GEOGRAFÍA HUMANA DE VARIACIÓN BIOLÓGICA Y CULTURAL EN COLOMBIA (TOMO I) Instituto Colombiano de Cultura Hispánica

Contenido

AUTORES ...... 4 INTRODUCCION ...... 5 PRESENTACION ...... 7 HÁBITAT, ARQUITECTURA Y ENTORNO DE EMBERA Y WAUNANA ...... 16 ARQUITECTURA INDIGENA EN COLOMBIA ...... 50 LOS MAKU VIVIENDA INDIGENA EN COLOMBIA ARQUITECTURA DE LOS HOMBRES MOPLI...... 54 UN MUNDO QUE DESAPARECE ...... 65 OBJETOS Y PROCESOS PARA LA ELABORACION DEL CASABE EN COMUNIDADES INDIGENAS ...... 70 SURBA INNA. RITO DE INICIACION FEMENINA EN LA CULTURA CUNA-TULE ...... 73 EL TEJIDO EN LAS TRIBUS INDIGENAS DE COLOMBIA: UNIDAD Y DIVERSIDAD ...... 80 HUELLAS DE AFRICANIA EN LA DIVERSIDAD COLOMBIANA ...... 86 DISEÑO EN EL OBJETO INDIGENA ...... 99 DESCRIPCIÓN ETNOGRÁFICA, DEMOGRÁFICA Y CARACTERÍSTICAS EN SALUD DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA111 SISTEMAS DE SALUD DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA. COLOMBIA 1992-1996 ...... 170 ENFERMEDADES INFECCIOSAS ...... 198 PARASITISMO INTESTINAL EN 17 COMUNIDADES INDIGENAS ...... 203 CARACTERISTICAS DEL CUIDADO A LAS PERSONAS EN LOS PROCESOS DE SALUD Y ENFERMEDAD. COMUNIDADES INDIGENAS Y AFROAMERICANAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA ...... 211 ASPECTOS NUTRICIONALES Y ALIMENTARIOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS COLOMBIANAS ...... 237 SALUD ORAL EN LAS COMUNIDADES VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA ...... 251 POBLACIONES NEGRAS DE COLOMBIA: UNA PRIMERA APROXIMACION A SU ESTRUCTURA MOLECULAR ...... 258 MARCADORES TIROIDEOS EN CINCO COMUNIDADES INDIGENAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA ...... 270 LOS GENES CLASE II DEL HLA EN POBLACIONES COLOMBIANAS ...... 272 ASOCIACION ENTRE INFECCION POR HELICOBACTER PYLORI Y ENFERMEDAD ACIDOPEPTICA EN POBLACIONES INDIGENAS COLOMBIANAS ...... 277 PREVALENCIA DE LA HEPATITIS C EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS: IKA, CHIMILA, WAYUU, KOGUI, WIWA DE LA PENINSULA GUAJIRA DE COLOMBIA ...... 285 ESTUDIO DE MARCADORES TUMORALES EN POBLACIONES AISLADAS COLOMBIANAS ...... 295 UNA ALTA FRECUENCIA DE SORDERA EN LA ISLA DE PROVIDENCIA, COLOMBIA 304 DEFECTOS REFRACTIVOS Y ENFERMEDADES OCULARES DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA ...... 314 MARCADORES GENETICOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS EN COLOMBIA, VISITADAS POR LA EXPEDICION HUMANA ...... 321 LA ENFERMEDAD GENETICA EN LA CERAMICA TUMACO-LA TOLITA ...... 330 HAPLOGRUPOS FUNDADORES DEL DNA MITOCONDRIAL EN POBLACIONES COLOMBIANAS: APORTE A LOS ESTUDIOS EN AMERICA...... 334 ¿ES EL PRURIGO ACTINICO UNA PATOLOGIA ETNICA? ...... 346 PREVALENCIA DE INFECCION POR VHB EN 17 COMUNIDADES INDIGENAS COLOMBIANAS ...... 352

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AUTORES

Aguilar Norma Forero Edna Rodríguez Alberto

Albis Hani Galvis María Claudia Rodríguez César

Alvarado Jaime Gómez Alberto Rojas Martha

Amaya Geraldine Gómez Paula Rozo Sandra

Arango Ignacio Gómez Myriam Rubio Gabriel

Ardon Nelson González Claudia Ruiz Manuel

Bello Sandra Hernández Amparo Sáenz Julio

Bernal Jaime E. Hernández Francisco Salazar Edy

Briceño Ignacio Keyeux Genoveva Salazar María

Cantillo Martha Lattig Claudia Salazar Oscar

Castillo Claudia Maldonado Maribel Serrano Isabel

Castro Maydee Martínez Julio César S.de Friedemann Nina

Ceballos Claudia Medina David Mauricio Tamayo Martalucía

Chinchilla Myriam Medina Audrey Tamayo Gustavo

Cifuentes Patricia Mendoza Roberto Tobar Luisa

Correal Myriam Montañez Angélica Trachtenberg Elizabeth

Cotamo Nubia Ordóñez Adriana Umaña Angela

Covaleda Amparo Ortiz Martha Catalina Valbuena Gustavo

Dueñas Yazmín Ossa Diego Vallejo Luis Guillermo

Duque María Claudia Quiñones Cielo Vanegas Magda

Durán María Mélida Riaño Camilo Varini Claudio

Erlich Henry Rincón Adriana Zarante Ignacio

Español Rocío Rodas Clemencia

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INTRODUCCION

El Instituto Colombiano de Cultura Hispánica presenta hoy con satisfacción y orgullo a todas las personas interesadas en las disciplinas de investigación, el primer tomo de su serie titulada: "Geografía Humana de Colombia".

Nació este proyecto en el año de 1990, bajo la sabia orientación del entonces Director General de la Entidad, Doctor Enrique Carrizosa Argáez (Q.E.P.D) y del Doctor Jaime Bernal Villegas, quien era, para esa fecha, Director del Instituto de Genética de la Universidad Pontificia Javeriana.

El plan editorial de la obra comprende 10 tomos distinguidos así:

Tomo I: "Variación Biológica y Cultural en Colombia" (resultados de la Gran Expedición Humana). (En circulación).

Tomo II: "Nordeste indígena": (, Arzario, Barí, Chimila, Kogui. Wayuú, Yuko- Yukpa). (En circulación).

Tomo III: "Orinoquia": (Volúmenes 1 y 2) Achagua, Amorúa, Chiricoa, Cuiva, Guahibo- Sikuani, Guayabero, Curripaco, Maciguane, Macaguane, Piapoco, Piaroa-Whothuha, Sáliba, Tunebo-U’wua, Yaruro o Pume, Llaneros Colonos. (En circulación).

Tomo IV: "Región Andina Central" (volúmenes 1, 2 y 3): Coconucos,Yanaconas, Etnografía : El Resguardo de Cota, Los Wampi - Misamera o la Gente de Guambía, Los Coyaimas y los Natagaimas, Los Nasa o la Gente Paez, los Pueblos del Valle de Atris. (Actuales habitantes del Territorio Quillacinga) los Pastos, Sierras Paralelas: Etnología entre los Kogi y los U’wa. Los Inga y los Kamsá, los Zenúes. (En circulación)

Tomo V: "Vaupés y Guanía": Bara, Barasano, Cabiyari, Carapana, Cubeo, Desana, Guanano, , Maku, Piratapuyo, Pisamira, Puinave, , Taiwano, Tariano, Tatuyo, Tuyuka, Jauna, Yuruty. (En investigación).

Tomo VI: "Los Afrocolombianos": "Demografía histórica de la trata por Cartagena 1533- 1810", "Fantasías del cuerpo, apetitos del alma", "San Basilio en el Universo Kilombo - Africa y Palenque América", "Familia Afrocolombiana y construcción territorial en el Pacífico Sur, Siglo XVIII", "El cuerpo femenino en cautiverio: Aborto e infanticidio entre las esclavas de la Nueva Granada 1750-18 10", "Los Hombres históricos del Patía o los héroes del tiempo encantado", "Brujería y reconstrucción étnica de los esclavos del Nuevo Reino de Granada, Siglo XVII", "La Conquista del estómago: Viandas, Vituallas y ración negra Siglos XVII-XVIII", "Hemo de mori cantando, porque llorando nací: ritos fúnebres

5 como forma de cimarronaje", "Mito poética de la orilla florida", "Miss Nancy y otros relatos", "Criollística afrocolombiana", "La inclusión de los Afrocolombianos: ¿Meta inalcanzable?", "Manglares y economía extractiva", "Movimiento social de Comunidades Negras en el Pacífico Colombiano", "La construcción de una noción de territorio y región".

Tomo VII: "Amazonia Amerindia": Diversidad cultural y desarrollo en Colombia. (En edición).

Tomo VIII: "Amazonas y Caquetá": Andoke, Bora, Cocama, Coreguaje, Letuama, Matapi, Miraña, Muiname, Nonuya, Ocaina, Tanimuka, , , , Yukuna, Yuri. (En edición).

Tomo IX: "Región del Pacífico": Cuna, Emberá, Awa - Cuaquier, Waunana. (En circulación).

Tomo X: "Pobladores urbanos de fin de siglo": "Pagar por el Paraíso". (En circulación).

El Instituto espera concluir el proyecto en el año del 2000, con la publicación de los tres tomos faltantes, de los cuales, dos se encuentran en proceso de investigacion y uno en proceso de impresión.

La obra pretende mostrar un panorama general que consigue el estado actual de los grupos étnicos que se encuentran en las diferentes regiones de Colombia. Han considerado las directivas del I.C.C.H., y el equipo de investigadores a cuyo cuidado ha estado el trabajo, que éste sería un primer paso para el planteamiento de soluciones y el desarrollo de acciones concretas que se dirijan a conseguir una mejor calidad de vida para los colombianos que se enmarcan dentro de estas características, permitiendo así afirmar la identidad de la sociedad colombiana como un conglomerado pluriétnico y pluricultural, de acuerdo con el Principio Fundamental contenido en la Constitución Política de Colombia: "El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana".

El Instituto expresa públicamente su gratitud, a todas las personas que con su entusiasmo y dedicación, han hecho posible la realización de la Geografía Humana y espera que la decisión y el gran empeño de todos los colaboradores, permita llevarla a feliz término en este año.

Clemencia Vallejo de Mejía Secretaria General

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PRESENTACION Jaime Bernal Villegas, MD, PhD.

Durante los últimos quince años, nuestro grupo del Instituto de Genética Humana ha venido desarrollando toda una serie de investigaciones en comunidades y grupos humanos de variada índole, que terminaron consolidándose en la Expedición Humana; que gracias a la pericia, a los conocimientos logísticos adquiridos y a las amistades generadas en las comunidades fue posible finalmente que toda la Universidad Javeriana y otras instituciones tomaran parte en la fase que denominamos Gran Expedición Humana. Debo aquí agradecer especialmente al Instituto de Cultura Hispánica, a su director William Jaramillo Mejía y a Clemencia Vallejo, Secretaria General, no sólo por la publicación de estos tomos sino por el invaluable apoyo durante todo el trabajo de la Gran Expedición Humana.

De todos los proyectos de investigación y servicio que tenemos hoy en día en la Gran Expedición Humana, indudablemente el más adelantado es por tanto el que tiene que ver con los aspectos genéticos de estas comunidades, y vale la pena entonces mostrarlo en detalle, señalando el proceso que hemos seguido y los múltiples objetivos y alcances que perseguimos.

Para señalar la potencialidad de los estudios de genética en poblaciones, cito con frecuencia dos anécdotas. La primera sucede en la isla de Sardinia, donde los maestros de la escuela han presenciado por siglos un curioso fenómeno. Cada febrero, con la llegada de la primavera, algunos estudiantes comienzan a presentar náusea y adinamia hasta el punto de quedarse dormidos sobre sus escritorios.

Unos días después, y de un momento a otro, retornan a la normalidad hasta febrero del año siguiente. Esta curiosa observación vino a aclararse apenas a finales de los años 50, cuando un grupo de científicos de Chicago descubrió la deficiencia de una enzima de los glóbulos rojos conocida como glucosa-6-fosfato deshidrogenasa o G6PD. Las personas que no producen esta enzima hacen episodios de anemia y esta es la razón para su adinamia. Quedaba sin embargo por averiguar la razón para que esto se presentara particularmente durante la primavera. Entre las plantas que florecen en Sardinia en esa época del año se encuentra el haba, y muy pronto fue evidente que los individuos deficientes en G6PD hacían la anemia después de ingerir habas o incluso de exponerse al polen de la planta. De allí viene el nombre de Favismo con que se conoce a la enfermedad.

La segunda anécdota, de muchas que se podrían narrar, sucede en 1962 en el barco U.S.S. Little Rock de la Armada Norteamericana que se encontraba en el lejano oriente. En el último puerto antes de volver a casa, la tripulación decidió hacer un "picnic", pero como las

7 enfermedades infecciosas eran muy frecuentes en la región, se tomaron todas las precauciones posibles en la cocina para que los alimentos llegaran en buenas condiciones a la tripulación. El barco zarpó después del almuerzo, y a las 18 horas comenzaron a aparecer los marineros con diarrea severa. En total, 602 de los 1276 tripulantes presentaron la enfermedad, producida por una bacteria conocida como Shigela transmitida a la tripulación por dos cocineros que, teniendo la diarrea, la habían ocultado para no perderse el paseo a tierra. Más curioso aún, 10 de los marineros enfermos desarrollaron una forma muy rara de artritis conocida como el Síndrome de Reiter, y por lo tanto se postuló que la Shigela debía tener algo que ver con el desarrollo de esta artritis. El asunto se quedó ahí hasta que diez años mas tarde dos inmunogenetistas quisieron averiguar si habría alguna característica genética que explicara la aparición del Síndrome de Reiter, y buscaron a todos los marineros que lo desarrollaron en el U.S.S. Little Rock. Sólo ocho de ellos se encontraron, y siete tenían una característica genética conocida como el HLA-B27. El que no la tenía fue el que manifestó menos la enfermedad y ya le habían aparecido los síntomas. Fue entonces claro que para desarrollar un Síndrome de Reiter se necesita una base genética (el B27) y un agente ambiental (la Shigela).

A más de curiosas, estas anécdotas tienen la virtud de mostrar los vericuetos que sigue la investigación médica y las posibilidades que pueden desprenderse a largo plazo de observaciones aparentemente simples o carentes de interés.

El trabajo de genética de la Expedición Humana ha seguido mucho esta línea. Durante ya más de ocho años, los genetistas hemos recorrido múltiples asentamientos humanos, particularmente aislados, observando y preguntando. Esto nos permitió llegar, por ejemplo, al caso del Prurigo Actínico entre los indígenas Chimila.

El caso del Prurigo Actínico

La historia del Prurigo es larga. Esta entidad es bien conocida en poblaciones americanas y se caracteriza por una lesión en la piel expuesta al sol, que es incurable y muy notoria.

A pesar de ser una entidad frecuente, no había recibido hasta entonces mayor interés de los grupos que investigan en el mundo los aspectos etiológicos de la patología dermatológica. En nuestro grupo, en asocio al Instituto Dermatológico Federico Lleras en Santafé de , habíamos conducido algunos estudios tendientes a averiguar las razones por las cuales unos individuos adquirían la enfermedad y otros no, y habíamos descrito una característica genética presente en muchos de los individuos con prurigo conocida como el HLA B40. Este HLA son una serie de proteínas que se encuentran en la superficie de todas nuestras células y que juegan un papel de primera línea en la defensa del organismo, ya que definen lo "propio" de lo ajeno ; esto es, permiten que cuando el organismo se pone en contacto con un microbio, bacteria o agente extraño a él, sepa que ese agente no es parte del organismo y monte entonces una respuesta inmunológica tendiente a erradicar el agente

8 invasor. Lo más interesante del HLA es que es tan variable en sus formas que muy pocos individuos en el mundo tienen las mismas variantes del HLA; por eso es a veces tan difícil encontrar un donante para un trasplante.

Pues bien, el HLA B40 que nosotros describimos "asociado" al Prurigo Actínico es mucho más frecuente en poblaciones indígenas o de ancestro indígena que en poblaciones caucásicas, lo cual nos explicaba solamente la razón por la cual el Prurigo es más frecuente en descendientes de indígenas, pero nos decía muy poco sobre la forma como se desarrolla la enfermedad, y no teníamos ninguna manera de llevar a cabo un estudio controlado que nos permitiera averiguar más sobre la enfermedad. Fue entonces cuando nos encontramos a los indígenas Chimila con más de 40 casos de Prurigo Actínico. En el estado en que se encontraban nuestras investigaciones ya no nos bastaba con observarlos; hemos requerido de ellos en estos años todo su apoyo para que nos permitan estudiar sus características genéticas mediante elaboradas técnicas que requieren una o más muestras de su sangre y a algunos les hemos pedido incluso que nos permitan tomar una pequeña parte de su piel afectada por la enfermedad. Y hemos andado un largo trecho; gracias al hallazgo de los Chimila y a su anuencia a nuestros estudios, sabemos que hay una predisposición genética a la enfermedad, también en el HLA; que hay otras drogas distintas a la Talidomida que no tienen sus problemas potenciales, son de fácil adquisición, de bajo costo y producen una marcada mejoría en los síntomas, y tenemos bien estudiada la reacción inmunológica en la piel del paciente con Prurigo Actínico. Todo esto se ha logrado gracias al apoyo de las entidades que han financiado nuestros proyectos, y puedo decir, sin ánimo pedante pero sin temor a equivocarme, que nuestro grupo lidera hoy en día la investigación sobre los mecanismos básicos que generan este trastorno. Pero nos falta mucho por aprender, y continuamos requiriendo el apoyo de los pacientes para llegar con el tiempo a entender en su totalidad el fenómeno, y poder ofrecer medidas preventivas y curativas más adecuadas, no sólo para ellos, sino para todos aquellos individuos que en otras latitudes sufren esta incurable enfermedad.

La Isla de Providencia

Algo similar nos ha sucedido en la Isla de Providencia, otro ejemplo que muestro con frecuencia de los rumbos que pueden tomar estas investigaciones. Sobre la historia de esta isla se han publicado notas en nuestros boletines de noticias y en nuestra revista, América Negra. En forma muy suscinta, en la isla hay toda una extensa familia con una entidad clínica muy curiosa y poco conocida, que asocia sordera neurosensorial y unos serios defectos de pigmentación en la piel. Desde el punto de vista clínico, o sea observando solamente a los individuos y elaborando su árbol genealógico, no hemos podido clarificar su enfermedad. Pensamos en un momento que podríamos hacerlo si lográbamos que un destacado patólogo de piel nos estudiara muestras de las regiones con defecto de pigmento; desafortunadamente no fue así, y hemos tenido que recurrir a otros métodos más

9 sofisticados para tratar de clasificar esta curiosa enfermedad, pero aún estamos lejos de aclararlo y continuamos observando y estudiando a la comunidad.

Enfermedades de hace 2500 años

La observación de las comunidades en busca de personas con enfermedades genéticas o malformaciones congénitas nos ha permitido también iniciar el proceso de eslabonar lo que vemos hoy en día en hechos aislados, con lo que pudo haber pasado antes de la llegada de los europeos o en los primeros años de la conquista. En general, la malformación congénita y la enfermedad genética son muy aparentes y en todas las culturas se ha registrado su existencia por medio del arte. Las culturas precolombinas nuestras no se escaparon a esta influencia, y en la cerámica Tumaco/La Tolita, por ejemplo, dejaron un variado catálogo de enfermedades claramente representadas. Después de varios años de búsqueda de estas cerámicas en museos y colecciones, hemos reunido todos estos datos y los de las observaciones de terreno en la Expedición Humana, en un libro que señala la clara existencia por varios siglos de algunas de estas enfermedades en nuestra tierra.

Revivir la historia de América

Pero no solamente hemos concentrado nuestros esfuerzos en los individuos que tienen una enfermedad; desde el punto de vista genético son igualmente importantes los individuos sanos, ya que pueden darnos luces sobre lo que fueron los procesos de poblamiento de América, lo que ha sido la historia de ajustes de los grupos humanos a su entorno, las relaciones entre ellos y de ellos con los otros grupos de individuos de distintos orígenes que se asentaron en nuestro territorio y finalmente, porque en últimas nos permite documentar desde un punto de vista biológico la clara diversidad cultural y linguística que observamos alrededor. La Biología nos permite entonces, gracias a las nuevas tecnologías, tratar de hacer viva la historia de nuestro país, para entenderla y hacerla propia. Ahora bien, para poder hacer todo esto requerimos estudiar la estructura genética de nuestros grupos humanos y desde muy distintos ángulos. Desde el nivel más sencillo al más complejo, nos interesa tipíficarlos para conocer sus grupos sanguíneos, las variaciones en sus proteínas del suero o de los glóbulos rojos, las distintas formas que presentan de antígenos del HLA, y finalmente, su variación en las secuencias del DNA, tanto en el núcleo como en la mitocondria. Todos estos datos permiten análisis para generar modelos matemáticos de relación entre los grupos humanos, tendientes a elaborar un dendrograma o árbol de relaciones fílogénicas que, interpretado en el contexto de hechos culturales o lingüísticos conocidos, puede finalmente darnos esa visión coherente que buscamos de la prehistoria de nuestro pais.

Pero la caracterización biológica de los grupos humanos colombianos va aún más allá. Las comunidades asiladas colombianas y particularmente las indígenas y negras, se encuentran en una delicada situación de salud, cuyo manejo requiere soluciones muy creativas, según

10 se desprende de las investigaciones de la Gran Expedición Humana, cuyos datos se vienen publicando en los últimos meses en la serie de libros "Terrenos", editada por la Universidad Javeriana.

Entre octubre de 1992 y julio de 1993 la Expedición Humana visitó cerca de 35 asentamientos negros e indígenas en todo el territorio colombiano, prestando atención médica, odontológica y nutricional y adelantando toda una serie de investigaciones en el terreno. Luego, en los laboratorios de la Universidad Javeriana y otros centros del país, se procedió al estudio de una serie de enfermedades, cuyo análisis se está culminando en estos días. Así mismo se realizaron programas de educación de salud y capacitación de parteras y optómetras en las comunidades visitadas. Los problemas que se han descubierto son ciertamente muy complejos y afectan muchas esferas de la vida cotidiana de estas comunidades.

La situación demográfica

La expedición humana recolectó datos de un total de 8.854 individuos de los diversos grupos étnicos que componen la población colombiana distribuidos en 6.054 indígenas, 562 Mestizos, 1.679 Negros y 559 Colonos. Los datos demográficos obtenidos a través de la consulta médica de la expedición humana demuestran que las poblaciones visitadas se caracterizan por ser jóvenes con edades medias que oscilan entre los 15 y 30 años, con una distribución poblacional expansiva. Las mujeres inician su vida reproductiva tempranamente, alcanzando al parecer un número alto de gestaciones por mujer, o al final de su período reproductivo; las poblaciones con mayor número de gestaciones por mujer corresponden a las comunidades Sikuani, Murui-Muinane, Inga y negros del río Saija con valores de 6.09, 5.85, 6.33 y 6.2 respectivamente. Los Chimila y Wayuu tienen promedios por debajo de 3. El número de abortos es bajo en comparación con la población general. Se determinó una diferencia grande entre el promedio de partos y de hijos vivos entre los Waunana, Embera, Murui-Muinane, lo cual podría sugerir una elevada mortalidad infantil en estos grupos. Ciertamente es necesario iniciar observaciones en el tiempo que permitan tener una visión de la evaluación de la situación demográfica en estas comunidades que permitan enfocar los programas de salud, educación y desarrollo de una forma ajustada a la realidad.

Problemas visuales

El análisis de la problemática visual lo llevaron a cabo oftalmólogos de la Fundación Oftalmológica Nacional y del hospital de San Ignacio, en asocio a Optómetras de la Universidad de la Salle. En total se examinaron cerca de 6000 personas. Los más importantes hallazgos muestran que hay una manifiesta diversidad en la frecuencia de algunas enfermedades de los ojos; por ejemplo, el glaucoma (aumento de presión dentro del ojo que puede llevar a ceguera) se encontró en frecuencia muy alta en los indígenas Kofane,

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Yuko, Embera y Guambia, pero es igualmente frecuente en los pobladores negros del pacífico; en cambio, en el Palenque de San Basilio, también negro, no se observó ningún caso de esta enfermedad. En general, la visión aunque es buena en los indígenas de nuestro país, está habituada para la distancia pero no para visión de cerca, lo cual debe tenerse en cuenta en los programas educativos, por ejemplo, ya que los textos actualmente en uso no se adecúan a esta realidad y puede ser éste un motivo de fracaso educativo.

Parasitismo intestinal

El parasitismo intestinal es frecuente en todas partes del mundo. Se calcula que sólo uno de todos estos parásitos (el Ascaris lumbricoides) infecta actualmente a más de mil millones de habitantes de la tierra y nuestras poblaciones aisladas no escapan a este flagelo. Sin embargo, en nuestro caso implica serios problemas pues los parásitos intestinales impiden que los alimentos se absorban adecuadamente, lo cual es un factor de desnutrición pero también inhabilita el sistema inmunológico, lo que hace al individuo aún mas susceptible a la infección por éstos. Esto fue lo que demostró el trabajo que en la Expedición Humana llevó a cabo la facultad de Bacteriología de la Universidad Javeriana, mostrando primero que el parasitismo intestinal se encuentra en más del 70% de los indígenas de todas las comunidades visitadas (y en algunos grupos como los Guahibo y los Waunana se encuentra en casi el 100% de las personas), que los problemas nutricionales son más frecuentes en los individuos con parásitos intestinales y que estos individuos tienen niveles más bajos de las defensas inmunólogicas (inmunoglobulinas en el intestino). Ahora bien, muchos de estos parásitos se transmiten al tomar agua contaminada; por eso es más preocupante aún encontrar, al analizar las aguas de consumo de estos grupos que, con muy pocas excepciones, todas están contaminadas de materia fecal, y, por lo tanto, la infección continuará su ciclo, con todas sus consecuencias, mientras las comunidades no emprendan una labor autoeducativa sobre el manejo y disposición de excretas y la necesidad de hervir el agua de consumo.

Enfermedades infecciosas

Los países tropicales como el nuestro, se caracterizan por una alta frecuencia de enfermedades infecciosas, producidas por virus o bacterias. Varios trabajos de la Expedición Humana mostraron que nuestras comunidades aisladas no sólo no escapan a estas enfermedades sino que en algunos casos las tienen en una proporción alarmante. Por ejemplo, la sífilis, una enfermedad para la que existe un tratamiento sencillo y de bajo costo, se ha encontrado de acuerdo con las pruebas de diagnóstico comúnmente usadas y conocidas (como VDRL y ETA) en números que van entre el 30% de los individuos estudiados. Seguramente en algunas de estas comunidades la frecuencia real no sea tan alta y nuestros datos se deban a reacciones cruzadas con otras enfermedades que pueden hacer positivas las pruebas para sífilis (como el pián, por ejemplo, que es frecuente en algunas

12 regiones), lo cual señala la necesidad de más investigaciones para aclarar la real situación de salud de estos grupos.

Para la toxoplasmosis, una enfermedad transmitida por los animales domésticos, causa frecuente de ceguera y de retardo mental en niños cuyas madres sufren la enfermedad durante el embarazo, e igualmente de fácil tratamiento, se encuentran pruebas positivas en sangre hasta en el 97% de los individuos en algunos de los grupos analizados (Arhuaco, Piaroa, Guane), y es más baja en algunos otros (Uitoto y Yuko, por ejemplo).

La salud oral

El trabajo de campo realizado por los odontólogos en las distintas comunidades visitadas por la Gran Expedición Humana reveló la desprotección casi total relacionada con el aislamiento en que viven la mayoría, y la inexistencia de profesionales de la salud en las comunidades, sumando al hecho de que los promotores de salud no están capacitados para realizar campañas de prevención oral. El carácter esporádico de las visitas de los organismos de salud convierten a las exodoncias en los únicos procedimientos válidos en la mayoría de las visitas. Llama la atención el efecto favorable que ha tenido el acceso a la educación y servicios de salud en las nuevas generaciones entre los Guambianos de Silvia (Cauca) en donde se observaron diferencias significativas entre la población adulta que es en su mayoría desdentada; y en los jóvenes se encontró un aumento significativo en el número de dientes obturados y una disminución en la pérdida de dientes por extracción.

El medio ambiente también ha determinado cambios en los hábitos alimenticios de estas comunidades, representados en la introducción a la dieta de alimentos cariogénicos provenientes de afuera como gaseosas, paquetes de papas fritas y dulces. Algunas comunidades tienen hábitos arraigados como los Coreguaje del Caqueta, que chupan caña de azúcar lo que determina una rápida destrucción coronal por caries y la pérdida o ausencia clínica de incisivos centrales y laterales superiores e inferiores. Contrasta en este sentido la situación de salud oral de los indígenas nómadas Nukak Maku del Guaviare, comunidad con grados mínimos de aculturación en la que se encontraron dientes completos en todos los individuos analizados, sin el deterioro asociado a caries dental de las otras comunidades.

Las enfermedades orales más comunes en las comunidades fueron la caries dental presente en más del 90% de los atendidos y la enfermedad periodontal vista en el 78% de los pacientes y distribuida así (Gingivitis 52%, Bolsas Periodontales 24% y Manchas Melánicas 4%) Las abrasiones y los desgastes dentarios fueron muy frecuentes. Las maloclusiones esqueléticas se encontraron en el 36% de los examinados y las maloclusiones dentales en el 23%. La hiperplasia espitelial focal se diagnosticó en un 4,4% de los atendidos. Sólo se detectó un caso de labio y paladar hendido lo que refleja una

13 prevalencia muy por debajo del promedio para la población general, que puede tener su explicación en un proceso de selección asociado a factores culturales.

Parece pues claro que la situación sanitaria de nuestras comunidades indígenas y negras aisladas es mucho más compleja de lo que puede inicialmente sospecharse. Hay muchos elementos en estas comunidades que permiten un manejo adecuado de algunos de sus problemas de salud, como lo demostró el trabajo llevado a cabo en la Expedición Humana por la Facultad de Enfermería de la Universidad Javeriana sobre creencias alrededor de la salud. Sin embargo, hay otros, muy grandes, que escapan a su capacidad como la hepatitis, la toxoplasmosis, los problemas oculares, los parásitos, etc. en los cuales requieren apoyo a corto plazo y mayor investigación que a largo plazo permita tomar las medidas adecuadas a los problemas. Es allí donde la universidad colombiana, que cada vez se afianza más en la investigación, tiene un importante papel. La Expedición Humana, un esfuerzo puramente académico, ha dado el primer paso trazando un perfil de la situación de estas comunidades que nunca antes se había hecho. El resultado indica que si no trabajamos rápido y aunamos esfuerzos, el precario balance en que se encuentran muchos de estos grupos puede prolongar el proceso de extinción de que ha sido testigo el continente en los últimos 500 años. El tiempo es realmente corto y lo que está en juego es la supervivencia de un sector de nuestra población, pequeño en número, pero máximo representante de la diversidad biológica y cultural de nuestro país.

La hepatitis B, según el estudio realizado por la Expedición Humana en asocio al Instituto Nacional de Salud ha demostrado que los anticuerpos contra el antígeno core (que se encuentra en todos los pacientes con cualquier forma de hepatitis B) se encuentra en la sangre de hasta el 90% de los indígenas Motilones, Guahibos y Wiwas, mientras que se encuentra por debajo del 10% entre los Vaupés y Coreguaje, y es negativo entre los Kwaiker. Los datos indican que esta infección se ha extendido de manera dramática en las comunidades. Si se tiene en cuenta que el 10% de los pacientes con hepatitis B van a desarrollar una enfermedad hepática crónica, que los cánceres del hígado son más frecuentes en pacientes que han tenido hepatitís B y que la mortalidad de esta enfermedad puede ser hasta el 1,5%, es fácil prever las situaciones a que se verán abocados estos grupos humanos en el futuro.

Finalmente, vale la pena mencionar dentro de las enfermedades infecciosas a los retrovirus. El estudio de unos tipos de estos retrovirus conocidos como HTLV, llevado a cabo por la Expedición Humana, ha demostrado que hay brotes de estos virus en tres comunidades indígenas colombianas. Estos virus se asocian a algunas leucemias y a una enfermedad muy curiosa conocida como la paraparesia espástica tropical, pero se desconoce mucha parte de su biología y es entonces necesario monitorizar cuidadosamente estas poblaciones humanas.

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Otra patología

Pero hay otra serie de problemas de estos grupos que hemos podido investigar en la Expedición Humana y que no muestran una imagen más alentadora. Los problemas nutricionales son, por ejemplo, de muy alta frecuencia, lo que se desprende, no solamente de la evaluación nutricional llevada a cabo en detalle por el departamento de Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Universidad Javeriana, sino por otros estudios complementarios. En uno de estos estudios se analizaron los niveles de vitamina B12 y ácido fólico en 500 individuos pertenecientes a 13 grupos étnicos diferentes. Los resultados mostraron que en las poblaciones indígenas el 14% de los individuos tienen deficiencia de vitamina B12 y el 15% tiene deficiencia de ácido fólico, lo cual quiere decir, en otros términos, que uno de cada 6-7 indígenas carece de niveles adecuados de estas vitaminas. Aunque hay muy diversas causas para estas deficiencias, en este caso se trata, muy probablemente, de una dieta inadecuada que no permite la supiencia suficiente de estos elementos ya que ninguna de las dos se produce en cantidades importantes dentro del organismo y se requiere absorberlas a partir de los alimentos. Ahora bien, ambos elementos son necesarios para la síntesis normal de las células de la sangre, y en ausencia de ellos, o cuando están deficientes, se presenta una anemia conocida como anemia megaloblástica. En nuestros estudios, la anemia megaloblástica fue hallazgo frecuente, confirmando la deficiencia de estas vitaminas, y alcanzando niveles tan altos como el 80% de los individuos estudiados entre los grupos de la zona Atlántica de Colombia, el 5% en el Pacífico y el 15% en la región oriental. Parece pues claro que nuestras comunidades indígenas y aisladas tienen serios problemas nutricionales que serán más graves en la medida en que, al cambiar sus costumbres, dependan mas de productos del comercio que de aquellos disponibles en su medio y además no tienen a su alcance una adecuada asesoría nutricional que parta, como lo hicimos en la Expedición Humana, del estudio nutricional de los productos agrícolas y de pesca de estas comunidades. Mientras no conozcamos el valor nutricional de estos alimentos (que son en muchos casos productos distintos a los que consumimos en otras partes de Colombia) poco podremos ofrecerles para mejorar su estado nutricional sin introducirles necesidades que no pueden suplir en su medio. Parece pues clara la enorme potencialidad de la investigación científica cuando ésta se aplica a problemas directos de los seres humanos. En este libro se recogen muchos simplificados de los hallazgos del trabajo de la Expedición Humana.

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HÁBITAT, ARQUITECTURA Y ENTORNO DE EMBERA Y WAUNANA

Claudio Varini Departamento de estética, Facultad de Arquitectura y Diseño. Universidad Javeriana

PRÓLOGO

Acercarse al hábitat de poblaciones indígenas representó para mí, europeo llegado unos días antes a establecerse en Colombia, un evento imprevisto pero inevitable.

Imprevisto porque no fue intencional; inevitable porque a la firme voluntad de afirmar mis raíces no podía eximirme de entender las peculiaridades del nuevo mundo que me adoptó. Fue así como de una manera igual de intestinal y mágica que entré al país dentro de un mundo en donde hasta la piel habla.

Me tocó entonces reponer el abrigo mental y descubrir mi piel demasiado pálida para poder acceder al hábitat de los indígenas Embera y Waunana.

Era el 1993 y los viajes de Gran Expedición Humana1 habían casi terminado dejando experiencias vivenciales y documentaciones pluridisciplinarias de inmenso interés y valor. La labor se concibió al comienzo como de análisis tipológico, pero muy pronto resultó evidente que este corte investigativo hubiere podido evidenciar sólamente aspectos formales, en una parcialidad especialística que no tenía ningún sentido en una realidad en donde los conceptos de forma, de límite, de espacio y de tiempo, los mismos conceptos de vida y de arquitectura bien poco podían asimilarse a análogos conceptos así como se han venido desarrollando en la cultura blanca e inclusive negra.

El presente ensayo pretende desarrollar en términos relativamente sintéticos un análisis contextualizado de los ámbitos arquitectónicos que generan los indígenas Embera y Waunana:culminando con una síntesis critica que considera los espacios según un criterio

1 Gran Expedición Humana es un proyecto en el cual han participado gran parte de las facultades de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y que ha sido activado hace cinco años; esta experiencia interdisciplinaria tiene como objetivo principal el de producir un conocimiento profundo y orgánico de realidades étnicas, como la indígena y la negra, marginadas de la cultura oficial no obstante estas realidades merezcan una atención y una consideración bajo todos los aspectos. Entre 1992 y 1993 han sido realizados diecisiete viajes por parte de expedicionarios de las facultades participantes al proyecto en diferentes comunidades a lo largo del territorio colombiano. Durante y después de estos viajes ha sido producido una documentación que actualmente se está elaborando para producir una serie de volúmenes con los resultados del trabajo de campo. 16 que reductivamente se podría definir lingüístico y distinguir así estas expresiones espaciales según un criterio ordenador orgánico.

EMBERA Y WAUNANA

Embera2 y Waunana3 son dos poblaciones indígenas que viven en reservas o resguardos esparcidos a lo largo de todo el occidente colombiano4.

En los respectivos idiomas Embera y Waunana significa "gente".

El termino Chocó, acuñado por los españoles para definir a los Embera, sigue siendo utilizado hoy en día para definir a las dos etnias.

Aun siendo el origen etnolingüístico diferente, se reconocen ciertas relaciones entre los dos idiomas que asumen modificaciones dependiendo de la ubicación geográfica de los asentamientos.

Embera y Waunana comparten el área de la selva tropical húmeda que caracteriza todo el costado occidental del territorio colombiano; viven en reservas o resguardos, en algunos casos contiguos. Sus formas vivenciales, las formas de concebir su hábitat y su existencia en ello son muy parecidas aunque sea posible reconocer diferencias que se dan entre las dos etnias y entre los mismos grupos que las componen.

2 Según los datos oficiales son actualmente poco más de cuarenta mil personas que se reconocen en cinco grupos dialectales localizados en las siguientes áreas: - Alto río Atrato; - Noroeste antioqueño y Córdoba; - Alto río San Juan; - Medio río Baudó y afluentes Catrú y Dubasa, Costa del Pacífico entre las bocas del río San Juan y Cabo Corrientes; - Región de la costa al sur de Buenaventura: ríos Saija, Satinga y Saquianga. La cercanía y la costumbre de establecer relaciones entre ellos hace que se definan características en las cuales se reconocen tanto los grupos Embera como los Waunana: se reconocen como Chamíes los que viven en Caldas y Risaralda, Katíos, los que viven en Antioquia y Córdoba mientras que los chocoanos son conocidos como Cholos. Mauricio Pardo y otros han llegado a formular también una clasificación más sintética utilizando parámetros de tipo socioeconómico a través de esta elaboración se pueden individualizar dos áreas: - Las gentes de río: Costa del Pacífico, río Atrato, Baudó y Darién panameño; - Las gentes de montaña: Alto río San Juan, noroeste antioqueño, altos ríos Sinú y San Jorge, río Garrapatas en el Valle del Cauca, sur antioqueño y asentamientos dispersos en la cordillera occidental. 3 La distribución territorial es más limitada respecto a la otra etnia Chocó encontrándose asentamientos en los departamentos del Chocó, del Cauca y, más recientes, en Panamá. Entre los asentamientos más relevantes se conocen: - la cuenca del bajo río San Juan; - la cuenca del río Micay; - la cuenca del río Jarado; - los ríos panameños Chico, Sambú y Tuira. 4 La investigación ha sido publicada en su versión extensa en el libro que se titula "Deara. Una ruta de acercamiento al espacio y a la arquitectura de los indígenas Embera y Waunana" y editado por la editorial Terrenos de la Gran Expedición Humana en mayo de 1995. 17

Esta fuerte similaridad permite englobar y desarrollar en el mismo discurso ambas expresiones arquitectónicas.

Las similitudes y las analogías entre las expresiones culturales de los Chocó son aún más fuertes en los areales que comparten y prueba de ello es que no son infrecuentes las formaciones de parejas entre las dos genies.

Los Waunana y los Embera se parecen en la forma de vida, la lengua y las tradiciones.

Los primeros expresan una sociedad fundada sobre la homogeneidad, sin líderes o figuras que poseen un poder especial -excepto por los Jaibaná5-, viven en asentamientos desprendidos y su estructura social es fundada sobre la familia, sea ella mononuclear o extendida; para tomar decisiones que involucran la comunidad se reúne un consejo de ancianos sin que haya otra distinción que no sea el sexo o la edad.

La economía se expresa substancialmente en una producción para consumos internos mientras que una parte más modesta tiene como destino un mercado exterior representado por los pueblos de negros y mestizos que rodean sus territorios.

A esta etnia pertenecen varios grupos que mantienen expresiones distintas y cuyos caracteres peculiares son coincidentes con la agrupación por subgrupos lingüísticos.

Las diferencias más marcadas las presentan los Katíos -habitantes por lo general en el noroccidente del departamento de Antioquia - para los cuales el comercio de productos representa una forma de intercambio al que se le reconoce el valor de complementariedad a la producción para auto consumo.

Los Waunana son una población con características muy similares a las de los Embera; comparten con ellos el territorio del sur del Chocó y, en los campos de la cultura material y de la forma económica, no se evidencian diferencias notables. Otro elemento de distinción es constituido por la mitología que conserva una cierta independencia respecto a la Embera.

En el área históricamente habitado por las dos genies no ha habido una presión colonizadora tan fuerte como en otras zonas del país, lo cual les ha permitido vivir por un tiempo más largo respecto a otras poblaciones en condición de aislamiento e independencia respecto a culturas no aborígenes. En consecuencia de eso los cambios en la forma de ser, de vivir, de manifestarse, no se han perdido por completo ni han cambiado radicalmente.

5 Para ambas culturas el Jaibaná es un shaman y el nombre significa "hombre espíritu" o "el que tiene los espíritus". 18

La capacidad evidenciada de movilizarse con extrema facilidad los ha hecho difícil blanco de los españoles, pero las presiones más recientes por parte de otras etnias han producido consecuencias más desastrosas obligando a las comunidades a perder muchas de las áreas mas fértiles de su territorio para vivir hoy en día en porciones fragmentadas, a veces hostiles y modificar así condiciones de vida, de trabajo y de asentamiento.

No obstante los frecuentes episodios en su contra, estas poblaciones han mantenido entre sí una fuerte cohesión y manteniendo vivas sus expresiones auténticas como el idioma y la forma oral de transmisión del saber, a través de la presencia de la figura y de los rituales del jaibaná. A estos elementos tradicionales ha venido asociándose en tiempos mucho más recientes la labor de una organización político-social que preserva sus derechos y mantiene el contacto entre todas las comunidades: el OREWA6.

MITOS

La mitología aborigen sigue siendo, en gran parte de los territorios indígenas, un fuerte elemento de cohesión social y de formación individual, así como la pintura y el adorno corporal que han mantenido vivos los valores estéticos y comunicativos de las tradiciones ancestrales.

El conocimiento para Embera y Waunana no comprende solamente la esfera de lo que es material, concreto, tangible, es decir "presente"; incluye también lo que es "inmanente", es decir lo que constituye una presencia invisible, espiritual7.

En la interrelación de estas dos dimensiones los indígenas explican la totalidad de su mundo; a ellos les pertenece un dominio sobre lo que está presente, mientras que el Jaibaná tiene también la posibilidad de comunicarse con los espíritus, es decir que tiene una función "mágica". El solo tiene acceso a una forma de pensamiento diferente que le permite mantener en condiciones de equilibrio alma y cuerpo, hombre, naturaleza y mitología.

En las mitologías de diferentes poblaciones indígenas hay cuentos que se refieren a la creación universal en la cual se configuran mundos paralelos y sobrepuestos, cada uno habitado por seres diferentes. Es todavía muy difícil encontrar unicidad respecto al número y al significado específico de cada uno de ellos; en la mitología de los Embera que viven en Urabá, por ejemplo, se pueden encontrar narraciones que distinguen cuatro mundos o cuatro niveles encima del mundo de los hombres vivientes y otros cuatro por debajo: de uno de ellos se ha perdido la memoria. Hoy en día se reconoce al primer nivel superior el

6 Organización de los indígenas Embera y Waunana 7 Astrid Ulloa distingue así los dos niveles de pensamiento: lo cotidiano y lo esencial. 19 dominio del creador Karagabí, el intermedio - de los hombres- y lo que le está por debajo - "dominado por Tutrukirá, ser que se creó a sí mismo y competidor de Karagabí"8

En todos los relatos se encuentra el mundo al cual pertenecen los seres vivientes en una posición intermedia entre la de los dioses creadores —coincidente con el cielo— y la de otros seres9 a los cuales se accede por una quebrada o por debajo de la tierra. El elemento constante en todas estas versiones está en la presencia de seres o espíritus con caracteres opuestos que determinan el origen, la vida o que sancionan la finalización, la muerte10.

Aun encontrándonos frente a diferentes versiones, el mito de la creación del mundo que se transmite entre los Embera no presenta diferencias substanciales. En el mito de la creación de los Embera y su mundo se asocia el ordenamiento cósmico y su acceso al agua, al fuego y a los alimentos evidenciando una forma de antropocentrismo que se ve perfectamente reflejada en los modelos existenciales que sigue manteniendo la gran mayoría de ellos.

Algunos de los mitos sobre la concepción cósmica11 hablan de tres o nueve mundos relacionados entre sí; de tres niveles cada uno compuesto de varios:

1- Mundo (superior) de los seres primordiales y de las almas de los muertos. Compuesto por 4 niveles.

2- Mundo de lo humano (intermedio) que se enfrenta a los otros dos.

3- Opuesto (inferior) al primero y habitado por los Jai12.

La mitología Waunana no ha sido desarrollada a la par de la de los Embera y los mitos conocidos que se refieren a la creación del hombre no permiten establecer una constante.

