Revista literaria número 4, Año 2014 créditos

© Revista Pórtico 21, número 4, Año 2014 Gerente de la Editorial Costa Rica © Editorial Costa Rica María Isabel Brenes Alvarado

Dirección editorial y producción: Marianela Camacho Alfaro Diagramación, portada y artes finales: Felipe Fernández Consejo Directivo Imagen de portada: Guillermo Barquero. Estela, fotografía digital, 2010. de la Editorial Costa Rica

ISSN 2215-2571 Presidente 92 p., 24 x 21.5 cm. Dorelia Barahona Riera

Miembros del Consejo Editorial: Vicepresidente Marianela Camacho Alfaro Ricardo J. Méndez Alfaro Juan Durán Luzio Maricela Mora Chaves Secretario Óscar Montanaro Meza Derechos reservados conforme a la Ley de Derechos de Autor Directores y Derechos Conexos. D.R. Juan Durán Luzio Alfredo González Campos Prohibida la reproducción total o parcial. Carlos Rubio Torres Todos los derechos reservados. Hecho el depósito de ley.

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Óscar Montanaro Meza Representante Editorial Costa Rica

Magda Zavala González Representante Ministerio de Cultura y Juventud contenido

Presentación 4 Opinión Mejor que real, de Jorge Carrión 7 La crónica, género latinoamericano por excelencia, de Dorde Cuvardic 17 De antaño noticias: crónica e historia en Costa Rica, de Andrés Fernández 21 Crónica: la herramienta para suspender el tiempo, de Karina Salguero 27 No es país para viejos: la crónica en la Costa Rica del siglo xxi, de Diego Delfino 33 Crónica: Premio Joven Creación 2014 Adrián Blues, de Andrey Araya R. 39 Primer tiempo, de Damián Herrera González 45 Crónica: Creación literaria El monumento de la guerra 1856-1857, de Alfonso Jiménez Rojas 53 Donde vivió el héroe. La casa de don Juanito, de Andrés Fernández 63 Miscelánea La fotografía como narrativa de lo cotidiano, de Carlos Quesada Sibaja 69 Reseñas 78 Colaboradores 88 Pórtico 21, revista literaria y de divulga- cual permita establecer vínculos entre los ción de la Editorial Costa Rica (ECR), na- autores, escritores y lectores. ció con la finalidad de convertirse en un Un rasgo fundamental que deseamos espacio de creación literaria y de promo- destacar de Pórtico 21 es su claro carác- ción para jóvenes escritores o escritores ter participativo, pues el desarrollo de noveles –y sus primeras publicaciones–; a sus contenidos y sus secciones depende su vez, su objetivo es servir como cauce fundamentalmente del nivel de partici- para proponer y debatir diversos temas pación de los lectores, escritores y cola- relacionados con la literatura. Su nombre boradores, quienes son los verdaderos es un homenaje a la primera revista pu- protagonistas de esta publicación. Tal blicada por la ECR entre 1963 y 1965; una como se detalla más adelante, los lecto- prueba contundente –si se quiere– del res pueden participar mediante las diver- deseo de nuestra insigne casa editorial: sas secciones de la revista; por ejemplo, participar de forma creativa en el culti- proponiendo temas por investigar, divul- vo del arte y el pensamiento. La periodi- gar o debatir, remitiendo colaboracio- cidad de la revista impresa será anual y nes, etc. cada número abordará un tema general Para cumplir los objetivos antes cita- distinto que funcionará como un eje es- dos, la revista cuenta con varias seccio- tructurante de los contenidos de las dife- nes, que no constituyen una estructura rentes secciones. cerrada o definitiva, pues se modifican Cabe destacar que este proyecto se de acuerdo con las propuestas e ideas concibió asociado con un blog (http:// que vayan aportando, tanto sus lectores, porticoecr.wordpress.com/), de manera como los miembros de su Consejo Edito- que parte de los contenidos de la revista rial. se puedan difundir mediante recursos di- De tal modo, la revista presentará las gitales y, al mismo tiempo, conformar una siguientes secciones: comunidad virtual alrededor de esta, la Artículos de opinión de temas específi- cos sobre literatura.

4 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Presentación

Creación literaria: fotografías, pinturas, dibujos, grabados, - Prosa etc. - Poesía Finalmente, destacamos el entusiasmo - Juguetes dramáticos (escenas) del Consejo Directivo y de la Comisión de - Ensayo Ediciones por su apoyo institucional y por - Adelantos de obras que estén en dotar el proyecto de recursos financie- proceso de edición. ros y humanos para que fuese realidad. Miscelánea Además, agradecemos a los autores que Reseñas de libros de nuestro sello edi- han colaborado con sus enriquecedo- torial. res textos para la conformación de este Con esta revista se desea, en definiti- cuarto número. va, fomentar la creatividad y la publica- Consejo Editorial ción de trabajos literarios de diversos gé- neros, así como promover la reflexión y el debate en torno a las nuevas ideas que vayan surgiendo de la crítica literaria. Mediante esta publicación, la ECR pre- tende contribuir al desarrollo de la cultura letrada costarricense, mejorar su conoci- miento, hacer evidentes sus derroteros; en suma, informar a los lectores acerca de la novedad estética, el viento que rige los gustos, la novedad que asoma. De forma adicional, se busca difundir y dar a conocer el trabajo de diversos ar- tistas plásticos costarricenses, por lo que se concibió un diseño gráfico que pueda integrar los textos con colaboraciones de

presentación 5 Guillermo Barquero. Pynchon, fotografía digital, 2012. Opinión Artículos de opinión

Mejor que real1 Jorge Carrión

“Y la crónica está allí, desde el principio, “Un género híbrido, formado mediante la amenazando la claridad de esas fronteras”. aleación de otros géneros anteriores o coe- táneos a cada momento de su evolución”. (Susana Rotker, La invención de la crónica) (Albert Chillón, Literatura y periodismo) “Casi todo lo que he escrito deriva de mi sentido del valor de la ficción. Poco hay en este libro, aun cuando se presente bajo la Brevísima historia universal de la categoría formal de no ficción o ensayo, no ficción que no derive de mi manera de entender la escritura de ficción. Siempre me ha pa- La palabra crónica contiene el tiempo recido que la mejor ocasión que tenemos en sus sílabas. Por eso conviene recordar de mejorar el conocimiento privado de su cronología, que nos remite una vez nuestras vidas más complicadas, de trazar más al griego y al latín: la narración de nuestros mapas inconfesos de la realidad la historia en el orden de los hechos. La o, si se prefiere, de establecer nuestra com- prensión de la manera en que opera la exis- biografía, la genealogía o la historia del tencia, resultará más provechosa si somos poder, porque sus protagonistas son los capaces de tener al menos una vaga idea guerreros, los reyes, la heráldica, los con- de la distorsión que el observador impone a dados y los ducados y los países y los im- la experiencia”. perios. (Norman Mailer, América) Mucho se ha repetido que la Cróni- ca de Indias es el gran precedente de la crónica contemporánea de América

1 Extracto del prólogo del libro Mejor que ficción. Crónicas ejemplares. Anagrama, 2012. Opinión 7 Latina, pero lo cierto es que esos híbridos Gran Bretaña. Los géneros no avanzan de los libros de viajes a lugares maravillo- o retroceden por caminos diferenciados, sos, las crónicas de las cruzadas y los tex- sino que se solapan por los mismos cami- tos del humanismo italiano fueron escri- nos estratificados, llenos de encrucijadas tos por sujetos imperiales que relataban horizontales y verticales. la conquista y la colonia con la voluntad Percy G. Adams explicó en Travel Li- de justificar sus intereses y sus atropellos. terature and the Evolution of the Novel Muchos cronistas de Indias, de hecho, lo cómo en los siglos xvii y xviii, que son los eran oficialmente –como sus contempo- de la emergencia de la novela europea ráneos de Castilla– y todavía hoy existe que sigue el patrón del viaje picaresco (y la Real Asociación Española de Cronistas más tarde de formación), se multiplican Oficiales, que alienta la escritura de dis- exponencialmente los discursos en mo- curso histórico, ajena a la deriva del pe- vimiento producidos por misioneros, em- riodismo narrativo. Por supuesto, muchos bajadores, exploradores, colonizadores y de aquellos textos de los siglos xvi y xvii po- soldados que, al igual que los narradores seen un alto nivel literario y, sobre todo, de la ficción, proclaman la verdad de evidencian el conflicto entre la retórica sus relatos. No es de extrañar, por tanto, del Barroco y la humanidad, la geografía, que los primeros periodistas modernos en la flora, la fauna o la arquitectura del Nue- lengua española se caractericen por un vo Mundo (Hernán Cortés llama “mezqui- desplazamiento: la prosa irónica de no tas” a los templos aztecas). Es decir, son ficción eclipsa su producción poética (y crónicas porque utilizan el lenguaje litera- convencional). El potencial crítico de los rio para describir el presente conflictivo, artículos fundacionales de Larra y de Ri- pero todavía están más cerca de la histo- cardo Palma, en un lento contexto inter- ria antigua que del futuro periodismo. nacional de libertad de opinión, se dirige Durante el siglo xvii, se expande por hacia dos direcciones complementarias: Europa la primera generación de perió- el relato de lo colectivo y lo público es dicos y durante el siglo siguiente ocurre contrapesado con el retrato de lo parti- lo mismo en América. Entre ambos se si- cular y privado, de modo que el cronista túa la figura de Daniel Defoe, el cronista deviene moralista nacional y analista de lo del Diario del año de la peste, el nove- individual. En paralelo, Domingo Faustino lista de Robinson Crusoe y Moll Flanders Sarmiento escribía la novela ensayística y el viajero de Viaje por toda la isla de Facundo y remodelaba, como defendió

8 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Adolfo Prieto en Los viajeros ingleses y la –simultánea y complementaria– de poe- emergencia de la literatura argentina, los tas y de cronistas, van a tratar de llenar modelos de aquellos exploradores y co- ese vacío divino con la utopía de la belle- merciantes europeos que seguían viajan- za y con la obsesión por lo real. Para sin- do y textualizando todo aquello que en- tonizar con la belleza recurrirán, por la vía contraban a su paso. Eran plumas inglesas, france- sas, alemanas, italianas, espa- Los géneros no avanzan o retroceden ñolas que, por lo general, traba- por caminos diferenciados, sino que jaban para órdenes religiosas, se solapan por los mismos caminos empresas o estados. Algo no muy estratificados, llenos de encrucijadas distinto de lo que ocurría con los horizontales y verticales. periodistas, que a menudo eran también políticos, aunque la pro- fesión se legitime justamente cuando se francesa y simbolista, a la imitación de los normaliza como práctica burguesa y el procedimientos de la pintura y de la músi- texto es finalmente remunerado. ca: la palabra deviene analogía, imagen, El nacionalismo (lo local) pronto se en- sílaba, letra, sonoridad; se emancipa de frentó con el cosmopolitismo (el mundo la obligación de significar. También Bau- vivido en libertad) de los escritores mo- delaire fue al mismo tiempo poeta y críti- dernistas: con la llegada del siglo xx es co y cronista de arte. Para sintonizar con la ciudad –y no el país– la patria de los la realidad, por la vía norteamericana y cronistas. Dios muere y el hombre se con- emersoniana, harán propias la cosmovi- vierte en un anfibio que, cuando al fin sión democrática del poeta y periodista podría encarnar la duda metódica de Walt Whitman y las ideas de Joseph Pu- Descartes, es embargado en realidad litzer: solo el periodista “tiene el privilegio por una duda angustiosa, la sospecha de moldear las opiniones, llegar a los co- marxista hacia el mundo circundante y la razones y apelar a la razón de cientos de sospecha freudiana hacia la psique pro- miles de personas diariamente. Esta es la pia, pronto fundida en una única y vio- profesión más fascinante de todas”. Pero lenta sospecha con la proliferación del el cerebro humano es uno solo, de modo comunismo y del fascismo. Los escrito- que ambos caminos confluyeron en los res modernistas, con su doble condición textos que escribieron. En los poemas de

Opinión 9 Darío la mujer bebe y fuma: lo hace me- aquel momento estaba interiorizando Mi- diante sinestesias y alejandrinos, pero su guel Ángel Asturias (sus crónicas parisinas figuración es democrática, fascinante, de entonces las llamaría más tarde “fan- moderna. tasías”). Para Mario Vargas LIosa, Carlos Darío, José Martí, José Enrique Rodó, Fuentes, Gabriel García Márquez, José Amado Nervo o Enrique Gómez Carrillo, Lezama Lima, Asturias o Carpentier, la no- es decir, los cronistas literarios del cam- vela de caballerías y la Crónica de Indias bio del siglo xix al xx en nuestra lengua, sí fueron parte de su genealogía como no invocaron a los cronistas de Indias creadores. De modo que esa idea llegó como sus antepasados. Es importante después al discurso sobre la literatura his- recordarlo, porque la historia de la cró- panoamericana y se proyectó retrospec- nica es la historia de la memoria. La in- tivamente, porque las crónicas modernis- corporación de ese ilustre precedente es tas están más cerca de Montaigne que posterior y, sobre todo, novelesca. Alejo de Bernal Díaz del Castillo. Carpentier, que en “De lo real maravillo- No es casual que Cien años de soledad so americano” (prólogo a El reino de este sea la primera gran novela latinoameri- mundo escrito en el ecuador exacto del cana que tiene forma de crónica (histó- siglo pasado) mencionó a Marco Polo, Ti- rica). Es precisamente García Márquez, rant lo Blanc, el Quijote y las anacrónicas junto con , quienes dan a búsquedas de El Dorado que llevaron a la crónica (periodística) la ambición y la cabo españoles del siglo xviii, en una con- estructura de la novela: de 1955 es la pu- ferencia de 1979, titulada “La novela la- blicación por entregas de Relato de un tinoamericana en vísperas de un nuevo náufrago y solo tres años más tarde se siglo”, afirmó que el novelista latinoameri- edita Operación masacre. En 1959, am- cano, “para cumplir esa función de nue- bos, con Jorge Masetti y Rogelio García vo cronista de Indias”, tenía que trabajar Lupo, fundaron en La Habana la agencia con el melodrama, el maniqueísmo y el . Hay que leer, por tanto, la compromiso político. Antes había sido el llegada del periodismo narrativo latinoa- Barroco y la Fantasía lo que el escritor cu- mericano como la vanguardia silenciosa bano había observado en la literatura de o el prólogo discreto a lo que después se la conquista. En las crónicas que Carpen- llamará New Journalism. Porque la ma- tier publicó en los años 20 y 30 se obser- yoría de las grandes crónicas de Truman va la misma influencia surrealista que en Capote, Norman Mailer, Gay Talese o

10 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Tom Wolfe comienzan a ser publicadas y de capítulos. A las tradicionales co- en los años 60. Lo que diferencia a estos lecciones de crónicas breves, como La de sus colegas sudamericanos es la con- España negra de Gutiérrez Solana o las ciencia de autoría y un programa estético aguafuertes de Roberto Arlt, se les suman respaldado por la industria. De hecho, en crónicas únicas que ocupan libros en- Relato de un náufrago, ni siquiera existe teros. Comprometido con la verdadera la voz explícita de García Márquez y no política, a finales de los sesenta Walsh pu- apareció en libro, y firmado por él, hasta blicó ¿Quién mató a Rosendo?, y poco muchos años más tarde (cuando la mar- después apareció La noche de Tlatelolc, ca Nuevo Periodismo ya era global). Si en de Elena Poniatowska, una larga crónica el fin de siécle diarios como La Nación de de la matanza de la Plaza de las Tres Cul- , La Vanguardia de Barce- turas (en la década siguiente, les segui- lona o La Opinión Nacional de Caracas ría en la misma línea política, entre otros podían competir simbólicamente con títulos importantes, Las tribulaciones de The New York Times, Herald o The Sun, a Jonás, de Edgardo Rodríguez Juliá). En mediados del siglo xx no existe ninguna paralelo, con la voluntad de vincular la revista en lengua española equiparable historia negra de Europa con la del Cono a Esquire, The New Yorker o Rolling Stone Sur, Edgardo Cozarinsky configuró en los (que se fundó en 1967, justo después de la 70 y difundió en las décadas siguientes publicación de Los ángeles del infierno, y su poética documental, que daría lugar pronto se convirtió en el refugio de su au- a ensayos o crónicas cinematográficos, tor, Hunter S. Thompson). Para entonces, rodados en francés, como La guerra de el fenómeno del boom había apostado un solo hombre o Fantasmas de Tánger, su carta ganadora a la novela de ficción y a libros anfibios como Vudú urbano o como género de prestigio y la non fiction El pase del testigo. Parte importante de novel se había convertido en un produc- la genealogía de la hibridación docu- to genuinamente norteamericano. mental contemporánea, que no pue- Si los poetas simbolistas y modernistas de ser reducida a una cronología y que convirtieron las crónicas en pequeños es internacional. Parte de una red con poemas en prosa de contundente ac- otros muchos nodos rotundos, como el tualidad, los novelistas del medio siglo polaco Ryszard Kapuscinski, los italia- las dotaron de estructura, de personajes, nos Oriana Fallaci y Alberto Cavalla- de flashbacks, de monólogos interiores ri y Leonardo Scascia, el español Juan

Opinión 11 Coytisolo, la rusa Anna Politkóvskaya, difusión de esas grandes crónicas en que el japonés Honda Katsuichi, la palestina la ficción es puesta al servicio de la posi- Amira Hass o el norteamericano Michael ble verdad histórica. No es casual que la Herr. Una red que conecta los textos con misma cita de París era una fiesta figure las fotografías, los guiones con las pelícu- como epígrafe en La novela de Perón y las documentales: Chris Marker, Sebastiáo en Missing (una investigación), de Alberto Salgado, Martín Scorsese, José Luis Guerín, Fuguet; es decir, en un libro de 1985 y en Isaki Lacuesta... En fin: el testimonio como otro de 2009. “Si el lector lo prefiere, pue- parte del arte contemporáneo. de considerar este libro como una obra Tal vez los ejemplos paradigmáticos de ficción”, escribe Hemingway. “Siem- en lengua española del cruce de las lec- pre cabe la posibilidad de que un libro turas de esas dos décadas de grandes de ficción deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas Cada crónica es, por tanto, un debate como hechos”. En esa conscien- que solo transcribe datos inmodifica- te ambivalencia, en las fisuras de bles y que reclama otras palabras. Un lo real y de los géneros que tratan de representarlo, trabaja buena debate inclusivo con los géneros y las parte de la no ficción de este formas textuales de cada momento cambio de siglo. La narrativa de histórico. Cozarinsky, Claudio Magris, Pre- drag Matvejevic, J. M. Le Clézio, reportajes del norte y del sur de América Cees Nooteboom, W. G. Sebald, Du- (digamos: desde Relato de un náufrago bravka Ugrdié o Sergio Chejfec, entre la hasta Honrarás a tu padre, de Talese), crónica de viajes, el ensayo cultural y la por su gran repercusión tanto en la crítica estructura novelesca, serían ejemplo de como en el mercado, sean las tres gran- ello. En el prólogo a su crónica histórica o des novelas que Tomás Eloy Martínez pu- ensayo político Anatomía de un instante, blicó desde los 70 hasta los 90: La pasión Javier Cercas escribe que es “el humilde según Trelew, La novela de Perón y Santa testimonio de un fracaso: incapaz de in- Evita. Su biografía entre tres países –Ar- ventar lo que sé sobre el 23 de febrero, gentina, Venezuela y los Estados Unidos– iluminando con una ficción su realidad, y su dedicación tanto a la creación lite- me he resignado a contarlo”. raria como a la docencia impulsaron la

12 Pórtico 21, número 4, Año 2014 No es un género, es un debate cuaderno en el bolsillo, para anotar lo que Porque la fabulación es uno de nues- ven y lo que escuchan en el mercado o tros mecanismos psicológicos, hay ficción en los bajos fondos. La retórica de la inves- en la incipiente geografía descriptiva de tigación, en la época del positivismo cien- Heródoto, en el viaje de Marco Polo, en tífico, es explícita en los textos reflexivos la crónica medieval y renacentista, en la del realismo y del naturalismo. Las gran- Enciclopedia de la Ilustración; hasta –al des novelas sobre la realidad van a seguir menos– el siglo xix, en la gran mayoría de métodos de composición parecidos a los los textos de no ficción. El periodismo y la de la investigación periodística. Lo real es ficción moderna se gestan simultánea- un laboratorio tanto para la literatura de mente. En los parámetros sociales y po- ficción como para el periodismo. líticos del Antiguo Régimen, Cervantes y Desde finales del siglo xix, en ningún Shakespeare convivieron con los prime- ámbito de representación encontramos ros diarios. Los escritores del xviii transita- certezas incuestionables sobre qué es la ron continuamente entre la ficción y la realidad ni sobre cómo hay que repre- no ficción, como la mayoría de quienes sentarla. Se podría decir que en cada los siguieron. El conflicto entre Ficción e poética se definen las claves de esa re- Historia, con sus mil metamorfosis (Reli- presentación. Tanto James Joyce como gión y Ciencia, Utopía y Realidad, Sueño Pablo Picasso o Paul Celan fueron realis- y Vigilia, Mentira y Verdad, Especulación tas a su manera. En periodismo, el caso y Demostración), es el más apasionante extremo es Die Fackel, un diario o revista de todos los que constituyen, como una que, después de una década publican- tensión vibrátil y dinámica, al ser huma- do a algunos de los mejores intelectuales no. La no ficción es incapaz de resolver alemanes, se dedicó a partir de 1911 a ese problema irresoluble, pero lo congela dar a conocer exclusivamente los tex- provisionalmente, lo pone en cuarente- tos de su director e ideólogo, Karl Kraus. na. Le da la vuelta. Los ejércitos de la no- La publicación entera se convirtió en su che, de Norman Mailer, tiene dos partes: poética satírica y realista. la primera se titula “La Historia como una Pese a su formulación europea, el Novela” y la segunda, “La Novela como periodismo moderno tuvo siempre vo- Historia”. cación americana. La cooperativa sin Balzac, Dickens o Zola salen a la ca- ánimo de lucro Associated Press se fun- lle de la democracia incipiente con un dó en 1846, pero no fue hasta finales de

