musulmán es la persona que practica el Islam como religión (Así como un católico es aquel que practica el catolicismo) islámico es aquello que está relacionado con el Islam o tiene elemenos culturales relacionados con el Islam, pero no necesariamente tiene que ser religioso--por ejemplo el arte islámico. Hay una confusión de términos, se utiliza muchas veces islámico cuando en realidad debería ser "islamizado" o "islamicado". Depende del contexto.

El término bantú se refiere a cualquier individuo perteneciente a los más de 400 grupos étnicos de pueblos melanoafricanos que hablan lenguas bantúes que viven al sur de una línea que va desde Duala (Camerún) hasta la desembocadura del Yuba (Somalia). No comprenden un tipo racial ni una cultura uniformes. Sus creencias son animistas, salvo las de aquellos grupos cristianizados o islamizados. Históricamente el complejo lingüístico- cultural bantú procede de una expansión bantú reciente durante el primer milenio de nuestra era.

Los bantúes están divididos en cuatro grupos principales. Entre los más característicos figuran, de norte a sur, los fang, bakuba, baluba, lingala, bakongo, hutus, baganda, kikuyus, tongas, bechuanas, hereros, swazi, sotho, zulúes y xhosa.

La monarquía es una forma de gobierno de un estado (aunque en muchas ocasiones es definida como forma de Estado en contraposición a la República) en la que la jefatura del estado o cargo supremo es:

y personal, y estrictamente unipersonal (en algunos casos históricos se han dado diarquías, triunviratos, tetrarquías, y en muchas ocasiones se establecen regencias formales en caso de minoría o incapacidad o valimientos informales por propia voluntad). y vitalicia (en algunos casos históricos existieron magistraturas temporales con funciones similares, como la dictadura romana, y en muchos casos se produce la abdicación voluntaria o el derrocamiento o destronamiento forzoso, que puede o no ir acompañado del regicidio). y y designada según un orden hereditario (monarquía hereditaria), aunque en algunos casos se elige, bien por cooptación del propio monarca, bien por un grupo selecto (monarquía electiva).

El término monarquía proviene del griego ȝȠȞȠȢ (mónos): µuno¶, y ĮȡȤİȚȞ (arjéin): µgobierno¶, traducible por gobierno de uno solo. A ese único gobernante se le denomina monarca o rey (del latín rex) aunque las denominaciones utilizadas para este cargo y su tratamiento protocolario varían según la tradición local, la religión o la estructura jurídica o territorial del gobierno (véase sección correspondiente).

El estado regido por un monarca también recibe el nombre de monarquía o reino.

El poder del rey puede identificarse o no con la soberanía; ser absoluto o estar muy limitado (como es usual en la mayoría de los casos de las monarquías actuales, sometidas a regulación constitucional). Un imperio (del latín imperium) es el poder de un Estado que domina los territorios de varias naciones, y a cuyo frente está el Emperador. También se denomina Imperio al conjunto de los territorios que rige un estado imperial. Por extensión, "imperio" puede referirse también a la etapa histórica donde una etnia o nación, desarrolló una política imperial o bien a la potencia que ejerce el poder imperial.

Una ciudad-estado es un Estado que solamente consta de una ciudad y un exiguo territorio circundante, como por ejemplo Singapur o la Ciudad del Vaticano actualmente. Aunque los motivos de su origen son variados, predominan las razones de tipo comercial (sobre todo en la Edad Media) y, en consecuencia, también de tipo político.

Las primeras ciudades-estado se hallaban al sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el territorio de Sumer. Los ciudadanos ya practicaban una cultura agraria. Alrededor del siglo IV a. C. los ciudadanos ya controlaban las aguas y las aprovechaban al máximo. Allí surgieron las ciudades-estado que eran muy independientes.

El Estado es un concepto político que se refiere a una forma de organización social y política soberana y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones involuntarias, que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio determinado. Usualmente, suele adherirse a la definición del Estado, el reconocimiento por parte de la comunidad internacional.

Orígenes

Hasta mediados del siglo VIII los abasíes habían dado poco de que hablar. Eran descendientes de Abbás, un tío del profeta Mahoma que no se había distinguido especialmente en los tiempos heroicos. Sus descendientes habían apoyado al califa Alí, y aunque no parece que mantuvieran relaciones cordiales con los omeyas, se habían establecido en Humayma, una pequeña aldea de Palestina.

Más allá de las sutilezas genealógicas, el factor fundamental fue que supieron sacar provecho de los principales grupos opuestos a los omeyas, que basaban su ideario en colocar en el califato a un miembro de la familia del profeta. A tal fin, los abasíes empezaron a tejer una conspiración en Kufa. Para no cometer los errores de revueltas anteriores se fueron a la región fronteriza de Jurasán, donde habían emigrado muchos árabes, enviando a Abú Muslim. Éste fue un personaje misterioso que proclamó que los omeyas habían traído la opresión, por lo que se necesitaba a un miembro de la familia del profeta para dirigir a la comunidad musulmana y vengar las atrocidades cometidas por los omeyas, sin revelar que el instigador de la revuelta era Ibrahim ben Muhámmad ben Alí, el cual esperaba en Humayna la evolución de los acontecimientos.

Mucha gente se unió al ejército de Abú Muslim. El resto es historia militar: el año 748, aprovechando la caótica situación que se vivía en el imperio de Marwan II, Abú Muslim conquista Merv, un año más tarde Kufa y poco después vence en la batalla del Zab. Entre tanto capturan a Ibrahim ben Muhámmad ben Alí y le matan, y cuando los rebeldes entran en Kufa, su sucesor, al-Saffah (750-754) fue proclamado califa.

Por fin el secreto de quién era ese sucesor había sido desvelado, y hay constancia de que a algunos les causó una gran decepción. Para contrarrestar esta pérdida de apoyos, al Saffah hizo todo lo posible por atraerse a los jefes militares que habían formado la espina dorsal del antiguo ejército omeya. Además, las circunstancias en las que se había producido la ascensión requerían contar con más apoyo, lo que quedó muy claro cuando a la muerte de al-Saffah, después de solo cuatro años de mandato, se planteó la cuestión sucesoria, que enfrentó a un hermano del fallecido, Abú Yaµfar, conocido como al-Mansur, con su tío Abdalah. La crisis se decidió por las armas y si Al-Mansur pudo proclamarse finalmente califa (754-775) fue gracias al decidido apoyo que le otorgaron Abu Muslim y sus jurasaníes. Pero aun así el nuevo califa no pudo permitirse el ser agradecido y ejecutó a Abu Muslim valiéndose de engaños. Luego, ante el temor de nuevas revueltas entre sus familiares mandó encarcelar a varios de sus tíos y matar a familiares y allegados. Durante su reinado mejoró la economía del país, alcanzó gran prosperidad, implantó el árabe como lengua oficial y las letras y las ciencias florecieron bajo su reinado. Fue el fundador de Bagdad, Madinat al-Salam. Murió cerca de la Meca durante la peregrinación. [editar] Siglo VIII

A al-Mansur le sucede su hijo al-Mahdi (775-785), que supo mantener y aumentar el rico califato que heredó de su padre. Continuó con las mejoras iniciadas por su padre, mejorando la industria alimentaria y textil y la calidad de las viviendas. Mientras tanto, los bizantinos, aprovechando las luchas internas desde los inicios del califato abasí, fueron apoderándose de Siria, para que al final el califa enviara tropas obligando a la emperatriz Irene a firmar la paz y a pagar un tributo anual. En Jorasán, donde no se consolidaba el Islam, el guerrero al-Muqanna, con la idea de revivir los ideales persas, se enfrentó a los abasíes llegando a conquistar Trasoxania. Los ejércitos del califa lograron vencerle y Al- Muqanna se suicidó.