Las narraciones mitológicas tienen una función ejemplificativa en donde dioses, personajes y sucesos absuelven a una función informativa o educativa manteniendo al mismo tiempo una continuidad de transmisión de una sensibilidad aborigen sin recorrer a moralejas, con un desarrollo que podría hasta definirse didascálico, libre de estructuras dogmáticas constrictivas o excluyentes que al contrario han venido filtrándose por medio de la presencia de predicadores o misioneros.

Así una libertad anárquica en donde el orden es un orden "natural" ha venido contaminándose por presiones exógenas tanto en orden sociopolítico como en orden religioso reflejándose claramente sobre la forma asociativa, la forma educativa y por consiguiente, sobre la tipología de asentamiento.

8 Pardo Mauricio: Etnoastronomía Chocó. 9 Según las áreas geográficas se habla del mundo de las madres, de los muertos, o de la gente sin ano. 10 Pardo: Etnoastronomía Chocó. 11 Véase, por ejemplo, el ensayo de Astrid Ulloa: los Emberá. 12 La palabra Jai asume el significado de "esencia", de "espíritu" o "espíritu de los muertos". 20

Las presiones comerciales y los medios comunicativos han contribuido igualmente a una infiltración con un alto poder modificativo de las costumbres que han venido mestizándose en donde la cercanía de comunidades de otra etnia son más cercanas.

NATURALEZA Y ARTIFICIO

El producto humano -o artificio- viene generalmente considerado, en la cultura occidental, como resultado final de un proceso que implica un hombre hábil y capaz de pensar y realizar artefactos reflejando una imago mundi que representa la obra del hombre como alternativa al mundo de la naturaleza. Lo artificial de Embera y Waunana se refleja ya a nivel lingüístico siendo que ellos no han ni siquiera sentido la necesidad de crear términos especialísticos para definir puntualmente términos que se refieren a actividades específicas.

Para los indígenas el proceso de transformación está fuertemente subordinado a los recursos naturales locales que de hecho definen su entorno vital en cuanto proporcionan ayudas y sustentamiento perennes sin que se manifieste en ellos una forma de transformación que tiende a oponerse a la misma naturaleza.

Cualquier artefacto es pues, para los Chocó una cosa simple - en cuanto necesita herramientas elementales -, que tiene funciones y una vida biológica; para ellos la naturaleza no es hostil ni es un recurso para la explotación intensiva como se está entendiendo por ejemplo en la sociedad capitalista que sin embargo es capaz de imponer su lógica dominante del desequilibrio.

El estudio de entornos étnicos radicalmente diferentes al de origen no permite aplicar automáticamente conocimientos y estructuras lógicas propias; entender a los indígenas que reconocen sus propias raíces y su fuente de existencia en un ámbito natural florido, benéfico y vital, ordenado por las mismas reglas que rigen la vida humana obliga a entrar en otras dimensiones.

En las culturas Embera y Waunana -que se mantienen vivas y se comunican a través de la memoria mitológica- todas las narraciones, en especial las de los Embera, tienen como común denominador: una unidad entre todos los componentes de la naturaleza -que incluye ellos mismos-, en una idea general de vida como desarrollo armónico entre las componentes terrenas y sobrenaturales.

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ENTORNO VITAL

Para los Embera y los Waunana el espacio vital corresponde a algo más complejo que un simple ámbito en el cual están dadas las condiciones físico-climáticas y de ecosistema, más bien se puede hablar de una dimensión más compleja en donde conviven otras dimensiones, un verdadero hiperespacio en donde la memoria ancestral y la peculiar forma de interactuación entre elementos vivientes define un genius loci13 en donde "el lugar representa aquella parte de la verdad que pertenece a la arquitectura: el es la manifestación concreta del habitar del hombre, cuya identidad depende de la pertenencia a los lugares"14

El espacio vital de los Embera y de los Waunana se configura entonces como rico, extenso y en buena parte íntegro.

No se debe todavía pensar que la expresión "espacio vital" corresponda a un espacio completamente aislado de otros contextos o inmutable. Las relaciones de intercambio con otras comunidades, permiten conocer y a veces asimilar parcialmente otros modelos de desarrollo y otros modelos de pensamiento, se reflexiona sobre su estructura socioeconómica y sobre la misma forma de la vivienda que está sujeta, en algunos ámbitos territoriales, a cambios muy fuertes por lo que se refiere a la forma del asentamiento y a la misma lógica y forma de la vivienda.

¿Cómo definir esas modificaciones? ¿Alteraciones socioculturales o simplemente cambios? Dejo la respuesta a esta inquietud a la conclusión del escrito porque todavía no he tratado elementos esenciales para dar una respuesta.

HÁBITAT

El hábitat, entendido como espacio vital, se configura por la compresencia de lo físico, de lo cultural y de lo espiritual.

Más dantesco que lecorbusiano, más metafísico que cartesiano, la esencia del hábitat Embera y Waunana está en la voluntad y en la capacidad que manifiestan las dos poblaciones de ser en un espacio sinérgico e hiperdimensional.

En términos físico-lingüísticos podríamos definir las arquitecturas tradicionales de los Chocó como arquitecturas que declinan del paisaje.

13 El término latino Genius Loci, que se traduce literalmente como "espíritu del lugar", se utiliza en la mayoría de los casos para definir la identidad del sitio, sea eso antropizado o natural. El genius Loci define en los espacios antropizados una pertenencia, una forma de reconocibilidad que rinde único un contexto. Lo más interesante en este caso específico es que genius - que quiere decir espíritu - permite también pensar en una presencia ultraterrena, invisible y al mismo tiempo tangible; como el lector puede leer en seguida, la presencia de los espíritus en la cultura de los Chocoes es fuerte y elemento determinante de su vida y pensamiento. 14 En: C. Norberg Schulz. Genius loci. Traducción del autor. 22

Se encuentra en los asentamientos una forma de relación con el entorno que va mas allá de la simple manifestación de una posesión territorial, sino que se logra una presencia mucho más compleja y articulada.

En lo visible, la vivienda se manifiesta como un entorno sintónico que representa en sí un mundo y su propia concepción temporal, su uso de los materiales, su relación con el topospermiten hablar de ejemplos de arquitecturas que declinan el paisaje, haciendo ellas parte de un macrocosmos siendo al mismo tiempo manifestación y representación de un microcosmos.

Constituye todavía una limitante considerable reducir la esfera investigativa al sólo entorno físico.

En la cultura occidental la pérdida de la sacralidad del entorno virgen se ha repercutido en la debilitación de aquella aura que para las poblaciones en donde la transmisión del pensamiento sigue siendo oral, mitológica, puede definirse como "espacio mágico", implicando una debilitación de aspectos metafísicos de los cuales se rodeaba el espacio antrópico.

Esta cultura mágica no es todavía una peculiaridad de las solas poblaciones indígenas, sino que tiene todavía vida en las áreas menos urbanizadas, ha sido alimentada en las culturas negras y también en las culturas blancas a través de un espiritualismo que se alimenta en la religión cristiana y en los credos africanos.

Se busca así encontrar un equilibrio cósmico dinámico entre lo tangible y lo intangible. El enlace entre arquitectura y mito hace parte de esta búsqueda.

El análisis de la arquitectura no puede desprenderse de un contexto que, aun no correspondiente en muchos casos al espacio vital de estas poblaciones, constituye parte integrante del escenario natural y por ello no se puede desvirtuar un trabajo analítico aislando arquitectura del contexto hiperdimensional del cual denota el espíritu y en el cual al mismo tiempo toma posesión.

Contrariamente a lo que ocurre en la esfera cultural cristiana lo espiritual no asume connotaciones misticistas, simplemente esta trascendencia no hace parte de su sentir así como toda manifestación espiritual racionalizada está ajena de dogmas.

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POSESIÓN DEL TERRITORIO

Los indígenas Chocoes constituyen sin duda alguna una minoría15 en los departamentos institucionales en los cuales viven y las condiciones que les permiten vivir plenamente son muy distintas respecto a las de la mayoría negra de la población.

Los indígenas viven de la naturaleza y en un medio ambiente prácticamente virgen; para ellos, el espacio vital corresponde a un ámbito extenso, como lo es la selva chocoana, en el cual están presentes las condiciones fisico-climáticas, de ecosistema y de memoria colectiva.

Posesión no implica privacidad, sino que los terrenos pertenecen a la comunidad y el uso de ellos por parte de las familias viene respetado sin excepción.

La toma de posesión del sitio es definida no solamente por elementos visibles, también por un ritual sacro, como si la elección fuera demandada a una presencia divina que los Jaibaná consultan. Normalmente el sitio se encuentra al borde de una quebrada, y en proximidad del río, lo cual permite una fácil movilidad, proporcionando a los terrenos mayor fertilidad y por eso mismo hace mas fácil la implantación de cultivos. Igualmente es usual, cuando se va a estrenar el de, que el Jaibaná realice un ritual mágico que los protege de los espíritus malignos; en varios estudios aparecen también elementos —como ollas de barro o esculturas antropomorfas— que tienen la tarea de preservar la construcción y sus habitantes libres de dichos espíritus por toda su existencia16.

La presencia de los espíritus en la vida cotidiana tiene una importancia relevante: vivir, para los Chocoes, significa establecer relaciones sinérgicas con los espacios, sean éstos con el mundo de los dioses o con los otros que constituyen su universo dado que existe una simetría entre el mundo de los seres vivientes y el de los muertos.

Vivir en la tierra entonces, no es para los Chocoes vivir como hombres su destino sino hacer parte de un sistema de mundos según un pensamiento fuertemente metafísico.

En los territorios de los Embera y Waunana se reconoce y respeta la propiedad aunque, dada la frecuente movilización, abandonan sus posesiones con la misma facilidad y naturaleza con la cual las ocupan.

Tomar posesión de un territorio implica dejar signos de pertenencia: para las poblaciones aborígenes estas trazas son prevalentemente constituidas por artefactos de origen vegetal y por la temporalidad de su presencia en el espacio.

15 En el Chocó solamente el 6-7% de la población es indígena (grupos étnicos Embera y Waunana) y el 80% es negra. Véase Telban: Grupos étnicos de Colombia y Chávez: Grupo indígena Waunana. 16 Véase Reichel Dolmatoff: Contribuciones a la etnografía de los indios Chocó y Rubio: Arquitectura indígena en Colombia. 24

La relación con la naturaleza y los signos consiguientes que caracterizan la presencia de blancos y negros producen frecuentemente un desequilibrio como consecuencia del deseo de obtener un beneficio inmediato de la explotación de los recursos naturales, sin preocuparse demasiado por las consecuencias permanentes en el territorio.

Otra peculiaridad que caracteriza a los no indígenas es constituida por el limitado valor que atribuyen comúnmente a los recursos naturales; en efecto se asiste por un lado a una explotación intensiva de los recursos y por otro lado el consecuente proceso de transformación se lleva a cabo según lógicas monofuncionales, contrariamente a cuanto sucede entre los indígenas.

Por ejemplo, uno de los constituyentes principales de la vivienda de los negros es la madera en tablas; para obtenerla, se cortan árboles adultos para utilizar solamente en parte las cantidades y las calidades en un típico proceso de abstracción. Además, la función que se atribuye a la tabla es una sola: la de cerrar un espacio; el valor de uso y la practicidad de la construcción eliminan en este modo una serie de características consideradas superfluas - como las formales, las simbólicas, las texturas y el color, etcétera- cuando al contrario constituyen para los indígenas un imprescindible elemento comunicativo.

La explotación maximizada de los recursos es un fenómeno frecuente en todas las culturas que hacen de la naturaleza el centro de su propio mundo y que saben que de la circularidad, o sea del continuo mantenimiento de los recursos depende su existencia. Mantener un equilibrio dinámico les garantiza la existencia equivalente a la de sus próximas generaciones.

La posesión del territorio está fundamentada sobre un criterio que considera antes que todo la sostenibilidad, es decir que se benefician de los recursos naturales hasta que el terreno pueda sostenerlo y después lo abandonan para dejarlo descansar.

Los chocoes consideran la naturaleza en sí y sus productos como bienes residentes y determinantes de las condiciones de permanencia del hombre en el sitio; el empobrecimiento de los terrenos es correspondiente al cansancio de un organismo y cuando eso se verifica se le concede el tiempo para renovar sus condiciones de producción.

La forma de ocupar el territorio es prevalentemente caracterizada por asentamientos aislados, ubicados cerca la orilla de un río que representa una fuente de sostenimiento y una vía de comunicación de suma importancia.

Propiedad, asentamiento y vivienda son pensados para la vivencia de una familia sea mononuclear o extensa, es decir compuesta por varias familias con vínculo de parentesco.

Denotan la toma de posesión del sitio la presencia de canoas en la orilla, normalmente cerca de una quebrada o de la confluencia de un riachuelo, la construcción del tambo o de, que

25 tiene como principal función la de vivienda, y otras construcciones accesorias como el granero, los corrales para aves y la platanera.

Alrededor del de, cuyo acceso principal -denotado por la presencia de una escalera, por lo general constituida por un tronco tallado- es ubicado frente al río; árboles frutales rodean su parte trasera y una serie de recorridos que se internan en la selva para llevar a los cultivos y al de-finca cuyo aspecto es similar al del de-vivienda.

La distribución en el territorio no es homogénea debido en especial a una presión exterior que les va quitando quebradas y tierras, obligando a los indígenas a buscar nuevos sitios en muchos casos ubicados en lugares inhóspitos.

Las alteraciones que así se producen en la estructura tradicional de los asentamientos son fuertes en cuanto va perdiéndose la relación de complementariedad entre la arquitectura que sirve principalmente como vivienda y la otra -que está normalmente situada más arriba en el curso del río-, donde la familia tiene cultivos, y adaptada a las funciones de una finca.

La unidad del territorio viene definido por un ámbito común, representado en especial por el río, que permite el mantenimiento de las relaciones entre los miembros de las comunidades. No es difícil entonces argüir que el aislamiento producido por las reservas y los resguardos tenga entre sus consecuencias directas la desintegración social.

ASENTAMIENTOS

Los asentamientos tradicionales están caracterizados por ser aislados y por mantener cierta lejanía de asentamientos de otras etnias; las relaciones de intercambio se realizan a través de comercios, llevando los indígenas sus cosechas o artesanías a los pueblos más cercanos, a sus reservas o resguardos con la finalidad de venderlos y poder así comprar productos como alimentos, bebidas, tintas para telas, objetos para cocinar, etcétera.

Especialmente en las áreas meridionales, se observa un frecuente fenómeno de adaptación - en cierta forma pasiva- a la influencia de otras culturas, consideradas por los mismos indígenas superiores.

La implícita y acrítica aceptación de modelos exógenos admite de hecho y alimenta el continuo empobrecimiento y el desprendimiento de su propio patrimonio cultural de los ancestros a favor de un mestizaje cuya fenomenología asume connotaciones de cierta complejidad17.

17 Vienen consideradas como superiores las cultura de los "libres" y de los "racionales", es decir de negros y blancos, como afirman varios estudiosos entre los cuales "Aculturación e identidad de los Waunana del Chocó" de Alvaro Chávez. 26

A nivel de asentamiento ese fenómeno corresponde a la formación de agrupaciones de viviendas y pueblos que alteran sensiblemente sus relaciones sociales, comportamentales y de relación con el entorno, perdiendo de importancia el río como referente principal de la arquitectura y el entorno inmediato como espacio de pertenencia a la misma construcción.

Este es un fenómeno reciente y se debe a la voluntad de misioneros y/u organizaciones indígenas que así logran, entre otros beneficios, una mayor seguridad para sus componentes y una instrucción escolar.

También para elegir la ubicación de asentamientos aglomerados rigen las mismas reglas que se aplican para individuar un sitio apto para la construcción de un tambo aislado.

No obstante los limitados datos disponibles, se puede reconocer en los pueblos analizados una dislocación de las viviendas que, reduce de forma inequivocable el patrón de estricta y directa relación con el curso del agua.

Elemento importante en dichos aglomerados es la presencia de construcciones de carácter social como la tienda comunal, la "casa grande", la iglesia, la escuela que por destinación y, a veces por tipología, no tienen antecedentes en estos territorios.

No obstante, los asentamientos configurados como pueblos ven, permaneciendo a la orilla del río, que el cambio que se produce tiene efectos considerables: el río pierde progresivamente su función catalizadora a favor del espacio público constituido por las calles que se convierten en nuevo elemento polar de la organización social, en especial en correspondencia de las construcciones con función social.

Se puede leer de inmediato la pérdida del valor del río como elemento de referencia privilegiado, observando las posiciones del acceso principal al tambo y de la cocina que resultan invertidas respecto a su colocación en los tambos aislados: el acceso estrictamente relacionado con el río por las posibilidades que le permite de ser punto de observación privilegiado, cara buena de la vivienda, ya está vuelto a la calle y navegando a lo largo del mismo río el pueblo muestra la zona de la cocina.

Estos pueblos demuestran la impreparación de los indígenas a este patrón de vida siendo que en ellos proliferan condiciones de insalubridad —debido a la gran cantidad de basura— y de degradación social y cultural —con fenómenos como el de la prostitución y la deculturización generado por la opción educativa escolar que no solamente se sobrepone sino que se sustituye a la oral autóctona—.

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ARQUITECTURAS

Hablar de las arquitecturas de Embera y Waunana entra en un ámbito que no pertenece a la esfera occidental contemporánea, más bien, muestra una bella similitud con otras culturas que encontramos también en la cuenca del Mediterráneo siete-diez siglos antes de Cristo.

Las arquitecturas no vienen consideradas por su valor estético sino por su finalidad utilitaria y la utilitas de ésta fuertemente sujeta al modelo o a los modelos culturales que han asimilado. Embera y Waunana no escapan de este vínculo y precisamente estas relaciones tienen un signo tangible en las construcciones en donde demoran.

La arquitectura analizada adhiere fundamentalmente a tres principios:

1- Conocimiento de la tradición;

2- Utilización de recursos naturales disponibles;

3- Habilidad en la actividad manual del individuo o de los individuos.

La concepción de las arquitecturas genera formas de belleza en donde no se sigue tanto un criterio de juicio vinculado a una idea estética; más bien se relaciona con una capacidad o habilidad en transmitir la propiedad con que se mantiene vivo el espíritu de la etnia y sus expresiones culturales.

Los procesos conceptuales y constructivos se configuran como la continuación de modelos asumidos sin que se manifieste la importancia de lo personalístico que implica la originalidad.

La belleza viene entonces asociada a elementos racionales que coinciden con la adhesión a las reglas transmitidas, es decir a lo correcto.

La tendencia imitativa o simplemente asimilativa que se reconoce en especial en la elección de las vestimentas, en la presencia doméstica de objetos ajenos a la cultura ancestral, tienen una síntesis compleja en el entorno vital, es decir en la relación con la fuente de sus raíces y de su subsistencia; aun más evidentes son las mutaciones producidas en asentamientos y arquitecturas en donde el modelo vivencial ha producido una negación de la espacialidad hiperdimensional a través de la introducción de límites físicos que niegan el hiperespacio que caracteriza los ancestros del origen y de sus propias existencias.

Las arquitecturas tradicionales hacen parte integrante de un hiperespacio constituido por un sistema cósmico metafísico al cual pertenecen mundos y dimensiones interrelacionadas.

Lo espiritual domina la vivienda cuya ubicación viene determinada por un sueño del jaibaná y cuya influencia de los espíritus benignos viene asumido como indispensable para el bienestar de sus habitantes.

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No se producen analogías con respecto a las expresiones arquitectónicas no indígenas en lo simbológico, dimensión, lujo, preciosidad de materiales no tienen algún significado mientras que se pueden asociar los valores arquitectónicos tradicionales a una forma de cualidad fundamentada sobre equilibrio, sobriedad, simplicidad.

Lo que hoy en día llamamos "técnica" asume para las poblaciones Chocó connotaciones más amplias de las que se le atribuyen en la cultura occidental en cuanto abarca toda actividad y se propone satisfacer exigencias generales aun implicando conocimiento específico y habilidades propias.

También el concepto de naturaleza es más amplio de lo que comúnmente asumimos. Naturaleza asume las connotaciones de naturalidad, a lo vivo y a lo que parece vivir.

Si naturaleza se relaciona a un estado de cosas; naturalidad implica comunicación y por ello pone en el mismo nivel lo objetual y lo personal.

Lo que comunica un objeto arquitectónico corresponde a lo que comunica un individuo al pintarse cara y cuerpo: se ponen ambos en contacto con los demás a través de un código propio de la comunidad a la cual pertenece, de forma abierta, "natural".

Esta naturalidad se refleja también en la antropización del territorio. La importancia del hombre, aun reconocida, no determina prevalencia en el entorno, él se somete a las especificidades territoriales y se considera como condición excepcional a la que se ven sometidos algunos asentamientos de montaña de los Waunana con distancias limitadas entre viviendas y uso repetido del mismo terreno para los cultivos.

Las características principales de las arquitecturas Embera son constituidas por una estructura palafítica y está formada por espacios abiertos en donde se reconocen el área de cocina, denotada por la presencia de fogón y trapiche, y de un espacio multifuncional que durante el día viene utilizado como espacio para el trabajo, el descanso y reunión, mientras que por la noche se usa como dormitorio.

En las zonas más frías se pueden encontrar construcciones con un volumen cerrado por paredes de hojas o de tablas de madera que sirve como dormitorio.

En los asentamientos agrupados se asiste a la contemporánea presencia de arquitecturas con características similares a las aisladas con otras muy parecidas a los tambos de las poblaciones negras cercanas.

La construcción viene por lo general realizada con guadua y esterillas de palma chonta mientras que por la cubierta se usa paja.

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La función de la estructura palafítica es múltiple y desde los ancestros se configuró con el espacio habitable elevado entre uno y dos metros con respecto al terreno por defensa contra los animales y para evitar sufrir daños en las periódicas inundaciones.

Las viviendas Waunana son tradicionalmente aisladas y su distribución se desarrolla de forma lineal a lo largo de los ríos con intervalos que van de los 800 a los 200 metros según las características de los terrenos.

Conceptualmente análogo al de los Embera, el dichardi waunana se caracteriza por la ubicación en una lomita y con buena visibilidad. Su estructura es palafítica fundada sobre cuatro u ocho columnas en guadua; el espacio es abierto con el acceso vuelto hacia el río. El techo es cónico y la planta rectangular.

A través de una escalera se llega al espacio central que tiene las funciones de relación, juego y trabajo; al fondo se ubica el fogón de la cocina -a una altura más baja- y la parte de dormitorio se ubica a los lados sobre plataformas un poco más altas respecto a la central.

FIGURACIÓN

En la figuración se puede asistir a una prevalencia figurativa geometrizante y de simétrica, en donde las formas visibles van abstrayéndose reduciendo a dos los colores: el negro, que es el prevalente, y el rojo, que se usa más en los detalles.

Es la pintura corporal y facial la que permite visualizar las expresiones figurativas: el jaibaná es la figura que se encarga de representar lo antropomorfo o lo zoomorfo de una forma más objetual, aun estilizada, tallando en madera objetos para sus rituales mágicos.

"Bancos y tablas de curación, bastones, objetos cerámicos, representan generalmente seres primordiales que constituyen las esencias".

La pintura corporal y facial, cuya función práctica es la de protegerse de las picaduras de los insectos, tiene para estas poblaciones un valor que va mucho más allá de la función práctica en cuanto "permite establecer una identidad como individuo y como miembro de su sociedad".18

La pintura del cuerpo y de la cara tiene entonces una función práctica y la figuración de los diseños le confiere al cuerpo una ulterior componente comunicativa.

En los códigos comunes los componentes de la población se reconocen, pero al mismo tiempo existe como un repertorio gráfico a través del cual pueden comunicar su status o condición.

18 Astrid Ulloa: los Emberá. 30

Los motivos gráficos que los indígenas se pintan son estilizaciones geométricas de objetos o animales presentes en su vida cotidiana y en su mitología cuya abstracción refleja sus concepciones estéticas; lo que resulta cierto que esta forma expresiva representa una compleja expresión cosmogónica y contemporáneamente un ejemplo de body-art con raíces ancestrales que especialmente los Embera persiguen con suma sabiduría.

CIRCULARIDAD

Estudiando a los Embera y a los Waunana no es difícil darse cuenta que es presente una circularidad conceptual en su modo de entender el ciclo vital y la existencia de las cosas. También se observa que existe una circularidad en las formas -por ejemplo del de- y en las localizaciones -en el caso del zarzo-, que asume la connotación policéntrica a veces jerarquizada -como en el espacio de la cocina en las construcciones Waunana por lo que se refiere a la colocación de los objetos-, mientras que en la estructura social no existe en su tradición una figura jerárquicamente superior que represente un poder reconocido a la cual se reconozca la autoridad para representar a su población.

Análogamente no se tiene noticia sobre puntos o áreas de su territorio a los cuales ellos atribuyan un valor simbólico o espiritual especial.

CONSTANTES NUMÉRICAS EN LAS ARQUITECTURAS

El valor que estas poblaciones aborígenes le dan a los números, así como el valor comunicativo que le dan al cuerpo, representa otra pequeña tesela del complejo mosaico representado por su expresión cultural. En sí los números representan un elemento abstracto, desvinculado del contexto, pero si se empiezan a analizar las aplicaciones numéricas, no es difícil enterarse que hay algo que va más allá de las puras coincidencias.

Se evidencia en seguida las implicaciones numéricas relacionadas con la arquitectura.

El número 3

El número tres define los niveles verticales del de en la mayoría de los casos analizados:

- el primer nivel constituido por palos o cañas verticales clavadas en el terreno;

- el segundo nivel constituido por un piso que corresponde a la vivienda;

- el tercer nivel, por debajo del techo en donde se almacenan cosas.

En la mayoría de los casos examinados tres son los subvienes de la parte central:

31

- Plataforma central. La parte de mayor extensión corresponde a la parte social y a esa se accede a través de una primera escalera puesta en el frente que da al río.

- Cocina. Este espacio se encuentra en posición opuesta a la escalera; es un área de trabajo, es la mujer quien tiene su dominio sobre esta zona en la cual se preparan y se consumen alimentos.

- Dormitorio. Puede haber uno o más dormitorios; con frecuencia son ubicados lateralmente respecto a la entrada. Los Embera que viven en zonas montañosas acostumbran a cerrar un cubículo (barkua) con tablas de madera u hojas largas para dormir al reparo del frío de la noche.

El número 4

El mismo tambo en su configuración tradicional, reconocible por ejemplo en la tipología formulada por Reichel Dolmatoff y denominada en este texto como 2.A, está constituido por "cuatro columnas principales que sostienen piso y techo, cuatro vigas amarradas a cuatro postes principales; techo con doce o dieciséis alfabiques de los cuales cuatro están unidos a un pequeño tronco central.

Cuatro son los adornos del techo, los pocillos de loza, las ollas de chica, los frascos, las totumas, etc..

No es de menor interés la relación entre la vivienda indígena y el numero cuatro; en la construcción tradicional se pueden reconocer fácilmente cuatro niveles verticales.

- el primer nivel (definido como deheru, pies del tambo) corresponde a la parte inferior y define la parte de pertenencia de los animales.

- el segundo nivel (definido como deso, corazón del tambo) corresponde a la parte mediana donde viven los hombres.

- el tercer nivel (definido como deburu, cabeza del tambo, también dicho zarzo) corresponde a la parte del techo bajo el cual se almacena maíz, se guardan herramientas, objetos etc.

Unos estudiosos reconocen también un cuarto nivel correspondiente a la cumbre del techo19. Como aclararé más adelante, este pequeño elemento tiene una parte importante en la imaginación de los indígenas. Varios estudiosos individuan formalmente un nivel superior a los tres definidos en precedencia; este otro es el elemento terminal superior y tiene un múltiple significado: funcional en cuanto cierra y protege la estructura del techo resguardando la cubierta -compuesta por hojas- de una rápida descomposición.

19 Véase, por ejemplo Ulloa: Kipará. 32

Desde el punto de vista simbólico la cumbre constituye el elemento terminal de toda la estructura del de, y la convergencia de toda una estructura en un punto, el más elevado y más alejado de la superficie de la tierra, permite establecer una privilegiada relación con los espíritus invocando protección para los habitantes y sus cosas.

Además es el único elemento de la construcción que presenta en unos casos la configuración cruciforme y siempre el material en que está hecho —terracota— es procesado y pintado, al contrario de lo que pasa en los tres niveles inferiores.

CONSTRUCCIÓN Y VIDA DE LA VIVIENDA

A lo absolutamente espiritual que relaciona el sitio a los espíritus creadores, se asocia la naturaleza extremadamente terrena de la vivienda.

La construcción de la vivienda implica en la mayoría de los casos la presencia de varios hombres y por consiguiente representa un fenómeno participativo; se puede demorar entre tres semanas y tres meses según el número de los participantes y la complejidad que presenta la morfología adoptada.

Es posible hablar de divisiones de funciones entre hombre y mujer en la misma construcción20.

Las columnas u horcones se entierran y se arman vigas con bejucos para sostener el piso; la estructura de cubierta se arma en el suelo y, una vez terminada se iza y amarra a la estructura vertical.

Los materiales más frecuentemente usados son manchamancha, rayado o dibeo para las estructuras; esterillas de palma barrigona, chonta o tablas de madera para el piso, bejucos para los amarres y paja u hojas de jicra para el techo.

La vida del tambo le corresponde a una generación y en el curso de su existencia los indígenas operan un mantenimiento constante de las partes, como el que se realiza a la manta del techo, más sujeta a deterioro21.

La finalización de la vida del tambo se debe a dos razones principalmente: la primera es debida a la vejez de la estructura física, la segunda a la muerte de su amo que en muchas regiones se enterraba bajo la misma construcción la cual sería quemada como procediendo a la metáfora del cuerpo del difunto que sale a otro mundo pasando de un estado físico a aquello espiritual para ascender a su morada post mortem.

20 La construcción es tradicionalmente una tarea casi exclusivamente masculina; las mujeres intervienen en la parte final y suya es la tarea de preparar el fogón. 21 La duración de la construcción tradicional viene comúnmente considerada entre los doce y los dieciocho años. 33

Este fenómeno, denso de valores trascendentales, ha ido desapareciendo en los últimos decenios para ser sustituido por el entierro en cementerios ubicados en las cercas de asentamientos aglomerados.

"DE"

Entre las dos poblaciones la definición terminológica de la vivienda difiere sensiblemente; mientras que en el idioma embera, la vivienda se define como "de", en el idioma Waunana se define como "dichardi".

El término

El monosílabo de, en la lengua de los Embera, define la vivienda indígena; con su simplicidad, por su sonido seco y claro, individua una entidad primaria, un valor primordial que pertenece a todos los conceptos o las identificaciones esenciales. Otro elemento interesante es constituido por las atribuciones del de; lingüísticamente estas dos letras juntas significan al mismo tiempo algo terminado (que en sí recoge una serie de valores, de funciones y significados) y una raíz que produce términos más específicos como deara, deheru, deso, deburu, etc.22.

Existen otras estructuras lingüísticas en las cuales se puede observar la misma construcción del término pero, en el caso de la lengua de los Embera23, atribuir un valor puramente mecánico a la articulación de las palabras propiamente dichas, no permite entender plenamente su significado profundo. En estas palabras compuestas hay una neta convergencia entre la construcción lingüística y la percepción de la forma mundi de los indígenas que se ve aquí magistralmente expresada.

No existe por ejemplo en el pensamiento Embera la posibilidad para el hombre de producir alteraciones permanentes en el espacio; cualquier cosa, cualquier animal, posee capacidades de transformarse y regenerarse bajo otras formas, con distintas atribuciones. Ellos son muy conscientes de las consecuencias que producen actos y/o fenómenos, y la estructura léxica reflexiona claramente sobre esta sabiduría.

El espacio

El espacio en que viven los Embera viene siempre definido a través de palabras compuestas en las cuales siempre aparece el término De —en el significado de tambo o casa o vivienda—.

22 Véase Sampedro y Sandoval: Vivienda embera: espacio y cultura. 23 La lengua de los Embera, como la de los Waunana, pertenece a una familia lingüística independiente en la cual están presentes elementos caribe chibcha y arawak según la clasificación de Mauricio Pardo que aparece en: Dialectología Chocó. 34

Las definiciones que aparecen en seguida se refieren a las formuladas por Galvez, Alcaraz y Arias.24

La palabra dedabema, que literalmente significa "de la casa", define más que una cosa en sí unas especies vivientes que se encuentran alrededor del de y que el hombre disfruta cotidianamente; comprende los animales domésticos, las plantas medicinales y ornamentales, las que producen frutos y las hortalizas.

La palabra huertadebema designa los cultivos de especies que no son originarias de ese territorio e introducidas por programas de agencias estatales.

Araodebema define aquellos cultivos para los cuales se necesita rotular el terreno con herramientas.

Oidebema significa literalmente "de afuera" e incluye las especies maderables, alimenticias, cacerías, fibras para cestería y plantas medicinales.

Doedabema corresponde a los sitios acuáticos en los cuales se encuentran peces y unos mamíferos.

Por fin utilizan el término puvurudebema para definir lo que proviene de una sociedad no indígena.

Resulta claro a través de estas definiciones, que para los Embera hay una coincidencia entre espacio, recursos, origen y beneficio que ellos traen de los mismos. Además se pueden distinguir dos ámbitos: el primero se refiere a su mundo, el segundo -correspondiente a todo lo que definen como puvurudebema-, incluye lo con que con ellos permanece en contacto y que no pertenece a la experiencia o expresión de su grupo étnico.

La raíz "de" está siempre presente en la construcción de los términos que se refieren al espacio en que viven cotidianamente y por eso el tambo viene a ser parámetro de referencia para la definición espacial como se puede leer en el esquema gráfico propuesto por los estudiosos anteriormente mencionados.

A este punto es pertinente subrayar que existe una organización invisible que los Embera, así como los Waunana, aplican al mismo tiempo a la vivienda y al espacio vital.

Lo que mancomuna las viviendas es la constante organización de la estructura arquitectónica en espacios de ámbitos definidos por niveles verticales; en la mayoría de los casos se pueden distinguir tres niveles sobrepuestos definidos como aparece en seguida25:

24 El esquema formulado por los tres investigadores ha sido elaborado por Carmona en su ensayo: Simbolismo en la representación gráfica embera. 25 Los términos aparecen en el ensayo de Sampedro y Sandoval: "Vivienda embera: espacio y cultura". 35

- Deheru - El término significa "pies del tambo", constituye el primer nivel y corresponde a la parte inferior de la construcción; constituido por columnas verticales, tiene una múltiple función en tanto permite el aislamiento de la parte en la cual el hombre permanece ante frecuentes inundaciones e insectos, además generalmente se utiliza para cuidar los animales domésticos y proteger las canoas. No hay presencia de paredes u otros elementos de partición, es decir el espacio se presenta abierto y sus límites físicos son definidos por los dos planes horizontales del terreno y del piso (en las construcciones que conservan con más fuerza sus tradiciones).

Otra constante es dada por la ubicación de la escalera que permite el acceso al segundo nivel en el costado que da al río; construida con un tronco de madera en el cual se tallan profundas muescas para consentir la subida.26

- Deso - Se traduce como "corazón del tambo" y constituye la parte central de la construcción. Es la parte destinada a vivienda y está compuesta por una o mas plataformas elaboradas en corteza de palma. Cuando haya más de una plataforma, cada una de ellas normalmente define los ámbitos en los cuales se desarrollan actividades específicas o que tienen un especial significado en sus actos cotidianos.

La cocina, siempre reconocible por la presencia de un fogón para la cocción de los alimentos, está ubicada en la parte opuesta al río y al acceso; otras plataformas, generalmente laterales, definen los ámbitos donde el indígena descansa, duerme o cuida sus objetos personales.

Pueden estar presentes también protecciones verticales definidas por hojas de plátano o por paredes hechas en tablas de madera cuando el clima es rígido u obedeciendo a la influencia de otras culturas que trabajan sobre distintos conceptos de espacio y relación.

- Deburu - Es la "cabeza del tambo" y corresponde a la parte interior del techo. En este espacio se almacenan objetos de uso no cotidiano como semillas, utensilios y objetos para ceremonias rituales, colgados de ganchos o sostenidos por tablas.

El cuarto nivel, presente en las construcciones tradicionales es el elemento terminal superior y está constituido por una olla puesta a revés o por un cono de barro pintados.

El cuarto nivel tiene un valor funcional en cuanto cierra y protege la estructura del techo resguardando la cubierta —compuesta por hojas— de una rápida descomposición.

26 Se consideran aquí como excepciones los asentamientos agrupados estructurados como pueblos en los cuales la relación con el río es muy distinta y por eso no responden a una lógica arquitectónica y espacio- ambiental consolidadas. 36

Tipos

La tipología más frecuente está constituida por un piso de forma más o menos cuadrada y un techo cónico, pero es posible encontrar con cierta frecuencia una forma rectangular que altera la forma de la cubierta para convertirla en un cono alargado o en un techo a dos aguas.

Según la configuración y la pertenencia a la tradición constructiva es posible distinguir tres tipologías en la vivienda.

Los nombres que definen los tipos son, en los primeros dos casos -deara y de- en lengua indígena, mientras se define el tercer tipo con un nombre -tambo- que hoy en día viene corrientemente utilizado por ambas etnias.

Los términos utilizados en seguida pertenecen a la lengua de los Embera: prefiero utilizar únicamente estos términos y no el correspondiente Waunana -dichardi - por razones de simplicidad y por la clave interpretativa que los primeros me permiten formular.

Tipo 1. Deara - Con este término se identifican las construcciones que expresan el nivel más auténtico de la tradición Embera. En un estudio reciente, Ulloa afirma que esta tipología, reconocible para el techo y la base redonda, existe solamente en unos asentamientos chocoanos y va lentamente desapareciendo27. La forma en planta es circular; tiene tres niveles verticales, el más bajo de los cuales está constituido por columnas y una escalera que permite subir al segundo nivel que corresponde a la parte habitada; no tiene paredes y el único elemento que siempre se puede reconocer es la zona donde se preparan y cocinan los alimentos. El nivel superior está constituido por la estructura del techo que es de forma cónica y del espacio que circunscribe, en el cual se almacenan semillas y objetos.

Los materiales son de origen vegetal, son autóctonos y completamente procesados por los indígenas.

Tipo 2. De - Corresponde por lógica, estructura, técnica y materiales al de anteriormente definido; la diferencia está principalmente en la forma de la planta del segundo nivel que se presenta como rectangular o compuesta por agregación de más plataformas rectangulares con la presencia, a veces, de plataformas puestas a diferente altura respecto a la principal.

Este término, en cuanto expresión idiomática Embera, define al mismo tiempo la construcción espacial y la pertenencia a su propia cultura, aunque los indígenas utilicen corrientemente el término tambo para definir sus construcciones.

Tipo 3. Tambo - Bajo esta voz se reconocen los tipos de vivienda que presentan elementos sólo parcialmente autóctonos por origen, concepción o proceso. Los elementos no

27 Véase Astrid Ulloa: "Kipará". 37 tradicionales que se individúan con mayor facilidad, son normalmente las paredes en tablas de madera y el techo en tejas de zinc o de asbesto cemento. Otro elemento formal reconocible es constituido por la forma del techo que es en general a dos aguas.

La razón de esas modificaciones en la tipología de la vivienda aborigen se puede en parte explicar con la relación de poblaciones negras, y eso vale sobre todo al sur de Buenaventura, y en parte con una mayor facilidad constructiva de las tipología 2 y 3 aunado probablemente con un proceso de imitación por parte de los indígenas.

Siendo el término tambo utilizado corrientemente por las poblaciones negras que rodean las Indígenas, nos encontramos frente a una palabra que define perfectamente la promiscuidad a nivel lingüístico y constructivo presente en varios de los asentamientos, en especial agregados de los Chocoes.

Reichel Dolmatoff, gracias a la experiencia de sus largos recorridos en estos territorios28, reconoció, hace más de treinta años dos áreas en donde el desarrollo de la arquitectura según los criterios tradicionales era más fuerte:

1 - En la primera área viven los Waunana y es localizada entre los ríos Taparral, Docordó, Bicordó, Orpuá, Ijuá y Docampadó.

2 - En la segunda, viven los Embera y corresponde a los ríos Purricha, Catrú y Dubasa.

En esas áreas se mantienen todavía fuertes las características indígenas y no se manifiestan en forma predominante expresiones espaciales y/o materiales exógenas.

EL ESPACIO ANTROPIZADO

El análisis de las arquitecturas Embera y Waunana me lleva a formular la hipótesis de que la presencia de un cierto número de niveles permite reconocer la adhesión a las raíces del pensamiento de los indígenas Embera y Waunana.

Encontrar en unos ensayos el de o dichardi distinguido en cuatro niveles o, en otros, en tres niveles, puede dejar una inquietud de fondo: la primera razón es debida a la necesidad de entender las razones profundas que han determinado estas distinciones, la segunda a la capacidad de esta codificación de comprender una compleja serie de fenómenos y lógicas, como resultan en las páginas anteriores.

La primera consideración que se puede hacer es que en las construcciones indígenas es seguramente reconocible una lógica de "tipo" definida por elementos formales.

28 Gerardo Reichel Dolmatoff: Notas etnográficas sobre los indios del Chocó, en: Revista colombiana de antropología, vol. 9, 1960. 38

Se reconoce también una lógica simbólica que expresa valores propios de esta cultura a través de la atribución de precisos significados de los componentes de la vivienda.

Se reconoce una conexión lingüística entre el espacio natural y el espacio antropizado y finalmente se reconoce una lógica de pertenencia de los espacios cuyos ámbitos no son visibles, pero se reconocen en el comportamiento y en el manejo de los espacios.

Palafitas

Desde el punto de vista tipológico se puede reconocer un elemento que aparece constantemente: la construcción palafítica. En la gran mayoría de los casos el espacio que separa el piso del terreno constituye un elemento que tiene utilidad. Esta estructura puntiforme permite, en las cuencas bajas de los ríos, establecer una relación de continuidad visual no teniendo algún tipo de barrera física.

Aunque se pueda considerar técnicamente palafítica una construcción - como la de los tambos de las comunidades negras - con el piso levantado de unos veinte, treinta centímetros respecto al suelo, la relación con el suelo es tan directa que, lingüísticamente se debe considerar como tipo distinto respecto a aquello definido propiamente como palafítico.

Niveles

La hipótesis que se formula es que la presencia de los cuatro niveles corresponde a una ilustración del cosmos así como lo conciben los indígenas: los mundos son sobrepuestos, hacen parte de un sistema y de una organización espacial unitaria, todos hacen parte de un sistema que vive y se regenera.

El primer nivel representa la tierra de la cual el hombre toma temporalmente posesión; representa también el río en el cual el hombre reconoce la actitud de salir de su cuenca y por eso se protege levantándose a una altura que le permita una cierta seguridad. El nivel más bajo representa también los animales que viven en el suelo en el estado natural o encerrados cuando son domésticos.

El segundo nivel es el mundo de los humanos en un espacio que, como se describió anteriormente, comunica su forma de ser y sentir.

El tercer nivel representa el mundo de las cosas: objetos que representan un valor simbólico -instrumentos y semillas, un perpetuarse, un ser en el tiempo.

Finalmente, el cuarto nivel representa la conciencia del hombre frente al mundo sobrenatural, como presencia intangible dotada de poderes muy superiores a los suyos, que puede ser buena o mala con él y como tal debe ser considerada de suma importancia en su existencia.

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Ya se ha subrayado, a propósito de los Embera, como en unos casos han perdido la memoria de los significados de la mayor parte de los mundos que su mitología reconoce: hay una analogía entre eso y la correspondiente pérdida de la conformación de su propia vivienda; van perdiendo importancia unos elementos culturales y al mismo tiempo se encuentran construcciones en las cuales están presentes tres o dos niveles.

El hallazgo de sólamente tres niveles, hace suponer, por ejemplo, que va perdiendo intensidad el diálogo entre el mundo de los hombres con aquel de los espíritus.

La presencia de dos solos niveles hace suponer que también la relación con las cosas ha sufrido un cambio drástico. Igual se puede decir en general del espacio, que ya no se encuentra como unitario, sino que aisla uno de los componentes que lo definen -los objetos- del contacto visual con los demás.

En el caso de Salinas o de San Francisco se ha podido notar que muchas de las construcciones desarrollan uno solo de los niveles presentes en el deara: el segundo.

Un espacio construido que define y enfatiza sus propios límites con paredes, fragmentando y especializando los volúmenes según una función, corresponde al abandono de su propia cultura. En sí, esta situación evidencia un cambio radical; si, al contrario, se intenta analizar los valores que se expresan a través de ese cambio, se ve repetirse la historia del cambio entre collares de oro y collares de perlas de vidrio.

Espacio abierto

Los espacios que se encuentran en los de o dichardi que siguen las formas constructivas tradicionales representan una clarísima demostración de la relación que los Chocó establecen con su medio ambiental y entre ellos mismos.

Lo demuestra antes que todo el hecho de que los espacios de construcción humana son reconocibles en cuanto artefactos, pero no se caracterizan por establecer barreras o límites exclusivos con el entorno, sino que configuran, en la mayoría de los casos, una forma mínima y necesaria de responder a exigencias físicas y anímicas.

Una consideración parecida se puede hacer analizando la relación entre el espacio construido y las relaciones interpersonales al interior de la vivienda: son el respeto y el reconocimiento de los otros lo que permite establecer límites virtuales y ámbitos que se configuran como flexibles y polivalentes.

Es entonces reconocible una forma cultural y moral en la concepción y en el manejo de los espacios en donde el entorno humano -definido por los elementos sobre los cuales él mismo interviene-, se relaciona en forma dialéctico-mimética y no antitética con el entorno ambiental virgen.

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Hábitat entre orden y desorden

El espacio antrópico se presenta dominado por un aparente desorden. En la distribución de los objetos en la vivienda, por ejemplo, y en especial en la cocina, es muy difícil reconocer un orden geométrico o una distribución según criterios funcionales -racionales-; sin embargo la casualidad en el uso del espacio es más aparente que real.

