UNA GENEALOGÍA POR DESCUBRIR

Sin ningún lugar a dudas que los apellidos Alonso Maldonado ya le suenan desde hace mucho tiempo a cualquier escalonillero. A mí en particular, sin serlo, cuando escucho “Alonso Maldonado” siempre recuerdo a D. Juan que es, con mucho, el más conocido de todos. Desde hace algún tiempo se han escrito muchas páginas y mantenido diversas hipótesis sobre él, su familia, su testamento y su vida. Es verdad que desde el punto de vista histórico es muy interesante. Cuanto más sepamos de él mucho mejor para dejar esa época de la historia de zanjada con los mayores datos posibles de uno de sus personajes más importantes. Aunque tal vez nos quede por saber algo más sobre “la saga de los Alonso Maldonado” Hasta el momento sabemos que el matrimonio formado por D. Agustín Alonso Maldonado (El Capitán) y Doña Catalina González, dio como fruto tres hijos. Fernando, Agustín y Juan son hasta el momento los tres únicos nombres que sabemos. Más adelante, en mil seiscientos ochenta y cuatro, aparecerá Francisca, con los mismos apellidos de la familia. Creemos que era hermana del “Capitán” porque en el Testamento de la madre de D. Juan sólo figura el nombre de los tres hijos. Juan fue ordenado sacerdote. Fernando y Agustín se casaron. La esposa de Fernando muere un 30 de Diciembre de 1711 y de su matrimonio quedan 6 hijos legítimos.(Libro IV de Difuntos – Pag. 268 vuelto – 1711) En ambos matrimonios nos consta que había varios hijos, menos en el matrimonio de Francisca, (hermana del padre de D. Juan) que veremos más adelante y que consta no dejar hijo alguno después de la muerte de su esposo. (“Escalonilla – Apuntes Históricos del P. Gonzalo (1991) y Entre las luces del pasado… de Jesús López Muñoz (2.005)” La muerte de Francisca, hermana de D. Agustín se produce un 27 de Noviembre de 1688, dejando por herederos a Fernando, Agustín, y Petronila. Hasta el momento no sabemos muy bien quien es Petronila, pero aparece como hermana de Francisca, aunque con otros apellidos, en su Testamento. (Libro IV de Difuntos – Pag. 85 – 1688) Pareciera aparentemente que sólo nos interesaba la historia de esta familia partiendo de los padres y del mismo D. Juan Alonso Maldonado. Nada más abrir el Libro IV de Difuntos, en la hoja sexta hacia el final, 1679 en la Caja número 17 del Archivo Parroquial, encontramos a un tío de D. Juan y por tanto hermano de su padre, en el fallecimiento y posterior enterramiento de Ana Rodríguez, viuda de Francisco Alonso Maldonado. Deducimos que era hermano del padre de D. Juan por las fechas. Nótese que D. Juan nace en 1670 y cuando hablamos de este tal Francisco es nada más que 1679 por lo que no podía ser hermano de D. Juan sino tío ya que encontramos la defunción de una esposa de este. Por lo tanto está claro que el tal Francisco es hermano de D. Agustín “El Capitán”. Más claro nos queda aún con la defunción de María de Cuadros (Libro IV de Difuntos – Pag. 263 – 1711)

En mi libro anterior sobre Escalonilla en la página 80 mantenía que este Francisco era hijo de D. Agustín y que se había casado con María de Cuadros. Por el momento lamento decir que es aquí donde queda más claro que no es así. Es evidente que D. Agustín no tuvo ningún hijo llamado Francisco pero que sí tuvo un hermano llamado así y casado dos veces. La primera vez con Ana Rodríguez y la segunda con María de Cuadros.

FRANCISCO ALONSO MALDONADO HERMANO DE D. AGUSTÍN TÍO DE D. JUAN ALONSO MALDONADO

(Libro IV de Difuntos – Pag. 263) SEGUNDA MUJER DE FRANCISCO ALONSO MALDONADO

Así que ya tenemos algún dato más de los antepasados de esta familia y de su vida en Escalonilla. El texto literal del enterramiento dice así: “En veintiocho de marzo de 1679 se enterró en la Parroquial de este lugar, Ana Rodríguez, viuda de Francisco Alonso Maldonado, recibió los sacramentos de la penitencia y extremaunción, no pudo el de la eucaristía por su enfermedad, pero había seis días antes comulgado. Dio poder para testar a Bartolomé Fernández su yerno. Díjosele misa de cuerpo presente”. La hipótesis de que fuera hermano del padre de D. Juan es sólo una hipótesis. Conforme avanzamos en la investigación vamos comprendiendo que pudiera no ser así aunque éste tenga los mismos apellidos.

Lienzo de la Virgen del Sagrario que se encuentra en la sacristía

“Mando a una hija de Miguel Palomo mi sobrino y de María Espinosa mi sobrina un cuadro de nuestra Señora del lugar digo Sagrario de cuerpo entero con su trono de más de dos varas de alto con un marco dorado…de adentro y fuera y la pida me encomiende a Dios” (Testamento de D. Juan Alonso Maldonado 1670-1745) citado en el Programa de Fiestas 2005 por el P. Gonzalo)

D. Agustín Alonso Maldonado también tenía una hermana que era desconocida para todos hasta el momento. Se llamaba Francisca y estaba casada con Juan de Mayo de Alonso Mayo el cual murió un 21 de Octubre de 1684 y que fue enterrado en la Iglesia Parroquial de este lugar. De este matrimonio no quedaron hijos según consta. (Libro IV Folio 50 1684) Parece que aparte de la hermana Francisca Había un hermano más llamado Juan Alonso Maldonado que aparece en el Libro IV de Defunciones página 59 en la partida de defunción de su esposa Isabel Gómez Aparicio. Es muy probable que Isabel muriese en el parto de una hija que dos meses después también muere y que se llamaba Ana quedando su padre Juan Alonso Maldonado viudo. (Libro IV de Defunciones – Pag. 61 – 1685) Más adelante descubrimos una hija de este Juan Alonso Maldonado llamada María y deja a este por Albacea.(Libro IV de Difuntos – Pag. 242 vuelto – 1709). Es cierto que nos encontramos en una hipótesis de trabajo y que pudiera ser, como en el caso de Francisco, que se dieran nombres y apellidos iguales sin que el parentesco fuese el de hermanos, pero como poco pertenecían a la misma rama familiar. Es el caso de “María de el Varrio” , Mujer de Fernando Alonso Maldonado. En teoría éste estaba casado con María de Cuadros, por lo que creemos que este Fernando no es el primero y pudiera ser hermano de D. Agustín Alonso Maldonado (El Capitán)? “Libro IV de Defunciones – Pág. 53 – 1684). Francisca era, por lo tanto, tía de D. Juan, Pero el Juan al que hacemos referencia mantenemos la misma duda que para Francisco. Otra de las dudas la tenemos en el Folio 91 del Libro IV de Defunciones donde en el enterramiento de un niño llamado Juan aparece un tal Fernando Alonso Maldonado casado con María Gómez. Es hermano de D. Agustín o hermano de D. Juan?. Creemos que hermano de D. Agustín. Su muerte se certifica un 21 de Septiembre de 1690 y además parece que se casó varias veces (Libro IV de Difuntos – Pag.95 – 1691) de cuyos matrimonios nacieron varios hijos. Como cosa curiosa deja también como heredero a un hijo llamado Juan Alonso Maldonado, entre otros. (Libro IV de Difuntos – Pag. 92 – 1690)Posteriormente aparecerá otra vez, ya en 1695 otro Fernando Alonso Maldonado, que creemos es el mismo ya que está casado con María Gómez. (Libro IV de Difuntos – Pag. 124 – 1695) Como vemos los apellidos Alonso Maldonado y los mismos nombres se van repitiendo una y otra vez lo que hace más complejo la identidad de cada uno. Esta es la razón por la que es fácil cometer algún error en los parentescos.

