1

PRESENCIA DE LA LITERATURA EN LA RADIO UNIVERSITARIA. ESTUDIO DE DOS CASOS.

Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de: Magíster en comunicación – educación

JORGE DAVID SÁNCHEZ ARDILA Código 20151191030

Director FERNANDO ARANGUREN

UNIVERSIDAD FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN – EDUCACIÓN BOGOTÁ D.C., 2015

2

Nota de aceptación ______

______

______

______Firma del Director

______Firma del jurado

______Firma del jurado

3

NOTA DE ADVERTENCIA Acuerdo 19 del Consejo Superior Universitario que dice: ―Artículo 177: La Universidad Distrital ―Francisco José de Caldas no se hará responsable por las ideas propuestas en esta tesis‖.

4

RESUMEN ANÁLÍTICO-RAE

TIPO DE DOCUMENTO: Trabajo Investigativo para optar al título de Magíster en

Comunicación - Educación.

AUTOR: JORGE DAVID SÁNCHEZ ARDILA.

PUBLICACION: Bogotá, Enero de 2015. Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

TITULO: PRESENCIA DE LA LITERATURA EN LA RADIO UNIVERSITARIA.

ESTUDIO DE DOS CASOS

PALABRAS CLAVES: radio, radio universitaria, cultura, educación, literatura.

DESCRIPCIÓN: Este ejercicio de investigación se orienta a indagar por la presencia de la literatura en la radio universitaria. El problema se plantea dentro del horizonte tantas veces repetido de que Colombia es país con un índice bastante bajo de lectores y de las problemáticas con que se encuentra la educación, en este caso la superior, achacadas, precisamente, a la falta de una cultura lectora y una precaria comprensión de lectura que evidencian los estudiantes.

A partir de las preguntas orientadoras: ¿Cuál es la presencia actual de la literatura en la radio universitaria? ¿Su finalidad es la de promocionar el libro o crear y formar nuevos lectores de literatura? y ¿Qué géneros son los que más difunden los programas radiales sobre literatura?, la indagación avanza en una reconstrucción de estos aspectos en lo que ha sido la radio comercial y pública, hasta llegar al terreno de las llamadas radios universitarias para obtener una visión de la presencia de la literatura y el papel que esta ha jugado en el desarrollo de la radio y la sociedad.

5

FUENTES: El presente trabajo estuvo soportado por fuentes primarias como entrevistas a los directores de las emisoras UN Radio y Javeriana Estéreo, así como al colectivo de estudiantes de la carrera de literatura de la Universidad Nacional de Colombia, que producen y conducen el programa Lecturas Compartidas. Igualmente, la investigación se apoya en la revisión documental de las investigaciones que sobre la historia de la radio se han realizado en Colombia, así como de los aportes que se desprenden de diversos ensayos y ponencias sobre algunos aspectos de la relación radio y sociedad.

CONTENIDOS: El presente informe está estructurado en tres capítulos que dan cuenta del desarrollo y los resultados de la indagación, en términos de la literatura desde las concepciones que de la cultura y la educación han orientado la programación radial. En el capítulo primero, hacemos un análisis de lo que ha sido el desarrollo de la radio pública y comercial, cuáles fueron sus enfoques, sus modelos y sus propuestas en torno a la cultura y la educación, en un país que en el momento del establecimiento de la radiodifusión, todavía era mayoritariamente rural y analfabeto.

En el capítulo dos, nos ocupamos del concepto de cultura y educación, desde la perspectiva de la llamada radio cultural y, entre esta, la radio universitaria; para ello presentamos dos casos representativos, como son el de la emisora de la Universidad

Nacional de Colombia, en tanto radio universitaria pública, y el de la emisora de la

Pontificia Universidad Javeriana, como muestra de la radio universitaria privada.

Por último, el tercer capítulo está dedicado tanto a la reflexión sobre el concepto de lector, como a la importancia y el papel fundamental que puede jugar la radio en torno a la formación de lectores de la literatura, y del cómo esta orientación contribuye a la difusión

6 de la cultura y la educación. Igualmente, por supuesto, en este capítulo se presenta, de acuerdo a los lineamientos de la anterior reflexión, un demo del programa Letra Viva, una propuesta innovadora y dinámica de lectura radial de cuento y poesía Iberoamericano, para ser transmitido por LAUD 90.4 f. m. Estéreo, emisora de la Universidad Distrital

Francisco José de Caldas.

METODOLOGÍA: La perspectiva de esta investigación es la investigación cualitativa de enfoque analítico-fenomenológico, dadas las condiciones del objeto de estudio. Por ello, el método con el cual se indaga por cualquier aspecto sobre radio colombiana, todavía, y quizás afortunadamente, debe recurrir a la entrevista, la revisión de los contenidos de la programación en los archivos, cuando todavía los hay, y a una pesquisa de tipo etnográfico. Ello es lo que este estudio utiliza para acercarse a una visión comprensiva de la presencia y difusión de la literatura en la programación de la radio colombiana, en este caso en la radio universitaria.

CONCLUSIONES: La radio asumió los conceptos de cultura y educación que enarbolaba la pequeña elite de empresarios, políticos e intelectuales de la primera mitad del siglo

XX. El concepto de cultura distaba mucho de ser una visión que comprendiera los valores y características de la población colombiana y, por el contrario, este deslegitimaba tanto la herencia aborigen como los aportes afrodescendientes y mestizos. Con un paradigma de cultura europeo, la intelectualidad que participó en el desarrollo de la radio colombiana propendió por una programación que tuviese el corte del estilo de la radiodifusión de emisoras como la BBC de Londres o la Rai italiana, en donde se daba cabida, eso sí, a producciones de alta calidad del arte, la música y la literatura occidental.

7

Por los lados de la educación, panorama también era bastante precario, pues la finalidad primaria era alfabetizar a un país que contaba con una escasa oferta de escolaridad. Sin embargo, la radio colombiana nunca asumió esa tarea de una manera generalizada, y sólo dos emisoras hicieron de la educación un sentido prioritario de su programación. Ellas fueron la y la Radiodifusora Nacional de Colombia.

Y fueron las que mayor éxito tuvieron en esta tarea, sobre todo, entre los habitantes de los campos colombianos. En la radio universitaria los intentos que se hicieron fueron un total fracaso.

La apertura de los conceptos de cultura y educación se produjo con la llegada de la llamada postmodernidad y el fin de los paradigmas, lo que permitió que se ampliará el panorama en la radio universitaria dando cabida a contenidos de las llamadas culturas subalternas y produciendo cambios fundamentales en la programación de estas emisoras.

Paradójicamente cuando se abre el concepto de cultura, empieza a desaparecer el papel protagónico que la literatura había jugado en las primeras décadas de radiodifusión y propuestas como los recitales de poesía, cuento, radioteatros, etc., son dejados de lado para dar paso, a algunos programas que promocionan escritores y novelas, la mayor de las veces desde las perspectivas de la editoriales.

Actualmente, en los casos estudiados en esta investigación, solo un existe un programa que tenga como protagonista la literatura, desde la perspectiva de motivar la formación de lectores críticos: Lecturas Compartidas, realizado por estudiantes de

Literatura de la Universidad Nacional.

8

Resumen

Este ejercicio de investigación tiene como objetivo indagar por la presencia de la literatura en la radio, dentro del marco de tres conceptos fundamentales como son el de Comunicación, Educación y Cultura. Su importancia, deriva de dos hechos constatables en la actualidad como son la sintonía radial por parte de la juventud y los resultados en lectura y comprensión de textos en las pruebas a los estudiantes. ¿Qué tanto pueda contribuir la radio en la formación de lectores críticos? Los capítulos abordan como han sido asumidos los conceptos de cultura y educación en la comunicación radial y cómo estos se ven reflejados en la programación de las emisoras de interés público y comercial. Los capítulos abordan un estudio monográfico de la presencia cultural y literaria en los contenidos radiales de dos emisoras universitarias, mientras que el tercer capítulo presenta una propuesta encaminada a seducir a los oyentes con la lectura de cuento y poesía iberoamericana.

Palabras clave: Radio, comunicación, educación, cultura, literatura, Colombia.

Abstract

This exercise research aims at investigating the presence of literature on the radio, in the framework of three key concepts such as the Communication, Education and Culture. Its importance derives from two verifiable facts at present such as the radial line by youth and the results in reading and comprehension tests in students. How much radio can contribute to the formation of critical readers? Chapters address have been assumed as the concepts of culture and education in radio communication and how these are reflected in the programming of public broadcasters and commercial interests. The chapters deal with a case study of the cultural and literary presence in the contents of two college radio stations, while the third chapter presents a proposal to seduce listeners with reading stories and Latin American poetry.

Keywords: Broadcasting, communication, education, culture, literature, Colombia.

9

Tabla de Contenidos

Introducción ...... 90 Capítulo 1. La radio ha hecho historia Radiodifusión pública...... 19 La radio comercial……………………………………………………………………….22 Capítulo 2 La Radio Cultural y Universitaria ...... 26 Cultura y Educación: dos conceptos elitistas….…………………………………….28 HJN y Radio Nacional de Colombia ……………………………………………….31 La Radio Universitaria……………………………………………………………...34 Identidad de la Radio Universitaria…………………...……………………………39 Javeriana estéreo……………………………………………………………...……42 UNRadio……………………………………………………………………………44 Capítulo 3 Letra Viva ……………………………………………………………………47 Radio, literatura y lectores…………………………………………………...…..47 Conclusiones……………………………………………………………..………………53 Lista de Referencias……………………………………………………………………………………………………………….57

10

PRESENCIA DE LA LITERATURA EN LA RADIO UNIVERSITARIA. ESTUDIO

DE DOS CASOS

Introducción

Desde su nacimiento la radio ha estado vinculada con el mundo de la imaginación y de la literatura. Con la imaginación, porque la radio, como la literatura, a diferencia del cine o la televisión, incita, obliga, podríamos decir, al oyente a convertir las palabras en imágenes que le construyan cierta corporeidad a las narraciones escuchadas. Con la literatura, bien porque en sus inicios a pesar de los avances técnicos que posibilitaban la radiodifusión, obviamente en términos de contenidos implicó un reto para un espacio totalmente nuevo en la comunicación y encontró en la producción cultural recursos que le permitieron ir configurando su propio perfil; bien porque esas primeras generaciones estuviesen

11 vinculadas fuertemente a la literatura y la cultura en general; o bien, por un fortuito encuentro en el tiempo cuando ambas se necesitaba.