En la reposición de objetos estrictamente personales y en especial en el ámbito o en la plataforma que sirve como dormitorio, se nota al contrario, un claro orden geométrico y lógico en cuanto esos objetos enmarcan una área propia de cada persona.

Igualmente se puede reconocer un orden más general que corresponde al espacio conceptual y virtual; en el primer caso es sobre todo una lógica cosmogónica expresada a través de los números que determina los niveles del deara -como se vio anteriormente en la parte que se refiere a los números-, el espacio virtual es evidenciado por los ámbitos de pertenencia que implícitamente se respetan y que existen solamente en cuanto se reconoce un orden invisible en el espacio abierto.

Una forma mestiza: el tambo

Sostener una tesis motivada sobre la paternidad de un modelo formal como aquel del tambo no es por cierto una tarea fácil; antes que todo se debe aclarar que un modelo formal es hijo de una estructura cultural y que de una cultura - se me perdone la bárbara simplificación, pero también la síntesis es un elemento clave para la comprensión - se pueden reconocer en general expresiones oficiales y expresiones que comúnmente se definen como populares o espontáneas.

En el caso de las relaciones interindígenas e interraciales no se puede reconocer un elemento oficial en cuanto no existe un poder político, espiritual o económico que concentre en sí una fuerza tal como para imponer formas o estilos. Más bien este papel le corresponde a la memoria ancestral que identifica las poblaciones indígenas en formas y/o conceptos estructurales cuyo ser identifica en una cierta forma un elemento de identidad innegable que de cierta manera se puede hacer corresponder a la imagen oficial en cuanto lingüísticamente unívoca.

El aspecto más interesante consiste en que la forma de identificación cultural -como puede ser la del de- corresponde al mismo tiempo a la oficial y a la espontánea.

Eso me permite sostener que la forma del de, o dichardi, representa una expresión cultural propia de los Chocoes y unívoca en cuanto no se ha desarrollado bajo influencias externas.

Las formas presentadas como tambo se alejan de aquellas anteriormente definidas como propias y son el resultado de influencias múltiples; antes de todo resulta impropio definirlas

41 como negras asimiladas por indígenas o viceversa en cuanto en las viviendas espontáneas africanas los materiales usados eran en la mayoría de los casos arbustos, hojas y barro.

Según esta lógica el tambo se puede considerar como evolutivo en cuanto utiliza elementos pre-elaborados como palos a sección cuadrada, tablas, clavos y tejas que son expresión de una tecnología relativamente más avanzada que la indígena y la ancestral negra.

Si en cambio se considera la construcción bajo el nivel significativo, surge claramente que el tambo representa un empobrecimiento en los contenidos y en los símbolos respecto al de.

Técnicamente las estructuras, ambas de tipo palafítico y con un sistema portante formado por elementos lineales -vigas y columnas-, no presentan diferencias substanciales, aunque las construcciones de los indígenas mantengan al mismo tiempo una mayor elasticidad y una menor deformabilidad.

Estáticamente las columnas del de son ensambladas en el terreno y vigas y viguetas que sostienen la cubierta, amarradas con fibras, que gracias a la frecuente presencia de triángulos, hacen muy estable la construcción.

Al contrario, en muchos tambos se le da una función estática a las tablas en vez de construir formas con tres nudos, es decir indeformables; la consecuencia de eso es fácilmente visible en la presencia de viviendas inclinadas por la conocida inestabilidad de las estructuras cuadrangulares con un grado de libertad que no les da igual resistencia a los esfuerzos.

Analizando las formas arquitectónicas de Chocoes y negros que viven en los mismos territorios, no es difícil evidenciar una cierta analogía; eso se manifiesta muy claramente en los asentamientos conglomerados en los cuales las viviendas de ambas etnias están conformadas en la mayoría de los casos por una estructura palafítica, una estructura en madera, la presencia de puertas y paredes y una cubierta en tejas de zinc o asbesto.

Otro elemento que ocurre considerar es el uso del color; las construcciones de los negros se destacan por una coloración fuerte, por el uso de tintas brillantes, de una gran cantidad de colores y contrastes muy acentuados.

En cambio, lo que siempre ha caracterizado las viviendas indígenas ha sido el color y la textura natural de los materiales: eso sí que representa una marcada distinción entre las dos expresiones: por un lado el color se hace espejo de una actitud pasional, alegre, extrovertida, por el otro expresa una actitud mimética -en el sentido auténtico de mimesis- al cual hace excepción la coloración rojo o negro de las ollas puestas en la cumbre del techo, cuyo significado va mas allá de la comunicación del ser en cuanto, como se describió anteriormente los dos colores representan una actitud benigna o maligna de los espíritus.

¿Se puede entonces afirmar que los negros han producido un tambo cuya forma es aquella de los indígenas? ¿Se puede afirmar lo contrario?

42

En ambos casos mi respuesta es: no. Existe claramente una similitud, es cierto que existen influencias recíprocas, pero las soluciones parecidas tienen más que ver con una actitud social que ha venido modificándose en el tiempo: para los indígenas el vivir en pueblos y los modelos culturales exógenos han dado un fuerte impulso a estos cambios, mientras que para los negros éstos han venido produciéndose desde antes, propiamente porque su ubicación en el espacio y su asentamiento han tenido el carácter agregado y, por consiguiente eso ha impuesto una cierta forma de búsqueda de privacidad representada también por viviendas con separaciones netas y barreras físicas evidentes.

Las claras similitudes encontradas entre vivienda negra e indígena en varios asentamientos meridionales de los Chocó manifiestan una forma de mestizaje que las asimilan a las primeras desde el punto de vista formal y funcional.

El vivir en comunidad, los contactos frecuentes con otras comunidades hacen rápidas y frecuentes las relaciones de intercambio e implican el dar respuestas no tradicionales cuando se van buscando elementos capaces de evidenciar una condición social destacada.

No es claro si la forma de la vivienda indígena haya sido tomada como ejemplo por parte de los negros o haya pasado lo contrario; lo que es cierto es que donde los Embera y Waunana conservan más fuerte sus tradiciones no se encuentran ni el uso de tablas de madera, ni de clavos y de pisos levantados respecto al piso por pocos centímetros.

El elemento antrópico

El hábitat de los Embera y los Waunana se configura entonces como un ámbito definido por una red compleja de Signos y valores cuyo elemento fundamental es la naturaleza en el doble sentido de componente recursiva vital y de presencia manifestante de un orden superior inmaterial, divino.

Esta dualidad se reconoce en el espacio construido a través de un orden lógico y simbólico en la estructura y en el modus vivendi de los mismos Chocó.

La enseñanza que se puede obtener analizando el entorno antropizado puede ser representada por el supremo valor que se atribuye al de como elemento vivo, documento tangible y espejo del pensamiento de las dos etnias y de su forma de ver y sentir la cercanía de otros mundos.

La arquitectura expresa, desde un punto de vista estrictamente técnico, una lógica fundada sobre una forma conceptualmente clara, esencial y de extraordinaria eficacia.

Esbelta, elástica, estrictamente racional en la configuración de la estructura, simple y exacta en los nudos, ésa es la estructura del deara, la vernácula construcción de estos indígenas, un claro ejemplo de desarrollo técnico y lingüístico que maximiza las posibilidades que le ofrecen los vegetales autóctonos.

43

Los elementos que constituyen el armazón son claros y se sigue repitiendo la construcción prolongando la memoria atávica de los padres, con sus mensajes implícitos, sus cánones y reglas que siguen transmitiéndose sin aparecer en cuanto no están escritos, pero sí son capaces de manifestarse en un ritual colectivo que perpetúa la memoria ancestral y viene vivido con la misma naturalidad que supera los tiempos.

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DIBUJOS

1. Reservas y resguardos Embera y Waunana - Dibujo del autor.

2. Niveles del de - Dibujo del autor.

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3. De en Valle Pérdida - Dibujos del autor. Basado sobre material iconográfico de A. M Sampedro, A. M. Sandoval. En A. M. Sampedro, A. M. Sandoval: Vivienda Embera: espacio y cultura (véase bibliografía).

4. San Francisco (río Guangüy) - Dibujo del autor. Basado sobre material iconográfico de G. Rubio. En G Rubio: Arquitectura indígena en Colombia (véase bibliografía).

5. De en Mataré (río San Juan) -Dibujos del autor. Basado sobre material iconográfico de J. M. Barragán. En J. M. Barragán: El espacio de las contradicciones (véase Bibliografía).

6. Tambo en Papayo - Dibujo del autor. Basado sobre material iconográfico de Cielo Quiñones producido en el curso del viaje n. 2 de Expedición Humana, 1992.

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ARQUITECTURA INDIGENA EN COLOMBIA

Gabriel Rubio Mejía. Facultad de Arquitectura, Universidad Javeriana

Uno de los elementos que reafirman el concepto de diversidad étnica en Colombia es la "gran" variedad geográfica a lo largo de la unión territorial. Con el fin de hacer una muy global aproximación, desde nuestros recursos, a un estudio abierto del desarrollo arquitectónico indígena debemos nombrar cuatro tipologías básicas, dadas por las características propias del lugar: ribera de río, montaña, llanura y mar.

En cada uno de estos tipos geográficos podemos entender, con gran claridad, que el "Genio del lugar" (condiciones específicas del contexto), es el factor preponderante y definitorio del desarrollo arquitectónico, cuando la comunidad tiene una inminente cercanía con la naturaleza.

La carencia de identidad que en las grandes urbes se percibe, hace que estemos obligados a crear símbolos artificiales y aislados como elementos de apropiación. El desarrollo individualizado de estos símbolos generan una complejidad tan vasta que desemboca en un caos en la lectura global; quedamos inmersos en un repertorio formal tan diverso y porque no, tan ruidoso que nos aleja de una relación directa y vital con el entorno. El destacarse se convierte en el afán egoísta del hombre de la ciudad.

La interacción entre el indígena y el factor ambiental es tan natural que no invita a un desarrollo individualista de apropiación sino el fortalecimiento de un diálogo de integración.

De las características arquitectónicas de las comunidades indígenas, quizás, la que más se destaca es la de su esencialidad. Es común en las culturas Embera, Waunana, Cuna y Arhuaca, encontrar monumentalidad en la sabia utilización y aprovechamiento máximo de los recursos dentro de una gran austeridad formal.

Si encontramos en una comunidad que un ensamble se repite, que la chonta parece ser siempre la respuesta ideal de los Embera y los Waunana, que la tierra (Madre Tierra) es el soporte vital para los , o que las condiciones ambientales tienen una respuesta específica para cada lugar, entendemos que el conocimiento se ha reafirmado a lo largo del tiempo haciendo que cada detalle signifique lo monumental.

El entorno geográfico del Pacífico marca unas determinantes muy específicas y similares para las culturas Embera y Waunana. Existe básicamente una forma ideal de organización

50 espacial. Sus variaciones son el tamaño, la altura a que la edificación se encuentra del piso y la localización del acceso a la cocina, que puede ser por cualquiera de sus costados.

Hoy son estructuras palafíticas rectangulares, de espacios abiertos, sin delimitación física, aunque en ocasiones la casa puede presentar pequeños niveles en su entorno demarcando el espacio para dormir, que siempre es perimetral. Si durante el día la casa es un sitio de trabajo, la oscuridad de la noche la convierte en un lugar de reposo. Sólo basta recoger las esteras para modificar la función.

Tiene costados parcialmente cerrados permitiendo el paso del viento, más no las visuales del peatón; techo a cuatro aguas en teja de asbesto-cemento, aunque aún existen algunos en palma sobretodo en las cocinas, que se seca con el humo dándole mayor durabilidad, el ángulo de inclinación varía de acuerdo con el material y conforma zarzos. Estructura de pórticos exenta, que pueden variar en cantidad de acuerdo con el tamaño de la construcción.

La cocina siempre está en la parte posterior, opuesta a la entrada principal, como módulo independiente del resto de la casa, a la que se une por un pequeño paso. El fogón se localiza en cualquiera de sus cuatro esquinas y hay una tarima en la parte superior en donde se colocan los alimentos. Ocasionalmente existe una terraza que sobresale de la línea de proyección de la cubierta. En estas construcciones el acceso o salida de campo se hace por un palo muesquiado, similar al del acceso, simplemente apoyado que puede ser desplazado dando seguridad a la vivienda.

Por falta de elementos diagonales en la estructura podemos afirmar que éstas son construcciones sismoresistentes, propias para un lugar de alto riesgo sísmico; lo que reafirma el concepto de Monumentalidad práctica o comprobación a lo largo del tiempo.

En la casa Cuna lo más importante es la ubicación respecto al mar. El padre o cacique de la casa debe dormir con la cabeza en sentido opuesto a éste, la creencia es que si lo hace al contrario ahoga sus sueños. (Los sueños son parte esencial en los Cuna y en ellos basan muchos aspectos de su vida). Por ello el objeto arquitectónico va de oriente a occidente. Esta característica hace que el sol dé sobre las caras más angostas de la edificación para dejar en penumbra las más largas, evitando así, una excesiva exposición. Respuesta muy apropiada para un clima tan fuerte como el de la región.

Está compuesta por dos módulos o unidades, la casa macho que cumple la función de habitáculo y la casa hembra que es el fogón, ubicado en el costado nor-occidental. Son estructuras rectangulares, abiertas en su interior (un solo espacio), con cerramientos en "caña flecha". El acceso principal se hace por el costado occidental y tiene una salida de campo o acceso secundario por el costado oriental, en la casa macho. Su cubierta a cuarenta y cinco grados en palma deja las culatas abiertas aprovechando al máximo la ventilación, lo que da espacio a un desván que puede ser la tercera parte o la mitad del espacio total. Tiene diferentes unas dependiendo si es la casa macho (vasijas y utensilios) o la casa hembra

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(maíz). Estos dos módulos están unidos en sus costados más largos por un espacio abierto o terraza.

Estructuralmente la casa se compone de cinco a siete pórticos con apoyos centrales "horcones", siendo el del centro el principal, que representa el padre. La casa es dividida en cuatro hemisferios en donde se organiza la familia para dormir con una distribución especial; el padre es el primero al norte del horcón mayor, contrario a él se encuentra la madre, primera al sur del mismo, en el hemisferio opuesto en razón a que se complementan cosmogónicamente.

La ubicación de la vivienda Arhuaca, está dada por el manejo de la topografía, puesto que la casa debe estar ubicada con el acceso hacia la parte baja del terreno o al oriente.

Para el emplazamiento siempre se hace un claro en el entorno natural, conformándose el espacio comunal de la vivienda.

Antes de la construcción se debe consultar al Mamo, (Líder espiritual), para que de la localización exacta de la casa, puesto que es el único que conoce las piedras, árboles o pozos sagrados y cementerios, lugares en los cuales no se puede construir. Aunque existen la casa macho y la hembra, tan sólo se diferencian en una estructura de amarre horizontal en la cubierta de la casa macho, que representa las dos mochilas que el hombre lleva terciadas, adquiere este carácter con el bautizo que a toda casa le debe hacer el Mamo.

Una vivienda se compone por lo general de dos unidades, el habitáculo y la cocina, a las cuales eventualmente se suman otras dos, una de ellas cumple la función de depósito y la otra se destina para relaciones sexuales, libre de mobiliario procurando un mayor contacto con la madre tierra.

El objeto arquitectónico es un solo espacio, sin divisiones interiores, de forma rectangular o cuadrada acorde con la numerología, pues, el nueve es número sagrado y su mitad el cuatro se representa en muchos aspectos cotidianos. Se reconoce en sus esquinas un principio y un final. El fogón siempre está en el centro representando el centro de la Sierra, Nabusimake, lugar sagrado.

La casa, según recuento de Jeremías Torres, (Maestro Arhuaco) representa la Sierra, por eso sus cuatro apoyos, como las cuatro culturas que la resguardan, (Kogüi, Arhuaca, Kancuami, Arsario).

Tanto el piso como las paredes son de tierra (Madre), éstas se arman sobre una estructura de madera post-tensada con bejucos, (verdes durante la construcción que al secarse se contraen), posteriormente se refuerzan con piedra hacia el exterior para que no les afecte la lluvia ni los animales, formando el "cinturón" de la vivienda, "la cabeza" es la cubierta en palma a cuatro aguas con inclinaciones mayores a cuarenta y cinco grados y estructura en madera. Puede sufrir ligeras variaciones de acuerdo con los pisos térmicos, por esa razón en

52 clima caliente el techo sobresale o vuela más que en clima frío, (El "Genio del lugar" como factor definitorio).

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LOS NUKAK MAKU VIVIENDA INDIGENA EN COLOMBIA ARQUITECTURA DE LOS HOMBRES MOPLI

Oscar Salazar Gómez, MD.(Docente Universidad de Caldas). Luis Guillermo Vallejo V. (Artista).

Los Nukak-Makú de la familia Makú a la cual pertenecen otros tres grupos del noroccidente de la selva Amazónica: los Bará-Yujúp, los Nédób y los Up, de (Ardila 1991: 172) habitan el sudeste de Colombia y el noroeste del Brasil (Correa-1987:123). Es el último grupo indígena en Colombia que ha entrado en contacto con nuestra cultura (Politis 1992:11), y ha sido estudiado por Dolmatoff en 1967, Correa 1987, Chávez y Reina en 1988, Politis 1991 entre otros. Los misioneros de NUEVAS TRIBUS han establecido contacto directo con ellos en sus campamentos de Laguna Pavón I y II desde 1975.

Los Makú habitan sólo en campamentos estacionales, luchan arduamente por no sedentarizarse ni jerarquizarse, son los grandes conocedores de la selva y posiblemente sus más antiguos habitantes. Han acumulado conocimientos científicos especialmente zoológicos y botánicos, que con alguna frecuencia las sociedades hortícolas no poseen. (Silverwood Cope. 1972) (Reichel Dussan E 1987:148).

Según relata Gabriel Muyuy Jacanameyoy, uno de nuestros senadores indígenas, "A comienzos de este siglo los Nukak fueron sometidos por las caucherías a condiciones de existencia que entrañaron su paulatina destrucción parcial, se remontaron a las vírgenes selvas del gran Amazonas, y allí mantuvieron intercambios con otros grupos indígenas como los Cubeos, Puinaves, Jupdas, Guahibos y Tucanos, y han permanecido aislados ante la necesidad de esconderse de sus homónimos depredadores".

En nuestro primer intento de acercamiento, el motorista que nos condujo por el Guaviare, relató que de los Nukak se conocía poco; que su primer contacto con la civilización se dio en los años 80, cuando un grupo grande de ellos salió a la finca de un colono y arrancaron el maíz el cual se comieron crudo y mataron una res y así mismo devoraron su carne. Días después volvieron pero el aguerrido colono disparó matando dos de ellos. Alrededor de 1985, en una población cercana a Tres Esquinas en el Putumayo, se relató un episodio de canibalismo al ser encontradas una madre y una niña, quienes fueron abordados por los Nukak y les mordieron sus cuerpos (brazos), el ejército los contactó más tarde y pudo retener a uno de ellos, una mujer a la cual tuvieron cautiva un tiempo.

Un pequeño grupo de La Gran Expedición Humana dirigida por el Dr. Jaime Bernal Villegas MD, genetista de la Pontificia Universidad, abordó luego de varios intentos a los Nukak-Makú en el Departamento del Guaviare, entre los meses de marzo y abril de 1993.

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En San José del Guaviare tomamos el río que lleva su nombre y nos dirigimos al oriente siguiendo el cauce del río hasta la población de Charras, localizada en su margen derecha y de allí, sabana adentro hasta Charrasqueras, campamento de colonos. Con un guía, nos dirigimos selva adentro y luego de atravesar grandes cultivos de llegamos al pie de una selva tupida al actual territorio de los Nukak, los que cada vez son más desplazados por los colonos, por los buscadores de riquezas en cultivos ilícitos o por explotadores de las selvas sacando sus productos naturales.

La vivienda de los Nukak-Makú es una vivienda pasajera, vivienda de paso, usada por pocos días, y luego abandonada, vivienda de nómadas (por un período de tiempo suficiente para que la selva vuelva a cubrirla y tupirla de nuevo de frutos que esperan su regreso en los interminables ciclos de su nomadismo y construir allí o cerca, otra vivienda que les garantice un hábitat rico en flora y fauna silvestre que es la base de su subsistencia). Aunque dan la apariencia de ser errantes, los Nukak-Makú son un grupo indígena que en forma organizada van recorriendo un extenso territorio donde periódicamente vuelven a los mismos sitios donde antiguamente tuvieron sus moradas.

Habitantes de milenarias selvas tropicales, construyen sus viviendas dentro de su tupido follaje arbóreo, resguardados del sol y camuflados en el verdor multitonal de las diferentes especies vegetales, que los hace invisibles a las miradas buscadoras desde ligeros aeroplanos.

Construyen sus viviendas cercanas a arroyos donde toman el agua para beber, comer o bañarse. Los Nukak-Makú como nómadas recorren en forma ordenada su selva, por picas (caminos) ancestrales, que en forma juiciosa van recorriendo y a medida que avanzan van llenando los espacios habitacionales, por ellos esperados, como una espiral que repiten en forma indefinida y metódica.

Grupos pequeños, conformados por un jefe, un hombre joven, y unas tres o cuatro familias más, formando clanes de más o menos 20 personas, cada una de las familias construye su propia vivienda, en ella moran grupos familiares con sus hijos o adoptivos que son niños que han perdido a sus padres, durmiendo en hamacas por ellos mismos tejidas con fibras vegetales, sus hijos se tienden en el suelo cerca de las hogueras y sobre hojas de platanillo, los adolescentes cuelgan sus hamacas debajo de la de sus padres o en forma independiente si tienen ya su pareja.

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EL ENCUENTRO CON LOS NUKAK-MAKÚ

Luego de una dura jornada a través de la tupida selva del Guaviare, recorriendo un camino o "pica" el que en forma serpenteante pasaba unas veces por llanos parajes, otras por empinadas cuestas, sectores tupidos de enmarañada vegetación y cubiertos de grandes árboles o espacios semiabiertos donde se filtraban como lanzas los azules rayos del sol que tocaban nuestros cuerpos, atravesamos sus caños sobre

gruesos y lisos troncos, que dejaban ver bien abajo unas oscuras aguas que guardaban sus misterios. Siguiendo siempre a un joven Nukak, quien llevaba una cerbatana, y sus dardos envueltos en una corteza vegetal, de pelo corto, rapado a ras del cráneo, con rayas rojas en su cara y unos aretes de plumas blancas con su cetro rojo, desnudo y cubiertos sólo sus genitales con unas tiras vegetales. Atento a los ruidos de la selva imitaba su sonido, y de cuando en cuando se agachaba y recogía exóticos frutos o flores que comía y compartía con nosotros.

Encontramos el campamento Nukak-Makú, construido cerca a un riachuelo, y debajo de la tupida selva donde apenas entraban los rayos del sol. Su vista exterior, daba la apariencia de una construcción única, de forma ovoide, con dos accesos opuestos en uno de sus polos, el aspecto exterior estaba formado por gigantescas hojas de platanillo, (MOPLI voz Nukak para referirse a esta hoja) (Phenakospermun guianensis) donde sus tallos denudados y enterrados se alzaban al cielo sosteniendo la hoja que nace a media altura, y al doblarse en semiarco formaban el espacio interior que cobija sus moradas, tallos éstos enterrados cerca uno del otro en distancias estrechas que impiden el paso de pequeños animales, y permite su aireación con la circulación del humo de las fogatas.

Su vista interior, formada por la unión de sus moradas, las cuales seguidas una de la otra completaban y cerraban el espacio ovoide, formando así una unidad multifuncional. Adentro, los ápices de las hojas de platanillo se doblan formando un abanico, que es el techo de sus moradas, el cual recorre interiormente el espacio en forma de cubierta y dejando un lugar central amplio, y descubierto, donde hay uno o dos árboles, es el sitio de sus actividades rituales y sociales.

En este primer campamento, en su centro, se encontraban algunos restos vegetales en descomposición como pepas, cáscaras y bagazos de alimentos por ellos ya digeridos, y debajo de sus techos, sostenidos por los troncos de fuertes árboles, y entre horcones por ellos amarrados, se hallaban tendidas sus delgadas hamacas, bajo las cuales había un fogón siempre encendido. Los Nukak-Makú compartían sus actividades: en una de las moradas había un hombre joven sentado en su hamaca y su mujer parada detrás de él, le rapaba su cabeza con un hueso de pescado, dejándolo con un corte de pelo a raíz de su cráneo como es su costumbre tanto en hombres como en mujeres; una mujer Nukak yacía tendida en su hamaca, y sostenía un niño de brazos el cual dormía, otra de las mujeres yacía tendida en el

56 suelo sobre unas hojas de platanillo y mostraba una cara de enferma, que se hacía más manifiesta cuando tosía, había también niños y adultos que nos miraron atentos al llegar, nuestro contacto fue con un lenguaje preverbal, miradas, y miradas solamente. Luego su jefe acompañado de los hombres adultos, y llevando los elementos de caza, nos dirigió por una estrecha pica bordeando el riachuelo, para atravesarlo más adelante encima de un delgado tronco húmedo y ascender por una empinada y oscura cuesta donde pudimos observar un antiguo campamento Nukak localizado como el anterior a la orilla derecha de la pica, en avanzado estado de deterioro, ya que sus hojas se habían secado completamente y sólo quedaban los pecíolos secos de las hojas que colgaban de los travesaños, el suelo empezaba a mostrar retoños de las semillas de los frutos que habían consumido, y las verdes hojas volvían a habitar el entorno. Continuamos adelante y llegamos a una meseta por donde caminamos largo rato debajo de frondosos árboles y el joven Nukak-Makú se salió de la pica en su lado izquierdo hasta llegar a un lugar por él conocido, para nosotros era simplemente un trozo más de la selva pero para ellos era el sitio preciso, el sitio siguiente del espiral, la clave exacta donde en el transcurrir de su tiempo correspondía a su nuevo asentamiento.

Estos jóvenes Nukak-Makú quitaron los pequeños arbustos y arrancaron las hojas y tallos que crecían en el suelo, despejando así un lugar amplio, y dejando unos árboles grandes que se alzaban en el centro, este joven Nukak que tenía rasgos de jefe, se acercó al tronco de una palma gruesa y limpió su corteza, donde pude ver talladuras en ella de antiguas lianas, luego se dirigió al espeso monte y trajo unos fuertes y delgados troncos, que hábilmente decorticó sacando largas tiras que amarró en su cintura, uno de los troncos lo enterró y el otro, en forma de travesaño lo unió con el tronco de la palma, usó una de sus manos para sostenerlo y con la otra mano, sin ayuda tomó la liana y hábil y perfectamente lo amarró siguiendo las talladuras preexistentes, caminó sosteniendo este travesaño y al llegar a su extremo opuesto repitió el nudo jalando con amplios y armónicos movimientos la delgada liana, que unió con el paral formando así el arco base, que indicaba que el jefe moraría allí, así también lo hicieron sus compañeros, que en forma ordenada construyeron sus arcos, usando troncos de los árboles y enterrando postes que unían con travesaños, uno seguido de otro formando un círculo y dejando dos vías de acceso entre las cuales se halló un arco más para una de sus viviendas, trajeron del monte unas gigantescas hojas de platanillo, (Phenakospermun guyanense) con sus tallos largos y sostenidas en sus desnudos hombros, sus verdes hojas estaban perfectamente conservadas, sin rasgaduras ni orificios ya que esta unidad es la que permite que sus techos sean herméticos y no ocurran filtraciones ni goteras.

El jefe traía una hoja dentada de palma real (Maximiliana elegans) que colocó detrás de su arco y en todo su centro, la enterró y la sostuvo sobre el travesaño dejándolo caer hacia adelante. Seguidamente fue colocando las demás hojas, primero enterrando su tallo y luego asentándola sobre el travesaño, recorriendo en toda su extensión el arco por él formado,

57 estos tallos dispuestos en hilera, forman una empalizada armónica, simétrica, oblicua, que en forma de reja impide la circulación de animales o personas y sólo deja espacio para la aireación y circulación de las corrientes de aire y de humo, las verdes hojas salen de los tallos a media altura (aproximadamente un metro del suelo) y se dirigen en semiarco sobre los travesaños formando la cubierta de sus moradas, que al estar construidas, forman una cubierta cóncava que deja descubierto el espacio central, sitio de sus actividades. Algunas de estas cubiertas fueron luego ampliadas colocando unos nuevos travesaños adicionales que tenían en su centro una horqueta que se clavaba verticalmente en el suelo y hacía así más amplio el recinto, como también se colocaron algunos postes adicionales unidos por travesaños quedando éstos incluidos dentro del espacio seco o cubierto, y formando ángulos rectos o agudos con los postes principales.

Mientras esto acontecía, aparecieron por la pica los niños Nukak-Makú que tenían en sus manos los tizones encendidos de sus antiguos fogones y los depositaron debajo de los arcos para formar nuevas hogueras, luego las mujeres Nukak-Makú que cargaban a sus pequeños niños de brazos y traían sus pocos enseres como algunas ollas, frutos y las hamacas, que entregaron a los hombres que, a su vez, las colgaron de los postes, primero la del hombre arriba, luego la de la mujer abajo, y unas hojas de platanillo colocadas en el suelo donde descansarían los niños pequeños.

En el centro del espacio interior había unos grandes árboles, que cubrían su espacio y daban cobijo a sus actividades. Además, construyeron con palos delgados y firmes una empalizada horizontal, que fueron amarrando y terminando en forma de mesa que sirvió para colocar allí algunos elementos y animales de su caceria.

LOS HOMBRES MOPLI

La vivienda Nukak-Makú por nosotros conocida en las selvas del Guaviare corresponde a dos campamentos: el primero donde inicialmente los encontramos, y el segundo sitio donde nos trasladamos todos para construir un nuevo campamento. En el camino por la pica observamos un antiguo campamento que por sus condiciones de deterioro no fue ampliamente analizado.

En el segundo campamento. La vivienda Nukak-Makú estaba formada por "unidades funcionales" (como lo describió Politis 1992:11) que están unidas unas a otras cerrando un círculo, y dejando dos vías de acceso, un espacio central amplio donde realizan sus labores cotidianas, dispuestos así: unidad funcional principal: (C2-1). El jefe, un hombre joven y su mujer en avanzado estado de embarazo, la hamaca del hombre arriba y la de su mujer debajo. Compartiendo esta unidad estaban una adolescente, presumiblemente hermana del jefe, y un muchacho que le ayudaba en las labores al jefe, le traía los alimentos, le preparaba los elementos de caza, y era un huérfano recogido y criado por éste. Sus hamacas

58 formaban un ángulo agudo con las hamacas del jefe, y estaban debajo de su mismo techo, compartiendo un mismo fogón.

Unidad funcional (C2-2): Conformada por un matrimonio joven, ella con un embarazo apenas iniciado. Sin hijos, tenían una sola hamaca donde dormían ambos, y un fogón que avivaban constantemente.

Unidad funcional (C2-3): Conformada por una mujer, un niño de brazos que apenas gateaba, su esposo y dos niños más, hijos de otro padre presumiblemente fallecido de gripe. Una hamaca para los dos adultos y el niño de brazos, los dos niños mayorcitos dormían en el suelo sobre las hojas de platanillo, y cerca al fogón que los mantenía calientes.

Unidad funcional (C2-4): Conformada por un hombre y dos mujeres, que podrían ser dos esposas. Cada uno en su hamaca. El hombre arriba, y las mujeres debajo formando sus hamacas un estrecho ángulo agudo, que albergaba el fogón.

Unidad funcional (C2-5): Esta última compuesta por un hombre soltero y dos mujeres adolescentes. El hombre en su hamaca y las niñas en el suelo sobre las hojas verdes de platanillo.

Recibimos la visita de otros Nukak que como cazadores pasaron por el asentamiento pernoctando uno o dos días, no traían hamacas, sólo elementos de caza y fueron albergados en las hamacas ya existentes.

Había dos unidades funcionales más que fueron construidas conjuntamente entre ellos y nosotros, donde nos acomodamos.

ACTIVIDADES

Durante los días de nuestra permanencia con los NukaK-Makú en este sitio de asentamiento su vida se desarrolló así:

• Temprano en la mañana aún con la oscuridad de la noche, un niño Nukak se levanta y va adentro de la selva a traer algunas pepas que da a su jefe, las cuales toma como primer alimento.

• Una niña Nukak se levanta y acompañada de otras mujeres, se dirigen por la pica a la quebrada y todas juntas toman un baño.

• El jefe Nukak se levanta con los primeros resplandores del día y recorre el espacio interior, con oídos atentos va dando vueltas y luego empieza a imitar el canto y los sonidos de los animales que lo rodean.

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• El niño Nukak prepara al jefe los elementos de caza; la cerbatana, los dardos, las plumas de su soporte con su veneno incluido.

• El jefe Nukak sale acompañado de otros hombres y se internan en la selva, van de cacería.

• Regresan las mujeres Nukak de su baño y traen algunas pepas que ponen a cocinar, dejan en el suelo a los niños los cuales gatean sobre las hojas verdes del platanillo.

• Una mujer cocina unas fibras vegetales, la otra teje una hamaca, otra se deja rapar su pelo, y una más prepara unas pepas echando un zumo rojo en unas hojas.

• Regresan los hombres con los productos de la caza;traen unos micos (aua en Nuka) y un tucán (kío) descargándolos en el centro del espacio interior. Estos son cogidos por los niños y arrastrados van haciendo círculos y sonriendo mostrando los productos de la cacería, a manera de juego.

• Se despluma el tucán y junto con los micos son preparados por las mujeres, son cocinados y consumidos, la cabeza es dada al jefe, quien abre su cráneo y se come sus sesos.

• Un muchacho Nukak trae del monte unas hojas de palma (seje) (Oenocarpus bataua) y construye unos bolsos (brüp) donde transportan los frutos, las semillas y los animales de las cacerías como micos y pescados. Y con unas finas fibras teje unas trampas de pescar (mein).

• Los hombres se dirigen al baño y en un pequeño pozo se sumergen y juegan largo rato, luego con unas pepas rojas preparan un zumo y con un delgado palo lo aplican en el rostro dejando unas finas líneas horizontales en la frente y unas verticales en la cara que resaltan con sus aretes de algodonosas plumas blancas.

• Una pareja de Nukak abandona el campamento y regresa tarde trayendo algunas pepas que consumen crudas, son rojas y con pelusas y van tirando al frente de sus hamacas los productos de desecho, dejando el suelo tapizado en vivo color rojo.

• Unos hombres Nukak entran al monte y hacen una hoguera en un árbol para con el humo espantar unas abejas y luego tumbar el árbol y poder traer su miel.

• Un joven Nukak pule el fémur de un mico y saca otros más con perforaciones que al soplarlos hace sonar en su flauta una armónica melodía.

• En la hora crepuscular, una mujer se acuesta en su hamaca y comienza

60 lentamente a mecerse hasta alcanzar cada vez más impulso en su movimiento y va cantando, su voz fuerte suena y suena, acompañando así la noche.

• Los niños tomaron unos tizones encendidos y en forma de "juego del fuego" los lanzan rompiendo el oscuro espacio, éstos se estrellaron con las manos de otros niños estallando en miles de chispas rojas, para volver con un fuerte golpe a elevarse dejando una estela roja que rompía el ambiente y al caer era nuevamente golpeado dejando sus diminutas chispas suspendidas por instantes en la noche, tizones que van y vienen, sólo su luz se ve en la noche y los gritos de los niños al golpearlos.

VIVIENDA NUKAK-MAKÚ

La vivienda Nukak-Makú está inmersa en las vírgenes selvas tropicales de la gran Amazonía, territorio de bosques húmedos, lluviosos, tupidos, planos con ligeras inclinaciones, de árboles milenarios y gigantescos, acompañados de especies nativas de variadas palmas, arbustos y enredaderas, que forman un ecosistema que impide el libre transitar a no ser detrás de expertos guías y siguiendo las "picas" o caminos indígenas, surcados por arroyos y pequeños ríos, ya que los grandes afluentes y ríos majestuosos son los límites de sus territorios y pocas veces los cruzan, los veranos son cortos y el sol poco entra a sus escondidos y mimetizados campamentos, zonas de altas precipitaciones pluviales 2500 a 3000 mm anuales (Politis 1995:12), y temperatura que varía entre 25 a 27 grados centígrados en el día. Con una altitud que va de los 500 a 1000 mts sobre el nivel del mar.

Desde las alturas en pequeños aviones no son divisados ya que sus construcciones son completamente vegetales y están cubiertas por los grandes árboles, y desde dentro de la selva se mimetizan con el resto del paisaje ya que las viviendas son construidas con elementos frescos como hojas verdes de las palmas y troncos tiernos, sólo el humo de sus fogones, y sus cantos y voces, los delatan.

Los campamentos Nukak tienen las siguientes características:

• Campamentos construidos en sitios cercanos a las "Picas", van recorriendo la selva en forma ordenada y salvando lugares que periódicamente ya habían sido utilizados por ellos en su peregrinar anterior, así que en una misma área se puede encontrar un campamento recientemente abandonado aun con sus hojas frescas, sus fogones aun humeantes; un campamento cercano en avanzado estado de deterioro con retoños de sus plantas en el suelo, musgo en los parales, y casi nuevamente incorporado a la selva, y un campamento nuevo recién construido.

• Un terreno ligeramente plano, cercano a un arroyo, pero no sobre su orilla, limpieza de un

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área suficiente para construir sus unidades familiares que al cerrarse enmarcan un conjunto único familiar, detrás del cual está la selva con su riqueza de productos animales y vegetales que son los que determinan su permanencia. Consumidos éstos, el campamento es abandonado y el grupo avanza hasta otro sitio y así periódicamente, más o menos cada 15 días.

• Los campamentos son visitados generalmente por jóvenes Nukak, que en sus cacerías o exploraciones encuentran otras bandas de Nukak, donde pernoctan por uno o dos días.

• Según los relatos de alguno de los Nukak, estos ciclos de avance, en una época especial del año, se topan en un lugar especial con otras bandas de Nukak y realizan una gran ceremonia, como la fiesta del chontaduro, quizás allí se compartan experiencias y se conozcan nuevos miembros para sus uniones familiares.

• Los clanes de los Nukak tienen territorios delimitados para su recorrido, y no es permitido que una de estas bandas se traslade a otros territorios que ocupan otras bandas Nukak

La construcción de los campamentos consta de los siguientes elementos

• Se utilizan troncos de fuertes árboles o palmas "in situ" que sirven como postes, como también tallos de otros árboles cortados que son enterrados formando con un travesaño los arcos principales.

• Cortezas de los árboles que se usan como lianas para los amarres entre los travesaños y los postes o los árboles.

• Postes secundarios con su travesaño que forman ángulos agudos y sobre los cuales generalmente no descansan hojas pero quedan debajo del espacio seco habitacional.

• Hojas de platanillo o de palma real que al descansar sobre los arcos principales, forman la techumbre o espacio seco habitacional.

• Travesaños más delgados sostenidos por un paral oblicuo y delantero que aumenta el espacio seco al ampliar su radio de cobertura.

• Hamacas de fibras vegetales tejidas por ellos mismos, las cuales son colgadas de los postes principales.

• Un fogón debajo de cada arco principal, el cual está permanentemente encendido.

• Algunos troncos en el suelo que sirven como asientos o mesas.

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• Hojas de platanillo sobre el suelo donde descansan los niños.

• En épocas de verano tienden sus hamacas sin cubrirlas con las hojas.

Movimiento y circulación

• La lluvia al caer así sea en forma torrencial no pasa a través de las hojas ya que éstas están sobrepuestas unas sobre otras formando un hermético espacio y ella rueda preferiblemente hacia la parte posterior de la techumbre.

• Las hamacas se sostienen a una altura aproximada de 30 cm. a un metro, dentro del espacio seco y mantenido caliente por su fogón.

• Durante el día les gusta descansar sobre sus hamacas, bien sea sentados haciendo sus labores o acostados dormitando.

• El espacio central es utilizado para sus labores cotidianas y juegos, allí arrojan todos sus productos de desecho como pepas, frutos, huesos, cáscaras, cortezas vegetales y demás los que atraen insectos y moscas, y luego servirá de semillero para que la selva vuelva a tomar su aspecto.

• Las ollas permanecen en el suelo pero los elementos de caza y pesca se cuelgan de los travesaños.

• Son acompañados de algunos animales como micos, o perros los cuales en forma de mascotas los siguen en sus recorridos.

• Beben el agua de los arroyos y la llevan al campamento en las tinajas de barro o metálicas regalo de los colonos.

• Sus necesidades fisiológicas las realizan lejos del campamento, así como también sus actos sexuales.

• Generalmente desnudos, pero si usan alguna ropa, ésta es desechada y abandonada cuando cumplió su uso.

• Han incorporado machetes para ayudarse en las construcciones, regalo de los colonos que los visitan o de los caseríos donde los toman como suyos.

• Los campamentos al ser abandonados no son destruidos; se llevan solamente sus elementos de caza, los tiestos o vasijas y las hamacas, pero permanece allí la estructura

63 básica de postes travesaños, y hojas, a los que devora el tiempo, para servir luego como otro asentamiento cuando la selva lo vuelva a cubrir y enriquecer de sus recursos renovables.

La arquitectura Nukak como parte de sus costumbres cotidianas cambia no sólo con las épocas de invierno y verano sino también con las condiciones sociales y grupales de su cultura aun muy desconocidas por nosotros. De ellos tenemos mucho que aprender especialmente la forma pacífica y amena como conciben el mundo, la serenidad de su rostro y la fortaleza de su espíritu que hoy como hace 500 años impresionó a Cristóbal Colón cuando vio los primeros habitantes de este nuevo continente y lo escribió a los reyes de España, Isabel y Fernando en 1493. "Son tan sencillos y generosos, te invitan a compartir con tantas muestras de amor que parece que estuvieran dando el corazón".

BIBLIOGRAFÍA

ARDILA CALDERÓN, GERARDO. 1992. Los Nukak-Makú del Guaviare; Mi primer encuentro con la gente de las palmas (etnografía para la arqueología del poblamiento de América). América Negra 3: 172-189. Santafé de Bogotá. Javegraf.

CORREA, FRANCISCO. 1987. Makú. En introducción a la Colombia Amerindia: 123-234 ICAN, Bogotá. Instituto Colombiano de Antropología.

POLITIS, GUSTAVO G. 1992. Los Nukak: La arquitectura del nomadismo en la Amazonía Colombiana. PROA 412: 12-20 Bogotá.

-1995. Mundo de los Nukak Amazonía colombiana. Fondo de Promoción de la Cultura. Santafé de Bogotá, Litografía Arco.

REICHEL DUSSAN, ELIZABETH. 1987. Asentamientos prehispánicos en la Amazonía Colombiana. Colombia Amazónica 129-152, Santafé de Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.

REICHEL-DOLMATOFF, GERARDO. 1991. Indios de Colombia: Momentos vividos- mundos concebidos. Santafé de Bogotá, Villegas Editores.

SALAZAR G. OSCAR Y COL. 1993. Los Nukak-Makú: Expedición a "La Prehistoria" informe preliminar. América Negra Expedición Humana Pontificia Universidad Javeriana. Volumen 5: 115-120, Santafé de Bogotá. Javegraf.

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UN MUNDO QUE DESAPARECE

César Rodríguez García Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia

Los cambios físicos que el hombre hace al paisaje que lo rodea, han sido siempre la expresión de la insuficiencia de su propia corporeidad, que no ha sido por sí sola suficiente y capaz de resolver las exigencias que la naturaleza exterior a él le impone como condición para sobrevivir y conservar la vida.

Las adecuaciones, como deben entenderse esos cambios o transformaciones físicas del entorno, forman el conjunto de lo que se llama de modo genérico arquitectura.

Como se puede entender, esta noción como categoría propia de la Cultura Humana, no corresponde de forma excluyente a una sola perspectiva cultural que pueda afirmarse como ideal y constituirse esta última en referencia de toda otra cosa que pueda ser considerada como arquitectura.

En otras palabras, la concepción de la cultura occidental de lo que puede ser nombrado como arquitectura, es limitada, reducida y etnocéntrica.

Por el contrario entendida como se plantea aquí al principio, la arquitectura es esa parte del organismo individual y colectivo que está más allá de la corporeidad del sujeto, como una piel extendida en el tiempo y en el espacio, que completa al hombre y le permite a este último tener éxito en el propósito que su fuerza interna pretende: el propósito de la conservación de la vida.

Así la arquitectura no es sólo una realización cultural, sino además una función natural de los organismos vivos.

Tal como se asume poéticamente la existencia de los objetos, utensilios, artefactos y máquinas, como prolongaciones de las partes funcionales del cuerpo humano y que propician una relación apropiada en lo posible con la naturaleza exterior, así la arquitectura o de modo general las transformaciones del territorio habitado, son una piel suplementaria que el organismo individual del humano necesita tanto como su propio cuerpo, para ser el sujeto que existe y sobrevive en relación con el mundo.

Sin embargo, para ser ese complemento anotado, la llamada arquitectura no es solamente la forma eficiente inmediata que, dentro de una visión mecanicista, resuelve el problema

65 básico de la adecuación del ambiente para sobrevivir, pues para lograrlo es indispensable también, conjurar mágicamente por medio de la simbolización y la implicada experiencia estética, el sentido de lo construido y habitado.

Esta última anotación cierra el camino a una probable interpretación ingenua de la arquitectura como simple solución practica y operativa de un problema concreto de supervivencia y la coloca mejor en el nivel trascendente de la satisfacción como dimensión estética en el acto de edificar.

Así referirse a la arquitectura de una comunidad específica en un momento y lugar determinado, requiere, para el observador calificado científicamente, como condición para conocerla mejor, el deshacerse de concepciones que impliquen posturas intelectuales prejuiciosas acerca de fenómenos culturales heterogéneos, como el de los asentamientos territoriales de una comunidad, a la que el observador no pertenece.

La concepción aquí plateada de arquitectura neutraliza la visión culturalista de este fenómeno y rescata su aspecto natural, espontáneo y necesario, tanto como lo es, por ejemplo, la función biológica de respirar.

