Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle ISSN: 1405-6690 [email protected] Universidad La Salle México

Arroyo Mosqueda, Artemio Apuntes para la historia colonial de la Sierra Gorda Hidalguense Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle, vol. 5, núm. 19, julio-diciembre, 2002, pp. 75-83 Universidad La Salle Distrito Federal, México

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Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Apuntes para la historia colonial de la Sierra Gorda hidalguense Etnólogo Artemio Arroyo Mosqueda Dirección de Investigación Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de E-mail: Recibido: Septiembre de 2001. Aceptado: Diciembre de 2001.

La llamada Sierra Gorda, por su cercanía a la del siglo XVIII los comarcanos de tal región lo- ciudad de México -como otros tantos sitios graron construir cierta imagen de la misma. novohispanos- fue muy pronto atendida en lo Trazaron sus coordenadas espaciales apoya- espiritual. Sin embargo, dicha atención se vio dos en referentes geográficos, en sitios de po- hasta cierto punto alterada; y, entre sus causas blamiento y de explotación minera. La inapre- principales se contarían los factores culturales. ciable configuración serrana lograda en 1740 El panorama de la evangelización y de la funda- por los hacendados y mineros de apellido La- ción de nuevos pueblos daba un matiz singular bra4servirá de patrón para ceñir espacialmente a las acciones colonizadoras del rumbo, ante la nuestros acontecimientos, aun con la posibili- presencia de variadas sociedades de cazado- dad de ensanchar por momentos sus confines, res-recolectores y de agricultores incipientes. esperando ofrecer así una mayor comprensión Grupos errabundos y beligerantes hacían del de los hechos. paisaje serrano un sitio por demás inestable a los peninsulares y a sus aliados del centro sur Según esta apreciación, la Sierra Gorda se novohispano. La Sierra Gorda estaría compren- formaría espacialmente con partes territoriales dida entonces en la temida y odiada Gran Chi- de los actuales estados de Querétaro, Hidalgo y chimeca,1 cuyo nombre significaba peligro e in- una pequeña porción guanajuatense. Para en- certidumbre, aventura y sorpresa. tonces las demarcaciones político-espaciales coloniales que ceñían a dicha zona eran las Hemos de admitir que la región identificada jurisdicciones de Querétaro, Villa de Cadereyta, desde el siglo XVII como Sierra Gorda2resulta- Metztitlán y Zimapán.5 De ellas, las de mayor ba, a los ojos de las propias autoridades virrei- incidencia en la serranía serían la segunda y nales, una zona un cuanto indefinida; sin em- cuarta. La mencionada circunscripción delimi- bargo, siempre se mantuvo ligada a ciertos gru- taría por el norte -según criterios de asenta- pos o naciones : pames, jonaces, mientos- con sitios como Jalpan, Ahuacatlán y ximpeces y guamares.3 Hacia la primera mitad Escanela. El primero correspondía a una con- gregación indígena antigua, para entonces administrada por la orden de los ermitaños o agustinos. Ahuacatlán y Escanela estaban en 1 Philip Powel,La guerrachichimeca(1550-1600),p. 23, Fondo de Cultura Económica, México, 1985. 2 Se ha sacado esta conclusión de las referencias docu- mentales consultadas. Véase en este caso: José A. Rivera Vullanueva, Indice de documentos virreinales de San Luis Potosi existentes en el Archivo General de la Nación, El Colegio de San Luis, S.L.P. 1999. 3 Gonzalo de las Casas, Guerra de los chichimecas, Anales cipios del siglo XVI", Boletín del Archivo General del esta- del Museo Nacional de Historia, Etnografía y Antropolo- do de , pp. 23-24, núm. 15, abril-junio 1998. gía, México, 1903; Jeúsus Dávila Aguirre, Chichimecatl, 4 AHPSE.Caja211. México, 1979; Primo Feliciano Vázquez, Colección de do- 5 Véaseplanoo mapade Escandónen:MariaElenaGala- cumentos para la historia de San Luis Potosí, México, viz, "Descripción y pacificación de la Sierra Gorda" Sierra 1897. Todas estas referencias están citadas en Isauro Gorda:documentosparasuhistoria,vol.1, p. 69, Instituto Rionda Arreguín, "Los chichimecas en Guanajuato a prin- Nacional de Antropología e Historia, México, 1996.

