Informes Técnicos Ciemat 779 Diciembre 1995

Estimación de las extemalidades de una central térmica de carbón en los ecosistemas forestales del área de

P. Laforga B. Planas

Instituto de Estudios de la Energía

Toda correspondencia en relación con este trabajo debe dirigirse a la Unidad de Gestión de Recursos de la Información, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, Ciudad Universitaria, 28040-MADRID, ESPAÑA.

Las solicitudes de ejemplares deben dirigirse a esta misma unidad.

Los descriptores se han seleccionado del Thesauro del DOE para describir las materias que contiene este informe con vistas a su recuperación. La catalogación se ha hecho utilizando el documento DOE/TIC-4602 (Rev. 1) Descriptive Cataloguing On-Line, y la clasificación de acuerdo con el documento DOE/TIC.4584-R7 Subject Categories and Scope publicados por el Office of Scientific and Technical Information del Departamento de Energía de los Estados Unidos.

Se autoriza la reproducción de les resúmenes analíticos que aparecen en esta publicación.

Depósito Legal: M-14226-1995 ÑIPO: 238-95-010-2 ISSN: 0214-087X

Editorial CIEMAT CLASIFICACIÓN DOE Y DESCRIPTORES

294000 ECONOMIC ANALYSIS, THERMAL POWER PLANTS, FOSSIL-FUEL POWERPLANTS, ENVIRONMENTAL IMPACTS, , FOREST, TERRESTRIAL ECOSYSTEM "Estimación de las externalidades de una central térmica de carbón en los ecosistemas forestales del área de Valdecaballeros"

Laforga, P.; Planas, B. 227 pp. 20 fígs. 100 refs.

Resumen

El informe está formado por dos partes:

La primera analiza los conceptos de niveles y cargas críticas y el marco metodológico para la Evaluación del Impacto Ambiental (ETA). De acuerdo con esto, la vulnerabilidad del sistema está representada por los niveles y cargas críticas por lo que un exceso de los valores críticos identifican zonas en las que los impactos podrían ocurrir.

Estos impactos son evaluados de acuerdo con una serie de criterios teniendo en cuenta el uso de la tierra actual y en el futuro, su interés sociocultural y el valor económico de sus fuentes naturales y calidad ecológica del sistema completo.

Además de la Evaluación del Impacto Ambiental debido a las emisiones atmosféricas los conceptos propuestos permiten valorar también los costes externos de estas emisiones.

En la segunda parte se utilizan los conceptos desarrollados en el caso concreto de una Central Térmica hipotética de carbón situada en Valdecaballeros (). Se ha estudiado el impacto medioambiental en los bosques en el área comprendida dentro de una radio de 70 km. desde la planta. La evaluación de los costes externos está basada en las pérdidas de producción de los bosques debido a las emisiones gaseosas.

""Externalities assessment of a coal power plant in the forest ecosystems in Valdecaballeros área".

Laforga, P.; Planas, B. 227 pp. 20 figs. 100 refs.

Abstract

The book is divided in two parts. The first one analyzes the critical load and level concepts, and the methodological framework for Environmental Impact Statement (E.L.S.). In Une with this, critical loads and levéis represent the system vulnerability and exceedances of critical valúes identify zones where impacts could occur. These are evaluated according to a set of criteria, talking into account present and future landuse, their sociocultural interest, economic valué of their natural resources and ecological quality of the whole system.

In addition to Environment Impact Statement of air pollutants, the proposed formalism allows assessing the external cost of gaseous emission.

The second part applies the developed ideas to a practical case: a hypothetical coal power plant on Valdecaballeros (Badajoz, Spain). Environmental impact on forestry ecosystems is studied on a 70 km radius área around the plant. The assessment of the external costs rely on yield losses associated with gaseous emission of the hypothetical plant.

INTRODUCCIÓN:

1.- CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS DEL CICLO DEL CARBÓN 3 1.1.- INTRODUCCIÓN 3 1.2.- CONTAMINANTES EMITIDOS PORUÑA CENTRAL TÉRMICA 6 1.3.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN A ECOSISTEMAS 7 1.3.1.- DEPOSICIÓN HÚMEDA 7 1.3.2.-DEPOSICIÓN SECA 7 1.3.3.-DEPOSICIÓN OCULTA 9 2.- EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES 11 2.1.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN A LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES 11 2.2.- EFECTOS 12 2.3.- DEPOSICIÓN ACIDA 13 2.4.- OTROS CONTAMINANTES 14 3.- EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS 17 3.1.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN AL ECOSISTEMA ACUÁTICO 17 3.2.- EFECTOS Y MECANISMOS 17 4.- EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL DE LOS CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS 21 4.1.- INTRODUCCIÓN 21 4.2.- LOS CONCEPTOS DE NIVEL Y CARGA CRÍTICA 22 4.3.- MÉTODOS DE CÁLCULO PROPUESTOS 24 4.4.- CARTOGRAFÍA DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS 29 4.5.- INCERTIDUMBRES 31

PARTE I: METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DEL IMPACTO AMBIENTAL DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

1.- METODOLOGÍA GENERAL 35 2.- INVENTARIO Y DESCRIPCIÓN DEL MEDIO 39 2.1.- ELECCIÓN DE LA UNIDAD DE TRABAJO 39 2.2.- ASPECTOS DEL MEDIO A CONSIDERAR 40 3.- EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL MEDIANTE LA APLICACIÓN DEL CONCEPTO DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS 45 3.1.- INTRODUCCIÓN 45 3.2.- MODELO DE DISPERSIÓN 48 3.3.- APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS 49 3.4.- IMPACTO: EVALUACIÓN DE EXCEDENTES 52 3.4.1.-CÁLCULO DE EXCEDENTES 52 3.4.2.-EVALUACIÓN 53 3.5.- VALORACIÓN ECONÓMICA DEL IMPACTO EN ECOSISTEMAS NATURALES 53 3.6.- MEDIDAS CORRECTORAS 55 3.7.- PLAN DE VIGILANCIA Y CONTROL 58 3.7.1.- CARACTERÍSTICAS DE LOS PLANES ACTUALMENTE EN USO 58 3.7.2.- PLAN DE VIGILANCIA PARA LOS EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS NATURALES 59 PARTE H: CASO PRACTICO: EL A^JEA DE VALDECABALLEROS,

INVENTARIO

1.- INTRODUCCIÓN 65 1.1.- LOS ECOSISTEMAS NATURALES 65 1.2.- LORALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL ÁREA DE ESTUDIO 65 1.3.- MÉTODO DE TRABAJO 66 2.- CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Y ECOLÓGICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO DE VALDECABALLEROS 69 2.1.- CLIMA 69 2.2.- RELIEVE Y GEOLOGÍA 71 2.3.- BIOGEOGRAFÍA 72 2.4.- VEGETACIÓN, FAUNA Y APROVECHAMIENTOS NATURALES 73 2.5.- GEOGRAFÍA HUMANA Y ECONÓMICA 77 3.- ECOSISTEMAS NATURALES 79 3.1.- EDAFOLOGÍA 79 3.2.- HIDROLOGÍA 82 ' 3.2.1.- HIDROLOGÍA SUPERFICIAL 82 3.2.2.- HIDROLOGÍA SUBTERRÁNEA 84 3.3.- VEGETACIÓN POTENCIAL 85 3.3.1.- SERIES CLIMATÓFILAS 85 3.3.2.- SERIES EDAFÓFILAS 88 3.4.- BIOGEOGRAFÍA Y VEGETACIÓN AUTÓCTONA 91 3.4.1.- SUBSECTOR ORETANO 91 3.4.1.l.-EL DISTRITO DE LOS MONTES 91 3.4.1.2.-EL DISTRITO JAREÑO 92 3.4.1.3.-EL DISTRITO VILLUERQUINO 92 3.4.2.- SUBSECTOR CACEREÑO 93 3.4.3.-SUBSECTOR MARIANENSE 94 3.4.3.1.-DISTRITO SERENA - PEDROCHES 94 3.5.- VEGETACIÓN ACTUAL 95 3.5.1.-PASTIZAL 96 3.5.2.- PASTIZAL CON ARBOLADO 98 3.5.3.-PASTIZAL MATORRAL 99 3.5.4.- PASTIZAL MATORRAL CON ARBOLADO 100 3.5.5.-MATORRAL 100 3.5.6.- MATORRAL CON ARBOLADO 101 3.5.7.-ARBOLADO 101 3.5.8.-VEGETACIÓN ACUÁTICA 102 3.6.- FAUNA 102 3.6.1.-PECES 104 3.6.2.-ANFIBIOS 104 3.6.3.-REPTILES 105 3.6.4.-AVES 106 3.6.5.- MAMÍFEROS 112 4.- RECURSOS ECONÓMICOS GENERADOS POR LOS APROVECHAMIENTOS DE LOS ECOSISTEMAS NATURALES 115 4.1.- GANADERÍA 115 4.2.- RECURSOS FORESTALES 115 4.3.- RECURSOS CINEGÉTICOS 126 4.4.- PESCA EN AGUAS CONTINENTALES 127 4.5.- TURISMO : 128 RESULTADOS

1.- INTRODUCCIÓN 131 2.- MODELO DE DISPERSIÓN 133 3.- APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CARGAS CRÍTICAS 137 3.1.- DATOS REQUERIDOS 137 3.1.1.-MODELO PROFILE 137 3.1.1.1.- DATOS SOBRE DEPOSICIÓN ATMOSFÉRICA 137 3.1.1.2.- DATOS HIDROCLIMÁTICOS 139 3.1.1.3.- DATOS DEL SUELO 142 3.1.1.4.- DATOS DE VEGETACIÓN 145 3.1.1.5.- DATOS SOBRE EL GRADO DE NITRIFICACIÓN 146 3.1.1.6.- CARGA CRÍTICA PARA CADA TIPO DE SUELO SEGÚN EL TIPO DE VEGETACIÓN (FRONDOSAS Y CONÍFERAS) 146 3.1.2.- MODELO SMB 147 3.1.2.1.- CATIONES BÁSICOS DEPOSITADOS 147 3.1.2.2.- ESCORRENTÍA DE PERCOLACIÓN ANUAL 148 3.1.2.3.- TASA DE METEORIZACIÓN 149 3.1.2.4.- ABSORCIÓN NETA DE CATIONES BÁSICOS 149 3.1.2.5.- COEFICIENTE DE LA GIBBSITA 149 3.1.3.- ACIDEZ POTENCIAL EN EL ÁREA DE VALDECABALLEROS 150 3.2.- RESULTADOS: CARGAS CRÍTICAS Y EXCEDENTES 153 3.2.1.-MODELO CUALITATIVO 153 3.2.2.- MODELO PROFILE 158 3.2.3.- MODELO SMB 166 3.2.4.-CONCLUSIONES 175 4.- EVALUACIÓN DEL IMPACTO 179 5.- VALORACIÓN ECONÓMICA 183

CONCLUSIONES 187

APÉNDICE 191 BIBLIOGRAFÍA 203 GLOSARIO 215

£1 presente libro constituye una parte importante del proyecto "Efectos sobre los ecosistemas naturales de la contaminación atmosférica producida por la generación de electricidad con carbón" (premio "Ángel Ramos" al mejor proyecto Fin de Master) «pie los autores presentaron para optar al grado de Master en Evaluación y €Zorreoáón de Impactos Ambientales (Vpromoción). El Master está organizado por la Fundación Universidad y Empresa y está calificado como Título Propio de las Universidades Complutense y Politécnica de Madrid.

El proyecto fue realisado a iniciativa del Instituto de Estudios de la Emergía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medio Ambientales y Teconológicas de Madrid (CBEMAT)o La dirección como a cargo de la Dra. Rosa M9 Sáez Ángulo del mencionado

Los autores agradecen los consejos que, desinteresadamente, aportaran D. Benigno Sánchez Cabrero (CUMAT), D. Femando Martín llórente (CIEMAX), D. Raimundo Jiménez Ballesta (Universidad Autónoma de Madrid), asi como, a la Cátedra de Proyectos y Planificación Rural de la E.T.S.I. de Montes de la

Madrid,Juliodel995

1.- CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS DEL CICLO DEL CARBÓN.

1.1. INTRODUCCIÓN

La utilización de combustibles fósiles como el carbón provoca la liberación a la atmósfera de compuestos de azufre y nitrógeno en fase gaseosa, metales traza adheridos a las cenizas volátiles y otras especies químicas de posibles efectos adversos en el medio natural. El desarrollo de altas chimeneas ha permitido una dispersión más efectiva de los contaminantes, lográndose una disminución de los daños agudos a costa de un aumento del área afectada. En la atmósfera, los contaminantes emitidos se dispersan, transforman y transportan a grandes distancias de la fuente. La extensión del área de acción y la intensidad de la carga contaminante en cada punto, dependen de las condiciones climáticas y las características físicas de la zona. Sus efectos puede sentirse a cientos de kilómetros del punto de emisión y durante centenares de años. La posibilidad de transporte a grandes distancias dificulta el análisis de los efectos de la emisión de contaminantes atmosféricos. El aumento de contaminación en un punto dado es muy pequeño y su efecto a corto plazo despreciable. Sin embargo, en vastas áreas de terreno consideradas como un todo, el daño a largo plazo puede ser significativo. Dejando a un lado los sucesos episódicos y agudos, de singular importancia, los impactos más importantes y graves están asociados a la acción crónica de la polución.

La existencia de distintas especies de oxidantes en la atmósfera facilita la transformación, tanto en fase gaseosa como líquida, de los contaminantes en otros nuevos compuestos, algunos inertes como el €X)2 Y reactivos como los ácidos sulfúrico y nítrico. La presencia de substancias acidas en la atmósfera provoca el desarrollo de fenómenos atmosféricos contaminantes sobre extensas áreas como son la lluvia acida, deposición, etc. que juegan el papel de fuente de contaminantes primarios y secundarios, metales pesados y otras especies nocivas en cultivos, materiales, ecosistemas y población.

Para muchos contaminantes, la deposición es la principal ruta de salida del compartimento atmosférico. Otros contaminantes relevantes, son extraídos del aire tras una conversión química en la fase gaseosa o en la fase de aerosol. Los mecanismos por los que los contaminantes pueden llegar a las cubiertas vegetales y a las láminas de agua superficial son la deposición seca y la deposición húmeda. Puede considerarse otro mecanismo llamado deposición oculta, que algunos autores incluyen en la húmeda.

1.2.» CONTAMINANTES EMITIDOS POR UNA CENTRAL

Por las características de la actividad y de los sistemas empleados, se prevé la emisión de los siguientes contaminantes a través de la chimenea de las centrales térmicas de carbón:

Dióxido de azufre, SOT

Óxidos de nitrógeno, NOX

Partículas PM10.

Anhídrido carbónico, CO2. Monóxido de carbono, CO.

Metano, CH4. Acido clorhídrico, HCl. Vapores de elementos traza.

No se prevé la emisión de ozono, 03. Sin embargo, este contaminante debe tenerse en cuenta puesto que es producido en la atmósfera de forma secundaria a partir de los contaminantes emitidos. También se prevé la emisión de sustancias del tipo hidrocarburos (a parte del CH4). Este tipo de contaminantes se asocian normalmente a la combustión incompleta de cualquier material fósil, por lo que no deben olvidarse. Se considera solamente la fracción de partículas de hasta 10 mieras de diámetro, PMI0, ya que corresponde al rango de partículas típicamente producidas en procesos de combustión industrial. En cuanto a las partículas, los metales que éstas podrían contener, dada la naturaleza del proceso y de la materia prima, son los siguientes: As, Cd, Cu, Ga, Pb, Se, Zn, Mo. Asimismo, las partículas llevan asociados algunos de los contaminantes gaseosos, como el SO2 y los NO^ que pueden permanecer adsorbidos a la superficie de las partículas o disueltos en la humedad que éstas adquieren una vez emitidas. Los elementos traza en forma de vapor serían principalmente Hg, Cl, Br, F.

1.3.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN A ECOSISTEMAS.

1.3.1.- DEPOSICIÓN HÚMEDA.

La Deposición Húmeda, es el proceso por el cual los contaminantes son eliminados de la atmósfera por la precipitación (DÜYZER, 1987). Se distinguen dos tipos: - "Bainout" ( "In - Omid Scavenging"). Por este mecanismo, los contaminantes son incorporados a la nube. - "Wash out" ("Belozv - Cloud Scavenging"). En este proceso, los contaminantes son incorporados por las gotas de lluvia durante su viaje desde la nube hasta la superficie terrestre.

1.3.2.- DEPOSICIÓN SECA.

La Deposición Seca, es el proceso por el cual los contaminantes son transferidos desde el aire sin la mediación de la precipitación (DUYZER, 1987). Los mecanismos son diferentes para los dos tipos de contaminantes: gases y partículas. - Gases. El flujo de deposición seca (F) de un compuesto gaseoso es proporcional a la concentración del compuesto en el aire (C). El factor de proporcionalidad es la llamada velocidad de deposición:

2 F = -Vd*C F -» gr/m s

V J -> m / s La deposición seca, en ecosistemas terrestres, es mediada por la captura de moléculas de materia gaseosa suspendidas por parte de las superficies vegetales o del suelo, en ecosistemas acuáticos, ocurre por difusión y disolución en la lámina de agua.

Para explicar los mecanismos y las rutas de deposición seca de gases, se utilizan modelos de resistencias, como el que se ilustra en la siguiente figura:

Ra

R suelo Ragua

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Modelo de resistencias para ilustrar las rutas de entrada directa de los contaminantes gaseosos a los ecosistemas terrestres y acuáticos por procesos de deposición seca. l.-Ruta a través de los estomas, 2.- Ruta a través de la cutícula en hojas y ramas, 3.- Ruta a través del suelo, 4.- Ruta a través de la lámina de agua en ecosistemas acuáticos. Ra, resistencia aerodinámica. Rb, resiste ncia de la capa laminar. Re, resistencia de la cubierta vegetal. R est, resistencia estomática. R mes, resistencia de las células mesófilas. R cut, resistencia de la cutícula. R cel, resistencia de la membrana celular. R suelo, resistencia del suelo. R agua, resistencia de la lámina de agua del ecosistema acuático. Elaboración propia, modificado de DUYZER, 1987.

Cada una de las rutas de entrada a los ecosistemas tiene una serie de etapas, que se diferencian por los mecanismos y barreras que intervienen en ellas. Las resistencias están reguladas por multitud de factores, según el caso, interviniendo desde mecanismos físicos hasta mecanismos fisiológicos, sin olvidar el efecto de algunos factores meteorológicos.

- Partículas. Las partículas son transportadas desde el aire a las superficies por difusión turbulenta (como los gases) o por sedimentación. La sedimentación es relevante solamente para partículas grandes y pesadas, o en los casos en los que la turbulencia es muy baja. En el interior de la cubierta vegetal, la sedimentación será importante (por la baja velocidad del viento) y las partículas sedimentarán sobre las hojas.

8 Para las partículas, la presencia de pelos en las hojas es importante, porque los pelos espesan la capa de contacto y frenan las partículas antes del impacto. La viscosidad o pegajosidad de las hojas, causada por ceras o por agua en la superficie, es relevante para el caso de partículas grandes. La intercepción y retención de partículas atmosféricas por las plantas es muy variable, y depende principalmente de (SMITH, 1981): - Tamaño, forma, humedad y textura superficial de las partículas. - Tamaño, forma, humedad y textura superficial de las partes de la planta que interceptan las partículas. - Condiciones micro y ultramicroclimáticas alrededor de la planta.

1.3.3.- DEPOSICIÓN OCULTA.

Debe reconocerse un tercer mecanismo: la Deposición Oculta (DUYZER.,1987). Este proceso incluye la transferencia de contaminantes atmosféricos por medio de la intercepción de la niebla (gotas de humedad). Aunque en la mayor parte de los casos, este último proceso no debe ser importante como proceso de eliminación de contaminantes atmosféricos, puede jugar un papel significativo en el efecto de los contaminantes (episodios intensos de niebla acida).

2.- EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES.

2.1.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN A LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES.

En los ecosistemas terrestres, se admite que la deposición total sobre un área, depende fuertemente de la vegetación existente. Las conclusiones de los estudios realizados pueden resumirse del siguiente modo (MAYER, 1987):

- La velocidad de deposición sobre superficies vegetales es mayor que la registrada en campo abierto. - Esta deposición adicional, se debe principalmente al aumento de deposición seca sobre la vegetación, y depende de: La rugosidad de las superficies. La cantidad y calidad de las sustancias químicas en el aire. El estado físico y fisiológico de la cubierta vegetal. Los parámetros meteorológicos. - La deposición sobre la vegetación forestal arbórea es mayor que sobre otras formaciones vegetales. La deposición es mayor en zonas de bosque arbolado, menor en áreas de matorral y menor todavía en zonas de pastos. - En cuanto a los tipos de árboles, se admite que la deposición total es mayor sobre cubiertas forestales de coniferas que en las de especies frondosas. - La deposición seca de gases sobre la vegetación aumenta cuando la concentración del gas es elevada, cuando la concentración de niebla es elevada, o cuando la cubierta está húmeda.

En cuanto a la incorporación o vía de acción de los contaminantes en ecosistemas terrestres, puede resumirse que esta incorporación ocurre por dos vías principales: o bien directamente sobre la cubierta vegetal, o bien a través del compartimento edáfico.

11 2.2.- EFECTOS.

De todos los efectos de los contaminantes atmosféricos del ciclo del carbón, el que probablemente resulta más importante por su intensidad, teniendo en cuenta las inmisiones previsibles, es la acidificación del sistema suelo-vegetación. Este efecto puede llevar a una pérdida de nutrientes del sistema, y a un empobrecimiento del mismo, con pérdida de productividad y de biomasa vegetal. El efecto global de la contaminación atmosférica sobre los ecosistemas terrestres ocurre principalmente mediante la interferencia de procesos biológicos de nutrición, crecimiento y reproducción de especies vegetales, principalmente a través del suelo, así como mediante la interferencia con otros procesos biológicos que ocurren en el suelo y que se relacionan con las vías detríticas y con la recirculación de materia en el ecosistema terrestre. Esto conduce a un empobrecimiento del componente vegetal por pérdida de productividad y biomasa. Además, existen interacciones entre los contaminantes y otros procesos naturales de stress sobre la vegetación, como son las plagas, patógenos, heladas, sequías, etc. que pueden contribuir a agravar el proceso de deterioro. Los efectos se transmiten a los niveles tróficos superiores, ocupados por diferentes grupos de animales, que dependen de los procesos de transferencia de materia y energía desde el compartimento vegetal. Además de esta dependencia trófica, se perturban otras relaciones entre vegetales y animales, por alteración de la estructura del habitat vegetal.

La intensidad con la que la deposición acida influye en los procesos fisiológicos del suelo o en el crecimiento de los árboles de un bosque, está determinada por un complejo grupo de factores interactuantes, incluyendo la sensibilidad inherente a la especie del árbol, el estado de crecimiento de la vegetación, la composición química de la precipitación (como contribución relativa de sulfato, nitrato y amonio ), la duración y concentración de la exposición y la duración dei periodo entre exposiciones.

12 2.3.- DEPOSICIÓN ACIDA.

Se denomina deposición acida a la liberación de sustancias acidas de la atmósfera, a través de procesos combinados de deposición seca y húmeda (FERNÁNDEZ VEGA et al, 1994). La expresión deposición acida no se refiere, por tanto a un mecanismo de deposición propiamente dicho, sino que se utiliza para identificar un determinado tipo de contaminación. Se produce principalmente por deposición húmeda en forma de lluvias y nieblas acidas. También puede darse de forma indirecta, a través de una previa deposición seca de la sustancia acidificante sobre la planta, y una posterior disolución en agua y acidificación en la superficie de la planta por la lluvia, el rocío o la niebla. La importancia relativa de cada uno de estos dos mecanismos depende de la meteorología local.

Los contaminantes atmosféricos que contribuyen mayoritariamente a la deposición acida son el dióxido de azufre, SO2, y el dióxido de nitrógeno NOT Estos contaminantes, cuando entran en contacto con agua, experimentan reacciones químicas que producen sustancias acidas, principalmente ácidos sulfúrico y nítrico.

La principal vía de acción del SO2 y los NOX atmosféricos sobre los ecosistemas terrestres, ocurre precisamente por medio de la deposición acida, mediante su transformación en ácidos en disolución acuosa. La acción de estos contaminantes directamente como SO2 y N0x es menos importante desde el punto de vista cuantitativo en condiciones ambientales naturales. La disociación de estos ácidos en el agua, da lugar a la aparición de los respectivos amones y del catión H+ (hidrogenión).

Los efectos de estas sustancias en disolución acuosa sobre el sistema suelo - vegetación son múltiples. Se pueden distinguir dos niveles de interacción que ocurren simultáneamente: en la cubierta vegetal y en el suelo. Ambos mecanismos actúan conjuntamente, produciendo un desequilibrio de nutrientes en el sistema suelo - vegetación, que lleva a la pérdida progresiva de nutrientes por lavado de los mismos. Los nutrientes existentes en forma utilizable por la vegetación (iones cambiables), proceden de forma natural de dos fuentes principales: el desgaste de la roca madre y los procesos de humificación.

13 El desgaste ácido de la roca madre es un proceso natural por el que los suelos se van formando. Las amplias diferencias existentes en la composición de los distintos materiales geológicos, da lugar a diferencias en las reacciones implicadas en este proceso y en el pH resultante en el suelo. Por ello, los efectos del proceso de acidificación difieren según la naturaleza de los suelos. Como regla general, los suelos más básicos, con mayor capacidad de neutralización acida, resultan menos sensibles a la acidificación.

En los suelos moderadamente ácidos, los problemas se deben a la pérdida por lavado de iones Ca2* y Mg2* , y en los suelos más ácidos se añade el problema de la liberación de aluminio y su correspondiente toxicidad. En los suelos básicos, el problema principal es la pérdida del ion K+ .

El dióxido de azufre puede formar deposición acida en contacto con agua, o bien ser incorporado por deposición seca, en forma gaseosa. La principal vía de entrada del SO, gas a los vegetales, ocurre a través de los estomas, mediante difusión gaseosa. Allí tiene lugar la oxidación a sulfito, altamente tóxico, y después a sulfato.

Plantas expuestas a bajo nivel de SO7, pueden desarrollar efectos crómeos, apareciendo síntomas asociados a la acumulación de grandes cantidades de sulfato en las células.

El dióxido de nitrógeno puede afectar directamente a la vegetación en regiones de elevado aporte local. Pero el impacto indirecto sobre la vegetación, por parte de estos compuestos de nitrógeno, es mucho más importante, por el papel clave de los óxidos de nitrógeno en la formación de compuestos fitotoxicos de carácter general, como el ozono y los peroxiacetilnitratos (SMITH, 1981). El continuo aporte de nitrógeno a bajas dosis puede conducir a una modificación de la cubierta vegetal del subvuelo en ecosistemas forestales de pinar (HEINSDORF, 1993), debido a su papel de nutriente esencial en ecosistemas terrestres. Esto ocurre principalmente en zonas oligotróficas.

14 Partículas. La evidencia de que los suelos forestales son el depósito temporal o definitivo de los elementos traza asociados a estas partículas es substancial. Los suelos tienen una afinidad muy alta por los metales pesados, particularmente los componentes arcillosos y coloidales del suelo. Se ha estimado que el 18 % de la deposición de sulfates ocurre por deposición seca de partículas. Se ha comprobado que, en períodos secos, la deposición seca de partículas es el principal mecanismo de llegada de metales pesados a vegetales y suelos (PETY, LINDBERG, 1990).

Ozono. El ozono es un gas relativamente insoluble en agua, difunde fácilmente en fase gaseosa, y sobretodo es muy reactivo. Estas dos propiedades le confieren una relativa facilidad para ser incorporado por las superficies vegetales, tanto a través de los estomas como a través de la cutícula, en cuanto ésta se encuentra humedecida (SMITH, 1981). En experimentos con distintas especies forestales, se han comprobado clorosis y progresiva necrosis de acículas, así como importantes cambios ultraestructurales.

Hidrocarburos. Destacan los hidrocarburos policíclicos aromáticos (PAH) y, mayormente, sus derivados de oxidación (por medio del ozono o durante su metabolismo), por ser importantes compuestos fitotóxicos (sustancias alteradoras del crecimiento), en relación a su estructura química similar a la de hormonas y toxinas (estructuras aromáticas) (GARREC, BERTEIGNE, 1986).

CO2.

No existen todavía evidencias de que el incremento de CO2 atmosférico estimule el crecimiento vegetal, ni de que la vegetación sea un sumidero de importantes cantidades de carbono en este sentido (SMITH, 1981). Sin embargo, la creencia de que el CO2 en la atmósfera no es un factor limitante para el crecimiento vegetal ha resultado completamente falsa. Actualmente se sabe que

el CO2 es limitante en el rendimiento de la fotosíntesis y por tanto en el

crecimiento de las plantas. A medida que el CO2 atmosférico aumente, puede anticiparse que los vegetales responderán con un aumento de la fotosíntesis neta, y los consiguientes cambios en crecimiento y desarrollo (GATES et al, EPP).

15 co. Puesto que la concentración atmosférica global de CO no está aumentando, a pesar de la combustión de productos fósiles, hay que asumir que un sumidero global y efectivo de CO está actuando. Los suelos de ecosistemas forestales podrían tener un importante papel en este sentido (SMITH, 1981).

16 3.- EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS.

3.1.- DEPOSICIÓN E INCORPORACIÓN AL ECOSISTEMA ACUÁTICO.

La contaminación atmosférica puede actuar de forma directa sobre el medio acuático, mediante deposición sobre las láminas de agua, o bien puede actuar de forma indirecta, entrando en el sistema acuático a través de la cuenca de recarga del sistema, es decir, mediante las aguas de escorrentía y las aguas subterráneas provenientes de suelos vecinos. En ecosistemas acuáticos, la deposición, tanto seca como húmeda u oculta, ocurre sobre la superficie de la lámina de agua, por mecanismos más sencillos que en los ecosistemas terrestres, ya que se trata de una superficie mucho más uniforme que la de las cubiertas vegetales. El contaminante llega a la superficie del agua, bien por deposición seca o por deposición húmeda u oculta, y una vez en contacto con la superficie, pasa a formar parte de la disolución acuosa o, en el caso de partículas, de la suspensión acuosa.

.2.- EFECTOS Y

Entre los diferentes contaminantes que previsiblemente se emitirán a la atmósfera por la instalación de una central térmica de carbón, las sustancias acidificantes, principalmente SO9 y NOX, son consideradas las de mayor incidencia sobre los ecosistemas acuáticos. El proceso de acidificación de los sistemas acuáticos, tiene lugar cuando la capacidad neutralizadora del sistema acuático, y otros factores de resistencia a la acidificación, son insuficientes para contrarrestar el efecto de la deposición acida. La acidificación produce efectos directos sobre los organismos por la acción del ion H+, efectos indirectos de stress químico sobre los organismos debido a cambios inducidos por el ion H+ en la calidad química del agua (Aluminio, metales, nutrientes) y efectos de stress trófico sobre las comunidades biológicas.

17 Estos efectos, a largo plazo, llevan a la transformación del ecosistema acuático en su conjunto, con el resultado de un empobrecimiento del mismo, por desaparición de especies y comunidades, y por reducción de productividad y biomasa. El estudio de sistemas acuáticos naturales, ha dado como resultado la evidencia de que la deposición acida es responsable de una progresiva pérdida de riqueza de especies de peces (STANSLEY, COOOPER, 1990. NIEDERLEHNER, CAIRNS, 1990), zooplancton (GERHARDT, 1993. MARMOREK, KORMAN, 1993. NIEDERLEHNER, CAIRNS, 1990.) y otros invertebrados ( OKLAND, 1992), fitoplancton ( FAIRCHILD, SHERMAN, 1990. NIEDERLEHNER, CAIRNS, 1990) y algas bentónicas (NIEDERLEHNER, CAIRNS, 1990). El proceso de acidificación también afecta a grupos faunísticos que, no habitando exclusivamente en el medio acuático continental, dependen sin embargo fuertemente de este medio, tanto para alimentarse, como para reproducirse y completar su ciclo vital. Tal es el caso de los anfibios y de las aves acuáticas, así como de algunos mamíferos, y de multitud de especies de invertebrados (FREDA et al, 1991. WEBSTER et al, 1992. TYLER, ORMEROD, 1992. BLANCHER, 1992). La disolución de ácidos sulfúrico y nítrico, provenientes de la deposición húmeda y seca, producen un aumento de la entrada de hidrogeniones (H*) en el medio acuático. La entrada de esta acidez en el medio acuático puede ser consecuencia de la deposición directa desde la atmósfera, o bien de la recarga del sistema por aguas superficiales acidificadas a causa de la deposición sobre ecosistemas terrestres. Esta segunda vía, puede ser más importante, desde el punto de vista de la cantidad de acidez aportada al sistema acuático (MATSCHULLAT, WIROBEK, 1993).

18 Deposición acida

Acidificación suelos cuenca hidrográfica

Acidificación aguas da escorrentía Acidificación de aguas superficial y subsuperfidal subterráneas

Acidificación sistema acuático

Efectos sobre el ecosistema acuático

Esquema de las vías de entrada del proceso de acidificación en los sistemas acuáticos continentales (elaboración propa).

Muchos procesos influencian la respuesta de las aguas superficiales a la deposición acida. Estos procesos incluyen la propia deposición, los procesos hidrológicos y los procesos biogeoquímicos (MUNSON, GHERINI, 1990). En una primera aproximación, es evidente que la severidad del cambio en el pH del medio acuático será función de la capacidad de este medio para contraiTestar el aumento de entrada de iones H+. Esta capacidad está relacionada con varios factores. Para las aguas superficiales, los factores que influyen son los siguientes:

- Capacidad neuíralizadora del sistema. - Morf ometría del sistema acuático. - Hidrodinámica del sistema. - Tamaño del área de recarga del sistema. - Tipo de recarga del sistema.

En aguas subterráneas, la sensibilidad frente a la acidificación causada por deposición acida atmosférica en el área de recarga del acuífero, o bien por recarga con aguas superficiales acidas, dependerá de los siguientes factores:

19 - Capacidad neutralizadora del sistema acuíf ero. - Permeabilidad del acuíf ero. - Profundidad. - Volumen de recarga.

La acidez puede actuar directamente sobre las comunidades biológicas, por acción directa de la concentración de iones H* sobre los seres vivos. Ello se ha comprobado en multitud de experimentos de laboratorio. Sin embargo, en condiciones naturales, son también importantes los efectos indirectos de la disminución del pH, para explicar los cambios en las comunidades biológicas. En resumen, la disminución de pH tiene los siguientes efectos:

- Toxicidad directa del ion H*. - Acción sobre la abundancia de Al- disuelto en el agua. - Acción sobre la abundancia de elementos metálicos tóxicos disueltos en el agua. - Efecto sobre la cantidad de C inorgánico disuelto. - Efecto sobre la cantidad de JV inorgánico disuelto. - Liberación de Pdel sedimento.

Es decir, existe, por una parte, un efecto directo del ion H* sobre los organismos, y por otra parte una serie de efectos inducidos sobre las características químicas del agua, por el aumento de la concentración de este ion.

20 4. EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL DE LOS CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS.

4.1. INTRODUCCIÓN.

El primer y principal problema a la hora de evaluar el impacto de la contaminación estriba en detectar y evaluar cualquier cambio distinto de la variación natural o debido a otro tipo de presión. Factores como la disponibilidad de agua y la temperatura varían a lo largo del año por lo que su contribución es difícil de estimar. Plagas, sequías, prácticas inadecuadas, etc. pueden potenciar u ocultar los efectos de los contaminantes. Del mismo modo, la difusión, transporte y transformación de los contaminantes atmosféricos, las interacciones positivas o negativas de las emisiones de distintas industrias o actividades, etc. dificulta la determinación empírica del oiigen de las inmisiones. Es importante tener en cuenta que ciertas fuentes de contaminantes como una simple estación de energía actúa sobre ecosistemas de una extensa área y que los efectos de la nitrificación y la acidificación persisten durante muchos años.

Varios métodos, modelos y niveles de aproximación se han propuesto para analizar los efectos de la contaminación. En cualquier caso, los síntomas de pérdida de salud de la vegetación son complejos y variados, dependen de factores ambientales (temperatura, hidrología, etc.), status del receptor (especie, estrato, edad, etc.), tipo de exposición (intensidad, período, composición química, etc.) por lo que resultan difícil de valorar. A pesar de las limitaciones, la mayoría de estudios intuye cambios en la misma dirección: reducción en la biodiversidad.

Los efectos teóricos de una central de potencia o cualquier otra fuente de contaminantes sobre ecosistemas, varían según el grado de deposición generado. Teóricamente se prevé la existencia de un umbral en la capacidad de carga del receptor que divide en dos rangos muy diferentes el ritmo de degradación del ecosistema. Superado el umbral la degradación aumenta rápidamente. En caso contrario, la variación es poco significativa al ser capaz el receptor de neutralizar la nueva carga contaminante.

21 Las consecuencias de un incremento en las inmisiones depende de la distancia previa del ecosistema al umbral teórico. Tanto en el caso de haber sido ya superado como aquel en el que el ecosistema, sin haberlo superado, se encuentra lejos del umbral, la variación en el ritmo de degradación será poco significativa. Sin embargo, si el ecosistema se encuentra cerca del mismo hasta pequeñas inmisiones pueden provocar un efecto importante (UNECE, 1993).

4.2. LOS CONCEPTOS DE NIVEL Y CARGA CRÍTICA.

La aceptación por parte de la UN ECE de los métodos basados en la aplicación del concepto de cargas y niveles críticos ha motivado el interés y desarrollo de este tipo de prácticas de valoración. La noción de carga crítica fue introducida por el gobierno canadiense en los años 70. El concepto fue ampliado y desarrollado dentro de los programas de trabajo del Convenio sobre la Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia de la UN ECE para el desarrollo e implementación de estrategias de control de contaminantes atmosféricos transfronterizos. Algunos de los países participantes han adoptado ya este concepto para sus políticas ambientales, otros están investigando la posibilidad de ajustarlo a su situación especifica, mientras otros piensan complementarlo con otros conceptos como "la mejor tecnología disponible" (BAT) (UNECE, 1990). Los países escandinavos impulsaron desde un principio esta idea aplicando la aproximación de cargas críticas en la deposición de azufre y nitrógeno y la análoga de niveles críticos para estimar los efectos directos de los contaminantes gaseosos de azufre, nitrógeno y ozono.

