Edificio de la comunidad de regantes de la Nava y

Fig. 181.-Casa de la Calle Cantón de la Villa. Cintruénigo. Fig. 182.-Entrada en la calle de Jesús. Gntruénigo.

242 Fig. 183.-Calle de Cintruénigo.

II

Aguas del Alhama hacia el Nordeste, «Coria» actual, y que hubiera experimentado pero en la orilla opuesta a aquella en que un cambio paralelo en la parte primera del Cintruénigo se asienta, nos encontramos con nombre al de aquella población y a la de la ciudad de Corella, muy celebrada desde «Cauca», «Coca» 45. Pero la verdad es que antiguo, pero por razones distintas en cada resulta más fácil imaginar una relación directa época. Su nombre parece indicar que. en con nombres latinos, de hombre y de mujer, principio, fue una simple villa con su «fun- como los de «Corelius» y «Corellia» que se dus», aunque en el término hubiera pobla­ repiten en el epistolario de Plinio el joven 46. ción más antigua. «Corellia» puede ser -como va dicho- el nombre de una villa, como el de otros hispá­ En otra ocasión emití la hipótesis de que nicos deJ mismo tipo, que sobrevivió a la el nombre de Corella pudiera estar relacio­ ocupación árabe, como ocurre también en nado con la de «Caura» o «Caurium» 44, la tantas otras ocasiones. El caso es que al regularse el riego del Alhama, en el citádo fuero de Araciel de 1 128, aparece «Corella» como una de las poblaciones que se beneficia de él 47. Corella aparece como pueblo dado al Conde de Al- perche el mismo año y en la donación se establece que los quince primeros días del mes disfruten de las aguas del río los de Cintruénigo y Corella en los restantes48. De I 130 es la concesión del fuero de Tudela, en que se insiste sobre el derecho al riego49. Hay, sin duda, posteriormente, un deseo de fomentar la población de su tierra, rica por un lado, peligrosa por otro. Corella tiene su castillo conocido 50. Por los años de 1284 hay memoria de la construcción de un molino de dos muelas y dos acequias en La Condamina, de su término 57. En 1285 el rey con propósito de aumen­ tar la población compra por intermedio del gobernador del reino Don Clemente de Lau- nay un huerto por 2.500 sueldos sanchetes que se repartiría en quiñones entre los labra­ dores 52. Tanto Corella, como su iglesia pare­ cen muy relacionadas con Francia, por los años de 1304 53. Por otra parte la aljama de los moros se halla documentada en 1308 54. El capítulo de tensiones, como en el caso de Cintruénigo, lo protagoniza Alfaro. Los agra­ vios eran grandes y alternados al parecer, en 13 1 9 55. Los de Corella causaban daños con Fig. 184.-Núcleo antiguo de Corella. sus ganados por los años de 1342, daños cuantiosos, a juzgar por lo que el lugarte­ niente del rey mandó pagarles 56. En 1345 se 1364 Carlos II liberó al pueblo de varias celebra un acuerdo 57. pechas y servidumbres y dio autorización, En 1.347 interviene en el asunto el mismo como en el caso de Cintruénigo, para que rey de Castilla, Alfonso XI 58. El asunto sigue fuera asilo de malhechores64. El censo de nueve años después 59. Los vecinos se talaban 1366 arroja sesenta vecinos francos y quince vergeles, destruían acequias, se mataban en­ hidalgos 65. Pero otros documentos anterio­ tre sí. La violencia particular de los hombres res y posteriores hacen referencia a la aljama de frontera medievales se acrecentaba, sin de moros. duda, por la que causan las disputas sobre En 1380 pasa Corella con Cintruénigo a riegos entre huertanos vecinos60. En 1356 poder del Conde de Paillars 66. en señorío mismo los de Alfaro debieron llevar a cabo temporal y doce años después hay memoria un ataque a Corella, en que la defendió el del estado de aniquilación casi absoluta en caballero Juan de Robray, merino de la Ribe­ que estaba la morería, pues de 150 moros ra61. Se comprende, pues, que el castillo pecheros sólo quedaban cinco 67. tuviera más significado que otros62 y que fuera armado y reparado. En 1360 el infante Don Luis hace dona­ ción de Corella al señor de Otazu. Gil García de Aniz, otorgándole a la vez la guarda del castillo, que debía reparar a su costa 63 y en Palacio de la Plaza de los Fueros. Corella.