Sin embargo, esta primera consideración sobre la naturaleza de la arquitectura, que se ha definido de tal forma que pueda ser útil para la observación cuidadosa, racional y sistemática de lo que las comunidades marginadas de culturas de tradición indígena y negra poseen como arquitectura y territorio, carece de todas formas del reconocimiento y aceptación de la existencia de la representación como un componente del espíritu del científico, que puede ser el aspecto subjetivo más importante en el trabajo del estudioso del tema, de modo muy especial si como parte de su labor científica ha de recurrir a diversas formas icónicas y figurativas de descripción del fenómeno del "lugar" en estos pueblos.

Los antropólogos, los arqueólogos, los arquitectos, los pintores y otros observadores desde diferentes perspectivas, en su contacto con las culturas que desean conocer, hacen uso del útil recurso de la descripción gráfica, que reconstruye de modo ideal en la imagen, la historia y el estado del paisaje y del escenario físico de la vida de las gentes, pero hacen esto con el riesgo de magnificar la situación del asentamiento, mostrándolo y describiéndolo con un halo de belleza que no posee y que esconde, para el científico, asuntos de especial importancia y gravedad y que sin duda se muestran de forma velada y críptica en la apariencia del paisaje observado.

De esta manera el mencionado aspecto subjetivo del trabajo del investigador, se concreta en el problema del falso embellecimiento que las descripciones ponen sobre un mundo en lamentable camino hacia la desaparición.

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Quizás la explicación de esta dificultad se encuentra en la espontánea intención de darle valor en sí mismo al dibujo, a la ilustración, a la fotografía, al video, a tal punto que puedan éstas alcanzar en un sentido tradicional la calidad de arte.

En esta situación cuenta más la habilidad representacional y expresiva que posee el observador, que la capacidad que éste igualmente tenga de penetrar en la naturaleza problemática y angustiada que se quiere alcanzar intelectualmente desde la apariencia de las formas del territorio y de la arquitectura.

Aquí en este punto hay que anotar que el riesgo que subyace en toda descripción, de suponer un contenido no existente en la realidad, no sólo se encuentra en la muy concreta forma de la imagen, a la que se ha hecho mención, sino además en la más abstracta forma de la palabra y del texto escrito.

En ambas circunstancias (la imagen gráfica y la imagen escrita o verbal) se muestra también como explicación al enmascaramiento problemático de la realidad, la usual, irracional, inconsciente y subjetiva pretensión de idealizar la vida del hombre "primitivo", en un esfuerzo más moral y estético que científico de construir un modelo seductor de hombre en el pasado arcaico de la cultura.

Es como si se impusiera la idea de una especie de "buen salvaje" habitando en la Arcadia Ideal, metáfora ésta muy distante de la desencantada y desesperanzada realidad de los negros y de los indígenas en el territorio extenso de nuestra nacionalidad.

Así una noción de arquitectura desprovista de su ropaje culturalista y colocada en un ámbito de necesaria naturalidad y objetividad, junto con la advertencia de la presencia en el observador de un ingrediente subjetivo altamente prejuicioso y pernicioso, pero insoslayable, intentan conjuntamente constituir un marco intelectual útil y apropiado, para acercarse a las culturas negras e indígenas.

Esta posición de todas maneras acepta su evidente e inevitable condición racional y científica, ya que el mito inocente y bien intencionado de conocer estas culturas (o cualquier otra que se quiera considerar) a las que no se pertenece ni individual ni colectivamente; integrándose a ellas hasta ser parte espiritual y material de las mismas, desconoce el hecho de que la mirada del estudioso siempre será desde afuera.

Sólo así con la anterior condición, hay de antemano un reconocimiento de la diversidad y la diferencia entre quienes observan y son observados, no importa si éstos o aquellos son los observadores.

El acercamiento al que se hace mención también contiene un elemento que merece ser considerado pues se refiere a algo que existe en el marco ético desde el que los hombres de la cultura de occidente miran al mundo, en especial al mundo que les resulta distinto a ellos mismos.

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Ese elemento difícil de precisar, se encarna en la idea de "progreso", es decir en aquello que en un sentido abstracto es el conjunto realizado o no de intenciones, deseos y esperanzas de un pueblo.

De otra manera también lo anterior se puede ver cómo la forma en que se concretan para los hombres lo que éstos pretenden, lo que ansían y lo que esperan.

Está claro, por el simple contacto con las gentes de las comunidades de esas otras culturas, que estos aspectos difieren significativamente en unas y otras y es en esa no coincidencia donde se encuentra realmente la dificultad.

Así el problema está de manera particular en la inconsciente actitud de superioridad respecto de los otros en razón a la confianza especial en la riqueza material que una comunidad cree tener por encima de la otra, o en la conmiseración ante lo que unos y otros creen que es la tragedia espiritual y material del observado, o por último en la intolerancia que los actos discriminadores tienen en general cuando los valores, los principios y las normas de convivencia no confirman los de los observadores. Son estas actitudes las que marcan usualmente la aproximación y por las que la hacen sin duda una situación difícil.

En el fondo del asunto, no ha desaparecido la lamentable manera de ejercer control sobre esos mundos desvalidos, por medio de la integración al mundo, más fuerte en lo físico y dominante en lo espiritual, de la cultura de occidente y dentro de esta integración no pedida por las comunidades, la convicción por demás ingenua de que el mundo propio es el mejor mundo posible.

Así en la ya clásica posición misionera, de tan funestos y destructores efectos, conviene dentro de esta perspectiva imponerles los modos que destruyen su condición de cultura diferente.

La integración, sin embargo, obedece también a intenciones más simples y prácticas, pero íntimamente ligadas con aquella noción que dice que el éxito de la supervivencia cuenta, entre otras características, con la paradójica destrucción de la vida para la conservación de la vida.

No se explica de otra forma el hecho de la destrucción de la integridad cultural de comunidades indígenas especialmente, para extender la posesión material de territorios productivos que representan inmensas riquezas, para los colonos y terratenientes.

Estos acontecimientos tienen una inmensa y reconocida presencia a lo largo de la triste historia de la América Indígena.

El espacio de las distintas nacionalidades actuales en este continente, constituidas dentro de la concepción europea occidental, expresa de forma trágica la naturaleza de esos hechos.

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La forma física de la vida, que toma cuerpo en la apariencia de lo edificado por cada hombre y por cada comunidad en el campo agrícola o en el asentamiento, en la vivienda o en la plaza, se constituye en evidencia histórica en América de la desaparición de un mundo antiguo integrado -por la fuerza del dominio espiritual y material de unos hombres por otros hombres- en un ámbito de valores, de conocimientos y de apariencias que lo excluye y le arrebata la opción de existir.

Las imágenes apuntadas por el investigador, en el propio escenario de las vidas de estos hombres contienen, a pesar de la falsa apariencia del trazo, toda la angustia que proviene de la sospecha que poseen las gentes de estar a punto de desaparecer, ante la avasalladora presencia significativa de fragmentos de la cultura del blanco, que con el argumento insostenible del progreso, van formando cada vez más el paisaje de su asentamiento.

Esta situación desconoce, por ejemplo, que desde el punto de vista del ajuste para lograr el confort del espacio habitado al medio ambiente, estos lugares Indígenas y Negros son aún una manera sutil apropiada y luminosa de lograrlo como parte del necesario bienestar material para la vida y que, por el contrario, a la cultura de occidente usualmente ese mismo ajuste le cuesta una cantidad extraordinaria de energía a tales extremos que ésto denuncia por sí solo su sustancial irracionalidad e inconveniencia, a pesar de la capa de razón y ciencia con la que esta manera de existir está tradicionalmente revestida.

La preocupación por la supervivencia puesta en riesgo de esas culturas se refiere entonces a la intuición que un observador sensible tiene de estar presenciando la pérdida para la vida de una manera que contiene elementos exitosos y aún no bien entendidos para la construcción de una mejor vida en general para la humanidad.

Si por lo menos esta última explicación práctica e interesada, que se expone con frecuencia en algunos campos de la ciencia, fuera compartida hasta en los actos de la dimensión mas cotidiana de la vida del hombre común, tal vez los encuentros destructores entre culturas cambiarían por fin, hacia un mutuo reconocimiento tolerante de la diferencia, que es de otra parte tan necesaria para la vida misma.

La integración de las culturas, que fácilmente se reconoce hoy, no tiene el conveniente carácter simbiótico que implica el beneficio mutuo de las formas de la vida encontradas; es, por lo contrario, la destrucción de una forma de vida para que otra puede persistir.

Este es el contenido inevitablemente de la historia del mundo y aquí alrededor de las comunidades indígenas y negras, vuelve aquella a tener su momento para confirmar el juego sin conciencia moral de la naturaleza, que ni se alegra ni se lamenta del destino de los hombres.

Sólo nuestra visión moral de la vida nos permite dolernos de su final, tal vez para maravillarnos con el inicio de otra vida, a pesar de lo perdido.

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OBJETOS Y PROCESOS PARA LA ELABORACION DEL CASABE EN COMUNIDADES INDIGENAS

Paula Gómez Serrano Diseño Industrial. Universidad Javeriana

Si hay algo representativo y común dentro de los grupos indígenas tanto de la Orinoquía como de la Amazonía colombiana, es el casabe.

Implícito en su vida cotidiana como base alimenticia obligatoria, el casabe, se podría definir en nuestros términos como una "gran arepa" elaborada con yuca brava, simple de sabor, suave al paladar e ideal para acompañar pescados, aves y carnes.

En consecuencia, la yuca brava es el cultivo principal, donde intervienen hombres y mujeres en la preparación de la tierra, siembra y cosecha.

Este tipo de yuca se caracteriza por un aspecto especial: es un tubérculo venenoso, al que hay que extraerle el líquido nocivo para poder ser ingerido; por lo tanto el proceso de elaboración del casabe se convierte en un procedimiento complejo, lleno de especificaciones de utensilios y del contexto para este puesto de trabajo en particular.

Para hacer más clara la explicación de su elaboración, listaré los artefactos que se utilizan en el proceso:

- CARGADOR: ("Mocoto" en lengua Curripaca -"Catumare" en lengua Piaroa) Canasto para transportar la yuca desde el lugar de cosecha hasta la vivienda, elaborado en palma de moriche y bejuco entrelazado. Se carga con el peso soportado en la frente con una cincha, y descansado en la espalda.

- RALLO: ("A-dá" en lengua curripaca - "Taraude" en lengua Ye’kuana) Superficie de madera, cuya parte superior es texturada por pequeñas piedras afiladas y dispuestas de manera organizada formando una trama perfecta, que recibe la yuca y permite que sea rallada y desmenuzada hasta volverse masa (mañoco).

- EXPRIMIDOR: ("Sebukán" en lengua Guaiba - "Bobotó- Irika" en lengua Sikuani) Tejido tubular alargado con un asa en cada extremo, utilizado para extraer el líquido venenoso de la yuca brava. Al halar ambos extremos del tejido, éste se comprime y se adelgaza haciendo que la sustancia tóxica salga por la trama.

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- CERNIDOR: ("Urútuba" en lengua Piaroa - "Balay" en lengua Tukana) Cedazo o tamiz para cernir la masa de la yuca brava que ha sido anteriormente pasada y escurrida en el Sebukán, seleccionando las partículas gruesas y fibras de la harina fina.

- TIESTO: ("Üribürto" en lengua Sikuani - "Pam-yú" en lengua Curripaca) Superficie plana de forma circular de 80 cms de diámetro aprox., hecha en barro cocido con una estructura interna de cañas y bejucos, con acabado liso y de color negro mate, montada sobre una base de arcilla o piedra donde se introduce el fuego.

- PALETA: Pieza de madera tallada con forma de espátula, lisa y brillante por su uso, utilizada para despegar los bordes de la masa del tiesto donde está siendo cocido el casabe.

- TEJIDO: ("Tulirna" en lengua Sikuani) Tejido ralo de fibras naturales que sale de una sola hoja de palma entrelazada, utilizado para darle la vuelta al casabe una vez se ha cocido por uno de sus lados.

- SOPLADOR: ("Wenino" en lengua Tukana) Tejido apretado de forma acorazonada, también llamado "china" que tiene como fin avivar el fuego que se encuentra en la base del tiesto.

El proceso comienza con la recolección de la yuca brava en las plantaciones aledañas; sumergen los tubérculos entre agua durante un par de semanas, de tal forma que se ablandan y su corteza puede retirarse fácilmente.

Las sacan del agua y las transportan a la vivienda en el canasto cargador.

Ya en el área de la cocina, la mujer pasa la yuca pelada por el rallo, moviéndola hacia adelante y hacia atrás, hasta que se vuelve una masa pastosa.

Esta pasta contiene aún el líquido venenoso característico de la yuca brava; entonces en este momento se introduce en el interior del exprimidor sebukán y se exprime en este canasto alargado que se cuelga. del asa superior, y al cual se le imprime una fuerza en su asa inferior, atravesando una vara en este punto de agarre, y haciéndole palanca o sentándose en ella. De esta manera, el líquido ponzoñoso sale a través de la trama de fibras que se han contraído, cae al piso o en un contenedor para ser utilizado más tarde como veneno en la punta de las flechas para la caza de sus presas.

Al sacar la yuca rallada del sebukán, ésta se encuentra semiseca y apelmazada; en consecuencia, debe ser pasada por el cernidor, y así separar las fibras y fracciones gruesas de la harina fina y suave que se utilizará para hacer el casabe.

El mañoco o almidón seleccionado se incorpora sobre el tiesto o fogón, que ya ha sido alistado y encendido el fuego en su interior con antelación. Se extiende sobre la superficie a manera de una gran tortilla, y se deja cocer durante unos 7 minutos por este lado.

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Simultáneamente, la indígena toma la paleta de madera y despega el casabe de los bordes del tiesto.

Una vez este lado se ha cocinado, se utiliza el tejido "tulima" para darle la vuelta y así hacer la misma cocción por el lado opuesto.

En este momento el casabe ya está listo para ser retirado del fuego, valiéndose una vez más de la "tulima", se desliza este tejido por debajo de la gran "tortilla" y se deja reposar en un canasto plano de base circular, donde se almacena y se conserva durante 6 ó 7 días.

Las comunidades indígenas, al igual que toda cultura, tienen como base de su sistema sociocultural la interacción de la tecnología con el hábitat; el resultado de esta interacción puede medirse en términos de energía producida.

La diferencia radica en la conciencia ecológica que maneja el pensamiento indígena y el mantenimiento de un orden para que los individuos que participan en los procesos tecnoambientales puedan hacerlo con la racionalidad propia de cada sistema.

Sus puestos de trabajo están concebidos para auxiliar al usuario de la forma más sencilla, sutil y adecuada. Sus respuestas objetuales son esencialmente funcionales, envueltas en un ámbito mítico-ritual que liga todas sus actividades, involucrándolas como un "todo" que relaciona hombre / objeto / contexto.

Son lugares y objetos que permanecen casi intactos a través del tiempo, donde la manera de realizar actividades se trasmite de generación en generación.

Estas sociedades alcanzan un alto grado de habilidad y destreza en la forma como manipulan los utensilios que crean para facilitar sus necesidades cotidianas, eliminando también procesos innecesarios a través de la lógica.

El material, las proporciones y las dimensiones están de alguna manera determinadas por los recursos que encuentran en el entorno que los rodea, así, la mayoría de enseres son de madera, fibras naturales y barro cocido.

La simplicidad de las formas está regida por un procedimiento estructural simple, homogéneo y concentrado en lo esencial.

Filtrado a través de los ojos de un diseñador industrial, se podría decir que la "simplicidad absoluta" es consecuencia de una asidua operación que elimina aditamentos innecesarios o disfunciones del diseño.

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SURBA INNA. RITO DE INICIACION FEMENINA EN LA CULTURA CUNA-TULE

Oscar Salazar (Docente Universidad de Caldas) Luis Guillermo Vallejo (Artista)

"Vi que las culturas indígenas ofrecían opciones insospechadas, estrategias de desarrollo cultural que simplemente no podemos ignorar". Gerardo Reichel-Dolmatoff

Este ensayo narra algunos aspectos de la historia del grupo indígena CUNA-TULE, y en especial el rito de iniciación de la pubertad femenina, denominado "SURBA INNA", del cual tuve ocasión de conocer a través de la indígena Nevaquiriadi y de presenciar, en ceremonia realizada en "El Caimán", durante mi estadía con este grupo indígena.

Los CUNA-TULE habitan actualmente el golfo de Urabá Colombiano y el archipiélago de San Blas en Panamá, los cuales conservan en gran parte la cultura de sus antepasados y sus rituales ceremoniales son la base de la filosofía que rige su comportamiento.

La Gran Expedición Humana "a la zaga de la América oculta", es un grupo humano interdisciplinario, de profesionales Colombianos y extranjeros, dirigidos por el genetista Dr. Jaime Bernal Villegas, que tiene por objetivo la investigación de las culturas indígenas, en sus diferentes formas de comportamiento, en aspectos: genéticos, socioculturales, así como la atención en salud, y pretende la divulgación de sus costumbres y tradiciones para que sean conocidas, entendidas y respetadas por otras culturas existentes. La Gran Expedición Humana, recorrió las reservas indígenas del territorio Colombiano en un viaje ininterrumpido durante un año para conmemorar el aniversario 500 del "encuentro entre dos mundos" tiempo en el que visitó a más de 34 etnias diferentes, una de las cuales fue la cultura Cuna-Tule.

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AMÉRICA INDÍGENA - AMÉRICA HOY

Los actuales indígenas de América: Una América oculta, una América dispersa; son hoy, el residuo de remotas culturas que no pasaron impunes a la conquista española hace 500 años y a la posterior colonización extranjera y nacional que cotidianamente se viene dando al tratar de invadir no sólo sus territorios sino también al tratar de despojarlos de su

tradición y su cultura. Debido a estas presiones, los grupos indígenas que pueblan hoy el territorio Americano se refugiaron en empinadas cumbres de infranqueable acceso, en distantes valles, que por lo difícil de sus tupidas selvas, o por la accidentada topografía de sus regiones, pudieron allí conservar sus tradiciones y guardar su cultura de estas invasiones que arrebatarían no sólo sus pertenencias materiales, sino también destruirían su cultura cósmica y su riqueza espiritual. Ahora con el advenimiento de nuevos y más amplios pensamientos, y cansados ya de equivocarnos en la búsqueda de la excelencia en los antiguos tratados griegos, en la filosofía romana o en las modernas teorías cuánticas, queremos entrar en la era DE LA POSTMODERNIDAD al fin de este milenio, proponiendo modelos diferentes de conductas humanas practicadas por las actuales culturas indígenas de la América oculta, y que posiblemente son la respuesta a tantos interrogantes que en la era moderna, con su alta tecnología no ha sabido resolver y en lo que el hombre actual no ha podido encontrar la paz ni la razón de la existencia con relación al universo en que habita.

Existen otras culturas, más puras, más autóctonas, de gente simple, armónicas consigo mismas y con sus cosmos, que saben respetar sus tradiciones, seguir su cultura, guardar el equilibrio ecológico, ajenas a la envidia, a la dominación, a las riquezas materiales, que no conocen la criminalidad, ni la delincuencia, ni la violencia política, donde no existe la prostitución, la usura, donde la religión es una positiva filosofía de su vida y una afirmación del desafío constituido por la existencia.

Usan sustancias sicotrópicas con fines curativos o proféticos y por medio de ellas se acercan al mundo de los espíritus y encuentran así la solución a sus problemas. Amigos del universo y llenos de dioses que los dirigen y guían y a los cuales respetan y aman creando una cosmovisión propia que los mantiene por encima del bien y del mal, son quizás hoy los GUARDIANES DEL UNIVERSO, de alto nivel moral, con sentido de solidaridad grupal, fuertes y pacientes de espíritu, lo que les ha permitido sobrevivir siglos de persecución y difamación. Allí sería bueno que las miradas de otras culturas se dirigieran, buscando en ellas una razón válida para aprender a coexistir con el resto del universo que habitamos.

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UNA MIRADA A LOS CUNA-TULE

Los indígenas TULE, como se enominan ellos mismos y que quiere decir "gente", son conocidos como LOS CUNA en lo amplio de la geografía Americana, pertenecen a la familia lingüística Chibcha, su origen es en el cerro de "TAKARCUNA", como lo dice su tradición, localizado en la reserva indígena de Arquía en el Departamento del Chocó y vecino del país de Panamá.

A partir de la mitad del siglo pasado han venido emigrando para ocupar actualmente el territorio del golfo de Urabá en Colombia en donde tienen sus asentamientos en la reserva indígena llamada EL CAIMAN, la cual a su vez está conformada por tres sitios conocidos como; el caimán nuevo, en la costa Atlántica, el caimán medio, arriba en la serranía y el caimán alto, en la tupida selva (Departamento de Antioquia) en ARQUIA (Departamento del Chocó) y en el Archipiélago de San Blas en Panamá. (Romoli, 1987).

Durante el siglo XVII mantuvieron múltiples enfrentamientos con sus vecinos meridionales, los Emberá-Catío, por conflictos de tierras, (Morales Gómez, 1992). En la colonia, los Cunas desempeñaron un papel muy importante como comerciantes, suministraban: cacao, coco, maíz, raicilla, plantas medicinales como la corteza de quina, tagua, ipecacuana y pieles de mamíferos como el tigre, los osos, las nutrias, y carne de animales montunos, peces y tortugas, a comerciantes europeos principalmente ingleses, escoceses y franceses, recibiendo a cambio: armas de fuego, pólvora, herramientas de trabajo, vestidos usados, y adornos de cuentas de vidrio, como también espejos y cosméticos. Fue tan destacada la actividad comercial de los aborígenes, que en el siglo XVII se estableció una compañía escocesa dedicada a llevar a Europa lo suministrado por los Cunas, pero la compañía debió abandonar sus operaciones ante los ataques de los españoles, franceses y piratas ingleses.

Lionel Wafer, viajero que participó en esas actividades, dejó unas muy interesantes memorias al respecto. Relata que en 1861 llegó a la costa un barco pirata, cuya tripulación como todas las de ese tiempo, contaba con un cirujano, es decir, con un experto en cortar barbas, hacer sangrías y amputar extremidades en casos de urgencia y en el trance de guerras o piraterías.

Wafer dejó junto con los otros tripulantes el barco en la costa y se internaron por la selva tratando de atravesar el itsmo de Panamá, accidentalmente fue herido y se vio obligado a quedarse con los Cunas por un período de cuatro meses, y estableció magnífica amistad con el jefe indio Lacenta, con su esposa y familiares. Tomó notas y dibujó escenas de la vida cotidiana de sus nuevos amigos Cuna, y logró que las mujeres le pintaran el cuerpo con aves y figuras antropomorfas en vivos colores y con representaciones mitológicas de su cultura. Cuando regresó a Inglaterra, escribió y publicó sus notas en 1699, y la información

75 llegó a William Patterson quien salió en 1698 del puerto de Leith en tres buques de guerra con destino al Darién. Llegó a la bahía de Anachucuna y luego a punta Escocés en donde se alió con los Cuna, para poder resistir los ataques de españoles y franceses (Morales Gómez, 1992. Nina Friedemann, 1992).

A partir de 1850, los indígenas, presionados por los movimientos de colonización de sus tierras emprendidos por emigrantes del interior del país entre ellos buscadores de oro, explotadores de selvas, comerciantes y aún prófugos de la justicia, buscaron refugio en lo alto de las cabeceras de los ríos y en lo impenetrable de las selvas del litoral atlántico en el golfo de Urabá en Colombia como en el archipiélago de San Blas, y en las islas de Ailigandi, Ustupu, Achutupu, etc. (Romoli, 1987).

En el año de 1925 la insurrección Cuna en Panamá, proclamó la República Independiente de Tule, la rebelión surgió como una reacción necesaria para proteger los bienes económicos del grupo así como su patrimonio cultural haciendo una sola nación que comparte los dos países como son Colombia y Panamá en donde tienen sus actuales reservas indígenas gobernadas y regidas por sus caciques y sus leyes. (Francisco Herrera, 1972).

LA MUJER CUNA

Luego de un largo recorrido por la Colombia indígena, encuentro que la mujer CUNA es quizás una de las más bellas y elegantes de las mujeres indígenas de Colombia, además de ser sobria, altiva, seria, sabe guardar sus tradiciones y usar sus atuendos como si siempre estuviera de fiesta, carga a sus hijos y sus viandas por largos caminos detrás de su esposo que gusta de montar a caballo, sin perder su compostura, sin dar signos de cansancio y sin queja alguna; resultado este de su mágica educación y poseída de dioses y ritos que la elevan a mujer suprema.

En la cultura Cuna la mujer es ritualizada en varias ocasiones; entre ellas, cuando nace le colocan una argolla de oro en su nariz (OLO), la cual lleva durante toda su vida y demuestra así, su casta femenina, y pasa a ser una protegida de los dioses. En la pubertad, cuando tiene la menarca (primera menstruación), se realiza una ceremonia conocida como SURBA INNA. También existen rituales especiales para celebrar el matrimonio, y la muerte. En esta última, la mujer es enterrada en el piso de la casa, para establecer una relación espiritual con los antepasados.

LA SURBA, es un pequeño cuarto, hecho de hojas de palma dentro de una maloca cuna, donde la joven pasa los días de su primera menstruación.

Los rituales INNA, que quiere decir fiesta con , "giran en tomo a la existencia de lo femenino, de la fertilidad, de la abundancia y de la reproducción" (Nina Friedemann, 1992).

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SURBA INNA

En este ritual ceremonial de la SURBA INNA, hay dos momentos básicos: el primero fue narrado por Nevaquiriadi (que en el lenguaje Cuna quiere decir "madre del temblor") mujer Cuna-Tule habitante de la reserva indígena del caimán, la cual, nos relató, explicándonos, en su casa, en las horas de la noche, paso tras paso este ritual mágico-religioso. El segundo momento, fue la fiesta ceremonial a la cual fuimos invitados los integrantes de La Gran Expedición Humana en noviembre de 1992.

Relató Nevaquiriadi:

"Los niños Cuna crecen libres al lado de sus padres, los cuales se encargan de enseñarles las labores cotidianas. El varón desde la edad de 7 años acompaña a su padre al monte y adquiere el conocimiento para cazar y pescar. La niña permanece al lado de la madre y aprende los oficios de recolección de frutos, preparación de alimentos, y la de confección de las molas (tejidos alegóricos a la cultura Cuna que usan en sus blusas) y los saburretis (faldas); la mamá de la niña la observa y está atenta cuando ella llega a la edad de 8 años, revisando su desarrollo corporal y detallando sus pechos buscando el brote mamario, éste se presenta como una pequeña bolita, que indica que la niña debe estar quieta y se le prohibe brincar, para que esta bolita no se le vaya a perder. La madre Cuna es orgullosa de tener una hija CUNA.

Año tras año, revisa constantemente los senos de la niña, los cuales crecen lentamente. En el momento de la adolescencia, aparece el obscurecimiento del pezón el cual se abre sobre la aureola, lo que indica que en un mes se desarrollará (tendrá su primera menstruación o menarca). La madre avisa entonces al padre, el cual va, en busca del cacique y le dice "ARBAE NOSA" (que significa "nos ha salido trabajo"), el cacique lo escucha y acepta la ley, luego sopla un enorme caracol que avisa a la comunidad, que se prepare para la celebración del rito, el cual tiene dos momentos diferentes; el primero donde la joven permanece en el SURBA y no se le deja ver de los miembros de la comunidad, sólo de su madre y las mujeres que le ayudan, y el segundo momento que es la gran fiesta, en la cual ella sale de la SURBA y preside la ceremonia ritual.

La madre prepara todo lo necesario para este acontecimiento como son las cocas de totuma, una tinaja y agua fresca. En la hora crepuscular, le coloca a la joven unos tizones apagados en la cabeza, y los cubre con un manto cuna, luego, es llevada a la maloca junto con su madre y otras mujeres que ayudarán en el ritual. La abuela de la joven la acuesta en una hamaca con toldillo, quedando encerrada y a oscuras. A la mañana siguiente llegan los hombres jóvenes de la comunidad trayendo hojas de palma, y danzando construyen, dentro de la maloca, el cuarto de los ritos llamado SURBA. En las horas del medio día, la joven es encerrada en el SURBA junto con su madre, y permanecen solas durante dos días, al cabo de los cuales, al anochecer, vendrán las otras mujeres para bañar a la joven, la cual está de

77 pie y desnuda, le riegan el agua fresca traída del río en su cabeza y la dejan deslizar por su cuerpo, hasta caer al suelo donde han abierto un hoyo en el piso, que recogerá este baño con la sangre menstrual y evitará que salga de la SURBA, este baño se repite 8 veces. En la noche se sienta y posteriormente se acuesta en la hamaca, así cada día durante el período de la menstruación.

En la SURBA la joven sólo puede comer huevos, cangrejo, beber chicha dulce de maíz o plátano y debe evitar los alimentos que contengan sal, que sean espinosos, que tengan carne de monte, y sólo una toma al día en las horas de la tarde, además no debe ver ni ser vista por ningún hombre. El padre fermenta la chicha para la fiesta, (si la joven es de espíritu altivo, la chicha fermentará rápido), la cual puede ser de plátano, caña o panela. El avisa cuando está lista haciendo sonar un enorme caracol, para que lleguen todos a su casa. Es la ocasión apropiada para que se adornen con las joyas de oro y plata, las cuentas de chaquiras en los tobillos y brazos, además de lucir molas y saberretis nuevos. La gente de la comunidad se desplaza desde lugares distantes, ya sea a pie, a caballo o en sus cayucos (canoas) durante horas o días para asistir a la SURBA INNA.

Los hombres jóvenes y ancianos dialogan con el padre y hacen un homenaje al dios de los Cunas BATDUMAN (Padre Grande). La madre prepara en un calabazo limpio, plátano asado y huevos, además de chicha para un hombre joven, que va por 12 pepas de jagua, (fruto que servirá para extraer el zumo con el que se pintará a la joven) el cual, debe buscar el palo de la jagua en la selva, orientarse al sur de éste y treparlo por la izquierda. Así mismo, otro hombre joven va por dos cangrejos, son estos dos elementos: la jagua y los cangrejos, los que servirán de oráculo dando a conocer el futuro de la joven y le servirán de protección contra los malos espíritus. Es importante observar la posición de las jaguas en el árbol, si sueltan fácil, si se caen y así mismo se analizan los cangrejos, su color y cómo están ubicados al encontrárseles. Las jaguas las toman las mujeres acompañantes y las parten por la mitad con un cuchillo limpio, en ocho (8) movimientos lentos, observan la parte interna de los frutos y predicen el futuro de la joven. Con hojas de pijao y totumas de chicha se extrae el zumo de la jagua con el que se pinta a la joven desde la cabeza a los pies. Las mujeres que ayudan a la joven son las que primero toman chicha, tocan y bailan en esta primera fiesta.

Un segundo ritual es preparado a los dos días, la joven presidirá la ceremonia. En esta ocasión la madre le raspa el pelo, "una vez y luego otra vez, porque todo debe tener su pareja y hacerse par", luego le coloca un manto Cuna en la cabeza, y le enrolla una tira tejida de chaquiras en las muñecas y tobillos, luce un traje con la vistosa mola y el saburretis estampado en vivos colores, adorna su cuello con numerosos collares de pepas, dientes, monedas y luce la argolla nasal (OLO).

El personaje principal, por excelencia en estas fiestas, es el KANTULE o contador, el cual llega al lugar de la INNA ataviado con una corona de plumas y collares de colmillos de

78 animales, acompañado de una flauta e inicia un recital que transporta el alma de la joven hasta el borde del mundo de los espíritus, donde moran los reyes de todos los animales. EL KANTULE y su séquito constituido por seis ayudantes entran a la gran maloca, con flautas y maracas hechas de finas cañas, huesos de águilas y de cráneos de armadillo, fuman sus pipas, queman cacao seco y tabaco en los braceros de cerámica y lo dan a oler a los invitados. El KANTULE se pinta con achiote los pies y la nariz para espantar a los espíritus malignos que acechan a la joven, luego prueba la chicha e inicia el canto; la joven ofrece 8 veces la chicha a las mujeres que la acompañaron en la SURBA, las cuales danzan al compás de las flautas y las maracas, simulando animales. Es en este momento del ritual, en el que la joven se transforma en mujer, dando así su primer paso maravilloso a la vida adulta "al asomarse al cielo de oro de los Cuna". La joven se para 4 veces al frente de los que danzan ofreciéndoles chicha, éstos interpretan con sus movimientos los ritos que los espíritus hacen al subir al cielo y recorren los senderos de los Kalus (espacios siderales donde viven las fuerzas de la naturaleza, los espíritus y los dioses). Algunos hombres de la comunidad son escogidos para vigilar que en la fiesta no haya peleas, ya que esto acarreará malos presagios para el futuro de la joven, de acuerdo a como se desarrolle la fiesta será el temperamento de la joven. La fiesta ritual debe terminar al día siguiente, luego de haber consumido toda la chicha, antes de que el sol se oculte, ya que éste es el guardián de la joven.

BIBLIOGRAFÍA

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MORALES GÓMEZ, JORGE. Grupo Indígena los Cuna tomo IX. Geografía Humana de Colombia. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Primera edición 1992 pág. 63-92.

REICHEL-DOLMATOFF, GERARDO. Indios de Colombia: Momentos vividos - Mundos concebidos. Villegas editores primera edición, octubre 1991.

ROMOLI, KATHLENN. Los de la lengua Cuna. Instituto Colombiano de Antropología. Bogotá, 1987.

VARGAS, PATRICIA. Los Embera y los Cuna: impacto y reacción ante la ocupación Española siglos XVI y XVII. Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá, 1993.

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EL TEJIDO EN LAS TRIBUS INDIGENAS DE COLOMBIA: UNIDAD Y DIVERSIDAD

Cielo Quiñones Aguilar Profesora, Facultad de Diseño Industrial

El tejido: unión de fibras, encuentro de hilos, encuentro de mundos, unión de hombres.

El tejido como actividad humana, como experiencia integral de vida, como pensamiento que interrelaciona el medio ambiente con las necesidades fisicas y espirituales que el hombre experimenta, comparte y transforma en objetos útiles y estéticos aplicando los conocimientos técnicos que han sido adquiridos a través del tiempo y de la acumulación histórica de las vivencias de la comunidad, es una estructura tradicional que desempeña un papel fundamental en las tribus indígenas de Colombia. Las técnicas ancestrales comprenden nudos, amarres, uniones y entrelazados de fibras naturales que interactúan en unidad con el trabajo hecho con las manos dando origen al objeto tejido, siendo estos artefactos expresiones materiales propias de cada cultura.

El tejido, como creación humana responde a un sentimiento, a una razón espiritual y a una necesidad básica de supervivencia, los objetos tejidos sirven para obtener el alimento mediante una red o una nasa, para vestir se tejen mantas, anacus y , para almacenar y transportar se utilizan cestos y mochilas, para descansar se tejen hamacas o chinchorros, para protegerse, soñar y compartir con los demás se construye la maloca.

El objeto tejido es un signo, y dentro del contexto socio-cultural donde se le concibe y cumple con su función sígnica; es un lenguaje no verbal a través del cual se comprende la conexión integral que existe entre la naturaleza, el mito, el hombre, la sociedad y el objeto que como manifestación material integra su cuerpo y contenido para hacer parte de vida cotidiana en cada comunidad.

La diversidad se presenta en las distintas expresiones materiales alrededor del tejido propias de cada grupo humano según sus conocimientos ancestrales, su medio ambiente y sus necesidades y como unidad las diferente tribus indígenas de Colombia comparten el acto de tejer, la actitud frente a la actividad de entrecruzar fibras, y la utilización del tejido que ligado al cuerpo y al pensamiento de las culturas aborígenes dan testimonio de su vida y costumbres.

Dentro de los terrenos de la Gran Expedición Humana 1992’93, tuvo lugar la investigación. El Tejido: Técnicas, Tecnologías y productos, con el objetivo de analizar el tejido en las

80 tribus indígenas de Colombia dentro de un sistema integral: materias primas utilizadas, procesos técnicos y tecnológicos desarrollados por la comunidad, relaciones sociales y comportamentales en la actividad de tejer y necesidades materiales y espirituales que satisfacen los productos. Se plantea para el estudio de los objetos de fibra un enfoque semiótico que comprende: análisis del plano de contenido, significado y función práctica, análisis del plano expresivo, estudio del significante a través de descripciones morfosintácticas y análisis del plano comportamental en cuanto al uso dentro de un contexto específico. En el trabajo de campo se realizaron las siguientes actividades conforme la opinión de cada grupo humano visitado y su aceptación previa: observación y acercamiento a la comunidad, participación directa en las actividades de hilado, teñido y tejido, e intercambio de experiencias alrededor del arte de tejer compartiendo las técnicas ancestrales de tejidos americanos.

A continuación con carácter global se pretende dar una visión sobre el tema para fomentar el conocimiento de la riqueza y diversidad cultural de Colombia.

En la región del bajo río San Juan en el departamento del Chocó, zona geográfica de selvas húmedas, habitan los Indios Waunana (Comunidad Papayo) cuya cultura corresponde al tipo selva-tropical. Las mujeres Waunana procesan las hojas de palma werregue de las cuales obtienen las fibras textiles que tiñen naturalmente para obtener los colores anaranjado y negro (en este caso mediante un proceso posterior de enterrado en barro). Practican la técnica de cestería en espiral uniendo el elemento-soporte que se enrolla con los hilos flexibles de werregue hasta constituir un cesto al que llama coca, pieza de gran riqueza formal, figura en revolución y medio de expresión gráfica de las imágenes del universo perceptual interior y mítico de la cultura Waunana.

También utilizan como materia prima las fibras vegetales que se obtienen del chocolatillo con las cuales producen cestos de ojo o espacio abierto en forma de hexágono, trapecio y cuadrado que se usan como contenedores para el transporte y almacenamiento. Con la técnica de sarga con doblez, tejen el abanico de forma romboidal, objeto de uso cotidiano para avivar el fuego durante la cocción de alimentos, también hacen canastos aplicando diversas técnicas de cestería que se caracterizan por su variedad de formas, tamaños y diseños decorativos geométricos que se obtienen por el entrecruzamiento de fibras de diferente color (color negro y tono natural, semejante al marfil), estos recipientes se destinan para el intercambio comercial como ingreso económico complementario para la unidad doméstica.

El trabajo de cestería es una actividad netamente femenina. Los hombres se dedican a la pesca y tejen para ello las redes, atarrayas y trasmallos.

Los Emberá (Comunidad Salinas) que vive en las hoyas del río Atrato en el departamento del Chocó, una tribu selvática que se ha adaptado a un medio muy húmedo y quienes

81 procesan las materias primas base de su cestería, fibras a manera de tiras largas de aproximadamente 3 mm de ancho con que tejen sus canastos contenedores de ojo o espacio abierto en forma de hexágono, esteras y sopladores de forma rectangular con asa tubular que se utilizan para avivar el fuego.

En el departamento de la Guajira (Comunidad Sucaramaná, cerca de Bahía Portete), región árida y desértica, las mujeres Wayúu tejen mochilas, fajas y hamacas que se caracterizan por la riqueza cromática a partir de la combinación de varios colores básicos. Como tecnología para conformar las hamacas emplean el telar vertical que junto con las técnicas de urdido y tejido son autóctonos.

Los indios Ika que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, principalmente en la región del sur del macizo montañoso (comunidad Simunurwa), son tejedores por excelencia, las mujeres procesan el pelo o vellón de los ovinos, ovejas y carneros, de cuya lana obtienen al hilar la fibra textil, uniforme y resistente para tejer las mochilas. El hilado se realiza mediante el huso, objeto ancestral, herramientas que tiene un valor intrínseco de permanencia y vigencia a través del tiempo en las culturas aborígenes y que por su fundamento formal y funcional es una tecnología vernácula patrimonio de la humanidad. Con el hilo de lana las mujeres ika tejen las diferentes clases de mochilas que ellas, sus esposos y familiares utilizan diariamente como complemento de su vestido.

La semántica, el contenido,y el significado de la mochila está basado en la concepción del mundo, la Sierra como origen y centro de gravedad del universo, donde cada una de las imágenes y diseños que conforman la textura visual decorativa como plano expresivo, representa sus leyes tradicionales, la naturaleza y su padre Creador.

También ellas tejen las mochilas y mochilones de fique que acostumbran mantener en suspensión por medio de un garabato o gancho de madera a través de todas las paredes dentro de la vivienda y que utilizan básicamente para el almacenamiento de objetos; algunos mochilones se emplean para el transporte de productos agrícolas y como nido para las gallinas. Las mochilas que tejen con hilos de fique teñidos a partir de tintes naturales aplicando diferentes técnicas autóctonas, son usadas como complemento del atuendo tanto femenino como masculino.

Los hombres ika tejen finamente su indumentaria con hilos de algodón en el telar vertical: la manta, el pantalón y la faja; estas piezas de vestir son de color natural, salen completas del telar y se rematan cosiendo los bordes con un delicado acabado. Técnicamente el tejido en el telar resulta de entrecruzar en forma ordenada dos series de hilos, la urdimbre en sentido vertical y la trama en sentido horizontal.

Tejen también su gorro, tutusoma, con una técnica que emplea un soporte de base en fique, cordón que se ve enrollando en espiral y uniendo puntada a puntada con fibras de algodón hasta concluir la forma de cono truncado que representan los cerros, sus Padres.

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En el departamento del Guaviare (Comunidad la Asunción) habita un grupo de Indios Tukano procedentes del Vaupés, esta cultura cestera procesa los tallos del Guaramo y de ellos obtiene como materia prima las fibras vegetales con que teje los objetos para procesar la yuca brava, base complementaria de su alimentación.

La actividad de tejer es responsabilidad masculina, mientras que la preparación del casabe, torta de yuca, es responsabilidad femenina.

Las técnicas de cestería son variadas en el entrecruzamiento de fibras y los productos resultantes son:

1. Colador: cesto pando circular

2. Matafrío: artefacto tubular que sirve para exprimir el líquido venenoso de la yuca brava.

3. Cernidor: cedazo para limpiar y pulir la masa de yuca.

4. Balay: cesto que se utiliza para servir el casabe, de forma circular y decorado con diseños geométricos que comprenden composiciones a partir de rombos.

Los Indios Piratapuyo (Comunidad Panoré) que viven en los alrededores de San José del Guaviare, grupo humano que emigró del Vaupés buscando mejores oportunidades de vida, tejen con bejucos los canastos que utilizan para almacenar objetos dentro de la vivienda, unen varas de carrizo con fibras naturales y hacen las nasas o trampas para pescar, los hombres Piratapuyo tejen el matafrío, colador, cernidor, balay y soplador que sus mujeres utilizan para preparar el casabe y ha fariña (Harina de yuca). Para los bailes acostumbran las coronas de plumas cuya base se obtiene a partir de un fino tejido.

En las riberas del alto río Guaviare, límite entre la Orinoquia y Amazonia habitan los Indios Guayabero en las cercanías de San José del Guaviare (Comunidad Barrancón). Las mujeres de esta cultura retuercen las fibras textiles que obtienen de la palma de cumare con las cuales tejen los chinchorros donde descansa cada uno de los miembros del grupo. Con la técnica sarga, tejido en diagonal para cestería, hacen esteras que colocan en el piso de sus viviendas, debajo de los chinchorros o como espacio para sentarse. También tejen un canasto carguero en fibras vegetales verdes que usan para transportar los productos obtenidos de la pesca, contenedor que llevan las mujeres colgado de la frente hacia la espalda.

Por las selvas húmedas del Guaviare se desplazan los Nukak Makú. Indígenas nómadas, cazadores, recolectores y tejedores. Este grupo humano ha desarrollado amarres de alta complejidad para sostener los travesaños que soportan el enramado que constituye su vivienda, tejen los chinchorros donde se sientan y descansan y también los recipientes, canastos hechos con una hoja palmeada, fibra verde vegetal que doblan por el tallo, entrelazan sus elementos básicos en relación uno a uno y los unen en el extremo opuesto

83 lateral conformando un circuito cerrado que termina con un asa y un nudo que integra los dos laterales; este novedoso contenedor lo usan para recolectar frutos silvestres y lo abandonan junto con su morada temporal una vez siguen su recorrido.

Los Indios Koreguaje que habitan en el departamento del Caquetá en la región del río Orteguaza (Comunidades San Luis, Santa Rosa y San Francisco) obtienen de la palma de cumare las fibras textiles con las cuales los hombres tejen los chinchorros y las mujeres hacen las mochilas misirí, complemento de su vestido y contenedor que usan también para el transporte y almacenamiento dentro del área de cocción de su vivienda, estas mochilas constituidas de una sola pieza tienen como característica su gran flexibilidad.

En el departamento del Cauca, sur Andino, habitan los Indios (Resguardo de Guambía en el municipio de Silvia) cuyas mujeres tejen diariamente en el telar vertical su anaco o falda negra con líneas de color blanco y fucsia que sus esposos e hijos usan. Estas prendas de vestir las tejen con merino, hilo industrial que compran en Silvia y que ellas retuercen por los caminos con el uso americano.

Para las ruanas blancas hilan y tejen con la lana que obtienen de las ovejas.

El anaco, su falda, sale del telar como pieza completa y lista para usar, no se cose, mientras que la hecha en dos gallos o partes, se une por medio de costuras en la parte superior dejando la abertura requerida para introducir la cabeza.

En el telar de horquetas las mujeres Guambianas tejen los chumbes aplicando la técnica de brocado que les permite realizar diferentes diseños en colores fuertes al mismo tiempo que se va construyendo la tela de fondo blanco, estos chumbes fuertes y consistentes se usan para cargar el bebé junto con un reboso en la espalda de su madre. También las mujeres ajustan el anaco a su cintura por medio de un chumbe más pequeño en longitud pero con las mismas características del anteriormente descrito.

Con la técnica de tejido de punto hacen sus mochilas, jigras, para llevar artículos de uso personal, este bolso de uso cotidiano lo acostumbran llevar colgado del pecho hacia la espalda.