Se han propuesto múltiples definiciones, diferentes según el grado de complejidad, de cargas y niveles críticos. La UN ECE propuso para nivel crítico (UNECE, 1990):

"La concentración de contaminantes en la atmósfera por encima de la cual pueden ocurrir efectos adversos sobre los receptores, tales como plantas, ecosistemas o materiales, de acuerdo con el conocimiento presente."

22 Los principales niveles críticos estudiados se refieren al dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno o conjunto de óxidos de nitrógeno, el ozono y el amonio. El amoniaco como tal no se analiza dado que no existen largos desplazamientos transfronterizos con efectos directos serios.

La aproximación de cargas críticas analiza el nivel de deposición de contaminantes que un receptor es capaz de neutralizar sin sufrir efectos adversos significativos. La UN ECE propone la siguiente definición de carga crítica (UNECE, 1990):

"Cantidad estimada de exposición (deposición) a uno o más contaminantes atmosféricos por debajo de la cual no aparecen efectos adversos significativos sobre elementos sensibles específicos del medio ambiente, según el conocimiento presente."

Los países nórdicos prestan especial atención a los fenómenos de acidificación. Las fuentes primordiales de deposición acida las constituyen los compuestos de azufre y nitrógeno emitidos a la atmósfera. Este efecto, sin duda el más estudiado, requirió una definición propia de carga crítica (muchas veces confundida con la noción general). La UN ECE propone la siguiente definición de carga crítica de acidificación (UNECE, 1990):

"La mayor deposición de compuestos ácidos que no causaran a largo plazo cambios químicos que lleven a efectos adversos sobre la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas según el conocimiento presente."

La excesiva acumulación de nitrógeno provoca también desequilibrios nutricionales en los receptores. De igual modo, la UN ECE enuncia la siguiente definición para la carga crítica de nitrógeno de efectos nutricionales o carga crítica de nitrógeno como nutriente (UNECE, 1990):

"La deposición de nitrógeno como NH,. y/o NOX por debajo de la cual no se producirán cambios detectables en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas." .

23 4.3. MÉTODOS DE CALCULO PROPUESTOS.

Debido a los suministros artificiales de acidez y nitrógeno, los ecosistemas sufren nuevos procesos de evolución en los que intervienen también otros elementos. Los tiempos característicos de estos procesos oscilan en un amplio rango de valores: desde pocos minutos en los procesos de acidificación superficial de sistemas acuáticos hasta décadas e incluso siglos. La selección del método de cálculo de las cargas críticas se basa en el receptor objeto, el indicador biológico y niveles químicos críticos escogidos y la disponibilidad de datos.

Receptores Indicadores químicos Terrestres Acuíferos Aguas superficiales Promedio Episodios

pH en solución X X X X ApH X CNA X X X X ACNA X pH suelo X Al en solución X X X X Al monomérico X X X X Razón molar Al/Ca X X Saturación de bases X NO(j" en solución X Entrada total de N X Razón de nutrientes (C/N, X N/Mg) Concentración nutrientes X (N, Ca) Ejemplos de parámetros químicos críticos para varios receptores (UNECE, 1990).

La complejidad geoquímica y geográfica de las áreas aconseja la división del proceso de cálculo de cargas críticas en dos etapas complementarias. La primera, llamada nivel I, compagina las observaciones empíricas y los cálculos de balance de masas en el estado estacionario. El nivel I, a su vez, se puede subdividir en tres métodos: el método de estado químico estacionario del agua,

24 el método biogeoquímico de balance de masas y el método del balance de nitrógeno. El método químico del agua puede aplicarse si existen datos sobre la superficie del agua. El método biogeoquímico de balance de masas conlleva el cálculo del balance de masas en el estado estacionario y es aplicable a la solución del suelo, aguas subterráneas y aguas superficiales. Por último, el balance de nitrógeno estima los efectos de la adición de este nutriente en la vegetación natural, bosques gestionados y aguas superficiales. El nivel II se basa en modelos dinámicos, más adecuados para analizar sistemas y procesos variables en el tiempo (por ejemplo, episodios de acidificación asociados con procesos hidrológicos, acumulación de nitrógeno y cationes básicos por la vegetación forestal). Desgraciadamente, el nivel II requiere mayor precisión en los datos y técnicas de computo más sofisticadas.

Receptor Aguas superficiales Ecosistemas forestales Ascuas subterráneas Nivel I Datos empíricos Balance de masas PROFILE Balance de masas MACAL Modelo Henriksen PROFILE PROFILE Nivel n MAGIC MAGIC SAFE RAINS/SMART RAINS/SMART MAGIC SAFE SAFE ILWAS ILWAS RESAM Modelos de determinación de cargas críticas de acidificación para diferentes receptores (UNECE, 1990).

El análisis en el nivel I es útil para el cálculo de cargas críticas a largo plazo o bien, una vez alcanzado el estado estacionario, el impacto de distintos niveles de deposición. Las aproximaciones del nivel II constituyen el único medio de estimación de los tiempos característicos de evolución de los escenarios de emisión o el estudio de procesos variables en el tiempo.

25 Suelos Forestales Aguas Superficiales Aguas Subterráneas

Modelo Acidificación Desequilibrio Acidificación Acidificación Acidificación Eutrqfización

crónica de nutrientes crónica episódica crónica SMART + - + - + MAGIC + - + - + ILWAS + + + + + + MIDAS + - - - + SAFE + - + + + RESAM + + - - + + VEGIE + + + - - Problemas de ecosistemas que pueden ser simulados con modelos dinámicos (UNECE, 1990)

País Carga crítica eq/Ha/año Nitrógeno Azufre Acidez Albania 3165 7230 8800 Austria 1430 2755 3020 Bélgica 1315 960 1600 Bulgaria 460 2265 1465 Antigua Checoslovaquia 725 1160 1220 Dinamarca 620 790 555 Finlandia 380 670 750 Francia 775 1110 1485 Alemania 905 955 1245 Grecia 820 6720 5690 Hungría 770 2310 1920 Irlanda 2430 1475 3120 Italia 1485 1855 2220 Luxemburgo 1840 955 2130 Holanda 555 220 540 Noruega 470 345 670 Polonia 320 675 305 Portugal 1080 1385 2375 Rumania 750 1070 775 España 560 1300 1810 Suecia 305 405 580 Suiza 975 1665 2115 Reino Unido 865 620 1235 Antigua U.R.S.S.1 425 780 725 Antigua Yugoslavia 845 2480 2190

Europa 480 770 805 Cargas críticas medias de nitrógeno, azufre y acidez en Europa según un modelo estacionario monocapa (START). Fuente: DE VPJESETAL., 1994. 1: Zona europea incluyendo Estonia, Lituania y Letonia y otras repúblicas europeas.

26 Los compuestos de azufre y de nitrógeno contribuyen a la deposición acida total en un ecosistema. La evaluación de la carga crítica de acidez de un receptor requiere, por tanto, la utilización simultánea de ambos tipos de compuestos. Los compuestos de nitrógeno también contribuyen en la nutrición y balance de nutrientes de los ecosistemas por lo que se hace necesario el estudio independiente de los compuestos de nitrógeno mediante el cálculo de la carga crítica de Nitrógeno como nutriente para un receptor.

Los receptores considerados son los ecosistemas terrestres, las aguas subterráneas y las aguas superficiales. La definición y determinación de los niveles químicos críticos es importante pues relacionan los efectos observados en el medio ambiente (receptores sensibles) con el cálculo de las cargas críticas. El proceso es complejo y no está libre de incertidumbres. Requiere una revisión del conocimiento científico disponible y está sujeta a las imprecisiones experimentales inherentes a todo estudio fenomenológico. En España, aún no se consideran importantes los aportes ácidos, bien porque gran parte de los suelos son ricos en carbonates, bien porque otros procesos tienen un carácter más abrumador (incendios). El cálculo de las cargas críticas es, pues, una herramienta importante para la estimación de los niveles aceptables de deposición en diferentes partes de una región. También representa un instrumento sólido de valoración de medidas de recuperación y control de los procesos de acidificación y eutrofización de ecosistemas debidos a las emisiones antropogénicas de contaminantes.

Para terminar y con objeto de evitar confusiones, recordaremos que el término "carga" describe el contaminante depositado en receptores terrestres, y el término "nivel" se refiere a la concentración de contaminantes en el aire.

27 B/ttSONES pressnt^ y prevfefas

MAPAS Estimaciones Nactoncésa Ccujasynlveiesí presentes y turnas cfflcos CAÜDAD DEL AIS Y CARGAS

Interesas legales, tecnológlcoa. soctóáas. económicos y cmbieotales

CARGAS Bitmadónda objetivo coüdad cei aire Nadonates y cargcs prsvfetaa

! Negociación de -j nlveSss efe emfeión i y CCTQCB objsto

El papel de los mapas de cargas y niveles críticos en la aplicación del concepto de carga y nivel crítico (UNECE, 1990).

28 4.4 CARTOGRAFÍA DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS.

La presentación cartográfica de resultados y de aquellos datos importantes para la comprensión del método facilita la realización y análisis de estrategias de control de emisiones y la evaluación del éxito de las medidas correctoras. La realización de mapas de cargas y niveles críticos requiere modelos informáticos para su implementación, datos para su cálculo y sistemas de información geográfico para su cartografía. Es recomendable que los receptores sensibles sean cartografiados a diferentes niveles de precisión. En una primera aproximación (Nivel I) sólo las grandes áreas de usos de suelo (bosques, cultivos y vegetación natural) son cartografiados como receptores sensibles. Un segundo nivel.(Nivel II) trata como receptores las especies individuales o comunidades de plantas. La sensibilidad de la comunidad vendrá definida por la especie más sensible aún cuando cambios en la estructura sean posibles antes de observar efectos en especies individuales. Existe para toda Europa una cuantificación con soporte cartográfico de las cargas críticas (Hettelingh et al., 1991). La metodología propuesta y apoyada por los países nórdicos, con problemas específicos de acidez, puede ser cuestionada en regiones continentales secas como es el caso de gran parte de España (SÁNCHEZ CABRERO, 1993). La cartografía de excedentes sobre niveles críticos informa sobre el posible peligro de receptores en ambientes de concentraciones altas, a pesar de que los niveles críticos en sí mismos no pueden utilizarse para identificar área forestales sensibles, contrariamente a las cargas críticas. La documentación cartográfica facilita el estudio y comprensión de los modelos. La metodología de cargas críticas aconseja la elaboración de los siguientes mapas:

- Mapas de receptores: vegetación, suelo, aguas subterráneas, lagos y arroyos o subregiones sensibles o funcionales. - Mapas de cargas críticas. - Mapas de deposición de contaminantes atmosféricos. - Mapas de excedentes sobre cargas críticas.

29 Los mapas de cargas cr^dcas de azufre y nitrógeno pueden superponerse a los mapas de deposición presente y futura para determinar las zonas sensibles. El volumen de información necesaria y la precisión de los datos disponibles pueden aconsejar, en ciertos casos, el análisis de los impactos en dos escalas diferentes que reflejen la dispersión de los contaminantes.

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30 4.S INCERTIDUMBRES.

Las fuentes de incertidumbre de la metodología de niveles críticos vienen descritas en los siguientes puntos:

- Los valores de los niveles críticos. No existe un acuerdo general con los conocimientos actuales. - Metodología. La exclusión de factores ambientales y la unión de especies vegetales en categorías de usos del suelo. - Errores en la distribución de especies y usos del suelo.

La metodología de cargas críticas lleva asociada una serie de incertidumbres en función a los siguientes factores:

- Falta de resolución espacial o error. - Variación espacial no definida y muestreo no representativo. - Efectos debidos al cambio en las variables ambientales. - Incertidumbre del modelo de cálculo de las cargas críticas. - Variaciones temporales en la respuesta de los receptores y en los contaminantes atmosféricos (corto plazo, estacional, anual).

Es necesario elegir una escala de trabajo acorde con los propósitos u objetivos y con la disponibilidad y resolución de los datos.

31

ESTIMACIÓN DE LAS EXTERNALIDADES DE UNA CENTRAL TÉRMICA DE CARBÓN EN LOS ECOSISTEMAS FORESTALES DEL

33

1.- METODOLOGÍA GENERAL.

El presente estudio enfoca la estimación de las externalidades de las emisiones de una central térmica dentro del contexto de un Estudio de Impacto Ambiental, analizando, en primer lugar, el impacto ambiental sobre ecosistemas forestales y estimando, a continuación, las externalidades mediante la valoración económica de los efectos observados. En este contexto, el esquema de estudio de impacto ambiental se traduce en los siguiente puntos:

- Análisis de las características de las emisiones previstas, y selección de los principales contaminantes emitidos.

- Implementación de los contaminantes seleccionados mediante modelos de dispersión atmosférica y obtención de mapas de inmisión y deposición sobre una extensa área alrededor del foco emisor.

- Determinación de la teórica área de influencia de las emisiones acorde a los objetivos del estudio (área de estudio).

- Realización de un estudio descriptivo del medio natural en el área de estudio, dirigido a inventariar las características del medio que puedan tener significado frente al problema de la contaminación atmosférica.

- A partir del estudio descriptivo, obtención de mapas de calidad y vulnerabilidad o fragilidad del medio natural, orientados hacia el problema de la contaminación atmosférica prevista.

- Integración de la información cartográfica de calidad y de vulnerabilidad del medio natural con la cartografía correspondiente a la inmisión/deposición de los principales contaminantes, para la localización de los impactos generados por la contaminación.

- Caracterización de los impactos y elaboración de una cartografía de valoración de los impactos.

35 - Obtención de una valoración de los impactos, que se realizará desde dos puntos de vista: valoración cualitativa del impacto, y valoración económica del impacto (cálculo de las externalidades).

- Estudio, evaluación y propuesta de medidas correctoras que atenúen el impacto de la contaminación sobre los ecosistemas, analizando su viabilidad técnica y económica, y proponiendo distintas alternativas económicas de corrección.

- Elaboración de un plan de vigilancia y control, que asuma: el control de los efectos sobre las áreas más afectadas y más sensibles, el cumplimiento de la legislación sobre emisiones e inmisiones, el análisis de la fiabilidad de la metodología empleada.

1 ! ESTUDIO DE LAS i INVENTARIO EMISIONES MODELOS DE ¡ MODELOS CARGAS / NIVELES | DE CALIDAD CRÍTICOS. MODELOS DE DISPERSIÓN ATMOSFÉRICA

MAPA DE CAUDAD MAPAS DE VULNEHAB1UDAD ECOLÓGICA Frente a la contaminación MAPAS DE DEPOSICIÓN / atmosférica: IMNMISIÓN. CARGAS - NIVELES CRÍTICOS.

MAPAS DE CALIDAD MAPAS DE EXCEDENCIA DE ECOLÓGICA CARGAS - NIVELES CRÍTICOS.

ESTUDIO Y CARTOGRAFÍA DE IMPACTOS. Localización, caracterización y valoración.

ESTUDIO DE MEDIDAS PLAN DE VIGILANCIA Y 4 | CORRECTORAS. CONTROL T" Control sobre la Medidas sobre Control sobre el Medidas sobre emisión. Diseño el territorio. territorio. Diseño de la emisión. da sistemas, Cartografía. sistemas. determinar Cartografía. umbrales.

1.- INVENTARIO Y DESCRIPCIÓN DEL MEDIO 2.- ANÁLISIS DE LA CONTAMINACIÓN 3.- DETERMINACIÓN DE IMPACTOS, CARACTERIZACIÓN Y VALORACIÓN. 4.- MEDIDAS CORRECTORAS. 5.- PLAN DE VIGILANCIA Y CONTROL Esquema metodológico del Estudio de Impacto Ambiental de las emisiones de una central térmica.

36 INFORMACIÓN TERRITORIAL CONTAMINACIÓN

VULNERABILIDAD

-4

VALORACIÓN DEL INTERACCIÓN TERRITORIO

IMPACTO

2.- INVENTARIO Y DESCRIPCIÓN DEL MEDIO.

2.1.- ELECCIÓN DE LA UNIDAD DE TRABAJO.

El inventario y la cartografía del medio físico puede realizarse en base a tres unidades de trabajo distintas:

- Unidades ambientales. - Unidades administrativas. - Unidades territoriales regulares o celdas.

Las unidades ambientales homogéneas, sin duda las más apropiadas para el estudio del medio físico, son en principio poco adecuadas para el análisis de las emisiones. Los modelos de dispersión atmosférica proporcionan datos de inmisión distribuidos espacialmente en celdas (de diferente forma según el modelo), por lo que la posterior integración requerirá probablemente ajustes poco deseables, sobre todo en el caso de unidades ambientales mucho mayores que las celdas del modelo de dispersión. Cuando las dimensiones son próximas, el problema se reduce, y si son más pequeñas, es conveniente el empleo de unidades ambientales. Sin embargo, los problemas de contaminación atmosférica requieren áreas de estudio muy extensas y, por tanto, grandes unidades ambientales, pues necesidades de tiempo y medios obligan a reducir su número. Un problema añadido al uso de unidades ambientales es el cálculo de superficies de ocupación de las distintas actividades, necesario para el manejo de datos de producción de recursos naturales (madera, ganadería extensiva, caza, etc.).

Las unidades de tipo administrativo tienen ventaja en cuanto a la existencia de informes estadísticos para el estudio de impacto ambiental: superficies ocupadas según tipos de vegetación y usos del suelo, datos de producción agrícola y ganadera y demás información útil.

39 Las unidades de tipo regular o celdas vienen obligadas por los modelos de dispersión. Su utilización requiere la caracterización ambiental de patrones de estudio no relacionados con el entorno. La definición de un criterio de asignación de valores a cada factor ambiental particulariza un método directo y coherente de utilización de este tipo de unidades.

2.2.- ASPECTOS DEL MEDIO A CONSIDERAR.

Además de ofrecer una visión lo más completa posible de los ecosistemas naturales (ecosistemas terrestres, lagos, embalses y ríos, y acuíferos), la descripción del medio debe orientarse hacia los aspectos del medio que puedan tener significado frente a la contaminación atmosférica. Estos aspectos son fundamentalmente los siguientes:

- Usos del suelo.

El uso del suelo determina el grado de antropización de una comunidad biológica y su dependencia del medio natural. Asimismo, permite estimar y evaluar la importancia de los fenómenos de deposición. Los cambios en los usos del suelo son capaces, en ciertos casos, de reducir la carga de acidez sobre el medio. En otros, el uso del suelo acentúa los efectos negativos de la contaminación atmosférica. En este sentido, destacan las explotaciones madereras de coniferas y de algunas especies de frondosas por la extracción de grandes cantidades de nutrientes del suelo que no son repuestos.

- Climatología/meteorología.

Los modelos de dispersión atmosférica tienen unos requerimientos concretos en cuanto a información meteorológica y climática. Junto a estos parámetros, es necesario realizar un estudio pluviométrico del área, dada la significativa influencia de este factor en los procesos de deposición de contaminantes atmosféricos, en el lavado de los suelos, en la recarga de sistemas acuáticos y en otros aspectos muy relacionados con los efectos de la contaminación atmosférica. La pluviometría es el principal parámetro climático en modelos de cálculo de cargas críticas.

40 -Suelos.

Los suelos responden de diferente forma a la contaminación atmosférica. Esta vulnerabilidad puede establecerse mediante el uso de modelos de cargas críticas de contaminantes para los suelos, siempre y cuando, el inventario y la cartografía de suelos responda a las exigencias de los datos de entrada de los modelos de cargas críticas que vayan a utilizarse. El número de muestras de suelo analizadas para obtener estos datos, dependerá de la variedad de suelos en el área y de la extensión de la misma.

- Hidrología e hidrogeología.

El estudio de los sistemas acuáticos requiere el inventariado correcto de los mismo. Los autores proponen el siguiente modo operativo: El inventario distinguirá entre los diferentes tipos de sistemas acuáticos superficiales:

Lagunas. Embalses. Charcas. Ríos y arroyos.

Para cada uno de estos tipos de sistemas, se elegirá un conjunto representativo de la variabilidad existente en el área con respecto a las siguientes características:

- Tipo de suelos de la cuenca que los alimenta. - Características morfométricas. - Funcionamiento del sistema de recarga (superficial, subterránea). - Tamaño de la cuenca o del área de recarga.

Una vez considerados estos aspectos, se realizarán los análisis y recogida de datos necesarios para aplicar los modelos de cargas críticas de los contaminantes seleccionados.

En cuanto a los sistemas acuíferos, se seguirá el mismo esquema. La selección de un conjunto representativo de acuíferos se realizará en función de:

41 - Tipo de suelo del área de recarga. - Volurr en y mecanismo de recarga. - Tiempo de residencia del agua en el sistema. - Profundidad. - Permeabilidad.

A propósito del método de cálculo de cargas críticas para los distintos receptores mencionados, se recuerda que el modelo PROFILE está muy aceptado en la actualidad, y tiene aplicación tanto a suelos y sistemas terrestres como a sistemas acuáticos superficiales y subterráneos.

- Vegetación terrestre.

La respuesta de la vegetación a la contaminación atmosférica depende, en primer término, del tipo de formación que se trate y de la clase arbórea presente. En este sentido, un inventario y cartografía mínimos deben clasificar el medio en los siguientes tipos:

- Pastos, matorral, y en general, vegetación natural desprovista de estrato arbóreo. - Bosques de coniferas. - Bosques de frondosas. - Pastos / matorral con frondosas. - Matorral con coniferas.

Esta clasificación mínima obedece a la existencia de diferencias cuantitativas comprobadas en la deposición sobre estos diferentes tipos de vegetación. Más allá de esta distinción, no existen todavía fundamentos sólidos que justifiquen una mayor división. No obstante, es importante ahondar en los diferentes tipos de vegetación a fin de disponer de información suficiente para la elaboración de modelos de calidad ecológica, y posibilite la valoración económica de los recursos producidos según la clase de vegetación presente y la superficie ocupada. A este respecto, el nivel de profundidad en la descripción será el adecuado para caracterizar suficientemente los recursos naturales de la vegetación del área.

42 - Fauna terrestre.

La fauna terrestre no se ve, en general, afectada directamente, ni tiene significado en cuanto a la vulnerabilidad del medio físico frente a la contaminación atmosférica. A pesar de esto, el deterioro a largo plazo del sistema suelo-vegetación reduce la capacidad de acogida del sistema, disminuyendo, por tanto, la cantidad y calidad faunística de la zona. La previsión y corrección del posible impacto viene influenciada por el conocimiento del estado pre- operacional de la fauna en los ecosistemas terrestres. Su estudio debe ir dirigido hacia la elaboración de modelos de calidad ecológica y la valoración económica de los recursos naturales (recursos cinegéticos y piscícolas, valor económico de especies protegidas, etc.), sin olvidar la evaluación de los efectivos de las especies más sensibles y/o de mayor relevancia ecológica.

- Vegetación acuática.

La vegetación de macrofitos se estudiará a nivel descriptivo básico y como indicador de calidad ecológica del medio acuático al no comportarse como un buen indicador de la contaminación atmosférica. Lo mismo puede decirse del plancton y la vegetación béntica.

- Fauna acuática.

Por su sensibilidad directa frente a los contaminantes atmosféricos, la fauna acuática, y en especial la ictiofauna, debe ser objeto de estudio cualitativo y cuantitativo, evaluándose el tamaño de las poblaciones. Por su vulnerabilidad indirecta y su alto valor ecológico, la avifauna acuática debe estudiarse en el mismo sentido. Los anfibios, por su carácter muy sensible frente a la alteración de sus hábitats de cría, se estudiarán detalladamente, prestando especial atención a la localización y tipología de sus hábitats de cría, la cuantificación de las poblaciones y los aspectos fenológicos. Los censos de esta fauna acuática servirán de base para modelos de calidad del medio acuático y como punto de partida en el desarrollo de un plan de vigilancia y control ambiental para el seguimiento de la evolución de estas poblaciones.

43 - Aspectos económicos.

La estimación de las externalidades producidas por la contaminación atmosférica sobre los ecosistemas naturales requiere el estudio de los siguientes aspectos:

- Producción forestal: maderas, leña, frutos, etc. - Producción ganadera extensiva. - Producción piscícola. - Recursos cinegéticos. - Recursos turísticos. - Usos del suelo.

Para evaluar el impacto, los valores de producción deben referirse a unidades de superficie y aplicarse sobre las unidades ambientales consideradas. Las unidades territoriales utilizadas para la metodología de cargas críticas deben adecuarse a las unidades territoriales sobre las que se describe la productividad del medio, normalmente unidades de tipo administrativo (municipio, comarca, provincia). Se trata, en definitiva, de asignar a la unidad de superficie un valor de producción económica para cada uno de los receptores que los modelos de cargas críticas consideren (coniferas, frondosas, embalses, charcas, etc.).

44 3.- EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL MEDIANTE LA APLICACIÓN DEL CONCEPTO DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS.

3.1.-INTRODUCCIÓN.

El concepto de cargas y niveles críticos permite analizar los efectos de la contaminación atmosférica a largo plazo sobre ecosistemas, comunidades de vegetación y otras clases de receptor (por ejemplo, materiales de construcción). En el caso de ecosistemas no antropizados o receptores no sometidos a practicas intensivas de explotación, el método de cargas críticas, o estimación de la máxima deposición que el receptor puede soportar, se acepta y sugiere como método de análisis. La capacidad de absorción de contaminantes aéreos de un ecosistema puede estimarse analizando la sensibilidad vegetal, en especial, la respuesta del estrato arbóreo. La vulnerabilidad a largo plazo de la vegetación ante fenómenos de contaminación atmosférica depende significativamente, y cada vez en más casos de forma única, del volumen de contaminantes depositados en el suelo. La deposición atmosférica influye en la disponibilidad de nutrientes, la bonanza de la "dieta vegetal" e incluso, en la capacidad del suelo como soporte físico. El suelo también determina la composición de las aguas superficiales y subterráneas. La percolación, la infiltración, la escorrentía superficial y subsuperficial, conllevan un contacto más o menos intenso de las aguas de recarga y los contaminantes depositados en los suelos de la cuenca. En definitiva, el análisis de los efectos de los contaminantes atmosféricos sobre ecosistemas terrestres, sistema acuáticos superficiales y subterráneos puede realizarse mediante el estudio de los fenómenos que tienen lugar en el suelo.

45 La aplicación del concepto de cargas críticas hace necesario la descripción del área de estudio. El inventario debe incluir las características y propiedades del medio necesarias para el desarrollo del método de cálculo, así como aquellas imprescindibles para la calificación de la zona y la evaluación de los distintos efectos estimados.

El análisis de la vulnerabilidad del medio ante procesos de acidificación y fenómenos de eutrofización y desequilibrio de nutrientes, aconsejan la distribución del área objeto según unidades de suelo homogéneas, en las circunstancias exigidas por los objetivos y el modelo de cálculo. Otras veces, el medio natural debe distribuirse en celdas, más propicias para fines computacionales. Siempre que sea necesario trasladar la cartografía basada en unidades homogéneas a una malla u otro tipo de distribución, se propone el siguiente criterio operativo:

En cada celda o nueva unidad y para cada factor se considerará el valor correspondiente a la clase más sensible frente a procesos de acidificación o el fenómeno analizado en cada caso.

Este criterio se fundamenta en el siguiente razonamiento: cada celda es una unidad ambiental que debe mantenerse, por tanto, para asegurar que los resultados obtenidos no perjudicarán a una parte de la misma, se asimilará el total de la celda a una comunidad, que vendrá definida por un conjunto de indicadores con sus respectivos niveles químicos críticos, y se considerará como indicador biológico de la nueva unidad ambiental, el más vulnerable de los presentes.

La última etapa consiste en evaluar los efectos estimados. Esta labor se puede acometer comparando la vulnerabilidad ante el fenómeno o conjunto de fenómenos estudiados, los niveles de deposición relacionados y la calidad del medio.

46 La etapa de evaluación requiere una serie de pautas o conjunto de criterios a seguir. La deposición se ha interpretado como un factor que limita las posibilidades de uso del suelo y la evolución natural del receptor. Un análisis detallado del concepto de carga crítica ha permitido establecer los siguientes criterios de evaluación1:

a) Si la carga crítica se supera (excedentes negativos), se acepta que el receptor comienza un proceso de autodestrucción que tarde o temprano, bajo las condiciones ambientales actuales, llevará a su total degradación. Por este motivo, se aconseja la inmediata adopción de medidas conducentes a la eliminación o atenuación de las causas de esta situación. El impacto se considerará crítico o severo dependiendo de la calidad, valor o interés de la zona y los usos del suelo actuales y previstos.

b) Los excedentes nidos se interpretan asumiendo que el receptor ha llegado al límite de capacidad de respuesta y seguridad biológica. Cualquier otra fuente de acidez implicaría la superación de la carga crítica y el consiguiente proceso de degradación. El impacto se calificará de severo o moderado según la calidad, valor o interés de la zona y los usos del suelo actuales y previstos. De nuevo, se aconseja la adopción de medidas que eviten la posible degradación del receptor.

c) Los excedentes positivos o deposición dentro de los límites de seguridad biológica pueden interpretarse en función de la pérdida de capacidad del sistema para soportar nuevas fuentes de acidificación. Cualquier nivel de deposición acentúa la vulnerabilidad del receptor ante procesos de acidificación, eutrofización y desequilibrio de nutrientes o cualquier otro fenómeno analizado. La zona, por tanto, quedará embargada, en alguna medida, a nuevas actividades. El impacto se calificará de moderado o admisible en función de la calidad, valor o interés de la zona y los usos del suelo actuales y previstos.

*Las clases de impacto, de mayor a menor impacto negativo, son: impacto crítico, impacto severo, impacto moderado, impacto admisible e impacto compatible.

47 Se recuerda que estas conclusiones o criterios están muy influenciadas por la calidad, del receptor y el uso del suelo. Su aplicación se ha planteado en espacios naturales o zanas de especial interés, sistemas forestales, etc. con un objetivo conservacionista. Es decir, no se prevé un cambio en los usos del suelo de las superficies bajo estudio. Los usos del suelo, actuales y previstos, y el grado de antropización de la zona pueden significar la admisibilidad e incluso compatibilidad de niveles de deposición superiores a los críticos, siempre y cuando su aceptación no influya negativamente en otros receptores2.

En resumen, el método de trabajo consiste en la descripción del área de estudio, el cálculo de las cargas críticas de los suelos presentes y la evaluación de los resultados. En el esquema adjunto pueden verse las diferentes etapas indicadas:

Los modelos de dispersión son necesarios en caso de carecer de datos empíricos de concentración y deposición atmosférica que representen con la precisión suficiente el comportamiento de los contaminantes atmosféricos en el área de estudio. El modelo de dispersión seleccionado debe ser capaz de estimar con la exactitud precisa, los valores de concentración de contaminantes en el aire y los valores de deposición previstos en cada zona. Asimismo, sería conveniente elegir un modelo que implementara todos los mecanismos de deposición (seca, húmeda y oculta). También sería aconsejable que el modelo analizara la influencia de la vegetación en la dispersión de los contaminantes en las capas más bajas de la atmósfera y en los mecanismos de deposición.

2En ciertos casos, el cambio de uso del suelo o la aplicación de medidas correctoras resuelve los problemas asociados a la deposición, aún manteniendo los niveles actuales. En otros, por ejemplo zonas agrícoins intensivas, los valores de deposición considerados críticos o severos para suelos forestales podrían calificarse como admisibles. En áreas con un alto grado de naturalidad es probable que la única medida adecuada sea reducir los niveles de deposición por lo que las mencionadas reducciones en el grado de impacto deberían aplicarse con cierta precaución.

48 Se recuerda que el modelo de dispersión o en su caso, los datos experimentales, son una fuente de incertidumbres y por tanto, deben escogerse teniendo en cuenta el método de cálculo de cargas críticas seleccionado, la precisión de los datos utilizados, etc. En suma, la selección de un método de cálculo debe tener presente los objetivos del estudio y la disponibilidad de datos del medio.

3.3.- APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CARGAS Y NIVELES CRÍTICOS.

La aplicación de los conceptos de carga y nivel crítico en la evaluación de los efectos de los contaminantes atmosféricos sobre ecosistemas u otro tipo de receptor, como por ejemplo cultivos agrícolas, materiales de construcción, etc. se ha sugerido como metodología para la elaboración de estrategias de control de las emisiones3. Los niveles críticos han sido calculados, en general por medio de dispositivos experimentales, para gran variedad de especies vegetales. En la actualidad, hay publicados un elevado número de artículos sobre este tema. Para el caso español, Várela et al. realizaron un catálogo de especies sensibles (Catálogo de especies españolas sensibles a la contaminación atmosférica. CIEMAT 607, 1987. Citado en SÁNCHEZ CABRERO, 1993). La aplicabilidad de los valores de nivel crítico obtenidos para especies vegetales presentes en sistemas forestales, parques naturales, etc. queda reducida a zonas altamente contaminadas, fenómenos episódicos en otras áreas menos contaminadas y otros casos de escala temporal menor al año. Los valores de carga crítica han sido ampliamente estudiados e implementados en modelos de cálculo con distintos grados de aproximación. En la literatura hay disponibles varios métodos de aplicación: desde modelos cualitativos más o menos sencillos hasta complejos modelos dinámicos (Nivel II) pasando por modelos estacionarios (Nivel I). Los datos disponibles y los objetivos determinan el conjunto de modelos aplicables.

3A partir de las definiciones de carga y nivel crítico se han introducido los conceptos de carga y nivel objetivo (target load y target level), que admiten efectos adversos de cierta magnitud, a fin de limitar los problemas generados por la reducción de las emisiones en otros sectores socioeconómicos.

49 Una vez seleccionada la escala de trabajo y el modelo de cargas críticas, es conveniente utilizar como unidad de cálculo las clases de suelo. Estas unidades vendrán diferenciadas acorde al grado de homogeneidad requerido por los objetivos y el método de determinación de cargas escogido: clase de suelo, composición mineralógica, morfología, etc. El método de cálculo define las propiedades y características de los suelos requeridas.

OBJETIVOS

ESCALA DE TRABAJO

MÉTODO DE DETERMINACIÓN

PROPIEDADES DE LOS SUELOS

UNIDADES HOMOGÉNEAS

DETERMINACIÓN DE UNIDADES HOMOGÉNEAS DE ANÁLISIS

Un estudio de este tipo debe evaluar tanto la carga crítica de acidez como la carga crítica de nitrógeno como nutriente. La carga crítica de acidez analiza la deposición acida total, tanto debida a compuestos de azufre como de nitrógeno, y la carga crítica de nitrógeno como nutriente estima la máxima deposición de compuestos de nitrógeno asimilable por el receptor.

50 USOS DEL SUELO Y OTRAS VEGETACIÓN ATMOSFERA FUENTES ANTRÓPICAS

NIVEL CRÍTICO DE NIVEL CRÍTICO DE METEORlZACtON ACIDEZ EN EL SUELO NITRÓGENO DEPOSICIÓN l_

ir CARGA CRÍTICA DE CARGA CRÍTICA NFTRÓGENO COMO DE ACIDEZ NUTRIENTE

EXCEDENTES DE EXCEDENTES DE AZUFRE Y NITRÓGENO NITRÓGENO

| EVALUACIÓNI-*-

Metodología de evaluación del impacto de emisiones de compuestos de azufre y nitrógeno.

51 3.4.- IMPACTO: EVALUACIÓN DE EXCEDENTES.

3.4.1.- CÁLCULO DE EXCEDENTES.

El cálculo de excedentes se realiza comparando la carga crítica en un punto con el nivel de deposición. El efecto de la deposición atmosférica se estima calculando la acidez potencial4. El excedente se obtiene restando a la carga crítica, el valor de acidez potencial. Este cálculo se realiza en dos situaciones: antes y después de la central térmica. Los efectos debidos a la central se estiman comparando los excedentes antes y después de la misma. Con objeto de facilitar el análisis de los resultados, los excedentes pueden distribuirse en tres clases:

- Clase A: excedentes positivos no cercanos a 0 Keq/Ha/año. - Clase B: excedentes con valor positivo y negativo alrededor de 0 Keq/Ha/año . - Clase C: excedentes negativos no cercanos a 0 Keq/Ha/año.

La definición de una clase intermedia que comprenda excedentes positivos y negativos3 se hace con intención de distinguir los resultados "más fiables", esto es, aquellos excedentes con valor absoluto claramente mayor que cero. La distinción entre resultados "más o menos fiables" se realiza en virtud a las incertidumbres propias del método de cargas críticas. Este hecho puede analizarse calculando los errores absolutos en los valores de cargas críticas (entre un 20 % y 40 % para el modelo PROFILE) y deposición, obteniéndose así un rango de excedentes para cada unidad ambiental. Sin embargo, se sugiere definir una clase intermedia que comprenda los excedentes próximos a cero. Un rango posible para esta clase sería un 20 % de la carga crítica más alta utilizada o bien la desviación estándar de la distribución de cargas. Como nueva posibilidad y con el objetivo de no sobrevalorar esta clase y sobretodo tras la central., se aconseja tomar con anchura de la clase intermedia un 20 % de la carga crítica

4Sulfatos no marinos más nitratos más amonio menos cationes básicos no marinos. 5E1 concepto de carga crítica como tal, sólo exigiría distribuir los excedentes en positivos y negativos. Los excedentes nulos podrían bien definir una nueva clase bien incluirse en alguna de las anteriores, siendo más aconsejable introducirlos en la clase de excedentes negativos.

52 más baja para cada upo de vegetación. No obstante, los objetivos de cada análisis aconsejaran la utilización del criterio más acorde.