Al-Mahdi quiso que le sucediera su hijo menor, Harún, pero su primogénito no estaba de acuerdo y se enfrentó a su padre, que murió en el camino a la batalla contra su hijo. Le sucede entonces su primogénito, Musa al-Hadi, que tenía la intención de nombrar heredero a su hijo excluyendo de la línea sucesoria a su hermano Harún, pero murió antes de hacerlo. El celebérrimo Harún al-Rashid (786-809) es el califa abasí que mejor ilustra el apogeo de la dinastía. Se cuidó mucho de llamar a la yihad para extender el islam en Anatolia, aunque no avanzó demasiado. Se rodeó de gran lujo y boato, distanciándose de sus súbditos y se hacía llamar «la sombra de Alá en la tierra».

Tuvo que hacer frente a varias rebeliones: los jariyíes tomaron por dos veces Mosul pero fueron sometidos y el califa mandó derribar las murallas que la rodeaban. El emperador bizantino Nicéforo rehusó a pagar el tributo y tuvo que ser obligado a la fuerza. Los beréberes volvieron a rebelarse en Ifriqiya, y en Fez un rebelde llamado Idrís fundó el reino independiente de los idrisitas. Allí se dirigió un ejército de Ibrahim al-Aglab, que se sublevó en Túnez y fundó la dinastía de los aglabitas, con capital en Qayrawan (Kairuán). La mayoría de las revueltas se sofocaron con gran contundencia, por lo que se siguieron de un tiempo de calma. Se vivió un renacimiento cultural y se hicieron traducciones al árabe de textos griegos, persas y siríacos y basándose en esos conocimientos se realizaron grandes avances científicos. También alcanzaron gran auge la industria y el comercio.

En este momento se produce el inicio de la decadencia del califato. Provincias como Ifriqiya y al-Ándalus se fueron independizando poco a poco y en Samarcanda se sublevó Rafi ben Layt que, en poco tiempo, independizó la Transoxania. En Jorasán se sublevaron los jariyíes y el propio califa acudió para sofocar la revuelta, pero murió antes de llegar. Con todo, el aspecto más importante que marcó el califato de Harún al-Rasid fue la cuestión sucesoria. En el año 803, justo antes de asestar su formidable golpe contra los bamarkíes, el califa hizo públicos los términos en que habría de producirse la sucesión: uno de sus hijos, al-Amín, habría de convertirse en califa con el apoyo del ejército estacionado en Bagdad; su segundo hijo, Al-Mamún, habría de recibir la provincia de Jurasán, y aun cuando debía de prestarle fidelidad a su hermano su gobierno era independiente en la práctica. Apenas dos años después de la muerte de su padre, sus dos hijos se enzarzaron en una guerra civil de catastróficos resultados. El episodio culminante de esta guerra fue el asedio a Bagdad por parte de las tropas de al-Mamún (813-833), que se rindió en 813. Esta rendición no trajo el final de la guerra, que se alargó hasta el 819 por la decisión del califa de nombrar como heredero a Alí ben Musa, conocido como Al-Rida ('el elegido') por ser un descendiente directo de Alí. Al final, y por razones algo oscuras, el propio califa dio fin a la conflagración. Tras deshacerse de los elementos persas que hasta entonces conformaban su círculo político decidió regresar a Bagdad. Al-Rida fue «convenientemente» envenenado (es considerado mártir por los chiíes) y la autoridad central restituida. [editar] Siglo IX

Las conmociones políticas con las que se inauguró el siglo IX no fueron las únicas que azotaron al imperio. Detrás de ellas, y a veces claramente interrelacionadas, existieron importantes convulsiones sociales que ahora se manifiestan con gran virulencia y extensión geográfica. Una de las razones de estas convulsiones fue la sombría situación de los campesinos. Sometidos a una fuerte presión tributaria, estaban obligados a pagar en dinero las cosechas, lo que significaba el venderlas a un precio más bajo cada vez que los agentes fiscales tenían la ocurrencia de aparecer por su aldea. La negativa o tardanza en el pago eran castigadas con una dureza ejemplar y la única salida que tenían era la huida de sus tierras, lo que provocaba que las comunidades se quedaran con menos miembros y con la misma cantidad a pagar.

En algunos casos las revueltas sociales adquirieron tintes de movimientos religiosos. Este es el caso de las revueltas que tuvieron como escenario Jurasán y que se basaron en el recuerdo de la carismática figura de Abú Muslim, que inspiró una doctrina de grupos conocidos con el nombre genérico de Jurrumiyya. Sus doctrinas le otorgaban a Abú Muslim el rango de profeta, negaban la resurrección, creían en la transmigración de las almas y predicaban la comunidad de mujeres, creencias directamente herederas del mazdakismo, el gran movimiento social y religioso que había conmocionado a la comunidad persa en el siglo VI. Las conmociones sociales y políticas del siglo IX trajeron también el debilitamiento del antiguo ejército jurasaní que había llevado al poder a la familia abasí. El califato de al- Mamún presenció la subida de un miembro de la familia abasí que fue quien mejor supo darse cuenta de estos cambios, al-Mutasim. Este personaje alcanzó notoriedad gracias a su habilidad para rodearse de un ejército privado compuesto por unos pocos millares de soldados, en su mayoría turcos procedentes de territorios más allá de las fronteras del imperio.

Para sofocar las revueltas jariyíes de Jurasán, envió a un oficial de ejército, Tahid, que sofocó la revuelta y gobernó la zona con gran acierto para independizarse posteriormente. A su muerte, su hijo instauró en la zona la dinastía de los tahiríes (822). También tuvo que hacer frente a los chiíes de Kufa y Basora y favorecer a los muztalíes, cuyas ideas coincidían con su carácter intelectual. Esto provocó muchas tensiones, así como el arresto del imán Ahmad ibn Hanbal, fundador del hanbalismo, que se convirtió en un héroe para muchos. Al-Mamún intentó poner fin a estos descontentos renovando el pacto con los chiíes y nombrando al imán chií al-Rida su heredero. No gustó en Bagdad esta decisión y el pueblo se sublevó, proponiendo como candidato a Ibrahim, hijo de Al-Mahdi.

Muere el califa cuando se dirigía a enfrentarse con los bizantinos y le sucede su hermano Al-Mutasim (833-842). En este califato aumentaron las rebeliones internas y la inseguridad. Su guardia personal de confianza estaba formada por esclavos turcos que fueron subiendo en la escala de la administración, lo que causó la protesta de la población de Bagdad. Por ello se hizo construir una nueva capital, Samarra, a 100 km. de Bagdad, pero al contrario que ésta, no tuvo éxito. Los oficiales turcos fueron adquiriendo más poder, hasta el punto de que la vida del califa y el gobierno llegaron a depender de ellos. Algunos oficiales turcos (emires) se hicieron independientes y crearon sus propios estados. Además la vida de lujo que llevaba el califa tenía que ser pagada mediante extorsiones a funcionarios.

Le sucedió su hijo al-Watiq (842-847) y a éste su hermano al-Mutawakkil (847-861). Este último llevó a cabo un gobierno represivo. En el año 849 anuló los decretos que favorecían a los muztalíes y excarceló a los presos por motivos religiosos. Persiguió a los chiies y buscó apoyo en la ortodoxia, a la que concedió puestos de responsabilidad en la administración. Persiguió también a cristianos y judíos. Para huir de la presión turca mandó construir a las afueras de Samarra un grandioso palacio llamado al-Gafariyya, pero este cambio no evitó que fuera asesinado en 861, víctima de un complot de uno de sus hijos y varios oficiales turcos.

