P0801/36-00

TRIBUNAL DE SENTENCIA: , La Paz, a las diecisiete horas con quince minutos del treinta de mayo del año dos mil.-

Sentencia definitiva dictada en la causa número 11Z-4C1-00 seguida contra ORLANDO VENTURA GALVEZ, de veinticinco años de edad, empleado, soltero, salvadoreño, originario de , residente en Barrio "El Centro" de esa misma jurisdicción, Departamento de La Paz, hijo de Blanca Lidia Gálvez y de Candelario Ventura; NELSON EDGARDO ZULIN, de treinta y cuatro años de edad, empleado, casado, originario de Santa Ana, con residencia en final primera calle oriente N° 35, Barrio "Candelaria", Zacatecoluca, hijo de Efrain Alvarado y de Eva Esperanza Zulín; y JUAN JOSE MARROQUIN ó JUAN JOSE MARROQUIN MEJIA, de treinta y nueve años de edad, empleado, soltero, originario de San Juan Opico, con residencia en Colonia "Joya de Cerén", calle "B" N° 21, San Juan Opico, La Libertad, hijo de Santos Emilio Marroquín y de Margarita del Tránsito Mejía; los tres por el delito calificado provisionalmente como HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado y sancionado en el artículo 129, N° 3, 5, y 8 del Código Penal, en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS.

Los acusados NELSON EDGARDO ZULIN y JUAN JOSE MARROQUIN MEJIA fueron sobreseidos provisionalmente en la audiencia preliminar, por lo que el auto de apertura a juicio solo se pronunció en contra de Orlando Ventura Galvez.

La vista pública se realizó con la inmediación de los Jueces Francisco Elíseo Ortíz Ruíz, Rafael Antonio del Cid Castro y Leonardo Ramírez Murcia y fue dirigida por el primero. Participaron, como agente auxiliar del Fiscal General de la República, los Licenciados CARLOS ALBERTO GODOY HERNANDEZ Y JAIME WALTER SEGOVIA CUELLAR, y como defensores particulares del acusado, los abogados ORLANDO RAFAEL CAÑAS CUBIAS, AQUILES ROBERTO PARADA Y RIGOBERTO FLORES ZELAYA, estuvo también presente la ofendida ROSA HILDA AVALOS, madre de la víctima.

I. En la presente causa y sobre los antecedentes procesales de esta vista pública, el Tribunal de Sentencia CONSIDERA:

A. Que el once de octubre del año recién pasado, la Fiscalía General de la República presentó escrito de acusación ante el Juzgado de Instrucción de en contra de ORLANDO VENTURA GALVEZ, NELSON EDGARDO ZULIN y JUAN JOSE MARROQUIN MEJIA, por atribuirles la comisión del delito de HOMICIDIO AGRAVADO (Arts. 129 N° 4, 5 y 8 Pn.) en perjuicio de Jorge Alberto Casco Avalos.

La acusación anterior la Fiscalía la fundamentó en el siguiente hecho:

Que el día cuatro de febrero del año recién pasado, entre las once y las doce horas, en la calle principal del Barrio "El Calvario" de , de este departamento, agentes de la policía nacional civil realizaron un registro y allanamiento en la casa del señor Juan Barrera, conocido como "Cachucha", por presumir que en ese lugar se expendía y almacenaba droga; que la comisión de la Policía, sección antinarcóticos de La Paz, estaba integrada por el sargento Miguel Angel Sánchez Aguilar, agentes Jesús Antonio Díaz Velásquez, Orlando Ventura Gálvez, sargento José Carbilio Castro Cáceres y agente Cruz Merino; participaron, además, los agentes de la subdelegación de "El Pedregal", Nélson Edgardo Zulin Alvarado, Juan José Marroquín Mejía y otro no identificado; intervinieron también personal del Laboratorio de Investigación Científica del Delito de la Policía Nacional Civil; que al apersonarse al lugar, salió del interior de dicha casa un sujeto a quien posteriormente identificaron como Jorge Alberto Casco Avalos, el cual corrió hacia un predio baldío; que los agentes le mandaron alto, pero no obedeció, por lo que fue perseguido por Nélson Edgardo Zulín, Juan José Marroquín Mejía y Orlando Ventura Gálvez; que estos agentes, al darle alcance en el interior de un manglar del estero de La Herradura, procedieron a agredirlo físicamente por varios minutos, tirándolo contra el suelo, poniéndole los pies en el cuello, golpeándolo en diferentes partes del cuerpo con los puños y bastones que portaban; que luego lo sacaron del estero y a empujones, ya esposado, lo introdujeron a un vehículo policial y posteriormente lo condujeron al puesto policial de esa localidad; que después de estar en el puesto policial, el señor Jorge Alberto Casco Avalos fue llevado hacia el Hospital Nacional "Santa Teresa" de esta ciudad, pero falleció en el camino; que según la autopsia practicada a la víctima, esta presentaba trauma severo y cerrado de tórax, provocado por múltiples golpes; y que el exámen toxicológico demostró que no existía evidencia de consumo de droga en su cuerpo.

La representación fiscal calificó el anterior hecho como HOMICIDIO AGRAVADO, delito tipificado y sancionado en el artículo 129 N° 3, 5 y 8 del Código Penal, en perjuicio de Jorge Alberto Casco Avalos.