Tampoco pretendemos hacer un árbol genealógico exacto de la Familia Alonso Maldonado. Por el momento, y aunque nos parezca un poco complicado, sólo pretendemos seguirles un poco la pista para ver hasta qué punto era una familia influyente en la sociedad de Escalonilla en la época. Admito que nos podemos equivocar, pero valdrá la pena si al final conocemos un poco mejor los apellidos y su vida.

PRIMERA ESPOSA DE “EL CAPITÁN” MADRE DE D. JUAN

Este es uno de los Documentos más cargados de emotividad. La Partida de defunción de Doña Catalina González, mujer de D. Agustín Alonso Maldonado y por lo tanto madre de D. Juan Alonso Maldonado. Pero D. Agustín pasado un tiempo se volvió a casar. Esta vez con Doña Catalina de Butrón. (Libro IV de Difuntos – Pág. 78-79) En ambos casos para certificar la muerte de una niña y un niño. En el folio 88 parece que muere otra hija a la edad de diez años pero en este caso hija de Doña Catalina de Butrón en su primer matrimonio antes de estar desposada con D. Agustín. Incluso algunos días después muere una criada de D. Agustín llamada Bernarda que era muy pobre.

FRANCISCA ALONSO MALDONADO HERMANA DE “EL CAPITÁN”

Estos Libros, ya lo he dicho, siempre son sorprendentes y además inagotables por la cantidad de sorpresas que pueden darnos. Es verdad que a la hora que estoy escribiendo esto es ya un poco tarde y me encontraba un poco cansado. Me dije para mí mismo, que esa sería la última página que leía y a descansar. Entre bostezos y cansancio repetí otra vez la lectura. Me espabilé, pues aunque he dejado claro que no pretendía hacer el árbol genealógico de los Alonso Maldonado, aparecía en este folio Francisca. Ahora sin ningún lugar a dudas podemos afirmar que sí es hermana del padre de D. Juan Alonso Maldonado. Hermana del llamado “Capitán”. Lo afirmamos no sólo por los apellidos, sino que en la última línea entre sus albaceas deja a “Francisco Alonso Maldonado de Fernando…” Este Francisco es un hijo de Fernando, hermano de D. Juan y por lo tanto sobrino carnal del mismo. (Libro IV de Difuntos – Pag. 230 vuelto – 1707) También podemos leer, y el dato es interesantísimo, que manda enterrarse “en la Capilla del Santísimo Cristo” con lo que se podría demostrar que ya en esta época se daba la devoción a la imagen de Cristo con la Cruz a Cuestas, aunque también podría ser la capilla del Cristo de la Sangre ya que se encuentra decorada con pinturas murales y frescos referentes a La Pasión de Nuestro Señor. Es seguro que era muy cerca de ambos sitios. O lo que hoy conocemos como Capilla del Santísimo Cristo o la anterior. Yo personalmente me inclino por lo que es la Capilla del Santo Cristo de La Sangre. Espero en algún momento poder tener más claro esto dadas las características a las que antes me refería. AGUSTÍN ALONSO MALDONADO

( Libro IV de Difuntos – Pag. 235 vuelto – 1708 )

(Libro de Difuntos IV – Pag.250 vuelto – 1712)

Parece, y lo diré más adelante, que este Agustín es hermano de D. Juan. En el primer Testamento de 1708 parece que nos da razones suficientes para poderlo afirmar. El problema está unas hojas más adelante en 1712 donde aparece otro Agustín Alonso Maldonado y donde también se dice que deja como albacea a su hermano Juan Silverio Alonso Maldonado. Al escribir el cura de turno la expresión “su hermano” quedamos confundidos. En la primera Partida aparece casado con Magdalena Zazo y en la segunda con Tomasa González. En ambas la inscripción reza la palabra “hermano” para referirse al Licenciado Juan Silverio Alonso Maldonado. No puede ser en ningún caso el padre de D. Juan pues ya dijimos que este se casó en primeras nupcias con Catalina González y en segundas con Catalina de Butrón. A no ser que se casara una tercera vez pero sería rarísimo que al referirse a él se le nombrara como hermano del Licenciado D. Juan Alonso Maldonado. Esta la descartamos. Otra podría ser que D. Agustín el “Capitán” padre de D. Juan hubiera tenido dos hijos con el mismo nombre y con unos cuatro años de diferencia en su nacimiento. Mantengamos esta por el momento hasta poder llegar al Libro de nacimientos para ver si nos ofrece algo de luz al respecto. En la primera de las Partidas se cita a D. Juan como hermano y como Comisario del Santo Oficio. Pareciera que no hay lugar a dudas al no poder ser otro escalonillero con ese nombre y con ese Cargo Eclesiástico tan importante.(Léase la nota del Testamento en la página 237 vuelto- Libro de Difuntos IV)

Otra de las cosas que llama poderosamente la atención, aunque no era extraño en la época, es que tiene un hijo póstumo. Nos referimos a Agustín Alonso Maldonado. La primera de las Partidas aparece casado con Magdalena Zazo. El hijo al que nos referimos también se llamaba Agustín y muere un 23 de Abril de 1713 siendo enterrado en la Capilla del Santísimo Cristo cinco años después del fallecimiento de su padre.(Libro IV de Difuntos – Pag.279 – 1713)

Pero más interesante aún me parece la siguiente conclusión que he sacado después de ver siempre al lado de su Testamento la siguiente nota marginal que no encuentro en ningún otro enterramiento. Siempre que es enterrado un Alonso Maldonado se le da sepultura en la “Capilla del Santo Cristo” Mantengo cada vez más mi teoría de que el actual Camarín del Cristo de la Sangre era la Capilla del Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas y de que en esta sólo se enterraban los Alonso Maldonado hasta que a la muerte de D. Juan él manda enterrarse en la Capilla de San Germán que él mismo financió para este fin. Pero hasta que eso ocurrió todos los miembros de su familia fueron enterrados en la llamada Capilla de las Insignias de la Pasión o del Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas cuyas pinturas nos hablan de tales momentos de la vida del Señor.