Esta muerte señalaba un cambio en las relaciones entre los califas y sus «esclavos» militares turcos. Durante el periodo anterior los califas habían sido capaces de ejercer un control absoluto sobre esos soldados, pero a medida que pasaba el tiempo, este poder iba disminuyendo. Durante los nueve años posteriores a este asesinato (861-870), el califato abasí quedó sumido en el caos más absoluto. Cuatro califas se sucedieron durante este periodo, todos asesinados y en un estado virtual de guerra civil.

Como consecuencia de la debilidad de poder abasí, la situación de los territorios del Islam cambió radicalmente. Esto supuso que cuando el califato pudo superar su crisis interna en los años posteriores a 870, ya no les fue posible mandar gobernadores a las provincias y esperar tranquilamente a que recaudaran los impuestos y mantuvieran el orden: ante el hecho consumado de que los poderes locales tenían una sólida implantación en sus provincias, los califas de Bagdad no tenían más remedio que hacer reconocer y conseguir que estos gobernantes locales mandaran las recaudaciones de su zona. Pero el proceso de desintegración era ya irreversible. De hecho, Áhmad ben Tulún (gobernador de Egipto nombrado en el 868) desafió más al gobierno extendiendo su dominio también a Palestina y Siria, donde gobernó 37 años.

Pese a tener todos estos elementos en contra, durante los 30 últimos años del siglo IX, el califato abasí experimentó una fugaz recuperación de la mano de al-Muwaffaq, que paradójicamente nunca ejerció como califa. Su logro fue aglutinar en torno a sí a los principales jefes del ejército turco. Con esta visón política, Al-Muwaffaq permitió que gobernara su hermano Al-Mutamid (870-892), aunque al final este califa fue relegado a un mero papel de comparsa. Ambos hermanos murieron uno después del otro en 891 y 892. Un hijo de Al-Muwaffaq conocido como al-Mutadid (892-902) fue proclamado califa. Sus años de gobierno estuvieron marcados por luchas en todos los frentes, que en algunos casos tuvieron éxito (Siria y el norte de Mesopotamia y Egipto). No fue así en el oriente de Irán, que pasó de ser de los safavíes a ser de los samaníes.

Pese a todo esto, a comienzos del siglo X, el califato abasí parecía haber recuperado sus tiempos de esplendor; incluso los samaníes (gobernadores independientes), tenían que reconocer la soberanía califal. Con todo, este momentáneo resurgimiento se debió al buen gobierno de unos pocos califas. En cuanto el poder pasó a manos de califas peor dotados todo este imponente edificio se derrumbó con pasmosa facilidad. [editar] Organización del Imperio

Los abasíes, aupados en el poder por un movimiento que tuvo en el componente ideológico y el potencial militar sus principales bazas, pudieron imponer en un primer momento un alto grado de centralización en todo el imperio, con la excepción de al-Ándalus y el norte de África.

La pretensión de que los abasíes eran miembros de la familia del profeta legitimó totalmente la dinastía; así, no fueron criticados por la sucesión dinástica y solo se tuvieron que enfrentarse a los partidarios de la rama de Alí, que se sentían decepcionados con la forma de gobernar de los califas y anularon el pacto firmado con los abasíes. En estos enfrentamientos murió Muhámmad, el biznieto del profeta, que se hizo fuerte en Medina y su hermano Ibrahim, que se había sublevado en Basora. Aparte de la familia, los abasíes tuvieron un sólido apoyo: los mawali adscritos al linaje abasí que fueron empleados en la administración central y provincial. Algunos de los mawalis llegaron a formar familias de servidores de la administración. Los bamarkíes se hicieron legendarios en poder e influencia dentro de la administración, hasta que en 803 todo esto llegó a su fin. El califa Harún al-Rashid hizo que la familia cayera en picado, encarcelando a unos y matando a otros. También fue de gran importancia la aristocracia militar, ya que el ejército pasó a organizarse por el criterio de la procedencia geográfica de la tropa, y no en ficticias afiliaciones tribales como en la época omeya. Hay cambios políticos de marcada influencia persa: los califas abasíes ostentaron la jefatura religiosa y política. Se rodearon de un gran ceremonial jerárquico que estaba supervisado por un chambelán, dejaron las tareas de gobierno en manos de un gran visir, con plenitud de poderes, que presidía un consejo formado por los jefes de los distintos diwan o departamentos administrativos.

Diwan al-harag: tenía a su cargo el erario del Estado, administraba los ingresos recaudados en los impuestos y tasas a los que estaba sometido el califato. Durante este periodo se generalizaron y gravaron los impuestos para todos los musulmanes (diezmo de sus cosechas) y sobre el resto de la población. También se gravaron las importaciones y exportaciones.

Diwan al-nafaqat: regulaba los gastos de palacio.

Diwan al-tawqid: se ocupaba de la correspondencia del califa.

Diwan al-barid: encargado de las comunicaciones oficiales y la información secreta.

Diwan al-shurta: tenía a su cargo el mantenimiento del orden. En las ciudades un jefe de policía, sahib al-shurta, estaba a cargo de los policías que mantenían el orden. Por otro lado, Al-Muhtasib se encargaba de la vigilancia en los mercados. En las provincias la autoridad la ostentaban un gobernador y un superintendente, con cierto grado de autonomía, pero controlados por el administrador de correos. Al conjunto de estos cambios los abasíes los llamaron "dawla" (revolución de la fortuna). [editar] Desintegración

Es muy significativo que esta desintegración se produzca en el momento en que el Islam es asumido por la mayor parte de las poblaciones que habitan en la zona. Minoritaria hasta entonces, el Islam comienza a ser la religión predominante entre los pueblos indígenas conquistados por los árabes tres siglos antes. Esta propagación de la fe trajo mayor uniformidad ideológica, pero también se acentuaron las divisiones sectarias. La definitiva crisis del califato abasí se desarrolló entre los años 908 y 945. Durante este periodo cinco califas se sucedieron en Bagdad, de los cuales cuatro fueron depuestos por métodos violentos. Los sucesos y vaivenes políticos que jalonaron esta crisis fueron complejos. De hecho, fueron las intrigas de una facción de la burocracia civil las que permitieron que se proclamara califa a uno de los miembros más débiles y fácilmente manejables del linaje abasí, al-Muqtadir (908-932), cuyo gobierno estuvo controlado por los visires, de grupos rivales que luchaban por acaparar los recursos fiscales. El asesinato de este califa fue consecuencia de la crisis de poder central y desató de forma ya imparable la espiral de crisis interna.

In the African worldview, the natural world was a realm of spirits approachable by sorcery. In this context, analyzing nature according to the rational, disinterested ideal of Western science was unthinkable. Smelting iron required placation of spirits. Traditional healers interpreted the spiritual, psychological aspects of the ill and their communities using mediation with the spirits (although they also turned to herbalists for remedies that had proven effective). Moreover, lack of written languages impeded the progressive accumulation of natural knowledge beyond the limits of oral traditions. Even after the arrival of Christian missionaries, animistic worldviews persisted.

The incursions of the Europeans further discouraged the appearance of science. Importation of European goods, such as weapons, iron, cloth, and glass, undermined traditional technologies. The consequences of the slave trade and warfare in some regions exacerbated the loss of indigenous technology. Traditional knowledge and skills dwindled yet further, sending the societies into cultural decline.

Historically, the Swahili people could be found as far north as northern Kenya and as far south as the Ruvuma River in Mozambique. Arab geographers referred to the Swahili coast as the land of the zanj (blacks).[88] Although once believed to be the descendants of Persian colonists, the ancient Swahili are now recognized by most historians, historical linguists, and archaeologists as a Bantu people who had sustained and important interactions with Muslim merchants, beginning in the late 7th and early 8th centuries CE.