El hecho atribuido a Orlando Ventura Galvez, la Fiscalía ofreció probarlo con las declaraciones de los testigos Rosa Hilda Avalos, Jorge Casco, Reynaldo Salvador Palacios, Mauricio Antonio Pineda Escamilla, Blanca Haydeé Ayala Avalos, Ana Silvia Zavala, Juana Flores, Nora Isabel Casco, Erick Antonio Ferrufino Machado, Alba Yanira Cortez Lara, Jesús Antonio Díaz Velásquez, Daniel Zavala, María Drusila Belloso Villalta, María Evelia Sosa Avalos, Felipe Huezo Azúcar, Andrés Alexander Ramírez Medrano, Miguel Angel Sánchez Aguilar, Jose Carbilio Castro Cáceres, Juan Antonio Cruz Medina, Isrrael de Jesús Hernández, José Adonay Duarte Elías y Esteban Guzmán Mate; que también ofreció como prueba documental la copia del oficio del Sub-jefe de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil de San Salvador; la certificación de las diligencias oficiales a cargo del fiscal Erick Ferrufino Machado; la autopsia número A-99- 33VS y las ilustraciones del cadáver; el análisis toxicólogo practicado a la víctima; el informe oficial de la Policía Nacional Civil de esta ciudad sobre el personal que participó en la captura de Jorge Alberto Casco Avalos; la inspección y el croquis de ubicación en el lugar de los hechos; todos los anticipos de prueba producidos ante control judicial y que se encuentran anexos al expediente del caso; el acta de inspección practicada en el Hospital "Santa Teresa" de Zacatecoluca; y el reconocimiento médico forense del cadáver y copia del protocolo del levantamiento del mismo; y copia de un informe rendido a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos por el jefe de la Policía Nacional Civil de La Paz. Que en la audiencia preliminar, celebrada a las ocho horas con treinta minutos del veintiuno de enero del corriente año, la Señora Jueza de Instrucción de San Luis Talpa admitió la acusación y toda la prueba ofrecida por la representación fiscal, pero únicamente en relación a Orlando Ventura Gálvez, pues sobreseyó provisionalmente a Nélson Edgardo Zulín y a Juan José Marroquín Mejia; y mantuvo la calificación dada al hecho por la Fiscalía; también admitió la prueba de descargo ofrecida por la defensa, la cual consistió en las declaraciones de José Carbilio Castro Cáceres, Miguel Angel Sánchez Aguilar, Jesús Antonio Díaz Velázquez, Juan Antonio Cruz Medina, Alba Yanira Cortez Lara, Israel de Jesús Hernández, José Adonay Duarte Elías, Esteban Guzmán Mate, Andrés Alexander Ramírez Medrano y Erick Antonio Ferrufino Machado; lo mismo que la copia de oficio del Subjefe de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil de San Salvador, la certificación de las diligencias realizadas por el fiscal antinarcóticos Erick Antonio Ferrufino Machado; el reconocimiento médico forense y copia del protocolo del levantamiento del cadáver de Jorge Alberto Casco Avalos, el informe del personal policial que participó en el operativo en que se capturó a la víctima y copia del informe de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos; asimismo ordenó de oficio el reconocimiento en rueda de personas de los tres acusados, por parte de la testigo María Drusila Belloso Villalta; en el mismo auto decretó apertura a juicio sólo contra ORLANDO VENTURA GÁLVEZ, por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO (Art. 129 N° 3, 5 y 8 Pn.) en perjuicio de la vida de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS; y finalmente remitió el expediente de la causa a este Tribunal de Sentencia.

B. Que a las once horas del veintiséis de enero del corriente año, este Tribunal de Sentencia resolvió confirmar el auto de apertura a juicio de la causa y señaló día y hora de la vista pública para decidir sobre la acusación en contra de ORLANDO VENTURA GALVEZ, por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO, (Art. 129 N° 3, 5 y 8 Pn.) en perjuicio de la vida de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS. Esta resolución se basó en las razones siguientes:

1. Que de la lectura del artículo 19 Pr. Pn. en relación con el 26 y 28 Pr. Pn., se concluye que la acción penal por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO es estrictamente pública, por lo que corresponde su ejercicio directo a la Fiscalía General de la República. 2. Que según el artículo 53 N° 1 Pr. Pn., corresponde al Tribunal de Sentencia conocer de manera colegiada de la etapa plenaria y de la vista pública del delito de HOMICIDIO AGRAVADO. 3. Que del estudio realizado al expediente del caso, este Tribunal concluyó que se cumplió en una medida legal aceptable con el objeto de la instrucción a que se refiere el artículo 265 Pr. Pn., el cual consiste en la preparación de las condiciones para celebrar válidamente la vista pública, mediante la recolección de todos los elementos necesarios y suficientes que permitan fundar la acusación y garantizar la defensa del imputado.

C. Que después de notificados la confirmación del auto de apertura a juicio y el señalamiento de día y hora para la realización de la vista pública, las partes no ejercieron el derecho a oponer excepciones y recusaciones contenido en el artículo 324 inciso 2° Pr. Pn.. I. Que en la vista pública de la causa celebrada en esta fecha para decidir sobre la acusación en contra de ORLANDO VENTURA GALVEZ por el delito de HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado y sancionado en el artículo 129 N° 3, 5 y 8 Pn., en perjuicio del señor JORGE ALBERTO CASCO AVALOS, este Tribunal de Sentencia llegó a la convicción siguiente:

A. SOBRE LA EXISTENCIA DEL HECHO ATRIBUIDO A ORLANDO VENTURA GALVEZ.

Que en lo relevante la Fiscalía acusó a Orlando Ventura Gálvez de la comisión del siguiente hecho:

Que el día cuatro de febrero del año recién pasado, entre las once y las doce horas, en la calle principal del Barrio "El Calvario" de San Luis La Herradura de este departamento, agentes de la Policía Nacional Civil realizaron un registro y allanamiento en la casa del señor Juan Barrera por presumir que en ese lugar se expendía y almacenaba droga; que la comisión de la Policía estaba integrada por agentes de la sección antinarcóticos de La Paz y de la Subdelegación de "El Pedregal" entre los cuales se encontraban Orlando Ventura Gálvez, Nélson Edgardo Zulín Alvarado y Juan José Marroquín Mejía; que al apersonarse al lugar salió del interior de dicha casa un sujeto que posteriormente identificaron como Jorge Alberto Casco Avalos, el cual corrió hacia un predio baldío; que los agentes le mandaron alto, pero no obedeció, por lo que fue perseguido por Ventura Galvez, Zulín Alvarado y Marroquín Mejía; que después de darle persecución y alcanzarlo en el interior del estero, Orlando Ventura Galvez y los otros agentes golpearon en todo el cuerpo a Casco Avalos con sus puños y piés, hasta dejarlo en estado agónico; que después esos agentes lo llevaron al puesto policial de "La Herradura" en un vehículo policial, pero falleció cuando lo conducían al Hospital "Santa Teresa" de Zacatecoluca, a causa de los múltiples golpes recibidos.

* DE LA PRUEBA DE CARGO.

Que para demostrar la existencia del hecho anterior, en la vista pública la Fiscalía presentó como prueba de cargo las declaraciones de Erick Ferrufino Machado, Alba Yanira Cortez Lara, Jesús Antonio Díaz Velázquez, Daniel Zavala, María Drusila Belloso Villalta, María Evelia Sosa Avalos y Felipe Huezo Azúcar; también ofreció como prueba documental y documentada la copia de oficio dirigido a la subregional de Zacatecoluca de la Fiscalía por el Subjefe de la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil de San Salvador; la certificación de las diligencias oficiales a cargo del fiscal antinarcotráfico Erick Antonio Ferrufino Machado; la autopsia número A-99-33VS; las ilustraciones del cadáver de Jorge Alberto Casco Avalos; el análisis toxicológico practicado a la víctima; el informe oficial de la Policía Nacional Civil de Zacatecoluca sobre el personal que participó en el procedimiento en que se capturó a la víctima; la inspección y el croquis de ubicación en el lugar de los hechos; los anticipos de prueba que se encuentran anexos al expediente del caso. Que después de valorar esa prueba, en relación a la prueba y argumentos de descargo que más adelante se consideran, en lo fundamental este Tribunal de Sentencia consideró suficientemente establecido el hecho atribuido al acusado, con base en los medios siguientes:

1. Con el resumen de la autopsia de la víctima, practicado a las dieciséis horas del cuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve, por el Doctor Mauricio Antonio Pineda Escamilla, médico forense del Instituto de Medicina Legal "Doctor Roberto Masferrer", en el cual consta que el cadáver presentaba señales de aplastamiento de cara, tórax y miembros superiores; y que la evidencia interna reveló ruptura del parénquima pulmonar, lo que produjo su fallecimiento. 2. Con el dicho de FELIPE HUEZO AZÚCAR, quien en calidad de testigo declaró en la vista pública y en lo principal dijo: Que como a eso de las doce horas con treinta minutos del día cuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve, cuando se encontraba en la puerta de su casa, observó que un policía perseguía a un sujeto que se tiró al lodo; que dicho policía hizo dos disparos al aire y continúo persiguiendo al sujeto, el cual en ese momento para él era desconocido; y que segundos después llegó otro policía, el cual pidió permiso para pasar; que observó que el primer policía y el sujeto desconocido se habían internado al manglar; que posteriormente se dio cuenta que al sujeto que perseguían los policías era su nieto Jorge, pues después de haberlo capturado lo traían todo lleno de lodo y con golpes en el cuerpo. 3. Con la declaración de MARIA DRUSILA BELLOSO VILLALTA, quien en lo principal dijo: Que como entre las once y doce del día del cuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve, ella se encontraba en el estero, el cual estaba seco, cuando vió que dos agentes de la Policía Nacional Civil perseguían a un muchacho, a quien solo conocía por "Maleba"; y que después supo que se llamaba Jorge Alberto Casco; que al darle alcance lo golpearon con sus puños y pies en todo su cuerpo, por un tiempo aproximado de diez minutos; que ella observó bien todo porque hacía poco tiempo había llegado al lugar para comenzar a "curilear" en el estero; que cuando vio que los policías golpeaban al muchacho se escondió más entre los árboles de mangle; que antes de que lo golpearan escuchó dos disparos; y que observó el hecho como a treinta o cuarenta pasos. 4. Con la declaración de MARIA EVELIA SOSA AVALOS, quien en lo principal dijo: Que ella se encontraba en el interior de su casa cuando escuchó que corrían personas; que al salir vió que era Jorge al que traían los policías cubierto de lodo; que observó la forma en que los policías golpeaban a Jorge, ya afuera del estero; que éste al pasar cerca le pidió agua para beber y ella le dio. 5. Con la declaración de DANIEL ZAVALA, quien en lo esencial manifestó: Que él se encontraba en una ferretería contiguo al sitio de donde se realizaba la diligencia policial; que se encontraba bañándose cuando escuchó dos disparos; que al salir observó que dos agentes de la Policía Nacional Civil venían del estero y traían a Jorge con el cuerpo y la cara cubiertos de lodo; que vió cuando Evelin le daba agua; que de uno de sus oídos le brotaba sangre; que, además, vio que uno de los policías agarró del cincho a Jorge Alberto, le apretó el estómago y al mismo tiempo le presionó con un pié el estómago; y que cuando después vio a Jorge muerto estaba todo morado del cuerpo. DE LA PRUEBA DE DESCARGO.