3.4.2.- EVALUACIÓN.

Los criterios de evaluación fueron definidos en la introducción a la metodología. El procedimiento consiste en comparar los excedentes en cada zona con los usos del suelo actuales y previstos, las posibles figuras de protección, la calidad ecológica y los otros factores susceptibles de valoración indicados en el inventario.

3.5.- VALORACIÓN ECONÓMICA DEL IMPACTO EN ECOSISTEMAS NATURALES.

El primer y principal problema a la hora de evaluar el impacto de la contaminación sobre la vegetación natural o seminatural estriba en detectar y evaluar cualquier cambio distinto de la variación natural o debido a otro tipo de presión. Factores como la disponibilidad de agua y la temperatura varían a lo largo del año, por lo que su contribución es difícil de estimar. Plagas, sequías, prácticas inadecuadas, etc. pueden potenciar u ocultar los efectos de los contaminantes. Del mismo modo, la difusión, transporte y transformación de los contaminantes atmosféricos, las interacciones positivas o negativas de las emisiones de distintas industrias o actividades, etc. dificulta la determinación empírica de la fuente de las inmisiones.

La carga crítica es un concepto ampliamente aceptado como base para estrategias de control de contaminantes atmosféricos. Los mapas que muestran los excedentes sobre cargas criticas pueden utilizarse para identificar áreas donde los bosques están expuestos a niveles potencialmente dañinos de contaminación atmosférica. Las cargas críticas, por si mismas, muestran el grado de sensibilidad de los ecosistemas pero no pueden utilizarse directamente para valorar daños.

53 La estimación cuantitativa de las cargas criticas junto con los valores de deposición de contaminantes deben utilizarse para identificar áreas en las que la deposición presente pueda exceder la carga critica. La valoración económica del daño sólo puede pretender una aproximación al orden de magnitud de las pérdidas económicas producidas. En las áreas afectadas por una deposición que excede a la carga crítica, es previsible la pérdida gradual de la productividad de los recursos asociados al sistema suelo-vegetación e incluso el caso límite de pérdida económica total de la productividad. El problema reside en establecer una relación entre el grado de excedencia de la carga y la intensidad, velocidad, o cualquier otro parámetro que permita cuantificar de alguna manera el proceso de degradación y atribuirle un horizonte temporal. Las relaciones dosis-respuesta que se utilizan para cultivos agrícolas no existen, actualmente, para ecosistemas forestales, ni para sistemas acuáticos continentales. La estimación de las externalidades en estos sistemas es compleja, pues no solamente se estudian procesos productivos generadores de recursos económicos directos, como puedan ser explotaciones madereras o corcheras, ganadería extensiva, pesca en aguas continentales, frutos de árboles forestales y otros productos, sino que también existen otros recursos cuya valoración económica resulta complicada. Entre estos últimos se encuentran por ejemplo, las actividades cinegéticas, las actividades de ocio y recreo, el turismo de tipo naturalista y otras actividades que generan recursos económicos que pueden llegar a ser relativamente importantes según el área. Además de estos recursos, y sobretodo en el caso de áreas bien conservadas, el valor intrínseco de las especies biológicas más relevantes puede establecerse en términos económicos orientativos. Las técnicas de valoración de contingencias son las más utilizadas para especies de la fauna y flora silvestres. La valoración mediante la estimación del valor de los recursos perdidos es una de las posibilidades a priori. Otra posibilidad, quizá más apropiada al caso concreto de este estudio, aborda la cuestión desde el punto de vista de lo que cuesta reducir el impacto hasta límites que no produzcan una significativa pérdida de los recursos generados por los ecosistemas naturales. En otras palabras, se trataría de establecer una relación entre el nivel deseable de conservación, las inmisiones medias anuales que permiten ese nivel de conservación, las emisiones máximas correspondientes y, finalmente, los procesos de descontaminación necesarios. Este último método estima el coste económico de los sistemas de depuración de los efluentes gaseosos, costes que pueden ser un buen indicador del valor del impacto.

54 La corrección del .mpacto de la deposición de contaminantes atmosféricos mediante actuaciones sobre el territorio afectado, conduce a otro tipo de planteamientos que pueden servir para estimar los costes ambientales. Se trata, en suma, de valorar el desembolso económico necesario para llevar a cabo actuaciones sobre el territorio, como puedan ser el tratamiento del suelo o del sistema acuático con bases (liming), la reducción de extracción de nutrientes del suelo mediante el abandono o la reducción de actividades madereras, la substitución de especies arbóreas más sensibles por otras más resistentes (coniferas por frondosas), los cambios de uso del suelo orientados hacia una mejora de la capacidad de neutralización, y otras posibilidades.

Finalmente, no debe dejarse de lado el considerar que, el aumento de los niveles de deposición sobre un área, aun sin exceder las cargas críticas del sistema, puede suponer una disminución del potencial de ese área para futuros planes de desarrollo, en cuanto que disminuye de forma importante, su capacidad de absorción frente a futuras actividades contaminantes en un amplio radio alrededor del área en cuestión. En este sentido, la pérdida del potencial de uso del suelo para determinadas actividades industriales puede ser otro indicador económico del impacto ambiental de las emisiones de contaminantes atmosféricos sobre áreas naturales.

3.6.= MEDIDAS CORRECTORAS.

La necesidad de medidas correctoras en una determinada zona será función del carácter del impacto evaluado. Las clases de impacto crítico, severo, moderado y admisible requerirán un conjunto de medidas que contrarresten o incluso eliminen los efectos de la actividad analizada. En el caso de contaminantes atmosféricos, los efectos de la deposición pueden corregirse, en líneas generales, de tres formas: reducción de la emisión e inmisión, cambios en los u~os del suelo y tratamientos que moderen o suavicen los efectos sobre los receptores. La elección de la medida correctora más idónea en una determinada zona, vendrá influenciada por el correspondiente uso del suelo actual y previsto, las características de los receptores presentes y lct posible influencia de la mencionada práctica en los ecosistemas circundantes.

55 El método operativo consiste, por tanto, en el análisis conjunto del impacto, los usos del suelo / las características del receptor en la zona de estudio. Evidentemente, en ciertos casos, análisis más locales son suficientes para impactos y medidas correctoras de influencia restringida.

En resumen, el tipo de medidas puede clasificarse como sigue:

Tratamiento de suelos y aguas con MEDIDAS SOBRE bases. EL ÁREA AFECTADA. Cambios en usos del suelo.

MEDIDAS SOBRE Reducción de emisiones. LA EMISIÓN.

La elección de uno u otro tipo de medidas viene determinada fundamentalmente por la extensión afectada por impactos severos y críticos, es decir, el área que necesitaría de un tratamiento directo para reducir el impacto hasta niveles aceptables. Cuando este área es muy extensa, el coste y la viabilidad técnica de los tratamientos directos, que deben realizarse año tras año, probablemente determinará la elección de medidas correctoras sobre la emisión, por ejemplo mediante el aumento del rendimiento de los sistemas de descontaminación de gases. Un ejemplo de ello sería, en principio, el área de estudio de Valdecaballeros. Sin embargo, se da el caso de áreas en las que ya se rebasa o se iguala la carga crítica (estado pre-operacional crítico). Para estas áreas, evidentemente, la reducción de emisiones de la nueva central no es una solución suficiente, pero sí necesaria. En estos casos, queda clara la necesidad de combinar la reducción de emisiones en el diseño de la central, con medidas directas de tratamiento de suelos. Debe considerarse en estos casos, que en realidad el problema en estas áreas no es debido únicamente a la central, lo cual debe tenerse en cuenta a la hora de financiar estas medidas. Por contra, si el área correspondiente a los impactos más altos tiene una extensión moderada, por tratarse de una región de suelos y vegetación resistentes, puede entonces resultar más racional el empleo de medidas correctoras directas sobre el territorio.

56 En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que las medidas directas sobre el territorio tienen un alcance limitado, er. cuanto a la atenuación de los impactos producidos por la deposición.

En la siguiente tabla se resumen los estudios necesarios para determinar la intensidad de las medidas correctoras de uno y otro tipo:

REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES NIVEL DE DEPOSICIÓN ADMISIBLE. MODELO DE DISPERSIÓN PORCENTAJE DE REDUCCIÓN SOBRE LA EMISIÓN TRATAMIENTO DE ÁREAS DEPOSICIÓN ESPERADA. MODELOS QUÍMICOS DE ACIDIFICACIÓN DE SUELOS Y SISTEMAS ACUÁTICOS SUPERFICIALES Y SUBTERRÁNEOS. CÁLCULO DE LA DOSIS ANUAL DE BASES ELECCIÓN DEL NUEVO USO DEL SUELO

Las evidencias sobre la validez del tratamiento con bases (liming) son substanciales. Actualmente se realiza esta práctica en muchas zonas de Europa y Norteamérica afectadas por deterioro crónico de las masas forestales y de los lagos y ríos. Los efectos positivos pueden resumirse como sigue: - Desaparición de síntomas causados por carencia de cationes nutrientes (en especial magnesio y potasio). - Mejora del crecimiento de los árboles. - Mejora de la resistencia frente a la deposición acida de carácter crónico. - Mejora de la resistencia a la presencia de aluminio soluble en el suelo.

La utilización de abonos mezclados con las bases proporciona mejores resultados, por lo cual es más aconsejable como medida correctora. Aunque el coste sea mayor, la dosis y la frecuencia de abonado son menores. Para el cálculo de las dosis, se utilizan modelos químicos, tanto en suelos como en sistemas acuáticos.

57 3.7.- PLAN DE VIGILANCIA Y CONTROL.

3.7.1.- CARACTERÍSTICAS DE LOS PLANES ACTUALMENTE EN USO.

Las medidas de seguimiento que actualmente se utilizan en centrales térmicas, son fundamentalmente las medidas de control en continuo de inmisiones sobre el territorio. Cuando se sobrepasa un determinado valor de inmisión, la central reduce su emisión mediante una reducción de la potencia generada o la mezcla de carbones más limpios. Los elementos de un sistema de este tipo son los siguientes:

- Estaciones de control continuo de inmisiones. - Estaciones de control de parámetros meteorológicos. - Sistemas informáticas de tratamiento de datos. - Redes de telecomunicación entre estaciones y central. - Modelos atmosféricos de predicción de episodios agudos. - Sistema de reducción de potencia generada. - Sistema de modificación de la composición del combustible (mezclas).

Estas medidas van únicamente dirigidas a la vigilancia de los límites de inmisión legalmente establecidos, los cuales se establecen en base a los efectos sobre la población humana principalmente. En definitiva, las medidas de control actualmente se enfocan hacia la prevención y el control de episodios intensos de inmisión, con la prioridad de respetar los límites legales. El problema reside en que, estos niveles episódicos pueden afectar, y de hecho afectan, seriamente a los ecosistemas del área, por debajo de los límites legales establecidos. Otro aspecto problemático es el emplazamiento de las estaciones de control de inmisión. La elección de estos emplazamientos no se hace con criterios de sensibilidad del medio, es decir, eligiendo las áreas de suelo- vegetación o de aguas más vulnerables. Si el nivel máximo permitido es demasiado alto para los ecosistemas y si las áreas controladas no coinciden con las más sensibles, es evidente que la protección de los ecosistemas no es efectiva.

58 Como puede verse, las medidas de seguimiento y control actualmente en uso, van orientadas hacia efectos agudos. Los efectos crónicos normalmente no se controlan. Estos últimos, requieren de un tipo de seguimiento basado más en los efectos que en la medida y control de inmisiones. Se requieren estudios de la evolución de indicadores biológicos, entre los que destacan, por su uso habitual, los estudios de niveles de defoliación en árboles.

3.7.2.- PLAN DE VIGILANCIA PARA LOS EFECTOS SOBRE LOS ECOSISTEMAS NATURALES.

En resumen, las posibles medidas de control ambiental utilizables para vigilar los efectos sobre ecosistemas pueden resumirse como sigue:

ESTACIONES DE CONTROL - ANÁLISIS MODELOS DE PREDICCIÓN DE EPISODIOS. CONTROL DE REDES AUTOMÁTICAS DE INFORMACIÓN EPISODIOS AGUDOS. Y CONTROL DE INMISIONES. SISTEMA DE CONTROL DE POTENCIA GENERADA. SEGUIMIENTO DE LA EVOLUCIÓN DE CONTROL DE EFECTOS PARÁMETROS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS. CRÓNICOS. CONTROL CONTINUO DE INMISIONES EN ÁREAS SENSIBLES.

La utilización del concepto de cargas y niveles críticos es útil para el diseño de planes de vigilancia ambiental. La sensibilidad del territorio, expresada por la carga crítica, es útil para determinar cuales son las áreas prioritarias a la hora de la instalación de centrales de análisis y control de inmisiones, y las zonas sobre las que debe intensificarse el seguimiento de parámetros biológicos indicadores.

59 En el caso de deposición atmosférica, es importante seleccionar adecuadamente los puntos de medida de las inmisiones. Esta labor puede realizarse a partir del concepto de cargas críticas determinando las zonas más vulnerables y comparando estos resultados con los datos de deposición y características de los receptores como, por ejemplo, calidad ecológica, fragilidad a esta clase de fenómenos, etc. Asimismo, es importante realizar análisis en los distintos receptores que permitan confrontar los resultados teóricos con la evolución real de los ecosistemas. Este estudio puede basarse en indicadores biológicos y análisis comparativos de los niveles químicos críticos considerados y la salud del receptor.

Como indicadores biológicos en ecosistemas terrestres, el uso de las clases de defoliación es generalizado. Sin embargo, son necesarios otros indicadores más tempranos, de forma que pueda prevenirse a tiempo el desarrollo de efectos agudos intensos. Los daños celulares son los mejores indicadores tempranos. También son útiles los liqúenes y los musgos.

En ecosistemas acuáticos, los mejores indicadores son los parámetros químicos fácilmente medibles, como el pH. También es interesante, el uso de indicadores biológicos, destacando en este grupo los peces y los anfibios. Por la mayor sensibilidad de sus hábitats de cría, los anfibios son más recomendables.

60 DE UNA CENTRAL TÉRMICA DE CARBÓN EN LOS ECOSISTEMAS FORESTALES DEL

61

63

1.- INTRODUCCIÓN.

1.1.- LOS ECOSISTEMAS NATURALES.

A efectos del presente trabajo, se entiende por ecosistemas naturales toda la extensión del medio físico que no corresponde a superficies ocupadas por construcciones ni por cultivos agrícolas como puedan ser regadíos, secanos, frutales, vides, olivares y demás cosechas. Se engloban, por tanto, dentro de este grupo, las áreas de vegetación forestal autóctona o repoblada, las áreas de explotaciones agrosilvopastorales en régimen extensivo ( dehesas ), y las superficies de agua tanto de los ríos como de los embalses y lagunas, así como los recursos de aguas subterráneas. Esta definición puede no resultar del todo convincente desde el punto de vista conceptual, pero se trata de una definición de carácter operativo, impuesta por las exigencias del estudio en relación al proyecto en el cual se enmarca.

1.2.- LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL ÁREA DE ESTUDIO.

El área objeto del presente estudio, queda delimitada por una ciixunferencia de 70 kilómetros de radio, tomando como centro la planta nuclear de Valdecaballeros, situada ocho kilómetros al Norte de esta localidad y dentro del municipio del mismo nombre, en la provincia de Badajoz. Con una extensión de 15.386 Km2, este área se halla en la región biogeográfica Luso-Extremadurense, situada en la parte occidental de la península ibérica, y comprende territorios pertenecientes a cinco provincias administrativas: las de Cáceres y Badajoz, pertenecientes a la Comunidad Autónoma de , las de Toledo y Ciudad Real, pertenecientes a la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha, y la provincia de Córdoba, de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

65 1.3.- MÉTODO DE TRABAJO.

La descripción de los ecosistemas naturales del área de estudio se ha dividido en los siguientes apartados: - Una introducción a las características geográficas y ecológicas del área. - Un estudio de los aspectos que se consideran relevantes en cuanto a su sensibilidad frente a la contaminación atmosférica: los suelos, la vegetación terrestre y los recursos que genera, la fauna terrestre, el medio acuático continental y sus recursos faunísticos e hidrológicos. - Una relación de los espacios naturales de mayor interés del área. - Un estudio de los recursos económicos generados por los aprovechamientos sobre los ecosistemas naturales: recursos ganaderos, forestales, cinegéticos, piscícolas y turísticos.

La descripción del medio se ha realizado a partir de información bibliográfica y cartográfica. Para la descripción general del área en los aspectos de clima, geología, hidrología, relieve, fauna y flora, se ha recurrido a obras de carácter general y, en algún caso, divulgativo. Principalmente se han utilizado dos obras: "La vegetación de España", de diversos autores, y "Extremadura, el Ultimo Paraíso", de diversos autores, obra de carácter divulgativo pero de nivel más que aceptable para el objeto de este trabajo. El mapa de vegetación se ha obtenido a partir de los mapas provinciales a escala 1: 200.000 de Cultivos y Aprovechamientos del M.A.P.A. correspondientes a las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Badajoz y Córdoba. Se ha considerado solamente la vegetación que responde a la definición de ecosistemas naturales aquí utilizada. La información para el inventario de los tipos de vegetación terrestre por municipios, y para la descripción de estos tipos y de sus recursos naturales ganaderos y forestales, se ha obtenido de las 40 hojas y las correspondientes memorias del Mapa de Cultivos y /Aprovechamiento a escala 1: 50.000 que corresponden al área de estudio.

El mapa edafológico corresponde a la cartografía publicada en la obra "Series de Vegetación de España", de Salvador Rivas Martínez, concret?^°nte a las hojas de Badajoz y de Ciudad Real.

66 Para elaborar el mapa hidrológico se ha utilizado el mapa hidrogeologico de España a escala 1: 1.000.000, del Instituto Tecnológico Geominero.

El estudio faunístíco se ha elaborado a partir de diversas fuentes bibliográficas y de los conocimientos propios sobre el tema.

Los datos económicos se han obtenido principalmente de anuarios estadísticos regionales y nacionales editados por el M.A.P.A.

La cartografía se ha elaborado directamente a partir de las fuentes, es decir, utilizando las unidades naturales existentes en las cartografías. Sin embargo, el inventario de los tipos de vegetación se ha realizado utilizando unidades territoriales de tipo administrativo: los municipios del área de estudio. Ello se justifica por el fácil acceso a datos cuantitativos de las superficies ocupadas por los diferentes tipos de vegetación, que permite los cálculos posteriores de los parámetros económicos asociados a los impactos que puedan producirse sobre el medio natural y sus recursos. La posterior evaluación del impacto se ha realizado utilizando estas unidades administrativas como unidades territoriales.

67

2.- CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Y ECOLÓGICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO DE VALDECABALLEROS.

2.-1 CLIMA.

El clima de la región puede describirse como de tipo mediterráneo en verano, con prolongada ausencia de precipitaciones, en ocasiones interrumpida por tormentas. El resto del año participa de un régimen continental moderado y suavizado en invierno y primavera por cierta influencia atlántica, debido a la entrada de aire húmedo procedente del atlántico, gracias a la ausencia de grandes alturas entre el océano y el área de estudio. Una excepción a este esquema general, son las sierras de Villuercas, Altamira, Guadalupe y Montes de Toledo. En las cotas más altas de estos montes, se crean unas condiciones de carácter continental más duras, con mayor oscilación de temperaturas y con mayores precipitaciones a lo largo del año. La influencia atlántica hace que este área resulte, en general, más lluviosa que el resto de la Meseta Sur, siendo el invierno la estación de máxima pluviosidad. La cantidad de precipitación es muy sensible a la altitud, aumentando mucho con ésta. Los vientos, como en la mayor parte de la península, no son generalmente intensos. La dirección de los vientos es importante para la difusión ya que, en general, las regiones a sotavento y al sur de las sierras, como es el caso de Valdecaballeros, en condiciones de viento del norte presentan buenas condiciones de difusión, mientras con viento de componente sur la turbulencia es menor y la difusión empeora. Por la importancia de la pluviometría en los fenómenos de deposición y en el efecto de la contaminación atmosférica, se ha elaborado un mapa pluviométrico del área de estudio. La metodología para la elaboración de este mapa ha sido la siguiente: - Recogida de datos de una serie de estaciones situadas dentro y alrededor del área de estudio.

69 - Cálculo de la variación de la pluviometría entre las estaciones contiguas, y trazado de las curvas isoyetas. El correspondiente mapa pluviométrico figura a continuación.

PLUVIOMETRÍA ANUAL en el área de estudio de Valdecaballeros (mm).

=^^Q NA/ t/ 0a __J^NA \

> 1000 600 - 700

900-1000 500 - 600

800 - 900 400 - 500

700 - 800

70 Un estudio muchc mas detallado del clima y de los fenómenos meteorológicos del área puede encontrase en el estudio realizado para los modelos de dispersión de contaminantes atmosféricos, dentro del mi^rno proyecto (Unidad de Medio Ambiente Convencional, CIEMAT, 1994).

En la región son comunes las nieblas, otro fenómeno meteorológico importante en los procesos de deposición. En el área hay zonas en las que el promedio anual de días de niebla sobrepasa los cincuenta.

2.2.- RELIEVE Y GEOLOGÍA.

El territorio está dominado por las penillanuras interrumpidas por abruptas elevaciones, aunque no con grandes desniveles. Destacan las elevaciones de los Montes de Toledo y de las sierras de Guadalupe, Altamira y Villuercas. Todas estas elevaciones se enmarcan dentro de la división biogeográfica denominada subsector Oretano. Las mayores cotas superan los 1400 metros de altitud, llegando a los 1601 metros en Villuercas. Un gran número de sierras menores cruzan el territorio del área de estudio. Son sierras que en general no sobrepasan los 600 metros de altitud. Las penillanuras están formadas, en su mayor parte, por terrenos pizarrosos precámbricos y cámbricos, resultando muy representativas de este territorio las comarcas de La Tara v los valles de La Serena v Alcudia. Estas formaciones pizarrosas se integran en el denominado complejo esquisto- grauwaquico. Los macizos montañosos que interrumpen las penillanuras, son de materiales Ordovícicos y Silúricos, principalmente cuarcitas armoricanas. Aparecen además algunas sierras calizas, que no superan los 600 metros de altitud. Los sedimentos terciarios ocupan algunas áreas aisladas, destacando los sedimentos arenosos y areno-arcillosos de Campo Arañuelo en Cáceres, y los suelos arcillosos conocidos como "barros", que en el área de estudio se localizan en del Guadiana. El Pliocuaternario ocupa grandes áreas en los piedemontes de los Montes de Toledo, así como en la cuenca del Guadiana. Los sedimentos pliocuaterna- rios más característico son las "rañas". Se trata de llanuras encajadas

71 entre sierras o piedemontes, con abundantes cantos subangulares sobre una matriz arcilloso-arenosa roja. Son substratos fácilmente erosionables por las aguas pluviales. El Cuaternario está representado por los terrenos aluviales que ocupan cierta extensión a lo largo del río Guadiana. Los depósitos coluviales dan lugar a dos formaciones interesantes desde el punto de vista geológico: los derrubios de ladera, conocidos por los extremeños como "rañizos", y los canchales o pedrizas que tapizan las hoyas de las sierras cuarcíticas oretanas y mariánicas.

2.3.= BIOGEOGRAFÍA.

La totalidad del área de estudio se incluye en la región biogeográfica denominada provincia Luso - Extremadurense. El clima de esta provincia es mediterráneo, variando desde el ombroclima supramediterráneo húmedo de las cotas más elevadas, hasta el ombroclima termomediterráneo seco-subhúmedo de las llanuras más meridionales. La provincia Luso - Extremadurense presenta una serie de subdivisiones biogeográficas, algunas de las cuales están representadas en el territorio del área de estudio. La siguiente tabla resume todas las divisiones biogeográficas que afectan al área:

Distrito de Los Montes Sector Subsector Distrito Jareño Oretano. Provincia Toledano - Distrito Tagano Villuerquino Luso - Subsector Extremadurense Cacereño Sector Mariánico - Subsector Distrito Serena - Monchiquense Marianense Pedroches

72 El subsector Oretano comprende las sierras de mayor elevación, destacando los Montes de Toledo y las sierras de Villuercas, Guadalupe y Altamira. También comprende la gran penillanura de la comarca de La Jara, situada en el límite norte del área de estudio. El subsector Cacereño está muy poco representado en el área de estudio, que incluye una pequeña porción de este subsector biogeográfico en la parte oeste del área. El subsector Marianense comprende aproximadamente la mitad sur del área. Son tierras en las que abundan las pequeñas sierras entre grandes penillanuras, destacando la gran llanura de la comarca de La Serena. A estas divisiones biogeográficas se referirá más adelante la descripción detallada de la vegetación potencial.

La vegetación responde tanto a las características ombroclimáticas y edáficas, como a las transformaciones continuas que el hombre ha realizado, y realiza en la actualidad, sobre suelos y vegetación.

A grandes rasgos, y centrándose en la vegetación de los ecosistemas naturales, se puede hacer una distinción entre cuatro grandes grupos de vegetación, según sea el carácter de la vegetación y el tipo y grado de intervención humana sobre el medio:

- Vegetación potencial climática, o que evoluciona hacia la climax de forma natural, sin intervención actual del hombre. - Vegetación de sistemas agrosilvopastorales de especies autóctonas, tanto en uso como en abandono. - Vegetación correspondiente a repoblaciones para fines madereros. - Vegetación correspondiente a los cauces y embalses, incluyendo los macrofitos sumergidos y demás vegetación acuática.

73 Como introducción a la vegetación autóctona, decir que la vegetación climatófila, se corresponde, a grandes rasgos, con los siguientes tipos: En las zonas de montaña por encima de los mil metros de altitud, y en las umbrías frescas y húmedas por debajo de esta altitud, dominan los robledales de rebollo o melojo ( Queráis pyrenaica ) y sus etapas seriales de escobonales, brezales y nanobrezales, así como los pastizales característicos. Las penillanuras pizarrosas están dominadas por el encinar de Quercos rotundifolia, que se presenta generalmente en forma de dehesas, en las que se lleva a cabo una explotación agrosilvopastoral tradicional. El encinar climático, denso ( bosque de encina o "dehesa en mancha" ), es relativamente escaso. La encina aparece en compañía de los retamales, ahulagares, cantuesales y pastizales característicos de la dehesa extremeña. También se presentan amplias superficies de pastizales y de arbustos sin arbolado, que corresponden a etapas primitivas de la serie. En las solanas de las sierras, y también en los sedimentos de las penillanuras, se instala el alcornoque (Queráis súber). Principalmente se presenta en forma de dehesa, en la cual se explota el corcho y se mantiene una ganadería extensiva. En algunas zonas bajas de los valles fluviales, ha penetrado desde las zonas costeras una vegetación de tipo termomediterráneo, en la que se distinguen componentes florísticos de la región biogeográfica mediterránea, como el acebuche (Olea europaea var. syhuestris ). Por otro lado, la vegetación potencial edafófila, situada sobre suelos hidromorfos de bordes de gargantas, arroyos y ríos, así como en suelos de vega, corresponde a las series del aliso (Alnus glutinosa), del sauce (Salix atrocinereá), del abedul (Betula parvibracteá), del fresno (Fraxinus angustifolia), y del olmo (Ulmus minar). Esta vegetación es escasa, debido a las transformaciones que han sufrido las orillas y las vegas de los ríos, principalmente con Fines agrícolas.

Las especies introducidas correspondientes a zonas repobladas son principalmente coniferas y eucaliptos. Entre las primeras destacan el pino negral ( Pinus pinaster ) y el pino piñonero ( Pinus pinea ). De ambos se obtiene madera, y aparte de esto, el pino negral se utiliza también con fines resineros, mientras que del piñonero se explota, en algunas zonas, el piñón.

74 De la vegetación forestal, tanto autóctona como introducida, se obtiene abundante leña, que se utiliza con fines energéticos a escala doméstica y de pequeña industria. Otros aprovechamientos de los recursos naturales son la apicultura, que rinde miel y cera, y una pequeña industria tradicional de esencias naturales.

En la fauna del área cabe destacar, por su interés, los mamíferos, las aves, los anfibios y reptiles, y los peces. Entre los primeros, se presentan en la zona numerosas especies de reconocido valor ecológico, entre las que destacan el lince ibérico (Lynx pea-dina), la nutria (Lutra lutra), el lobo (Canis lupus), el topillo de Cabrera (Microbus cabrerae), el gato montes (Félis sylvestris), el Turón (Mustela putorius), el meloncillo (Herpestes ichneunum), así como una gran variedad de micromamíferos y murciélagos. Entre las aves destacan numerosas rapaces amenazadas, entre las que sobresalen el Águila imperial ibérica (Aquüa adalberti), el Buitre negro (Aegypius monachus), el Elanio azul (Elunus caeruleus) y otras muchas, así como una gran variedad de aves acuáticas que viven en los ríos y los embalses, destacando las aves limícolas, las garzas y las anátidas, junto a varias especies marinas. Mención aparte merece la avifauna de las grandes llanuras de pastos, destacando aquí la Avutarda (Otís tarda), el Sisón, la Canga y la Ortega. En cuanto a los anfibios y reptiles, destacan varios endemismos ibéricos protegidos por normativas nacionales y europeas.

El área contiene importantísimos recursos cinegéticos, que sostienen una abundante actividad y generan importantes flujos económicos. Por último, la ictiofauna de ríos y embalses presenta tanto especies introducidas, como especies autóctonas, destacando algunos endemismos ibéricos, además de constituir un importante recurso para actividades deportivas. La piscicultura se limita al engorde extensivo de tencas (Tinca tinca) en algunas charcas de Extremadura.

Según el habitat que frecuentan, pueden distinguirse, a grandes rasgos, los siguientes grupos de fauna:

75 - Fauna de áreas llanas abiertas, cubiertas de pastizales. - Fauna de áreas forestales, bosques y dehesas. - Fauna de las rumbres. - Fauna acuática de los ríos, embalses y lagunas.

Como es obvio, no se trata de grupos rígidamente establecidos, sino que cada especie reside de forma habitual en uno o en varios de los hábitats mencionados. Las especies que habitan en cada uno de estos hábitats se detallan en el capítulo de fauna.

Como valoración global, el área estudiada debe catalogarse como área de gran importancia ecológica a nivel nacional y europeo. Presenta, en primer, lugar, un grado de intervención humana muy moderado que, aunque extenso en cuanto a superficie afectada, resulta en general de tipo muy extensivo. Dominan las explotaciones agrosilvopastorales (dehesas con ganado caprino, ovino, porcino, vacuno y caballar) y forestales (repoblaciones madereras, explotaciones de corcho) de carácter tradicional, mientras que el nivel de edificación y la densidad de población son muy bajos, cercanos al mínimo estatal. La naturalidad del paisaje es muy alta, y la presión antrópica sobre el medio es en general muy poca. Es necesario destacar no solamente el valor natural de estas formaciones vegetales, sino también el valor cultural y socioeconómico de las explotaciones silvopastorales y forestales tradicionales, entre estas últimas el corcho. Asimismo, son de importancia capital los grandes recursos cinegéticos del área, y los recursos piscícolas de los ríos y embalses. Por otra parte, los valores faunísticos son muy importantes en la zona, presentando una gran riqueza de especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, y existiendo importantes poblaciones reproductoras de numerosas especies consideradas de gran valor ecológico a nivel nacional y europeo, destacando algunas especies de mamíferos y aves. Resulta evidente que la elevada calidad del componente faunístico se explica más por la poca presencia humana y la moderada intervención sobre el medio, que por causas relacionadas con la productividad de los ecosistemas. En otras palabras, los autores consideran que el factor que mejor explica la gran relevancia faunística del área a nivel nacional e internacional europeo, es la relativa tranquilidad y el bajo nivel de intervención humana que el medio soporta.

76 2.5.- GEOGRAFÍA HUMANA Y ECONÓMICA.

El área de estudio se enmarca en una región geográfica caracterizada por un nivel de desarrollo económico relativamente bajo en comparación con otras regiones españolas. Son características del área el descenso progresivo de la población, el bajo nivel de renta y empleo, la debilidad de los sectores productivos, y la pérdida progresiva de potencial humano.

La Comisión de la Comunidad Europea, en su informe sobre el "Marco Comunitario de Apoyo a España", referido al período 1989 - 1993, determina que los puntos débiles del sistema económico extremeño son: .. - Elevada dependencia de un sector agrario que no ha podido aprovechar su potencial de desarrollo por factores como insuficiente infraestructura, escasez de agua y debilidad de la agroindustria. - Situación geográfica periférica, lejos de los ejes industriales del país. - Escasa dotación de infraestructura y equipamientos colectivos. Entre la estrategia desarrollada por la Comisión para poner remedio a esta situación destaca: - Aumento de la infraestructura de transportes y telecomunicaciones. - Implantación de nuevas industrias, entre ellas la energética. - Realización de infraestructuras y equipamiento de apoyo a la actividad económica. Sin embargo, los autores opinan que, dadas las excepcionales características ecológicas de esta región, el proceso de desarrollo y reactivación económica debe llevarse a término utilizando modelos muy respetuosos con estos valores, orientados hacia la potenciación de los recursos naturales y hacia la consecución de un equilibrio sostenible. Sectores tan tradicionales e importantes económicamente como la cría del cerdo ibérico, no deben verse mermados por el desarrollo. La industrialización, de realizarse con las pautas aplicadas en otras regiones españolas y europeas, podría suponer la pérdida definitiva de unos recursos ambientales excepcionales. Asimismo, resulta contradictoria la falta de industria energética, cuando solamente en Extremadura se produce casi el 13 % de la energía eléctrica nacional, sobre todo por la existencia de centrales hidroeléctricas. Más bien parece un problema del destino y la distribución del potencial energético ya explotado.

77

3.- ECOSISTEMAS NATURALES.

3.1.-EDAFOLOGÍA.

En el área de estudio, la mayor superficie la ocupan las pizarras, ya sean precámbricas, cámbricas, silúricas o carboníferas. Los suelos originados pueden ser incluidos dentro de la "tierra parda meridional" ( Guerra y cois.). Utilizando la nomenclatura de la FAO, se diferencian litosoles éutricos, regosoles éutricos y a veces luvisoles crómicos. Son suelos formados sobre rocas metamórficas silíceas. Los suelos formados sobre rocas plutónicas, tanto granitos como granodioritas, ocupan el segundo lugar en extensión, y sobre ellos se han desarrollado también tierras pardas meridionales. Son suelos más pobres que los anteriores, con predominio de litosoles y cambisoles dístricos. Las alineaciones cuarcíticas que forman la mayor parte de las sierras y serretas del territorio originan litosuelos en las partes altas, y en los piedemontes los típicos suelos coluviales. Excepcionalmente, en las partes cumbreñas de los macizos de Montes de Toledo y Villuercas, se presentan suelos ranker sobre los que se desarrollan los brezales atlánticos. Según la FAO, los suelos observados sobre las cuarcitas corresponden a litosoles dístricos y ránkeres en las partes altas, y a luvisoles crómicos en los piedemontes. Las laderas medias de los sistemas montañosos, fundamentalmente en las umbrías, están cubiertas por robledales y quejigares que originan suelos ricos en materia orgánica incluibles en la denominada "tierra parda húmeda" (Guerra y cois.) y en los cambisoles húmicos según la FAO. Las "rañas" pliocénicas dan lugar a suelos rojos mediterráneos sobre materiales silíceos, que se corresponden en su totalidad con los luvisoles crómicos. Los afloramientos de calizas cámbricas y carboníferas, originan en gran proporción litosoles y luvisoles crómicos (térra rossa), y en menor proporción, en las zonas escarpadas y pedregosas, regosoles calcáreos. Suelos similares se forman sobre los sedimentos miocenos calcáreos, destacando por su amplitud e importancia agrícola los suelos rojos mediterráneos sobre material calizo o luvisoles crómicos (térra rossa) denominados en el territorio "barros". De los arenales situados a lo largo de los ríos Tajo, Tiétar y Guadiana se han descrito suelos pertenecientes a arenosoles cámbicos y álbicos.

79 En los márgenes de los ríos del territorio se presentan los suelos aluviales, que alcanzan su máxima representación en los ríos Tiétar, Alagón, Arrago y Guadiana; son suelos hidromorfos y clasificados como gleysoles y fluvisoles. Dentro de este tipo de suelos existen variaciones según el material originario; así, cuando proceden de los granitos son fluvisoles dístricos; cuando proceden de pizarras son fluvisoles éutricos, e incluso en ciertos ríos que atraviesan los sedimentos calizos se forman gleysoles calcáreos. Aunque no ocupen gran extensión, sí son muy frecuentes los suelos formados en valles y vaguadas, que presentan un elevado grado de hidromorfia y se clasifican como gleysoles y cambisoles glevcos. Son interesantes por su valor pascícola, puesto que son las únicas praderas utilizadas en piso mesomediterráneo para henificar.

En el área de estudio se distinguen los siguientes tipos de suelos (Rivas Martínez, ): - Suelos aluviales, colímales y transformados por el riego. - Xerorránker. - Tierra parda meridional sobre rocas metamórficas. - Tierra parda meridional sobre rocas ígneas. - Suelos pardos sobre depósitos alóctonos pedregosos. - Suelos pardos o pardo rojizos calizos con horizonte de costra caliza. - Suelos rojos mediterráneos sobre materiales silíceos. - Suelos rojos mediterráneos sobre materiales calizos. - Suelos pardos no calcicos.

En el plano siguiente aparece el mapa edafológico del área de estudio.

80 MAPA DE SUELOS DEL ÁREA DE ESTUDIO DE VALDECABALLEROS.

| | Suelos aluviales, coluviales y I I Suelo pardo o pardo rojizo calizo transformados por el riego. con horizonte de costra caliza j | Xerorránker. I 1 Suelos rojos mediterráneos sobre materiales siliceos [ j Tierra parda meridional sobre rocas metamórficas. | I Suelos rojos mediterráneos sobre materiales calizos. Tierra parda meridional sobre rocas ígneas. I | Suelos pardos no calcicos.

| | Suelos pardos sobre depósitos [ ~ | Arenas y dunas. alóctonos pedregosos.

