Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: Una ExperienciaVolumen en Nor 35, Lípez… Nº 2, 2003. Páginas 369-377369 Chungara, Revista de Antropología Chilena

ARQUEOLOGêA, TURISMO Y COMUNIDADES ORIGINARIAS: UNA EXPERIENCIA EN NOR LêPEZ (POTOSê, ) ARCHAEOLOGY, AND INDIGENOUS COMMUNITIES: AN EXPERIENCE FROM NOR LêPEZ (POTOSê, BOLIVIA)

Axel Nielsen*, Justino Calcina**, Bernardino Quispe***

Durante la última década, las lagunas altoandinas de la Reserva Nacional de Fauna Andina “Eduardo Avaroa” (Sud Lípez, Depar- tamento de Potosí) se han convertido en uno de los principales destinos turísticos de Bolivia. Estas excursiones, que parten de Uyuni o de San Pedro de Atacama y duran entre tres y cinco días, dejan escasos beneficios a la población rural, la que sin embargo sufre las consecuencias negativas del turismo sobre el medio ambiente, el patrimonio arqueológico y las relaciones comunitarias. En esta ponencia se discute una experiencia que se encuentran realizando desde 1996 las comunidades de Santiago K y Santiago Chuvica Ðubicadas sobre la ruta que comunica Uyuni con la Reserva AvaroaÐ con un equipo de arqueólogos que está trabajando hace varios años en la región (Proyecto Arqueológico Sur) a fin de desarrollar productos turísticos culturales que puedan insertarse en los circuitos locales, incluyendo la puesta en valor de aspectos seleccionados del patrimonio arqueológico. A través de estas acciones se busca aprovechar los resultados de la investigación científica para fortalecer la participación de los pobladores locales en los beneficios económicos y en la gestión del turismo, desarrollando al mismo tiempo estrategias para la conservación del patrimonio arqueológico regional. Palabras claves: Comunidades indígenas, turismo cultural, Lípez, altiplano boliviano.

During the past decade, the high Andean lagoons of the National Reserve of Andean Fauna “Eduardo Avaroa” (Sud Lípez, Department of Potosí) have become one of the main touristic destinations in Bolivia. These tours, which leave from Uyuni or San Pedro de Atacama and last for three to five days, leave little benefit to the local rural population which, nevertheless, suffers the negative consequences of tourism on the environment, the archaeological heritage, and community relationships. This paper discusses an experience started in 1996 between the communities of Santiago K and Santiago Chuvica Ðlocated on the route that communicates Uyuni with the Avaroa ReserveÐ and a team of archaeologists that have been working for several years in the region (Southern Altiplano Archaeological Project) with the goal of developing cultural touristic products that can be integrated into local tours, including selected components of the archaeological heritage. These actions seek to take advantage of the results of scientific research to strengthen the participation of local people in the economic benefits and administration of tourism, and simultaneously to develop strategies for the conservation of the archaeological resources of the area. Key words: Aboriginal communities, cultural tourism, Lípez, Bolivian altiplano.

Durante la última década, el debate entre pue- debilitamiento de los Estados nacionales en la era blos indígenas y arqueólogos en torno a los dere- de la globalización. Regionalmente, esto se mani- chos sobre el patrimonio cultural arqueológico, fiesta en los movimientos de reivindicación de los incluyendo su control, administración e interpre- pueblos originarios en países como Argentina y tación, ha cobrado singular intensidad en la subárea , que desde el siglo XIX negaron su carácter Centro Sur Andina. Esta discusión es producto multicultural –en especial sus raíces indígenas– Ðentre otrosÐ de dos importantes procesos cultura- como premisa para su constitución en estados-na- les que operan a escala mundial en estos tiempos y ción. Dentro de este proceso, que ya ha conquistado que es preciso considerar al analizar el tema y to- el reconocimiento legal de los pueblos aborígenes y mar posiciones. sus derechos (inciso 17, artículo 75 de la Consti- El primero se refiere al resurgimiento (para- tución Argentina de 1994; Convenio 169 de la OIT; dójico) de las identidades étnicas que acompaña al Ley 19.253 de 1993 en Chile), los testimonios de

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto Interdisciplinario Tilcara, Argentina. [email protected] ** Miembro de la Comunidad Santiago K, Bolivia. *** Miembro de la Comunidad Santiago Chuvica, Bolivia.

