Edición patrocinada por: © Por la edición junio 2010 y sucesivas, CLUB ESPAÑOL DE LA ENERGÍA

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ANIVERSARIO 1985 - 2010

ÍNDICE

Prólogo Miguel Sebastián 11 Ministro de Industria, Turismo y Comercio

Visión de los Fundadores 17 José María Martínez de Luko 18

Historia de la Asociación: Testimonio de los Presidentes 25 Abril 1985 – Mayo 2002: Victoriano Reinoso (†) 26 Junio 2002 – Junio 2004: Elías Velasco 26 Junio 2004 – Octubre 2004: Alfonso Cortina 33 Diciembre 2004 – Junio 2006: Carlos Pérez de Bricio 39 Junio 2006 – Junio 2008: Rafael Miranda 47 Junio 2008 – Junio 2010: Antonio Brufau 54

Enerclub y los responsables de la política energética 61 1982 – 1985: Carlos Solchaga 62 1985 – 1986: Joan Majó 67 1986 – 1988: Luis Carlos Croissier 73 1988 – 1993: Claudio Aranzadi 79 1993 – 1996: Juan Manuel Eguiagaray 84 1996 – 2000: Josep Piqué 92 2000 – 2006: José Montilla 99 2006 – 2008: Joan Clos 108

El entorno Político y Económico 115 Marco legal y evolución del sector: 116 José Folgado 116

Repercusiones del ingreso de España en la UE: 126 Marcelino Oreja 126 130 8 | Índice

Relaciones Internacionales: 143 Nobuo Tanaka 143 Randi Gossen 158

La energía en el periodo 1985-2010 175 Evolución de la oferta y la demanda 176 José Luis Díaz Fernández

Regulación 197 María Teresa Costa

Mercado de la Electricidad 209 Pedro Mejía

Análisis sectorial 231 Carbón 232 Victorino Alonso

Petróleo 247 Alfredo Barrios

Gas 254 Antonio Peris

Energía Eléctrica 264 Pedro Rivero

Energía Nuclear 280 María Teresa Domínguez

Energías Renovables 294 José María Gonzalez Vélez

Agua y Energía: una misma lucha 299 Loïc Fauchon

Energía y sostenibilidad 313 Enrique Jiménez Larrea Índice | 9

Energía y sociedad 323 Pedro Macías 324 Víctor Pérez Díaz / Juan Carlos Rodríguez 329 Ángel Expósito 340 Santiago Cárcar 349 Iñaki Garay 353 Antonio Cerrillo 358

Nuevos enfoques de los retos mundiales 363 Antonio Lamela

El futuro de la energía: la visión de la empresa 379 ABENGOA 380 Felipe Benjumea

BP ESPAÑA 390 Alfredo Barrios

COMPAÑÍA LOGÍSTICA DE HIDROCARBUROS 407 Jose Luis López de Silanes

CEPSA 418 Santiago Bergareche

CIEMAT 429 Cayetano López Martínez

DELOITTE 443 Fernando Ruiz

ENAGAS 461 Antoni Llardén

ENDESA 472 Borja Prado

E.ON ESPAÑA 485 Miguel Antoñanzas 10 | Índice

GAS NATURAL- UNION FENOSA 499 Salvador Gabarró

GRUPO IBERDROLA 511 Ignacio S. Galán

HC ENERGIA Y NATURGAS 520 Manuel Menéndez

INDRA 528 Javier Monzón

LANDWELL PWC 535 Carlos Mas Ivars

RED ELECTRICA DE ESPAÑA 552 Luis Atienza Serna

REPSOL 565 Antonio Brufau

SEDIGAS 575 Antoni Peris

SIEMENS ESPAÑA 582 Francisco Belíl

UNESA 589 Pedro Rivero La Energía y sus Actores. 1985 - 2010 | 11

Prólogo

Miguel Sebastián Ministro de Industria, Turismo y Comercio

istóricamente, los principales cambios en los sectores energéticos han tenido su H origen en la definición por parte de los Gobiernos de estrategias a largo plazo, que han sido aprovechadas y desarrolladas por los agentes privados. La energía nuclear en Francia, la industria del etanol en Brasil, el desarrollo de las energías renovables en España, de la eólica en Dinamarca o de la solar en Alemania, surgieron en todos los casos como una apuesta pionera por parte de las autoridades, cuyo envite fue aceptado y convertido en realidad comercial por parte de los agentes privados. Ningún sector como el energético refleja con mayor claridad las oportunidades que ofrece la colaboración entre los agentes privados y los poderes públicos. Para ello, el sector público debe definir y dar estabilidad a marcos regulatorios que promuevan la competencia y el sector privado debe favorecer la consecución de la eficiencia de los mercados.

Como resultado, los últimos veinticinco años han sido testigos de un creciente protagonismo de los operadores privados que no ha ido en detrimento, sin embargo, de la capacidad de los Gobiernos de contribuir a la configuración de las matrices energéticas, mediante la definición de estrategias a largo plazo.

Simultáneamente, durante estos años han tenido lugar intensas transformaciones polí- ticas, económicas y sociales a las que no han sido ajenos los sectores energéticos. Por ejemplo:

En 1985, el consumo de energía primaria de EEUU triplicaba el de China. Es muy probable que en algún momento a lo largo de 2010 China se convierta en el primer consumidor energético mundial. 12 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Las reservas de petróleo mundiales se han incrementado un 63,2 por ciento desde 1985, muy por encima del crecimiento de la producción, del 42,4 por ciento. En consecuencia, el ratio de reservas sobre producción, es decir, la vida estimada de los yacimientos de petróleo, se ha incrementado. Si en 1985 se estimaba que las reservas ya probadas garantizaban la producción durante 37 años más, actualmente aseguran una producción durante 42 años. El crecimiento de la producción de gas natural durante el mismo período ha sido del 90 por ciento, en línea con el incremento de las reservas probadas.

Desde 1985 hasta 2005, el precio del barril de petróleo se situó en niveles reducidos y razonablemente estables, oscilando en una franja entre los 10 y los 30 dólares. Desde 2005, sin embargo, se ha incrementado tanto el nivel de los precios como su volatilidad. Sólo en los últimos dos años, el barril de petróleo ha escalado hasta los 150 dólares, ha caído posteriormente hasta los 40 y ha vuelto a estabilizarse en el entorno de los 80 dólares.

Sin embargo, los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) representan casi el 90 por ciento de las fuentes de energía primaria, prácticamente el mismo nivel que alcanzaban en 1985. Desde esta fecha, el cambio más significativo ha sido la sustitución de cuatro puntos porcentuales de petróleo por gas natural.

Aunque un 10 por ciento del total de la energía primaria de origen no fósil pueda parecer una cifra reducida, en realidad oculta vectores de enorme trascendencia, que han abierto una cuña en la matriz energética que permitirá ampliar el abanico de oportunidades durante los próximos años. Para que se haya abierto esta cuña ha sido necesaria la interiorización social, política y comercial de las consecuencias que el modelo energético del último siglo estaba teniendo sobre el equilibrio del planeta.

En 1985, la conciencia medioambiental ocupaba todavía un papel secundario en el debate social. Las preocupaciones se centraban principalmente en el efecto que los métodos productivos tenían sobre la salud y la calidad de la vida humana. Durante los últimos veinticinco años, las investigaciones científicas han situado la cuestión medioambiental en un primer plano, que preocupa no sólo por sus efectos sobre la vida humana, sino sobre el propio equilibrio del planeta y la supervivencia de las generaciones venideras. Incluso aunque existan desacuerdos sobre la dimensión del cambio climático y sobre el papel que la actividad humana desempeña en el mismo, su amenaza es seria y sus escenarios de riesgo pueden llegar a ser devastadores. Esta amenaza es ya de por sí suficiente para justificar una política ambiciosa y decidida, que promueva la sustitución progresiva de aquellas fuentes de energía primaria con un mayor índice de emisión de gases de efecto invernadero. Prólogo | 13

Las tecnologías de aprovechamiento de las fuentes energéticas renovables representan la mejor apuesta para esta conciliación entre la necesidad energética derivada del crecimiento económico y el respeto al medio ambiente. Las tecnologías renovables son el resultado de un esfuerzo innovador de muchas décadas que, gracias a la constancia de algunos Gobiernos e investigadores, ha permitido el desarrollo a nivel comercial de diversas tecnologías, algunas de las cuales son prácticamente competitivas con las fuentes tradicionales.

Gracias a la sostenibilidad de sus fuentes y a su componente tecnológico, a la reducción de las emisiones contaminantes, a que contribuyen a reducir la dependencia energética de los países desarrollados y a que favorecen el desarrollo de las zonas rurales y un mejor aprovechamiento de los recursos, las energías renovables constituyen la principal apuesta de los Gobiernos para configurar una nueva matriz energética, más sostenible en todos los sentidos, económica, social y medioambientalmente.

Existen también otras tecnologías no emisoras, como la generación nuclear, que ya durante la década de los ochenta aspiró a convertirse en una fuente alternativa a los combustibles fósiles. El incremento de sus costes de inversión y el efecto que tuvieron diversos accidentes sobre la aceptación social de esta tecnología, hicieron que su progresión se viera limitada, representando en la actualidad alrededor del 5,5 por ciento de la matriz energética primaria. Durante los últimos años, el coste de las materias primas y la potencialidad que ofrecen las nuevas generaciones de reactores nucleares han reabierto el debate en algunos países, que están apostando por nuevos programas de desarrollo nuclear seguro, cuya evolución y aprovechamiento pacífico podrá resultar de interés para el conjunto de la comunidad internacional.

Finalmente, el principal yacimiento energético que dispone la humanidad es el ahorro y la eficiencia energética. Presenta una singularidad que lo distingue de todos los anteriores: su valor neto para la sociedad es positivo desde el principio. Además, las potencialidades del ahorro energético son enormes. Las tecnologías de la información y la comunicación ofrecen inmensas oportunidades en este sentido, mediante el desarrollo de redes inteligentes y de la generación distribuida.

Durante los últimos veinticinco años, en España el sector energético ha dado respuesta a muchos retos y ha demostrado una extraordinaria capacidad de innovación y de adaptación a las nuevas necesidades de los consumidores.

El principal reto ha sido responder satisfactoriamente a la demanda generada durante la extraordinaria fase de desarrollo económico que ha permitido un crecimiento real 14 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

acumulado desde 1985 hasta el presente del 110 por ciento en el producto interior bruto. El sector energético ha sido capaz de acompañar este fuerte ritmo de crecimiento alimentándolo en lugar de estrangularlo.

Basta señalar algunos datos que ilustran la magnitud de los esfuerzos realizados: desde 1985 la potencia eléctrica instalada en nuestro país ha pasado de 41.400 MW a 100.000 MW, lo que ha permitido incrementar la producción bruta desde los 127 TWh de 1985 hasta los 300 TWh producidos en 2009. En el sector del gas natural, el crecimiento ha sido incluso más significativo. En 1985 el consumo de gas natural en España se situaba tan sólo en 2,4 bcm y en 2009 alcanzó los 35 bcm. En agregado, el consumo de energía primara prácticamente se ha duplicado en este período, con un crecimiento medio anual que supera el 2,7 por ciento.

No obstante, el fortísimo crecimiento de la demanda de energía ha tenido como conse- cuencia la acumulación de algunos desequilibrios, hacia cuya corrección se ha dirigido la política energética durante los últimos años.

En primer lugar, este Gobierno ha desarrollado los mecanismos necesarios para una liberalización real de los mercados energéticos, con el objetivo de que los precios reflejen de manera transparente el coste de la energía y, de esta forma, los consumidores y las empresas adopten sus decisiones con la mejor información disponible. En este proceso, el Gobierno ha tenido siempre presente la necesidad de proteger a los consumidores más vulnerables, mediante la creación del denominado “bono social”, y de preservar a los consumidores domésticos de la volatilidad de los precios mediante la creación de la “tarifa de último recurso”, cuya formación responde a un mecanismo transparente.

Un segundo eje de la política energética ha sido el desarrollo de las infraestructuras energéticas, con el objetivo de reforzar la seguridad y diversificar las fuentes de suministro. Se ha prestado una atención especial a las conexiones internacionales, cuyo desarrollo se producirá durante los próximos años: en el sector eléctrico incrementando la interconexión con Francia y Portugal y en el sector gasista a través de Francia y con la entrada en funcionamiento del gasoducto de Medgaz.

En tercer lugar, se han adoptado actuaciones decididas de fomento del ahorro y la eficiencia energética, a través de la aprobación de los Planes de Acción 2004-2008 y 2008-2012 y, posteriormente, del Plan de Activación 2008-2011. Estas medidas han demostrado tener un doble valor, ya que además de generar un ahorro energético neto, tienen una naturaleza ejemplarizante, que favorece la concienciación social y la generalización de los esfuerzos en materia de ahorro y eficiencia. Prólogo | 15

Gracias al efecto combinado de estos planes, desde 2004 ha tenido lugar un cambio de tendencia en la intensidad energética de la economía española, que durante los años anteriores se había alejado de los valores medios europeos. Así, entre 2005 y 2009 la intensidad energética se redujo un 13 por ciento, iniciando por primera vez desde 1996 el camino de la convergencia con los países de la Unión Europea.

Finalmente, en cumplimiento del compromiso adquirido por nuestro país para que en 2020 las energías renovables representen el 20 por ciento del consumo de energía final, el Gobierno español ha adoptado una política decidida de fomento de estas tecnologías con resultados notables. Gracias a ello, en 2009 las tecnologías renovables supusieron un 25 por ciento de la generación eléctrica total y un 12,3 ciento de la energía final consumida en España.

El desarrollo de las tecnologías renovables en España es un ejemplo de éxito desde el punto de vista energético, medioambiental e industrial, observado con admiración en otros países. Es un éxito energético porque el desarrollo de las energías renovables ha incrementado la tasa de abastecimiento del sector energético español en 2 puntos desde 2005, hasta el 22,8%, Desde el punto de vista medioambiental, las energías renovables han permitido reducir las emisiones por GWh producido por el sector eléctrico desde 407 a 281 toneladas en el mismo período, es decir, un 31 por ciento. Finalmente, constituye un éxito industrial, pues ha permitido a las empresas españolas alcanzar una posición de liderazgo a nivel internacional, en un sector emergente con extraordinarias perspectivas futuras.

Sin duda, el futuro deparará nuevos retos que exigirán esfuerzos constantes y continuos. La política energética seguirá abordándolos sin desatender sus líneas de trabajo:

El mantenimiento y la diversificación de las fuentes primarias. Es necesario conservar en la matriz energética todas las fuentes de energía primaria ya que cada una de ellas aporta características y cualidades distintas que resultan complementarias y fortalecen el mix energético en su conjunto.

La participación de las energías renovables debe ser creciente y estable. Con un objetivo de participación del 20 por ciento de la energía final, las tecnologías renovables pasarán a ser un elemento fundamental en la matriz energética, lo que sólo se conseguirá avanzando en su sostenibilidad técnica y económica.

La profundización de la liberalización de los mercados y de la interconexión del sistema energético español, que situará a sus agentes en un mercado más amplio. 16 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Aunque aún queda mucho camino por recorrer, el avance hasta el presente ha sido enorme. El sector energético ha superado a lo largo de los últimos veinticinco años retos tan exigentes como los actuales. Para superarlos, ha resultado fundamental la calidad y la colaboración de todos los agentes, públicos y privados. Entre estos últimos, Enerclub ha desempeñado un papel destacado, como punto de encuentro y foro de referencia en materia energética. Su actividad ha constituido un laboratorio de análisis y de ideas, que han permitido identificar de manera precisa las necesidades del sector energético español, contribuyendo de esta forma al perfeccionamiento de los marcos regulatorios. Por ello, le agradezco sinceramente su contribución durante este período, que ha sido de un valor incalculable para el desarrollo del sector, con el deseo de que siga profundizando en su tarea en los próximos años, con tanto éxito como ha tenido hasta el momento. Visión de los fundadores

José María Martínez de Luko y Aguirre 18 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El nacimiento de la Asociación

José María Martínez de Luko y Aguirre Vicepresidente Honorario del Club Español de la Energía Consejero Delegado y Director Técnico de GICSA GOYMAR

n los primeros años de la década de los ochenta, un grupo de profesionales E relacionados o interesados en los asuntos de la energía, integrado por José Alfonso Asenjo, José Manuel Casal, Antonio Lamela y José María Martínez de Luko iniciaron una serie de encuentros con el objetivo principal de analizar y confrontar sus opiniones sobre la realidad de la energía y su más previsible futuro, así como proyectar el resultado de sus debates hacia la sociedad para contribuir a una mejor comprensión de los asuntos de la energía. Dichos encuentros se celebraron, principalmente, en el Club Financiero Génova que, durante la fase inicial del Club tras su creación, fue también su domicilio social.

La creación propiamente dicha del Club Español de la Energía tuvo lugar durante una comida, en el citado Club Financiero, en 1982. A dicha comida asistieron, entre otras, las siguientes personalidades: Don Javier Álvarez Vara, Don Mario Álvarez Garcillan, Don José Alfonso Asenjo, Don Alfredo Calzada, Don José Manuel Casal, Don Alfredo Goyeneche, Don Antonio Lamela, Don Manuel Losada, Don Rafael Llopis, Don Miguel de Oriol, Don Eleuterio Población, Don Antonio Téllez de Peralta, Don Victoriano Reinoso, Don Juan Temboury, Don Manuel Toharia y Don Francisco Vighi. El total de asistentes fue de 35 personas.

El primer Presidente fue Don José María Martínez de Luko que permaneció en el cargo hasta 1985, año del nombramiento como Presidente de Don Victoriano Reinoso y Reino.

Por su interés, reproducimos a continuación la entrevista concedida por Don José María Martínez de Luko a Don José Antonio Revilla (†) de la revista Foro Energía, tal como fue publicada. Visión de los fundadores | 19

“Nuestro objetivo, el del Club Español de la Energía, es crear una conciencia social energética en España”

José María Martínez de Luko y Aguirre, vasco y nacido en Madrid, cuarenta y seis años, doctor ingeniero industrial acunado y acuñado en las aulas del ICAI, actualmente ingeniero consultor cuya actividad desarrolla al frente de GICSA (Goymar, Ingenieros Consultores, S.A.), junto con otro ilustre ingeniero, Alfredo Goyeneche.

Menudo, dinámico, incansable, rápido, intuitivo, creador por excelencia. Su movilidad es asombrosa. Conecta a larga distancia con hombres y con cosas, las más variadas. Impresiona su decidida vocación organizativa y posee un raro entendimiento de la comunidad y de la persona. Discurre con fría e implacable racionalidad y se vuelve en su conclusión con el ímpetu de un adolescente. Ya me lo había advertido Miguel de Oriol: “Tiene madera para llegar a donde se lo proponga”.

Confieso que, al comienzo de conocernos, me parecía frío, escéptico y distante. Nada más lejos de la realidad. Quizá su veta alavesa, la de su apellido paterno, influya de primeras. Luko es un delicioso pueblecito próximo a Vitoria; muchas tardes he jugado en Luko en mi niñez. Hay dos temas tabú para José María: la democracia y San Ignacio de Loyola. Es un demócrata visceral, empedernido y consecuente. Es un ignaciano increíble.

Respecto de la democracia, no admite discusión.

r.- Desengáñate, es el menos malo de los sistemas. En el peor de los casos.

Ignaciano de pies a cabeza, transpira loyolismo por todos sus poros. Si se hace referencia en la conversación a la Compañía de Jesús, hay que andar a pie juntillas. Recuerdo que con motivo de la elección del último General de la Compañía –el sucesor del Padre Arrupe–, una elección polémica, sin duda, José María andaba muy preocupado con las noticias que llegaban de Roma. San Ignacio: “Gure patrón aundiya”.

r.- Reconozco que es un tema casi intocable para mí.

No se cansa nunca. Me recuerda aquello de Azorín sobre el hombre que no se cansa: el triunfo asegurado al final del camino.

Me hace gracia su interpretación del calendario: no existen los sábados, ni los domingos, ni los días festivos.

r.- Todos los días son aptos para hacer cosas. Parar es morir. 20 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

De cuando en cuando, se va a La Moraleja a “darle a la bolita” como él dice riéndose, con sus amigos, particularmente con uno, José Alfonso Ajenjo. Yo diría que, en esas ocasiones, “darle a la bolita” es un pretexto pueril para hablar y estar con ellos. También de cuando en cuando, un viajecito a Italia, a su amada Florencia, en la que vivió algún tiempo.

r.- Me siento muy vasco y muy español. De no ser así, me hubiese gustado ser toscano.

Hablar con él es sumamente agradable. Se expresa con endiablada rapidez, sin guardar respeto excesivo a las normas; abundoso y espontaneo. Tan peligrosamente en ocasiones que bordea la temeridad, casi la cuerda floja, que una sociedad insincera y anémica tiende como trampa.

r.- Prefiero el riesgo del qué dirán, al desasosiego de traicionarme a mí mismo. ¿Acaso no es uno el mejor jurado de los propios actos?

Su vocación por la ingeniería se pierde en las brumas de la pubertad. No fue itinerario fácil el que tuvo que recorrer. Su inteligencia y su voluntad salvaron escollos y dificultades. Apenas acabados sus estudios de ingeniería y ya se dedica a preparar a futuros ingenieros. Se decantó acendradamente por lo energético. Energías paralelas: la suya profesional y la suya en proyección social. Desde años le andaba dándole vueltas a la cabeza la idea de organizar socialmente la energía. Era un tema apasionante para que no se conviertiera en una obsesión. Puso en marcha ese raro mecanismo de conexión y captación que le caracteriza. Hacía falta un club de la energía: algo que aglutine a miles y miles de personas que están trabajando en ella y de la que depende la suerte de la humanidad entera.

p.- ¿Y cómo empezó eso?

r.- Pues chico, como empiezan estas cosas. La idea estaba ahí y sigue estando. Nace de una exigencia, de una necesidad. El mundo de la energía es vasto, complejo y fascinante. Abarca no sólo un tremendo desarrollo tecnológico, sino un proceso socioeconómico de una magnitud impresionante: de hoy, de mañana y de pasado mañana. Generalmente, hasta ahora, nos hemos parado en el desarrollo tecnológico; pero es obvio que posee tanta trascendencia el proceso socioeconómico y hasta el político. Los poderes públicos acentúan –es un fenómeno universal– su interferencia en las decisiones energéticas. Nadie se libra de ellas. Nada queda fuera de su alcance. Hasta ahora, las preocupaciones sobre el tema no rebasan los límites de una contemplación fragmentaria, familiarista, de grupo…

p.- No te entiendo muy bien…

r.- Vamos a ver. Existen, y desde hace tiempo, colectivos importantes en el campo energético. Unos inspirados en intereses –corporativos podríamos decir– y otros en Visión de los fundadores | 21

ideas. Entre los primeros, podría citarte a los eléctricos, UNESA, para entendernos mejor, que a su vez, general una red de asociaciones, yo diría que mixtas, como Adae, Asinel, Amys, etcétera; los de la minería del carbón, como Carbunion; los de gas, como Sedigas y Unigas, y así podría enumerarte otras. Por otro lado, también funcional colectivos de noble dedicación e intención: Sociedad Nuclear Española, el Club Español del Petróleo, al que ha dedicado una parte sustanciosa de su vida Mario Álvarez-Garcillan, modelo de competencia, preparación y perseverancia, que se entrega íntegramente a estas causas energéticas y que en el tema petrolífero es de las personas que más saben. Resulta también evidente que, en un plano de información y de estudio, la Asociación de Ingenieros de Minas, el Club de la Mineria, la Fundación Gómez-Pardo, el Instituto de Ingeniería de España, que recientemente ha estrenado presidente con don Manuel García y Gil de Bernabé, y el Comité de Energía del Instituto, trabajan denodadamente en este sentido. Permíteme que te haga una observación a este respecto: curiosamente son los Ingenieros de Minas los que más intensamente se mueven con jornadas, reuniones, encuentros, simposios y mesas redondas, aunque desgraciadamente no hallen el eco informativo que se merecen.

p.- ¿Insatisfecho del tratamiento informativo que se le da al tema energético?

r.- Hombre, relativamente, sí. Todos somos propensos a creer que los temas que nos interesan y en los que estamos volcados no gozan de la repercusión social que debieran. Yo pienso y otros muchos conmigo que, en el caso concreto de la energía, no se guarda la proporción entre su importancia tecnológica, económica, social y hasta política y su difusión en los medios de comunicación. Podríamos incluso decir que solamente trascienden estos temas informativamente hablando, en circunstancias puntuales y sensacionalistas, cuando adquieren dimensión de suceso: asesinatos en Lemóniz, subida de tarifas, parón nuclear, conflictos laborales en Valdecaballeros, contenciosos con multinacionales, etcétera.

En cualquier caso, no podemos pretender que todos los españoles estén tan mentalizados para que cualquier información pueda ser noticiable o comentable. Sin embargo, creo sinceramente que al menos una parte de los profesionales de la información, deberían estar más al día sobre estos temas y colaborar en la creación de esta conciencia energética en la sociedad española, entre los ciudadanos.

p.- Consideras entonces que el tema posee incluso una gran transcendencia política…

r.- Estoy absolutamente persuadido. Te voy a contestar con palabras de Carlos Dávila, diputado del PSOE y responsable energético del partido: “El sistema energético de un país es el segundo en importancia estratégica después del sistema bancario. Un país 22 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

puede pararse en veinticuatro horas manejando los resortes bancarios y en cuarenta y ocho horas manejando los resortes energéticos”. Creo que resulta clarísima la conclusión política.

Por otro lado, no olvides que el sector energético es el que incentiva mayores inversiones de todos los sectores industriales –en años normales–, lo que lleva consigo unos intereses económicos descomunales. La economía y la política son siempre buenas compañeras de viaje.

p.- ¿Y qué podría hacerse para lograr esa concienciación ciudadana y profesional en torno a la energía?

r.- Mira, cuando en 1982 nos decidimos unos cuantos amigos a crear el Club Español de la Energía, venía yo de un viaje por Europa y hojeando un número de la revista italiana El Europeo, dedicado fundamentalmente a temas energéticos y específicamente al ahorro de energía, observé que se hablaba en sus páginas de la existencia en Inglaterra de 700 asociaciones, grupos de trabajo, etcétera, con un total de 24.000 miembros dedicados de forma no lucrativa a tratar temas energéticos en general. ¿Te imaginas lo lejos que estamos en España de llegar a algo parecido?

p.- ¿Qué tienes que decir acerca de la relación de esto con el Club…?

r.- Pues a pesar del esfuerzo de unos cuantos, nos está costando encontrar vías de comunicación profunda entre los profesionales y no digamos de cara al público en general.

El cronista se considera obligado a inquirir de este hombre dinámico, jovial y campechano, algo más sobre los fines y la evolución del Club Español de la Energía.

p.- ¿Y cuál es en realidad el objetivo del Club?

r.- Creo que ya te lo he dicho antes: Crear una auténtica concienciación social energética, similar a la que existe en otros países. Primero, una conciencia profesional, tecnológica, a escala de profesionales de la ingeniería, la arquitectura, la edificación, el transporte, la medicina, etcétera; éste ha de ser el punto de partida. Decenas de miles de profesionales relacionados con el tema energético –salvo esas minorías a las que he hecho mención– viven de espaldas a esta actividad social, si bien personalmente actúen con gran eficacia en las empresas.

Sin duda, el gran problema está en la superación de ese talante familiarista que existe. Nadie pretende, por supuesto, eliminar esas asociaciones que cumplen funciones importantísimas, sino, apoyadas en ellas, incluso, dar una imagen de conjunto que es lo Visión de los fundadores | 23

que requieren las circunstancias actuales, tanto tecnologícas como sociopolíticas. Esto podría incluso dar lugar a la creación de una plataforma energética, como interlocución válida para la Administración. Claro está, tampoco podemos esperar que la energía sea de interés general para los ciudadanos. Claro está, tampoco podemos esperar que la energía sea el tema de conversación habitual como es el deporte, la televisión, etc. Cada cosa en su sitio.

p.- ¿Y el usuario?

r.- ¡Ah! Ese es el gran protagonista: el que paga, el más olvidado, al que no se le recuerda más que a la hora de pagar y en ocasiones de muy malos modos. Todas esas vicisitudes por las que atravesamos, voluntariamente claro está, los empresarios, los ejecutivos, llámalos como quieras, no son nada en comparación con las vicisitudes del final de mes de millones de familias.

Los políticos trazan sus programas y elaboran sus planes, sin una mínima participación del usuario, del interesado; las sociedades, las empresas, ídem de lienzo y no hay reproche alguno en estas palabras –¿por qué iba a tirar piedras contra mi propio tejado?–; los partidos apenas si se preocupan seriamente del asunto: sólo el PSOE –y conste que no tengo carnet– mantiene, desde hace años, una admirable preocupación y hay que reconocerlo públicamente; los municipios carecen de recursos financieros hasta para la buena iluminación de sus ciudades, garantía de seguridad ciudadana y de confort, como señalaba acertadísimamente en la primera rueda de prensa de la revista “Foro” Rafael Lledó, ese mago de la luminotecnia española; las Comunidades Autónomas, bueno, este es otro tema, un tema en el que yo, personalmente, he depositado todas mis esperanzas. ¿Por qué no esperar de ellas que colaboren directa o indirectamente a generar esta conciencia social energética?

Creo que la idea de insertar en la revista un mullido foro de las Comunidades Autónomas, un foro de la energía y tecnología en las Comunidades Autónomas es espléndida: puede traducirse en resultados muy positivos, tanto para esa conciencia energética y para las propias Comunidades. ¿Conoces algo tan estrechamente interrelacionado como la energía?

Una pausa en la conversación. Tres o cuatro llamadas telefónicas. El verano está plantado ahí, esperando bajo un sol ardiente, un paréntesis de vacaciones.

p.- El Club ha iniciado unas tertulias energéticas…

r.- En efecto, estamos programando unas reuniones, con carácter de tertulias para todos los últimos viernes de mes, sobre temas variados, siempre en torno a la energía. Se pretende huir de la solemnidad excluyente de la mesa redonda o del 24 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

simposio para canalizar conversacionalmente las impresiones de los asistentes, eso sí, dentro de unas levísimas y flexibles normas de interlocución. Ya se han celebrado, durante los pasados meses de mayo y abril, con una acogida ciertamente buena.

p.- ¿Y crees posible mantener el interés a lo largo del año?

r.- Pienso que sí. También otros muchos profesionales lo creen así.

p.- ¿Y es posible sacar algo en limpio de una tertulia que dura como máximo dos o tres horas, cuando las gentes de la política, de la economía y de las empresas no han podido ponerse de acuerdo tras muchos meses de deliberaciones?

r.- En el fondo sí que se han puesto de acuerdo o los han puesto, que al final es lo mismo; pero por añadidura te diré que la ventaja de estas tertulias es que no se necesita llegar a ningún acuerdo. Es más; si nos pusiéramos de acuerdo, se acabarían las tertulias por consunción, puesto que nada tendríamos que comentar o discutir.

p.- ¿Y cómo piensas desarrollar las tertulias?

r.- Con sencillez, con soltura, con espontaneidad. Algo parecido al programa La clave sin cámaras, intentando una mayor participación de los asistentes; en definitiva, una auténtica tertulia y en su día quizá varias tertulias a la vez, conectadas con alguna emisora de radio. En resumen, constituyen una oportunidad de cambio de impresiones, un foro, algo parecido a eso.

Las dos primeras celebradas invitan a un moderado optimismo.

p.- ¿Más proyectos?

r.- Sí, claro: la celebración del Primer Congreso de la Energía el Próximo en un escenario energético español que dé la imagen de la actividad y de la realidad energética española. Vamos a intentar que el año 85 sea el año español de la energía. Por intentarlo, no quedará.

Se desmaya la tarde y el cielo en poniente se torna cárdeno con ribetes de naranja. El horizonte serrano, se difumina en una leve cenefa gris. Sería interminable la entrevista con José María pero hay que poner punto final. Y le dejamos con sus estudios, con sus planos, con sus proyectos, con sus llamadas, con su vida de ingeniero y de empresario y esas dos cuestiones en las que hay que entrar a pies juntillas: la democracia y San Ignacio de Loyola. Curiosísimo, humanamente curiosísimo. Visión de los fundadores | 25

Historia de la Asociación: Testimonio de los Presidentes

Victoriano Reinoso y Reino (†)

Elías Velasco

Alfonso Cortina

Carlos Pérez de Bricio

Rafael Miranda

Antonio Brufau 26 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Abril 1985 - Mayo 2002 Junio 2002 - Junio 2004

Victoriano Reinoso y Reino (†)

Elías Velasco García Vicepresidente de Honor del Consejo Mundial de la Energía Ex Consejero y Director General de Unión Fenosa

i primer recuerdo del Club es una tarde de un viernes, a la hora del café, sentado M en una silla, formando parte de un círculo muy amplio de personas, debatiendo abiertamente sobre temas de actualidad de la energía. La reunión estaba moderada por José María Martínez de Luko, fundador y primer presidente del Club. Esto ocurría en un salón del Club Financiero Génova. Era algo así como una tertulia, un café literario abierto, donde los contertulios hablábamos espontáneamente sobre la energía. Mi recuerdo de aquellos momentos es muy grato.

José María, una persona muy inteligente y emprendedora, Presidente de Goymar, una empresa de servicios de ingeniería eléctrica de edificación, reunió para fundar el Club a un grupo de personas relevantes del sector industrial de los usos finales de la energía eléctrica.

Formaban parte de este grupo de fundadores, arquitectos tan destacados como Eleuterio Población y Antonio Lamela, que fue y es una de las personas de referencia del Club, Vicepresidente desde su fundación, y profesionales de la industria del aire acondicionado y de la ingeniería de edificios, como Rafael Budí, Director de Interclisa/Carrier, que fue durante muchos años Vicesecretario General del Club, Gaspar Crespo García, Consejero Delegado de Crespo y Blasco, empresa de suministros y servicios eléctricos, etc.

En el año 1985, tres años después de la fundación, su Presidente siente la necesidad de dar una proyección más amplia al Club, y estima que, para desarrollar esta nueva idea, se tiene que buscar a una persona adecuada que tuviese una gran proyección de futuro en el sector energético. Finalmente, la persona elegida es Victoriano Reinoso, Consejero Director General de Unión Fenosa, a quien José María, con gran generosidad por su parte, ofrece la Presidencia del Club para que lidere una nueva etapa. Historia de la Asociación: Testimonio de los Presidentes | 27

Victoriano era un líder natural, muy inteligente y creador. Rápidamente, con gran visión de futuro, diseñó un nuevo Club, que se extendía a todos los sectores energéticos y a todo el territorio nacional. En otras palabras, quería que la institución fuera coherente con su propio nombre: Club Español de la Energía. Victoriano era muy integrador. Nombró a José María Martínez de Luko Secretario General, y a Antonio Lamela Vicepresidente, y abrió el Club, en su nueva Junta Directiva, a la Administración española y europea, a todos los sectores energéticos: electricidad (Unesa), carbón (Carbunión), petróleo (Aserpetrol), gas (Unigas); a las ingenierías (Empresarios Agrupados e Initec); a los fabricantes de equipo (Sulzer) y a los medios de comunicación y divulgación científica (Manuel Toharia), etc.

El nuevo Club estableció un plan de gestión en base a tres líneas principales de actua- ción: “Foro o Debate”, “Formación” y “Documentación”.

En cuanto a la función de “Debate”, el Club no tendría voz propia, pero abriría sus puertas a las distintas opiniones y a todos los sectores energéticos, a la industria, y a la sociedad en general. Cada ponente respondería de sus propias opiniones. El Club no quiso emitir una revista o comunicación propia, con el fin de mantener la más estricta neutralidad. Realmente se quería que fuera lugar de debate de asuntos relacionados con la energía, no un centro de creación de opinión propia.

En “Formación”, se pusieron en marcha varios cursos y seminarios, pero hubo tres de especial importancia.

− El primero fue un curso titulado “Especialización en Tecnología Energética”, que se realizó conjuntamente con la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, y que durante unos años tuvo mucha aceptación académica.

− El segundo es el curso de “Negocio Energético”, que es hoy día una de las referencias de formación obligadas del sector energético.

− En tercer lugar, y en otro orden de cosas, cuando se abrió el sector eléctrico a la competencia, tuvieron también mucho éxito los innumerables cursos que se hicieron por toda España para divulgar el funcionamiento de los mercados eléctricos organizados.

La función de “Documentación” ha sido siempre importante a lo largo de los años y se han hecho múltiples aportaciones. El fondo bibliotecario actual es de unos 70 títulos. 28 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Victoriano y su Junta Directiva impulsaron múltiples actividades, pero hay cuatro que se han mantenido hasta nuestros días, y que son causa determinante de la buena aceptación que tiene el Club en la vida de la sociedad energética española. Estas son las siguientes:

− Los “Almuerzos-Coloquio”. Dos o tres veces al año se invita a una personalidad nacional o internacional que expone algún tema energético relevante de actualidad. Tras dicha exposición hay un amplio coloquio con los miembros del Club. Realmente hubo algunos antológicos.

− “El Balance Energético de cada año y la Perspectiva del siguiente”, que se realiza en los primeros meses del año y que suele ser presidido por el Ministro y/o Secretario de la Energía, y en el que intervienen los representantes institucionales de todos los sectores energéticos. El primero tuvo lugar en el año 1986 y fue presidido por el que en aquel entonces era el Secretario de la Energía, Fernando Maravall.

− Las presentaciones de los “Programas Energéticos de los Partidos Políticos” con ocasión de las confrontaciones electorales. La primera sesión tuvo lugar en junio de 1986.

− “Los Premios de la Energía”. El primero fue en el año 1989. Tal vez es éste el acto de mayor proyección social del Club. Suele ocurrir en el otoño. Realmente es una distinción y consideración del Club a los periodistas de la información, que consiste en la otorgación de premios a los más destacados del Ejercicio, según un Jurado constituido en el Club a tal efecto. Lo preside el Ministro de Industria, que suele utilizar la oportunidad del acto para dar publicidad a las políticas energéticas de más actualidad.

XIV Premios de la Energía (2002) Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 29

En el año 2002, desde la prematura e inesperada muerte de Victoriano, al premio de “Energía y Sociedad”, que se le asignaba, según el Jurado de los Premios, a una perso- nalidad destacada cuya labor haya incidido notablemente en el mundo de la Energía, se le nominó con el nombre de “Victoriano Reinoso”, en su honor y recuerdo. Personalidades tan destacadas como Loyola de Palacio, José Luis Díaz Fernández, Ramón Martín Mateo, Antonio Colino, Miguel Ángel Noceda, Víctor Pérez Díaz, Feliciano Fuster, Felipe González y Carlos Pérez de Bricio recibieron este premio.

En la etapa de la Presidencia de Victoriano se destacarían tres nuevos hechos institucio- nales importantes:

− Las “Jornadas Hispano lusas” y las “Jornadas Hispano británicas”. Especialmente las que se realizaron, recíprocamente, en Portugal y España, tuvieron siempre gran importancia y hubo varias ediciones. Hoy día, no se realizan. Una reflexión para el futuro, sería volver a considerar este tipo de actividades con algunas organizaciones similares a la nuestra en el ámbito de la Unión Europea.

− La incorporación al Club del Instituto Español de la Energía, en febrero de 1991, supuso la consolidación de todas las funciones de “Formación” del Club. En el Institu- to fueron ejemplares las gestiones de Miguel Pardo Bustillo y de su Presidente, José María Aldeanueva, así como el apoyo en todo momento, durante muchos años, al Instituto y al Club, de su hermano Antonio.

− Otro hecho institucional muy relevante fue el acuerdo de fusión con el Club del Petróleo que tuvo lugar en enero del año 2000. Antes de este compromiso de integra- ción hubo muchos intentos de unión de las dos instituciones, hasta que finalmente

Firma del acuerdo de Integración entre el Club Español de la Energía y el Club del Petróleo (2001) 30 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

fructificaron. Para llegar a este acuerdo es de justicia reconocer la gran labor de gestión e integración que realizaron por parte del Club del Petróleo, Ramón Leonato y Eugenio Marín, que era su Presidente en el momento de la firma del acuerdo. Como resultado de la fusión de las dos instituciones se constituyó el Capítulo del Petróleo. En mi opinión, esta integración es uno de los fundamentos del Club, y una base muy firme para el futuro, y mucho más ahora, que las empresas energéticas amplían cada vez más su campo de actuación, y son menos sectoriales y más globales.

El fallecimiento, de forma inesperada, de Victoriano Reinoso, en mayo de 2002, fue un gran dolor para todos los que éramos sus amigos y compañeros de trabajo, y la pérdida de un gran líder para el sector energético y para nuestra Asociación. Para sucederle, la Asamblea General me eligió como Presidente. Yo siempre entendí que la figura de Victoriano y su gestión eran irrepetibles. En consecuencia, mi objetivo era buscar un nuevo camino. En aquel entonces pensé que mi misión debería centrarse en desarrollar unos nuevos Estatutos que dieran al Club una renovada personalidad propia, que se basaran en criterios de participación lo más amplia posible y rotación periódica de la Presidencia entre los miembros tratando de lograr de ese modo entre todos los asociados del Club una integración, confianza, y armonia que fuese firme, estable y definitiva.

A tal fin y con el objetivo de elaborar una propuesta de nuevos Estatutos, se creó un grupo de trabajo constituido, por parte del sector de hidrocarburos por Juan Bachiller, Director de Relaciones Internacionales de Repsol y actual Director General de la Asociación, Antonio Gomis, Director Corporativo de Relaciones Externas de Repsol y Álvaro Mazarrasa, Director General de AOP y por el sector eléctrico por Eloy Álvarez Pelegry, Director de Calidad y Medio Ambiente e I+D de Union Fenosa, Mariano Cabellos, Director General Adjunto de Unesa, y yo mismo. Dichos Estatutos fueron aprobados en diciembre de 2003 y consagraron la creación de dos Capítulos, uno de “Electricidad y Otras Energías” y otro de “Hidrocarburos”, que rotarían cada dos años en el derecho a nominar al Presidente de la Asociación.

En esta nueva etapa, mantuve la presidencia hasta junio de 2004. Mi trabajo, además de mantener la actividad normal del Club estuvo básicamente orientado a la consolidación de la nueva estructura de la Asociación, en una permanente búsqueda de lograr la integración y convivencia en armonía de todos los asociados.

Es importante recordar, mencionar y agradecer la actividad que han realizado los Secretarios y Vicesecretarios Generales, en la primera fase de la historia del Club, y, poste- riormente, de los Directores Generales. Tuve la oportunidad de vivir muy cerca de ellos Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 31

su trabajo cotidiano. Además de José María Martínez de Luko, fundador del Club y después su primer Secretario General, hay que destacar la inmensa labor de Rafael Budí, que fue un hombre fundamental en aquellos primeros años.

Un recuerdo muy especial merece Gregorio Saiz, que falleció en 2007. Un gran profesio- nal, Director General de Butano, que fue primero, Director del Club y, posteriormente, Tesorero. Gregorio desarrolló una labor extraordinaria en 12 años de intensa dedicación al Club.

Capítulo aparte fue la etapa de José Luis Martínez como Director General, con más de 12 años al frente de la gestión del Club. Cubrió parte de la Presidencia de Victoriano, mi etapa de dos años, las de Alfonso Cortina, Carlos Pérez de Bricio y Rafael Miranda. Hizo una labor magnífica. Soportó la expansión del Club, y superó siempre con acierto las dificultades del puesto. Vaya mi reconocimiento personal y agradecimiento a todo su apoyo durante tantos años.

Citaré finalmente la enorme satisfacción que me produjo la incorporación al Club del Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (CECME). Esta se debió, en parte muy importante, a la excelente disposición para la búsqueda de un acuerdo de José Luis Antoñanzas, que entonces era su Presidente y hoy es Vicepresidente de Honor del Club. Hoy día, el CECME le da una gran proyección internacional a la Asociación y una visión mucho más global del mundo de la energía. Actualmente, el Comité realiza dos o tres actos al año. Uno de ellos, que se suele repetir periódicamente cada dos años, consiste en un Seminario en el que algunos Directivos del World Energy Council (WEC) y los líderes del sector energético español presentan sus reflexiones sobre la energía del

Firma del acuerdo de Integración entre el Club Español de la Energía y el Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (2003) 32 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

presente y del futuro, con especial énfasis sobre España y la Unión Europea. Estas jornadas resultan ya un punto de enlace de gran interés entre el WEC y el Club.

Como conclusión y resumen de mis veinticinco años en la Asociación me permitiré expresar solamente un consejo y un deseo para el futuro del Club: mantener siempre el criterio de rotación periódica en la Presidencia. En mi opinión, la fuerza creadora, renovadora e integradora que significa que la Asociación tenga la oportunidad de elegir a un nuevo Presidente cada dos años, cuyo perfil corresponda al de un profesional que desempeñe un puesto ejecutivo de primer nivel en el sector de la energía, asegurará al Club Español de la Energía el mantenimiento de la extraordinaria posición que tiene actualmente en la sociedad civil española.

Cesión de la presidencia de Elías Velasco a Alfonso Cortina (2004) Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 33

Junio 2002 - Octubre 2004

Alfonso Cortina de Alcocer

unque fue por un periodo limitado, las semanas que tuve el honor de presidir el A Club Español de la Energía fueron muy intensas y fructíferas. Tuve la oportunidad de poner en marcha diversos proyectos. Destacaría: la reflexión sobre el Modelo Energético español; la sesión celebrada en Madrid, el 21 de julio, “Ministros de Energía de la Democracia 1975-2004: Reflexiones para un Modelo Energético”; y, la presentación de la candidatura de Madrid para la organización del 19º Congreso Mundial del Petróleo, que acabaría celebrándose en la capital de España del 29 de junio al 3 de julio de 2008.

El nuevo Club Español de la Energía

El Club Español de la Energía había iniciado su proceso de transformación en enero de 2000 con la integración del Club del Petróleo. En diciembre de 2003 se renovaron sus Estatutos Sociales, creándose la figura de los Capítulos de Electricidad y Otras Energías y de Hidrocarburos y, se estableció el principio de rotación entre éstos, para la designación, cada dos años, de una nueva Presidencia. En este contexto tuve el honor de ser nombrado Presidente de la Asociación por la Asamblea General el 10 de junio de 2004.

El proceso de renovación incluyó, asimismo, la integración en el Club, Título Cuarto de los nuevos Estatutos, del antiguo Comité Español del Consejo Mundial de la Energía, cuyos miembros decidieron su disolución como persona jurídica independiente. Es preciso mencionar la importante contribución en este proceso del Presidente del Comité, José Luis Antoñanzas. También quisiera señalar el enorme esfuerzo realizado por Elías Velasco para la consecución del equilibrio interno entre todos los asociados, la ampliación de competencias de la Asociación y un mayor reconocimiento social, objetivos todos ellos coronados con gran éxito. 34 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

De este modo, el Club Español de la Energía, que había sido dirigido acertadamente durante más de 15 años por Victoriano Reinoso, alcanzó una armonía interna que, en momentos puntuales anteriores, no se había podido conseguir.

Repsol-YPF, aportó todos los recursos que me fueron solicitados para el logro del objetivo de integración y mejora de las relaciones entre los socios. La comisión paritaria de seis miembros, tres procedentes del sector eléctrico y tres del sector de hidrocarburos, que se creó para elaborar el borrador de nuevos Estatutos, contó con la participación de dos representantes de Repsol-YPF.

El futuro del Modelo Energético

Desde el primer momento consideré prioritario en mi mandato impulsar una reflexión, lo más amplia posible, sobre el futuro del sector energético español. A pesar de gozar de una excelente salud se apuntaban síntomas de importantes cambios cualitativos. Importancia, a medio y largo plazo, de las distintas tecnologías productoras de energía, de los objetivos de seguridad de abastecimiento o la problemática del medio ambiente. También la necesidad de unos precios justos de la energía que permitieran, al mismo tiempo, la rentabilidad de los proyectos, la competitividad de productores y consumi- dores, especialmente en el caso de estos últimos, de aquéllos cuyas actividades industriales son intensivas en la utilización de la energía.

El Club Español de la Energía deseaba aportar a la sociedad española una reflexión sobre el Modelo Energético para garantizar en el futuro el acceso de los ciudadanos a una energía segura y de elevada calidad; así como, un crecimiento sostenible compatible con la protección del medio ambiente y la competitividad de nuestro tejido empresarial. Este proyecto no pretendía sustituir las iniciativas de los poderes públicos ni del mundo empresarial en el diseño y gestión de la política energética.

El Club se ofrecía, en la continuidad y respeto de su tradición de no emitir opinión, como foro de encuentro y diálogo, para facilitar la colaboración de todas aquellas instituciones y personas interesadas en el futuro de la energía en el análisis de la situación energética y su evolución.

Dicho proyecto de reflexión se estructuró en una serie de sesiones de trabajo, en las que, a partir de un documento preparado ad-hoc para cada una de ellas, un equipo multidis- ciplinar de profesionales discutiría en profundidad dicha documentación y la enriquecería con sus observaciones. Finalizada cada sesión, se elaboraría un documento de síntesis Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 35

de la información de base y de las conclusiones del debate. Las sesiones versarían sobre los siguientes temas:

Contexto energético mundial Disponibilidad, comercio y garantía de suministro

El sector de la energía en España Análisis de su importancia económica y social

Contexto energético español Fuentes, infraestructuras, planificación y regulación.

Análisis de la oferta de energía Estructura del suministro y conformación del sector

Participación y desarrollo de las fuentes de energía Presente y futuro en la cobertura de la demanda (carbón, petróleo, gas natural, energía nuclear y energías renovables)

La generación de energía eléctrica Materias primas, estructura y regulación

Mercados y sostenibilidad del modelo energético Análisis de la relación oferta / demanda, inversiones, costes, precios y calidad

Eficiencia y gestión de la demanda La utilización racional de la energía: ahorro y precios al consumo

El modelo español en el marco de la Unión Europea Proyección del mercado interior y políticas comunitarias

Integración del sector energético en un entorno supranacional Perspectivas de consolidación y expansión internacional de las empresas españolas y participación en organizaciones internacionales

Organización del sector energético en el siglo XXI Estructura del sector, aprovisionamiento, distribución, comercialización y consumo

La misión del I+D +i en el modelo energético Contribución de las nuevas tecnologías en el desarrollo de la energía del futuro 36 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La interacción de energía y medio ambiente La compatibilidad del modelo energético en la protección medioambiental en el marco de la sostenibilidad

Tras la realización de las sesiones citadas, se elaboraría un Libro Blanco de integración de los documentos de síntesis de todas ellas, que debería haberse editado en el primer semestre de 2005.

Jornada de los Ministros de Energía

Relacionada con aquella iniciativa, quiero recordar la sesión celebrada en julio de 2004, titulada Ministros de Energía de la Democracia 1975-2004: Reflexiones para un Modelo Energético, en la que invitamos a compartir con nosotros su visión sobre el presente y el futuro de la energía a las personalidades que tuvieron la más alta responsabilidad de dirigir la política energética de nuestro país desde 1975. Quiero agradecer aquí la participación en dicha jornada de Carlos Pérez de Bricio, Alberto Oliart, Carlos Bustelo, Ignacio Bayón, Carlos Solchaga, Juan Majó, Luis Carlos Crossier, Claudio Aranzadi, Juan Manuel Eguiagaray, Josep Piqué, José Folgado y el entonces Ministro de Industria José Montilla.

Ministros de Energía de la democracia (1975-2004) Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 37

Todos ellos repasaron los cambios producidos en nuestra industria en sus periodos de gestión respectivos, tales como la creación de empresas nacionales por concentración de sociedades activas en las distintas tecnologías concretas, su posterior privatización en algunos casos y su internacionalización. En aquellos años tuvo lugar la adhesión de España a las Comunidades Europeas, consecuencia de lo cual fue, por ejemplo, el desmantelamiento del monopolio de distribución de hidrocarburos que se realizó de manera ejemplar.

Asimismo, se hicieron referencias al debate nuclear, a la necesidad de desarrollar tecnologías que minimizasen los riesgos de su utilización para poder continuar beneficiándonos de sus características positivas de elevado factor de utilización y precio reducido de la energía producida, especialmente en el caso de la procedente de centrales ya amortizadas. Las energías renovables requerirán también importantes desarrollos tecnológicos para finalizar su curva de aprendizaje y resultar económicamente competitivas con otras tecnologías de producción de energía.

World Petroleum Council

A finales de junio de 2004 se presentó al World Petroleum Council la candidatura del Comité Español de dicha institución internacional, integrado en el Club Español de la Energía para la organización del 19º Congreso Mundial en Madrid en 2008. Dicha candidatura incluyó los apoyos del Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, del Ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla, de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y del Alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón.

El proceso de selección entre las ciudades candidatas, Madrid, Doha y Nueva Delhi, se resolvió favorablemente para los intereses españoles en noviembre de 2004, obtenién- dose para nuestra candidatura más de los dos terceras partes de los votos de los Comités Nacionales miembros del WPC.

Me gustaría, al respecto, expresar mi agradecimiento a las personas que, pertenecientes a las sociedades de petróleo y gas de nuestro país, trabajaron con esfuerzo y acierto para traer tan importante evento a la capital de España. Recuerdo la colaboración en aquel proyecto de los Presidentes de BP España, Cepsa, CLH, Enagás, Gas Natural y Total España, a los que quiero expresar mi gratitud, en particular a mi amigo Carlos Pérez de Bricio. Todos somos conocedores del éxito que acompañó a la posterior celebración del Congreso en el verano de 2008. 38 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El futuro del Club Español de la Energía

Por último, quiero transmitirles mi opinión de la gran labor que el Club Español de la Energía realiza y la necesidad de continuar apoyando sus actuaciones, principalmente las relativas a formación, presencia social y, sobre todo, de análisis y reflexión en profundidad de los principales problemas a los que se enfrenta la industria de la energía. Las conclusiones obtenidas en dicho proceso de reflexión y las propuestas elaboradas para la superación de aquellas dificultades, fruto del trabajo armónico de los socios, deben ser ofrecidas a las Administraciones, organizaciones empresariales, productores, consu- midores y, en resumen, al conjunto de la sociedad civil.

Puedo asegurarles que para mí fue un honor presidir el Club Español de la Energía, en los que pude constatar el buen entendimiento de la totalidad de los actores de nuestra industria y recibir numerosas satisfacciones por su apoyo y solidaridad.

Nuestra Asociación es un ejemplo de cómo la sociedad española puede vertebrarse en organizaciones independientes de los poderes públicos, que analicen situaciones sectoriales complejas y propongan soluciones a dificultades concretas, así como estrategias para el medio y largo plazo que orienten las actuaciones de quienes tienen la responsabilidad de lograr posicionar a nuestro país entre los más desarrollados del conjunto internacional. Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 39

Diciembre 2004 - Junio 2006

Carlos Pérez de Bricio Olariaga Presidente de Honor de CEPSA

ean estas primeras líneas de agradecimiento a Don Antonio Brufau, actual Presidente S del Club Español de la Energía, por la invitación que me ha hecho para contribuir con este artículo al contenido de la publicación en la que se recogerá la evolución del sector de la energía en el último cuarto de siglo.

Se cumplen, también en este año 2010, veinticinco años desde la fundación del Club. Parece oportuno hacer un alto en el camino para tener una clara perspectiva de la evolución del sector de la energía y de ENERCLUB en este periodo, y se me ha solicitado que resuma los hechos más relevantes que se produjeron durante el periodo en el que tuve el honor de presidir el Club, desde diciembre de 2004 a junio de 2006.

En cuanto al sector, el año 2004 se caracterizó por un crecimiento notable en el consumo de energía primaria, de un 3,7%, por un importante aumento del 32% del precio del crudo que aún así tuvo un valor medio de 38,2$/barril, por un incremento sostenido del 5,9% en la producción bruta de energía eléctrica y por un aumento extraordinario también en el consumo del gas de un 15,5% respecto al año anterior.

En el año 2005 la preocupación por lograr una mayor seguridad de suministro de energía y la adecuación a las exigencias del protocolo de Kyoto, que entró en vigor en febrero de ese año, dominaron las actividades del sector y, en gran parte también, las del Club.

Pero las referentes a la seguridad de suministro fueron prioritarias. Dos hechos propicia- ron que se prestara más atención a este aspecto: los elevados precios del petróleo en relación con el año precedente, y los problemas que se constataron con la interrupción de la aportación de gas desde Rusia a Ucrania, que llegaron a afectar a varios países de la Unión Europea. 40 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En parte por estas circunstancias, la Comisión Europea hizo público un interesante Libro Verde: “Estrategia Europea para una energía sostenible, competitiva y segura”, que sugería soluciones a estas dificultades.

La evolución de la situación energética en la Unión Europea aconsejaba, y sigue siendo válido este consejo hoy, avanzar en la consecución de una cierta unidad en política energética.

En Europa, los problemas más acuciantes eran la creciente dependencia de las importaciones de energía, que significaban entonces el 50% y que se estimaba que rondarían el 70% en el año 2030; el incremento imparable de los precios del petróleo y del gas; la incidencia en el sector energético de las medidas para reducir el efecto del cambio climático; y la velocidad, que era y es preciso aumentar, del proceso de consecución de un mercado interior eficiente y libre.

En España, siendo similares en general los problemas estructurales a los de la Unión Europea, sucedía, y sigue siendo así actualmente en gran parte, que algunos de ellos tenían aquí una mayor gravedad.

Así, en lo que concierne a las interconexiones eléctricas y gasistas con el resto de Europa, el calificativo de “isla energética”, que se nos aplicaba, no carecía, ni carece a pesar de los pasos dados desde entonces, de fundamento. Y es éste un importante problema al que se debe dar una solución satisfactoria.

En ese año 2005 el consumo de energía seguía aumentando; el total de la demanda de energía primaria creció un 3% con respecto al año anterior y el sector satisfizo este incremento eficazmente.

La energía eléctrica batió en 2005 un record histórico hasta entonces, tanto en demanda de energía diaria como de potencia media horaria, a las que se hicieron frente sin problemas.

En lo referente al gas, la demanda siguió creciendo notablemente, un 17,6% con respecto al año anterior, el más alto incremento de la Unión Europea y se alcanzó un levado grado de apertura del mercado español, en el que se logró que las ventas en el mercado liberalizado significaran el 83% del total desde un 10% en el año 2000.

El petróleo era, y sigue siendo muy importante en la estructura de la demanda de energía primaria, de la que significaba la mitad, y la industria española supo satisfacer de manera eficaz esta demanda, a pesar del incremento del precio del crudo, un 42% interanual, y Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 41

de las distorsiones que se ocasionaron en las refinerías debido al cierre de capacidad de refino en Estados Unidos, originada por el efecto de los huracanes que allí se produjeron. Y además, para hacer frente al proceso de dieselización de los vehículos, pensemos que el gasóleo alcanzaba ya el 46% de la demanda de los productos petrolíferos, la industria acometió notables inversiones de conversión para obtener más gasóleos.

El consumo de energía de origen nuclear se redujo en un 9,5% respecto a 2004, debido a las paradas de Cofrentes y Vandellós, pero siguió siendo un componente básico importante de la estructura energética en España.

En cuanto a las energías renovables, el año 2005 significó la consolidación del impulso institucional a estas fuertes de energía, que se materializó en el PER, Plan de Energías Renovables en España para el periodo 2005-2010.

También durante la primera mitad del 2006, se produjeron circunstancias importantes en el sector energético.

Siguió siendo de actualidad la preocupación por la seguridad de suministro; ello hizo reflexionar, cada vez más, sobre la necesidad de tener una política energética común. Reflexión que se fue materializando en la elaboración de un documento, la “Strategic European Energy Review” que sería publicada finalmente en 2007. Sus objetivos básicos se definieron como el logro de una reducción de gases de efecto invernadero del 20% en 2020 en la Unión Europea respecto a 1990; la aportación de las renovables a la estructura energética de la Unión, que también debía ser del 20% en 2020; la eficiencia energética debería mejorarse en 2020 en un 20% respecto a la que se tenía entonces y los biocarburantes debían significar en el 2020, el 10% del consumo de combustibles en el transporte.

En España, durante esta primera mitad de 2006 se observó una reducción del consumo de energía primaria, que se cuantificó en un 0,5% a finales de año. Desde 1994 siempre había crecido, siguiendo al PIB este consumo. Y este hecho redujo la intensidad energética, dado que el PIB se incrementó en un 3,9%.

En cuanto a las infraestructuras se avanzó en la puesta en servicio de la conexión con Francia a través del gasoducto Euskaldour, en la construcción de la planta de regasificación de Mugardos, en la ampliación de las plantas gestionadas por ENAGÁS, y en el proyecto MEDGAZ, gasoducto que traería gas de Argelia a la Unión Europea a través de España. 42 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Y llegado a este punto de MEDGAZ, me parece interesante ampliar la información sobre este proyecto de gasoducto, en el que he tenido un compromiso e implicación personales. Recuerdo ahora como en una conversación en Alicante, en el verano de 1999, que mantuve con el presidente de SONATRACH, nos planteamos la posibilidad de construir un gasoducto que uniera directamente Argelia con España para conectarse también con el resto de Europa. Sabíamos que este proyecto ya se había estudiado en la década de 1970 y se había descartado porque no era factible por problemas técnicos, dada la gran profundidad del suelo marino en algunos tramos.

Pero pensamos que las circunstancias podrían haber variado desde entonces y que valía la pena reconsiderarlo. Y así fue como en agosto del año 2000, CEPSA y SONATRACH firmaron el protocolo de acuerdo para construir un nuevo gasoducto Argelia-Europa vía España.

En febrero de 2001, CEPSA Y SONATRACH constituyeron la empresa MEDGAZ, S.A., “Sociedad para el estudio y promoción del gasoducto” y en julio del mismo año otras cinco compañías internacionales se unieron al proyecto (BP, ENDESA, ENI, GAZ DE FRANCE y TOTAL).

En septiembre de 2002 se concluyó la campaña sísmica y la primera marina, y el Ministerio de Economía español incluyó al proyecto en la “Planificación de los sectores de gas y electricidad, desarrollo de las redes de Transporte, 2002-2011”. Y en septiembre de 2003 la Comisión Europea incluyó a MEDGAZ en la “Lista de Proyectos de interés prioritario dentro del sector de la energía” considerándole como de notable importancia para el suministro energético de Europa.

También en 2005 la Unión Europea concedió fondos para MEDGAZ, el Ministerio de Industria le otorgó la categoría de “proyecto prioritario”, y en 2006, año en que terminé mi mandato como presidente de ENERCLUB, MEDGAZ entró en fase de construcción. Y desde entonces hasta ahora se ha construido el gasoducto y actualmente está ya en pruebas operacionales para su pronta puesta en servicio. Está diseñado para transportar en una primera etapa 8bcm de gas anuales ampliables a 16 bcm, y se han empleado las más avanzadas tecnologías disponibles en su ejecución.

La composición del accionariado, ha ido evolucionando hasta la actual, en la que SONATRACH tiene un 36%, CEPSA e IBERDROLA un 20% cada una y ENDESA y GAZ DE FRANCE SUEZ un 12% por empresa. Y gracias a la estrecha cooperación de todas ellas se ha llevado a buen término este gasoducto, que dotará de más seguridad de suministro a España y Europa, y con el menor coste de gas frente a otras alternativas, según atestiguaron estudios de consultores independientes (OME y Wood-Mackenzie). Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 43

Hay temas en el ámbito del gas que aún deben mejorarse: En España el aumento de la capacidad de almacenamiento subterráneo y, también para el resto de Europa, la mejora en la seguridad de suministro.

En este sentido la Unión Europea sigue tratando desde entonces de implementar normativas que aumenten la transparencia del mercado en tiempos de crisis, y así se está trabajando actualmente entre la Comisión y el Parlamento Europeo en un Reglamento con el objetivo de disminuir la vulnerabilidad en el suministro de gas.

Paralelamente, el Club Español de la Energía desarrolló una notable actividad en las tres facetas principales en las que se centra habitualmente: contactos institucionales, formación y publicaciones. Y vaya por delante mi agradecimiento a la eficiente labor desarrollada por las personas del Club, que con una entrega y entusiasmo notables, hicieron posible la eficaz realización de todas estas labores.

Uno de los mayores logros fue la concesión a finales del 2004 de la celebración, por primera vez en España, del 19º Congreso Mundial del Petróleo, en dura competencia con Qatar e India, que finalmente tuvo lugar en Madrid en el verano de 2008 con un gran éxito, tanto por la numerosa asistencia como por la calidad de las ponencias y de las exposiciones, y a cuya preparación dediqué mucho tiempo como Presidente del Club.

A principios de 2005, en febrero, se celebró el Foro Internacional de Energía y Ciudad Sostenible, con una participación y contenidos destacables, desarrollado en cinco seminarios, en los que colaboraron las más altas autoridades medioambientales, incluida la Ministra Cristina Carbona.

El último seminario, “Transporte y Sostenibilidad: Nuevos Horizontes” fue muy interesante, porque el transporte contribuye notablemente a la generación de gases de efecto inverna- dero y no parece fácil su reducción, dada la lógica tendencia al incremento de número de vehículos, sobre todo en los países emergentes.

La necesidad de cumplir con los compromisos de Kyoto, obligan a una racionalización del transporte. Sin duda, dado el incremento previsible de la locomoción, y el consiguiente aumento de la emisión de gases de efecto invernadero, parecía necesaria la introducción en el futuro de tecnologías que redujeran esa emisión en el transporte, como única solución.

En marzo se celebró uno de los actos emblemáticos que anualmente presenta el Club. Me refiero al “Balance Energético de 2004 y Perspectivas para 2005” presentación que se llevó a cabo en el Ministerio de Economía, concitando la atenta asistencia de 300 profesionales de las más altas instancias de la Administración y de las empresas energéticas. 44 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La presentación del acto corrió a mi cargo, como presidente de ENERCLUB y fue abierto por Antonio Fernández Segura, Secretario General de la Energía y clausurado por José Montilla, Ministro de Industria, Turismo y Comercio.

El desarrollo de la evolución de cada sector fue descrito por relevantes personalidades. Así, Iñigo de Oriol se centró en el ámbito eléctrico, Efrén Cires en el carbón, Antonio Llardén en el gas, Álvaro Mazarrasa en el petróleo y Javier García Breva en las energías renovables.

Este acto constituye una ocasión única por la prontitud y rigor en la presentación de los datos de los diferentes sectores energéticos, en este caso del año 2004, y las perspectivas del 2005. Es un lugar de encuentro de los profesionales de la energía y ENERCLUB se siente orgulloso de poder organizarlo y agradece tanto a las empresas como a la Administración su siempre determinante y decidida colaboración.

En líneas generales, se trató de las enormes inversiones necesarias para hacer frente en el futuro a la creciente demanda de energía, y a las precisas medidas para hacer frente al problema del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

XVII Premios de la Energía (2005) De los actos institucionales llevados a cabo por ENERCLUB en 2005 me parecen como los de más impacto social, además del anterior, el “Foro Euromediterráneode la Energía. Diálogo Energético, Progreso y Desarrollo Sostenible” y la entrega de los “Premios de la Energía”, en su XVII edición.

El Foro Euromediterráneo se celebró en junio de 2005 en Valencia, con la decidida colaboración de la Generalitat Valenciana y del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 45

y con la participación de una nutrida asistencia de autoridades energéticas de los países de ambas riberas del Mediterráneo, de la Comisión Europea y de numerosas empresas.

El Foro se inauguró por José Montilla, Ministro de Industria, Turismo y Comercio, por Francisco Camps, Presidente de la Generalitat, y por mí, como Presidente de ENERCLUB, y fue clausurado por Emilio Fernández Castaño, Director General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, desarrollándose en cinco paneles que tuvieron como tema central el papel de la industria energética en la cooperación mediterránea.

El otro acto a que me referí anteriormente fue la entrega anual de los “Premios de la Energía”, que se celebró en octubre de 2005, presidido por el Ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla, y por la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

Una nutrida asistencia apreció y dio relevancia al acto, entre la que se encontraban numerosos presidentes de empresas y asociaciones energéticas, así como miembros de la Administración y de la profesión periodística. Se intenta con estos premios reconocer sobre todo la labor de los periodistas que se han distinguido por el tratamiento y divulgación de los temas energéticos; y también la de una personalidad relevante en el cargo de la energía.

He destacado los actos institucionales de más relevancia, pero se llevaron a efecto muchos más, que pusieron de manifiesto la voluntad de ENERCLUB por contactar con la sociedad y el interés de ésta por ellos, como se demostró por la notable y cualificada asistencia a estos eventos.

En el capítulo de formación, la actividad de ENERCLUB fue también muy intensa, tanto en los Cursos, como en los Talleres y Aulas. Entre los primeros merece destacarse el “Curso Superior de Negocio Energético”, que fue y sigue siendo el buque insignia de la actividad de formación. Pero también se llevaron a cabo con éxito los de “Análisis Económico-Financiero del Sector Energético”, “Economía de la Cadena del Gas” y “Nuevas Normas Internacionales de Contabilidad en la Empresa Energética”. El carácter de estos cursos, con un marcado enfoque práctico, hace muy atractiva esta formación, porque está impartida por ejecutivos que realizan las funciones que explican en sus respectivas empresas.

Y también las publicaciones, así como el “site” de ENERCLUB, siguieron teniendo una gran aceptación por los profesionales y público en general. El número de visitas a nuestra 46 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

página en la red fue aumentando notablemente, como consecuencia del atractivo que su contenido ofrece, con un nivel de información muy relevante para la sociedad interesada en el sector energético.

Las actividades de ENERCLUB en el año y medio en que actué como su Presidente fueron abundantes en número y de marcado interés, siguiendo en paralelo al desarrollo del sector y consensuando y trasmitiendo a la sociedad las ideas sobre la energía. Todo ello se logró por el trabajo de las personas del Club, por la colaboración de las empresas, y por el decidido apoyo y participación de las Administraciones.

Y llegado al final de estas reflexiones, deseo rendir homenaje a dos personas de mucha relevancia que me acompañaron en varios actos, que siempre estuvieron dispuestas a colaborar con el Club, y que han desaparecido prematuramente. Me refiero a la Vice- presidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, y a Pedro Meroño, Presidente de la Comisión Nacional de la Energía. Para ellos mi agradecimiento y mi emocionado y sentido recuerdo.

Cesión de la presidencia de Carlos Pérez de Bricio a Rafael Miranda (2006) Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 47

Junio 2006 - Junio 2008

Rafael Miranda Robredo Presidente de la Fundación ENDESA

ucedí en la Presidencia del Club a dos personalidades del mundo del petróleo y, S por lo tanto del mundo de la energía: Alfonso Cortina de Alcocer y Carlos Pérez Bricio. Cortina, a la sazón Presidente de Repsol, fue, como es sabido, la primera persona del mundo del petróleo que accedió a la Presidencia, hito éste muy importante para el Club. En ella, me consta que realizó, durante su breve mandato, que se extendió de junio a octubre del 2004, una encomiable labor de dinamización y modernización de la institución. Esta labor fue rematada posteriormente por el magnífico desempeño al frente del Club de Carlos Pérez Bricio, su sucesor hasta el inicio de mi mandato, personalidad relevante donde las haya en la historia del sector energético en España.

Al iniciar mi mandato de Presidente se daban dos circunstancias alrededor de mi persona, o de lo que yo representaba, que marcaron muy profundamente, a mi entender, los grandes objetivos que me propuse impulsar durante mi presidencia.

La primera de tales circunstancias no era otra que la guerra abierta que se estaba dando en el sector eléctrico, todavía en junio del 2006, como consecuencia de la OPA lanzada sobre Endesa en el mes de septiembre del año 2005. Yo, en aquellos momentos Consejero Delegado de Endesa, era un actor muy relevante en esa guerra y, por esa razón, desde el primer momento, puse todo mi empeño en alcanzar el objetivo de que las disensiones y los posicionamientos legítimos que unos y otros teníamos en ella no afectasen para nada a la marcha del Club, de tal modo que la reflexión y la labor de “think-tank” que tenía que producirse en el seno de nuestra institución fluyera de la manera más suave posible, al margen de la citada beligerencia.

La segunda circunstancia, mucho más positiva, era que mi mandato en el Club coincidía con mi mandato como Presidente de EURELECTRIC, la potente asociación europea de 48 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

empresas eléctricas, lo que me daba un acceso privilegiado al conocimiento de la realidad energética europea, una realidad importante y clave para el mundo de la energía española y también, porqué no decirlo, a las instituciones y todo el amplio abanico de autoridades que tienen que ver con el mundo de la energía en Europa.

Me pareció entonces que tenía mucho sentido poner al servicio del Club esta ventaja, de manera que nos permitiera utilizar ese conocimiento y los contactos que de él se derivaban para modernizar el funcionamiento del Club en la línea que veíamos se estaba produciendo en Europa en instituciones de contenido parecido al de la nuestra.

El mundo de la energía

Como ocurre ahora, y ocurrirá en el futuro, durante este período al que me refiero las cuestiones relacionadas con la energía estaban de plena actualidad, dado que el suminis- tro energético es un asunto de honda preocupación para la opinión pública por el impacto tan importante que tiene en el desarrollo económico mundial.

Era, y lo es ahora también, un momento en el que había que tomar decisiones en materia de energía con visión amplia y con proyección de medio y largo plazo.

En ese tiempo se reforzaron ideas que habían estado siempre presentes en nuestro mundo, pero que empezaron entonces a verse y a divulgarse con más claridad. La más importante de todas ellas es la idea de que hay que saber encontrar, tanto a nivel global, como a nivel regional –cuando hay interdependencia económica– o nacional, el adecua- do equilibrio entre los tres grandes retos que tiene la política energética global, que no son otros que los de la seguridad de suministro, la competitividad de la oferta energética y, por supuesto, la minimización del impacto medioambiental y la lucha contra el cambio climático.

También se empezó a percibir entonces con mucha más claridad que el panorama energético mundial estaba cambiando profundamente como consecuencia de la intru- sión de las denominadas economías emergentes, de las que China e India constituían el paradigma. China era ya en el año 2007 el tercer consumidor de energía primaria del mundo, por detrás de Estados Unidos y Europa, y la Agencia Internacional de la Energía predecía que en el año 2030 sería el primes país consumidor de energía, demandando casi tanto como la Unión Europea, Rusia y Japón juntos.

Esto y muchas otras cosas más, como el incremento sustancial de los precios de la materias primas, de los fletes, así como la convicción de que la era de la energía a bajo Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 49

precio se había terminado, se debatieron en noviembre del 2007 en Roma, con motivo de la celebración del Consejo Mundial de la Energía, donde se establecieron tres objetivos en los cuales había que residenciar la máxima prioridad: la accesibilidad a una energía moderna y económica, la disponibilidad de la misma en términos de continuidad y fiabilidad del suministro y la aceptabilidad de la misma desde el punto de vista social y medioambiental. Se trataba, como se ve, de los objetivos clásicos, casi inalterables, de la ecuación energética.

La propuesta europea

En este contexto global, Europa continuó con el desarrollo de su modelo energético, lanzando en esos dos años su propuesta de política energética para el futuro, la denominada “Strategic European Energy Review” publicada a principios del 2007, cuyo objetivo fundamental era el de lograr una reducción del 20% en emisiones de CO2 en la Unión en 2020 respecto de 1990, y del 50% en todo el mundo en 2050, con una propuesta de mix energético para el 2050 basado en energías renovables, en biocombus- tibles, en tecnologías de combustión limpia de carbón y gas, en energía nuclear de fisión de cuarta generación y en energía nuclear de fusión (ITER). Fue particularmente relevante al respecto el posicionamiento de la Comisión, claramente a favor de la energía nuclear, que modificaba en ese sentido una posición anterior mucho más tibia.

Esta estrategia dio lugar a la conocida definición de objetivos para el 2020 que se concretó en la aspiración a que la aportación de las renovables al mix energético se sitúe en el 20%, y que la eficiencia energética deberá mejorar en un 20% y los biocumbus- tibles alcanzar un 10% del consumo de combustibles en el transporte.

Además de esta importante iniciativa, Europa lanzó con posterioridad el Tercer Paquete Legislativo que enfatiza la armonización de regulaciones, la independencia a la que deben responder los reguladores nacionales y la cooperación europea en la regulación, el recono- cimiento de la relevancia de los operadores del sistema, la prioridad del incremento de la independencia de la operación del sistema respecto de otras actividades y la creación de un foro de mercados minoristas.

El sector energético en España

España mantuvo en los años 2006 y 2007 altas y diferenciadas tasas de crecimiento de su PIB, 2,9% y 3,8% respectivamente, para caer en el año 2008 al 1,2% una vez que la crisis económica y financiera impactó de lleno en nuestra economía, anticipando la importantísima caída del 4% que se produjo en el año 2009. 50 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En 2006, la demanda de energía primaria cambió la tendencia de crecimiento sostenido que había experimentado desde 1994, al reducirse en medio punto porcentual respecto de la tasa registrada en el año anterior, lo que constituyó una buena noticia en la medida en que ponía de manifiesto por vez primera que la intensidad energética de la economía española disminuía.

Como buen indicador de la actividad de nuestra economía, la demanda de energía eléctrica mantuvo todavía durante los años 2006 y 2007 fuertes crecimientos del 3,6% y del 2,8% respectivamente, terminando en cambio el 2008 con crecimiento de sólo el 1,1%, anticipando con ello la importantísima caída del 4,3% que se registró en el año 2009.

En el sector eléctrico se consolida en estos años lo que era ya una tendencia imparable, constituida por la penetración en el mercado de los ciclos combinados y del régimen especial, muy particularmente de la energía eólica, así como empieza a desarrollarse en ellos el proceso de entrada desenfrenada de la energía solar fotovoltaica, entrada que hoy genera una considerable polémica.

El desarrollo legislativo del sector eléctrico que en parte acompañó y en parte condujo ese proceso fue muy importante. Traspuso las directivas europeas e hizo que apareciera por primera vez un cambio en la tendencia que venían experimentando los precios de la electricidad, por vía de la fijación de las tarifas, aunque todavía no en la proporción necesaria para enjugar el grave problema del déficit de tarifas, que sólo quedará resuelto legislativamente en el año 2009 por el Real Decreto Ley 6/2009.

Por lo que al gas se refiere el sector eléctrico registró consumos importantes durante esos años hasta que se produjo el impacto de la crisis.

Dentro del importante desarrollo legislativo registrado por el ámbito de la energía, destacan la revisión de la planificación de los sectores de electricidad y gas para el período 2005-2011, así como la modificación que se produjo en la ley del Sector de Hidrocarburos para adaptarla a la Segunda Directiva del Gas, lo que tuvo como consecuencia la desaparición definitiva de las tarifas y del mercado regulado del gas.

En el sector del petróleo, durante los primeros años de mi mandato como Presidente del Club, a consecuencia de la fuerte actividad económica, se alcanzaron altísimas cifras de utilización de la capacidad productiva.

Los precios del petróleo sufrieron volatilidades importantes, con precios altos y correcciones sucesivas. Como muestra de esa situación, en enero del año 2007, el precio del barril de referencia alcanzaba la cifra de 60 USD, llegando a finales de año a cotas cercanas a los 100 USD. Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 51

El estallido de la crisis

Al final del período que estamos analizando estalla la crisis financiera que deviene luego en una importantísima crisis económica de la que todavía hoy estamos sufriendo los zarpazos.

Las consecuencias que ha tenido para el sector energético el que el PIB de la economía mundial disminuyera en dos puntos porcentuales, desde el 3,2% del 2008, al 1,2% con que concluyó el 2009, son indudables. Hechos tales como que todos los países de la OCDE estuvieran simultáneamente en recesión, que el volumen del comercio mundial se desplomase más de un 8%, que las tasas de evolución de los precios bordeasen la deflación o de que el desempleo aumentase a ritmos sin precedentes en casi todas las economías no podían dejar indiferente al sector.

En este marco, la aparición de excesos de capacidad, el anuncio de recortes de las inversiones por parte de la compañías e incluso el inicio de polémicas sobre la idoneidad de las políticas desplegadas en el pasado en relación con la lucha contra el cambio climático se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Afortunadamente, a pesar de los difíciles momentos que todavía pasan determinadas economías, los principios fundamentales y los objetivos y retos estratégicos de nuestro sector siguen inalterables y el Club, como corresponde a su función, así lo ha puesto de manifiesto en cuantas ocasiones ha podido.

Actividades del Club

Las actividades académicas e institucionales tradicionales que el Club ha venido desempe- ñando se desarrollaron durante estos años de manera satisfactoria, introduciendo las nuevas tecnologías como herramienta fundamental de formación.

Resultaría interminable la enumeración de los cursos, seminarios, debates y presentacio- nes que se desarrollaron en dos años de vida del Club, pero lo que sí parece conveniente resaltar es que todas ellas gozaron, y estoy seguro de que gozan, de altísimo prestigio entre la comunidad empresarial, institucional y académica.

Por aquello de que, para muestra, bien vale un botón, no resisto la tentación de destacar algunas de las iniciativas que se llevaron a cabo en el Club y que considero de gran relevancia:

La organización en las Islas Baleares del III Foro Euromediterráneo de la Energía, celebrado en Palma de Mallorca con una altísima representación de Gobiernos, Empresa, Instituciones y Expertos de los países ribereños del Mediterráneo. 52 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La concesión y los actos de entrega de los tradicionales Premios de la Energía, que se han convertido en un verdadero cónclave del mundo energético español.

La puesta en marcha, en colaboración con la Agencia Internacional de la Energía, de un proyecto que ha permitido que las más importantes publicaciones de este organismo, como el célebre World Energy Outlook, se editen en lengua española, pensando en un futuro de 400 millones de hispanohablantes.

Los trabajos que publicamos sobre “Energía: Una visión económica” que, con la aportación de un conjunto de reconocidos catedráticos y figuras de la economía, abrieron un nuevo escenario sobre el que estudiar, analizar, debatir y difundir temas de gran trascendencia.

Y así, se mantuvo un intenso nivel de actividad en el orden de los análisis, debates, suge- rencias e ideas que siempre se ha mostrado capaz de suscitar el amplio mundo de la energía.

Decía al principio de estas notas que uno de los objetivos que pretendía al inicio de mi mandato era el de modernizar y simplificar la gobernanza de un Club que requiere rapidez de respuesta y dinamismo. Creo que lo intentamos y estoy seguro de que algo consegui- mos. Quizás no llegamos a alcanzar todo lo que nos hubiera gustado obtener, lo que, por otra parte, deja una tarea para los que nos han seguido que me parece primordial.

Nada de lo hecho durante mi mandato hubiera sido posible sin la aportación constante y la entrega de los socios del Club, así como sin la ayuda inconmensurable que recibí de mis

Andris Piebalgs, Ex-comisario de Energía de la Comisión Europea (2006) Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 53

más directos colaboradores en Endesa, entre los que debo citar a mis directores de gabinete de esos años, primero Joaquín Pérez de Ayala y luego Álvaro Pérez de Lema y todo su equipo. Por supuesto tampoco puedo dejar de citar a una persona que también me apoyó en el Club y que fue, posiblemente, el culpable de que yo accediera a la Presidencia: José Bogas, Vicepresidente Honorario del Club y Director General de Endesa. Y por último, también resulta de justicia citar al Director General del Club en esos años, José Luis Martínez, y a su eficaz equipo de colaboradores a quienes siempre consideré el alma mater del Club.

Hoy, el Club es un foro reconocido y respetado a nivel internacional. Su forma de actuar está basada en el diálogo y la cooperación entre las empresas e instituciones para intentar superar los retos a que se enfrenta un sector tan importante como el de la energía.

Evitar que entraran en el Club tensiones de fuera fue una auténtica obsesión y me cabe la satisfacción de haber podido hacer, en junio del año 2008, una entrega modélica de la Presidencia al actual Presidente del Club y Presidente de Repsol, Antonio Brufau. A él y a su nuevo Director General, Juan Bachiller, no me cabe más que desearles en lo que les reste de mandato los mayores éxitos.

Dicho desde la modestia, pueden todos los vinculados al universo de la energía estar seguros de que dejé la Presidencia del Club en la confiada convicción de que el bienio que me tocó liderarlo contribuyó positivamente a consolidar nuestra institución.

Cesión de la presidencia de Rafael Miranda a Antonio Brufau (2008) 54 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Junio 2008 - Junio 2010

Antonio Brufau Niubó Presidente del Club Español de la Energía Presidente Ejecutivo de Repsol

n junio de 2008 comenzó mi mandato como Presidente del Club Español de la E Energía, un cargo que supuso para mí una enorme satisfacción, no sólo por la importancia que nuestra Asociación ha ido adquiriendo en el ámbito de la Energía en España, sino también por haber ejercido este cargo el año en que cumplimos nuestro vigésimo quinto aniversario.

Al comenzar a diseñar las líneas de actuación para el período que teníamos por delante, la nueva Junta Directiva se planteó continuar con aquellas actividades que, año tras año, habían consolidado al Club como foro de encuentro de los profesionales del sector, y de difusión y divulgación de conocimiento en materia de energía, a través de actos institu- cionales y cursos de formación. Por otro lado, buscábamos iniciar una serie de acciones que ayudaran a nuestra Asociación a definirse aún más como un Think Tank multidis- ciplinar en torno a los saberes de la ciencia, la economía, la sociología y la gestión empresarial en el ámbito de la energía, abierto a nuevos vectores inducidos por las exigencias empresariales y sociales como la sostenibilidad, la educación o la armoni- zación jurídica y regulatoria, buscando siempre la complementariedad con los poderes públicos, los organismos multilaterales y supranacionales.

Desde que comencé a formar parte del Club hace ya más de 10 años como ejecutivo de una empresa de gas, ha existido una característica que me ha parecido esencial para haber alcanzado los objetivos y retos que nos hemos ido planteando en nuestra Asociación y que ha consistido, principalmente, en la buena y cordial relación que ha permanecido entre las compañías de los diferentes sectores del ámbito de la energía en el seno de Enerclub. Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 55

Este entendimiento entre sectores ha sido posible gracias a la gran labor ejercida por los Presidentes que me han precedido, principalmente la de D. Elías Velasco García, con la modificación de los Estatutos y la constitución del Capítulo de “Electricidad y Otras Energías” y el Capítulo de “Hidrocarburos” en el año 2003.

Es precisamente el trabajo conjunto y la cooperación entre compañías la mejor forma de hacer frente a los complicados retos que nos depara el futuro de la energía. Solamente con la contribución activa de todos los actores del sector, a través de la puesta en común de sus esfuerzos, se podrán definir las iniciativas a implementar para contribuir hacia una disponibilidad de energía accesible para todos, garantizando el suministro, fomentando la competitividad, y teniendo en cuenta los criterios medioambientales y de sostenibilidad marcados por la Unión Europea como base para la lucha contra el cambio climático.

Desde el Club Español de la Energía, hemos intentado afianzar esta colaboración entre nuestros asociados a través de una de las nuevas actividades que nos planteamos implementar en junio de 2008. Me estoy refiriendo a las denominadas actividades de análisis y reflexión, materializadas a través de nuestros grupos de trabajo.

Consideramos que nuestro deseo de afianzarnos como punto de encuentro para debatir asuntos de interés para nuestro sector, debía materializarse a través de la creación de una serie de grupos de trabajo que estudiaran diferentes materias y donde expertos del mundo de la energía intercambiaran sus experiencias y conocimientos. Sin embargo, queríamos ir más allá, de manera que estos diálogos y reflexiones fueran difundidos a la sociedad mediante publicaciones, position papers, etc. Por esta razón, en el mes de julio de 2008 se constituyeron los dos primeros grupos de trabajo del Club.

El primero de ellos, el Think Tank de Innovación en el área de la Energía (TTIE), nació con el objetivo de reflexionar y asesorar de forma independiente sobre el camino a seguir para mejorar y acelerar la innovación en el área de la energía en España, contribuyendo a conseguir los objetivos de la política energética española y comunitaria en materia de innovación.

La materialización de los debates, que actualmente se producen aproximadamente una vez al mes, se realiza a través de diferentes trabajos que hasta la fecha se han publicado, lo que se seguirá haciendo, esperamos, durante un largo período de tiempo. El primero de ellos, “El estado de la Innovación en el área de las tecnologías energéticas en España”, se presentó en junio de 2009. Este documento da una primera visión global de la innovación energética en España, identifica los principales problemas que afectan al sistema de I+D+i en el área de la energía en nuestro país y presenta recomendaciones 56 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

para afrontar las debilidades detectadas en el sistema. A comienzos de 2010 el TTIE elaboró un trabajo monográfico sobre “Recomendaciones para la posición española en relación al Plan Estratégico de Tecnologías Energéticas (SET Plan)”, que se envió a la Administración para su conocimiento y posible toma en consideración.

El TTIE también ha mantenido reuniones periódicas con instituciones relevantes del ámbito de la innovación como el CDTI, Tecnalia e I.D.A.E, entre otras, para estar así cerca de la realidad y conocer a tiempo los desarrollos en este área.

Paralelamente a la creación del Think Tank de Innovación, se creó el Grupo de políticas energéticas y medioambientales de la Unión Europea, cuyo principal objetivo planteado fue el de promover el debate permanente sobre energía y medioambiente en el ámbito de la Unión Europea.

Presentación estudios Análisis y Propuestas (2009)

El primer documento elaborado por el grupo, “Políticas energéticas y medioambientales en la UE: situación y perspectivas”, se presentó también en el mes de junio de 2009, donde se realizaba un primer análisis del proceso legislativo de la Unión en materia de energía y cambio climático, ofreciendo propuestas y recomendaciones de iniciativas a implementar, que conduzcan a la consecución de objetivos relativos a estas materias. En el documento en cuestión se pone de manifiesto las percepciones que tienen personas que están o han estado en contacto con el quehacer comunitario, desde el ámbito empresarial o de las instituciones europeas, sobre la energía, el cambio climático, la seguridad de suministro, la política exterior, el mercado interior de la energía, y el futuro Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 57

de las tecnologías energéticas. Actualmente, el grupo continua con su inestimable labor, aportando sus conocimientos a la sociedad a través de estudios monográficos sobre las grandes inquietudes de nuestro sector y participando en actividades de otras entidades como grupo de expertos en materia energética.

Fue en el mes de diciembre del año 2008, cuando se creó el tercer grupo de trabajo del Club Español de la Energía, el Grupo de trabajo de ahorro y eficiencia energética cuyo primer objetivo fue la elaboración de un documento diferente en su orientación a los ya publicados en este ámbito, que sirviera como acercamiento a los conceptos de ahorro y eficiencia energética, su contexto actual, y las diferentes oportunidades y fórmulas de desarrollo para España en este ámbito.

Así, durante 2010, y gracias a las desinteresadas aportaciones de los representantes de algunas de los principales actores de nuestro sector, se publicó el documento “Conceptos de ahorro y eficiencia energética: evolución y oportunidades” que incluye, además de un análisis de indicadores disponibles y un ejercicio de elaboración de escenarios energéticos a 2030, mejoras tecnológicas aplicables a sectores donde el potencial de ahorro es relevante, el marco legal europeo y español y la cadena global de la energía, todo ello en materia de ahorro y eficiencia.

Los tres documentos a los que he hecho referencia, forman parte de una colección denominada “Análisis y Propuestas”, de la que el Club Español de la Energía se siente muy orgulloso y que cuenta con una característica exclusiva en nuestro país, ya que se ha conseguido gracias a las aportaciones y consenso de nuestros asociados. Estoy seguro que la colección se verá ampliada de manera significativa en los próximos años.

Además de los tres grupos de trabajo mencionados, se ha reactivado en nuestra Asociación el Comité de energías renovables, con la finalidad de fomentar la difusión del conocimiento en el ámbito de estas energías, a nivel social, internacional y ante las diferentes Administraciones.

El primer documento de este Comité “Recomendaciones y actuaciones para activar el desarrollo de las energías renovables”, que fue enviado al Secretario de Estado de Energía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, propone principalmente la elaboración de una estrategia y un marco favorable a largo plazo para la implantación de estas tecnologías, de manera que, entre otras cuestiones, se impulse el esfuerzo en I+D+i y se incentive su industria de fabricación de bienes de equipo, así como la creación y desarrollo de empresas de servicios energéticos, de Operación y Manteni-miento (O+M) y de explotación de recursos energéticos. 58 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El trabajo continuo de los grupos de trabajo es esencial para poder entender los acontecimientos que constantemente surgen en nuestro sector. Por ponerles algunos ejemplos de los cambios, en tan solo los dos años transcurridos desde que ostento mi actual cargo en Enerclub, los precios del petróleo han oscilado entre 147 dólares el barril de Brent en julio de 2008, a 36 dólares en diciembre del 2008, alcanzando los 87 dólares en abril de 2010. Esta volatilidad influye de manera muy significativa en las decisiones que deben tomar las empresas energéticas. Por ello, la existencia permanente de un grupo de expertos que mantengan un constante análisis de la realidad de nuestro sector es de suma importancia.

Sin embargo, además de fomentar la reflexión y el debate a través de los grupos, tal y como he comentado con anterioridad, también nos hemos planteado en nuestra institución continuar y afianzar los otros dos tipos de actividades que realiza el Club, concretamente las de relaciones con la sociedad, basada principalmente en actos institucionales, jornadas y seminarios, así como las actividades de formación de postgrado y continuidad.

En relación con las actividades de relaciones institucionales, además de aquellos actos ya tradicionales como son los Premios de la Energía, el Balance Energético o la Energía en los programas de los Partidos Políticos, que continuamos celebrando con grandes índices de asistencia, quisimos utilizar las jornadas y seminarios para que no sólo nuestros asociados sino la sociedad española en su conjunto esté informada en todo momento y casi en tiempo real de las novedades que engloban y marcan las nuevas directrices de nuestro sector.

Si repasamos algunos de estos relevantes acontecimientos no cabe duda de que, en estos dos últimos años, la crisis económica y las consecuencias en nuestra economía y estructura financiera ha sido y continua siendo la protagonista.

A nivel global, hemos visto como la comunidad internacional se reunía en Copenhague para decidir el Post–Kioto, es decir, lo que hará la humanidad a partir de 2012 para garantizar la estabilidad del clima y, por tanto, un futuro sostenible. También hemos observado cómo la Política Energética Europea avanzaba a pasos agigantados hacia la consecución de una base jurídica y una política común de la energía materializados a través del esperado “Tratado de Lisboa”, de “la Segunda revisión estratégica de la energía” y del denominado “Tercer conjunto de medidas legislativas sobre el mercado interior de la energía”, cuyo principal objetivo consiste en completar la normativa existente para garantizar que dicho mercado funcione adecuadamente en beneficio de todos los consumidores y para permitir a la Unión Europea lograr un abastecimiento de energía más seguro, competitivo y sostenible. Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 59

En España hemos sido testigos de cómo las empresas del sector están superando las dificultades marcadas por el descenso de la demanda y la situación económica del país, y continúan trabajando hacia la consecución de sus objetivos. Así, en el ámbito de las energías renovables, hemos adquirido una presencia y un liderazgo internacional incues- tionables en materia de estas tecnologías, alcanzando un posicionamiento muy relevante en todo el mundo. Igualmente, el activo papel que nuestra Administración y compañías están tomando en cuanto al vehículo eléctrico es también digno de mención. Y todo ello, con el privilegio de haber presidido la Unión durante el primer semestre de 2010 y que el Club haya contribuido con las conclusiones y recomendaciones alcanzadas por los 90 empresarios de las más relevantes empresas e instituciones del ámbito de la energía que, en enero de este mismo año, se reunieron en Sevilla para debatir sobre las grandes inquietudes del sector, concretamente, el mix de generación y mercado interior de la energía, la seguridad de suministro, las energías renovables, el ahorro y la eficiencia energética, y las tecnologías.

Pues bien, un total de más de 40 actos y jornadas nos han permitido informar a aquellas personas interesadas en estas materias y conocer, de mano de los actores implicados directamente en estas novedades, los detalles y cambios que están teniendo lugar en el ámbito energético.

Hemos querido también durante estos últimos dos años, ampliar la mira de nuestros objetivos pasando más allá de nuestras fronteras con actos como la presentación anual del World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energía, y el IV Foro Euromediterráneo de la Energía y, sobre todo, convirtiendo a Madrid en la capital mundial del petróleo.

Desde que en el año 2004 se le otorgó a nuestra capital el privilegio de albergar el 19º Congreso Mundial del Petróleo, el Club Español de la Energía, como razón jurídica del Comité Nacional Español del Consejo Mundial del Petróleo, trabajó para que, entre los días 29 de junio y 3 de julio de 2008, España se convirtiera en el país de referencia en el ámbito de los hidrocarburos.

El Congreso de Madrid se convirtió en el más multitudinario desde que se celebró la primera edición hace más de 75 años. El éxito obtenido fue reconocido en todas las esferas, mereciendo resaltarse la participación de más de 500 altos ejecutivos y presidentes de compañías que, con sus valiosas intervenciones, deleitaron a los más de 12.000 delegados y asistentes y los 600 representantes de medios de comunicación que acudieron a IFEMA durante los 4 días de celebración del Congreso y de las exposi- ciones World Petroleum Exhibition y Global Business Opportunities Center. 60 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Por último, en este repaso de algunos de los acontecimientos más relevantes acontecidos en Enerclub desde junio de 2008 a junio de 2010, me gustaría detenerme en el tercer grupo de actividades que realiza nuestra Asociación, concretamente aquellas que han contribuido al reconocimiento del Club como reputado centro de formación. Así, nuestras actividades de postgrado continúan adquiriendo un gran prestigio en todo nuestro sector, destacando el Curso Superior de Negocio Energético que ya ha alcanzado su vigesi- mosegunda edición. Dicho así, puede no parecer un período de tiempo demasiado largo, pero si analizamos algunos de los cambios que han existido en nuestro sector desde que se celebró la primera edición, no cabe duda de que la percepción temporal cambia significativamente.

Cuando los primeros de los 2.700 profesores que han impartido clase en el Club pisaron nuestras aulas en el año 1988, se reconoce por primera vez la teoría del efecto invernadero, y se establece el Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) por el Programa medioambiental de las Naciones Unidad y la Organización Meteorológica Mundial; el gas natural llegaba a Madrid tan sólo unos meses antes, y aún faltaban 14 años para que se instalara la primera central de Ciclo Combinado, tecnología que hoy en día ostenta un porcentaje de potencia instalada de más del 22% del total en España.

Hoy en día, el Curso Superior de Negocio Energético, cuenta con una plataforma on-line a través de la cual los alumnos acceden a las ponencias del curso y donde, desde hace dos años, se desarrollan los módulos on-line. Este sistema se implantará en nuestras actividades y en futuras ediciones del Curso Superior de Derecho de la Energía, así como en el de Finanzas de la Energía, permitiendo de esta manera traspasar nuestras fronteras y abarcar nuevos alumnos. Además, en este período de tiempo, se ha puesto en marcha el Curso avanzado en financiación de energías renovables, que se suma a los más de 130 cursos que, desde la creación del Club, se han impartido.

En definitiva, y como conclusión, el número de actividades que venimos realizando se va ampliando año tras año, siempre con el objetivo de impartir conocimiento y contribuir a consolidar aún más a nuestra Asociación como punto de encuentro y foro de referencia en materia energética. El contar con un centro de debate y difusión de ideas en materia de energía, donde se intercambian experiencias en relación con la producción, transfor- mación, transporte, almacenamiento y distribución de ésta, es, sin ninguna duda, un gran privilegio para todos nosotros. Historia de la Asociación: Testimonio de sus Presidentes | 61

Enerclub y los responsables de la política energética

Carlos Solchaga

Joan Majó

Luis Carlos Croissier

Claudio Aranzadi

Juan Manuel Eguiagaray

Josep Piqué

José Montilla

Joan Clos 62 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El sector de la energía en 1982

Carlos Solchaga Catalán Ex Ministro de Industria y Energía

esde el momento en que el PSOE ganó las elecciones de 28 de octubre de 1982, D hasta que Felipe González formó su primer gobierno el 3 de diciembre de ese mismo año entraron en contacto informal conmigo como un posible miembro de dicho gobierno varios intermediaros financieros ofreciendo la posibilidad de préstamos internacionales para cubrir las primeras necesidades de la economía española en la grave situación en la que ésta se encontraba. No fui yo el único de los dirigentes económicos del PSOE contactado ni los ofrecimientos se interrumpieron después de la formación del gobierno. La situación de la balanza de pagos española era dramática, la necesidad de una devaluación de la peseta prácticamente ineludible y lo que veníamos conociendo de la realidad de las cuentas públicas pronosticaba un plan de ajuste macroeconómico que solo las exigencias electorales habían venido posponiendo. Probablemente aquellos ofrecimientos, todos ellos rechazados por inoportunos, tenían como principal finalidad tomar el pulso del nuevo gobierno sobre su actitud frente a la crisis y a la necesidad del ajuste macroeconómico.

El gobierno aclaró su posición en el primer consejo de ministros. La peseta se devaluó, se anunció un plan de contención del déficit público y se endureció la política monetaria para impedir que la inflación contrarrestara la ganancia de competitividad derivada de la depreciación de la peseta. Desde aquel mismo momento se anunció un programa de ajuste que habría de exigir esfuerzos y sacrificios por parte de todos.

En ese mismo consejo de ministros se aprobaron dos medidas de política energética: la subida de precios de combustibles y carburantes cuya actualización en medio de la mayor subida del precio del petróleo de la historia venía siendo retrasada hasta el punto que la liquidación de la renta del petróleo se había hecho negativa y la orden de subida de tarifas eléctricas que, dicho sea de paso, era el documento más complicado con el que me había Enerclub y los responsables de la política energética | 63

enfrentado en mi vida. Ambas medidas enormemente impopulares eran signos de realismo ante la situación de un sector como el energético que se hallaba al borde de la quiebra.

En efecto, la combinación de unas tasas de crecimiento bajas y hasta negativas con grandes planes de expansión tanto en el sector eléctrico con las centrales nucleares, como de apro- visionamiento de gas natural a través del contrato con Argelia de imposible cumplimiento en aquellos momentos y la propia situación de las refinerías de hidrocarburos habían llevado al sector energético español a una situación de bancarrota en todo excepto en la definición jurídica de la misma. No es que todas las empresas energéticas estuvieran quebradas, sino tan solo que con los costes del crudo en los mercados internacionales y las obligaciones financieras existentes el sector energético en su conjunto era incapaz de sobrevivir sin importantes ajustes estructurales.

De los esfuerzos que hubo que hacer para salir de la situación son testigo las muchas decisiones estratégicas que hubo que tomar en los siguientes meses: renegociación del contrato de suministro de gas de Argelia, moratoria en la construcción de centrales nucleares, intercambio de activos entre las empresas eléctricas para poder salvar a todas ellas de la amenaza de la quiebra financiera, planes de reorganización del sector del refino y, sobre todo, una política realista de precios energéticos que enfrentara al país con la necesidad de ahorrar en el uso de la energía y a las empresas con la tesitura de contar con unos costes altos de la misma que les incentivara a llevar a cabo inversiones diversificadoras. Todo esto y algo más, como la creación de Redesa y de Enresa, se recogieron en el Plan Energético Nacional 1983-1993 cuyas previsiones mucho más realistas que las que se venían manejando por los gobiernos de la UCD se cumplieron andados los años con un elevado grado de aproximación.

Aunque la intención era salvar todas las empresas del sector eléctrico mediante el intercambio de activos la verdad es que no pudo alcanzarse el objetivo y, a pesar de los buenos resultados de la operación, pasados algunos años Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA) hubo de entrar en situación concursal aunque para entonces el impacto de tal acontecimiento sobre la credibilidad del futuro del sector eléctrico español fue ya mucho menor. Quizá con la mentalidad de hoy no nos hubiéramos propuesto jamás salvaguardar la supervivencia de todas y cada una de las empresas eléctricas y nadie nos hubiera reprochado no haberlo hecho. Después de todo, este es un objetivo que no nos plantea- mos en la reestructuración de otros sectores industriales en los que factorías y empresas hubieron de ser sacrificadas para que pudiera sobrevivir la actividad sectorial. Pero al margen de las diferencias de mentalidad a la hora de abordar estos temas en los años 80 del siglo pasado y la que tendríamos ahora, había un punto en la propuesta de salvamento general que no se podía pasar por alto. Y este era el hecho de que siendo el eléctrico un sector 64 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

sumamente regulado en la fijación de sus precios y orientado en sus programas gigantes- cos de inversión a largo plazo la situación de las empresas que lo componían era, en gran medida, consecuencia de las decisiones de política energética tomadas por el gobierno en los últimos diez años. Ello no era obstáculo para reconocer que habiendo sido afectadas todas las empresas eléctricas por estas decisiones la calidad de la gestión y la situación financiera era bien diferente entre unas y otras.

Sin embargo, el proceso de intercambio de activos deparó situaciones y vicisitudes dignas de reflexión que en muchos sentidos se adelantaron a su tiempo. En primer lugar, la posibilidad para las empresas eléctricas de participar en plantas de generación que gestionaban otras empresas eléctricas o la necesidad de ceder parte de la propiedad y de la producción de las mismas a otras tuvo de modo general por vez primera en un mundo de empresas integradas verticalmente el efecto de separar la actividad de generación de la de distribución como negocios distintos (no solo, como hasta entonces, como actividades distintas dentro de una misma empresa). En el mundo moderno esto podría haberse producido mediante operaciones financieras de Spin-off o entradas de grupos financieros ajenos al negocio eléctrico. En aquella época estas soluciones no estaban a nuestra disposición y hubo que sustituirlas por pactos entre las partes con sistemas de valoración de terceros y todo ello amparado por el arbitraje del Ministerio de Industria y Energía. El trabajo fue extraordinariamente compli- cado y solo el hecho evidente de que el sector no tenía solución si no era bajo el amparo del Ministerio de Industria y Energía hizo posible alcanzar unos acuerdos que supusieron importantes sacrificios.

Tan solo hubo una excepción dentro de este paquete de intercambios y la protagonizó la empresa Hidroeléctrica Española (Hidrola). Su presidente D. José María Oriol era partidario de una mayor autonomía de las empresas respecto del gobierno de lo que en general y en aquel momento las empresas se podían permitir. Un día recibí una llamada suya proponiéndome su exclusión del plan de intercambio de activos a cambio de contribuir a los objetivos del mismo mediante la adquisición de la compañía Hidroeléctrica de Cataluña (Hidruña) que se hallaba en una posición bien delicada. El esfuerzo financiero que presen- taba esta propuesta para la “Española” como le gustaba llamar José María Oriol a la empresa que presidía era tal, que decidí que bien podía establecer una excepción al plan general de intercambio de activos y así se hizo.

En segundo lugar, los intercambios de activos abrieron puertas –también las psicológicas– al proceso de concentración y consolidación del sector eléctrico que lenta, pero inexora- blemente se había de producir en los años siguientes cuando ya los planes de inversión en centrales nucleares se habían clarificado, las compensaciones por las inversiones Enerclub y los responsables de la política energética | 65

interrumpidas estaban funcionando satisfactoriamente, se había aprobado el marco estable y afortunadamente la recuperación del crecimiento económico estaba de nuevo empujando la demanda de electricidad.

Las negociaciones con Argelia en relación con el contrato de suministro de gas por parte de la empresa Sonatrach a Enagas fueron tan complicadas como era de esperar. Después de todo, en los tiempos felices de desarrollo industrial sin límites que se habían vivido al principio de los 70 se había firmado un contrato ambicioso de suministro a largo plazo que incluía, como es corriente en este tipo de contratos, la cláusula “take or pay” que estábamos incumpliendo de manera unilateral. Nuestros vecinos argelinos son duros negociadores aunque los altos precios de sus exportaciones de crudo en la época les permitan financiar sin dificultad los ingresos que dejaban de percibir por nuestro contrato. El problema, dada la mentalidad estatalista del gobierno del FLN argelino, solo se podía resolver entre Estados. Así que hube de reunirme en numerosas ocasiones con mi colega Nabi tanto en Madrid como en Argel. Al Conde Lambsdorff, Ministro de Economía de la República Federal Alemana en la época y Presidente del Partido Liberal, le confié con ocasión de una visita suya a Madrid, las dificultades que estaba encontrando en la negociación. Su respuesta fue absolu- tamente deprimente: “Es imposible llegar a acuerdos razonables con los argelinos. Le volverán loco y no conseguirá nada”. Esa, según me dijo había sido su experiencia. Sin embargo, finalmente, después de muchas presiones políticas en un sentido y en otro, el Vicepresidente con ocasión de una visita oficial a España del Presidente Argelino Chadli Bendjedid, nos convocó haciendo de hombre bueno a Nabí y a mi con nuestros respectivos equipos y allí se llegó a un acuerdo unas pocas sema- nas antes de que iniciara el precio del crudo la caída en picado y tan solo unos días antes de que yo abandonara el Ministerio de Industria y Energía para pasar a Economía y Hacienda. No mucho antes de todos estos acontecimientos tuvo también lugar una situación que habría de tener una especial incidencia en el futuro del sector del petróleo y del gas en España.

Cuando llegué a una Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno que presidía como Ministro de Economia y Hacienda éste me pidió un aparte para hablar conmigo de un tema que no admitía dilación. Cuando nos reunimos me comunicó que la situación del Banco Hispano Americano requería una fuerte intervención del banco de España y que, de acuerdo con el Consejo de Administración de la entidad se había decidido que el nuevo presidente de la misma habría de ser D. Claudio Boada, Presidente entonces del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) creación del Ministro de Industria y Energía D. Carlos Bustelo. La decisión estaba tomada y tanto el Presidente del Gobierno como el Gobernador del Banco de España, D. Mariano 66 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Rubio estaban de acuerdo. La noticia me dejó estupefacto no porque no supiera en líneas generales de la difícil situación del Banco Hispano Americano, sino porque no suponía que la decisión sobre los cambios en el mismo fuera inminente y porque no contaba con cambiar a Boada al frente del INH. Con esfuerzo por mi parte y cierto enojo por parte del Presidente del gobierno reclamé la autonomía total para nombrar su sucesor al frente de dicho Instituto cosa que fue finalmente aceptada. A continuación pasé algunas de las horas más difíciles tratando de encontrar primero y convencer después a la persona que había de sustituirle. Para ello finalmente hube de sacrificar a mi propio subsecretario D. Oscar Fanjul en un nombramiento que resultó no solo acertado, sino crucial para el exitoso desarrollo del INH que él transformó en Repsol en los años siguientes.

No fue este el único nombramiento que hice en aquella época dentro del Sector Energético del que me sienta orgulloso. El equipo en el Ministerio a cargo del mismo era muy competente y los nombramientos que se produjeron en la cúpula del INI y en Endesa y otras empresas fueron también excelentes por sus resultados. En todo caso nunca olvidaré el auxilio que me prestaron en situaciones tan difíciles como aquellas que hubimos de vivir entre 1982 y 1985 ni la competencia con que hicieron frente a sus responsabilidades o la lealtad y amistad que siempre tuvieron conmigo. Enerclub y los responsables de la política energética | 67

De Chernobil a Argelia pasando por Lemóniz

Joan Majó i Cruzate Ingeniero Presidente de InOutTV de Baobab Microsystems

reo haber comprendido correctamente la colaboración que me ha pedido el Club. C No se trata de preparar un artículo de fondo (habría mucho que decir en estos momentos), sino más bien un “escrito-crónica” de una etapa, en la que tuve la respon- sabilidad de la política energética. Lo hago con gusto, aunque no puedo esconder mi tendencia innata a profundizar en los temas, impulso que reprimiré pero que seguro que aflorará en algún momento a lo largo del escrito, ya que estoy absolutamente convencido –mucho más de lo que pensaba en la etapa en que fui Ministro– de que el tema de la energía es actualmente, y será en los próximos años, el tema central del debate econó- mico, y por tanto político, a nivel mundial. Esto es debido a que la energía, en sus múltiples aspectos, es sin duda el soporte fundamental de nuestra vida material y social, que necesitamos y consumimos de forma continua, aunque a veces lo hagamos bajo coberturas distintas, y cuya abundancia o escasez impone indirectamente modelos de vida distintos y organizaciones sociales diversas.

Tal como se puede intuir de la lectura del título, he escogido tres temas puntuales que, en mi recuerdo actual, marcaron en buena parte la etapa de la que voy a hablar. Se trata, en este orden, de las consecuencias del accidente de la central nuclear de Chernobil, de las acciones de impulso a la penetración y a la extensión del consumo de gas natural en España, y en tercer lugar, del plan de saneamiento del sector eléctrico, necesario entre otras razones, para hacer frente a la paralización de las centrales nucleares en Lemóniz, Trillo y Valdecaballeros. 68 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Chernobil

La semana anterior a mi toma de posesión como Ministro, se produjo la explosión del reactor en la central nuclear de Chernobil. No sé si fue una bienvenida anticipada, pero sí que sé que este hecho, junto al accidente de la central de Three Miles Island, marcó un antes y un después en la historia del uso de la energía nuclear para usos civiles, y sobre todo para la producción de energía eléctrica, ya que tuvo un impacto en la opinión pública de muchos países que fue necesario tener en cuenta en los procesos de decisiones políticas al respecto.

Durante los meses siguientes, sobre todo a través del Consejo de la UE (entonces CEE), tuve ocasión de participar en algunos encuentros, formales o informales, de preparación y discusión de las “consecuencias del accidente de Chernobil” que, en una primera fase, dieron lugar a una Comunicación interna de la Comisión con este título. No es el lugar ni el momento de detallar su contenido, que por otra parte fue claramente muy preliminar y muy poco profundo, pero que pone de manifiesto la honda preocupación que levantó en todos los poderes políticos europeos. Algunas frases textuales de la Comunicación pueden servir de indicación.

“Si bien es demasiado pronto para evaluar en profundidad todas las consecuencias de este accidente, es urgente que la Comunidad tome un primer conjunto de medidas a nivel interno e iniciativas a nivel de sus relaciones exteriores…” “En el sector nuclear, la probabilidad de que accidentes importantes tengan consecuencias a nivel internacional, es elevada….” “La emoción que ha creado… en la opinión pública europea y mundial –que encuentra un elocuente reflejo en las numerosas tomas de posición oficiales adoptadas al más alto nivel de responsabilidad– muestra la gran sensibilidad política de la presente situación y subraya la urgencia de la acción…”

Yo situaría en estos meses la toma de conciencia, a nivel político y a nivel popular, de que era necesaria una nueva reflexión sobre el desarrollo de la utilización de la radiación nuclear para la generación de energía eléctrica. La explosión de Chernobil era la campana que daba la salida a una urgente revisión. Todavía pienso que la diferencia del ritmo con el que se dio respuesta a este hecho y el que la opinión pública esperaba, está en el origen de la “demonización” que todavía persiste de todo lo que se relacione con el nuclear, fenómeno que se ha agravado con otras percepciones posteriores relacionadas con los residuos. Esto es muy lamentable porque dificulta un acercamiento sereno, exigente, y crítico pero objetivo, al debate “Nucleares, sí, Nucleares, no”. Lamentable y peligroso porque es un debate al que las circunstancias energéticas actuales nos están conduciendo y que no se puede obviar. Enerclub y los responsables de la política energética | 69

De mi experiencia en aquella época y de las reflexiones que desde fuera he continuado haciendo, yo extraje algunas conclusiones que hoy todavía mantengo.

– Conceptualmente, la energía nuclear tiene grandes ventajas teóricas. Es la única energía “autónoma”, es decir no dependiente ni directa ni indirectamente del Sol. Al

no utilizar la combustión, reduce prácticamente a cero las emisiones de CO2. Y respecto al combustible necesario, el uranio es abundante y el hidrógeno inagotable.

– Creo que se cometió un grave error al trasladar de una forma precipitada a las aplicaciones civiles, una energía que se había desarrollado para fines militares. (“Átomos para la Paz”). En este proceso, acelerado, no se consideraron suficientemente dos elementos que no eran importantes para la utilización bélica: la seguridad y los costes reales (costes muy relacionados con la seguridad y con la duración completa del ciclo del combustible). Este error que afecta mucho a la imagen pública y a la eficiencia en la producción se ha pagado y ha conducido a la situación actual.

– La problemática inminente de agotamiento de recursos y de sostenibilidad medioambiental obliga a no excluir a priori ninguna fuente alternativa a los combustibles fósiles. Dado que es urgente poder reincorporar a la lista de fuentes energéticas la producción nuclear, es imprescindible hacerlo en base a unos planteamientos que sean verdaderamente nuevos (combustibles, tecnologías, seguridad, residuos) y que permitan balances comparativos y objetivos entre alternativas diversas. Sólo si se logra eliminar los prejuicios en uno y otro sentido y se transmite adecuadamente una imagen de “revisión” que rompa en lo necesario con la etapa anterior, se podrá reiniciar un debate racional.

Argelia

Utilizo el nombre de este país como referente en relación a uno de los temas que con más voluntad impulsé durante mi etapa en el Ministerio, el incremento de la penetración del gas natural en el consumo energético español, substituyendo progresivamente al consumo del llamado “gas ciudad”, del gasóleo y del fuel–oil. El origen de tal política estuvo en la preocupación derivada de la gran diferencia entre la pequeña proporción que el gas natural ocupaba en nuestro balance energético y el que se observaba en otros países de nuestro entorno europeo, diferencia que en muchos casos superaba el 100%. Constatar esta diferencia no era un elemento suficiente para justificar una política, pues las características de cada territorio podían explicarlas. Pero éste no era el caso, y había razones de peso pera corregir esta situación. 70 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Aunque en aquellos momentos estábamos todavía lejos de la gran sensibilidad actual por el tema de las emisiones de CO2 –nuestra preocupación entonces se centraba más en los residuos contaminantes que producían la lluvia ácida– ya se podía intuir que la emisión de gases de efecto invernadero iban a ser un elemento de fuerte impacto en las futuras políticas. A partir de esta preocupación, hay que recordar que la composición molecular del gas hace que el ratio “energía producida / emisiones” sea mucho más favorable que la existente en los combustibles líquidos. Por lo tanto, ante la perspectiva que durante muchas décadas los combustibles fósiles sigan formando parte importante de nuestro consumo, ir aumentando la proporción de gas y disminuyendo la de fuel era entonces ya una apuesta clara de futuro.

Existía además otra problemática que obligaba a actuar con urgencia. Las cláusulas especí- ficas (“take or pay”) del contrato de suministro de ENAGAS con Sonatrach, la empresa estatal argelina, imponían la obligación de retirar unos volúmenes comprometidos de gas en los años siguientes. Si a estas cantidades se sumaban las provenientes del contrato con Libia y las, pequeñas pero en absoluto despreciables, procedentes de los dos yacimientos españoles (Serrablo, en el pirineo y Gaviota en el mar) se configuraba una oferta en los años inmediatos que no podía absorber la demanda prevista del mercado español.

Era necesario desarrollar el mercado final y el cuello de botella eran las infraestructuras de canalización, ya que solamente existían gaseoductos en operación en la zona NE de la península, que desde Barcelona alcanzaban Valencia, Zaragoza y Bilbao. Era imprescindible alcanzar Madrid y establecer conexiones con Francia y con Portugal. Había, además que ampliar y mejorar las redes de distribución en cada una de las zonas.

Esta política condujo a la firma del “Protocolo del Gas” entre el Ministerio, el INH y ENAGAS por una parte y las siete empresas distribuidoras de gas en el ámbito español, con Catalana de Gas, Gas Madrid y Gas de Euskadi a la cabeza. En el protocolo se planificó el desarrollo del mercado durante los diez años siguientes, se determinó la construcción de gaseoductos, se comprometieron las inversiones de cada empresa en las nuevas redes de distribución y se acordó indexar las futuras tarifas a la evolución de los precios de las energías alternativas para permitir el mantenimiento de una posición competitiva que permitiera la rentabilidad de las inversiones. En el período previsto se “normalizó” el mercado español de gas natural y se fue acercando a los modelos del resto de Europa. Enerclub y los responsables de la política energética | 71

Lemóniz

Nuevamente utilizo un nombre geográfico como símbolo de una problemática compleja que obligó a unas actuaciones dirigidas a asegurar la viabilidad futura del sector eléctrico español, cuya situación era muy comprometida. Parte de esta problemática era consecuencia de la situación de “moratoria” en la que estaban las centrales nucleares de Lemóniz, Trillo y Valdecaballeros y la necesidad de amortizar con cargo a reservas las inversiones efectuadas en dichos proyectos que presumiblemente nunca se completarían. La inversión financiera no productiva estaba además afectada por el hecho de haberse financiado en dólares con un aval, en cuanto al tipo de cambio, por parte del Estado, lo que suponía una carga importante para éste debido a la reciente devaluación de la moneda española.

Pero las dificultades del sector tenían también otros orígenes, derivados de la falta de planificación en el crecimiento del mismo que había conducido a una sobre inversión y a unos desequilibrios internos que estaban poniendo en peligro su buen funcionamiento y su estabilidad. En resumen era evidente la necesidad de un Plan de Futuro (el PEN) y un Plan de Actuaciones relativas a las empresas generadoras y distribuidoras. Sin poderme extender en detallarlas, este segundo plan comprendía medidas en varias direcciones:

Medidas dirigidas a mejorar el funcionamiento del sistema eléctrico. Las tres más importantes se centraban en primer lugar en un intercambio de mercados que acabara con las situaciones de superposición de redes en algunas zonas con la consiguiente duplicidad de instalaciones tanto de alta como de media e incluso de baja tensión, y que eliminara las situaciones de discontinuidad y de aislamiento en otras zonas. La reordenación del mercado consiguió distribuciones homogéneas y más eficientes. En segundo lugar se impulsó un intercambio de activos para equilibrar las capacidades de generación y los mercados de cada empresa evitando así potencia instalada no productiva que grababa las cuentas de explotación y disminuía la eficiencia del conjunto del sistema. Y en tercer lugar se obligó a las empresas a efectuar inversiones de mejora de la calidad del servicio en cuanto al mantenimiento de la tensión y de la frecuencia contratada y en disminuir las interrupciones del suministro.

Medidas dirigidas al saneamiento contable de las empresas. Se acordó la amortización de los activos en moratoria (se trataba de unos 350.000 millones de pesetas) en siete años con cargo a reservas y se obligó al saneamiento de las salvedades incluidas en las auditorias (unos 370.000 millones) como consecuencia de sobre activaciones de gastos financieros y diferencias de valoración de préstamos en moneda extranjera. Y 72 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

finalmente se obligó a sanear el exceso de dividendos repartidos por encima de los beneficios contables. En resumen se consiguió que los balances de las empresas reflejaran la situación real de las mismas.

Y finalmente, medidas dirigidas al saneamiento financiero para evitar que las empresas, y detrás de ellas el sector entraran en una situación de grandes dificultades. Se establecieron una serie de compromisos mutuos en cuanto a reducción de costes de personal y de suministros, de costes financieros (el endeudamiento total de las empresas del sector superaba los 3 billones de pesetas), reestructuración del capital y eliminación de la costumbre de emitir acciones liberadas, y política de tarifas condicionada al resto de actuaciones.

Abandono la crónica para concluir. No hay ninguna duda de que la década de los 80, de la que a mí me tocó vivir una pequeña parte, fue una década en la que la política energética tuvo un papel importante e intenso en las actuaciones de los gobiernos españoles. Tengo la impresión que no solo no fue bajando en los años siguientes esta intensidad sino que todos estamos observando una creciente presencia de los temas con ella relacionados.

No puedo acabar sin dejar constancia de mi convencimiento que los próximos años van a ser claves para una necesaria reorientación en materia energética. Se nos dice, con razón, que se están agotando los recursos energéticos y la capacidad de reciclar los residuos que produce su transformación. Pero fijando nuestra atención en las nuevas fuentes, no nos damos cuenta que lo que en realidad ya se ha agotado es nuestro modelo energético. Un modelo que estuvo asentado en tres realidades: que quienes consumían energía eran 1000 millones de personas, que existían unas reservas de combustibles fósiles muy abundantes y que estas reservas de todo el planeta las podían consumir aquellos mil millones. Las tres bases han desaparecido. Somos 2 ó 3 mil millones los que quieren consumir, las reservas son escasas y nadie está dispuesto a que nos las apropiemos unos pocos.

Por tanto la reorientación no puede estar basada solamente en un cambio de fuentes, en encontrar las energías alternativas. La reorientación debe implicar una fuerte reducción del consumo y en consecuencia las dos palabras clave son ahorro y, sobre todo, eficiencia. La eficiencia es la palabra mágica para que el ahorro no suponga una fuerte disminución del bienestar. Y esto supone que la gran revolución tecnológica de los inicios del siglo XXI volverá a ser otra vez la de las tecnologías de la energía como ocurrió a principios del siglo XX.

Pero sobre esto no se me ha pedido que escriba en esta ocasión. Enerclub y los responsables de la política energética | 73

Política Energética en el período 1986 - 88

Luis Carlos Croissier

os precios internacionales del petróleo dieron un respiro a la economía española L durante los años en que asumí la responsabilidad política del Ministerio de Industria y Energía, ya que el precio del Brent experimentó una reducción del 48% en 1986, con respecto al año precedente, manteniéndose en una muy moderada horquilla durante esos años, entre los 14,5 y los 18,5 dólares barril, hasta 1989. Pero la ausencia de un serio problema de precios del petróleo durante esos años no supuso, en modo alguno, que en el Ministerio de Industria se pudiera vivir un período de relajación en el sector energético, cosa que hubiera sido muy de agradecer, dado el vendaval de crisis y crispación social que entonces gestionábamos en el sector industrial. Muy al contrario, la situación del sector eléctrico y los cambios institucionales y empresariales exigidos por nuestra reciente entrada en la entonces denominada Comunidad Económica Europea, demandaron la adopción de una serie de iniciativas que trataré de exponer.

A pesar de los esfuerzos desplegados en el sector energético a partir del conocido como P.E.N. 1983, asociado a medidas tan importantes como la moratoria nuclear y el intercambio de activos entre empresas del sector eléctrico, visto en su conjunto, España seguía registrando unos ratios peores que los de nuestros socios europeos. Así, la eficiencia energética, medida por el consumo de energía final sobre el P.I.B. había mejorado en el período 1973-85 en tan solo un 1,5%, frente a una mejora para los países C.E.E. durante esos mismos años del 23,3%. La dependencia exterior, que representaba un 73% en 1973, había caído sustancialmente, hasta un 60%, pero seguía siendo sustancialmente superior al 42% que suponía para la media europea. A pesar de la caída de precios del petróleo, nuestra factura energética suponía el 3,7 del P.I.B. frente a un 2,6% para la C.E.E. La estructura industrial española resultaba muy dependiente de esa energía que debíamos importar en mayor proporción que nuestros socios, ya que un 74 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

tercio de la producción industrial se centraba en sectores muy intensivos en energía (química, siderurgia, cemento, papel, vidrio…), sectores que suponían algo más del 40% de nuestras exportaciones. Y, además, la estructura de consumo de energía primaria de España registraba una singularidad muy llamativa: el gas natural que en Europa pesaba un 18%, en nuestro país tan solo representaba un 3%.

Con los datos anteriores solo pretendo decir que seguía siendo necesario persistir en los conocidos objetivos de mejora de la eficiencia energética, reducción de la dependencia y transformación del tejido industrial. Pero junto a estos objetivos ya tradicionales, pasaban a un primer plano de la política energética otras consideraciones. La primera, la más grave por su urgencia, la situación financiera del sector eléctrico. La segunda, la necesidad de cambios sustanciales en el marco institucional de actuación, como consecuencia de nuestra pertenencia a la C.E.E. La tercera, la necesidad de avanzar en la penetración del gas natural, a fin de contar con una estructura de abastecimiento más similar a la de nuestros socios y competidores europeos.

Comencemos por la situación del sector eléctrico. En los trabajos emprendidos para la revisión del P.E.N. 83, constatábamos que el sector no necesitaba crear nueva capacidad de generación hasta al menos el año 1994, por lo que seguía subsistiendo un cierto exceso de capacidad instalada. Entretanto, se precisaba de una revisión de los planes de energías renovables, como consecuencia de la reducción del coste del petróleo en términos reales. Tras los intercambios de activos en el sector eléctrico, el mapa territorial y el reequilibrio en la estructura generación-mercado habían experimentado una mejoría sustancial. La enton- ces considerada como “anomalía” sectorial, la pública Endesa, ligada al resto del sector por un contrato de suministro de electricidad, había agrupado las participaciones públicas y adquirido cierta presencia en los mercados de finales al por menor. En fin, casi todo apuntaba a una situación de calma, en la que se podía hacer una gestión sosegada. Salvo por un tema no precisamente menor: la situación financiera de las empresas eléctricas.

El análisis de los datos de cierre del ejercicio 1985 y ciertas proyecciones realizadas en el Ministerio con la asistencia de los auditores del sector, mostraban un panorama desolador. Para el conjunto de las empresas eléctricas, el servicio de la deuda suponía el 84% de los ingresos; los resultados antes de una activación de gastos hecha con criterios un tanto laxos, arrojaban pérdidas por 160.000 millones de pesetas. Esta situación penosa del conjunto de las empresas no estaba repartida por igual, aunque salvo Endesa, todas sufrían de modo importante. Recordemos: la antes saneada Hidroeléctrica Española, arrastraba la dificilísima digestión de Hidroeléctrica de Cataluña; Iberduero arrastraba las consecuencias de Lemóniz; Sevillana seguía teniendo una estructura productiva desequilibrada, con una situación financiera no muy brillante. Incluso, en el saneado grupo Enerclub y los responsables de la política energética | 75

de Endesa, la matriz debía ayudar a soportar el lamentable balance de su filial Enher, amén de digerir las consecuencias financieras de los activos adquiridos al resto del sector. Y además, estaba Fecsa. La más endeble desde el punto de vista financiero, que la llevaban a pagar unos tipos de interés sustancialmente superiores al resto del sector, que precisaba urgentemente mayores ingresos provenientes del reparto de la tarifa y/o una recapitalización de su balance.

La conclusión a la que llegamos en el Ministerio es que, dada la debilidad de casi todas las empresas, el sector no tenía capacidad para venir en socorro de Fecsa y resolverlo vía tarifa, llevaba a incrementos en la misma inasumibles para el resto de la economía. Por lo tanto, decidimos quedar a la espera de que el mercado dictara un previsible juicio de no viabilidad, sin posibilidad por tanto de refinanciar sus deudas. Y así fue. La suspensión de pagos de Fecsa fue un auténtico terremoto, por la cuantía de los pasivos, por la presencia entre los acreedores de lo más granado de la banca internacional, por lo insólito de una suspensión de pagos en una empresa eléctrica, por el interrogante que lanzaba sobre el resto de las empresas eléctricas que, aun estando en mejores condiciones, no podían presumir de una salud boyante. Se levantó una enorme polvareda política y mediática, acusando de irresponsabilidad al Ministerio, que “ponía en cuestión el riesgo soberano de España”. Hubo que esperar que las aguas se calmaran y con la presencia al frente de Fecsa de una persona tan valiosa como Luis Magaña, gestionar la situación. La solución: los acreedores de Fecsa debían arrostrar el coste de la recapitalización de la compañía y se ofrecía al conjunto del sector y de sus acreedores unas garantías de suficiencia en la tarifa. Así nació el conocido Marco Legal Estable, como un conjunto de reglas que permitían construir la tarifa de modo que se asegurara la recuperación de los costes estándares del sector. Se incentivaba de este modo la eficiencia, en la medida en la cual las compañías con costes por debajo de los estándares obtenían un plus de beneficios para sus accionistas; pero el conjunto del sistema no asumía sin más los extracostes derivados de gestiones ineficientes que llevaran a unos costes superiores a los estándares. Y creo poder decir que el sistema funcionó más que razonablemente bien hasta que, en virtud de las Directivas europeas ligadas a la construcción del mercado único, se pasó a un sistema que pretende la fijación de precios en condiciones de libre concurrencia allí donde no se reconoce la conveniencia del monopolio.

Una derivada de la creación del Marco Legal Estable fue terminar con la anomalía de Endesa como empresa solo generadora, con un contrato con el resto de las empresas eléctricas, en virtud del cual estas compraban la totalidad de la producción de Endesa, con una cláusula del tipo “take or pay”. No fue fácil que Endesa renunciara a un contrato que hasta entonces, en parte por sus propias características, pero también por haber logrado unas estructuras muy eficientes en generación y sin el lastre de proyectos 76 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

nucleares, le había dotado de unos excelentes resultados financieros. A partir de entonces, Endesa se incorporó al sistema retributivo previsto en el Marco Legal Estable y comenzaron los preparativos para convertirla en una empresa cotizada en bolsa, semejante a sus competidoras, lo que proporcionaba a su accionista mayoritario, el INI, la seguridad adicional de que se tuvieran que respetar los intereses de sus accionistas minoritarios, en la misma medida que se hacía con el resto de los accionistas bursátiles de las empresas eléctricas. Si la memoria no me traiciona, se empieza con Gesa y Endesa la política de privatizaciones graduales mediante la colocación en bolsa de acciones entre ahorradores minoristas.

Abandonando la problemática específica del sector eléctrico y entrando en el segundo de los temas antes enunciados, el de la transformación institucional derivada de nuestra entrada en la C.E.E., sin duda el tema más complejo e importante consistió en el des- montaje del monopolio del petróleo, preparando al tiempo al sector, para la competencia que traería el fin del período transitorio pactado en el momento de nuestra adhesión a la Comunidad Europea.

La operación fue compleja y se desarrolló en varios frentes. El primero de ellos consistió en una larga, compleja y tensa negociación con el entonces Comisario de la Compe- tencia, Peter Sutherland, que años después llegaría ser presidente de British Petroleum, que exigía un rápido desmontaje de Campsa, un crecimiento rápido de las importaciones, la rápida desaparición del régimen administrativo que regulaba la apertura de gasolineras, la plena libertad de precios para 1992, etc. Ceder a todas las exigencias de la Comisión llevaba a la previsible entrega de todo el sector petrolífero español a las mucho más fuertes empresas petroleras europeas. Se optó por negociar duro, aguantar algún “avis communautaire” y finalmente pactar unas condiciones que dieran tiempo a la recomposición de las empresas españolas.

Simultáneamente a la negociación con la Comisión, se avanza en la transformación de Campsa en una empresa propiedad de las empresas refineras, se cede en el incremento de importaciones en régimen de contingentes y se negocia el futuro reparto de la red de gasolineras y sus condiciones jurídicas. Y a nivel empresarial, desde el I.N.H. se pone en pié una empresa petrolera integrada, con una marca comercialmente reconocible, Repsol, que pretende ser el siguiente caso de empresa pública parcialmente privatizada mediante una colocación en bolsa, como finalmente así sería en 1989. Todo ello teniendo siempre presente que la mejor estrategia para preservar un sector petrolero español consistía en contar con unas empresas competitivamente integradas, facilitando al tiempo la entrada de algunas de las petroleras europeas, cuyos intereses deberían confluir a plazo con el de las empresas españolas. Enerclub y los responsables de la política energética | 77

Decía anteriormente, que el rasgo más peculiar entonces de la estructura de abaste- cimiento energético de España consistía en la escasa relevancia del gas natural en nuestro consumo de energía primaria (3,3% España, 18% la C.E.E.) No parecía bueno para la industria española el no poder disponer para su consumo energético de una fuente a la que de modo creciente recurrían sus competidores europeos. El país en su conjunto había obtenido un plazo adicional para atender las obligaciones contractuales con Argelia y veía además el interés en poder diversificar su abastecimiento con el gas proveniente del Norte y Este de Europa. El problema para incrementar la presencia del gas natural en nuestro abastecimiento es que requería una fortísima inversión en infraestructuras troncales y capilares de las que carecíamos. Enagas debía acometer plantas regasificadoras en Huelva y Cartagena, extender nuevos gasoductos hacia el centro, norte y sureste de la península, facilitar la conexión con Francia para acceder al gas noruego y ruso, etc. Se estimaron entonces las inversiones necesarias en 94.000 millones de pesetas. Al mismo tiempo era preciso que la empresas distribuidoras (Catalana de Gas, Gas Madrid, etc.) abordaran el desarrollo de las infraestructuras capilares, sin las cuales no podría desarrollarse la demanda final y que, por ejemplo en Madrid, se encontraban tremendamente retrasadas.

El problema es que todas estas gigantescas inversiones tenían unos plazos largos de realización y la recuperación de lo invertido solo era posible en el largo plazo. Por tanto era preciso definir, también aquí, un marco estable de retribución de estos esfuerzos inversores. Por eso en julio de 1985 se firma un protocolo de actuación entre todas las partes implicadas, que marca una auténtica hoja de ruta para la gasificación del país. Además se pone en marcha la tramitación de la Ley de Disposiciones Básicas para el Desarrollo Coordinado en Materia de Combustibles Gaseosos, aprobada en 1987, que resuelve asuntos competenciales entre administraciones, cuyos conflictos podían retrasar el desarrollo del plan, y se crea un marco de seguridad jurídica para todos los intervi- nientes en el proceso. A partir de estos hitos, la gasificación toma impulso y permite que España, en un momento posterior, pueda recurrir a la nueva tecnología de los ciclos combinados en la generación de electricidad y las ciudades españolas cuenten con redes de distribución que hagan accesible el gas a familias y empresas.

Resolver la crisis del sector eléctrico, creando el Marco Legal Estable; avanzar en el desmantelamiento del monopolio del petróleo, preservando el mantenimiento de un sector petrolero español; y poner en marcha la gasificación del país, fueron sin duda los grandes temas desarrollados por la política energética en mi etapa al frente de esta responsabilidad política. Hubo algún otro tema, de gran importancia entonces, aunque de menor trascendencia a largo plazo, que consumieron grandes esfuerzos del equipo ministerial. Concretamente, estoy pensando en la nueva regulación del sector de la minería del carbón, para facilitar su adaptación competitiva, mediante acuerdos a largo 78 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

plazo de estas empresas con el sector eléctrico. Se trataba de prever unos contratos a largo plazo entre empresas mineras y eléctricas, que permitieran avanzar en la mejora competitiva de la minería, en un momento en el que la normativa comunitaria en materia de competencia, ponía en serio riesgo miles de puestos de trabajo en regiones ya de por sí muy castigadas por la crisis industrial.

Al repasar con el tiempo este conjunto de actuaciones, al margen de la inevitable nostalgia, creo que estuvieron, en sus aspectos generales, bien fundadas y orientadas de cara al futuro que entonces podíamos adivinar. Esas políticas, por otro lado, suponían en gran medida una continuidad con ciertas decisiones importantes tomadas en los años anteriores y en las que había tomado parte en mi condición de Subsecretario de Industria, consejero del INH. o presidente del INI. Yo diría que me siento razonablemente satisfecho con la labor desarrollada, salvo en un tema, donde predomina en mí el sentimiento de frustración e incomprensión. Estoy pensando en la asignatura (¡todavía pendiente!) del tratamiento de los residuos radiactivos. El Plan de Residuos Radiactivos entonces aprobado, ni en su versión primera, ni en sus adaptaciones posteriores, ha podido ser implementado con criterios de seriedad y rigor. Los fantasmas, ya entonces, tomaron una dimensión inesperada, haciendo imposible el debate sereno y la adopción de decisiones racionales. Recuerdo a este respecto la tormenta desatada por haber presentado el Ministerio un proyecto de investigación a financiar con fondos comuni- tarios, para investigar el comportamiento de ciertas estructuras cristalinas con radioisó- topos de muy baja actividad en la provincia de Salamanca. Lo que era un inocente laboratorio fue transformado por la imaginación popular, con la colaboración del gobierno portugués de aquel momento, en el fantasma de un gran cementerio nuclear de consecuencias imprevisibles. Desde entonces, seguimos dándole vueltas al tema, sin que sea capaz de entrever avances en la materia. Enerclub y los responsables de la política energética | 79

1988 - 1993

Claudio Aranzadi Ex Ministro de Industria y Energía y de Industria, Comercio y Turismo

as líneas básicas de actuación de la política energética en el período 1988-1993 L están plasmadas en el Plan Energético Nacional 1991-20001. El P.E.N. se orienta hacía la liberalización de los sectores energéticos, en consonancia con las exigencias derivadas de nuestra integración en la U.E. (entonces C.E.E.) en 1986, aunque reser- vando un espacio para la planificación. Esta filosofía se explicita en el propio Plan: “Los sectores energéticos suministran productos de uso generalizado tanto en el consumo final como en los procesos productivos, son considerados en ciertos casos como servicios públicos, incluyen actividades con características de monopolio natural y requieren frecuentemente inversiones en infraestructuras y equipamientos de largo período de maduración y larga vida. Esto significa que, aún en un contexto de desarrollo de los mercados energéticos y de creciente desregulación de los mismos, los imperativos de eficiencia económica, seguridad del suministro y protección del usuario, exigen el establecimiento de mecanismos de regulación en determinadas actividades energéticas, así como la planificación a largo plazo con carácter nacional de decisiones básicas que afectan a los sectores energéticos”. El P.E.N. apostaba por una política energética con el máximo de flexibilidad en la adaptación a las posibles desviaciones en relación al escenario central considerado, contando con el mercado como mecanismo fundamental en la asignación de recursos aunque haciendo jugar un papel significativo a la planifi- cación de la oferta en el sector eléctrico (volumen y mix de la capacidad de generación, además, por supuesto, de la inversión en transporte y distribución) y en el gasístico (esencialmente en las infraestructuras de transporte, almacenamiento y conexiones internacionales por gaseoducto).

1. P.E.N. 1991-2000” Ministerio de Industria, Comercio y Turismo 1991. Estos comentarios sobre la política energética del período utilizan también información conteni- da en el documento “Políticas Industriales y análisis sectorial de la competitividad. Volumen I. Tomo II”. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. 1993. 80 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El P.E.N. 1991-2000 puede caracterizarse como un Plan gasístico, planteándose el objetivo de un fuerte aumento en el consumo de gas, tanto como combustible para la generación eléctrica y la cogeneración como en la demanda final doméstica e industrial; el Plan preveía un incremento del peso del gas en la demanda energía primaria de un 5,6% en 1990 (en ese momento la media comunitaria era del 18,5%) hasta un 12% en el año 2000. Este objetivo respondía a imperativos de minimización del coste, eficiencia, protección medioambiental y diversificación energética. A diferencia del entorno energético actual, en 1991 las previsiones para la década de los noventa apuntaban a precios moderados de los hidrocarburos. La A.I.E. estimaba como más probable una banda de fluctuación para el precio del crudo de entre 21$ y 30$/barril y las compañías petroleras barajaban (para sus compras de reservas y puestas en desarrollo) una banda 19-23$/barril; de hecho la media para los quince últimos años del siglo XX fue del orden del 20$/barril. El planteamiento de unos objetivos tan ambiciosos fue posible por el Acuerdo firmado en Madrid, el 30 de abril de 1991, entre Argelia, Marruecos y España por el que se acordaba la construcción del gaseoducto Magreb-Europa a través del estrecho de Gibraltar con origen en los yacimientos de gas natural del Sahara argelino y por la garantía de suministro a largo plazo de gas argelino en condiciones satisfactorias. El gaseoducto a través del estrecho (con finalización prevista en 1995 e inauguración en 1996) permitió además la conexión de la red de gaseoductos de Portugal y debería haber permitido, si la política de inversión en infraestructuras de conexión en Europa fuese más eficiente, una mayor diversificación de los suministros de gas por gaseoducto en la Unión Europea. En coherencia con el impulso a la mayor utilización del gas, el P.E.N. preveía también un fortalecimiento del mallado de la red nacional de gaseoductos, la construcción de almacenamientos de reserva y el desarrollo de puertos para metaneros.

La planificación del nuevo parque de generación eléctrica que debería cubrir la demanda a lo largo de la década también otorgaba un peso importante al gas natural. En este caso, además, la disponibilidad de la tecnología de ciclos combinados (que permitía utilizar las centrales de gas como potencia de base) representaba un cambio cualitativo. De hecho el 73% de la nueva potencia con gas prevista estaba compuesta por nuevos ciclos combinados o la adaptación a ciclos combinados de centrales existentes. La cobertura de la potencia necesaria en la década que preveía el P.E.N. debía conducir a una mayor diversificación de la estructura de generación eléctrica por tecnología y combustibles. Además del fuerte aumento del peso de la generación eléctrica con gas (que en 1990, reducido a las turbinas de gas, era prácticamente irrelevante), también se preveía un incremento de la participación relativa de la cogeneración y generación con renovables incentivada, y el mantenimiento del peso de la gran hidroeléctrica. Por el contrario disminuirían su peso la generación con fuel, carbón y nuclear y tenían una participación muy significativa en la cobertura de las necesidades de potencia (por sus ventajas en Enerclub y los responsables de la política energética | 81

términos de coste), el alargamiento de la vida útil de las centrales existentes y la impor- tación de electricidad con garantía de potencia de Francia. El P.E.N. 1991 no prevé la ampliación de la capacidad de generación nuclear existente. En el Plan se señalan las razones de la preferencia de la opción gasística frente a la finalización de Valdecaballeros, en concreto las ventajas de coste de la primera opción (incluso sin considerar los costes hundidos) en el escenario básico de precios considerado en el P.E.N. (consistente con el consenso internacional) y el menor volumen de inversión requerido.

El principio de la planificación de la nueva capacidad de generación eléctrica (volumen y mix) y su retribución regulada (como ocurría en España con el modelo de “benchmarking” establecido en el Marco Legal Estable) es en la actualidad, al menos como principio general, incompatible con el marco institucional prescrito por las Directivas de mercado interior de la U.E. Al comienzo de los años 90, sin embargo, aunque las discusiones en las instancias comunitarias eran intensas, no existía un mínimo consenso en los Consejos de Ministros de Energía sobre el modelo óptimo de marco regulatorio al que Europa debía dirigirse. A comienzos de 1992, la Comisión aprobó dos propuestas de Directivas relativas al establecimiento de normas comunes para el mercado interior de gas y electricidad que, entre otras reformas, apuntaban ya hacía la separación contable y de gestión de las actividades de red en las empresas integradas verticalmente y la introducción del principio de acceso de terceros a las redes. Sin embargo las conclusiones del último Consejo de Ministros de Energía de 1992 fueron sobre todo un reflejo de las divergencias sobre cuestiones fundamentales entre los países miembros. En este contexto, el proyecto de Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico (aprobado por el Gobierno en 1993 pero decaído por la convocatoria de elecciones) proponía un modelo dual con un sistema integrado inspirado en el principio de comprador único (con planificación conjunta del parque de generación) y un sistema independiente con libertad de instalación y operación econó- mica, así como la introducción, siguiendo las recomendaciones de la Comisión de la U.E., de la figura de la comercialización como actividad diferenciada de la distribución.

El proceso de transformación estructural del sector petrolero continuó el patrón de liberalización marcado por nuestra integración en la C.E.E. en 1986 que, en sus aspectos básicos, culmina en la Ley 34/1992, de 22 de diciembre, de Ordenación del Sector Petrolero que en su artículo 1 declara que “el Monopolio de Petróleos, creado por Real Decreto-Ley de 28 de junio de 1927 y reorganizado por Ley de 17 de julio de 1947, cuya titularidad corresponde al Estado, queda extinguido”. La extinción del Monopolio de Petróleos, como señala la exposición de motivos de la Ley 34/1992, “culmina una serie de etapas de preparación del sector, encuadrado hasta ahora en el rígido marco el Mono- polio, creado por Real Decreto-Ley de 28 de junio de 1927, y de progresiva adaptación a las exigencias del artículo 37 del Tratado de Roma y el artículo 48 del Tratado de 82 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Adhesión de España a las Comunidades Europeas. Pasos importantes han sido la Ley 45/1984 de 17 de diciembre, de reordenación del sector petrolero español, y el Real Decreto-Ley 5/1985 de adaptación del Monopolio de Petróleos y la Ley 15/1992 de 5 de junio, sobre medidas urgentes para la progresiva adaptación del sector petrolero al marco comunitario”. La extinción del monopolio de petróleos en 1992, que cierra un período de adaptación iniciado en 1.984, permitió cumplir plenamente con los requerimientos comunitarios, configurando un sector con un esqueleto compuesto por empresas petroleras verticalmente integradas, una empresa logística y una corporación de derecho público responsable de la constitución, mantenimiento y gestión de las reservas estratégicas y el control de las existencias mínimas de seguridad. La liberalización en la comercialización de productos petrolíferos fue acompañada por la eliminación de los precios fijos de los mismos (1989 para el fuel, 1991 para gasolinas, gasóleos de automoción y G.L.P. a granel). Estos precios fijos se sustituyeron, durante un período transitorio, mientras se establecía progresivamente un marco competitivo, por un sistema de precios máximos indexados sobre el precio medio antes de impuestos de seis países europeos (Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Reino Unido); el abandono del sistema de precios máximos de los productos petrolíferos y la completa liberalización de los precios se aborda producto a producto iniciándose con la liberalización del precio del fuel en 1992.

En el P.E.N. 1991 se hace también referencia a otros planes y programas específicos. El Plan de Reordenación del sector carbón (1990-1993) se proponía la reducción de los costes de producción del carbón nacional disminuyendo así las ayudas del Estado en consonancia con los requerimientos comunitarios. El Plan perseguía también la mejora de la productividad de la minería subterránea, la consolidación de una capacidad de minería a cielo abierto, la mejora de los niveles de seguridad en las minas y la regeneración de tejido industrial en el entorno afectado por los cierres. El Plan de Ahorro y Eficiencia Energética (1991-2000) establece un conjunto de objetivos e instrumentos para aumentar la eficiencia energética por una mejor gestión de la demanda, conseguir un mayor grado de diversificación y autoabas- tecimiento, y colaborar en la optimización de la oferta de energía mediante la aparición de nuevos agentes y sistemas técnicos de generación. El Plan de Investigación Energética (1989-1993) que supone la revisión del elaborado en 1985 configura las bases de ordena- ción, coordinación y funcionamiento de la investigación energética nacional. El Tercer Plan General de residuos radiactivos actualiza los anteriores, teniendo en cuenta la acumulación de capacidad técnica y de gestión de ENRESA (constituida en 1984) y la generación de una importante capacidad tecnológica en empresas de ingeniería y de servicios así como en organismos de investigación y Universidades.

En el P.E.N. 1991 se fijan por primera vez unos objetivos medioambientales de la política energética y se presenta el plan de medidas para el logro de esos objetivos en el Enerclub y los responsables de la política energética | 83

horizonte 2000. Se establecen objetivos cifrados para la reducción de emisiones de SO2 y de NOx más exigentes que los exigidos por la C.E.E. así como para el crecimiento del total de emisiones de CO2 en los sectores transformadores de energía. Se fijan igual- mente objetivos para la mejora de la calidad de los productos petrolíferos mediante la reducción del contenido en plomo de las gasolinas y del contenido en azufre en los gasóleos y fuelóleos así como la minimización del número de nuevos emplazamientos en instalaciones emisoras de gases contaminantes. Las principales medidas para lograr estos objetivos eran el Programa de Ahorro y Eficiencia Energética, el empleo de ciclos combinados con gas natural, el repowering de algunas centrales de fuel-oil existentes y empleo de gas natural como combustible, el aumento de participación del carbón importado de bajo contenido de azufre en las centrales de carbón nacional, especialmente en las de lignitos, la reducción gradual del contenido de azufre del fuel utilizado en las centrales eléctricas, el aumento significativo de la cogeneración, la utilización de tecnologías de combustión limpias, la utilización de quemadores de NOx y la combustión por etapas. Finalmente se avanzan en el P.E.N. 1991 los que podrían ser nuevos requeri- mientos y medidas medioambientales de especial repercusión en el sector energético, así como algunas líneas directrices de las futuras políticas que, o bien estaban en discusión, o bien se había iniciado su aplicación como era el caso con el planteamiento de la reducción de las emisiones con una perspectiva supranacional, las políticas adecuadas para tratar los casos de contaminación transfronteriza y la introducción del concepto de “carga crítica”, o cantidad máxima de contaminantes que puede admitir un ecosistema. 84 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Otros tiempos, parecidos problemas

Juan Manuel Eguiagaray Ucelay Ex Ministro de Industria y Energía 1993-1996

a contribución que me pide el Club de la Energía, puede enfocarse de muchos L modos. Como las crónicas periodísticas y parlamentarias de la época son reflejo preciso de lo que pasaba en la primera mitad de los años noventa del siglo pasado, no tendría mucho sentido volver a trazar un balance detallado de aquel periodo de gestión ministerial, hoy ya lejano. En cambio, puede tener más atractivo examinar los problemas actuales a la luz de sus antecedentes o, lo que es lo mismo, poner en relación los principales hitos del pasado con las decisiones del presente, en la seguridad de encontrar muchos paralelismos, a pesar de la diversidad de circunstancias, tanto de calendario como de coyuntura económica.

Al fin y al cabo, en contra de lo que habitualmente parece pensarse, el núcleo de los problemas sociales tiene bases permanentes y, con frecuencia, remedios similares a lo largo del tiempo. Por eso, resulta sorprendente que en los diecisiete años transcurridos desde mi llegada al Ministerio de la Industria y la Energía, los epígrafes de las políticas públicas entonces desarrolladas sigan siendo tan similares a los que hoy integran el debate público. Ello, a pesar de los cambios tecnológicos operados, de las acrecentadas magnitudes económicas registradas y del acelerado proceso de globalización económica. Sin confundir el paralelismo con la identidad, es notable comprobar que la política energética sigue preocupándose, por encima de todo, de la seguridad en la provisión de los recursos y del coste –económico y ambiental– de su producción, cuya importancia, hoy como ayer, no es posible desconocer.