JUAN ALONSO MALDONADO “EL PRIMO”

(Libro IV de Difuntos – Pag. 290 vuelto – 1714) El documento hace referencia a un primo de D. Juan Alonso Maldonado al que deja por Albacea incluso haciendo alusión al origen escalonillero del mismo y al título de Comisario de la Inquisición. Está casado con Andrea Zazo de segundas nupcias y de primeras con Isabel Gómez. Con su segunda mujer aparece una cosa curiosísima que pudiera resolvernos el problema que teníamos con Agustín Alonso Maldonado. De este matrimonio deja dos hijos, “Juan Alonso Maldonado el mayor y Juan Alonso Maldonado el menor” De la primera mujer también hay una hija que muere a la edad de 18 años un 12 de septiembre de 1720 llamada Josefa Alonso (Libro IV de Difuntos – Pag 333- 1720). O sea, que en el caso de Agustín también pudiera darse esta hipótesis. Posteriormente encontraremos a “María Gómez, casada con Fernando Alonso Maldonado” Creemos que se trata de un hermano de D. Agustín.(Libro IV de Difuntos – Pag. 277 vuelto – 1713) Fernando Alonso Maldonado morirá en 1717 siendo ya viudo de María Gómez.(Libro IV de Difuntos – Pag. 316 vuelto – 1717) Cuando muere deja, entre otros, como Albacea a Juan Alonso Maldonado “su sobrino”. La tarea de identificar a todos los Maldonado se hace cada vez más compleja pero seguiremos adelante por la luz que pueda darnos su genealogía. AGUSTINA ALONSO MALDONADO

(Libro IV de Difuntos – Pag. 335 vuelto – 1720)

Confieso que a estas alturas no puedo localizar a la tal Agustina Alonso Maldonado con ningún parentesco. Es muy posible que sea hija de algún hijo de algún hermano de D. Agustín. Estaba casada de segundas nupcias con Juan Alonso Juárez que murió en 1722, dos años después que Agustina.(Libro IV de Difuntos – pag.354 – 1722). He querido traerla aquí porque me llama la atención que sea la primera vez que al margen aparece la nota “Oficio de San Germán”. No puedo asegurar que eso signifique que allí fuese enterrada, pero sí el que los demás miembros de la familia, hasta el momento, se enterraban en la sepultura propia del Santo Cristo, pero esta vez ya no. Ignoro aún la razón pero pudiera ser que antes de D. Juan Alonso Maldonado algunos de sus familiares ya fuesen enterrados en dicha capilla. Podría ser una razón de capacidad. La familia Alonso Maldonado se ve que era muy larga y es posible que no cupieran más en la Capilla del Santo Cristo. Esta podría ser sólo una razón.

CAPILLA DEL SANTO CRISTO O INSIGNIAS DE LA PASIÓN

Panteón Familiar de los Alonso Maldonado anteriores a la muerte de D. Juan Alonso Maldonado

Capilla de las Insignias Con bóveda y toda ella decorada con frescos alusivos a la Pasión

PANTEÓN FAMILIAR DE LOS ALONSO MALDONADO

Por lo tanto me parece importantísimo el descubrimiento. La primera devoción al Santísimo Cristo fue en ese lugar, y el panteón familiar de los Alonso Maldonado fue esa Capilla. Conforme se avanza en la traducción e investigación de los textos nos ratificamos aún más si se puede sobre el asunto de la Capilla del Santísimo Cristo como lugar de enterramiento o Panteón Familiar de los Alonso Maldonado. No hay ni un solo caso en el que no sea así. En el folio 255 vuelto encontramos otro caso más que certificaría que esto es así. Nos referimos al enterramiento de María Suárez, mujer que fue de Francisco Maldonado y que entre otras cosas manda antes de su muerte, en su Testamento, ser enterrada “en la Capilla del Santo Cristo”. Dejamos ahora de quién era esposa María Suárez, lo realmente importante es fijarnos que cada vez que muere alguien con esos apellidos es enterrado en dicho lugar y no en otro. “Libro IV de Difuntos – Pag. 255 vuelto – 1710” Es posible que incluso sea una coincidencia, pero la verdad es que resulta también curioso que muchos años más tarde, lo veremos más en otro apartado, aparece un cura del lugar nacido en Escalonilla llamado Bartolomé Palomo y Maldonado.(Libro IV de Difuntos – Pag.105 vuelto)

Me parece que se podría “declarar” lo que conocemos como camarín del Cristo, Panteón Familiar de Los Alonso Maldonado. Allí descansan sus restos porque incluso parece que ese piso no ha sido remodelado ninguna vez. Debajo de él esperan la Resurrección los primogenitores, hermanos, sobrinos, etc. de D. Juan Alonso Maldonado.

En los libros de difuntos y testamentos es sorprendente la cantidad de vida que se puede encontrar. Algunos lo llaman curiosidades o anécdotas del pasado. En realidad se podrían hacer grandes tratados de la vida de los pueblos y sus gentes. Además los sacerdotes de la época procuraban que no se les escapase ni un solo detalle hasta de los momentos menos importantes y más rutinarios de la vida de sus gentes. Reflejaban y escribían con todo lujo de detalles cualquier cosa por poco importante que pareciera. De esa forma hoy podemos saber y hasta podríamos escenificar cómo era y que ocurría en Escalonilla en pleno siglo XVII-XVIII. Tal vez fuese original organizar alguna vez en nuestra plaza y en nuestra calles escenificaciones concretas de esa época.

ESCALONILLA Y EL SILLETERO

Hago referencia aquí a sólo una de las muchas historias contadas por el Licenciado José Pérez allá por los años de 1680. “Bartolomé, pobre forastero. En veinticinco de Agosto de 1680. Se enterró en la Parroquial de este lugar un hombre que le dio un accidente de repente y estuvo privado de sentidos, no pudo confesar, ni recibió más sacramentos que la extremaunción. Fui informado, haber dicho llamarse Bartolomé, y ser viudo, y a unos dijo ser de Segovia, a otros ser de las montañas. Su ocupación era aderezar sillas y sería de edad de más de cincuenta años” .(Libro IV Difuntos. Fol.14 Caja. 17. 1680)

ESQUILAR Y CARDAR LA LANA

Para los más mayores del lugar no será raro el que recuerden aún las voces de ese tipo de artesanos por las calles de Escalonilla, cuando las sillas eran de espadaña. Este hombre al que hacemos referencia era frecuente en nuestros pueblos. Normalmente pasaban, pero no se quedaban en los pueblos más tiempo del que necesitaban para dejar arreglados los desperfectos de este tipo de muebles. Luego, seguramente, se marchaban a otro pueblo, y así poco a poco se ganaban la vida y regresaban cuando llegaba el calor a su lugar de origen, más allá de las montañas, donde hacía más fresco.

ARREGLO DE SILLAS Y SERIJOS

Este se quedó con nosotros para siempre. Y como sólo era “espadañero” y por lo tanto pobre de solemnidad, fue enterrado en un lugar anónimo, donde todo el mundo sin nada, sin inscripción alguna y sin que figure ni tan siquiera una misa de cuerpo presente. Otro de los oficios perdidos era el de “cardador de lana” como es el caso de un tal Lucas López, vecino de la Ciudad de Toledo. (Libro IV Defunciones, Pag. 57)

PARA GUARDAR LAS TIERRAS

Dos números más abajo figura un tal Andrés López, también pobre forastero, de la Parroquia de Santiago de la Ciudad de Ávila, que era guarda en unas viñas del lugar que llaman de Veragüe al que sí se le dijo misa de cuerpo presente y veintisiete misas rezadas en el Convento de San Francisco de la Puebla de Montalbán. Este parece que no estaba de paso, que vivía aquí y sí se preocupó de la salvación de su alma puesto que recibió todos los sacramentos y no fue enterrado donde era común para los pobres puesto que su identificación sepulcral quedó perfectamente reflejada. Así era la vida en esos tiempos.