Recibido: abril 2002. Aceptado: enero 2003. 370 Axel Nielsen, Justino Calcina y Bernardino Quispe

la historia indígena prehispánica adquieren espe- Algunos arqueólogos, particularmente aque- cial relevancia como referentes objetivos de estas llos que residen lejos de los territorios indígenas y identidades resurgentes.1 que no han sido testigos de los rápidos cambios El segundo proceso se relaciona a la forma- que acabamos de reseñar, se sorprenden ante tales ción de una cultura de élite híbrida y globalizada, cuestionamientos y los perciben como una amena- que entre otras cosas se traduce en el auge de nue- za a su profesión. Dada la falta de formación y re- vas formas de turismo Ðconocidas como Turismo cursos técnicos para garantizar la integridad de los Cultural, Científico, Místico, Receptivo, Rural, sitios y materiales arqueológicos en las comunida- Vivencial, Ecoturismo y Turismo de AventuraÐ que des indígenas, muchos arqueólogos temen que si expresan diversas facetas de un interés creciente se da lugar a estas demandas la integridad del pa- entre los sectores con mayores recursos, sobre todo trimonio y su potencial para la investigación cien- de los países centrales, por acceder a experiencias tífica podrían verse comprometidos. directas de un mundo natural y cultural diverso y La situación actual obliga a redefinir la rela- “prístino” que pareciera desvanecerse ante el avan- ción entre arqueólogos y pueblos originarios, como ce de la modernidad. Estas actividades, que están así también el papel de la arqueología en los países experimentando un rápido crecimiento en el área del centro-sur andino. Este cambio Ðcomo todosÐ andina, confieren al patrimonio cultural arqueoló- suscita temores, pero promete importantes benefi- gico un nuevo valor económico potencial. Frente cios para todos. A los estudiosos del pasado y la al marcado aumento de las desigualdades sociales cultura de los pueblos andinos les ofrece una opor- que caracteriza a esta época, muchas comunidades tunidad de intervenir en el desarrollo de los actua- indígenas –que invariablemente forman parte de les procesos de cambio social a condición de aban- los sectores crecientemente marginadosÐ ponen donar sus torres de marfil; a los grupos indígenas expectativas en utilizar su patrimonio arqueológi- les brinda una forma de enriquecer la comprensión co y cultural general para revertir esta situación de de su propia historia y de potenciar la capacidad exclusión, reclamando sus derechos a participar de de su patrimonio para impulsar un desarrollo eco- nómico sustentable. Para que estas posibilidades los beneficios económicos del turismo. puedan realizarse, sin embargo, es necesario que Por concurrir regularmente a los territorios in- la relación entre arqueólogos y comunidades indí- dígenas a estudiar los testimonios del pasado, los genas tome las características de un diálogo arqueólogos se encuentran entre los primeros a intercultural basado en el respeto mutuo. A partir quienes los pueblos originarios formulan estas le- de este diálogo podría forjarse una alianza que cada gítimas demandas, que en última instancia están día parece ser más necesaria para defender el pa- dirigidas a una sociedad y orden mayor del que trimonio cultural andino frente a la creciente ame- –como científicosÐ forman parte. Los reclamos sue- naza de otras actividades, como el tráfico de anti- len incluir uno o más de los siguientes puntos: güedades, la expansión de la infraestructura de servicios asociada con emprendimientos económi- 1. Mantener los bienes arqueológicos en sus lu- cos de gran escala y el propio turismo sin regula- gares (comunidades) de origen, devolviendo ción, entre otros. los que han sido extraídos anteriormente. En estas páginas comentamos la experiencia 2. Informar a las comunidades los resultados de de un equipo de arqueólogos y dos comunidades las investigaciones en un lenguaje accesible. originarias del altiplano sur de Bolivia que desde 3. Dar participación a las comunidades en la ges- hace cinco años se encuentran trabajando para en- tión de su patrimonio arqueológico, ya sea con tablar una relación de este tipo. Esperamos que esta miras a la investigación, la explotación turísti- experiencia sea de utilidad a otros indígenas y ca o el control del impacto generado por gran- arqueólogos que actualmente buscan nuevas for- des obras. mas de acercarse y trabajar juntos. 4. Respetar las formas culturales locales de in- terpretar y manipular el patrimonio arqueoló- La Coyuntura Regional en Lípez gico, por ejemplo, tomando en cuenta el cono- cimiento tradicional del pasado o evitando la Lípez es el nombre con que se conoce al ex- exhibición de restos humanos. tremo sur del Altiplano boliviano (Departamento Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: Una Experiencia en Nor Lípez… 371

