el

e hallan en venta en la Librería

OBRAS DE D. MARCOS ¿ASIRE: ü E I. amento r.nr'.badas por el Conspjo do fnstru -tup.no:--Aires, j upfoVtid••••> w MimUivi'.lco u PSC«..]:,, l¡ üítruccion Pública, para las ; 1e ! ilcl Ufn¿u«ay. [Y I) GREGORIO FUNES. i V.é'ase <.-l Catálogo al principio de eiste , 0RH4S DE R MARIANO lAP.StN DEAN DE LA SANTA IGLESIA CATEDRAL I>E CÓRDOBA,

SEC1IDA DF. LA COXTJMU'ION DE SU

, pro>>: l&tina y c.astdBwa; BOSQUEJO HISTÓRICO

HASTA L A BATALLA DE 3>I A I P U » iVHistoria Antigua, al lisp río los c&fegrOS,) fiimti

••r.-ü¡ KU-CLí Carmín vn liú iv. cum sosrolaíi cucMptc ti •; TRADUCIDO DLL ÍNÍ.LÉS Y ANOTADO

\. SARRAT: roa ¿stema Métrico Decimal, dividido eu 3 partes püiv TtWftt lid.S¡atenía Métrico, l (wdtM'Ou ANTONIO Z I N N Ir. osrtc. Solmdori

ASA SMITH: wafía, I lo.no •ógraffa pon Hp. irSf. ia. A-a, &a .. .• .... .

24 t—I.VPKI»TJV DS Hlffi, UAL» .M'.raK.-.'O—-J-IS. MONOBIBLIOGRAFIA

II E t.

D." D. GREGORIO FUNES, k.

DEAN I)E LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE CóRDOBA, fH\«¿JlKtC*£

St'GL'lflA BE LA CONTJXL'ACKKY DE SU BOSQUEJO HISTÓRICO

HASTA L A BATALLA DE M A I P U

TRABVCIDO DEL INGLúS Y ANOTADO

/ POR

ANTONIO ZI\!VY.

BUENOS AIRES.

241—Itiriic.-.r.'. DE MAYO, CAI.I.B If QBKXO—213.

18G8. 7IOIVOBIBLIOGRAFIA

I) V. t,

Dean ile la Santa Ig lefia Catedral (le C. r* b».

PROEMIO.

Según lo prometido en eln, ° 128 déla Efeméridogrc.fia de Buenos Aires, cumpüiaoe con presentar á. nuestroftÜecto- i't'sel monógr.ifo de todo lo que sabemos fué escrito ¿publi­ cado por e] deán don Gregorio Funes, considerado en su

('¡>'»ca, com;> uno de los sabios mas ilustres de la República . Este señor nació en la ciudad de Córdoba del Tucuman H 25 de mayo de 1749. Sus padres, de una familia rica, res­ petable por su antigüedad y por los cargos honoríficos que labia desempeñado, bajo el gobierno de los reyes de España, t

— 4 — — 5 — fueron don Juan José Funes y doña María Josefa Bustos- desempeñó eon lucimiento variosaetos literarios. Un 1775 de La ra; (i) recibió una educación, por los mejores precep­ se ordenó de Presbítero, y al año siguiente obtuvo la burla tores de aquella época, y siendo alumno de la Universidad, de doctor. Fué Rector del Colegio Conciliar de Loreto, colector 1. Esta respetable señora de una virtud eminente, murió el 2o general de rentas eclesiásticas y cura escusador del Beño- de agosto de 1796. Fué honrada después de su muerte, como había sido venerada de todos en vida, por su mérito. Asistieron á su entierro íiciode la Puniila. Obtuvo el grado de Bachiller en el dere­ los Prebendados del Cabildo Eclesiástico de la Catedral de Córdoba. cho civil, en la Universidad de Alcalá de Henares en 1778, Su hijo mayor don Gregorio Funes, entónces Arceiiiano, Provisor y al año siguiente se recibió de abogado de los Reales Con­ y Gobernador del obispado de Tucuman, practicó todas las funciunrs sejos, provisto ya de canónigo de gracia para la Catedral do de! funeral. El ilmo.señor obispo doctor don Juan Angel Moscoso hizo los Córdoba, su patria. i'licios interiores del Monasterio de Santa Teresa. Su elogio fúnebre se i ¡oprimió en Roma, en noviembre de 1797, en 31 páginas en cuarto, lie aquí su — cuyo Ululo es "Elogio de la Señora María Josefa Bustos, americana, por don Gaspar Xuarez, americano. A los tres nobles señores hermanos M O N O B I B L 1 O G R A FI A . Gregorio, Ambrosio y Domingo Funes, hijos de la esclarecida y virtuosa I señora María Josefa Bustos, ofrece, dedica y consagra este Elogio, de su dignísima madre en señal de gratitud y obsequio- G. X." 1 7 9 0. Este jesuíta argentino (Gaspar Xuarez) nació en Santiago del Estero, cuando aun formaba parte de la provincia de Córdoba del Tucuman, el ORA; ION fúnebre que en las exequias del católico Rey 11 de julio de 1731. Entró en la compañía el 1.° de setiembre de Don Cárlos III, celebradas en esta Santa Iglesia Catedral de 1748, enseñó la filosofía y la teología en su patria. Habiéndole hecho Córdoba del Tucuman, dijo el doctor don Gregorio Funes, abandonar el suelo natal el decreto de Carlos 111, se retiró á Italia y se canónigo de Merced de la misma Santa Iglesia — Buenos ocupó sobre todo del estudio de la botáuica. Murió en Roma el 3 de enero de 180Zi. He aquí sus publicaciones : IV. Elogio de la señora María Josepha Bustos, americana. Roma I. Osservazinni filologiche sopra alcune piante esoliche inlrodotte id 1797, en la imprenta de M. Puccinelli, in 8. • pp. 31. liorna, fatte nell' Anno 1788. Da gli abatí Fílippo Luígi Gilii, e Gaspjr V. Vida iconológica del Apóstol de las Indias S. Francisco Xavier. Ro­ ma. M. Puccinelli, 1798, in 8. • Xuarez. In Roma MDCCLXXXIK. Nella stamperia di Arcangelo Casa- VI. "Prelo para la ni reliquil historiam naturalem editionis Bonaeren­ le.íi. Con licenza de' Superiori, in tx. c, pp. 6¿t y 10 planchas. Los se; et dissertationes de lege naturale, juri gentium, et de jure pacis et nombres de las plantas que se describen, losdá en las diferentes lenguas belli, 2 tom. in íi. ° " (Caballero). americanas. Bibliotheque des écrivalns de la Compagníe de Jesús ou notices lñ~

II. Osservazioni id., id., nell'Anno 1789. Id. id. In Roma hliographiques par les PP. Augustin et Alois Backer de la me me compag­ níe. Quatriéme série, pág. 745. MDCCXC id. id. pp. VII. 70 y 10 p'.auchas. Debemos agregar á lo que antecede unos Elementos de Gramática III. Osservazioni id. id- tu II'Auno 1790. Id. id. in R raaí79-» Quichua, escritos por el padre Juárez, quien los comunicó al abate Gilii,

Gililiclli. los cuales fueron traducidos del italiano al español, por el señor don An­ drés Lamas, que los conserva aun inéditos. Aires—MDCCXC—-con el Superior permiso. En la Real Im­ reses del Estado piden que trate como á estraño un hermano prenta de los Niños Expósitos—81 págs. in 4. c , inclusa la sin duda mas suyo por afecto, que por naturaleza: Ah ! qué que contiene la Fe de erratas. contrariedad de afectos batallaron en su corazón: la carne Pieza ostimable por su estilo y los valientes pensamien­ y sangre de una parte; de la otra el bien de la Nación: tos, en que se arrojó la primera centella de la revolución aquí la ternura; allí la conciencia: por Luis sentimientos, .-itnericano, reconociendo la existencia del contrato social. por Carlos riesgos; Carlos contra Carlos. Señor ¿qué que­ La ra re/a como la importancia de esta Oración nos obliga réis de este Rey que solo al lado de este hermano podia des­ para con los bibliófilos á hacerles notar y dar á continua* nudarse de las pesadas vestiduras del Trono, para gozar de ei_>n lo que se omitió al imprimirla, tomado del autógrafo igual á igual las delicias inocentes de la vida particular? por el doctor Carranza y añadido por el autor al ejemplar ¿Qué ha de hacer Carlos contra un hermano, y compañero, que fué de su uso: el mismo que tenemos á la vista. y familiar, y amigo, y confidente, y buen subdito: y mejor En la página II, después délas palabras—la dicha de Tasallo? Su casamiento con una señora, aunque ilustre, vengarlo—debe seguir ; pero de órden muy inferior al suyo exije el divorcio de la « La infeliz suerte de unos soldados sin estimula, la familia real: la razón de estado lo pide, la decencia lo orde­ vida molle y afeminada de unas tropas acostumbradas al na; Dios lo manda; basla. Olvídase Carlos que era herma­ descanso, las evoluciones perezosas Je un grosero arte mi­ no, y solo se acuerda que era Rey. La sentencia de su se­ litar, un armamento inutilizado con el molió y la herrum­ paración está firmada, desheredada su descendencia, y vacio bre, unas murallas desmoronadas, unos navios roídos de en Palacio el lugar del caro Infante: ¡qué congojas con todo, carcoma; ved aquí los objetos, á que desde el Trono esten- cuando vuelve á si mismo; y no le encuentra! cuando lo dió sus primeras miradas, y los que creyó debia remediar, llama y no le responde, cuando quisiera acercársele, y se lo pára hacer que respirase la Nación y sacudiese el yugo dees- estorba la distancia! Se contrista, se duele, se levanta

tos Archelaos y Diomedes. pero esto aun es poco, acerquémonos á su persona y admi­ < Cuando yo observo • raremos su fidelidad entre 6ules mas irritantes. • No hay para que ponderar ••• • » Pág. 53. Después de - Oid y Juzgad—sigue : Y en la fe d« erratas faltan las siguientes: « Escuchar la voz de la conciencia contra los mayores Pág. 22 linea H dice: agrias por por agrarias. estímulos del amor propio, cuando este puede cubrir su " 23 - 20 falta: ¿Pero Carlos que supo levantarnos, pretensión con todo el estertor de la verdad ¡ traer aprisio­ ignoraba el sistema de mantener­ nado á los pies de la razón aquello que mas se ama, y por nos? ah! etc. no displacer á Dios constituirse verdugo de su propio cora­ » 23 » 24 • tener antes de piés. zón ¿qué os parece, señores, no es dar pruebas solemnes de » 28 » 31 dice: nuestros por nuevos. amor y fidelidad? Pues aquí está Carlos, cuando los inte­ • 9 » 8 sobriedad por sonoridad ó soporidad. — 9 -

u. Videla del Pino, obispo electo del Paraguay; según lo afirmó el mismo Funes en una correspondencia particular; y no lo 4790. dudamos, puesto que el señor Sarmiento lo asevera en la ORACíQ/í congratulatoria al advenimiento feliz de Cir­ páj. 77 de sus Recuerdos de Provincia, ya citados. ios IV. VI. En España la ceremonia tuvo lugar el 2" de setiembre do 1789. ND la hemos tenido á la vist-i, pero el señor Sa­ 1802. rniento (a cita en sus Recuerdos de Provincia. CAUTA crítica sobre la relación histórica de la ciuJjd

III. de Córdoba que hizo S. M. I. Ayuntamiento, y se publicó en el Telégrafo Argentino n. ° 4, tom. III. (V n. • 8, tomo IV 1801. del referido periódico). Sus célebres Carlas publicadas.en el Telégrafo hi jo el VII. nombre de Patricio Saliano. 1 80 6. Véase el núm. 259 de la Efemeridografij, de Buenos Aires. Para inmortalizar la memoria del mismo Prelado (T1 IV. sriior Moscoso, finado en la ciudad de Córdoba , por quien hnbia sido nombrado, en 1793, Provisor y vicario general INFORME dirigido á S. M. C. sobre lo material y formal del obispado, así como por dar una prueba de su reconoci­ del obispado del Tucuman, por el Mimo, señor don Angel miento, publicó una— Mariano Moscoso (arcquipeño). (Muy raro.) ORICION fúnebre que en las solemnes exéquias colebríi- Este fué publicado en la Biblioteca de la Revista de dasel 23 de Mirzo de 1803, en la Santa Iglesia Catedral de Rueños Aires, púg. 19, tomado de los mss. del canónigo Se­ Córdoba del Tucuman, por el ilmo. señor doctor don Angel guróla, quien asevera ser redacción del Dean Funes. Mariano Moscoso, del consejo de S. 31., dignísimo obispo V. "leí Tucuman, dijo el señor doctor don Gregorio Funes,

1802. Dean de la misma iglesia, vicario capitular y gobernador (ielobispado Sede vacante—Eima. En la Imprenta de los Lvri'GNAciON en defensa del mismo Prelado, publicada en ^iños Expósitos—Año de 180G— 3í págs. en 4. 9 el N. ° 8, tomo IV del Telégrafo Mercantil, bajo el pseu­ dónimo de Patricio Saliano, á ciertas alusiones ofensivas, VIII. que se hicieron en el n. ° 4 del tomo 111 del mismo perió­ 1809. dico, ürmadaspor un escribano Bartolomé Matos de Azebe- PROCLAMA al clero del obispado de Córdoba del Tueu- do y cuya redacción se atribuye al Dean doctor don Nicolás nian, de su Provisor gobernador el señor doctor don Gre- gorio Funes, Dean de la misma iglesia—Buenos Aires- XIII. Imprenta de Ni ños Expósitos—7 págs. 4.° 1811 . IX. ARTíCULOS publicados en la Gaceta de Buenos Aires. 1810. XIV. RELACIóN délos exámenes de matemáticas de esta Real 1811. Universidad de San Carlos, celebrados (en los dias 18» i\) CAUTAS suscritas por Cives, Un ciudadano, y publicadas de diciembre de 1809) en la Iglesia del Real Colejio de Nues­ en la misma Gaceta y algunas por separado, como podrá tra Señora de Monserrat, en la ciudad de Córdoba del lam­ verseen nuestra Gramateo(jrafiade\ mismo año. inan—Imprenta de los Espósitos—8 págs. en A. ° XV. X. 18 12. 18 11. DEFENSA en la causa que se le siguió, impreca, según DICTAMEN sobre la revolución de 1&I0, publicado en la su biógrafo el doctor don Mariano Lozano:—ñola conoce­ Gacela de Buenos Aires, y reproducido con algún encomio mos pero liemos visto el autógrafo en p:>.ler del doctor en El Español, periódico de Londres por el español Blanco Olaguer. White. XVI. X I. 1812. 4 8 11. Abril G-PAPEL que da al público el Dean de Córdoba, DISCURSO sobre la libertad de la prensa presentado á la (lector don Gregorio Funes, con ocasión de la retirada de Junta Superior de Gobierno, y Reglamento sobre la misma 1 oyeneche—Imp. de N. Espósitos—4 pág. in íol. sin nume­ aprobado por decreto de dieba Junta; publicado en la Es- ración. iraordinaria de 22 de abril de la mencionada Gaceta. XV!I. X1J. 1815. 18 11. 31aizo¿9- LA Voz de la libertad levantada por un pa- CAUTA de un individuo residente en Buenos Aires á un l'ipta, con ocasión de la victoria ganada per las armas de la amigo amigo—Imprenta de los Expósitos—8 pág. fol. me­ patria contra las tropas del parricida Goyeneche en las cer- nor. i'ania* de Salta—Marzo 29—El Ciudadano —Imp. de N. Esp- Es atribtiida á Tunes. - 1 pág. in fol., sin numeración. — 12 — — 15 —

XVIII. Este interesante documento se halla generalmente pre­ cedido del Acta de Independencia y seguido de la Constitu­ 1815. ción, sancionada y mandada publicar por el mismo sobera­ Abril 6—PirFxqueda al público \?1 Dean de Córdoba, no Congreso el 22 de abril de 1819. •doctor don Gregorio Funes, con ocasión de la retiñida du XXII. Goyeneche—Abril G—Imp. de N. Esp. —4 pág. fol. 1 820. MX. CARTA dirigida al embajador español en el Brasil, en 1814. contestación á un manifiesto del Bey de España, á los ORACIóN patriótica que por el feliz aniversario de la juntamientos de América. regeneración política de la América Meridional, dijo el doc­ Tenemos noticia de que corre impresa, pero no la co­ tor don Gregorio Funes, Dean de la Iglesia Catedral de Cór­ nocemos. doba del Tueuman, en la de Buenos Aires, el dia 2í> de mavo XXIII. de 1814 -Imp. de N. Esp.—: 0 pág. 4. °

Fué reimpresa en la 2. a edición del Ensayo Histórico 18r>0.

etc. y en la Biblioteca del Estandarte Católico (186i). EL GRITO de la razón y de la ley sobre el proceso for­ XX. mado á los congresales, suscrito Los partidarios de la ra­

1 8 1 (3 . zón y amantes de la ley. íu fecha es 12 junio—13 pág, A. ° Con fecha 21 del mismo mes y año se dió por la Im­ ENSATO de la historia civil, etc. Siendo esta obra el fundamento de la celebridad del prenta de Phociou un pequeño folleto de 1G págs., de igual persona ge que nos ocupa, la hemos colocado al fin de su Formato que el anterior, bajo el titulo de Algunas cortas monobibliografia, para dedicarle un poco de mas aten­ observaciones que hace un joven sobre el GRITO de los con­ ción. désales, titulado EL o M í o etc. XXI. El autor de esta publicación fué don Fortunato Lemoy- 1819. "P, agrimensor, conocido después con el apodo de El joven MANIFIESTO que hace á las naciones el Gongreso geuen l •« cortas observaciones. Las impugnaciones que este hace constituyente délas Provincias Unidas en Sud-Araérica, so­ no dejan al Dean muy bien parado en la opinión pública, bre el tratamiento y crueldad que han sufrido de los es­ a punto de hacernos creer que de aqui dala su decadencia pañoles y motivado la declaración de su independencia— completa en la política de su pais. Jmp. de la Independencia—19 pág. i. ° — i4 — — 15 —

XXIV. <]el mismo año, por la Imprenta de los Espósitos, un Mieto de it págs. fol., con el titulo de «Contestación al BREVE DIS­ 1820. CURSO del muy honorable Dean de Córdoba, doctor don COLECCIóN de popeles relativos á la introducción de ne­ Gregorio Funes, formada provisionalmente y con reserva gros en la América. En ella se encuentra una carta de I¡¡ para lo sucesivo, por el Defensor Mendicante.» vadavia, diríjida á Funes, desde Paris el 13 de setiembre da La carta del gobernador en que este invita al Dean á 1818; su Bespuestn: la apología de Jas Casas, obispo de ejercitar «la ilustración de su pluma», y la contestación del Chiapa, por ei ciudadano Enrique Gregoire, antiguo obispo ultimo tienen la misma fecha—50 de enero— Pero el P. Pa­ de Bioif; la traducción de un artículo que se encuentra en la tueco aclara la cosa diciendo que «el papel ha sustraído mas Hiografia moderna sobre dicho prelado, y por último la de 24 dias á la carrera mortalde la preciosa vida del vene­ carta disertación de Tunes, fecha 1. ° de abril do 1819, so­ rable Dean.» «También sé,» agrega Fr. Pedro,» que por bre si Las Casas tuvo ó no algún influjo en que se hiciera pol­ unos godos, sus apreciadores, subió en consulla para una los españoles en América el comercio de negros africanos, mitra, término tan fugitivo como precioso de sus aspiracio­ reproducida en la colección de las obras de Las Casas, beeha nes Los enemigos de nuestra causa son «los que á es- por el doctor donjuán Antonio Llórente en ÍS±2, seguida pensas de negras tramoyas han logrado al fln que Buenos de un Apéndice, por el autor, en que nace el de-bido home- Aires y sus hijos solo esperen y solo reciban detestaciones y nage á las luces del ilustre cordobés. anatemas de los pueblos del interior; los que satisfechos de su eslerioridad y vocinglería gritan: viva la patria que XXV. deshonramos, viva esa patria que desangra nuestra avaricia, 182 1. viva esa patria que, sin merecerlo, nos ha distinguido, sa-

BREVE DISCURSO sobre la provisión de obispados en las eindonos de la pocilga para que pueda figurar nuestra sober­ iglesias vacantes de América; escrito por el ciudadano doc­ bia, viva esa patria que, por él mas estupendo prodigio de la Omnipotencia, aun vive, apesar de nuestro desastroso ma­ tor don Gregorio Funes, á solicitud del Exmo. señor don Alarlin Rodríguez, gobernador y capitán general de esta nejo. » provincia. XXVI. Ese es el titulo estertor; el del interior es como siguí': 1822. Breve discurso sobre la provisión de obispados en las CONTESTACIóN joco-seria al libelo publicado en el Janei- iglesias Tacantes de la América insurreccionada, á propues i<) por el marqués de Casares, ex-ministro del virey Abas­ ta del Rey de España.—Imprenta déla Independencia - (¡ ad.- Corre impresa, pero nosotros solo hemos visto el ma­ páginasfol. menor. nuscrito autógrafo en poder de nuestro amigo el doctor El Padre Fr. Pedro Pacheco dió á luz el 10 de febrero Olaguer.

t — 17 — — 16 — tiíutionnel de París de 17 de mayo de este mismo ano XXVII. (1822). 1 822. En el referido año se publicó una tercera edición.

PRóLOGO y iíí notas eruditas originales sobre las garan- xxvni. tias individuales de la sociedad. Por P. C. F. Daunou [1822—1823. miembro del Instituto de Francia, y entre otras, autor déla ARTíCULOS publicados en el Centinela de 1822 y en la célebre obra del gobierno pontificio, (traducido del origi­ Abeja, y también en el Argos de 1823. nal)—Imprenta de los Espósitos XI—210 págs 4. c . XXIX. Este Ensayo está enriquecido con notas del traductor, al cual se halla agregado otro opúsculo titulado «De la Amé­ 182 3.

rica Meridional», con algunas observaciones acerca de ese Las CARTAS suscritas por El Amigo de la Paz, son de importante objeto, escrito en francés por diclio Daunou y don Francisco Antonio Ocampo, y las anotaciones, de Funes. traducido del manuscrito autógrafo por D. O. (D. Domingo CMS. Olaguer, in íol.) * Olivera—Buenos Aires, Imprenta de Niños Espósitos— VII XXX. —16 págs. 4.°. 1 82 4. Fué escrita esta obra por Mr. Daunou á indicación dd Enviado de esta República, con motivo de haber recibido el Biografía del Gran Mariscal Sucre —Impresa en Buenos Reglamento Provisorio, sancionado en 1817, y traducida Aires. por Funes, por encargo del SeYior Rivadavia, que ocupaba XXXI.

entonces la cartera de gobierno. La nota 8.53 tiene el sin­ 182 5. gular mérito de sostener abiertamente la libertad de cultos. ARENGA pronunciada con motivo de la victoria de Aya- El presbítero doctor don Ramón Eduardo de Anchoris, cucho—Imprenta de N. Espósitos—Hoja suelta. propietario de la Imprenta de la Independencia, conocida XXXII. vulgarmente por de Anchoris, (finado en esta ciudad de Bue­ nos Aires, el 25 de enero de 1851) hizo una segunda edi­ 1 825. ción de esta traducción. Se aseguró que Daunou aprobara DEFENSA de la constitución boliviana, contra los ata­ las notas de Funes, en que se relata algunas de las doctri­ ques del Conciliador. nas desarrolladas en el fondo de ella, y las que sirvieron pa­ XXXIII. ra rectificar su juicio. 1 825. En la p'igina 5)2 de la Abeja Argentina, número 8, hay EXAMEN critico de los discursos sobre una constitución un articulo encomiástico de este Ensayo, tomado del Cons- — 19 —

Religiosa, considerada como parte de la civil, por el doctor Bachiller, Licenciado, Maestro y Doctor, lo que aprobó S. don Gregorio Funes, etc.—Buenos Aire3: impreso en la im­ M., en cédula do 2 de febrero y 2G de marzo de 1622. Pero prenta dcHallet—1825—XV—406 páginas 4. ° . como esta facultad se limitase á diez años, el señor don Fe­ Este Eximen está precedido de una carta dirigida al lipe IV, hizo nueva súplica al señor Urbano VIII, quien hizo Libertador don Simón Bolívar, á quien dedica esta obra.. perpetuo este privilegio, por bula de 29 demarzo de 1G~Í, Los autógrafos que sirvieron para la impresión de esta reconocida y admitida en el Real y Supremo Consejo de In­ obra, forman un volumen en cuarto, el cual se baila en po­ dias, en 8 de agosto de 1659. der del doctor Olaguer. Desde su fundación estuvo á cargo de los Regulares es- pulsos, quienes regenteaban las cátedras, los empleos de XXXIV. Rector y Cancelario. i 828. En 1805 se puso á cargo de los relíjiosos de San Fran­ NOTICIA cronológica de los historiadores que componen cisco, en virtud de haberla encomendado á esta cofradía el la República Argentina^ señor don Francisco Bucareli, entonces gobernador de Bue­ Es atribuida ú Funes. nos Aires. El Rector interino que tenia en ese citado año, lo era XXXV. el R. P. doctor fray Pantaleon García, siendo cancelario 1852. también. Plan de estudios para la Universidad mayor de Córdo­ Catedráticos de Teología lo eran de Prima, el R. P. Rector; de Vísperas el P. fray Nicolás Lacunza ; de Cánones, ba, que ha trabajado el doctor don Gregorio Funes, Dean de el P. fray Luis Pacheco ; de Moral, el P. fray Fernando Bra­ esta Iglesia Catedral, por comisión del ilustre claustro, a co ; la cátedra de Escritura estaba ligada al Rectorado. qaion se lo presentó el año de 1813. Obra postuma, impresa De derecho civil do Prima, el doctor don Victorino en Córdoba y reproducida en El Lucero de Buenos Aires, Rodríguez ; (1) de Vísperas, el doctor don José Dámaso Gí- del mismo año. (V. dicho diario número 901 y siguien­ gena. tes.; 1. El doctor don Victorino Rodríguez, después Oidor Fiscal, fué ar­ Los estudios de la Real Universidad de Córdoba princi­ cabuceado en 1810, en las inmediaciones de la "Cruz Alta", provincia de piaron años antes de su erección en el Colejio Máximo délos Córdoba, juntamente con el ex-VIrey don Santiago Liniers, ex-gobernador de la misma provincia don Juan Concha, Coronel don Santiago Allende y el Jesuitas, á instancias del ilustrisimo señor don Fernando «-Tesorero don H. Moreno, cuyos restos mortales fueron solicitados en Trejo yZanabria, el año 1G22. Se erigieron en Universi­ 1862, por el encargado ad koc, y Cónsul de S. M. C. en el Rosario de dad, en virtud do Bula del señor Gregorio XV, en 8 de agos­ Santa Fé, don Joaquín Filio!, para su exhumación y traslación á la Pe­ nínsula. El Gobierno Argentino, no hizo ninguna objeción al cumplimien­ to de 1621, á instancias del Rey Felipe III, y en la que S.S. to de los deseos manifestados por S. M. la Reina de España, y en conse­ oncedió facultad para que pudiesen conferirse los grados de cuencia se dictaron las órdenes al efecto. — 20 — — 21 —

De filosofía, el P. fray Francisco Castañeda de primer XXXVII. año; de segundo elP. fray Hipólito Soler (1). Memorial del clero de Córdoba, dirijido al virey mar­ El señor Funes, era en ese año, Arcediano del Ilustri- qués de Aviles, pidiendo el cumplimiento de las Reales cé­ simo Cabildo de la Santa Iglesia de Córdoba de Tucuman, dulas, en que se ordenaba reemplazaran en las cátedras de Hacedor de diezmos, Provisor de la curia eclesiástica, y Co­ la misma Universidad al distinguido cuerpo Jesuítico. misario del Santo Oficio.' M. S.j Poco después, el Dean fué comisionado para confeccio­ En fin, existen actualmente en poder del doctor nar un plan de estudios, y es el que presentó en 4813, por Olaguer, cuatro volúmenes manuscritos, dos conteniendo el cual se rejia aquella Universidad, hasta el año de 1832, correspondencia epistolar; uno de documentos, borrado­ en que su ilustre claustro lo mandó imprimir y distribuir res de asuntos históricos y políticos, y el cuarto conteniendo

éntrelos amigos y admiradores de los talentos del Dean, varios fragmentos sobre diversas materias, algunos de los acompañado de una circular que lleva la fecha de 28 de cuales son inéditos. agosto del referido año (1832), dirijida desde Córdoba por Existe otro volumen, en folio, de sus dictámenes el Licenciado don José Bruno de la Cerda, á nombre del mis­ y defensas ante la Real Audiencia, que conserva el mo Claustro. doctor don Luis Velez, de Córdoba ; en la Biblioteca de cuya

XXXVI. Universidad se encuentran sus obras completas.

RELACIóN que da José Manuel de la Vega, de la literatu­ ENSAYO de la Historia civil del Paraguay, Buenos Aires ra, grados y méritos del doctor don Gregorio Funes, del Obis­ y Tucuman, escrito por el doctor don Gregorio Funes, Dean pado del Tucuman. Interesante documento dado en Espa­ de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba—Buenos Aires, ña por el Consejo de Indias y publicado en la pájina 74 de imprenta de M. J. Gandarillasy socios—1816, el primero y los Recuerdos de Provincia del señor Sarmiento, en 1850, segundo tomos, y el tercero por la imprenta de Benavente en cuya obra se encuentra un rasgo biográfico del historia­ y compañía en 1817, pájinas XI, 377, 421, 538, sin incluir la dor que nos ocupa, formado sobre apuntes de su amigo el fé de erratas de cada tomo ni la lista de suscritores (3 pá- doctor don Facundo Zuviria, cuyo orijinal completo, sabe­ jinasj del tercer tomo. En la pájina que sigue á la del título del tomo primero mos, se halla en poder del señor Ceneral Mitre. delaedicion que nos ocupa hay la siguiente—« Nota—Este Ensayo comprende la célebre revolución del Perú por José 1. Guia de Forasteros del Vireinato de Buenos Aires, para el año de 1803, por don José Joaquín de Araujo, (Oficial de Contaduría), pájina Gabriel Cóndor kanki, conocido con el nombre de Inca Tu- 125. El Eco de Córdoba de 5 de Julio de 1867, trascribe la misma noticia, pac—Amaru,» cuya Oración Fúnebre, añadiremos, fué pu­ pero con algunas omisiones y errores de fechas. blicada por Melchor Equazini, en Buenos Aires : imprenta — 22 — — 23 -

del Sol—18iG —(15 pajinas cuarto) ; dedicada: «Al Ho­ ilariano Lozano (4), publicada en la Gacela Mercantil del 30

norable ciudadano José de San Martin, Rompe cadenas di­ de abril al 27 de mayo de 1830, con algunas variantes cir-

sida errores — Une á los hembres que el rencor divide—Tal cni)6tanciales, y reproducida en la presente, en que además

es tu augusto destino » (i). añadió el editor al final de la misma la Oración, pronuncia­ da en 1814, antes citada, el Manifiesto del Congreso de 22 Por último este mismo tomo va acompañado de un de abril de 1819, la Constitución de estas Provincias del pro­ magnifico retrato del autor, de medio cuerpo en óvalo, gra­ pio año, el Apéndice á la misma, el Acta de Independencia bado por el pintor Simplicio y por el escultor M. N. Bate. de esta República y la déla fundación de la ciudad del Tu- El Prospecto está publicado en la Gacela de Buenos Ai­ cuman. res de 29 de julio de 1815.

