Alienación e imposibilidad del conocimiento en Niebla Armando Chávez Rivera The University of Arizona

na frase de las páginas finales de Niebla (1914), de Miguel de Unamuno, resulta clave para comprender el sentido de la obra. El Uprotagonista, Augusto Pérez, emerge supuestamente en sueños al personaje de Unamuno y le expresa: “el que duerme y sueña no tiene reales ganas de nada. Y usted y sus compatriotas duermen y sueñan que tienen ganas, pero no las tienen de veras” (992). La frase encierra el eje de una lectura posible de Niebla: el desconocimiento de la realidad social por parte de algunos individuos que, en cambio, se refugian en la pasividad y la alienación. Niebla, si se interpreta como una ficción que alude a la realidad social, presenta un tipo de individuo que carece de posibilidades de aprehender su entorno, de comprenderlo hondamente y de llegar a entender las leyes y normas de diverso corte que lo rigen. O sea, un tipo de individuo que carece de la posibilidad de comprender el funcionamiento de la realidad social por, al menos, tres aspectos interrelacionados: las características propias de esos individuos, las concepciones limitadas que tienen sobre la realidad social y por la falta de instrumentos para ejercer la actividad del conocimiento. Esta hipótesis está construida sobre la interrelación de tres variables: individuo, realidad social e instrumentos para el conocimiento. Son tres variables articuladas: un tipo de individuo (Augusto como ente ficticio con una dimensión que puede ser interpretada como alusiva al individuo social); su punto de vista de los fenómenos de la realidad social —la cual es presentada para un individuo como Augusto como imposible de ser aprehendida—; y finalmente, la carencia de instrumentos o su desvalorización para desplegar la labor del conocimiento. Este ensayo está dividido en dos partes. La primera parte aborda la naturaleza del texto literario, como ficción participante de la realidad; y la segunda está dedicada al tratamiento de la hipótesis planteada anteriormente.

I. La realidad de la ficción, o la ficción de la realidad, a través de Augusto Pérez

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¿Augusto Pérez debe ser considerado creación por parte de un individuo con una un personaje puramente de ficción? Una conciencia social, según subraya el propio respuesta posible es que Augusto es un Unamuno. De ahí que exhorte a sus lectores, personaje literario que, desde la perspectiva en las páginas introductorias publicadas en de nuestra lectura crítica, tiene una carga 1935, a que lean Niebla, luego de veintiún de alusión a individuos sociales o reales. Esta años de la primera edición y de haberla afirmación encuentra asidero en ideas que revisado para una tercera, como una forma manifiesta Unamuno en el prólogo a Niebla de acercarse al Unamuno autor, al de 1935 sobre los vínculos entre ficción individuo: que “la vuelvan a leer de nuevo. literaria, sueño, realidad e historia, como Que me relean al releerla” (796). Se trata de se muestra más adelante. Coinciden en ese un autor que, además, concibe la literatura sentido también las posiciones que expresa como un plano “más real” que el de la Unamuno como personaje. realidad misma en que transcurren sus días: A partir de las concepciones de “este mundo [de los personajes de sus obras Unamuno autor y personaje, que están literarias] me es más real que el de Canovas fusionadas en una postura coincidente, me y Sagasta, de Alfonso XIII, de Primo de referiré a cuatro puntos sobre la naturaleza Rivera, de Galdós, Pereda, Menéndez y del texto literario de ficción en cuanto a su Pelayo y todos aquellos a quienes conocí o posible nexo con la realidad: 1-la capacidad conozco vivos, y a algunos de ellos los traté del texto literario de aludir a la realidad o los trato” (802). Unamuno, al mismo sociohistórica, y al escritor mismo como tiempo, reconoce la autonomía del texto individuo con conciencia social; 2-el texto literario y que, en alguna medida, éste se literario como una entidad que se independiza de su creador: “de una epopeya complementa con la apropiación que hacen o de un drama, se hace un plano; pero luego los lectores a través de la lectura; 3-la la novela, la epopeya o el drama se imponen