Opinión 13 siglo cuando Melville Stone vinculó la La poética propia –las herramientas agencia con los ideales de imparciali- con que uno plasma su mirada– tiene dad y de integridad que, en la práctica, que esforzarse para mantener a raya la supusieron la defensa del concepto de tentación ficcional. La mayoría de los objetividad (solo la ausencia de una voz grandes cronistas son también grandes subjetiva aseguraba que la noticia fuera novelistas. Todas las novelas son –de un comprendida por un lector de cualquier modo u otro– autobiográficas y estánba - punto de los Estados Unidos). Para enton- sadas en hechos reales. Lo natural es el ces, Charles Danah, el director de The trasvase entre vasos comunicantes. Por Sun, y Joseph Pulitzer, fundador de World, poner un ejemplo entre mil, el realismo sentaron desde sus redacciones respec- mágico se entromete en una de las cró- tivas las bases de un periodismo de in- nicas que firmó García Márquez sobre Fi- vestigación con conciencia de autoría y del Castro. Sus llegadas son “improbables con voluntad de seducción. Las crónicas como la lluvia”; posee una “visión totali- de Nellie Bly, que después se reunirían en zadora”; “el mismo poder estaba someti- Diez días en un manicomio o en La vuelta do a los azares de su errancia”; su coche al mundo en 72 días, son escritas en ese era un Oldsmobile “prehistórico”; el em- nuevo panorama. También Darío, Martí bargo estadounidense es “una tormenta o Manuel Gutiérrez Nájera participan de incesante”; un viaje en avión se convier- esa nueva forma de narrar la realidad; te en una “circunstancia extrema”; sus la misma que años después, adaptada cóleras eran “homéricas”; y merendaba a cada contexto particular y según las “dieciocho bolas de helado”. La hipér- convicciones éticas y estéticas de cada bole, por supuesto, tiene tanto que ver cual, practicarán Corpus Vargas, George con lo real-maravilloso como con la ad- Orwell, Joseph Roth, Ernest Hemingway miración que despierta el mandatario en o Josep Pla: las ciudades, los países, los su cronista. Ese problema no se inscribe viajes, el pasado, las guerras pueden ser solo en la discusión entre Ficción y No narrados mediante el retrato de lo míni- Ficción, sino también en el debate sobre mo, de lo cotidiano, con un estilo literario la objetividad, el compromiso político y, absolutamente personal. Se puede ser, a más lejos en el tiempo, el de la relación un mismo tiempo, extremadamente lite- del Intelectual con el Poder. Es cuento rario y extremadamente popular. viejo, pero no por eso hay que ignorarlo, sino todo lo contrario: hay que volverlo a

14 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Carlos Quesada. Fractales 3, fotografía digital, 2012. pensar, una vez más. Insistir todavía, por más libres, por eso tantos cronistas han ejemplo, contraponiendo el texto de inventado las suyas para definir su traba- Gabriel García Márquez con “Cenando jo: “Según una de las acepciones que el con Nietzsche y Fidel el 12 de enero de diccionario otorga al término, el mostren- 2000”, de Edgardo Rodríguez Juliá, escri- co es ‘aquel sujeto que no tiene casa, ni to varias décadas más tarde: “De pronto hogar, ni señor, ni amo conocido’”, escri- apareció Fidel. Francamente, lo encon- be Jordi Costa. “Ser un mostrenco, por tré menos alto de lo que pensaba y un tanto, se parece bastante a ser un hom- poco encorvado; es el tío que uno dejó bre libre”. Impresiones. Apuntes. Instantá- de ver por mucho tiempo”. Como escri- neas. Polaroids. Los artistas bolcheviques bió Tomás Eloy Martínez: “De todas las de vanguardia concibieron el concepto vocaciones del hombre, el periodismo es factografía para denominar a ciertas es- aquella en la que hay menos lugar para trategias artísticas que, con un claro ob- las verdades absolutas”. jetivo revolucionario, recurrían al collage, A juzgar por la confusión de las pala- al fotomontaje o al cine para construir bras que se vinculan con el documen- artefactos narrativos vinculados con lo tal, el testimonio, la crónica, no estamos real. La información siempre ha sido con- ante un género, sino ante un debate. Las trarrestada por la contrainformación. palabras nos confunden. En España, un Consciente de ello, hace décadas que reportaje es una crónica, mientras que Guillem Martínez escribe textos que son al en algunos lugares de América Latina es mismo tiempo relatos de los hechos, opi- una entrevista. Perfil. Retrato. Semblanza. niones irónicas y construcciones de una Estampa. Cuadro de costumbres. Agua- teoría sobre la Barcelona rebelde y sobre fuerte. Las palabras nos hacen un poco la Cultura de la Transición (española). La

Opinión 15 crónica como antídoto. Alternativa a los El mejor ejemplo de ese carácter poli- relatos sociales y políticos. Experimento morfo de la crónica nos lo brinda el pro- en libertad. Ensayo narrativo. Faction. Pe- pio Villoro: en “El rey duerme. Crónica riodismo narrativo o literario. Ficción ver- hacia Hamlet” (incluida en De eso se tra- dadera. Relato real. Llamémosle: crónica. ta) encontramos autobiografía (el semes- La crónica, afirma Monsiváis, es “lite- tre de 1993 que pasó como profesor en ratura bajo la prisa”. Juan Villoro versiona Yale), perfil (de Harold Bloom), dramatur- la definición de su maestro: “es literatura gia (los monólogos del autor de El canon bajo presión”; y añade: es el ornitorrinco occidental), crítica literaria (la obra de de la prosa, porque Shakespeare, sus traducciones al español, su rastro en Borges) y transcripciones de “(…) de la novela extrae la condición subje- los cuadernos de notas que utilizó durante tiva, la capacidad de narrar desde el mun- aquellos meses y que perdió después. El do de los personajes y crear una ilusión de texto es brillante y concluye así: vida para situar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodifica- “Como el rey Hamlet, el cuaderno durmió bles; del cuento, el sentido dramático en una larga siesta. Volvió a mis manos justo espacio corto y la sugerencia de que la rea- cuando encontré el cuaderno de apuntes. lidad ocurre para contar un relato delibera- Uno había servido a las leyes del oído. El do, con un final que lo justifica; de la entre- segundo, como el célebre fantasma, recla- vista, los diálogos; y del teatro moderno, la maba otras palabras”. forma de montarlos; del teatro grecolatino, la polifonía de testigos, los parlamentos en- tendidos como debate: la ‘voz de prosce- Cada crónica es, por tanto, un debate nio’, como la llama Wolfe, versión narrativa que solo transcribe datos inmodificables y de la opinión pública cuyo antecedente que reclama otras palabras. Un debate in- fue el coro griego; del ensayo, la posibilidad clusivo con los géneros y las formas textua- de argumentar y conectar saberes disper- les de cada momento histórico. Un debate sos; de la autobiografía, el tono memorioso y la reelaboración en primera persona”. que comienza en la propia palabra “cró- nica”. Un debate largo, habitual, invetera- do, que viene de tiempo atrás: crónico.

16 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Artículos de opinión

La crónica, género latinoamericano por excelencia Dorde Cuvardic

El género es uno de los puntos más problemáticos de la teoría literaria. Este ha sido el caso de la crónica, que en diferentes épocas ha llegado a designar distintas agrupaciones de textos: en primer lugar, las relaciones, historias o relatos de indígenas y españoles sobre la Conquista de América; en segundo lugar, aquellos textos periodísticos que, en el marco de la cultura de fin de siglo (finales del siglo xix e inicios del xx), retrataban la modernidad cultural, como sucede con las crónicas mo- dernistas del guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, del mexicano Amado Nervo, del nicaragüense Rubén Darío o de los cubanos Julián del Casal y José Martí; en tercer lugar, los relatos periodísticos sensacionalistas de la prensa actual, sobre todo de aquellos pertenecientes a las ‘notas rojas’ o acon- tecimientos criminales.

Si nos ubicamos en la crónica moder- europeas. Ahora que se cumple el cente- nista, de José Martí podemos mencionar nario de la Gran Guerra –como también sus Escenas norteamericanas, europeas y se le llama a la I Guerra Mundial–, debe- mexicanas. En las primeras, por ejemplo, mos recordar que la asociación entre los destaca la representación del ímpetu conflictos bélicos y las revoluciones, por económico de la ‘joven’ nación nortea- una parte, y la comunicación de masas, mericana, frente a la que contrapone los por otra, siempre ha sido muy estrecha valores de los países latinos. Por su parte, y ha arrojado resultados significativos. A del guatemalteco Gómez Carrillo pode- partir de las corresponsalías bélicas se mos mencionar sus compilaciones de han escrito excelentes crónicas, repor- crónicas de la I Guerra Mundial (de ac- tajes, reportajes novelados y novelas-re- tualidad, ahora que se cumple el cente- portaje. En particular, Centroamérica ha nario de este conflicto bélico), o sus cró- producido destacados corresponsales nicas sobre la Tierra Santa, Egipto, Japón que han presenciado y relatado guerras o los espacios de la modernidad cultural ocurridas fuera del istmo: como ejem- urbana en Buenos Aires y las capitales plo, podemos mencionar la compilación

Opinión 17 Vietnam: Crónicas de guerra (1988), del crónicas sobre la Gran Guerra, publica- costarricense Joaquín Gutiérrez Mangel. das originalmente en la prensa española: Asimismo, como nos recuerda Javier Crónica de la guerra (1915), Campos de Azpeitia,1 escritores latinoamericanos re- batalla y campos de ruinas (1915), Refle- dactaron crónicas periodísticas sobre jos de la tragedia (1915), En el corazón de la I Guerra Mundial, como el argentino la tragedia (1916), En las trincheras (1916; Roberto Payró (para La Nación de Bue- 1921), Tierras mártires (1918) y La gesta de nos Aires, recopiladas en Corresponsal la Legión extranjera. Los hispanoamerica- nos en la guerra (1921). Además, El hilo común de la crónica contem- hace pocos años se publicó una antología de sus crónicas bélicas poránea es su condición narrativa, la con el título Pequeñas historias de utilización de una voz en primera per- la Gran Guerra (2011), que permi- sona y el interés por los acontecimien- te hacer más accesible esta parte tos actuales. de su ingente producción. Y, si nos situamos en la crónica periodística contemporánea –de de guerra), el peruano Ventura García finales del siglo xx e inicios del xxi–, llega- Calderón (para El comercio de Lima remos a la conclusión de que incorpora y La Razón de Buenos Aires, en Bajo el e integra modalidades discursivas utiliza- clamor de las sirenas), el chileno Augus- das en otros géneros, tanto de los orien- to d’Halmar (para La Unión de tados hacia la facticidad como hacia la y La Nación de Buenos Aires) y el mexi- ficcionalidad. cano José Dolores Frías (en Crónicas de Una buena definición de la crónica es un corresponsal mexicano en la Primera la que ofrece Daniel Jaramillo: Guerra Mundial). Pero sin duda el perio- dista latinoamericano más activo en se- “La crónica suele ser una narración exten- guir este acontecimiento bélico es el ya sa de un hecho verídico, escrita en primera mencionado periodista guatemalteco persona o con una visible participación del yo narrativo, sobre acontecimientos o per- Enrique Gómez Carrillo (1873-1927), quien sonas o grupos insólitos, inesperados, mar- cuenta con diversas compilaciones de ginales, disidentes, o sobre espectáculos y 2 1 Javier Azpeitia, 2011. “Un dandi en el infierno”. En En- ritos sociales”. rique Gómez Carrillo, Pequeñas historias de la Gran Gue- rra, Prólogos de Benito Pérez Galdós y Javier Azpeitia. 2 Jaramillo, Daniel (ed.). 2012. Antología de la crónica lite- Madrid, Libros de la Ballena; p. xxi. raria actual. Madrid: Alfaguara; p. 17.

18 Pórtico 21, número 4, Año 2014 En otras palabras, ¿qué define a la siglo xx podemos certificar la existencia crónica? Ante todo, el hecho de ser una de la crónica cultural latinoamericana, narración de acontecimientos singula- donde destacan aquellos relatos que res –que se pueden universalizar, en todo nos muestran la difícil incorporación de la caso, como definitorios de las costumbres ciudadanía de estos países –de los llama- de un colectivo o de una nación– por dos sectores populares– a la sociedad y parte de un narrador testigo, o testigo la cultura de masas y a los signos de esta participante, que por lo general es el mis- modernidad (la televisión, los conciertos mo cronista. El hilo común de la crónica masivos en los estadios, la sobrevivencia contemporánea es su condición narrati- en el hostil espacio público de la urbe…). va, la utilización de una voz en primera Sale a relucir la creativa prosa de Carlos persona y el interés por los acontecimien- Monsiváis (en colecciones de crónicas tos actuales (procesos sociales emergen- como Los rituales del caos) o de Elena tes o masivos que captan el interés del Poniatowska (Premio Cervantes 2013). escritor, como podrían captar la atención A través del género de la crónica, inda- de cualquier ciudadano, quien leerá con gan en la idiosincrasia del mexicano, en fruición reflexiones –análisis– sobre acon- su identidad, tema que ocupó a otros tecimientos ante los que muchas veces escritores desde la práctica del ensayo, ha pasado de largo). como hizo Octavio Paz en El laberinto de Lamentablemente, en las escuelas de la soledad. periodismo costarricenses y latinoame- La buena salud de la que goza el géne- ricanas solo se analizan –como ejemplo ro en América Latina se puede apreciar, de periodismo literario– las novelas re- por ejemplo, en recientes compilaciones, portajes y los reportajes novelados del como la Antología de la crónica latinoa- Nuevo Periodismo norteamericano. Esta mericana actual, editada por Darío Jara- circunstancia ha determinado que la crí- millo Agudelo, que cuenta con la virtud tica ‘especializada’ en las relaciones en- de dedicar una parte a las reflexiones de tre periodismo y literatura muchas veces los mismos cronistas sobre el género de la pierda de vista o ignore el hecho de que crónica, y que además incorpora un en- existen tradiciones precursoras del pe- jundioso estudio introductorio del propio riodismo latinoamericano actual, como editor. En esta antología, se narran temá- es el artículo costumbrista o la crónica ticas tan actuales como el narcotráfico modernista. Es más, desde mediados del (“Un fin de semana con Pablo Escobar”,

Opinión 19 Alejandro Montiel. Parque España, San José, Costa Rica. Blanco y negro digital, colorización sepia, 2013.

de Juan José Hoyos) o el intercambio de lo asombren, le hablen de mundos extraños parejas (“Swingers, el detrás de escena”, que están enfrente de sus narices, un lector de Gabriela Wiener). que busque textos escritos por gente que le da importancia a que ese lector no se abu- Podemos afirmar que la crónica pe- rra, ese lector va sobre seguro si lee la cróni- riodística es una de las más originales y ca latinoamericana actual”.3 destacadas contribuciones de la literatu- ra latinoamericana a la occidental. Darío La crónica permite representar un pre- Jaramillo considera que ocupa un papel sente en constante metamorfosis, como relevante en este último campo literario: es el caso de la realidad social latinoame- ricana; un presente relatado por testigos “La crónica periodística es la prosa narra- (los cronistas), con los que se identificará tiva de más apasionante lectura y mejor el lector, actor y en ocasiones víctima de escrita hoy en día en Latinoamérica. Sin negar que se escriben buenas novelas, sin los veloces cambios de los primeros años hacer el réquiem de la ficción, un lector del milenio. que busque materiales que lo entretengan, 3 Ibíd, p. 11.

20 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Artículos de opinión

De antaño noticias: crónica e historia en Costa Rica Andrés Fernández

Encargado, por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, de la publicación de las obras completas del escritor Ricardo Fernández Guardia, en el prólogo general que antecede a tales tomos, anotaba Eugenio Rodríguez Vega:

“En algún momento estuve tentado de divi- la segunda acepción, por su parte, enfa- dir los libros de historia de Fernández Guar- tiza la actualidad de sus temas y su ca- dia entre aquellos estrictamente ‘históricos’ rácter periodístico: por la primera, enton- (…) y los que podrían considerarse [sólo] como crónicas históricas –Crónicas colonia- ces, podría carecer de calidad literaria les, Cosas y gentes de antaño, Espigando en en un sentido estricto; mientras que por el pasado– pero llegué a la conclusión de la segunda, podría caer en lo pasajero e que hubiera sido caer en un fácil prejuicio intrascendente. En cualquier caso, am- de inspiración académica: en los libros últi- bas definiciones apuntan a ella como a mamente citados hay estudios de invalua- un ‘arte menor’, en el que los elementos ble calibre histórico, sólo que se presentan en la prosa admirable de un gran escritor; y marginales, periodísticos o en cualquier yo no respaldo esa tendencia de considerar caso extraliterarios, juegan un papel pre- que no puede estimarse historia lo que está ponderante. muy bien escrito”. Precisamente por ello, estas líneas se dirigen a presentar un muy breve pano- La tentación de Rodríguez Vega, pue- rama de la crónica en las letras naciona- de decirse, es la que usualmente ha ro- les, así como del papel que pudo jugar o deado a la crónica como género híbrido juega aún en su desarrollo, especialmen- que es. Según la primera acepción que te aquella de carácter histórico. Para del término brinda el DRAE, una crónica es eso, sobre todo por razones de espacio una obra literaria que recopila hechos his- editorial, nos valdremos solo de los que tóricos al narrarlos en orden cronológico; a nuestro juicio son sus más connotados

Opinión 21 cultores, conscientes de que a esa limita- eso pioneras de las letras patrias, están la ción se suma la nuestra para indagar en de Manuel Argüello Mora (1834-1902) y, el tema. en menor medida, la del padre Juan Ga- rita Guillén (1859-1912); y en ambos, tam- bién, se encuentran atisbos de crónica Crónica y costumbrismo histórica. Mas, aunque en los textos del Si bien los historiadores del fenómeno primero es recurrente la temática históri- coinciden en señalar el inicio de nuestra co-política plasmada en relatos episódi- literatura en los años comprendidos entre cos, el tejido narrativo no proyecta toda- 1890 y 1900 –en pleno auge del período vía una visión integral del mundo expresa liberal y como parte de tal proyecto políti- en el lenguaje, los personajes y el estilo. Lo co–, no todos señalan el papel que jugó la mismo cabe decir de textos como Costa crónica en ese importante paso cultural. Rica en la intimidad y Recuerdos de mi Empero, la presencia en el país del híbrido tierra de Garita, crónicas personales cier- género está abundantemente documen- tamente, pero que a pesar de su carác- tada desde antes. ter histórico no alcanzan ni el aliento ni la Así, en El Costumbrismo en Costa Rica, trascendencia de aquellas que veremos Margarita Castro Rawson señala cómo, como clásicas de la literatura costarricen- desde la década de 1840, aparecen en se más adelante. los medios impresos no solo visos de lo que Mediante crónicas, pues, quedarían más adelante será la crónica costumbrista, así esbozadas las dos tendencias criollas sino que en ellos es notoria ya la influencia que signarían nuestras nacientes letras: la del español Mariano José de Larra (1809- costumbrista y la histórica. Según Quesa- 1837), por excelencia el cultor del género da, será por medio de su inserción en los entonces. Ese costumbrismo sería una de patrones de la “literatura artística”, “culta” las tendencias que luego, en opinión de y “academicista”, que se producirán “los Álvaro Quesada Soto, “cristalizan y madu- únicos géneros válidos y vigentes para la ran para producir lo que podríamos llamar época y la realidad [costarricense]: el cos- el inicio de una literatura costarricense tumbrismo literario (…) y la crónica históri- consciente de sí misma” (La formación de ca”. Como a mediados del siglo xix, en sus la narrativa nacional costarricense). rudimentos, el papel del periódico como Entre las obras que destacan poco antes medio de difusión de tales tendencias lite- de llegar a ese punto y son consideradas por rarias sería preponderante.