En 1856, el señor don Justo Maeso, Gefe entonces de 31a Independencia y libertad de aquella República. lié aquí los documen­ la Oficina de Estadística de esta ciudad, publicó por la Im­ tos relativos á esto último :

prenta Bonaerense, de su propiedad, una segunda edición de Palacio del Gobierno en la Capital de Lima n 10 de octubre de 1825. (lugar de un sello.) esta obra, en 12 entregas, de mayor formato que la primera, " Al señor doctor don Gregorio Funes, Dean de la Santa Iglesia de en dos columnas, con retrato litografiado por Lange y Córdoba. Beer. "Tengo el honor de acompañar á V. S. el diploma y medalla de oro

Esta edición va precedida de una lijera biografía (2) del del busto de S. E. el Libertador, con que S. E. el Consejo de Gobierno se ba servido agraciar á V. S. en pequeño testimonio del aprecio que le autor, escrita por su amigo y comprovinciano doctor don merecen los importantes servicios que ha prestado ó esta República en la cansa de su independencia y libertad. ,V. S. tendrá la bondad de aceptar 1. Respecto al origen de este raro folleto, registra la siguiente— esta demostración de mi Gobierno y las particulares consideraciones con " Advertencia :— Entre los manuscritos del Rev. N., cura de M., se en­ que tengo el honor de ser de V. S. muy atento y muy obsecuente servi­ contró uno intitulado : Razonamiento pronunciado en una junta secreta dor. de amigos de la patria después del suplicio horrendo y alrbz de José Ga­ Hipólito Unánue." briel Tupac-Amaru. Este papel interesante y curioso es el que ahora se DIPLOMA. publica " (C. Carranza.) W El Consejo de Gobierno i M Deseoso de llevar & efecto la soberana disposición del Congreso 2. El biógrafo omitió hacer mención del entredicho en que el Dean Constituyente de 12 de febrero de este año, ha hecho abrir la medalla que habia estado y que obtuvo del señor Obispo le fuese alzado. También ol­ en ella se previene, con el busto del hombre clásico del nuevo mundo-» vidó sin duda el puesto de Encargado de Negocios de Colivia, cerca déla

La única observación que creemos poder hacer a su algunas del Pcríi, bajo el yugo de fierro de los españoles ; es ilustrado editor, que, de paso sea dicho, hizo un verdadero la historia do nuestra Patria en la triste época de su pacien­ servicio al país, popularizando un libro tan útil y cuya pri­ cia y de sus lágrimas. La era gloriosa en que lia sido escri­ mera edición era ya rara, es, que no salvó la importante f¿ ta , el patriotismo, los tálenlos, la esperiencia y la vasta de erratas en que abunda aquella, la que debe ser preferida erudición de su ilustro autor, le dan la preferencia sobre por el historiador y el bibliófilo. cuantas se han publicado con el mismo objeto ; siendo muy La indisputable importancia de la obra que dió tanta de notarse que ningún escritor st¡ ha contraído particular­ celebridad al Dean cordobés, hace tomemos, aunque sea de mente al plan que el señor Funes se ha propuesto y sería paso, algunas de las opiniones, en pro y en contra, que han preciso leer y combinar un crecido número de volúmenes emitido á su respecto hombres competentes de Europa y dispersos y raros para reunir tanta suma de conocimientos América, á que agregaremos, á fuer de imparciales, algunas como los que este libro suministra en su asunto. Dándole breves reflexiones nuestras. el señor Funes el titulo de Ensayo, ha hecho que gane su Cuando, en noviembre de 1816, se anunció la aparición modestia á espensas del mérito de la obra, y esta misma del primer tomo del Ensayo, la Gaceta le dedicó un articulo moderación le recomienda : las jactancias tío son el lengua­ concebido en los términos siguientes : je del sabio. Para los que no sea suficiente atractivo la ins­ * No es esta obra una hoja volante de las que lian cor­ trucción que suministra esta historia y el interés de los su­ rido en el periodo de nuestra revolución, sino una serie con­ cesos que eu ella se refieren, deberá bastarles el delicioso tinuada de los ultrajes que han padecido estas provincias y recreo que se encuentra en la amenidad y propiedad del es­ tilo con que está escrita ; carácter que hace distinguir todas nes, que reuniendo sus esfuerzos á los del primer campeón de la inde­ Jas obras de su autor. Los que con la lectura de los libros pendencia han cooperado á romper nuestras cadenas ; y á establecer el franceses hemos dado en viciar nuestro idioma, tenemos imperio de la voluntad general. también la ventaja de hallar un modelo en el señor Funes, M Por tanto, conformándonos con el espíritu del artículo 9 del mis- no decreto, ha dispuesto se conceda una de aquellas al doctor don Gre­ para hermanar el gusto de aquellos con la pureza del últi­ gorio Funes, Dean de la Santa Iglesia de Córdoba, para que, lleno de un mo « (1). noble orgullo por la parte que le ha cabido en empresa tan heroica, pueda Hablando el Conde Las Casas, de estos países, en su trasmitirla á sus descendientes, como un testimonio de recompensa a sus famoso Atlas histórico —cronológico de Mr. Le Sage, pro- virtudes, y de reconocimiento al héroe en cuyo honor es instituida. Es da­ rumpe : «Su historia detallada debe estudiarse en la que do en el palacio del Gobierno de Lima á 10 de octubre de 1825. publicó en 18IG, don Gregorio Funes, donde recopila to- (Lugar del sello.) ios los acontecimientos ocurridos, hasta entonces, con pro- Hipólito Unánuc~Juan Salazar—José de Larrea y Laredo— De Or­ den de S. E. y por el señor Ministro— José Dávila. t. Oaceta de 15ucnos Aires, núoipro 80, de 9 de noviembre de {V. Gaceta Mercantil de 9 de junio de 182C) 1816. 2G — — 27 —

lijo examen, y esquisita curiosidad y critica. Es lástima que El señor don Luis Domínguez en su Historia Argenti- tan apreciable autor se deje arrrastrar tan amenudo del ín- na, publicada en 1861, y cuya tercera edición eorrejida j flujo de una prevención que dejenera en encono contra la aumentada, acaba de ver la luz (1868) por la imprenta elocuencia española, hasta el punto de confundir los abusos de Mayo, hablando del autor que nos ocupa, cuyo mé­ de los particulares y los desmanes de la autoridad con h política del gobierno. Seamos justos; si al Gobierno pe­ rito no desconoce, dice | Para la generalidad de los

ninsular puede tachársele de atrasado, con respecto á los lectores, la obra del Dean Funes, tiene el inconveniente de

demás de Europa,su sistema de colonización fué, sin con­ ser demasiado estensa y minuciosa, en lo que llamaré la tradicción, superior al de todos, y ninguno propendió con historia antigua ; y demasiado Bomsra é incompleta en la mas empeño al progreso (1) de sus posesiones ultramarinas. historia moderna de nuestro pai- : " Mas adelante agrega Los testimonios de tantos establecimientos públicos hablan que el Dean escribió su Ensayo Histórico, que él Invoque y los resultados les acreditan en la ilustración americana, que, contra la opinión vulgar y despecho mismo de sus ene­ consultar ú cada paso, sobre la líi.-,lor;a manuscrita del Je­ migos, marcha por la senda de su independencia con una suíta Lozano.

calma y juicio tal, que hasta sus detractores, confusos, se El señor don Ignacio Nuñcz, en sus Noticias Históricas ven obligados á confesar que el Nuevo Mundo ha llegado :i déla República Argentina, publicadas en 1857, por su hijo la época feliz de su virilidad. » don Julio, se espresa (en la pá jina 2¡, del modo siguiente ; El señor Sarmiento, entre otros, añade: «Goza la • El doctor don Gregorio Funes, publicó en 1817 el Ensayo Historia del Dpan Fuues, de notable celebridad en Europa, acaso la única escrita en este último siglo sobre la de estos Histórico de estos países, desde los tiempos de lu conquista

países, producción que la víspera de la revolución déla inde­ basta el año de 18¡6, y comprende por consiguiente los su­

pendencia emprendía hacer la historia de estas colonias es­ cesos de 180G y 1807, con detalles que ningún otro ha pu­ pañolas, cual si hubiera intentado inventariar el pasado, blicado, redactados con la elegancia á que se habia acostum­ antes de que entrásemos en la tumultuosa época de la recons­ brado su pluma ; pero como el doctor Funes, ni presenció trucción social, política y comercial, que aun va transcur­ estos sucesos, ni tuvo tiempo para consultar los me jores do­ riendo. » cumentos, su ENSAYO es defectuoso, en cuanto á los hechos,

1. Mtif sensible nos es el no poder participar del [mismo modo de oscuro y erróneo en sus consideraciones filosóficas. » pensar del Ilustre Las Casas, puesto que los hechos han ma íifeslado y si­ guen manifestando la grande inferioridad de sistema de colonizado» di Los hechos relativos á la ejecución del General Uniere gobierno español al de cualquiera otra uaciou, citando como ejemplo, y sus desgraciados compañeros, se mencionan con eslremada •'««rte-América, Australia, etc, etc. economía en el Manifiesto de la Junta, redactado por el doc- — 28 — — 29 — tor don , y publicado en el número 19 d<> la Gaceta de 1810, y en las Memorias de su hermano (don tores «en sembrar, por las provincias, las mas agrias preven­ Manuel), y « aun sin economía en el ENSAYO HISTóRICO del ciones contra la bandera que acababan de derrocar, esten- Dean Funes. » Mas adelante, el señor Nnñez agrega : Ape- diendo sus maniobras hasta el ejército del Perú.» El 1,'i sar de iodo, Liniers y sus cómplices hubieran escapado á la del mismo mes se publicó en la Gaceta elManifiesto del go­ muerte, si el Gobierno hubiera podido salvarlos sin peligro bierno redactado por el Dean, «no con tinta,» dice Nuñer, para la revolución, porque es incierto que él hubiese resuel­ «sino con veneno.» Este documento, en que el Dean es- to cimentarla sobre su sangre, como lo asegura ol Dean Fu- plicaba que los sediciosos habian adoptado una divisa blan­ iK'sen lo pajina 490 del tercer tomo, (primera edición y 57| ca y celeste para reunirse en la mas bárbara conspiración,

tomo segundo de la segunda1, de su ENSAYO. » y la representación del pueblo, innundaron las provincias y

En los momentos en que Elio declaraba á la Junio de los ejércitos. Buenos Aires una guerra á muerte y hacia mas necesario Sobre este grave acontecimiento, origen de las calami­ que en el país no se o^ese la voz del gobierno, sino la de dades, que todavia se lloran, el Dean, en la página 374 del un general, «el Dean Funes redondeó su pensamiento de in- ENSAYO, dice: Las detractaciones continuaban, cuando un nuudurlocon juntas de gobierno: el 10 de febrero íde 181F, sacudimiento volcánico, en que el gobierno no tuvo el me­ dosdias antes de la declaración de guerra, se promulgó un nor influjo, causó la revolución conocida por la del fi1 y G de

decreto, mandando que se estableciesen en las capitales de abril. Este acontecimiento ninguna complacencia dejó á la todas las provincias, con las atribuciones monárquicos, Junta. Fila advertía que en la marcha ordinaria de las pa­ ¡.cordadas por las leyes coloniales ü los gobernadores in- siones, una primera revolución engendra otra de su especie; lendenles; y es menesler que se sepa que esta medida que porque, una vez formados los partidos, cada cual arregla su privaba al gobierno de las ventajas de una voluntad y de una justicia para su propio interés* > acción concentradas, sin poder producir en los pueblos sino El Dean cantó la palinodia, como tres años después. los efectos desastrosos de las aspiraciones y rivalidades, que «Por un error de opinión,» decia él en hoja suelta con fe­ las Juntas debían provocar, la ha colocado su autor entre los cha 24 de febrero de 1814—«que no estuvo á mis alcances lu chos escojidos, con que ha adornado la biografía que ha precaver, me cupo la desgracia de haber incidido en esta fal­ 'tejado escrita de su vida.» ta, con la (¡aceta del lo de abril de 1811, referente á los su­ He ahí el PRIMER CIMIENTO de aquella federación, origeu cesos del 5 y 6. Mejor instruido, agrega, «en los aconte­ de tanta sangre vertida, á su nombre, por el crecidísimo nu­ cimientos de aquella época, reformo mis conceptos y resti­ mero de aspirantes que ella engendrara. tuyo su reputación ú todas las personas que ella hubiese

Después de la revolución del 5 y 6 de abril, el Dean, no ofendido. No me avergüenzo de esta confesión.» El Dean pudtendo llenar su aspiración, se ocupó con otros dos doc- olvida esta vindicación en su ENSAYO publicado como seis «ños después. - 30- — 31 —

Deseosos de deshacerse del representante Castelli, co­ de la Plata y no sn Historia, tratamos de circunscribirnos mo so habían desliedlo del representante Belgrano, pop 1)na á él en cuanto sea posible. El lector comprenderá que no acusación, el Dean y otros anarquizaban no solo en la Gac- se puede prescindir, por mas que so quiera, de apreciar ta que este redactaba, sino también en sus enrías á Igi nqe* ciertos hechos en combinación con otros y que forman con­ blos y en los anónimos que iniiundaron el ejército del Perú, traste entre si. Por otra parte, el bibliógrafo debe espe- para disponer la opinión en pro de las medidas que combi­ rimentar en la clasificación de los trabajos del espíritu hu­ naban. Todo esto produjo su amargo fruto de que el mis­ mano, mas dificultades que las que encuentra el naturalista mo Funes participó en los últimos años de su vida, llegando en la clasificación de los seres. so desengaño baria el punto de renunciar su ciudadanía ar­ Si entramos en estos breves detalles es porque no fal­ gentina, con tal de obtener la agencia de Colombia que lauto ta quien crea que la bibliografía consiste en Ja simple enu­ Je preocupó f por que tanto trabajo* por medio de cartas al meración de (dirás, viniendo á confundirse con lo que se Libertador Bolívar, que poco se acordaba de contestárselas, llama simplemente Catálogo. Esta misma denominación y al señor Aíiralla (1), á On de que este hiciese valer su rela­ abarca algo mas que lo que generalmente se cree. Juan Fa- ción con Bolívar, para su suspirado fln. bricio, consejero del duque de Brunswick—Lonebourg, pu­ Desde que puso los pies en Buenos Aires, el Dean no blicó en Wolffenbuttel el catálogo ratonado de los libros de hizo otra cosa que introducirla desiutelijeucia entre unos y su biblioteca, en 6 volúmenes en 4., ° el cual contiene no­ otros, predominando en él siempre el sentimiento de ler ticias bien hechas sobre los autores, editores y comentado­ oido cual oráculo, so pena de dislocación de la máquina gu­ res de cada obra, la indicación de las traducciones; críticas bernativa, si esta dejaba de ser manejada por una Junta de ó apologías que se han hecho, observaciones sobre las mis­ que él no formase pai te. De aquí nació aquella división mas, los nombres de los autores anónimos, etc. (1)

que se llamó porteñismo y provincialismo, que tanto cun­ Hechas esas hreves reflexiones, reasumimos nuestro

dió y se arraigó hasta en los huesos de todos los argentinos, asunto. y de que tanto provecho sacaron, para sus miras de ruina y Don Vicente Pazos Kanki (2J en sus «cartas á Henry

devastación, los Artigas, Ra mí res, etc. r'lay, Presidente de la Cámara de Representantes de los Es­ Esta es la verdad histórica, por mas doloroso que sea tados Unidos,» traducidas ul inglés por Platt II. Crosby, edi­ ción deNuevu York y Londres, año 181Í), al hablar de los el producirla. Mucho mas se podría decir, pero como Jesuítas, dice: «Es ciertamente sorprendente que el Dean nuestro objeto principal es presentar la Bibliografía del Rio Funes, que escribió cerca de un siglo después de Charlevoix

1. El dbclor don Juan María Gutiérrez conserva en su poder, entre 1. Didot, Encyclopédie Moderne, articulo Catalogue. otros autógrafos importantes, una carta del Dean Funes al señor Miralla, 2. Bracktnbridgt, página 247, tomo 1. ° edición de Baltímore. en la cual decía que si su ciudadanía pudiese ser nn inconveniente para cita una obra de Pazos sobrt Sud América, publicada en los Estados conseguir la-agencia de Colombia, la renunciaría. Unidos! — 32 — - 33 -

(1), siglo de luces y libertad, siguiera sin critica y con tan Buenos Aires, queloes el actual Rector de la Universidad aparente servilidad, todo lo queencontró'en los escritos de doctor don Juan Maria Gutiérrez, quien la había dirigido al este Jesuito. Esta circunstancia solo puede atribuirse á señor Vou Gülich, ministro de Prusia. El señor Gutiérrez, aquella veneración que sin duda conserva, en su vegez, por (()distinguido literato argentino, reconocido como tal en los jesuítas, en cuyo colegio de Córdoba fué educado y á los uno y otro hemisferio, por hombres muy competentes, y hábitos y predilecciones que allí adquirió,—triste prueba, cuya opinión, por consiguiente merece consideración entre en verdad, de la fuerza de hábito sobre la independencia é los eruditos, la ha emitido de un modo severo pero recto, integridad del espiritu humano. Para evitar los errores de con respecto á la obra del autor que nos ocupa. «El Dean,» estos escritores (Charlevoix y Funes.) •• '-etc.» dice este literato, «es un autor muy de la escuela opuesta al En las «Memorias Secretas de América por Jorje Juan historiador Prescott. Este deja en pié los andamios que le y Antonio de Ulloa, sacadas á luz por don David Barry,» y sirvieron para levantar su fábrica histórica; aquel quisiera publicadas en Londres en 18*26, al hablar de la espulsion de pasar por único testigo de los sucesos que relata: aborrece los miembros de aquella Sociedad, se cita á Funes, como un las citas y poco se ocupa de las datas.» (2) testimonio valedero, por haberle este «presenciado en Bue­ El hijo del benemérito general Arenales, refiriéndose á nos Aires.» las Memorias del general Miiler, sobre los defectos que se Hay en este aserto una inexactitud que debemos salvar. advierten en ellas en lo relativo á los sucesos del Alto Perú El hecho de la espulsion de los jesuitas, como es bien sa- en 1814 y 1815, con referencia á Warnes, Padilla y Carnar­ hido, tuvo cumplimiento en Buenos Aires en la noche del 2 io, se espresa así: «Es fácil conocer que el general Miller al 5 de julio de 1767, {1} en cuyo mes y año el señor Funes no ha hecho mas que reproducir al Dean Funes en lo res­ se hallaba en la Universidad de Córdoba cursando física. pectivo á su historia general de esta parte de la América. Funes estuvo efectivamente en Buenos Aires de paso para No es por lo tanto estraño, que sin hacerse de otros infor­ España, en donde estudió jurisprudencia: pero fué como mes ó conocimientos, se haya envuelto éntrelas frecuentes ocho años después, es decir, en 1775. (3.! inexactitudes y omisiones que se notan en el interesante En­ En el número 128 de la E [cmer ido g rafia de Buenos Ai­ sayo del historiador argentino.» (3) res, antes citada, digimos algo con referencia á una carta Por último, esceptuando á don Ambrosio Funes, cuya suscrita por Un miembro honorario del Instituto Histórico de 1. Tenemos sobre este distinguido escritor etc. un trabajo biográ­ 1. Charlevoix, principal historiador de este país, era, como todos fico que oportunamente verá la luz. saben, Jesuíta, y por consiguiente parcial de aquella sociedad religiosa 2. Gutiérrez. Apuntes biográficos de escritores, oradores y hombres que se componía de sus compañeros y hermanos. de Estado de la República Argentina, tomo 6. ° de la Biblioteca Ame­ 2. En el mismo au\, (1767) tuvo lugar su espulsion eu España. ricana, pág. 122.

3. Biografía del doctor don Gregorio Funes, ya citada. 3. Segunda campaña del general Arenales, página 168. — 34 —

colaboración (1) no agradece, ni siquiera menciona, por olvi­ Reconoce también los servicios que le prestara el nutor do quizá, su hermano el Dean, este no defrauda el mérito de la Guia de Forasteros correspondiente al año 1803, y ds de las demás personas que le prestaron servicio en la con­ otras obras, don José Joaquín de Araujo. fección de su trabajo histórico, pasando sus nombres en si­ Y por fin no olvida la cooperación del Presbítero don lencio. No; se muestra muy reconocido al «sin. segundo Bartolomé Doroteo Muñoz (1), en levantarle carias geográ­ doctor don Saturnino Seguróla > (2), como él le llama: quien ficas, ni á su comprovinciano y amigo don Gregorio Tadeo de le auxilió con sus manuscritos raros y escojidos, así como |H Cerda, (2), por sus luces y noticias, y por el interés que le en la revisión de los archivos públicos. manifestara en el buen éxito de su ENSAYO. El doctor don Miguel Olaguer Felití, poscé, á mas de los 1. Tenemos á la vista una carta de fecha muy moderna, dirijidaí borradores del ENSAYO HISTóRICO del Dean Funes, y de los un amigo nuestro, en la cual se lee lo siguiente: "Mi abuelo don Am­ autógrafos del mismo autor, antes citados, los siguientes brosio Funes tuvo no pequeña parte en el Ensayo Histórico del Dean, según él mismo lo declara eu cartas que conservamos, pero que no tengo manuscritos: íi la mano." Documentos históricos, políticos y biográficos (autó­ grafos), \ vól. fol. 2. El venerable sacerdote y distinguido patriota, Canónigo Dignidad, doctor don Saturnino Seguróla, falleció eu Buenos Aires, el '2íi de abril de Correspondencia diplomática y privada con el Liberta­ 1854, y sus restos fueron depositados en el panteón de la Iglesia Catedral, dor Simón Bolívar, y con el gran Mariscal de Ayaeuclio don boy Metropolitana. Antonio José de Sucre, 1 vol. fol.

El Gobierno, justo apreciador de los relevantes méritos del finado, y Correspondencia epistolar, 1 vol, 4 ° . deseoso de manifestar de un modo público el respeto que le merecían sus Correspondencia oficial y particular, 1 vol. fol. virtudes, invitó al pueblo de Buenos Aires para acompañar y conducir­ Espedientes, borradores y otros papeles relacionados los restos del que el Dean Funes, llamó "Sin segundo". con asuntos de interés particular. Otros relativos al Dean,

El dia 25 á las 5 de la tarde, un acompañamiento numerosísimo cus­ como negociante, i vol. fol. todió esas venerables reliquias bástala (entonces) catedral, boy metropo­ Documentos históricos y polilicos í rol. í 3 . litana.

La selecta biblioteca americana que tanto habia servido para la gran­ 1. El apreciable Presbítero Muñoz, trabajó, según se afirma, en la de obra del señor de Angelis, como este mismo lo afirma, reconocido, se redacción y compilación de Leyes y Decretos patrios, de 1810 á 1823, obra remató el 24 de octubre del mismo año, y todos sus valiosos manuscritos qoe sirvió al señorAngelis, para continuar la colecciou que todos cono­ fueron obsequiados íi la Biblioteca Pública, donde actualmente se hallan, cen. por su hermano el señor don Romualdo. ( V. el periódico La Retijion, ds la época, en donde se encuentra una noticia biográfica de este distingui­ 5. El doctor don Luis Velez, de Córdoba, es poseedor en la actuali­ do secundador de Jenner entre nosotros, escrita por el doctor don Fede­ nde un vól. en fol. de las Vistas FiscaUs del Dean, (aun inéditas) la rico Aneiros.) ct»l perteneció al señor Cerda, i ADVERTENCIA.

Después de impreso lo que antecede, liemos notado una omisión de alguna importancia bibliográfica, que debemos llenar en este lugar. BOSQUEJO HISTÓRICO La primera edición del ENSAYO está dividida en seis li­ bros; el reimpresor la divide en siete, es decir, el tomo pri­ Continuado hasta la Batalla de Maipú, por el doctor don mero consta de cuatro libros, y el segundo, del modo si­ guiente: libro primero, libro quinto y libro sesto. Gregorio Funes, Dean de la Santa Iglesia Catedral de Hacemos, pues, notar la diferencia entre una y otra edi­ Córdoba, traducido del inglés y anotado por A. Zinny. ción por lo que pueda importar.