Es cierto que el peso de unas y otras energías en la dieta suministrada ha ido cambiando, pero no tanto como ignorar que hay un continuum en las tendencias seguidas, sin apenas rupturas. Es igualmente cierto que la preocupación medioambiental, asentada Enerclub y los responsables de la política energética | 85

ahora sobre bases científicas aún más firmes que en el pasado, ha adquirido dimensio- nes planetarias, pero sería inexcusable desmemoria no ver en este hecho la culminación de procesos anteriores de larga data. En cambio, no se trata meramente de un cambio de magnitud o de énfasis el experimentado por la dimensión de la seguridad energética. Siempre presente como indispensable ingrediente de la política, la agudización de los problemas en la hora actual y la competencia por los recursos que se vislumbra en el futuro, han convertido la seguridad en la dimensión acaso más relevante de cualquier política energética responsable.

Los retos del futuro

Probablemente podríamos articular los componentes de la política energética en una suma de seguridad de suministro, eficiencia económica y sostenibilidad medioambiental. De esa enumeración se desprenden otras varias dimensiones. De un lado, la necesidad de una política de oferta dirigida a la diversificación de fuentes para conseguir una combina- ción aceptable en términos de costes y de impacto medioambiental. Y, de otro, la conve- niencia de la introducción de los mecanismos del mercado, allí donde es posible, con el fin de orientar el uso económico de los recursos escasos hacia las finalidades en que su utilización es más eficiente. La mejora tecnológica de los procesos energéticos es, en consecuencia, tanto un factor relevante para la modulación de la oferta como un decidido determinante de la demanda. Como lo son también el ahorro y la eficiencia energética, si existen los incentivos adecuados para impulsarlos.

En ese marco general, la AIE ha analizado las tendencias de la demanda energética mundial y su compatibilidad con la seguridad en los suministros, las existencias disponibles de fuentes fósiles, las emisiones de gases de efecto invernadero y la capacidad de las economías para llevar a cabo las inversiones que permitan hacer frente a aquella demanda. De su complejo ejercicio de prospectiva ha surgido un escenario muy exigente, el denomi- nado Escenario 450 ppm, que implica radicales cambios en los modos de producir y consumir energía. Modificaciones estimadas inevitables para garantizar la sostenibilidad medioambiental o, mejor aún, la detención del previsible cambio climático impulsado por los actuales comportamientos económicos y sociales. Sin poderme detener ahora en el análisis de todas las implicaciones de aquel escenario, hay dos que merecen ser subrayadas de modo especial. En primer lugar, que la contribución del ahorro y la eficiencia energética puede llegar a suponer un 60% de la reducción pretendida de emisiones de gases de efecto invernadero. En segundo término, que resulta inevitable una amplia utiliza- ción de fuentes de energía no fósiles –renovables y nuclear– si quiere hacerse efectivo el escenario tomado como más plausible. 86 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el ámbito de la UE, el largo proceso seguido para el diseño de una estrategia energética europea y la construcción de un mercado único de la energía, sigue presentando notables carencias, a algunas de las cuales ha dado respuesta el Tratado de Lisboa mediante el fortalecimiento de la base jurídica para la adopción de decisiones. La puesta en marcha del Tercer paquete legislativo (Comisión UE, Bruselas, 19/9/2007) es también un desarrollo reciente en la misma dirección. Sin perjuicio de sus limitaciones, los ingredientes de la política energética europea se asientan en la prioridad otorgada a la seguridad de sumi- nistro, como componente sine qua non, pero a la que no son ajenas consideraciones de eficiencia económica que tratan de alcanzarse con mecanismos competitivos y la configu- ración de un mercado que merezca el nombre de tal. La formulación de los objetivos de energía y clima conocida como los tres veintes (20/20/20), para referirse al ahorro y eficiencia energética, la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero y la participación en el consumo final de las energías renovables, ha sido incorporada en el escenario llamado Europa 2020, que sustituye a los inalcanzados Objetivos de Lisboa.

Sobre los fundamentos del pasado

Al volver la vista atrás es preciso recordar que, todavía en la primera mitad de los años noventa del pasado siglo, era preciso avanzar en nuestro país en la creación de condiciones favorables a una economía competitiva sin estrangulamientos en los factores productivos básicos como la energía. En 1993, la crisis económica e industrial iniciada en los años anteriores alcanzaba su fondo con una caída del 1,1% en el PIB. Se deterioraba la demanda y la producción, y se producían signos preocupantes de deslocalización industrial. En esas condiciones, las principales preocupaciones eran las de adaptar el cumplimiento de las previsiones de nueva potencia del PEN(1991-2000) a las condiciones de la demanda, sin incurrir en sobrecostes que gravasen indebidamente la tarifa eléctrica vigente tanto para usos industriales como domésticos. Así se hizo en el documento "Plan Energético Nacional 1991-2000: Balance 1995 y Perspectivas 2000", que el gobierno aprobaría el 14 de diciembre de 1995, rebajando las necesidades de equipamiento eléctrico y retrasando la construcción de nuevas centrales de ciclo combinado y carbón hasta finales de la década.

La revisión de la demanda y las necesidades de potencia del sector eléctrico se completaban, además, con una revisión en profundidad de dos políticas horizontales fundamentales: la medioambiental y la tecnológica y, asociada a ellas, la política de ahorro energético. La principal conclusión de este documento era la ausencia de déficit de potencia, en ningún supuesto, dado el equipamiento existente, en el período cubierto por el PEN 1991-2000. Enerclub y los responsables de la política energética | 87

El proceso de ordenación de la oferta (saneamiento financiero de las empresas, nuevo equipamiento, optimización del existente, intercambio de activos entre compañías, perfeccionamiento del Marco Legal y Estable vigente) se tradujo en mejor atención a la demanda y en una mejora de la competitividad económica: durante 1994 las tarifas eléctricas aumentaron, en media, apenas el 2,1%, cifra claramente inferior a la tasa de inflación, y las industriales, por primera vez en la historia, descendieron en términos nominales. Siguiendo esta línea, para 1995 se aprobó una elevación media de las tarifas eléctricas del 1,48%, que representaba el menor incremento experimentado en los últimos 20 años, mientras la tarifa industrial se reducía por segunda vez en la historia. Finalmente, el Gobierno aprobó la congelación sin variación alguna de las tarifas eléctricas para 1996. A pesar de la reducción, en pesetas constantes, de las tarifas eléctricas, las compañías eléctricas mejoraron sus resultados financieros con el aumento del cash-flow, y la reducción del nivel de endeudamiento.

Para la introducción y el desarrollo de la competencia en el sector eléctrico, adelantándose a las regulaciones europeas se adopta por entonces la primera regulación legal procompetitiva, la entonces denominada LOSEN (Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional). La nueva Ley, junto a los principios de regulación tradicionales, introduce la competencia tanto a través de los productores existentes (sistema integrado) para las necesidades de nueva potencia, como mediante la creación de un sector de productores independientes regido por mecanismos competitivos, libre contratación del suministro y asignación de instalaciones en régimen de concurso en el transporte y la distribución. Es la LOSEN, también, la que adelanta la figura del regulador energético independiente, mediante la creación de la Comisión del sistema eléctrico nacional (CSEN), hoy transformada en Comisión Nacional de la Energía (CNE). Con la aprobación de aquella Ley se declaró asimismo la paralización definitiva de los proyectos en construcción de las centrales nucleares de Lemóniz, Valdecaballeros y Unidad II de Trillo. Y en su desarrollo se dictaron las normas necesarias para el saneamiento financiero de las compañías afectadas por la paralización de proyectos nucleares mediante la cesión de los derechos de compensación reconocidos. Es decir, la popularmente denominada moratoria nuclear, una tan complicada como exitosa operación financiera.

Como ya se ha dicho, la preocupación por el medio ambiente, por las energías renovables y por la eficiencia en el uso de la energía dieron pasos pioneros en esta época para fundamentar políticas posteriores. El Real Decreto 2366/1994 de 9 de Diciembre de 1994, regula y estimula las actividades de cogeneración con alto rendimiento energético y las que utilizan energías renovables o residuos, abriendo un amplio camino para la implantación comercial de la producción eólica y otras energías renovables, así como para un uso más eficiente de los recursos disponibles. Y en paralela dirección, por O.M. de 88 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

enero de 1995 se inició la puesta en marcha de programas de gestión de la demanda eléctrica para impulsar el ahorro, posteriormente interrumpidos, hasta bien recientemente.

En relación con el desarrollo de las renovables, resulta fascinante recordar que también en aquella época –como ahora nos gusta repetir– se había cubierto en su práctica totalidad el objetivo de producción de electricidad previsto por estos medios para toda la década y en algunas áreas, como la eólica, España se había colocado ya a la cabeza del desarrollo tecnológico mundial (el cuarto lugar entre los países europeos en potencia eólica instalada). La preocupación por el desarrollo tecnológico en el ámbito energético se hizo sentir a través del programa ESTELA (Estrategia Tecnológica Energética de Largo Alcance), que contenía tres grandes posicionamientos estratégicos: la optimización del sistema energético, el desarrollo propio de nuevos sistemas y conceptos energéticos, y la colaboración en proyectos internacionales. Por último, se formuló una Estrategia Energé- tica y Medioambiental (ESEMA), dirigida al establecimiento de líneas de actuación, a corto y medio plazo, asociadas a la minimización de los impactos ambientales de la energía y dotada de precisos objetivos de reducción de emisiones de CO2, SO2 y NOx en el año 2000. Objetivos que deberían alcanzarse gracias a las modificaciones previstas en el contenido de azufre de gasolinas y gasóleos, la utilización de carbones con menor contenido en azufre, la adaptación de centrales peninsulares de fuel a gas natural y el empleo de nuevas tecnologías de desulfuración y reducción de NOx.

La creación de nuevas condiciones equitativas de competencia en el sector del petróleo siguió la senda marcada por el desarrollo de la Ley 34/92, traducido entre otras acciones en la obligación de mantenimiento de existencias mínimas de seguridad y en la creación de la Corporación de Reservas Estratégicas(CORES). Al tiempo que se liberalizaba el mercado de la distribución al por menor, al suprimir los contratos de abastecimiento en exclusiva y las distancias mínimas entre estaciones de servicio.

Los cambios legales en las regulaciones fueron acompañados por modificaciones no menos relevantes en la estructura empresarial del sector. Estas acciones, emprendidas como parte del proceso de modernización del sector público empresarial, tuvieron especial trascendencia para configurar el futuro, esto es nuestro presente. En efecto, permitieron no sólo el aumento de su eficiencia sino la configuración de algunos de los grupos industriales más importantes –hoy de titularidad privada– del sector energético de nuestro país, principales actores de la internacionalización de la economía española en las dos últimas décadas. Este es el caso de Repsol, cuyo proceso de privatización se inició entonces, así como el de Endesa, facilitados ambos por las garantías entonces establecidas por la Ley 5/1995, de Régimen Jurídico de Enajenación de Participaciones Públicas en Determinadas Empresas, popularmente denominada "Ley de Privatizaciones”. Enerclub y los responsables de la política energética | 89

Un proceso con variados y complejos componentes, cuya mejor expresión simbólica fue seguramente la supresión jurídica del histórico Instituto Nacional de Industria (INI) y del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH).

En similar dirección racionalizadora puede inscribirse el proceso de la integración del sector gasístico español, que se plasmó en la adquisición del 91% de Enagas por parte de Gas Natural y dió lugar a una empresa, temporalmente responsable de la totalidad del aprovisionamiento y del transporte de gas en nuestro país, y del 90% de su distribución, que había de financiar un ambicioso proceso de gasificación, sometida a la disciplina financiera derivada de su cotización en Bolsa. No se olvide que este es también el período en el que se impulsa la decidida gasificación de España, base principal de la nueva producción eléctrica, sustentada en los muy eficientes ciclos combinados sobre turbina de gas y factor fundamental en la diversificación y seguridad de los suministros. La infraestructura básica de gas natural, puesta en marcha en 1982, partía de la planta de regasificación de Gas Natural Licuado (GNL) de Barcelona y alimentaba a Cataluña, Aragón, La Rioja y el País Vasco, a través del Corredor del Ebro, con un ramal desde Tarragona para alimentar a Castellón y Valencia.

Para desarrollar esa inicial infraestructura gasista se construyó el gasoducto Lacq (Francia)-Calahorra que suministraba gas noruego al sistema a través del Corredor del Ebro, el gasoducto Oviedo-Burgos-Madrid-Córdoba-Sevilla-Huelva, como eje funda- mental de transporte, y las plantas de regasificación de Huelva y Cartagena. Esta infraestructura estaba ya operativa en 1991, al inicio del PEN 1991-2000. El PEN 1991- 2000 previó dar un importante impulso al desarrollo de la red básica de gas natural, diversificando aún más las fuentes de suministro y las entradas de gas al sistema. En cumplimiento de esos objetivos, a partir del segundo semestre de 1996 entrarían en operación el gasoducto Magreb-Europa, y los tramos españoles de enlace de dicho gasoducto con las redes española y portuguesa (Tarifa-Córdoba, Córdoba-Badajoz- Campo Maior y Braga-Tuy-La Coruña).

En el período 1997-2000 se habría de ampliar considerablemente la capacidad de la planta de GNL de Cartagena, para dar cobertura a todo el arco mediterráneo, el gasoducto Oviedo-La Coruña, para completar el suministro a la Comunidad Gallega y cerrar el enlace con Portugal, el gasoducto "Ruta de la Plata" (Almendralejo-Cáceres- Salamanca-Zamora-León-Oviedo), para cerrar el mallado occidental, el ramal Zamora- Valladolid-Aranda de Duero, que enlaza dicho gasoducto con el Sevilla-Burgos, y los ramales a Jaén, Granada, Málaga y Almería. Con estas realizaciones se cubría de manera satisfactoria el mallado nacional, no sin la realización de cuantiosas inversiones que contarían con el apoyo público. 90 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

No es demasiado discutible, pues, la continuidad de las políticas que se han venido sucediendo en esta área, a pesar de los cambios de los responsables ministeriales y de las circunstancias. Tanto como para poder observar las políticas actuales como una prolongación –sin duda, muy mejorada– de las bases materiales y las construcciones intelectuales elaboradas en periodos anteriores.

Las decisiones pendientes

Situados en plena crisis económica, nos planteamos ahora la manera de acelerar la transformación de un patrón de crecimiento que se ha revelado no sostenible económi- camente, escasamente compatible con los objetivos de protección medioambiental y –principalmente, por lo que respecta al empleo y sus condiciones– bastante lejano de los deseables parámetros de equidad social. El mantra de la economía sostenible puede amparar muchos discursos; no todos, sin embargo, con igual consistencia. En particular, en el ámbito energético resulta especialmente urgente no confundir la sostenibilidad con la predicación de opciones energéticas únicas, cuando el principal factor de incerti- dumbre de cara al futuro viene dado –en las condiciones geopolíticas de nuestra época– por la seguridad de los suministros y la presión de la competencia por el acceso a los mismos. La elección de una combinación factible de las fuentes de suministro es, sin duda, la decisión más relevante de política energética, en un país como el nuestro con tantas insuficiencias en cuanto a recursos autóctonos fósiles. Desde esta perspectiva, no únicamente las fuentes fósiles, sino la energía nuclear y las energías renovables han de tener su contribución en la configuración de la necesaria diversificación conducente a la seguridad pretendida.

Derivado de lo anterior, resulta indispensable ponderar el coste de oportunidad de las decisiones adoptadas. Los precios revelados en los mercados, consecuencia de la mayor o menor abundancia relativa de recursos y de las tecnologías disponibles, no impiden la toma en consideración de otros aspectos de indudable impacto social. Por ejemplo, el coste de las energías renovables no puede medirse únicamente por su facilidad de acceso y su actual desarrollo tecnológico, sin computar adecuadamente los sobrecostes de equipamiento impuestos por su indisponibilidad eventual (eólica, solar, etc.) o por su gestionabilidad limitada (necesario equilibrio permanente entre oferta y demanda de electricidad). De donde resulta que, en el estadio actual del desarrollo tecnológico, es todavía crítico definir una adecuada senda para el progreso hacia una energía libre de carbono, asentada en fuentes renovables. En efecto, conviene reconocer que cualquiera que sea la prioridad social otorgada por razones tanto medioambientales como tecnológicas al desarrollo de las fuentes renovables, hay límites a su ilimitado despliegue, Enerclub y los responsables de la política energética | 91

que vienen determinados por la exigencia de seguridad y –cómo no– por razones de coste económico.

Por último, es forzoso reconocer que la regulación energética, objeto de permanente alteración en los años transcurridos, no ha adquirido aún la estabilidad indispensable como para configurar un marco previsible capaz de favorecer las decisiones de inversión y la traslación a la sociedad de las ganancias de eficiencia que derivan de un modelo competitivo. Otorgar una mayor solidez y permanencia al marco regulatorio, sin congelar su evolución, es una imperiosa necesidad, compatible con las nuevas orientaciones de la política europea, a la que ha de contribuir un regulador energético con más facultades, más independiente y con un perfeccionado estatuto. 92 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Competitividad y Sector Energético: Aciertos y Errores

Josep Piqué i Camps Ex Ministro de Industria y Energía (1996 - 2000) Presidente de PANGEAXXI Consultora Internacional

uve el honor de formar parte del Gobierno de España, en diferentes responsabilidades, T desde mayo de 1996 a septiembre de 2003. Más de siete años apasionantes, acumulando experiencias –y tomando decisiones– desde los Ministerios de Industria y Energía, Exteriores, y Ciencia y Tecnología, además de ejercer casi dos años como Portavoz del Gobierno.

Y una de las responsabilidades más difíciles y complejas fue la gestión de la política energética entre los años 1996 y 2000, en la primera legislatura del Gobierno del Partido Popular presidido por José María Aznar.

El contexto en el que mi equipo (destacaría sobre todo a Nemesio Fernández-Cuesta y a José Manuel Serra, como Secretarios de Estado, y a los Directores Generales, Paloma Sendín, M. Luísa Huidobro, Antonio Gomis y Carmen Becerril, además de mi Director del Gabinete, Miquel Nadal) y yo como Ministro, tuvimos que trabajar, era también complejo.

Es cierto que era una etapa de poca tensión relativa en los mercados energéticos internacionales y de precios de la energía relativamente baratos, derivados de unos precios del barril de crudo que se mantenían a niveles relativamente bajos en términos reales. Ello hacía que, de forma natural, nuestra principal preocupación no fuera ni la diversificación de fuentes de aprovisionamiento o de generación, y tampoco el poner excesivo énfasis en programas de racionalización, diversificación y ahorro energético. Y sin duda, fue un error, porque es, precisamente, en las épocas de bonanza, cuando deben acometerse acciones preparatorias de tensiones futuras o partir de la convicción de que ahorrar energía siempre es bueno, aunque sea percibida como menos relevante en términos de coste relativo de los factores productivos. Enerclub y los responsables de la política energética | 93

Pero es cierto también que teníamos otras preocupaciones –y tareas ineludibles– más urgentes y no menos desafiantes. Y con una obsesión particular y personal del Ministro: la competitividad de nuestro sector industrial, lastrada por unos costes energéticos excesivos.

Obsesión que partía, a su vez, de una experiencia profesional previa.

Cuando fui llamado al Gobierno, yo procedía del sector privado, y no mantenía ninguna vinculación con la política. Y trabajaba en el sector químico. Era Presidente Ejecutivo del Grupo Ercros, que aglutinaba empresas del sector de la química básica, de la química fina, del sector farmacéutico, y que antes de un profundísimo proceso de reestructuración, tenía actividad muy significativa en sectores como los fertilizantes, el petróleo, los explosivos, la minería del cobre o de la potasa, o la transformación de minerales, además de otros muchos. No en vano, el Grupo Ercros fue el resultado de una gran fusión entre Unión Explosivos Río Tinto y S.A. Cros.

No es necesario que recuerde la profunda crisis a la que tuvimos que hacer frente a principios de los años noventa, ni la particular –y brutal– crisis del Grupo, a raíz de la invasión de Kuwait por Irak, en 1991 (lo que dio lugar a la llamada Primera Guerra del Golfo) y, a nuestros efectos, a la confrontación entre el principal accionista del Grupo, a través de Grupo Torras, es decir KIO y sus, hasta entonces, representantes en España. No voy a ir más allá, pero lo que sucedió es que, de un día para otro, un Grupo industrial que aún tenía decenas de fábricas en toda España, miles de trabajadores y miles de pensionistas con derecho a complemento en su pensión, y con un endeudamiento descomunal, se quedó sin accionistas de referencia, sin Consejo de Administración, sin Presidente, y con el abismo enfrente.

Unos pocos decidimos, seguir ahí para sacar adelante lo que se pudiera. No sigo con esta historia, porque es personal. Pero sí que quisiera recuperar el sentido de contarla. Más allá de la reestructuración laboral; de los convenios con los acreedores, y de los acuerdos con los pensionistas, y de las complejísimas negociaciones con el Gobierno y con las Administraciones Autonómicas; más allá de todo eso, la empresa tenía que garantizar su continuidad desde el punto de vista productivo. Dicho de otro modo, teníamos que ser competitivos a nivel industrial, más allá de las amplísimas desinversiones societarias que hubo que acometer.

Todas ellas, por cierto, profundamente afectadas por los costes energéticos, dado que, todas ellas, eran y son muy intensivas en energía. Y su competitividad, por lo tanto, directamente relacionada con una estructura de precios energéticos adecuada. Y esto era también clave en las actividades que permanecieron en el Grupo, especialmente las 94 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

relacionadas directamente con la química básica y, sobre todo, las basadas en procedi- mientos electroquímicos.

Todo ello hizo que quién escribe estas líneas fuera especialmente sensible a la necesidad de acometer una reestructuración del sector energético que beneficiara fundamen- talmente a la industria altamente consumidora de energía, y así hacerla competitiva a nivel internacional. Así lo demandaban muchos sectores además del químico, como el siderúrgico, el metalúrgico o, en relación al gas natural, la industria azulejera, entre otros muchos.

Y con ese concepto a priori, encaramos nuestra política energética. Dicho de otro modo, la pusimos al servicio de nuestra política industrial. El reto era, a partir de ahí, hacerlo compatible con sentar las bases de un sector energético eficiente, diversificado en sus fuentes, menos dependiente del exterior y, sin lugar a dudas, más competitivo.

Una política industrial que tenía que tener en cuenta el nuevo contexto competitivo, donde ya no había lugar para políticas proteccionistas o intervencionistas, incompatibles con nuestra plena integración en lo que entonces denominábamos Comunidad Económica Europea.

Y que, desde el principio, apostó por una muy ambiciosa, por profunda y global, política de privatizaciones y, desde luego, por una clara voluntad liberalizadora, en general, y en el sector energético, en particular, con el objetivo de, a través de la competencia, abaratar los costes energéticos para nuestro tejido industrial.

Y, por ello, muy rápidamente, pusimos en marcha, un plan de privatizaciones masivas del sector público industrial, con un papel clave de la SEPI (presidida con enorme competencia y acierto, por Pedro Ferreras) y que incluía, como no podía ser de otro modo, la privatización de las participaciones públicas en el sector energético, en paralelo con la puesta en marcha de una legislación claramente orientada a liberalizar y a introducir competencia en los diferentes subsectores: electricidad e hidrocarburos, fundamentalmente, y a incrementar los procesos de reestructuración de sectores escandalosamente subvencionados y claramente ineficientes como, por ejemplo, la minería del carbón.

Vayamos por partes

En lo que se refiere al sector eléctrico, se regía por la LOSEN (Ley Orgánica del Sector Eléctrico Nacional), que introdujo un peculiar concepto de dualidad: por una parte, el Enerclub y los responsables de la política energética | 95

sector eléctrico existente, regido por el Marco Legal y Estable (muchos, en broma, decían que ni era legal ni era estable) basado en compañías que generaban y/o distribuían electricidad en base al ejercicio territorial de posiciones claramente monopolísticas y que no competían por los clientes o por el mercado, sino ante la Administración, por conseguir las mejores condiciones posibles en tarifas, no sólo para cubrir costes de generación y distribución, sino muchísimas otra cosas (desde el carbón, las incipientes energías renovables no hidráulicas, el tratamiento de residuos o la amortización de la moratoria nuclear, entre otras), y también tratos favorables de cara a la autorización y remuneración de las inversiones, previamente autorizadas por la Administración.

Un esquema que, según las empresas privadas, favorecía claramente a la entonces empresa pública Endesa y que, según ésta, le impedía, por la rigidez del Marco Legal y Estable, aplicar estrategias empresariales correctas en una normal economía de mercado. Como ven, un debate altamente viciado por lo que yo mismo, en sesión parlamentaria, denominé “orgía intervencionista” en la que el Gobierno fijaba precios, costes, inversiones y estructura de mercado. Impresionante. Y por ello, quisimos romper eso en seguida. Pero antes sigamos con la historia.

Porque la LOSEN consagró la posibilidad, completamente fallida en la práctica, de abrir un segmento de mercado nuevo, abierto a la competencia en generación, para nuevos entrantes (esquema muy “socialista”: algo parecido hizo el Ministro Boyer con los contratos de alquiler, con mayor éxito, pero con discutibles efectos para resolver situaciones claramente injustas, o con la introducción de la dualidad perversa en nuestro mercado de trabajo al no acometer una reforma laboral que tocara derechos adquiridos e introducir flexibilidad en nuestro mercado de trabajo, por la vía de la temporalidad y la precariedad de los nuevos entrantes. El principio es no tocar lo existente a cambio de empeorar las condiciones de los nuevos entrantes). Y en el caso eléctrico, lo que sucedió es que no hubo ningún nuevo entrante. Eso sí, se creó una Comisión (la CSEN, Comisión del Sistema Eléctrico Nacional), a cuyo frente estaba el actual Gobernador del Banco de España, el pasional y competente Miguel Angel Fernández Ordóñez (conocido por todos, como MAFO), cuya misión era velar por la competencia inédita aún en el sector y que no llegó a ser ni incipiente.

Recuerdo como MAFO, intentó convencernos desde el principio sobre la oportunidad de introducir competencia sobre la base de “trocear” (a la americana, para entendernos) las compañías existentes. Pero nosotros nunca quisimos entrar en esa dinámica de debilitación en la práctica, porque lo que queríamos eran empresas grandes y competitivas, que se acostumbraran a la competencia, para así poder salir al exterior, internacionalizándose de manera muy significativa, como así fue. 96 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Por ello, nuestros principios era muy claros: íbamos a romper con esa dualidad, abriendo a la plena competencia, para todos, la generación, íbamos a poner la red de transporte (“common carrier”) a disposición igualitaria de todo el mundo, e íbamos a abrir a la competencia lo que se llamaba un “monopolio natural” como la distribución.

Y todo eso, quisimos hacerlo compatible con un claro programa de reducción de tarifas –no sólo en términos reales sino nominales-, inédito en la Historia de España. El paso previo fue la firma del llamado Protocolo Eléctrico en diciembre de 1996 que recogía el compromiso de las eléctricas y del Gobierno en avanzar en la dirección descrita y de reducir en un 3% nominal en promedio, para 1997, las tarifas, con un 1% de disminución para los consumidores domésticos y con mayores reducciones para las empresas y, sobre todo, las tarifas industriales. Y así se hizo.

Dejo para la anécdota histórica que la más pequeña de las empresas –Hidroeléctrica del Cantábrico, presidida por mi buen amigo el Barón de Grado– consideró, legítimamente, que el Protocolo le perjudicaba y no lo firmó. Mi comentario fue entonces excesivamente sarcástico: “Fuera del terreno de juego, hace mucho frío…”. Pero lo cierto es que, poco después, acabaron adhiriéndose. Afortunadamente.

Y vino la nueva Ley Eléctrica de 1997. Enormemente compleja. Y que debía lidiar con un dificilísimo proceso de transición a la competencia de un sector que jamás había vivido en ella. Con el vértigo de todos, incluidos aquellos que la reclamaban de una manera más vehemente, y también con las posiciones claramente condicionadas de los Grupos Parlamentarios que apoyaban teóricamente al Gobierno. Al final se resolvió bien y se inició una nueva etapa, cualitativamente distinta de todas las anteriores. Y no exenta de problemas. Y uno de ellos, no menor, fue el de introducir un marco razonable –con acierto discutible– para desarrollar las nuevas energías renovables. Y dejar a la competencia el futuro “mix” de fuentes de generación y suministro, sin una apuesta clara por el fin de la moratoria nuclear o avanzar en el problema del tratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos. Y tampoco incidiendo en la estrategia de nuestra política exterior asociada a nuestra extremada dependencia de ciertos países. Este tema me tocó también en mi etapa en el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero eso merecería, en sí mismo, otro artículo. Porque va más allá de la política energética o de la política exterior españolas y requiere de una reflexión más provocativa: la necesidad de una política energética europea común.

Otro tema que había que resolver era la extraña y peculiar circunstancia de que, en un sector que se abría a la competencia, subsistía una empresa pública que, además, era sustancialmente generadora y, particularmente, utilizando carbón, y que, paradójicamente, no tenía clientes a pesar de tener participaciones muy significativas en otras empresas como Fecsa, en Catalunya, o Sevillana en Andalucía. El Gobierno anterior había vetado la Enerclub y los responsables de la política energética | 97

posibilidad de tomar el control de las mismas mediante OPA’s, temeroso de que, con razón, se le acusara de tomar posiciones en empresas privadas gracias al trato de favor dispensado a la empresa pública. Era un dilema evidente.

Y la solución, para nosotros, también lo era: Teníamos que privatizar Endesa y, con ese compromiso, autorizar las OPA’s. Una Endesa a privatizar necesitaba clientes. Y una Endesa con voluntad de internacionalización era mucho mejor privatizada. A un ejemplo me remito: Cuando Endesa pujó por la privatizada chilena Enersis, con filiales en diversos países iberoamericanos, el Gobierno chileno nos dijo, con toda la razón del mundo, que no tenía sentido haber privatizado su sector eléctrico para que pasara a manos del sector público de otro país. Por cierto, ¿les suena de algo a los amables lectores?

Y así se hizo. Se privatizó Endesa, con gran éxito y empezó a cambiar el mapa, hasta entonces petrificado, del sector. Y hoy nada tiene que ver con el que había entonces, como ha sido el caso de las telecomunicaciones o la banca.

Luego, a cambio de una nueva rebaja de tarifas, planteamos una operación transparente y limpia, pero que no supimos explicar bien: titulizar los derechos asociados a lo que llamábamos los CTC’s, o costes de Transición a la Competencia, el llamado “billón de las eléctricas”. La oposición y determinado grupo mediático convirtió una mera operación financiera en un ataque despiadado al Gobierno y, en particular, al Ministro de Industria y Energía, a la sazón, casualmente, Portavoz del Gobierno. Al final nada pasó, incluso des- pués de un largo calvario de indecisión por parte de las autoridades de competencia de la Comisión Europea, claramente condicionados por la oposición. Y lo que quedó fue una clara voluntad liberalizadora, después progresivamente ralentizada y unos cambios que, aún hoy, tienen recorrido.

También fue conflictiva la actuación en torno al sector minero del carbón, cuyos pará- metros siempre fueron escandalosos. Pero se planteó algo novedoso: reducción de capacidad y, al mismo tiempo, un claro esfuerzo en la implementación de nuevas bases de competitividad en las cuencas, a través de nuevas infraestructuras, formación y apoyo a nuevos proyectos empresariales creadores de empleo y que mereció el apoyo de sindicatos, empresarios y Gobiernos Autonómicos. De nuevo, ahí hubo una implacable campaña de un grupo de comunicación y que, como suele ser habitual en él, quedó en nada, porque nada había. Hoy, el sector sigue siendo un problema, pero, gracias a los esfuerzos de sucesivos Gobiernos, mucho menor.

Asimismo, se puso en marcha la nueva Ley de Hidrocarburos, que introducía mayor competencia en el sector del gas y de los hidrocarburos, en general, y que permitió la creación de la Comisión Nacional de la Energía, que acabó integrando la antigua CSEN, 98 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

reconvertida gracias a la filosofía de la nueva Ley en Comisión Nacional del Sistema Eléctrico (es decir, no existía un Sistema Eléctrico Nacional, como así era antes). Con todo, la Ley nació con claros límites políticos, derivados de costes asociados a la liberalización, incluso paradójicos: Pongo un ejemplo: si se liberalizaba el butano y se dejaba de fijar el precio por el Gobierno, la consecuencia inevitable era la subida del mismo. Y, en contradicción con nuestra política, seguimos fijando un precio artificialmente a la baja, por razones estrictamente políticas. Mal estuvo.

Sí que, en cambio, eliminamos un claro arcaísmo y que era que los precios de los carburantes de automoción, se fijaban de acuerdo con una fórmula preestablecida pero que el Ministerio se encargaba de oficializar todas las semanas, de forma que parecía que era el Gobierno quién “subía o bajaba la gasolina”. Era absurdo. Pero para ello, era imprescindible introducir mayor competencia en la distribución minorista. Algo hicimos, pero claramente insuficiente.

Al final, la conclusión, desde la perspectiva de diez años, es que hacía falta hacer muchas cosas, que algunas se hicieron bien, otras no tanto, y otras ni tan siquiera se abordaron. Aciertos y errores. Nada nuevo bajo el sol. Enerclub y los responsables de la política energética | 99

2004 - 2006

José Montilla Ministro de Industria, Comercio y Turismo (2004-2006)

unque corta, ya que como es sabido dejé mis responsabilidades ministeriales tras A poco más de la mitad del mandato para optar y resultar elegido President de la Generalitat de Catalunya, mi experiencia al frente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que tenía, y aún tiene, las competencias sobre Energía, fue muy intensa y enriquecedora y me permitió acercarme, desde una posición de privilegio a uno de los problemas más trascendentales que tiene España que no es otro que es el de desarrollar y consolidar una reforma del sistema energético.

Así, desde el Ministerio, vivimos una etapa compleja en la estructuración del sector energético, como explicaré posteriormente, pero también numerosas satisfacciones al tratarse de un Ministerio de apoyo a los sectores productivos, donde la resolución de problemas cotidianos de las empresas y de la población eran, en muchos casos, palpables a corto plazo.

Antes de adentrarme en los detalles de la política energética impulsada durante ese periodo desde el Ministerio, es necesario apuntar el contexto español, europeo e incluso internacional en el que nos encontrábamos, sin el cual probablemente es difícil com- prender la profundidad de las propuestas y cambios acometidos.

En estos últimos años, la energía se ha convertido en una cuestión de primer orden en la agenda política de todos los países desarrollados. A una cuestión como la de la seguridad y garantía de suministro, que había estado durante más de un siglo el objetivo principal de las políticas gubernamentales en materia de política energética, se le añadió la de la competitividad de los sectores energéticos como segundo objetivo, sobre todo a partir de la crisis del petróleo de los años setenta. 100 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Desde ese momento, la consideración de la energía como input básico en todo proceso productivo adquiere una mayor consideración en la medida en que los mercados se hacen más competitivos y globales. Es por todo ello que empieza a preocupar a los poderes públicos y a los reguladores la búsqueda de marcos reguladores que garantizaran la inversión y el suministro, pero también la eficiencia económica a través de la competencia.

Así, por ejemplo, en el sector eléctrico, ya a finales de los años ochenta se producen los primeros procesos liberalizadores. En el caso del sector eléctrico, este fenómeno ha sido sin duda dinamizado por los adelantos tecnológicos asociados principalmente a la tecnología del ciclo combinado.

Sin lugar a dudas esta fue una de mis principales preocupaciones a la hora de diseñar e implementar la política energética. España había iniciado a finales de la pasada década un proceso de liberalización asociado a importantes cambios estructurales, siendo una de mis principales preocupaciones durante mi mandato la consolidación de dicho proceso. Todo ello sin perder de vista, los importantes movimientos corporativos que se estaban produciendo a nivel europeo y de los que España como una de las principales economías industrializadas con sociedades de gran dimensión y atractivo no fue ajena.

A estos dos retos, seguridad de suministro y competitividad, es necesario añadir un tercero sin el que no es posible acabar de comprender la profundidad y cometido de las medidas acometidas. Como se pueden imaginar, me estoy refiriendo a la cuestión de los efectos sobre el cambio climático derivados de la emisión de gases de efecto invernadero.

El consumo de energía primaria es responsable de aproximadamente un 80% de las emisiones de estos gases –siendo el sector eléctrico responsable de aproximadamente un 25% de dichas emisiones–. Sin lugar a dudas, esta cuestión constituye el mayor reto para el futuro de toda política energética en la medida que cualquier decisión que se tome al respecto está condicionando el devenir de las generaciones futuras y es por ello que sitúa a la cuestión energética en una posición destacada y privilegiada dentro de la agenda política internacional.

De hecho, la política energética europea y la española, como no podía ser de otra forma, se centraron en esos momentos y en la actualidad en estos tres objetivos globales.

Desde esta triple perspectiva, son muchas las cuestiones que se abordaron durante el periodo de mi mandato y otras muchas las que quedaron para resolver en el futuro. No obstante y bajo mi punto de vista, desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y de la mano de un equipo humano sin el que no hubiera sido posible acometer la política Enerclub y los responsables de la política energética | 101

energética, fuimos capaces de consolidar un proceso liberalizador que ya no tenía vuelta atrás sin perder de vista cuestiones tan básicas para el devenir de nuestra economía como la competitividad de nuestras empresas o el impacto de nuestras decisiones sobre el cambio climático.

Es por todo ello, que la política energética seguida aquellos intensos dos años, y que tuvo continuidad el resto de la legislatura, tuvo como objetivos básicos los siguientes: Propiciar el crecimiento económico, de manera que el suministro de energía no sea en ningún caso una limitación, para seguir escalando posiciones en convergencia real con los países más prósperos. Garantizar la seguridad del suministro en condiciones adecuadas y asumibles de calidad y precio, a pesar de la muy elevada dependencia exterior, y Compatibilizar el uso de la energía con una protección efectiva del medio ambiente, de manera que se cumplan las exigencias de un desarrollo sostenible a largo plazo.

A continuación pasaré revista sucintamente a las principales actuaciones del Ministerio en materia energética, las cuales he agrupado en los subsectores eléctrico, hidrocarburos y nuclear, y destacaré por su interés la garantía del suministro, la planificación energética, íntimamente ligada al desarrollo de las energías renovables y al ahorro y la eficiencia energética.

1. Actuaciones realizadas en el sector eléctrico

Para impulsar el crecimiento de la economía española basado en un aumento de la productividad, el Gobierno aprobó el Real Decreto Ley 5/2005, de 11 de marzo, de reformas urgentes de medidas para el impulso a la productividad y para la mejora de la contratación pública, y propició la aprobación por las Cortes de la Ley 24/2005, de 18 de noviembre, de reformas para el impulso a la productividad.

Las principales medidas que se instrumentaron mediante estas disposiciones fueron la introducción de las reformas necesarias para adaptar el mercado de energía eléctrica al Convenio Internacional con Portugal relativo a la constitución del Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL), abriendo el mercado español a la competencia internacional; se eliminaban prácticas ineficientes en el ámbito de la distribución, como la coexistencia de varios distribuidores en un mismo ámbito territorial que podía llevar a la existencia de instalaciones redundantes que aumentan los costes; y se adoptaban otras reformas cuyo objetivo era incrementar la competencia en el mercado y garantizar un comportamiento eficiente de los agentes. 102 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Especial mención merecían las modificaciones introducidas por la Ley 24/2005 para impulsar la utilización de la biomasa, permitiendo la combustión de esta materia prima en instalaciones basadas en otros combustibles, y facultando un posible mejor tratamiento económico a la energía eléctrica generada con esta fuente renovable de energía.

Asimismo, y con objeto de evitar los efectos negativos sobre los consumidores de los elevados precios de la energía eléctrica en el mercado diario desde finales de 2005, precios que no resultaban justificados en su totalidad por el incremento de los costes medios, y que habían propiciado un elevado déficit tarifario en 2005 (del orden de 3.500 millones de euros) que necesariamente recaería sobre empresas y consumidores, el Gobierno aprobó el Real Decreto Ley 3/2006.

Este decreto modificaba el mecanismo de casación de las ofertas de venta y adquisición de energía presentadas simultáneamente al mercado diario e intradiario de producción por sujetos del sector eléctrico pertenecientes al mismo grupo empresarial, suponía una modificación apreciable del funcionamiento del mercado de energía eléctrica, y representaba un paso en la dirección de desarrollar los contratos a plazo, bilaterales o en mercados organizados. La transacción comercial de la energía entre el generador y el distribuidor del mismo grupo se asimilaba a un contrato bilateral, es decir, como si entre el generador y el distribuidor del mismo grupo existiese un contrato de suministro de electricidad.

En Real Decreto 809/2006, de 30 de junio, por el que se revisa la tarifa eléctrica a partir del 1 de julio de 2006, se estableció en su Disposición Adicional Primera el mecanismo para recuperar del déficit tarifario de 2005.

Quiero citar en esta sucinta exposición, la inclusión en los Reales Decretos en los que se aprueban la tarifa eléctrica anualmente, en la partida destinada a la retribución de la actividad de distribución, de una cantidad que tenía por objeto mejorar la calidad del servicio de suministro eléctrico en las zonas donde se superaban los límites de calidad establecidos. Por tanto, se primó la calidad del servicio y la inversión en las redes.

Otras medidas destacadas fueron: La supresión de los llamados Costes de Transición a la Competencia (CTCs), mecanismo aprobado tras la promulgación de la Ley 54/1997. El objetivo de los CTCs era asegurar a los titulares de las instalaciones de generación una transición progresiva desde un entorno regulatorio planificado y, en consecuencia, sometido a bajo nivel de riesgo, hacia un nuevo entorno en el que la amortización de las inversiones dependería sólo de la capacidad de las empresas de generar ingresos por encima de sus costes variables. Enerclub y los responsables de la política energética | 103

El cambio en la retribución de la energía cogenerada para impulsar su desarrollo. El establecimiento de las bases para la gestión de las interconexiones eléctricas entre España y Francia. Una actuación relevante que tendría casualmente impacto después a la hora de avanzar en la implementación de la interconexión entre los dos países, a su paso por Catalunya.

Más allá de la acción del Ministerio, la OPA hostil de Gas Natural por el 100% del capital de ENDESA marcó el devenir de la legislatura y ocupó los titulares de los medios de comunicación.

Pese a la presión mediática y la judicialización de la operación, más allá del acierto en la gestión realizada por las empresas y por sus equipos directivos, en el cuál obviamente no entraré, si que quiero reafirmar claramente que el Ministerio trabajó en todo momento de forma técnica y ecuánime, teniendo como objetivo último que la solución a la que se llegara, garantizara el suministro energético y la máxima competencia en el mercado eléctrico español.

1.1 Actuaciones en el ámbito de la energía nuclear

La política nuclear del Ministerio se guió en todo momento por los principios básicos del resto de la política energética. A saber, asegurar la garantía del suministro de la forma más eficiente posible y respetando el medio ambiente.

En España han llegado a funcionar 9 reactores nucleares. En 2006 se cerró Zorita, en Guadalajara, asumiendo la decisión tomada en el año 2002 por el anterior Gobierno, que junto al de Santa María de Garoña, en Burgos, era el más antiguo del país. Un proceso que irá llevándonos a tomar decisiones al respecto de los reactores hasta el año 2027, cuándo cumplirán 40 años los últimos reactores en ponerse en marcha, Vandellós II y Trillo.

Ante estas decisiones, y previamente a entrar en materia de las actuaciones que se realizaron, me gustaría indicar que se acerca la hora de abrir un debate sosegado y tranquilo, sin apriorismos ni prejuicios, sobre el futuro de la energía nuclear en España. Otros países europeos lo están haciendo. Las tecnologías avanzan, las necesidades estra- tégicas de los países cambian e incluso las prioridades medioambientales nos llevan a consideraciones favorables e impensables en el momento en que se dictó la moratoria nuclear en los años 90.

En mayo del 2006 se clausuró la “Mesa de diálogo sobre la evolución de la energía nuclear en España”, que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio constituyó en 104 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

noviembre del 2005. En las conclusiones de la Presidencia de la Mesa, se constató la importancia y complejidad de los problemas que hay que afrontar para satisfacer las necesidades energéticas futuras de forma sostenible, así como la necesidad de seguir analizando y debatiendo sobre las posibles estrategias para alcanzar soluciones equilibradas y eficientes en relación a la política energética.

El Ministerio autorizó a ENRESA la ejecución y montaje de las celdas de almacenamiento de residuos de muy baja actividad en la instalación nuclear de almacenamiento de residuos radiactivos sólidos de Sierra Albarrana (El Cabril).

El objeto de esta modificación fue disponer de una instalación adicional donde se pueda almacenar un tipo de residuos radiactivos, como pueden ser los resultantes de eventuales fusiones accidentales de fuentes radiactivas mezcladas en la chatarra que algunas acerías utilizan en su proceso productivo, o los procedentes del desmantelamiento de instalaciones nucleares.

El Gobierno aprobó en 2006 el 6º Plan General de Residuos Radiactivos que sustituyó al hasta entonces vigente aprobado en julio de 1999. Este 6º Plan General de Residuos Radiactivos destacaba por contemplar como opción prioritaria para nuestro país la construcción de un Almacenamiento Temporal Centralizado (ATC).

En cuanto al ATC, no puedo sino reiterar la posición que es absolutamente necesario contar una infraestructura avanzada de gestión de residuos en España. Una infraestructura que considero mucho más una oportunidad que una carga para el territorio donde se instale. Una infraestructura que será, sin duda, y como se ha demostrado en otros países de Europa, un polo de creación de empleo y de desarrollo tecnológico.

Desafortunadamente, como sucede con todo lo respectivo al debate nuclear, se acaba contaminando una decisión técnica y racional con elementos políticos y sociales que nada tienen que ver con lo que sería una reflexión sosegada y calmada. Los calendarios electorales (especialmente a nivel local) y las peculiaridades de cada municipio o territorio hacen que sea óptimo solicitar que se instale allí donde exista el consenso necesario a todos los niveles. Por el contrario, si no fuera así, el proceso de instalación del ATC se convertiría en un elemento de confrontación social, para nada necesario ni constructivo en un momento donde convienen ejemplos positivos y un debate de largo alcance sobre la energía nuclear de España. Enerclub y los responsables de la política energética | 105

2. Actuaciones realizadas en el sector de hidrocarburos

Es este terreno es muy importante destacar que España es un país ejemplar en cuánto a suministro de gas natural se refiere, un dato no siempre conocido. La variedad de pro- veedores y de tecnologías de transporte (gasoducto o regasificación) convierten a nuestro país en líder y modelo a seguir en muchos conceptos.

Sirva como ejemplo que España es el tercer país del mundo en consumo de gas natural licuado (GNL), tan sólo tras Japón y Corea. Somos líderes en Europa en número de plantas de regasificación y eso nos permite ser flexibles y ampliar nuestra cartera de proveedores a países como Egipto o Trinidad y Tobago. Si a todo ello sumamos las infraestructuras de transporte de gas con Argelia, nos situamos ante un panorama estable donde se garantiza el suministro, y su precio, de forma mucho más eficaz que en algunos de nuestros socios europeos.

En el período 2004-2006: Se aprobó la orden ministerial ITC/3126/2005, mediante la cual se aprobaban las normas de gestión técnica del sistema gasista cuyo objetivo era garantizar la conti- nuidad, calidad y seguridad del suministro. La importancia de esta norma radica en el hecho de que hasta esa fecha no existían procedimientos detallados y transparentes sobre muchas de las operaciones que se realizaban entre los agentes del sistema gasista. Se avanzó en el proyecto del gasoducto MEDGAZ entre España y Argelia. Se habilitó a la Comisión Nacional de Energía (CNE) para resolver liquidaciones de gas, dando mayor agilidad al proceso de cobros y pagos entre empresas. Se establecieron medidas para mejorar el régimen de comercialización de carburan- tes en las cooperativas agrícolas. Se aprobó el Real Decreto 942/2005, por el que se modifica determinadas disposi- ciones en materia de hidrocarburos, introduce medidas relevantes en el sector, entre las que destaca que a partir del 1 de enero de 2009 se prohíbe la comercialización en todo el territorio nacional de las gasolinas de sustitución, y se deja un canal logístico abierto para la distribución de carburantes menos contaminantes. El decreto incluía también medida encaminadas a incrementar la transparencia y facilitar el cambio de empresas suministradoras, especialmente para los clientes domésticos y comerciales. Se aprobó Real Decreto-ley 7/2006 de 23 de junio, por el que se adoptan medidas urgentes en el sector energético, establece un sistema de reparto de la capacidad de 106 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

almacenamiento subterráneo disponible, en función de las cuotas de mercado de los diferentes agentes. De esta forma se asigna de forma ordenada la capacidad disponible, evitando el acaparamiento y asegurando el suministro para el próximo periodo invernal.

3. Actuaciones en el ámbito de planificación energética

Durante el período 2004-2006 se ponen las bases para el crecimiento posterior de las energías renovables en España.

La política del Gobierno se orientó a la búsqueda de un suministro utilizando fuentes de energías que faciliten el desarrollo sostenible, y que permitan alcanzar el nivel necesario de cobertura de la demanda a un coste económico razonable.

Las líneas básicas del diseño fueron las siguientes: La potenciación de la eficiencia energética, lo que determinaba el impulso a los ciclos combinados alimentados por gas natural y cogeneraciones de alta eficiencia energética. La promoción e incentivos del ahorro energético, como el Plan de Acción 2005-2007 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética. El desarrollo de las energías renovables. A estos efectos, el Gobierno aprobó el 26 de Agosto 2005 el Plan de Energías Renovables 2005-2010, y La garantía de un nivel de abastecimiento y seguridad energética razonable. Por lo que en el horizonte de la planificación energética, año 2011, se estimaba que se mantendría el carbón nacional como combustible necesario para cubrir la demanda, participando con un tonelaje anual suficiente y definido en el Plan de la Minería del Carbón para el periodo 2006-2012, aprobado por el Consejo de Ministros el 31 de marzo del año 2006.

Paralelamente a su aprobación, se pusieron en marcha los mecanismos de cooperación necesarios entre la Administración General del Estado y las CC.AA. para la ejecución del Plan de Acción 2005-2007 y del Plan de Energías Renovables 2005-2010.

3.1. El Plan de Energías Renovables 2005-2010

Esta planificación fijó los tres objetivos siguientes: que el 12,1 % del consumo de energía primaria consumida en el año 2010 proceda de energías renovables, el 30,3% de la energía Enerclub y los responsables de la política energética | 107

eléctrica consumida sea de fuentes renovables, y que el 5,83% del consumo de gasoil y gasóleo en el transporte en ese año 2010 sean biocombustibles, dando cumplimiento a los tres objetivos establecidos en la Unión Europea en materia de energías renovables.

El Plan de Energía Renovables estaba basado en una revisión en profundidad del Plan de Fomento de Energías Renovables 2000-2010 aprobado por el Gobierno anterior, y su necesidad se hizo patente a la vista del incumplimiento de los objetivos de implantación de energías renovables en el año 2004, fijados en el anterior Plan.

El desarrollo de las fuentes renovables de energía era y sigue siendo uno de los aspectos claves de la política energética nacional, por las siguientes razones: Contribuyen eficientemente a la reducción de las emisiones de gases de efecto

invernadero, en particular del CO2. La mayor participación de las energías renovables en el balance energético disminuye nuestra dependencia de los productos petrolíferos y diversifica nuestras fuentes de suministros al promover recursos autóctonos. Contribuye a la creación de empleo, especialmente en el ámbito rural.

En relación con el Plan de Fomento de Energías Renovables anterior, la mayoría de las áreas de tecnologías renovables aumentaban sus objetivos. Destacaba ya la importante contribución prevista de la energía eólica, que se elevaba hasta el entorno de los 20.000 megavatios como objetivo de potencia instalada para 2010. En aquel plan, se fijaba un objetivo para la tecnología solar fotovoltaica de 400 MW.

4. Conclusiones

Ante el balance anterior, reitero la satisfacción por la etapa pasada encabezando el Ministerio, una etapa que marcó la apertura del mercado eléctrico español al exterior, bien sea gracias al Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL) o a las bases de las futuras interconexiones con Francia; una etapa que inició el proceso de concentración empresa- rial en el sector; que afianzó la estabilidad de la provisión de gas del España; que estableció las bases para un tratamiento moderno de los residuos radiactivos; y que puso las bases para la expansión y el progreso de las energías renovables en España. 108 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Energía en España 2006 - 2008

Joan Clos i Matheu Embajador de España en Turquía y Azerbaiyán

e correspondió ejercer la titularidad del Ministerio (2006-2008) en el periodo M donde tanto el Parlamento como la opinión pública seguían apasionadamente el debate sobre el destino de la OPA de Endesa. Un debate agitado y virulento que, visto con un poco de distancia, sólo pudo acontecer porque sin quizás saberlo estábamos en el cenit de la burbuja de activos alimentada por el bajo coste del endeudamiento.

Con la deuda tan barata del momento se podían financiar apalancamientos dando lugar a espectaculares apuestas y envites que el espectador medio no podía entender. La exhube- rancia irracional de los mercados ha dado paso al desplome del valor de los activos al que estamos asistiendo actualmente. No estaría de más, con la perspectiva del tiempo, una desapasionada y bien hecha tesis doctoral sobre todo el proceso de la opa de Endesa.

Pero más allá del ruido mediático, las tareas más importantes que nos correspondieron a mí y a mi equipo de Energía, con Ignasi Nieto como Secretario de Energía al frente, fueron, en primer lugar, la transposición del segundo paquete de directivas europeas de la energía, que significó un importante paso adelante en la liberalización del mercado de la electri- cidad. En segundo lugar, nos correspondió avanzar en el estratégico tema de la garantía de suministro, con las interconexiones con Francia, Portugal, Marruecos y Argelia. La tercera tarea que nos correspondió fue dar un nuevo impulso a las energías renovables.

El entorno era complejo ya que el precio de la energía primaria era caro, fruto del boom económico mundial, en especial de la China e India, que impulsaron el precio del petróleo hasta los 150 $/barril, y acontecía en un momento en el que además manteníamos sistemáticamente dos puntos de diferencial de inflación con la UE, con lo que nuestra competitividad se iba resintiendo. Enerclub y los responsables de la política energética | 109

La liberalización de precios estaba socialmente aceptada en el caso de los hidrocarburos, pero no así en el caso de la electricidad, ni por parte de los consumidores domésticos ni de los industriales. Aflorar la escalada de precios de la energía primaria significaba una subida que en el momento se consideró inadmisible. Luego el tiempo nos ha enseñado que el problema no estaba tanto aquí como en la mencionada burbuja de activos. Nos encontramos además con el mecanismo del “déficit de tarifa” ya establecido con anterio- ridad (2000), que facilitaba una salida pragmática a las dificultades del afloramiento de costes.

En el fondo pervivía un intento no muy racional pero sí muy cohesionado de posponer lo que todo el mundo sabía que era inevitable por el hecho mismo de nuestra adhesión a la UE, es decir, el decidido avance en la introducción de mucha más competencia en el históricamente regulado sector de la electricidad.

El nivel de conflictividad con la Comisión Europea se iba incrementando por este motivo, con lo que optamos decididamente por encarar el tema.

El Segundo Paquete exige a los Estados miembros que garanticen la libertad de los consumidores a la hora de seleccionar entre varias compañías distribuidoras, liberali- zando las tarifas y dejando el “suministro de último recurso” como la línea de protección de los pequeños consumidores que padecen una asimetría de información en este complejo mercado.

La adaptación a las Directivas europeas obligó a modificar la normativa española de forma que las empresas que realizasen actividades de red (transporte y distribución) quedasen jurídicamente y funcionalmente separadas de las que generaban la energía. Ello afectó a múltiples empresas del sector que, hasta entonces, realizaban ambos tipos de actividades sin separación jurídica. En el sector eléctrico, afectaba a REE –que gestionaba la red de transporte y el contrato histórico de electricidad con Francia– y a todas las empresas distribuidoras –que eran gestoras de redes y del suministro regulado a tarifa– En el sector del gas natural, afectaba a ENAGAS –que era transportista y comercializador mayorista para el mercado regulado– y a todas las empresas distribuidoras –que eran gestoras de redes y del suministro regulado a tarifa–.

Se introdujo todo un conjunto de nuevas modalidades de contratos y de subastas para poner en marcha tal grado de cambio en el sistema. Por ejemplo, se desarrollaron los modelos de contratos a plazo para la cobertura de la demanda de “último recurso”. Se iniciaron las subastas de energía de los dos operadores dominantes a través de subastas virtuales, para reducir el poder de mercado de los mismos. 110 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el sector del gas el avance en la introducción de mayor competencia y por tanto de ampliación del mercado se constata en el hecho de que a final de 2007, el 90% del gas se negociaba ya en el mercado abierto y sólo el 10% quedó sujeto a las escasas tarifas que quedaron después del proceso de adopción de las normativas europeas.

En el ámbito de las tarifas eléctricas no sucede lo mismo, ya que su simplificación ha sido más compleja. A pesar de lo cual a finales de 2007 estábamos en un 30% de la electricidad contratada en el mercado abierto. Ahora bien, el camino ya no tiene retorno y España ahora ya comparte con el resto de Europa un modelo común. Esta tendencia de liberalización se inició en EEUU, en los años 90, y en Europa seguimos sus pasos con las complejidades propias de nuestras múltiples tradiciones nacionales y legislaciones propias que hay que armonizar.

La introducción de la competencia ha coincidido en un momento donde la sociedad en general exige además más calidad en el producto. Se nos planteó un doble reto en el sector eléctrico sometido a presión por el crecimiento de la demanda: aumento de seguridad con la disminución de los cortes de suministro, y el de la mayor exigencia en la calidad de onda, que es cada vez más importante en la economía post-industrial, basada en las tecnologías de la información.

Ello nos llevó a revisar el esquema de retribución de la distribución de la electricidad, aumentando substancialmente la exigencia de inversiones a los distribuidores y compen- sando adecuadamente este servicio en la tarifa. Con la paulatina desaparición de las mismas se planteará la necesidad de arbitrar una metodología que garantice la calidad futura. No podemos olvidar que este mercado nunca llegará a ser un mercado perfecto por las características propias del sector, así que deberá convivir con una regulación que deberá garantizar un terreno de juego equilibrado.

Igualmente nos correspondió revisar todo el plan de inversiones de la distribución en alta tanto de gas como de electricidad. En el caso del gas para poder seguir ampliando en toda la geografía la extensión de este servicio, y también para reforzar los ejes de interconexión de redes con Francia, Portugal y hacia el Medgas con Argelia. En la red eléctrica el motivo principal fue el de poder incorporar toda la variabilidad inherente de la energía eólica. Tal variabilidad exige una red cada vez más compleja y robusta, físicamente y en su software (smart grid). Podemos imaginar cómo los parques eólicos instalados van captando la energía del viento de los sucesivos frentes fríos que barren la Península de oeste a este, y que van poniendo en marcha unos parques, apagando otros. A su vez debe transportarse la energía así recogida a los consumidores que permanecen fijos en su ubicación. Frecuentemente cuando un frente deja la Península Enerclub y los responsables de la política energética | 111

por levante, uno nuevo entra ya por poniente, iniciándose una nueva ola que los distintos parques irán recogiendo sucesivamente. Se pone de manifiesto la trascendencia de dotar- se de una red lo más extensa posible ya que así se garantiza que en un lado u otro de la misma se capte energía. A mayor tamaño de la red, se disminuye el promedio de variabilidad. Aunque pueda parecer ciencia-ficción, ya no lo es, y nuestra generación eólica comparte liderazgo con Alemania, Dinamarca y EEUU.

El siguiente objetivo en el que centramos nuestros esfuerzos fue en el tema de las interconexiones. No se puede hablar de un mercado europeo integrado y seguro si no existe un adecuado nivel de interconexión que garantice dicha integración. Igualmente, la garantía de suministro viene aumentada por la capacidad de interconexión.

El máximo nivel de interconectividad con el que contamos es con Portugal. De hecho, las estructuras de conexión son ya lo bastante grandes como para permitir desarrollar el mercado Ibérico de la electricidad (Mibel) y también disfrutamos ya de una buena interconexión en gas, aunque debe ser aumentada en los próximos años.

El acuerdo para la puesta en marcha efectiva del Mibel se logró en la Cumbre Hispano- Portuguesa de Badajoz (otoño de 2006). Para ello, fue necesario establecer un meca- nismo de separación de mercados (market-splitting) en la gestión de la interconexión hispano-portuguesa. Este mecanismo asegura la eficiencia separando los precios de ambos nodos en aquellas horas en las que se satura la capacidad de interconexión trans- fronteriza y dando lugar a un único precio en toda la Península en aquellas horas en las que el flujo de energía no satura dicha capacidad. El objetivo final es superar esta restricción y conseguir la operatividad total del mercado.

La Cumbre de Badajoz permitió, asimismo, establecer una hoja de ruta para la armoni- zación regulatoria progresiva de ambos sistemas ibéricos a lo lago de los siguientes años; hoja de ruta que se materializó en un acuerdo político que firmamos los dos Ministros, esta vez en la ciudad de Lisboa.

El otro nivel de conexión eléctrica importante es con Marruecos. Se construyó y se puso en marcha la segunda conexión eléctrica desde Algeciras a Marruecos, con lo que se dobló la capacidad pasando del previo 15% al actual 30% del mercado marroquí de la electricidad. Un nivel de interconexión que dice mucho del grado de sintonía entre los dos países.

Pero en el campo de interconexiones eléctricas el tema más importante fue el desblo- queo de la interconexión con Francia. Las actuales conexiones transpirenaicas no llegan al 2% de nuestro mercado y no cesamos en impulsar el proyecto de conexión entre 112 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Girona y Francia como un elemento no tan solo de interconexión de redes sino también de garantía de suministro de Girona. Lamentablemente en las nevadas del 2010 hemos podido comprobar las limitaciones estructurales de la condición de cul- de-sac de la red en Girona.

En las cumbres bilaterales con Francia acordamos un mecanismo de desbloqueo de la interconexión con el nombramiento del ex-Comisario de Competencia de la Unión Europea, Mario Monti, como proponente de una solución aceptable para ambas partes. No sin oposición popular a ambos lados de la frontera, pudimos finalmente arbitrar una solución que esperamos dé su fruto a corto plazo.

Al igual que con la electricidad, con el gas también tenemos un nivel de conexión insuficiente con Francia. Ahora mismo no se superan los 3 bcm y el consenso infor- mado sugiere una capacidad mucho mayor, como mínimo de 10 bcm, entre otras cosas teniendo en cuenta la futura puesta en marcha del Medgas que nos comunica con Argelia.

En la garantía de suministro tuvimos la ocasión de revisar el estratégico tema de los almacenamientos de gas. En toda Europa se persigue una política de generar capacidad de almacenamiento para hacer frente no tan sólo a las necesidades estratégicas sino a los vaivenes estacionales del mercado del gas. Como es bien sabido, nuestra geología no nos es favorable, a pesar de lo cual pusimos en marcha la dinámica para garantizar los activos a nuestra disposición. Concretamente, el campo de Castor off-shore en Castellón y el de Yela en Guadalajara y la ampliación del de Gaviota, con lo que nuestra capacidad de almacenamiento pasará del 2% al 13% de la demanda total, cuando estén terminadas las instalaciones.

El tercer grupo de medidas que nos correspondió arbitrar fue en el capítulo de la sostenibilidad. Afortunadamente, hemos acumulado un buen nivel de experiencia tanto regulatoria como en el campo de la investigación y desarrollo, así como en el terreno del desarrollo empresarial, que nos permite estar muy activos en este nuevo espacio econó- mico. En los últimos años se ha puesto sobre la mesa del debate público el tema del cambio climático y la necesidad de buscar fuentes energéticas alternativas a las energías de origen fósil. De ser un asunto apenas mencionado en la década de los noventa, ha pasado a ser de absoluta y radical actualidad.

En la búsqueda de un sistema más sostenible dos líneas diferentes emergen: por un lado, la promoción de las energías renovables, no basadas en el carbono, y por otro, la disminución global del consumo energético sin compromiso del crecimiento. Enerclub y los responsables de la política energética | 113

Para la promoción de los renovables procedimos a la revisión de los sistemas de remuneración de los mismos introduciendo el mecanismo de cap and floor para garantizar la rentabilidad de las inversiones, en un marco futuro de mayor liberalización del sector de la generación. Creo que podemos concluir que colectivamente se ha conseguido una muy buena planta eólica en el país. Los récords de producción de la misma van cayendo ahora con regularidad.

Es cierto que su coste es importante para el sistema, pero se ha ganado en independencia energética, en diversidad de suministro y en el desarrollo de un sector industrial muy competitivo. En estos momentos el precio del gas es bajo, pero a poco que se recupere el crecimiento económico y la demanda, nos volveremos a encontrar con un sector eólico muy próximo ya a los costes de mercado y por tanto con una menor dependencia de las subvenciones.

En el caso de la energía solar, tanto termo-solar como especialmente la fotovoltaica, estamos en otro momento de la curva de aprendizaje de toda nueva tecnología, y sus costes aún están demasiado lejos para que se pueda generalizar el uso de esta tecnología en las condiciones actuales.

En el terreno de la eficiencia energética también tenemos mucho camino por hacer. Las informaciones disponibles sugieren que en los años 2006 y 2007 empezamos la curva descendente de la intensidad energética. Es decir, la cantidad de energía consumida por unidad de producto bruto generado. Las economías emergentes consumen cada vez más energía por producto adicional, hasta llegar a un punto donde gracia a sus mejoras tecnologías y a la mayor eficiencia y racionalidad se consigue crecer consumiendo menos energía. Este es el punto que hemos transitado ya en nuestro país. Ello requiere ahora y en el futuro un esfuerzo en inversión, en renovación de equipamiento, en mejora de procesos, en cambio de tecnologías para consumir menos energía a pesar de generar más riqueza.

El plan de acción de ahorro y eficiencia energética 2008-2012 estableció un conjunto de ayudas en cuantía relevante para incentivar los cambios necesarios para avanzar en este camino.

Como se puede constatar por este repaso a nuestra actividad durante estos dos intensos años, casi nada he mencionado de los hidrocarburos ni del carbón. Los mercados funcionaron razonablemente bien en el caso de los hidrocarburos y nuestro diferencial de precios con nuestros vecinos, a pesar de existir, no fue muy grande. Queda pendiente para afrontar, cuando las circunstancias lo permitan, nuestro desequilibrio de producción 114 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

en forma de exceso de gasolina y defecto de gasoil, que nos fuerza a exportar una y a importar el otro. Por lo que hace al carbón, esperamos que la tecnología de secuestro del C02 pronto pueda estar disponible y a precios competitivos, porque ésta sí podría ser una tecnología con consecuencias geopolíticas, ya que tanto Europa como EEUU tene- mos reservas abundantes y podría disminuir nuestro grado de dependencia en energías primarias de otras partes del mundo.

El 50% de la emisiones de gases de efecto invernadero se producen por el sector transporte, y ante las evidencias acumuladas finalmente ha eclosionado el interés en el coche eléctrico. En breve tiempo podremos conocer si estamos ante un cambio de paradigma o aún no ha llegado la hora.

Asistimos a tiempos de cambios acelerados donde como es bien conocido aparecen muchos riesgos y tropiezos pero también nuevas y atractivas oportunidades. Sólo nos cabe desear que los unos superen a los otros. Enerclub y los responsables de la política energética | 115

El entorno Político y Económico

Marco legal y evolución del sector: José Folgado

Repercusiones del ingreso de España en la UE: Marcelino Oreja Pedro Solbes

Relaciones Internacionales: Nobuo Tanaka Randi Gossen 116 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Marco legal y evolución del sector

José Folgado Blanco Alcalde–Presidente de Tres Cantos Ex Secretario de Estado de Energía

ntre los grandes cambios que se han producido en España durante el último E cuarto de siglo en la ordenación de la economía y de la sociedad, no es el menor el referente al sector estratégico de la energía. Han sido enormes los avances en la regulación e introducción masiva del gas, plantas de regasificación y centrales de ciclo combinado. También ha sido impresionante el despliegue de ciertas energías renovables, habiendo llegado España a ser referente mundial incluso en tecnologías relacionadas con este tipo de energías. Cabe calificar de excelente el tratamiento de las actividades reguladas de electricidad y gas, cuyas infraestructuras de red en manos de Red Eléctrica y Enagás, respectivamente, están siendo de las más eficientes de Europa. Por último, se ha llevado a cabo la liberalización de mercados y la conformación de empresas privadas de generación y comercialización en general eficientes y competitivas.

El balance general de política energética en el último cuarto de siglo ha sido positivo y quiero hacer por ello un reconocimiento a cuantos han contribuido al mismo. No obstante, dicho balance no debe ocultar los problemas y debilidades que existen, sino que debe servir de estímulo para afrontar los enormes desafíos que tenemos por delante. Así, la elevada y grave dependencia energética exterior, el abultado déficit tarifario, el exceso de emisiones contaminantes sobre los niveles comprometidos o la inseguridad regulatoria que delatan los mercados, en particular el tratamiento que se vaya a dar a las energías renovables, al carbón y a la energía nuclear, no agotan pero sirven como ejemplos relevantes de los problemas a los que hacer frente.

Estimo que el indicador que, de manera más palpable, refleja las debilidades de nuestro sistema energético es el de la dependencia exterior, enorme y muy superior a la de los demás países comunitarios. El desequilibrio exterior de la economía El entorno Político y Económico | 117

española –déficit de la balanza por cuenta corriente– ha llegado a ser, durante los últimos, años el mayor del mundo en términos relativos y se presenta, sin duda, como el principal factor limitador de progreso por las crecientes dificultades financieras que comporta y por la desconfianza que suscita en los mercados e inversores internacionales ese desequilibrio tan elevado que sólo puede ser reflejo de la insuficiente competitividad de la economía española.

Una corrección eficaz de ese desequilibrio externo, sin que sea sobre la base de menos crecimiento y más paro, como en la actualidad, obliga a una política económica que, por un lado, priorice el gasto público y reduzca el déficit y la deuda públicos y, por otro, propicie una mejora sustancial de la competitividad mediante las reformas necesarias en los más diversos ámbitos: laboral, financiero, educativo, fiscal, administrativo, y en sectores estratégicos.

La energía está resultando un factor limitador del crecimiento cuando debería ser fuente de progreso. Ello es debido, en gran medida, a que hemos dejado que nuestra dependencia energética exterior haya subido hasta cerca del 80% de nuestro consumo de energía primaria, tasa enorme que no tiene parangón y que arroja dos consecuencias muy negativas: una de carácter económico, por cuanto está realizando una grave contribución a acrecentar aquel déficit exterior, y otra de tipo político y estratégico, en la medida que surjan inevitables tensiones energéticas internacionales, dada la concentración energética de productos fósiles en unos pocos países relativamente inestables. De hecho, la Comisión Europea ha llamado la atención sobre la necesidad de aplicar una estratega tendente a reducir los riesgos de esa dependencia, y eso que tal dependencia es del orden del 50% a nivel de conjunto de la UE, bastante inferior a la española.

En definitiva, se trata de afrontar la política energética primero como parte integrante de un escenario estable de política económica general y después en orden a mantener los tres grandes principios que se aceptan con carácter general para la energía: seguridad de suministro, competitividad económica y eficiencia ambiental. Estos tres principios nos llevan directamente a analizar los cuatro planteamientos que deben orientar nuestra política energética: el mix más conveniente de tecnologías de generación, el tratamiento más ade-cuado de las infraestructuras de redes, el eficaz desarrollo de una estrategia de ahorro y eficiencia energética y, por último, regulación transparente y estable de los mercados de gas y electricidad. 118 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El mix energético adecuado

1. Es necesario mantener una oferta diversificada porque no hay ninguna tecnología de generación que pueda atender, de manera eficiente por sí sola, a los tres principios mencionados, máxime en un contexto de casi isla energética. Históricamente, hasta mediados de los noventa, la combinación de tecnologías de generación consistía en hidráulica, carbón, fuel y nuclear. No era precisamente malo este mix desde el punto de vista de la seguridad y autonomía de suministro. A pesar de que, en toda la primera mitad de los noventa, apenas se produjo aumento en la capacidad eléctrica instalada (1.700 mw), era suficiente en un contexto de crisis económica y, en consecuencia, bajo crecimiento de la demanda eléctrica.

Pero a partir de mediados de los noventa, el reto fue gigantesco para poder cumplir los tres principios arriba mencionados. En primer lugar, la moratoria nuclear, es decir, la decisión del primer gobierno socialista de parar la construcción ya casi ultimada de dos centrales nucleares, Lemoniz y Valdecaballeros; una disposición muy costosa que supuso una restricción histórica a la ampliación de una oferta energética limpia, eficiente y autónoma. Resulta además irónica esta decisión cuando la energía eléctrica importada de Francia es en un 80% de origen nuclear. En segundo lugar, son conocidas diversas limitaciones, unas de carácter físico para construir nuevas centrales hidráulicas, y otras de carácter ambiental por ejemplo para ampliar centrales de carbón o de fuel.

2. Existen pocas dudas sobre la escasa capacidad de expansión de la energía hidráulica por las limitaciones físicas evidentes. No obstante, se deberían propiciar actuaciones tendentes a desarrollar minicentrales hidráulicas, por un lado, y sobre todo a aumentar la capacidad de bombeo nocturno, por otro. Entiendo que el bombeo debería formar parte de las prioridades de la política energética en el próximo futuro porque sintoniza perfectamente con el logro simultáneo de los tres grandes principios de seguridad, competitividad y sostenibilidad, sobre todo si tal aumento de la capacidad de bombeo se realiza en horas valle con energía eólica y nuclear.

3. En cuanto a la energía a partir del carbón, es conocida la escasa eficiencia energética de nuestro carbón nacional y, en todo caso, la fuerte dependencia exterior pero, sobre todo, es necesario resaltar su contribución a las emisiones de CO2. Dado que España se ha excedido en emisiones de gases de efecto invernadero sobre los compromisos asumidos, resulta inevitable que el carbón vaya perdiendo peso en el mix energético, sobre la base de no construir nuevas centrales de carbón e ir cerrando las existentes a medida que vaya concluyendo la vida útil de las mismas. Ello con independencia de que se sigan haciendo esfuerzos para desarrollos tecnológicos de gasificación y de secuestro El entorno Político y Económico | 119

del carbono. Es evidente la contradicción de las últimas decisiones relativas a la fijación de cuotas preferentes para el uso de carbón en relación con el objetivo de desarrollo sostenible.

4. Con las limitaciones mencionadas en las tecnologías de generación tradicionales y una economía que entraba en fase alcista de la actividad económica y de la demanda eléctrica a medida que avanzaba la década de los noventa, se iban estrechando los márgenes de capacidad instalada para atender demandas punta, de manera que la seguridad de suministro quedaba confiada sobre todo a las nuevas centrales de ciclo combinado de gas. La dependencia muy mayoritaria del gas de Argelia por tubo añadía un factor de debilidad estratégico que había que solventar. España demostró, en aquellos años a caballo de las dos décadas, una capacidad organizativa y de respuesta a los problemas energéticos verdaderamente impresionante. Se duplicó la capacidad instalada de las tres plantas de regasificación existentes (el Prat, Cartagena y Huelva), se construyó la de Bilbao, se inició de la de Sagunto y se proyectó la de Mugardos en A Coruña.

Esta apuesta estratégica por el gas, unido a diversas medidas de liberalización y compe- tencia en este sector, favoreció un proceso inversor que no tiene parangón en ningún país desarrollado. Frente a ello, el principal problema actual con las centrales de ciclo combinado consiste en la enorme infrautilización actual de las mismas (unas 3.000 horas/año, frente a una previsión de funcionamiento de 5.500 horas/año). No puede convertirse en ruinosa una tecnología necesaria, por lo que hay que solventarlo modu- lando la retribución precisamente por esa garantía de servicio que prestan.

Pero la situación favorable para la autonomía y seguridad de suministro propiciada por el gas no elude la mayor y creciente dependencia energética exterior ni el crecimiento de las emisiones, aunque sean de menor intensidad que las procedentes del uso del carbón. Por ello, la discusión técnica y política sobre las tecnologías de generación se centra en las otras dos fuentes: la energía nuclear y las llamadas energías renovables. Todo ello, con independencia de los avances que se logren tanto en materia de ahorro energético como en los desarrollos tecnológicos de energías de futuro, como la llamada economía del hidrógeno.

5. España ha sido referente mundial en el impulso de las energías renovables, eólica, solar, -térmica, termoeléctrica y fotovoltaica-, biomasa, biogás y biocarburantes. A las energías renovables, se les da un tratamiento favorable por su contribución a la diversificación de fuentes energéticas, a la menor dependencia exterior, a lograr un desarrollo sostenible, a tener un carácter de fuente renovable y, en algunos casos, a favorecer el asentamiento de población en el campo. La normativa de las energías renovables y de todo el régimen 120 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

especial, que incluye también la cogeneración (energía y calor) en las empresas, fue perfeccionándose pasando de una regulación de tarifas fijas hacia un sistema en el que se estimula el salir al mercado.

Se midieron bien los pasos para alcanzar una retribución razonable y atractiva de las inversiones durante el período de vida útil y proporcionar la adecuada seguridad jurídica y estabilidad regulatoria, fijando unos criterios claros de revisión periódica de primas a la baja para las nuevas inversiones en función de los avances tecnológicos y los correspondientes menores costes de generación. También se fijaron unos topes a la capacidad instalada que se iba a autorizar en cada una de las tecnologías. Este marco culminó con el Real Decreto 436/2004 que ha sido objeto de seguimiento en los más diversos países desarrollados y, lo que es más importante, ha supuesto un impresionante despliegue en los años siguientes de inversiones y desarrollos tecnológicos de nuestras empresas tanto en nuestro país como a nivel internacional.

Desgraciadamente, durante los últimos años no se han seguido estos criterios, las primas unitarias han ido en ascenso y, en el caso de la energía solar fotovoltaica, han sido tan elevadas (429 euros/MW) que en 2009 han representado el 43% del total de primas al régimen especial cuando esta generación representó el 7,6%. Se ha convertido en inversión masiva y ajena a los objetivos energéticos en lugar de inducir un desarrollo tecnológico ordenado de las renovables, provocando dos grandes males, mayores importaciones con deterioro del sector exterior y crecimiento espectacular del déficit tarifario. Como la situación resulta insostenible, se ha empezado a dar marcha atrás pretendiendo incluso dar carácter retroactivo a las medidas lo que deriva en una mayor inseguridad regulatoria, causando incertidumbre e inhibición inversora en la actualidad que es necesario corregir con rapidez.

Por ello, sería necesaria una Ley de Energías Renovables que asegure un marco legislativo y fiscal objetivo, transparente y predecible. Y también que se establezca una guía práctica para que todos los consumidores puedan disponer de la información necesaria para aprovechar su desarrollo. Parece que hay consenso en el objetivo de lograr que estas energías representen el 20% en 2020. Una línea de actuación urgente consiste en programar la instalación obligatoria a medio y largo plazo en todos los edifi- cios de energía solar térmica y fotovoltaica, primando estas inversiones sobre las de los llamados huertos solares.

Sin embargo, es sabido que las energías renovables no garantizan plenamente la seguri- dad de suministro habida cuenta la dependencia de factores atmosféricos, en la mayoría de los casos, que imposibilitan el adecuado ajuste de la oferta a las condiciones de la El entorno Político y Económico | 121

demanda. Y aquí es donde las renovables encuentran la complementariedad necesaria con la energía nuclear.

6. Se considera que la energía nuclear es hoy en día limpia, segura y eficiente, es decir, cumple con los tres objetivos planteados. La energía nuclear proporciona en España el 20 por cien de la electricidad producida, menos que en la media europea (35%) y por supuesto que en Francia (78%). Contribuye al cumplimiento del Protocolo de Kyoto, dado que el parque nuclear español evita la emisión a la atmósfera de unos 50 millones de toneladas de CO2 cada año. También contribuye a reducir nuestra grave dependencia energética exterior al evitar la importación de unos 100 millones de barriles de petróleo al año por un importe de unos 8.000 millones de euros al año.

Con el fin de mantener el “mix” energético equilibrado, reducir la dependencia del exterior, muy superior a la media europea, reducir las emisiones de CO2, que superan ampliamente las comprometidas en el Protocolo de Kyoto, mejorar la seguridad de suministro y dar respuesta a la creciente demanda de energía en condiciones competitivas, resulta necesario y ya urgente buscar consenso entre el Gobierno y las principales fuerzas sociales y políticas en torno a las siguientes cuestiones básicas: a) Mantener los emplazamientos actuales y gestionar la vida útil de las centrales existentes en línea con las tendencias internacionales y con el asesoramiento del Consejo de Seguridad Nuclear. Sobre esta base, la energía nuclear debe mantener su peso relativo actual en el mix energético. Para cumplir con los tres objetivos de seguridad de suministro, competitividad económica y sostenibilidad ambiental, la energía nuclear resulta imprescindible para favorecer el impulso de energías limpias como el bombeo, la producción de hidrógeno y atender a la demanda creciente prevista en la carga de baterías de vehículos eléctricos. b) Participar activamente, por parte de la industria española, en los programas en curso de otros países sobre centrales de nueva generación de reactores en los que prima, además de la seguridad como siempre, el avance en el aprovechamiento del combustible y que son de construcción más rápida. c) Intensificar los recursos y el esfuerzo investigador para la completa reutilización de los residuos.

La mayoría de países que habían sufrido como nosotros el parón nuclear, como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos, están replanteándose la ampliación de la capacidad eléctrica instalada de origen nuclear. A nosotros, nos resulta imprescindible para poder recuperar la facultad de crear riqueza y empleo, que no se cierre Garoña, que se repotencie su capacidad y que, con los debidos avales del Consejo de Seguridad Nuclear, 122 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

se alargue la vida útil de todas las demás centrales. Estas últimas medidas servirían, además, para dar solución al problema del déficit tarifario, cuestión delicada nada fácil de resolver por otras vías sin comprometer la competitividad de las empresas.

Intensificar inversiones en infraestructuras energéticas

La red de transporte de electricidad ha tenido tradicionalmente algunos problemas localizados de despliegue en particular en el acceso a grandes ciudades. Por ello y para atender adecuadamente la creciente demanda previsible, resulta objetivo prioritario cumplir los compromisos de despliegue y modernización establecidos en la Planificación Plurianual de Infraestructuras de Transporte Energéticas de Gas y de Electricidad, incluido de manera especial los que afectan a las islas Canarias y las conexiones de las Baleares con la Península, así como los accesos a grandes ciudades.

Los mayores esfuerzos regulatorios y financieros deben concentrarse en la mejora sustancial de las redes de distribución eléctrica para elevar los niveles de seguridad y calidad de suministro en todo momento. Siguiendo los modelos internacionales más solventes, se debe establecer un sistema retributivo razonable y eficiente de esta red capilar, implantando al mismo tiempo un sistema especial reforzado de vigilancia de la calidad de suministro a través de los tiempos y frecuencias de interrupción del mismo y de las oscilaciones no admisibles en el fluido eléctrico.

Resulta necesario insistir, ante las instancias comunitarias y los países limítrofes, sobre el incremento sustancial de las interconexiones internacionales de electricidad y gas en línea con los compromisos asumidos reiteradamente por el Consejo Europeo y consi- derar este objetivo como premisa indiscutible para la apertura total de operaciones empresariales. Toda Europa tiene que resolver el problema estratégico de la dependencia enorme de gas de Rusia, que está generando periódicas incertidumbres para el suminis- tro garantizado de gas en invierno. En este contexto, adquiere creciente relevancia, y así se está viendo de manera creciente en la UE, el Medgaz y la ampliación de nuestras conexiones gasísticas con Francia y resto de Europa. Por ello, se debe respaldar cualquier acción del Gobierno para defender la intensificación de las interconexiones interna- cionales eléctricas y de gas.

Por otra parte, se deben incrementar sustancialmente los recursos destinados a investigar y acondicionar nuevos almacenamientos de gas, dado que estamos muy lejos de alcanzar el volumen de reservas considerado mínimo estratégico. El entorno Político y Económico | 123

Por último, se deben establecer sistemas legales y administrativos ágiles y eficientes para la tramitación de las autorizaciones de nuevas infraestructuras energéticas, de forma que se reduzca sustancialmente el plazo existente y se facilite el despliegue de la generación distribuida y, en particular, de las energías renovables y sus conexiones a la red. Estas inversiones en redes van a adquirir creciente importancia con el aumento de coches eléctricos. Para un país como España, que importa todo el petróleo y gas y que esta energía impone una pesada carga sobre nuestra balanza comercial, resulta especial- mente estratégico impulsar la implantación de los coches eléctricos y los desarrollos tecnológicos relacionados con estos vehículos.

El despliegue de las infraestructuras energéticas de electricidad y gas es tan decisivo para garantizar el bienestar y el empleo de España que debe propiciarse ese despliegue de manera que las cuestiones medioambientales deben ser tenidas en cuenta pero no impedir ese despliegue para garantizar la seguridad de suministro energético en condi- ciones competitivas.

Incentivos e inversiones en ahorro y eficiencia energética

La necesidad de elevar los niveles de eficiencia energética en nuestro país con urgencia es evidente dado que, como se afirmó anteriormente, nuestra dependencia exterior es grave y creciente y que sobrepasamos ampliamente los límites establecidos a las emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir con los compromisos derivados del Protocolo de Kyoto. Por ello, es necesario impulsar políticas activas de ahorro y eficiencia energética en línea con la E4 que implantó el Partido Popular en el año 2003 y que ha registrado un insuficiente desarrollo desde entonces.

Hay que actuar sobre todo en los tres frentes siguientes: transporte, residencial y empre- sarial. Y todo ello, con vistas a mejorar la competitividad de nuestra economía.

En cuanto al transporte, se debe acelerar la construcción de las infraestructuras del AVE con el fin de poder intensificar el transporte de mercancías por ferrocarril en las vías convencionales de manera más eficiente. También deben incluirse planes de movilidad en los desarrollos urbanísticos incluyendo la obligatoriedad de construir aparcamientos de gran capacidad conectados con el transporte público. En cuanto a la eficiencia energética y ecológica de los medios de transporte, deben establecerse incentivos eficaces a la adquisición de vehículos más eficientes, y la penalización fiscal de los más contaminantes, estableciéndose la obligatoriedad de etiquetado energético de los vehículos. Los vehículos 124 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

híbridos y eléctricos van a ser en el próximo futuro una realidad en rápido crecimiento. Invertir en esta política de infraestructuras y medios de transporte eficientes significa crear empleos hoy, lograr avances tecnológicos y reducir el abultado déficit exterior lo que hace elevar el potencial de crecimiento futuro.

En lo que respecta a la eficiencia energética residencial, serían eficaces los incentivos como la discriminación horaria, tarifa nocturna y el fomento a la utilización de fuentes energéticas alternativas, además de las normas técnicas de edificación exigiendo los aislamientos adecuados y las placas solares térmicas suficientes. Por último, es necesario un plan masivo nacional de sustitución del alumbrado público ineficiente y contaminante de los municipios con un programa especial financiado por sistemas público-privados.

Hay que plantearse una integración de la energía en los planes de urbanismo y de desarrollo territorial. La maraña legislativa española en lo referente al suelo y al urbanismo debería revisarse para incorporar, entre otras muchas cosas, estrategias energéticas de eficiencia y de racionalidad económica.

Por último, en cuanto a la eficiencia energética en la empresa, se deben primar fiscal- mente las empresas que cumplan con unos requisitos determinados relacionados con el ahorro energético y, por supuesto, debe fomentarse la cogeneración en todos los sectores, eliminando los obstáculos a su desarrollo.

Liberalización de los mercados energéticos

1. Mejora de la regulación de los mercados eléctrico y de gas. Es necesario eliminar las incertidumbres existentes en la actualidad sobre el modelo regulatorio del sector energético español que impide el buen funcionamiento de los mercados y limita el desarrollo de nuevos proyectos de inversión. No se trata de regular más, sino de hacerlo respetando los principios de proporcionalidad, transparencia, racionalidad, unidad de mercado y libre competencia.

En ese sentido, hay que eliminar de una vez la maraña de subvenciones cruzadas y poco transparentes en el sector eléctrico, potenciar la libertad de contratación impulsando el funcionamiento de los contratos bilaterales y a plazo, una vez concluido el sistema de tarifas, salvo las de último recurso. Por otra parte, es necesario garantizar la necesaria unidad de mercado en materia de política energética, estableciendo los mecanismos de acción coordinada y coherente de las diferentes Administraciones públicas y, en particular, de garantía de cumplimiento de los plazos de tramitación administrativa de nuevas instalaciones y de transparencia de los procesos de tramitación. El entorno Político y Económico | 125

2. Debe reforzarse el papel de los órganos de control, regulación y consulta, la CNE y el CSN. El Gobierno debiera adoptar medidas que favorezcan estos objetivos en relación con la regulación de sus cargos directivos, obligaciones de transparencia e información, comparencia en el Congreso y autonomía administrativa y económica de dichas instituciones.

Resumen y conclusiones

En un momento de enorme desconfianza e incertidumbre de los mercados, inversores, e incluso gobiernos internacionales, sobre las posibilidades de la economía española de conseguir un escenario de estabilidad macroeconómica, unido a una tendencia creciente del precio de las materias primas por la continua demanda de los países emergentes y la recuperación mundial, es absolutamente esencial que la política energética contribuya a esa estabilidad por la vía de no generar mayores desequilibrios en las necesidades de financiación del conjunto de la economía.

En la misma línea de importancia, se sitúa no retrasar más algunas decisiones en materia energética que conllevan un coste de oportunidad importante en el objetivo de impulsar la competitividad y, en consecuencia, el potencial de nuestra economía. Me estoy refiriendo en particular a: la absoluta necesidad de disponer de un marco regulatorio estable, predecible y de calidad, con unos organismos reguladores y de control profesionales y no politizados; una definición estratégica, racional y consensuada sobre el mix de generación eléctrica que España se puede permitir en los próximos veinticinco años y un marco financiero ligado al mismo que contemple una retribución razonable para las diferentes tecnologías y actores del mercado y, finalmente, un impulso a las infraestructuras energéticas y a las inversiones públicas y privadas en eficiencia energética que actúen como dinamizador de nuestra debilidad económica. 126 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Repercusiones del ingreso de España en la UE

Recuerdos de mi etapa en la Comisaría de Energía

Marcelino Oreja Aguirre Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

cupé el cargo de Comisario Europeo de Energía y Transportes (carteras que entonces O estaban unificadas en un solo Departamento o Comisaría, del que dependían dos Direcciones Generales), en el último tramo de la Presidencia de Jacques Delors, al sustituir en la citada responsabilidad a Abel Matutes, que sería el cabeza de lista del Partido Popular español a las elecciones al Parlamento Europeo de 1994. Enseguida debí tomar el pulso a los problemas y trabajos en curso de la Comisaría, ya que se convocaban los dos Consejos de Ministros sectoriales vinculados a la misma, con temas importantes en agenda.

En mi primer Consejo de Ministros de Transportes, me correspondió abordar, entre otros temas, el delicado expediente de las Ayudas de Estado que el Gobierno francés otorgaba, para poder mantener el régimen económico de funcionamiento en que se apoyaban, a la Compañía aérea de bandera Air France. Pocas semanas más tarde asistí al Consejo de Ministros de Energía, donde se debatió la propuesta francesa de Comprador Único, como alternativa a la figura del Acceso de Terceros a las redes eléctricas.

Vivimos tiempos de decidido impulso político a los programas normativos de apertura a la competencia, tributarios del Libro Blanco Delors sobre realización del Mercado Interior y, en la esfera específica del sector energético, de la Comunicación de la Comisión al Consejo de 1988, que marcaba un camino claro de obstáculos a superar y reformas a emprender.

Aquella Comunicación era la respuesta que se ofrecía desde el sector energético, al proyecto general de puesta en aplicación del mercado interior europeo nacido del Acta Única. Debe recordarse en tal sentido que la reforma del Tratado de Roma permitía el salto de mercado común a un espacio único europeo, como etapa sucesiva en el deseado proceso de integración económica que debía preceder a la unión monetaria. El entorno Político y Económico | 127

Con el Acta Única se ampliaba el catálogo de políticas comunitarias, como el medio ambiente o la investigación y desarrollo, pero sobre todo se habilitaban los procesos de armonización legislativa, liberalización y apertura a la competencia en numerosos secto- res. El energético quedaba excluido de esta regulación inicial, pero se rescataba a través de la citada Comunicación al Consejo de 1988.

Así pues, se trataba de dar continuidad al citado impulso liberalizador en sectores estratégicos que habían descansado, su regulación, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en técnicas monopolísticas y claro control del sector público empresarial. Se trataba, en todo caso, de alcanzar la orilla de la libre competencia sin demoler el puente de las obligaciones de servicio público que había sido la clave de bóveda de la construcción doctrinal y el mecanismo jurídico habilitador del desarrollo comercial del sector durante cuatro décadas. Difícil equilibrio que habría que respetar en la configuración comunitaria de la reforma energética.

Dos eran las Directivas principales que se tramitaban y cuyo contenido fundamental heredé de los Comisarios precedentes, Cardoso e Cunha y Matutes: la propuesta para la apertura a la competencia del sector eléctrico y la equivalente para el sector del gas natural. En ellas no se establecía una nueva política, la energética para la Comunidad, al carecer de cauce jurídico para ello, pero sí se avanzaban medidas, acciones y orientacio- nes claves para asegurar la apertura a los mercados, la libre circulación de los productos y servicios energéticos y el derecho de establecimiento de las empresas del sector en otros Estados miembros.

Tradicionalmente las empresas concesionarias de servicios públicos en grandes sectores industriales, como el transporte o la energía, y más modernamente las telecomunica- ciones, habían tendido a adoptar una posición monopolística, sostenida en razón de argumentos económicos como la necesidad de economías de escala, o el denominado monopolio natural que se justifica por la no duplicidad de las redes o infraestructuras, por razones de costes de las inversiones y complejidad de los componentes tecnológicos ligadas a estas industrias. El hecho de que en tales sectores sus productos, esto es, la electricidad, el gas o los servicios añadidos de telecomunicaciones, sean inseparables del medio que los transporta, obliga a que se configure la habilitación jurídica de las redes, para asegurar la competencia de terceros operadores, y crear así un mercado regulado. Así, por consiguiente, la modalidad de acceso de terceros a la red o third party access, se traduciría en el acceso por parte de otros operadores o empresas a las redes de transmisión y distribución sin discriminaciones, con arreglo a la capacidad disponible y a cambio de una remuneración razonable, sea como peaje o tarifa de acceso. 128 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En ese contexto, se planteaba el debate en torno a la figura de Comprador Único, propug- nada por Francia, como opción al modelo anglosajón de common carrier, defendida por la mayoría de los países miembros. El modelo de Comprador Único se manifestaba, a nuestro juicio, como una técnica insuficiente desde la perspectiva de garantizar la rivalidad competitiva, ya que en su diseño se mantenía el monopolio nacional en la compra de electricidad a los productores y su venta a consumidores, aunque eliminándose el corres- pondiente a la generación, importación y exportación de electricidad. El acceso de terceros suponía por el contrario un mercado sin más restricciones a las técnicas de capacidad de las redes que, en todo caso, tenían que ser debidamente justificadas.

Junto a ello procuré prestar una especial atención a otro dossier que, juzgué de inmediato, sumamente relevante: La Carta Europea de la Energía. Como antes mencio- naba, a pesar de que la Unión Europea es una comunidad energética, por necesidad material, también lo es por acta de nacimiento, incluso extensivamente. Cabe recordar, a este respecto, una vez más, que dos de los tres Tratados fundacionales llevan el apellido energético, aunque se haya carecido de política común de la energía hasta la reciente ratificación del Tratado de Lisboa.

Ahora bien, nos encontrábamos en un momento muy singular de la construcción comunitaria y del entorno europeo. Apenas habían transcurrido cinco años de la caída del muro de Berlín y el desplome constitucional de la antigua Unión Soviética, con el renacimiento e independencia de numerosos Estados independientes de su antiguo seno. A su vez, la Comunidad miraba a medio plazo su apertura al Centro y Este del continente en una ulterior, y notable, ampliación. Por ello, y otras muchas razones vinculadas a las singularidades energéticas del proceso, me pareció claramente pertinente promover el Tratado de la Carta Europea de la Energía. Se trataba, en suma, de propugnar una política energética meta europea, a través de un instrumento de derecho público convencional, firmado tanto por la Comunidad como por sus Estados adheridos de una parte, y por la Federación Rusa y la mayor parte de los países de la ex Unión Soviética, de otra. ¿Para hacer qué? Para crear un espacio común que habilitara el libre tránsito de productos y servicios energéticos, dotara de seguridad a las inversiones recíprocas, facilitara la canalización de fuentes de aprovisionamientos energéticos del Este a la Comunidad y la transferencia tecnológica y las propias de asistencia técnica, en sentido contrario. Al mismo tiempo permitía hacer un ensayo general en materia económica entre las dos regiones, de gran significación para el futuro.

Igualmente, recuerdo de aquella época otras medidas, propias relacionadas con el fomento del ahorro y la eficiencia energética, la seguridad nuclear, o la investigación y el desarrollo. Pero el acento principal de nuestro trabajo se puso en las Directivas liberalizadoras y la Carta El entorno Político y Económico | 129

Europea de la Energía. Afortunadamente, ambas iniciativas se adoptaron ulteriormente, y hoy nos encontramos con la puesta en marcha del tercer paquete liberalizador que ha consagrado, entre otras muchas cosas, la existencia de una Agencia Europea de coordina- ción de la Regulación de la Energías (ACER).

No puedo concluir este breve repaso de mi gestión en la Comisaría de Energía, sin recordar el valioso apoyo que siempre recibí de mis colaboradores en dicha etapa, en la Dirección General de la Energía, en el Gabinete, dirigido simultáneamente por Ramón de Miguel y Daniel Calleja, mi Consejero para Asuntos de Energía, Vicente López-Ibor Mayor, y todos y cada uno de los miembros de aquel magnífico equipo. 130 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Repercusiones del ingreso de España en la UE

Pedro Solbes

ebo exponer en unas pocas páginas el amplio tema de la interrelación entre el D entorno político y económico de nuestra pertenencia a la Unión Europea (UE) y su impacto sobre nuestra política energética. No pretendo cubrir todos los elementos por lo que he optado por analizar con más detalle el contexto político económico en el que se produce nuestro acceso a las entonces Comunidades Europeas y su impacto sobre el modelo energético entonces vigente para finalizar con algunas consideraciones sobre la interrelación entre los factores políticos y económicos en la definición de la actual y futura política energética comunitaria.

Los profundos cambios vividos en Europa y España desde 1985 han sido relevantes en términos históricos. Una de las características del proceso de construcción europea, como es bien sabido, es que ha ido modificando sus objetivos. Como país hemos sido testigos y actores de las transformaciones que sufren la construcción europea en su contenido material y en el espacio geográfico que abarca. Para los europeístas las sucesivas ampliaciones debían ir acompañadas de una mayor profundización en la construcción europea; se aprovechan las ampliaciones para corregir y en su caso mejorar las competencias comunitarias. Solo se entiende bien como ha evolucionado durante estos 25 años nuestra política energética si la encajamos en la construcción europea, condicionada a su vez por el contexto político y económico de cada momento.

Nuestra entrada en la CE supuso aceptar el acervo comunitario pero también y casi de inmediato las decisiones consecuencia de la puesta en vigor del mercado único. El entorno Político y Económico | 131

El periodo inicial: la aplicación del mercado común

A finales de los 70 se inician las negociaciones de adhesión de España a las Comunidades Europeas que coinciden con un período de profunda transformación política en España y de graves dificultades económicas a nivel nacional y mundial. En el origen de las mismas se encontraban las crisis energéticas de aquella década.

Coincidiendo con los últimos meses del franquismo (a partir de abril de 1974) empieza a percibirse en España el impacto de la primera de aquellas crisis. El aumento del precio del crudo aumentó la factura de las importaciones españolas en una cuantía equivalente a un 3% del PIB. Con una demanda de energía muy rígida y altamente dependiente del petróleo importado esa detracción de recursos afectó negativamente a la actividad económica. Al ser la subida de precios permanente la política compensadora que se intentó aplicar por el gobierno de la época fue claramente contraproducente. Tras la muerte de Franco (febrero de 1975) se inicia nuestra transición política que coincide con las secuelas económicas derivadas de esta primera crisis. En julio de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa, instrumento fundamental para corregir los desequilibrios económicos de nuestro país, y entre ellos el energético.

También en 1977 se presentó nuestra demanda de adhesión a las Comunidades Europeas aún siendo conscientes de que sin una Constitución democrática el acceso no era posible.

La relativa calma política que se obtuvo tras la aprobación de la Constitución, en 1978, se vio interrumpida por un nuevo empeoramiento económico, que afectó prácticamente a todos los países desarrollados, consecuencia de nuevos incrementos del precio del crudo a partir de 1979. El impacto sobre la balanza de pagos y la inflación obligó a nuevos ajustes. La energía pasó al primer plano del debate interno. El Plan Energético Nacional (PEN) elaborado en 1981 definía una política energética que permitiera hacer frente a los nuevos retos. 1982 fue un año especialmente negativo en términos de crecimiento en los países desarrollados y también en España; las elecciones de octubre propiciaron un cambio de Gobierno que permitió la aceleración de las negociaciones de adhesión y un cambio claro en la política económica, incluyendo decisiones claves en la política energética (perdió importancia el PEN, se instauró la moratoria nuclear, se iniciaron los cambios para conseguir un sistema energético más eficiente, etc.).

Desde la presentación de la demanda de adhesión y hasta 1982 se negociaron los temas menos sensibles aunque se alcanzó acuerdo en dos temas de especial relevancia: la adopción de la unión aduanera y el compromiso de la aplicación del IVA desde el momento de nuestra entrada en la Comunidad. Había múltiples razones para no acelerar 132 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

el proceso de negociación. La fundamental, constatar la consolidación de la democracia en España, que no se percibirá hasta las elecciones de 1982. A ello se añadían las dificul- tades por las que pasaba el propio proceso de construcción europea en un momento de bajo crecimiento económico consecuencia de las crisis citadas y de tener que hacer frente a los problemas derivados de la primera ampliación (cheque inglés) y de la crisis de la política agrícola común. La firma del Tratado de Adhesión de Grecia con anterio- ridad al nuestro era el inicio de la ampliación hacia el Sur pero también el banco de pruebas para los acuerdos con Portugal y España, en especial en la integración del sector agrícola. Como es bien conocido al final la presión alemana ayudó a desbloquear nuestras negociaciones que culminaron en el primer trimestre de 1985.

El Tratado de Adhesión implicaba la aceptación del acervo comunitario en vigor con los períodos transitorios o las excepciones pactadas. Para nuestro propósito es importante aclarar el contenido del acervo en materia de energía en el momento de la adhesión. Al referirse a ese período se suele señalar la inexistencia de una política energética europea, afirmación valida para el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea (TCEE), pero no para los otros dos Tratados fundacionales (el de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, TCECA, y el de Energía Atómica, TCEEA o EURATOM) en los que la energía era consustancial con los mismos.

En el TCECA del año 1952 se preveía la vigencia de la CECA por un período de 50 años, terminando su vida en julio del 2003. Esa primera Comunidad tenía como objetivo promocionar y mantener, incluso mediante subvenciones, la producción de carbón en los países miembros. Una decisión de la Comisión de 1967 establecía las exigencias para su concesión, con una regulación sobre compatibilidad de ayudas públicas distintas de las generales de las normas de competencia. El TCECA ha caducado pero no se ha conseguido aún que el carbón entre en un régimen de mercado y ello a pesar del importante esfuerzo financiero realizado por todos los países reconvertir y reducir muy sustancialmente la minería del carbón. El carbón sigue jugando un papel relevante en el mix energético de algunos países por razones de garantía de abastecimiento y otras de orden social incrementadas ambas tras la última ampliación.

En Roma en 1957 se firmaron dos Tratados: el TCEEA y el TCEE. El TCEEA, que reflejaba la visión francesa sobre la energía nuclear, aseguraba el intercambio de conocimientos técnicos, establecía normas comunes para la protección de la población y trabajadores y facilitaba la inversión y control de las instalaciones en el ámbito de dicha energía. En el momento de nuestra adhesión todavía no se habían planteado los rechazos a la opción nuclear que posteriormente surgen en algunos de los países fundadores (Alemania o Italia) y en otros miembros posteriores (Irlanda, España o Austria). El entorno Político y Económico | 133

El TCEE y su desarrollo constituían el paquete fundamental de la negociación. Como es bien conocido mediante el mismo se ponía en marcha lo que se dio en llamar el Mercado Común es decir una unión aduanera sin desaparición de las fronteras físicas, con igual protección frente al exterior, y con libre circulación en su interior de bienes, servicios, personas y capitales (las habitualmente conocidas como “cuatro libertades”). El Tratado incluía además unas políticas de acompañamiento como la de competencia, la social, la agrícola o la de transporte entre las que no estaba la energía. Pasará mucho tiempo antes de que se acepte en los textos constitutivos un articulado específico sobre la política energética (Tratado de Lisboa). Pero ello no quiere decir que desde la entrada en vigor del TCEE el sector energético no estuviera afectado por las políticas horizontales, en especial la de competencia (con el tratamiento específico citado para el carbón) y la armonización de la fiscalidad indirecta.

Negar la comunitarización de la política energética ha sido una constante durante décadas. Las razones eran múltiples razones: la diferente disponibilidad de energía primaria en cada país (existencia o no de carbón, gas o petróleo), los distintos modelos de abastecimiento de energía importada (públicos o privados), la especial sensibilidad suscitada por la garantía de abastecimientos, que se acentúa tras las crisis, y que justificaba entonces y aún ahora la presencia del sector público, los diferentes modelos de generación, transporte y comercialización, el distinto impacto de la fiscalidad o las distintas posiciones sobre la opción nuclear.

Tampoco, en los primeros años del Mercado Común, se pensaba en la supresión de fronteras físicas ni en que la energía eléctrica pudiera ser objeto de comercio transfronterizo como un producto más. Las interconexiones existían ya entre algunos países, pero era un tema nacional. El ámbito de la energía era el reino de los obstáculos técnicos, físicos y fiscales que intentará corregir el Mercado Único. La preocupación dominante en aquellos años era la seguridad de abastecimiento energético, mucho menos la consecución de mercados más eficientes. En consecuencia en el ámbito del TCEE sólo se preste atención a algún aspecto muy concreto, el mejor ejemplo, consecuencia de la crisis de la crisis de 1973 fue la adopción de una decisión común sobre reservas estratégicas.

Recordemos a grandes pinceladas lo que éramos en aquel momento.

En las energías primarias un régimen de alta protección al carbón: producción no eficiente que para mantenerse necesitaba elevadas subvenciones al producto (directas o vía pérdidas en empresas públicas), compra obligada por el sector eléctrico del carbón nacional (con la correspondiente incidencia en los precios de la energías) y discrecionalidad absoluta en el comercio exterior (régimen de comercio de estado con 134 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

importaciones decididas con criterios de necesidad de abastecimiento, de inversiones en el exterior o de acuerdos comerciales internacionales).

En el sector hidrocarburos nuestro modelo era de gran complejidad. En el origen se encontraban las decisiones de Calvo Sotelo, en 1927, nacionalizando el sector. CAMPSA como empresa arrendataria del monopolio tenía la competencia “jurídico formal” de todas las actividades cubiertas por el mismo y en esta empresa permanecieron siempre las actuaciones vinculadas al “monopolio fiscal”. La constitución inicial en el ámbito del INI de empresas de refino y de exploración supuso una cierta apertura. La existencia de la denominada “cuota de comercio” para compra de crudo por razones de política comercial distorsionaban algo más el modelo. La creación al final de la transición del INH, en el que se concentran las actividades del INI en el sector hidrocarburos, fue un paso adelante para clarificar el sector y facilitó la segregación y su posterior privatización. La distribución de productos monopolizados derivados del petróleo continuaba en CAMPSA (o sus empresas concesionarias) y se hacían al precio establecido por el Gobierno.

Existía un régimen de monopolio para el gas licuado, con precios administrados. Y en el gas natural existía un régimen con dos empresas una privada y otra pública que jugaban en una cierta competencia en la importación (exclusivamente del Norte de Africa) y abastecían a partes diferentes del territorio nacional obviando la competencia entre ellas.

También nuestro sistema eléctrico era peculiar. A diferencia de otros países europeos el sector privado jugaba un papel fundamental en la generación transporte y distribución de electricidad, pero trabajando en un sistema de precios administrados. El sector público apareció en la generación y en el transporte y avanzó progresivamente en la comercia- lización. Llegamos a la Comunidad con un sector híbrido de propiedad pública y privada, con un régimen de precios administrados y de reparto de zonas que no permitía ningún tipo de competencia y por supuesto cerrado frente al exterior (imposible técnicamente por la falta de interconexiones). Con una participación de la hidroelectricidad relevante y una producción de energía nuclear que había exigido importantes desembolsos para las empresas eléctricas.

En resumen, nuestro sistema energético en el momento de las negociaciones adolecía, como muchos otros, de todos los problemas a los que se ha hecho referencia. Se disponía de poca energía propia (carbón de baja calidad, un porcentaje significativo de hidroeléctrica, un reducido parque nuclear y una prácticamente inexistente producción de hidrocarburos), y se era altamente dependiente del petróleo importado. El comercio exterior estaba sometido al régimen de comercio de estado para los hidrocarburos y el carbón. Convivían empresas públicas y privadas en cada subsector pero sin una política El entorno Político y Económico | 135

clara que justificara la apuesta por una u otra opción. Y todo ello en el marco de un régimen de monopolio fiscal, interpretado de forma extensiva, para los hidrocarburos y un sistema de precios fijados por la administración. La resultante era un sistema energético no sometido a la competencia, sin incentivos para la eficiencia, complejo, y carente de una definición no siempre consistente del papel del sector público. Es cierto que no muy distinto de lo que sucedía en otros países europeos incluso con algunos elementos de más sector privado. Éramos un buen compendio del conjunto de obstáculos que justificaban el rechazo a cualquier comunitarización de la política energética en Europa.

La entrada del gobierno socialista en 1982 implica cambios importantes en el sector energético. La moratoria nuclear aumenta nuestra dependencia de los hidrocarburos a largo plazo y se prima la eficiencia interna y control de costes para reducir la carga a los consumidores pero también para mejorar nuestra competitividad exterior. Las exigencias del Tratado de Adhesión eran limitadas, pero la necesaria apertura de nuestra economía exigía planteamientos más ambiciosos.

Pero si como he señalado los problemas energéticos estaban en el primer plano de la actualidad en el debate económico interno no constituyeron como tal un elemento fundamental de la larga negociación de adhesión.

¿Cómo afecta al sector cada uno de los Tratados? Las mayores dificultades suscitadas con la adhesión a la CECA se plantearon en la siderurgia y no en el carbón. El modelo vigente de ayudas al sector carbonífero se adaptó a la normativa comunitaria y se abrió el régimen de importación al carbón comunitario. La reducción progresiva de las ayudas para devolver el carbón a las condiciones del mercado (excepto una reserva estratégica) aún no se ha conseguido por la especial sensibilidad –e importancia– que plantea el tema en varios países (antiguos y nuevos miembros de la Unión).

En esa lógica las decisiones sobre energía nuclear eran (y siguen siendo) totalmente nacionales. Al centrarse el TCEEA sobre todo en la seguridad, investigación o condiciones de acceso al material fisible, no es de extrañar que su aplicación se aceptara sin problemas ni períodos transitorios con la única salvedad del régimen general aplicable al control de la circulación de dichos materiales, al no ser firmantes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP). La solución adoptada, aceptar las obligaciones del TNP sin firmar dicho tratado, permitió resolver el problema exceptuando la libre circulación de productos con países terceros. El acceso al TNP resolvió de forma definitiva ese punto.

Nuestro modelo energético se vió muy afectado por la aplicación de políticas horizon- tales. Los cambios básicos fueron consecuencia de la introducción de las normas sobre 136 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

la unión aduanera, la política fiscal y la política de competencia al exigir la adaptación de los monopolios fiscales eliminando los elementos de naturaleza comercial. En la nego- ciación se prestó especial atención a la adaptación de los monopolios fiscales, la apertura de las fronteras al tráfico intracomunitario y la fiscalidad indirecta.

Para algunos productos derivados del petróleo, en especial combustibles, se pactó un período transitorio de seis años para suprimir los derechos a la importación de productos comunitarios y se abrieron contingentes crecientes para los mismos dando así respuesta a las peticiones de algún país vinculadas a sus recuerdos históricos sobre las pérdidas de mercado derivadas de la puesta en marcha del régimen de monopolio por Calvo Sotelo.

Nuestra fiscalidad sobre los hidrocarburos se vio modificada sustancialmente por la aplicación del IVA y de los nuevos impuestos especiales que recaen sobre ciertos productos derivados del petróleo.

La energía eléctrica no fue ni siquiera citada. Habría que esperar algunos años para que aparecieran las primeras normas comunitarias sobre el sector.

En conclusión aunque la parte del Tratado referido a temas energéticos era aparente- mente reducida su impacto fue significativo ya que modificaba totalmente el sistema de monopolio en el sector de los hidrocarburos, cambiando de facto el sistema energético vigente hasta ese momento. Nuestra política energética deberá tomar en cuenta a partir de ese momento las decisiones comunitarias pero la entrada en las Comunidades no modifica ni las fuentes de abastecimiento energético, ni nuestro mix de energía primaria ni, a corto plazo, la estructura de producción, el régimen de precios o el sistema de comercialización. Se consolida la posición de España como isla energética que sólo años más tarde empieza tímidamente a corregirse.

El paso del mercado común al mercado único (1993) y los primeros pasos para definir un mercado más eficiente para la electricidad y el gas

Si en los años iniciales de la construcción europea el esfuerzo mayor se pone en la consecución de una unión aduanera la ampliación hacia el Sur refuerza la idea, apoyada especialmente por el Reino Unido, de avanzar en la creación de un verdadero mercado único. La mayor aportación realizada por la señora Thatcher a la construcción europea fue su apuesta por un mercado más eficiente que se tradujo en el ámbito comunitario en la supresión de los distintos tipos de obstáculos existentes para el libre tránsito de bienes, servicios, capitales y el libre establecimiento empresarial. La idea subyacente no El entorno Político y Económico | 137

era otra que aplicar con toda coherencia las cuatro libertades del TCEE, aunque Reino Unido mantenía una interpretación restrictiva sobre la libre circulación de personas. Tras esa propuesta estaba ya una incipiente jurisprudencia de la Corte de Justicia.

Con este objetivo presenta la Comisión Europea en 1985 su Libro Blanco para conseguir un Mercado Unico, con el importante elemento simbólico que supone la supresión de las fronteras físicas en 1992 (es cierto que el 31 de diciembre). Para ello propone reforzar las facultades de la Comisión en políticas como la de competencia, y facilita el proceso de toma de decisiones del Consejo al suprimir la unanimidad para los temas que afectaran al mercado único (con la importante excepción de la fiscalidad).

Nuestra entrada coincide con la negociación de un nuevo tratado que modifica el TCEE. En el segundo semestre de 1985, aún en período de ratificación participamos en la negociación del Acta Única Europea. El contenido de lo pactado para nuestra adhesión –periodos transitorios para aplicar las normas en vigor– no se veía formalmente afectado. A primera vista la diferencia entre aplicar el acervo en vigor o el Acta Única podría parecer no muy distinto, pero en la práctica significaba un cambio radical: pasar de la supresión de obstáculos en frontera para el intercambio de mercancías, manteniéndose las fronteras físicas, y una liberalización parcial de los movimientos de capital a la supresión de los controles en frontera (incluidos los fiscales y técnicos) y un avance significativo en las cuatro libertades: bienes, servicios y derecho de establecimiento, personas (con una interpretación economicista) y capitales. El esfuerzo de modernización de nuestra economía se acentuó; hubo que adaptarse a lo que los demás ya estaban aplicando y a los nuevos acuerdos conseguidos. El resultado inicialmente previsto se consigue parcialmente el 31 de diciembre de 1992 con la supresión de las fronteras físicas pero la libre prestación de servicios y el derecho de establecimiento todavía no se aplicarán plenamente. El proceso sigue tras esa fecha mítica; el mercado único de la energía aparecerá poco después en el debate.

Pero en este período pasan muchas más cosas: en primer lugar la caída del muro de Berlín en 1989 que reabre totalmente el escenario geográfico sobre el que recae el modelo de integración. La posición de Alemania en Europa y sobre Europa cambia y fuerza a los otros países europeos democráticos a redefinir su papel en la zona.

La Unificación abre nuevas posibilidades para las relaciones con los países de la Europa Central y del Este, vinculados a la antigua URSS, incluyendo una posible ampliación de la Unión Europea hacia esa zona. Si en las anteriores ampliaciones el tema energético no fue tema fundamental, en este caso resulta ser un punto clave por el componente de su mix energético en algunos casos, por sus especiales relaciones de dependencia energética de la antigua URSS en otros y por la existencia de un parque nuclear totalmente obsoleto en 138 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

cuanto al cumplimiento de nuestros standards de seguridad. El recuerdo de Chernobil (1986) seguía vivo. Todos estos elementos se harán más evidentes en el largo período de negociación para conseguir la Gran Ampliación de la UE. Conseguida la Unificación las relaciones entre Alemania y todos los países de la antigua Europa Central y del Este, incluidas obviamente las relaciones con la nueva Rusia, recobran su posición histórica.

En estos años, además, con gran ambición se negoció y firmó en Maastricht el Tratado de la Unión Europea (TUE, 1992) que modificaba la naturaleza del proceso de construc- ción europea al pasar de la Comunidad Europea a la Unión, con un ámbito competencial más amplio, estructurado en torno a tres pilares: el económico, que supone el paso del mercado único a una unión económica y monetaria, y los referidos a la política exterior y de seguridad común y la justicia e interior que son el germen de una “comunitarización” de estos temas. La aprobación del TUE se retrasa por argumentos políticos (el “no” danés, rechazo en Reino Unido) pero también por el mal momento económico en el período de ratificación. Esta vez la crisis económica, que se inicia en 1991 y dura hasta prácticamente 1995, no se genera por una crisis energética sino por las tensiones en los mercados de cambio en cuyo origen podríamos encontrar el proceso de Unificación de Alemania y la crisis en Estados Unidos. Las tensiones en los mercados de cambios escindirán la Unión Europea en dos zonas: los países favorables a la moneda única y los que se excluyen de la misma. La puesta en marcha del Tratado de Maastricht en la parte referida a la moneda única quedó paralizada; habrá que esperar a la Cumbre de Madrid, en diciembre de 1995, para ver el proceso relanzado aprobando el nombre de la nueva moneda y el calendario de su puesta en marcha.

El euro entrará en vigor en 1999. La división de la Unión en dos zonas se consolidó. No puede hablarse de una interrelación euro-energía a corto plazo pero es cierto que el comportamiento moderado del crudo en la segunda mitad de los 90 permitió una rebaja de los precios al consumo en general y facilitó el cumplimiento de la condición del TUE referida a la existencia de diferencias limitadas en cuanto a la inflación. En los primeros años del euro su devaluación frente al dólar encareció del petróleo pero ese efecto fue más que compensado posteriormente por su revaluación en los momentos de mayor subida de precios evitando una parte de su impacto inflacionista en especial a partir del 2002.

Ultimo elemento del período que merece ser citado es la ampliación (la cuarta) de la nueva Unión Europea hacia el Centro y Norte de Europa en 1995. La conjunción del Mercado Unico y de la Unificación alemana hizo reconsiderar a algunos países su posición respecto al proceso de integración europea. Intentaban no quedar fuera del nuevo mercado único mediante su participación en el mismo para lo que se estableció un Espacio Económico Europeo (EEE). Sin embargo, como algunos creíamos entonces, El entorno Político y Económico | 139

no podía ser ni en términos políticos ni económicos una solución permanente. Austria, Suecia y Finlandia se convirtieron en miembros. Noruega negoció su entrada pero el voto negativo en referéndum impidió su adhesión. Suiza prefirió seguir conviviendo con el EEE. La adhesión de estos países, dado su nivel de renta y su integración en el mercado interior planteó pocas dificultades. Sin Noruega el tema energético no era relevante, aunque adquirió mayor importancia en las negociaciones que culminan con la gran ampliación (posición de Austria sobre la energía nuclear).

La relativa normalidad de precios durante estos años llevó a prestar menos atención a los problemas de abastecimiento y más al buen funcionamiento del mercado. El objetivo de la política energética en Europa se centraría en la consecución de un mercado más eficiente y abierto.

A esta aproximación no es ajena la puesta en marcha del mercado interior en el sector servicios. Tanto si se la consideraba como intercambio de producto o como intercambio de servicios la energía, incluyendo la electricidad, ya no podía quedar excluida de la regulación comunitaria. El cambio es sustancial, si hasta el Acta Única podíamos decir que carecíamos de una política energética en el TCEE desde ese momento y a pesar de la falta de una referencia específica, ese argumento deja de ser válido.

La Comisión Europea dio a conocer su Libro Verde sobre el mercado de la energía en enero de 1995. En diciembre del mismo año publicaría un Libro Blanco sobre la materia en el que se defiende la oportunidad de actuar de forma progresiva iniciando primero el mercado para la electricidad y después el gas. La primera directiva que afecta a la electricidad se aprobó a finales de 96 (Directiva 96/92), y tenía como objetivo mejorar la transparencia en el mercado y aumentar la competencia permitiendo el acceso de terceros a las redes de transporte y distribución. Y todo ello de acuerdo con los principios ya definidos y aplicados por la autoridad de competencia en otros ámbitos, y aceptados por la Corte de Luxemburgo, sobre la distinción jurídica, que no separación de propiedad, entre las actividades de generación, transporte y distribución. En un segundo momento se aprobó la directiva sobre el gas (1998) que respondía a la misma lógica que la de la electricidad. Estos primeros pasos deberán ser seguidos por otros posteriores.

Durante este período (TUE Maastricht) ya se acuerda el desarrollo de redes de transporte, que incluían infraestructuras e interconexiones, afrontando así uno de los obstáculos técnicos que impedían, y aún hoy limitan, la creación de un mercado eléctrico europeo.

Tomó entidad mayor la demanda de compatibilizar la política energética con la sosteni- bilidad medioambiental. Tras la firma de la Convención de Cambio Climático de NNUU en 140 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Río en 1992 y sobre todo tras el acuerdo de Kyoto en 1997, que establece compromisos cuantitativos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, cualquier definición de una política energética debía ser medioambientalmente sostenible. La Estrategia de Lisboa del año 2000 ya incluye objetivos cuantitativos medioambientales.

España trasladó a la legislación nacional las normas comunitarias sobre la electricidad mediante la aprobación de la Ley del Sector Eléctrico (LSE) 54/97 en la que se tomaban en cuenta los elementos del Protocolo para el Establecimiento de una Nueva Regulación del Sector Eléctrico Nacional pactado con el sector en diciembre de 1996. La norma sigue siendo la base de regulación del sector. En ella se definieron los procedimientos para el paso a una economía de mercado (acceso a generación, costes de transición, transporte y distribución, etc.) y creó el entramado institucional de nuestro mercado eléctrico. A partir del 1 de enero de 1998 la legislación estaba en aplicación, aunque el debate sobre la consecución de suficiente liberalización sigue abierto. Lo que no es incompatible con que nuestro modelo energético sea más abierto (el gas es el mejor ejemplo) que en la mayor parte de nuestros socios. La creación del MIBEL entra en la lógica de interconexión regional.

Consideraciones finales:

Desde 1998 la UE ha seguido avanzando también en la política energética. El entorno institucional ha cambiado sustancialmente. Después de Maastricht los tratados de Ámsterdam, 1997 y Niza 2001 incluyen referencias a la energía en algunos artículos (seguridad de abastecimiento, promoción de infraestructuras, etc.) aunque habrá que esperar al Tratado de Lisboa para disponer de una política mejor definida en un texto constitutivo.

Otros cambios sustanciales afectaran a la política energética. La Gran Ampliación a 27, miembros y que entra en vigor en 2004 y 2007, como ya he señalado, se diferencia de los anteriores en que los temas energéticos han estado muy presentes. Tras la entrada en vigor de la misma la preocupación por el abastecimiento no disminuye.

Por otra parte, adquiere importancia creciente la política medioambiental y la lucha por el cambio climático condicionando la política energética.

No es de extrañar que ante la complejidad de los problemas planteados y dada la dilación en la aprobación de lo que acabará siendo el Tratado de Lisboa, el Consejo, en 2005 solicitara de la Comisión una reflexión que cristaliza en el Libro Verde sobre la “Estrategia europea para una energía sostenible, competitiva y segura”. De ese documento El entorno Político y Económico | 141

saldrá el “Tercer paquete de medidas sobre el mercado interior de la energía” (marzo de 2007) que, aunque va más lejos que la norma en vigor, no cubre las expectativas que permitan llegar a un verdadero mercado único.

Tras los múltiples avatares que sufre el proceso constituyente europeo por fin en octubre del 2007 se firma el Tratado de Lisboa, que no podrá entrar en vigor hasta el primero de diciembre del 2009. Con él ya existe una base jurídica para una política energética basada en los principios tradicionales de la política comunitaria: la competitividad, la sostenibilidad y la seguridad de abastecimientos a los que se añadirá el de solidaridad y preocupación legítima como han demostrado la experiencia de estos años. El abastecimiento de Rusia pero también de Asia Central pasa a ser un tema crucial en política energética pero igualmente en política exterior.

¿Qué debemos esperar a partir de ahora? La constatación de la escasez de combustibles fósiles es un hecho; el proceso de proceso de globalización y alto crecimiento de los países emergentes traerá consigo un claro aumento en la demanda de estos productos y una mayor competencia en cuanto a los abastecimientos. Cualquier política comunitaria en energía tendrá que ser compartida. No cabe pensar en una definición comunitaria de los mix energéticos nacionales. Pero a pesar de ello hay mucho que hacer y Lisboa nos da las claves.

Mayor competitividad exigirá reducir el consumo energético (por razones económicas pero también medioambientales) y mejorar la eficiencia mediante un mercado único con mayor competencia que incluya la interconexión entre los diferentes mercados.

Sostenibilidad implica reducción de emisiones (con opciones nacionales sobre la energía nuclear) pero también más apuesta por la tecnología y por las renovables, aunque en este caso hay que apostar por una razonable rentabilidad a medio plazo. La Estrategia 2020 de la Comisión del conocido 20-20-20 debe tener una mínima consistencia económica.

La preocupación por la seguridad de abastecimiento se ha visto acentuada tras la ampliación y confirmada por los hechos. Surge aquí claramente la interrelación con la PESC y con la Política de Vecindad de la UE. Definir posiciones comunes y negociar conjuntamente permitirá mejorar los resultados en las negociaciones con terceros.

Y finalmente el principio de solidaridad, comprensible en las actuales circunstancias, no debería entorpecer el mercado único, aunque alguna experiencia de los últimos años pone de relieve la imposibilidad de garantizar un adecuado reparto de recursos en situaciones de dificultad con el sólo juego del mercado. 142 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En definitiva comparto la tesis de que la política energética de los próximos años tendrá que mejorar la seguridad de abastecimientos, garantizar la sostenibilidad medioambiental y reforzar la capacidad de competir por parte de la economía europea. Sin recursos abundantes, y con gran dependencia del exterior, debemos definir una política para que el mercado interior sea más eficiente (intercambio, pero también interconexiones), aplicar al máximo la cooperación entre el sector público y privado (incluyendo la cooperación tecnológica) y definir una política exterior energética que permita resultados más eficientes. El entorno Político y Económico | 143

International Relationships: Fresh momentum for tackling global energy challenges

Nobuo Tanaka Executive Director International Energy Agency (IEA)

World Energy Outlook

irst, I would like to congratulate the Club Español de la Energía on the occasion of F its 25th anniversary. This is a true milestone and reflects the important role of the Club and its activities. International Energy Agency (IEA) ties to the Iberian peninsula reach back nearly four decades. In 1974, was a founding member of the IEA. The IEA has long worked closely with and had strong support from the Club, including parti- cipation in conferences and workshops by high–level figures from both organisations. As a policy advisor, the IEA has also coordinated closely with the Spanish government and other stakeholders in the development of the energy sector. We look forward to conti- nuing this co-operative interaction in the future, both with the Club and with Spain more broadly, over the next 25 years.

Looking to the next two and a half decades, we face many global energy challenges that will make such co-operation essential. Recent analysis from the IEA provides both a cau- tion and grounds for optimism. Caution, because a continuation of current trends in energy use could contribute to potentially catastrophic climate change and pose serious threats to global energy security. Optimism, because there are cost-effective solutions to effect a rapid transformation to a more secure, reliable and environmentally sustainable energy system–and with enough common will, these are within reach.

These are the headline findings of the IEA’s World Energy Outlook 2009 (WEO-2009). The report shows that, if policies do not change, primary energy demand will grow by 40% by 2030 with a persistent dominance of fossil fuels–oil, gas and coal. Demand will come mainly from developing countries, in particular China, India and the Middle East, 144 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

whose continued economic and social development will involve the need for more transport, cooling and heating. At the same time, growing fossil fuel consumption will drive up global CO2 emissions, pushing up the average global temperature by as much as 6°C. In such a scenario, 1.3 billion people will still live without electricity in 2030– an unacceptable level of energy poverty.

But these trends are not set in stone. The WEO-2009 demonstrates that containing climate change is possible but will require a profound transformation of the energy sector. A 450 Scenario sets out an aggressive timetable of actions needed to limit the long–term concentration of greenhouse gases in the atmosphere to 450 parts per million of carbon- dioxide equivalent and keep the average global temperature rise to around 2°C above pre–industrial levels. To achieve this scenario, fossil–fuel demand would need to peak by 2020 causing energy-related carbon dioxide emissions to peak and then decline to less than today’s level by 2030.

The bulk of the emissions reduction in the 450 Scenario is delivered by energy efficiency, accounting for over half of total abatement by 2030. The social, economic, environmental and energy security benefits of energy efficiency are too large to be missed, yet experience shows that proper policy frameworks are needed to reap these benefits. Sharing best policy practice in energy efficiency must therefore remain a priority for international policy cooperation in the years ahead.

Low–carbon energy technologies also play a crucial role in the 450 Scenario. Around 60% of global electricity production comes from low-carbon sources in 2030: renewables (37%), nuclear (18%) and plants fitted with carbon capture and storage (5%). Furthermore, a dramatic shift in car sales would be needed, with hybrids, plug-in hybrids and electric vehicles representing almost 60% of sales in 2030, from just 1% today. o jumpstart the wider deployment of these crucial technologies, the IEA is developing a series of low-carbon energy technology roadmaps which identify priority actions to guide environmental and energy decision makers on the path to needed innovations.

The energy transformation will require unprecedented deployment of the technologies of today and tomorrow. The costs are not trivial—$10.5 trillion globally between today and 2030, with the annual cost reaching 1.1 per cent of world GDP by 2030. However, these clean energy investments more than pay for themselves over time through fuel savings. In industry, buildings and transport, $8.3 trillion of investment would save $8.6 trillion by 2030.

Moreover, the energy security benefits of this lower demand could be profound. With existing demand trends in the absence of big discoveries, the world faces the prospect of Enerclub y los responsables de la política energética | 145

a peak in conventional oil production in about 2020. By contrast, global oil demand in the 450 Scenario is only four million barrels a day more in 2030 than today, which would defer the peak in conventional oil production. Oil and gas import bills in the 450 Scenario in OECD countries in 2030 would be lower than in 2008.

The commitments that governments took under the Copenhagen Accord for reducing greenhouse gas emissions are an encouraging step towards turning the 450 Scenario into reality. However, it appears that ambitions to reduce emissions must be raised still higher: the IEA’s preliminary analysis suggests that the current pledges –if fully implemented– would still leave us short of what is needed by 2020 to be on track to limit the rise in global temperature to 2°C. Every country, including Spain, is going to need to take more aggressive steps if these global goals are to be achieved.

Energy policy of Spain

So what is Spain doing in terms of moving toward a more sustainable energy system? The IEA review of Spanish energy policy that we published in September 2009, highlights the significant progress in the country in recent years. Improvements cover all areas of energy policy.

Security of energy supply is maintained on a robust basis. Oil supplies are well diversified by country of origin and Spain holds slightly more oil stocks than required under the legally binding IEA obligations. Moreover, Spain has raised the minimum stock requirement to 92 days from 90 days as of the beginning of 2010.

Spain has also set a strong example for other countries of how to diversify natural gas sources through liquefied natural gas (LNG) facilities. Spain is now the world’s third largest LNG user. It receives gas from more than half a dozen countries and has limited the maximum share of any given country to 50% of total imports.

Through the successful development of its energy infrastructure and access to diverse sources of gas supply, Spain coped well with exceptionally strong growth in energy demand during the economic boom.

Spain has also continued to reform its gas and electricity markets. Unbundling requirements are stricter than in the past, and both markets are more open and less concentrated than before. A major achievement has been the launch of MIBEL, the common Iberian electricity market. MIBEL will increase security of supply and competition 146 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

both in Spain and Portugal. Something similar is underway for gas, namely MIBGAS. Cooperation under the EU energy regulators’ group intends to lead way to closer market integration also with France and the rest of Central Europe.

The IEA also commends Spain for the substantial de-regulation of its electricity and gas tariffs. Spain has abandoned the traditional tariff system that often capped end-user prices below costs. Since 2009, a cost–covering last resort tariff applies for electricity and gas, and, appropriately, only small customers are eligible. The IEA also applauds the financial plan to end the large electricity tariff deficit that had built up under the previous tariff regime.

Turning to the environmental sustainability aspect of energy policy, Spain has become one of the world leaders in renewable energy development, particularly in wind and solar energy. Its wind power capacity is the fourth–highest in the world and will continue to grow fast. As Spain has relatively low cross–border capacity, the inevitable variations in wind power generation have to be mostly handled within the Spanish system. Spain has succeeded in developing a well–integrated system to balance these variations. A key tool is the world-class Renewable Energy Control Centre of the transmission system operator. It is also commendable that more interconnections are being planned. The solar power capacity is the second-highest in the world. I came to understand how solar power is a perfect match for the vast, sun-rich land of Spain when I climbed to top of the 20 MW concentrated solar power plant and saw the shining mirrors in Sevilla.

The government, the transmission system operator and industry are looking for holistic ways to ensure maximum wind generation can be utilised or stored at any given time. Smart grids, electric vehicles and pumped storage are the areas of focus, and the IEA commends Spain for this integrated approach. New interconnections will also help, by allowing more wind power exports. In short, the IEA is very impressed by Spain’s success in promoting wind power.

Public spending on energy R&D has been increasing since 2004. This is a very positive development, and the IEA encourages Spain to raise this spending even further. The IEA also applauds Spain’s leadership in R&D on wind and solar power and carbon capture and storage (CCS). The ambitious aims that Spain and other IEA member countries are setting for climate change and energy security will require a transition to a low-carbon economy -- a revolution in the way in which energy is supplied and used. New technology and increased government spending on energy research and development (R&D) are needed to enable this transition.

Spain has also revised legislation to give stronger incentives and impose more stringent requirements for higher energy efficiency. This includes substantial increases in funding Enerclub y los responsables de la política energética | 147

for energy efficiency projects. All these developments are significant improvements since the last IEA review in 2005.

Despite Spain’s considerable progress, challenges remain. Firstly, the country must determine how to reduce CO2 emissions while ensuring energy security. Over the long term, the world as a whole needs to radically reduce the use of fossil fuels, and the challenge is of course to do this while maintaining a high level of energy security. A combination of measures, including the EU targets to cut greenhouse gas emissions by 2020, further development of renewable energy sources, improved energy efficiency and development of advanced vehicle technologies in the transport sector can help Spain achieve these twin goals.

A second and related challenge is to ensure a low–carbon electricity supply and its efficient use. Spain’s power supply grew very strongly for about a decade to 2008. Almost all growth came from natural gas and wind power, but fossil fuels still supply some three–fifths of electricity. The future power supply, however, must be increasingly low–carbon. Low-carbon means renewable energy sources, nuclear power and fossil fuels with carbon capture and storage. For this transition to a low-carbon electricity supply to continue, large investments are needed. A stable regulatory framework is also crucial for these investments to take place.

A third challenge Spain faces is to further reduce market distortions. Spain has substantially de-regulated its electricity and gas tariffs, and developed a financial plan to end the large deficit that had built up under the previous tariff regime. Prices for many small electricity users, however, are still regulated and low enough to potentially distort the market. In addition, subsidies for domestic coal production should be eliminated and replaced by direct social policy measures.

Strong leadership of Spain on EU’s low carbon energy policy

Spain has taken a leadership role during its EU presidency in the first half of 2010, actively pushing forward low-carbon energy policies. The IEA has been pleased to support this activity at many levels. The Spanish initiative to promote the Mediterranean Solar Plan (MSP) and the uptake of electric vehicles is a timely and important step towards a low- carbon future. The IEA will continue to work closely with members of the Spanish energy community, including the Club Español de la Energía, to facilitate these initiatives.

The MSP, a joint effort of the EU and Mediterranean countries to build solar power capacity in North Africa, both to serve local needs and to export power to the EU, is an 148 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

ambitious but very forward looking project. Connecting the two continents will certainly have a substantial impact on the economy of the region as well as the energy sector, perhaps even contributing to greater geopolitical stability. I was struck by Spanish Energy Minister Sebastian’s description of the project as having a symbolic meaning as “energy for peace.” In support of the MSP, I attended the conference in Valencia in May where I launched two new IEA solar energy studies: the IEA Concentrated Solar Power and the solar Photovoltaic energy technology roadmaps.

In the transport sector, electric vehicles (EVs) are not only a promising low-carbon transportation solution, but also may contribute to energy security as a source of storage for renewable power. We need to address the issue of adequate electricity supply in terms of the entire system, involving not only car and components manufacturers, but utility companies, policy makers and other stakeholders. Spain’s initiative of formulating a European EV strategy is an important milestone.

The vision towards future energy security and sustainability

Spain has been a leader in setting the course towards a low–carbon economy as govern- ments work to ensure a sustainable energy future. We may in fact be witnessing the beginning of the historic transition to an energy revolution: high oil prices and the global financial crisis may have changed the demand structure for energy, and we may indeed see an ‘oil–less recovery’ in OECD countries. But we still have formidable challenges before us. Tackling climate change and enhancing energy security require a massive decarbonisation of the energy system. We need to break the historical link between CO2 emissions and economic output.

The efforts require truly global cooperation. We at the IEA acutely recognise this challenge, with our member states now representing a decreasing share of the world’s energy demand, production and CO2 emissions. Founding father of the IEA and former Secretary of State Henry Kissinger recognised this too when he returned to Paris last year to help us celebrate the Agency’s 35th anniversary. He suggests –and I agree– that the IEA and its members must create ever stronger ties with key non-member countries such as China and India.

We respect the important role that Club Español de la Energía has taken in the past 25 years throughout the energy area. Contribution of the Club is needed to meet the global energy challenges we now face, because the alternative to addressing them is worse - each year of delay adds $500 billion to mitigation costs, not to mention untold impacts on energy security and the climate. So let’s tackle the challenges now to ensure a sustainable Enerclub y los responsables de la política energética | 149

and secure energy future. The beginnings of the energy technology revolution can be seen in sectors such as renewables and electric vehicles. Let’s make that revolutionary future a reality together. 150 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Relaciones Internacionales: Un renovado impulso para abordar los retos energéticos globales

Nobuo Tanaka Director Ejecutivo Agencia Internacional de la Energía (AIE)

Perspectivas de la Energía en el Mundo

ara comenzar, me gustaría felicitar al Club Español de la Energía con ocasión de su P 25 aniversario, que constituye un auténtico hito y pone de manifiesto la importancia del Club y de sus actividades. Los vínculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) con la península ibérica nacieron hace casi cuatro décadas. En 1974, España fue uno de los socios fundadores de la AIE. La AIE lleva mucho tiempo colaborando estrechamente con el Club y contando con un gran apoyo por su parte, incluida la participación en conferencias y talleres de figuras de alto nivel de ambas organizaciones. Como asesor político, la AIE también ha realizado labores de coordinación junto al gobierno español y otros stakeholders para el desarrollo del sector de la energía. Esperamos continuar esta cooperación en el futuro, tanto con el Club como con España en un plano más general, durante los próximos 25 años.

De cara a los próximos 25 años, nos enfrentamos a muchos retos energéticos a nivel global que harán que dicha cooperación resulte esencial. De acuerdo con análisis recientes de la AIE, existen motivos de preocupación pero también motivos para el optimismo. Preocupación, porque la continuidad de las tendencias actuales en cuanto al uso que hacemos de la energía podría contribuir a un cambio climático potencialmente catastrófico y suponer una grave amenaza para la seguridad energética global. Optimismo, porque existen soluciones rentables que nos permitirían llevar a cabo una rápida transformación hacia un sistema energético más seguro, fiable y medioambien- talmente sostenible; y, si somos capaces de aunar voluntades, esas soluciones están a nuestro alcance. Enerclub y los responsables de la política energética | 151

Éstas son las conclusiones más destacables del informe Perspectivas de la Energía en el Mundo 2009 (WEO 2009) de la AIE. El informe demuestra que, si las políticas no cambian, la demanda de energía primaria habrá aumentado en un 40% para 2030, con un continuado dominio de los combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón. La demanda vendrá principalmente de los países en vías de desarrollo, especialmente de China, India y Oriente Medio, ya que la continuidad de su desarrollo económico y social llevará aparejada una necesidad cada vez mayor de transporte, refrigeración y calefacción. Al mismo tiempo, el creciente consumo de combustibles fósiles aumentará las emisiones globales de CO2, incrementando la temperatura media global hasta en 6°C. En un contexto como este, 1.300 millones de personas todavía vivirán sin electricidad en 2030, lo que constituye un nivel de pobreza energética inaceptable.

Pero esas tendencias no son irreversibles. El WEO 2009 demuestra que detener el cambio climático es posible, pero se requiere una profunda transformación del sector de la energía. El “Escenario 450” presenta un agresivo programa de medidas necesarias para limitar a largo plazo la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero a 450 partes por millón de dióxido de carbono equivalente y mantener la elevación de la temperatura media global alrededor de los 2ºC por encima de los niveles preindustriales. Para alcanzar esas condiciones, la demanda de combustibles fósiles debería alcanzar su máximo en 2020, consiguiendo así que las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el consumo de energía lleguen también a su cota más alta y luego desciendan hasta un nivel inferior al actual para el 2030.

El grueso de la reducción de las emisiones del Escenario 450 viene dado por la eficiencia energética, que sería responsable de más de la mitad de la disminución total para 2030. Las ventajas sociales, económicas, medioambientales y de seguridad energética de la eficiencia energética son demasiadas para dejarlas pasar, pero la experiencia nos demuestra que se necesitan marcos políticos adecuados para obtener dichos beneficios. Por este motivo, la puesta en común de las mejores estrategias relativas a la eficiencia energética debe seguir siendo una de las prioridades de la cooperación política internacional en los años venideros.

Las tecnologías energéticas de baja emisión de carbono también desempeñan un papel crucial en el Escenario 450. En 2030, alrededor de un 60% de la producción global de electricidad provendrá de fuentes de baja emisión de carbono: energías renovables (37%), nuclear (18%) y plantas equipadas con sistemas de captura y almacenamiento de carbono (5%). Más aún, será necesario un cambio radical en las ventas de coches de tal forma que los vehículos híbridos, híbridos enchufables y eléctricos lleguen a representar casi un 60% de las ventas en 2030, partiendo del 1% 152 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

actual. Para impulsar el mayor desarrollo de estas decisivas tecnologías, la AIE está desarrollando varias hojas de ruta de las tecnologías energéticas de baja emisión de carbono en las que se detallan las acciones prioritarias destinadas a guiar a los responsables de medioambiente y energía por el camino de las innovaciones necesarias.

La transformación energética requerirá un despliegue sin precedentes de las tecnologías actuales y futuras. Los costes no son pequeños: 10,5 billones de dólares de aquí a 2030, con un coste anual que alcanzará el 1,1% del PIB mundial en 2030. No obstante, con el tiempo estas inversiones en energías limpias cubrirán con creces sus gastos a través del ahorro en combustible. En la industria, la construcción y el transporte, una inversión de 8,3 billones de dólares supondría un ahorro de 8,6 billones de dólares en 2030.

Adicionalmente, las ventajas para la seguridad energética de una menor demanda podrían ser importantes. Las actuales tendencias de la demanda, unidas a la falta de descubrimientos importantes, hacen que el mundo se enfrente a la perspectiva de alcanzar su máxima producción de petróleo convencional alrededor de 2020. Sin embargo, en el Escenario 450, la demanda global de crudo es sólo 4 millones de barriles al día mayor en 2030 que hoy, lo que diferiría el momento de alcanzar el tope de producción de petróleo convencional. En el Escenario 450, los gastos de importación de gas y petróleo de los países de la OCDE en 2030 serán menores que en 2008.

Los compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que los gobiernos aceptaron en virtud del Acuerdo de Copenhague suponen un avance esperan- zador para hacer realidad el Escenario 450. Sin embargo, parece que los propósitos de reducir estas emisiones deben llevarse aún más lejos: los análisis preliminares de la AIE sugieren que los compromisos actuales, en caso de que lleguen a materializarse, no serían suficientes para que en 2020 cumplamos con las condiciones que nos permitirían limitar el aumento de la temperatura global a 2ºC. Todos los países, incluida España, necesitarán adoptar medidas más ambiciosas para alcanzar estos objetivos.

La política energética de España

Entonces, ¿qué está haciendo España para avanzar hacia un sistema energético más sostenible? El informe de la AIE sobre la política energética española, publicado en septiembre de 2009, pone de manifiesto el significativo progreso del país en los últimos años. Las mejoras afectan a todas las áreas de la política energética.

La seguridad del suministro de energía se mantiene sólida. El suministro de crudo está bien diversificado por países de origen y España cuenta con unas reservas de petróleo Enerclub y los responsables de la política energética | 153

ligeramente superiores a los mínimos legales requeridos por la AIE. Más aún, a principios de 2010 España había aumentado las existencias mínimas de seguridad de 90 a 92 días.

España también constituye un excelente ejemplo para otros países en lo que se refiere a la diversificación de las fuentes de gas natural a través de las instalaciones de gas natural licuado (GNL). Actualmente, España es el tercer consumidor mundial de GNL. Obtiene gas de más de media docena de países y ha limitado la cuota máxima de importación desde un único país a un 50% de la importación total.

A través de un exitoso desarrollo de su infraestructura energética y del acceso a diferen- tes fuentes de suministro de gas, España pudo afrontar sin problemas el excepcional crecimiento de la demanda que se dio durante el boom económico.

España también ha continuado la reforma de sus mercados del gas y la electricidad. Las exigencias de disociación son más estrictas que en el pasado, y ambos mercados gozan de una mayor apertura y una menor concentración. Uno de los logros más importantes ha sido la creación del MIBEL, el mercado común ibérico de electricidad. El MIBEL aumentará la seguridad de suministro y de competencia tanto en España como en Portugal. Un mercado parecido, MIBGAS, se está poniendo en marcha para el sector del gas. La cooperación, de acuerdo con el grupo de reguladores de la energía de la UE, está orientada a abrir camino hacia una mayor integración de los mercados, también con Francia y con el resto de Europa Central.

La AIE también elogia a España por la importante liberalización de sus tarifas de gas y electricidad. España ha abandonado el sistema tarifario tradicional en el que frecuentemente se limitaban los precios destinados al consumidor final por debajo de los costes. Desde 2009, para los sectores de la electricidad y del gas, rige una tarifa de último recurso que cubre los costes y, adecuadamente, sólo resulta aplicable a pequeños clientes. La AIE también aplaude el plan financiero destinado a acabar con el importante déficit de tarifas de electricidad proveniente del anterior régimen tarifario.

En el terreno de la sostenibilidad medioambiental de la política energética, España se ha convertido en uno de los líderes mundiales en el desarrollo de energías renovables, más concretamente en energía eólica y solar. España es la cuarta potencia mundial en capacidad eólica, y continuará creciendo en este sector. Puesto que España posee una capacidad transfronteriza relativamente baja, las inevitables variaciones en la generación de energía eólica tienen que ser controladas en su mayoría por el sistema español. España ha conseguido desarrollar un sistema completamente integrado para equilibrar 154 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

estas variaciones. Una herramienta clave es el Centro de Control de Energías Renovables del operador del sistema (TSO), de calidad mundial. También debemos alabar que ya se estén ideando nuevas interconexiones. La capacidad de energía solar de España es la segunda más alta del mundo. Comprendí cómo la energía solar se adecúa perfectamente a esta tierra vasta y siempre bañada por el sol, cuando en Sevilla subí a la parte más alta de la planta de 20MW de energía solar concentrada y vi desde arriba las placas de espejos brillantes (heliostatos).

El Gobierno, el operador de redes y la industria están buscando métodos integrales para asegurar que la generación máxima de viento se pueda utilizar o almacenar en todo momento. El foco está puesto en las redes inteligentes, los vehículos eléctricos y la acumulación por bombeo, y la AIE felicita a España por su enfoque integrador. Las nuevas interconexiones también aportarán su granito de arena al permitir que se realicen mayores exportaciones de energía eólica. En resumen, la AIE está muy impresionada por el éxito de España en la promoción de la energía eólica.

El gasto público en I + D en el sector energético viene incrementándose desde el año 2004. Se trata de una iniciativa muy positiva, y la AIE anima a España a que invierta aún más en este campo. La AIE también aplaude el liderazgo de España en I + D en energía eólica y solar, así como en captura y almacenamiento de carbono (CCS). Los ambiciosos objetivos que España y otros países miembros de la AIE se están marcando en materia de cambio climático y de seguridad energética requerirán una transición hacia una economía baja en carbono; una revolución en la manera en que la energía se suministra y se utiliza. Esta transición hace precisas tecnologías nuevas y un aumento del gasto público en investigación y desarrollo (I + D) en el campo de la energía.

España también ha revisado la legislación para crear mayores incentivos e imponer requisitos más estrictos para lograr una superior eficiencia energética. Esto incluye un aumento sustancial de la financiación de proyectos de eficiencia energética. Todos estos acontecimientos representan importantes mejoras desde la última revisión de la AIE en 2005.

A pesar del considerable progreso realizado por España, aún existen retos a los que enfrentarse. En primer lugar, el país debe determinar cómo reducir las emisiones de

CO2 al tiempo que garantiza la seguridad energética. A largo plazo, el mundo entero deberá reducir de forma radical el uso de combustibles fósiles, y el desafío es, por supuesto, lograrlo mientras se mantiene un alto nivel de seguridad energética. Una combinación de medidas, como los objetivos de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020, un mayor desarrollo de las energías Enerclub y los responsables de la política energética | 155

renovables, la eficiencia energética y el desarrollo de tecnologías avanzadas en vehículos en el sector del transporte, pueden ayudar a España a alcanzar estos dos objetivos.

Un segundo desafío relacionado con lo anterior es asegurar el suministro de electricidad con una emisión reducida de carbono, así como un uso eficiente de esa electricidad. El abastecimiento de energía en España creció considerablemente durante casi una década, hasta el año 2008. Este crecimiento se cubrió en su mayoría con gas natural y energía eólica, pero los combustibles fósiles aún representan alrededor de tres quintas partes del suministro eléctrico. El futuro suministro eléctrico, sin embargo, debe emitir cada vez menos carbono. Una baja emisión de carbono implica disponer de fuentes de energía renovables, de energía nuclear y de combustibles fósiles con captura y almacenamiento de carbono. Para que pueda continuar esta transición hacia un suministro de electricidad de bajas emisiones en carbono, se necesitan grandes inversiones. Un marco regulador estable también resulta crucial para que estas inversiones se puedan llevar a cabo.

Un tercer reto al que España se enfrenta es la reducción aún mayor de las distorsiones del mercado. España ha liberalizado de manera sustancial sus tarifas de electricidad y del gas, y ha elaborado un plan financiero para poner fin al gran déficit que se había acumulado bajo el régimen tarifario anterior. Los precios para muchos pequeños consumidores de electricidad, sin embargo, aún están regulados y son lo suficientemente bajos como para distorsionar de manera potencial el mercado. Además, los subsidios para la producción con carbón nacional deben eliminarse y ser sustituidos por medidas de política social directas.

Fuerte liderazgo de España en la política energética de bajas emisiones en carbono de la UE

España ha asumido un papel de liderazgo durante su periodo de presidencia de la UE en el primer semestre de 2010, impulsando activamente las políticas energéticas de bajas emisiones en carbono. La AIE ha tenido el gusto de apoyar esta actividad en muchos aspectos. La iniciativa española para promover el Plan Solar Mediterráneo (PSM) y la utilización de vehículos eléctricos es una medida oportuna e importante para un futuro bajo en carbono. La AIE seguirá trabajando estrechamente con miembros de la comunidad española de energía, incluyendo el Club Español de la Energía, para facilitar estas iniciativas.

El PSM, un esfuerzo conjunto de la UE y los países del Mediterráneo para fomentar la capacidad de energía solar en el norte de África, tanto para cubrir las necesidades 156 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

locales como para exportar energía a la UE, constituye un proyecto ambicioso, pero con grandes perspectivas de futuro. Sin duda, la unión de los dos continentes tendrá un impacto sustancial en la economía de la región, así como en el sector energético, e incluso contribuirá a una mayor estabilidad geopolítica. Me llamó la atención la descripción del proyecto que hizo el Ministro de Industria, Turismo y Comercio de España, el Sr. Sebastián, que habló de su significado simbólico de "energía para la paz." En apoyo del PMS, asistí a la conferencia del pasado mayo en Valencia, donde presenté dos nuevos estudios de la AIE sobre energía solar: las hojas de ruta de tecnología de Energía Solar Concentrada y Energía Solar Fotovoltaica.