Medieval Swahili kingdoms are known to have had island trade ports, described by Greek historians as "metropolises", and to have established regular trade routes[89] with the Islamic world and Asia.[90] Ports such as Mombasa, Zanzibar, and Kilwa[91] were known to Chinese sailors under Zheng He and medieval Islamic geographers such as the Berber traveller Abu Abdullah ibn Battuta.[92] The main Swahili exports were ivory, slaves, and gold. They traded with Arabia, India, Persia, and China.

The Portuguese arrived in 1498. On a mission to economically control and Christianize the Swahili coast, the Portuguese attacked Kilwa first in 1505 and other cities later. Because of Swahili resistance, the Portuguese attempt at establishing commercial control was never successful. By the late 17th century, Portuguese authority on the Swahili coast began to diminish. With the help of Omani Arabs, by 1729 the Portuguese presence had been removed. The Swahili coast eventually became part of the Sultinate of Oman. Trade recovered, but it did not regain the levels of the past.[93]

[edit] Madagascar and Merina

Madagascar was apparently first settled by Austronesian speakers from southeast Asia before the 6th century CE and subsequently by Bantu speakers from the east African mainland in the sixth or 7th century, according to archaeological and linguistic data. The Austronesians introduced banana and rice cultivation, and the Bantu speakers introduced cattle and other farming practices. About 1000, Arab and Indian trade settlement were started in northern Madagascar to exploit the Indian Ocean trade.[94] By the 14th century, Islam was introduced on the island by traders. Madagascar functioned in the East African medieval period as a contact port for the other Swahili seaport city-states such as Sofala, Kilwa, Mombasa, and Zanzibar.

Several kingdoms emerged after the 15th century: the Sakalava Kingdom (16th century) on the west coast, Tsitambala Kingdom (17th century) on the east coast, and Merina (15th century) in the central highlands. By the 19th century, Merina controlled the whole island. In 1500, the Portuguese were the first Europeans on the island, raiding the trading settlements.[95]

The British and later the French arrived. During the latter part of the 17th century, Madagascar was a popular transit point for pirates. Radama I (1810±1828) invited Christian missionaries in the early 19th century. Queen Ranavalona I "the Cruel" (1828±61) banned the practice of Christianity in the kingdom, and an estimated 150,000 Christians perished. Under Radama II (1861±1863), Madagascar took a French orientation, with great commercial concession given to the French. In 1895, in the second Franco-Hova War, the French invaded Madagascar, taking over Antsiranana (Diego Suarez) and declaring Madagascar a protectorate.[95]

[edit] Lake Plateau states and empires

[edit] Kitara and Bunyoro

Lake Plateau states

By 1000 CE, numerous states had arisen on the Lake Plateau among the Great Lakes of East Africa. Cattle herding, cereal growing, and banana cultivation were the economic mainstays of these states. The Ntusi and Bigo earthworks are representative of one of the first states, the Bunyoro kingdom, which oral tradition stipulates was part of the Empire of Kitara that dominated the whole lakes region. A Luo ethnic elite, from the Bito clan, ruled over the Bantu-speaking Nyoro people. The society was essentially Nyoro in its culture, based on the evidence from pottery, settlement patterns, and economic specialization.[96]

The Bito clan claimed legitimacy by being descended from the Bachwezi clan, who were said to have ruled the Empire of Kitara. However, very little is known about Kitara; some scholars even question its historical existence. Most founding leaders of the various polities in the lake region seem to have claimed descent from the Bachwezi.[96] They now 13 million Tara who are part the second African loss,(Nafi and Uma are two losses).

[edit] Buganda Further information: Kabaka of Buganda

The Buganda kingdom was founded by the Ganda or Baganda people around the 14th century CE. The ancestors of the Ganda may have migrated to the northwest of Lake Victoria as early as 1000 BCE. Buganda was ruled by the kabaka with a bataka composed of the clan heads. Over time, the kabakas diluted the authority of the bataka, with Buganda becoming a centralized monarchy. By the 16th century, Buganda was engaged in expansion but had a serious rival in Bunyoro. By the 1870s, Buganda was a wealthy nation-state. The kabaka ruled with his kukiko (council of minister). Buganda had a naval fleet of a hundred vessels, each manned by thirty men. Buganda supplanted Bunyoro as the most important state in the region. However, by the early 20th century, Buganda became a province of the British Uganda Protectorate.[97]

[edit] Rwanda

Southeast of Bunyoro, near Lake Kivu at the bottom of the western rift, the Kingdom of Rwanda was founded, perhaps during the 17th century. (BaTutsi) pastoralists formed the elite, with a king called the mwami. The Hutu (BaHutu) were farmers. Both groups spoke the same language, but there were strict social norms against marrying each other and interaction. According to oral tradition, the Kingdom of Rwanda was founded by Mwami Ruganzu II (Ruganzu Ndori) (c. 1600-1624), with his capital near Kigali. It took 200 years to attain a truly centralized kingdom under Mwami Kigeli IV (Kigeri Rwabugiri) (1840±1895). Subjugation of the Hutu proved more difficult than subduing the Tutsi. The last Tutsi chief gave up to Mwami Mutara II (Mutara Rwogera) (1802±1853) in 1852, but the last Hutu holdout was conquered in the 1920s by Mwami Yuhi V (Yuli Musinga) (1896±1931).[98]

[edit] Further information: List of Kings of Burundi

South of the Kingdom of Rwanda was the . It was founded by the Tutsi chief Ntare Rushatsi (c. 1657-1705). Like Rwanda, Burundi was built on cattle raised by Tutsi pastoralists, crops from Hutu farmers, conquest, and political innovations. Under Mwami Ntari Rugaamba (c. 1795-1852), Burundi pursued an aggressive expansionist policy, one based more on diplomacy than force.[99]

Nombre: El nombre Swahili deriva de la palabra árabe Swahili, plural de Sahel que quiere decir costa. Por otra parte, algunos musulmanes africanos de la costa keniata son conocidos por pueblos vecinos o por sí mismos como Swahilis aunque tienen como lengua materna idiomas diferentes al shwahili. El origen del término es tan variado como los orígenes de la lengua. Así, los la pequeña comunidad de los Shirazi, se consideran descendientes del antiguo Imperio Pérsico antiguo. En Mombasa se consideran desdendientes de árabes mezclados con algunos bantús y yemenis. La mayoría de los árabes de Kenya habla Swahili como lengua materna . En Tanzanía el término Swahili suele emplearse para designar a todos los africanos costeros que hablan Swahili como lengua materna. A veces se emplea el término Shirazi para nombrar a las personas con ascendencia genética árabe.

Pueblos vecinos: Mijikenda , Kwere , Zaramo , Makonde

Historia: Los habitantes de las zonas costeras de Kenya, Tanzanía, y Mozambique comparten historia, idioma y tradiciones culturales que algunos estudiosos del Swahili consideran anteriones al siglo primero, fecha en la que se data el relato que un viajero griego anónimo, autor de El Periplo por el Mar de Eritrea, en el que se escribe sobre un lugar en Africa oriental que los árabes frecuentaban para comerciar.

Hacia el siglo VIII, grupos de comerciantes árabes se establecen de forma permanente en determinados puntos de la costa africana del Oceano Indico, mezclándose con la población bantú autóctona, aunque se cree que había alguna de estas comunidades anteriores a la llegada del Islam. Vivían en ciudades-estados dependientes del Sultán de Omán, y más tarde, del sultán independiente de Zanzibar. Entre los siglos IX a XII los Benaadir navegan cerca de la costa de Somalia y llegan a crear en la zona del Rio Jubba uno de los centros más importantes de la cultura Swahili. Muchos pueblos allí todavía mantienen su idioma Swahili aunque muy influido por siglos de relación con los Somalíes.