UNA POBRE SORDA Y MUDA

De igual manera en dichos libros se reflejan enfermedades o situaciones concretas de la gente: “En veintiuno de diciembre de mil y setecientos ochenta años se enterró en la Parroquial de este lugar María Martín, Doncella, de veintiocho años y muda, hija legítima de Domingo Díaz y María Martín, vecinos que fueron de este lugar. No recibió los sacramentos porque era incapaz, y no avisaron para la unción porque la hallaron muerta “.

Curiosa la nota. En un mismo sitio el sacerdote anotó algunas cosas importantes. La primera es que era doncella. Es decir, joven y sin casar. La segunda, que era muda y que esta circunstancia la hacía incapaz de recibir los sacramentos. Una persona con este tipo de disminución física en la época normalmente era alguien relegado al ámbito de lo privado, a no salir de casa y muchas veces considerada como un castigo de Dios. Por lo tanto es posible que esta muchacha no hubiera conocido nunca ni las calles del pueblo. Mucho menos la Parroquia exceptuando su bautismo, pero se la discriminaba de tal forma que no pudo ni recibir otros sacramentos. Hoy, sin ningún lugar a dudas no se daría ninguna situación ni parecida, pero esto nos da pistas de cómo se trataba a la mujer y mas si era disminuida física, como es el caso.

UN GALLEGO SEGADOR

En el folio 18 de este mismo libro que estamos citando, en el mes de Agosto, un muchacho segador en llegaba enfermo a y fue trasladado a Escalonilla. Era un gallego de dieciséis años llamado Juan. Parece que la vida no fue fácil para este muchacho que a esa edad ya salió de su tierra y era segador en las nuestras. Todo un fenómeno de inmigración interna que daría mucho para estudiar en Escalonilla dado que son muchísimos los casos similares que encontramos.

Pareciera que a Escalonilla llegaban muchos gallegos en los tiempos de labranza como la siega u otros oficios de la tierra. Casi todos los que se encuentran en los libros de defunciones mueren muy jóvenes y dentro del Hospital de pobres que había en la Localidad: “El treinta y uno de octubre de mil y seiscientos y ochenta y uno se enterró en la Parroquial de este lugar un pobre que llegó aquí al hospital casi sin habla y sólo se pudo saber ser gallego natural de Orense y ser mancebo y llamarse Domingo. Sería de edad de veintiséis años. Recibió el sacramento de la penitencia y extremaunción”

ESCALONILLA LUCE SU BANDERA BLANCA

Escalonilla era un pueblo de curas. Es un dato que voy descubriendo poco a poco. Unas páginas después del anterior se dice: “En veintitrés de Mayo de 1693 se enterró en la Parroquial de este lugar de Escalonilla una criatura recién nacida, que por caso de necesidad la había bautizado en casa Bartolomé Palomo y Maldonado, Presbítero…” (Libro IV de Defunciones – Pag. 105 vuelta) Evidentemente los apellidos Palomo y Maldonado nos suenan ya a estas alturas a todos los escalonilleros.

Curioso por su apellido parece el Teniente Cura de la Parroquial de Escalonilla. Se llamaba D. Juan de Contreras (Libro IV de Difuntos – Pag. 109 – 1693)

Como podemos observar a lo largo de nuestro recorrido van apareciendo normalmente gente anónima pero que nos dejan intuir cómo era la vida de la época. Su forma de morir es también para nosotros los de hoy toda una referencia de cómo desarrollaban su actividad en la vida cotidiana. Casi siempre recordamos y escribimos más sobre gente que destacó por alguna razón. Sus apellidos, su nobleza o sus abundantes testamentos. En estos libros hay más gente anónima y pobre que doctores y ricos. Así era la Escalonilla del siglo XVII-XVIII.

LOS HERMANOS ZAZO

Veamos que en el folio 22 del Libro IV de Defunciones, al final de la página y principio de la siguiente, hay una nota de sumo interés para la historia del pueblo y fundamentalmente de la Parroquia. Nos habla de un personaje tan importante o más, o por lo menos con la misma dignidad de cargos, que D. Juan Alonso Maldonado: “El Comisario D. Diego Zazo. Presbítero. Natural de este lugar. En veintitrés de octubre de mil y seiscientos ochenta y un años murió y se enterró en la Parroquial de este lugar el Licenciado Diego Zazo, Presbítero, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, natural de este lugar. Recibió todos los sacramentos de la penitencia, eucaristía y extremaunción. Hizo testamento que otorgó ante Juan Suárez notario de este lugar, a nueve de octubre de este presente año…” De entre las muchas misas que deja, parte son para la Parroquia y otras muchas, y esto es importante por la información que ofrece, las deja al hospital. Significa que en estas fechas el hospital aún funcionaba y se decía misas en el lugar. “… fundo una Capellanía en la Iglesia de este lugar con ciertas obligaciones (de que pondrá el capellán tanto en el archivo) y por primer capellán al Licenciado Juan Zazo, cura de Carriches…” Recordemos que D. Juan Alonso Maldonado también fue Comisario de la Inquisición, un cargo muy importante en la época. Es decir, que D. Diego Zazo también es uno de esos personajes importantes de Escalonilla, aunque sin duda menos conocido y tal vez menos influyente que el anterior. Hasta el momento no sabemos si destacó en alguna actividad o si dejó alguna pieza valiosa o algún escrito por el que pudiéramos intuir algún dato más sobre su vida.

Otro de los datos es que posiblemente el cura de Carriches fuese un hermano suyo al que como vemos deja nombrado albacea de su testamento.

Es posible que no dejara posesión alguna ya que en una nota marginal al lado de su Testamento dice: “…y se le dio ornamento para el entierro” lo que significaría que no contaba en ese momentos con los atuendos propios de la vestidura clerical para sus exequias. En la misma nota marginal también hace constar que deja cierta cantidad de dinero a la Parroquia: “Y a la Iglesia de este lugar mando mil reales…”

PRESBÍTERO JUAN DÍAZ DE ESPINZA

No se si alguien lo ha recogido alguna vez entre las muchas cosas que ya se han escrito de y sobre Escalonilla. Perdido en un testamento de misas y entre otros cuatro hermanos más de dos matrimonios diferentes aparece uno de esos sacerdotes de nuestro pueblo que pareciera haber pasado por la historia y por los libros de forma anónima. “D. Juan Díaz de Espinoza, Presbítero, hijo de Catalina Espinoza, viuda de Juan Sánchez Tinte”. (Libro IV de Difuntos – Pag. 104 vuelto – 24 de Noviembre de 1692) Después se recogerá su fallecimiento en 1717.(Libro IV de Difuntos . Pag. 312 vuelta).