81 3.2.» HIDROLOGÍA.

3.2.1.- HIDROLOGÍA SUPERFICIAL.

En el área de estudio puede hacerse una distinción entre tres tipos de sistemas acuáticos superficiales:

- Ríos y arroyos. - Embalses. - Charcas.

En los tres casos, la mayor parte de los sistemas se hallan en lugares cuya tipología de suelo es de carácter ácido.

Las charcas temporales, se hallan diseminadas por las penillanuras. El carácter ácido de los suelos, y su escaso volumen, son las principales características a considerar. La región en la que se halla el área de estudio, es territorio de importantes cursos fluviales y de una abundante red hidrográfica superficial. Los dos principales ríos de la región extremeña, el Tajo y el Guadiana, así como numerosos de sus afluentes, transcurren a través del área. El Guadiana es, por su tamaño y por la longitud que discurre por el área de estudio, el principal río de dicho área. De sus muchos afluentes, discurren por el área los siguientes:

Zújar, importante afluente que a su vez recibe aguas de los ríos Esteras, Guadálmez y Valdeazogues, entre otros. Estena. Estenilla. Guadarranque. Guadalupejo. Ruecas. Búrdalo. Ortigas. Bullaque.

82 El Tajo, otro de los grandes ríos ibéricos, discurre también por el área, en su extremo norte, aunque el tramo afectado es relativamente corto. Los principales afluentes del Tajo que discurren por el área de estudio son:

Almonte. Ibor. Gébalo.

Los dos últimos nacen en las sierras de Villuercas - Guadalupe - Altamira. Los cursos principales se encuentran embalsados en numerosos tramos, existiendo una serie de embalses principales y una gran cantidad de embalses pequeños y medianos. En el área de estudio, los principales embalses son los siguientes: En el río Guadiana, los embalses de Cíjara, García de Sola y Orellana, en el centro del área de estudio los dos primeros, y en el sudoeste el último. En el río Zújar, el embalse del Zújar, situado al sudoeste del área. En el Tajo, los embalses de Valdecañas y Azután, ambos en el extremo norte del área. En el área de estudio los embalses revisten gran importancia, no solamente en la regulación de caudales con fines energéticos o agrícolas, sino también en cuanto a los usos recreativos y turísticos, y a la pesca deportiva que explota el abundante pescado. Otro aspecto a tener en cuenta son las importantes colonias de aves acuáticas, sobre todo en el embalse de Oreliana.

En la siguiente tabla se caracterizan los embalses más importantes.

EMBALSE VOLUMEN MUNICIPIOS PROVINCIA USO DEL AGUA Hm3 Cíjara 1670 Alia, Herrera del Cáceres Riego Duque Badajoz Orellana 824 , Badajoz Riego, energía, Campanario abastecimientos García de 554 Talai i ubias Badajoz Riego, energía Sola Zújar 723 - Espanagosa- Badajoz Riego, energía Valdecañas 1446 Belvis, Valdecañas Cáceres Riego, energía

83 La recarga de los embalses es principalmente por los ríos, existiendo un modesto aporte de escorrentías superficiales. La recarga subterránea debe de ser un mecanismo poco importante, desde el punto de vista del volumen aportado, aunque pudiera tener importancia en la capacidad de neutralización acida. No se dispone de información suficiente para catalogar los embalses desde el punto de vista de su sensibilidad frente a la contaminación.

3.2.2.- HIDROLOGÍA SUBTERRÁNEA.

En cuanto a la hidrogeología, el área de estudio alberga importantes recursos acuíferos. Tres sistemas acuíferos principales transcurren por su interior. Los sistemas acuíferos menores, de importancia local, no se considerarán en el presente estudio, aunque en conjunto deben representar importantes recursos. En el área se explotan una gran cantidad de pozos, principalmente para uso agrícola. Los tres principales sistemas hidrogeológicos son los siguientes:

- Sistema acuífero ne 14 ( Madrid - Toledo - Cáceres). Acuífero de la cuenca del Tajo, que afecta a la parte norte del área de estudio. Solamente una parte de este acuífero, y concretamente de su subunidad "Cáceres" ( su extremo sur occidental ), queda incluido en el área. Se trata de un acuífero formado por materiales terciarios detríticos y materiales aluviales cuaternarios. - Sistema acuífero na 21 ( Tierra de Barros y aluvial del Guadiana). Acuífero de la cuenca media del Guadiana. Una gran parte de este acuífero queda situado en la parte sudoeste del área de estudio. Coincide prácticamente con el aluvial cuaternario del Guadiana y los terciarios anejos. Es el acuífero más importante de la provincia de Badajoz, y está formado por materiales aluviales cuaternarios y detríticos del terciario. - Sistema acuífero nfi 22 ( Cuenca del Bullaque ). Este acuífero queda incluido sólo parcialmente dentro del área de estudio, concretamente en la parte este del área, en la provincia de Ciudad Real. Está formado por materiales detríticos terciarios y aluviones cuaternarios situados sobre una zócalo paleozoico.

84 Como puede verse, se trata de sistemas acuíferos con una componente aluvial cuaternario extensa y que abarca gran superficie.

3.3.- VEGETACIÓN POTENCIAL.

Se incluye una descripción de la vegetación potencial del área de estudio, por considerarse que es útil tanto para describir la vegetación natural del área como para describir las condiciones naturales de suelo y clima.

3.3.1.- SERIES CLIMATÓFILAS.

Serie supramediteránea luso - extremadureña süicícola del roble melojo. Sorbo terminalis - Querceto pyrenaicae.

Robledales y melojares por encima de los 1000 metros de altitud. El óptimo estable de la serie viene definido por la asociación de mostajos y robles ( Sorbo terminalis - Querceto pyrenaicae ) desarrollada sobre suelos profundos lieos en materia orgánica del tipo tierra parda húmeda, la llamada tierra parda de melojar. En los claros, dan paso sobre suelos profundos a escobonales de Cytiso scoparii - Genistetum floridae. Por destrucción del robledal, los suelos se decapitan originando ránkeres en los que se instalan los brezales de Halimio ocymoidis - Ericetum aragonensis, a veces con la subasociación ericetosum umbellatae, y los nanobrezales - jarales de Halimio - Ericetum umbellatae. Se presenta bien desarrollada en Villuercas. Los pastizales pertenecen al Hieracio castellanae - Plantaginion radicatae.

Serie mesomediterránea luso - extremadurense süicícola del roble melojo. Arbutu unedonis - Querceto pyrenaicae.

El melojar con madroños es propio de umbrías frescas y húmedas por debajo de los 1000 metros. Se encuentra muy bien desarrollado en los subsectores Hurdano Zecerense, Oretano y Marianense.

85 Los suelos son profundos, del tipo de tierras pardas húmedas, tanto sobre granitos como sobre derrubios de ladera. Como etapa serial se presentan las altifrucetas mesofíticas del Pbillyreo - Arbutetum viburnetosum tíni ( madroñales con durillos ), que dejan ver en los claros y rozas los escobonales de Cytiso striatí - genistetum floridae y sobre todo los jaguarzales de Polygalo microphyili - Cistetum populifolii. Cuando las tierras pardas desaparecen, entra sobre los ránkeres el nanobrezal -jaral del Halimio - Ericetum umbellatae.

Serie mesomediterránea luso - extremadurense y hética subhúmedo húmeda del alcornoque. Sanguisorbo agrimonioidis - Querceto suberis.

Ocupa gran parte de las solanas de todas las sierras lusoextremadurenses. Los alcornoques también se instalan en los sedimentos pliocuaternarios de las penillanuras, aunque en este caso adehesados. Por roza y descolinado dan paso, en los ecotopos más umbrosos, a los jaguarzales de Erico - Cistetum populifolii, y en las zonas abiertas a los jarales - brezales de Erico - cistetum ladaniferi y de Halimio - Ericetum umbellatae. Como suelen dedicarse a la explotación ganadera y agrícola, los brezales dan paso a pastizales efímeros de Arenario conimbricensis - Airopsietum tenellae e incluso a comunidades subnitrófilas de Cfarysantfaemo - Antlbemidetum fuscatae.

Serie mesomediterránea luso - extremadurense süicícola de la encina. Pyr© bourgaeanae - Querceto rotundif oliae.

Es la serie que ocupa mayor extensión en todo el territorio. Presenta gran variabilidad, que se traduce en una serie de faciaciones o subseries.

Facwción típica. El encinar típico de Pyro - Quercetum rotandifoliae se desarrolla sobre sedimentos pizarrosos precámbricos y cámbricos de todas las penillanuras arrasadas, dando el típico encinar adehesado en el que falta el alcornoque. Prospera sobre suelos del tipo de los luvisoles crómicos y cambrisoles éutricos e incluso regosoles éutricos. Como etapa serial, por orientación ganadera, aparecen los retamales de Cytiso scoparii - Retametum sphaerocarpae típica en el sector Mariánico - Monchiquense, y Cytisetosum multiflori en el Toledano - Tagano.

86 Destacan por su fidelidad los ahulagares de Genisto hirsutae - Cistetum ladaniferi y los cantuesales • le Scillo maritkni - Lavanduletum sampaianae. Son terrenos muy superficiales, aprovechados por el hombre para la agricultura, con comunidades tan representativas como Chrysanthemo - Anthemidetum fuscatae, los pastizales terofíticos de Trifolio cherleri - Plantaginetum bellardii, y en los litosoies Paronyehio cymosae - Pterocephaletum diandri.

Faciación basófila. Sobre luvisoles crómicos o "térra rossa", a partir de sedimentos calcáreos cámbricos, carboníferos, devónicos y sedimentos miocenos. El encinar ha desaparecido por la fertilidad de los suelos y su total aprovechamiento agrícola; únicamente en las serretas calizas y en los suelos pedregosos se desarrolla un coscojar de Asparago - Rhamnetosum spiculosae cocciferetosum. Los retamares substitutivos corresponden a Cytiso scoparii - Retametum sphaerocarpae y los nanojarales a Lavandulo sampaianae - Cistetum albidi. Los pastizales terofíticos corresponden a Saxífrago tridactyiitis - Homuogietum petreae, y sobre regosoles calcáreos, a Velegio rigidae - Astericetum aquatícae.

Faciación psamóJUa. Se trata de encinares con alcornoques desarrollados sobre arenosoles y cambisoles originados a partir de depósitos silíceos miocenos y cuaternarios; Así sucede en el distrito arañuelense y en las vegas altas del Guadiana del distrito de Serena - Pedroches. Son comunidades propias de esta faciación los jaguarzales de Halimietum conrnutatí y el pastizal subnitrófilo de Chamaemeli mixti - Vulpietum alopecuroris.

Faciación berroqueña. Similar a la anterior, pero con suelos más compactos y profundos, destacando luvisoles crómicos, así como regosoles y cambisoles dístricos. Suelen presentarse generalmente muy alterados, y como etapa serial llevan el escobonal blanco de Cytiso multiflori - Retametum sphaerocarpae. En las fisuras amplias del berrocal granítico se desarrolla la comunidad de Anogrammo - Parietarietum lusitanicae.

87 3.3.2.- SERIES EDA^ÓFILAS.

Su existencia está condicionada por los suelos hidromorfos de bordes de gargantas, arroyos y ríos, así como los suelos de vega con un elevado nivel freático.

Serie supramediterránea süicícola del aliso. Galio broteriani - Alneto glutinosas.

La climax es una aliseda umbrófila e higrófila que se desarrolla únicamente en la cabecera de los arroyos, ríos y gargantas que nacen en el subsector Oretano, por encima de los 900 metros de altitud, y posiblemente en alguna garganta de la Sierra madrona. Se pone en contacto hacia el agua con la formación de carices de Galio broteriani - Caricetum broterianae, y con menor higromorfismo con las loreras del Viburno tíni - Prunetum lusitanicae. Como comunidad de orla, lleva una bardiza de Rubo - Rosetum coiymbiferae franguletosum alni y los brezales higroturbosos de Genisto anglicae - Ericetum teíralicis, y en las zonas rezumantes, el pastizal de Loto - Juncetum acutíflori.

Serie supramediterránea del sauce atrocinereo* Rubo coiyüf olii - Saliceto atrocinereae.

Su presencia puede considerarse fragmentaria y poco desarrollada, en gargantas angostas, casi carentes de vega. Se presenta mejor en el piso mesomediterráneo al hacerse el curso más lento.

Serie mesomediterránea del aliso. Scrophulario scerodoniae - Alneto glutinosae.

En el intervalo entre los pisos supra y mesomediterráneo, allí donde todavía los cursos de agua mantienen su caudal a lo la^go del año, se presenta una comunidad de tránsito: Galio broteriani - Alnetum scrophularietosum scerodoniae. La diferencia entre las dos series hay que buscarla en la posibilidad de cortos periodos de desecación en los años muy secos, y en la menor altitud - curso medio de ríos y arroyos -. Los suelos corresponden a gleysoles y fiuvisoles. Como orla se presentan las loreras de Viburno - Prunetum lusitanicae, los zarzales de Lonicero - rubetum, e incluso pueden aparecer formaciones

88 espinosas de Clematidi campaniflorae - Rubetum ulmifolii. En las zonas adyacentes aparecen las praderas juncales de i-rOto - Juncetum acutiflori. A esta serie pertenecen el 90 % de las alisedas luso - extremadurenses.

Serie mesosupramedüerránea luso - extremadurense del abedul. Galio - Betuleto parvibracteae.

Serie relicta, como señalan Peinado & Martínez Parras (1985), que se desarrolla en la sierra del Rio Frío y en el nacimiento del río Estena. Es un abedular sobre suelos de pseudogley, bordeado por una sauceda rica en arraclanes de Frangido alni - Myricaetum galeae. Tanto una formación como otra llevan un manto espinoso de Clematidi - rubetum ulmifolii. La destrucción del abedular permite la instalación de los brezales con mirto de Bravante ( Erico tetralix - Myricaetum galeae ). En los cauces con aguas fluyentes se instalan las formaciones de carices de Galio broteriani - Caricetum broterianae, y en aguas remansadas, Ludwigio palustris - Potametum polygonifolii.

Serie riparia del fresno. Ficario ranunculoidis - fraxineto angustif oliae.

Los fresnos ocupan suelos de vega ( fluvisoles y gleysoles ) de todo el territorio. En la provincia Luso - Extremadurense alcanzaron gran extensión en el Guadiana y sus afluentes próximos a la desembocadura. En el área de estudio apenas están representadas las fresnedas en la actualidad. Son series muy alteradas, ya que en gran parte sobre ellas se asientan los regadíos de las vegas del Guadiana y otros ríos. Los suelos hidromorfos, destruida la fresneda, dan paso a las praderas juncales de Trifolio resupinati - Holoschoenetum, que por pastoreo se transforman en gramadales de Trifolio resupinati - Caricetum chaetopbyllae. También son lugares que al mirificarse dan entrada a las comunidades de cicuta ( Galio - Conietum maculati ) y a los cardales de María ( Carduo bourgeani - Süybetum mariani ).

Serie mesomediterránea silícea del sauce sahñfolio. Saliceto salvif oliae.

Saucedas desarrolladas sobre suelos arenosos de los cauces de agua, actuando como fijadores del medio. Llegan incluso a quedar cubiertos por las

89 aguas durante las grandes avenidas invernales y primaverales; son pobres en elementos, e incluso llegan a ser monoespecíficas. Representan la banda de vegetación leñosa más próxima a las aguas corrientes de los ríos y arroyos. Se ponen en contacto con los espadáñales ( Typho - Scirpetum tabernaemontani ) cuando las aguas están eutrofizadas y su corriente es lenta. En las aguas finas se ponen en contacto con las comunidades acuáticas de Helosciadietum nodiflori y Glicerio declinatae - Eleocfaaridetum palustris, dependiendo de la fuerza que tenga la corriente. La sauceda, hacia tierra firme, según la higromorfía, se pone en contacto con la aliseda de Scrophulario - Alnetum glutinosae, e incluso en aiToyos de mayor estiaje, con los tamujares de Pyro - Seciuinegetum tinctoriae.

Serie riparia del olmo. Aro italici - Ulmeto minoris.

Tiene escasa representación en la provincia Luso - Extremadurense. Solo se presenta en algunos suelos arcillosos procedentes de la descomposición de pizarras y calizas cámbricas. Aunque los olmos son frecuentes en las proximidades de la mayor parte de los pueblos, en general han sido plantados por el hombre. En el área de estudio no se ha observado ninguna olmeda medianamente estructurada. Se trata de la asociación Aro - Ulmeto minoris, teniendo como orla un espinal de Rubo - Rosetum corymbiferae. Los pastizales subnitrófilos de Galio - Anthriscetum caucalidis que cobijan no son específicos, buscando únicamente el microclima esciófilo. En el ecotopo que teóricamente debería ocupar la olmeda, en muchas ocasiones se instalan los vallicares de Festuco - Agrostetum castellanae en el sector Toledano - Tagano. Por el contrario, en el sector Mariánico - Monchiquense este nicho ecológico lo ocupan los adelfares.

Serie mesomediterránea süicícola del tamujo. Pyro feourgeaeanae - Securinegeto tinctoriae.

A lo largo de los arroyos y ríos con gran estiaje, y ocupando el borde exterior en contacto con las climax climáticas de encinas y alcornoques, se desarrollan los tamujares. Son formaciones espinosas monoespecíficas o con un reducido número de elementos acompañantes, como por ejemplo Bryona dioica o Tanunus communis. El carácter fronterizo de esta serie permite la penetración de taxones propios de las climax climáticas colindantes, como por ejemplo la propia Pyrus bourgeana. Son frecuentes, aunque no específicas, las

90 comunidades herbáceas, subnitrófilas y esciófilas de la Galio - Anthriscetum caucalidis.

3.4.- BIOGEOGRAFÍA Y VEGETACIÓN AUTÓCTONA.

En este apartado se sitúan geográficamente los tipos de vegetación potencial en el área de estudio, comentando su nivel de alteración y evolución.

3.4.1- SUBSECTOR ORETANO.

Bajo la denominación de subsector Oretano, se incluye la columna vertebral de la provincia Luso - Extremadurense, formada por escarpadas sierras ordovícicas y silúricas que forman los Montes de Toledo o cordillera Oretana. Dentro de ella se diferencian tres macizos montañosos con entidad propia: Montes de Toledo (propiamente dichos), Villuercas y Sierra de San Pedro. Los dos primeros, separados por la llanura de La Jara, forman parte del área de estudio. El subsector Oretano puede definirse por la existencia de los pisos bioclimáticos meso y supramediterráneo, con ombroclimas desde seco medio hasta subhúmedo superior. Son elementos botánicos propios de este subsector: Centaurea toletana, Dianthus scaber ssp. toletanus, Prunus lusitanica, Daucus setifolius u Thimus villosus-

3.4.1.1. EL DISTRITO DE LOS MONTES.

En distrito de Los Montes, comprende la comarca natural conocida como Montes de Toledo, de la que participan las provincias administrativas de Toledo, Ciudad Real y Badajoz. Las abruptas sierras alcanzan los 1400 metros en los picos Corral de los Cantos y Rocigalgo, elevaciones máximas de este macizo. Son abundantes, sobre derrubios de ladera, los alcornocales de Sanguisorbo - Quercetum suberis, y sus etapas seriales de Pbillyreo - arbutetum y Erico - Cistetum ladanif eri. Las cumbres cuarcíticas quedan cubiertas por un carrascal pobre que se considera perteneciente al Junípero - quercetum rotundifoliae, que a veces tapiza el tramo superior de las pedrizas.

91 Los robledales supramediterráneos de Sorbo torminaüs - quercetum pyrenaicae están enriquecidos por pequeños bosquetes de tejos ( Taxus baccata ) o por ejemplares aislados de esta especie, en todas las sierras que superan los 1300 metros. Como comunidades endémicas y relictas, se encuentran los abedulares de Galio broteriani - BetuJetum parvibracteae, la vegetación arbustiva higrófila de Frangido - Myricaetum galeae colindante, y los brezales de trampales y turberas de Erico tetralix - Myricaetum galeae. En el nacimiento del río Gébalo se encuentran, aunque muy alteradas, las loreras relictas del Viburno tíni - Prunetum ¡usitanicae.

3.4.1.2.- EL DISTRITO JAREÑO.

Comprende en su totalidad la comarca de La Jara y el tramo final de la comarca de Ibor, ya en las estribaciones de la sierra de Altamira. Se trata de una penillanura inclinada hacia el norte, que no alcanza alturas superiores a los 700 metros. Es un territorio mesomediterráneo de ombroclima seco medio y superior. Aunque en sus bordes predominan los sedimentos pliocenos, faltan por completo los alcornocales de Sanguisorbo - Quercetum suberis, estando cubierto en su totalidad por encinares de Pyro - Quercetum rotundifoliae, retamares de Cytíso scoparii - Retametum cytisetosum multiflori, y aulagar- jarales de Gemiste - Cistetum ladaniferi.

3.4.1.3.- EL DISTRITO VILLUERQUINO.

Incluye el macizo central de la cordillera Oretana, formado casi en su totalidad por sierras silúricas y ordovícicas extraordinariamente escarpadas y fragosas, con su punto culminante en las Villuercas, de 1601 metros de altitud, y varias alturas que superan los 1400 metros, como Carvales y Cerro Fortificado. El distrito se inicia en la sierra de Altamira, tomando dirección norte a través de las sierras de Deleitosa, Corchuelas, y otras elevaciones ya fuera del área de estudio. Destaca la presencia de afloramientos calizos cámbricos en Valdecañas del Tajo y en el valle del río Ibor. Como comunidades representativas destaca el robledal supramediterráneo de los tramos superiores de las sierras de Palomera, Guadalupe y Villuercas, perteneciente a la asociación Sorbo terminalis -

92 Querceto pyrenaicae. También destacan los escobonales de Cytiso scopari - Genistetum floridae citysetosum striati, y los brez?1^ de sustitución de Halimio ocymoidis - Ericetum aragonensis ericetosum umbellatae. La comunidad más representativa de este distrito son las loreras de Viburno - prunetum lusitanicae refugiadas en las profundas gargantas del valle del Hospital del Obispo y de los ríos Ruecas y Viejas. También hay que destacar las alisedas supramediterráneas de Galio broteriani - Caricetum broterianae en las cabeceras de las gargantas serranas. Finalmente, destacan en los rellanos de las cuarcitas que coronan sierras y serretas las formaciones de "cenizos" de Frangulo retusae - Adenocarpetum argyropbylli. Como taxones característicos destacan Adenocarpus argyropkyttus ssp argyrophyttus, Hetteborus phoetidus, Dryopteris dilatata, Sanícula europaea, Hepática nobilis, Trisetum hispidum, Arenaria agregata ssp querioides, Euphorbia dulcís y Leuzera rhaponticoides. En el piso mesomediterráneo subhúmedo superior y medio se presentan en las umbrías los robledales eutrofos de Arbuto - Quercetum pyrenaicae, y en las solanas, los alcornocales típicos de Sanguisorbo - Quercetum suberis o sus etapas seriales.

3.4.2.- SUBSECTQR CACEREÑO.

Dentro del subsector Cacereño se incluye la llamada penillanura cacereña, que ocupa más de la mitad de la provincia de Cáceres. Se trata de una penillanura que no supera los 600 metros en sus cotas más altas. Se halla recorrida de este a oeste por el río Tajo, recibiendo a derecha e izquierda los afluentes Alagón, Almonte, Salor, Erjas y Sever. Predominan las rocas metamórficas, principalmente pizarras precámbricas y cámbricas, y varios núcleos graníticos entre los que destaca el batolito de Trujillo. Toda la penillanura se encuentra situada en el piso bioclimático mesomediterráneo medio e inferior, con ombroclima de seco a subhúmedo. En esta penillanura, la vegetación más característica está constituida por los encinares con piruétanos o galaperos, y los encinares con alcornoques en los afloramientos graníticos, pertenecientes a Pyro quercetum rotundifoliae y Pyro - Quercetum quercetosum suberis, respectivamente.

93 Es característica la recuperación de los encinares mediante la "mata parda" ( matas de Queráis rotundifolia ) y los típicos aulagar^jaralss de Genisto - Cistetum ladaniferi sobre litosuelos pizarrosos, y los escobonales de Cyíiso mulflori - Retametum sphaerocarpae en los berrocales graníticos. Sobre las calizas, es necesario destacar, junto al encinar con piruétanos similar al silicícola colindante, los coscojales de Asparago - Rhamnetum spiculosae cocciferetosum, y los jarales blancos de Lavandulo sampaianae - Cistetum albidi. Se puede definir este sector por su gran uniformidad florística y fitosociológica, independientemente del sustrato.

3.4.3.- SUBSECTOR MARIANENSE.

A este subsector pertenece una buena parte del piso mesomediterráneo de ombroclima seco medio-superior y subhúmedo. Incluye comarcas muy representativas, como las vegas altas del Guadiana, o los valles de Alcudia, Serena y Pedroches.

3.4.3.1.- DISTRITO SERENA - PEDROCHES.

Comprende los valles de La Serena, Alcudia y los Pedroches, orientados desde muy antiguo hacia la crianza de ganado lanar desde el otoño hasta la primavera, actividad que sigue desarrollándose en la actualidad. Los pastos de La Serena son los ahijaderos naturales de la provincia Luso - Extremadurense. Se trata de penillanuras arrasadas, formadas exclusivamente por pizarras cámbricas en Alcudia, o por pizarras y granitos en La Serena y Los Pedroches. La altitud media es de entre 550 y 600 metros, que se ubican en el piso bioclimático mesomediterráneo medio e inferior. Aquí, el encinar de Pyro - Quercetum rotundifoliae constituye la climax, presentando como etapas de sustitución los aulagares de Genisto - Cistetum ladaniferi y los retamares de Cytiso scoparii - Retametum sphaerocarpae. Pero, sin duda, lo más representativo son los pastizales terofítico vivaces de Poo bulbosae - Trifolietum subterranei, sobre los islotes éutricos y dístricos, con plantas tan específicamente unidas a estas praderas naturales como Astragalus incanus ssp. macrorhizus y Trifolium bocconei, que representan el óptimo en la evolución natural del pastizal.

94 También ocupan extensas áreas los vallicares vivaces de Festuco amplae - Agrostetum castellanae, que sirven de ahij adero a los ganados en los finales de la primavera, antes de iniciar su marcha a pastos más frescos en los sistemas montañosos Central, Ibérico y Cordillera Cantábrica. Son elementos propios de este territorio: Dianthus cassipes ssp serenaeus, Huffmúa uñllkommiana, Scrophtdaria oxyrhincha y Erodium mouretii. Otra característica de este distrito es el desarrollo que adquieren, en solanas y llanos sobre rañas y derrubios de ladera, los charnecales de PhilJyreo - Arbutetum pistacietosum lentisci, y en afloramientos cuarcíticos sobre suelos esqueléticos, los acebuchales de Asparago - Rhamnetum spiculosae. Es conveniente hacer notar que, así como en las sierras septentrionales con mayor continentalidad prosperan los carrascales de Junípero - Quercetum, en este subsector han dado paso a los acebuchares termófilos. En este distrito corológico se incluyen, además del , las llanuras miocenas arcósicas denominadas Vegas Altas del Guadiana. Al igual que en el valle de La Serena, la vegetación termófila prospera por doquier, sobre todo charnecales y acebuchares, conservando la llanura grandes restos de encinar adehesado de Pyxo - Quercetum rotundif oliae. Los jarales de Genisto - Cistetum ladaniferi se ven enriquecidos por el jaguarzo de Montpellier ( Cistus monspeUiensis ), planta de carácter termófílo.

3.5.- VEGETACIÓN ACTUAL.

En este apartado se analiza la vegetación actualmente existente en el área, tanto la vegetación autóctona como la vegetación introducida mediante repoblaciones. La descripción se limita a las zonas cuya tipología responde a la definición de "ecosistemas naturales" indicada al inicio del presente inventario, es decir, se prescinde de las áreas urbanizadas y de los cultivos agrícolas.

La vegetación terrestre actual del área es fruto de las condiciones naturales climáticas y edafológicas, y de la continua acción transformadora del hombre, existiendo un complejo entramado de diferentes tipos de vegetación.

Para describir el tipo de vegetación terrestre actual, se ha utilizado como base la clasificación que figura en la. serie de Mapas de Cultivos y Aprovechamientos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta

95 clasificación parte de tres grupos básicos definidos por el tipo de formación vegetal:

Pastizal. Matorral. Arbolado.

Sobre estos grupos establece una serie de combinaciones, resultando los siguientes tipos generales de vegetación:

- Pastizal. - Pastizal matorral. - Pastizal con arbolado. - Pastizal matorral con arbolado. - Matorral. - Matorral con arbolado. - Ai-bolado.

Aparte de estos tipos, se estudia a nivel superficial la vegetación acuática.

3.5.1.-PASTIZAL.

El pastizal puro, sin arbolado ni matorral, es uno de los tipos más abundantes en el área de estudio. La cubierta herbácea tiene diferente composición florística según sean las condiciones ombroclimáticas y edáficas. Sin embargo, la presencia o ausencia de ganado que aproveche los pastos, es la circunstancia que determina, en mayor grado, cual es la composición de la vegetación herbácea que existe en una determinada área de pastizal. En las zonas que son pastadas año tras año, se mantiene una cubierta baja de especies principalmente terofíticas, mientras que, al interrumpirse el pastaje, se pone en marcha la sucesión ecológica y aparecen las especies herbáceas y subleñosas de mayor porte.

La calidad de los pastos, en cuanto a su aprovechamiento ganadero, es variable. Como regla general, en la mitad norte del área dominan los pastos de baja y media calidad. Los mejores pastos se encuentran en la mitad sur,

96 especialmente en la comarca de La Serena. Se trata, en general, de pastos de invierno - primavera.

A continuación se relaciona un inventario de especies de un pastizal situado en el extremo norte del área: Virginia scUla, Asphodelus albus, Agostis sp., Bromus sp., Anthyttis lotoides, CaroUina dura, Lathyrus angulatus, Lotus coninbricensis, Trifolium subterraneum, Trifolium tomentosum, Trifolium angustifolium, Trifolium arvensis, Avena sterilis, Bromus rubens, Poa bulbosa, Vulpia bromoides, Gandiría frágüis, Plantago beüardi, Helianthemum guttatum, Euphorbia exigua, Rumex acetosetta, Filago gaUica, Diplctuxis catholita.

En el área de La Serena se hallan los mejores pastos. La zona más sureña de La Serena es más pobre, con suelos silíceos y altas temperaturas, y con problemas de pastoreo y laboreo excesivos . La zona norteña de este área, ocupando los valles y hondonadas y las tierras de los pantanos de Orellana, Cijara y Zújar, se encuentran los mejores pastizales, especialmente en los lugares de suelos ácidos situados en áreas frescas, en los que abunda el trébol subterráneo, planta de gran valor pascícola. Un inventario de estos últimos pastos es el siguiente:

Leguminosas: Astragalus cymbaecarpus, Coroniüla dura, Lotus parvifiorus, Lotus coninbricensis, Trifolium bocconei, T. subterraneum, T. glomeratum, T. campestre, T. tomentosum, T. gameUum, T. arvense, T. scabrum, T. striatum. Gramíneas: Aira muMculmis, Avena sterilis, Brachypodium distachion, Bromus tectorum, Dadylis glomerata, Poa bulbosa, Stipa retorta, Vulpia ciliata, V. bromoides, V. myuros.

En general, en los pastizales del área dominan las especies de leguminosas y gramíneas.

Los mejores pastos son los que tienen una gran abundancia de las especies Poa bulbosa, Trifolium subterraneum. En ocasiones, los pastos son tratados para conseguir una mayor abundancia de estas especies, mediante abonado e incluso mediante siembra directa de las especies.

97 En algunas zonas, se desarrollan pastizales de primavera - verano en los arenales de los ríos. Se trata de pastizales nitrcíllos, que contienen Anthemis cotilla, Xanthñan strumarium y otras nitrófilas.

Sobre suelos pizarrosos suele darse un proceso de pérdida de permeabilidad por compactación del suelo, que da lugar a encharcamientos y a aparición de condiciones más acidas. Ello limita las especies que pueden crecer en el pastizal: Lolium multiflorum, Lolium rigidum, Melilotus sp., Trifolium sp. Si la zona permanece sin labrarse, aparecen las especies de mayor porte, como Asphodelus microcarpus, Urginea marítima, y las compuestas Bourgea humüis, Carlina racemasa, Scolymuys hispánicas, Eringium campestre.

S.2.-

Como en el caso anterior, el piso herbáceo presenta una composición básicamente similar a la del pastizal sin arbolado, aunque los árboles añaden sombra y producen microclimas diferentes que dan lugar a variaciones en las especies. Dentro de este tipo, la variante más abundante en el área de estudio es el pastizal con encinas. Se trata de un encinar adehesado, de cobertura arbórea variable, que se utiliza con Fines ganaderos, por la calidad de los pastos y de las bellotas.

Otras variantes son:

Pastizal con rebollos (Q. pyrenaica) o dehesa de rebollos. Pastizal con alcornoques (Q. súber), en el que además de la ganadería se explota el corcho. La bellota es de menor calidad que la de la encina. Pastizal con fresnos. En las zonas con suelos freáticos de las vegas de los ríos. Es una variante escasa, ya que los fresnos (Fraxinus angustifolia)han retrocedido frente a la roturación de las tierras de las vegas para fines agrícolas. Pastizal con chopos ( Populus sp.). Pastizal con higueras (Ficus carica). Pastizal con acebuches (Olea europaea var. sylvestris).

98 Además de estas variantes con cubierta arbórea monoespecífica, existen pastizales con combinaciones de especies arbóreas, entre los que destacan las variantes:

Pastizal con encinas y rebollos, propio de las zonas altas y de umbrías húmedas. Pastizal con encinas y alcornoques, en zonas más expuestas, Pastizal con encinas y castaños. Pastizal con encinas y fresnos. Pastizal con encinas v olivos.

3.5.3.- PASTIZAL MATORRAL.

Es otro de los tipos más abundantes en el área. El piso herbáceo corresponde básicamente, en cada zona, a las mismas características que el pastizal propio del lugar.

En cuanto a los matorrales, existe una gran variedad. En general dominan los jarales, cantuesares, tomillares, aulagares, retamares, brezales, y demás. También se presentan ejemplares arbustivos ("chaparros" o "carrascas") de encina, roble y alcornoque, según las condiciones locales.

En las riberas de los ríos, se presentan además la adelfa (Nerium oleander) y el tamujo (Securinega buxifolia). En las cabeceras de los ríos la adelfa desaparece. En zonas de labor abandonadas y con poca pendiente, suelen aparecer los jarales de Cistus ladanifer. Cuando los suelos son pizarrosos y la pendiente es fuerte, aparecen la jara, el cantueso y la aulaga.

En el pastizal sobre berrocales graníticos, se presenta un retamar de bolas {Retama sphaerocarpa). También sobre granitos se presenta el pastizal con cantuesos, con R. sphaerocarpa, Lavandula pedunculata, y herbáceas de los géneros Festuca, Trifolium, Poa y otras.

99 3.5.4.= PASTIZAL MATORRAL CON ARBOLADO.

Los pisos herbáceo y arbustivo se corresponden bien, en cada zona, con las características de los pastizales y las áreas de matorral propias del lugar.

En cuanto al estrato arbóreo, la especie más frecuente es la encina, dando lugar a la variante pastizal matorral con encina. Le siguen en abundancia las siguientes variantes:

Pastizal matorral con alcornoques. Pastizal matorral con encinas y alcornoques. . Pastizal matorral con rebollos. Pastizal matorral con acebuches. Pastizal matorral con fresnos. Pastizal matorral con encinas y fresnos. Pastizal matorral con encinas y olivos. Pastizal matorral con encinas, fresnos y chopos.

Se incluye en este apartado aquellas zonas donde la superficie de matorral supera el 60 por ciento. Proviene de la degradación del bosque esclerófilo mediterráneo, y se asienta sobre suelos pedregosos y de escasa profundidad, en zonas de gran pendiente (laderas, crestas, etc.) inadecuadas para el uso agrícola. La composición florística del matorral depende de la naturaleza del sustrato y del fitoclima local. Se observan jarales ( Cistus ssp), aulagares ( Genista ssp.), brezales ( Erica ssp), retamares ( Retama ssp), madroñales ( Arbutus unedo ), etc., o asociaciones de los mismos. En algunas parcelas se puede encontrar chaparros de encina, alcornoque, etc. , provenientes de la deforestación. Como ya se ha indicado, el uso agrícola de estos suelos es prácticamente nulo. Se realizan, no obstante, otros tipos de aprovechamiento. El más importante es, sin duda, el cinegético. Este tipo de vegetación es muy adecuado para ciertas especies cinegéticas: Jabalí, conejo, etc. También destaca la utilización ganadera (ganado cabrío, ovino, porcino, etc) a pesar de ser terrenos que solo pueden soportar bajas densidades de pastoreo ( 0,5 cabezas de ovino

100 por hectárea ). Otras formas de aprovechamiento, como la obtención de leña, destilación de plantas aromáticas, apicultura, etc. , son realizadas por los lugareños dependiendo de las especies arbustivas y de las necesidades. Por último, no podemos olvidar que estas especies tienen una función ecológica en la evolución natural hacia las formaciones climáticas.

3.S.6.- MATORRAL CON ARBOLADO.

La variante más abundante es el matorral con encinas. Corresponde a zonas de dehesa en las cuales no se desarrollan actividades ganaderas. Son buenas zonas para la caza. Otras variantes de este tipo son:

Matorral con rebollos. Matorral con alcornoques. Matorral con quejigos (Q. lusitanicá). Matorral con chopos. Matorral con pino piñonero (Pinus pinea). Matorral con pino negral (Pinus pinaster). Matorral y olivos (O. europaea var. sylvestris). Matorral con encinas y alcornoques. Matorral con encinas y rebollos. Matorral con rebollos y alcornoques. Matorral con rebollos y castaños. Matorral con encinas y acebuches. Mosaico de matorral, encina arbustiva, pino negral y eucalipto. Mosaico de matorral, quejigo arbustivo, pino negral y eucalipto.

