LAGUNA DE TAMARIZ DE CAMPOS: RECUPERACIÓN Y DESARROLLO COMO ENCLAVE PARA LAS AVES ACUÁTICAS, ESTEPARIAS Y MIGRATORIAS EN CASTILLA Y LEÓN. ACERCAMIENTO AL EMPLEO DE UNA OBRA HIDRÁULICA CENTENARIA PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UN HUMEDAL MODERNO

BORJA ZAMÁCOLA FEIJOÓ Estudiante ICCP Universidad de Burgos

RESUMEN

• Recuperación ambiental de una zona que tuvo importancia como centro de nidificación de aves acuáticas, esteparias, cuyo elemento básico lo constituye un humedal vinculado al . Pone de manifiesto cómo una infraestructura hidráulica centenaria ha servido tiempo después para un uso no contemplado en su construcción: recuperación de un humedal degradado antrópicamente.

• El Río Sequillo, en plena vallisoletana, sufría desbordamientos en Tamariz, desencadenados por lluvias primaverales y por el deshielo de Fuentes Carrionas. Regaba de forma natural unas praderas, en cuyo extremo sur se acumulaban las aguas, originando una charca que poco a poco se convirtió en centro de anidación de muy variadas especies, y de paso de aves del Norte de Europa.

• Los avances humanos permitieron evitar las inundaciones del pueblo, pero se llevaron por delante la laguna, que desapareció por completo.

• Años más tarde, y con otra sensibilidad ambiental, se decide recuperar el régimen natural de llenado que tuvo la laguna mediante aportaciones del Canal de Castilla, localizado a escasos metros de la zona inundable.

• Crea un espacio de riquísima biodiversidad en una zona seca; será una cuenta más del rosario de humedales que se busca crear, desde La Nava (Palencia) hasta Villafáfila (Zamora).

1. INTRODUCCIÓN GENERAL: SENSIBILIDAD HACIA LOS HUMEDALES, RECUPERACIÓN DE ESPACIOS

Los Humedales son el único ecosistema protegido mediante un acuerdo internacional, Convenio de Ramsar. Esto responde, -y a su vez fomenta- la progresiva toma de conciencia de la importancia en términos de biodiversidad de este tipo de hábitat. Se ha ido pasando de considerarlos incómodos, focos de insectos e incluso de enfermedades, a entender el rico equilibro biodiverso que encierran, y su papel en los equilibrios ambientales. Tienen un papel en los ciclos hidrológicos e incluso hidrogeológicos, con la implicación biológica consiguiente para el mantenimiento de el ciclo global.

1 Fruto de esta nueva filosofía, se promueve una política de recuperación ambiental de muchos de estos ecosistemas, contra los que durante años se había luchado. Se idearon sistemas restitución a su forma original de humedales desecados por el hombre, permitiendo la recuperación de superficie inundada, recuperando niveles freáticos, moderando la explotación de pozos y regadíos...

Pero también, y junto a ello, se implementaron medidas que no sólo suponían recuperar situaciones de partida, sino mejorarlas. Así, se acotaron zonas de protección de aves frente a la presencia humana, se plantaron especies vegetales que pudieran favorecer anidaciones, se cuidó el acceso a cobijo y a alimento, se protegía de predadores...

Es en este contexto en el que se encuadra la política medioambiental de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, la más importante de cuyas intervenciones la constituyen las lagunas de La Nava y Boada, en la provincia de Palencia y Villafáfila en la de Zamora. Sin embargo, y junto a estas grandes actuaciones, hay otras cuantas, de menor entidad pero igualmente de significativa relevancia medioambiental. Es éste el caso de la Laguna de Tamariz de Campos, en la provincia de , objeto de la presente comunicación. Como en otros proyectos de recuperación, se pretendió devolver el humedal a su estado pretérito, y además se aprovechó la actuación para dotarlo de mayor calidad y casar intereses conservacionistas con los de estudiosos ambientalistas y, como dato relevante, buscando una plataforma de sensibilización y divulgación de la riqueza natural de la comarca de Tierra de Campos.