Muy pocos hombres tejen actualmente el sombrero pandereta, pieza importante de la cestería Guambiana, que expresa formalmente el origen de donde todo comienza y a donde todo regresa, la técnica de tejido comprende el entrelazamiento de las fibras vegetales que se obtienen de la caña con las cuales se teje una larga tira que luego se cose en espiral. La gran mayoría de Guambianos utilizan hoy en día un sombrero oscuro de producción industrial que compran en Silvia habiendo dejado de lado el tradicional.

En el departamento del Cauca, en la región de Tierra-dentro, localizada en la vertiente oriental de la Cordillera Central habitan los Indios Paez (Resguardo de San Andrés de Pisimbalá). Los Paeces procesan el fique y obtienen las fibras textiles con que las mujeres

84 tejen las figras o mochilas totalmente a mano aplicando técnicas específicas de tejido de punto como lo aprendieron de sus antepasados. También tejen las cuentaderas o mochilas que integran muchos cuadros de diferentes colores dispuestos en composición triangular que utilizan para guardar las hojas de coca y objetos de uso personal; también ellas tejen en el telar de horqueta los chumbes en diferentes colores aplicando diseños y motivos tradicionales.

En el telar vertical, aún algunas mujeres Paeces tejen su falda "anacu" prensa de vestir típica ya que hoy en día la gran mayoría utilizan vestidos de telas de colores adquiridos en los pueblos cercanos.

Algunos hombres ancianos transforman las hojas de pindo en fibras para tejer el sombrero a partir del entrecruzamiento de once pares de elementos de los extremos hacia el centro conformando con el tejido una tira de varios metros que después cosen con aguaje e hilo integrando una figura de revolución hasta obtener la forma del sombrero según parámetros propios de la cultura.

Es así como en medio de tanta riqueza y variedad de nichos ecológicos habitan diversos grupos humanos que comparten como unidad una tierra llamada Colombia y anhelo de existir según las costumbres y tradicionales americanas donde el tejido es unión y vida.

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HUELLAS DE AFRICANIA EN LA DIVERSIDAD COLOMBIANA1

Nina S. de Friedemann Directora revista América Negra. Expedición Humana, Pontificia Universidad Javeriana.

LOS APELATIVOS

A partir del siglo XVI, a los africanos, víctimas de la trata, recién desembarcados en los puertos americanos y sin experiencia con europeos en Africa, España o Portugal, se les llamaba negros bozales, con el significado peyorativo de salvajes. También se les conoció como negros de nación, es decir de nacimiento africano. Estos apelativos fueron apenas algunos de los que hicieron parte del lenguaje comercial de trata que manejaron los europeos durante varios siglos. Porque antes de ser capturados con destino a América, los africanos se conocían unos a otros con los nombres de sus etnias: Biohos, Cabindos, Mandingos, Balantas, Macondos, Kimbundus o Basongos (Friedemann y Arocha 1.995: 64).

En la trata aún los niños y los adolescentes recibieron calificativos: de seis a catorce años los varones eran muleques y las niñas mulecas; entre catorce y dieciocho años eran muleconos y muleconas; y desde recién nacidos hasta los seis años eran mulequines o mulequillos. Cuando adoptaban rasgos del comportamiento español y aprendían la lengua castellana se convertían en negros ladinos o negros criollos2. Además, se volvían negros zapacos en el primer momento de su fuga cuando se rebelaban y al persistir en su rebelión se tornaban negros cimarrones y luego palenqueros cuando se organizaban en poblados rebeldes o palenques. Cualquiera de estas personas podía convertirse en negro libre o negro horro cuando por variadas razones dejaba de ser esclavo o compraba su libertad (Alvarez Nazario 1974).

En otras palabras, no sólo en la trata y en la esclavitud, sino en la consecución de la libertad existió un sistema de identificación lingüística discriminatoria del africano y sus

1 En la población actual de cerca de 35 millones de habitantes, los antropólogos Whitten y Torres (1992) acogieron el dato de Rodolfo Monge Oviedo sobre un mínimo de 14% y un máximo de 21% de gente negra. 2 Maureen Warner-Lewis en su artículo Posited Kikoongo origins of some Portuguese and Spanish words frorn the slave era (1997:83-95) analiza el origen africano de las palabras bozal, criollo, mulato y zambo y su ingreso en los lenguajes ibéricos, i.e. español y portugués, al menos desde el siglo XVI. Bozal, criollo y mulato, añade la lingüista debieron originarse en los mercados de trata Centro-occidental y como resultado de peculiaridades en nuevas situaciones étnicas y económicas. 86 descendientes, que se apoyó en el proceso de esclavización y en la pigmentación de su epidermis.

EL MESTIZAJE

Durante la colonia, en ciudades y pueblos del territorio de la Nueva Granada el mestizaje fue activo, y sustentó la construcción de una sociedad de castas. Entendidas éstas como categorías de gentes que sin ser blancas aspiraban a serlo, se colocaban en algún lugar de la pirámide entre la base donde estaban los negros y los indios y el vértice de los blancos. El goce de ventajas y privilegios basados en el grado de blanqueamiento socio-racial se reclamó y se ejerció. Y pasar de una casta a otra requería entrar en el proceso de blanqueamiento, cuyos resultados podrían comenzar a apreciarse y a validarse sólo en el curso de una sucesión de generaciones.

El término casta se había usado para señalar la tribu o el lugar de origen de los esclavos, así, eran negros de casta Kongo o Biafra o Fon, que como antes se dijo al llegar a América se convertían en negros. El vocablo casta se volvió despectivo para señalar a quienes no eran blancos y por ende, para especificar las mezclas genéticas. Paradójicamente en el siglo XVIII el término sirvió a personas de las castas para reclamar una posición socioeconómica en el escenario de dominio blanco-español (Friedemann 1984).

El mulato, como una categoría social del mestizaje, a tiempo que ofreció ventajas frente al ser negro, fue denigrante y ofensivo en comparación con el ser blanco. De esa forma, las instancias del mestizaje fueron mediadas por jerarquías de pigmentación y raza, tanto en el escenario de las castas como luego en el de las clases sociales (Jaramillo Uribe 1963, Wade 1991, Friedemann 1991) Al término mulato le siguieron el de zambo, tercerón, cuarterón, quinterón, ochavón, puchuela, pardo, tente en el aire y saltatrás, según las personas se acercaran o se alejaran del fenotipo blanco.

Claro que el proceso de mestizaje es una expresión de la ideología del blanqueamiento genético y cultural. El mestizaje asímismo como meta de acción socio-política es discriminatorio a la luz de la existencia de diversidades socio-raciales que reclamen derechos de identidad. Por otra parte, negros e indios absorbidos en una población mestiza con metas de blanqueamiento podrían diluirse y eventualmente contribuir a la desaparición de una diversidad biosocial y a su participación como tal en el panorama de una identidad nacional animada por la diversidad.

Si bien la sociedad de castas se derrumbó mediada además por el número abrumador de uniones entre gentes de una y otra etnia, sus categorías y las de los indios, negros y blancos permanecieron enmarcadas por el blanqueamiento como estrategia de participación en la nueva república.

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En el siglo XIX la abolición de la esclavitud de los africanos y sus descendientes se explicó como el camino para alcanzar igualdades antes negadas y el mestizaje fue exaltado como logro democrático acentuando la huida de lo negro hacia lo blanco. No solo en Colombia, sino en otros países de América Latina y el Caribe el proceso propició el desconocimiento de la diversidad y de los derechos asociados con la identidad cultural e histórica de los descendientes de la diáspora africana (Friedemann 1990, Arocha 1992, 1993).

EL PUENTE AFRICA-AMÉRICA

Al avanzar el primer cuarto del siglo XX, las corrientes de afirmación étnica en el Caribe y los Estados Unidos influyeron también a gente de la diáspora suramericana. En Colombia, en la mitad de este siglo algunos descendientes de africanos iniciaron manifestaciones en torno a una conciencia histórica sobre su origen. Y de modo similar al proceso de autovalidación que hicieran los indios, numerosos afrocolombianos no solo reclamaron ser negros, sino que convocaron a expresarlo públicamente (Smith Córdoba 1975, J.L. Mosquera 1975, J.D. Mosquera 1985).

Desde luego que el sentimiento del legado africano tuvo una expresión mucho más temprana en las voces de poetas como Candelario Obeso a finales del siglo XIX y en la de Jorge Artel (1940) a comienzos del presente siglo. Del mismo modo que en la obra de novelistas como Manuel Zapata Olivella y Arnoldo Palacios o en la de los antropólogos Rogerio Velásquez y Aquiles Escalante, a partir de la mitad de este siglo (Arocha y Friedemann 1984).

A comienzos del decenio de 1980 la candidatura efímera de Juan Zapata Olivella a la presidencia de Colombia estimuló el sentimiento histórico y la participación de los descendientes de africanos en las corrientes internacionales de la "negritude". El movimiento, del cual el poeta haitiano René Depestre se despidió en 1980, empezaba a ser tildado como un mito de sub-desarrollo al sufrir un encasillamiento en la singularidad epidérmica, en tanto que sus aspiraciones eran las de una fraternidad humana (Depestre 1980:63). El candidato Zapata Olivella empezó a ser conocido como de "las negritudes", término que rápidamente reemplazó a "negros" y "morenos" y que se ha seguido utilizando eufemísticamente en variados ámbitos nacionales e internacionales e indistintamente por parte de individuos e instituciones (Friedemann 1998).

Los estudios que en Colombia desde principios del decenio de 1950 se han ocupado del análisis historiográfico, antropológico y últimamente biológico de los descendientes de africanos, a su vez reflejan la variedad de una terminología referencial que es indicadora de procesos sociales.

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A finales del decenio de 1980 y en el marco de las discusiones en torno a una nueva constitución nacional que en 1991 reemplazaría la de 1886, descendientes de los africanos, algunos de los cuales empezaron a denominarse como afrocolombianos, expresaron mayores inquietudes sobre el reconocimiento formal de sus orígenes, sobre la participación histórica de su contribución a la formación del país y por ende al derecho de tal reconocimiento jurídico.

La meta del sector que impulsaba la aprobación de una ley de derechos era la de articular a los descendientes de africanos en la nueva Constitución, validando el contenido de su naturaleza que definía a la nación como diversa, pluriétnica y multicultural. En 1993, dos años después de intenso forcejeo político, el Congreso de Colombia aprobó la "Ley 70 de las comunidades negras" (AN6: 181-235). En el cuerpo de la ley, sin embargo, la definición de comunidad negra se anotó como "el conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana, que posee una cultura propia, comparten una historia y tienen sus propias tradiciones y costumbres...". Esta definición legitima el reconocimiento del ancestro africano. Reconocimiento que se afirma en el capítulo "Mecanismos para la protección y desarrollo de los derechos de la identidad cultural", de la misma ley donde se establece el inicio de la cátedra de estudios afrocolombianos y programas de investigación de la cultura afrocolombiana (AN6: 207-209).

Es así como la nueva legislación de Colombia ha hecho explícita la presencia de un legado africano en las culturas de los descendientes de los africanos. Su presencia desde luego, autentifica jurídicamente la existencia del puente Africa-América, con un énfasis manifiesto en la creciente adopción del término afrocolombiano y sus derivados regionales i.e. afrochocoano, afrotumaqueño, afroquibdoseño o afrocartagenero, por parte de las comunidades negras y en el país en general.

LOS AFRICANOS

El interés por identificar a los africanos que esclavizados llegaron a América y por conocer las consecuencias sociales y culturales ocasionadas por la trata trasatlántica, ha generado programas de estudio en el marco del proyecto "La ruta del esclavo", surgido de UNESCO desde principios del decenio de 1990.

En dicho marco, se presentan nuevos resultados en torno a los embarques de africanos en las costas de ese continente, con destino a América (Gueye 1981, Inikori 1981, Lara 1981)). Así el censo de Philip Curtin de hace treinta años (1969) empieza a modificarse con nuevos datos. S.D. Behrendt, David Eltis y David Richardson (1997) muestran que Africa Centro- occidental suministró 40% de los africanos entre 1662 y 1870, en tanto que el restante 60% salió de Africa Occidental. Y aquí, fueron tres las regiones que suministraron el 76%: Costa

89 de Oro, Golfo de Benin y Golfo de Biafra. Otras investigaciones realizadas por Herbert Klein y Stanley Engerman en relación con la mortalidad ocurrida durante el viaje trasatlántico muestran un 12.5%. Además, empiezan a formularse una serie de preguntas en torno a las razones por las cuales, pese a que la mortalidad de los africanos provenientes de Benin y Biafra era mayor que la de los originarios de Guinea, los esclavistas prefirieron a Benin y Biafra. Mas aún, la pesquisa historiográfica tiende a concentrarse más en Africa que en América. Así, en este tema, la cuestión es averiguar las características de la captura de los prisioneros y la situación económica y política de las regiones africanas en ese tiempo que pudieron afectar la salud de aquellos esclavizados que alcanzaron a abordar los navíos (Behrendt, Eltis y Richardson 1997).

En relación con Colombia, hasta la fecha, los documentos de embarque en los puertos africanos y los de desembarque en Cartagena de Indias no han sido suficientes para precisar los grupos étnicos a los que pertenecían las víctimas de la trata. Resta también saber de donde y cuántos africanos llegaron en el contrabando que penetró por Buenaventura, Chirambirá, Gorgona y Barbacoas en el litoral Pacífico y por El Darién, Tolú, Riohacha y Santa Marta en el Caribe.

El estudio de Nicolás del Castillo (1982) en torno a los esclavos que llegaron a Cartagena de Indias y a sus aportes léxicos muestra con claridad que el predominio de ciertos grupos africanos en los siglos XVI al XIX no apoya la tesis de la heterogeneidad cultural de los esclavos embarcados hacia América. Antes bien, sus datos permiten correlacionar períodos con la incidencia de ciertos grupos y áreas geográficas. Así, entre 1533 y 1580 del área occidental entre el Senegal en lugares de Guinea, Cabo Verde y la Sierra Leona actuales los yolofos fueron más numerosos que los sereres, y los casangas. Y también que los biáfaras, los branes y los biohos de Guinea Bissau. Entre 1580 y 1640 predominaron gentes Bacongo, Manicongo (Congo) y Ndongo (Angola) de Africa Central. Entre 1640 y 1740 del área centro-occidental los ardas o arará de la cultura Adja-Fon asentada principalmente hoy en día en el actual Benín o Dahomey, los Minas (siguiendo el nombre del castillo portugués de San Jorge de Mina) que así se llamaron a los pueblos akan, también a los fanti-ashanti y hasta a los yorubas conocidos como lucumis, al occidente del río Volta. En este período también predominaron los carabalí que es un término genérico para muchos pueblos: abalomo, bila, cubai, coco, cola, dembe, done, evo, ibo, y otros. Finalmente, de 1740 a 1811 al predominio de los carabalí, y de la gente Congo y Angola se añade el de Mozambique.

En cuanto a los orígenes de la población caribeña del archipiélago departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, su proceso histórico-cultural básico a partir del dominio esclavista inglés, en la Costa de Oro, hace parte de la órbita de otras islas, especialmente Jamaica, con transcursos similares. Los estudios lingüísticos han permitido señalar el predominio étnico Fanti-Ashanti, particularmente visible en la lengua criolla que

90 asímismo comparte con Jamaica, islas Cayman y otros territorios insulares del Caribe (Friedemann 1993:54).

Estos datos y otras conclusiones e hipótesis que sobre el tema empiezan a abundar, tienen que entenderse considerando el predominio de la gente de unas etnias sobre otras en los diversos escenarios donde se dio la interacción entre africanos: en las minas, en las haciendas, en el servicio doméstico urbano y también de acuerdo con el estatus del individuo: cimarrón, esclavo, libre, liberto, urbano, rural.

En la actualidad, por ejemplo, una serie de trabajos historiográficos, antropológicos y lingüísticos en Palenque de San Basilio, una comunidad descendiente de esclavos rebeldes o cimarrones confirman la influencia de grupos congo-angoleses en ese sector caríbeño (de Granda 1971, Del Castillo 1992, Friedemann y Patiño 1983, Schwegler 1989, 1996).

La resistencia cultural, además, le ha permitido a la comunidad retener su legado de cimarronaje y africanía. Es así como el poblado está organizado en mitades opuestas, cada una dividida en grupos de edad conocidos como cuagros a los cuales niños y niñas pertenecen durante toda su vida. Sus batallas rituales y sus ritos de guerra muestran un sistema de socialización dentro del cual fue primodial el entrenamiento para el combate. Otro testimonio de ese sistema es el palenquero, la lengua criolla de los palenqueros de San Basilio, que aun se habla y que durante los siglos XVII y XVIII fue ayuda en sus actividades rebeldes (Friedemann 1979, Friedemann y Patiño Rosselli 1983). Actualmente, el palenquero también ha servido para preservar en un cuagro de ancianos y ancianas memorias del rito funéreo lumbalú y fragmentos de una visión cosmológica que se remonta a recuerdos espirituales de Africa (Friedemann 1991, 1994a, MacGaffey 1986, Schwegler 1996).

En el litoral Pacífico, Germán de Granda, por su parte mediante el análisis de la onomástica de esclavos en minas de la Gobernación de Popayán (1971) consigna un repertorio detallado de etnias del occidente y del Africa central que es coincidente con la síntesis elaborada por el historiador Germán Colmenares sobre la base de un número de patentes o registros de venta al por mayor de esclavos traídos durante la primera mitad del siglo XVIII y que totalizaron 3000 personas (1979:46-49).

Por último, para recalcar el interés que existe de conocer los orígenes de los africanos que llegaron al actual territorio colombiano debe anotarse el trabajo de Rogelio Velásquez (1960, 1962), un antropólogo afrochocoano que documentó gentilicios africanos entre habitantes del litoral Pacífico en el decenio de 1960, así: Bañol y Banón, Balanta, Biáfara, Biojó o Bioho, Casanga o Casaga, Mandinga y Mani.

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HUELLAS DE AFRICANÍA

Desde mi visión de estudios antropológicos he adoptado el marco conceptual de huellas de africanía para interpretar los procesos de génesis de los nuevos sistemas culturales afroamericanos (Friedemann 1992). He sostenido al igual que otros estudiosos, que el africano al pisar las costas americanas no dejó atrás ni sus dioses ni sus sueños, ni los cuentos de sus abuelos, ni las éticas de su familia y de su comportamiento social. La documentación reciente historíográfica demuestra además la selectividad de puertos utilizados por los europeos y la influencia de condiciones económico-políticas africanas que modelaron la misma trata (Lovejoy 1997, Behrendt, Eltis y Richardson 1997). De esta suerte, los procesos de reintegración étnica activos y pasivos en las Américas (Friedemann y Patiño 1983, Friedemann 1989, 1992), a los cuales he aludido tienen un apoyo demográfico donde tendencias de homogeneidad sociocultural no son imposibles entre los cautivos de la trata.

En los nuevos sistemas culturales de los descendientes de los africanos en América, son materia prima las memorias, las aromas, los sentimientos, formas estéticas, texturas, colores, armonías y otros elementos icónicos de legado africano. Asi, las huellas de africanía se entienden como cadenas de asociaciones icónicas, concepto que permite situarse cerca de los planteamientos de Gregory Bateson sobre el lenguaje de los iconos (Friedemann 1992). Para Bateson, tal lenguaje es parte de modos subconscientes de conocer la realidad, relacionados con las características del proceso de aprendizaje (Bateson 1972). Cada grupo humano comparte "premisas epistemológicas" que operan a nivel de subconsciente iconográfico y pueden determinar la percepción. En el proceso de aprendizaje tales premisas son transmitidas de padres a hijos e involucran tanto su retransmisión como las innovaciones producidas por las nuevas generaciones (Arocha 1989).

En Colombia, la historiografía muestra cómo los cabildos de negros que en un primer momento fueron enfermerías en Cartagena de Indias, se convirtieron en ámbitos de resistencia a la sociedad dominante y en refugios de africanía (Friedemann 1988, 1992). Eran barracas húmedas y fangosas situadas junto al mar, que servían de asilo a aquellos africanos que al descender de los navíos no podían caminar o estaban casi agónicos (Valtierra 1980). Allí quienes se recuperaban cuidaban a los nuevos enfermos. El alivio del infortunio no era sólo físico, pues la desgracia era también cultural.

Para los africanos esclavizados, encontrar modos de comunicarse debió ser la urgencia primordial. El tambor, una de las primeras recreaciones a partir de su memoria se constituyó a modo de lengua franca. Los cabildos por su parte, se convirtieron en tempranos escenarios de la génesis del sistema cultural de los afrocolombianos continentales, a diferencia de lo que ocurriría en el archipiélago de San Andrés y Providencia en el Caribe, actualmente parte de la nación colombiana. Allí, el dominio

92 cultural inglés desterró al tambor definido como instrumento evocador de poderes espirituales indeseables (Perea Escobar 1989:58).

PRESENCIA AFRICANA EN LA DIVERSIDAD COLOMBIANA

La presencia africana, que ha sido factor vital en la construcción de símbolos e iconografías en el transcurrir americano de gentes, grupos o comunidades con ascendientes africanos se halla por doquier. El legado bantú (Del Castillo 1995) por ejemplo, se encuentra en toponimias con memorias congolesas y angolesas: Matamba, Masinga, Malemba, Angola, Songo, Miangoma, Nanguma, Quilembe y Lamba, que son nombres de arroyos y caseríos en lugares cercanos a Cartagena donde también se localizaron los territorios de antiguos cimarrones. En el Litoral Pacífico Matamba y Mungarra también son toponimias bantú. Y una huella de gente de Costa de Marfil es Beté, el nombre de un poblado sobre el río Atrato.

El análisis historiográfico de la esclavización de africanos durante la trata en el interior y en las costas africanas, en el viaje atlántico y en el asentamiento de la diáspora en América, junto con el estudio antropológico de la vida de individuos y comunidades han permitido dibujar huellas de africanía (Friedemann 1993, Arocha 1992, Maya 1996).

En el campo de las pesquisas lingüísticas como el palenquero de Palenque de San Basilio, o el habla así mismo criolla del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Patiño Rosselli 1983, Schwegler 1996) y estudios de fiestas como el carnaval en Barranquilla, Santa Marta y Ciénaga, ciudades de la costa Caribe y el de los poblados sobre el río Magdalena remiten a la importancia del cabildo colonial como una médula en la etnogénesis de la cultura afrocaribeña. Fiestas de santos, velorios, rituales, funebrias y danzas acuáticas en honor a figuras sagradas en el Litoral Pacífico son también escenarios con huellas de africanía (Friedemann y Arocha 1986, Friedemann 1992, 1995).

Muchas de estas expresiones estéticas y otras han penetrado diversos ámbitos de distintas clases sociales imprimiendo especificidades a la personalidad cultural de varias regiones, situación que ha alcanzado a incidir en niveles nacionales. La cumbia, una danza de hombres y mujeres es una de ellas. También el bullerengue, el chandé y el mapalé dentro del gran horizonte de la música costeña (González Henríquez 1989).

El vallenato que es una canción con ascendiente de gente negra y huellas de africanía tiene sus raíces en los cantos de vaquería, que son tan viejos como la ganadería y el trabajo de esclavos que desde la llegada de los españoles en la colonia tuvieron que arrearlos y cuidarlos (Quiroz 1983).

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Pero en el mundo contemporáneo, el vocablo africano que honra a Colombia como emblema de nacionalidad es Macondo el nombre que Gabriel García Márquez (1967) escogió como escenario para su obra "Cien años de soledad", premio Nobel. Makondo, es un lugar en Angola y un fitónimo bantú (De Granda 1978) que designa al plátano y conlleva significados mágico-religiosos. Es preciso anotar que la obra se desenvuelve en tierras de plátano y ganado del Caribe continental colombiano donde durante varios siglos muchos descendientes de africanos se arraigaron como cimarrones, criollos o libres. Y que en la misma obra el escritor plasma iconografías y épicas del mundo de diáspora africana en América Latina.

El conocimiento y el reconocimiento de la presencia de Africa y del puente Africa-América en la cultura y en la sociedad colombiana, desde luego que son factores imprescindibles en la conceptualización del país como un ente diverso en su pluriculturalidad y multietnicidad, conforme quedó definido en la Nueva Constitución Nacional de 1991. Ello aunque los sistemas educativos aún sigan en la retaguardia de los viejos moldes que han pretendido anular la diversidad afrocolombiana mediante la reiteración del discurso del mestizaje, una de las estrategias con las cuales se ha guarnecido a la discriminación socio-racial.

No obstante, la legitimidad de la diversidad como patrimonio universal actualmente es una consideración que comparten muchos países en el mundo. Y la diáspora afroamericana en Colombia es parte de tal diversidad.

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DISEÑO EN EL OBJETO INDIGENA

Paula Gómez Serrano Diseño Industrial Universidad Javeriana

Como respuesta al auge que el "etnodiseño" ha tenido en el mundo entero, en Colombia hoy se reconocen las piezas precolombinas que dejaron nuestros ancestros como símbolos que dan identidad a nuestra cultura. La imagen del , el sello, la balsa, se reproducen repetidamente en joyas, formas,

telas, logotipos y toda clase de artefactos.

Pero, ¿qué sucede con los objetos de las comunidades indígenas que actualmente habitan en el territorio colombiano?

Son pocos los estudios y documentos que existen sobre ellos, y los existentes son escritos desde un punto de vista netamente antropológico.

Es por esto que se convirtió en un gran reto entrar a formar parte de la Expedición Humana y recorrer con ella un increíble viaje de nueve meses ininterrumpidos de estudios a los diferentes grupos indígenas del país, para analizar sus utensilios con criterios y juicios puramente de Diseño.

En la forma indígena se ve la búsqueda por representar el orden de la creación y todo su simbolismo. Es sutil y sencilla, la más armoniosa y la más verdadera; encuentra expresión en las relaciones ideales de proporción y confirma el nexo cósmico del entorno físico que la rodea.

Esta síntesis formal que encontramos en los objetos étnicos no da espacio a variación, ni tampoco da alternativa de más simplicidad. "Las líneas provienen del espíritu y la materia de la naturaleza".

La geometría también se ve vinculada en la concepción de objetos indígenas, ya que las formas no surgen como causalidad sino que son el resultado de una lógica aplicada.

En cuanto a lo estético, la idea de lo bello no se refiere entonces a la manifestación de lo agradable sólo exteriormente, sino a un sistema de reglas y relaciones armónicas bien definidas. La belleza es acuerdo y armonía de las partes en relación a un todo.

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CICLO DE INTERACCIONES PARA EL ANÁLISIS DE OBJETOS INDÍGENAS

Cualquier objeto, por simple que sea, tiene una relación con el medio donde está inmerso, que lo modifica y transforma, al igual que con el usuario que lo manipula, le da un uso, un significado, un nombre y un valor especial.

Son un sinnúmero los criterios y los valores que inciden sobre él, y que se encadenan para darle forma a un "todo" integral, a una gran unidad que envuelve un ciclo continuo de interacciones.

Este ciclo es representado gráficamente en la parte superior.

Son 24 aspectos los que se tomaron en cuenta para el análisis de estos artefactos indígenas, agrupados en 5 áreas fundamentales dentro del campo del diseño:

1. Función 2. Materia 3. Usuario 4. Forma 5. Signo.

FUNCIÓN

Dentro de la colección de piezas que enmarca la cultura objetual indígena, no existen los llamados "objetos inútiles"; todos responden a necesidades reales y todos son la solución más

adecuada a una exigencia concreta.

Son elementos concebidos para servir al individuo de la forma más sutil; así, su característica principal está basada en la utilidad, en el cumplir con una función netamente práctica, pero sin desligar en ningún momento el aspecto ceremonial que envuelve todas sus actividades.

Lo mítico, lo ritual y su pensamiento, se ven reflejados en las formas, en los materiales, en el uso del color y en el "adorno". Todos los hombres sin importar tiempo o condición, han creado gran cantidad de técnicas ornamentales, ya sea para diferenciarse socialmente, para comunicarse con seres superiores, para festejar acontecimientos, o simplemente para cumplir con los cánones de la belleza culturalmente establecidos.

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USO Y MANIPULACIÓN

Estas sociedades alcanzan un alto grado de habilidad en la forma como emplean sus herramientas; en el lanzamiento de flechas, en el uso de pilones, rayos, tiestos y cernidores, en la pesca con nasa, en manejo del huso para sus tejidos, y en cada una de sus actividades de rutina diaria se refleja la destreza en la manipulación de sus utensilios. Sus objetos se podrían caracterizar como "la depuración de la sencillez", creados y definidos a través de la lógica.

Frecuencia de uso

A los artefactos que se encuentran en las viviendas indígenas generalmente se les da un uso diario, o en su defecto, son manipulados entre dos y tres veces por semana.

No se archivan, guardan o almacenan por largos períodos de tiempo, sino que se utilizan constantemente para llevar a cabo labores cotidianas.

El lapso tiempo en el empleo de objetos rituales es diferente. Varía en razón de los eventos ceremoniales o ritos particulares de cada grupo étnico, y también dependiendo de la época del año que marca acontecimientos de importancia como cosechas, sequías e inviernos, entre otros.

Ubicación del objeto

El contexto donde habitan los indígenas no es interrumpido por sus utensilios; éstos se involucran en él fusionando la relación hombre / medio / objeto.

Esta "mimetización" se da a través de la configuración intrínseca del material y de la forma, como también por una clara conciencia ecológica ante los fenómenos de depredación de los recursos renovables y no renovables.

Ciclo de vida útil

En la cultura indígena los objetos permanecen a través del tiempo; son transmitidos de generación en generación y evolucionan de una manera sutil, casi imperceptible.

Aquellos que están elaborados en madera o en cerámica son de "larga vida", y en ocasiones han pasado por varias etapas generacionales, y por ende no han sido modificados.

101

Las piezas de cestería tienen un período de vida más corto, y es necesario reponerlos cada uno o dos años.

Hay casos excepcionales de objetos desechables y biodegradables, como es el tejido "B’rup" de la tribu nómade Nukak Makú, que consiste en un canasto elaborado con una sola rama de palma, utilizado para cargar frutas y semillas. Una vez las provisiones se agotan, el canasto se bota en cualquier lugar, con los días se degrada el material y vuelve a ser parte del entorno circundante.

MATERIA

Dimensiones y material

Todo objeto elaborado por el indígena tiene una relación con el hombre mismo, por lo tanto, sus dimensiones están determinadas por los recursos tecnológicos y de material que se encuentran en el entorno próximo. Dentro de esta colección de objetos difícilmente se hallan piezas que tengan exactamente las mismas dimensiones, pero si existe una obvia similitud entre unas y otras.

En los asentamientos indígenas visitados siempre se encontró presente el "banco"; (butaco elaborado en una sola pieza de madera tallada).

Aunque formal y dimensionalmente no todos son exactos, guardan las mismas proporciones y un promedio de 16 cms. de altura (bastante bajo en comparación con nuestras sillas cuya altura oscila entre los 40 y 45 cms.), debido a un fenómeno cultural de cercanía a la tierra, una postura bien diferente a la de nuestra cultura occidental y una determinante relación con el contexto.

Los materiales más utilizados son la madera, las fibras naturales y el barro cocido.

Tienen en común su lugar de origen: el entorno que los rodea; así, los objetos disciernen entre ellos en cuanto a su materia por las heterogeneidades del terreno y diferencias climáticas del territorio colombiano.

En el Pacífico y la Amazonía la mayoría de artefactos son hechos en madera por estar dentro de selvas y bosques; el los Llanos Orientales entretejen fibras naturales de palmas de los morichales y en las riveras de los ríos aprovechan la arcilla para fabricar las vasijas y contenedores.

102

Procesos de fabricación

Los procesos de fabricación más comúnmente utilizados por los indígenas son la talla de madera, el tejido de fibras naturales y el moldeo de arcilla.

La razón es simple; el medio que los rodea les proporciona estos materiales básicos para la elaboración de sus utensilios.

En ellos se aprecia, además del sustrato natural de sus materiales, el aporte que le da el indígena, su mano, su huella y el tezón que puso en el momento de concebirlo.

Como en la tecnología que manejan estas sociedades no son frecuentes las innovaciones, el trabajo que aprendieron de sus abuelos y que han practicado de generación en generación, perdura a través del tiempo; pero igualmente cabe resaltar que muchos cambios tecnoambientales y el contacto con la civilización han hecho que los indígenas se apropien de "tecnologías de occidente" y que hagan adaptaciones para facilitar el proceso de elaboración de sus artefactos o en la realización de tareas cotidianas.

Herramientas

La aparición de las herramientas se remonta a los primeros hombres que poblaron la tierra. Piedras afiladas y palos puntiagudos se utilizaron como extensores de la mano para facilitar tareas.

Los grupos étnicos desde la época de la conquista tomaron las tecnologías que traían los españoles, y desde entonces utensilios como machetes, azadones, hachas y cuchillos han sido usados por ellos para hacer más fáciles las labores y trabajar con mayor eficacia.

Consecución del material

La utilización de recursos depende del nivel de conocimientos que posee el sistema socio- cultural y la existencia de dichos recursos en el ecosistema.

El concepto de ecología está presente en cada una de sus manifestaciones tridimensionales.

Este respeto por el entorno y la armónica relación del indígena con el medio ambiente en que vive, hace parte de su ideología y de su esencia ancestral. Cuando un objeto termina su ciclo de vida útil y se deteriora, su materia se convierte nuevamente en entorno, transformándolo, pero no irrumpiéndolo.

103

Número de piezas

La gran mayoría de artefactos indígenas son macizos, ya que parten de una sola pieza que se talla, se moldea o se entreteje, conformando al elemento como una unidad integral.

Para facilitar el proceso de fabricación, o cuando la escala

dimensional del artefacto se sale de las posibilidades que da la materia prima, se generan utensilios de dos o más piezas; pero siempre mantienen una limpia coherencia formal y estructural.

Uniones y ensambles

Los indígenas no utilizan como elementos de unión o fijación ni puntillas, ni pegantes, y mucho menos puntos de soldadura. Sus objetos se caracterizan por tener uniones directas", sin elementos adicionales, donde las articulaciones se dan por las formas trabajadas en las zonas de unión entre partes que hay que ligar.

También recurren a ensambles por presión o cuñas, que permiten el desmontaje ilimitado de los componentes.

El ejemplo más claro y que se lleva todos los aplausos de quien ve al objeto con juicios y criterios de diseño es el "molinillo", encontrado en la comunidad Cuna del Golfo de Urabá, consiste en un asa larga de forma cilíndrica, que en uno de los extremos ha sido tallado (dando una sección cuadrada), para así encajar allí un juego de cuatro

tablillas cuidadosamente formadas y milimétricamente dimensionadas, que se entrelazan entre sí a manera de un "rompecabezas" tridimensional.

USUARIO

Quién lo usa

Existen marcadas divisiones jerárquicas alrededor de la utilización de elementos en cada etnia, que aparecen como el resultado de las relaciones de poder, derivadas del conocimiento y de la praxis de la tradición oral.

Se advierte una acentuada división por sexos y jerarquías en el uso y

elaboración de artefactos indígenas.

104

Las mujeres están ligadas a la utilización de utensilios de cocina u objetos relacionados con las labores domésticas, mientras que los hombres manipulan herramientas, objetos cotidianos y piezas mítico-rituales.

Cabe resaltar que esta afirmación no se puede generalizar, pues se ven casos de comunidades donde los hombres realizan las labores hogareñas y las mujeres trabajan la tierra y celebran ceremonias.

Quién lo hace

Todo lo que el hombre indígena produce, corresponde a su mismo orden de grandeza y se encuentra dentro de su esfera sensorial; por consiguiente, todos sus objetos resultan legibles tanto en sus partes constitutivas como en su funcionamiento.

El hombre se dedica a la talla de piezas en madera, elabora instrumentos de caza, pesca y agricultura, fabrica recipientes de barro cocido y concibe objetos que hacen parte de ceremonias y rituales.

La mujer generalmente se dedica a la cestería y a la elaboración de piezas ornamentales como collares, brazaletes y narigueras. También hace los tejidos para vestimentas o hamacas.

Los niños fabrican sus juguetes, que usualmente son tallas, cestas o herramientas iguales a las que utilizan sus padres, pero de una escala y peso adecuado para su pequeño cuerpo.

Desarrollo histórico

Para determinar cómo evoluciona un objeto indígena a través del tiempo hay que entender que la relación del hombre con su contexto ambiental y social se refleja en su manera de intervenir el espacio, de

demarcar su territorialidad y de concebir objetos para necesidades específicas.

Partiendo de la "moderación" como norma básica, las comunidades indígenas trasmiten su cultura a través del tiempo sin brusquedades y sin choques, y viven en buena relación con el medio natural, siempre respetándolo y cuidándolo.

105

Las ideas y la concepción de los objetos se trasforman de manera sutil y se trasmiten de generación en generación a través de relatos y mitos

que cuentan los ancianos, los padres o los líderes al

resto de la comunidad.

Las formas que el indígena extrae, evolucionan lentamente, casi de manera imperceptible, siguiendo los mismos procesos de semantización que dan las lenguas vivas con los desplazamientos del significado de palabras.

La repetición de la experiencia y la acumulación de memoria subjetiva y colectiva produce la semántica del objeto.

FORMA

Peso y estructura

El indígena no considera al objeto como un elemento aislado sino como una parte del "todo" complejo de interacciones y relaciones entre la materia, el hombre y el medio; y más allá, entre su mito de creación, sus antepasados y sus creencias. La simplicidad de las formas está regida por un procedimiento estructural sencillo, limpio y apacible, basado en la lógica y el orden, al igual que en un factor subjetivo proyectual que de ninguna manera se puede excluir.

La unidad que se genera en el pensamiento se refleja en las diversas prácticas humanas (incluidas las estéticas) como parte de un proceso constitutivo de dicha conformidad, incluidas las prácticas estéticas.

Generalmente el peso y la estructura de estos artefactos está ligado a las características internas y de configuración del mismo material.

La "actividad" es la que define los parámetros para la creación y elaboración de utensilios.

Ejemplo tangible es el sebukán, tejido tubular utilizado para extraer el veneno a la yuca brava en la elaboración del casabe, donde al ser sometido a fuerzas opuestas en sus extremos, la trama de fibras se contrae, haciendo que el líquido venenoso salga de la masa.

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La matriz de la forma responde a la homogeneidad, combinando la regularidad estructural con la ocurrencia súbita de la decisión creadora.

Simetría

Puede observarse que la mayoría de objetos indígenas guardan un principio de simetría, ya sea bilateral, radial, horizontal o vertical, que genera un equilibrio visual y una modulación de las formas.

Este concepto se ve claramente reflejado en los tejidos y tramas de fibras naturales.

Configuración y forma

Si hay algo universal, esencial para la especie humana y que está presente en todas las civilizaciones, es la intención estética.

La raza indígena, al igual que cualquier otra cultura, vincula el tiempo, el espacio y su pasado a la creación de las formas; pero a diferencia de la cultura occidental, liga todas sus manifestaciones cotidianas a lo mítico-ritual.

El concepto de configuración parte de una actitud cosmocéntrica en la que se plantea la "unidad" como la inherencia del mundo y donde se establecen vínculos con todos los aspectos de las actividades humanas.

La percepción de significados del ambiente natural rige a esta configuración de piezas, expresada en orden y armonía a través de tres elementos fundamentales: la geometría, la simetría y el orden ortogonal.

El objeto indígena se crea con base en leyes de progresiva simplificación hacia formas elementales y concentración en lo esencial. Dicha simplificación puede ser consecuencia de la eliminación de aditamentos innecesarios o disfuncionales.

En el proceso de configuración de las formas bidimensionales y tridimensionales que el indígena crea, siempre se deja ver como finalidad común la articulación con lo espacial, al igual que la representación del paso del tiempo.

Acabados de superficie

Los artefactos indígenas no reciben ningún tratamiento adicional diferente del que dá el mismo proceso de manufactura.

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Las superficies son generalmente regulares, donde se deja entrever la huella de la herramienta utilizada en su fabricación.

El acabado liso o brillante de una superficie se da por el constante uso y manipulación del utensilio.

Una pieza que frecuentemente se roza con la mano toma un matiz brillante, lustrándose y puliéndose completamente.

También existen otros tipos de textura que se producen por la trama normalizada y ordenada de las fibras entretejidas.

Proporciones

La proporcionalidad de estos objetos étnicos se manifiesta en la correspondencia debida de las partes.

Se dejan relucir conceptos de armonía y equilibrio a través del manejo de las proporciones, que a su vez se ve expresada como "el número de veces que una cantidad contiene en sí a otra inferior".

Generalmente no utilizan sistemas métricos para la elaboración de sus objetos, pero sí se guían por las dimensiones del cuerpo.

Los niños indígenas desde muy pequeños realizan las mismas actividades de sus padres; cultivan, ayudan en las labores de la casa, cuidan a sus hermanos y recogen leña.

Los objetos utilizados para cumplir con dichas actividades son iguales a los de sus padres, pero difiriendo de ellos en el tamaño, ya que están hechos a una escala mucho menor.

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Color

La presencia de colores supone una tradición que implica un arraigado conocimiento de las propiedades colorantes de distintos elementos naturales (tanto vegetales como minerales), de los procedimientos de elaboración de tintes a partir de pigmentos y de las técnicas necesarias para su aplicación.

El trabajo cromático utilizado por los indígenas está directamente ligado con las posibilidades de materiales que tengan a su alcance, dividiéndose así en tres áreas:

1. Colores ocres, sienas y terracotas, extraídos de semillas, cortezas y tierras.

2. Colores vivos y llamativos, como plumas, anilinas y telas que se consiguen en poblaciones aledañas.

3. Gamas de diferentes tonalidades, utilizando varias intensidades y manejando el claroscuro.

Contenido gráfico

Los elementos gráficos más frecuentemente representados se construyen con base en líneas entrecortadas o continuas, que describen zig-zag, ondulaciones, ángulos rectos, figuras zoomorfas, antropomorfas, fitomorfas y figuras geométricas elementales, como rombos, círculos concéntricos, rectángulos o triángulos.

La manera de entender su significado se realiza "colectivamente", donde se reflejan un conjunto de abstracciones complejas acerca del mito de origen, cosmogonía, espacio doméstico y entorno físico.

Simbología

El esfuerzo por combinar, oponer y marcar lo cultural y lo natural se ve todavía más agudamente emprendido por las sociedades que están más cerca a la naturaleza, que por nosotros los citadinos.

En la ideología indígena existe una necesidad más explícita de "dejar huella" y de integrar sus creencias a todas las actividades cotidianas y rituales.

Es por esto por lo que, desde un punto de vista material, la gran mayoría de objetos étnicos muestran grabados, líneas, formas, colores y texturas que tienen un fondo cargado de simbolismos; y más allá de lo tangible, reunen también un denso concepto que gira en torno a la cosmogonía y mitos de creación.

109

La simbolización está pues en todos sus hábitos alimenticios, en la cocina, en el ritual de la alimentación, en la caza, la pesca, en el vestido, en la vivienda, en cada uno de sus utensilios y en todo lo que tenga que ver con su vida.

Definido de manera óptima por Claude Levi-Strauss, se entiende que el hombre es un ser "simbólico" que ingresa de manera forzosa al "universo simbólico" por el lenguaje, que a su vez está desarrollado de tal manera que todos los sujetos que ingresan a él se tienen que someter a una interpretación del mundo que está implícita en una clasificación; porque el lenguaje no es inocente, cada término no es una simple señal para distinguir algo, sino que también incluye una valoración.

110

DESCRIPCIÓN ETNOGRÁFICA, DEMOGRÁFICA Y CARACTERÍSTICAS EN SALUD DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA

Ignacio Zarante, Diego Ossa Roberto Mendoza, Gustavo Valvuena Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana

INTRODUCCIÓN

La Gran Expedición Humana visitó veintidós comunidades indígenas distribuidas a través del territorio colombiano de las cuales se pudo extraer valiosa información acerca de las características en salud, su demografía, y la prevención y prevalencia de enfermedades infectocontagiosas de cada una. Estos aspectos están íntimamente relacionados entre sí y no pueden ser separados de ninguna población, ya que caracterizan su cultura y sus procesos de desarrollo y evolución.

Por lo tanto, tal información nos abre las puertas para empezar a entender parte de la problemática en salud de estas poblaciones y cómo prevenirlas. De igual forma nos da una idea de la forma como se han venido aplicando los esquemas de vacunación en estas comunidades y de los posibles problemas que se encuentran a este nivel.

El propósito del siguiente capítulo es realizar un recuento de las características etnográficas, demográficas, de salud y de la cobertura de vacunación para hepatitis B y toxoplasmosis. Además se describen los resultados de las encuestas que evaluaban las personas que recibieron cualquier tipo de vacuna de cada una de los grupos humanos visitados por la expedición. Cada sección se divide en una breve etnografía extractada de trabajos previos antropológicos que describen el hábitat y las particularidades de cada comunidad. Luego se incluye la manera de acceder a cada sitio visitado, haciendo después una descripción demográfica de las personas que fueron atendidas por las diferentes disciplinas del proyecto. Esta descripción está extractada de la publicación Terrenos de la Gran Expedición Humana, No 6. Aspectos demográficos de las comunidades indígenas, negras y aisladas visitadas por la Gran Expedición Humana. Editorial Javegraf, 1996.

Una vez descritas las poblaciones de esta manera se hace una reseña de las impresiones diagnósticas que obtuvieron los médicos de la Expedición Humana, clasificándolas por

111 frecuencias según sexo y edad. Finalmente se encuentran los datos acerca de la cobertura de vacunación en cada etnia visitada. Esto nos dará una rápida, pero clara visión del estado de salud y la aplicación de los esquemas de vacunación de cada comunidad, que finalmente nos permitirá hipotetizar sobre la condición, los riesgos y el futuro de estas personas si no se toman los correctivos adecuados.

LOS EMBERA Y WAUNANA

Breve reseña etnográfica. En la época de la conquista, los EMBERA se encontraban asentados en los cauces superiores de los ríos Atrato y San Juan. Posteriormente, el avance de la población no-indígena ocasionaron una dispersión migratoria por toda la región del Pacífico colombiano. Es así como hoy se encuentran dispersos en numerosos y pequeños núcleos, tanto en la llanura costera baja como en las estribaciones de la cordillera.