En el sector del transporte, los vehículos eléctricos (VE) no sólo constituyen una prometedora solución con bajas emisiones en carbono, sino que también pueden contribuir a la seguridad energética con su papel de fuente de almacenamiento de energía renovable. Tenemos que abordar la cuestión del abastecimiento eléctrico adecuado en el sistema en su totalidad, con la participación no sólo de fabricantes de automóviles y de componentes, sino también de las empresas de servicios, de las autoridades reguladoras y de otros interesados. La iniciativa española de formular una estrategia europea del VE representa un hito importante.

La visión hacia la seguridad y sostenibilidad energética en el futuro

A medida que los gobiernos trabajan para garantizar un futuro energético sostenible, España ha sido uno de los líderes en marcar el camino hacia una economía baja en emisiones de carbono. Es más, podemos estar presenciando en la actualidad el comienzo de la transición histórica hacia una revolución energética: los altos precios del petróleo y la crisis financiera mundial pueden haber cambiado la estructura de la demanda energética, y de hecho ya se puede observar una recuperación «oil–less» en los países de la OCDE. Sin embargo, todavía nos enfrentamos a enormes desafíos. Combatir el cambio climático y mejorar la seguridad energética requiere una «descarbonización» masiva del sistema energético. Tenemos que acabar con la conexión histórica existente entre las emisiones de CO2 y la actividad económica.

Los esfuerzos requieren auténtica cooperación mundial. Nosotros, en la AIE, reconocemos claramente este reto, con nuestros países miembros representando actualmente una proporción cada vez menor de la demanda y producción mundial de energía y de las emisiones de CO2 El padre fundador de la AIE y ex Secretario de Estado, Henry Kissinger, también reconoció este hecho cuando viajó de nuevo a París el año pasado para colaborar en la celebración del 35 aniversario de la Agencia. Él sugiere – y Enerclub y los responsables de la política energética | 157

estoy de acuerdo– que la AIE y sus miembros deben establecer lazos cada vez más estrechos con los países clave no pertenecientes a la Agencia, como China y la India.

Reconocemos el importante papel que el Club Español de la Energía ha asumido durante los últimos 25 años en el sector energético. La contribución del Club es necesaria para abordar los retos globales en materia de energía a los que ahora nos enfrentamos, porque la alternativa a enfrentarse a ellos es peor; por cada año de retraso se añaden 500 mil millones de dólares de costes para mitigar el problema, por no mencionar las incalculables repercusiones en la seguridad energética y en el clima. Así pues, abordemos ahora los desafíos para garantizar un futuro energético sostenible y seguro. Ya se pueden observar los inicios de la revolución de la tecnología energética en sectores como el de las energías renovables y los vehículos eléctricos. Hagamos realidad juntos este futuro revolucionario. 158 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

International Relationships: World Petroleum Council shares global solutions from experts at 19th WPC in Spain

Randy Gossen President World Petroleum Council

hen the World Petroleum Congress came to Madrid in Summer 2008 it brought W 14,500 industry representatives to the Spanish capital and made Madrid –for one special week– the world capital of oil and gas.

Coordinated by the Club Español de la Energia, a dedicated team of experts from the Spanish petroleum industry had spent the previous four years preparing for the biggest oil show in their country. By gathering not only the leading names from Spain but from across the world they more than exceeded their targets and delivered a world–class Congress that nurtured international relations at a critical point in the history of oil and gas.

With the World Petroleum Council's triennial Congress covering all aspects of the industry in its packed schedule the delegates attending the 19th WPC certainly had plenty to dis- cuss. They may have argued about the reasons for the record price of oil during the week, but they were broadly in agreement about the technological, political and societal cha- llenges facing the industry. The mood was captured by Royal Dutch Shell’s Linda Cook who declared: “In many ways this is the most exciting time to be in the energy industry”.

The 19th World Petroleum Congress was held in Madrid, Spain, June 29-July 3, 2008, with the theme “A World in Transition: Delivering Energy for Sustainable Growth”. Its technical programme was organised in four thematic blocks: upstream; downstream and petroche- micals; natural gas and renewables; and managing the industry. In addition, there were ple- nary, special and ministerial sessions, while the official luncheons each day also featured keynote addresses by leading industry figures. Highlights of the Congress week included a reception hosted by the Mayor of Madrid in the famous Retiro Park and a magnificent per- formance of José Carreras and Sara Baras at the opening ceremony of the event. Enerclub y los responsables de la política energética | 159

Inaugurating the 19th World Petroleum Congress, HM King Juan Carlos 1 said: “The world is looking for a new model of production and consumption which is efficient, transparent and respects the environment”, which was indeed reflected in the Congress programme.

The 19th World Petroleum Congress was an outstanding success thanks to the dedicated efforts of the Spanish National Organising Committee, chaired by Jorge Segrelles, and the team led by Juan Bachiller. The high level content of the programme was brought together by the WPC's Executive Committee and Congress Programme Committee, the keynote presenters, the chairs, vice chairs, moderators, and the expert speakers.

The Congress brought together all stakeholders from the international community in a constructive discussion covering four areas:

1. The ways to ensure delivery of energy, in a reliable, affordable, environmentally acceptable and socially responsible manner;

2. Updates on the most recent technological advances in exploration, production, refining, petrochemistry, gas development and transportation, and renewable sources of energy;

3. Best practices in environmental management, including reduction of carbon emissions;

4. And finally the ways to meet society’s expectations from our industry.

During the Congress there was ample debate, with participants from all key stakeholder groups, on the high oil price and its implications for the sustainable growth of the global economy. Different views were expressed about the reasons for the successive record- breaking oil prices, including the devaluation of the US dollar, the huge amount of oil being traded in the futures market, geopolitics and uncertainties about medium and long- term oil deliverability in the face of growing demand.

Since then we have seen a decline in the oil price and some strengthening of the US dollar, but the conclusions reached in the discussions at Madrid remain valid. They include the following issues of global relevance:

Access to Resources

One of the main issues is access to resources. About 85% of the world’s oil and gas reserves are controlled by National Oil Companies (NOC’s) with limited or no equity access to Independent Oil Companies (IOC’s). This makes competition extreme and often excludes the small and mid–panies from participating in exploration and production 160 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

activities. Closely linked to access to resources is energy security which relates not so much to the geology but largely to above ground issues such as resource nationalism, environmental concerns, social issues, geopolitical unrest and security issues.

Are we running out of oil?

Another relevant question in this context is, “Are we running out of oil?”

The simple answer is: “Not in the foreseeable future.” Most geologists agree with the “3 trillion barrel” thesis i.e. there has already been 1 trillion barrels produced, there is another trillion barrels that is currently being produced from proven reserves and there is a further trillion barrels yet to be discovered or currently inaccessible with existing technology or high cost reserves. Accordingly there is sufficient oil and gas in place for many decades to come.

Reducing Carbon Emissions

Another critical issue related to the sustainability of the industry is the need to find ways to reduce carbon emissions and their impact on climate change. The solution will come from changing societal behaviour as well as a combination of regulation, such as the cap and trade system adopted in Europe, carbon capture and storage and other innovative technologies. In fact, carbon capture and storage is increasingly being incorporated in the development of oil and gas fields as cost effective solutions to mitigate carbon emissions and frequently result in optimizing reserves recovery. Enhanced energy efficiency is also a major part of the solution.

Water Management

Water management is another area that remains a high-priority challenge as there is growing competition for fresh water resources among agricultural, industrial and municipal demand.

Key Drivers of the Industry

Given this backdrop of challenges, what are the key forces that are going to drive the global industry going forward in both the near and long term?

We think there are three main drivers: Investment, Innovation and Cooperation.

1. Investment in new infrastructure Economic growth and liberalization of markets throughout the world have spurred significant demand for oil and gas over the last decade. In the past year, however, the global financial crisis has resulted in a steep worldwide recession which, along with falling energy prices, has significantly impacted the oil and gas sector. Enerclub y los responsables de la política energética | 161

The effect has not been the same on all companies. Particularly small and mid market capitalization companies have been hurt by the reduced availability for capital and tougher credit terms that have followed the world financial crisis. Although the recession has resulted in a slowing down in oil and gas activity, the long term fundamentals of the sector remain positive and well capitalized, progressive companies now have the opportunity to position themselves to benefit from future growth.

The global economic meltdown has resulted in a major cutback in investing, particularly in mega projects in the industry. The IEA estimates global demand for oil to rise by 1% per year on average, from 85 million barrels per day in 2007 to 106 mb/d in 2030. 80% of all energy comes from fossil fuels and that level is not expected to change very much by 2030. Much of this increase in supply will be coming from unconventional oil and gas which will require higher sustained prices.

These trends call for energy related infrastructure investment of $26.3 trillion to 2030, which equals just over $1 trillion/year. About half of that will be required by the oil and gas sector. According to the IEA, 64 mb/d of gross capacity needs to be installed between 2007 and 2030 –six times the current capacity of Saudi Arabia– to meet demand growth and offset decline. In the current economic downturn it is unlikely that these levels of investment will be met, although those that are cash rich and have access to credit will be able to pursue new opportunities.

2. Technological innovation Conventional reserves of oil and gas that are easy to access and inexpensive to produce are largely gone. Accordingly, industry is exploring in ever more challenging new frontiers where large oil and gas discoveries are being made. The development of such new discoveries will require deployment of cutting edge technologies. Some examples include the pre-sale huge discoveries recently announced offshore Brazil, at water depths of 2,000m to 3,000m, total reservoir depth of approximately 5,000m to 6,000m, located over 300 km from the shore. Other very challenging environments include Lower Tertiary of the Gulf of Mexico, also in ultra deep waters, the deep gas bearing reservoirs of Siberia and the sedimentary basins of the Circum Arctic.

Enhanced oil recovery is still one of the more promising areas to increase the reserves and production from existing fields. The development of new technologies is significantly increasing recovery factors and prolonging the life of mature oil and gas fields.

Unconventional oil and gas resources, such as the oil sands of Canada and Venezuela, and the gas bearing Barnett shale of Texas, are quickly becoming technically feasible and 162 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

economically very attractive. Advanced technologies, particularly in the completion of gas bearing shale, steam assisted gravity drainage of heavy oils and minimization of environ- mental impact of oil sands mining and processing are key to the further development of these resources.

3. Cooperation Notwithstanding the current economic crisis, many of the largest oil and gas companies are actually maintaining or raising their capital investments to address the ongoing need to add reserves and grow production. Market turmoil is also opening up new acquisition opportunities for cash-rich players, particularly in countries perceived as high risk, where valuations have fallen furthest. This brings about new opportunities for independent oil companies (IOC’s) to partner with national oil company (NOC’s) on a long term, sustainable basis. Those NCOs that have been affected most by lower prices and the economic recession may now welcome IOC’s technological and operational expertise and access to capital. The downturn can therefore be a good time to focus on forming and strengthening strategic alliances, particularly with NOC’s.

Cooperation between IOC’s and NOC’s is not without its challenges: there are significant cultural, philosophical and social differences between the two parties that can make working together awkward at best and sometimes impossible. In addition, the possibility of government changing the rules can pose a real risk and induce added uncertainty. Furthermore, government playing the combined roles of policy maker, regulator, partner and investor is a complex mix requiring considerable skill, understanding and flexibility. Notwithstanding these challenges, the potential rewards of enhanced cooperation are significant for both parties and indeed, there are many examples of successful partner- ships. The World Petroleum Council (WPC) can facilitate the building of important bridges for the two sides to find ways to work together.

In the new economy, strategic alliances enable businesses to gain competitive advantage through access to a partner’s resources, including markets, technologies, capital and people. Teaming up with others adds complementary resources and capabilities, enabling participants to grow and expand more quickly and efficiently. Many fast-growth technology companies use strategic alliances to benefit from more-established channels of distribution, marketing, or brand reputation of bigger, better-known players. Companies might also consider cooperating with other firms by outsourcing the cost of noncore functions, freeing them to focus on key areas.

So the future for the oil and gas industry is looking quite bright. However, one of the biggest challenges to our sector is how to attract and retain bright young people to replace those that are leaving the oil and gas industry. Enerclub y los responsables de la política energética | 163

The Youth Challenge

The number of young people joining the industry or even graduating in correlated areas has been steadily decreasing. Therefore, the petroleum industry is now on the edge of a demographic cliff with an ageing workforce retiring shortly while not enough young people are joining the industry. This growing skills gap may impede the industry’s very ability to operate, especially with respect to major exploration and production projects.

This challenge is particularly significant in the context for the world’s rapidly growing demands for energy and calls for greater adherence to responsible social and environmental practices.

In response to this challenge, the World Petroleum Council formed its youth policy creating a Youth Committee in 2006 to bring a higher profile to the issue and form an alliance with young people themselves in order to find possible solutions to our challenges. We feel that it is important that young people are at the forefront of resolving this issue as they are the ones who will inherit this industry, and should be involved in crafting its future.

The Youth Committee prepared a programme of activities for young people at the Congress in Madrid including a special round table with industry leaders to discuss the question of “Does the industry need an image makeover?” Communication was the theme of the youth session, as research carried out by the WPC identified young people’s poor perception of the industry as a factor inhibiting recruitment. Leor Rotchild of Nexen, a member of the WPC Youth Committee, highlighted the need to promote a better understanding of what the industry contributes to society, while not shirking from acknowledging the challenges it faces. “The petroleum industry produces good things too,” he pointed out.

As part of the youth campaign, the Spanish National Organising Committee (NOC) set up a grant programme to give 50 students from around the world the opportunity to attend the 19th WPC, and also gave 150 Spanish students free attendance in return for part-time assistance during the Congress. A youth stand in the Global Business Opportunities Centre in one of the exhibition halls provided a meeting point for young people, and a special social function was organised. The Spanish NOC also sponsored three prizes worth a total of €5,000 for young authors under 35 for the best papers. These were in addition to the WPC’s traditional presentation of the Dewhurst Award and the excellence awards for social responsibility initiatives and technological developments.

The young people followed up their high-level engagement with key decision makers at the 2nd WPC Youth Forum in Paris in November 2009. Under the theme of “Energise your Future” it provided an innovative approach to the challenges and opportunities 164 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

facing the oil and gas industry in the future. It was supported by the set-up of a major online network for young professionals and students from around the world to exchange their views on the key issues affecting the oil and gas industry. 1200 participants met in Paris in November 2009 for a live(ly) debate between CEOs, senior industry experts and the youth.

Similar events are planned going forward, with India hosting the 3rd WPC Youth Forum in New Delhi alongside its renowned Petrotech event in November 2010.

Improving the industry’s reputation

Finally, one of the greatest challenges we face as an industry is to enhance our reputation and credibility with our many stakeholders. We represent a major part of the solution in meeting the world’s future energy demand. We must respond to this challenge in a way that is economically viable, environmentally sound and socially responsible. In order to maximize our contribution to this challenge we need to build trusting relationships with our stakeholders. We also must level the playing field within our industry, so that all companies recognize and respond to pressing global issues in a clear and consistent manner.

The WPC plays a significant role by providing a forum for stakeholder dialogue. In fact, our recent Congresses in Madrid, Johannesburg and Rio were designed to do just that. The 19th World Petroleum Congress in Madrid in 2008 concluded that there are still ample reserves and resources of oil and gas to be developed, both in mature basins and new frontiers. We have more than enough petroleum to meet demand for many decades for the benefit of all mankind. However, in order to earn a societal license to operate and to be profitable, the industry must invest responsibly and ensure the sustainability of the environment for the next generations. In addition, communities that are impacted by oil and gas activities must enjoy a fair share of the benefits associated with that development.

Companies that adopt corporate social responsibility as part of their core business strategy and adhere to principles of transparency, business ethics and respect for human rights will gain the license to proper and be profitable for the long term.

Going forward

At WPC we have identified these challenges as the topic for our 20th World Petroleum Congress which will be held in Qatar in 2011. It has taken its theme from the most significant outcomes of the ground breaking Congress in Spain. Under the aspect of Enerclub y los responsables de la política energética | 165

'Energy Solutions for All – Promoting Cooperation, Innovation and Investment’ the 20th World Petroleum Congress will focus the debate on solutions aimed at providing all humanity with access to reliable, affordable and sustainable energy in both the near and long-term future.

In order to achieve this goal, all stakeholders, including the energy producers, consumers, governments and civil society need to work in close cooperation to develop innovative ways to find and develop new oil, gas and alternative energy resources, as well as set higher standards for wiser, more efficient and cleaner energy consumption.

A truly worthwhile aim for the future of our industry and a perfect continuation from what will long be remembered as Spain's contribution to finding solutions for 'A World in Transition – Delivering Energy for Sustainable Growth! 166 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Relaciones Internacionales: El Consejo Mundial del Petróleo comparte las soluciones globales de los expertos asistentes al 19º Congreso del WPC, celebrado en España

Randy Gossen Presidente Consejo Mundial del Petróleo

uando el Congreso Mundial del Petróleo se celebró en Madrid en el verano de C 2008, atrajo a la capital española a 14.500 representantes del sector y la ciudad se convirtió, durante esa semana especial, en la capital mundial del petróleo y el gas.

Bajo la coordinación del Club Español de la Energía, un entregado equipo de expertos del sector español del petróleo había pasado los cuatro años anteriores preparando el mayor evento petrolífero de su país. Al congregar no sólo a las principales figuras de España sino de todo el mundo, sobrepasaron con mucho sus objetivos y ofrecieron un Congreso de categoría mundial que sirvió para cultivar las relaciones internacionales en un momento crítico de la historia del petróleo y el gas.

Dado que el Congreso trianual del Consejo Mundial del Petróleo abarcaba en su apretado programa todos los aspectos de la industria, los delegados que asistieron al 19º Congreso del WPC tuvieron muchos temas que tratar. Es posible que discutiesen sobre los motivos del record del precio del petróleo durante esa semana, pero la mayoría estaban de acuerdo en lo que se refiere a los retos tecnológicos, políticos y sociales a los que se enfrenta el sector. Linda Cook, de Royal Dutch Shell, que había captado muy bien el ambiente, declaró: “En muchos sentidos, este es el momento más apasionante para trabajar en el sector de la energía”.

El 19º Congreso Mundial del Petróleo se celebró en Madrid, España, entre el 29 de junio y el 3 de julio de 2008, bajo el lema “Un Mundo en Transición: Suministro de Energía para un Crecimiento Sostenible”. El programa se dividía en cuatro bloques temáticos: Upstream; Downstream y Petroquímica; Gas Natural y Energías Renovables; y Gestión de la Industria. Además, hubo sesiones plenarias, especiales y ministeriales así como Enerclub y los responsables de la política energética | 167

presentaciones magistrales impartidas por personalidades de reconocido prestigio del sector durante los almuerzos oficiales de cada día. Entre los momentos más memora- bles de la semana que duró el Congreso cabe mencionar la recepción ofrecida por el Alcalde de Madrid en el famoso Parque del Retiro y las magníficas actuaciones de José Carreras y Sara Baras en la Cena de Apertura del evento.

Durante la Sesión Inaugural del 19º Congreso Mundial del Petróleo, S.M. el Rey Juan Carlos I declaró: “El mundo está buscando un nuevo modelo de producción y consumo que sea eficiente, transparente y respetuoso con el medio ambiente”, lo que ciertamen- te se reflejó en el programa del Congreso.

El 19º Congreso Mundial del Petróleo fue un éxito clamoroso gracias al esfuerzo y dedicación del Comité Organizador Español, presidido por Jorge Segrelles, y del equipo dirigido por Juan Bachiller. El elevado nivel de contenidos del programa se hizo posible gracias a la participación del Comité Ejecutivo del WPC y del Comité del Programa del Congreso, de los conferenciantes, los presidentes, los vicepresidentes, los moderadores y los ponentes especializados.

El Congreso reunió a todos los participantes de la comunidad internacional en un constructivo debate que abarcó cuatro áreas:

1. Medios para asegurar el suministro de energía de forma fiable, asequible, aceptable desde el punto de vista del medio ambiente, y socialmente responsable;

2. Puesta al día de los más recientes avances tecnológicos en exploración, producción, refino, petroquímica, desarrollo y transporte de gas, y fuentes de energía renovable;

3. Mejora de las prácticas de gestión ambiental, incluida la reducción de las emisiones de carbono;

4. Y, finalmente, formas de cumplir con las expectativas de la sociedad ante nuestro sector.

A lo largo del Congreso se produjeron amplios debates, con participación de represen- tantes de los principales actores del sector, sobre el elevado precio del petróleo y sus implicaciones con respecto al crecimiento sostenible de la economía global. Se expresaron diferentes puntos de vista con respecto a los motivos que han llevado a los sucesivos récords en el precio del petróleo, entre ellos, la devaluación del dólar, la enorme cantidad de crudo que se vende en el mercado de futuros, la geopolítica y las incertidumbres sobre la posibilidad de suministro de petróleo a largo y medio plazo en vista de la creciente demanda. 168 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Desde la celebración del Congreso hemos sido testigos de un descenso en el precio del crudo y una cierta recuperación del dólar, pero las conclusiones a las que se llegó en Madrid siguen siendo válidas. Entre ellas se incluyen las siguientes cuestiones de relevancia global:

Acceso a los Recursos Una de las principales cuestiones es el acceso a los recursos. Alrededor del 85% de las reservas mundiales de gas y petróleo se encuentran bajo el control de Empresas Petroleras Nacionales (NOCs), con acceso limitado o nulo en su capital a las Empresas Petroleras Independientes (IOCs). Esta situación conduce a una competencia extrema y da lugar con frecuencia a que las pequeñas y medianas empresas queden excluidas de participar en actividades de exploración y producción. Íntimamente ligada al acceso a los recursos está la seguridad energética, que no tiene tanto que ver con la geología como con lo que ocurre en la superficie, por ejemplo, el nacionalismo de los recursos energéticos, la preocupación por el medio ambiente, los problemas sociales, la tensión geopolítica y las cuestiones de seguridad.

¿Nos estamos quedando sin petróleo? En este contexto, otra pregunta importante es: “¿Nos estamos quedando sin petróleo?” La respuesta es sencilla: “No en un futuro inmediato”. La mayor parte de los geólogos están de acuerdo con la teoría de los 3 trillones de barriles, según la cual, ya se ha producido 1 trillón de barriles, en la actualidad se está produciendo otro trillón de barriles a partir de las reservas comprobadas y aún queda otro trillón que todavía no ha sido descubierto o bien que resulta inaccesible a causa de la tecnología existente o los altos costes de las reservas. De acuerdo con lo anterior, podemos afirmar que hay gas y petróleo suficientes para muchos decenios.

Reducir las Emisiones de Carbono Otro aspecto fundamental relacionado con la sostenibilidad de la industria es la necesidad de encontrar maneras de reducir las emisiones de carbono y su impacto en el cambio climático. La solución pasa por modificar los usos sociales, así como por una combinación de medidas regulatorias, como el sistema de fijación previa de límites máximos e intercambio en los derechos de emisión (cap and trade) adoptado en Europa, la captura y almacenamiento de carbono y otras tecnologías innovadoras. De hecho, la captura y almacenamiento de carbono se incorpora cada vez con más frecuencia en el desarrollo de los yacimientos gasísticos y petroleros como solución rentable para mitigar las emisiones de carbono, resultando frecuentemente en una optimización de la recuperación de las reservas. La mejora de la eficiencia energética también es una parte importante de la solución. Enerclub y los responsables de la política energética | 169

•La Gestión del Agua La gestión del agua es otra área que sigue siendo un reto de máxima prioridad, ya que la competencia por los recursos de agua natural es cada vez mayor entre la demanda agrícola, industrial y municipal.

Impulsores Clave del Sector

Con estos retos a la espalda ¿cuáles serán las claves que llevarán a la industria global hacia delante tanto a corto como a largo plazo?

Creemos que existen tres impulsores principales: Inversión, Innovación y Cooperación.

1. Inversión en nuevas infraestructuras

El crecimiento económico y la liberalización de los mercados en todo el mundo han estimulado de manera significativa la demanda de petróleo y gas a lo largo de la última década. Durante el último año, sin embargo, la crisis financiera global ha tenido como resultado una profunda recesión a nivel mundial que, junto con la caída de los precios de la energía, ha tenido un impacto significativo en el sector del petróleo y del gas.

El efecto no ha sido el mismo para todas las empresas. Especialmente las pequeñas y medianas empresas de capitalización en el mercado se han visto dañadas por la reducida disponibilidad de capital y por los durísimas condiciones crediticias que han seguido a la crisis financiera mundial. A pesar de que la recesión ha dado como resultado una desaceleración de la actividad del petróleo y del gas, los fundamentos a largo plazo del sector se mantienen en positivo y las empresas más activas, bien capitalizadas, tienen ahora la oportunidad de posicionarse para beneficiarse del futuro crecimiento.

El colapso económico global ha llevado a un recorte importante en la inversión, particularmente en los grandes proyectos industriales. La IEA estima que la demanda global de petróleo crecerá a una media del 1% anual, desde los 85 millones de barriles/día en 2007 hasta 106 millones de barriles/día en 2030. El 80% de toda la energía procede de combustibles fósiles, un nivel que no se espera que haya cambiado mucho en 2030. Una gran parte de este incremento del suministro procederá de petróleo y gas no convencional, requiriendo unos precios sostenidos mas altos.

Estas tendencias necesitan unas inversiones en infraestructura relacionadas con la energía de 26,3 trillones de dólares en 2030, lo que equivale a poco más de 1 trillón 170 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de dólares por año. Aproximadamente la mitad de esa cifra será requerida por el sector del petróleo y gas. Según la IEA, entre 2007 y 2030, será necesario instalar una capacidad bruta de 64 millones de barriles/día –seis veces la capacidad actual de Arabia Saudita– con el fin de satisfacer el crecimiento de la demanda y compensar la caída. En la difícil situación económica actual es muy poco probable que se cumplan estos niveles de inversión, aunque aquellas compañías con liquidez y acceso al crédito podrán perseguir nuevas oportunidades.

2. Innovación Tecnológica Las reservas convencionales de petróleo y gas de fácil acceso y producción barata han desaparecido en su mayoría. Como corresponde, la industria está explorando en cada vez mas difíciles nuevas fronteras, donde se están produciendo descubrimientos de grandes cantidades de petróleo y gas. El desarrollo de estos nuevos descubrimientos exigirá el uso de tecnologías de vanguardia. Algunos ejemplos incluyen los enormes descubrimientos offshore anunciados recientemente para su pre-venta en Brasil, en aguas de 2.000 a 3.000 metros de profundidad, con una profundidad total del yacimiento de aproximadamente 5.000 a 6.000 metros, situados a mas de 300 km de la costa. Otros entornos de gran dificultad se refieren al Terciario Inferior en el Golfo de México, también en aguas ultra profundas, las reservas de gas de gran profundidad en Siberia y las plataformas sedimentarias del Circulo Ártico.

El aumento de la recuperación de petróleo sigue siendo una de las áreas más prometedoras para poder incrementar las reservas y la producción de los yacimientos de petróleo existentes. El desarrollo de nuevas tecnologías está favoreciendo considerablemente los factores de recuperación y está alargando la vida de yacimientos de petróleo y gas antiguos.

Las fuentes de petróleo y gas no convencionales, como las arenas petrolíferas de Canadá y de Venezuela, o el shale gas como el de Barnett, Texas, se están convirtiendo rápidamente en recursos viables y muy atractivos económicamente. Las tecnologías modernas, especialmente las utilizadas para la obtención de shale gas, el drenaje por gravedad asistido por vapor [SAGD, en inglés] de los crudos pesados y la minimización del impacto ambiental de la minería de las arenas petrolíferas y en proceso productivo, resultan fundamentales para el mayor desarrollo de estos recursos.

3. Cooperación A pesar de la crisis económica actual, muchas de las compañías de petróleo y gas más importantes están ahora intentando mantener o aumentar sus inversiones de capital Enerclub y los responsables de la política energética | 171

con el fin de hacer frente a la constante necesidad de incorporar nuevas reservas y aumentar la producción. La inestabilidad actual del mercado también abre nuevas oportunidades de adquisición para los agentes con buena posición de liquidez, sobre todo en países considerados de alto riesgo, donde los valores han sufrido la mayor caída. Esto trae consigo nuevas oportunidades para las compañías petroleras independientes (IOC), que pueden asociarse al largo plazo y de forma sostenible con compañías petroleras nacionales (NOC). De esta forma, aquellas petroleras nacionales que se hayan visto más afectadas por el descenso de los precios y por la recesión económica, podrán adquirir ahora los conocimientos técnicos y operacionales de las petroleras independientes, y disfrutar además de su acceso al capital. La depresión puede por lo tanto ser un buen momento para centrarse en la creación y en el refuerzo de alianzas estratégicas, en particular con las petroleras nacionales.

La cooperación entre las IOC y las NOC plantea también sus retos: existen importantes diferencias culturales, filosóficas y sociales entre las dos partes, que como poco pueden dificultar el trabajo conjunto, o incluso impedir que se pueda realizar la colaboración. Además, la posibilidad de que los gobiernos modifiquen las normativas, puede representar un claro riesgo y crear un clima de incertidumbre. Por otra parte, al actuar los gobiernos de forma combinada como legisladores, reguladores, socios e inversores, supone una compleja mezcla de roles que requiere una habilidad, comprensión y flexibilidad considerables. A pesar de estos retos, ambas partes pueden obtener grandes recompensas promoviendo esta cooperación, y de hecho existen muchos ejemplos de alianzas que han llegado a buen puerto. El Consejo Mundial del Petróleo (WPC) puede ayudar a crear puentes entre las dos partes para que éstas encuentren la mejor manera de trabajar juntas.

Dentro del nuevo marco económico, las alianzas estratégicas permiten a las empresas obtener ventajas competitivas a través del acceso a los recursos de sus mercados, tecnologías, capitales y personal. Trabajar en equipo con otros añade recursos y capacidades complementarios, permitiendo a los participantes crecer y expandirse con mayor rapidez y eficacia. Muchas empresas tecnológicas de rápido crecimiento utilizan las alianzas estratégicas para beneficiarse de canales más sólidos de distribución o de marketing, y del prestigio de marca que poseen muchos participantes mayores y mejor conocidos del mercado. Las empresas también deben plantearse la cooperación con otras firmas externalizando sus costes en aquellas funciones que no forman parte de su “core business”, centrándose así en las áreas principales de su actividad.

Desde esta perspectiva, el futuro de la industria del petróleo y del gas parece franca- mente prometedor. Sin embargo, el poder atraer y conservar a profesionales jóvenes y 172 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

brillantes para que sustituyan a aquellos que ya abandonan la industria, representa uno de los mayores retos para nuestro sector.

El desafío de la juventud

El porcentaje de personas jóvenes que se incorporan a la industria o incluso los que se gradúan en campos relacionados con la misma, ha ido disminuyendo de forma constante. Por eso, la industria del petróleo se encuentra en términos demográficos, al borde del precipicio, con una plantilla de trabajadores envejecida y con muchos empleados a punto de jubilarse sin que haya suficiente gente joven que se incorpore. Esta brecha en la mano de obra cualificada podría llegar a impedir incluso la capacidad de operar de la industria, especialmente en lo que respecta a los grandes proyectos de exploración y de producción.

Este desafío es especialmente importante en un contexto en el que la demanda mundial de energía y las reivindicaciones de una mayor adhesión a las prácticas de responsabilidad social y ambiental crecen rápidamente.

En respuesta a este desafío, el Consejo Mundial del Petróleo dio forma a su política de juventud mediante la creación en 2006 de un Comité de Jóvenes destinado a darles la importancia que se merecen y establecer una alianza entre los propios jóvenes para encontrar posibles soluciones a estos desafíos. Creemos que es importante que la gente joven se encuentre en primera línea en el intento de dar solución a este problema, ya que serán ellos quienes hereden esta industria y deben implicarse en la creación de su futuro.

El Comité de la Juventud preparó un programa de actividades para jóvenes en el Congreso de Madrid que incluyó una mesa redonda especial con líderes del sector en la que se discutió sobre la cuestión “¿Necesita el sector del petróleo un retoque de imagen?”. La comunicación fue el tema principal de la sesión de la juventud ya que una investigación llevada a cabo por el WPC demostró que la imagen pobre que los jóvenes tienen del sector es uno de los factores que dificulta la contratación de nuevos valores. Leor Rotchild, de Nexen, miembro del Comité de la Juventud del WPC, hizo hincapié en la necesidad de promover un mayor conocimiento de la contribución del sector a la sociedad, sin dejar de reconocer los retos a los que se enfrenta. “En el sector del petróleo también se hacen cosas buenas” señaló.

Como parte de la campaña para la juventud, el Comité Organizador Español (SPOC) creó un programa de becas para dar a 50 estudiantes de todo el mundo la oportunidad de Enerclub y los responsables de la política energética | 173

asistir al 19º WPC, además de ofrecer acceso gratuito al Congreso a 150 estudiantes españoles a cambio de su colaboración a tiempo parcial en el mismo. En uno de los pabellones de la muestra, en el llamado Centro Global de Oportunidades de Negocio, se situó un stand de juventud como punto de encuentro para gente joven y se organizó un acto social especial. El SPOC también patrocinó 3 premios dotados con un total de 5.000 euros para los mejores trabajos cuyos autores fuesen menores de 35 años. Esto fue adicional a la tradicional presentación por el WPC del Premio Dewhurst y de los premios a la excelencia para iniciativas de responsabilidad social y desarrollos técnológicos.

En noviembre de 2009, los jóvenes continuarían su alto nivel de compromiso con los principales responsables del sector, en el 2º Foro de la Juventud del WPC en París. Bajo el lema “Energise your Future”, el Foro ofreció un acercamiento innovador a los desafíos y oportunidades a los que se enfrentará el sector del petróleo y el gas en el futuro. El Foro estuvo respaldado por la instalación de una importante red virtual para jóvenes profesionales y estudiantes de todo el mundo en la que se intercambiaron opiniones sobre los principales asuntos que afectan al sector del petróleo y del gas. 1.200 partici- pantes se reunieron en París en noviembre de 2009 para desarrollar un animado debate entre Consejeros Delegados, reconocidos expertos del sector y gente joven.

Está planteada la realización de eventos similares, correspondiendo a la India la organi- zación del tercer Foro de la Juventud del WPC en Nueva Delhi, aprovechando el renom- brado congreso de Petrotech en noviembre de 2010.

Cómo mejorar la reputación de la industria

Finalmente, uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos como sector es el de mejorar nuestra reputación y credibilidad frente a nuestros stakeholders. Repre- sentamos una parte fundamental de la solución para afrontar la futura demanda de energía en el mundo. Debemos responder a este desafío de un modo económi- camente viable, respetuoso con el medio ambiente y responsable desde el punto de vista social. Con el fin de maximizar nuestra contribución a la resolución de este reto, tenemos que establecer relaciones de confianza con nuestros stakeholders. Asimismo, debemos igualar las condiciones dentro del sector, de tal forma que todas las empresas reconozcan y respondan a los asuntos globales más apremiantes de forma clara y consistente.

El WPC desempeña un papel importante al proporcionar un foro de diálogo para los participantes. De hecho, nuestros recientes Congresos de Madrid, Johannesburgo y Río 174 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de Janeiro estaban encaminados a ese fin. En el 19º Congreso Mundial del Petróleo de Madrid, en 2008, se llegó a la conclusión de que aún quedan grandes reservas y fuentes de petróleo y gas sin explotar tanto en cuencas maduras como en nuevos yacimientos. Tenemos petróleo suficiente para satisfacer la demanda durante decenios, para beneficio de toda la humanidad. No obstante, si queremos contar con el beneplácito de la sociedad para operar y obtener rentabilidad, el sector debe invertir de forma responsable y asegurar la sostenibilidad medioambiental para las próximas generaciones. Por otra parte, las comunidades que se vean afectadas por actividades petroleras o gasísticas deben tener acceso a una participación justa en los beneficios derivados de ese desarrollo.

Las empresas que adopten la responsabilidad social corporativa en su estrategia comercial básica y hagan suyos los principios de transparencia, ética y respeto por los derechos humanos, gozarán de la aceptación necesaria para prosperar y ser rentables durante un largo plazo.

Siempre Adelante

En el WPC hemos identificado estos desafíos como el tema principal de nuestro 20º Congreso Mundial del Petróleo, que se celebrará en Qatar en 2011. El tema ha sido elegido basándose en las conclusiones más relevantes del Congreso celebrado en España. Bajo el título: "Soluciones energéticas para todos - Fomento de la cooperación, la innovación y la inversión", el 20º Congreso Mundial del Petróleo enfocará los debates en las soluciones para que toda la humanidad tenga acceso a una energía fiable, asequible y sostenible, en un futuro tanto a corto como a largo plazo.

Para lograr este objetivo, todas las partes interesadas, incluyendo a los productores de energía, los consumidores, los gobiernos y la sociedad civil, deben trabajar en estrecha colaboración para desarrollar métodos innovadores para encontrar y desarrollar nuevas fuentes de petróleo, gas y energías alternativas, así como para establecer normas más estrictas con el fin de consumir energía de una forma más inteligente, eficiente y limpia.

Se trata de un objetivo verdaderamente valioso para el futuro de nuestra industria y una continuación perfecta de lo que será siempre recordado como la contribución de España a la búsqueda de soluciones para 'Un Mundo en Transición - Suministro de Energía para un Crecimiento Sostenible!' Enerclub y los responsables de la política energética | 175

La energía en el periodo 1985-2010

J. L. Díaz Fernández

Mª Teresa Costa

Pedro Mejía 176 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Evolución de la oferta y la demanda

José Luis Díaz Fernández Catedrático Emérito UPM Ex Presidente de Enpetrol, CAMPSA, CLH y REPSOL PETRÓLEO

Antecedentes

l desarrollo económico mundial y español en la década de los 60 y los primeros años E de los 70 del pasado siglo, se sustentó en la disponibilidad de petróleo abundante y barato, que sustituyó progresivamente al carbón por sus ventajas en la automoción y la industria. El precio del petróleo se situó en dólares nominales en torno a 1,2 $/bbl entre 1960 y 1972, equivalentes en dólares de 2008 a 14 y 10 $/bbl respectivamente.

En España, entre 1960 y 1973 el consumo de energía primaria creció a tasas del 8% anual y acumulativo, el de petróleo a tasas del 16% y el de carbón se mantuvo estable. El coste de las importaciones de petróleo representaba solamente el 0,4% del PIB en 1960 y el 0,7% en 1970. En 1960 el petróleo aportaba el 30% del abastecimiento de energía primaria y el carbón el 46%. Trece años más tarde estos porcentajes eran del 67% y el 17%. El petróleo pasó a ser la energía dominante. La energía en el periodo 1985 - 2010 | 177

La década de los 70 vino marcada por las dos crisis del petróleo iniciadas en los años 1973 y 1979 cuyas consecuencias fueron:

a) Brusca elevación de los precios del petróleo que se multiplicó por 30 en términos nominales en la década (de 1.2 a 36 $/bbl) (Fig 1)

Fuente: BP Statistical Review 2009 (Figura 1)

b) Nacionalización de la industria del petróleo. La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), del que formaban parte, entre otros, Arabia Saudita, Irán, Kuwait, Venezuela, Argelia y Libia, creada en 1960 con el doble objetivo de aumentar sus ingresos derivados de las exportaciones de petróleo y lograr el control de las reservas, alcanzó ambos objetivos en dicha década. El 75% de las reservas mundiales de petróleo pasó a estar en manos de las Compañías Nacionales (NOC).

Esta evolución de la industria del petróleo y de los precios se tradujo en una recesión de la economía mundial y española a principios de la década de los 80. Las importaciones de petróleo en España representaron en 1980 el 8,7% del PIB frente al 0,7% diez años antes. Por otra parte, empezó a percibirse una cierta inseguridad en el abastecimiento de petróleo que en 1973 representaba el 46% del consumo de energía primaria en el mundo y el 67% en España. Ello promovió que los países consumidores aplicasen medidas para mejorar la eficiencia energética y sustituir en lo 178 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

posible el petróleo por otras fuentes de energía, principalmente carbón y nuclear. Entre 1973 y 1985 la demanda mundial de energía primaria evolucionó en la forma indicada en el cuadro 1.

1973 1985 Variación Mtep % Mtep % a.a.

Petróleo 2.819 46% 2.803 36% - Gas Natural 978 16% 1.492 19% 3,6 Carbón 1.498 24% 2.089 27% 2,8 E. Fósiles 5.295 86% 6.384 82% 1,6 Nuclear 56 1% 372 5% 17,1 Renovables 764 13% 996 13% 2,2 Total 6.115 100% 7.752 100% 2,0

Cuadro 1. Evolución del consumo mundial de energía primaria (1973-1985)

En lo que a España se refiere la evolución del consumo de energía primaria entre 1973 y 1985 fue la indicada en el cuadro 2.

1973 1985 Variación Mtep % Mtep % a.a.

Petróleo 39,8 68% 42,9 55% 0,6 Gas Natural 0,8 1% 2,4 3% 9,6 Carbón 9,6 16% 19,5 25% 6,1 E. Fósiles 50,2 85% 64,8 83% 22,0 Nuclear 1,5 3% 7,4 9% 14,2 Renovables 6,7 12% 6,5 8% (0,2) Total 58,4 100% 78,7 100% 2,5

Cuadro 2. Evolución del consumo de energía primaria en España (1973-1985)

Puede apreciarse la similitud entre lo ocurrido en España y en el mundo: práctica estabilización del consumo de petróleo, descenso de la participación de las energías fósiles y aparición significativa de la energía nuclear.

Los datos descritos en este epígrafe nos permiten analizar el recorrido del sector energético desde la creación del Club Español de la Energía en 1985. La energía en el periodo 1985 - 2010 | 179

Evolución del sector energético a partir de 1985

Así como las dos crisis del petróleo de los años 70 dieron lugar a una estabilización de la demanda de petróleo entre 1973 y 1985, en 1986 se produjo el efecto contrario: una caída del precio del petróleo que dio lugar a un nuevo repunte de su demanda.

Los países de la OPEP habían logrado mantener el precio del petróleo por encima de los 27 $/bbl hasta 1985 reduciendo la producción para compensar la caída de la demanda (3.110 Mt en 1979 y 2.803 Mt en 1985) y el aumento de la producción en los países no- OPEP.

El porcentaje de la producción de la OPEP respecto de la producción total descendió desde más del 40% a menos de 30%. En 1986 se rompió la disciplina de sus miembros creciendo bruscamente la oferta de petróleo cuyo precio descendió un 50% respecto del año anterior (Fig. 1), llegando en algunos momentos a cotizar por debajo de los 10 $/bbl.

El cuadro 3 muestra la evolución de la demanda mundial de energía primaria entre 1985 y 2007.

1985 2007 Variación Mtep % Mtep % a.a.

Petróleo 2.803 36% 4.093 34% 1,7 Gas Natural 1.492 19% 2.512 21% 2,4 Carbón 2.089 27% 3.184 27% 2,0 E. Fósiles 6.384 82% 9.789 82% 2,0 Nuclear 372 5% 709 6% 3,0 Renovables 996 13% 1.515 13% 2,0 Total 7.752 100% 12.013 100% 2,0

Cuadro 3. Evolución del consumo de energía primaria (1985-2007)

Aunque repunta el consumo de petróleo un 46%, lo hace en menor proporción que el consumo total de energía (55%). 180 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En España se produjo una evolución similar (cuadro 4)

1985 2008 Variación Mtep % Mtep % a.a.

Petróleo 42,9 55% 77,2 51% 2,6 Gas Natural 2,4 3% 34,9 23% 12,3 Carbón 19,5 25% 13,7 9% (1,5) E. Fósiles 64,8 83% 125,8 83% 2,9 Nuclear 7,4 9% 15,3 10% 3,2 Renovables 6,5 8% 10,3 7% 2,0 Total 78,7 100% 151,4 100% 2,9

Cuadro 4. Evolución del consumo de energía primaria en España 1985-2008 (Incluye aviación y bunker marino internacional) Fuente: AIE

Comparando los cuadros 3 y 4 destaca lo siguiente: mayor crecimiento del consumo de petróleo en España (2,6% anual y acumulativo frente al 1,7% en el mundo). La depen- dencia española de petróleo es muy elevada (el 51% frente al 34% mundial) debido al peso del transporte por carretera. En segundo lugar, fortísimo crecimiento del consumo de gas natural en España hasta alcanzar porcentajes similares a los de los países económicamente avanzados (23% en Estados Unidos y 25% en la UE). En tercer lugar, pérdida de posición el carbón que pasó de representar el 26% del abastecimiento energético español en 1985 al 9% en 1998. Esta participación es sensiblemente inferior a la de los países avanzados (24% en Estados Unidos y 19% en Europa).

Condicionantes de la política energética

La política energética de cualquier país con una economía moderna debe atender a tres aspectos: seguridad de abastecimiento, coste e impacto medioambiental y no puede primar en exceso uno de ellos en perjuicio de los otros.

La seguridad de abastecimiento debe ser prácticamente del 100%. Hasta ahora, los problemas de abastecimiento se han producido por catástrofes naturales, accidentes o insuficiencias que han afectado a la cadena de transporte o distribución de las diferentes energías, sin que hayan existido carencias en la disponibilidad de materias primas energéticas. No debe confundirse la seguridad con la dependencia exterior que es el resultado del comercio internacional aún cuando, naturalmente, el riesgo es mayor cuando más elevadas son las importaciones de materias primas energéticas. La La energía en el periodo 1985 - 2010 | 181

dependencia exterior española es muy elevada por la nula producción de petróleo y gas natural y la escasa de carbón (4,13 MTep), ascendiendo al 79% frente al 54% en la UE y el 25% en los Estados Unidos. España solamente produce el 4% de las energías fósiles que consume, la UE el 31% y Estados unidos el 71%.

El coste de abastecimiento energético tiene incidencia directa en la economía. Ya se ha visto que el elevado precio del petróleo de 1980 contribuyó a un crecimiento nulo de la economía mundial y española en los años 1981/1982. Actualmente los precios del petróleo son elevados y están contribuyendo a frenar la recuperación económica pero los efectos son ahora más limitados por haber descendido sensiblemente la intensidad del petróleo, es decir, el consumo de petróleo por unidad de PIB. En cualquier caso, en una economía globalizada, nuestros costes deben ser comparables a los de los países de nuestro entorno económico.

El tercer aspecto, el impacto medioambiental se valora con criterios que han evolucionado a finales del pasado siglo. Hasta la década de los 80 la preocupación medioambiental se centraba en efectos locales: emisión de partículas SOX, NOX, CO, etc. Estos efectos han desaparecido prácticamente mediante la utilización de carbu- rantes de muy bajo contenido en azufre, el uso de catalizadores en la automoción que evitan las emisiones de NOX y CO, la recuperación en las centrales térmicas de los inquemados, la incorporación en estas, de unidades de desulfuración y desnitrificación y las mejoras en la combustión. Por otra parte, el uso creciente de gas natural exento de azufre e impurezas ha mejorado la combustión en los sectores industrial, eléctrico y doméstico comercial.

El cambio en la valoración del impacto medioambiental del sector energético se inició en 1987 con la formulación del “desarrollo sostenible”, es decir, el desarrollo que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades y en 1988 con la creación del IPCC como Agencia especializada de las Naciones Unidas con el cometido de realizar evaluaciones periódicas del conocimiento del cambio climático producida por la acción del hombre.

El desarrollo sostenible tiene dos vertientes: una la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente CO2, que según muchos expertos podría llevar a nuestro planeta a una situación dramática a finales del presente siglo y la segunda, el desmesurado consumo de energías fósiles, que se han generado durante miles de millones de años y que, de continuar con esta tendencia, podrían producirse problemas en cuanto a su disponibilidad dentro de unas pocas décadas. 182 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En los sucesivos epígrafes se analizarán los distintos subsectores energéticos –energías fósiles, nuclear y renovables– bajo los tres aspectos mencionados: seguridad, coste e impacto medioambiental.

El petróleo

La Fig. 2 muestra la evolución de la producción de petróleo entre 1965 y 2008.

Millones de toneladas

4.500 4.000 3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000 500 0 1977 1973 1974 1975 1976 1978 1979 1971 1986 1988 1970 1972 1997 2007 1991 1987 2001 2008 1983 1993 1996 1998 1967 1999 2005 1980 1989 1990 1992 1994 1995 2006 2004 2002 2000 2003 1981 1982 1984 1985 1965 1966 1968 1969 Año

Figura 2. Evolución de la producción de petróleo (1985-2007) Fuente: BP Statical Review

A pesar del incremento sostenido de la producción mundial de petróleo, las reservas han aumentado continuamente. El aumento de las reservas procede en su mayor parte de las revisiones en campos que ya estaban en producción, por mejor conocimiento de los mismos o por el aumento del factor de recuperación y el resto de nuevos descubrimientos. El petróleo localizado en estos últimos, ha sido a partir de 1980 inferior a la producción. (Fig. 3) La energía en el periodo 1985 - 2010 | 183

Figura 3. Comparación entre la producción en cada periodo con las reservas probadas en nuevos yacimientos. Fuente. World Energy Outlook

El cuadro 5 muestra la evolución de las reservas mundiales de petróleo entre 1985 y 2008 expresadas en miles de millones de toneladas (Gt).

1985 2008

Gt % Gt % R/P

Estados Unidos y Canadá 6,3 6,0% 8,1 4,7% 18 Iberoamérica 16,1 15,3% 18,4 10,8% 38 Europa y Euroasia 10,7 10,2% 19,4 11,4% 22 Oriente Medio 58,7 56,0% 102,8 60,2% 79 África 7,8 7,4% 16,6 10,0% 33 Asia Pacífico 5,3 5,1% 5,6 3,3% 15 Total 104,9 100,0% 170,9 100,0% 42 OCDE 16,1 15,30% 12,0 7,1% 13 OPEP 73,0 70,0% 130,0 76,0% 71 UE-25 __ __ 0,8 0,5% 8 Cuadro 5. Evolución de las reservas de petróleo entre 1985 y 2008. 184 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Del cuadro 5 se deducen los siguientes aspectos relevantes:

– Las reservas han pasado de 105 Gt en 1985 a 171 Gt en 2008. En este periodo se han producido 79 Gt. Por tanto, las nuevas reservas incorporadas en 23 años totalizan 145 Gt de las que se han producido 79 Gt.

– Fuerte concentración de las reservas en pocos países en la mayoría de las cuales la industria está nacionalizada. Las reservas de la OPEP, sumadas a las de Méjico y la antigua Unión Soviética totalizan el 87% de las reservas mundiales. La situación de la OCDE y la UE es muy desfavorable (el 7% y el 0,5% de las reservas frente a un consumo del 56% y 18%).

– La relación Reservas / Producción ha pasado de 36 en 1985 a 42 en 2008.

Además de las reservas de petróleo convencional, existen reservas muy importantes de petróleos no convencionales, denominándose así los crudos que para su extracción, transporte y manipulación industrial requieren tecnologías distintas de las utilizadas en los petróleos convencionales. Por orden de viabilidad técnico-económica destacan las arenas bituminosas (densidad entre 8 y 11º API y contenido de azufre del 5%) cuyas reservas recuperables se sitúan entre los 300 y 650 Gb; los crudos extrapesados (densidad inferior a 10º API) con reservas recuperables con las técnicas actuales del orden de 400 Gb; las pizarras bituminosas con un contenido en bitumen del orden de 2.500-3.000 Gb. La mayor concentración de arenas bituminosas se encuentra en Canadá, la de petróleos ultrapasados en Venezuela y la de pizarras bituminosas en Estados Unidos. Los costes de producción varían entre 50 y 120 $/bbl a los que hay que sumar los del “upgrading” para obtener a partir de ellos un petróleo sintético. Las reservas conjuntas técnicamente recuperables son del mismo orden que las de petróleo no convencional.

Las anteriores cifras parecen indicar que no habrá dificultades en las próximas décadas para satisfacer la demanda de petróleo, que en 2030 ascendería, según las previsiones de la AIE, a unos 5.000 Mt o 100 Mbbl/día. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En el World Energy Outlook de 2008 se destaca que la producción en yacimientos convencionales empezaría a declinar en el presente año y que sería preciso poner en producción yacimientos ya conocidos que empezarían a declinar igualmente hacia 2020, debiendo complementarse la oferta con la producción en campos aún no descubiertos. El resto de la oferta, hasta satisfacer la demanda, provendría de los líquidos que se producen con el gas natural (19,7 Mbbl/día en 2030 frente a 10,4 en 2007) y petróleo no convencional (1,1 Mbbl/día en 2007 y 8,8 en 2030). En 2030 el 70% provendría de La energía en el periodo 1985 - 2010 | 185

las arenas bituminosas y el resto sería petróleo sintético obtenido a partir del carbón y del gas natural. La producción de crudos extrapesados de Venezuela se incluye en la producción de petróleo convencional.

Es dudoso que se realicen las colosales inversiones necesarias que se evalúan por la AIE en 5 billones de dólares de 2007. En efecto, la mayor parte de las reservas de petróleo convencional están concentradas en países en los que las empresas nacionales (NOC) tienen el control total de las mismas. Estas empresas, podrían no realizar las inversiones necesarias por tener otras prioridades presupuestarias, por carecer de capacidad de gestión y técnica suficiente o, sencillamente, porque deseen prolongar la vida de sus reservas, que son agotables.

Por todo ello, puede concluirse que dentro de pocos años podría haber una nueva crisis del petróleo, con oferta incapaz de atender a la demanda lo que se traducirá en precios del petróleo elevados. De los tres condicionamientos del abastecimiento energético, las anteriores reflexiones indican que no hay seguridad de abastecimiento y que el precio será alto. En cuanto al impacto medioambiental, por unidad energética es algo mayor que la del gas natural y sensiblemente inferior al producido por el carbón.

En línea con estas previsiones, cabe citar el informe de Claude Mandil, antiguo Director General de la AIE, titulado “La Seguridad Energética y la Unión Europea. Propuesta para la Presidencia de Francia” (abril 2008) en el que afirma que “existe el peligro de que el mundo sufra una crisis petrolera en la próxima década, con precios extremadamente elevados”. El hecho de que en la actualidad, los precios sean superiores a 80 $/bbl en medio de una crisis económica mundial, abunda en la misma dirección. La vuelta a la senda de crecimientos económicos del mismo orden que los anteriores a la actual crisis, debería ir asociada un incremento sensible de los precios del petróleo.

El gas natural

Las dificultades del transporte del gas natural a larga distancia han dado lugar a que su consumo se haya desarrollado en primer lugar en los países industrializados que han encontrado en su subsuelo esta fuente de energía. Así ha sucedido en Rusia con los grandes yacimientos de Siberia y los Urales, en Italia con los de gas del Valle del Po, en Francia con los de Lacg, en Alemania con los de Groninga, en Reino Unido con los del Mar del Norte o en Estados Unidos y Canadá con abundantes descubrimientos en ambos países. En otros países, como España, menos afortunados, el desarrollo ha sido más lento. 186 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Las reservas de gas en el mundo en billones de metros cúbicos (Tcm) han evolucionado de la forma indicada en la Fig. 4.

200 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0

19801981198219831984198519861987198819891990199119921993199419951996199719981999200020012002200320042005200620072008

Figura 4. Evolución reservas mundiales de gas natural

Se aprecia que han pasado de 100 Tcm en 1985 a 185 Tcm en 2008. Las reservas han aumentado en 85 Tcm después de haberse producido en el periodo 53 Tcm. Al igual que las reservas de petróleo, el incremento procede en parte de revisiones de yacimientos existentes pero, a diferencia del petróleo, las nuevas reservas descubier- tas superan a la producción aún cuando con tendencia a igualarse.

El cuadro 6 muestra la evolución de la distribución geográfica de las reservas entre 1985 y 2008. 1985 2008 Tcm % Tcm % R/P

Estados Unidos y Canadá 8,19 8,2% 8,37 4,5% 11 Iberoamérica 5,49 5,5% 7,81 4,2% 37 Europa y Euroasia 44,45 44,7% 62,89 34,0% 58 Oriente Medio 27,67 27,8% 75,91 41,0% >100 África 6,16 6,2% 14,65 7,9% 68 Asia Pacífico 7,57 7,6% 15,39 8,3% 37 Total 99,53 100,0% 185,02 100,0% 60 UE-25 3,49 3,5 2,87 1,6 15 OCDE 15,38 15,5 16,63 9,0 15 Antigua URSS 40,00 40,0 57,00 30,8 72 Cuadro 6. Evolución de las reservas de gas natural (1985-2008) La energía en el periodo 1985 - 2010 | 187

Las reservas de gas natural están más equilibradamente repartidas que las del petróleo. En Oriente Medio se concentra el 41%, frente al 60% las de petróleo. Los países con reservas más importantes son Rusia, Irán y Qatar que totalizan el 53% de las reservas mundiales. Si se suman las de Venezuela, Argelia y Nigeria se alcanza una concentración del 61%. La OCDE y la UE están en una situación muy desfavorable.

Existen reservas de gas no convencional muy importantes no contabilizadas con las ante- riores (cuadro 7) contenidas en arenas compactas, carbón y pizarras.

Reservas recuperables Arenas compactas ("tight gas sands") 200 Tcm Carbón ("coal bed methane "CBM) 40 Tcm Pizarras ("shale gas") 180 Tcm Total 420 Tcm

Cuadro 7. Reservas de gas natural no convencional

Estas reservas equivalen a más del doble de las convencionales (185 Tcm). Las más importantes se encuentran en Estados Unidos y Canadá –el 25%– estimándose que China, India y la antigua URSS tienen el 15% cada una. Hasta ahora solamente existe una producción significativa en Estados Unidos, próxima al 50% de la producción total de gas natural. Debido a ello, su autoabastecimiento fue del 89% en 2008, esperándose alcance el 98% en 2030.

En 2008 se exportó el 27% del gas producido en el mundo, el 8% en forma de gas natu- ral licuado (GNL) y el 19% restante por gasoducto entre países próximos (Holanda, Noruega, Reino Unido y Rusia al resto de Europa, Canadá a Estados Unidos). La cadena de GNL requiere inversiones extremadamente elevadas. En las plantas de licuación el gas debe enfriarse a -161ºC, los autoconsumos son superiores al 10% y la inversión varía entre 0,43 y 0,58 $/m3 en función de las infraestructuras existentes y de las características del suelo. El transporte en metanero es casi cuatro veces más caro que el del petróleo por unidad energética transportada debido a que la densidad de la carga es el 55% de la del petróleo y la inversión el doble por unidad de volumen. El coste total unitario de la cadena (licuación, transporte y regasificación) varía entre 12 y 19 c$/Nm3.

Como resumen de lo expuesto anteriormente puede decirse que, a pesar de las reservas mundiales de gas natural, a largo plazo los suministros no son más seguros que los de petróleo por la concentración de las reservas en países que pueden no querer, o no poder, realizar las inversiones necesarias para atender a la demanda y por las peculiaridades de 188 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

la cadena de transporte entre países que da rigidez a los suministros en el caso de los gasoductos y es vulnerable cuando atraviesa terceros países tal como se ha visto en los inviernos de 2007 y 2008 y especialmente en Enero de 2009 con los suministros de Rusia a Europa Central. Otro inconveniente es la dificultad de su almacenamiento en los países consumidores. La ventaja del gas respecto del petróleo es que el primero puede ser sustituido por otras fuentes de energía en sus aplicaciones mientras que el petróleo es prácticamente insustituible en el transporte.

En cuanto a los precios, los del gas natural evolucionan aproximadamente en paralelo con los del petróleo. Así, en 2008 el precio del petróleo Dubai fue 3,4 veces el de 1985 y 3,3 el del gas natural CIF Unión Europea.

Finalmente, el gas natural es el combustible más limpio no solo por la mayor eficiencia sino también por las menores emisiones de CO2 por unidad energética. Estas son inferio- res al 60% de las del carbón.

El carbón

El cuadro 8 resume las reservas, producción y consumo de carbón en el año 2008 expre- sadas en miles de millones de toneladas equivalentes de petróleo (Gtep)

Reservas Producción Consumo Gtep % Mtep % Gtep % R/P

Estados Unidos 133 33% 597 18% 565 17% 224 Rusia 73 18% 153 5% 101 3% 481 China 58 14% 1.415 43% 1.406 43% 41 Resto 142 35% 1.160 35% 1.232 37% 122 406 100% 3.325 101% 3.304 100% 868 OCDE 180 44% 1.047 31% 1.171 35% 164 UE 9 2% 172 5% 301 9% 51 _ _ España 0,2 5,5 14,6 _ 32

Cuadro 8. Reservas, producción y consumo de carbón en 2008. Fuente: BP Statistical Review 2009

Puede apreciarse que las reservas mundiales de carbón son muy abundantes (en poder energético 2,4 veces las de petróleo o gas natural) y que a los niveles actuales de consu- mo estas reservas permitirían abastecer el mercado 122 años frente a 40 las de petróleo y 60 las de gas natural. Por otra parte, están muy diversificadas; así, los países de la OCDE La energía en el periodo 1985 - 2010 | 189

tienen el 44% de las reservas (Estados Unidos el 33%) frente a un consumo que repre- senta el 35% del mundial.

Un elemento adicional de seguridad en el suministro de carbón viene dado por la diversificación y por las rutas de abastecimiento sin los “cuellos de botella” del petróleo o el gas natural derivados de la concentración de las reservas.

La principal aplicación de carbón es la generación eléctrica a la que se destina el 90% del consumo en Estados Unidos y el 76% en la UE. El 49% de la generación eléctrica se realiza con carbón en Estados Unidos, el 81% en China, el 31% en la UE y el 15% en España.

En cuanto al precio del carbón, la diversidad de países productores y la fluidez de su tráfico marítimo hacen que el mercado internacional del carbón sea más estable y este menos afectado por factores geopolíticos.

Frente a todas estas ventajas, el carbón tiene el inconveniente de que es más contaminante que los hidrocarburos por las emisiones de partículas, SOX, NOX, CO. En las modernas centrales térmicas se eliminan estos elementos contaminantes pudiendo afirmarse que la “lluvia ácida” en las áreas próximas a las centrales es un hecho histórico. Por el contrario, las emisiones de CO2 son elevadas. En la generación de 1 KWh, una central convencional de carbón emite unos 900 gr. de CO2 (rendimiento del 38%) mientras que un ciclo combinado de gas natural emite del orden de 360 gr. (rendimiento del 55%). Con las tecnologías previstas en la década de los 20, una central ultrasupercrítica de carbón emitirá 624 gr. (rendimiento del 61%) y una de gas natural 305 gr.

Dada la preocupación por las emisiones de gases de efecto invernadero parece necesario contemplar las centrales de carbón con captura y almacenamiento de CO2. La captura es técnicamente viable en la actualidad (captura en precombustión, postcombustión y oxicombustión), pero sus costes son relativamente elevados, del orden de 24 €/MWh, si bien existe el objetivo de reducirlos a menos de 14 €/MWh. El almacenamiento es relativamente fácil si existen yacimientos de petróleo o gas natural declinando a los que se inyecta el CO2 para mejorar el factor de recuperación. En Estados Unidos existe ya una red de “CO2ductos” de unos 3.000 Kms con esta finalidad. En cambio, en España el problema es complejo. Basta recordar las dificultades existentes para identificar almacenamientos subterráneos de gas natural, ante la pobreza de nuestros yacimientos de hidrocarburos. Otro aspecto a considerar es el consumo energético de la captura que reduce en un 8/10% el rendimiento neto de las centrales. 190 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En España la participación del carbón en la generación eléctrica ha disminuido a lo largo de los años. En 1985 fue del orden del 40% habiendo descendido hasta el 15% en la actualidad. Las empresas eléctricas españolas han mostrado una alta capacidad tecnológi- ca en la construcción y explotación de centrales térmicas de carbón, pero estas, en su mayor parte, tienen rendimientos bajos por la época en la que se construyeron y no esta prevista la instalación de nuevas centrales. Cabe preguntarse si esta política es prudente cuando se conoce la inseguridad de los abastecimientos de petróleo y en alguna medida en los de gas natural y que los precios de estas fuentes energéticas previsiblemente serán muy elevados a medio plazo.

La energía nuclear

La construcción de centrales nucleares adquirió un gran impulso en los años 70, ante los fuertes incrementos del precio del petróleo. La mayor parte de estas centrales, entraron en servicio en la década de los 80, tal como muestra el cuadro 9 (evolución de la producción nuclear).

Unidad: TWh 1980 1985 1990 2008 Mundo 711 1.480 2.013 2.740 OCDE 619 1.246 1.725 2.280 UE 225 614 795 941 España 5,3 27,8 54,4 59,0

Cuadro 9. Producción de electricidad nuclear

Del cuadro 9 se deduce que entre 1980 y 1990 la producción en el mundo y en la OCDE se multiplicó por 2,8, en la UE por 3,5 y en España por 10,2. En los dieciocho años siguientes, con la disminución del precio del petróleo a partir del año 1986, se frenó la construcción de nuevas centrales y la producción de electricidad nuclear creció solamente un 36% en el mundo, un 32% en la OCDE, un 18% en la UE y un 8% en España. En este periodo la participación de la producción nuclear en la total generación eléctrica descendió en el mundo del 18 al 14%.

Actualmente hay en el mundo 436 centrales en operación con una potencia total de 372 GWe, 43 en construcción (38 GWe) y 108 planificadas (121 GWe).

A continuación se analizará la energía nuclear desde los puntos de vista de la seguridad de abastecimiento y la industrial, el coste y el impacto medioambiental. La energía en el periodo 1985 - 2010 | 191

Las reservas de uranio dependen del precio pero pueden estimarse suficientes para atender la demanda de 50 años a los niveles actuales de consumo. El 44% de estas reservas están en países muy estables, Australia y Canadá principalmente. El impacto del coste del uranio en la generación eléctrica nuclear es solamente del 5% de manera que las variaciones de precio que influyen de manera notable en la disponibilidad de reservas, afectan muy poco a los costes totales de generación. Por otra parte, las necesidades anuales de uranio en el mundo son actualmente del orden de 70 Kt de manera que es posible almacenar las necesidades de varios años ocupando un volumen reducido y con un coste financiero muy bajo. A modo de comparación, basta recordar que solamente en España, para atender la demanda de 100 días, las reservas estratégicas de petróleo y sus derivados asciende a unos 18 millones de toneladas.

En materia de seguridad industrial, en los países de la OCDE, en los que se concentra el 83% de la generación eléctrica nuclear, no se ha producido un solo accidente con pérdida de vidas humanas.

En cuanto al coste, en el informe del Foro Nuclear de 2008, se estima en 36,4 €/MWh desglosados en 20,6 el coste de capital (57%), 10,2 los costes de operación y manteni- miento (28%) y 5,6 los costes de combustible (15%), incluyendo en estos la 2ª fase del combustible. El coste del uranio, ya se ha dicho anteriormente, asciende al 5% corres- pondiendo el resto al enriquecimiento del uranio, la fabricación del combustible y la 2ª fase del mismo. Según un estudio de la Universidad Tecnológica de Lappeenranta (Finlandia), a los niveles del precio de enero de 2008 y con un funcionamiento de 8.000 horas anuales (factor de carga del 91,3%), los costes de producción de las centrales nucleares ascienden a 35,0 €/MWh, en las de gas a 59,2 €/MWh y en las de carbón a € € 64,4 /MWh valorando a 23 la tonelada de CO2 producida. Excluido el coste de las € emisiones de CO2, resulta a 51,2 /MWh en las centrales de gas y 45,7 las de carbón, permaneciendo sin variación las nucleares. Finalmente, el impacto medioambiental es nulo en lo que se refiere a las emisiones de gases de efecto invernadero pero, como contrapartida, produce residuos radiactivos de muy larga vida para los que por el momento se requiere su almacenamiento temporal hasta que maduren las tecnologías que permitan el ciclo cerrado del combustible.

La experiencia española en ingeniería, fabricación de componentes nucleares, construc- ción de centrales y operación de las mismas es muy favorable. Actualmente están en operación una central de 466 MW (Garoña) y 7 de unos 1.000 MW (Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Trillo y Vandellós) totalizando 7.700 MW. La explotación comercial de Garoña se inició en 1971 y las restantes entre 1981 (Almaraz I) y 1988 (Vandellós). El factor medio de carga de los seis últimos años has sido del 87% y la indisponibilidad no 192 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

programada algo inferior al 5%. Es muy importante mantener el Know-How nuclear hasta los años 30 en los que se prevé la entrada en servicio de centrales nucleares de la Generación IV (alta seguridad y reciclado de combustible). La participación de la energía nuclear en la producción de electricidad en España que fue del 5% en 1980, se incre- mentó al 22% en 1985, el 36% en 1990 descendiendo hasta el 18% en 2008.

El principal obstáculo a la instalación de nuevas centrales nucleares es el rechazo social que, sin embargo, se esta reduciendo. Es paradigmático el caso de Reino Unido: en 2001 el 60% de la población era contraria a la construcción de nuevas centrales y el 20% estaba a favor. A finales de 2008, los oponentes se habían reducido al 19% y los favorables habían aumentado al 44%. El Reino Unido ha programado la construcción de seis centrales nucleares de 1.600 MW que entrarían en servicio entre 2017 y 2025.

Energías renovables

La participación de las energías renovables (excluida la hidroeléctrica) en el mundo se ha mantenido estable entre 1985 y 2008, en torno al 10,5%. En los países de la OCDE, en el mismo periodo ha pasado del 3,5% al 4,9% mientras que en África se sitúa próxima al 50% debido a que en muchos lugares es la única energía de la que disponen.

La mayor parte de las energías renovables se destinan en los países desarrollados a pro- ducir biocarburantes o electricidad (biomasas y residuos, eólica, solar, geotérmica, etc). La aportación de estas energías en la generación eléctrica ha evolucionado en términos porcentuales entre 1990 y 2008 del siguiente modo (cuadro 10).

OCDE Estados Unidos UE España 1990 2007 1990 2007 1990 2007 1990 2008 Biomasas y Residuos 1,6% 2,0% 2,7% 1,7% 0,8% 3,2% 0,7% 1,6% Eólica 0,1% 1,4% _ 0,8% _ 3,2% _ 9,9% Solar _ _ _ _ _ 0,1% _ 0,8% Resto 0,4% 0,4% 0,5% 0,4% 0,2% 0,2% _ _

Total 2,1% 3,8% 3,2% 2,9% 1,0% 6,7% 0,7% 12,3% Cuadro 10. Evolución de estructura de la generación eléctrica con energías renovables.

Puede observarse que la participación de estas energías en España es en 2008 muy supe- rior a la del resto de los países desarrollados. La eólica y la solar representaron en nuestro país en 2008 el 9,9% y el 0,8% respectivamente mientras que en Estados Unidos en 2007 fue del 0,8% la eólica e irrelevante la solar y en la UE el mismo año estos porcen- tajes fueron del 3,2% y el 0,1% respectivamente. La energía en el periodo 1985-2010 | 193

La pregunta que podemos hacernos es si este fuerte desarrollo en España es prudente o si hubiera sido preferible moderar su desarrollo hasta que hubieran alcanzado un mayor nivel de competitividad. Para responder a esta pregunta es útil analizar las primas abona- das en 2007 y 2008 por los suministros en régimen especial (cuadro 11).

2008 2009 Energía Energía Prima Prima Prima total vendida Prima vendida GWh GWh Eólica 24.986 36,1 902 36.267 42,3 1.534 Cogeneración 17.495 30,6 536 21.503 47,7 1.026 Solar 1.756 386,3 678 6.001 429,6 2.577 Hidráulica 3.698 31,2 115 5.163 42,7 220 Biomasas y residuos 6.857 37,9 260 9.136 64,0 585 Total 54.792 45,5 2.492 78.070 76,0 5.943 Precio de mercado 65,4 38,0

Cuadro 11. Energía vendida y primas de las energías en régimen especial en 2008 y 2009.

Es evidente que las primas pagadas en régimen especial en 2009 (casi 6.000 M€) son elevadísimas dado que en promedio equivalen al doble del precio en régimen ordinario. Son especialmente elevadas en el caso de la energía solar (2.577 M€) comparados con la energía aportada (1,9%). Un incremento del precio de mercado, por ejemplo a los niveles del 2008, habría reducido la prima total a 3.800 M€, pero no alteraría sustancial- mente la prima de la energía solar: 2.413 M€.

Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que la energía eólica y la solar, que representa el 54% de la energía en régimen especial son aleatorias y, por tanto, no aportan garan- tía de potencia y deben ser complementadas con otras energías flexibles en cuanto a las variaciones de carga tal como los ciclos combinados.

En resumen, las energías renovables, eólica y solar, no son seguras, son caras o muy caras y no emiten gases de efecto invernadero.

Dado que es previsible que a medio plazo, cuando la economía mundial se recupere, los precios del petróleo, del gas natural y del carbón se incrementarán, la energía eólica será más competitiva en costes mientras que los paneles solares fotovoltaicos seguirán nece- sitando primas importantes. Tal vez habría sido preferible incrementar la producción de electricidad eólica y solar más moderadamente y, como contrapartida, primar I+D+i para reducir sus costes de producción, especialmente en la energía solar. Otros países parecen haber adoptado esta política, lo que se evidencia con el hecho de que en 2008 se haya instalado en España cerca del 50% de la potencia fotovoltaica instalada en el mundo. 194 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Si analizamos estas energías a más largo plazo, es de destacar que serán las que releva- rán a las energías fósiles cuya producción acabará siendo insuficiente. La 3ª Revolución Energética, que se producirá a lo largo del presente siglo, verá aparecer cada vez con más fuerza las energías renovables a medida que los esfuerzos en I+D+i van dando resulta- dos. Desgraciadamente el esfuerzo que se está realizando en el mundo en Investigación y Desarrollo en el sector energético es manifiestamente insuficiente dado que en 2009 apenas si ha alcanzado a nivel mundial y en términos reales el 60% del realizado en 1980, en plena crisis del petróleo.

Parecidas consideraciones pueden hacerse con los biocarburantes. La generación actual de biocarburantes en Europa, a partir de materias primas alimentarias (cereales y aceites vege- tales) tiene altos costes de producción y, además, pueden afectar a los precios de estas materias primas. La subvención actual en España es equivalente al Impuesto Especial que grava los productos petrolíferos (43,65 c€/l de gasolina y 34,04 c€/l de gasóleos). Los menores ingresos percibidos por el Estado en 2010, con el contenido vinculante de biocar- burantes que es del 5,85% en poder energético, ascenderán a cerca de 700 M€. También en este caso sería necesario un esfuerzo importante de I+D+i en el desarrollo de la 2ª Generación de biocarburantes a partir de materias primas no alimentarias (lignocelulosas, algas, etc) y con costes de producción que les hagan más competitivos que los actuales.

El sector energético español

En este epígrafe, se analizará la situación del sector energético español desde los puntos de vista de la seguridad, el coste y el impacto medioambiental.

La seguridad del abastecimiento energético en España está amenazada por la enor- me dependencia de los hidrocarburos (el 74% del consumo de energía primaria), muy superior al de la OCDE (61%), al de Estados Unidos (62%), o la UE (59%). En los epígrafes 3 y 4 se han explicado las razones por las que puede haber problemas de suministro de hidrocarburos a finales de la presente década que afectaría a los precios que serían elevados. El problema se agrava porque la producción propia de hidrocarburos en España es nula mientras que en la OCDE y Estados Unidos cubre en torno al 55% del consumo y en la UE el 24%.

La energía fósil más segura respecto de la seguridad de abastecimiento es el carbón que, sin embargo, en España está perdiendo posiciones progresivamente. En 2008 represen- tó el 9% del abastecimiento energético frente al 24% en Estados Unidos y el 19% en la Unión Europea. La energía en el periodo 1985-2010 | 195

En cuanto a la energía nuclear, que es segura en lo que al abastecimiento de combusti- ble se refiere es competitiva y no produce emisiones de CO2, su participación en la gene- ración eléctrica se esta reduciendo habiendo descendido a la mitad entre 1990 y 2009.

Por último, no puede ignorarse que las energías eólica y solar, que aportaron en 2009 cerca del 14% de la generación eléctrica son aleatorias y, consecuentemente no aportan garantía de potencia.

En conclusión, el abastecimiento energético español es más vulnerable que en la mayo- ría de los países de economía avanzada. En lo que se refiere al coste, las primas perci- bidas por la electricidad generada en Régimen Especial dan lugar a un coste real de la electricidad elevadísimo, aún cuando no se recoja en las tarifas debido al llamado Déficit Tarifario. En 2009 el coste total de los 78.070 GWh generados en Régimen Especial se elevó a 8.900 M€ y el coste de los 242.000 GWh suministrados a precio de mercado a unos 9.200 M€. Las primas (6.000 M€) representaron aproximadamente el 50% del coste que habría tenido la generación eléctrica en el supuesto que toda ella se hubiera realizado en Régimen ordinario. Por añadidura, esta penalidad parece que se va a pro- longar durante varios lustros ante la dificultad o imposibilidad de modificar con carácter retroactivo el precio de las energías que actualmente se benefician del Régimen Especial. Todo ello, sin incluir el coste de la garantía de potencia que no aportan la energía eólica ni la solar.

Por último, las emisiones de CO2 equivalente, que en 2007 superaron en un 52% a las de 1990 se han moderado en los años 2008 y 2009 por la caída del consumo de ener- gía situándose a finales de este último año en torno al 32% sobre las emisiones de 1990. La intensidad energética primaria en España ha descendido desde el año 2004 evaluándose en 171 Tep/M€ 2000 en 2008, frente a 162 en Francia, 147 en Alemania, 137 en Italia y 108 en Reino Unido. La intensidad energética está afectada por factores, alguno de los cuales tienen poco que ver con la eficiencia: económicos (renta per cápi- ta, importancia relativa de los sectores primario, secundario y terciario, composición del producto industrial, etc.), socioculturales (dimensión de los hogares, crecimiento de la población) y climáticos-geográficos (temperatura, densidad de la población, existencia de ríos navegables, morfología del territorio).

Si realizamos una comparación con los países de nuestro entorno, puede apreciarse que las emisiones de CO2 en España por unidad de energía primaria consumida (tCO2/tep) son similares al promedio de Alemania, Italia y Reino Unido (2,4) debido a que la estruc- tura del abastecimiento es similar en lo que a la participación de energías fósiles se refiere y muy superiores a las de Francia (1,4) por su importante generación nuclear exenta de 196 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

emisiones de CO2. En cambio, las emisiones de CO2 por unidad de PIB, representan en Francia poco más del 50% de las de España y en Alemania. Italia y el Reino Unido, el 75%.

España tiene un reto en la eficiencia energética, especialmente en el transporte dado el importante consumo de petróleo en términos relativos comparado con nuestros vecinos europeos. El estímulo de los vehículos de bajo consumo, el fomento del transporte públi- co y el del transporte de mercancías por ferrocarril debería ser un objeto prioritario para moderar el consumo de petróleo, dadas las incertidumbres sobre su disponibilidad futu- ra y reducir las emisiones de CO2. Por otra parte, sería igualmente beneficioso el mante- nimiento de la generación eléctrica nuclear en torno al 20% y la construcción de centrales de carbón de alto rendimiento con captura y almacenamiento de CO2. La energía en el periodo 1985-2010 | 197

Regulación

María Teresa Costa Campí Presidenta de la Comisión Nacional de Energía (CNE) y de la Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras de Energía (ARIAE)

a economía española ha registrado en estos últimos veinticinco años una de las L transformaciones más importantes dentro de la economía mundial. Nuestras empresas han pasado de una escasa presencia en los mercados internacionales, a una fuerte y sostenida posición exportadora e inversora en todos los sectores. Estos resultados están asociados a cambios institucionales de gran calado. La definitiva apertura del mercado español, a raíz de nuestra entrada en las Comunidades Europeas en 1986, y la incorporación de España a la Unión Económica y Monetaria han sido elementos decisivos en el contenido liberalizador de la política económica.

El compromiso histórico por situar a España dentro de las economías avanzadas se ha logrado gracias al esfuerzo de todas las instituciones por romper los viejos corsés intervencionistas heredados del pasado. El nuevo marco institucional ha exigido cesión de soberanía a favor de Europa, importantes cambios normativos, nuevas distribuciones de competencias entre las Administraciones Públicas —que afectan al modelo de Estado y a las propias funciones de la Administración Central, al incorporarse el modelo de los organismos reguladores independientes—, y una decidida apuesta de las empresas españolas por la internacionalización.

En definitiva, nuestra historia reciente es un excelente ejemplo de los buenos resultados que se derivan de aceptar las reglas del mercado, sin excluir la exigencia de regulación frente a sus fallos, y de integrarse en ámbitos supranacionales, como es la Unión Europea.

Si bien es cierto que la situación económica actual —en la perspectiva de 2010— es delicada, esto no puede hacernos perder de vista que la economía mundial ha experimentado en las últimas décadas un desarrollo de las relaciones industriales, 198 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

comeciales y financieras sin precedentes. Dicho proceso se explica en razón de factores de orden tecnológico, que han permitido no solo cambios en la organización de la producción, sino también en los medios de transporte y de comunicación, y de apertura de los mercados.

Se trata de un nuevo escenario que redefine, a su vez, las estrategias y conductas de las instituciones, públicas y privadas. La innovación, la flexibilidad y la eficiencia desempeñan un papel crucial en la competitividad de las economías y son, por tanto, objetivos de necesario alcance para todos los agentes. El proceso de globalización impone unas mismas condiciones de competencia en los mercados; desapareciendo, con ello, la fragmentación geográfica o industrial. En consecuencia, el reto de todos los países es tener capacidad inmediata de respuesta a los cambios que de forma constante se producen en la economía internacional.

Como ya se ha señalado, la economía española no ha sido ajena a todo este proceso, experimentando una intensa modernización de su estructura económica, que le ha permitido superar la herencia de una tradición proteccionista y de amplia intervención del sector público en numerosos ámbitos de la actividad económica. Los cambios en el sector energético expresan, posiblemente en mayor medida que en otras actividades, los avances de las medidas liberalizadoras y el papel de la regulación en la defensa de la competencia y del consumidor, así como para eliminar, o reducir, las ineficiencias provocadas por los fallos de mercado.

En el sector energético se ha desplegado un proceso de liberalización asociado a cambios estructurales. Cambios derivados del hecho de que la energía constituye un factor determinante en el desarrollo económico y en la transformación social. El crecimiento sostenido de su demanda se explica por su carácter de bien no sustituible, lo que condiciona su carácter estratégico. De ahí que el sector eléctrico tradicionalmente haya estado controlado o bajo la tutela de la Administración.

Así, su funcionamiento a lo largo de la década de 1970 se caracterizó por el estableci- miento de conciertos entre las empresas y la Administración, en los que se concedían beneficios y desgravaciones fiscales, para así asegurar el cumplimiento de los objetivos fijados en el Plan Energético Nacional (PEN 78)1. La prestación del servicio en las mejores condiciones y al menor coste posible eran las coordenadas que definían el marco de actuación de las empresas y de la política energética.

1. Fue aprobado por el Parlamento en julio de 1979. Resoluciones del Congreso de los Diputación sobre el Plan Energético Nacional (B.O. de las de 3 de agosto de 1979). La energía en el periodo 1985-2010 | 199

Los principales rasgos del sector eléctrico, tal y como se entiende en la actualidad, se comienzan a perfilar a partir de los procesos de liberalización, reestructuración y desre- gulación iniciados en la primera mitad de la década de 1990, como consecuencia de la transposición a la legislación nacional de las Directivas 96/92/CE2 y 98/30/CE3, sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad y el gas natural, respectivamente.

Con la liberalización se pretendía superar el régimen de intervención pública en el sector eliminando las autorizaciones administrativas para la instalación de nuevas plantas de generación y definiendo un mercado de producción mayorista, el denominado “pool”. Asimismo, se estableció un calendario para que los consumidores finales pudieran, gradualmente, ir adquiriendo la condición de elegibles, y se impulsó la creación de centrales de generación de ciclo combinado de gas para producir electricidad.

En el nuevo contexto se identifican unas actividades eléctricas que están liberalizadas —generación y comercialización— y que son retribuidas en función del precio de mercado, y otras actividades reguladas —transporte y distribución— que ofertan en función de sus costes reconocidos.

En el ámbito del sector de los hidrocarburos, la eliminación del monopolio, primero, y el proceso de privatización, después, supusieron la entrada en España de las grandes multinacionales del sector y, a la vez, la salida al exterior de las empresas españolas.

Todo este proceso de transformación hubiera sido imposible sin un sólido sistema regulatorio. La relevancia del sistema de regulación en los procesos de transformación de los sistemas energéticos ha sido ampliamente analizada en la literatura económica y jurídica.

Los órganos reguladores creados a tal efecto deben asegurar la aplicación ordenada y eficiente de nuevas regulaciones, vigilando para que todos los agentes conozcan y apliquen reglas del juego que son nuevas y sobre las que hay poca experiencia; en fin, tienen que evaluar cuando un segmento está maduro para ampliar la liberalización.

Cuando, simultáneamente a la liberalización del sector energético para permitir la compe- tencia en determinados segmentos, se produce la integración de los mercados nacionales en otros más amplios, se amplían de hecho y de derecho las responsabilidades del sistema de regulación.

2. Directiva 96/92/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de diciembre de 1996 sobre normas comunes para el mercado interior de electricidad. 3. Directiva 98/30/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 22 de junio de 1998, relativa a normas comunes para el mercado interior de gas natural. 200 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Este capítulo con motivo del XXV Aniversario del Club Español de la Energía analiza la naturaleza y cometidos de la función regulatoria en un contexto de paulatina liberalización interna del sector energético y de integración en los mercados europeos. En el segundo apartado se presentan los procesos de reforma en los sectores de la energía acaecidos en Europa y Latinoamérica en estos años. El tercer apartado examina cómo esta nueva realidad supranacional acaba incidiendo en el proceso regulatorio, ocasionando la necesidad de regular por medio de la cooperación. Finalmente, se presentarán las nuevas funciones regulatorias derivadas de los nuevos retos que han irrumpido recientemente en el sector energético, como son los derivados del cambio climático y de la necesidad de buscar nuevos modelos energéticos sostenibles desde un punto de vista medioambiental.

Los procesos de reforma en los sectores de la energía en Europa

Los programas de liberalización de mercados llevan ocupando en los últimos años un lugar preferente en el diseño de las políticas económicas aplicadas en el panorama internacional. La liberalización ha llegado incluso a algunos sectores que tradicionalmente habían permanecido apartados de la disciplina del mercado, en los que las empresas eran propiedad del Estado, o bien estaban sometidas a una intensa regulación por parte de las autoridades públicas. El interés que despierta la liberalización de todo sector económico se justifica por el hecho de que, tradicionalmente, el grado y la forma de la intervención pública constituyen dos de las cuestiones que han originado mayores controversias.

Hasta el decenio de 1970, existía un amplio consenso sobre los beneficios de la intervención pública, pues se consideraba que por esta vía era posible obtener mayores tasas de crecimiento económico, asegurándose, al mismo tiempo, una mayor estabilidad. Sin embargo, esta percepción cambió radicalmente en las décadas de 1980 y 1990, considerándose entonces excesiva la presencia del sector público en la actividad económica.

En este contexto, comenzaron a proliferar las medidas destinadas a incrementar el protagonismo de lo privado en detrimento de lo público. Entre ellas, sobresalieron algunas iniciativas que perseguían la eliminación de los obstáculos que imposibilitaban el desarrollo de la competencia.

En los países donde se pusieron en marcha iniciativas de liberalización económica, los gobiernos se encontraron con que en sectores regulados, como es el energético, no bastaba solo con privatizar y eliminar los obstáculos que impedían el desarrollo de la competencia, sino que además era necesario reestructurarlos ampliamente y llevar a cabo una profunda modificación de su marco regulador. La energía en el periodo 1985-2010 | 201

Ello es debido a la existencia de economías de red que ocasionan todo un conjunto de fallos de mercado, los cuales han motivado que propiedad pública, integración vertical y monopolio hayan caracterizado durante muchas décadas la configuración tradicional de estas industrias. Sin embargo, la reconsideración de la extensión de la característica de monopolio natural a todas las fases del proceso productivo, ha permitido la incorporación de elementos de competencia en la dinámica del sector.

Las diferentes actividades que componen el suministro energético son vistas como un conjunto de actividades complementarias, conteniendo sólo algunas de ellas la condición de monopolio natural. Bajo estas premisas, el proceso de liberalización ha consistido en la identificación y separación de las actividades susceptibles de funcionar en régimen de competencia de las actividades que, debido a sus características de monopolio natural, deben continuar sometidas a la autoridad reguladora.

La incorporación de presión competitiva aporta a las empresas que operan en las actividades desreguladas mayores incentivos para la innovación y la reducción de la ineficiencia interna que cualquier forma de regulación. Asimismo, la introducción de competencia en una actividad potencialmente competitiva limita de forma más efectiva el potencial poder de mercado.

Chile fue le primer país en el que se llevó a cabo una amplia reforma del sector eléctrico4. En 1978, el gobierno chileno acometió una profunda reorganización de la industria separando verticalmente las actividades que realizaban las compañías eléctricas.

En Estados Unidos, las reformas comenzaron prácticamente al mismo tiempo. En 1978, se aprobó la Public Utilities Regulatory Policies Act5, que favoreció la aparición un gran número de nuevos entrantes en el ámbito de la generación, al establecer la obligación a las empresas distribuidores de adquirir toda la electricidad generada por estos nuevos entrantes. La retribución de la energía eléctrica venía determinada mediante tarifas fijadas por los respectivos gobiernos estatales, la mayoría de ellas en condiciones ventajosas para los nuevos generadores.

A la hora de buscar nuevas experiencias liberalizadoras en otros lugares del mundo, es necesario esperar a la década de 1990, con las experiencias de Australia, Nueva Zelanda o Argentina, donde se inició una profunda reestructuración del sector eléctrico en 1992.

4. Las reformas en el sector eléctrico chileno comenzaron en 1978 con la creación de la Comisión Nacional de Energía y se formalizaron con la aprobación de la Ley Eléctrica en 1982. 5. Public Utilities Regulatory Policies Act (PURPA), aprobada por el Congreso en 1978 como parte de la National Energy Act (EPA). 202 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el continente europeo, Gran Bretaña fue el primer el primer país en el que se efectuó una reforma de envergadura6. En 1990, se acometió una amplia reorganización del sector eléctrico de Inglaterra y Gales, se aprobó un nuevo marco regulador y se redujo, mediante un proceso de privatización, la presencia del Estado en las empresas que surgieron como resultado de la reestructuración. En la segunda mitad de la década, se realizaron reformas similares en Suecia y Finlandia, que unieron Noruega a la hora de constituir un único mercado de electricidad.

La aprobación de la Directiva 96/92/CE7, de 19 de diciembre de 1996, constituye el hito más importante en el proceso de liberalización del sector eléctrico a nivel europeo, estableciendo una serie de condiciones de obligatorio cumplimiento que han desembocado en procesos de reestructuración sectorial, más o menos profundos, en función del país tomado en consideración.

La función reguladora y su aportación a la sociedad

La regulación, especialmente en el mundo anglosajón, engloba el conjunto de acciones públicas dirigidas a controlar los precios y las decisiones de producción de las empresas. El interés de la regulación, por tanto, reside en el objetivo de evitar aquellas decisiones privadas contrarias al interés público.

En Europa, sin embargo, la noción de regulación tiene un alcance más amplio, sin perder el interés público como la referencia fundamental. En este marco, y dada la evidencia teórica y empírica de que los comportamientos competitivos contribuyen a mejorar la eficacia y eficiencia empresarial en los distintos mercados y, en general, tienden a rebajar los costes de producción, y desde una perspectiva dinámica, a aumentar la actividad innovadora y la inversión, la regulación se ha centrado en el reforzamiento de la compe- tencia efectiva en los mercados en beneficio de los consumidores y de las empresas presentes en ellos.

Por ello puede sostenerse que la regulación se ha centrado en garantizar el respeto a las reglas de competencia como elemento básico y garante de la competitividad de las empresas que actúan en los mercados.

El movimiento a favor de la liberalización y la privatización que se ha vivido en los últimos años a nivel global ha llevado consigo la oportuna discusión acerca de la pertinencia y

6. White Paper (1988), que privatiza la electricidad, y Electricity Act (1989). 7. Directiva 96/92/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de diciembre de 1996 sobre normas comunes para el mercado interior de electricidad. La energía en el periodo 1985-2010 | 203

los efectos de la regulación. El funcionamiento de los mercados regulados, como es el caso de determinados segmentos de la cadena de valor del sector energético, exige, según los criterios de libre competencia la intervención de las autoridades regulatorias, complementada por la actividad de las autoridades de defensa de la competencia.

Sorprendentemente, y a pesar de que en muchas ocasiones competencia y regulación han sido presentados como instrumentos con fines distintos, en los sectores con actividades reguladas pueden y deben ser aspectos complementarios, retroalimen- tándose mutuamente. Cuanto más implantada y reconocida sea la libertad económica, más necesaria es la actuación de los organismos regulatorios. Éstos son responsables de la vigilancia del cumplimiento de los principios de competencia efectiva. Es necesario que la competencia no se vea alterada por la intervención de aquellos agentes con un mayor poder de mercado.

La regulación debe, por tanto, ser fuente de eficacia, defensora de los mecanismos de mercado y, lógicamente, defensora de los intereses públicos, asegurando el buen funciona- miento de los mercados. El futuro de la regulación en el marco del proceso de acentuación de la competencia en el que nos encontramos inmersos debe apoyarse en dos considera- ciones de gran trascendencia: en primer lugar, la eliminación de las restricciones a la competencia no implica la desregulación absoluta, sino una redefinición de la función reguladora; y, en segundo lugar, la regulación debe centrarse en la determinación de criterios objetivos sobre la seguridad y calidad de suministro, el respeto al medio ambiente, la transparencia en el funcionamiento del mercado, el seguimiento del grado de cobertura y la realización de las inversiones necesarias para satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

Es imposible sustituir de manera instantánea una industria monopolística, verticalmente integrada, completamente regulada, en muchas ocasiones en manos públicas, por un sistema en el que el mercado y la competencia desempeñan un papel protagonista, sin el desarrollo y consolidación de instituciones reguladoras que, por un lado, gobiernen los segmentos caracterizados por monopolio natural, y, por otro, fomenten la competencia efectiva en los segmentos liberalizados. En definitiva, regulación, liberalización y compe- tencia constituyen tres instrumentos necesariamente complementarios.

Nacen así las comisiones reguladoras, organismos únicos, independientes y establecidos ad hoc, a las que se realiza una atribución en bloque de las funciones de regulación sobre actividades o sectores de interés general o que afectan a derechos fundamentales.

A medida que los sectores sobre los que operan se van liberalizando, las comisiones reguladoras asumen un papel cada vez más activo en el impulso y vigilancia de las 204 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

condiciones de mercados auténticamente competitivos. Estas comisiones reguladoras son neutrales, gozando de autonomía frente a decisiones y vaivenes políticos y frente a los sectores regulados.

En el caso español, hasta llegar a la situación actual, el sector eléctrico ha vivido distintos marcos regulatorios, desde la Ley 49/19848, de 26 de diciembre, sobre Explotación Unificada del Sistema Eléctrico Nacional, y el Real Decreto 1538/19879 y sus normas de desarrollo (conocido como Marco Legal Estable) en la década de 1980, pasando por la Ley de Ordenación del Sector Eléctrico Nacional (LOSEN)10, que en 1994 daba algunos primeros pasos en la introducción de competencia. El sector del gas natural también ha vivido una transformación importante en los últimos años. Los cambios introducidos por una regulación paralela a la del sector eléctrico y la expansión del negocio gasista han convertido a esta fuente de energía en protagonista de la industria energética en la última década.

No obstante, no sería hasta la entrada en vigor en 1998 de la Ley 54/199711, de 27 de noviembre, del Sector Eléctrico, y, en 1999, de la Ley 34/199812, de 7 de octubre, del Sector de Hidrocarburos, cuando los sectores de la electricidad y el gas natural iban a iniciar un proceso de liberalización y desregulación al amparo de las ya citadas Directivas.

Mientras que las actividades de generación de electricidad y aprovisionamiento de gas natural se abren desde el inicio del proceso a la competencia, la actividad de suministro se liberaliza gradualmente; sólo a partir del 1 de enero de 2003 todos los consumidores peninsulares adquieren el derecho a elegir suministrador de electricidad y gas natural. Pero como en cualquier industria de red, la liberalización de la oferta y la demanda no podía ser efectiva sin el reconocimiento del derecho de acceso de terceros a las redes (ATR) de electricidad y gas natural. Aunque las Directivas permitían un ATR negociado con el operador de red, en España, como en la mayoría de los demás Estados Miembros, se opta por un modelo de ATR regulado donde los agentes sólo negocian libremente los contratos de suministro, teniendo garantizado el derecho de ATR sobre la base de unas tarifas públicas.

La separación legal de actividades, entre liberalizadas (producción/aprovisionamiento, suministro) y reguladas (transporte, distribución), y contable entre actividades reguladas,

8. La Ley 49/1984, de 26 de diciembre, sobre explotación unificada del Sistema Eléctrico Nacional (BOE, núm. 312, de 29 de diciembre de 1984). 9. Real Decreto 1538/1987, de 11 de diciembre, por el que se determina la tarifa eléctrica de las empresas gestoras del servicio. 10. Ley 40/1994, de 30 de diciembre, de ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (LOSEN). 11. Ley 54/1997, de 27 de noviembre, de Sector Eléctrico, modificada por la Ley 17/2007, de 4 de julio. 12. Ley 34/1998, de 7 de octubre, del Sector de Hidrocarburos modificada por la Ley 12/2007, de 2 de julio. La energía en el periodo 1985-2010 | 205

en una industria con un fuerte grado de integración vertical, obligó a dotar al sistema energético de organismos neutrales de gestión técnica y económica, así como de supervisión y mediación en la resolución de conflictos entre los agentes.

En este contexto, la Ley 34/199813 creó la Comisión Nacional de Energía (CNE) como organismo regulador independiente encargado de velar por la competencia y transparencia en los sistemas energéticos, en beneficio de todos los sujetos que operan en dichos sistemas y de los consumidores.

A lo largo de más de diez años de intensa actividad regulatoria hemos asistido a la consolidación de la CNE dentro de nuestro modelo institucional. Además de sus funciones normativas, consultivas, de defensa de la competencia, de inspección, de resolución de conflictos, de liquidación de costes regulados, autorización…, hay que resaltar la presencia cada vez más activa de la CNE en el seguimiento de los mercados minoristas, en campañas institucionales de información y divulgación sobre la regulación energética en cooperación con las distintas Administraciones, en el contacto diario con los agentes y los consumidores, así como en una intensa colaboración con instituciones académicas e institutos de investigación que desarrollan su labor en el ámbito de la regulación energética.

El proceso de liberalización de los mercados energéticos culminó con la desaparición de la tarifa integral; es decir, lo que empezó siendo un proceso de liberalización que en el lado de la demanda afectaba sólo a muy grandes consumidores de energía, hoy es una realidad cercana a muchos millones de ciudadanos. La relevancia de este hecho hace que la CNE siga intensificando sus actuaciones de información y difusión de la regulación energética a toda la sociedad.

A pesar del proceso de transformación descrito, la industria energética se enfrenta de nuevo a problemas derivados de la volatilidad en los precios de las materias primas y de la inestabilidad en los mercados de abastecimientos, así como de los riesgos no previstos en los derechos de acceso de las infraestructuras de transporte. Las recientes tensiones en el aprovisionamiento de gas a determinadas zonas de Europa han reabierto las ya viejas incertidumbres en relación a la seguridad del suministro, dado que la dependencia energética del continente continúa siendo muy elevada.

Este nuevo contexto mundial de la energía no exige solo la existencia de entes reguladores garantes del cumplimiento de las condiciones de competencia a través de

13. Ley 34/1998, de 7 de octubre, del Sector de Hidrocarburos modificada por la Ley 12/2007, de 2 de julio. 206 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

una actuación basada en la independencia, la objetividad, la neutralidad, la transparencia y eficacia, sino que además exige que éstos sean capaces de aportar soluciones creativas a los nuevos retos a los que se enfrenta el sector.

La regulación por cooperación

La mayoría de países europeos han ido creando autoridades independientes siguiendo el camino trazado por las Directivas comunitarias. Todos estos nuevos reguladores se han tenido que enfrentar a los retos derivados de la liberalización y de la reestructuración del sector energético, afrontando todos ellos problemas similares, únicamente matizados por las particularidades internas de cada uno, en términos de estructura del mercado y condicionantes tecnológicos.

En este contexto surgió el Consejo Europeo de Reguladores Energéticos (CEER), asociación que acoge a los distintos reguladores energéticos nacionales con el doble objetivo de promover el desarrollo de un mercado interior de gas y electricidad eficiente y competitivo, y el de establecer una cooperación, intercambio de información y asistencia entre sus miembros, embrión de la Agencia de Cooperación de Entes Reguladores (ACER), recientemente constituida.

Posteriormente, mediante Decisión de la Comisión Europea 2003/96/CE14 de 11 de noviembre de 2003, se creó el ERGEG para servir como interlocutora con la Comisión Europea, agrupando a reguladores independientes energéticos nacionales, y cuyo objetivo es asesorar y asistir a la Comisión Europea en la consolidación del mercado interior de la energía.

Las propias actuaciones de los reguladores energéticos, comunes a electricidad, gas e hidrocarburos líquidos, han venido demostrando igualmente que existen unos instrumentos comunes de regulación de los sectores energéticos, entre los que cabe destacar, entre otros, los conflictos de acceso a las redes, las autorización de tomas de participaciones en otros sectores económicos, la determinación de los operadores principales y dominantes en cada mercado, el análisis de las operaciones de concentración y prácticas restrictivas, la instrucción de expedientes sancionadores o la propia función inspectora.

14. Directiva 2003/96/CE del Consejo, de 27 de octubre de 2003, por la que se reestructura el marco comunitario de imposición de los productos energéticos y de la electricidad. La energía en el periodo 1985-2010 | 207

En todas estas actuaciones se utilizan y aplican criterios y herramientas regulatorias comunes, y que operan de forma similar, ya sea gas, electricidad o petróleo. Como consecuencia de ello, surgen del acervo regulatorio que aplica criterios comunes a los tres sectores en este ámbito de actuación del regulador, justificándose la existencia de una regulación por medio de la cooperación de naturaleza eminentemente supranacional.

Es por ello que se puede afirmar con toda rotundidad que los retos actuales a los que se enfrenta el sector requieren la búsqueda de soluciones a través del trabajo conjunto entre los órganos reguladores. Sin duda, la regulación por medio de la cooperación marcará el mundo de la regulación energética en los próximos años.

Actuaciones de los reguladores de la energía y su interacción con el desarrollo sostenible

En estos momentos, el sector se encuentra sometido en un nuevo escenario energético. Un nuevo escenario, fruto de un cambio en el paradigma energético reinante en la década de 1990, en el que la volatilidad de los precios no es ya la única variable explicativa de los cambios que se están produciendo, como sí lo fue, en cambio, en otros momentos.

Un nuevo escenario energético marcado no sólo por la volatilidad de los precios del gas y del petróleo y por una fuerte dependencia importadora, sino también por una gran necesidad de inversiones en infraestructuras energéticas —más de un billón de euros en los próximos 20 años—, una muy baja eficiencia energética y capacidad investigadora, y por una cada vez más alarmante falta de coordinación en el ámbito de la energía a nivel europeo. Un nuevo paradigma energético en el que se incorporan dos nuevos elementos hasta el momento no presentes: la seguridad de suministro y la sostenibilidad energética.

En el caso concreto del sector energético, la urgente necesidad de inversiones para cubrir la demanda de energía prevista y sustituir la infraestructura obsoleta, la creciente dependencia europea respecto de las importaciones —un 70 % de las necesidades energéticas dentro de 20 años—, así como la significativa concentración de la oferta en países inestables desde un punto de vista geopolítico, obliga a plantearse de nuevo el tema de la seguridad de suministro. Seguridad de suministro que, a corto plazo, debe ser entendida como la necesidad de garantizar la continuidad, en calidad y en cantidad, del suministro energético.

La segunda variable de este nuevo paradigma energético que está irrumpiendo con fuerza en el diseño de las políticas energéticas, tanto a nivel comunitario como nacional, es la sostenibilidad energética. 208 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La necesidad de una actuación inmediata ante este nuevo escenario energético es reconocida por la propia Comisión Europea cuando aboga por una nueva Política Energética para Europa, donde se plantea la necesidad de actuar de forma coordinada, a la hora de promover el uso de la energía sostenible, segura y competitiva y que se ha traducido en el Tercer Paquete de Directivas Comunitarias aprobado en el verano de 2009.

El reto de la sostenibilidad medioambiental no puede, por otra parte, ser abordado por ningún Estado en solitario. El cambio climático o la explosión de la demanda energética, por poner unos ejemplos claros, son problemas globales, que requieren respuestas globales. Problemas globales a los que, por otra parte, es necesario dar respuesta a través de mecanismos de mercado.

En suma: sostenibilidad, seguridad de suministro y competitividad son cuestiones que deben ser compatibles con las dinámicas de mercado, y esto sólo será posible si los modelos regulatorios que introducen competencia en los mercados están bien diseñados, de forma que compaginen de forma simultánea la diversificación en la combinación energética con la innovación, el progreso tecnológico y el desarrollo sostenible. Es una enseñanza, y no poco importante, del trecho recorrido en estos últimos 25 años. La energía en el periodo 1985-2010 | 209

Mercado de electricidad

Pedro J. Mejía Gómez Presidente y CEO de Operador del Mercado Ibérico de Energía - Polo Español (OMEL)

ste capítulo pretende reflejar los cambios que han afectado al desarrollo del E mercado de electricidad, en su más amplio sentido, desde 1985 hasta el 2010, así como la evolución del sector eléctrico.

Previamente a su desarrollo específico, me gustaría destacar dos aspectos anteriores al periodo que vamos a analizar.

El primero es que hasta la década de los ochenta se venía manifestando una queja generalizada por la falta de transparencia del sector eléctrico. El sistema de precios venía respondiendo a una política de explotación unificada del sistema eléctrico nacional, que el Plan de Electricidad del periodo 1954–1963 puso en marcha y que continuó luego con el del periodo 1972–1981, así como la parcelación de los mercados eléctricos “cautivos” que funcionó en todo este periodo, y del que la definición como “abonados”, que no clientes, fue un elemento totalmente sintomático de esa personalidad del mercado eléctrico.

El segundo aspecto fue la respuesta a la grave crisis energética desencadenada a consecuencia de las alzas del precio del petróleo a finales de 1973 que desembocó en el estancamiento de la economía española y en la ruptura de un modelo de crecimiento, que a su vez había funcionado de espaldas al mercado. 210 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Evolución del sector eléctrico hasta el año 1997

• Antecedentes históricos del sector eléctrico hasta 1973.

La creación de nuevas empresas a finales del siglo XIX, al generarse la electricidad en forma de corriente continua, y al no ser posible su transporte a larga distancia, incide en la creación de mercados locales nucleados alrededor de los centros de producción. Es decir, el emplazamiento de las centrales construidas estuvo fuertemente condicionado por la cercanía a un centro de consumo, creándose en consecuencia un mercado de proximidad que a su vez determinó la localización de algunas industrias.

Cien años antes de la fundación de Enerclub, en 1885, se publica un primer Decreto que ordenaba las instalaciones eléctricas, y en 1888 una Real Orden que regulaba el alumbrado eléctrico de los teatros, descartando por seguridad el gas y las lámparas de aceite.

En 1901 se publicó la primera estadística oficial según la cual existían en España 859 centrales eléctricas que sumaban 127.940 HP (96 MW), el 61% de esta potencia era de origen térmico mientras que el 39% restante utilizaba la energía hidráulica como fuerza motriz.

En los años 40 comienza la constitución de empresas eléctricas de carácter público para llegar donde no podía acceder el sector privado. En el mes de enero de 1953 se introdujeron las Tarifas Tope Unificadas, acabando con el sistema de precios máximos autorizados y al final de este periodo se consiguió que las restricciones eléctricas llegaran prácticamente a desaparecer en el año 1958.

En estos años, se produjo una fase de consolidación y crecimiento que conllevaron importantes incrementos relativos de la demanda eléctrica, lo que unido a la ventaja que suponía contar con una red interconectada permitió aumentar sustancialmente la garantía de suministro a los clientes y optimizar la potencia total disponible y, a su vez, disminuir las inversiones necesarias logrando un abaratamiento de las tarifas.

• Las etapas comprendidas entre 1973-1988: de las crisis del petróleo al Marco Legal y Estable y Tarifario (MLE).

Esta etapa de desarrollo se interrumpe bruscamente en mayo de 1973, con la primera crisis energética de los precios del petróleo, que se multiplicaron casi por seis en menos de un año. En los años subsiguientes, en plena transición política, y con una elevada participación de combustibles fósiles en el mix de producción, la crisis impactó en la sociedad y en especial en el sector eléctrico. El plan energético de 1975 posteriormente La energía en el periodo 1985-2010 | 211

revisado en 1977, resultó insuficiente para afrontar la segunda crisis del petróleo en 1979 y no es hasta la década de los ochenta con el Plan Energético (PEN-83), cuando se tomaron medidas eficaces para disminuir la dependencia del petróleo, que haría girar la política energética ya en los años noventa.

Otro hecho fundamental es la promulgación de la Ley de Conservación de la Energía, en línea con las propuestas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), todavía vigente, que ha cumplido su misión, en especial, al promover las fuentes de energía renovables junto con el Plan Acelerado de Centrales Térmicas de Carbón y de Centrales Nucleares (1980-86).

Para paliar los problemas se ideó el sistema, conocido como Marco Legal Estable y Tarifario (MLE), que se empezó a aplicar paulatinamente a partir de 1988 a 1997 y que tenía como parámetros fundamentales una metodología de amortización y retribución de las inversiones, una retribución de los costes de producción y distribución en base a valores estándar, un sistema de compensaciones entre los agentes y una corrección por desviaciones al finalizar el año.

Durante el periodo 1985-1997, en el que estuvo vigente el MLE, la asignación eficiente de los medios de producción no se hizo por medio del mercado sino a través de una programación semanal basada en modelos de optimización en los que se tenían en cuenta los consumos reales de los diversos medios de producción y los costes previstos de los combustibles, todo ello considerando las restricciones de carácter técnico y medioambiental existentes y los objetivos de consumo anual de carbón nacional.

Posteriormente, los ingresos reconocidos se hacían en función de los consumos están- dares a los que se aplicaba el coste real de los combustibles.

El incentivo a la eficiencia se buscaba mediante unos parámetros y el objetivo era ser mejor que la media ya que esa diferencia era un beneficio neto para el agente.

Un aspecto muy relevante de esta época fue la adhesión de España a la Comunidad Europea (1986) lo que supuso, de facto, la aceptación, no próxima pero sí inevitable, de la evolución del sistema existente hacia un modelo de liberalización y regulación.

• Las etapas comprendidas entre 1988 -1997: del MLE al Protocolo Eléctrico (1996-1997).

Al ser la energía un sector complejo, la evolución hacia la liberalización en la Comunidad Económica Europea se inicia con documentos de reflexión hacia 1988, siendo la primera propuesta de Directiva del año 1990, con retirada y nueva propuesta en el año 212 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

1992, aprobándose en 1996, con un grado de liberalización mínimo obligatorio para todos los Estados miembros.

En paralelo, en1995 fue promulgada en España la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (LOSEN) que ya preveía la creación de un Sistema de generación Independiente, que funcionaría en régimen de competencia, manteniendo un régimen regulado en el que, en principio, se inscribirían las instalaciones de generación ya existentes, sin que se produjera el desarrollo reglamentario de esta disposición.

Tras la aprobación de la Directiva sobre Normas Comunes para el Mercado Interior de la Electricidad, que contiene unos objetivos claros y unos criterios mínimos de liberalización e introducción de la competencia en el sistema eléctrico, la mayoría de los países comunitarios adaptó sus legislaciones eléctricas al nuevo esquema con anterioridad al 19 de febrero de 1999, aunque se produjeron algunos retrasos.

España fue uno de los primeros países en la adopción de los criterios emanados de esta Directiva, como consecuencia de las conversaciones y acuerdos entre el sector eléctrico y la administración energética que tuvieron lugar durante 1996 y 1997, y que se plasmaron en el Protocolo Eléctrico.

• La Ley 54/1997 de 27 de noviembre del sector eléctrico.

El 1 de enero de 1998 entró en vigor la Ley 54/1997 del Sector Eléctrico. Esta ley incor- poró nuevas reglas para las actividades de producción, transporte, distribución y comercialización de la electricidad.

La estructura empresarial de las empresas eléctricas se fue adaptando rápidamente a los requerimientos del nuevo marco regulatorio, cuyas principales características son las siguientes:

– Distinción entre actividades reguladas, tales como: el transporte, la distribución, la gestión económica y la gestión técnica del sistema, y las actividades que se realizan en régimen de competencia: la generación, la comercialización y los intercambios internacionales. Para ello, se estableció la separación, incluso jurídica, entre las activi- dades reguladas y no reguladas, con la correspondiente separación contable.

– Liberalización de las actividades de generación y comercialización, que dio pie a la libre creación de nuevas empresas y a la implantación en España de compañías extranjeras, que actúan en estos segmentos de la actividad eléctrica.

– El transporte y la distribución, tienen la consideración de actividades con carácter de “monopolio natural” manteniéndose como actividades reguladas, cuya liberalización se La energía en el periodo 1985-2010 | 213

consigue mediante el libre acceso de terceros a la red con pago de unas tarifas de acceso en función de la potencia, la energía y la tensión de suministro. Por tratarse de una actividad regulada, pero con libre acceso de terceros, la única planificación, de carácter vinculante, que permanece es la relativa al sistema de transporte.

– Los intercambios de energía con otros países de la UE y con terceros países se encuentran sometidos, en todo caso, a la correspondiente autorización administrativa. Las importaciones son realizadas por productores, distribuidores, comercializadores y consumidores cualificados, mientras que las exportaciones se realizan por productores y comercializadores nacionales. Por su parte, el Operador del Sistema está habilitado para realizar intercambios a corto plazo con el fin de garantizar la calidad y seguridad del suministro.

– Se crea la figura del Operador del Mercado cuya misión es la gestión económica del mercado y la figura del Operador del Sistema, responsable de la gestión técnica del mismo, esto es, de garantizar la continuidad, la calidad y la seguridad del suministro que a su vez es el encargado de la coordinación del sistema de producción y del sistema de transporte y de su planificación.

– La retribución económica de las actividades eléctricas, se lleva a cabo con cargo a los ingresos por tarifas y precios establecidos libremente.

– Se retribuyen los costes permanentes del sistema, entendiendo por tales los del Operador del Mercado, los del Operador del Sistema, los derivados de actividades insulares y extrapeninsulares, los de la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (CSEN) y los costes de transición a la competencia.

– Los consumidores deben hacerse cargo de los costes de diversificación y seguridad de abastecimiento, que son los siguientes: las primas a la producción en régimen especial para promover el desarrollo de la generación mediante cogeneración, residuos y energías renovables, los costes asociados a la moratoria nuclear, los de financiación del segundo ciclo de combustible nuclear y los costes del stock estratégico del combustible nuclear.

El nuevo sistema eléctrico

La situación de partida de nuestro sistema eléctrico, en el momento de la aprobación de la primera Directiva sobre el mercado interior (diciembre de 1996), contaba con las ven- tajas importantes derivadas de la existencia de una importante red mallada de transporte cuyo gestor, REE, respondía a las bases de un operador de sistema independiente. También en el ámbito de la generación, el inicio de la liberalización no era el de un 214 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

monopolio estatal, sino que se encontraba basada en la operación de varias compañías, algunas públicas entonces, pero cuyas actuaciones se producían en régimen privado.

En el caso de España, la liberalización del sector eléctrico y el inicio del funcionamiento del mercado han sido paralelos, desde el año 1998, en la medida que están basados en la misma ley. La liberalización en su conjunto ha supuesto un avance que se puede calificar como positivo y el mercado ha contribuido con sus resultados a respaldar de forma nítida el proceso de liberalización.

Con la total apertura de los mercados de electricidad y gas natural, el 1 de enero de 2003 culminó en España el proceso de liberalización promovido por la Unión Europea con las Directivas 96/92/CE y 98/30/CE, y que establecían las normas comunes para el mercado interior de la electricidad y el gas natural respectivamente. El 1 de enero de 2003, España se situó a la cabeza de Europa liberalizando plenamente los mercados minoristas de electricidad y gas natural.

• La creación de la CNE

La Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (CSEN) creada en 1995 se transformó en la Comisión Nacional de Energía (CNE), en aplicación de lo dispuesto en la Ley de Hidro- carburos (1998). La CNE se configuró como el ente regulador de los sistemas energéticos, con la misión de velar por la transparencia, objetividad y competencia en los sectores energéticos, específicamente del mercado eléctrico y de los mercados de los hidrocarburos (petróleo y gas). En este sentido es de destacar que contar con un único organismo para todos los sectores energéticos fue un paso en cierto modo pionero con relación a lo existente en otros países de nuestro entorno, ya que señalaba la interde- pendencia entre ellos, lo que cada vez se esta poniendo más de manifiesto entre la electricidad y el gas natural y se ha puesto todavía más de manifiesto con la reciente publicación del denominado “Tercer Paquete Energético”.

• El mercado liberalizado

Es de reseñar que la creación de los mercados eléctricos liberalizados se basó en la integración de la programación operativa del suministro eléctrico diario con los precios resultantes de la negociación entre la oferta y la demanda. Para poder poner en marcha lo anterior fue necesario introducir mecanismos de competencia en el mercado y nuevos agentes para la gestión del mismo. Para llevar a cabo esa misión es para lo que aparecen los operadores de mercado en los países que optan por liberalizar los mismos.

En el año 1997, el proyecto de Ley del Sector Eléctrico contempló, dentro del proceso de liberalización del sector en España, la creación de un operador del mercado independiente La energía en el periodo 1985-2010 | 215

que gestionase desde el punto de vista económico lo que se denomina el mercado mayorista de la electricidad.

Dentro de los posibles diseños de mercados, en España, se optó por el concepto de mercado marginalista, que es aquel en el que se determina un precio único que perciben todos los vendedores de energía que resultan casados y pagan todos los compradores de energía que resultan casados.

En este tipo de mercados, la oferta de los vendedores (generadores, comercializadores, “traders”, etc.) representa la cantidad de energía que están dispuesto a vender a partir de un cierto precio mínimo y, por el lado de la demanda, la oferta de los compradores (comercializadores, consumidores finales, “traders”, etc.) representa la cantidad de energía que están dispuestos a comprar limitando el precio a abonar a un precio máximo. Con estas ofertas se construyen dos curvas, una de oferta de energía y otra de demanda de energía y el punto de intersección de ambas curvas (punto de casación) determina el precio al que se van a realizar las transacciones, denominado precio de casación, y la energía que se va a negociar (energía casada).

El volumen de energía que resulta casada es la que los vendedores van a producir, porque tienen compradores y la que los compradores van adquirir para su consumo y, eventualmente, para su reventa a otros agentes. Ese precio de casación (precio marginal) es el que percibirán todos los vendedores que han resultado casados y será el que abonaran todos los compradores que hayan resultado casados. Estos compradores y vendedores se sitúan todos a la izquierda del punto de intersección de las curvas, denominado punto de casación.

• La creación de OMEL

La puesta en marcha de la Compañía, tuvo lugar en noviembre de 1997 y empezó a operar como gestor económico, una vez aprobada la Ley 54/97, el último día del año 1997, formando los precios correspondientes al 1 de enero de 1998. La Compañía se creó como una filial de REE. En julio de 1998 REE, de acuerdo con lo previsto en la Ley, privatizó el 100% de las acciones de OMEL.

Desde que OMEL fue privatizada, la Sociedad cuenta en su capital con una multiplicidad de accionistas (asociaciones empresariales, entidades financieras, empresas eléctricas, etc.), para cumplir con el requerimiento legal de que la participación máxima de cada uno no exceda del 5% y sin que la de los accionistas que realicen actividades en el sector eléctrico en su conjunto pueda superar el 40% del mismo. 216 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El funcionamiento del mercado

El funcionamiento de los procesos de casación del mercado diario, puede considerarse plenamente satisfactorio. Desde la sesión correspondiente al día 1 de enero de 1998, no ha habido ningún incidente que haya impedido la celebración de cada día.

De acuerdo con lo establecido en el Real Decreto que desarrolló la Ley del Sector eléctrico, tres meses más tarde se iniciaron las sesiones del mercado intradiario, inicial- mente dos y a partir del 9 de marzo de 1999 las actuales seis sesiones, como mecanis- mo de ajuste a la programación diaria.

• Evolución del mercado desde 1998

En el grafico siguiente se muestra la evolución de la energía negociada en el mercado liberalizado y los precios en el mismo desde 1998.

Al principio del funcionamiento del mercado organizado de electricidad las empresas que intervenían como oferentes y demandantes de electricidad en el mercado eran las que La energía en el periodo 1985-2010 | 217

tradicionalmente ya venían operando en España. Esta situación se ha ido modificando gradualmente y en la actualidad, actúan como agentes una multiplicidad de comercializa- dores, consumidores y productores, de un elevado número de países, muchos de ellos de pequeño tamaño, de manera que el número de participantes en el mercado ascendía a finales de abril de 2010 a más de 600.

Es importante señalar la evolución de la participación de los agentes externos en el mercado. El sistema eléctrico español que mantenía un volumen muy importante de intercambios con los sistemas eléctricos vecinos: de importación con Francia y de expor- tación a Portugal y a Marruecos, vio reducidas sus operaciones hasta que en julio de 1998, tras la publicación de la Orden que regulaba los intercambios internacionales, comienzan de nuevo los movimientos de energía, bien a través del mercado de producción o de contratos bilaterales. En el gráfico adjunto se muestra la evolución del saldo neto de las exportaciones e importaciones desde enero de 1998. Es de reseñar que en el primer semestre de dicho año sólo aparecen las operaciones de intercambios de energía asociados a los contratos entre REE y EDF, ya existente a la entrada en vigor de la Ley 54/97.

Es importante destacar que desde el inicio de la actividad de OMEL la fijación de los precios, así como las liquidaciones, cobros y pagos, se han venido realizando con 218 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

normalidad y continuidad en presencia de diferentes normativas que han requerido la adaptación continua y la renovación tecnológica de nuestro sistema de información.

Otro aspecto a destacar es que el mercado ha servido así para canalizar el régimen retributivo de unas inversiones necesarias para dar cobertura a la demanda creciente de electricidad de estos últimos años y, además, para mejorar sustancialmente los rendi- mientos y el régimen de emisiones de nuestro parque eléctrico.

En este sentido desde el 1 de enero de 2002 hasta el 31 de diciembre de 2009 se han acoplado a la red más de 50 grupos de ciclo combinado de gas natural con una potencia del orden de 22.000 MW. En ese mismo periodo la energía eólica ha experimentado un crecimiento importante habiéndose instalado casi 18.000 MW.

La configuración del mercado se ha enriquecido de manera significativa para que los mercados diarios e intradiarios puedan servir también como instrumentos de entrega física de la contratación a plazo. La primera adaptación se produjo a mediados de 2006 mediante un acuerdo con el operador del mercado portugués OMIP para permitir la comunicación de posiciones abiertas en el mercado diario procedentes de la contratación forward en Portugal.

Otro aspecto relevante es la evolución seguida por los precios del mercado español y su comparación con los precios de los mercados organizados europeos desde el año 2000. La energía en el periodo 1985-2010 | 219

El gráfico de evolución de los precios medios trimestrales refleja que desde el año 2003 se inicia un proceso de convergencia de los precios de los mercados diarios europeos, en el que participa en menor medida el mercado italiano con precios significativamente mayores que el resto.

• El entorno tecnológico

Un aspecto que ha resultado muy relevante en el desarrollo de la operativa del mercado es que este se configuró como un mercado con un funcionamiento plenamente electró- nico, accesible desde el punto de vista tecnológico a todo tipo de agentes, pequeños y grandes, que desearan participar en él. Todas las operaciones de los agentes se realizan a través del sistema de contratación SIOM, configurándose como un portal de acceso al mercado y a los diferentes servicios proporcionados por OMEL. El diseño del sistema SIOM, basado en la utilización de la tecnología Internet, permite la participación en el mercado de agentes con unas necesidades y requerimientos muy distintos. Prima la simplicidad en el acceso y que no se requieran altos conocimientos informáticos para los usuarios. Desde el punto de vista del funcionamiento interno de la compañía, el sistema SIOM es la base de todas las operaciones realizadas por las áreas operativas, incluyendo 220 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

el alta de agentes del mercado y mantenimiento de sus datos, las operaciones del mercado, las liquidaciones, facturación y procesos de cobros y pagos.

Como consecuencia de esta filosofía de mejora continua de los sistemas de información, la tecnología existente en OMEL, que ha sido desarrollada y es propiedad de la compañía, ha sido exportada a diversos mercados europeos (APX Holanda, al sistema de “trading” de Portugal, y al mercado de electricidad de la República Checa), se ha mantenido desde su puesta en operación en el año 1998 a un nivel de desarrollo y prestaciones avanza- dos. Es de destacar que en 2009 se ha seguido colaborando con el operador del mercado de electricidad de la República Checa, realizando las necesarias mejoras y modi- ficaciones al sistema para incrementar sus prestaciones y adaptarse a las necesidades del mercado checo de la electricidad.

La actividad regulatoria y el mercado

Un aspecto relevante, que no se puede dejar de mencionar, es que la eficiencia y el mercado deben estar en el núcleo de los mecanismos que se propongan para la consecución del objetivo de tener un mercado eléctrico liberalizado. Ello exige asegurar que las señales del mercado estén presentes y que los mensajes de la regulación promuevan un desarrollo y una disponibilidad de las plantas de generación y de las redes adecuadas para dar garantía al suministro. También comporta que el logro de los compromisos medioambientales tiene que hacerse promoviendo reducciones eficientes de costes y estableciendo mecanismos competitivos y transparentes de asignación que incluyan todos los costes asociados que cada tecnología precisa para ofrecer la energía con seguridad.

A continuación se realizará una relación sucinta de algunas modificaciones normativas cuya influencia en el mercado ha sido mucho más importante de lo que, en algunos casos, se pudo pensar en el momento de su aparición.

• El Real Decreto Ley 3/2006

En este sentido, merece destacar la experiencia que atravesó el mercado en 2006, que se vio afectado por la regulación que el Real Decreto Ley 3/2006 incorporó al tratar de establecer de forma indirecta un “cap” al precio del mercado diario, con el objetivo de limitar el crecimiento de unos precios cuya tendencia a la baja se había iniciado ya en febrero de 2006, con anterioridad a su publicación. De hecho, esta modificación regula- toria originó un incentivo a la contratación bilateral y un desplazamiento de un alto volumen de energía hacia las subastas de servicios complementarios. Este desplazamiento La energía en el periodo 1985-2010 | 221

empezó a desaparecer a principios de año 2007, una vez quedó sin efecto la citada normativa, aunque el efecto que tuvo sobre la comercialización de energía libre tardó años en desaparecer y en que se recuperase el nivel que tenia a mediados de 2005.

• La garantía de potencia

Otro tema normativo que ha tenido una repercusión muy importante en el mercado es el de los cobros y pagos por garantía de potencia. Concebidos como una señal, a largo plazo, incentivadora de la inversión y de la disponibilidad de las unidades de generación se han modificado repetidamente, provocando vaivenes en la participación de los agentes en el mercado y en la contratación bilateral.

• El régimen especial

La participación del régimen especial en el mercado también se ha visto afectada por los cambios normativos. En este caso, el regulador ha ido, de forma paulatina, intentado que, cada vez más, los titulares de las instalaciones de régimen especial participaran en el mercado. Si bien al principio la energía era adquirida por los distribuidores disminuyendo sus compras, poco a poco, se han buscado diversas fórmulas para que toda la energía del régimen especial forme parte de la curva de oferta, proceso que ya se ha realizado en España y al que se está incorporando Portugal. No obstante, queda un paso pendiente por desarrollar: el que impida que el precio del mercado sea irrelevante para algunos generadores que venden en él. 222 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

• El efecto de los derechos de emisión en la formación de precios.

Durante los últimos años del siglo pasado se tomó conciencia a nivel internacional del riesgo que suponía el denominado cambio climático y de la necesidad de adoptar medidas para limitar el calentamiento del planeta. Con la entrada en vigor en 2005 del Protocolo de Kioto los países que se adhirieron a él se comprometieron a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un determinado porcentaje antes de 2012, respecto a los niveles de 1990. La UE, en conjunto, se comprometió entonces a reducir las emisiones en un 8% para el 2012 y el reparto entre los Estados miembros se basó en criterios como el PIB y la población de cada país.

En este contexto hicieron su aparición los derechos de emisión, que son licencias que se obtienen para poder emitir CO2, y el comercio de los mismos, lo que permite a los distintos agentes poder comprar y vender derechos de emisión con la finalidad de cumplir sus compromisos de emisiones en el periodo estipulado.

En el Consejo Europeo de marzo de 2007, la UE fijó el objetivo unilateral de reducir sus emisiones de 1990 en un 20% en el año 2020. La Directiva 2003/87/CE, entre otras cosas, estableció el sistema de “cap-and-trade” como el mecanismo para incentivar la reducción de emisiones de CO2 al mínimo coste en determinados sectores productivos, entre ellos la generación de electricidad. El funcionamiento de este esquema se basa en:

• Fijación de un tope de emisiones sin penalización para cada Estado miembro de la Unión Europea.

• Posibilidad de comercio de derechos de emisión entre agentes.

Este mecanismo de comercialización de los derechos de emisión tiene el efecto de influir en el coste de generación de las distintas tecnologías de generación, al ser las emisiones por MWh generado distinta, lo que permite a las tecnologías más limpias realizar ofertas económicas más bajas en el mercado, lo que aumenta su competitividad en el mismo y genera un incentivo a la inversión en las tecnologías menos contaminantes.

De acuerdo con lo anterior, los generadores han incorporado, a las ofertas que efectúan al mercado, el coste de los derechos de emisión como un coste de generación adicional al coste de combustible, a los costes de operación y al resto de sus costes, lo que seguramente ha incrementado el precio del mercado que reciben todas las unidades de producción que resultan casadas lo que ha tenido un efecto medioambiental positivo sobre el mix de generación resultante del mercado. La energía en el periodo 1985-2010 | 223

• Mecanismos para incentivar la liquidez en el mercado organizado.

Adicionalmente, el inicio de la realización de subastas de productos relativos a los mercados de la electricidad dio lugar a una nueva fase de adaptaciones en los sistemas de gestión, con objeto de que en el mercado diario pudiera comprarse y venderse electricidad para cumplir compromisos derivados de la participación en dichas subastas.

Los objetivos básicos de las subastas fue poner en marcha mecanismos de mercado para la fijación de los precios que se determinan en las transacciones del mismo e incremen- tar la competencia, ampliando el número de participante e incentivando los intercambios de energía de una manera transparente, objetiva y competitiva.

• Subastas CESUR.

La necesidad de tener una referencia para confeccionar las tarifas de último recurso, llevó al Ministerio de Industria Turismo y Comercio a diseñar unas subastas en las que los distri- buidores (actualmente los Comercializadores de Último Recurso) pudieran adquirir parte de la energía que iban a vender a los consumidores en el periodo de vigencia de las tarifas por un método de mercado competitivo, donde múltiples oferentes de energía compiten entre si pujando a la baja, ya que sólo las ofertas de energía que cubran la energía demandada a un precio más bajo serán las adjudicatarias de los contratos de suministro.

De esta manera se pretende lograr, que el precio resultante de las subastas, que serán los que sirvan de referencia directa para fijar los precios de las tarifas de último recurso, y los precios reales del mercado spot sean lo más parecidos posibles, aunque lógicamen- te los precios resultantes de las subastas además de responder a la expectativa futura de precios en el mercado también incorporan otros costes que lo incrementan, como por ejemplo una prima de riesgo. La experiencia surgida de la comparación entre los precios reales del mercado y los precios de las subastas recomienda que la fecha de realización de las subastas debe acercarse en lo posible al periodo al que estas aplican, de manera que se pueda conseguir que las diferencias entre los precios resultantes de la subasta y los precios diarios del mercado spot sean mínimas, en positivo o en negativo.

La primera subasta tuvo lugar en junio de 2007; en ella se subastaron 6.500 MW en base para el tercer trimestre con un precio de adjudicación de 46,27 €/MWh. Durante las seis primeras subastas sólo se subastó el producto base, para un solo trimestre o para dos.

A partir de la séptima subasta de diciembre de 2008 se introdujo el producto punta; en dicha subasta se adjudicaron 3.400 MW en base a 58,86 €/MWH y 200 MW de punta a 66,84 €/MWh, todo ello para el primer trimestre de 2009. 224 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Las ocho primeras subastas tenían entrega física del producto y su liquidación era el resultado de aplicar el precio de la subasta a las cantidades adjudicadas. El distribuidor, en consecuencia, no adquiría la energía en el mercado. No obstante, y para no restar liquidez en el mercado, el vendedor debía hacer una oferta de compra en el mercado de forma tal que le permitía adquirir la energía comprometida en la subasta si el precio del mercado era inferior a sus costes.

Desde la subasta CESUR celebrada en junio de 2009 la liquidación es por diferencia respecto del precio del mercado diario con lo que se obtiene el mismo efecto de asegurar el precio y no resta liquidez alguna al mercado de producción.

OMEL ha tenido un papel muy importante en las subastas CESUR. En las cinco primeras formalizó un acuerdo con los distribuidores y con diversos vendedores para la liquidación, facturación y gestión de garantías aglutinando en una sola operación las correspondientes a todos los contratos bilaterales derivados de las subastas y a partir de la sexta ha sido la empresa administradora de las mismas.

La novena subasta, celebrada en junio de 2009, fue la primera cuyos resultados sirvieron como referencia directa para fijar la tarifa de último recurso, lo que sucedió para la fijación de la tarifa de último recurso del segundo semestre de 2009. Posteriormente los resultados de la décima subasta CESUR sirvieron para la fijación de la tarifa de último recurso del primer semestre de 2010 y esta previsto que esto continúe así en el futuro.

• Subastas de contratos de diferencias de precios

Otro tipo de subastas relacionadas con el mercado eléctrico son las subastas de contratos basados en la diferencia de precios entre el sistema eléctrico español y el sistema eléctrico portugués.

Este tipo de subastas, también financieras, permiten cubrir los riesgos de diferencias de precios entre los dos sistemas eléctricos a los exportadores e importadores de energía eléctrica, facilitando el comercio de energía entre ambos países (“swaps” de energía). Los adjudicatarios compradores pagan el resultado de la subasta y tienen el derecho a recibir el producto de los contratos adjudicados por la diferencia entre el precio en el sistema eléctrico portugués y el precio en el sistema eléctrico español, cuando esta diferencia es positiva, o la obligación de pagar la diferencia entre el precio español y portugués cuando esta diferencia es positiva. Los vendedores reciben el resultado de la subasta y tienen las obligaciones de pago y derechos de cobro opuestos a los compradores. Estas subastas se realizan a través de Omel Mercados Agencia de Valores S.A.U. La energía en el periodo 1985-2010 | 225

• Subastas virtuales

Este mecanismo se aplica por los reguladores, con el objetivo de fomentar la competencia en el mercado, cuando se detecta que la capacidad de producción esta muy concentrada en manos de pocos oferentes. El mecanismo resulta equivalente, en la práctica, a una cesión virtual de potencia eléctrica de los operadores que potencialmente pueden ejercer poder de mercado a terceros que, aun no siendo titulares de la instalación, pueden disponer plenamente de la energía adquirida de este modo para su venta en el mercado y como consecuencia da lugar a un aumento de la competencia en el mercado eléctrico al reducir la capacidad de generación de los operadores con mayor cuota de mercado y al aumentar además el número de agentes que pueden vender energía en el mismo.

Un problema asociado a este tipo de subastas es que el regulador actúa sobre los mecanismos de mercado, ya que la venta de capacidad virtual obedece a una obligación impuesta por el regulador, y que si el precio resultante de la subasta es inferior al precio de mercado del producto provoca una pérdida de valor para la empresa vendedora. Por el contrario si el precio resultase superior al del mercado el resultado obtenido no favorecería la competencia y el mecanismo resulta ineficiente.

En el caso español, la Ley del Sector Eléctrico 54/1997 ya preveía la posibilidad de se pudieran establecer obligaciones de venta de capacidad virtual, también denominadas “Emisiones Primarias de Energía” a los Operadores Dominantes del Sector Eléctrico, con el objetivo de fomentar la contratación a plazo de electricidad. Esta medida fue adoptada casi 9 años después de la entrada en vigor de la ley.

El Real Decreto 1634/2006 por el que se fijó la tarifa eléctrica para ese año incluyó una disposición adicional en la que requería a Endesa y a Iberdrola a llevar a cabo las subastas, destinadas a cualquier agente del mercado eléctrico español, con el fin de incrementar la proporción de electricidad adquirida con contratos bilaterales y estimular la liquidez en el mercado. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de una Resolución de la Secretaría General de Energía publicada en abril de 2007, reguló las características de las subastas.

• La desaparición de las tarifas eléctricas.

Otro tema trascendental es la importancia que tiene el precio del mercado en los precios de la energía para el consumidor final.

La entrada en vigor del Real Decreto 485/2009, que regula la puesta en marcha del suministro de último recurso en el sector de la energía eléctrica introdujo un nuevo 226 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

modelo, en el que la actividad de suministro a tarifa dejó de formar parte de la actividad de distribución, tal como exigía la Directiva 2003/54/CE, y pasa a ser ejercido en su totalidad por los comercializadores en libre competencia, siendo los consumidores de electricidad quienes eligen libremente a su comercializador. Asimismo establece la obligación de crear las tarifas de último recurso, que son precios establecidos por la Administración para determinados consumidores, para quienes se concibe el suministro eléctrico como servicio universal y se determinan las empresas comercializadoras que deben asumir la obligación de suministro de último recurso.

Posteriormente la Orden ITC/1659/2009, como desarrollo del Real Decreto 485/2009, estableció el mecanismo de traspaso de clientes del mercado a tarifa al suministro de último recurso de energía eléctrica y el procedimiento de cálculo y estructura de las tarifas de último recurso de energía eléctrica y sus peajes de acceso correspondientes.

La desaparición de las tarifas constituye una condición necesaria para que el mercado incentive el funcionamiento del lado de la demanda, lo que hasta este año sólo se había realizado de forma tímida, ya que el hecho de que existieran tarifas fijadas sin tener en cuenta los precios del mercado, tenía como consecuencia un freno a la autentica liberalización de los consumidores en los mercados y por tanto una distor- sión en el funcionamiento de los mismos y en la determinación de los precios de la energía para los consumidores.

Avanzando hacia el mercado único europeo

Dentro de los procesos de integración de España en el ámbito europeo, desde julio de 2007, OMEL gestiona los mercados diario e intradiario de la Península Ibérica. Desde entonces, los precios de todas las horas de los sistemas eléctricos de España y Portugal son iguales, salvo cuando existen congestiones, momentos en los que hay una utilización máxima de la capacidad comercial disponible en las interconexiones entre ambos países y los precios de los dos países son diferentes. La integración de los mercados ha producido un aumento del número de agentes y de la energía negociada en el mercado gestionado por OMEL; los agentes portugueses ofertan ahora en condiciones de igualdad con los agentes españoles, lo que favorece el funcionamiento del Mercado Ibérico.

En un marco europeo más amplio, y en la línea de avanzar hacia el mercado único europeo de la energía, durante el segundo semestre de 2009 se alcanzó un acuerdo entre OMEL, el operador spot del mercado de los Países Nórdicos (Nord Pool Spot) y el operador del mercado spot de Francia y Alemania (EPEX Spot), para llevar a cabo La energía en el periodo 1985-2010 | 227

un proyecto de colaboración entre sus respectivos mercados con el objetivo de progresar en el desarrollo de un modelo que permita la formación de un precio único de la electricidad.

En marzo de 2010 se unieron al proyecto APX-Endex, Belpex, y GME, con lo que la formación del precio spot de la electricidad se coordinará en un área geográfica que potencialmente comprendería Portugal, España, Italia, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Austria, Suiza, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y el Báltico. La iniciativa está abierta a otros operadores del mercado y a otras áreas del mercado que se unirían en condiciones de igualdad y equidad. Cuando este proyecto de acopla- miento de los mercados entre en operación, el área geográfica que disfrutaría del mismo precio de la electricidad, en ausencia de congestiones en las interconexiones transfronterizas, abarcaría el 80 % del consumo eléctrico europeo (2.900 TWh).

El proceso plantea una casación descentralizada, que no requiera la existencia de un operador del mercado único y que, sin embargo, obtenga una solución de precios que cumpla con la condición de que los precios sean iguales en todas las áreas, si las interconexiones no están congestionadas, y en los casos en los que se agota la capacidad comercial aparecerán precios diferentes. Los operadores de mercado, una vez demostrada la viabilidad técnica de la solución propuesta, desarrollarán un algoritmo de casación del mercado diario, que será copropiedad de todos ellos, y que podrá ser ejecutado de forma simultánea por todos ellos, produciendo los mismos resultados en cada uno de ellos. Cada operador continuará gestionando su mercado como en la actualidad: recibiendo las ofertas de venta y de compra de energías que serán producidas y consumidas en las áreas de precio de su ámbito de actuación.

Conclusiones y perspectivas

Es preciso dar la oportunidad a los consumidores de ser sensibles a los precios y además y avanzar, por ello, con medidas de: incremento de la información al consumidor, puesta en marcha de contadores inteligentes, facilidad para el cambio de suministrador, etc. Ello permitirá que se diversifiquen las ofertas a los clientes. En definitiva, que la regulación vaya a favor de facilitar la participación en los mercados en el sentido de que todos los participantes tengan el mismo tratamiento.

Por otra parte, hay que seguir apostando por disponer de unas buenas redes de transporte y distribución, ya que cualquier cuello de botella o retraso en las redes que pueda afectar a la realización de inversiones en generación es negativo. Evidentemente la puesta en 228 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

marcha de nuevos tramos de redes eléctricas es una labor que puede resultar muy compleja, tanto desde el punto de vista de autorizaciones como de la propia inversión que resulta necesaria pero hay que ver y hacer ver a todos los implicados las consecuen- cias de que ese tramo no exista y sus efectos en términos de deseconomías en el mercado en su conjunto.

En la misma línea de los dos puntos señalados anteriormente, hay que reseñar que los avances tecnológicos, en materia de redes inteligentes, pueden permitir aprovechar las ventajas de la generación distribuida y avanzar en la seguridad de suministro y en el funcionamiento de las mismas. Por ello, cuantas más participación de la demanda se logre en el sistema y menos restricciones se produzcan en las redes, mayor será la seguridad de suministro y mejor funcionará el mercado, formando los precios de manera más eficiente.

Otro aspecto relevante para el futuro de los mercados eléctricos europeos es el de su prevista integración en un mercado único. En esta línea ha avanzado la Unión Europea con la publicación del denominado “Tercer Paquete”, lo que unido al objetivo de reducir sus emisiones de 1990 en un 20% en el año 2020, representa un gran reto para los mercados eléctricos, que tendrán que conciliar la presencia en los mismos de cantidades importantes de energía procedentes de fuentes renovables a precios subsidiados con la formación de un precio de la energía que debe derivarse de la interacción de las fuerzas del mercado. Por ese motivo habrá que poner en marcha procesos que permitan contemplar e incluir mecanismos que generen sensibilidad al precio en todos los procesos de inversión, de forma que el precio resultante en el mercado spot sea el precio de referencia valido para todos los agentes que operan en el sector.

En el aspecto regulatorio es importante que los mercados realicen su actividad dentro un marco normativo estable y predecible, con la menor intervención posible, para que los agentes puedan operar en el mismo de forma eficiente, utilizando la información y el análisis de manera racional. Los análisis de los mercados muestran que a éstos se les puede pedir eficiencia y que merece la pena hacer un esfuerzo para dejar de demandar al mercado cosas que no puede ni debe hacer, y que le dejemos hacer lo que sí puede.

En el aspecto operativo es de reseñar que en el 2010 se prevé la consolidación del Mercado Ibérico. En efecto, el 11 de diciembre de 2009 entró en vigor el Acuerdo de modificación del Convenio Internacional relativo a la constitución de un Mercado Ibérico de la energía eléctrica entre el Reino de España y la República Portuguesa. Con la publicación de este Acuerdo se ha iniciado oficialmente la constitución del OMI, el cual entrará en funcionamiento durante el año 2010. Esta aprobación constituye un hito muy La energía en el periodo 1985-2010 | 229

importante para el sector eléctrico ibérico ya que supone una etapa significativa de uno de los mercados regionales señalados por la Comisión Europea como antesala del mercado único europeo.

Finalmente, cabe resaltar la necesidad de reforzar el funcionamiento institucional del mercado y del propio operador del mercado, afianzando y concretando sus competen- cias de gestión económica en el ámbito del sector energético y garantizando un funcionamiento eficiente para signar los recursos. En este sentido hay que evitar la tentación de que cuando los resultados del mercado no coinciden con lo que algunos agentes del mismo creen que deben ser, de forma inmediata solicitan que se intervenga para modificar el resultado que su funcionamiento produce. De no ser así se corre el riesgo de entrar en un circulo de alteraciones de la normativa que lo regula que finalmente da como resultado la perdida de credibilidad del mismo. 230 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Bibliografía de historia eléctrica utilizada en este artículo:

José María Marcos Fano Jefe de División de Energía Hidroeléctrica y Régimen Especial UNESA, Asociación Española de la Industria Eléctrica Historia y panorama actual del sistema eléctrico español Revista Física y Sociedad, nº 13 2002 (Pág. 19 y ss)

Ramón Tamames Gómez Estructura económica de España 1 (sector energía Pág. 419 y ss.) Editorial: Alianza Editorial-Textos-1980

Pedro Rivero Torre UNESA, Asociación Española de la Industria Eléctrica El sector eléctrico en España REVISTA DE ECONOMIA. Número 1-Junio 2009. www.economistas.org/r3/01/pdf

De Libros editados por Red Eléctrica de España:

El libro de los 20 años, con motivo de la celebración del 20 Aniversario de REE:1985-2005. Índice: La historia de Red Eléctrica contada por sus protagonistas, Red Eléctrica de España: creación y gestión de una red de redes 198–2005, Modelos para la organización del trans- porte de electricidad: justificación de la opción TSO para España.

El marco legal estable. Economía del sector eléctrico español 1988-1997

Historia de la economía del sector eléctrico durante los diez años de aplicación del modelo regulatorio comúnmente conocido como "Marco Legal y Estable". Editado en el 2006. La energía en el periodo 1985-2010 | 231

Análisis sectorial

Victorino Alonso

Alfredo Barrios

Antonio Peris

Pedro Rivero

María Teresa Domínguez

José María González Vélez 232 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Carbón

Victorino Alonso Presidente CARBUNIÓN

esde Carbunión, la Federación de Empresarios de Minas de Carbón en España, Dqueremos agradecer a Enerclub su trabajo en estos 25 años de existencia. Veinticinco años, donde el sector energético español ha cambiando mucho, ha sido tiempo suficiente ver varias crisis y para superarlas, también en este periodo se ha cambiado la la estructura energética nacional, hemos asistido a la revolución de las renovables, al nacimiento de los ciclos combinados, a la construcción de una tecnología novedosa en cuanto al consumo de carbón, nos referimos a ELCOGAS, y como no, al desarrollo de la Captura y Almace namiento del CO2 que permitirá un uso de nuestro carbón sin emisiones. En todas estas novedades, Enerclub ha estado presente, apoyando todos los combustibles, todas las energías y divulgado a la sociedad el conocimiento de algo tan estratégico como la energía. No podemos olvidar su actividad formativa, que cada vez es más completa, tratando en la actualidad todas las materias que se necesitan para conocer a fondo todo nuestro entramando energético. Por tanto sólo tenemos palabras de agradecimiento para el Club y de ánimo para prosiga tan activo y abierto como lo es en la actualidad. Nos emplazamos por tanto a un segundo aniversario, 2035, cuando el club cumpla los cincuenta años y podamos hablar de nuevo de todo lo que haya acontecido

CARBÓN EN ESPAÑA: 25 Años de una energía autóctona

Aunque el carbón como combustible energético industrial, se ha utilizado desde época moderna, ya es nombrado como fuente de calor por el filósofo Aristóteles. Posterior- mente los Romanos utilizaron el carbón para tal fin. Ya en el siglo XIII, Marco Polo escribe Análisis sectorial | 233

sobre el uso que se daba en China a este mineral que se extraía en capas a cielo abierto. La explotación subterránea se comenzó en la Edad Media, pero la extracción no pasaba de ser un tipo de pozo, con grandes peligros de derrumbamiento. En el Siglo XIX, se podía comenzar a extraer carbón a profundidades de 150 metros, usando animales como medio de arrastre.

En cuanto al uso industrial comenzaría a extenderse a partir de la máquina de vapor de James Watt en 1765, y al desarrollo de las máquinas locomotoras que han permanecido con nosotros hasta mediados del siglo XX. Aunque lo más destacable para fue el cambio de uso que se produjo con la primera central de carbón en 1880, construida por Thomas Edison.

Hasta nuestros días y partiendo de 1985, muchos son los acontecimientos que han rodeado al carbón nacional. Partíamos en aquel año de una producción autóctona de más de 19 millones de toneladas de carbón CECA, repartido por las actuales cuencas de Asturias, León, Palencia, Teruel, Barcelona, Puertollano y Peñarroya y más de 18 millones de lignito pardo de las explotaciones gallegas. El sector estaba muy atomizado, había más de 200 empresas, algunas de ellas muy pequeñas y trabajaban en el sector más de 25.000 mineros.

A finales de los 80, comenzó en España una fuerte reconversión industrial que no dejó al margen al sector nacional del carbón. Durante los años 90, tuvo lugar un proceso de concentración empresarial que ha culminado recientemente con nuevas concentraciones empresariales y que van en la senda marcada por las reestructuración del sector, que desde la patronal consideramos que a día de hoy el sector actualmente ha logrado dicho objetivo de reestructuración. 234 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

1998-2005. Primer plan del carbón

Como consecuencia de la publicación de la Ley del Sector eléctrico a finales del años 1997 comienza en España la senda de la liberalización del sector eléctrico, que afectó como era de esperar al sector del carbón nacional. La instauración del pool, como método para seleccionar los grupos térmicos más competitivos, pasó por varias fases, y repercutió en un cambio de mix entre carbón nacional e importado, aumentando este último su cuota. Muchas empresas mineras, acentuaron su proceso de restauración, y algunas de ellas cerraron para siempre su producción, al no haber alcanzado las cuotas exigidas.

2006-2012. Segundo plan del carbón

Con la situación heredada del primer plan anterior, con una producción de más de 12 millones de carbón CECA (hulla y antracita), y con una producción de 8 millones de lignito pardo, las empresas de carbón nacional acometen una nueva realidad, el final de la reestructuración y el establecimiento de la reserva estratégica. Este plan a diferencia del anterior, fue firmada por la Administración, los Sindicatos y por la patronal, Carbunión. Y así se llegaba el año 2007, las empresas que no han cumplido los criterios exigidos por la UE, para formar parte del futuro sector, han cerrado, quedando así las minas más competitivas. Pero este epígrafe por ser el presente y el futuro de la minería de carbón se desarrolla más adelante en el apartado siguiente de “Actualidad”.

La Actualidad: Un futuro prometedor

En los últimos años, las centrales térmicas españolas están realizando un gran esfuerzo inversor en equipamientos tecnológicos y medioambientales para reducir de manera significativa las emisiones contaminantes derivadas de la combustión de carbón. A esto hay que unir una serie de proyectos investigadores pioneros para lograr antes del año 2020 el objetivo de ‘emisiones cero’ o ‘combustión limpia del carbón’. Es decir, la mala fama de ‘sucio’ que acompaña al carbón dejará de ser un lastre para el fin que se persigue a nivel mundial de contrarrestar el cambio climático o calentamiento de la Tierra.

En concreto, hay dos líneas de actuación claramente diferenciadas para lograr este objetivo del ‘carbón verde’. Por un lado, la limitación y reducción de emisiones a la atmósfera de tres contaminantes concretos: el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas en suspensión, que se están combatiendo con la progresiva introducción de mecanismos tecnológicos que están posibilitando una creciente combustión limpia. Y, Análisis sectorial | 235

por otro lado, la eliminación de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), causante del efecto invernadero (en España, la combustión de carbón ocasiona en la actualidad sólo el

15% del CO2 emitido, mientras que el sector Transportes provoca más del 32% y el Industrial casi el 28%).

A nivel mundial, el mayor esfuerzo investigador se está centrando en la captura y posterior almacenamiento geológico del dióxido de carbono (CO2) procedente de la combustión térmica del carbón. En este sentido, la Unión Europea ha dispuesto un fondo económico destinado a financiar el desarrollo de esta tecnología en fase experimental y escalarla a su aplicación comercial o industrial de cara a posibilitar la construcción de centrales térmicas medioambientalmente sostenibles.

La Comisión Europea ha aprobado recientemente la concesión de fondos para siete de los doce proyectos presentados de captura de CO2, entre los que se incluye el promovido por la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), dependiente del Gobierno central, y la compañía Endesa para la central térmica de Compostilla (León). La dotación económica asciende a 180 millones de euros y actualmente se está construyendo en las proximidades del complejo térmico una serie de plantas pilotos o centrales de demostración basadas en tecnología de oxicombustión de carbón en lecho fluido circulante (planta de 31,2 megavatios de potencia) o de carbón pulverizado (20 megavatios) y de postcombustión mediante absorción química, para su posterior aplicación en la central térmica de Compostilla de cara a demostrar su viabilidad técnica en el año 2015.