Pues si la literatura y cultura contribuyeron al nacimiento de la radio como medio de comunicación, también esta se convirtió para ellas en la primera gran plataforma que podía tener una amplia socialización desbordando los limitados espacios físicos a los que solo podían acceder el reducido grupo de ciudadanos que sabía leer, para llegar a comunidades completas a través de las ondas hertzianas.

En Colombia, el reconocimiento explícito de la radio como un espacio propicio para difundir la educación y la cultura, expandiendo el radio de acción de los procesos educativos y culturales, se produce con la creación de la primera estación universitaria de

Latinoamérica por parte de la Universidad de Antioquia, en 1.933. A partir de la década del 70 del siglo XX son muchas las universidades colombianas, las que, en la mayoría de los casos producto de la iniciativa singular de uno de los miembros de la comunidad académica, le han apuntado a la creación de sus propias emisoras; en principio como una forma de comunicación orientada y dirigida a la población que tenía vínculo directo con la institución o bien que tenía vínculo con el ámbito universitario y cultural, en general.

Sin embargo, en las últimas décadas ese nicho poblacional se ha incrementado con el aumento de los ciudadanos que pueden acceder a la educación universitaria; pero, más importante aún, las fronteras se han abierto y, en la actualidad, las emisoras universitarias son escuchadas por gran cantidad de personas que no necesariamente están dentro del mundo universitario, pero que si están interesadas en escuchar contenidos radiales

12 diferentes a los emitidos por las radiodifusoras comerciales, y que estén mayormente direccionados por la intencionalidad educativa y cultural.

También el Estado ha reconocido el papel que puede jugar la radio en el plano de la educación y la difusión de la cultura. Y así lo ha establecido en la normatividad que rige para los diversos tipos de servicio de radiodifusión sonora que puede operar en Colombia.

Así lo establece la resolución 0415 de 2010, expedida por el Mintic:

Artículo 18. Orientación de la programación. Atendiendo la orientación general de la

programación el Servicio de Radiodifusión Sonora se clasifica en:

a) Radiodifusión sonora comercial. Cuando la programación del servicio está destinada a

la satisfacción de los hábitos y gustos del oyente y el servicio se presta con ánimo de lucro,

sin excluir el propósito educativo, recreativo, cultural, científico e informativo que orienta

el Servicio de Radiodifusión Sonora en general.

b) Radiodifusión sonora de interés público. Cuando la programación se orienta, a satisfacer

necesidades de comunicación del Estado con los ciudadanos y comunidades, la defensa de

los derechos constitucionales, la protección del patrimonio cultural y natural de la nación,

a fin de procurar el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la

población, sin ánimo de lucro, a cargo y bajo la titularidad del Estado.

c) Radiodifusión sonora comunitaria. Cuando la programación está orientada a generar

espacios de expresión, información, educación, comunicación, promoción cultural,

formación, debate y concertación que conduzcan al encuentro entre las diferentes

identidades sociales y expresiones culturales de la comunidad, dentro de un ámbito de

integración y solidaridad ciudadana y, en especial, a la promoción de la democracia, la

participación y los derechos fundamentales de los colombianos que aseguren una

convivencia pacífica.

13

Aunque como se puede ver en la normatividad aparecen tres grandes tipos de estaciones de radio según la orientación de su programación, en las cuales la radio universitaria queda en el limbo, si queda claro que un principio fundamental de todo servicio de radiodifusión sonora es incluir el “propósito educativo,…, cultural…”. Con mayor razón en la llamada radio universitaria este propósito hace parte de su misionalidad en tanto vocera del espacio productor de bienes educativos y culturales.

Paradójicamente, si bien en un principio la radio se apoyó fundamentalmente en la cultura para forjar sus contenidos y, sobre todo, privilegiadamente en la literatura, hoy el panorama parece haber cambiado fundamentalmente, por lo menos en la radio colombiana, y la literatura parece haber quedado relegada en su presencia dentro de la programación de las emisoras comerciales y aún en las universitarias. Por ello preguntamos por ¿Cuál es la presencia de la literatura en la radio universitaria en la actualidad? De esta pregunta se desprenden otras que apuntan a acotar el problema de investigación como son ¿Qué géneros de la literatura están siendo abordados por los programas radiales? ¿Los programas que están vinculados a la literatura apuntan a potenciar la lectura de los oyentes o responden más a promocionar la venta del libro?

Uno de los problemas más preocupantes para los procesos educativos en América

Latina y, por supuesto para Colombia, es los bajos niveles en términos de libros leídos y en comprensión de lectura. Según el Informe PISA de 2012, América Latina retrocedió en esta competencia y Colombia fue el país que más lo hizo dentro de la región al caer del lugar 52 en 2009 al 62 en 2012.

14

Dicho panorama ha generado preocupación tanto en término de políticas educativas como en las prácticas escolares que se llevan a cabo en torno tanto al nivel de lectura que tienen los niños y adolescentes como al bajo nivel de su comprensión lectora. Por supuesto que la tarea recae, prioritariamente, en los entes educativos para revisar y corregir las causas de este fenómeno. Pero sí la radio, y en este caso la radio universitaria, tiene también en su misión el propósito educacional y cultural, qué tanto puede, si bien no ser responsable de esta situación, contribuir para mitigar el problema que representa, no el perder las pruebas PISA, sino el hecho político que significa para la construcción de la sociedad democrática en contar con ciudadanos con baja niveles de desarrollo de la competencia de comprensión de lectura.

Esta investigación pretende llamar la atención, precisamente, sobre la responsabilidad social que le cabe a las emisoras universitarias en la construcción de un ciudadano con una educación profundamente consolidada y una visión cultural amplía de manera que pueda ejercer su ciudadanía de manera crítica, proactiva y tolerante.

También aporta esta indagación al estudio y conocimiento sobre el desarrollo de la radio colombiana y su relación con la educación y la cultura, terreno en el cual pocas investigaciones se han adelantado, no sólo para establecer la historia de la radio en el país sino, ante todo, con miras a aclarar y comprender el papel que esta ha jugado en la configuración de una sociedad que no ha sabido ni ha podido resolver sus conflictos en la construcción y consolidación de una sociedad con una sólida cultura democrática.

De otra parte, igualmente es necesario indagar las relaciones entre la radio y la cultura con miras a desentrañar elementos fundamentales en la configuración de un real

15 perfil de las emisoras universitarias frente a la radio comercial, que le permita a este tipo de radiodifusión ser un protagonista de mayor peso tanto en el ámbito de la educación y la cultura como en la contribución a la construcción de una opinión pública crítica frente a los medios y sus contenidos.

Indagar por la presencia de la literatura en la programación de dos emisoras universitarias es el objetivo general que orienta esta investigación pero de allí surgen otros objetivos subsidiarios como es el poder desvelar cuáles son los géneros literarios y, por supuesto, generar una propuesta de presencia literaria en la radio universitaria que vaya más allá de la información de las novedades editoriales orientada a encantar al oyente como encantado quedara con la radio A. Skármeta para descubrirse no solo como gran lector sino como un escritor.

Irónicamente, aunque la radio en Colombia ha hecho historia, todavía falta bastante para hacer una historia social y cultural de la radio en Colombia. Aparte de tres textos fundamentales como son la Historia de la Radio en Colombia de Reynaldo Pareja (1984), que ha hecho un esfuerzo enorme, el libro de Hernando Téllez Cincuenta años de radiodifusión colombiana (1.974) y la tesis de grado de María del Pilar Chaves (2014), no existen más investigaciones sistemáticas de la radio. Muchos artículos y ensayos, y algunas otras tesis pregraduales y postgraduales que tocan aspectos generales de la relación entre la radio y la cultura. De manera que cualquier estudio sobre algún aspecto social, cultural o político en relación con la radio ha de empezar por realizar una tarea de rompecabezas, buscando las distintas piezas dispersas en la multitud de artículos y ensayos, para poder reconstruir esa historia de la radio en nuestro país.

16

Por ello, el método con el cual se indaga por cualquier aspecto sobre radio colombiana, todavía, y quizás afortunadamente, debe recurrir a la entrevista, la revisión de los contenidos de la programación en los archivos, cuando y donde todavía existen, y a una pesquisa de tipo etnográfico. Ello es lo que este estudio utiliza para acercarse a una visión comprensiva de la presencia y difusión de la literatura en la programación de la radio colombiana, en este caso en la radio universitaria.

Por tanto en nuestra investigación no pretendemos hacer un análisis de la radio en general, sino, hacerle seguimiento a la presencia de la literatura desde los conceptos de cultura y educación que la han orientado en su programación. De manera que dos de los tres capítulos de que consta el informe se ocupan de un planteamiento monográfico alrededor de la radio; en el capítulo primero, hacemos un análisis de lo que ha sido el desarrollo de la radio pública y comercial, cuáles fueron sus enfoques, sus modelos y sus propuestas en torno a la cultura y la educación, en un país que en el momento del establecimiento de la radiodifusión, todavía era mayoritariamente rural y analfabeto.

En el capítulo dos, nos ocupamos del concepto de cultura y educación, desde la perspectiva de la llamada radio cultural y, entre esta, la radio universitaria; para ello presentamos dos casos representativos, como son el de la emisora de la Universidad

Nacional de Colombia, en tanto radio universitaria pública, y el de la emisora de la

Pontificia Universidad Javeriana, como muestra de la radio universitaria privada. Por

último, el tercer capítulo está dedicado tanto a la reflexión sobre el concepto de lector, como a la importancia y el papel fundamental que puede jugar la radio en torno a la formación de lectores de la literatura, y del cómo esta orientación contribuye a la difusión

17 de la cultura y la educación. Igualmente, por supuesto, en este capítulo se presenta, de acuerdo a los lineamientos de la anterior reflexión, un demo del programa Letra Viva, una propuesta innovadora y dinámica de lectura radial de cuento y poesía Iberoamericano, para ser transmitido por LAUD 90.4 f. m. Estéreo, emisora de la Universidad Distrital Francisco

José de Caldas.

18

Capítulo 1 La radio ha hecho historia

Radiodifusión Pública

Para 1.929, Colombia era el único país latinoamericano que todavía no había implementado un sistema radiofónico como lo habían hecho los demás países de la región en sus principales capitales. Sin embargo, desde 1923 el gobierno de la “prosperidad al debe” del presidente Pedro Nel Ospina, en su ánimo de modernización del país había creado el Ministerio de Correos y Telégrafos y prontamente, en 1.924, se había propuesto un proyecto de instalación de una estación radiofónica que sólo saldría al aire a partir del

5 de septiembre de 1.929.