literatura como una armazón fraguada con al que se cree su autor” (797) e incluso sus elementos que pueden aludir a la realidad y, propios personajes parecen cobrar aliento finalmente, 4-la carga de ficcionalización vital porque al autor “se le imponen los que porta en sí misma lo que se considera agonistas, sus supuestas criaturas” (798). Y comunmente como realidad. Partimos de esta noción lleva al segundo punto: la concepción de que ficción y realidad se Unamuno considera que el texto literario entrecruzan en la figura del creador, el lector alcanza su dimensión más plena en la lectura y la lectura. de cada lector, del mismo modo que En cuanto al primer punto: la obra resucitan al personaje de Don Quijote literaria alude a la realidad social, incluso a “todos los que le contemplan y le oyen” esa forma de realidad que implica su (796). De ahí que la resurrección de un

14 Chavez Rivera protagonista literario sea posible mediante propone revivirlos en la lectura. Como la lectura. argumenta Unamuno, debido a que “no son En cuanto a los puntos tercero y exclusivamente de Cervantes ni míos, ni de cuarto: si bien la literatura construye un ningún soñador que los sueñe, sino que cada ámbito ficticio, no por eso deja de aludir a uno los hace revivir” (799). Esta concepción la realidad. Se pregunta Unamuno sobre de la literatura y del papel del lector recuerda Don Quijote: “¿Ente de ficción? ¿Ente de las nociones de Jorge Luis Borges sobre el realidad?”. E inmediatamente responde: texto literario como un producto que “De realidad de ficción, que es ficción de alcanza su dimensión plena gracias a la realidad” (796). O sea, la realidad y la lectura y del cual el autor es un instrumento historia que se tornan ficción como mismo a través del cual la ficción se expresa con la historia se trastoca en leyenda: “Que así relativa autonomía. es la historia, o sea la leyenda” (796). Toda La literatura, si bien no es la realidad realidad como posibilidad destinada a misma, no deja por eso de aludir y tender constituirse en forma y contenido de un puente a esa realidad social a la cual ficciones. La realidad misma es presentada alude. Puede interpretarse que para como alimento de la ficción, o sea, la Unamuno, la realidad y la historia son como realidad descansando dentro de la ficción planos compuestos por capas en las que misma, y la ficción contribuyendo a descansan el pasado histórico y la ficción. estructurar lo que consideramos realidad. Confiesa Unamuno personaje que “había Incluso dice Unamuno personaje sobre la resoñado la guerra carlista de que fui, en muerte de Augusto que “el otro mundo y la parte, testigo en mi niñez, y escribí mi Paz otra vida están dentro de este mundo y de en la guerra, una novela histórica, o mejor esta vida” (797). De ahí que Augusto no sea historia anovelada [. . .]” y continúa: “Lo el mismo ni siquiera siempre para Unamuno que viví a mis diez años lo volví a vivir, lo personaje, sino un ente diferente cada vez reviví a mis treinta, al escribir esa novela. Y que se le vuelve a abordar. Augusto le afirma: lo sigo reviviendo al vivir la historia actual, “ese que usted vuelva a soñar y crea que soy la que está de paso. De paso y de queda” yo será otro” (796). Por tanto, el Augusto (798). O sea, para Unamuno la literatura es Pérez múltiple que se le presenta a una forma de abordar la historia y también Unamuno, las múltiples versiones de un ser un modo de rescate de una porción de la que siempre se trastoca en otro, es también experiencia vital. un “otro” en cada lectura de cada lector. Augusto Pérez es una ficción que Igualmente sucede con la multitud de Don podemos aprehender, como lectores, como Quijotes y Sanchos que cabalgan en la forma de alusión a la realidad social. Es un imaginación de cada individuo que se personaje literario al que podemos revestir