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manos de los hermanos predicadores o domini- lado por las instituciones coloniales. Para los lu- cos. Por el costado noreste su punto limítrofe gareños de aquellos abruptos parajes la Sierra era la congregación india de Pacula, guiada Gorda representaba un sitio hasta entonces no también por agustinos. Por el sur sus fronteras pacificado. Un sitio amenazado por una agru- seguían una línea aún más fluctuante a la del pación , empeñada en resistir los in- norte. Su trazo se delineaba al respecto por la tentos cristianizadores de las misiones y los em- Villa de Cadereyta, los poblados otomianos de peños económicos de sus protectores en estas Tecozautla y Tasquillo. Por el poniente su cuer- fronteras. po estaba contenido por los asentamientos de San Pedro Tolimán, San Miguel y Santo Domin- Por el lado sureste, y el lado oriental del río go Soriano, cuya distribución escalonada traza- Moctezuma, conocido entonces como la banda ba un verdadero marco delimitador. Sus linderos oriental de la Sierra Gorda -separada de la otra orientales, con base en núcleos de población, precisamente por tal caudal- se podría distinguir quedaban marcados por fin, gracias a las con- un paisaje en suma montañoso, particularmente gregaciones de Chapulhuacán -regida por agus- apretado de elevaciones en la jurisdicción de tinos y situada en el extremo nororiental-, y por Zimapán. Dicha orografía, conviene decirlo, se Pacula y Potrero.6 distribuye en torno de la cabecera del mismo nombre, conformando una especie de abanico, Además se considerarían referencias físicas que parte del cerro de San Antonio, en el para delinear el panorama serrano. La ele- extremo poniente, hacia el cerro de Juárez, en vación conocida como Cerro Gordo, situada sentido opuesto. Así, los flancos suroeste, cen- seis kilómetros y medio al norte de San Juan del tro oeste y norte de aquella jurisdicción se Río, haría el papel de límite sur de la región. A extendían en un incansable juego de cimas y más de cincuenta kilómetros al norte de este barrancos de alturas entre 1200 y 2600 msnm.9 punto geográfico sobresalía Cerro Prieto, cuya El panorama no cambiaría mucho en dirección a importancia -además de punto de identificación- la banda opuesta, allende el río Moctezuma y residía en su capacidad de refugio para los dentro del control jurisdiccional de Cadereyta, la indios jonaces, merced lo intrincado e inaccesi- demarcación colonial que completaba virtual- ble de su composición.7Al norte de la ciudad de mente todo el territorio serrano configurado por Querétaro se erguía el cerro Los Piñones, en los Labra.1oDe hecho, la sección oeste y norte realidad situado en el límite sur de Guanajuato. de Zimapán, frente al cerro Colorado y justo al Un poco al norte de Los Piñones destacaría paso de Arroyo Santiago o Chepinque, hacía las como una marca orográfica extrema del septen- veces de una gran cortina montañosa de unos trión serrano el Cerro de San Nicolás. Por el doce kilómetros de longitud, y cuyas alturas centro oeste sobresalía el cerro de Santo estaban entre los 1500 y 2000 msnm.11 Un Tomás. Al extremo noroeste -un tanto al norte nuevo frente pétreo, esta vez mucho más plega- del Cerro Portugués- se asentaban los poblados do, se haría presente un tanto antes del río de Xichú y Xichú misión.8Todo este panorama Moctezuma, cuyo macizo sería prolongación del previsto como la Sierra Gorda por los hermanos anterior, y alcanzando alturas de 2500 msnm Labra se correspondía en lo sustantivo con la por el lado queretano, entonces jurisdicción de capacidad de influencia, hasta entonces soste- Cadereyta. Ambos cuerpos montañosos se cor- nida, por la nación jonaz en un amplio territorio tan en un momento por un enorme tajo, en cuyo de la jurisdicción de Villa de Cadereyta y Zima- fondo se mueven las aguas del río Moctezuma. pán, o visto de otra manera, a un territorio con Hacia el sur de aquel enorme risco se retorcía predominancia chichimeca y no del todo contro- un extraordinario aglomerado de montañas con

9 Gobiernodel estado de Hidalgo, Carta geográficadel estado 1998. Escala 1:200000 10Claudio Coq Verásteguiy Héctor SamperioGutiérrez, Cadereyta. Alcaldía mayor, p.13, Gobierno del estado de 6 AHPSE. Caja 211. Querétaro, Querétaro, 1998, 7 Ibidem. 11 Secretaría de la Defensa Nacional, Plano topográfico a Ibidem. Cadereyta. Escala 1:100000

76 Rev. Centro Inv. (Méx) Vol. 5, Núm. 19, Jul-Dic. 2002 Ensa O elevaciones de hasta 3000 msnm, y cuya exten- en las inmediaciones de Chapulhuacán, es de- sión norte-sur alcanzaría los veinte .kilómetros cir, en la frontera . Los contrastes eco- poco más o menos, separando entonces y por lógicos serranos diversificaban de alguna mane- demás visible a Vizarrón y a San Joaquín, pero ra las posibilidades materiales de los indígenas recibiendo en su portentoso cuerpo al sitio de dedicados a la caza y la recolección, como tam- poblamiento indígena conocido como El Doctor, bién de los dedicados a la agricultura, la pesca y elevado a unos 1700 msnm.12De hecho, este la recolección. enorme lomo escarpado del poniente serrano sería asiento de establecimientos particular- Como se ha apuntado, la Sierra Gorda estaba mente elevados como Sobrerete, Vizarrón, Tre- esencialmente administrada en lo hacendario, lo jo, San Joaquín y El Doctor. El panorama serra- militar, lo religioso y en los aspectos de justicia no observado por los Labra respondía por caso por dos importantes jurisdicciones: Villa de Ca- a una interminable sucesión de tierras dobladas dereyta y Zimapán. Aunque para llegar a ello en y por momentos tan intrincadas en algunos de la primera mitad del siglo XVIII se dieron cam- sus puntos. bios sensibles en las demarcaciones.