Con la iniciativa del presidente Ospina de 1923, el gobierno que contaba con los recursos recibidos por la pérdida de Panamá, buscaba desarrollar el sector de las comunicaciones inalámbricas como un aspecto fundamental, pues le representaba una opción real de unir un país incomunicado entre sus principales centros políticos y económicos debido a su compleja geografía y el atraso de vías férreas y carreteras. Para un sistema centralista, como el nuestro, era imperativo que las regiones se sintieran cercanas en la comunicación con el centro del país; pero, igualmente, para el gobierno central, era necesario mantener un contacto más rápido e inmediato con los centros de poder regionales, de manera que se construyera sólidamente un imaginario de nación y país, y

19 que pudiera evitar repetir la experiencia panameña de independizarse del territorio colombiano. De tal manera, ese año se puso en marcha, simultáneamente, la interconexión entre Barranquilla, Cali, Medellín, Cúcuta y San Andrés Islas.

En ese mismo año de 1923, grupos de radioaficionados empezaron a incursionar en el campo de la radiodifusión al traer al país algunos receptores-transmisores, con lo cual se convirtieron en pioneros de una pequeña popularización de las “transmisiones internacionales en onda corta” (Pareja, 1984), al punto que “A finales de 1928 se constataba una paradoja: Bogotá era tal vez la ciudad de América Latina en donde funcionaban más aparatos de onda corta, pero también era la única capital de la región en donde no funcionaba una estación radiodifusora.” (Vizcaíno, M. (2014). Fueron, pues, los radioaficionados quienes dieron el primer paso para el posterior establecimiento de la radiodifusión en Colombia.

Seis años más tarde, con escasos meses de diferencia nacerá la radiodifusión tanto estatal como la privada. La creación de la radio estatal es, realmente, casi anecdótica, pues aunque, según Reynaldo Pareja (1984), el gobierno de Ospina había tenido la intención de fundar una emisora estatal desde 1924 cuando ordenó unos equipos a la casa Telefunken, de Berlín. Estos sólo llegaron en 1929 y fueron abandonados en Puente Aranda, de donde los rescató, ese mismo año, el escritor Daniel Samper Ortega, que fungía como director de la Biblioteca Nacional.

Fue a Samper Ortega a quien se le ocurrió que podía aprovechar el transmisor HJN, que tenía la capacidad para el servicio telegráfico y radiofónico. Samper le vendió la idea al presidente Abadía Méndez, quien lo apoyó y autorizó el traslado del equipo a la

20

Biblioteca Nacional donde empezó a funcionar la emisora HJN el 5 de septiembre de 1929, con Samper como director ad-honorem. Sea cierta o no esta versión, que no se pudo confrontar con otras fuentes, pues Vizcaíno ( ), y otras fuentes sostienen que Samper asumió la dirección en encargo de la HJN en 1.932, la realidad es que muestra las dificultades por las que tuvo que pasar la fundación de la primera emisora del país.

La HJN emitía programación de tipo cultural en vivo y en directo, como conciertos y conferencias, para lo cual Samper se rodeó de científicos, intelectuales y artistas; pero también incluía en su programación boletines de noticias nacionales e internacionales

(tomadas de la prensa), las cotizaciones bancarias, situaciones de la vida cotidiana urbana y, por supuesto, la hora oficial nacional.

Pronto la radio mostrará otra faceta que la hará más interesante para la construcción del proyecto de nación en el que estaba empeñado el gobierno de Olaya Herrera. Cuando estalla el conflicto fronterizo entre Colombia y Perú, la HJN desempeñará un papel fundamental en la consolidación de la identidad nacional para mostrar que la Nación no era solamente Bogotá sino que esta llegaba hasta sus fronteras.

Con la transmisión del desarrollo del conflicto con base en boletines e informaciones obtenidas de la prensa nacional e internacional y de las fuentes oficiales; pero también acompañados de una programación nacionalista que contó con 18 programas especiales en los cuales se explicaba y argumentaba los legítimos derechos de Colombia sobre los territorios pretendidos por Perú, la HJN demostró la importancia de la radio en la construcción del proyecto de Nación. Pero también demostró el gran poder de comunicación de la radio sobre otros medios, no sólo porque podía llegar a más sitios y

21 más gente que la prensa, dada la precaria infraestructura del país para las necesidades geográficas y el alto analfabetismo de la población, sino también por la inmediatez con que podía informarse la gente.

La radio comercial

La radio comercial nace no como tal sino como una iniciativa privada, más bien individual producto del entusiasmo de radioaficionados o personas que incursionan en el campo de la radiodifusión de manera experimental. Es así que cuatro meses después de inaugurada la HJN, Elías Pellet Buitrago se embarca en el proyecto de fundar la que se ha considerado la primera emisora privada (Pareja, 1984), y que funcionaría en un local de la casa familiar. El 8 de diciembre de 1929, iniciará emisiones la HKD, luego se conocería como La Voz de Barranquilla, con una programación musical que incluía, además, debate político y deporte, pero cuyas primeras emisiones sólo se escuchaban en el extranjero porque no había todavía receptores en Barranquilla.

Dos años más tarde se fundará la primera emisora que habría de tener el carácter netamente comercial. En enero de 1930, la HKF, es fundada por Gustavo Uribe

Thornschmidt y Roberto Jaramillo, fundadores también de la Liga Colombiana de

Radioaficionados en 1933, a esta le habría de seguir la creación de seis emisoras comerciales: HKA, HKB, HKE, HKJ, HKK y HKT, en ciudades como Bogotá, Cúcuta,

Tunja, Manizales y Cali Todas ellas de iniciativa individual y de carácter experimental, por efectos de los requisitos legales, pero con vocación comercial.

Ya para 1931 el gobierno expide un nuevo decreto, el 423 del 28 de febrero, que cambia las condiciones legales y en lugar de contratos ahora otorga licencias de

22 funcionamiento para emisoras comerciales y elimina el pago del 10% de los ingresos brutos de la emisora. Este decreto promovió el incremento de la creación de emisoras comerciales en las principales ciudades del país.

A pesar de ello, las emisoras creadas siguieron siendo, durante varios años, el producto de la iniciativa individual al punto que los propietarios, en principio, ejercían todas las funciones que demandaba el pleno funcionamiento de la radio. Pronto empezaron a arrendar o vender espacios. Como muchos de los iniciadores de la radio, hacían parte de la pequeña burguesía que había tenido acceso a la educación universitaria y la opción de salir del país, particularmente a los Estados Unidos donde tuvieron la oportunidad de familiarizarse con la radio norteamericana lentamente, siguieron el modelo y estilo de la radio comercial estadounidense. La radio comercial, entonces, adoptó los formatos de programación adaptándolos al medio colombiano, lo que permitió que tanto los empresarios como el comercio empezasen a ver en la radio un verdadero campo de expansión de la inversión y de los mercados.

De hecho, para 1935 se produce la primera gran inversión de los industriales cuando se funda la emisora “La voz de Antioquia”, quizás la primera emisora por acciones, y cuyos principales inversores fueron la Compañía Colombiana de Tabaco, Fabricato,

Cervecería Unión, Laboratorios Uribe Ángel, la Compañía Nacional de Chocolates y Café la Bastilla (Pareja,1984). Igualmente la pauta comercial aumentó considerablemente, al comprender los comerciantes que en un país analfabeto en gran porcentaje, la radio era el medio más idóneo para dar a conocer su producto e incrementar el número de

23 consumidores. Según Pareja (1984), para finales de la década del cuarenta en solo cuatro estaciones de radio se transmitían 14.784 comerciales diariamente.

Aunque en sus inicios la programación de las emisoras estuvo sometida al gusto y las posibilidades del propietario, con la llegada de recursos, producto de la comercialización, poco a poco fue modificándose y ampliándose la oferta de contenidos.

La radio incursionó, entonces, en una programación en vivo que contemplaba la transmisión de programas humorísticos y de algunos eventos deportivos e hípicos. Pero, ante todo, la radio logró llegar a su público con los conciertos de grandes artistas y orquestas populares, preponderantemente de música vernácula, sobre todo el bambuco, considerado como el género musical más genuino y auténtico de la identidad musical nacional pero que, en realidad, expresaba el centralismo político, cultural y empresarial.

Sin embargo, paulatinamente, producto de la influencia del cine mexicano y argentino, la radio se abrió a otras músicas latinoamericanas como la canción ranchera mexicana, el bolero cubano y el tango argentino; además de continuar con los reportes de noticias leídas de los principales periódicos nacionales y extranjeros.

La revista de prensa fue uno de los factores para el primer enfrentamiento entre la prensa escrita y la radio. Pues los grandes periódicos del país sintieron que la radio, sin hacer ninguna inversión en el servicio noticioso, los estaba desplazando en el mercado de los pocos lectores que existían para la época. La protesta de la prensa logró que el gobierno expidiera el decreto 627 prohibiendo que las noticias de publicadas por los periódicos pudieran ser radiodifundidas antes de 12 horas del momento de su publicación. El tenor de la pugnacidad entre prensa y radio bien se puede apreciar en el comentario que, a propósito

24 del decreto, hiciera el famoso Fray Lejón en el periódico El Tiempo Pareja (1984) “… todo periodista ve con entusiasmo el justo decreto que el gobierno ha dado, para que a la prensa no la saque la radio. Yo personalmente he antipatizado con aquél imbécil, invento del diablo, que llena la casa de anuncios baratos, de discos viejos y de chistes malos…”

En la práctica la dependencia noticiosa de la radio respecto a la prensa terminó resolviéndose en 1935. En junio de ese año ocurrió el accidente de avión “Manizales de la compañía aérea Scadta, en el que viajaba el más famoso cantautor de tangos Carlos Gardel.