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de una capacidad de alusión a individuos se propone la comprensión de cuestiones reales, si es que asumimos la literatura como económicas. Su estatus económico parece aprendizaje sobre la realidad, tal como imperecederamente sólido. Desde esa propugna Unamuno en su desdoblamiento holgura y superioridad se relaciona con el como personaje: “la fantasía y la mundo. Es parte de una clase que dispone tragicomedia de mi Niebla ha de ser lo que de empleados, que son los hijos de los hijos más hable y diga al hombre por encima, y de los que siempre fueron sirvientes. Si bien por debajo a la vez de clases, de castas de es una clase con poder económico desde posiciones sociales, pobre o rico, plebeyo o hace tiempo y que ha perdido contacto con noble, proletario o burgués” (801). La la realidad social, comprende muy bien el concordancia entre las posturas de poder del dinero como medio de acceso a Unamuno autor y de Unamuno personaje bienes, servicios y otras formas de parecen también dirigidas a reforzar la satisfacción. Augusto compra la hipoteca de noción de continuidad entre realidad y la casa de Eugenia, paga la información de ficción. la empleada Margarita y hasta consigue un trabajo para Mauricio. Esta situación es II. Los tres puntos de la hipótesis representativa de Augusto como individuo y como miembro de una clase pudiente Un tipo específico de individuo con económicamente, de lo cual tiene plena imposibilidad de ejercer el conocimiento conciencia. De acuerdo con Thomas R. Augusto Pérez es un personaje que Franz, “gran parte de la narrativa rastrea representa un tipo de individuo que ha los conflictos de clase entre Augusto” (90) y vivido aislado y con un insuficiente contacto otros personajes como Eugenia, Mauricio, con la realidad social. Sus días han Rosario y varios empleados. transcurrido en una casa que es una especie Augusto no trabaja y desprecia el de mausoleo funerario desde la muerte del trabajo, incluso considera el trabajo como padre. Es un lugar lleno de memorias en que una forma de aturdimiento o de hipocresía. se mantiene intacta la ceniza del tabaco que Semeja un hidalgo: “Los vagos son ellos, los fumaba la figura paterna. El sustento que dicen que trabajan y no hacen sino económico está asegurado en este hogar por aturdirse y ahogar el pensamiento” una holgada posición de clase. En ningún (Unamuno 805). Augusto se sostiene no momento, el personaje manifiesta gracias a esa labor meditativa, sino gracias preocupación por cuestiones económicas a la holgura económica que heredó. No que le obliguen a valorar qué tiempos necesita trabajar, no necesita producir para transcurren en la sociedad. Simplemente, sostenerse: “¡El trabajo! ¡Hipocresía!” (805), Augusto se cobija en una herencia y nunca se dice a solas. Sus días no están marcados

16 Chavez Rivera por una ocupación laboral y fructífera. femeninos que manifiestan una acentuada Incluso apunta Thomas Franz la “tendencia postura práctica ante la vida: Eugenia, del protagonista a formular juicios negativos Ermelinda, la madre de Augusto, la sobre la clase obrera” (55). Augusto está empleada de Augusto, y Margarita, la despojado aparentemente de necesidades portera. Eugenia elige al hombre que quiere materiales y parece que sus necesidades son y es capaz hasta de plantearse trabajar sola puramente en el plano espiritual. De ahí que con tal de tener su compañía. La madre de su actitud hacia el exterior social sea pasiva Augusto considera que éste necesita una y contemplativa. Augusto se detiene en el esposa que le administre su casa y la umbral de su casa mirando, sin ver, hacia economía. Liduvina, la empleada de afuera, hacia el espacio social. No tiene Augusto, rechaza los temas que se aparten siquiera un rumbo determinado hacia el cual de cuestiones prácticas. Al preguntarle dirigirse y como único criterio para Augusto si conoce a Unamuno, internarse en la sociedad se deja guiar demoledoramente responde: “¿Yo?, ¿para azarosamente por la dirección que marca el qué?” (989). Margarita, en tanto, cobra a primer perro callejero que pasa ante él. Sigue Augusto por sus servicios de informante. En el rumbo de un animal, ni siquiera de otro general, la mujer es representada como personaje. Augusto no tiene un rumbo poseedora de un vínculo práctico con la definido por sí mismo en la vida y vive en realidad, conscientes de necesidades como la improvisación. “No era un caminante, asegurar la economía personal, la sino un paseante de la vida” (805), subraya alimentación y la administración el narrador. De ahí que personas, hechos, doméstica. Los hombres son caracterizados situaciones e ideas parezcan toparse con