La comunidad EMBERA de bocas de Guangüí es un ejemplo de la primera, localizada al sur de la costa pacífica en el nacimiento del río Saija en el departamento del Cauca. La población EMBERA es de 41.718 personas en total, y la comunidad de Saija está constituida por 589 individuos, según el censo de DNP de 1989.

Su sistema de producción es tradicionalmente agrícola, complementada con la caza y la pesca. El sistema que usan se basa en el proceso de tala y quema, y se cultivan las parcelas con plátano, maíz y caña de azúcar principalmente.

La base de la organización social es la parentela (hasta cuarto grado de consanguinidad), la cual se organiza como una comunidad conformada por familias extensas (padre, madre, hijos y nietos), cada una de las cuales habita una vivienda. Ésta está conformada sobre palafitos con piso de palma o guadua, techo de hojas (el cual actualmente está siendo reemplazado por el zinc), sin paredes ni divisiones, y con la cocina y el fogón dentro de la misma.

Comunidad Embera-Epena de la ribera del río Guangüí

Ubicación y acceso. Esta comunidad está ubicada en la ribera del río Guangüí, afluente del Saija, que finalmente desemboca en el Océano Pacífico a la altura de la población de, en Cauca. Para alcanzar esta población es necesario volar por una línea comercial hasta Guapi. Allí, se embarca en lanchas con motor fuera de borda y se navega por el río Saija, en el municipio de Timbiki, llegando hasta el río Guangüí. Según la época del año, se hace necesario cambiar la embarcación por una más pequeña, de muy bajo calado, para llegar en los días de verano hasta la comunidad.

Demografía. El grupo analizado en esa ocasión, en el municipio de Timbiquí, en las comunidades de Bocas de Guangüí e Infí, correspondió a 158 familias con un total de 953

112 integrantes. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 235 indígenas Embera-Epena distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 23.39 20.28 21.91

Desviación Estándar 19.59 19.31 19.47

Niños Adultos Total

Razón por sexo 120 74 91

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 72 122 93

Morbilidad. En la población total se encuentran como primeros diagnósticos el poliparasitismo intestinal (PPI) (16%), la enfermedad ácido péptica (EAP) (10%), las cefaleas (6%), las infecciones de piel (6%), la tuberculosis (TBC) (5%), las infecciones respiratorias (IRA) (5%), las infecciones de vías urinarias (IVU) (2%), las anemias (2%) y el trauma de tejidos blandos (2%). Esta distribución sigue lo esperado para el total de la población colombiana, sin embargo es llamativo el porcentaje que ocupa el diagnostico de tuberculosis (TBC) en este grupo. Revisando las historias clínicas de estos pacientes se encuentra que uno de ellos tiene diagnóstico confirmado y los otros corresponden a diagnósticos presuntivos sugeridos por historia clínica y los contactos familiares. Teniendo en cuenta las características de la población, no es erróneo pensar que estos diagnósticos presuntivos probablemente sean correctos.

113

Otro aspecto importante que se observa en la distribución de patologías es el relacionado con la enfermedad ácido péptica (EAP); en la población total tienen el 10% de prevalencia, con un 17% en mujeres y un 10% en hombres.

En lo que corresponde a las distribuciones de patologías por edad y sexo no hay mayor variación con respecto al total. Vale la pena resaltar el diagnóstico de alteraciones congénitas del aparato genital masculino (2%).

Servicios de salud. No existe en esta comunidad un local para la atención en salud y el puesto de salud más cercano se encuentra en Bocas de Patía. Hay promotor de salud y esporádicamente se llevan visitas médico-odontológicas.

Toxoplasma

Casos Casos No.Examinados Diluciones negativos positivos

16 64 256 1024

40 42.5% 57.5% 2.50% 25% 15% 15%

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Embera

114

Vacunación entre 0 y 15 años

Si NS/NR No n

Embera 10.19 78.98 10.83 1

Comunidad Embera de Salinas

Ubicación y acceso. La comunidad se asienta en la rivera del río Uva afluente del Atrato a la altura de la población negra de Bellavista en cercanías de Vigía del Fuerte, en el departamento del Chocó. Para ingresar a esta comunidad se llega por vía aérea a la ciudad de Quibdó y en una lancha rápida, río abajo se llega hasta Bella-vista. De allí en una canoa con motor se alcanza la población de Salinas en plena selva chocoana.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 154 indígenas Embera en Salinas distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 22.18 20.49 21.32

Desviación Estándar 21.19 18.63 19.89

Niños Adultos Total

Razón por sexo 113 96 103

Mujeres Hombres Total

115

Razón de Dependencia por edad 95 95 95

Morbilidad. Se estudiaron 154 individuos, 42 hombres, 45 mujeres y 65 niños. El poliparasitismo intestinal (PPI) fue la entidad con mayor prevalencia con el 21% de la población general afectada, presente en el 18% de los adultos hombres, el 13% de las mujeres adultas y el 27% de la población infantil. Este fue seguido por el dolor lumbar, la enfermedad diarréica aguda (EDA), el paludismo y la cefalea, todos con el 5% de prevalencia para cada uno. En cuanto al dolor lumbar y la cefalea, éstos aquejan principalmente a la población adulta de ambos sexos, el primero afectando al 11% de los hombres y el 7% de las mujeres, y el segundo afligiendo al 8% de los hombres y 9% de las mujeres. La enfermedad diarréica aguda (EDA) y el paludismo comprometió principalmente a la población infantil, con un 10% y un 9% de niños afectados, sólo siendo superadas por el poliparasitismo intestinal (PPI).

Le siguen, con un 4% dentro de la población general la enfermedad ácido péptica (EAP) y la tuberculosis (TBC); entidades que en la población adulta se presentaron, para la enfermedad ácido péptica (EAP) en el 9% de los hombres y en el 4% de las mujeres, y para la tuberculosis (TBC) en el 4% de los hombres y en el 9% de las mujeres adultas.

La infección de vías urinarias (IVU) y las enfermedades infecciosas de la piel se presentaron con un 3% de la población general. Llama la atención que la infección de vías urinarias (IVU) afecta principalmente a los adultos hombres y a la población infantil, con un 4% respectivamente. En cuanto a las enfermedades infecciosas de la piel, se encontró que afectan principalmente la población infantil comprometiendo al 7% de los niños.

Comunidad Waunana del río San Juan

Ubicación y acceso. Los WAUNANA de Papayo se encuentra ubicados en la rivera del río San Juan en el departamento del Chocó. Para llegar a esta comunidad hay que acercarse a la población de Buenaventura, ya sea por vía terrestre directamente desde Bogotá o desde la ciudad de Cali. Por el mar Pacífico se encamina hacia el norte hasta llegar a la desembocadura del río San Juan y por este se remonta hasta la comunidad de Papayo.

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Demografía. Los Waunana del Chocó se encuentran en su mayoría en la comunidad del Papayo, distribuidos en 9 comunidades que comprenden 459 familias y 2.219 individuos. En la comunidad del Papayo habitan 25 familias con un total de 129 personas. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 201 indígenas Waunana distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 21.8 20 21

Desviación Estándar 15.11 15.34 15.2

Niños Adultos Total

Razón por sexo 84 77 88

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 56 59 57

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) tiene una elevada prevalencia con el 24% de la población general afectada. Llama la atención un 7% de la población con enfermedad ácido péptica (EAP), con el 16% de los adultos hombres afectados y el 8% de las mujeres. Le sigue en importancia un 6% de afectados por enfermedades de la piel, siendo principalmente comprometidos los hombres con un 6%, y los niños con un 13%.

La infección respiratoria aguda (IRA) influye sobre el 5% de la población estudiada, y está presente en el 5% de los adultos hombres, el 4% de las mujeres adultas y el 13% de los niños.

117

El dolor lumbar afecta el 4% de la población, especialmente a la población adulta, comprometiendo al 6% de los hombres y al 5% de las mujeres.

Es importante recalcar entre las entidades restantes que afectan a la población general, cada una con un 3% de prevalencia entre las entidades estudiadas, la cefalea, la enfermedad diarréica aguda (EDA), la infección urinaria (IVU) y la tuberculosis (TBC). De esta última llama la atención su prevalencia principalmente entre las mujeres adultas con un 6%, únicamente superada por la enfermedad ácido péptica (EAP). La cefalea afecta a hombres y mujeres por igual con un 4 y un 5% respectivamente. La enfermedad diarréica está presente principalmente en niños, con un 4% de la población infantil afectada. La infección de vías urinarias (IVU) está presente principalmente en la población de mujeres adultas, con un 4% afectadas.

Comunidad Waunana de Papayo

Breve reseña etnográfica. La comunidad WAUNANA de Papayo se encuentra ubicada en el bajo San Juan en el departamento del Chocó; suman un total de 6362 individuos (según censo DNP 1989), que al igual que los EMBERA, se encuentran dispersos en pequeños núcleos en la vertiente de la cordillera occidental y la llanura costera, alternando con una población mayoritaria negra y blanca. La comunidad de Papayo tiene una población consistente en 129 personas.

Son una comunidad tradicionalmente dedicada a la agricultura, actividad complementada a menor escala con la caza y la pesca.

Las construcciones WUAUNANA, al igual que la de los EMBERA, está construida sobre palafitos con piso de palma o guadua, techo de hojas, no tienen divisiones, y, en la cocina, el fogón se encuentra dentro de la misma vivienda.

Servicios de salud. Hay un puesto de salud dotado por OREWA, relativamente bien dotado, incluyendo sillón odontológico e instrumental para examen y botiquín comunitario con drogas esenciales. Hay un promotor del servicio de salud del Chocó y un promotor de salud oral.

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Diagnóstico de enfermedades inmunoprevisibles

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Waunana 45 8 37 18 82 1 44 2 98 6 39 13 87

Vacunación entre 0 y 15 años

Si NS/NR No n

Waunana 0.00% 100.00 0.00% 65

LOS HUITOTO Y MURUI-MUINANE

Breve reseña etnográfica. Los HUITOTO se encuentran dispersos en múltiples localidades de los ríos Orteguaza, Caquetá, Putumayo, Caraparana, Igaru, Paraná y en las cercanías de Leticia. Suman un total de 5.359 personas según el censo DNP de 1989.

El sistema económico se fundamenta en la agricultura, con tala y quema, caza y recolección de ciertos productos silvestres. Las principales siembras son: yuca brava y dulce, ñame, ají, coca, chontaduro, aguacate y en algunas chagras se siembra maíz.

La maloca es el eje de la vida social y ceremonial, la cual es semejante a un cono cubierto hasta el piso con hojas de palma, sin embargo actualmente quedan muy pocas. Ahora viven en casas edificadas sobre pilotes con entrepaños y corteza de palma en las paredes; los pisos y puertas son de madera.

Ubicación y acceso. Existen dos vías de entrada a esta comunidad. La primera, por vía aérea se llega a la población de Puerto Leguízamo, comunicándose luego por carretera con el puerto sobre el río Caquetá llamado La Tagua. De allí, por vía fluvial río arriba, se llega hasta la población de Coropoya.

La otra manera es llegar vía terrestre hasta Florencia y San Antonio de Getucha para luego embarcarse por el río Orteguaza hasta la desembocadura sobre el Caquetá, y allí conectarse con esta localidad.

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Comunidad HUITOTO de Coropoya

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 48 indígenas distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 19.94 28.69 23.73

Desviación Estándar 17.20 26.84 22.13

Niños Adultos Total

Razón por sexo 61 94 76

Morbilidad. En esta población existen dos patologías predominantes: el poliparasitismo intestinal (PPI) y el dolor lumbar. La primera relacionada con el agua de consumo y el manejo de las excretas en la comunidad. La segunda influida seguramente por vicios posturales. La primera se encuentra con una prevalencia del 28%, dada principalmente por la población infantil (50%), seguida por la población adulta masculina (22%), y finalmente la femenina (8%). En cuanto al dolor lumbar, con prevalencia general del 11%, podemos decir que es una patología con mayor prevalencia en hombres (26%) y en menor escala en mujeres (8%).

A estas patologías le siguen las anemias con el 7%, y con el 5% la enfermedad ácido péptica (EAP) y la osteoartritis degenerativa (OAD). Es de anotar la frecuencia alta del reflujo gastro-esofágico (RGE), la cual es del 4% para la población total.

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Otros diagnósticos frecuentes en los hombres son la enfermedad ácido péptica (EAP) y la osteoartritis degenerativa (OAD), cada una con el 9%; la tuberculosis (TBC), las cefaleas y el reflujo gastroesofágico (RGE), con el 5% cada una.

Por otro lado, en el grupo femenino se encontró una prevalencia del 8% para cada una de las patologías identificadas, como fueron el poliparasitismo intestinal (PPI), las anemias, el reflujo gastro-esofágico (RGE), otras enfermedades ácido pépticas (EAP), la osteoartritis degenerativa (OAD) y el dolor lumbar.

En los niños se encontró una prevalencia de las enfermedades dada en su mayoría por entidades infecto-contagiosas como el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 50%; la enfermedad diarréica aguda y las infecciosas de piel, con el 8% para cada una; y las infecciones respiratorias (IRA) con el 4%. Las enfermedades carenciales, como la anemia ferropénica la cual se encontró con 8% dentro de esta población, son de tener en cuenta, así como otras patologías de menor frecuencia como el hemangioma cavernoso, otras anemias, el onfalocele, y el labio y/o paladar hendido.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Toxoplasmosis

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 80% 20% 0% 12.5% 5% 2.5%

Vacunación entre 0 y 15 años

Si NS/NR No n

Huitoto 24.14% 41.38% 34.48% 29

121

Comunidad GUAYABERO de Barrancón

Breve reseña etnográfica. Los indígenas GUAYABERO se localizan sobre la margen del río Guaviare y de sus afluentes, hacia abajo de San José del Guaviare. Según el censo realizado por el DNP en 1989, suman un total de 1.345 personas, de las cuales aproximadamente 450 se encuentran ubicadas en la comunidad de Barrancón.

Su organización política interna es arbitraria e impuesta por una tradición hereditaria, sin haber podido establecer programas o algún tipo de coalición dentro de la comunidad. A esto se suman la enajenación cultural que han sufrido por la intromisión de todo tipo de colonos.

Sus viviendas son construidas con paredes de madera o zinc y pisos de tierra o palma de chonta. En medio del hacinamiento, comparten su dormitorio con la cocina. Carecen de acueducto y de un sistema de manejo de basuras y excretas. Reciben el agua contaminada del río Guaviare luego de haber pasado por San José del Guaviare.

Su principal actividad económica es la agricultura de subsistencia; siembran yuca amarga y dulce, plátano, maíz, cacao, caña de azúcar, papaya, mango, ají y hortalizas. Igualmente, cazan venados, armadillos, saínos, chigüiros, lapas y micos. La actividad pecuaria no se ha podido desarrollar por la ausencia de capacitación y de programas acordes con su cultura y con las características de la zona. La pesca es deficiente debido a la falta de conocimiento de su explotación y a la intromisión de los colonos devastando la fauna natural, tanto por el uso de métodos inadecuados para la región (redes y dinamita), como por la contaminación que han llevado a los ríos.

Ubicación y acceso. La comunidad GUAYABERO de Barrancón está ubicada a pocos kilómetros de la capital del departamento del Guaviare, San José del Guaviare. A San José se llega por vía aérea o terrestre desde la ciudad de Bogotá dirigiéndose hacia el suroriente colombiano en el límite de la llanura con selva amazónica.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 70 indígenas GUAYABERO distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 23.83 18.47 20.99

Desviación Estándar 18.39 17.68 18.11

Niños Adultos Total

122

Razón por sexo 179 78 112

Morbilidad. Esta es una de las comunidades con problemas en salud más importantes. Las patologías más frecuentes la describen como una población donde las enfermedades infecto-contagiosas son las predominantes. El poliparasitismo intestinal (PPI), con una prevalencia de 32% en toda la población y 43% en niños, deja ver como el agua de consumo que utilizan está contaminada de manera importante, ya que recibe los deshechos de la mayoría de los habitantes de la ciudad de San José del Guaviare. Otra patología crítica es la tuberculosis (TBC) que demuestra el hacinamiento en las viviendas. Las infecciones respiratorias (IRA) van desde simples procesos gripales hasta neumonías bacterianas severas. En los niños se encuentran otras patologías infecciosas como dermatomicosis que afectan a infantes de todas las edades.

Servicios de salud. Existe en la comunidad un promotor de salud vinculado al servicio de salud del Guaviare. En alguna ocasión existió un puesto de salud que fue destruido y a la fecha (1993) se encuentra abandonado. La consulta del promotor se hace en su casa o en la escuela. En la comunidad disponen de una lancha con motor fuera de borda, una bomba de agua y unos instrumentos mínimos de trabajo. Los cuidados secundarios de salud son provistos por el Hospital de San José a unos 40 minutos en bote de Barrancón.

123

Diagnóstico de enfermedades Inmunoprevenibles

Toxoplamosis

No. Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 15% 85% 22.5% 30.0% 20.0% 12.5%

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Guayabero 20 0 20 0 100 13 7 65 35 17 3 85 15

Comunidad Murui-Muinane de Jiri-jiri

Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 116 indígenas distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 20.02 22.13 21.10

124

Desviación Estándar 17.61 19.04 18.31

Niños Adultos Total

Razón por sexo 100 111 105

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 128 100 112

Morbilidad. La población total analizada constaba de 116 individuos, compuesta por 30 hombres, 26 mujeres y 60 niños. La entidad de mayor prevalencia dentro de esta población fueron las infecciones respiratorias (IRA) seguida por el poliparasitismo intestinal (PPI), las cuales tenían una prevalencia del 21% y del 10%, respectivamente. Dicha distribución se basó principalmente en los hallazgos encontrados dentro de la población infantil, en donde las infecciones respiratorias (IRA) tenían una prevalencia del 39%, y el poliparasitismo intestinal (PPI) se encontraba con el 11%. En las poblaciones adultas, dentro del grupo femenino se encontró una prevalencia del 11% para cada una de las entidades citadas, mientras que en el grupo de hombres fue del 9% para el poliparasitismo intestinal (PPI) y 6% para las infecciones respiratorias (IRA).

Otras entidades encontradas con menor frecuencia en la población general fueron las anemias (6%), y con el 3% la osteoartritis degenerativa (OAD), la enfermedad ácido péptica (EAP), el paludismo, la enfermedad diarréica aguda (EDA), el dolor lumbar y las cefaleas.

En la población adulta masculina se encontró una prevalencia individual del 9% para cada una de las siguientes entidades: paludismo, osteoartritis degenerativa (OAD), dolor lumbar, tuberculosis (TBC), y como se mencionó antes, el poliparasitismo intestinal (PPI). También se encontraron, con el 6% para cada una, la hernia supraumbilical, las infecciones de piel, las anemias y las infecciones respiratorias (IRA).

Las mujeres mostraron una alta frecuencia de anemias (14%), seguida por el poliparasitismo intestinal (PPI) y las infecciones respiratorias (IRA), cada una con el 11%. También se ven las cefaleas con el 8%, y la enfermedad ácido péptica (EAP), las lesiones de piel y la osteoartritis degenerativa (OAD), con el 5 % para cada una.

En cuanto a la población infantil, las entidades con mayor prevalencia, como ya se vio, fueron las infecciones respiratorias (IRA) y el poliparasitismo intestinal (PPI). Otras patologías encontradas con relativa frecuencia fueron la enfermedad diarréica aguda (EDA) con el 5%, y con el 3% las anemias y las infecciones de vías urinarias (IVU).

125

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Vacunación entre 0 y 15 años

Si NS/NR No n

Murui-Muinane 51.43% 18.57% 30% 70

LOS NUKAK-MAKÚ

Breve reseña etnográfica. Los NUKAK son un grupo indígena nómada, que ocupa una amplia región del departamento del Guaviare; la estimación del número de la población total es difícil debido a su carácter ambulante.

El grupo con el cual la Expedición humana pudo hacer contacto se encontró a dos horas de la población colona de Charrasquero en el departamento del Guaviare. Los asentamientos que utilizan provisionalmente se conforman en áreas que limpian con machete y en donde posteriormente construyen una vivienda provisional con hojas de platanillo, debajo de las cuales guindan sus chinchorros.

Su sistema de vida nómada ha condicionado diversos medios de subsistencia y aprovechamiento de recursos naturales. Son recolectores de frutos y semillas silvestres, los cuales son la base fundamental de la dieta, la que se complementa con la caza de animales y la pesca.

Ubicación y acceso. Por vía aérea o terrestre se llega a San José del Guaviare, capital del departamento del Guaviare. Luego, por vía fluvial, río Guaviare abajo, hasta el caserío de Charras, de donde se interna hacia el sur hasta Charrasqueras en el pie de selva del Guaviare.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 22 indígenas Nukak distribuidos de la siguiente manera:

126

0-4 5-9 10-14 15-20 20-24 TOTAL Años

HOMBRES 1 2 3 6 2 14

MUJERES 0 0 1 5 2 8

TOTAL 1 2 4 11 4 22

Demografía. La comunidad NUKAK estudiada no se ajusta a las características de las demás poblaciones debido al reducido número de individuos de la muestra y a la dificultad del acceso a dicha comunidad. Llama la atención lo joven de la población general, que, aun para un grupo nómada aislado, no presenta ningún individuo mayor de 24 años de edad con una edad media de 15 años. Lo mismo aplica para la comunidad Cuna de Arquía con una edad media de 17 años.

Mujeres Hombres Total

Edad Media 17.88 13.79 15.27

Desviación Estándar 2.95 6.27 5.59

Niños Adultos Total

Razón por sexo 600 114 175

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 14 75 47

Morbilidad. En esta muestra encontramos que el 57% de la población son sintomáticos respiratorios (IRA), de los cuales el 66.7% de ellos tienen diagnóstico presuntivo de tuberculosis (TBC). Las posibilidades de este hallazgo fueron estudiadas mediante coloraciones para bacilos ácido-alcohol resistentes, y características genéticas que puedan predisponer a este grupo étnico a estas enfermedades, ya que la diferencia con la prevalencia de las siguientes entidades patológicas, dadas por el hirsutismo, el acné y los síndromes dismorfogenéticos (4% para cada una), es bastante significativa.

127

LOS PAEZ

Breve reseña etnográfica. Tierradentro, el lugar de vivienda de los indígenas PAEZ, se encuentra ubicado en la vertiente oriental de la cordillera central, en el departamento del Cauca. Según el censo del DNP de 1989 suman un total de 94.670 personas de las cuales 1.570 viven en la región de Pisimbalá.

Habitan en pequeños ranchos aislados y dispersos en las faldas escarpadas de la cordillera. La vivienda indígena tradicional consta de una sola habitación de planta rectangular, paredes de caña entretejida, piso de tierra pisada y cocina dentro de ella. Además de este tipo de vivienda se encuentran otras que tienden a asimilarse al tipo de vivienda media del colono. En San Andrés de Pisimbalá existe un acueducto con aguas sin tratar.

Los PAEZ son un pueblo básicamente agrícola con una economía de autoconsumo caracterizada por el policultivo a pequeña escala. El maíz es el eje principal de su economía agrícola aunque también cultivan papa, ulluco, habas, arvejas, fríjol, plátano, yuca, coles, café, caña y fique. Algunas familias crían ovejas, cerdos, caballos y vacas.

Su unidad básica social y económica es la familia compuesta por el padre, la madre y los hijos solteros que forman a su vez nuevos matrimonios de acuerdo a una libre elección de su pareja.

Comunidad PAEZ de Pisimbalá

Ubicación y acceso. Para llegar a esta comunidad PAEZ desde Bogotá, hay que viajar por vía terrestre hasta Neiva y continuar hacia el sur hasta la población de la Plata. De allí se encamina en dirección al occidente hasta la población de Pisimbalá.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 876 indígenas PAEZ distribuidos de la siguiente manera:

128

Mujeres Hombres Total

Edad Media 23.35 21.86 22.67

Desviación Estándar 18.57 19.33 18.92

Niños Adultos Total

Razón por sexo 100 70 83

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 83 122 99

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) se presentó con una prevalencia del 28% entre la población general, seguido por una amplia diferencia por las infecciones respiratorias (IRA) con el 6%, las cefaleas y las infecciones de piel con el 5%, la escabiosis con el 4%, y con el 3% las infecciones de vías urinarias (IVU), la enfermedad ácido péptica (EAP) y el dolor lumbar.

El poliparasitismo intestinal (PPI) se encuentra afectando un 14% de la población adulta masculina, un 15% de la población adulta femenina y un 44% de la población infantil. En cambio, las infecciones respiratonas (IRA) se encontraron en el 4% para los hombres, un 5% para la población adulta femenina y un 9% para los niños.

129

Dentro de los grupos de adultos se observó, para los hombres un 3% de hipertensión (HTA) y para las mujeres un 2%, lo cual no es lo común dentro de las poblaciones indígenas del país.

Para el grupo de los hombres, la segunda patología más frecuente fue el dolor lumbar, seguida por la enfermedad ácido péptica (EAP), las infecciones de piel y las infecciones respiratorias (IRA). Otras entidades encontradas fueron las cefaleas y las infecciones de vías urinarias (IVU), aunque en menor proporción.

En el grupo femenino prevaleció el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 15%, seguido de las cefaleas con el 9%. Luego, vienen las infecciones respiratorias (IRA), las infecciones de piel, las de vías urinarias (IVU) y la enfermedad ácido péptica (EAP), con el 5% de prevalencia para cada una.

El poliparasitismo intestinal (PPI) es el diagnóstico más frecuente dentro de la población infantil, seguido por las infecciones de piel con el 13%, y las infecciones respiratorias (IRA). En menor escala se observaron entidades tales como las cefaleas, la enfermedad diarréica aguda (EDA) y otras enfermedades de piel.

Servicios de salud. En San Andrés de Pisimbalá se encuentra un centro de salud, atendido por una auxiliar de enfermería. La dotación es mínima, pero tiene comunicación por radio con el hospital de Inzá. El centro dispone de una botica comunal. Igualmente se dispone de una ambulancia donada al cabildo y manejada por el mismo. Quincenalmente, un médico del Hospital de Inzá se traslada a Pisimbalá para la consulta. El odontólogo visita esporádicamente el centro. La promotora de salud es ampliamente aceptada y atiende, igualmente, en el centro de salud.

130

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Paez 13.57% 28.96% 57.47% 221

LOS GUAMBIANO

Breve reseña etnográfica. Los GUAMBIANO habitan en el lado occidental de la cordillera central en el noroeste del departamento del Cauca, a orillas del río Piendamó. De lo que era su territorio sólo queda una pequeña parte que corresponde a los resguardos de Guambía y Quisgo en donde habitan 11.380 personas según el censo del DNP de 1989. Como muestra de su interés por demostrar su importancia, han organizado numerosos comités con diversos fines como el desarrollo de sus artesanías, cultura y salud, corroborando así una gran capacidad de concertación y voluntad de progreso.

Habitan en veredas en donde se reúnen varias familias. Cada familia ocupa una parcela donde ubica su vivienda, la cual consiste en casas de bloque de adobe, con techos de paja o tejas sintéticas y pisos de tierra pisada o cemento; con letrinas o baños que vierten sus aguas al río. Por lo general en las veredas hay luz, teléfono y carreteras.

La economía es básicamente agrícola. Cultivan gran variedad de productos gracias a la existencia de pisos térmicos. En las partes bajas se cultiva principalmente el maíz, mientras que en las altas predomina la papa. Algunas personas tienen ganado con una muy buena producción lechera.

Comunidad GUAMBIANO de Guambía

Ubicación y acceso. Por vía terrestre, en la carretera entre Popayán y Cali, se desvía hasta la población de Silvia en el Cauca.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 747 indígenas GUAMBIANO distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 24.02 21.45 22.95

Desviación Estándar 18.07 19.87 18.87

131

Niños Adultos Total

Razón por sexo 96 56 72

Morbilidad. Los dos diagnósticos principales en esta comunidad fueron el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 12% y la infección respiratoria aguda (IRA) con el 11%; diagnósticos que caracterizan a poblaciones de comunidades del tercer mundo. Ambas patologías de origen infeccioso tienen que ver claramente con el manejo de las excretas y la dificultad en la prevención de las infecciones respiratorias. El dolor lumbar tiene una alta prevalencia (10%), y unido al compromiso muscular representado en los síndromes miofaciales, hace pensar en posturas inadecuadas en el trabajo o en el estudio.

En hombres hay que destacar un 3% de personas con diagnóstico de hipertensión arterial (HTA), enfermedad poco común en comunidades indígenas que nos podría estar hablando de cambios importantes en la dieta o mezclas raciales cercanas.

La característica principal de los diagnósticos realizados en niños es la gran prevalencia de enfermedades infecciosas en tracto respiratorio (IRA) (20%), piel (7%), intestino (7%), y tracto urinario (IVU) (2%).

132

Servicios de salud. La comunidad de Guambía cuenta con dos promotoras de salud, dispuestas en dos centros los cuales fueron construidos recientemente, pero están pobremente dotados. El servicio médico es prestado por un médico rural ubicado en Silvia que viaja a la región de acuerdo a una programación previa. En Silvia hay un hospital local, que presta los servicios de urgencias, consulta externa, hospitalización y laboratorio clínico. Hay dos ambulancias en la región.

LOS CUNA

Breve reseña etnográfica. Los CUNA ocupan la región del Darién en Urabá. Están localizados básicamente en dos comunidades: Arquía y Caimán Nuevo. La primera se encuentra al norte en el departamento del Chocó, muy cerca a la frontera con Panamá, y la segunda en la costa occidental del Golfo de Urabá en el departamento de Antioquia.

Según el censo del DNP de 1989 suman un total de 609 personas distribuidos así: 350 en Caimán Nuevo y 259 en Arquía y otros lugares.

La principal actividad de los CUNA es la horticultura. Para preparar la tierra para sus cultivos usan el sistema de tala y quema, y luego cultivarán principalmente maíz, arroz, cacao, caña de azúcar, plátano y yuca dulce. Su economía está complementada por la pesca de río o de mar.

La unidad social primaria está formada por una pareja, sus hijos e hijas solteros, y sus hijas casadas con sus esposos y descendientes. Esta familia ocupa una o dos viviendas rectangulares donde pueden vivir hasta 40 personas.

Comunidad Cuna de Caimán Nuevo y Comunidad Cuna de Arquía

Ubicación y acceso. Estas dos comunidades están frente a frente en el Golfo de Urabá. Para llegar a ellas se viaja por vía aérea hasta las poblaciones de Turbo o Necoclí en el Urabá antioqueño. Luego, por vía terrestre, a 20 minutos de cualquiera de estos dos poblados, se encuentra la comunidad de Caimán Nuevo. Para llegar hasta Arquía se cruza el golfo hasta el Urabá chocoano en una lancha rápida de motor.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 196 indígenas Cuna de Caimán Nuevo distribuidos de la siguiente manera:

133

Mujeres Hombres Total

Edad Media 21.12 18.54 20.01

Desviación Estándar 18.79 16.32 17.78

Niños Adultos Total

Razón por sexo 85 67 75

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 96 120 106

Características en Salud. Se analizaron 194 individuos; 40 hombres, 58 mujeres y 96 niños. La entidad de mayor prevalencia fue el poliparasitismo intestinal (PPI), equitativamente distribuido entre los grupos de la población (23% hombres, 30% mujeres, y 27% de niños). Fue seguido por el paludismo con compromiso de un 17% de la población, afectando principalmente niños (21%) y mujeres (14%), y por último los hombres (9%).

La infección respiratoria aguda (IRA) se manifestó en el 8% de la población total, reflejo de un 15% de la población infantil, que junto con la enfermedad diarréica aguda (EDA), con un 2% de la población general y un 3% de los niños, constituyen las dos entidades que más afectan a la población infantil. Las entidades que predominan particularmente sobre la población adulta son la cefalea, con 11% de los hombres y 6% de las mujeres, y la enfermedad ácido péptica (EDA), con el 5% y el 8% de hombres y mujeres afectados, respectivamente. Cada una de dichas entidades se encuentran con el 4% dentro de la población general.

134

Las infecciones de la piel se encontraron en el 3% de la población total, afectando a los adultos hombres y a la población infantil principalmente con un 4 y un 3%, respectivamente.

De las entidades restantes, la dismenorrea con un 2% y la infección de vías urinarias (IVU) con un 1% de la prevalencia dentro de la población general, son las de principal compromiso en la población femenina tanto adulta como infantil.

Afectando exclusivamente la población femenina adulta se encontraron la osteoartritis degenerativa (OAD), las leucorreas y la tuberculosis (TBC), todas con un 2%.

En la población masculina, con un 4%, se destacan el dolor lumbar y otras enfermedades de la piel.

Servicios de salud. En la región hay un puesto de salud con la dotación básica para trabajar. Al momento de nuestra visita no había promotor de salud. Cada quince días se realizan en la comunidad brigadas de salud a cargo del personal del hospital local de Necoclí.

Hay acceso a los hospitales de Turbo y Necoclí.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 110 indígenas Cuna de la comunidad de Arquía distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 17.9 14.9 16.56

Desviación Estándar 17.12 17.4 17.23

Niños Adultos Total

135

Razón por sexo 113 48 80

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 97 227 139

Morbilidad. En la población total se encuentran como primeros diagnósticos el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 29%, las infecciones respiratorias agudas (IRA) con el 6%, y la tuberculosis (TBC) con el 5%; siguiendo una distribución similar a la de las poblaciones predeterminadas, y a lo esperado para el total de la población colombiana.

Con el 2% para cada una, se encuentran la enfermedad diarréica aguda (EDA), el paludismo, las cefaleas, el síndrome miofacial y las infecciones de piel.

En la población de hombres, las entidades prevalentes fueron el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 16% y la tuberculosis (TBC) con el 11%, al igual que el síndrome miofacial, los traumas, y las infecciones de piel.

En el grupo de mujeres se identificó al poliparasitismo intestinal (PPI) como la entidad más prevalente (30%), seguida por patologías tales como la tuberculosis (TBC), y la cefalea con el 5%. Otras entidades, con prevalencias del 3% para cada una, fueron el paludismo, las anemias, la enfermedad ácido péptica (EAP) y la insuficiencia vascular. En este grupo se vio una frecuencia de embarazos del 12%.

Las principales patologías encontradas dentro del grupo infantil fueron el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 31%, y las infecciones respiratorias (IRA) con el 11%. Con mucha menor frecuencia se encontró la enfermedad diarréica aguda (EDA), la tuberculosis (TBC), el paludismo y las conjuntivitis.

136

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Tule 49 4 45 8 92 1 48 2 98 8 41 16 84

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Cuna 63.55% 27.10% 9.35% 107

Cuna-Arquía 1.52% 96.97% 1.52% 66

LOS CHIMILA

Breve reseña etnográfica. Hoy en día el territorio donde se localizan los principales grupos CHIMILA se ubica en las llanuras centrales de los departamentos del Magdalena y del Cesar, bañadas por el río Ariguani y sus afluentes.

Según el censo del DNP de 1989, las personas que componen esta etnia suman un total de 650, que se ubican en su totalidad en el corregimiento de San Ángel.

Ante la pérdida de sus tierras los CHIMILA se ven obligados a pedir permiso a los nuevos dueños para construir sus viviendas y preparar las zonas agrícolas para cultivar la tierra; viven de finca en finca buscando trabajo y un pedazo de terreno.

137

Han perdido casi todos los elementos tradicionales, incluyendo la lengua. La descomposición social es evidente y la salud muestra las condiciones difíciles y precarias de vida en que actualmente se encuentran.

Comunidad Chimila de San Ángel

Ubicación y acceso. Esta población se halla situada en las sabanas del Magdalena. Se accede desde Santa Marta por vía terrestre hasta la población de Fundación y de allí hacia el occidente hasta San Ángel (Magdalena).

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 115 indígenas Chimila distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 21.74 17.3 19.97

Desviación Estándar 17.08 13.47 15.82

Niños Adultos Total

Razón por sexo 78 60 67

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 77 84 80

Morfología. La entidad de mayor prevalencia entre la población general fue el poliparasitismo intestinal (PPI) con un 23%, influyendo sobre todos los grupos poblacionales, pero principalmente a la población infantil con un 45% de niños afectados

138 frente a un 4% de hombres y un 4% de las mujeres. Llama la atención la prevalencia del prúrigo actínico con un 8%, reflejo del compromiso en la población adulta principalmente, afectando al 4% de los hombres y al 20% de las mujeres. También, con un 8% de la población general afectada, está la infección respiratoria aguda (IRA) comprometiendo principalmente a los hombres con un 8% y a la población infantil con un 14%. En la población general, la cefalea y la enfermedad ácido péptica (EAP) se presentaron cada una con un 3%, y se situaron dentro de las entidades con mayor prevalencia entre las poblaciones adultas; la cefalea se presentó principalmente en los hombres afectando a un 13%. La enfermedad ácido péptica (EAP) se distribuyó entre hombres y mujeres, contribuyendo con un 8% y un 4%, respectivamente.

También, con una frecuencia del 3%, se encontró el dolor lumbar y las enfermedades infecciosas de la piel, ambas producto del mayor compromiso entre los hombres que en el resto de los grupos. De estas, hay que destacar que el dolor lumbar es el diagnóstico más frecuente en la población adulta masculina, presente en el 17% de los hombres, y las enfermedades infecciosas de piel con un 4%.

Entre las entidades restantes en la población adulta masculina se destacan el síndrome convulsivo, la hernia inguinal, el traumatismo de cadera y pierna y la osteocondritis, con un 4 % para cada una.

En la población adulta femenina se ve la mayor frecuencia de las infecciones de vías urinarias (IVU) con un 4% de la población afectada; y en la población infantil la anemia, la dacrioestenosis, las secuelas de fiebre reumática, la fiebre reumática con complicaciones cardíacas, los abscesos, el pie plano, las adenopatías, la toxoplasmosis congénita y otras alteraciones en piel, con una prevalencia del 2% cada una.

Servicios de salud. No hay promotor de salud en esta comunidad. Hay puestos de salud en San Ángel y la Gloria.

139

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Toxoplasma

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 12.5% 87.5% 10% 7.5% 35% 35%

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Chimila 62 0 62 0 100 0 62 0 100 3 59 5 95

Hepatitis D

Portador % Comunidad n AntiHD HBsAg AntiHBsAg

Chimila 63 0% 0% 0%

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Chimila 0.77% 99.23% 0.00% 130

LOS WAYUU

Los indígenas WAYUU habitan la Península de la Guajira en el norte de Colombia en la Frontera con Venezuela, en una llanura con una topografía bastante uniforme, cuyas alturas no sobrepasan los 900 metros sobre el nivel del mar. El terreno es árido, con pocos arroyos.

140

Las lluvias son escasas, mientras que la temperatura en promedio es de 280C. Su actividad económica principal es el pastoreo y los escasos cultivos caracterizan las temporadas lluviosas.

Las estimaciones respecto a las poblaciones indígenas Wayuu son bastante disímiles. Vergara González calcula entre 40.000 y 80.000 individuos, mientras que el DPN la reporta como de 80.267 individuos distribuidos en 16.028 familias. De estos la gran mayoría habitan en la alta y media Guajira (68.000).

Comunidad Wayuu de Sucaramana

Ubicación y acceso. Luego de llegar por vía aérea a la ciudad de Riohacha se encamina por vía terrestre hacia el noroccidente en el extremo norte de Colombia. Después de pasar por las poblaciones de Uribia y Manaure, se llega a los caseríos de Sucaramana y Carrizal.

Demografía de Sucaramana. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 280 indígenas Wayuu distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 27.18 21.85 25.14

Desviación Estándar 24.03 24.84 24.44

Niños Adultos Total

Razón por sexo 94 43 62

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 101 196 130

141

Demografía de Carrizal.

Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 44 indígenas Wayuu distribuidos de la siguiente manera:

Rango Edad 0-4 5-9 20-24 25-29 30-34 40-44 70-74 40-44

MUJERES 3 3 3 2 1 4 1 4

HOMBRES 2 4 12 3 1 3 2 3

Mujeres Hombres Total

Edad Media 25.33 25.06 25.23

Desviación Estándar 17.62 19.82 18.27

Niños Adultos Total

Razón por sexo 100 52 63

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) fue la entidad con mayor prevalencia dentro de la población general con el 25%, comprometiendo a todos los grupos poblacionales (presente en un 20% de hombres, 18% de mujeres y 32% de niños).

Fue seguida por la infección respiratoria aguda (IRA) con 3%, y la enfermedad diarréica aguda (EDA) con un 7%; ambas producto principalmente de la prevalencia en la población infantil, donde la infección respiratoria aguda (IRA) estuvo presente en el 27% de los niños, y la enfermedad diarréica en el 12% de los mismos. En cuanto a las mujeres, éstas tuvieron prevalencias del 2% para ambas patologías.

La enfermedad ácido péptica (EAP), la osteoartritis degenerativa (OAD) y las anemias se presentaron con una prevalencia del 4%. La enfermedad ácido péptica (EAP) estuvo presente en el 5% de la población adulta masculina, y en el 9% de la población femenina adulta. La osteoartritis degenerativa (OAD) se presentó en el 9% y el 8% respectivamente.

Llama la atención que el diagnóstico de anemia estuvo presente en todos los grupos poblacionales, con un 5% en hombres, un 4% en mujeres y un 4% en niños.

142

En las entidades restantes cabe resaltar la infección de vías urinarias (IVU) con un 3%, y la cefalea con un 2% de la población general afectada. Ambas entidades afectando principalmente a la población adulta femenina, con un 7% para la infección de vías urinarias (IVU) y un 5% para la cefalea.

Dentro de la población adulta masculina cabe destacar el dolor lumbar con un 9%, y la tuberculosis (TBC), la radiculopatía y el síndrome miofacial con un 5%, cada una.

En la población infantil las enfermedades infecciosas de la piel mostraron un 4% de afectados. La deshidratación (DHT), la infección de vías urinarias (BTU) y el hidrocele se presentaron con un 1% de niños afectados.

Cuidadores. El cuidado de la salud en estas comunidades se encuentra a cargo de las mujeres, el Piache, los médicos Guajiros y los Vendedores de medicinas guajiras. El Piache es una mujer de experiencia en los rezos y aseguranzas que realizan una conexión con los espíritus. Los médicos guajiros utilizan hierbas del lugar para hacer curaciones y además se encargan de ayudar a conseguir marido entre los pobladores. Los vendedores de drogas guajiras recorren el extenso territorio guajiro vendiendo sus medicinas a las personas de bajo poder adquisitivo. Los Guajiros de alto nivel económico consultan las clínicas y hospitales de las ciudades venezolanas o colombianas cercanas.

Servicios de salud. En la alta Guajira no hay ningún tipo de infraestructura para la atención en salud. En Bahía Portete hay una promotora de salud que es la única persona del servicio de salud, pero está asignada a las 183 familias de Portete y realiza sus labores desde la casa. Lleva a cabo el programa de vacunación desde hace más de nueve años. Ocasionalmente se realizan brigadas de salud en Sucaramana. Hay acceso al hospital de Puerto Simón Bolívar y a los de Uribia y Maicao.

143

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Wayuu 39 1 38 3 97 4 35 10 90 3 36 8 92

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Wayuu 9.90% 85.15% 4.95% 101

LOS ARHUACO

Los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta se encuentran distribuidos en un área de aproximadamente 16.400 Km2 con diversos pisos térmicos que van desde el nivel del mar hasta las nieves perpetuas, y que se encuentran bañados por numerosas fuentes de agua. La vegetación es, en su mayoría, de bosque húmedo tropical. Se reconocen cuatro grupos con su propio territorio y lengua, pertenecientes a la misma familia lingüística: la Chibcha.

La Gran Expedición Humana visitó a los ika, grupo homogéneo que vive en la vertiente meridional de la sierra con capital en Nabusimake a una altura de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Su población ha sido estimada en 9.394 individuos, distribuidos en 1.873 familias. Al parecer muestran una tendencia demográfica estable y ese dato poblacional podría estar subestimado.

Comunidad Arhuaco de Simonaura y Nabusimake

Ubicación y acceso. Desde la capital del Cesar (Valledupar) se dirige por vía terrestre hacia el occidente, iniciando el ascenso a la población de Pueblo Bello en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. De allí, se inicia un penoso ascenso terrestre hasta el sitio conocido como "Las Cuevas" donde se asienta la comunidad Arhuaco de Simonarua. Por la misma vía se continúa subiendo hasta una zona de páramo, para llegar al caserío de Nabusimake.

144

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 464 indígenas Arhuaco distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 21.75 18.06 20.17

Desviación Estándar 15.88 17.03 16.46

Niños Adultos Total

Razón por sexo 105 57 75

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 63 116 82

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) presentó un 15% de prevalencia entre la población general, afectando un 19% de la población adulta masculina, un 9% de la población adulta femenina y un 21% de la población infantil. Esta entidad fue seguida por la infección respiratoria aguda (IRA) con un 8%, que afectó al 3% de los hombres, 4% de las mujeres y 14% de los niños. El poliparasitismo intestinal (PPI), la infección respiratoria aguda (IRA) y la enfermedad diarréica aguda (EDA) se constituyeron, con un 8%, como las entidades de mayor prevalencia en la población infantil.

Después del poliparasitismo intestinal (PPI) y la infección respiratoria aguda (IRA), se encontró a la cefalea (6%) y el dolor lumbar (5%) como las entidades más frecuentes entre la población adulta, afectando a los hombres en un 7% y 5%, respectivamente, y en las mujeres con 8% y 10%, respectivamente. Entre las mujeres se encontró la leucorrea no clasificada con un 6%, la enfermedad ácido péptica (EAP) con un 5%, la dismenorrea con un 4% y la infección de vías urinarias (BTU) con un 3% de afectadas.

145

Las enfermedades infecciosas de la piel están presentes en el 4% de la población general, afectando el 5% de los hombres y al 60/o de los niños. Entre la población adulta masculina cabe resaltar a la fiebre reumática con complicaciones cardíacas, la tuberculosis (TBC) y la hernia inguinal, cada una con un 2% de individuos afectados. En la población infantil, las entidades restantes están representadas por la hiperreactividad bronquial con un 3%, la cefalea con un 2%, y la hipoacusia y las anemias con un 1% cada uno.