El tango, que había nacido de la fusión cultural afrorioplatense, gauchesca, hispana e italiana, se había convertido en uno de los géneros musicales de mayor expansión y aceptación desde la segunda década del siglo XX. A Colombia había llegado a través de las compañías de teatro español y tuvo tan buena recepción que en 1.918 la Orquesta

Filarmónica los incorporó al repertorio que tocaba en los selectos clubes sociales bogotanos. Cuando empezaron a llegar las películas de Carlos Gardel y la radio a difundir sus canciones fue aumentando el fervor popular por este género musical y por Gardel. Al punto que según relata en Francisco Duque, presidente de la Academia Colombiana de

Tango, "Cuando presentaban esas películas y Gardel interpretaba algún tema, el público hacía repetir la canción. La oían unas tres o cuatro veces" (El Heraldo, 2015)

De manera que la gira musical de “El Zorzal criollo” por Colombia había generado una gran expectativa dentro del público seguidor del tango, en todas las ciudades donde se había programado su presentación. El 24 de junio aborda el avión Manizales para dirigirse a Cali, ciudad donde terminaría la gira, y se produce el fatal accidente. Su muerte conmocionó al país de tal manera que el periódico El Tiempo dedicó toda su primera página

25 al cubrimiento de la noticia. Pero fue la radio la que comprendiendo la magnitud de la noticia, cubrió por primera vez en vivo y en directo el trágico hecho.

Antonio Henao Gaviria, quien tenía alguna experiencia como periodista y estaba vinculado al Radioperiódico El Mensaje, que se transmitía por La Voz de Antioquia, se hallaba entre el público que esperaba ver a Gardel; al ocurrir el accidente, Henao Gaviria se comunica telefónicamente con la emisora y empieza a transmitir la información detallada del choque entre los dos aviones (Muñoz, 2008). De esta trágica manera la radio prácticamente se independizó de muchos de los servicios informativos de la prensa para asumir con sus propios departamentos y corresponsales esa función e iniciar, en Colombia, el periodismo radial.

Aspecto importante en el desarrollo de la radio comercial colombiana fue la introducción del radio teatro y el surgimiento de la radionovela. El primero porque permitió que los oyentes se familiarizaran con obras dramatúrgicas que dadas las condiciones de analfabetismo y el nulo acceso al teatro tenía la mayoría del pueblo para conocer las principales obras de teatro. La radio generó adaptaciones populares idóneas para ser transmitidas radialmente que en muchos casos fueron patrocinadas por la empresa privada como “El Teatro del aire”. En este género los radioescuchas pudieron tener acceso a obras de teatro tanto históricas como cómicas de autores españoles, ingleses y franceses.

Pero quizás el género que mayor impacto tuvo en la radio fue el de la radionovela, un formato importado de los Estados Unidos, y que lograba prácticamente reunir al país a la hora de la transmisión del radiodramatizado pues los oyentes, sobre todo la audiencia femenina, o bien paraban sus actividades para escucharla o esta les acompañaba mientras

26 hacia sus labores. La acogida de la radionovela era tan importante que el escritor chileno

Antonio Skármeta la considera de alguna manera responsable de su vocación.

En el primer encuentro de la Red de Radio Universitaria de Latinoamérica y del

Caribe, celebrado en la Unam en 2011, Antonio Skármeta, dictó la Conferencia central de cierre del encuentro, su tema: La Radio en mi literatura. Empezó con una anécdota que hablaba de cómo su infancia, en Antofagasta, fue un largo idilio con la radio, pues vivía con su abuela que mientras tejía chalecos para la familia, se entretenía escuchando las radionovelas. “Ella tejía y tejía y yo al lado de ella escuchaba esas obras radiales, patéticas y terribles. Estos episodios tienen mucho que ver con mi vocación de escritor”, pues cuando la energía eléctrica fallaba su abuela lo conminaba a continuar con la historia del episodio.

Más allá de la consideración de la calidad de las radionovelas, lo cierto es que este género se convirtió en un impulsor de escritores y actores que estaba contribuyendo a consolidar un aspecto cultural bastante arraigado en la población colombiana y latinoamericana.

27

Capítulo 2. La Radio Cultural y Universitaria

Cultura y educación: dos conceptos elitistas.

La radio colombiana fue fundada por miembros de la burguesía colombiana capitalina o regional, que hacían parte de una elite cultural privilegiada que había tenido acceso a la educación universitaria y contaba con los recursos necesarios para viajar al exterior y estar en contacto con la cultura europea y estadounidense. Para entonces tanto políticos, empresarios como intelectuales, carecían de un espíritu nacionalista como para reconocer las riquezas culturales autóctonas, aunque si les inquietaba la construcción de un proyecto de Nación y una identidad cultural nacional, tal como lo ha señalado Martín

Barbero (1998). Esa inquietud encontró en la radio un instrumento estratégico y un medio propagandístico de la cultura y la educación.

Dos conceptos de cultura han estado inmersos en este propósito de identidad cultura desde entonces presentes en la radio colombiana. Por un lado, los empresarios que se inclinaban más por el paradigma cultural estadounidense y la adopción de los formatos de la programación comercial en el cual los productos culturales están orientados a cautivar una audiencia con fines de consumo. De otro, los intelectuales proclives a la cultura eurocentrista que abogaban por una identidad cultural que reprodujera los valores de la

28 modernidad europea. De hecho, los dos buscaban, en últimas, imponer una hegemonía civilizatoria que desconocía la diversidad cultural del país y hacía más difícil la construcción de identidad nacional.

Efectivamente, el debate afloró prontamente entre los dos bandos que llevó a pronunciamientos de deslegitimación de uno y otro lado. Para los empresarios radiales su programación era considerada suficientemente cultural al incluir en contenidos música popular y autóctona. Así reconoce Jorge Añez (1950), el papel de la empresa privada y de las emisoras comerciales en la difusión de las músicas vernáculas:

La gratitud nacional no debería olvidar que el resurgimiento de la música popular

colombiana se debe, a más de las radiodifusoras del país, a cuatro firmas comerciales: a

Indulana, que fue la primera empresa (…) en patrocinar concursos de música nacional; a

Fabricato, que desde 1948 está realizando tan estimulante labor; a la Caja Colombiana de

Ahorros, por sus programas los martes y los jueves por la Nueva Granada y La Voz de

Colombia; y a Coltejer, por sus audiciones de los viernes originadas desde La Voz de

Antioquia (…)

Hay que tener presente, ante todo, que en algunas emisoras y empresas particulares

de otra índole (…) existen muy buenos archivos de aires criollos orquestados, (…) En

contraste con estos hechos reales, auténticos, en la Radiodifusora Nacional estás retratado

el poco interés con que nuestros gobiernos han mirado la música popular colombiana (…)

Mientras que los intelectuales de la época, consideraban que la radio comercial difundía música de taberna y una cultura mestiza que ellos estimaban atrasada y decadente, que no correspondía al paradigma cultural europeo. Para la muestra un botón: en el año

1925, el pintor Luis Alberto Acuña y el escultor Rómulo Rozo, tienen la oportunidad de

29 participar con sus obras en uno de los salones de Arte de París. Allí uno de los espectadores de dicha exposición será el pintor Pablo Picasso, quien es abordado por los artistas colombianos que le indagan por su opinión acerca de sus obras. Picasso les contesta que se siente extrañado de ver unas obras de corte europeo que desconocen la riqueza estética de las culturas precolombinas, que era lo que le interesaba ver a Picasso. Ese comentario del maestro Picasso fue fundamental para que, a su regreso los maestros Acuña y Rozo funden el movimiento Bachué, luego de estudiar el movimiento del arte mexicano que ya recorría los senderos de una estética nacionalista que conjugaba los elementos culturales aborígenes y españoles dentro del vigoroso movimiento muralista liderado por David Siqueiros, Diego

Rivera y José Clemente Orozco.

Y sin embargo, será el paradigma occidental europeo el que oriente la creación de la emisora HJCK, en 1950, la única emisora privada netamente orientada a la cultura y fundada por un grupo de ellos, de estirpe liberal, como lo fueron: Eduardo Caballero

Calderón, Hernando y Alfonso Martínez Rueda, Alfonso Peñaranda, Gonzalo Rueda Caro y Álvaro Castaño Castillo.

La emisora nace, precisamente, “con el propósito de elevar el nivel cultural de la radiodifusión colombiana” y para satisfacer a la elite intelectual que bien se reconoce como minoría, al punto que el escritor y poeta Álvaro Mutis crea su famoso eslogan que la acompaña todavía en su identificación “ Emisora HJCK, una emisora para la inmensa minoría”. Y era real en todo, porque la intelectualidad era una minoría pero tenía una inmensa hegemonía cultural en el país al punto que aunque “sus competidores no le

30 auguraban mucho éxito, fue bien recibida por la clase alta e intelectual del país y consiguió liarse con importantes industrias para su patrocinio.” (Chaves, 2014)

La HJCK, de todas formas ha cumplido un formidable papel en la propagación de la cultura occidental, y en las últimas décadas, como ocurrirá con las otras radios culturales, se ha abierto al dialogo con otras culturas.

HJN Y Radio Nacional de Colombia

Tanto la HJCK como la HJN, desde su nacimiento marcarán la pauta cultural y educativa de lo que ha de ser la radio privada como la estatal. La HJN señalará el horizonte cultural y educativo de las emisoras de interés público que, aún, hoy sigue estando dentro de los objetivos de este tipo de radiodifusión, así lo expresaba, en su momento Daniel

Samper Ortega, director de la Biblioteca Nacional y quien había asumido la dirección temporal de la HJN "colocar el radio al servicio de la cultura nacional. Por lo tanto, los programas musicales se arreglarán de manera que el público se vaya familiarizando poco a poco con los grandes maestros, y todas las noches habrá conferencias sobre temas netamente culturales: los problemas de la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, los institutos que influyen en la vida cultural y artística del país, como la Biblioteca

Nacional, la Escuela de Bellas Artes, el Conservatorio y la Dirección Nacional de Bellas

Artes. Serán transmitidas también las conversaciones de la Academia de Historia y las de las entidades que, como el Club Rotario y el Centro de Estudios, abordan con frecuencia temas positivamente interesantes para la construcción espiritual del país, así como lecturas

31 sobre temas científicos que sirvan para extender más allá de los claustros los servicios de la Universidad".(E. Arias, 2004)

De hecho, este aspecto caracterizó tanto la HJN que en 1933, transmitió “55 conferencias científicas sobre astronomía popular, etnología y medicina tropical, 45 sobre sociología y más de 300 pedagógicas, moderadas por eminentes intelectuales como

Agustín Nieto Caballero y Guillermo Uribe Holguín, director del Conservatorio de Música de Bogotá. Al aire estaba el intelecto nacional, con Gregorio Hernández de Alba, Luis

Duque Gómez, Luis López de Mesa, Jorge Zalamea y Germán Arciniegas, entre otros.”