3.5.7.- ARBOLADO.

El bosque autóctono de encinas, alcornoques y rebollos es relativamente escaso, sobretodo en las dos últimas especies. Queda en general limitado a zonas de pendientes elevadas, en donde no es posible un aprovechamiento ganadero. Mención aparte merecen las escasísimas masas forestales de alisos, en las gargantas y nacimientos de algunos ríos. En cuanto a los alcornocales, la

101 industria corchera continúa en la actualidad la explotación de la corteza de este árbol. Abundan los bosques de coniferas y eucaliptos, todos ellos de repoblación. Dentro de estos, los bosques más abundantes son los de pino negral y eucalipto, seguidos por los bosques de chopos, de castaños, de pinos carrasco, laricio y canario, así como una serie de combinaciones entre coniferas, eucaliptos y especies frondosas autóctonas. El rendimiento de las especies maderables, se sitúa, aproximadamente, en 4 m3/Ha año en las coniferas, y de 7 m3/Ha en los eucaliptos. Para recuperar las áreas de matorral, convirtiéndolas en arbolado, resulta mucho mas conveniente utilizar las especies de coniferas, ya que los eucaliptos son especies muy avasalladoras, en especial E. gobulus, y dejan el suelo expuesto a la erosión tras la última corta.

3.5.8.- VEGETACIÓN ACUÁTICA.

En zonas de corrientes lentas de los ríos, en remansos y en lagunas fluviales, se desarrollan las típicas comunidades de macrofitos sumergidos (ipka sp., Chara sp.) así como los juncales (Juncos acutiflorus) y cañizales (Phragmites sp.).

La fauna acuática que albergan estas zonas de ríos, lagunas y embalses, y en especial la avifauna, reviste gran interés, tanto por la riqueza de especies como por las numerosas aves amenazadas o protegidas que nidifican e invenían en estos hábitats.

Se relacionan todas las especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos de cuya presencia en el área de estudio se tiene constancia.

Junto al nombre de 1" especie, figura una clave numérica correspondiente al tipo de habitat que ocupa habitualmente (columna "Hab.").

102 A.- Zonas llanas de pastizal (especies esteparias).

B.- Zonas de vegetación forestal, incluidos matorrales y dehesas.

O- Zonas de cumbres y roquedos.

D.- Sistemas acuáticos superficiales.

Cada especie se acompaña de la categoría UICN de amenaza, que este organismo ha otorgado para la especie en el ámbito estatal español. La clave de las categorías es:

NA : No amenazada. K: Insuficientemente conocida. I: Indeterminada. R: Rara. V: Vulnerable. E: En peligro. O: Actualmente fuera de peligro tras haber estado en las categorías E ó V.

Cuando se trata de especies de aves, figura el status del ave, con la siguiente clave:

S - Sedentaria. E - Estival nidificante. I - Invernante. M - Migrante.

También se menciona la inclusión, si procede, de la especie en alguno de los anexos de las normativas nacionales y europeas referentes a protección de especies silvestres: DIR 92/43 Directiva Europea de hábitats. DIR 79/409 Directiva de aves. RD 439/89 Real Decreto del Estado Español por el que se regula el Catálogo Nacional de Especies Protegidas. Las cifras romanas indican el o los anexos de cada norma en los que la especie figura.

103 3.6.1.-PECES.

ESPECIE NOMBRE COMÚN Háb UICN DIR92/43 RD 439/90 Petronryzon marinus Lamprea marina D II Alosa alosa Sábalo D n Anguilla anguilla Anguila. D V Salmo gardnieri Trucha arco iris. D NA Salmo trutta Trucha común. D NA Exos lucius Lucio D NA Anaecypris hispánica Jarabugo D II Barbus bocagei Barbo ibérico D Barbus conniza Barbo cormiza D NA H/V Barbus microcephalus Barbo cabecicorto D Carassius auratus Carpín D NA Cyprinus carpió Carpa D NA Chondrostoma polyiepis Boga de río D NA II Gobio gobio Gobio D NA Leuciscus cephalus Cacho D NA Rutilus arcasi arcasi Bermejuela D II Pardilla D NA II Tinca tinca Tenca D NA Tropidophosinellus Calandino D NA alburnoides Cobitis macrocanna D Gamfousia affinis Gambusia D NA Micropterus salmoides Perca americana D NA

3.6.2.- ANFIBIOS.

ESPECIE NOMBRE COMÚN Hab UICN DIR92/43 RD 439/90 Salamandra salamandra Salamandra común D NA Pleurodeles Walth Gallipato D NA II Trituras marmoratus Tritón jaspeado D NA IV II Triturus boscai Tritón ibérico D NA II Discoglossus pictus Sapillo pintojo D NA IV Alytes cisternasii Sapo partero B R n ibérico Alytes obstetricans Sapo partero B NA IV II común Pelobates cultripes Sapo de espuelas D NA II Plodytes punctatus Sapillo moteado B n Bufo bufo Sapo común B NA Bufo calamita Sapo corredor B NA IV II Hyia arbórea Ranita de San D NA II Antonio Hyla meridionalis Rana meridional D NA IV II Rana ibérica Rana patilarga C NA IV II Ranaperezi Rana común D NA V

104 3.6.3.- REPTILES.

ESPECIE NOMBRE COMÚN Hab UICN DIR92/43 RD 439/90 Emys orbicularis Galápago europeo D I II/IV Mauremys caspica Galápago leproso D NA II/IV Hemidactvlus turcicus Salamanquesa NA II rosada Tarentola mauritanica Salamanquesa NA común Psammodromus algirus Lagartija colilarga B NA II Psammodromus hispanicus Lagartija cenicienta A NA II Acanthodactyius erythrurus Lagartija colirroja A NA II Lacerta montícola Lagartija serrana C NA II Lacerta lepida Lagarto ocelado A NA Lacerta schreiberi Lagarto verdinegro A NA n/iv n Podareis muralis Lagartija roquera A NA IV II Podareis hispánica Lagartija ibérica B NA II Chalcides bedriagai Eslizón ibérico B NA IV II Chalcides chalcides Eslizón tridáctilo D NA II Blanus cinereus Culebrilla ciega D NA II Macroprotodon cucullatus Culebra de cogulla B NA II Malpolon monspessiilanus Culebra bastarda B NA II Coluber hippocrepis Culebra de B NA IV II herradura Elaphe scalaris Culebra de escalera B NA II Natrix natrix Culebra de collar D NA II Natrix maura Culebra viperina D NA II Coronelía austríaca Culebra lisa C NA II europea Coronelía girondica Culebra lisa A NA II meridional Vípera latas ti Vívora hocicuda C NA

105 3.6.4.-AVES

ESPECIE NOiMBRE COMÚN Status Hab UICN DIR79 RD439/90 /409 Podiceps nigricollis Zampullíh I D R n cuellinegro Trachybaptus ruficollis Zampullín chico S D NA II Podiceps cristatus Somormujo lavanco S D NA n Phalacrocorax carbo Cormorán grande I D NA II Árdea cinérea Garza real E/I D NA II Árdea purpurea Garza imperial E D V I II Ardeola rafloides Garcilla cangrejera M D E I i Bubulcus ibis Garcilla huevera E D NA n Egretta garzetta Garceta común S D NA I n Egrettaalba Garceta grande M D NA I II Nycticorax nyctícorax Martinete E D R I II Ixobrychus minutas Avetorillo común E D I I n Ciconia tdconia Cigüeña común E B/C V I II Cicónianigra Cigüeña negra E B/C E I i Plegadis falcraellus Monto M D E I II Platalea leucorodia Espátula M D V I H Phoenicopterus ruber Flamenco M D R I II Pernis apivorus Halcón abejero E B NA I II Elanus caeruleiis Elanio azul S B R I II Ríilvus migrans Milano negro E B NA I II Milvus milvus Milano real E B K I n Gypaetus barbaíiis Quebrantahuesos M C E I i Neophron percmopísrus Alimoche E C V I II Gyps futvus Buitre leonado S C O I II Aegypius monachus Buitre negro s B V I II Circaetus gallicus Águila culebrera E B I I II Circus aeruginosus Aguilucho lagunero E D V I II Circus cyaneus Aguilucho pálido I A K I II Circus pygargus Aguilucho cenizo E A V I II Accipiter gentiüis Azor S B K II Accipiter nisus Gavilán s B K II Buteo buteo Ratonero común s B NA II Aquila adalberti Águila imperial s B E I i ibérica Aquila chrysaetos Águila real s C R I II Hieraetus pennatus Águila calzada E B NA I II Hieraetus fasciatus Águila perdicera S C V I II Pandion haliaetus Águila pescadora I D E I II Falco naumannii Cernícalo primilla E B V I H Falco tínnunculus Cernícalo vulgar S B/C NA II Falco subbuteo Alcotán E B K II Falco peregrinus Halcón peregrino S A V I II Anser anser Ánsar común I D NA II/III Anser fabatís Ánsar campestre I D V Tadornatadorna Tarro blanco I D R II Anas querquedula Cerceta carretona M D R n Anas crecca Cerceta común I D NA n/Hi Anas acuta Añade rabudo I D NA ii/in

106 EXCEDENTES SOBRE LA CARGA CRITICA. EXCEDENTES SOBRE LA CARGA CRITICA. (PROFILE) (PROFILE). (Keq/ Ha/año). (Keq / Ha / año).

CONIFERAS DESPUÉS CONIFERAS ANTES

< -0,1. ESPECIE NOMBRE COMÚN Status Hab UICN DIR79 RD439/90 /409 Anas penelope Añade silbón I D NA Anas strepera Añade friso E D NA II Anas clypeata Pato cuchara I D NA n/ni Anas platyrhynchos Añade real E D NA u/ni Nettarufina Pato colorado E D R II Aythya ferina Porrón común I D NA II/III Aythya nyroca Porrón pardo I D E i I Aythya fuligula Porrón moñudo I D NA II/III Alecíoris rufa Perdiz roja S B NA ii/m Coturnix coturnix Codorniz S B NA II Phasiamis colchicus Faisán común s B NA II/III Rallus aquaticus Rascón s D NA II Gallínula chloropus Polla de agua s D NA II Porzana porzana Polluela pintoja M D K i II Grus grus Grulla común I B V i II Tetras tetrax Sisón s A I i II Otis tarda Avutarda s A V i II Haematopus osíralegus Ostrero M D R II II Himantopus himantopus Cigüeñuela E D NA i II Recurvirostra avosetta Avoceta I D R i II VaneUus vaneEus Avefría I D/A NA II BurMnus oedicneraiis Alcaraván S A K i II Clareóla pratíncola Canastera E D/A V i II Charadrius dubius Chorlitejo chico E D K II Charadrius hiaíicula Chorlitejo grande I D NA II Charadrius alexandrinus Chorlitejo I D K II patinegro Pluvialis apricaria Chorlito dorado I D NA i II común Pluvialis squatarola Chorlito gris I D NA II II Calidris canutus Correamos gordo I D NA II II Calidris minuta Correlimos I D NA II menudo Correlimos de I D NA II Temminck Calidris ferruginea Correlimos I D NA II zarapitín Calidris alpina Correlimos común I D NA II Philomachus piígnax Combatiente I D NA I/II II Lymnooryptes mijró»T>s Agachadiza chica I D NA II/III Gallinago gallinago Agachadiza común I D K n/in Scolopax rusticóla Chocha perdiz I D K n/in Limosa limosa Aguja colinegra I D NA II n limosa lapponica Aguja colipinta I D NA II II Numenius arquata Zarapito real I D R n II Tringa erythropus Archibebe oscuro I D NA n II Tringa totanus Archibebe común I D NA II Tringa nebularia Archibebe claro I D NA II II Tringa ochropus Andarríos grande I D NA II Tringa glareola Andan ios bastardo I D NA i II

108 ESPECIE NOMBRE COMÚN Status Hab UICN DIR79 RD439/90 /409 Actitis hypoleucos Andarríos chico I D NA II Larus ridibundus Gaviota reidora I D NA II Larus canus Gaviota cana I D NA II II Larus fuscus Gaviota sombría I D NA II Gelochelidon nilotica Pagaza piconegra E D V I II S terna caspia Pagaza piquirroja I D R I II S terna hirundo Charrán común M D R I II Sterna albifrons Charrancito E D R I II CbJydonias hybrida Fumarel cariblanco I D V I II Chlydonias niger Fumarel común I D E I II Qüydonias leucoptera Fumarel aliblanco M D NA n Columba livia Paloma bravia S B NA 11/ Columba oenas Paloma zurita S B I 11/ Columba palumbus Paloma torcaz s B NA II/III Streptopelia turtur Tórtola común E B V II Pterocles orientalis Ortega s A V I n Pterodes alchata Canga s A V I II í 'lamatnr {^andarius Críalo E B K II Cuculus canorus Cuco E B NA II Tyto alba Lechuza común S B NA II Otus scops Autillo E B NA II Bubo bubo Buho real S C R I II Alheñe noctua Mochuelo común S B NA II Strix aluco Cárabo común s B NA n Asió otus Buho chico s B NA II Asi© flamineus Lechuza campestre M D/B R I n Caprimulgus europaeus Chotacabras gris E B K I II Caprimulgus ruficollis Chotacabras pardo E B K II Apus apus Vencejo común E NA II Apus palHdus Vencejo pálido E NA II Apusmelba Vencejo real E C NA II Apuscaffer Vencejo cafre E C R I n Alcedo atthis Martín pescador S D K I II Merops apiaster Abejaruco común E B NA II Coracias garruhis Carraca E B R I II Upupa epops Abubilla E B NA II Jynx torquilla Torcecuello E B NA n Picus virídis Pito real S B NA II Dendrocopos major Pico picapinos S B NA II Dendrocopos minor Pico menor s B I II Melanocorypha calandra Calandria común s A NA I n Calandrella brachydactyia Terrera común E A NA I II CalandreUa rufescens Terrera marismeña E A NA II Galerida cristata Cogujada común S A NA II Galerida theklae Cogujada s A NA I II montesina Lullva arbórea Totovía s A NA I n

109 ESPECIE NOMBRE COMÚN Status Hab UICN DIR79 RD439/90 /409 Alauda arvensis Alondra común S A NA Riparia riparia Avión zapador E D I II Ptyonoprogne rupestras Avión roquero E C NA n Hirundo rustica Golondrina común E NA n Hinmdo daurica Golondrina daúrica E C NA II DeHchon urbica Avión común E NA u Motacüla alba Lavandera blanca S A NA II Motadlla flava Lavandera boyera E D NA II Motacüla cinérea Lavandera E D NA II cascadeña Anthus campestris Bisbita campestre E A NA II Anthus trivialis Bisbita arbóreo M \ NA II Anthus patensis Bisbita común I \ NA II Anthus spinoletta Bisbita ribereño E D NA II apinoletta alpino Cindus cinclus Mirlo acuático S D NA II Troglodytes troglodytes Chochín s B NA II Pnmella modularía Acentor común s B NA II Prunella collaris Acentor alpino E NA II Cercotrichas galac totes Alzacola E A. £ II Erithacus rubecula Petirrojo E B NA II Luscinia megarhynchos Ruiseñor común E B NA II Luscinia avecica Pechiazul I c NA • II Phoenicurus ochruros Colirrojo tizón I C/B NA n Phoemcurus phoenicurus Colirrojo real I B NA II Saxícola torquata Tarabilla común S D NA II Saxícola rubetra Tarabilla norteña M D NA n Oenanthe oenanthe Collalba gris E A NA n Oenanthe hispánica Collalba rubia E A NA II Oenanthe leucura Collalba negra S A NA i II Montícola saxatilis Roquero rojo E C NA II Montícola soütarius Roquero solitario S C NA II Turdus merula Mirlo común S B NA u Turdus philomelos Zonal común s B NA n Turdus pilaris Zorzal real I B NA II Turdus ilíacus Zorzal alirrojo I B NA n Turdus viscivorus Zorzal charlo I B NA II Cettíacetti Ruiseñor bastardo s D NA II Cisticola juncidis Buitrón s D NA II Acrocephalus Carricerín real M D R i II melanopogon Acrocephalus pahidicola Carricerín cejudo M D K i II Acrocephalus Carricerín común M D NA II schoenobaenus Acrocephahis Carricero tordal E D NA II anindinaeeus Hippolais paluda Zarcero pálido M D NA II Hippolais policía Zarcero común M D NA n Syhiaundata Curruca rabilarga S D NA i II Syivia conspicillata Curruca tomillera E B NA H

110 ESPECIE NOMBRE COMÚN Status Hab UICN DIR79 RD439/90 /409 Sylvia cantilians Curruca E B NA II carrasqueña Sylvia melanocephala Curruca S B NA II cabecinegra Sylvia hortensis Curruca mirlona E B NA n Sylvia communis Curruca zarcera E B NA II Sylvia borin Curruca E B NA II mosquitera Syivia atricapilla Curruca capirotada E B NA II Phylliscopiis collybita Mosquitero común I B NA II Phylloscopus bonelli Mosquitero E B NA II papialbo Phyiloscopus trochilus Mosquitero musical M B NA n Regulus reguhis Reyezuelo sencillo B NA II Regulus ingicapillus Reyezuelo listado S B NA ii VIuscicapa striata Papamoscas gris B NA II Ficedula hypoleuca Papamoscas E B NA II cerrojillo Panurus biarmicus Bigotudo S D R II Aegithalos caudatus Mito S B NA II Parus ctistatus Herrerillo s B NA II capuchino Paras ater Carbonero s B NA II garrapinos Parus caeruleus Herrerillo común s B NA II Parus major Carbonero común s B NA II Sitta europaea Trepador azul s B NA II Tichodroma muraria Treparriscos I C NA n Certbia brachydacrvia Agateador común s B NA II Remiz pendulinus Pájaro moscón E D NA II Oriolus oriohis Oropéndola E B NA n Lanius excuhitor Alcaudón real s B NA II Lanhis senator Alcaudón común E B NA II Garrulus glandarius Arrendajo S B NA Cyanopica cyana Rabilargo s B NA II Picapica Urraca s B NA Pyrrhocorax pyrrhocorax Chova piquirroja s C NA I II Corvus frugileus Graja I B R Corvus monedula Grajilla I B NA Corvus corone Corneja negra s B NA Corvus corax Cuervo s B NA Sturnus vulgaris Estornino pinto I B NA Stiirnus unicolor Estornino negro I B NA Passer domesticus Gorrión común s B NA Passer hispanolensis Gorrión moruno E B NA u Passer montanus Gorrión molinero s B NA II Petronia petronia Gorrión chillón s C NA II Fringilla coelebs Pinzón común s B NA n Fringilla montifringilla Pinzón real I B NA II Serinus serinus Verdecillo s B NA Carduelis chloris Verderón común s B NA

111 CardueKs carduelis Jilguero S B NA Carduelis f^nnahina Paradlo común S B NA Loxia curvirostra Piquituerto E B NA II Pyrrhula pyrrhula Camachuelo S B NA II común Coccothrausíes Picogordo E B NA n coceo thraustes Emberiza cirlus Escribano soteno S B NA ii Emberiza cia Escribano S C NA II montesino Emberiza hortulana Escribano E B NA I II hortelano Emberiza tdtrinella Escribano cerillo I B NA II Emberiza schoeniclus Escribano palustre S D NA II Miliaria calandra Triguero S B NA

fr.6.5.-

ESPECIE NOMBRE COMÚN UICN DIR92/43 RD 439/90 Erinaceus europaeus Erizo europeo occidental NA Sorex granarius Musaraña ibérica Neomys anoaialiis Musgaño de Cabrera NA Suncus etruscus Musarañita NA Crocidura russula Musaraña común NA Galemys pyrenaicus Desmán II Talpa europaea Topo común NA Rbinolophiis Murciélago grande de V II/IV II ferrumequinum herradura Rhinolophiis Murciélago pequeño de V II/IV II bipposideros herradura Rhinolophus euryale Murciélago de herradura V II/IV II mediterráneo Rbinolophus mehelyi Murciélago mediano de E II/IV II herradura Myotis daubsntoni Murciélago ribereño NA IV II Myotis mystacixnis Murciélago bigotudo I IV II Myotis natíerei Murciélago de Natterer I IV II Myotis myotis Murciélago ratonero grande V n/rv II Plecotus auritus Murciélago orejudo V IV II septentrional Plecotus austriaciis Murciélago orejudo K IV II meridional Barbas trella Murciélago de bosque I U/IV II barbas trellus Pipistrellus pipistrellus Murciélago común NA II Pipistrellus kublii Murciélago de borde claro I n PipistreHus savii Murciélago montañero K IV II Eptesicus serounus Murciélago hortelano K IV II Nyctalus noctula Nóctulo común R IV II Nyctahis lasioptenis Nóctulo gigante I IV II Nyctalus leisleri Nóctulo pequeño I IV u Tadarida teniotis Murciélago rabudo K IV n

112 ESPECIE NOMBRE COMÚN UICN DIR92/43 RD 439/90 Lepiis capensis Liebre ibérica NA Oryctolagus cuniculus Conejo común NA Eliomys quercinus Lirón careto NA lusitanicus Arvícola sapidus Rata de agua NA Microtus lusitanicus Topillo lusitano NA Micro tus Topillo común NA duodecimcostatus Microtus cabrerae Topillo de Cabrera V II/IV II Apodemus syivaticus Ratón de campo NA Rattus rattus Rata negra NA Rattus norvegicus Rata común NA Musmusculus Ratón doméstico NA Canis lupus signatus Lobo V Vulpes vulpes Zorro NA I Meles meles Tejón I Mus tela nivalis Comadreja NA Mustela putorius Turón I V Lutra lutra Nutria V II/IV II Martes foina foina Garduña NA Herpestes ichneumon Meloncillo I V II Genetta genetta genetta Gineta NA V Felis sUvestris Gato montes V IV II Lynx pardina Lince ibérico E II/IV I Sus scrofa Jabalí NA Cervus elaphus Ciervo común NA Capreolus capreolus Corzo NA Ovis mussimon Muflón NA

113

4.- RECURSOS ECONÓMICOS GENERADOS POR LOS APROVECHAMIENTOS DE LOS ECOSISTEMAS NATURALES.

4.1. -GANADERÍA.

La ganadería extensiva depende en parte de los recursos naturales que constituyen los pastos y la montanera. Normalmente el ganado se alimenta de piensos y forrajes durante una parte del año, y aprovecha estos recursos en la época en que están disponibles de forma natural. Los pastos se asocian a los tipos de vegetación descritos como pastizal, en todas sus variantes (con arbolado o con matorrales). La ganadería que pasta estas superficies es principalmente ovino y bovino. La carga ganadera que soportan los pastos es en general baja, del orden de 1 a 2 cabezas de lanar por hectárea La montanera es aprovechada por el cerdo ibérico, en zonas pastizal con encina y matorral con encina. La densidad media puede tomarse como situada entre una y dos cabezas de ganado ovino por hectárea. El ganado porcino ibérico, dependiente de la explotación de la montanera (bellota) se estudia en los recursos forestales, puesto que se trata de una ganadería extensiva que ocupa superficies de monte abierto y explota el producto de la encina, árbol forestal autóctono.

4.2.- RECURSOS FORESTALES.

Pueden dividirse en los siguientes: - Madera. - Corcho. - Resinas. - Leña. - Montanera para ganado porcino ibérico. - Piñones y castañas. - Otros: cera, miel, esencias.

115 La madera se extrae principalmente de especies introducidas, en concreto de las siguientes: Eucaliptos (E. rostrata, E. globulus). Pino negral (Pinus pinaster). Pino piñonero {Pinus pinea). Chopo ( Poptdus nigra). Otras especies de pino (P. halepensis, P. canariensis, P. nigra). Castaño {Castanea sativa).

La extracción de madera de encinas, alcornoques y otras especies autóctonas tiene importancia, y se hace en forma de leñas. El rendimiento medio de crecimiento anual por hectárea y año de las principales especies es el siguiente:

Especie Rendimiento anual en mr / Ha año. Eucalipto (E. rostrata - E. globulus) 0,8 - 15 Pino pinaster 3 Pino piñonero 3,8 Chopo 15-20

El corcho se extrae del alcornoque. Se realiza una corta cada diez o doce años, se obtiene un rendimiento de unos cincuenta kilos de corcho por hectárea y año.

A continuación se ofrecen una serie de datos cuantitativos de producción anual de los recursos más importantes, elaborados a partir de la información existente en el Anuario Estadístico Nacional del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 1992. Por tanto, las valoraciones económicas de las cosechas corresponden a millones de pesetas de ese año. En cuanto al cerdo ibérico, los datos utilizados son del Anuario Estadístico de la Junta de Extremadura, año

19925 pero se refieren a pesetas del año 1991. Se ofrecen datos resumidos sobre producción maderera total (maderas, corcho y leña) y sobre producción no maderera (otros: frutos, cerdo ibérico). En este último grupo figura, entre otras, la producción de cerdo ibérico, que por su importancia figura sola en una tabla aparte.

116 Para cada producción, figura la superficie productiva en hectáreas y el valor de la producción anual en millones de pesetas. Los datos se refieren a todos los municipios situados en el área de estudio, ordenados por provincias. Los datos de montanera se refieren a superficie productiva y valor económico del ganado porcino ibérico que sustenta. Para estimar el valor económico de las producciones, se le ha asignado a la superficie productiva una productividad media obtenida a partir de datos provinciales. La superficie productiva, para cada municipio, se obtiene de sumar la correspondiente a los tipos apropiados de vegetación, obtenidos por municipios en las memorias de los correspondientes Mapas de Cultivos y Aprovechamientos del M.A.P.A.

117 PROVINCIA DE BADAJOZ

MONTANERA (CERDO IBÉRICO). VALOR MILLONES PTAS. 1991 Valdecaballeros 1285 66,2 2002 103,1 8193,5 422,1 0 0,0 Helechosa 1749 90,1 Fuenlabrada de Los 748,5 38,6 Montes 2052 105,7 4073,5 209,9 Talairubias 2083,3 107,3 Sieruela 2733 140,8 0 0,0 Risco 58 3,0 Orellana la Vieja 3 0,2 Capilla 145 7,5 191 9,8 287 14,8 416 21,4 1088,3 56,1 65 3,3 698 36,0 Campanario 1839,5 94,8 Castuera 155 8,0 4730,5 243,7 327 16,8 10 0,5 Esparragosa del Caudillo 950 48,9 2174 112,0 1265 65,2 Peñalsordo 0 0,0 Rena 0 0,0 884 45,5 Villar de Rena 0 0,0 Zarza - Capilla 307 15,8 Sancti-Spiritus 0 0,0 Totales 40513,2 2087,2

118 VALOR TOTAL VALOR TOTAL VALOR TOTAL PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN MADERERA OTROS FORESTAL Valdecaballeros 2,8 66,5 69,4 Castilblanco 1,8 103,1 104,9 Herrera del Duque 24,4 429,1 453,5 Casas de Don Pedro 3,7 0,0 3,7 Helechosa 45,9 120,5 166,4 Fuenlabrada de Los Montes 15,8 43,6 59,4 Garbayuela 5,9 107,2 113,1 Puebla de Alcocer 9,9 214,1 223,9 22,0 108,9 130,9 Sieruela 2,5 141,4 143,9 Orellana de la Sierra 1,0 0,0 1,0 Risco 0,4 3,3 3,7 Orellana la Vieja 1,7 0,2 1,9 Capilla 2,1 7,5 9,6 Acedera 0,6 9,8 10,4 Villarta de Los Montes 8,7 22,7 31,4 Garlitos 8,3 34,7 43,0 Cabeza del Buey 3,6 56,1 59,7 Villanueva de La Serena 2,8 3,3 6,2 Magacela 2,1 36,0 38,1 Campanario 2,1 94,8 96,9 Castuera 1,1 8,0 9,1 Don Benito 30,2 243,7 273,9 Batemo 1,7 17,2 18,9 La Coronada 0,0 0,5 0,5 Esparragosa del Caudillo 1,6 48,9 50,5 La Haba 5,2 112,0 117,2 NavaMllar de Pela 8,6 65,2 73,7 Penal sordo 0,5 0,0 0,5 Rena 0,1 0,0 0,1 Tamurejo 0,9 45,5 46,4 Villar de Rena 0,8 0,0 0,8 Zarza - Capilla 3,4 15,8 19,2 Sancti-Spiritus 0,0 0,0 0,0 Totales 222,3 2159,7 2381,9

119 PROVINCIA DE CIUDAD REAL.

MONTANERA VALOR MILLONES PTAS. 1991 Agudo 3352,5 172,7 Horcajo de los Montes 3146,5 162,1 Navalpino 523 26,9 Puebla de Don Rodrigo 2407,5 124,0 Chillón 706 36,4 Navas de Estena 962,5 49,6 Guadalmez 119 6,1 Fon tañar ej o 0 0,0 Alcoba 486 25,0 Sácemela 1312 67,6 Almadén 2836,3 146,1 Anchuras 3367 173,5 Arroba de los Montes 546 28,1 Retuerta de Bullaque 2725 140,4 Valdemanco de Esteras 982 50,6 Totales 23471,3 1209,2

VALOR TOTAL VALOR TOTAL VALOR TOTAL PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN MADERERA OTROS FORESTAL Agudo 3,8 172,7 176,5 Horcajo de los Montes 8,4 162,1 170,5 Navalpino 4,0 26,9 30,9 Puebla de Don Rodrigo 9,6 124,0 133,7 Chillón 0,9 36,4 37,3 Navas de Estena 9,1 49,6 58,6 Guadalmez 0,2 6,1 6,3 Fontanarejo 0,8 0,0 0,8 Alcoba 4,5 25,0 29,5 Sácemela 2,9 67,6 70,5 Almadén 1,9 146,1 148,0 Anchuras 3,3 173,5 176,8 Arroba de los Montes 0,7 28,1 28,8 Retuerta de Bullaque 5,8 140,4 146,2 Valdemanco de Esteras 1,1 50,6 51,7 Totales 57,0 1209,3 1266,2

120 PROVINCIA DE CACERES.

MONTANERA VALOR MILLONES PESETAS 1991 Guadalupe 1088 9,1 Berzocana 3846 32,1 Logrosán 5364,5 44,7 Navezuelas 15 0,1 Madrigalejo 897 7,5 Carrascalejo 51 0,4 Aldeacentenera 5210 43,4 Robledollano 95 0,8 Zorita 5292 44,1 Campo Lugar 0 0,0 Campillo de Deleitosa 564 4,7 Peraleda de San Román 461 3,8 Garvín 4 0,0 Valdecasas del Tajo 530 4,4 Deleitosa 1398,5 11,7 Torrecillas de la Tiesa 1413 11,8 Santa Cruz de la Sierra 1426 11,9 Puerto de Santa Cruz 719 6,0 Villamesías 891 7,4 Abertura 447 3,7 Escurrial 3673 30,6 Valdehuncar 136 1,1 Trujillo 3780 31,5 Be rroc alejo 172 1,4 Ibahernando 701 5,8 Romangordo 1709 14,2 Robledillo de Trujillo 496 4,1 Higuera 264 2,2 Miajadas 1062 8,9 Fresnedoso de Ibor 448 3,7 Mesas de Ibor 1592 13,3 Alcollarín 22 0,2 Alia 6682 55,7 Bohonal de Ibor 5 0,0 Cabanas del Castillo 947,5 7,9 Cañamero 1140,5 9,5 Casas de Miravete 464 3,9 Castañar de Ibor 62,5 0,5 Conquista de la Sierra 1178 9,8 El Gordo 1750 14,6 Herguijuela 2034,5 17,0 Madroñera 3507 29,2 Navakillar de Ibor 0,1

121 MONTANERA VALOR MILLONES PESETAS 1991 Peraleda de la Mata 2158 18,0 Valdecañas del Tajo 0 0,0 Villar de Pedroso 249,5 2,1 Santa Ana 326 2,7 Jaraicejo 1489,5 12,4 Belvis de Monroy 346 2,9 Garcíaz 5113,5 42,6 Totales 71227,5 593,7

VALOR TOTAL VALOR TOTAL VALOR TOTAL PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN MADERERA OTROS FORESTAL Guadalupe 10,4 24,6 35,0 Berzocana 3,6 34,8 38,4 Logrosán 2,8 44,8 47,5 Návezuelas 9,3 3,7 13,1 Madrigalejo 0,6 7,5 8,0 Carrascalejo 2,7 0,4 3,2 Aldeacentenera 0,0 43,4 43,5 Robledollano 4,8 1,0 5,8 Zorita 1,0 44,1 45,2 Campo Lugar 3,2 0,0 3,2 Campillo de Deleitosa 4,7 4,8 9,5 Peraleda de San Román 3,5 3,8 7,3 Garvín 3,0 0,0 3,0 Valdecasas del Tajo 2,9 4,4 7,3 Deleitosa 8,9 11,8 20,7 Torrecillas de la Tiesa 0,0 11,8 11,8 Santa Cruz de la Sierra 0,1 11,9 11,9 Puerto de Santa Cruz 0,1 6,0 6,1 Villamesías 0,1 7,4 7,5 Abertura 0,0 3,7 3,8 Escurrial 0,4 30,6 31,0 Valdehuncar 0,4 1,1 1,0 Trujillo 1,9 31,5 33,4 Berrocalejo 0,2 1,4 1,7 Ibahernando 0,4 5,8 6,3 Romangordo 3,5 14,2 17,8 Robledillo de Trujillo 1,0 4,1 5,2 Higuera 7,4 2,2 9,6 Miajadas 1,0 8,9 9,8

122 VALOR TOTAL VALOR TOTAL VALOR TOTAL PROLUCCIÓN PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN MADERERA OTROS FORESTAL Fresnedoso de ibor 4,5 3,7 8,2 Mesas de Ibor 1,9 13,3 15,2 Alcollarín 0,0 0,2 0,2 Alia 61,8 61,8 123,6 Bohonal de Ibor 1,3 0,0 1,4 Cabanas del Castillo 9,1 8,0 17,1 Cañamero 16,8 13,3 30,1 Casas de Miravete 7,5 3,9 11,4 Castañar de Ibor 17,1 0,9 18,0 Conquista de la Sierra 0,1 9,8 10,0 El Gordo 9,4 14,6 24,0 Herguijuela 0,3 17,0 17,2 Madroñera 1,0 29,2 30,2 Navajvillar de Ibor 11,3 0,1 11,4 Peraleda de la Mata 1,0 18,0 19,0 Valdecañas del Tajo 0,0 0,0 0,0 Villar de Pedroso 20,4 2,2 22,7 Santa Ana 0,1 2,7 Jaraicejo 15,9 12,4 28,3 Belvis de Monroy 2,0 2,9 4,9 Garcíaz 3,2 42,6 45,9 Totales 262,6 626,7 889,3

123 PROVINCIA DE TOLEDO.

MONTANERA VALOR MILLONES PTAS. 1991 Mohedas de La Jara 162 1,4 Puerto de San Vicente 100 0,8 Aldeanueva de San Bartolomé 719 6,0 Robledo del Mazo 7 0,1 Sevilleja de La Jara 1114 9,3 Valdeverdeja 55 0,5 Espinoso del Rey 38 0,3 Torneo 451 3,8 Navalmoralej o 485 4,0 Belvis de La Jara 35 0,3 Alcaudete de La Jara 951 7,9 Torrecilla de La Jara 410 3,4 Herreruela de Oropesa 13 0,1 Cálemela 260 2,2 El Puente del Arzobispo 0 0,0 Alcolea de Tajo 45 0,4 Aldeanueva de Barbarroya 60 0,5 Azután 0 0,0 El Campillo de La Jara 560 4,7 La Estrella 80 0,7 Hontanar 109 0,9 La Nava de Ricomalillo 0 0,0 Los Navalmorales 151 1,3 Los Navalucillos 1126,5 9,4 Retamoso 200 1,7 Santa Ana de Pusa 250 2,1 La Calzada de Oropesa 967 8,1 Lagartera 1295 10,8 Oropesa 1218 10,2 Alcañizo 0 0,0 Calera y Chozas 15 0,1 Totales 10876,5 90,7

124 VALOR TOTAL VALOR TOTAL VALOR TOTAL PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN OTROS FORESTAL MADERERA Mohedas de La Jara 1,4 2,1 0,7 Puerto de San Vicente 0,8 2,2 1,4 Aldeanueva de San 6,0 6,1 0,1 Bartolomé Robledo del Mazo 0,1 7,1 7,0 Sevilleja de La Jara 9,3 17,7 8,4 Valdeverdeja 0,5 1,2 0,7 Espinoso del Rey 0,3 1,8 1,5 Torrico 3,8 3,8 0,0 Navalmoralej o 4,0 4,2 0,2 Belvis de La Jara 0,3 3,0 2,7 Alcaudete de La Jara 7,9 8,3 0,4 Torrecilla de La Jara 3,4 4,2 0,8 Herréruela de Oropesa 0,1 0,1 0,0 Caleruela 2,2 2,2 0,0 El Puente del Arzobispo 0,0 0,0 0,0 Alcolea de Tajo 0,4 0,6 0,2 Aldeanueva de 0,5 1,1 0,6 Barbarroya Azután 0,0 0,0 0,0 El Campillo de La Jara 4,7 5,3 0,6 La Estrella 0,7 1,3 0,7 Hontanar 0,9 6,8 5,9 La Nava de Ricomalillo 0,0 0,5 0,5 Los Navalmorales 2,9 4,2 1,3 Los Navalucillos 9,4 21,4 12,0 Re tamo so 1,7 1,7 0,0 Santa Ana de Pusa 2,1 2,1 0,0 La Calzada de Oropesa 8,1 8,6 0,6 Lagartera 10,8 11,1 0,3 Oropesa 10,2 11,8 1,6 Alcañizo 0,0 0,0 0,0 Calera y Chozas 0,1 2,5 2,3 Totales 92,3 142,8 50,6

125 4.3.- RECURSOS CINEGÉTICOS.

