Acto de homenaje a la Batalla del Cerrito

11 de diciembre de 2012

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SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Buenas tardes a todas y a todos. (Es la hora 17:13) Brindo un saludo especial a los invitados que hoy nos acompañan. Estamos aquí reunidos para realizar un acto de homenaje en conmemoración a los 200 años de la Batalla del Cerrito, y para ello le damos la palabra al señor edil Dari Mendiondo.

SEÑOR MENDIONDO (Dari).- Gracias, señora presidenta. El motivo de este acto de homenaje es que la historia no pase desapercibida para los montevideanos, en particular cuando se trata de hechos trascendentales para la historia de nuestro y de la República Oriental del . La Junta Departamental de Montevideo no puede ser insensible a los hechos históricos que han trascendido la historia de nuestra patria, más aún cuando estos hechos son parte esencial de la existencia misma de Montevideo. Podemos decir que hace doscientos años, un 31 de diciembre, aquí, tras los muros de esta ciudad fundada en 1724 por Bruno Mauricio de Zabala, los montevideanos no preparaban las canastas de despedida de año viejo y augurio de año nuevo, sino que tenían por preocupación fundamental decidir si se quedaban en estas tierras o se iban de ellas. Y detrás de la muralla pensaban que en la confrontación debería definirse el destino de los orientales: oprimidos, subyugados, o liberados. Esa fue la batalla del 31 de diciembre de 1812. Es la batalla que genera y posibilita el segundo Sitio de la ciudad de Montevideo, porque recordemos que ya había habido un primer Sitio. Quisiéramos destacar aquí la presencia de algunos militares en esta reunión del día de hoy. Me refiero al coronel retirado del arma de Infantería del Ejército Alberto Grignoli y al capitán de navío retirado Francisco Valiñas, quien pertenece al Club Naval y es historiador y conocedor de los problemas del mar. Igualmente, quiero destacar un envío telegráfico del general Francisco Wins, quien nos saluda por esta iniciativa. Nos parece muy bien la presencia de estos militares que, junto a los civiles, ciudadanos y ciudadanas que nos acompañan en el día de hoy, indican por qué rumbo tiene que caminar el país. Me refiero al rumbo del civismo y al de concebir al Uruguay como una patria única en la que todos juntos tengamos la responsabilidad de sacar al país adelante inspirados en los idearios de Artigas, ya sea en el plano civil como en el militar. La importancia de la valoración histórica de todo esto está en que se posibilitó que en el año 1830 se constituyera la República Oriental del Uruguay y se jurara la primera Constitución, en el Cabildo, ubicado en la calle Juan Carlos Gómez, frente a la Iglesia Matriz. El año 1830 marca una identidad nacional. Es cuando el Uruguay adquiere su auténtica soberanía política, que fue producto de aciagos y terribles dolores de la patria oriental. Eso fue desde el primer Sitio, el que Artigas abandona por no compartir una decisión política que, sin embargo, acompaña. Es así que inicia el éxodo del pueblo oriental, marcando una epopeya no solamente en la vida de los orientales sino de América misma. El vencedor de Las Piedras se transformó ya en un militar, y además en un hombre con concepción estratégica de la lucha, con una gran lucidez y con el pensamiento de que la guerra no tenía que contribuir a la guerra, sino que tenía que contribuir a la paz. Por eso, “clemencia para los vencidos”. Esa fue su orden cuando el militar José de Posadas debía entregar su sable, luego del triunfo en Las Piedras. Artigas va hacia Salto, hacia el Ayuí, y entra en contradicciones con el poder de , con el Triunvirato. Así se va marcando una identidad federalista que, en el año siguiente, a doscientos años de 1813,