(H, Guzmán, 2011). Resaltando la programación que incluía lo mejor de la literatura narrativa y poética. En la voz de Víctor Mallarino, los oyentes pudieron acercarse a los mejores autores de la literatura española y colombiana; cada programa estaba acompañado, previamente de una contextualización biográfica y crítica sobre los poetas escogidos, invitando a la lectura de las obras seleccionadas. Samper, que era director de la Biblioteca

Nacional, tenía una clara intención para promover la lectura radial literaria como medio eficaz de acceso de oyente al pensamiento contemporáneo.

En efecto, dos años después de cerrada la HJN, el gobierno de Eduardo Santos, y a partir de esta primera experiencia radiofónica le dio vida a la Radiodifusora Nacional de

Colombia, adscrita al Ministerio de Educación y así se mantuvo hasta 1951, cuando bajo el gobierno de Roberto Urdaneta, es trasladada a la Oficina de Información y Prensa del estado (ODIPE); más tarde, en 1963, hará parte de Instituto de Radio y Televisión

(Inravisión) y a su liquidación, pasará a la RTVC desde 2004.

32

En el proyecto de la República liberal, la radiodifusora Nacional de Colombia ocupaba un lugar central en el horizonte cultural y educativo y de construcción de un espíritu nacional, así lo expresaba el presidente Eduardo Santos: «Esta radiodifusora pertenece a la nación colombiana, y ha de estar siempre a su exclusivo servicio… Sus

únicos propósitos son trabajar por la cultura nacional en todos los órdenes, colaborar con universidades, colegios y escuelas en intensas labores de enseñanza, contribuir a la formación del gusto artístico —con programas cuidadosamente preparados— y dar una información absolutamente serena y desapasionada, totalmente objetiva, que lleve a todos el reflejo fiel de los hechos que pasan». (V. Stamato, 2005)

Por tanto, la nueva emisora estatal no sólo recogió la experiencia que habían dejado los nueve años de funcionamiento de su antecesora, la HJN, sino que optó por seguir el modelo de programación que ya venía siendo utilizado por emisoras como la BBC de

Londres y la RAI de Italia que centraban su programación en la producción de adaptaciones literarias y un alto contenido musical de composiciones clásicas.

Este modelo orientó durante varias décadas el espíritu de lo que había de ser una línea de radiodifusión cultural y educativa. Igualmente, se notó en la dirección y la conformación del equipo de colaboradores con que la Radiodifusora Nacional de Colombia contó desde su fundación. Escritores e intelectuales de la talla de Rafael Guizado, Fernando

Plata Uricoechea, Fernando Charry Lara, Rafael Maya y Carlos López Narváez, fueron sus primeros directores que concibieron a la Radiodifusora como un espacio privilegiado para la difusión de las letras en sus diversos géneros, rodeándose de intelectuales como Rafael

33

Maya, León y Otto de Greiff, Jorge Zalamea, Arturo Camacho, Carlos Martín, Víctor

Mallarino y Oswaldo Díaz.

Ellos impulsaron una programación que buscaba llenar el vacío cultural que para un país como Colombia representaba el tener la mayoría de sus habitantes sumidos en el analfabetismo promediando ya el siglo XX; la radio podía remediar este aislamiento con las letras y la cultura mediante la adaptación de las grandes obras literarias nacionales y mundiales a la radio.

En consecuencia, su programación estuvo durante mucho tiempo enfocada en la transmisión de la poesía, el cuento y la novela, además del teatro. Programas como el curso de literatura colombiana, dirigido por Rafael Maya; el curso de literatura universal, de

Jorge Zalamea; la Crónica poética, de Arturo Camacho Ramírez; la Actualidad literaria, de

Carlos Martín, fueron la vía por la que muchos radioescuchas transitaron por la producción literaria nacional y universal y pudieron tener acceso a la cultura que de otra manera no hubiesen logrado acceder, pues la radiodifusora Nacional de Colombia había hecho ingentes esfuerzos para alcanzar rincones donde nada y nadie más llegaba. Valga aquí la anécdota que cuenta el poeta Armando Orozco, quien paseando, alguna vez, por las playas de Bahía Solano, en el Chocó, fue atraído por el sonido lejano de las notas de una sonata de Mozart; las siguió para saber de dónde venía y se encontró con un chocoano que escuchaba el concierto en una radio grande que traía sobre sus hombros. Cuando el poeta le preguntó que por qué escuchaba esa música, el hombre le respondió: es la única emisora que se puede sintonizar aquí. Era la Radiodifusora Nacional de Colombia.

La Radio Universitaria.

34

En la actualidad es muy común que se hable de la radio universitaria. De hecho, desde la década de los setenta del siglo XX ha crecido el número de emisoras que se fundan bajo el rótulo de radio universitaria. Un fenómeno que da cuenta de la importancia que ha adquirido el establecimiento de estaciones radiales en las universidades, sobre todo en

Latinoamérica y el Caribe, es que desde 2009 se ha creado la Red de Radio Universitaria de Latinoamérica y del Caribe (RRULAC), y a partir del 2003 en Colombia se creó la Red de Radio Universitaria de Colombia (RRUC) de la cual participan 58 emisoras de 40 universidades. La radio universitaria pretende ser una alternativa frente a la llamada radio comercial o privada y a la radio estatal.

Será en Colombia en donde surja, de manera temprana, lo que hoy llamamos radio universitaria cuando la Universidad de Antioquia funda su emisora en 1.933 como emisora cultural, nombre que hoy todavía la acompaña, y que será pionera de la radiodifusión vinculada a la universidad en Latinoamérica. Posteriormente, en el año 1948, nacerá la

Radio Bolivariana, perteneciente a la Universidad Pontificia Bolivariana.

Luego habrá que esperar hasta la década de los setenta del siglo XX, para que se funde la tercera emisora, en este caso, Javeriana Estéreo y a partir de ese año se empiece a producir un “boom” en la creación de emisoras en el seno de las universidades colombianas que tendrá su ápice en el periodo 2000-2004 donde se crean la mayoría de emisoras universitarias, hasta llegar a 58 emisoras universitarias afiliadas a RRUC, 9 en A.

M., 34 en F. M. y 15 virtuales, que pertenecen a 40 universidades, establecidas en 20 ciudades y 9 municipios (RRUC en cifras, 2014).

35

Concebida en principio como un medio de comunicación prioritariamente enfocado hacia la comunidad académica de cada claustro, la radio universitaria se ha perfilado desde sus inicios como una plataforma de difusión de la producción cultural y como una manera de ampliar el radio de acción de la función educativa de la universidad.

Como plataforma cultural la radio universitaria optó, durante varios años, por difundir prioritariamente contenidos musicales que daban a conocer las obras más representativas de los compositores y directores de orquesta más reconocidos dentro de lo que se ha llamado la música clásica, obviamente dirigido a ampliar el mundo cultural de los oyentes, que en su mayoría estaba compuesta por quienes habían accedido a la educación universitaria.

Así un gran porcentaje de los contenidos que circulaban en la radio universitaria estaba cubierto por esta programación con un formato bastante rígido. Sin embargo, en las

últimas décadas algunas de las emisoras universitarias fueron abriendo su orientación para dar paso a otro tipo de músicas que, de una parte, las acercara a los cada vez más jóvenes estudiantes universitarios; y, de otra parte, que les permitiera llegar a oyentes que necesariamente no estaban vinculados con el mundo universitario, ampliando de esta manera su audiencia.

En términos educativos, la radio universitaria se ha centrado en ser vocera de la actividad y producción que en el campo académico e investigativo desarrolla cada institución de educación superior a la que pertenece. Desde un principio, y siguiendo los modelos de las escuelas radiofónicas de Acción Cultural Popular que se había implementado por Radio Sutatenza, la radio optó por copiar la clase magistral, sin

36 preocuparse en generar unas pedagogías y didácticas adecuadas al medio, sobre temas académicos para llevarlos a la audiencia en un formato que resultaba más bien aburrido para el oyente; por lo que prontamente redireccionó su formato hacia posibilidades más atractivas como la entrevista, el panel y el debate, que abrían mayores posibilidades para la comprensión y la reflexión en los radioescuchas. Sin embargo, es necesario decir que el modelo de educación por radio, impuesto por Radio Sutatenza, para sacar del analfabetismo a una gran cantidad de habitantes del campo, siempre se ha considerado un esquema exitoso: Durante su existencia logró con su modelo de Educación Fundamental

Integral (EFI) logró llegar a más de cuatro millones de campesinos colombianos Bernal,

2012). Y ha sido tomado como referencia por varios países latinoamericanos. En Colombia fue el modelo que siguió la Radiodifusora Nacional para su programa de Bachillerato por

Radio que estuvo al aire hasta el año 2004.

Lo cierto es que los conceptos de cultura y educación han sido bastante problemáticos para la comunicación radial, al punto que la mayoría del siglo XX quedaron restringidos, el primero a una concepción eurocentrista y elitista orientado a las minorías privilegiadas que habían accedido a la educación universitaria sobre todo; desconociendo la diversidad cultural, tanto nacional como mundial y, más bien, imponiendo un paradigma cultural que promovía los valores de la hegemonía del modelo europeo y legitimaba el menosprecio de las culturas subalternas.

Habría que esperar a las consecuencias que produjeron los movimientos contestatarios de la década de los sesenta, en el siglo XX, tanto a nivel europeo como americano, para que empezara a cambiar la situación y a producirse un lento diálogo, que

37 aún hoy en día está en pleno desarrollo, con las culturas marginalizadas por el colonialismo político, económico y cultural.

Coincidiendo con lo que se ha dado en llamarse el fin de los metarelatos o de los paradigmas, en Colombia sus efectos se vieron potenciados por fenómenos internos que igualmente propiciaron una apertura en el cerrado concepto de cultura. Pues a partir de la década de los 70’s, entró en la dinámica de ser un país productor y exportador de marihuana y otras sustancias psicoactivas que empezaron a generar grandes recursos económicos, permeando todas las clases sociales y toda la institucionalidad del país, al punto de convertirse en una narcoeconomía (Donadio, 2016). El narcotráfico permitió que familias enteras salieran de la pobreza y empezara un rápido crecimiento de la clase media y un buen puñado de millonarios que podían competir con las grandes fortunas mundiales.