EL TRADUCTOa.

Desde que tuvimos conocimiento de la existencia de la continuación de la historia del Dean Funes (I), nosotros, á ln par de otros bibliófilos, no descansamos hasta que la ca­ sualidad quiso favorecer á uno de los mas afortunados—el doctor Carra lira—con la adquisición, no solo, del libro cita­ do por el doctor Navarro Viola (2j, sino también con la de utro, de fecha anterior, que este señor probablemente no habia conocido. Esta circunstancia colmó nuestras esperanzas, y tan grande fué el júbilo que manifestó el citado doctor Carran­ za con su brillante adquisición, y su deseo de ver revertida 11 su idioma natal aquella parte que, sin el noble interés del

A 1. Orackenbridge, tomo I, pág. 319, edición de Baltimore, año 1819.

2. Revista de Buenos Aires, tomo I, ° páj. 234.

i — 38 —

distinguido americano, Mr. César A. Rodney, ese trabajo del dependencia. Su tio fué César Rodney uno de los que sella­ historiógrafo cordobés, habria quizá quedado sepultado en ron con su nombre ese documento que honra tanto a su la oscuridad. Tanto mas cuanto que los sucesos del año 20 pais y desde cuya fecha sédala la libertad de América. Lle­ y otras circunstancias pusieron al señor Funes en el caso de gado apenas á la edad de 22 «ños, que es un año después de prescindir de la política do su pais. Asi es que, con escep- los que las leyes inglesas y americanas exigen para entrar en

cion de la parte que tuvo en la redacción literaria y ecle­ la mayoridad, fué llamado á ocupar el cargo de representan­ siástica de algunos periódicos de 1820 á 3825, puede decir­ te en el cuerpo legislativo de su Estado. Desde entonces dió á

se no volvió á ser ya aquel Funes de los años anteriores, conocer las virtudes que debían distinguirle en la clase de cuya influencia y consejos solicitados ó no, tuvieron tanto hombre público. Sus virtudes morales no pudieron menos peso y trascendencia en los acontecimientos políticos de las que hacerle merecedor del aprecio de todos sus conciudada­ Provincias Unidas del Rio de la Plata. nos; en su virtud fué llamado á la representación iracional, Nosotros, anhelosos también de contribuir algún tanto en cuyo puesto acreditó el amor á su patria, de que estaba en no dejar pasar inapercibidos escritos de la naturaleza animado. Colocado en ese distinguido cargo en circuns­ del que nos ocupa; ver realizado el deseo manifestado por tancias en que el vértigo de las pasiones apenas daba lugar á algunos bibliófilos y en la creencia de que la conclusión la razón, en que los partidos ocupaban el puesto que corres­ del EíNSAYO del Dean Funes no existe original ni traducido, pondía á los verdaderos intereses de su patria, se convenció nos hemos apresurado á revertiría al idioma originario, en de que el deber sagrado de un representante era representar la esperanza de que nuestro trabajo alcanzará la aprobación á su pueblo ilustrándolo. Se mostró, pues, con un carácter de los Argentinos. üeno de moderación, sin pretensión al brillo, sin adherirse á Pero antes de pasar adelante, nos vamos á permitir partido alguno, y huyendo siempre de todo lo personal y de decir algunas palabras sobre el distinguido personage á quien toda idea que pertenecieseá una faecion;siguió tan solo la sen­ debemos la continuación del Bosquejo del Dean Funes, sin da que rectamente conducía al bien general. Usando enton­ cuyo empeño é interés por este pais, esa parte del trabajo tes del espíritu de conciliación con que le había adornado la del referido Dean se habria perdido ó inutilizado. naturaleza,y aprovechándose de lasideasy del celo de unos y otros, supo obtener siempre un resultado útil á jos intere­ CÉSAR ACGUSTO BODNEY. ses generales del pais; llegando á ser de ese modo el ma­ Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos. gistrado natural de su patria. Tal conducta le hizo acreedor

El honorable César Augusto Rodney fué hijo del coro­ » las consideraciones de su gobierno, quien le llamó á ser­ nel Tomás Rodney, uno de los valientes militares que, arros­ vir en el gabinete, donde desempeñó ct importante car­ trando todos los peligros, se puso al frente de los primeros go de fiscal del Estado. En oste destino manifestó sus pro­ ejércitos que aparecieron en América para conquistar su in­ sudos conocimientos; y ejerciendo la justicia hizo lucir el — 40 — — 41 — carácter de humanidad que le distinguía en todas sus accio­ algunos de ellos y con quien dieron un paseo á caballo por nes. Desempeñó este cargo por el espacio de cuatro invitación de aquel. Salieron de allí el 2G y llegaron el 28 años, y conociendo que no podia continuar prestan­ de febrero á Buenos Aires. El secretario Brackenbridge do á su pais todo el servicio que deseaba, hizo de él espon­ hizo la primera visita ai ministro Tagle el 2 de marzo, tánea renuncia, volviendo otra vez á la representación na­ anunciando la déla Comisión para el día 4, en que fué reci­ cional', á esperar una oportunidad que le hiciese distinguir bida por el Supremo Director Pueyrredon, presentada por el amor d su especie. por el doctor Tagle, con asistencia de los generales y gefes Notó que las circunstancias en que se hallaba la causa de militares de la nación. las Provincias Unidas de Sud-América no podían ser mira­ Los ciudadanos de todas las clases manifestaron á los das con indiferencia por un gobierno, cuyos principios se comisionados las pruebas de afecto mas inequívocas. identilicaban con los que las habían puesto en tan glorioso Ellos traían por objeto, obtener noticia exacta de todo empeño. Poropara proceder al renonocimiento de su in­ negocio en que hubieran podido interesarse los E. U.; hacer dependencia con la circunspección que correspondía y que formar una justa idea de los sentimientos de su nación y de demandaban los propios intereses de ese pais, era necesario las amigables disposiciones de aquel gobierno respecto de tomar un conocimiento práctico del estado en que se halla­ las dos partes contendentes—España con estas Provincias — ban estos provincias. y asegurar el respeto conveniente á su comercio y todo A osle efecío se nombró una comisión compuesta del puerto y de toda bandera. distinguido ciudadano que nos ocupa, Jaime Granara, del Después de haber llenado su cometido y como á los Departamento de Estado, Teodoro Bland, uno de los jueces dos meses do residencia en Buenos Aires, donde recogieron, de Caltimore y 11. M. Brackenbridge en calidad de secreta­ oOcial y exlra-oficíalmenle, todos los datos que consideraron rio. Llegaron á Norfolk ( Virginia) el 28 de noviembre de de interés, se marcharon á flnes de abril con dirección á 1817. Se embarcaron en la fragata Congreso, al mando del Montevideo. De allí pasaron, el 29, á Maldonado, de don­ comodoro Sinclair, el 5 de diciembre, la cual se hizo al de partieron, el 4 de mayo, de regreso á los Estados-Unidos, mar el día 14. Esta llegó á Rio Janeiro el 27 de enero de llegando a ¡lampión lioads el 24 de junio de 1818. 1818 (1), de donde salió el 9 de febrero, llegando á .Monte­ Los señores Rodney y Graham, presentaron cada uno video el 20 á las 10 de la noche. Alli, los comisionados se su informe respectivo el 5 de noviembre 1818 , los que vieron con don José Miguel Carrera, á quien ya conocían tueron incluidos por el Presidente de los Estados Unidos, en 1. Hallábase á la sazón de agente de este gobierno, en aquella corte, su fttensage al Congreso, el 47. Sin embargo, el gobierno el señor doctor don Manuel José García, con quien los comisionados toma­ norte-americano había tenido ya conocimiento del estado de ron relación, y obtuvieron alguno* conocimientos sobre el estad" de c*l<¡ este país, como Di) año antes que los comisionados enviados pais. al efecto, pero con la diferencia de haber sido estos espresa- — 42 — — 45 — mente nombrados de oGcio y portadores de documentos au- gas; código sobre presas, informe de Teodorico Bland, sobre toritativos que el Americano anónimo, de que mas adelante Sud América y otro sobre Cbile; un estado general del año se hablará, no había podido presentar, por carccerde aquel 1817; un cuadro estadíslico del antiguo vininato de Bue­ requisito. nos Aires; carta del ministro Adams al señor Poinsétt, pi­ Mr. Bland, que habia ido por tierra de Buenos Aires á diéndole á nombre del Presidente de los Estados Unidos, Chile, llegó mas tarde á Filadelfla en la «América-, proce­ presente un informo con respecto(t los negocios de la Améri­ dente de Valparaíso, habiendo llegado pues, á buen tiempo ca del Sur. para lo cual le consideraba en aptitud de poderlo •para preparar la memoria que fué presentada al Congre. hacer, á causa de su larga residencia en estos países; contes­ so. (1) tación de este y su informe solicitado, que Poinselt presenta, Esos informes fueron incluidos en el Mensaje del Pre­ hasta diciembre de 181G. sidente de los Estados Unidos, al principiar la sesión del XV Los referidos informes fueron publicados en la mayor Congreso, el 17 del citado raes y año—sometido á la Cáma­ parte délos periódicos de los listados Unidos; ¡uro tanto es­ ra constituida en comisión. El título que lleva el libro is: tos como los que fueron impresos por orden del Congreso, « Message from the President of the United States, at the contenían muchos errores en la ortografía de los nombres y commencement of the sccond Session of the fifteenth Con- aun omisiones é inexactitudes, basta el punto de hacer algu­ gress—November \7, 1818—Uead, and committed to a com- nos pasages, casi ininteligibles. Esta circunstancia movió á mittee of the whole House, on the state of the Union—Was­ otros á hacer una nueva edición en 181Í), corregida de al­

hington- printed by E. de Krafít—Í818.» gunos errores, de que también se hizo una impresionen Su contenido es: el Mensaje referido y los documentos ú Londres, en el mismo año. que en él se hace referencia, á saber, la nota de remision,del Antes que el Gobierno de los Estados Unidos, enviara señor Rodney, y su informe con un Apéndice conteniendo aquella Comisión á la América del Sur, un humilde dudada- las piezas siguientes: Bosquejo de Funes; el Manifiesto del no de esa República, habia ya visitado estos paises, escrilo C. G. Ccnstituyente de las Provincias Unidas del Rio de la bajo el anónimo é impreso á su costa, en un folleto de 52. Plat.i, á las naciones; declaración de independencia de Chi­ pajinas en 4. ° , la Carla que se halla en el Apéndice de la

le; traducción de varios documentos dados por el Gobierno obra de Brackenbridge (I1, cuyo verdadero titulo es: « South de Buenos Aires; correspondencia entre Alvarez y losagentes de Artigas; carta de este á Pueyrredon (2); correspondencia 1. La Abeja Argentina, en la píg. 375, tom. 1.° registra lo si­ guiente: «Una persona corrompida, que por desgracia vino anexa a la con el general portugués. Arreglos de los ingleses con Arti- comisión, en calidad de Secretario, Brackenbridge, se lomó la libertad de formar un largo romance en dos tomos, no para el gobierno, que no !e 1. V. El Sal de Chile de * de febrero di 1219— pedia sus informes, sino para el público ignorante; y en esta publicación 2. Está publicada en El Iris, periódico qui cenal de literatura d¿¡ miserable, con el privilegio de viajero á este otro lado de la linca, vació Monlevidto, número 7. pág. 97—Año de 186:1. cuanta especie le sugirió un partido astuto • • •» —

v — 45 — — 44 — 1807. Por otra parte, la Inglaterra no ignoraba el estado A Letter on the present state of lliat América — conntrv de estos países: antes de la misión norte-americana: ya te­ toJamos Monroc, Presiden! of the United States—By ¡m nia conocimiento de él; como lo prueba una publicación he­ American -Washington: Printed and published, at the offi­ día en Londres, en 1817, conteniendo los hechos principa­ ce of the National Kegisler—Oclobre lo, 1817. » les que han tenido lugar durante la guerra de la independen­ A esta carta sigue un Postcript—(de 2 pajinas), que es cia, hasta la batalla de Chacabuco. El título del libro á que un estrado dtl .Mensajero Semanal de Bell (Rell's Wtékly nos referimos es: « Outline of the Revolution in Spanish Mcssenger , publicado cuando la carta estaba ya en prensa, America; or an Account of the origin, progress, and actual y que el autor probija por coincidir completamente con si:< state of the war carried on between Spain and Spanish Ameri­ ideas, agregándolo a ella para darles mas peso. ca,conlaining the principa/ faets ichich have marked lite Strug- El lector comprenderá fácilmente el que nos objeto gle. By a South—xVmerican.—London- printed for Long- proponemos, de entraren los breves detalles del itinerario ruan, Hurst, Rees, Orme, and Brown- Paternóster—Rovo— de los comisionados americanos, y aun nos permitimos lla­ 1817—(Printed by A. Straharn, Printers—Street, London.) mar la atención sobre ellos, para que no so o&lraviola ver­ (362 pajinas 4. ° ) dad histórica sobre el motivo real que pudo haber traído esa El autor de este libro se limita á la simple relación de misión, á estos países. Mucho mas, si se tiene en cuenta el IDS hechos presenciados por él, en su mayor parte y á los que rumor difundido á la sazón sobre la llegada de otras comi­ le fueron referidos por personas de crédito y bien informa­ siones de varios puntos del globo, con objeto ignorado. das, y todo su contenido está fundado en documentos oficia­ (Juizá el resultado de la misión aliólo-americana, conoci­ les ó auténticos. Ha consultado además los periódicos pu­ do inmediatamente en Inglaterra por la estensa publicidad blicados en todas las partes de América; los boletines de los duda á los documentos de estas provincias, en lu prensa de gefes militares; la Historia de la Revolución de Méjico, por aquellos dos países, habrá hecho renunciar al envió de las el doctor don Servando Teresa Mier y Noriega, bajo el pseu­ anunciadas comisiones. dónimo de José Guerra; el Exposé to the Prince Regent ofEn- Agregúese á esa circunstancia otro hecho no menos gland, por Mr. W. Walton; los artículos insertos en El Es­ atendible para esos gobiernos, que tenían la vista lija sabré pañol, por don J. M. Blanco White y la obra Des Colonies et estos paires y cuva tranquilidad y prosperidad les interesal);!, de l'Amérique, por Mr. de Pradt. por el inmenso bien que de ello provenia para la propaga- Las observaciones filosóficas que el señor Rodney, de­ uno de su comercio. Ya la Inglaterra había tentado otros ducía en su informe, de ciertas tendencias y predisposiciones medios en años anteriores con el mismo objeto, aun que sin que había notado en los habitantes de este país por asegurar fruto, auxiliando al partido revolucionario en la América su libertad, fueron las que produjeron la consideración del española, y costeando expediciones, como la do Jlirandaá gobierno de los Estados Unidos, preparando el actodejus- Venezuela, en 180C, y la do ^'hilelocko á Buenos Aires, en — 46 — — 47 — licia que hizo, reconociendo la independencia de las Provin­ sia del Socorro, la comitiva que iba en coche bajó y se in­ cias Unidas. corporó á la que marchaba á pié, y al entrar el cuerpo al Este ilustrado ciudadano, pues, empleó todos los cementerio hubo una segunda salva, hasta el momento en esfuerzos que estaban en su capacidad; para que ese acto se que el cadáver fué puesto en la huesa destinada. realizase cuanto antes; y apesar del mal estado de sn fisico, EISr. don ,acompañado de Mr For- bes, cónsul de los Estados Unidos, se colocó al borde del sepul y arrostrando los peligros del mar, se prestó gustoso á vol­ ero, y en presencia de una reunión de las mas respetables v verlo á repasar, para satisfacer de este modo sus sentimien­ numerosas que hasta entonces habia conocido el pais, pro­ tos y ser el rniMF.no que rindiese un homenaje tal á la sobe­ nunció un discurso lleno de sentimiento y elocuencia, con­ ranía de este puis. cluyendo con las notables palabras siguientes: La segunda vez que arritió á estas playas, (\) investido con el carácter público de ministro plenipotenciario, volvió i «¡Alma ilustre de Augusto César Rodney! volved al se­ acreditar sus sentimie;;to¿ porel bien de la humanidad y la no de vuestro Creador con la elevación y confianza á que os distinción con que miraba este suelo. La última vez que da derecho el haber sido exactamente su imagen acá en la habló en público, no fué sino para elogiar el pais, para de­ tierra, y no separéis vuestra vista compasiva de este pais que mostrar cuanto le amaba, hasta el grado de desear el con­ tanto se honra con conservar vuestros restos. Si, nosotros tarse en el número de los ciudadanos argentinos. El señor los conservaremos como el mas precioso tesoro que pudo Uodney, se hallaba ocupado de esos sentimientos cuando la recibir este suelo.» muerte le hizo desaparecer de entre los que le amaron por Luego, tomando en la mano una porción de tierra, dijo: sus virtudes, por sus consejos y por sus luces. El señor Rodney, talleció ea Buenos Aires, á las 6 de la iY tú, tierra que vas á tener la gloria de cubrir estos mañana del día 10 de junio de 1824. A las once y media venerandos restos, recibe también el honor do henchirte con del dia 12, el cadáver fué conducido al cementerio protestan­ la semilla mas fecunda de virtudes, y haz que se reproduz­ te (2), precedido de un batallón de infantería con cuatro can iguales héroes que inmortalicen el nombre america­ piezas volantes; en cuyo acto la Fortaleza hizo una salva no.» (1) nacional, [ofxfeMMia por el Gobierno. Cerraba el acom­ El mismo dia del fallecimiento del señor Rodney, el pañamiento una escoltado húsares. En la plaza del Retiro, Gobierno Argentino, decretó la erección de un monumento dos cuadras antes del cementerio, situado al lado de la igle- sepulcral, costeado por el Estado, como una memoria de gratitud. 1. El 23 de mayo de 1824, Rodney fué obsequiado con un espléndido

banquete olicial de 500 cubiertos, segun una curiosa "Relación" del mis­ I, Véase la Gaceta Mercantil del 12 y el Argos del 16 de Junio de 1824. mo, que corre ms.

2. Rodney peí tenocia al Rito presbiteriano — BOSQUEJO DE LA REVOLUCION ARGENTINA,

Continuado hasta la Batalla de Maipo por el Dean Funes,

A petición del señor Rodney, uno de los comisionados que el gobierno de los Estados-Unidos de Norte-América envió á BuenosAires en 1818. 1816. Un momento de calma era lo que deseaban muchos otros, para poder depositar la suprema autoridad en manos hábiles; pero en circunstancias en que el congreso nacional deliberaba sobre este asunto, se oyó rugir la tempestad con la mayor violencia. La renuncia del coronel Alvarez,(l) de director interino, movió a la Junta de Observación, en unión con el Cabildo de la capital, á elevar á ese rango al brigadier general don Antonio Balcarce. Este remedio fué momentáneo: la me­ dida de ningún modo correspondía con el deseo del pueblo, y, por una especie de fatalidad que casi siempro acontece, no tardó mucho en estallar una esplosion producida por ma­ teriales tan bien preparados. Pronto se vió figurar en e\ teatro de la discordia á electores y elegidos. Entre tanto, el nuevo director interino ponia en juego todos sus esfuerzos, para destruir el germen de la discordia, que ya habia producido tanta oposición entre los Orientales y la Capital, y para hacer sentir á todos los partidos las Tentajas de vivir bajo la misma ley. Apesar del favorable resultado que prorae tia la primera tentativa del director con este laudable objeto, todos los medios resultaron al fin inú­ tiles para una reconciliación. Esta discordia se habia propagado á manera de un con­ tagio, y los remedios que se aplicaron para paralizar sus de- li Elevad* y aceptada el 16 de abril de 1816—Z. — M — vastaciones no presentaban eficacia alguna. La ciudad de eran de opinión que el sistema federal no podía sostituirse Santa-Fe (1), apesar de que acababa de salvarse de una san­ legalmente, hasta ser sancionado por un congreso general, grienta lucha y que estaba amenazada de mas serios peligros, sentando como principio que la constitución de un es­ continuaba aun con sus ideas de independencia, pudiéndose tado debe recibir su existencia de manos de la nación mis­ decir no sin propiedad, con mas obstinación que constan­ ma, y no de parcial concurrencia y por actos sin conexión cia. entre si; que, cuando la nación recuperó al principio su Córdoba, siempre adicta a las máximas de federalismo, libertad y todas las provincias se hallaban unidas bajo el si bien habia enviado sus diputados al congreso general, mismo gobierno, habían adoptado la forma actual, y consideraba su absoluta sumisión á la capital como indigna fué bajo esta forma que la existencia de la República de un pueblo libre, y apn sostenia la idea de que esta su­ se habia conservado, en medio de los mayores desastres; misión debia ser temporaria. • que, mientras todas las provincias no estuviesen unidas Las demás provincias, según sus respectivas situacio­ otra vez, cosa asaz factible, impropio seria desviarse mas nes y caracteres, manifestaban mas ó menos su desagrado á de lo absolutamente indispensable que lo que antes habia loque ellas consideraban una especie de sugecion. existido; y que, de todos modos, si la preponderancia Sise buscan las causas de este fenómeno político, no de la capital era un mal, se podría corregir, cuando ella de­ será difícil encontrarlas. La opinión que mas prevalecía en jara de ser necesaria para la seguridad común. Se agregaban las provincias era decididamente en favor del sistema federal, otras razones, fundadas en vistas políticas. Según el siste­ el que deseaban ver realizado aun con preferencia á los roas ma federal, decian ellas, cada estado es soberano é indepen­ esenciales y primeros objetos de su nueva carrera. Ese,ha­ diente con respecto á los demás; cada uno puede poseer y en bía sido el deseo favorito de las provincias, casi desde el realidad posee intereses separados: es de temerse, pues, que principio de la revolución;—y con el que mas simpatizaron cada uno busque mas lo que conciba ser sus propios intereses, desde que lo habían visto realizado con tanta gloria en los que el interés común á todos; y verse envueltos en una ruina Estados Unidos de Norte América. Sin embargo, los go­ común en consecuencia de ese egoísmo é infundados celos. biernos, la capital y no pocos de los ciudadanos mas inteli­ Que en medio de los peligros alarmantes que amenazan á gentes eran entonces opuestos á esta idea. Cada uno de es­ este naciente Estado, la necesidad de una completa unión de tos partidos sostenia su opinión con razones poderosas. Por todas las partes, bajo la dirección de una cabeza, para la me­ la relación que de ella voy á hacer, el lector ilustrado po­ jor concentración y dirección de sus fuerzas, es dictada por drá juzgar. las máximas mas claras de la prudencia; ¿y dónde, se pre­ Los que estaban en favor del gobierno ya establecido guntaba, puede colocarse esto con mas propiedad que en la capital, en donde la revolución misma recibió su origen, de 1. El general Díaz Velei, con un cuerpo de tropas, estaba sitiado en San Meóla». donde ha emanado todo esfuerzo grande en la causa gcueral, — 55 — y que, por su posición, su empresa y su inteligencia, puede ficultad de reunir un congreso nacional durante el borras­ manejar los intereses comunes de la nación, á lo menos por coso periodo de la revolución; pero á falla de un congreso, ahora, para conseguir la mayor ventaja posible? Lo pri­ decían, el gobierno general de la capital debia haber cesado, mero que se debe bacer, continuaban, es colocar nuestra y que las provincias dejaban de estar sometidas á él, en independencia fuera de peligro: realícese esto antes que nos atención á que la voz general estaba en favor del sistema veamos disconformes en el modo de llevarlo. Insistían ade­ federal. mas en que no era muy seguro confiar en el ejemplo de los Lejos de ser inadecuado á las exigencias de la época y Estados Unidos de Norte América, que habían sido siempre á los objetos de la revolución, manifestaban que los actos in­ educados en las virtudes republicanas, y á quienes no de­ dividuales de las provincias habian contribuido mas á le­ bíamos compararnos, atrasados como liemos estado, bajo la vantar el carácter de la república y á bacer progresar la férula del despotismo y que seria poco cuerdo confiar la causa general. suerte de la nación, en época tan peligrosa, á virtudes que aun no habian sido puestas lo suficiente á Ja prueba. Que Si nuestras disensiones, decían, ñus desacreditaron con seria mas prudente dejar al tiempo y ú la educación, bajo las naciones estrángeráS, debe atribuirse al choque del go­ la influencia de un gobierno libre,producir el mismo carácter bierno do la capital con los sentimientos y deseos délas pro­ de ilustrado patriotismo. Los del partido federal disputaban vincias. Que como no puede haber efecto sin causa, po­ sobre principios diferentes. Estos sostenían que Buenos Ai­ niendo fin á estas odiosas rivalidades y celos, el sistema fe­ res, capital del antiguo vireinato, habia sido la primera en deral impediría la repetición de escenas tan deshonrosas. sacudir el yugo español, y por su influencia inducía á las Verdad es, decían, que los procedimientos turnuliuarios de provincias á seguir su ejemplo; al mismo tiempo alegaban la Capítol, provenían por lo general de otras causas: princi­ las repetidas protestas por parte de este gobierno.., que su palmente de la empleomanía en muchos de sus habitantes; preponderancia no debia ser sino momentánea; que debia los ambiciosos cambios en su favor, hasta los celos estrema­ convocarse sin demora un congreso con el fin de fijar dos de sus libertades por parte del pueblo; ¿era justo, se el gobierno general sobre una base permanente. Fu* preguntaba, que las provincias se viesen obligadas á seguir en virtud de estas protestas que las provincias habian sido estos frecuentes y caprichosos cambios, en que ellas no te­ inducidas á entrar en las vistas de la capital y colocar sus nían ninguna parte? Pero ¿estos males no habrían cesado recursos á disposición de ella. Se quejaban de que se había li;ce mucho tiempo, estableciéndose el sistema federal? pasado tanto tiempo sin cumplir este compromiso, que su ¿Qué tentaciones podría haber en seducirá los aspirantes, situación era hasta ahora, muy poco diferente que la que en los poderes limitados y definidos que presentaría el siste­ tenían bajo la monarquía española, que solo habian conse­ ma federal? Por el contrario, ¿que podría ser mas tenta­ guido poco mas que un cambio de amos. No negaban la di- dor, para los ambiciosos que un sistema que facilitaba á los que estaban en el poder el ser señores y arbitros de la re- — M — — 55 —