Si bien Zimapán mostraba rugosidades inter- El control en buena parte del territorio de la minables hacia sus contornos, Chapulhuacán Sierra Gorda (el oriental esencialmente) se en el punto más al norte, no se encontraba en logró con base en ciertos esquemas de gobier- mejores condiciones. Sentado sobre los 1000 no, modificados alguna vez en sus atribuciones msnm, todo su entorno serían elevaciones, fluc- jurisdiccionales y espaciales. Hacia mediados tuantes entre los 600 y los 1200 msnm, amén de del siglo XVI, por ejemplo, la Alcaldía Mayor de trazos hidrológicos por norte y sur como el pro- Oxitipa compartía responsabilidades y derechos pio río Moctezuma y el Quetzalapa.13En reali- hacendarios y judiciales con los corregimientos dad, según afirman algunos estudiosos, la Sie- de Xichú y Puxinguía.16Puxinguía en su caso se rra Gorda así contemplada por los Labra com- tranformaría un poco más tarde en la Alcaldía prendería una combinación de geografías iden- Mayor de las minas de Xichú, esto es, después tificadas como la zona serrana propiamente, el de 1590.17Por la primera década del siglo XVII, semidesierto y un poco de la Huasteca,14pues la Alcaldía Mayor de Escanela aparece en la la doctrina de Chapulhuacán penetraba sin escena administrativa serrana, gracias al descu- duda en aquella región cálida y húmeda, aun brimiento de metales a finales del siglo ante- cuando su población estaba formada por indios rior.18 Los grandes cambios administrativo- chichimecas.15Este apostamiento agustino, por espaciales, verificados en la Sierra Gorda, ocu- sus condiciones, hacia entonces de verdadero rrieron en la primera mitad de aquella centuria, y sitio fronterizo. En la Sierra Gorda se pueden uno de ellos, significativo, resultó ser el traspaso distinguir, según sus peculiaridades fisiográfi- de la Alcaldía Mayor de Escanela a la Villa de cas, importantes zonas boscosas de pinos y Cadereyta, por 1650, dejando a la Sierra Gorda encinas en Zimapán, Jacala, Jalpan y Caderey- dividida hasta el siglo XVIII entre las alcaldías ta. La vegetación xerófita -cactáceas, agaves y de Oxitipa, Xichú, Metztitlán, Cadereyta y el Co- mezquites- se extiende por el sur y norte de rregimiento de Querétaro, a los cuales se unía Cadereyta, por el suroeste de Jalpan y el sures- por fin, la correspondiente demarcación de Zi- te de Zimapán. La selva perennifolia sobresale mapán, una de las mas antiguas de la zona junto con Metztitlán y Oxitipa, esta última funda- da en 1535.19

12 Ibidem. 13Gobierno del estado de Hidalgo, Carta geográfica... 14Héctor Samperio Gutiérrez, "Región centro-norte: la sierra Gorda" Historia de la cuestión agraria mexicana. Estado de Querétaro, vol. 1, Juan Pablos Editor/Gobierno del 16 Claudio Coq Verástegui y Héctor Samperio Gutiérrez, op. estado de Querétaro 1989, pp. 298-299; Carlos Viramon- cit. p. 71 17 tes Anzures, De ehichimeeas, pames y jonaees, pp.13-20, Ibidem. Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección 18 lbídem, p. 72. Científica),México2000, 19 Héctor SamperioGutiérrez, "Región centro-norte...", p. 15 AHPSE. Caja 211. 310.