1. Que la defensa del acusado no interpuso incidente alguno que buscara excluir prueba de cargo, declarar nulidades o admitir excepciones cuya inclusión, no saneamiento o no resolución, en su caso, pudieran volver ineficaz el proceso o afectar la validez de la vista pública. 2. Que la representación fiscal no presentó prueba de descargo alguna, la cual le permitiera a este Tribunal desvirtuar o modificar la certidumbre obtenida sobre la existencia del hecho atribuido, su calificación jurídica o la responsabilidad penal del acusado en la comisión del delito por el cual se le juzgó. 3. Que el acusado Orlando Ventura Galvez, en ejercicio de su derecho a la defensa material garantizado en el artículo 12 Cn., se abstuvo de declarar en la vista pública; sin embargo, cuando se le dio la palabra antes del cierre de los debates, manifestó que se consideraba inocente; que no había maltratado a la víctima durante su captura; y que no había intentado evadir la justicia al no aparecer su nombre en el acta que se levantó durante el registro que se hizo a la casa de San Luis La Herradura y con ocasión del cual se capturó al fallecido. 4. Que la defensa particular del acusado presentó como prueba de descargo el testimonio de JOSE CARBILIO CASTRO CACERES, quien en lo fundamental dijo: Que él se hizo presente al lugar y participó en el operativo desplegado porque le encomendaron la misión de colaborar como apoyo al personal que investigaba un delito de tráfico ilícito de droga; que durante ese operativo se efectuaría el allanamiento en la casa del señor Juan Barrera, ubicada en la calle principal del barrio "El Calvario" en la "Herradura"; que únicamente observó que un sujeto salió corriendo del lugar en el cual efectuarían la diligencia policial; que después se enteró que unos agentes le habían dado alcance, que lo tenían arrestado en el puesto policial de "La Herradura" y que posteriormente lo habían conducido al Hospital "Santa Teresa" de Zacatecoluca, porque al parecer había ingerido una sustancia tóxica. 5. Que los abogados particulares del acusado en la exposición fáctica y jurídica del caso, sostuvieron la tesis que demostrarían que el hecho atribuido a su patrocinado tiene una calificación distinta a la hecha por la Fiscalía, pues no existió dolo en su comisión, por lo que se está en presencia de un caso de homicidio culposo. Que en sus alegatos de cierre, el defensor particular Orlando Rafael Cañas Cubias manifestó, además, que su defendido había actuado apegado a la ley, pues las acciones por las cuales se le inculpó se produjeron dentro de un operativo policial; que, por otro lado, el defensor Aquiles Roberto Parada, dijo que en la autopsia se estableció que la causa de la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos fue la ruptura de parenquima pulmonar; pero que existía una prueba pericial consistente en un examen toxicólogo practicado al mismo señor Casco Avalos, el cual establecía que éste había ingerido sustancias tóxicas como "Folidol E", por lo que cabría preguntarse cuál pudo haber sido la causa real de su muerte; que finalmente los defensores reiteraron su solicitud de cambio de calificación de homicidio agravado a homicidio culposo.

 CONCLUSION. 1. Que para este Tribunal lo expuesto por el testigo de descargo es irrelevante, pues no presenció directamente el hecho juzgado al haberse limitado a participar en el operativo policial, lo cual no le permitió ni siquiera identificar a la víctima; que, por otra parte, lo alegado por los defensores particulares carece de credibilidad por las razones siguientes:

a. Que no puede aceptarse que la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos haya sido resultado de un acto legítimo de Orlando Ventura Galvez, cuando éste cumplía con su deber como agente de la Policía Nacional Civil, pues para capturar a la víctima no era necesario darle una golpiza, máxime si se toma en cuenta que no estaba armado y que el hecho de correrse no puede configurar una actitud de resistencia a su detención; y que, por otra parte, tratándose de tres policías entrenados para neutralizar y capturar a personas, no puede aceptarse que hayan tenido que hacer tal uso desmedido de violencia para detener a Casco Avalos. b. Que la afirmación de que el fallecimiento de la víctima pudo más bien ser producto de la ingesta de una sustancia fosforada llamada "Folidol" quedó totalmente desvirtuada con el informe de la autopsia, el cual es categórico al identificar la causa directa de la muerte, que no fue otra sino la golpiza propinada a la víctima por sus captores; que la presencia de esa sustancia tóxica en el contenido gastrico extraído al occiso, tal como efectivamente lo establece el analisis toxicológico del 13 de abril de 1999 practicado por el Laboratorio de Investigación Científica del Delito, no pudo ser ingerido accidentalmente o voluntariamente por la víctima o proporcionado por una tercera persona, antes, durante o con posterioridad a su captura, tal como los hechos se presentaron y tomando en cuenta el efecto inmediato que tal veneno produce; que se vuelve más lógico suponer que fue la muestra del contenido gástrico la que fue contaminada con tal sustancia, lo cual plantearía serias dudas sobre la eficacia de la cadena de custodia empleada.