pública? Sistema que les facilitaría el preferir á sus adu­ De ese modo razonaban los partidos opuestos. Por lo ladores y favoritos, y á los que no eran ni lo uno ni lo otro, que toca á nuestra opinión, debemos decir que, por la im­ sino simplemente del eírculo, á ciudadanos hábiles y meri­ posibilidad de alcanzar este fin, sin tropezar con los males de torios: y el consultar sus deseos particulares mas que el bien la anarquía y quizá de la guerra civil, á causa de la prepon­ público. derante influencia de la capital, la medida mas acertada, por Alegaban que, en efecto, la capital babia, hasta ahora, parte de las provincias, seria hacer un sacrificio de su obe­ prestado mucha mas atención á sus intereses particulares diencia por ahora á esa unidad de acción, sin la cual nues­ que á los derechos de las provincias; que ella habia satisfe­ tra esperanza definitiva debe ser dudosa. Es de esperar que cho la ambición y avaricia de muchas de ellas, áfin deque , nuestros enemigos trabajen sin cesar para recuperar su per­ atrayéndose á sí las frajilidades y pasiones humanas, sem­ dido dominio, y lisongeados con nuestras disenciones, con­ brasen las semillas de la discordia y desunión en otras par­ tinúen ocupándose de formar nuevos proyectos para escla­ tes de la confederación; comprometiéndose estas personas vizarnos, mecidos con la esperanza de que nosotros no lle­ á reprimir los sentimientos del pueblo, y á atraerlo á una varemos sino débiles y divididos esfuerzos en sosten de nues­ subordinación que solo convenia á sus vistas interesadas. tras libertades. He trazado asi sin disimulo el triste cuadro Decian que cuando estas cosas se consideran con imparcia­ de nuestras discordias domésticas. lidad ¿cómo podemos estrechar mas los vínculos de unión Algunos ciudadanos de Buenos Aires, tocados de la bajo un gobierno como el presente? el cual, tanto por sus desgraciada antipatía de las provincias para unirse de cora­ opresiones cuanto por sus favores, debilita aquel amor pa­ zón á la causa de su patria común, se unieron á sus deseos, trio queel sistema federal tiende á nutrir; sistema queal temiendo que nuestras disensiones formaran un puente por mismo tiempo que deja al ciudadano en el pleno goce de la el que pudiese pasar el enemigo para reducirnos á la suje­ porción de libertad que el bien de la sociedad no le exije dar, ción, y confesando de buena fé que la balanza de la opinión produce Jo bastante para todos los propósitos déla seguri­ pública se inclinaba al federalismo, solicitaron del goberna­ dad y felicidad general. Pero no se diga, continuaban, que no dor intendente de la Provincia que d( spojase á Buenos Ai­ hay virtudes republicanas entre nosotros; ¿á que otra cosa res de su preroga ti va igualándola á las demás provincias. se ha de atribuir lo noble resolución que hemos adoptado y Creyeron que esta medida pondría fin á sus irritados celos y sancionado con nuestros juramentos, de morir antes que no que sucedería un sentimiento fraternal que les habilitase á vivir libres é independientes? ¿\ qué, esa enérjica y heroi­ completar el edificio que tan gloriosamente habian comen­ ca resistencia que ha dado tantos dias de gloria á nuestra zado. En un asunto de tanta importancia, el intendente, patria? Y aun cuando se admitiera que no poseemos esas con el fin de averiguar con exactitud los sentimientos del virtudes ¿se han de inculcar por el ejemplo de un gobierno pueblo, decretó se tomara en consideración la solicitud en que no enseña mas que egoísmo y corrupción? una asamblea general ó Cabildo convocado al efecto, y con- — 'oG — — 57 — siguientemente se ordenó la reunión el 19 de junio de I8lf, tre sí. en intrepidez y valor. Dejaríamos de ser francos si Este inesperado acontecimiento encendió de nuevo el fuego ocultáramos nuestra admiración al ver una pequeña ciudad de la discordia aun no apagado del lodo. La Junta de Ob­ como Santa-Ké, sin tropas disciplinadas y con pocos recur­ servación, si bien convenia con el Intendente en cuanto á la sos, hacerse respetar de su enemigo, y bajo la dirección de oportunidad de averiguar el sentimiento del pueblo, no se su gefe, sostener la causa de su independencia. Verdad es conformaba con que esto se hiciese por el sufrajio general, que los santafecinos abandonaron su ciudad, creyendo que temiendo peligrosas y tumultuarias ajitaciones; juzgaba que la llevaban consigo, á donde quiera que pudieran vivir li­ seria mas acertado inquirir su voluntad, por medio de di­ bres. No tardaron mucho en sitiará los mismos invasores, putados elej idos con ese objeto. Esta divergencia de opinio­ haciéndoles esperimentar los padecimientos del hambre; y nes dividió al Kstado en partidos, cuyas disputas se llevaron habiéndose enseñoreado, por una feliz casualidad, de varios con tanto calor y violencia que se temia seriamente no buques enemigos incluso el comandante de la escuadra, pa­ pararían sin apelar á las armas. Si se hubiera considerado recía muy poco probable que sucumbieran á sus invaso­ este asunto destituido de sentimientos particulares y perso­ res. nales, apenas habría dado origen á divergencia de pensa­ Dos acontecimientos importantes, ocurridos en la ciu­ mientos. dad de Tucuman, parecian capaces á desviar la corriente de Esta contienda, aunquejquedó^'mslalo quo, dejólos áni­ la disensión. El primero fué la elección del coronel don mos de los partidos demasiado lacerados ó agitados, para Juan Martin Puyrredon para Supremo Director; pero estando que pudieran arreglar la cosa en paz y armonía. Al mismo amenazadas por el enemigo las ciudades de Salta yJujui, las tiempo, tanto su agravó á consecuencia de otra disputa que, exigencias de la guerra reclamaban la primera atención del tomando la Junta de Observación, de acuerdo con et Cabildo, Director; esto demoró por consiguiente su regreso á la ca­ un tono de autoridad, procedió á deponer al Director inte­ pital. rino. Este fué sostituido (1) por una Comisión Gubernati­ El otro fué la solemne declaración de nuestra indepen- va, compuesta de don Eranciseo Antonio Escalada y de don dependencia, hecba por el Congreso el memorable 9 de ju­ Miguel Irigoyen. * lio de 1SIG. Seis años habían trascurrido desde aquel pe­

Mientras tenia lugar esto, las tropas de Buenos Aires, riodo oscuro, en que no éramos considerados sino como al mando del coronel don Eustaquio Díaz Velez, se acerca­ un rebaño mansamente obediente á la voluntad de su ban á la ciudad de Santa-Eé, al mismo tiempo que la blo­ amo, en que éramos tranquilos espectadores; mientras los estrañosdirijian la economía de "nuestra casa, en Ja que queaba una escuadrilla, al mando del coronel don Matías Irigoyen. Las armas-de estas dos ciudades rivalizaban cn- nuestras manos se empleaban en levantar fortalezas desti­ nadas á esclavizarnos; seis años del mas profundo y univer­ 1. El 11 Uc julio de 1810, {Cácela No. 63, fecha 13 de Julio) -Z. sal interés, que se sentían, casi pod:ia decir, hasta por el — 69 —

r.íño en los brazos de su madre, habían despertado una el general Artigas aquella antigua amistad, cuya fuerza com­ íuullilud de nuevas ideas por todas las clases de la sociedad, binada habia frustrado otras veces los vergonzosos desig­ é inspiraban un deseo general de elevarse al estado que la nios de los portugueses. Se le despachó un diputado con naturaleza misma parecía indicarnos. Avergonzadas estas provisión de armas y municiones de guerra, y rogándole provincias de haber demorado tanto tiempo el declarar su manifestase con franqueza cuales eran sus necesidades, pa­ emancipación, levantaron por último el sublime grito de ra llenarlas á su entera satisfacción. libertad. Pero hablar de reconciliación con Artigas era lo mismo Se creia bastante probable que esos importantes acon­ tecimientos habrían aquietado á la vez que convencido á las que predicar en desierto. Su obcecación no podia ablan­ provincias de la necesidad de un todo bien organizado. Por darse por medio de concesiones, ni su orgullo humillarse desgracia no sucedió asi. «Desde Córdoba,» decia el Director por los peligros. Si bien recibió las donaciones, oyó las en su Esposic'ton, ¡«con qué sobresalto cstendia mis mira­ propuestas con desagrado, prefiriendo que la historia le das hacia el ajitado pueblo de Buenos Aires!» Y no sin mo­ acuse de haber sacrificadado la oportunidad á su odio par­ tivo; puesto que al tomar posesión del gobierno, estuvo es- ticular, sus deberes á su capricho y su pais á sus intere­ puesto á colocarse sobre el cráter de un volcan. No obs­ ses. tante, tuvo la suerte de lograr el vencer las antipatías de sus Por lo que toca á los santafesinos, el Directorio no es­ mas inveterados enemigos. ¡Ojalá hubiéramos tenido igual taba mas animado del deseo de impedir que por las desa­ felicidad en hallar los medios do restaurar la perfecta tran­ gradables ocurrencias de esta ciudad, permaneciesen en un quilidad del Est.do. Los desenfrenados é indómitos orien­ estado distinto y separado de todos los demás miembros de tales y santafesinos insistían aun en sus desasosegadas é in­ la República, pero sí ansioso de colocar las fuerzas, á las ór­ consideradas correrías. Además de las numerosas causas denes del general Diaz Velez, por mas garantía. Con este fin que tornaron tan calamitoso su rompimiento, se siguieron despachó diputados llevando proposiciones muy ventajosas otras que parecían hacer á aquellas» mas duraderas. Por para ellos, que hubieran bastado para restaurar la antigua esta época. la corte del Brasil se quitó la máscara, que babia armonía y fraternidad. Antes que aquellos llegasen á Santa ocultado basta entonces el perfecto proyecto que, desde mu- Fé, ya nuestro ejército habia evacuado la plaza y bajado el clio tiempo antes, habia formado, de apoderarse de los deli­ rio. La última invasión de ningún modo fué calculada pa­ ciosos países de la Banda Oriental del rio. La corte del Brasil hizo frecuentes tentativas, para ra disponer los ánimos á la reconciliación. Y aun cuando conseguir ese territorio, que hacia mas de cien años co­ los santafesinos hubieran dado esta prueba de su amor al diciaba con tanta ansia, pero siempre se veía obligada á orden, es probable que pronto se habrían arrepentido de abandonar su presa, hasta que nuestras lamentables disen­ un acto que los hubiese hecho desmerecer en la estimación siones parecían al fin favorecer el éxito de una invasión. do su protector el general Artigis: de lodos modos, la ne­ Ll Director aprovechó esta oportunidad para reavivar cou gociación terminó sin efecto. — 00 — — 61 —

La ciudad de Córdoba, aunque con sus diputados al cion de la autoridad pública. Procedían do una fuerza ac­ Congreso y sometida á la Capital; se inclinaba del lado délos tiva, sostenida por Ja opinión que mas prevalecía; en sus orientales y santafesinos; su carácter no le permitiría aban­ consecuencias eran de temerse tanto para el presente como donar á estos en el periodo de la adversidad; los peligros que para el porvenir, puesto que presentaban los ejemplos mas amenazaban á sus vecinos solo sirvieron para estrechar mas peligrosos. Los derechos reclamados por el gobierno y el los vínculos de amistad, que se aumentaron en proporción congreso eran pesados en distintas balanzas, que las de ellos del mismo riesgo. mismos. El único remedio que el congreso aplicó á estos .Un cuerpo de tropas cordobesas en número de cuatro­ males era apelar al buen sentido de estos pueblos. Se publi­ cientos hombres, al mando de don Juan Pablo Bulues, mar­ có un manifiesto, que respiraba en lenguaje elocuente el chó precipitadamente hasta la ciudad del Rosario, en ausilio sentimiento del amor á ¡a patria, lamentando y censurando de los santafesinos; pero no encontrando enemigos, regre­ con severidad los desórdenes públicos, lanzando anatemas saron á su provincia sin ninguna ocurrencia de importan­ contra los perturbadores del repcuo público y exhortando cia. á todosá la obediencia y sumisión á la suprema autoridad, La espedicion de Bulnes, no fué emprendida con la que tenia por objeto únicamente Ajar la seguridad y felici­ aprobación del gobernador de Córdoba, coronel don José dad de la República. Esta publicación, como se podia es­ Diaz; no porque este gefe dejase de estar inclinado del lado perar, produjo poca impresión, entre unos pueblos que se de los santafesinos y de la causa del federalismo, sino porque consideraban traicionados, cuando se les negaba la forma convenia al curso político que se habia resuelto seguir, de de gobierno que ellos preferían. En efecto, miraron el ma­ dar solamente un consentimiento negativo; ó talvez viendo nifiesto como una de aquellas nubes de otoño, —muchos re­ á Bulnes á la cabeza de una fuerza mas considerable que la lámpagos, pero nada de agua. uue él podia dominar, no juzgó prudente oponérsele- Sea Se adoptó una medida demás felices resultados con res­ como fuese, esto dió origen á una animosidad reciproca, tan pecto á la provincia de Córdoba, fué la de colocar su gobierno indiscreta como mal llevada. Mientras Bulnes regresaba en manos de don Ambrosio Eunes,(hermano del autor de este para Córdoba, Diaz reunía una fuerza para recibirle. Este ENSAYO) nacido y avecindado en la ciudad de Córdoba. Este temía que su rival tuviese la intención de deponerle y colo­ nombramiento,ya sea que se considere con respecto á la capa­ carse á la cabeza del gobierno. Estos dos cuerpos pronto se cidad y virtudes del individuo ó á lo acertado de la elección, vieron uno en frente del otro, y después de ejecutar un saí­ fué digno de aplauso. Era este un ciudadano que poseia ta­ nete militar,—disparar unos cuantos tiros al aire,—Bullios lentos nada comunes; un espíritu retinado, por su aplicación quedo dueño del campo de batalla, entrando triunfante á la á las bellas letras, y elevado, por el estudio de las ciencias, ciudad. se le consideraba como un honor á la literatura. Hombre Estas agitaciones y desórdenes eran en directa ?iola- de nervio poco común, de un carácter severo sin austeridad, — G2 — — 63 —

amante mas déla virtud que de su fortuna, su familia ó su T¡- nociese más parentezco que el de la razón y el de la ley. En da. Ejemplar en el cumplimiento de sus deberes sociales, el curso de la revolución, él no sehabia declarado en favor su casa presentaba el aspecto de un santuario, á que los des­ de ninguna de las formas de gobierno que esta república graciados podían ocurrir en busca de consuelo y protección. juzgaba conveniente adoptar. Su opinión era en favor de De su política estaban escluidaslas intrigas oscuras, el ma­ la que sancionase la voluntad de la nación, solemnemente nejo de la astucia y todas las prácticas de la perfidia. Una manifestada en el congreso; y hasta que esto no su­ noble franqueza caracterizaba su porte; detestaba el artifi­ cediese, él juzgaba que nadie, sin violar las leyes del orden cio, era prudente y cauto en sus discursos, y en todo tiempo, y de la justa subordinación, podría resistirse por la i'uerza a amigo del orden social. Nuestra revolución, sobre la cual las autoridades establecidas. En oposición á estos sen­ babia puesto su sello la justicia, no podia dejar de bailarle timientos, Bulnes hacia gala déla fuerza que tenia á la vista, de su lado; abrazó su causa con sinceridad y la propagaba y su conducta daba pocas ó ningunas indicaciones de un sen­ con discreción; pero el estado incierto de cosas que sucedió timiento de honor, respeto ci deferencia. El gobernador le babia inducido á sepultarse en el retiro, en el cual, sin ocultó prudentemente su determinación, hasta verso sos­ esponerse al cboque de los partidos contendores, pudiese tenido por una fuerza suficiente para poderla llevar á cabo. seguir la severidad estoica de su vida y entregarse á los es­ No tardó mucho en bajar de Tucuman, en su ausilío, un tudios literarios. Con una firmeza superior á los reveses cuerpo de línea, al mando del coronel (1) D. Francisco Sa­ de la fortuna, sopoi taba sin murmurarla pérdida (i) de ca­ yos. Bulnes tuvo la arrogancia de presentarle batalla, pero si lodo lo que poseía, la de sus créditos á una suma crecida, Sayos en presencia del mismo gobernador, le derrotó com­ y lo que era mas duro, la de sus dos bijos de mueba espe­ pletamente, y Bulnes tuvo que fugar. (2) Un hombre de ranza, en la flor de la juventud, cuando el congreso nacional una disposición común se habría complacido de una fuga echó la vista sobre él, como la persona mas apropósito para que hubiese ahorrado el doloroso conflicto entre los vin» vencer el torrente de los desórdenes, cuyo teatro se babia culos del parentezco y las exigencias de la justicia. Pero hecho Córdoba. este caso solo sirvió para que el nuevo gobernador pusiese Para una inteligencia común, la situación en que se co­ en juego su firmeza y energía. Mandó se le hiciese una per­ locaba el gobernador habría presentado dificultades casi in­ secución activa, hasta que, capturado, fuese sometido á to- vencibles; bailándose la ciudad de Córdoba ocupada por 1. Solo era sargento moyor graduado ("Gac^a" de Buenos Aires Bulnes, su yerno, sobre quien debia dar el primer paso, le de 21 de Diciembre de 1816".) habría sido necesario armarse de una severidad que uo co- 2. La batalla tuvo lugar en las inmediaciones de Córdoba el 8 de noviembre de (1816) y á los vencedores el gobierno .concedió un escudo

1. Este hombre estimable poseía em el Perú una gran fortuna e« de distinción en paño celeste sobre el brazo izquierdo con letras de oro en propiedades, las que fueron confiscadas por los realistas cuando estalló la inscripción siguiente. Honor á (es restauradores del urden. (Gaceta la revolución. antes citada.) — CA — — 65 —

da la severidad do la ley. La fortaleza que se requiere en nuestro patria contra el inhumano Tacón (1). El valor y pa­ semejantes casos no admite mezcla de debilidad humana; triotismo de ese gefe se habia traido un número considerable y como ha dicho un celebre orador, el magistrado que no de patriotas, á quienes inspiraba confianza, actividad y va­ i s un héroe apenas merece ser considerado como un hom­ lor. Con el fin dé oponer algunos obstáculos á sus triunfos, bre honrado. La provincia quedaba tranquila por el mo­ se ordenó marchase un cuerpo como de mil hombres hacia mento, y la causa de Bulncs se sometió á las formas legales la Laguna. Aqui le esperaba Padilla, que habia confiado pul* orden del congreso. la defensa de varios puertos á sus capitanes (2), y uno de De las volcánicas erupciones de las provincias, que por ellos, que le parecerá al lector algo raro, al mando de su es­ este tiempo eran felizmente menos frecuentes, dirijamos ta posa, mujer muy estraordinaria, doña Juana Azurduy. El enemigo fué completamente rechazado, después de haber atención hacia los negocios esteriores. La política de ata­ dado un furioso ataque; y esta mujer heroica tuvo la satis­ car el comercio enemigo se halló ser un poderoso ausiliodu facción de presentar á su marido la bandera enemiga, toma­ nuestra causa: fué llevado á efecto entonces con gran suceso. da con sus propias manos (5). Padilla no descansó bajo sus Los puertos enemigos del Pacifico eran asaz molestados por la escuadrilla del comandante Brown—Nada podia manifes­ 1. El Partí! del coronel Padilla, pasado al Supremo Director del tar, de un modo mas completo, la sugecion á que el pueblo Estado, puede verse en el núm. 08 de la Gaceta de Buenos Aires de 17 de agosto de 1816. se veia reducido por la tiranía de España;—bajo su vil do­ El coronel Padilla, cochabambino, fué el compañero de don Saturni­ minación, parecía como si todos los resortes del espíritu no Peña y su hermano en la fuga del general ingles Beresford, de Ja Villa humano se hubiesen aniquilado y en lugar de un sentimien­ de Lujan,en 1806. (Nuñez, píig. 274.) to nacional solo existia el interés personal. Brown captaré 2. Padilla se situó con su división en San Julián, una legua dis­ tante de la Laguna, donde el enemigo tenia su cuartel general, situado en cinco presas de la isla de las Hormigas; aun tuvo el atrevi­ el Oriente, en la parte del Sad, que es el Villar, colocó á su esposa doña miento de hacer frente á los castillos del puerto del Callao y Juana Azurduy coa 30 fusileros y 200 naturales con toda arma; en desafiar los buques españoles armados. Encontró el puerto Sopacliyú, entre el sud y occidente, al capitán don .lacinto Oueto, con UO fusílelos, 30 lanceros y 600 naturales de toda arma, en el Tarabuco, al de Guayaquil en un estado de abandano mayor aun; entró occidente, al comandante don José Serna con 30 fusileros y con todos los en él triunfante y sustrajo como setecientos mil pesos en naturales que pasaban de 2000 hombres. (Gaceta núm. 68 de 17 de agosto (le 1816.) Z. valores. N 3. Esa fué la célebre bandera reconquistadora de la Paz, Perd, Mientras el vi rey de Lima era asi molestado por mar, Arequipa y Cuzco, por cuya causa fué distinguida con un magnifico bor­ dado. Por esta acción, la señora fué premiada por el gobierno con el sus ejércitos del Perú y Salta esperimentaban una serie de grado y sueldo de teniente coronel. desastres casi sin interrupción. El coronel don Manuel Esta señora salió al encuentro del enemigo por el punto del Villar, donde el enemigo intentaba cortar la retirada á Padilla, su marido, lo re­ Asencio Padilla sostuvo con mucha gloria la bandera de pelió completamente matándoles 15 hombres. (Gaceta antes citada). Z. — 6C — — 67 —

laureles; sin dar tiempo á que el enemigo volviese á reunir colmar su ambición. Pero como la mera ambición no jus­ sus fuerzas, lo persiguió en tudas direcciones, encerrando el tifica la invasión del territorio de otras naciones, el Director resto en la ciudad de Chuquisaca. No fué menos gloriosa la consideró de su deber el hacer ver al general Lecor, coman­ victoria alcanzada por Warnes, que destruyó otra fuerza de dante en gefe de las fuerzas portuguesas el paso que iba á cerca de mil hombres, al mando de Tacón en persona. dar, previniéndole sobre las consecuencias de la agresión. Los azares de la guerra en el distrito de Jujuí y Salta hi­ Al mismo tiempo que daba eáe paso, el Director lo comuni­ cieron que los habitantes manifestasen pruebas de lieroismo, có al general Artigas y al cabildo de Montevideo, manifes­ en sosten de su independencia, análogas á las que exhibieron tándoles que en momentos d^ peligro común, que exigiaa al declararla. El general Güemez, igualmente formidable la combinación de todas sus fuerzas, debían olvidar sus ren­ por su constancia y valor, continuamente se le. presentaba cillas; y á fin de fijar los principios de reconciliación, comi­ de frente á Pezuela, y, con su actividad, le privaba de sus sionaba con plenos poderes, en calidad de representantes conquistas tan luego como aquel las conseguía. Pezuela, que suyos, á los alcaldes don Juan José Duran y don Juan Giró. habia abandonado á Jujuí precipitadamente, osperimentó En las conferencias que tuvieron lugar, se hicieron presen­ pérdidas de consideración. Las guerrillas encabezadas por tes en términos los mas acalorados, los errores de la dis­ don Agustin Rivera, don Diego Cala, don Dionisio Falai>ia- cordia y los beneficios de Ja armonía entre ambos paises, ni, don Justo González, don José Miguel Valdivieso, don conviniéndose por último en que la Banda Orientol recono­ Francisco Guerreros, don Francisco Pérez de Uriondo con­ cería la soberanía del Congreso y la autoridad del Supremo tribuyeron no poco á disminuir su crédito y el peso de su Director del Estado: que se enviarían diputados con arreglo á su población y que el gobierno proporcionaría inmediata­ autoridad. 18 17. mente todos los auxilios necesarios para su defensa (1), Se celebró con pompa y magnificencia la alegría produ­ Estas ventajas sirvieron algún tanto para repararla cida por tal acontecimiento, que, poniendo fin á las des­ mortificación de ver las tropas de los portugueses en el terri­ graciadas disputas que dividían el pais, parecía devolverle torio del Estado. Desde que se supo que el principe regente su primitiva fuerza y gloria. Empero, en el mismo momen­ de Portugal habia elevado las colonias del Brasil á la catego­ to en que el pueblo estaba entretenido en sus regocijos, ría de metrópoli, mucho se temió que tratada de agrandarla escítados al punto de poderse considerar casi inmoderados, con la ocupación de estos paises. Las poderosas tentaciones se recibió la noticia de que los orientales se negaban á rati­ que continuamente atraían á los portugueses á nuestros ter­ ficar la couveucion, sin duda influenciados por su gefe. Ar- ritorios, casi se hicieron uno de los principios lijos de su 1. Véase el "Acta de la incorporación del territorio oriental del Rio política; no era de estrañar, pues, que aprovecharan de la Plata al Estado de las Provincias Unidas de Sud-América" fecha 8 la oportunidad que consideraban ser la mas favorable pai\i dt diciembre de 1816. Z. — 69 — ligas consideraba la tendencia natural de la unión y depen­ como por la constitución del Estado, era parte integrante dencia de la Banda Oriental, como destructiva del mando ab­ ds la confederación americana. La común decencia, no soluto que, por tanto tiempo, estaba acostumbrado á ejercer; menos que el respeto por las leyes de las naciones habría según su opinión, los peligros y desvastaciones de una guerra prohibido el recurrirá Ja violencia, antes de haberse toma­ con los portugueses debían preferirse á la influencia de la do todas las medidas convenientes sin producir efecto, para capital. colocaren estado de segundada la nación que se declaraba La amonestación del Supremo Directoral general Lecor cu peligre; de otro modo el inundo estaría continuamente no produjo el efecto que, á su entender, merecía. Este gefc se espuesto á ser presa del primero que quisiera sostener su limitó á declarar que, para salvar la frontera portuguesa causa por la fuerza; nunca dejaría de haber pretesto para fuera de peligro del contagio de la anarquía que la amenazaba, invadir, parecido á la ambición de los portugueses. se hacia necesario tomar posesión de uu pais que, al hacerse La dirección déla guerra á la par de las demás impor­ independiente, se habia entregado á toda clase de desórdenes tantes ntenciones de gobierno hicieron necesario que el con­ y confusión. La futilidad de este pretesto fué manifestada es- greso y directorio estuviesen mas próximos uno de otro, á tensamente por el Director en sus notas subsiguientes, y lo fin deque, por sus luces combinadas, los negocios del Estado fué también por la elocuencia del Editor de la Gacela Ministe­ fuesen manejados con mayor prontitud y tino. Su remoción rial, don Julián Alvarez; nada se poiia agregar á la fuerza de á la capital fué, empero, un paso algo peligroso. Aun se oia sus razonamientos. Concediendo que un soberano tenga el el sonido de la discordia, semejante al sordo murmullo de derecho de intervenir en las querellas domésticas de sus ve­ Jas aguas una vez pasada la tormenta. Era muy de temer cinos, siempre que las juzgare capaces de perturbar In tran­ en las agitaciones que pudieran sobrevenir, que esta corpo­ quilidad de sus estados, es un principio indudable del dere­ ración nacional, considerada por muchos de los amigos del cho de gentes que primero haga convenientes representacio­ orden ramo el último resorte, abortaría del mismo modo nes á la parte ofensora, antesque recurrir al uso de la fuer­ que las tentativas de igual género que antes se liabian hecho. za. El ocupar un pais por la fuerza, bajo la máscara de la Ademas de eso, las provincias deseaban que el congreso tu­ paz, solo puede aprenderse en la escuela de Maquíavelo. viese sus sesiones lejos de la capital, para que, libre de la in­ Hay ciertamente alguna diferencia entre hacer el papel de fluencia indebida y del temor que las bayonetas pudieran in­ centinela, para vigilar por su propia conservación, yelde fundir, continuase sus tareas con la mas perfecta indepen­ introducirse de este modo en el pais ageno, hospitc insalu- dencia. Después de discutir mucho, y dr> presentar impor­ talo, con ningún otro objeto en realidad que el de conquista. tantes razones sobre ambas faces de la cuestión, cedió al fin La disputa de los orientales con la capital era una querella á lo solicitado por el directorio, que pedia con instancia su de familia, querella que no disolvía el vinculo de aquellos remoción ú la capital; en consecuencia, la rescJucíon se con la nación. Ese pueblo, tanto por su propia voluntad — 70 — — 71 —

llevó ó efecto en medio de nuevas conmociones y perturba­ Bulncs fué depuesto, y elegido en su lugar un tal Urtuber. ciones. persona en quien los conspiradores se imaginaban poder Una de ellas tuvo su origen en la audaz resolución do depositar su confianza con mayor seguridad. La situación un vecino de Santiago del Estero, llamado don Francisco dé los conspiradores era crítica; sabían que su indecente y Borges. Este hombre indiscreto se ocupaba, de algún tiem­ deshonrada conducta era detestada délos vecinos de Cór­ po atrás, en escitar secretamente los ánimos de los que con­ doba y su fuerza inadecuada para sostenerlos; por con­ servan aversión á las autoridades constituidas. Sus intri­ siguiente temieron con razón el castigo que el congreso y el gas atrajeron á su lado no pocos de sus conciudadanos, que. director les aplicaría por sus crímenes. En este apuro, juntamente con otros de las ciudades circunvecinas, levanta­ adoptaron el plan de obligará D. Juan Andrés de Puyrredon, ron el estandarte de la re' elion, bajo sus órdenes. Inmedia­ hermano del Director, á aceptar el puesto de gobernador de tamente se despachó contra ellos un cuerpo de linea, deTu- la provincia en Cabildo abierto, compuesto principalmente euman. Burges, mas hábil en fraguar facciones que en apro­ do facciosos. Todos los que directamente tomaron parto en vecharlas, una vez formadas, no pudo sostenerse firme; ba­ este negocio, no tá rdaron cu verse obligados á mendigar un lido, perseguido y tomado prisionero, pagó con la vida el asilo en Santa-Fé, adonde se retiraron. El coronel Sayos, precio de su temeridad. que, con sus oficiales, fué mandado llevar á algún lugar re­ El gobernador de Córdoba, aunque poseía mas pruden­ moto, consiguió ganarse la custodia, después de unos cunó­ cia y previsión que su predecesor, no pudo contener una los dias de marcha. En ese momento se reunió á él ca­ conspiración, que le sorprendió en su propia casa. Bulaos, sualmente el gobernador Funes, 'que iba en camino» para cortigándose desde su prisión con algunos de esos misera­ Buenos Aires, con permiso de Bulnes. Inmediatamente se bles que, en un estado de dislocación social, se encuentran pusieron á reunir gente con el objeto de volver y derrocar por todas partes, pudo, por este medio, corromperla guar­ la insurrección. Esta consistía sinembargo de milicia muy nición; y no contenío*con obtener su libertad, atacó la casa insignificante, con la que poco ó nada se podría contar. del gobernador, 6quien prendió y puso en arresto, jauta­ A pesar de eso y de los obstáculos opuestos por un puñado mente con el comandante militar Sayos. de hombres VíCíOJOS é indisciplinados, el gobernador con­ El cabecilla de este complot no poseía el talento sufi­ siguió restablecer el orden y volver á ocupar su puesto. ciente para dirijir ningún asunto de importancia, ni los El gefe déla insurrección fué arrestado y remitido á soldados que había corrompido se interesaban mucho en Unenos Aires, en donde, con varios de los soldados europeos servirle. Estos, con pocas ó ningunas escepciones, eran fué juzgado, condenado yejecutade. veteranos españoles, que se habían pasado á nosotros y que Estas discordias en el este, oeste y norte contribuyeron fueron colocados al mando de un europeo llamado Quintana no poco á lísongear las esperanzas de nuestros enemigos, pero que de buena gana se venderían al que mas les ofreciera. animándolos á formar nuevos planes para subyugarnos — 72 —