También están muy avanzados los estudios necesarios para transportar el CO2 una vez capturado y almacenarlo mediante su inyección en el subsuelo a más de 800 metros profundidad en superficies salinas con plenas garantías de confinamiento. Y todo ello –captura, transporte y almacenamiento– estará listo y extensivo a todo el parque térmico nacional antes del año fijado 2020. Superado este reto, unido al uso extensivo de los equipamientos que neutralizan o anulan las emisiones de SO2, NOX y partículas en suspensión, podremos hablar del ‘carbón verde’, de la combustión limpia del carbón. De ahí que este mineral esté llamado a ser crucial en la generación eléctrica, por su aporte y capacidad de moderar precios, por lo menos hasta el año 2050.

El gas natural y el petróleo tienen fecha de caducidad, proceden de países políticamente muy inestables, y las tensiones en precios serán una constante peligrosa e inflacionista. Además, las centrales térmicas de carbón tienen la bondad de responder al instante a las puntas de demanda energética en el mercado de generación eléctrica, elemento técnico modulador que no concurre ni en las centrales nucleares, ni en las hidráulicas y menos en las basadas en energías renovables (eólica, fotovoltaica, geotérmica, etc.). 236 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Respecto a los precios, el carbón nacional supone una garantía de suministro para las centrales térmicas que lo consumen, suscribiendo contratos a corto y medio plazo cuya referencia es el precio del carbón de importación. Además actúa como un agente moderador, atenuando las fluctuaciones del mercado internacional y permitiendo a las compañías eléctricas acudir al mercado spot cuando más les convenga.

Este efecto moderador ha resultado especialmente relevante en los últimos tiempos de altísima volatilidad de los mercados, como se resume en la gráfica siguiente:

La excepcionalidad que se produjo en los mercados de materias primas en los años 2007 y 2008 explica que, por una parte los precios fijos a un año pactados entre compañías eléctricas y mineras, hayan resultados menores que los que se derivaron del mercado, mientras que en el año 2009 y previsiblemente en 2010 se produzca la situación opuesta.

Esta representación gráfica de los precios de los carbones en el mercado nacional e internacional, muestra con claridad la necesidad de utilizar mecanismos de compensación, tanto para dejar a salvo las ventas a térmica de los años 2007 y 2008, como para permitir sostener los precios del carbón nacional hasta que el mercado se recupere.

Y ello es así porque el Reglamento (CE) 1407/2002 del Consejo prohíbe producir precios de entrega inferiores a los del carbón de importación puesto en cada central, lo que obliga a compensar los déficits de precios de 2007 y 2008 con los previsibles excesos de 2009 y 2010. Análisis sectorial | 237

Las verdaderas ayudas a la producción de carbón

De conformidad con el Reglamento (CE) 1407/2002 del Consejo, el Plan Nacional de Reserva Estratégica de Carbón 2006–2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas Mineras, establece en el marco de la Reestructuración los siguientes tipos de Ayudas:

• Ayudas a la Producción Corriente o al Acceso a Reservas. • Ayudas al Cierre de Unidades de Producción. • Ayudas destinadas a compensar cargas excepcionales derivadas de la reestructuración.

Complementariamente, en el marco de la Reactivación establece una serie de fondos para el desarrollo de Infraestructuras, apoyo a Proyectos de Inversión Empresarial y Formación y Becas.

Resulta relativamente frecuente recibir informaciones acerca de las enormes ayudas a la producción de carbón que, bien por desconocimiento o bien de forma interesada, mezclan toda esta serie de fondos públicos que tienen finalidad propia dentro del conjunto de actuaciones que supone el Plan, para finalmente concluir unos costes que se achacan, de forma improcedente, a la producción de carbón nacional.

El objetivo de los fondos de Reactivación es favorecer el desarrollo de un nuevo tejido empresarial que pueda compensar la reducción de la actividad económica derivada de la Reestructuración, lo que lamentablemente está lejos de conseguirse debido a las especiales dificultades que a este respecto presentan las comarcas mineras, pero resulta obvio que no son un coste imputable a la producción de carbón nacional.

En cuanto a los fondos que contempla el plan de Reestructuración, su distribución para cada tipo de ayudas es la siguiente: 238 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La programación de los cierres concluyó el 31 de diciembre de 2007 y la finalidad de estas Ayudas fue compensar los costes excepcionales que para las Empresas supusieron tales procesos, permitiendo el cierre planificado de las minas en condiciones ambientales y de seguridad adecuadas. Tampoco estas Ayudas son imputables a la producción de carbón.

En cuanto a las ayudas a la cobertura de cargas excepcionales, derivadas del proceso de reestructuración, cumplen una misión esencial cual es alcanzar la dimensión final que se pretende dar al sector, evitando que la pérdida de empleo acordada, suponga un problema inasumible para estas comarcas y para la sociedad en su conjunto. Es evidente que no son imputables a la producción de carbón sino a las reducciones de capacidad que se han planificado.

Por último, las Ayudas al Acceso a Reservas o a la Producción Corriente están destinadas a cubrir la diferencia entre los costes de producción y los precios acordados con las compañías eléctricas teniendo en cuenta las condiciones del mercado internacional, que son las únicas ayudas imputables a la producción de carbón.

Estas Ayudas para el año 2009 están publicadas en el BOE de 13 de febrero de 2009, que contiene la 2485 Resolución de 9 de febrero y su importe máximo es de 322,7 M€ para una producción de 10,3 millones de toneladas, estando previsto para 2010 que su cuantía se reduzca a 315,9 M€ para 10,1 millones de toneladas.

Estamos hablando por tanto de un promedio en el sector de 31,3 €/t, ayuda que tiene el carácter de suplemento de precio, como demuestra el hecho de que devenga I.V.A.

Este suplemento de precio o ayuda a la producción autóctona, se produce por diferencia de costes del carbón nacional en relación con los precios del mercado internacional, constituido fundamentalmente por explotadores de grandes yacimientos de cielo abierto o en países con costes de mano de obra que nada tienen que ver con los estándares europeos.

Si este suplemento de precio de 31,3 €/t se transformase en costes de producción de energía eléctrica que, dado su carácter estratégico, no tiene que competir con el KW procedente de otros países, su repercusión sería de 1,82 c€/Kw.

Este coste, que se sufraga a través de los presupuestos generales del Estado, es clara- mente inferior al de otras tecnologías de generación igualmente primadas con fondos públicos. Estas otras fuentes de energía, imprescindibles para conseguir un crecimiento sostenible, necesitan detrás otra que complete las necesidades demandadas por el sistema, en función de las oscilaciones meteorológicas. Análisis sectorial | 239

Así, según datos de la CNE las instalaciones de generación con residuos están recibiendo una retribución media por encima del mercado libre a través de las regulaciones de 3,33 c€/Kw; la energía eólica 4,29; la energía hidráulica 4,38; las instalaciones de cogenera- ción 5,12; las que utilizan biomasa 7,07; la energía aprovechada en el tratamiento de residuos 9,03; y la energía solar 42,86 c€/Kw.

En la siguiente gráfica se representan los fondos públicos por kilowatio destinados a la generación eléctrica con carbón y con el resto de fuentes que reciben incentivos del Estado.

50 42,86 Carbón 40 Residuos Eólica 30 Hidráulica Cogeneración 20 Biomasa 9,03 7,07 Trata. Resid. 10 3,33 4,29 4,38 5,12 1,82 Solar

0

Las ayudas al funcionamiento que recibe el sector para su viabilidad, lejos de ser onerosas para el Estado, son devueltas con creces a las propias arcas públicas a través de las cargas fiscales y coberturas sociales que soporta la propia actividad minera y, a la propia Sociedad, mediante las rentas salariales y compras de bienes y servicios, amén de su enorme capacidad de arrastre de otros sectores económicos que, de manera indirecta o inducida, son potenciados gracias al entorno económico que propicia la minería de carbón y su fuerte capacidad de creación de valor añadido en sí misma y en otras actividades dependientes de ella.

Si nos fijamos solamente en los pagos impositivos que soportan las empresas mineras en concepto de cotizaciones sociales, impuestos ligados a la producción e impuesto sobre el valor añadido (IVA), el balance es muy positivo para el erario público. Por cada euro que da el Estado en concepto de ayudas al funcionamiento al sector minero, se reportan 3 euros por los conceptos fiscales mencionados si aunamos la fiscalidad propia de la actividad (paridad con las ayudas) y la que resulta del circuito de arrastre en otras ramas de actividad (efecto multiplicador).

Considerando solamente los 10.000 empleos directos que actualmente tiene el sector del carbón y calculando una media de 22.500 €/año por trabajador en concepto de IRPF y SS, se generan por este concepto un total de 225 M€. 240 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En cuanto al IVA, si consideramos los ingresos por precio más ayuda, estaríamos en el entorno de 75 €/t, que al aplicarle la base actual del 16% y los 10 millones de toneladas producidas, nos permitirían hablar de una recaudación para el Estado de 120 M€.

La suma de ambas cantidades es aproximadamente equivalente a las ayudas a la producción, que como vimos son actualmente de 315,9 M€.

Queda por cuantificar, además de lo anterior, la enorme contribución económica y social de la actividad minera en cuanto a empleo y sus consiguientes rentas salariales, la compra de bienes y servicios y los efectos inducidos en otras ramas de actividad.

El estudio de los profesores Ángel Muñoz Alamillos, Gonzalo Cortiñas Bravo y Antonio Díaz Ballesteros, de la Facultad de Económicas de la Universidad de León, denominado “Evaluación del Impacto Económico de la Minería del Carbón en la provincia de León”, viene a corroborar el crucial aporte económico del sector primario del carbón por su fuerte capacidad en la generación de valor añadido en tres frentes: como actividad en sí (impacto directo), como consecuencia de las interrelaciones productivas que arrastra (impacto indirecto) y como efecto renta-demanda (impacto inducido). De hecho, consta- tan que un empleo directo en minería posibilita la creación de casi dos empleos de manera indirecta y hasta 3 empleos si sumamos los efectos inducidos. Si nos ceñimos al ámbito de los municipios mineros, los efectos multiplicadores que cada empleo minero tienen sobre el empleo total del municipio se sitúan entre 4 y 4,5.

Para dar una idea del orden de magnitudes, podemos señalar que los 30.000 empleos inducidos en España, cuya renta media bruta por trabajador es de 30.000 €/año, según datos del INE (incluido salario, SS e IRPF), generan 900 millones de euros en rentas inducidas. A ello habría que añadir nuevamente los impuestos que generen estas actividades inducidas, todo lo cual nos permite afirmar sin ningún género de dudas que suprimir las ayudas a la producción de carbón en España es un mal negocio.

Las Comarcas Mineras en España

Se analiza a continuación la cuestión de impacto territorial, marco que visualiza la dimensión real de la actividad extractiva de carbón nacional, que no es otra que la cohesión social y económica que propicia en unas comarcas mineras totalmente dependientes de este recurso autóctono. De hecho, comarcas mineras como Laciana, Toreno, Fabero-Sil, Torre del Bierzo o Gordón, en León; Tineo, Narcea, Degaña, Mieres o Langreo, en Asturias; Guardo, en Palencia; Puertollano, en Ciudad Real; o Utrillas y Escucha, en Teruel, tienen tal grado de Análisis sectorial | 241

dependencia que si desapareciera la actividad minera, único motor económico, entrarían en un pronunciado declive socio-económico de consecuencias devastadoras.

Estas zonas mineras con un pronunciado monocultivo económico sobre la base del carbón, donde habitan unas 180.000 personas, registran desde 1990 las mayores pérdidas de población de todo el país, con unas tasas de paro de hasta 10 puntos por encima de la media nacional, donde las reconversiones mineras puestas en marcha hace 20 años y vigentes al día de hoy siguen ahondando en esta sangría y los planes de reactivación dispuestos paralelamente no logran contrarrestar mínimamente los ajustes mineros emprendidos al chocar con elementos insalvables de estas comarcas: su ubicación lejana de los grandes centros de consumo, la nula iniciativa empresarial endógena y la escasa especialización de la mano de obra, elementos que no posibilitan el renacer de actividades económicas que suplan la riqueza que aporta el carbón.

Cuando se trata de planificar o regular un sector productivo hay que considerar las interrelaciones que dicho sector tiene con el resto de los sectores de actividad para tener en cuenta la incidencia final en el ámbito económico en que se actúa. En el caso del carbón, la actividad de este recurso autóctono tiene una importancia capital en las economías provinciales y regionales donde se desarrolla. Y esto es debido a su gran capacidad de arrastre de otros sectores de actividad interrelacionados entre sí. De hecho, el impacto de una política errónea en el ámbito de la minería del carbón conllevaría la ruina económica de las comarcas mineras, que sería total si se lleva a afecto el cierre del sector, y ensombrecería las posibilidades de desarrollo y progreso de las economías provinciales y regionales afectadas.

Vamos a elegir el caso de León como ejemplo de esta situación para poder ver el alcance del impacto del carbón en la economía provincial. La actividad extractiva leonesa ocupa en la actualidad a 3.500 trabajadores de empleo directo, de los que 2.500 son de plantilla propia y otros 1.000 pertenecen a las subcontratas mineras. Los 4 millones de toneladas anuales que se producen suponen unos recursos totales (ingresos) de 400 millones de euros (sumadas las ayudas al funcionamiento). Este volumen de negocio representa el 4,3% del Producto Interior Bruto provincial y genera un 7% del Valor Añadido Bruto. En concreto tiene efectos multiplicadores de arrastre sobre todo en los sectores Comercio, Construcción, Agricultura, Transporte interior y Hostelería.

Si entramos en estas interrelaciones productivas tenemos que los efectos agregados o valor añadido de la minería de carbón en León, son según estadísticas del INE sobre contabilidad provincial: • La producción de carbón por sí sola contribuye en un 5% a la producción total de la provincia (impacto directo). 242 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

• Esta valor pasa a un 8,5% este valor de producción si se toman en consideración las interrelaciones productivas interindustriales (impacto indirecto). • Y alcanza un 13,5% si se toma en cuenta la parte de rentas generadas que retorna al circuito productivo en forma de demanda de consumo y de inversión en vivienda (impacto inducido o efecto renta-demanda).

Estas aportaciones en positivo se podrían leer con signo negativo en el caso de que desapareciera la actividad minera en el concurso productivo de la economía leonesa.

Por todo ello, es evidente que la actividad extractiva de carbón tiene contribuciones directas claramente significativas sobre la economía leonesa, pero es a través de las repercusiones inducidas (arrastre hacia otras ramas de actividad) donde aparece reflejada la verdadera importancia del sector.

El nuevo marco Europeo de ayudas. Minería de Carbón, sector estratégico

El objetivo de producción de carbón autóctono del Plan 2006-2012 establece un tonelaje compatible con las previsiones contempladas en la planificación energética 2005-2010 elaborada por el Gobierno. Se trataría de la producción indispensable para mantener abierta la posibilidad de acceder a las reservas de carbón en caso de crisis por desabastecimiento. Por tanto, estamos hablando de un sector estratégico en la política energética del país. Análisis sectorial | 243

Y es que el problema de España, sobre todo, y de nuestro marco de referencia político- económico –la Unión Europea– es la creciente y exagerada dependencia exterior en el abastecimiento de materias primas energéticas. En la actualidad, el grado de autoabaste- cimiento de energía primaria en España es de sólo el 18,3%, lo que supone que el 81,7% de la energía primaria consumida (incluido sector transporte, eléctrico y consumo industrial y doméstico) se importe del exterior (en 1980 el grado de dependencia era del 65,6%). Respecto a la Unión Europea (UE), con un grado de dependencia actual del 58%, la perspectiva es que se sitúe en torno al 75% de dependencia en 25 años si no se pone remedio a esta situación.

En este contexto de gran dependencia energética, las autoridades comunitarias afronta- ron esta problemática a través del “Libro Verde hacia una estrategia europea para la seguridad de suministro de energía”, presentado en el año 2000. El Libro Verde perseguía “promover una política de diversificación de las fuentes de energía y crear condiciones de abastecimiento más seguras, donde se incluye el desarrollo de las fuentes autóctonas de energía primaria a costes razonables y, especialmente de las fuentes de energía que intervienen en la producción de electricidad”. En este sentido, la UE aprobó el 26 de junio de 2003 la Directiva 2003/54/CE, la cual ha sido recientemente sustituía por la 2009/72/CE que en su artículo 15.4 dice: “Por motivos de seguridad del suministro, los Estados miembros podrán disponer que sea preferente la entrada en funcionamiento de las instalaciones generadoras que utilicen fuentes de combustión de energía primaria autóctonas que no supere anualmente el 15% de la cantidad total de energía primaria necesaria para producir la electricidad que se consuma en el Estado miembro que se trate”. En concreto, la única fuente de combustión de energía primaria autóctona en España es el carbón.

Con esta premisa, centrándonos en el sector carbón, el Consejo Europeo aprobó en julio de 2002 el “Reglamento sobre las ayudas estatales a la industria del carbón” para el periodo 2003-2010. En él se argumenta que “una estrategia que tenga por objeto reforzar la seguridad del abastecimiento energético debe prever el futuro del carbón comunitario manteniendo el acceso a las reservas europeas, a una capacidad mínima de producción” y estima que “la desaparición de todas las explotaciones carboníferas de la Unión Europea a corto plazo podría tener consecuencias en la seguridad de abaste- cimiento energético a largo plazo”, y recuerda la inestabilidad y caducidad del petróleo y el gas natural y la escasa y cara aportación de las energías renovables. No obstante, el objetivo era también potenciar la aportación de las energías renovables desde un 6% en 2003 al 12% en el 2010 en el consumo global de energía en la UE dada su bondad de cara a cumplir el Protocolo de Kioto sobre la reducción de los agentes contaminantes en la atmósfera. 244 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La reserva estratégico de carbón autóctono

El Reglamento (CE) 1407/2002 del Consejo, plantea una serie de actuaciones que persiguen, por un lado, el cierre antes del 31-12-2007 de las minas que presenten peores perspectivas y, por otro, la creación de un nicho estable de producción propia, con vocación de continuidad en el tiempo, al que se denominó Reserva Estratégica.

Al haberse constituido dicha reserva, las empresas seleccionadas acometieron importantes inversiones para permitir el acceso a reservas durante muchos años, por lo que no sería coherente suprimir en estos momentos las ayudas a la producción corriente, que permiten mantener los niveles de producción establecidos por los Estados miembros, siendo por tanto necesaria la existencia de una normativa comunitaria específica, que permita el adecuado funcionamiento de las empresas.

La reestructuración del sector en España ha sido constante en los últimos años y se ha acelerado en el último decenio. Las cifras fundamentales del período 1998-2010 son las que se muestran en la siguiente tabla:

En la que se aprecia la intensidad de la reconversión española que fue del 40% en lo relativo a producción y ayudas y del 56% en lo que a empleos se refiere.

Es preciso señalar además que algunos países en el seno de la Unión llevan muchos años haciendo frente a sucesivos planes de reestructuración, por lo que la dimensión de su sector no puede seguir reduciéndose más si realmente se pretende mantener un sector con valor estratégico, mientras que otros deberán seguir reestructurándose e incluso algunos han optado por cerrar definitivamente sus explotaciones.

Al no existir prácticamente mercado intracomunitario de carbón, esta diversidad de circunstancias no está planteando ningún problema en el desarrollo del vigente Regla- mento, optando cada país miembro libremente por otorgar algunas o todos los tipos de ayudas contempladas en el mismo, por lo que la nueva regulación que se implemente a partir de 2011 debe recoger todos los tipos de ayudas vigente en la actualidad. Análisis sectorial | 245

Debido a que Alemania ha decidido provisionalmente cerrar sus explotaciones (con unos costes muy superiores a los de la minería española en general), hay quien pretende condicionar la continuidad de las ayudas a la producción al contexto de un plan de cierre, lo que resulta totalmente inaceptable. Más bien al contrario, el vigente Reglamento prohíbe este tipo de ayudas (art. 4) más allá del 31/12/2007. A partir de esa fecha, las ayudas a la producción corriente solamente se permiten en el contexto de un Plan de Acceso a Reservas. No hay motivo, por ello, para oponerse a que en el futuro se vuelva a permitir, a los estados que lo necesiten, otorgar ayudas similares a las actualmente previstas en el artículo 4, y resulta evidente que el Estado Español debe dar por concluida su reestructuración y apostar por la estabilidad del sector.

En un escenario de volatilidad de precios y de incertidumbre de abastecimiento, ¿qué ocurriría en el momento que los grandes consumidores asiáticos comiencen a aumentar la demanda de carbón? Sin duda alguna, como ya ha ocurrido anteriormente, por cada tonelada de carbón que se deje de producir en Europa, los precios internacionales se incrementarán. Nuestras minas contribuyen a garantizar un abastecimiento mínimo y seguro por mucho tiempo, por lo que deben mantenerse las ayudas al funcionamiento en un contexto de “reserva estrategia”, no en un contexto de plan de cierre.

La nueva regulación a partir de diciembre de 2010

En su Comunicación «Producción sostenible de electricidad a partir de combustibles fósiles: con emisiones próximas a cero de CO2, después de 2020" a partir de enero de 2007, la Comisión Europea establece lo siguiente: El carbón es "un elemento clave que contribuye a la seguridad de suministro de la UE y lo seguirá siendo."

Al mismo tiempo, la posición internacional de liderazgo de la Unión Europea en la minería del carbón y la tecnología desarrollada, sólo puede mantenerse a través de su propio desarrollo y demostración de base, dando un valor añadido y contribuyendo a la creación de empleo en Europa.

Se están desarrollando las primeras consultas y reuniones para tratar de definir el nuevo escenario que debemos afrontar una vez que expire el vigente Reglamento (CE) 1407/2002 del Consejo Europeo. Aunque estamos en la fase previa de la discusión, debemos tratar de aprovechar la próxima presidencia Española de la Unión Europea para impulsar un marco en el que quepan los distintos planteamientos que en el seno de la Unión coexisten con respecto al carbón. 246 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Lo más sensato sería prorrogar las condiciones que se establecen en el actual Reglamento, aunque también se debe trabajar en la hipótesis de que no sea posible sacarlo adelante, buscando el encaje del sector dentro de la normativa comunitaria de carácter general.

En cualquier caso, por todos los motivos que se han expuesto, en España se debe dar por concluida la reestructuración del sector y mantenerlo en su dimensión actual de forma estable para el futuro.

Esperamos volver a encontrarnos dentro de 25 años pudiendo decir que se consiguió tener todas las centrales de carbón con captura de CO2, que almacenarlo contribuyó a una mayor recuperación del gas natural y de petróleo. Que el uso del carbón en España y en Europa, de minas autóctonas contribuyó a una seguridad se suministro necesaria, a un control de precios que evitó una falta de competitividad en Europa y que ayudó a salir de la crisis que nos azota en estos momentos cómo ya lo hizo durante las crisis del petróleo de los 70 y del 80. Hasta entonces, tan sólo agradecer la lectura y la comprensión con un sector que todavía tiene mucho que aportar. Análisis sectorial | 247

Petróleo

Alfredo Barrios Presidente de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP)

n nombre de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos y de E las compañías asociadas que la integran, queremos felicitar al Club Español de la Energía por este XXV Aniversario y por la labor que ha estado realizando durante todos estos años en el ámbito energético. El sector petrolero agradece y comparte el trabajo que se ha realizado en este sentido, y que ha permitido mantener un punto de encuentro, diálogo y difusión entre empresas y profesionales del sector de la energía, aunando todas ellas tras su fusión, en 2000, con el Club Español del Petróleo, que desde los años 70 ocupaba este espacio en el sector petrolero español.

La energía es un elemento imprescindible y fundamental en nuestras vidas, así como una de las grandes preocupaciones de la sociedad actual. Desde hace años todos los sectores energéticos han mostrado una sensibilización especial en cuanto al ahorro y diversificación energética para contribuir a una reducción de las emisiones de CO2 y cumplir con los compromisos establecidos en el Protocolo de Kioto.

A lo largo de los últimos años el mercado petrolero ha sufrido grandes cambios como consecuencia de la situación geopolítica, económica y social. Por ello, se está produciendo un cambio en torno a los combustibles convencionales, consecuencia de una mayor concienciación, hacia la búsqueda de alternativas a los mismos y a minimizar sus impactos ambientales, con una mejora sustancial en su calidad. Estas nuevas tendencias están influyendo en el mercado petrolero, tanto a nivel internacional como nacional.

A la hora de realizar un análisis del sector petrolero es imprescindible comentar uno de los hechos más relevantes de estos 25 años y que han marcado el desarrollo de la industria: la liberalización del mercado petrolero español. Tras varios pasos legislativos, en 248 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

1992 se promulgó la Ley en la que se declaró extinguido el Monopolio de Petróleos. Este proceso tuvo lugar como consecuencia de la integración de España en el Mercado Común Europeo y ha sido un éxito internacionalmente reconocido.

La importancia del mismo radica en que pasamos de un sistema de concesiones a favor de los particulares en materia de comercialización de productos petrolíferos, a ser un sistema de autorizaciones de la Administración Pública bajo el principio de la libre actividad empresarial. A partir de este momento, la importación, exportación e intercambio de crudos y productos petrolíferos, así como su refino, distribución y venta, podían ser realizados libremente siempre que cumplieran las normas establecidas.

Este hecho transformó el monopolio del sector petrolero en un sector completamente abierto, que salió fortalecido y preparado para abordar un ambicioso programa de internacio- nalización. Como consecuencia, compañías españolas se desarrollaron en multinacionales que compiten, con éxito, en numerosos mercados de producción de petróleo y comerciali- zación de productos petrolíferos. Este carácter multinacional ha significado, también, la entrada de capital extranjero en su accionariado.

Otra consecuencia de este proceso, fue la llegada al mercado español de compañías internacionales interesadas en el desarrollo del mismo y, con ello, el nacimiento de AOP. La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos se creó en febrero de 1993 con la agrupación de empresas petroleras que refinaban, distribuían y comercializaban en el mercado español productos petrolíferos, como gasolinas, gasóleos, fuelóleos, querosenos, etc.

Desde hace 17 años AOP se ocupa del seguimiento de la legislación petrolera y colabora con las autoridades competentes de la Administración, dando su opinión en aquellos asuntos que afectan al sector, en muchas ocasiones con la colaboración del Club de la Energía, para la difusión de nuestros mensajes o estudios.

AOP se ocupa, entre otras, de cuestiones como la seguridad de suministro, la calidad de los productos, el medio ambiente y la seguridad de las instalaciones o puntos de venta, la distribución de productos petrolíferos, así como la seguridad de los mismos para los consumidores.

La industria petrolera española

El mercado petrolero español cuenta con muy escasos yacimientos de crudo suscep- tibles de explotar y, por tanto, la gran mayoría de la materia prima necesaria para Análisis sectorial | 249

abastecer sus refinerías es importada, debiendo destacarse la amplia diversificación de los orígenes de estos crudos. Las empresas petroleras que operan en nuestro país realizan sus actividades principales en las operaciones de refino, distribución y comercia- lización de productos petrolíferos, una vez que reciben el crudo que les llega de las diferentes fuentes de suministro.

En España existen 10 refinerías, situadas estratégicamente a lo largo del litoral peninsular, así como en las Islas Canarias y una en el interior, que abastece principalmente al mercado de Madrid. La capacidad total del refino español es de 1.320.000 barriles de petróleo al día, que representa, aproximadamente, el 10% de la capacidad de refino europea.

Para adaptar la oferta del refino español a la demanda del mercado, las compañías petroleras españolas están llevando a cabo un amplio programa inversor en España para el periodo 2008-2011, de más de 6.000 millones de euros, para así contribuir a un uso más racional y eficiente de los crudos que se importan, mejorando la eficiencia y seguridad energética del país. Muestra de ello son los importantes proyectos que están llevando a cabo las compañías asociadas a AOP de modernización de sus refinerías como BP, que invirtió 304 millones de euros en una planta de coquización retardada (coquer), para convertir el fuelóleo en gasolinas y gasóleos y para obtener coque, de su refinería de Castellón; Petronor, que ha realizado una inversión de 810 millones de euros para la construcción de la Unidad de Reducción de Fueloil en Muskiz (Bizkaia); Cepsa, que ha dedicado 1.250 millones de euros en la ampliación de la instalaciones de la Refinería “La Rábida” de Palos de la Frontera (Huelva); o Repsol, que ha realizado una importante inversión de más de 3.200 millones de euros para ampliar su refinería en Cartagena.

Por otro lado, hay que valorar la relevancia que tienen las estaciones de servicio en el desarrollo y funcionamiento del mercado petrolero. En este sentido, la liberalización supuso una radical transformación y modernización de la red española, convirtiéndose en estos últimos años en una de las más modernas de Europa, por la calidad de sus instalaciones y la diversidad de los productos y servicios que ofrecen. Además, España es uno de los escasos países de la zona euro en el que el número de estaciones de servicio ha crecido de forma sostenida y ha aumentando sus puntos de venta en 1.200, en los últimos años, hasta alcanzar los aproximadamente 9.000 puntos de venta, mientras que en los principales mercados de la UE el número de estaciones de servicio ha caído de forma notable como en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

Además, no podemos olvidar la importancia que tiene en la estructura del mercado la actividad de almacenamiento, transporte y distribución de productos petrolíferos en España y que es realizada principalmente por la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH). 250 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Desde la liberalización del mercado y tras la entrada en vigor de la Ley 34/92 de Ordena- ción del Sector Petrolero, esta compañía se encarga de la realización de servicios logísticos de almacenamiento, transporte y distribución de toda clase de hidrocarburos y productos químicos y, muy recientemente, también de los biocarburantes.

El sistema logístico español está considerado de los más eficientes del mundo y su competencia efectiva queda garantizada mediante el reconocimiento legal de un derecho de acceso de terceros al sistema logístico con iguales tarifas para todos los usuarios, cuya regulación incluye, entre otras medidas, la publicidad de los precios y condiciones de acceso a través de la página web de la CNE.

Existen además, a día de hoy, a disposición de los suministradores de productos petrolíferos, alternativas ciertas a la principal compañía logística en casi todo el territorio nacional.

El mercado de petróleo en los últimos 25 años

El mercado petrolero es uno de los mercados energéticos que más cambios experimenta diariamente. En la evolución del mismo influyen múltiples factores como son las decisiones geopolíticas en regiones productoras relevantes, la decisión estratégica de los países productores y exportadores en cuanto a sus niveles de producción, la demanda y la oferta de crudo y de productos petrolíferos, los niveles de inventarios de petróleo y productos almacenados o los fondos de inversión financiera que operan en los mercados de futuros, como factores más influyentes en el precio del crudo.

La última etapa del siglo XX la marcó sin duda la invasión de Kuwait por Irak en agosto de 1990, la posterior Guerra del Golfo Pérsico y los cambios estructurales que se generaron tras la caída del Muro de Berlín. La invasión y posterior guerra no trajeron consigo un shock petrolero del alcance y repercusiones que tuvieron las crisis de los 70, aunque se vivieron tensiones coyunturales y los precios del crudo alcanzaron casi los 40 $/barril. Salvo estas subidas de corta duración, el nivel del precio del crudo a los largo de la década de los 90, estuvo oscilando alrededor de los 20 $/barril, aunque al final de la misma, se produjo una notable caída, que llevó el precio en 1999 por debajo de los 10 $/barril, como consecuencia de la recesión económica vivida por las principales economías y por la sobrecapacidad de la oferta.

Además, en esta época empezó a generarse una mayor globalización y libertad económica. Muestra de ello fueron las economías asiáticas, que entre 1990 y 1997 aumentaron su consumo de petróleo en un 45%, y su peso en el consumo mundial pasó del 21% en 1990 al 27% en 1997. Análisis sectorial | 251

Ante el crecimiento de la demanda mundial de petróleo, en 1997 la OPEP decidió aumentar su cuota de producción a partir de enero de 1998, tras haber estado cuatro años sin cambios. Sin embargo, no tuvieron en cuenta la crisis asiática y la consiguiente caída de la demanda, lo que llevó a un periodo de caída de precios hasta los niveles más bajos de la década. Ante lo insostenible de la situación, la OPEP acordaría reducir su producción, aunque dicha reducción no consiguiese detener la caída de los precios del crudo hasta meses después.

El inicio del siglo XXI estuvo marcado por un significativo repunte del precio del petróleo, como consecuencia de la paulatina recuperación económica y de la demanda de crudo, volviendo a alcanzarse niveles superiores a los 30 $/barril, que motivaron una preocu- pación social en todo el mundo. En el segundo semestre de 2001 los precios volvieron a caer, salvo la subida coyuntural que se produjo a raíz de los atentados del 11-S y, posteriormente, por la guerra de Irak. En este periodo se produjo un consenso entre los miembros de la OPEP sobre la necesidad de contraer la oferta de petróleo para mejorar los precios.

A partir de 2003 se produjo un cambio en el comportamiento de la demanda como consecuencia del crecimiento económico generalizado y, en especial, del de la economía china. A partir de entonces, la demanda de crudo comenzó a incrementarse hasta el periodo 2008-2010 en el que se ha producido una fuerte caída como consecuencia de la crisis económica y financiera iniciada a mediados de 2007. Actualmente, el precio del barril de petróleo cotiza entre 70 y 80 dólares, lo que ha supuesto una inusual y positiva estabilidad en un mercado que se caracteriza por una alta volatilidad.

Cambios en los patrones de demanda

Otro punto de interés para conocer el mercado petrolero en este periodo es la evolución del consumo de productos petrolíferos, que en el caso de España y también en casi toda Europa ha producido el considerable aumento de los destilados medios en detrimento de los productos más pesados y más ligeros de los refinados del petróleo.

Este aumento se debe por una parte a la dieselización del parque automovilístico, que en el caso de España ha supuesto pasar del 10% de matriculaciones, a principios de los 90, hasta el 70% de las matriculaciones, en la actualidad. Esto se ha debido a las mejoras de eficiencia de los motores diesel y al mejor trato fiscal que tiene el gasóleo. Esto es de especial relevancia a la hora de comparar las supuestas ventajas de los combustibles alternativos, que gozan de una fiscalidad prácticamente nula. 252 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Nuestro sector, aboga por una fiscalidad neutra para todas las formas de energía. Así se evitarán efectos indeseados como el que se ha producido en el desequilibrio de consumo de gasóleo y gasolina.

La otra razón ha sido el aumento del transporte por carretera y por aire, de bienes y de personas. Esta tendencia se deriva del gran crecimiento de la movilidad debido al aumento de riqueza y a la globalización, a la que los productos petrolíferos contribuyen de forma importante.

Iniciativas medioambientales

La aplicación del Protocolo de Kioto acordado a finales de 1990 y otras iniciativas medioambientales lideradas por la Unión Europea han tenido una incidencia relevante sobre los compromisos que debían tenerse en cuenta en esta época y que ha influido directamente en la reducción de emisiones de CO2 y que ha incidido a su vez, en una notable incorporación de biocarburantes y en cambios en la formulación de los combustibles.

La industria petrolera española trabaja firmemente con el fin de reducir de las emisiones de gases de efecto invernadero. Muestra de ello es que en España el sector petrolero está realizando un gran esfuerzo técnico, logístico y comercial para implantar los biocombustibles, que además de representar un complemento para los carburantes fósiles, tienen la ventaja de que reducen las emisiones de CO2. Si bien no hay que olvidar que no todos los bios son iguales y hay que buscar las soluciones más eficientes, sostenibles y apropiadas para cada mercado.

Las compañías petrolíferas siempre han participado activa y positivamente en este proceso, que ha supuesto el cambio estructural más grande en el mercado de distribución de los carburantes de automoción.

Según ha publicado recientemente la CNE, en el ejercicio 2009 se han cumplido los objetivos de incorporación de biocarburantes, logrando con ello alcanzar los porcentajes máximos de mezcla permitidos por las especificaciones actualmente en vigor.

La innovación y las continuas inversiones que ha realizado el sector han influido en la búsqueda de un producto más eficiente desde el punto de vista medioambiental, para reducir las emisiones y los componentes nocivos, como el plomo que se eliminó en 2001, o el azufre, que se ha suprimido, prácticamente, en su totalidad. De hecho, la Nuevos enfoques de los retos mundiales | 253

industria lleva años trabajando en técnicas y procedimientos que mejoren la calidad de los combustibles y que permitan optimizar la eficiencia de los motores y tratan de buscar la solución más adecuada y eficiente para los consumidores.

XIX Congreso Mundial del Petróleo

Un acontecimiento muy relevante para nuestro sector y para España fue la celebración en Madrid en 2008 del XIX Congreso Mundial del Petróleo, en el que Club Español de la Energía tuvo un papel destacado para conseguir su celebración en España.

Este congreso fue una excelente oportunidad para dialogar entre productores, consumidores, representantes institucionales y gubernamentales y buscar soluciones a los actuales temas que afectan al sector. Un encuentro en el que se pudieron conocer los diferentes puntos de vista tanto de los profesionales como de instituciones internacionales especializadas, como la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Por otro lado, el congreso supuso una ocasión para abordar cuestiones de gran impacto social como los avances técnicos y medioambientales de la industria, donde se propusieron alternativas energéticas para compatibilizar la eficiencia energética, la garantía del suministro y el respeto al medio ambiente.

Conclusión

La industria petrolera ha contribuido y contribuye al desarrollo económico y social de nuestro país a partir de las grandes inversiones que está realizando (superiores a los 6.000 millones de euros) para adaptar y modernizar las refinerías e impulsar el uso de biocombustibles y mejorar la eficiencia energética. Estas grandes inversiones están permitiendo no sólo mantener sino aumentar el número de puestos de trabajo, tanto de empleos directos como indirectos.

Las compañías están concienciadas desde hace años con la diversificación energética y eso se refleja en el fuerte compromiso que tienen la búsqueda y desarrollo de productos y sistemas más eficaces y respetuosos con el medio ambiente. Por ello, van a seguir contribuyendo en todo lo que puedan, tratando de encontrar la solución más eficiente. Es importante señalar que el petróleo va a seguir siendo durante muchos años una de las principales fuentes de energía primaria para cubrir las necesidades energéticas de la Sociedad y, en particular, las del transporte, que es esencial para el desarrollo de la economía moderna. 254 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El sector del gas natural en España. Perspectiva de los últimos 25 años

Antonio Peris Mingot Presidente de SEDIGAS

Origen y composición del gas natural

l gas natural es una mezcla de gases de composición variable frecuentemente E asociado a la presencia del petróleo o del carbón. Su origen procede de la materia orgánica que, depositada en estratos rocosos del subsuelo, alcanza a lo largo de miles de años una forma gaseosa con diversos componentes: metano, propano y butano.

Es un producto incoloro, inodoro, no tóxico y más ligero que el aire. Se consume tal y como se extrae de la tierra, y es precisamente porque no posee ningún olor específico que, por motivos de seguridad, es odorizado siguiendo unos criterios estrictos para dotarle de su olor característico antes de llegar al consumidor.

Es, además, la fuente de energía convencional más limpia y menos contaminante ya que en su combustión se produce un porcentaje mucho menor de dióxido de carbono y de dióxido de nitrógeno, no emite partículas sólidas ni cenizas, y las emisiones de dióxido de azufre son prácticamente nulas, en comparación con otras fuentes de energía como el carbón y el petróleo y sus derivados.

El gas natural se utiliza como fuente de energía primaria y final, según se emplee para producir electricidad, agua caliente, calefacción o en procesos industriales, debido a su gran versatilidad y a la aplicación de tecnologías que permiten su uso en todos los sectores de consumo. Permite un suministro abundante y estable, y se considera la fuente de energía primaria más idónea para servir de respaldo a las energías renovables sometidas a las impredictibilidad de factores externos como el clima. Análisis sectorial | 255

Antecedentes históricos del uso del gas natural La primera referencia de la comercialización y uso de gas se produjo en 1785 en Inglaterra, donde fue utilizado para el alumbrado público y doméstico. El factor clave para su expansión radicó en el desarrollo de tuberías de acero que podían soportar altas presiones.

La demanda de gas natural aumentó progresivamente en la industria desplazando al carbón paulatinamente; en 1885 más de 3 millones de toneladas de carbón fueron sustituidas por gas natural.

En la Europa continental se descubren los primeros yacimientos en Italia y Rumania ya muy avanzado el s. XX. En Francia se encuentra gas en 1902 y en 1937 se localizan los yacimientos de Sant Marcet y en 1951 de Lacq. En España se produjo gas manufac- turado a partir de la nafta y del carbón hasta 1999.

Transporte

Transporte por gasoducto Un factor fundamental del mercado del gas es su transporte desde los yacimientos de origen a los puntos finales de consumo. Históricamente se potenció el transporte por gasoducto, particularmente cuando existía continuidad territorial entre el país productor y los países consumidores. El primer transporte a alta presión se realizó en 1872 entre Newton y Titusville (EEUU) mediante una tubería de dos pulgadas de diámetro y 8 km de longitud.

Actualmente es el sistema más importante; aproximadamente 3/4 partes del comercio internacional se realiza por gasoducto, que se ha visto potenciado por el desarrollo de los yacimientos marítimos (off shore) y la experiencia acumulada en el transporte de crudo desde lechos marinos, que hará posible, por ejemplo, traer gas argelino a España directamente por medio del gasoducto Medgaz.

Cadena de GNL El transporte de gas con buques metaneros comenzó a realizarse hace apenas 50 años: el primer transporte de gas natural licuado (GNL) se realizó en 1959 desde Lake Charles en EEUU a Canvey Island en el Reino Unido en el buque Methan Pioner.

La clave de este sistema de transporte reside en la reducción del volumen de gas hasta aproximadamente 600 veces al pasar a un estado líquido. Sin embargo dicho proceso 256 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

requiere grandes inversiones, así como la compra de buques metaneros y la construcción de plantas de regasificación. Por tanto su rentabilidad aumenta cuanto mayor es la distancia a cubrir.

El valor añadido del transporte de GNL se encuentra en la gran versatilidad que ofrece para cubrir la demanda así como la seguridad en el suministro.

El mercado español de gas natural: antecedentes y proceso de liberalización

Precedentes del gas manufacturado y del GLP En España se inicia la producción de gas en el primer tercio del s. XIX destinado al alumbrado público siguiendo el éxito ya obtenido en capitales como Londres o París. Primero en Barcelona, y después en Madrid, Valencia, Tarragona, Palma y numerosas capitales del noreste peninsular.

Pero no es hasta 1956 que se produce lo que puede considerarse la primera revolución tecnológica en España: el proceso de craking catalítico de naftas ligeras. Este proceso supuso la supervivencia de la industria del gas ciudad ya que los costes de producción de la gasificación del carbón, suponían que el gas manufacturado fuera mucho menos competitivo que los gases licuados del petróleo (GLP) que aparecieron en España de forma masiva a partir de 1957. Su consumo se extendió rápidamente; las ventas de GLP pasaron de 90 Tm en 1957 a 1,9 millones de TM en 1975.

A finales de los 60 la industria del gas canalizado inicia una nueva etapa con la introducción del gas natural. El 28 de diciembre de 1965 se constituye la Sociedad Gas Natural, S.A. encargada de la importación, tratamiento y distribución de la totalidad del gas natural licuado contratado.

En 1969 se inicia el suministro de gas natural en España abasteciendo primero a la industria y seguidamente al sector doméstico. En el área de Barcelona, Catalana de Gas y Electricidad fue pionera en la importación de GNL, construyendo el primer terminal de regasificación en España en el puerto de Barcelona y la primera red de transporte de gas natural.

Dada la importancia del gas natural como factor de desarrollo, el Gobierno de la época decide intervenir con la creación de la Empresa Nacional del Gas, S.A. (ENAGAS), que adquiere a Gas Natural, S.A. sus instalaciones de recepción, almacenamiento y regasifica- ción en el puerto de Barcelona. Análisis sectorial | 257

EVOLUCIÓN DE LOS KM. DE LAS REDES DE TRANSPORTE Y DISTRIBUCIÓN DE GAS NATURAL

1985 1990 1995 2000 2004 2005 2006 2007 2008 2009

TOTAL 8.932 13.965 21.162 37.022 52.122 55.295 58.870 63.139 68.173 71.077

FUENTE: SEDIGAS

El 13 de noviembre de 1975, ENAGAS obtiene la concesión administrativa para la construcción de una red de gasoductos entre Barcelona, Valencia y el País Vasco que, junto con el que unía Barcelona con Valencia, suponía el primer tramo de la actual red española.

Estructura y liberalización del gas natural en España

I. Situación hasta el 18 de febrero del 2002: Protocolo del Gas 1985-1995

A mediados de los 80 las empresas distribuidoras, ENAGAS y el Ministerio responsable, firmaron este protocolo que definió un esquema operativo en el que se primaba la expansión del gas natural en España: a mayor inversión y captación de clientes, menor precio se pagaba de cesión por el gas natural comprado a ENAGAS, único suministrador.

En 1994, dentro del mercado doméstico-comercial, se fijó un precio medio de referencia (costes por termia del sistema), una retribución por termia para ENAGAS y el margen medio para las distribuidoras por termia vendida, por diferencia entre los dos conceptos anteriores.

En el mercado industrial, los precios de transferencia abonados mensualmente al suministrador de gas natural, se determinaron mediante fórmulas basados en el coste de la materia prima (cmp) y el valor de dos fuelóleos.

El Protocolo del Gas supuso el despegue irreversible del sector del gas natural en España; la demanda en 1985 fue de 26,9 TWh, mientras que en 1995 se alcanzaron los 94,2 TWh, es decir, 3,5 veces más en tan sólo 10 años. Durante este periodo se produjo un considerable progreso en los sectores doméstico-comercial e industrial, se incrementó la demanda de generación en centrales térmicas y la cogeneración con gas natural cobró un gran auge, especialmente en el sector industrial.

II. Situación actual

Ley 34/1998 de 7 de octubre, del Sector de Hidrocarburos (BOE 8.10.98). Esta ley tenía como objetivo actualizar la legislación española con la normativa vigente en Europa 258 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

en esta materia y con ella, España se puso a la cabeza de los países europeos continentales en el proceso de liberalización del mercado del gas.

Las medidas más trascendentes determinadas por esta ley han sido: la supresión de la consideración de servicio público para el sector del gas; la liberalización total para el 2013; sentar las bases de la regulación del acceso de terceros a las redes e instalaciones; y la creación de la Comisión Nacional de Energía (CNE).

Se establece además la libertad de elección de suministrador para los clientes particulares: los precios dejan de estar regulados por el Estado y pasan a ser precios libremente pactados entre el comercializador y el consumidor, quien puede optar por aquella empresa comercializadora que le ofrezca las tarifas de consumo de gas más ajustadas a sus necesidades. Las empresas que venden gas natural a un precio libremente pactado son las denominadas empresas comercializadoras de libre elección por el consumidor.

Para favorecer la transición a un mercado no regulado y preservar las necesidades del consumidor durante dicho periodo, la Administración adopta las siguientes medidas: • Creación de una Tarifa de Último Recurso (TUR) que permanece regulada y se dirige a aquellos consumidores que optan por no buscar su suministro en el mercado liberalizado.

• Existencia de Suministradores de Último Recurso, empresas designadas por el Gobier- no para la venta de gas a través de la TUR.

• Creación de una Oficina de Cambio de Suministrador.

Real Decreto de abril de 1999. Su objetivo fue acelerar el proceso de liberalización del sector gasista: se establecen reglas más operativas para el acceso a terceros; se facilita la condición para acceder al mercado liberalizado por parte de los consumidores; y acorta el plazo para liberalización total, el 2008, en vez del 2013 de la Ley de Hidrocarburos.

Acuerdo del Consejo de Lisboa, que en España da lugar al Real Decreto Ley 6/2000, de 23 de junio sobre Medidas Urgentes de Intensificación de la Competencia en Mercados de Bienes y Servicios. En el caso del sector del gas, está orientado a facilitar la entrada de nuevos comercializadores, dar mayor responsabilidad al Gestor Técnico del Sistema (concretada en la ENAGAS) y a acelerar el calendario de la liberalización.

También establecía que el 75% del gas procedente del gasoducto del Magreb se destinaba a la venta por distribuidoras y el 25% restante a comercializadoras. Con el Análisis sectorial | 259

objetivo de acelerar la liberalización, a partir del 31 de diciembre del 2000 se establecen el procedimiento por el cual se realiza dicha asignación a comercializadoras, poniendo una cantidad máxima por comercializador equivalente al 25% de la cantidad total destinada al mercado liberalizado.

Se incluyen un modelo de tarifas, peajes, cánones aplicables al uso de terceros de la red; un sistema para determinar la remuneración que corresponda a cada uno de los titulares de las instalaciones gasistas; y el procedimiento de reparto de los ingresos del sector. Además, se acortan los plazos para acceder al estatus de consumidor cualificado, que supone la capacidad de poder elegir suministrador, modificando lo expresado en las anteriores medidas legislativas.

Real Decreto 949/2001. Regula el acceso de terceros a las instalaciones gasistas y establece un sistema económico integrado del sector del gas natural del anterior RD; fija además un nuevo sistema con las mismas tarifas para todo el país, independientemente de la distancia (postage stamp system); y establece una retribución para las empresas transportistas por la compra y venta de gas para el mercado a tarifa.

Orden del Ministerio de Economía, de 15 de febrero del 2002 (BOE 18.02.02). Establece la retribución concreta de las actividades reguladas del sector gasista siguiendo el mandato del RD 949/2001: se determina el montante con el que debe compensar o pagar a las empresas que actúan en le mercado regulado, siempre que se haya reconocido o aceptado el desarrollo de una inversión para entrar en el sistema.

Los conceptos de coste que se concretan son: coste del gas o cmp (siempre destinado al mercado de tarifas), de gestión y de compraventa, coste medio de regasificación, costes de almacenamiento, transporte y distribución, costes de suministro, costes de la CNE y costes del Gestor Técnico del Sistema.

Además, se establece que las tarifas de gas natural y manufacturado debían ser las mismas en todo el territorio nacional, no diferenciarse por el uso del gas y variaban en función de la presión y la cantidad demandada anualmente.

Este esquema retributivo suponía cambios fundamentales en el área de las tarifas y fue revisado anualmente desde el 2002 hasta julio del 2008, cuando desaparecen las tarifas quedando la Tarifa de Último Recurso (TUR). También concretaba la responsabilidad de la venta del gas, que corresponde actualmente a las comercializadoras como únicas suministradoras, tanto si actúan en el libre mercado como cuando venden gases regidos acogidos a la TUR. 260 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Sin embargo se sigue trabajando normativamente para perfeccionar la operatividad del sistema gasista español, tanto en el ámbito regulatorio de más alcance, como en el del funcionamiento del sistema, a través de la aprobación de nuevas Instrucciones Técnicas complementarias de la NGTS.

Open Season del 2009 para la ampliación de las interconexiones de la Península Ibérica con Francia. Esta primera Open Season ha supuesto un avance trascendental para facilitar la circulación de una mayor cantidad de gas hacia el norte de los Pirineos, permitiendo que países con una gran dependencia del gas ruso puedan disfrutar de la mayor diversificación que supone la entrada de gas adicional argelino por el sur de Europa.

El sector del gas natural. Rasgos básicos de su evolución cuantitativa

Abastecimiento y transporte del gas natural en España Hace 25 años el suministro de gas natural en España se reducía a dos países: Argelia y Libia. En ambos casos el gas llegaba en buques metaneros a la terminal de Barcelona. Las de Cartagena y Huelva se construyeron posteriormente para suministrar de materia prima a sendas industrias de fertilizantes. Durante esos años la producción nacional alcanzó su máximo con 18,8 TWh en 1989, principalmente en los campos de Serrablo y Gaviota, ahora convertidos en almacenamientos subterráneos.

Actualmente, gracias a una estrategia de diversificación de las fuentes de suministro, el sistema gasista español se nutre de 11 mercados diferentes situados en los cinco continentes. Los últimos países que han pasado a formar parte de este grupo han sido Guinea Ecuatorial en el 2008 y Yemen en el 2009. Además desde el 2008 recibimos gas procedente de Noruega en forma de GNL.

El 99% del gas que se consume en España es importado; el suministro se realiza principalmente a través del gasoducto del Magreb, que une los yacimientos argelinos de Hassi R’mel con el sur de Cádiz, el gasoducto que cruza el Pirineo navarro por Larrau (desde 2006), y las conexiones que nos unen con Portugal por Tuy y Badajoz. Completa las conexiones internacionales en España el gasoducto de Medgaz que une Beni Sar (Argelia) con Almería.

Otra vía de suministro se realiza a través de buques metaneros, que hasta el 2003 se realizaba a través de las plantas de Barcelona, Huelva y Cartagena. Con la liberalización del sector se amplia la red con la planta de Bilbao y desde el 2005 con las de Sagunto y en 2007 con la del Ferrol. Análisis sectorial | 261

Aprovisionamiento de Gas Natural de España 2009

Francia Yemen 0,4% 0,2% Egipto 12% Argelia GN 20%

Nigeria 14%

Argelia GNL 15% Trinidad y Tobago 10% Libia 2% Noruega GN 5% Noruega GNL 4% Países del Golfo 18%

Fuente: ENAGAS / GTS

La evolución del abastecimiento de gas natural en España a lo largo de estos últimos 20 años ha estado muy condicionado por la inauguración del gasoducto del Magreb, la construcción de nuevas plantas de descarga y regasificación y la rapidez del proceso de liberalización del mercado.

La puesta en servicio del gasoducto del Magreb en 1996 supuso que se pasara de un 90,7% de abastecimiento a través de GNL en 1985 a un 50,2% en el 2000. A partir del 2000, pero más acusadamente desde el 2002, la tendencia ha equilibrado esta relación, llegando al 74,2% en el 2009.

De esta forma España se sitúa como el primer destino de recepción de GNL de la cuenca atlántica y el tercer lugar del mundo, después de Japón y Corea. Además seguimos manteniendo el primer puesto entre los países europeos en número de terminales de descarga y regasificación, y somos el destino de algo más del 55% de GNL descargado en la Unión Europea. 262 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La evolución en la magnitud de los aprovisionamientos ha seguido la demanda de gas natural, que en los últimos 20 años se ha multiplicado por 6,5, constituyendo uno de los procesos de crecimiento más importantes a nivel mundial.

DISTRIBUCIÓN DE LAS VENTAS DE GAS NATURAL (%)

1985 1990 1995 2000 2005 2006 2007 2008 2009

DOMÉSTICO-COMERCIAL 16,1 16,6 18,9 17,5 14,9 13,2 13,8 13,2 13,8

INDUSTRIAL 57,6 71,9 73,6 74,1 53,8 50,9 49,9 43,9 44,9

CENTRALES ELÉCTRICAS (1) 25,6 3,7 0,9 5,3 29,6 34,4 34,8 41,8 40,1

USOS NO ENERGÉTICOS 0,6 7,9 6,6 3,1 1,7 1,5 1,5 1,1 1,2

TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

(1) No incluídas aquí ventas para generación eléctrica mediante cogeneración, que están incluidas en su mercado correspondiente

Dicha demanda, que en un primer momento estaba principalmente centrada en el sector residencial, evoluciona también en relación a su destino de consumo. Con la llegada del gas a poblaciones con un cierto nivel de desarrollo, se inicia el servicio a las principales industrias, ya que al tratarse de una energía que por sus características de limpieza, flexibilidad, seguridad y economía, favorecía la eficiencia de los procesos industriales.

Así, con la entrada de gas natural en Cataluña, el Valle del Ebro y Valencia en los primeros 80, el sector industrial cobró el protagonismo que todavía mantiene y que se hizo más patente con el desarrollo de la red de gasoductos por el resto del territorio en la década de los 90.

De esta forma, la industria que representaba el 52% de las ventas del sector del gas en 1985 subió hasta un 74% en el 2000. A partir de esa fecha se inicia una tendencia descendente debido a la introducción de los ciclos combinados para la generación de electricidad; en el 2009, el sector industrial supuso el 45,5% del consumo de gas.

El mercado eléctrico ha pasado a ser uno de los clientes más importantes de gas natural gracias al impulso de la tecnología de los ciclos combinados. La puesta en marcha de esta nueva tecnología impulsa al conjunto del sector gasista. Este sector pasó de suponer en el 2001 el 6% de las ventas de gas natural, al 41,7% de las ventas totales en el 2009 en España. Análisis sectorial | 263

En el sector residencial la generalización del gas ha sido considerable: desde el 1990 el número de clientes o contadores se ha multiplicado por 3,7 llegándose a finales del 2009 a 7,1 millones. Sin embargo, el potencial en el mercado español es notable: en España existen 157 contadores de gas por cada 1.000 habitantes, mientras que existen 235 en Alemania, 260 en Bélgica, 374 en el Reino Unido o 415 en los Países Bajos.

NÚMERO DE CLIENTES DE GAS NATURAL A LO LARGO DE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS

1985 1990 1995 2000 2005 2007 2008 2009

1.513.095 1.939.901 2.775.611 4.203.168 6.041.207 6.737.358 6.923.215 7.101.563

Por otra parte, la caída de la construcción de viviendas en los dos últimos años ha repercutido negativamente. Sin embargo el sector gasista español está realizando una importante labor de penetración tanto de forma absoluta, como en relación al entorno europeo; es el caso de la penetración en nuevos municipios, multiplicando por 4 su número desde 1990. Actualmente existen 1.500 municipios con acceso a gas natural, pero debemos recordar que en España hay más de 8.000 municipios susceptibles de recibir gas natural.

Uno de los proyectos más notables en este sentido fue la puesta en marcha en el 2009 del gasoducto que conecta la Península con Baleares, que posibilitó la llegada de gas natural a Mallorca el 23 de septiembre. Dicha conexión refuerza el sistema eléctrico de las islas, además de suponer considerables mejoras ambientales.

Cumplidos doce años del inicio del proceso de liberalización del sector gasista en España, el balance final resulta muy positivo. Durante estos años se ha consolidado la tendencia hacia una mayor penetración del gas natural como fuente energética en todos los ámbitos. Al mismo tiempo, la profunda transformación del sector ha supuesto procesos de consolidación empresarial, al tiempo que aparecían nuevos agentes en todos los segmentos de la cadena de valor; se ha producido un imparable proceso de integración entre fuentes de energía; pero especialmente, el sector ha experimentado un crecimiento duradero basado en las innegables ventajas del gas natural por su competitividad en el coste, versatilidad y reducido impacto ambiental. 264 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Electricidad

Pedro Rivero Torre Presidente de UNESA

I. Antecedentes

a evolución del Sector eléctrico en España ha sido muy parecida a la de la mayoría L de países de su entorno europeo. Desde sus comienzos a finales del siglo XIX hasta la década de los ochenta en el siglo XX, siguió las líneas fundamentales del Modelo tradicional en el que la electricidad, al tener un carácter estratégico, estaba muy regulada por los Gobiernos de turno. Esta regulación se instrumentalizaba principalmente a través de la planificación centralizada de las instalaciones de generación y transporte, y del establecimiento de la tarifa eléctrica. Por otra parte, la estructura empresarial iba reflejando en cada momento la evolución histórica que seguía el sector.

Entre los hitos fundamentales de la evolución del Sector eléctrico en nuestro país figura la constitución, en el año 1944, de Unidad Eléctrica, S.A. (UNESA) por parte de las 17 empresas eléctricas más importantes en ese momento. El objetivo primero de su creación fue el desarrollo de una red de transporte que permitiera conectar los sistemas eléctricos aislados (fundamentalmente hidroeléctricos) que habían ido apareciendo en nuestra geografía. Además, en el seno de UNESA se coordinaba la operación del sistema y se planificaban los nuevos medios de producción, siempre bajo el modelo regulatorio tradicional, es decir, con una fuerte intervención pública. Esto fue distinto a lo ocurrido en los países de nuestro entorno, en donde se crearon para los mismos fines empresas nacionales como son los casos de EDF, ENEL y EDP en Francia, Italia y Portugal respectivamente.

Cuando apareció la crisis energética en los años setenta, el Gobierno español comenzó a plasmar su política energética en los Planes Energéticos Nacionales (PEN). Se trataba Análisis sectorial | 265

de documentos cuya elaboración correspondía al Ministerio de Industria y Energía, y que luego pasaban a ser debatidos y aprobados en el Congreso de los Diputados. En ellos se especificaban los objetivos de política energética para un período móvil que habitualmente abarcaba diez años. Como en casi todos los países desarrollados se impulsó, principalmente, la construcción de nuevas centrales de carbón y de tecnología nuclear, así como seguir aprovechando, en la medida de lo posible, los recursos hidráulicos del país, recursos que habían ya sido explotados en su mayor parte. Asimismo, el fomento de ahorro energético, el de otras energías renovables y el de la cogeneración comenzaban a ser también estrategias preferentes.

La construcción de grandes grupos, sobre todo las nucleares, en los años setenta y ochenta, exigió hacer importantes inversiones que sólo empresas de un determinado tamaño podían afrontar. Este hecho, unido a un entorno económico difícil (altos tipos de interés, costes elevados del petróleo, endeudamiento en divisas con alto riesgo de tipo de cambio, etc.), propició diversos procesos de concentración empresarial. Así, el número de empresas eléctricas integradas en UNESA en los primeros años de la década de los ochenta bajó a una decena, siendo unas de titularidad privada y otras de titularidad pública, pero en las que en todas estaban integradas verticalmente las actividades del negocio eléctrico.

Como resultado de la expansión del parque de generación, el consumo de fuelóleo fue reduciéndose a un ritmo muy superior al que se siguió en otros sectores económicos. De hecho, se pasó de los 9 millones de toneladas utilizados para la generación eléctrica en 1980 a los aproximadamente 2 millones en 1985. En este año el carbón, con el 45% de la producción eléctrica, y la nuclear con el 30%, fueron las principales fuentes de generación eléctrica. Asimismo, la Red de Transporte de alta tensión que, a finales de 1973 (comienzo de la crisis) alcanzaba poco más de 30.000 kilómetros, creció en los años siguiente más de un 30% y en 1985 contaba ya con una longitud de más de 40.000 kilómetros.

Como en el período contemplado en este documento, 1985-2010, el sector sufrió un cambio drástico en su modelo de funcionamiento, basado en la Ley del Sector Eléctrico de noviembre de 1997, se ha considerado apropiado analizar su desarrollo en dos períodos, 1985-1997 y 1998-2010. Se finaliza este capítulo con un análisis de las características principales que tiene el Sector eléctrico español en la actualidad.∗

* Para una mayor información sobre la evolución del Sector eléctrico en España se recomienda leer “El Sector Eléctrico a través de UNESA. 1944-2004“. Publicado por UNESA en 2005. 266 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

II. Evolución del Sector de la Electricidad en el período 1985-1997

Como se ha indicado en el apartado anterior, en los primeros años de la década de los ochenta se había conseguido una fuerte sustitución del petróleo, principalmente por carbón y nuclear, pero el Sector eléctrico español tenía dificultades estructurales y financieras. Así, en el año 1985, el Sector se encontraba en una situación que podía ser resumida de la siguiente forma:

• Se había moderado el elevado ritmo de incremento del consumo eléctrico registrado hasta el año 1980, debido a la menor actividad económica del país. Empezaba a haber un desajuste en el dimensionamiento del parque generador (sobre-equipamiento).

• Bajo nivel de ingresos como consecuencia de la contracción del consumo eléctrico y del insuficiente nivel de tarifas.

• El nivel de endeudamiento del sector era alto, como consecuencia del esfuerzo inversor realizado por las empresas eléctricas en los años anteriores para cumplir con el objetivo prioritario de sustitución del petróleo, establecida en los PEN-79 y PEN-84. Los recursos ajenos representaban aproximadamente el 54% de los recursos permanentes del Sector.

• La continua devaluación de la peseta respecto a las principales monedas extranjeras tenía un efecto negativo sobre los intereses pagados por los préstamos exteriores y sobre las amortizaciones de estas deudas. Además, las expectativas de nuevas devaluaciones de la peseta, que luego serían confirmadas, lastraban aún más la situación existente.

• Elevado inmovilizado en curso, consecuencia del retraso en la puesta en servicio de alguna de las centrales nucleares en construcción.

• No obstante, resultaba necesario continuar con el importante esfuerzo inversor que estaban realizando las empresas, dado que era prioritario la puesta en funcionamiento, lo más pronto posible, de las centrales nucleares en construcción.

• Era preciso reducir la inflación española a niveles más próximos a los registrados en los principales países europeos. Así, por ejemplo, el incremento del IPC en España en 1985 fue del 8,20%, tasa sin duda inferior a la registrada en 1976 (24,5%), pero aún muy alejada de las existentes en los países avanzados.

La coyuntura del Sector era, por tanto, compleja y delicada. Por ello, la estrategia que siguieron las empresas eléctricas integradas en UNESA fue la única posible: un esfuerzo Análisis sectorial | 267

muy importante de saneamiento financiero, en un marco de constante diálogo y negociación con el Gobierno del Partido Socialista que había entrado en octubre de 1982.

En mayo de 1983 se firmó el primer “Protocolo de Acuerdo entre el Gobierno y el Sector eléctrico”, en el que se acordaba la entrada de nuevos grupos nucleares, con una política tarifaria suficiente y la nacionalización de la Red de alta tensión.

Asimismo, en marzo de 1984 se había aprobado el nuevo Plan Energético Nacional (PEN-83), habiéndose establecido los desarrollos reglamentarios para poner en marcha los acuerdos alcanzados. Así, se revisaba la planificación energética del Sector, y se establecía la Moratoria nuclear, que supuso la paralización de la construcción de Valdecaballeros I y II, Lemoniz I y II y Trillo II (OM, 14 octubre 1983).

Por otro lado, se procedió a la constitución de una empresa con mayoría pública, Red Eléctrica de España, (RD 91/1985) bajo la forma de Sociedad Anónima, con el objetivo de gestionar la explotación unificada del sistema a través de la red de alta tensión. Tomaba la responsabilidad de esta gestión de la Asociación de Empresas para la Explotación del Sistema Eléctrico (ASELECTRICA).

Asimismo, se pusieron las bases para realizar un Intercambio de activos y mercados entre empresas eléctricas, que permitieron un mayor equilibrio económico-financiero de las mismas. Complementariamente se estableció un nuevo Sistema de compensaciones entre las empresas, destinado a corregir las diferencias de costes de generación debidas a las distintas estructuras de sus parques, y a las diferencias en los costes e ingresos de distribución como consecuencia de la diversidad de sus mercados.

Con el fin de completar las medidas anteriores y afirmar el equilibrio económico- financiero del Sector, se firmó el 26 de febrero de 1986, un Segundo “Protocolo de Acuerdo sobre el programa de actuación a medio plazo del Sector eléctrico”, cuyo objetivo fundamental era el establecimiento de una política tarifaria basada en los costes del sector, además del establecimiento de un conjunto de medidas para reducir dichos costes.

A finales de 1987, se publica el R.D. 1538/1987 por el que se determina la tarifa eléctrica de las empresas gestoras del servicio. Este texto legal es conocido como el Marco Legal Estable (MLE), cuyo objetivo era incentivar a las empresas eléctricas a continuar realizando una gestión eficiente, a cambio de que la tarifa eléctrica permitiese la recuperación de inversiones a lo largo de la vida útil de las instalaciones y una adecuada remuneración de los capitales invertidos. 268 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En resumen, durante los años del período contemplado en este apartado, el Sector eléctrico español tenía un Marco regulador cuyas principales características podrían resumirse así:

• Planificación centralizada de la nueva capacidad de generación y transporte por parte de la Administración Central. Continuidad en las revisiones de los Planes Energéticos Nacionales (Plan Eléctrico Nacional de 1991). De esta forma se aseguraba el suministro de un servicio considerado estratégico.

• Explotación unificada y despacho centralizado, gestionado por Red Eléctrica de España, teniendo en cuenta determinadas consideraciones de política energética y los costes reales de los combustibles. Esta sociedad, de mayoría pública, era el único agente capacitado para realizar intercambios internacionales de electricidad. • Marco Legal Estable. Existencia de unas tarifas únicas en todo el territorio nacional fijadas con carácter anual que, en base a costes estándares, debían garantizar la recu- peración de la totalidad de los costes de suministro.

Como puede verse, el modelo de funcionamiento seguía siendo el tradicional, existente también en otros países de nuestro entorno, y en el que la regulación permitía a las empresas y consumidores eléctricos unas posibilidades de gestión muy limitadas.

Pero este funcionamiento de la industria eléctrica comenzó a cambiar en los primeros años de la década de los noventa, cuando desde la Unión Europea se fomentaban procesos de privatización de las empresas públicas, y una liberalización gradual en las actividades de generación y comercialización de la electricidad.

La entrada de España en la CEE en 1986, había traído consigo la adaptación de nuestro modelo de sociedad económico e industrial al imperante en Europa, y la adopción de normas para la creación de un Mercado único energético. Este mercado se presentaba como el medio más adecuado para la asignación de recursos, la disminución del coste de la energía, y como un factor que contribuiría a la seguridad de abastecimiento a través de la competencia entre empresas. Pero las grandes diferencias existentes entre los sectores eléctricos de los Estados Miembros, y la falta de suficiente capacidad de interco- nexión entre los mismos, fueron aplazando la creación del mismo.

En esta línea, el Consejo de la Unión Europea aprobó en 1996 la Directiva sobre “Normas Comunes para el Mercado Interior de la Electricidad”. Esta Directiva, junto con otras normativas posteriores, fijan los objetivos y criterios de liberalización e introducción de la competencia, a los cuales deberán ir adoptando en sus legislaciones eléctricas los países comunitarios. Estos criterios han tenido, lógicamente, su reflejo en la evolución de nuestro parque generador en los últimos veinte años. Análisis sectorial | 269

Con relación a las instalaciones de producción cabe señalar que, desde la puesta en marcha de la primera central eléctrica española para servicio comercial en 1875, el parque eléctrico ha recorrido en España un largo camino. En los comienzos, la mayor parte de las instalaciones existentes eran aprovechamientos hidroeléctricos o motores térmicos de "gas pobre" para suministro de energía a pequeñas industrias o para alumbrado de centros urbanos. Después vinieron los aprovechamientos integrales de nuestros grandes ríos (hidroeléctrico), luego la utilización de los carbones nacionales (para lo que hubo que desarrollar una tecnología propia dada la escasa calidad del carbón nacional) y, posteriormente las centrales nucleares y de fuelóleo teniendo en cuenta los precios baratos del petróleo en esos años.

En la Tabla I adjunta se recoge la evolución de la potencia instalada y de la generación de electricidad en España por tipos de central para el período 1985-1997. Con relación a la producción, cabe señalar que durante los doce años transcurridos, la producción de las centrales térmicas convencionales se incrementó en un 46%, mientras que la energía nuclear casi duplicó (96% de incremento). La energía hidroeléctrica fue variando funda- mentalmente en función de la hidraulicidad del año ya que el incremento de potencia en todo el período fue alrededor de un 20%. Las otras energías renovables apenas tenían peso en estos años.

Por otra parte, la Red de Transporte e Interconexión que, a finales de 1973 alcanzaba los 30.200 kilómetros, fue creciendo en consonancia con el crecimiento de los medios de generación. Así, en el año 1985 contaba ya con una longitud total de unos 40.000 kilómetros. Durante los primeros años del período analizado siguió creciendo la longitud de sus líneas con la correspondiente capacidad de transformación de tal forma que, en 1990, ya contaba con 46.431 Km de longitud. Posteriormente, en diciembre de 1997, la red constaba de líneas de 400 kV con una longitud de 14.244, de 15.702 de 220 kV y 19.860 de 110-132 kV, lo que suponía un total de 49.832 km.

III. Evolución del Sector de la Electricidad en el Período 1997-2010

Al final de la década de los noventa, con la entrada en vigor de la Ley del Sector Eléctrico 54/1997, el marco regulador cambió drásticamente, estableciendo un Modelo liberalizador y de mayor competitividad. El desarrollo de este modelo ha sido muy complejo, habiéndose promulgado una amplia normativa durante el período contemplado, normativa que además debe estar en consonancia con las Directivas establecidas por la Unión Europea, en aras de la constitución de un Mercado Interior de la energía. 270 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El objetivo principal que se formula con la implantación de este nuevo Marco regulatorio es incrementar la calidad del servicio y la competitividad de los precios de la electricidad. Su planteamiento básico es que las medidas de liberalización y competencia, unidas a la capacidad de gestión de las empresas eléctricas, permiten conseguir tal objetivo.

Los elementos del nuevo Marco regulador abarcan multitud de aspectos, tales como el funcionamiento de un Mercado diario de producción de electricidad, el tratamiento preferente de la energía procedente de energías renovables y cogeneradores, actividades realizadas por agentes eléctricos de otros países, nuevas metodologías para el cálculo de la tarifas, etc.

El desarrollo práctico de las principales líneas contenidas en esta Ley ha supuesto el pasar de un sistema eléctrico fuertemente intervenido por los poderes públicos, a un sistema en el que las actividades eléctricas se realizan más sobre la base de criterios de mercado, sin otras limitaciones que las que imponen determinados factores técnicos, económicos y materiales.

Las características fundamentales del proceso de liberalización y competencia a que da lugar esta Ley y el desarrollo normativo posterior de la misma pueden resumirse del siguiente modo: • Se sustituye el concepto de servicio público por servicio básico esencial y universal con la expresa “garantía de suministro eléctrico a todos los consumidores” dentro del territorio español. • La Operación del sistema eléctrico deja de ser un servicio público de titularidad estatal, siendo ejercido por una empresa –Red Eléctrica de España– que deberá perder la mayoría pública en su accionariado. • La Planificación estatal tradicional para la instalación de nuevas centrales eléctricas desaparece, siendo sustituida por la libertad de instalación sometida solamente a autorizaciones administrativas. Tan sólo el desarrollo de la red de transporte eléctrico queda sujeto a la planificación vinculante del Estado, sólo condicionado por las exigencias de la planificación urbanística y de ordenación del territorio, manteniendo el carácter de monopolio. • Se establece el principio de la separación jurídica entre Actividades reguladas –transporte y distribución– y Actividades no reguladas –generación y comercialización–. • El funcionamiento de las centrales generadoras deja de estar sometido a una gestión económica conjunta del sistema. En su lugar, la utilización de tales centrales pasa a basarse en decisiones de sus titulares, siempre dentro del marco de un Mercado Análisis sectorial | 271

mayorista de producción eléctrica. Consecuentemente con ello, la retribución de las actividades de generación deja de hacerse en función de los valores estándares de costes reconocidos (Marco Legal Estable), pasando a basarse en las casaciones de oferta y demanda de este mercado. • Se establece el principio del Derecho de Acceso a Terceros a las redes de transporte y distribución, que pasan a considerarse monopolio natural en razón de la eficiencia económica que representa la existencia de una red única, la cual “se pone a disposición de los diferentes sujetos del sistema eléctrico y de los consumidores”. La retribución económica de estas actividades, peajes o tarifas de acceso, seguirá siendo fijada administrativamente.

• La Comercialización se identifica como actividad singularizada en la nueva ley, con arreglo a los principios de libertad de contratación y de elección de suministrador por el cliente, implantada de forma gradual. El plazo previsto en principio para que tal libertad llegase a todos los clientes se fijó en diez años; sin embargo, este período fue acortado posteriormente por el Gobierno y, desde el 1 de enero de 2003, todos los consumido- res españoles pueden elegir a su suministrador de electricidad. • Libertad de comprar o vender electricidad a empresas y consumidores de otros países miembros de la Unión Europea.

Además, la Ley del Sector Eléctrico incorpora otros compromisos regulatorios, como es la obligación de adquirir la energía acogida al Régimen Especial (energías renovables, cogeneración y residuos) a un precio primado, o la de aceptar determinados contratos de compra de energía de combustibles autóctonos, como es el caso del carbón nacional, entre otros condicionantes.

Como consecuencia del nuevo Marco regulatorio, creció enormemente el número de entidades y empresas que han pasado a jugar un papel relevante en el funcionamiento del nuevo sistema. Los operadores que pasan a actuar en el sistema eléctrico son fundamentalmente los siguientes: • Las empresas productoras del Régimen Ordinario, cuya función es generar energía eléctrica para ofertarla en el Mercado Diario de producción y, por tanto, deberán construir, operar y mantener las instalaciones precisas para esta actividad.

• Las empresas productoras del Régimen Especial. Son titulares de instalaciones de potencia no superior a 50 MW que generan electricidad a partir de sistemas de cogeneración, energías renovables y residuos. Tienen una normativa específica, ya que la energía procedente de estas instalaciones está excluida de las reglas de competencia 272 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

del Mercado de producción: ha de ser integrada obligatoriamente en el sistema, sin necesidad de pasar por el sistema de ofertas competitivas de dicho mercado. Además, tienen un “precio primado” para fomentar su desarrollo. • Los operadores externos. Son sujetos de sistemas eléctricos extranjeros que venden o compran electricidad en el sistema eléctrico español, dentro del marco de liberalización de los intercambios internacionales de energía eléctrica.

• Las empresas distribuidoras. Son sociedades mercantiles cuya función principal es distribuir la energía eléctrica, y que deben desarrollar, operar y mantener las instalaciones necesarias para tal fin. Asimismo, pueden vender electricidad a otras empresas distribui- doras y a los consumidores finales que optan por la tarifa regulada, en el período transitorio que transcurra hasta el establecimiento de la Tarifa de Último Recurso (2009).

• Las empresas comercializadoras. Son sociedades mercantiles encargadas de vender energía eléctrica a los consumidores finales que optan por el suministro de energía en el mercado liberalizado o a otros agentes cualificados del sistema, como son las empresas generadoras, las distribuidoras u otras empresas comercializadoras. • Los consumidores finales. Todos los clientes finales tienen reconocida su capacidad para elegir el suministrador de la electricidad que consumen. También pueden optar por pagar la electricidad de acuerdo con lo fijado en la tarifa regulada establecida por la Administración, mientras no desaparezca el sistema tarifario existente, previsto y realizado en 2009. • Los órganos de gestión: el Operador del mercado (OMEL) y el Operador del sistema (REE). Son los organismos encargados de la gestión económica y técnica del sistema, respectivamente. • Finalmente, los órganos reguladores del sistema. Fundamentalmente son la Adminis- tración General del Estado, a través del Ministerio responsable en materia energética, las Comunidades Autónomas y la Comisión Nacional de Energía (CNE). Las Comuni- dades Autónomas van adquiriendo una participación cada vez mayor en el desarrollo y funcionamiento del sistema.

Además, desde el comienzo del funcionamiento del Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL) en julio de 2007, se han producido algunas modificaciones como son, por ejemplo, la aparición de los Agentes de Liquidación Fiscal del mercado a plazo.

En la evolución del parque generador en este período han tenido mucha influencia las orientaciones marcadas por las Directivas de la UE. La utilización del gas natural para la producción de electricidad, la aparición de nuevas tecnologías en el ámbito de las Análisis sectorial | 273

energías renovables –en especial la energía eólica y la solar–, la preservación del medio ambiente y el mayor fomento de la eficiencia energética (centrales de ciclo combinado y cogeneración, fundamentalmente) han sido aspectos fundamentales en su desarrollo.

Así, los grupos de gas natural con ciclo combinado que se han instalado en este período, han pasado de 2.719 MW en 2002 a 22.111 en 2009. Asimismo, durante los cuatro últimos años, 2006-2009, destaca la potencia fotovoltaica instalada en nuestro sistema que ha pasado de 147 MW a 3.638 MW en diciembre de 2009. La potencia eólica se incrementó desde los 885 MW de 1998, a 18.263 MW en 2009, lo que supone un incremento medio de unos 1.600 MW por año. (Véase Tabla II).

En el ámbito de la reestructuración empresarial, este cambio de modelo en el funciona- miento del sector originó, en la segunda mitad del año 2000, varios intentos de fusiones y absorciones de sociedades eléctricas que en algunos casos no llegaron a buen fin: así, en mayo de 2000, el Gobierno desestimó la oferta pública de Unión Fenosa sobre Hidroeléctrica del Cantábrico; en septiembre de 2000, también Ferroatlántica lanza una OPA sobre Hidrocantábrico que no llegó a buen término; en septiembre, Endesa e Iberdrola plantean una fusión amistosa, con el objetivo de desarrollar un proyecto de expansión internacional y de diversificación que, en febrero del 2001, desestimaron como consecuencia de las excesivas restricciones impuestas por el Gobierno, y la aprobación del RD Ley 2/2001 que, asimismo, desincentivaba este proceso.

Por otra parte, Endesa Generación adjudicó en 2001, al Grupo ENEL la Sociedad de Nuevo Viesgo, varios activos de generación cuya estructura era de un 28% de hidráulica, 32% de fuel-gas y 40% carbón. Posteriormente ENEL compró el 100% de las participaciones de Viesgo (Distribución), creándose la nueva empresa Enel-Viesgo.

Finalmente, ENEL lanzó con éxito una OPA para el control de ENDESA, y Gas Natural otra a Unión Fenosa que también ha terminado favorablemente, constituyendo la empresa Gas Natural Fenosa.

De forma paralela, al tener que abandonar unas y modificar otras las funciones que desem- peñaba desde su creación Unidad Eléctrica, S.A., se acordó en 1998 su trans formación jurídica en la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA), con carácter, además, de patronal.

Las empresas eléctricas españolas se enfrentan por primera vez en su historia, a la competencia en y por el mercado. Las directivas europeas y la creciente globalización de los mercados, han conducido a que esa competencia sea no sólo con las otras empresas 274 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

españolas, sino también con sociedades extranjeras. En este escenario nuevo, los actuales agentes del sector han podido moverse mejor, gracias a la concentración empre- sarial que en él se ha producido en los últimos años.

También es preciso señalar que a lo largo de estos años las empresas eléctricas han efectuado un gran avance en la sostenibilidad ambiental, y en la aplicación de buenas prácticas empresariales y valores corporativos básicos con los que regir el desempeño económico, social y ambiental de la actividad eléctrica. La liberalización del sector eléctrico, ha ido en paralelo al desarrollo y puesta en marcha de la regulación ambiental más trascendente de los últimos años: el control de las emisiones de los gases de efecto invernadero.

IV. El Sector de la Electricidad en España. Situación actual

Para alcanzar el nivel de eficiencia y modernidad que en la actualidad tiene el Sector Eléctrico español, han sido necesarios muchos años de una labor empresarial y un desarrollo tecnológico intenso, desde que se produjo el primer kWh en una farmacia catalana en el s. XIX. Se ha aprovechado la mayor parte del potencial técnico hidroeléc- trico, construyendo centrales térmicas para utilizar el carbón nacional (y de importación), centrales de combustibles líquidos de tecnología convencional o de gas natural con ciclo combinado, así como un parque nuclear notable, cuya primera central se puso en marcha hace más cuarenta años. También se han desarrollado notablemente otras energías renovables, como es el caso de las energías eólica y solar; en el caso de la primera, España está entre los tres países del mundo (junto a EEUU y Alemania) con el mayor aprovechamiento de esta fuente de energía.

Por todo ello, el parque generador eléctrico de nuestro país es, en la primera década del siglo XXI, un sistema moderno, diverso y de una gran flexibilidad, capaz de hacer frente a situaciones difíciles por aumentos puntuales del consumo, condiciones climatológicas adversas, fallos no previstos en la disponibilidad de algunas unidades de generación, etc., con niveles similares de garantía a la de otros países desarrollados.

La potencia total instalada en el parque eléctrico de España a principios de 2010 es de 99.288 MW, de los cuales el 67% son de instalaciones acogidas al Régimen Ordinario y el resto corresponden al Régimen Especial. Cabe destacar entre los primeros, los 22.111 MW de las centrales de gas natural con ciclo combinado que se han instalado en los últimos ocho años. Asimismo, debe señalarse el aumento de peso que ya tienen las energías renovables en el mix energético: la energía eólica tiene una potencia de 18.263 MW y en Análisis sectorial | 275

el año 2009 cubrió el 13% del consumo total de nuestro país, superando por primera vez la producción de las centrales de carbón; la potencia fotovoltaica alcanzó a principios de 2010 los 3.818 MW, que permitieron cubrir el 3% de la demanda eléctrica de 2009.

En este punto cabe señalar que, en un país como España, con escasísimos recursos de hidrocarburos y escasos recursos de carbón explotables económicamente, las energías renovables son una fuente alternativa autóctona que además generan menos emisiones de CO2. Pero estas energías no están disponibles siempre, ya que dependen de la climatología, y además tienen un alto coste actual, en particular la solar, por lo que su desarrollo se mantiene a través de primas que aporta el consumidor eléctrico. Estas primas a la producción de electricidad con energías renovables y en régimen especial alcanzaron en 2009 unos 4.800 millones de euros, de los que el 56% de ese montante fue para la tecnología solar, cuando su producción representó sólo el 11% de este segmento de generación. El crecimiento de estos costes incluidos en la tarifa eléctrica dificulta la competencia en el sector y el buen funcionamiento del mercado libre. Podrían financiarse por otras vías, como podría ser con cargo al capítulo de I+D+i de los Presupuestos Generales del Estado.

La Actividad de Transporte está monopolizada por Red Eléctrica de España (REE), que es propietaria de prácticamente toda la Red de alta tensión en España (220 y 400 kV). Las importantes inversiones realizadas en los últimos años, han permitido mejorar de forma notable el funcionamiento de la misma. No obstante, se está tratando de incrementar las capacidades de interconexión con Francia (es un tema esencial) y con Portugal (para mejorar el funcionamiento del MIBEL), al objeto de que el sistema eléctrico pueda gestionarse de forma más coordinada con los sistemas de los países vecinos.

Por otra parte, el proceso de liberalización ha permitido que el número de agentes que realizan actividades de generación, distribución y comercialización en España sean muy numerosos. Según datos de OMEL, actualmente pueden participar en el mercado diario como vendedores más de 600 agentes; de ellos 25 son agentes externos (no nacionales) que también pueden comprar energía. Asimismo, el número de sujetos que pueden actuar como compradores asciende a 76, que son los agentes comercializadores, siendo 25 los agentes externos compradores.

En el año 2009 se ha culminado en el ámbito tarifario el proceso de liberación del mercado de energía eléctrica, siguiendo con la adaptación de la normativa del Sector eléctrico español a la legislación comunitaria. Cabe resaltar la desaparición de las tarifas integrales de baja tensión el 1 de julio de 2009 que, con la supresión ya realizada de las 276 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

tarifas de alta tensión (julio 2008), ha supuesto un cambio muy importante en el modelo tarifario del Sector eléctrico de nuestro país. Además, el suministro eléctrico a tarifa ha dejado de formar parte de la actividad de distribución, ya que ha pasado a ser ejercido en su totalidad por las empresas comercializadoras.

También el Gobierno ha establecido las Tarifas de Último Recurso (TUR) en todo el territorio nacional, creándose una nueva figura –los comercializadores de último recurso- para asegurar la obligación del suministro a los consumidores que se acojan a estas tarifas. Se establecen además mecanismos adicionales de protección para colectivos vulnerables, por lo que se ha puesto en marcha un “bono social” para consumidores acogidos a esta tarifa y que cumplan con determinadas características sociales y de poder adquisitivo. La financiación de este bono es compartida por las empresas propietarias de instalaciones de generación de electricidad.

Cabe señalar además que el proceso de concentración en el ámbito empresarial eléctrico, ha dado lugar a cinco grandes grupos de empresas integradas en UNESA: ENDESA, IBERDROLA, GAS NATURAL FENOSA, HC ENERGIA y E.ON ESPAÑA. Entre todas ellas producen, distribuyen y comercializan porcentajes muy altos del total de España: aproxi - madamente el 72% de la generación, el 98% de la distribución y el 81% de la comercialización.

Indudablemente quedan todavía muchas cosas por hacer. Así, la Ley 54/1997 del Sector Eléctrico español tuvo que ser reformada en 2007 en algunos puntos para su adecuación a la Directiva 2003/54/CEE de la UE. Además comenzaba a presentar síntomas de cierto agotamiento ya que, en general, los nuevos modelos de funcionamiento suelen adecuarse correctamente durante los primeros años de su vigencia, pero después comienzan a salir efectos no deseados, disfunciones o distorsiones que aconsejan la revisión de algunos de los parámetros establecidos. Durante los últimos años, las autoridades energéticas están promulgando una intensa normativa que, en algunos casos, no consigue alcanzar los objetivos perseguidos. Pueden hacerse las consideraciones siguientes:

Un acuerdo generalizado entre los analistas es el de señalar que, aún cuando las grandes Leyes son bastante correctas, éstas deben completarse con una normativa de desarrollo adecuada, en este caso en la dirección que marca la Ley 54/1997. Si estas medidas no se establecen, aparecerán problemas no deseados ni por los operadores del sistema, ni por los consumidores finales, como es el caso de las tarifas eléctricas. En general, las Autoridades energéticas no han querido, por razones políticas, que los ciudadanos paguen por la electricidad el coste total determinado por los mecanismos establecidos en la Ley 54/1997. Así, por ejemplo, desde el año 2000 los Gobiernos vienen fijando Análisis sectorial | 277

unas tarifas eléctricas que resultan insuficientes para cubrir todos los costes necesarios para realizar un suministro eléctrico adecuado, apareciendo el Déficit tarifario.

Afortunadamente el Gobierno ha adoptado últimamente medidas para acotar el incremento del déficit tarifario, adoptando un mecanismo de financiación del déficit tarifario hasta el 1 de enero de 2013, fecha a partir de la cual los peajes de acceso deberán satisfacer la totalidad de los costes de las actividades reguladas, sin que puedan aparecer los déficits “ex-ante”. Además, la regulación del déficit tarifario permite la cesión de los correspondientes derechos de cobro a un Fondo de Titulización del Déficit del Sector eléctrico. Así, en abril de 2010, el Gobierno ha aprobado un Real Decreto que establece el precio y las condiciones de cesión de los derechos de cobro generados a este fondo, hasta un montante de 10.000 millones de euros. Esto permite un importante avance en la resolución de un problema estructural del sector, ya que el déficit tarifario lastraba la capacidad financiera de las empresas.

Otra de las necesidades del el sistema eléctrico español es aumentar el mallado de las redes eléctricas, tanto en alta tensión como en media y baja tensión. Para satisfacer esta necesidad se deben dar dos condiciones básicas: a) que exista una adecuada retribución de las inversiones realizadas y auditadas en distribución, pues de lo contrario las inversiones futuras pueden ser insuficientes para aumentar la calidad del servicio hasta los niveles alcanzados en los países europeos más avanzados b) que se agilicen los procesos administrativos de autorización y de ejecución de las líneas y subestaciones, puesto que no son aceptables los plazos actuales para la construcción de nuevas infraestructuras eléctricas y c) que los poderes públicos ayuden a mejorar la aceptación pública de las infraestructuras eléctricas, para facilitar la ejecución de las mismas.

Ya se ha visto el gran crecimiento que ha habido en nuestro país en el parque de renovables, y en un período de tiempo muy corto, lo que ha supuesto un notable impacto en el sistema eléctrico, derivado, por un lado de la naturaleza intermitente de alguna de esas fuentes de energía y, por otro, de haber incorporado masivamente tecnologías con costes muy elevados (como la solar) a las que aún les queda un largo recorrido en su curva de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que, por un lado, se necesitan inversiones adicionales en las redes de transporte y distribución para garantizar que el sistema no se sature cuanto estas tecnologías entran masivamente y de forma imprevista; y por otro que cuando se produce una caída brusca en la producción renovable, es necesario contar con una energía e instalaciones de respaldo inmediato. Por ello, estas últimas instalaciones (las térmicas convencionales) han cambiado su función en la cobertura de la curva de carga de forma significativa, reduciendo sus horas de funcionamiento, por lo que se hace necesario garantizar la recuperación de todos los costes que se generan para que estas centrales estén disponibles en el momento preciso. 278 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Quisiera terminar este análisis señalando que el aumento de la demanda eléctrica continuará como consecuencia de una mayor actividad económica y de un mayor grado de electrificación en los sectores doméstico y del transporte (vehículo eléctrico), lo que hará necesario la instalación de nueva capacidad de generación convencional, renovable y, en todo caso, se deberán, por tanto, mantener las centrales nucleares existentes con plenas garantías de seguridad –por ser la opción más sostenible económica y ambientalmente– y, además, se necesitará de nueva potencia para cubrir tanto la demanda base como las puntas de consumo. Para acometer estas inversiones será preciso explicar y mentalizar a la opinión pública de cuál va a ser el coste real de la electricidad.

Finalmente, cabe resaltar que el sector eléctrico español ha conseguido en los últimos años una mayor eficiencia, aprovechando las oportunidades que ofrece el mundo económico actual, caracterizado por la creciente liberalización de los mercados, la innovación tecnológica, y la evolución hacia una economía con un mayor uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Análisis sectorial | 279

Tabla I

Evolución del parque de electricidad en España (1985-1997) Potencia instalada (MW) Producción (GWh) Termoeléctrica Termoeléctrica Años Hidroeléctrica Clásica (*) Nuclear Total Hidroeléctrica Clásica (*) Nuclear Total 1985 14.661 20.991 5.815 41.467 33.033 66.286 28.044 127.363 1986 15.201 20.987 5.815 42.003 27.415 64.276 37.458 129.149 1987 15.269 21.087 5.815 42.171 28.167 63.952 41.271 133.390 1988 15.673 21.119 7.854 44.646 36.233 52.872 50.466 139.571 1989 16.545 21.227 7.854 45.626 20.047 71.669 56.126 147.842 1990 16.642 21.370 7.364 45.376 26.184 71.289 54.268 151.741 1991 16.723 21.855 7.367 45.945 28.367 75.449 55.576 159.392 1992 16.985 21.922 7.400 46.307 20.570 84.753 55.782 161.105 1993 16.996 21.989 7.400 46.385 25.728 79.103 56.059 160.890 1994 17.450 22.346 7.400 47.196 29.119 80.509 55.314 164.942 1995 17.558 22.849 7.417 47.824 24.450 89.199 55.445 169.094 1996 17.834 23.960 7.498 49.292 41.717 78.464 56.329 176.510 1997 18.093 25.339 7.580 51.012 37.332 96.752 55.297 189.381 (*) Incluye la correspondiente a las instalaciones térmicas del Régimen Especial. Fuente: Memoria Estadística de UNESA 2009

Tabla II

Evolución del parque de electricidad en España (1998-2009) Potencia instalada (MW) Producción (GWh) Hidroeléctrica, Termoeléctrica Hidroeléctrica, Termoeléctrica Años eólica y solar Clásica (*) Nuclear Total eólica y solar Clásica (*) Nuclear Total 1998 18.613 26.228 7.638 52.479 39.067 98.722 59.003 196.792 1999 19.587 26.847 7.749 54.183 30.789 120.244 58.852 209.885 2000 20.198 28.180 7.798 56.176 36.628 126.271 62.206 225.105 2001 21.616 28.980 7.816 58.412 50.975 123.001 63.708 237.684 2002 23.289 31.683 7.871 62.843 36.307 147.438 63.044 246.789 2003 24.787 33.818 7.896 66.501 56.281 146.896 61.894 265.071 2004 27.185 37.907 7.878 72.970 51.054 167.495 63.675 282.224 2005 28.885 42.594 7.878 79.357 44.719 192.151 57.538 294.408 2006 30.934 45.791 7.728 84.453 53.298 190.039 60.125 303.462 2007 34.145 49.211 7.728 91.084 59.228 198.672 55.103 313.003 2008 38.803 49.682 7.728 96.213 61.524 196.859 58.975 317.358 2009 41.135 50.425 7.728 99.288 73.686 174.124 52.762 300.572 (*) Incluye la correspondiente a las instalaciones térmicas del Régimen Especial. Fuente: Memoria Estadística de UNESA 2009 280 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Pasado, presente y futuro de la energía nuclear en España

María Teresa Domínguez Presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española

spaña comenzó a interesarse por la energía nuclear a finales de los años cuarenta. E Se constituyó entonces, en 1948, la Junta de Investigaciones Atómicas, y después la sociedad estatal Estudios y Proyectos de Aleaciones Especiales. Su misión consistía en formar personal especializado y llevar a cabo actividades de obtención de minerales de uranio en yacimientos reservados a favor del Estado. Este organismo se transformó en 1951 en la Junta de Energía Nuclear (JEN), dependiente de la Presidencia del Gobierno y, después, del Ministerio de Industria y Energía, que habría de tener una gran impor- tancia en el desarrollo nuclear del país.

Entre otras actividades, la Junta de Energía Nuclear reunió un grupo de investigadores en los diversos campos y completó su formación en entidades extranjeras. Asimismo, comenzó trabajos experimentales y a escala piloto de todas las fases del ciclo del combustible de los futuros reactores. A partir de la entrada de España en las Naciones Unidas y del discurso de Eisenhower sobre “Átomos para la Paz”, se ampliaron considera- blemente las relaciones internacionales. A finales de los años cincuenta se construyeron reactores de investigación para la formación de técnicos y para experimentos de física y producción de isótopos. Más tarde, se trabajó sobre la gestión de residuos radiactivos y se construyó una planta piloto de reelaboración.

Por otro lado, se avanzó considerablemente en la física de reactores, estudio de blin- dajes, etc. Además, se creó un Grupo de Seguridad Nuclear que se encargó de los primeros análisis de seguridad de las instalaciones propias y de las primeras actividades externas sobre la instalación de nuevos reactores. En los años siguientes, la JEN contribuyó a estructurar la legislación nuclear, con la Ley Nuclear de 1964 y el Regla- mento correspondiente de 1972. Fue también responsable de las relaciones interna- cionales en el campo nuclear. Análisis sectorial | 281

La Junta de Energía Nuclear fue cambiando de objetivos cuando se fue desarrollando el programa nuclear español. Así, en 1972 transfirió sus actividades del ciclo del combustible a la Empresa Nacional del Uranio (hoy Enusa Industrias Avanzadas); las actividades de Seguridad y Regulación al nuevo Consejo de Seguridad Nuclear creado en 1980, y la investigación y gestión de los residuos radiactivos a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) en 1985.

Legislación nuclear

En los años anteriores a 1980, la regulación nuclear corrió a cargo de la Administración, por medio del Ministerio de Industria y su organismo técnico, la Junta de Energía Nuclear. La Administración otorgó las primeras autorizaciones de emplazamiento y de construcción de centrales nucleares siguiendo los criterios y las normas establecidas en los países de origen de las tecnologías elegidas. Las autorizaciones se concedían para emplazamientos y diseños concretos y contenían un condicionado riguroso. Por entonces, España era ya parte de los principales Tratados Internacionales y estaba en vigor la Ley de Energía Nuclear de 1964, pero aún no el Reglamento correspondiente, que no fue promulgado hasta 1972.

En paralelo, en 1980 se promulgó la Ley de creación del Órgano Regulador español, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), con dependencia parlamentaria, siguiendo así las recomendaciones internacionales de separar las funciones reguladoras de las de promo- ción de la tecnología, hasta entonces reunidas. La Administración sigue hoy otorgando legalmente las autorizaciones y ejerciendo la autoridad reguladora, pero los dictámenes y decisiones del CSN en materia de seguridad y protección radiológica son vinculantes.

Con la promulgación en 1972 del Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radiactivas (revisado después en 1999) y la creación del CSN quedó completo el ordenamiento regulador en España, iniciado con la Ley de 1964 que ha sido modificada en varias ocasiones, mediante otras leyes, con objeto de actualizar algunos aspectos de la misma. Para su funcionamiento, el CSN se estructura con un Consejo compuesto por cinco Consejeros, actuando uno de ellos como Presidente y nombrados por el Congreso de Diputados. La Ley de creación del CSN fue revisada en noviembre de 2007, con la inclusión de varios preceptos establecidos en Leyes y Convenios suscritos por España en los últimos años.

Los sucesivos Tratados, Convenciones y Convenios a los que se ha ido adhiriendo España quedan recogidos en disposiciones legales que, en su caso, tienen su reflejo en las 282 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

facultades y actuaciones del CSN. Como ejemplos pueden citarse: • La Convención sobre Seguridad Nuclear (Viena 1994). • La Convención sobre la Pronta Notificación de Accidentes Nucleares y la Convención sobre la asistencia en caso de accidente nuclear y emergencia radiológica (1986). • La Convención Conjunta sobre Seguridad en la Gestión de Combustible Gastado y sobre Seguridad en la Gestión de Residuos Radiactivos (1997). • El Plan Básico de Emergencia Nuclear, por Decreto de 2004, que especifica los criterios, organización y procedimientos para hacer frente a emergencias nucleares. • La revisión del Decreto de 1992 sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes. • La regulación de la elaboración, comercialización e importación de productos alimen- ticios tratados con radiaciones ionizantes.

Además de todas estas leyes y decretos, la legislación contiene otros convenios internacionales, ratificados por España, sobre responsabilidad civil frente a daños nucleares o sobre no-proliferación. Las normas que impone la reglamentación nuclear minimizan la probabilidad de que ocurran daños nucleares. Estas normas contemplan la imposición de sanciones en caso de infracciones, que pueden incluir indemnizaciones por los daños ocasionados.

Impulso nuclear

A finales de 1957, después de la I Conferencia de Ginebra y del programa “Átomos para la Paz”, se creó el clima adecuado para estudiar la conveniencia de introducir en España esta energía tan prometedora. Se crearon tres empresas, embrión de las futuras operadoras (CENUSA y NUCLENOR) y de la ingeniería específicamente nuclear (Tecnatom).

Al principio del decenio de los sesenta, con el plan de estabilización y la incorporación de España a la OCDE, la economía española aceleró su expansión, creándose una gran demanda energética. Basta recordar que desde 1960 a 1975 la demanda eléctrica creció a una tasa acumulativa del 11% anual. Esta demanda se atendía con los aprovechamientos hidroeléctricos existentes y otros nuevos, que requerían fuertes inversiones. Además, se construyeron centrales térmicas para compensar la irregular pluviometría del país.

En una situación de carencia de gas y petróleo, con creciente dependencia de éste, y con un carbón doméstico de extracción difícil y costosa, empresarios y el Gobierno Análisis sectorial | 283

pensaron audazmente en acceder a la energía nuclear, todavía en desarrollo industrial incipiente, pero que prometía constituir un complemento ideal para suministrar la base del diagrama de carga. Se contaba para ello con cuadros de científicos y técnicos nucleares formados en España y en el extranjero, y una industria que había dado pasos de gigante en los sectores de ingeniería de proyectos complejos, fabricación de bienes de equipo y prestación de servicios diversos. Había también razonables perspectivas de yacimientos de uranio explotables.

José Cabrera, hito nuclear

La central nuclear José Cabrera, más conocida como Zorita, constituyó en el momento de su concepción, a principios de los sesenta, un ejemplo de visión industrial acertada. La empresa Unión Eléctrica Madrileña (hoy Gas Natural-Unión Fenosa) eligió el tipo de reactor, la potencia y el emplazamiento, sobre el río Tajo, en el término de Almonacid de Zorita (Guadalajara). Su diseño y construcción tiene lugar en momentos en los que se establece la Ley Nuclear de 1964, se comienzan a desarrollar códigos y normas específi- camente nucleares y faltan aún años para que se cree el Consejo de Seguridad Nuclear. La autoridad de licenciamiento corresponde al Ministerio de Industria, con el informe preceptivo de la Junta de Energía Nuclear, que tiene que reforzar rápidamente su departamento de Seguridad Nuclear.

El tipo de reactor elegido es el reactor de agua a presión (PWR), que había sido desarrollado como reactor de propulsión de submarinos en Estados Unidos, y se estaba aplicando ya en las primeras centrales nucleares en los Estados Unidos y en otros países. Se decidió una potencia moderada, 160 MWe, compatible con su carácter de primera realización en el país. Se decide también la contratación con la empresa Westinghouse.

La construcción de José Cabrera constituye un incentivo para el desarrollo armónico de una infraestructura nuclear a todos los niveles, absolutamente necesaria para un programa nuclear con plenas garantías de seguridad, competencia y fiabilidad, y utilísima para elevar la capacidad y la calidad de la industria española en general.

José Cabrera supuso, en definitiva, un hito tecnológico al tratarse de la primera central nuclear española. Desde sus inicios, en 1969, operó con la seguridad debida, respetando y cuidando su entorno. La central permanece parada desde el 1 de mayo de 2006, en cumplimiento de la Orden del Ministerio de Economía del 14 de octubre de 2002, en la que declaraba el cese definitivo de explotación de la central, tras 38 años de funciona- miento. Está previsto que el desmantelamiento culmine en 2015. 284 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Segunda etapa del desarrollo tecnológico nuclear español

Tras el impulso de José Cabrera, otras empresas comenzaron a planear su entrada en el mercado nuclear, siguiendo los mismos razonamientos, compartidos por sus homólogos europeos. Este interés se plasmó en la construcción de dos nuevas centrales nucleares: Santa María de Garoña, en la provincia de Burgos, de 460 MW de potencia y del tipo de agua en ebullición (BWR), contratada con General Electric y conectada a la red en 1971 y Vandellós I, en la provincia de Tarragona, de 480 MW, del tipo francés de grafito-gas y uranio natural, construida por un consorcio de empresas francesas, que comenzó a funcionar en 1972. Vandellós I, como consecuencia de un incendio ocurrido en la parte no nuclear en 1989, paró definitivamente en 1990, tras 17 años de funcionamiento. Vandellós I se encuentra actualmente en la fase de latencia, un periodo de espera de unos 25 años, que permite una reducción significativa de los niveles radiológicos. A partir de 2028, se abordará en condiciones más favorables el desmantelamiento de las instalaciones remanentes, básicamente la estructura de hormigón o el edificio que alberga el reactor, hasta el denominado nivel 3 o de liberación total del emplazamiento de la central.

La estructura industrial nuclear en España comenzó a crearse, por tanto, en los años sesenta, como consecuencia de las decisiones de construir las centrales nucleares de Zorita, Garoña y Vandellós I. La Administración promovió activamente este desarrollo industrial, por las razones conocidas de creación de puestos de trabajo cualificados y el avance tecnológico que había de contribuir a la mejora general de la industria. Además, existían entonces razones de disponibilidad de divisas y consideraciones de independencia del exterior en un sector estratégico, incluso por la necesidad de disponer de servicios técnicos adecuados cuando las centrales estuvieran en funcionamiento.

Estas tres primeras centrales (Zorita, Garoña y Vandellós I), que fueron construidas por contratistas principales extranjeros por el procedimiento “llave en mano”, contaron con la colaboración de empresas españolas de ingeniería, construcción y montaje, así como fabricantes de equipo, sobre todo eléctrico. Esta actividad seguida estrechamente por el Ministerio de Industria, permitió la familiarización de la industria con las nuevas normas y requisitos nucleares. Este procedimiento “llave en mano” consiste en que un proveedor principal se responsabiliza de entregar al titular una instalación en funcionamiento, subcontratando para ello todos los equipos y servicios necesarios y asumiendo todos los riesgos técnicos y económicos. Desde el momento de la entrega, el propietario es el titular de la autorización de funcionamiento otorgada por la autoridad competente y asume toda la responsabilidad de la central. En la actualidad, se estudia en algunos países volver parcialmente a los procedimientos “llave en mano”, incluso dando entrada a los proveedores principales en la propiedad de las centrales. Análisis sectorial | 285

En la siguiente etapa (centrales de Almaraz, Ascó, Cofrentes y Lemóniz, esta última cancelada posteriormente debido a la moratoria nuclear impuesta en 1983) se adoptó la contratación por componentes, alcanzando una gran importancia la industria de ingeniería y la de bienes de equipo, en instalaciones existentes pero con métodos modernizados y adaptados a los nuevos conceptos de Garantía de Calidad.

Vandellós II y Trillo, ejemplos de un programa nuclear ejemplar

Durante la tercera etapa (Vandellós II, Trillo I, Trillo II y Valdecaballeros, las dos últimas canceladas más tarde por la moratoria), la industria nuclear, llegó a su madurez con la construcción de fábricas de nueva planta, tanto de equipos como de combustible, y el funcionamiento de un número de empresas de servicios especializados. En esta etapa la participación y responsabilidad de la industria española fue mayor, llegando a participa- ciones de 86% en las últimas realizaciones. Este hecho ha llevado a España a ser seleccionada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) como ejemplo de país que tuvo un programa nuclear ejemplar de promoción industrial ante los países que inician sus programas nucleares.

Los resultados de los esfuerzos fueron muy positivos, llegándose a un parque nuclear de gran calidad, a unos equipos de operación muy expertos y a cifras muy altas de participación nacional. No obstante, el programa inicial nuclear era mucho más ambicioso. Tal y como se ha adelantado, no todas las centrales programadas fueron terminadas (casos de Lemóniz, Sayago, Santillán, Escatrón, Regodola, Valdecaballeros y Trillo II). La moratoria nuclear impuesta en 1983 y la cancelación posterior de las centrales que estaban en construcción supuso una paralización del programa y un duro golpe para la infraestructura industrial que se había creado con gran esfuerzo.

Participación nacional (%)

Primera Segunda Tercera etapa etapa etapa

Equipo 24 50 75 Ingeniería 60 75 100 Construcción 70 100 100 Montaje 80 100 100 Total 43 75 85 286 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Capacidad actual de la industria española

En la actualidad, la industria nuclear española viene suministrando la ingeniería, los equipos, la construcción y montaje, los combustibles, la puesta en marcha y los servicios que las centrales necesitan para su operación. Toda esta estructura industrial, que pasa prácticamente inadvertida a los ojos del público, se formó durante la construcción de las centrales y ha evolucionado, adaptándose a las circunstancias del momento, con la incorporación de nuevas tecnologías adaptadas a las necesidades y requisitos actuales.

Las empresas que actúan en el campo nuclear, aparte del ciclo del combustible y de la gestión de residuos, se clasifican según sus especialidades. A continuación, se expone brevemente la infraestructura creada en España y su potencial actual, como núcleo industrial para la necesaria expansión que se avecina, según los pronósticos más realistas.

Ya se ha comentado que la industria nuclear española alcanzó una gran dimensión en los años en que se construyeron las centrales españolas. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, las actividades internacionales en aquellos años se consideraban complementarias. En todo caso, la industria estaba preparada para el mercado internacional, pues en la construcción de centrales nucleares toda la estructura técnica de normas, especificaciones, planos, cualificaciones, ejecución, inspecciones y docu- mentación es la usada a nivel mundial, y las empresas estaban familiarizadas con los clientes y las agencias de inspección y con los usos internacionales. Por otra parte, muchas de ellas poseían la certificación de las principales entidades de clasificación.

• Las empresas eléctricas, responsables en su día de la construcción de las centrales nucleares y después de la operación de las mismas, han ampliado su actuación a los estudios de optimación del funcionamiento, mantenimiento, gestión de mejoras en el equipo y procedimientos, gestión del ciclo del combustible y desarrollo de nuevos reactores.

• Los proveedores de sistemas nucleares. En España se tomó en su momento la decisión de no constituir una Sociedad de Sistemas ligada mediante licencia a algún proveedor extranjero, lo que habría forzado prácticamente a elegir un solo tipo de reactor. Los proveedores internacionales, presentes en España mediante delegaciones, suministraron las primeras centrales “llave en mano” y más tarde los Sistemas Nucleares de Generación de Vapor para las centrales nucleares sucesivas, además de apoyar el acceso de la industria española a los usos y estándares nucleares. Hoy prestan a las centrales servicios de apoyo en la operación y el mantenimiento y, desde luego, desempeñarán un papel muy importante en los futuros esfuerzos nucleares del país. Análisis sectorial | 287

•Las empresas de ingeniería, que aprovecharon su experiencia en el proyecto y la construcción de centrales térmicas para crear una importante capacidad de ingeniería de centrales nucleares, apoyo en la gestión de la construcción de centrales nuevas y en la operación y en el mantenimiento de las centrales en funcionamiento. Desde el principio, las empresas españolas de ingeniería colaboraron con contratistas principales extranjeros. A partir de la segunda etapa de centrales la situación se invirtió, siendo las empresas españolas los contratistas de los propietarios, utilizando a las empresas extranjeras durante un tiempo como consultores y asumiendo después la respon- sabilidad total. Las principales empresas de ingeniería españolas que actuaron en el campo nuclear fueron Empresarios Agrupados, INITEC (hoy del grupo Westinghouse), Sener, e Inypsa. Desde luego, todas ellas tienen hoy la experiencia necesaria para tomar parte en un fuerte despegue nuclear. Recientemente se han incorporado Socoin e Iberdrola Ingeniería y Construcción, así como IDOM.

•Los proveedores de equipo. Este sector se formó sobre la base de la industria existente y la adición de nuevas capacidades, especialmente de fabricación de los equipos principales y los turboalternadores, pero también de grúas, válvulas, tuberías y accesorios, cambiadores de calor, máquinas de manipulación del combustible y un largo etcétera de elementos sometidos a estrictos sistemas de Garantía de Calidad. Quedó constituida una industria capaz de suministrar la mayor parte de los bienes de equipo, tanto grandes (turbinas, alternadores, grandes grúas, etc.), como medianos o pequeños (recipientes, cambiadores de calor, tuberías, válvulas, accesorios, soportes, etc.) Para los equipos eléctricos nunca hubo problemas de capacidad. El nivel alcanzado por la industria en el momento de plantearse la tercera etapa nuclear, que se preveía muy ambiciosa, animó a las autoridades industriales a promover un nuevo incremento de la capacidad de fabricación, para llegar a participaciones del orden del 75%. En esta línea se estableció la empresa Equipos Nucleares, inicialmente privada y después del Instituto Nacional de Industria (INI), hoy SEPI, que construyó una gran fábrica en Santander, con capacidad para fabricar vasijas de presión, generadores de vapor, presionadores y otros componentes primarios de alta cualificación.

•Las empresas de construcción y montaje, que estaban ya establecidas y que se adaptaron sin dificultad a los nuevos requisitos de calidad. Es importante el efecto locomotora que la energía nuclear ha tenido en el sector del montaje e instalaciones industriales. Por un lado, y en lo estrictamente nuclear, ese tirón supuso un cambio cualitativo en temas tales como la garantía de calidad y la conformidad respecto de normas de exigencias especiales. Por otro lado el tirón afectó también positivamente a las industrias más convencionales, por motivos de potencias unitarias y dimensiones de los equipos a montar. Ello ha tenido repercusiones muy positivas en otros ámbitos, 288 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

incluyendo el despliegue de las energías renovables, y en particular en sus compo - nentes y montajes electromecánicos. Sin un bagaje tan sólido como el adquirido en la expansión nuclear, dicho despliegue podría haber sufrido cuellos de botella importantes.

• Las empresas de servicios especializados, especialmente Tecnatom, que tuvo un papel importantísimo en la ingeniería, construcción, y puesta en marcha de la primera central nuclear española en José Cabrera. Esta compañía orientó después sus actividades al proyecto y suministro de simuladores, formación y entrenamiento de operadores, inspección en servicio y desarrollo de sistemas de apoyo y mejora en la explotación, contando entre sus clientes a todas las empresas nucleares españolas y un gran número de entidades extranjeras.

La actualidad nuclear

La industria nuclear, experta y eficaz, es garantía de que la tecnología nuclear se conserva en España y, no sólo para apoyar a las centrales nucleares en operación, sino para atender un mercado nuclear reactivado a nivel internacional. Los retos energéticos y medioambientales han hecho que se vuelva a mirar de frente a la energía nuclear, una tecnología capaz de suministrar grandes cantidades de electricidad sin contaminar la atmósfera que garantiza el suministro eléctrico y reduce la dependencia energética exterior. Según los últimos datos del Organismo Internacional de Energía Atómica, en el mundo hay un total de 438 reactores nucleares en operación y 57 más están en construcción, seis de ellos en la Unión Europea.

Mientras llega este impulso nuclear a nuestro país, hay que mantener a largo plazo la operación de los ocho reactores nucleares españoles, que funcionan a plena potencia más de 8.000 horas al año, empleando el resto de las horas en las recargas, inspecciones y mantenimiento, así como posibles paradas no programadas.

La energía nuclear es hoy un activo esencial en el mix de los tipos de centrales eléctricas y, con su excelente comportamiento, garantizan la cobertura de la base de la demanda. Tal y como se observa en el gráfico, en 2009 el parque nuclear español generó el 17,61% de la producción eléctrica total española, y evitó la emisión anual de 40 millones de toneladas de CO2, contribuyendo de manera decisiva e insustituible al cumplimiento de las obligaciones del Protocolo de Kioto para combatir el cambio climático. Análisis sectorial | 289

Los factores de carga de los ocho reactores nucleares españoles están entre los mejores del mundo, alcanzando generalmente el 90%. Sus características y excelente funcionamiento, que las sitúan entre los primeros puestos mundiales, se resumen en la tabla adjunta con datos de 2009.

Potencia Producción Inicio Central Titular Tipo (MWe) (GWh) operación Sta. Mª de Garoña Nuclenor* BWR 466 3.579,85 1971 Almaraz I Iberdrola 53% PWR 977 7.152,50 1981 Endesa 36% Almaraz II Gas Natural 11% PWR 980 7.092,15 1983 Ascó I Endesa 100% PWR 1.032 5.770,74 1983

Ascó II Endesa 85% 1.027 8.157,20 1985 Iberdrola 15% PWR Cofrentes Iberdrola 100% BWR 1.092 8.047,98 1984

Endesa 72% PWR 1.087 5.387,86 1987 Vandellós II Iberdrola 28% Iberdrola 48% Gas Natural 34,5% PWR 7.701,81 1988 Trillo HC Energía 15,5% 1.066 Nuclenor* 2%

Total 7.727 52.890,09 Total España 98.750 300.345 Porcentaje nuclear 7,84% 17,61%

*Nuclenor está participada por Iberdrola 50% y Endesa 50% 290 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Exportación y actividades futuras

En los últimos años, las empresas eléctricas propietarias de las centrales, los proveedores de combustible y las empresas de servicios especializados continúan su actividad a pleno ritmo. El resto de la industria atiende las necesidades nacionales y se abre con éxito a la exportación, en un mercado bastante estrecho. La dimensión de la industria se ha ajustado a la nueva situación y puede estimarse que en España hay actualmente más de 30.000 personas empleadas de forma directa e indirecta en el sector nuclear.

Continúan hoy las actividades de suministro de ingeniería y componentes para repa - raciones o modificaciones, suministro de combustibles y servicios de inspección durante el funcionamiento, así como prestación de servicios de apoyo a las recargas y de protección radiológica. Hacia el exterior tienen menor dimensión los servicios de apoyo al funcionamiento y de montaje y construcción. El resto de prestaciones de la industria corresponde a actividades del tipo de las que se llevaban a cabo durante la construcción de las centrales, pero con un contenido tecnológico más moderno y competitivo y un alcance que cubre más sectores. Por otra parte, las empresas españolas toman parte en las actividades internacionales de proyecto, investigación y desarrollo sobre reactores avanzados y grandes programas multinacionales como los de fusión nuclear y física de altas energías, todo ello a pesar de la escasez actual de apoyo por parte de la Administración.

Las empresas españolas de bienes de equipo, contando en algunos casos con financiación a la exportación, han exportado equipos de todas clases para centrales nuevas y para reposición, desde generadores de vapor, partes de vasija y presionadores, hasta bastidores y contenedores para combustible gastado, pasando por grúas, válvulas, tuberías y accesorios, etc. Los países compradores han sido Estados Unidos, Alemania, Argentina, México, Finlandia, Francia, Bélgica, Suecia, Suiza y otros muchos, incluyendo los asiáticos.

Las empresas de ingeniería y de servicios especializados han encontrado, por su parte, un importante mercado en los países de Europa Central y Oriental y en los de la antigua Unión Soviética, que necesitan mejoras sustanciales en sus instalaciones y en sus estructuras organizativas y sistemas de calidad. Para ello, y dadas sus carencias económicas, se han dispuesto diversas fuentes de financiación y los créditos del Banco Europeo de Recons- trucción y Desarrollo, además de subvenciones de Euratom y diversos acuerdos bilaterales. Las empresas españolas participan activamente en estos programas en diversos países y han realizado un gran número de estudios, proyectos y suministro de simuladores, equipos de inspección y cursos de formación. Análisis sectorial | 291

En el caso específico de China, el país con más centrales nucleares en construcción (23 unidades), diversas empresas españolas han llevado a cabo un importante suministro de equipos y servicios. Se ha formado un consorcio para el impulso conjunto de las exportaciones a China, formado por las empresas españolas Enusa, ENSA, Tecnatom y Ringo Válvulas. Además, empresas representativas del sector nuclear español, exponen anualmente en la Feria Nuclear China, con el apoyo del Instituto de Comercio Exterior, sus capacidades, las líneas de investigación más vanguardistas y los últimos avances tecnológicos en el campo nuclear. Estos encuentros permiten la expansión internacional y facilitan vías de colaboración, así como la firma de convenios y contratos entre ambos países.

Reactores avanzados, una apuesta de futuro

Por su parte, las tareas de investigación y desarrollo nuclear han proseguido activamente durante las últimas décadas. En el ámbito doméstico tienen lugar en el CIEMAT, las universidades y en varias empresas y ha proseguido la investigación y desarrollo mediante programas conjuntos como los del Consejo de Seguridad Nuclear y Enresa con las empresas eléctricas, en los que participa la industria.

En el ámbito internacional los esfuerzos de investigación son cada vez más multina- cionales. España participa, a través del CIEMAT, las universidades y las empresas, en los grandes programas internacionales de investigación nuclear, principalmente los de Física de Altas Energías en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) y los de fusión nuclear, tanto por confinamiento magnético, culminando con el proyecto ITER, como por confinamiento inercial.

Los programas de reactores avanzados, aunque inicialmente impulsados y dirigidos por los diseñadores de sistemas nucleares de generación de vapor, se han internacionalizado en gran medida, a fin de repartir las inversiones y de integrar la experiencia y esfuerzos de muchos agentes. España participa desde los años 80 en estos programas. La industria, coordinada actualmente por Tecnatom, toma parte en los proyectos para la certificación de los reactores avanzados y pasivos de concepción americana.

En definitiva, tanto la industria como las empresas eléctricas y las instituciones colaboran activamente en los desarrollos de centrales avanzadas que se llevan a cabo en cooperación internacional y que constituirán los reactores del futuro. Por ejemplo, últimamente, varias empresas españolas participan en el proyecto avanzado de reactor de lecho de bolas, refrigerado por gas, de concepción sudafricana, apoyándose en la 292 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

experiencia obtenida hace años en Alemania y Estados Unidos. Este proyecto puede servir para aplicaciones de alta temperatura, como la producción de hidrógeno por métodos termoquímicos.

Conclusiones

Las centrales nucleares españolas han funcionado durante los últimos decenios con un comportamiento excelente, ocupando los primeros puestos en la lista de las centrales mundiales de mejor rendimiento. Ocupan un lugar insustituible en la cesta de energías que surten el mercado español, y constituyen un recurso importante en la lucha contra el calentamiento global.

Aunque la postura oficial actual es la de reducir paulatinamente la participación nuclear, se están alzando voces que defienden el aumento de dicha contribución como indispensable para enfrentarse a los retos del calentamiento global y a la inseguridad de los suministros de combustible, a costes razonables.

Desde Foro de la Industria Nuclear proponemos, a la vista de la situación futura, la operación a largo plazo de las centrales nucleares actuales tal y como ocurre en Bélgica, Holanda, Suiza o Estados Unidos. La operación a largo plazo del parque nuclear es una realidad en la mayoría de los países. Es una responsabilidad política y social y ofrece independencia y diversificación del abastecimiento eléctrico, respeto por el medio ambiente y mejora de la competitividad. Junto al mantenimiento del parque nuclear es necesaria la construcción de unos 10.000 MWe nucleares adicionales en los próximos años hasta 2030, para alcanzar de nuevo un porcentaje próximo al 30%, cifra similar a la media de la Unión Europea.

El renacimiento nuclear mundial es evidente como consecuencia de la preocupación por la dependencia energética, la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, la adopción de medidas contra el cambio climático y el desarrollo tecnológico de nuevos reactores. Países como Estados Unidos, Francia, Finlandia, Rusia o Japón y economías emergentes como China e India están anunciando planes energéticos nacionales en los que la energía nuclear juega un papel importante. Después de medio siglo de tecnología y experiencia nuclear, sería lamentable que España se quedara fuera de la opción nuclear cuando nuestra capacidad tecnológica y experiencia operativa se encuentra entre las más competitivas del mundo.

La infraestructura industrial creada para la construcción del parque nuclear, con las adaptaciones necesarias para las nuevas tareas del ciclo del combustible, mantenimiento, Análisis sectorial | 293

reparaciones, modernizaciones, etc. representa un activo industrial de primer orden. Las empresas del sector, una vez terminada la construcción de las centrales españolas, siguen trabajando en apoyo de éstas durante su funcionamiento y han entrado con éxito en el mercado internacional.

Por tanto, España dispone de la infraestructura necesaria, la capacidad técnica, los recursos financieros y la voluntad de las empresas en el empeño común de proporcionar a los españoles una energía eléctrica fiable, barata y sostenible, con respeto al medio ambiente y seguridad para los ciudadanos. Los poderes públicos tienen también los instrumentos para controlar que se cumplan normas y requisitos. Deben, sin embargo, garantizar a través de Pactos de Estado que la normativa y el régimen de regulación tendrán en el tiempo la continuidad necesaria para que los agentes comprometan los recursos necesarios sin temor a cambios sustanciales en las reglas del juego. Y es que el futuro energético del país tiene que garantizar la estabilidad del suministro eléctrico, la competitividad y el respeto al medio ambiente. La energía nuclear es, en definitiva, una pieza clave hoy y lo será en el futuro. 294 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Los renovables en los 25 años del Club de la Energía

José María González Vélez Presidente APPA

a historia de APPA está muy ligada a la historia del Club de la Energía. Apenas L cuando el club había cumplido algo más de un año se funda APPA en Barcelona, por un grupo de “minicentraleros”. De su primer nombre guardamos las siglas: Asociación Pequeños Productores y Autogeneradores Hidroeléctricos. Ahora APPA, Asociación de Promotores de Energías Renovables, es la única asociación española que agrupa todas las tecnologías en el ámbito nacional, siendo la decana de las asociaciones que tienen intereses parciales o regionales en el mismo ámbito.

Fue tan grande el interés de los fundadores en que representara a los empresarios pequeños que accedían a este mundo, que en sus estatutos se prohíbe la participación de las grandes compañías eléctricas y/o sus participadas. Ahora están todas ellas en el seno de la asociación y se sientan sin problemas con aquellos empresarios, que han crecido a distinta velocidad en función de sus circunstancias.

Lo que hoy conocemos como Régimen Especial, antes producción independiente, nace a partir de la Ley de Conservación de la Energía que sanciona el Rey en Baqueira Beret el 30 de diciembre de 1980. Es de las primeras leyes que nos damos en Democracia después de todo el desarrollo constitucional y autonómico y es la primera respuesta que da España a la crisis del petróleo de la mitad de los setenta. En toda la lectura de la ley no se hace referencia alguna al medio ambiente. Lo que intenta el Gobierno, entonces de UCD, es poner en marcha la recuperación de aquellos pequeños saltos hidroeléctricos (limita su potencia a 5.000 kW) e introduce el concepto de eficiencia energética al promover el desarrollo de la cogeneración. Análisis sectorial | 295

La Ley pasa bastante desapercibida, de tal modo, que el IDAE, mejor dicho su Instituto predecesor, tiene que contratar “animadores” de la inversión, que se dedican a explicar las ventajas de hacer alguna minicentral o rehabilitarla, o instalar cogeneración en los procesos industriales en los que es necesario el calor.

La normativa se va desarrollando y ajustándose a las circunstancias de cada momento, pero sí se aprecia una política de Estado, favorecedora del desarrollo del aprovechamiento de la energía autóctona (insisto en que no se habla de medio ambiente o de energía limpia todavía) y la eficiencia energética y ahorro de energía primaria (cogeneración y residuos).

A partir de mediados de los ochenta empieza a constituirse un tejido de pequeñas y medianas empresas que se interesan por desarrollar minicentrales. Este tejido empresarial se torna fundamental para el desarrollo posterior de lo que ha sido el éxito español en renovables, que a mi juicio se ha basado en algunos aspectos fundamentales.

La política de Estado en el desarrollo de las renovables. Hemos pasado por gobiernos de todos los colores políticos, que han regulado siempre en positivo.

Se establece la obligatoriedad de incorporación de la totalidad de la energía generada a la red.

Se fija precio (en su inicio mediante órdenes ministeriales) con su factor de incerti- dumbre para poder financiarse a largo plazo.

Estas tres condiciones necesarias, aunque insuficientes, siembran el germen de lo que es el sector en la actualidad. Ningún pequeño empresario podría haber “negociado” la incorporación de su energía o el precio frente a las grandes compañías.

Una década después empiezan a desarrollarse los primeros parques eólicos, (El Perdón, Pamplona, diciembre de 1994, con seis molinos de Gamesa/Vestas de 500 kW.) fuera de los primeros prototipos. El papel de EHN, ahora Acciona, es fundamental promo- viendo acuerdos de fabricación, que permiten ser el embrión del desarrollo industrial que debería haber ido siempre emparejado al desarrollo del resto de las tecnologías renovables. La eólica sí lo consiguió, en la solar no ha sido posible, sin duda por una regulación no del todo acertada.

APPA, de la misma forma que Enerclub se abre a energías no eléctricas, se abre también a las distintas tecnologías. Se fundan las secciones eólica y de biomasa. Después se irán 296 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

incorporando, a medida que empiezan a surgir empresas con interés en su desarrollo, el resto de secciones, Solar Fotovoltaica, Solar Termoeléctrica, Marina, Minieólica, Geotérmica, y por último, como primera no eléctrica, los biocarburantes.

En este año de 1994, sucede algo poco conocido y poco valorado en el sector y que un deber de agradecimiento, insisto poco reconocido, me obliga a destacar en la Memoria de estos 25 años.

Carlos Robles Piquer, entonces eurodiputado, compañero de partido y a pesar de ello amigo de Abel Matutes, entonces Comisario de Energía de la Unión Europea, promueve junto con algunos de los que, ya entonces, nos creíamos lo de las renovables, EUFORES, un lobby europeo, formado por eurodiputados de todo el arco parlamentario, a los que les une su creencia de que las renovables han de jugar un importante papel en un futuro en el modelo energético, del que Europa carece.

En una primera declaración de Madrid, se insta al Parlamento Europeo, a su Comisión y a su Consejo, a que establezcan objetivos para Europa, que alcancen un QUINCE POR CIENTO de energía de origen renovable sobre la energía primaria que se consuma en los países miembros en el año 2010.

Aquella declaración fue, sin duda, el detonante de lo que después se convirtió en objetivo (rebajado al doce por ciento) de la Directiva Europea y de la Ley española de 1997, que lo recoge y sigue vigente en la actualidad.

El crecimiento intensivo de las renovables, sobre todo de la eólica, se da esencialmente a partir de la entrada en vigor de la Ley 54/97. ¿Cuál es el factor fundamental de esta Ley? Es la primera vez que se trata con un rango de Ley al Sector, aunque la Ley anterior promovida por el PSOE en 1994 apuntaba ya esta necesidad.

Establece una banda, entre el 80% y el 90%, del precio de venta universal del kilovatio hora en el sistema. Lo que da un suelo a los financiadores y a los promotores de las instalaciones.

Permite ir al mercado a las renovables, lo que el sector ofrece, como muestra de hacer el mismo esfuerzo que hagan el resto de los agentes, si el mercado logra su máxima eficiencia y lo traduce en precios más baratos. Sin duda las renovables contribuyen notablemente con su presencia a abaratar estos precios.

Establece como MANDATO LEGAL, SIN EXCEPCIONES, el de alcanzar el DOCE POR CIENTO de energía con origen en fuentes renovables, respecto al consumo primario de Análisis sectorial | 297

energía en España, objetivo que estamos todavía lejos de alcanzar en el año 2010. Para ello también expresa que las primas a las renovables han de ser el instrumento que se utilice para alcanzar estos objetivos.

La traducción de todo esto es que las entidades financieras se lo creen también y empiezan a financiar los proyectos, fuera de los balances de las pequeñas y medianas empresas que habían empezado su andadura unos años antes, lo que permite que la velocidad de crucero de crecimiento de las renovables sea muy alta. También ante este éxito se incorporan grandes compañías de otros sectores que ya hacen ese crecimiento casi exponencial.

El sector se consolida con la publicación del RD. 436/2004, que aún con algunas lagunas, da seguridad al sector. A partir de aquí se rompe esa política de Estado (Reales Decretos Leyes-7/2006 y 6/2009 –los primeros en 25 años– que inciden negativamente sobre las renovables) que fue base de éxito del desarrollo y que ha permitido la creación de mas de 120.000 puestos de trabajo (Deloitte 2008).

El futuro para las renovables es prometedor. Los objetivos de la Unión Europea, vinculantes para sus 27 países componentes, de alcanzar un 20% de la energía final, con origen en fuentes de energía renovable, para el año 2020, suponen que el conjunto de las energías renovables serán el primer suministrador de electricidad en la Unión Europea en ese año. Se abre también a los biocarburantes y al frío/calor con origen solar. Es un objetivo difícil de alcanzar, que solo se logrará si se cuenta con la iniciativa privada, que deberá exigir a sus políticos que eliminen las barreras y que conduzcan las inversiones necesarias en infraestructuras para que ese objetivo se convierta en realidad.

Para ello hay que olvidarse de políticas cortoplacistas. Hablar en términos de energía de 10/15 años es hablar del mes que viene. Los agentes que intervienen en el desarrollo de las renovables necesitan horizontes despejados, pocas incertidumbres legislativas y saber que se tiene la VOLUNTAD POLITICA de acometer las reformas necesarias, para dejar la dependencia de las energías fósiles, que están llamadas a cumplir funciones secundarias.

Las únicas energías de la que dispondrán las generaciones futuras serán las de origen renovable, mientras tengamos Sol. Cualquier política que no tenga esto en cuenta estará abocada al fracaso.

Análisis sectorial | 299

Eau et energie: un meme combat

Agua y energía: una misma lucha

Loïc Fauchon 300 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Eau et energie: un meme combat

Loïc Fauchon Président du Conseil Mondial de l’Eau

a demande en eau et celle en énergie ont en commun qu’elles ne cessent L d’augmenter. Cette croissance est même parfois effrénée, notamment dans la plupart des pays émergents.

Dans le même temps, ce sont les mêmes, les plus pauvres, les plus démunis qui n’ont accès ni à l’eau, ni à l’électricité. L’exemple de l’Afrique est à cet égard très révélateur. Quatre africains sur 5 n’ont ni robinet, ni toilettes, ni compteur électrique à leur domicile.

L’Eau et l’Energie, moteur du developpement humain

Or l’eau comme l’énergie sont indispensables au développement humain, économique, et social. Ils répondent à des besoins essentiels pour une vie décente: sans eau, ni énergie, pas d’alimentation, pas de santé, ni d’éducation.

Près d’un milliard et demi d’habitants de la planète n’ont pas accès à une eau saine en quantité suffisante. Près de deux milliards sont sans électricité, et beaucoup plus encore ne bénéficient pas d’assainissement individuel.

De surcroît, l’eau comme l’électricité sont nécessaires à l’atteinte des Objectifs dits du Millénaires (lutte contre la faim, la pauvreté, la maladie, l’illettrisme).

Ils font l’un comme l’autre l’objet d’une demande croissante due à l’accroissement démographique, à l’élévation du niveau de vie, à l’urbanisation, à la modernisation de la production agricole et industrielle. Eau et energie: un meme combat | 301

De source onusienne, ne dit-on pas que la ressource en eau disponible pour l’agriculture devrait doubler d’ici à 2050, s’il n’y a pas d’amélioration de la productivité. Dans le système urbain, une ville comme Marrakech au Maroc, “a vu sa consommation d’eau potable augmenter de plus de 15% par an au cours des cinq dernières années, et ce chiffre est de près de 25% pour l’énergie”.

D’après le rapport, “Water for a growing planet“, “la demande en énergie augmentera d’au moins 70% d’ici à 2030 et les trois quarts de cet accroissement viendra des pays en développement”.

Un article récent du journal français “Le Monde” indique que la “croissance économique de la Chine et de l’Inde sont en train de transformer le système énergétique mondial”.

La situation de l’eau est tout aussi préoccupante. Depuis le début du XXème siècle, la consommation d’eau douce a été multipliée par 7. Et la mauvaise qualité de l’eau ou son insuffisance reste la première cause de mortalité avec 7 à 10 millions de morts par an, dont la moitié au moins d’enfants de moins de cinq ans.

Si nous projetons la situation actuelle avec 25 pays en situation de stress hydrique, - moins de 150m3 par an et par personne-, c’est en 2050 près de quatre terriens sur dix qui devraient connaître des difficultés d’approvisionnement en eau potable.

Eau pour energie, energie pour eau

L’eau est nécessaire pour produire de l’énergie, et cette dépendance augmentera encore dans les années à venir. L’eau douce sert donc à:

– Extraire les énergies fossiles, le gaz, le pétrole, le charbon et la plupart des minerais. Notons d’ailleurs que les progrès techniques opérés depuis un demi-siècle dans les gisements profonds, ont bénéficié au monde de l’eau. L’utilisation de nappes hydrauliques plus profondes est la conséquence des progrès faits par les pétroliers qui effectuent des forages de reconnaissance ou d’exploitation au-delà du millier de mètres.

– Refroidir les centrales thermoélectroniques, qu’il s’agisse des thermiques classiques de nouvelle génération ou des centrales nucléaires.

– Produire de l’agro-énergie, aussi bien pour les centrales à bois, que pour le développement des cultures produisant des agro-carburants. 302 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

– Garantir la production d’hydro-électrictié à partir des chutes d’eau et des barrages notamment. Cette production, rappelons-le toujours est la première source d’énergie renouvelable dans le monde.

Bien évidemment, ce besoin d’eau pour l’énergie fait discussion. D’abord parce qu’elle est amenée à mobiliser des sites naturels majeurs, à déplacer des populations, et des activités de production. Ensuite parce qu’elle créée des conflits entre usages de l’eau, entre eau pour la nourriture et eau pour la santé par exemple. Et enfin, parce que la production d’énergie mobilisatrice d’eau peut avoir un impact significatif sur l’eau en augmentant les prélèvements, en perturbant qualité et températures, en modifiant les écosystèmes aquatiques, bref en déséquilibrant le rapport entre l’utilisation nécessaire de l’eau par l’homme et sa restitution à la nature, sans attenter à la pérennité de la biodiversité.

Mais l’énergie est tout aussi nécessaire à l’eau. Sans énergie pour l’eau, pas de pompage, pas de stockage, ni de transfert, pas de distribution ni de traitement.

Quand l’énergie fait défaut, quand son prix flambe, c’est l’accès à l’eau qui recule. Là où dans une brousse du Mali on pompait huit heures, les divagations boursières font qu’on ne peut plus le faire que durant quatre heures.

Ajoutons à cela que les formes nouvelles de mise à disposition de ressources en eau sont particulièrement consommatrices d’énergie. Le dessalement, les pompages très profonds, le recyclage d’eau usée sont “énergétivores”, mais sans elles nous serions incapables de répondre demain à cette demande croissante d’eau nécessaire à la production de nourriture et à la distribution d’une eau salubre.

Apporter plus d’énergie à l’eau fait partie aussi du débat public en bien des régions du monde et les politiques de l’eau et de l’énergie, généralement mal coordonnées peuvent créer des tensions, voire des disputes.

C’est parfois le cas pour l’irrigation, la gestion des crues ou la répartition de la production d’électricité entre activités touristiques et agricoles.

On voit bien à travers ces quelques remarques et exemples que le futur de l’eau et de l’énergie sont en grande partie liés. Ils nécessitent des politiques parfois communes, mais toujours regardées avec ce qu’elles nécessitent de réciprocité. Eau et energie: un meme combat | 303

Eau et energie, des decisions communes

Il est difficile de prétendre être exhaustif concernant un sujet aussi considérable. Essayons simplement de rappeler quelques pistes de progrès susceptibles d’autoriser dans le futur une utilisation plus économe et plus efficiente de l’eau et de l’énergie.

Pour ce faire, il est indispensable que les professionnels de ces deux domaines travaillent ensemble à une meilleure connaissance et à un suivi régulier et durable des dossiers communs à l’eau et à l’énergie. Ils doivent notamment explorer la mise en place d’indicateurs d’évaluation et de performance de ce que l’on pourrait appeler l’ “empreinte eau” sur l’énergie et à l’inverse l’ “empreinte énergétique” sur l’eau.

Au-delà, une approche commune de régulation de la demande s’impose. Depuis un siècle, les gouvernements, les autorités politiques et économiques s’imposent d’accroître l’offre à travers de nouvelles infrastructures, des équipements plus nombreux, pour améliorer l’accès à l’eau et à l’électricité pour toutes sortes d’usages.

Cette politique d’ “offre à tout prix”, qui dans de nombreux cas a mis sur le marché , eau et énergie à un prix subventionné, très inférieur aux coûts de revient a largement incité à la surconsommation et au gaspillage.

Cette politique d’accroissement de l’offre sans protection, ni gestion harmonieuse de la ressource a très nettement marqué ses limites.

Ce n’est plus seulement le “temps de l’eau facile qui est révolu”, celui de l’énergie aussi. Nous serons contraints demain de consommer moins, de consommer « mieux » pour répondre aux attentes de l’Homme tout en respectant la Nature.

Mobiliser les financements et la bonne gouvernance

Nombre de pays et d’autorités locales sont confrontés à un manque criant de ressources financières pour sécuriser l’avenir de leur approvisionnement hydraulique et énergétique. Ces besoins ont été évalués par différentes organisations avec des estimations très différentes. Disons avec une grande prudence que 100 milliards d’euros supplémentaires dans chacun des deux domaines serait un minimum.

Les trouver n’est pas chose aisée, même si macro-économiquement cela ne représente que 40 euros par an et par habitant de la planète. Encore faudrait-il que l’on soit capable rapidement d’engager des projets correspondant à une somme aussi importante. 304 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Mais du point de vue du Conseil Mondial de l’Eau, il convient surtout de faire face aux mouvements erratiques, mais réguliers, du prix du brut, et de garantir l’énergie indispensable à l’eau comme une cause mondiale d’utilité publique.

L’énergie est pour l’eau un préalable et de la réponse à cette question dépend la survie d’une partie des générations qui s’avancent. Il est nécessaire pour cela de faire accepter par le monde politique, et aussi par celui de l’énergie, qu’une part de l’énergie pour l’eau, nécessaire aux pays et aux populations les plus pauvres, les plus démunies, soit mise à disposition à un coût durablement réduit.

La communauté internationale a aujourd’hui le devoir de réfléchir, de proposer puis d’arrêter des solutions qui apportent ces garanties.

Pouvons-nous imaginer une forme de moratoire sur l’accroissement du prix, une solution qui viserait en quelque sorte à neutraliser une partie du prix ou son accroissement récent ou à venir ?

Autre piste possible: disposer d’un carburant spécifique, utilisable pour produire l’énergie nécessaire à l’eau. Une solution comparable à ce qui a existé ou existe dans plusieurs pays européens pour le gasoil que l’on appelle domestique à l’intention des agriculteurs, des pêcheurs, ou des chauffeurs de taxi.

Une autre idée pourrait consister en une taxe spécifique sur les produits pétroliers, à discuter avec les pays producteurs qui accepteraient d’abonder directement dans les pays les plus pauvres, un fonds particulier et uniquement dédié à l’eau.

Un meme combat

Ce son là des pistes de travail, parmi d’autres. Une autre est plus globale et pourrait marquer une reconnaissance conjointe des besoins en eau et en énergie. Le Conseil mondial de l’eau l’a demandé avant Copenhague. Cela reste plus vrai que jamais, car nous pensons que l’avenir de l’énergie ne s’écrira pas sans celui de l’eau. C’est pourquoi nous avons demandé que l’on adjoigne l’eau au fameux paquet « énergie-climat ».

En réalité, le monde a besoin immédiatemment d’un paquet « eau-énergie », sur fond de changement du climat. Et pour nous, en charge de la communauté de l’eau, cela signifie qu’un “Fonds Mondial pour les Ressources Rares” soit mis en place, abondé de manière institutionnelle, notamment pour favoriser la production d’énergie spécialement dédiée à l’eau. Eau et energie: un meme combat | 305

Ainsi seulement l’homme pourra se garantir en faveur de lui-même et de la nature. Garantir l’eau pour la nourriture et la sécurisation alimentaire des plus dépendants. Garantir l’eau pour la santé et la réduction radicale des décès dus à l’absence ou à la mauvaise qualité de l’eau.

Tel est notre devoir. Tel est l’enjeu qui exige une mobilisation commune pour l’eau et l’énergie.

Là est en tous cas l’enjeu pour demain, fait de rigueur et d’audace pour garantir un monde de progrès qui soit aussi équitable que durable.

Il est temps que l’humanité reconsidère le rapport entre l’homme, l’énergie, et l’eau. Le temps de l’insouciance et de la gabegie s’achève. Nous sommes à l’aube d’une ère de la consommation et d’un usage raisonné de ces ressources rares. Eau et énergie, même combat. 306 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Agua y energía: una misma lucha

Loic Fauchon Presidente Consejo Mundial del Agua

a demanda de agua y energía tienen en común que no cesan de aumentar. A Lveces este crecimiento puede dispararse, especialmente en la mayoría de los países emergentes.

Dichos países son, al mismo tiempo, los más pobres, necesitados, y los que no tienen acceso ni al agua, ni a la electricidad. En este sentido, el ejemplo de África es muy revelador: cuatro de cada cinco africanos no tienen ni grifo, ni aseos, ni contador de electricidad en su domicilio.

El agua y la energía, como motores del desarrollo humano

Ahora bien, tanto el agua como la energía son indispensables para el desarrollo humano, económico y social. Son la respuesta a las necesidades esenciales de una vida digna: sin agua y energía no es posible lograr una adecuada alimentación, ni salud ni educación.

Alrededor de 1.500 millones de personas en todo el planeta no tienen acceso al agua potable en cantidades suficientes. Cerca de 2.000 millones no disponen de electricidad y son muchos más los que no disfrutan de un sistema de saneamiento individual.

Por otra parte, el agua y la electricidad son necesarias para alcanzar los llamados Objetivos del Milenio (lucha contra el hambre, la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo).

Ambos ven aumentar su demanda debido al crecimiento demográfico, al aumento del nivel de vida, a la urbanización y a la modernización de la producción agrícola e industrial. Agua y energía: una misma lucha | 307

¿No se dice desde la ONU que los recursos de agua disponibles para la agricultura deberían doblarse de aquí a 2050 si no se mejora la productividad? En el caso de los asentamientos urbanos, una ciudad como Marrakech, en Marruecos, “ha visto crecer su consumo de agua potable en más de un 15% al año durante los últimos cinco años y, en el caso de la energía, este aumento ronda el 25%”.

Según el informe Water for a growing planet, “la demanda de energía aumentará al menos en un 70% de aquí a 2030 y las tres cuartas partes de este crecimiento vendrá de los países en vías de desarrollo”.

Un artículo reciente del periódico francés Le Monde apuntaba que “el crecimiento económico de China e India está transformando el sistema energético mundial”.

La situación del agua también es preocupante. Desde principios del siglo XX el consumo de agua potable se ha multiplicado por siete. Además, la mala calidad del agua, o su escasez, sigue siendo la primera causa de mortalidad, ocasionando entre siete y diez millones de muertes al año de las cuales, al menos la mitad, corresponden a niños menores de cinco años.

Si proyectamos en el futuro la situación actual, con 25 países en situación de estrés hídrico (menos de 150m3 por año y persona), en 2050 casi cuatro de cada diez personas sufrirán dificultades de abastecimiento de agua potable.

Agua para la energía, energía para el agua

Para producir energía se necesita agua y esta dependencia seguirá aumentando en los próximos años. Así, el agua potable sirve para:

– Extraer los combustibles fósiles, el gas, el petróleo, el carbón y la mayor parte de los minerales. Hay que tener en cuenta que los progresos técnicos llevados a cabo en los últimos cincuenta años en los yacimientos profundos han sido beneficiosos para la cuestión del agua. Así pues, la explotación de los acuíferos más profundos es consecuencia de los progresos obtenidos por los petroleros que efectúan perfora- ciones de reconocimiento o de explotación a más de mil metros.

– Enfriar las centrales termoeléctricas, ya sean centrales térmicas de nueva generación o de centrales nucleares.

– Producir agroenergía, tanto para las centrales de madera, como para el desarrollo de las culturas que producen agrocombustibles. 308 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

– Garantizar la producción de energía hidroeléctrica, sobre todo a partir de saltos de agua y de presas. Esta producción, no lo olvidemos, es la primera fuente de energía renovable del mundo.

Evidentemente, esta necesidad de agua para la energía genera debate. En primer lugar, porque da lugar a la movilización de importantes espacios naturales, el desplazamiento de poblaciones y actividades de producción. Además, porque crea conflictos entre los diferentes usos del agua, por ejemplo, entre el agua para la alimentación y el agua para la sanidad. Finalmente, porque la producción de energía movilizadora de agua puede afectar de forma significativa a este recurso, al aumentar las extracciones y alterar su calidad y temperatura modificando los ecosistemas acuáticos; en resumen, produciendo un desequilibrio entre el uso necesario del agua por parte del hombre y su restitución a la naturaleza sin poner en peligro la subsistencia de la biodiversidad.

No obstante el agua también necesita energía. Sin energía para el agua no hay bombeo, tampoco almacenamiento, transporte, distribución o tratamiento.

Cuando hay falta de energía o su precio aumenta, la accesibilidad al agua disminuye. En una selva de Mali donde se bombea agua durante ocho horas, las oscilaciones de la Bolsa hacen que sólo se pueda bombear durante cuatro horas.

Además los nuevos métodos que ponen a disposición los recursos acuíferos conllevan un consumo energético especialmente alto. La desalinización, los bombeos a gran profundidad y el reciclaje de agua usada son “énergétivores” pero, sin ellos, no seríamos, en un futuro, capaces de responder a la creciente demanda de agua para la producción de alimentos y de distribución de agua potable.

El tema de una mayor utilización de energía para el agua también forma parte del debate público en muchas regiones del mundo. Las políticas del agua y energía, que generalmente están mal coordinadas, pueden crear tensiones e incluso disputas.

Este es el caso, en ocasiones, del riego, la gestión de crecidas o el reparto de la producción de electricidad entre las actividades turísticas y agrícolas.

A partir de estas observaciones y ejemplos, podemos constatar que el futuro del agua y la energía están, en gran medida, vinculados. A veces necesitan de políticas comunes, pero siempre basadas en criterios de reciprocidad. Agua y energía: una misma lucha | 309

Agua y energía, decisiones comunes

Es difícil ser exhaustivo respecto a un tema tan amplio. Simplemente intentaremos recordar algunas claves de progreso que puedan llevar en el futuro a una utilización más económica y eficiente del agua y la energía.

Para conseguirlo, es indispensable que los profesionales de ambos sectores trabajen juntos para alcanzar un mejor conocimiento mutuo y un seguimiento regular y duradero de los informes comunes sobre agua y energía. Sobre todo, deben explorar la posibilidad de establecer indicadores de evaluación y de comportamiento de lo que se podría llamar la “huella del agua” en la energía y, al contrario, la “huella de la energía” en el agua.

Además, se impone un enfoque conjunto de regulación de la demanda. Desde hace un siglo, los gobiernos, las autoridades políticas y económicas se han visto en la obligación de incrementar la oferta a través de nuevas infraestructuras y de un mayor número de equipos, con el fin de mejorar el acceso al agua y a la electricidad para todo tipo de usos.

Esta política de “oferta a cualquier precio”, que en muchos casos ha llevado agua y energía al mercado a precios subvencionados muy inferiores al precio de coste, ha incitado en gran medida al sobreconsumo y al despilfarro.

Dicha política de aumento de la oferta sin protección y sin una gestión armoniosa de los recursos ha demostrado claramente sus limitaciones.

No sólo “ha acabado la época del agua fácil”, también la de la energía. Mañana nos veremos obligados a consumir menos, y a consumir “mejor” para responder a las expectativas del hombre sin dejar de respetar la naturaleza.

Estimular la financiación y el buen gobierno

Numerosos países y autoridades locales se enfrentan a una evidente escasez de recursos financieros para asegurar el futuro de su suministro hidráulico y energético. Varias organizaciones han evaluado estas necesidades y obtenido estimaciones muy diferentes. Siendo muy prudentes, podríamos decir que un mínimo de 100.000 millones de euros adicionales en cada uno de los dos campos serán necesarios. 310 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

No es fácil conseguir esta suma aunque, desde un punto de vista macroeconómico, sólo representa 40 euros por año y por habitante del planeta. Además, tendríamos que ser capaces de iniciar rápidamente los proyectos correspondientes a una cifra tan importante.

Sin embargo, lo más importante desde el punto de vista del Consejo Mundial del Agua es hacer frente a las fluctuaciones erráticas, pero regulares, del precio del crudo y garantizar la energía indispensable para el agua, como causa mundial de interés público.

La energía es indispensable para el agua. De la respuesta a este problema depende la supervivencia de parte de las generaciones futuras. Por este motivo, es necesario conseguir que tanto el mundo político como el energético, acepten que la parte de la energía destinada al agua en los países y pueblos más pobres se ponga a su disposición a un precio permanentemente reducido.

La comunidad internacional tiene el deber hoy de reflexionar, proponer soluciones que ofrezcan estas garantías y, después, de aprobarlas.