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Como parte esencial de la Sierra Gorda o- La importancia de los descubrimientos mi- riental, las minas de Zimapán habían sido neros argentíferos de Zimapán, por 1575, atra- pobladas por españoles hacia 1575,2°aunque jeron la atención de empresarios de otras regio- para 1570 ya se señalaba su existencia y su nes. De las minas de Pachuca salieron, por dependencia de Xilotepec. El entorno de dicho ejemplo, recursos ("avios") y "descubridores" de poblado se componía de asentamientos indios minas en tempranos tiempos. Así, para princi- chichimecas, como lo era Santiago, lo mismo pios de 1576 y bajo contrato de asociación, se que otomíes y mexicanos asentados en San explotaban tiros en el cerro de San Telmo.26En Pedro y San Juan.21San Pedro se localizaría a este caso, el "aviador" (socio financiero) había seis y medio kilómetros al noroeste de Zima- dado herramientas y trabajadores, recibiendo a pán, y San Juan, hacia la misma latitud, aunque cambio y como pago a su inversión, una sección a menor distancia y sobre el cauce de un arro- de veinte varas (cerca de veinte metros) de la yuelo con el mismo nombre. El sitio de Santia- mina descubierta.27 go, como la fuente lo registra, se ubicaba al sur- este y a poco mas de medio kilómetro, tomando La explotación de aquellos minerales no sólo su denominación para señalar la región: minas incorporó a los indios lugareños; también absor- de Zimapán.22 El asiento español tomó en su bería mano de obra indígena del sur, o sea, del caso, como patrono, a San Juan Bautista, y se Mezquital, que para 1579 era significativa. La erigió en cabeza de la región. Al oriente y norte suspensión en su reparto causaba inmediatas de esta cabecera, ya una distancia aproximada respuestas por parte de las autoridades virrei- de ocho kilómetros, se situaban algunos cen- nales, aunque no precisamente era lo único que tros extractivos como Tolimán y Monte,23encla- las inquietaba. La tributación y la desorganiza- vado el primero en zona de chichimecas de ción de los pueblos les obligaba a dictar instruc- guerra, eludida de por sí. La región se había ciones a las justicias españolas e indias, para mantenido con poco poblamiento. Y así seguía poner expedito remedio a tales asuntos, como hasta el último cuarto del siglo XVI. Aquí se sucedería con Chilcuautla, pueblo otomí distan- conocía y se practicaba la agricultura; sin em- te setenta kilómetros al sur de Zimapán, y de- bargo, con poco rendimiento. La falta de hume- pendiente de la jurisdicción de Ixmiquilpan.28El dad y buenos suelos obligaban a los indígenas repartimiento de indios meridionales para los a cultivar sólo a lo largo del arroyo llamado aho- trabajos mineros tenía como una de sus razo- ra Chepinque, creando una zona agrícola norte- nes la escasez de brazos en la zona, y la dificul- sur de unos veinte kilómetros de extensión, esto tad para organizar a los chichimecas, remonta- es, hasta su desembocadura en el río Moctezu- dos en la sierra, en aquellas tareas. ma llamado entonces Grande.24El cultivo de maguey complementaba la producción de gra- Por tales motivos el Mezquital se ligaba a la nos (maíz, frijol y chile), pues el rendimiento de Sierra Gorda como suministro de energía huma- los agaves era en cambio sustancial en el en- na. Ayudando en la configuración de un sistema torno. En este real de minas se extraía espe- económico transregional, cuyas necesidades cialmente plata y plomo, comerciando sal con definían estrategias como éstas. Pero el Mez- Pachuca.25Los pueblos indios tributaban para quital no sólo proporcionaba trabajo a la zona entonces maíz y en metálico. serrana, también lo hacía para las minas de

20 René Acuña (edic.), Relaciones geográficas del siglo XVI: México, tomo primero, p. 99, Universidad Nacional Autó-

noma de México, México, 1989. 26 AHPJ/PP. Caja 2. El contrato revisado no especifica la ubi- 21lbidem, pp. 99-101, La "Relación" citada no explicita el cación de tal elevación, y en la "Relación de Zimapán" tipo de nación chichimeca establecida en Santiago. tampoco se señala el sitio. 22Ibidem, p. 99. 27 Ibidem. 231bidem, p. 100. 26Silvio Zavala y María Castelo, Fuentes para la historia del 24Ibidem, p. 101. trabajo en Nueva España, t. 11,p. 228, Centro de Estudios 251bidem, p. 103. Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, México, 1980