Potosí), comprendido entre el Salar de Uyuni y las le), y pernoctar en alojamientos que por lo general fronteras internacionales con Chile y Argentina. carecen de las comodidades mínimas. Esta región permaneció hasta hace poco relativa- El flujo de turistas a Lípez se origina princi- mente aislada de la infraestructura de comunica- palmente en Uyuni (donde existen alrededor de 40 ciones asociada a las economías de mercado; du- agencias que ofrecen excursiones a la zona) y en rante gran parte del siglo XX se comportó como menor medida en San Pedro de Atacama. El tour zona de expulsión demográfica hacia Argentina, prototípico se desarrolla en vehículos todo terreno Chile y los valles orientales andinos, tendencia que que llevan entre cinco y siete pasajeros, un chofer continúa en la actualidad. Sus habitantes, herede- que suele oficiar de guía y una cocinera. Saliendo ros de una rica tradición cultural que tiene sus orí- de Uyuni, la duración del viaje es de tres a cinco genes en el pasado prehispánico, hablan actualmen- días (Figura 1). te el quechua y se dedican mayoritariamente al pastoreo de llamas y ovejas, combinado en algu- Día 1: Se cruza el Salar de Uyuni, almorzando en nos sectores con el cultivo de papa y quinua o acti- la Isla del Pescado, llegando por la tarde a San Juan vidades mineras. A diferencia de lo que sucede en (Nor Lípez). Alrededor de una decena de vecinos el norte de Chile y noroeste de Argentina, toda la de este pueblo han construido alojamientos, con- población de Lípez se encuentra organizada en sistentes en cuartos con techos de chapa, con 4 a comunidades indígenas desde hace –por lo me- 10 camas cada uno, y baños con toilettes y du- nosÐ medio siglo. En toda la región se practica la chas con calefones de gas. Cada grupo lleva sus propiedad comunitaria de la tierra y en muchas provisiones, las que son elaboradas por la coci- partes se conserva aún el sistema de autoridades nera del tour. originarias. El rincón suroeste de esta región, cercano a la Día 2: Se cruza el Salar de Chiguana, dirigiéndose frontera tripartita con Chile y Argentina, con altu- al sur a lo largo de la Cordillera Occidental, en for- ras mínimas superiores a los 4.300 msnm. y des- ma paralela a la frontera con Chile. Se atraviesan provisto de asentamientos permanentes, ofrece un varias cuencas lacustres de altura rodeadas por paisaje de singular belleza, con lagunas multicolo- imponentes volcanes que ofrecen paisajes de sin- res (Laguna Colorada, Laguna Verde, Laguna Ce- gular belleza. Hacia el paralelo 22¼ latitud sur, se leste), majestuosos volcanes (Uturuncu, Lican- ingresa al gran desierto de Siloli que marca el lí- cabur) y géiseres (Sol de Mañana). Gran parte de mite septentrional de la REA. Por la tarde se arriba esta zona, junto con la cuenca superior del Río a Laguna Colorada. Allí hay dos alojamientos; uno Quetena donde se asientan las comunidades de pertenece a un poblador de la zona, el otro es ad- Quetana Grande y Quetena Chico, se encuentra ministrado por el servicio de Guardaparques de la comprendida en la Reserva Nacional de Fauna Reserva. Andina “Eduardo Avaroa” (REA), creada en 1973 y ampliada en 1981 para alcanzar sus dimensiones actuales. Día 3: Se parte al amanecer para alcanzar los El flujo turístico hacia esta zona se inicia en la Géiseres de Sol de Mañana cuando alcanzan su década de 1980, pero recién cobra auge en los años mayor presión. Algunos grupos inician aquí el re- 90, cuando las llamadas “lagunas altoandinas” se greso, recorriendo con mayor detenimiento Lagu- convirtieron en el segundo lugar más frecuentado na Colorada (donde existe una gran población de por el turismo en Bolivia, superadas sólo por la flamencos) y dirigiéndose desde allí hacia el no- cuenca del Lago Titicaca. Actualmente visitan la reste para llegar a Alota a descansar. Otros siguen REA casi 40.000 turistas por año, cantidad que se hacia el sur, pasando los baños termales de Polques; estima que continuará aumentando en los próxi- quienes llegan con tiempo aprovechan para darse mos años. Para apreciar el significado de estas ci- una rápida zambullida. Se atraviesa luego la vasta fras, hay que tener en cuenta que para llegar es planicie volcánica de Pampa Jara para arribar a necesario viajar entre 10 y 12 horas en vehículo Laguna Verde, próxima al límite con Chile. Por la liviano doble tracción por caminos en muy mal tarde se llega a Quetena. Tanto Quetena como Alota estado desde Uyuni, la ciudad boliviana más próxi- cuentan con alojamientos similares a los ya des- ma, o 3 horas desde San Pedro de Atacama (Chi- critos. 372 Axel Nielsen, Justino Calcina y Bernardino Quispe