como dependientes o en estado de Augusto, no sean resultado de su búsqueda pasividad, en contraste con esas mujeres. La consciente. Para este personaje, suicidarse tía de Eugenia, Ermelinda, tasa el individuo llega a ser una opción por la incapacidad de que es Augusto: “bien educado, buena orientar su existencia. Es una inclinación al familia, buena renta” (832). Fermín se dedica suicidio marcada por la incomprensión, la al discurrir filosófico. “Mi anarquismo es angustia y el hastío. puramente espiritual. Porque yo, amigo En contraste, aparecen personajes mío, tengo ideas propias sobre casi todas resueltos y con una acción trazada de las cosas” (832), confiesa Fermín, ante cuyo manera determinante y sin titubeos, son los desafiante anarquismo la esposa le recuerda que tienen una conciencia clara de sus que siempre exige que la sopa sea servida necesidades de sobrevivencia: en especial los puntualmente. Por otra parte, Augusto por personajes femeninos, en contraposición momentos parece valorar objetos y con los masculinos. Hay cinco personajes situaciones sobre todo por su dimensión

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estética: detenido ante la naranja, el paraguas creo” (927), sostiene ese personaje. En cerrado, su misma pose estatuaria y detenida cambio, Augusto es tiempo pasado en el umbral de su puerta. Ignacio Galbis subsistiendo en el presente, como una considera que “Augusto ve la vida con la sombra prolongada de sus padres y del linaje mirada de un esteta” (47). Es un esteta familiar, Augusto no supone una ruptura detenido en la contemplación, distanciado, con el pasado, sino su prolongación. Una desde afuera, desgajado del mundo a su forma de pasado que se interpone en el alrededor. Por otra parte, se fustiga la presente: hay “una corriente de este mundo “pachorra” (Unamuno 848) de Mauricio, con la contraria corriente del otro” (837). quien confiesa que “nací para que una mujer Augusto ha sido criado por su madre, luego me mantenga” (888). En ese contexto no de que el padre de Augusto se suicidó sorprende que Eugenia rechace a los empujado por una operación bursátil hombres a los que en general considera “desgraciadísima” (833), que no dejó, sin groseros, brutos y egoístas, o maricones embargo, en la ruina ni en la desprotección (881). Augusto ama a Eugenia porque ésta a . Augusto es educado con un tiene la fuerza de carácter de la cual él carece. conocimiento que parece llegarle a través de Varios personajes masculinos son la interpretación tamizada de la madre presentados como endebles y sin fuerza, mientras que en público es respetado por la ensimismados infructuosamente, pasivos, invocación respetuosa del nombre de la de ahí que Eugenia enfatice: “será mío, mío, figura materna. Se regodea en el recuerdo y cuanto más de mi dependa, más mío” de su madre y piensa que “acaso (883). Pretende retener a Mauricio cansándome volveré a tener madre” (877). colocándolo en un plano de subordinación. Augusto nunca se plantea tener hijos o Fermín parece colocar sus ojos reproducirse, al contrario, piensa en siempre en el futuro. Su mirada está puesta Eugenia como posibilidad de situarse él en en un porvenir que imagina bajo leyes de el papel de hijo y de esa forma perpetuar el una forma de anarquismo. “¡Vendrán pasado, como si así evitara gestar una tiempos (858)!”, clama ilusionado. Es el continuidad hacia el futuro. Eugenia es rechazo a las circunstancias del presente y apreciada por Augusto como una la necesidad de inventarse realidades posibilidad de reconstruir el refugio compensatorias. Quizás de esa manera se materno. explica, además, el rechazo a engendrar descendencia. En el rechazo a los hijos se La realidad social como un sistema plantea, por parte de Víctor, una forma de imposible de ser aprehendido negación a constatar el paso del tiempo: “Ver Niebla, a través del personaje de crecer al hijo es lo más dulce y lo más terrible, Augusto, plantea la imposibilidad de