¿Es posible imaginar una especie de moratoria sobre el incremento del precio, una solución que estaría de algún modo encaminada a neutralizar una parte del precio o bien su aumento, reciente o futuro?

Otra opción posible: contar con un combustible específico que se emplearía para producir la energía necesaria para el agua. Se trataría de una solución comparable a la que existió o existe en varios países europeos con el gasoil llamado domestico para los agricultores, pescadores o taxistas.

Otra idea sería establecer un impuesto específico para los productos petrolíferos, el cual habría que consensuar con los países productores, que beneficiaría directamente a los países más pobres mediante un fondo especial dedicado exclusivamente al agua.

Una misma lucha

Las citadas son algunas de las claves de trabajo. Pero existe otra de carácter más global y que podría suponer un reconocimiento conjunto de las necesidades respecto al agua y la energía. Esta fue solicitada por el Consejo Mundial del Agua en Copenhague y nunca ha sido tan cierta como ahora, ya que creemos que el futuro de la energía no Agua y energía: una misma lucha | 311

puede escribirse sin el del agua. Por este motivo hemos solicitado que el agua entre a formar parte del famoso Paquete Energía-Clima.

En realidad, el Mundo necesita un paquete agua-energía inmediatamente, con el cambio climático como telón de fondo. Y para nosotros, que estamos a cargo de la comunidad del agua, significaría la creación de un “Fondo Mundial para los Recursos Escasos”, que contaría con apoyo institucional, sobre todo para favorecer la producción de energía especialmente dedicada al agua.

Solamente así el hombre podrá protegerse a sí mismo y a la naturaleza. Garantizar la disponibilidad de agua para la alimentación y la seguridad alimentaria de los más necesitados. Garantizar la disponibilidad de agua con fines sanitarios y la reducción radical de las muertes causadas por la escasez o la mala calidad del agua.

Ése es nuestro deber. Esta es la apuesta que exige una movilización común para el agua y la energía.

Ésa es, en cualquier caso, la apuesta por el mañana, rigurosa y audaz, para garantizar un mundo de progreso que sea tan equitativo como duradero.

Ha llegado el momento de que la Humanidad reconsidere la relación entre el hombre, la energía y el agua. El momento de la indiferencia y de la desorganización ha pasado. Asistimos al nacimiento de una era de consumo y utilización racional de estos recursos escasos. Agua y energía, una misma lucha. 312 | Los recursos hídricos y la energía | 313

Energía y sostenibilidad

Enrique Jiménez Larrea 314 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Energía y sostenibilidad

Enrique Jiménez Larrea Director General de IDAE

o es posible una economía sostenible si no está inmersa en un sistema energético N que garantice un suministro energético estable, diversificado, competitivo y con el mínimo impacto ambiental.

Un suministro energético sostenible, como el descrito, tiene un efecto multiplicador en el desarrollo económico global, al propiciar el desarrollo de dos sectores específicos de actividad –el de las energías renovables y la eficiencia energética– de gran potencial en nuestro país.

Existe pues, una doble dimensión en el discurso de la sostenibilidad energética: el exclu- sivamente energético, que afecta a toda la sociedad como demandante de energía, y el del desarrollo industrial y económico del país. Por eso, en estos momentos, en que el cambio de paradigma de desarrollo está de plena actualidad, la energía ocupa una posición prioritaria en la agenda política.

La dependencia energética

A pesar de la importante disminución de la intensidad energética y del considerable aumento de la participación de las energías renovables en el abastecimiento energético, España sigue manteniendo una fortísima dependencia energética del exterior, lo que es causa de crisis recurrentes desde los años 70, y un riesgo potencial a corto y medio plazo, constituyendo, quizás, el problema energético que mayor atención reclama.

Además de la elevada dependencia energética, la volatilidad de precios y la todavía baja eficiencia en el consumo, dan lugar a ineficiencias globales que disminuyen nuestra competitividad empresarial. Energía y sostenibilidad | 315

Nuestra dependencia es del orden del 80%, muy superior a la media UE, situada en el 50%. Por otra parte, las reservas de combustibles fósiles son cada vez más escasas y se sitúan mayoritariamente en regiones geopolíticamente inestables.

Las previsiones más fiables indican que el pico de producción de petróleo o bien ya se ha producido, o bien está a punto de producirse. Por ello, se prevé que los precios de los combustibles fósiles seguirán incrementándose a medio plazo, debido no sólo al agotamiento de las reservas, sino también al incremento de la demanda a nivel mundial, a la vista de las previsiones de la AIE.

Sólo aumentando la eficiencia energética y la participación de energías renovables hasta los límites técnicamente posibles (hoy por hoy, todavía lejos del 100% renovable), podremos disminuir nuestra dependencia energética, y contribuir así a una economía sostenible.

Afortunadamente, en la actualidad ya son perceptibles los cambios que se están produ- ciendo en el sistema energético y que resultan claves para lograr los objetivos previstos.

Así, por ejemplo en 2009, las renovables contribuyeron con un 9,3% al abastecimiento energético (7,6% en 2008). En cuanto a la producción eléctrica, supusieron el 25% en 2009 frente a un 19,7% en 2008, llegando en ocasiones puntuales a cubrir el 35% de la producción eléctrica total, lo que ha permitido, a su vez, un repunte en cuanto al grado de autoabastecimiento. 316 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En 2009 se ha mantenido, por quinto año consecutivo, el desacoplamiento entre PIB y consumo (en los años de crecimiento las variaciones de consumo han sido inferiores a las del PIB y en las recesiones la disminución de consumo ha sido superior) al contraerse el PIB un 3,6%, mientras que el consumo de energía registró un descenso del 8,2%.

El análisis de este hecho demuestra que, a diferencia de lo ocurrido en otras crisis económicas, además de los cambios estructurales en la economía debidos a la crisis, se ha producido una mejora tecnológica, que se traduce en un aumento de la eficiencia energética, debida a la introducción en el mercado de equipos, procesos industriales y vehículos más eficientes. Energía y sostenibilidad | 317

Causas de la mejora de la intensidad energética en España

Aunque en los últimos años se está reduciendo la intensidad energética a un ritmo similar al de la UE, es un factor que lastra nuestra competitividad. Aún manteniendo el ritmo de mejora de los últimos años, tardaremos más de una década en converger con los países de la UE15.

En términos de intensidad final, la que mide la eficiencia de nuestro consumo, el techo de la convergencia es todavía más elevado.

Los datos anteriores demuestran que nos encontramos en la senda adecuada, pero queda mucho por hacer para alcanzar los objetivos previstos en 2020 (22,7% de renovables y 20% de aumento de la disminución de consumos) y para converger en eficiencia con los países de la UE lo antes posible.

La apuesta decidida por el ahorro y la eficiencia energética y por las energías renovables podría reducir el consumo de energía en un 40% en el año 2030. Por su parte, la dependencia energética de España en ese año podría reducirse a un 55%, mientras que en un escenario tendencial, sin apoyos o al menos sin el impulso suficiente, se elevaría por encima del 85%.

Emisiones de Gases de Efecto Invernadero

La solución al problema del calentamiento global exige una actuación decidida a nivel mundial.

Debido a que la producción y consumo de energía ocasionan el 80% de las emisiones de CO2, las principales bazas para disminuir las emisiones son el aumento de eficiencia y la producción de energía con fuentes libres de carbono, fundamentalmente las energías renovables.

El aumento de eficiencia, es una medida muy efectiva a corto y medio plazo, pero podría no ser suficiente a largo plazo. Es decir por mucho que se aumente la eficiencia, tal como hasta ahora se considera, si sigue aumentando el consumo, aumentarán las emisiones de CO2. Las alternativas son considerar criterios dinámicos de eficiencia, adaptados a las prestaciones de los equipos o fomentar políticas de disminución de consumos de los nuevos equipamientos, similares a las obligaciones de reducción de consumos de los coches nuevos, o la exclusión del mercado de las lámparas incandescentes. 318 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En esta línea es importante trasmitir a los consumidores un nuevo concepto de la eficiencia energética e identificarla con modernidad, confort, y “valores”, de forma que se perciba como algo deseable para contribuir a una sociedad sostenible.

Al igual que en el caso de la intensidad energética y de las renovables, también en lo referente a emisiones se han hecho avances significativos. Así, cada kWh generado, en

2009 producía 298 gramos de CO2 (disminución del 7,7% respecto a 2008); que serán 205 en 2020.

En cuanto a demanda, cada tep consumida en 2009 emitía 3,3 toneladas de CO2 y se espera que sean 2,9 en 2020. Por su parte la reducción de consumo experimentado en

2009, evitó la emisión de 24 millones de toneladas de CO2.

Como consecuencia de las reducciones de los últimos años, el incremento de emisiones de CO2 desde 1990 a 2009 ha sido del 128%, cuando en 2007 dicho incremento, con la misma referencia de 2009, era del 151%.

Por ello, en estos momentos, no sólo es perfectamente factible cumplir con el objetivo de emisiones del Plan Nacional de Asignaciones 2008-2012 cifrado en alcanzar un 137% de incremento sobre 1990, sino acercarnos, o incluso cumplir, con el primer objetivo de Kioto (incremento de emisiones de 115% en el periodo 2008-2012), que hace tan sólo unos años se calificaba como imposible.

La situación actual ha sido posible gracias a la disminución de la intensidad energética (en parte debida a la contracción de la economía, pero también a la continuación de la mejora de la eficiencia) y a la mayor contribución de las energías renovables.

Evidentemente mantener esta tendencia, perfectamente factible, significaría para España una puesta en valor de la “energía sostenible” con las ventajas económicas que de ello se derivan.

Creación de riqueza

Las actividades económicas ligadas a las renovables y a la eficiencia contribuyen a incrementar nuestro PIB, todavía en cifras modestas, pero que pueden tener un efecto multiplicador creciente en el conjunto de la economía (fabricación de equipos, exporta- ciones, formación, I+D e incluso actividades financieras). Energía y sostenibilidad | 319

En 2008 la contribución al PIB de las renovables se estima en 4.800 M€ (0,44% del PIB), con unas inversiones acumuladas en 2005-2008 de 30.000 millones de euros, superando las previsiones del PER (24.000 millones), y que sin duda, se superarán con el nuevo PER 2011-2020, actualmente en proceso de elaboración. En cuanto a eficien- cia, las inversiones previstas en la Estrategia de Eficiencia (E4), actualmente vigente, están próximas a los 5.000 millones de euros anuales.

Como ejemplo de actividades económicas ligadas a la eficiencia, son de destacar la promoción del vehículo eléctrico (250.000 vehículos en 2014), lo que supondrá una inversión de 590 millones de euros en industrialización e I+D+i, el Plan de Ahorro y Eficiencia en edificios de la administración con una la inversión prevista de 2.350 M€ y una creación de empleo prevista de 50.000 puestos de trabajo y la promoción de de las empresas de servicios energéticos, a las que se les atribuye un potencial de mercado entorno a los 1.400 millones de euros.

En el caso de la estrategia integral de impulso al vehículo eléctrico, es de destacar su vertiente energética, tanto en eficiencia como en utilización de renovables, y la compo- nente tecnológica y económica, que permitirá a la industria española un posicionamiento temprano en la producción de estos vehículos y de sus componentes.

En cuanto a creación de empleo, son numerosos los organismos internacionales que avalan la teoría de que las energías renovables y la eficiencia son un buen motor para dinamizar la creación de empleo, con alta capacitación profesional. Así por ejemplo, de acuerdo con el informe de la Comisión Europea “The impact of renewable energy policy on economic growth and employment in the EU”, 1,4 millones de personas estaban empleadas en el sector de las energías renovables en 2005 y se prevé que aumentarán en 2020 entre 115.000 y 201.000 puestos de trabajo directos, si las ayudas se mantienen en los niveles actuales, y entre 396.000 y 417.000 puestos, si se intensifican las ayudas.

En el caso de España, el sector emplea en 2007 a unas 188.700 personas, entre puestos directos e indirectos, y podrían ser 270.788 empleos directos en 2020, según el estudio “Energías renovables y generación de empleo 2007” elaborado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO. Aplicando la misma relación entre empleo directo e indirecto, que el estudio considera para 2007, se estima que podrían alcanzar en 2020 un total de 574.000 empleos.

En cuanto a la eficiencia, sector difícil de abordar por su dispersión, las estimaciones actuales indican que el impacto en el empleo es ligeramente superior al de las renovables. 320 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

A título de ejemplo se estima que se crean más de 2.000 empleos por cada Mtep ahorrado mediante inversiones en eficiencia y que medidas tales como la Certificación Energética de Edificios y la incorporación de sistemas de control e información en productos en la edificación permitirán la creación anual de 1,7 millones de empleos- año en la UE.

En el Proyecto de Ley de Economía Sostenible, los aspectos energéticos tienen presencia significativa, lo que contribuirá a que las actividades relacionadas con la energía soste- nible tengan importancia creciente en un nuevo modelo económico.

Parece pues claro que las actividades económicas ligadas a la eficiencia energética y a las energías renovables, contribuirán a un nuevo modelo productivo más sostenible, constituyendo un motor de generación de empleo y de nuevos mercados a las empresas españolas.

Instrumentos de actuación

Los avances anteriormente citados en eficiencia y renovables, hubieran sido imposibles sin unas políticas públicas definidas a través de acciones estructuradas y coordinadas con todas las administraciones públicas, con un adecuado alcance tecnológico y territorial y con la participación empresarial en su desarrollo y aplicación.

La Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España 2004-2012 (E4) es el instrumento mediante el cual se está impulsando la eficiencia energética. Se trata de un plan que se está llevando a cabo a través de un modelo de gestión compartida con las Comunidades Autónomas, mediante planes de acción específicos.

En el marco de esa Estrategia, el Plan de Acción 2008-2012 tiene un objetivo de ahorro acumulado de 88 millones de tep, con un presupuesto anual medio de unos 500 M€ de ayudas a la ejecución de proyectos e inversiones.

Además, es de destacar la aprobación de numerosas disposiciones normativas, que afectan a distintos ámbitos de consumo. Entre estas normativas conviene señalar el Código Técnico de la Edificación, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios, la Certificación Energética de los nuevos edificios, el Reglamento de Eficiencia Energética en Instalaciones de Alumbrado Exterior, una nueva estructura del impuesto de matricu- lación de vehículos basada en eficiencia energética y emisiones de CO2 por vehículo, y el Decreto de Fomento de la Cogeneración. Energía y sostenibilidad | 321

En cuanto a las energías renovables, se ha diseñado un marco de apoyo estable basado en subvenciones y primas, que se ha ido afianzando año tras año, resultando ser uno de los más ventajosos de Europa por su alta eficacia, eficiencia y flexibilidad ante situaciones de cambio.

Existen otros mecanismos de apoyo alternativos, como los impuestos directos, cuotas obligatorias de consumo o créditos fiscales a la producción. De todos ellos, el mecanismo de primas a la producción de energía eléctrica, ha demostrado un satisfactorio funcionamiento y es lo suficientemente versátil, como para ser la alternativa preferida frente a otros sistemas de apoyo.

De ello queda constancia en el documento de la Comisión Europea SEC(2008)57 donde se estudian los indicadores de eficacia y eficiencia de los distintos sistemas de ayudas públicas a las energías renovables en los 27 países miembros de la UE. El informe concluye que los mecanismos basados en tarifas y primas, como el español, tienden a ofrecer los mejores valores en ambos indicadores.

Dicha intervención queda ampliamente justificada, considerando la contribución de las energías renovables a nuestra independencia energética, la reducción de emisiones de

CO2, el fomento de la innovación para desarrollar tecnologías propias, creación de empleo, contribución a la mejora de la competitividad y creación de riqueza.

Los objetivos del Plan de Energías Renovables (PER 2005-2010) contemplan una contribución de estas fuentes de un 12% al consumo de energía primaria, de un 29,4% al consumo de electricidad y de un 5,83% al consumo de biocarburantes en el transporte.

El citado plan prevé una inversión total de casi 23.600 millones de euros y unos apoyos de, aproximadamente, 8.500 millones.

En el período 2005-2009, hemos presenciado un fuerte desarrollo de las energías renovables, con crecimientos muy importantes en algunas áreas de generación eléctrica, como eólica y fotovoltaica; y en pleno crecimiento la solar termoeléctrica. Elevado ha sido también el crecimiento de la capacidad de producción del sector de biocarburantes, aunque su industria afronta una coyuntura problemática.

En definitiva, se vaticina un satisfactorio grado de cumplimiento de los objetivos estable- cidos para 2010 en la mayoría de las tecnologías; y en algunas, tales como fotovoltaica, termosolar y eólica, se superarán los objetivos. En las áreas térmicas se necesitará, en cambio, un esfuerzo adicional que, sin duda, contemplará el nuevo PER. 322 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En biocarburantes, por ejemplo, el tipo cero en el impuesto de hidrocarburos ha impulsado la construcción de una importante capacidad de producción, a pesar de las tensiones del momento actual.

Las aplicaciones térmicas, así mismo, han incrementado su desarrollo mediante disposi- ciones como el Código Técnico de la Edificación y el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE); o las subvenciones a fondo perdido y la implantación, cada vez mayor, de empresas de servicios energéticos.

La integración creciente de las energías renovables y la eficiencia energética se impulsará a medio plazo a través de la introducción del vehículo eléctrico, tecnología que, además de aumentar la eficiencia energética, podrá en el futuro contribuir al almacenamiento de energía y a la gestión de la red.

Otro factor decisivo de integración será el compuesto por los sistemas de almace- namiento y redes inteligentes de distribución, que harán las instalaciones más fácilmente gestionables.

Los nuevos instrumentos de apoyo que se están preparando en la actualidad, tanto el nuevo PER como los futuros Planes de Acción de Eficiencia, unidos a la mencionada Ley de Economía Sostenible y la Ley de Eficiencia Energética y Renovables, son una magní- fica oportunidad de hacer un país más competitivo, con un sistema energético sostenible y con un desarrollo económico muy distinto al habido en los últimos años. Energía y sostenibilidad | 323

Energía y sociedad

Pedro Macía

Víctor Pérez Díaz

Ángel Expósito

Santiago Cárcar

Iñaki Garay

Antonio Cerrillo 324 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El punto de inflexión

Pedro Macía

iempre que se analiza la consecución de un éxito, resulta difícil determinar la Simportancia que pudo tener, para su consecución, un hecho concreto en un momento determinado. Nos hemos habituado a contemplar el conjunto y despreciar el detalle y, sin embargo, al analizar los resultados más brillantes siempre encontraremos un momento, un dato, una actuación que actuó como punto de inflexión en el que, para bien o para mal, se modificó decisivamente el curso de los acontecimientos.

Los pequeños detalles suelen ser los que dan lugar a los mayores cambios aunque, inicialmente, acostumbren a pasar desapercibidos. Después, cuando el catalizador de la Historia les proporciona su dimensión definitiva, brotan explicaciones documentadas y artificiosas de los arúspices del pasado, surgen paternidades oportunistas y crecen por doquier los expertos en rentabilizar el esfuerzo ajeno.

Desde mi peculiar condición de observador y cronista, subido a la privilegiada atalaya de una televisión entonces omnipresente y en principio única, he tenido la oportunidad de asistir desde la primera fila a no pocos momentos trascendentales. He compartido el espacio de pensadores relevantes, de artistas inigualados y de hombres de empresa singulares. He presenciado, transmitido y comentado hechos irrepetibles que, paulati- namente, se han ido retocando y degradando por terceras voces, interesadas en hacerse sitio hasta incluirse en las fotos de unos actos en los que no estuvieron. Y he aprendido que esa es una parte indeleble de la condición humana que, generalmente, suele ofrecer suculentas rentabilidades. Hoy sabemos mucho de quiénes y cómo se han lucrado y enriquecido con la explotación de las diferentes formas de la energía, aunque los descubridores, investigadores o creadores que hicieron posible su utilización, permanez- can en su mayor parte difuminados en los rincones del olvido. Energía y sociedad | 325

La eclosión de la importancia de la energía como factor determinante del progreso de la sociedad se produjo, probablemente, con el nacimiento de la revolución industrial, gracias al talento y al esfuerzo de quienes sólo se preocupaban en aportar respuestas eficaces a los problemas de su tiempo. Nombres que, en la mayor parte de los casos, permanecen ignorados en los rincones de la historia. Sin embargo, la percepción social de la trascendental importancia de la energía como factor determinante en la evolución y desarrollo de la Humanidad, tuvo lugar en la segunda mitad del pasado siglo, cuando las sucesivas crisis del petróleo retorcieron los valores sobreentendidos, cercenaron las expectativas de muchos países en vías de desarrollo, modificaron el mapa geopolítico y removieron la estructura económica que se había considerado inalterable durante siglos. Las crisis económicas y las réplicas que las siguieron, al tiempo que una amenaza para la estabilidad de naciones enteras, también representaban una oportunidad para revisar la escala de valores conven- cionales, hacer apuestas novedosas y fortalecer las propias estructuras.

En la España de finales de los setenta que tenía recientes las cicatrices de una dolorosa autarquía y que, por entonces, se asomaba a una transición política, escuché a los curtidos responsables de las grandes empresas eléctricas sus argumentaciones sobre lo prioritario que resultaba buscar un mayor autoabastecimiento energético como clave esencial desde la que sedimentar un desarrollo real y duradero. Resultaba evidente que la dependencia del petróleo dejaba nuestra prosperidad a merced de una OPEP envalentonada que justificaba sus exorbitantes subidas de precio en el pretexto, repetido secuencialmente, de que apenas quedaría petróleo para cuarenta años. Las especiales circunstancias españolas, con una Constitución recién nacida, una Democracia apenas inaugurada, una tremenda y sanguinaria amenaza terrorista con la desalmada ETA y el zigzagueante GRAPO, unas agobiantes presiones sindicales que plagaban de huelgas el mapa empresarial, un naciente Estado de las Autonomías que cada día desequilibraban las actuaciones del Gobierno, junto al descarado retraso en aceptar y combatir los efectos de la crisis, causaban estragos en el ánimo y las esperanzas de las clases sociales media y baja. Fue entonces cuando se acentuó la apuesta nuclear, se dedicaron recursos, (también públicos, pero sobre todo privados) a la investigación de las energías eólica, solar, maremotriz y de la biomasa y se establecieron los que, creo, fueron los primeros planes estructurados de ahorro y eficiencia energética desde la superación del gasógeno de la posguerra.

Ese era el escenario en el que hace ahora veinticinco años nació El Club Español de la Energía, como un lugar de encuentro, análisis y discusión. Un proyecto relativamente modesto para conciliar voluntades y potenciar las capacidades de las empresas y los profesionales relacionados con el mundo de la energía en sus diferentes fuentes. Tuve la oportunidad de hablar con alguno de sus creadores y las expectativas con las que 326 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

trabajaron en su constitución, se circunscribían a un estricto ámbito técnico-empresarial. El salto cualitativo del Club se produjo unos pocos años después tras el nombramiento como presidente de Victoriano Reinoso, un gallego tímido, prudente y perspicaz que desarrollaba sus labores primero como Director General y más tarde como Consejero Delegado en Unión Fenosa y a quien Julián Trincado Settier, presidente de la eléctrica, prestó todo su apoyo y capacidad de influencia en este cometido. Se vivían los primeros y fortísimos coletazos de una desafortunada y demagógica moratoria nuclear decretada por el primer gobierno de Felipe González con Carlos Solchaga como Ministro de Industria. Con unos recursos hidráulicos difícilmente ampliables y unas reservas de carbón de elevado coste de extracción y dudosa calidad energética y medioambiental, se diseñó un futuro basado en la generación eléctrica con el Gas como combustible, tan perecedero y fluctuante en términos de suministro y precio como el petróleo. España necesitaba crecer para reducir una tasa de desempleo insostenible y todos eran cons- cientes de que el consumo energético, principalmente el eléctrico, tendría que recuperar sus altas tasas de crecimiento, lo que exigía preparar con la suficiente antelación los centros de generación necesarios para satisfacerla. Además, nos encontrábamos a las puertas de un Mercado Común que tenía sus propias reglas a las que deberíamos acomodar buena parte de nuestras normas y procedimientos.

Era el momento de hablar de Energía con mayúsculas. De tratar de concitar la atención de la sociedad hacia todo cuanto se relacionara con el mundo energético y de multiplicar los foros de discusión sobre las medidas que se deberían tomar para coadyuvar al desarrollo de la sociedad desde un suministro de energía suficiente y a precios compe- titivos. Y el Club de la Energía, se enseñaba como un lugar idóneo para propiciar el debate sobre todos esos asuntos. El problema surgía de que el propio Club apenas había traspasado los círculos endogámicos de sus propios miembros. Resultaba muy difícil que los medios de comunicación prestaran más espacio a los análisis energéticos, habida cuenta de los múltiples hechos noticiosos que se generaban en la convulsa sociedad de aquellos días. Incluso los diarios económicos tenían una asignación reducida de espacio a estos asuntos y la tendencia no era fácil de reconducir.

Uno de los principales elementos revulsivos de atracción que se diseñaron fue el que desembocó en la creación de los Premios Nacionales de la Energía. Se trataba de ofrecer una generosa compensación a los periodistas o profesionales que destacaran en sus aportaciones y análisis sobre las diferentes fuentes energéticas y en cuya génesis quiso Victoriano Reinoso concederme un privilegiado papel como asesor suyo. Hubo muchas dudas y reticencias dentro de su equipo sobre el alcance y la conveniencia de su creación, a la que pocos concedían un grado superior al de “anecdótico”. Pero como Victoriano Reinoso era hombre de palabra determinante, nadie contradijo que se crearan. La Energía y sociedad | 327

convocatoria no presentó demasiados problemas. Desde el primer momento se contó con el decidido y generoso apoyo de las patronales del Carbón, del Gas, del Petróleo, de la Energía Nuclear, de UNESA y del IDAE. Se instrumentaron los mecanismos habituales en estas citas y todos y cada uno de los colaboradores volvieron a sus tareas habituales. Apenas hubo debates de fondo, se aceptaron sin discusión la mayor parte de las propuestas y todo se sucedió sin sobresaltos en un escenario de relativa indiferencia, hasta que dos o tres meses antes de la fecha prevista para la entrega de los premios se planteó el cómo y el dónde se debía celebrar, así como la dimensión que se quisiera dar al acto.

Para que estos premios recibieran un respaldo mediático, era necesario que la entrega de los mismos aportase algunas novedades sobre los que, con otros fines y objetivos, se celebraban tradicionalmente. De ahí surgió la idea de convertirlos en una “fiesta de la energía” en la que participaran por igual políticos, empresarios, asociaciones y periodistas. Una “tregua” en las naturales disputas cotidianas de los agentes energéticos, que sirviera de base para un mejor entendimiento entre todos. Muy pocas personas participaron en aquellas intensas reuniones en las que los ojos siempre inquietos de Victoriano Reinoso se paseaban entre los argumentos de cada quién, antes de pronunciar su inapelable veredicto. Así, con los calores del verano de 1989 tuvo lugar el primer acto formal de entrega de los Premios del Club, en unos salones del Hotel Palace que se quedaron pequeños para acoger a todos los que querían asistir.

Creo que pocas veces ví a un Victoriano Reinoso más feliz. En un solo acto, el Club Español de la Energía había pasado de su discreto anonimato social a ocupar un lugar preferente en la atención social. En mi opinión, por injusto que pueda parecer, ese hecho marcó la trayectoria del Club mucho más que los destacados trabajos, análisis, estudios y aportaciones que se proyectaban desde su actividad cotidiana. Se había conseguido que las habitualmente tediosas entregas de premios se desarrollaran con interés constante de los asistentes y con una agilidad infrecuente. Y, lo que es más importante, el éxito de la primera convocatoria se vio multiplicado en la segunda, se acrecentó en la tercera y siguió su camino ascendente año tras año. La entrega de los Premios se fue consolidando como uno de los momentos relevantes y de inexcusable presencia para todo el sector energético. Desde la segunda celebración, crecieron por la trastienda verdaderas pugnas para ocupar determinados asientos en determinadas mesas y se convirtió en norma el que el Ministro del ramo, (Industria, Energía o Economía, según los momentos), debía aprovechar esta oportunidad para escenificar las líneas gruesas y los trazos finos de su política energética.

Desde ese escenario de la entrega de los Premios del Club Español de la Energía, se vivió la evolución hacia la liberalización del sector, en ese estrado se sucedieron ministros y 328 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

partidos y durante el aperitivo y las sobremesas se cerraron o concertaron no pocos acuerdos trascendentales y se disolvieron un buen número de rencillas personales. El acto de la entrega de esos premios alcanzó una resonancia capital y sirvió de soporte a las muchas actividades e iniciativas del Club y a sus notables aportaciones en momentos muy delicados y decisivos para la economía y la industria españolas.

Sería interesante hacer un profundo análisis semiológico sobre cómo un hecho, aparentemente marginal y complementario a las actividades propias del Club, pudo actuar como potente revulsivo y el modo en el que esas convocatorias contribuyeron al desarrollo energético y social que se experimentó durante los años siguientes. Y, aunque su decisivo papel nadie lo ignora ni olvida en el sector, también convendría subrayar que el impulso que originó ese punto de inflexión para la vida del Club Español de la Energía tuvo nombre y apellidos: Victoriano Reinoso y Reino. Energía y sociedad | 329

La opinión pública española sobre la energía en el marco europeo

Víctor Pérez Díaz Presidente de Analistas Socio-Politícos, Gabinete de Estudios

Juan Carlos Rodríguez Investigador de Analistas Socio-Políticos, Gabinete de Estudios

os retos energéticos a los que se enfrentan sociedades avanzadas como la L española son de gran magnitud, especialmente a largo plazo, sobre todo porque no sabemos si podremos seguir contando con fuentes de energía tan baratas y asequibles como en el pasado. Los desafíos más sobresalientes son el seguir contando con un suministro de energía suficiente a costes razonables y la transición a una economía poco basada en combustibles fósiles y menos consuntiva de recursos naturales.

Si una sociedad quiere dar respuesta cabal a esos retos y no, simplemente, dejarse llevar, o dejar que la realidad acabe imponiéndose, necesita de una adecuada discusión pública sobre energía, con las dosis necesarias de reflexión, deliberación y, al final, toma de decisiones estratégicas. No siempre son así las cosas. No está claro que haya sido así en España.

Esa discusión pública puede incorporar a la ciudadanía o prescindir de ella, limitando la conversación a los actores organizados. Desde un punto de vista normativo, en una democracia liberal no tiene sentido prescindir de la participación ciudadana en el debate público. Pero tampoco tiene mucho sentido por prudencia. En ocasiones se prescinde de la ciudadanía y las decisiones abocan a callejones sin salida.

Un modo de incorporar a la ciudadanía en la discusión pública es mediante el conoci- miento de la opinión pública, a través del mecanismo habitual para hacerlo, las encuestas a muestras representativas de la población adulta. Eso sí, para que sean útiles, hay que situar los datos que nos proporcionan en un marco interpretativo en el que, como poco, hay que tener en cuenta lo siguiente. Primero, siempre hay una dosis importante de simplificación en las preguntas. Segundo, la opinión se mide en un momento, pero hay 330 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

que entenderla como parte de un proceso en curso, con continuidades y cambios, no necesariamente previsibles. Tercero, hay que tener en cuenta la homogeneidad o la diversidad de las opiniones. Cuarto, hay que apuntar las coherencias o incoherencias entre las actitudes, los conocimientos y los comportamientos revelados en las encuestas. Por último, hay que recordar que algunas o bastantes de las actitudes son más bien "no actitudes", pues las despierta el mero procedimiento de la encuesta y no se corres- ponden directamente con experiencias vividas, sean habituales o no. Estas cautelas rigen para los datos que aquí presentamos.

En este trabajo, trazamos los rasgos básicos de la opinión pública española sobre la energía, en lo posible en comparación con la de los países de la Unión Europea, y, en ocasiones, con la perspectiva diacrónica (posible y) necesaria para entender mejor esa opinión. Para ello usamos una colección amplia de encuestas, españolas (como la que hicimos en Analistas Socio Políticos en 2007, ASP 07.044) e internacionales, básica- mente Eurobarómetros1. Agrupamos esos rasgos básicos en los siguientes temas: sustancia y dimensión de los problemas energéticos, soluciones a los problemas (qué voces se escuchan, qué políticas públicas se prefieren, y, muy en especial, qué menú de fuentes energéticas se prefiere), y limitaciones de la opinión pública española para contar con una discusión pública de mayor calidad.

Antes de comenzar con el estado de la opinión, repasemos someramente tres datos básicos de la situación energética española, como dosis de realidad necesaria para la evaluación de la opinión del público. Primero, nuestra intensidad energética (consumo de energía primaria por unidad de PIB) sigue siendo demasiado alta, en comparación con los países más eficientes de la Unión Europea, si bien parece estar reduciéndose recientemente, tras dos décadas de estabilidad al alza. Segundo, España es uno de los países desarrollados más dependientes de las importaciones de energía (aproxima- damente en un 80% del consumo de energía primaria), y la dependencia casi no ha hecho más que crecer en el último cuarto de siglo. Por último, todavía no hemos hecho nuestros deberes en términos de la emisión de gases de efecto invernadero. Las emisiones españolas son las que más han crecido porcentualmente desde 1990 en la Unión Europea, si excluimos a Chipre, y estamos lejos de cumplir nuestros compro- misos derivados del Protocolo de Kioto, aunque la profunda crisis económica actual está ayudando, gracias a una acusada caída del consumo de energía.

1. La mayoría están citadas en nuestro libro Energía y sociedad: actitudes de los españoles ante los problemas de la energía y el medio ambiente (Madrid, Club Español de la Energía, 2008), al que remitimos para los detalles de las encuestas. Los datos más recientes, o los no recogidos en ese libro, son todos fácilmente identificables con la denominación que usamos en el texto y están disponibles públicamente en Internet. Energía y sociedad | 331

Percepción de la sustancia y la dimensión de los problemas energéticos

Habitualmente, cuando consideran la importancia de la situación energética como problema del país, amplias mayorías (cercanas a los dos tercios) le asignan mucha o bastante importancia (Fundación BBVA 2007). Sin embargo, cuando se trata de mencio- nar los dos o tres problemas más importantes, los energéticos (y los medioambientales) quedan relegados a las últimas posiciones del ranking de preocupaciones, revelándose España como uno de los países de la Unión Europea en que menos importan estas cuestiones (Eurobarómetro especial 262, 2006).

Cuando se les ofrece una lista de problemas energéticos, a los españoles les preocupa, sobre todo, el de la escasez y el agotamiento de los recursos, los efectos del uso de la energía en el medio ambiente y el aumento de los precios energéticos. La dependencia energética preocupa claramente menos, y mucho menos lo hace el servicio que prestan las empresas de distribución eléctrica o de gas (Fundación BBVA 2007). Sin embargo, si sus respuestas son espontáneas, cambia algo la jerarquía y, sobre todo, un tercio ni siquiera responde a la pregunta (Foro nuclear 2004).

Centrándonos en la cuestión de la creciente escasez de recursos, son clara mayoría (casi tres quintos) los que ven probable que el petróleo se haya agotado en cincuenta años (ASP 07.044). Y también son bastantes más los que creen que en la próxima década los españoles tendremos dificultades para cubrir las necesidades de demanda de energía (la mitad) que los que creen que se podrán cubrir sin dificultad (un quinto) (CIS 2007).

La dependencia energética española resulta muy o bastante importante para casi todos los españoles adultos una vez que son conscientes de su gran dimensión (ASP 07.044). Asimismo, mayorías muy amplias ven como muy o bastante alto el riesgo de que los países suministradores de petróleo suban drásticamente su precio (nueve de cada diez) o interrumpan su suministro (dos tercios; ASP 07.044).

La cuestión del calentamiento global tiende a ser vista como muy importante. Por ejemplo, una amplísima mayoría cree que supone una amenaza muy o bastante seria para la vida del encuestado y la de su familia en las dos próximas décadas (casi nueve de cada diez; ASP 07.044). De hecho, los españoles se sitúan entre los europeos que más gravedad actual otorgan al cambio climático, aunque hay que recordar que comparten la reciente tendencia general en Europa a asignarle menos relevancia (Eurobarómetros especiales 300 [2008] y 322 [2009]). 332 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Soluciones a los problemas energéticos

Confianza en actores

A la hora de buscar soluciones a los problemas energéticos (o a los problemas medioam- bientales), los españoles tienden a escuchar a unos partícipes en la discusión pública con mucha más atención que a otros, según una pauta que no les distingue especialmente del conjunto de los europeos. Son mayoría los que confían totalmente o mucho en la información sobre asuntos energéticos proporcionada por los científicos y por las asociaciones ecologistas o de consumidores, y son una clara minoría los que confían así en los partidos políticos, los gobiernos nacionales, o las empresas del sector (Eurobaró- metro especial 262, 2006). Si se ven forzados en la encuesta a elegir dos actores según la confianza en que les expliquen con realismo la situación de los riesgos medioambien- tales, las diferencias se acentúan todavía más (ASP 07.044).

Una mayoría clara de españoles (casi tres quintos) cree que las empresas de energía tienden a prestar servicios de buena calidad, pero una mayoría más amplia (más de dos tercios) no cree que sean respetuosas con el medio ambiente. De igual modo, son muy pocos (apenas un cuarto) los que creen que los partidos políticos estén realmente preocupados por la protección del medio ambiente, y probablemente los que piensan así son menos hoy que hace una década (ASP 07.044 y CIS 1996).

Políticas públicas

Puestos a establecer prioridades para la política energética, los españoles no mantienen la jerarquía de problemas vista más arriba, como tampoco lo hace, seguramente, el conjunto de los europeos. En la medida en que en las encuestas se mencionan objetivos inmedia- tos o que afectan directamente a la vida cotidiana de los entrevistados, éstos se colocan en los primeros lugares. Así, al señalar las dos principales prioridades de la política energética del gobierno español, más de la mitad favorece el garantizar precios bajos para los consumidores, algo más de un cuarto menciona la protección medioambiental, la misma proporción cita la garantía de una oferta continuada de energía, y la quinta parte se refiere a la protección de la salud pública. La reducción del consumo de energía, la lucha contra el calentamiento global, la independencia energética y la competividad industrial recogen muchas menos menciones (Eurobarómetro especial 262, 2006).

Si se trata de reducir el consumo de energía, una de las estrategias más promovidas en el debate público, las medidas preferidas por los españoles (y por el conjunto de los europeos) son las menos gravosas para ellos. Puestos a elegir dos medidas prioritarias, más de la mitad menciona las campañas de información sobre el uso eficiente de la Energía y sociedad | 333

energía y un quinto cita los incentivos fiscales a dicho uso; bastantes menos se refieren a la adopción de estándares más estrictos o la aplicación estricta de los actuales (Euroba- rómetro especial 258, 2006). Si se enfrentan a mostrar su acuerdo con una colección de medidas, los resultados son algo distintos, pero en la misma línea: el mayor acuerdo lo recoge el establecer tarifas eléctricas distintas según el volumen de consumo, a lo que le sigue el limitar el consumo de los equipos de aire acondicionado y restringir el uso del coche. Muy pocos muestran su acuerdo con el aumento de los precios de la electricidad o los impuestos de la gasolina (Fundación BBVA 2007).

Si se trata de estimular comportamientos medioambientales adecuados, de nuevo, mayorías amplísimas son partidarias de que el estado subvencione a los hogares (para que renueven sus electrodomésticos) o a las empresas eléctricas (para que usen más fuentes renovables), pero son pocos los partidarios de subir los impuestos de la gasolina por los daños medioambientales que ocasiona el tráfico (ASP 07.044).

En general, la mayoría de los españoles ha tendido a primar la protección medioambiental sobre el crecimiento económico, aunque habría que comprobar si se mantiene esta primacía en medio de una crisis económica tan profunda como la actual. Hasta hace un par de años no sólo pensaba una mayoría así, sino que una mayoría clara tendía a esperar beneficios económicos a medio o largo plazo si se aplican determinadas políticas medioambientales. Por ejemplo, casi dos tercios creían que los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero supondrían un uso más eficiente de la energía y ahorrarían dinero a largo plazo, por lo que la economía española se volvería más competitiva. Escasamente un quinto creía que esos esfuerzos serían demasiado costosos y dañarían nuestra economía (ASP 07.044). Más recientemente (2009), tres quintos de los españoles estaban de acuerdo con la idea de que la lucha contra el cambio climático puede tener un impacto positivo en la economía europea, si bien España se situaba en el puesto 17º de los países de la Unión Europea ordenados según el grado de acuerdo (Eurobarómetro especial 322, 2009).

Menú de fuentes (con especial consideración de la nuclear)

Quizá la principal decisión estratégica que adoptan o dejan de adoptar los países en relación con el uso de energía es la del menú de fuentes en que confiarán a medio y largo plazo. Si la de España reflejase los puntos de vista de los españoles tal como se miden en las encuestas de opinión, estaría bastante clara, o, al menos, lo habría estado hasta muy recientemente. El máximo grado de apoyo lo han recibido en los últimos lustros fuentes renovables como la solar o la eólica. El mínimo, muy claramente, lo ha recibido la energía nuclear, aunque tampoco han resultado nada favorecidos el petróleo y el carbón. La gradación, por otra parte, no es muy distinta de la observable a escala europea (Eurobarómetro especial 262, 2006). 334 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La previsión de contar con unas u otras fuentes en el futuro refleja en buena medida esas preferencias. Casi dos quintos de los españoles menciona la energía solar como una de las tres fuentes que más se usarán dentro de treinta años, y un cuarto menciona la eólica. Escasamente un séptimo menciona la energía nuclear, bastante menos que el tercio de europeos que sí lo hace (Eurobarómetro especial 262, 2006).

De hecho, los españoles nos encontramos entre los europeos más contrarios a la energía nuclear. En 2005 apenas un sexto estaba a favor de la energía nuclear, lejos del tercio de europeos que la favorecía, si bien en 2008 el porcentaje de partidarios en España aumentó hasta cerca de un cuarto (más de dos quintos para el conjunto europeo), en la línea de lo que ocurrió en casi todos los países de la Unión Europea, y a la par que se desarrollaba un debate más vivo sobre la energía nuclear. Incluso así, en 2008 España se situaba en el puesto 22º por su grado de apoyo a esta fuente de energía (Eurobaró- metros especiales 227 [2005] y 297 [2008). Y en 2009, con una formulación relativa a qué hacer con la proporción actual de energía nuclear (aumentarla, mantenerla o reducirlo) estaba en el puesto 23º (Eurobarómetro especial 324, 2009).

A pesar de ello, el renovado debate sobre la energía nuclear quizá pueda provocar cambios en la perspectiva de los españoles. Por lo pronto, aunque les convencen menos que a los europeos medios los argumentos habituales sobre sus ventajas, mayorías relativas de españoles tienden a aceptarlas. La mitad está de acuerdo con que la energía nuclear permite a los países europeos diversificar sus fuentes de energía (y sólo un quinto está en desacuerdo). La mitad también está de acuerdo con que podríamos reducir nuestra dependencia del petróleo si usásemos más energía nuclear (y sólo un quinto está en desacuerdo). Por último, dos quintos están de acuerdo con que una ventaja de la nuclear es que emite menos gases de efecto invernadero que, por ejemplo, el petróleo (y sólo un quinto está en desacuerdo) (Eurobarómetro especial 297, 2008).

A la recuperación del debate sobre la energía nuclear a escala mundial se han unido estos dos últimos años discusiones concretas en el caso español, relativas a la prolongación de la licencia a la central de Garoña para seguir operando más allá de su hipotética vida útil y al establecimiento de un almacén centralizado de residuos radioactivos. Es posible que la discusión sobre Garoña, mucho más concreta que las referencias habituales a las centrales nucleares en nuestro debate público, con partícipes más directamente implica- dos y con una puesta de relieve de los costes y beneficios específicos de una decisión tal haya podido provocar, siquiera, un cambio temporal en la opinión de los españoles. Según las encuestas del Foro nuclear, la proporción de españoles favorables a las centrales nucleares, tradicionalmente muy minoritaria, venía aumentando suavemente desde 2004 (un sexto) hasta 2008 (un cuarto), pero experimentó un salto brusco en 2009 (más de Energía y sociedad | 335

dos quintos), llegando a superar a la proporción de contrarios (menos de dos quintos). Algo parecido ocurrió con la opinión sobre qué hacer con las centrales nucleares existentes en España: la opinión claramente mayoritaria en 2004 (cerca de tres quintos) era la que favorecía su cierre progresivo, pero en 2009 los partidarios del cierre (más de un tercio) apenas superaban a los de permitir que las actuales agoten su vida útil (menos de un tercio), mientras que los partidarios de construir nuevas centrales habían acrecen- tado sus filas considerablemente (desde la décima a la cuarta parte) (Foro nuclear, encuestas de 2004, 2007, 2008 y 2009). Hay que recordar que la encuesta de 2009 se llevó a cabo poco después del debate sobre la central de Garoña. Por tanto, habrá que esperar a encuestas ulteriores para comprobar si ese cambio es coyuntural o duradero.

Limitaciones de la opinión pública

Como decíamos al principio, un modo de incorporar a la ciudadanía a la discusión pública sobre la energía es a través de las encuestas de opinión, si bien, recordábamos, hay que tener en cuenta los límites de esa técnica a la hora de interpretar los resultados. Pero no basta con tener en cuenta esos límites “técnicos” a la hora de describir los rasgos básicos de la opinión. También tenemos que tener en cuenta un conjunto de limitaciones sustantivas de los conocimientos, actitudes y comportamientos de los ciudadanos, que completan el análisis de las percepciones y preferencias efectuado en las secciones anteriores. Necesitamos recordar que esas percepciones y preferencias se producen en el marco de llamativas lagunas de conocimientos sobre la energía, de notables prejuicios y temores no del todo fundados, y, en particular, de unas inclina- ciones poco decididas a actuar.

Lagunas de conocimiento

Por lo pronto, desde hace tres lustros una mayoría clara (tres quintos) de los españoles tiende a reconocer que tiene poca o ninguna información sobre temas o problemas de medio ambiente, lo cual cabría trasladar a las cuestiones de la energía2.

El reconocimiento de la falta de la información parece un buen reflejo de la realidad, pues mayorías claras tienden a cometer errores de bulto relativos a cuestiones medioam- bientales o energéticas nada oscuras y habitualmente presentes en el debate público. Es cierto que desde hace más de tres lustros son amplia mayoría (superior a los dos tercios) los que piensan que es total o probablemente verdadera la afirmación de que cada vez

2. Las fuentes de esos datos, al igual que los que mencionamos a continuación, están especificadas en el capítulo 3 del citado libro Energía y sociedad: actitudes de los españoles..., salvo indicación en contrario. 336 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

que usamos petróleo, carbón o gas potenciamos el efecto invernadero, y que esa mayoría ha crecido. Sin embargo, ese acierto convive con un error de calibre relativo a la misma temática. También desde hace más de tres lustros, cerca de tres quintos de los españoles creen que es total o probablemente verdadera la afirmación de que el efecto invernadero se debe a un agujero en la atmósfera, confundiendo, quizás, la cuestión del calentamiento global con la del así llamado agujero en la capa de ozono. Llamativamente, el error no ha caído, a pesar de la creciente atención otorgada en la discusión pública a los temas del calentamiento global o el cambio climático.

Los desconocimientos quizá proceden, en ocasiones, de temores acendrados. Es el caso de la mitad de españoles que ha tendido a considerar en los últimos tres lustros largos como total o probablemente verdadero el que si alguien se expone a cierta cantidad de radioactividad, por pequeña que sea, seguro que morirá por ello. Hay que advertir, de todos modos, que quizá se observe una tendencia reciente a la reducción de este error.

Si se yerra en cuestiones de tipo general y bastante presentes en la discusión pública, no ha de extrañar encontrar errores en las respuestas a cuestiones más concretas, por ejemplo, sobre las fuentes que se usan en España para producir electricidad. En 2007 apenas tres de cada diez encuestados mencionaron una de las dos fuentes más utilizadas (gas natural, carbón), cuyo porcentaje prácticamente no aumentó con el nivel de estudios del entrevistado (ASP 07.044). Unos años antes, puestos ante la tesitura de mencionar espontáneamente las fuentes de energía que pueden aprovecharse para producir electricidad, aparte de mostrar una notable ausencia de respuesta, lo más llamativo es que los españoles mencionaron mucho más algunas de las fuentes menos usadas (eólica, hidráulica, solar) que algunas de las más usadas (carbón, gas natural) (Foro nuclear 2004). Todo ello revela desconocimientos profundos acerca de la producción de electricidad en España.

Esos desconocimientos profundos son especialmente notables en el ámbito de los costes económicos de las distintas fuentes. Sobre esto se ha preguntado en multitud de encuestas y los resultados muestran una gran coherencia. A la hora de citar la fuente de electricidad más barata o con menores costes de producción, la mayor parte de las menciones (alrededor de la mitad) la reciben la energía eólica y la energía solar, justo las más caras, y son muy pocos los que citan el carbón, el petróleo, el gas natural o la nuclear, justo las más baratas (ASP 07.044, Fundación BBVA 2007, CIS 2007).

También son notables las lagunas en el tema de la dependencia energética. Son poquísimos (uno de cada diez) los españoles que aventuran un porcentaje de dependencia energética exterior cercano al real (ASP 07.044). Además, en comparación Energía y sociedad | 337

con nuestros socios europeos, somos los que más erramos: a pesar de que España tiene una de las tasas de dependencia energética exterior más altas de toda la Unión Europea, el porcentaje de los españoles adultos que creen que es muy alta esa dependencia es de los más bajos (Eurobarómetro especial 262, 2006).

Ni los analistas de la opinión pública ni los partícipes en el debate público podemos desdeñar esas lagunas de conocimientos, sobre todo, porque pueden tener consecuencias en el juicio acerca de determinadas políticas energéticas. Esto parece relativamente claro en el caso de la política nuclear. Varios Eurobarómetros (por ejemplo, el Eurobarómetro especial 297, 2009) nos han permitido comprobar cómo a medida que aumenta el porcentaje de respuestas correctas en baterías de preguntas sobre los residuos radioactivos, crece también el apoyo a la opción energética nuclear. Sobra decir que los españoles muestran niveles bajos de conocimiento sobre los residuos radioactivos.

Prejuicios y temores

Los desconocimientos también pueden estar ligados a los prejuicios o temores respecto de determinadas fuentes de energía, en especial la nuclear, de lo que ya hemos visto algún ejemplo. Lo llamativo es la medida en que esos prejuicios o temores contagian cualquier opinión acerca de los daños potenciales de las distintas fuentes. Sorprendentemente, hasta casi dos quintos de los españoles han llegado a mencionar la energía nuclear como una de las dos fuentes de energía que más contaminan el aire (ASP 07.044).

Sin embargo, los temores no se refieren sólo a la energía nuclear o a las centrales nucleares, sino que alcanzan a otras infraestructuras energéticas. En particular, están bastante extendidos respecto de las líneas de alta tensión. Por ejemplo, casi la mitad de los españoles piensan que las líneas de alta tensión afectan mucho a su salud, lo que sitúa a los españoles como los quintos más temerosos de la Unión Europea (Eurobarómetro especial 272a, 2006).

Acción poco decidida

En general, los españoles presentan comportamientos de ahorro energético menos frecuentes que la media de los europeos, sobre todo aquellos que implican asumir más costes o renuncias. En 2006, más de un tercio de los españoles no había llevado a la práctica el año anterior ninguno de los ocho comportamientos de ahorro energía propuestos en la encuesta, proporción que caía a un quinto del conjunto de la Unión Europea (Eurobarómetro especial 262, 2006). Las diferencias contrarias a España eran 338 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

especialmente notables en cuanto a la reducción del consumo de calefacción o aire acondicionado y la reducción del uso del coche particular.

En el mismo sentido, son muy pocos los españoles dispuestos a asumir sacrificios económicos en pro de las energías renovables. En 2006 apenas la doceava parte estaba dispuesta a pagar más de un 5% de más por electricidad procedente de energías renovables, lo cual dejaba a España en el 15º lugar según la disposición a asumir costes en esta cuestión (Eurobarómetro especial 258, 2006). De todos modos, hay que reconocer que esa mayor o menor disposición está bastante asociada con la renta per cápita de los países.

Recapitulación

Concluimos este breve repaso de las opiniones de los españoles sobre cuestiones de energía con una recapitulación sintética de lo expuesto.

Partimos de que algunos de los principales retos energéticos a los que se enfrentan los países avanzados son especialmente acusados en España.

El público español reconoce, grosso modo, esa gravedad, incluso exageradamente. Sin embargo, no acaba de estar claro que las cuestiones energéticas sean prioritarias una vez situadas en el marco del conjunto de problemas a que se enfrenta nuestra sociedad. Quizá se deba a un exceso de visión a corto plazo, o quizá a que en España fácilmente se presentan como más perentorios problemas de índole económica. En cualquier caso, los españoles descuidan claramente la cuestión de la dependencia energética.

A la hora de buscar soluciones confían, sobre todo, en la información procedente de científicos y ecologistas. Se fían muy poco de las empresas de energía y de la clase política, algo extraño si tenemos en cuenta que esperan bastante de algunas políticas públicas.

Esas políticas públicas, según la opinión de los españoles, deberían guiarse, sobre todo, por sus intereses como consumidores (precios bajos, garantía del suministro) y por criterios medioambientales y de salud pública. Eso sí, si toca reducir el consumo energético, habrá que hacerlo con medidas poco costosas, haciendo un uso mínimo de la disuasión a través de los precios o los impuestos. Aprecian mucho más los incentivos positivos, en la forma de subvenciones, por ejemplo. Energía y sociedad | 339

En general, y en concreto en el caso del calentamiento global, tienden a pensar que las políticas de protección del medio ambiente acaban siendo rentables en términos económicos.

Su menú de fuentes energéticas preferido está muy claro: renovables, sí; nuclear, probablemente no. De todos modos, se apuntan cambios en esto último, en la línea de una actitud más favorable a la energía nuclear.

La base de conocimientos sobre la energía (y el medio ambiente) presenta lagunas importantes y duraderas. Los temores a algunas formas de energía o infraestructuras energéticas están bastante extendidos. La disposición a la acción individual (y colectiva, aunque no lo hemos tratado en este trabajo) es bastante limitada.

Desafortunadamente, los conocimientos sobre energía no necesariamente mejoran con el nivel educativo de los encuestados, lo cual apunta a defectos en el funcionamiento del sistema de enseñanza y, probablemente, de los medios de comunicación.

También podrían mejorar si en la discusión pública se tratasen los temas más concretamente y con la suficiente atención. Incluso pueden cambiar, de ese modo, actitudes aparentemente muy asentadas, como el rechazo a la energía nuclear. En ese sentido apunta la experiencia de los últimos años en el conjunto de Europa y, en particular, en España. 340 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Cultura general, geografía y política energética

Ángel Expósito Mora Director de ABC

anto montan, montan tanto, la cultura general, las lecciones de geografía T universal y la política energética, a la hora de estudiar qué pasa en el mundo. Las tres asignaturas –si existieran, porque el tema de la educación merece otro tratado– coincidirían en un 90 por ciento de un mismo temario en la programación escolar de cualquier alumno de bachillerato, si no de cursos anteriores. Y es que con un repaso al mapa y un no demasiado pormenorizado análisis de la situación geoestratégica de determinadas regiones del mundo, se comprenderían a la perfección los desequilibrios no sólo locales, sino de amplísimas zonas del planeta, así como sus crisis económicas particulares, sus dependencias políticas y las ansias de unos y otros por hacerse con el control total de lo que los militares denominarían “teatros de operaciones”.

Así pues, podríamos centrar la cuestión que nos ocupa, delimitando el tema a una profunda lección de geografía o, lo que es lo mismo, a la cultura general básica. Hagamos, si no, el ejercicio imaginario, y si es práctico mejor, de superponer tres mapas. Así, superpongamos sobre la base un mapamundi político con sus fronteras actuales, otro mapa coloreado de rojo con las áreas del planeta que se encuentran en guerra abierta o en evidente estado de inestabilidad política. A la vez, un tercer mapa transparente en otro color, con las zonas del planeta de donde se extraen las materias primas para las energías actuales, desde el gas al petróleo, pasando, obviamente y nunca mejor dicho, por los países de tránsito que acogen gaseoductos u oleoductos. La coincidencia resultará total y no por menos, evidente. Conviene repasar el globo terráqueo algo más pormeno rizadamente. Y lo haremos. Energía y sociedad | 341

Y si a la cultura general básica y a la geografía elemental universal, le unimos cierta dosis, por no decir una enorme proporción, de despolitización, entonces tendríamos el resultado perfecto a la complicada ecuación de la dependencia energética. Porque en países como España, una cosa es el desconocimiento profundo y la falta de cultura geoestratégica de la población en general y otra muy distinta pero que se aprovecha de la anterior cuestión, es el escaso interés a largo plazo de la mayor parte de la clase política. Aquí se gobierna, seamos sinceros, no ya pensando en el corto plazo de una legislatura, sino pensando en el inmediato período de las elecciones del año que viene, ya sean comicios locales y autonómicos, generales, europeos o vaya usted a saber. Y en cuestiones como la política internacional o lo que es lo mismo, como la política energética, el tiempo no debería medirse con los relojes de la política partidaria, sino con los del interés intergeneracional. Es cuestión de Estado. Y nunca mejor dicho.

El día o la noche que los políticos españoles se planteen la estrategia energética como un pilar fundamental del desarrollo del país desde el punto de vista de la estabilidad a largo plazo y de la sostenibilidad económica, y no sólo como mensajería propagandística, entonces habremos ganado un gran trecho en nuestro prestigio internacional y lo que será mejor, en el equilibrio económico nacional.

La prueba del nueve resultaría una catástrofe si preguntáramos a nuestros políticos, en términos generales, lecciones básicas de geografía universal. Alguien debería atreverse, y a buen seguro que no seré yo, a preguntar a nuestros mandatarios lo que aquel periodista norteamericano le hizo al por entonces candidato George W. Bush, cuando le preguntó el nombre del también por entonces recién nombrado jefe de Estado de Pakistán, a la sazón, el general Musharraf. “Un general, creo”, respondió un mal - humorado y abochornado Bush, hijo. Mejor que no hagamos aquí la prueba del nueve de la política internacional.

Como tampoco preguntemos en estos lares por los países fronterizos con Pakistán, o por la evolución política del sur de Sudán, o por las exportaciones del coltán desde Ruanda. El desconocimiento por parte de quien debería conocer está garantizado y explica perfectamente el estado de la cuestión.

Breve repaso por el mapamundi

África

Intentando aplicar el juego imaginario al que me referí líneas atrás, de superponer mapas, comencemos por el continente africano, auténtico manantial de materias primas, desde 342 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

la mano de obra de siglos atrás hasta el coltán actual de la República Democrática del Congo, pasando por los hidrocarburos del Golfo de Guinea o por el petróleo del sur de Sudán. En el fondo, y por desgracia en la superficie, todo se resume en lo mismo: La explotación salvaje de la fuerza del continente negro, ya fueran sus hombres, como lo son sus metales o su gas y sus combustibles. Lo mismo da, que da lo mismo.

Lo que acontece en el sur del devastado Sudán, no es más que el ejemplo palpable de una mezcla explosiva: Religión, luchas étnicas, pozos petrolíferos y la aparición bestial de consumidores que llegan desde miles de kilómetros, en este caso, China y el verdadero poder del yuan, como moneda de cambio en el mundo de la energía. Con un rápido vistazo sobre quién explota esos pozos, quién distribuye sus extracciones y la evolución política de los últimos tiempos en Sudán, incluido por supuesto el olvidado y aberrante desastre de Darfur, se puede explicar a la perfección el avance de China por el continente africano. Sin reparos, sin miramientos, con muchísimo dinero en forma de yuanes y con una desmedida previsión de consumo. Y es que los pozos rusos y sudasiáticos no dan abasto, y menos que van a dar, para satisfacer al mercado chino y ni que decir tiene si incluimos además a la India.

Baste si no, un breve paseo por las principales calles, o lo que quede de ellas, de Malabo o Bata en Guinea Ecuatorial. Porque llama poderosamente la atención la aparición en cualquier esquina de tiendas al modo del “Todo a 100” peninsular, pero al estilo africano y con la rotulación en chino. En las propias capitales de Guinea Ecuatorial, por poner un ejemplo que yo mismo vi no hace mucho tiempo, hay ya más cartelería en mandarín que en español, por supuesto, y equiparándose en el número con los letreros en francés. Atención a la explosiva mezcla de un cóctel, cuanto menos, imprevisible: Unas gotas de regímenes corruptos o cuasi dictatoriales africanos, el dinero chino con la previsión infinita de su llegada a mansalva, unas reservas del subsuelo aún no explotadas como sí lo están otras regiones del planeta y unos derechos humanos que brillan por su ausencia, tanto en los países explotados, como en el explotador. Obtendremos, entonces y sin ninguna duda, un reflejo fiel y perfecto al África actual y del África de los próximos decenios. Y mientras tanto, nosotros, como Occidente, mirando a la luna de Valencia.

O mejor dicho, desde España mirando a la media luna del Magreb, de quien depen- demos energética y hasta políticamente, sin decirlo de manera abierta y sincera. Solo así, la sociedad española comprendería actitudes hacia el Sahara Occidental, los problemas de la inmigración las relaciones euromediterráneas. Bastaría con aclararlo.

Capítulo aparte merece la sangría, hasta el asco, de la región nororiental del Congo, o cómo se devasta ante los ojos miopes o ciegos de este lado del mundo, la enorme región de los Kivus. Y cómo se permite, entre el miedo y el atontamiento occidental, la Energía y sociedad | 343

barbarie de los mismos que obtienen el combustible en Guinea o Sudán para sacar todo el coltán posible y exportarlo desde la vecina Ruanda. En el fondo es idéntico. Qué más da que el “Mayflower” se llene de brazos, o que los petroleros rebosen combustible en el Indico o que los aviones indios y chinos despeguen desde los Grandes Lagos hacia sus respectivas factorías con coltán. En el fondo es lo mismo. La historia se repite, lo único que cambia es la mercancía.

Asia

Resulta cansino y hasta archisabido el planteamiento de los conflictos en Oriente Medio teniendo en cuenta los componentes religiosos, energéticos y por lo tanto regionales. Intentemos, no obstante, marcharnos unos cuantos meridianos más hacia el Oriente, llegando a un nuevo eje mundial formado por una línea imaginaria que atravesara el eje “Af-Pak” y toda su área de influencia. Aquí sí que conviene detenerse unos minutos en las fronteras de Afganistán para comprender el lío que hay montado en dicho teatro de operaciones –y lo que te rondaré...-

Los expertos advierten que aunque en el origen casi todo está el conflicto israelo- palestino, la actualidad se ha desplazado hacia la derecha del mapamundi; lo que complica aún más, si cabe, la resolución del problema. Afganistán limita al norte con Turkmenistán, Uzbekistán, y Tayikistán, al sur y al Este con Pakistán y al oeste con Irán. Lo más curioso y no sé si sorprendente es que un pequeño estrecho al oeste del país atraviesa Cachemira y termina en un puñado de kilómetros en frontera con China. ¿Nos imaginamos los servicios de telecomunicaciones, espionaje e inteligencia que China puede tener diseminados en esa pequeña franja? ¿Comprendemos ahora la importancia militar y por supuesto política del país de los talibanes para el equilibrio de la zona, más allá, por supuesto, de la problemática talibán en sí misma? Volviendo a mi tema de la cultura geográfica, ¿No convendría explicar en voz alta por qué estamos allí, como soldados occidentales, a las claras y con todos los elementos del problema sobre la mesa?

El norte de Afganistán con los tres “tanes” mencionados, es una frontera virtual hacia la gran Rusia, sin olvidar la interposición de Kazajstán. A partir de ahí, todo lo que uno se pueda imaginar en cuanto a la influencia de Moscú, hacia el Caúcaso y hacia la propia gran Rusia, es perfectamente descriptible. Ni que decir tiene, que la inestabilidad del eje “Af-Pak” como meridiano central de la región, supone un efecto para todo el área tan perverso como nocivo a miles de kilómetros de allí, y si no, que se lo digan a Alemania y a la Europa del Este, por su dependencia del gas ruso y del traslado correspondiente a través de medio territorio del antiguo Pacto de Varsovia. 344 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Podríamos concluir, por lo tanto, que una derrota en Afganistán por parte de Occidente se traduciría inmediatamente en un efecto contagio casi inmediato hacia las regiones del Caúcaso, muchas de ellas con una creciente influencia islámica en su interior, por no hablar de la sacudida que para el delicadísimo régimen pakistaní significaría una vuelta de los talibanes al poder.

Junto al eje Af-Pak” conviene advertir que los “tanes” ex soviéticos son en sí mismos un polvorín, con matices y diferencias, pero a la vez con una riqueza , por lo general gasística, conocida por occidente y, obviamente, por la propia Rusia que sigue ejerciendo un tutelaje, o mucho más, sobre sus gobiernos y más en concreto, sobre sus conductos de exportación hacia el oeste. Quien más debe saberse la geografía de la comarca es el ex canciller alemán Gerard Schröeder, consejero de Gazprom desde 2005 ¿Quién se lo hubiera dicho hace una par de lustros?

Hispanoamérica

Cuando se habla de Hispanoamérica desde este lado del mundo y más en concreto desde España, corremos el riesgo y solemos cometer el error de plantear el continente como un todo, cuando en verdad hay subregiones claramente diferenciadas y lo que es peor y más inquietante, áreas que se pueden clasificar políticamente con una precisión casi quirúrgica.

En este sentido se podría calificar de curiosa, si no fuera por la gravedad de la cosa, la proliferación de nuevos gobiernos bolivarianos en el Continente, coincidiendo con los principales yacimientos de gas de la región. Toda la importancia que la riqueza petrolífera de Venezuela ha irradiado hacia el Pacífico ha contaminado a la vez la estabilidad de la zona. Se podría decir que la peculiaridad de los dirigentes de las naciones concernidas desde su legitimidad democrática -en la mayoría de los casos fuera de toda duda, aunque hay excepciones- no sirve precisamente de tranquilizante para los países con intereses empresariales multinacionales afincados en sus yacimientos.

Un primer punto y aparte merece el Golfo de México y la importancia de este país en la región y en el mundo entero. ¿Nos imaginamos qué habría ocurrido en el continente si en las últimas elecciones generales de 2006 el vencedor hubiera sido López Obrador? Seamos sinceros, dejando a un lado los problemas internos de violencia más o menos localizada, ¿sería soportable para España y para Estados Unidos un México con toda su enormidad, regido por un Gobierno cuanto menos surrealista? Desde el punto de vista global, la estabilidad de México, su seriedad y su seguridad jurídica resultan más claves ahora que nunca, precisamente, por la proliferación anteriormente citada de supuestos “bolivarianos” algo más al sur y en la propia Centroamérica. Energía y sociedad | 345

Y un segundo punto y aparte requiere el gran Brasil, cuya calificación como país emergente ha quedado ya atrás. Brasil ya ha emergido y quizás, otros que miramos por encima del hombro estemos en realidad, más sumergidos que los brasileiros. Y es que si bien es cierto que el Gobierno Lula ha dado una de cal y otra de arena al menos desde el punto de vista de la imagen internacional y, sobre todo, desde el punto de vista de las percepciones internas de sus votantes, lo cierto es que para las multinacionales, para Washington y para el conjunto de Europa –que se lo pregunten, a Sarkozy–, Brasil y Lula en concreto han sido la gran sorpresa y a la vez la gran esperanza para el futuro. Hagamos de nuevo el ejercicio práctico de desplegar mapas y veamos lo cerca que está la costa de Recife o Fortaleza respecto a Sierra Leona y el Golfo de Guinea. Quizás, resulte sorprendente.

Energía y educación

Hecha esta somera y rápida gira por la geografía mundial que más nos afecta, regreso a determinados ejercicios prácticos y casi de autoeducación, e invito al lector a leer, o al menos intentarlo, un libro de cualquier etapa educativa, desde cursos de Primaria a Secundaria o Bachillerato y buscar, más allá de las fuentes de energía y breves lecciones de geografía autonómica, alguna relación que el alumno encuentre entre el mapamundi y la energía como elemento motor de la economía mundial y por supuesto nacional. La sorpresa será mayúscula al no encontrar nada, más allá de la buena voluntad del profesor de turno –que haberlo, a buen seguro que lo hay– con afán verdaderamente docente y que casi a ciegas explique lo evidente.

Convendría apuntar que la Energía, como factor económico y social, debería formar parte de esas tres o cuatro cuestiones, no más, que un alumno debería introducir en su formación e inteligencia desde lo antes posible. El resto de cuestiones transversales deberían ser la mismísima Constitución y la Defensa o las Relaciones Internacionales, si es que a alguno le da complejo.

Curiosamente, o no tanto, coinciden estas materias de enorme interés estratégico para la educación con las materias a despolitizar de nuestro día a día. Y ahí, los medios también tenemos nuestra alicuota parte de responsabilidad. Pero a este aspecto político- mediático, me referiré más adelante.

Volviendo al libro de “Cono”, –Conocimiento del Medio para los que no hayan tenido la desgracia de intentar hacer los deberes con hijos en actual edad escolar–, falta una perspectiva no ya a largo plazo porque ni siquiera existe a medio. Más que lo inmediato, 346 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

lo cercano resulta hasta escandaloso. Y es imposible, absolutamente imposible, que un joven dé importancia a lo verdaderamente relevante, si no se le ha enseñado así en su formación escolar o de secundaria. Geografía y Economía, que son lo mismo, y a partir de ahí, o a la vez, vendrán los buenos usos y costumbres en el día a día y en la vida doméstica de cada individuo.

Porque más allá de la formación cultural, la energía es sociedad en estado puro y junto a la teoría cultural, habría de existir una formación social sobre el uso y el abuso de la energía, sin demagogias ni mensajes falseados. Dice José Antonio Marina, filósofo y sobre todo, profesor de Instituto, que en la educación de un niño ha de contribuir la tribu entera, no sólo su familia, el profesor de dicha tribu, la aldea o el jefe comarcal. Se necesita a toda la tribu.

Pues bien, si desde los medios y desde todo aquel competente, no contribuimos a esa formación en la concienciación energética y en el ahorro, estaremos perdiendo un tiempo precioso, imposible de recuperar en términos económicos y de un coste incalculable de cara al futuro.

Pero todo puede quedar en una sarta de buenas palabras o intenciones, cuando el verdadero problema va más allá y afecta directamente a la clase política en general, con honrosas excepciones como siempre y, por extensión, a la clase mediática. Porque en este capítulo como en tantos otros reconozcamos que la retroalimentación como fenómeno químico puro, existe.

Si partimos de la base, de la falta de análisis general comprobable en nuestro día a día de la actividad política y de las páginas y webs de nuestros medios, no es que no exista el largo plazo, es que la inmediatez y la “declaratitis” suponen un enorme porcentaje del espacio dirigido al consumidor de la información. Si fuéramos un poco exagerados, tan sólo lo justo, se podría decir que aquí no piensa nadie, y si hay alguien que piensa, no lo hace de energía y yendo un poco más allá si alguien reflexiona sobre energía, no tiene espacio en los medios para explicar sus posicionamientos y conclusiones.

Hecha la autocrítica mediática, cabe responsabilizar de esa falta de perspectiva sobre los temas verdaderamente importantes a la Política española en general. La demagogia, los anuncios meramente formales y la falta de una estrategia energética de verdad han sido una constante histórica en la economía española.

Desde que en el siglo XIX se apostara por el carbón español, hasta la política cartelera de las energías renovables, pasando por la total dependencia del petróleo o del gas magrebí, Energía y sociedad | 347

los saltos hidráulicos o las centrales nucleares, España no ha sido precisamente un ejemplo de aciertos estratégicos en el largo plazo al menos en lo que compete a la Política Energética, así, con mayúsculas.

El profesor Juan Velarde escribió: “Hemos apostado por una energía cara y, se pretende, en la propaganda, que se puede tener una energía barata. La cara frena las exportaciones y azuza la inflación. La barata impide ampliar la oferta y las inversiones... O se trepa por la cuerda que ofrece la energía nuclear, o nunca saldremos de este oscuro callejón en el que se ve castigada históricamente la economía española”.

Pues eso. Y me pregunto: ¿Cómo puede ser que desde la Política en general y además desde hace siglos, apenas se haya sido capaz de poner los puntos sobre las íes y decir por las claras a la población española, alto y claro, las verdades evidentes que medio mundo ha asumido? ¿Cómo se puede seguir haciendo demagogia nada más y nada menos que con el suministro energético y la dependencia de todos y cada uno de los ángulos de nuestra economía? ¿Cómo puede ser que una sociedad, aparentemente culta y formada como nunca, cual es la sociedad española en teoría, sigamos comprando mensajes demagógicos, cuando no auténticas falsedades sobre el futuro de la energía y sobre su coste, su producción, su limpieza...? ¿No será que la culpa no es únicamente del político miope de turno, sino que además parece que a nosotros, como individuos de esta sociedad, nos importa un verdadero pepino lo realmente importante?

Aquí, quizás radique el quiz de la cuestión. Y es que un político o los medios de comunicación dan a su público lo que éste reclama, y en parte al revés, seamos sinceros. Por lo tanto, y vuelvo al principio de este punto del modesto ensayo que firmo, es una cuestión de concienciación sobre lo importante y lo perdurable. Mientras no se tomen las cosas en su justa importancia...entonces nada servirá para nada.

Pocos ejemplos pueden ser más ejemplificadores en ese sentido como los avatares que han rodeado, y que a la hora de escribir este artículo no han concluido, en torno al Almacén Temporal Centralizado de Residuos Nucleares. El famoso ATC o demagógi- camente hablando, el “cementerio nuclear”. Pocas entidades como ENRESA han trabajado estos años tan en silencio, tan profesionalmente y desde un punto de vista técnico, tan despolitizadamente. Sin embargo, ante la sociedad española siguen siendo o lo son hasta la elaboración de este texto, tan desconocidas y tan malinterpretadas. Y me repregunto: ¿Cómo es posible que tan altísimo nivel profesional como el que ha conformado esta empresa, no haya tenido un reflejo en su prestigio político y evidente- mente en su prestigio social? Pues una vez más y volviendo a lo de siempre, esto ha sido así por un doble sentido: Por desconocimiento –incultura y desinformación– y por otra 348 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

parte por una politización excesiva del debate al que no ha contribuido nada, sino todo lo contrario, le dependencia administrativa del Estado de las autonomías.

Y es que esa es otra y también merecería otro tratado. La rica diversidad, riquísima de esta España nuestra resulta ser una dificultad insalvable para determinadas cuestiones de Estado que países federales como Estados Unidos o Alemania tienen mucho más y mejor resuelta que nosotros. Sin ánimo de exagerar, lo único que falta es que cada Comunidad Autónoma española cree una consejería de Energía y así, no sólo no tengamos una política energética nacional, sino que acometamos la imposible aventura de amalgamar diecisiete políticas sueltas y a la vez interdependientes. Misión Imposible.

La conclusión: más Europa

A modo de conclusión, tras un pequeño análisis geográfico y una autocrítica cultural e informativa, cabría plantear la realidad de la puerta europea, no como panacea, sino como salida inevitable. Y es que la Unión Europea y sus satélites y dependencias deberán afrontar, más pronto que tarde y de manera clara y no sé si definitiva, una verdadera política energética tan común como sea posible.

De este modo, a los propios integrantes de la UE, no nos quedará más remedio que afrontar la realidad que en parte nos ha de venir impuesta y en otro porcentaje asumiremos con ese convencimiento tan español, de que las soluciones han de llegar desde fuera, porque nosotros solitos somos incapaces de acabar con los problemas.

Las empresas españolas del sector, tan expandidas e influyentes como nunca lo fueron por el mundo entero, saben perfectamente cuál es la cuestión y trabajan en el día a día para afrontar el tema. Igual hacen las multinacionales alemanas, italianas o de otras naciones que piensan y se asocian con compañías españolas.

Ahora resta, ni más ni menos, que nos enteremos los demás. Por un lado que los políticos se olviden de la sede de su partido y de sus carteles electorales permanentes y piensen en el más allá temporal; en segundo lugar que los medios acometamos el debate de las cosas importantes, a la vez que el día a día y el minuto a minuto. Y en tercera posición y quizás la más importante, que la cultura y, por lo tanto, la concien - ciación del español de a pie aumente en tres o cuatro temas claves que resumen lo transversal y lo trascendental: Seguridad, Internacional y Energía. Con esos tres pilares, todo, o al menos casi todo, quedaría resuelto. Energía y sociedad | 349

Energía y sociedad

Santiago Cárcar Romera Periodista

i la sociedad, tal y como la entendemos en Occidente, tiene futuro, el debate en S torno a la energía también. Energía y sociedad están íntimamente unidas. Pero preparémonos. Ni la sociedad ni la energía son entes inmutables. En su ADN está el cambio. Hasta los años 70, las cuestiones energéticas tenían un eco escaso en la opinión pública. Nunca más va a ser así. La cuestión energética, como sucede desde hace décadas y sucederá por mucho tiempo, va a estar en el centro de las preocupaciones sociales. Porque los servicios que proporciona contribuyen a satisfacer múltiples necesidades básicas, como el suministro de agua potable, la iluminación, la salud, la capacidad de producir, transportar y procesar alimentos, la movilidad o el acceso a la información.

Concluir que la energía, o mejor, la cuestión energética va a estar en el centro de las preocupaciones de la humanidad en el inmediato futuro es algo evidente. Basta con examinar el puñado de cifras que enmarcan la realidad en el presente. Veamos: de los 6.000 millones de personas que habitan el planeta, un tercio no tiene acceso a la electricidad o el combustible; mil millones viven en la pobreza extrema; treinta países, que suponen el 15% de la población mundial consumen el 60% de la electricidad y el combustible; el 92% de la población carece de automóvil y 1.200 millones no tienen acceso al agua potable. El futuro va a cambiar, sin duda, esas cifras. Sencillamente, la presente situación de desigualdad no es sostenible.

Como, al menos a corto plazo, Occidente no va a renunciar al modelo de desarrollo que consiste en estimular la oferta de productos y servicios a la mayor cantidad posible de personas, la energía se convierte en un asunto crucial para cualquier proyección de futuro. Eso sí, con la necesidad perentoria de contestar preguntas fundamentales como 350 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

¿Cuánta energía necesita la humanidad para su desarrollo? ¿Cuánta energía de origen fósil hay disponible? o ¿Cuál es el impacto del consumo intensivo de energía?

Las preguntas no son nuevas. Lo que sí es una novedad son los elementos que deberán contener unas respuestas que apenas si están esbozadas. Hasta finales de la década de los 80 (1987, Informe Brutland), se consideraba que en el desarrollo intervenían exclusiva- mente variables de tipo económico y social. Pero, a partir de ese momento, entraron en juego otro tipo de consideraciones relativas al medio ambiente. En el futuro, el principal problema al que se enfrentará la humanidad, probablemente, no sea el de la disponibilidad energética, sino el problema medioambiental y social. Los recursos energéticos son abun- dantes y no parece que vayan a restringir el desarrollo en las próximas décadas. El problema fundamental es otro. El que adelantó Brutland (Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU) con la definición del concepto “Desarrollo sostenible”. ¿En qué consiste ese concepto? Desarrollo sostenible es “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.

Desarrollo sostenible equivale entonces a obligación de reexaminar cómo funciona el sistema energético, entendido éste como el mecanismo que proporciona servicios y que está compuesto de un sector que se ocupa del suministro y de otro que procura tecnologías de uso final. Sencillamente, la cantidad de energía que se utilizará en el futuro dependerá, fundamentalmente, de la eficiencia con la que se produzca y se utilice.

Los cálculos más conservadores apuntan a que, aproximadamente el 30% de la energía se malgasta por el uso ineficiente en casas, edificios, empresas y vehículos. Y esos mismos cálculos destacan que la cantidad de energía requerida para un servicio dado puede ser reducida, en forma rentable, entre un 25% y un 35% en los países industrializados.

Más eficacia en los países desarrollados y facilidades en el acceso a la energía en los países en desarrollo marcarán el mañana. La energía, en suma, puede facilitar la transición a una demografía de menor mortalidad y también de menor fertilidad, como sucede en los países más desarrollados. Resultado: menor inmigración y posibilidad de ruptura del triángulo angustioso: consumo, contaminación, pobreza.

La exigencia, no obstante, es fuerte: se impone la frugalidad en el consumo y la disciplina ecológica. La educación es y será, cada vez más, un factor fundamental. El modelo de desarrollo sigue siendo la sociedad de consumo y sigue imperando la necesidad de garantizar el suministro energético, durante todo el tiempo que sea posible, a un precio asequible. Si se añade a la ecuación el derecho de todo ser humano a acceder a un cierto Energía y sociedad | 351

volumen de energía que le garantice, a su vez, el suministro de agua potable, iluminación, salud, movilidad y alimentación, tenemos ante nosotros el reto en toda su dimensión.

El presente se caracteriza por el intento, desmañado a veces, contradictorio en muchas ocasiones y prometedor siempre de dar respuestas a todas las necesidades que se adivinan en el inmediato futuro. El desarrollo de las energías renovables, cuya medida no se calcula en reservas, sino como potencial de producción, la defensa de la energía nuclear frente a una opinión pública reticente, la búsqueda de nuevas reservas de combustibles fósiles…todo forma parte de un proceso en el que la humanidad se juega mucho.

El cambio climático en marcha demuestra que el riesgo es alto. Estamos a punto de doblar la esquina tras la que se oculta el abismo. Pero hemos detectado la esquina y sabemos también lo que hay a su vuelta. Se han cumplido las condiciones previas que impedirán dar el último paso fatal. A corto plazo, las necesidades de energía se van a cubrir con todas las tecnologías y con todos los recursos disponibles. Progresivamente, se va a imponer la idea de que crecimiento no es igual a desarrollo (concepto que abarca a la persona y a su medio), y esa distinción acabará por reflejarse en el modelo energético a aplicar.

De acuerdo con las estimaciones actuales, los 25 países de la Unión Europea tendrán que haber renovado en los próximos 15 años el 50% de su capacidad en instalaciones de producción de electricidad. Son datos de la patronal europea Eurelectric. Y esa renova- ción tendrá que basarse en decisiones prudentes respecto de la estructura por fuentes que habrá de tener ese parque de producción en el año 2020.

Según cálculos de la Comisión Europea, de mantenerse las tendencias actuales, la dependencia energética respecto del exterior de esos 25 países sería del 62% en el año 2020, frente al 47% que se registraba en el año 2000, con grados de dependencia de hasta el 88% en el caso del petróleo, del 81% en el del gas natural y del 66% en el del carbón. En tal perspectiva, todas las tecnologías disponibles habrán de ser consideradas para que contribuyan de manera equilibrada a la cobertura de la demanda.

Las energías renovables son el futuro. El camino va a ser largo, pero está trazado. La presión de la opinión pública va a aumentar en demanda de soluciones energéticas que no hipotequen el futuro. Y va a ser difícil ignorar la presión. Es cierto que la globalización económica impone el corto plazo (lo que no siempre es compatible con todas las actividades económicas); es cierto también que el sistema de vida moderno está basado en la disposición de abundante energía a bajo coste y es cierto que es necesario internalizar plenamente los costes medioambientales para que la viabilidad económica de las nuevas 352 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

tecnologías sea reconocida. Pero la necesidad es tal que se impondrá una solución viable. Sucedió en el pasado y volverá a suceder.

La cantidad de radiación solar interceptada por la Tierra es 9.000 veces mayor que el consumo actual de energía en el mundo. Históricamente, donde se hallaron yacimientos de cualquier cosa útil, acabaron por llegar los mineros dispuestos a explotarlos. Volverá a suceder. Ya hay pioneros trabajando, y con mucho éxito, en los sectores eólico, fotovol- taico, termosolar, geotérmico, hidráulico, minihidráulico, minieólico etc. Por ahí se nos está colando ya el futuro.

Para el presente queda el reto de deshacer el nudo gordiano en el que se amontonan modos de vida, riesgo medioambiental, viabilidad económica y justicia social. Para hacer frente al reto habrá que aplicar visiones globales y multidisciplinares. No hay una única respuesta. Pero si el modelo energético refleja el modo de pensar de una sociedad, el modelo del futuro será más limpio, más sostenible y más justo.

El camino que se adivina es largo. Más en el caso de España. En el Índice Sintético de Innovación de la UE, España ocupa el puesto 17, cuando es la quinta economía de Europa. Converger en este campo, que es la clave del futuro, requerirá hacer un esfuerzo mucho mayor. La tarea compete a las administraciones y, sobre todo, a las empresas, que están retrasadas. Habrá que hacer frente a copiosas inversiones y habrá que ahorrar en lo supérfluo. Es una gran tarea colectiva y, como tal deberá ser pactada. Un fracaso dejará en nada los buenos propósitos de lograr un cambio en el modelo productivo. Y comprometerá el futuro. Energía y sociedad | 353

Estabilidad del marco energético

Iñaki Garay Zabala Director de Redacción de Expansión

o hace todavía muchos años fui testigo de una conversación que ilustra los N prejuicios que durante décadas se han construido desde muchos ámbitos de la sociedad contra el sector eléctrico. En ella, un prestigioso intelectual de este país se preguntaba qué se podía esperar de un sector dominado a finales del siglo XX por barones y marqueses. Era a mediados de los años noventa y se refería a Martín González del Valle, presidente de Hidrocantábrico y Barón de Grado, y a Fernando de Ybarra, presidente de Sevillana y Marqués de Arriluce. Al margen de que uno y otro merezcan algunas líneas por su contribución a la historia del kilovatio en este país, el comentario reflejaba en buena medida la incomprensión social hacia una industria que, con enormes errores pero también con grandes aciertos, ha contribuido y sigue haciéndolo a construir buena parte de los pilares económicos de España. Bien entrado el siglo XXI todavía son muchos los que identifican únicamente a las compañías eléctricas con la gran oligarquía y los grupos de poder y muy pocos los que reconocen que detrás de este sector en España hay cientos de miles de pequeños inversores y miles de trabajadores. Que hay infraestructuras de primer nivel a nivel mundial y un servicio esencial para el funcionamiento de cualquier actividad.

Prisoneros del pasado

El sector eléctrico es prisionero de su pasado. Los errores de planificación en los años setenta llevaron a muchas empresas a bordear la quiebra en aquellos años y obligaron a hacer un esfuerzo de reordenación para salvar la actividad. Como dijo alguien en algún momento, eran tiempos dominados por grandes ingenieros capaces de diseñar magní- ficas infraestructuras sin pararse a pensar en cómo pagarlas. Así, los errores en la 354 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

planificación fueron acompañados por errores en la financiación de las inversiones. Muchas empresas invertían cada año en nuevas centrales por encima de su facturación, pensando equivocadamente que la demanda iba a crecer de forma exponencial, y lo que creció inexorablemente fue la deuda. Hablar de pasivos de un billón de pesetas en los años ochenta era una losa difícil de soportar, más aún cuando parte de esta deuda era en moneda extranjera, lo que agravaba la situación con las devaluaciones de la peseta. No obstante, hay que reconocer que aquellos errores supusieron una lección dolorosa que permitió al sector eléctrico mejorar en todos los terrenos en las décadas siguientes.

Sector público o privado

De aquella gran reestructuración, incluida la intervención del Estado, de principios de los ochenta nació otra de las constantes de los años siguientes: el enfrentamiento entre el modelo de empresa pública, representado por una Endesa que salió reforzada de aquel proceso, y el del resto de las empresas privadas. Durante muchos años, la pugna entre una Endesa que ganaba dimensión a marchas forzadas -impulsada también por una regulación que para sus defensores era el justo pago por los desembolsos que tuvo que realizar durante el intercambio de activos, pero para sus detractores el trato de favor a una empresa que tenía que sostener a otra parte del sector público ruinosa- y el resto de empresas privadas, con Iberduero e Hidrola a la cabeza, fue apasionante.

Hay que reconocer que durante muchos años, el regulador, o lo que es lo mismo los gobiernos socialistas de Felipe González que gobernaron España durante la segunda mitad de los ochenta y primeros de los noventa, fueron jueces y partes en el sector. Endesa era una gran empresa pública y ninguno de los ministros que pasaron durante aquellos años tenía la intención de que dejara de serlo. Los beneficios que de ella obtenía el INI, su principal accionista, le permitieron compensar en parte los ruinosos negocios de otros sectores como el sector naval o la siderurgia. Sabemos, aunque no esté en los libros, que algunas compañías malgastaron tiempo y dinero en constituir grupos de presión para intentar convencer a gobiernos que tenían ya su juicio formado. Endesa, de alguna manera, era uno de los pocos argumentos que podían esgrimir los defensores del sector público industrial que se agolpaban en aquellos gobiernos y que tenían una clara influencia francesa en su concepción empresarial. Hubo otros ejemplos de empresa pública rentable como Telefónica, pero casi todos sustentaban buena parte de su éxito en el monopolio o en un sector regulado que te permitía hacer la cuenta de pérdidas y ganancias de abajo a arriba. Para ser justos hay que reconocer que dentro de la incomodidad que supone estar de algún modo monitorizado, entre 1988 y 1997 el Marco Legal y Estable otorgó al sector eléctrico una estabilidad que le permitió empezar a recuperar sus constantes vitales. Energía y sociedad | 355

Concentración

En aquellos años de planificación exacerbada en la que el sector eléctrico privado vivía aún con la losa de sentirse culpable de los errores de juventud hubo dos momentos que merece la pena rememorar por su importancia para el futuro. El primero fue el salto hacia delante de Endesa con la entrada en compañías como Sevillana, Fecsa, Enher y Viesgo. En aquel momento alguien denominó aquella ofensiva como la nacionalización encubierta del sector eléctrico español. El segundo fue la fusión de Iberduero e Hidrola en Iberdrola, un auténtico acto de insumisión a los planes que en aquellos años tenía el Gobierno. Hay quien mantiene que de no haberse hecho esta operación, en no mucho tiempo en España hubiera existido sólo una empresa y pública, al más puro estilo EDF en Francia.

Giro radical

Con la llegada del Gobierno del centro derecha al poder en 1996, la regulación eléctrica dio un giro radical. Hasta entonces los socialistas habían iniciado la venta de algunas participaciones en las empresas públicas más rentables, pero más obligados por la urgencia de las cuentas públicas que por una auténtica convicción privatizadora. De hecho, no había intención de ceder el control de ninguna de las grandes empresas y en las que se privatizaron parcialmente se instalaron procedimientos de blindaje para que el Estado jamás perdiera el control. Aznar, que era un admirador de las políticas que había emprendido años atrás Margaret Thatcher en el Reino Unido, tenía una concepción diferente del papel del Estado e inició un programa de liberalización y privatización que iba a acabar con el statu quo que había hasta ese momento. El objetivo era ir privatizando todo el sector público empresarial rentable para, con los recursos obtenidos, sanear el resto para privatizarlo también. En ese contexto se produjo la privatización de Endesa, aunque antes hubo que proceder al cambio de regulación. En Endesa, en aquel momento presidida por Feliciano Fuster, hubo una auténtica resistencia a un cambio de regulación que supusiese una ruptura y un cambio de las condiciones de retribución que tenía. De hecho, la empresa, que era todavía de titularidad pública, contaba ya con un buen número de accionistas privados a través de su presencia en bolsa, y ese fue el principal argumento que esgrimió Feliciano Fuster para intentar parar el cambio de regulación. Finalmente, a Endesa se le permitió consolidar su posición en Sevillana y Fecsa a cambio de modificar sus condiciones. La privatización de Endesa puso fin al pulso entre modelo privado y modelo público que había presidido los años anteriores y abrió una nueva etapa en el sector eléctrico. 356 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Comodín

El sector eléctrico ha sido durante las últimas décadas un comodín con el que los diferentes gobiernos en mayor o menor medida cubrían los déficits estructurales o coyunturales de nuestra economía. A golpe de decreto o a martillazos, la regulación ha ido adaptando al sector eléctrico a las necesidades del país. Las tarifas no se calculaban en función de los costes sino en virtud de la necesidad de controlar la inflación. Y en el sector eran conscientes de ello. En el año 1996, el titular del Ministerio de Industria, Josep Piqué, reunió en un conocido restaurante de Madrid a todos los presidentes de las compañías eléctricas y les convenció de la necesidad de realizar un esfuerzo tarifario para contribuir a mejorar la productividad del resto de la economía y con ello a lograr el objetivo de cumplir con los requisitos de Maastrich que colocaban a España en el pelotón de cabeza de la Unión Europea. Entre 1996 y el año 2000 las tarifas bajaron en términos reales aproximadamente un 20% mientras la economía crecía en ese mismo porcentaje.

Aunque el sector también pudo beneficiarse de la buena marcha de la economía durante esos años, la insuficiencia tarifaria se convirtió en una especie de enfermedad crónica a futuro, que ha llegado hasta la actualidad en forma de déficit de tarifa. Cada vez que un gobierno se enfrenta a la posibilidad de subir el precio de la luz, el temor a un desgaste político propio de la impopularidad de la medida le obliga a echarse hacia atrás. La conclusión es que los mayores perjudicados son por tanto los accionistas de las compañías eléctricas.

Consolidación

Después de la privatización de Endesa, el gran reto del sector eléctrico fue el de su consolidación. Y hay que decir que el fracaso fue palpable. El exceso de celo del Gobierno, en concreto del Ministerio de Economía de los diferentes ejecutivos del PP, impidió una tras otra cualquier operación que supusiese concentración. En aquel momento caló la idea de que si se reducía el número de operadores se estaban reduciendo las posibilidades de competir. Así, operaciones como la fusión de Hidroeléctrica del Cantábrico y Unión Fenosa o la de Iberdrola y Endesa se frustraron. Las empresas no pudieron hacer frente a las condiciones puestas por el Gobierno para culminar las concentraciones.

La conclusión que se puede establecer es que el sector eléctrico español se mueve históricamente en un entorno regulatorio inestable que dificulta su desarrollo. Y es inestable porque cualquier decisión tiene un alto componente político que la dificulta. De Energía y sociedad | 357

hecho, el simple cambio de tendencia política en el gobierno de la nación trae consigo un cambio en la política energética. Tratándose de inversiones intensivas en capital y con un largo periodo de maduración las empresas se exponen a riesgos difícilmente explica- bles en un sector de vital importancia para el desarrollo de un país. El nuevo cambio regulatorio que prepara el Gobierno en el terreno de las energías renovables es sólo un episodio más de esta inestabilidad que afecta no sólo a las cuentas de las empresas sino a la credibilidad de España como país seguro para invertir. Lo más lógico sería establecer consensos, a través de pactos de Estado –como se hace por ejemplo para las pensiones–, para evitar que la regulación eléctrica fuera causa de debate político y para conseguir que las estrategias se establecieran a largo plazo. El sector energético español tiene la experiencia y la solidez necesaria para ser en el futuro una industria competitiva en todos los frentes. Sólo necesita que el marco regulador no esté sujeto al capricho o a la improvisación. 358 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Molinos y energía solar, gigantes muy reales

Antonio Cerrillo

a irrupción de la energía eólica y solar como fuentes muy relevantes de producción L de electricidad es uno de los capítulos más novedosos e interesantes del panorama energético español de los últimos 25 años. Los grandes protagonistas han sido las fuentes renovables, que han desempeñado un papel de creciente importancia. Todo esto se ha producido en un contexto histórico en el que ya casi nadie discute que los nuevos sistemas producción de energía vendrán dados en el futuro por un incremento de la participación de las fuentes limpias. La exagerada dependencia energética del exterior que tiene España, la necesidad de combatir los gases de efecto invernadero y la apuesta por energía más limpia –libre de la contaminación o los residuos– harán que cada vez más estas fuentes sean valoradas en su justa medida, y muy especialmente por su contribución a la defensa del medio ambiente. Y, en cualquier caso, a medida que se vislumbre el final del petróleo, los recursos autóctonos –sol, viento, biomasa vegetal…– deberán abrirse camino todavía más.

Y hay motivos para el optimismo. España se ha convertido en la tercera potencia mundial en energía eólica, en la segunda nación con más potencia fotovoltaica y ha liderado el impulso de la energía termosolar. Más de una quinta parte de la electricidad proviene de energías renovables, y hay decenas de proyectos en marcha.

Los molinos de viento se han hecho gigantes reales. Pero, de cerca, son gigantes reales. La energía eólica se ha convertido en el símbolo del petróleo español, pues ha servido de motor de arranque de la exitosa industria nacional de las energías renovables.

Hace 20 años, la energía eólica era vista como una opción muy incipiente y considerada, incluso, por amplios sectores, como una opción utópica. Pero hoy es clave Energía y sociedad | 359

para el suministro eléctrico. En España hay cientos de parques eólicos; nos acercamos a una potencia instalada de 20.000 MW y el año pasado ya supuso el 14% de la demanda de electricidad.

Mientras tanto, sólo en el año 2008 se multiplicó por seis la energía fotovoltaica, catapultada por el fenómeno de las huertas solares. Sus 3.120 MW instalados alcanzado ese año equivalen a la potencia de tres nucleares (aunque la producción es menor).

Y la última demostración de este poder ha sido la irrupción de la energía solar termoe- léctrica, cuyas plantas son la plasmación de las investigaciones que se fueron llevando a cabo sigilosa pero eficazmente durante años en la plataforma solar de Almería (en el desierto de Tabernas), en donde el CSIC hizo un gran trabajo. Cuando los periodistas visitábamos el centro hace 20 años, pocos pensaban que algún día todo ese vivero de tecnologías iba a dar el resultado que ya apreciamos.

Las tecnologías solares termoeléctricas (captadores de diverso tipo que transforman la radiación en electricidad) acaparan el interés y son la punta de lanza del nuevo salto de las renovables. Y de hecho su desarrollo ha superado todas las previsiones.

El sol y el viento se han convertido en yacimientos clave de la energía en España; aportan recursos abundantes e ilimitados, y han sido aprovechados sabiamente. Y el factor clave del acierto fue la ley del Sector Eléctrico (1997). Con ella, los promotores de energía renovable han visto garantizada una remuneración mínima por la electricidad que producen. Perciben una prima, que pagan los usuarios en el recibo de la luz (que se conforma con la suma de todos los gastos de generación de electricidad de todas las instalaciones). Es la justa recompensa que obtienen las energías limpias por no contaminar y evitar daños ambientales que sí tienen, en cambio, las demás fuentes de energía.

Este esquema legal y el respaldo oficial han permitido desarrollar un tejido de pequeñas y medianas empresas emprendedoras. La ecuación llegó a resolverse: con tecnología disponible, una producción garantizada e ingresos seguros se ha podido contar con la financiación de los bancos; y el resultado de todo ello es que se han hecho las inversio- nes, y, de resultas de ello, España ha asistido a una ebullición de promotores de parques eólicos, fabricantes de aerogeneradores, constructores de módulos fotovoltaicos, diseña- dores de equipos de solar térmica o de componentes. Son empresas “vanguardistas e innovadoras”, que han hecho de España un modelo a seguir.

Buena parte de las tecnologías de aerogeneradores que se instalan en el mundo es de patente española. Las empresas aludidas habían instalado hasta el año 2009 un 360 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

total de 9.000 MW eólicos en varios países. El desembarco español exterior no se da en ningún otro sector.

Pero el éxito ha tenido también su cara amarga. Una implantación tan rápida ha tenido impactos imprevistos e indeseados. El repentino despegue de la solar ha disparado la factura de las primas, con lo que cual el Gobierno ha echado el freno, estableciendo cupos anuales y recortando las ayudas, de manera que se ha producido un parón en los proyectos fotovoltaicos los dos últimos años. Lo ocurrido debería hacer reflexionar sobre las consecuencias perversas que puede tener la aplicación de un modelo de fomento de las renovables no bien planificado. El sistema favoreció la instalación de huertas solares, pero su desarrollo tan veloz se ha vuelto contraproducente, y ahora el resultado es que se han paralizado los proyectos y se ha ocasionado enormes pérdidas de empleo, lo cual es una enorme contradicción vista que globalmente la evolución del sector en estos años ha sido positiva.

Está bien que se moderen y modulen las primas a las renovables; pero también es muy criticable la actitud de algunas eléctricas (térmicas de carbón o gas) que han acusado de manera injusta a las fuentes limpias de agravar el déficit tarifario y han querido incluso promover una gran cruzada en contra de estas energías, algo que más bien parece un intento de volver al pasado y situarnos de nuevo como estábamos hace 20 años. Y la situación ha cambiado demasiado (entre otras razones porque entonces, ni estaba aprobado el Convenio de Cambio Climático, ni mucho menos e protocolo de Kyoto, que nos obliga a reducir los gases invernadero, entre otros nuevos condicionantes de la política energética).

En cualquier caso, conviene recordar que este panorama, globalmente favorable de las fuentes renovables, se ha visto empañado por dos factores más. Por una parte, el desarrollo de la energía fotovoltaica ha seguido un modelo todavía demasiado centrali- zado mientras su impulso en el ámbito doméstico (tejados solares) sigue bloqueada por una normativa que impide una mayor participación ciudadana.

De hecho, instalar un tejado fotovoltaico doméstico es un suplicio para los promotores particulares, pues el laberinto burocrático es tal que muchos desisten de ello ante tantas dificultades. El real decreto que prepara el Ministerio de Industria acortará los plazos para que las compañías eléctricas autoricen la conexión; eso es positivo; pero el nuevo objetivo debería ser promover el autoconsumo con energía solar, es decir, abrir claramen- te la posibilidad de que en el futuro los pequeños productores puedan consumir la electricidad limpia que generen (sin que necesariamente tenga que vender el exceden- te), pues ahora –¡qué gran paradoja!–, los productores domésticos no pueden consumir in situ la energía limpia. Energía y sociedad | 361

El sistema actual está sólo concebido pensado para que el dueño del tejado solar venda la energía a la red, mientras que el productor debe comprar a la red la electricidad convencional que va a consumir.

Este sistema parece claramente insuficiente y algunos sectores sociales, como la Fundación Terra, estiman que sigue siendo un error mantener la idea de convertir al usuario doméstico en productor de energía, como si fuera una industria, con la secuela de consecuencias negativas que ello comporta. La ciudadanía no puede ser tratada como un productor.

Pero, en cualquier caso, debería dejarse abierta la puerta a la propuesta de los fabricantes de placas fotovoltaicas (la Asociación de la Industria Fotovoltaica, Asif), que reclama que, además de facilitarse el autoconsumo, se pueda vender la energía fotovol- taica excedentaria. Conseguir que la energía sea también algo de todos deberá ser el gran salto para los 25 años. 362 | Energía y sociedad | 363

Nuevos enfoques de los retos mundiales

Antonio Lamela 364 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Nuevos enfoques de los retos mundiales

Antonio Lamela Martínez Profesor, Doctor, Arquitecto y Urbanista ESTUDIO LAMELA

ras una larga experiencia y con más de 56 años de ejercicio profesional, transmito T algunas reflexiones que creo pueden ser de interés para la Sociedad Humana. Son pensamientos para su meditación objetiva —al margen de cualquier partidismo—, destinados a la generalidad de los ciudadanos, y más especialmente a los agentes profesionales implicados en los sectores afectados.

Sólo quiero manifestar, desde mi leal manera de pensar, cómo debemos enfocar algunos de los retos mundiales con los que hoy se enfrenta la Sociedad: con un planteamiento “generalista”, con objetivo comunitario y desde el punto de vista humano.

Transformar lo aparentemente desfavorable en favorable

Por primera vez en la historia conocida estamos viviendo una crisis humana mundial que afecta a todo el planeta, crisis que debemos entender en su sentido más auténtico: cambio, metamorfosis. Esta oportunidad debe ser aprovechada para encaminarnos hacia un nuevo y auténtico progreso, con planteamientos globales, en todos los aspectos.

El actual modelo socio-económico tiene graves problemas de fragilidad y sustentabilidad, con una obligada producción de energía que puede conllevar impactos medioambientales considerables, y la desfavorable perspectiva de que se podrían acabar ciertas reservas fósiles conocidas, a medio plazo. Nuestro planeta Nuevos enfoques de los retos mundiales | 365

Tierra no soporta más el sistema descontrolado actual, que pretende crecer sin límites. A ello se suma que un tercio de la Humanidad no tiene aún acceso a las formas modernas de vida, provocando una espiral de miseria que produce migraciones desgobernadas —especialmente entre la población rural— de muy diversas índoles, formas y dimensiones.

Como Sociedad Humana, estamos obligados a abordar trascendentes cambios, contemplando, de manera conjunta, los requerimientos de la Sociedad contemporánea, la sustentabilidad del Planeta y su Economía. Y ello sólo es posible con propuestas y acciones políticas renovadas, que permitan implantar una actitud humana diferente, un nuevo modelo de producción y consumo humanos, respetando ciclos naturales espontáneos de renovación de materiales y energía, hasta conseguir una economía más sustentable y duradera que garantice un progreso auténtico.

La constancia en la inventiva y creatividad son esenciales. El naciente modelo surge del anterior mediante la innovación y el perfeccionamiento gradual y continuo, sistémico y técnico, mejorando la productividad, con su apoyo en la educación y la formación profesional, buscando la calidad y persiguiendo la excelencia.

Personalmente, quiero colaborar exponiendo mi particular opinión y preocupación sobre algunos de los retos que debemos afrontar, de manera prioritaria.

El III Milenio: Conocimiento, información y comunicación

La formación permanente y acertada debe ser una buena respuesta a los retos actuales, incorporando una visión más integradora de la adecuada educación, dentro y fuera de las instituciones formativas y educacionales, atendiendo a todas las exigencias del saber.

Ponerlo en práctica con sabiduría en cada momento y nación, con sus ventajas e inconvenientes, requiere el compromiso profesional de las universidades y el apoyo de la Administración.

Dentro de dicho entorno, además, hay que mimar y cuidar la formación excelente y aséptica de nuestros jóvenes, quienes representan el futuro, pero sin descuidar el obligado reciclaje continuo de los adultos, que cuentan con un bagaje de gran experiencia. 366 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Todo ello trae aparejado la necesidad de instituir gradualmente formaciones profesio- nales idóneas, más adecuadas a los nuevos requerimientos, entre las que cuentan las relacionadas, entre otras, con la sustentabilidad física y metafísica, el medioambiente, y, sobre todo, la calidad y la excelencia.

El modo de gestionar y administrar los recursos naturales y los científico-técnicos, en general, así como la energía, exige la necesidad de fomentar una nueva revolución cultural que algunos llaman “energicultura”. Sin olvidarnos de la esencial coexistencia de las “macro y nano” magnitudes, que debemos saber manejar, simultáneamente, con sus adecuados sistemas y técnicas, acordes con sus dimensiones y escalas de medir, muy distintas a lo habitual.

Dentro de mi campo profesional más próximo, son inevitables las nuevas instituciones universitarias para la formación de verdaderos Urbanistas, Ordenadores Territoriales, Geoístas y Cosmoístas, con sus derivadas y correspondientes especialidades. No debemos olvidar la interdependencia integral de cuanto nos rodea, en cualquier campo y dimensión, como sinergias inevitables e inducidas en “todo con todo”. Es conocido que el profesional que sólo sabe de su profesión ni de su profesión sabe; todo debe interesarle.

En todo este ámbito, es fundamental destacar la importancia y trascendencia del buen uso del idioma y lo esencial de su contenido, como medio riguroso y estricto para la mejor y más rápida comunicación. En esta materia, los españoles debemos esforzarnos para superar las barreras idiomáticas y los añejos complejos culturales.

Cada día es más evidente la importancia de la informática. Ya no se discute que Internet es el gran medio de relación y comunicación mundial, por su facilidad e inmediatez. Se puede decir que aquello que no está en la Red y en sus páginas “no existe”, o le queda una vida residual y efímera. A partir de Internet va a acontecer lo imprevisible, en muy breve lapso, pues está siendo una verdadera y contundente revolución.

Recordemos que incluso ha dado lugar al nuevo “Tiempo Universal”, el tiempo de Internet: una valoración y medición distinta, común y simultánea del tiempo para cualquier lugar del mundo, que irá institucionalizándose poco a poco. El “tac” implica que no existen husos horarios ni fronteras. Un día se divide en 1.000 “tac” el cual equivale a 1 minuto 26.4 segundos actuales; lo que significa que las 12 horas del mediodía, del sistema tradicional, equivale a @500 “tac” siendo el mismo valor en todo el mundo. Para ello se ha fijado el meridiano de Biel —BMT Biel M. Time—, en Suiza, como la referencia mundial y universal en relación con un momento Internet. Nuevos enfoques de los retos mundiales | 367

A la par de todo lo relacionado con las redes de la información, la velocidad exponencial del cambio en la actualidad, en todos los sectores, es excesivo y no nos da tiempo a asimilarlo. Es por ello por lo que tenemos que saber cuantificar, valorar y priorizar de forma conjunta, creativa y honrada la magnitud de los retos y su importancia.

Globalización y mundialización, imparables e inevitables

Debemos orientarnos hacia una Organización de Estrategia Mundial e Integral, más solidaria, en todos y cada uno de los problemas vitales que nos afectan. Ya no se puede pensar con un enfoque y objetivo diferente del global. Hoy es una gran equivocación el no seguir el camino de la globalización.

Mi visión global llega a considerar que en un lapso corto, y paulatinamente, se utilizarán de manera predominante dos idiomas: el inglés y el español, permitiendo la deseada y beneficiosa compatibilidad entre ellos.

También se llegará a la moneda única mundial, para la que me atrevo a sugerir un nombre: el Geo ≡ G. Este hecho derivará en la creación del BCM, Banco Central Mundial con sede en algún lugar del mundo, y con subsedes en todos los países.

Por la misma razón, de manera gradual e imparable, tendremos un Gobierno Mundial que, prudentemente, aplicará políticas planetarias para el Desarrollo Sustentable Mundial de nuestra Sociedad Humana, desde una contemplación medioambientalista integral y global.

Todo esto llevará tiempo, pero el curso de los aconteceres de la Humanidad nos lo impone, inevitablemente, por etapas y con muchísimas trabas, pero de modo inexorable.

Estas ideas, si lo merecen, deben ser elevadas al rango que corresponda para que sean analizadas y tomadas en cuenta para seguir adelante con la propuesta, que sería bueno que fuera de todos.

Desde hace 50 años: Geocosmoísmo

Ya son bastantes las décadas en las que vengo disertando y publicando sobre el ordenamiento terráqueo universal e integral, con visión geocosmoísta y ámbito 368 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

total: tierra, mar y aire. Lo hice en 1976, y en 2007 promoví con Espasa la edición de “Estrategias para la Tierra y el Espacio”, una publicación de dos tomos, donde se replantean mis teorías del Geoísmo y Cosmoísmo, con las actualizaciones de rigor, y sugerencias de cómo se debería avanzar hacia una mundialización más favorable, donde “la búsqueda de la felicidad pura sea el último objetivo en todas las acciones que rigen el comportamiento humano”.

Si bien la aplicación efectiva de estas teorías es complicada, tampoco es imposible, y menos aún en la época actual. En las últimas décadas se ha producido un profundo cambio de pensamientos e ideas, comparable al paso desde la Edad Media a la Edad Moderna. Los avances en las telecomunicaciones y en el transporte, así como la importante globalización y mundialización, hacen que estos conceptos cobren hoy más sentido, y ello se está percibiendo a nivel mundial.

Hoy considero que el “Cosmoísmo” fue anunciador de la expansión centrífuga hacia el más allá, y el “Geoísmo” lo fue en sentido centrípeto: tratando de conocer e investigar la biosfera, la superficie terráquea —tierras y mares— y los mundos subterráneos y abisales marinos, de manera interrelacionada, abrazando “lo macro” y “lo nano”. Es lo que hay que hacer: contemplar los diferentes ámbitos planetarios de todo tipo, y sus evoluciones actuales y futuras, con visualizaciones desde dentro y desde fuera.

Energías limpias de orígenes renovables

Más específicamente referido al sector energético, que es el objetivo vinculado al Club Español de la Energía, me referiré a aquellas que me gusta enmarcar como energías limpias de orígenes renovables, incluyendo en ellas a las energías fotovoltaica, termosolar, eólica, biomasa, mareomotriz, undimotriz, hidroeléctrica, geotérmica, incluso la nuclear, y otras posibles.

Es evidente que el desarrollo y aplicación de cualesquiera de ellas es incontenible, motivado por una inquietud medioambientalista general que está arraigando en toda la Sociedad, y por la necesidad de afrontar un cambio de modelo energético que garantice la supervivencia de un planeta en el que, desde 1850, la población humana se ha multiplicado por cuatro veces y media, y sus necesidades energéticas por ochenta.

En este sentido, el futuro se presenta con muchísimas posibilidades a descubrir y emplear, pero, sin menoscabo de las energías existentes tradicionales. Nuevos enfoques de los retos mundiales | 369

Sin lugar a dudas, algunas de las energías de orígenes renovables tienen elevados costes de implantación, y aún no se sabe cuál será la energía de orígenes renovables que más vaya a triunfar en los próximos tiempos, por lo que se tiene que contemplar todas las opciones, de manera muy flexible, aséptica y abierta.

En todas ellas, hay que tener muy presente que el Hombre es el ser prevalente de la Naturaleza, de la que forma parte de manera inseparable —nunca antagónica, como algunos pretenden—, y sus creaciones e intervenciones terminan consolidándose como parte de ella. Así ocurre con los bosques arbóreos que en su día plantó, sucede con las ciudades, edificaciones o vías que crea, o con los nuevos aerogeneradores que instala, dando lugar a un paisaje natural diferente. El “ecologismo”, bien entendido, debe interpretarlo así, sin ningún tipo de duda.

Emisiones de dióxido de carbono —CO2—. Su captura, almacenamiento y reconversión

El dióxido de carbono —CO2— es el gas que más contribuye al efecto invernadero y, por lo tanto, al calentamiento global, seguido, de lejos, por el metano, ciertos halocarbonos y el óxido nitroso.

La mayoría de las emisiones de CO2 proceden de actividades antrópicas y los impactos desfavorables del aparente calentamiento global en nuestra Sociedad y en sus ámbitos medioambientales, fisicoquímicos, biológicos y económicos, obligan a poner freno a esas emisiones para que el supuesto cambio climático se desacelere y, en último término, se detenga, para poder gobernarlo en beneficio del planeta y de todos nosotros.

Para mitigar el “cambio climático” habría que reducir las emisiones de CO2 en un 90%, algo muy difícil de conseguir, de momento. La alternativa de pasar de depender de combustibles fósiles a la de utilizar energías de orígenes renovables, no se va a producir en poco tiempo, por lo que hay que aplicar otras alternativas compatibles para disminuir el calentamiento global, como podría ser la captura y almacenamiento de CO2 y su conversión en hidrógeno, e irlas simultaneando de forma progresiva, en el intento de conseguir, a su vez, la reconversión de la situación actual, tal y como ya es posible, técnicamente.

Todo ello funcionaría mejor con un planteamiento de cooperación mundial, comprobando las técnicas disponibles, viables y mantenibles, a la vez que mejorándolas con innovaciones e incentivos. 370 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La energía nuclear, una opción determinante para el presente y el futuro

Aunque hoy existen varias alternativas energéticas prometedoras, de momento, sólo la amplia tecnología que ampara el campo nuclear ofrece soluciones en magnitudes suficientes y adecuadas, con una gran madurez técnica, orientada en una línea de evolución progresiva y capaz de ir resolviendo sus inconvenientes actuales. Tenemos que analizar la situación con total asepsia.

Por supuesto que, como cualquier otra actividad, además de beneficios conlleva teóricos riesgos perjudiciales que se deben prever y amortiguar o eliminar. Es necesario ganar la confianza de la Sociedad, con centrales de nueva generación, seguras y fiables.

Teniendo en cuenta los tres objetivos fundamentales que se presentan a la hora de definir toda política energética —competitividad económica global, seguridad del aprovi- sionamiento continuado de sus fuentes primarias y protección del medio ambiente—, los países más avanzados han llegado a la conclusión de que la energía nuclear debe ser considerada como una firme solución para el futuro, así como un progreso en el proceso técnico que conduzca a utilizar nuevas fuentes de energía escasamente contaminantes y, preferentemente, en la modalidad de la fusión nuclear.

La tecnología que ampara el sector nuclear está en sorprendente desarrollo, y promete mucho más. Es un instrumento técnico humano muy competitivo, altamente cualificado, lo que garantiza un futuro en una línea de evolución progresiva, no sólo en el campo energético, sino también para múltiples aplicaciones en otras áreas muy diversas: agricul- tura, alimentación, industria, transporte, medicina, urbanística, domótica, etc.

Gestión de residuos radiactivos nucleares

El objetivo de la gestión de los residuos radiactivos nucleares es aislarlos, al máximo posible, de la biosfera para impedir la interacción de las radiaciones con las personas y el medio ambiente. Sin embargo las implicaciones sociopolíticas, propagandísticas y su escaso grado de aceptación por alguna parte de la ciudadanía, suponen un gran obstáculo para su gestión.

La realidad es que la industria nuclear controla la totalidad de sus residuos, desde el principio del ciclo, siguiendo el criterio de “concentración y confinamiento” conforme a Nuevos enfoques de los retos mundiales | 371

diferentes posibilidades de tratamientos: reclusión temporal en piscinas o contenedores especiales, almacenamiento superficial con barreras de protección, reprocesamiento de separación de los diferentes elementos, enclaustramiento geológico profundo en minas abandonadas y, principalmente, la renovación y transmutación de las centrales nucleares de nueva generación, inimaginables hace pocos años.

Entre todos esos tratamientos, la reconversión y reutilización de minas abandonadas para el almacenaje de residuos —de origen diverso— está teniendo gran expansión, con resultados satisfactorios. También las profundidades de los mares y océanos ofrecen parecidas posibilidades de almacenamiento, pendientes de investigación.

Como en todo lo relacionado con el tema de los residuos, hay posiciones favorables y en contra. Mientras que las primeras argumentan que el impacto visual de estos depósitos es nulo, y que siempre generan compensaciones económicas y puestos de trabajo, quienes se oponen alegan que no se debe gravar un territorio a base de residuos. En esta disyuntiva, claro está que la dinámica de crear vertederos no es la única solución correcta. Cada caso debe ser considerado de manera particular, mediante estudios asépticos y complementarios que garanticen el éxito de la iniciativa. Y, por supuesto, lo que sí se debería potenciar es una legislación muchísimo más científica, rigurosa y clara para controlar la generación de todo tipo de residuos, a nivel mundial, con obligado cumplimiento y de forma inexorable.

El potencial de las algas como fuente de energía y ayuda contra el calentamiento global

Las algas —que constituyen un mundo aún muy poco conocido y valorado, con más de 65.000 especies— están entre las plantas de más rápido crecimiento del universo, y su productividad para producir biocombustibles —no tóxicos y altamente biodegra- dables— es mucho mayor que la de otros elementos vegetales utilizados en la actualidad.

La producción de hidrógeno y de biocombustible, así como el saneamiento de aguas residuales y la reducción de efectos perjudiciales de los residuos nucleares a partir de algas, son algunos de los procedimientos puestos en marcha para aprovechar su beneficio.

Análogamente a las algas, quizás otras especies de la flora marina podrían ser empleadas con fines similares. Debemos intentar aprovechar los biocombustibles de cualquier origen, 372 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

pero sin competir con el suministro de alimentos ni con elementos medioambientales de interés. En este menester estamos aún en los inicios.

El uso racional del agua

La disponibilidad de agua suficiente, y a precios asequibles, es uno de los mayores problemas a los que se enfrentará la Humanidad en las próximas década. En los tiempos actuales, más de mil millones de personas no tienen acceso garantizado a agua potable, y más del doble no poseen servicios básicos salubres.

A la falta de agua en muchas regiones del planeta, se suma que en el mundo entero se despilfarran enormes cantidades por prácticas incultas, improcedentes e imprudentes; y se destruyen y degradan los ecosistemas acuáticos, por muy diversas razones.

La competencia por el suministro de agua dulce produce importantes tensiones sociales y políticas, no siempre justificables, pues, las cuencas fluviales y el agua no se ajustan ni a las regiones, ni a las fronteras de creación humana, ni a las demandas políticas o naturales, sobrepasándolas, en demasiadas ocasiones, de muy distintas maneras.

Por ello es que hay que promover la integración del uso del agua dulce como parte de un completo enfoque de planificación geoística territorial mundial, con previsión a largo plazo, a los efectos de una utilización más sustentable de los recursos hídricos, entre otros tantos naturales. Los correspondientes gobiernos deben establecer directri- ces para un uso más racional del agua, dentro de un contexto de mayor conciencia social, medioambiental y mundialista, liderado por el concepto de desarrollo sustentable geoístico.

Ante la gravedad de la situación, ya no discutible, el problema exige actuaciones urgentes, en lugar de buenas intenciones y meras promesas politizadas.

La desalación de agua, principal opción para incrementar el suministro de agua dulce

Tal y como llevo defendiendo desde hace tiempo, el problema de la falta de agua se debe resolver mediante la desalación de agua de mar y no con los ya irrecomendables Nuevos enfoques de los retos mundiales | 373

trasvases originarios de los ríos, obsoletos y perjudiciales medioambientalmente en la mayor parte de los casos.

El proceso de desalinizar aguas salobres o del mar, hay que realizarlo con las debidas precauciones, para reducir o eliminar sus perjudiciales impactos medioambientales, con posibilidades técnicas ya disponibles tales como el uso de energías limpias de orígenes renovables, el empleo de la energía nuclear o la utilización de pilas de hidrógeno que se hayan cargado a través de dichas energías, disminuyen los referidos efectos desfavorables.

La desalación es ya una realidad auténtica, gracias a los costes que siguen disminuyendo de forma importante y rápida, y a la mejora notable de la eficiencia energética.

A la vez, se podrán aprovechar las actuales fuentes comerciales de suministro de sal común para uso humano —salinas, salares y minas de sal— para otros objetivos alternativos y destinos, mucho más interesantes y rentables para la Sociedad Humana, y con un valor nuevo añadido muy superior al anterior, dentro del ordenamiento y aprovechamiento del territorio, superando los intereses ya creados.

La seguridad de la alimentación

La seguridad alimentaria, a nivel global, requiere medidas que estimulen la producción de una cantidad suficiente de alimentos para cubrir las necesidades de la población y, además, aseguren situaciones y mecanismos que permitan ingresos económicos suficien- tes para comprarlos. El reto que se plantea es, esencialmente, duplicar la producción de alimentos de una manera mantenible y sustentable, sin comprometer la integridad medioambiental.

La agricultura sustentable es uno de los remedios más efectivos frente al calenta- miento global, no sólo por su capacidad de absorción de dióxido de carbono sino por la eliminación de la utilización de productos químicos nocivos, como son los fertilizantes y antibióticos. Además, se está demostrando que puede proveer suficiente alimento, aumentar la seguridad alimentaria, reponer los recursos naturales, y generar mejores modos de vida para los agricultores y las comunidades locales.

Aparte de los cultivos agrarios, es necesario mejorar la gestión de recursos marinos, por capturas o cultivos, de forma muy respetuosa con el medioambiente acuático, contemplando simultáneamente su flora y fauna, en sus diferentes circunstancias y momentos. 374 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En cualesquiera de las fuentes primarias de alimentación es imprescindible incorporar nuevas directrices sanitarias que garanticen la seguridad alimentaria mundial, con una planificación y desarrollos industriales y comerciales basados en planteamientos geoísticos globales, de manera inevitable.

Los cultivos transgénicos, gran avance agrícola

Lo que el mundo necesita de la agricultura moderna, es tanto un aumento de la productividad como una disminución de los daños en el medioambiente, mejorando, a la vez, los cultivos y la seguridad alimenticia. No cabe duda que los contenidos avanzados de las biotecnologías son las herramientas más rigurosas y científicas para alcanzar dichos objetivos, no obstante las objeciones y dudas que algunos argumentan, a pesar de que no existen fundamentos científicos que demuestren que el daño medioam- biental de los cultivos transgénicos es exclusivo de ellos, ni mayor que el de los cultivos convencionales tradicionales.

Los cultivos transgénicos, modificados genéticamente a través de las técnicas de las biotecnologías modernas, han hecho posible una “Tercera Revolución Verde”, con disminución del impacto nocivo medioambiental de algunos tipos de agricultura. Pero la ciencia aún no tiene una postura específica, suficientemente avalada, para poder aseverar que los sistemas empleados son seguros o inseguros, si presentan ciertos riesgos, o no. Cada cultivo genéticamente modificado presenta beneficios y perjuicios potenciales que deben ser evaluados científicamente en cada caso, de manera seria y rigurosa, y sometidos a un estricto control regulatorio.

El mercado laboral, con la incorporación de una nueva generación. Otras reformas genéricas

Ante el grave impacto global que está causando la faceta económico-financiera de la actual crisis mundial, el aumento de la tasa de desempleo es muy preocupante y desestabilizador.

Las subvenciones e incentivos fiscales no son el remedio recomendable para activar el mercado laboral. La solución, compartida por la mayoría de los gobernantes de los países perjudicados, pasa por la necesidad de una urgente reforma estructural del mercado laboral mundial, separadamente de los intereses múltiples creados que Nuevos enfoques de los retos mundiales | 375

hay que marginar, por ser “realmente” antisociales. Se deben reconocer, anteponer e incentivar nuevos parámetros humanos, con conceptos y derechos más modernos como, tales como la productividad, la efectividad, la conciliación, la flexibilidad, la movili- dad profesional y la satisfacción del papel cumplido y donde la incorporación al trabajo de la generación actualmente joven que ha crecido en un mundo digital, marcará el rumbo del cambio.

Los diversos gobiernos deben fomentar las condiciones cómodas y adecuadas para que el sector privado pueda crear fuentes de trabajo, complementándose con las respectivas administraciones gubernamentales que, a ser posible, sólo deberían ser alternativas sustitutorias.

De urbanismo y arquitectura

Dentro del enfoque general de los retos mundiales, desciendo de nivel, y me refiero de forma más concreta a mi entorno profesional, con algunas reflexiones sobre Urbanismo y Arquitectura, ya que estos no pueden quedar al margen de las actuales exigencias sociales, totalmente diferentes a las de épocas precedentes, influyendo en el modo de actuar y de vivir.

En la Sociedad aún no está suficientemente arraigada la idea de que hacer ciudad y arquitectura supone materializar objetivos que deben funcionar y tener interés por sí mismos, pero, sin olvidar que, además, son elementos componentes e integrantes de otros entes de categoría superior, como es el territorio o la propia urbe, en donde van a estar enclavados, visión integral, que debe primar sobre la valoración separada de cada creación, prescindiendo de su entorno.

Antes de proyectar arquitectura para la ciudad hay que tener resuelto su urbanismo y, previamente, tendríamos que haber definido su ordenamiento territorial, incluso y preferentemente con visión geoística.

Por supuesto, las sorprendentes e ilusionantes posibilidades y aportaciones sistémicas y técnicas de los tiempos actuales —hasta hace poco inimaginables— ejercen una influencia grande y muy provechosa en la creatividad urbanística y arquitectónica. No se debe prescindir de los nuevos sistemas, medios de trabajo y materiales, tanto en la fase conceptual y creativa, como durante su construcción y uso. Esto también es aplicable a la rehabilitación, restauración, mantenimiento y conservación de la urbe y la 376 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

edificación, aspectos que deberían estar regulados oficialmente, y condicionarnos mucho más al concebirlos y proyectarlos.

Otras consideraciones recientes, que se están imponiendo, es valorar, como corresponde, el indiscutible compromiso del Urbanismo y de la Arquitectura con el Desarrollo Sustentable del Planeta, así como la eficiencia energética de las soluciones adoptadas y el reciclaje de los materiales empleados en su construcción.

Como en todos los sectores, también en Arquitectura y Urbanismo es fundamental el trabajo conjunto de la Administración y las empresas privadas para lograr una mayor eficiencia de sustentabilidad en ciudades y edificios.

El negocio inmobiliario

En cuanto al “negocio” del producto inmobiliario —urbanístico o arquitectónico—, y su repercusión social, perdura otra moda que debería ser radicalmente desterrada, pero que se está consolidando, impunemente, en la promoción oficial y privada, para proyectar y ejecutar: la “mitad de plazo” y a “mitad de precio”, causando un grave daño a la Sociedad, pues el producto final llega lastrado y deteriorado por ambas razones, al faltarle la madurez suficiente y la calidad debida. Los resultados son obras “prematuras” y “caras”, con implicaciones sociales, políticas y económicas.

Tras el reciente e infrecuente fenómeno de la “burbuja inmobiliaria”, que se agrega al proceso de fuertes y acelerados cambios sociales motivados por la contundente crisis humana, resulta complicado hacer una prognosis fiable y minuciosa del futuro del urbanismo y de la arquitectura española en sus diferentes sectores, como sería deseable y conveniente. Incluso las ya iniciadas previsiones revisionistas de situaciones próximas pueden resultar especulaciones arriesgadas, por mero desconocimiento.

Recuperación de los valores éticos y morales

Todos los organismos, instituciones, grupos o individuos estamos obligados a ser “beligerantes” ante la gravísima situación creada en la Sociedad Humana actual, que está experimentando un período de fuerte y acelerada descomposición moral y espiritual, de una enorme trascendencia —que no sabemos valorar— y con repercusiones difícilmente previsibles. Debemos iniciar la ambicionada y definitiva Nuevos enfoques de los retos mundiales | 377

recuperación de los valores del espíritu, morales y éticos, incluso religiosos, últimamente perdidos a nivel mundial.

Entre los comportamientos deplorables, la falta generalizada de honradez, el “yavalismo”, el “todovalismo” y el “relativismo” mal entendidos, son actitudes hoy habituales que separan más y más a la Sociedad de sus gerentes y gobernantes. Ya nos hemos habituado a las noticias sobre “operaciones”, “tramas” y “casos” de corrupción. En su conjunto, ello contribuye a que la Sociedad desconfíe de todo y de todos.

Debemos abolir estos reiterados comportamientos humanos, por las perniciosas enseñanzas que de ellos se derivan, especialmente ante la juventud, que podría descubrir un camino totalmente rechazable por su inherente inmoralidad. Es otro de los Retos de la Sociedad que debemos combatir, por tratarse de un tema reciente, muy grave, preocupante y trascendental que nos obliga a una seria meditación, al no haberle dado hasta hoy la importancia que tiene, y sobre el que no debemos pasar “de puntillas”.

Para terminar…

Se podría continuar con más problemas que afectan a la Sociedad, como retos importantes a resolver, entre otros: la salud, la educación, las migraciones humanas, la drogadicción, la publicidad engañosa, la inseguridad generalizada, el terrorismo, las guerras… Merece la pena destacar algo común a todos ellos: la repercusión y consecuencias mundiales más allá del lugar donde se originan. Esto implica la necesidad de que todas las medidas correctoras que se apliquen sean gestionadas a nivel mundial, paulatinamente, pero con autoridad universalizada, de manera inexorable, contundente e indiscutible.

Debemos dar respuesta sabia y prudentemente a estos RETOS a los que se enfrenta la HUMANIDAD, sin olvidar que “el presente y el futuro son herencias del pasado, aunque, a veces, el futuro ya es ayer”. Éste es un gran momento para avanzar y progresar, de verdad, concentrándonos en investigar y encontrar soluciones para los problemas que nos afectan como Sociedad Humana. Hemos sobrepasado especulaciones muy atrevidas y arriesgadas. Se necesita una reacción urgente, valiente y profunda, sin reservas ni prejuicios, por encima de políticas partidistas. Y, como todo está profundamente interrelacionado, nada debe quedar fuera de este 378 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

planteamiento, por insignificante que parezca su valoración. La “generalidad” debe amparar la “particularidad”, sin perder su coexistencia.

Nos toca el privilegio de ser protagonistas rompedores en una ERA de INNOVACIÓN Y REGENERACIÓN GLOBAL. Tenemos que ser verdaderamente conscientes de todo ello y, evitando caer en el FATALISMO, vivirlo con OPTIMISMO E ILUSIÓN. El futuro de la energía: la visión de la empresa

ABENGOA GAS NATURAL - UNIÓN FENOSA

BP ESPAÑA GRUPO IBERDROLA

HC ENERGÍA CEPSA INDRA CIEMAT LANDWELL PWC CLH RED ELÉCTRICA DE ESPAÑA DELOITTE REPSOL ENAGAS SEDIGAS

ENDESA SIEMENS ESPAÑA

EON UNESA 380 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Abengoa

Felipe Benjumea Llorente Presidente de Abengoa

Situación general

n el año 2007 llegó a su fin un gran debate sobre el desarrollo sostenible y el E cambio climático. Más de 3.000 científicos, de cerca de un centenar de países, pertenecientes al Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) de la ONU, concluyeron que el calentamiento del planeta es inequívoco y está causado por las emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico1. A día de hoy existe un claro consenso científico sobre este hecho y sobre la evidencia de que un incremento significativo en la temperatura de la atmósfera acarrearía graves alteraciones en la biodiversidad y en las condiciones de vida sobre la tierra, incluyendo las del ser humano.

Por otra parte, nuestro actual modelo energético, basado en la energía fósil, presenta claros síntomas de agotamiento. De acuerdo con el informe de la UK Industry Taskforce on Peak Oil & Energy Security2 el límite máximo de producción de crudo se alcanzará entre 2011 y 2015. Por esta razón, uno de los retos más importantes de los próximos años será avanzar en un nuevo modelo basado en energías renovables no contaminantes y cuyo suministro esté garantizado. Para luchar de una manera efectiva contra el cambio climático creo que es necesario además adoptar un nuevo paradigma económico en el que los precios de los bienes y servicios incluyan, no sólo su coste de fabricación, sino también su coste medioambiental.

1. Solomon, S., et al.:Climate Change 2007: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Fourth Assessment. Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press. 2007. Pags.727-728. 2. The Oil Crunch. Securing the UK’s energy future. First report of the UK Industry Taskforce on Peak Oil & Energy Security, Oct. 2008 El futuro de la energía: la visión de la empresa | 381

En los próximos años se producirá un aumento sustancial de la población mundial (muy probable que en 20 años se llegue a los 8 G3 de personas y, en 2.050, a los 9,3 G)4. Esto tendrá importantes consecuencias desde el punto de vista ambiental. En primer lugar viviremos una importante escasez de agua, de manera que en 20 años el 50% de la población podría sufrir carestía5. Además, se incrementarán sustancialmente los residuos generados, tanto industriales como domésticos. Y por último, se producirá un importante incremento de la demanda energética y, por consiguiente, si no fomentamos el uso de energías limpias, de las emisiones de CO2.

Se estima que en el momento actual se producen anualmente 18.000 Terawatios x hora de energía eléctrica y que para producirlos se vierten a la atmósfera 10.000 millones de toneladas de CO2 al año. Esto, según el informe Stern6 del año 2007, supone sólo la cuarta parte del total de emisiones antropogénicas de este gas. Estas emisiones están produciendo lógicamente un incremento del contenido de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Prueba de ello son los datos medidos en el hielo de la Antartida que muestran que el contenido de CO2 en la atmósfera es hoy un 50% mayor que en 1750, antes del proceso de industrialización mundial.

Es importante destacar también, que las emisiones de CO2 en el mundo procedentes del sector transporte fueron superiores a 5 G de toneladas anuales en 2002, de las que más de 4,2 G correspondieron al transporte por carretera. Las previsiones de emisiones 6 de CO2 en el transporte para 2030 superarán las 8,5 G de toneladas. Por su parte, la Unión Europea prevé que, entre 2000 y 2030, se incrementarán estas emisiones, sólo 7 en Europa, de 1 G a 1,3 G de toneladas anuales. En resumen, las emisiones de CO2 provenientes del sector transporte son muy elevadas y tienen, por tanto, importantes consecuencias medioambientales.

Con este panorama, no es de extrañar que los biocombustibles se presenten como la alternativa más prometedora para disminuir el impacto ambiental del sector transporte.

El uso de bioetanol como combustible supone un ahorro de más de 140 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.8 De hecho, no existe ninguna alternativa real viable que pueda

3. G = 109 = 1.000.000.000 = millardo. 4. Population Division of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations Secretariat, World Population Prospects: The 2006 Revision and World Urbanization Prospects: The 2005 Revision. . 5. N/WWAP (United Nations/World Water Assessment Programme): 1st UN World Water Development Report: Water for People, Water for Life. UNESCO and Berghahn Books. 2003. 6. Stern N.: The Economics of Climate Change – The Stern Review. Cambridge University Press. 2006. 7. European Commission – DG Energy and Transport: European energy and transport trends to 2030. 2003. 8. Lechón, Y., et al.: Análisis del ciclo de vida de combustibles alternativos para el transporte. Fase I. Análisis de Ciclo de Vida comparativo del etanol de cereales y de la gasolina. Energía y cambio climático. Ciemat. 2003. 382 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

generar beneficios similares en un plazo de 20 años. Y no hay que olvidar que la reducción de estos gases y de contaminantes locales, como el óxido de nitrógeno o las partículas en suspensión, disminuye sensiblemente el riesgo de problemas para la salud en la población.

Pero es que además, los biocombustibles pueden ayudar a disminuir la dependencia energética que gran parte de las naciones del mundo han contraído con el oligopolio de países que producen petróleo, por un lado, y a reducir la factura de las importaciones, por otro. Cada año se consumen en el mundo más de 30 G de barriles de petróleo9, lo que supone una factura a pagar, suponiendo que el precio del barril sea de 70 dólares, de más de 2 T$.10 Incluso un país pequeño como España, que consume poco más de 500 M de barriles al año, paga una factura anual superior a los 35 G$. Y la previsión es, según la Comisión Europea, que la demanda energética aumente hasta 2030 a un ritmo de un 1% anual.11 Pero si en España en lugar de gasolina convencional se empleara una mezcla del 85% de bioetanol (E85) de producción local se podría llegar a ahorrar más de 42 G$ al año, lo que supondría un notable ahorro de divisas.

Los biocombustibles también ayudan al sostenimiento de poblaciones rurales que encuentran en ellos una opción tanto como productores de materia prima como en las industrias para su transformación. En definitiva, el empleo de biocombustibles y el incremento en la eficiencia energética de los vehículos son fundamentales en la lucha contra el cambio climático y en la consecución de una mayor independencia energética de los países. Ambos objetivos son muy importantes para alcanzar un desarrollo sostenible.

El argumento básico que suele utilizarse para atacar el uso de biocombustibles es el siguiente: “Los biocombustibles se obtienen a partir de cereales, por lo que su producción hace que la demanda de cereales aumente, y por ello que se encarezcan sus precios. Este encarecimiento se traslada al bolsillo del consumidor, y a provocar más hambre en el mundo”. Todo un conjunto de falacias.

La producción de cereal dedicada a bioetanol en Europa en 2007 fue del 2%, y no superará el 4% para conseguir los objetivos fijados para 201012. Cantidades pequeñas para que puedan afectar significativamente a los precios. A esto hay que añadir que la segunda generación de biocombustibles ya no se obtendrá a partir de los cereales, sino

9. Energy Information Administration: International Energy Outlook 2007, U.S. Department of Energy. 2007. Pag. 29. 10. T = tera = 1012 = 1.000.000.000.000 = billón. 11. European Commission – DG Energy and Transport: European energy and transport trends to 2030. 2003. 12. European Commission -- DG for Agriculture and Rural Development: Prospects for agricultural markets and income in the European Union 2007-2014. 2007. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 383

de la biomasa proveniente de desecho vegetal (paja, hojas, bagazo, rastrojos) por lo que, a medio y largo plazo, el incremento de la producción de biocombustibles no tendrá ningún efecto sobre el mercado de cereales.

Según el profesor Hausmann de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, existen en el mundo 700 millones de hectáreas sin cultivar que permitirían producir una cantidad de biocombustible similar a la actual producción de petróleo. Es a su vez evidente que hay que respetar el medio ambiente y controlar el origen de los biocombustibles para que estos no se produzcan a costa de los alimentos, de la biodiversidad, o de los bosques tropicales. De la misma forma que hay que controlar que todos los productos que consumimos no han sido producidos con la explotación de menores o con grave deterioro del medio ambiente. Los biocombustibles son hoy una alternativa que está ya en las estaciones de servicio y que debe ir sustituyendo en gran medida a los derivados del petróleo y más aún según se vaya desarrollando la segunda generación de combustibles derivados de cultivos energéticos no comestibles, paja y otros desechos agrícolas.

Entonces —cabe preguntarse— ¿a qué se debieron los incrementos en el precio de los cereales en la primera mitad de 2008 de los que tanto hablaron los periódicos?: A las malas cosechas de los anteriores tres años, que redujeron significativamente la oferta existente. Valga como ejemplo, la producción de trigo en España que en 2005 fue casi la mitad que la de 2004. Las producciones de 2006 y 2007 fueron también de un 21% y un 10% inferiores, respectivamente. A esto hay que añadir otros factores como el aumento del consumo en Asia o la entrada de fondos de inversión en el mercado, cuyo objetivo fue aprovechar la volatilidad del precio del cereal para especular con él, lo que motivó que los fondos actuaran como aceleradores del mercado, incrementando aún más la volatilidad de los productos y sus picos de precio. Esta explicación quedó claramente ratificada por la evolución de los precios de los cereales en el tercer trimestre de 2008. Durante estos meses la producción de biocombustibles continuó creciendo mientras que, debido a la crisis financiera, los fondos de inversión de carácter especulativo se retiraron del mercado de cereales. Esta combinación de hechos condujo a una bajada del precio de los cereales del orden del 50%, lo cual muestra claramente la poca influencia que sobre los precios había tenido la producción de biocombustibles y la gran influencia de los otros factores antes señalados.

El intento de convertir a los biocombustibles en responsables del hambre y otros grandes males del mundo, sólo puede estar basado en la desinformación y en el interés de quienes pretenden que todo siga igual. No habría nada más rentable para ellos que la existencia permanente de energías limpias que estén siempre disponibles 384 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

a 20 años vista y nunca lleguen a ser realidad. Eso permitiría acallar cualquier preocupación por el cambio climático, haciendo que éste fuera el único cambio que realmente se produjera. Los biocombustibles son sin embargo, la única fuente de energía que reduciendo las emisiones hasta en un 60% está disponible hoy para hacer funcionar el transporte por carretera.

Para la producción de 28 megajulios de bioetanol sólo se utiliza un megajulio de petróleo.13 Evidentemente también se utilizan otras energías, especialmente las proce- dentes del mix eléctrico, pero no el petróleo. Por lo cual el bioetanol tiene el potencial de desplazar el consumo de petróleo masivamente. A la luz de estos datos, corroborados por muchos otros análisis similares efectuados por centros de investigación de prestigio, podemos constatar que el uso de bioetanol como combustible para el transporte presenta dos claras ventajas frente al de la gasolina: menor consumo de energía fósil en su producción y distribución, con lo que se incrementa hasta 28 veces la duración de las reservas de petróleo, y unos mayores ahorros en emisiones de CO2, que disminuye la incidencia sobre el efecto invernadero.

¿Qué energía usarán nuestros nietos?

El modelo energético actual basado en que más del 80% de las fuentes primarias de energía proceden de combustibles fósiles está, desde mi punto de vista, agotado. Agotado por los dos fenómenos antes citados; primero en el sentido de que el plazo de unos años se agotarán las fuentes de petróleo y gas. En segundo lugar, agotado en el sentido de que es insostenible en el tiempo, ya que produce un calentamiento progresivo de la atmósfera debido a la emisión de gases de efecto invernadero.

La solución al reto energético mundial sólo puede ser un nuevo modelo basado en las energías renovables. Esta afirmación se fundamenta en la idea cierta de que el sol es la fuente última de energía de la tierra. Sirva como dato, que la radiación solar sobre la tierra supone en cada instante más de 10.000 veces el consumo energético mundial. El sol hace subir el agua desde el mar a las montañas, hace soplar el viento, mueve las olas y mareas, y pone en marcha la extraordinaria máquina de la fotosíntesis. Incluso los combustibles fósiles tienen su origen en la luz del sol. El error es quemar en pocos años lo que se produjo y almacenó durante millones de años y llevó a la tierra a las actuales condiciones climáticas.

13. Dale B: Thinking clearly about biofuels: ending the irrelevant ‘net energy’ debate and developing better performance metrics for alternative fuels. Biofuels, Bioprod. Bioref. 1:000–000 (2007). El futuro de la energía: la visión de la empresa | 385

El aire limpio es un bien público global y como tal, los mecanismos del “mercado” difícilmente tienen en cuenta su deterioro. Los individuos tienden a traspasar a otros la financiación de este tipo de recursos y no contemplan en su actividad estas externalidades negativas. Es por tanto necesario, para preservar nuestra forma de vida y el medio ambiente, establecer mecanismos de regulación que incluyan en el precio de la energía el coste de las emisiones originadas por su producción y consumo.

Existen en este momento fuentes renovables de energía que pueden ir sustituyendo progresivamente a las energías fósiles. Su precio será competitivo sin ninguna financia- ción pública en muy pocos años. En algunos casos la energía de origen renovable es ya competitiva sin ningún tipo de ayuda y más aún lo será cuando se internalicen los costes de emisión de gases de efecto invernadero.

Un claro ejemplo es el ya citado de los biocombustibles, cuyo coste de producción en países como Brasil es ya competitivo con el de la gasolina.

En general, el consumo de energía a finales del siglo XXI será 2,5 veces superior al actual, con el consiguiente incremento de las emisiones.14 Para obtener una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero de alrededor del 20% (con respecto al supuesto de mantener el patrón actual de generación eléctrica) sería necesario generar entre un 40% y un 50% de la energía a partir de fuentes renovables.

Bastaría cubrir con colectores solares una pequeña parte (menos de un 5%) de los desiertos cálidos para satisfacer las necesidades eléctricas del mundo entero.15 Otras estimaciones señalan que la energía solar disponible en los desiertos es más de 700 veces el consumo de energía primaria en todo el mundo. En cualquier caso, existe un importante consenso, respecto a que podría multiplicarse varias veces el consumo energético actual y futuro del mundo entero, empleando únicamente la radiación solar que reciben los desiertos. Por lo que respecta a la Península Ibérica podría obtenerse 8,32 veces la demanda energética total en 2050.16

El otro vector energético del futuro, que tiene muchas posibilidades de competir con la electricidad y la complementará extensamente, es el hidrógeno. Este elemento no es una fuente de energía primaria, sino que, al igual que la electricidad, constituye un medio de

14. Nakicenovic N. et al.: IPCC Special Report on Emissions Scenarios. Cambridge University Press. 2000. 15. Kurokawa K. et al.: Energy from the desert: Feasibility of very large scale photovoltaic power generation (VLS-PV) systems. Photovoltaic systems executive commit- tee of the International Energy Agency. 2003. 16. El informe “Renovables 2050”, encargado por Greenpeace al Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Pontificia de Comillas, afirma que “los recur- sos renovables más abundantes son los asociados a la energía solar: entre todas las tecnologías solares se podría obtener energías equivalente a 8,32 veces la deman- da energética total de la Península Ibérica en 2050”. 386 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

transmisión de la energía desde las fuentes primarias hasta los usuarios (esta es precisamente la definición de vector energético). Actualmente existen dos vías principales para la utilización del hidrógeno. La primera es su uso en procesos térmicos convencio- nales (motores de combustión interna o turbinas). En esta conversión térmica no se producen emisiones contaminantes (excepto para algunas relaciones H2/aire donde la temperatura elevada produce óxidos de nitrógeno). La segunda es la transformación en electricidad mediante procesos electroquímicos en pilas de combustible. En este tipo de conversión las emisiones serían nulas.

El hidrógeno será, como he señalado, el vector energético del futuro junto a la electricidad. La solar será la fuente de energía de mayor utilización. No quiero que con ello se me interprete erróneamente: en ambos casos deberán existir alternativas energéticas que complementen el uso de hidrógeno y radiación solar. Aunque, dados los intereses económicos vinculados a las energías fósiles, llegar hasta el punto en el que el sol y el hidrógeno alimenten el 80 por ciento de nuestras necesidades energéticas, no será un camino fácil.

Éste es el siglo del fin de las energías fósiles y esto significa un cambio profundo en los costes de la energía, en las ubicaciones de las fuentes y en algunas estructuras de poder. Debemos ser conscientes también, de que todo esto no puede llevarse a cabo sin forzar importantes resistencias. Permítanme citar literalmente el párrafo con el que concluía el editorial de la revista Nature del 14 de Agosto de 2009, dedicado a la necesaria transición hacia las energías renovables: ”Hay grupos de intereses que naturalmente se opondrán a esta transición y ello deberá ser tratado mediante un liderazgo político firme y resolutivo”.

En los últimos meses hemos visto con satisfacción como el Presidente Obama proponía medidas de fomento de las energías renovables como medio fundamental para salir de la actual crisis económica y mejorar la seguridad energética de los Estados Unidos. Medidas de impulso al ahorro y la eficiencia energética, al desarrollo de la energía solar, o a los biocombustibles de segunda generación han sido propuestas desde la Casa Blanca. Iniciativas como el proyecto de ley Kerry-Libermann apuntan también claramente en esa dirección.

Consciente de la especial dificultad que tiene el cambio de las estructuras de poder a las que yo antes aludía, el Presidente de los Estados Unidos, en su discurso de presentación de sus primeros presupuestos, decía lo siguiente: “se que estas medidas no sentarán bien a los grupos de presión que están acostumbrados a la manera tradicional de hacer negocio”. Anunciaba también (y cito de nuevo): “el fin de recortes en impuestos a las compañías petroleras por valor de 30.000 millones de dólares anuales para con ellos financiar una El futuro de la energía: la visión de la empresa | 387

economía de las energías renovables”. Augurando dificultades para modificar el status quo, Obama decía: “Sé que se preparan para la lucha” y añadía: “yo también”.

Desgraciadamente, la presión de quienes defienden las energías fósiles nos puede llenar de dudas a todos. No obstante, debemos ser capaces de entender las ventajas de las energías renovables en la tranquilidad de que no nos equivocamos.

Formación, I+D+i, e infraestructuras tales como las de transporte, energía o tecnológicas, son elementos claves para el desarrollo de cualquier país y también para el de las energías renovables, y más aún en el momento presente. Actividades de I+D+i que permitan rebajar aún más los costes de producción y mecanismos de regulación impulsados desde los gobiernos para ayudar en las fases iniciales, son los elementos claves para el necesario desarrollo de las energías renovables.

La realidad española

Pero las energías renovables no solo son una necesidad sino que a su vez constituyen una gran oportunidad para un país como el nuestro en una situación como la que he descrito al principio. Si en España se hiciese un plan para que en 2025 un alto porcentaje de sus fuentes de energía fuesen renovables (40%-50%), se produciría un desarrollo industrial y tecnológico, de tal calibre, que nos sacaría de la crisis y nos colocaría en el liderazgo mundial del desarrollo de unas tecnologías que guiarán el siglo XXI; además de sacarnos de la costosísima situación de dependencia energética que padecemos.

En estos momentos, un programa de apoyo decidido a las energías renovables permitiría la creación a corto plazo de una cantidad importante de empleos para personas que se ocuparían tanto en el desarrollo como en la construcción de plantas. Por ejemplo, un numero importante de plantas termosolares, permitiría volver a la actividad, tras una breve formación, a muchas personas que hasta ahora habían trabajado en el sector de la construcción o su industria auxiliar.

Quisiera detenerme un momento en la realidad de nuestro país en este tipo de plantas de producción de electricidad: las plantas solares de concentración o plantas termosolares.

España es líder mundial en tecnología termosolar, cosa que no había ocurrido nunca en toda nuestra historia en ninguna ciencia o tecnología relevante. Nunca España había sido reconocida por un liderazgo tecnológico como ahora lo es en un área que es estratégica para la economía de cualquier país. Es ese liderazgo tecnológico lo que ha hecho históricamente 388 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

grandes a los países con los que queremos compararnos. El liderazgo en una tecnología implica no sólo los beneficios derivados de ella directamente sino un mayor desarrollo del resto de la industria y la tecnología, desde la formación y la I+D, a la producción industrial. Es necesario hacer los esfuerzos pertinentes para mantener ese liderazgo internacional y con ello el desarrollo de la industria, las exportaciones y el empleo que ello acarrea. Abandonar ahora ese liderazgo sería tirar por la borda un logro que ha supuesto un gran esfuerzo de profesionales, empresas y administraciones y que ha sido puesto como ejemplo en numerosos países. En los últimos meses hemos asistido, al hecho de como el presidente de los Estados Unidos ponía como ejemplo de desarrollo de las energía renovables a nuestro país. Una referencia tecnológica de este tipo no había tenido lugar nunca antes en nuestra historia.

Empresas españolas están proyectando y construyendo numerosas plantas termosolares en el extranjero incluyendo países tan desarrollados como el citado Estados Unidos. Este hecho nos permite exportar tecnología y elementos de alto valor añadido, generar actividad para ingenieros y personal cualificado y recaudar los impuestos de estos y sus empresas. Este fenómeno exportador, que se extiende a otras energías renovables, no se había dado nunca antes en España de una manera tan clara y extensa más que en productos de poco valor añadido.

Por otra parte, la construcción en España de una planta termosolar es fundamentalmente un fenómeno nacional. Se estima que el 70% de sus costes de construcción son cubiertos con personal y productos nacionales. No es ese el caso de otras energías renovables. La construcción de plantas termosolares (de torre o de colectores cilindro-parabólicos) da lugar a un numero importante de puestos de trabajo. Se trata de plantas en cuyo diseño trabajan numerosos técnicos y en su construcción personal de diversa formación incluyendo obreros del sector de la construcción y auxiliar, en las grandes partidas de construcción civil y electromecánica. Se estima que si se tienen en cuenta las personas que participan en la operación, diseño y construcción, estas plantas dan lugar de manera permanente a entre 3 y 5 puestos de trabajo directos por MW. Para este cálculo, el número de personas que intervienen en la producción de equipos y construcción de la planta se ha dividido por 10 dado que este proceso dura aproximadamente la décima parte que la operación.