Figura 1. Circuito turístico en el Altiplano de Lípez, sur de Bolivia. Tourist circuit in the highland of Lípez, southern Bolivia.

Día 4: Quienes pasaron la noche en Alota llegan a (v.gr., sin planificación alguna y como resultado Uyuni temprano por la tarde. Quienes salen desde de iniciativas privadas aisladas) y “exógeno” (v.gr., Quetena hacia Alota pueden visitar el pukara de no ha sido elegido por la población local, la que Mallku (sobre el que no se ofrece información his- tampoco ha tenido oportunidad de intervenir en su tórica alguna), llegando a Uyuni a última hora de diseño, desarrollo o administración). Los benefi- la tarde. cios económicos de esta industria recaen en su mayor parte sobre las empresas de turismo de Estos tours, que admiten algunas variantes Uyuni y otros centros urbanos de Bolivia y Chile. menores, suelen costar alrededor de 100 dólares Tal como está organizada actualmente la actividad, por persona en grupos de un mínimo de cuatro e la única participación económica de la población incluyen alojamiento, comida, transporte y guía. se da a través del servicio de alojamiento que, como Desde 1998 la Reserva cobra un pequeño dere- se señaló oportunamente, está concentrado en un cho de ingreso. La mayor parte de quienes con- número reducido de vecinos de tres o cuatro loca- tratan estos servicios son jóvenes europeos y en lidades. menor medida norteamericanos e israelíes. Algu- Más compartidos están los perjuicios que oca- nos de ellos vienen directamente a Uyuni para siona el turismo a las comunidades originarias y a emprender este viaje; otros lo contratan en Potosí su patrimonio. El interés que muestran los visitan- o La Paz. tes por el pasado local ha llevado a una depreda- Cabe destacar que el turismo en esta región se ción sistemática del patrimonio arqueológico. A ha desarrollado como un fenómeno “espontáneo” veces los mismos turistas recogen fragmentos Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: Una Experiencia en Nor Lípez… 373