2. CONTEXTO GEOGRÁFICO

• Tierra de Campos, “Campos de Tierra”: el humedal objeto de estudio es la Charca o Laguna de Tamariz de Campos, en la provincia de Valladolid, en la comarca de Tierra de Campos, muy próximo a . Es ésta una comarca natural ubicada dentro de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (España); quizá una de las de mayor homogeneidad, tanto por carácter geográfico como histórico. Comprende municipios de las provincias de León, Zamora, Valladolid y Palencia, siendo estas dos últimas las que mayor extensión aportan. En total, una superficie de 5.646 km2, con una densidad de población ocho veces inferior a la media nacional. Los principales elementos geográficos que la delimitan son (figura 1):

− al Norte, las últimas estribaciones de la cordillera Cantábrica, entre Sahagún y Carrión de los Condes. − al Este, las tierras regadas por los ríos Carrión y Pisuerga. − al Sur, los alcores y laderas de los montes Torozos, con la vega del Sequillo. − al Oeste, las salinas de Villalpando y el río Cea más arriba.

Es una tierra fundamentalmente cerealista, con muy pocos árboles por su progresiva eliminación a lo largo de los siglos, con un clima extremo y seco de escasas precipitaciones. Casi todo el año sopla el viento, con heladas hasta Abril y en verano un sol implacable. La característica dominante de su paisaje es la de su amplia horizontalidad y la grandiosidad de sus perspectivas, sólo interrumpidas por algunos cerros, colinas o páramos que marcan, tenuemente, las divisorias de unos cuantos ríos o riachuelos, que se pasan partes del año totalmente secos. La imagen preponderante, y casi única, es la estepa cerealista, puesto que la economía comarcal se basa esencialmente en el cereal de secano. Buena parte de estos pequeños cauces tienen un caudal de estío nulo, como es el caso del Sequillo, río del que se hablará a lo largo del presente estudio.

Desde estos cerros todo ofrece la experiencia de una horizontalidad casi absoluta, sin apenas pequeños accidentes que la interrumpan. Así, el entrecomillado inicial hace alusión a la forma en

2 que Antonio Machado se refería a esta zona de la meseta norte. Sin embargo, en estas escasas y pequeñas ondulaciones se llegan a formar en ciertos puntos, de modo totalmente natural, unas pequeñas lagunas o incluso simplemente charcas que crean en torno a sí perfectos humedales con una riqueza biológica realmente alta, y sobretodo, sorprendente en un contexto tan aparentemente inerte.

Así pues, la estepa cerealista de Tierra de Campos representa uno de los paisajes más característicos de la meseta castellana. Estas tierras han conservado intactos muchos de sus valores naturales a lo largo de los siglos; de hecho, la presencia de determinadas poblaciones de aves esteparias ha hecho posible que una buena parte de este territorio esté incluido en la red de ZEPAS (Zona de Especial Protección para las Aves). Se han desarrollado muchos planes en años recientes con el fin de proteger esta riqueza natural tan poco conocida.

Figura 1. Delimitación geográfica de Tierra de Campos

• Canal de Castilla: ramal de Campos: en este contexto, buscando desarrollar el comercio de grano de la zona e implantar regadíos, y formando parte de un gran proyecto ilustrado inconcluso que trataba de unir Segovia con Santander, se construyó entre en 1753 y 1849 el Canal de Castilla. Tras numerosos parones y retrasos en su ejecución, se termina una obra mucho más modesta que el proyecto original, y cuyo uso además se limitó en lo que a navegación respecta a cien años, usándose todavía hoy para riego. Con tales fines, se diseñaron tres ramales (figura 1): Norte, Sur y Campos, entorno en el que nos centraremos. Más en concreto, de este último “Ramal de Campos”, el tramo en cuyos alrededores se localiza la Laguna de Tamariz de Campos es el Tramo 3, Villarramiel-Medina de Rioseco.