En 1714 moría el cura própio de la Parroquial de Escalonilla el Licenciado D. Álvaro Suárez y era enterrado curiosamente por el Licenciado Juan Alonso Maldonado.(Libro IV de Difuntos – Pag. 292 – 1714)

LICENCIADO LUIS JIMÉNEZ

Un primero de Agosto de 1695 encontramos al Licenciado Luis Jiménez natural de esta Villa de Escalonilla pero residente en la cercana Villa de Burujón que muere en este pueblo y que es traído a enterrar al suyo. Confiesa por última vez con Fray Diego Romo religioso de Nuestra Señora del Carmen de antigua observancia del Convento de Toledo que se encontraba en Burujón y deja como albaceas a D. Esteban Pérez Cabellos que era el cura propio de la Villa de Burujón y al hermano de este también Presbítero natural de Burujón D. Miguel Cabellos. También a un paisano de Escalonilla llamado Pedro García de Jerónimo.( Libro IV de Difuntos – Pag.121 – 1695)

REALES: MONEDA DE LA ÉPOCA

Mil reales como estos de la época aparecidos en varios lugares de nuestro término municipal de Escalonilla. Tenemos la suerte de poder incluso ver el dinero con el que se compraba y vendía en la época. Mil reales era mucho dinero y monedas como esta estaban en las manos de pocos habitantes de Escalonilla. Me parece impresionante estar hablando de un personaje y no sólo poder imaginar la ropa de la época y su estilo de comunicarse sino también tener en mis manos una pieza que a estas alturas y para Escalonilla me parece de un alto valor arqueológico y sobre todo histórico. Estamos llegando sin ningún lugar a dudas incluso a tocar con nuestra manos la historia pasada de un pueblo y de una gente que de forma sencilla y a su modo fraguaron la historia de nuestras raíces. Esto para mí es de suma importancia e interés.

Nuevamente y poco a poco empiezo a entender algo que antes me parecía inalcanzable. Hay muchas cosas en nuestro pueblo y entre nosotros como para enorgullecernos de lo que fuimos, pero aún nos quedan muchas más para comprender y sabernos sabedores de un pasado que aunque es lejano tenemos la obligación moral de poder recuperar. Una moneda puede parecer poca cosa, pero ¿y si esa moneda fuese como el dracma perdido que alguien como D. Diego Zazo nos estuviera mostrando para indicarnos el camino a seguir? ¿No correríamos de alegría a presumir de lo que tenemos?

En la fotografía podemos observar una moneda resellada del S. XVII por valor de seis maravedíes. Resellada significa que en principio pudo tener un valor y dada la precariedad de la economía se le puso otro con posterioridad. Monedas como esta son fáciles de encontrar por nuestras tierras.

UNA HISTORIA DE TRABAJO Y SACRIFICIO

Sin duda que es cada vez más apasionante. Imaginemos por un momento la cantidad de obstáculos que tenía que sortear la gente incluso para ir al físico o curandero y los caminos de la época que no eran precisamente carreteras de asfalto como hoy. Estamos metidos en pleno otoño, seguramente que llovía y hacía frío. Imaginemos la escena: Una mujer llamada Antonia de Arroyo trabajaba junto con su esposo las tierras de Bergonza que está junto a Estibiel y por lo tanto en ese tiempo muy húmeda por encontrarse en la ribera del Río Tajo. Parece que la tal Antonia se puso enferma de gravedad y en la noche. El matrimonio no sabía de otro lugar que el pueblo de Noves donde había un médico o curandero que pudiera solventar su problema de salud. Allí se dirigieron a curarse. Llegaron a Noves, pero lamentablemente murió. Desde allí se dirigieron con el cadáver a esta Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena de Escalonilla.

Según estoy escribiendo me puedo imaginar las peripecias de este matrimonio. Seguramente solos por esos caminos de Dios y sin más consuelo que el de llegar a su pueblo de origen para dar descanso a la difunta. Todo un recorrido de dos escalonilleros, sin duda una familia pobre, para regresar a la tierra que un día dejaron y a la que regresan en busca del descanso eterno. (Libro IV de Difuntos – Pág. 32 Año 1682)

Hasta el momento había encontrado muchísimos oriundos del Reino de Galicia que llegaban a nuestras tierras a trabajar, pero me he detenido en este caso porque creo que es todo un ejemplo de esfuerzo, tesón y sacrificio de lo que tenían que pasar nuestras gentes cuando el hambre arreciaba y no tenían otro medio de subsistencia. Esto mismo les ocurre hoy a muchas familias llegadas de otras tierras aunque es verdad que las condiciones son otras y los medios son muchos. Pero esto nos podría servir para seguir siendo lo que siempre fuimos, un pueblo trabajador y por encima de todo acogedor. Toda una lección la que nos han dejado en lo escondido de las páginas de este libro de difuntos Antonia y Francisco que sin pretenderlo nos enseñaron lo que es trabajo y sacrificio.

LOS CURANDEROS

Seguramente que en Escalonilla también había curandero, pues unas anotaciones más adelante encontramos otro hombre que vino de la Villa de Burujón a curarse y encontró aquí la muerte. Aquí fue enterrado el tal Gabriel Cabezas un cuatro de enero de 1683.

ESCALONILLA Y EL CRISTO

Otro de los temas que me parece interesantísimo pero que está suficientemente investigado por otros hijos de Escalonilla, es el tema referente al Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas. No es mi interés polemizar al respecto o intentar levantar otras teorías fuera de las ya existentes. El P. Gonzalo en un escrito que llega a mis manos y que publicó en el mes de Agosto de 1993 ,citado más abajo, intentando acercarnos más a los orígenes de la devoción al Santísimo Cristo en Escalonilla habla de algunas referencias que dan pistas aproximadas del origen de la fiesta y el voto. Yo me limito a poner aquí una más que él no recoge y que nunca he visto escrita en parte alguna y que me parece será más evidente que por lo menos en 1692 ya se veneraba al Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas en Escalonilla. “…Mando cien reales para un velo, u otra cosa para el adorno del Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas, y que los tenga su hijo Juan Díaz hasta que sean menester gastarlos…” (Libro IV de Difuntos – Pag. 97 – 5 de Febrero de 1692)

NACIÓ SIN PADRES CONOCIDOS

Me llama poderosamente la atención la forma que se tenía para inscribir las notas de algunos difuntos infantes y las palabras para no llamar a las cosas por su nombre. Esta es una de las notas de las cuales tenemos que sacar cada uno nuestras propias conclusiones: “En primero de enero de 1694 se enterró en la Iglesia Parroquial de este lugar de Escalonilla una criatura recién nacida. Expósita de padres no conocidos” (Libro IV de Difuntos-Pag. 109 vuelta) Es muy curioso porque no se sabía ni el padre ni la madre. ¿Dónde apareció esta criatura?, ¿quién la trajo a enterrar? Yo creo que es uno de esos casos en los cuales a la puerta de la Casa Cural se abandonaba muchas veces a un niño recién nacido.

SIN PADRES PERO CON ESPORTILLO

Es el caso que narramos a continuación como algo que parecía ocurrir frecuentemente. El cura no sólo se entretiene en apuntar los rasgos de la niña en cuestión sino que además dice lo siguiente: “…se enterró una niña a pocos días de padres no conocidos la cual halló muerta el santero de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad de este lugar en dicha ermita tenía cédula en el esportillo en que estaba que decía estar bautizada y llamarse María…”.