Diez mil portugueses, al mundo del general Lecor, en tres á la cabeza de ochocientos hombres, pero aquel so distinguió divisiones, fueron enviados al territorio de la Banda Orien­ mas por su estratagema y astucia que por la empresa. Im­ tal. La primera que se componía de cinco mil hombres portaba mucho impedir la marcha de Silveira, cuyo objeto bajo sus inmediatas órdenes, se dirijia por el camino de era operar su incorporación á Lecor. Habiéndose reunido Santa Teresa; la segunda, compuesta de mil seis cien­ la fuerza de Rivera con la de Otorgués, estos gefes resolvie­ to.*! hombres a! mando del general Silveira, por el ca­ ron atacar, pero por algún accidente inesplicable, aquel se mino de Cerro Largo; la tercera, que formaba la de­ retiró al Rio Negro. Aunque molestado continuamente recha del enemigo, al de Curao, se dirijia hacia la villa por Rivera, el ejército portugués pudo llegar ú la Barra de recién fundada por Arligas, en las inmediaciones del Uru­ Carupá, en Santa Lucia la Grande. No desesperó Rivera guay. Le era absolutamente imposible al g.Mieral Artigas al ver que no podia derrotar al enemigo; pero, consideran­ oponerse á ese torrente. Aunque los orientales estaban do­ do lo reducido de su fuerza, solicitó de la ciudad de Mon­ tados dé gran foiialcze de cuerpo é intrepidez de ánimo, tevideo le enviase al delegado Barreiro, con un refuerzo de con todo, ni su número, ni la naturaleza desús armas, ni cuatrocientos hombres. La única fuerza disponible era el su disciplina, ni su subordinación podían hacerles entrar cuerpo de Libertos, mandado por el coronal Bauza; pero, por abiertamente en campaña contra invasores tan superiores á un espíritu de rivalidad, muy inoportuno, ese gefe no quiso este respecto. Muy pronlo se dejó ver esa superioridad. servir bajo las órdenes de Rivera. Habiéndose, pues, ne­ Ll General Pinto, con novecientos hombres, avanzó hasla gado este refuerzo, el general Silveira efectuó su incorpora­ India* Muerta, donde fué atacado por el general Rivera, con ción al general Lecor; procediendo acto continuo á apo­ mil cien hombres; y aunque sostuvo un vigoroso choque, derarse de Montevideo, el 19 de enero de 1817, después de se vió obligado á retirarse con menos de la mitad de su di­ haberla abandonado Barreiro en el mayor desorden. visión; conservando sinembargo aquella frialdad que carac­ teriza á los valientes en situaciones criticas, no se descuido La fortuna que antes acompañaba á los orientales les de desprender una partéele su fuerza para observar las ope­ dió la espalda. Huían á la presencia de aquellos á quienes raciones del enemigo. Poco después, un destacamento, estaban acostumbrados á rechazar, ó si manifestaban re­ compuesto de cien hombres tuvo un encuentro con igual solución, degeneraba esta por lo regular en temeridad. El número de portugueses, que salian de Maldonado: corridos ala derecha del ejército portugués, á las órdenes de Curao, de vergüenza y dados á la desesperación, por el oprobio de dirijió su marcha hácia el punto donde estaba estacionado el la última refriega, se lanzaron «:on irresistible furia sobre gefe de los orientales, llegando al Arroyo de los Catalanes. sus enemigos, que fueron materialmente hechos trizas. El General Otorgués (1) hizo frente al general Silveira, El general La Torre, con tres rail hombres, defendía aquella 1. El nombre verdadero de este gefe era Otorgues, pero se le cono­ frontera. Este, con una arrogante confianza que no le per­ cía mas con el nombre de Torguíis, seguu su correspondencia con Rivera mitió calcular el riesgo, resolvió atacar al enemigo. Mon- que liemos tenido á la vista. — 75 — — 74 — un enemigo ian poderoso; pero mucho contribuyeron á le­

dragón, que mandaba la caballería, ron mas prudencia, se vantar la reputación de Rivera. opuso á este paso, alegando que.no habiendo tenido la suerte El grito se jencralizaba por parte de los orientales co­ de privar al enemigo de sus caballos, bueyes y carretas, cosa mo por la de sus gefes, pidiendo el restablecimiento de su que debia haberse asegurado primero, no era prudente es- unión con Buenos Aires, único medio de salvarse de aquella ponersede nuevo á las contingencias de una batalla, lo que tempestad asoladora. En vista de ese estado de los espíri­ era muy dudoso, considerando la posición de los portugueses. tus, entablóse una correspondencia con el Director, quien Ya sea que esta razón no convenciese, ó por que la despre­ inmediatamente aceptó una proposición que tatito deseaba, ciara, La Torre hizo uso de su autoridad, é imprudente­ remitiendo acto continuo provisión de armas y municiones mente se lanzó sobre el enemigo con toda su fuerza. La de guerra por la via de la Colonia—Rivera, si bien daba su acción fué reñida y sangrienta, terminando del modo mas consentimiento á la unión, estipuló que lo retiraria en caso desastroso; el general Artigas ocupaba una posición á corta de no obtener la aprobación de Artigas - Para este fin, co­ distancia de la retaguardia con una pequeña fuerza de cien municó á aquel gefe el tratado que habia estipulado en su hombres. Las consecuencias de esta desgraciada refriega ausencia. Poco le importaba á Artigas que un aconteci­ alcanzaron hasta su campamento, donde Artigas fue sorpren­ miento semejante fuese ó no ventajoso para la república; dido por cuatrocientos hombres, pudiendo escapar solo por solo veia en él una diminución de su importancia y poder. el auxilio de un indio Charrúa, pero con la pérdida de todo Para prevenir el descontento que su denegación produciría, al mismo tiempo que bajaba con cien hombres á disuadir á su equipaje. Rivera, hacia circular entre sus partidarios el abuso mas En medio del progreso de Lecor, de repente se en­ escandaloso de la capital y sus intenciones; proclamando contró encerrado dentro de Montevideo, sufriendo el ham­ que la unión con la capital lo seria con perfidia y robo, y que bre y todas las privaciones do un sitio: y no pudiendo sobre­ seria trocar su libertad por una servidumbre vengonzosa y llevar su situación, marchó con dos mil hombres en busca atroz. No podían esas odiosas imputaciones dejar de pro­ de ganado y otras provisiones. El infatigable Rivera, que ducir efecto sobre la gente sencilla y bien intencionada que observaba sus movimientos de cerca, preparó una embosca­ tenia en Artigas una ciega confianza, como tampoco en da con mucha sagacidad en el Paso del Santa Lucia, y cau­ el ánimo de los que, en otras ocasiones, habían sido tratados sando al enemigo bastante pérdida, logró su objeto por el mal por el gobierno de Buenos Aires, entre cuyo número se momento. No obstante, el general Lecor no se vió obliga­ contaba Rivera. El partido favorable á la unión era, no do á abandonar su empresa sino que siguió hasta el paso de obstante, demasiado fuerte para poderle disuadir de su pro­ Pinto, donde fué nuevamente atacado por Rivera, espe- pósito con facilidad. En efecto, Barreño, Baosá, coronel rimentando la pérdida de doscientos hombres. Estas ven­ de los Libertos, Ramo?, comandante de la un tajas eran de una naturaleza demasiado parcial para que los arÜUcrirt, orientales pudiesen sacar provecho de ellas, en vista de — 76 —

caerpo de cazadores y algunos de niilicia, al mando de don que el gobernador de Cuyo, coronel don José de San Mar­ Tomás Garcia, á quien pusieron de comandante en gefe, tin, hombre bastante atrevido para concebir grandes planes, hicieron un tratado de unión con Buenos Aires. Ofendido muy amante de la gloria para dedicarse á ellos, sin carecer Rivera por ese acto, que era poco menos que una revolución de buena fortuna en su egecucion, meditaba en silencio la contra él, corrió con trescientos hombres elegidos de entre reconquista de Chile. Este pais estaba completamente do­ las tropas que tenia bajo su mando, á pedirles cuenta de su minado por los españoles; mas de cien personas de las mas proceder. Después de una acalorada altercación, Garcia, influyentes estaban desterradas á la isla de Juan Fernandez; que era el mas fuerte, quedó con el mando; y enviando Ri­ los ciudadanos completamente desarmados y tenidos bajo la vera copia de los artículos ofensivos á Artigas, pidió un des­ mas rígida sujeción; sin embargo, según se puede suponer tacamento de quinientos hombres, con el objeto de atacar á fácilmente, sus secretos deseos eran en favor de la indepen­ sus contrarios. Bien sabido era que Artigas destruiría sin dencia, y San Martin tenia muchos motivos para creer que misericordia á los que trataran de disminuir su autoridad. si él pudiera cruzar los Andes con un ejército respetable, En verdad, este hombre que no tenia mas consejero que su no tendría mas enemigo que combatir que á los españoles, ambición y un perverso fraile franciscano (1), por quien ha- y hallaría un pueblo dispuesto, en cuanto estuviese á su al­ bia sido dominado durante mucho tiempo, resolvió satisfa­ cance, á cooperar con él. La situación de las Provincias cer el pedido de Rivera con toda la prontitud posible. El Unidas, continuamente amenazadas por Chile y el Perú, general Otorgues, de la mayor reputación éntrelos orienta­ indicaba claramente cuanto importaba espulsar á los españo­ les, se opuso enérgicamente á esa medida que iba á desper­ les del primero, por cuyo medio, á la vez que se daba un gran tar los horrores de la guerra civil, declarándose por la unión golpe al enemigo, se ganaba un poderoso aliado. Un senti­ con la capital. De los quinientos, solo se despacharon cin­ miento de deber también inducia á los ciudadanos de las cuenta á la Colonia, so pretesto de defender aquella plaza Provincias Unidas, á ausiliar á sus hermanos, que, en otra que estaba amenazada por una escuadrilla portuguesa; pero ocasión en que Buenos Aires estuvo amenazada por el gene­ la verdadera intención era unirse á Rivera, y hacer la guerra ral español Elío, habían contribuido á socorrerla con hom­ á los que estuviesen en favor de la unión. Prevaleció el bres y dinero. Pero la principal dificultad consistía en pro­ partido de Artigas. El Director abrigaba la esperanza de porcionar los medios de levantar un ejército adecuado á que, ganados los Orientales por su comportacion amigable, tamaña empresa. El Estado, apesar de la reciente declara­ declinarían de sus pretensiones; pero tanta obstinación le ción de su independencia, jamás estuvo, desde el principio hizo apurar la paciencia. de la guerra, en una condición tan deplorable; casi se po­ Mientras el Oriente se hallaba oscurecido con estas nu­ dría decir que era impelido á merced de los vientos y las bes, el occidente parecía mas sereno. Hacia mucho tiempo olas. La provincia de Cuyo parecia. á primera vista, que

1. Monterroso. era la que menos prometió; su suelo muy insignificante, su — 78 — — 79 — ^ouiuciun reducida, sus productos, de algún tiempo atrás, de poco valor, y como frontera, espucsta continuamente á la desflladeros tan angostos que no admitían dos personas invasión de los españoles. Pero San Martin poseía el talento de de frente, por vertiginosos bordes de aterrantes precipicios, ganar los corazones de los que le trataban, de avivar las mas á la vez que la inclemencia del clima parecía luchar con la elevadas pasiones y de atraerlos, no á medias sino entera­ escabrosidad de la senda. Agregúese a eso la dificultad de mente ú sus planes. Se había grangeado tan por completo trasportar artillería, embarazada al mismo tiempo con el

el cariño de los pueblos de Cuyo, que pusieron á su disposi­ equipaje y provisiones para un mes, y confiando, después de ción, sin ninguna reserva, todo lo que tenían. Cedieron todo, en las continjencias del buen éxito, una vez termina­ espontáneamente sus esclavos, basta el número de seiscien­ dos esos trabajos y fatigas. A la verdad, considerado todo tos; proporcionaron tres mil caballos, diez mil muías, y con calma, esa hazaña puede equipararse con razonólas contribuyeron con su servicio personóla la construcción de mas célebres que registra la historia. Kl ejercito efecfuó su pasaje en trece días, perdiendo como cinco mil caballos y cuarteles, campamentos, armerías, y conducir tropas y mu­ niciones desde Buenos Aires. Sin duda, mucho de esto de­ muías, y un corto número de hombres, principalmente ne­ be atribuirse á la moderación y abnegación, en la vida pú gros, que no podían sufrir el Trio; y después do algunas lije- blica como privada, del gefe que mandaba, que es la mayor ras escaramuzas, tomó posición en Aconcagua. seguridad para la confianza del pueblo; mas también debe El pasaje de la Cordillera, por sí solo, era una hazaña atribuirse á la causa que hace mucho honor á la provincia, capaz de asegurar el resultado. El heroico ejército que sal­ es decir, á su uniforme patriotismo y buena conducta. La vó los Andes, combatiendo bajo el estandarte de la libertad sana moral es la que mas conduce al amor de la patria, y este y de la patria, se hizo invencible cual un torrente de las no menos á la buena moral. Si hubieran sido menos puros, montañas. El espléndido triunfo de Cbacabuco (1) realiza­ ese patriotismo habría sido menor, y menor también habría do poco después, elevó á San Martin, al pináculo de la glo­ sido la influencia de San Martin. Después de emplear un ria, dando nuevo aspecto á los negocios de la America del año en reclutar, organizar y disciplinar su ejército, lo que Sud,

proporcionaba á Marcó al mismo tiempo la oportunidad de M En veinte y cuatro días, decia este general, hemos hacer los preparativos necesarios para hacerle frente, San hecho la campaña, pasamos las cordilleras mes elevadas del Martin puso en ejecución su atrevida tentativa de trepar los globo, concluimos con los tiranos y dimos la libertad á Chi­ Andes. La sola idea de semejante empresa basta para dejar le. " (2) El presidente Marcó fué hecho prisionero, tomado atónito al mundo, puesto que ella equivalia á una violación por el capitán [muerto de general) Aldao y el ienicnte Ramí­ de las leyes de la naturaleza. Solo se podrá formar una débil rez, y los restos de su fuerza se refujiaron en la fortaleza de idea de esa empresa, si se considera que babia que atrave­ 1. Véase el Aditamento al Bosquejo del Dean Funes al fio. sar cien leguas de montañas las mas elevadas del globo, con 2. P.artc detallado del general San Martín, publicado en la Gaceta cslrc.ordi'iaria de 11 de marzo de 1817. Z. — 80 — — 81 —

TalcaLuano. Se convocó una junta de chilenos {cabildo pos saben, son por lo general gratos al corazón humano; abierto) en Santiago,—la cual, por gratitud a San Martin, mas por la misma razón, en mi opinión, es grande y no­ ofreció investirle con el directorio que no aceptó, elijiendo ble rehusarlos ó despreciarlos. en seguida á don Bernardo O'Higgins. (1) Después, los chi­ Se vió de nuevo avivarse la causa del Estado en el Perú, lenos trataron de cspi'eaar, de varios modos, su gratitud al la que fué dirijida por las virtudes, csperienc.a y habilidad de general de los Andes, nombre con que en adelante se distin­ Belgrano, quien, al regres ir de su importante misión á Eu­ guió poruña especie de combinación involuntaria; pero con­ ropa, volvió á tomar el mando. En los encuentros ya re­ siderando estos ofrecimientos como incompatibles con las feridos, hemos visto que la victoria volvía á nuestras filas. ideas de grandeza que poseia rehusó aceptarlos de un mo­ El General La Serna, que sucedió á Pezuela, no poseia la do indeclinable. No será fuera de lugar mencionar aquí la capacidad de su predecesor: aunque los famosos gefes Pa­ restitución de los desterrados chilenos á sus familias, que dilla y Muñecas habían muerto, Warnes, Gandarillas y Fer­ fué uno de los primeros actos del gobierno. San Martin ro- nandez sostuvieron la cansa de su patria. Estos llevaron al gresó á Buenos Aires, para recibir nuevas órdenes y con­ sanguinario Tacón hasta el mismo borde del precipicio; pe­ certar nuevos planes con el gobierno, porque la vista de lo­ ro esta victima quedaba reservada para otra mano: un ra­ dos estaba fija en el Perú, por ser el punto en que debia se­ yo, enviado del cielo, puso fin á sus (lias y á sus crueldades. llarse su suspirada paz y libertad. Al acercarse a Mendoza, Su ejército quedó reducido casia la nada. Capital de Cuyo, sus habitantes salieron á recibirle; las jóve­ El general La Serna, solo dió pruebas de una vana y nes sembraron el camino de rosas, haciendo todas las mas arrogante confianza en su capacidad. Apenas tomó el man­ espresivas demostraciones de simpatía. También los de do, concibió la idea de tentar la reconquista de Salla y Ju- Buenos Aires, deseaban dar una prueba de veneración á este jui, y aún de Tucuman. La historia de su predecesor de­ héroe; pero advertido San Martin de tales preparativos, en­ bia haberle abierto los ojos. Esos lugares habían servido tró a la ciudad furtivamente. No faltan personas dispues­ de sepulcro para los españoles, y La Serna podia hacer que tas a condenar lo que creen ser una nimiedad afectada y una lo fuesen de nuevo. Avisos que fueron despreciados por es­ te, que, mas altanero que el caballero de La Mancha, entró ú delicadeza finjida, en declinar así los honores que, como to- Jtijui, á la cabeza de un ejércilo de mas dedos mil hombres.

1. El 6 de abril (1S17), los individuos del Cabildo dieron en el El gobernador Güemez, hizo de modo que la posesión de salón del Consulado un convite al general San Martin. Fué uno de los aquel panto fuese semejante á una trampa. Id y sus va­ mas brillantes que se dieron en Buencs Aires. Asistió el Supremo Dircc- lientes compañeros le sitiaron tan estrechamente, que pron­ rector (Pucyrredon) y las personas mas distinguidas, nacionales y cstra ti­ to empezó á arrepentirse de su locura. Sos fuerzas fueron jeras. Duró desde las 3 y media de la tarde hasta las 10 déla noche. incesantemente molestadas por numerosas guerrillas, que­ (Id 82 del Censor fecha 9 á¿ abril de 1817.) dando muy reducidas por las acciones de San Pedrito, Hu- — 82 — 83 —

mahuaca, Tarija y otras. Por los desertores que continua­ cual le acusaba de no prestar atención á sus ofrecimientos mente se pasaban, trayendo la miseria pintada en sus ros­ por escrito, de enviar diputados á la unión, le tros, se sabia que perecían de hambre en sus atrinchera­ hacia cargos de estar en connivencia con los portugueses por mientos. Güemez, con sus valientes oficiales, sárjente ma­ quienes se interesaba, suministrándoles provisiones, y le yor don José Antonio Rojas, capitán don Vicente Torino. amenazaba con que le perseguiría hasta la misma capital. comandante don Gregorio A. La Madrid, sárjenlo mayor don Anjel Mariano Zerda, etc. (1) obligaron por último á La 1818. Serna á retirarse con gran pérdida yá renunciar sus pre­ tcnsiones sobre las ciudades ya mencionadas. Con el objeto de asegurar la Rajada de Sanla-Fé, que Estos lisonjeros acontecimientos fueron interrumpidos domina la campaña interior de Buenos Aires, y al mismo por la lamentable rivalidad de los orientales con la capital. tiempo con el de proporcionar recursos ú los habitantes de Aunque Artigas, por medio de sus gefes, logró ganarse la Entre Rio*, el Director despachó (i) una fuerza, al mando mayor parte de aquellos cuyo afecto se habia enagenado por de don Luciano Montes de Oca, la que fué vigorosamente su conducta, permanecían muchos aun, firmes en su reso­ atacada y completamente derrotada por otra de Artigas. Ks- lución de separarse de su obediencia, proceder que consi­ te contraste no hizo variar de resolución al Director; des­ deraban necesario para la seguridad de la República. De pachó al coronel don Má reos Bal caree con refuerzos para en­ estos, varios que eran de la provincia de Entro-Rios, cam­ trar de nuevo en campaña. Inflamados cor. aquella rabia ca­ biando de tono,confesaron por medio de susgcfes.don Euse- bio Iíereñú.y don Gregorio Samaoiego que habían hecho mal. racterística de la guerra civil y tanto masen esta ocasión cuan­ solicitaron la amistad del Direetor. No debia considerarse una to que se consideraba jin generosidad por PUS compatriotas, circunstancia que podía producir quizá la caída de un ambi­ en momentos en que combatían ú los enemigos de la repúbli­ cioso y asegurarla libertad del paja. El resentimiento por in­ ca, los orientóles, con tina impetuosidad que tocaba en de­ sultos personales también había Mlizá influido para con el D¡- sesperación, se lanzaron sóbrela fuerza de Balcaree, y des­ r< ctor, que acababa de recibir Je. Artigas una caria concebi­ pués de una breve pero bizarra resistencia por parte de es­ da en términos los mas declamatorios ó insultantes (S); en la te, la victoria se pronunció por aquellos. Lamentemos pro­ 1. La traducción inglesa no da mas que los apellidos horriblemente estropeados, nosotros hemos ame-puesto los nombra ¿e pila corrijieudo fundamente la fatal política ó necesidad de postergar con aquellos con la «Gaceta» a. la vista. z% nuestras manos el progreso de Jos acontecimientos con que '2. Esta carta á que autes hicimos referencia, publicada en el núm. hornos de afianzar nuestra independencia, y volviendo unos 7 de El Iris de Montevideo, de lSOi, está fechada en Purificación á 13 ( de noviembre de 1817 y publicada en la Vida de Cualeguay a !23 del contra otros las armas que solo debiau reservarse para mismo mes y año, por don Gervasio Correa. Conservamos una cópia de nuestro enemigo común. ilc ella, con alguna* pequeñas variaciones, que damos después de la tra­ ducción de este Bosquejo can otros documentos curiosos i; inéditos refe­ rentes á la misma cuestión de! {jefe Ue los oiiental'S (Artigas). 1. El 15 de diciembre de 1617. — 85 — — 84 —

egércitode O'Higgins, antes que este so incorporase á San Por esta misma época llegó ú la capital una noticia de Martin. Llevando consigo casi toda la guarnición de Tal­ un carácter mucho mas sério, la que produjo las sensaciones cahuano, juntamente con dos mil chilenos, marchó Osorio mas dolorosas. Mientras San Martin y O'IIiggins trataban de rápidamente por la provincia de Concepción, cun un egér- reducir el último baluarte de los españoles en Chile—la cito de cerca de ocho mil hombres. Antes que él pudiese pa­ fortaleza de Talcahuano—el virey de Lima lanzó con la po­ sar el Maule, ya se hallaba reunido elegército patriota, que se sible celeridad, mil quinientos hombres en aquella plaza, componía de igual número de tropas regulares, sin contar casi tan inespugnable como la de Gibraltar. El ejército de los numerosos cuerpos de milicia del pais. En pocos dias Chile al mando de San Martin, fué remontado hasta doblar quedó este completamente organizado y listo; pero un cuer­ su número con nuevos reclutamientos de chilenos; pero ne­ po de tropas tan crecido, estando reunido, empezó muy lue­ cesitaba tiempo para egercitarlos y disciplinarlos. go á esperimentar grandes necesidades. La capital de Chi­ O'IIiggins se apoderó de la ciudad de Concepción, tuyo le confiaba con razón en la habilidad y valor de San Martin, puerto de mar es Talcahuano. Se pasó aquí una gran parte á la vez que las circunstancias de las necesidades de su egér- del verano en escaramuzas, en que el enemigo era siempre cito, asi que fueron conocidas, ofrecieron la oportunidad de vencido. No obstante, San Martin se ocupaba de pla­ desplegar una magnanimidad que injustamente hemos su­ nes de mas alta importancia; su pensamiento constante puesto haber quedado sepultada bajo las ruinas de Crecía y era prepararse para dar en el Perú un golpe igual al que, Roma. San Martin anunció quo su egército estaba ya listo con tac buen éxito, aniquiló el poder de la España en Chi­ para entrar en campaña contra los enemigos de la patria, y le. La causa principal de la demora fué la falta de tras­ que todos estaban gustosos de sacrificar la vida en su de­ portes; pues una marcha por.tl desierto de Atacama se­ fensa, pero que carecía de pan y de otras provisiones. El ria iir.practicable. El virey, temiendo la empresa de Sun efecto que esta insinuación produjo en la nobleza de alma Martin, y conociendo los recursos con que este contaba, del pueblo chileno, está mejor manifestada en la cortes.a- juzgó mas prudente arriesgar en Chile la suerte del Perú. En cion dada por conduelo de los diferentes empleados de la consecuencia, después de un esfuerzo, que en el actual estado municipalidad y demás corporaciones. de decadencia del poder español, podría llamarse grande, reunió como cinco mil hombres, que embarcó apresurada­ « Exmo. Señor : mente con dirección á Talcahuano, al mando de Osorio, dejando el Perú enteramente indefenso. Apenas hubo lle­ •< V. E. nos acaba de prevenir que nuestros hermanos, gado este á dicha plaza, empezó á prepararse para seguir puestos en el campo de batalla, aguardan por horas el ataque inmediatamente á la capital de Chile. Tenia plena confian­ del enemigo para derramar su sangre y sacrificar sus vidas za de que sus tropas eran superiores á las que aun no había por nuestra conservación. V. E. nos presenta Ja triále ima­ espertmentado; se lisongeaba también de poder atacar al gen de Chile destrozada por dos años y medio con una atro- — 87 — ciclad verdaderamente española, y á nuestros Lijos, padres, el decoro del culto; todas cuantas poseen las megístrahi] l; y esposas que horrorizados del cadalso y las cadenas que cuerpos públicos, y las que como representantes de ambos les preparan las Ceras que marchan por los campos de Talca, estado», gremios y corporaciones ofrecemos ai Estado en convierten sus lágrimas hacia los valientes que en las orillas particular, y las aseguramos en general cerciorados de la de Tingiriea han jurado morir antes que ver nuestra desola­ voluntad pública y á nombre del pueblo de Santiago. ción; pero al mismo tiempo nos advierte V. E. que á estos « Por consiguiente, dígnese V. E. nombrar una comi­ valientes les falta el pan y los auxilios con que han de soste­ sión que reciba estas oblaciones, y avisará nuestros herma­ ner el vigoroso brazo que extermine al enemigo, y que ago­ nos que deben contar con los últimos esfuerzos de nuestra tados ios recursos públicos no alcanzan aun para formar el gratitud. » (1) hospital donde deben cutirse las heridas que reciban por Esta inesperada pero sublime manifestación de gratitud nuestra salvación. f

al mando de O'Higgins y una parte del ejército español, que gunos otros cuerpos, rehechos por los esfuerzos de San Mar­ fué obligado á retroceder con gran pérdida, siendo perseguí» tin y sus oficiales, continuó la refriega por algún tiempo do hasta las mismas calles de Talca, en la llanura de Can­ hasta que se vió obligado á ceder. La mañana siguiente pre­ cha-Rayada (5). Toda la fuerza española se vió forzada á sentaba un espectáculo verdaderamente triste: un ejército, volver sobre sus pasos. Osorio conoció entonces que su deque nuestro paispodia el dia antes enorgullecerse, el me­ desprecio por el ejército de San Martin le babia hecho come­ jor parado que jamás entrara en campaña por parle de los ter un error; era tan superior al suyo, particularmente en independientes en Sud-América, despojado de su artillería caballería, que las probabilidades de triunfo cstariau decidi­ y bagaje, mas de la mitad de él disperso, y todo eso sin haber damente en contra de aquel; sabiendo casi con seguridad qiui sido batido!