244

247 ^ w w w v v m w v w

Fig. 186.-Casa de Cor ella.

248 Fig. 187.-Corte de una casa de Corella.

De los documentos relativos al siglo XV dujo tantos quebrantos. Como Cascante y hay que destacar la concesión de una feria en otros núcleos del Sur. medra en los siglos los seis días primeros de septiembre, que XVI y XVII. En 6 de febrero de 1630 recibe data de 1-4 17 63 y la concesión del título de el título de ciudad, jurisdicción civil y crimi­ buena villa con un día de mercado semanal nal, goce de las Bardenas y oficios de gobier­ de 1471 69. También es interesante desde el no 72. y al calor de la riqueza de los particula­ punto de vista topográfico la orden de 1488 res se fundan conventos. para que los judíos se limitaran a vivir en el La parroquia se enriquece. La época ba­ barrio donde tenían su sinagoga 70. Otros do­ rroca es esplendorosa, como lo ha hecho ver cumentos se refieren a las luchas civiles y con José Luis de Arrese en su bello libro «Arte Castilla, que mantuvieron al vecindario en religioso en un pueblo español» 73, en el que tensión, e incluso dividido71. hay una visión excelente del desarrollo ur­ Núcleo grande comparativamente, con bano de la ciudad 74, en que distingue un castillo, morería y judería. Corella cambia de recinto árabe, otro posterior con los barrios aspecto al terminar la Edad Media y al dejar de moros y judíos, el perímetro alcanzado en de tener el significado fronterizo que le pro­ 1500 y la expansión posterior. A fines del 249 Fig. 18 8.-Casa de Co relia.

250 1 I______f ~ Y ~ ]

Fig. 190.-Aparejos de ladrillo. Corella. i i r~= r 3 C- r

Fig. 191 .-Aparejos de ladrillo y piedra. Corella. XVIII Corella tenía 3-935 almas75, que me­ Entre tales casas palacianas es famosa la dio siglo después son 4.000. También Ma- llamada palacio de las Cadenas con su gran doz, como hace con Cintruénigo, alaba el escudo barroco en ángulo (foto de la láminá caserío de Corella que «tiene sobre 800 casas en color) 79. También la casa de la Plaza de cuya hermosura y buena disposición es digna los Fueros. de todo elogio». Las distribuye en tres plazas, Esta casa solariega se ha solido lechar en dos plazuelas y cuarenta y siete calles, «rec­ el siglo XVIII, asociándola con los palacios tas, espaciosas, muy limpias y adornadas de aragoneses80. La galería de ladrillo de cinco noche por veintiocho faroles» iguales a los de arcadas es lo que más hace pensar en esto. la Corte 76. El aumento en la segunda mitad Pero los balcones en los dos pisos, con el del siglo XIX hace que alcance los 6.649 gran escudo central en el piso segundo, el habitantes en 1888, sube a 6.793 en 1900 y arco del portal mixto de piedra y ladrillo y las baja luego a 6.200 en 1910. El casco aumenta dos grandes rejas laterales nos hablan de proporcionalmente hacia el Este y el Oeste casonas de otras partes de Navarra81. del núcleo antiguo (plano de la fig. 184), contándose 1.198 edificios en él, en que vi­ Hay otras muchas (fotos de la lámina en vían hasta 5.540 de los habitantes. color), incluso en calles estrechas; y las pers­ pectivas urbanas son muy atractivas y suge- En el plano que da Altadill se distinguen rentes. Incluso las casas más humildes tienen bien los efectos del ensanche y el perímetro belleza, como la del dibujo de la fig. 185. que viejo 77. No es mucho mayor el que se da en representa a una de la calle del Rey. o la fig. la hoja 282 del mapa del Instituto Geográfico 186. Un corte de este tipo de casas lo da la y Catastral en 1952. Pero resulta impresio­ fig. 187. que es otra de la calle de Caballeros, nante el cambio en ensanches de la foto aérea 3. El ladrillo ha sido trabajado en Corella con que hay en el citado libro de Arrese editado virtuosismo maravilloso y pruebas de ello se en 196 3 78... En una escala mayor se puede encuentran por todas partes (dibujos de las decir que Corella lo mismo que se ha dicho figs. 188 y 189), así como de la combinación de Cintruénigo. de éste con la piedra (dibujos de las figs. 190 y 191). En suma, si hubiéramos de decidir Allí las familias que se distinguen en la sobre quién tiene razón, si los que han elo­ época a que se aludió antes han dejado gran­ giado a Corella y su campiña, llamándola «la des mansiones que están bien cuidadas en Andalucía de Navarra», o los que la compa­ general y en las que hay vítores y memorias raron con una «pintura de Flandes». creo que escritas en la fachada de los que las habitaron habría que decidirse por los primeros 82. En o construyeron. Los Peralta y Beaumont, los todo caso en «Corella la Bella» hemos de Virto, los Sanjuán, los , etc... terminar este largo itinerario.