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Pachuca.29 Su ubicación intermedia entre am- cumplido con las cuotas impuestas.36 La situa- bas regiones mineras, y su situación demográ- ción de violencia hacia los indígenas de repar- fica hasta cierto punto favorable, hicieron que la timiento minero prevalecía hacia 1641, agraván- zona se considerara viable para el desarrollo de dose para los pueblos otomíes del Mezquital en otros sitios aledaños. De este modo siguieron cuanto algunos españoles trasladaban y ven- las entregas de mano de obra del Mezquital a dían, en los minerales de San Luis y , los reales de minas mencionados durante los a jóvenes lugareños llevados ahí con engaños y siguientes siglos,3O con problemas de variada de manera furtiva. Ante esto responderían con naturaleza, como sería la resistencia a ofrecer energía las autoridades de Atitalaquia, poblado el servicio; por ejemplo, en 1587, por parte del perteneciente a la jurisdicción de Tetepango- pueblo de Actopan, responsable de otorgar el HueypuxtlaY Los pueblos otomíes del Mezqui- cuatro por ciento de su población, cada sema- tal eran tomados, así, como opciones constan- na, a los dos centros extractivos.31 En esta oca- tes para el suministro de trabajadores, al grado sión las autoridades acuerdan encarcelar a diri- de lo abiertamente delictivo. Estas iniciativas gentes indios (alcaldes y gobernador) cuando, rompían de por sí los límites de la presencia del por su causa, se promovían actos de desacato, Mezquital en ciertas zonas mineras. Bajo estas y se incumplían las cantidades estipuladas.32 experiencias citadas, se aprecia un movimiento incesante de mano de obra en círculos concén- En estos finales del siglo XVI, la manera en tricos cada vez más amplios y, según la necesi- que los indios chichimecas llegaban a los reales dad manifiesta por la minería y otros sectores de minas no eran precisamente las más pacífi- económicos, como las haciendas agrícolas y cas, pues naturales avecindados en el Nuevo trapiches, factor este último del que se quejaban Reino de León eran tomados como esclavos y a principios del siglo XVII los indígenas de Mo- vendidos después en diferentes sitios, aun con- lango, en los puntos orientales extremos de la tra lo establecido por las autoridades.33Las jus- sierra -en realidad ya para entonces Sierra ticias españolas de Zimapán son invitadas en- Alta.38 tonces a no aceptar este tipo de tratos y proce- dimientos, tomados ante todo como impropios e La importancia de las minas de Zimapán no ilegales.34Puede verse con esto que las nacio- sólo residía en la extracción de plata y plomo de nes chichimecas no estaban del todo descarta- sus cerros. El azogue hacía del sitio un centro das como fuentes o suministros de mano de especial, dada la importancia que revestía dicho obra para los centros mineros, aunque su trata- producto para la industria novohispana, repre- miento resultaba especialmente violento y arbi- sentada por supuesto en la minería. En este trario, en apariencia sancionado por la ley.35 sentido, el gobierno cuidaba las demandas de apoyo a este respecto. Por lo tanto, tocaba a Sin embargo, la urgencia en mano de obra Ixmiquilpan, a Alfajayucan y a Huichapan entre- parecía impulsar medidas extremas e ilegales. gar hacia finales del siglo XVI, sus cuotas comi- Para 1615 las autoridades de Tula en el Mezqui- sionadas de hombres a Zimapán para dinamizar tal detienen dos carros con indios de las jurisdic- los ingenios de metales y la obtención -benefi- ciones de Izúcar y Cuernavaca, forzados a re- cio- del mercurio o azogue.39La extracción y be- gresar a las minas de San Luis, pese a haber neficio de azogue fue un motivo sensible para el

29lbidem, 1.111, pp.2-11. 30 Ibidem, 1.VII; Fernando López Aguilar, Símbolos del tiem- po. Pueblos índios del valle del Mezquital durante la colo- nia, Universidad Nacional Autómoma de México/Facultad de Filosofia y Letras (Tésis doctoral) pp. 265, 297, 306, 1997. 31 Silvio Zavala, Ibídem, 1.111,pp.11-12. 32Ibidem p. 2. 36 AGE/AH, Fondo Tuja, Sección Justicia, caja 8, exp. 10. 33Ibídem p. 12. 37 Ibídem, caja 12, exp. 20. 34Ibidem. 38 Zavala, t. V, pp. 28-29; t. VI, p. 282. 35 Ibidem. 39 Zavala, 1.111,p.116.

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poblamiento español de la Sierra Gorda. De chichimecas de guerra, su presencia obligaba a esta manera, el real de Escanela, en la sección reconsiderar las disposiciones para la entrega poniente de la zona, se alzaba también como de mano de obra en sus minerales. Para la ter- productor de azogues hacia la segunda mitad cera década del siglo XVII, el pueblo de Teco- del siglo XVI1.4o Dicha tendencia se acentuaría zautla se designa como exento en aportación de con la participación de otros sitios serranos al trabajo de aquellas minas, pues existe escasez norte de la jurisdicción de Cadereyta en 1688, de vecindario, ocupados esos pocos en resistir haciendo petición de trabajadores de Ixmiquil- los ataques de los chichimecas rebeldes.47Por pan y Huichapan.41 su lado, las comunidades de Mixquiahuala y Tepatepec se quejan de los continuos ataques Por cerca de quince años, Zimapán se soste- chichimecas a quienes cruzan rumbo a sus jor- nía, y aun más, crecía como centro minero; ante nales de Zimapán; encuentros en donde pierden lo cual sus exigencias de trabajadores eran per- alimentos, ropajes, y muchas veces la vida.48 manentes o sostenidas. Así lo expresan las recomendaciones virreinales sucedidas entre Las penurias experimentadas por los indios 1591 y 1599.42 En 1599, por ejemplo, se ratifi- otomíes del Mezquital, a causa del sistema can las entregas acostumbradas, haciendo hin- de repartimiento minero, aumentaban todavía capié en los buenos tratos a los indios, respeto cuando los intereses hispanos se desajustaban en los horarios y los días de trabajo y en los o no se conciliaban del todo. En estos casos, la sueldos que deben percibir quienes acuden al intervención de los hacendados en los flujos servicio. Se pone especial atención a la coope- acostumbrados de trabajadores destinados a ración de los jóvenes mayores de quince años, las minas de Zimapán, hacía que dichos centros destinados a dar una semana más de trabajo quedaran limitados en sus tareas, pues los pro- que lo normal. Además se prohíben las extor- pietarios de estancias agrícolas forzaban a los siones para exentarse de las obligaciones.43 En indios vecinos a servirles en exclusividad y me- el extremo noroeste de la Sierra Gorda, las diante procedimientos violentos. La población minas de Xichú recibían tambien sus cuotas de otomí de Ixmiquilpan y sus sujetos demandan repartimiento hacia finales del siglo XVI,44 cuyos de las autoridades su intervención, por 1638, indios eran originarios de la jurisdicción de para detener las vejaciones de que son objeto Querétaro, como ocurría para 1703.45 por parte de los agricultores; pidiendo además que se les pague lo trabajado en las faenas, y Hacia la segunda década del siglo XVII, las se permita atender sus milpas a modo de satis- minas de Zimapán se atendían con mano indí- facer el pago de sus tributos y el servicio a las gena de sitios más meridionales que los acos- minas de zimapantecas.49 Pero las mismas cir- tumbrados; en esta ocasión, provenientes del cunstancias impulsan a los indios tributarios de poblado de Xilotepec, cuyas tandas corrían a esta jurisdicción a aceptar en este momento ta- cuenta del adeudo tributario contraído con la les condiciones ilegales, esperando desde lue- Corona.46 En el entendido que la jurisdicción de go, y como así se dan los hechos, evadir los Zimapán contaba con parajes habitados por tributos;5o transformándose aquello en un esce- nario en donde finalmente, y mientras dura la tensión, sale perdiendo la Real Hacienda y los dueños de minas.