1. Que con el análisis de la prueba anterior, este Tribunal tuvo por plenamente establecida la existencia del hecho atribuido a Orlando Ventura Gálvez, en cuanto a que como entre las once y doce horas del día cuatro de febrero del año recién pasado, Orlando Ventura Gálvez, con la participación de dos individuos más, le quitó la vida a Jorge Alberto Casco Avalos, mediante golpes en la cara y en el tórax dados con los puños y los pies; que la golpiza se la propinó al interior de un manglar del estero de Jaltepeque, después de perseguirlo, capturarlo y esposarlo, cuando la víctima se corrió ante la presencia de elementos policiales que llegaron con la Fiscalía a realizar un registro y allanamiento a una casa situada en la calle principal del Barrio "El Calvario" de San Luis "La Herradura", por presumirse que en ese lugar se comerciaba con droga.

La conclusión anterior se obtiene con base en los elementos de juicio siguientes:

a. Con la autopsia practicada a la víctima, se establece que el cadáver de Jorge Alberto Casco Avalos presentaba golpes contusos que le aplastaron la cara, el tórax y siendo este trauma cerrado de tórax severo la causa directa de su muerte, al habérsele producido una ruptura del parénquima pulmonar. b. Con la declaración de María Drusila Belloso Villalta, la cual señala a Orlando Ventura Galvez y a otro agente policial como los individuos que capturaron y golpearon a Jorge Alberto Casco Avalos el dia y hora de los hechos que culminaron con su muerte; que esta declaración, además de coherente internamente, es complementaria y conforme en circunstancias de tiempo, lugar y modo, con los dichos de Felipe Huezo Azúcar, Blanca Haydeé Ayala Avalos y Daniel Zavala, quienes identificaron al acusado como el individuo que persiguió a la víctima cuando esta corría hacia el estero y que después lo traía esposado, todo lleno de lodo y aún propinándole golpes, para después conducirlo a la subdelegación policial de San Luis "La Herradura"; que la identificación anterior se ve reforzada con el reconocimiento en rueda de personas que del acusado hicieron María Evelin Sosa Avalos y Daniel Zavala. c. Con el informe de la Delegación de La Paz de la Policía Nacional Civil, dirigido a la Subregional de Zacatecoluca de la Fiscalía General de la República, se confirma que el agente Orlando Ventura Galvez, investigador de la Sección Antinarcóticos de esa Delegación, participó en el operativo realizado el 4 de febrero de 1999 en San Luis La Herradura en donde se capturó a Jorge Alberto Casco Avalos, quien falleció posteriormente en el Hospital "Santa Teresa" de Zacatecoluca.

B. SOBRE LA CALIFICACION JURIDICA DEL HECHO PROBADO Y ATRIBUIDO A ORLANDO VENTURA GALVEZ.

Que la representación fiscal, en el escrito de acusación y en la vista pública, calificó el anterior hecho como HOMICIDIO AGRAVADO, previsto y sancionado en el artículo 129 N° 3, 5 y 8 del Código Penal.

Que de la interpretación del numeral 3 del artículo 129 del Código Penal, en relación al artículo 30 numerales 1 y 2, del mismo Código, se concluye que: comete homicidio agravado con alevosía quien provoca o se aprovecha de la situación de indefensión de la víctima para prevenir el ataque o defenderse de la agresión, sin riesgo para su persona; y comete homicidio agravado con premeditación quien planea con la anticipación necesaria, suficiente, reflexiva y persistente la realización del delito.

Que el mismo artículo 129 en sus numerales 5 y 8, respectivamente, contempla las agravantes específicas de cometer el homicidio con ensañamiento o aumentando deliberadamente el dolor del ofendido; y, además, ejecutarlo prevaliéndose de la calidad de autoridad civil o militar.

Que para este Tribunal de Sentencia ninguna de esas agravantes específicas fueron probadas en la vista pública; esto por las razones siguientes:

1. EN CUANTO A LA ALEVOSIA.Que para que se configurara esta circunstancia agravante hubiera sido necesario que la víctima no pudiera prever el ataque, es decir, encontrarse en una total indefensión; sin embargo, como se desprende del relato de testigos, el joven Casco Avalos ante la presencia policial, reaccionó internándose en el estero y sólo después fue perseguido, capturado y golpeado por el imputado. 2. EN CUANTO A LA PREMEDITACION.Que esta agravante no puede ser confundida con la fase intelectiva y volitiva que precede a la comisión de todo delito, aún cuando la duración de ésta sea muy efímera; que en el caso que nos ocupa, en la vista pública no se probó que la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos haya sido planificada y preparada con anticipación; lo anterior, por supuesto, no elimina el dolo en el hecho cometido, pues éste elemento subjetivo aparece de manera eventual en el autor, pues este propinó la golpiza a la víctima con pleno conocimiento y asumiendo el resultado de que ponia en serio peligro su vida, tal como lo hubiera previsto una persona en su sano juicio. 3. EN CUANTO AL ENSAÑAMIENTO.Que esta circunstancia tampoco puede considerarse existente porque no se probó que el agente Ventura Gálvez, durante la golpiza, haya aumentado deliberadamente el dolor de Casco Avalos más allá de lo necesario para causarle la muerte; más bien habría que concluir que el acusado, aún sabiendo que ponía en grave riesgo la vida de la víctima, actuó confiando en que la muerte de esta no se produciría y esto se desprende de la oportunidad y lugar en que se cometió el hecho.

4. EN CUANTO A PREVALERSE DE LA CALIDAD DE AUTORIDAD CIVIL O MILITAR.

 Que efectivamente está probado que Orlando Ventura Galvez es un agente de la Policía Nacional Civil y en que en la comisión del hecho se aprovechó de su calidad; sin embargo, el artículo 394 N° 2 Pn., para efectos penales, define la autoridad pública, entendiéndose civil o militar, como los funcionarios del Estado que por si sólos o por virtud de su función o cargo o como miembros de un tribunal, ejercen jurisdicción propia; definición en la cual evidentemente no incluye la calidad de policía que ostenta el acusado, la cual es definida y distinguida por aparte en el numeral 4 del mismo artículo.