Servicios de salud. En la región de Simonarua hay un puesto de salud al lado de la sede del cabildo gobernador, construido por el Servicio Seccional de Salud del Cesar; el cual está relativamente abandonado, sin dotación ni medicamentos. En Pueblo Bello hay un hospital de construcción reciente, con dos quirófanos, pero sin dotación ni planta eléctrica. Este hospital cuenta con un médico rural, un odontólogo rural, auxiliar de odontología, dos auxiliares de enfermería y cinco promotores. Hay además en la región una enfermera de apoyo para el desarrollo de la comunidad, cargo desempeñado por una profesional Arhuaca, especializada en desarrollo rural.

Cuidadores. La persona encargada de definir la salud de la comunidad arhuaco es el Mamo. Manejan, no sólo la salud física sino la armonía social y espiritual de la comunidad. Son médicos tradicionales, jefes y sacerdotes al mismo tiempo. El Mamo realiza ritos especiales que curan al enfermo de los pecados cometidos convertidos en enfermedades. Además existen parteras y auxiliares de enfermería que asisten al cuidado de la salud de la población.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Toxoplasma

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 2.5% 97.5% 10% 22.5% 35% 30%

146

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Arhuaco 184 11 173 6 94 55 129 30 70 60 124 33 67

Hepatitis D

Portador % Comunidad n AntiHD HBsAg AntiHBsAg

Arhuaco 185.00% 2.70% 4.90% 0%

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Arhuaco 54.69% 32.81% 12.50% 192

LOS K0GI

Los KOGI son otro de los grupos indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta; son los que más han conservado sus características y los que menor contacto han tenido con la población ajena a su grupo. Este distanciamiento de los colonos ha determinado su desplazamiento progresivo a regiones más altas y boscosas, caracterizadas por gran precipitación pluvial (ICAN 1987).

Su población ha sido estimada en 2.443 individuos de acuerdo al censo nacional de 1980, pero por su aislamiento geográfico y cultural se estima que la población podría ser mayor. De acuerdo con Botero (ICAN 1987) la mortalidad infantil es alta, debido principalmente a enfermedades broncopulmonares y gastrointestinales, lo que ha determinado una gran discrepancia entre el número de gestaciones y el de hijos vivos (Arango 1989).

147

Comunidad Kogi de Ullimaca

Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 39 indígenas Kogi distribuidos de la siguiente manera. (ver cuadro página siguiente).

Rango Edad 0-4 5-9 10-14 20-24 40-44 70-74

MUJERES 6 7 2 3 0 1

HOMBRES 6 10 1 2 1 0

Mujeres Hombres Total

Edad Media 8.73 11.42 10.04

Desviación Estándar 10.1 16.34 13.39

Niños Adultos Total

Razón por sexo 88 133 95

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 556 526 556

Morbilidad. Las patologías respiratorias (IRA) fueron las entidades de mayor prevalencia dentro de la población general con un 46% de individuos afectados, que comprometió sobre

148 todo a la población infantil en un 43%. Le sigue el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 29%, del cual el 33% se encuentra en el grupo de los niños.

Otras entidades diagnosticadas dentro de la población general fueron la enfermedad diarréica aguda (EDA) con una prevalencia del 7%, las infecciones de vías urinarias (IVU) con el 6%, las infecciones de piel con el 4%, y con el 3% para cada una, la desnutrición (DNT) y la isquemia de miembros superiores.

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Kogui 47 3 44 6 94 6 41 13 87 18 29 38 6

LOS YUKO-YUKPA

Los indígenas Yuko-Yukpa, cuya filiación lingüística es la Caribe, habitan la zona montañosa de la cordillera oriental en la Serranía del Perijá, donde el clima es variado y la vegetación es característica del bosque húmedo subtropical. En esta zona, la tierra es pedregosa, con marcadas pendientes y poco apta para el cultivo. La producción está centrada en la unidad familiar, y los hombres son los encargados de la elaboración de vasijas, armas de cacería, construcción de la vivienda y siembra. La mujer colabora en la siembra y prepara los alimentos.

Su población se encuentra distribuida en la frontera entre Colombia y Venezuela y se ha estimado que aproximadamente viven en nuestro país, en el departamento del Cesar, 416 familias con un total de 2.150 individuos en su mayoría en el área rural de Codazzi (DNP 1989). De acuerdo al ICAN su población total en Venezuela y Colombia es de 2.822 personas, correspondiendo 1.172 de éstas al territorio colombiano.

Comunidad Yukpa-Yuko de la Serranía del Perijá

Ubicación y acceso. A unas dos horas en carro de la ciudad de Valledupar se encuentra la población de Codazzi en el departamento del Cesar. De esta población se enfila hacia el oriente subiendo a la serranía del Perijá hasta el sitio denominado Santa Clara desde donde se domina el resto de caseríos de la comunidad Yuko diseminados por toda la serranía.

149

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 291 indígenas Yukpa-Yuko distribuidos de la siguiente manera (ver gráfico página siguiente).

Mujeres Hombres Total

Edad Media 17.09 19.22 18.2

Desviación Estándar 14.55 15.34 14.98

Niños Adultos Total

Razón por sexo 103 117 110

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 94 88 91

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) fue la entidad con mayor prevalencia con un 34% de la población general afectada, presente principalmente en niños (44%), y afectando en forma similar a hombres (24%) y mujeres (27%). Esta entidad fue seguida por la enfermedad diarréica aguda (EDA) y el dolor lumbar, con un 8% cada una. La primera afectó al 3% de hombres, el 4% de mujeres y el 13% de la población infantil. El dolor lumbar comprometió principalmente a la población adulta siendo después del poliparasitismo intestinal (PPI) la entidad más frecuente, afectando el 14% de los hombres y el 17% de las mujeres. La infección respiratoria aguda (IRA) afecta el 7% de la población, con un 3% de los hombres, un 4 % de las mujeres y un 10% de los niños.

El síndrome miofacial, entidad que afecta particularmente la población adulta, se encontró presente en el 3% de la población general, en el 8% de los hombres y 3% de las mujeres.

150

Fue seguido por las enfermedades infecciosas de piel y la conjuntivitis, con un 2% cada una, y la infección de vías urinarias (IVU) en el 1%. De éstas, las infecciones de piel afectaron particularmente a la población infantil, con el 4% de esta población afectada.

Entre las entidades restantes, en la población adulta se destacan la tuberculosis (TBC) y la hipertensión arterial (HTA), en la población adulta femenina la dismenorrea, la osteoartritis degenerativa (OAD) y el labio/paladar hendido, todos con un 2%. En la población infantil resta destacar la presencia de hernia umbilical en el 2%.

Servicios de salud. En el puesto de salud de Santa Clara hay con frecuencia atención de enfermería provista por una de las Hermanas Misioneras de María que se encuentran en la región. El puesto está, sin embargo, pobremente dotado. Cuando se requieren otros servicios es necesario recurrir a la población de Codazzi.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevisibles

Toxoplasma

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 75% 25% 5% 12.5% 5% 2.5%

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

151

n + - + - + - + - + - + -

Yuko 63 21 42 33 67 17 46 27 73 14 49 22 78

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Yuko 34.18% 38.27% 27.55% 196

LOS INDÍGENAS GUANE

En el departamento de Santander, en la región de Guane, habitan comunidades de indígenas-campesinos descendientes de los indios. En la región se encuentran comunidades dedicadas a las labores del campo, que viven en construcciones de tipo colonial, con los servicios básicos. La mayoría profesan la fe católica y establecen uniones por este rito. El grado de aculturación de esta comunidad es grande, en parte debido al contacto permanente con colonos y turistas.

En la vereda de Butaregua se encuentra una comunidad dispersa que habita en casas de bahareque que carecen de los servicios básicos. La tierra es seca, árida y poco apta para el cultivo. La principal fuente de subsistencia la constituyen los trabajos en fique para la venta en el pueblo.

Ubicación y acceso. Por vía terrestre, en la carretera que va desde Bogotá hacia , se toma el desvío hacia el occidente hasta llegar a la población de . De ahí hasta el caserío de Guane toma aproximadamente 30 minutos en automóvil. Las veredas cercanas, entre las que se encuentra la de Butaregua, se conectan por vías despavimentadas en buen estado.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 210 indígenas Guane distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 26.01 21.37 24.28

Desviación Estándar 21.90 21.67 21.88

152

Niños Adultos Total

Razón por sexo 86 37 59

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) se presentó con una prevalencia del 29% entre la población general; afectando un 17% de la población adulta masculina, un 7% de la población adulta femenina y un 49% de la población infantil.

Esta entidad fue seguida por la cefalea con un 8%, que afecta en su mayoría a la población de adultos hombres (17%), seguido por las mujeres (7%) y los niños (6%).

Luego, siguen las enfermedades respiratorias (IRA), con una prevalencia del 6%, y las infecciones de vías urinarias (IVU) con el 4%. La enfermedad ácido péptica (EAP), la osteoartritis degenerativa (OAD) y las enfermedades de la piel tenían una prevalencia del 3%.

El poliparasitismo intestinal (PPI), la infección respiratoria aguda (IRA) y la cefalea, se encuentran como las entidades de mayor prevalencia en la población infantil; 49%, 8%, y 6%, respectivamente. Así mismo, el poliparasitismo intestinal (PPI) es la entidad con mayor prevalencia dentro de las mujeres, seguido de las infecciones de vías urinarias (IVU) (8%), y la cefalea y la enfermedad ácido péptica (EAP) con el 7%.

Dentro de la población masculina las entidades con mayor prevalencia son la cefalea y el poliparasitismo intestinal (PPI), con el 17% y el 13%, respectivamente. Le siguen el dolor lumbar, la infección respiratoria aguda (IRA) y los traumas de tejidos blandos, con el 8% cada una.

Servicios de salud. Guane dispone de un centro de salud con una auxiliar de enfermería, y Butaregua cuenta con un puesto de salud y una promotora que atiende desde su casa. El personal médico es enviado esporádicamente desde Barichara a realizar brigadas de salud

153 programadas. En Barichara hay hospital local con servicios de urgencias, consulta externa, hospitalización y laboratorio clínico.

Cuidadores. Los cuidadores están representados en una auxiliar de enfermería y en una curandera y partera. La primera se basa en los programas del estado para atender a las personas de la comunidad y atiende en el puesto de salud. La segunda, quien generalmente es la primera en ser consultada, decide si dar tratamiento a las personas o remitirlas al hospital más cercano; cuando trata a la gente usa "medicamentos" extraídos de hierbas cultivadas en su jardín.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativos positivos

40 10% 90% 12.5% 12.5% 22.5% 42.5%

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Guane 25 9 16 36 64 6 19 24 76 9 16 36 64

Vacunación entre O y 15 años

154

Si NS/NR No n

Guane 62.50% 31.82% 5.68% 88

INDÍGENAS DE LOS LLANOS ORIENTALES

Breve etnografía. Los Indígenas de los Llanos Orientales de Colombia se encuentran distribuidos en una planicie de 250.000 Km.2 cubierta por sabanas herbáceas y bosques, y con una rica irrigación aportada por múltiples ríos. La vegetación varía de acuerdo a la localización, como en el piedemonte que está cubierto por una selva muy densa. La región se caracteriza por dos estaciones muy marcadas que determinan los ciclos biológicos (ICAN 1987).

Los Sikuani, denominadas momowi y pertenecientes a la familia Guahibo, comprenden 19.299 habitantes distribuidos en los departamentos de Vichada, Arauca, Meta, Guaviare y Guainía.

La familia Arawak está representada por los Piapoco y los Achagua. Los primeros se encuentran distribuidos en la región entre los ríos Vichada y Guaviare, y constituyen 774 familias con 4.355 habitantes en total.

Los Achagua se encuentran reducidos a grupos pequeños localizados sobre el margen derecho del Alto Meta y comprenden un total de 231 individuos divididos en 36 familias.

La familia Saliva-Piaroa está constituida por los Saliva y Piaroa. Los Piaroa están localizados en su mayoría en Venezuela al margen derecho del río Orinoco, y en menor proporción en Colombia. Su población total en Colombia es de 688 individuos distribuidos en 147 familias (ICAN 1987).

La familia Chibcha se encuentra representada por los Tunebo, habitantes de la Vertiente Oriental de la Sierra Nevada del Cocuy que constituyen 617 familias con 3.651 individuos.

La comunidad Sikuani de Coronto, Yopalito y Walabó está compuesta por 41 familias que integran un total de 239 habitantes; no hay datos confiables respecto al número de habitantes en la comunidad de Ripialito (Arango 1989).

Comunidad Sikuani de Walabó

Ubicación y acceso. Esta comunidad está ubicada en las cercanías de la población de Puerto Gaitán en el departamento del Meta. Por la carretera al Llano se llega a Villavicencio y tomando dirección al oriente, pasando por Puerto López, se llega a la

155 población de Puerto Gaitán en la ribera del río Meta. La comunidad de Walabó se encuentra a 30 minutos en carro por la vía a Orocué.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 263 indígenas Sikuani de Walabó distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 18.24 15.93 17.23

Desviación Estándar 14.99 15.91 15.41

Niños Adultos Total

Razón por sexo 92 65 78

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 95 133 111

Morbilidad. El poliparasitismo intestinal (PPI) fue la entidad de mayor prevalencia dentro de la población general con un 16% de afectados, con compromiso de todos los grupos poblacionales, y predominio en la población infantil (27%), y en mucho menor escala mujeres (6%), y hombres (5%). En la población general, esta entidad fue seguida en frecuencia por la infección respiratoria aguda (IRA) con 7%, y la tasa de embarazos dentro de la población femenina, la cual asciende al 4%; siendo la primera producto principalmente de la prevalencia en la población infantil (11%).

Otras patologías vistas en la población general fueron el dolor lumbar, con una prevalencia del 4%; el paludismo con el 3%, y la tuberculosis (TBC) con el 2%.

156

Dentro de la población adulta masculina cabe destacar el dolor lumbar y la enfermedad ácido péptica (EAP) con un 9% cada una, y el poliparasitismo intestinal (PPI), la tuberculosis (TBC) y las cefaleas con un 5%.

En cuanto a la población femenina, la mayor prevalencia se encuentra en el diagnóstico de embarazo, el cual mostró un 12%, y estuvo seguido por el poliparasitismo intestinal (PPI) con un 6%, al igual que el dolor lumbar. La prevalencia para el paludismo fue del 4% en este grupo poblacional.

Finalmente, la población infantil se caracterizó por una prevalencia alta de enfermedades infectocontagiosas como el poliparasitismo intestinal (PPI) (27%), las infecciones respiratorias (IRA) (11%) y la enfermedad diarréica aguda (EDA), 2%.

Cuidadores. El cuidador principal es el médico tradicional que obtiene su conocimiento del chamán. Este ejerce el diagnóstico y la curación por intermedio de rezos y ritos con algunas plantas psicotrópicas como el yopo. El líder del resguardo también imparte educación a los padres en cuanto a problemas en salud.

Servicios de salud. En este resguardo se preparan personas para el cargo de promotores, pero no tienen remuneración. La atención en salud se hace en el hospital de Puerto Gaitán, donde hay una ambulancia de la que puede disponerse cuando la comunidad lo requiera. Dentro del resguardo no existe ninguna construcción destinada a la atención médica.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

157

Guahibo 55 18 37 33% 67% 10 45 18% 82% 7 48 13% 87%

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Sikuani 53.7% 30.56% 15.74% 108

Comunidad Sikuani de Ripialito

Ubicación y acceso. Este grupo de la comunidad Guahibo se encuentra cerca a la ribera del río Meta a pocos kilómetros del sitio donde se unen los departamentos de Boyacá, Meta y Arauca con la república de Venezuela. La carretera utilizada es la vía que va desde Villavicencio hasta Puerto Carreño. El otro acceso posible es volar hasta la capital del Vichada y por vía terrestre hacia el oriente por la ribera del Meta.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 51 indígenas Sikuani distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 19.54 13.19 16.18

Desviación Estándar 16.85 13.06 15.15

Niños Adultos Total

Razón por sexo 162 55 113

158

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 118 345 200

Morbilidad. Los diagnósticos principales en esta comunidad fueron el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 19%, las cefaleas con el 13% y dolor lumbar con el 6%. También se encontró bocio, enfermedad ácido péptica (EAP) y adenopatías de origen inespecífico, cada una con el 4% de prevalencia. Interesante anotar, con una prevalencia del 2%, la presencia de síndrome hiperquinético, hipoacusia y paludismo.

En hombres hay que destacar un alto porcentaje de personas con dolor lumbar, el cual llega a un 23%, seguido por un 11% para el síndrome miofacial. De igual manera la artritis, la enfermedad ácido péptica (EAP), las cefaleas y el poliparasitismo intestinal (PPI) tienen una prevalencia, dentro de este grupo poblacional, del 11% cada una.

Dentro de las mujeres se encontró una prevalencia de cefaleas del 38%, la cual supera por algo más del doble a la siguiente patología, que es el bocio (15%). Les siguen la enfermedad ácido péptica (EAP) y el dolor lumbar, cada una con el 8%.

La característica principal de los diagnósticos realizados en niños es la gran prevalencia de poliparasitismo intestinal (PPI), el cual asciende al 30%, y es el que más influye en los datos de la población general. Es en esta población infantil donde se vio la mayor frecuencia de síndrome hiperquinético, hipoacusias, paludismo, y anomalías congénitas craneales, con el 3% para cada una de las patologías citadas.

159

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Sikuani-Ripialito 48.84% 46.51% 4.65% 43

Comunidad Piaroa de Sarrapia

Ubicación y acceso. La comunidad de Sarrapia se encuentra cerca a la desembocadura del río Vichada en el Orinoco, en el oriente colombiano. El acceso puede hacerse por vía terrestre en verano desde Villavicencio en un viaje que dura aproximadamente 3 días, o puede intentarse por vía aérea hasta Puerto Inírida, para seguir luego por el río Guaviare hasta el Orinoco para finalmente remontarse por el río Vichada hasta Sarrapia.

Demografía. Los Piaroa de Sarrapia constituyen 36 familias con un total de 165 individuos.

Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 198 indígenas Piaroa distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 20.92 14.16 17.95

Desviación Estándar 18.17 15.54 17.70

Niños Adultos Total

160

Razón por sexo 118 46 78

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 88 250 135

Morbilidad. Los indígenas Piaroa de la comunidad de Sarrapia presentaron como diagnósticos más frecuentes el poliparasitismo intestinal (PPI) (22%), las infecciones respiratorias agudas (IRA) (8%) y las enfermedades diarreicas (EDA) (5%). Esto muestra un compromiso importante con la educación en higiene, manejo de excretas y basuras; además los factores de riesgo para ser afectados por estas infecciones e infestaciones. En hombres y mujeres se destaca la frecuencia de enfermedad ácido péptica (EAP) que normalmente se asocia a estrés, ayunos prolongados, una bacteria llamada Campylobacter pilori o al exceso en el consumo de bebidas alcohólicas. En los adultos se encontraron varios pacientes con paludismo, enfermedad endémica de esta zona de Colombia.

Cuidadores. El cuidado de la salud se encuentra a cargo del médico tradicional o chaman. En el caso de esta comunidad específica el hijo del chamán en proceso de educación, ejerce también el diagnóstico y curación de enfermedades. El manejo está basado en ritos y rezos acompañados con bebidas de hierbas.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Toxoplasmosis

No Casos Casos 16 64 256 1024 Examinados negativo positivos

40 7.5% 92.5% 10% 20% 35% 27.5%

161

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Sikuani-Ripialito 76.00% 13.00% 11.00% 100

Comunidad Curripaco de Samuro

Ubicación y acceso. Para llegar a la comunidad de Samuro hay que transportarse por vía aérea a la ciudad de Puerto Inírida, capital del departamento del Guainía. De allí se remonta por el río Inírida en lancha o bote hasta llegar a dicha localidad situada en la margen derecha del río.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 42 indígenas Curripaco distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 18.11 17.54 17.79

Desviación Estándar 14.68 16.20 15.39

Niños Adultos Total

Razón por sexo 171 109 133

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 64 100 83

162

Morbilidad. En la población total se encuentra como primer diagnóstico el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 39%, dado principalmente por la población adulta masculina (42%) y la población infantil (48%); aunque dentro del grupo de las mujeres este diagnóstico también fue el de mayor prevalencia (27%). Le siguen las cefaleas con el 10%, y las infecciones de vías urinarias (IVU) con el 6%. También se encuentran, con el 5% para cada una, el dolor lumbar y las infecciones de piel. Otras patologías encontradas dentro de esta población fueron la enfermedad diarréica aguda (EDA), el paludismo, y la enfermedad ácido péptica (EAP), las cuales se presentaron con el 3%.

Las principales entidades vistas en hombres adultos, en orden de frecuencia fueron el poliparasitismo intestinal (PPI), seguido por las infecciones de piel, la enfermedad ácido péptica (EAF) y el dolor lumbar, con el 11% para cada una. Menos frecuente, presentándose cada una con una prevalencia del 5%, se encontró la enfermedad diarréica aguda (EDA), la tuberculosis (TBC), el paludismo, las cefaleas y la atrofia testicular.

En el grupo femenino adulto no se ve una correlación entre las entidades vistas en el grupo de hombres. Como se dijo antes, el poliparasitismo intestinal (PPI) fue el diagnóstico de mayor prevalencia. Luego vienen la cefalea con el 16%, y las infecciones de vías urinarias (IVU) y la dismenorrea, con el 11% para cada una. Le siguen en frecuencia, la uretritis, la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) y la artritis, con prevalencias individuales del 5%. La tasa de mujeres en embarazo, al igual que la de los pospartos normales, fue del 5%.

En el grupo infantil prevaleció el poliparasitismo intestinal (PPI). Por un amplio margen, le siguen, compartiendo una prevalencia individual del 9%, las infecciones respiratorias (IRA), las cefaleas y las infecciones de vías urinarias (IVU). También se vieron otras entidades como la enfermedad diarréica aguda (EDA), las enfermedades de piel, aunque en menor proporción. Llama la atención la presencia de diabetes mellitus con prevalencia del 4% en esta población infantil.

Servicios de salud. Existe un puesto de salud, el cual carece de la dotación necesaria para prestar los servicios básicos de control y de urgencias.

163

Cuidadores. La primera persona en ser consultada es el chamán o médico tradicional quien se basa en el uso de hierbas, bebidas y rituales no conocidos. También hay una persona con conocimientos de diferentes aspectos generales de la medicina occidental, el cual se basa en los programas del Ministerio de Salud; es consultado esporádicamente cuando los problemas en salud son más graves. Este último atiende en el puesto de salud ubicado dentro de la comunidad. Los partos son atendidos por las mujeres, las cuales han sido preparadas desde la adolescencia por sus madres para este proceso.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No n

Curripaco 33.33% 61.90% 4.76% 21

LOS PASTO

Los indígenas Pasto Quillacinga Constituyen junto con los Kwaiker, Mallamuez y Colimba la familia Barbacoas, de la gran familia lingüística Chibcha. Habitan en el Macizo Andino en los límites entre Colombia y Ecuador. Su gran grado de aculturación y desempeño en actividades agrícolas los hace pertenecer al grupo considerado población indígena campesina.

La región que habitan es montañosa, con pluviosidad elevada y clima frío. La vegetación es exuberante y cuenta con variadas especies que conforman una unidad de selva pluvial. La población se encuentra concentrada entre 500 y 1.500 metros sobre el nivel del mar (ICAN 1987).

En Colombia se encuentran en el departamento de Nariño distribuidos en 18 comunidades. El total de individuos asciende a 34.426 pertenecientes a 6.866 familias; las comunidades

164 del municipio de Ipiales corresponden a 4.604, las de Túquerres a 2.190 y en Guachucal (comunidades de Guachucal, Colimba y Muellamues) hay 7.446 individuos (Arango 1989).

Comunidad Pasto de Guachucal

Ubicación y acceso. Desde Bogotá se toma la vía panamericana hasta la ciudad fronteriza de Ipiales. De allí por vía pavimentada se toma hacia el norte hasta alcanzar la población de Guachucal. A 15 minutos en automóvil se encuentra la comunidad de Colimba que toma su nombre del volcán inactivo que se encuentra en las cercanías.

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 509 indígenas Pasto distribuidos de la siguiente manera:

Mujeres Hombres Total

Edad Media 27.08 24.24 25.83

Desviación Estándar 20.15 19.85 20.05

Niños Adultos Total

Razón por sexo 98 69 79

Morbilidad. En la población total se encuentra como primer diagnóstico el dolor lumbar con el 12%, dado principalmente por la población adulta masculina (20%) y la población femenina en una menor escala (16%). Le siguen las lesiones de la piel con el 11%, y la cefalea y el poliparasitismo intestinal (PPI), con el 10% cada uno. También se encuentran, aunque en menor medida, la enfermedad ácido péptica (EAP), con el 7% repartido

165 proporcionalmente entre la población adulta masculina con el 10%, y la población femenina con el 12%.

Otras patologías encontradas dentro de esta población fueron las infecciones respiratorias (IRA) con el 6%, que se encuentran representadas proporcionalmente dentro de la población masculina con el 3%, en la población femenina con el 4%, y en los niños con el 9%.

Igualmente, se vio una prevalencia para la población total del 4% para osteoartritis degenerativa (OAD), 3% para las infecciones de piel, y 2% para criptorquidia.

Las principales entidades vistas en hombres adultos, en orden de frecuencia fueron el dolor lumbar (20%), la cefalea (14%), la enfermedad ácido péptica (EAP) con el 10%, y el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 8%. En el grupo femenino de adultos se ve una correlación similar entre las entidades vistas con el grupo de hombres, siguiendo el mismo orden según frecuencia en las tres primeras entidades, con frecuencias respectivas del 16%, 13% y 12%. Para la cuarta entidad se encuentra en este último grupo la osteoartritis degenerativa (OAD) con el 7%.

En el grupo infantil prevalecieron, por un pequeño margen, las enfermedades de piel con el 17%, seguido por el poliparasitismo intestinal (PPI) con el 16%, y más distante las infecciones respiratorias (IRA) con el 9%. También se vieron otras entidades como la enfermedad diarréica aguda (EDA), la criptorquidia y la cefalea, aunque en menor proporción.

Servicios en salud. En Colimba se dispone de un puesto de salud con deficiente dotación. Los cuidados secundarios son provistos en Guachucal y los terciarios en Ipiales. Un médico rural hace consulta cada ocho días en Colimba, Guachucal, Muellamues y Arvela. Hay una auxiliar de enfermería que tiene buenas relaciones con la comunidad y una promotora de salud que atiende las veredas de Chapud, Chimangual, Quetambo, Colinda y Cascajal.

166

Cuidadores. La población en general trata las enfermedades leves, así como el poliparasitismo intestinal (PPI) con plantas medicinales y medidas caseras, las cuales están hechas por las madres y las mujeres.

En el centro de salud se encuentran la promotora de salud y el auxiliar de enfermería. La primera perteneció a la comunidad de los Pasto, y fue preparada en técnicas occidentales de atención en salud primaria, así como en la enseñanza y prevención en la misma área.

El auxiliar de enfermería fue entrenado en un hospital cercano, y realiza atención primaria y otras actividades recomendadas por el médico rural, como inyectología, etc.

INDÍGENAS DEL ALTO PUTUMAYO Y CAQUETÁ

En esta región de la Vertiente Amazónica en la frontera colombo-ecuatoriana habitan una gran diversidad de grupos indígenas. Desde el punto de vista geográfico abarca el piedemonte y parte de la llanura Amazónica; las alturas van desde los 400 hasta los 1.000 metros sobre el nivel del mar. En esta región se encuentran los grupos Siona, Coreguaje, Tamay, Macaguaje de la familia Tukano Occidental, Kofán de familia aún no definida y los Inga de habla Quechua (ICAN 1987).

El número de esta población ha sido estimada para los distintos grupos así: Siona 427, Coreguaje 1.367, y Macaguaje 50, para un total de 1.844 individuos. Kofán con 903 individuos, e Inga con 10.836.

La población de Puerto Ospina, de las comunidades ribereñas del Putumayo de acuerdo al censo, está compuesta por los grupos Siona e Inga, con 100 y 37 individuos respectivamente (Arango 1989).

Comunidad Coreguaje del río Orteguaza

Demografía. Durante la Expedición se obtuvieron datos de un total de 185 indígenas Coreguaje distribuidos de la siguiente manera:

167

Mujeres Hombres Total

Edad Media 23.54 19.46 21.75

Desviación Estándar 17.72 16.22 17.17

Niños Adultos Total

Razón por sexo 98 67 78

Mujeres Hombres Total

Razón de Dependencia por edad 61 85 71

Morbilidad. La entidad que se observó con mayor prevalencia fue el poliparasitismo intestinal (PPI) con un 35% de la población general afectada; el 29% de la población adulta masculina, el 21% de la población femenina y el 36% de la población infantil. Este fue seguido por la infección respiratoria aguda (IRA) que comprometió al 17% de la población, principalmente presente en la población infantil, con el 18% de ésta afectada, frente al 4% de hombres y al 6% de mujeres. La enfermedad diarréica aguda (EDA) se presentó en el 8% de la población, afectando principalmente a la población infantil con un 13%, grupo en el que se vio, además, el 2% de individuos con deshidratación.

Afectando principalmente a la población adulta se encontraron presentes entidades como la enfermedad ácido péptica (EAP) con un 3%, la cefalea con un 5%, el dolor lumbar con un 4%, la osteoartritis degenerativa (OAD) y la artritis reumatoidea (AR),

ambas con un 3%.

La presentación para la enfermedad ácido péptica (EAP), según sexo, fue para los adultos hombres, del 9%, y del 7% para las mujeres adultas. La cefalea afectó a mujeres y hombres con un 6% y un 4%, respectivamente; así como el dolor lumbar con un 6% de hombres y un 4% de mujeres afectadas. El dolor lumbar se encontró en un 6% (hombres) y un 4% (mujeres), y la artritis reumatoidea (AR) prevalecía más en hombres que en mujeres, con un 6% y un 4%, respectivamente. Las enfermedades infecciosas de piel, con un 4%, se encontraron presentes en todos los grupos poblacionales, afectando al 6% de los hombres, 4% de las mujeres y 5% de los niños.

168

Servicios de salud. Los puestos de salud más cercanos se encuentran en Cranario y Remolino; el hospital local más cercano está en Milán, y el centro de salud en San Antonio de Getuchá. Hay promotor de salud en la región. En el colegio de Mamá Bwe hay una enfermería con algunos medicamentos, un equipo de urgencias para primeros auxilios y una enfermera.

Diagnóstico de enfermedades inmunoprevenibles

Hepatitis B

Comunidad HbsAg Anti HBs Anti Hbc

%

n + - + - + - + - + - + -

Coreguaje 50 2 48 4 96 3 47 6 94 3 47 6 94

Vacunación entre O y 15 años

Si NS/NR No

Coreguaje 24.79% 35.90% 39.32%

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SISTEMAS DE SALUD DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA. COLOMBIA 1992-1996

Nelson Ardón Centeno Amparo Hernández Bello Julio Sáenz Beltrán Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas Pontificia Universidad Javeriana.

INTRODUCCIÓN

La dirección y prestación de los servicios de salud en Colombia está sufriendo un cambio de fondo, a raíz, principalmente, de los importantes desarrollos jurídicos recientes derivados de la corriente de descentralización y modernización del Estado y de la reforma de la

Seguridad Social en Salud.

Una de las obligaciones constitucionales que compete a la nación tiene que ver con garantizar los servicios de salud a todos sus habitantes. Desde 1991 la salud y la seguridad social son consideradas servicios públicos de carácter obligatorio a cargo del Estado, buscando con ello eliminar inequidades y mejorar la gestión de las entidades y organismos responsables de su prestación.

A pesar de los importantes esfuerzos del gobierno y de algunas organizaciones no gubernamentales de llegar con servicios de salud a comunidades indígenas y negras del país, se encuentran grandes dificultades para lograr la equidad y niveles de eficacia, efectividad y eficiencia aceptables en la prestación de tales servicios.

Parece claro que los elementos socioculturales propios de cada grupo humano son, en conjunto, una importante barrera que no ha podido ser abordada exitosamente por quienes se encargan de planificar la prestación de servicios de salud a estos grupos.

En este trabajo se reconstruyó la forma como las comunidades indígenas y negras de Colombia organizan su respuesta a los problemas de salud incluyendo los factores contextuales que condicionan la salud de las comunidades, el concepto sobre la salud y la enfermedad prevalente, los recursos propios, oficiales y no gubernamentales con los que cuentan, la articulación con los servicios ofrecidos por prestadores tradicionales y los factores que facilitan u obstaculizan la articulación con el sistema nacional de salud.

170

Con este estudio, la Universidad Javeriana contribuye al conocimiento de los sistemas de salud tradicionales, como punto de partida para proponer en el futuro modelos de prestación de servicios de salud que permitan superar las dificultades que hasta ahora han impedido llegar exitosamente a quienes requieren de una atención a su salud, sin que ello genere conflictos de orden social y cultural.

JUSTIFICACIÓN

Es necesario el estudio de las particularidades culturales, formas de organización de los sistemas médicos y la articulación de las acciones de salud de los diferentes grupos étnicos, como requisito para la comprensión de la situación de las comunidades en general, y de cada grupo en particular, con miras a proponer en el futuro modelos alternativos de prestación de servicios de salud.

PROPÓSITOS

Contribuir a la optimización en la dirección y prestación de los servicios de salud a comunidades indígenas y negras del país; apoyar el estudio de modelos alternativos de atención que involucren todos los saberes y recursos de cada comunidad, respetando las particularidades sociales y culturales de cada grupo y, ofrecer a los planificadores de servicios de salud elementos para la organización de mecanismos de respuesta a las necesidades de salud de comunidades similares a los grupos estudiados.

OBJETIVOS

Objetivo General

Estudiar los sistemas de salud existentes en las comunidades indígenas y negras de Colombia visitadas por la Gran Expedición Humana.

Objetivos Específicos

Caracterizar cada una de las comunidades desde el punto de vista de su demografía, ubicación geográfica, economía, organización social y política y aspectos culturales.

Identificar los conceptos sobre la salud y la enfermedad en cada comunidad y los conocimientos, actitudes y prácticas de salud prevalentes en dichos grupos.

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Reconstruir los Sistemas de salud de estas comunidades identificando necesidades de salud, recursos (humanos, tecnológicos y de infraestructura), administración de recursos, soporte económico, organización de programas y entrega de servicios.

Describir el perfil de salud de las comunidades teniendo en cuenta la visión occidental y la propia de cada grupo.

Determinar la aceptación de las prácticas médicas facultativas en las diferentes comunidades.

Describir las formas de articulación entre prácticas de salud e identificar los factores obstaculizadores y/o facilitadores de dicha articulación.

MÉTODO

Para la realización del presente estudio fue necesario acudir a una combinación de métodos a saber:

Etnográfico: los investigadores estuvieron en contacto con cada uno de los grupos humanos durante una semana en promedio.

Durante ese lapso, y a través de la observación participante, el investigador recopiló datos concernientes a las costumbres, actitudes y prácticas relacionadas con la salud y la enfermedad. Al ser recopilados estos datos dentro del contexto de la realidad socio-cultural de cada comunidad, le otorga al estudio elementos inscritos dentro del método etnográfico.

Estudio de Casos: según Briones (1981) "una investigación empírica de un fenómeno determinado que se hace en uno o en algunos pocos grupos naturales, dentro de su propio contexto de ubicación", se considera un Estudio de Casos.

Aclara el autor, que "cuando se habla de casos debe entenderse que el estudio puede referirse a grupos (familias, comunidades) o a personas (historias de vida)".

El caso, o los casos, serían "solo los lugares donde ocurren los fenómenos a estudiar y para lo cual se ha decidido utilizar una estrategia peculiar de investigación, denominada estudio de casos".

En el estudio propuesto, al referirse al abordaje de la forma como cada grupo se comporta ante la salud y la enfermedad y cómo se organiza para responder a las necesidades de salud, dentro de su propio contexto, posee características inscritas dentro del método citado.

Descriptivo: una vez realizada la recolección de datos, se procedió a describir cada uno de los posibles Sistemas de Salud con sus insumos, procesos, resultados e interrelaciones con otros sistemas intra y extragrupal.

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Necesariamente, la profundidad del estudio y consecuentemente del análisis, no pudo ser muy considerable, dadas las limitaciones de tiempo y recursos.

Por estas últimas condiciones, el estudio, en alguna medida tiene visos de exploratorio.

RESULTADOS

1. COMUNIDAD ARHUACOS

Reseña etnográfica

Uno de los cuatro grupos indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta son los Ika, llamados Arhuaco luego del descubrimiento de América. Los principales asentamientos están localizados en la vertiente meridional de la Sierra y han sido organizados como resguardos. La tierra de los Ika es en su mayoría bosque aunque tienen jurisdicción en todas las alturas hasta llegar a los picos nevados. La erosión aumenta notablemente en la región aunque todavía quedan valles fértiles como el Nabusímaque. La agricultura en todos los pisos térmicos es su mayor fuente de ingresos y se realiza produciendo alimentos mixtos según la altura, disponiendo de cultivos durante todas las épocas del año.

Los Arhuaco provienen de linajes paralelos, matri y patrilocales, lo que permite el matrimonio entre hombres y mujeres fuera del primer grado de consanguinidad o extranjeros. Actualmente la población asciende a unos 9.394 Arhuacos. La autoridad en la comunidad es ejercida por los mayores quienes son hombres de estatus por edad y conocimiento, acompañados por los Mamos, médicos tradicionales y consejeros espirituales del grupo.

Luego, de éstos se forman los cabildos quienes asumen diferentes funciones en la comunidad para llevar a cabo sus labores cotidianas.

Concepto salud enfermedad

La enfermedad se produce por una violación o transgresión a las leyes o creencia tradicionales que son inmutables y que rigen el equilibrio del universo. Cuando no se les obedece se produce un desequilibrio que se traduce en enfermedades.

Tienen una visión muy ecológica de la salud al concebirla como un equilibrio entre el hombre, la naturaleza y la comunidad.

Estos conceptos permiten concluir que para la comunidad Arhuaca la salud contempla aspectos míticos, sociales, políticos, ecológicos y religiosos que pretenden conservar un equilibrio dinámico entre todas estas fuerzas.

173

El sistema de salud

Hay dos Kankuruas: una cerca a la comunidad y otra en un cerro a 15 minutos de camino, cada una con función diferente.

La primera para capacitación de nuevos Mamos y trabajos para la comunidad y la otra para el manejo de los problemas individuales.

Hay un puesto de salud construido por el Servicio Seccional de Salud del Cesar en un pequeño valle, al lado de la sede del cabildo gobernador de esta comunidad; sobre el camino de herradura que va a Pueblo Bello.

El mini hospital de Pueblo Bello es una construcción reciente, pues demolieron el anterior centro de salud. A simple vista es un bueno y bonito diseño, pero tiene problemas en la cubierta y en invierno se inunda.

Hay dos quirófanos pero no es posible utilizarlos ya que no cuentan con la dotación necesaria.

No tiene equipo de radio de comunicación, ni ambulancia y en el proceso de construcción del hospital la planta eléctrica "desapareció".

Nivel de salud de la comunidad

De acuerdo con los datos obtenidos en charlas con el promotor de Salud y la enfermera para el desarrollo rural se puede concluir que las enfermedades más comunes son: IRA leve, EDA en niños menores de dos años, TBC en adultos, PPI y desnutricion.

Grado de aceptacion de las prácticas médicas

Aceptan la medicina facultativa como un complemento a los tratamientos realizados por el Mamo, o cuando él lo sugiere al no poder controlar la enfermedad, es decir el Mamo autoriza la búsqueda de otros recursos médicos, ya que manejan con relativo éxito y con sus propios recursos sus problemas de salud.

2. COMUNIDAD RESERVA INDÍGENA DE LA ASUNCIÓN

Reseña etnográfica

Los indígenas de la región del Vaupés tienen como territorio natal la zona delimitada por los rios Vaupés y Apaporis en el suroriente colombiano. Los indígenas de esta región hablan diferentes lenguas que son reconocidas como propias y diferentes a las de la vecindad. La clasificación divide a las comunidades en Tukano Oriental, medio y grupos no clasificados. Entre los orientales están los Tukano, Wanano, Piratapuyo, Tuyuca, Desano,

174

Siriano, Barasano, Bara, Makuna, Carapana y en los Tukano medio se reconoce a los Cubeo. La mayoría de estos grupos son exogámicos obligados según su lengua. Se exceptúan de este comportamiento a los Cubeo y los Makuna. Actualmente se estima una población aproximada de 15.866 en el Vaupés y unos 2.330 en el Guaviare. La unidad residencial es la maloca que además es reconocida como el centro de su organización ritual social y económica. El patrón de residencia es, según el sexo, patrilocal para los hombres y virilocal para las mujeres. Las fuentes principales de subsistencia son la horticultura, que abarca todo el proceso de roza, quema y cultivo, la caza, la recolección y la pesca, actividades eminentemente masculinas, dejando las labores de cuidado de niños, cocina, trabajo de cestería y madera a la mujer.

Actualmente y por razones en su mayoría económicas, se encuentran grupos de indígenas horticultores del Vaupés en sitios alejados de su territorio original llegando a regiones tan remotas como la cabecera municipal de San José del Guaviare y zonas aledañas donde intentan mantener su cultura y competir en las actividades económicas de la región.

Concepto salud enfermedad

Se podría decir que la salud se entiende como la resultante de la integración de factores mágicos-sociales y biológicos y cuyo desequilibrio, causado por el incumplimiento a la regla social, descuido en medidas de higiene o desorden en la naturaleza, causa la enfermedad.

El sistema de salud

A pesar de no existir prestadores de salud de medicina tradicional, estos servicios son solicitados a la gente de mayor edad y al curandero ubicado en la reserva de Panure.

Tambien existe el promotor de salud que vive en la comunidad hace aproximadamente 8 días, de origen Tucano, quien tiene conocimientos de la medicina occidental y fundamentos de la medicina tradicional, además del profundo conocimiento de su comunidad étnica y su problema social no solo a nivel local sino nacional.

Nivel de salud

Las patologías con mayor prevalencia son: enfermedad diarréica, poliparasitismo intestinal, paludismo, dermatomicosis, infección urinaria, dorsolumbagias, infección respiratoria aguda.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La comunidad asistió masivamente y aceptó en su totalidad los servicios de la Expedición Humana corroborando la actitud ante las actividades que viene prestando el Servicio de

175

Salud del Departamento cuando éste los ha convocado para la materialización de las actividades que se refieren a la prevención y promoción de la salud.

3. COMUNIDAD CHIMILA

Reseña etnográfica

Los Chimila, también llamados Simza, residen actualmente en las llanuras centrales del departamento del Magdalena que se extienden hasta el Cesar, sin habitar alturas mayores a 500 m.s.n.m. La vegetación de esta región se define como sombra seca de montaña con porciones de bosque tropical.

Los asentamientos más poblados (corregimiento de San Angel) se encuentran ubicados en tierras pantanosas en el invierno, o áridas y escasas de agua potable en el verano. Los últimos estimativos de población hablan de 450 Chimila. Las clasificaciones linguísticas postulan la lengua Chimila como perteneciente a la familia Chibcha. La mayor fuente de sustento de los Simza es el trabajo asalariado en las fincas ganaderas o agrícolas del lugar seguido de la producción individual en horticultura, cacería y pesca.

La estructura política y social es actualmente similar a las comunidades campesinas que habitan las sabanas de la Costa Atlántica y solo queda el cacique como figura de autoridad indígena en algunas localidades.

Concepto salud enfermedad

Fue muy difícil entablar diálogo con ellos que permitiera conocer su concepto de la salud- enfermedad, pero se supo que tienen recursos propios, botánicos y parteras y que creen en la existencia de brujas.

El sistema de salud

Cuentan con un Botánico que es una persona que conoce de plantas y tratamientos con yerbas. Su nombre es Julio Jiménez quien aprendió con unos indígenas putumayos.

En la comunidad hay dos parteras y son las encargadas de asistir a las mujeres en el parto.

En la actualidad hay dos muchachas capacitándose como auxiliares de enfermería en el Sena de Santa Marta.

A pesar de ser una comunidad grande no cuenta con promotor de salud.

La posibilidad de tener consulta médica es en el puesto de salud de San Angel; otros informantes manifestaron que cuando era necesario iban al puesto de salud de La Gloria y allí eran atendidos por un auxiliar de enfermeria.

Nivel de salud de la comunidad

176

La mayor parte de los niños están vacunados; en la comunidad la gente se enferma de: diarrea, Tuberculosis, gripas, etc.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

No creen necesario ir al médico a revisiones periódicas sino cuando realmente se sienten enfermos. Es interesante ver cómo para ellos la enfermedad del "Prúrigo actínico", característica en este grupo, no fue un motivo especial de consulta ni tampoco forma parte de las enfermedades percibidas por el común de la gente.

4. COMUNIDAD RESGUARDO DE COLIMBA

Reseña etnográfica

La comunidad Pasto con unos 34.426 personas, representa cerca del 8 por ciento del total de indígenas de Colombia. Se consideran población indígena campesina y ya no conservan su lengua aborigen, ni las instituciones sociales de la tradición amerindia. Se localizan en el sur del departamento de Nariño especialmente en el área de Ipiales, Túquerres, Guachucal y Colimba. Utlizan la tierra como medio de producción realizando básicamente cultivo de papa. Debido a los problemas que surgen por tenencia de minifundios, en algunas ocasiones se ven obligados a emplearse como asalariados en la actividad que haya disponible. El cabildo es su forma de gobierno.

Concepto de salud enfermedad

La salud es un estado de la persona al poder realizar las actividades diarias como pasear, hablar y la enfermedad como el hecho desencadenado por la acción de un evento biológico, la ruptura de un comportamiento preestablecido que produce una incapacidad funcional con un decaimiento en todas sus actividades.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos propios: yerbatera, espantadora, Partera, Sobanderas; y facultativos:Médico, Auxiliar de Enfermería, Promotora de Salud.