Como resumen a los recursos cinegéticos del área, se ofrecen los siguientes datos generales, tomados del Anuario Estadístico del M.A.P.A. 1992. El valor corresponde a millones de pesetas del año 1992.

PROVINCIA N9 DE LICENCIAS VALOR ( millones de pesetas) Ciudad Real 34.544 90 Toledo 43.360 107 Cáceres 25.624 49 Badajoz 56.000 107,2

PROVINCL4. CIERVO JABALÍ OTRA CAZA MAYOR

PESO VALOR Na PESO VALOR N9 PESO VALOR

Ciudad Real 6.750 303.750 50,1 5.020 150.600 24,9 485 12.125 1,8

Toledo 1.683 100.980 20,2 2.503 100.120 10 644 21.900 4,4

Cáceres 7.968 478.080 95,6 7.187 251.545 37,7 572 20.020 t>

Badajoz 1.948 116.880 23,4 4.587 160.545 24 112 39.20 0,4

TOTAL 18.349 999.690 189,3 19.297 662.700 96,6 1.813 87.965 8,6

PROVINCIA PIEZAS COBRADAS INGRESOS COMPLEMENTARIOS PESO TOTAL VALOR Ciudad Real 785.112 387,9 800 Toledo 889.711 535 2.875,2 Cáceres 1.455.894 525,8 1.477,9 Badajoz 906.151 419,6 964,3 TOTAL 4.036.868 1868,3 6.117,4

126 4.4.- PESCA EN AGUAS CONTINENTALES.

Los ríos, arroyos, pantanos y charcas del área representan una importante fuente de recursos pesqueros. Fundamentalmente se trata de pesca deportiva o recreativa, aunque existen pequeñas explotaciones piscícolas en charcas, destinadas a la producción extensiva de tenca y otras especies con fines comerciales. Las siguientes cifras son orientativas de la importancia de estos recursos.

PROVINCIA N9 LICENCIAS VALOR Ciudad Real 19.220 11,5 Toledo 28.861 21,5 Cáceres 23.793 11,4 Badajoz 57.100 27,3 TOTAL 128.974 71,7

PROVINCIA TRUCHA CANGREJO OTRAS ESPECIES

PESO VALOR Ne PESO VALOR PESO VALOR Ciudad Real .

Toledo 90.000 15.000 6,9 75.000 1.500 0,9 180.000 62.000 12,4

Cáceres 39.000 3.900 3,1 650.000 16.250 4 825.000 185.625 74,3

Badajoz 5.880 588 0,5 1.525.000 38.125 9,5 2.898.375 625.134 260,9 TOTAL

La piscicultura es un sector que, e los últimos años, está experimentando un crecimiento relativo importante. Se trata principalmente de explotaciones particulares de tipo extensivo y de pequeño tamaño. Como cifras orientativas, se ofrecen las siguientes que corresponden a Extremadura y han sido obtenidas del Anuario Estadístico de la Junta de Extremadura del año 1992:

127 BADAJOZ CÁCERES EXTREMADURA Junta de Extremadura (1) 1991 1 - 1 1992 1 - 1 Explotaciones extensivas (2) 1991 14 65 79 1992 15 68 83 Explotaciones industriales (3) 1991 - 6 6 1992 - 6 6 TOTAL 1991 15 71 86 1992 16 74 90

(1) Corresponde al Centro Nacional de Acuicultura. Las especies cultivadas son tenca, carpa y blach bass. (2) Corresponden a explotaciones particulares extensivas en charcas o embalses con aguas procedentes de escorrentía pluvial y siempre inferiores a 50 hectáreas. (3) Corresponden a piscifttctorías de truchas. En 1990, el número de explotaciones total en Extremadura era solamente ele quince.

Resulta difícil establecer el volumen de turismo relacionado con el disfrute del medio natural. En este sector destacarían las visitas de carácter naturalista a parques y otros espacios protegidos, el turismo cinegético y el turismo de ocio en época estival. Como datos orientativos se ofrecen las siguientes cifras generales correspondientes a 1991 en Extremadura:

BADAJOZ CÁCERES

VIAJEROS PERNOCTACIONES VIAJEROS PERNOCTACIONES ESPAÑOLES 296.076 482.651 335.984 490.049 EXTRANJEROS 30.873 50.696 30.169 37.115 TOTAL 326.949 533.374 366.153 527.164

Las cifras de entradas de visitantes a espacios naturales protegidos, pueden ser un buen índice del volumen de visitas de carácter naturalista.

128 129

1.- INTRODUCCIÓN.

Los valores de concentración de contaminantes atmosféricos en el área de Valdecaballeros son bajos comparados con los niveles críticos medios anuales de compuestos acidificantes para la vegetación arbórea presente en la zona. En nuestro caso y por este motivo, no se ha aplicado el concepto de nivel crítico: únicamente se pretende analizar los efectos imputables a los niveles medios anuales de compuestos acidificantes y la zona no se caracteriza por tener una atmósfera altamente contaminada.

La carga crítica de los distintos receptores presentes en el área de Valdecaballeros, dados los objetivos del presente trabajo, han sido analizadas para dos clases generales de vegetación: frondosas y coniferas. La deposición de compuestos acidificantes, al igual que los niveles atmosféricos de contaminantes ácidos, únicamente se ha visto interpretada en cuanto a valor medio anual esperado. Los posibles sucesos episódicos durante el funcionamiento de la central requieren otro tipo de tratamiento y deberían realizarse en un estudio posterior.

En el presente trabajo se indica un modelo cualitativo sencillo de vulnerabilidad ante fenómenos de deposición de compuesto acidificantes como ejemplo. Asimismo, se incluyen dos modelos basados en el balance de masas estacionario: el método SMB o balance de masas simple, el cual asimila el suelo a una sola capa de 0,5 m, y el método PROFILE que dispone el suelo como sucesión de horizontes de comportamiento distinto, analizando los procesos más importantes relacionados con la acidificación. La falta de datos obligó a adaptar los resultados obtenidos por Sánchez Cabrero1 en su tesis sobre los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid (SÁNCHEZ CABRERO, 1993) a la zona objeto de estudio.

1Benigno Sánchez Cabrero, Instituto de Energías Renovables del CIEMAT.

131 A pesar de lo indicado en la metodología, únicamente se ha podido analizar la carga crítica de acidez, dejando para un estudio posterior la carga crítica de nitrógeno como nutriente. Los valores de contaminación considerados fueron la deposición de fondo o valor medio anual presente en cualquier circunstancia2 y la deposición acida debida a una hipotética central térmica en Valdecaballeros (Badajoz). El valor de fondo se estimó a partir de las mediciones de la estación de San Pablo de los Montes (Toledo) de la red EMEP y coincide con el valor actual de deposición. La deposición del dióxido de azufre emitido por la mencionada central térmica, único compuesto acidificante con datos de deposición disponibles, se estimó a partir de características de la zona y volumen de emisión previsto, mediante un modelo de dispersión sobre una superficie circular de 70 Km de radio alrededor de la central. La asignación de carga crítica a cada celda, previamente referida a unidades homogéneas de suelo, se realizó fijando el valor correspondiente al suelo más sensible de los presentes3.

~E1 fondo de deposición se refiere al nivel presente en la zona en todo momento y no sometido a sucesos episódicos o puntuales. Este valor se estima a partir de las mediciones efectuadas en estaciones alejadas de fuentes puntuales de contaminación como aquellas de la red EMEP. 3Es decir, se aplicó el criterio señalado en la metodología general.

132 2.- MODELO DE DISPERSIÓN.

La Unidad de Medio Ambiente aplicó a los contaminantes emitidos por una hipotética central térmica (CTV) de características técnicas prefijadas y localizada en el mismo lugar que la paralizada central nuclear de Valdecaballeros (CNV)4, el modelo de dispersión MESOILT2 sobre una parcela circular de 70 Km de radio, centrada sobre la obra civil de la CNV. La superficie se dividió en 16 sectores circulares cada uno subdividido según circunferencias de radios 5, 10, 20, 30, 40, 50, 60 y 70 Km para facilitar la utilización de los resultados. Todas las tablas de este apartado tienen una clave que se corresponde con las celdas o sectores empleados por el modelo de dispersión.

14

15

Clave de las celdas empleadas por el modelo MESOIL T2, Las distancias a la C.T.V. son 5,10, 20, 30, 40, 50, 60y 70Km.

La concentración atmosférica media anual esperada de dióxido de azufre y el número anual de equivalentes de azufre probablemente depositados pueden leerse en las siguientes tablas.

•^Existen documentos, actualmente no publicados, sobre el modelo de dispersión y la características técnicas de la hipotética central térmica. Estos informes pueden consultarse a través del Instituto de Estudios de la Energía (IEE) del CIEMAT.

133 Concentración de SO2 en el aire A B C D E F G H (ug/ms/año) 1 0,7650 0,3380 0,2110 0,1620 0,1110 0,0764 0,0517 0,0397 2 0,6670 0,3010 0,1960 0,1960 0,1050 0,0744 0,0627 0,0484 3 0,5950 0,2090 0,1230 0,0903 0,0595 0,0509 0,0409 0,0279 4 0,5500 0,1500 0,0808 0,0457 0,0392 0,0289 0,0248 0,0207 5 0,5310 0,1680 0,1020 0,0699 0,0527 0,0631 0,0419 0,0370 6 0,5310 0,2110 0,1160 0,0879 0,0715 0,0465 0,0314 0,0212 7 0,5440 0,2260 0,1440 0,0962 0,0710 0,0604 0,0453 0,0325 8 0,5690 0,2790 0,1400 0,1190 0,0879 0,0965 0,0723 0,0492 9 0,6040 0,3660 0,2000 0,1390 0,1090 0,0614 0,0313 0,0231 10 0,6500 0,4290 0,2240 0,1460 0,1070 0,0992 0,0673 0,0455 11 0,7130 0,7010 0,3200 0,2960 0,1600 0,1050 0,0870 0,0725 12 0,7950 0,5170 0,4180 0,3110 0,2230 0,1580 0,1110 0,0905 13 0,8860 0,4760 0,2680 0,1810 0,1230 0,0769 0,0792 0,0713 14 0,9520 0,3440 0,1790 0,0995 0,0867 0,0421 0,0294 0,0238 15 0,9490 0,3220 0,1690 0,0873 0,0584 0,0508 0,0?% 0,0222 16 0,8730 0,4500 0,2020 0,1100 0,0991 0,0695 0,0425 0,0270

Concentración media anual prevista de dióxido de azufre en el área de estudio emitidos por la central térmica de Valdecaballeros.

Y los valores de deposición anual, seca y húmeda, previstos en el área por el modelo de dispersión:

Deposición de S (eq/Ha/año) A B C D E F G H 1 253 131 94 74 55 56 41 29 2 215 76 116 42 45 36 30 26 3 188 69 53 36 21 14 16 18 4 172 49 34 9 12 8 12 9 5 165 64 47 63 19 33 24 19 6 167 90 82 52 36 29 28 19 7 173 79 49 57 24 24 21 21 8 183 105 58 92 30 57 38 28 9 196 194 169 88 86 44 34 29 10 214 241 195 107 55 54 41 34 11 238 404 335 212 125 72 61 46 12 268 301 237 219 113 104 74 54 13 300 255 205 144 118 60 51 41 14 322 179 124 106 75 39 20 22 15 320 156 105 57 40 36 16 18 16 293 197 165 107 80 57 45 29

Deposición media anual prevista de compu-estos de azufre en el área de estudio emitidos por la central térmica

de Valdecaballeros.

134 Los valores de deposición fueron adaptados a la situación más adversa, esto es, presencia de arbolado (el modelo no consideraba la vegetación) mediante el cociente de los factores de corrección de deposición húmeda para arbolado y campo abierto para compuestos de azufre (1,5 y 1,25 respectivamente). El factor de corrección resultó 1,2 (ver apartado sobre datos de deposición atmosférica del modelo PROFILE). Los resultados pueden leerse en la tabla siguiente:

Deposición de S en arbolado A B C D E F G H (eq/Ha/año) 1 303 157 113 89 66 67 49 35 2 258 91 140 50 54 43 36 31 3 226 83 63 44 26 17 19 21 4 206 59 41 11 15 10 14 11 5 199 77 56 75 23 40 29 22 6 200 108 98 62 43 35 33 23 7 208 95 59 68 29 29 25 25 8 219 126 70 111 36 69 46 33 9 235 233 203 106 103 53 41 35 10 257 289 234 129 66 65 49 41 11 285 485 402 254 151 86 74 55 12 321 362 285 263 136 125 89 65 13 359 306 246 173 142 72 62 49 14 386 215 148 127 89 46 24 26 15 385 187 126 68 48 43 19 21 16 351 236 198 128 96 68 53 35

Deposición media anual prevista de compuestos de azufre en las zonas arboladas del área de estudio, emitidos por la central térmica de Valdecaballeros.

Este último valor de deposición fue el utilizado para estimar la acidez potencial después de la hipotética central térmica de Valdecaballeros.

135

3.- APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CARGAS CRÍTICAS.

3.1.- DATOS REQUERIDOS.

3.1.1.- MODELO PROFILE.

A continuación exponemos el tipo de datos requeridos para la aplicación del modelo PROFILE multicapa (SÁNCHEZ CABRERO, 1993. WARFVINGE y SVERDRUP, 1992).

3.1.1.1.- DATOS SOBRE DEPOSICIÓN ATMOSFÉRICA.

Las cargas críticas pretenden estimar la máxima deposición a largo plazo que el sistema es capaz de soportar. Por este motivo, los valores de deposición deben corresponder a fenómenos de alta escala temporal, dejando a un lado procesos episódicos o puntuales. La red EMEP tiene como objetivo analizar la contaminación atmosférica a gran escala. Las estaciones de medida se sitúan en zonas alejadas, distantes de grandes núcleos o focos de emisión. Las actualmente en funcionamiento son:

- San Pablo de los Montes (Toledo) - La Cartuja (Granada) - Logroño (La Rioja) - Tortosa (Tarragona)

137 La estación de San Pablo de los Montes es la más próxima al área de Valdecaballeros. Sánchez Cabrero analizó los datos de esta estación y estimó los siguientes valores de deposición húmeda para San Pablo de los Montes (Toledo) (SÁNCHEZ CABRERO, 1993):

(Keq/Ha/año) 1990 1991 so4 0,08 0,06 NO3 0,24 0,19 NH4 0,10 0,06 Mg + Ca + K 0,15 0,18 Deposición húmeda en San Pablo de los Montes (Toledo). Fuente: SÁNCHEZ CABRERO, 1993.

La deposición húmeda en cada sector se puede calcular a partir de la de San Pablo de los Montes según la siguiente expresión:

D,= D,SPM PSPM(mm) donde, D¡ : Deposición húmeda del sector.

DSPM : Deposición húmeda en la Estación de San Pablo de los Montes (Toledo). P¡ : Precipitación en el sector considerado (mm/año).

PspM : Precipitación en San Pablo de los Montes (Toledo) (mm/año).

La deposición total será la suma de la deposición húmeda y la deposición seca. La deposición seca es difícil de medir por lo que el valor de deposición total se estima a partir de la deposición húmeda. Para ello, se multiplica el valor de deposición húmeda por un factor de corrección que tiene en cuenta la contribución seca (SÁNCHEZ CABRERO, 1993. SVERDRUP y DE VRIES, 1994).

138 En nuestro caso, utilizaremos los siguientes valores :

Zona arbolada (pinos) Campo abierto so/ 1,50 1,25 NO3 1,25 1,10 + NH4 1,25 1,10 Ca+Mg+K 1,25 1,25 Factores de deposición total según tipo de vegetación (SÁNCHEZ CABRERO, 1993).

Los sulfates y cationes básicos que contribuyen al proceso de acidificación del receptor corresponden únicamente a la fracción de origen no marino de la deposición total. En nuestro caso, toda la deposición se considerará de origen no marino.

3.1.1.2.- DATOS HIDROCLIMÁTICOS.

- Nivel de precipitación (precipitation rote): Volumen de precipitación que alcanza al suelo. Se excluye en este punto el tanto por ciento de la lluvia interceptada por la vegetación y que es evaporada directamente. Sánchez Cabrero propone para este factor el 80% de la precipitación total (SÁNCHEZ CABRERO, 1993). Escarré et al. obtuvieron un valor para la inteixepción arbórea del 10% (ESCARRÉ ET AL., 1984).

- Escorrentía de percolación (runoff). Volumen de precipitación que percola el perfil y fluye fuera del mismo. Sánchez Cabrero propone un valor del 20 al 25 % del nivel de precipitación {precipitation raté) para las facies detríticas y de un 40 % para las facies químicas. Como valor medio considera adecuado un 20 %. Excepcionalmente en suelos saturados puede alcanzar el 50 o 60 % del nivel de precipitación (precipitation rote) (SÁNCHEZ CABRERO, 1993). Escarré et al. obtuvieron para el encinar del Pradés un valor del 14 % de la precipitación total (17 % del nivel de precipitación) (ESCARRÉ ET AL., 1984).

139 - Contenido en humedad. Parámetro relativo al contenido medio de agua útil en el suelo. Sánchez Cabrero señala los siguientes contenidos de humedad (m3/m3) para los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid, valores aceptables para el área de ValdecabaUeros (SÁNCHEZ CABRERO, 1993).

0,1 para suelo normalmente seco. 0,2 para suelo que como norma está moderadamente seco. 0,3 para un suelo normalmente húmedo. 0,4 para un suelo normalmente muy húmedo.

- Distribución del agua absorbida. Proporción de agua absorbida por los distintos horizontes. En el modelo PROFILE, a la cantidad de agua que penetra en el horizonte superficial se le asigna el valor 100. Una proporción de este agua percola y constituye la entrada al siguiente horizonte, y así sucesivamente. Se ha propuesto que la absorción de agua es proporcional a la densidad de raíces finas en el suelo. En el caso de los suelos de la Comunidad x\utónoma de Madrid, Sánchez Cabrero señala que este factor viene muy condicionado por la textura. Teniendo en cuenta estos dos parámetros, Sánchez Cabrero propone los siguientes valores (SÁNCHEZ CABRERO, 1993):

20 - 30 % para horizontes superficiales y más gruesos. 30 % para horizontes texturalmente más finos.

En suelos hidromorfos y/o turbosos estos valores pueden verse reducidos. Los valores escogidos deberán ajustarse a la percolación indicada para todo el perfil.

-Precipitación: Los datos de precipitación son los Índice dos en el inventario.

140 ABSORCIÓN DE CATIONES N1TRIF1CACION Y NITRÓGENO.

EQUIUBRIO DE LA SOLUCIÓN DEL SUELO

METEORIZACIÓN INTERCAMBIO CATIONICO MINERAL

Estructura conceptual de una capa en el modelo PROFILE (WARFVINGE y SVERDRUR 1992).

DEPOSICIÓN ATMOSFÉRICA

t

HORIZONTE 0

HORIZONTE E

\ HORIZONTE B

HORIZONTE C i RECARGA SUBTERRÁNEA

1RECARGA SUPERFICIAL Rutas posibles del agua en el modelo PROFILE (WARFVINGE y SVERDRUP, 1992).

141 3.1.1.3.- DATOS DEL SUELO.

- Tipos de suelo. Los tipos de suelo son los indicados en el inventario. En nuestro caso y dadas las limitaciones impuestas, se asoció cada tipo de suelo a uno semejante de la Comunidad de Madrid. Esta equivalencia fue propuesta por Raimundo Jiménez Ballesta5, el cual, además, indicó los tipos de suelo relacionados. La correspondencia entre los suelos del área de Valdecaballeros y los del estudio de Sánchez Cabrero es la siguiente (SÁNCHEZ CABRERO, 1993):

SUELO DEL ÁREA DE SUELO DE LA C.A.M. VALDECABALLEROS ( Sánchez Cabrero) Suelos aluviales, coluviales y transformados EL PARDO I por el riego Xerorránker MORCUERA Tierra parda meridional sobre rocas CANENCIA metamórficas Tierra parda meridional sobre rocas ígneas ROBLEDO Suelos pardos sobre depósitos alóctonos PATONES (carbonatados) pedregosos POSTAS (no carbonatados) Suelos rojos o pardo rojizos calizos con COLMENAR DE OREJA horizonte de costra caliza Suelos rojos mediterráneos sobre MIRAFLORES materiales silíceos Suelos rojos mediterráneos sobre VILLALBILLA materiales calizos Suelos pardos no calcicos SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES Arenas y dunas

Para el tipo "arenas y dunas" no pudo establecerse correspondencia, por lo que se prescindió de considerar este suelo en el estudio. Afortunadamente, la presencia de este tipo de su "lo es bastante baja.

°Raimundo Jiménez Ballesta, departamento de química, geología y geoquímica de la Universidad Autónoma de Madrid.

142 Para el cálculo de cargas críticas se fijó para cada sector (celda) del área de Valdecaballeros el tipo de suelo más sensible (ver capítulo de metodología general). El suelo asignado finalmente a cada celda, en referencia a las clases analizadas por Sánchez Cabrero, puede leerse en la tabla adjunta.

A B C D E F G H 1 Canencia Morcuera Canencia Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera 2 Canencia Morcuera Canencia Canencia Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera 3 Postas Morcuera El Pardo I El Pardo I El Pardo I Morcuera Morcuera Morcuera 4 Postas Morcuera Postas El Pardo I El Pardo I Robledo Robledo Morcuera 5 Postas Postas El Pardo I El Pardo I Canencia Robledo Robledo Robledo 6 Postas Postas El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Canencia Canencia 7 ' Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Miraflores Robledo Robledo 8 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Robledo Robledo Robledo 9 El Pardo I El Pardo I Canencia Miraflores Robledo Robledo Robledo Robledo 10 El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Miraflores Miraflores Robledo Robledo 11 El Pardo I Postas Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores Robledo 12 Postas Postas Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores Miraflores 13 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores 14 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores 15 Canencia Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Morcuera 16 Canencia Canencia Canencia Morcuera Canencia Morcuera Morcuera Morcuera

Tipo de suelo asociado a cada sector del área de Valdecaballeros

- Mineralogía. El modelo PROFILE requiere para su desarrollo la composición mineralógica de cada suelo, horizonte a horizonte. En nuestro caso, y como en el apartado anterior, se han considerado los datos utilizados por Sánchez Cabrero en su tesis sobre los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid (distintos métodos operativos pueden verse en SÁNCHEZ CABRERO, 1993). Los datos mineralógicos se expresan por medio de porcentajes de una serie de minerales indicados en el modelo. Cada mineral puede representar también otros minerales de nivel de alteración parecido. PROFILE completa con cuarzo el 100 % de la composición mineralógica. En particular, los carbonates no están considerados en el modelo PROFILE. Sánchez Cabrero propone incluirlos como si fueran piroxeno. La esmectita y la caolinita las incorpora como vermiculita (tienen un nive1 de alteración similar) y los minerales fibrosos son sumados a los piroxenos.

143 - Textura y densidad de área superficial. Mediante análisis textural del suelo se obtiene la distribución de las distintas granulometrías. La densidad de área superficial o superficie expuesta se obtiene a partir de los datos texturales.

- DOC (Carbono Orgánico Disuelto). Se ha propuesto la proporcionalidad de este factor con el contenido de materia orgánica. Sánchez Cabrero señala los siguientes valores:

Valor 20: - Suelos con muy alto contenido en materia orgánica (turbosos). Valor 10: - Horizonte A con abundante materia orgánica. Valor 5: - Horizontes A con bajo contenido en materia orgánica. - Horizonte AB o E. - Horizonte B con apreciable contenido en materia orgánica. Valor 2: - Horizonte C. - Horizonte B de muy bajo contenido de materia orgánica

- Constante de equilibrio de la gibbsita. Este valor puede estimarse a partir de relaciones empíricas del pH y la concentración de aluminio en cada suelo. Sánchez Cabrero utiliza los valores de pK gibbsita 6.5, 7.5, 8.5 y 9.2 desde horizontes superficiales a subsuperficiales en un mismo perfil. En lo que se refiere a los coeficientes de selectividad (pK H/Al exchange y pK H/Ca exchange), Sánchez Cabrero utiliza los valores que sugiere Sverdrup et al (1990) para diversos suelos y materiales (SÁNCHEZ CABRERO, 1993).

- Presión parcial de CO2. Este factor depende del contenido de materia orgánica y la temperatura siendo por tanto muy variable. Sánchez Cabrero utiliza los siguientes valores (SÁNCHEZ CABRERO, 1993): Para los horizontes tipo A ... 10 Para los horizontes tipo E ... 5 o 10 Para los horizontes tipo B ... 20 Para los horizontes tipo C ... 20 como múltiplos del contenido de CO, en la atmósfera. Para un horizonte A o H de suelos hidromórficos y/o turbosos considera un valor de 5.

- Temperatura del suelo.

144 3.1.1.4.- DATOS DE VEGETACIÓN.

- Tipo de vegetación. Los tipos de vegetación vienen indicados en el inventario.

- Absorción de cationes básicos. Este factor representa la absorción neta de cationes básicos y depende del tipo de vegetación, edad y temperatura ambiente. En otras palabras, este valor expresa la cantidad de cationes básicos retenidos por la vegetación, esto es, la absorción total menos el retomo (desfronde, trascolación y escorrentía cortical). Sánchez Cabrero utiliza los valores medidos por Escarré et al. en su estudio sobre el bosque esclerófilo mediterráneo (SÁNCHEZ CABRERO, 1993. ESCARRÉ ET AL., 1984):

Calcio : 44 Kg/Ha/año = 0,55 Keq/Ha/año Magnesio : 5 Kg/Ha/año = 0,10 Keq/Ha/año Potasio : 18 Kg/Ha/año = 0,46 Keq/Ha/año

Lo que representa una absorción total de cationes básicos de 1,11 Keq/Ha/año. Como indica Sánchez Cabrero, estos valores son los más indicados para la vegetación mediterránea de la Península Ibérica, y son incluidos en el modelo como valor máximo de absorción de cationes básicos. Sverdrup et al (1990) recomiendan distribuir la absorción de cationes en las distintas capas, de un modo proporcional a la absorción de agua (citado en SÁNCHEZ CABRERO, 1993):

En horizonte A ... 20 o 30 % según sea el perfil En horizonte E ... 20 % generalmente En horizonte B ... 30 o 40 % según sea el perfil En horizonte C ... 20 % generalmente

debiéndose ajustar los datos a un valor de 100.

145 - Absorción neta de Nitrógeno. Como en el caso anterior, este parámetro representa la cantidad de nitrógeno retenida por la vegetación y su valor también fue medido por Escarré et al. :

Nitrógeno : 18 Kg/Ha/año = 1,28 Keq/Ha/año

Este valor fue incluido en el modelo como valor máximo de absorción de nitrógeno en cada perfil. Del mismo modo, el grado de absorción en cada horizonte depende del volumen de agua incorporado por la vegetación y en la misma proporción que la asimilación de cationes básicos.

3.1.1.5.- DATOS SOBRE EL GRADO DE NITRIFICACIÓN.

La acidez asociada al ciclo del nitrógeno depende de las proporciones relativas de cada proceso: absorción de amonio y nitrato, nitrificación de amonio. López Fando (citado en SÁNCHEZ CABRERO, 1993) considera que el nivel de nitrificación es medio en las condiciones mediterráneas, en virtud de la disponibilidad de amonio, humedad y temperatura.

3.1.1.6.- CARGA CRÍTICA PARA CADA TIPO DE SUELO SEGÚN EL TIPO DE VEGETACIÓN (FRONDOSAS Y CONÍFERAS).

El modo operativo utilizado por Sánchez Cabrero consistía en ir variando la cantidad de sulfatos depositados, de tal modo que la razón CB/A1 no fuera nunca inferior a 1,2 para pinares y 0,6 para encinares. Sánchez Cabrero señala que la utilización de los sulfatos y no de compuestos de nitrógeno se debe a que éstos últimos involucran un complejo ciclo dentro del ecosistema6.

6Un aumento en la acidez de la deposición puede implementarse elevando la concentración de cualquiera de los compuestos acidificantes o disminuyéndola en cualquiera de los compuestos alcalinos.

146 3.1.2.-MODELO SMB

3.1.2.1.- CATIONES BÁSICOS DEPOSITADOS.

Los cationes básicos depositados se estimaron a partir de los datos de San Pablo de los Montes (SÁNCHEZ CABRERO, 1993) y los datos de precipitación indicados en el inventario (ver apartado sobre datos de deposición atmosférica del modelo PROFILE). Los factores de corrección para la deposición seca fueron los mismos que los utilizados por Sánchez Cabrero en su estudio sobre los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid.

mm/año A B C D E F G H 1 750 750 700 600 600 550 500 500 2 750 700 700 600 550 550 500 500 3 750 750 700 600 600 550 550 500 4 750 800 800 800 700 600 550 550 5 750 800 900 900 900 800 700 600 6 750 800 900 1000 1000 900 800 700 7 750 750 800 900 900 800 800 700 8 750 750 800 800 700 600 600 550 9 750 750 750 750 700 600 550 550 10 750 750 750 750 700 600 600 500 11 750 750 750 750 700 700 600 500 12 750 750 750 700 700 700 600 600 13 750 750 750 700 650 650 650 600 14 750 750 700 700 650 650 650 600 15 750 750 700 650 650 600 600 600 16 750 750 700 650 600 600 600 600

Datos de precipitación para cada sector del área de Valdecaballeros.

147 Los cationes básicos depositados se estiman teniendo en cuenta que la precipitación media en San Pablo de los Montes es de 450 mm/año.

eq/Ha/año A B C D E F G H 1 250 250 233 200 200 183 167 167 2 250 233 233 200 183 183 167 167 3 250 250 233 200 200 183 183 167 4 250 267 267 267 233 200 183 183 5 250 267 300 300 300 267 233 200 6 250 267 300 333 333 300 267 233 7 250 250 267 300 300 267 267 233 8 250 250 267 267 233 200 200 183 9 250 250 250 250 233 200 183 183 10 250 250 250 250 233 200 200 167 11 250 250 250 250 233 233 200 167 12 250 250 250 233 233 233 200 200 13 250 250 250 233 217 217 217 200 14 250 250 233 233 217 217 217 200 15 250 250 233 217 217 200 200 200 16 250 250 233 217 200 200 200 200

Datos de deposición de cationes básicos para cada sector del área de Valdecaballeros.

3.1.2.2.- ESCORRENTÍA DE PERCOLACIÓN ANUAL. La escorrentía de percolación para cada sector del área de Valdecaballeros ha sido estimada en función del nivel de precipitación que alcanza el suelo y el tipo de suelo más sensible en cada sector. El nivel de precipitación y el tanto por ciento que percola, se ha calculado utilizando las mismas proporciones que Sánchez Cabrero estimó para los suelos de la Comunidad de Madrid.

m3/Ha/año A B C D E F G H 1 1500 2250 1400 1800 1800 1650 1500 1500 2 1500 2100 1400 1200 1650 1650 1500 1500 3 1500 2250 1400 1200 1200 1650 1100 1500 4 1500 2400 1600 1600 1400 2400 2200 1650 5 1500 1600 1800 1800 1800 3200 2800 2400 6 1500 1600 1800 2000 2000 1800 1600 1400 7 1500 1500 1600 1800 1800 1600 3200 2800 8 1500 1500 1600 1600 1400 2400 2400 2200 9 1500 1500 1500 1500 2800 2400 2200 2200 10 1500 1500 1500 1500 1400 1200 2400 2000 11 1500 1500 1500 1500 1400 1400 1200 2000 12 1500 1500 1500 1400 1400 1400 1200 1200 13 1500 1500 1500 1400 1300 1300 1300 1200 14 1500 1500 1400 1400 1300 1300 1300 1200 15 1500 1500 1400 1300 1300 1200 1200 1800 16 1500 1500 1400 1300 1200 1800 1800 1800

Datos de escorrentía de percolación para cada sector del área de Valdecaballeros.

148 3.1.2.3.- TASA DE METEORIZACIÓN.

En este caso, se han considerado los valores calculados por Sánchez Cabrero en los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid. Otra vez, cada sector vendrá definido por el tipo de suelo más sensible.

eq/Ha/año A B C D E F G H 1 441 1081 441 1081 1081 1081 1081 1081 2 441 1081 441 441 1081 1081 1081 1081 3 1377 1081 1188 1188 1188 1081 1081 1081 4 1377 1081 1377 1188 1188 466 466 1081 5 1377 1377 1188 1188 441 466 466 466 6 1377 1377 1188 1188 441 441 441 441 7 1377 441 441 441 441 541 466 466 8 1377 441 441 441 441 466 466 466 9 1188 1188 441 541 466 466 466 466 10 1188 1188 441 441 541 541 466 466 11 1188 1377 441 441 541 541 541 466 12 1377 1377 441 441 541 541 541 541 13 1377 1377 441 441 441 541 541 541 14 1377 1377 441 441 441 541 541 541 15 441 1377 441 441 441 541 541 1081 16 441 441 441 1081 441 1081 1081 1081

Tasas de meteorización para cada sector del área de Valdecaballeros.

3.1.2.4.- ABSORCIÓN NETA DE CATIONES BÁSICOS.

El valor máximo de absorción de cationes básicos (Ca+Mg+K) es el mismo que el utilizado por Sánchez Cabrero en la CAM, es decir, 1,11 Keq/Ha/año. El propio SMB determinará la proporción de éste máximo asimilada en las condiciones de carga crítica en función del tipo de suelo y la vegetación presente.

3.1.2.5.- COEFICIENTE DE LA GIBBSITA.

El valor utilizado en el modelo SMB es 300 m6/eq2 , es decir, un pK de 8,5.

149 3.1.3.= ACIDEZ POTENCIAL EN EL ÁREA DE VALDECABALLEROS.

La acidez potencial debida a la deposición atmosférica en el área de Valdecaballeros se ha calculado en dos situaciones: antes y después de la implantación de la hipotética central térmica de Valdecaballeros. La deposición actual o fondo, se ha estimado a partir de los datos de San Pablo de los Montes y las medias anuales de precipitación en el área (ver apartado sobre datos de deposición atmosférica del modelo PROFILE). El mapa pluviométrico por celdas se ha obtenido a partir del pluviométrico elaborado en el inventario, utilizando el siguiente procedimiento: A cada celda se le asigna un valor de pluviometría media anual y superponiendo el mapa pluviométrico a la rejilla. Existen tres posibilidades que se resuelven del siguiente modo: - Si por la casilla pasa una sola línea isoyeta, se le asigna a la casilla el valor de la isoyeta. - Si por la casilla pasan varias isoyetas, se le asigna el valor de la mayor. - Si por la casilla no pasa ninguna isoyeta, se le asigna el valor medio de las dos isoyetas entre las cuales se halla la casilla.

El mapa pluviométrico resultante por sectores, figura en el mapa adjunto.

En cuanto a la posible acidez debida a la central, se han utilizado tanto los datos de fondo como la deposición de azufre estimada para la hipotética central térmica. Ambos valores de deposición han sido adaptados a la situación más adversa, esto es, existencia de arbolado en la zona.

150 KJeq/Ha/año A B C D E F G H 1 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 2 0,6 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 3 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 4 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 5 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,6 0,5 0,4 6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,5 7 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 0,6 0,5 8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 9 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 10 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,4 11 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 0,4 12 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,4 0,4 13 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,4 14 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,4 15 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 16 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4

Acidez potencial antes de la CT\' para cada sector del área de Valdecaballeros.

Keq/Ha/año A B C D E F G H 1 0,9 0,7 0,6 0,5 0,5 0,5 0,4 0,4 2 0,8 0,6 0,7 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 3 0,8 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 4 0,8 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 0,4 5 0,8 0,7 0,7 0,7 0,7 0,6 0,5 0,5 6 0,8 0,7 0,8 0,8 0,8 0,7 0,6 0,5 7 0,8 0,6 0,7 0,7 0,7 0,6 0,6 0,5 8 0,8 0,7 0,7 0,7 0,6 0,5 0,5 0,4 9 0,8 0,8 0,8 0,7 0,6 0,5 0,4 0,4 10 0,8 0,8 0,8 0,7 0,6 0,5 0,5 0,4 11 0,8 1,0 1,0 0,8 0,7 0,6 0,5 0,4 12 0,9 0,9 0,8 0,8 0,7 0,6 0,5 0,5 13 0,9 0,9 0,8 0,7 0,6 0,6 0,5 0,5 14 0,9 0,8 0,7 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 15 0,9 0,7 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 16 0,9 0,8 0,7 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5

Acidez potencial después de la CT\rpara cada sector del área de Valdecaballeros.

151 ACIDEZ POTENCIAL DE FONDO. ACIDEZ POTENCIAL TOTAL (Fondo + CTV). (Keq/Ha/año). (Keq/Ha/año).

ANTES DESPUÉS

to

1 0,6

0,9 0,5

0,8 0,4

0,7 3.2.- RESULTADOS: CARGAS CRÍTICAS Y EXCEDENTES.

3.2.1.- MODELO CUALITATIVO.

El desarrollo de un modelo cualitativo, como primera aproximación al análisis de sensibilidad de los suelos a la deposición acida, puede realizarse aplicando las observaciones señaladas en la siguiente tabla.

Factor Valor de CC Valor de CC Disminuye Aumenta Precipitación Alta Baja Vegetación Coniferas Frondosas Altitud/pendiente Alta Baja Textura del suelo Grava-arena Fina Profundidad cultivable de Somera Profunda suelo Capacidad de adsorción de sulfato del suelo Baja Alta Deposición de cationes básicos Baja Alta Clase de suelo Acido Básico Variación de cargas críticas en suelos según distintos factores. Fuente: SÁNCHEZ CABRERO, 1993. LANGANy HORNUNG, 1992.