Por desgracia Ixmiquilpan y sus sujetos en-

40 /bidem , t. VIII, pp. 61-62. traban en una espiral de desastres. Dos años 41/bidem, pp. 1108-113; Margarita Velazco Mireles (Coord.), más tarde, los reales de minas de Pachuca y Sierra Gorda: documentos para su historia V.I, Instituto Nacional de Antropología e Historia, p.329, México 1996, En la actualidad el sitio se denomina Azogues y está a cinco kilómetros al norte de San Joaquín 42Zava/a, t. 111,pp. 136-138; t. IV, pp. 270-274.

43/bidem, t. IV, pp. 270-274. 47 /bidem, t. VII, p. 42. 44 /bidem, t. IV, p. 352. 48 /bidem, p. 43. 45/bidem, t. VI, p. 224. 49/bidem, pp. 106-107. 46 /bidem, p. 429. 50/bidem, pp. 108-111.

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Zimapán se disputaban su mano de obra; con- las mercedes de tierra fueron comunes desde la frontación en donde, por principio, el primero toma de Tamuín, Oxitipa y Jalpan, por Hernán impone sus demandas, desafortunadas a fin de Cortés en 1522, a manera de encomienda.56 cuentas. Los excesos cometidos contra los Las tierras y el trabajo indígena fueron apro- indios deciden, y bajo el soporte de argumentos vechados en la ganadería y la agricultura, espe- muy convincentes dados por los gobernantes cialmente aquéllas dotadas con mano de obra otomíes, que Ixmiquilpan apoya en adelante, local como Jalpan, Tancoyol y OxitipaY sólo la industria extractiva y de beneficio de Zimapán.51 El procedimiento, visto en conjunto, presenta un gradual cerco sobre los parajes utilizados por Para estos tiempos es precisamente cuando los chichimecas para su sobrevivencia. De suer- la Villa de Cadereyta inicia su papel como cen- te que poco a poco se constriñen, en lo espe- tro estratégico en la Sierra Gorda; por principio cial, las posibilidades bióticas de los jonaces, a través de actividades económicas como la grupo emparentado lingüísticamente con los ganadería y la agricultura, esperando, además, otomíes y pames,58y quienes mantenían en sus servicios como puesto de defensa. Las activo hasta entonces, su centenaria estrategia recomendaciones virreinales para el estableci- productiva: la caza y la recolección, cuyo ejerci- miento de este núcleo de población son de cio y eficacia requerían de su movilidad como variada índole, destacando las referentes a los grupo o de flujos migratorios intermitentes, y procedimientos contra los indios lugareños, a una variedad de sitios a modo de fuentes de quienes finalmente se les ha de despojar de sus energía y calorías.59 Pames y ximpeces, los propiedades por convencimiento o contra su otros dos importantes grupos chichimecas de la voluntad, si desisten en cooperar.52 En estas región, se ligarían -con sus correspondientes normas se delinean dos programas esenciales ajustes al modelo- mucho mas pronto al esque- utilizados por las autoridades virreinales para el ma colonial; y, sus vínculos con aquél fueron emplazamiento, control territorial y explotación mas regulares y graduales, dependiendo en de los recursos: convencimiento y fuerza repre- todo caso de las posibilidades agrícolas obteni- sentados convenientemente en la Iglesia y el das y las exigencias laborales, por parte de los ejército. colonos hacendados y mineros.