Si bien el canal resulta una obra muy interesante, con curiosas soluciones de ingeniería histórica, testigo de la evolución de España, y a lo largo de su trayecto hay numerosos puntos en los que resultaría estimulante detenerse, no es el objeto esencial de este trabajo describir los elementos conformadores del canal. Lo que sí es de destacar es el uso nuevo que se le ha dado, inopinadamente, a esta infraestructura de los desarrollistas españoles del XVII y XIX, y cómo sirve a nuevos propósitos creando valor, un elemento más de nuestro patrimonio, frente al abandono y ruina al que podría parecer avocado.

3 • Tamariz de Campos: La Laguna o Charca de Tamariz de Campos se encuentra situada en los prados de este término municipal, al sur de la comarca natural de Tierra de Campos, y con una altitud de unos 753 m sobre el nivel del mar. Pertenece a la provincia de Valladolid, aunque limita por el Este con Castil de Vela y Belmonte de Campos, ambos ya en la provincia de Palencia. Para poder encontrarlo fácilmente, es útil mencionar que se encuentra a medio camino entre Medina de Rioseco y Villalón de Campos, los dos pueblos vallisoletanos más importantes de la zona. El pueblo se sitúa en un otero, y en torno a él describe un meandro en río Sequillo, modesto cauce que baña varios pueblos de la zona. La laguna de Tamariz está al pie del ramal suroeste del Canal de Castilla, entre las 7ª y 6ª de sus esclusas. Más adelante se detallarán con más precisión los elementos del canal en el entorno de la laguna, que encierran también un gran interés ingenieril y medioambiental inducidos. Medioambientalmente, hay que indicar que se incluye en su totalidad en la ZEPA 3, La Nava-Campos.

3. ENTORNO DE LA LAGUNA: ESCLUSAS 6ª Y 7ª DEL RAMAL DE CAMPOS

La intervención de que trata este trabajo, ha tenido lugar en una porción de los pastos comunales del pueblo de Tamariz, en la que tiempo atrás aparecía dos veces al año una charca de modo totalmente natural, y también de forma espontánea, desaparecía otras tantas, completando así un particular ciclo que permitía albergar en su interior una rica variedad ecológica mediante el surgimiento del mencionado ecosistema “humedal”. Tras ciertas intervenciones del hombre desde finales del siglo XIX, se vino causando un daño importante a este entorno, que terminó por imposibilitar el desarrollo natural de la laguna.

¿Cuál es la relación entre el Canal de Castilla y la Laguna? Merced a la cercanía del canal, muchos años después e incorporando a los modos de actuar nuevos criterios de sensibilidad medioambiental, se decide recuperar el entorno de la antigua charca y con él el propio humedal, derivando aguas de tal infraestructura dieciochesca para ayudar al ciclo natural de llenados de la laguna. Se ofrece ahora una vista general de la zona, (figura 2). En un círculo en blanco, en la parte superior, se ha indicado el núcleo urbano de Tamariz de Campos. El río Sequillo marca un fuerte meandro de algo más de 90º en torno al pueblo, que se encuentra en un pequeño alto. Siguiendo el cauce hacia el Sur, a la altura del indicativo “Tamariz de Campos, ”, empiezan los prados comunales, a la izquierda del cauce del río, en la imagen. En realidad es margen derecha porque el río va de Norte a Sur (de arriba hacia abajo, sobre el papel). Se extienden por ese aparente rectángulo alargado, y terminan en el ensanchamiento más oscuro en el extremo Sur, marcado con punteado blanco, zona que se inunda originando la charca.

En la parte inferior, se ve el discurrir del Canal de Castilla, entre su 6ª y 7ª esclusas, definiendo un ángulo recto; se ha indicado también con puntos blancos. Siguiendo la alineación vertical, hacia abajo, se llegará a Medina de Rioseco, en cuya dársena muere el Canal; la alineación horizontal, hacia la derecha, conduce hacia la provincia de Palencia.