Como unidad homogénea base de modelos cualitativos, es conveniente utilizar tipos de suelo con características similares bajo procesos de acidificación. En nuestro caso, al disponer de valores numéricos de cargas críticas, en buena aproximación aplicables a nuestro área de estudio, no es necesaria esta clase de modelos. Sin embargo, como ejemplo, exponemos un modelo cualitativo muy simple basado en el grado de precipitación y el tipo de suelo en cada sector del área de Valdecaballeros (esto es, aplicado sobre el conjunto de celdas y no sobre unidades homogéneas del suelo). La precipitación se distribuye en las siguientes clases:

Clase Precipitación (mm/año) Pl 500 - 550 P2 600 - 800 P3 850-1000

153 La definición de las clases de precipitación se realizó a partir del valor medio y la desviación típica de los valores de precipitación en el área de estudio. Esto fue posible gracias al buen comportamiento estadístico de este parámetro. La gráfica adjunta representa la distribución en frecuencias de los datos de precipitación:

FRECUENCIA DE PRECIPITACIONES (mm/año)

40 750

30 600 700 20 800 550 650 10 ..500 900 850 I I 950 1000 0 (J—L|

La vulnerabilidad de los suelos ante procesos de acidificación depende en gran medida de su carácter ácido o básico. Según esto, el suelo se clasificó según las siguientes clases:

Clase Suelo A Acido B Básico

Los vulnerabilidad de cada celda se obtienen según la siguiente matriz de sensibilidad (mavor valor = mayor sensibilidad):

Sensibilidad Pl P2 P3 A 4 5 6 B 1 2 3 Clases de sensibilidad de los suelos según el modelo cualitativo

Los valores de sensibilidad asignados para cada par de valores (suelo, precipitación), se fundamentan en el mayor peso del carácter ácido o básico del suelo que del nivel de precipitación. En nuestro caso, d?Jo que cada celda se caracteriza por el suelo más sensible, todos los suelos son ácidos, y según este simple modelo cualitativo, las variaciones relativas se deberán única y exclusivamente al grado de precipitación. Por tanto, las clases de sensibilidad se reducen a tres que se denominarán alta, media y baja. Evidentemente, estas clases sólo tienen significado en este área.

154 Particularizando la matriz de sensibilidad:

Sensibilidad Pl P2 P3 A baja media alta

En la siguiente tabla se exponen los resultados:

Sensibilidad A B C D E F G H 1 media inedia media media media baja baja baja 2 media media media media baja baja baja baja 3 media media media media media baja baja baja 4 media media media media media media baja baja 5 media media alta alta alta media media media 6 media media alta alta alta alta media media 7 media media media alta alta media media media 8 media media media media media media media baja 9 media media media media media media baja baja 10 media media media media media media media baja 11 media media media media media media media baja 12 media media media media media media media media 13 media media media media media media media media 14 media media media media media media media media 15 media media media media media media media media 16 media media media media media media media media Sensibilidad según el modelo cualitativo en cada sector del área de Valdecaballeros.

En el caso de utilizarse unidades homogéneas de suelo y de pluviometría, es necesario la utilización de las seis clases de sensiblidad anteriores. En los dibujos adjuntos figuran los mapas de unidades homogéneas de pluviometría, de suelos, y de clases de sensibilidad resultantes del modelo cualitativo. Los suelos del área de estudio se clasifican por su carácter según la siguiente tabla:

SUELO DEL ÁREA DE VALDECABALLEROS CARÁCTER Suelos aluviales, coluviales v transformados por el riego ACIDO Xerorránker ACIDO Tierra parda meridional sobre rocas metamórficas ACIDO Tierra parda meridional sobre rocas ígneas ACIDO Suelos pardos sobre depósitos alóctonos pedregosos ACIDO Suelos rojos o pardo rojizos calizos con horizonte de costra caliza BÁSICO Suelos rojos mediterráneos sobre materiales silíceos ACIDO Suelos rojos mediterráneos sobre materiales calizos BÁSICO Suelos pardos no calcicos ACIDO Arenas v dunas ACIDO

155 CLASES DE PLUVIOMETRÍA ANUAL en el área de estudio de Valdecaballeros. MODELO CUALITATIVO. CLASES DE SUELO. (mm). MODELO CUALITATIVO.

O\

| | P 1. 500 - 550 mm. Suelos de carácter básico. | | p 2. 600 - 800 mm.

P 3. 850 -1000 mm. Suelos de carácter ácido. CLASES DE SENSIBILIDAD. MODELO CUALITATIVO.

| | CLASE 1 - Muy poco sensible.

| | CLASE 4. Sensible. I I MEDIA. [ | CLASE 5. Bastante sensible. I Zl BAJA. K*l CLASE 6. Muy sensible. 3.2.2.= MODELO PROFILE

Como ya indicamos, estos valores son el resultado de la adaptación de las cargas críticas calculadas por Sánchez Cabrero para los suelos de la Comunidad Autónoma de Madrid al área de Valdecaballeros. En cada sector del área de Valdecaballeros, se consideró únicamente el tipo de suelo más sensible ante fenómenos de acidificación. El suelo asignado, en referencia a las clases analizadas por Sánchez Cabrero, puede leerse en la tabla adjunta:

A B C D E F G H 1 Canencia Morcuera Canencia Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera 2 Canencia Morcuera Canencia Canencia Morcuera Morcuera Morcuera Morcuera 3 Postas Morcuera El Pardo I El Pardo I El Pardo I Morcuera Morcuera Morcuera 4 Postas Morcuera Postas El Pardo I El Pardo I Robledo Robledo Morcuera 5 Postas Postas El Pardo I El Pardo I Canencia Robledo Robledo Robledo 6 Postas Postas El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Canencia Canencia 7 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Miraflores Robledo Robledo 8 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Robledo Robledo Robledo 9 El Pardo I El Pardo I Canencia Miraflores Robledo Robledo Robledo Robledo 10 El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Miraflores Miraflores Robledo Robledo 11 El Pardo I Postas Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores Robledo 12 Postas Postas Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores Miraflores 13 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores 14 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Miraflores 15 Canencia Postas Canencia Canencia Canencia Miraflores Miraflores Mordiera 16 Canencia Ganencia Canencia Morcuera Canencia Morcuera Morcuera Morcuera

Tipo de stielo asociado a cada sector del área de Valdecaballeros

Las cargas críticas para coniferas generalizan aquellas calculadas para pinares por Sánchez Cabrero, en otras palabras, se aplica el mismo valor de la razón (Ca+Mg+K)/Al crítica a todas las coniferas (1,2 mol/mol). De modo similar se opera con las frondosas: una razón (Ca+Mg+K)/Al crítica para frondosas de 0,6 mol/mol igual a la utilizada por Sánchez Cabrero para encinares.

158 C.C. Coniferas Keq/Ha/año A B C D E F G H 1 0,9 0,3 0,9 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 2 0,9 0,3 0,9 0,9 0,3 0,3 0,3 0,3 3 1,1 0,3 0,8 0,8 0,8 0,3 0,3 0,3 4 1,1 0,3 1,1 0,8 0,8 0,4 0,4 0,3 5 1,1 1,1 0,8 0,8 0,9 0,4 0,4 0,4 6 1,1 1,1 0,8 0,8 0,9 0,9 0,9 0,9 7 1,1 0,9 0,9 0,9 0,9 0,8 0,4 0,4 8 1,1 0,9 0,9 0,9 0,9 0,4 0,4 0,4 9 0,8 0,8 0,9 0,8 0,4 0,4 0,4 0,4 10 0,8 0,8 0,9 0,9 0,8 0,8 0,4 0,4 11 0,8 1,1 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,4 12 1,1 1,1 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,8 13 1,1 1,1 0,9 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 14 1,1 1,1 0,9 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 15 0,9 1,1 0,9 0,9 0,9 0,8 0,8 0,3 16 0,9 0,9 0,9 0,3 0,9 0,3 0,3 0,3

Cargas críticas de acidez para coniferas en cada sector del área de Valdecaballeros.

C. C. Frondosas Keq/Ha/año A B C D E F G H 1 1,3 0,5 1,3 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 2 1,3 0,5 1,3 1,3 0,5 0,5 0,5 0,5 3 1,5 0,5 1,1 1,1 1,1 0,5 0,5 0,5 4 1,5 0,5 1,5 1,1 1,1 0,6 0,6 0,5 5 1,5 1,5 1,1 1,1 1,3 0,6 0,6 0,6 6 1,5 1,5 1,1 1,1 1,3 1,3 1,3 1,3 7 1,5 1,3 1,3 1,3 1,3 1,2 0,6 0,6 8 1,5 1,3 1,3 1,3 1,3 0,6 0,6 0,6 9 1,1 1,1 1,3 1,2 0,6 0,6 0,6 0,6 10 1,1 1,1 1,3 1,3 1,2 1,2 0,6 0,6 11 1,1 1,5 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 0,6 12 1,5 1,5 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 1,2 13 1,5 1,5 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 14 1,5 1,5 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 15 1,3 1,5 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 0,5 16 1,3 1,3 1,3 0,5 1,3 0,5 0,5 0,5

Cargas críticas de acidez para frondosas en cada sector del área de Valdecaballeros.

A pesar de estar presentes en la zona suelos de carácter básico, los suelos considerados, dado el criterio de sensibilidad impuesto, son todos ácidos.

159 FRONDOSAS CONIFERAS

o

1,5 1,3 1,2 1,1 0,9 0,8 0,6 0,5 0,4 0,3 Comparando las cargas críticas para coniferas y para frondosas, se observa la menor capacidad de las primeras de neutralizar a largo plazo la deposición acida atmosférica (este hecho viene impuesto en el modelo al aplicar una razón molar (Ca+Mg+K)/Al crítica distinta para cada tipo de vegetación). El tipo de suelo determina el valor absoluto de variación para cada tipo de vegetación (entre 0,2 y 0,4 Keq/Ha/año) siendo mayor para los suelos menos sensibles aunque represente un menor cambio relativo (40-25 %).

Los excedentes han sido calculados comparando la carga crítica y la acidez potencial tanto antes como después de la hipotética central térmica de Valdecaballeros (CTV). Los valores de acidez potencial fueron particularizados al área de estudio mediante los datos de precipitación y la deposición húmeda en San Pablo de los Montes (Toledo). En el caso de la central térmica se les añadió a los anteriores, los valores de deposición deducidos por el modelo de dispersión.

Excedentes antes Coniferas A B C D E F G H Keq/Ha/año 1 0,3 -0,3 0,4 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 2 0,3 -0,2 0,4 0,5 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 3 0,5 -0,3 0,3 0,4 0,4 -0,1 -0,2 -0,1 4 0,5 -0,3 0,5 0,2 0,3 0,0 0,0 -0,1 5 0,5 0,5 0,1 0,1 0,2 -0,2 -0,1 0,0 6 0,5 0,5 0,1 0,1 0,2 0,2 0,3 0,4 7 0,5 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 -0,2 -0,1 8 0,5 0,3 0,3 0,3 0,4 0,0 0,0 0,0 9 0,2 0,2 0,3 0,2 -0,1 0,0 0,0 0,0 10 0,2 0,2 0,3 0,3 0,3 0,4 0,0 0,0 11 0,2 0,5 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,0 12 0,5 0,5 0,3 0,4 0,3 0,3 0,4 0,4 13 0,5 0,5 0,3 0,4 0,4 0,3 0,3 0,4 14 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 0,3 0,3 0,4 15 0,3 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 -0,1 16 0,3 0,3 0,4 -0,2 0,5 -0,1 -0,1 Al

Excedentes para coniferas antes de la CTV en cada sector del área del Valdecaballeros

161 Excedentes después Coniferas A B C D E F G H Keq /Ha/año 1 0,0 -0,4 0,3 -0,2 -0,2 -0,2 -0,1 -0,1 2 0,1 -0,3 0,2 0,4 -0,2 -0,1 -0,1 -0,1 3 0,3 -0,3 0,2 0,3 0,3 -0,1 -0,2 -0,1 4 0,3 -0,3 0,5 0,2 0,3 -0,1 0,0 -0,1 5 0,3 0,4 0,1 0,1 0,2 -0,2 -0,1 -0,1 6 0,3 0,4 0,0 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 7 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 -0,2 -0,1 8 0,3 0,2 0,2 0,2 0,3 -0,1 -0,1 0,0 9 0,0 0,0 0,1 0,1 -0,2 -0,1 0,0 0,0 10 0,0 0,0 0,1 0,2 0,2 0,3 -0,1 0,0 11 0,0 0,1 -0,1 0,1 0,1 0,2 0,3 0,0 12 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,2 0,3 0,3 13 0,2 0,2 0,1 0,2 0,3 0,2 0,3 0,3 14 0,2 0,3 0,2 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 15 0,0 0,4 0,3 0,4 0,4 0,3 0,3 -0,2 16 0,0 0,1 0,2 -0,3 0,4 -0,2 -0,2 -0,2

Excedentes para coniferas después de la CTVen cada sector del área del Valdecaballeros

En el caso de las coniferas, la deposición acida estimada en la actualidad supera la carga crítica en 27 sectores (21 % de los sectores) y tiene el valor crítico en 12 (9 % de los sectores). Tras la hipotética central, las cargas se superarían en 33 celdas (26 % del total) y se igualarían en 14 (11 %). Los principales afectados son los suelos más sensibles y próximos a la central (en los gráficos adjuntos se pueden observar las direcciones y distancias más afectadas). Resumiendo, la Central de Valdecaballeros aumentaría el número de celdas con deposición mayor o igual al valor crítico: las 39 anteriores (30 %) se transformarían en 47 (37 %), lo que significa un aumento relativo del 23 %.

162 Excedentes antes Frondosas A B C D E F G H Keq/Ha/año 1 0,7 -0,1 0,8 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 2 0,7 0,0 0,8 0,9 0,1 0,1 0,1 0,1 3 0,9 -0,1 0,6 0,7 0,7 0,1 0,1 0,1 4 0,9 -0,1 0,9 0,5 0,6 0,2 0,2 0,1 5 0,9 0,9 0,4 0,4 0,6 0,0 0,1 0,2 6 0,9 0,9 0,4 0,4 0,6 0,6 0,7 0,8 7 0,9 0,7 0,7 0,6 0,6 0,6 0,0 0,1 8 0,9 0,7 0,7 0,7 0,8 0,2 0,2 0,2 9 0,9 0,5 0,7 0,6 0,1 0,2 0,2 0,2 10 0,5 0,5 0,7 0,7 0,7 0,8 0,2 0,2 11 0,5 0,9 0,7 0,7 0,7 0,7 0,8 0,2 12 0,9 0,9 0,7 0,8 0,7 0,7 0,8 0,8 13 0,9 0,9 0,7 0,8 0,8 0,7 0,7 0,8 14 0,9 0,9 0,8 0,8 0,8 0,7 0,7 0,8 15 0,7 0,9 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 0,1 16 0,7 0,7 0,8 0,0 0,9 0,1 0,1 0,1

Excedentes para frondosas antes de la CTl'en cada sector del área del Valdecaballeros

Excedentes después Frondosas A B C D E F G H Keq/Ha/año 1 0,4 -0,2 0,7 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 2 0,5 -0,1 0,6 0,8 0,0 0,1 0,1 0,1 3 0,7 -0,1 0,5 0,6 0,6 0,1 0,1 0,1 4 0,7 -0,1 0,9 0,5 0,6 0,1 0,2 0,1 5 0,7 0,8 0,4 0,4 0,6 0,0 0,1 0,1 6 0,7 0,8 0,3 0,3 0,5 0,6 0,7 0,8 7 0,7 0,7 0,6 0,6 0,6 0,6 0,0 0,1 8 0,7 0,6 0,6 0,6 0,7 0,1 0,1 0,2 9 0,3 0,3 0,5 0,5 0,0 0,1 0,2 0,2 10 0,3 0,3 0,5 0,6 0,6 0,7 0,1 0,2 11 0,3 0,5 0,3 0,5 0,5 0,6 0,7 0,2 12 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,7 0,7 13 0,6 0,6 0,5 0,6 0,7 0,6 0,7 0,7 14 0,6 0,7 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 15 0,4 0,8 0,7 0,8 0,8 0,7 0,7 0,0 16 0,4 0,5 0,6 -0,1 0,8 0,0 0,0 0,0

Excedentes para frondosas después de la CT\!en cada sector del área del Valdecaballeros

163 EXCEDENTES SOBRE LA CARGA CRÍTICA. EXCEDENTES SOBRE LA CARGA CRITICA. (PROFILE) (PRÓFILE) (Keq/Ha/año). ( Keq / Ha/año).

FRONDOSAS ANTES FRONDOSAS DESPUÉS En el caso de las frondosas, la deposición actual está más lejos de su valor crítico: lo superan 3 celdas ( 2 % del total de celdas) y lo igualan en 4 (3 %), Tras la supuesta central, los sectores críticos son: 5 celdas con excedentes negativos (4%) y 11 con excedentes nulos (9 %). Por tanto, las condiciones criticas se alcanzan en 7 celdas (5 %) antes de la central y en 16 (13 %) después de la susodicha.

Puede observarse que con el grado de deposición actual y el previsto para la mencionada central, las coniferas se presentan, con diferencia, como el tipo de vegetación arbórea más afectado: bajo las condiciones ambientales actuales, el 30% de los sectores del área de Valdecaballeros sería incapaz de albergar a largo plazo este tipo de vegetación, mientras que con las condiciones derivadas del funcionamiento de la central, este porcentaje se elevaría al 37 %, frente alo % y 13 % para el caso de frondosas.

Antes de la CTV Después de la CTV Coniferas 30% 37% Frondosas 5% 13%

Tanto por cíenlo de celdas en situación crítica según el tipo de vegetación, antes y después de la central térmica de Valdecaballeros.

En ambos casos y con objeto de facilitar el análisis de los resultados, los excedentes se distribuyeron en tres clases:

- Clase A: excedentes positivos y estrictamente mayores a 0,1 Keq/Ha/año. - Clase B: excedentes con valor comprendido entre - 0,1 y 0,1 Keq/Ha/año incluyendo los extremos. - Clase C: excedentes negativos y estrictamente menores a - 0,1.

165 3.2.3.- MODELO SMB

La aplicación del modelo SMB se ha llevado a cabo gracias a los datos de meteorización deducidos por Sánchez Cabrero mediante el modelo PROFILE. Asimismo, se ha supuesto el mismo tanto por ciento de percolación para suelos relacionados del área de Valdecaballeros y la Comunidad Autónoma de Madrid. Las cargas críticas obtenidas presentan el orden de magnitud esperado, no obstante, en algunos tipos de suelos se observan cambios cualitativos significativos (por ejemplo, los suelos tipo Morcuera están entre los más sensibles según PROFILE, mientras según SMB, se presentan entre los de mayor capacidad de neutralización). Por este motivo, se ha decidido evaluar únicamente los resultados de Sánchez Cabrero al estar basados en un modelo más exacto ( PROFILE es multicapa y SMB es monocapa) y sin olvidar que parte de los datos requeridos por el modelo SMB han sido tomados de los obtenidos por Sánchez Cabrero. A pesar de todo, se han presentados los resultados del modelo SMB tanto por motivos metodológicos, al ser un modelo aceptado de cálculo muy útil en ciertos casos y más sencillo de implementar; como por motivos académicos, pues permite observar como varían los valores de las cargas críticas y los excedentes según el nivel de precipitación y el método de cálculo utilizado. Con objeto de comparar los resultados de ambos modelos, se ha aplicado el modelo SMB a algunos suelos de la Comunidad de Madrid. En la tabla adjunta, pueden leerse los resultados según ambos modelos. Las cargas críticas según el modelo PROFILE se han tomado de SÁNCHEZ CABRERO, 1993. Entre paréntesis se señalan los valores calculados según el SMB. Sólo se indican los tipos de suelo presentes en el área de Valdecaballeros:

Keq/Ha/año Encinares Pinares Postas 1,5 (2,1) 1,1 (1,8) S.S. de los Reyes I 1,3 (1,1) 1,1 (1,1) Miraflores 1,2 (0,7) 0,8 (0,6) Canencia 1,3 (0,6) 0,9 (0,5) Morcuera 0,5 (1,8) 0,3 (1,5) Robledo 0,6 (0,6) 0,4 (0,6) El Pardo I 1,1 (1,3) 0,8 (1,3) Patones 3,1 (1,4) 2,0 (1,3) Vfflalbilla > 5,0 (7,0) > 5,0 (5,2) C. Oreja 4,1 (3,4) 2,6 (2,8) Comparativa de cargas críticas según PROFILE y SAÍB para suelos de la CAhí

166 Los niveles críticos de la razón molar (Ca+Mg+K)/Al para cada tipo de vegetación, coinciden en ambos modelos. Esto explica el mismo sentido de variación de la carga crítica según el tipo de vegetación. Sin embargo, es interesante observar que este factor tiene menor peso en el modelo SMB que el PROFILE.

Como ya hemos señalado, a cada sector del área de Valdecaballeros se le ha adjudicado el suelo más sensible de los presentes. El método SMB varía la sensibilidad relativa de los distintos tipos de suelo, por tanto, siendo consecuente con el criterio utilizado, se han asignado a cada sector "los nuevos suelos más sensibles según el SMB". Sin embargo, presentamos los resultados que se derivan de aplicar el modelo SMB a los suelos más sensibles según el modelo PROFILE con objeto de mostrar la variación en el valor de las cargas críticas según el modelo utilizado. Recordamos de nuevo, que esta aplicación sólo se realiza desde el punto de vista académico, pues con los datos disponibles, las cargas críticas más precisas corresponden, sin lugar a duda, a las calculadas por Sánchez Cabrero para los suelos de la Comunidad de Madrid.

En las tablas adjuntas indicamos las cargas críticas según SMB para el área de Valdecaballeros y los excedentes antes y después de la hipotética central de Valdecaballeros, tanto para los tipos de suelos más sensibles según el modelo PROFILE7 como el modelo SMB. Primero indicamos las cargas críticas para coniferas y frondosas según el SMB con la asignación de tipos de suelo según PROFILE:

'Evidentemente nos referimos a las calculadas por Sánchez Cabrero.

167 C.C. Coniferas Keq /Ha/año A B C D E F G H 1 0,5 1,2 0,5 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 2 0,5 1,2 0,5 0,5 1,2 1,2 1,2 1,2 3 1,6 1,2 1,3 1,3 1,3 1,2 1,1 1,2 4 1,6 1,2 1,6 1,3 1,3 0,6 0,6 1,2 5 1,6 1,6 1,3 1,3 0,5 0,7 0,6 0,6 6 1,6 1,6 1,3 1,4 0,6 0,5 0,5 0,5 7 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,7 0,6 8 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 9 1,6 1,3 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 10 1,3 1,3 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 11 1,3 1,6 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 12 1,6 1,6 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 13 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 14 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 15 0,5 1,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 1,2 16 0,5 0,5 0,5 1,2 0,5 1,2 1,2 1,2

Cargas críticas para coniferas según SAÍB en el área de Valdecaballeros.

C.C. frondosas Keq/Ha/año A B C D E F G H 1 0,6 1,3 0,6 1,2 1,2 1,2 1,2 1,2 2 0,6 1,3 0,6 0,5 1,2 1,2 1,2 1,2 3 1,8 1,3 1,3 1,3 1,3 1,2 1,2 1,2 4 1,8 1,3 1,8 1,3 1,3 0,7 0,7 1,2 5 1,8 1,8 1,3 1,3 0,6 0,7 0,7 0,7 6 1,8 1,8 1,3 1,4 0,6 0,6 0,6 0,6 7 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 9 1,8 1,3 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 0,7 10 1,3 1,3 0,6 0,6 0,7 0,6 0,7 0,6 11 1,3 1,8 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 0,6 12 1,8 1,8 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 0,6 13 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 14 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 15 0,6 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 1,2 16 0,6 0,6 0,6 1,2 0,5 1,2 1,2 1,2

Cargas críticas para frondosas según SMB en el área de Valdecaballeros.

A pesar de no haber variado el tipo de suelo asignado a cada celda, las cargas críticas para ambos tipos de vegetación han cambiado apreciablemente. Este hecho tiene como causa principal la utilización de un método distinto de cálculo (modelo SMB). Asimismo, se observan pequeñas diferencias (del orden de 0,1 Keq/Ha/año) entre suelos del mismo tipo pero con distinto nivel de precipitación y una menor influencia de la vegetación en el valor de la carga crítica (propia del modelo SMB).

168 Los excedentes antes y después de la hipotética central térmica de Valdecaballeros, para este caso, vienen dados en las siguientes tablas:

Excedentes antes Coniferas A B c D E F G H Keq/Ha/año 1 0,0 0,7 0,0 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 2 0,0 0,7 0,0 0,1 0,8 0,8 0,8 0,8 3 1,1 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8 0,7 0,8 4 1,1 0,6 1,0 0,7 0,8 0,2 0,2 0,8 5 1,1 1,0 0,6 0,6 -0,1 0,1 0,1 0,2 6 1,1 1,0 0,6 0,6 -0,2 -0,1 -0,1 0,0 7 1,1 0,0 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 8 1,1 0,0 -0,1 -0,1 0,0 0,2 0,2 0,2 9 1,1 0,7 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 10 0,7 0,7 0,0 0,0 0,1 0,2 0,2 0,2 11 0,7 1,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 12 1,1 1,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 13 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 14 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 15 0,0 1,1 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,7 16 0,0 0,0 0,0 0,7 0,1 0,7 0,7 0,7

Excedentes para coniferas según el SAIB antes de la CTV en cada sector del área de Valdecaballeros.

Excedentes después Coniferas A B C D E F G H Keq/Ha/año 1 -0,3 0,5 -0,1 0,7 0,7 0,7 0,8 0,8 2 -0,3 0,6 -0,1 0,0 0,7 0,7 0,8 0,8 3 0,8 0,6 0,7 0,8 0,8 0,8 0,7 0,8 4 0,8 0,6 1,0 0,7 0,7 0,2 0,2 0,8 5 0,9 1,0 0,6 0,6 -0,1 0,0 0,1 0,1 6 0,9 0,9 0,5 0,6 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 7 0,8 -0,1 -0,1 -0,2 -0,1 0,0 0,0 0,1 8 0,8 -0,2 -0,1 -0,2 0,0 0,1 0,1 0,2 9 0,5 0,5 -0,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 10 0,5 0,4 -0,3 -0,2 0,0 0,1 0,1 0,2 11 0,4 0,6 -0,4 -0,3 0,0 0,0 0,1 0,2 12 0,7 0,7 -0,3 -0,3 0,0 0,0 0,1 0,1 13 0,7 0,7 -0,3 -0,2 -0,1 0,1 0,1 0,1 14 n,7 0,8 -0,1 -0,1 -0,1 0,1 0,1 0,1 15 -0,4 0,9 -0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,7 16 -0,4 -0,3 -0,2 0,5 0,0 0,7 0,7 0,7

Excedentes para coniferas según el SAIB después de CT\; en cada sector del área de Valdecaballeros.

169 Excedentes antes frondosas A B c D E F G H Keq /Ha/año 1 0,0 0,7 0,0 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 2 0,0 0,7 0,0 0,1 0,8 0,8 0,8 0,8 3 1,2 0,7 0,8 0,8 0,9 0,8 0,7 0,8 4 1,2 0,7 1,2 0,7 0,8 0,2 0,3 0,8 5 1,2 1,2 0,7 0,7 -0,1 0,2 0,2 0,2 6 1,2 1,2 0,7 0,7 -0,1 -0,1 0,0 0,0 7 1,2 0,0 0,0 -0,1 -0,1 0,1 0,2 0,2 8 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,3 9 0,8 0,8 0,0 0,1 0,2 0,2 0,3 0,3 10 0,8 0,8 0,0 0,0 0,1 0,2 0,2 0,3 11 0,8 1,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,3 12 1,2 1,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 13 1,2 1,2 0,0 0,0 0,1 0,2 0,2 0,2 14 1,2 1,2 0,0 0,0 0,1 0,2 0,2 0,2 15 0,0 1,2 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 0,8 16 0,0 0,0 0,0 0,7 0,1 0,8 0,8 0,8

Excedentes para frondosas segitn el SMB antes de la CTVen cada sector del área de Valdecaballeros.

Excedentes después frondosas A B C D E F G H Keq /Ha/año 1 -0,3 0,6 -0,1 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 2 -0,2 0,7 -0,1 0,1 0,8 0,8 0,8 0,8 3 1,0 0,6 0,7 0,8 0,8 0,8 0,8 0,8 4 1,0 0,6 1,2 0,7 0,8 0,2 0,2 0,8 5 1,0 1,1 0,6 0,6 -0,1 0,1 0,2 0,2 6 1,0 1,1 0,6 0,6 -0,2 -0,1 0,0 0,0 7 1,0 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,1 0,1 0,2 8 1,0 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,2 0,2 0,2 9 0,5 0,5 -0,2 0,0 0,1 0,2 0,2 0,2 10 0,5 0,5 -0,2 -0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 11 0,5 0,7 -0,4 -0,2 0,0 0,1 0,1 0,2 12 0,9 0,8 -0,3 -0,2 0,0 0,0 0,1 0,1 13 0,8 0,9 -0,2 -0,1 -0,1 0,1 0,1 0,2 14 0,8 1,0 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,2 0,2 15 -0,4 1,0 -0,1 0,0 0,0 0,2 0,2 0,8 16 -0,3 -0,2 -0,2 0,6 0,0 0,7 0,7 0,8 Excedentes para frondosas según el SMB después de la CTV en cada sector de! área de Valdecaballeros.

Como curiosidad se indica que el número de celdas, según los resultados anteriores, que no soportal 'an a largo plazo una población de coniferas en las condiciones ambientales actuales (excedentes negativos o nulos) se elevan a 38 (30 % del total) v 33 celdas (26 %) serían incapaces de mantener una población de frondosas. Después de la instalación de la central estas cifras serían 49 celdas (38 %) para coniferas y 42 celdas (33 %) para frondosas.

170 Según el método SMB el suelo más sensible en cada sector del área de Valdecaballeros viene reflejado en la siguiente tabla:

A B C D E F G H 1 Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 2 Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 3 Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 4 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 5 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 6 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 7 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 8 Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 9 El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Canencia Canencia Robledo Robledo 10 El Pardo I El Pardo I Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Robledo 11 El Pardo I Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 12 Postas Postas Canencia Caner.cia Canencia Canencia Canencia Canencia 13 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 14 Postas Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 15 Canencia Postas Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia 16 Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencia Canencii

Tipo de suelo asociado a cada sector del área de Valdecaballeros según SMB.

Las cargas críticas para coniferas y frondosas según el SMB con la nueva asignación de tipo de suelo más sensible a cada sector vienen expresadas en las tablas adjuntas.

C.C Coniferas Keq/Ha/año A B C D E F G H 1 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 2 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 3 0,5 0,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 4 1,6 0,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,5 5 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 6 1,6 1,6 0,5 0,6 0,6 0,5 0,5 0,5 7 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 8 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 9 1,3 1,3 0,5 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 10 1,3 1,3 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 0,6 11 1,3 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,6 12 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 13 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 14 1,6 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 15 0,5 1,6 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 16 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5 0,5

Nuevas cargas críticas para coniferas según SNIB en cada sector del área de Valdecaballeros.

171 C.C. Frondosas Keq /Ha/año A B C D E F G H 1 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 2 0,6 0,6 0,6 0,5 0,6 0,6 0,6 0,6 3 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,6 0,5 0,6 4 1,8 0,7 0,6 0,6 0,6 0,7 0,6 0,6 5 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 6 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 7 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,7 0,7 0,6 9 1,3 1,3 0,6 0,6 0,7 0,7 0,7 0,7 10 1,3 1,3 0,6 0,6 0,6 0,5 0,7 0,6 11 1,3 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,6 12 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 13 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 14 1,8 1,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 15 0,6 1,8 0,6 0,6 0,6 0,5 0,5 0,6 16 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,6 0,6 0,6

Niin'as cargas críticas para frondosas según SMB en cada sector del área de Valdecaballeros.

Respecto al caso anterior, el valor de las cargas varía únicamente por la nueva asignación de suelos más sensibles, manteniéndose los pequeños cambios entre suelos equivalentes debido a los distintos niveles de precipitación.

172 Los nuevos excedentes antes y después de la hipotética central de Valdecaballeros (CTV) vienen expresados en las tablas siguientes:

Excedentes antes Coniferas A B c D E F G H Keq/Ha/año 1 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 2 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 3 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 4 1,1 0,0 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,2 0,1 5 1,1 1,0 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 6 1,1 1,0 -0,1 -0,2 -0,2 -0,1 -0,1 0,0 7 1,1 0,0 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 8 1,1 0,0 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,2 9 0,7 0,7 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 10 0,7 0,7 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 11 0,7 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,2 12 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 13 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 14 1,1 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 15 0,0 1,1 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 16 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1

Nuevos excedentes para coniferas antes de la CT\'en cada sector del área de Valdecaballeros.

Excedentes después Coniferas A B C D E F G H Keq/Ha/año 1 -0,3 -0,1 -0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 2 -0,3 0,0 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 3 -0,3 -0,1 -0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 4 0,8 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,1 5 0,9 1,0 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 0,1 0,1 6 0,9 0,9 -0,2 -0,2 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 7 0,8 -0,1 -0,1 -0,2 -0,1 -0,1 0,0 0,1 8 0,8 -0,2 -0,1 -0,2 0,0 0,1 0,1 0,1 9 0,5 0,5 -0,2 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,2 10 0,5 0,4 -0,3 -0,2 -0,1 0,0 0,1 0,2 11 0,4 0,6 -0,4 -0,3 -0,1 -0,1 0,0 0,1 12 0,7 0,7 -0,3 -0,3 -0,1 -0,1 0,0 0,0 13 0,7 0,7 -0,3 -0,2 -0,1 0,0 0,0 0,0 14 0,7 0,8 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,0 0,0 15 -0,4 0,9 -0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 16 -0,4 -0,3 -0,2 -0,1 0,0 0,0 0,0 0,1

Nuevos excedentes para coniferas después de la CT\ren cada sector del área de Valdecaballeros.

173 Excedentes antes Frondosas A B c D E F G H Keq/Ha/año 1 0,0 0,1 0,0 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 2 0,0 0,1 0,0 0,1 0,2 0,2 0,2 0,2 3 0,0 0,1 0,0 0,1 0,1 0,2 0,1 0,2 4 1,2 0,1 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,2 5 1,2 1,2 -0,1 -0,1 -0,1 0,1 0,2 0,2 6 1,2 1,2 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,0 7 1,2 0,0 0,0 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,2 8 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,2 9 0,8 0,8 0,0 0,0 0,2 0,2 0,3 0,3 10 0,8 0,8 0,0 0,0 0,0 0,1 0,2 0,3 11 0,8 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,2 12 1,2 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 13 1,2 1,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 14 1,2 1,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 15 0,0 1,2 0,0 0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 16 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2

Nuevos excedentes para frondosas antes de la CT\~ en cada sector del área de Valdecaballeros.

Excedentes después Frondosas A B c D E F G H Keq/Ha/año 1 -0,3 -0.1 -0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 2 -0,2 0,0 -0,1 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 3 -0,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,2 0,1 0,2 4 1,0 0,0 -0,1 0,0 0,0 0,2 0,2 0,2 5 1,0 1,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,1 0,1 0,2 6 1,0 1,1 -0,2 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 0,0 7 1,0 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 8 1,0 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,2 0,2 9 0,5 0,5 -0,2 -0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 10 0,5 0,5 -0,2 -0,1 0,0 0,0 0,2 0,2 11 0,5 0,7 -0,4 -0,2 -0,1 0,0 0,0 0,2 12 0,9 0,8 -0,3 -0,2 -0,1 -0,1 0,0 0,0 13 0,8 0,9 -0,2 -0,1 -0,1 0,0 0,0 0,1 14 0,8 1,0 -0,1 -0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 15 -0,4 1,0 -0,1 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 16 -0,3 -0,2 -0,2 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,1

Nuevos excedentes para frondosas después de la CT\/7en cada sector del área de Valdecaballeros.

174 La aplicación del método SMB y la asignación del suelo más sensible (según el SMB) como representativo de cada sector, arroja resultados más preocupantes. En el caso de coniferas, antes de la instalación de la central 16 celdas (13 % del total) soportan una deposición superior a la crítica y 48 (38 %) la deposición crítica. En total 64 celdas (50 %) serían incapaces de soportar a largo plazo una vegetación de carácter conifero. Tras la instalación de la central, 51 celdas (40 %) superarían la carga crítica y 28 (22 %) la igualarían. En total, 79 celdas (62 %). En el caso de las frondosas, antes de la instalación de la central 9 celdas (7 %) presentan excedentes negativos y 40 (31 %) nulos, esto es, 49 celdas (38 %) problemáticas. Tras la instalación de la central, 43 celdas (34 %) tendrán una deposición excesiva y 23 (18 %) alcanzarán el valor crítico, lo que significa que 66 celdas (52 %) no serán adecuadas para la vegetación caducifolia.

3.2.4.- CONCLUSIONES.