Así mismo, la energía termosolar es gestionable al poder ser almacenada térmicamente mediante sales fundidas como ya ocurre en plantas españolas, y como ocurrirá en otras actualmente en desarrollo en diversos lugares del mundo. Este hecho es especialmente relevante para la gestionabilidad de la red y para reducir los costes indirectos de integración en la misma. Y no sólo es gestionable por su capacidad de almacenamiento, El futuro de la energía: la visión de la empresa | 389

sino que este tipo de plantas puede ser fácilmente hibridado con gas o biomasa al estar basadas en la producción de electricidad mediante generadores movidos por turbinas de vapor. Por otra parte, la mayor producción termosolar coincide con los momentos de mayor consumo eléctrico en nuestro país (días y horas de verano con más calor). Esto significa que al aumentar la potencia termosolar, también se aumenta la garantía de potencia del sistema eléctrico en los momentos de mayor consumo sin incurrir en otros costes adicionales.

Como elemento clave para el desarrollo y maduración de la tecnología, debe contem- plarse un amplio programa de I+D+i permita a España mantenerse como líder en este sector tecnológico de carácter estratégico. Igualmente, una alta cuantía de energías reno- vables mejoraría sustancialmente nuestro déficit exterior, nuestra seguridad energética y por lo tanto, nuestra seguridad nacional, además de ser el elemento clave para la mencionada reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Todas estas ventajas, y las anteriormente mencionadas, hacen que los mecanismos de prima actualmente existentes en España no sean más que un proceso de inversión en nuestro bienestar y en el de las futuras generaciones de españoles. 390 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

BP España

Alfredo Barrios Prieto Presidente del Grupo BP España

l sector energético tiene un carácter especialmente estratégico en nuestra E sociedad ya que el desarrollo económico necesita energía para materializarse. El inicio de la revolución industrial supuso el comienzo del aumento significativo del consumo de recursos energéticos, aumento hasta entonces solo ligado al crecimiento de la población. En este momento histórico comienza el inicio del uso intensivo de carburantes fósiles (en concreto el uso de carbón, petróleo y gas) como comple- mento necesario más allá del consumo de recursos tradicionales (madera, energía animal, o aprovechamiento de corrientes de agua o viento para molienda o procesos básicos).

El mundo dispone entonces de la energía necesaria para consolidar el mayor desarrollo en la historia de la humanidad en términos tecnológicos y de bienestar hasta alcanzar el nivel de nuestros días, pero no ha sido hasta hace relativamente poco que hemos entendido el impacto que tiene el uso incontrolado de los recursos energéticos sobre el clima. Hoy día no hay grandes dudas sobre las consecuencias que puede tener para el desarrollo de la sociedad humana un cambio sustancial en las condiciones del clima, en concreto del incremento de la temperatura por causa del aumento de emisiones de gases que contribuyen a acelerar el conocido efecto invernadero fundamentalmente causado por el incremento de las emisiones de partículas y de CO2 derivado de la combustión.

Además de la cuestión medioambiental, incluso antes de tomar conciencia de este importante tema, no siempre ha sido fácil acercar la producción de fuentes de energía a los mercados donde está la demanda y hay muchos ejemplos de lo que estas tensiones han supuesto en el pasado. En el caso del petróleo tenemos un claro El futuro de la energía: la visión de la empresa | 391

ejemplo, con la mayor parte de las reservas concentradas en áreas geográficas muy concretas (geopolíticamente complicadas) y con el grueso de la demanda a miles de kilómetros de distancia.

Todo esto hace del sector energético uno de los más apasionantes en lo que se refiere a retos estratégicos. Su historia ha sido convulsa en ocasiones y ha tenido que enfren- tarse a transformaciones profundas en muchos mercados.

En este artículo reflexionaremos sobre los principales retos estratégicos a los que se enfrenta el sector energético, las principales consideraciones a tener en cuenta para poder atender la demanda energética de forma sostenible y por último hablaremos de tres elementos fundamentales en la configuración de la estrategia energética: la mejora de la eficiencia, el uso de biocarburantes adecuados y el papel del gas natural en la generación eléctrica.

Los retos del sector energético mundial

El reto del incremento de la demanda energética global

Hace relativamente pocos años (entre 2004 y el verano de 2008) el crecimiento de la demanda energética supuso la utilización de toda la capacidad de producción de crudo disponible en el mundo. La oferta disponible apenas pudo satisfacer la creciente demanda. Más tarde, en algo menos de un año, la crisis financiera global hacía descender la demanda de crudo en 2 millones de barriles/día haciendo que la OPEP redujera la producción disponible en 3 millones de barriles/día para estabilizar el mercado.

Este hecho pone de manifiesto la importancia estratégica que tiene asegurar la disponibilidad de todos los recursos energéticos para garantizar la recuperación econó- mica y sentar las bases del crecimiento futuro a medida que sigan aumentando los estándares de vida y se materialice la expansión de las grandes economías emergentes.

Durante el siglo pasado hubo disponibilidad de energía a unos precios razonables, con la excepción de períodos concretos como la crisis de los años 70, permitiendo el desarrollo global. Sin embargo las reglas del juego han cambiado al tener que satisfacer la demanda creciente de forma sostenible y estable, convirtiéndose en uno de los retos más importantes de nuestra sociedad.

Según nuestras estimaciones, necesitaremos aproximadamente un 45% más de energía en 2030 de la que necesitamos hoy día y no debemos subestimar el esfuerzo que esto 392 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

supone. Solo en lo relativo a petróleo se necesitarán entre 25 y 30 mil millones de dólares de inversión durante los próximos 20 años para seguir extrayendo los volúmenes necesarios para satisfacer la demanda. Este aumento previsto equivaldría a aumentar la demanda actual de Estados Unidos en dos veces para 2030. Este incremento necesita doblar la capacidad de producción actual de los países de la OPEP o multiplicar por cuatro la capacidad de producción actual de crudo de Arabia Saudí.

Además cabe decir que el incremento de la demanda energética no se producirá de igual modo en todas las regiones. Según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, tanto las economías occidentales como las grandes economías emergentes con China e India a la cabeza, experimentarán un crecimiento económico sostenido a largo plazo, pero de forma diferente. En Europa y EEUU el crecimiento económico irá acompa- ñado de una menor intensidad energética. Las políticas paliativas del cambio climático y las acciones para mejorar la seguridad de suministro, se traducirán en una estabilización de la demanda total de energía por unidad de PIB a largo plazo. En los países no pertenecientes a la OCDE, solo el aumento de la población y la mejora de la calidad de vida de millones de personas que migrarán de forma masiva de zonas rurales a grandes ciudades, absorberán más del 95% del incremento de la demanda energética mundial. Este incremento de demanda desigual, viene determinado por el incremento de la población (de 6.800 millones de habitantes en 2009 hasta 8.300 en 2030), incremento del parque de vehículos (de entre 800 mil a 1.000 millones actuales hasta los más de 2.000 millones en 2030) y el acceso de aproximadamente 1.700 millones de nuevos usuarios al suministro eléctrico.

En definitiva, sin tener en cuenta otros factores relevantes como el cambio climático o la seguridad de suministro, la magnitud del incremento de demanda energética presenta un reto en sí mismo.

El reto del calentamiento global

Como indicábamos anteriormente cada vez hay menos dudas sobre el hecho de que el hombre influye en el incremento de la temperatura del planeta a través del uso intensivo de energía. Según los estudios de la mayor parte de la comunidad científica, el incremento incontrolado de la temperatura global puede desembocar en un cambio del clima si no se controla. El cambio del clima puede traer consecuencias graves a la biosfera como el incremento del nivel del mar, comprometiendo la habitabilidad de zonas costeras densamente pobladas, incrementando la frecuencia y fuerza de huraca- nes y tifones, cambiando radicalmente la climatología de zonas continentales por cambios importantes en las corrientes oceánicas, etc. Ante esta problemática hay voces que hablan de cambio radical del modelo energético mientras que otros minimizan el El futuro de la energía: la visión de la empresa | 393

problema y ponen en duda la necesidad de invertir de forma seria en alternativas. Si atendemos a la prudencia y al sentido común, todo indica que no es razonable no cambiar nada y continuar con la producción de energía y su consumo tal y como lo veníamos haciendo hasta ahora. Esta opinión viene también apoyada por los más prestigiosos economistas y científicos del mundo.

Además, la mayor parte de la comunidad científica apoya el objetivo de reducción de gases de efecto invernadero necesario para mantener la evolución del calentamiento del planeta bajo control.

Los estudios del IPCC de la ONU (Intergovernmental Panel on Climate Change) marcan el incremento máximo de 2ºC en 2030 con respecto a la temperatura media de la era pre-industrial, como el límite para minimizar el riesgo de que el clima alcance un punto de no retorno y consecuencias imprevisibles. Para mantener la temperatura dentro de este rango es necesario mantener las emisiones de CO2 de la atmósfera en torno a unas 450 partes por millón (ppm).

A partir de ahí, la Agencia Internacional de la Energía viene publicando desde finales de 2008 escenarios de demanda y mix energético para mantener el nivel de las 450 ppm de CO2.

El reto de cambiar nuestra forma de suministrar y utilizar la energía, solo puede afrontarse de dos formas: con mayor eficiencia, es decir, utilizando menos energía para sustentar el desarrollo económico o asegurándonos de que la energía que utilicemos sea menos intensiva en emisiones. En la práctica, si queremos alcanzar los objetivos marcados para al menos frenar el incremento de temperatura en el medio y largo plazo (horizonte + 2030 y 2050), nos vemos obligados a combinar ambas fórmulas.

El reto de la seguridad de suministro

En primer lugar es importante aclarar que cuando hablamos de seguridad de suministro, nos referimos a asegurar el aprovisionamiento de fuentes de energía a un coste razonable. El concepto suele limitarse al riesgo de no disponer de productos físicamente por la dependencia del exterior. La experiencia de los últimos 100 años demuestra que la seguridad de suministro al mercado no ha sido el problema principal, sino las tensiones originadas por el aumento de precio, como ocurrió durante la crisis del año 1973. Fue entonces cuando se decidió constituir reservas estratégicas en todo el mundo, para minimizar el riesgo de disponibilidad física ante situaciones extremas y sobre todo para controlar situaciones de grandes fluctuaciones de precio. En el curso de la historia reciente, ni siquiera durante la crisis provocada por el huracán Katrina, en el que se perdió la producción total del golfo de Méjico, hizo falta recurrir a las reservas 394 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

estratégicas para atender el suministro físico. Tan solo se admitió la reducción de 2 días de stocks obligatorios como medida de alivio de la demanda para evitar un incremento de los precios globales del petróleo y sus derivados.

El debate sobre la seguridad de suministro es recurrente y ha cobrado especial protagonismo durante las grandes fluctuaciones de precio del crudo durante los 2 últimos años. La seguridad de suministro está en el seno de todos los debates sobre cambio climático y las conversaciones al más alto nivel de Copenhagen no han sido una excepción como tampoco lo serán en Cancún.

Asegurar el suministro de energía a un precio razonable y estable es fundamental para asegurar el desarrollo económico.

Conseguir una adecuada seguridad de suministro depende de tres grandes conceptos: la diversidad, la competitividad y la eficiencia.

La seguridad energética se encuentra en la diversidad energética. Cuando hablamos de diversidad energética nos referimos a poder acceder al mayor abanico posible de fuentes energéticas disponibles. La presión existente para atender el incremento de demanda obliga a no desestimar a priori ninguna fuente. Hace más de 100 años Winston Churchill decía “la seguridad y la certeza sobre el suministro de crudo depen- den de la variedad y solo de la variedad”. Esto sigue estando vigente a día de hoy y podemos extender el razonamiento a otras fuentes energéticas.

Esta diversificación puede atender a la naturaleza de la fuente y al origen geográfico de las mismas, pero lo importante es poder siempre disponer de diferentes alternativas ya que eso reparte los riesgos y minimiza el impacto de la variabilidad de precios y la disponibilidad en el tiempo. Todas las energías son necesaria, particularmente en el proceso de transformación del mix más adecuado para cada mercado.

Pero para poder elegir la combinación adecuada hay que tener en cuenta el coste de cada alternativa, porque al final hay que satisfacer la demanda energética a un coste razonable y que la sociedad pueda asumir.

Las energías renovables tienen la gran ventaja de que el recurso energético es inagotable, pero dependen de grandes inversiones en tecnologías que en la mayor parte de los casos requieren de un mayor grado de madurez para alcanzar la paridad con fuentes convencionales, repercutiendo en el incremento del coste de la energía El futuro de la energía: la visión de la empresa | 395

por la mayor cuantía de las inversiones en infraestructura o las ayudas aportadas para hacerlas viables económicamente.

Por otro lado, disponer de energías convencionales no requiere de grandes inversiones por unidad de energía final producida, pero el coste de la energía primaria está expuesto a las fluctuaciones de precio por razones externas, y al representar un porcentaje en el mix, las variaciones de precio tienen un impacto directo en la economía, sin olvidar el impacto medioambiental.

De nuevo, encontrar el balance adecuado no es fácil.

Por último debemos citar la eficiencia, para conseguir el máximo aprovechamiento de cada unidad energética que consumimos.

La eficiencia energética es una forma asequible, y material, de mejorar la seguridad de suministro y al mismo tiempo el impacto medioambiental. El litro de carburante o el kilowatio más barato y con menores emisiones es el que no se consume, el que se consigue ahorrar.

Como afrontar los retos

Abordando el tema con honestidad y realismo

A la hora de enfrentarnos a la tarea de definir la estrategia energética, debemos ser lo suficientemente honestos y realistas con lo que se puede conseguir. No hay una única solución mágica o receta perfecta sino más bien una combinación de muchas soluciones que contribuyan en mayor o menor medida a la consecución de los dos principales requisitos del suministro energético del futuro:

— sostenible desde el punto de vista medioambiental — a un precio razonable

No todas las medidas van en la misma dirección y en ocasiones consiguen más bien resultados opuestos. Una apuesta por las energías renovables conseguirá resultados muy positivos desde el punto de vista medioambiental, pero incrementará el coste de la energía de forma significativa. Del mismo modo, maximizar la producción de recursos fósiles como el carbón, que se encuentra mucho más cerca de las grandes áreas de demanda, supondrá acceder a energía relativamente barata, pero a un coste medioam- biental difícilmente justificable. 396 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Por otro lado hay que considerar la materialidad de las alternativas. Por ejemplo, la cuota de energías renovables va aumentar significativamente en el medio y largo plazo. No puede ser de otro modo, pero ¿en cuanto podemos cifrar su contribución? A día de hoy, toda la capacidad de generación eólica, solar, maremotriz, hundimotriz y geotérmica no supone más de un 1% del consumo total de energía en el mundo. Teniendo en cuenta los retos tecnológicos para desarrollar todas ellas, la Agencia Internacional de la Energía, incluso en sus escenarios de políticas de cambio climático más agresivas, estima que las renovables no supondrán más de un 5% del consumo final en 2030.

Transición responsable: evolución vs. revolución.

Hay que ser realistas con el tiempo necesario a la hora de valorar el impacto de las soluciones que se propongan. La transición hacia una economía menos intensiva en carbono no puede ocurrir de un día para otro dado el tamaño de la industria energética. Por poner un ejemplo, hacen falta más de 30 años para rentabilizar grandes proyectos de generación eléctrica y unos 15 años para rentabilizar la fabricación de cualquier motor de serie de la industria automovilística. Toda la industria energética actual está dimensionada y preparada para satisfacer la demanda de sectores como estos. Cualquier cambio material requiere de plazos lo suficientemente largos para que oferta y demanda evolucionen en paralelo.

Teniendo en cuenta lo anterior, es difícil creer que el mix de energía primaria pueda variar de forma significativa en las próximas décadas. Dejar de consumir petróleo de un día para otro como cambiamos de la TV analógica a la digital es imposible. Tampoco podemos pretender que las energías renovables se introduzcan en nuestra economía con la rapidez que lo hizo internet en los años 90. Hoy por hoy hay limitaciones físicas, de ingeniería y financieras que deben abordarse de forma seria. Si queremos cambiar el mix energético por otro más sostenible solo cabe hacerlo mediante una transición responsable que utilice los tiempos necesarios.

La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2030, los hidrocarburos seguirán satisfaciendo alrededor de las dos terceras partes de nuestras necesidades energéticas. Las energías renovables necesitan más tiempo para alcanzar la materialidad necesaria para satisfacer la demanda y sobre todo alcanzar la eficiencia de costes para hacerlas competitivas sin necesidad de ayudas. Esto hace que necesitemos aun tiempo para que lleguen a ser una alternativa material. Por eso se debe de seguir apoyando de forma decidida su desarrollo; los incentivos y ayudas al sector de las renovables tienen como principal objetivo hacerlas rentables y competitivas en un plazo dado, y dejar de apoyarlas antes de tiempo podría suponer no rentabilizar todo lo invertido hasta ese momento. La economía mundial no puede permitirse perder esta inversión tan estratégica, y menos en la situación actual de desaceleración económica. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 397

Por todo lo anterior, tendría sentido plantear la transformación energética como una “evolución” del mix energético y no como una revolución.

Para conseguir esto es muy importante la planificación y la definición de una hoja de ruta que marque el ritmo y los objetivos importantes para conducir esta transición. Dicho plan debe estar basado en un conocimiento claro y realista de la infraestructura actual, las distintas tecnologías y su desarrollo potencial, los incentivos económicos necesarios para hacerlo posible y debe incluir el coste y las ineficiencias inevitables que implique llevarlo a cabo.

La responsabilidad del legislador

En la economía actual, la política trata de perfeccionar los mercados para que funcionen correctamente y puedan encontrar el equilibrio óptimo entre oferta y demanda. Aunque funciona bien en muchos casos, no es raro que las compañías privadas del sector energético acudamos a menudo ante el legislador con la reclamación de una mayor intervención gubernamental en la regulación del sector. Esto no significa que queramos apostar por un mercado más limitado o con más restricciones. La razón subyacente es que, dada la complejidad, la magnitud y la importancia estratégica necesarias para asegurar el suministro energético a un coste razonable y de forma sostenible, no puede dejarse solo al mercado la configuración de las soluciones y requiere de un decidido liderazgo político para conseguirlo. La plani - ficación y la política energética solo pueden plantearse desde la administración del gobierno, pero con la participación de las empresas y la sociedad en la definición de las estrategias.

La definición de la política energética es uno de los retos más complejos a los que se enfrenta el legislador y aunque existen diversas formas de enfocarla, desde el punto de vista de la empresa privada, entendemos que para garantizar que su implantación sea un éxito deben cumplir unas mínimas condiciones:

– En primer lugar, las políticas no deben discriminar ninguna tecnología y no se debe descartar a priori ninguna alternativa.

– El apoyo gubernamental debe darse en función de la contribución potencial a la mejora de la seguridad de suministro a un coste razonable o a la reducción de emisiones.

– El apoyo a energías alternativas ha de realizarse con el objetivo de alcanzar soluciones comercialmente viables en el menor plazo posible y/o de la forma más eficiente. 398 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

– El mercado debe definir la combinación adecuada o la solución preferida para conseguir resultados.

– Es importante prever el impacto global de las políticas nacionales. Ejemplo, una limitación en las emisiones de una industria local puede suponer reducir su producción. Con demanda estable, el incremento de producción podría venir de zonas geográficas donde no haya estas limitaciones, resultando en un incremento neto de las emisiones globales, aunque en el país con políticas más restrictivas se hayan dismi- nuido las emisiones de forma significativa.

– Siempre es preferible la armonización de mecanismos al fomento de condiciones diferentes que favorezcan nichos de oportunidad.

– Hay que procurar estabilidad regulatoria a largo plazo con medidas de flexibilidad conocidas desde el principio.

– Y por último, es de vital importancia involucrar a los actores principales afectados en cada sector en la definición de las políticas desde las fases tempranas de su desarrollo.

Este último punto es particularmente importante. Las empresas privadas necesitamos acometer importantes inversiones para satisfacer la demanda y aportamos la mayor parte de los recursos necesarios en investigación y desarrollo que sientan las bases de las soluciones tecnológicas del futuro. La historia nos demuestra que los cambios en el sector energético solo se producen cuando las políticas gubernamentales y la empresa privada trabajan de forma coordinada. Valga citar como ejemplo el cambio del carbón al gas natural en el Reino Unido en los años 70. La industria consumía la energía más barata y económica en ese momento: el carbón, pero el gobierno tenía especial interés en maximizar el uso del gas natural de los recién inaugurados yacimientos del mar del norte. Solo el empuje inicial del gobierno con incentivos económicos claros y estables consiguió cambiar el combustible utilizado motivando el cambio por parte de las empresas privadas hasta que la materialidad de la demanda estabilizó los precios del gas a unos niveles competitivos.

De entre las herramientas normativas posibles, la internalización de los costes del impacto medioambiental juega un papel fundamental si queremos que el mercado tenga en cuenta la sostenibilidad medioambiental a la hora de satisfacer la demanda. Poner precio a las emisiones es un elemento clave en la política energética, ya que contribuye a fomentar el ahorro energético (desincentiva el consumo energético no necesario) y ayuda a que las alternativas menos contaminantes sean más competi- tivas al no llevar asociado el coste de las emisiones. Además, permite a las empresas privadas tomar decisiones sobre inversiones en combustibles fósiles con un marco El futuro de la energía. la visión de la empresa | 399

claro y fomenta las inversiones necesarias para reducir las emisiones que producen en su ciclo de vida.

En BP estamos a favor de los sistemas “cap & trade” ya que aportan certidumbre sobre la consecución de objetivos medioambientales fijando un techo absoluto que no puede sobrepasarse. Estos sistemas deben tratar de forma equitativa las emisiones de CO2 a lo largo de todos los sectores y deben establecer objetivos claros a largo plazo para dar estabilidad y confianza a los mercados. Aún así puede que no resulten suficientes como incentivo ya que el precio de las emisiones posiblemente no llegue a ser lo bastante caro como para cambiar los hábitos de los consumidores finales.

Por este motivo los sistemas de “cap & trade” deben complementarse con incentivos y mayor regulación en función del sector. La experiencia reciente en EEUU y en Europa demuestra como la normativa sobre calidad de carburantes y emisiones de motores puede contribuir para mejorar la eficiencia energética en el transporte. Un sistema de “cap & trade”para los usuarios de vehículos privados no funcionaría - sería imposible medir y controlar las emisiones - pero sí se puede regular la calidad de los carburantes para introducir biocarburantes o limitar las emisiones por kilómetro de los vehículos. Un buen ejemplo es la normativa EURO o la norma federal de los EEUU CAFE (Corporate Average Fuel Economy), que obligan a los fabricantes de motores a que la media de sus vehículos en circulación esté dentro de unos límites máximos de consumo y emisiones, repercutiendo en la mejora de la seguridad de suministro y en unas menores emisiones globales. La administración Obama está planteando una revisión de requisitos más estrictos para continuar en la misma dirección.

En Europa, aunque la política energética es responsabilidad de cada estado, cada vez es más visible la importancia que la Unión Europea da a la estrategia energética. La dependencia energética del exterior y el liderazgo medioambiental de Europa son evidentes. Como consecuencia, la Comisión Europea ha venido desarrollando directi- vas que marcan el camino a seguir, como los conocidos objetivos del 2020. El paquete de directivas de cambio climático, publicado durante la presidencia de turno de Francia en el año 2009, es prueba de ello y comprende entre otras la directiva de fomento de energías renovables y la directiva de calidad de carburantes, que pretenden conseguir que en el año 2020 haya una reducción de emisiones de CO2 del 20%, que la eficiencia energética aumente un 20% y que las energías renovables representen un 20% de total.

Una vez definido el camino en Europa, y teniendo en cuenta las verdaderas razones detrás de la política energética (seguridad de suministro sostenible desde el punto de 400 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

vista medioambiental a un coste razonable) es responsabilidad del gobierno de cada estado concretar los planes. La realidad de cada mercado hace prácticamente imposible generalizar y copiar y pegar políticas entre estados. Cada gobierno debe valorar cuales son sus principales ventajas y debilidades en términos energéticos para definir un marco posible y eficiente. Algunos autores encuentran de utilidad plantear la propuesta como una especie de “ruta energética” adaptada para cada país y para cada industria; así podríamos hablar de una ruta energética para el transporte en España o para la generación eléctrica en Francia, por poner un ejemplo. De esta forma se puede planificar con mayor detalle la forma más eficiente para reducir emisiones mientras se atiende a la demanda energética.

El papel de la tecnología

La buena noticia es que el mundo tiene los recursos naturales, los recursos humanos y los recursos financieros para afrontar el reto energético del futuro con éxito. La tecnología debe jugar un papel importante y muy posiblemente cambie las ideas actuales sobre como alcanzar los objetivos a largo plazo.

Como decíamos anteriormente, el petróleo y el gas seguirán teniendo un papel impor- tante en el futuro por la inercia de la industria y sectores consumidores de hidrocarburos, pero incluso mantener la cantidad necesaria de petróleo y gas no sería posible si la tecnología no apoyara el desarrollo de estas fuentes ya que, aun con unas reservas de más de 40 y 60 años de petróleo y gas respectivamente, según datos de 2008, se necesita asegurar la reposición de las mismas.

A continuación se muestran ejemplos de desarrollo tecnológico que tienen una impor- tante contribución en la consecución de los objetivos energéticos, ya que permiten maximizar la eficiencia de costes y mejorar la seguridad de suministro de las energías convencionales (petróleo y gas).

Aguas profundas

En la década de los años 70 las compañías internacionales nos vimos obligadas a salir de los países en los que nacionalizó la producción de crudo. Esto nos obligó a buscar en sitios más lejanos en formaciones geológicas más complejas. Gracias al desarrollo tecnológico hemos podido pasar de extraer crudo de los yacimientos del mar del norte, con pozos submarinos a más de 100 metros de profundidad accediendo a yacimientos que se encontraban a más de 3.500 metros por debajo del suelo marino, a hacerlo en pozos situados a más de 1.500 metros de profundidad, con yacimientos situados en la capa paleogénica (o estrato terciario), a ocho kilómetros por debajo del fondo marino. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 401

EOR (Enhanced oil recovery) Tecnología de recuperación de crudo mejorada

Una de las principales oportunidades para renovar las reservas existentes consiste en maximizar la extracción de grandes reservas conocidas, como las situadas en los países del Golfo Pérsico. Durante los últimos 100 años hemos asumido que solo podía disponerse de la tercera parte del total de crudo disponible en una reserva dada y hemos conseguido cambiar tal afirmación mediante técnicas conocidas como EOR (enhanced oil recovery) como la inyección de agua con bajas concentraciones salinas para arrastrar y extraer el crudo remanente en yacimientos considerados extinguidos o cerca del final de su vida útil. Aplicando esta tecnología en Alaska, hemos conseguido incrementar la extracción de yacimientos como el de Endicott en un 20%. El potencial es muy importante y será clave para mantener dentro de unos niveles de coste razonables el crudo disponible a largo plazo.

Tecnologías de la información

Uno de los factores clave para conseguir extraer el máximo potencial de los yacimientos o acceder con seguridad a yacimientos en aguas más profundas, depende en gran medida de los avances en las tecnologías de la información aplicada a la exploración. Durante décadas, las capas salinas impedían ver con claridad la composición geológica que había detrás. Con el desarrollo de la tecnología sísmica y la obtención de datos sísmicos desde varias direcciones pudimos visualizar de forma detallada el subsuelo más allá de estas capas, obteniendo imágenes detalladas en 3D de los yacimientos. Para obtener estas imá- genes es necesario manejar cantidades ingentes de datos y disponer de gran capacidad de proceso. Solo para este propósito BP maneja más de 27.000 procesadores y más de 6.000 terabytes de memoria, lo que representa el mayor centro de proceso de datos en EEUU al margen del gobierno. Solo gracias al desarrollo de esta tecnología informática podemos hoy día explorar más allá del estrato terciario (paleogénico).

Gas no convencional

Si hay que destacar algún desarrollo tecnológico por su impacto en cuanto a la disponibi- lidad de recursos e influencia en el mercado, debemos hablar de las tecnologías de extracción del gas no convencional.

El gas no convencional es el que se encuentra en estructuras geológicas de baja o muy baja permeabilidad, lo que dificulta enormemente el flujo de extracción del gas. Las reservas más difíciles están ubicadas en los estratos más compactados, que han sufrido mayores presio- nes y cambios y que se encuentran más lejos de la superficie terrestre. En función de la permeabilidad podemos hablar de tight gas, shale gas y coal bed methane (CBM). El tight gas, es el que se encuentra “atrapado” dentro de micro poros de arcillas. El shale gas es el que se aloja en rocas más compactas (esquistos). Por último, el más difícil de extraer es el 402 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

que se encuentra dentro del carbón mineral. En estos casos, la tecnología de adquisición de datos sísmicos sin cables, junto con la mejora en los métodos y procesos de extracción, consiguen multiplicar la capacidad de yacimientos existentes y maximizar la productividad de nuevos hallazgos.

La gran ventaja de esta tecnología radica en que consigue multiplicar automáticamente las posibilidades de extracción de yacimientos existentes de forma significativa, y lo que es más importante, de nuevos yacimientos en zonas no exploradas por no considerarse viables hasta ahora. A modo de ejemplo podemos citar el proyecto de BP en Woodford: en tan solo un año desde la adquisición de esta explotación en EEUU, conseguimos aumentar los ratios de extracción hasta alcanzar una producción de 10 millones de pies cúbicos diarios (tres veces más de lo que se extraía antes).

Solo en EEUU, el desarrollo del gas no convencional ha supuesto doblar las reservas de gas del país, convirtiéndose automáticamente en el mayor productor de gas mundial por delante de Rusia. A nivel mundial, las estimaciones más conservadoras del Gas Energy Latin America, han actualizado el número de años de reservas de gas disponibles a 90 años, teniendo en cuenta el ritmo de demanda del 2008.

Tres propuestas fundamentales

Hemos hablado de la complejidad del reto y también importantes consideraciones para abordarlo. Como en todas las cuestiones, hay que identificar las opciones que siendo más sencillas y baratas tienen la mayor contribución a la solución, de forma que dejemos para el final aquellas opciones que aun siendo válidas requieren de más esfuerzo y son menos materiales. A la hora de elegirlas, desde nuestro punto de vista en BP las opciones son muy claras.

– Eficiencia a todos los niveles – Gas natural para la generación eléctrica – Biocarburantes adecuados para el transporte

Eficiencia a todos los niveles

La mejora de la eficiencia es con diferencia la mejor opción por su materialidad y su coste. El secreto está en gastar menos. La energía no utilizada es la que menos contamina y la más barata porque no hay que pagarla y esto es un concepto válido para todos los sectores y usos energéticos. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 403

En el ámbito del transporte por ejemplo, el desarrollo de motores de combustión interna más eficientes combinado con la hibridación gradual ofrece mejoras de eficiencia en consumo (y por tanto de emisiones) de hasta el 50% en el horizonte del año 2030.

En el ámbito de la construcción (climatización) o de los aparatos eléctricos se pueden conseguir resultados similares solo con el desarrollo de tecnologías más eficientes. El McKinsey Global Institute estima que para el año 2020 podría reducirse en una quinta parte el consumo energético global, lo que supondría evitar la emisión de 8.000 toneladas de CO2. Según estos datos, las inversiones necesarias para mejorar la eficiencia energética necesaria se rentabilizarían sobradamente solo con el coste energético evitado, sin contar con el coste asociado de las emisiones.

Según los últimos informes prospectivos de la Agencia Internacional de la Energía, de entre todas las tecnologías que se pueden aplicar para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para alcanzar el objetivo de las 450 ppm de CO2 en la atmósfera, las renovables pueden aportar reducciones de hasta el 20% en 2030. La nuclear podría contribuir con una reducción del 10%. Pero solo la mejora de la eficiencia a todos los niveles puede suponer una reducción del 60% del total de emisiones.

Gas natural para la generación de electricidad

En la actualidad, el mundo genera electricidad fundamentalmente de la combustión del carbón, el gas natural, la energía nuclear y la energía hidráulica. Es evidente que tanto las energías renovables como la energía nuclear aumentarán su cuota de producción para conseguir menores emisiones, pero estas infraestructuras necesitan de incentivos continuados en el caso de las renovables y largos tiempos de desarrollo en el caso de la nuclear, lo que en la práctica tan solo deja dos opciones relativamente baratas y rápidas a corto plazo que la industria puede elegir: el carbón y el gas natural.

Desde el punto de vista de las emisiones de CO2, el carbón es el combustible fósil más contaminante. Por poner un ejemplo, el carbón representa el 50% de la generación eléctrica en EEUU y supone el 80% de las emisiones totales. Cabe pensar que pueda evitarse el efecto pernicioso de las emisiones con tecnologías de captura de carbono (CCS), pero se trata de una tecnología en evolución, con gran potencial, pero que aun requiere de un precio del mercado de emisiones elevado y continuado para poder tener viabilidad económica. Y tampoco podemos esperar. Es importante empezar a retirar el uso del carbón como combustible para generar electricidad y sustituirlo por opciones con menor impacto medioambiental. 404 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El gas natural es el combustible con mayor potencial de crecimiento gracias al desarrollo de tecnologías para extraer gas no convencional, pero además, tiene un 40% menos emisiones que el carbón. Y esta reducción puede conseguirse con tecnología que ya está disponible hoy día.

Otra ventaja de la mayor disponibilidad de la capacidad de producción de gas, de momento en EEUU, es que permite aumentar la cobertura geográfica y llegar a suministrar otros mercados estratégicos como el europeo, donde el gas americano está compitiendo con cotizaciones puras de mercados de gas, en lugar de precios indexados a otros valores como el petróleo o los mercados eléctricos, que es lo que ocurría hasta ahora. Esta circunstancia contribuye a eliminar riesgos en la seguridad de suministro de otros orígenes lo que mitiga el riesgo de precio, disminuyendo la volatilidad al dejar de estar ligado el precio del gas al del crudo. La mayor disponibilidad de gas de EEUU es de especial relevancia para España. El 50% de la capacidad importación de GNL (gas natural licuado) y de regasificación de Europa se encuentra en España y además, el nivel de utilización medio de la capacidad de regasificación del año 2009 se situó por debajo del 50%. Con el desarrollo adecuado de las interconexiones con Francia, España puede jugar un papel importante en la mejora de la seguridad de suministro del sur y centro de Europa.

Biocarburantes adecuados para el transporte

Además de la mejora de la eficiencia, que sin duda alguna es la mejor de las opciones posibles, el sector del transporte puede reducir su impacto en emisiones mediante la incorporación motores eléctricos o la incorporación de biocarburantes.

Los motores eléctricos presentan ventajas sobre todo en núcleos urbanos en los que la contaminación acústica y de emisiones es cada vez más elevada, pero hay dos grandes inconvenientes que obligan a seguir trabajando en el desarrollo tecnológico necesario para que sea una opción viable y razonable y que dependen de la capacidad de las baterías: prestaciones y costes.

Las baterías más avanzadas en la actualidad no permiten prestaciones comparables a las que ofertan los motores de combustión, ya que ofrecen autonomías muy reducidas y velocidades máximas muy bajas. Mejorar estas prestaciones depende del aumento del tamaño y peso de las baterías, llegándose a la paradoja de tener que transportar en la actualidad mucha mayor cantidad de energía que de carga útil. El coche eléctrico actual tiene una autonomía mucho más reducida y normalmente menor velocidad punta y potencia que los coches de combustión interna. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 405

Por otro lado, el coste de las baterías que pueden utilizarse es aún muy elevado. El coste sensiblemente mayor unido a unas prestaciones sensiblemente inferiores hace difícil la penetración material de esta tecnología, al menos hoy.

Los biocarburantes por otro lado, consiguen neutralizar las emisiones producidas en el tubo de escape de los vehículos mediante la absorción de CO2 que las plantas (biomasa) realizan en la fase de cultivo. Pero para que esto sea así, es importante tener en cuenta el ciclo de vida completo de los biocarburantes, ya que no todas los biocarburantes tienen el mismo contenido energético ni provienen de biomasa con igual capacidad de absorción de

CO2. Por eso en BP apostamos solo por los biocarburantes adecuados incorporados de la forma más óptima posible.

En términos de biomasa, es importante apostar y elegir aquella con más capacidad de absorción de CO2. Una buena alternativa es el bioetanol de caña de azúcar, que consigue ahorrar hasta el 80% de las emisiones en el ciclo de vida completo como sustitutivo de la gasolina.

También es muy importante cuidar la sostenibilidad de la producción de la misma, tanto desde el punto de vista medioambiental como social. Por muy eficiente que sea la absorción de CO2 de las plantas utilizadas para producir biomasa no conseguimos nada si se producen a base de deforestar grandes extensiones de selva o utilizando mano de obra infantil.

También debemos mencionar las polémicas que se han suscitado sobre la supuesta influencia que han tenido los biocarburantes en el encarecimiento de los alimentos básicos. Esta afirmación no es cierta y hay muchos estudios rigurosos que lo demuestran. Para ilustrar la contundencia de los argumentos en contra de esta afirmación podemos citar que el año 2008, en el que supuestamente se produjo el mayor incremento en los precios de los alimentos achacado a la especulación de los biocarburantes, éstos no utilizaron ni el 2% de la producción mundial de oleaginosas y cereales necesarios para fabricarlos.

Por último, para conseguir la mejor eficiencia de costes, los biocarburantes deben de poder compatibilizarse con las infraestructuras actuales, y deben de poder extenderse al mayor número posible de vehículos. Por esta razón, es mucho más eficaz introducir pequeños porcentajes en todos los carburantes y utilizar las mismas redes de distribución, que comercializar mezclas con grandes porcentajes de bio que solo unos pocos vehículos pueden utilizar y que además requieren de una logística segregada y por tanto más costosa.

Por todos estos motivos, la investigación tecnológica se centra en el desarrollo de biocar- burantes llamado de segunda generación, aquellos que utilizan biomasa no relacionada 406 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

con el sector alimentario y que tiene una mayor densidad energética. Como ejemplo cabe citar el bio-butanol, un bio alcohol que se puede mezclar en la gasolina, con mayor contenido energético y que tiene la ventaja de ser compatible con la infraestructura de distribución de hidrocarburos actual, además de poder mezclarse en mayores porcentajes y mantenerse dentro de los límites máximos de especificaciones para los motores actuales. Otro ejemplo es la utilización de la lignocelulosa, que permite utilizar toda la biomasa de hierbas y residuos forestales para producir bio alcoholes. Para el ámbito de los biocarburantes para el diesel podemos citar la investigación en convertir los azúcares de la caña en biodiesel, la hidrogenación de aceites vegetales o la extracción de aceites de microalgas.

Los biocarburantes pueden llegar a sustituir el 10% del carburante utilizado en el transporte global. Si se eligen los adecuados y se introducen de forma eficaz, son sin duda una de las tecnologías con más potencial para la estrategia energética del transporte por su materialidad y disponibilidad. Pero llegar a estos porcentajes requerirá de una implantación gradual y coordinada. Las especificaciones de los carburantes deben de ir actualizándose en la misma medida que el parque de vehículos pueda ir aceptando porcentajes mayores de biocarburantes.

Conclusión

La energía es el motor del desarrollo de la humanidad. Cómo afrontemos el futuro de la energía es de vital importancia, pero afortunadamente, nuestra aproximación a la estrategia energética a seguir ha cambiado de forma sustancial. Ahora entendemos que se deben asumir los retos de atender a una demanda cada vez más creciente de forma responsable.

A diferencia de lo que venía ocurriendo hasta ahora, la solución más barata no es la mejor y hay que acercar la oferta a la demanda encontrando un difícil equilibrio entre el coste y el impacto medioambiental. Solo cambiando el mix energético actual de forma gradual podemos conseguir el objetivo, pero no podemos hacerlo precipitadamente. Debemos planificar sosegadamente donde queremos llegar, y valorar el tiempo y la inversión necesaria para conseguirlo decidiendo el papel que cada fuente y tecnología debe de desempeñar.

La responsabilidad es de todos y solo entre todos podemos conseguirlo. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 407

CLH

José Luis López de Silanes Presidente Ejecutivo de CLH

a evolución de la actual situación económica y de los precios del petróleo, junto L con el desarrollo de nuevas alternativas a la utilización de los combustibles fósiles tradicionales plantea distintos escenarios en relación con la demanda de productos petrolíferos a largo plazo. Las actuaciones realizadas por el Grupo CLH, principal empresa de almacenamiento y transporte de combustibles de España, permitirán atender con garantías las necesidades previstas desde el punto de vista logístico en el horizonte de los próximos 20 años.

Desde el año 1990 el consumo de energía primaria en España se fue incrementando anualmente, impulsado por el crecimiento económico de nuestro país y la mejora de nuestra calidad de vida, hasta superar los 146 millones de toneladas equivalentes de petróleo en 2007, de los que prácticamente la mitad correspondieron al consumo de petróleo que superó los 70 millones de toneladas.

La actual crisis económica, que se inició en el verano de 2007, y que se está revelando como una de las mayores crisis económicas a escala mundial de las últimas décadas, quebró esta línea ascendente, de modo que el consumo de energía primaria descendió un 3,3% en 2008, y ha vuelto a reducirse también en 2009 hasta situarse en 130,5 millones de toneladas, lo que equivale a unos niveles similares a los que registraron en 2002.

En esta misma línea, el consumo de petróleo que experimentó un crecimiento continuado durante toda la década de los 90 y también en los primeros años del 2000 registró un descenso del 3,8% en 2008, y se ha reducido aún más durante 2009, hasta situar el consumo de petróleo en España en una cifra ligeramente superior a los 63,6 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 10% sobre el máximo alcanzado en 2007. 408 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La mayor parte del consumo de productos petrolíferos en España corresponde a los denominados productos claros derivados del petróleo, es decir gasolina, queroseno y gasóleo, que junto con los biocarburantes, constituyen también el núcleo fundamental de las actividades del Grupo CLH, que es actualmente la principal empresa de almacenamiento y transporte de combustibles de nuestro país.

Esta importante relación explica fácilmente el interés con el que el Grupo CLH está siguiendo la evolución del consumo de productos petrolíferos y su posible desarrollo durante los próximos años. Especialmente, si se tiene en cuenta que la compañía está realizando actualmente el plan de inversión más importante de su historia (más de 730 millones de euros en el período 2007-2011) con el objetivo de reforzar sus infraestruc- turas de almacenamiento y transporte, ante las previsiones de crecimiento de la demanda que existían antes del inicio de la actual crisis económica, y que se prevé que vuelva a producirse una vez que se recupere la actual situación económica.

Utilización de productos claros

A modo de contexto conviene recordar las diferentes aplicaciones de los productos claros derivados del petróleo que se consumen en nuestro país.

El gasóleo, que supone el 75% del consumo total de productos claros tiene diversos usos, si bien el más importante es su utilización como combustible para transporte, tanto privado como comercial y público. Adicionalmente, también tiene otros usos relevantes en el sector agrícola y pesquero, que supone en torno al 13% del consumo total, y también como combustible de calefacción, en torno al 6% del consumo, y en los sectores de marina e industrial, que apenas llegan al 3%.

Por su parte, la gasolina, que supone en torno al 13% de la demanda total de productos claros, se emplea casi exclusivamente para el transporte por carretera y fundamentalmente para uso privado (turismos y motocicletas).

Y finalmente, el queroseno, que supone el 12% del consumo de productos petrolíferos en España, se emplea exclusivamente como combustible de aviación.

Al igual que ha ocurrido con el consumo total de energía primaria, la demanda de productos claros derivados del petróleo ha venido experimentando un importante crecimiento durante las dos últimas décadas alcanzando su máximo nivel en el año 2007 El futuro de la energía: la visión de la empresa | 409

El fuerte crecimiento económico experimentado por nuestro país entre 1998 y 2007 que marcó una tasa anual del 3,7% favoreció el incremento del parque de vehículos que pasó de 21 millones en 1998 a 30 millones en 2007, lo que supuso un crecimiento medio anual del 4%.

Como consecuencia de ello, la demanda de productos claros tuvo un crecimiento medio anual del 3,6% en dicho periodo alcanzando una cifra cercana a los 50 millones de toneladas en 2007. Por contra a partir de 2007, el deterioro de la situación económica supuso una caída de la demanda del 3,8% en 2008, y del 5,8% en 2009.

La caída de la demanda no ha sido exclusiva de nuestro país, ya que de hecho se ha producido también en otros países europeos debido a la desaceleración económica. Si bien es cierto que el descenso en España ha sido más fuerte que en el resto de los países europeos de la OCDE, con bajadas en 2009 del 4% en el consumo de gasolinas, del 6% en el de gasóleos y hasta del 9% en el de queroseno, que continúan la tendencia que se inició en 2008.

Nuevas tendencias

El descenso del consumo de productos petrolíferos que se ha producido durante los dos últimos años se ha debido principalmente a los efectos de la crisis económica y a su impacto sobre algunos importantes sectores económicos como la construcción o el transporte que habitualmente son grandes consumidores de este tipo de productos. Por esta razón, la futura recuperación de la economía y la consiguiente evolución de la flota de vehículos seguirán siendo una de las palancas clave para determinar la demanda de productos petrolíferos en España durante los próximos años.

Además del crecimiento económico, la demanda de productos petrolíferos en España también se verá afectada por las nuevas tendencias que están surgiendo como respuesta de la Unión Europea y de nuestro propio país a los desafíos relacionados con la seguridad del suministro, la mejora de la eficiencia energética y el respeto por el medio ambiente.

Una de estas tendencias tiene que ver con la mejora de la eficiencia de los motores actuales y la creciente penetración de vehículos eléctricos, que podrían tener un impacto muy significativo en la evolución del consumo de productos petrolíferos para automoción.

Otro aspecto que podría afectar al consumo de productos petrolíferos durante los próximos años es la penetración de los biocombustibles y de otros combustibles alternativos. 410 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En este sentido hay que señalar que la directiva Europea 28/2009/CE favorece el incremento del uso de biocombustibles para el transporte, y que por otro lado es previsible que otros combustibles, como el gas natural, continúen incrementando su penetración en el sector residencial, desplazando el uso del gasóleo para calefacción.

Asimismo, en el sector del transporte terrestre es muy probable que siga avanzando la “dieselización” del parque de automóviles, lo que desplazará parte del consumo actual de gasolina hacia el gasóleo.

Otro factor a tener en cuenta en relación con la demanda de productos petrolíferos es la evolución de los precios del petróleo. Si bien, como se ha podido comprobar en otras épocas, el impacto del precio del crudo sobre los niveles de consumo es bastante limitado siempre que se mantenga por debajo de los 100 dólares por barril o en niveles ligeramente superiores a esos precios.

Crecimiento económico

Aunque en algunos países de la Unión Europea se han producido ya algunos signos de recuperación durante el último trimestre de 2009 y también en los primeros meses de 2010, todavía existen muchas incertidumbres respecto a la capacidad de la economía española para emprender también la senda del crecimiento económico de una manera consistente.

Considerando las estimaciones realizadas por el Ministerio de Economía y Hacienda en junio de 2009, que son las mismas que empleó la Comisión Nacional de Energía (CNE) para realizar su análisis de la evolución de la demanda, la economía española volvería a lograr una tasa de crecimiento positivo en 2011, y alcanzaría un crecimiento del 2,7% en 2012.

Sin embargo, según las estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en octubre de 2009 se plantea un escenario más conservador, con un crecimiento del PIB en 2011 inferior al 1% y del 1,4% en 2012.

En cualquier caso cabe destacar que en ninguno de los dos escenarios considerados se alcanza el nivel de crecimiento que se experimentó en los años previos a la crisis que estuvo entre un 3,6% y un 4% en los años 2005 a 2007, y en los que se produjeron incrementos de la demanda de productos petrolíferos, pero además hay que tener en cuenta el resto de variables apuntadas que pueden incidir también en la demanda de combustibles. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 411

Mejora de la eficiencia en el transporte

La mejora de la eficiencia constituye otro de los factores claves para determinar la evolución de la demanda de productos petrolíferos en nuestro país, ya que la Unión Europea está desarrollando unos objetivos muy ambiciosos de mejora de la eficiencia en el transporte que supondrán una reducción importante en el consumo de combustible de los nuevos vehículos que se incorporen a partir de 2015.

En concreto según la regulación aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea en abril de 2009, el objetivo es que los vehículos para uso privado que se vendan en 2015 emitan una media 130 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, que pasaría a sólo 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido en 2020, lo que supone una reducción de las emisiones del 3,9% anual desde 2008, frente al 1,6% de reducción anual que venía produciéndose desde 2005.

Igualmente, la propuesta realizada por la Comisión Europea para reducir las emisiones de los vehículos comerciales ligeros o furgonetas, plantean importantes mejoras de la eficiencia, que suponen una reducción del 3,1% anual.

Este aumento de la eficiencia se alcanzará fundamentalmente a través de la introducción de nuevas mejoras tecnológicas en el motor de combustión interna tradicional, algunas de las cuales ya han empezado a incorporarse al mercado, y en la reducción del tamaño medio de los vehículos vendidos, que conllevan también reducciones en el consumo de combustible por kilómetro recorrido.

Adicionalmente, la introducción de los vehículos eléctricos, que son una de las grandes apuestas del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España, así como de los vehículos híbridos y de gas natural comprimido constituyen otra de las medidas que se están impulsando con el objetivo de lograr la reducción de emisiones y la mejora de eficiencia que persigue la política energética europea.

En total, según algunos analistas, se estima que en torno al 70% de las mejoras de eficiencia previstas se producirían como consecuencia de los cambios introducidos en los motores de combustión, y el 30% restante por la incorporación de vehículos que utilicen otros elementos de propulsión.

Por su parte, el sector del transporte aéreo también se está mostrando muy activo a la hora de reducir sus emisiones a través de una mejora de la eficiencia y la introducción de biojet (biocarburantes para motores de aviación). 412 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) se ha planteado objetivos de reducción de emisiones y de mejora de eficiencia de un 1,5% anual hasta 2050, respec- to a las emisiones de 2005, que está en línea con las mejoras históricas conseguidas por el sector durante los últimos años.

Además, la IATA se propone como objetivo que el 10% del combustible empleado en 2017 sea de origen “bio”, y ya se han realizado varios vuelos de prueba con resultados positivos, si bien se prevé que el impacto sobre el consumo sea poco relevante antes de 2015.

En cualquier caso, es previsible que las mejoras de eficiencia planteadas en el sector del transporte terrestre y aéreo tengan un impacto significativo durante los próximos años en la evolución de la demanda de combustibles (gasóleos, gasolinas y querosenos).

Aunque es difícil establecer un cálculo preciso, según algunas estimaciones, más de un tercio del crecimiento de la demanda esperable de gasóleos hasta 2015 sería absorbido por las mejoras de la eficiencia.

En el caso del queroseno el impacto sería aún mayor, al compensar las mejoras de eficiencia casi la totalidad del crecimiento esperado por la recuperación de la situación económica.

Para el caso de las gasolinas el consumo se reduciría en dos millones de toneladas como consecuencia de la continuación del proceso de dieselización del parque automovilístico y otros 0,3 millones de toneladas por efecto de la mejora de eficiencia.

Crecimiento de los biocombustibles

El crecimiento de los biocombustibles y de otras energías como el gas natural es otro factor a tener en cuenta en la evolución de la demanda de productos claros.

Según todas las previsiones la demanda de biocombustibles experimentará un incremen- to significativo durante los próximos años debido a la aplicación de la Directiva Europea 28/2008 EC.

El desarrollo tecnológico y su creciente competitividad frente a los combustibles fósiles, impulsada por el apoyo fiscal con el que cuentan actualmente, serán claves para su penetración en el futuro. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 413

En este sentido, ya en 2009 y de acuerdo con los datos publicados por la Corporación de Reservas Estratégicas (CORES) superaron el millón de toneladas y para 2010 alcanzarán una cifra cercana a los 2 millones de toneladas, cumpliendo el objetivo fijado por el Gobierno de alcanzar el 5,83% en contenido energético del consumo total de carburantes de automoción.

Asimismo, la creciente implantación del gas natural como combustible de calefacción contribuirá a que se continúe reduciendo la utilización del gasóleo en el sector residen- cial, lo que hará que el consumo de gasóleo de calefacción en el horizonte de 2015 se mantenga en valores similares a los de 2007.

Dieselización del parque de turismos

Durante los últimos años se ha producido una importante transformación en el parque automovilístico de nuestro país debido a la creciente matriculación de vehículos con tecnología diesel, que en 2007 alcanzó el 70% del total de matriculaciones de vehículos nuevos.

Como consecuencia de ello, y de la disminución del número de vehículos que utilizan motores de gasolina, se ha producido una gradual reducción del consumo de gasolinas en España, que con toda probabilidad continuará también durante los próximos años.

Por ello se estima que en 2015 sólo el 12% del combustible para transporte por carretera será gasolina frente al 20% que suponía en 2008, o el 34% que se registró en el año 2000.

Un aspecto clave, en la aceleración o ralentización de este proceso será la evolución del diferencial de precios de venta al público entre la gasolina y el gasóleo de automoción, y de los propios vehículos.

En cualquier caso hay que tener en cuenta que el proceso de dieselización del parque automovilístico es cada vez más intenso, a pesar de que los diferenciales de precio son cada vez menores. Esto es debido a que los avances tecnológicos que se han producido en los motores diesel y las mejoras de sus prestaciones, han incrementado su atractivo para el usuario final, con independencia del precio relativo del gasóleo respecto a la gasolina. 414 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Precios del crudo

Históricamente el impacto de los precios del crudo en España sobre la demanda de combustibles ha sido muy limitado, tal y como ocurre también en otros países de nuestro entorno.

Según algunas estimaciones de la Comisión Nacional de Energía (CNE), si se doblara el precio del crudo la demanda de combustibles sólo se reduciría en torno a un 1,1%.

Esta conclusión es consistente con los datos observados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que muestran una reducción de la demanda del 2% en los países europeos de la OCDE cada vez que se dobla el precio del crudo.

Sin embargo, si se produjeran incrementos muy importantes de los precios del crudo, sí podría originar un cambio de tendencia y una contracción de la demanda, como ocurrió en 2008 en Estados Unidos cuando el precio del barril alcanzó la barrera de los 134 dólares.

Recuperación de la demanda

Teniendo en cuenta las distintas variables expuestas, y según nuestras estimaciones, la demanda de productos claros en España podría volver a la senda de crecimiento a partir de 2011, fundamentalmente por el retorno a un escenario de crecimiento económico positivo.

Considerando el escenario económico previsto por el Gobierno, que comentábamos al principio del artículo, en 2015 volveríamos a alcanzar niveles de demanda similares a los que se experimentaron en 2007, con una cifra cercana a los 49 millones de toneladas.

La evolución de la demanda por productos seguirá tendencias diferentes, ya que el consumo de gasolinas en España se reducirá anualmente en torno a un 6% en el periodo 2008-2015, como resultado del proceso de dieselización que viene produciéndose desde hace años.

En cambio, como consecuencia de este mismo efecto, que conlleva un incremento del uso del gasóleo para transporte terrestre, el consumo de este tipo de combustibles podría crecer a un ritmo del 1,3% anual, y el consumo de gasóleo para transporte supondría el 73% del consumo total de gasóleos.

Por su parte, y de acuerdo con las distintas variables comentadas a lo largo del artículo, la demanda de queroseno no experimentaría prácticamente ningún cambio y se manten- dría en niveles similares a los de 2008. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 415

Cuatro escenarios para 2030

Con el fin de poder realizar una previsión a más largo plazo, hasta el año 2030, se han estimado cuatro posibles escenarios en relación con la demanda de productos claros.

En el escenario base se considera un crecimiento medio anual del 2,2% para España que coincide con la estimación que realiza la Energy Information Administration (EIA) para Europa OCDE, asumiendo que se cumplen los objetivos de eficiencia y de penetración de los biocombustibles fijados para 2020.

Asimismo, se plantea un segundo escenario, denominado “mundo verde”, en el que se tiene en cuenta un avance significativo en la eficiencia de los automóviles respecto al caso base y una mayor penetración de los biocombustibles, incluyendo el biojet, con un crecimiento económico algo menor (2%), debido al impacto de las políticas medioambientales.

En un tercer escenario calificado como “mundo marrón” se considera un menor crecimiento económico (1,9%) que se traduce en una reducción de la presión de las políticas medioambientales, con un impacto menos significativo de la eficiencia y de la penetración de los biocombustibles.

Por último se plantea un cuarto caso con una previsión de fuerte desarrollo económico en el cual la economía crece al 2,4% y se mantienen las políticas de mejora de la eficiencia y desarrollo de los biocombustibles del caso base.

Cada uno de estos cuatro escenarios tiene distintos efectos en las previsiones de demanda de combustibles en España. Así, para el escenario base alcanzaríamos una demanda de productos de 53,4 millones de toneladas en 2030 frente a los 47,5 millones de toneladas de 2008.

El crecimiento sería claramente inferior en el segundo de los escenarios considerados, denominado mundo verde, en el que la demanda superaría ligeramente los 50 millones de toneladas.

En el tercero de los escenarios que se denomina “mundo marrón, y en el último de ellos en el que se plantea un fuerte desarrollo económico, el resultado desde el punto de vista de la demanda de combustibles serían mayores tasas de crecimiento medio de la demanda que alcanzaría 56,1 millones de toneladas y 55,4 millones de toneladas respectivamente. 416 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Reforzamiento del sistema logístico

En cualquiera de los escenarios de consumo previstos, la actividad logística seguirá desempeñando un papel fundamental para garantizar el suministro de los productos petrolíferos a los usuarios finales en unas condiciones adecuadas, por lo que la actividad que realiza el Grupo CLH continuará siendo fundamental.

A lo largo de sus más de 80 años de historia, el Grupo CLH ha desarrollado una función esencial contribuyendo a garantizar la estabilidad y seguridad de los suministros de productos petrolíferos en la Península e Islas Baleares, en colaboración con los principales operadores de nuestro país.

Para ello, la compañía cuenta actualmente con un importante sistema logístico formado por más de 4.000 kilómetros de oleoductos y 37 instalaciones de almacenamiento que permite conectar las refinerías existentes en la Península y los principales puntos de entrada de productos de importación con las zonas de consumo.

A través de este sistema, el Grupo CLH atiende cada día más de 4.000 pedidos de los distintos operadores petrolíferos, mediante un modelo similar al funcionamiento del sistema bancario, que permite a los operadores depositar sus combustibles en una determinada instalación de almacenamiento de la compañía y retirarlo de manera instantánea en cualquier otra.

La experiencia adquirida por el Grupo CLH a lo largo de todos estos años le ha permitido optimizar al máximo todos los procesos involucrados en la actividad logística y lograr unos elevados niveles de eficiencia. Este elevado nivel de eficiencia se traduce en unos costes de sus servicios logísticos bastante inferiores al 1% del precio final de los productos petrolíferos que gestiona, y que en 2010 son de 0,7 céntimos de euro por litro para las gasolinas y de 0,8 céntimos de euro por litro para el gasóleo.

La utilización de este sistema logístico también tiene un impacto positivo desde el punto de vista medioambiental, ya que el transporte por oleoducto genera unas emisiones de

CO2 mucho menores que otras alternativas como el transporte por barco, ferrocarril o camión cisterna. Esto significa que la utilización de la red de oleoductos evita la emisión a la atmósfera de más de 400.000 toneladas de CO2 al año en nuestro país.

Por todo ello, y debido al largo proceso de maduración que requieren los proyectos relacionados con la actividad, antes del inicio de la crisis económica, el Grupo CLH puso en marcha un importante plan de inversiones incluido en su Plan Estratégico 2007-2011. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 417

El objetivo de este plan de inversiones es ampliar las infraestructuras de almacenamiento y transporte existentes, que en algunos puntos estaban alcanzando niveles cercanos a la saturación para poder garantizar el suministro de combustibles en España de acuerdo con los escenarios de crecimiento previos a la crisis, en los que se planteaban crecimientos de la demanda de combustibles por encima del 1% anual.

Como consecuencia de ello, el Grupo CLH aprobó unas inversiones de más de 730 millones de euros, de las cuales ha invertido más de 450 millones de euros entre 2007 y 2009, que junto con las inversiones previstas para los próximos años están permitiendo ampliar de forma significativa la capacidad de almacenamiento operativo y estratégico, así como la red de oleoductos, y facilitar la introducción de los biocarburantes en el sistema logístico de la compañía.

Además, la compañía está adaptando su modelo de negocio a los nuevos retos originados por los cambios que se están generando en la estructura de producción de combustibles, para convertirse en un centro logístico de productos en tránsito.

Igualmente ha puesto en marcha distintas iniciativas, entre las que se incluye la firma de un acuerdo de colaboración con la empresa Indra, para avanzar en la internacionalización del Grupo CLH, mediante la implantación de su modelo de negocio en otros países y empresas del sector de hidrocarburos, con el fin de contribuir a desarrollar y mejorar sus actividades logísticas a nivel mundial, así como en otros sectores en los que pueda ser de utilidad su modelo logístico.

Al mismo tiempo la compañía continúa impulsando la mejora de la calidad continua con el objetivo de alcanzar el sello de oro de excelencia según el modelo EFQM, así como su política de responsabilidad social corporativa, centrada fundamentalmente en la mejora de la seguridad, el respeto por el medio ambiente, y el establecimiento de relaciones de confianza con sus distintos grupos de interés.

Todo ello ha permitido al Grupo CLH dotarse de un sistema logístico altamente eficiente y muy eficaz desde el punto de vista medioambiental capaz de atender las necesidades de suministro de combustibles en España en el horizonte de los próximos 20 años, cumpliendo al mismo tiempo con los objetivos económicos previstos en su Plan Estratégico. 418 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

CEPSA

Santiago Bergareche Presidente de CEPSA

efiriéndonos a los acontecimientos del pasado más inmediato, hemos asistido R a la utilización mayoritaria de distintas fuentes de energía a lo largo de los siglos. En tiempos de la Revolución Industrial allá a mediados del siglo XVIII la madera y la energía hidráulica, ambas energías renovables, fueron las fuentes principales. Posteriormente, en el siglo XIX se desviaron los esfuerzos a la utilización masiva del carbón, iniciándose su aprovechamiento subterráneo de forma industrial. El siglo XX ha sido mayoritariamente el siglo del petróleo y el siglo XXI lo está siendo del gas, y lo seguirá siendo del petróleo, pero deberá ser también de otras fuentes alternativas de energía. Fuentes caracterizas forzosamente por su sostenibilidad, competitividad y seguridad en su suministro, de acuerdo a los objetivos marcados en marzo de 2006 por la UE (Libro Verde).

Sin embargo, a la vista de los últimos acontecimientos, se ha ampliado este marco debido a la actual crisis económica internacional y las dificultades surgidas para financiar el nuevo modelo energético y desarrollar las nuevas infraestructuras y tecnologías. Este último aspecto ha sido incluido entre las prioridades a largo plazo por el Consejo Europeo en febrero de 2009 y en particular la captura y el almacenamiento de carbono, y el transporte mediante vehículo eléctrico o hidrógeno, que implica la utilización de energía con bajo contenido en carbono.

Vivimos tiempos difíciles para el sector energético en particular, y para la marcha de la economía mundial en general. La situación actual no es favorable, pero en CEPSA contamos con una base sólida accionarial y financiera que está afrontando con éxito el reto de encontrar y aplicar soluciones a los grandes desafíos de esta recesión económica internacional. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 419

Nos encontramos, sin embargo, ante la necesidad de atender una gran demanda energética que seguirá aumentando como motor del desarrollo industrial y del desarrollo económico de los países, principalmente en las economías emergentes, pero que ha llegado a su techo en las economías desarrolladas.

Esta fuerte demanda mundial, sin lugar a dudas, deberá ser compatible con la progresiva toma de conciencia sobre el cambio climático. Lo que está en cuestión, hoy en día, es el modelo energético sobre el que se fundamentará el crecimiento económico futuro.

Ante la magnitud del reto que implica este cambio del modelo energético, es fundamental asegurar el suministro de productos indispensables para el desarrollo industrial, ser eficaces en la utilización de los recursos naturales y minimizar el impacto de nuestras actividades en el medio ambiente. Todo ello ofreciendo unos precios que no resten competitividad a la Unión Europea frente a terceros países menos exigentes en la lucha por la sostenibilidad medioambiental.

Actualmente está en cuestión el modelo energético en el que se fundamentará el crecimiento económico, pero en lo que sí coincidimos una gran mayoría, es en que no estamos en posición de rechazar ningún tipo de energía, si no de considerarlas todas mejorando las ya maduras y mas desarrolladas, analizando los pros y los contras de todas ellas y continuando con la investigación en aquellas cuyo horizonte comercial se ve más posible y cercano.

Las energías convencionales en general y las que tienen a los hidrocarburos como fuente de energía primaria en particular, seguirán siendo transcendentales en los próximos años. El llamado “mix energético” será la única vía para atender realmente nuestras necesidades, y el petróleo y el gas natural seguirán siendo protagonistas indispensables en la composición de la cesta energética.

Considero imprescindible abordar, decididamente, el actual reto de transformar el modelo energético del último siglo en un modelo más sostenible, para lo cual es necesario optimizar el uso de los recursos económicos y asegurar el mantenimiento de la competitividad de la industria nacional en un mercado cada vez más globalizado.

Estoy convencido de que CEPSA es y será capaz de hacer frente a los desafíos y ocupará una posición competitiva a la salida de la actual crisis. 420 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Planteamiento del futuro energético con las pautas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)

Existen numerosos estudios de prospectiva energética y de proyecciones de consumo de energía disponibles para su análisis, pero centrándonos en el que tradicionalmente usamos en el sector como referencia, el World Energy Outlook 2009 de la Agencia Internacional de la Energía, podemos extraer algunas ideas que sirven para definir tanto la situación actual como el escenario más probable para el año 2030, que implicará una actuación colectiva para limitar la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero a 450 parte por millón de CO2 equivalente. Así: – La repercusión de la actual crisis económica y financiera, ha hecho que el consumo mundial de energía disminuya en 2009, aunque se prevé que con las políticas actuales, vuelva a retomar la tendencia al alza en cuanto se inicie la recuperación económica.

– Los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) seguirán siendo las principales fuentes de energía primaria en el mundo, pasando del 80% actual al

68% en 2030 para el escenario de 450 ppm de CO2 y prácticamente sin variación en el escenario de referencia, aquel en el que los gobiernos no introducen cambios en sus políticas energéticas.

– El principal motor de la demanda de carbón y gas natural será el continuo crecimiento de las necesidades energéticas para la generación de electricidad, que se prevé que crezca un 2,5% anual hasta 2030.

– La adopción de medidas en materia de transporte encaminadas a reducir el consumo de combustible, la progresiva utilización de biocomponetes de segunda generación y la incorporación de nuevas tecnologías en los vehículos, dirigidas a los vehículo híbridos y eléctricos, supondrá una importante reducción del consumo de petróleo, cuantificable en 12 millones de barriles de petróleo en 2030, que equivale a más del 70% del ahorro total de petróleo en el escenario más exigente.

La importancia de las Energías Renovables

Hace un año, desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se afirmaba que el tiempo de una energía barata y abundante estaba tocando a su fin, siendo el mercado el principal indicador de esta afirmación, al haber experimentado una subida importante del precio de las materias primas. También se indicaron cuales eran los planteamientos más importantes a tomar para combatir esta situación, que se centran El futuro de la energía: la visión de la empresa | 421

en el ahorro y la mejora de la eficiencia energética. Las medidas concretas eran muy variadas e iban desde la reducción de las importaciones de petróleo en un 10% anual hasta las encaminadas a la formación de los consumidores.

Es aquí dónde las energías renovables, como fuente de energía limpia, están entrando de manera progresiva e imparable en el mix de energía y están transformando el panorama energético, para empezar a ser consideradas como las principales protagonistas de la próxima revolución industrial y medioambiental del siglo XXI.

En abril de 2009 se publicó, por parte del Parlamento y el Consejo Europeo, la Directiva dirigida a fomentar el uso de energías renovables, que definía una estrategia común europea para que la contribución de la energía renovable, constituida por la eléctrica, térmica y biocombustibles en el mix energético final, fuese del 20% en el 2020.

Recientemente se ha publicado el primer informe sobre el estado de cumplimentación de la directiva en los distintos países en lo relativo al punto anterior. Las conclusiones deducidas de la información presentada indican que, a nivel europeo, se conseguirá el objetivo anterior superándose en un 0,3%. Destaca el caso de España, que previsible- mente estará a la cabeza del grupo al alcanzar un 22,7% sobre el objetivo del 20%.

Actualmente, el Gobierno español está poniendo límites a la instalación de energías renovables en el país hasta 2012 mediante un sistema de cupos y está elaborando un nuevo Plan de Energías Renovables para marcar el camino hacia 2020, año en el que España debe cumplir con los objetivos renovables de la Unión Europea.

No obstante, la apuesta del Gobierno español pasa por apoyar con prioridad a la energía eólica y solar, reducir la presencia de las centrales de carbón a favor de los ciclos combinados y no modificar, por el momento, la producción de origen nuclear. Esta situación implica un mayor coste eléctrico como consecuencia de los incentivos a este tipo de energías, que se financia con cargo a la tarifa y es, en parte, uno de los responsables del abultado déficit que acumula el sistema español y que se les adeuda a las eléctricas. En 2009, las energías verdes percibieron 6.200 millones de euros en concepto de primas, una cifra superior a la proyectada por el Gobierno y que suponen un reparto medio de unos 250€ al año por contrato de suministro.

Indudablemente, este sector será un motor para la generación de empleo y que, según datos de la Dirección General de Energía de la UE, si cumple sus objetivos, creará 2,8 millones de puestos de trabajo de aquí al 2020. 422 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

De entre el abanico de otras fuentes energéticas en desarrollo, que no tienen presencia en la situación actual, me gustaría destacar dos de ellas, una, el hidrógeno, por tener visos de realidad en unas décadas y la energía de fusión, con un horizonte más lejano de realidad, pero con un grandísimo potencial.

Con respecto al hidrógeno, los científicos van tras dos pistas distintas. Una, muy avanzada y en fase de desarrollo, que se refiere a las pilas de combustible y la otra, mucho más remota, que se centra en la fusión de núcleos de hidrógeno. A diferencia de las pilas convencionales, que agotan los reactivos electroquímicos que generan la corriente, las pilas de combustible son generadores de electricidad y calor, que utilizan la reacción entre el hidrógeno que se renueva continuamente y el oxígeno del aire, para producir agua liberando electrones. En Europa, Estados Unidos y Japón se está llevando a cabo una intensa actividad de investigación industrial sobre numerosas variantes de pilas de combustible, tanto para motores eléctricos de vehículos como para nuevas generaciones de centrales de producción de electricidad y calor. Esta prometedora forma de producción de energía sostenible debería penetrar, de manera importante, en el mercado de aquí a una o dos décadas.

La ambición de lograr la fusión nuclear tiene por objeto reproducir, de forma controlada, el ingente proceso de producción de energía que sobreviene en el universo estelar mediante la fusión de núcleos de hidrógeno en núcleos más pesados de helio. Desde hace casi cuatro décadas, Europa se ha volcado en una intensa investigación de esta energía del futuro, que haría saltar por los aires la hipoteca que supone el agotamiento progresivo de los recursos fósiles, y ello sin producir emisiones contaminantes ni residuos radiactivos. En la actualidad, la fusión es objeto de una amplia cooperación mundial (ITER) encaminada a conseguir un primer reactor experimental.

Permanencia de las energías fósiles: Reconocimiento de esta realidad futura

Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, en el supuesto que los Gobiernos tengan éxito en la implementación de los planes de mejora de la eficiencia energética, de organización y hábitos sociales con el objetivo de no sobrepasar los 450 ppm de CO2 equivalente (en Gases de Efecto Invernadero – GEI) en la atmósfera, las necesidades de energía aumentarán en 2030, un 20% respecto a las actuales en lugar de un 40% en el escenario de referencia (escenario considerado insostenible porque conduce a un aumento de las emisiones de CO2 generadas por la energía consumida de 28.826 Mt en 2007 a 40.226 Mt en 2030). El futuro de la energía: la visión de la empresa | 423

Las energías fósiles, que aportan el 81% de la demanda energética actual (el petróleo el 34% y el gas natural el 21%), todavía representarán un 68% en el 2030, en un escenario de fuertes medidas correctoras para conseguir estabilizar la concentración de GEI en la atmósfera en 450 ppm.

En ambos escenarios, el petróleo y el gas natural representan cerca del 50% de la demanda primaria (49,9% en el escenario 450 ppm y 51% en el escenario de referencia).

Los hidrocarburos seguirán siendo la fuente energética dominante en los próximos 40 años, con la ventaja de disponer ya de una amplia infraestructura y una mayor flexibilidad de uso.

Por esta razón, es importante priorizar los usos del petróleo, concentrándolos en aquellos que sean de más difícil sustitución, como son el transporte y la petroquímica, cuyo uso es de un enorme valor añadido hasta el producto final, y debe necesariamente conservarse.

Cabe destacar el caso del transporte, puesto que le corresponde el 30% del consumo energético mundial. Pero además, en el año 2030, según la Agencia Internacional de la Energía, el petróleo seguirá aportando el 84% de energía necesaria para este uso. Una realidad que, aparentemente, será difícil de cambiar, y que habrá que asimilar.

Cómo potenciar y mejorar esta realidad:

1. Eficiencia Energética

Contemplando el escenario de la AIE para los próximos 20 años, CEPSA considera funda- mental la mejora de los procesos y la eficiencia energética como camino para lograr el equilibrio que pueda cubrir las necesidades tanto de los países emergentes, como de los países desarrollados, que han alcanzado un alto nivel de bienestar.

Desde hace varios años, CEPSA está llevando a cabo un plan de actuación con el objetivo de optimizar sus procesos, buscando el ahorro y la eficiencia energética como elementos clave para la minimización de los GEI. Una de las apuestas de la Compañía en esta materia es la cogeneración. La cogeneración presenta importantes ventajas que contribuyen a cubrir las necesidades de funcionamiento de CEPSA, tanto en lo relativo a la producción de electricidad como de calor y vapor. Además, como combus- tible para su funcionamiento se usa gas natural, cuyas ventajas, como combustible fósil, con respecto a otras fuentes son innegables, puesto que su contenido de azufre es inexistente y de carbono es menor a otras fuentes fósiles. Adicionalmente, CEPSA 424 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

está en proceso de sustituir, en las unidades en las que es viable, el fuel oil por gas natural como combustible dadas las ventajas comentadas.

2. Incorporación de biocomponentes al transporte.

Otro de los elementos que puede contribuir a reducir una dependencia extrema de los combustibles fósiles son los biocombustibles. La incorporación de biocomponentes en los carburantes tiene como objetivo reducir la dependencia del petróleo y disminuir las emisiones de GEI. CEPSA pone de manifiesto su posición en este tema a través de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), con la que trabaja estrechamente. CEPSA ha introducido en torno a un 3,7%, casi un 10% más de lo indicado en la Orden ITC/2877/2008, a través de la incorporación de 75.000 toneladas de bioetanol equivalente (en forma de ETBE) en sus gasolinas y unas 219.000 toneladas de biodiésel en sus gasóleos, procedentes mayoritariamente de productores nacionales y respetando siempre los estándares de calidad europeos.

3. Incorporación de la Energía Eléctrica al transporte.

Los recientes planes de incorporación de la electricidad al transporte pueden ser un paso importante para la reducción de las emisiones y la dependencia de los combustibles fósiles, en algunos casos determinados. Tal y como se ha explicado, el transporte rodado es el principal consumidor de combustibles fósiles y causante de emisiones a la atmósfera. Además, mientras en otros sectores estas materias primas tienen una difícil sustitución, en el transporte se pueden encontrar algunas alternativas. Recientemente, CEPSA ha firmado con Endesa y Toyota acuerdos de colaboración con el objetivo de desarrollar, integrar, desplegar y probar una red de puntos de recarga en sus Estaciones de Servicio. Con estos compromisos, la Compañía muestra su interés en el desarrollo del vehículo y movilidad eléctrica como una de las vías de potenciar la lucha contra el cambio climático y contribuir al éxito de los objetivos de sostenibilidad y desarrollo económico, así como de creación de valor. La Compañía considera que los vehículos eléctricos e híbridos enchufables pueden ser una interesante solución para el tráfico urbano, dado su radio de acción. Es por ello que CEPSA desea trabajar con el objetivo de evaluar la viabilidad de estas iniciativas en grandes ciudades y seguir ofreciendo a los clientes el mejor servicio.

4. Contribución de la tecnología de vehículos.

En cualquier caso, y para que los proyectos relacionados con los coches eléctricos e híbridos lleguen a buen puerto, es necesario también un compromiso de todas las partes. Los desarrollos tecnológicos entre combustibles y medios de locomoción tienen que ir parejos para poder ofrecer al usuario final una alternativa real y viable. No habrá un desarrollo real de tecnologías alternativas si los fabricantes no actualizan sus inversio- nes en tecnología y en sus planes de desarrollo. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 425

5. Reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Cada acción encaminada a la reducción de los Gases de Efecto Invernadero debe ser tenida en cuenta. Con el fin de reducir estas emisiones, la Unión Europea se compro- metió a cumplir con el Protocolo de Kioto (2008-2012), a la que se sumó la Adminis- tración española elaborando líneas estratégicas para asegurar el cumplimiento de las obligaciones que se derivan para España. Entre ellas, planes de energías renovables, medidas de ahorro energético, de apoyo al transporte por ferrocarril y la modificación del Plan de Asignación de Derechos de emisión.

CEPSA se ha sumado a la posición que, sobre este asunto, ha adoptado la Unión Europea (20/20/20) que compromete a los “veintisiete” a reducir las emisiones de

CO2 en un 20% antes de 2020 (aunque existen tendencias actuales, que van tomando fuerza, de hacer que la reducción de emisiones alcance el 30%) e intenta favorecer la reducción de sus emisiones de GEI, entre otras, a través de medidas de control, de ahorro energético y de la optimización de procesos que mejoran el consumo energé- tico. Por otro lado, también es activa en el seguimiento de los avances tecnológicos realizados en materia de secuestro geológico de carbono (inyecciones en formaciones geológicas o minas) o sumideros de carbono (reforestación) o en estudios para el secuestro o transformación del CO2. Además de estas medidas, también participa en iniciativas como Mecanismos de Desarrollo Limpio (permiten suscribir acuerdos entre gobiernos y empresas para cumplir con metas de reducción de GEI) y de Aplicación Conjunta (permite que un país desarrollado pueda invertir en proyectos encaminados a reducir las emisiones de GEI en otro país), a través del Fondo Español de Carbono. De éste y durante el año 2009, ha recibido la cantidad de 15.967 créditos procedentes de los proyectos de desarrollo limpio. Además, por primera vez, ha participado en el mercado de compra-venta de derechos de emisión, con una venta de 103.465 derechos y un intercambio de derechos por créditos procedentes de proyectos de desarrollo limpio de 681.721.

En total, CEPSA ha invertido en el año 2009 más de 82,7 millones de euros en proyectos relacionados con la mejora de la eficiencia energética y de reducción de emisiones de GEI.

Adicionalmente, la calidad de los productos y su adaptación a las diferentes aplicaciones es fundamental para reducir los GEI. Tanto su composición y la calidad de la misma, como un mejor rendimiento en su función de combustible o materia prima, inciden de forma directa en el nivel de las emisiones. 426 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

– Desafíos derivados de la legislación sobre GEI:

En los dos primeros periodos de comercio de emisiones (entre 2005 y 2012), la gran mayoría de los derechos estaban siendo emitidos de forma gratuita para las compañías productoras. La revisión de la directiva introduce la subasta como método de distribu- ción en el periodo 2013-2020, pero incluye varias excepciones, por poder tener graves repercusiones para las economías de los países, al propiciar que se traslade la producción a regiones con una política medioambiental menos estricta.

Para evitar la denominada “fuga de carbono”, se han definido los sectores que pueden verse afectados, entre los que se encuentran el sector del refino y de la química orgánica de base. Como resultado, estos sectores podrán recibir hasta el 100% de sus derechos de forma gratuita hasta 2020 bajo una serie de condiciones, siempre teniendo en cuenta que en 2020 tendremos que reducir las emisiones de GEI en un 20% o un 30%.

A excepción de estos dos sectores, las repercusiones para CEPSA serán las siguientes: • Necesidad de tener que adquirir alrededor del 50% de las emisiones de las cogeneraciones. • Riesgo de tener que adquirir, en conjunto, más del 20% de las emisiones de refino y de la petroquímica. Éste se agravaría si, en vez de alcanzar esta reducción progresiva- mente a lo largo del periodo, se nos impusiera desde el primer año.

Directamente relacionados con esta nueva legislación, CEPSA destaca los siguientes riesgos para el horizonte de 2013: • Un incremento en el coste de las operaciones al tener que adquirir cantidades superiores a las actuales de derechos de emisión. • Una pérdida de rentabilidad ante la dificultad, agravada por el peso de los impuestos, de trasladar el coste del CO2 al precio de los productos. • Una contracción de la demanda, por la dificultad del consumidor de hacer frente al incremento de los precios. • Pérdida de competitividad y de cuota de mercado internacional, frente a los países con menor o nula exigencia de reducción de emisiones.

Ante este nuevo planteamiento, CEPSA va a seguir con la estrategia de implementar diferentes medidas para reducir sus emisiones, y colaborando con distintas organizaciones, nacionales y europeas, para coordinar y minimizar los posibles impactos negativos que la entrada en vigor de esta Directiva pudiera tener en las instalaciones de la Compañía. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 427

6. Captura y Almacenamiento de Carbono.

Teniendo en cuenta el escenario de la AIE hasta el año 2030, no se puede obviar la realidad de los combustibles fósiles como fuente de energía principal. Hay que afrontar esta situación con firmeza y decisión. El reto de la disminución del CO2 atmosférico no va a llegar a buen puerto si no se toman medidas para reducir las emisiones en el uso de estos combustibles, puesto que como hemos visto, su uso continuará. Es necesario, por tanto no mirar hacia otro lado y trabajar en este aspecto. Desde CEPSA consideramos que la captura y almacenamiento de carbono es una medida necesaria si se quiere cumplir con las exigencias y escenarios propuestos en Copenhague. Algunas de las soluciones parecen adecuadas a las necesidades de la industria petrolera, como la captura (a través de la oxicombustión), la inyección en almacén salino, y el almacén en algas.

La necesidad de capturar el CO2 contenido en los gases de combustión producidos en los procesos se puede realizar con una tecnología prometedora, como la oxicombustión. Consiste en realizar la combustión con oxígeno, no con aire, lo que facilita sensiblemente la separación del CO2. Posteriormente, inyectarlo en almacenamientos geológicos o salinos.

Otra de las posibilidades en las que trabaja CEPSA, a través de su Centro de Investigación, es el cultivo de algas. Estas suponen un gran almacén, puesto que necesitan carbono para sus procesos vitales y emiten oxígeno. Además de ellas también se aprovechan sus cualidades como biocombustible y otras actividades industriales.

En cualquiera de los casos, sobre estas alternativas y tecnologías hay que trabajar, puesto que puede que sean la alternativa más válida de cara a afrontar el cambio climático.

El aspecto social de la energía: el papel del consumidor

Ya hemos visto que para dar curso a las prioridades mencionadas para la utilización más eficiente de la energía, se exige un cambio importante de nuestras formas centralizadas de producción, pero se hace necesaria también una nueva forma de consumir.

Afortunadamente, entre los consumidores de energía, se está desarrollando una conciencia colectiva positiva para hacer frente a los desafíos a los que nos tenemos que enfrentar, que revela que la gente está comenzando a pensar menos en “yo” y más acerca de lo que “nosotros” podemos hacer juntos, mientras une sus recursos, comparte sus ideas y coordina acciones como nunca antes lo había hecho. En definitiva, se trata de hacer más con menos. Ahorrar energía no significa forzosamente tener que renunciar a ciertas actividades o a mantener los pilares fundamentales del estado del bienestar. 428 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Esto se aplica tanto a la sociedad en su conjunto como a empresas, personas y familias, que reflexionan cada vez más sobre sus hábitos de consumo, subrayando el papel de la educación como factor de cambio de comportamientos y elemento esencial en la concienciación del problema. Todos debemos contribuir: cada nivel social, los responsables nacionales, regionales y locales, instituciones financieras, empresas, asociaciones nacionales e internacionales, los ciudadanos. Entre todos, podemos hacer que las cosas sean diferentes, haciendo un uso más eficaz y racional de la energía. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 429

CIEMAT

El futuro de la energía: visión desde la tecnología

Cayetano López Martínez Director General de CIEMAT

El presente del aprovisionamiento energético

l suministro de energía comercial en el mundo está dominado por los combustibles E fósiles, carbón, petróleo y gas natural. En el conjunto de la energía primaria consumida en el mundo, el petróleo representa el 35%, 29% el carbón y 24% el gas natural; en conjunto suponen, por tanto, el 88% del total, lo que por muchas razones configura un escenario insostenible incluso a corto plazo. El petróleo es vital para todo el sector del transporte, que depende casi en su totalidad de los combustibles líquidos que de él se derivan. El carbón es esencial en la producción de electricidad (del orden de la mitad de la electricidad generada en el mundo procede de la combustión del carbón) y el gas natural juega también un papel importante en la generación de electricidad, a través de las plantas de ciclo combinado, y en la producción de calor industrial y doméstico. El resto proviene de la energía nuclear, que supone un 5,5 % del total, y de las energías renovables, esencial- mente la hidroeléctrica. Las energías procedentes del viento y del sol en sus diversas modalidades son hoy un elemento marginal, aunque empiezan a tener una mayor presencia en algunos países. Por ejemplo en España, donde las renovables llegaron en 2009 a un porcentaje cercano al 10% en términos de energía primaria mientras que el conjunto de los combustibles fósiles tan “sólo” representaron un 80% del total.

Una parte importante de la energía primaria se convierte en electricidad mientras que el resto se dedica, sobre todo, al sector del transporte y la generación de calor para la industria y los hogares. La estructura de la generación de electricidad varía mucho según los países. De forma global, la mitad procede de la combustión del carbón, que es la fuente de energía que más está creciendo en términos generales. Hay países como China o Polonia, en los que el carbón representa del orden del 80% de la electricidad generada y en Estados 430 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Unidos se sítua en un 50% mientras que en Francia es de origen predominantemente nuclear. En España, la generación de electricidad está bastante más diversificada que en estos países, habiéndose alcanzado en 2009 un 26% procedente de renovables, con los ciclos combinados de gas natural aportando hasta cerca de un 30%, el carbón un modesto 13% y la nuclear un 18%.

Las dificultades que plantea la preponderancia de los combustibles se derivan en primer lugar de su distribución territorial fuertemente concentrada, con la excepción del carbón, en unos pocos países de los que dependen todos los demás para su aprovisionamiento de energía. Además, y debido al propio proceso de formación en tiempos y estructuras geológicas, son de naturaleza limitada y no renovable. Y fuertemente contaminantes como consecuencia de la emisión a la atmósfera de partículas nocivas y gases, muy en especial de dióxido de carbono, que es uno de los principales gases de efecto invernadero.

La disminución relativa de los combustibles fósiles en favor de otro tipo de fuentes de energía que carezcan de estos inconvenientes es, en consecuencia, una exigencia de sostenibilidad, tanto económica como ambiental.

España comparte este problema con el resto de los países pero de forma aún más aguda en el caso de la dependencia exterior. En efecto, en nuestro país no existen yacimientos de hidrocarburos, con la excepción de algo de carbón, y de no muy buena calidad; tampoco nuestra red fluvial y las condiciones climatológicas permiten un aumento significativo de los recursos hidroeléctricos. A lo que hay que añadir una estructura de transporte de mercancías en la que la presencia del transporte marítimo o ferroviario es muy pequeña. Todo ello hace que nuestra dependencia energética del exterior sea del orden del 78% en términos de energía primaria, muy por encima de la media europea. E incide en la necesidad de disminuir esta dependencia e incrementar la seguridad de nuestro suministro energético mediante el aumento relativo de las fuentes autóctonas.

El vector básico de los cambios en la estructura del suministro energético debe ser la pérdida de presencia de los combustibles basados en el carbono a favor del resto de las fuentes de energía: renovables, de forma destacada, y nuclear, en particular si se consigue dominar la tecnología de reactores de cuarta generación. El carbón, por su parte, es muy abundante y repartido, de forma que no es previsible una disminución drástica de su uso como combustible, por lo que habría que desarrollar y aplicar los procesos de captura y secuestro de CO2, un problema tecnológicamente complejo aún no dominado a escala industrial.

En todos los casos de sustitución masiva de energías convencionales por otras que no contengan carbono, hay barreras tecnológicas que es necesario superar, en unos casos para El futuro de la energía: la visión de la empresa | 431

disminuir los precios hasta niveles aceptables y en otros simplemente para alcanzar el nivel de desarrollo industrial. En particular, la fusión nuclear supondrá un gran avance cuando consigamos dominarla, pero la tecnología de fusión es tan compleja que pasará aún mucho tiempo antes de que llegue a poder ser explotada comercialmente. No me referiré a ella en lo que sigue debido, precisamente, a lo lejano de su horizonte temporal.

Renovables: perspectivas tecnológicas

En el objetivo de disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, el desafío más importante en las próximas décadas es aumentar de forma significativa la contribución de las energías renovables distintas de la gran hidráulica, que es la que tiene una mayor presencia y cuyos recursos han sido utilizados de forma más completa. Las ventajas de las energías de origen renovable son claras: sostenibles, no contaminantes o menos contaminantes que las convencionales, autóctonas, generadoras de empleo local y de tecnología propia que puede ser exportada, y elemento dinamizador de sectores industriales de futuro. Pero también tienen inconvenientes. Éstos pueden agruparse en dos categorías: las asociadas a su precio comparativamente alto, por un lado, y la intermitencia, por otro. Las soluciones a ambos tipos de problema pasan necesariamente por el desarrollo tecnológico.

La energía de origen renovable es, en estos momentos más cara que la de origen convencional. Y esto se debe a que son más difusas, estando su grado de concentración energética muy lejos de la que presentan los combustibles fósiles y necesitando, en general, de grandes superficies. Pero también se debe a que las tecnologías que permiten convertirla en energía comercial están en un estadio todavía poco avanzado, con un largo recorrido de mejora tecnológica por delante que disminuya los precios unitarios. La ausencia de un mercado global de suficiente dimensión impide que se pongan en marcha los mecanismos de producción en serie de componentes e instalaciones y mejora de procesos industriales asociados a la competencia entre empresas. Sobre estos factores puede y debe actuar la administración pública contribuyendo a crear ese mercado y apoyando las primeras etapas del desarrollo tecnológico que, de otra forma, se convertirían en un obstáculo infranqueable para su desarrollo. A los problemas derivados del carácter intermitente de las energías renovables me referiré más adelante.

La electricidad del viento

La energía eólica tiene gran un potencial en todo el mundo. El sistema de apoyos públicos en algunos países se ha mostrado eficaz en el despliegue de un parque eólico en el que 432 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

han evolucionado de forma paralela los avances técnicos y el aumento del tamaño de los aerogeneradores, por un lado, y la consolidación de un verdadero mercado global, por otro. Mercado que ha alcanzado, a finales de 2009, los 158.000 MW de potencia eólica instalada, a comparar con los 373.000 MW de potencia nuclear, y con un considerable ritmo de crecimiento. En España, en particular, estaban operativos 19.100 MW eólicos, lo que supuso, según Red Eléctrica Española, un 13% de la demanda total de electricidad en 2009 con puntas de producción de hasta el 50%. España se situa como el segundo país, tras Dinamarca, en fracción de electricidad de origen eólico y en potencia instalada por habitante. Al mismo tiempo, se ha generado un potente sector industrial que cubre todos los subsectores, desde la fabricación de aerogeneradores hasta la explotación y el mantenimiento de instalaciones eólicas.

Los objetivos perseguidos con los estímulos públicos a la creación de un mercado eólico global están dando sus frutos, no sólo en la creación de nueva actividad industrial y empleo, sino también en el abaratamiento progresivo de la energía así producida. A finales de los setenta, con aerogeneradores del orden de 50 kW de potencia y un diámetro de rotor de unos 15 m, el precio unitario era del orden de 30 a 40 c€/kWh mientras que actualmente, con aerogeneradores de entre 2 MW y 3 MW de potencia, con un diámetro de rotor del orden de 100 m, el coste de producción es sólo ligeramente más alto que el convencional.

El freno más importante a la expansión del sector eólico en España, en lo que a producción de electricidad se refiere y dejando aparte los aspectos regulatorios, podría ser el carácter intermitente que comparte con el resto de las energías renovables. El viento es discontinuo, de forma que, para el caso de España, por ejemplo, los parques eólicos sólo generan energía durante unas 2.000 horas al año en promedio. La curva de demanda eléctrica responde a los ciclos de actividad social y económica mientras que la generación de electricidad a partir del viento sigue pautas completamente distintas, hasta el punto de que, a pesar de tener prioridad en la incorporación a la red, ya se han presentado ocasiones en que ha sido preciso desconectar aerogeneradores por exceso de producción en momentos de demanda mínima. Lo contrario, ausencia de viento cuando la demanda es alta, ocurre con frecuencia. La solución a este problema pasa por la posibilidad de almacenar energía, de forma que puedan acompasarse demanda y producción.

El almacenamiento de energía emerge, por tanto, como un problema básico en la utilización de las fuentes renovables. La tecnología más extendida actualmente, y prácticamente la única con posibilidades de ser utilizada masivamente en estos momentos, es el bombeo en plantas hidroeléctricas de doble vaso. Existen en nuestro país actualmente unos 2.700 MW de bombeo puro en distintos embalses, una cifra a todas luces insuficientes para cubrir ya la variabilidad asociada al sector eólico, y lo será El futuro de la energía: la visión de la empresa | 433

más todavía a medida que éste se expanda y se incorporen a nuestra estructura de producción nuevas fuentes renovables. Urge, por tanto, como primera medida, incre- mentar la capacidad de almacenamiento por bombeo. Más adelante me referiré al almacenamiento en dispositivos electroquímicos relacionados con el sector del transporte.

La electricidad de origen eólico tiene todavía un largo camino por recorrer. En particular para aprovechar el viento en alta mar, la llamada eólica off-shore, que dispondrá de un recurso más abundante y regular, y menos turbulento. Las dificultades tecnológicas son, sin embargo, considerables tanto en la instalación y mantenimiento, especialmente cuando la lámina de agua no permite la cimentación directa sobre el suelo marino y se necesitan plataformas flotantes, como en la evacuación de la electricidad producida. El otro nicho todavía escasamente explorado es el de la mini-eólica, basada en aerogeneradores del orden de decenas de kW de potencia para ser instaladas en entornos rurales o urbanos. Se trataría de una genuina generación distribuida, que necesita de diseños robustos, que no produzcan ruidos ni vibraciones y que no requieran prácticamente de ningún mantenimiento. En ambos aspectos, así como en la mejora de eficiencia y durabilidad de los aerogeneradores con nuevos materiales y diseños, se sitúa el grueso del desarrollo tecnológico en el sector, con una considerable presencia española a través de sus centros de Investigación y Desarrollo Tecnológico.

Electricidad solar

La fuente renovable más abundante, con diferencia, es el Sol. La radiación solar sobre la superficie terrestre, en un lugar como el sur de España, equivale a la deposición de unos 1.900-2.100 kWh por metro cuadrado y año, lo que equivale al contenido energético de 1,2 barriles de petróleo, es decir, una capa de 20 cm de altura. Lo que, teniendo en cuenta las enormes extensiones de tierra desértica y con buena irradiación, implica que la energía solar es muy abundante aunque muy difusa. De hecho, en términos de energía primaria, la energía del Sol sobre la superficie terrestre es miles de veces mayor que la energía consumida en todo el planeta.

Hay dos formas de utilizar la energía del Sol, la primera mediante su conversión directa en electricidad utilizando dispositivos fotovoltaicos hechos de materiales que transforman la energía de los fotones solares en energía de electrones en un conductor, y la segunda mediante la transformación de la energía radiante en calor de alta temperatura y posteriormente la conversión de éste en electricidad en una turbina convencional, lo que se conoce como energía solar termoeléctrica. 434 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La energía solar fotovoltaica presenta los mismos inconvenientes que el resto de las renovables: alto precio e intermitencia. El precio se deriva del coste de la fabricación de los dispositivos fotovoltaicos, lo que se traduce en que este tipo de energía requiere de un apoyo público considerable. Por otra parte, la tecnología fotovoltaica es una de las más versátiles y adaptables a los entornos urbanos debido a su carácter modular y a no requerir de grandes sistemas de transformación, en contraposición con los dispositivos termoe- léctricos. En cuanto a su difusión, el crecimiento en la potencia total instalada en el mundo está siendo vertiginoso en los últimos tiempos, con una potencia total instalada en el mundo de 23.000 MW a finales de 2009. España ha jugado un papel especial en esa extensión durante los dos últimos años hasta situarse en los 3.200 MW a finales de 2008. Un crecimiento que no sería sostenible en el tiempo, asociado a la prima prevista en el Régimen Especial, cuya modificación ha implicado que durante 2009 el parque fotovoltaico español permaneciera prácticamente constante.

Actualmente la mayor parte de los paneles instalados están compuestos de células fabricadas con oblea de silicio, cristalino o policristalino. El rendimiento medio de estos dispositivos en condiciones de campo, esto es, la fracción de la energía solar depositada sobre la superficie del material que se convierte en electricidad, es del orden del 10% al 15%. Existen otras alternativas para mejorar el rendimiento o para disminuir el coste de las células fotovoltaicas. Una vía es la exploración de otro tipo de materiales y técnicas de deposición, conocidas como sistemas de lámina delgada, que utilizan también silicio, aunque en cantidades menores que en los sistemas convencionales, u otros materiales más exóticos, que mejoran la conversión fotoeléctrica. O con tecnologías multicapa que permiten la superposición de materiales que son sensibles a diferentes frecuencias del espectro solar con lo que se incrementa el rendimiento total. El objetivo en este apartado es encontrar materiales y procedimientos de fabricación de células que utilicen la menor cantidad posible de materiales, que éstos no sean costosos ni contaminantes y que se integren en distintas aplicaciones, por ejemplo en el ámbito de la edificación, que parecen más adaptadas a este tipo de tecnología. No obstante lo cual, se estima que todavía durante bastantes años la tecnología dominante será la convencional, basada en oblea de silicio.

Es probable que la mejora en las prestaciones de los sistemas fotovoltaicos tenga lugar a corto plazo mediante las técnicas de concentración que, gracias a dispositivos ópticos, son capaces de hacer incidir sobre una cierta superficie de material fotovoltaico la radiación solar captada sobre una superficie mayor, con lo que aumenta su aprovechamiento. En todo caso, el objetivo fundamental de la tecnología fotovoltaica está en la disminución de costes, algo que se está consiguiendo de forma notable.

Otro modo de utilizar la radiación solar para producir electricidad es mediante la tecnología termoeléctrica. Se trata, en este caso, de concentrar la luz solar sobre un receptor que El futuro de la energía: la visión de la empresa | 435

contiene un fluido que se calienta y posteriormente transfiere ese calor a un sistema de conversión en electricidad en una turbina convencional. Es una tecnología conocida de antiguo, simple en sus principios y robusta, que está experimentando un desarrollo notable en los últimos tiempos, especialmente en España y en Estados Unidos. En lo que sigue consideraré únicamente las dos tecnologías más extendidas, la de colectores cilindro- parabólicos y la de torre o receptor central.

En el primer caso, el calor se concentra sobre un receptor en forma de tubo por el que circula un fluido (normalmente un aceite mineral con propiedades térmicas adecuadas) que se calienta hasta una temperatura de unos 400 ºC y que, en un intercambiador de calor, genera vapor a alta temperatura y presión que acciona la turbina. Durante la década de los ochenta, tras la segunda gran crisis del petróleo, se construyó en el desierto de Mojave, en California, un conjunto de plantas (el complejo SECS) con una potencia total de 350 MW que han venido funcionando de forma satisfactoria hasta la fecha. Tras su puesta en marcha, y pasado el momento de crisis, dichas plantas no tuvieron continuación. De la misma época data la fundación de la Plataforma Solar de Almería (PSA), hoy parte del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), que es un laboratorio de primera línea mundial en el que se han venido estudiando todas las tecnologías termoeléctricas, formando personal y ensayando componentes y dispositivos. La existencia de la PSA es uno de los factores que explica el liderazgo de nuestro país en este campo.

La segunda planta comercial en el mundo que utiliza colectores cilindro-parabólicos está situada en el desierto de Nevada y ha sido construida y está siendo operada por Acciona. Actualmente hay proyectos para construir este tipo de plantas en España hasta una potencia probable de unos 2.500 MW en los próximos dos o tres años. Además, existen otros, en diferentes estados de gestación, hasta los 14.000 MW, y una cantidad también considerable en los Estados Unidos, en general con participación española.

En nuestro país, lleva ya cierto tiempo en funcionamiento la planta Andasol I, de 50 MW, situada cerca de Guadix, con la importante peculiaridad de que incorpora un sistema de almacenamiento de energía en forma de calor. En este tipo de plantas una parte del campo solar alimenta, mientras el sol brilla, el sistema de almacenamiento mientras el resto genera el calor que produce electricidad en la turbina. Así, cuando el sol se pone y la demanda eléctrica sigue alta, es posible seguir generando electricidad a partir de la energía almacenada. En el caso de Andasol I el almacenamiento tiene capacidad para seguir trabajando a la máxima potencia durante 7,5 horas sin sol, lo que permite ajustar la entrega de electricidad a la demanda.

El almacenamiento térmico que se está ensayando en este tipo de plantas se basa en grandes cantidades de sales fundidas que almacenan calor elevando su temperatura y lo 436 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

liberan cuando se enfrían. Es un sistema simple y seguro, aunque requiere movilizar, para las potencias que estamos manejando, cantidades considerables de sales, 28.500 toneladas en el caso de Andasol I. Existen otras alternativas que se irán definiendo y perfeccionando a medida que aumente nuestra experiencia en este campo.

Este tipo de energía de origen solar es también más costoso que la tradicional. Y al igual que en el resto de las renovables, es de esperar una reducción de costes a medida que el mercado se expanda. Para que esto ocurra son precisos avances tecnológicos, especialmente en la manufactura de los tubos absorbedores, al tiempo que se diversifica el mercado de proveedores, hoy tan estrecho que es difícil que se desarrollen mecanis- mos de competencia comercial que abaraten los procesos de fabricación. Otro de los desarrollos esperados se refiere al fluido caloportador, el aceite mineral que se utiliza actualmente, que es engorroso de manejar, contaminante, inflamable y no permite elevar la temperatura de trabajo por encima de los 400ºC. En este sentido, existen programas de investigación cuyo propósito es la sustitución del aceite por otro fluido que simplifique el diseño de las plantas, abaratando su coste. En particular, está próxima la construcción de una planta de demostración que utilizará una mezcla de agua y vapor directamente como fluido caloportador. Así se resuelven todos los problemas del aceite mineral pero aparecen otros nuevos relacionados con la necesidad de controlar la mezcla de dos fases en el campo solar. Si, como parece probable, esta tecnología, que se ha resuelto ya en la PSA a nivel experimental, escala a nivel industrial, supondrá una considerable disminu- ción de costes de la electricidad generada. Otras alternativas más avanzadas están todavía en una fase preliminar de estudio.

Otra modalidad dentro del capítulo de la energía solar termoeléctrica es la que se basa en un receptor central situado en la parte superior de una torre. Un campo de helióstatos concentra la radiación solar sobre el receptor, del que se extrae el calor generado mediante algún fluido. Las primeras plantas comerciales en operación han sido construidas en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), las PS-10 y PS-20, de 11 MW y 20 MW de potencia, respectivamente. Y se ha iniciado la construcción en terrenos próximos a Écija, de Gemasolar, una nueva planta de torre de 17 MW con un receptor basado en la utilización de sales fundidas simultá - neamente como refrigerante y sistema de almacenamiento, con una capacidad de almace - namiento de 15 horas a plena potencia. Estos sistemas presentan algunas ventajas como poder operar a temperaturas mayores y adaptarse a terrenos más accidentados. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 437

Los biocarburantes y el sector del transporte

El sector del transporte depende casi en su totalidad de los combustibles líquidos derivados del petróleo. La primera alternativa posible es el uso de biocarburantes, bioetanol y biodiesel, que sustituyan al menos una parte de los convencionales. Pero, aún cuando la producción de biocarburantes está todavía en un estadio muy incipiente, ya han surgido problemas colaterales en relación con el sector de la alimentación. Aparte de este tipo de efectos, el hecho es que el etanol fabricado a partir de cereales, por poner el caso más controvertido, no es una buena solución por su escaso rendimiento energético. En efecto, la cantidad de energía contenida en un litro de etanol es apenas superior a la que es necesario gastar para obtenerlo a partir de cereales, en fertilizantes, semillas, cosechas, transporte y tratamiento. Por lo tanto, desde el punto de vista energético no es razonable utilizar este tipo de materia prima. Hay además razones de tipo medioambiental relacionadas con el uso del agua y de tierra cultivable que inciden en esta misma dirección.

Por el contrario, el rendimiento energético de la caña de azúcar es muy superior, y todavía lo es más el etanol a partir de lo que se llama biomasa lignocelulósica, presente en plantas leñosas o herbáceas y en residuos orgánicos. Es lo que se llama etanol de segunda generación. Sin embargo, la tecnología de producción de biocarburantes de segunda generación no está todavía al nivel de explotación industrial. No se está muy lejos y ya hay algunas plantas piloto en las que se están experimentando varios procesos termoquímicos o bioquímicos, no tiene efectos sobre la alimentación, incurre en menos costes energéticos y tiene menos contraindicaciones ambientales. En cuanto al biodiesel de segunda generación, parece prometedor el uso de microalgas. Pero el hecho es que en ambos casos los costes son todavía elevados y quedan problemas técnicos por resolver para aumentar la fiabilidad y eficiencia de los distintos procesos utilizados. No está claro, además, cuál será la alternativa tecnológica, entre las que se están desarro- llando actualmente, que se consolidará como de aplicación industrial a gran escala. El etanol de caña y los biocombustibles de segunda generación podrían disminuir la dependencia del petróleo en el sector del transporte, aunque no eliminarla debido a las limitaciones en tierra cultivable y biomasa disponible en comparación con los consumos del sector.

Es más fácil sustituir los combustibles fósiles empleados en la generación de electricidad por otras fuentes, renovables o nuclear, que sustituir de forma directa los derivados del petróleo, por lo que, a más largo plazo la tendencia apunta hacia los vehículos eléctricos. El problema aquí es el almacenamiento de electricidad, poco eficiente y muy contaminante, que se realiza en las baterías utilizadas actualmente. Pero hay un intenso 438 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

trabajo de investigación en nuevos dispositivos de almacenamiento orientado a la cons- trucción de automóviles eléctricos con las prestaciones adecuadas. Si se consigue avanzar en la tecnología de almacenamiento de electricidad, el futuro previsible de una parte importante de los vehículos será eléctrico, aunque se trata de una tarea de enorme dificultad dadas las prestaciones del coche de gasolina.

Captura y secuestro de CO2

El esquema de producción de electricidad varía mucho de unos países a otros. Sin embargo, como hemos visto, es un rasgo común la importante presencia del carbón como fuente primaria para generar electricidad. Pero el carbón es, con diferencia, el combustible fósil más contaminante, ya que emite cerca del doble de dióxido de carbono a la atmós- fera por unidad de energía producida que el gas natural, además de compuestos de azufre, nitrógeno y metales pesados. Así que, si queremos seguir utilizando el carbón como fuente de energía, debemos desarrollar procedimientos que eliminen o limiten las emisiones asociadas de CO2 a la atmósfera (las otras emisiones ya se controlan en las plantas de generación actuales). Es lo que se conoce como procesos de captura y secuestro de CO2 (CCS, de sus siglas en inglés), todavía en una fase muy preliminar.

En particular, la captura del CO2 emitido en la combustión del carbón puede hacerse con técnicas de oxicombustión, es decir modificando la composición del aire que entra en las calderas de forma que los gases emitidos sean CO2 prácticamente puro y no haya necesidad de separarlo; con una gasificación previa que permita separarlo antes de la combustión; o bien tras la combustión en aire con técnicas de separación físicas o quími- cas. En cuanto al secuestro, es preciso encontrar depósitos subterráneos o submarinos en los que inyectar el CO2 con un grado de estanqueidad suficiente como para que dicho gas esté confinado durante siglos.

En realidad, depósitos de este tipo existen en la naturaleza. Por ejemplo, los yacimientos de gas natural, que lo han mantenido confinado durante periodos geológicos, una vez explotados pueden ser utilizados para almacenar dióxido de carbono, lo mismo que yacimientos agotados de petróleo, formaciones sedimentarias salinas, etc. Incluso existen ideas sobre su mineralización mediante la conversión en carbonatos.

Las experiencias de secuestro de CO2 en el mundo están asociadas a campos petrolíferos en producción ya decreciente en los que se inyecta dicho gas a presión con objeto de mejorar sus prestaciones y obtener crudo que no brotaría con las tecnologías convencio- nales de extracción, no a evitar emisiones a la atmósfera derivadas de la utilización del El futuro de la energía: la visión de la empresa | 439

carbón en la producción de electricidad. En Europa existe un programa de construcción de seis plantas de demostración de producción de electricidad a partir de carbón con tecnologías de CCS. Una de ellas se ubica en España, en la Ciudad de la Energía (CIUDEN), en Ponferrada, en la que se ensayará la tecnología de oxicombustión.

En todo caso, hay que remarcar que los procesos de captura y secuestro de dióxido de carbono encarecerán el precio de la energía obtenida a partir del carbón. Los expertos cifran este encarecimiento entre un 30% y un 100% del precio sin CCS. La conclusión es que no es probable que se deje de utilizar una fuente de energía tan abundante y repartida como el carbón, a pesar de sus notables efectos medioambientales, pero para que su uso sea sostenible es de la mayor importancia encontrar una forma de contrarrestar las emisiones que actualmente se asocian a su uso.

La Fisión Nuclear

Junto a los combustibles fósiles y las renovables, la energía de fisión nuclear es una fuente de energía esencial hoy en los países más desarrollados. En Europa el 30% de la electricidad producida es nuclear, siendo este porcentaje del 18% en España. La energía nuclear tiene algunas ventajas que la hacen atractiva como parte del menú energético del futuro. Las principales son la independencia de cualquier condición climática o ambiental, que permite que una planta opere un porcentaje muy elevado de las horas del año. Este hecho explica que el sector nuclear en España, con 7.700 MW instalados genere más electricidad que todos los parques eólicos, con una potencia superior al doble de la nuclear. Otro factor positivo a tener en cuenta es la relativa independencia de las oscilaciones del precio del uranio, ya que éste, a la largo de la vida útil de la planta, supone apenas un 6% de los costes totales de construcción y operación, a diferencia de las plantas de gas, con una mucho menor inversión inicial pero con una dependencia muy superior del precio del combustible.

Por otra parte, se trata de un sector industrial con una considerable experiencia en seguridad a pesar de la existencia de una opinión generalizada en contra. De hecho, los protocolos de seguridad más avanzados y exigentes han surgido precisamente de la industria nuclear.

Sus inconvenientes son conocidos. Desde el punto de vista económico, las enormes inversiones necesarias en la fase de construcción, con un dilatado periodo de amortización, que es la contrapartida del reducido coste del combustible. Desde el punto de vista ambiental o de seguridad, la gravedad potencial de los accidentes en el funcionamiento de 440 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

las plantas, aunque éstos sean escasos, y sobre todo la generación de residuos radiactivos difíciles de gestionar y custodiar. El problema de los residuos es, seguramente, el inconve- niente más serio y, en la opinión pública, ha predominado sobre los aspectos más positivos de esta tecnología energética por lo que merece una consideración especial.

Los residuos son, a grandes rasgos, de dos clases. De baja y media actividad, proceden- tes de materiales activados y componentes auxiliares, con una vida media típicamente de unos 30 años y poca concentración. Para este tipo de residuos, que son los que se generan en mayor cantidad, la solución aceptada universalmente es el almacenamiento en un depósito durante el tiempo necesario para que la actividad haya disminuido hasta el nivel de la radiactividad natural de fondo. El Cabril, en Córdoba, es un ejemplo típico de este tipo de almacenamiento y, gestionado adecuadamente, sus efectos sobre el medio ambiente son inapreciables.

El problema más grave son los residuos de alta actividad, provenientes del combustible usado, algunos de ellos con una vida media muy larga, desde cientos de años a decenas o cientos de miles de años. Algunos países han optado por construir Almacenamientos Geológicos Profundos (AGP), en condiciones de estanqueidad suficientes como para garantizar la estabilidad de los residuos depositados en periodos geológicos. Está clara la dificultad no sólo de encontrar lugares que cumplan con las condiciones físicas requeridas, sino también de aceptación por parte de la opinión pública. Otros países, como España, se orientan a construir un Almacenamiento Temporal Centralizado (ATC) en superficie, que permita la custodia de los residuos en condiciones de seguridad durante periodos mucho más cortos, del orden de un siglo, mientras se ponen a punto técnicas de eliminación de los residuos, o su transformación en materiales inertes. Y es que la gestión o eliminación de los residuos es uno de los problemas cuya resolución es más acuciante si queremos que la energía nuclear tenga un futuro. Dicha transformación se basa en lo que se conoce como técnicas de Separación y Transmutación, pero su desarrollo es todavía incipiente debido a su complejidad tecnológica.

En realidad, los desarrollos asociados a la transmutación de los residuos más peligro- sos están muy ligados a lo que se conoce como reactores de cuarta generación. Existen en este momento 439 reactores comerciales en funcionamiento en el mundo, de los que 104 están en estados Unidos y 59 en Francia, con una potencia instalada de 373.000 MW, y 38 más en construcción en Finlandia, Francia, los países del este de Europa y Asia. Todos ellos son de segunda o tercera generación, operando con neutrones térmicos (lentos) y utilizando como combustible el isótopo 235U, que es muy poco abundante en la naturaleza, sólo el 0,7% del uranio natural. Las líneas más prometedoras de la cuarta generación operan con neutrones rápidos y pueden utilizar El futuro de la energía: la visión de la empresa | 441

como combustible la mayoría de los residuos existentes así como el 238U, que es el isótopo de uranio más abundante (el 99,3% restante) e incluso el torio, que es todavía más abundante. Los reactores de cuarta generación y los dispositivos que incorporan las tecnologías de neutrones rápidos, como los Sistemas Asistidos con un Acelerador (ADS de sus siglas en inglés), podrían resolver potencialmente muchos de los pro- blemas asociados con los residuos. Y serían inmunes a una eventual escasez de combus- tible convencional a largo plazo.

Los problemas tecnológicos básicos en el sector nuclear son, por lo tanto, el tratamiento de los residuos y la cuarta generación, aspectos ambos que están relacionados. Pero los avances en este terreno llevan su tiempo y no estarán disponibles, en condiciones de explotación comercial, antes de veinte o treinta años, con lo que el sector nuclear, en la mayoría de los países occidentales con las señaladas excepciones de Francia y Finlandia, se encuentra con la dificultad de un improbable resurgimiento durante todo este tiempo. En contraste, en muchos otros países del mundo, en particular en Asia, se seguirán construyendo reactores nucleares de tercera generación.

Conclusiones

Ante la situación descrita en los párrafos precedentes, no parece realista ni aconsejable prescindir de ninguna de las fuentes de energía disponibles, con las debidas precau- ciones y en los tiempos en los que la tecnología lo permita. A corto plazo, el desarrollo más importante debería ser impulsar las energías renovables de forma que lleguen a suponer una fracción significativa del total, situación de la que estamos muy lejos hoy y en la que España ocupa un papel de vanguardia. El viento ha demostrado sus potencia- lidades como fuente masiva de energía y debe seguir ampliando su presencia en el mercado global. El sol, más abundante aunque con los problemas de dispersión ya evocados, deberá ir ocupando en algún momento del futuro próximo el papel de energía renovable dominante, realmente masiva, sostenible e ilimitada. Para ello habrán de resolverse los problemas tecnológicos que limitan su difusión y afectan al elevado precio que hoy tiene, y se necesitará un decidido apoyo público. Por razones de gestionabilidad de las energías renovables y también atendiendo al futuro del sector del transporte, las tecnologías de almacenamiento de energía ocupan ya un lugar destacado en los programas de investigación energética, hasta el punto de que no es concebible un esquema sostenible sin un avance significativo en este campo.

Los reactores de fisión existen, han sido probados y han evolucionado hacia diseños cada vez más seguros y con un mejor aprovechamiento del combustible. No creo que sea 442 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

razonable, en una situación de crisis energética, prescindir de esta fuente de energía, aunque su supervivencia depende en gran medida de la percepción pública. A corto plazo el problema se plantea en términos de prolongación de la vida útil de los reactores existentes y de su reemplazamiento por otros de generación III; sin embargo el desafío fundamental en este apartado es el avance hacia los reactores rápidos de generación IV que permitirán reciclar los residuos y utilizarán el combustible de forma óptima. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 443

DELOITTE

Fernando Ruiz Presidente de Deloitte

a energía es esencial para la vida. Hemos desarrollado una intensa dependencia de L ella, no obstante, el modelo energético en que hemos basado nuestro desarrollo económico no se puede mantener en el tiempo.

Existe un consenso general en que el actual sistema energético mundial es insostenible a largo plazo. En primer lugar, por el agotamiento progresivo del petróleo y por la fre- cuencia de las crisis que afectan periódicamente a su producción, con las consiguientes repercusiones sobre los conflictos internacionales y sobre el incremento del precio del crudo que ponen en tela de juicio el equilibrio económico. En segundo lugar, por los impactos ambientales que se derivan del uso intensivo de los recursos energéticos fósiles y que están poniendo en peligro la salud del planeta. Así, el Informe Mundial de la Energía establece que “aunque no parece haber límites físicos en el suministro mun- dial de energía durante al menos los próximos cincuenta años, el sistema energético actual es insostenible por consideraciones de equidad así como por problemas medioambientales, económicos y geopolíticos que tienen implicaciones a muy largo plazo”.

La actual crisis financiera y económica mundial hace que el proceso legislativo que se está desarrollando en la Unión Europea (UE) como respuesta a los desafíos anteriores cobre especial importancia, por su capacidad de hacer frente a los problemas que afectan a los Estados miembros en relación a la energía: la seguridad de abastecimiento, la plena realización del mercado interior, la sostenibilidad y lucha contra el calentamiento global, y el aumento de la competitividad de nuestras empresas, en condiciones equitativas, en el mercado interior y global. Las políticas sobre estas materias deben ser 444 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

equilibradas y dirigidas a alcanzar cada uno de los objetivos, sin que se llegue a com- promisos que supongan detrimento inadmisible de ninguno de ellos.

La seguridad de suministro

Europa es deficitaria en energía y debe utilizar todos los recursos disponibles para la cobertura de sus necesidades, que cumplan con los requisitos medioambientales exigibles en cada momento, y que sean económicamente competitivos. Según los últimos datos publicados por el Eurostat (diciembre de 2009), en el 2007 las importaciones alcanzaron un 53% del total de la energía consumida. La UE importa un 82% del petróleo que consume, del que un 33% tiene como origen Rusia y un 15% Noruega. En el caso del gas las importaciones se sitúan alrededor del 79%, siendo sus principales suministradores: Rusia (39%), Noruega (26%) y Argelia (16%). Respecto a las importaciones de carbón el 25% tuvo como origen Rusia.

No hay duda de que en el corto y medio plazo el petróleo, el gas y el carbón continuarán jugando un papel importante en el mix energético de la Unión Europea. Las tendencias del consumo mundial de gas y petróleo a medio plazo apuntan a un aumento de la demanda continuado y significativo, especialmente en los países en desarrollo. Asimismo, las reservas de productos energéticos y la capacidad de producción por explotar se concentran, cada vez más, en las manos de unos pocos países. Estas tendencias se reflejan en la inestabilidad de los mercados del petróleo y del gas y debilitan la posición de Europa como demandante de la energía que necesita para mantener sus niveles de desarrollo.

En el caso de la Unión Europea, la situación resulta especialmente preocupante en el sector del gas, en el que una serie de Estados miembros depende casi exclusiva- mente de un único proveedor. Los incidentes políticos en los países proveedores o de tránsito, los accidentes o las catástrofes naturales y los efectos del cambio climático, recuerdan a la Unión Europea la vulnerabilidad de su abastecimiento inmediato de energía y aconsejan que busque otras fuentes alternativas que faciliten la entrada de gas procedente de áreas de producción como el Norte de África o el Caspio, eliminando las trabas para el desarrollo de proyectos como Nabucco o el Corredor Ibérico.

Con el objetivo de reforzar la seguridad de los suministros, la UE ha firmado acuerdos de cooperación con Ucrania, Turkmenistán. Azerbaiján y Kazajstán; se halla en camino de hacerlo con Rusia; y, en el marco de la Política Europea de Vecindad, con Argelia y Egipto. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 445

También se han puesto en marcha iniciativas multilaterales de cooperación con los países balcánicos candidatos y potenciales candidatos, con los vecinos de Euromed, del Mar Negro (la “Sinergia del Mar Negro”) y del Mar Caspio.

El desarrollo sostenible

La preocupación por el desarrollo sostenible comenzó cuando parte de la población, y en especial grupos de científicos, ecologistas, políticos y economistas, empezaron a darse cuenta de que no se podía mantener la tendencia global de crecimiento económico sin agotar nuestros recursos, de que el medio ambiente se podría deteriorar debido al uso de determinados combustibles influyendo también en la calidad de vida y provocando incluso movimientos demográficos o crisis económicas. Para frenar el aumento de la temperatura, los expertos han indicado que la concentración de CO2 en la atmósfera debe quedar estabilizada en 450 ppm. Para conseguir tal objetivo se necesita una actuación rápida de los países, puesto que la concentración atmosférica del dióxido de carbono no evoluciona proporcionalmente al nivel de emisiones debido al mecanismo interno del clima y al ciclo de vida del CO2. Y la realidad es que actualmente todos los esfuerzos que se están haciendo no han generado un cambio en esta tendencia sino que se consideran simples parches. Desafortunadamente, ya se conoce el balance de Kioto y su puesta en marcha no ha tenido un efecto importante en la trayectoria de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2012. Es por tanto necesario construir un acuerdo climático por toda la comunidad internacional. Si bien, tras la falta de un compromiso internacional en Copenhague, deberemos esperar a la próxima Reunión de las Partes.

Competitividad

Otro de los problemas a los que se enfrenta la Unión Europea es la pérdida de compe- titividad de su industria frente a la de los países emergentes. En los últimos años se ha producido una deslocalización masiva de determinadas industrias (como la siderúrgica, la metalúrgica o la de metales no férreos) de Europa hacia los países emergentes. Las industrias se enfrentan a importantes retos, entre los que destacan los altos costes de la energía, el acceso igualitario a las materias primas, los altos costes por las emisiones directas o indirectas de CO2 y la presión de las políticas medioambientales. Estos factores pueden poner en peligro la continuidad de determinadas industrias en Europa.

En este sentido la energía juega un papel fundamental, ya que muchas de las industrias son grandes consumidoras de energía, que en algunos casos llegan a suponer hasta un 446 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

60% de sus costes de producción (como en el caso de la producción de aluminio). Estas industrias se encuentran con que los precios de sus productos y de sus materias primas los sigue decidiendo el mercado a nivel mundial, pero el precio de la electricidad se fija a nivel local y, en este sentido, critican la multitud de políticas existentes en el panorama europeo que provoca su encarecimiento y no garantiza su suministro.

Las directrices del Consejo Europeo de marzo de 2007 y el conjunto de políticas y de normas aprobadas recientemente en los ámbitos de la política climática, del mercado interior y de la tecnología determinan el marco de actuación futura del sector energético en Europa. En el año 2008 la Unión Europea acordó una agenda política con miras al futuro que le permita alcanzar sus principales objetivos en materia de energía: sostenibilidad, competitividad y seguridad de suministro, a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%, el aumento de la cuota de energías renovables en el consumo energético en un 20% y la mejora de la eficiencia energética en un 20% (iniciativa “20-20-20”, que fue aprobada en abril de 2009). Así mismo, en junio de 2009 se aprobó el denominado “tercer paquete”, propugnando un nuevo avance en el proceso de construcción de mercados competitivos en la UE, promoviendo una separación más efectiva de las actividades de red (transporte y distribución) respecto de las actividades en competencia (generación y comerciali- zación), un aumento de las competencias e independencia de los reguladores nacionales, la configuración de una agencia para la cooperación de los reguladores energéticos, la cooperación entre los Operadores de los Sistemas energéticos de los distintos países y la mejora del funcionamiento del mercado.

En este entorno, ¿dónde estamos en España? El Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible defiende un modelo energético basado en la “garantía de suministro, la eficiencia económica y el respeto al medioambiente”. Sin embargo, no especifica las opciones regulatorias necesarias para su consecución y la discusión y la controversia, donde realmente se centran, es en los instrumentos y no tanto en los objetivos, que son loables y vienen marcados por la Unión Europea. El problema radica, por tanto, en cómo alcanzarlos, haciéndolos compatibles entre sí.

Pero antes de entrar en tratar de evaluar cómo alcanzar los objetivos fijados por la política energética, conviene hacer un repaso de dónde estamos y cómo hemos llegado a esta situación. En este sentido, en este artículo nos vamos a basar en el mercado de electricidad y gas natural.

Nuestro mix energético actual goza de un alto grado de diversificación, si bien peca de un excesivo nivel de dependencia externa. España es un país con un alto grado de El futuro de la energía: la visión de la empresa | 447

dependencia energética, que nos hace especialmente vulnerables a la variación de parámetros externos como el precio del gas o del petróleo. La dependencia energética de España roza el 85%, un porcentaje muy superior a la media europea, que se sitúa en torno al 55%. Por tanto, nuestros objetivos y retos son totalmente compatibles con los manifestados anteriormente a nivel de la Unión Europea.

El mix de nuestro parque de generación actual es consecuencia de nuestra historia y de las decisiones que en política energética se han tomado en este país en los últimos 40 años, y viene marcado, por tanto, por una serie de hitos en ese período que han modificado las necesidades y las políticas energéticas y, en consecuencia, nuestro parque de generación actual. Es por ello por lo que hay que ser especialmente cuidadoso en las decisiones que ahora se tomen, porque el efecto de las mismas nos afectará de igual forma fuertemente durante los próximos 25-40 años, e incidirá de una manera importante en la competitividad de la economía española. A modo de ejemplo, y para que comprendamos como a base de bandazos hemos llegado a tener un parque diversificado como el actual, vamos a realizar un breve repaso de lo que ha sido nuestra historia, para comprender los errores en los que hemos incurrido en el pasado y tratar de que estos no se repitan a futuro.

Evolución histórica del parque de generación

Desde la puesta en marcha de la primera central eléctrica española para servicio comercial en 1879, la industria eléctrica ha recorrido en España un largo camino. En aquellas fechas, la mayor parte de las instalaciones existentes eran aprovechamientos hidroeléctricos o motores térmicos de “gas pobre” para suministro de energía a pequeñas industrias o para alumbrado de centros urbanos. Hasta comienzos del siglo XX, la energía eléctrica era producida en forma de corriente continua, por lo que su transporte a larga distancia no era posible. Por ello, las centrales de la época estaban situadas muy cerca de los centros de consumo.

La corriente alterna permitió el desarrollo de las primeras grandes centrales hidroeléctricas españolas en la segunda década del siglo XX. Desde principios de siglo y hasta el inicio de la guerra civil la potencia eléctrica se desarrolló a un ritmo apreciable y bastante constante, creciendo a una tasa media acumulativa del 8,8% anual. La mayor parte del desarrollo se debió a la expansión del parque hidroeléctrico.

Tras la guerra civil española y hasta la década de los cincuenta, el parque eléctrico español se encontró con graves dificultades para garantizar la cobertura de la creciente demanda. La destrucción de algunas instalaciones eléctricas en la guerra y, sobre todo, la imposibilidad técnica y económica de incrementar y reponer los equipos de generación por el bloqueo 448 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

internacional y la debilidad de la economía española, hicieron que la producción de electricidad apenas aumentara, descendiendo incluso en algunos años de baja hidraulicidad. Esta época viene marcada por la colaboración entre la iniciativa privada y el sector público. Gracias a esto se consiguió un adecuado aprovechamiento de los recursos energéticos nacionales y, una vez que la economía empezó a mostrar síntomas de recuperación y se levantó el bloqueo internacional, fue posible emprender la construcción de nuevas centrales hidroeléctricas y, más adelante, de las primeras centrales termoeléctricas de carbón nacional y fuelóleo. Ya en la década de los sesenta, concretamente en 1968, entró en escena la energía nuclear como alternativa para generar electricidad.

El tirón de la demanda por el desarrollo económico de los años 60 se cubrió a base de centrales térmicas de fuel, dado el bajo coste de este combustible y los bajos costes fijos de este tipo de centrales. Sin embargo, la crisis energética internacional de 1973 provocó un cambio en la orientación de las políticas energéticas de la mayor parte de los países industrializados. En 1973, el petróleo suponía el 68% de la energía primaria consumida en España. En el sector eléctrico, la aportación de las centrales de fuelóleo se situaba ya en torno al 33% de la producción. A partir de 1973, como consecuencia del alza de los precios del petróleo y de los problemas de corte en su suministro a los países occidentales por los países árabes, como represalia de la guerra que estos últimos mantenían con Israel, los países consumidores adoptaron una nueva política energética que, en lo relativo a la electricidad, tenía como objetivo asegurar y abaratar el suministro, salvaguardándolo de los vaivenes que estaba sufriendo el petróleo. Los objetivos comunes y prioritarios de las políticas se centraron, por tanto, en la reducción de la dependencia respecto del petróleo importado, el aprovechamiento de los recursos energéticos nacionales, una mayor variedad de fuentes de energía, y la investigación sobre nuevas energías y nuevas tecnologías energéticas.

Como consecuencia, se produce un fuerte golpe de timón en el sector eléctrico español, ahora toda la actividad se va a centrar en el desarrollo de un ambicioso programa de construcción de centrales nucleares y de centrales de carbón nacional que aseguren la cobertura de la demanda, que en esos primeros años de los setenta crece a un ritmo del orden del 10% anual, y además tratando de asegurar el menor grado de dependencia energética y la estabilidad de los precios futuros de la electricidad. Como el ahorro nacional no es suficiente para financiar todo este vasto proceso inversor se recurre masivamente a la financiación en moneda extranjera, fundamentalmente en dólares americanos. Desgraciadamente se produce en España la grave crisis económica de finales de los setenta y principios de los años ochenta, la demanda no crece, los precios de la energía no reflejan sus costes y la cotización de la peseta se ha hundido frente a las otras monedas... la mayor parte del sector eléctrico español está al borde la quiebra. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 449

En este entorno, se produce otro necesario golpe de timón, el Plan Energético Nacional 1983-1992, aprobado por las Cortes en 1984, estableció los tres principios básicos que deberían regir el sector eléctrico nacional: planificación a medio y largo plazo de las instalaciones, explotación unificada de los medios de producción y transporte (se crea Red Eléctrica de España), y un sistema de percepción de ingresos que garantizase la estabilidad financiera del Sector. De la misma forma, se establece la Moratoria Nuclear que paraliza las obras de construcción de 5 centrales nucleares, 3 de las cuales, de una potencia total conjunta de 3.000 MW, se encontraban total o casi totalmente acabadas, y una cuarta al 50%. A partir de esta fecha la tarifa eléctrica resarcirá a los propietarios de estas centrales paralizadas de los costes de construcción incurridos en las mismas hasta ese momento. En las centrales nucleares los costes variables de producción son extremadamente bajos y su vida media actual a nivel global es de 60 años.

Con relación al último principio del Plan Energético Nacional, y como punto final de un conjunto de medidas sucesivas destinadas a conseguir el equilibrio financiero de las empresas, se publica el Real Decreto 1538/1987, por el que se determina la tarifa eléctrica de las empresas gestoras del servicio con el objetivo de “proporcionar un marco de referencia estable referido al sistema de ingresos de las empresas que suministran energía eléctrica”. Este Real Decreto, junto con sus normas de desarrollo, constituyó el cuerpo regulatorio conocido como el Marco Legal Estable (MLE), que definió de forma precisa la regulación del sector eléctrico durante la década 1988-1997 y, en especial, todos aquellos aspectos que tenían incidencia en el sistema de ingresos de las empresas eléctricas.

En este periodo a partir de 1981, según van entrando en funcionamiento las nuevas centrales nucleares y de carbón construidas, las centrales de fuel (todavía en ese momento relativamente “jóvenes”) entran en desuso, salvo para cubrir puntas esporá- dicas de la demanda, y así permanecerán hasta nuestras fechas. Por otra parte, y como consecuencia de la crisis financiera de las empresas, prácticamente no se invierte ni entra en funcionamiento ninguna gran central desde 1987, momento de la puesta en explotación de la central nuclear de Trillo, hasta el año 2002, a partir del cual se produce la puesta en explotación de un gran número de centrales de gas de ciclo combinado, ya con las compañías totalmente recuperadas financieramente y con el sector eléctrico liberalizado, como consecuencia de la promulgación de la Ley del Sector Eléctrico en el año 1997. La única potencia significativa que entra en explotación durante este periodo de 15 años es la correspondiente a la de las centrales de cogeneración instaladas en instalaciones industriales, como consecuencia del muy favorable tratamiento retributivo que recibía la electricidad generada por las mismas frente al coste de la energía que consumían estas mismas instalaciones. Como consecuencia de este parón inversor y 450 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

del fuerte incremento de la demanda que se produjo a partir de mediados de la década de los noventa, y hasta el momento de la entrada en explotación de los nuevos ciclos combinados, se produjo en España una situación de un bajo margen de cobertura de seguridad de los picos de la demanda, que provocó en algunos momentos situaciones de estrés para cubrir la demanda de electricidad que España necesitaba y que, en un caso concreto, obligó a desconectar el suministro (“deslastrar”) por una hora a clientes residenciales por un total de 800 MW en Madrid y Valencia para garantizar la estabilidad del Sistema.

En relación con la inversión en centrales de cogeneración, y tan habituados que estamos en España a los movimientos pendulares, hay que indicar que con posterioridad se modificó muy sustancialmente el tratamiento retributivo de la cogeneración hasta un extremo que no recogía adecuadamente los costes de los combustibles necesarios para su funcionamiento, por lo que se paralizó en gran medida la construcción de nuevos grupos de cogeneración por un largo periodo. Actualmente, el tratamiento retributivo de estas instalaciones es más adecuado y toma en consideración su aportación al ahorro y a la eficiencia energética que representan para el país.

El inicio del presente siglo ha estado marcado por el desarrollo del gas natural y de las centrales de ciclo combinado. El desarrollo de las infraestructuras gasistas en España viene condicionado por la escasa producción de gas nacional, y por la situación geográfica de España alejada de los yacimientos europeos del Mar del Norte y Rusia. Ambos factores provocaron un desarrollo tardío del gas natural, que comenzó a finales de los sesenta con la construcción de la primera planta de regasificación en Barcelona, abastecida a partir del gas natural licuado (GNL) libio y argelino, seguida de las de Huelva y Cartagena, ya todas ellas preparadas para poder descargar los modernos buques de transporte de GNL. Ya en este siglo se produce la construcción y entrada en explotación de las plantas de regasifica- ción de GNL de Bahía de Vizcaya (BBG), Sagunto y Reganosa, y actualmente se encuentra en construcción la de Gijón. Con este conjunto de plantas España se convierte en el tercer país del mundo en capacidad de regasificación, por detrás de Japón y de Corea del Sur, que unido a los gasoductos del Magreb y del Medgaz y de las normas imperantes en España que obligan desde hace tiempo a las compañías a una diversificación en sus fuentes de aprovisionamiento de gas natural, colocan a España en una posición inmejorable para poder garantizar adecuadamente la cobertura de la demanda de gas en España en la mayor parte de los escenarios geopolíticos y de contingencia posibles, y de servir de ayuda en el suministro de gas de los países europeos en situaciones de contingencia, una vez que las necesarias conexiones entre España y Francia se desarrollen. No hay que olvidar que la parte central y oriental de Europa han pasado por varias situaciones dramáticas de corte de suministro en el pasado reciente como consecuencia de las disputas entre Rusia y Ucrania. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 451

Un aspecto relevante “del mundo del gas natural” estriba en que la práctica habitual de mercado es adquirir este combustible a través de contratos “take or pay”, como conse- cuencia de la necesidad que tienen los dueños de los yacimientos de este combustible de realizar importantes inversiones en infraestructura para permitir mover el gas desde los lejanos yacimientos a los puntos de venta a los compradores, y la forma de garantizar la rentabilidad y financiación de las mismas es a través de este tipo de contratos. Adicional- mente, la práctica totalidad del precio de adquisición de este gas se encuentra referenciado al crudo y sus derivados (combustibles alternativos al gas). No obstante, y como conse- cuencia del desarrollo de las infraestructuras y de los mercados de GNL, en estos últimos años se han comenzado a desarrollar mercados spot de gas natural a través de los cuales las compañías se pueden dotar de cierta flexibilidad en sus procesos de aprovisionamiento de este combustible.

En España, la primera planta de ciclo combinado comenzó a funcionar en 2002, y en la actualidad hay mas de 45 operando a lo largo de la geografía peninsular, según los últimos datos de Red Eléctrica de España (REE) pertenecientes a 2008. Los motivos para el rápido desarrollo de esta tecnología han sido varios, en primer lugar hay que destacar su alta eficiencia, que llega hasta más de un 60% frente al 35% de las centrales conven- cionales, y su menor impacto ambiental, produce casi la tercera de CO2 frente al que produce una central de carbón convencional, en segundo lugar estas centrales son optimas desde el punto de vista de inversión en entornos liberalizados, ya que presentan el menor coste de inversión por kW instalado...lo que reduce el riesgo de inversión de los agentes. En una central de ciclo combinado el 85% del coste de un kWh producido corresponde al coste del combustible, mientras que en una central nuclear, en el otro extremo, los costes fijos representan más del 90% del coste de este kWh, por eso sería extraordinariamente difícil construir este tipo de centrales en un entorno liberalizado. Por último hay que indicar que estas centrales además han sido un instrumento clave en los últimos tiempos para “modular” la generación conforme a la demanda, por su mejor capacidad de respuesta ante las rampas de potencia, así como están prestando un gran servicio como centrales de respaldo (“back-up”) a las energías renovables, fundamen- talmente a la eólica.

En los trece años transcurridos desde el inicio de la liberalización del Sector, la práctica totalidad de la potencia que se ha construido y entrado en explotación corresponde a ciclos combinados, por los motivos antes indicados, y a energías renovables. En este sentido, en los últimos años el desarrollo de las fuentes renovables de energía ha sido uno de los aspectos claves de la política energética nacional, y el sistema de primas implantado ha favorecido un rápido desarrollo de estas tecnologías, situando a España como un referente en energías renovables. Ciñéndose al ámbito europeo, el protagonismo de España es 452 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

absoluto, siendo, por ejemplo el segundo país de Europa por potencia acumulada en eólica con un total de 18.842 MW, tan sólo por detrás de Alemania. Hasta fechas recientes se podría indicar que el desarrollo de estas tecnologías se ha realizado de una forma absolutamente óptima, habiendo aportado estas un buen número de aspectos positivos a la economía nacional.

Sin embargo, y como consecuencia de algunos excesos que se han producido en este pasado reciente en relación con alguna tecnología renovable concreta (como consecuencia de las altas señales de precio (primas) lanzadas al mercado a través de la regulación que le era de aplicación, exceso que por otra parte no ha tenido una contraprestación significativa positiva para la economía nacional en términos de empleo industrial, inversión nacional o I+D, pero si va a tener un claro impacto en el coste de la electricidad producida en España en el largo periodo de tiempo correspondiente a la vida útil de estas instalaciones construidas) está en proceso de discusión todo el sistema utilizado hasta la fecha para incentivar el desarrollo de las energías renovables.

Este incremento del peso de las energías renovables, unido a la reducción de la demanda por la crisis de los últimos dos años, ha provocado que, actualmente, las centrales de ciclo combinado presenten una producción muy por debajo de sus expectativas de diseño. Esto está suponiendo importantes problemas a los inversores de esta tecnología, absolutamente necesaria para el adecuado funcionamiento del sistema eléctrico peninsular, dado que estos firmaron contratos a largo plazo con diversos suministradores para el aprovisionamiento de gas de estos ciclos combinados, con precios de gas indexados al crudo y sus derivados, suponiendo un funcionamiento de los ciclos acorde con las condiciones de explotación previstas en el momento de la entrada de los mismos en explotación, contratos que en la práctica totalidad de los casos incluían cláusulas del tipo “take or pay”, lo que unido al hundimiento del mercado spot de GNL en el Atlántico Norte (como consecuencia del desarrollo del “shale gas” en Estados Unidos) en donde las compañías podrían tratar de monetizar las partidas de gas que no pueden quemar en sus ciclos combinados en España por su bajo nivel de funcionamiento, gas este adquirido a través de contratos cuyo precio sigue subiendo al estar referenciado al crudo y sus derivados, está poniendo en entredicho la rentabilidad de las inversiones efectuadas en ciclos combinados durante la última década.

Resumiendo, y como conclusión de todo lo comentado hasta este momento sobre la evolución histórica de la totalidad del parque de generación, podemos decir que España cuenta hoy en día con un conjunto moderno y muy diversificado de instalaciones de producción eléctrica, que a lo largo de estos últimos 40 años se han producido diversas situaciones de quizás exceso de inversión, así como de una mala evaluación de la demanda y de las condiciones de mercado futuras, junto con dilatadas épocas de total El futuro de la energía: la visión de la empresa | 453

ausencia de inversiones, que han llegado a ocasionar problemas de suministro al mercado. Asimismo habría que resaltar que cuando las inversiones se han producido estas se han centrado en una o dos tecnologías en cada momento, con el riesgo de sufrir “movimientos pendulares” como consecuencia, así como de la importancia que en todo lo anterior tienen las señales que la Administración lanza al mercado a través de la regula- ción, y que en bastantes ocasiones los problemas comentados anteriormente únicamente representan la respuesta, quizás excesiva, del mercado a estas señales. Por último hay que indicar que el actual modelo energético español es difícilmente mantenible en el tiempo por su alto coste, su elevado nivel de emisiones contaminantes y por su enorme dependencia exterior de energías primarias, lo que nos condena a sufrir de forma permanente las fluctuaciones de coste del mercado internacional del petróleo, gas y carbón, así como los riesgos geopolíticos de suministro asociados a las mismas.

¿Hacia dónde debe ir el mix para alcanzar los objetivos?

La mejor manera de alcanzar los objetivos establecidos por la Unión Europea en cuanto a sostenibilidad, competitividad y seguridad de suministro es mantener todas las opciones energéticas abiertas. Un mix de energía diversificado es el que mejor puede favorecer el objetivo de seguridad de suministro, tanto desde el punto de vista de aprovisionamiento de combustibles, como desde la perspectiva de capacidad de producir electricidad cuando lo requiera la demanda eléctrica (garantía de potencia). Todas las fuentes primarias tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y hay que buscar un equilibrio entre ellas para llegar a un “mix de futuro” que sea sostenible desde el punto de vista técnico, medioambiental y económico, y que dé solución a las expectativas de crecimiento de la demanda energética futura.

La energía termoeléctrica procedente del carbón tiene la ventaja de sus grandes reservas. Además de contar con la flexibilidad derivada de la forma en la que se realiza su aprovisio- namiento (principalmente por barco y tren), se une el hecho de que su producción se encuentra más diversificada, incluyendo países que gozan de mayor estabilidad política y con estructuras políticas más cercanas a las de los países de la UE. Asimismo el carbón tiene un precio que en términos generales es mucho más estable que el del petróleo o el gas natural, aunque en los últimos años se ha incrementado de forma considerable. Por el contario, su gran inconveniente está en sus grandes emisiones de CO2 a la atmósfera por kWh, por lo que su uso a gran escala a futuro sólo puede entenderse asociado a las tecnologías, aún en fase de desarrollo, de captación y almacenamiento de CO2 (CCS, por sus siglas en inglés), que tienen todavía un cierto recorrido pendiente en tiempo y en esfuerzo tecnológico y económico. No obstante hay que señalar el empeño que está poniendo la Unión Europea en desarrollar las tecnologías de Captura y Almacenamiento 454 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de Carbono, habiéndose marcado dos objetivos: tener en funcionamiento doce plantas piloto a escala real para 2015 y disponer de tecnología comercialmente viable en 2020.

La energía termonuclear de fisión, sin emisiones de CO2 a la atmósfera tiene, a nivel de opinión pública, la contrapartida de su seguridad y de la incertidumbre creada por el destino final de los residuos del combustible. Por contra, la estabilidad de los precios y la seguridad de abastecimiento de combustible debido a que los países con mayores reservas son Canadá y Australia, confieren ventajas a esta tecnología. A estos beneficios habría que añadir la influencia positiva de la energía nuclear en relación a la sostenibilidad y a la lucha contra el cambio climático, así como sus muy bajos costes variables. Además, la energía nuclear da estabilidad técnica y económica a la producción de electricidad, y la construcción de centrales nucleares tendría un importante impacto positivo para la economía nacional en términos de empleo, inversión privada e I+D.

Sin embargo, la energía nuclear se ha venido enfrentando al rechazo social en muchos de los países de la Unión Europea, fundamentalmente como consecuencia de los riesgos de contaminación de este tipo de energía y de la larga vida que tienen los desechos radioactivos. No obstante, los avances tecnológicos realizados en los últimos años, como el mayor aprovechamiento de los residuos primarios en reactores de 3ª generación y las mayores medidas de seguridad intrínseca (de diseño), que imposibi- litan bajo ningún escenario la fusión del núcleo del reactor y, por tanto, la existencia de un gran accidente nuclear, han favorecido que algunos países de la Unión Europea hayan decidido apostar de nuevo por esta fuente de generación para disminuir su dependencia exterior energética.

La energía hidroeléctrica, que también es limpia y sin emisiones de CO2 y una de las más competitivas en costes, tiene en el caso de nuestro país la limitación de estar práctica- mente agotadas sus posibilidades de desarrollo, tanto por la falta de cuencas adecuadas como por problemas de ordenación del territorio y de presiones medioambientales. En España se ha cubierto con las centrales hidráulicas existentes el 90% de toda la posible energía hidráulica que se podría generar, y los saltos de agua que quedan están, en muchas ocasiones, situados en zonas sensibles de mayor impacto ecológico por lo que, hoy por hoy, ni siquiera se plantea su posible construcción.

En cuanto a las centrales de gas de ciclo combinado, dada su alta eficiencia unido a que su efecto contaminante es también mucho menor (su producción de CO2 por kWh ronda los 350 gramos, frente a los 1.000 gramos por kWh de las térmicas que consumen carbón), así como por su mayor flexibilidad de explotación y sus menores costes fijos frente a otras tecnologías, hace que estas centrales deban constituirse como El futuro de la energía: la visión de la empresa | 455

una de las piezas fundamentales de un sistema eléctrico moderno y diversificado, en el que además deberán realizar la función de backup del sistema base en general y muy en particular de la parte del mismo correspondiente a energías renovables.

Las energías renovables tienen la ventaja de que son energías sin emisiones de CO2. No obstante, su carácter aleatorio en la producción de electricidad dependiente de las condiciones meteorológicas no controlables, las condena a ser tecnologías de carácter de complementarias en relación con las tecnologías de base del sistema. Asimismo, si bien algunas tecnologías, como la eólica, presentan unos costes cercanos a los relati- vos a las tecnologías clásicas, otras todavía están lejos en la curva de aprendizaje, lo que hace necesaria su subvención y apoyo económico, de forma significativa, al menos durante un cierto periodo de tiempo, lo que necesariamente lleva al encarecimiento del coste del kWh producido en el Sistema.

Un elevado peso de las energías renovables en el total del Sistema puede generar problemas de garantía de suministro, al dificultar el balance instantáneo, e imprescin- dible, entre oferta y demanda de electricidad. La disponibilidad de las energías renova- bles depende de variables exógenas muy volátiles, y en muchos casos difícilmente predecibles, como la pluviosidad, la radiación solar o la disponibilidad del recurso eólico. Para absorber las variaciones en la disponibilidad de las fuentes renovables, la garantía de suministro en el sector eléctrico exige el mantenimiento de una capacidad de reserva firme y flexible que aporte fiabilidad al Sistema. De lo contrario, en periodos de sequía, baja radiación solar o falta de viento, se podrían producir colapsos genera- lizados y cortes indiscriminados en el suministro eléctrico, inasumibles en cualquier país desarrollado. Obviamente, cuanto mayor sea el porcentaje de energía renovable en el mix de generación, mayor tendrá que ser esta reserva, con los costes que ello conlleva.

Por tanto, adicionalmente al refuerzo de las interconexiones internacionales (que permitan verter al exterior la energía renovable sobrante cuando existen condiciones meteorológicas idóneas para estas tecnologías, e importar el posible déficit de oferta de electricidad en el caso contrario), es necesario disponer de energías de respaldo flexibles, bajas en emisiones y con el menor coste fijo, esto es, ciclos combinados de gas, que contribuyan a lograr el nivel requerido de seguridad en el suministro eléctrico. El problema radica en que la capacidad de reserva, por ser reserva, tendrá pocas horas de utilización (menos, cuanto mayor sea el peso de las renovables en la cobertura de la demanda). Las bajas tasas de utilización reducen la rentabilidad de estas centrales, incluso a valores negativos, afectando al correspondiente proceso inversor en las mismas y, así, a la garantía de suministro futura. Por tanto, para evitar este riesgo futuro 456 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de garantía de suministro del Sistema, estos servicios de respaldo deberían de contar con unos adecuados incentivos económicos, que deberían ser proporcionados por medio de un esquema basado en el mercado.

Es por ello, una vez repasadas las ventajas e inconvenientes que presentan cada una de las posibles alternativas tecnológicas existentes, que resulta necesario reflexionar sobre el modelo energético que España necesita y que le permita cumplir con todos los objetivos fijados por la Unión Europea.

Hacia un nuevo mercado eléctrico

Como hemos señalado, se debería acometer una reorientación en el diseño del mercado eléctrico y lanzar señales económicas adecuadas para conseguir el mix de generación deseado que garantice los tres objetivos de sostenibilidad, competitividad y seguridad de suministro. Sólo por esta vía podrá garantizarse que las inversiones necesarias para promover la expansión de las renovables y la seguridad del suministro se realizan al menor coste, condición ineludible de la sostenibilidad y competitividad propugnada.

El mercado debe, por tanto, servir como instrumento. En este sentido, la Comisión Nacional de Energía (CNE) viene alertando desde comienzos de año de que el pool, o mercado mayorista de la electricidad en España, donde se fijan a diario los precios de generación de la electricidad, está inmerso en un desbarajuste que ha dejado de ser coyuntural.

Las alarmas empezaron a sonar cuando, desde finales de diciembre, en pleno temporal de agua y viento en España, el pool llegó a situaciones tan absurdas como la de marcar precio cero durante horas y horas. Desde entonces, esta misma situación se ha repetido en varias ocasiones y desde los últimos días de diciembre aproximadamente el 10% de las horas subastadas en el mercado diario de electricidad se han casado a cero euros.

En España, casi un 80% de la electricidad se negocia en el mercado diario e intradiario mayorista de electricidad. Este mercado se basa en un sistema marginalista en el que el precio (para todas las centrales) lo fija la más cara que resulta casada. Sin embargo, actualmente, existe una situación híbrida, en la que los precios marginales se suman con precios administrados, ya que las energías renovables están sujetas a su propio marco retributivo, las centrales de ciclo combinado ven su retribución complementada con pagos por capacidad y el carbón nacional tiene sus propias ayudas. Por ello, bajo El futuro de la energía: la visión de la empresa | 457

condiciones meteorológicas favorables para las energías renovables y ante demanda de electricidad reducida, en el mercado quedan fundamentalmente tan sólo la hidráulica, las renovables (que tienen su prima asegurada) y la energía nuclear, cuyos costes variables se encuentran entre los más bajos de todo el Sistema.

Este contexto de reflexión también se ha instalado en otros países de la Unión Europea. Recientemente el regulador británico (OFGEM), adalid de la liberalización del sector en Europa, ha planteado un debate sobre si el marco regulatorio británico es adecuado para garantizar un suministro de energía seguro y sostenible en los próximos 10 o 15 años. En este sentido, tras un ejercicio de diagnóstico preliminar de la situación del sector energético en el Reino Unido, el regulador identifica cinco grandes cuestiones que, en conjunto, generan un riesgo significativo sobre la seguridad de suministro en el largo plazo del país, que casi en su totalidad son trasladables al mercado español: (a) la previsible necesidad de un volumen elevado y sostenido de inversiones en un contexto de difíciles condiciones financieras, así como de riesgo e incertidumbre, (b) la incertidumbre sobre la evolución de los precios de los derechos de emisión de CO2, que puede dar lugar a retrasos en las decisiones de inversión, (c) la eventual insuficiencia de las señales de precios de corto plazo para reflejar, en situaciones de escasez de recursos energéticos, el valor total de la seguridad de suministro para los consumidores finales, (d) la exposición a riesgos adicionales relacionados con la seguridad de suministro derivada de la interdependencia del mercado del Reino Unido con otros mercados internacionales y (e) el posible incremento en los niveles de vulnerabilidad energética de los consumidores derivado del incremento de los costes de suministro de gas natural y electricidad.