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Página 3 de 8 Acto de homenaje a la Batalla del Cerrito - 11 de diciembre de 2012 tendrá su gran resonancia nacional, ya que estaremos celebrando las famosas Instrucciones del año XIII, que marcaron el programa, el ideario de un hombre que no solamente era un caudillo sino un gran pensador de las formas institucionales que debían tener los Estados de América unidos. La batalla del Cerrito fue muy bien descrita por un joven ciudadano que día a día escribía un diario sobre el desarrollo de los acontecimientos. Ese joven se llamaba Francisco Acuña de Figueroa -autor del Himno Nacional- y era hijo del ministro de Hacienda del Gobierno de aquel entonces. Por lo tanto, sus simpatías no estaban con los sitiadores sino con los sitiados. Sin embargo, con una gran objetividad fue escribiendo día a día, durante todos los meses de esos años, un diario poético que incluyó la conquista y entrada de las fuerzas patrióticas, las que, con Alvear, entran por el portón de San Pedro en 1814. Él describió la realidad de los combates y de la lucha entre los sitiados y los sitiadores. Dice lo siguiente: “...Vigodet manda en Jefe todo el grueso, Llevando por segundo al digno Muezas...”. Hay que recordar que Muezas era quien tenía detenido a Artigas en Colonia por insubordinación. Artigas huye -protegido por amigos- de esa prisión y va hacia Buenos Aires, luego de haberse enterado de que Pedro José Viera y Venancio Benavides habían protagonizado el hecho conocido como Grito de Asencio y la empezaba a surgir en un grito de libertad. Artigas le ofrece sus servicios a Buenos Aires, y se le otorgan condiciones y grado para actuar en la Provincia Oriental. En esa batalla muere Muezas. “Llegan a las Tres-Cruces sin tropiezo Precedidos del tren por ocho piezas Allí los de Chain, siempre en progreso, Su renombre acreditan con proezas; Y asaltan y sorprenden aterradas Las guardias en su tránsito apostadas. Con guerrilla de infantes victoriosa Nuestra caballería iba al alcance, Y auxiliada con fuerzas, presurosa De Silva al Saladero da el avance; Baltavargas, con gente valerosa...” Aquí se refiere a Baltasar Vargas, quien fue hecho prisionero y luego muere aquí, dentro de la Ciudadela, por las torturas recibidas por parte de los ocupantes. “Aquel punto defiende, y en tal trance Ambos bandos se vieron desde luego Cual dos volcanes vomitando fuego...... En tanto que a la derecha Los de Chain y guerrillas, Tan rápidas maravillas Hacen con brío y tesón. También hacia las Tres-Cruces Va por la senda del Cristo...”. Maciel falleció en las proximidades del Cristo del Cordón, en la Batalla del Cardal -1807-, luchando contra los ingleses. En ese predio se encuentra ubicada actualmente la Universidad de la República.

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“De dos cañones provisto. Cuesta con su división...... Prosiguen así unidas avanzando Por el punto que llaman Figurita, Con seis piezas de a ocho, aprovechando La ocasión que feliz se facilita; Mas Lacuesta sus tropas animando, La marcha al campamento precipita De los negros, que atónitos repente Se ven cercados, con Soler ausente...”. Cuando habla de los negros se refiere a un batallón de negros comandado por Miguel Soler, un patriota. Las fuerzas de la libertad manumitieron a los negros en la práctica, y ellos combatieron voluntariamente junto a las tropas patrióticas. Estimados amigos: hay mucho para decir, pero no quisiera extenderme mucho más. Por lo tanto, para finalizar me gustaría referirme a un libro que este ciudadano ha escrito. Se llama, precisamente, “200 años de la Batalla del Cerrito”. Pero antes quiero señalar algo para que no haya confusiones. Alguien podría llegar a decir: “Dari Mendiondo expone en la Junta Departamental y luego, de lo que expone, escribe un libro”; pues no, es al revés.