UN SANTERO PARA UNA ERMITA

La estampa puede ser bella sino fuera porque se trata de la muerte de una niña. Pero es fácil imaginar la escena incluso desde lo que pudiera tener de romántica. Aunque era el mes de Abril, y en esas fechas aún hace frío para un recién nacido, es posible que la niña llegara viva a las puertas de La Soledad con la pretensión de que la recogiera el santero, pero lamentablemente cuando el santero la encontró ya era demasiado tarde. Había amanecido y la niña había sido dejada en la puerta de la Ermita por la noche. Es muy interesante el que hoy podemos saber hasta cómo se llamaba dicho santero de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Se llamaba “Joseph Pérez” y estaba casado con Teresa Vázquez, natural de la Villa de Cebreros en el Obispado de Ávila y que murió un seis de diciembre de 1711. (Libro IV de Difuntos – Pag. 266 vuelto – 1711). Al morir este santero le sucede otro llamado Juan de Santidrian, natural del Arzobispado de Burgos del pueblo de Cubillejo de Lara.(Creemos que quiere decir Cubillos de Losa que es actualmente una población burgalesa) Era viudo de Manuela Izquierdo. (Libro IV de Difuntos – Pag. 368 – 1724)

LLEGADO DE LEJOS Escalonilla era atrayente para los caminantes y transeúntes. Se quedaban muchos de los que pasaban en circunstancias precarias en el hospital que había en la Villa y allí morían y se enterraban en la Parroquial del lugar. Algunos dicen de dónde eran oriundos y hacia dónde se encaminaban cuando les sorprendió la muerte. Es el caso de un tal Juan Aguado, del Arzobispado de Burgos de junto a San Vicente de la Barquera, de unos dieciocho años y que no recibió el Viático porque dijo haber comulgado ya en La Mata. (Libro IV de Difuntos – Pag. 121-122 – 1685) Son muchos los que pasan y mueren en Escalonilla. Me llama la atención otro por su edad, de unos quince años, que murió en el hospital de la Villa y que dijo llamarse Blas sin que nadie conociera su apellido, y ser de “las montañas de León” (Libro IV de Difuntos – Pag.289 vuelto – 1714)

ESCALONILLA Y EL SIGNO @

Otra de las curiosidades de estos libros no es solamente lo que cuentan sino que si uno se fija en su escritura puede descubrir algunas cosas que por lo menos son curiosas. Me refiero a una nota marginal en la página 37 del Libro IV de defunciones donde observo por primera vez el signo @ que hoy se usa mucho en internet. Por tanto no es nada nuevo inventado por Bill Gates o los informáticos modernos. Ya en los testamentos de esta fecha se escribía de esta manera para designar una medida de peso equivalente a unos 11,502 Klgs.

“Mando a los Lugares de Jerusalén…. Fanega y media de trigo, una @ de vino y un carnero añal…” Sencillamente me parece curioso que aparezca reflejado de este modo, pero aún más curioso me resulta el poder saber cómo llegaba lo especificado a los Santos Lugares.

AFILADOR DE CUCHILLOS

Otro de los oficios que encontramos es el de amolador. En este caso un tal Antonio que murió en la ermita de la Virgen de La Estrella un 30 de Julio de 1684. (Libro IV de Difuntos – Página 45 )

OTRA PISTA SOBRE EL CRISTO

En todas las Iglesias Parroquiales había muchas capillas de la devoción particular de cada feligrés. También en la nuestra es el caso para los muchos enterramientos, especialmente de niños, que se daban en la época. Hasta el momento no encontrábamos ninguna con su nombre específico aunque sabíamos que así era. Es en el folio 49 del Libro IV de Difuntos, un 25 de Septiembre de 1684 donde un niño de tres años llamado Diego, es enterrado en la “Capilla de las Insignias de La Sagrada Pasión”. Algunos mantienen la teoría de que es hoy la Capilla del Santísimo Cristo de la Cruz a Cuestas. No es nada seguro y en todo caso podría ser otro lugar. Pero lo importante es la referencia aunque sería interesante poder identificar en algún momento el lugar físico de dicha Capilla. (Más arriba citamos ya al P. Gonzalo – 1992-1993)

APODOS DE ESCALONILLA

En algunos casos, aunque no muy frecuentes se daba un fenómeno que aún hoy sigue en vigor, aunque la mortandad infantil no llega a esos límites. Los niños eran bautizados de emergencia por la partera (otro oficio de nuestro pueblo en esa época) o por el mismo cura en la casa donde nacía y después así lo reflejaban en los libros normalmente poniendo que “murió de accidente repentino”. Incluso para identificar mejor al difunto el cura ponía el alias o apodo de la persona: “María Gómez, alias la Valleja vieja” que además, como casi todos, era pobre de solemnidad. Otra pobre tenía el apodo de “la duquesa”. Curioso es también el apodo de “El Gallinero”. En otros lugares van apareciendo muchos más. Sólo destaco los que me llaman la atención por alguna razón como por ejemplo “Juan Gómez, Alias el Tostado”.

HACIENDO LAS AMÉRICAS

Otras referencias nos dicen hasta dónde se encontraba el esposo a la hora de la muerte de la mujer: “María López, mujer de Alonso Rodríguez, ausente en Indias…..” No es muy difícil imaginar que el esposo se encontraba en América en busca de fortuna pero la pobre esposa moría casi sin nada y se enterraba en la Parroquial de la Villa aunque en su Testamento dejó misas suficientes como para que las pudieran cumplir sus hijos y sus nietos.

EL MOLINERO

Que había un molino en el pueblo parece evidente y se desprende de la defunción de Francisco del Prado, vecino de Torrijos que murió “habiéndole quebrantado la rueda de un carro que llevaba al molino” (Libro IV de Defunciones – Pag. 61 – 1685).

LOS RICOS TAMBIÉN SE MUEREN

De vez en cuando también se morían los ricos. En este caso nos referimos a una cuñada del Cura Párroco de este lugar de Escalonilla llamada Doña Ángela Esteban de Castro viuda de Antonio Pérez de Montalbán, que era el hermano de D. José Pérez, Párroco en esas fechas de 1686. En un codicilo de su Testamento podemos leer lo siguiente: “…manda un….y un justillo de tela de plata de color rosa seca a una imagen de Nuestra Señora de las Ventas con Peña Aguilera… Manda a esta Iglesia de Escalonilla una pintura grande de Nuestra Señora de la Soledad con un marco negro…una custodia para la Iglesia del lugar de Los Yébenes… Dos mil y quinientos reales para el arca de ánimas del lugar de Las Ventas con Peña Aguilera, una huerta y un solar que fue casa de sus padres…”(Libro IV de Difuntos – Pag.65 – 1686) Me parece interesante haber descubierto que el sacerdote D. José Pérez era natural de Ventas con Peña Aguilera puesto que allí estaba la casa de sus padres según consta en dicho Testamento. LA ESTRELLA Y CASAS ALBAS

Nos consta que en 1687 aún vivía gente en la Ermita de La Estrella en el lugar de Casas Albas ya que así quedó reflejado en la muerte de una joven de 18 años llamada Isabel y que era hija de Diego López Prieto: “…residen en la ermita de Nuestra Señora de la Estrella en Casas Albas, jurisdicción de este dicho lugar…”(Libro IV de Difuntos – Pag. 71 Vuelto – 1687)