NOTAS 1. Sobre Alfaro = Faro. Asín Palacios, «Contribu­ 5. De «petra ficta» surgen hasta cinco poblaciones ción a la toponimia árabe de España», p. 60. francesas que se llaman «Pierrefitte». 2. Asín Palacios. «Contribución a la toponimia 6. Copla 170, según la edición de Marden. Véase árabe de España», p. 63. R. Menéndez Pidal. «Documentos lingüísticos de Es­ 3. Vicente García de Diego, «Diccionario etimo­ paña», 1 (Madrid, 1919). p. 2, con el comentario. Es lógico español e hispánico», p. 763. b, n.° 2.765. Hitero cerca de Castrogeriz. 4. R. Menéndez Pidal, «Orígenes del español», p. 7. G. Correas, «Vocabulario de refranes...» (Ma­ 161 (n.° 29. 2). drid, 1906), p. 488. a-b. 252 8. Muñoz y Romero, «Diccionario bibliográfico (n.° 234), de 1220. histórico...», p. 119, a-b, da cuenta de tres historias .31. «Catálógo del Archivo General», II, p. 112 manuscritas. El «Diccionario de 1802», I, pp. 281 a-b, (n.° 260). Yanguas, «Diccionario de antigüedades», I, hace un resumen de lo más importante. Otro excelente pp. 255-256, 1345. «Catálogo de los cartularios rea­ de.José María limeño Jurío, n.° 72 de «Navarra. Temas les», pp. 348-349 (n.° 713), 1347, etc. de cultura popular» (Pamplona, s.a.). 32. «Catálogo del Archivo General». II, pp. 196- 9. Moret. «Annales...». 11, p. 398 (libro XV1I1. 197 (n.° 489). capítulo V, § IV, números 20-21). 33. «Catálogo del Archivo General», II, p. 246 10. Moret, «Annales...», 11, pp. 417-418 (libro (n.° 619). XVIII. capítulo VII, § 1, números 3-5). El abad de 34. «Catálogo del Archivo General», II, p. 273 «Necevas» aparece en 1152, «Catálogo de los cartularios (n.° 690). reales», p. 27 (n.° 33). 35. «Catálogo del Archivo General», II, p. 297 11. Moret. «Annales...», II, pp. 448-449 (libro (n.° 753). También, p. 309 (n.° 783). XIX, capítulo I, § III. números 14-16). 36. Carrasco Pérez, «La población...», pp. .379 12. Moret. «Annales...», II, p. 458 (libro XIX, (n.° 5) para 1350. 417 (n.° 26). 420 (n.° 70). 422 (n.° capítulo I, § Vil, n.° 34). 77). 430 (n.° 106). Las grafías son «Centreynego», 13- Moret, «Annales...», II. p. 490 (libro XIX, § «Centruygnigo», «Centrueynego». «Centruynuego» y VI. n.° 21). «Centrynigo». 14. Moret. «Annales...», II, p. 496 (libro XIX. 37. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1, p. capítulo V. § III, n.° 12), 1169. 22 3. 15. Moret. «Annales...», 11. p. 536 (libro XIX. .38. Yanguas, «Diccionario de antigüedades», 1, pp. capítulo Vil, § I, n.° 5). 223-224. 16. Moret, «Annales...», III, p. 233 (nota de Ale- 39. «Catálogo del Archivo General», 111, p. 86 (n.° son al libro XXI). 212) 1358; (n.° 279); 145 (n." 368), 1359; 2.33