Este fenómeno que actualmente persiste, tuvo grandes repercusiones tanto en la cultura como en la educación. El crecimiento de la clase media, se mostró entre otros, en una mayor capacidad económica para aspirar a los estudios universitarios. Por primera vez, en la historia de Colombia, el crecimiento de la demanda de cupos en las universidades impulsó una creciente fundación de instituciones universitarias hasta alcanzar el número actual de 347 instituciones que son insuficientes para atender la gran cantidad de aspirantes que logran graduarse de la educación secundaria.

“La universidad, igualmente, presentó un crecimiento acelerado en la población

estudiantil que pasó de 14.000 en 1958 a 20.000 en 1.974. Pero el sector privado creció

más que oficial (sic). Este crecimiento en la cobertura estudiantil fue rápido: en 1945

comprendía el 27%; en 1958 ascendió al 38% y en 1974 alcanzó el 45%. Hay otra

38

diferencia importante en esta etapa y la ampliación de las carreras ofrecidas que pasó de

32 a 63…” (Soto, 2005)

Los nuevos miembros de los estratos socioeconómicos 4,5, y 6 aprovecharon sus recursos económicos y sus fortunas no sólo para acceder a los privilegios que ello comportaba, sino que además impactaron la cultura, muchas veces patrocinando a artistas mediante la adquisición de sus obras y la ampliación del mercado para los diversos productos culturales. Pero, también, contribuyeron a romper los férreos barrotes del cerrado concepto elitista de cultura, al imponer comportamientos y gustos que traían de sus culturas subordinadas, al igual que extravagancias que generaron lo que se ha llamado narcocultura y que empezaron a ser aceptados por la burguesía tradicional con tal de verse favorecida de los recursos económicos de la lumpenburguesía. Producto de ese proceso de apertura de lo que tradicionalmente se consideraba cultura son fenómenos tan disimiles en el mundo de la educación, la cultura y la comunicación, como el ascenso social y el reconocimiento cultural de la música carranga o campesina de la mano de Jorge Velosa al lado de la música de carrilera de las Hermanitas Calle.

Identidad de la Radio Universitaria

Hablamos de la radio universitaria como si ella existiera. En la normatividad que rige el Servicio de Radiodifusión Sonora, sobre todo en la ley 1431 de 2009, el Título V se dedica a este servicio y en su artículo 56 que trata de los principios de la Radiodifusión

Sonora establece que “… contribuirán a difundir la cultura, afirmar los valores esenciales de la nacionalidad colombiana y a fortalecer la democracia…” Es decir, por principio toda emisora en Colombia debe estar orientada hacia una programación cultural, lo que si se cumpliera la ley haría ver que es de Perogrullo que se haya tipificado, y haya hecho carrera

39 en Colombia, la categoría de emisoras culturales, como si no estuviese ya establecido por ley, y que sea esta la característica que distinga unas emisoras de otras.

Cosa semejante ocurre con la resolución 00415 de 2010, emanada del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic), que reglamente el servicio de Radiodifusión Sonora, entre otros. Que no sólo recoge los principios establecidos por la ley 1431 de 2009 sino que, además, en su artículo quinto agrega otros cuantos. Dicho más brevemente, todo servicio de radiodifusión sonora debe tener como finalidad la difusión de la cultura.

Esta resolución establece los criterios de clasificación de las emisoras teniendo en cuenta la gestión del servicio, la orientación de su programación, el área de cubrimiento autorizada y las tecnologías de transmisión usadas. Según la gestión del servicio la resolución diferencia entre gestión directa e indirecta, siendo aquella cuando se presta a través de entidades públicas autorizadas, o indirectas cuando se hace a través de personas naturales o jurídicas previa concesión.

De acuerdo a la orientación de su programación, el Mintic clasifica tres clases de servicio radiofónico: A, que son los servicios radiofónicos con ánimo de lucro, es decir las llamadas comerciales; B, que por ser el de nuestro interés citamos tal cual: b) Radiodifusión sonora de interés público. Cuando la programación se orienta, a satisfacer necesidades de comunicación del Estado con los ciudadanos y comunidades, la defensa de los derechos constitucionales, la protección del patrimonio cultural y natural de la nación, a fin de procurar el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la

40 población, sin ánimo de lucro, a cargo y bajo la titularidad del Estado. Y, por último, los servicios de radiodifusión sonora comunitaria.

Por el área de cubrimiento, tanto las emisoras A y B están autorizadas a un cubrimiento zonal de áreas que pueden cubrir varios municipio, mientras que las emisoras de clase C, su cubrimiento zonal es restringido.

La resolución en su artículo 60, establece una clasificación particular de la clase B, o emisoras de interés general, y en esta si incluye las emisoras educativas y las emisoras educativas universitarias. Es decir, que la normatividad no contempla la radio universitaria como una clasificación diferenciadora de la radiodifusión. De hecho, las emisoras universitarias que pertenecen a una institución de Educación Superior de carácter privado, están incluidas dentro de la clase A, mientras que las que pertenecen a universidades públicas lo están dentro de la clase B, y en consecuencia son de interés público. En el caso de este estudio, la 91.9 Javeriana Estéreo, es una emisora clase A y, por tanto, es comercial; mientras 89.5 UN Radio es una emisora clase B y, por ende, es de interés público.

Es claro que normativamente no existe la clasificación de radio universitaria, no obstante, hemos llamado así a toda emisora cuyo propietario es una institución de educación superior. Más complejo aún es que ni las facultades de Comunicación, ni las mismas emisoras, ni sus asociaciones como la RRUC, en Colombia, han logrado construir clara y definidamente el concepto de Radio Universitaria. la RRUC, por ejemplo, recoge el artículo 60 de la resolución 00415 de 2010, sin darse cuenta que la clasificación allí contenida define los principios de las emisoras de interés público y no específicamente los

41 de las emisoras universitarias en particular y, mucho menos teniendo en cuenta que estás pueden ser o no de interés público.

Que no se tenga en claro el concepto no es de poca monta, pues refleja la situación que en la práctica sufren las emisoras universitarias. Pues, hasta ahora, la Radio

Universitaria, no ha logrado forjar una identidad propia que la diferencie de la radio comercial y la constituya en una verdadera alternativa radial; a lo que ha contribuido, necesario es decirlo, el hecho de que no haya ni académicos ni profesionales de la comunicación que estén formados para asumir la tarea de construirle una personalidad propia a la radio Universitaria, y que, sin embargo, a punta de voluntad vienen lentamente haciéndolo.

Javeriana estéreo

La emisora de la Pontificia Universidad Javeriana fue la tercera radio universitaria creada en Colombia y la primera que empezó a funcionar en frecuencia modulada en el país. Fundada en 1978, siendo la primera en Bogotá, se puede decir que dio impulso a la creación de emisoras universitarias.

Como la mayoría de emisoras universitarias, la emisora Javeriana nace como iniciativa particular de un grupo de personas vinculadas a la Universidad del cual participa activamente el decano de la facultad de Comunicación, el crítico de arte Francisco Gil

Tovar. En 1989, tomará su actual nombre de Javeriana Estéreo 91.9 F.M.

La emisora nace con tres objetivos principales como son el de tener un canal de comunicación entre los integrantes de la Universidad, de manera que se pudiese construir comunidad universitaria; servir de punto de apoyo fundamental para consolidar y fortalecer

42 la Educación a Distancia. Lo cual, como bien lo pone de presente Omar Rincón, era imposible para una emisora que solo podía radiar en la ciudad, y no a donde necesitaba llegar la educación a distancia (Rincón, 1998); y, tercero, la difusión de la música clásica, popular y de contenido que no se transmitieran por la radio comercial.

Durante su primera etapa la emisora Javeriana siguió en su programación y estilo el modelo que ya había impuesto desde años anteriores la emisora HJCK, una emisora para la inmensa minoría, lema que le había creado a la HJCK el poeta y escritor Álvaro Mutis y que expresaba el real sentimiento de la pequeña elite que había podido acceder a la educación superior y la llamada cultura clásica donde residía su inmensidad.

A partir de 1.989, la emisora cambia su nombre a 91.9 Javeriana Estéreo y hace ajustes en su programación. En la medida que los jóvenes se vuelven actores fundamentales sociopolíticamente, también se empieza a vislumbrar su protagonismo en el quehacer cultural y en la apertura del concepto mismo de cultura. Para la época, el índice de acceso a la universidad va creciendo a la par con la disminución de la edad de quienes ingresan a la educación superior y las universidades empiezan a ver en sus aulas jóvenes por debajo del promedio de edad acostumbrado hasta ese entonces.

Consecuencia de estos movimientos y respondiendo a las nuevas realidades sociales y culturales la emisora comprendió que el término clásico no se remitía necesariamente ni de manera restringida a la llamada alta cultura. Por el contrario, la cultura se producía en todos los ámbitos del quehacer humano, y lo clásico podía estar presente tanto en la cultura de elite como en la cultura popular. Así, la emisora decidió virar su programación hacia lo clásico en cada género de la producción cultural en general. Y desde

43 entonces, abrió el espacio para diversos géneros musicales, y diversos programas culturales y literarios.

Una de las características de la 91.9 Javeriana Estéreo es que la emisora funge como laboratorio de la formación de los estudiantes de la carrera de Comunicación donde ellos se sirven de las instalaciones para realizar sus prácticas académicas. Además algunos de ellos pueden participar como programadores de la emisora o locutores que, sin embargo no han logrado darle un sentido experimental a la radio universitaria.

En la actualidad, la 91.9 Javeriana Estéreo, incluye dentro de su parrilla dos programas vinculados a la literatura. Uno de ellos es Entrelibros, que se transmite los días lunes de 12: 30 a 1p. m., este programa tiene un formato de entrevista a escritores y ensayistas que hablan de sus propias obras y, en ocasiones, analizan las obras de otros escritores.

El otro programa estrechamente vinculado con la literatura es Música y literatura, un programa con mayor trayectoria que el anterior. En este espacio su directora Carmelita

Millán presenta perfiles y semblanzas de diversos autores y libros, en algunas ocasiones acompañados de entrevistas con estudiosos del escritor y su obra. El programa se transmite los domingos a las 9 de la noche.

UNRadio

Aunque desde 1896 el Consejo superior de la Universidad Nacional mediante un

Acuerdo había creado la emisora de la universidad con el fin de tener “…los medios necesarios para la difusión de sus actividades docentes, científicas y culturales” (Cuesta,

44

2012), será solo desde 1991 cuando empezará a operar formalmente con una programación de ocho horas diarias.