Precisando más, se acompaña la figura 3, que registra exactamente el quiebro que se produce en el trazado del canal en la esclusa 7ª. La imagen fue obtenida del sistema de información geográfica institucional Sigpac. En concreto, sobre esta fotografía aérea, el canal es la hilera verdosa que se ve en la parte inferior, y que en su extremo izquierdo hace un quiebro de 90º. Este quiebro es la 7ª esclusa del canal; crea ante sí una enorme dársena en la que hay una impresionante fábrica de harinas, ahora en completo estado de ruina, que utilizaba la fuerza motriz del agua del canal para accionar su molienda de trigo. Es éste otro de los usos que se daba al canal en su época.

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Figura 2. Tamariz de Campos, sus praderas y el Canal de Castilla

Se aprecia que hace otro quiebro el canal, mucho más suave, en la parte inferior derecha de la fotografía. Es la 6ª esclusa de este ramal, de maquinaria más arcaica que la 7ª. Conserva la casa del esclusero en estado también de ruina y tiene en torno a sí un bosquecillo de especies arbóreas caducas y maleza de todo tipo que contribuyen a crear un encanto indiscutible en mitad de un aparente desierto castellano, refugio de una variada y peculiar fauna. Esta dirección nos conduce a Belmonte de Campos, ya en la provincia palentina.

En la imagen se ve una hilera serpenteante en vertical, hacia la mitad. Es el Río Sequillo, que a partir de la 7ª esclusa discurrirá de modo paralelo al canal, hasta Medina de Rioseco. Se cruza con el canal, y tal encuentro se resuelve con un acueducto de una muy cuidada sillería, de aspecto pesado pero hermoso, bajo el que discurrirá el río.

La gran mancha verde de contornos informes (rectas y curvas) es la Charca de Tamariz de Campos. Se observa asimismo que continúa por arriba esta mancha: son los pastos del pueblo. En realidad, la laguna es una parte de los pastos comunales, que se ven inundados. La charca no ocupa siempre esta superficie, sino que dependerá del régimen de lluvias y de aportación de la acequia de riego de la que se deriva ocasionalmente caudal hacia las praderas para regar el pasto. Es más, como se ha indicado arriba, hay épocas del año en la que la charca deja de existir, con lo que toda la superficie que en la ortofoto aparece en verde será pastizal, en uso por los ganaderos del municipio.

5 Como dato curioso, cabe mencionar que justo al lado de esta dársena de la 7ª esclusa hay un mojón que indica que por este lugar transcurre el Camino Madrileño de Santiago de Compostela, que se incorpora al archiconocido Camino Francés en Sahagún, y que la ciudad del Apóstol de España se encuentra a 444 Km. de la laguna de Tamariz.

Figura 3. Canal de Castilla entre la 6ª y 7ª esclusas, río Sequillo y laguna de Tamariz

4. DESCRIPCIÓN DE LA LAGUNA

A partir de este punto y una vez caracterizado el contexto en que se enclava este humedal, se tratará de explicar cómo se ha actuado en esta recuperación medioambiental, y en base a qué premisas y horizontes se ha trabajado. En primer término se describirá la situación actual de la charca, tras la intervención, que coincide con la que tenía hace muchos años, ya que tan sólo se ha pretendido recuperar algo que existió. Tras ello, se expondrá entrando en más profundidad cómo funcionó en su día la laguna, cómo el hombre alteró sus ritmos naturales, y como el hombre también ha obrado para reponer el daño causado.

Se ofrece una fotografía que ha resultado ser muy elocuente (figura 4). Está tomada desde un alto próximo a la esclusa 6ª. A la espalda quedaría la esclusa, a la izquierda discurren el canal y el acueducto, de modo aproximadamente perpendicular a las hileras de vegetación que se pueden ver. A la derecha del todo se aprecia un tramo del río Sequillo, que no se ve directamente por un dragado que hace años lo convirtió en una acequia de tierras con una solera tres metros por debajo de la cota cero.

A continuación, de color más pardo, se encuentran los carrizos y juncos que crecen ya en el perímetro de la laguna. A la derecha de la imagen, el pueblo de Tamariz de Campos, que está algo elevado con respecto a su entorno. Entre la laguna y el pueblo, como se puede apreciar, hay árboles, que en realidad están diseminados, y se ven mal por ser caducifolios y la fotografía tomada en invierno. Ofrecen refugio a multiplicidad de pequeños pájaros de la zona. Crecen a lo largo de un canal de tierra, de desconocida función, aunque todo parecer indicar que pertenece al conjunto de pequeños canales de la zona de praderas construidos por los pastores a raíz del intenso dragado que se hizo a finales del XIX en el río Sequillo, como se explicará.