San Martin le atacada á la mañana siguiente con toda su fuer - San Martin condujo los restos de su ejército á la angos­ za, y una vez derrotado, con un rio caudaloso y numerosos tura de Angulema, que se halla en el camino de Santiago, y cuerpos de milicia á su retaguardia, ya no le seria posible la que el enemigo no podia evadir sin dar una vuelta muy gran­ retirada. En esta situación critica, con la incorporación de. Allí permaneció en la situación mas dolorosa, privado del general Ordoñez, resolvió elejir dos mil desús mejores de sus bagajes, y su jente careciendo de todo. Entre tanto, soldados y tentar fortuna por medio do un ataque nocturno, dispersos los rezagados por los valles de Chile, esparcieron con el que, saliendo bien, pudiese operar la retirada sin te­ las noticias mas desalentadoras éntrelos habitantes y tan com­ mor de ser perseguido. La parte principal del ejército pa­ pleta se creia la derrota de San Martin que los partidarios de triota habia hecho alto al anochecer, á corta distancia de Tal­ España, por donde quiera que se hallasen, apenas podían de­ ca: habiendo llegado el resto de la infantería y reconocido el jar de declararse abiertamente. San Martin con el Director, terreno, álas9 se dió orden para que cada división ocupase cuya presencia se hacia necesaria en la capital, se presenta­ la posición que se^le asignaba. Estaba ya él ala derecha, en ron en ella con el objeto de inspirar confianza en la pobla­ su puesto, y la izquierda se movía también, cuando el ene­ ción y procurar los medios de reorganizar su ejército. migo se lanzó sobre ellas del modo mas furioso é inesperado; Aquel juzgó entonces muy prudente regresar úla capital, lo primero que entró en confusión fué el bagage y la artille­ donde podia aumentar su ejército con nuevos reclutas y con ría, la que se comunicó á las tropas ya en marcha; estas, mayor prontitud, llevando la intención, en caso de una se­ después de una corta resistencia, fueron deshechas y disper­ gunda derrota, de encerrarse en la ciudad, á la que el Di­ sadas en todas direcciones, apesar de los esfuerzos de sus ge- rector trataba de poner en estado de defensa con la mayor fes. El Director de Chile, que mandaba en persona, fué gra­ actividad. El ejército, bajo la mano creadora de San vemente herido en el brazo, al tratar de reunir su jente. La Martin, con una celeridad casi increíble, en pocos días y des­ derecha, no obstante, al mando inmediato del escelente ofi­ pués de una marcha de ochenta leguas, volvió á presentar cial, coronel Las lleras, se retiró en buen órden, y con ai- uu frente formidable en las llanuras de Maipo. El y el Di- — 90 — — 91 — redor hicieron circular, por todo el país, proclamas las mus rao que manifestaba su ejército, dió orden de avanzar. Con animadoras; se vio revivir la esperanza, y el ejército patriota escepcion de una pequeña elevación que el enemigo ocupaba estaba poseído de la desesperación consiguiente al último con algunas piezas de artillería, el terreno era llano y muy revés que acababa de esperimentar. La noticia de este do­ apropósito para evoluciones militares. La infantería fué loroso contraste, llegada á Buenos Aires al mismo tiempo puesta bajo la dirección del general Balcarce, el ala derecha que la délos desgraciados acontecimientos de la Banda Oriental, arrojó una negra sombra sobreestá ciudad. Todos al mando del coronel Las lleras, y la izquierda al del coro­ los americanos abrigaban en su pecho los mas tristes pro­ nel Alvarado; la artillería y caballería colocadas en uno y nósticos, mientras que los españoles que se hallaban entre otro flanco, y una fuerte reserva á retaguardia al mando del nosotros, manifestaban su alegría haslacon poquísima discre­ coronel Quintana. En este orden el ejército se movió has- ción. Nuestros temores nos inducían á creer que los negocios la, que rompió un fuego horrendo por su infanleria y por de Chile erau aun peores que loque el Gobierno había querido varias piezas de artille; ¡a colocadas sobre la pequeña emi­ comunicar; la importancia misma de la contienda en aquel nencia antes mencionada, pero sin que eso detuviese su país, basta bn para hacer dudará los de ánimo mas timorato. marcha. Un pequeño trozo de caballería enemiga cargó al Viendo Osorio que el resultado de su ataque habia sido mu­ mismo tiempo, pero fué rechazada por la de los patriotas, cho mas trascendental de lo que él esperaba, determinó lle­ que lo persiguió hasta bajo sus mismos cañón:1:-. La acción var adelante sus operaciones; pero como élíu'bia esperimen- tado una perdida considerable, retardó algo su marcha, laque se hizo entonces general y muy reñida; nuestra linea pareció no obstante fué rájHda, pues llegó ti Mtiipo loca días después vacilar al fin, pero habiéndose dado orden en aquel mo­ de la dispersión <¡el ejército patriota. E! 5 y 4 de abril hu­ mento de que avanzase la reserva, se volvió á la carga, y con bo frecuentes guerrillas, y el ¿» por la ios fuma temprano se un ímpetu "irresistible se llevaron todo por delante. La avistaron los d03ejércitos; ¡as fuerzas aspoñolas habían cru­ resistencia del enemigo era, sin embargo ton obstinada que zado ya el Maipo. Se pasó toda la noclie en maniobrar; en fué preciso arrojarlo del campo á fuerza de bayonetazos. vano cada jefe trataba de ganar alguna ventaja sobre su El regimiento de Burgos, compuesto de la mejor tropa es­ contrario, San Martin no cesaba de recorrer sus líneas á ca­ pañola y de mil dos cientos plazas, solo fue deshecho des­ ballo, proclamando á cada cuerpo individualmenteé infun­ pués de repetidas cargas, encabezadas, según se dijo, por el diéndoles sus propios sentimientos, al mismo tiempo que, general San Martin en persona. El resto de las fuerzas ene­ por todo su ejército, resonaban las canciones y marchas pa­ trióticas. migas se metieron en callejones angostos, amurallados, y Por último, viendo que no habia probabilidad de ser parapetados asi, continuaron el fuego hasta que fueron com­ atacado ese día por los españoles, y notando el gran eutusias- pletamente vencidos. Esta acción duró desde c\ medio día — 92 — — 93 —

hasta las G de la tarde, y fué disputada de una y otra parte Hubo una general y casi universal esclamacion, que fué: con un valor y firmeza dignos del gran principio que se ju­ ¡AL FIN SOMOS INDEPENDIENTES! á la vez que San Martin era gaba; no solo la independencia de Chile, sino quizá la déla victoreado como el genio de la revolución. América del Sur. (1) La historia de las guerras nos presenta pocos ejemplos de una victoria mas completa; todo el ejército español que­ dó anonadado; artillería, parque y todo cuanto le pertenecía cayó en poder de San Martin. Soló el gefe escapó acompa­ ñado de algunos hombres ("200) de caballería, luego que vio que la jornada estaba perdida. Ordoñez, su segundo, 198 oficiales y 3000 hombres de tropa rindieron las armas, que­ dando en el campo de batalla como 2000 cadáveres del ene­ migo. La pérdida de los patriotas no pasó de 1000 entre muertos y heridos. La capital, desde su estremo abatimien­ Fin del Bosquejo. to se elevó entónees al mas alto grado de alegría. Las ca­ lles, poco antes silenciosas y temibles, de repente se llena­ ron de gentes, semejante á la sangre que después de algunos momentos de completa suspensión y ansioso temor, vuelve

á fluir del corazón á las estremidades del cuerpo. La esce­ na que subsiguió solo se puede concebir por los que han pre­ senciado las sublimes efusiones del sentimiento popular, cuando cada uno recuerda que se jugaba su propia felicidad, la de su posteridad, la de sus amigos y la de su patria.

1, La noticia de esta victoria se tuvo en Buenos Aires el 16 de abril y al dia siguiente se tributaron al Dios de los ejércitos acciones de gracias en la Iglesia Catedral (hoy metropolitana), á cuya solemnidad asistió el su­ premo Director del Estado y las corporaciones. En las tres noches del 1C, 17 y 18 hubo iluminaciones en toda la ciudad.

El parte detallado, bellisimo ^documento en todo sentido, é impres0 con tinta celeste, se halla publicado en el núm. 87 de la Gaceta, de fecha 22 de abril de 1818. — 9S —*

do la bandera realista tomada en Chacabuco y el parte del general San Martin sóbrela acción. Los trofeos de la Cues­ ta de Chacabuco fueron: 600 prisioneros con 32 oficiales, 450 muertos, la referida bandera, mas de 1000 fusiles y 2 piezas deá 4, 6 espadas, 16 cajones de municiones, 2 barri­ les de pólvora, <í fardos de vestuarios, 30 cargas de equipa- ges, todos los papeles, entre estos, la correspondencia de la secretaria de Marcó con documentes notables.

Acompañaban al general San Martin en aquel glorioso ADITAMENTO dia los valientes gefes don Miguel E. Soler, O'IIiggins, Las

Ih BOSQUEJO HISTORICO. lleras, dan Hilarión de la Quintana, don Mariano Necochea, don José Melian, don Pedro Conde, Cramer, Guerrero, Sc- queiro, don Cirilo Correa, don Juan de Dios Vial, don flla- NOTAS. nuel Hidalgo, don Juan de Dios Rivera, don Juan Lavalle,

i. a Chacabuco es una cadena trasversal de los Andes, Zenteno, don Hilarión Gaspar, ('áceres, Belimelis, don Do­ que corre desde la montaña del Junchal hasta una elevación mingo O'Brien, don Pedro Regalado de la Plaza, Frutos, de la cordillera inmediata, llamada colina del Roble. Es de Picarte, don Antonio Mülan, don Aguslin López, don Manuel regular altura pero escarpa da, tiene un camino que solo es José Soler, don Mariano Escábida. Pereira, Crespo, Villa, transitable por tres ó cuatro puntos. El paso mas impor­ don Juan Apóstol Martines, don Luis Toribio Reyes, los Cal­ tante es el que lleva por nombre Cuesta de Chacabuco, que derón, los Benaventes, los Novoa, los Corbalan, los Zoloaga, se halla en el camino real de Santiago a San Felipe, y dista los Videla, don Antonio Arcos, don Félix Olazabal, don Mi­ de la primera ciudaJ, en dirección norte, unos 65 kilóme­ guel Caxaraviü.T, don José Maria Olavarria, don Isidro Sua- tros. La mayor altura dv.1 referido camino tiene 1,28(¡ rez, don José Antonio Alemparte, Samamego, Portes, Cor­ metros sobre el nivel del mar. Al pié de la cordillera y tés, Escala, (comisario del egércitoj, Beltran, Barrueta, Pa- próximo al camino se halla situada la clásica Llanura de roisien y muchos oíros.

Chacabuco, donde tuvo lugar la celebro batalla que abrió á Los pocos que quedan del egército restaurador son : Chile I^s paei tas de su independencia. Ella tuvo lugar, co­ Coronel (hoy brigadier) don José Matías D. Züpiola, mo lodos saben, el 12 de lebrero de 1817, á los cuatro Teniente coronel [hoy general] « Manuel Escalada, dias ((l 16) se supo en Mendoza y el 20 dia miércoles á las « « (hoy brigadier) « Rudecindo Alvarado, tres de la tarde entraba en Buenos Aires el sargento mayor « « (hoy general) « Enrique Cur.ipino, de caballería /hoy general don Manuel Escalada, conducien- 97 — — 9G — Alférez (coronel; « Cá ríos Formas, (1) Enrique Martínez, Sargento mayor (hoy brigadier) « • Juan de Dios Fernandez, Lucio Mansilla, « « (hoy general/ Cadete « Gregorio Murillo, Diego Guzman lbañez, « « José Feliz Correa de Saa, Román Antonio De hoza, Capitán (general) Muertos en 1865 el teniente (de coronel) don Nicolás Angel Pacheco, « [general] Maruri y H de igual graduación (de teniente coronel) don Ayudante mayor (coronel) Rufino Guido, José Antonio de Alemparte. José Maria de la Cruz, Domingo* Urrutia, 2. • El señor O'IIiggius, el hombre que ha dado dias de Teniente (general) Eugenio Necochea, gloria á Chile, su patria, al bajar del gobierno, partió para (capitán) Ramón Navarrete, (I) Valparaíso, con la determinación d? embarcarse para el Pe­ Pablo Cienfuegos, rú. Su sucesor, el generul don líumon Freiré, ordenóme- Pedro Antonio Ramírez, se residenciado él y sus ministros; en consecuencia O'lliggins (coronel) ¡Manuel Glazabal, permaneció detenido en Valparaíso cinco meses, al fin de Juan de Dios Olleros, esta como en otras gloriosas victorias. El alférez de Chacabuco, teniente- Alférez [coronel] Gerónimo Espejo, coronel Maure se entusiasmó al oir la canción nacional chilena y pro- (general) Juan Esteran Pedernera, rumpió en patrióticos vivas al presidente de aquella república y oíros; Hilarión Plaza, pero se olvidó que el general argentino San Martin mandaba en gefe en aquella ocasión, cuye recuerdo ocasionara su justo entusiasmo. No ol>s- (teniente coronel) Jcsé Antonio Mauro, (2) tante, un rico y perfecto retrato de medio cuerpo de este héroe (San Mar­ tin) adornaba la sala de la Sociedad. Z. ta El señor Navarrete obtuvo una medalla de plata, concedida por f. El coronel Formas se halló en esta gloriosa acción, en ladeCu- el gobierno de las Provincias Unidas a los que se hallaron en la gloriosa rapaligüe (abril 5 de 1817) en la de Concepción (mayo IGj, en ios dos sitios acción de Cliacabuco, otra medalla también de plata y cordón de honor, de Talcahuano y en el asalto (diciembre 6). En Cancha Rayada (1818), concedidos por el de Chile,afosqúese hallaron en la de Maipo, y declarado Maipo, etc. obluvo las medallas acordada:* á todos los que se hallaron en " heroico defensor de la nación." Se halló en la libertad del Perú; hizo aquellas acciones. Fué diputado en la asamblea provincial de Santiago, la campaña de la Sierra, á las órdenes del general Arenales. Por la jor­ elector para sen dores de la misma, senador por la provincia de Colcha- nada de Cerro de Pasco se le acordó, coiro ¡i todos los que se hallaron en gua, presidente de la administración de la Caja de Crédito Público, dipu­ ella, una medalla de plata, y una de oro, como libertador del Perú. Hoy a tado por Copiapó. Concepción, Colchagua y Chillan, elector de senadores los G8 años de edad, Navarrete es todavia capitán. *« por el departamento de la Victoria y para presidente de la república 2. FJ teniente coronel Maure, uno de los héroes aun vivientes y el (1861). Actualmente es edecán honorario del gobierno de Chile. Hemos único de los Andes, qua combatieron en Chacabuco, fué, el 12 de febrero visto un honroso informe del general Las lleras, otro del teniente coronel de 1867, felicitado por la Sociedad de Artesanos de aquella ciudad. La don Ferrando Rosas, otro del coronel (',on Mateo Corbalan, etc. Estos úl­ comitiva que tal acto de justicia ejerciera, llevaba las banderas chilena, timos de 18'Jl y el p.imero de 1861. Z. peruana y boliviana, pero no la argentina, que tan conspicua parte tuvo en — 98 — — 99 — los cuales (julio de 1825), recibió su pasaporte, con el que se senté, y ningún gobierno mas interesado que el mió para dirijió al Perú, paisque él habia elejido para su destierro y solemnizar grandemente la augusta ceremonia de la estrac- que el cielo le destinaba también para su sepulcro. cion y entrega de los venerandos restos del ilustre O'Hig­ Chile no hizo todavía con O'Higgins, lo que con los Car- gins. rrera. Después de treinta años de ingratitud y de olvidóse Aunque es deber de todo gobierno hacer el di bido ce­ trató, en 18G6, de dar cumplimiento á la ley que ordenó la remonial en casos do esta naturaleza, mucho mayor es el traslación á Chile de los restos del general O'Higgins. Cree­ mió, desde que soy el mas decidido amigo de su país, y mos que la corbeta Esmeralda, debia salir para el Callao, estoy y estaré siempre dispuesto á darle esta y cuantas prue­ conduciendo á su bordo á la comisión encargada de exhu­ bas de amistad se me presenten. mar aquellos restos y acompañarlos hasta Chile, y compues­ Le saluda con el íntimo afecto que profeso á usted su ta del presidente del Senado don Rafael Larrain Moxó, el muy amigo y seguro servidor

Vice-Presiden te de la Cámara de Diputados, don Domingo Mariano I. Prado. Santa María, un general del ejército chileno, un represen- El señor Vicuña Mackenna, conocido escritor chileno, tanto del poder ejecutivo y los edecanes y secretarios, lil en su publicación "Diez años de misión á los Estados Uni­ dia de la recepción de las cenizas en Santiago, debia ser el dos de Norte América", dice Jo siguiente: Et Pago do 2 de octubre, conmemorativo del famoso combate dePauca- Chile durante la República, ha sido otra cosa, y para gua, uno de los hechos mas gloriosos de O'Higgins. ilustrar mejor la trasposición de épocas y significados, pue­ Paralizada aquella traslación durante el gobierno del den citarse algunos casos. Por ejemplo: los tres Catreras general Pezet, el señor Vicuña Mackenna, escribió al gene­ fusilados en Mendoza; Manuel Rodríguez, asesinado^en Tiltil; ral Prado, manifestándole la oportunidad de realizarla y don Juan Martínez de Rosas, muerto de melancolía en Men­ cumplir la ley nacional. El ex-Dictador del Perú, dio la doza; Camilo Henriques, muerto de miseria y desengaños en contestación siguiente: Santiago; Portales, asesinado en el Barón; O'Higgins, en­ Señor don Benjamín Vicuña Makenna: cerrado en una bóveda de lodo en Lima y su sepulcro do

Callao, setiembre U de 1806. mármol (regalo de su hijo,) vacio en Santiago;San Martin, viviendo de las migajas del banquero Aguado, un español;

Mi querido amigo: Freiré [1] desterrado á la Oceania; Zenteno, Gandhriltas y Kcnjifo, muertos todos en la última pobreza y acusados de Después de escrita mi anterior de esta fecha, he reci­ ladrones " jAh! Basta. bido su apreeiable del 24 del pasado, en momentos de zar­ par el vapor, lia hecho vd. muy bien en asegurar al señor 1. Nació en 1783 y murió el 9 de diciembre de 1851. Sobreesté Covarrubias, que ninguna época mas oportuna que la pie- personaje, v¿ase el folleto publicado en Santiago de Chile en 1852 titula­ do, El cencral Freiré, por Diego Hart os Arana. — 100 —

- 101 — 3°. El general San Martin, después de un raes de la ocupación de Santiago, el 14 de marzo, se puso en marcha titud- para Buenos Aires, no sin dirigir antes al ejército una pro­ 4. 53 El desierto de Atacama es una región árida y de­ clama de despedida en que les decía estas notables palabras: solada, llamada con alguna propiedad La Sahara de Amé­ «Vuestro bien y el de la América me obligan á separarme de rica. Está situado entre la Cordillera de los Andes y el Pa­ vosotros por muy pocos dias.» Durante los pocos diasque cifico y se. estiende desde 21° 30' hasta 25° 50' lat. La li­ pormanecióen Buenos Aires, los aprovechó allanando con el nea que divide á Chile deBolivia pasa por el Desierto de Ata- Director Pueyrredon todas las dificultades que se le presen­ cama á los 24° de lat. S., en conformidad al tratado conclui­ taban sobre varios puntos del servicio público. Comisionó do enlre ambos países el 10 de agosto de 180G. Antes de al capitán de artillería é ingenieros don José Antonio Alva- esta fecha, la cuestión de límites había dado origen á serias rez Con da reo se embarcase inmediatamente pasando á In­ disputas entre las dos Repúblicas; Chile reclamaba hasta el glaterra con el objeto de comprar buques y contratar oficia­ 25. ° La superficie es quebrada y destituida de vegetación, les de marina por cuentu del gobierno de Chile. salvo en algunos parajes cerca de la base de los Andes y en la En virtud de los amplios poderes que este le babia con­ inmediata proximidad de los estensos depósitos salinos, en ferido, el 17 de abril San Martin confió á don Manuel Her­ donde se encuentra una especie de junco duro. menegildo Aguirre, una comisión semejante á la de Alvarez El temperamento de Atacama es muy caloroso de día, y Condarco, á los Estados Unidos, entregándole 200,000 í> por de noche suele bajar hasta 0 centígrado. A causa de la eleva­ cuenta del misino gobierno y letras por 500,000 á cuenta del ción del terreno, el aire se pone rarificado y seco, y rara tesoro Argentino que el Director Pueyrredon le babia dado. vez se ven las nubes sino próximo á la costa. La lluvia no Con ese flinero Aguirre debia traer cuatro buques de guerra, se conoce, y por todo el largo y ancho del Desierto solo se artillados, tripulados y dirijidos basta Chile. encuentran unos cuantos depósitos de agua de mala eolidad. Todas las conferencias de San Martin-con Pueyrredon Valdivia atravesó á Atacama en 1540 con la división con que fueron secretas con escepcion délos primeros mandatarios comenzó la conquista y civilización de Chile. Valparaíso de Buenos Aires y Chile y el general San Martín. Esta re­ and West Coast Mail. serva fué interpretada de un modo nada favorable á la hidal­ 5. a Cancba-Bayada es una llanura contigua al costa­ guía de los que estaban iniciados en ella y á la dignidad de los do norte de la ciudad de Talca y que se estien je desde la ala altos caraos que investían. Los que asi pensaban no eran meda de dicha ciudad bácia Lircai. Antiguamente servia de otros que los encarnizados enemigos de esas tres entidades- hipódromo, de donde deriva su nombre, pero ahora está San Marliu, O'IIiggins y Pueyrredon—que realizaron lo que cubierta por una parte de la ciudad de Talca. Es célebre por los pueblos querían—la independencia de América,—y por dos episodios que ocurrieron en ella durante la guerra de la recompensa tuvieron lo que á todos les espera—la ingra- independencia; ambos desastrosos para los patriotas. El 4 de mayo de 1814, el comandante español, Elorreaga, que — 102 — . — 103 —

obedecia al brigadier, español también, Gabino Gainza, tomó­ las numerosas y bien disciplinadas tropas sobre que reposaba la ciudad de Talca, apesar de la heroica resistencia de las la esperanza de la nación, quedó quebrado y según parecía, fuerzas patiiotas. El gobierno de Santiago, luego que se completamente disperso. La noticia del desastre llegó á apercibió de la importancia de esa pérdida, envió una fuer­ Santiago el 21, á lo que siguió un terror pánico. Los espa­ za para recuperar la ciudad, peroesperimentó una completa ñoles iban á ejercer su venganza sobre la ciudad y sus mora­ derrota en la llanura de Cancha-Rayada. A mediados de dores. Solo en la fuga estaba la salvación, por consiguien­ enero de 1818, Osorio, que acababa de ser nombrado gene­ te se hicieron los necesarios preparativos con la mayor acti­ ral de las fuerzas realistas en Chile por el virey del Perú, vidad para cruzar los Andes con dirección á Mendoza. Pe­ desembarcó en Talcahuano "con un ejército que se componía ro la estrella de la libertad, aunque nublada, no habia desa­ de 3,407 soldados de linea. Al recibir la noticia de esta parecido del todo. D. Manuel Rodríguez, el tribuno del nueva invasión se convino entre San Martin, que acababa de pueblo apareció en la escena, y á sus patrióticas palabras: formar un ejército en las inmediaciones de Valparaíso, y Aun leñemos patria, se formó un rejimiento, reemplazando O'Higgius, que sitiaba á Talcahuano, en que este levantaría asi el heroísmo al terror. Osorio continuaba avanzando el sitio y se uniese inmediatamente al de aquel, con el fin de sobre Santiago. El ejército patriota, aunque disperso, no atacar á los realistas. Se efectuó la incorporación en San estaba aniquilado. El 26 de marzo este contaba ya 4000 remando, á principios de marzo (1818), presentándolos hombres armados y listos para volver á entrar en la lid. dos ejércitos 6000 hombres. Entre tanto, Osorio avanzaba (Valparaíso and West Coast Mail.) sobre Talca á la cabeza de 5000 hombres. El 19 de marzo, 6.a Esodió ocasión á los generales O'Higgins y San los ejércitos enemigos se avistaron serca de Talca. La vic­ Martin áque diesen las proclamas siguientes: toria lisongeaba á los pat riotas. porque poseían dos inmensas «Chilenos:—Una porción de soldados de la Patria per­ ventajas—la unión y superioridad numéricas mientras que suadidos en la batalla de Talca, con la confusión de la nochi?, en el campo realista se había enseñoreado la discordia, lo que que todos los cuerpos habían sufrido una derrota, ha tran­ no era un pronóstico para obtener el triunfo. Y sin embargo sitado los pueblos y campos esparciendo ideas melancólicas, lo obtuvieron. En pocas horas el brillante ejército de San que también han exagerado unos tantos cobardes, que nun­ Martin se dispersó y se puso en fuga para Santiago. Los patrio­ ca faltan. Pero ya el desengaño habrá reanimado á los unos tas estaban acampados sobre la fatal llanura de Cancha-Raya­ y confundido la vileza de los otros. Cerca de4000 vetera­ da, cuando á eso de las 8 de la noche del 19 de marzo de 1818, nos existen todavía en campaña, y se han burlado del ene­ mientras estaban para cambiar sus lineas, los realistas en si­ migo, que por mil circunstancias favorables ha sufrido una lencio y de repente cayeron sobre ellos. Todo fué desor­ pérdida, que no le permite avanzar un paso. den. Los patriotas se haciau fuego; á la confusión siguió el El orden, la subordinación y la confianza serán la base t error y la causa de chile parecía perdida. El ejército de fundamental de nuestras operaciones interiores. Con estas — 104 — — 105 — virtudes toda dificultad será vencida, y la Patria salva. Ciu­ distancia. Con este difraz, San Martin pudo aproximarse dadanos, firmeza, fé. ¿Vosotros os espantáis de fantasmas? basta ouatro cuadras de distancia de la línea enemiga y conocer Alas armas, bravos soldados, y ahoguemos «se puñado de perfectamente el movimiento que hacia para acercarse al ca­ vándalos que viene á profanar nuestro suelo. mino de Valparaíso. No se ocultó á su ojo penetrante el O'Higgins. propósito que podía abrigar Osorio al tomar aquellas posi­ «Ya estaréis persuadidos, que el contraste del ejército ciones, y lleno de contento y resolución, manifestó á sus de la Patria en la nocas del 19 es una sombra del horrible compañeros la confianza que abrigaba en la suerte de la jor­ aparato con que algunos cobardes consternaron los Pueblos. nada. «El sol que asoma en la cumbre de los Andes, les di­ Es verdad, que por un accidente imposible de prevenir, el jo, va á ser testigo del triunfo de nuestras armas. Osorio resultado no fué afortunado; pero la dispersión de las tro­ es mucho mas torpe de lo que yo pensaba,» pas, principal desgracia de aquella jornada, está en gran Historia general de la Independencia de Chile, por Diego parte remediada. Cerca de 4000 hombres se replegauála Barros Arana, Tom. IV pag, 353.) margen derecha delMaipú, y otros cuerpos de linea y mili­ El sábado 21 de novembre de 1818 se celebraron en cias se preparan para incorporárseles. La capital de San­ laiglesia catedral de Santiago de Chile las exequias de los tiago será fortificada para hacer la última resistencia, pero patriotas que perecieron en el llano de Maipo. El Director el ejército de mi mando dará otra batalla antes de volver á O'Higgins, el capitán general San Martin, el Brigadier Gene­ sus líneas. Yo os veo interesados en vuestra suerte, y no ral don Antonio G. Balcarce, el Diputado de las Provincias hay peligro para la Patria, si os consagráis de buena fé á de­ Unidas general Guido, los secretarios de Estado, etc., asistie­ fenderla. Corramos á las armas, que yo os aseguro de la re­ ron á aquella augusta ceremonia» solución de mis soldados. Escarmentemos á los tiranos, y En el frontis del mausoleo se habia puesto la inscrip­ la vida sea sacrificada, si fuere necesario, por la libertad de ción siguiente: la Patria. Volad genios que presidís á la opinión, José de San Martin. Anunciad al universo,