En sus inicios y sin contar con una carrera de comunicación que sirviera de apoyo, la Radio Universidad Nacional, se apoyará con personas que vienen de laborar bien en la

Radio Nacional de Colombia o bien vinculadas con Musicar F. M. Estéreo, una de las primeras emisoras culturales en el sistema F. M. En consecuencia tanto el modelo de la una como de la otra le servirán a la naciente emisora para establecer su perfil radiofónico cultural. Así su programación inicial está orientada a la difusión de la música clásica en un alto porcentaje y a la socialización de temas académicos e investigativos.

Pero al igual que lo ocurrido con 91.9 Javeriana Estéreo, la emisora de la

Universidad Nacional ha venido cambiando y evolucionando. Ha cambiado su nombre pasando a llamarse UN RADIO 98.5 F. M. y desde 1997 fue adscrita a la Unidad de Medios de Comunicación –UNIMEDIOS- dependiente de la Rectoría de la Universidad. Sin perder su enfoque cultural educativo ha modernizado sus formatos de programación adoptando un estilo más atractivo para la audiencia juvenil y dándole un mayor peso a los programas de análisis en su programación llegando al 45% de su producción.

También su propuesta musical ha venido variando en los últimos años y hoy la UN

Radio mantiene franjas que cubren variados géneros musicales, como el rock, el jazz y las músicas vernáculas de las diferentes regiones colombianas sin abandonar, por supuesto, los conciertos de música clásica.

Igualmente, incluye tres programas relacionados con la difusión literaria actual.

Tintos y Tintas, es un programa cultural, creado en el año 2000, que trata temas de

45 literatura, cine, teatro, música y poesía. Dirigido y conducido por el escritor Henry Posada

Losada, el programa tiene un formato, principalmente, de entrevista acompañado por cortinillas musicales. Se transmite todos los lunes de 8 a 8:30 p.m. y es retransmitido en diferido por distintas emisoras universitarias en Medellín, Cali, Bucaramanga y Cartagena.

Lecturas Compartidas es, quizás, el único programa radial que realmente orientado a estimular la formación de lectores literarios. Su formato es bastante experimental no sólo por el interés de sus productores sino, también, porque estos son estudiantes de literatura de la Universidad Nacional de Colombia. El programa hace lecturas sistemáticas y analíticas de cuento y, sobre todo, de novela; en los últimos programas han experimentado con una especie de dramatización de algunas narrativas que recuerda el radioteatro. El programa se transmite todos los martes de 8 a 8:30 p. m.

Micrófono de Papel, es un programa en el que utilizando un montaje agradable, musicalizado, la conductora del programa, Luz Stella Millán, hace reseñas y lecturas contextualizadas de diversos géneros literarios, y entrevistas a escritores y ensayistas nacionales y extranjeros. El programa se transmite los días jueves de 8 a 8:30 p.m.

Como se puede notar la presencia de la literatura es bastante marginal en la radio universitaria, en los dos casos escogidos. Por una parte, ninguno de los programas que tienen relación con la literatura es institucional, sino que obedecen más a iniciativas individuales, que poco dice tanto de la misión de la universidad como de su respectiva emisora.

Ni las emisoras ni los realizadores de los programas literarios gozan de un presupuesto que permita garantizar la permanencia del espacio ni, mucho menos, para

46 generar una propuesta innovadora que implique, siquiera, medianas inversiones. Esto lo reconoce, explícitamente, Vicente Arismendi, director de Javeriana Estéreo, cuando expresa que las emisoras universitarias no tienen ni el dinero ni el patrocinio como para realizar programas literarios que demanden pago de derechos de autor, contratación de guionistas, adaptaciones radiales, composiciones musicales y actores que requeriría el montaje de un radioteatro de buena calidad.

47

Capítulo 3. Letra Viva.

Radio, literatura y lectores.

Cómo se ha visto hasta ahora, ni el ámbito de la radio cultural, ni mucho menos en el de la radio comercial, ha dado mayor cabida a la literatura desde la perspectiva de incentivar su conocimiento, ni tampoco desde el horizonte de coadyuvar a la escuela y estimular los procesos de lectura. Gran falla de la radio, que basa su poder en su capacidad de cobertura y la influencia que a través de sus contenidos llega a ejercer en las audiencias y que muestra la indiferencia que, en general, la radio ha mostrado con la educación, en un país cuyo índice de lectura es uno de los más bajos del mundo y de Latinoamérica.

Y, sin embargo, es reconocido por los estudiosos del tema, la importancia que desempeñan no solo el dominio de las competencias lectoescriturales sino, también el

íntimo acercamiento a la literatura como lector, para otros procesos cognitivos fundamentales en la comprensión y la interpretación del mundo social, político y, tecnocientífico. De hecho, el acercamiento a la literatura, como artículo de consumo, mejora los procesos de lectoescritura y desarrolla las competencias de comprensión, interpretación, la imaginación y la creatividad en el lector.

Valga aquí aclarar lo que entendemos por lector, pues la escuela hace ingentes esfuerzos por formar lectores y, sin embargo, si hemos de dar crédito a las estadísticas y los resultados de las diversas a las que se someten los estudiantes, ha fracasado en esa tarea.

Lo que se corrobora en la experiencia empírica de una gran cantidad de profesores universitarios que se quejan de sus estudiantes por lo mismo que denuncian la estadísticas y las pruebas.

48

Parece entonces que la falla no está en el trabajo como tal de los profesores de lectura y escritura, sino en el enfoque desde el cual se plantea este trabajo. Es decir, hasta ahora en la escuela los procesos lectoescriturales se han orientado por un enfoque positivista y mecánico donde el estudiante no se ve motivado ni impelido a realizar sus propias exploraciones en la literatura, sino a constatar unos datos, previamente fijados por el programa de la institución o del profesor. Este enfoque técnico aislado del contexto cultural tanto del estudiante como del libro, cierra todas las posibilidades de encuentro entre lector y obra o, dicho de manera radical, elimina la posibilidad de la construcción mutua de lector y obra.

Y es que la literatura es una construcción colectiva entre el escritor, el libro y quien lo lee. El escritor no entrega nunca una novela, un cuento o un poema, totalmente terminado en su sentido. Lo que realiza el escritor, tal como lo ha mostrado U. Eco, es una obra abierta; esto es una obra cuya lectura implica una íntima relación con el leyente, que abre un proceso donde el leyente va construyendo el libro como obra, y el libro va construyendo al leyente como lector.

Es en el despliegue de esta experiencia que el libro compromete las competencias comprensivas, analíticas, interpretativas, la imaginación y la creatividad. Por tanto, cuando hablamos de formar lectores, de lo que hablamos, en términos políticos, es de generar espacios de libertad, autonomía y participación. Cuando los estudiantes encuentran este espacio participan libres y autónomamente en la autoría de la obra y han pasado de leyentes a lectores. Es quizás Jorge Luis Borges quien nos ha dejado la más profunda lección de cómo formar lectores en su cuento Pierre Menard, autor del Quijote.

49

La radio es un medio que podría contribuir para la formación de este tipo de lector.

En pleno siglo XXI, y a pesar del gran desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (Tic), la radio sigue teniendo una gran acogida entre las diversas generaciones por la inmediatez que caracteriza al medio en la difusión de sus contenidos informativos y musicales.

Aparte de ello, la radio ha modernizado sus formatos y estilos, así como, también, ha abierto su programación para dar cabida a la diversidad cultural y social incluyendo en sus parrillas expresiones que van más allá de lo que la industria cultural dicta. Todo ello le ha permitido a la radio conservar su atractivo al punto que en lugar de desaparecer o entrar en crisis como consecuencia de los nuevos dispositivos tecnológicos, estos han desarrollado aplicaciones que permitan incluir la radio dentro de los servicios que ellos ofrecen.

Las nuevas generaciones vinculadas más fuertemente con las Tic, han podido por esa razón mantener un sólido contacto con la radio desde sus dispositivos móviles y siguen configurando una amplia audiencia para los contenidos que ofrecen las distintas radiodifusoras.

No son ajenas a este fenómeno las radios universitarias. A la par que la universidad ha ampliado la posibilidad de acceso a mayor parte de la población y con ello la radio universitaria aumentar su foco primario esperado, la radio universitaria con los cambios que ha venido teniendo en su concepción también ha transcendido su nicho primario, la comunidad universitaria, para orientarse a conquistar un público mucho más diverso educacional, cultural, étnica y etariamente. De manera, que hoy en día no es extraño que

50 las emisoras universitarias cuenten con una mayoría de audiencia dentro de los oyentes que no pertenecen a la comunidad universitaria sino que han sido conquistados por la programación que está puesta a su disposición.

Las nuevas generaciones se caracterizan por su inclinación por los contenidos musicales; aspecto que supo aprovechar la radio en frecuencia modulada desde su aparición que opto por mantener una parrilla netamente musical en la mayoría de los casos, con algunas excepciones tanto de radiodifusoras comerciales como universitarias que han incluido un pequeño porcentaje de contenido informativo, académico y opinión. Pero, lo que realmente engancha al oyente es fundamentalmente la oferta musical y el género de la misma que coincida con sus gustos.

La audiencia de los contenidos musicales se conecta con las canciones, no necesariamente porque tengan un conocimiento previo de ellas. Por el contrario, en la mayoría de los casos, lo que opera es un estímulo de la música y/o de la parte lírica de la canción que impacta los procesos afectivos del oyente permitiéndole establecer un vínculo emocional que lo conduce a otros procesos cognitivos que buscan establecer quién es el intérprete, cuál es la banda, quién es el compositor y que otras canciones tiene en su repertorio.

Si bien es cierto que en este proceso entra en juego la repetición que de un tema hace la programación radial, también bien lo es que la reiteración de la canción en la programación depende, en gran medida, de la participación de los oyentes solicitando su inclusión, esto nos lleva a pensar que el vínculo emocional entre el oyente la canción no es necesariamente consecuencia de la repetición sino al contrario. Basta que una canción

51 impacte en el primer encuentro al oyente para que se desaten los procesos emocionales y cognitivos., Carlos Monsiváis (1.984) pone de presente este fenómeno, haciendo relación respecto a la mujer en el siglo XX, pero realmente es una situación que vivió toda la juventud, y que aún sigue vigente, dada la autonomía y capacidad de consumo que desde los años sesenta del siglo pasado, ha adquirido este sector de la población y que se ha venido incrementando:

Las exigencias de la radio determinan cambios: un formato prácticamente único para la

canción, un ritmo de entrega de los compositores famosos, canciones a pedido, pero que los medios

electrónicos y la industria publicitaria configuran arquetípicamente (…) Mínimamente (las mujeres)

despojadas del yugo, se inician como compradoras de discos y se presentan como la multitud

anhelosa que es un solo cuerpo y un solo deseo, que amplía las unidades de la emoción y el

sentimiento.