18 Chavez Rivera algunos individuos de comprender la al hombre [. . .] acerca de la Realidad de realidad que les rodea. Augusto es un ambos” (48). En el personaje de Augusto hay individuo que no comprende las leyes una sustitución de la realidad por el sueño, sociales porque se plantea el mundo como la fantasía o la elucubración. “Sueño o vivo” azar o como forma de determinismo (Unamuno 822), se pregunta el ineludible. Su relación e interpretación del protagonista, quien no distingue entre los mundo no parte de considerarlo como un dos estados. Augusto no parece concentrarse sistema ni un conjunto de fenómenos en percibir la realidad de manera clara, sino interrelacionados. Siente rechazo por su que su mirada continuamente se desvía. El entorno, de ahí que considere formas de viaje mecanismo de alineación en este caso es o el suicidio como soluciones. En varios doble: no percibe la realidad que le rodea momentos, anuncia que emprenderá un porque la sustituye o se pierde en tangentes “largo viaje”, lo cual sugiere la muerte o el o elementos secundarios, y como resultado suicidio. En la familia de Augusto hubo tiene que imaginar la realidad porque no se previamente un suicidio. Su propio padre detiene a observarla. De ahí que tenga que prefirió morir antes que soportar el fracaso imaginar cómo es Eugenia, porque no se económico. Sin embargo, Galbis interpreta propone realmente conocerle. Augusto está que Augusto se inclina por el suicidio porque consciente de ese proceso de “necesita demostrar que es, que existe, y la desconocimiento propio de la realidad. El mejor manera de probarlo —en términos narrador dice: “como apenas si la había existenciales— es tomando la decisión que visto, tuvo que figurársela” (809). Augusto pondría fin a su vida” (55). O sea, el suicidio vive en un mundo paralelo que en poco es presentado en la obra como un escape coincide con la realidad. “Ay, mi Eugenia” ante el fracaso personal, y también como (810), se lamenta, y en otro momento refiere una forma de ejercer la libertad personal. “mi Eugenia, ésta que me he forjado sobre Un individuo que sea como el la visión fugitiva de aquellos ojos” (814). personaje Augusto no conoce en que Sabe que hay dos Eugenia, el ser humano y realidad social vive. Su vida transcurre en el ser ficticio que ha construido. Augusto un plano paralelo, en una especie de prefiere las conversaciones con la portera al aturdimiento. Bénédicte Vauthier opina que encuentro directo con Eugenia. Augusto Unamuno colocó los prólogos de Niebla “al evita conocer. La palabra conocimiento se servicio del arte narrativo, al modo reitera en varios sentidos en la obra. La cervantino, burlándose de las fronteras entre relación Augusto con Eugenia revela los realidad y ficción, a fin de despistar al lector” conflictos de ese conocimiento. “Augusto (48) y además para plantear “una de las Pérez, que desea conocerte…” (839), preguntas metafísicas que han atormentado enfatiza Ermelinda, mientras que Fermín

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considera que el único conocimiento real en pura idea, un ente de ficción” (853), dice una pareja es el del contacto sexual. Augusto Víctor a Augusto. Predomina la imagen de reincide en construirse “mi Eugenia”, que un Augusto “tonto del todo, perdido en una sabe que es un ente puramente imaginario. niebla, ciego (. . .)” (862). Además de niebla, De esa manera, en el modo de comunicarse se utilizan términos como locura o ceguera con Eugenia, vemos el modo que tiene para referirse a los estados de falta de Augusto de abordar situaciones de su vida: conciencia o control del pensamiento. su falta de método de conocimiento. Ceguera que no solamente impide el Varios términos reflejan el estado de conocimiento, sino también que puede ser falta de racionalidad en que vive Augusto, salvadora y un paliativo para el hombre, no solamente la palabra niebla: estado en como en la anécdota del fogueteiro, que que objetos y situaciones son percibidos con “tuvo la fortuna de quedarse ciego” (926), diferente grado de definición, o impedido así de ver el desfiguramiento de simplemente no son vistos. Augusto vive en su mujer, que había sido hermosa. una situación mental que le impide ver un Para un personaje como Augusto, la panorama integral y concatenado, no hay vida es una borrosa configuración de una visibilidad de lo que le rodea, sino una situaciones o una ficción que implica la percepción deshilachada del entorno. Dice concepción de que esa ficción es construida “la vida es una nebulosa” (810), y en otro por un omnipotente: “¿No es acaso todo esto momento agrega: “la nebulosa de mi un sueño de Dios o de quien sea, que se mundo” (811). “La niebla espiritual era desvanecerá en cuanto Él despierte, y por demasiado densa”, dice el narrador, para eso le rezamos y elevamos a Él cánticos e referir como Eugenia pasa ante Augusto sin himnos, para adormecerle, para acunar su ser percibida por éste. El término niebla es sueño? (897), se plantea Augusto. Una asociado a todo lo que resta claridad de postura que llega a preguntarse si es acaso pensamiento o a los elementos adversos: “la liturgia toda de todas las religiones como “nube sangrienta de ocaso” (825), es como “un modo de brezar el sueño de Dios y que se refiere la muerte del padre de Augusto. El no despierte y deje de soñarnos” (897). Una ocaso de una vida y también un ocaso concepción de la vida como regida por un familiar. Por otra parte, Víctor, amigo de ente superior y que, por tanto, despoja o confianza de Augusto, le pregunta: “¿vas limita al hombre de plena capacidad de despierto o dormido?” (851). Augusto se decisión. pregunta si lo que le rodea “¿es realidad o es ficción?” (897). Hay una aceptación entre La carencia de instrumentos para ejercer los personajes de que se vive en esos estados la actividad del conocimiento de inconciencia: “tú mismo no eres sino una En Niebla el conocimiento, para un

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personaje como Augusto, es considerado fuerzas mayores ajenas al hombre pesando como una imposibilidad: “creo que si uno sobre su existencia. El fatalismo se apodera no conoce su voz ni su casa tampoco de estas vidas y provoca una sumisa conoce nada suyo, muy suyo, como si fuera resignación. La causalidad es sustituida por parte de él” (926). Roberta Johnson sostiene el azar. En ese sentido, Ricardo Diez que “Niebla is a novel about the acquisition subraya que en Niebla, al presentar el azar of knowledge” (96). La circunstancia de que como “consustancial con la vida misma” el propio Augusto desconoce a quienes le (112), Unamuno anticipó un concepto rodean plantea sus creencias en abstracto y fundamental del surrealismo. sus ideas a priori, sin asidero suficiente ni El conocimiento en Niebla es cotejado con la realidad. Augusto cree que planteado, además de como imposibilidad, la realidad está regida acaso por Dios, la como una forma de “transgresión”. Augusto providencia o la naturaleza, y al final de la le dice a su perro: “¿Cómo podéis conocer, narración acepta que la realidad está regida si no pecáis, si vuestro conocimiento no es por un individuo que dice ser su autor. pecado?” (844). Transgresión porque implica Augusto es de los que considera que se entrar en terreno que le está prohibido al obedece a mandatos superiores y que la hombre, según se lo plantea Augusto, porque capacidad de decisión, conocimiento y es ámbito que no le corresponde. Bastará que movilidad del individuo son reducidas. el personaje Unamuno le comunique la Todos los individuos de esta narración decisión de hacerle morir para que Augusto, pueden hacer una vida propia de acuerdo acepte su desaparición y sólo anteponga con su fuero interno, excepto Augusto, quien titubeantes reparos y no se proponga una construye el edificio de su propia pasividad, rebelión contra su supuesto creador. Todos va corroborándola en convicciones tales los demás personajes viven porque tienen su como: “nos llamamos como nos llaman” propia autonomía, una autonomía que no (811). han sustituido por los designios de ningún De diversas maneras, entre los tipo de poder supremo. Augusto acepta su personajes aflora la idea de que la realidad muerte y así lo escribe en vida en el telegrama en alguna medida depende de leyes cuya que debe ser enviado por Liduvina. Augusto comprensión no está a su alcance. Elena, la muere como mismo debe morir una época, esposa de Víctor, profundamente religiosa, un tiempo, un tipo de orden. Muere como “acata los designios de la Providencia” resultado de una crisis existencial, de la (875). Eugenia por su parte considera que misma manera que sucumbe la mascota, “somos juguete” de la fatalidad (913). Son Orfeo: al morir su amo al cual “creía varios los personajes que consideran que hay inmortal” (995) entonces “sintió que se límites para el conocimiento y que hay desmoronaba en su espíritu los