22 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Por eso, a medio camino entre pe- expresar algo no menos propio de en- riodismo y literatura, dentro del costum- tonces: las dudas y contradicciones que brismo, pueden ubicarse las crónicas los cambios y transformaciones liberales en prosa de Aquileo Echeverría (1866-1909) y las de Teodoro Yoyo Mediante crónicas, pues, quedarían Quirós (1875-1899). No en balde, así esbozadas las dos tendencias crio- en alusión al apunte irónico y al buen humor que recorre esos tex- llas que signarían nuestras nacientes tos, con ocasión del deceso del letras: la costumbrista y la histórica. último anotaba Billo Zeledón: “el inolvidable Yoyo (…) comparte con Aquileo el raro dominio del arte más introducían en el tradicional orden pa- sano y más amable de cuantos han po- triarcal heredado de la Colonia. De ese dido deleitar con flautas criollas todos los modo, si el costumbrismo de Magón y caprichos de nuestro sentimiento (…)”. de Aquileo es crítico por cercano a la Sin embargo, no serían las suyas las cró- vivencia popular coetánea, también lo nicas que trascenderían literariamente, es el indagar en el pasado de Jiménez más sí un contemporáneo de ambos el Oreamuno, sobre todo cuando un dejo que las elevó poco después a ese rango. romántico, a veces burlón, a veces com- prensivo, se posa sobre los hechos y las actitudes de nuestros castizos ancestros, Crónica e historia para proyectarlo a su contradictorio pre- Efectivamente, es unánime el criterio sente finisecular con la criticidad propia, de ver en Manuel de Jesús Jiménez (1854- ahora sí, del historiador moderno. Historia 1916) al primer costarricense autor en lle- ciertamente, pero con el sabor literario var el género a una madurez comparable que hace de ella un arte. a la alcanzada antes por Ricardo Palma De ahí también –de modo muy preci- (1833–1919) en sus Tradiciones peruanas. so a nuestro juicio– el carácter de ‘noti- Sus Cuadros de costumbres –publica- cia’ que le encajó Vargas Coto a la obra dos originalmente en 1902, como parte reunida de Jiménez Oreamuno, de cuya de la revista Costa Rica en el siglo xix– lle- edición fue responsable entre 1946 y 1947; varon la actitud anecdótica propia de noticia en tanto divulgación del pasado la época genésica de nuestras letras de investigado, que pone al alcance de un

Opinión 23 público más amplio que el especializado. Coto Conde (1911-2001), autor de Eran Así, como noticias de antaño también, y otros tiempos (1957). por los mismos motivos apuntados, pue- Aludiendo al carácter anecdótico y den catalogarse las tres obras de Ricardo episódico de su obra de reminiscencias Fernández Guardia (1867-1950) sobre las coloniales, anota Coto Conde en el prólo- que confesaba dudar Rodríguez Vega al go: “Virtudes y flaquezas se hermanan en inicio de estas líneas. estas páginas, lo cual no constituye nove- Aunque más tardías respecto del inicio dad. Se alude a personajes que algún día literario nacional, de estas dice Abelardo vivieron bajo este mismo cielo y, por ello, Bonilla, en su Historia de la literatura cos- hubieron de comportarse como seres hu- tarricense, que: manos bajo la dictadura del medio”. Pala- bras que, sin duda, podríamos atribuir tam- “(…) pertenecen al campo de las crónicas bién a los dos cronistas ya comentados. históricas o de los cuadros de costumbres, en los que el historiador parte de documentos o de hechos conocidos y los desarrolla con el Crónica miscelánea aporte de la fantasía o de la interpretación artística, como lo hizo don Manuel de Jesús Aparte de la histórica propiamente di- Jiménez, pero sin el optimismo humano de cha y ya señalada, otra crónica hay en este escritor, al que supera [Fernández Guar- Costa Rica a la que quizá pueda aludir- dia] no sólo en extensión sino en sentido críti- se como miscelánea, aunque más por el co y en visión parcial, a veces apasionada”. carácter de quienes fueron sus autores que por sus características propiamente Por eso, según Quesada, la crónica dichas, que no excluyen la historia dentro histórica de Jiménez Oreamuno y Fernán- de su temática. dez Guardia “representa dentro de las Tres son, a juicio nuestro, sus más des- corrientes nacionalistas, la más conser- tacados representantes: Gonzalo Chacón vadora, tanto por su temática referida al Trejos (1890-1969), Joaquín Vargas Coto pasado y sus personajes de elevado ran- (1895-1959) y Francisco María Núñez (1892- go social, como por su estilo y su lenguaje, 1984). Periodistas los tres, todos hicieron de castizo, sobrio y con cierto sabor arcaico”. la crónica instrumento tanto de la cotidia- Tal criterio cabría señalarle a otro cultor nidad como del pasado histórico, fuera del género, aunque menos conocido por este colonial o referido a los primeros pa- ser menos prolífico: el historiador José Luis sos republicanos de la patria. Así, Chacón

24 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Trejos, con sus Tradiciones costarricenses guardia –por cierto, en mucho adelanta- (1936), nos legó una obra ya clásica, en do conceptualmente a su tiempo y a la la que la crónica se adentra (además de llamada “nueva historia” que luego des- en los hechos históricos como tales) en preciaría a nuestros viejos cronistas… solo la tradición oral y en la leyenda urbana, por serlo– era ese el registro que mejor le enriqueciendo el imaginario social que la iba a sus crónicas, versátil narrador como subyace y al que alimenta incluso. era de lo infra-histórico y del sello que el Vargas Coto, por su parte, fue, sin lugar suceso particular suele brindarle al gran a dudas, el cronista de varias generacio- relato de los tiempos. nes de costarricenses que se acostum- Chacón Trejos, Vargas Coto y Núñez braron a leerlo en El Imparcial, La Tribuna, pasan en sus crónicas del suceso cerca- el Diario de Costa Rica, La Prensa Libre y no en el tiempo al costumbrismo como La Nación, periódicos desde donde –con tal, sin dejar por eso de lado el ayer cos- seudónimos tales como Claudio Docel, tarricense, campo donde el género híbri- Corinto y Oro, D´Artagnan, Juan F. Sana- do les permite desarrollar tanto episodios bria y el Húscar Blanco– departía el autor del pasado colonial como del siglo xix, con literaria soltura sobre los más diversos sin excluir, especialmente en el caso de asuntos. Empero, fue con su último alias Vargas Coto, el suyo propio, de inicios del que quizá más y mejor cultivó el relato de siglo xx. nuestro pasado, en sus palabras, porque: El trabajo de esos autores parece de- “Cuando lo evocamos, a distancia, en- mostrar lo dicho por Quesada, en el sen- contramos que tiene sabor amable de tido de que “la crónica histórica ha de- leyenda y una suave reminiscencia de mostrado ser un género cuya vitalidad le cuento. (…) Lo queremos por lo que tiene ha permitido sobrevivir, transformándose de nuestra vida”. y adaptándose a nuevas épocas his- Como ellos, Francisco María Núñez tórico-literarias”, pues si bien la obra de cultivó la crónica histórica al lado de esa dichos autores cubre tres cuartas partes otra, circunstancial y más cercana que, del siglo pasado, su último cuarto sería un tratara de su natal Dos Cercas o de la ur- período especialmente prolífico y temáti- bana San José a la que amaba también, camente rico para la crónica histórica en volvía siempre trascendente la costum- Costa Rica. bre. No obstante, historiador de la vieja

Opinión 25 Un siglo de crónicas como lo ha hecho de sobra en la literatu- ra costarricense. Historiador por vocación y por estudios, Así, un siglo después de los escarceos Ricardo Blanco Segura (1932-2011) publi- histórico literarios de Argüello Mora, la es- có, entre sus numerosas obras históricas, critora Tatiana Lobo (1939) publicó Entre dos dedicadas a la crónica que veni- Dios y el Diablo (1993), once crónicas so- mos tratando aquí: La mujer del sargen- bre mujeres del siglo xviii. Su novedad, en- to (1978) y Entre pícaros y bobos (1981), tonces, no está en la época colonial a la ambas de ambiente colonial o apenas que se remontaban muchas de nuestras republicano. crónicas, desde Jiménez Oreamuno has- Refiriéndose a ellas, anotaba el autor ta Blanco Segura, sino en su temática: la en el prólogo a la segunda: mujer –española o criolla, rica o pobre, mestiza o mulata– como sujeto de estas “Este es, por su índole, un libro de historia. Naturalmente, no de esa que relata los he- “historias en la Historia”. En ellas, según Ya- chos cronológicamente, apegada a los da- dira Calvo, la autora “le ha sacudido de tos y a las fechas, como antaño lo hicieron encima a la Cartago colonial la capa de los muchos sabios que en el mundo han polvo con que los historiadores la cubrie- sido; tampoco es de la otra, de la que deja ron, dejándola satinada y fresca, llena de a un lado los detalles y divaga en escuelas y verdad histórica y verdad social; mostran- doctrinas, da todo lo anterior por superado y se atribuye la última palabra, como dicen do polícroma la estampa amarillosa y des- ahora los muchos fatuos que en el mundo teñida”; algo, agregamos, que solo la cró- sobran”. nica, siguiendo la que ha sido su tradición en nuestras letras, podía hacer. Con esas palabras, que nos hacen Visto así el panorama, cabe pensar volver al vacilar de Rodríguez Vega so- que al entrar la literatura costarricense bre si la crónica es historia o no, vamos a en un nuevo siglo, se le abre también a empezar a cerrar estas líneas. Porque la la crónica histórica nuevos rumbos temá- crónica, no por ser literatura o “estar muy ticos, y que con ellos, contribuirá igual- bien escrita”, deja de ser historia; menu- mente a la historia sin dejar por eso de da historia ciertamente, como menor es “estar muy bien escrita”, como ha sido la cotidianidad de un pueblo casi siem- hasta hoy y es de esperar que continúe. pre, mas por ello también vital y capaz de trascender literariamente en tales relatos,

26 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Artículos de opinión

Crónica: la herramienta para suspender el tiempo Karina Salguero Moya

Contar una historia. Contarla pensando en reproducir el asombro que provoca esa historia. No nuestro asombro, sino el asombro colectivo. Hacer un ejercicio de sucesión de acontecimiento. La crónica –más vigente que nunca– está provocando que al lenguaje transparente de los grandes dia- rios le cueste trabajo encontrar lectores.

El cronista y escritor Roberto Herrscher, periodistas puedan investigar acerca de en su libro Periodismo Narrativo (2014, temas actuales aunque menos inmedia- Editorial Germinal), relata la mirada del tos, como los que permite la crónica o el gran maestro Ryszard Kapuscinski. Escribe matiz del periodismo narrativo. Hay artí- “que su secreto está en pelearse y tachar culos que se espera que sean publicados cada frase y casi cada palabra, y que a horas (casi minutos) de que son encar- después de tan dura lucha, el lector sien- gados; esa inmediatez hace difícil que ta que la prosa fluye como si así hubiera las narraciones sigan recetas fijas. salido de primera”. Esta urgencia es una de las razones por las cuales los textos que se publican son breves –muchas veces con estructuras La crónica periodística básicas– y de extensión telegráfica, aun- La crónica encuentra sus espacios na- que creo que el problema va más allá. turales en las revistas dominicales y en Los lectores siempre terminan siendo sub- otras publicaciones de periodicidad más estimados y padeciendo malos proyec- pausada, como revistas o medios virtua- tos editoriales. Es decir, muchos grandes les. A los diarios se les hace imposible pla- editores se refieren a la crónica con ad- near las agendas para permitir que sus jetivos utópicos y cargas aspiracionales,

Opinión 27 y lamentan no poder desarrollar grandes narrados en los Cuentos Ticos de Ricar- temas por la limitación de caracteres do Fernández Guardia, las herramientas de sus notas. Y van más lejos, dicen que narrativas y el tratamiento de temas cas- ojalá pudieran explayarse, pero lamen- trenses desde el periodismo literario de tablemente no lo intentan porque “la Joaquín Gutiérrez… La lista sigue en lite- gente no lee”. En La Argentina Crónica, ratura, aunque en crónica periodística en relación con tal mito, la cronista Leila tiene grandes aciertos pero poca conti- Guerriero escribe: nuidad y no hay que forzar la historia a cuenta de una antología mal curada. “(…) y sin embargo, sin medios donde publi- José María Figueroa desmaquilló un carla, sin medios dispuestos a pagarla, y sin momento histórico (principalmente, las editores dispuestos a darles a los periodistas dos últimas décadas del siglo xix). Y se va- el tiempo necesario para escribirla, se ha- bla hoy de un auge arrasador de la crónica lió de todos los géneros posibles y usó la latinoamericana. Después del misterio de la caricatura en un país en el que el humor Santísima Trinidad, éste debe ser el más difí- no era elegante. Quizá lo que cambió (y cil de resolver”. lo viven los cronistas actuales) es que el tratamiento del humor en la contempo- Me parece que podríamos pensar (con raneidad, si no es predecible, enfurece. cierta perspicacia) que lo que las perso- A modo de diario, Figueroa supo hacer nas no leen es malos textos. El buen con- que por sus ojos miraran cientos de ojos tenido sigue encontrando audiencias. Si más: los de una generación completa. se trata de ver las cosas en términos de subsistencia, es decir, en términos comer- ciales, si hay algo que realmente vende La no ficción es nada más y nada menos que el con- El punto de ruptura con nuestros cronis- tenido. tas clásicos fue el tributo natural que ha- cían al preciosismo y la enferma melan- Los primeros pasos colía por la antigüedad. Evocar tanto y durante mucho tiempo el pasado deja a Costa Rica puede hablar de crónica la sociedad sin herramientas para producir en su historia. El desenfado y la flexibili- nuevos discursos. El gran problema de la dad de discursos del gran cronista José crónica clásica es que daba muchas res- María Figueroa, los retratos de época puestas, pero se hacía pocas preguntas;

28 Pórtico 21, número 4, Año 2014 su afán no trascendía lo didáctico y pre- inteligente para narrar la historia. Aclaro y formativo. La contemporaneidad del pe- sumo a esta visión lo acotado por el pe- riodismo debe construirse sobre buenas riodista argentino Martín Caparrós en La preguntas, porque sabemos –sin espacio Argentina Crónica: “con la crónica se re- para la duda– que nunca hay mejores flexiona y se asume una actitud ético-po- respuestas. lítica frente al ejercicio de la profesión”. “La crónica es la novela de la realidad”, dijo Gabriel García El buen contenido sigue encontrando Márquez y, alrededor de esto, audiencias. Si se trata de ver las cosas uno de los principales investiga- en términos de subsistencia, es decir, dores de la crónica latinoameri- cana, el periodista colombiano en términos comerciales, si hay algo Darío Jaramillo, en una de las re- que realmente vende es nada más y copilaciones más importantes del nada menos que el contenido. periodismo narrativo, Antología de crónica latinoamericana ac- tual, escribió: No hay escritor fundacional que se salve de haber acudido a este modo de enca- “Los cronistas latinoamericanos de hoy en- denar temas y mucho menos hay alguno contraron la manera de hacer arte sin ne- que no haya dejado ver su postura ideo- cesidad de inventar nada, simplemente lógica. La crónica demanda otra objeti- contando en primera persona las realida- des en las que se sumergen sin la urgencia vidad, no la del paradigma estúpido de de producir noticias”. la escritura neutra. La discusión es cómo intervenir los medios y valerse de las ca- Entonces, este gran boom de escrito- racterísticas elementales de la crónica res/periodistas latinoamericanos impactó para permear lo que a simple ojo es solo las letras nacionales. Y se abrió un diálogo. una noticia, una descripción transparen- te. Cómo contar sin desaparecer. Cómo reproducir el asombro. Los cronistas ticos Muchos buenos periodistas y escritores El tema central no debería ser quién fue costarricenses han construido su oficio y o es el mejor cronista de Costa Rica. La su nombre por su versatilidad en el uso de crónica ha sido siempre una herramienta las herramientas del periodismo narrativo.

Opinión 29 María Montero, Carlos Cortés, Ernesto Áncora y la sección Viva de las décadas Rivera, Álvaro Murillo, Milena Fernández, de 1990 al 2010 construían sus propias po- Luis Chaves, Catalina Murillo son figuras sibilidades de contar historias. Con el tiem- principales y representativas. Y antes de po, la intensidad bajaba, porque consi- discutir que en la lista faltan nombres, lo deraban que los lectores querían cada que hay que denunciar es que en el país vez menos textos y más fotos. Entonces, faltan medios. aumentaban fotos, con el cándido des- cuido de que esas fotos pocas veces contaban historias. Esto no El llamado desesperado por espacios solo ocurrió en La Nación, pero sí para publicar crónica en los medios fue el medio en el que se consig- siempre va a estar insatisfecho. En rea- nó de una manera más dramá- lidad, más que la crónica, el debate tica. La prensa escrita nacional, que hay que ganar es el del uso de históricamente ha descuidado las herramientas narrativas más agudas, narrativas visuales, el valor de cró- nica del ensayo fotográfico. más ingeniosas y más plurales en toda La literatura reclamó espacios la práctica del periodismo escrito. alternativos para la no ficción en revistas literarias como Kasandra (década de los 90) y algunos in- No hay límites para el periodismo. tentos sin periodicidad continua. En el El diario La Nación, por el modelo que 2006, se abrió un espacio concreto para adoptó desde el final del siglo pasado, la crónica en la revista SoHo Costa Rica permitió secciones que se alejaban del (una franquicia adquirida por La Nación acto únicamente descriptivo de las infor- de su homóloga colombiana). En esa maciones y promovía la saludable prác- publicación, había una promesa de pri- tica de la opinión, para publicar repor- vilegiar la narración y la firma. Colombia tajes de corte clásico. Muchos de estos ofrecía textos literarios –crónica y otras reportajes recurrían al Nuevo Periodismo, experimentaciones periodísticas– y Costa totalmente permeado de Capote, Ka- Rica sumaba sus firmas y le daba el tono puscinski, Hemingway, García Márquez local. Se publicaron textos memorables y y experimentaban en sus páginas textos crónicas que merecen ser antologadas, más imaginativos. La Revista Dominical, pero la revista dejó de circular en el 2013.

30 Pórtico 21, número 4, Año 2014 fotografìa digital, 2011.

En formatos de blog, Cristian Cambrone- ro, Luis Chaves, Diego Delfino, Adriana Sánchez, Alejandra Montiel, entre otros, han experimentado publicando narra- ciones propias y ajenas con estilos perio- dísticos, como un híbrido de crónica-opi- nión. Suman también experimentaciones Carlos Quesada. Charco santo…, similares como Paquidermo, la revista Buensalvaje y Literofilia. En el 2013, surge una vitrina para la crónica en el medio de comunicación digital ameliarueda.com. Este espacio que ganar es el del uso de herramientas de información, liderado y diseñado narrativas más agudas, más ingeniosas conceptualmente por el periodista An- y más plurales en toda la práctica del tonio Jiménez, recupera ese vacío del periodismo escrito. Esos recursos que son periodismo literario y pausado y propone estilísticos y hasta audiovisuales van a dos secciones fijas de crónica y perfil pe- permitir que se pueda relatar una historia riodístico, en el cual la crónica se vale del de tal manera que el lector la recuerde, audiovisual para interactuar con el lector, la procese y la registre en su memoria para ofrecer una invitación a tener una como un evento que presenció. Porque experiencia narrativa, que rinde culto a de ninguna manera la crónica se que- la escritura y a esa narración visual tan da en el acto de solo contar, sino que es poco explotada en medios nacionales. el compromiso que contraemos con la Destaco este caso porque, además de historia, con la investigación, con el oficio los medios tradicionales que se acercan de fijar la mirada en lo que siempre estu- a la crónica, en prensa escrita este es el vo allí, dar un reojo –dudar siempre de la único medio que incorporó el periodismo costumbre– y contar aquello que vimos o narrativo como una de sus fortalezas di- reconstruimos sin apropiarnos. Eso es. Na- ferenciadoras. Y eso hay que celebrarlo. rrar la realidad –con todas las herramien- El llamado desesperado por espacios tas posibles–, porque vista con profundi- para publicar crónica en los medios siem- dad siempre supera la ficción. pre va a estar insatisfecho. En realidad, “Solo las historias bien escritas serán re- más que la crónica, el debate que hay cordadas” (Carlos Monsiváis).

Opinión 31 Guillermo Barquero. Estela, fotografía digital, 2010. Opinión Artículos de opinión

No es país para viejos: la crónica en la Costa Rica del siglo xxi Diego Delfino Machín

Decía recientemente Hernán Casciari que estaba harto de la crónica. Que le aburría. Para muchos, viniendo de él, hasta una meada se recibe como agua fresca; incluso los más eruditos le perdonaron la salida o “le rieron la gracia”. Pero el gordo no estaba bromeando...