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270 YANGUAS Y MIRANDA, José, Diccionario de antigüedades mecanografiado para el segundo coloquio sobre del reino de Navarra. Tres vols. con uno de «Adi­ Forum et plaza mayor, de la Casa de Velázquez, de ciones». Pamplona, 1840-1843- Madrid, 8-9 de mayo de 1979. Diccionario de los fueros del reino de Navarra y de las Z u a z n a v a r , J. M. de. Ensayo histórico-crítico sobre la leyes vigentes promulgadas hasta las cortes de los años legislación de Navarra. Tres partes, cuatro vols. San 1817 y 18 inclusive. San Sebastián, 1828. Sebastián, 1827-1829. Diccionario histérico-político de Tudela. Zaragoza, ZUBIAUR CARREÑO, Francisco Javier, Villa de San 1823. Reimpreso o publicado en 1828. M artin de Unx. n.° 270 de «Navarra. Temas de YCIAR, Juan de. Recopilación subtilíssima intitulada Ort- cultura popular». Pamplona, s.a. hographia pratica. por la cual se enseña a escrevir ZUDA IRE H uarte. Eulogio, Agustín de Jáuregui. Virrey perfectamente. Zaragoza, 1548. Reproducción fac- del Perú. n.° 95 de «Navarra. Temas de cultura similar en la «Colección primeras ediciones» 1, popular». Pamplona, s.a. Madrid, 1973. Don Pedro de Mendinueta y Muzt/uiz. n.° 233 de YEPES, Fray Antonio de. Crónica genera! de la Orden de «Navarra. Temas de cultura popular», Pamplona, San Benito. Tres vols. Biblioteca de Autores Espa­ s.a. ñoles (continuación) CXX111. CXX1V y CXXV. Manuel de Guirior. Virrey de Santa Fe y de Lima. n.° Madrid, 1959-1960. 143 de «Navarra. Temas de cultura popular». YNCHAUSTI, Miren de. Etnografía de Aria

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INDICE Parte VII Capítulo I. Las dos merindades meridionales. Introducción ...... 1) La merindad de la Ribera, la de Tudela y la de Olite .... 9 2) Algunas consideraciones fisiográficas e histórico-culturales 10 Capítulo II. La Valdorba ...... 13 1) Idea general del valle ...... 15 2) Torres y palacios ...... 18 3) Los asentamientos ...... 20 Capítulo III. Ujué y San Martín de Unx ...... 55 1) Ujué ...... 57 2) San Martín de Unx ...... 64 Capítulo IV. Tafalla, Olite y los pueblos del Cidacos ...... 71 1) Tafalla ...... 73 2) Olite ...... 77 3) Beire, Pitillas, Murillo el Cuende, Traibuenas ...... 81 Capítulo V. Los núcleos de la Zona Noreste ...... 97 1) Mendigorría y Muruzabal de Andión ...... 99 2) Arrajona ...... 100 3) Larraga, Berbinzana y Miranda deArga ...... 103 Capítulo VI. Los núcleos de la zona Sudoeste ...... 117 1) Falces y Peralta ...... 119 2) Funes y Milagro ...... 124 Capítulo VII. Los pueblos del río Aragón ...... 143 1) Murillo el Fruto y Santacara ...... 145 2) Caparroso y Marcilla ...... 147 Parte VIII Capítulo I. Lospueblos de laRibera del Aragón y del Norte del Ebro . 169 1) Carcastillo y Mélida ...... 171 2) Villafranca ...... 177 3) Cadreita y Valtierra ...... 179 4) Arguedas y Murillo de las Limas ...... 183 Capítulo II. Lospueblos delEbro ...... 205 1) Fontellas, El Bocal, Cabanillas y Fustiñana ...... 207 2) Ribaforada, Buñuel y Cortes ...... 211 Capítulo III. Los pueblos del Queiles ...... 217 1) Monteagudo, Tulebras, Barillas y Ablitas ...... 219 2) Cascante, Urzante y Murchante ...... 222 Capítulo IV. Los pueblos del Alhama ...... 231 1) Fitero y Cintruénigo ...... 233 2) Corella ...... 243 Bibliografía ...... 255 Indices ...... 259