En cuanto al origen de los Wangwana de la actual Rep.Dem.del Congo, éste se remonta a los comienzos del siglo XIX. Estas personas que hablan el dialecto swahili llamado Kingwana descienden de los miembros que allí se establecieron procedentes de las caravanas comerciales que llegaban de la costa.

A pesar de la historia e idioma compartidos por zonas tan dispersas de la costa índica es difícil hablar de una cultura Swahili uniforme.

Economía: La economía Swahili hoy, como en el pasado, está unida intinmamente al Océano Indico. Durante aproximadamente 2.000 años, los comerciantes Swahili han actuado como intermediarios entre Africa oriental y central y el resto del mundo. Ellos jugaron un papel importante en el comercio de marfil y en el comercio de esclavos durante siglos. En los tiempos modernos, los comerciantes swahilis trajeron productos desde el interior de la actual Rep.Dem.del Congo hasta las costas de Tanzanía donde las vendían a los comerciantes árabes, indios y portugueses. Fueron muchos los esclavos vendidos en Zanzibar a los portugueses con destino a Brasil, entonces, colonia portuguesa. Pescadores Swahili todavía confían en el océano para obtener su fuente principal de ingresos. El pescado es vendido a sus vecinos del interior a cambio de los productos de esas tierras.

Religión: El Islam es la religión practicada por la casi totalidad. Sin embargo, en íntima relación con su fe islámica mantienen determinadas prácticas y creencias que se consideran ajenas al Islam. Creen en los espíritus (djinns) que tienen un carácter animista. La mayoría de los hombres usan amuletos proteccionistas alrededor de sus cuellos que contienen versos del Corán. La adivinación se practica a través de las lecturas coránicas. A menudo el adivino incorpora escrituras del Corán en los tratamientos de las enfermedades, de forma similar a como los cristianos rezan a su dios para que intervenga en la curación de los enfermos. En ocasiones, pide a un paciente que empape un pedazo de papel que contiene versos del Corán en agua. Con esta tinta difuminada por el papel el paciente lavará su cuerpo o lo beberá para curarse de su enfermedad. Solo los profetas y maestros del Islam son autorizados para hacerse curanderos entre los Swahili.

Muchos reinos importantes existieron en el Africa Central como los de Noongo y Kissama. El primero se formó en el siglo XIV y su organización se basó en la propiedad comunitaria; el segundo se constituyó con las migraciones que llegaron de otras regiones de Africa. El rey más destacado de este período fue Ngola Kiluange de Kissama.

Otros reinos que pueden señalarse fueron el Congo y el Kwanza: las contradicciones internas minaron al del Congo, que tuvo durante todo el siglo XIV una serie de revueltas y conflictos internos; el de Kwanza mantuvo su unidad interna y se caracterizó por una oposición más vigorosa al colonizador portugués.

En el sur y otras amplias regiones de la geografía continental, existieron reinos que alcanzaron notable grado de organización, y al frente estaban los monarcas, quien representaban el poder.

The Kilwa Empire was part of a larger empire built by the iranian Bazrangids. It became an independent geopolitical entity after Ardashir I of the Sassanid Empire conquered its parent Bazrangi state in southern Persia in AD 224. Emperor Ardashir's successor, Shapur I, annexed the southern shores of the Persian Gulf, as well as the region of Muscat on the Indian Ocean. This led to the removal of all final vestiges of Bazrangi independence on the Asian continent.

Zoroastrian fire temples within the Kilwa Empire were preserved as a result of Bazrangi custodians. Sassanian sources, which include rock inscriptions and documents, discuss how the Bazrangids served important custodial functions at the Great Temple of the goddess Anahita in Istakhr (near Persepolis). The Kilwa Empire prospered even during the early Islamic era. However, the capital city of Kilwa was under siege by members of the native populations of East Africa. The city fell and nearly 2000 of its inhabitants were devoured in a single week. In 980, the Zanj Empire was founded by Ali ibn Hasan and succeeded the Kilwa Empire.

Recent archaeological excavations in the old Kilwa imperial sites such as Unguja Ukuu, Tumbatu, Mtambwe, and Mkumbuu are shedding new light on the history of the Bazrangid founded Kilwa Empire and its status as a maritime power.

Los árabes, a través del control del comercio de caravanas extienden su religión y su cultura al Africa subsahariana, especialmente al Africa Oriental.

Desde el Indico las caravanas árabes crean redes comerciales que se van adentrando cada vez más hacia el interior, siempre hacia el oeste, introduciendo a muchas sociedades en la Edad del Hierro y creando centros urbanos grandes con poder político centralizado que regulaba y controlaba este comercio. A mediados del siglo VIII encontramos ya el poderoso estado de Ghana que controlaba el comercio entre las zonas productoras de oro del golfo de Guinea y las caravanas de camellos árabes. Durante los siglos XII y XIII el Imperio de Malí es estado dominante del occidente africano. En el siglo XVI, el estado musulmán del Imperio Songhai es quien adquiere mayor control político y económico de esta zona.

En Nigeria, el reino de Benin empezó a surgir en el duodécimo siglo. Había desarrollado en una poderosa ciudad-estado cuando los portugués llegan siglo XV. Lo mismo sucedóa con Ife, el centro de los Yoruba en el sudoeste de Nigeria.

En Zimbabwe, en el siglo X surge un importante centro comercial conocido como el Gran Zimbabwe, muy activo en el comercio del oro que producían e intercambiaban con productos como vidrio y alfarería de China procedentes de la costa del Indico. Se mantendría hasta mediados del siglo XV.

El Imperio de Gran Zimbabue también llamado Mwene Mutapa o Manhumutapa o Monomotapa o Mutapa fue un reino ubicado en el sur de Africa durante la Edad Moderna (entre 1450 y 1629), abarcando principalmente los modernos estados de Zimbabue y Mozambique. Su capital fue la ciudad de Gran Zimbabue.

Los gigantescos muros de la ciudad Gran Zimbabue.

El imperio fue instaurado por los Gokomere, quienes son los ancestros de los modernos Shona. Gran Zimbabue alcanzó su cenit alrededor de los años 1440 por el comercio de oro. El oro era exportado desde el imperio al puerto de Sofala y a lo largo de la costa al sur del delta del río Zambeze, donde los comerciantes árabes lo intercambiaban por telas de Guyarat. Pronto, las presiones de los comerciantes europeos y árabes comenzaron a cambiar el equilibrio del poder en la región.

Los portugueses iniciaron sus intentos de subyugar al estado a comienzos de 1505; pero, según Fernand Braudel,[1] quedaron circunscritos a la costa por muchos: años hasta 1513.

El imperio Monomotapa comenzó a desgarrarse por sus facciones rivales, y el oro de los ríos que controlaban se agotó. Su comercio fue reemplazado por el tráfico de esclavos. Por esa época, los estados árabes de Zanzíbar y Kilwa se tornaron prominentes potencias de provisión de esclavos para Arabia, Persia e India (Braudel, op. cit., p. 430).

El imperio fue finalmente conquistado en 1629 por los portugueses y nunca se recuperó. Remanentes del gobierno establecieron otro reino Mutapa en Mozambique también llamado Karanga. Los reyes Karanga fueron llamados Mambos (en plural) y reinaron en la región hasta 1902.

El Imperio tuvo otro efecto secundario indirecto en la historia de África del Sur. Su oro suscitó en los europeos la sospecha de que Monomotapa controlaba las legendarias minas del Rey Solomón aludidas en la Biblia. La creencia que las minas se encontraban dentro del reino de Monomatapa en África del Sur fue uno de los factores que condujeron a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales a fundar la Colonia del Cabo, que conduciría finalmente a la creación del país de Sudáfrica.