cerámicos o puntas de flecha como recuerdos de actividad turística y las que se encuentran al mar- los sitios arqueológicos que visitan sin control al- gen de ella. Más allá de la legitimidad de los recla- guno. Además los sitios arqueológicos a veces son mos de cada parte, las primeras cuentan con ma- elegidos como lugares para hacer picnic, agregan- yores recursos para resolver estos conflictos en su do así la colecta de souvenirs como un atractivo favor; por ejemplo, enviando representantes a La más a la parada del almuerzo. En otros casos, son Paz o Potosí para llevar adelante gestiones ante los propios pobladores quienes recogen objetos autoridades nacionales y departamentales. arqueológicos para la venta. De este modo, en Por supuesto, no son los campesinos o las co- muchos alojamientos el pasajero puede adquirir munidades los responsables de estos problemas; puntas de flecha que los niños recogen en el curso su reacción es en gran medida una respuesta racio- de sus labores de pastoreo. Algunos vecinos de una nal a las condiciones estructurales en que se ha de las comunidades donde se alojan los turistas en desarrollado el turismo y a la imposibilidad de par- tránsito han sido más creativos aún; advertidos del ticipar en la gestión del proceso. Así, por ejemplo, interés que despertaría en los turistas la existencia la enajenación del patrimonio arqueológico apare- de un museo en la localidad, han puesto manos a la ce como una estrategia eficaz a corto plazo Ðaun- obra, extrayendo sin asesoramiento alguno todo que obviamente insostenible a mediano plazoÐ para tipo de piezas de los cementerios de chullpa de la insertarse en un proceso económico del que están zona, que hasta hace pocos años estaban excepcio- siendo excluidos. Las consecuencias de esta nalmente bien conservados. Hasta el año 2001 se mercantilización del patrimonio para la cultura lo- exhibían en una sala cerca de San Juan vasijas, ar- cal son evidentemente perjudiciales, aunque actual- tefactos de metal, tejidos, momias, cestas, sogas y mente difíciles de evaluar en todas sus implicacio- otra cantidad de objetos antiguos que han perdido nes. Hasta hace una década, los pobladores de Lípez irreversiblemente toda relación con su contexto y convivían con los testimonios de sus ancestros, que por lo tanto la mayor parte de su potencial para la jugaban un papel activo en la reproducción de un investigación. mundo cargado de sentido. Hasta hace poco era Otro tipo de impacto social se produce al inte- común escuchar que “el abuelo” o “el chullpa” (re- rior de las comunidades que el turismo contacta en firiéndose por ejemplo a una momia semiexpuesta) sus recorridos. Los vecinos que contaban con más cuidan los rastrojos o nos protegen de los intrusos. recursos invirtieron en la construcción de aloja- Hoy estos objetos se venden, como si fueran lo mientos. La posibilidad de acceder a una entrada único de valor que la población local tiene para el regular por este medio, ha resultado en un rápido extranjero y la única forma de ofrecérselo. crecimiento de las desigualdades en el seno de es- Una característica particularmente llamativa tas comunidades que, hasta hace pocos años, prac- del turismo en Lípez es la ausencia de situaciones ticaban una economía casi totalmente al margen en las que se produzca un contacto significativo del dinero. A medida que se acentúan estas dife- entre el visitante y la sociedad o cultura locales. rencias, los intereses de este sector y del resto de Luego de cuatro días de fotografiar paisajes y ob- los comuneros vinculados a la producción rural de servar aves, el turista retorna a Uyuni sin haber subsistencia difieren y hasta pueden tornarse con- experimentado encuentros humanos significativos tradictorios, socavando algunas de las pautas de (salvo quizás con otros pasajeros en su grupo) y en relación básicas sobre las que descansa la repro- una total ignorancia respecto a la identidad o la ducción material, social y cultural de la comuni- historia de las personas que lo alojaron o que avistó dad. De este modo, por ejemplo, algunos de los por la ventanilla de la camioneta. La experiencia más beneficiados por la nueva industria comien- no es menos alienante para los pobladores del lu- zan a plantear la conveniencia de dividir las tierras gar. Recordamos a un joven pastor de Sud Lípez de la comunidad entre sus miembros, dándoles así que una vez nos preguntó con evidente preocupa- a cada uno la “libertad” para desarrollarse econó- ción si estábamos enterados de los planes de los micamente. “turistos”, esa gente extraña que ya había instala- Las desigualdades y conflictos de intereses que do sus oficinas en Uyuni con el propósito de apo- acabamos de apuntar entre vecinos son más seve- derarse de las tierras de Bolivia y expulsar de allí a ros aún entre las comunidades que participan de la sus actuales pobladores. 374 Axel Nielsen, Justino Calcina y Bernardino Quispe

