Libro Póstumo De Luis Alamos
Libro póstumo de Luis Alamos ver quién comía más. Generalmente ganaba Leonel (Sánchez) y Luis Eyza- guirre. Con el tiempo me di cuenta que tenía una hornada de excepción. Hice algunos ajustes, pues Carlos Campos jugaba de defensa, Chebo Se- púlveda era medio-volante, igual que Quintano, y a Leonel le gustaba jugar de 10. Así nos hicimos propietarios de una década de fútbol chileno, salimos cuatro veces campeones y fuimos la base de las selecciones de 1962 y 1966. Luis Alamos Luque, el Zorro Ala- Su partida del equipo azul se ace- mos, le costó decidirse a escribir leró cuando fue nombrado ayudante sus memorias. Ya empezaba a hacer- en la selección nacional que debía ju- se viejo y la latente posibilidad de irse gar en el Mundial de Inglaterra, el 66. sin más al patio de los callados lo em- Algunos jugadores del Ballet queda- barcó en lo que sería su última obra en ron fuera y los dirigentes pensaron torno a su tema predilecto: El hombre que presionarían a Alamos a su regre- y el fútbol. so. Calladamente, pero en extremo do- Noble originario de Copiapó, lido, partió a Audax Italiano y en 1967 profesor primario, acaso el entrena- por un punto no fue campeón. Luego dor más notable del balompié chileno, emigró a Coronel para dirigir a Lota, creador del Ballet Azul, de Colo Colo pero en el sur hacía demasiado frío y 73, seleccionador nacional en el Mun- su salud no aguantó dos temporadas dial de Alemania 74, el Zorro Alamos consecutivas. Cuando estaba muy cer- era a mediados de los años 40 un mo- ca de retomar su trabajo como profe- desto educador en la localidad de Tie- sor, se hizo cargo en 1972 de un alicaí- rra Amarilla cuando un telegrama sa- do, desarmado y vulnerable Colo-Co- cudió la silenciosa rutina del norte: lo, cuya plantilla contabilizaba sólo un ”Ven de inmediato.
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