El programa de puestos para defensa regio- A lo largo del siglo XVII distintos puntos de la nal como el de Cadereyta, tenía algún tiempo Sierra Gorda fueron entregados a particulares funcionando. Los fuertes o presidios militares de para su explotación. En su primera mitad se El Jofre, al norte de Querétaro, y el de Jalpan, entregaron estancias de ganado menor en Jal- en el corazón serrano, existían desde 1576.53 pan y Pujinguía, puesto localizado al poniente Como puesto de avance importante hacia el del primero. También se hizo lo correspondiente norte, Querétaro sería fundado por indios en el llamado valle de Tancama, cerca de Jalpan otomíes -aliados a la causa hispana- en 1541.54 y en sitios contiguos a la misión de Concá. En y Jalpan aparecería en la historia novohispana "los chichimecas Cerro Gordo", pocos kilóme- desde la segunda década del siglo XVI.55En la tros al norte de San José Vizarrón, se entrega- zona central y extremo norte de la Sierra Gorda, rían seis sitios de ganado menor. Pasaría lo

51 Ibidem, pp. 371-376. 52 Margarita Velazco Mireles, op cit., pp. 305-313. 56lbidem, p. 313. 53Claudio Coq Veráztegui y Héctor Samperio, op cit., p. 41. 57Ibidem, pp. 321-323. 54David Wright, Querétaro en el siglo XVI, Fuentes docu- 58Jaques Soustelle, La familia otomí-pame del México cen- mentales primerias, pp. 44-56, Gobierno del estado de tral, pp. 13, 398, Fondo de Cultura Económica, México, Querétaro/Secretaría de Cultura y Bienestar Social, 1993. Querétaro, 1989. 59Carlos Vira montes Anzures, De chichimecas, pames y 55 Héctor Samperio Gutiérrez, "Región centro-norte..." pp. jonaces, pp. 101-115, Instituto Nacional de Anlropología e 307-308. Historia, México, 2000.

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mismo con tierras al poniente de San Pedro La pinza civilizatoria sobre la Sierra Gorda se Escanela y al norte de Jalpan llamadas El Cua- hacía más pronunciada, pues aparte de estos tajo y Acatitlán, cuyos linderos tenían que ver avances territoriales por el suroeste, diversos aún con territorio pame.6o asentamientos indígenas en los extremos de esta sección oriental de la serranía, pertene- En la segunda mitad del siglo, el capitán de cientes a la jurisdicción de Ixmiquilpan y Zima- frontera mestizo, Francisco de Cárdenas pide pán, formaban un cerco a las agrupaciones chi- composición de tierras, pues para 1696 se le chimecas no "reducidas" o no vinculadas, de retira la titularidad sobre el sitio de Tancama. forma total, a la dinámica del nuevo orden. En Solicita en restitución un sector despoblado este caso, asentamientos como Itlatlaxco y Jo- conocido como Pacula -en la porción oriental de nacapa hacían de frente delimitador en la movi- la sierra y a unos treinta kilómetros al norte de lidad de los "indios de guerra", aunque expues- Zimapán- frecuentado tan sólo por indios tos a incursiones de los mismos. Semejante chichimecas rebeldes, y que lindaba con otras papel jugarían a su vez los poblados de Tenan- de sus propiedades.61Hacia 1714 Francisco de go y Quetzalatengo, situados en el extremo Cárdenas ya mantiene posesión sobre Pacula.62 oriente del río Moctezuma.68De cualquier modo, El mismo militar adquiere, por remate en 1694, dichos núcleos figuraban como polos pacíficos el sitio conocido como San Nicolás Concá, Cár- de concentración chichimeca, influenciados por denas se identifica entonces como vecino y actividades mineras desde la segunda mitad del minero de San Pedro Escanela, jurisdicción de siglo XVI.69Un par de centros específicos de na- Cadereyta.63El usufructo de la hacienda trapi- turaleza extractiva en esta comarca fueron, por chera dura poco en manos del mencionado ejemplo, Santa Cruz de los Álamos o la Pechu- capitán, pues debe cederla, por deudas, en ga, ubicado a unos doce kilómetros al norte de 1714.64 Orizaba.7°Esta singularidad económica del nor- oeste del Mezquital estaría contenida en el trazo Un proceso semejante se daría en la parte de una ruta sur-norte que partiría de Pachuca, y sureste de la banda oriental de la sierra, esto es, penetraba por supuestp en la jurisdicción de al sur de Zimapán. Previendo la existencia de Zimapán. La cercanía entre las cabeceras de Ix- lugares deshabitados pertenecientes a la Coro- miquilpan y Zimapán, a la vez que su incesante na o tierras realengas, se hace petición en 1694 relación económica, dio paso, hacia finales del de unos sitios para ganado mayor en el cerro siglo XVII, a las alianzas matrimoniales entre Jiatehe, ubicado a quince kilómetros de Zima- sus vecindarios, involucrando en ellas a pobla- pán y veinticinco de Ixmiquilpan.65En la decla- dores de Tasquillo, punto intermedio entre aqué- ración de "vista", la entrega se ve oportuna en lIas.71En este caso las recomposiciones étnicas cuanto posibilidad de contención y reducción de daban un nuevo panorama cultural al entorno los indios chichimecas renuentes a las misio- serrano. La Alcaldía Mayor de Ixmiquilpan no nes.66 La merced otorgada a don José de la sólo aportaría energía humana a las minas de Fuente fue adquirida, mediante compra en Zimapán sino además elementos de defensa a 1712, por el pueblo de Orizaba (Orizabita), ex- la frontera; así, para la primera década del siglo plotada entonces como estancia de ganado siguiente, las autoridades deciden formar una menor.67 fuerza militar encargada de someter a los indios