El Proyecto Lakaya logos que, además del conocimiento que comen- zaban a generar sobre el pasado de la zona con sus En este contexto se inició en 1996 el Proyecto excavaciones, prospecciones y análisis, existía otro Lakaya (que literalmente significa “pueblo en rui- conocimiento aún vivo en la memoria de los an- nas”), un esfuerzo compartido entre un equipo de cianos. Mediante este acto sencillo pero imperati- arqueólogos que trabaja en la región hace varios vo, la comunidad reclamaba su derecho a partici- años (Proyecto Arqueológico Altiplano Sur)2 y par en la construcción de su propia historia. A partir miembros de las comunidades de Santiago K y de entonces, se han realizado varias celebraciones Santiago Chuvica (Provincia Nor Lípez). Su obje- de este tipo, a las que la comunidad ha agregado tivo es apoyar a las comunidades de la región para otras manifestaciones de su patrimonio cultural, que puedan aprovechar su patrimonio arqueológi- como comidas, bailes, música, prácticas artesanales co en función del turismo, favoreciendo su partici- y representaciones teatrales. pación tanto en la gestión como en los beneficios Estos encuentros –podríamos llamarlos “ritua- económicos de esta actividad, mitigando simultá- les”– sintetizan el espíritu del proyecto, que en to- neamente sus impactos negativos para la naturale- das sus acciones busca respetar dos premisas fun- za, la sociedad y la cultura locales. damentales: autogestión e interculturalidad. La El proyecto nació por iniciativa de algunos autogestión se traduce en la participación activa miembros de las comunidades, quienes al enterarse de las comunidades o sus representantes en todas de las investigaciones que se estaban desarrollando, las instancias de desarrollo del trabajo, desde la contactaron a los arqueólogos que se encontraba planificación y diseño a la investigación y ejecu- relevando el vasto asentamiento prehispánico de ción de tareas, creación de organizaciones y eva- Lakaya, cercano a la ruta que une Uyuni con las luación de resultados. La interculturalidad reside lagunas altoandinas, manifestando su interés por en la búsqueda de un equilibrio entre las lógicas participar en los estudios y solicitando asesoramien- culturales de la comunidad local, del equipo técni- to para la puesta en valor de las ruinas. La colabo- co y de otros agentes que participan en el proceso ración que convenimos en desarrollar a partir de (turistas, agencias de turismo, instituciones de aquel momento hubiera sido similar a tantos otros financiamiento, etc.). Así se busca facilitar la apro- proyectos de transferencia y difusión científica, de piación efectiva de los resultados por parte de la no haber mediado una acción espontánea de la pro- comunidad, reducir al mínimo los desajustes entre pia comunidad, que desde el comienzo planteó al necesidades y metas y aprovechar la propia diná- proyecto como un espacio de diálogo intercultural. mica de desarrollo del proyecto para fortalecer los Al llegar a su término aquel viaje de 1996 en mecanismos de organización ya existentes en las que se acordó la realización del proyecto, el Umachi comunidades y la cultura local. Ðhombre de conocimiento encargado de velar por Hasta el momento el proyecto ha encarado tres las “costumbres”– de Santiago convocó a los ar- líneas de acción: (1) puesta en valor de componen- queólogos y a la comunidad en general a una re- tes seleccionados del patrimonio cultural (arqueo- unión en la antigua plaza del sitio arqueológico lógico, arquitectónico e inmaterial); (2) desarrollo sobre cuya puesta en valor se acordó trabajar. Nu- de la infraestructura necesaria para recibir a los merosos miembros de las dos comunidades llega- visitantes y otros mecanismos para canalizar la ron allí vistiendo sus trajes tradicionales (axus, mayor cantidad posible de beneficios económicos ponchos, chulos), encabezados por sus autorida- del turismo hacia las comunidades, y (3) diseño de des originarias portando sus bastones o Tata Reyes estrategias para prevenir y mitigar el impacto del y demás emblemas de mando, quienes por varias turismo sobre la sociedad y cultura locales. En el horas obsequiaron a los arqueólogos –en quechua– futuro inmediato se espera abordar tareas de difu- sus memorias sobre quiénes habían vivido antigua- sión y comercialización destinadas a insertar los mente en el lugar (v.gr., los chullpa, la civilización nuevos productos desarrollados en los circuitos anterior a la aparición del sol), relato que fue re- turísticos regionales (publicidad, acuerdos con ope- matado con una ch«alla a los antiguos, invocando radores turísticos). su protección para el desarrollo del proyecto. De Las tareas de puesta en valor se inician con la este modo la comunidad recordaba a los arqueó- selección, junto con la comunidad, de componen- Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: Una Experiencia en Nor Lípez… 375