The Bazrangids (also known as Bazrangi or Badhrangids) were the local rulers of Persis (present- day Fars) and Carmania (present-day Kerman) as clients of the Arsacids (Parthians). They were expelled from their original home in the Middle East by the Parthians. Gocihr, the last king of the Bazrangids, was deposed by King Papag in 205 AD.

Los jariyíes o jariyitas (en árabe Νέ΍ Υ plural Νέ΍Υ, jāriyī, plural jawāriy) son una de las tres ramas principales del islam, junto a la de los chiíes y los sunníes. La palabra jariyí significa "el que se sale", en referencia a la deserción que protagonizaron en el año 657 cuando abandonaron el bando de Ali Ibn Abi Talib al aceptar éste en el campo de batalla de Siffín un arbitraje entre él y su adversario, el omeya Muawiya.

A diferencia de los sunníes, que consideraban que el califa debía ser un árabe miembro de la tribu de Quraish, y de los chiíes, que consideraban que debía ser Alí o un descendiente directo suyo, los jariyíes pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al más digno "aunque sea un esclavo negro".

Defienden también que sin rectitud en el obrar no existe verdadera fe. El musulmán que se aparta de la ley deja de ser musulmán, y si es califa debe ser destituido. Los jariyíes provocaron grandes rebeliones contra los omeyas, debilitándoles y facilitando su sustitución por la dinastía de los abbasíes. Fue un jariyí quien asesinó a Alí en el año 661.

Su rigor en lo que al cumplimiento de los preceptos del islam se refiere tiene como contrapunto una gran tolerancia hacia las otras religiones.

Los jariyíes fueron en su momento un grupo importante cualitativa y cuantitativamente. Después se dividieron en numerosas sectas. Hoy en día los pocos jariyíes que quedan pertenecen a la secta de los ibadíes y viven en el sultanato de Omán, en Zanzíbar y en algunos islotes del Magreb.

East Africa

[edit] Christian and Islamic Nubia Further information: List of rulers of Makuria

Christian Nubia and nile cataract After Ezana of Aksum sacked Meroe, people associated with the site of Ballana moved into Nubia from the southwest and founded three kingdoms: Makuria, Nobatia, and Alodia. They would rule for 200 years. Makuria was above the third cataract, along the Dongola Reach with its capital at Dongola. Nobadia was to the north with its capital at Faras, and Alodia was to the south with its capital at Soba. Makuria eventually absorbed Nobadia. The people of the region converted to Monophysite Christianity around 500 to 600 CE. The church initially started writing in Coptic, then in Greek, and finally in Old Nubian, a Nilo- Saharan language. The church was aligned with the Egyptian Coptic Church.[82][83]

By 641, Egypt was conquered by Muslim Arabs. This effectively blocked Christian Nubia and Aksum from Mediterranean Christendom. In 651-652, Arabs from Egypt invaded Christian Nubia. Nubian archers soundly defeated the invaders. The Baqt (or Bakt) Treaty was drawn, recognizing Christian Nubia and regulating trade. The treaty controlled relations between Christian Nubia and Islamic Egypt for almost six hundred years.[84]

By the 13th century, Christian Nubia began its decline. The authority of the monarchy was diminished by the church and nobility. Arab bedouin tribes began to infiltrate Nubia, causing further havoc. Fakirs (holy men) practicing Sufism introduced Islam into Nubia. By 1366, Nubia had become divided into petty fiefdoms when she was invaded by Mamelukes. During the 15th century, Nubia was open to Arab immigration. Arab nomads intermingled with the population and introduced the Arabic culture and language. By the 16th century, Makuria and Nobadia had been Islamized. During the 16th century, Abdallah Jamma headed an Arab confederation that destroyed Soba, capital of Alodia, the last holdout of Christian Nubian. Later Alodia would fall under the Funj Sultanate.[85]

During the 15th century, Funj herders migrated north to Alodia and occupied it. Between 1504 and 1505, the kingdom expanded, reaching its peak and establishing its capital at Sennar under Badi II Abu Daqn (c. 1644-1680). By end of the 16th century, the Funj had converted to Islam. They pushed their empire westward to Kordofan. They expanded eastward, but were halted by Ethiopia. They controlled Nubia down to the 3rd Cataract. The economy depended on captured enemies to fill the army and on merchants travelling through Sennar. Under Badi IV (1724±1762), the army turned on the king, making him nothing but a figurehead. In 1821, the Funj were conquered by Muhammad Ali (1805± 1849), Pasha of Egypt.[86][87] [edit] Swahili Coast

A traditional Zanzibari-style Swahili coast door in Zanzibar.

Historically, the Swahili people could be found as far north as northern Kenya and as far south as the Ruvuma River in Mozambique. Arab geographers referred to the Swahili coast as the land of the zanj (blacks).[88] Although once believed to be the descendants of Persian colonists, the ancient Swahili are now recognized by most historians, historical linguists, and archaeologists as a Bantu people who had sustained and important interactions with Muslim merchants, beginning in the late 7th and early 8th centuries CE.

Medieval Swahili kingdoms are known to have had island trade ports, described by Greek historians as "metropolises", and to have established regular trade routes[89] with the Islamic world and Asia.[90] Ports such as Mombasa, Zanzibar, and Kilwa[91] were known to Chinese sailors under Zheng He and medieval Islamic geographers such as the Berber traveller Abu Abdullah ibn Battuta.[92] The main Swahili exports were ivory, slaves, and gold. They traded with Arabia, India, Persia, and China.

The Portuguese arrived in 1498. On a mission to economically control and Christianize the Swahili coast, the Portuguese attacked Kilwa first in 1505 and other cities later. Because of Swahili resistance, the Portuguese attempt at establishing commercial control was never successful. By the late 17th century, Portuguese authority on the Swahili coast began to diminish. With the help of Omani Arabs, by 1729 the Portuguese presence had been removed. The Swahili coast eventually became part of the Sultinate of Oman. Trade recovered, but it did not regain the levels of the past.[93]

[edit] Madagascar and Merina

Madagascar was apparently first settled by Austronesian speakers from southeast Asia before the 6th century CE and subsequently by Bantu speakers from the east African mainland in the sixth or 7th century, according to archaeological and linguistic data. The Austronesians introduced banana and rice cultivation, and the Bantu speakers introduced cattle and other farming practices. About 1000, Arab and Indian trade settlement were started in northern Madagascar to exploit the Indian Ocean trade.[94] By the 14th century, Islam was introduced on the island by traders. Madagascar functioned in the East African medieval period as a contact port for the other Swahili seaport city-states such as Sofala, Kilwa, Mombasa, and Zanzibar.

Several kingdoms emerged after the 15th century: the Sakalava Kingdom (16th century) on the west coast, Tsitambala Kingdom (17th century) on the east coast, and Merina (15th century) in the central highlands. By the 19th century, Merina controlled the whole island. In 1500, the Portuguese were the first Europeans on the island, raiding the trading settlements.[95]

The British and later the French arrived. During the latter part of the 17th century, Madagascar was a popular transit point for pirates. Radama I (1810±1828) invited Christian missionaries in the early 19th century. Queen Ranavalona I "the Cruel" (1828±61) banned the practice of Christianity in the kingdom, and an estimated 150,000 Christians perished. Under Radama II (1861±1863), Madagascar took a French orientation, with great commercial concession given to the French. In 1895, in the second Franco-Hova War, the French invaded Madagascar, taking over Antsiranana (Diego Suarez) and declaring Madagascar a protectorate.[95]

[edit] Lake Plateau states and empires

[edit] Kitara and Bunyoro

Lake Plateau states

By 1000 CE, numerous states had arisen on the Lake Plateau among the Great Lakes of East Africa. Cattle herding, cereal growing, and banana cultivation were the economic mainstays of these states. The Ntusi and Bigo earthworks are representative of one of the first states, the Bunyoro kingdom, which oral tradition stipulates was part of the Empire of Kitara that dominated the whole lakes region. A Luo ethnic elite, from the Bito clan, ruled over the Bantu-speaking Nyoro people. The society was essentially Nyoro in its culture, based on the evidence from pottery, settlement patterns, and economic specialization.[96]

The Bito clan claimed legitimacy by being descended from the Bachwezi clan, who were said to have ruled the Empire of Kitara. However, very little is known about Kitara; some scholars even question its historical existence. Most founding leaders of the various polities in the lake region seem to have claimed descent from the Bachwezi.[96] They now 13 million Tara who are part the second African loss,(Nafi and Uma are two losses).