Si esto es lo que sucede entre oyente y canción, bien podemos pensar que en términos de estimular, propiciar y promover el conocimiento de la literatura desde la perspectiva de la formación de nuevos lectores, bien se puede aprovechar el formato de la programación de los contenidos musicales para difundir la literatura entre los oyentes.

De esta manera, la propuesta contempla la producción de un programa literario de una hora y media semanal. Pero como adoptamos el formato musical, la hora del programa está distribuida en cápsulas de 5 minutos, tres al día, que se transmitirán de lunes a sábado, en horarios de gran audiencia: a las 10 a. m. al finalizar el programa informativo Revista de la Mañana; a las 12m., previo al programa Música y Músicos de Colombia, y a las 5 p.m. previo al programa cultural Amantes del Círculo Polar. Ello implica que el programa esté difundiendo anualmente 864 piezas literarias entre cuento y poesía.

52

El programa se llama Letra Viva y se preocupa por la divulgación de la poesía y el cuento de Iberoamérica y el Caribe, y la formación de lectores de este género literario.

La razón de su escogencia obedece a varias consideraciones. De los géneros literarios, quizás los que menos gozan de visibilidad en la radio colombiana son el cuento y la poesía, posiblemente por considerarse, hoy en día, géneros considerados menores por las editoriales las que le apuntan más a promocionar la novela, la crónica y la biografía.

Por ello buscamos reivindicar estos dos géneros que, además, por su extensión son los que más se avienen al formato de los contenidos musicales. Aparte de ello, Laud 90.4 se caracteriza por difundir la música de Iberoamérica y el Caribe y su audiencia ya está conectada culturalmente con la producción musical de la región, lo que nos permitiría un valor agregado a la sintonía y mantener la coherencia de estilo de la emisora.

DEMO Letra viva.mp3

53

Conclusiones

Hemos realizado una indagación sobre la presencia que ha tenido la literatura en el desarrollo de la radio colombiana, específicamente la presencia actual en dos emisoras de propiedad de universidades. Una, la emisora Javeriana Estéreo, considerada legalmente como emisora comercial; la segunda, la emisora UNRadio, de la Universidad Nacional de

Colombia, que legalmente está tipificada como una emisora de interés público.

Al nacer la radiodifusión, Colombia es un país geográfica y culturalmente desarticulado fragmentado y desconocido entre sus propias regiones con un alto índice de analfabetismo que no sólo compete al campo sino que, también, caracteriza las ciudades.

La necesidad de construir un proyecto de nación, de identidad cultural y de superar el analfabetismo contribuirá a ver la radio con un medio eficaz, rápido y no tan costoso para lograrlo. Pero, igualmente, el nacimiento y desarrollo de la radio, como medio de comunicación se encontró con necesidades prácticas para su implementación y consolidación, pues en Colombia no existían personas especializadas que pudieran asumir la tarea de proponer y realizar los contenidos propios de una programación radial.

Este cruce de necesidades se convirtió en una feliz oportunidad para que radio la radio se convirtiera en una plataforma eficaz de socialización de los proyectos de nacionalidad, de identidad cultural y de propósitos educativos, mientras que estos le permitieron a la radio en sus primeras décadas de existencia y, mientras se formaban las futuras generaciones de especialistas en radiodifusión, poder desarrollar toda una programación de contenidos que para bien y para mal fueron fundamentales en la

54 construcción de nuestra democracia y de la actual visión de mundo que caracteriza a la sociedad colombiana.

La radio asumió los conceptos de cultura y educación que enarbolaba la pequeña elite de empresarios, políticos e intelectuales de la primera mitad del siglo XX. El concepto de cultura distaba mucho de ser una visión que comprendiera los valores y características de la población colombiana y, por el contrario, este deslegitimaba tanto la herencia aborigen como los aportes afrodescendientes y mestizos. Con un paradigma de cultura europeo, la intelectualidad que participó en el desarrollo de la radio colombiana propendió por una programación que tuviese el corte del estilo de la radiodifusión de emisoras como la BBC de Londres o la Rai italiana, en donde se daba cabida, eso sí, a producciones de alta calidad del arte, la música y la literatura occidental.

Evidentemente, el concepto de cultura que caracterizó la radio colombiana hasta los años 70’s del siglo XX, fue un concepto cerrado, elitista, poco y nada nacionalista que más bien buscaba justificar y legitimar las hegemonías políticas, empresariales y culturales del país.

Por los lados de la educación, panorama también era bastante precario, pues la finalidad primaria era alfabetizar a un país que contaba con una escasa oferta de escolaridad. Sin embargo, la radio colombiana nunca asumió esa tarea de una manera generalizada, y sólo dos emisoras hicieron de la educación un sentido prioritario de su programación. Ellas fueron la Radio Sutatenza y la Radiodifusora Nacional de Colombia.

Y fueron las que mayor éxito tuvieron en esta tarea, sobre todo, entre los habitantes de los campos colombianos. En la radio universitaria. Los intentos que se hicieron fueron un total

55 fracaso. En general la educación por radio tuvo muchos factores que conspiraron para que fracasara la propuesta; no se contaba con guionistas especializados para realizar propuestas atractivas en el medio radial; nunca se contó con buenos presupuestos; y, tampoco, se generaron modelos pedagógicos y didácticos idóneos para el medio. El caso exitoso de

Radio Sutatenza, parece que tuvo algunas de estas posibilidades pero, además, contó con un amplio apoyo de medios extraradiales como periódicos, revistas, auxiliares presenciales, y, sobre todo, con la distribución gratuita de receptores diseñados especialmente para que el campesino solo pudiera sintonizar la emisora Radio Sutatenza.

La apertura de los conceptos de cultura y educación se produjo con la llegada de la llamada postmodernidad y el fin de los paradigmas, lo que permitió que se ampliará el panorama en la radio universitaria dando cabida a contenidos de las llamadas culturas subalternas y produciendo cambios fundamentales en la programación de estas emisoras.

A la par, la radiodifusión se había profesionalizado tanto en su concepción como en el oficio de quienes hacían los programas, de manera que ya elaborada sus propias propuestas al servicio de los fines comerciales del empresario.

Paradójicamente cuando se abre el concepto de cultura, empieza a desaparecer el papel protagónico que la literatura había jugado en las primeras décadas de radiodifusión y propuestas como los recitales de poesía, cuento, radioteatros, etc., son dejados de lado para dar paso, a algunos programas que promocionan escritores y novelas, la mayor de las veces desde las perspectivas de la editoriales.

Actualmente, en los casos estudiados en esta investigación, solo un existe un programa que tenga como protagonista la literatura, desde la perspectiva de motivar la

56 formación de lectores críticos: Lecturas Compartidas, realizado por estudiantes de

Literatura de la Universidad Nacional.

Para una sociedad como la colombiana que se enfrenta reiterativamente a los bajos

índices de lectura y de comprensión de lectura de sus estudiantes, el que la literatura haya prácticamente desaparecido de la programación radial nos constata la gran deuda que la radio tiene con la misión que legalmente le está atribuida y que, sobre todo, las emisoras universitarias dicen acoger, cual es la de ser un medio para promover la cultura y la educación.

57

Lista de referencias

Áñez, Jorge, Canciones y recuerdos, Bogotá, Imprenta Nacional, 1950, pp 268-270, cit. Por Castellanos, Nelson. Arias, E, Revista , 2004, 05, 30. En http://www.semana.com/especiales/articulo/septiembre-1929-brcolombia-aire/65844-3 Bernal Alarcón, Hernando, Radio Sutatenza: un modelo colombiano de industria cultural y educativa, Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, Vol. 46, No. 82, 2012. Castellanos Prieto, N. (2003). ¿Tabernas con micrófono o gargantas de la patria? La radio comercial en Colombia: 1930-1954. Medios y Nación. Historia de los medios de comunicación en Colombia. Bogotá 256-281. Cuesta M., Óscar Julián Historia de la radio universitaria: estudios de caso de la emisora de LAUD Y UN Radio. Ánfora 20 (34), 97-115. Universidad Autónoma de Manizales. ISSN 0121-6538. Chávez, María del Pilar, Transformaciones de la radio en Colombia. Tesis de Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Javeriana, 2014. Donadio, Alberto, El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla: la verdad que no se conocía, Sílaba Editores, Bogotá, 2016 Monsiváis, C., “La agonía interminable de la canción romántica”, en Comunicación y Cultura, No. 12, México, agosto de 1984, p 35. Guzmán, H., Radio Nacional de Colombia: 72 años de guerra, paz y cultura en ondas hertzianas en: http://www.periodicoelpulso.com/html/1201ene/cultural/cultural.htm http://www.elheraldo.co/cultura/el-tango-y-colombia-intimamente-ligados-por-la-muerte- de-gardel-201564, recuperado 11de enero de 2016. Muñoz, Juan Manuel et al., “Evolución histórica del radioperiodismo en Antioquia” http://www.scielo.org.co/pdf/rlsi/v5n1/v5n1a08.pdf. Recuperado 11de enero de 2016 Martín-Barbero, Jesús, De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía, México, Ediciones G: Gili, 1987, p. 179. Rincón, Omar, La radio en la Universidad Javeriana (1998). El Hilo de Ariadna 2. RRUC en cifras, 2014, https://sites.google.com/a/radiouniversitaria.org/rruc/HomeSoto Arango, María Elvira, “Aproximación histórica a la universidad colombiana” en: Revista Historia de la Educación Latinoamericana, No.7, Tunja, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, RUDECOLOMBIA, pp 99-136. Stamato, V., Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 186 Junio de 2005 Téllez Blanco, H. (1974). Cincuenta años de radiodifusión en Colombia. Medellín, 1974. Vizcaíno, M. (2014). Estado y medios masivos para la educación en Colombia (1929- 2004). Bogotá: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. doi: http://dx.doi.org/10.16925/9789587600285.