tes del patrimonio aptos para su exhibición en fun- corrido. Esta folletería, como todo el material ción de su relevancia histórica y cultural y la interpretativo que se está elaborando en el proyec- factibilidad de su preservación. Hasta el momento to (por ejemplo, síntesis de la historia regional), se eligieron con este fin el sitio arqueológico de tiene una estructura “dialógica”, que incorpora tan- Lakaya y el sector antiguo del pueblo de Santiago, to aproximaciones tradicionales como científicas construido enteramente en piedra en el siglo XVIII al conocimiento del pasado y la realidad local. En sobre las ruinas del asentamiento Inka-Hispano el caso de Lakaya, el folleto está ilustrado con fo- Indígena de Chuquilla. Además, se estudia junto tos, planos y dibujos sobre los chullpa confeccio- con la comunidad la posibilidad de poner en valor nados por los niños de la escuela (Figura 2), mien- alguna fiesta o celebración tradicional y el desa- tras que los textos correspondientes a cada estación rrollo de un museo arqueológico. Con este fin, se señalizada en el sendero se ofrecen en dos tipogra- inició la formación de una colección arqueológica fías; una de ellas presenta información generada a partir de donaciones de los vecinos de piezas que desde la lógica científica, la otra recoge algunos ya poseían como resultado de hallazgos fortuitos. de los aportes locales recopilados durante los ta- Se realizaron además algunos rescates de objetos lleres de historia oral, como lo ejemplifica el si- en lugares señalados por los miembros de la co- guiente extracto: munidad. La colección cuenta ya con más de un centenar de piezas, algunas de gran valor estético Cuentan que antiguamente, antes que exis- y significación arqueológica, las que se encuen- tiera el sol, habitaba esta tierra la raza de tran inventariadas y almacenadas en el los chullpa, gente fría, que vivía en la os- corregimiento de Santiago K bajo custodia de las curidad o iluminada sólo por la luz de la autoridades originarias. luna y comía todo crudo. En aquel tiempo La puesta en valor de Lakaya comenzó por la la llama hablaba con el hombre. Un día producción de la información necesaria para su llegó el Inka trayendo el sol y el fuego. interpretación, lo que implicó dos tipos de activi- Heridos por la claridad y el calor, los chullpa trataron de protegerse refugián- dades. Por una parte, se dedicaron dos temporadas dose en sus casitas, que son como hornitos de investigación arqueológica al sitio; en ellas se redondos, o en cuevas y grietas entre las levantó la planimetría completa, se excavaron dos peñas, donde aún se los encuentra viviendas de diferentes épocas y algunas estructu- “charquiados” junto a sus platitos y sus ras asociadas a la plaza central. En todos estos tra- cositas, escondiendo sus rostros del sol. A bajos participaron miembros de las comunidades, partir de entonces, los chullpa se fueron que tuvieron así oportunidad de familiarizarse con extinguiendo, aunque dicen que hasta hace la lógica de producción del conocimiento científi- poco todavía quedaban algunos viejitos. co, “desmitificando” esta forma de conocimiento y allanando así el diálogo intercultural. Por otra Lakaya Ðque en quechua significa “pue- parte, se realizaron talleres de historia oral con los blo en ruinas”– es uno de los asenta- niños de las escuelas de ambas comunidades y otros mientos precolombinos más importantes con personas mayores, en los pueblos y en el pro- de Lípez, nombre con que se conoce al pio sitio, relevando así aspectos del conocimiento Altiplano boliviano al sur del Salar de tradicional sobre la historia de la región. En estos Uyuni. El sitio cubre unas 7 hectáreas dis- talleres se apeló a diversos medios para evocar y tribuidas en dos sectores principales: un comunicar la información, incluyendo el relato tan- reducto fortificado en lo alto y un pobla- to en quechua como en español, o la palabra escri- do a sus pies. Fue habitado entre los si- ta y el dibujo. glos XII y XVII d.C., una época marcada A partir de estas dos vertientes de información por profundos cambios sociales y políti- –el método científico y la tradición– se definió un cos, incluyendo la expansión y caída del sendero para recorrer el sitio que fue limpiado y imperio Inka y la conquista española de señalizado mediante faenas comunitarias y se ela- América. Recorrer Lakaya es una oportu- boró un folleto español-inglés que brinda los datos nidad de recordar este agitado período de mínimos necesarios para la interpretación del re- la historia de los pueblos andinos. 376 Axel Nielsen, Justino Calcina y Bernardino Quispe

Figura 2: Uno de los dibujos que ilustra el folleto interpretativo de Lakaya (autora Maribel Mamaní Calcina, 10 años). One of the drawings that illustrates the brochure of the Lakaya project (drawing by Maribel Mamaní Calcina, 10 years old).

La puesta en valor incluyó además la construc- reactivar y fortalecer la producción artesanal local ción mediante faenas comunitarias de la infraes- Ðespecialmente tejidos en telar con lana de llama tructura necesaria para la recepción de visitantes: teñida con tintes naturales, a cargo de las comisio- cerco, estacionamiento, caseta de recepción y ba- nes de madresÐ y el desarrollo de otros productos ños, y la realización de un primer cursillo de guías para la venta (postales, otros textos sobre la histo- en el que participó un centenar de personas. Para ria regional). El alojamiento, que tendrá capacidad administrar los ingresos que generen las visitas al para unas 25 personas e incluirá un comedor, está sitio se creó una comisión con representantes de siendo construido reciclando un antiguo local de ambas comunidades. Actualmente se está tramitan- la comunidad con materiales donados por diversos do ante el gobierno nacional la declaratoria de organismos y según diseño de arquitectos incor- Lakaya como Parque Arqueológico y la entrega porados al proyecto que respetaron las pautas oficial a las comunidades para su administración. edilicias del sector antiguo del pueblo. Como en el El sitio abrió las puertas a los visitantes en el curso caso de Lakaya, su inauguración estaba prevista de 2002. para 2002. La segunda línea de trabajo concierne al desa- La tercera línea de acción está referida a la rrollo de mecanismos para canalizar la mayor can- prevención y mitigación del impacto que provoca- tidad posible de beneficios económicos del turis- rá el turismo sobre la sociedad y la cultura local. A mo a las comunidades. Esto incluye, entre otros, la tal efecto, se elaboró un plan de ordenamiento de construcción de un alojamiento comunitariamente la actividad en Santiago K –que restringe los ám- administrado en Santiago K, talleres destinados a bitos de circulación de los visitantes a fin de limi- Arqueología, Turismo y Comunidades Originarias: Una Experiencia en Nor Lípez… 377