7. a Al amanecer del dia 5, el general San Martin, Que aquí yacen acompañado de su ayudante O'Brien y del oficial de ingenie­ Los que hicieron ros Baclcr D' Alve, recorrió las inmediaciones de su cam­ Cuanto pide el honor, pamento para imponerse por si mismo de los movimientos Cuanto merece la gloria. del enemigo. Tanto él como sus compañeros habian tenido El canónigo Dr. don Julián Navarro pronunció la ora­ la precaución de cubrirse con sombreros y ponchos de cam- ción fúnebre. pecinos para no despertar los recelos de las guerrillas realis­ Con motivo de las exequias, se compuso á los héroes de tas, y llevaban anteojos para descubrir sus posiciones á la Maipú el epitafio siguiente: — 406 —

«No es aquí donde yacen las cenizas de los héroes chi­ IV. lenos y argentinos: Aquí viven gloriosas, veneradas, pro­ Buenos Aires.—Los oficiales de la Secretaria del So­ duciendo el honor y el heroísmo. Nunca mueren los hé­ berano congreso á la patria en la victoria de Maipo. Oda; roes, siempre viven; sus hechos duran mientras haya si­ V. glos». Damos á continuación las publicaciones que, con moti­ A los triunfantes generales de los ejércitos de Chile y de vo de la gloriosa batalla de Maipo, circularon en aquella los Andes, don José de San Martin y don Antonio González época. Balcarce, por Un Amigo. Canto.

I. VI. El Estado mayor general de los ejércitos de las Provin­ A la importantísima victoria conseguida en Maipo pol­ cias Unidas del Rio de la Plata al triunfo de tas armas ame­ las huestes de la patria al mando del general don José de San ricanas en las llanuras de Maipú, el 5 de abril de 1818. Martin. Contiene la siguiente:— VIL «Nota.—don Tomas Guido, oficial mayor de la secreta­ Rasgo épico descriptivo de la victoria de Maipú, alcan­ ria de Estado, en el departamento de guerra y marina y di­ zada por las armas de la patria al mando del general don putado de esta capital ante el Director supremo de Chile, se José de San Martin sobre el ejército del Rey de España en el ha hecho acreedor al reconocimiento público por su activi­ Estado de Chile, el dia 5 de abril de 1818. Por M. de B., dad, su conducta diplomática y su vasto genio. Ha sido re­ ciudadano de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, quien comendado por el exmo. señor capitán general de los Andes lo dedica el exmo. señor don Bernardo O'Higgins, director en oficio de 11 de abril de 1818.» supremo del Estado de Chile. II. VIII. Buenos Aires—Los oficiales de la Secretaria de Estado La jornada de Maipú por el presbítero doctor don José en el departamento de guerra y marina á los valientes de­ Agustín Molina, residente en la ciudad de San Miguel delTu- fensores de la libertad en las llanuras del Maipo el 5 de abril cuman, á espensas de un amigo del país. de 1818. Oda.

111. IX.

Al exmo. señor supremo director délas Provincias uni­ Sermón predicado en la Santa Iglesia de Córdoba del das de Sud América, los oficiales de la Secretraria lie estado Tucuman en la solemnísima acción de gracias por la victoria, en el departamento de guerra y marina por el triunfo de que consiguieron las armas déla patria, en el Estado de Maipo. Chile, el 5 de abril de 1818, del general Osorio y ejército — ipo —

XVI. realista, por el P. Fr. Pantaleon Garrid, del orden de San La Municipalidad de Buenos Aires al exmo. señor don Francisco. X. José de San Martin, general en gefe del ejército unido en Chi­ le y triunfante en Maipo.—Canción encomiástica. Oda en loor del Americano reconquistador del Reino de Existe otro impreso igual de menor formato, con la úni­ Chile don José de San Martin, trabajada por el cirujano de ca diferencia de tener el encabeza miento siguiente: La Mu­ marina don Miguel Rabelo. nicipalidad de Buenos Aires al general don José de Sao XI. Martin.» Cincuenta años (I868J hace que el ejército español al Nuevo parte del capitán general de los Andes al gobierno mando d. l generai don Mariano Osorio fué vencido en la Lla­ sobre la batalla de Maipo, 8 de abril. nura de Maipo, bajo las órdenes del capitán general don José XII de San Martin con sus valientes compañeros, que él y la ma­

Chile defendido. OQcio del exmo. señor capitán gene­ yor parte de ellos descansan ya en el sepulcro, tales como. ral de los Andes al supremo gobierno.—A la memoria in­ Antonio Balea ice, Gregorio Las lleras, B. O'IIiggins, If. de la Quintana, M. Freiré, Alcázar, Borgoño, P. Conde, mortal de los vencedores de Maipo, Abril 9: Melian, Juan de D. Rivera, A. López, Bueras, T. Vicuña, xn. Prado, Jara Quemada, José B. Cáceres, C. Correa, N. Rama-

Cielito patriótico que compaso Un Gaucho para cantar J!o, Sequeira. R. Guerrero, J. Lavalle, M. Rodríguez, Bruix,

la acción de Maipú. Brandsen, S, Lindsay, Blaye, L, R. de Arellano, E¡. Gola, J. Graves, P. Noailles, S. Diaz, Cajaravilla, 1». Ramallo, Escri­ XIII. bano, Montes Larrea, J. M. Aguirre, G. Miller, M. Bulnes. S. Jornada de Maipo. Abril 17. Puga, Frutos, Mariano Escalada, O'Bríen, J. A. y L. S. Cruz,

XIV. J. A. Alemparle, Jirón, M. y C. Benavente, M. Quintana, J. Gana, M. y J. Calderón, J, S. Mardones, M. Navarrete» M. Las madres capuchinas de Buenos Aires al exmo. señor Pinto, P, R. Plaza, M. Porto de Meri no, D. Torres, Cuenca, don José de San Martin, general en gefe del ejército de Chi­ Villa, E. y V. Corvalan, P. Amagada, Maruri, J. M. y A. le y triunfante en las llanuras del Maipú. Canción enco­ Sotomayor, J, M. Bivera, Zoloaga, Videlas, T. Guido, J. miástica gratulatoria. (Ms. Carranza.) Thompson Gren, 31. G. Quiroga, L. Pereira, G. Millan, J. M. XV. Soler, J. I. Zenteno, Paz del Castillo, M. Serrano, F. Olaza -

Buenos Aires.—La secretaria de Estado en el departa­ bal, E. Suarez, I. Suarez, J. M. Olavarria, F. Crespo, Ca- mento de gobierno al vencedor de Maipo. Canto. — 410 — — III —

Tenientes « Ramón Navarrete, Chile. zon, Létan, Baquedano, M. Riquelmc, V. Solar, E. Hidalgo, « « Manuel Valdez, id. L. Ríos, J. A. Casanova, R. Cuadra, J. R. Gormaz, A. Al- « • Domingo Correa de Saa, id. raanza, A. Arguelles, A. Vega, F. Rosas, Arrióla, J. J. Tor­ « « Juan de Dios Fernandez Gana; id. res, Laprida, F. J. Molina, M. Saavedra, Paroissien, Sagra, « t Pablo Cienfuegos, id. R. Márquez Allende, F. Diaz, F. Eliznlde, J. Huerta, Marzal, « « Ventura Ruiz, id. R. Sepúlveda, A. Merino, Dable, F. Formas, F, Márquez de la Plata, J. A. Buslamante, Lobairy, M. Jordán, Renard, SI. « c José María Guerrero, Perú. « « José Antonio Barrenechea, id. Larenas.JJ. Amunátegui, Millas, P. López, L. Salvadores, I. « Manuel Pueyrrodon, Rep. Arg, Arteaga, A. D. Rios, M. Rencoret, Maruti, J. M. Palacios y otros muchos. « « Juan de Dios Olleros, id. « Juan Estevan Pedernera, id. He aquí los nombres de los sobrevivientes, con distin­ « « Francisco H«nriquez, Chile. ción de los rangos que tenían en ese día (abril 5 de 1818J. puntos donde residen actualmente, y los muertos del año Alféreces « Juan de D. Correa de Saa, id. anterior á esta fecha (1808). « Juan de D. Fernandez, id, Coronel don José Matías Deogracias Zapiola, Buenos Aires. c « Carlos Formas, id. Tenientes Coroneles don Manuel Escalada, id. <( i José M¡iría Puga, id. « « Francisco Casanueva, id. i « Enrique Martínez, id. c Francisco Porras, id. « « « Rudecindo Alvarado, Rep. Arg. « Manuel Zafiartu, id. • « « Manuel Blanco Encalada, Chile. c José Antonio Segundo Sánchez, id. Sargentos mayores, « Diego Guzman Ibañez, id. ce Manuel Luque, id. *.••«'« Benjamín Viel, id. « José Antonio Muure, id. « « « Angel Pacheco, Buenos Aires. c Gerónimo Espejo, Buenos Aires. Capitanes « José María de la Cruz, Chile. « Hilarión Plaza, Rep. Arg. « « Román Antonio Dehesa, id. « Feliz Correa de Saú. id. « Eugenio Necochea, id. «< « José Honorato, Bolivia. « Francisco del Rio, id. « Ventura Laguna, Perú. « Manuel Alvear. id. Cadetes « Gregorio Murillo, Chile. « « Rufino Guido, Buenos Aires. « •< Manuel García, id. Ayudan tes mayores « Manuel Olazabal, id. « « José Inojosa, id. « « « Domingo Urrutia, Chile. « « Manuel Blanco Pareja, id. Tenientes » Pedro Godov, id. — 115 — Muertes del año anterior á la fecha. Hablando de la Oración fúnebre de Carlos 111, don Ma­ Tenientes * Pedro Antonio Ramirez, do sar­ gento mayor. nuel de Lavarden dice: «La oración fúnebre de Carlos III « « Antonio Vidal, de paisano. llenó todas las ideas de mi gusto, cualquiera quesea. Yo El gobierno chileno acostumbra solemnizar el aníver- no tengo voto para graduar su mérito; pero tengo derecho rio de la batalla de Maipo lodos los años. Damos á conti­ para manisfestar mi agrado y nun para dar razón de él. JNO nuación la orden general del dia 5 de abr il de 1868. faltó aquí quien quisiera parangonarla con la oración del •( Para solemnizar el aniversario de la gloriosa batalla señor San Alberto: yo sostuve que habiendo elegido S. S. I. de Maipo el 5 del presente, se hará en la fortaleza de Hi­ una proposición imposible, no podría conseguir el fin de un dalgo, de orden suprema, tres salvas mayores de artillen;], orador que es el de persuadir lo que propone. Por el con­ la primera al salir el sol, la segunda á las doce y la tercera trario, el orador de Córdoba probó todo la que propuso, y al ponerse el sol. A las doce del dia se encontrarán en la esto de un modo tan maravilloso como que su proposición plaza de la Independencia las de música del ejército, guardia pareció á primera vista de muy difícil prueba, por estar el nacional y municipal á las órdenes del subteniente ayudante auditorio prevenido contra la felicidad guerrera de Car­ de esta comandancia general, don Diego Aurelio Argomedo, los Bl. Todos objetaban la pérdida de la Habana en su in­ para tocar alli todas el himno nacional, retirándole á sus terior, poro; cuál fué su «admiración al ver refutada y des­ cuerteles ejecutando marchas marciales. vanecida esta objeción! Nadie pudo resistirse á esta de­ •< El mismo dia la banda de música del rejimiento de mostración del gran genio que había ordenado tan admira­ artillería tocará en la Alameda de las Delicias, desde las seis ble pieza. de la tarde hasta las ocho de la noche, frente á la estatua del «Desde entonces yo he cuidado de roceger todo lo que me jenernldon J. Miguel Carrera, la de cazadores á caballo to­ parece de la misma mano ••••»> (I) cará durante et mismo tiempo en el tabladillo de fierro, y la del batallón Buin i;-© de linea frente á la estatua del jeneral Por último, el capitulo de carta, que damos á continua­ San Martin. ción, escrita por el Dean Funes con fecha lo de agosto de

« Las bandas de música de los batallones cívicos núms. 1802, tomada del tomo 12 de la colección de mss. del doc­ 1 y 2 s > situarán, la primera en la parte sur del jardín de tor Seguróla, existente en la Biblioteca Pública de Bueno* la plaza y lo segunda al norte, tocando alli alternativamente desde las seis hasta las ocho de la noche, hora en que todos 1. Gutiérrez. Esludios biográficos y críticos sobre algunos poetas se retirarán á sus cuarteles » —Santiago de Chile. sud-americanos anteriores al siglo XIX, pag. 118. Nos permitimos lla­ Damos fin á la Monobibliografia del Dean Funes con las mar la atención sobre la "Correspondencia epistolar entre don Manuel de Lavardcn en Buenos Aires y el de don (¡regorioFunes en Córdoba, copia­ breves observaciones que van á continuación : da de los autógrafos por Juan María Gutiérrez." — 114 — — 115 —

Aires, hará conocer el plan literario del autor que nos sostenidas de todo el respeto que inspiradla Magestad. Lo ocupa. (1) que si me desalienta es no tener unos orijinnles sobre que «Los planes literarios de que bable á usted en rai ante­ pueda reposar toda mi confianza. Cierto amigo del Perú cedente se reducen o tres ensayos sobre diversas materias. me regaló una colección de papeles de mucho mérito, pero EJ primero es una descripción general de todo este vasto algunos de ellos me parecen sos, echosos, examinados a la obispado de Córdoba, en que deben recorrerse co i espíritu luz de una severa critica. Mil veces lie suspirado por dar lüosófico, la ciencia eonómica y las demás facultades que pue­ unas ojeadas á los autos y espedientes que deben parar en dan contribuir asi á la utilidad como al embellecimiento de esa. Este debe ser trabajo personal mió. La última de este cuadro. Conociendo mi insuficiencia jamás he em­ mis tareas es la butoria de los obispos que ha tenido esta prendido obra ó designio: siempre he dado principio por al­ iglesia del Tucuman. Voy rceojiendo materiales, y acaso guna casualidad: para esta antecedió que habiendo trabaja­ alguna vez la veremos concluida.» do á nombre de este obispo» y por su orden, un informe al El prospecto del Ensayo, para escitar á una suscripción ; Rey, tocante á lo material y formal de este obispado, espuse para imprimirlo, apareció.ea la Gaceta Ministerial número en cuarenta pliegos cuanto rae pareció conducente al asunto. 124, del o de octubre de 1814 y el verdadero prospecto fir­ La naturaleza de este escrito no permitía dlslraaerse á otras mado por el autor se rejistra en la Gaceta número 14, del 29 materias que quedaron en silencio- De aquí provino que de julio de 1815.

teniendo avanzado mucho trabajo, me resolví al fin á formar El tomo Io. se puso á disposición de los suscriptores la descripción general de que he hablado. La continúo con el II de noviembre de 4X1G. lentitud y mucho afán, así porque las ocupaciones de mis En el número XXVII de la Monobibliogrofia del Dean empleos son harto diarias y pesadas, como porque es nece­ Funes, se ha deslizado un error notable, que no habiéndose sario recoger conocimientos y noticias de muy largas distan­ podido correjir á tiempo, lo hacemos en este lugar. El cias. —LI otro ensayo tiene por título: (Historia de la última lector debe haberse apercibido de é!; tanto .ñas cuanto que conjuración del Perú, suscitado, por José Gabriel Tupac-Ama- mas adelante se hace referencia á un Ensayo, que no aparece

1 ú y los Cataris.» Para emprender este trabajo no me lia * mencionado.

refreído toda la delicadeza con que es preciso caminar por un El verdadero titulo de dicho numero es, pues, como si­ campo tan erizado de abrojos. El deseo de la corte ¡tara gue:— mejorar nuestro gobierno permite oir verdades que en otro «Prólogo y 19 notas eruditas originalesal Ensayo sobre tiempo hubieran sido delito el proferirlas: y mas si estas son tas garandas individuales que reclama el estado actual de la 1, El doctor don Juan María Gutiérrez tuvo la bondad de permitirnos sociedad.» etc. sacar copia de esc capitulo de carta, sacado por él á su vez del autógrafo Al concluir, debemos manifestar que, en la coordina que existe, según creemos, en poder del doctor Olaguer Feliú. cion del monógrafo del Dean Eunes, habíamos om1'' __ H4 —

Aires, hará conocer el plan literario del autor que nos sostenidas de todo el respeto que inspira,la Jlagestad. Lo ocupa. (1) que si me desalienta es no tener unos orijinalcs sobre que «Los planes literarios de que bable á usted en mi ante­ pueda reposar toda mi confianza. Cierto amigo del Perú cedente se reducen a tres ensayos sobre diversas materias. me regaló una colección de papeles de mucho mérito, pero El primero es una descripción general de todo este vasto algunos de ellos me parecen sos, ecliosos, (examinados á la obispado de Córdoba, en que deben recorrerse co i espirita luz de una severa critica. Mil vecí>s he suspirado por dar liiosófico, la ciencia conómica y las demás facultades que pue­ unas ojeadas a los autos y espedientes que deben parar en dan contribuir asi á la utilidad como al embellecimiento de esa. Este debe ser trabajo personal mió. La última de este cuadro. Conociendo mi ¡insuficiencia jamás lie em­ mis tareas es la historia de los obispos que ha tenido osla prendido obra ó designio: siempre be dado principio por al­ iglesia del Tucuman. Voy reeojieudo materiales, y acaso guna casualidad: para esta onlecedió que habiendo trabaja­ alguna vez la veremos concluida.» do ú nombre do este obispo, y | Para emprender este trabajo no me ha * mencionado. retraído toda la delicadeza con que es preciso caminar por un El verdadero titulo de dicho número es, pues, cernió si­ « ampo tan erizado de abrojos. El deseo de la corte para gue :^- mejorar nuestro gobierno permite oír verdades que en otro «Prólogo y 19 notas eruditas originales al Ensayo sobre tiempo hubieran sido delito el proferirlas; y mas si estas son las garandas individuales que reclama el estado actual de la

1, El doctor don Juan María Gutiérrez luvo la bondad de permitirnos sociedad.» etc. sacar copia de esc capitulo de carta, sacado por el á su vez del autógrafo Al concluir, debemos manifestar que, en la coordina­ que existe, según creemos, en poder del doctor Olaguer Feliú. ción del monógrafo del Dean Eunes, habíamos omitido la — 1IG — — 117 — / cooperación qne encella ha tenido nuestro amigo el doctor SUMARIO Carranza, poniendo a nuestra disposición la mayor parte de los materiales deque aquel se compone; y declaramos una De los documentos que se van á ver d continuación. vez por todas que liemos encontrado en dicho amigo una I. Proclama circular del general Artigas, dada en Purificación a 11 de constante dilijencia en proporcionarnos y comunicarnos, octubre de 1817—II. Comunicación del gefe de los Oriéntalos, al sin procrastinacion, muchos de los datos y noticias que le he­ Supremo Director de Buenos Aires, sobre la ncjtraüdad con los mos pedido ó que él ha juzgado de alguna utilidad para la portugueses y negativa de la Union, datada en Purificación á 13 de consecución de nuestro deseo. noviembre de 1817—III. Proel a roa ó alocución del seudónimo "Los Orientales a los Bonaerenses", datada en Paranaguazú a 1. ° de diciembre de 1S17. Creemos que si no es de Artigas, es inspiración suya—IV. Anónimo que da curiosos é interesantes datos sobre los sucesos de la época, con alusión á los precedentes documentos— V. Contestación de los habitantes de la Banda Oriental, con fecha 29 enero de 1813, á la proclama del general Lccor de 29 de diciem­ DOCUMENTOS bre de 1817.

Referentes al ge fe de los Orientales, general don José Artigas, I. y otros de ta época, á que ha:c referencia el autor del

DOSQCfJO. El gefe Supremo Oriental d los Pueblos.

No hemos juzgado conveniente intercalar los impor­ Por una vulgaridad inesperado, he trascendido se de­ tantes documentos que van ú leerse á continuación, por no nigra mi conducta por la desunión con Buenos Aires. interrumpir la relación del señor Funes en su Bosquejo, cu­ Los Pueblos han sancionado por justos los motivos, ya traducción acaba de verse. que motivaron esta lid empeñosa, y que nunca mejor que ahora subsisten, sugun ol manifiesto impreso en Norte Amé­ Tampoco fué posible ponerlas en formo de nota, á rica, por los señores Moreno, Agrelo y Paso—y que he man­ causa de su demasiada estension. Y como dios se refieren darlo circular á los Pueblos para su debido conocimiento. á una época tratada por el Dean, creemos que, no habiendo Recordad la historia de nuestras desgracias, Ja sangre podido consignarse en el cuerpo do su obra, no estarán fue­ derramada, los sacrificios de siete años, de penalidad y mi­ ra de lugar aquí, tanto mas cuanto que hay contrariedad seria, y todo convencerá mi empeño por no violar lo sagra­ entre lo que relata Funes y lo que se dico en ellos. Convie­ do de aquella voluntad, ni someterla á la menor degrada­ ne, pues, a la historia imparcial se lea lo de una y otra ción, que mancillase para siempre la gloria del Pueblo urle. Oriental y sus mas sagrados derechos. — 118 — — 119 —

He adelantado mis pasos con aquel gobierno, ansioso afanes, de peligros, de contrastes y miserias debieron hnbev de sellarla sin estrépito, y en cada uno he hallado un nuevo bastado á justificar mi decisión y rectificar el juicio de ese impedimento a realizarla. gobierno—El ha reconocido en varias épocas la dignidad del Si esta idea, no está bien grabada en el corazón de los pueblo oriental—El debe reeonocer mi delicadeza por la Pueblos, ruégoles quieran aceptar estos mis votos. inalienabilidad de sus derechos sagrados. Y V, E. se atrevo Los pueblos son libros á decidir de su suerte —y mi á profanarlos? ¿V. E. empeñado en provocar mi modera­ deseo todo, decidido á respetar su suprema resolución. ción? ¡Tiemble V. E. solo al considerarlo. Si la autoridad con que me habéis condecorado, es un Por especiosos que sean los motivos á garantir estu obstáculo á este remedio, está en vuestras manos depositar conducta, ella es incompatible con los intereses generales — en otro, lo sagrado de la pública confianza que ajuste Promovida la agresión de los portugueses V. E. es criminoso vuestras ideas á los deberes que os impone la Patria, y el en repetir los insultos con que los enemigos creen asegura­ voto de vuestros conciudadanos. da su empresa.—En vano ser;'i, que V. E. quiera ostentar Yo me doy por satisfecho, con haberlos llenado hasta la generosidad de sus sentimientos—Ella es desmentida por el presente con honor, y contribuir por mi parte á concur­ el orden mismo de los sucesos, y estos convencen que V. E. rir á sellar la felicidad del Pais. és mas escrupuloso en complicar los momentos, que en Espero, hará usted inteligible esta mi decesion á todo promover aquella santa energía, que reánima á los libros el Pueblo del Estado de la Provincia Oriental, y me responda contra el poder de los tiranos. abiertamente de su resultado, para adoptar las medidas De otra suerte ¿como podia V, E. haber publicado en el convenientes. último diciembre (i) el pretendido reconocimiento déla Tengo el honor de saludar á usted con todo mi ros" Banda Oriental? Crimen tan horrendo pudieron solamente peto. cometerlo manos impuras —¿Y V. E. se atreve á firmarlo: Purificación, 11 de octubre de 1817. Pero es perdonable. Era conforme á los misteriosos planes José Artigas. de T. E. derribar al mejor coloso,[contra la iniquidad de sus miras—Los pueblos entusiasmados por su libertad, debían II. de ser sorprendidos, los peligros se encarecieron por ins­ tantes y el reconocimiento en cuestión era el mejor apoyo á Comunicación del gefe de los Orientales, al Supremo director las ideas deV. E.--Y, E. apresuróeste paso, y empezó á des­ de Buenos Aires, sobre la neutralidad con los Portugue­ cubrirse el curso majestuoso de sus reservas, por nuestra ses y negativa de la Union. común perdición. Excelentísimo señor — ¿Hasta cuando pretende V. E. apurar mis sufrimientos? Ocho años de revolución, de 1. Gaceta estraordinaria de 1 °. de diciembre de 1810. — 120 —