[edit] Buganda Further information: Kabaka of Buganda The Buganda kingdom was founded by the Ganda or Baganda people around the 14th century CE. The ancestors of the Ganda may have migrated to the northwest of Lake Victoria as early as 1000 BCE. Buganda was ruled by the kabaka with a bataka composed of the clan heads. Over time, the kabakas diluted the authority of the bataka, with Buganda becoming a centralized monarchy. By the 16th century, Buganda was engaged in expansion but had a serious rival in Bunyoro. By the 1870s, Buganda was a wealthy nation-state. The kabaka ruled with his kukiko (council of minister). Buganda had a naval fleet of a hundred vessels, each manned by thirty men. Buganda supplanted Bunyoro as the most important state in the region. However, by the early 20th century, Buganda became a province of the British Uganda Protectorate.[97]

[edit] Rwanda

Southeast of Bunyoro, near Lake Kivu at the bottom of the western rift, the Kingdom of Rwanda was founded, perhaps during the 17th century. Tutsi (BaTutsi) pastoralists formed the elite, with a king called the mwami. The Hutu (BaHutu) were farmers. Both groups spoke the same language, but there were strict social norms against marrying each other and interaction. According to oral tradition, the Kingdom of Rwanda was founded by Mwami Ruganzu II (Ruganzu Ndori) (c. 1600-1624), with his capital near Kigali. It took 200 years to attain a truly centralized kingdom under Mwami Kigeli IV (Kigeri Rwabugiri) (1840±1895). Subjugation of the Hutu proved more difficult than subduing the Tutsi. The last Tutsi chief gave up to Mwami Mutara II (Mutara Rwogera) (1802±1853) in 1852, but the last Hutu holdout was conquered in the 1920s by Mwami Yuhi V (Yuli Musinga) (1896±1931).[98]

[edit] Burundi Further information: List of Kings of Burundi

South of the Kingdom of Rwanda was the Kingdom of Burundi. It was founded by the Tutsi chief Ntare Rushatsi (c. 1657-1705). Like Rwanda, Burundi was built on cattle raised by Tutsi pastoralists, crops from Hutu farmers, conquest, and political innovations. Under Mwami Ntari Rugaamba (c. 1795-1852), Burundi pursued an aggressive expansionist policy, one based more on diplomacy than force.[99]

Los pueblos de las costas orientales se fijaron mas en el comercio con Oriente Medio y la India, este tipo de comercio dio pie a una nueva cultura de base bantú y aportes árabes, la Swahili, orientada al mar. La región vivió la tensión originada por la creciente influencia británica y alemana que, lentamente, imponía condicionantes a la trata esclavista, a la vez que la política árabo-swahilis preponderantes se debilitaba, controlando el comercio marítimo. En las costas del Mediterráneo la crisis del Imperio Otomano obligo a reforzar las estructuras antiguas. Pero toda la región a excepción de Egipto se hallaba en decadencia, política y económica. Egipto sufría procesos modernizadores al tiempo que buscaba mantener un control colonial sobre Sudán, todo lo cual al final terminó en el intervencionismo Británico en esa parte de la región.

La parte central de África tuvo dos tipos de cambio. En la primera zona, se habían impulsado movimientos de renovación islámica a partir de cofradías de estudiosos, con consecuencias políticas que desbancaron, en varios casos, estructuras precedentes de tipo animista. Estos movimientos desembocaron en formaciones políticas imperiales como el imperio de El Hadj Umar en Senegal y Malí, el Imperio de Usmán Dan Fodio en el norte de Nigeria y Camerún o los dominios de El Mahdi en Sudán. La Etiopía cristiana, por su parte, se veía acosada por el empuje islámico que la cercaba, al tiempo que las parcialidades internas fomentaban un clima constante de guerra civil.

East Africa - An Overview In recent years a vast body of knowledge about Africa has emerged. There are a great many languages, cultures, and histories on the African continent, and people who wish to penetrate this large body of learning and information - and gain a cohesive sense of African peoples, their arts, and their histories - are faced with a bewildering task. This Living Encyclopedia of East Africa is intended to provide information on the countries that primarily make up Swahili-speaking region of East Africa in a concise form. These countries are Kenya, Tanzania, Uganda, Rwanda, and Burundi. The Swahili-speaking area also extends into southern Somalia, eastern Democratic Republic of Congo, and parts of northern Mozambique and the Comoros Islands. We have chosen the East Africa region for a number of reasons: 1. Geographically, the region is well known for its magnificent physical features. The two highest mountains in Africa are located here: Mount Kilimanjaro and Mount Kenya. The River Nile, the longest river in Africa has its source from Africa's biggest lake, Lake Nyanza also known as Lake Victoria. The region is also famous for its game reserves located at the Serengeti and Ngorongoro crater in Tanzania and Masai Mara in Kenya. East Africa's governments recognize the value of their natural resources and have set aside large areas as national parks. Twenty-five percent of Tanzania's land is designated as national parks or game reserves. The largest, Selous Reserve, is larger than the country of Denmark. 2. East Africa is at the center of speculation over human origins. Anthropologists like Louis S. B and Mary Leakey have indicated that human ancestors may have lived in Tanzania's Olduvai Gorge at the edge of the Great Rift Valley, over two million years ago. 3. The region is also famous for the research on Chimpanzees by Jane Goodall. Jane Goodall conducted over thirty years of research in Tanzania and established a primatology research center known as the Gombe Stream Research Center at the shore of Lake Tanganyika in Tanzania. 4. Politically, the region is famous for its hospitality to refugees and other politically dispossessed peoples. It was known for its involvement in the fight against apartheid in South Africa and for providing refugee facilities for freedom fighters from Zimbabwe, South Africa, Mozambique, and Angola. More recently it has befriended refugees from Rwanda, the Sudan, and Somalia. The region also is known for its political innovations. African socialism Ujamaa as advocated by Mwalimu Nyerere, the first , is a policy that attracted attention of people world wide. Pre-colonial East Africa was important politically in that several large kingdoms dominated regional affairs. Two of them were the Kingdom of Uganda, which now constitutes the core of contemporary Uganda, and the Kingdom of Rwanda, which also is the core of a modern nation-state. The coastal regions were dotted with powerful city-states-- settlements that brokered trade between the interior and the Indian Ocean. 5. Historically, East Africa was known for the extensive trade networks that penetrated the region and linked together people of various backgrounds, reaching deep into the interior of Central Africa and eastward across ocean as far as India. At various periods the valued trade items were ivory, gold, slaves, beads, salt, and foodstuffs, especially spices grown in Zanzibar. Indian Ocean trade meant that Swahili and Arabic-speaking merchants were interacting for at least 1,000 years, and eventually brought Islam to the shores of East Africa. Traditional economies were based on hunting, farming, animal herding, and even fishing in coastal areas. Iron-making was practiced as early as 500 B.C. Local textile manufacture, using cotton, began during the 11th century. 6. In terms of language, East Africa is united by the common lingua franca known as Swahili. This language is both the native tongue of a specific people - "the Swahili" - and a lingua franca spoken by more than 50 million people throughout the region. Swahili is one the few lingua francas among the more than 1,000 languages spoken on the African continent, and therefore one of the most widely used. Thus, although "Swahili" denotes a specific people, a cultural way of life, a literature, and a geographical region, its status as a lingua franca means that it is used in many communities that embrace diverse life styles, economic and aesthetic practices, religions and ideologies. Within the linguistic rubric of Swahili, an entire region - a diverse and complex spectrum of landscapes, peoples and world views - is accessible. In the United States, Swahili is classified among the less commonly taught foreign languages. Such languages are rarely taught below college level, Swahili being the rare exception. It is one of the most accessible African languages in terms of difficult of learning and availability of learning resources. A Swahili Dictionary, Swahili Listserv, and Swahili Club (interaction in real time) exist on the Internet; videotapes, illustrated story books, visual aids, supplementary materials for computer-assisted instruction, and radio programs on the internet are available. Swahili is already used in African-American communities during their annual celebration of Kwanzaa, a festival which uses Swahili words and expressions. Language is one of the best lenses through which to view the life ways, cultures and practices of other peoples. Languages are not simple communicative systems; they are cultural phenomena in and of themselves and at the same time mediators of other forms of culture. As such they serve as powerful tools for understanding the human groups that speak them. For example, the basic greetings in Swahili are more complex and time consuming than greetings in most European languages. They demonstrate the importance of human interaction and mutual respect in Swahili- speaking societies. The identification of loan-words (Arabic, English, neighboring African languages, etc.) in Swahili also shows the importance of history: trade, conquest, religious movements, and global currents in the region. While the exploration of Swahili history and culture is important in an of itself, the contexts in which Swahili is used as a second and third (and fourth ...) language are also important. For most of its non-native speakers, Swahili is a language not of tradition but of modernity. It is used in situations of migration and urbanization, and it is spoken to facilitate communication with other ethnic and national groups. An examination of the dynamic and diverse situations in which Swahili is spoken as a lingua franca serves as an excellent introduction to contemporary Africa and goes a long way toward dispelling essentialist myths about a perpetually rural and traditional Africa.