Hay, sí, en nuestro país, un muy bien el lugar común: costumbrismo, pobreza, germinado campo de aspirantes a folclore… Ojalá una buena historia de la cronistas (y digámoslo, pues, de cronis- madre. Nada tengo contra estos temas, tas). Leen todo lo que tienen que leer solo señalo el peligro de no buscar (o (obligatorio el último de Caparrós en la peor aun, no encontrar) otros desafíos. Feria del Libro, etc.) y sueñan con un país El apartado B, que compete a los lec- que no tienen: uno que les dé material tores, resulta mucho más triste. Todavía para escribir y, encima, un público que tengo pesadillas con uno de los infames los lea. Pero… ¿ni lo uno ni lo otro? “focus groups” (¿existe término más im- Sergio Ramírez insiste en que no ha- bécil que este?) de la revista SoHo a los cen falta ni balas, ni dictaduras ni gue- que tuve que asistir en mi calidad de re- rras para tener una buena historia que dactor y editor “fantasma” de la publica- contar. Yo coincido: lo que pasa es que ción. Recibíamos a los suscriptores (léase, a los ticos nos da miedo hablar de “esas en buena teoría, a los lectores más inte- otras cosas”. Caemos en ese juego de resados en nuestro trabajo) y los invitába- la “solemnidad” implícita a la crónica y mos a un “refrigerio” (otra palabra para nos quedamos sin mayores alternativas… el olvido) para que nos compartieran Justo ahora, que los tiempos de Netflix y sus impresiones de la revista. Les pregun- Hulu exigen una reinvención urgente que tábamos por sus crónicas favoritas y las no estamos encontrando. El refugio te- respuestas, previsiblemente, distaban de mático usual sigue siendo, en todo caso,

Opinión 33 lo esperado: “La portada con Nancy Do- Tenemos entonces un país de “pocas bles… ¡hay que repetirla”. Etc. Etc. Etc. historias” y de “pocos lectores”. Frente Año tras año acumulábamos en silen- a eso, otro gran inconveniente: ¿dón- cio una cierta desazón: el experimento de publicarlas? ¿A quién le interesa SoHo parecía encontrar cabida en cual- editar crónicas si no jalan lectores ni quier otro país latinoamericano menos en anunciantes? Jodido dilema. De cuando el nuestro. No solo batallábamos contra en cuando encontramos una buena historia en la “Dominical” y de Porque la crónica (y con ella todas sus cuando en cuando Álvaro Murillo se jala un buen relato en La Na- primas literarias) está en la picota y ción… Pero las alternativas son sacar esa bronca adelante pasa, por pocas. ejemplo, por un ejercicio de acerca- ¿La web? Nicho eternamente miento y trabajo en equipo. fresco, cargado de alternativas. Lo que falta es lo que siempre falta: plata. Los nuevos valores se la harto conocida doble moral criolla sino dedican a crear y producir a punta de que simple y sencillamente no encon- entusiasmo, pero el entusiasmo no le da trábamos suficiente interés en los temas de comer a nadie. Paquidermo y 89deci- de fondo que procurábamos abordar. beles (por citar dos ejemplos, uno de los El Estudio General de Medios nos ofrecía cuales conozco a fondo) han publicado siempre números alegres: mucha gente crónicas. Pero es una labor casi que hu- “leía” SoHo. ¿De verdad la leían? No pa- manitaria; un intento de rescate de un recía. arte perdido. Amelia Rueda ha tomado Any Pérez, una de las más completas y la batuta en los últimos tiempos y se da el experimentadas periodistas del país, me lujo de publicar y pagar a María Montero ha mencionado una y otra vez que el nú- y Luis Chaves. Y los lectores lo agradece- mero de personas realmente interesadas mos. Pareciera entonces que una posible en leer una crónica (o un ensayo) en este solución pasa por ahí: un medio tradicio- país apenas llenaría las gradas del esta- nal (con recursos) financiando el arte de dio promedio de un equipo de segunda contar historias de “esa otra manera”. Lo división. “10 000 viejos”, dice. Y por ahí cierto es que no hay muchos medios ha- anda… tirándole alto. ciendo fila interesados… Casi podríamos Carlos Quesada. Claro Oscuro, fotografía digital, 2010. decir que lo de Amelia es una quijota- Sea como sea, necesitamos (casi con da… como lo fue Orsai. desesperación) que Buensalvaje pegue. En ese marco de ideas “absurdas”, Al- Pero un kickstarter en la segunda edición berto Calvo y Diego Jiménez lanzaron la enciende las alarmas: ¿por qué no soñar versión tricolor de la revista Buensalvaje, con que el Ministerio de Cultura le meta originaria del Perú, tierra bendita y fértil un empujón al proyecto? Queda mucho que también ha visto nacer y crecer a la por andar y los muchachos bien harán referente de todos, Etiqueta Negra. Van en comprenderlo; hasta a la palmada los muchachos ya por su segunda edi- amiga en la espalda se le acaba la ga- ción y solo el tiempo dirá hasta dónde solina, yo sé por qué se los digo. Ojo al alcanza el ahínco y la fe. A estas alturas Cristo, entonces: si hablamos de demo- del partido, cualquier diagnóstico sería cratizar la literatura, el reto es mayúscu- prematuro y quizá por eso no recibí con lo y va mucho más allá reproducir textos tanto entusiasmo la reseña del maes- foráneos e incorporar reseñas altisonan- tro Carlos Cortés en “Áncora”, que caía tes de libros que nadie lee en una revis- casi en un “efecto Obama” (hoy en día, ta de tiraje limitado. No nos llamemos al “efecto Luis Guillermo”) y ensalzaba una engaño porque es un peligroso punto de salsa que él mismo ayudó a preparar: partida: colocar la revista en Duluoz, El ojo con eso. Sí, es tan pequeña esta fin- Erial y bestias afines no es precisamente ca que todos nos acostamos con todos, revolucionario ni democrático. Tampo- pero tampoco podemos dejar que la ne- co felicitarnos siempre entre los mismos y cesidad, eternamente vestida con cara llamarnos los unos a los otros “cracks”. El de hereje, nos ahogue en una neblina “crack”, en este país, será el que realmen- endogámica. te sea capaz de empujar una revolución

Opinión 35 que todavía no llega y, en ese sentido, en equipo. Lo dijo Karina Salguero a La a quien más cerca he visto de lograrlo, Nación previo a las siempre polémicas guardando todas las distancias que hay designaciones de la nueva nómina de que guardar, es a Juan Hernández (edi- Cultura: “yo haría una lista sin resentimien- tor de Germinal) y Víctor Hurtado (editor to y más bien agradecida”. ¿Por qué nos de “Áncora”). Ambos han pagado su de- cuesta tanto pensar en esos términos? La recho de piso y han sabido amueblarlo Feria del Libro del 2013 (en buena medida con las heridas y las agallas que solo el “culpa” de Karina) es un buen ejemplo de tiempo sabe conceder. “No es lo mismo lo que se puede conseguir cuando se de- ser famoso que ser reconocido”, me dijo jan de lado los típicos pleitos que se leen Tito hace un par de semanas. Él, que es en Facebook entre los escritores locales. reconocido. Y no por hacer favores ni por La crónica en Costa Rica necesita, más quedar bien ni por buscar figurar. Quizá que un milagro, una sacudida. Necesita por eso lo respeto tanto. Quizá por eso escuchar el sabio consejo de Casciari respeto tanto a Juan. Quizá por eso en que sabe lo que es publicar una sábada una idiosincrasia tan tibia y complaciente de casi 50 000 caracteres: hay que perder son para mí verdaderos revolucionarios. seriedad, solemnidad y arrogancia. Hay Lo demás es lo demás: me resulta más re- que dejar de estar tan asumidos y ensi- volucionario leer a Cardenal en Starbucks mismados y aprender a entretener al lec- (¡¿guácala?!) que leer a un bloguero cíni- tor. Interesarlo, no abrumarlo. Si Debravo co y nihilista tirándoselas de “under” con dijo que el siglo pasado era el siglo de la sus crónicas contestarias cuando lo que velocidad… ¿cómo podríamos describir en el fondo quiere es lo mismo que todos: este? El ritmo es otro: vertiginoso y abierto, difusión y reconocimiento. sin camisas de fuerza, lúdico, creativo, No creo, pues, en el “under”; mucho espontáneo, vulnerable. Ya no se trata de menos ahora, cuando estas batallas más lucirse con historias que pocos entienden; que permisivas y sobantes deberían de se trata de acercar al lector, de enamo- ser compartidas, solidarias, empáticas y, rarlo de nuevo, de darle un buen motivo sí, en buena medida, humildes. Porque para que nos obsequie su tiempo porque la crónica (y con ella todas sus primas hoy competimos contra House of Cards y

literarias) está en la picota y sacar esa contra True Detective y contra The Last of Sin título , fotografía digital, 2013. bronca adelante pasa, por ejemplo, por Us y especialmente contra nosotros mis- un ejercicio de acercamiento y trabajo mos. Bien haríamos en entenderlo. Guillermo Barquero. 36 Pórtico 21, número 4, Año 2014

Guillermo Barquero. Sin título, fotografía digital, 2013. crónica Premio joven creación 2014

Adrián Blues1 Andrey Araya R.

Todos los personajes de esta crónica la gran cosa que invites a una compañe- aparecen con nombres ficticios para ra del colegio al cine, por ejemplo. Algo proteger sus identidades. sencillo para todo el mundo, algo que se da por sentado: una coincidencia de mi- La vida no debería ser tan complica- radas por aquí, un roce “accidental” al da para ti, Adrián. Eres guapo, eres alto, prestarle el lapicero por allá, el balbuceo delgado, ojos y cabello castaño claros, disimulado de los primeros saludos, la sa- con la expresión desgarbada y distante lida, el rápido beso en la oscuridad pro- a lo James Dean de los tipos que se ha- tectora de las butacas. cen los interesantes, solo que en tu caso ¡Pero qué difíciles son para ti esas cosas es involuntaria, más un síntoma que una tan obvias, esas simplezas de la vida! Si no actitud. Eres de buena familia. Tu padre tuvieras el síndrome de Asperger, Adrián, es periodista; tu madre, Karla, es micro- cuántas cosas harías. Sé que te molesto. bióloga y trabaja casi exclusivamente Dudas, te incomodas, meneas la cabe- para pagarles a ti y a tu hermano menor za y escabulles la mirada. Me dices que los $600 mensuales del colegio privado. no quieres contarlo e intuyo que te aver- No debería ser tan difícil, Adrián, con güenza. Claro, es doloroso, para todos lo tus 16 años apenas vividos. Vives en una es, pero para ti que no tienes más que tu hermosa y gran propiedad familiar, con propio mundo lo es aún más. Lo más cer- decenas de arbustos y árboles desper- cano que has estado de una cita, de salir digados por todas partes y varios perros con una muchacha. que te encantan. La vida no debería re- Tu madre tendrá que contarlo. Ni sultarte tan dura, Adrián. No debería ser modo, Adrián.

1 Esta crónica fue declarada ganadora en el Certamen Joven Creación 2014.

Crónica 39 Te duele la soledad, como a cualquie- Te fuiste llorando adonde la sicóloga, ra. Pero te sientes solo todo el tiempo. Por Adrián. “Me sentí lo más agüevado y eso te gusta el fútbol: por la gente, los gri- triste de la vida”, atinas a decir mientras tos de gol, el movimiento. Sí, al contrario bajas el mentón hasta pegarlo a la mesa de otros con tu síndrome, te gusta mucho de vidrio y te entretienes jugando con la el fútbol. Te encanta el movimiento. Eres grabadora que captura tu voz. Tu madre un fanático de las cosas que se mueven, está ahí, a tu lado, como lo ha hecho como esa pelota que te cuesta agarrar, siempre, con los ojos un tanto llorosos. como esa pelota que te cuesta patear Ella es de las pocas personas que te y enviarla a donde quisieras que cayera. aguantan y de las que toleras que te co- Eres tan feliz en la cancha; te sientes tan rrijan. Ha estado para ti cuando nadie acompañado, aunque seas tan torpe, más quería estar. Se sintió orgullosa pero aunque no logres coordinar tus extremi- preocupada cuando finalmente te atre- dades. Y lo curioso es que te gusta la por- viste a invitar a Mariana al cine. Te vio el tería. “A mí siempre me dejan de último, día de la cita levantándote temprano. pero me vale torta”, dices con total since- Te vio mientras te bañabas en tu colo- ridad, como buen asperger. Mientras jue- nia favorita. “Estaba muy emocionado”, gas, aguantas los insultos, la crueldad de dice mientras traga grueso. No hablaste los compañeros. Ahora en la cancha lo de otra cosa durante días. También es- toleras con tal de seguir dentro del juego. tabas nervioso. No lo sabías en ese mo- Pero antes sí te hería. Cuando estabas en mento, Adrián, pero las cosas no saldrían segundo grado pensaste poder entrar en como las planeaste. No viste nada de la mejenga porque dejaron jugar a un raro cuando ella cambió ligeramente los niño nuevo, uno que nadie supo de don- planes y te dijo que en vez de pasar por de salió ni de dónde vino. ti al colegio se vieran ahí, en Multiplaza —¿Y yo dónde voy?– preguntaste Escazú. Los asperger no tienen malicia, emocionado. no entienden el sarcasmo ni el doble sen- —¡Jálese de aquí, mongolito! –te tido: si te dicen que mejor llegues a otra dijeron–. No ocupamos retardados parte, jamás te pasaría por la mente que jugando en la cancha, ocupamos gente te están dando largas, que te vacilan. normal. Vaya a ver qué hace, a jugar Una maestra, al ver tu angustia por lle- naipes como la gente de su tipo. gar tarde a tu primera cita, te dio aventón. Llegaste al centro comercial y esperaste.

40 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Ahora podías esperar, haciendo algo pudo moverte hasta que mamá llegó a de esfuerzo, claro, pero hasta hace unos la escuela, jadeante, un cuarto de hora años, en preparatoria, el tiempo era para después de las tres. ti un enemigo despiadado. Así era en la Quizás por eso tus compañeros te ven escuela cada vez que la aguja del reloj tan extraño. No es fácil convivir contigo, y que te regalaran en tu cumpleaños so- tú lo sabes. Tu propia madre a veces pier- brepasaba por unos minutos las tres de la de la paciencia y termina gritándote. Te tarde sin que tu madre llagara a recoger- enoja que la gente no te entienda, pero te. Una vez pasaron 15 minutos y te dio no es raro. La gente no conoce mucho un ataque de pánico. No, no era esa típi- de lo que padeces. No fue sino hasta ca mezcla de impaciencia con algo de 1994 que la Organización Mundial de la envidia del niño que ve a sus compañe- Salud (OMS) incluyó el Asperger dentro ritos subirse al carro de sus papás mientras él aún espera. A ti poco te importa lo que pase alrededor. Te duele la soledad, como a cualquie- Lo que no entendías, a lo que no ra. Pero te sientes solo todo el tiempo. le encontrabas explicación razo- Por eso te gusta el fútbol: por la gente, nable, es que mamá no estuviera los gritos de gol, el movimiento. Sí, al a las tres en punto en el parqueo contrario de otros con tu síndrome, te del Saint Mary School. Algo tan gusta mucho el fútbol. Te encanta el sencillo, algo tan simple como movimiento. llegar a una hora determinada. Cualquier cosa puede pasar: una llanta estallada, una presa, una reunión de esa extraña estirpe que los expertos que se prolongó. Pero tú no entendías de llaman Trastornos Generalizados del De- esas cosas, ni de las explicaciones cari- sarrollo (TGD). No estás solo, hay muchos ñosas e hipotéticas de tus maestras. No como tú. El Ministerio de Educación no todo debería ser tan difícil, Adrián, pero tiene cifras, pero en el 2008 una periodis- para ti todo es una rutina milimétricamen- ta hizo un cálculo interesante: si se sabe te calculada; si no, pierdes el control. Te que uno de cada 300 niños a nivel mun- engarrotaste, tus extremidades se pusie- dial nacen con Asperger, eso quiere de- ron duras, tiesas como vigas de madera, cir que de los 73 144 niños que nacieron anclado al piso como un roble y nadie aquí en el 2007, 244 pudieran tener este

crónica 41 síndrome.4 De hecho, en el Saint Mary un caballero. Si te lo permite, dale la hay otros dos estudiantes con Asperger, mano, nada más. pero eres el que más ha avanzado. Dice Las advertencias estaban justifica- tu mamá que le has ayudado a las maes- das. Varias veces tuviste problemas con tras a entender cómo manejarlo. tus compañeras de clase. Una vez una La habilidad de entenderte es un raro de ellas te empujó y tú le respondiste el don que no muchos tienen. ¿Por eso empujón, con la mala suerte de que al para ti fue un logro que Mariana hubiera hacerlo tus manos se apoyaron en sus aceptado tu invitación? ¿Por eso la espe- pechos. Te llevaron a la dirección y no raste tanto, a pesar de tus miedos, de ese entendías por qué tanto alboroto. Para ti estremecimiento que te causa la mar- un pecho es como un brazo, o una oreja, cha inexorable del minutero y el horario? o una pierna, una parte del cuerpo igual Mientras la esperabas, fuiste a buscarle a cualquier otra. ¿Si a los hombres no les un regalo. Le compraste una pulsera. Un molesta que les toquen el pecho por qué día antes, tus padres hablaron contigo y a las mujeres sí? ¿Por qué, Adrián? ¿Por te sometieron a una sesión de consejos. qué esas cosas sencillas son tan compli- Todo hay que explicártelo, Adrián. Para ti cadas de entender para ti? ¿Por qué a las normas sociales no son de aprendizaje tus compañeras tampoco les gusta que automático, una actividad casi instintiva llegues por detrás y las abraces, si todo el como para el resto de nosotros. Mamá tiempo lo haces con tu mamá? Es incó- ha tenido que explicarte cómo saludar, modo, te lo dice Karla, y te ha costado cómo dirigirte a la gente sin ofenderla, entender por qué tanta incomodidad. qué es el sarcasmo, cuándo te hacen Quizás por eso te llevas mejor con los una broma y cómo reaccionar ante ella. adultos que con tus propios compañeros. Tu vida bien podría ser un instructivo en No entiendes por qué algunos pien- Historias de Cronopios y Famas. san que eres estúpido, si en realidad —Tené esta plata para que la invi- eres tan inteligente. Eres un genio para tés a comer– te dijo Karla mientras te los motores. Los armas y desarmas con daba el dinero–. Comportate bien, sé la facilidad de un experto. Te han entre- vistado, has salido en el programa Buen- 4 Cordero S., Mónica. (2008). “Niños con síndrome de As- día. Pero aun así todo te ha costado. En perger son rechazados en el aula”. La Nación Digital, San el Saint Mary, si bien hoy los compañeros José, Costa Rica. Obtenido del 17 de diciembre del 2008, desde la dirección www.nacion.com. no te aceptan, por lo menos te toleran, y

42 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Carlos Quesada. Sin título, fotografía digital, 2011.

los maestros tratan de ayudarte, pero no en todas partes ha sido igual. En otro colegio privado no fueron tan pacientes. Tu madre pensó que ese sería un buen lu- gar para ti porque utilizaban el método Montessori, que tiene más de un siglo de aplicarse y se supone que es un excelente sistema para niños con capaci- dades especiales. Pero en ti no funcionaba. Para frustración de tus padres y de tus maestros, no pasabas de la preparatoria. Los maestros nunca entendieron por qué metías la cabeza en el basu- rero cuando una maestra distinta entraba al salón de clase. Era un desconocimiento mutuo, Adrián: ellos no entendían por qué ha- cías esas cosas tan extrañas y tú no entendías por qué cambia- ban a la maestra. Se cansaron de tus rabietas, de tus depresiones. Sencillamente no sabían cómo seguir lidiando contigo. Llamaron a tu madre para explicarle la si- Y aun así lo lograste, te atreviste a in- tuación. vitar a salir a Mariana, la compañera —Sinceramente no sabemos qué ha- nueva del cole. Quizás eso ayudó a que cer con su hijo –le dijo la dueña del cole- aceptara la invitación, dadas tus ma- gio a tu madre–, así que con todo respe- las credenciales con las chicas. Estabas to los invitamos a salir. emocionado. Veías pasar a la gente en el centro comercial mientras jugueteabas

crónica 43 con la pulsera que le compraste para im- Al principio tu hijo no entendió, Karla. presionarla. Dominaste tus impulsos atá- Aceptó a ciegas las excusas de Mariana vicos y aceptaste con casi natural com- y hasta pensó en darle la pulsera. Tuviste prensión cuando ella te llamó al celular que ser dura, tuviste que ser franca. Tu- para decirte que se tardaría un poco más viste que explicarle –al igual que alguna porque su madre se había varado. Pasó vez le enseñaste cómo dar la mano y que una hora y el número de Mariana volvió tendría que hacerlo al mismo tiempo que a aparecer en la pantallita luminiscente decía “hola”–, que lo dejaron plantado, de tu teléfono. “Mami no ha pasado por que probablemente no sería la última vez mí, Adrián, esperame un poco”, te dijo. que pasaría, que otros tratarían de ha- ¿Cuánto estabas dispuesto a sacrificar, a cerle daño. Para bien o para mal lo en- esperar? Te preparaste tanto. Lo planeas- tendió, y viste la furia apoderarse de los te todo con tanto cuidado para que tu ojos de tu hijo, la misma rabia que tantas primera cita fuera un éxito. No lo sabías, veces lo hizo pelearse con sus compañe- Adrián, pero en ese momento Mariana no ros en la escuela. Has tenido que contar estaba esperando a su mamá, sino don- tú la historia, porque tu hijo no quiso o no de unas amigas que te conocían mejor, pudo hacerlo, porque le da vergüenza o que sabían de tu propensión a traspasar quizás simplemente enojo, mientras baja las normas sociales, de tus ataques de ira, el mentón hasta ponerlo sobre la mesa de ese vocabulario más avanzado que el de vidrio. Entonces ve a su hermano me- del resto de tus compañeros y que te ha- nor y va a jugar con él, mientras tú, Karla, cía parecer tan extraño ante ellos, que te bajas la voz para que Adrián no te escu- hacía desenvolverte mejor entre adultos che y comienzas a hablar con un nudo que con los adolescentes de tu edad. No en la garganta. lo sabías, pero entonces entró la última llamada de Mariana para decirte que no podría llegar. Media hora más tarde, Karla pasaría por ti; la esperabas solo a la salida del cine.

