Los Festivales De Teatro Esther Sánchez Grey
Los festivales de teatro Esther Sánchez Grey Ejercicios iniciales Los Estados Unidos, como se sabe, es un país abierto a muchas culturas y el teatro no que- dó exceptuado del impacto de literaturas e influencias extranjeras1. Entre las primeras es- tá, como es natural, la de los irlandeses, que traían una larga tradición teatral y por lo tanto su influencia fue muy decisiva. También dejaron honda huella los judíos y los italianos, ca- da uno a su manera, pues estos se proyectaron mayormente hacia la música, ya fuera clási- ca o folclórica, y los primeros encontraron en la dramaturgia un mejor medio de expresión. El aporte hispánico estuvo determinado en sus inicios por dos grupos mayoritarios: el de los mexicanos en el suroeste, que para principios del siglo XX ya se identificaban en una cultura mixta méxico-americana que se ha dado en llamar chicana, y la de los puertorri- queños, que llegaron masivamente a Nueva York después de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, a partir de 1960, se produjo la llegada masiva de los cubanos como exilia- dos políticos, a consecuencia de la implantación en la isla de un sistema comunista. Los dos primeros corresponden a grupos migratorios, lo cual implica un asentamiento que parte de la individualidad, en tanto que el tercero, por su razón política, conlleva la tempo- ralidad de una situación exterior. Es decir, que cada uno de estos grupos traía la influencia de sus raíces y su problemática e iba creando una dramaturgia que recogía el eco de sus propias circunstancias. Hay que recordar, sin embargo, sin entrar en muchos detalles, que en esas primeras déca- das del siglo XX el teatro norteamericano estaba tratando de abrirse caminos propios y surgían grupos independientes a pesar de ciertas circunstancias que no favorecían esos propósitos, como fueron la depresión económica, las dos guerras mundiales y el desarrollo de la televisión alrededor de los años cuarenta y cincuenta.
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