Imperio de Kitara (también conocido como Bachwezi, Bacwezi, o Chwezi el imperio) es una parte fuerte de tradición oral en el área del Great Lakes de África, incluyendo los países modernos de Uganda, norteño Tanzania, del este República democrática del Congo, Rwanda y Burundi. Por casi un siglo, del advenimiento del contacto europeo directo en el más adelante diecinueveavo siglo al último vigésimo siglo, mucha de la beca trató los cuentos como representación del hecho histórico, pero más recientemente de la beca, conducida cerca Universidad de París el erudito Jean-Pierre Chrétien, ha echado duda en el historicality de las historias, interpretándolas como a mito. En los Great Lakes de África: Dos mil años de historia, Chrétien afirman que la historia fue creada como respuesta al amanecer de la regla debajo del Lwo imperio, el expediente histórico único del organizado Nilotic migración en el área.[1]

Contenido

y 1 Tradición oral o 1.1 Dinastías de Batembuzi y de Bachwezi o 1.2 Dinastía de Babiito y 2 Interpretación de estudiante y 3 Referencias y 4 Acoplamientos externos

Tradición oral

En la tradición oral, Kitara era un reino de el cual, en la altura de su energía en los catorcenos y décimo quintos siglos, incluyó mucho Uganda, norteño Tanzania y del este Congo (Manual del Transportista), gobernado por una dinastía conocida como el Bachwezi (o Chwezi) que era los sucesores del Batembuzi Dinastía.[2]

Según la historia, el imperio de Kitara duró hasta el décimosexto siglo, cuando fue invadido cerca Gente de Luo, que vino de actual Sudán y establecido el reino de Bunyoro-Kitara.

Dinastías de Batembuzi y de Bachwezi Artículo principal: Batembuzi

El imperio de Kitara fue fundado por la dinastía de Bachwezi, que era los sucesores de la dinastía de Batembuzi. Poco se sabe sobre el Batembuzi y el Bachwezi, o cuando establecieron Kitara. Mucho se sabe de qué se basa encendido mitología y tradición oral.[3] Un número de corriente Reinos de Great Lakes demande la herencia del imperio antiguo de Kitara, gobernado por una dinastía conocida como el Bachwezi.[4] Cubrir el reinado del Bachwezi en misterio y leyenda, tanto para muchos dioses tradicionales adentro Toro, Bunyoro y Buganda tenga nombres asociados a los reyes de Bachwezi.

El Bachwezi se asocia a menudo a los grandes sitios del terraplén encontrados en Uganda occidental.[5] Descubrimientos arqueológicos hechos en Bya Mugenyi de Bigo, el capital del imperio, y Ntusi situado en actual Districto de Mubende de Uganda, revele los depósitos ricos de un centro urbano que representó a sociedad altamente organizada.[3][6] Dinastía de Babiito

El imperio de Kitara finalmente se rompió para arriba durante el décimosexto siglo con el advenimiento de la invasión Gente de Luo del norte.[2] Un clan de Luo conocido como el Biito, conducido por un jefe llamó Labongo, invadido Bunyoro, la provincia más situada más al norte de Kitara, de donde el imperio fue gobernado. El Luo había emigrado de actual Sudán, y colocaría más adelante áreas grandes de Uganda norteño, y alrededor de las orillas nororientales de Lago Victoria. Labongo estableció su regla en cuál ahora estaba Bunyoro- Kitara, convirtiéndose Isingoma Mpuga Rukidi, el primer en la línea de los reyes de Babiito que proporcionaron las dinastías de las cuales también gobernó en los reinos Toro, Koki, Buganda, y algunos fiefdoms de Busoga.[5][7]

Al sur de Bunyoro, el resto del Kitara fue reemplazado por el desarrollo de varios reinos localizados dentro, o a través, el palmo de varios límites nacionales actuales, incluyendo Ankole y Buganda principalmente en Uganda, Karagwe y Kyamutwara adentro Tanzania, y los reinos de Burundi y Rwanda.[8]

Kilwa On a small island off the coast of Tanzania lies the site of Kilwa Kisiwani, also called Kilwa (and spelled in Portuguese Quiloa), the most important of about thirty-five trading sites on the Indian Ocean during the 11th through 16th centuries AD. Archaeological investigations at the site began in earnest in 1955, and the site and its sister port Songo Mnara were named UNESCO World Heritage site in 1981.

Kilwa History The earliest substantial occupation at Kilwa Kisiwani dates to AD 800, and the city became a major trade center from the 1100s to the early 1500s. The site was important during the Shirazi dynasty of the 11th and 12th centuries AD, and under the rule of Ali al-Hasan, a Great Mosque was built, and trade connections to southern Africa and the near and far east were established. Kilwa Kisiwani was one of the principal ports of trade on the Indian Ocean, trading gold, ivory, iron and coconuts from southern Africa, including the Mwene Mutabe south of the Zambezi River, for cloth and jewelry from India, and porcelain from China. The first gold coins struck south of the Sahara after the decline at Aksum were minted at Kilwa Kisiwani, presumably for facilitating international trade. One of them was found at the Mwene Mutabe site of Great Zimbabwe.

Kilwa and Ibn Battuta The famous Moroccan trader Ibn Battuta visited Kilwa in 1331 during the Mahdali dynasty, when he stayed at the court of al-Hasan ibn Sulaiman Abu'l-Mawahib [ruled 1310-1333]. It was during this period that the major architectural constructions were made, including elaborations of the Great Mosque and the construction of the market complexes of Husuni Kubwa and Husuni Ndogo.