Últimos Títulos Publicados: Último SERVICIO Esta Es La Historia De Un Equipo De Operaciones Especiales, El JAN T
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SELLO CRITICA COLECCIÓN EL FORMATO 15,5x23 rústica con solapas MEMORIA CRÍTICA Últimos títulos publicados: último SERVICIO Esta es la historia de un equipo de operaciones especiales, el JAN T. GROSS grupo SEAL llamado «los Castigadores», que participó en FR ANCOTIR ADOR CORRECCIÓN: PRIMERAS Vecinos la batalla de Ramadi en 2006. Conocíamos sus hazañas de DISEÑO El exterminio de la comunidad judía de Jedwabne guerra a partir de las memorias de uno de sus miembros, Chris (Polonia) Kyle, pero la versión que nos ofrece Kevin Lacz, el último KEVIN LACZ REALIZACIÓN superviviente del grupo, basada en su diario personal de con ETHAN E. ROCKE EDICIÓN SAMI NAÏR campaña, resulta enriquecedora, y muy distinta, ya que no nos y LINDSEY LACZ Refugiados habla de héroes individuales, sino de la acción de un colectivo. CORRECCIÓN: SEGUNDAS Frente a la catástrofe humanitaria, una solución Porque esta salvaje forma de guerra —el acecho, real el disparo lejano que puede matar a un inocente, la respuesta DISEÑO de los insurgentes…— no es obra de máquinas de matar, REALIZACIÓN NORMAN OHLER sino de seres humanos que no podrían resistir la tensión sin El gran delirio el contrapunto de la camaradería. Kevin Lacz, conocido Kevin Lacz CARACTERÍSTICAS Hitler, drogas y el III Reich en el grupo como «Dauber», nos muestra en estas páginas dejó la universidad y se unió a la Marina IMPRESIÓN CMYK la historia real de unos hombres destruidos por la guerra. EL último FR ANCOTIR ADOR de los Estados Unidos después de los ROBERT SERVICE ataques terroristas del 11 de septiembre Historia de Rusia en el siglo XX de 2001. Sirvió en el Equipo Tres de los 230 mm Kevin Lacz te acompaña al campo de batalla y, tanto por SEAL como francotirador, breacher PAPEL MICHAEL JONES las soberbias escenas de acción, como por las anécdotas y sanitario, e hizo dos despliegues PLASTIFÍCADO El sitio de Leningrado más cotidianas, te permite conocer a la élite de las de combate en apoyo de la Operación LINDSEY LACZ Libertad Iraquí. Recibió una Estrella de UVI 1941-1944 fuerzas especiales estadounidenses de la que él mismo KEVIN LACZ ha formado parte, los SEAL. Y Bronce al valor, dos medallas de Encomio RELIEVE SHEILA FITZPATRICK de la Armada y del Cuerpo de Marina, además de otras por su servicio. También El equipo de Stalin BAJORRELIEVE Esta es la continuación natural de El francotirador, fue asesor técnico y se interpretó a sí Los años más peligrosos de la Rusia soviética, de Chris Kyle. mismo en la película de Clint Eastwood de Lenin a Jrushchov STAMPING EL RELATO EN nominada al Oscar, El francotirador. ETHAN E. ROCKE PRIMERA PERSONA FORRO TAPA CATHERINE MERRIDALE CON DE UN SEAL El tren de Lenin Los orígenes de la revolución rusa TEAM THREE memoria crítica GUARDAS PVP 19,90 € 10173295 INSTRUCCIONES ESPECIALES Fotografía de la cubierta: © John Moore / Getty Images Fotografía del autor en la cubierta: © Michaela Harr Fotografía del autor: © Anna Clark 9 788416 771479 www.ed-critica.es Diseño de la cubierta: Alan Dingman © 2016, Simon & Schuster 157 mm 16 mm 157 mm KEVIN LACZ con Ethan E. Rocke y Lindsey Lacz EL ÚLTIMO FRANCOTIRADOR El relato en primera persona de un SEAL Team Three Traducción castellana de Gonzalo García CRÍTICA BARCELONA 001-320 El ultimo francotirador.indd 5 13/12/2016 12:30:10 Primera edición: enero de 2017 El último francotirador. El relato en primera persona de un SEAL Team Three Kevin Lacz No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal) Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47 Título original: The Last Punisher. A Seal Team Three Sniper’s True Account of the Battle of Ramadi © Kevin Lacz, 2016 © de la traducción, Gonzalo García, 2017 © Editorial Planeta S. A., 2017 Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España) Crítica es un sello editorial de Editorial Planeta, S. A. [email protected] www.ed-critica.es ISBN: 978-84-16771-47-9 Depósito legal: B. 24.809 - 2016 2017. Impreso y encuadernado en España por Black Print 001-320 El ultimo francotirador.indd 6 13/12/2016 12:30:10 1 Renacuajo Vale la pena ser un ganador. (Lema no oficial de los Equipos de SEAL.) Cuando yo era un niño, a veces me describieron como un chaval «te- naz», que en realidad es solo un eufemismo por «terco». Sea como fuere, siempre he sido de los que recorría mi propio camino, aunque esto supusiera que los que me rodeaban no entendían mis decisiones. A veces me negaba a perder cosas que para los demás valían poco. Otras veces cambiaba de rumbo abruptamente cuando parecía más razonable quedarme donde estaba. La tenacidad sembró mi infancia —vivid a en la zona central de Connecticut, en el noreste de Estados Unidos— de una extraña di- cotomía de logros y procesos incompletos: fui lanzador de un equipo de béisbol de la Little League que casi se alzó con el título de Nueva Inglaterra, y al año siguiente lo dejé para centrarme en el soccer, el fútbol a la europea, un deporte en el que yo destacaba mucho menos. Fui escolta durante más de diez años, pero lo dejé antes de ser águila porque la idea del proyecto me aburría demasiado. También dejé el equipo de golf de la secundaria porque me cansé de ese deporte, aun- que se me daba muy bien. Me pasé a la natación y, durante mi último año en aquel instituto, competí a nivel estatal. Disfrutaba de una de las peores cosas que puede tener un adoles- cente que carece de auténtica motivación: el talento, un don divino. No es que no quisiera ser bueno. Lo hacía, como se esperaba de mí. Iba a clase, estaba entre los mejores, pero nada me suponía un desafío por el que me implicara de verdad. Siempre tuve buenas notas y recibí 001-320 El ultimo francotirador.indd 29 13/12/2016 12:30:12 30 El último francotirador elogios sin sentir que me hubieran puesto a prueba de verdad. En el curso preuniversitario — un centro privado y católico, solo para chi- cos— nada me atrajo lo suficiente como para que invirtiera el ciento por ciento de mi esfuerzo en asegurarme un futuro. A los dieciocho, la universidad me parecía, sobre todo, una oca- sión estupenda para ir por mi cuenta. Pasé como pude dos semestres en la James Madison, de Virginia, en lo que fue un fracaso espectacu- lar, con una nota media de 0,7 o así. En el otoño de 2001 yo era un estudiante con cresta a lo mohicano, con toda clase de moratones y marcas de peleas, a poder ser a puñetazos, y con un escaso interés por todo lo que no fueran las chavalas, el beber o el rugby. Aunque no supe llegar a clase ni entregar los trabajos, el primer intento de ir a la universidad no fue un desastre total. Al poco de em- pezar el primer semestre me topé con la Rugby House de la calle Harrison, que pronto se convirtió en mi segundo hogar. El equipo de rugby me acogió bajo sus alas, colectivamente. Eran jóvenes con apo- dos como «Blumpkin» (RIP), «Strapper», «Spidey», «Beardo», «Ree- per», «Snorty», «Metal Head Nick», «Dirty Dustin», «AY» o «Weird Jason». Los «miércoles cabrones» vaciábamos un barril de cerveza mientras escuchábamos metal, jugábamos a beer pong y hacíamos pe- sas. Las chicas no se atrevían a entrar. Organizábamos fiestas temáti- cas. Nos pegábamos con los de las fraternidades universitarias. En la cancha machacábamos a buena parte de nuestros contrincantes. Abracé su estilo de vida... algunos podrían decir que demasiado. Mis padres no quedaron muy impresionados cuando, el fin de sema- na de puertas abiertas, me presenté con un ojo a la virulé, cosecha de un partido. Tampoco les gustó el peinado. Pero había encontrado mi sitio en el equipo y no me fue nada mal. Si aquellos meses de es- tudiante universitario me enseñaron algo, es que soy un animal de manada. El 11 de septiembre de 2001 me desperté en la Rugby House y me conecté al Instant Messenger de AOL. El boletín transmitía las mismas noticias espantosas que estaba recibiendo el resto del mundo. Por la razón que fuera, primero no comprendí la magnitud real de la situación. Me parecía surrealista. Me cepillé los dientes, me vestí, respondí a una llamada de mi madre como si no pasara nada. Pero 001-320 El ultimo francotirador.indd 30 13/12/2016 12:30:12 Renacuajo 31 cuando ella me fue contando los detalles de los dos aviones estrella- dos contra el World Trade Center de Nueva York, a tan solo dos horas de donde yo había crecido, capté por fin la gravedad del asunto. Fui a la casa de al lado y vi, en su televisor, las gigantescas colum- nas de humo negro, la gente que saltaba huyendo de las llamas abra- sadoras, el todo que se desmoronó y aterrizó de panza levantando una nube descomunal de polvo y escombros. Se adueñó de mí el mismo sentimiento de cólera que atenazó la conciencia de Estados Unidos.