Como se puede observar, a la vista de este ejercicio de diagnóstico preliminar de la situación del sector energético en el Reino Unido, OFGEM indica que mantener inaltera- do el marco regulatorio vigente podría no ser beneficioso para los consumidores. El regulador entiende, sin embargo, la relevancia de un marco regulatorio estable para garantizar un entorno adecuado para los inversores, por lo que los potenciales cambios regulatorios tienen como objetivo, por un lado, hacer más atractivo el mercado energético británico para los inversores y, por otro lado, asegurar que las inversiones en marcha no se ven comprometidas en el futuro.

En este entorno, OFGEM plantea alternativas regulatorias para el debate que se resumen en cinco paquetes de medidas, en orden creciente en cuanto a su carácter interven- cionista. Las cinco medidas propuestas son:

1. Reformas concretas del marco regulatorio vigente: en esta solución plantea establecer un precio mínimo de los derechos de emisión de CO2, aumentar la capacidad de la 458 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

demanda para responder a las condiciones de mercado (a través del desarrollo de redes inteligentes y la implantación de contadores inteligentes y esquemas de precios apropiados) y mejorar las señales de precios en momentos de escasez (por ejemplo, incorporando de manera adecuada el coste de los servicios de ajuste, o mejorando la formación de los precios de gas en casos de emergencia). Según OFGEM, esta solución permitiría mantener los beneficios de los mercados competitivos, aumentando los incentivos a invertir.

2. Incremento de las obligaciones de los agentes del mercado. Además de incluir los cambios propuestos en el primer paquete, esta medida supone incrementar las obligaciones de los suministradores y del Operador del Sistema relacionadas con la seguridad de suministro, por ejemplo, a través de obligaciones de contratación a plazo o de mantenimiento de reservas estratégicas de combustible, en el caso de los suminis- tradores, y de contratación de reserva de generación, en el caso del Operador del Sistema. Además, se desarrollaría un mecanismo similar al Centro de Control para el Régimen Especial español, que refuerce la seguridad de suministro con la mayor integración de la energía renovable y un mercado diario para la generación renovable que conviviría con el actual esquema de contratación bilateral (BETTA). De acuerdo con OFGEM, esta solución incrementaría el protagonismo de los agentes en la provisión de garantía de suministro.

3. Incremento de obligaciones y sustitución de las obligaciones de contratación de energía renovable por subastas de capacidad renovable. Esta solución añadiría al paquete de medidas anterior la sustitución de las obligaciones de contratación de energía renova- ble vigente en Reino Unido (“Renewables Obligation” o RO) sobre los comercializadores por un esquema de subastas de capacidad renovable para las nuevas inversiones, dados unos niveles de requerimiento de nueva capacidad renovable fijados administrativa- mente. Los generadores pujarían por la senda de ingresos adicionales necesaria para garantizar niveles de rentabilidad adecuados y mantendrían como principal fuente sus ingresos en el mercado mayorista de electricidad, si bien los precios de la subasta deberían estar inversamente indexados a los precios mayoristas, con objeto de evitar el riesgo de incrementos en los precios de la electricidad.

4. Subastas de capacidad para todas las tecnologías. Bajo este paquete de medidas se incluirían, además del aumento de la capacidad de la demanda para responder a las condiciones de mercado, de la mejora de la efectividad de las señales de precios y de un mercado centralizado para la energía renovable, subastas de nueva capacidad para todas las tecnologías, basado en un planificación del mix energético. No se incluiría, sin embargo, el establecimiento de un precio mínimo de CO2. El principal inconveniente de esta solución, según OFGEM, es que podría dar lugar a un mayor coste para los El futuro de la energía: la visión de la empresa | 459

consumidores si las decisiones de planificación de la evolución de las infraestructuras necesarias no son adecuadas.

5. Comprador Centralizado de Energía. Bajo esta solución, que supondría los cambios más radicales respecto del marco normativo vigente, una única entidad asumiría la res- ponsabilidad de actuar como intermediario entre generadores y comercializadores, firmando contratos de largo plazo con los generadores que proporcionarían un nivel de certidumbre suficiente para garantizar el flujo de inversiones y vendiendo la energía a los suministradores bajo condiciones fijadas de antemano. El objetivo de esta reforma sería implantar un mix energético determinado a través de la coordinación de las inversiones futuras por parte del Comprador Centralizado de Energía. Según OFGEM, esta solución podría evitar en el límite la incertidumbre sobre la financiación de las inversiones, pero podría suponer un mayor coste para los consumidores, si las decisiones de planificación no son adecuadas y podría entrar en conflicto con la legislación europea actual.

En España, un debate similar, pero teniendo en cuenta nuestra propia problemática, debería ponerse en marcha. Es necesario un Pacto de Estado en materia de energía, donde se discutan los pilares básicos del modelo energético, que entendemos deberían ser los mismos que se han establecido a nivel de la Unión Europea: seguridad de suministro, desarrollo sostenible y competitividad. En cualquier caso, el debate debería ser un debate técnico y económico, alejado de posturas extremas y de convencio- nalismos del pasado.

Teniendo en cuenta la inercia del sistema, por la larga vida remanente de las inversiones pasadas efectuadas, cualquier cambio llevará mucho tiempo. Si a esto le unimos los lar- gos períodos de inversión de algunas tecnologías, se hace cada vez más urgente empezar a acometer este proceso. Pero no sólo en lo que a la organización del mercado eléctrico se refiere. También se requiere un impulso prioritario a la eficiencia energética que incluya, en particular, actuaciones para el ahorro de energía, no sólo en lo relativo a la producción sino también al consumo, así como a la innovación tecnológica.

Considerando que las tecnologías de capacidad firme de generación (nuclear, gas y carbón) proporcionarán volúmenes significativos de energía en la siguiente década, es también importante la aplicación de los suficientes fondos en I+D que permitan desa- rrollos adicionales en estas tecnologías, para asegurar que cumplan con los estándares económicos y los relativos a la sostenibilidad medioambiental.

Una participación más activa de la demanda, en particular si se produce el esperado despegue del vehículo eléctrico y, en general, el desarrollo de medios o tecnologías de 460 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

almacenamiento de energía, podría asimismo contribuir a aprovechar las variaciones en disponibilidad de energía que previsiblemente se van a producir en los próximos años.

En definitiva, de cara al futuro, el incremento de la preocupación por la preservación del medio ambiente, la seguridad del suministro, la competitividad, el mayor fomento de la eficiencia energética, la aparición de nuevas tecnologías, y el impulso dado a la utilización de gas natural en la producción de electricidad, van a marcar el desarrollo del parque eléctrico español en los próximos años. Por tanto, la transformación del mix energético de España supone un reto sin precedentes pero, al mismo tiempo, una oportunidad de desarrollo tecnológico e industrial, que, para España puede suponer la base sobre la que se sustente la recuperación económica. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 461

ENAGAS

El gas natural: visión general

Antonio LLardén Carratalá Presidente de Enagas

l gas natural es una fuente de energía que está llamada a cubrir un hueco E importante durante el largo proceso de transición que deberá recorrer la huma - nidad hasta alcanzar un equilibrio sostenible en las emisiones contaminantes a la atmósfera, equilibrio que, como mínimo, tendrá que suponer que las emisiones anuales

de CO2 no sean superiores a las que la naturaleza pueda retirar de la atmósfera terrestre en el mismo periodo.

El gas natural es una fuente de energía fósil (y por tanto de disponibilidad finita, en términos históricos, para la sociedad humana) y que emite cantidades relevantes de

CO2, aunque éstas son claramente inferiores a las que emiten el resto de las energías del mismo origen. Este hecho hace que, siendo todavía una fuente relativamente emergente en la cesta mundial de energías primarias, ya se esté pensando en la necesidad de su sustitución, aunque ésta vaya a ocurrir razonablemente en el plazo de unos pocos siglos.

Esta situación, que se ha dado por primera vez en el mundo energético, da la oportunidad de planificar su uso racional cuando sólo se ha consumido una parte no demasiado grande de las disponibilidades, lo que indudablemente supone una gran oportunidad en términos de estrategia del sector.

Mercados internacionales de gas natural

En los últimos años se está produciendo la globalización, lenta pero imparable, de los mercados internacionales de gas. Esto se debe en buena parte al crecimiento espectacular 462 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

del mercado del GNL que, a su vez, ha sido la consecuencia de la insuficiencia creciente de la producción interna para cubrir la demanda en muchos países de la OCDE y, también, en muchos de los principales países emergentes.

El importante crecimiento del comercio internacional de GNL registrado en el periodo 2003-2007 ha sido posible porque la expectativa de precios ofrecía una elevada remuneración potencial para todas y cada una de las actividades de la cadena del GNL (extracción, licuación, transporte marítimo y regasificación). Esto llevó al desarrollo de más proyectos de los que era posible instalar en los plazos anteriormente habituales, dados los limites existentes de capacidad mundial de instalación de terminales de licuación.

La realidad del mercado acompañó, durante todo ese periodo, a las expectativas, ya que la demanda mundial de GNL era tan elevada que todas las unidades de licuación existentes han funcionado a la máxima capacidad técnica posible, llegando incluso a retrasar, en muchas de ellas, la realización de los mantenimientos plurianuales previstos. A pesar de ello, siempre quedaba una demanda de GNL insatisfecha, de magnitud relevante.

En 2008 se frenó el crecimiento de la oferta de GNL, debido a los retrasos acumulados en la mayoría de los nuevos proyectos y a la necesidad de llevar a cabo los manteni- mientos plurianuales atrasados, que ya habían pasado a ser urgentes e inaplazables, situación que se ha mantenido durante 2009. Sin embargo, la falta de crecimiento de la oferta efectiva no ha tenido como consecuencia la elevación de los precios del GNL. Por una parte, porque la crisis mundial ha reducido la demanda potencial y, por otra, porque el espectacular crecimiento de la oferta de gas no convencional en Estados Unidos ha tenido una influencia decisiva en los precios internacionales del GNL, aunque todavía se esté lejos de tener un mercado global de esta fuente de energía.

Otro elemento importante de la actual evolución del mercado mundial de GNL es la progresiva desaparición de las barreras, puramente comerciales, y la reducción progre- siva, durante largos periodos del año, de los diferenciales extraordinarios de precios que aún existen entre las zonas en que está dividido el mercado mundial de GNL (Asia, Europa y América), si bien es de esperar que a largo plazo se puedan mantener unas ciertas diferencias de precios, debidas al distinto coste del transporte marítimo. Este aspecto podría beneficiar a los compradores europeos, dada la tendencia a que los mercados de referencia sean Oriente Medio, como productor de GNL, y Estados Unidos, como consumidor, y al hecho de que Europa esté situada en medio del trayecto Oriente Medio - Costa Este de Estados Unidos, lo que le permitirá adquirir GNL spot a precios algo inferiores a los del mercado americano. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 463

Independientemente de que Oriente Medio sea la zona de referencia para la produc- ción de GNL, cualquier proyecto en otra parte del mundo será viable si, teniendo en cuenta los costes diferenciales del transporte marítimo, puede colocar el GNL a precio de mercado en, al menos, una importante zona consumidora.

En el caso del comercio internacional por gasoducto, se mantienen situaciones muy diferentes en los distintos lugares del mundo, debido a que cada gasoducto proporciona muy escasa flexibilidad en cuanto a la variación del destino geográfico final del gas natural. La mayor parte de esa flexibilidad se obtiene de forma indirecta, cambiando gas por gasoducto por GNL o al contrario, para lo que obviamente es necesario que haya al menos una entrada de GNL en el Sistema Gasista de que se trate.

En Estados Unidos y en la zona de la Unión Europea influida por el mercado del Reino Unido, el mercado internacional de gas por gasoducto aplica los precios del mercado spot correspondiente. En el resto del mundo, la mayor parte del comercio por gaso- ducto se rige por contratos casi siempre a largo plazo y con precios que suelen estar referidos a los precios internacionales del crudo y/o de los productos petrolíferos.

La progresiva implantación del Mercado Único Europeo del gas llevará a que los precios del gas importado mediante gasoductos sean los que marque el mercado spot corres- pondiente, como ya pasa en el área de influencia del Reino Unido. Sin embargo, para ello es condición necesaria la existencia de suficiente capacidad de interconexión no reservada a los contratos a largo plazo entre los países vecinos.

Infraestructuras de transporte internacional

El transporte de gas entre países se realiza indistintamente por gasoducto o en forma de GNL. Para nuevos proyectos se puede afirmar, de forma simplificada, que si la distancia de transporte es inferior a 2.000 km el transporte por gasoducto es más competitivo y que la cadena de GNL resulta más atractiva cuando la distancia es superior a 5.000 km.

Existe, en consecuencia, un amplio margen para la competencia entre proyectos futuros si la distancia entre los yacimientos y los lugares de consumo final está comprendida entre 2.000 y 5.000 km. Pero, además, la posibilidad de competencia se hace prácticamente total cuando se trata de instalaciones ya existentes, porque entonces son los costes variables los que ponen el límite inferior al precio aceptable para el vendedor y estos costes son realmente muy reducidos en comparación con los costes medios a largo plazo. 464 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La cadena de GNL se desarrolla con tres eslabones que muy a menudo son independientes: los proyectos de licuación, los metaneros y las plantas de regasificación.

Los proyectos de licuación son, con diferencia, la parte de la cadena que exige inversiones más elevadas y, por otra parte, hay en la actualidad más proyectos potenciales que demanda previsible de GNL a los precios relacionados con los de los productos petrolíferos.

La inversión en metaneros es la actividad que tradicionalmente ha estado más desligada de los operadores gasistas. Éstos prefieren, en su mayor parte, que sean armadores los que corran el riesgo de la inversión en los buques, limitándose ellos a garantizar la disponibilidad de flota mediante la contratación a medio y largo plazo de la capacidad que consideren necesaria y complementándola con contratos spot cuando tengan necesidades puntuales. Sin embargo, hay excepciones a este comportamiento, como la muy reciente compra de metaneros de 200.000 m3 y mayores para el enorme desarrollo de la producción de GNL que se está llevando a cabo en Qatar.

Las plantas de regasificación son las que tienen mayor variedad en su forma de planteamiento societario y comercial, debido a que en numerosos países están someti- das a regulación, pero con marcos legales muy diferentes. Asimismo, la concepción de la actividad de regasificación, tanto en lo que se refiere a la definición de la capacidad máxima de regasificación como de la capacidad de almacenamiento de GNL, varía notablemente en función de la cuota que el GNL tenga en el suministro de gas al sistema interior de que se trate.

Sin embargo, la diversidad del planteamiento específico de cada proyecto es más acusada en el caso de los grandes gasoductos de transporte, especialmente si son varios los países a transitar y, aún más, si algunos de dichos países no tienen economías de mercado razonablemente liberalizadas.

Para los países transitados, el paso del gas puede suponer dos tipos de beneficio claramente diferenciados: la disponibilidad de gas para su propio mercado interior (en mayor cantidad o a mejor precio, o ambas cosas simultáneamente) y la obtención de ingresos fiscales por una actividad que es cautiva cuando el gasoducto ya está en operación.

Las fórmulas empleadas en los distintos proyectos son muy diferentes, pero casi siempre incluyen la disponibilidad de suficiente capacidad para el mercado interior de los países transitados. Asimismo, suelen contar con mecanismos de pago que protegen a vendedores y compradores de las eventuales tentaciones de aumentar la fiscalidad sobre una actividad que no tiene repercusión alguna en los precios interiores del país en que se realiza. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 465

Una fórmula que ha sido muy utilizada en el pasado, especialmente cuando el país transitado carecía de una economía de mercado con suficiente garantía de estabilidad del marco legal, es la que sustituye toda la fiscalidad aplicable en el país transitado por un porcentaje del gas que entra al país con destino a países terceros. Además, el país transitado suele obtener en este tipo de acuerdos una gran flexibilidad para recibir ese pago, a su elección, en especie o en dinero, en la proporción que considere oportuna en cada momento.

Sin embargo, las fórmulas de este tipo pueden no ser sostenibles a largo plazo, especialmente si los porcentajes a pagar son muy elevados o si incluyen la venta de cantidades importantes de gas para el consumo interior a precios fijos y reducidos. Por este motivo los proyectos futuros deberán introducir fórmulas que proporcionen una retribución razonable al país transitado, que en términos económicos debería ser equivalente a los pagos fiscales de un transporte de ese tipo en un país de economía de mercado y que, simultáneamente, proporcionen a los promotores garantía suficiente de que el tránsito se podrá realizar sin restricciones y de que sus costes no se verán alterados por modificaciones fiscales arbitrarias.

El abastecimiento de gas natural al mercado español

El gas transportado por gasoducto aporta las ventajas de permitir el incremento de las conexiones con los otros países de la UE y la ausencia de problemas de suministro en los días de invierno en que las condiciones climatológicas son especialmente adversas. Sus inconvenientes son la escasez de potenciales suministradores, que podría provocar la aplicación de precios no competitivos con los establecidos en otros países de la UE, bajo la amenaza explícita o implícita de restricciones en los suministros en los momen- tos de máxima demanda; los largos plazos necesarios para ejecutar los proyectos de interconexión y la enorme dificultad para cambiar de suministrador por el mismo punto de entrada al sistema.

El GNL, por su parte, tiene como único inconveniente el riesgo de cierre, por causas climatológicas, de los puertos de carga y/o de descarga durante un número limitado de días al año. A cambio, aporta las ventajas de flexibilidad en los orígenes y cantidades, menores plazos para la instalación de la capacidad de entrada necesaria, menor importe y posibilidad de modulación de las inversiones necesarias y, sobre todo, la seguridad de que el precio del GNL puesto en el Sistema español será competitivo con los precios del GNL vigentes en los sistemas gasistas de los principales países de la UE lo que, por otra parte, constituye la mejor garantía de que también lo serán los precios de los suministros por gasoducto. 466 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

España es uno de los pocos países que, en una primera etapa, ha desarrollado su sistema de gas natural basado exclusivamente en GNL. La causa de este desarrollo atípico está en la ausencia de yacimientos de gas conocidos en su territorio durante los primeros 15 años de funcionamiento del Sistema Gasista, en la escasa cuantía del mercado potencial que existía, con un horizonte de 10-15 años, ya que en cualquier hipótesis razonable no superaba los 2 bcm/año, y en la lejanía de los posibles suministradores por gasoducto.

En una segunda etapa, cuando la demanda española superó los 3 bcm/año, se añadieron al GNL los suministros de los yacimientos nacionales encontrados con posterioridad. A continuación llegó la primera conexión por gasoducto, para transpor- tar el gas procedente de Noruega, y, cinco años más tarde, la segunda conexión por gasoducto que une los yacimientos argelinos con la Península Ibérica, a través de Marruecos.

Es de destacar que el contrato que permitió la realización de este último proyecto tuvo inicialmente un caudal contratado anual de 6 bcm, cantidad equivalente al consumo total del mercado español en el momento de firmarse. Sin embargo, el dimensio- namiento del gasoducto se realizó, como apuesta estratégica de futuro, para que fuera posible triplicar la cantidad de gas a transportar, añadiendo la potencia de compresión necesaria.

En la tercera etapa, que se inició cuando la demanda española casi había alcanzado los 20 bcm anuales, fue necesario adecuar el esquema de aprovisionamientos a una demanda prevista de 45 bcm por año en un plazo de 10 años. Esta etapa, en la que se tomó la decisión de la construcción del gasoducto Medgaz, el tercer proyecto de abastecimiento por gasoducto, que iniciará su operación este año, coincidió en el tiempo con el proceso de liberalización del mercado gasista, que ha ido siempre por delante del ritmo adoptado por la Unión Europea. El mercado español ha sido desde el inicio del siglo el segundo mercado más liberalizado de la Unión, sólo detrás del Reino Unido, aspecto que tiene un mérito especial si se tiene en cuenta la casi total dependencia de las importaciones de nuestro mercado gasista. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 467

Evolución de la demanda y de las infraestructuras de entrada de gas natural en España

Evolución de la demanda de gas natural en España (TWh)

Las sucesivas planificaciones de redes de gas y electricidad aprobadas por el Consejo de Ministros desde 2002, que tienen carácter meramente indicativo en materia de aprovisiona- mientos, han optado por una solución pragmática en cuanto a la forma de llegada del gas, recomendando un equilibrio flexible entre ambas formas de aprovisionamiento que tenga en cuenta la evolución de los distintos mercados. 468 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

De acuerdo con lo anterior, es de esperar que el GNL mantenga en España durante las próximas décadas una participación media del orden de dos tercios del total. Previsi- blemente España continuará siendo uno de los países de la UE que actúe de forma más intensa en el mercado spot de GNL, promoviendo un desarrollo del mismo que permita, en un plazo no demasiado largo, un comportamiento parecido al de los mercados spot de petróleo y productos petrolíferos en las funciones de marcador de precios y de aseguramiento de la disponibilidad del gas natural que demanden los mercados.

Una vez que se supere la actual crisis económica, la demanda española de gas natural continuará creciendo a tasas mayores que la media de la UE, aunque con diferenciales muy inferiores a los registrados en las dos últimas décadas. Por este motivo, la cuarta etapa del desarrollo del Sistema Gasista, que ya se podría estar iniciando, se caracteri- zará por la acomodación del mismo para su integración en el Mercado Único Europeo. Por ello, las nuevas instalaciones, además de permitir el desarrollo de la demanda interna, estarán dedicadas a facilitar los intercambios internacionales, por lo que los proyectos más importantes serán los que amplíen la capacidad de interconexión con los países vecinos, especialmente con Francia, y los que aumenten la capacidad de modula- ción, a fin de que se pueda acomodar la oferta no sólo a la demanda interior, sino que se tendrá que añadir la aportación del sistema español a la modulación del sistema europeo o viceversa.

Desarrollo de nuevas infraestructuras en España

La legislación española encomienda al Regulador la definición, con carácter obligatorio, de la capacidad que debe tener el Sistema Gasista.

En el caso de los gasoductos del sistema básico y de las estaciones de compresión, esta definición incluye el dimensionamiento y la ubicación concreta. Sin embargo, en el caso de las plantas de regasificación la definición se refiere a la capacidad conjunta del Sistema. En el caso de los almacenamientos subterráneos, ya es una realidad la posibilidad de que determinadas instalaciones funcionen al margen del sistema retribuido, aunque estén conectadas al sistema básico.

Por tanto, en los casos de las plantas de regasificación, las empresas transportistas son las que, libremente, deben decidir la ubicación geográfica de las distintas instalaciones, así como su capacidad individual. En el caso de los almacenamientos subterráneos no incluidos en el sistema retribuido, serán también las empresas promotoras las que decidan su instalación. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 469

En el proceso de planificación recientemente iniciado, además de ponerse al día el conjunto de proyectos que deban añadirse al Sistema Gasista para que se siga cumplien- do el criterio básico de que todos los consumidores españoles dispongan, a un precio asequible, de todo el gas que necesiten durante todas las horas del año, se planificarán los sistemas energéticos de forma que sea posible el avance rápido hacia el Mercado Único Europeo, pasando por las etapas intermedias del desarrollo del Mercado Ibérico y del Mercado del Suroeste Europeo.

Para ello, es necesario el desarrollo no sólo de la capacidad de interconexión con Francia (con Portugal, independientemente de la conveniencia de su ampliación, ya existe una capacidad suficiente para desarrollar el Mercado Ibérico) sino que también hay que desarrollar un mercado spot y de futuros con volumen suficiente y precios transparentes, y desarrollar capacidad de almacenamiento subterráneo adicional a la estrictamente necesaria para la modulación del Sistema español.

El doble papel de Enagás

Enagás tiene un doble papel en el Sistema Gasista español, derivado de su doble condición de principal transportista y de Gestor Técnico del Sistema.

Como transportista, ha realizado la mayor parte de las nuevas infraestructuras necesa- rias para que sea posible que el Sistema Gasista español atienda, en todo momento, la demanda prevista, con los niveles de garantía y calidad del suministro que ha estable- cido el Regulador. En el futuro seguirá haciéndolo, ya que la regulación actual establece que las nuevas instalaciones de la red troncal se adjudiquen de forma directa a Enagás. Además, ha participado, y participará, en los proyectos de interconexión con los países vecinos destinados al desarrollo del Mercado Único Europeo.

Como Gestor Técnico del Sistema, Enagás tiene que coordinar el funcionamiento de todos los operadores para que, especialmente en los periodos de demanda punta, el Sistema funcione sin rigideces ni cuellos de botella. Asimismo realiza, y seguirá reali- zando, la propuesta de desarrollo mínimo del Sistema Gasista necesario para que se cumplan los criterios del Regulador en cuanto a atención al mercado gasista español e ibérico. Esto incluye el diseño óptimo para que las energías renovables se puedan desarrollar al ritmo deseado, tanto desde el punto de vista de suministro a la gene- ración con gas natural (ciclos combinados y cogeneración) como desde la necesaria función de back up, en los momentos de baja producción de electricidad renovable no gestionable. 470 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Conclusiones

El gas natural es una fuente de energía con un presente excelente y un futuro aún mejor. Sin embargo, las generaciones actuales tenemos la enorme responsabilidad de hacer un uso racional de ella, por lo que es necesario utilizar el gas con la máxima eficiencia y colaborando activamente al desarrollo de las energías renovables, facili- tando el desarrollo económico equilibrado en todo el mundo y cuidando, simultánea- mente, que el medio ambiente no sufra modificaciones mayores que las admisibles para evitar cambios sensibles en la biosfera.

Para ello, hay que promover un mercado mundial de gas natural y unos mercados interiores que funcionen con una competencia efectiva, a fin de que satisfaga toda la demanda, con precios que sean asequibles para la inmensa mayoría de la población, cubran la totalidad de los costes y remuneren razonablemente cada una de las actividades involucradas en la cadena energética.

Dado que una parte relevante del gas consumido será transportado por gasoductos que transiten por terceros países, es muy importante que se establezcan unos estándares internacionales de tránsito, al menos en la zona de suministro a la Unión Europea, que sean razonables para todas las partes implicadas.

Los mercados interiores deben ser liberalizados para que los consumidores tengan el mejor servicio al mejor precio, por lo que es necesario eliminar las barreras a la libre entrada de los operadores, tanto las explícitas en las distintas legislaciones como las ocultas bajo alguna de la gran cantidad de trabas administrativas que se emplean en la actualidad o que cabe imaginar. En este aspecto, la situación actual del mercado español es muy buena, ya que es el mercado continental más liberalizado de la Unión Europea.

En particular, se debe avanzar al mayor ritmo posible en la creación del Mercado Único Europeo, que se ha decidido que progrese a partir del desarrollo de uno o varios mercados regionales, a los que sucesivamente se vayan uniendo los mercados de los países adyacentes u otros mercados regionales, cuando asimismo sean adyacentes. Para ello es una pieza imprescindible la existencia de capacidades crecientes de interconexión entre países y áreas, con acceso libre real para todos los operadores en condiciones económicas transparentes y equivalentes.

El Sistema Gasista español está iniciando una nueva etapa de desarrollo en la que las tasas de crecimiento de la demanda serán sensiblemente inferiores a las del pasado, aunque continuarán siendo más elevadas que la media de la Unión Europea. La El futuro de la energía: la visión de la empresa | 471

novedad de esta nueva etapa será la creciente competencia del mercado gasista interior, que progresivamente se irá integrando, primero en el sistema Ibérico y después en el del Suroeste de Europa, para finalizar con la integración real en el deseado Mercado Único Europeo.

El proceso de integración del Mercado Ibérico ya está en marcha y podrá llevarse a cabo con bastante rapidez, dado que la capacidad actual de interconexión entre España y Portugal es más que suficiente para permitir la integración de sus mercados. Lo único que se requiere es la acomodación de la regulación de ambos países para que comercialmente sea posible la existencia de un mercado único y la voluntad política de hacerlo es clara en los dos países.

La formación del mercado regional del Suroeste de Europa requiere el desarrollo, con capacidad suficiente, de los proyectos necesarios de interconexión entre España y Francia. Cuando estos proyectos sean una realidad, si España ha desarrollado, además, suficiente capacidad adicional de almacenamiento subterráneo, nuestro país cumplirá todas las condiciones para albergar un importante hub gasista, circunstancia que redundaría en un mercado interior de mayor volumen y con precios más competitivos para los consumidores españoles.

Enagás continuará esforzándose para llevar a cabo las infraestructuras necesarias para que el Sistema Gasista español se pueda desarrollar de la forma más conveniente y para que la integración en los mercados europeos sea una realidad lo antes posible. Asimismo, seguirá realizando su función de Gestor Técnico del Sistema con el objetivo fundamental de garantizar el funcionamiento óptimo de nuestro Sistema Gasista, especialmente en los momentos de máxima demanda. 472 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

ENDESA

Inteligencia y valentía

Borja Prado Presidente de Endesa

a energía forma parte de los genes de nuestro actual sistema social y económico. La L historia nos enseña que la primera Revolución Industrial, una especie de “big bang” de este sistema, se debió en gran medida al uso de carbón para producir vapor en la industria textil; y que la segunda Revolución Industrial estuvo estrechamente vinculada al nacimiento e implantación de la energía eléctrica. Así pues, la energía es parte esencial de nuestro pasado económico.

Lo es también de nuestro presente. No aburriré al lector con la enésima referencia a la dependencia fundamental que tienen actualmente las actividades agrícolas, industriales, comerciales, de transportes y de servicios, así como nuestra calidad de vida, respecto de la energía, en general, y de la energía eléctrica, muy en particular.

Sin embargo, este papel fundamental y benéfico se ve teñido, desde hace décadas, por las sombras que sobrevuelan sobre el coste, disponibilidad y consecuencias del uso de las fuentes energéticas.

Los “shocks” del petróleo de los años 70 señalaron el fin de una larga era de precios bajos de la energía que había facilitado enormemente el crecimiento económico. Casi al mismo tiempo, empezaron a publicarse los primeros informes internacionales que alertaban sobre el riesgo de agotamiento, bien en términos absolutos (reservas existentes), bien en términos relativos (costes viables de extracción), de las principales materias primas energéticas. Poco tiempo después, se extendieron de manera progresiva las preocupaciones sobre las consecuencias medioambientales del aprovechamiento de la energía. Y, a finales de los años 80, se gestó un término hoy muy en boga –desarrollo sostenible— que pone el acento sobre el riesgo de que una utilización no responsable El futuro de la energía: la visión de la empresa | 473

de los recursos naturales, incluidos los energéticos, conduzca a comprometer el bienestar y las posibilidades de crecimiento económico de las generaciones futuras.

En definitiva, todo hace pensar que la energía forma parte de nuestro presente no sólo como solución para el desarrollo social y económico; sino también como problema. Si consultamos las hemerotecas, veremos el elevado número de referencias que se publican en los medios de comunicación sobre “el problema de la energía”…

¿Y en el futuro? ¿Qué será la energía? ¿Una solución o un problema?

Un planteamiento pesimista

Si nos atenemos a algunos datos y síntomas, muchos observadores encontrarán –de hecho, encuentran— muchos motivos para el pesimismo. Tras los “shocks” del petróleo antes mencionados, los precios del crudo mantuvieron una senda bastante más moderada desde la segunda mitad de los años 80 y hasta finales del pasado siglo. Sin embargo, en los primeros años de la presente centuria han trazado una brusca trayectoria alcista, hasta el punto de que, en el momento de redactar estas líneas, el precio del barril supera los 77 dólares; y estimaciones recientes señalan que podría situarse por encima de los 85 dólares en el curso del presente ejercicio. Esto quiere decir que, si lo medimos en precios reales –concretamente, en dólares de 2008--, el precio actual del petróleo se ha aupado prácticamente a los mismos niveles que alcanzó durante el segundo gran “shock” de finales de los 70, cuyas consecuencias sobre la economía mundial fueron de especial gravedad.

Es verdad que los países desarrollados han aplicado desde entonces medidas muy importantes para reducir la dependencia respecto de esta fuente de energía, dando prioridad a otras alternativas. Pero algunas de éstas, como es el caso del gas natural, tienen precios indexados respecto del petróleo; otras, como el carbón, presentan precios bastante volátiles y su uso se halla fuertemente condicionado por la disponibilidad de reservas a precios competitivos y, sobre todo, por las restricciones medioambientales; y otras más, como las renovables, son parte de la solución, pero su aprovechamiento conlleva asimismo problemas de disponibilidad, gestión, coste…

A ello hay que añadir que, a pesar de las medidas de diversificación energética antes citadas, el balance de energía final de España sigue dependiendo del petróleo, según datos de 2008, en un 57%; es decir, 13 puntos porcentuales por encima del nivel de dependencia del conjunto de la Unión Europea (UE). Y, para mayor alarma, las perspectivas no apuntan a una mejoría de la situación: se estima que, si se mantienen 474 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

las tendencias actuales, la dependencia energética total de la UE respecto del exterior podría estar en el entorno de un 70% en apenas 20 ó 30 años, lo que implica asumir una posición estratégica de extremada vulnerabilidad.

Sumemos a lo anterior la fuerte presión que está ejerciendo sobre los diferentes mercados energéticos la demanda procedente de las economías emergentes o de los grandes países en vías de desarrollo, como es el caso de China o India, que tiene su lógico corolario en la evolución de los precios y en la menor disponibilidad de las materias primas energéticas por parte de los países más industrializados.

En efecto, el problema de la escasez de los recursos energéticos no parece ya plantearse en el sentido de si existen o no reservas físicas suficientes para atender la demanda futura, sino que se centra en saber si esas reservas serán accesibles a precios finales que resulten compatibles con los parámetros actuales de crecimiento económico de los países desarrollados; y, más aún, si los volúmenes de energía ofrecidos en el mercado no serán absorbidos de manera prioritaria por grandes colosos económicos como los antes citados, que tienen una capacidad de negociación cada vez mayor.

Crecientes necesidades energéticas en el medio plazo

Las consecuencias potenciales de estos riesgos se ponen aún más de manifiesto si se considera que, según estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) realizadas hace dos años, la demanda mundial de energía primaria se situará en el años 2030 un 45% por encima de la que se registraba en el año 2006; la de los países que no forman parte de la OCDE habrá crecido en más de un 76% en ese mismo período de tiempo; y las de China o la India se habrán más que duplicado.

Es cierto que en Europa, gracias a las medidas de eficiencia y a la elevada madurez de su sistema energético, la demanda de energía primaria crecerá bastante menos en el período citado; pero, aún así, la propia AIE calcula que los países del Viejo Continente habrán de invertir más de 3 billones de dólares hasta el año 2030 para desarrollar las nuevas infraestructuras energéticas que serán necesarias para atender la evolución del consumo y la sustitución de las instalaciones obsoletas. Y, sin duda, la mayor parte de ellas habrá de ser materializada en el sector eléctrico, pues si bien la demanda global de energía de los países europeos de la OCDE se incrementará de manera constante, pero moderada, entre 2006 y 2030, la demanda de electricidad lo hará nada menos que en un 30%, lo que exigirá el desarrollo de 300.000 MW de nueva capacidad. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 475

Por otro lado, para realizar este enorme esfuerzo inversor, será imprescindible la movilización de un importante volumen de recursos financieros. Sin lugar a dudas, la mayor parte de las empresas energéticas posee solidez y solvencia suficientes para conseguirlos. Sin embargo, en el contexto actual de crisis económica y financiera, fuertemente marcado por los problemas de liquidez y restricciones crediticias que afectan a los mercados de capitales, y cuyas posibilidades de recuperación no parecen precisa- mente inmediatas, la movilización de esos recursos no es tarea sencilla. A ello hay que añadir que, por el propio contexto de la crisis, la desfavorable evolución de la demanda energética obliga a una moderación de los planes de inversión a corto y medio plazo, pues en caso contrario se estarían desarrollando infraestructuras que podrían permanecer infrautilizadas un cierto período de tiempo, con los consiguientes sobrecostes.

En definitiva, nuestro sistema se encuentra frente a la necesidad de hacer un gran esfuerzo inversor en infraestructuras energéticas a medio y largo plazo, pero con impor- tantes obstáculos para poder iniciarlo a corto plazo, lo que puede suponer que esas infraestructuras no estén disponibles cuando la recuperación de la economía y de la demanda requiera su participación.

En todo caso, los obstáculos del actual contexto económico y financiero no son los únicos a los que se enfrenta el desarrollo de las nuevas infraestructuras energéticas. Hay que añadir, por ejemplo, los de tipo medioambiental, que no son menos condicionantes.

En efecto, los compromisos adquiridos por la Unión Europea en materia de lucha contra el cambio climático reducen notablemente el margen de maniobra de sus miembros a la hora de incrementar el uso de éstas o aquéllas fuentes primarias de energía. Y, por otro lado, la creciente extensión del “not in my backyard”, es decir, de la resistencia de las comunidades locales a admitir la implantación de grandes infraestructuras energéticas en su proximidad, impide, paraliza o prorroga de manera casi indefinida el desarrollo de muchas instalaciones de generación y transporte de gran dimensión, que son precisamente las más necesarias.

En definitiva, por unos motivos o por otros (energéticos, económicos, medioambientales, de disponibilidad, de seguridad de suministro, etc.), el uso y desarrollo de todas las fuentes primarias de energía plantea serios problemas para los países más industrializados.

Si nos centramos en el sector eléctrico, que, como antes he señalado, habrá de concentrar el mayor esfuerzo inversor en nuevas instalaciones, podemos constatar que no hay prácticamente nuevos emplazamientos posibles para grandes centrales hidroeléctricas; el uso de petróleo queda prácticamente proscrito por razones obvias, salvo para casos singulares (puntas de demanda, combustible de apoyo, sistemas aislados, etc.); el de 476 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

carbón se enfrenta a la reconversión del sector, a la volatilidad de los precios y a la necesidad de reducir las emisiones de CO2; el de gas natural presenta ventajas frente a los demás combustibles fósiles, sobre todo gracias a los ciclos combinados, pero se ve acotado asimismo por razones de precio, dependencia y emisiones; el de las energías renovables, alternativa en claro ascenso, supone aún importantes sobrecostes y plantea dificultades de disponibilidad, rendimiento y gestión técnica de las redes; y, aun cuando la oposición social a la energía nuclear parece haberse moderado sustancialmente en buena parte de los países europeos, esta alternativa sigue sin poder despegar de manera consistente.

Quizá, por todo ello, la única solución realmente inteligente sea utilizar de manera equilibrada todas las energías posibles y hacerlo de la manera más eficiente posible…

Una respuesta muy ambiciosa

Así pues, un observador que tuviera una acentuada tendencia al pesimismo podría llegar a la conclusión de que nuestro sistema económico ha entrado en un callejón sin salida: edificado inicialmente sobre los cimientos de una energía relativamente barata y ampliamente disponible, se enfrentaría en la actualidad al dilema de no poder seguir creciendo sin un uso intensivo de los recursos energéticos, ni tampoco poder hacerlo ya a través del uso intensivo de los mismos por las limitaciones de muy diverso tipo que lo dificultan de manera muy significativa.

Sin embargo, no todo son sombras en este panorama. Por ejemplo, es necesario valorar en su justo término el hecho de que los países de la UE hayan asumido unos ejes y objetivos comunes para el desarrollo de una política energética a largo plazo, claramente orientados a afrontar las dificultades que se acaban de mencionar.

Esta aproximación común al problema, presentada en marzo del año 2007, trata de dar una respuesta contundente a la amenaza del cambio climático, incrementando al mismo tiempo la seguridad del abastecimiento energético de la UE y fortaleciendo su competitividad. En definitiva, según declaración expresa, se trata de conseguir que Europa camine hacia un sistema económico basado en un modelo energético muy eficiente y con un bajo componente de carbono.

Los objetivos de esta ambiciosa respuesta son fácilmente memorizables, puesto que han quedado resumidos en la conocida fórmula del “20-20-20”: es decir, conseguir que en el año 2020 se registre un nivel de emisiones de CO2 un 20% menores que en el año El futuro de la energía: la visión de la empresa | 477

1990; que las energías renovables hagan una contribución del 20% a la cobertura del consumo energético, y que los niveles de eficiencia energética mejoren en un 20%.

No cabe minimizar la importancia de que los países de la UE se hayan dotado, de esta forma, de unas bases comunes para el desarrollo de su política energética. En el mundo económico actual, se ha extendido muy amplia y justamente la convicción de que los problemas fundamentales a los que nos enfrentamos dejaron hace tiempo de respetar las fronteras políticas, por lo que su solución exige, en justa correspondencia, soluciones globales de alcance y ámbito transnacionales. Pero esta convicción, aun estando sinceramente asumida, rara vez se traduce en la implementación de programas, iniciativas o acuerdos internacionales suficientemente sólidos, viables y de consecuencias prácticas. Por ello, el objetivo “20-20-20” debe ser aplaudido y los diferentes agentes del sistema económico y energético tenemos que dedicar a su consecución nuestros mejores y mayores esfuerzos.

No obstante, dicho esto, admitamos también que no se trata de una meta sencilla. Como diversos expertos han subrayado, el cumplimiento de estos objetivos se enfrenta también a obstáculos notables; y la indudable ambición de las cifras planteadas como punto de llegada no es precisamente el único.

Se ha señalado, no sin razón, que las iniciativas concretas que pueden ser imaginadas o que ya han sido diseñadas para conseguirlas pueden entrar ocasionalmente en colisión o no ser recíprocamente consistentes; que se trata de metas que no pueden ser alcanzadas en el estrecho marco de cada uno de los países miembros, lo que exige un acción coordinada a escala comunitaria que nunca ha sido fácil en el terreno energético, sobre todo si se recuerdan los tortuosos avatares que ha tenido y sigue teniendo que superar la aplicación de las directivas relativas a la construcción del mercado interior de la energía; que no son objetivos que puedan ser logrados mediante el estricto juego de las fuerzas del mercado; y, en suma, que una de sus mayores virtudes –ser de largo plazo—puede convertirse también en uno de sus mayores problemas, por la incertidumbre que afecta a cualquier planteamiento de política económica que sea formulado a más de diez años vista, especialmente en un contexto económico internacional tan inseguro como el actual.

En todo caso, éstas u otras objeciones deben ser consideradas exclusivamente como condicionantes que se han de tener en cuenta a la hora de afrontar la cuestión, pero no como argumentos para rechazar unas metas que bien pueden ser entendidas como inexcusables. Y el deber de todas las grandes empresas energéticas europeas, como la que me honro presidir, es contribuir lealmente a alcanzarlas. 478 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El papel y la visión de la empresa

En efecto, las grandes empresas energéticas tenemos un claro papel que cumplir en este panorama por una razón que a veces queda oculta tras las palabras: ciertamente, el “problema energético” exige soluciones internacionales, pero esto no quiere decir que estas soluciones tengan que ser elaboradas y aplicadas sólo por organizaciones suprana- cionales; el resto de los agentes energéticos, y muy especialmente las compañías de mayor dimensión e implantación transnacional, tenemos una responsabilidad muy relevante en su implantación.

No podemos olvidar que, por más que las organizaciones internacionales cuenten con altos representantes institucionales e importantes expertos, la raíz de la innovación, en el sistema económico que está vigente en nuestro entorno social desde hace más de 200 años, se encuentra esencialmente en el mundo de la empresa.

Conviene recordar al respecto, siquiera brevemente, las ideas básicas de Joseph Schumpeter, el economista que desarrolló con más consistencia los fundamentos de la teoría sobre la función del empresario. En relación con este concepto, distinguía entre el empresario administrador, que orienta su actividad hacia la gestión eficiente de los recursos que se ponen en su mano, lo cual supone un importante papel; y el empresario emprendedor, que merece tal calificativo y un mayor reconocimiento porque es el que consigue innovar, es decir, idear nuevas formas de hacer las cosas, sobre la base de los recursos existentes, para extraer de éstos más rentabilidad, más productividad y más competitividad.

Sin lugar a dudas, las dificultades del contexto económico y energético que atravesamos en estos momentos nos exigen ser buenos administradores, utilizar sabiamente los recursos y factores de producción, evitar despilfarros, extraer la máxima rentabilidad de las posibilidades existentes... Pero también nos exigen –y es aquí donde, en mi opinión, reside la visión que debe asumir actualmente una gran empresa energética— idear, alentar y encontrar nuevas posibilidades, nuevos caminos, nuevas vías para hacer posible un futuro en el que la energía sea nuevamente una oportunidad —y no un problema— para el crecimiento.

En todo caso, hemos de tener en cuenta que innovar, poner en marcha nuevas ideas, conlleva cambios importantes y modificaciones sensibles de nuestra manera de vivir y trabajar. Por ello, no es algo que deba hacerse de manera gratuita o arbitraria, porque no es un fin en sí mismo. Los cambios energéticos que la sociedad nos reclama deben estar decididamente orientados a dar respuesta a las expectativas que tienen nuestros ciuda- danos de alcanzar mayores niveles de bienestar y prosperidad que sean compatibles con El futuro de la energía: la visión de la empresa | 479

un claro compromiso medioambiental y con el disfrute socialmente equilibrado de los recursos económicos.

Hay dos aspectos que constituyen otras tantas condiciones indispensables para caminar rectamente por esta senda de crecimiento sostenible. Por un lado, un profundo cono- cimiento del negocio energético, la probada experiencia en el uso eficiente de todas las energías, la competencia profesional necesaria para dar respuesta rápida y eficaz a los problemas actuales del suministro y para idear iniciativas que nos permitan adelantarnos a los problemas que nos depara el futuro. Y, por otro lado, el profundo entendimiento de lo que precisan nuestros clientes y las sociedades en las que estamos presentes, lo cual resulta imposible sin mantener con ellos relaciones próximas, directas, cercanas que nos permitan detectar unas expectativas latentes que seguramente ni ellos mismos son capaces aún de imaginar.

Por ello, considero que nuestra visión sobre el papel de la empresa en el futuro energético debe basarse en dos elementos que en estos momentos resultan casi con- sustanciales: inteligencia y valentía. Inteligencia, en el sentido completo del concepto, esto es, como habilidad, experiencia y conocimiento, pero también como capacidad para entender y comprender a aquéllos con los que nos relacionamos. Y valentía, a la hora de aplicar con decisión las soluciones derivadas de esa inteligencia y de proponer a nuestros ciudadanos nuevas formas de aprovechar los recursos energéticos de manera más eficiente, creativa y sostenible.

En definitiva, lo que las grandes empresas energéticas tienen que demostrar no es sólo que saben desarrollar bien sus negocios actuales, sino que son capaces también de imaginar y llevar a la práctica nuevas y mejores maneras de desarrollar sus negocios. Al menos, ésta es la ambición de Endesa.

Hechos, no sólo ideas

Esta visión no puede quedarse sólo en las mentes o en los papeles. Hay que materializarla poco a poco en proyectos concretos que tengan resultados prácticos y tangibles.

Nuestra compañía, ya queda dicho, está dispuesta a ello. Ha demostrado a lo largo de su dilatada trayectoria empresarial una clara capacidad para utilizar de manera equili- brada y eficiente todas las fuentes energéticas disponibles, sin atarse de manera asimétrica con ninguna de ellas, pues siempre hemos considerado que ello supone un riesgo no sólo para la propia compañía, sino también, en razón de nuestra dimensión, para el conjunto del sistema energético nacional. 480 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Gracias a ello, tenemos amplia experiencia en el aprovechamiento de la energía hidroe- léctrica, el carbón, el fuelóleo, el gas natural, la energía nuclear… Por añadidura, hemos sido pioneros en España en el uso de la energía eólica y solar, y volvemos a estar ahora en la primera línea del aprovechamiento de las energías renovables gracias a la inte- gración de los activos que tenemos en este ámbito en España con los que asimismo posee Enel en nuestro país, construyendo así una sólida plataforma de desarrollo con un extraordinario potencial de crecimiento.

No sólo hemos adquirido un gran conocimiento en el uso de todas estas fuentes energéticas, sino que contamos con una gran capacidad experta en su transporte y distribución; y somos, además, la compañía líder del mercado liberalizado español, posición que se asienta en una amplia red de atención presencial telefónica y “online” para nuestros clientes en España, capaz de gestionar con ellos más de 150 millones de interacciones anuales y de proporcionarnos un claro entendimiento de cuáles son sus necesidades y expectativas respecto del presente y futuro del servicio eléctrico.

Además, hemos sabido hacer que todo este bagaje sea fértil y produzca frutos también fuera de España. Nuestra extensa implantación internacional, especialmente en Latinoamérica, ha ido de la mano de la exportación de este conocimiento experto a las filiales que poseemos en otros países, consiguiendo en todos ellos mejoras operativas y de eficiencia claramente contrastables.

Para completar el panorama, hay que añadir que Endesa ha sido capaz de desarrollar esta labor de manera compatible con una gestión responsable de los recursos económicos y financieros que han sido puestos en su mano. La evolución de sus resultados retrata a una empresa que, en los momentos de bonanza económica y favorable contexto energético, presenta a los mercados niveles de rentabilidad muy estables en el tiempo y difícilmente igualables por su cuantía y constancia; pero que, además, en situaciones particularmente desfavorables como la actual, puede ofrecer resultados económicos muy positivos y mejores que la mayor parte de las empresas de su entorno.

Es éste un aspecto que, en mi opinión, ignoramos frecuentemente y de manera muy errónea cuando hablamos de la responsabilidad y sostenibilidad de una empresa. Por supuesto, tenemos que dar respuesta a un amplio abanico de objetivos de primer nivel en el ámbito medioambiental y social, pero no podemos utilizar nuestra dedicación a estos objetivos como excusa para no hacer bien lo que constituye nuestra principal obligación ante la sociedad: crear riqueza de manera responsable y proporcionar con excelencia el servicio básico que nos hemos propuesto ofrecerle. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 481

Pero esto, con ser importante, no es suficiente. Todo ello demuestra, a mi juicio —y sin negar los errores de gestión que son inevitables en todo proyecto empresarial y que encaramos honestamente para aprender de ellos—, que Endesa sabe hacer bien su negocio actual. Sin embargo, nuestro reto no acaba aquí: queremos probar también que somos capaces de imaginar cómo debe ser el futuro de este negocio, para atender adecuadamente lo que la sociedad va a requerir de él.

Por ello, no debe extrañar que Endesa haya asumido como propias, a lo largo de los últimos meses, una serie de iniciativas de las que se venía hablando en el sector energético español desde hace ya bastante tiempo, pero que no terminaban de despegar de manera decidida y consistente. Unas iniciativas que parecían estar destinadas a figurar en la amplia colección de grandes ideas que jamás se llevan finalmente a la práctica.

Varios ejemplos sintomáticos

Entre estas iniciativas, se encuentran proyectos tecnológicos que pueden ser una palanca fundamental en la lucha contra el cambio climático. Me refiero, ante todo, a los sistemas de captura y almacenamiento de CO2, que pueden hacer compatible el uso de combus- tibles fósiles con el cumplimiento de los objetivos en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Endesa está desarrollando en la provincia de León el proyecto Ciuden y la planta de demostración denominada CAC OXY-300, un programa global, cuyo objetivo es poner a punto instalaciones comercialmente viables de captura y almacenamiento de CO2, y que es el único de su naturaleza que ha sido seleccionado en España por la UE para el programa que está impulsando en este terreno.

Otra línea de innovación que estamos alentando es el desarrollo de soluciones para un problema que siempre ha figurado como prácticamente irresoluble en nuestro sector: el almacenamiento de energía en proporciones significativas. El proyecto Store, que realizamos con otros socios tecnológicos y con el apoyo del Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, tiene la ambición de demostrar la viabilidad, en un entorno real, de nuevas tecnologías de almacenamiento energético que se puedan aplicar a sistemas eléctricos de potencia, a fin de gestionar los desequilibrios temporales que se registran habitualmente entre la generación y la demanda de electricidad.

Sin embargo, es posible que el lector —aun siendo experto o precisamente por serlo— considere que estos dos ejemplos se encuentran en un ámbito tecnológico sin duda muy 482 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

relevante, pero cuyas consecuencias prácticas y directas para el bienestar de los ciudadanos no son del todo evidentes. Pues bien, también en este segundo ámbito hemos puesto en marcha proyectos que empiezan a proporcionar resultados tangibles.

Dos de ellos merecen, a mi entender, especial atención. El primero es la implantación en toda España de contadores inteligentes que permitan que los clientes de la empresa se beneficien de las aportaciones de la “telegestión”. Estos contadores hacen posible no sólo una gestión a distancia y prácticamente “online” de un elevado número de interacciones con ellos que son precisas para asegurar el correcto funcionamiento de la instalación eléctrica y un mejor servicio en términos de calidad, rapidez a la hora de resolver incidencias, etc., sino que permiten asimismo una transmisión constante de señales, datos e informaciones que facilitan un conocimiento más exacto de las necesidades de los clientes, para así facilitarles soluciones personalizadas y perfectamente adaptadas a las características de sus pautas de consumo.

No estamos hablando de un proyecto a años vista: el despliegue de estos contadores inteligentes se iniciará dentro del año 2010 dentro de la red eléctrica de Endesa en España.

La segunda iniciativa, sin duda de mayor alcance social, es el vehículo eléctrico. Desde hace ya tiempo, Endesa consideró que era necesario superar esa barrera mental que hacía que las empresas eléctricas consideraran que las cuestiones relativas al desarrollo de un nuevo modelo de transporte, más eficiente y sostenible, no eran tema de su competencia; o respecto del cual, y como mucho, podían limitarse a ser meros suministradores de energía eléctrica, con la misma actitud de quien proporciona servicio a un punto de consumo convencional.

Consecuentemente con este cambio de mentalidad, nuestra compañía asumió que el impulso del vehículo eléctrico podía constituir un eje muy relevante para el cumplimiento de uno de los principales objetivos de su estrategia de sostenibilidad: la lucha contra el cambio climático. Por ello, desde mediados del año 2009, Endesa ha intensificado sus acuerdos, alianzas e iniciativas con fabricantes de automóviles y otros socios tecnológicos a fin de conseguir que el coche eléctrico sea una realidad en las calles de nuestras ciudades en un plazo relativamente corto de tiempo.

En el mes de mayo del presente año, se ha producido un hecho que tiene un importante valor simbólico para demostrar que estamos hablando de hechos y no sólo de buenas ideas: la implantación del primer punto de recarga real para coches eléctricos en una cabina telefónica situada en la zona norte de la ciudad de Madrid. Es sólo el primero. Pero no será el último. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 483

Un nuevo modelo a la vuelta de la esquina

Pienso que los ejemplos que acabo de exponer son ilustrativos de algunas soluciones que las empresas debemos ofrecer a nuestros clientes y a nuestros ciudadanos para construir un nuevo modelo energético que haga posible un futuro en el que la creación de riqueza sea compatible con la conservación de los recursos naturales y un adecuado equilibrio social.

Los dos primeros que he mencionado, la captura de CO2 y el almacenamiento de energía, porque se centran en soluciones de fuerte contenido tecnológico que dan respuesta a aspiraciones que hasta hace poco tiempo parecían imposibles en nuestro sector y que, sin embargo, si se dedican a ellas los recursos y los esfuerzos necesarios, pueden convertirse en realidad en un prudente plazo de tiempo.

Son iniciativas que entienden la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de la eficiencia energética no como un paso atrás –renunciar en cierta medida al uso de las fuentes de energía, comprometiendo así el bienestar y el crecimiento—, sino como un paso adelante, tratando de evitar los impactos desfavorables de ese uso e incrementando el rendimiento que puede extraerse de cada unidad energética.

El tercero, los contadores inteligentes y la telegestión, pone el acento en la necesidad de conocer de manera directa y personalizada las necesidades de los clientes y ofrecerles soluciones asimismo directas y personalizadas, enriqueciendo y dando mayor cercanía, de esta forma, al modelo de relaciones que mantenemos con ellos.

Por último, el coche eléctrico es algo más —o puede ser algo más— que una forma de lucha contra el cambio climático y de incrementar la eficiencia energética. Es, además, una propuesta para que nuestros conciudadanos cambien una parte importante de nuestras pautas de comportamiento cotidiano, sin renunciar a los niveles de bienestar y calidad de vida que desean legítimamente mantener.

Así pues, esta breve lista de iniciativas significativas traza una especie de camino que va de lo más general a lo más concreto: desde los grandes proyectos tecnológicos, en el sentido fuerte del término, ubicados en las grandes infraestructuras de generación; pasando por las soluciones adaptadas a unos clientes que cada vez son considerados en su estricta individualidad, y no sólo como integrantes de un amplio colectivo social; y hasta llegar a los ciudadanos de todo tipo y condición, clientes o no de la compañía, que hacen uso de nuestro servicio como fruto de un cambio profundo en su comportamiento diario. 484 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En Endesa queremos ser conscientes de la transformación que todo esto supone. Una transformación para la propia empresa, pues abre de manera radical los horizontes y el alcance de nuestro negocio. Pero, sobre todo, una transformación para nuestro papel en la sociedad, pues nos pone en disposición de conseguir que la energía, según señalaba al principio de estas líneas, deje de ser un problema que hay que resolver y vuelva a convertirse en una solución; una solución para un futuro que, nos guste o no, será energético… o simplemente no será.

Bien mirada, la sucesión de estos ejemplos concretos —desde las lejanas infraestructuras, a los clientes y a los ciudadanos— ejemplifica cuál es la vía para conseguir lo que debería ser la visión de futuro y la máxima aspiración de una gran empresa eléctrica.

Hasta ahora, nos hemos sentido orgullosos –a veces, por qué no confesarlo, en exceso— de suministrar a nuestros clientes un servicio que es básico para su bienestar. Les proporcionamos algo que es esencial para su vida. A lo mejor, ha llegado el momento de que nos planteemos, de una vez por todas, ser parte de su vida. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 485

E.ON España

Miguel Antoñanzas Alvear Presidente de E.ON España

Energía y desarrollo

a energía es un bien imprescindible para el funcionamiento de la sociedad y su L relevancia en materia económica y social está fuera de toda duda en cualquier país del mundo. Desarrollo económico y bienestar social están indisolublemente unidos a la energía de forma que un país desarrollado no puede permitirse un sistema energético con riesgo de desabastecimiento o poco competitivo.

La población mundial continúa creciendo, de manera que para el año 2050 alcanzaremos casi los 9.000 millones de personas, un 40% más que ahora, en un entorno económico donde la intensidad energética sigue en aumento. En la actualidad, la intensidad energética de los países de la OCDE es muy superior a la de los países emergentes, pero esta brecha tiende a estrecharse como consecuencia del crecimiento de la población y del desarrollo económico de los países emergentes.

La Agencia Internacional de la Energía estima que el crecimiento de la demanda hasta 2030 será del 1,5% anual, al margen de caídas coyunturales en tiempos de crisis econó- mica como la que estamos viviendo. Según estas cifras, se pasará de 12.000 Mtep a 16.800 Mtep dentro de veinte años. Gran parte de esta demanda adicional se cubrirá con centrales térmicas convencionales, especialmente de carbón.

Los objetivos del 20-20-20 de la Comisión Europea implican un fuerte crecimiento de las energías renovables, lo que obligará a contar con potencia térmica de respaldo suficiente para amortiguar su variabilidad. Al mismo tiempo, hay que pensar en la necesidad de reemplazar instalaciones térmicas actualmente en funcionamiento que han 486 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

quedado obsoletas o que precisan de grandes inversiones para cumplir con las nuevas normas medioambientales que incorporan límites de emisiones cada vez más estrictos.

El crecimiento de la población y de la intensidad energética, la evolución al alza de las emisiones de CO2, la implantación de nuevas tecnologías y la necesidad de renovación del parque generador suponen una serie de variables que hacen complicado definir un único escenario sobre el que basar las previsiones a largo plazo.

Energía y cambio climático

En el contexto actual de crecimiento de la demanda de energía, las emisiones de carbono podrían aumentar un 40% durante los próximos veinte años. Esto se traduciría en un calentamiento de la Tierra de 6 grados centígrados para finales de siglo, con las nefastas consecuencias imaginables para el medioambiente.

Es cierto que la mayor parte del crecimiento del consumo energético vendrá de países ajenos a la OCDE, pero también lo es que la protección del clima nos atañe a todos. El hecho de que las emisiones se generen en un país o en otro pierde relevancia frente a la realidad: necesitamos provocar un cambio tecnológico que evite las emisiones de CO2, e implantar estas nuevas tecnologías dentro y fuera de la OCDE. Será necesaria la combinación de todas estas nuevas tecnologías para alcanzar el objetivo de no superar un incremento medio de temperatura de 2ºC sobre los niveles preindustriales, tal y como establece el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático).

Para lograr la reducción de emisiones tenemos que tomar medidas urgentes encaminadas a una transformación completa del modelo energético actual que inclu- ya también la mentalización del consumidor y la introducción de hábitos de consumo sostenibles.

La transformación del sector debería evitar cambios repentinos y ser gradual y paulatina. Las renovables, por ejemplo, desempeñarán un papel cada vez más importante en el futuro, pero tenemos que alcanzar un amplio consenso público sobre cómo –y a qué velocidad– deberían expandirse.

Además, la protección del clima cuesta dinero. Por eso, también tenemos que llegar a un consenso sobre qué parte de la carga financiera de estos cambios de amplio alcance podemos esperar razonablemente que soporten los consumidores. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 487

Cuatro escenarios para el largo plazo

El sector eléctrico es un sector intensivo en capital. Cualquier inversión requiere un esfuerzo enorme en tecnología y construcción y los períodos de ejecución y maduración son, además, muy largos. La estrategia a largo plazo exige, por tanto, una cuidadosa planificación para evitar errores que pueden ser muy costosos.

Es evidente que no se puede hacer una planificación contando con tecnologías que todavía están en fase de desarrollo, pero la planificación tiene que reflejar la necesi- dad de invertir en investigación, desarrollo, e incluso diseño de estas tecnología aún en fase embrionaria. También en otras tecnologías que están empezando su explota- ción comercial y que, sin duda, tendrán un papel relevante en el futuro, como durante los últimos veinte años ha ocurrido con la energía eólica o los ciclos combinados.

En el grupo E.ON, cuando nos planteamos estrategias a largo plazo, trabajamos con cuatro escenarios diferentes en los que, en función del ritmo de recuperación económica y el alcance de las políticas medioambientales, se establece la evolución de temas tan cruciales para el sector energético como la presión en los mercados de combustibles fósiles, el grado de aceptación de la energía nuclear, la penetración de la movilidad eléctrica o la implantación de la tecnología de captura y secuestro de CO2.

En primer lugar están los escenarios en los que existirá un gran impulso político para la reducción de gases de efecto invernadero. Los hemos llamado Green World, Mundo Verde y Climate Concerns, que podríamos traducir como Preocupación por el Clima.

El primer escenario, Mundo Verde, define un mundo en el que simultáneamente se produce un fuerte fomento de la reducción de gases de efecto invernadero y una rápida recuperación del ritmo de crecimiento del PIB mundial, lo que provocaría por un lado la aceleración de la demanda mundial de energía, mitigada en parte por medidas de eficiencia energética, y por otro, la superación de los objetivos 20-20-20.

En el segundo escenario, Preocupación por el Clima, se produciría un crecimiento del PIB más moderado que tensaría menos el mercado del petróleo y, por tanto, abarataría el coste de las energías fósiles. Se cumplirían los objetivos 20-20-20 pero no serían superados.

En cuanto a objetivos medioambientales, tenemos dos escenarios que vienen definidos por una posición mundial de menor compromiso medioambiental. 488 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Al primero de ellos lo llamamos Slow Recovery, o Recuperación Lenta. Este escenario considera que el impacto de la recesión en la economía mundial será duradero, afectando a la inversión, que se dirigirá hacia tecnologías con bajo coste de capital. Los precios de los combustibles fósiles se mantendrían moderados dado que el creci- miento de la demanda energética sería muy débil. Asimismo se instaura un nivel bajo de sensibilidad ambiental, por lo que los mercados de CO2 o bien marcan bajos precios o bien desaparecen, y las renovables sólo se instalan cuando son rentables sin incentivos externos.

Al segundo de estos dos escenarios de bajo compromiso medioambiental lo hemos llamado Unabated Growth o Crecimiento Constante CO2. La diferencia fundamental entre este escenario y el anterior es el ritmo de recuperación de la economía mundial.

En este mundo de Crecimiento Constante CO2 se produce un rebote en el crecimiento del PIB mundial y se alcanzan rápidamente los ritmos de crecimiento previos al período de recesión. Asimismo, la falta de compromiso de China e India para implementar medidas que combatan el cambio climático provoca una modificación paulatina de las políticas energéticas europeas destinadas a reducir las emisiones de CO2.

De entre las muchas conclusiones a las que se pueden llegar cuando se simula la evolución del sector energético en base a estos cuatros escenarios, la de mayor interés para la planificación a largo plazo es el grado de competitividad de cada tecnología:

1. Las tecnologías renovables y la tecnología nuclear ofrecen una competitividad positiva en todos los escenarios. Resultaría mayor cuanto mayor sea el compromiso medioam- biental que se adopte a nivel mundial.

2. El carbón con captura y almacenamiento de carbono también se sitúa como tecno- logía aventajada en los escenarios de elevado compromiso medioambiental. En cambio, sin la captura y almacenamiento de carbono, el carbón sólo sería competitivo en el

escenario de Crecimiento constante CO2. 3. En cuanto al ciclo combinado, es la tecnología ganadora en los dos escenarios que consideran incrementos moderados en los precios de los combustibles fósiles, Preocu- pación por el clima y Recuperación lenta.

En consecuencia, tanto las energías renovables como la energía nuclear se sitúan como tecnologías que deberían desempeñar un papel destacado en el futuro. Será la evolución del grado de compromiso medioambiental el que defina si los ciclos combi- nados y el carbón con captura y almacenamiento de carbono actúan como respaldo del sistema, o si, por el contrario, este tarea la desempeñará el carbón tal y como lo conocemos hoy. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 489

Necesidad de un mix energético diversificado

Pasarán muchas décadas antes de que se corte el vínculo entre crecimiento económico y consumo energético a escala mundial y antes de que las renovables desempeñen un papel predominante en la producción de energía. Esto significa que necesitaremos un amplio mix energético durante mucho tiempo si queremos mantener el equilibrio del triángulo de la energía: seguridad del abastecimiento, respeto al clima y precios asequi- bles, sin poner en peligro la estabilidad económica y social.

Ahora mismo no disponemos de ningún remedio mágico que nos permita frenar el cambio climático. No hay tecnología o método suficiente por sí mismo y tenemos que usar todas las opciones disponibles a nuestro alcance. Hay opciones en fase de desarro- llo y algunas tan sólo en la fase conceptual, pero una cosa es segura: un enfoque responsable de la protección del clima significa que no podemos malgastar recursos financieros en opciones políticamente populares pero que logran escasa mejora real.

Por eso en E.ON consideramos que el futuro pasa por un mix de generación energético en el que no podemos prescindir de ninguna alternativa. Por eso reiteramos que estamos totalmente comprometidos con el desarrollo de las energías renovables, aunque seamos conscientes de que todavía pasará algún tiempo antes de que este tipo de energía alcance el rol dominante que debe tener.

En los próximos años tenemos que reducir la aportación y mejorar la eficiencia de las centrales térmicas convencionales (petróleo, carbón y gas natural), tenemos, al menos, que mantener la cuota actual de energía de origen nuclear y tenemos que aumentar sustancialmente la aportación de las energías renovables.

Por el momento, en E.ON queremos mantener un mix energético equilibrado durante las próximas décadas. Queremos que en 2030 las renovables representen el 36% de nuestra capacidad, o lo que es lo mismo, más del triple de lo que supone la nuclear. En la actualidad tenemos una potencia instalada de 74 GW, de los que el 13% son renovables, 15% nuclear, 34% carbón y 38% gas natural. Para 2030 estimamos que más de la mitad de las instalaciones de E.ON no emitirán carbono a la atmósfera.

La Comisión Europea, a través del Plan 20-20-20, pretende que en 2020 dos tercios de la generación eléctrica de la zona tengan bajas emisiones o estén exentos de ellas. Para conseguir este objetivo, la Comisión considera que Europa tendrá, al menos, que mantener la actual cuota de producción nuclear. De hecho, sin ella no se podrán lograr los objetivos de protección del clima o se conseguirán a costa de la asequibilidad y/o de 490 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

la seguridad del suministro. En la actualidad, las nucleares producen dos tercios de la electricidad libre de CO2 en la Unión Europea. Se trata de una tecnología indispensable, por lo menos hasta que las tecnologías renovables sean capaces de proveer un suministro masivo fiable y esto, como ya se ha dicho, no es previsible a corto plazo.

De entre los combustibles fósiles, el gas natural destaca como uno de los más limpios, aunque también tiene sus inconvenientes. Las modernas turbinas de gas de ciclo combinado (CCGT) logran una eficiencia térmica cercana al 60% pero no son la fuente ideal de carga base porque la seguridad del suministro depende del precio y la accesibilidad a la materia prima cuyas principales reservas están situadas en países políticamente poco estables.

El carbón sigue siendo una fuente de energía indispensable. Sus reservas están situadas en regiones accesibles y en entornos políticos estables y, además, cubren las necesidades de varios cientos de años. El desarrollo de tecnologías más limpias es uno de los mayores retos, quizá el mayor, al que se enfrenta el sector. En este sentido, en E.ON estamos invirtiendo en nuevas centrales de carbón de alta eficiencia, con capacidad de arrancar en frío en menos de cuatro horas y de realizar varios arranques y paradas en un mismo día. Este tipo de centrales aportarán a la vez flexibilidad y potencia base. También estamos desarrollando diversos proyectos piloto de captura y almacenamiento de carbono (CCS) que permitan capturar el CO2 y almacenarlo permanentemente bajo tierra.

El papel de las renovables

La expansión de las energías renovables es la clave del futuro. En la actualidad, el 69% de la demanda de energía se cubre con centrales térmicas convencionales que utilizan combustibles fósiles. Para mediados de siglo, las energías renovables podrían ser una alternativa real a la energía térmica convencional y para fin de siglo generar la totalidad de nuestra energía. Todo ello dependerá de la evolución de la tecnología y de las decisiones estratégicas que se tomen a partir del presente. Lo que es indudable es que la aportación de las renovables a la generación de energía continúa aumentando. En España en algunos momentos puntuales ha llegado a superar el 60% y en el caso concreto de E.ON España, el porcentaje de energía origen verde ha superado el 100% de la energía suministrada a nuestros clientes.

Para todo ello las empresas necesitan aumentar la inversión en tecnologías tanto de generación como de almacenamiento o de redes eléctricas. De esta forma, se podrá satisfacer la demanda de electricidad de carga base. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 491

El apoyo del sector público en la financiación del desarrollo de las renovables es esencial para que sean viables a escala mundial. Para hacer compatible el crecimiento de las energías renovables con la estabilidad económica del sistema energético, la regulación debe habilitar un esquema de retribución que sea transparente, que no discrimine, que sea uniforme en toda Europa, y que reduzca progresivamente los incentivos externos a medida que avanza el grado de madurez de cada tecnología. De esta forma se podría conseguir que las subvenciones se destinen a las tecnologías más adecuadas a los recursos naturales de cada región.

La única vía que tiene España para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y aportación de las fuentes de energía renovables al consumo de energía primaria es continuar fomentando la instalación de centrales renovables en el sector eléctrico. En este punto, más que en ningún otro, es donde nuestra política energética tiene que hacer especial énfasis ya que contamos con unos recursos privilegiados frente al resto de Europa. Una de las mejores vías que tenemos para reducir nuestra elevada dependencia energética es fomentar el crecimiento de aquellas tecnologías renovables que se basan en recursos abundantes en nuestro país, como el sol, el viento y, en el futuro, el mar.

Hasta ahora, la energía eólica ha sido el pilar fundamental de la primera fase de crecimiento de las renovables. En los próximos diez años tomará el testigo la energía solar, que impulsará la segunda fase. E.ON planea invertir 8.000 millones de euros en proyectos de energías renovables y cambio climático entre 2007-2011, convirtiéndose en uno de los principales agentes a escala mundial en el sector.

El vehículo eléctrico dentro del nuevo sistema energético

Los modelos de planificación energética utilizados en los últimos años estaban basados en la evolución de la demanda. El creciente incremento de las renovables en el mix energético, con una complicada gestión “bajo demanda” nos llevará a corto plazo a un incremento en los periodos en los que la producción sea superior a la demanda eléctrica. Este hecho, junto con los compromisos relativos a la reducción de emisiones nos lleva a buscar nuevos mecanismos que permitan alinear de modo eficiente y respetuoso con el medioambiente la demanda con la producción.

El vehículo eléctrico puede funcionar como almacén de energía para el sistema eléctrico. En horas nocturnas, los vehículos eléctricos pueden alinear la demanda con la producción almacenando energía en sus baterías. En horas de mayor demanda eléctrica podrían utilizarse las reservas de aquellos vehículos eléctricos que no estén en funcionamiento. 492 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

E.ON está participando en la introducción en el mercado de los vehículos eléctricos. Queremos capitalizar el uso de la electricidad para promover sistemas de transporte con menores emisiones y menos dependientes de los combustibles fósiles. Cuantos más vehículos eléctricos estén en nuestras carreteras, nuestra economía será menos dependiente de un recurso finito como el petróleo.

El sector transporte permitirá no sólo un importante ahorro energético, sino también minimizar las emisiones de CO2 del sector transporte, que suponen un veinticinco por ciento de las emisiones totales. Los vehículos eléctricos son bajos en emisiones, siendo su emisión media la del sistema eléctrico al que estén conectados. Según el mix energético de E.ON y la actual tecnología en vehículos eléctricos las emisiones se pueden estimar entre 30 y 90 gramos de CO2 por kilómetro.

Las elevadas inversiones actuales en la renovación de las instalaciones de generación y la introducción de tecnologías de combustión fósil mucho más eficiente redundarán en una mejora en las emisiones por kilómetro en la próxima década.

Para 2030 se espera alrededor de 46 millones de vehículos eléctricos en toda Europa. La apuesta del Grupo por el coche eléctrico se enmarca en el compromiso de E.ON con las tecnologías innovadoras y respetuosas con el medio ambiente. El vehículo eléctrico permitirá ahorrar energía, reducir la dependencia del petróleo y, además, minimizar las emisiones de CO2.

Queremos ser líderes en la implantación del vehículo eléctrico y en la tecnología necesaria para su desarrollo. Para ello hemos puesto en marcha acuerdos con fabricantes de automóviles (BMW y Volkswagen) para desarrollar programas piloto que han permitido a conductores en toda Europa utilizar vehículos eléctricos, así como proyectos de investigación para el desarrollo de la recarga inalámbrica de vehículos. A fin de facilitar la movilidad eléctrica, E.ON ha habilitado puntos de suministro para la recarga de las baterías a disposición de los conductores en diferentes ciudades, como en la experiencia piloto de Munich donde más de 2.000 conductores pudieron probar el nuevo vehículo eléctrico de BMW, el “Mini-E”.

La importancia de la energía distribuida

La expansión de las renovables no es el único impulsor del cambio estructural en la industria energética. Unidades a gas más pequeñas y descentralizadas complementarán las centrales eléctricas tradicionales a gran escala, desempeñando un papel cada vez El futuro de la energía: la visión de la empresa | 493

más importante como fuentes de calor y electricidad eficientes y respetuosas con el medio ambiente en las áreas menos densamente pobladas y para abastecer consumos locales. Los principales sistemas de esta tendencia serán unidades de calefacción y electricidad combinadas (CHP), que, como su nombre indica, producen simultá- neamente tanto calor como electricidad.

En E.ON estamos desarrollando planes para lograr un mix razonable de centros de generación centralizados y descentralizados. Nuestro objetivo es posibilitar que nuestros clientes, especialmente en el segmento industrial, pasen a ser nuestros socios en el suministro de electricidad y calefacción.

E.ON también construye y explota otros tipos de unidades de generación distribuida, tales como centrales de calefacción a pequeña escala para escuelas y hospitales. De cara al futuro tenemos intención de expandir este negocio en el segmento de asociación público-privada.

En el segmento residencial estamos trabajando para desarrollar mini y microunidades CHP hasta el punto de madurez de mercado. Esperamos que las unidades que usen motores Stirling alcancen este punto dentro de dos o tres años. Las células de combus- tible son la tecnología más prometedora para medio y largo plazo. En asociación con fabricantes de equipos, E.ON ya está realizando una serie de ensayos de células de combustible y proyectos de demostración. Esperamos ser capaces de ofrecer células de combustible a gran escala en el segmento residencial a partir de 2020.

Hay varias cosas claras. Primero, en el futuro tendremos que depender incluso más de una combinación de producción de energía centralizada y descentralizada. Segundo, la tecnología CHP no es sólo para las microunidades; incluso actualmente, la calefacción es cogenerada principalmente en plantas CHP a gran escala. E.ON ya explota 17 plantas CHP a gran escala, con tres más ya en fase de construcción y siete más en fase de planificación.

La energía no consumida

La energía que no usemos será una de las fuentes energéticas más importantes del futuro. Aumentar la eficiencia energética a lo largo de toda la cadena de valor –desde las centrales eléctricas hasta los hogares– ayuda a lograr los tres objetivos integradores de la política energética: protege el clima de la Tierra, ahorra dinero al consumidor y conserva los recursos energéticos. Por ello debe ser una prioridad máxima para la política energé- tica internacional y para las empresas del sector de la energía. 494 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Cuanto más eficientes sean las centrales eléctricas, menos carbono emitirán, puesto que requerirán menos combustible para generar la misma cantidad de electricidad, pero aumentar la eficiencia energética en el lado de la oferta es igual de importante.

La preocupación por la sostenibilidad y la imagen de marca está creciendo rápidamente sobre todo en el ámbito de los grandes clientes industriales y comercia- les. Tanto los clientes domésticos como los comerciales están interesados en solucio- nes que ofrezcan períodos de retorno de la inversión cortos y con una clara percepción de ahorro de dinero. Soluciones con largos períodos de retorno de la inversión, aún cuando la rentabilidad fuera mejor, encontrarían mayor resistencia para penetrar en el mercado. La política energética debería contemplar los incentivos necesarios para que se produzca esta rentabilidad a corto plazo. Hay que potenciar que todas las empresas, grandes o pequeñas, perciban como necesario invertir en sostenibilidad, facilitar la búsqueda, instalación y el acceso a la financiación de soluciones energéticas.

Los clientes residenciales necesitan más incentivos para usar menos energía. Al cliente tiene que compensarle hacer un esfuerzo consciente por ahorrar energía. Las tarifas que recompensen el ahorro energético podrían ser un modo efectivo de conseguirlo. Por ejemplo, los clientes que reduzcan una cierta cantidad de su consumo energético podrían recibir un pago como recompensa, beneficiándose de dos maneras de una conducta energéticamente eficiente.

Para que los clientes residenciales cambien de conducta, las compañías energéticas tendrán que proporcionarles información exhaustiva sobre los modos más eficientes de ahorrar energía. Los consumidores también necesitan poder hacer un seguimiento diario de su consumo de energía. La respuesta es una tecnología de contadores inteligentes. Los contadores inteligentes permitirán que los clientes residenciales y los proveedores de servicios identifiquen qué electrodomésticos y productos de electró- nica consumen menos electricidad, proporcionándoles la información que necesiten para emprender acciones concretas para ahorrar energía. E.ON ha instalado ya más de 1,8 millones de contadores inteligentes en Europa utilizando una tecnología iniciada en E.ON España y que ya hemos instalado a más del 30% de nuestros clientes.

También hacen falta incentivos a la eficiencia para el aislamiento térmico y para la actualización y conversión de equipos de calefacción anticuados, instalaciones de unida- des térmicas solares y descuentos a clientes que compren aparatos energéticamente eficientes. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 495

La protección del clima debe ser efectiva

Lograr la máxima protección del clima por cada euro que invirtamos es algo que debemos al clima de la tierra y a nuestros clientes. Ésta es la mejor manera de abordar el cambio climático y de proteger a los clientes de costes innecesarios.

Por consiguiente, las inversiones deben hacerse donde sean más efectivas. Los costes de reducción del carbono se pueden usar como un indicador en este sentido, que dará lugar a que las políticas energéticas y los recursos financieros se centren en las áreas con el potencial de reducción del carbono mayor y más económico.

Una de esas áreas consiste en mejorar la eficiencia energética de los edificios en los segmentos industrial y residencial. Esta área ofrece el mayor potencial de reducción del carbono a un coste mucho menor que otras.

Una comparación objetiva también demuestra que algunas renovables –como la solar– tienen actualmente unos costes de reducción del carbono mucho más elevados que, por ejemplo, la energía eólica. Esto significa que emplear la energía solar a gran escala todavía no tiene sentido económico. Estamos trabajando para cambiar esto, desarro- llando sistemáticamente tecnologías prometedoras y empleándolas a escala industrial en lugares adecuados. En el caso de la energía solar, esto significa ubicaciones constantemente soleadas.

Otra consecuencia de aplicar los costes de reducción del carbono como una medida objetiva para la protección eficiente del clima es el hecho de que el mix energético debe incluir todas las tecnologías con cero emisiones de carbono. En este sentido, las renovables y la nuclear constituyen una pareja fuerte, efectiva. La nuclear ya está donde tienen que llegar a estar las renovables: sin costes de reducción y con cero emisiones de carbono. La energía nuclear nos permitirá hacer la transición de los combustibles fósiles a las renovables tan respetuosa con el clima como sea posible. Muchos países europeos ya han llegado a esta conclusión; en otros el debate no ha hecho más que empezar.

Sin embargo, en última instancia, la protección efectiva y eficiente del clima sólo se puede lograr a escala internacional. El desarrollo y el empleo de los sistemas energéticos sostenibles del mañana es un reto global, como lo es también el clima. Ni siquiera los programas más ambiciosos de países concretos –como los de Alemania y Reino Unido– pueden salvar el clima. Esto se debe, primero, a que Alemania y Reino Unido representan una parte muy pequeña de las emisiones de carbono en el mundo. En segundo lugar, cada euro invertido en estos dos países tiene una repercusión positiva en el clima mucho menor que si se hubiera invertido en un país como China o India. 496 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Inversiones en la red de distribución

Toda la evolución del sector va a estar respaldada por fuertes desembolsos en toda la cadena del negocio, también en la red de distribución para hacer frente a un futuro más exigente y complejo.

El crecimiento de las energías renovables seguirá generando necesidades de fuerte inversión adicional en la red. Creemos que en los próximos 10 años podrían ser necesa- rios en España entre 1.500 y 2.000 millones de euros para hacer frente al crecimiento de la energía eólica. Como valor orientativo, por cada nuevo MW eólico son necesarias inversiones en la red de distribución de unos 100.000 euros.

La agenda medioambiental de la Unión Europea prevé que en 2020 alrededor de un 35% de toda la energía será generada por fuentes renovables. En España, el objetivo es aun más ambicioso y para esa fecha prevé que el porcentaje alcance el 42%. Para conseguir estos retos, cada país ha establecido su propio plan, lo que ha conllevado una descentralización fuerte de la estructura de generación.

Además, los objetivos de reducción de CO2, o la necesidad de aumentar las cotas de eficiencia energética están provocando una mayor participación de los clientes en el mercado. Además, se espera que haya un cambio en los patrones de consumo que lleve al mayor uso de electricidad en sectores como el transporte o la calefacción que, en estos momentos, están dominados por el gas y el petróleo.

Todos estos factores también repercuten en el sistema de redes. Debido a la antigüedad de las redes de distribución europeas, la mayoría de los países de la zona están realizando reinversiones para actualizarlas. Esto se convierte en una auténtica oportunidad para adaptarse a la agenda medioambiental establecida en Europa.

En principio, la tecnología necesaria para la construcción de este tipo de sistema ya está disponible hoy en día. En cualquier caso, sigue siendo primordial seguir investigando.

También pensamos que se necesita un cambio en la legislación que afecta al marco de las redes de distribución. Es necesario un aumento de los incentivos que favorezca la inversión y la innovación y cree un contexto estable para el sector. El actual sistema está diseñado con una mentalidad que prima la reducción de costes, algo que no favorece el despliegue de redes inteligentes.

Tanto los operadores como los gobiernos europeos son conscientes de que la actual situación del sistema de redes no es capaz de hacer frente a los objetivos medioambientales El futuro de la energía: la visión de la empresa | 497

impuestos en Europa o de afrontar retos como la expansión del coche eléctrico. Las redes inteligentes deben llegar a convertirse en una tecnología primaria.

Refuerzo de las interconexiones

El refuerzo de las interconexiones es esencial en la transformación del modelo energético. Recientemente se ha hecho público un proyecto que implicará una inversión en torno a 30.000 millones de euros para el desarrollo de una gran red de transporte que aumentará la interconexión existente entre Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, Irlanda y Reino Unido, con objeto de integrar los más de 100.000 MW de origen renovable que está previsto que estén en operación en estos países para el año 2025. Este proyecto es un claro ejemplo del refuerzo de la red que será necesario realizar en los próximos años.

El reducido grado de interconexión de España es uno de los grandes problemas que se debe solucionar con la mayor urgencia posible. La variabilidad de las fuentes de energía renovables, especialmente el viento, conlleva gran inestabilidad en el sistema eléctrico y aleja su funcionamiento de lo óptimo, induciendo sobrecostes por los desvíos provo- cados. Aumentar el grado de interconexión con Francia y reforzar la red de transporte y distribución, con objeto de evacuar toda la energía de origen eólico y no alterar la estabilidad del sistema, debe ser uno de los objetivos prioritarios en materia de política energética.

Este refuerzo de las conexiones españolas requiere un tiempo de desarrollo largo, que, sin embargo, no debe servir como excusa para frenar la penetración de las renovables. Mientras se construyen las interconexiones, el sistema eléctrico debe continuar en su línea de procurar un suministro fiable y sostenible, con un peso cada vez mayor de la energía solar y eólica. Para conseguirlo, es necesario implementar los mecanismos necesarios que posibiliten la existencia de una potencia de respaldo que se adapte de forma rápida a la variabilidad de la centrales eólicas y solares. Obviamente, esta potencia de respaldo debe recibir una retribución razonable, ya que de otra manera difícilmente se conseguirá la inversión necesaria.

En E.ON somos defensores de los sistemas que promueven la competencia, puesto que los entendemos como los sistemas que posibilitan mayor eficiencia y, por tanto, mejor servicio al consumidor final. Por ello, para garantizar la viabilidad de la necesaria potencia de respaldo, apostamos por los mercados que permiten a sus agentes ofertar a precios totalmente libres, sin ningún límite de oferta. Consideramos que, de cara a 498 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

conseguir la potencia necesaria, la competencia en el mercado es más efectiva que los sistemas que garantizan un pago por la potencia instalada.

Conclusión

Para hacer frente a los retos que nos plantea el crecimiento de la demanda y la protección del medioambiente y al mismo tiempo mantener la seguridad de suministro y los costes asequibles de la energía como factor de bienestar social, debemos acometer un cambio sustancial en el modelo energético.

1. Debemos contar con un mix energético diversificado, que no excluya ninguna tecno- logía, en el que las energías renovables tomen un papel destacado.

2. El refuerzo de las interconexiones es un proyecto que se debe acometer con carácter urgente; de otra manera será difícil integrar la producción renovable en el sistema eléctrico.

3. Las fuentes de energía fósiles irán perdiendo cuota frente a las energías renovables. Sin embargo serán fundamentales para garantizar la seguridad de suministro. Es necesario habilitar los mecanismos de mercado que les aseguran una remuneración apropiada.

4. Deben implementarse las medidas necesarias para que el ahorro y la eficiencia energética penetren en todos los sectores involucrados en el suministro de electricidad.

El proceso de transformación del sector de la energía será largo y complejo y requerirá cuantiosas inversiones, porque la protección del clima cuesta mucho dinero, pero la magnitud de la tarea no deber ser obstáculo para iniciarlo cuanto antes. Sin embargo, dado que estamos hablando de inversiones de cientos de miles de millones de euros y proyectos a 40 años vista o más, es esencial disponer desde el principio de un marco político y regulatorio bien definido. También se hace imprescindible ampliar el consenso público sobre cómo y a qué velocidad deberían expandirse las renovables y qué parte de la carga financiera del cambio deberán soportar los consumidores.

La transformación del sistema energético es imprescindible y nos afectará a todos, por lo que es una tarea que debemos abordar de forma conjunta el sector, los dirigentes políticos, los reguladores, los clientes, la comunidad científica y el público en general. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 499

Gas Natural Fenosa

La energía como elemento de competitividad y mejora medioambiental

Salvador Gabarró Presidente de Gas Natural Fenosa

l sector mundial de la energía se enfrenta, en este comienzo del siglo XXI, a E desafíos muy relevantes. Atender el crecimiento de la demanda, realizar un fuerte esfuerzo inversor, garantizar la seguridad de los suministros y promover el desarrollo sostenible son los principales objetivos que las compañías energéticas deben alcanzar. Todo ello en un contexto en el que la alta incertidumbre económica, en la demanda, en los precios y, muy especialmente, en el modelo de crecimiento, son sus caracte - rísticas más significativas.

Las reflexiones que siguen hacen referencia, por un lado, a algunas tendencias que han ido conformando la situación actual; y por otro lado, a líneas de futuro en tres ámbitos: los mercados energéticos, las tecnologías y el cambio climático.

Naturalmente, no tendría sentido llevar a cabo el ejercicio anterior sin referirnos expresa- mente a las políticas energéticas comunitarias, y dada la amplitud del tema, me centraré en las de seguridad de suministro e infraestructuras.

Y para finalizar, haré también unas reflexiones sobre el sector energético español.

Tendencias recientes

Aún a riesgo de simplificar, podríamos identificar la liberalización, con la consiguiente privatización y apertura de los mercados nacionales, como las ideas predominantes en el mundo energético en la década de los noventa del siglo pasado. 500 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

No obstante, es preciso destacar que el grado de implantación de estos procesos ha sido muy dispar en los países europeos. Algunos han consolidado empresas con tamaños muy relevantes, mientras otros no han propiciado la creación de empresas grandes, lo que ha hecho asequible adquisiciones por parte de otras compañías europeas.

La segunda tendencia que es importante resaltar es la medioambiental, que ha permitido incorporar un mayor control y exigencia sobre diferentes contaminantes, como el SO2 y los NOX. Pero es sin duda a partir de la Cumbre de Río, en 1992, cuando empieza el movimiento más claro de sensibilización sobre la problemática del cambio climático.

La tercera tendencia, que podemos situar ya en la primera década del siglo actual, está ligada al crecimiento económico global y a la necesidad de nuevas instalaciones de ex- ploración y producción de petróleo y gas, de generación eléctrica, de plantas de licue- facción y regasi ficación, y de redes eléctricas y gasoductos.

En la actualidad parece predominar un concepto: la sostenibilidad, entendida en un sentido amplio y que engloba aspectos medioambientales, económicos y sociales. En el mundo energético, se podría caracterizar por el énfasis en el cambio climático y por fo- calizar su solución, casi monográficamente, a través de energías renovables, con objetivos y porcentajes de obligado cumplimiento.

Mercados energéticos. Economía y competitividad

Los países y las economías son cada vez más abiertas y están más interrelacionadas. A pesar de ciertas tendencias hacia el proteccionismo, el intercambio de bienes y servicios, y el aumento del comercio mundial son realidades ineludibles.

Por ello, no es de extrañar que las necesidades de energía de un país tengan que ver, por un lado, con la necesidad de importar e intercambiar energía, y por otro, con la presencia de empresas nacionales en otros países. España, sin ir más lejos, consume productos petrolíferos en un 56%, cuya materia prima proviene de terceros países.

El petróleo se comercia en los mercados internacionales y no sólo es importante por la influencia que tiene en sí como elemento determinante del mundo energético, sino que también debe ser considerado por su incidencia en la formación de los precios del gas natural. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 501

El fuerte crecimiento de la demanda de energía por parte de los países en desarrollo, junto a las dificultades financieras internacionales y a la necesidad de acceder a recursos cada vez más costosos, está creando un escenario de precios volátil y con una posible tendencia alcista. Tanto la evolución histórica del precio del petróleo Brent, como las previsiones a futuro de los principales índices energéticos gasistas para el período 2000- 2013, apuntan en esta dirección.

En cuanto al gas natural, su estrecha relación con los precios del petróleo, si bien continúa siendo muy significativa, ha perdido su rol determinante. Los importantes desarrollos del gas natural licuado (GNL) han posibilitado, en relativamente pocos años, la entrada directa de las empresas gasistas y eléctricas a los mercados upstream. Asimismo, las empresas gasistas han entrado en el downstream, por la vía de la demanda y de la propiedad de ciclos combinados de gas natural, accediendo con fuerza a la generación eléctrica y propiciando la denominada convergencia del gas y la electricidad.

Pero si bien el GNL ha abierto un camino de transformación en el mundo energético, la explotación de yacimientos de gas no convencional está revolucionando la industria y los mercados internacionales del gas natural. Aunque quizás pueda pensarse que este aspecto no es muy pertinente, en realidad pone de relieve que el mundo energético se encuentra muy interrelacionado y que las políticas energéticas nacionales deben contemplar los objetivos con una visión amplia, y con la suficiente flexibilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del entorno, manteniendo claros los objetivos a largo plazo.

La producción de gas natural, que se desplazará más hacia Asia y Rusia en los próximos años, se concentrará en un menor número de países con mayor nivel de riesgo, ya que los estados productores aumentarán su soberanía sobre los recursos energéticos. Países como China e India están compitiendo muy agresivamente por el acceso a nuevos recursos, a través de sus compañías nacionales de petróleo y gas, lo que puede convertir a Asia, en el futuro, en el principal mercado de gas.

Por otro lado, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la potencia eléctrica instalada a nivel mundial se incrementará en un 72% entre 2006 y 2030. Este aumento estará impulsado por el crecimiento de la generación con carbón, gas natural y energías renovables, aunque existirán diferencias significativas en el crecimiento de unas u otras tecnologías, según sea la región del mundo donde estén ubicadas.

El carbón parece batirse en retirada en Europa, pero no deberíamos juzgar su futuro sólo por esta apreciación. Países con gran peso en el escenario internacional, como China, EEUU, India o Sudáfrica, y en la Unión Europea (UE), como Alemania, siguen considerando el 502 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

carbón de forma significativa en su mix energético. En los países más avanzados del mundo, donde la tecnología, la industria y las empresas han sabido responder al reto de la lluvia ácida mediante la reducción de las emisiones de SO2, NOx y partículas, es previsible que también lo hagan respecto al cambio climático a través de la disminución de las emisiones de CO2.

Las energías renovables crecerán en todo el mundo, especialmente en la UE, mientras que el carbón será la energía con mayor incremento en Asia. En Latinoamérica, en cambio, crecerán todas las tecnologías. Con todo ello, en el escenario post-Kioto, asistiremos a la generalización de los actuales mecanismos de reducción de emisiones y al planteamiento de ambiciosos objetivos de penetración para las energías renovables.

En la Europa de hoy, no podemos hablar de mercados de energía sin tener en cuenta el CO2. Este nuevo invitado, que ha llegado para quedarse, está configurando nuevas decisio- nes. Sin duda afecta ya a la competitividad relativa del carbón y del gas natural, particular- mente en aquellos mercados donde la obligatoriedad de la adquisición de energías renovables y la producción eléctrica en base a la nuclear limitan el volumen del mercado.

La volatilidad del precio del CO2 y su nivel actual, no llevan a pensar que pueda ser un instrumento eficaz para fundamentar decisiones de inversión a largo plazo en tecnologías bajas en CO2 como son su captura y su almacenamiento. El mercado de este CO2, si bien en términos generales está determinado hasta el año 2020, presenta grandes incertidum- bres. En la medida en que se pueda configurar una banda de precios con suelos y techos, su correspondencia con otros mercados potenciales y una adecuada relación con los Mecanismos de Desarrollo Limpio, se podrá avanzar hacia una energía baja en CO2.

En este breve repaso por las diferentes fuentes energéticas, se pone de relieve que nos encontramos ante energías que se mueven en entornos internacionales muy abiertos y muy interrelacionados. Y, a pesar de la crisis económica, está bastante claro que la necesi- dad de energía en el mundo nos va a llevar a un escenario alcista de los precios.

Y si bien las energías primarias son esenciales para el sector energético, no daríamos una adecuada visión global de la situación si no incorporásemos en estas reflexiones las tecnologías.

Tecnologías

Mis consideraciones en este ámbito son dos. En primer lugar, cada tecnología avanza para facilitar soluciones a nuevos requerimientos, incluyendo los niveles de precios de mercado. El caso del gas no convencional sería un ejemplo de ello. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 503

La segunda consideración tiene que ver con el estímulo y el tipo de incentivo que se otorga a algunas tecnologías para que se desarrollen. Es el caso de las energías eólica y fotovoltaica, y la captura y almacenamiento de CO2.

La experiencia de España en materia eólica y fotovoltaica no presenta resultados favorables, en cuanto a su eficacia en resultados y coste. Ello debe llevarnos a reflexionar respecto al mejor diseño regulatorio para la consecución de objetivos y a la definición de la finalidad que se persigue, ya sea de reducción de emisiones, creación de tejido empresarial o creación de empleo. Deslindar con claridad lo que se pretende y diseñar bien los instrumentos más adecuados a la política a aplicar serán factores decisivos para poder acertar.

En el escenario energético futuro, previsiblemente continuará la búsqueda y el desarrollo de tecnologías con bajas emisiones de CO2 y socialmente aceptables. Y aunque no hay duda de que ciertas tecnologías necesitarán de incentivos o apoyos, la eficacia de su diseño seguirá siendo crucial. Es previsible que los tecnólogos den respuesta a ello, y las tecnologías, casi con total seguridad, estarán disponibles.

Con frecuencia, en los debates en España sobre el sector energético, existe la tendencia a centrarse en las tecnologías de generación eléctrica. A este respecto, creo que es oportuno realizar dos observaciones. La primera, que deben contemplarse aquellas tecnologías que, aparentemente “extramuros” del sector eléctrico, influyen o determinan condiciones en éste. El gas no convencional sería el ejemplo reciente más visible y más llamativo, entre otras razones, porque el volumen de su producción cogió desprevenidos a la gran mayoría de los operadores.

La segunda observación es la necesidad de mirar, con la misma intensidad y con la adecuada incorporación en los análisis y en las políticas, las tecnologías que se encuentran aguas abajo de la generación. Dos ejemplos de actualidad pueden servir para ello: las redes inteligentes (smart grids) y la incorporación de nuevas tecnologías en la automoción, como es el vehículo eléctrico.

Una vez dicho esto, me gustaría incluir algunas consideraciones sobre determinadas tecnologías de generación eléctrica.

La energía eólica ha experimentado notables avances en los últimos 15 años, fundamen- talmente en cuanto al desarrollo de mayores aerogeneradores y de integración en la red. Ello lleva a que su coste unitario, descontando el efecto de incremento de precios induci- do por la demanda, haya disminuido sustancialmente, y de ahí también la necesidad de acomodar los incentivos para su desarrollo. 504 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La energía fotovoltaica adolece de rendimientos bajos, y a pesar de los esfuerzos realiza- dos, está todavía lejos de ser competitiva. Ello debería llevarnos a identificar los segmentos más adecuados para su desarrollo, que casi con total seguridad, no pasan por el despliegue masivo de unidades agrupadas en suelo, cada vez de mayor tamaño.

Los ciclos combinados de gas natural, con rendimientos del 55-56%, han supuesto una revolución en la generación eléctrica, particularmente cuando se comparan con las centrales de carbón, con rendimientos del 37-38%. Esta diferencia de rendimientos, con unos escenarios de precios del crudo de 18—22$/bl, como los que prevalecían a comienzos de la década pasada, han propiciado cambios estructurales en el sector energético en un gran número de países, entre ellos España.

Donde bien pueden darse cambios que modifiquen las perspectivas de generación es en las centrales de carbón, mediante la mejora de rendimientos para acercarse al umbral del

50%, y la incorporación de la captura del CO2. Al mismo tiempo, los progresos en la identificación de almacenamientos de CO2 hacen que estas tecnologías, que sí cuentan con apoyos específicos y temporales, puedan contribuir a una generación de base que disminuya la emisiones de CO2 y respondan así al reto del cambio climático.

Y pensando en el futuro, la tecnología nuclear ya está disponible. Podría decirse que no es preciso recurrir a la denominada Generación IV para la construcción de nuevas centrales nucleares. Las tecnologías existentes que se encuentran en el ámbito comercial, pueden ser las centrales del futuro.

Pero, sin duda, es preciso que la aceptación, el consenso político y las decisiones sobre estas dos últimas tecnologías, nuclear y captura de CO2, tengan lugar en el futuro más inmediato posible, dados los tiempos de maduración de este tipo de inversiones.

Medio ambiente y cambio climático

Como consecuencia de los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, y de la firma y ratificación del Protocolo de Kioto, existe desde hace años una conciencia social y política que ha llevado a los gobiernos a establecer políticas para disminuir las emisiones de CO2.

Es bien conocido el objetivo europeo del triple veinte: 20% de reducción de consumo de energía primaria respecto a las proyecciones previstas; 20% de energías renovables El futuro de la energía: la visión de la empresa | 505

en el balance de energía final, y 20% de reducción de emisiones de CO2 respecto al año 2009, todo ello a conseguir en el año 2020.

Desde hace tiempo, la industria, y en particular el sector energético, han asumido los informes científicos y se han puesto en marcha para acometer seriamente reducciones de

CO2 sustentables. Al mismo tiempo, se han llevado a cabo muchos análisis y estudios, y también se han expresado numerosísimas opiniones.

La lucha contra los efectos del cambio climático requiere de todos los medios posibles, pero no debemos perder de vista que los aspectos económicos también deben estar muy presentes.

Es tan importante acertar en la definición del objetivo, como en la elección de los instrumentos. Y para ello debemos tener en cuenta que se trata de una carrera de fondo. La elección del camino más correcto, la continuidad y la coherencia, serán factores decisivos para obtener logros eficaces.

Respecto a la elección de los medios, la AIE ha realizado varios análisis sobre cómo lograr el objetivo de no superar en 2ºC la temperatura media respecto a los niveles pre-industriales de 1750. Esta organización concluye que existen alternativas y políticas para lograr este objetivo en el año 2030, pero también indica que para disminuir las emisiones en Europa habrá que hacer énfasis en la eficiencia energética, fundamentalmente en los usos finales, y en el desarrollo de las energías renovables, la nuclear, y la captura y almacenamiento de CO2.

Lo que indica la AIE es muy importante, ya que muestra que para reducir emisiones y lograr el objetivo de no superar los 2ºC, debe utilizarse también la energía nuclear, y la captura y almacenamiento de CO2. Además, según el organismo internacional, estas tecnologías son eficaces en coste, aunque existan diferentes rangos, dependiendo de los precios de los combustibles en los mercados internacionales o de la vida de las instalaciones.

En nuestro país, la política sobre este asunto hasta el año 2020 está básicamente determinada, y en parte conformada, por la caída de la demanda, la potencia térmica existente y el desarrollo de las energías renovables. Pero pensando en la próxima década, deberíamos poner en marcha la toma de decisiones para que el carbón, con captura y almacenamiento de CO2, y la energía nuclear tengan un peso adecuado en nuestro mix energético.

Respecto a la captura y almacenamiento de CO2, España cuenta con capacidad potencial en su territorio para poder llevarlo a cabo. Además, el almacenamiento sería beneficioso 506 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

para otras industrias con focos emisores individuales significativos, como son el refino, el cemento o la siderurgia.

La seguridad de suministro y las infraestructuras en el contexto de la política energética europea

La seguridad de suministro se enmarca en el contexto de los tres pilares de la política energética de la Unión Europea, junto a la sostenibilidad medioambiental y el aumento de la competitividad.

Podemos decir que los tres vectores no están siempre equilibrados, y que alguno de ellos, como la competitividad, está influido por las notables diferencias estructurales que impiden una verdadera integración energética. Entre ellas, la presencia de empresas de capital público en el sector de la energía, las diferentes políticas energéticas existentes, el distinto grado de apertura real de los mercados nacionales, y una insuficiente capacidad de las interconexiones.

La interrelación que existe entre asegurar los suministros, la sostenibilidad y el desarrollo de un mercado interior en competencia, debería llevar aparejado el impulso a una nueva política de seguridad energética, con el adecuado desarrollo normativo, así como el apoyo al desarrollo de los otros dos ejes de actuación (sostenibilidad y competitividad), cuya regulación básica está ya aprobada.

La nueva política de seguridad de suministro debe impulsar, principalmente, los siguientes instrumentos. En primer lugar, el desarrollo de una red interior de transporte de gran capacidad sin congestiones ni regiones desconectadas. La red debe ser fácilmente accesible por terceros bajo un marco armonizado y simplificado de acceso y operación. Con ello se aumentaría la liquidez, se mejoraría la diversificación de vías de entrada a cada mercado nacional, y se haría viable la solidaridad en situaciones de emergencia.

El segundo instrumento debería ser la diversificación de las fuentes de suministro y de las vías de entrada a la UE y a cada mercado nacional. El peso de Rusia como suministra- dor debe verse compensado progresivamente por otros orígenes, ya sea de países actualmente suministradores, como Argelia, o de nuevos orígenes, como los países del Caspio; ya sea por gasoducto o mediante GNL.

A estos efectos, es fundamental la construcción de una conexión potente de España con Francia, que permita llevar el gas que llega a España a otros países europeos. España El futuro de la energía: la visión de la empresa | 507

constituye a la vez una vía de entrada importante de gas argelino por gasoducto, y una plataforma con 6 plantas de regasificación de GNL y más de 10 orígenes de suministro, que le permitirían diversificar estratégicamente el suministro de gas a la UE.

No debemos olvidar que el desarrollo de infraestructuras, entre ellas las conexiones por gasoducto entre Francia y España, así como las de transporte de alta tensión, están consideradas como especialmente importantes en el programa de redes transeuropeas.

Finalmente, y no menos importante, se debe llevar a cabo una política exterior que favorezca y apoye las relaciones externas conjuntas o coordinadas de varios países con sus suministradores. Con ello, se conseguiría que la potencia de la UE como mercado se tradujera en fuerza en sus relaciones con los suministradores.

Pero siendo loable el propósito de esta coordinación europea ante grandes suministradores, no deberíamos olvidar tampoco el apoyo, a nivel nacional, que la política exterior debe facilitar a las relaciones energéticas con países o grandes empresas exportadoras de energía.

El sector energético español

En nuestro país, el sector energético está en proceso de cambio, consecuencia en parte de la experiencia acumulada en los procesos de liberalización de los sectores de la electricidad y del gas que se iniciaron en 1997 y 1998.

Nuestro país está a la cabeza de Europa en términos de liberalización del sector gasista, ya que ningún país europeo, salvo el Reino Unido, lo ha liberalizado tanto y tan rápido.

Además del elevado grado de liberalización del sector gasista, España cuenta con una alta diversificación, tanto de países de procedencia como de vías y modalidades de entrada del gas. A pesar de ello, es necesario diseñar adecuadamente las últimas fases de la liberalización, para que ésta sea sostenible en el tiempo.

Pero ello no debería llevarnos a olvidar los principales retos que tenemos que abordar. En primer lugar, la actualización de las Tarifas de Último Recurso (TUR), en base a criterios de suficiencia y de mercado, que recojan todos los costes de suministro y no distorsionen la formación de precios. En segundo lugar, el establecimiento de una metodología retributiva, estable y predecible, que otorgue incentivos a la inversión para completar la gasificación del país y realizar las infraestructuras básicas necesarias, especialmente los almacena- mientos subterráneos. En tercer lugar, aumentar las interconexiones con los países vecinos y, por último, mejorar la gestión técnica del sistema. 508 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Por tanto, desde un punto de vista regulatorio, es necesario hacer énfasis en la adecuada retribución de las inversiones y en la suficiencia de la TUR.

Desde el punto de vista de las infraestructuras, el sistema gasista debe continuar mejorando los almacenamientos de gas. Este es un tema pendiente, que en la actuali- dad, como consecuencia de la caída de la demanda, no se percibe como problema, pero que constituye un notable déficit estructural de nuestro sistema.

El segundo elemento clave son las interconexiones gasistas con Francia. Si bien la reciente open season ha puesto en marcha mecanismos esperanzadores, éstos no son suficientes, ya que necesitamos más interconexiones, tanto por el centro de los Pirineos como por el País Vasco y Cataluña. Este es uno de los retos para el futuro del sector gasista español.

En el sector eléctrico, existen problemas especialmente significativos. En primer lugar, una política basada en las energías renovables, algunas de altísimo coste. En 2009, la eólica duplicó el precio medio de la generación y la solar fotovoltaica lo llegó a multiplicar por diez.

En segundo lugar, la convivencia entre un sistema casi regulado (de precio final) y uno liberalizado (generación), que no pagan los consumidores de hoy, sino que se cubre a través del déficit de tarifa que también deben asumir los consumidores de mañana. Hemos de tener en cuenta, entre otras cuestiones, que la persistencia del importante déficit de tarifa, del orden de los 19.000 millones de euros a finales de 2009, impide la liberalización real del sector, y que a todo ello hay que añadir la necesidad de plantas convencionales de apoyo que funcionan cada vez menos horas.

En tercer lugar, la difícil liberalización real del sector eléctrico crea una situación que, además de dificultar el desarrollo de una verdadera competencia a nivel minorista, da señales distorsionadas a la demanda, lo que también impide que se apliquen, de manera plena, medidas de eficiencia energética. Por todo ello, debemos continuar en la senda del establecimiento de tarifas que recojan gradualmente todos los costes.

La integración de Gas Natural y Unión Fenosa

En el marco de estos escenarios energéticos, tanto a nivel mundial como español, la integración del gas y la electricidad es, sin duda, el camino a seguir para poder competir con éxito en un entorno cada vez más globalizado, y en el que ambas energías ya no se entienden como mercados separados, sino totalmente interrelacionados. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 509

Esta es la razón que da pleno sentido a la fusión de Gas Natural y Unión Fenosa, culminada en septiembre de 2009. La nueva compañía se ha convertido en la primera empresa integrada de gas y electricidad de la Península Ibérica, una de las principales utilities europeas, una de las tres líderes en el mercado ibérico de gas y electricidad, y un operador líder downstream con presencia en 23 países, cerca de 18 GW de potencia eléctrica instalada y más de 20 millones de clientes.

Además de España, el grupo tiene posiciones complementarias en otros dos mercados clave, como son México y Colombia, y es el segundo operador de GNL del mundo, lo que le permite arbitrar con una posición muy ventajosa entre los mercados de oferta y demanda de energía. Además, la nueva compañía cuenta con un mix energético equilibrado y diversificado, que incluye ciclos combinados, energía hidráulica, eólica, nuclear y carbón.

En definitiva, la unión de Gas Natural y Unión Fenosa ha de permitir afrontar los retos del actual contexto energético, ya que la suma de las dos compañías confiere al nuevo grupo una mayor capacidad competitiva para hacer frente a otros operadores internacionales, un alto grado de diversificación de los negocios, y una mayor diferenciación geográfica de sus actividades.

Reflexiones finales

El entorno económico y energético es de una enorme complejidad e incorpora un reto adicional: la incertidumbre. Ya han pasado los momentos del fuerte crecimiento de la economía y de la demanda de energía, por lo que ahora la mayoría de expertos parece apostar por una recuperación lenta.

El sector energético español se encuentra en un momento complicado, en el que se ha abierto un debate sobre cuál debe ser el modelo energético para el futuro de nuestro país. Todos los agentes implicados debemos hacer una profunda reflexión en este sentido, para conseguir que este modelo sea sostenible, tanto desde el punto de vista ambiental como económico.

En el sector gasista, es esencial que el proceso de liberalización en la comercialización se cierre adecuadamente con un buen diseño práctico de la TUR. En infraestructuras, es esencial que la retribución de las mismas —plantas de regasificación, transporte y distribución de gas—, sea adecuada e incentive el desarrollo y la mayor penetración del gas natural en todo el territorio. No deberíamos “bajar la guardia” en el desarrollo de los almacenamientos, tan esenciales para la seguridad del suministro y para la mejor gestión 510 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

técnica del sistema. Las interconexiones gasistas con Francia no sólo contribuyen a la seguridad de suministro de España y de Europa, sino también a dar pasos más reales y concretos hacia el mercado interior de la energía.

Hay que prestar una especial atención al coste de determinadas energías renovables, ya que estamos generando electricidad con unas fuentes muy caras, que suponen un coste de entre el doble y diez veces la generación convencional. Su crecimiento e incidencia en la configuración del precio de la electricidad y la situación global del mercado energético son factores a tener también muy en cuenta.

Asimismo, todos los consumidores deben ser muy conscientes del precio real de la energía. En este sentido, el déficit de tarifa no es más que la deuda creada por la diferen- cia entre lo que pagan los usuarios y lo que cuesta la energía. Y aunque la normativa actual determina que en el 2013 ya no se generarán más desequilibrios, la realidad es que las compañías estamos financiando 12.000 millones de euros a nuestros clientes. Aunque es un tema sensible, atendiendo al actual entorno económico, la situación debe ser resuelta cuanto antes. Y a todo ello tenemos que añadir que en la liberalización del mercado eléctrico se plantean retos que debemos resolver.

España cuenta con un mix energético de generación equilibrado, que debemos procurar mantener, con ciertos ajustes y con tecnologías que nos permitan luchar activamente en contra de los efectos del cambio climático. Sin embargo, tenemos aún sobre la mesa temas muy serios pendientes de resolver. El déficit tarifario o la forma de trasladar a los consumidores los costes de este nuevo modelo de generación sostenible hacia el que debemos evolucionar, son ejemplos claros del camino que nos queda por recorrer.

En la mayoría de las grandes cuestiones que afectan al sector energético, la visión a medio y largo plazo, la continuidad y el acuerdo en las políticas que se pretendan implantar serán claves. De ahí que sea preciso llegar a un pacto entre todos los actores del escenario energético, que permita a la energía convertirse en un elemento de estabilidad, de contribución al bienestar, de competitividad y de mejora medioambiental. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 511

IBERDROLA

Ignacio S. Galán Presidente de Iberdrola

onstituye una evidencia que la energía es un bien escaso –especialmente aquella que C se produce a través de fuentes energéticas tradicionales que son recursos naturales finitos– y que, además, resulta esencial para el desarrollo de un país, imprescindible para alcanzar el bienestar económico y social y clave para determinar su competitividad.

Asimismo, el sector energético es un gran tractor de actividad industrial, ya que es intensivo en inversiones que generan empleo y dinamiza e impulsa la actividad de sus proveedores, lo que le convierte en un agente clave de la reactivación económica.

En la actualidad, el sector energético está viviendo las consecuencias de la grave crisis económica que estamos atravesando y que se traduce en una importante reducción del consumo. Sin embargo, en el medio y largo plazo, la sociedad va a seguir demandando un mayor y mejor suministro, es decir, más energía, con más calidad de servicio y una mayor seguridad de suministro.

Todas las estimaciones indican que la demanda energética continuará creciendo a futuro, aunque de manera menos intensa de la experimentada hasta la fecha, como consecuencia tanto de los efectos de la crisis económica como de las mejoras en eficiencia previstas. Así, mientras el consumo se ha incrementado un 25% desde 1990, se espera que este ritmo se ralentice hasta el 10% durante el período 2010-2030.

Ligado a este crecimiento de la demanda, se prevé que las emisiones de CO2 en 2030 dupliquen las de 1990, superando los 40.000 millones de toneladas.

En este contexto, las reservas de combustibles continúan disminuyendo, ya que el descubrimiento de nuevos yacimientos no lleva el mismo ritmo que el crecimiento de 512 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

demanda. Por ello, los recursos actuales permitirían la producción durante 40 años en el caso del petróleo, y de 150 años en el caso del carbón, cuyas reservas han disminuido más de un 33% en los últimos 10 años.

Con todo, los precios de estos combustibles reflejan su escasez. En 2005, el precio del petróleo se situó en los 54 dólares por barril, y en 2008 traspasó la barrera de los 130 dólares, multiplicando su precio por cuatro respecto a 2003. A pesar de la reducción de precios experimentada por los efectos de la crisis, que a principios de 2009 se situó en niveles de 30 dólares por barril, el precio del petróleo se ha recuperado y, en la actualidad, ronda los 80 dólares por barril. Por su parte, el precio del carbón alcanzó en 2008 los 180 dólares por tonelada, triplicando los valores de 2005. Tras superar el impacto de la coyuntura económica, el precio del carbón en estos momentos se sitúa en el entorno de los 90 dólares por tonelada.

Por su parte, la dependencia energética exterior de los países desarrollados continúa creciendo. En la Unión Europea se sitúa en el 54%, mientras que en el caso de Estados Unidos la dependencia supera el 30%. A estos datos, hay que añadir el hecho de que muchos de los países exportadores, con situaciones políticas, económicas y sociales inestables, utilizan sus ventas de energía con fines geopolíticos, lo que incrementa la incertidumbre y fiabilidad del suministro, no sólo en el precio, sino también en la cantidad.

Así, el 85% del petróleo mundial viene de países emergentes o en vías de desarrollo: un 36% de Oriente Medio, más del 15% de la antigua Unión Soviética, un 15% de África, los países asiáticos suponen casi un 10% y América del Sur un 6,5%.

España, una isla energética

En España, los retos energéticos son similares a los del resto de países desarrollados, si bien están más acentuados por la mayor dependencia, la menor intensidad energética, las mayores emisiones y las escasas interconexiones.

En primer lugar, la demanda, impulsada por las altas tasas de crecimiento de la economía, ha registrado un incremento importante en los últimos años: un 15% en el período 2003- 2007, muy superior a la de los países de nuestro entorno que, como Alemania o Francia, se ha incrementado en tan sólo el 2%.

Si bien es cierto que el aumento del consumo energético ha sido menor que el crecimiento económico, al comparar la intensidad energética –es decir, el consumo El futuro de la energía: la visión de la empresa | 513

energético en relación con el PIB– con otros países europeos, podemos ver que la utilización de la energía en España puede racionalizarse aún más. Así, durante el período 1991-2006, la mejora en intensidad en nuestro país no alcanza el 5%, mientras que en Francia y Alemania esta cifra se sitúa entre el 15% y el 20%. Es decir, no hemos ganado en eficiencia energética lo mismo que nuestros principales vecinos.

Además, la dependencia energética en España es del 81%, casi 30 puntos por encima de la de la Unión Europea, y las perspectivas futuras no indican ninguna mejora en este aspecto.

Al mismo tiempo, las emisiones de CO2 se han disparado, siendo España el país europeo más alejado de sus compromisos medioambientales. Así, en 2009 –un año caracterizado por una elevada producción renovable y una menor demanda– las emisiones superaron en un 36% las de 1990, muy por encima del 15% de incremento máximo establecido en el Protocolo de Kioto.

En este contexto, los precios de la energía son un instrumento importante para dar señales eficientes al consumo que eviten el derroche y el coste medioambiental. Sin embargo, las tarifas oficiales en España han hecho que nuestro país haya tenido en los últimos años unos de los precios eléctricos más bajos de Europa, hasta un 25% inferiores a los de la Europa de los 15, lo cual es una de las razones por las que no se ha mejorado suficientemente en eficiencia energética.

En la actualidad, los costes de generación son muy superiores a los de la tarifa oficial. Si tuviéramos que construir ahora centrales nuevas, es decir, que no estuvieran parcialmente amortizadas, tendríamos un coste superior a los 100 €/MWh en el caso del carbón, en el entorno de los 75 €/MWh en el caso del ciclo combinado o de unos 80 €/MWh en el caso de las nucleares. En cuanto a las hidráulicas, fundamentales para garantizar el suministro en los momentos de punta, el coste sería cercano a los 160 €/MWh. Por su parte, la energía eólica tiene un coste ligeramente inferior a los 100 €/MWh, mientras que la solar fotovoltaica y la termosolar registran valores mucho más elevados debido a que se encuentran aún en los comienzos de la curva de aprendizaje.

Por ello, la implantación masiva de energías renovables –especialmente las solares, que cuentan con una tecnología muy poco madura– ha producido un fuerte incremento de los costes de suministro y ha agudizado el problema del déficit tarifario.

De cara al futuro, debemos elegir entre dos opciones: por un lado, continuar apoyando todas estas tecnologías, lo que supondría incrementar sustancialmente el precio de la electricidad; o bien, basar la producción en fuentes renovables más competitivas y 514 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

eficientes –fundamentalmente energía eólica–, lo cual nos permitiría cumplir con los objetivos medioambientales con criterios económicos razonables.

El último gran reto energético de nuestro país es dejar de ser una isla energética. En la actualidad, España cuenta con la menor capacidad de interconexión de toda la Europa continental, alrededor de un 4%, muy por debajo del objetivo del 10% establecido en la Cumbre de Barcelona. Además de aportar mayor seguridad de suministro al sistema, el incremento de interconexiones es fundamental para aumentar la capacidad eólica instalada, ya que el mayor tamaño de la red permite absorber los excesos de producción sobre las previsiones, especialmente en las horas de menor demanda.

Profunda transformación del sector

Ante este escenario, el sector energético mundial se enfrenta a una profunda transfor- mación, debido a la necesidad de dar respuesta a tres retos fundamentales.

En primer lugar, la seguridad de suministro, aspecto clave para países emergentes con gran crecimiento de la demanda, como China e India, pero también para la Unión Euro- pea, cuya dependencia energética, si no se toman medidas, puede incrementarse del mencionado 54% actual a más del 65% en 2030.

En segundo lugar, la sostenibilidad medioambiental, fuertemente amenazada por el actual modelo de crecimiento económico, que favorece las emisiones contaminantes y que pone en peligro recursos naturales esenciales, como el agua.

Y, finalmente, la competitividad, que debe mantenerse, a pesar de las importantes inversiones que necesita acometer el sector para garantizar un suministro de energía sostenible.

Este escenario requiere la puesta en marcha de importantes medidas de eficiencia energética para racionalizar el consumo, así como una fuerte apuesta por la Investi- gación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i), que haga posible ese objetivo, así como el desarrollo de iniciativas respetuosas con el medio ambiente. Como ejemplos en este campo, se encuentran la mejora de las tecnologías renovables menos maduras y el análisis de nuevas alternativas de generación sostenible, las redes inteligentes o el vehículo eléctrico, que en la actualidad se enfrenta al reto de ser técnica y económi- camente viable, si bien, desde el punto de vista de las redes eléctricas, éstas ya se encuentran preparadas para su integración. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 515

Lo cierto es que, en los próximos años, vamos a asistir a un progresivo desacoplamiento entre las inversiones energéticas y el crecimiento de la demanda.

Así, el 2% de incremento anual esperado de la demanda mundial hasta 2020 no vendrá precisamente de las áreas más desarrolladas, como Estados Unidos y la Unión Europea –cuyo consumo crecerá menos de un 1%–, sino que procederá de Asia y Latinoamérica, con crecimientos del 5% y 3% respectivamente.

Sin embargo, más del 45% de las inversiones energéticas previstas entre 2010 y 2030, se prevé que sean realizadas en los países desarrollados y, en concreto, en infraestructu- ras que introduzcan mejoras significativas en aspectos medioambientales y que favorez- can la reducción efectiva de emisiones contaminantes a la atmósfera.

Ello implicará un cambio en el mix de generación —principalmente en Europa y Estados Unidos— que, según el denominado “Escenario 450” de la Agencia Internacional de la Energía, traerá consigo la disminución de un 70% de la capacidad instalada en centrales de carbón en 2030.

Esta potencia será reemplazada por tecnologías medioambientalmente eficientes como la eólica, que se multiplicará por 5 veces, la nuclear –con 70 GW de nueva capacidad– y la hidroeléctrica, esencial para atender momentos de demanda punta.

Respecto a las centrales de gas, su uso se limitará a energía de respaldo, mientras que las térmicas podrían encontrar solución a sus problemas medioambientales en los siste- mas de almacenamiento y captura de carbono, si finalmente resultan viables desde el punto de vista económico.

En este contexto, las inversiones en redes también aumentarán a lo largo de los próximos años, impulsadas por la necesidad de conectar nuevas plantas de generación, sobre todo renovables a corto plazo y nucleares a largo plazo; por el aumento de las interconexiones, tanto en Europa como en Estados Unidos; por las medidas de eficiencia energética y un consumo más racional de la energía, que se plasmarán en la puesta en marcha de redes y contadores inteligentes; y por el refuerzo de las infraestructuras existentes, para adaptarlas a nuevos usos de la energía.

Finalmente, los legisladores y los órganos reguladores van a tener que desempeñar un papel fundamental, a la hora de atraer la gran cantidad de recursos financieros necesarios para hacer frente a todos estos desafíos, que se elevan a 14 billones de dólares en todo el mundo para los próximos veinte años. 516 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Tractor de la economía

Todo lo anterior refuerza el carácter tractor del sector eléctrico que, en coyunturas económicas como la actual, cobra mayor relevancia. Por ello, los distintos Gobiernos están incentivando la actividad en sus respectivos países, con el objetivo de que las Empresas puedan mantener o incluso incrementar su esfuerzo inversor, lo que se traduce en creación de empleo directo e indirecto, inducción de negocio a proveedores y aportación de ingresos fiscales.

En esta línea se hallan las dos normas introducidas en Estados Unidos a principios de 2009 por la Administración de Barack Obama, el “Energy Bill” y el “Stimulus Bill”, que contemplan diversos incentivos a las inversiones en redes y en energías renovables, para duplicar la potencia instalada de estas últimas en tres años y de que su cuota alcance un 10% del total en 2012 y un 25% en 2025.

Por lo que respecta a la Unión Europea, se ha reafirmado el objetivo de la Directiva, que supone que las renovables alcancen un 20% del consumo energético final en 2020. En el caso de España, este objetivo supondrá pasar del 9% inicial al 20%, y en el Reino Unido del 1,5% al 15%.

Además, los distintos países de la Unión Europea están fijando ambiciosos objetivos en materia de inversiones en infraestructuras energéticas. En este sentido, resulta paradig- mático el caso del Reino Unido, que prevé inversiones por 100.000 millones de libras hasta 2020.

Por último, el pasado 28 de enero, la Comisión Europea, dentro de su Plan de Recupe- ración Económica para 2009 y 2010, propuso destinar 1.750 millones de euros para el reforzamiento de las interconexiones de electricidad y gas.

Iberdrola, a la cabeza del cambio tecnológico

Iberdrola se enfrenta al nuevo escenario con importantes ventajas competitivas, entre las que se encuentran un mix de generación equilibrado y limpio, en el que las energías eólica, hidráulica y nuclear contribuyen con el 55% de la capacidad total, garantizando una producción sostenible y libre de emisiones de CO2 en el largo plazo.

Asimismo, la Compañía es líder en la gestión de redes, con casi 30 millones de puntos de suministro en todo el mundo, es referente mundial en eficiencia operativa y El futuro de la energía: la visión de la empresa | 517

financiera y ha realizado una fuerte apuesta por la innovación, que le sitúa en una situación muy ventajosa dentro del sector.

A todo ello hay que sumarle que la estrategia de diversificación seguida a lo largo de los últimos años ha proporcionado al Grupo una cartera de negocios y áreas geográficas, que le permite tener unos resultados sostenibles y grandes opciones de crecimiento, así como más oportunidades en aspectos relativos a la eficiencia y en transferencia de conocimientos y experiencias dentro de la Compañía.

De cara a los próximos años, Iberdrola está dispuesta a liderar el cambio tecnológico que se avecina en el sector energético. Y, para llevarlo a cabo, va a combinar inversiones en tecnologías maduras con una constante apuesta por la innovación.

La Compañía tiene previsto invertir 18.000 millones de euros en el periodo 2010-2012, para materializar sus proyectos de crecimiento orgánico y consolidar su expansión inter- nacional, iniciada en 2007 con la integración de ScottishPower y Energy East (hoy, Iberdrola USA) y el desarrollo de Renovables por todo el mundo.

Por áreas de actividad, Iberdrola destinará 9.000 millones de euros al sector de las energías renovables, para ratificar su liderazgo mundial, 6.300 millones a seguir mejoran- do y desarrollando sus infraestructuras de redes y 2.700 millones a las áreas de genera- ción de electricidad y comercialización de energía.

Iberdrola cuenta con una hoja de ruta clara de cara a afianzar su proyecto industrial global de crecimiento futuro, basado en la promoción de proyectos energéticos soste- nibles y de alto valor añadido en sus mercados de referencia, que giran en torno a la denominada Área Atlántica.

A través de Iberdrola Renovables, el Grupo aspira a consolidar su papel como líder internacional del sector, que hoy ostenta gracias a una potencia instalada de más de 11.300 MW en todo el mundo y una cartera de 61.100 MW. El crecimiento a lo largo de los próximos años se centrará, principalmente, en tres mercados: Estados Unidos, donde ya se ha convertido el segundo operador eólico, y Reino Unido y España, países en los que es el primer productor de energía eólica.

En esta misma línea, Iberdrola ha dado un paso muy importante para convertirse, también en el ámbito de las tecnologías marinas –considerado como la segunda revolución de las renovables–, en uno de los actores más relevantes del mundo. Este mismo año se ha adjudicado, junto a Vattenfall, los derechos para construir en Reino 518 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Unido uno de los parques eólicos offshore más grandes del mundo –7.200 MW–, capaz de suministrar energía a cinco millones de hogares. Además, promueve en Europa, incluida España, otros proyectos que suman casi 5.000 MW de capacidad.

Asimismo, la Empresa está desarrollando algunas de las plantas hidroeléctricas más importantes del mundo, que entrarán en servicio en la presente década y que aportarán unos 3.000 MW adicionales de potencia. En España, instalará 1.050 MW para 2012, mediante la ampliación, ya en marcha, de las instalaciones de La Muela, San Esteban y San Pedro. En Portugal, construirá el complejo del Alto Támega, uno de los mayores realizados en Europa en los últimos 25 años, con cuatro presas y 1.200 MW. En Brasil, promueve centrales que suman otros 700 MW y estudia, en la actualidad, nuevos proyectos.

Por otro lado, y en el marco de su firme compromiso con las tecnologías más limpias de generación, Iberdrola se ha convertido en pionera en el desarrollo de un proceso de captura y almacenamiento del CO2 producido en las centrales térmicas. Su filial ScottishPower puso en marcha, en mayo de 2009, una unidad de pruebas en la central escocesa de Longannet y ha sido elegida recientemente como uno de los dos finalistas del concurso convocado por el Gobierno británico para poner en servicio una planta de estas características a escala comercial en Reino Unido.

El Grupo considera que la energía nuclear es, junto a las renovables y la hidroeléctrica, clave para lograr un sector eléctrico con menores emisiones que contribuya a frenar el cambio climático. Iberdrola, que tiene una larga y acreditada experiencia en la construcción, operación y mantenimiento de instalaciones nucleares, estudia la promoción en Reino Unido, junto a GDF Suez y Scottish&Southern, de una central de 3.600 MW en Sellafield, cuya construcción podría comenzar en el año 2015, siempre y cuando el marco regulatorio fuera el adecuado.

Además, Iberdrola seguirá invirtiendo con el objetivo de mejorar y ampliar las infraestructuras de distribución de energía ya existentes, así como poner en marcha nuevas redes, incluidas las denominadas inteligentes, capaces de afrontar los retos futuros: garantizar un suministro de calidad, soportar la entrada en servicio de instalacio- nes renovables y dar cabida a la implantación de los vehículos eléctricos. La Empresa, que también tiene proyectos en Reino Unido y Estados Unidos, hará de Castellón (100.000 hogares) la primera ciudad española con redes inteligentes.

Por lo que se refiere al vehículo eléctrico, Iberdrola es consciente de que el sector eléctrico ha de jugar un papel destacado en su implantación, dado que será el encargado de garantizar el suministro y las redes capaces de asumir su recarga. Por ello, la Compañía El futuro de la energía: la visión de la empresa | 519

lleva trabajando en su desarrollo más de 10 años, y ya ha comenzado a instalar puntos de suministro en sus edificios corporativos. Además, Iberdrola participa en numerosas iniciativas nacionales e internacionales, entre las que destacan Cénit Verde (Ministerio de Ciencia) o Green e-Motion (Unión Europea). Por último, la empresa ha sido pionera en el lanzamiento de su Programa de Movilidad Verde a sus clientes de España, una propuesta para solucionar, de manera combinada, todas las necesidades relacionadas con el vehículo eléctrico: el coche, la recarga con energía verde y la financiación.

Por último, Iberdrola seguirá ratificando durante los próximos años su compromiso con la I+D+i, una herramienta fundamental para poder encarar con garantías de éxito los retos del futuro. El Grupo, que invirtió 90,5 millones de euros en este ámbito a lo largo de 2009 para el desarrollo de 150 proyectos, centra sus esfuerzos en el fomento de la eficiencia energética, la calidad de suministro y el desarrollo sostenible.

En resumen, el proyecto industrial global de Iberdrola está basado en un plan de crecimiento sostenible, cuyo principal objetivo es la creación de valor para todos sus grupos de interés: los accionistas, mediante la mejora de la retribución; los clientes, a través de una mayor calidad de servicio; los empleados, que disfrutan de las nuevas posibilidades de desarrollo profesional; los proveedores, que ven incrementados sus pedidos gracias a la buena marcha del Grupo; y la sociedad en general, que se beneficia de una mayor contribución económica y social.

En el futuro, la Compañía aspira a seguir siendo una de las principales empresas energéticas del mundo, capaz de seguir dando respuesta a los importantes retos que el sector tiene planteados, de una forma responsable y sostenible, con el objetivo último de dejar a las próximas generaciones una sociedad mejor. 520 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

HC Energía y Naturgas

Manuel Menéndez Presidente de HC Energía y Naturgas

Un siglo “eléctrico”

i el siglo XX ha sido definido dentro de las fuentes de energía por muchos como el Ssiglo del petróleo, este nuevo siglo que estamos empezando será, sin duda, el siglo de la electricidad. El formidable desarrollo tecnológico permitió disponer de petróleo en abundancia y a costes reducidos. Por primera vez la humanidad dispuso de una fuente energética abundante, muy fácil de transportar y de utilizar. Como resultado los habitantes de los países desarrollados multiplicaron por 10 su consumo energético1 lo que posibilitó alcanzar un nivel de vida muy superior al que disfrutaban las generaciones anteriores y que la distancia dejara de ser un obstáculo para las relaciones entre las personas.2 Sin embargo, pese a su facilidad de transporte y distribución (por el alto contenido energético específico de los productos petrolíferos), dos tercios de la humanidad no han disfrutado del acceso a una energía abundante y barata. Sin duda, la convulsa historia del siglo XX puede explicar la desigual distribución de la energía entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado.

Pero en las dos últimas décadas, las cosas han empezado a cambiar. El fin de la guerra fría, el desarrollo explosivo de las telecomunicaciones y la informática han introducido en los ciudadanos el sentimiento de pertenecer a un único mundo, y el convencimiento, olvidada la mala conciencia del colonialismo, de que no podemos permanecer impasibles ante las situaciones de pobreza y desigualdad. Hoy tenemos la conciencia de que las cosas no pueden seguir así, y que todos tenemos que actuar para permitir que todos los habitantes del planeta tengan un acceso a la energía suficiente y asequible.

1. El ciudadano medio americano consumía en 1900 unas 30 MBtu (0,75 tep) por año. En el año 2000, su consumo fue de 350 MBtu (8,8 tep) (Fuente Energy Information Administration) 2. A comienzos del siglo XX, el desplazamiento promedio diario de un ciudadano era inferior a un km. Al finalizar el siglo, en los países desarrollados era del orden de 30 km El futuro de la energía: la visión de la empresa | 521

Existe amplio consenso en que no es posible alcanzar un nivel de vida digno sin un acceso adecuado a la electricidad. Por ello todas las previsiones de los organismos internacionales señalan que es imprescindible y urgente llevar el suministro eléctrico a los más de 1.500 millones de personas que aún carecen del mismo. Hay una distancia inaceptable entre los más de 7.000 kWh consumidos anualmente por los ciudadanos de los países avanzados de la Unión Europea y los 600 kWh consumidos por los 900 millones de hindúes o los menos de 200 kWh ¡por habitante y año! consumidos por los ciudadanos de 18 países con menor consumo eléctrico per capita y población similar a la europea.3

Además, la electrificación es impulsada por otro fenómeno también de carácter global: la amenaza del cambio climático. Aunque pueda haber algunas dudas sobre la magnitud del mismo, es claro que la naturaleza del cambio climático exige actuar por un elemental principio de prudencia. Las actuaciones deben ser razonables y proporcionales a la magnitud de los riesgos que enfrentamos. Y en el sector de la electricidad, en su doble vertiente, generación y consumo encontramos oportunidades para disminuir el impacto de las emisiones de CO2 en la atmósfera.

La electricidad tiene además la capacidad de descarbonizar su propio sector, contribuir a la de otros como el transporte, hoy uno de los mayores emisores de CO2 y posibilita la incorporación de energías renovables al sistema energético.

Por todo ello, razones de equidad y justicia en las sociedades humanas y necesidad de actuar ante el cambio climático, mi creencia en un siglo XXI “eléctrico”.

Recursos Energéticos

Ante el reto de incrementar de forma muy importante el suministro eléctrico, surge la cuestión de las tecnologías para generar esa electricidad. La respuesta es sencilla: todas las tecnologías son necesarias. Los combustibles fósiles generan más del 75% de la electricidad del mundo. En las próximas décadas seguirán siendo mayoritarios aunque se harán importantes esfuerzos para incrementar la electricidad libre de emisiones de CO2. Surge la gran pregunta de las reservas de estos combustibles. En carbón hay reservas suficientes para el consumo previsible en este siglo, y el reto es desarrollar la tecnología que permita utilizar este combustible reduciendo significativamente las emisiones de

CO2. La captura y almacenamiento del CO2 en las centrales es la tecnología más prometedora, aunque estamos todavía algo lejos de su demostración comercial.

3. Datos del Banco Mundial 522 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el petróleo la situación es más preocupante. Si bien es cierto que al igual que hace 40 años, sigue quedando petróleo para otros 40 años, algunos datos empujan a la cautela: los 20 grandes supercampos petrolíferos que juntos representan el 25% de la producción mundial4 de petróleo están reduciendo su producción a un ritmo cercano al 5% anual. Por tanto, tendremos que descubrir y poner en explotación a finales de esta década petróleo por una cantidad cercana al 40% de la producción actual solo para compensar el declive de los campos hoy en producción. Todo un reto para la industria del petróleo. Lo que si es cierto es que los nuevos descubrimientos se harán en zonas más “difíciles”: aguas profundas, zonas árticas… de explotación mucho más cara5 que la mayoría de los pozos actuales. Esto nos indica que no podemos esperar precios del petróleo muy inferiores a los 80 $ el barril de estas semanas. Parece que el precio del petróleo tiene un suelo a futuro.

El gas también tiene sus reservas limitadas. Aunque con mayor duración que las del petróleo, quizás 60 años, el incremento de consumo por su uso en la generación de electricidad, rebajará esa cifra. Sin embargo en este combustible la tecnología está alumbrando un cambio significativo. En efecto, los desarrollos de los últimos 15 años, perforación horizontal a grandes profundidades y el hidrofracturado de rocas ha permiti- do poner en explotación yacimientos de gas de características distintas a los convenciona- les. Ahora es posible extraer gas a coste razonable de yacimientos de porosidad y permeabilidad muy inferiores a los tradicionales. Se trata del llamado “gas no convencio- nal” que permite extraer el gas de yacimientos de pizarras (gas de pizarras, “shale gas”) o areniscas y otros materiales (gas de yacimientos de baja permeabilidad, “tight gas”). Esta técnica ha permitido a Estados Unidos incrementar de forma notable su producción de gas tras más de una década de descensos, y recuperar el primer puesto como productor superando a Rusia. Pero más importante, las primeras estimaciones del gas existente en este tipo de formaciones indican unas reservas que pueden llegar a ser el triple de las convencionales, lo que de confirmarse cambiaría la geopolítica de la energía en los próximos años. Ya hoy, la producción americana provoca que sus terminales de gas licuado (GNL) en el Atlántico permanezcan inactivas, y este gas con destino inicial a Estados Unidos se desvía a otras latitudes presionando los precios a la baja de este combustible. Pero los desarrollos del gas no convencional están aún empezando. Muchos países están estudiando sus formaciones geológicas y la producción en Estados Unidos encuentra algunas objeciones por el impacto medioambiental de una explotación masiva. Los próximos años dirán si nos hemos liberado de un monopolio de gas de unos pocos países productores.

4. Hook y otros Energy Policy 2009. Hay más de 4.000 pozos petrolíferos en producción. 5. Y tecnológicamente más difícil, como demuestra el accidente de Deep Horizon en el Golfo de México del pasado 20 de abril de 2010. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 523

Recursos fósiles hay, aunque con el petróleo haya que ser precavidos. La otra tecnología en uso en las pasadas décadas para la producción de electricidad es la nuclear. Aunque hay 438 centrales en explotación en el mundo, su desarrollo en la mayoría de los países occidentales es muy discutido. A su ventaja de no emitir CO2 se opone la producción de residuos radiactivos cuyo tratamiento final no está resuelto en muchos casos. Hoy su desarrollo se realiza en los países de Extremo Oriente, China, Corea, Japón, y en algún país occidental (Finlandia, Francia). Otros países han anunciado cambios de sus políticas energéticas para contar con la opción nuclear en el futuro. Si la evolución del cambio climático en los próximos años obliga a ser más estricto con las emisiones de CO2, o el ritmo de explotación de los recursos de combustibles fósiles no es suficiente para satisfacer el incremento de la demanda de energía en los países emergentes (China, India, Brasil…), será difícil prescindir de esta energía.

En los últimos años, y fundamentalmente por la iniciativa europea, se han desarrollado tecnologías renovables de producción de electricidad. La de mayor éxito es sin duda la energía eólica. Durante 2009 se han puesto en servicio 38.000 MW eólicos en todo el mundo6, alcanzado a final del pasado año, la cifra de 159.000 MW eólicos en funcionamiento, y produciendo unos 340 TWh en ese año. Esta cantidad es superior a la producción eléctrica total de nuestro país. ¡China puso en servicio en este año un total de 13.000 MW!7. Con 26.000 MW es ya la segunda potencia mundial en energía eólica, tras Estados Unidos con 35.200 MW. Alemania (25.700 MW) y España (19.100 MW) ocupan la tercera y cuarta posición. Nuestro país ha sido un referente en el desarrollo de la tecnología eólica. Dos empresas ibéricas, Iberdrola y EDP ocupan la primera y tercera posición en el ranking mundial empresarial de potencia eólica en explotación. Los fabricantes de nuestro país también están entre los primeros del mundo. España bien dotada de este recurso, debe continuar su promoción, pero nuestro limitado tamaño exige que nuestras empresas tecnológicas trabajen en el exterior para asegurar la continuidad de nuestro destacado papel en esta tecnología.

Otras tecnologías renovables, solar fotovoltaica, termoeléctrica, undimotriz… aunque han avanzado en años recientes, son aún muy caras por lo que su desarrollo debe realizarse a un ritmo mas limitado sino se quiere encarecer en exceso el coste de la electricidad.

De cualquier forma la tecnología de generación renovable ha llegado para quedarse y su contribución en la generación de electricidad crecerá de forma importante en las próximas décadas.

6. Datos eólicos del World Wind Energy Association. 7. Junto con más de 40 centrales de carbón e inició la construcción de 9 centrales nucleares. Las cifras de China son diferentes de todo lo conocido hasta hoy. 524 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La eficiencia y el ahorro energéticos: nuestro otro gran recurso

Estamos inmersos en un cambio de modelo energético, en el que se cambian las altas dependencias de combustibles fósiles. El nuevo modelo pasa por la satisfacción de las necesidades energéticas y de crecimiento de la sociedad de una forma sostenible.

Y esta sostenibilidad se obtiene cumpliendo los tres pilares básicos de la política energética: seguridad de suministro, desarrollo sostenible y competitividad. Estos tres vectores, con dimensiones técnicas, medio ambientales y económicas deben ser compatibles y no excluyentes.

La lucha contra el cambio climático y la reducción de la dependencia energética a través de la mejora del autoabastecimiento tienen su reflejo en la elevación de costes y precios de la energía. El reto está en hacer compatibles estos vectores sin que vaya en detrimento de la competitividad.

No existe ninguna tecnología que cumpla estrictamente con los tres criterios. La única que lo cumple es la eficiencia energética, que como se menciona habitualmente es la fuente de energía más limpia, más segura y más barata. Si la eficiencia energética se hace necesaria en todos los países, es especialmente crítica para países con alta dependencia energética, como es el caso de España.

La eficiencia en el uso final de la energía es el elemento que contribuye en mayor medida a la reducción de emisiones de CO2, representando en ciertos escenarios (como en el de 450 ppm de la AIE) más de la mitad del ahorro necesario respecto al escenario tendencial en 2030.

Las redes inteligentes (“smart grids”) y el vehículo eléctrico están llamadas a tener un protagonismo por su contribución a la eficiencia y a la gestión de la demanda. Ambos requieren grandes inversiones y adaptaciones en las redes de distribución para las que se requiere una retribución adecuada.

Europa

En este entorno, ¿Cuál debe ser el papel de Europa?. La Unión Europea, es un claro éxito político, nunca en la historia de las naciones europeas había habido un periodo de 60 años sin conflictos entre alguno de sus países. Tan solo el conflicto de la antigua Yugoslavia, que no pertenecía a la Unión Europea, ha manchado nuestro viejo continente. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 525

En estos meses debe demostrar que también es un éxito económico y poder así continuar ejerciendo su papel de liderazgo mundial. Pero hay realidades que no debemos olvidar: Europa, y más la Unión Europea tiene un peso limitado y cada vez menor en las grandes decisiones futuras del mundo. La población europea8, 500 millones de personas, representa tan solo el 7,3% de los 6.800 millones de habitantes del planeta.

Los europeos demandamos, en 2008, 1.800 Mtep9, el 14,7% de la demanda mundial de energía primaria. Consumimos 14.700 millones de barriles de petróleo (el 17,8% del total mundial), 490 mil millones de metros cúbicos de gas (16%) y 301 Mtep de carbón (9% del total mundial). Pero solo disponemos de reservas por 6.300 millones de barriles de petróleo (0,5% de las reservas mundiales de este combustible), 2,9 billones de metros cúbicos de gas (1,6%) y 29.500 millones de toneladas de carbón (el 3,6% del total mundial). No tenemos, pues, reservas de petróleo ni para un año de nuestro consumo, en gas para 6 años y en carbón para 30. La naturaleza no ha sido generosa con Europa en combustibles fósiles. Europa ha suplido esta escasez con fomento del comercio internacional y con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. En la Unión Europea operan 143 de las 438 centrales nucleares del mundo y en 2009 produjeron 850 TWh, el 25% de la electricidad europea. La energía eólica, desarrollada inicialmente en Europa, tiene en la Unión Europea 75.000 MW operando, casi el 50% del total mundial, y una producción cercana a los 140 TWh.

La Unión Europea ha tomado el liderazgo de desarrollar las energías renovables. Su condición de energías autóctonas y de reducido impacto ambiental con práctica ausencia de emisiones de CO2 indican el camino a seguir. Solo hay que tener prudencia en el coste que estamos dispuestos a pagar. La eólica es hoy una realidad industrial en Europa y sus costes de generación están cercanos a los de los combustibles fósiles. Debe seguirse apoyando su desarrollo, e ir preparando la nueva frontera que supone la eólica marina.

La política energética es hoy competencia de cada estado miembro, por lo que la Comisión Europea intenta influir en el mix energético de los distintos países a través de la política Medioambiental o la de Competencia, en las que si tiene responsabilidades. Esto se ha traducido en la aprobación en enero de 2008 del denominado Paquete Verde, con lo ya conocidos 20/20/20 en el 2020: Reducción de un 20% en las emisiones de CO2; Alcanzar el 20% de peso de las energías renovables en el consumo energético final y finalmente, reducción de un 20% del consumo energético respecto al escenario tenden- cial. Fijarse objetivos es bueno y cuantificarlos también. Pero el devenir económico es complejo, y las circunstancias nunca son las que se preveían al fijar los objetivos. Debe

8. En adelante datos de la UE-27. 9. Mtep: Millón de toneladas equivalentes de petróleo. 526 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

tenerse la flexibilidad y firmeza suficientes para mantener los objetivos que tienen sentido y adaptar los restantes a lo necesario cuando las circunstancias cambian. En enero de 2008 nadie preveía la situación actual.

Se multiplican los estudios sobre cual debe ser el mix eléctrico europeo para 2050. Algunos plantean la total descarbonización del sector eléctrico consiguiendo así una reducción de gases de efecto invernadero del 80% respecto de las emisiones del año 1990. Aunque un plazo tan largo, 40 años, hace muy dudosa la validez de las predicciones, alguna tendencia debe apuntarse: Incremento progresivo de las energías sin emisiones, que además ayuden a reducir la dependencia energética, pero vigilando el coste del suministro eléctrico. Europa ha sido la cuna de la revolución industrial y disponer de energía a menores costes permitió el dominio de la tecnología. Hoy necesitamos la tecnología para dominar energías más sofisticadas, pero corremos el riesgo de perder la industria y el liderazgo tecnológico si elegimos un camino considerablemente más caro que otros actores económicos de este planeta.

La Unión Europea emitió en 2007 4.190 Mt de CO2, el 15% de las emisiones mundiales de este gas. En 1990, las emisiones de CO2 de la UE-27 fueron 4.400 Mt, y represen- taron el 22% del total mundial. Solo Rusia ha mostrado una reducción superior a la UE, aunque por causas bien diferentes.10

China incrementa anualmente su demanda de energía primaria en 120 Mtep; la Unión Europea debería reducir su consumo energético para volver a la cifra de 1990 en 144 Mtep. Es decir que la reducción energética de la Unión es el crecimiento chino en 15 meses (que también coincide con el consumo de energia primaria total de España). China, con 2.100 Mtep en 2008 es ya el segundo consumidor energético mundial, y alcanzará en menos de dos años a los Estados Unidos.

España

Si Europa tiene escasos recursos energéticos fósiles, la situación de España en este respecto es aún peor. Nuestro único recurso energético fósil autóctono es el carbón. Y lo tenemos en poca cantidad y caro de extraer. España, en el contexto europeo, tiene unas características particulares como son su alta dependencia energética, condición de isla energética con un claro déficit de interconexiones con Francia, intensidad energética y nivel de emisiones por encima de la media europea.

10. Aunque también una parte de la reducción europea se debe a la reducción en los primeros años de la década de los 90 de la actividad industrial en los países del antiguo Comecon y que hoy están en la Unión Europea. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 527

El formidable desarrollo de los años anteriores a la crisis, se tradujo en un importante incremento de nuestro consumo energético y de las emisiones de CO2 asociadas, pues fue un desarrollo basado en actividades, como la construcción, intensivas en mano de obra pero también en energía. En los últimos años se ha potenciado de forma extraordinaria la incorporación de energías renovables en nuestro mix eléctrico. Pese a nuestra posición avanzada en energía eólica y en solar fotovoltaica (tenemos cerca del 40% de la electricidad fotovoltaica del mundo), nuestra dependencia energética es todavía del 80%... Debe ponerse orden en este desarrollo y avanzar preferentemente en las tecnologías de menor impacto económico y que aporten desarrollo industrial. Son otros países los que deben ahora contribuir a la reducción de costes de las tecnologías renovables más caras.

Lograr un acuerdo político sobre las bases de nuestro modelo energético futuro es del todo punto necesario. Proseguir con la integración del mercado ibérico, con reguladores independientes y con voz en Europa para conseguir que las reglas de juego no den ventajas indebidas a unos modelos empresariales sobre otros. Terminar con prácticas como los déficits sistemáticos de tarifa que pervierten el funcionamiento del sistema.

Heredamos hace 30 años un sistema eléctrico diversificado y comparable con los de los países más avanzados. Debemos contribuir a dejar un sistema al menos tan eficiente y más sostenible tanto ambiental como económicamente. 528 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

INDRA

Las infraestructuras inteligentes, base del futuro energético

Javier Monzón Presidente de INDRA

Entorno actual

n los últimos veinte años hemos asistido a una profunda transformación del panora- E ma económico mundial. De modo muy visible hemos sido testigos de cómo el liderazgo económico ha pasado del G-8, un reducido grupo formado por los 8 países más industrializados del mundo y localizados todos ellos en el hemisferio norte, al G-20, formado por 20 países ubicados en todas las regiones geográficas. Este proceso de crecimiento global ha venido acompañado de un aumento del 35% del consumo energético en el mismo periodo en todo el mundo, aunque con significativas diferencias regionales: en los países industrializados el crecimiento ha sido del 30%, en los países emergentes ha superado el 90%.