SE LE DIO BIEN EL VERANO

Muchas veces escuchamos a la gente la expresión “este va hacer el agosto” y con seguridad intuimos que le va a ir bien o muy bien en el negocio. Es una expresión que aún hoy nos ha llegado con la autenticidad de su significado y que sin duda procede del refranero antiguo. En los libros de 1600 en adelante los curas reflejan dicha frase especialmente referida a los frailes que en ese mes se dedicaban a venir por el pueblo pidiendo la limosna para sus conventos. En este caso es posible que hiciera bien el agosto pero le sorprendió la muerte en nuestras calles y ni siquiera se molestaron en enterrarlo en su Convento de de donde procedía:

“El P. Fray Benito de Santa Mónica de los Descalzos de San Agustín. En seis de Agosto de mil y seiscientos y ochenta y seis años murió y se enterró en la Parroquial de este lugar de Escalonilla el P. Fray Benito de Santa Mónica, Religioso de los Descalzos de San Agustín, morador del Convento de Maqueda estando pidiendo la limosna del Agosto. Recibió los Santos Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía por viático. No avisaron para la Extremaunción. Díjosele misa de cuerpo presente” (Libro IV de Difuntos – Pag.72)

MORIR CON EL HÁBITO PUESTO En algún momento ya lo he dicho, pero cada vez es más “obsesiva” la convicción de que para la gente de esta época la forma de morir, incluso en la vestimenta con la que eran amortajados, era toda una forma de señalarnos su forma de vivir. En algunos testamentos de 1700 en adelante figura esto a lo que nos referimos. Cito sólo uno que nos pueda resultar ilustrativo. “…hizo testamento ante Juan de Salamanca, escribano de este lugar, y en él ordenó que su cuerpo fuese amortajado con el hábito de Nuestro Padre San Francisco…” (Libro IV de Difuntos – Pag. 129 – 1707) Sin duda que esta era una forma de querer prolongar más allá de la muerte una devoción vivida durante toda su vida. En Escalonilla esto era normal pues muchos de los sacerdotes que por aquí pasaban eran frailes de los conventos de La Puebla de Montalbán y . Normalmente los párrocos de Santa María Magdalena daban muchas intenciones de misas a estos conventos para poder cumplir con las mandas de los Testamentos. Para nuestra gente ver frailes vestidos de franciscanos era algo normal dada la proximidad del convento de La Puebla. Pero eran muchos agustinos, mercedarios y carmelitas los que por aquí pasaban y que residían normalmente en conventos de la Ciudad de Toledo.

AL SOLDADO CON NOMBRE PROPIO

La muerte de cualquier ser humano es siempre sobrecogedora, pero si además es de un soldado extranjero aún lo es más por lo que supone morir al servicio del Rey fuera de su patria. Era un trece de mayo de 1708. El soldado preparaba en la avanzadilla el camino para alguien importante y estando en esos afanes murió de repente. Era Napolitano al servicio de Su Majestad Felipe V. Se llamaba Zan Thomas y pertenecía al Regimiento del Coronel Borco.

( Libro IV de Difuntos – Pag. 235 – 1708 )

PEROVÉQUEZ Y ESCALONILLA

Quiero escribir unas líneas sobre este asunto porque Perovéquez fue una población muy importante incluso mucho antes de esta época que tratamos pero que ya desde entonces ha estado estrechamente vinculada a la Villa de Escalonilla. Seguramente aún queda gente viva entre nosotros que ha trabajado allí o que incluso de allí se traía el pan y el haz de leña para dar calor a su hogar. Siempre ha sido un lugar donde los más pobres de nuestro pueblo acudían caminando todos los días porque sabían que la familia que regentaba la finca era generosa y de allí no se venía nadie sin comer y sin leña. Por lo menos eso, pero seguramente que también el corazón ensanchado de alegría por encontrar allí lo que dentro de los muros de su pueblo era difícil encontrar. El origen de la población no es seguro. Se desconoce hasta el momento su fundación. El primer documento que nos habla de “Perovéquez” es del 17 de enero de 1216. Es un documento de venta de terrenos donde la que vende es la hija del rey de Perovéquez, llamada María Domingo. En 1576 era “Concejo por sí”, habitado por más de doce familias regidas por sus correspondientes alcaldes y regidores. Las dueñas eran las monjas del Convento de Santo Domingo el Real de Toledo. A finales del siglo XIX, Perovéquez lo posee doña Basilia Barbería y Barbería que a su muerte se lo deja a los nietos de su prima Manuela de apellido Leyún Villanueva. Hubo unos arreglos testamentarios y a un sobrino litigioso le dejan Nohalos y los hermanos Leyún Villanueva se quedan con Perovéquez. Durante la Guerra Civil Española lo ocupan las tropas republicanas que incautan casi todo pero respetan la vida de sus dueños, los cuales lo recuperan después de la contienda. Perovéquez ha sido a lo largo del tiempo morada real judía, villa, abadía, bien arzobispal. Pero para lo que a nosotros nos interesa ha sido un lugar que de alguna manera mantiene lazos muy afectivos y sentimentales con los hombres y mujeres de Escalonilla. “Libro IV de Difuntos – Pag. 259 vuelto – 1710”

Patio interior de la Finca Perovéquez

ÚLTIMA VOLUNTAD CONFLICTIVA

En la última nota del margen izquierdo se dice: “Léase todo, y ojo a lo que al fin se previene” Se trata de una cosa y luego resultar otra, por lo que no se pudo cumplir. HICIERON FORTUNA EN INDIAS

EL SOBRINO DEL ARCEDIANO D. PEDRO

Sólo leer el nombre me parecía sorprendente, aunque por la fecha intuía que no podía ser él. Pareciera que el corazón palpitaba más deprisa solamente al leer el nombre y los apellidos de PEDRO ALONSO BAXO. Nombre y apellidos que para cualquier escalonillero no son desconocidos. Todo el mundo conoce a D. Pedro porque es uno de sus hijos más ilustres que dio nombre y fama a la Villa de Escalonilla más allá de los mares en la Ciudad de Arequipa en el Virreinato del Perú. Pero no es él. Se llama igual y con los mismos apellidos, pero no es él. Es un sobrino suyo pero ha sido un descubrimiento y una pista para confirmar tal vez que el Arcediano del Perú era de Escalonilla y no del cercano pueblo de Val de Santo Domingo. Como siempre que se trabaja con este tipo de datos tenemos que mantener la puerta abierta a otras posibilidades. Por las fechas es cierto que también pudiera ser sobrino del primer D. Pedro Alonso Baxo el Arcediano de Perú. “Pedro Alonso Baxo = En diez y seis de Marzo de mil y seiscientos y ochenta y tres años, se enterró en la Parroquial de este lugar de Escalonilla Pedro Alonso Baxo, vecino de este lugar. Patrón y Capellán de la memoria que en dicho lugar fundó D. Pedro Alonso Baxo, su tío, Arcediano que fue en la Ciudad de Arequipa, en Indias. Murió la noche antes habiendo recibido los santos sacramentos de la penitencia y eucaristía, no recibió la extremaunción porque no avisaron =no hizo testamento= díjosele misa de cuerpo presente y demás sufragios”.(Libro IV de Difuntos – Pag.35 vuelto – 1683)

Quedan claras tres cosas a mi parecer fundamentales. Era sobrino de D. Pedro Alonso Baxo.? Era vecino de Escalonilla, aunque esto no significa categóricamente que fuese natural de aquí. Y sin duda, era capellán de la fundación de su tío. A su vez encontramos también otro hermano. D. Diego Alonso Baxo, esposo de la difunta Ana Pérez Reyes.( Libro IV de Difuntos – Pag. 70) y natural, según consta, de Escalonilla.