Ahora voy a exponer basándome en los libros que escribí. En la introducción decimos: “Se ha dicho, se dice y escribe sobre la importancia de la memoria histórica, particularmente de la interconexión de acontecimientos, sucesos que marcan e identifican el lugar, el tiempo y, sobre todo, el protagonismo sociocultural político de la gente, de los seres humanos. Cuando nos ponemos en contacto con la historia y sus hechos, salta a primera vista la necesidad de un severo análisis sobre las bases fácticas en que se desenvuelve la acción humana. Cuando abordamos el S XVIII en el Río de la Plata, la cuestión es muy simple: Buenos Aires es el centro económico, comercial de un enclave colonial en la vasta América Española: los indios son sometidos, cuando no aniquilados; la civilización se despliega sometiendo a hierro y fuego; se evangeliza a la fuerza y se envía la riqueza a la corona y sus déspotas. A estos les interesan los metales -oro y plata- piedras preciosas, madera, cueros, sebo y especias. Todo es muy simple: someter, colonizar, distribuyendo a los conquistadores lo que en Europa provoca cruentas guerras: Tierras. La ambición de poseer tierras es el complemento del onírico, del mítico Dorado, ya que esos eran los sueños que predominaban en esos tiempos…”. Se buscaba El Dorado, donde estaba el sueño mítico del oro. Continúo leyendo: “En esta parte de América, Lima, Buenos Aires, y en menor medida Córdoba y Tucumán, eran los centros que atraían la atención y la preocupación de la corona española. Sin embargo, el hecho de que los inquietos y avanzados marinos y exploradores portugueses incursionaran sobre el Río de la Plata, incluso instalándose por la fuerza en Colonia del Sacramento, obligó a fijar la mirada del imperio español sobre la desembocadura del río Santa Lucía y, por ende, en el Cerro de Montevideo y el estuario, dotado de cualidades naturales excepcionales para establecer muelles de accesibilidad para embarcar y desembarcar. En ese marco, de lucha de intereses por la dominación de los mares y por el usufructo de las bondades de la colonización, se inicia lo que trataremos en apretada síntesis”.

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Esto se apoya en diversos autores. Nosotros hemos contribuido necesariamente a que Montevideo sea no solo la capital del Uruguay, sino también un gran puerto en el Río de la Plata. Vamos a finalizar con las palabras de una personalidad amiga, un general retirado del Ejército -Juan Antonio Rodríguez- a quien solicitamos nos diera una opinión profesional, técnico-militar, sobre la Batalla del Cerrito, Cerrito que, después de esa batalla, se transformaría en el Cerrito de la Victoria. Dice así: “El bicentenario del proceso independentista ha tenido como centro -no podía ser de otra manera- la gesta artiguista”. Está hablando de mi libro. “Mendiondo rescata un episodio en el que Artigas no estuvo. Es en el contexto donde aparece la gran ausencia presente. Vencedor en Las Piedras llega hasta las puertas de Montevideo instalando el primer Sitio. En desacuerdo con las decisiones tomadas por la Junta de Buenos Aires ha de retirarse. Un pueblo le sigue y en „la redota‟ consolidará su liderazgo. La Junta no puede ignorarlo y hasta el Ayuí envía a sus emisarios. Vigodet evalúa que el regreso de Artigas le será fatal y decide una salida en tiempo tratando, sin éxito, de romper el cerco comandado por Rondeau. Es la Batalla del Cerrito. La dominación española sobrevivirá aún un par de años pero los españoles no volverán a traspasar los muros de Montevideo. Una batalla puede ser descrita por el lugar donde se desarrolla, por las fuerzas que se enfrentan, por el aprovechamiento táctico de los medios, por los muertos, heridos y prisioneros, por el parque incautado… Pero solo adquiere relevancia por las consecuencias que arroja para el logro del fin estratégico. Y el Cerrito será, desde entonces, el Cerrito de la Victoria. En épocas de recordaciones bicentenarias hace bien Dari Mendiondo en traernos este hecho a la memoria”. Gracias, señora presidenta. (Aplausos)

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Tiene la palabra el señor edil Fernando Pazos.

SEÑOR PAZOS (Fernando).- Gracias, señora presidenta. Como bien decía el señor edil preopinante, hoy estamos conmemorando los 200 años de una batalla que marcó a nuestra ciudad de Montevideo: la batalla del Cerrito, cuyo lugar estratégico motivó que el general Oribe asentara allí su gobierno durante el Sitio Grande de Montevideo. Esta batalla fue, además, la que dio nombre al actual barrio Cerrito de la Victoria. La batalla del Cerrito tuvo lugar el 31 de diciembre de 1812. Fue un enfrentamiento entre las tropas defensoras del régimen político establecido por la Corona de España -ubicada en aquel momento dentro de las murallas de Montevideo y a cuyo frente se encontraba Gaspar de Vigodet, último gobernador de Montevideo- y las fuerzas de los patriotas orientales del general Artigas, junto con las fuerzas militares del gobierno de Buenos Aires, a cargo del general Rondeau. Para enmarcarla históricamente, debemos recordar que eran tiempos del segundo Triunvirato del Río de la Plata. Además, ya se había abolido el Virreinato y Elío había vuelto a España. Se había firmado el tratado de paz