44 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Premio joven creación 2014

Primer tiempo1 Damián Herrera González

La tarde se prestaba para la práctica costura; estaba sentenciada a morir en del deporte rey; las lluvias retrasadas le una patada. dan mucho verdor a la gramilla, a pesar Al fin asomó a la esquina de la pul- de su irregularidad, de las cepas de mon- pería, dizque haciendo series. No podía te que sobresalían entre el zacate y los hacer ni dos seguidas; se reían disimu- claros pelonazos de tierra y barro. lados… no vaya a ser que se enoje y se Chico salió de su casa justo después lleve la bola. Trotando con los tacos nue- de llegar del cafetal; se medio bañó para vos, recién comprados en el mercado, quitarse la miel de café que se había pe- llegó Alejo; eran marca Pelé y tenían la gado a su cuerpo durante la faena, le firma del Rey, taquillo de hule. Todos de- dio un beso a su mamá e ignoró a su pa- dicaron unos minutos para la admiración dre medio ebrio en el corredor. Sus ami- y los piropos. De los demás, solo tenían gos ya estaban en la plaza; ellos habían tenis Pelón, José y su hermanillo. Chico lu- ido a la escuela: El Gordo, Conejo, José cía unos zapatos viejos de cuero y doble y su hermanillo. Chico llegó quemándose media para rellenar el espacio, mientras por tocar bola, pero Pelón no había lle- que El Gordo y Conejo le daban a pata gado… Siempre se hace el rogado y lle- pelada. ga cuando se le pega la gana por ser el Pensaron en armar la mejenga de dueño de la bola, a pesar de que ya era cuatro contra tres, pero Chico sugirió de- un pedazo de cuero, no conservaba nin- cirle a un chiquillo de camisa roja que los guna de las hexagonales que formaban veía desde el palo de mango que que- la capa externa, ya casi no era redonda, daba detrás del marco sur. Una vez pare- se le empezaba a hacer una teta entre la jos, se inició el proceso democrático más

1 Esta crónica fue declarada finalista en el Certamen Joven Creación 2014.

crónica 45 doloroso en la vida de cualquier aficio- la calle para que cayera en medio de nado al futbol; ni el sí de una muchacha donde estábamos jugando… Estaban se espera con tanta ansiedad como la buscando reto. Como política de duelo repartición de equipo en una mejenga y debido a la rivalidad deportiva, escolar de plaza. Pelón, evidentemente, se auto- y socioeconómica, el reto era imposible nombró capitán de un equipo, además de rechazar. Los de la Urba iban en su de escoger primero; el otro capitán sería mayoría a la escuela de San Pablo. Era Alejo; por su calidad de juego, no existía fuera del pueblo; tenían que tomar bus. comparación: jugo de manzana contra Era más grande que la escuela de San jugo de yuca. Pelón los miró de arriba Luis y, a pesar de que la diferencia no era hasta abajo y escogió a Chico; Alejo pi- mucha, ellos eran los de plata; algunos dió a José; Pelón analizó el siguiente mo- hasta tenían nintendo chino. vimiento y eligió a Conejo; Alejo, por pe- Así como estamos, se cerró el trato. tición de José, eligió al hermano; Pelón, Echaron las canchas más para atrás; am- sin lealtad, pidió al Rojo, y El Gordo por pliaron a diez pasos de Hugo, el capitán descarte quedó con Alejo, acto que en de los de la Urba, y las dimensiones que- lugar de darle angustia le dio paz, por- daron estipuladas en 20 metros de largo; que Pelón grita mucho y alega por todo; la bola no sale a los lados y los goles tie- todo pase está mal puesto. nen que ser a la altura del portero. Como La elección de las canchas se hizo de los de la Urba eran menos, movían prime- manera tradicional, buscando piedras ro. bien grandes, botellas o ramas secas que En el momento en que suena el pito funcionaran como postes. Alejo fue a imaginario en una mejenga, el mundo es meterse al cafetal que quedaba detrás otro: el balón rueda y es pateado como de la plaza y consiguió dos ñongas de una hoja es llevada por el viento; es un café; para el otro marco, José y su her- ir y venir, un subir y bajar, rodar y rebotar, mano trajeron rodadas dos piedras de la que parece propio de la orquesta del calle. “A cuatro pasos míos”, dijo Pelón. universo. “Haga aquella más para atrás, que so- El primer toque de balón fue hacia mos muchos.” atrás. Hugo la recibió de su compañero Antes de empezar el partido, llega- con altanería, como el dueño de ese ba- ron los de la Urba; traían su propio balón. lón de pentágonos blancos y negros al- Le dieron una patada a la bola desde ternados. Fuerte y brillante, el balón casi

46 Pórtico 21, número 4, Año 2014 no se arrugó con el puntazo que inten- cibió el balón y dijo: “jueguen, jueguen”. tó dar sorpresa y solamente se llevó una Era el más feliz de todos cuando tenía en- silbada por parte del equipo del barrio. tre los pies esa maravillosa esfera: se le ol- La elección del portero también es una vidaba el mundo, los golpes de su padre, injusticia y el hermanillo de José, por ser se le pegaba al pie y la llevaba como el menor, es quien terminó en esa posición hasta que se diera la primera anotación. Aun así, es La elección de las canchas se hizo de un compromiso muy serio ser por- manera tradicional, buscando piedras tero; un gol es la salida hacia la bien grandes, botellas o ramas secas libertad y jugar en campo, pero que funcionaran como postes. una anotación no solo le da ven- taja al equipo contrario, sino que, dependiendo de la dificultad o facilidad, amarrada, se paseaba entre los otros ni- puede acusar de traidor y cuestionar el ños como si fueran más lentos o fueran honor del tipo que hacía el papel del ju- estatuas; de izquierda a derecha rodaba gador más escaso de las canchas y de segura la pelota; un taquito hacia Pelón los sueños de los niños. terminaba el adorno que amenazaba El hermanillo de José sacó para el chi- a los defensas rivales con ser bailados. quillo de Rojo, quien sorprendió con su Los ojos sobre el marco, la bola entre los habilidad hasta entonces desconocida: pies, el movimiento del banda que no con una finta fingió ir a recoger el balón es banda, el Rojo que no se llama Rojo y al llegar abrió las piernas y dejó que le pica y se cuela como un rayo entre los pasara por debajo; , impulsado con una defensas, recibe la bola y no solo recibe caricia de su pie descalzo, lo hizo llegar la redonda, recibe la confianza, la opor- seguro hasta los pies de José, quien, mar- tunidad de ser alguien, de dejar de ser cado por Rodolfo, el hijo del dueño del solo el chico de relleno que a nadie le im- bar, pudo proteger el balón ante dos pa- porta y convertirse en grande, en amigo, tadas furiosas que agonizaron en sus tobi- en respetado; siente desde los pies subir llos y se defendió mediante dos codazos el orgullo y la humildad que agradecen que fueron reafirmados como intencio- con aplausos sus compañeros de equipo nales mediante un enjache que decía: después de vencer al portero que salía “juegue bien o no respondo”. Chico re- desesperado.

crónica 47 El uno a cero sorprendía al equipo de burbujeo cancerígeno… No siempre se la Urba. No es normal. Ellos venían con puede uno tomar una coca. camisas de sus equipos favoritos y sus ta- La barrida fue sin asco; sacó la bola cos, algo gastados, pero tacos al fin y al limpiamente aunque se chollara las nal- cabo. Mientras tanto, el equipo del barrio gas, aunque llegara a su casa a ponerse no tenía colores definidos: una camisa alcohol en la raspada. Se bajó la pan- roja de un banco; una camisa amarillen- taloneta que le quedó hasta las costillas ta de tirantes; camisas de colores indefini- y fue por la bola. No había línea lateral; dos, rotas, estiradas por tanta lavada, y la corrió 25 metros hasta alcanzarla, hizo un espantosa camisa de Chico, blanca con centro deficiente que no llegó muy largo. letras verdes, como tres tallas más gran- Rodolfo lo interceptó y subió la bola cer- de, representando la promesa inconclu- teramente hacia la cancha. La bola iba sa de las últimas elecciones presidencia- muy alta y el sol del oeste ya le daba en les (sin duda, volverían a decirles que en la cara al hermanillo José. Conejo intentó la próxima votación sí salen los bonos de llegarle pero Francisco, otro de Urba, era vivienda, pero, eso sí, antes a votar y tra- como un metro parado y saltó por enci- bajar por el partido). ma de todos. Lo miraron como si fuera un Rodolfo, enojado, tira al reto una va- gavilán en lo alto. El cabezazo no tenía lor adicional: el que gana va a invitar las fuerza, pero fue suficiente para engañar cocas en bolsa después del partido. Solo al meta, que salió en falso, a cazar mari- a él se le podía ocurrir que los del barrio posas, con los ojos cerrados y llorosos por podían pagar la apuesta; entre todos no el sol que empezaba a pintarse anaranja- les alcanzaba ni para una, solo podían do. El gordo corrió todo lo que pudo para cubrir la apuesta con un par de bolis de llegarle a la bola, pero todo lo que podía a diez. Rodolfo, seguro de ganar y sola- el gordo no era mucho. La bola rodaba mente movido por el enojo, aceptó la como burlándose de él, iba despacio ha- oferta y quedó pactada la apuesta de cia la raya y su intento de doblar el cuer- bolis contra cocas en bolsa. po no fue suficiente: la pifia fue evidente Se reanuda el encuentro desde el y el regaño de Pelón no se dio a esperar; marco. Se cambia de portero, como co- la ofensa y su apodo en un tono que de- rresponde. Avanza la Urba. Sale José a la jaba de ser de cariño y se convertía en el marca; va con todo. Sumado al orgullo peor de los insultos. Conejo sacó pecho, estaba la sensación de poder sentir ese lo encaró y le dijo que no empezara.

48 Pórtico 21, número 4, Año 2014 El partido se volvió aburrido. Pasaron de un tercero. Era una locura, como estar casi 5 minutos de intentos de ataque que viendo al mismo Diego, a Romario o a Ale- agonizaban en la defensa. El bus estaba jandro Morera jugueteando con el balón. atrás al lado de la Urba, los insultos defen- El gordo se frotaba los ojos; Pelón dejó de diendo el futbol y lo hermoso de las can- pedir la bola, cerró la boca, y el mae de chas abiertas. El de Rojo tomó la bola y se Rojo que era yo, me salí del cuadro. Ahora fue por la banda; un centro mal logrado, que lo recuerdo siento como si estuviera le volvió a quedar y la levantó pasadísi- en la gradería, abrazando una bandera, ma. Chico la fue a recoger. No le dio tiem- poniéndome de pie, fijando los ojos en la po de darse vuelta: la embestida de ese jugada, conteniendo el grito para no in- caballo lo hizo terrumpir el mo- tirado de rodillas. mento, evitando Se levantó a cu- el pestañeo para brir el balón; no no perderme el le dolía tanto el remate ligero empujón como ante la salida del las marcas en la portero que se espalda que le estiró solo para la había dejado el foto, para hacer- caballo de su pa- me más bonito el dre con la cubier- recuerdo y verlo ta del cuchillo, caer en cámara doce latigazos. Guillermo Barquero. Andrea, fotografía digital, 2012. lenta mientras se- Vino una juga- guía el balón con da que sería recordada por todos años la vista, mientras lo maldecía buscando después: Chico, cubriendo la bola, la un mal pique que lo sacara. Pero el pique tocó de taco rajando en dos al marca- fue a favor, roto 15 grados hacia el oeste, dor, le dio la vuelta y, cuando llegó el se- se estrelló en la ñonga de café que ha- gundo, metió el pie por debajo, como si cía de poste, cambio su rumbo 45 grados fuera con la mano; la levantó por encima y se fue por la línea imaginaria. El portero de la cabeza, no le tocó ni un pelo, y Chi- lo intentó; todavía lo repite cuando es él co no dejó que se ensuciara y antes de quien cuenta la historia; dice que la rozó tocar el piso volvió a tocarla por encima con los dedos después de que pegó en

crónica 49 la segunda ñonga, pero el efecto ya era tuviera resortes en los talones y tapó el tiro mucho, la bola giró sobre su eje y rodó arriesgando pegar la cabeza en la piedra hasta el fondo. que hacía de poste, y rebotando como si Lo celebramos como si fuera Omam tuviera otro resorte en el costado, regresó Biyik en el noventa; como si fuera Cayas- hacia su derecha para tapar el contrarre- so, corrió hasta la esquina de la plaza y mate, que vino torpemente de un zurdazo se volvió con una sonrisa de dientes des- ridículo pero con la suerte de ser tan malo galillados que gritaban junto a nosotros que picó y se la complicó al Gordo, quien gooooool. metió la mano rechazando desesperada- Ya habíamos ganado. Hasta ahí termi- mente hacia el centro. Quedó, y sin pen- naba siempre la historia cada vez que la sarlo, el Gordo se lanzó a tapar el dispa- contábamos; ya cambiábamos de tema ro de Hugo, que se la encontró y prefirió y nos lamentábamos de no tener cáma- la violencia ante la sutileza y acribilló al ra de video en aquel entonces. Pero el gordo, a quien desde ese día le decimos partido siguió, al menos el primer tiempo. Gato por esos reflejos. Se ganó el apodo Se nos vino la Urba encima; no era ante esa salida salvadora que mandó la para menos: el sol ya se estaba ponien- bola hacia arriba y, ante el mal dominio do anaranjado detrás del marco oeste. de Conejo, le dio en la mano y se escuchó El hermanillo de José se quedó adelante la petición de falta, de penal, de amarilla; y el Gordo pasó a atajar. La marca tenía y el tiro libre se concedió. que ser a presión; estos corrían mucho El Gordo acomodó su barrera. Rodolfo y el verdor del zacate desfavorecía las pidió el tiro para vengar su honor, tomó suelas gastadas de nuestros zapatos y de impulso desde su casa, parecía que iba nuestros pies descalzos. a llegar cansado pero al llegar le dio con Vinieron luego las sorpresas: le devol- el alma. Disparó con todo; la bola agarró vieron a Chico una perrita, lo cual no era una comba soñada, como dibujada con nada, podían hacerle mil que él ya había compás; giró sobre su eje y se estrelló ca- pasado a la historia; además, era por estar prichosa contra la cara de Pelón, defor- distraído, por estar pensando en su mamá mándole la nariz y dejándole un círculo por dedicarle el gol, por imaginársela en rojo salpicado de tierra en el lugar de la la gradería saludándolo sin penas, pero en cara, ante el movimiento desesperado fin, después de la perrita salió el centro y el de sus manos que no tuvieron tiempo de tiro fue tan duro que no recuerdo quién le pasar de sus genitales a su rostro; fueron dio. El Gordo se lavó la cara, saltó como si más lentas que el balón que cambió de

50 Pórtico 21, número 4, Año 2014 rumbo engañando a Gato, quien ya se llamó. Chico se escondió de su padre que había lanzado sobre el otro costado y la entraba a la cantina con el señor Mora, el miraba dando un salto por encima de la que tenía más fincas; seguramente iba a piedra en función de poste, ante los gri- negociar en la cantina la venta de las pro- tos de fue gol y la defensa de eso es pos- piedades. Acordamos que el primer tiem- te. Tiro de esquina. Se cobró sin dar tiem- po terminaba en ese momento y mañana po. La luz era poca y el sol se ponía cada a las tres daría inicio el segundo: mismos vez más naranja, al igual que el círculo equipos, cambio de lado. en la cara de Pelón. La bola rechazada Pero no ha llegado el momento; impo- por Conejo quedó en media cancha y sible iniciar con los equipos incompletos. A Melvin disparó con todas las fuerzas, con las siete en la escuela nos dimos cuenta de todas las fuerzas brutas y la mandó al ca- que ese segundo tiempo no llegaría, no sin fetal. A esas horas, cuando el sol era solo Chico. En aquel momento se nos dijo que un adorno, cuando las luces de neón no era un accidente, pero eso era como de- habían encendido, y ni el sol ni las luces cir que la jugada de Chico fue una guaba: tenían influencia, la búsqueda se exten- él tenía talento; tampoco fue un error: él dió 15 minutos, hasta que el de Rojo dio sacó la cara por su madre como se saca con el balón. Ya era tarde y, aunque en la cara por un compañero en la grama, las reglas de la mejenga no hay hora de- sacó pecho; pero era un diez: no son muy finida ni regla que impida que se pasen altos, no son tan fuertes, y su padre era los marcos debajo de las luces de la ca- una bestia, le dio con el machete. lle, todos nos vimos hipnotizados por el Esa tarde todos lloramos; no en la misa, sol anaranjado, un balón perfecto en el nos aguantamos; tampoco en el cemen- horizonte; cruzamos la piedras del primer terio: lloramos al pasar por la plaza, al marco, las ñongas del segundo y llega- imaginarnos jugando ese espectacular mos a la orilla oeste de la plaza. Nos sen- primer tiempo, la gracia de Dios en los tamos a ver la pelota cruzar la línea, ano- pies de Chico, sombrerito tras sombrerito, tar en el horizonte, derretirse en un largo el balón girando adentro, su sonrisa que grito de gol anaranjado y celeste que se nos gritaba desgalillado y giraba metién- apagó cuando se encendieron las pri- dose hasta adentro entre celeste y ana- meras luces de la calle. ranjado, las luces de la calle encendien- Era tarde, había tarea al otro día. La do, esperando el pitazo imaginario del mamá de Pelón pasó por la calle y lo segundo tiempo.

crónica 51 Louis-Robert Carrier Belleuse, (Francia, 1848-1913). Monumento Nacional, bronce, 1895. crónica Creación literaria

El monumento de la guerra de 1856-18571 Alfonso Jiménez Rojas

Habiendo venido al mundo ocho años y medio después de la guerra sostenida por Costa Rica, en los años 1856 y 1857, contra los filibusteros que bajo el mando del yanqui William Walker se habían apoderado de Nicaragua, nada más natural que desde la infancia oyera yo hablar de los sucesos de esa guerra, y como, de uno de ellos, de la tremenda peste del cólera-morbo que la tropa trajo del exterior y propagó por todo nuestro país.

La magnitud y gravedad de los acon- por precaución los dejaban por algún tecimientos, su trascendencia y los males tiempo al borde de las zanjas abiertas sin cuento sobrevenidos alteraron profun- para sepultarlos. Me acuerdo de que mi damente la vida de esta pequeña nación padre, hombre de espíritu sereno, decía y la llenaron de luto. Muy fresco estaba, que había necesitado armarse de valor pues, en la memoria de los sobrevivientes cada día al volver al lugar de su trabajo, de aquella época de prueba, el recuer- pues la primera noticia que le aguardaba do de los hechos durante ella acaecidos. era la de la muerte de alguno o algunos En especial, se mantenía vivo el re- de los compañeros. La despedida diaria cuerdo de los horrores de la peste. En San de la tarde fue a menudo la suprema. José, por lo menos, el terror había alcan- ¿Qué relato puede igualar al oído de zado su máximum. Muchos habían sen- los labios de nuestros padres? Los míos, tido helárseles la sangre en las venas al bastante jóvenes en tiempo de la guerra solo ruido de las ruedas del carretón que, y que estaban en aptitud de darse cuen- aun a deshoras de la noche, iba por las ta de todo, tenían en alto grado el senti- calles recogiendo de las casas los cadá- miento de la nacionalidad verdadera, la veres para llevarlos al cementerio, donde

1 Crónica tomada del libro Reminiscencias en la ciudad de San José (ECR, 2013), compilado por Elías Zeledón Cartín.

crónica 53 que se funda en la sangre y la tradición dibujo, los restos de los templos clásicos, los de siglos. mármoles de un Miguel Ángel o de un Ca- ¡Qué distinta, por cierto, esa nacionali- nova, las pinturas de un Rafael o de un Co- rreggio, y aun los poemas de un Milton o de dad, de la que inconsultamente otorgan un Goethe, la música misma de un Beetho- a extraños las leyes políticas para fines de ven, la autora que atraviesa con rayo de interés particular o para ejercer funciones oro el velo de sombras de la noche, o el públicas, mientras les convenga vivir en el mar moviendo las gigantescas olas hasta país! romperlas en la roca de la orilla, producen Por lo que he indicado, se compren- goces menos grandiosos y menos sugestivos que la realización de lo bello y de lo sublime derá que la vista del monumento conme- hecha a través de la miseria humana, en el morativo de la guerra dicha no despierta oleaje de la Historia, que la encarnación de en mí el sentimiento de vanidad y sí me lo ideal en la realidad, que la trasfiguración hace pensar en los esfuerzos de nuestros de los egoísmos, de las cobardías y de las mayores para conservar la independen- concupiscencias que forman el espectácu- cia y los derechos de la nación, en las lo ordinario de la vida, en las abnegaciones generosas, en los hermosos atrevimientos, desgracias que soportaron en su noble en los nobles martirios; que si lo bello siempre empeño y en el auxilio generoso que les eleva, no hay hermosura que se equipare prestaran en aquella ocasión algunos ex- en lo eficaz y en lo trascendente a la moral tranjeros amigos. belleza, no hay trago de piedra convertido Y ya que a esos esfuerzos me he refe- en estatua soberbia que pueda comparar- rido, no puedo resistir al deseo de repro- se a la colonia Norte-Americana alcanzan- do la potencia más alta de su expresión en ducir las siguientes inspiradas frases del las virtudes de un Washington, a la colonia insigne orador cubano, maestro de la Hispano-Americana levantándose hasta la juventud costarricense por muchos años, altura de un Bolívar; no hay página de ca- en relación con los mismos hechos: tecismo, ni prédica elocuente, ni horizonte dilatado, ni levante de estrella, ni milagro de Creo que volviendo la vista hacia aquellos arte que fortifique y restaure las fuerzas de tiempos y hacia aquellos hombres expe- la voluntad para el bien, como la contem- rimentaréis, como yo, la delicia que suele plación en la vida, de un hombre o de un gozarse –y aun este placer es más intenso, pueblo que atraviesa la calle de la Amar- elevado y fecundo–, la delicia que se goza gura llevando sobre los agobiados hombros ante los grandes monumentos del arte y la cruz de su heroico, voluntario sacrificio; ante los grandes espectáculos de la Natu- de una generación que se abre las venas raleza, porque los prodigios de las artes del para librar a su descendencia del yugo de

54 Pórtico 21, número 4, Año 2014 la esclavitud; de una sociedad humana a la degradación y al atropello, a la miseria que azotada por el infortunio se lanza in- y a las verguenzas de la tiranía.5 trépida, como la de vuestros padres, a las cimas del patriotismo y del valor; masa, hu- Cerca de seis meses habían transcu- milde y plebeya hasta el día antes, se viste rrido desde la terminación de la guerra, la armadura del adalid y se calza la espue- cuando por decreto del 27 de octubre la de la caballería; pacífica hasta entonces, corre al encuentro de la muerte; holgada, de 1857, el Congreso de la República dis- se familiariza con la miseria; de vida luen- puso conceder honores y recompensas a ga, robusta y bien entretenida, desata so- don Juan Rafael Mora, presidente de la bre su cabeza la podredumbre y el estrago misma, a los generales don José Joaquín de la peste; de manos usadas a manejar Mora y don José María Cañas y a otros sólo la azada y el arado, empeña la clava, jefes, oficiales y soldados del ejército y y sin cansancio, sin vacilación y sin miedo sube, a la postre, a la cúspide de la victo- además lo que sigue: ria, aparece ahora, en el panorama de las tradiciones, en la perspectiva del recuerdo, Artículo 7°. El Supremo Gobierno hará colo- rodeada de los signos que atestiguan la car en el centro de la fuente pública que la grandeza de su condición; rota en sus ma- municipalidad de San José va a establecer nos la tajante espada, desgarrado el traje, en la plaza mayor de la capital, un monu- pálido y manchado de pólvora el rostro mento que eternice la memoria de los triun- varonil, deshilachada a lo largo del asta la fos de Santa Rosa, Rivas y San Juan. bandera querida; pero caída a sus plantas la cadena que se había forjado para ella, Pasaron los años sin que se llevara a altiva y fulgurante la mirada, vestida con los efecto esta última disposición, lo que al esplendores de la gloria, y sellada sobre la fin se realizó, como se verá, el 15 de se- frente con la marca que el martirio por la libertad coloca en las sienes de los redento- tiembre de 1895, aniversario de la Inde- res, escribiendo con su sangre, en las pági- pendencia de las cinco repúblicas cen- nas de la Historia, la sentencia de Tácito: No troamericanas del reino de España. hay fuerza extraña capaz de reducir a ser- vidumbre las naciones; son la cobardía y el menguado carácter de los pueblos los que los sujetan a la mutilación y a la ignominia, 5 Tomado del discurso que el Dr. don Antonio Zambrana pronunció en el Palacio Nacional en la noche del 1° de mayo de 1895, aniversario de la rendición de los filibuste- ros.