(Libro IV de Difuntos – Pag.70 – 1787)

Igual que el anterior, podemos mantener que eran sobrinos de D. Pedro Alonso Baxo pues hasta el momento con certeza sólo podemos asegurar que este sólo tenía un hermano llamado Bartolomé y que es el que figura como Patrono de sus Fundaciones allá por 1600-1621 en unos Documentos sobre rentas y servicios encontrados recientemente en pergamino y que son para Escalonilla de un alto valor histórico. De igual manera el tal Diego Alonso Baxo aparece junto con su esposa llamada Ana Pérez Reyes como naturales de Escalonilla.

(Libro IV de Difuntos – Pag.324 – 1718)

Se trata de Juan Alonso Bajo, soltero, hijo de Juan Alonso Bajo y su mujer ría Gómez, ya fallecidos. Tenía unos 26 años y era Capellán de la Fundación de D. Pedro Alonso Bajo. No podemos establecer aún el parentesco con D. Pedro ya que no lo dice en su Testamento. Posiblemente se trate de un sobrino.

Posiblemente D. Pedro Alonso Bajo tuviera también otro hermano, incluso pudiera ser sobrino. Se llamaba Juan Alonso Baxo y estaba casado con María Rojas de Escobar. “Libro IV de Difuntos – Pag. 264 vuelto – 1711) En los Testamentos de todos ellos figura que no dejaban absolutamente nada por no tener de qué. Lo que significa que no era una familia económicamente pudiente. Estos Alonso Baxo, al contrario de la familia de los Alonso Maldonado no son tan influyentes. Excepto Pedro Alonso Baxo, el Arcediano de Arequipa, los demás son gente humilde y sencilla. Si D. Pedro dejó un bonito ajuar para la Iglesia de Escalonilla fue sin duda porque en Indias hizo algo de fortuna y porque con ese cargo en América se era en ese entonces una persona influyente y con poder no sólo religioso sino también económico. No parece que repercutiera mucho en su familia dado que en sus testamentos no encontramos nada fuera de lo común o que fueran enterrados en un lugar especial del Templo Parroquial.

EL ARCEDIANO Y ESCALONILLA Digo que no es categórico que D. Pedro naciese en Escalonilla porque hasta el momento hay sospechas de que lo hizo en Val de Santo Domingo. Yo sólo recojo el testimonio siguiente por lo que puede tener de importante para futuras investigaciones sobre el caso.

Melchor Alonso Bajo, Patrón de la Memoria y Obras Pías de D. Pedro Alonso Bajo

Documento sobre las Fundaciones y Obras Pías de D. Pedro Alonso Bajo. Siempre empieza con una Profesión de Fe en el Nombre de la Santísima Trinidad. Nos parece un Documento de altísimo interés histórico para Escalonilla.

¿ERAN FAMILIARES?

En el año de 1709 en un Testamento de defunciones se recoge el nombre de “Feliciana de Solana, mujer que fue de Juan Esteban Baxo…” Esta era natural de Escalonilla pero dejó testamento hecho antes de morir al Escribano de . Su esposo y ella eran vecinos de y debían ser gente pudiente porque entre otras cosas testa para que a su entierro asistan cuatro frailes franciscanos, dejando para los Santos Lugares de Jerusalén veinte reales de vellón, responso cantado todos los días del año sobre su sepultura y que el día de su fallecimiento se repartan dos hogazas de pan cocido a los pobres. Entre otras cosas destacamos estas porque no era frecuente que se hiciera en la época a no ser que la gente que fallecía tuviera cierto nivel económico. ¿Tendría que ver algo esta familia con D. Pedro Alonso Baxo? Aún puede ser pronto para afirmarlo categóricamente. (Libro IV de Difuntos – Pag. 244-245 – 1709) También encontramos otra Catalina Díaz Baxo que estaba casada con Juan Rodríguez Burujón.(Libro IV de Defunciones – Pag. 263 vuelto – 1711)

Custodia en plata dorada regalada a la Parroquia de Santa María Magdalena por D. Pedro Alonso Baxo, Arcediano de la Catedral de la Ciudad de Arequipa, en el Perú.

ENTRE ESCALONILLA Y RIELVES

Encontramos otro Alonso Baxo, pero este es un niño de un año que muere prematuramente y que su padre, Alonso Baxo es vecino de Rielves pero natural de Escalonilla. Sería muy interesante detenerse en la nota marginal del fallecimiento. (Libro IV de Difuntos – Página 38 – 6 de Agosto de 1683)

¿FAMILIAS FUSIONADAS?

Siempre es arriesgado hacer alguna afirmación importante. Es un riesgo fijarnos en el siguiente Testamento para hacer la afirmación de que en algún momento de la historia y de la vida las familias Alonso Maldonado y Alonso Baxo se fusionaron. No es nada raro en la época y menos aún teniendo en cuenta que Gregorio González llegó a casarse hasta cinco veces de forma legítima. Podemos notar que el último matrimonio contiene el apellido Bajo y el cuarto el apellido Maldonado. Este Testamento contiene algunas cosas muy curiosas pero intuyo que tal vez la más importante sea esa, la de haber fusionado dos casas, dos familias y “dos fortunas” más o menos importantes para aquella Escalonilla rural y pequeña de entonces. Tal vez en otro momento podamos hacer esta afirmación de forma más categórica.

ANA LOPEZ MUÑOZ CASADA CON PEDRO ALONSO BAJO

(Libro IV de Difuntos – Pag. 332 – 1720)

“Gregorio González, casado con Isabel Díaz Bajo… En trece días del mes de febrero de mil setecientos y doce años se enterró en mi Iglesia Parroquial y en el grado once sepultura sexta Gregorio González natural y vecino de este lugar de Escalonilla habiendo fallecido el día antes y confesado y recibido por Viático el Santísimo Sacramento de la Eucaristía con el de la Extremaunción en la Villa de , hizo testamento ante Juan de Salamanca escribano de este lugar en que mandó decir en todas trescientas y cuarenta y cinco misas, dejó nombrado por Albaceas a Juan González su hijo legítimo. Contrajo cinco veces el Santo Sacramento del Matrimonio, de primeras nupcias con Ana Palomo, de segundas con María de Alía, de terceras con Ana Maldonado, de cuarta con Juana González y de quinta y últimas con Isabel Díaz Bajo, dejó por sus herederos a Juan y Matías, sus nietos, hijos legítimos de Alonso González su hijo difunto y de otra Ana Palomo su legítima mujer que fue en primer matrimonio y de Catalina de Mayo viuda de Alonso González y a Juan y María González sus hijos legítimos y de Catalina de Alía su legítima mujer que fue de segundo matrimonio y a Antonia González Maldonado su hija legítima y de Ana Maldonado en el tercer matrimonio. En el cuarto y quinto matrimonio no nombró sucesión y para que conste lo firmé”(Libro IV de Difuntos – Pag. 269 – 1712)

Se me ocurre que en algún lugar de nuestro templo parroquial se podría dedicar algo parecido a lo que vemos en la fotografía a todos nuestros personajes ilustres, que ya son muchos, para perpetua memoria de las generaciones futuras.