El modelo PROFILE es un método de cálculo de cargas críticas aceptado y muy utilizado y sin duda el más exacto de los aplicados. Sin embargo, en nuestro caso, la aplicación del PROFILE queda limitada a la adaptación de las cargas críticas calculadas para los suelos de la Comunidad de Madrid por Sánchez Cabrero, restricción que condiciona también la aplicación del modelo SMB. En primer lugar, las tasas de meteorización utilizadas se deducen directamente de los datos de los suelos de Madrid. En segundo lugar, se ha utilizado la proporción de percolación observada por Sánchez Cabrero en el suelo equivalente de Madrid. Por último, el modelo SMB debe complementarse por otro método que permita estimar las tasas de meteorización (PROFILE, métodos empíricos, etc.). Por otro lado, la precipitación es un factor que influye en el volumen de escorrentía de percolación, la deposición atmosférica y otros parámetros. La acidez potencial se ha corregido en cada sector teniendo en cuenta la precipitación y asumiendo vegetación arbórea, y ha sido aplicada por igual en todos los casos. La percolación, sin embargo, sólo ha podido utilizarse en el modelo SMB. En cuanto a la tasa de meteorización se ha tenido que aplicar un valor constante e independiente del volumen de precipitación. Con objeto de analizar el comportamiento de las cargas críticas con la precipitación, se ha calculado con el modelo SMB, y las restricciones comentadas, las cargas y excedentes para una serie de valores de precipitación típicos. Los resultados pueden verse en los siguientes gráficos:

175 Carga critica de frondosas (Keq/Ha/año)

Postas Canencia El Pardo •Villalbilla - - C.Oreja

8 T

300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (mm/año)

Carga crítica de coniferas (Keq/Ha/año)

Postas Canencia El Pardo «•—Villalbilla - - C.Oreja

R -p

4 •-

0 =. Q i= es ea

(53 E3 B3 2 •

0 •• i i 300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (mm/año)

Excedentes antes de la CTV para frondosas (Keq/Ha/año)

Postas Canencia El Pardo ——Villalbilla - = C.Oreja

7 -r-

5 •-

3 - m tsr ia oa «a

1 . -

1 . - 300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (mm/año)

176 Excedentes después de la CTV para frondosas (Keq/Ha/año)

Postas Canencia El Pardo •Villalbilla - - C.Oreja

-1 300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (mrn/año)

Excedentes antes de la CTV para coniferas (Keq/Ha/año)

I Postas Canencia Ei Pardo —-Villalbilla - - C.Oreja

«i 1

3 • xsa tsa ca sa ea m m est ES ea « ea -

1 •

•i . 300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (rnm/año)

Excedentes después de la CTV para coniferas (Keq/Ha/año)

1 Postas Canencia El Pardo —Villalbilla - m C.Oreja

«5 i

3 •

ta a na o M m m xa m m BB «53 EB « Sa

1 •

'• ' - " • - • • '

i . 300 500 700 900 1100 1300 1500 Precipitación (mm/año)

177 Los resultados no concuerdan con estudios realizados sobre este tema: la carga crítica debe disminuir al aumentar la precipitación. En nuestros cálculos, las cargas obtenidas para cinco tipos de suelos representativos (tres ácidos y dos calizos) se comportan de modo contrario a lo esperado. Este hecho, junto a los cambios cualitativos y cuantitativos en las cargas calculadas por PROFILE y SMB, podría invalidar en cierta medida los resultados del modelo SMB. Afortunadamente, el suelo tipo Canencia (el más utilizado) varía de un modo bastante aceptable con la precipitación. Del mismo modo, los excedentes tienen un comportamiento distinto del esperado para frondosas en los suelos calizos no así en los ácidos. En el caso de coniferas, todos los suelos varían aceptablemente con la precipitación. Para terminar, exponemos en la tabla siguiente, un resumen de los resultados obtenidos. Un conclusión se deduce: en la actualidad, posiblemente se superen ya las cargas críticas para ambos tipos de vegetación en ciertas zonas del área de Valdecaballeros y que la central térmica probablemente aumentaría el número de sectores. Por tanto, creemos conveniente la realización de trabajos de campo en la zona a fin de obtener los datos necesarios que permitan aplicar de un modo más exacto los modelos presentados.

Modelo Coniferas Frondosas antes después antes después PROFILE 30% 37% 5% 13% SMB1 30% 38% 26% 33% SMB 2 50% 62% 38% 52% Tanto por ciento de celdas con deposición igual o superior a la carga crítica. PROFILE: Adaptación de los resultados de Sánchez Cabrero. SMB I : Modelo SMB y suelos más sensibles según PROFILE. SMB 2 : Modelo SMB.'

En el caso de frondosas las diferencias entre PROFILE y SMB puede deberse a la menor influencia del tipo de vegetación en el segundo método. La variación en el caso denominado SMB 2 (modelo SMB y asignación de los suelos más sensibles según SMB) puede deberse a que el modelo SMB estime una menor carga crítica para los suelos tipo Canencia, muy presentes en la zona, que el modelo PROFILE.

178 4.- EVALUACIÓN DEL IMPACTO.

La metodología de evaluación del impacto generado por la emisión de contaminantes atmosféricos fue descrita en el apartado correspondiente de la metodología general. En nuestro caso, únicamente se pudieron analizar los receptores relacionados con la vegetación arbórea. En todos los casos, bien por motivos de interés social (caso de parques nacionales y naturales, ZEPAS8, etc.) bien por interés económico (la zona es eminentemente agrícola o similar), se calificó el impacto en función del valor de los excedentes del siguiente modo:

Impacto crítico: celdas donde los excedentes fueran menores a -0,1 Keq/Ha/año (excedentes de clase C). Impacto severo: celdas donde los excedentes fueran nulos, 0,1 o -0,1 Keq/Ha/año (excedentes de clase B). Impacto moderado: excedentes mayores a 0,1 Keq/Ha/año (excedentes de clase A).

En ningún caso se consideró clasificables los impactos como admisibles o compatibles. La anchura de la clase intermedia podría haberse analizado calculando los errores absolutos en los valores de cargas críticas (entre un 20 % y 40 % para el modelo PROFILE) y deposición, obteniéndose así un rango de excedentes para cada unidad ambiental. El rango sería en el caso de frondosas ±0,3 y +0,2 en el caso de coniferas (20 % de la carga crítica más alta utilizada). No obstante, se consideró el valor 0,1 para ambas clases de vegetación, que corresponde al 20 % de la carga crítica más bajas, con el objetivo de no sobreualorar esta clase, sobretodo tras la central.

Según estas clases la distribución de cada tipo de impacto coincide con la correspondiente clase de excedencia. En el mapa adjunto puede observarse la mencionada distribución.

8Zona de Especial Protección para las Aves.

179 IMPACTO SOBRE LAS ÁREAS FORESTALES IMPACTO SOBRE LAS ÁREAS FORESTALES CON CONIFERAS. CON FRONDOSAS.

MUNICIPIOS DEL ÁREA DE ESTUDIO DE VALDECABALLEROS.

o

| | IMPACTO MODERADO.

| | IMPACTO SEVERO.

IMPACTO CRÍTICO. Como puede verse, para determinar el impacto de una celda no se ha realizado una comparación entre el estado previo a la central y el estado posterior a la misma, en lo referente al cambio de clase de excedencia como consecuencia de la instalación de la central. Se ha ido directamente a considerar el estado final, es decir, el mapa de excedencia de cargas críticas considerando la central térmica en funcionamiento. Para justificar esta forma de proceder, debe considerarse el carácter del impacto que se considera, y de los procesos químicos y biológicos implicados. Cuanto más se supera la carga crítica de una zona, más intenso será el proceso de deterioro. Por tanto, el hecho de que una determinada celda no cambie de categoría de impacto, no significa que el impacto no exista, puesto que la deposición acida sobre la zona se ha incrementado, y por tanto la excedencia con respecto a la carga crítica ha aumentado, con el consiguiente agravamiento del proceso de degradación, independientemente de que éste se hubiera ya iniciado en la zona. La clasificación del impacto en tres categorías se ha hecho porque se admite un grado de incertidumbre en la asignación de las cargas críticas y en los demás cálculos, como se explicó en el capítulo de metodología general.

181

5.- VALORACIÓN ECONÓMICA.

Este apartado tiene por objeto estimar la importancia de las pérdidas económicas que la hipotética nueva central térmica podría generar en la zona durante su funcionamiento. Con la intención de ensayar un método sencillo y a la vez orientativo, se analiza únicamente el momento más desfavorable, a saber, la producción económica asociada a los receptores considerados, y dependientes de los mismos, en aquellas zonas donde se superara la carga crítica o fuera probable que se superara, se hubiera ya perdido totalmente. Las pérdidas anuales debidas a la central, según esta hipótesis de trabajo, serían la suma de las producciones económicas en dichas zonas en un año de referencia, en nuestro caso 1992. En el presente estudio, y para esta labor, se asoció a cada término municipal la celda donde estuviera la capital del municipio. La producción económica considerada para cada municipio fue únicamente aquella directamente relacionada con el estado de la vegetación arbórea. Los sistemas acuáticos no fueron analizados en estos términos por carecer de valores de carga crítica. No obstante, en el Inventario se ha indicado valores económicos que dan una idea de la magnitud de las posibles pérdidas. La caza, el descenso de número de visitantes, la influencia en el turismo, etc. no fueron tampoco analizados. A pesar de ello, en el inventario se han indicado datos económicos que, en la medida de lo posible, pueden ser útiles para futuras estimaciones. El método de valoración económica no pretende substituir a un análisis económico detallado de las posibles pérdidas generadas por la central, únicamente señala un orden de magnitud de las consecuencias económicas que una actividad de este tipo puede provocar en la zona bajo estudio.

Para la valoración económica, se ha considerado tanto el estado previo al funcionamiento de la C.T.V. como el estado durante el funcionamiento de la misma.

1C3 En un apéndice posterior pueden leerse datos de interés relacionados con la valoración económica. Se señala que las pérdidas seguras son las relacionadas con los impactos críticos o clase C de excedentes. Las pérdidas probables se refieren a los impactos críticos y severos o clases C y B de excedentes. En ambos casos, las pérdidas no consideran aquellos municipios que ya estaban presentes en la categoría crítica en el estado pre - operacional:

Pérdidas seguras = Producción en municipios con impacto crítico después de la C. T. V. , que no lo fueran ya antes de la C. T. V.

Pérdidas probables = Producción en municipios con impacto crítico o severo después de la C. T. V. y que no tuvieran impacto crítico arnés de la C. T. V.

En la tabla siguiente se resumen las pérdidas económicas estimadas en la zona afectada, según provincias, y en todo el área de Valdecaballeros:

Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas seguras probables seguras probables seguras probables frondosas frondosas coniferas coniferas totales totales Badajoz 68,7 1137,7 28,0 70,3 96,7 1208,1 Cáceres 0 331,3 0 15,8 0 347,1 Toledo 0 29,0 0,04 7,0 0,04 36,0 Ciudad Real 0 189,7 1,9 2,6 1,9 192,3 Área de Valdecaballeros 68,7 1687,7 29,9 95,7 98,6 1783,5

En la tabla siguiente puede verse la importancia relativa de las distintos tipos de producción considerados, según provincias, en el área de Valdecaballeros:

Montanera Maderera Otros Total Badajoz 2087,2 222,3 2159,7 2381,9 Cáceres 593,7 262,6 626,7 889,3 Toledo 90,7 50,6 92,3 142,8 Ciudad Real 1209,2 57,0 1209,3 1266,2 Área de Valdecaballeros 3980,8 592,5 4088,0 4680,2

Puede observarse que el principal productor en la zona es el cerdo ibérico (montanera) y, en consecuencia, el que mayor pérdidas económicas provoca.

184 La magnitud de las pérdidas previstas en los distintos sectores considerados puede comprenderse comparándolas con las correspondientes productividades estimadas en el área de estudio:

Pérdidas seguras totales Pérdidas probables totales Badajoz 4% 51 % Cáceres 0% 39% Toledo 0% 25% Ciudad Real 0,2% 15% Área de Valdecaballeros 2% 38%

Las pérdidas seguras se mueven en márgenes inferiores al 5 %, sin embargo, las pérdidas probables pueden alcanzar el 50 %. La provincia previsiblemente más castigada por la deposición es Badajoz.

La producción anual prevista para la C.T.V. es de 7.500 Millones de Kwh en condiciones normales. La tabla siguiente estima las pérdidas por kwh de electricidad producido:

Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Ptas/kwh/año seguras probables seguras probables seguras probables frondosas frondosas coniferas coniferas totales totales Badajoz 0,009 0,152 0,004 0,009 0,013 0,161 Cáceres 0 0,044 0 0,002 0 0,046 Toledo 0 0,004 0,000 0,001 0,000 0,005 Ciudad Real 0 0,025 0,000 0,000 0,000 0,026 Área de Valdecaballeros 0,009 0,225 0,004 0,013 0,013 0,238

Tomando 150 Ptas por cada ecu, las pérdidas expresadas en miliecus por kwh producido son:

Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas Pérdidas mecu/kwh/año seguras probables seguras probables seguras probables frondosas frondosas coniferas coniferas totales totales Badajoz 0,060 1,013 0,027 0,060 0,087 1,073 Cáceres 0 0,293 0 0,013 0 0,307 Toledo 0 0,027 0,000 0,007 0,000 0,033 Ciudad Real 0 0,167 0,001 0,002 0,001 0,173 Área de Valdecaballeros 0,060 1,500 0,027 0,087 0,087 1,587

185 Para terminar este apartado, cabe recordar que la valoración de las pérdidas económicas realizada en este estudio, no ha considerado los siguientes aspectos:

- Pérdidas en el sector ganadero por deterioro de los pastizales. - Pérdidas por disminución de recursos piscícolas. - Pérdidas asociadas a los efectos sobre la fauna cinegética. - Posibles pérdidas en el sector turístico, en especial, el turismo de carácter naturalista y de ocio. - Pérdidas relacionadas con la limitación futura del uso del suelo, especialmente actividades industriales y madereras.

Asimismo, debe recalcarse que la deposición acida generada por la central, no incluye los compuestos de nitrógeno emitidos, por falta de datos. Este parámetro aumentaría las pérdidas estimadas.

186 187

- El área de estudio de ValdecabaUeros debe considerarse un paraje de gran relevancia ecológica a nivel nacional y europeo, no solamente por sus valores naturales de fauna, vegetación y paisaje, sino también por los recursos económicos y culturales que caracterizan su medio natural.

- El concepto de cargas críticas proporciona un medio eficaz para la evaluación de los impactos ambientales generados por los contaminantes atmosféricos.

- Según el modelo de dispersión, la deposición total media anual en la zona de estudio de compuestos de azufre emitidos por la hipotética central térmica de ValdecabaMeros se eleva a unos 810 Keq/año en toda la superficie considerada lo cual representa aproximadamente el 25 % de las emisiones anuales de compuestos de azufre de la central. Ello pone de manifiesto, con toda claridad, la insufiencia de la extensión del área de estudio predeterminada, a efectos de evaluar adecuadamente el impacto de los contaminantes emitidos por la central.

- En boca de chimenea la emisión de óxidos de nitrógeno generaría aproximadamente la cuarta parte de acidez que los compuestos de azufre. El nitrógeno no ha sido analizado en el presente trabajo por no disponer de datos de deposición. Sería conveniente añadir este tipo de compuestos en estudios posteriores más detallados.

- En el presente trabajo no se ha considerado los efectos del nitrógeno como nutriente. En un estudio posterior sería aconsejable estudiar tanto las cargas críticas de acidez como las del nitrógeno como nutriente.

189 - Solamente se han analizado los posibles efectos de la deposición acida en ecosistemas forestales. Los sistemas acuáticos del área de estudio, probablemente más sensibles a este fenómeno han sido ignorados en este estudio por falta de medios. Sería muy importante estudiar estos receptores puesto que el tiempo necesario para manifestarse los efectos de la acidez es menor en estos sistemas que en los terrestres. Además, el área de estudio alberga importantes y extensos sistemas acuáticos superficiales.

- En la actualidad, algunas zonas del área de ValdeeábaUeros pueden presentar niveles de deposición superiores a los críticos. La zonas más vulnerables serían aquellas donde predominara la vegetación de tipo conifero. Este resultado debería ser comprobado en un estudio posterior que calculara las cargas críticas en la zona.

- La hipotética central térmica de ValdeeábaUeros agravaría esta situación, aumentando el número de sectores críticos en un 23 % en el caso de coniferas, y un 160 % en el caso de frondosas.

- Los resultados de la valoración económica de los efectos sobre ecosistemas forestales obtenidos en este trabajo están en sintonía con los obtenidos en otros estudios similares realizados en Europa, a pesar de la ausencia de datos sobre la deposición de compuestos de nitrógeno. Este hecho hace pensar que la metodología aplicada es perfectamente aceptable como aproximación al problema planteado.

- La deposición acida se revela como el principal agente contaminante atmosférico, en cuanto a sus efectos negativos sobre ecosistemas terrestres y acuáticos continentales.

- La deposición de contaminantes atmosféricos puede limitar las posibilidades de uso del suelo.

- Los programas de vigilancia ambiental actualmente desarrollados en centrales térmicas españolas no consideran en grado suficiente la protección de los ecosistemas naturales.

190 191

RESULTADOS DE PERDIDAS ECONÓMICAS SEGURAS Y PROBABLES ASOCIADAS A LA HIPOTÉTICA C.T.V. EN EL ÁREA DE ESTUDIO DE VALDECABALLEROS (EN MILLONES DE PESETAS DE 1992).

PROVINCIA DE BADAJOZ

PÉRDIDAS PÉRDIDAS PÉRDIDAS PERDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONIFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONÍFERAS CTV CTV Valdecaballeros 68,7 68,7 0,0 0,0 Castilblanco 0,0 0,0 0,0 0,0 Herrera del Duque 0,0 0,0 0,0 0,0 Casas de Don Pedro 0,0 0,0 0,0 0,0 Helechosa 0,0 0,0 0,0 42,2 Fuenlabrada de Los 0,0 0,0 0,0 0,0 Montes Garbayuela 0,0 0,0 0,0 0,0 Puebla de Alcocer 0,0 217,7 6,2 6,2 Talarrubias 0,0 124,6 6,3 6,3 Sieruela 0,0 0,0 0,0 0,0 Orellana de la Sierra 0,0 1,0 0,0 0,0 Risco 0,0 3,4 0,3 0,3 Orellana la Vieja 0,0 1,9 0,0 0,0 Capilla 0,0 9,6 0,0 0,0 Acedera 0,0 10,3 0,0 0,1 Villarta de Los Montes 0,0 0,0 0,0 0,0 Garlitos 0,0 27,8 15,2 15,2 Cabeza del Buey 0,0 59,7 0,0 0,0 Villanueva de La Serena 0,0 6,2 0,0 0,0 Magacela 0,0 38,1 0,0 0,0 Campanario 0,0 96,9 0,0 0,0 Castuera 0,0 9,1 0,0 0,0 Don Benito 0,0 273,9 0,0 0,0 Batemo 0,0 0,0 0,0 0,0 La Coronada 0,0 0,5 0,0 0,0 Esparragosa del Caudillo 0,0 50,5 0,0 0,0

193 PROVINCIA DE BADAJOZ (CONT.).

PERDIDAS PERDIDA3 PÉRDIDAS PERDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONÍFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONÍFERAS CTV CTV La Haba 0,0 117,2 0,0 0,0 Navalvillar de Pela 0,0 0,0 0,0 0,0 Peñalsordo 0,0 0,5 0,0 0,0 Rena 0,0 0,1 0,0 0,0 Tamurejo 0,0 0,0 0,0 0,0 Villar de Rena 0,0 0,8 0,0 0,0 Zarza - Capilla 0,0 19,2 0,0 0,0 Sancti-Spiritus 0,0 0,0 0,0 0,0 Totales 68,7 1137,7 28,0 70,3

194 PERDIDAS SEGURAS PÉRDIDAS PROBABLES CTV TOTALES CTV Valdecaballeros 68,7 68,7 Castilblanco 0,0 0,0 Herrera del Duque 0,0 0,0 Casas de Don Pedro 0,0 0,0 Helechosa 0,0 42,2 Fuenlabrada de Los Montes 0,0 0,0 Garbayuela 0,0 0,0 Puebla de Alcocer 6,2 223,9 Talamibias 6,3 130,9 Sieruela 0,0 0,0 Orellana de la Sierra 0,0 1,0 Risco 0,3 3,7 Orellana la Vieja 0,0 1,9 Capilla 0,0 9,6 Acedera 0,0 10,4 Villarta de Los Montes 0,0 0,0 Garlitos 15,2 43,0 Cabeza del Buey 0,0 59,7 Villanueva de La Serena 0,0 6,2 Magacela 0,0 38,1 Campanario 0,0 96,9 Castuera 0,0 9,1 Don Benito 0,0 273,9 Baterno 0,0 0,0 La Coronada 0,0 0,5 Esparragosa del Caudillo 0,0 50,5 La Haba 0,0 117,2 Navalvillar de Pela 0,0 0,0 Peñalsordo 0,0 0,5 Rena 0,0 0,1 Tamurejo 0,0 0,0 Villar de Rena 0,0 0,8 Zarza - Capilla 0,0 19,2 Sancti-Spiritus 0,0 0,0 Totales 96,7 1208,1

195 PROVINCIA DE CACERES.

PÉRDroAS PERDIDAS PERDIDAS PÉRDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONÍFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONÍFERAS CTV CTV Guadalupe 0,0 0,0 0,0 0,0 Berzocana 0,0 0,0 0,0 0,3 Logrosán 0,0 0,0 0,0 0,1 Navezuelas 0,0 0,0 0,0 0,0 Madrigalejo 0,0 8,0 0,0 0,0 Carrascalejo 0,0 0,0 0,0 0,0 Aldeacentenera 0,0 0,0 0,0 0,0 Robledollano 0,0 0,0 0,0 0,0 Zorita 0,0 45,2 0,0 0,0 Campo Lugar 0,0 0,0 0,0 0,0 Campillo de Deleitosa 0,0 9,5 0,0 0,0 Peraleda de San Román 0,0 6,4 0,0 0,9 Garvín 0,0 3,0 0,0 0,0 Valdecasas del Tajo 0,0 7,3 0,0 0,0 Deleitosa 0,0 0,0 0,0 0,0 Torrecillas de la Tiesa 0,0 0,0 0,0 0,0 Santa Cruz de la Sierra 0,0 11,9 0,0 0,0 Puerto de Santa Cruz 0,0 6,1 0,0 0,0 Villamesías 0,0 7,5 0,0 0,0 Abertura 0,0 0,0 0,0 0,0 Escurrial 0,0 31,0 0,0 0,0 Valdehuncar 0,0 1,5 0,0 0,0 Trujillo 0,0 33,4 0,0 0,0 Berrocalejo 0,0 1,7 0,0 0,0 Ibahernando 0,0 6,3 0,0 0,0 Romangordo 0,0 17,7 0,0 0,0 Robledillo de Trujillo 0,0 5,2 0,0 0,0 Higuera 0,0 6,3 0,0 3,3 Miajadas 0,0 9,8 0,0 0,0 Fresnedoso de Ibor 0,0 Q C) 0,0 0,0

196 CACERES (CONT.)

PERDIDAS PERDIDAS PERDIDAS PERDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONIFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONIFERAS CTV CTV Mesas de Ibor 0,0 15,2 0,0 0,0 Alcollaríh 0,0 0,2 0,0 0,0 Alia 0,0 0,0 0,0 0,0 Bohonal de Ibor 0,0 1,4 0,0 0,0 Cabanas del Castillo 0,0 0,0 0,0 0,0 Cañamero 0,0 0,0 0,0 5,5 Casas de Miravete 0,0 9,7 0,0 1,7 Castañar de Ibor 0,0 0,0 0,0 0,0 Conquista de la Sierra 0,0 10,0 0,0 0,0 El Gordo 0,0 0,0 0,0 0,0 Herguijuela 0,0 17,2 0,0 0,0 Madroñera 0,0 30,1 0,0 0,1 Navahdllar de Ibor 0,0 0,0 0,0 0,0 Peraleda de la Mata 0,0 0,0 0,0 0,0 Valdecañas del Tajo 0,0 0,0 0,0 0,0 Villar de Pedroso 0,0 18,7 0,0 4,0 Santa Ana 0,0 2,8 0,0 0,0 Jaraicejo 0,0 0,0 0,0 0,0 Belvis de Monroy 0,0 0,0 0,0 0,0 Garcíaz 0,0 0,0 0,0 0,0 Totales 0 331,3 0 15,8

PERDIDAS SEGURAS PERDIDAS PRORABLES CTV TOTALES CTV Guadalupe 0,0 0,0 Berzocana 0,0 0,3 Logro san 0,0 0,1 Navezuelas 0,0 0,0 Madrigalejo 0,0 8,0 Carrascalejo 0,0 0,0 Aldeacentenera 0,0 0,0 Robledollano 0,0 0,0

197 PERDIDAS SEGURAS PÉRDIDAS PROBABLES CTV TOTALES CTV Zorita 0,0 45,2 Campo Lugar 0,0 0,0 Campillo de Deleitosa 0,0 9,5 Peraleda de San Román 0,0 7,3 Garvín 0,0 3,0 Valdecasas del Tajo 0,0 7,3 Deleitosa 0,0 0,0 Torrecillas de la Tiesa 0,0 0,0 Santa Cruz de la Sierra 0,0 11,9 Puerto de Santa Cruz 0,0 6,1 Villamesías 0,0 7,5 Abertura 0,0 0,0 Escurrial 0,0 31,0 Valdehuncar 0,0 1,5 Trujillo 0,0 33,4 Berrocalejo 0,0 1,7 Ibahernando 0,0 6,3 Romangordo 0,0 17,8 Robledillo de Trujillo 0,0 5,2 Higuera 0,0 9,6 Miajadas 0,0 9,8 Fresnedoso de Ibor 0,0 8,2 Mesas de Ibor 0,0 15,2 Alcollarín 0,0 0,2 Alia 0,0 0,0 Bohonal de Ibor 0,0 1,4 Cabanas del Castillo 0,0 0,0 Cañamero 0,0 5,5 Casas de Miravete 0,0 11,4 Castañar de Ibor 0,0 0,0 Conquista de la Sierra 0,0 10,0 El Gordo 0,0 0,0 Herguijuela 0,0 17,2 Madroñera 0,0 30,2 Navalvillar de Ibor 0,0 0,0 Peraleda de la Mata 0,0 0,0 Valdecañas del Tajo 0,0 0,0 Villar de Pedro so 0,0 22,7 Santa Ana 0,0 2,8 faraicejo 0,0 0,0 Belvis de Monroy 0,0 0,0 Garcíaz 0,0 0,0 Totales 0 347,1

198 PROVINCIA DE TOLEDO.

PFJRDIDAS PERDIDAS PÉRDIDAS PERDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONIFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONÍFERAS CTV CTV Mohedas de La Jara 0,0 2,0 0,0 0,0 Puerto de San Vicente 0,0 0,0 0,0 0,4 Aldeanueva de 0,0 6,1 0,0 0,0 San Bartolomé Robledo del Mazo 0,0 0,0 0,0 0,0 Sevilleja de La Jara 0,0 0,0 0,0 0,0 Valdeverdeja 0,0 1,2 0,0 0,0 Espinoso del Rey 0,0 1,2 0,0 0,6 Tónico 0,0 3,8 0,0 0,0 Navalmoralejo 0,0 4,2 0,0 0,0 Belvisde La Jara 0,0 0,0 0,0 0,2 Alcaudete de La Jara 0,0 0,0 0,0 0,0 Torrecilla de La Jara 0,0 3,9 0,0 0,3 Herreruela de Oropesa 0,0 0,0 0,0 0,0 Cálemela 0,0 0,0 0,0 0,0 El Puente del Arzobispo 0,0 0,0 0,0 0,0 Alcolea de Tajo 0,0 0,0 0,0 0,0 Aldeanueva de Barbarrova 0,0 0,0 0,0 0,0 Azután 0,0 0,0 0,0 0,0 El Campillo de La Jara 0,0 5,3 0,0 0,0 La Estrella 0,0 1,3 0,0 0,0 Hontanar 0,0 0,0 0,0 0,5 La Nava de Ricomalillo 0,0 0,0 0,0 0,0 Los Navalmorales 0,0 0,0 0,0 2,1 Los Navalucillos 0,0 0,0 0,0 2,8 Retamoso 0,0 0,0 0,0 0,0 Santa Ana de Pusa 0,0 0,0 0,0 0,0 La Calzada de Oropesa 0,0 0,0 0,0 0,0 Lagartera 0,0 0,0 0,0 0,0 Oropesa 0,0 0,0 0,0 0,0 Alcañizo 0,0 0,0 0,0 0,0 Calera y Chozas 0,0 0,0 0,0 0,0 Totales 0 29,0 0,04 7,0

199 PÉRDIDAS SEGURAS CTV PÉRDIDAS PROBABLES TOTALES CTV Mohedas de La Jara 0,0 2,1 Puerto de San Vicente 0,0 0,4 Aldeanueva de San Bartolomé 0,0 6,1 Robledo del Mazo 0,0 0,0 Sevilleja de La Jara 0,0 0,0 Valdeverdeja 0,0 1,2 Espinoso del Rey 0,0 1,8 Tónico 0,0 3,8 Navalmoralejo 0,0 4,2 Belvis de La Jara 0,0 0,2 Alcaudete de La Jara 0,0 0,0 Torrecilla de La Jara 0,0 4,2 Herreruela de Oropesa 0,0 0,0 Cálemela 0,0 0,0 El Puente del Arzobispo 0,0 0,0 Alcolea de Tajo 0,0 0,0 Aldeanueva de Barbarrova 0,0 0,0 Azután 0,0 0,0 El Campillo de La Jara 0,0 5,3 La Estrella 0,0 1,3 Hontanar 0,0 0,5 La Nava de Ricomalillo 0,0 0,0 Los Navalmorales 0,0 2,1 Los Navalucillos 0,0 2,8 Retamoso 0,0 0,0 Santa Ana de Pusa 0,0 0,0 La Calzada de Oropesa 0,0 0,0 Lagartera 0,0 0,0 Oropesa 0,0 0,0 Alcañizo 0,0 0,0 Calera y Chozas 0,0 0,0 Totales 0,04 36,0

200 PROVINCIA DE CIUDAD REAL.

PERDIDAS PÉRDIDAS PÉRDIDAS PERDIDAS SEGURASEN PROBABLES SEGURASEN PROBABLES FRONDOSAS TOTALES EN CONÍFERAS TOTALES EN CTV FRONDOSAS CTV CONÍFERAS CTV CTV

Agudo 0,0 0,0 0,0 0,0 Horcajo de los Montes 0,0 0,0 0,0 0,0 Navalpino 0,0 0,0 0,0 0,0 Puebla de Don Rodrigo 0,0 0,0 0,0 0,0 Chillón 0,0 36,8 0,5 0,5 Navas de Estena 0,0 0,0 0,0 0,0 Guadalmez 0,0 6,1 0,2 0,2 Fontanarejo 0,0 0,0 0,0 0,0 Alcoba 0,0 0,0 0,0 0,0 Sácemela 0,0 0,0 0,0 0,0 Almadén 0,0 146,8 1,3 1,3 Anchuras 0,0 0,0 0,0 0,6 Arroba de los Montes 0,0 0,0 0,0 0,0 Retuerta de Bullaque 0,0 0,0 0,0 0,0 Valdemanco de Esteras 0,0 0,0 0,0 0,0 Totales 0 189,7 1,9 2,6

PERDIDAS SEGURAS CTV PÉRDIDAS PROBABLES TOTALES CTV

Agudo 0,0 0,0 Horcajo de los Montes 0,0 0,0 Navalpino 0,0 0,0 Puebla de Don Rodrigo 0,0 0,0 Chillón 0,5 37,3 Navas de Estena 0,0 0,0 Guadalmez 0,2 6,3 Fontanarejo 0,0 0,0 Alcoba 0,0 0,0 Sácemela 0,0 0,0 Almadén 1,3 148,0 Anchuras 0,0 0,6 Arroba de los Montes 0,0 0,0 Retuerta de Bullaque 0,0 0,0 Valdemanco de Esteras 0,0 0,0 Totales 1,9 192,3

201

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213

215

Capacidad de neutralización acida (CNA): La capacidad de una solución para neutralizar aportes de ácidos fuertes a una equivalencia prefijada.

Carga crítica: Cantidad estimada de exposición (deposición) a uno o más contaminantes atmosféricos por debajo de la cual no aparecen efectos adversos significativos sobre elementos sensibles específicos del medio ambiente, según el conocimiento presente.

Carga crítica de acidificación: La mayor deposición de compuestos ácidos que no causaran a largo plazo cambios químicos que lleven a efectos adversos sobre la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas según el conocimiento presente.

Carga crítica de nitrógeno: La deposición de nitrógeno como NHX y/o NOX por debajo de la cual no se producirán cambios detectables en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas.

Concentraciones: Describe el contenido de un contaminante cualquiera en el aire. Se consideran altas o bajas concentraciones de contaminantes atmosféricos durante cortos periodos de tiempo (< 24 horas) o de forma continua en periodos más largos (> 24 horas).

Contaminantes atmosféricos: Se refiere en particular a SC»2, NOX, O3, NHX. Estos contaminantes pueden aparecer en combinación bien simultáneamente bien secuencialmente. H+ y H9O9 también pueden ser necesarios en el caso de deposición, especialmente en nieblas/nubes bajas en lugares de elevada altitud.

Contaminante primario. Es toda sustancia contaminante emitida por una fuente.

Contaminante secundario. Es todo compuesto químico producido durante las reacciones atmosféricas a partir de los contaminantes primarios.

217 Deposición. Es todo mecanismo por el que un contaminante es retirado del compartimento gaseoso de la atmósfera y conducido hacia la superficie terrestre. Se distinguen dos tipos de deposición: seca y húmeda. Según algunos autores, existe otro mecanismo llamado deposición oculta, que otros autores engloban en la deposición húmeda.

Deposición acida: Término general que se refiere a la liberación de sustancias acidas de la atmósfera a través de procesos combinados de deposición seca y húmeda.

Deposición húmeda: Liberación de las sustancias acidas (principalmente ácido sulfúrico y nítrico diluidos) de la atmósfera en precipitación (lluvia, nieve, agua nieve) como resultado de la oxidación e hidrólisis de SO9 y NOX durante el transporte atmosférico.

Deposición oculta: Los ácidos originados por la oxidación e hidrólisis del SO2 y

NOX son depositados en el suelo o plantas durante nieblas y neblinas.

Deposición seca: Resultado de la absorción, adsorción, impacto o sedimentación de gases o formas particuladas de contaminantes aéreos sobre alguna superficie.

Efectos adversos: Se entenderá por efectos adversos en la estructura y funcionamiento de ecosistemas a: - Los cambios fisiológicos y/o bioquímicos que se espera sean de relevancia ecológica. - El descenso de crecimiento, vitalidad o calidad (en vuelo y/o raíces) en especies individuales (cultivos, árboles, especies naturales). - Los cambios significativos en la estructura y/o funcionamiento de los ecosistemas (el descenso de productividad, cambios poblacionales, diversidad genética). - Los cambios químicos en suelos y aguas que pudieran causar efectos directos o indirectos en organismos.

218 - Los cambios en organismos individuales, en poblaciones o ecosistemas.

Efectos directos: Se refiere al impacto directo de los contaminantes tales como los que ocurren en las hojas por acción del SO2, mas que los producidos indirectamente a través del suelo vía el azufre. Los efectos pueden ser crónicos o agudos y deben ser distinguibles de cualquier variación natural.

Eliminación del contaminante de la atmósfera. Es la desaparición del contaminante de la fase gaseosa de la atmósfera. Puede ocurrir por deposición del contaminante, o por transformación del contaminante en otras sustancias.

Emisión. Liberación a la atmósfera de una mezcla de substancias en forma física, composición química, cantidad y frecuencia determinados, realizada a través de un foco o de múltiples focos, pudiendo ser éstos fijos o móviles. La emisión de un foco fijo, como pueda ser una chimenea, se describe en forma de cantidades de cada contaminante emitidas en un determinado intervalo de tiempo. En centrales térmicas, la emisión de cada contaminante suele referirse a la potencia eléctrica producida, expresándose en gramos emitidos por kilovatio hora producido (g /kWh).

Exposición: Deposición experimentada en un área base.

Exposición aguda. Es la exposición sufrida por un determinado elemento biológico, ya sea ecosistema, especie o ser humano, a una cantidad relativamente alta de contaminante en un breve intervalo de tiempo (inmisión).

Exposición crónica. Es la exposición sufrida por un determinado elemento biológico, ya sea ecosistema, especie o ser humano, a una cantidad de contaminante relativamente baja o media durante un prolongado intervalo de tiempo (inmisión).

219 Indicador biológico: Los organismos o poblaciones seleccionados y sensibles a los efectos químicos resultantes de la deposición de azufre y nitrógeno.

Inmisión. Es la cantidad de contaminante medida en un determinado lugar del territorio consecuencia de un foco contaminante. Cuando se habla de contenido de un contaminante en el aire, la inmisión puede expresarse bien en concentración gravimétrica (ppm, ppb), bien en concentración volumétrica (mg/m3, ug/m3). Puede referirse a la concentración media anual, mensual o diaria, o cualquier intervalo fijo de tiempo, por ejemplo durante unas horas. La deposición sobre el suelo o la vegetación de un contaminante cualquiera suele expresarse en unidades de masa de contaminante inmitido por unidad de superficie a lo largo de un período de tiempo fijo (g/m2/día, Kg/Ha/año). La deposición de acida se expresa normalmente en número de equivalentes de H+ (Eq H+/Ha/año).

Mapas primarios: El mínimo conjunto de mapas que son necesarios para una evaluación internacional de las cargas criticas.

Mapas secundarios: Los mapas suplementarios que aportan la información necesaria para evaluar la carga crítica de países individuales.

Nivel critico: La concentración de contaminantes en la atmósfera por encima de la cual pueden ocurrir efectos adversos sobre receptores tales como plantas, ecosistemas o materiales, de acuerdo con el conocimiento presente.

Nivel químico critico: El valor más alto de un parámetro químico o combinación de ellos (por ejemplo, pH, razón Al/Ca) que no causa una respuesta adversa significativa en un indicador biológico.

Reacciones en la atmósfera. Son los procesos de transformación química que los contaminantes emitidos experimentan en la atmósfera. Pueden ocurrir en la fase gaseosa, o bien tener lugar en las nubes, gotas o nieblas, es decir, tras una deposición húmeda u oculta.

220 Receptores: Los organismos vivos o grupos de organismos interrelacionados (ecosistemas) afectados. Un receptor puede ser o no el componente más sensible de una región dada. Del mismo modo, receptor es un ecosistema de interés, potencialmente afectado por la deposición atmosférica (ecosistemas terrestres, aguas subterráneas, aguas superficiales).

Subregiones funcionales o subregiones sensibles: Las áreas geográficas de características ambientales simples o combinadas (grupos de suelo, clases de altitud, ecoregiones) que gobiernan o caracterizan la respuesta del receptor y proporcionan un medio de estratificación de un país o región.

UN EGE o CEPE: United Nations Economics Commission for Europe o Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa

Vegetación natural: Refieren a aquellas áreas de vegetación no antropizadas o con un alto grado de naturalidad.

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