crónica 55 En la editorial de La Gaceta del 11 del plenipotenciario en Europa, don Manuel propio mes de setiembre de 1895, se lee M. de Peralta, a un escultor francés.6 lo siguiente, con respecto al monumento: Para los gastos de los actos oficiales y fiestas de la inauguración no se escasea- El Gobierno del Licenciado don Bernardo ron los dineros. Y el éxito alcanzado dejó Soto dispuso dar fiel cumplimiento a la ley, poco que desear. El Gobierno quedó obra del Congreso de 1857, que manda eri- con lucimiento. Paréceme que no ha ha- gir un monumento en honor a los vencedo- res de Santa Rosa, Rivas y San Juan, y el Go- bido en Costa Rica otra festividad mayor bierno del Licenciado don José J. Rodríguez en su género. contribuyó a la realización de aquella idea Por invitación del Gobierno, enviaron en toda la parte que hubo de correspon- delegaciones especiales los de las Repú- derle hasta dejar instalado el monumento blicas de Guatemala, Honduras, Nicara- en el lugar que hoy ocupa… Tócale aho- gua y El Salvador. Los delegados y per- ra al Gobierno presente, y de ello se gloría, cumplir la parte final de ella; esto es, inau- sonas que les acompañaban llegaron gurar de una manera digna y solemne el con la debida anticipación. Fueron muy monumento que perpetuará en el bronce festejados desde el primer momento. la memoria de los héroes por suyo denuedo He aquí los nombres de los delegados y y abnegación se libró nuestra patria de las de los individuos de su comitiva: doctor cadenas que le tendía el filibusterismo. don Rafael Spínola, de Guatemala, y su ayudante don Manuel M. Méndez, sub- Desempeñaba a la sazón la presiden- teniente de la Escuela Politécnica; ge- cia de la República don Rafael Iglesias, neral don Terencio Sierra, de Honduras, y quien tenía por secretario de Estado al su secretario don Froylán Turcios; doctor general don Juan Bautista Quirós en el don Joaquín Sansón, de Nicaragua; y el despacho de Guerra, y en el de Gober- doctor don Rafael López, de El Salvador, nación, al Dr. don Juan J. Ulloa Giralt. y sus ayudantes coronel don Alfonso Ara- En vez del centro de la fuente de la pla- gón y comandante don Rodolfo Quehl. za mayor o Plaza Principal, convertida en También con los señores Spínola y Quehl Parque Central desde 1885, se había se- vinieron sus respectivas esposas. ñalado por decreto el centro de la Plaza Las fiestas principiaron el jueves 12 de de la Estación, hoy Parque Nacional, para setiembre por la noche, con la iluminación colocar el monumento, encargado, en- tiendo que por medio de nuestro ministro 6 En la base del grupo de figuras que corona el monumento se lee «Louis Carrier-Belleuse. 90-91».

56 Pórtico 21, número 4, Año 2014 de los parques, retreta o concierto por extranjeras, “como tributo de gratitud” a las bandas musicales militares de las ciu- estas. El acto de la condecoración de los dades de San José, Cartago, Heredia y cónsules se verificó el día 4, en la brillante Alajuela, en el Parque Central, y fuegos recepción que al efecto dio el presiden- artificiales. te a las once y media ante merídiem, a El día 13, al romper el alba, hubo diana las colonias expresadas, en el salón del y las mismas bandas recorrieron las calles Congreso. Se habían quitado todos los de la ciudad tocando piezas ale- gres. A las nueve de la mañana, ¡Qué distinta, por cierto, esa naciona- marcharon al llano de Mata Re- lidad, de la que inconsultamente otor- donda (La Sabana, como deci- gan a extraños las leyes políticas para mos) el Estado Mayor del Ejército, fines de interés particular o para ejer- un regimiento de Infantería 17 y un destacamento de Artillería. cer funciones públicas, mientras les Estaban formados esos cuerpos convenga vivir en el país! en su mayor parte por jóvenes decentes, muchos profesionales, de San sillones, mesas, pupitres, barandillas, etc. José, que desde 1894 venían disciplinán- Puesto de pie el presidente sobre el es- dose y ejercitándose en el uso de las are- trado, bajo el dosel, y colocados a uno nas, y los cuales llevaban vistosos unifor- y otro lado, también de pie, los funcio- mes de paño y galón de oro. A las diez narios de la comitiva, todos con traje de se efectuaron las maniobras y el tiro al etiqueta, desfilaron en formación, de dos blanco, puesto en los montes de Escazú, en dos, los individuos de las colonias ex- con una batería de campaña de Bange. tranjeras, que concurrieron, niños inclusi- A la noche hubo diversiones públicas se- ve, por centenares, y estrecharon de uno mejantes a las de la noche del 12, con la en uno la mano del presidente. Resultó diferencia de que el concierto fue dado conmovedor ese acto por lo que signifi- en el Parque Morazán. caba en sí. El presidente Iglesias, con su Por decreto del Congreso, se había innato énfasis que recordaba el de su facultado al Poder Ejecutivo para que ilustre abuelo, doctor Castro, pronunció condecorara con medalla de oro a los un discurso, que fue contestado por el cónsules acreditados en la República, en doctor don Miguel W. Angulo, colombia- representación de las respectivas colonias no, decano del cuerpo consular. Por la

crónica 57 noche, se repitieron las diversiones públi- hicieron honores militares y salvas de ar- cas de la anterior. tillería. Los niños de las escuelas de varo- El amanecer del domingo 15, que era nes de San José cantaron los himnos de el de la Independencia, fue saludado las cinco repúblicas. En seguida, se co- con la salva de artillería de ley, toques de locaron coronas al pie del monumento. diana y paseo de las bandas musicales El presidente de la República condeco- por las calles. En el Palacio de Justicia se ró con medalla de oro a los señores don reunió la comitiva oficial a las nueve y Camilo Mora Aguilar y don Rafael Cañas, media de la mañana, y luego se verificó designados para representar, el uno a los la marcha al lugar de la inauguración del generales don Juan Rafael y don José monumento, más o menos en el siguiente Joaquín Mora –su padre y su tío–, y el otro orden: a la cabeza iba la compañía de a su padre, general don José Mª Cañas. infantería formada por los alumnos del Li- Condecoró además al coronel don Ni- ceo de Costa Rica, precedidos por una colás Aguilar Murillo y no sé a qué otro u banda de clarines. Seguía el cuerpo de otros jefes del Ejército expedicionario de jefes y oficiales del 56 y 57. Después iba el la guerra. Los oficiales del mismo ejérci- cuerpo de música militar de San José. Mar- to presentes fueron condecorados por el chaban a continuación los soldados de la ministro de la Guerra. Y los presidentes del campaña nacional y tras ellos las personas Congreso y de la Corte de Justicia con- de la comitiva oficial. El régimen de infante- decoraron a los inválidos. ría, el cuerpo de música militar de Alajuela Hubo otro discurso notable de que ha- y el destacamento de Artillería marchaban blaré. Pasados los actos del Parque Na- después en ese orden. Los generales de Di- cional, desfilaron la comitiva oficial y las visión, don Federico Fernández y don Víc- tropas. En el Palacio Municipal y en el Edi- tor Guardia, eran respectivamente jefe de ficio Metálico de las Escuelas Graduadas, Operaciones y jefe del Estado Mayor, y el se sirvió refresco en obsequio de los jefes general de Brigada ingeniero don Lesmes y oficiales, uno, y el otro, de los soldados Jiménez Bonefil era el jefe de la Artillería. Lle- del 56 y 57. El concierto nocturno fue en gada la comitiva oficial frente al monumen- el Parque Nacional. Por último, se celebró to, se presentaron los inválidos de la guerra el baile oficial dispuesto en honor de los y se constituyeron en guardia de honor de señores delegados, a las nueve de la no- este. El ministro Quirós pronunció el discur- che, en el Palacio Nacional. El patio y el so oficial. Al descubrirse el monumento, se salón del Congreso estaban destinados a

58 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Louis-Robert Carrier Belleuse, (Francia, 1848-1913). Monumento Nacional, bronce, 1895. los bailadores. Según El Heraldo, diario de nos deslumbró con su brillantísima y sobre don Pío Víquez, no bajaba de treinta mil manera oportuna y generosa oración”. pesos el costo del baile, pues solamente En verdad que, leyendo en estos días en el arreglo del patio para que pudiera el discurso del Dr. Spínola, he hallado con servir de segunda sala de baile, a salvo viva satisfacción en él un fondo de since- de la lluvia, se invirtieron seis mil pesos. ra imparcialidad digna de gratitud. En la crónica de las fiestas, publicada Costa Rica ha sido injustamente de- en el mencionado diario, se dijo que no nigrada muchas veces por los malque- menos de veinte mil personas habían des- rientes que ha tenido y tiene en las otras filado por la calle de la Estación el día 15. repúblicas centroamericanas. No ha sino Con respecto al discurso pronunciado poco tiempo que en una revista hondu- en el acto de la inauguración por el de- reña, leí un artículo que es un tejido de legado Dr. Spínola, se expresó El Heraldo tergiversaciones e injurias contra nuestra así: “El señor Delegado por Guatemala nación, hasta en cuanto se refiere a la

crónica 59 guerra de 1856-1857, que tantos sacrifi- Nicaragua para ofrecerle su sangre y sacri- cios causó. No he acertado a explicarme ficarse magnánima, antes que dejar que a qué se debiera tamaña explosión de su hermana y vecina vaya a perecer en la contienda. odio feroz, pues el autor me es descono- cido absoluto. En lo referente a la proyectada unión Dijo el Dr. Spínola con respecto al es- centroamericana, dijo el señor delegado tado de los países centroamericanos en Spínola: 1856:

No vayáis a pensar, señores, que me refie- …allá los dos partidos de Nicaragua, pro- ro a la unión de estas cinco Repúblicas por fundamente enfermos por la pasión polí- medio de lirismos políticos y de utopías poé- tica, retorciéndose entre las convulsiones ticas imposibles: pienso que para llegar al producidas por tan terrible mal: el uno mo- gran fin deseado, deben emplearse otros dificando la Constitución para continuar medios mucho más prácticos: los primeros en el poder, tan tupida, que ni siquiera se eslabones de la cadena que ha de unirnos, daba cuenta en aquellos aciagos momen- no creo que hayan de ser por cierto hechos tos de estar consumando la entrega de la del papel en que se escriben los tratados y patria a esclavistas extranjeros; más allá, pactos de unión; esos eslabones deben ser Guatemala, El Salvador y Honduras en ma- de algo más duro e indestructible que el nos de gobernantes vulgares y ambiciosos, papel de escribir; ¿sabéis de qué? Pues del contemplando con impavidez estólida la acero con que se construyen los rieles de los preponderancia de aquellos aventureros ferrocarriles; tendamos rieles y se irá tejiendo extraños; tales gobernantes estaban pre- poco a poco la única cadena que puede ocupados tan sólo con la idea personal y unirnos; tendamos rieles para comunicar- raquítica de sostenerse en el poder; poco nos y robustecer los lazos de nuestro comer- les afectaba la suerte de la patria centro- cio; tendamos rieles para estrechar con fre- americana, y veían con criminal indiferen- cuencia nuestras manos hermanas, y poder cia el peligro inminente de una domina- experimentar, al contacto de su calor, que ción extranjera; pero afortunadamente no el alma que anima el corazón de estas cin- sucedía lo mismo en todas partes; aquí, en co Repúblicas es una sola alma. Sí, señores, la garganta del Istmo, Costa Rica, la her- en esta ocasión estamos recibiendo una mana menor –y ¡quién lo creyera!– aquella prueba elocuentísima de que si muchas co- a quien más se ha tildado de anticentroa- sas nos dividen por hoy, hay por lo menos mericana, con el alma llena de angustia, algo suficientemente grande, noble y con- es la primera en dar el grito de alarma en solador, que nos une a todos; algo muy real, aquellos momentos, ella ha comprendido demostrado por la evidencia de los hechos: el peligro y se apresta a volar en auxilio de

60 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Develación del Monumento Nacional, 1895. el sentimiento de centroamericano que con trance, sea ella o no posible, y quienes más o menos intensidad anima el espíritu de por lo común denigran a Costa Rica por cada uno de estos pueblos, y de cuyo senti- haber asumido la administración de sus miento, el muy culto de Costa Rica nos está dando en esta solemnidad una muy feha- propios asuntos para poder vivir y progre- ciente y clarísima prueba. Tendamos, pues, sar, o por no suscribir pactos efímeros de rieles, señores, para que nos sea fácil cultivar unión de esa clase, pues por lo visto para y acrecentar, día tras día, por el continuo ellos nada valen las muestras, como la de trato, ese sentimiento que vibra y repercu- 1856 y 1857, dadas por nuestra patria, de te en muchos corazones centroamericanos; sus sentimientos en pro de los demás paí- pongamos por medio de la locomotora en perenne roce nuestros elementos de civili- ses de la antigua nominal federación de zación, para ir amalgamando pueblo con Centro América. Bien está el Monumento pueblo; procuremos que las líneas ferrocarri- en lo alto de esta ciudad y en una de sus leras vayan haciendo olvidar nuestros límites entradas principales, para que cuando geográficos y borrando la palabra frontera la tradición de los sucesos de la guerra, del diccionario de los pueblos de Centro- cada día más y más débil, acabe por ex- América. Empecemos por hacer la unción geográfica y moral, y dejemos para lo últi- tinguirse, puedan las nuevas generacio- mo la unión política; que ella vendrá des- nes dedicar un pensamiento siquiera a pués, ineludiblemente, en obediencia a las los sacrificios de que él hace memoria y leyes genésicas que presiden la formación al heroísmo que los inspirara. de las nacionalidades. San José de Costa Rica, Por supuesto que tales manifestacio- marzo de 1930.7 nes no pudieron gustar a los que viven del papel de apóstoles o de agitadores 7 Fuente: Reproducción. Tomo 12, 25 de abril de 1930, de la idea de la unión política a todo N° 185; pp. 1-19.

crónica 61 La que fue casa particular de Juan Rafael Mora entre 1849 y 1859, en los años cuarenta del siglo xx. Creación literaria

1 Donde vivió el héroe: la casa de don Juanito Andrés Fernández

Los cien años de la Campaña Na- sultarían un acontecimiento fatal de mayor cional se celebraron demoliendo esa frecuencia”. vivienda. Por eso, agrega, las casas “tan solo tienen un piso, [y] las pocas que se apartan de Irlandés naturalizado norteamerica- esta regla –media docena o algo así– son no, Thomas Francis Meagher (1823-1867) excepciones nerviosas y tienen el aspecto llegó a Costa Rica en marzo de 1858 en de intrusas desgarbadas”.8 viaje de recreo tanto como de estudio, junto a su condiscípulo Ramón Páez. La ciudad y sus casas De ese paso, Meagher dejó un ameno relato, hoy clásico, que publicó en Nue- Para entonces, como era usual en las va York en 1860 –profusa y precisamente ciudades coloniales hispanoamericanas, ilustrado por Páez– con el título de Vaca- la nuestra estaba dividida en manzanas, ciones en Costa Rica. En él, refiriéndose es decir, en cuadras de 100 por 100 varas a San José, expresa Meagher: castellanas (83,59 metros), subdivididas a su vez en cuatro partes o solares, original- “Los temblores de tierra se oponen a las mente otorgados a los vecinos principales muy altas pretensiones. Estos ocurren muy a menudo en el valle de San José […], pero 8 Meagher, Thomas Francis (1859-1860). Vacaciones en solo causan daños quizás una o dos veces Costa Rica. En: Fernández Guardia, Ricardo. 1982. Cos- en un siglo. […] Sin embargo, si las casas de ta Rica en el siglo XIX. Antología de viajeros. San José, Cos- San José fueran más altas, las sacudidas re- ta Rica: Editorial Universitaria Centroamericana, p. 375.

1 Crónica tomada del libro Los muros cuentan. Crónicas sobre arquitectura histórica josefina. (ECR, 2013).

crónica 63 La Sala Colonial del Museo Nacional en los años 60.

con su nombre y apellido.9 En esos solares, Derivadas entonces de un mismo ma- se hallaban las casas construidas a la ro- terial, ambas técnicas constructivas se mana (agrupadas), algo que brindaba combinaban, en general, en esas pocas una gran homogeneidad visual al enteja- casas de dos pisos. En ellas, la primera do perfil urbano. planta era de adobes, y la segunda, de Para cuando Meagher se refirió a bahareque. Se procuraba así que la se- ellas, las técnicas de construcción pre- gunda planta fuese más liviana y más flexi- dominantes eran el adobe y el bahare- ble en caso de sufrirse temblores. que: el primero, de origen hispano; el se- No obstante, y sin importar que aque- gundo, herencia precolombina, pues el llas viviendas hayan sido de uno o de dos indígena utilizaba muchas veces el barro niveles, según el arquitecto Manuel Gu- para rellenar los espacios que había en- tiérrez, dada tre los troncos y las cañas con los que le- vantaban las paredes de sus viviendas.10 “[…] la honestidad y la sencillez en el uso de los materiales, las fachadas de estas vi- viendas reflejaron una pureza y una belleza 9 Meléndez, Carlos. 1986. Las villas nuevas en la Costa austera. No había en ellas ningún maquilla- Rica borbónica. En: Sibaja, Luis Fernando y otros. 1989. je superfluo que cambiara su apariencia en Costa Rica colonial. San José, Costa Rica: Ediciones Gua- yacán, p. 170. Sobre el fenómeno de la urbanización de alguna forma o en otra […]. Su apariencia la América hispana, véase Salcedo Salcedo, Jaime. 1996. reflejaba única y exclusivamente, la res- Urbanismo hispano-americano, siglos xvi, xvii y xviii. Bo- puesta a una necesidad humana llevada gotá, Colombia: Centro Editorial Javeriano. a cabo con gran limitación de materiales y 11 10 Fonseca, E. y Barascout, E. Historia de la arquitectura con mucha sencillez”. colonial. En: Fonseca, Elizabeth / Garnier, José Enrique (editores). 1998. Historia de la Arquitectura en Costa Rica. 11 Gutiérrez, Manuel. 2007. La casa de adobes costarricense. San José, Costa Rica: Fundación Museos del Banco Cen- San José, Costa Rica: Editorial de la Universidad de Cos- tral de Costa Rica, pp. 104-105. ta Rica, pp. 41-42.

64 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Aunque escasas, como lo hace constar Dos años después, cuando Mora Porras Meagher, de aquellas “intrusas” casas de sustituyó en la presidencia de la República dos pisos precisamente dos pertenecían a José María Castro Madriz –derrocado a quien ejercía entonces la primera ma- por un golpe militar–, comenzó aquella a gistratura: Juan Rafael Mora Porras. ser llamada “la casa del presidente”.13 Efectivamente –como nos lo hace sa- Como vemos, además de su cercanía ber el historiador Raúl Arias Sánchez–,12 el con la plaza de la ciudad, los dos niveles solar ubicado en la diagonal noroeste de de esas viviendas hablaban también del la plaza mayor, en la intersección de las nivel social, económico y político de quie- actuales avenida 2 y calle 2, había per- nes las habitaban. tenecido desde mucho antes a Camilo Por lo demás, ni exterior ni interior- Mora Alvarado, acaudalado josefino y mente se diferenciaban mucho del res- progenitor del futuro héroe. to de casas del centro de la ciudad. Así lo constata Meagher cuando afirma: “La casa particular del presidente […], La casa de “don Juanito” situada en la ‘Calle del Presidente’, a Allí, en el extremo norte del predio y corta distancia de la plaza, es un mo- con frente a la calle 2, Mora Alvarado delo de modestia republicana”.14 había construido la casa de dos plantas Modesto también, su distintivo aca- donde, en 1814, había nacido Juan Ra- so haya sido el espacioso y largo balcón fael. Después, en 1833, le había vendido volado, de recias columnas y balaus- la parte oeste del terreno restante a Ma- tres de madera torneada, provenientes, nuel Aguilar Chacón, quien sería Jefe de con toda seguridad, de algún taller local Estado en 1837 y 1838. como los que había en la ciudad desde Para entonces, Aguilar Chacón habi- poco antes de la Independencia.15 taba ya la casa, de dos plantas también, Así, el taller de Antonio José García dis- que había construido allí con frente a la ac- ponía de mesa de torno y herramientas tual avenida 2. A esa residencia, en 1847, se trasladó a vivir Juan Rafael Mora cuan- 13 Arias Sánchez, Raúl. do contrajo matrimonio con Inés Aguilar 14 Meagher, p. 404. Cueto, hija a su vez de Aguilar Chacón. 15 Obregón, Clotilde. 1986. San José a comienzos del siglo xix. En: Sibaja, Luis Fernando y otros. 1989. Costa Rica 12 Arias Sánchez, Raúl. En comunicación personal con el colonial. San José, Costa Rica: Ediciones Guayacán, p. autor, agosto de 2010. 189.

crónica 65 La casa de Camilo Mora, de dos plantas y balcón, en calle 2 y avenidas Central y 2, hacia 1871. Fotografía de Otto Simeon.

tales como cepillos, formones, gubias y ta- Centenario y destrucción ladro que le permitían elaborar, en made- Aun así, y a pesar de que para enton- ra, muebles y accesorios de construcción ces algunas casas se diferenciaban ya como puertas y ventanas de barrotes, y por su mobiliario a la europea, al relatar- barandas y columnas como aquellas.16 nos sus andanzas por la capital en 1853, el Igualmente, salían de allí las piezas que viajero alemán Moritz Wagner anota: “No componían el escaso y sencillo menaje de hay nada más sencillo que el cuarto de las casas josefinas: una mesa de comedor, trabajo de don Juan Rafael Mora [...]”,18 algunas sillas, un aparador de barandillas, despacho que daba a la dicha “calle del las cujas (camas rudimentarias), baúles de presidente”. tarima para la ropa, las infaltables bancas A mediados del siglo xx, esa calle corres- para los corredores y, si había oficina o pondía a la avenida 2 oeste, y, más con- tienda, algún escritorio, no más.17 cretamente, a las 300 varas comprendidas 16 Ibídem. entre las calles 4 y 1.19 17 Ibídem, p. 182-183. Véanse también Moas Madrigal, Manuel. 1988. La vivienda del costarricense hasta media- dos del siglo xx. San José, Costa Rica: Instituto Nacional 18 Wagner, M. y Scherzer, C. 1974. La república de Costa de Aprendizaje, Dirección de Programas Especiales, y Rica en Centroamérica (tomo 1). San José, Costa Rica: Moas Madrigal, Manuel. 1986. El costarricense y su mo- Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, Departa- biliario. San José, Costa Rica: Editorial de la Universidad mento de Publicaciones, p. 172. Estatal a Distancia. 19 Arias Sánchez, Raúl.

