Senderos De Gloria No Conducen Más Que a La Tumba »
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Su obvio antibelicismo y su crítica feroz a la estructura militar propiciaron que la pe- lícula tuviera enormes problemas de distri- bución FICHA TÉCNICA: Título original: Paths of Glory Nacionalidad: EEUU Año: 1957 Dirección: Stanley Kubrick Guión: Stanley Kubrick, Calder Willingham y Jim Thompson (basado en la novela de Humphrey Cobb) Producción: James B. Harris Dirección de Fotografía: Georg Krause Montaje: Eva Kroll Dirección Artística: Ludwig Reiber Música: Gerald Fried Reparto: Kirk Douglas ( Col. Dax ), Ralph Meeker (Cpl. Paris ), Adolphe Menjou ( Gen. Broulard ), George Macready ( Gen. Mireau ), Wayne Morris (Lt. Roget ), Richard Anderson ( Maj. Saint-Auban ), Joseph Turkel ( Pvt. Arnoud ), Timothy Carey ( Pvt. Ferol ), Peter Capell ( Col. Judge ), Susanne Chris- tian (l a chica alemana ) Duración: 86 min. «Los senderos de gloria no conducen más que a la tumba » Thomas Gray SINOPSIS: Francia, 1916, el ataque suicida del ejército francés contra las posiciones alemanas en Agnoc, un punto estratégico de vital importancia para el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, se convierte en un fracaso estrepitoso. Para escarmentar a las tropas con un c astigo ejemplar, el general Mireau , uno de los principales responsables del ataque, convoca inmediatamente un consejo de guerra: tres soldados elegidos al azar por sus superiores son acusados de cobardía ante el enemigo y se enfrentan a la pena de muerte. HOJA INFORMATIVA Nº 25 Mayo 2004 COMENTARIOS: Fechada en 1935, la novela en que se basa fue escrita por Humphrey Cobb , canadiense que se había alistado al ejército a los dieci- séis años. Ya cuando publicó un primer rela- to periodístico sobre el hecho que luego contaría la película -el fusilamiento de tres soldados por un supuesto acto de cobardía- los estudios se interesaron por su adapta- ción cinematográfica, pero el hecho de que transcurriera en Francia suponía un obstá- culo cara a su futura distribución. El estalli- do de la Segunda Guerra Mundial aparcó definitivamente este primer intento de adaptación por su sentido antibelicista en un momento de exaltación patriótica. Final- memente,nte fue el interés de Kirk Douglas el que rescató un proyecto del que intuía sus posibilidades cinematográficas, que no económicas. Se rodó con un presupuesto muy limitado, unos 900.000 dólares, un tercio de los cuales los cobró el propio actor. El g uión sufrió vaivenes semejantes. Kubrick , ante los fracasos de taquilla de sus primeras películas, se asustó de un material tan poco comercial y realizó cambios en la historia que suavizaban la misma. Cuenta la leyenda que estos cambios eran impropios de alguien de la talla de Kubrick , y que fue el propio Douglas el que exigió volver a la historia original. La adaptación final es básicamente fiel al libro, simple- mente potenciando la figura del coronel Dax , añadiendo el conflicto entre el teniente Roget y el cabo Paris , y el epílogo final. El rodaje se realizó en Europa, en los paisajes originales que Cobb describe en su relato. La mayoría del equipo técnico era alemán, lo que influyó en el estilo ex- presionista de la película; los claroscuros, el uso de la luz como definidor de la psicología de los personajes, están presentes en las escenas claves, como en la del consejo de guerra y las de la cárcel. Mientras la cámara alterna el uso de los travellings en los movimientos por las trincheras con el necesario plano/contraplano del consejo de guerra. Si en Atraco Perfecto , Kubrick había demostrado que con solo dos películas dominaba ya los resortes técnicos del cine, es en Sende- ros de Gloria donde subordina ese arte a una perspectiva esencialmente crítica. Es decir, conju- ga magistralmente la forma y el fondo. Cada una de las escenas pue- de ser interpretada en función de una sola premisa básica: que en el Es en Senderos de ejército la condición humana está subordinada a la institución militar. El realizador neoyorquino utiliza una situación límite para poner al Gloria donde Kubrick descubierto los peores sentimientos del alma humana: desde la am- subordina su arte a bición bición del general Mireau hasta la una perspectiva cobardía del teniente Roget , pa- sando por la hipocresía del general esencialmente crítica Broulard . Por ello, esta obra tras- ciende de ser meramente un panfleto antibelicista para alzar- se como una amarga reflexión de las miserias humanas. Sin embargo, es su obvio antibelicismo y su crítica feroz a la es- tructura militar, institución capaz de elevar esos defectos humanos a la categoría de virtudes castrenses, lo que propi- ció los enormes problemas de distribución. Prohibida en Fran- cia por motivos obvios, esta censura se extendió a otros paí- ses como Bélgica, Suiza y España. En todas estas naciones no pudo verse hasta los años setenta, y su redescubrimiento ha elevado su categoría de forma indi scutible. Ya en su momento creó un antes y un después en el cine bélico. Anteriormente, solo Adios a las Armas (1932) era un oasis antibelicista en el grueso de una producción en la que primaba la exaltación de los valores militares. Ahora, con la puerta abierta, otras películas como Rey y Patria (1964), Hombres Contra la Guerra (1964)(1970) y Johnny Cogió su Fúsil (1971) siguie- ron su sendero. Senderos que, como señala el crítico francés Patrick Gaulier " No son los del heroísmo, Kubrick rehusa mostrarnos superhombres, nos presenta personajes personajes reales profun- damente marcados por esa tragedia absurda que es la guerra ". .