Por las razones anteriores, este Tribunal de Sentencia concluye que los hechos probados y que culminaron con la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos, deben ser calificados definitivamente como HOMICIDIO SIMPLE, pues concurren únicamente los elementos objetivos y subjetivos de tal figura penal, tipificada y sancionada en el artículo 128 del Código Penal, de cuya simple lectura se concluye que comete el delito de HOMICIDIO SIMPLE quien, en forma dolosa le quita la vida a otra persona. Esto con base en las razones siguientes:

1. En cuanto al elemento objetivo del tipo, está probado con el resumen de la autopsia que Jorge Alberto Casco Avalos murió violentamente, pues presentaba aplastamiento de cara, tórax y miembros superiores, siendo la causa directa de su muerte la ruptura del parénquima pulmonar; también está probado, con el dicho de los testigos ya relacionados, que ese aplastamiento del tórax y la consecuente ruptura del parénquima pulmonar, fueron producto de los golpes que con las manos y los pies le propinó Orlando Ventura Galvez, con la participación de, por lo menos, otro agente policial. 2. En cuanto al elemento subjetivo, también está probado que Orlando Ventura Galvez atentó contra la vida de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS en forma intencional; es decir, con plena conciencia de lo dañoso de su actuación y que su voluntad la dirigió de manera libre hacia la consumación inmediata de su propósito criminal; que tampoco esa actuación y su resultado pueden ser atribuidos a una conducta culposa o a un caso fortuito, por lo que puede asegurarse que fue una acción dolosa.

 Que en cuanto a lo solicitado por la defensa de que el hecho atribuido sea calificado como Homicidio Culposo, este Tribunal considera que la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos no fue el resultado de una conducta imprudente, negligente o inexperta de Orlando Ventura Galvez; es decir, que este en su actuación como policía haya faltado al deber objetivo de cuidado; que más bien los hechos probados indican que el acusado actuó sabiendo que probablemente podía causarle la muerte a la víctima, pero asumió el riesgo de este resultado confiado en que no se produciría necesariamente, porque el occiso resistiría los golpes o que éstos podrían ser simulados como una violencia necesaria para doblegar una supuesta resistencia de Casco Avalos a ser capturado; de tal manera que si bien puede aceptarse que la intención inmediata pudo no ser quitarle la vida, pues no se utilizó el arma de fuego que portaban los captores como parte de su equipo, la determinación criminal surge como un dolo eventual al darle la golpiza, aún sabiendo que exitía el peligro probable de que el resultado fatal se produjera.

En consecuencia, con base en lo anterior y por concurrir todos los elementos objetivos y subjetivos constitutivos de la figura penal prevista y sancionada en el artículo 128 del Código Penal, este Tribunal de Sentencia califica definitivamente el hecho probado y atribuido a ORLANDO VENTURA GALVEZ como HOMICIDIO SIMPLE.

A. SOBRE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE ORLANDO VENTURA GALVEZ EN EL HECHO CALIFICADO DEFINITIVAMENTE COMO HOMICIDIO SIMPLE.

Que está probado sin duda alguna que la persona que realizó la conducta típica calificada definitivamente como Homicidio Simple, prevista y sancionada en el artículo 128 del Código Penal, en perjuicio de Jorge Alberto Casco Avalos, fue ORLADO VENTURA GALVEZ; que su responsabilidad penal es como autor directo de la comisión de ese delito, en tanto que su conducta, además de típica, fue antijurídica y culpable; que esto se concluye de las valoraciones siguientes:

1. Que en cuanto a la antijuridicidad del hecho probado y calificado definitivamente como Homicidio Simple, para este Tribunal no se probó a favor del acusado causal alguna de justificación, de las previstas en el artículo 27 N° 1, 2 y 3 Pn. o en otra disposición legal de este Código o de otra ley de la República, que lo exonere de responsabilidad penal; que por ello puede concluirse que su conducta es ilícita o contraria al ordenamiento penal vigente en el país, al haber lesionado en concreto un bien jurídico tutelado por éste, como es la vida de José Alberto Casco Avalos. 2. Que está plenamente probada la culpabilidad del acusado ORLANDO VENTURA GALVEZ como autor directo del delito calificado definitivamente como HOMICIDIO SIMPLE en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS, pues no se probó que al momento de la comisión del hecho fuera persona inimputable por adolecer de enajenación mental, grave perturbación de la conciencia o que tuviera un desarrollo síquico retardado que le imposibilitara comprender lo injusto de sus actos; que, además, no tuviera pleno conocimiento de lo ilícito o antijurídico de su acción, al ignorar que su conducta está legalmente prohibida; y, finalmente, que no pudiera abstenerse o evitar actuar como lo hizo o actuar de otra forma, es decir, que no pudiera demandársele otra conducta; que por lo anterior puede concluirse que le es reprochable la muerte de aquél, pues en las circunstancias concretas en que actuó le era exigible que respetara la prohibición legal de quitarle la vida.

Que la certeza anterior, sobre la existencia del injusto atribuido y la culpabilidad del acusado en la comisión del mismo, se obtiene de los elementos de juicio inferidos de relacionar los medios de prueba desfilados en la vista pública, principalmente de la autopsia practicada a la víctima Jorge Alberto Casco Avalos y al testimonio de María Drusila Belloso Villalta.