60Héctor Samperio Gutiérrez, ibidem, pp. 331-334. 61Ibidem, p. 335 68Antonio Lorenzo Monterrubio, Convento de frontera 62Ibidem. chichimeca, Chichicaxtla, arquitectura del siglo XVI, Uni- 63Ibidem, p. 336. versidad Nacional Autónoma de México/Facultad de Ar- 64lbidem, p. 337. quitectura (Tesis de maestria), cap. IV s/p, México, 2000. 65Fernando López Aguilar, op. cit., pp. 266-267. 69 Fernando López Aguilar, op.cit., p. 122. 66 Ibidem, p. 268. 70 Ibidem. 67 Ibidem, p. 278. 711bidem, p. 257.

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"apóstatas", renuentes a la pacificación de la cual, para llevar a efecto los propósitos de su zona.72 Ixmiquilpan trataba de fortalecerse en explotación, exigía su pacificación o el some- este momento como franja fronteriza. La iniciati- timiento de sus habitantes chichimecas, por va militar estaría evidentemente ligada a una mucho tiempo contenidos en las fronteras cultu- reacción armada promovida por los chichimecas rales tanto por otomíes y purépechas, ya me- jonacesen 1703.73 diante las armas o bien a través de inestables acciones comerciales.77 La región centro norte74del Altiplano central de México o también llamada el "sur del Ba- La Sierra Gorda, según esta panorámica des- jío",75 presenció desde muy pronto los afanes crita, nunca estuvo al margen de las exigencias del dominio español; afanes que habrían de virreinales. Su cortedad de población blanca e seguir la ruta de las alianzas con los indígenas indígena no impidió la multiplicación de las em- regionales, a modo de favorecer las conquistas presas extractivas y agropecuarias desde los correspondientes en los diversos lugares explo- primeros tiempos coloniales. Sin embargo, su rados. En este caso, los otomíes del Mezquital desarrollo acusó irregularidades merced a sirvieron a tales propósitos y, mediante sus las características económicas y sociales de las ejércitos flecheros, se lograron avances por el principales agrupaciones indias, que compren- norte de Xilotepec, hasta llegar a territorio gua- dían un verdadero esquema opuesto al modelo najuatense y potosino, sometiendo en su des- feudal-capitalista78 ejercido por la Corona es- plazamiento expansivo a los pueblos de la re- pañola. En cierto modo, lo irreconciliable de am- gión serrana o de Sierra Gorda,76como se ha bos modelos de vida sería el motivo esencial de preferido identificar a la zona, que si bien en lo las permanentes fricciones sociales y sus fuer- geográfico mantiene una ubicación singular en tes desacuerdos entre los grupos asentados en aquellas latitudes, su denominación colonial la ella, contando por supuesto a los representan- hace destacable en relación con otros sitios tes de la Iglesia, y en particular, a los misioneros aledaños, por ejemplo la Huasteca. La Sierra del Colegio Apostólico de Pachuca, uno de los Gorda se convirtió pues en un territorio codicia- elementos destacados en el proceso correspon- do especialmente por sus recursos minerales, el diente a la primera mitad del siglo XVIII.

72 Ibidem, p. 265. 73Ma. Elena Galaviz, "La rebelión de los jonaces en 1703", Sierra Gorda: documentos para su historia, vol. 1,Instituto Nacional de Antropologia e Historia, pp. 208-209, México 1996. 74Carlos Viramontes Anzures, op.cit., p. 21. 75Rosa Brambila, "La zona septentrional en el posclásico", Historia antigua de México, vol. 111,Instituto Nacional de 77 René Acuña (Edit.) "Relación de Ouerétaro", Relaciones Antropología e Historia/Universidad Nacional Autónoma geográficas del siglo XVI: Michoacán, Universidad Na- de México, p. 309, México, 1995. cional Autónoma de México/lnstituto de Investigaciones 76David Wright, Los conquistadores otomíes en la guerra Antropológicas, p. 217, México, 1987. chichimeca, Gobierno del estado de QuerétarolSecretaría 78Enrique Semo, Historiamexicana. Economía y luchade de Cultura y Bienestar Social, Ouerétaro, 1988. clases, Editorial Era, pp. 47-69, México, 1982,

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