66 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Para entonces, también, contratado por situada sobre la misma vía y tan llena de la Municipalidad de San José, se encontra- recuerdos de don Juan Rafael”.22 ba en la ciudad el arquitecto y urbanista Más irónico aun es que, reducidos esos colombiano César Garcés, encargado de recuerdos a unas cuantas vigas de made- elaborar un plan para sus principales vías pú- ra –que sobrevivieron a la destrucción de blicas.20 la casona del héroe por antonomasia de Como primer paso del plan aquel, que aquella campaña–, contase el historiador empezaría a ejecutarse en 1956, se plan- Carlos Meléndez23 que las centenarias teaba el ensanche de la antigua “calle piezas fueron a parar a la Sala Colonial del presidente” o Avenida Segunda, y que, del Museo Nacional, donde hasta hoy for- por coincidir con la celebración de los cien man parte de la ambientación. años de la Campaña Nacional, sería llamada, Por eso, más de medio siglo después del pomposamente, Avenida del Centenario. inicio de su ampliación24 –que no acaba to- Notable jurista y brillante escritor, Mario davía ni parece que acabará jamás–, cabe Alberto Jiménez calificó entonces de iró- preguntarse con Jiménez: “¿Verdad que nico el que, “para hacer ese ensanche, es una paradoja que la tal avenida del se han destruido y se destruirán las pocas Centenario se haya hecho derribando pre- cosas centenarias que tenía la ciudad de cisamente lo único que era centenario en San José: el edificio de la antigua Univer- San José?”.25 sidad de Santo Tomás y el Sagrario de la Catedral”.21 Jiménez continuaba: “Por iniciativa par- ticular, pero ante la más perfecta indiferen- cia oficial, fue derruida también, durante el centenario, la vieja casa presidencial,

22 Ibídem. 20 Altezor, Carlos. 1986. Arquitectura urbana en Costa Rica. Exploración histórica 1900-1950. Cartago, Costa Rica: Edi- 23 Dato proporcionado por la historiadora Gabriela Villalobos, torial Tecnológica de Costa Rica, p. 35. del Museo Nacional de Costa Rica. 21 Jiménez, Mario Alberto. 1962. El centenario de la guerra 24 La ampliación de la Avenida Segunda se anunció en 1954 y del 56. En Obras Completas (tomo 1). San José, Costa Rica: dio inicio en 1956. Editorial Costa Rica, p. 140. 25 Jiménez, p. 142. Carlos Quesada. Invisibles, fotografía digital, 2011. Miscelánea Miscelánea

La fotografía como narrativa de lo cotidiano Carlos Quesada Sibaja

La fotografía es oficialmente dada a conocer el 19 de agosto de 1839 en París, en la Academia de las Ciencias de Francia. A partir de entonces, la forma como vemos nuestro mundo cambió por completo.

Cinco meses después de este anuncio, forma en que documentamos y vemos Edgar Allan Poe comentaba: “Este instru- nuestra experiencia personal, nuestra mento por sí mismo, debería sin lugar a vida. En los últimos cinco años, se han dudas, ser considerado como el más im- tomado más fotografías que en los an- portante, y tal vez el más extraordinario teriores ciento setenta. En el año 2000, triunfo de la ciencia moderna”. se calculó que se tomaron aproximada- Las implicaciones que se derivan de mente 2600 fotos por segundo, y en la este momento, van más allá del invento actualidad se estima que esa cantidad mismo. Se trata de una revolución técni- ha aumentado diez veces. Solo la red so- ca, científica, cultural, económica, artís- cial Facebook tiene más de 134 billones tica y laboral que ha ocurrido en nuestra de imágenes. civilización y que, exceptuando la indus- tria de la guerra, no tiene precedentes. Del año 1839 hasta 1900, la fotografía Las fotografías en nuestro cere- estaba reservada para muy pocos. Es bro hasta que la compañía Kodak introduce Inconscientemente, o no, el proceso su famosa cámara Brownie en enero de de tomar una foto conlleva más de lo 1900 que se populariza, llevando así la fo- que a simple vista capta el ojo. El proceso tografía a las masas: la democratización de visualización se da a partir de la arti- de la imagen había comenzado. culación entre lo que el ojo humano per- Una nueva revolución nos trae la fo- cibe y lo que el cerebro interpreta; impli- tografía digital, la cual ha cambiado la ca crear representaciones mentales del

MisceláneasMiscelánea 69 Carlos Quesada. Señor de la Calle. Película color digitalizada, 2014.

objeto físico y su relación con el concep- juego interesante entre lo que realmente to abstracto. Imágenes cinéticas, dinámi- vemos, aquello que creemos ver y lo que cas, de patrones o pictóricas se crean en queremos ver. nuestra mente a partir de nuestros senti- El uso consciente de la imagen foto- dos y se estima que por la vista el cerebro gráfica nos obliga a desarrollar una me- recibe el 80% de toda esta información. todología creativa, un proceso que nos El cerebro posee características como permite previsualizar el resultado desea- el reconocimiento, la memoria y capa- do, por lo cual se debe planificar y con- cidad de la discriminación visual y esto ceptualizar el tema –o ensayo– que se condiciona la realidad que vemos. Estos tenga pensado plasmar. filtros de la precepción son ajenos ala “La práctica hace al maestro”, eso máquina fotográfica, la cual solo graba dice el refrán, y para nuestros efectos tonalidades de luz, captando más allá de esto significa educar el ojo, entrenando aquello que escogemos ver; esto crea un la mente en las artes y en las leyes del

70 Pórtico 21, número 4, Año 2014 diseño y la composición, las leyes ópticas ción para analizar; de tal modo, entre la y las teorías de la Gestalt, solo por men- verdad/realidad, el conocimiento y las cionar las más renombradas; pero ya se creencias, el proceso epistemológico nos trate de una obra primigenia o derivada, permite llegar a profundizar casi intermi- la libertad creativa no puede ser ajena a nablemente en lo que se desea comu- una estructura que facilite su interpreta- nicar. ción y lectura. Además está el factor de lo fortuito: Aparte, está el contenido de fondo estar en el lugar justo en el momento jus- o tema, y para ello Freud, Erikson, Kant, to; es cierto que es un aspecto importan- entre otros, nos dan mucha informa- te por considerar; no obstante, igual se Carlos Quesada. A tus espaldas . San José, Costa Rica, 2013. requiere tener la habilidad para ver más * * * allá de lo obvio. Un estilo de fotografía que ha tomado auge en los últimos diez años y que resu- La fotografía y la narración me perfectamente esa capacidad del fotógrafo de crear momentos en el ins- El cerebro, de acuerdo con los últimos tante mismo de capturar una imagen es estudios de la neurociencia, no distingue el llamado Street Photography o foto de entre lo que ve y lo que piensa; a nivel in- calle. terno es lo mismo. Por lo tanto, la imagen Cuando un fotógrafo se propone reali- tiene la característica de poder hacer re- zar fotos en la calle, necesita mimetizarse vivir referentes de momento y lugar en la con el ambiente, ser parte de él y no lla- misma región de la memoria en la cual se mar la atención, de lo contrario el fotó- graba la vivencia del hecho mismo. Por grafo se convierte en el punto de atrac- su parte, la lectura tiene la capacidad de ción, con lo cual se elimina por completo crear nuevos referentes en otra región del cualquier posibilidad de captar ese mo- cerebro. En mi opinión, ambos son mara- mento único. Así pues, lo que está dentro villosos en sí, pero diametralmente opues- del cuadro de la cámara entra en juego tos. con lo que se quedó fuera de él: la histo- Cuando leemos, muestra mente ima- ria se cuenta adentro y afuera de la es- gina lugares, personas y formas que se cena. amarran a las palabras, evocando su Lo que pasó antes y lo que pasará des- semántica a través del poder del sig- pués queda entrelazado con esa frac- no; cuando observamos una fotografía, ción de segundo que es el único testigo nuestra mente procesa semióticamente, de que los tres –sujeto, fotógrafo y espec- adjudicando entonces palabras al ob- tador–; sin saberlo, forman parte, en otro jeto mental, concretando su realidad y lugar, en otro tiempo, de una nueva rela- posteriormente definiéndola. ción de complicidad, ya sea en una ga- Es así como la imagen-fotografía per- lería, en un museo o bien en las imágenes mite narrar una historia libre de ser leída que ilustran esta revista. por el espectador independientemente de la intención original del autor, al igual que un cuento, novela o cualquier obra literaria.

72 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Alejandro Montiel. Roca Bruja. Parque Nacional Santa Rosa, Guanacaste, Costa Rica. Blanco y negro digital, 2012.

Título: Carlos Salazar de angustias y paisajes, muestran también la Herrera. Escritos inéditos amalgama de pasiones vividas por personajes escasos y ligados por vínculos primarios, o por Autor: Carlos Salazar Herrera parejas que afrontan problemas derivados de Género: Relato y otros su relación sentimental; hombres y mujeres a Páginas: 256 merced de sus sentimientos, que los mueven y determinan las relaciones entre ellos. ISBN: 978-9977-23-998-9 En otros, los finales sorpresivos, preferidos por el autor, se unen a la ironía, el equívoco y el humor para acentuar los aspectos divertidos Escritos inéditos, de Carlos Salazar Herrera, ofre- o insólitos de la realidad; estos rasgos le sirven ce textos poco conocidos y de difícil acceso para ejercer una suave pero innegable crítica para el lector actual; algunos fueron recopila- social y para definir una posición ante la vida. dos de revistas literarias en las que colaboró el De esa manera, sin poses doctrinales ni re- autor, como Repertorio American o y Brecha, y prensiones ideológicas, Salazar Herrera va otros fueron escogidos por sus hijos, encarga- descubriendo su visión del mundo, su actitud dos de seleccionarlos entre la obra escrita que desprendida y despreocupada ante las exi- dejó. Aparecen también los relatos que forman gencias económicas de la sociedad, y su ale- el volumen Tres cuentos (1965). jamiento burlón de los prejuicios que definen a Sorprende la fluidez con que el autor transita las personas por su riqueza. por diferentes géneros literarios, desde el saine- El libro reproduce también varios grabados y te hasta el soneto y el cuento infantil; también dibujos de Salazar, como es de esperar de un llama la atención la facilidad con que maneja artista que supo conjugar con maestría las ar- el estilo y las imágenes propias de diversos có- tes plásticas y la literatura. La cuidada edición digos literarios, como sucede en el cuento “El a cargo de la Editorial Costa Rica posee un ocaso del dios Pan”, en el que el narrador, a la prólogo del doctor Jorge Andrés Camacho, vez que muestra su dominio del lenguaje mo- especialista en la narrativa del autor. dernista, se aleja irónicamente de este. Flora Ovares Sobresale, sobre todo en los cuentos, el mane- jo de esa técnica escritural que Salazar Herrera pulió a lo largo de los años y que ha sido se- Sobre el autor ñalada con frecuencia: la originalidad de las metáforas, el cromatismo y la estilización de Carlos Salazar Herrera nació en San José de los espacios descritos, y la unidad entre estos Costa Rica en 1906. Premio Magón de Cultu- y la psicología del personaje. Algunos de ellos, ra, profesor universitario, director por muchos como los Tres cuentos, “La hoguera” y “El man- años de Radio Universitaria, miembro de la glero”, escritos en la tesitura de los Cuentos Academia Costarricense de la Lengua, pintor,

78 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Reseñas

escultor, grabador, ebanista y a ratos poeta, “Recordar lo que se ha destruido, conservar y escribió cuentos con tal trazo y colorido que amar lo que aún existe y lo que de valor artís- por momentos parecieran narrados a pincel. tico se construye, es casi un deber de todo fiel Sus libros Cuentos de angustias y paisajes y De josefino que se sienta tal, y que por esa razón amor, celos y muerte: tres cuentos, le han ga- aprecie este libro como la contribución más nado un virtuoso lugar entre los escritores que notable que se ha hecho hasta ahora a un es- extrajeron la vida y el paisaje de nuestra tie- tudio estético de nuestra ciudad”. rra –Magón, Aquileo, García Monge, Carmen Alberto Cañas Lyra– pero de una manera tan exclusivamente salazarherreriana, que forman parte vertebral En esta obra Andrés Fernández indaga gracias de la literatura costarricense; y son, por su es- a la arquitectura del San José de antaño en su tructura de tan densa síntesis de emoción hu- historia social. Persigue hacer humana esa his- mana y colorido terrígeno, uno de los más lo- toria local, historia que por tal, está tan cerca grados espejos donde el pueblo costarricense del arte de narrar: se trata de volver a contar, lo se mira y se siente a sí mismo. Murió en 1980. que cuentan los muros de la ciudad.

Sobre el autor Título: Los muros Andrés Fernández (San José, 1967) Arquitecto, cuentan. Crónicas sobre investigador y ensayista. Ha ejercido la divul- arquitectura gación y la crítica de arte, arquitectura, urba- histórica josefina. nismo y cultura en Costa Rica en colaboración Autor: Andrés Fernández con la revistas Áncora del periódico La Nación, Su Casa del Grupo Nación, Nacional de Cultu- Género: Crónica ra de la EUNED, Habitar del Colegio de Arqui- Páginas: 182 tectos, y Herencia de la UCR. ISBN: 978-9968-684-31-6 Sobre arquitectura histórica ha publicado los libros “Un país, tres arquitecturas. Art nouveau, Según explicó el Arq. Andrés Fernández, las Neocolonial Hispanoamericano y Art Decó en crónicas están ilustradas con abundante ma- Costa Rica 1900-1950” (Editorial Tecnológica, terial fotográfico de la época. “Escritos en un 2003), “Barrio México Art-Decó. Un barrio jose- lenguaje ameno, los textos van dirigidos al fino de 1930-1950” (separata de la Revista He- gran público sin por ello dejar de lado al espe- rencia, 2006) y junto a la pintora Virginia Vargas, cialista; por lo que brindan una contextualiza- “Imaginario. Un itinerario josefino” (Editorial Cos- ción social, política, económica y cultural de ta Rica, 2004). los inmuebles reseñados, así como de las téc- nicas constructivas que los hicieron posibles”. Fue uno de los investigadores de la “Guía de Arquitectura y Paisaje de Costa Rica”, proyecto Revista CFIA

Reseñas 79 de la Junta de Andalucía, España, en colabo- El día de la tercera revelación es una novela ración con el Colegio Federado de Ingenieros que rompe con todos los esquemas tradicio- y de Arquitectos de Costa Rica (2010). nales de nuestra literatura y se ubica en el pa- radigma polifónico de la narrativa contempo- ránea. Un esquisto ejemplo de creación litera- ria actual y que ubica a nuestras letras en el Título: El día de la ámbito universal con todos los merecimientos del buen narrar. Me agradó sobremanera. tercera revelación Autor: Manuel Benedicto Víquez Guzmán Marín Oconitrillo Género: Novela Sobre el autor Páginas: 178 Manuel Marín Oconitrillo (1970) Tenor costarri- ISBN: 978-9968-684-33-0 cense, estudió canto en las escuelas de músi- ca de la Universidad de Costa Rica y la Univer- sidad Nacional Autónoma con los profesoras El día de la tercera revelación es una novela Zamira Barquero y Elena Villalobos. Posterior- maravillosa moderna. Pertenece a este géne- mente con Dalmacio González en Barcelona ro bajo la estructura de un paradigma polifó- y Gianni Raimondi en Bologna. Ha tomado nico que rompe con la tradicional novela mo- numerosas clases maestras con reconocidos nofónica. Desaparece la linealidad, la lógica cantantes y profesores, como James Demster, causal, la dicotomía de los personajes entre Violette Verneu, Josef Mayers, Enrico di Gisep- buenos y malos y se abre la verosimilitud de pe, Kim Josephson, Dan Saunders, Íride Marti- un mundo de vivencias, sueños, denso, lleno nez y Luis Girón. Ha sido ganador de diversos de dudas, rompimientos, mitos, leyendas e in- concursos y estipendios. certidumbres. Realizó su debut en la ópera con La cambiale Se estructura en diez capítulos y presenta un di Matrimonio, de G. Rossini. Sin embargo, su mural caleidoscopio de espacios y tiempo especialidad ha sido el Lied (canción culta) y que semeja un laberinto de imágenes, sue- ha cantado desde obras renacentistas hasta ños y sincronías. Todas narradas desde las po- lo más vanguardista de nuestros días (incluidos lifonías de un solo personaje: Antonio, desde varios estrenos mundiales) en tres continentes perspectivas distintas en la iniciación del ritual y 18 idiomas. Su discografía incluye La petite vida- muerte que permite penetrar en el mun- Messe Solennelle, de Rossini, y forma parte de do privado de su concienciación, proceso los cantantes de la producción de EMI 32 Na- que evoca ya adulto en el momento de la tionalhymnen, realizada en el año 2006. Desde muerte de su abuela. el 2000 es miembro del Teatro de la Ópera de Colonia.

80 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Reseñas

También es escritor y ha publicado: Cerrando Sobre el autor el círculo (cuentos, Líneas Grises, 1993); Fábula Elías Zeledón Cartín (1953) Realizó estudios pri- de los oráculos (cuentos, EUCR, 1997; EUNED, marios en la Escuela Porfirio Brenes de Moravia, 2010); De bestiis (novela, Lulu.com, 2007); Con- y en la escuela de la Ciudadela Rodrigo Facio fabulaciones (antología de cuentos, Lulu.com, en Ipís de Goicoechea. Los secundarios en el 2008) y en el 2009, El día de la tercera revela- liceo Nocturno José Joaquín Jiménez Núñez. ción (novela, Lulu.com). Su obra ha sido tradu- Cursó estudios de Bibliotecología en la Univer- cida al alemán y al italiano. Forma parte de sidad de Costa Rica. los autores de la antología de cuento, Historias de nunca acabar (Editorial Costa Rica, 2009). Ha laborado para el Ministerio de Cultura y Juventud, en la Biblioteca Nacional, en la Di- rección General de Museos, en la Dirección de Publicaciones, en el Banco Popular y de Desa- Título: Reminiscencias de rrollo Comunal y en la Escuela Casa del Artista. la ciudad de San José de Ha publicado un gran número de libros compi- Alfonso Jiménez Rojas latorios en las diferentes editoriales estatales y universitarias, acerca de acontecimientos histó- Autor: Elías Zeledón Cartín ricos, personajes, leyendas y tradiciones costa- Género: Crónica rricenses, entre otros temas. Páginas: 286 ISBN: 978-9968-684-30-9 Título: Poemas para La gran mayoría de las crónicas de Alfonso Ji- no leer en tu funeral ménez Rojas (1865-1937) que se compilan en Autor: Cristian esta obra bajo el nombre de Reminiscencias Alfredo Solera de la ciudad de San José fueron publicadas en las revistas Reproducción y Apuntes. En Género: Poesía ellas se transcribían artículos y pensamientos Páginas: 66 de grandes escritores; proporcionaba, tam- ISBN: 978-9968-684-32-3 bién, espacios de opinión a los intelectuales de nuestro país. Esta compilación constituye una obra valiosa Poemas para no leer en tu funeral es prueba de para conocer no solo hechos relevantes de la que el tiempo no pasa, mas bien se estanca y historia patria ocurridos durante la segunda mi- se detiene. El amor que no fue, el hijo distante, tad del siglo XIX, sino también por la visión que la madre dormida, el desencuentro, la tristeza, brinda el autor del espacio físico, institucional el hastío, el licor, la ciudad y el insomnio son los y social de la pequeña capital costarricense. fantasmas altaneros que nos llevan por el viaje irremediable del olvido y el dolor.