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Figura 4. Pastos de Tamariz. La charca, en un plano medio. Al fondo, el pueblo

Todos los elementos se consideran precisos y desarrollan su papel en un conjunto, conformando un ecosistema diverso y con numerosos vínculos. Para completar la expresividad de la foto, se puede ver en el horizonte a una bandada de aves, posiblemente gansos, volviendo a la laguna de modo desordenado tras alguna espantada, o para comer.

5. ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ESTA LAGUNA? RÉGIMEN NATURAL DE ALIMENTACIÓN

El origen de esta laguna es completamente natural, si bien hace muchos años empezó a tener intervención directa del hombre, saliendo en no pocas ocasiones perjudicada.

Los pastizales del pueblo de Tamariz de Campos, (figuras 2 y 3) ocupan una extensión de unas 50 Has, entre el pueblo y el Canal de Castilla, que durante años fueron utilizadas por los pastores. La titularidad de las praderas era comunal, del municipio; y en régimen de concesión, cada pastor explotaba una zona. Llama la atención que pudieran desarrollarse en clima tan seco unos pastos adecuados y en cantidad para el ganado ovino a lo largo de los lustros.

El secreto de esta supervivencia de las especies herbáceas está en la inundación periódica de las praderas. Justo al lado de los pastos, a unos 15 ó 20 metros, discurre paralelo el cauce del río Sequillo, que a pesar de tan modesto nombre, cada año se desbordaba con las lluvias que por escorrentía alimentaban su caudal, desde el Norte de la provincia de Valladolid y fuentes Carrionas en Palencia. Su lecho era pequeño, y la avenida intensa, lo que provocaba que el agua saliera por la margen derecha del río, la de menor cota, y que inundase, a favor de pendiente, esta zona. En realidad, se formaba una pequeña charca de muy escasa profundidad en el extremo sur de estas 50 Has, ocupando menos de 20, pero a su paso regaba por inundación una enorme superficie, de otras 30 hectáreas.

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De este modo, dos veces cada año, como consecuencia de las avenidas invernales y primaverales -antes de su dragado definitivo-, y según vicisitudes, se inundaba esta zona, se regaba en profundidad y este hecho permitía al ganado disfrutar de una razonable cantidad y calidad de hierba, al menos durante buena parte del año. Por eso estas tierras nunca se roturaron, realizaban una función social interesante.

Las praderas de Tamariz tienen una forma bastante regular (Figuras 2 y 3), con un primer tramo estrecho y largo, paralelo totalmente al Sequillo, y otra zona de perímetro curvado, mucho más ancha, en su extremo sur. La Laguna posee un perímetro informe de 650 x 300 m, con una profundidad media de unos 30 cm y una superficie inundada de 18 Has. La línea junto a la pradera, a la derecha en la fotografía, es el cauce que sigue el río. El aspecto que presenta la zona sur de la pradera, donde se ensancha, tiene su explicación por ser el área en que se ha acumulado tradicionalmente el agua, en la zona de menor cota, en el valle. De este modo, la configuración actual de la pradera es la misma que tiene desde hace años, aunque ahora se haya actuado a su favor, y en otras ocasiones, en su detrimento.

Así pues, la parte que alberga a la laguna -en sus períodos de existencia, porque no siempre hay tal acumulación de agua- tiene una extensión de entre 18 y 20 hectáreas, y ocupa, como se ve en las fotografías mencionadas el ensanchamiento final de la pradera y una parte del tramo aproximadamente rectangular paralelo al Sequillo.