Efectivamente, conocía usted mi dignidad y sabia que cosos que, solo pueden merecer aprobación en el descalabro UI1 justo reproche era todo el resultado, debido á su peí li­ de V. E.; ellos reconocen un origen mas negro que la fria dia—Sin embargo, este era el pedestal en que debia V E. neutralidad. Continuarla, empero, es un crimen—Por mas asegurarse contraías invectivas de la neutralidad mas ver­ <{iie se quiera desfigurar el mérilo de nuestras diferencias, la gonzosa. Ella jamás podrá cohonestar delitos tan mani­ sana razón dicta que su discusión es importuna á presencia fiestos; por ella ha permilido Y. E. trillar el paso con la es­ del eslranjero ambicioso. partado!) de trigos (1) á Montevideo, al tiempo mismo que Yo mismo he dado á V. E., mas de una vez, el ejemplo. nuestras armas afligían con el asedio aquella plaza. ¿Y V. no se atreve á imitarlo? ¡Oh' ¡qué dulce es el V. E. debe confesarlo, aunque pese á su decoro, es uu nombre do la patria, y que áspero el camino de la vir­ hecho y lo es igualmente que solo ron lasa y mengua ha per­ tud! mitido trasportarlos á los puertos o neníales. Por ella se No se ouiltó á la finura de V. E. aquel rasgo de filan­ üutorizó, á V. E. á disponer la escuadrilla y ú promover la tropía sin traicionar su propió convencimiento, lío podia insurrección de la Banda Oriental - Por ella formó V. E. el V. E. ser indiferente á la detestable incursión del general triste proyecto de repetir tercera espedieion sobre Santa Fé, Leeor en nuestro territorio. Lo requirió por conducto del y animar las intrigas del Paraná—Por ella, protejió V. E. á coronel Vedis, y ¿como desconoce ahora V. E. la obra de ios portugueses prisioneros que fugaron de Suriano — Se au­ sus manos? No son los portugueses de este año, los mismos torizó para devolverlos al general portugués, ¿y cómo no se del pasado? ¿Ahora y entonces no subsistían las mismas ¡ eordó V. E. de practicar igual generosidad conelgefede diferencias? ¿No acababa V. E. de ultrajar la dignidad dr[ los orientales, devolviéndotele las armas y úíiles de guerra, pueblo de Santa Fé, yon ella la de las demás? Confiese V. E. que tenia á su bordo el buque en que fugaron? Por (lia, en >¡ue solo por realizar sus intrigas puede representar ante el fin, logró V, E. mezclase á tiempo oportuno para avivarla público el papel ridículo de un neutral. Por lo demás, « hispa de la discordia, para completarse con los portugueses el supremo director de R:icnos Aires no debe, ni pue­ y (ramar la deserción del rejimieuto de libertos á la pinza, de serlo. Prefiero esla verdad, para que V. Iv no haga va­ franqueándole el paso, recibirlos V. E. en esa, como Un na ostentación de su debilidad--V. E. mismo es su mejor triunfo—üfl hecho de esa trascendencia, no puede indicarse acusador. ¿No reconvino V. E. al general portugués por l.i sin oseándolo. Y V. B. es todavía el Direetor de Buenos conminatoria proclama contra los orientales? ¿Por qt:é Aires? Un gefe portugués no hubiera operado tan deseara- principio tal requerimiento, siendo V. E. un neutral un indife­ I amenté. rente á nuestras desgracitis?--Pero sea V. E. un neutral, un Cualquier imparcial mirará con indignación unos cs- indiferente ó un enemigo, tema justamente la indignación

1. Véase Gaceta de Buenos /¿res número 24 de \h de junio de ocasionada por sus desvarios: — tema, y tema con justicia el 1S17. desenfreno de unos pueblos que, sucrificados por el amor de — 122 — - 123 —

Ja libertad, nada les acornada tanto, como perder]ti. Desis­ y Paraná, pero sin darme el menor conocimiento--Esa do­ ta V. E. de concebir tan pobre pensamiento, que sobre los ble intención de V. E. descubre el germen fecundo de sus fragmentos de sus ruinas, podrá cimentarse algún dia.cl máquinaciones:--Convenia á las ideas de V. E. ponerse á alto Capitolio que simbolice nuestra degradación. cubierto de la responsabilidad de su inacción ante el tribu­ La grandeza de los orientales, solo es comparable así nal severo de los pueblos ¿y cree V. E. eludirla con remi­ misma. Ellos saben desafiar los peligros, y superarlos, sión tan rastrera? ¿No acabamos de tocar sus resultados en reviven á la presencia de sus opresores. Yo á su frente, las conspiraciones del sitio y Paraná? ¿Podrá ocultarse a marcharé donde primero se presente el peligro—V. E. ya los pueblos que siendo distribuidas Jas armas sin el cono­ me conoce, y debe temerla justicia de la reconvención. cimiento de su gefe, esos debían ser los efectos? Deje V. E. V. E. no hace mas que repetir insultos, con que ofen­ de ser generoso, si han de esperimentarse tan terribles con­ den nuestra dignidad: cada dia se renuevan, con descrédito secuencias. Deje V. E. de servir á la patria, si ha de oscu­ de la común felicidad, y V. E. no debe creerme insensible. recer su esplendor con tan feos borrones—No, Exmo. señor, Yo en campaña, y repitiendo las sangrientas escenas de la no es V. E. quien ha de oponerse á la ambición del trono del guerra contra los injustos invasores y V. E. debilitando Brasil; y de no ¿por que renueva á cada momento nuestras nuestra energía, con la mezcla de unos negocios que no de­ desgracias, debilitando los esfuerzos que debían escarmen­ jan de escitar fundadas sospechas—Yo empeñado en el con- tarla? De suerte que V. E. puede gloriarse, no de haber traresto de los Portugueses y V. E. en favorecerlos--En mi servido á la patria, sino de haber apurado mi constancia, lugar ¿V. E. mismo hubiera mirado con rostro sereno estas hasta hacerme tocar el estremo de Ja desesperación—He su­ desgracias? Confieso á V. E, que haciendo alarde de toda frido ¿y V. E. ha tenido la osadía de acriminar mi compor­ mi moderación, he tenido que violentarme por no compli­ tamiento en público y en secreto? ¿Soy yo por ventura, co­ car los preciosos instantes en que la patria reclamaba la re­ mo V. E., que necesita vindicarse con el público y asalariar concentración de sus esfuerzos. Por lo mismo, brindé á V. apologistas en su favor? Hechos incontrastables son el me­ E, con la paz, y Y. E. provocóme á la guerra. Abrí los jor garante de mi eonducta; ¿y de la de V. E? Los que re­ puertos que debía mantener cerrados por razones podero- fiere el cronista y otros tantos que deben esperarse. zas; devolví á V. E. los oficiales prisioneros que aun no ha­ A mí me toca espresar uno solo. V. E. no ha perdo­ bían purgado el delito de sus agresiones y violencias sóbrela nado espresion por manifestar sus deseos hacia nuestra re­ inocencia de los pueblos. V« E. no puede negarlo ni des­ conciliación: yo, haciendo un paréntesis á nuestras diferen­ mentir estos actos de mi generosidad, sin que V, E. haya po­ cias invité á V. E. por el deber de sellarla, ó al menos por la dido igualarlos, después de sus continuadas promesas por la sanción de un ajuste preciso, para multiplicar nuestros es­ reconciliación. fuerzos contra el poder de Portugal. Tal fué mi propuesta Es verdad que V. E. franqueó algún armamento al sitio en junio de este año. Pedí al efecto diputados á V. E. ador- — 12:; — _ i24 — para combatir con energía, y ostentar todas las virtudes nados con plenos poderes, para estrechar los vínculos de la que deben hacer glorioso el nombre americano. unión. V. E. no piulo desconocer su importancia, y se com­ Tengo el honor de saludar á V. E., y reiterarle con prometió á remitir los diputados: Obra en mi poder la res­ toda consideración mis mas cordiales afectos—Purificación puesta de V. E. datada en 10 del mismo junio—En conse­ y noviembre 15 de 1817—José Artigas —Exnau. señor don cuencia, anuncié á los pueblos el feliz resultado de mi pro­ Martin de Pueyrredon Supremo director de Buenos Ai­ puesta. Todos esperábamos con ansia ese iris de paz y res. concordia.--¡Ni como era posible esperarse que V. E. dejase Es copia del original— Ramírez. desairado el objeto de mis votos! Pero es un hecho, sin (pie hfista el presente otro haya sido el resultado, que urtdcs- Se publicó en Ja Villa de Gualcguay a 23 de noviembre de 1817.

mayo vergonzoso con que se cubre do ignominia el nombre Gervasio Correa. * de V. E. 111. Para eludirla debía escusarse V. E. contra las tentati­ Los Orientales á sus compatriotas los üonaerensc». vas del pueblo mismo de, Dueños Aires: de aquí la vulgaridad de que yo había ofertado á V. E. diputados que se esperaban Compatriotas: ¡ Es posiblequeentre los orientales y bo­ con eí propio fin. Es muy poca dignidad en V. E. negarse naerenses, siendo todos de una misma familia, de un mismo tan descaradamente á los intereses de la conciliación y acri­ linaje, de un mismo origen, y de una misma causa, no hade minar por ocultar su perfidia: es el último insulto con que haber, ni se ha de encontrar un medio de reconciliación que V. E. me provoca. ¿Y quiere V. E. que calle? Tal impos­ dé fin á nuestras domésticas disensiones, dimanadas sida- tura es perjudicial á los intereses de una y «¡lia banila. V, mente sobre la opinión de la forma de gobierno! ¡Es posi­ E. es un criminal ¿indigno de la menor consideracion--Pe- ble que esta sola política cuestión sea tan trascendental en ••ará á V. E. el oir estas verdades; pero debe pesarle mucho los ánimos de nuestros £efes que, postergando la felicidad mas haber dado los motivos baslai t 'sásu esclarecimiento: general de nuestra justa independencia se procuren aniqui­ Ellas van estampadas con los caracteres de la sinceridad y de lar unosá otros, destruyéndonos miserablemente por partes, la justicia. —V. E. no ha cesado de irritar mi moderación; y para que a su vez, seamos todos presa de nuestros irrecon- mi honor reclama por su vindicación —Hablaré por esta ve/, ciables enemigos.' ;Es posibleque no hemos de saber la v hablaré para siempre—V. E. es responsable ante lasaras causa oculta de estas animosidades entre los gefes de unas y de la patria de su inacción, ó de su malicia contra los inte­ otras provincias! ¡Es posible que no hemos de saber cuál es reses comunes.—Algún dij so levantará esc tribunal severo la forma de gobierno, porque nos acriminan los bonaeren- de la Nación y en él debe administrarse justicia. ces, ni cuál es la que quieren las otras provincias, incluso

Entre tanto, desafio á V. E. al frente de les enemigos, el gefe actual que dirige á los orientales!— No, amados com- — i-26 — — i 27 —

patriotas bonaerenses, la independencia y causa común que desde la creación del mundo, sobre la que jamás tuvo, ni defienden los orientales, santafocinos, cordobeses y paragua- pudo tener dominio alguno, el continente ultra-marino, sanos y otros, es una misma, y su misión jamás ha sido di­ avengan y convenzan á nuestros gefes bonaerenses y orien­ suelta; lia sido sí una mera descomposición de ánimos, co­ tales, de que su desazón y disgustos provienen del demasiado mo la que general y naturalmente sucede en unn casa de fa­ amor que cada uno tiene á sus Provincianos, y que todos milia, entre padre y madre, sobre á cuál de los hijos se quie­ ellos y nosotros, por este demasiado amor, nos vamos per­ re mas—y como las disputas que entre padre y madre so diendo miserablemente, basta nuestro total esterminio, suelen originar, el uno por defender al mayor y la otra por nuestros hijos, nuestros bienes y nuestras vidas van todos, defender al menor, porque sucede que,—después de dos ó todos á perecer en las manos de nuestros enemigos, si ese tres diasde incomodidad se avienen y convencen uno y otro Soberano Congreso, no pone remedio éinterpone su media­ de que aquella disenciou provino del demasiado amor y ca­ ción suplicatoria éntrelos Gefcs Bonaerenses y Orientales y riño do sus hijos—Asi pues, amados hermanos y compatrio­ los demás ProviHcianos. Cuántas reflexiones pudiera ha­ tas, debemos considerar que las desazones y discordias de ceros sobre este particular; pero estoy persuadido que vo­ nuestros gefes. á quienes miramos nosotros, como pa­ sotros los tenéis muy presentes y muy á la vista, pues ya dre y ellos como hijos de la patria, proviene del dema­ tampoco estáis muy lejos de esperimenlar las nuevas cade­ siado amor que nos tienen—y que cada uno da ellos nas con que os van hostilizando, y cerrándola puerta de es­ piensa que su opinión es la mejor y la mas segura pa­ te hermoso Rio de la Piala, los huéspedes que á la rauda y ra acabar de consolidar nuestra justa independencia y á la sordina, para que lo entendáis mejor, los Portugueses, libertad. Si, queridos hermanos, esto es lo que piensa operan unidos y acordes con la nación española. Pues ya el Oriental Guaraní, y lo mismo que cree pensarán usíedes, están apoderados de la isla de Lobos, con los productos de ¿Y cómo, pues, podremos entre lodos nosotros reconciliar su pesca y de la isla de Flores, delineada para formar un á nuestros padres, á que conozcan el evidente peligro á que torreón de vigía, y no tardarán en apoderarse do la isla de por su demasiado amor, nos esponen y tienen ya espueslos San Gabriel, islas de Hornos y Martin García, y enseguida y envueltos entre una serie de males y fatalidades que nues­ pasarán á los demás puntos de los Entre liios y Parana- tros enemigos, aprovechándose de esía oportunidad, nos es­ ses. tán devorando, robando y matando con la mayor inhumani­ Os he hablado siempre, queridos hermanos compatrio­ dad,.que basta ahora han conocido los hombres? Ya me pa­ tas, con el amor y la unión de nuestra alianza y federación, rece que oigo la respuesta que me dais; ¿cómo? de esta ma­ nera, postrándonos todos á los pies de ese soberano Con­ pero nada hemos podido conseguir, y asi os pronostica y greso, pidiéndole encarecidamente mire por todos nosotros. pronostican los Orientales Guaraníes, que la suerte de los

Que como representantes de nuestia Patria Indiana, libre Bonaerenses será la misma que tuvieron en la conquista los — 129 — — 123 — fondo de su pesca, para su real Erario, según los ultimas mejicanos con los Tlazcaltecas—Dios no lo permita--Para- cartas que se han recibido, y sabemos también, por una n&gunzú, diciembre 1° Je 1817. lancha que vino de la Colonia, que habion pasado á la isla Los Orientales á los Bonaerenses, (i) de Flores, y delineado un torreón en ella para sus vigías, y IV. que por instantes se esperaba en Montevideo una escuadra sutil de lanchas cañoneras que debia venir del Rio Janeiro, Señor Censor de la Ciudad de Buenos Aires—San Sulvado'r. ¡tara engrosar la que habia en aquel, en el cual también se

Mi estimado amigo y señor; Yo no sé porque no refie­ armaban dos bombarderasque, reunidas entre chicas y ma­ re usted, en estrado las diferentes noticias que llegan á sus yores, llegarán á treinta buques. manos, las ciertas como ciertas, y las dudosas como dudo­ También trajo la noticia de que las tropas portuguesas, sas. que ocupan Montevideo, hasta el Miguelcte únicamente, ha­ Aqui corre la noticia que el señor Director de Buenos bían suspendido su salida á la campanal contra el General Aires, lia cedido la Banda Oriental á los Portugueses, como Artigas, por la noticia que tuvieron de que las tropas del soberano del Poder Ejecutivo, Representante de las Provin­ señor Pueyrredonen Buenos Aires habian pasado á la Ban­ cias, que se dicen Unidas del Rio de la Plata, sin haberse da Oriental para batirse contra los Orientales, ó mejor di­ v isto hasta ahora los pactos y condiciones de esta unión remos, contra el Gefe de ellos, el General Artigas, que de­ (pues toda unión tiene pactos y condiciones), ni las demar­ fiende los derechos del Sur-América y su independencia, caciones de esta Provincia. Dígame usted si es verdad, pa­ contra los Españoles y Portugueses y que de consiguiente, ra liar todas mis cosas, v pasarme ;;! Paraguay, como lam­ escusaba el General Portugués marchar con sus tropas con­ inen, de si ese santísimo Congreso, que parece se compone tra la Banda Oriental, respecto á que, la generosidad del de curas, canónigos y frailes, en su mayor número, que se­ Gobierno de Buenos Aires, se empeñaba en evitarles perder gún dicen, juró la integridad de las Provincias Independien­ su gente en el posesionamiento de esta Provincia Oriental, á tes del Rio de la Plata, ha discutido este interesante punto- nombre del Rey de Portugal y del Brasil. bien que como es asunto de sangre, no querrá meterse. Pero, amigo, aqui entre los dos, ¿que habrá adelantado Aquí lo tenemos casi por cierto, por cuanto los Portu­ Buenos Aires, cuando haya generosamente destruido á los gueses so han apoderado de la isla de Lobos, y del producto y paisanos de la Banda Oriental, y cuando toda ella esté do­

1. La felicidad que ofrecía Artigas, no está en consonancia con ia minada por los Portugueses? Yo no alcanzo á ver otro re­ escena que presentaba Entremos en aquel año, cuya población renun­ sultado, sino su decadencia total; y á los pocos años hallarse ciaba á ella emigrando á Buenos Aires. Mas de quinientas personas en­ reducida la opulenta Buenos Aires, á la situación de una tre hombres, uiugeres y niños fueron alojados por el gobierno y alimen- triste aldea. Son muy obvias la multitud de razones que lo nicntados de los fondos del Estado. persuaden, porque ¿de qué comercio disfrutará? ¿Qué de- (Xiasc la Ga«í« numero 54 de fecha 17 de enero de 1818,)

i — 151 — — 130 — Potencia estrangera, que hubiese intentado la invasión de róenos percibirá, siendo la navegación del Rio do la Plata y la Banda Oriental y Occidental. En fin, yo espero que, decstn Banda Oriental y Entro Ríos, comun de los Portu­ como patriota y hombre de sobresalientes talentos, recti­ gueses? ¿Qué corambres exportará? Es regular que la na­ fique usted mis ideas, sisón erradas, porque la!\ez el amor vegación de este Rio sea [irerogotiva esclusiva de los Portu­ que tengo á mi pais, y el cruel dolor que me atormenta ni gueses y otros eslrangeros. yon este caso ¿que competencia considerar, la preciosa sangre que se va á derramar (/y pa­ podrá tener Buenos Aires (que no tiene buques de navega­ ra qué/ ¡gran DiosDJfl priva de las faculta-Jes de mis ción esterior), con los Portugueses, que cuentan sobre cua­ sentidos. tro mil empleados en su comeroiu? ¿Quién, pues, llegará Hemos visto, y usted ha visto, la copia del oficio que á disfrutar esclusivamente del imporfante comercio del Pa­ pasó el general Artigas, al exmo. señor Pueyrredon, con raguay en su importación? La cuestión no admite duda. fecha 13 de noviembre último, que inc supongo i.o será muy Después de lodo ¡qué contrabando! ¡Qué manantial de con­ público en Buenos Aires, y al cual, dicho señor excelentísi­ tinuas discordias! ¡Qué desprecios y mortificaciones no mo, contestó al instante, mandando tropas para batirlo, pa­ tendrá que sufrir Buenos Aires! ¡Cu ín menos mal hubiera reciendo, sin duda, que son pocos diez mil Portugueses que sido, en lugar de aniquilarse mutuamente, reconocer la invaden oda Provincia, ó porque supo la acción gloriosa que Banda Oriental independiente y confederarse con ella, á imi­ acaba de tener Lavaücja s<>brc los Portugueses en las Fron­ tación de las Provincias do Norte-América ó adherir politi­ teras—Este modo de argumentar y de desengañar al públi­ camente diodo lo que el General Artigas hubiese querido co, acercado las dudas que la lectura de aquel oficio ha in- con respecto á su Provincia. Esto al fin hubiese sido un fundido en el ánimo de la Provincia, y aun de estrangeros, mal momentáneo, y no hubiera comenzado la existencia con respecto á las intenciones y virtudes patrióticas del se­ política y comercial de Buenos Aires, porque ¿á quien se le ñor Director puedo ser muy bueno, pero no es siempre el podrá oscurecer, que aunque se le hubiese atribuido al ge­ mas conveniente ni el mas seguro. neral Artigas el atribulo de bárbaro y despótico su gobierno, He dicho á usted mis sentimientos, y quedo á recibir (que aun está esto en problema, porque desde 1811, hasta los suyos-!L:oy patriota liberal independiente. el presente, ha estado la provincia con las armas en la Sau Salvador, Enero 15 de 1S13. mano, y con la guerra mas feróz dentro de su lerritorioj y El Patricio se lo avisa. de ineptos sus satélites y delegados, y otras mil circunstan­ P. D.—Acabamos de saber que las tropas de Buenos cias que hubieran precedido, hubieran conducido, por su Aires, mandadas por el señor Pueyrredon, contra las tro­ propia virtud, esta provincia, bajo la influencia y mando pas patriotas del general Artigas, se han balido nnas contra del mejor orden y unión pacificamente con Buenos Aires y otras, y «MíO el general portugués Lecor las estaba mirando FUS mas amables relaciones mercantiles, y ademas la hubie­ desde Montevideo con lodo su ejército - y luego que vió la. ra siempre tenido como un antemural contra cualquiera — Í5-2 — — 153 —

destrucción de unos y otros americanos, dijo: — Que'no V. creia tener tan buenos amigos; pues unos y otros á porfía se

mataban para acabarle de entregar estos dominios, y que ya Conleslacion que dan los habitantes de la Banda Orien tal á (a proclama que, con fecha 29 del próximo pasado diciem­ tenia el paso franco, para pasar a los Entre Ríos, tanto por bre, les dirigió el señor don Cárlos Federico Lecor, gene­ mar como por tierra, y que ya no/necesitaba que viniese ral en gefe del Ejército Lucitano, á nombre de su sobe' por la Frontera mas fuerza, pues mejor era conducir por rano, en que ofrece toda protección y amparo á los cita­ mar todo su ejército, con sus buques de guerra, al Arroyo dos habitantes. de la China, y acampado en los Entre Rios, hasta la prima­ Nosotros estamos penetrados hasta la evidencia, de su vera, comenzaría á operar en aquella provincia, para el mes prudencia, moderación y consideraciones que generalmente de octubre ó noviembre—El general Artigas tendrá una lia dispensado á toda clase de individuos que ha caido en sus fuerza de C000 hombres, si yo lo ataco, para deslruirlone- manos, cuyas relevantes prendas merecen todo nuestro res­ cesito perder otro tanto número de gente, y quedo yo muy peto—y seguramente no dudaríamos un momento délas débil; con que mas vale que me esté quieto y que las tropas generosas ofertas con que nos brinda, sino estuviésemos pal­ del amigo Pueyrrcdon k) ataquen, que, aunque no lo venza pando los escandalosos hechos que diariamente seesperi-

puede quitarle siquiera 2000 hombres, y otros tantos que metan en toda la Frontera, internándose los habitantes del

pierda el ejército de Pueyrredon que es lo mas que pueda continente, nusiliados de algunas tropas de milicias y vete­ ranos mas de 50 leguas en nuestro territorio, arrasando oponerlo, ya son cuatro ó cinco mil americanos despedaza­ completamente todo cuanto encuentran, llevándose todas las dos y destruidos, y la mayor ventaja mia es la destrucción baciendas, tanto vacunas como caballares y lanares—cargan­ de otras tantas familias, compuestas de mujfres y niños, do de las estancias cueros, sebo, carretas, bueyes, muebles y que disminuirán la población de la Banda Oriental y En­ hasta las ollas con indecencia inesplicablc, quebrando y des­ tre Rios y Buenos Aires; con que asi (les dijo á su Plana ma­ haciendo lo que no pueden llevar; y lo que es mas, asesinan­ yor) vamos en calma, que para entrar en Buenos Aires y do impunemente á los indefensos y pacíficos moradores de

Entre Rios ya casi no necesitamos gente, mayormente si ba­ esta campaña, lo que han egecutado en diferentes puntos, jamos por Santa Fé á quien Buenos Aires también destruye. de los que nombraré uno por mas público—cuyo hecho atroz

Dijo bien el general Artigas; y así, mi amigo, ya no ha horrorizado hasta lo infinito —el que fué egecutado por una reunión de hombres al mando del oficial de milicias Es- pienso irme al Paraguay, me voy á embarcar para Guinea, truxiído - cual es lo acaecido en la estancia del pacifico veci­ quieromus bien estar entre los negros que entre mis paisa­ no Romualdo de la Vega—asesinándolo y á su hermano nos los americanos. Francisco yá Pedro el gordo, dejando á su hijo con dos ba- — )54 — — 135 —

lazos; pasada la cara de una á otra parte y roto un brazo; á pctuarlo por su parte para contenerlo por la nuestra? To­ que se siguió el saqueo de toda la casa, y después de todas dos convenimos y al fin bajo todo aspecto, vendrán á cesar sus haciendas, dejando en el mayor desampuro á una e$po los robos, porque no habrá en qué ejercerlos. Las pro»i- sacón siete hijas, todas a su cargo, y reducida á Ja mayor es­ dencias del general Lecor, después de estos avisos, serán las casez, y otros pormenores que por decencia se reservan — únicas que harán conocer, si las cualidades que le hacen es­ En otros varios puntos han h. cho otro lauto, añadiendo el tima-ble, por su personaje acompañan ó no, al mirarlo con vil y bajojprocedimionlo de llevarse una porción de niñas, IíO gi fe, y si los fines proclamados para ocupar este terri- arrancándolas de su casa á la fuerza, habiendo precedido el íorio, no están en contradicción con las intenciones. saqueo, con lo lo lo demás que queda dicho- Estos hechos Banda Oriental, 29 de enero de 1818. tan abominables como públicos, han paralizado los efectos ANTONIO ZINNY que podían causar las ofertas que en la eü ida proclama se nos anuncia, y deduceu completamente el buen nombre de S. E. Pregunto ¿bajo estos principios podremos resolvernos á fi­ jar nuestras esperanzas, confiados en esas promesas, máxi­ me Cuando estamos perfectamente orientados, que de lodos estos hechos tiene conocimiento y da permiso para ellos e! señor teniente general don Manuel Marques, gobernador de la frontera? Tanto es mas difícil contestar ó estos hechos, cuanto se vé que esperimentan igual desolación, ¡as hacien­ das que pertenecen á muchos de los mismos que están en la Plaza, sus estancias son igualmente saqueadas, arra­ sadas, y destruidas, y su suerte en el particular no sa dife­ rencia de la délos demás en manera alguna. No hay medio: estos desórdenes, ó los ignora el general Lecor, ó no puede remediarlos; esto segundo parece imposible, si se considera que sus tropas son arregladas, que pertenecen á un gobierno establecido, á un gobierno que por lo mismo de ser monár­ quico reúne en si todo lo preciso al mejor orden, en cuanto le concierne, y á un gobierno cuyo objeto sobre esta pro­ vincia jura ser protección, pacificación ó impedir á todo costo la progresión del desorden. ¿Acaso será preciso per-

V X UNT 33 I CE.

r Ajinas.

Proemio • 3 Monobibliografía del Dean Funes 5 Bosquejo histórico—Introducción 37 Bosquejo de la revolución argentina 49

Aditamento—Notas: 1.10 Cliacabuco 94

2. 19 O'HIggins 97

3. w San Martin 100

4.18 Desierto de Atacama 101

5.10 Cancha-najada • 101 6. " Proclamas sobre idem »•» 103

7. ra Maipo 104 Publicaciones referentes á idem 106 Gefes de id • 110 Documentos—Proclama circular del general Artigas 110 Comunicación del gefe de los Orientales, al Supremo Director de Buenos Aires, sobre la neutralidad con los portugueses, etc- • • • US Proclama de los Orientales á los Bonaerenses > 125 Anónimo sobre los sucesos de la ¿poca 128 Contestación de los habitantes'de la Banda Oriental á la proclama del general Lecor 133