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Página 6 de 8 Acto de homenaje a la Batalla del Cerrito - 11 de diciembre de 2012 entre el gobierno de Buenos Aires y los portugueses. La gran iniciativa que tenía el Río de la Plata era volcarse hacia la independencia de los países y, sobre todo, sacar los últimos esbozos de la Corona española. Los habitantes de la campaña oriental eran partidarios de la revolución; por lo tanto, la guerra se redujo de nuevo a la conquista de Montevideo, último bastión de la Corona española. Sarratea, presidente del Triunvirato, debía ir a la conquista de Montevideo, pero en su lugar se había dirigido al encuentro de Artigas, en el Ayuí -como bien decía el señor edil-, con la finalidad de romper su liderazgo sobre las fuerzas patriotas y colocar a las fuerzas orientales bajo las órdenes del ejército porteño. A esa altura de la revolución era claramente visible que las ideas políticas y federales del general Artigas no eran las mismas que las del gobierno de Buenos Aires, al cual Sarratea estaba subordinado. Este segundo Sitio fue iniciado por el caudillo José Culta, quien con doscientos gauchos orientales puso sitio a Montevideo. Más tarde, en octubre de 1812, se había sumado el coronel Rondeau con las fuerzas porteñas. Por entonces, no se contó con la presencia del general Artigas, quien, por razones claramente políticas y por la distancia existente entre sus ideales y los mantenidos por el gobierno de Buenos Aires y Sarratea, se negó a incorporarse al sitio hasta tanto Manuel de Sarratea no fuera sustituido en la jefatura del ejército sitiador, hecho que ocurriría recién en febrero de 1813. El jefe español Gaspar de Vigodet sabía por sus espías que los patriotas se encontraban escasos de municiones desde hacía varias semanas; ignoraba que la noche anterior a la batalla -el 30 de diciembre- habían recibido provisiones y soldados desde Buenos Aires para seguir manteniendo el sitio. Confiado en el triunfo, ordenó en la mañana del 31 de diciembre de 1812 que 2.300 infantes fueran con ocho cañones a romper el sitio que desde octubre mantenían un puñado de no más de mil patriotas con dos cañones, acantonados en una pequeña elevación cercana a Montevideo a la cual llamaban “el cerrito”. Si bien la ofensiva montevideana parecía tener éxito en un primer momento, debemos reconocer que el justo contraataque llevado adelante por el regimiento de los negros libertos al mando de Miguel Soler y la carga de caballería patriota comandada por Rafael Hortiguera lograron la dispersión de las filas realistas, dando fin a la batalla. Los patriotas tuvieron 90 muertos y 40 prisioneros, además de un cañón perdido. Los soldados de Vigodet tuvieron 100 muertos, 146 heridos y 30 prisioneros. Las consecuencias de esta batalla tienen varias aristas que queremos recordar y homenajear. Por un lado, militarmente hablando la victoria de las tropas independentistas del Cerrito fue definitoria, sobre todo en el desarrollo futuro del sitio y en las operaciones militares en tierra, ya que luego de ella los sitiados por Vigodet no volvieron a intentar ningún otro avance fuera de las murallas, ni siquiera en 1813, cuando Artigas abandonara el sitio. Por otro lado -y no menos importante en estos momentos, en que tanto pregonamos en nuestra sociedad sobre la inclusión de los derechos de las colectividades afrouruguayas-, sale a la luz otra consecuencia que hace justicia a estas colectividades, ya que debemos reconocer que estamos ante el bicentenario de una batalla ganada por la estrategia militar, pero principalmente por la enorme gallardía de los pardos y morenos de las tropas de Miguel Soler, cuyas ansias de triunfo dieron el toque fundamental necesario para ganar la batalla. Permítaseme recordar en este homenaje, señora presidenta, al mismísimo Manuel de Sarratea, que, refiriéndose a la gran tarea del Regimiento de Negros Libertos al mando de Miguel Soler, expresaba en su parte de batalla:

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“…yo mismo admiraba la gallardía de aquellos valientes soldados sedientos de gloria de sellar con su sangre, como lo hicieron, en el campo de la acción, dando a las armas de la Patria, en unión con las demás tropas, una victoria que será encomiada como de las primeras de los anales de la historia militar de la Independencia…”. Es así que este homenaje es también un homenaje a aquellos negros libertos -esclavos venidos de todas partes, algunos de ellos hijos de nuestra tierra- que dieron su vida por alcanzar la anhelada independencia, y que a través de los años y con el devenir de los hechos han hecho grande a este país. Por último, debemos recordar que esta batalla dio nombre al actual barrio Cerrito de la Victoria, un barrio con rica historia para nuestra ciudad, por lo que significó esa batalla pero también por lo que hicieron muchos de los hombres y mujeres que allí se forjaron, que desde la cultura, desde las letras y desde el deporte ayudaron a dar luz y vida a nuestra Montevideo actual; un barrio que no olvida su historia y donde hay gente que hoy intenta rescatarla. Antes de terminar, quiero expresar que a través de la concejala municipal Carolina Murphy nos ha llegado una invitación para participar en otro acto de homenaje a la batalla del Cerrito. Se realizará mañana, 12 de diciembre, a las 19:00 en la plaza ubicada frente al cuartel de Blandengues, y contará con la participación de los Blandengues y del cantautor Ricardo Fernández Más, quien estrenará una canción alusiva a esta batalla. Quiero agradecer la presencia del presidente del Centro Gallego de Montevideo. Solicito, señora presidenta, que estas palabras sean enviadas a Acsun, a Mundo Afro y a todas las colectividades afrouruguayas. (Aplausos)

SEÑOR MENDIONDO (Dari).- Pido la palabra.

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Tiene la palabra el señor edil Mendiondo.

SEÑOR MENDIONDO (Dari).- Deseo solicitar que estas palabras también sean enviadas a las Juntas Departamentales, a las Cámaras de Diputados y Senadores, al Ministerio de Defensa Nacional, al Centro Militar, al Club de la Fuerza Aérea y al Centro de Oficiales de la Armada Nacional.

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- Así se hará, señor edil. Quiero agregar a lo que decía el edil Pazos que las actividades de celebración de los 200 años de la batalla del Cerrito comienzan mañana a las 18:00; una de ellas será, precisamente, la sesión pública del Concejo Municipal del Municipio D. Tiene la palabra el señor edil Baudean.

SEÑORA BAUDEAN (Roque).- Gracias, señora presidenta. Homenajear a la batalla del Cerrito de la Victoria es justo y contribuye a seguir

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Página 8 de 8 Acto de homenaje a la Batalla del Cerrito - 11 de diciembre de 2012 conmemorando el Bicentenario de nuestra nación. En lo personal, adjudico el concepto de nacionalidad, que nació en 1811, a la batalla de Las Piedras, donde el prócer de nuestra patria, el general Artigas, supo demostrar a los líderes criollos de toda Latinoamérica que las fuerzas reales europeas no eran invencibles. Además, creo que ese concepto de nacionalidad va con lo que es el Uruguay de ayer y el Uruguay de hoy. Las tropas de Miguel Soler no hacen más que reflejar el trato que ha dado esta nación a todos los inmigrantes que han llegado y a todos los que habitamos esta querida tierra, y también reflejan lo que son nuestras Fuerzas Armadas. A lo largo de la historia, nuestra Fuerzas Armadas han estado llenas de sacrificio y abnegación, y han tenido una conformación social muy diversa, porque no son ninguna casta, como puede suceder en otros países: nuestras Fuerzas Armadas son el fiel reflejo de la sociedad uruguaya. Nosotros apreciamos que, a lo largo de la historia, por las distintas jerarquías de las Fuerzas Armadas han pasado los hijos del panadero, los hijos del presidente, los hijos del legislador, los hijos del carpintero y los hijos de los trabajadores de las más diversas ramas de oficios y profesiones que tenemos en nuestro país. La importancia de esta batalla del Cerrito de la Victoria es que también muestra lo que somos los orientales, y creo que refleja firmemente el concepto de nacionalidad, que ya tiene más de doscientos años. Simplemente quería agregar esto y decir que me siento orgulloso de ser oriental y de contar con las Fuerzas Armadas con las que cuenta nuestro país. Muchas gracias. (Aplausos)

SEÑORA PRESIDENTA (Gloria Benítez).- No habiendo más oradores, damos por culminado el acto de homenaje. (Aplausos) (Es la hora 17:41)

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