Por las razones anteriores, este Tribunal tuvo por suficientemente probada la acusación fiscal y obtuvo una certeza positiva sobre la responsabilidad penal de ORLANDO VENTURA GALVEZ, como autor directo del delito calificado definitivamente como HOMICIDIO SIMPLE (Art. 128 Pn.) en perjuicio de la vida de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS; en consecuencia, consideró justo y procedente dictar sentencia condenatoria en contra del acusado.

B. SOBRE LA DETERMINACION DE LA PENA A IMPONER A ORLANDO VENTURA GALVEZ.

1. Que la responsabilidad penal de ORLANDO VENTURA GALVEZ ha sido establecida en calidad de autor directo del delito de HOMICIDIO SIMPLE (Art. 128 Pn.) en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS. 2. Que según el Art.128 Pn. el Homicidio Simple será sancionado con una pena en abstracto de diez a veinte años de prisión; que el Art. 65 Pn. establece que al autor directo de un delito o falta se les impondrá la pena que para cada caso se halle señalado en la ley. 3. Que por las razones anteriores, en la causa que nos ocupa, la pena en abstracto a imponer a ORLANDO VENTURA GALVEZ debe oscilar entre diez y veinte años de prisión como autor directo del delito de HOMICIDIO SIMPLE en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS. 4. Que el inciso segundo del Art. 62 Pn. establece que el Juez fijará la medida de la pena que debe imponerse sin pasar de los límites mínimo y máximo establecidos por la ley para cada delito y, al dictar sentencia, razonará los motivos que justifican la medida de la sanción impuesta. 5. Que según el Art. 63 Pn., la pena no podrá exceder del desvalor que corresponda al hecho realizado por el autor y será proporcional a su culpabilidad; que para su determinación deberá tenerse en cuenta, en cada caso, especialmente los criterios siguientes: 1) La extensión del daño y del peligro efectivo provocados; 2) La calidad de los motivos que impulsaron al hecho; 3) La mayor o menor comprensión del carácter ilícito del hecho; 4) Las circunstancias que rodearon al hecho y, en especial, las económicas, sociales y culturales del autor; y 5) Las circunstancias atenuantes y agravantes, cuando la ley no las considere como elementos del delito o como circunstancias especiales. 6. En el caso que nos ocupa, hay que tener en cuenta a favor de Orlando Ventura Gálvez que actuó con dolo eventual, es decir, sin intención directa e inmediata de quitar la vida a Jorge Alberto Casco Avalos y, además, fue uno de los agentes que lo condujo al hospital para intentar salvarle la vida; sin embargo, concurren en su contra las circunstancias de ser un agente de autoridad, lo cual supone un nivel de escolaridad medio y un mayor conocimiento de la necesidad de respetar los derechos fundamentales de las personas; y, además, el hecho de que actuó en ejercicio de su cargo y en el marco de un operativo policial, lo cual lo hizo abusar de superioridad en su actuación y debilitar con ello las posibilidades de defensa de la víctima, situaciones que se consideran agravantes de su responsabilidad penal, tal como lo prevé el artículo 30 N° 5 Pn..

Por las razones anteriores, este Tribunal consideró justo y procedente imponer a ORLANDO VENTURA GALVEZ la pena de QUINCE AÑOS DE PRISION como AUTOR DIRECTO del delito de Homicidio Simple en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS.

Que para la imposición de la pena de prisión, en el caso del homicidio simple no se requiere de la existencia de condiciones objetivas de punibilidad; que, además, esta figura delictiva tampoco acepta la existencia de excusas absolutorias que pudieran evitar al condenado el cumplimiento de la pena anteriormente determinada.

A. SOBRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ACUSADO.

1. Que según el Art. 114 Pn. la comisión de un delito origina obligación civil; que según el Art. 115 Pn., las consecuencias civiles del delito serán declaradas en la sentencia y comprenden, entre otras, la indemnización a las víctimas o a su familia por los perjuicios causados por daños materiales o morales; y que según el Art. 116 Pn., toda persona responsable penalmente de un delito lo es también civilmente, si del hecho se derivan daños o perjuicios, ya sean éstos de carácter moral o material. 2. Que según el Art. 42 Pr. Pn., la acción civil se ejercerá por regla general contra los partícipes del delito; que según el Art. 43 Pr. Pn., en los delitos de acción pública la acción civil contra los partícipes del delito será ejercida conjuntamente con la acción penal; y que la Fiscalía General de la República ejercerá la acción civil en el respectivo requerimiento. 3. Que según el Art. 314 Pr. Pn. Inc. último, en la acusación el fiscal deberá solicitar, si fuera procedente, el pronunciamiento sobre la reparación de los daños; que según el Art. 361 Inc. 3° Pr. Pn., en la sentencia el Tribunal resolverá sobre el monto de la responsabilidad civil, la persona que deba percibirla y al obligado a satisfacerla. 4. Que en el caso que nos ocupa, en el requerimiento se solicitó que, de ser procedente, el Tribunal de Sentencia se pronunciara sobre la reparación civil por los daños y perjuicios ocasionados por el acusado como consecuencia de la comisión del delito calificado definitivamente como HOMICIDIO SIMPLE, cuya responsabilidad penal ha sido probada suficientemente a ORLANDO VENTURA GALVEZ; que en la acusación y en la vista pública la representación fiscal ratificó su petición sobre tal pronunciamiento. 5. Que el artículo 12 N° 2 Pr. Pn. considera víctimas, entre otras, a los parientes dentro del segundo grado de consanguinidad en los delitos cuyo resultado sea la muerte del ofendido; que los padres del ofendido se encuentran dentro del primer grado de consanguinidad en línea recta. 6. Que en la presente causa los señores JORGE CASCO Y ROSA HILDA AVALOS, padre y madre, respectivamente, del occiso Jorge Alberto Casco Avalos tienen calidad de víctimas, por lo que están en el derecho de recibir indemnización por los daños morales sufridos como consecuencia de la muerte de su hijo; que en su calidad de víctimas no han ejercido por su cuenta la acción penal por medio de querella, ni consta que hayan ejercido por separado la acción civil correspondiente; que tampoco consta que el acusado los haya indemnizado extrajudicialmente o que con anterioridad a la vista pública hayan renunciado expresamente a la acción civil; 7. Que según el artículo 115 Inc. 4° Pn., el importe de la indemnización se regulará teniendo en cuenta la entidad del perjuicio y las necesidades de las víctimas de acuerdo con su edad, estado y aptitud laboral y, además, el beneficio obtenido por la comisión del delito; y, con base en el artículo 63 N° 4 Pn., habría que agregar la capacidad de pago del obligado. 8. Que en esta causa los señores Casco y Avalos lógicamente han incurrido en gastos económicos con ocasión de la muerte de su hijo, cuyo monto no fue precisado, pero que se puede inferir de la experiencia común; que a lo anterior habría que agregar que indudablemente la muerte de Jorge Alberto Casco Avalos ha ocasionado en sus padres un daño moral invaluable; por otra parte, el acusado es de modestos recursos económicos, lo cual se deduce de los ingresos que puede percibir como agente de la Policía Nacional Civil.