El resto de esta zona comunal del pueblo sigue seco de modo general, aunque con cierto régimen de riego por parte de los pastores, adecuadamente autorizados por la Confederación Hidrográfica del Duero, ya que toman aguas del Canal de Castilla. Este canal pasa junto a la charca, como ya se explicó en la ortofoto de la zona y como se tendrá ocasión de ver en detalle más adelante, lo que se ha convertido en providencial para la recuperación del lugar. El río Sequillo –que es totalmente paralelo a las praderas que ocupa la charca- y el canal se cruzan formando unos 80º o 90º, y el encuentro se resuelve con el acueducto ya mencionado. De hecho, la laguna de Tamariz acaba a muy pocos metros de este punto, en el que por tanto confluyen tres elementos hídricos muy distintos, pero complementarios, como se está descubriendo: la charca, el río y el canal.

6. ALTERACIÓN DEL RÉGIMEN NATURAL DE LAS PRADERAS

El régimen natural de inundación de las praderas se vio interrumpido cuando, ante la necesidad de dar solución a los problemas que por otro lado se derivaban del desbordamiento semestral del Sequillo, hubo que dragarlo. Esto sucedió a lo largo de la historia en varias ocasiones, hasta que se hizo en el siglo XIX de modo tan contundente que ya nunca fue necesario plantearse otra obra de protección del pueblo frente a su río.

De hecho, según cuentan vecinos del pueblo, en alguna ocasión llegó a tener el río una anchura de 1 Km. a su paso por Tamariz, ya que una vez desbordado, el agua ocupaba una enorme superficie de escasa profundidad ante la falta de orografía que limitase este derrame. Aunque el pueblo quedaba siempre a salvo por estar en un alto, no cabe duda que la situación resultaba francamente incómoda a los vecinos y destructiva para sus cultivos, por cuanto que la inundación dañaba el cereal de secano. Esta situación, en medida más moderada, era a su vez la causante de la riqueza de los pastizales comunales del pueblo. Es decir, el desbordamiento del río tenía un doble efecto, beneficioso y dañino, para los vecinos de la zona.

8 Con el dragado excesivo del río, se resolvió el problema de desbordamiento en el pueblo, pero se truncó el ciclo natural de desarrollo de la laguna que se generaba dos veces por año. Se firma la sentencia de desaparición del humedal de Tamariz de Campos.

A partir de entonces, y con el objeto de no perder los pastos, se construye una acequia de hormigón que toma agua del Canal de Castilla, muy próximo a los praderas municipales, y se riegan, ya de forma artificial, estas 50 Has. Esta conducción principal en lámina libre se ve acompañada de otras muchas acequias en tierra que derivan pequeños caudales durante ciertos períodos breves de tiempo, hacia fincas privadas colindantes o hacia distintas zonas de los prados.

A lo largo de los años, los pastores han ido tomando el agua de esta acequia para el riego de los pastos comunales, cuando éste ya no era natural por desbordamiento del río, desde su dragado último. Con pequeñas compuertas, daban alternativamente paso al agua hacia una u otra parcela, en virtud de sus acuerdos, y con el pertinente permiso de la Confederación Hidrográfica del Duero, “propietaria” del canal y de sus aguas.

De este modo, sigue en la zona habiendo pastos, se puede seguir pastando en la zona, y no sufre el pueblo de Tamariz inundaciones.

Pero, en contrapartida, desaparece la laguna: las aguas derivadas, -luego entonces con permiso expreso pero limitado de la Confederación Hidrográfica del Duero para riego de pastos,- no son ya suficientes como para que por escorrentía se forme la charca en el extremo sur de las praderas. Como mucho, podía llegar a formarse algún cúmulo de agua sobrante de la inundación y proveniente de la escorrentía de los alrededores, pero no era comparable la situación. La regresión del humedal era evidente y la pérdida del potencial ecológico y del rico enclave de biodiversidad, tan original por otra parte en la zona, era patente.

7. ACTUACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DEL HUMEDAL

La situación en que se encontraba hacia el año 2000 la charca de Tamariz de Campos era bastante deficiente, como se deduce de lo anterior. Los ciclos naturales del humedal se habían alterado por completo, la charca ya apenas se formaba más allá de en una pequeña zona, y cuando lo hacía, tan sólo alimentada por las aguas de escorrentía de las precipitaciones en su entorno más inmediato, de unos pocos metros alrededor, muy escasas, por otra parte. Apenas le llegaba nada del riego por inundación que hacían los pastores en las praderas comunales, que en principio no derivaban mucha más agua de la que les hacía falta para regar, y la formación de la charca no constituía una de sus prioridades.

Ante esta situación, la Consejería de Medio Ambiente del gobierno regional decide actuar en este punto, y plantea su recuperación como humedal, con finalidad más que nada divulgativa, en un primer momento. Se trataba de crear un punto de nidificación de aves de la zona para que los paseantes del canal pudieran entretenerse viendo los animales y acercarse al mundo natural. En realidad, resultó para la propia institución una grata sorpresa el ver que este punto se convertía en abrigo de especies migratorias, de Finlandia por ejemplo, y además, de algunos de los escasos ejemplares que quedan en el mundo de ciertas especies, como el caso del carricerín cejudo o cigüeña negra.

Así pues, se diseña un plan de recuperación con vistas a medio y largo plazo, sin grandes pretensiones, pero con una dotación económica interesante de casi un millón de euros. Este plan contempla la adecuación de la acequia de riego que se hizo para los pastos comunales tras el

9 último dragado, la construcción de ciertos nuevos tramos de acequia para tratar de llegar a toda una cierta extensión, el levantamiento de un malecón perimetral en el extremo Sur de la charca, la construcción de unas islas interiores en la laguna que favorezcan la implantación de nidos, la siembra y plantación de numerosas especies vegetales autóctonas y la construcción de un observatorio desde el que poder observar la vida de la laguna, una vez regenerada.

El resultado, como ya se ha indicado, ha sido realmente sorprendente, muy bueno. Aún así, es clave el seguimiento de la situación, para ver si cada uno de los puntos implementados en realidad surte el efecto buscado. En este sentido, hay que señalar la labor del agente forestal encargado de tal control, que cada dos días visita la laguna, toma datos de los movimientos de animales e idea aquellas mejoras que poco a poco se van introduciendo y conforman un humedal menor en extensión, pero muy biodiverso.

• Descripción General: figura 5:

Se ha incluido en la vista aérea de la laguna y de las praderas de Tamariz una indicación del recorrido que hace la acequia, (figura 5). Aparece en rojo grueso el trayecto actual. En realidad, el discurrir original, llegaba hasta el extremo Norte de las praderas (derecha de la imagen), y aquí se ha indicado en rojo fino. Pero para su adaptación al llenado de la laguna, se decidió construir un “atajo”, ya que la longitud de acequia que hubiera sido preciso mejorar en otro caso, hubiera sido enorme desbaratando el objetivo de economizar. De modo que a mitad de recorrido del tramo que habitualmente queda sin inundar, se construyó un pequeño sifón para pasar el agua bajo la propia pradera hasta el otro lado. De este modo se ahorra un tramo importante de acequia y se respeta la extensión de la pradera, que no se ve interrumpida por ningún canal ni elemento distorsionador de su continuidad. Los puntos de cámara de carga y de rotura de carga se han señalado en azul cian. A partir de ese punto de salida del sifón, el agua con destino a la laguna seguiría hasta la propia charca por otra acequia, en este caso enteramente construida en tierra, hasta llegar a desembocar en la laguna.

Figura 5. Acequia de la laguna, sifón, y canales de riego de pastos

• Alimentación con caudales del Canal de Castilla: acequia

Fue la perspectiva de perder la zona de pastos para siempre la que movió a los lugareños a construir una infraestructura de este tipo con la que poder hacer llegar caudales otra vez a los prados, cuando se acometieron las obras de dragado del vecino Sequillo. Sin embargo, esta obra que estaba destinada al riego “justo” para obtener pastos, se rebeló muy útil cuando la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León decidió actuar en la zona en busca de la recuperación y puesta en valor del humedal. Se estudió el régimen de aguas necesario para la charca, y se estimó que podría llegarse a un acuerdo con los pastores, beneficiarios del objeto

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