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fundamentos todos de su fe en la vida y en que le han asignado, la madre, la familia, el el mundo” (995). Muere Orfeo porque se pasado, las relaciones sociales, se siente desmorona un mundo, como estaba desubicado en esas camisas de fuerza que desmoronado el del propio Augusto. son los roles predeterminados. De ahí que Niebla es la crítica contra individuos se pregunte si alguien está disponiendo por que han despojado de utilidad al lenguaje y él, acaso dios. Augusto considera además lo han sustituido por un parloteo incesante, la vida como representación de mentiras. carecen de instrumento adecuado para el Fernández Turienzo señala que “el mundo intercambio de ideas y de conocimiento. no forma para Unamuno un cosmos Además de esa supuesta carencia de la racionalmente comprensible” (224), sino que utilidad del lenguaje para comunicarse de está dividido “en sí mismo por un abismo manera efectiva, la novela presenta a un insalvable entre el mundo aparencial y el protagonista que sospecha que la vida es un mundo substancial” (224) y que asimismo juego de máscaras, de intercambio de roles es “extraño al hombre y radicalmente y de permanente simulación: “no hacemos distinto de él” (224). Turienzo apunta a sino representar cada uno su papel” (901), continuación que “sólo esporádicamente reflexiona Augusto. En una escena, Augusto logra el hombre asomarse a ese mundo se encuentra en un parque donde juegan substancial” (224) porque mientras vive “en unos muchachos: “Así jugamos también los un mundo de apariencias que no satisface mayores. ¡Tú no eres tú! ¡Yo no soy yo!” sus ansias, ni le ofrece un asilo seguro” (224). (909). Hay un intercambio de roles, está Hay una fractura de la comunicación de sugerida la vida como la interpretación de Augusto con el exterior social, a cuyo roles, que incluso pueden ser alterados e conocimiento efectivo no accede. intercambiados. Es una concepción de la La desvalorización del uso de la vida como teatro, como representación, palabra llega al punto del demérito también como uso de máscaras. Situación que de la actividad intelectual. De ahí que provoca más extravío y confusión en quienes se topan con Augusto Pérez y quienes como Augusto consideran que es constatan el estado neblinoso de su imposible el conocimiento de la realidad: existencia, su vacío de necesidad y de rumbo, “nadie es el que es, sino el que le hacen los le sugieran que llene su tiempo dedicándose demás” (918), dice Domingo, el empleado a la política o a la filosofía, como si esas de casa de Augusto, uno de los tantos fueran las profesiones ideales para seres con hombres que en esta novela se dedican a un estado de indefinición y desasosiego elucubrar. como el suyo. Augusto le dice a Orfeo que Para asumir su papel en ese teatro se dedicará a la psicología femenina, que de la vida, Augusto se busca en los papeles “ahora se lleva mucho las monografías”

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(929). Es una forma de presentar la vida porque le estorbaba el trabajar…” (937). intelectual como un divertimento ante el Antolín simboliza un intelectual hastío. Desde ese punto de vista, es una ensimismado en férreos límites y avaro en concepción de la vida intelectual como una acumular datos que considera ocupación estéril y desgajada de la realidad conocimiento pero que en verdad son social. infecundos. Niebla fija una crítica hacia El personaje de Víctor escribe una estereotipos de vida intelectual. La actividad novela que es como Niebla, con muchos intelectual es representada mediante diálogos. Escribe una “nivola” (895). Una Antolín, Augusto y el propio Unamuno obra que define con personajes que hablen: como personaje. Debemos acaso considerar “su carácter será el de no tenerlo” (895). El el personaje de Antolín como representación propósito es que “la complacencia del de uno de esos personajes llenos de ínfulas hombre en el habla y en el habla viva (. . .)” que se han apropiado del papel de intelectual (896). Hombres que viven en una especie de hasta el punto de desvirtuarlo. Antolín “se parloteo incesante. La palabra es dedicaba a los estudios de mujeres, aunque desmerecida en su capacidad