En los próximos 10 años, según estimaciones de la OECD, se esperan inversiones de 390 mil millones de dólares en el sector eléctrico en todo el mundo, para atender la creciente demanda de energía final de regiones emergentes y fuertemente pobladas (fundamental - mente Brasil, China, India y otros grandes países del sudeste asiático), y para modernizar los activos energéticos en Europa y Norteamérica. Estas inversiones duplicarán la capaci- dad mundial de generación eléctrica. Dado el actual mix de generación, en el que más del 90% de la energía producida se obtiene a partir del consumo de combustibles fósiles, es evidente que si no se modifican los patrones de consumo corremos el riesgo de acercarnos rápidamente a problemas de escasez de recursos fundamentales. Las inversio- nes en I+D para lograr una mejora sustancial del rendimiento de la generación renovable y la reconsideración del papel que debe jugar la energía nuclear son componentes esenciales para una gestión energética que quiera hacer frente con éxito a los problemas asociados a la limitación de combustibles fósiles. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 529

Junto a la conciencia sobre la escasez de recursos energéticos, se ha desarrollado una fuerte sensibilización y una exigencia creciente de responsabilidad medioambiental para todos los agentes involucrados, como productores o como consumidores de energía. Más allá de las polémicas sobre el tratamiento de datos que hayan podido realizar algunos especialistas en clima, el cambio climático y el calentamiento global son realida- des aceptadas por una parte cada vez más significativa de la sociedad. Las emisiones asociadas de gases de efecto invernadero podrían conducir a un aumento de la tempera- tura media del planeta y poner en grave riesgo las condiciones de vida en numerosas áreas de la Tierra. Pese al fracaso de la reciente cumbre de Copenhague, será necesario continuar trabajando para reducir a la mitad las emisiones mundiales de carbono de aquí a 2050. La Comunidad Europea se ha planteado una reducción del 20% de las emisio- nes para el año 2020. Las iniciativas más ambiciosas aspiran a lograr que el máximo de emisiones de gases de efecto invernadero se sitúe en torno a 2020 y abogan por el cambio a sistemas de generación de energía con bajas emisiones de carbono y la mejora de la eficiencia energética desde el lado de la demanda.

En un entorno global de recuperación económica poco pronunciada, la eficiencia energé- tica se presenta además como una herramienta imprescindible a corto y medio plazo para contribuir decisivamente a la optimización del uso de una energía escasa y cara. La eficiencia energética es el único medio del que disponemos a corto plazo para disminuir el consumo energético y mantener los mismos servicios y prestaciones, sin que nuestra calidad de vida se deteriore y al mismo tiempo sea posible proteger el medio ambiente, asegurar un mejor abastecimiento energético y fomentar un comportamiento sostenible en su uso. La mejora de la eficiencia energética es la iniciativa que más rápidamente puede proporcionar resultados significativos en la reducción de las emisiones contami- nantes y en la optimización del uso de recursos escasos. La gran dificultad en la implanta- ción de las medidas que favorezcan la mejora de la eficiencia radica en la gran dispersión de los agentes encargados de la toma de decisiones (particulares que deben invertir en acondicionar sus hogares o cambiar su modo de transportarse, empresarios que deben alterar sus procesos productivos, administraciones locales que deben modificar el modo en que gestionan las ciudades).

Por todo ello, hacer frente a la escasez de recursos energéticos, responder al cambio medioambiental y aumentar la eficiencia energética pasarán a ser ejes fundamentales para el desarrollo estratégico de las empresas. La consideración de las consecuencias energéticas y medioambientales de las diferentes iniciativas llegará hasta la alta dirección por su impacto económico y en la reputación de las empresas. Consecuentemente, se abren nuevas oportunidades para aquellas empresas que puedan aportar soluciones fiables para dar respuesta a estos retos emergentes. 530 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El papel de la tecnología

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) se han convertido en herra- mientas esenciales para dar respuesta a los retos de gestión derivados de la escasez de recursos energéticos, para hacer frente al cambio medioambiental y para mejorar la eficiencia energética. Para que sea posible aprovechar el potencial de las energías renovables para hacer frente a la escasez de combustibles fósiles, serán necesarias inversiones en TIC que permitan integrar eficazmente la capacidad de generación renovable en las redes eléctricas. Para lograr la reducción de emisiones, las TIC contribuyen a la optimización de la gestión de las redes eléctricas y a la transformación de otras industrias reduciendo así su necesidad de emisiones. Para mejorar la eficiencia energética, las TIC proporcionan a todos los agentes involucrados la información precisa sobre el consumo y la eficiencia de las diferentes alterna- tivas y son la base para una toma de decisiones correctamente informada.

La miniaturización, la reducción de costes y la espectacular mejora de rendimiento experimentada por las tecnologías de información y las comunicaciones durante los últimos años han contribuido a una modificación radical de su impacto potencial en las empresas. Hasta fechas muy recientes, la aplicación de las TIC a los negocios había contribuido a la automatización o mecanización de los procesos existentes o a la mejora de la toma de decisiones discretas y generalmente no integradas en la operativa diaria. Actualmente, el hecho de disponer de información en tiempo real y capacidad de actuación casi instantánea sobre las infraestructuras permite dar un salto cualitativo en la mejora de la calidad de la toma de decisiones, en la medición de los resultados y en el aumento de la eficiencia en la ejecución de los procesos. En la era digital, la ubicuidad de sensores y de elementos de control y actuación, de equipos con capacidad de procesamiento de información, y la conectividad permanente entre todos ellos permiten dotar de inteligencia a las infraes- tructuras y crear modelos de respuesta y reconfiguración automática de las mismas que se adaptan más eficazmente a las condiciones cambiantes del entorno. Soportados en las tecnologías de control y comunicaciones, es posible desarrollar nuevos modelos de gestión que explotan la inteligencia distribuida en las infraestructuras y el acceso en tiempo real a información sobre el estado de las redes. Todo ello permite una toma de decisiones más eficiente, proporciona una mayor flexibilidad para adaptarse a las rápidas variaciones en las condiciones de oferta y demanda y asegura una mayor calidad de las respuestas ante problemas de congestión e incidencias. A medio plazo, la adopción masiva de las TIC en la gestión energética favorecerá el desarrollo de nuevos modelos de negocio más eficientes económica y medioambientalmente.

Las TIC son esenciales para el proceso de desmaterialización de la actividad económica. Por desmaterialización se entiende la sustitución de actividades con un elevado consumo El futuro de la energía: la visión de la empresa | 531

energético (y una elevada huella de carbono) por otras de menor consumo, tales como la adopción masiva del comercio electrónico, la sustitución de las facturas en papel por facturas electrónicas, el desarrollo de la Administración electrónica, la aceptación de la videoconferencia como alternativa a los encuentros cara a cara o la generalización del teletrabajo. Numerosos estudios han mostrado el impacto que la aplicación sistemática de las TIC puede tener sobre el consumo energético de los sistemas de transporte, el diseño de edificios o el diseño y gestión global de las ciudades.

SMART GRIDS

La industria eléctrica se enfrenta a un periodo de cambios trascendentales. En el nuevo escenario deberá acomodar la capacidad de generación procedente de fuentes renovables, que es intermitente y frecuentemente se encuentra distribuida. Los clientes tendrán cada vez más información de sus consumos reales y buscarán una mayor eficiencia y una mayor adaptación a sus necesidades por lo que serán imprescindibles nuevos modelos de gestión de la demanda. El marco regulatorio será cada vez más exigente e impondrá condiciones más estrictas para la gestión y obligaciones de mejora de eficiencia. Muchas eléctricas se encuentran además con una fuerza laboral en edad cercana a la jubilación y a la que será necesario capacitar en un plazo muy corto de tiempo en el manejo de las nuevas tecnologías requeridas para la gestión.

Acomodar la generación renovable y la gestión avanzada de la demanda y promover la eficiencia energética de los clientes sólo es posible mediante la confluencia de las redes eléctricas con las comunicaciones y las tecnologías de la información para transformar las actividades de transmisión y distribución de energía, que apenas habían sufrido modifi- caciones a lo largo de los años y que ahora deben servir de base para los nuevos modelos de gestión. Aunque no sea sino por razones de fiabilidad, las infraestructuras de control actuales son insuficientes para que las eléctricas puedan incorporar la inteligencia que las nuevas redes precisan. Las mejoras para convertir las redes actuales en redes inteligentes se centran en la captura y la presentación de los datos, la optimización de las comuni- caciones, el desarrollo de plataformas de control en tiempo real, la integración de las soluciones de gestión energética del cliente con las operaciones de red y la integración de de las soluciones en tiempo real con las aplicaciones de gestión de la eléctrica.

La captura y presentación de datos es una pieza básica del nuevo modelo de gestión. Si no se dispone de información real sobre el consumo en cada uno de los puntos de suministro, será imposible adecuar la oferta a las necesidades específicas de cada cliente. Los contadores deberán estar comunicados para permitir el envío de información hacia la eléctrica y para 532 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

facilitar la gestión remota del cliente. Junto a las soluciones de medida inteligente, será necesario desplegar sensores en subestaciones y centros de transformación para conocer en todo momento el estado de la red y poder modelar el impacto de las decisiones de gestión. Finalmente, para facilitar a usuarios y gestores el manejo de la información, será necesario avanzar hacia modos de presentación de la información de consumos en el hogar, en la empresa y en los centros de control de las empresas eléctricas de manera que quienes deban tomar las decisiones puedan hacerlo con toda la información disponible.

Las plataformas de comunicaciones pueden aprovechar las posibilidades de transmisión de señal de las infraestructuras eléctricas (mediante tecnologías PLC, power line communications) o pueden explotar la ubicuidad de las redes de comunicaciones móviles. En todo caso, las soluciones de comunicaciones deben equilibrar las condicio- nes de latencia y otros requisitos de servicio entre contadores, centros de control de los clientes, infraestructuras distribuidas en la red eléctrica y centros de control de la propia eléctrica.

Las plataformas de control en tiempo real constituyen el núcleo de los sistemas que permiten a las compañías ofrecer un servicio de calidad diferenciada que explote el potencial de la información capturada. Al conocer el estado de la red en cada momento y disponer de la capacidad de modelación de los cambios de estado de la mismas es posible identificar cada incidencia y actuar sobre ella en los plazos más cortos posibles. Así la compañía tiene capacidad para gestionar sobrecargas, problemas técnicos, aislar apagones, restaurar rápidamente el suministro y de este modo, mejorar la calidad y reducir los costes propios y ocasionados a terceros en los casos de funcionamiento inadecuado del sistema.

La integración de las soluciones de gestión energética del cliente con las operaciones de red de la eléctrica sólo será relevante a corto plazo para la relación con las grandes cuentas. Sin embargo, a medida que se desplieguen los contadores inteligentes y que las soluciones de optimización del consumo se popularicen, la posibilidad de integración deberá extenderse a todos los clientes. Los grandes clientes, directamente o a través de empresas de gestión de servicios energéticos, buscarán ajustar sus programas de gestión de la demanda a las ofertas que las eléctricas puedan hacer en sus estructuras de precios.

Por último, la incorporación de inteligencia a la red de transmisión y distribución obligará a las eléctricas a modificar sus sistemas comerciales y de atención al cliente para incor- porar nuevos modelos de precios (en función de la demanda, de la disponibilidad de energías renovables o de otros factores competitivos determinados por las áreas comerciales y de marketing). El futuro de la energía: la visión de la empresa | 533

La implantación de redes inteligentes de transmisión y distribución requiere un extraor- dinario esfuerzo inversor. De acuerdo con el Departamento de Energía de EE.UU., el gasto mundial en tecnologías de información asociadas a las redes eléctricas inteligentes puede alcanzar 200.000 M$ durante los próximos 5 años, lo que representa un crecimiento anual acumulado de más del 23%. Inicialmente, los segmentos de mayor crecimiento serán los de medición y comunicaciones, que engloban la infraestructura de red y los contadores inteligentes cuyo número pasará de los 76 millones que existen actualmente a 212 millones. Además será necesario invertir en las plataformas para gestionar la ingente cantidad de datos que generarán las smart grids (hasta 8 órdenes de magnitud más que las redes actuales).

Desde el punto de vista tecnológico, la necesidad de desarrollar estándares interope- rables y seguros para compartir esta información de modo que pueda ser utilizada eficazmente por todos los agentes del sistema va a representar nuevas oportunidades de negocio para los proveedores de tecnología.

En los ámbitos de la generación y el transporte, las nuevas tecnologías optimizan el uso de las infraestructuras para reducir las inversiones futuras. Gracias a las TIC, la eficiencia de la generación podría aumentar un 40% y el transporte y distribución un 10%. En conjunto, esto permitiría una reducción de un 15% de las emisiones de CO2 asociadas a la generación y la distribución eléctricas.

Las mejores compañías eléctricas, ante el escenario de mayor competencia introducido por los procesos de liberalización y regulación en marcha en todo el mundo, tienen la oportunidad de explotar el potencial de las TIC para lograr los objetivos de incorporación de las energías renovables, reducción de emisiones y aumento de la eficiencia energé- tica. Aquellas que no incorporen las nuevas tecnologías verán reducida significativamente su capacidad competitiva.

Innovación

El desarrollo de redes de transporte y distribución inteligentes y, de forma más general, la aplicación de las TIC a la gestión energética presenta una gran oportunidad como proyecto tractor de la innovación. Su aplicación y desarrollo genera la creación y evolu- ción de otros proyectos e iniciativas capaces de dar respuesta temprana a las necesi- dades y retos de futuro. Los proyectos tractores deben responder a las características de sostenibilidad, transversalidad, fuerza innovadora y globalidad. 534 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

1. Sostenibilidad: no sólo medioambiental; también desarrollados sobre parámetros que generen modelos de negocio perdurables a largo plazo en el nuevo entorno económico y empresarial que ya se está definiendo.

2. Transversalidad: que incidan en varios sectores de relevancia, que lo sean no sólo por su peso cuantitativo sino también cualitativo; que destaquen por su capacidad tanto inversora como generadora de empleo –y empleo de talento– y por su potencial exportador.

3. Fuerza innovadora: en sí mismos y por ser generadores de innovación inducida, de aplicación a distintos sectores económicos.

4. Globalidad: que den respuesta a necesidades de ámbito supranacional, de amplio espectro geográfico, abarcando tanto regiones desarrolladas como en desarrollo.

Es evidente que la aplicación de las TIC a la gestión de las redes eléctricas cumple con estos cuatro requisitos. Se trata de una inversión que favorece la sostenibilidad por su impacto en la incorporación de las energías renovables, la reducción de emisiones contaminantes y la reducción de los costes para los clientes mediante la consecución sistemática de la eficiencia energética. Se trata de una iniciativa que aprovecha conoci- mientos de otras disciplinas (comunicaciones, modelización, sistemas en tiempo real) y que permite la transformación de otros sectores relevantes como la logística, el transporte o el desarrollo urbanístico. Por último, se trata de una excelente oportunidad para crear desde España soluciones que puedan servir de referencia en otros mercados. Por tratarse de tecnologías todavía no maduras y al contar en el mercado español con clientes de referencia en los mercados mundiales estamos en condiciones de crear un liderazgo con un elevado potencial de negocio, incluso a corto plazo.

A las empresas líderes, nos corresponde la responsabilidad de mantener inversiones en actividades de I+D+i, una gestión activa y eficiente del talento, intensificar la acción comercial internacional e incorporar en las organizaciones las mejores prácticas de gestión mundiales para mantener nuestra capacidad de generar proyectos tractores e innovadores. A la Administración le corresponde la creación de un marco que facilite la decisión de invertir en innovación y contribuir de modo decidido mediante la adecuada comunicación y formación a un mayor desarrollo de la conciencia social sobre el impacto que nuestras decisiones tienen en el uso adecuado de la energía.

Contamos con la tecnología como aliado imprescindible para enfrentarnos a los retos derivados de la limitación de recursos energéticos, de la presión sobre el medio ambiente y de un uso ineficiente de la energía. El coste de no explotar el potencial de la tecnología es demasiado elevado para que nos lo podamos permitir. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 535

PwC

El modelo eléctrico español en 2030. Escenarios y alternativas

Carlos Mas Presidente de PwC

l Club Español de la Energía celebra este año su XXV aniversario en un momento en E el que el sector energético está viviendo un proceso de transformación que, en el entorno de la actual crisis económica, hace que la labor del Club como think tank de referencia nacional sea particularmente relevante.

Quiero agradecer al Club su labor a lo largo de estos 25 años como protagonista activo y clave en la evolución profunda que el sector energético ha sufrido en nuestro país y su invitación para participar en esta publicación conmemorativa de su aniversario.

En un momento donde se está pidiendo un planteamiento estratégico que marque las directrices del modelo eléctrico español a medio y largo plazo, PwC ha querido contribuir con un análisis de prospectiva del sector eléctrico a 2030 que lejos de posturas ideoló- gicas, cuantifica el impacto de distintos escenarios frente a los requerimientos básicos de toda planificación energética: seguridad de suministro, sostenibilidad medioambiental y eficiencia económica.

El estudio forma parte de la iniciativa que bajo el nombre Crecimiento Inteligente ha puesto en marcha la firma en España, con el objetivo de impulsar un cambio en el patrón de crecimiento de la economía. El proyecto pretende apoyar a las empresas y adminis- traciones en la transición hacia un nuevo modelo productivo sostenible y competitivo, basado en la innovación, la calidad, el talento y el valor añadido. Y en esta apuesta, el diseño de nuestro futuro modelo energético tiene bastante que decir. 536 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

El reto para la planificación energética en un contexto de incertidumbre y volatilidad a nivel global

La energía es un tema prioritario, para el desarrollo de los pueblos, para los equilibrios geopolíticos y para la sostenibilidad medioambiental y por tanto, un vector estratégico de cualquier planteamiento de política económica e industrial. Las decisiones que se tomen hoy en materia energética tendrán un profundo impacto en el medioambiente, en el crecimiento de la economía, en el desarrollo sostenible y en la seguridad global.

Así, la energía ha pasado a ser un elemento primordial en la agenda de las principales potencias económicas, como lo indican las diferentes iniciativas lideradas por la Unión Europea (Plan 2020 y Roadmap a 2050) y Estados Unidos (‘New Energy for America’). Además, los movimientos de China en el mundo del petróleo, del carbón y del gas; las presiones de Rusia a sus vecinos o la posible formación de la OPEG (cartel del gas) son otras muestras palpables de esta realidad.

El sector energético se enfrenta al reto de abastecer una demanda siempre creciente manteniendo el equilibrio entre tres objetivos básicos: •Seguridad de suministro, entendida de forma muy amplia. Los países y las empresas deben asegurar la existencia de infraestructuras que contengan las necesarias redundancias y respaldos.

•Sostenibilidad medioambiental, que a su vez contiene diversos elementos: El mínimo impacto de las emisiones y de las actividades industriales, pero también la sosteni- bilidad social que exige el acceso universal a fuentes de energía.

•Eficiencia económica. Dado el impacto de la energía sobre la competitividad del conjunto de la economía, debe asegurarse su provisión al mínimo coste posible.

A ello debe responder una planificación energética que se entiende debe trazarse a largo plazo, desligándose de las alternancias de signo político y que debe ser central a las políticas de Estado. Las políticas energéticas deben encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico que redundará en una disminución de la pobreza a nivel global y la sostenibilidad medioambiental.

El reto a nivel global: incremento de la demanda y de las emisiones GEI

El desarrollo de la demanda de energía en el mundo va a imponer exigencias muy importantes al suministro. La Agencia Internacional de la Energía está apuntando a incrementos de la demanda de energía primaria de un 50% en el periodo 2005-2030, lo que sugiere que no se puede extrapolar la situación actual de estancamiento de la El futuro de la energía: la visión de la empresa | 537

demanda. Este incremento del consumo irá ligado a un crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, esperándose un incremento de un 55% en el mismo período.

Figura 1: Crecimiento de la demanda mundial energía primaria (Mtep/año) (izquierda) y crecimiento de la demanda de energía primaria por región (Mtep/año) (derecha). Fuente: AIE.

Existen evidentes desigualdades en consumo energético entre las distintas regiones del globo, en función de su nivel de desarrollo. Naturalmente las economías emergentes incrementarán sus consumos hasta cerrar las diferencias con los países desarrollados. Como consecuencia, los países en vías de desarrollo son los verdaderos protagonistas del crecimiento de la demanda energética mundial, al representar un 74% al incremento de la demanda global de energía primaria en ese periodo. El peso relativo de los países de la OCDE caerá de un 48% actual al 38% en el 2030.

Por tanto, a la hora de plantear una estrategia energética, no debe contarse con una relajación de las tensiones oferta-demanda a nivel mundial que pudiera configurar un escenario de bajada de precios en las materias primas energéticas. El entorno de precios altos de la energía parece haber adoptado un carácter estructural y no puramente coyuntural, ligado al creciente protagonismo de los países en vías de desarrollo.

Participación de los combustibles fósiles y la lucha contra el cambio climático

El reto que se plantea es garantizar el suministro de un modo sostenible, esto es, de un modo eficiente económicamente y coherente con las políticas de combate contra el cambio climático. 538 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Actualmente, dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero son atribuibles a la energía, lo que sugiere que este sector debe ser el eje central de las actuaciones que persiguen la estabilización de la concentración de emisiones y va a soportar una gran parte de la responsabilidad en la reducción de emisiones.

Los compromisos medioambientales deben encajar en un contexto energético marcado por mix de energía primaria global que depende de combustibles fósiles en más de un 80% y sin una expectativa de cambio. Las previsiones actuales apuntan a que los combustibles fósiles van a seguir representando un alto porcentaje del suministro de energía primaria en el mundo –con mayor peso para el carbón respecto al petróleo respecto a la situación actual–, con la consecuente presión sobre la comprometida reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Retos a nivel español. Situación del sector energético y eléctrico en 2010

En el caso de España, estos retos se ven condicionados por las circunstancias concretas de nuestra situación de suministro energético actual. El sector energético español, y en particular el subsector de generación eléctrica, se encuentra en una encrucijada, con factores diversos que exigen su revisión. Podríamos definir la encrucijada como la confluencia de seis factores: crecimiento de la demanda de energía primaria y elevada intensidad energética, alta dependencia energética, situación de sobrecapacidad del parque de generación eléctrica, complejidad en la explotación del parque, pérdida de competitividad en los precios de la electricidad y necesidad de preservar los compro- misos medioambientales.

Crecimiento de la demanda y elevada intensidad energética

Entre 1995 y 2009 el consumo de energía primaria en España creció a un ritmo medio anual del 2,7%, atenuándose por una reducción de la intensidad energética –consumo de energía por unidad de PIB– del 7% en el período (Figura 2). El consumo energético en España ha crecido muy por encima de la media europea, de modo que la intensidad energética se sitúa ya por encima de la de nuestros socios de la UE. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 539

Figura 2: Evolución del consumo de energía primaria en España y en Europa en el período 1995-2007 (izquierda) y evolución de la intensidad energética (energía primaria/PIB) en España y en Europa en el mismo período (derecha).

Simultáneamente a la reducción de la intensidad en el consumo de energía primaria, en toda Europa se está observando un proceso de electrificación, es decir, un incremento del peso de la electricidad en el consumo final de energía. En España el incremento de demanda eléctrica (un 77% en el período 1995-2008) ha sido superior al incremento de PIB, dando lugar un aumento de la intensidad eléctrica (consumo de energía eléctrica por unidad de PIB). Esta evolución no refleja necesariamente una falta de eficiencia de nuestra industria o nuestra economía, sino un cambio hacia una economía más centrada en el sector servicios.

Dependencia energética

España carece de materias primas energéticas, salvo carbón, uranio y renovables. El elevado consumo de fuentes de energía fósil y la carencia de recursos propios de esta naturaleza sitúan a España como uno de los países más dependientes energéticamente de la Unión Europea, teniendo que importar un 80% de la energía primaria. Además, la evolución de la dependencia energética en los últimos 15 años no sugiere una mejora. La importancia de esta dependencia exterior es la vulnerabilidad del suministro energé- tico español a posibles “shocks” a nivel internacional.

Sin embargo, esta vulnerabilidad queda matizada al encontrarse el suministro diversifi- cado en cuanto a sus orígenes, y presentar multiplicidad de infraestructuras de acceso. A modo de ejemplo el gas natural provino en 2009 de 10 mercados diferentes a través de seis plantas de regasificación y varios gasoductos, mientras en la UE muchos países dependen de un único proveedor. 540 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En lo que se refiere a la seguridad de suministro en la generación eléctrica, en España, el panorama es más alentador que para el conjunto del suministro energético (figura 4):

•En 2008 el grado de autoabastecimiento del parque de generación eléctrica fue de 48%. La producción de energías renovables ha contribuido a la mejora del grado de autoabastecimiento, redundando en ahorros significativos en la importación de energía. En este sentido, también se está planteando de nuevo un debate sobre la energía nuclear.

•España cuenta con un parque de generación muy diversificado en cuanto a tecnologías y fuentes de energía primaria. •En la actualidad, se dispone de un exceso de capacidad en el sistema que, aunque plantea otros problemas al sistema, reduce la vulnerabilidad del suministro.

Esta situación de diversificación del parque de generación debería ser una referencia para el futuro, y no debería despreciarse en ningún planteamiento de política energética.

Sin embargo, la seguridad de suministro en la generación eléctrica se enfrenta a otra serie de retos:

•La práctica ausencia de interconexiones de la Península Ibérica con el resto de Europa es un factor clave de diseño de nuestra política energética. O bien se obtienen compromisos firmes reales para la intensificación de la interconexión, o bien se tiene en cuenta esta restricción a la hora de adoptar compromisos de política energética. •La participación creciente de fuentes de energía no gestionables (unida a la escasez de interconexiones) dificulta la explotación del parque generador, y podría comprometer la seguridad del suministro en situaciones extremas. •La introducción de los ciclos combinados de gas natural está teniendo implicaciones en toda la infraestructura de transporte y distribución de gas natural. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 541

Figura 4: Evolución del porcentaje de energía eléctrica generada por tecnología en el período 1995-2008 (izquierda) y evolución del grado de autoabastecimiento en generación eléctrica en el período 2000-2008 (derecha). Precio de la electricidad

Los precios de electricidad para los sectores industriales y doméstico han sufrido incrementos importantes en los años 2008 y 2009, situándose por encima de la media europea, tal y como se observa en la Figura 3. Hasta 2007, los consumidores de energía eléctrica españoles, tanto domésticos como industriales (al igual que los de gas) disfruta- ban de unos precios por debajo de la media europea. Sólo desde 2008 se ha revertido esta tendencia, con precios al alza para los consumidores españoles que no reflejaban la evolución de los precios mayoristas de la energía eléctrica.

El precio mayorista de la energía eléctrica en España (precio del pool) ha experimentado una tendencia a la baja en los dos últimos años, acentuada en los primeros meses de 2010. Las fluctuaciones del precio mayorista, su tendencia a la baja y su limitada influencia en el precio final está poniendo en cuestión si el sistema está enviando una señal económica adecuada y que incentive comportamientos eficientes entre consumidores y generadores.

Como contrapartida a esta caída de los precios mayoristas, la apuesta por un mix eléctrico basado en una alta penetración de fuentes renovables está añadiendo un alto coste a la tarifa eléctrica. El volumen de primas a las energías renovables se estima del orden de 6.300 M€ en 2010. Ello ha generado el dilema en el regulador de cómo se deben enviar señales económicas eficientes para lograr los irrenunciables objetivos de promoción de las fuentes renovables sin tensionar la tarifa. 542 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Figura 3: Precio de la electricidad para el sector industrial doméstico. Los precios mostrados incluyen impuestos. Fuente: Eurostat.

Compromisos en materia de reducción de gases de efecto invernadero y penetración de renovables en energía final

Los compromisos adquiridos por España en materia de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) se han demostrado muy exigentes. En 2007 España se encontraba lejos del cumplimiento de sus objetivos de Kioto, ya que alcanzó un 152,6% de emisiones de GEI respecto a 1990, frente a un objetivo de 115%. Los datos de emisio- nes provisionales para el 2009 apuntan que este indicador se rebajó por debajo de un 130 %. Este incumplimiento, aparentemente muy grave queda matizado, sin embargo, por la evolución de las emisiones por persona de España, que son inferiores a la media europea.

Sobrecapacidad

El mix de generación eléctrico español ha sufrido transformaciones profundas en los últimos 15 años, caracterizadas por un incremento importante de la participación de energías renovables y del gas natural (figura 3). Esta transformación, junto con diversas vicisitudes en la planificación energética en los años 70, 80 y 90 han consolidado un parque de generación eléctrica muy diversificado.

Contamos con un parque de casi 98,9 GW de capacidad, de la cual cerca de un 33% es de régimen especial no gestionable (en torno a 18 GW eólicos, 4 GW solar fotovol- taica y 7 GW de cogeneración). Si se compara la potencia instalada que aporta firmeza respecto la demanda máxima, que se encuentra en torno a los 45 GW, se calcula un índice de cobertura de 1,24 respecto al 1,1 de referencia, indicador de un parque sobredimensionado. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 543

Figura 4: Evolución de la potencia instalada por tecnología entre 1995 y 2009 en España (izquierda) y balance energético en el 2009 (derecha).

Este exceso de capacidad es el resultado esencialmente de la incorporación de unos 23.000 MW de ciclos combinados y de unos 24.000 MW de energías renovables en el período 2000-2010. Esta situación ha resultado en infrautilización de las centrales térmi- cas (generación ociosa), que se está acentuando por una contracción de la demanda y repercutiendo en un exceso de la oferta de gas.

Todo ello configura, además, un sector de generación eléctrica con una explotación compleja. La alta proporción de renovables (estructuralmente no gestionables) junto con la baja utilización del parque térmico imponen exigencias severas al Operador del Sistema.

Ejes de una estrategia energética

Cualquier planteamiento de estrategia energética se desarrolla alrededor de la satis- facción de tres exigencias simultáneas: seguridad de suministro, sostenibilidad medioam- biental y eficiencia económica. Las políticas medioambientales y energéticas tanto a nivel europeo como a nivel nacional se han ido polarizando respecto a cada uno u otro de estos ejes, en función de las expectativas de producción energética y de precios así como del contexto geopolítico. 544 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Figura 5: La estrategia energética se desarrolla alrededor de tres exigencias simultáneas: seguridad de suministro, sostenibilidad medioambiental y eficiencia económica.

En el caso Español, las políticas energéticas deben enmarcarse dentro del contexto energé- tico Europeo, que actualmente está construido sobre una base de política esencialmente medioambiental y que, por tanto, no pone el mismo énfasis sobre la seguridad de suministro o la eficiencia económica.

La política europea se articula actualmente en torno a tres objetivos ambiciosos que deben ser alcanzados en el 2020: ahorros del 20% de consumo de energía primaria (no vinculante), incrementar la cuota de energías renovables en consumo final de energía en un 20% y la reducción de los gases de efecto invernadero respecto a los niveles del 1990. Este último objetivo podría verse incrementado si se lograra un acuerdo post-Kioto bajo el UNFCC de reducción en un 80% de las emisiones de GEI en 2050 con el fin de limitar el aumento de temperatura de la tierra a 2ºC respecto a niveles pre-industriales.

Hoy por hoy la política energética europea parece estar, por tanto, polarizada hacia los objetivos medioambientales. Esto no significa que se haya olvidado el necesario compromiso entre coste, seguridad y medioambiente que aparece siempre mencionado como eje de la política energética europea. Pero los hechos parecen confirmar este cierto sesgo por priorizar los objetivos ambientales: Los tres objetivos del compromiso 20/20/20 tienen claro contenido ambiental, sin ser matizados por objetivos de coste o de dependencia energética; los episodios graves de seguridad de abastecimiento en el gas procedente de Rusia no han modificado significativamente la agenda energética; a pesar del fracaso del liderazgo europeo en la cumbre de Copenhagen, las últimas El futuro de la energía: la visión de la empresa | 545

semanas siguen recogiendo noticias de posibles endurecimientos en los objetivos (por ejemplo, incrementar al 30% el objetivo de renovables para el 2020) sobre la base de la necesidad de liderar unos esfuerzos que deben coordinarse a nivel global. Como se ha visto en el punto anterior, los costes de la energía eléctrica en Europa se han visto incrementados en los últimos años, poniendo en riesgo la competitividad de buena parte de la industria europea frente a sus competidores globales.

¿Cómo debe ser el mix de generación eléctrica español en 2030?

Desde PricewaterhouseCoopers hemos querido dar nuestra visión y hacer un estudio riguroso de las distintas alternativas a la que se enfrenta el sector eléctrico español. Para ello, hemos elaborado un informe que bajo el título, El Modelo Eléctrico Español 2030: Escenarios y Alternativas, analiza los escenarios de generación eléctrica en España y cuantifica su impacto respecto a los tres ejes de seguridad de suministro, eficiencia económica y sostenibilidad medioambiental con el fin de extraer directrices que pueden ayudar en la elaboración de planes estratégicos a medio plazo.

Demanda eléctrica y punta máxima en 2030

El primer paso de la metodología propuesta exige una estimación de la demanda de energía eléctrica para el año 2030. Con las dificultades inherentes a una proyección de tan largo plazo, se ha estimado que en el período 2009-2030 se generará un incremento de demanda de energía eléctrica en la península de unos 200TWh y que exige satisfacer un incremento de la punta de casi 35 GW, respecto a la situación en 2009.

Sobre esta demanda de referencia se han realizado sensibilidades sobre la evolución de la intensidad eléctrica y la introducción de redes inteligentes a partir de 2020. Una sensi- bilidad sobre la elasticidad de la intensidad eléctrica de 0,1 puntos resulta en una variación del 4% de la demanda en el 2030. El impacto de la implantación de redes inteligentes se ha estimado en un 3,5%, basado en los análisis internacionales. Estas sensibilidades definen para 2030 una demanda de entre 430 y 470 TWh, y una punta de demanda de entre 69 y 81 GW.

Es importante señalar que incluso en escenarios de sensibilidad que matizan o reducen los factores anteriores, en cualquier escenario de demanda, es necesaria la instalación de nueva capacidad de generación hasta el 2030 para cubrir, como mínimo, una demanda adicional (respecto a 2009) de 100 TWh y una punta adicional de casi 20 GW. Por tanto, los resultados que se muestran para los distintos escenarios construidos sobre un caso 546 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

básico de demanda siguen siendo sustancialmente válidos, con un factor de escalación, para casos de demanda más conservadores.

La cobertura de la curva de carga

La base de cualquier ejercicio de planificación debe ser el satisfacer la curva de demanda, tanto en potencia como en energía. Los diferentes escenarios de mix de generación que se construyen aseguran este objetivo básico, y en todos los casos se garantiza que la curva de demanda prevista para 2030 es cubierta de forma satisfactoria con el necesario grado de seguridad en el suministro. El procedimiento metodológico sigue los siguientes pasos:

1. El proceso se inicia construyendo la curva de demanda en el año 2030, como se ha descrito en el punto anterior.

2. Cada escenario de mix tecnológico se construye a partir de un determinado porcentaje de penetración de energías renovables, que se considera como un “input” del modelo, simulando en cierto modo lo que podría constituir un objetivo de política energética.

3. Tomando la curva de demanda, y la proyección de producción renovable (que debe tener en cuenta la aleatoriedad de este recurso, y su falta de correlación con la curva de demanda) se obtiene lo que hemos denominado “demanda neta”. La curva de demanda neta debe ser satisfecha con tecnologías térmicas y nuclear.

4. Se ha utilizado la participación de la tecnología nuclear como un nuevo “input” de política energética en el modelo.

5. Las tecnologías térmicas estarán destinadas a satisfacer el llamado “hueco térmico” (demanda total menos producción renovable y nuclear). El balance energético se acaba obteniendo con una optimización por costes.

El interés del modelo utilizado es que calcula curvas de carga agregadas y costes agregados para el conjunto del sistema, asegurando siempre que hay la debida coheren- cia entre los datos de cobertura de la punta y de satisfacción de la demanda.

Escenarios de mix eléctrico a 2030 y resultados

Descripción de los escenarios elegidos

Como se ha descrito, el objetivo básico es asegurar la cobertura (en energía y potencia, con un adecuado índice de seguridad) de la demanda prevista. Este objetivo se puede satisfacer con múltiples escenarios de mix tecnológico de generación. En lugar de intentar El futuro de la energía: la visión de la empresa | 547

diseñar un “escenario óptimo”, se ha optado por seleccionar unos escenarios concretos, que reflejen algunas de las alternativas básicas de política energética que se deben aclarar en el futuro próximo.

De entre los múltiples escenarios que se han analizado, se han escogido cuatro represen- tativos que permiten apuntar a directrices generales que pueden guiar sobre la elección de alternativas para el mix eléctrico a 2030.

Los cuatro escenarios básicos para la cobertura de la demanda se generan moviendo dos variables, secuencialmente para poder estimar los impactos de cada una de ellas. Estas variables son la cobertura de la demanda con fuentes renovables, que oscila entre un 50% y un 30%, y la contribución de energía nuclear, que puede ser nula, asumiendo que su vida útil es de 40 años, o positiva, considerando un alargamiento de la vida útil hasta los 60 años o la construcción de tres grupos nucleares de 1.500 MW.

Características básicas

Cobertura de la demanda con un 50% a partir de tecnologías de generación renovables. Escenario 1 Cierre progresivo de la capacidad de generación nuclear existente.

Cobertura de la demanda con un 50% a partir de tecnologías de generación renovables. Escenario 2 Alargamiento de la vida de las centrales nucleares existentes hasta los 60 años, excepto Garoña

Cobertura de la demanda con un 30% a partir de generación renovable Escenario 3 Alargamiento de la vida de las centrales nucleares existentes hasta los 60 años, excepto Garoña

Cobertura de la demanda con un 30% a partir de generación renovable

Escenario 4 Alargamiento de la vida de las centrales nucleares existentes hasta los 60 años, excepto Garoña y construcción de hasta 3 centrales nucleares nuevas de 1.500 MW

En estos escenarios se establece por tanto un parque de generación renovable que satisfaga un 50% de la demanda proyectada a 2030 (en los escenarios 1 y 2) y un 30% de la demanda proyectada a 2030 en los escenarios 3 y 4. Se asume que el parque de generación térmico tiene capacidad de modulación para responder al “hueco térmico” y se asegura un índice de cobertura de 1,1 mediante la incorporación de centrales de punta, siempre que el mix resultante del escenario no sea suficiente. 548 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Resultados

Balance energético

Como no podía ser de otra manera, dada la metodología utilizada, en los cuatro escenarios se asegura la cobertura de la demanda y de la punta de potencia. El balance energético de cada escenario queda recogido en la Tabla 1, donde se evidencia cómo se pueden construir escenarios muy diversos que cumplan el objetivo básico de satisfacer la demanda con un adecuado índice de cobertura.

Tabla 1: Balance energético de los escenarios de mix de generación eléctrica a 2030.

La potencia total instalada a 2030 de cada uno de los escenarios pone de relieve el gran esfuerzo industrial que se deberá realizar en el período, al ser necesario instalar entre 3.500 MW y 5.000 MW de nueva capacidad cada año, de los cuales entre 1.300 MW y 3.500 MW serán de energías renovables.

Igualmente se observa que independientemente de la participación de las energías renovables, para asegurar la adecuada cobertura de la demanda será necesaria la incor- poración de un mínimo de 35-40 GW de tecnologías térmicas en el período 2009-2030.

Los tres objetivos básicos de seguridad de suministro, sostenibilidad medioambiental y eficiencia económica, no son necesariamente contradictorios, pero sí presentan dilemas entre ellos. Es necesario valorar cada uno de los escenarios de acuerdo con otra serie de elementos básicos económicos, ambientales y de seguridad de suministro, que se revisan a continuación.

Eficiencia económica: Capacidad adicional a incorporar, costes de inversión y de explotación

La eficiencia económica de cada escenario se mide en términos de inversión a realizar en potencia adicional respecto al parque de partida y en coste de generación total del parque.

Como se recoge en la Figura 6, los resultados apuntan a que será necesario instalar entre 3.500 MW y 5.000 MW de nueva capacidad cada año, con un nivel de inversión de entre 4.000 M€/año y 8.000 M€/año. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 549

Figura 6: Resultados de los escenarios en términos de eficiencia económica, sostenibilidad medioambiental y seguridad de suministro.

En todos los escenarios contemplados, la capacidad instalada en energías renovables –excluyendo la hidráulica convencional– experimenta un crecimiento notable, entendien- do que se trata de una fuente que ayudará a cumplir con los objetivos 20/20/20 de la Unión Europea y, en concreto, los marcados por la Directiva 2009/29/CE que apunta a una cuota de un 20% de energía final de energía renovable. Incluso en los escenarios con una penetración del 30% de renovables (escenarios 3 y 4), la capacidad instalada de estas tecnologías se duplica respecto a la actual. Para alcanzar una proporción del 50% de energía generada con fuentes renovables (escenarios 1 y 2) es necesario casi cuadruplicar la capacidad instalada renovable.

Simultáneamente se observa que independientemente del grado de penetración de renovables, para asegurar la adecuada cobertura de la demanda será necesaria la incorporación de un mínimo de 35-40 GW de tecnologías térmicas en el período 2009- 2030. Ello se debe a la baja aportación de capacidad de potencia firme de las fuentes renovables.

En términos de inversión, la diferencia máxima entre los escenarios alcanza los 70.000 M€ entre escenarios con distinto grado de cobertura de renovables, muy condicionada por la necesidad de respaldo y la instalación de tecnologías con menor utilización. El beneficio económico de alargar la vida de las centrales nucleares es del orden de 7.000 M€ de inversión, midiéndose como la diferencia de inversión entre los escenarios 1 y 2. 550 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En términos de coste de generación, los resultados apuntan a diferencias máximas entre los escenarios con mayores y menores costes de explotación de 6.000 M€/año. Los escenarios con mayor proporción de renovables presentan mayores costes de generación por dos motivos: que van acompañados de un parque térmico de respaldo con muy baja utilización; y el mayor coste específico (€/MWh) de estas tecnologías por su menor nivel de utilización.

El alargamiento de vida de las actuales centrales nucleares da lugar a un menor coste total de generación y al menor coste de explotación, ahorrando más de 2.000 M€ anuales en costes de combustible y de operación y mantenimiento.

Sostenibilidad medioambiental

En términos de sostenibilidad medioambiental, se han cuantificado las emisiones de GEI que resultarían de cada uno de los escenarios. La reducción de CO2 está ligada al peso de tecnología renovable y nuclear. El escenario 2, con alta proporción de renovables (50%) y alargamiento de vida de las centrales nucleares reduce el volumen de emisio- nes por debajo de los niveles de 2006, e incluso se acerca a los niveles de 1990, como se ilustra en la Figura 6.

Grado de autoabastecimiento

Las fuentes renovables, junto a la energía nuclear mejoran el grado de autoabastecimiento del parque de generación. De hecho, en los escenarios en los que las renovables alcanzan el 50% y se alarga la vida útil de las nucleares, el grado de autoabastecimiento de la generación eléctrica llega hasta el 54%, frente a un 48% en 2008. Igualmente es necesario valorar que algunos escenarios presentan un mix de generación más diversificados que otros.

Sensibilidad sobre la demanda

Los resultados obtenidos al plantear una contracción de un 20% de la demanda referida al escenario de un 50% de penetración de renovables y alargamiento de la vida de las centrales nucleares hasta los 60 años (escenario 2), ponen de manifiesto los importan- tes beneficios que se pueden alcanzar con medidas de eficiencia energética y políticas de ahorro.

En este supuesto se observa una reducción de un 30% (50.000 M€) en términos de inversión, que responden a un parque que requiere una capacidad instalada un 19% (37.000 MW) inferior a la de un escenario comparable. Adicionalmente, el ahorro anual en explotación es del 27% (8.500 M€). El futuro de la energía: la visión de la empresa | 551

Desde el punto de vista medioambiental, se produce un ahorro en emisiones de más de 16 M toneladas anuales y se produce un incremento del grado de autoabastecimiento de 4 puntos, respecto a un escenario comparable.

Esta sensibilidad sugiere que la eficiencia energética y el ahorro son dos vectores que deberían ser centrales a las políticas energéticas. Sin embargo, el diseño de iniciativas en este sentido es complejo por su actuación sobre sectores difusos y por la dificultad que entraña la medición de los beneficios conseguidos.

Conclusión

Puestas las alternativas sobre la mesa y sea cual sea el escenario que elijamos, estamos en un momento crucial en el que es preciso tomar decisiones. El mix energético español de hoy es diversificado y responde a nuestras necesidades, pero nuestras expectativas y nuestros compromisos en 2030 serán diferentes y es preciso saber hacia qué escenario queremos caminar y empezar a actuar ya. En cualquiera de ellos, todas las energías tendrán un papel importante y significativo en el diseño de un modelo eléctrico español que garantice a las generaciones venideras el suministro, la eficiencia económica y la sostenibilidad medioambiental del sistema.

Las energías renovables ya forman parte de la base industrial de generación eléctrica y en cualquier escenario previsible van a seguir jugando un papel esencial en la cobertura de la demanda y en el esfuerzo industrial del sector.

No obstante, es necesario reflexionar sobre el papel que jugarán las distintas tecnologías térmicas, incluida la energía nuclear, en la necesaria aportación de un respaldo para la garantía del suministro.

Además, no pueden olvidarse aspectos críticos del suministro eléctrico que, sin haber sido analizados en profundidad en este documento, juegan un papel esencial en la planificación a largo plazo: el necesario reforzamiento de las interconexiones; el impacto de cada escenario de generación sobre las infraestructuras de transporte y distribución eléctrico y gasístico; el papel del vehículo eléctrico y otras tecnologías de almace - namiento en la gestión de la curva de carga. 552 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Red Eléctrica de España

Luis Atienza Serna Presidente de Red Eléctrica de España

Entorno energético internacional

o es posible abordar una reflexión razonable sobre la situación actual del sector N energético en España y sus perspectivas para el futuro sin enmarcarlo previamente en un entorno internacional cada vez más globalizado. Así, desde un punto de vista energético, los primeros años del siglo XXI han estado marcados por un crecimiento económico elevado y sostenido, especialmente en los países emergentes, que ha tenido como consecuencia un fuerte incremento de la demanda energética y la escalada de los precios, ante una oferta que a duras penas podía satisfacer esta demanda.

Por otra parte, los conflictos y las incertidumbres geoestratégicas en algunos países productores y en los países de tránsito en el caso del gas, no solo han contribuido a la volatilidad de los precios energéticos, sino que han supuesto un riesgo cierto para la seguridad del suministro, en especial en aquellos países con fuerte dependencia energé- tica del exterior. Este panorama energético se completa con la creciente preocupación por el cambio climático, consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) derivados de la actividad económica.

Las proyecciones publicadas por diversos organismos especializados sobre la evolución de la demanda de energía y su cobertura para los próximos 20-30 años, en un escenario de mantenimiento de las actuales políticas energéticas, dibujan un panorama muy similar al actual, caracterizado por un consumo de energía primaria que continuará basado en los combustibles fósiles y que consolida una fuerte dependencia energética de los países de la OCDE y de la UE. En este contexto, agravado por un crecimiento global de la demanda de energía que se estima del 40% en el horizonte 2030, cabe esperar un El futuro de la energía: la visión de la empresa | 553

mantenimiento de la volatilidad de los precios del petróleo y de la inestabilidad geopolí- tica, un crecimiento de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero y un peso de las energías renovables en el mix energético que se situará tan sólo en un torno del 8%, muy similar al actual.

Este presente y futuro del panorama energético mundial ha abierto una reflexión sobre la viabilidad del actual modelo energético global y sobre las medidas a adoptar en relación a los diferentes elementos que lo conforman: participación de las energías renovables, esfuerzos en eficiencia y ahorro energético, fomento de la investigación en nuevas tecnologías, recuperación de algunas opciones energéticas actualmente relega- das, establecimiento de límites a la emisión de GEI, diseños regulatorios adecuados (modelos de mercado, planificación, …) y, por qué no, sobre las medidas tendentes a concienciar a la sociedad sobre el problema, en aras de conseguir un uso más racional de la energía por parte de todos.

La política energética de la Unión Europea

Nuestro entorno más cercano, la Unión Europea, no sólo no es ajeno a esta problemática a nivel mundial, sino, muy al contrario, está directamente involucrada en la misma dada su fuerte dependencia energética del exterior que en la actualidad se sitúa en el entorno del 50% y que se prevé se eleve hasta el 70% en el año 2030.

En este contexto, la Unión Europea ha emprendido el camino para alcanzar un modelo energético sostenible, fijando para su política energética tres objetivos: impulsar el funcionamiento del mercado interior, garantizar la seguridad de abastecimiento y fomentar la eficiencia y el ahorro energético y el desarrollo de las energías renovables.

Entre las numerosas iniciativas regulatorias adoptadas por la Unión Europea para implantar los principios fundamentales de esta política energética, se pueden destacar por su relevancia y por su cercanía en el tiempo, por un lado el conocido como Tercer Paquete Legislativo sobre el mercado interior de la electricidad y gas en la Unión Europea, y, por otro el conjunto de disposiciones regulatorias que conforman el denominado Paquete Verde.

El Tercer Paquete Legislativo, que entró en vigor en septiembre de 2009, incorpora la modificación de las respectivas Directivas sobre normas comunes para el desarrollo del mercado interior de electricidad y gas, el desarrollo de sendos reglamentos de acceso a las redes de gas y electricidad con objeto de fomentar el comercio transfronterizo de 554 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

estas energías, así como un nuevo Reglamento por el que se crea la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía.

Entre las muchas medidas específicas que se introducen en este paquete regulatorio, la mayor parte de ellas destinadas a facilitar el avance hacia la creación de un verdadero mercado interior de gas y electricidad en la Unión Europea, hay que destacar, tanto por su propia trascendencia como por su relación con las actividades que desarrolla Red Eléctrica, la obligación de adoptar el modelo TSO con separación de propiedad para garantizar la competencia de los mercados eléctricos y asegurar la inversión necesaria en redes de transporte. De esta forma, es el modelo español, del que Red Eléctrica fue la empresa pionera, el que se configura como el modelo del futuro para toda la Unión Europea.

Por su parte, el “Paquete Verde”, en vigor desde junio de 2009, incorpora la Directiva para el fomento del uso de energía procedente de fuentes renovable, en la que se establece como objetivo obligatorio que en el año 2020 el 20% del consumo de energía final de la Unión Europea proceda de fuentes de energía renovables, asignándose a España un objetivo también del 20%. Incluye asimismo la Directiva de comercio de derechos de emisión, la Directiva sobre almacenamiento geológico de CO2 y la Decisión sobre el esfuerzo necesario para reducir emisiones de gases de efecto invernadero a fin de cumplir los compromisos adquiridos por la Unión Europea hasta 2020.

Los objetivos del “Paquete Verde”, que se resumen en el famoso triple 20: 20% de consumo de energía final con renovables, 20% de ahorro de energía y 20% de reducción de gases de efecto invernadero, todos ellos para el año 2020, son plenamente coherentes con el firme compromiso de la política energética de la Unión Europea de avanzar hacia un modelo energético sostenible.

Por último, destacar el importante espaldarazo que ha recibido la política energética europea con la entrada en vigor el 1 de diciembre de 2009 del Tratado de Lisboa, que establece un nuevo marco institucional para el funcionamiento de la Unión Europea y que, en el ámbito energético, introduce un Título íntegramente dedicado a la energía, confirmando la importancia capital que ha adquirido la cuestión energética para el legislador comunitario.

Hasta la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la Unión Europea no tenía competencias propias en política energética, de forma que las medidas en esta materia se adoptaban sobre la base de disposiciones y principios generales recogidos en el Tratado Constitutivo de la Unión Europea. Por ello, la concesión de base jurídica a la política energética de la Unión Europea constituye un salto cuantitativo de singular trascendencia para alcanzar los El futuro de la energía: la visión de la empresa | 555

objetivos en esta materia, si bien sólo el tiempo dirá si este nuevo estatus resolverá por sí mismo todas las dificultades políticas, económicas y sociales, derivadas de la diversidad y pluralidad de la Unión Europea, que hasta la fecha han impedido alcanzar una verdadera política energética comunitaria.

El texto del Tratado de Lisboa recoge expresamente los tres objetivos de la política energética de la Unión Europea referidos anteriormente, y añade un cuarto objetivo, el fomento de las interconexiones de las redes energéticas. La incorporación de este cuarto objetivo significa reconocer que no se pueden lograr los otros tres objetivos de la política energética europea sin un adecuado nivel de interconexión energética, por lo que el valor legal que se le otorga a este nuevo objetivo con su inclusión en el Tratado debe ayudar a salvar los obstáculos que actualmente frenan el desarrollo de las infraestructuras de interconexión.

Situación energética en España

La política energética de España en los últimos años ha estado alineada con los objetivos de competencia, sostenibilidad y seguridad de suministro antes mencionados. Ello ha sido consecuencia, no sólo de la necesaria convergencia con las políticas de la Unión Europea, sino también de nuestra particular situación energética caracterizada por una extrema dependencia y una excesiva intensidad energética, que en ambos casos se sitúan por encima de la media de los países de la Unión Europea.

Durante el largo período de expansión económica y energética vivido en los últimos años, la estructura del suministro energético se ha modificado sustancialmente, buscando adecuarse al crecimiento de la demanda y reducir nuestro nivel de dependencia de los combustibles fósiles y, por consiguiente, de nuestra dependencia energética del exterior. Sin embargo, a pesar de que se ha hecho un importante esfuerzo en la promoción de energías renovables, que sitúa a España en la vanguardia mundial, la realidad es que a día de hoy se mantiene el nivel de dependencia de los combustibles fósiles del año 1996.

En la situación anterior han influido dos factores: primero, la demanda energética ha crecido, absorbiendo por un lado una parte de ese esfuerzo en energías renovables y reduciendo por otro el peso relativo de la energía hidroeléctrica y de la energía nuclear; segundo, el gas ha incrementado sustancialmente su protagonismo con la progresiva puesta en servicio de grupos de ciclo combinado, que han asumido la doble función de cubrir el crecimiento de la demanda y actuar como generación de respaldo de la producción eólica, dado el carácter no gestionable de ésta última. 556 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En consecuencia, en términos de dependencia de carbón, gas y petróleo, se sigue en el mismo punto, con una dependencia energética que se sitúa cerca del 80%, muy por encima del valor medio de la Unión Europea, el 50%.

Además, la situación geográfica de España agrava más si cabe esta dependencia. En efecto, no es lo mismo ser dependiente energéticamente en el centro de Europa, lo que permite compartir los riesgos y la diversificación del suministro con todo su entorno, que estar en la periferia, con un nivel de interconexión muy limitado en el ámbito gasista y en el eléctrico. Así, mientras que un problema de suministro de gas en Europa se convierte en un problema centroeuropeo en su conjunto, un problema de suministro de gas en el norte de África se circunscribe casi exclusivamente al ámbito ibérico.

En relación con la intensidad energética en España, se observa que a partir del año 2004 se ha producido una estabilización de la misma y un decrecimiento, a lo que sin duda han contribuido los programas de ahorro y eficiencia energética puestos en práctica por el Gobierno. Sin embargo, otros factores exógenos tales como la escalada de los precios del petróleo y del gas registrada durante los últimos años, que alcanzó su punto más alto hace un año y medio, así como la caída del consumo energético derivada de la crisis económica desencadenada a finales de 2008, también han contribuido a esta reducción. Es necesario por tanto perseverar en el objetivo de alcanzar un consumo energético más racional, insistiendo en las medidas destinadas a fomentar el ahorro y la eficiencia, sin que ello tenga por qué traducirse en pérdida de potencial de desarrollo y de calidad de vida.

Al incremento de la demanda energética en España durante los últimos años ha contribuido notablemente el consumo de energía eléctrica, que ha crecido a un ritmo medio anual de casi el 5% a lo largo de todo el ciclo de expansión económica, muy por encima del crecimiento europeo medio, que se ha situado en torno al 1%-2%. Este incremento puede atribuirse a varios factores: mayor crecimiento económico, penetra- ción del aire acondicionado, electrificación prácticamente plena del equipamiento doméstico, desplazando a los gases licuados o a otras fuentes energéticas, y creciente penetración de la electricidad tanto en el sector servicios como en el ámbito industrial.

En relación con este incremento de la demanda, es necesario destacar el importante papel que están jugando las tecnologías de la información y la electrónica en general, que han permitido una mayor penetración de la electricidad, no solo en importantes sectores industriales, sino también en el transporte y en la actividad doméstica diaria, haciendo a nuestra sociedad más “electrodependiente”, no solo en términos cuantitativos sino también cualitativos. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 557

Respecto a la punta del consumo eléctrico, hay que destacar su fuerte crecimiento motivado por el incremento de actividad económica y también en parte por la penetración del aire acondicionado, que ha conducido a una elevación de la demanda punta en los momentos de mucho calor en verano, pero que también ha contribuido a alimentar la demanda de punta en invierno, en tanto que una parte significativa de estos aparatos son bombas de calor. A este respecto, habría que preguntarse si los esfuerzos para desarrollar una política de gestión de la demanda, que permita desplazar el consumo desde las horas de punta a las horas de valle, han sido suficientes y si la actual discriminación de los precios en el mercado eléctrico da las señales adecuadas para las mismas.

El panorama descrito anteriormente ha cambiado drásticamente con la crisis económica mundial desencadenada a mediados de 2008, que ha invertido drásticamente la trayectoria de crecimiento del consumo eléctrico que, aunque en el año 2008 todavía fue positivo, cercano al 1%, sufrió un retroceso del 4,5% en el año 2009. La tendencia en la caída de la demanda comenzó a moderarse durante el segundo semestre del pasado año y se invirtió a partir de febrero de 2010, mes en el que la demanda volvió a crecer, tomando un nuevo rumbo que ha conducido a un incremento acumulado del consumo eléctrico durante el primer cuatrimestre de 2010 del 4,8%, tasa que se sitúa en el 3,4% si deducimos los efectos de la mayor laboralidad y las temperaturas más frías de lo habitual registradas durante el período.

Una vez que parece que se está dejando atrás este período de reducción de la demanda eléctrica, aunque estemos sumidos en plena crisis económica, es crucial tomar las decisiones adecuadas en materia de inversión de infraestructura eléctrica, no dejándose influir por cuestiones coyunturales del pasado reciente. En este sentido es necesario que se mantengan los planes de inversión, con los ajustes necesarios, que permitan el desarrollo de la política energética del Gobierno y garanticen la seguridad y continuidad del suministro en los momentos de máxima demanda, ya que un retraso o paralización de las mismas podría poner en peligro la propia recuperación económica, consecuencia del largo periodo de maduración de este tipo de inversiones.

El futuro de la energía eléctrica en España

De este panorama energético en general y eléctrico en particular es fácil deducir que uno de los grandes retos de futuro será el de reducir la intensidad energética, para lo que es necesario promover políticas de ahorro y eficiencia energética, explotando al máximo las mejores tecnologías disponibles. Estas medidas deberían conducir a que el crecimiento de nuestro consumo energético a lo largo de la próxima década sea inferior al crecimiento 558 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de nuestro PIB, objetivo alcanzable siempre que las políticas para conseguirlo –precios, incentivos y regulación–, se desarrollen con la suficiente coherencia, y proporcionen señales claras para que el comportamiento de los agentes económicos y de las familias contribuya a ese objetivo.

El otro gran reto energético de nuestro país, la reducción de nuestra dependencia energética, confluye con el cumplimiento de los objetivos que ha marcado la Unión Europea para el año 2020 en materia de energías renovables. En este sentido, el Gobierno ha presentado un avance a Bruselas en el que planteaba un escenario con un 22,7% de la energía final procedente de renovables, lo que significa que un 42% de nuestra energía eléctrica debe ser generada con fuentes renovables.

Y es que el sector eléctrico está llamado a ser el vector energético fundamental de siglo XXI, como consecuencia de la gran flexibilidad que ofrece la electricidad para el suministro energético, por la diversidad de fuentes de energía primaria y de tecnologías con las que se puede generar la electricidad, incluidas las energías renovables, y su perfecta adaptación a las necesidades de una sociedad avanzada más exigente con el medio ambiente y más dependiente del conocimiento y de los servicios. Además de las renovables, otras tecnologías relevantes para la lucha contra el cambio climático como la nuclear o la captura y almacenamiento de CO2 pasan también por la electricidad.

Desde la perspectiva del TSO español, las reflexiones sobre el futuro del suministro eléctrico en España deben concentrarse en analizar el gran reto que supone para la seguridad y continuidad del suministro eléctrico un escenario de elevada penetración de energías renovables en el mix de generación del sistema eléctrico que debe afrontar España en el marco del cumplimiento de sus compromisos con la Unión Europea para el año 2020. El término reto no significa enfrentarse a un problema sin solución, pero sí pone de manifiesto la complejidad de gestionar un sistema eléctrico con una elevada penetración de energía renovable, cuya gran volatilidad no puede poner en peligro, bajo ninguna circunstancia, el equilibrio instantáneo entre la oferta y la demanda eléctrica.

En cualquier caso, lo primero que conviene destacar es que la posición actual de España en materia de integración de energías renovables constituye un buen punto de partida para afrontar este reto. La espectacular evolución de la potencia eólica instalada a lo largo de los últimos doce años podría calificarse como una historia de éxito, en la medida en que se ha conseguido desarrollar y generar una industria y una posición tecnológica en un campo en el que, en principio, no se tenía una gran posición de partida. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 559

Como resultado de este excepcional desarrollo, la energía eólica fue capaz de cubrir casi el 14% de la generación eléctrica en España en 2009 a un coste relativamente competitivo, en la medida en la que esta es una tecnología que está en un estado avanzado de madurez. De hecho, su sobrecoste actual en relación con el precio del mercado eléctrico es relevante sólo coyunturalmente y se explica porque el precio del gas se ha hundido a nivel internacional. Pero contemplado en el horizonte de los próximos veinticinco años, con la expectativa de precio del petróleo y del gas, más la expectativa de la valoración de la tonelada de CO2 evitada o dejada de emitir, y teniendo en cuenta los objetivos que se plantean en la lucha contra el cambio climático, se puede considerar que la energía eólica está ya en su nivel de competitividad.

Sin embargo, alcanzar un mix energético con una elevada penetración de energía renovable requiere disponer de una potencia alternativa con pocas horas de funciona- miento y que tenga una gran flexibilidad para poder desarrollar el papel de colchón de la extraordinaria variabilidad de la capacidad renovable. Como ejemplo se puede apuntar que los 18.000 MW de potencia eólica instalada han aportado en algunos momentos de este invierno 12.900 MW de potencia máxima y en otros 150 MW de mínima. Esta variabilidad de 12.750 MW en la aportación eólica obliga a disponer de suficiente potencia firme de respaldo capaz de atender ese hueco en la generación.

Esto se traduce en disponer, por ejemplo, de centrales de ciclo combinado, pero también disponer del gas y de una infraestructura gasista con flexibilidad suficiente como para poder soportar una semana de borrasca, en la que probablemente los ciclos combinados funcionen muy pocas horas y el operador del sistema gasista se enfrente a un exceso de gas, o una semana seguida de anticiclón, que significa que los ciclos combinados estén funcionando muchas horas, de forma que el sistema gasista tiene que proveer el gas necesario a todos los ciclos combinados en su demanda máxima.

Otra dificultad añadida para la gestión de un sistema eléctrico con una elevada penetración de renovables, como es el sistema español, lo constituye nuestro aislamien- to eléctrico. Si España fuera Francia, Bélgica o Alemania, o mejor incluso Dinamarca, por poner un país que tiene una elevadísima penetración de renovable y un nivel de interconexión con sus vecinos muy elevado, toda esta variabilidad eólica podría ser compensada por los sistemas eléctricos vecinos.

El sistema eléctrico interconectado europeo es diez veces el español, y por tanto tiene una gran inercia y una gran capacidad para compensar el desequilibrio que se produzca entre oferta y demanda en cualquiera de sus países. El problema de España es que, al encontrarse en la periferia de Europa, sólo dispone de interconexión con Francia con una 560 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

capacidad de 1.400 MW, que es realmente la interconexión con el conjunto del sistema eléctrico europeo. Comparar esos 1.400 MW con los 12.750 MW de variabilidad eólica en determinados momentos del año, que podrían alcanzar los 20.000 MW en el futuro, permite concluir que la contribución que puede aportar actualmente el sistema eléctrico europeo para compensar la variabilidad de la generación renovable y, en consecuencia, para contribuir a la seguridad de suministro, es marginal.

De lo expuesto anteriormente se deduce fácilmente que la progresiva integración en el sistema eléctrico español de energías renovables ha hecho más compleja la gestión del sistema eléctrico, lo que ha obligado al operador del sistema a promover algunos cambios regulatorios y desarrollar algunas herramientas que permitan minimizar el riesgo de que dicha complejidad afecte a la seguridad y continuidad del suministro eléctrico.

Hasta hace cuatro o cinco años, Red Eléctrica consideraba que 13.000 MW de potencia eólica en el año 2011 representaban un riesgo excesivo para la gestión el sistema eléctrico español. El principal riesgo conocido era el de desconexión súbita de los aerogeneradores en caso de hueco de tensión1. La mayor parte de los generadores eólicos instalados hasta hace tres o cuatro años no soportaban los huecos de tensión, desconectándose ante esa situación. Si el hueco de tensión afectaba a una zona donde hubiera muchos aerogene- radores produciendo, el sistema podía perder de forma súbita más potencia de la que cupiera por nuestra interconexión y desequilibrar extraor dinariamente el equilibrio ente la generación y demanda hasta el punto de provocar un apagón de carácter general.

El trabajo de Red Eléctrica para concienciar tanto al regulador como al conjunto de actores del sector eléctrico de este riesgo se tradujo en una nueva normativa sobre los huecos de tensión, y sobre la obligación de que los aerogeneradores se adaptaran para poder soportarlos, que ayudó a mejorar el comportamiento de los grupos eólicos en estas situaciones y con ello a reducir los riesgos para la gestión del sistema.

Posteriormente, se tomó una decisión que se ha revelado como extraordinariamente importante, que fue promover los cambios regulatorios necesarios para obligar a todos los parques eólicos a estar adscritos a un centro de control zonal que a su vez estuviera interconectado con un centro de control específicamente desarrollado por Red Eléctrica para la gestión de renovables, con objeto de que el operador del sistema, que es el que tiene que asegurar el equilibrio instantáneo entre la oferta y la demanda, pueda analizar instantáneamente cómo está funcionando el parque de generación eólica, y anticiparse a eventuales escenarios de operación que puedan poner en riesgo la estabilidad del sistema.

1. Un hueco de tensión es una caída en la tensión, que se produce por un cortocircuito en cualquier punto del sistema que, durante los milisegundos que tardan las protecciones en aislarlo, provoca una caída de la tensión prácticamente hasta cero en el entorno de donde se produce ese cortocircuito. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 561

Hoy en día, el Centro de Control de Renovables de Red Eléctrica (CECRE) es pionero en el mundo y es visitado por los operadores y las autoridades regulatorias de todos los países. Es la herramienta que ha permitido tratar una tecnología que ya dejaba de ser marginal de un modo convencional, ayudando de esta forma a resolver muchas situacio- nes de operación complicadas, y convirtiendo a España en referente mundial en integra- ción de energías renovables en el sector eléctrico.

Pero este liderazgo y esta posición de privilegio en materia de integración de renovables no deben encubrir la realidad de que, por mucho que se haya avanzado en la gestión segura del sistema en condiciones de elevada penetración de energía eólica, la capacidad de actuación en este sentido no es ilimitada. Por ello, si se quiere seguir progresando hacia el cumplimiento del objetivo de consumo energético procedente de fuentes de energía renovable para el año 2020 establecido por la Unión Europea, es necesario actuar en otros campos distintos a la pura gestión del sistema, sin que ello signifique renunciar a continuar mejorando e innovando las herramientas que hasta ahora tan buenos resultados han proporcionado.

Algunas de las actuaciones necesarias han sido ya esbozadas anteriormente, como es el caso del incremento de la capacidad de interconexión eléctrica con la Unión Europea. Desde al año 1982 no se ha puesto en servicio ninguna nueva línea de interconexión con Francia, si bien se va a construir una por Gerona, que va a duplicar nuestra capacidad de interconexión en el año 2014. Sin embargo es un avance modesto, ya que aún duplicando la capacidad ésta continuará siendo insuficiente, por lo que en el futuro se debe seguir construyendo más interconexiones, reforzando este cordón umbilical de seguridad para que el sistema eléctrico pueda compensar de forma más flexible la variabilidad de la generación renovable.

Otra de las medidas necesarias será disponer de una mayor capacidad de almacenamiento. En la actualidad el bombeo es la única herramienta relevante para el almacenamiento eléctrico, lo que no quita que en un futuro cercano se puedan incorporar otras tecnologías. En el horizonte 2020 se debería duplicar la capacidad actual de las centrales hidroeléctricas reversibles, 2.800 MW, lo que permitiría incrementar sensiblemente el potencial para elevar el agua cuando sobra energía renovable y turbinarla cuando falta. Adicionalmente, y tal y como se ha expuesto con anterioridad, se necesitará generación térmica muy flexible para la cobertura de la punta de la demanda y más almacenamiento de gas para que el sistema gasista pueda compensar la variabilidad de las renovables.

Pero sobre todo se necesitará mucha más gestión de la demanda, porque ésta es un instrumento de gestión del sistema eléctrico aún muy poco desarrollado, no sólo en España sino en la mayor parte de los sistemas eléctricos del mundo. 562 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Hasta la entrada en escena de las energías renovables, el equilibrio entre la oferta y la demanda se alcanzaba poniendo la capacidad de regulación de las tecnologías de generación tradicionales al servicio de la variabilidad de la demanda. Pero a medida que ha ido creciendo en nuestro mix el peso de generación con tecnologías menos gestionables, fundamentalmente energía eólica y de la emergente energía fotovoltaica, se ha hecho más evidente la gran utilidad que proporcionaría la gestión de la demanda para contribuir a la seguridad y continuidad del suministro eléctrico.

Hoy en día, la gestión de la demanda sólo se aplica a grandes consumidores industriales a través del mecanismo de interrumpibilidad, pero en el futuro la introducción masiva de tecnologías de la información en la gestión de los consumos, contadores y gestión de las redes de distribución, debería ayudar a desarrollar mucho más la capacidad de respuesta de la demanda para la prestación de servicios de regulación para equilibrar generación y demanda eléctrica. Por ello, la gestión de la demanda es actualmente uno de los yacimientos más importantes de ahorro y eficiencia energética, cuya explotación contri- buiría además a la maximización de la integración segura de las energías renovables no gestionables en el sistema eléctrico.

Muy relacionado con la gestión de la demanda está la integración en el sistema del vehículo eléctrico y del vehículo híbrido con capacidad para conectarse a la red que constituyen nuevos consumos eléctricos, pero cuya correcta gestión ayudaría notablemente al operador del sistema en su función de asegurar la seguridad y continuidad del suministro eléctrico. El vehículo eléctrico y el híbrido enchufable pueden ser potenciales aliados de la operación de un sistema eléctrico con mucha capacidad renovable, como es el español, porque es una demanda que tiene una vocación de recarga fundamentalmente por la noche, lo que significa aprovechar unas horas del día en que el sistema tiene una gran capacidad excedentaria, con centrales sin utilizar y redes con bajo nivel de carga.

Si se asegura que un porcentaje muy elevado de esa recarga se produce durante las horas de la madrugada y preferentemente con un ciclo largo suficientemente gestio- nable, y se apoya con la introducción de tecnologías de la información para que el distribuidor pueda gestionar esa recarga y asegurar que no se produce una gran simulta- neidad en la misma, el sistema eléctrico tiene capacidad para recargar millones de coches eléctricos. Además el consumo de los vehículos eléctricos ayudaría a integrar la energía eólica en esas horas de madrugada, evitando vertidos de energía renovable, circunstancia ésta que se viene produciendo cada vez con más frecuencia a medida que se incrementa la potencia eólica instalada.

Por el contrario, si no se toman las medidas oportunas para propiciar una recarga inteligente y la gente quiere cargar las baterías rápidamente cuando llega a su casa, nos podríamos El futuro de la energía: la visión de la empresa | 563

encontrar con más demanda en horas de gran consumo, lo que obligaría a acometer nuevas inversiones en generación y en redes para satisfacerla.

Pero en este análisis de un futuro escenario del sector eléctrico español intensivo en energías renovables, además de las reflexiones sobre su viabilidad desde el punto de vista de la seguridad del suministro eléctrico, no debe dejarse de lado el debate sobre su viabilidad económica, aunque éste es un asunto cuya valoración corresponde fundamen- talmente al Gobierno como responsable de la política energética. Se debe tener en cuenta el estado de maduración de las tecnologías y el coste que supone una apuesta masiva por aquéllas que están en una fase todavía muy emergente, muy incipiente de su desarrollo, y por tanto con un elevado diferencial de coste respecto de la energía térmica a la que sustituyen. Porque, si en estos momentos tenemos una energía térmica con un coste de 40 ó 45 euros el MWh, su sustitución masiva por otra generación a 250 ó 300 euros el MWh, implica una presión sobre los costes del conjunto del sistema que no deja de afectar a la competitividad de las industrias, para las que la energía eléctrica es un input relevante, o a la renta disponible de las familias.

Por último, para garantizar la seguridad del suministro eléctrico en el futuro no es suficiente sin embargo con disponer de la capacidad de generación suficiente y con implantar los avances en infraestructuras de interconexión, activos de almacenamiento y medidas de gestión de la demanda anteriormente referidos, sino que también es necesario disponer de unas redes de transporte adecuadas que permitan evacuar la energía producida y llevarla hasta las redes de distribución con un elevado grado de seguridad.

Durante los últimos años de expansión económica, Red Eléctrica ha realizado un esfuerzo muy importante en inversión en la red de transporte para atender el fuerte crecimiento de la demanda, en un contexto marcado por la transición de un modelo de planificación eléctrica a un modelo liberalizado, y por la progresiva penetración de fuentes de energías renovables, en particular grupos eólicos. Estos factores han requerido además el diseño de una red más robusta y flexible, capaz de gestionar flujos que pueden variar extraordi- nariamente en su origen y destino dependiendo del patrón de generación, el cual está supeditado tanto a las estrategias de oferta de los generadores, como a las condiciones meteorológicas que determinan en gran medida el funcionamiento de la capacidad de generación renovable y, en consecuencia, también de la generación térmica de respaldo.

De cara al futuro, hay que seguir invirtiendo en red, a pesar de la dificultad creciente para el desarrollo de estas infraestructuras ya que la sociedad quiere un suministro seguro y de calidad, pero rechaza las líneas, a diferencia de lo que sucedía en los años 70 y 80 en los que las líneas se reivindicaban como factor de progreso. Ahora se da la paradoja 564 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de que el AVE se reivindica, mientras que la línea eléctrica necesaria para alimentar el AVE se rechaza. Esto es debido a que la utilidad del AVE no se cuestiona, mientras que la utilidad de la línea eléctrica sí, en tanto que el consumidor no es usuario directo de la línea, sino del enchufe y del interruptor.

Parece evidente que, independientemente de las medidas paliativas que deben tomarse para reducir el impacto sobre el territorio y fomentar la aceptación social de este tipo de infraestructuras, la solución final a este problema, que no es exclusivo de España, sino que se da en todo el mundo, pasa porque la sociedad se conciencie de la necesidad de progresar hacia un modelo de desarrollo sostenible y equilibrado, una de cuyas piezas angulares debe ser un uso racional de la energía que, sin renunciar a la calidad de vida actual, permita reducir las necesidades de nuevas infraestructuras y el consumo de las materias primas más escasas, caras y contaminantes.

Conclusiones

El sector eléctrico español se encuentra sin duda con un horizonte complejo pero al mismo tiempo apasionante, en el que deberá afrontar el gran reto que supone asumir su importante papel como vector energético clave para cumplir con los compromisos de España, tanto en el ámbito de la política energética de la Unión Europea, como en el marco de los acuerdos supranacionales enfocados a alcanzar un nuevo modelo energético más sostenible, que contribuya a luchar contra el cambio climático.

No cabe duda que, tal y como ha sucedido otras veces a lo largo de la historia de este sector en España, con la colaboración y la implicación de todos los actores, desde el regulador a los consumidores, pasando por todos los sujetos del sistema eléctrico, el sector se adaptará a los cambios, saldrá airoso de sus compromisos y, sobre todo, conseguirá que este bien fundamental para el desarrollo económico y para la calidad de vida de las personas que es el suministro eléctrico continúe estando al alcance de todos de forma segura y fiable y a un precio razonable, compatible con la competitividad de nuestra economía. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 565

REPSOL YPF

Innovación y tecnología para un nuevo modelo energético seguro, competitivo y sostenible

Antonio Brufau Presidente Ejecutivo de REPSOL

n estas fechas en que se cumple el 25 aniversario de Enerclub, es importante abordar E los principales elementos del debate energético en España y, ampliando la perspectiva, en la Unión Europea y el ámbito internacional. Resulta además particularmente relevante teniendo en cuenta que nos encontramos en un momento de profunda crisis económica y financiera que, sin duda, producirá importantes ajustes en el sistema mundial de producción y consumo, a lo que no puede ser ajeno el modelo energético.

Comenzaré con una reflexión general para pasar a continuación a un análisis más detallado.

Es indudable que el gran empeño de la industria energética en las décadas pasadas ha sido acceder a nuevos recursos y abaratar los costes de la energía. Es decir, hemos empleado la tecnología para proporcionar al mundo energía más barata, y lo hemos conseguido con un notable éxito. ¿Pero es eso suficiente para el futuro inmediato? Teniendo en cuenta las inconsistencias que se han puesto de manifiesto en los últimos años, ¿no nos sitúa eso en una cierta ruta de colisión con otros requisitos del nuevo modelo global que necesita el planeta, como la exigencia de sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático?

Sin duda, estamos en el umbral de un nuevo modelo energético global.

Pero, ¿qué recursos energéticos serán necesarios para alimentar ese nuevo modelo? La respuesta es todos. Las nuevas energías y las convencionales, pero todas ellas producidas y consumidas de un modo mucho más eficiente y sostenible. No existe una única bala de plata que permita por sí sola resolver todos los problemas. Se trata de conseguir una participación equilibrada de las distintas energías en la cobertura de la demanda de energía primaria y final, que sea beneficiosa desde el punto de vista de la sostenibilidad, 566 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

viable desde la perspectiva económica y favorecedora de la competitividad y el empleo. Conviene, además, subrayar que la energía es el elemento trasversal más relevante para definir el modelo de desarrollo económico, de producción y consumo, de un país o una región. Y también, que el reequilibrio en curso de los centros de gravedad del poder global y el nuevo papel del G20 y de los grandes países emergentes, son factores muy relacionados con la dimensión geoestratégica de la energía.

Lo anterior me lleva al siguiente corolario: si España y Europa no quieren perder peso como agentes económicos en el escenario global, necesitan asegurar a largo plazo el mencionado objetivo de lograr energía sostenible, competitiva y con garantía de suministro. Y estos tres rasgos de nuestro sistema energético tienen que alcanzarse simultáneamente.

Veamos las estrategias que pueden ayudar a alcanzar ese triple objetivo, tomando en consideración los escenarios futuros disponibles.

¿Cómo atender el incremento previsto en la demanda de energía?

En las próximas décadas el consumo energético mundial va a seguir creciendo, impul- sado tanto por el crecimiento demográfico como por el acceso de centenares de millones de personas a la clase media en los países emergentes.

Las previsiones más actuales sobre la población en 2050 nos dicen que habrá sobre la Tierra más de 9.500 millones de habitantes. Esto es, un aumento de población de un 40% en los próximos cuarenta años. Serán Asia y África los continentes que más contribuirán a este crecimiento (alrededor del 90%) y aumentarán su participación al total de la población mundial en alrededor 4,4% (del 75% al 79,4%). África tendrá una explosión demográfica importante, crecerá al doble, en cambio el resto de los continentes se mantendrán cerca de la media de crecimiento mundial, excepto Europa que presentará una disminución de cerca del 11%.

Si nos referimos a previsiones de demanda de energía, vemos que ésta se incrementará en un 40% entre 2007 y 2030. Gran parte de este incremento tendrá lugar en los países con economías emergentes. En el informe "World Energy Outlook 2009” (WEO 2009) se prevé que los países que no pertenecen a la OCDE absorberán el 90% del incremento de la demanda mundial de energía primaria proyectado para el periodo, con China e India contabilizando una cuota del 39,6% y 14,8% respectivamente. Los países no-OCDE pasarán a representar el 63% del total de la demanda global de energía primaria, frente al 52% en 2007. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 567

En 2030, los combustibles fósiles representarán el 80% del mix de energías primarias global, frente al 82% de 2007. Carbón, petróleo y gas deberán cubrir el 75% del aumento de la demanda global de energía primaria proyectado para el periodo 2007- 2030. Una buena parte de ello corresponde al sector transporte, dado que cada año, 50 millones de nuevo coches consumidores de productos petrolíferos salen a las carreteras del planeta.

En cuanto a España, nuestro consumo energético creció más del 40% desde 1994 hasta 2006, y según estimaciones de la Unión Europea, el consumo de energía primaria crecerá en España un 20% adicional hasta 2030, y la contribución de las renovables se incrementará espectacularmente, casi triplicándose, pasando del 6 al 15%.

En este mismo periodo, el peso de los hidrocarburos pasará del 69,2% al 63,2%, por lo que seguirán constituyendo en 2030 la parte principal de nuestra dieta energética, aproximadamente dos terceras partes del total de la energía consumida.

Los datos anteriores tienen que actualizarse para incorporar los efectos de la actual crisis económica, pero considero que ello no alterará cualitativamente el mensaje que considero relevante: a pesar de que España prácticamente no posee hidrocarburos, los combustibles fósiles son, y seguirán siendo durante un largo tiempo, la espina dorsal de nuestra dieta energética.

Es decir, el petróleo y el gas son, en gran medida, una energía esencial del futuro. Eso no significa minusvalorar a las renovables, a la nuclear o al carbón. Eso significa constatar una realidad. Lo que tenemos que hacer es ver cómo poder hacer esta realidad todo lo sostenible que el clima del planeta y el bienestar de las generaciones futuras necesitan.

Y no perdamos de vista el bienestar de las generaciones presentes, porque es bien sabido que hoy hay 1.500 millones de seres humanos en todo el planeta que no tienen acceso a ninguna forma comercial de electricidad. Aproximadamente, el 85% de esas personas vive en zonas rurales, principalmente en el África subsahariana y en el sur de Asia. El WEO 2009, indica que en 2030 el número total arriba citado tan sólo se habría rebajado en 200 millones, e incluso aumentará en África.

Por otra parte, en el mundo hay 2.500 millones de personas no tienen acceso a combustibles modernos para cocinar, lo que produce graves problemas de salud. Esta cifra se incrementará hasta 2.700 millones en 2030.

Considero que lo anterior es un gravísimo elemento de insostenibilidad. 568 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el caso de España, además de la escasez de recursos energéticos propios (el grado de autoabastecimiento de energía primaria en España se encuentra en el 22%, frente al 50% existente en la Unión Europea), nuestra condición de isla energética nos plantea un acusado desafío en términos de garantía de suministro.

En mi opinión, ello significa que la seguridad de suministro debe constituir una Política de Estado de primer orden, incluyendo como líneas de acción prioritarias: el ahorro y la eficiencia energética, el desarrollo de las energías renovables y otros recursos energéticos propios –incluidos, naturalmente, los hidrocarburos–, la diversificación de fuentes energéticas y de países suministradores, y el incremento de la interconexión energética con los países de nuestro entorno.

En este sentido, resulta fundamental para España incorporar la dimensión mediterránea en la política energética europea, ya que la natural preocupación por el suministro de energía procedente de Rusia no debe hacer olvidar la importancia de otros países productores del norte de África y del Medio Oriente.

Me gustaría subrayar también la importancia del ahorro y la eficiencia energética: en 2030, según la AIE, el 50% de las reducciones de emisiones necesarias podrían proceder de la eficiencia en el uso final de la energía. Es, por tanto, una cuestión estratégica a cuyo mejor conocimiento en España ha querido contribuir Repsol mediante la reciente creación de un Observatorio de Eficiencia Energética.

¿Cómo asegurar a largo plazo la competitividad?

El segundo aspecto del triple objetivo es el de la competitividad. En una economía tan abierta como la nuestra, la eficiencia del sistema energético es un aspecto clave de la capacidad de las empresas españolas para competir.

Es cierto que España cuenta con un sistema energético muy potente, seguro y flexible, pero para asegurar a largo plazo su competitividad es importante evitar distorsiones provocadas por la subvención a determinadas fuentes de energía. Sin duda, el déficit de tarifa en la retribución del sistema eléctrico es uno de los grandes desafíos para la buena salud del sector energético en España. Es clave identificar qué incentivos deben realmente ser considerados costes del sistema imputables a la tarifa, y qué otros corresponden a políticas de Estado que deberían ser financiadas por los Presupuestos públicos.

En lo que se refiere a las energías renovables, me gustaría subrayar el siguiente mensaje: como Presidente de Repsol considero las energías renovables esenciales para mejorar el El futuro de la energía: la visión de la empresa | 569

perfil de sostenibilidad y diversificación del sistema energético español, y es por ello que recientemente hemos creado en nuestra Compañía una Unidad de Negocio de Nuevas Energías. Pero llevemos a cabo esta apuesta de un modo tal que no suponga un lastre en términos de pérdida de eficiencia económica y competitividad.

Seamos prudentes y ponderados. Apostemos por las renovables, pero busquemos un óptimo equilibrio coste-beneficio, incorporando una dimensión europea al desarrollo del mercado y a la financiación de la curva de aprendizaje; asegurémonos de que tengan una retribución equilibrada, y de que la mayor parte de su cadena de valor se quede en España.

Energía competitiva y segura, pero también sostenible

Es preciso subrayar la necesidad de garantizar la producción y consumo de energía de una forma sostenible. En esta materia no puede haber dudas ni matices: todos tenemos que luchar contra el gravísimo problema que representa el cambio climático. La posición de la Unión Europea al respecto se expresa en tres compromisos trascendentales que deben alcanzarse en 2020: disminuir un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero, alcanzar el 20% de renovables en el consumo final de energía y ahorrar un 20% en el consumo de energía primaria.

Con este objetivo, y dado que, como hemos visto, los combustibles fósiles van a continuar siendo la fuente principal de energía en las próximas décadas, es imprescindible mejorar el perfil de sostenibilidad de los mismos, incrementando la eficiencia en su consumo y proporcionando el máximo apoyo al desarrollo de tecnologías como la captura y almacenamiento del carbono (CAC).

La Agencia Internacional de la Energía estima que la CAC proporcionará un 10% de las reducciones de emisiones previstas en los objetivos para 2030. España, con la colaboración de las empresas energéticas, tiene que hacer una apuesta en este ámbito que nos coloque en una posición de vanguardia similar a la que queremos ocupar en energías renovables.

Y, en lo que se refiere a la sostenibilidad del sector del transporte, resulta necesario seguir incrementando la eficiencia de los vehículos convencionales y fomentar también la introducción de los coches eléctricos, así como dar un mayor impulso a la producción de biocarburantes de segunda generación. Esta es una cuestión que veremos más adelante con mayor detalle. 570 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La innovación y la tecnología, elementos claves del nuevo modelo energético

A mi juicio, todo lo anterior supone construir un nuevo modelo energético global. Lo cual requiere una transformación del conjunto del sector, y no hay motor de cambio más poderoso que la tecnología utilizada con vocación de liderazgo. En este escenario, las apuestas tecnológicas tienen, por tanto, un gran potencial para determinar el posiciona- miento estratégico de las empresas.

Reinventar el modelo energético requiere también reinventar el modelo de las empresas energéticas. Necesitamos empresas: •Más globales, es decir, que aborden la problemática de la energía con una visión global, integral, holística. •Más inteligentes, más capaces de aprovechar esa inmensa fuente de energía que es el talento y la creatividad de nuestra gente. •Más y mejor conectadas con la sociedad del futuro, para ser vistas como aliados, y no como adversarios, ante los desafíos de nuestro tiempo.

Todo ello debe producir una nueva cultura corporativa basada en la tecnología, la infor- mación, la gente y nuevos modelos de negocio, más flexibles y creativos.

¿Qué contribución tecnológica cabe esperar de las empresas de petróleo y gas al nuevo modelo energético en nuestros campos de actividad? Veámoslo en los dos ámbitos principales en que se estructura la actividad de nuestra industria: Upstream y Downstream. a. UPSTREAM, o cómo conseguir nuevos recursos

Dentro de nuestra industria, el Upstream ha hecho un gran esfuerzo para incorporar nuevas tecnologías. Y lo ha hecho en una escala impresionante: la industria del Upstream perfora cada año una longitud equivalente a diez veces el diámetro de nuestro planeta. Las nuevas tecnologías han hecho posible incrementar el éxito exploratorio medio desde el 20% a finales de los años 40 hasta el 40% en años recientes.

La computación de alto rendimiento que soporta el procesamiento de datos sísmicos y la obtención de imágenes en 3D y 4D es un buen ejemplo de cómo la tecnología ha sido decisiva para hacer comercialmente viable la exploración y producción en aguas profundas, en las que la perforación de pozos tiene costes astronómicos. Y aquellas El futuro de la energía: la visión de la empresa | 571

compañías como Repsol que hemos apostado por las aguas profundas haciendo uso intensivo de la tecnología hemos cambiado nuestro posicionamiento estratégico.

Nuestro proyecto Kaleidoscope, desarrollado por Repsol junto con IBM, 3DGeo, la Universidad de Stanford y el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, nos permite generar imágenes sísmicas de prospección más nítidas y procesarlas 15 veces más rápido que con otras tecnologías menos avanzadas. El desarrollo y uso de esta tecnología nos sitúa a la vanguardia de la exploración de zonas complejas y con grandes yacimientos, como el Golfo de México estadounidense y las aguas profundas de Brasil, y ha permitido a la compañía obtener importantes éxitos exploratorios también en estas áreas geográficas durante 2008 y 2009.

Hay otros buenos ejemplos de cómo la tecnología ha cambiado drásticamente el panorama del Upstream en los últimos años. Es el caso de la exploración y producción de gas no convencional en EEUU. El dato es que en 2009 los EE.UU. desplazaron a Rusia del primer puesto en la producción mundial de gas. La razón hay que buscarla, en gran medida, en la introducción por parte de la industria estadounidense de nuevas tecnolo- gías de perforación –tales como la fracturación hidráulica y los sondeos horizontales– que han permitido revolucionar la producción de gas a partir de fuentes no convencio- nales, que según las estimaciones más optimistas podrían incrementar en un 60% las actuales reservas probadas de gas del mundo.

Y el incremento de la participación de gas natural en la tarta energética es un elemento clave del nuevo modelo energético. El gas natural es el combustible fósil más limpio; además, no emite partículas sólidas ni cenizas y las emisiones de óxidos de nitrógeno son inferiores a las de otros combustibles, mientras que las de dióxido de azufre son prácticamente nulas. En segundo lugar, las turbinas de ciclo combinado alimentadas por gas, cuya construcción resulta relativamente rápida y barata, tienen una eficiencia del 60% en términos de potencia producida en relación a la energía primaria consumida. Asimismo, las plantas de generación de electricidad alimentadas por gas pueden encenderse y apagarse con más facilidad que otro tipo de centrales y, por ello, resultan ideales como complemento a la producción intermitente de electricidad a partir de fuentes renovables. Tampoco podemos olvidar que el gas es un combustible muy versátil que puede ser utilizado tanto en nuestros hogares y en la industria, como en el transporte y en la generación de electricidad.

Resumiendo este punto, me gustaría subrayar que la tecnología es el factor clave para poder obtener los recursos energéticos cada vez de más difícil acceso. El crudo barato y fácil se ha acabado. Las apuestas basadas en liderazgo tecnológico son las que producen de forma más consistente posiciones de liderazgo empresarial. 572 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En relación al Upstream, además de conseguir un mayor éxito exploratorio, existe un amplio margen para la mejora de la operación de los campos existentes. Para ello me gustaría destacar el potencial del concepto de “campos de petróleo inteligentes” (IOF, según sus siglas en inglés). Los IOF ofrecen una visión apasionante del futuro, en la que la modelización más detallada de los reservorios, la captura remota de información en tiempo real y el uso de sistemas inteligentes para interpretar esa información y tomar decisiones, permitirán optimizar la producción, reducir los costes de operación y minimi- zar los riesgos tanto para la compañía como para los empleados. b. DOWNSTREAM, o cómo abordar el desafío del transporte.

Con respecto al Downstream, los desafíos tecnológicos se plantean en dos dimensiones: cómo mejorar lo que tenemos, y cómo introducir cambios cualitativos en los vectores energéticos que impulsan el transporte.

Mejorar lo que tenemos significa seguir mejorando la eficiencia de los vehículos convencionales, y apostar por nuevas tecnologías en las refinerías. Tecnologías que permitan cumplir los siguientes objetivos:

•Trabajar de un modo más eficiente, lo que implica a su vez una doble finalidad: menor consumo de combustibles y menores emisiones de gases de efecto invernadero, con altos grados de integración energética. Nuestro objetivo es ir hacia las refinerías de máxima eficiencia.

•Procesamiento de cestas de crudo cada vez más pesadas, con crudos más agrios, es decir con mayores contenidos en azufre, pero mejorando los niveles de exigencia medioambiental. Los crudos dulces y ligeros se hacen cada vez más difíciles de conse- guir y hay que apostar por crudos menos atractivos desde el punto de vista de proceso. También se plantea el co-procesamiento de aceite vegetales en las refinerías para incorporar en los combustibles finales un porcentaje de producto renovable.

•Sistemas de control avanzado que permitan operar las refinerías de una manera óptima, maximizando la producción, la calidad y los recursos.

En cuanto a la necesidad de introducir un cambio profundo en el perfil de sostenibilidad del transporte, les señalaré tres aspectos que creo pueden ser determinantes.

En primer lugar, ya he comentado que estamos persuadidos de que la Captura y el Almacenamiento de Carbono será una tecnología clave en el futuro. Y se trata de una tecnología a la que las empresas de petróleo y gas podemos aportar nuestro know-how en perforación, geofísica e ingeniería del subsuelo. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 573

En relación a los combustibles, creo que la tecnología puede producir una revolución en los biocombustibles de segunda y tercera generación. Para ello, es necesario crear toda una nueva disciplina científica, tecnológica e industrial: la biología sintética aplicada a la energía. La Biología Sintética es uno de los campos científico-tecnológicos con mayor potencial de desarrollo en el siglo XXI. En esencia se trata de aprovechar los grandes avances producidos en el último tercio del siglo XX sobre biología y genética para, aplicando métodos y conceptos de la ingeniería, ensamblar componentes de los siste- mas biológicos, a modo de “bio-ladrillos”, para producir alguna función de forma eficiente y repetitiva. Se trata de un ámbito al que Repsol otorga una prioridad estratégica.

Por último, en cuanto a los vehículos, paulatinamente el motor de combustión interna basado en combustibles líquidos irá dando paso a nuevos vectores energéticos, funda- mentalmente la energía eléctrica y el hidrógeno. Teniendo en cuenta la enorme apuesta pública que se está haciendo tanto en España como en el conjunto de la UE, sin duda el vehículo eléctrico va a ser el protagonista del sector en los próximos años.

Y, dado que Repsol aspira a seguir siendo líder en el suministro de energía para el transporte, nos hemos puesto manos a la obra para formar parte de ese futuro, buscando que dicha energía cumpla requisitos cada vez más exigentes en términos de sosteni- bilidad. Ese es nuestro compromiso, porque creemos que a largo plazo nuestro negocio sólo prosperará si incorpora las grandes apuestas de la sociedad global de la que formamos parte. Porque consideramos la Responsabilidad Social Corporativa como una de nuestras señas de identidad.

Conclusión

Como hemos visto, es preciso construir un nuevo modelo energético global que garantice a largo plazo el acceso a los recursos energéticos de un modo justo y sostenible.

Para materializar ese objetivo, España ha hecho una apuesta de gran trascendencia en el ámbito de las energías renovables, cuyo papel en nuestro sistema energético ha dado un salto formidable en los últimos años. Esta apuesta es acertada, pero es preciso comple- mentarla impulsando también el avance de las energías convencionales, mejorando su perfil de sostenibilidad, en especial en el sector del transporte, y asegurando un sistema globalmente competitivo.

Aún cuando nuestro país no tiene un tamaño suficiente para desarrollar un nuevo modelo energético por sí solo, sí puede y debe, contribuir decisivamente a un modelo 574 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

de dimensión europea, compatible con el compromiso de acometer las transforma- ciones que requiere la sostenibilidad del planeta. Es sin duda, una exigencia ética y una clara apuesta de futuro, que debe ir acompañada de un impulso a la I+D+i, fundamen- tal para conseguir los objetivos hasta aquí expuestos de seguridad de suministro, competitividad y sostenibilidad.

Esto requiere revertir la tendencia consolidada en los últimos años a nivel europeo. La inversión para fomentar el uso racional de la energía en 2007 supuso el 2,7% del total de fondos dedicados a I+D en la UE, mientras que una década antes era el 4,2%. El Plan Estratégico de Tecnologías de la Energía, el SET Plan, debe devolver al I+D energético su carácter prioritario, y España ha de saber jugar un papel protagonista.

La innovación no puede ser sólo una prioridad de los poderes públicos. Es necesario que la industria apueste por el liderazgo tecnológico como motor de transformación y de reposicionamiento estratégico de nuestras organizaciones.

Los líderes del futuro no serán resultado del azar o de las operaciones corporativas. Serán el resultado de entender que el nuevo mundo global necesita ver, a través del prisma de la tecnología, la energía con nuevos ojos. Dijo Marcel Proust: “Este nuevo paisaje de cambios, de crisis, nos permitirá hacer nuevos descubrimiento interesantes, sólo si somos capaces de mirarlo con ojos nuevos.”

Se trata de un momento clave para abordar las mejoras de nuestro sistema energético que le proporcionen a España, a largo plazo, la energía segura, competitiva y sostenible que necesita para proyectarse al futuro. Repsol, colaborando estrechamente, como hasta ahora, con Enerclub, no escatimará esfuerzos para hacerlo posible. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 575

Sedigas

El sector del gas natural español en el mix energético del futuro

Antonio Peris Mingot Presidente de Sedigas

El gas natural en el mix energético actual

a demanda de gas natural alcanzó en 2009 la cifra de 402 TWh (34,6 bcm), L suponiendo un 23,7% del mix de energía primaria.

El año 2009 se ha caracterizado por un descenso de la actividad económica en muchos sectores, entre ellos el energético y, por supuesto, el del gas natural. Esto ha ocasionado una menor demanda de gas por parte del sector industrial y menor demanda de electricidad de los ciclos combinados. A esta situación se ha sumado el buen comporta- miento de las energías renovables para la generación eléctrica.

Otro rasgo a destacar de 2009 ha sido el aumento de las exportaciones, con una cifra de 11.554 GWh, multiplicando por 5,4 los valores de 2008. La demanda de gas natural por clientes de grupos energéticos españoles en el extranjero está teniendo un fuerte impulso, que continuará en los próximos años, como ha demostrado el proceso de Open Season celebrado en septiembre del 2009.

Al finalizar 2009 los clientes que contaban con gas natural superaban los 7,1 millones, casi tres millones más que en el año 2000.

El sector industrial continúa siendo el principal destino de las ventas de gas natural en España con una cuota del 44,9%. La generación de electricidad en centrales eléctricas (la inmensa mayoría ciclos combinados) ha canalizado el 40,1% (1,8 puntos menos que en 2008) de las ventas de gas natural. De esta forma el gas se convierte en el primer generador de electricidad. 576 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

En el año 2009 los aprovisionamientos de gas natural alcanzan los 412,1 TWh, lo que supone un descenso del 10,3% respecto a 2008, cifra similar a la caída de la demanda. España se ha aprovisionado en 2009 de 11 países diferentes.

REN y Enagas continúan trabajando para poner las bases de MIBGAS, el Mercado Ibérico del gas, desde que en 2007 los Ministerios responsables de ambos países acordaran el Plan para compatibilizar la regulación del sector energético entre España y Portugal.

Los valores conjuntos de la longitud de las redes de transporte y distribución arroja la cifra de 71.077 Km, distribuidos entre 10.479 Km de la red de transporte y 60.598 Km de la red de distribución.

En 2010 está prevista la puesta en marcha del Proyecto Medgaz, que supondrá un acceso directo al gas argelino y un primer paso para la puesta en marcha del corredor europeo del suroeste. En este sentido, las interconexiones con Francia son cruciales para facilitar la circulación de gas hacia el norte de los Pirineos, permitiendo que países con una gran dependencia de gas ruso puedan disfrutar de la mayor diversificación que proporciona la entrada de gas adicional argelino por el sur de Europa.

El 74% de los aprovisionamientos ha sido en forma de gas natural licuado (GNL) y el 26% restante en forma gaseosa. Un total de 470 buques descargaron en las terminales españolas a lo largo de 2009. Esto nos situó el pasado año otra vez en el primer destino de la cuenca atlántica y el tercer lugar del mundo, después de Japón y Corea.

Retos del sector gasista español

El mix energético del futuro debe configurarse como un mix equilibrado donde tengan cabida todas las energías. La política europea ha marcado que la configuración de la energía final de nuestro país incluya un 20% de energías renovables.

Para dar respuesta a los desafíos a los que se enfrenta el sector, la industria del gas en España afronta los siguientes retos en los próximos años: a. Rentabilizar las inversiones ya realizadas por el sector

Desde el nacimiento del sector en 1969, el sector gasista español viene invirtiendo en infraestructuras para asegurar que la población e industria españolas puedan disfrutar de las ventajas de la utilización del gas natural. Sólo en el 2009, la inversión en redes de transporte y distribución fue de 1.453 millones de euros. Las infraestructuras El futuro de la energía: la visión de la empresa | 577

creadas se realizan según una planificación obligatoria indicada por el ministerio español, con un horizonte de mix energético a 25 años. Es por ello que el sector debe velar por la rentabilización de dichas inversiones. b. El gas como elemento imprescindible para garantizar la firmeza de las renovables

La alta variabilidad y la baja predictibilidad de las energías renovables implican que la potencia necesaria para mantener la estabilidad en el sistema energético debe estar duplicada. Por cada megawatio de potencia renovable es necesario otro tanto de potencia tradicional.

En este sentido, los ciclos combinados a gas son los garantes de la continuidad energética del sistema, gracias a su rápida capacidad de arranque y parada ante cualquier incidencia de las renovables.

Su alta eficiencia, que puede llegar al 60% —20 puntos por encima de la correspondiente a las centrales tradicionales— y sus menores emisiones, cerca de un 50% más bajas que las del resto de combustibles fósiles, son garantía de calidad. c. Asegurar las interconexiones previstas con Francia

Actualmente se trabaja, –dentro de la Iniciativa Regional del Gas del Sur (S-GRI), en la que participan activamente los reguladores y empresas del sector de Portugal, Francia y España– , para ampliar la integración del sistema gasista español con el europeo a través de Francia, lo que proporcionará un mayor margen de seguridad al permitir sustituir otros aprovisionamientos por importaciones desde el Norte de Europa. Al mismo tiempo, el incremento de las conexiones con Francia permitiría asegurar a Europa el abastecimiento del gas desde el Norte de África. La trascendencia de este proyecto ha supuesto que sea declarado como prioritario por la UE.

En este contexto, Enagás, GRTgaz, Naturgas y TIGF, principales transportistas de España y Francia, han desarrollado conjuntamente un proceso de Open Season para la identifi- cación de la demanda por parte del mercado de nueva capacidad de interconexión entre ambos países y la asignación coordinada de la misma entre los agentes interesados. En la primera fase de la Open Season 2013 se toma la decisión de desarrollar la inter - conexión de Larrau, y se trabaja en la segunda fase, Open Season 2015, en la que se ofertaran las capacidades para desarrollar la interconexión de Biriatou y la nueva interconexión de MidCat. 578 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Aunque en el ámbito europeo el desarrollo de capacidad de interconexión es frecuen- temente llevado a cabo a través de procesos de Open Season, este proyecto puede considerarse como una experiencia pionera en Europa por el número de transportistas involucrados: por primera vez cuatro transportistas han acordado la comercialización de capacidad entre cuatro zonas de balance diferentes a través de un único proceso. d. Ejecutar el plan de los almacenamientos subterráneos

Los almacenamientos subterráneos han sido y son una de las grandes asignaturas pendientes del sistema gasista español, que se caracteriza por su escasa capacidad de almacenamiento. El desarrollo de los almacenamientos previstos en la planificación obligatoria sin duda mejorará la gestión del sistema gasista, la seguridad de suministro y permitirá a los comercializadores beneficiarse de las oportunidades del mercado. e. Continuar con la expansión de las redes de distribución

El 74% de la población vive en municipios con gas, pero sólo el 31% lo utilizan. El consumo en el sector doméstico ha ido creciendo a lo largo de los años gracias a la expansión de las redes de transporte de gas natural. Se debe seguir trabajando para hacer llegar las redes de distribución a toda la población e Impulsar campañas para la sustitución del gas natural por combustibles de origen fósil más contaminantes. f. Fomentar los otros usos del gas

El gas natural tiene, en el sector doméstico-comercial y en el industrial, usos variados que contribuyen a la mejora de la eficiencia energética y a reducir las emisiones de CO2. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 579

Nuevos usos del gas natural

La expansión de gas en el medio y largo plazo vendrá determinada por el desarrollo de nuevos usos. A continuación se detallan los más relevantes. 580 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Perspectiva europea de la demanda de gas a largo plazo (2030)1.

Tras años de crecimiento ininterrumpido, la industria del gas ha experimentado un notable retroceso a lo largo del 2009, principalmente debido al descenso del consumo industrial que representa más de un tercio del consumo de la UE. Se ha producido también un descenso en la demanda de generación eléctrica a nivel europeo.

Las expectativas respecto al progreso de la demanda europea de gas natural a largo plazo son actualmente un 15% - 20% inferiores a las de hace 3 años y se calcula que pasarán años hasta recuperar los altos valores registrados en años anteriores.

A pesar de estas cifras se espera que la demanda de gas natural en la UE siga en aumento. Tomando en consideración sus cualidades medioambientales y de eficiencia, su contribu- ción como fuente de energía primaria continuará creciendo; Eurogas estima que para el 2030 estará en torno al 28,7%.

La importancia del gas natural como fuente de generación eléctrica se ha incrementado desde los años 90, especialmente por el desarrollo obtenido en UK, Italia y España. Actualmente suministra el 25% de la electricidad producida cuando en 1990 apenas era un 7,5%. Sin embargo la futura evolución dependerá de la política energética adoptada por los diferentes países europeos, de la evolución de las energías renovables y del mercado de emisiones de CO2.

Eurogas estima un crecimiento anual en torno a 1,4-2% llegando en el 2030 a suponer la generación eléctrica el 36%-38% de la demanda total de gas natural. No hay que olvidar el enorme potencial del gas en la reducción de emisiones en la generación eléctrica a unos costes muy competitivos.

Respecto al sector industrial, el gas natural representa el 31% del consumo energético. En este sector es importante el precio final, lo que supone que el rol del gas natural estará en función de la evolución del precio de otros combustibles como el petróleo o el carbón.

En el sector RCI ha existido un crecimiento constante de la demanda de gas en los últimos 12 años, siendo, a nivel europeo, el sector con mayor demanda de gas, por encima del industrial y el de generación eléctrica. Sin embargo, ante la previsión de una desacele- ración del crecimiento de la población europea, se deduce que la penetración del gas se ralentizará de forma considerable y las oportunidades de ampliación de red serán menores. Según previsiones de Eurogas existirá un ligero crecimiento hasta el 2015, año a partir del cual el consumo se mantendrá estable.

1. Datos extraídos del estudio Long term Outlook for gas demand and supply 2007-2030. EUROGAS El futuro de la energía: la visión de la empresa | 581

Retos y oportunidades para el sector gasista español después del 2020

Considerando las previsiones en la evolución de la demanda y las nuevas necesidades definidas en las políticas energéticas es previsible que se produzca un cambio sustancial de la industria del gas a partir del 2020. Pero este cambio no sólo lleva aparejado riesgos sino también oportunidades, algunas ligadas a la introducción de nuevas tecnologías, en donde el sector gasista puede capitalizar su experiencia en el uso y tratamiento de gases industriales:

•Almacenamiento y captura de carbono (CCS). El CCS tiene un gran potencial a la hora de ayudar a reducir las emisiones de CO2 en las próximas décadas. Se trata de una tecnología relativamente nueva en la que los promotores de proyectos comen- zarán a invertir cuando resulte económicamente viable y se vean amparados por la normativa, ya desarrollada en Europa.

•Gasificación del carbón. Actualmente existe un importante esfuerzo de investigación y desarrollo industrial en torno a esta tecnología destinada a reducir costes y mejorar las características ambientales de la misma.

•Biogás. Existe un gran potencial en la expansión de esta práctica, en la que la industria de gas juega un rol importante puesto que el principal componente del biogás es, al igual que en el caso del gas natural, el metano.

•Almacenamiento de electricidad en sistemas CAES (Compressed Air Energy Storage). Dicho sistema puede requerir una turbina de gas a fin de recuperar la ener- gía almacenada de forma eficiente.

•Economía de hidrógeno. Aunque es una tecnología en fase de desarrollo, en el caso de que llegara a implantarse a gran escala la industria de gas se posicionaría como un participante natural por su mayor experiencia en el manejo industrial del gas. 582 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Siemens S.A.

Soluciones para un futuro energético sostenible: retos y respuestas de Siemens

Francisco Belil CEO Siemens S.A.

ara Siemens es un orgullo colaborar, desde sus inicios, en la labor que el Club P Español de la Energía ha desarrollado durante estos años. En primer lugar, quiero aprovechar este espacio para felicitar a esta asociación en este 25 aniversario, por su contribución al desarrollo y divulgación de la energía en nuestro país. Su filosofía integra- dora y proactiva, convierten al Club Español de la Energía, en un referente a la hora de debatir y afrontar los retos socioeconómicos y medioambientales de la sociedad actual y futura en materia energética.

Desde Siemens, como tecnólogos del sector energético, me gustaría compartir algunas reflexiones sobre las necesidades del sector y, al mismo tiempo, comentar las respues- tas que desde nuestra trayectoria innovadora, de más de 160 años, podemos aportar a estos desafíos.

Retos del sector energético:

Crecimiento de la población - Megaciudades

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentaremos es que, la demanda de energía eléctrica, a nivel mundial, continuará aumentando en parte debido al crecimiento de las ciudades.

En 2005, la población mundial superó los 6,5 billones de habitantes y, desde entonces, la tasa de crecimiento anual es del 1,2%. El crecimiento de 5 a 6 billones tuvo lugar en un periodo de 12 años, entre 1987 y 1999, hasta ahora el periodo más corto para un crecimiento de ese calibre. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 583

Este crecimiento, se centra con mayor intensidad en las ciudades, pues desde 2007 existe, por primera vez en la historia, mayor número de personas viviendo en ciudades que en zonas rurales. En 2025, se estima que habrá más de 27 megaciu- dades con más de 10 millones de habitantes, y es en las ciudades, donde la demanda de energía es mayor.

Las ciudades son los motores del crecimiento futuro debido a su creciente importancia económica. En ellas se consume el 75% de la energía mundial y son también responsa- bles del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, resulta imprescindible una infraestructura sostenible y eficiente para el suministro de energía en edificios, tráfico, etc… Sólo así, se podrá preservar la calidad de vida en las ciudades, garantizar la competitividad y respetar, al mismo tiempo, los recursos naturales y el medio ambiente.

Ante esta realidad, la reducción de las emisiones de CO2 en las ciudades es determi- nante para luchar con éxito contra el cambio climático. Pero el hecho de que las causas del cambio climático se concentren de forma tan significativa en los núcleos urbanos tiene también un efecto muy positivo: las medidas de protección climática pueden desarrollar aquí todo su potencial, mucho mejor que en las zonas rurales.

El mayor potencial de ahorro energético se encuentra en los edificios, con casi el 40% de la demanda mundial de energía. Por ejemplo, si se utilizaran mejores materiales termo aislantes, una ventilación y climatización controlada y sistemas de calefacción eficientes se podría ahorrar aproximadamente el 30% de la energía hoy necesaria.

Y, además, la gran ventaja de las nuevas tecnologías de control energético es que la inversión que suponen se autofinancia con los ahorros generados. A partir de entonces el cliente se beneficia de los costes ahorrados en su totalidad.

El ejemplo «Energiesparpartnerschaft Berlin» (Alianza de ahorro energético de Berlín) ilustra bien este concepto. Ya en 1995 el Land de Berlín decidió sanear energéti- camente de esta forma bienes inmuebles públicos. Hasta la fecha se han tomado medidas de ahorro en unos 500 bienes inmuebles, en las que se han invertido, con la ayuda de proveedores de servicios energéticos privados, unos 60 millones de euros, con los gastos de mantenimiento incluidos. Gracias a estas medidas, los costes energéticos en colegios, guarderías, universidades, edificios administrativos o piscinas se redujeron en un 25%. Esto supone un ahorro anual de 11 millones de euros. En menos de 6 años se ha pagado la inversión y a partir de ahí, todo han sido ahorros netos para la Administración. 584 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Limitación de uso de las fuentes de energía primaria

Otro de los grandes retos es la limitación de uso de las fuentes de energía primaria. Más del 70% de las reservas mundiales de gas y petróleo están en Oriente Medio y la región del Caspio, lo que hace a los consumidores de energía de todo el mundo altamente dependientes de un pequeño número de países. Como sabemos, esta dependencia en las importaciones provoca una alta volatilidad en los precios.

Existen dos alternativas posibles para reducir el riesgo resultante: primero, fortalecer la diversificación del mix energético y, segundo, aumentar la eficiencia energética. Los países deben considerar de forma activa la generación de un mix equilibrado de generación de energía eléctrica, sin renunciar a ninguna fuente, incluida la de origen nuclear. De esta forma se podrá garantizar la fiabilidad del suministro energético y reducir los costes, siempre y cuando, las fuentes de generación se adecuen, a los recursos energéticos de cada zona.

Conciencia Medioambiental en la Sociedad

Otro reto importante es la creciente demanda de “energía verde”, la tendencia creciente al uso de fuentes renovables. El cambio climático no puede ponerse en duda por más tiempo. Es un hecho y podemos limitar su impacto si actuamos con rapidez. Si tenemos en cuenta que la generación de energía y el calentamiento de edificios contribuye con aproxima- damente un cuarto del total de los gases de efecto invernadero, es imprescindible reducir las emisiones de CO2 a través de la mejora de la eficiencia.

En este sentido, la demanda de “energía verde” se ve plasmada en las previsiones de Generación de Energía. Se espera que a nivel mundial en 2030, las energías renovables suban desde el 3% actual hasta alrededor de un 14%.

Las energías renovables son un elemento imprescindible para la planificación de las necesidades energéticas futuras de cualquier sistema. Contribuyen a reducir la dependen- cia energética y tienen otros efectos colaterales beneficiosos, ya que promueven el empleo local y generan riqueza en las zonas donde se implantan. Los países de la cuenca mediterránea y, España en particular, tienen una situación geográfica excelente para incrementar la contribución de los recursos renovables al suministro energético.

Nuestra responsabilidad, como empresa tecnológica que aporta productos y soluciones a toda la cadena de transformación de la energía, pasa por desarrollar soluciones “verdes” para nuestros clientes. Desde hace varios años una parte importante de nuestra inversión se ha centrado en el desarrollo de una cartera medioambiental, que permita reducir las emisiones de CO2 y otros elementos contaminantes. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 585

Por ejemplo, en el ejercicio 2009, los productos y soluciones de nuestra cartera medioambiental han ayudado a nuestros clientes a reducir en 210 millones de toneladas sus emisiones de CO2 a escala mundial. Este valor equivale a las emisiones de CO2 anuales de las ciudades de Nueva York, Tokio, Londres, Munich y Berlín juntas.

A efectos comparativos, el año anterior las reducciones totales acumuladas ascendieron a unas 160 millones de toneladas. Y también en este punto nos hemos propuesto un ambicioso objetivo: hasta el año 2011 queremos que, con ayuda de nuestros productos y soluciones, nuestros clientes emitan 300 millones de toneladas menos de gases de efecto invernadero al año, un volumen que equivale a las emisiones de CO2 actuales de siete metrópolis: Nueva York, Tokio, Londres, Singapur, Hongkong, Berlín y Roma.

Pero, además, fieles a nuestra política de sostenibilidad, nos hemos propuesto optimizar nuestro propio balance climático, para lo cual analizamos más de 100 sedes de Siemens en todo el mundo para mejorar nuestra propia eficiencia energética y, consiguien- temente, nuestro balance climático.

Respuestas a los retos energéticos

En este contexto, nos planteamos contribuir al logro de un óptimo equilibrio entre suministros seguros, protección medioambiental y rentabilidad económica, y aportar innovaciones tecnológicas en tres niveles: Optimización del mix energético; mejora de la eficiencia en toda la cadena energética y optimización del sistema (Smart Grid).

1) Optimización del mix energético: Priorizar el uso de Energía Eólica y Solar

Al margen de cómo debe ser el porcentaje de fuentes de generación energética de cada país, una de las tendencias actuales es la priorización del uso de la energía eólica y solar en el mix energético.

Nuestra estrategia en los últimos años se ha centrado en las energías renovables y gracias a ello, actualmente somos el número uno mundial en parques eólicos marítimos. Una de nuestras especialidades son las palas de rotor que fabricamos utilizando IntegralBlade®, un procedimiento exclusivo que hemos patentado. En la actualidad hay más de 7.000 instalaciones de Siemens en todo el mundo.

En Greater Gabbard Inglaterra, está situado el parque eólico marítimo más grande del mundo. Tiene una potencia de 504 megavatios y las turbinas instaladas precisan un mantenimiento muy reducido, lo que supone una disminución de los costes y una mayor 586 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

eficiencia. Además, permite el máximo aprovechamiento energético, incluso en condicio- nes donde los vientos no sean fuertes.

La generación de energía mediante el calor del sol es también uno de los pilares de nuestra estrategia en generación de energías renovables. Por ello estamos embarcados en un ambicioso proyecto: “Desertec”, con el que queremos aprovechar la energía del sol del Sáhara para suministrar energía sostenible.

2) Mejora de la eficiencia en toda la cadena de energía

Siemens esta posicionada en el sector como proveedor único de productos, servicios y soluciones para la cadena global de transformación energética. En concreto, nuestras soluciones van desde la extracción de petróleo y gas, pasando por la generación de energía eléctrica, hasta la transmisión y distribución de la misma. Esto nos ofrece un amplio conocimiento de las necesidades que, unido a nuestra capacidad innovadora, nos invita a plantearnos desafíos y mejoras para una mayor eficacia en toda la cadena energética.

Hace 18 años Siemens comenzó a experimentar con la tecnología offshore, hoy con más de 800 megavatios de potencia instalada y más de tres gigavatios de potencia en la cartera de pedidos, estamos a la cabeza del sector y marcamos las tendencias. Tenemos ante nosotros un nuevo desafío para rentabilizar al máximo los recursos naturales.

Con el proyecto piloto Hywind, queremos demostrar que también las instalaciones eólicas flotantes pueden contribuir decisivamente al suministro de energía. En este caso, la turbina eólica flota a unos 12 kilómetros al sureste de la isla noruega de Karmøy a una profundidad de 220 metros. Esta solución, en la que Siemens es pionera, permitirá aprovechar los territorios marinos profundos para generar energía eólica. Países como España, en los que las aguas son profundas cerca de la costa podrán ser grandes beneficiarios de esta innovación de Siemens.

Ahora bien, conscientes de la necesidad de un mix equilibrado, también nuestras respuestas se centran en cómo generar de forma rentable, eficiente y sostenible, energía a partir de los combustibles fósiles, ya que estos continuarán formando parte del mix energético durante buena parte del siglo XXI. Centrales de ciclo combinado de alto rendimiento como la de Irsching evitarán la emisión de hasta 40.000 toneladas de CO2 al año y permitirán el suministro eléctrico de una ciudad de tres millones de habitantes. Su alto rendimiento, de más de 60% en ciclo combinado, supera los actuales rendi- mientos de las centrales de este tipo en 2 puntos y hace realidad la sostenibilidad y rentabilidad de este tipo de instalaciones. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 587

La modernización y actualización de centrales eléctricas existentes contribuye también a reducir grandes cantidades de CO2, especialmente en el caso de las centrales térmicas de carbón. La utilización de esta materia prima conlleva unas emisiones de CO2 conside- rablemente más altas que las producidas por centrales de turbinas de gas y vapor. Conscientes de ello ofrecemos modernizaciones para mejorar el rendimiento de las centrales de carbón existentes. Hasta el 2020 el rendimiento de las nuevas centrales térmicas de carbón que se instalen deberá superar la marca del 50%, frente al 47% actual.

Ya trabajamos en estos avances, no sólo conseguir menos emisiones de CO2, sino también importantes ahorros económicos.

La generación de energía renovable aprovechando las condiciones naturales, trae consigo otro reto energético: la necesidad de contar con eficientes transmisiones de corriente continua por alta tensión (en inglés: HVDC transmission). Esto es necesario para transportar grandes cantidades de electricidad por líneas de larga distancia con mínimas pérdidas.

Los sistemas HVDC permiten llevar a centros de consumo apartados la electricidad producida a partir de energías renovables. Por ejemplo, la conexión de centrales hidráulicas situadas en el oeste de China permite transportar esta energía a núcleos urbanos de la Costa Este, a más de 1.000 kilómetros de distancia. También permiten la conexión de forma eficiente a la red de parques eólicos marinos, abastecer con electricidad plataformas marinas de extracción de petróleo y gas o conectar entre sí subredes regionales. Estas respuestas, como las anteriores que he mencionado, ofrecen un alto grado de fiabilidad y eficiencia y contribuyen al abastecimiento sostenible de energía.

3) La nueva era energética: Smart Grids

Todos somos conscientes en el ámbito de la energía, de la revolución que las Smart Grids van a suponer. Esta red inteligente para la transmisión y distribución de electricidad permitirá, por primera vez, la comunicación en tiempo real entre todas las partes implicadas en el mercado eléctrico y, sin duda, va a modificar la cadena de transformación de energía, desde su generación hasta el consumidor final. Pero, además, a medio plazo va a cambiar los hábitos de los consumidores pues ellos van a poder elegir según criterios de precio o fuente de generación de energía. Hasta la fecha la producción sigue al consumo. Sin embargo, con esta red inteligente se podrá gestionar la demanda, permitiendo una utilización más eficaz de todo el sistema, con lo que se invierte el paradigma.

La solución Siplink que permite, por primera vez, vincular las redes terrestres con las de los buques se ha implantado en el puerto de la ciudad alemana de Lübeck. Entró en servicio en agosto de 2008 y permite a los buques aprovechar la red local para sus necesidades 588 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

eléctricas. Todo ello de una forma económica y respetuosa con el medio ambiente, en lugar de generar por sí mismos la energía producida por sus generadores diesel que son emisores de contaminación, a través del sistema local de medio voltaje mientras están atracados en el puerto. Esta innovadora solución permite, además, conectar barcos con un sistema de alimentación de 60Hz a una red de puertos de 50Hz.

Se trata de una respuesta alineada con la eficiencia energética, que optimiza los recursos a la vez que se protege el medio ambiente, en concordancia con la recomendación europea 2006/339/EC. Supone un ahorro de 12,6 t de CO2 por barco/día, de 36,5 t de CO2 en el puerto/día, de 600 kg de óxidos de azufre/día y de 100 kg de óxidos de nitrógeno/día. Es decir, este sistema permite reducir un 35% las emisiones de CO2, un 95% las emisiones de óxidos de nitrógeno y reduce en un 90% las partículas emitidas a la atmósfera. Y, además, de garantizar la seguridad en el suministro y para el personal, reduce los costes y su uso permite recibir una serie de incentivos económicos por parte de la UE.

La llegada del vehículo eléctrico es también un elemento decisivo en los hábitos de los consumidores y en el panorama eléctrico. Los vehículos eléctricos permitirán, además de una movilidad más sostenible, la ayuda a la gestión de la demanda, actuando como acumuladores de energía.

Las redes de suministro eléctrico tienen que mudarse permitiendo aportes de energía distribuidos. La integración total en estas Smart Grids permitirá la máxima eficiencia y sostenibilidad y reducirá el coste de la electricidad a los consumidores y al mismo tiempo mejorará la estabilidad y aprovechamiento de la red de forma significante.

A la vista de este recorrido por algunos de los retos y respuestas del futuro, entiendo que todos debemos participar de una forma activa en el desarrollo de la energía que necesitamos. Es decir, energía de calidad, fiable, económica y que respete el medioam- biente. Como decía el fundador de mi compañía, Werner von Siemens: “No podemos predecir el futuro, pero sí podemos inventarlo”. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 589

UNESA

Pedro Rivero Torre Presidente de UNESA

n los acontecimientos de los últimos meses con la crisis financiera y económica se E puede observar que las realidades económicas se están moviendo muy rápida- mente y también que es preciso aceptar que la cada vez mayor interdependencia económica exige también una respuesta más decidida y coherente a nivel supranacional, habida cuenta que las economías están cada vez más interconectadas.

En nuestro terreno, Europa continuará beneficiándose del hecho de ser una de las economías más abiertas del mundo, pero también que la competencia por parte de terceros países y, en particular, de economías desarrolladas y emergentes se intensificará. Países como China o la India están dando pasos de gigante invirtiendo intensamente en investigación y tecnología para situar a sus industrias (también en la industria energética) más arriba en la cadena de creación de valor y para dar el salto a la economía mundial, ejerciendo de este modo presión sobre la competitividad de determinados sectores de nuestra economía. En este contexto, la energía en general y la electricidad en particular no son una excepción, sino un elemento fundamental del desarrollo, de la competitividad y del bienestar de nuestra sociedad. Por ello, acertar en el diseño de nuestro sistema energético y eléctrico en cuanto a diversificación, dependencia, competencia, competitividad, eficiencia y que además dé respuesta a los retos del clima, se presenta como una tarea fundamental para hacer frente con éxito a las incertidumbres del futuro.

Sin pretender ser exhaustivo, a continuación se esbozan algunos de los principales aspectos y condicionantes que van a orientar en gran medida el futuro de la generación y del suministro eléctrico en los próximos años. 590 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

Con relación a la construcción del Mercado Interior de la Energía y en particular del mercado Interior de la Electricidad, proceso que inició su andadura hace unos 15 años, su hito de partida más significativo fue la aprobación de la primera Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de diciembre de 1996 sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad (Directiva 96/92/CE), a lo largo de 2009 se publicó el Tercer Paquete, que brevemente se describe más adelante. En aquél momento, Europa se encaminaba hacia un proceso de liberalización de los mercados energéticos, mas o menos generalizado, y en ese contexto, la integración de los mercados se planteaba como una herramienta para avanzar en esa liberalización, con el convencimiento de que un incremento de la competencia permitiría obtener energía mas barata. España, junto con Inglaterra y los países nórdicos fueron pioneros en ese proceso de liberalización.

A lo largo de estos años, el objetivo de la integración se ha mantenido, aunque las dificultades para conseguir avances reales puedan dar a veces la sensación de una pérdida de interés. En la primavera del 2006, ERGEG (European Energy Regulators) lanzó una iniciativa con el objetivo de avanzar en la integración de los mercados nacionales, ante la sensación tras diez años de iniciado el proceso, de que el mismo no avanzaba con la suficiente rapidez. Se crearon siete regiones o mercados regionales que pudieran servir como paso intermedio para, en un paso ulterior, proceder a su integración en un único mercado. El avance hasta ahora de dicha iniciativa ha sido cuando menos cuestionable y sobre todo dispar. No obstante, regiones como la formada por Francia, Alemania y el Benelux han obtenido importantes avances en su integración. Otras regiones como el MIBEL (España-Portugal) o NordPool (Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca), también han consolidado su integración. Ahora bien, la cuestión que se plantea cuando analizamos esta iniciativa de los reguladores europeos es si el avance en la integración en aquellas zonas en que se ha producido, ha sido causa de la propia iniciativa o mas bien, como parece deducirse, es el resultado del respaldo mostrado por los gobiernos nacionales involucrados. Esta situación mas o menos cierta es la que ha obligado a las instituciones europeas a solicitar en los últimos tiempos un mayor impulso y compromiso por parte de las administraciones nacionales.

En cualquier caso, los trabajos realizados en el ámbito de estas iniciativas regionales han ido encaminados a desarrollar aquellas herramientas necesarias para avanzar en la integración de los mercados nacionales, así como, en incrementar la colaboración de los operadores del sistema, en la determinación de procedimientos comunes en cuanto al cálculo de la capacidad de intercambio transfronterizo o en el ámbito del intercambio de información e incremento de la transparencia.

Estos trabajos se han visto complementados con otros trabajos realizados a nivel comunitario, como el desarrollado, en el ámbito del Foro de Florencia, por el denominado El futuro de la energía: la visión de la empresa | 591

“Implementation group” en el que representantes de la Comisión Europea, ERGEG, así como, representantes de las asociaciones sectoriales europeas han desarrollado un modelo de referencia del mercado que debe servir como objetivo a implantar en las diferentes regiones.

Ahora bien, el proceso de liberalización parece haber perdido fuerza en los últimos tiempos. Este cambio de escenario, se plasmó de manera clara en las conclusiones del Consejo Europeo de marzo de 2007, en el que se aprobó la denominada estrategia 20/20/20, que se describe más adelante. Con todo ello, el proceso de liberalización e incremento de la competencia ha pasado de ser un fin para convertirse en un medio que permita alcanzar los nuevos objetivos.

Dentro de este proceso de liberalización energética, el año pasado se aprobó el tercer paquete de medidas liberalizadoras en materia de electricidad y gas que incluye la modificación de las Directivas para el mercado interior del gas y electricidad y regla- mentos de acceso a las redes. Las principales medidas incluidas en el tercer paquete son:

– La separación de propiedad del transporte y Operación independiente del sistema, consiste en la obligación de separación de propiedad entre el gestor de la red de transporte y las empresas que desarrollan actividades de generación y comercialización. La Directiva de 1996, sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad, estableció, como mínimo, la independencia en la gestión entre el gestor de la red de transporte y las actividades no relacionadas con la red de transporte, (la función de transporte de las empresas integradas verticalmente debía administrarse con independencia de las demás actividades). También impuso la obligación de la separación contable. La Directiva 2003, fue más allá de la obligación de separación funcional y estableció como obligatoria la separación jurídica entre el gestor de la red de transporte y el resto de actividades (para asegurar que el proceso de acceso a la red fuera eficiente y no discriminatorio). A pesar de ello, entendía la Comisión que continuaba existiendo una insuficiente separación de actividades en cuanto a los gestores de las redes de transporte en varios Estados por deficiencias en la transposición de la nueva Directiva y la Directiva de 2009 prevé la separación absoluta entre el gestor de la red y transportista por una parte, y por otra, la generación y el suministro, ya sea mediante separación de propiedad o bien manteniendo la propiedad pero independizando la gestión de forma absoluta. En España desde 1985, Red Eléctrica de España, es una empresa especializada y se ha ido independizando paulatinamente hasta ser totalmente independiente de las empresas integradas verticalmente. Es la encargada y titular del transporte y la operación del sistema y como he dicho desde 592 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

1987 se ha adecuado a lo previsto en la última Directiva (independencia accionarial, propiedad de prácticamente toda la red de transporte y actualmente ya ningún agente energético tiene influencia accionarial en el transportista.).

– La cooperación entre gestores de la red de transporte se considera vital para la creación de mercados regionales y del mercado interior. Esa cooperación versará sobre cuestio- nes transfronterizas, concordancia de normativas y aspectos técnicos e incorporación de los mercados aislados que subsisten en la Comunidad. La red Europea de Gestores de Redes de Transporte esta en proceso de creación, desarrollarán códigos de red y cada dos años elaborará un plan decenal de desarrollo de ámbito comunitario.

– La creación de una Agencia para la Cooperación de los Reguladores de Energía (ACER), se concibe como un órgano consultivo de la Comisión Europea, promoverá indepen- dencia de reguladores y monitorizará del desarrollo del proceso de integración de mercados, sirviendo al mismo tiempo para fortalecer a los órganos reguladores.

Otro hito a destacar es el denominado “paquete verde de la UE” o paquete de energía y cambio climático, que va dirigido a lograr en 2020 una reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero del 20% con respecto a 1990, una penetración de las energías renovables del 20% en el consumo de energía final y, de forma todavía no vinculante, también se persigue un ahorro del 20% del consumo de energía recogiendo el compromiso adquirido en el Consejo de la UE de marzo de 2007, justo antes de la crisis actual. Este paquete de medidas tendrá probablemente un impacto significativo en el sector de la energía a medio y largo plazo. Como parte de este paquete de medidas, se incentiva a los principales responsables de las emisiones industriales de CO2 para que desarrollen tecnologías de producción no emisoras a través de una profunda reforma del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, que impondrá un límite a las emisiones de dichos sectores a escala de la UE. La revisión del comercio europeo de derechos de emisión contiene además provisiones que contemplan la posibilidad de que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el conjunto de la UE llegue a alcanzar el 30 % con respecto a los niveles de 1990 para el año 2020 si se consigue un nuevo acuerdo global sobre el cambio climático que conlleve esfuerzos de reducción equivalentes a los de la UE en los países desarrollados y medidas en los países en desarrollo. Los principales elementos de este paquete se enumeran a continuación:

– La nueva Directiva que modifica el actual comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, establece un nuevo marco normativo para la aplicación del esquema en determinados sectores industriales y energéticos que generan emisiones de dichos gases. A diferencia del período 2008-12 en el que la asignación se realizó a nivel de cada Estado miembro, mediante planes nacionales de asignación de derechos El futuro de la energía: la visión de la empresa | 593

de emisión, el nuevo marco normativo fija un techo de asignación a escala comunitaria, amplia el esquema actual a otros sectores económicos (como la industria química o el sector del aluminio) y a nuevos gases de efecto invernadero además del CO2. Un aspecto a destacar son las restricciones que introduce a la asignación gratuita de derechos de emisión a partir de 2013, que pasará a ser un método secundario de asignación durante una fase transitoria hasta que al final del periodo, en el año 2027, todos los derechos de emisión se asignen mediante subastas.

En el sector eléctrico la subasta es el método básico de asignación de derechos de emisión desde el año 2013, con la excepción que finalmente se ha introducido y que establece la opción de un régimen transitorio para ciertos países del Este.

De igual modo, tampoco podrán recibir derechos de emisión gratuitos las actividades de captura y almacenamiento de CO2. Por tanto, únicamente las instalaciones en aquellos sectores cuya viabilidad pueda estar en peligro por riesgo de deslocalización debida al impacto en su competitividad de los precios del CO2 (“carbon leakage” o fuga de carbo- no) recibirán el 100% de los derechos de emisión de forma gratuita.

La Directiva de fomento del uso de energías renovables establece cuotas de participación de las energías renovables en el “mix” energético para cada Estado miembro considerando criterios de renta per cápita, de forma que aquellos países con mayores niveles de renta estén sometidos a objetivos más exigentes. Las cuotas globales definidas incluyen la utiliza- ción de la energía procedente de fuentes renovables en el transporte, la electricidad y el sector del calor y el frío.

Para minimizar el coste de alcanzar estas cuotas se ofrece a los Estados miembros la posibilidad de utilizar mecanismos de flexibilidad como “transferencias estadísticas” (cesión “estadística” de un Estado miembro a otro de una determinada cuota de producción de energía renovable), “proyectos conjuntos” (dos o más Estados miembros podrán realizar proyectos de forma conjunta) y “sistemas de apoyo conjuntos” (dos o más Estados miembros podrán coordinar parcialmente sus sistemas nacionales de apoyo a las energías renovables). Los “proyectos conjuntos” también pueden ser realizados entre uno o más Estados miembros y un tercer país para la producción de electricidad, si bien se exigen algunos requisitos como que la electricidad procedente de dichos proyectos sea consumida en la UE, por tanto que exista una interconexión eléctrica para transportarla, que proceda de una nueva instalación y que no haya recibido ayuda en el tercer país. En el caso de España, el objetivo global obligatorio de penetración de las energías renovables en el consumo final es del 20% para el año 2020, igual a la media comunitaria, y se prevé que su cumplimiento se base mayormente en la utilización de las fuentes de energía primaria para producción de electricidad. 594 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

La Directiva también fija una trayectoria indicativa de objetivos a alcanzar para los años del periodo 2011-2020 que, en el caso de España, son los siguientes: un 10,96% para los años 2011-2012, un 12,09% para el periodo 2013-2014, un 13,78% para el 2015- 2016 y un 16,05% para los años 2017-2018, y así poder llegar al 20% del 2020.

Para cada Estado miembro y el año 2020, la Directiva fija como objetivo una cuota mínima de energías renovables en el trasporte del 10% del consumo final de energía de dicho sector, que forma parte del objetivo general del 20% y que para su cumplimiento se contempla el uso de la electricidad generada con fuentes de energía renovables y consumida en los coches eléctricos. La Directiva deja libertad a los Estados miembros en la selección de los sistemas de apoyo a utilizar y de los mecanismos de cooperación entre distintos Estados miembros y con terceros países.

La Directiva sobre almacenamiento geológico de CO2 establece las bases para el desarrollo de esta tecnología en la que se han depositado muchas esperanzas como solución de transición hasta el desarrollo definitivo de otras tecnologías (renovables y eficiencia). En particular, regula los procedimientos para la obtención y expedición de permisos para la investigación, el desarrollo y la explotación de los emplazamientos de almacenamiento de CO2, y establece las competencias y las respectivas responsa - bilidades entre las administraciones, la UE y los operadores.

Ahora se presenta la “Estrategia Europea 2020” que sustituirá a la Estrategia de Lisboa, con objetivos más ambiciosos y concretos. El borrador disponible propone un crecimiento económico de la UE que sea: inteligente, basado en el conocimiento y la innovación; sostenible, con un uso eficaz de los recursos; e integrador, con alto nivel de empleo y cohesión social y territorial. Con vistas a definir el lugar que la UE ha de ocupar en el 2020, la Comisión Europea propone cinco objetivos destinados a aumentar los niveles de empleo y educación, combatir la pobreza, invertir el 3% del PIB en I+D y alcanzar el objetivo identificado como 20/20/20 que se refiere a los objetivos porcentuales ya indicados.

Para catalizar los avances en cada uno de los temas, se proponen siete iniciativas entre las que se encuentra la de lograr “una Europa que utilice eficazmente los recursos” cuyo objeto es desligar el crecimiento económico del uso de recursos y de energía, reducir las emisiones de CO2 explotando el potencial de las nuevas tecnologías, reforzar la competi- tividad de la UE frente a los principales socios industriales, promover una mayor seguridad energética reduciendo las importaciones de gas y petróleo y avanzar en la integración del mercado Europeo de la energía.

Para esta iniciativa se indican una serie de acciones a nivel de la UE y de los Estados miembros entre las que cabe citar las siguientes: movilizar instrumentos financieros y El futuro de la energía: la visión de la empresa | 595

reforzar el marco para el uso de instrumentos basados en el mercado; modernizar el sistema de transporte en aras a reducir las emisiones del mismo prestando una atención especial a la dimensión urbana del mismo; completar el mercado interior de la energía y promover la integración de las energías renovables en el mismo; mejorar las redes de los Estados miembros y de Europa caminado hacia la “superred Europea” y desarrollando interconexiones y redes inteligentes; adoptar planes de eficiencia energética y programas e instrumentos de ahorro y uso eficaz de la energía; imaginar los cambios estructurales y tecnológicos para que la economía se haya transformado en una de bajas emisiones de carbono el año 2050.

Es evidente que el desarrollo que propone la “ Estrategia Europea 2020” implica un uso inteligente de la energía en cuyo contexto la energía eléctrica juega un papel esencial que el sector eléctrico ha de hacer realidad facilitando la disponibilidad de la energía eléctrica en las mejores condiciones posibles desde los puntos de vista de calidad técnica, económico y medioambiental.

Con estas condiciones de contorno, de cara a la próxima década, las cuestiones más relevantes para el sistema eléctrico se sintetizan a continuación:

Con relación al mercado interior de la electricidad de la UE, se han realizado sustanciales avances en la integración de los mercados. Existen proyectos que se materializarán a medio plazo para que mercados diarios organizados como NordPool, OMEL y EPEXSPOT puedan acoplarse, los operadores del sistema están trabajando y obteniendo resultados en el establecimiento de acuerdos para el desarrollo de mercados de servicios de ajuste entre países y en general, se están sentando las bases para que los mercados puedan integrarse desde el punto de vista comercial, siempre que finalmente se desarrolle el marco normativo que lo soporte. El problema es que el escenario ha cambiado totalmen- te en los últimos años. La entrada masiva de energía renovable, que en su mayor parte, al menos en el medio plazo no es competitiva, obliga a reflexionar si es necesario introducir cambios en el modelo de “mercado” actual.

Adicionalmente, la integración de la energía proveniente de fuentes renovables, en las cuotas previstas, cerca de un 50% en el año 2020, hace necesaria una integración de los sistemas nacionales, no solo desde el punto de vista comercial sino incrementando las capacidades de intercambio, de manera sustancial. Este y no otro es el verdadero reto actual del futuro mercado interior.

En el ámbito de la generación, los retos pasan por la definición del mix energético a largo plazo, teniendo en cuenta las restricciones citadas: reducción de la emisión de gases de 596 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

efecto invernadero, incorporación de una cuota importante de generación a partir de energías renovables y equilibrio económico del conjunto del parque generador y de cada una de las tecnologías en condiciones de mercado. Además es imprescindible que ese mix de generación de electricidad sea compatible con la competitividad de la economía española y, a la hora de diseñarlo, tenemos que ser conscientes de que no hay un papel en blanco, sino, más bien al contrario, todo un universo de restricciones de todo tipo que condicionan y ralentizan los posibles cambios estructurales del mix de generación, es decir, logrando no sólo la sostenibilidad ambiental, sino también la económica.

La reducción de emisiones se deberá producir en un sistema de mercado, en el que a partir de 2013 las instalaciones de generación deberán adquirir una cantidad de derechos de igual a las emisiones de CO2 que realicen. Estas adquisiciones se realizarán bien en emisiones primarias de derechos realizadas por los estados de la UE mediante subastas o en el mercado secundario, con lo que se convierte definitivamente la tonelada de CO2 emitida en un insumo variable, análogo al coste de combustible. Si bien hasta hace poco las emisiones en el ámbito de la generación eléctrica estaban bastante por encima de las de 1990, en el año 2009, se redujeron hasta igualar las de dicho año, como consecuencia de la caída de la demanda eléctrica y de una mayor utilización del gas natural para generación, así como del crecimiento de la producción con renovables.

Sigue siendo un importante reto para el sector eléctrico, y en general para la UE poder operar en un marco de acuerdos internacionales que garantice los necesarios incentivos para conseguir los objetivos que se marquen y que impida que la economía de la UE se vea perjudicada con respecto a otras regiones.

El objetivo de penetración de las energías renovables en el consumo final de energía afectará especialmente a la producción de energía eléctrica dado que según los plantea- mientos de la administración española conocidos en la actualidad, prevé que el 43% de la electricidad generada deberá ser de origen renovable. Alcanzar ese objetivo supone en términos absolutos duplicar la producción de electricidad renovable entre 2009 y 2020, pasando de 75 TWh en 2009 a 158 TWh en 2020. A falta de aprobación del plan de energías renovables 2011-20, las estimaciones preliminares de la administración prevén duplicar la potencia eólica terrestre, introducir 5.000 MW de eólica marina e incrementar en 12.000 MW la potencia solar (fotovoltaica y termosolar). Salvo la energía eólica terrestre, el resto de las tecnologías propuestas están en sus fases iniciales de desarrollo y precisan de unas inversiones específicas (por MW instalado) muy elevadas, dando lugar, si se repercuten en el kWh, a unos costes mucho más elevados que las tecnologías convencionales. Por tanto, es preciso avanzar de forma ordenada y sostenible económi- camente hacia el objetivo y a un ritmo similar al de otros países europeos, adecuando el El futuro de la energía: la visión de la empresa | 597

despliegue masivo de las tecnologías a que se alcance un punto adecuado de la curva de costes de aprendizaje.

Adicionalmente, ese incremento de la producción renovable, superior al crecimiento previsto da la demanda, reducirá las necesidades de producción del equipo térmico conven- cional que, por otra parte, es imprescindible para satisfacer la demanda en situaciones nocturnas o de falta de viento. Esa sustitución de la producción térmica por las nuevas instalaciones renovables supondrá que equipos diseñados para una utilización de más de 5.000 horas equivalente anuales de la potencia instalada operarán menos de 2.000 h equivalentes al año, en un régimen de operación muy discontinuo, subiendo y bajando carga para complementar la producción variable de origen renovable y con muy frecuentes paradas, casi a diario. Ello supondrá una elevación de los costes operativos por mayor coste del mantenimiento y de los costes totales por KWh al tener que imputar todos los costes fijos entre una producción mucho menor. Por ello se precisará de la introducción de nuevos mecanismos retributivos adicionales a los precios de los mercados de producción.

En cuanto a nuevas tecnologías de generación convencionales, no se espera que sea necesaria una importante incorporación de nuevas centrales térmicas, aunque sí será imprescindible dotar al sistema de nuevas instalaciones hidroeléctricas de bombeo y ampliaciones de centrales reguladas, que permitan la acumulación de energía en períodos excedentarios y suministro en puntas para facilitar la regulación y la gestión de las energías renovables variables. De cara a la década de los veinte en los próximos años habrá que tomar decisiones en relación con las tecnologías de base a implantar. Las alternativas de expansión una vez desarrollado el gas mediante ciclos combinados son nuevas centrales nucleares y centrales de carbón de elevado rendimiento, con sistemas de captura de CO2 y conectadas a una red de transporte y almacenamiento de este gas.

La generación futura de energía eléctrica de nuestro país debe seguir contemplando la aportación de las centrales nucleares actuales en el largo plazo, es decir, hasta los sesenta años, naturalmente cumpliendo con los requerimientos de seguridad que determine el Consejo de Seguridad Nuclear. La contribución por cada década es equivalente al consumo total de electricidad en España durante 2 años.

Esa conveniencia de la operación a largo plazo, debe llevarse a cabo con el seguimiento de los programas de instalación en el mundo de nuevos modelos de centrales nucleares con reactores de diseños avanzados, mejorados o pasivos, bien de agua ligera (EPR, AP- 1000, APWR, ESBWR, ABWR, VVER) y 2) u otros diseños (Pebble Bed, Candu, AES-92 etc.). Lo más probable es que en nuestro entorno sean reactores del tipo de agua ligera, como la mayoría de los instalados actualmente en Europa. Algunos podrían instalarse en 598 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

los actuales emplazamientos de centrales nucleares con las consiguientes ventajas en aspectos técnicos, sociales y económicos.

Las principales características de los reactores nucleares de agua ligera que se están construyendo en estos momentos en Europa o se podría instalar por estar disponibles sus diseños, son el reactor de diseño franco-alemán (EPR) ya en construcción en Olkiluoto (Finlandia) y Flamanville (Francia) o los de diseño estadounidense (AP-1000, ESBWR, ABWR), con vida útil de 60 años, períodos de construcción entre 36 y 60 meses, entre 1.000 y 1.600 MW de potencia, mayor seguridad que los actuales, menor producción de residuos y mayor aprovechamiento del combustible, con la posibilidad de usar como combustible óxidos mixtos de uranio y plutonio (MOX). Todo ello conllevará menores costes de generación.

A finales de los años veinte o primeros de la siguiente década podrían entrar en funcionamiento algunos diseños de la Generación IV y posteriormente los productos del proyecto ITER.

En el ámbito del transporte, la interconexión con países de nuestro entorno es otro reto fundamental. España está llevando a cabo un esfuerzo importante para el desarrollo de la interconexión eléctrica con Portugal y Francia, y de gas con Argelia y Francia. El desarro- llo de dichas interconexiones permitirá crear mercados regionales integrados, aumen- tando la competitividad y mejorando la seguridad de suministro.

De sobra conocido es el aislamiento del mercado ibérico respecto al resto de los mercados europeos, situación en vías de paliación con el trazado Bescanó-Baixas para la nueva interconexión. Pero no hay que olvidar, en cualquier caso, que tal ampliación arrastra un retraso de más de veinte años.

El refuerzo de la interconexión con Francia tiene una gran importancia, pero no evita que el déficit de capacidad de tránsito entre el Mercado Ibérico y el resto de los mercados europeos siga siendo enorme. Téngase en cuenta que si bien esa próxima interconexión permitirá que la capacidad de interconexión con Francia se duplique, alcanzando teóricamente los 2.600 MW –en la dirección de Francia a España y valores menores en la dirección opuesta–, la potencia máxima demandada por el mercado peninsular español es ya de unos 45.000 MW, con lo que seguiremos muy lejos de los valores recomendados por la Unión Europea de lograr una capacidad de interconexión del 10% de la potencia máxima demandada, lo cual es un inconveniente importante para la intro- ducción masiva de energías variables o intermitentes. El futuro de la energía: la visión de la empresa | 599

También hay que reseñar la dificultad administrativa y social que conlleva la construcción de nuevas líneas de transporte, lo cual se ha traducido históricamente en importantes retrasos de los nuevos proyectos afectando a las posibilidades de integrar la producción de las nuevas instalaciones de generación convencional y renovable.

En el ámbito de las redes a niveles de distribución el futuro pasa por las denominadas redes inteligentes, capaces de suministrar energía o captarla en el mismo punto, facilitar la lectura del consumo o aportación de forma instantánea y dotada de mecanismos para el control de la carga, de forma que programadamente el sistema aguas abajo tome decisiones en relación con el momento de consumo y su intensidad. Es un concepto que afecta fundamentalmente al cliente y su comportamiento, a la medida y a sus recursos para optimizar el consumo de forma eficiente económicamente y mejorando el confort en el uso de la energía. Ello supondrá unir el consumo eléctrico, el de gas, y las fuentes renovables distribuidas a través de las tecnologías de información para monitorización, comunicación y control y conllevará la automatización de procesos. Para que sea viable a gran escala se realizará a partir de la evolución de la red existente y el acondi - cionamiento de los sistemas consumidores. A largo plazo, permitiría reducir las pérdidas y las necesidades de transporte y mejoraría la fiabilidad del sistema y la calidad del suministro. Asimismo, para integrar la fuerte expansión de la producción a partir de fuentes de energía renovable será preciso aumentar el mallado de las redes eléctricas, tanto en alta tensión como en media y baja tensión.

Bien es verdad, que para poder satisfacer esta necesidad se deben dar dos condiciones básicas: a) que exista una adecuada retribución de las inversiones realizadas y auditadas en distribución y de su mantenimiento, pues de lo contrario las inversiones futuras pueden ser insuficientes para aumentar la calidad del servicio hasta los niveles alcanza- dos en los países europeos más avanzados b) que se agilicen los procesos administra- tivos de autorización y de ejecución de las líneas y subestaciones, puesto que no son aceptables los plazos actuales para la construcción de nuevas infraestructuras eléctricas y c) que los poderes públicos ayuden a mejorar la aceptación pública de las infraestruc- turas eléctricas, para facilitar la ejecución de las mismas.

También hay que reseñar la importancia que puede tener para el sistema eléctrico la introducción de sistemas más eficientes energéticamente, en los sectores residencial y de servicios, en los que con reducidas inversiones se pueden conseguir ahorros muy importantes y elevar los niveles de confort: bombas de calor, sistemas eficientes de iluminación, electrodomésticos de bajo consumo, automatización y sistemas de consu- mo inteligente. La introducción paulatina del vehículo eléctrico será un elemento que venga a mejorar los ratios de consumo de energía final y favorecerá la penetración de la 600 | La Energía y sus Actores. 1985 - 2010

electricidad en el mercado de energías de uso final reduciendo la dependencia del petróleo, en el largo plazo.

Por último, hay que citar la importancia que tiene para el sistema eléctrico la resolución del déficit de ingresos que se ha ido acumulando desde el año 2000 y que está previsto que lo siga haciendo hasta el año 2012. Hasta 2009 la diferencia entre los costes reales de suministro y los ingresos obtenidos por el sistema suman un importe superior a los 20.000 millones de euros, y según la normativa vigente se prevé que en 2010-12 se acumulen otros 6.000 millones de euros adicionales, que se amortizarán en un período de quince años. Gran parte de la deuda viva está siendo soportada por las cuentas de las empresas eléctricas aunque está en proceso de titulización para proceder a su cesión a un Fondo de Titulización del Déficit que emitirá los pasivos en el mercado financiero con la garantía del Estado.

Para el futuro es indispensable que los mercados de electricidad puedan transmitir a los consumidores las señales de precios. Es de la máxima importancia que los poderes públicos no caigan de nuevo en la tentación de evitar subidas justificadas de las tarifas de electricidad, por los costes totales afectados al kWh, limitándolas artificialmente a la espera de mejores momentos que pueden retrasarse por mucho más tiempo de lo inicialmente previsto. La transmisión de las señales de precio correctas a los usuarios finales es un factor fundamental para, entre otros aspectos, inducir a los consumidores finales a incorporar tecnologías de uso eficientes.

Todo ello nos lleva a concluir, con relación a la construcción del mercado Interior de la Energía que si bien la integración de los mercados energéticos nacionales, en un merca- do único sigue estando en la agenda de la política energética europea, ya no se justifica en que se considere necesario para avanzar en la liberalización y en el incremento de la competencia, sino que ahora la necesidad de esa integración obedece a que, sin la misma, difícilmente se alcanzarán los objetivos fijados en materia de integración de las energías renovables en los porcentajes establecidos, de manera que los excedentes que ya en algunos casos se están produciendo a nivel nacional, puedan ser transportados a otras zonas en donde haya demanda suficiente.

Como conclusión, cabe señalar el esfuerzo que se necesita hacer por parte de todos los agentes: empresas, consumidores, reguladores y administraciones para avanzar en la senda de sostenibilidad medioambiental y económica del sistema eléctrico. Este reto sería más fácil de lograr en la medida en que se alcanzara un elevado grado de consenso, y si fuera posible un amplio acuerdo político o de Estado con los ejes fundamentales de la política energética a medio y largo plazo, puesto que haría posible que se habilitaran y marcos regulatorios estables y predecibles que facilitarían las inversiones necesarias.