Reseñas 81 En este poemario cada palabra ha sido escrita con brutal necesidad; cada página nos recuer- da que ante la ausencia se sobrevive, que la Título: La deslumbrada vida es simple espera. Autora: Mía Gallegos Género: Narrativa Páginas: 168 Sobre el autor ISBN: 978-9968-684-35-4 Cristian Alfredo Solera (1975, San José, Costa Rica). Estudió enseñanza de la literatura en la Universidad Nacional Autónoma (UNA). Formó parte del Círculo de Poetas Costarricenses y ha La escritura rebasa el tiempo y el espacio. Sin sido miembro directivo de la Asociación de Au- linealidad, apila voces que andan caminos tores de obras Literarias, Científicas y Artísticas internos; deambulan y se escuchan por cual- de Costa Rica. Representó al país en el XIX Festi- quier parte. La escritora divaga de un modo val de Poesía del Caribe y en el Congreso Mun- más que delirante. Ella muere en la escritura dial de Poesía, ambos celebrados en la ciudad y nacen las voces infinitas –sus dobles– que de Santiago de Cuba en los años 1999 y 2000 presagian la noche oscura. Los escritos fluyen respectivamente. inquietos y dolidos. Ha publicado los libros Traficante de auroras La escritura ve el pensamiento, la penumbra (Fundación Intercultural de comunicación), y la nostalgia. Esta es la sensación que deja Itinerario nocturno de tu voz (Líneas grises), Tú La deslumbrada, reciente libro de la escritora no sabes nada de la ausencia (Láser de Cen- Mía Gallegos, publicado por la Editorial Costa troamérica), Ceniza (Láser de Centroamérica), Rica. La piel imaginada (ECR) y Criaturas alucinadas y otros poemas que mienten (EUCR). En el año Distintos relatos llevan al lector por ese reco- 2011 su libro Impostergablemente la lluvia, fue rrido divagante de la escritura. Muchas voces galardonado con el primer lugar en el Certa- femeninas invitan a penetrar en los delirios de men Nacional de poesía Lisímaco Chavarría, la escritora en el acto creador. Ellas –las vo- dado en la ciudad de San Ramón, Costa Rica. ces–, durante el recorrido, reflexionan desde instantes percibidos, que se arremolinan en Referencias y notas acerca de su obra han múltiples diálogos internos: es el mundo senso- aparecido en periódicos nacionales y canto- rial y pensante. nales, revistas culturales, boletines universitarios, entre otros Gallegos hace gala de lo que ha sido su gran fortaleza: la fluidez para construir el lenguaje literario. La prosa posee aquí una actitud esté- tica y, mediante un tejido de palabras, filoso- fa sobre el mundo circundante y el interno –el sensorial y del pensamiento–.

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Mía tiende a una actitud lírica, y es notable fue invitada a participar en el Programa de Es- que la intención no sea narrar ni tener una lí- critores en la ciudad de Iowa, Estados Unidos. nea argumental, sino transmitir sensaciones y En 1989 publicó El claustro elegido bajo el sello pensamientos. de la Editorial de la Universidad Estatal a Dis- Con naturalidad fresca, la autora intercala el tancia. tono narrativo y la narración poética que surte En 1995 publicó el libro de prosa poética Los como un buen mecanismo para intensificar los días y los sueños bajo el sello de la Editorial diálogos internos. Un hilo fino une la actitud líri- Costa Rica. ca con la construcción del pensamiento. Emilia Fallas

Título: Suwoh. Los grandes Sobre la autora espíritus de los Bribris Mía Gallegos Domínguez nació en San José, Autor: Alberth Solano Costa Rica el 17 de abril de 1953. Es poeta y Género: Álbum ilustrado periodista. Ha publicado los siguientes libros Páginas: 28 de poesía: Golpe de albas en 1977, con el ISBN: 978-9968-684-34-7 que obtuvo el Premio Joven Creación, con- curso convocado por la Editorial Costa Rica y la Asociación de Autores. “La paz es la hija de la convivencia, En 1978 recibió el premio Alfonsina Storni en Buenos Aires, Argentina por el poema Asterión, de la educación, del diálogo. concurso auspiciado por la Fundación Givré. El respeto a las culturas milenarias En 1983 obtuvo el premio de los exbecarios de hace nacer la paz en el presente”. la Fundación Fullbright por el poemario que lleva el título de Makyo. En ese mismo año fue Rigoberta Menchú galardonada con el Premio Rubén Darío del Verso Ilustrado por el poema en prosa La mujer que conduce el coche. El álbum ilustrado Suwoh. Los grandes espíri- tus de los Bribris, editado por la Editorial Costa En 1984 se le otorgó el premio de periodismo Rica, es una iniciativa por conservar las raíces cultural Joaquín García Monge por su trabajo y tradiciones de los pueblos autóctonos de en el Programa de Televisión Galería. la región de Talamanca y, al mismo tiempo, En 1985 publicó el libro Los reductos del sol y expone de forma sencilla y llamativa los re- recibió ese mismo año el Premio Nacional de latos que conforman la cosmovisión de estos Poesía Aquileo J. Echeverría. Este mismo año pueblos.

Reseñas 83 Sobre el autor destacan: Jardines y estrellas (Poesía 1994, Ediciones ICER); El regreso (Cuentos 1997, Edi- Alberth Solano nace en la ciudad de San José ciones ICER) y Cuentos con alas y luz (Premio Costa Rica en 1990. Estudia de forma autodi- Carmen Lyra 1997, Editorial Costa Rica), Esca- dacta hasta llegar a la universidad, donde lera a los sueños (Editorial Costa Rica, 2008). toma como carrera Diseño gráfico con espe- cialidad en diseño publicitario en la Universidad Entre las muchas satisfacciones que su traba- de las Ciencias y el Arte. jo le ha deparado, ha obtenido ha sido ga- lardonada con el I lugar en el Encuentro Na- Sus principales áreas de trabajo son ilustración cional de Inventores del Ministerio de Justicia, y fotografía. (1991); II Lugar del Concurso de Poesía de la Municipalidad De San José, (1992); I Lugar del Concurso de Poesía de ANDE (1992), una de las diez –entre trescientos participantes– en el Concurso Latinoamericano de cuentos para Niños, auspiciado por la UNICEF; II Lugar en el Certamen de Poesía del INS (1996); Premio Título: Jardín de versos 1 “Carmen Lyra” en cuento de La Editorial Cos- Autores: Ani Brenes ta Rica (1998); es nombrada “Alajuelense Del y Fernando Luján Año” en el área de literatura (1998); Candidata al Premio Mauro Fernández; Premio al Esfuerzo Género: Álbum ilustrado y Compromiso Educativo MEP (2002); Coauto- Páginas: 24 ra del Himno de la Junta de Pensiones (2005), ISBN: 978-9968-684-37-8 Ganadora del I Y II Lugar en el Concurso de Literatura Ambiental Infantil “Dorothy Pinto”, Organizado por la UNED y el INBio (2006); ga- nadora del Certamen Voces Nuestras (2007); mención Honorífica en el área de letras, Co- legio de Licenciados y Profesores (2007); reco- Jardín de versos 1 es una antología de poe- nocimiento como Universitaria Distinguida de sía infantil en la que se recopilan textos de Ani la Universidad de Costa Rica en el 2008 y en el Brenes y Fernando Luján. Forma parte de la 2009, Ganadora del Certamen Voces Nuestras Colección Colibrí de álbumes ilustrados. (2008) y dedicada del Festival de la Creativi- dad Heredia (2008).

Sobre los autores Colabora en varias revistas de Educación y Cul- tura del país; ha impartido talleres para niños Ani Brenes con el Ministerio de Cultura dentro y fuera del país. Se desempeña como encargada de la Ana Cecilia Brenes Herrera. Escritora de li- sección de pedagogía de la revista Magisterio. teratura para niños. Entre sus publicaciones

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Además, imparte charlas y talleres a maestros en diferentes centros universitarios en los cur- sos de preescolar y primaria y talleres literarios para niños. Participa en recitales de poesía y cuentacuentos. Título: Jardín de versos 2 Autores: Clara Amelia Fernando Luján Acuña y Minor Arias Género: Álbum ilustrado Fernando Luján nació en San José, Costa Rica, en 1912, donde realizó sus estudios primarios y Páginas: 24 secundarios. Posteriormente, viaja por Mexico, ISBN: 978-9968-684-38-5 Venezuela y Centroamérica, y reside varios años en Guatemala. Ricardo Ulloa señala que Luján “tiene una fá- cil y cristalina poesía, con una gran sencillez y una gran expresividad de lenguaje, y al mismo tiempo la simple musicalidad de las rondas in- Jardín de versos 2 es una antología de poesía fantiles, todo dentro de un mundo muy costa- infantil en la que se recopilan textos de Clara rricense y nostálgico”. Amelia Acuña y Minor Arias. Forma parte de la Colección Colibrí de álbumes ilustrados. Según Elías Zeledón, Luján se “sintió atrapado por la poesía neopopularista de Rafael Alberti y de Juan Ramón Jiménez. A ese sentimien- to, unió su nostalgia por el mundo de la niñez Sobre los autores costarricense, mundo bucólico de rondas y Clara Amelia Acuña juegos tradicionales. Y, su sentimiento, pronto brotó en muchísimos poemas (...) que publica- Inició su carrera docente en 1934, destacándo- ba en las páginas del Repertorio Americano. se en diversas institución es cívicas, culturales En ellos la gran expresividad del lenguaje va y educativas. Recomendada por su brillante unida a la musicalidad de las rondas”. labor educativa, cultural y cívica, con una tra- yectoria de más de 50 años. Entre sus obras se destacan: Tierra marinera (1940), Poesía infantil (1941), Oda a las ruinas Fue reconocida por el MEP por su excelente de Copán (1963), La flauta de piedra (1963), labor de educadora, y en Desamparados fue Anochecer de otoño (1964), Himno al medio- denominada como “Ciudadana distinguida” día (1964), y Musgo en la piedra (1965). por los Leones y ganadora de la medalla “Ho- nor al Mérito”; 60 Educadora especializada en Fernando Luján murió en Tegucigalpa, Hondu- Pre primaria y con estudios en música, psicolo- ras, el 30 de abril de 1967. gía, administración escolar, filología, historia y literatura.

Reseñas 85 De 1985 a 1989 fungió como Presidenta de Lite- ello que es un autor de gran capacidad, con ratura Infantil y Juvenil de Costa Rica y de 1990 gran crecimiento literario en los últimos años. a 1992 como vicepresidenta. De 1990 a 1992 Permanentemente lee poesía y cuenta sus integró la Comisión de Cultura-Secretaría Per- cuentos en escuelas y colegios, por considerar manente de Cooperación con la UNESCO. que el contacto personal es el medio idóneo Bajo el sello de la Editorial Costa Rica publicó para que se establezca la comunicación poé- dos importantes obras Agua del cántaro y Un tica, y una de las formas de mantener a los ni- rincón para los sueños; además, en el año 2006 ños y a las niñas en su paradigma natural de colaboró en los Certámenes Literarios de la igualdad, asombro y creatividad. Editorial Costa Rica, como jurado en el Premio “Creo en la humanidad, en su esencia amo- Carmen Lyra, demostrando su continuo interés rosa, solidaria, cuidadora de entornos. Por eso y cariño por la institución. escribo”. “Nosotros tenemos el poder de la Falleció en el año 2008. evolución. Nuestra madre tierra confía en ello. Cotidianamente podemos ejercer cambios profundos hacia la vida”. Minor Arias Nació en Pérez Zeledón, Costa Rica, el 10 de enero de 1971. Estudió Administración de Em- presas Turísticas en el Colegio Universitario de Cartago. Doctor en Educación, de la Univer- sidad De La Salle, Costa Rica. Trabaja como profesor en el Colegio Universitario de Cartago, ciudad donde vive. En 1999 publica su primer libro Canción de lunas para un ermitaño, en la Universidad Re- giomontana, Monterrey, México, donde hizo estudios de licenciatura y maestría en Admi- nistración de Empresas. También en 1999 es reconocido con el Premio Carmen Lyra de la Editorial Costa Rica, por el poemario Canción de lunas para un duende, publicado por dicha editorial en el 2004. Con este mismo sello editorial publicó Mi abue- lo volaba sobre robles amarillos en el 2007. Y más recientemente en el 2008 publica Algu- nas ranas de salto quíntuple, demostrando con

86 Pórtico 21, número 4, Año 2014 Alejandro Montiel. Panorámica del Volcán Irazú. Cartago, Costa Rica. Panorámica digital. Compuesta por 7 imágenes individuales, 2013. Andrey Araya R. Estatal a Distancia. Premio web es www.guillermobar- Joven Creación 2013, de quero.com. (Limón, 1980). Miembro la Editorial Costa Rica, por la crónica Adrián Blues. fundador del grupo lite- Jorge Carrión rario Poiesis. Actualmente Puede contactarlo al co- cursa la licenciatura en rreo: andrey.araya1980@ (Tarragona, España, 1976). Comunicación de Masas gmail.com y leer algunos Es doctor en Humanida- en la Universidad Federa- de sus poemas en el si- des por la Universidad da San Judas Tadeo. Ha guiente enlace: http:// Pompeu Fabra, donde da publicado las crónicas “El grupoliterariopoiesis.word- clases de literatura con- último viaje a Sulá Ska” press.com. temporánea y de escritura y “El señor de Sibö Jú, en creativa. Colabora como la casa sagrada”, como Guillermo Barquero crítico cultural en diversas colaboraciones para el publicaciones españo- libro Aún somos cabéca- (San José, 1979). Es escritor las e hispanoamericanas res (Universidad Federada y fotógrafo. Ha publicado (como ABCD, Cultura/s, San Judas Tadeo); el co- los libros de relatos Meta- Prodavinci, Perfil, Letras Li- mentario crítico Periodis- les pesados (2009) y Mues- bres, Quimera, Revista de mo al límite: más de cien trario de familias ejempla- Occidente, Otra parte, años de crónicas latinoa- res (2013), así como las etc.). Ha sido incluido en mericanas (Ediciones co- novelas El diluvio universal diversas antologías, como moartes, España) y los mi- (2009) y Esqueleto de oru- Idea Crónica. Literatura crocuentos “Columpio y ga (2010). Compiló, junto de no ficción iberoameri- rayuela” y “La Corbata”, con Juan Murillo, el volu- cana (Beatriz Viterbo, Ar- incluidos en la Antología men de relatos Historias gentina, 2006), Mutantes. de microficción narrativa: de nunca acabar. Nuevo Narrativa española de 400 de los mejores cuen- cuento costarricense. Ob- última generación (Bere- tos hiperbreves: 200 auto- tuvo los premios Áncora nice, España, 2007), Cros- res de 30 países (Ediciones por sus obras Metales pe- sing Barcelona (Munich, comoartes, España). Su sados y El diluvio universal. Alemania, 2007) o Quin- primer libro de cuentos, Mantiene una bitácora ce golpes en la cabeza Todavía el olvido, ha sido electrónica en la dirección (Cajachina, Cuba, 2008). aprobado para su publi- www.sentenciasinutiles. Ha publicado la novela cación por parte de la blogspot.com. Su página Los muertos (Mondadori, Editorial de la Universidad

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2010); los ensayos Libre- literaria (I y II). También pena mencionar o recor- rías (Anagrama, 2013), Te- imparte docencia en el dar. Desde hace más de leshakespeare (Errata Na- Doctorado en Estudios de diez años dirige y edita la turae, 2011) y Viaje contra la Sociedad y la Cultura, revista digital de cultura espacio. Juan Goytisolo y de la misma universidad. alternativa 89decibeles. W.G. Sebald (Iberoame- Es Doctor por la Universi- com. Ha trabajado escri- ricana, 2009); los libros de dad Autónoma de Barce- biendo y editando para viaje Australia. Un viaje lona. Ha publicado el libro la revista SoHo y la revista (Berenice, 2008), La piel de El flaneur en las prácticas Su Casa en Grupo Nación. La Boca (Libros del Zorzal, culturales, el costumbris- Publica una Tinta Fresca 2008), GR-83 (Autoedición, mo y el modernismo, edi- una vez al mes en la re- 2007) y La brújula (Bereni- tado por Publibooks en el vista Dominical. Mantiene ce, 2006); y la novela cor- 2012. Sus áreas de espe- una especie de diario digi- ta Ene (Laia Libros, 2001). cialización son la literatura tal en Facebook donde es Además, ha prologado decimonónica (romanti- posible enterarse siempre y editado los volúmenes cismo, escenas urbanas y de las más relevantes ha- Madrid/Barcelona. Litera- tipos sociales costumbris- zañas felinas en el mundo. tura y ciudad (1995-2010) tas, realismo, fin de siglo), En 2013 publicó la novela (Iberoamericana, 2009), El la literatura comparada, “interactiva” Mi novia se lugar de Piglia. Crítica sin la cultura visual y el análisis cayó en un pozo ciego y en ficción (Candaya, 2008) y del discurso. Cuenta con el 2014 presentará Cuentos Amor global (Laia Libros, numerosos artículos sobre cartas y canciones. 2003). Sus crónicas sobre estas temáticas. Informa- América Latina han sido ción de contacto: dorde. recopiladas en Norte es Sur [email protected], dcu- Andrés Fernández (Debate Venezuela, 2009). [email protected]. (San José, 1967). Arquitec- to, investigador y ensayis- Dorde Cuvardic Gar- Diego Ignacio Delfino ta. Ha ejercido la divulga- cía Machín ción y la crítica de arte, arquitectura, urbanismo y Es Catedrático en la Escue- Modelo 80, producto de cultura en Costa Rica en la de Filología, Lingüística y la poco probable colisión colaboración con varias Literatura de la Universidad Montevideo-Turrialba, se revistas nacionales. Sobre de Costa Rica, donde im- presenta hoy al mundo sin arquitectura histórica ha parte los cursos de Teoría título alguno que valga la publicado los libros Un país,

Colaboradores 89 tres arquitecturas. (2003); Artes y luego obtuvo el tí- a los 14 años de edad Imaginario. Un itinerario tulo de Bachiller en Leyes. cuando recibió su primera josefino (con la pintora Vir- Desempeñó el cargo de cámara, regalada por su ginia Vargas, 2004); Barrio magistrado en la Sala de abuela materna. Estudia México Art-Decó. Un ba- Casación.Durante ocho biología en la Universidad rrio josefino de 1930-1950 períodos legales integró la de Costa Rica y combina (2006); Los muros cuentan. junta de gobierno del Co- su estudio con la fotogra- Crónicas sobre arquitectu- legio de Abogados.Ejerció fía, con lo cual desarrolla ra histórica josefina (2013), el cargo de secretario de un profundo interés en la y Punto y contrapunto. La la Escuela de Derecho por técnica de la macrofo- Plaza de la Cultura (2014). nombramiento de la Junta tografía y los paisajes. Al Correo electrónico an- de Gobierno del Colegio mudarse a Alemania en [email protected]. de Abogados, y como tal 1998, mantuvo un estudio de la Escuela. Fue un in- fotográfico especializado vestigador histórico, ame- en bodas, retratos y paisa- Damián Herrera Gon- no narrador y hombre de jes. Trabaja tanto con téc- zález amplia cultura y muy feliz nicas digitales como con memoria. Publicó trabajos métodos tradicionales Nació el 17 de mayo de sobre legislación, jurispru- de revelado e impresión. 1985, creció en San Luis dencia, historia del país y Ofrece también talleres de Sabanilla de Alajuela, reminiscencias personales de edición digital, Photos- entre cafetales, mejengas y de interés general en el hop y Lightroom y admi- y leyendas. Gusta de leer diario El Fígaro (años 1901 nistra también un grupo y escribir, no gusta de re- y 1902); las revistas El Foro de crítica fotográfica. In- dactar pequeños textos (años 1905 y 1906), Re- formación de contacto: autobiográficos, aunque producción (años 1921 a facebook/montielpho- se pregunta: ¿qué texto no 1930), en Apuntes (año toatelier, correo electróni- lo es? Correo electrónico: 1931 a 1942) y otros perió- co: montielphotoatelier@ [email protected]. dicos. gmail.com.

Alfonso Jiménez Rojas Alejandro Montiel Karina Salguero Moya

(San José, 1865-1937).Es- (San José, 1969). Inició sus Actualmente es directora tudió el Bachillerato en exploraciones en fotografía de revistas y Suplementos

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del Grupo Nación. En mayo Bienal Iberoamericana de Elías Zeledón Cartín 2013 inició un encargo soli- Diseño (BID) que se realiza citado por el Ministerio de en Madrid, España. (1953) Realizó estudios pri- Cultura como directora marios en la Escuela Por- artística de la Feria Inter- firio Brenes de Moravia, y nacional del Libro de Cos- Carlos Quesada Siba- ja en la escuela de la Ciu- ta Rica. Adicionalmente dadela Rodrigo Facio en hizo un diseño de conteni- Ipís de Goicoechea. Los Se ha desempeñado, du- do literario para el Festival secundarios en el liceo rante los últimos 15 años, de Cine, la presencia de Nocturno José Joaquín Ji- en el área de la fotografía Costa Rica en la FIL Gua- ménez Núñez. Cursó estu- publicitaria, artística y co- dalajara, el Salón del Libro dios de Bibliotecología en mercial, laborando para de París y la asesoría per- la Universidad de Costa agencias y para clientes manente al FID. Además, Rica. Ha laborado para directos. Su experiencia es editora de dos revistas el Ministerio de Cultura y incluye el trabajo de estu- internacionales: la revista Juventud, en la Biblioteca dio y locación tanto con Orsai (www.editorialorsai. Nacional, en la Dirección modelos como product com) desde junio del 2011 General de Museos, en la shots, foto de comida, y la revista Rara (www. Dirección de Publicacio- foto de arquitectura, pai- revistarara.com) desde nes, en el Banco Popular saje, foto artística y ensa- febrero 2013. Entre sus ac- y de Desarrollo Comu- yos creativos. Además, se tividades trabajó como nal y en la Escuela Casa ha desempeñado como Directora de Comunica- del Artista. Ha publicado docente universitario en ciones de la Universidad un gran número de libros el Colegio Universitario de Veritas, en donde también compilatorios en las dife- Alajuela, Universidad Inte- dio clases de Literatura en rentes editoriales estatales ramericana y en la Univer- la Escuela de Animación y universitarias, acerca de sidad de Costa Rica. Ha Digital. Forma parte de la acontecimientos históri- realizado diversas exposi- Junta Administrativa y de cos, personajes, leyendas ciones individuales y co- la Fundación del Museo y tradiciones costarricen- lectivas. Información de de Arte y Diseño Contem- ses, entre otros temas. poráneo (MADC). Desde contacto: carlos@carlos- el 2012 pertenece al co- qphoto.com. mité de selección de los www.carlosqphoto.com. proyectos locales para la

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