de expresión más en los libros que no en la vida” (929). y de comunicación de ideas; de ahí que haya Quizás el encuentro de Augusto con Antolín referencias al valor de la palabra no para es uno de los momentos de mayor sarcasmo aludir, sino para mentir. Víctor, al igual que en el texto. Antolín es presentado como un el Unamuno autor de Niebla, concibe un ser rígido, embebido en estudios del texto en que personajes como Augusto Pérez pasado y resignado al presente, con una están descolgados de la realidad social y acumulación de datos sin utilidad práctica existen sólo por su propia gesticulación. De y preocupado más por su vanidad que acuerdo con Diez, los personajes de Niebla realmente por hacer aportes al sufren de “incomunicabilidad”. Subraya el conocimiento. Un hombre encerrado en crítico: la “soledad [de Augusto] es sólo un un presunto culto a la tradición de síntoma de algo más grave: la España, del pasado y el conocimiento incomunicabilidad y esto lo sufren todos los libresco que no se coteja con la práctica. personajes” (183). Refugiados en la niebla, “Huía de la ingeniosidad como de la el sueño y en un interminable abuso de la peste” (933), ironiza el narrador. palabra desgajada de los hechos y del Desdeñoso este tipo de erudito hasta de conocimiento. Augusto considera que “todo los verdaderos creadores: “pertenecía a la es fantasía y no hay más que fantasía. El clase de esos comentadores de Homero que hombre en cuanto habla miente, y en cuanto si Homero mismo redivivo entrase en su se habla a sí mismo, es decir, en cuanto oficina cantando lo echarían a empellones piensa sabiendo que piensa, se miente” 23 Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios. Volumen 6 Número 1, Verano 2008.

(901). Este es un tema que explora Víctor en choque aniquilador. Comprende Augusto su novela: “a la gente le gusta la que: “Las entrañas de la historia son una conversación por la conversación misma, contrahistoria, es un proceso inverso al que aunque no diga nada” (895). Asimismo ella sigue. El río subterráneo va del mar a la Augusto dirige sus monólogos y preguntas fuente” (837). El único destino es hundirse a su perro. Monologa, pero piensa que y desaparecer, luego de un agónico proceso sostiene un diálogo. Es el valor de la palabra de alineación, cuando el individuo y el enunciada como soliloquio, no para presente quedan inundados por la comunicarse realmente. Unamuno contracorriente del pasado. personaje dice que sus diálogos posiblemente son monólogos. Es un uso de la palabra para reafirmarse quien la enuncia, no para un Obras citadas permitir un intercambio. Es el lenguaje Diez, Ricardo. El desarrollo estético de la novela usado de manera que obstaculiza la de Unamuno. Madrid: Playor, 1976. comunicación. Franz, Thomas R. “The Discourse of Class Augusto es un individuo condenado in Niebla.” Revista de Estudios a la desaparición por su propia concepción Hispánicos 29.3 (1995): 521-39. limitada de la realidad. En esta obra parece Galbis, Ignacio R. M. Unamuno: tres sentirse el eco de la caída del poder y personajes existencialistas. Barcelona: dominio económico de España en el siglo Hispam, 1975. XIX, etapa de crisis que marcó el espíritu Johnson, Roberta. Crossfire: Philosophy and de la generación de la cual formaba parte the Novel in Spain, 1900 - 1934. Unamuno. Augusto y España parecen Lexington: University of Kentucky resultados de una suerte de orfandad, Press, 1993. frustración e imposibilidad de continuidad Turienzo, F. Fernández. Unamuno. Ansia de bajo ciertos valores. Augusto tiene que dios y creación literaria. Madrid: desaparecer, porque encarna una forma de Alcalá, 1966. pasado que ha quedado congelada en el Unamuno, Miguel de. Niebla. Barcelona: presente y no encuentra el camino para ser Afrodisio Aguado, 1958. viable. En uno de los momentos más Vauthier, Bénédicte. Niebla de Miguel de intensos del texto, acepta Augusto: “Cada Unamuno: a favor de Cervantes, en hora me llega empujada por las horas que le contra de los “Cervantófilos”. Zurich: precedieron; no he conocido el porvenir” Peter Lang, 1999. (836). Su situación ideológica no se corresponde con su situación en el presente y no logra adentrarse en el porvenir. Es un

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