tar la interferencia con la vida cotidiana de la co- una condición necesaria para proteger ese patrimo- munidad– y un plan de control de residuos. Más nio de los múltiples factores que actualmente lo allá de esto, la inminente llegada del turismo al amenazan. Para que esta alianza pueda concretar- lugar, los múltiples modos en que esto afectará su se es preciso que ambas partes se relacionen en un vida y las formas en que estos efectos podrían ser marco de respeto mutuo en el que se contemple la manejados, se han instalado como temas centrales gestión compartida del patrimonio arqueológico y de reflexión y discusión en la comunidad, siendo se acepte la legitimidad de múltiples formas cultu- debatidos entre vecinos, en la escuela y en asam- rales de abordarlo. Como ejemplo de esta posibili- bleas. En este sentido, creemos que el desenvolvi- dad hemos descrito el caso de la colaboración es- miento del propio proyecto, por su dinámica de tablecida en los últimos años entre el Proyecto diálogo intercultural, por actuar como espejo del Arqueológico Altiplano Sur y algunas comunida- patrimonio local (donde la práctica cultural en sí des de Nor Lípez con el propósito de utilizar com- se asume como un bien que puede ser mostrado al ponentes seleccionados de su patrimonio arqueo- otro) y por incorporar periódicamente un número lógico para contribuir al desarrollo económico local limitado de extraños al lugar durante los últimos a través del turismo. Esperamos que este proyecto cinco años, ha operado eficazmente como oportu- contribuya a facilitar su participación en esta acti- nidad para que la propia comunidad elabore sus vidad, aunque estamos conscientes de la compleji- estrategias para manejar a los visitantes. dad del problema y lo limitada que es nuestra ca- pacidad de intervenir en los procesos económicos Conclusión y culturales involucrados. Confiamos, sin embar- go, en que el diálogo intercultural establecido sir- Hasta aquí hemos argumentado que la coope- va para fortalecer la capacidad de las comunidades ración entre arqueólogos y comunidades origina- originarias para enfrentar lo diferente sin olvidar rias en torno a la administración y conservación lo propio, y a los científicos sociales, para recor- del patrimonio arqueológico andino no sólo es po- darles que la suya es sólo una forma cultural más sible y potencialmente beneficiosa para ambos, sino de aproximarse a la historia y a la realidad.

Notas

1 Es importante destacar que el vínculo entre las comunida- que asumen el patrimonio arqueológico local como em- des indígenas y el patrimonio arqueológico es de naturale- blema de su identidad. za cultural, tiene su origen Ðy encuentra su legitimidadÐ 2 Las investigaciones arqueológicas del PAAS, así como las en la identificación consciente con un pasado y con el con- actividades de puesta en valor del patrimonio descritas en junto de restos materiales que dan testimonio de él, más este trabajo, se vienen realizando a través de un convenio allá de las relaciones biológicas de descendencia que pue- con el Viceministerio de Cultura de Bolivia y han contado dan existir entre los individuos y las poblaciones creadoras con el apoyo de las autoridades de la Unidad Nacional de de componentes específicos de ese patrimonio. Así lo Arqueología (UNAR). Financiaron estos proyectos el Con- ejemplifican los numerosos inmigrantes e hijos o nietos de sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, la inmigrantes de países vecinos que integran las comunida- Universidad Nacional de Jujuy y la Fundación Levi Strauss, des indígenas recientemente constituidas en Argentina y Argentina. 378 Axel Nielsen, Justino Calcina y Bernardino Quispe