En consecuencia, en base a las consideraciones anteriores y a las disposiciones citadas, este Tribunal considera justo y procedente condenar a ORLANDO VENTURA GALVEZ al pago de CINCUENTA MIL COLONES EXACTOS, en concepto de responsabilidad civil derivada de la comisión del delito de HOMICIDIO SIMPLE en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS, cuya responsabilidad penal le ha sido probada suficientemente; que tal cantidad deberá ser entregada por partes iguales a los señores Jorge Casco y Rosa Hilda Avalos, padres de la víctima.

I. POR LO TANTO, con base en las consideraciones anteriores y a los artículos 2, 11, 12, 13, 14, 15, 72, 75 N° 2, 172 y 181 de la Constitución de la República; 1, 2, 3, 4, 5, 17, 30 N° 5, 32, 33, 39 N° 2, 45 N° 1, 46 N° 1, 47, 58, 62, 63 N° 4, 64, 65, 114, 115 N° 3, 116 y 128 del Código Penal; 1, 2, 3, 4, 12 N° 2, 19 en relación al 26 y 28, 42, 43, 53 N° 1, 130, 162, del 324 al 332, 336, del 338 al 342, del 345 al 354, del 356 al 359, 361, 441-A, 448, 449 y 450 del Código Procesal Penal; 43 de la Ley Penitenciaria; y 1 del Decreto Legislativo N° 262 del veintitrés de marzo de mil novecientos noventa y ocho, POR UNANIMIDAD EN TODo Lo PLANTEADO, DELIBERADo Y VOTADo, segUn LO PRESCRIBE EL ART. 356 Pr. PN., EN NOMBRE DE LA REPUBLICA DE , ESTE Tribunal de Sentencia FALLA:

A. DECLARASE a ORLANDO VENTURA GALVEZ, de veinticinco años de edad, empleado, soltero, salvadoreño, originario de San Antonio Masahuat, residente en Barrio "El Centro" de esa misma jurisdicción, Departamento de La Paz, hijo de Blanca Lidia Gálvez y de Candelario Ventura, penalmente responsable como AUTOR DIRECTO del delito de HOMICIDIO simple en perjuicio de JORGE ALBERTO CASCO AVALOS. B. En tal concepto se le condena a la pena principal de QUINCE AÑOS DE prisiOn FORMAL, así como también, por igual período, a la pena accesoria de inhabilitación absoluta en lo que se refiere a la pérdida de los derechos de ciudadano y a la capacidad para obtener toda clase de cargo o empleo público.

Habiendo sido capturado ORLANDO VENTURA GALVEZ a las doce horas del seis de mayo de mil novecientos noventa y nueve, de conformidad a las reglas de conversión de la detención provisional establecidas en el artículo 441-A Pr. Pn., la condena impuesta la cumplirá a las a las doce horas del día 19 de septiembre del año dos mil trece.

C. También condénase a ORLANDO VENTURA GALVEZ a pagar a JORGE CASCO y a ROSA HILDA AVALOS, por partes iguales, la cantidad de CINCUENTA MIL COLONES EXACTOS, en concepto de indemnización por los daños morales ocasionados con la comisión del delito de HOMICIDIO SIMPLE en perjuicio de su hijo JORGE ALBERTO CASCO AVALOS. D. Absuélvese del pago de costas procesales a ORLANDO VENTURA GALVEZ por no haber incurrido las víctimas en gastos procesales, pues la representación fiscal es remunerada por el Estado y, además, por ser gratuita la administración de justicia. Art. 181 Cn.

No existen en la causa objetos secuestrados sobre cuya devolución deba pronunciarse este Tribunal en esta sentencia.

Una vez firme esta sentencia, remítanse las certificaciones de la misma al Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena que fuere competente, al Señor Director del Centro Penal que corresponda y al Director General de Migración.

ARCHÍVESE oportunamente este expediente.

NOTIFÍQUESE esta sentencia a las partes mediante su lectura integral y entrégueseles una copia de la misma.-