Nivel de salud

La patología prevalente es la siguiente: insuficiencia respiratoria aguda, poliparasitismo intestinal, enfermedad diarréica aguda, desnutrición y problemas dermatológicos.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

177

La comunidad acepta, comparte y practica la medicina occidental y en la medida que haya el ofrecimiento de servicios y capacidad económica la consumen, optando por la medicina tradicional cuando no hay oportunidad o no hay efectividad en la medicina occidental.

5. COMUNIDAD COREGUAJES

Reseña etnográfica

Los indígenas Coreguaje, Siona y Kofane distribuyen sus viviendas en las riberas de los nos Orteguaza, Caquetá alto, Putumayo alto, San Miguel, Guamuez y Peneya en los departamentos de Caquetá y Putumayo. El clima está comprendido entre el propio de la selva amazónica y el piedemonte clasificado como una de las regiones más lluviosas de la Amazonía con 4.000 a 5.000 mm. en algunas regiones. La lengua Coreguaje está clasificada dentro del Tukano Occidental lo mismo que la Siona y actualmente continúa vigente en todos sus territorios. La lengua Kofane no está clasificada.

La horticultura y en general la agricultura de autoconsumo es la fuente principal de subsistencia en vista de la disminución de la pesca y la caza en la región. Su estructura social está marcada por la exogamia y la filiación patrilineal (excepto en los Kofanes quienes usan ambas filiaciones). Los linajes (parientes demostrados de por lo menos tres generaciones previas) rigen sus actividades sociales y de tenencia de tierras. En los tres grupos la unidad básica está compuesta por la familia nuclear formada por el hombre, su esposa y sus hijos célibes. Actualmente la figura de autoridad social es un gobernador o capitán quien es el encargado de dirigir las actividades comunitarias.

Concepto salud enfermedad

La enfermedad es entendida como la manifestación del desequilibrio de factores biológicos o espirituales, causada por el incumplimiento a una conducta o la intención de otra persona, requiriendo para lograr el equilibrio la intervención de un mediador como el Curaco.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos propios: cacique curaco y una Enfermera.

No se dispone de puestos o centros de salud. En el colegio existe un lugar de enfermería con algunos medicamentos y un equipo de urgencias para la atención de primeros auxilios.

Nivel de salud

Las patologías más frecuentes están representadas por: paludismo, infección respiratoria aguda, tuberculosis, alcoholismo e infecciones urogenitales.

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Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La asistencia de la comunidad indígena a la prestación de servicios médicos dispensados por la Expedición Humana fue regular, al parecer por su localización en un lugar distante para buena parte de la comunidad. Sin embargo, aceptan los procedimientos sin cuestionamientos.

6. COMUNIDAD EMBERA

Reseña etnográfica

Los indígenas del Chocó están distribuidos a lo largo de la Costa Pacífica y las estribaciones de la cordillera occidental en los departamentos de Antioquia, Chocó, Cauca, Valle, Risaralda, Caldas y Nariño. Reciben diferentes nombres según su ubicación geográfica, siendo llamados Cholos en la costa, Meme en la cordillera, Chamí en Risaralda o Catíos en Antioquia.

Linguísticamente se clasifican en la familia Chocó. La población de individuos del grupo de los Neonamá se estima en 6.362 y la de los Embera en 41.718. Sus fuentes de sustento están principalmente en la agricultura de la selva tropical húmeda con cultivos de maíz, plátano y caña de azúcar. Esta práctica se complementa con la pesca intensiva, y en los sitios donde persiste la fauna con la caza. El sistema de parentesco reconoce parientes por ambas líneas familiares. El conjunto de familiares que están en los cuatro primeros grados de consanguidad forma la parentela que generalmente se asocia en la misma localidad. La prohibición de casarse con miembros de la misma parentela o personas no indígenas es una de las normas sociales comunes. La organización política tiene como líderes a la cacica de la localidad y a los médicos tradicionales llamados Jaibaná por los Embera y Benhuna entre los Waunana.

Organización del servicio de salud

En la comunidad además de los recursos propios hay un promotor de salud quien adelanta algunos programas del S.S.C.

El puesto de salud más cercano queda en Bocas de Patía; esporádicamente se realizan visitas médico-odontológicas.

En salud específicamente no existe para esta zona un programa particular, pero la Comunidad Económica Europea ha destinado a la zona un técnico que se encarga de promover algunos proyectos productivos para comercialización.

179

Estado de salud

Según los encuestados hay más enfermedades ahora que antes en los niños, presentándose más diarreas, gripas y parásitos.

Estos conceptos de enfermedades sentidas es necesario profundizarlos con lo encontrado en la consulta médica por grupo de edad y en los exámenes de laboratorio.

Concepto salud enfermedad

Para la población Embera (Epera), el mundo está formado por jais todas las cosas de la naturaleza, hombres, animales, plantas, piedras tienen "jai", los hay buenos y malos; algunos pueden ayudar a sanar o a enfermar, también hay enfermedades frías y calientes y otras que se manifiestan por la pérdida de alguna de las sombras que tiene el cuerpo.

7. CASO COMUNIDAD EMBERA-WAUNANA DEL PAPAYO

Reseña etnográfica

La población Waunana del Chocó asciende a 1.194 familias o 5.854 personas según censo de D.P.N. - 1989. Habitan la selva húmeda tropical a lo largo de los diferentes rios del Chocó.

El resguardo fue constituido por el INCORA en 1981, con una extensión mayor a las 2.000 hectáreas, en la parte oriental limita con la base naval de Málaga y sus tierras fueron partidas por la carretera que de Buenaventura conduce a la Base; ocasionando migración de colonos y dificultándose en esta zona la cacería.

Son 49 familias aproximadamente 257 personas, según el censo del promotor de salud, ubicados a la izquierda del San Juan en lo que se conoce como el Bajo San Juan. Administrativamente pertenece al municipio de Istmina.

En el bajo San Juan hay otras comunidades indígenas: San José, Chachajo, Nuevo Pitalito, Puerto Pizarro, Togramá, Pichimá y el Chocho.

Su organización hasta hace 20 años era el cacicazgo, actualmente forman parte de la Orewa, y tienen un cabildo menor en la comunidad y son sede del cabildo mayor del Bajo San Juan.

El tiempo del desplazamiento desde la Comunidad a Istmina es de doce horas río arriba lo que es virtualmente imposible de realizar por el costo y el tiempo; es por ello que mantienen más contacto con Buenaventura y el Valle que con el Chocó.

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Su actividad económica es el aserrío de madera, la agricultura del maíz, plátano y papa china; las mujeres se dedican a la cestería la cual hacen con gran habilidad y belleza.

La construcción de las viviendas es palafítica debido a las pujas del río, los techos son en su mayoría de tejalit y los pisos en tabla aserrada por ellos mismos.

El asentamiento es mixto y está conformado por familias waunanas del papayo y emberas venidos del Guangüí.

Por su cercanía a otras comunidades, fue construido allí un colegio de bachillerato el cual venía funcionando pero por falta de presupuesto para el pago de maestros fue suspendido quedando solo cuatro maestros que se encargan de la enseñanza básica primaria.

No hay acueducto; pero la mayoría de las viviendas cuentan con tanques de almacenamiento de agua lluvia de 1m3 para consumo humano; las deposiciones se hacen en el río San Juan; hay un pequeño botiquín comunitario financiado por la OREWA y el proyecto CUSO.

Necesidades en salud

Las principales enfermedades de la comunidad son: parasitismo intestinal, dermatitisimpétigo, pitiriasis alba y las causas de mortalidad, la T.B.C. y la Malaria.

Estado de salud

Los informantes creen que la comunidad tiene un estado de salud malo, pues los niños especialmente enferman mucho de diarrea. También mencionan la dificultad para conseguir alimentos tradicionales, Caza.

Concepto salud enfermedad

Para los Embera-Waunana del Papayo, el concepto de equilibro del hombre con la naturaleza es de vital importancia, pero además conciben el mundo animado por "Jais". Todas las cosas de la naturaleza tienen "Jais", que pueden ser buenos o malos; creen que el cuerpo humano tiene 4 sombras y la pérdida de alguna de ellas puede ocasionar enfermedad y a veces hasta la muerte.

8. COMUNIDAD GUAMBIANOS

Reseña etnográfica

Los Guambianos habitan el noreste del departamento del Cauca en las faldas de la cordillera occidental. La mayoría de sus tierras se ubican entre los 2.000 y 3.000 metros

181 sobre el nivel del mar en los terrenos que abarcan los municipios de Silvia y Jambaló. La lengua Guambiana utilizada por la mayoría de los 11.380 habitantes se postula por algunos autores como Chibcha e inclasificable por otros. La producción agrícola es la base de su sustento y además una referencia fundamental que rige todas las actividades del Guambiano. El maíz es su principal producto seguido de la papa y el ulluco, que son complementados con arroz o fríjoles de diferentes clases. La explotación de la agricultura y la tenencia de tierras es propiedad colectiva y las razones para acceder a ella como individuo están regidas por la edad, ser miembro del resguardo o las necesidades insatisfechas que tenga cada familia. Las figuras de Cabildo, Gobernador, Alcaldes, Alguaciles y Secretarios lideran la autoridad en los Guambianos, siendo siempre hombres elegidos por períodos anuales. Socialmente se agrupan por familias nucleares en cada casa y practican la endogamia comunitaria y étnica pero con exogamia veredal.

Concepto salud enfermedad

Se entiende el concepto salud-enfermedad como un estado armónico, equilibrado dinámico, de las relaciones de carácter natural o espiritual existentes entre los hombres y entre éstos y la naturaleza.

El sistema de salud

En el momento, el Comité informa de 163 personas dedicadas al cuidado de la salud, este reporte no discrimina entre la clasificación interna de especialidades que existen como los curanderos o los sentidores o los médicos tradicionales, la comunidad los consulta por enfermedades del cuerpo, enfermedades del espíritu, por amores, por hacer daño a otras personas.

El aprendizaje o mejor la iniciación en esta labor se hace por un sueño.

Promotoras: En número de dos, dispuestas en dos centros de salud de origen guambiano, colaboran activamente integrando a la comunidad; Médico: Servicio prestado por un médico rural ubicado en Silvia, su visita depende de una programación previa; Odontólogo: De origen Yanacona es una persona vinculada activamente con el desarrollo de la comunidad, lleva a cabo un proyecto de investigación sobre conocimientos, actitudes y prácticas en odontología, además de cambios antropométricos de la cavidad oral.

Nivel de salud

Las patologías más frecuentes son: Enfermedades carenciales; Desnutrición; parasitismo intestinal; enfermedad diarréica aguda; infección respiratoria aguda y enfermedades de los dientes.

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No se tiene datos sobre mortalidad, pero en una observación de campo para el 1er. trimestre de 1993 en el resguardo de Guambia realizado por el Comité de Salud, es de 30 personas causados por enfermedades como la parálisis, varicela, sarampión, diarrea, vómito. La población aproximada es de más o menos 20.000 habitantes.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La comunidad y en particular el Cabildo, han logrado un notable desarrollo gracias a la aplicación de una conducta basada en criterios de respeto a la identidad cultural, la participación de la comunidad, a la universalización del conocimiento y a la autodeterminación de los pueblos.

En salud están dando prioridad a la medicina tradicional fomentando su conocimiento, fortaleciendo su práctica y promocionando, a través de la huerta, el consumo de las plantas en los tratamientos médicos.

Tienen en el momento una actitud receptiva para cualquier propuesta que integre las dos medicinas.

9. COMUNIDAD GUANE

Reseña etnográfica

La acción congregadora de religiosos y oidores españoles desplazó las jefaturas étnicas hasta nuevas sedes, fundadas en los distritos mineros y las empresas agropecuarias. Fue así como para 1967 el oidor Lesmes de Espinosa logra reunir las encomiendas tributarias de Moncora, Corató, Mocaregua, Butaregua, Guanentá, Lubigará y Chuagüete en el asentamiento del cacique de Moncora, lugar que a partir de 1689 se reconoce como Guane con características de resguardo.

Estas parcialidades basaron su economía en la producción de alpargates, lienzos y la venta de mano de obra a las haciendas y trapiches de la región, este sector secundario de producción permitió tributar al fisco real y a los curas doctrineros. Este orden al transcurrir el tiempo es modificado y es así como los gobernadores especializaron sus parcialidades para cumplir con los tributos además de modificar su estructura administrativa del tipo herencial (cacicazgo) al ser electivas (gobernadores, alcaldes) aumentando también los funcionarios administrativos cuando fuera necesario.

Estos procesos de modificación administrativa, de responsabilidades económicas y a su vez tributarias, además de su tradición exogámica producen una extinción final de la cultura llegando casi a la extinción del resguardo cuando para 1.810 se produce un asalto por

183 blancos y mestizos en busca de tierras; en ese año la población indígena era de 1.824 personas.

Las comunidades de Guane y Butaregua disponen de un corregidor e inspector de policía respectivamente, ilustrando la evolución de un proceso administrativo que evolucionó de la autoridad cacical del grupo étnico al de gobernador de parcialidades organizados en cabildos para culminar con los representantes descritos anteriormente.

Existen además organizaciones comunitarias como las que administran el ancianato, el restaurante escolar, la junta de ferias y fiestas, la junta de padres de familia y un comité de participación comunitaria con una muy pobre actividad.

Aunque no se dispone de un censo actualizado, para 1991, se refería 500 personas las ocupantes de las 100 viviendas urbanas de Guane; para la vereda de Butaregua no se tiene información, pero se calcula en más o menos 300 personas.

Es de notar que las poblaciones se encuentran constituidas por personas con edades en los extremos de la vida, es decir, ancianos y niños en edad escolar; la población restante ha migrado a la costa norte o a Venezuela en busca de fuentes de trabajo.

Concepto salud-enfermedad

De la observación de campo se podría inferir que la comunidad entiende como salud al estado de bienestar físico y espiritual que le permite laborar, y la enfermedad como el estado de incapacidad por la presencia de dolor, ocasionado por la transgresión a una norma de comportamiento, la acción de un agente biológico o la voluntad divina.

El sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: Comadrona, sobanderos, Parteras, Médico, Auxiliar de enfermería y promotora de salud.

Los servicios de salud prestados a esta comunidad se dispensan en el centro de salud de Guane y el puesto de salud de Butaregua. Sus diseños no tienen particularidad con los demás que existen a nivel nacional, con una dotación insuficiente.

Cuando se requiere atención por médico se desplazan a Barichara donde existe un hospital local con los servicios de urgencias, consulta externa, hospitalización, laboratorio clínico.

Para la prestación del servicio de medicina tradicional o popular, el agente atiende en su domicilio donde la gente consulta, excepto en las atenciones de parto donde el ejercicio médico se realiza en el lugar de habitación de la paciente.

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Nivel de salud

Por información verbal de la auxiliar y la promotora de salud, se obtiene que las patologías más frecuentes son: poliparasitismo intestinal, infección respiratoria aguda, enfermedad diarréica, dorsolumbalgias y alcoholismo.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

Estas comunidades asistieron masivamente a los servicios ofrecidos por la Gran Expedición Humana en el área de salud, a la prestación de consulta médica, evaluaciones por nutrición, las labores de enfermería, y los procedimientos odontológicos. Algunas personas rechazaron la toma de muestra de sangre en su mayoría por miedo a la práctica de tal procedimiento.

10. COMUNIDAD GUAYABEROS

Reseña etnográfica

Esta comunidad étnica ubicada en las riberas del río Guaviare dista de la capital 30 minutos por vía fluvial o una hora por vía terrestre, en la época de verano.

Es uno más de los asentamientos de comunidades Guayaberos ubicados en el departamento, siendo quizá, la que mayor problemática tenga.

Su grupo poblacional se encuentra fraccionado en tres grupos liderados respectivamente por las familias de Elías Valencia, Pablo González y la familia Rodriguez; al parecer tal división fue generada por los intereses familiares de los núcleos respectivos que se dedican a la explotación de la fuerza de trabajo para cultivos ilegales.

En la comunidad no existe una organización con jefatura electiva, sino de tipo hereditario, con rasgos dictatoriales e impuestos, existiendo en este núcleo tres capitanes en franca competencia por la adquisición de los posibles programas estatales sin asumir una verdadera responsabilidad.

El cálculo aproximado de esta comunidad sumando los tres núcleos familiares, es de aproximadamente 450 personas, distribuyéndose principalmente en los grupos ubicados en las orillas del río Guaviare.

Concepto salud enfermedad

Del diálogo informal establecido con los "payes", ya que éstos no permitieron la aplicación del instrumento, se puede definir el concepto de salud como "el estar bien, con valor, sin

185 preocupaciones" y el de enfermedad como "la presencia de malestar, no tener ánimos para trabajar y de nada", Estos personajes cuentan con poca credibilidad en el momento.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: Payes, Botánicos, Promotor de Salud.

Existió un puesto de salud con una dotación mínima. En la actualidad se hace consulta en la casa del promotor o en la escuela.

Nivel de salud

La morbilidad presente en esta comunidad está caracterizado por: enfermedad diarreíca aguda, helmintiasis, insuficiencia respiratoria aguda, paludismo, enfermedades del oído, infecciones urogenitales y enfermedades de la piel.

Aceptación de las prácticas médico-facultativas

El trabajo de cuidados primarios de salud prestados por el promotor de origen mestizo, ha producido una aceptación de la medicina occidental en cualquier servicio prestado ya sea los tratamientos antidiarréicos, manejo del IRA, el paludismo etc. Sin embargo, la concepción del indígena hacia la solución con enfoques curativos de efectividad inmediata y radicales con la expulsión de la noxa hacen que algunos de los tratamientos odontológicos y de enfermedades manejados por programas médicos especiales sean "poco efectivos".

11. COMUNIDAD KUNA

Reseña etnográfica

Los indígenas Kuna o Tule están localizados en el archipiélago de San Blas en la costa Atlántica de Panamá y en las comunidades de Arquía y Caimán Nuevo en el Golfo de Urabá. La vegetación y fauna del lugar son típicas del bosque tropical húmedo. La lengua de los Tule pertenece a la familia Chibcha y no se encuentran diferencias importantes entre las comunidades panameñas y colombianas. En la actualidad los indígenas Cuna colombianos son 609. La mayor actividad desplegada por los cuna, con fines económicos, es la horticultura en vista de que la caza ha ido desapareciendo paulatinamente en estos territorios. Son hábiles marinos, cualidad que utilizan con fines pesqueros y de transporte. Hombres y mujeres trabajan elaborando molas (adornos tejidos en las blusas tradicionales) que comercian con turistas e intermediarios de artesanías. Su organización social elige un jefe local, "saila", quien es la máxima autoridad en el territorio; las demás familias habitan con sus hijos solteros y casados formando estructuras de familias extensas matrilocales.

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Concepto salud enfermedad

Para el Kuna la naturaleza está viva y posee espiritualidad; el hombre forma parte de ella y debe observar estrictamente las normas para conservar el equilibrio entre el hombre naturaleza-espíritus y comunidad. "Los espíritus pueden sanar o enfermar, entonces hay un santo para cada enfermedad y eso es lo que representan los Nusus, figuras antropomorfas de madera fina, las cuales de acuerdo al tipo de madera tiene mayor o menor poder de negociación con los espíritus".

Sistema de salud

Para facilitar su comprensión se clasifica en propios (Nele, botánico, Partera), facultativos médicos y enfermeras, de la medicina popular (Homeópatas, Cacique Karamandun) y el botánico de Necoclí.

En la actualidad no hay promotor de salud a pesar de existir un puesto de salud con los elementos básicos para trabajar.

Hay un puesto de salud con tres habitaciones, una para droguería y otra como consultorio; un tercer cuarto funciona como dormitorio.

Nivel de salud de la comunidad

Según Juan María Arteaga (botánico) las personas de la comunidad se enferman de: gripas, fiebres, dolor de cabeza, dolor de estómago, reumatismo, dolor de brazos, mareos, debilidad, dolor de espalda y dolor de huesos.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La comunidad acepta parcialmente las prácticas médicas facultativas pero que cuando asisten al hospital debido a la necesidad de hacer fila y tener "ficho" van hacia otros oferentes de servicios de salud pues por el número de consultas en el hospital falta una mejor atención a las personas de esta comunidad.

12. COMUNIDAD NEGRA NUQUI

Reseña etnográfica

Los primeros indicios sobre la llegada de negros africanos a las costas colombianas, están inscritos en las crónicas viajeras de esclavos que datan del siglo XVI. Según éstos, algunos de los primeros africanos llegaron con las campañas conquistadoras realizadas por numerosas expediciones españolas. El mayor número, por supuesto, fue traído por el comercio de esclavos que tenía como punto de entrada oficial el puerto de Cartagena de

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Indias además de otros numerosos puertos de contrabando como Buenaventura, Gorgona o Barbacoas en el Pacífico y Riohacha, Santa Marta, Tolú y el Darién en el Atlántico. La procedencia y el número de los esclavos que fueron obligados a vivir en tierras colombianas, continúa siendo tema de discusión de los investigadores en la materia.

Además de escudriñar en los documentos coloniales, se emplean técnicas en genética molecular que permiten saber los orígenes de cada grupo y sus relaciones de mezcla durante su convivencia en las nuevas tierras para acercarse a los verdaderos orígenes de la población negra. Geográficamente la procedencia de los esclavos negros se ha descrito en regiones africanas como Senegambia, Costa de Marfíl, Costa de la Pimienta, Costa de Oro, Golfo de Benín, Golfo de Biafra, Africa Central y el interior del Africa Occidental. Las cifras propuestas por los demógrafos de las tratas, varían entre 9 y 100 millones de negros para todo el continente, de los cuales unos 200.000 ingresaron a los territorios que luego serían conocidos como Colombia, Panamá y Ecuador.

Concepto salud enfermedad

La comunidad negra de Nuquí tiene una forma particular de percibir el proceso salud y enfermedad, como la intromisión de espíritus o males por diferentes razones.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: yerbatero, curador de picadura de culebra, la partera y el curador de mal de ojo.

Nivel de salud de la comunidad

De acuerdo con la enfermera jefe, las principales causas de enfermedad son: infección respiratoria aguda (IRA), problemas dermatológicos (escabiosis), problemas gástricos, paludismo, hipertensión arterial, enfermedad diarréica aguda (EDA), poliparasitismo intestinal.

Aceptación de las prácticas médicas occidentales

Es común en las comunidades negras su alta participación y colaboración en las brigadas médicas. Aceptan con facilidad las técnicas practicadas por los médicos.

13. COMUNIDAD PAEZ

Reseña etnográfica

Tierradentro, una población situada en el departamento del Cauca, en la vertiente oriental de la cordillera Central es el hábitat de los Paez.

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En este sitio, gozan desde el clima templado hasta el páramo, asentando la mayoría de sus tierras en la región fría. Los Paez conviven con poblaciones blancas o mestizas en un territorio densamente poblado. Actualmente se habla de 94.670 Paez. La lengua está clasificada con algunas dudas dentro de la familia Chibcha. Su sustento proviene de la actividad agrícola que se caracteriza por el policultivo a pequeña escala. La tierra es adjudicada dentro de los resguardos por el cabildo que ejerce la autoridad para el grupo ayudado localmente por el capitán. Los cabildos son elegidos anualmente y los cabildantes reciben la vara de mando, símbolo de su autoridad. La ley fundamental en el matrimonio es la endogamia étnica y la prohibición de casarse con primos en primer grado. En algunas ocasiones se dan matrimonios con otros grupos como los Guambiano. El patrón de residencia en neolocal.

Concepto salud-enfermedad

El concepto que se puede deducir es: la enfermedad tiene un origen mágico dado por la acción de un duende o espíritu que perturba el estado de bienestar del individuo estando generado por la voluntad de un tercero que quiere hacer el mal. La salud estaría dada por la protección que se tenga al duende y a la observancia de las reglas de comportamiento.

El sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: médicos tradicionales, curandera, pulsadoras, la partera, sobandero, médico, odontólogo y promotora de salud.

Nivel de salud

Las patologías prevalentes son: la desnutrición, la enfermedad diarréica aguda, la infección respiratoria aguda y las enfermedades dermatológicas, tipo piodermitis.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La asistencia a los servicios médicos occidentales se da de acuerdo con el grado de occidentalización del indígena. Asisten periódicamente al centro de salud cuando son programadas las brigadas.

14. COMUNIDAD PALENQUE

Reseña etnográfica

Las primeras manifestaciones contra la esclavitud fueron realizadas en los territorios del litoral atlántico, creándose los llamados palenques o sitios donde se reunían las bandas de negros cimarrones que escapaban de sus dueños mientras trabajaban en las minas o

189 haciendas de la región. Estos palenques fueron instituidos a través de los siglos XVI, XVII y XVIII principalmente en los alrededores de Cartagena y más adelante avanzaron hacia las regiones del Medio Magdalena, llegando hasta los departamentos del sur-occidente como Cauca y Nariño donde todavía se encuentran rasgos que dan cuenta de su origen. Uno de ellos es el palenque de San Basilio, situado a pocos kilómetros de Cartagena con una población aproximada de 4.500 habitantes, referenciado por vez primera en 1713. Es un poblado que se ha mantenido vigente hasta nuestra época y ha permitido estudiar costumbres, ritos y lenguas. Respecto a esta última se presume que el idioma palenquero se ha mantenido diferenciado hasta hoy del español y en sus componentes aparecen elementos de las comunidades africanas Bantú, Kikongo y Kimbandu, así como también de los idiomas portugués y español.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: parteras, personas que santiguan, curador de picadura de culebra, curioso de Malagana (Luis Romero), médico rural y promotora de salud.

Estado de salud de la comunidad

Las enfermedades más prevalentes son: poliparasitismo intestinal, amibiasis, infecciones de la piel y tejidos blandos, tifoidea.

Aceptación de las prácticas médicas occidentales

Hubo una gran participación en la consulta, pero se presentaron algunos inconvenientes en la toma de sangre, pues no le veían importancia, además de creer que la muestra los debilitaría y no les permitiría trabajar.

15. COMUNIDAD PIAROA

Reseña etnográfica

La comunidad indígena Piaroa llega a poblar la tierra después de que Dios en el macizo Guyanes pisara la tierra. Cada pisada tiene su huella representada por una piedra.

Después de esta creación los Piaroa se dispersaron a lo largo de Venezuela llegando a ocupar parte del territorio colombiano en los departamentos del Vichada y Vaupés.

Al parecer los primeros contactos que tienen con la civilización son los Jesuitas. Dispersa en esta área selvática y dedicada a la explotación del caucho, la comunidad Salesiana decide consagrarlos y en ese proceso recoge a Roberto Pulido con varias familias para fundar a Serrapia.

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El Shaman o Curaco, aún como antes representa el poder político y religioso, es respetada y reconocida su actividad como Shaman. Los valores y principios culturales se encuentran normatizados casi se podría afirmar que cualquier acción tiene su norma. Su cultura es transmitida oralmente.

Conceptos salud- enfermedad

El estado de salud-enfermedad al parecer es de origen mágico-social es decir, la acción de un maleficio por un espíritu o el incumplimiento de una norma produciría la enfermedad.

Sistema de salud

Cuentan con los siguientes recursos: Shamán Paye o Curaco y Promotor de salud. Se cuenta con un puesto de salud, donde se dispensan primeros auxilios, algunos medicamentos y tiene una dotación mínima.

Nivel de salud

Las enfermedades más frecuentes son: Poliparasitismo intestinal, enfermedad diarréica, varicela, e insuficiencia respiratoria aguda.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

Aceptan en su totalidad cualquier forma de atención médica previo visto bueno del Shamán.

16. COMUNIDAD SIKUANI

Reseña etnográfica

Los indígenas que habitan los Llanos Orientales están clasificados dentro de varias familias linguísticas conocidas. Los Sikuani (también llamados Guahibo) se agrupan en la familia Guahibo junto a los Cuiba, Macaguane y Guayabero; los Piaroa forman con los Salvia, la familia Salvia-Piaroa.

Los primeros ocupan las márgenes del rio Meta y las extensas llanuras de los departamentos del Meta y Vichada, extendiéndose hasta las riberas del Guaviare como en el caso de los Guayaberos; los segundos habitan en su mayoría en territorio venezolano, en la margen derecha del Orinoco, con algunos asentamientos en Colombia. La vegetación está compuesta en su mayoría por sabana herbácea influida por el régimen de lluvias que es expresado por dos estaciones definidas, que determinan las actividades biológicas y económicas de la región. La mayoría de estos grupos practican una economía diversificada

191 pero la horticultura es la actividad más productiva. En ambos grupos la autoridad es ejercida por el suegro de cada familia extendida. El matrimonio en estos grupos se realiza preferencialmente con la prima cruzada bilateral aunque es frecuente encontrar exogamia con grupos cercanos (Sikuani, Piapoco o Salvia). Entre los Piaroa se establece además del sistema dravídico, la endogamia local.

Concepto salud-enfermedad

Fue difícil entablar diálogo con los agentes tradicionales de salud por la desconfianza hacia el mestizo por la explotación de sus conocimientos y en otros casos por la visión mercantilista de su profesión.

Sin embargo, se puede citar que la salud se comprende como el estar bien porque la comunidad está bien resultado de no alterar las relaciones con la naturaleza.

Sistema de salud

Los medios utilizados para el diagnóstico, Yahé, yopo, al igual que los utilizados para los tratamientos, son recolectadas de la flora silvestre. Cuentan con médicos tradicionales educados en la misma región, todos de edad mayor. La atención del parto es realizada por las mujeres familiares de la parturienta preferiblemente la progenitora.

La atención de la comunidad se realiza en el Hospital de Puerto Gaitán, de nivel local. Dentro de la planta de personal con funciones administrativas, se cuenta un funcionario de Asuntos Indígenas que pretende brindar atención preferencial. En este Hospital hoy una ambulancia disponible en el momento que lo requiera la comunidad.

En el resguardo se preparan personas para el cargo de promotores, pero no se encuentran laborando porque no existe remuneración para ellos.

Nivel de salud

Las patologías más frecuentes en el resguardo son: enfermedad diarréica aguda; tuberculosis; paludismo y poliparasitismo intestinal.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

La comunidad asistió masivamente a los servicios prestados por la Expedición Humana las consultas médicas, odontológicas, nutricionales y de enfermería. Procedimientos como la toma de muestras de sangre y endoscopia no fueron de aceptación por lo invasivos.

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17. COMUNIDAD EL TABLERO (PUTUMAYO)

Reseña etnográfica

La reserva de El Tablero inicia su vida para el año de 1955 con la llegada al lugar de indígenas de la comunidad étnica Siona.

Es así, como en las riberas del río Putumayo, a un día por vía fluvial de Puerto Asís se localizan actualmente aproximadamente 70 personas procedentes de diferentes comunidades étnicas como los Paeces, Huitotos, Kofanes, Coreguajes y Makaguajes.

Esta comunidad desplazada a lo largo de este período de existencia ha tenido un intenso contacto interétnico que incluye a los mestizos, quienes han migrado allí, por las bonanzas cauchera y coquera y han modificado profundamente su estructura social, política, religiosa, cultural y económica.

La comunidad actualmente se encuentra organizada de acuerdo con la norma estatal, para poder constituirse y tratarse como resguardo, es decir han adoptado un sistema político administrativo liderado por un gobernador, un alcalde y un alguacil, quienes representan a los habitantes. Este organismo cuenta con su personería jurídica y se encuentra afiliado a la Organización indígena de Colombia (ONIC).

Esta comunidad es el resultado de la integración de diferentes etnias y padece, como las demás presentes en la región, un proceso de aculturación producto de su pluralidad indígena, del contacto con el mestizo quien llega individualmente por razones variadas como las religiosas (franciscanos, capuchinos y evangélicos actualmente) o de orden social (la violencia de las décadas del cincuenta y sesenta) o interesados en la explotación agraria de cultivos como la coca, acabando lenta y efectivamente con sus creencias, su religión, la práctica de la medicina, su organización social y sus sistemas productivos.

Concepto salud-enfermedad

El estado de salud es el resultado de un equilibrio de seguir las leyes de la naturaleza y de la sociedad y su alteración constituye la producción de enfermedad y la muerte e incluso desórdenes de tipo natural.

El otro concepto es de tipo religioso "producto" de la acción evangelizadora de la Iglesia Pentecostal y es el que la salud es una dádiva divina y la enfermedad un castigo divino constituyéndose cualquiera de los dos estados en el resultado de la observancia de las conductas y disciplinas evangélicas.

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Sistema de salud

No disponen en la comunidad de ningún recurso humano calificado. No se conoce de la disposición de un botiquín o botica comunal. No existe ningún tipo de lugar y menos aún de instrumental para prestación de servicios de salud.

Nivel de salud

No se encontraron estadísticas sobre morbilidad o mortalidad de la comunidad. De lo observado se podrían citar que las patologías frecuentes son: parasitismo intestinal, infecciones respiratorias, dorsolumbalgias, infecciones de la piel y paludismo.

Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

Es plena, no existe cuestionamiento a su "eficacia" pero sí a su forma y al cumplimiento de la prestación de servicios. Los servicios se demandan en Puerto Ospina y el puerto El Carmen del Ecuador.

18. COMUNIDAD WAYUU

Reseña etnográfica

Los indígenas Wayuu o Guajiros son una comunidad de pastores que habita la península de la Guajira incluyendo los territorios de frontera con Venezuela. La región ha sido descrita como estepa semiárida y en ella no se encuentran elevaciones que superen los 900 metros de altura. El clima durante casi todo el año es cálido y seco con algunos períodos de lluvia entre los meses de septiembre y diciembre. La población no se distribuye homogéneamente en el extenso territorio; las localidades más pobladas como Nazareth y los alrededores de Uribia albergan la mayoría de los Wayú que, segun estimativos ascienden a 80.267 individuos.

La lengua guajira está comprendida dentro de la familia Arawak y se han descrito algunas variaciones entre los moradores de los extremos norte y sur que no impiden la comunicación fluida entre éstos. La economía guajira se basa en el pastoreo de ganado, en la utilización de sus productos y la consiguiente venta de la carne. En las épocas de lluvia cultivan yuca, fríjoles, maíz y algunos frutos como la patilla. La organización social está compuesta de clanes matrilineales no exogámicos.

La poligamia es el sistema más frecuente de matrimonio, aunque en la actualidad, sólo los más poderosos económicamente pueden acceder a tener familias numerosas.

La transacción marital se lleva a cabo utilizando ganado vacuno o dinero.

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Concepto salud enfermedad

Los Wayú pueden enfermar de diferentes formas:A través de los sueños de acuerdo a lo que allí suceda; entonces deben consultar con la piache; por la intromisión de espíritus de difuntos; Por no cumplir normas culturales, como la de visitar cerros prohíbidos; Mal de ojo: Se produce porque hay personas que tienen ojo muy fuerte y entonces enferman a los niños; a quienes les dá diarrea y se van secando.

Como puede verse hay una causación espiritual y externa del proceso salud-enfermedad; aunque los entrevistados aceptan la medicina occidental para el manejo de otras dolencias, desconocidas por ellos como el cáncer, ésto se da por su proximidad con los contrabandistas que visitan la zona y por el diagnóstico en las relaciones entre Wayu- sociedad nacional.

Sistema de salud

A pesar de la dificultad de la comunicación se pudo concluir cuentan con Piaches y sobanderos o pegadores de huesos; no hay parteras y los niños nacen en las viviendas asistidos por las otras mujeres de la familia o dan a luz solas.

En la alta guajira no hay ningún tipo de infraestructura para la atención en salud a la población indígena y tampoco para los mestizos dedicados a la actividad del contrabando.

En Bahía Portete hay una promotora de salud que es promotora indígena, pero se capacitó por su cuenta, y uno de sus planes actuales es hacer el curso de auxiliar de enfermería.

19. COMUNIDAD YUCOS

Reseña etnográfica

Los indígenas Yucos (llamados Motilones mansos, en comparación con los Barí) habitan actualmente la Serranía del Perijá, accidente montañoso que separa a Colombia de Venezuela.

Existe población Yuco en ambos países y sus regiones se caracterizan por estar pobladas de bosque seco tropical, húmedo subtropical y montañoso bajo, aunque en la mayoría de su territorio los suelos son pobres y con tendencia a la erosión. Según la linguística su filiación es Caribe y tienen como característica típica la baja estatura. Los asentamientos se realizan principalmente en las partes altas de los valles, cerca a las riberas de los rios, donde habita generalmente una familia extensa conformada por dos o tres viviendas.

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La población aproximada es de 2.150. Cada grupo doméstico efectúa las labores cotidianas, los hombres fabrican vasijas, armas para la caza y construyen sus viviendas colaborando con las mujeres en la producción agrícola cuyo principal producto es el maíz. Cada grupo local es independiente y la autoridad es ejercida por el suegro, reemplazado en ocasiones especiales por el yerno. Esta asociación es una típica familia extensa uxorilocal que luego de desaparecida la cabeza de autoridad se dispersa en familias nucleares repitiendo más tarde el mismo esquema.

Concepto salud-enfermedad

Los Yucos pueden enfermar por la intromisión de espíritus malos en sus cuerpos, por no realizar algunos deseos y, durante el sueño, de acuerdo con lo que allí ocurra, se pueden presentar varias enfermedades; es decir, que para ellos el enfermar es por causa externa y es producido por los espíritus.

También los espíritus de los parientes muertos pueden ocasionar enfermedades como diarreas, que llegan a causar la muerte de los niños en el período que va del primer entierro hasta el entierro definitivo.

Sistema de salud

En cada comunidad hay un curandero o supianeko quien conoce de las plantas y es el encargado de realizar los tratamientos necesarios para mantener la salud de la comunidad.

Es interesante que este grupo no cuenta con parteras o personal especialmente dedicado a este trabajo.

Para conocer el manejo de las plantas se le enseña a un muchacho todo lo relacionado con la medicina natural, enseñándole las plantas venenosas y prohibiéndole su uso. Si es obediente era escogido.

En el puesto de salud de Santa Clara trabaja una hermana franciscana de nacionalidad coreana con título de enfermera, quien proporciona la asistencia en salud a los indígenas y a los colonos que la solicitan.

Hay un puesto de salud en el área de la misión de las Hermanas Misioneras de María. Es una construcción de madera, techo de zinc, 3 consultorios y baño; en él se realizan las actividades de vacunación, y en algunas oportunidades han sido hospitalizados allí pacientes yucos para tratamiento.

Nivel de salud de la comunidad

De acuerdo con los registros del puesto de salud, la comunidad enferma de: diarreas, poliparasitismo intestinal y desnutrición. Se presentan varios casos de TBC pulmonar y ganglionar.

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Grado de aceptación de las prácticas médicas occidentales

Durante la consulta en el puesto de salud de Santa Clara, la comunidad participó de los diferentes servicios sin oponerse a ningún tipo de tratamiento. Podría afirmarse que se han apropiado de los servicios de salud y no les generan conflictos culturales.

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ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Ordóñez, V.A. (Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana.) Forero E., Correal M., Amaya G., Ceballos C., Cantillo M.C., Cifuentes P., Covaleda A., Medina A., Bello S. Gratz A. (Tesis de Grado, Expedición Humana, Facultad de Ciencias Pontificia Universidad Javeriana).

Los países tropicales como el nuestro se caracterizan por una alta frecuencia de enfermedades infecciosas, producidas por virus o bacterias. Varios trabajos de la Expedición Humana mostraron que nuestras comunidades aisladas no solo no escapan a estas enfermedades sino que en algunos casos las tienen en una proporción alarmante.

1. Sífilis

Una enfermedad para la que existe un tratamiento sencillo, y de bajo costo, se ha encontrado (de acuerdo a las pruebas de diagnóstico comunmente usadas y conocidas como VDRL y FTA)

en números que van entre el 3% y el 30% de los individuos

estudiados. Seguramente en algunas de estas comunidades la frecuencia real no sea tan alta y nuestros datos se deban a reacciones cruzadas con otras enfermedades que pueden hacer positivas las pruebas para sífilis, (como el pián por ejemplo, que es frecuente en algunas regiones), lo cual señala la necesidad de más investigaciones para aclarar la real situación de salud de estos grupos.

En un estudio inicial (2) se analizaron 1285 muestras, provenientes 944 de ellas de catorce comunidades indígenas colombianas; Curripaco, Piaroa, Guahibo, Guane-Butaregua, Yuco, Wayuu, Chimila, Tule, Ijka, Waunana, Embera, Tukano, Nukak y Guayabero lo mismo que 341 muestras provenientes de cinco comunidades negras; Providencia, Nuki-Bahia Solano, Saija, Bellavista-Atrato, y Palenque de San Basilio.

Se evaluaron en total 1285 muestras de plasma, detectando en cada una de ellas anticuerpos Anti-treponema pallidum, mediante la utilización de las técnicas de VDRL y FTA-abs, determinando la incidencia de Sífilis de las diferentes comunidades indígenas y negras de Colombia.

Se obtienen 254 serologías reactivas, confirmadas posteriormente por la técnica de Inmunofluorescencia (FTA abs) detectando anticuerpos específicos contra el Treponema pallidum, previa estandarización para trabajar la técnica con plasma.

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167 muestras (12.99%) de la población total se consideran seropositivas para la infección treponémica, de las cuales 100 (59,88%) pertenecen a la comunidad negra y 67 (40,12%) a la comunidad indígena.

Las comunidades que conforman estos dos grupos, Indígenas y Negros, a su vez son relacionados entre sí, demostrando que no se presentan diferencias estadísticamente significativas en cuanto a sexo, reactividad y población.

En el grupo total de la población; tomada como grupo Indígena y Negro, se encuentra un porcentaje de reactividad de 15% y de 84,2% de no reactividad, determinando de esta manera la seropositividad en el total de la población.

Los resultados obtenidos en estos estudios(1,2), permiten establecer que la comunidad negra, presenta una alta incidencia de anticuerpos contra el Treponema pallidium, no solo dentro de la misma comunidad sino también con relación a la población total.

Se han realizado estudios en los cuales se menciona la alta propensión de la raza negra a contraer la enfermedad, debido no solamente a su predisposición genética, sino también a sus diferentes costumbres sociales y culturales, a su elevada promiscuidad sexual y a la falta de recursos suficientes para dar soluciones adecuadas al problema, evitando y controlando la diseminación de la enfermedad.

En las comunidades Indígenas se observa menos frecuencia de casos reactivos; es importante destacar que de las 23 comunidades estudiadas, algunas poblaciones indígenas como Guane, Buteragua, Guahibos, Tukanos y Nukak no presentan ningun caso de seropositividad; historias clínicas aportan algunos datos sobre estas comunidades tales como que no permiten el ingreso de personas que no pertenecen a su grupo, ni se mezclan con individuos de otras comunidades, hechos que pueden relacionarse con la baja incidencia de la infección en los habitantés de estas poblaciones.

Esto también se vé en los resultados obtenidos en la comunidad Chimíla en donde se analizaron 70 individuos de los cuales solamente el 1,4% fue positivo para VDRL.

Con relación al sexo, se establece una mínima diferencia estadísticamente significativa, demostrando que éste no es un factor predisponente para la presencia o ausencia de la infección en los habitantes de estas comunidades y que la enfermedad puede contrarse con la misma frecuencia en hombre ó mujeres, en casos de contacto con personas infectadas.

1 1. FORERO JIMÉNEZ EDNA, CORREAL G. MYRIAM, GRATZ BONILLA ANGÉLICA. Análisis de factores de riesgo e incidencia de hepatitis B, Sida, Toxoplasmosis y sífilis en siete poblaciones de nativos e indígenas colombianos. Tesis pregrado. Facultad de Ciencias Básicas. Bacteriología. Pontificia Universidad Javeriana. 1991. 2 AMAYA G., CEBALLOS C. Incidencia de sífilis en comunidades negras e indias de Colombia. Tesis pregrado. Facultad de Ciencias Básicas. Bacteriología. Pontificia Universidad Javeriana.1994. 199

No se presenta diferencia estadísticamente significativa en la interacción raza - sexo, la relación que puede presentarse entre estos dos factores es nula.

Es importante destacar que este estudio epidemiológico se ha realizado utilizando como muestras de análisis plasma razón por la cual se realizó una estandarización de la prueba FTA - abs, determinando que la técnica empleada es aplicable tanto en plasma como en suero con la misma confiabilidad.

Consideramos además que siendo el primer estudio que a este nivel se realiza en Colombia, es de gran importancia porque permite el desarrollo de trabajos futuros; se ha dado el primer paso para el planteamiento de soluciones que en problemas de salud se han venido presentando en estas comunidades, prácticamente olvidadas por la sociedad y que van a permitir mejorar la calidad de vida de las personas involucradas directamente en este estudio.

2. Toxoplasmosis

La Toxoplasmosis es una zoonosis causada por el protozoo Toxoplasma gondii, que es un parásito intracelular obligado, con una distribución cosmopolita, presentándose con mayor frecuencia en países de clima húmedo y cálido, esta patología constituyó una emergencia en los años 80’s y aún actualmente se comporta como una infección oportunista con gran incidencia en pacientes con SIDA, al igual que en neonatos, lo que ha estimulado nuevo interés en este microorganismo como una causa de enfermedad y modelo poderoso para estudios en lo que a parásitos intracelulares se refiere.

El hombre (huésped intermediario) y los animales se infectan al consumir los ooquistes que son eliminados en las heces del gato (huésped definitivo) u otros felinos, pueden contaminar agua y alimentos, carne cruda o insuficientemente cocida, por vía tra- placentaria, transfusión de elementos celulares y transplante de órganos entre otros.

Los taquizoitos se multiplican en cualquier célula del organismo humano y se diseminan por vía linfática y hematógena estando libres o dentro de leucocitos, desencadenándose así la respuesta inmune por parte del hospedador, de la cual depende el desarrollo y posterior curso de la enfermedad.

De acuerdo con los datos obtenidos en este estudio, (2), la frecuencia de inmunidad frente a T. gondii en la población indígena fue de 90.9%, determinándose una frecuencia de anticuerpos sugestionable de la presencia de infección activa del 48.4%. (Tabla No.1)

En Colombia los estudios sobre Toxoplasmosis han sido pocos reportándose el trabajo realizado por el Instituto Nacional de Salud en 1983, el cual hace referencia a la población urbana (1).

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En cuanto a datos sobre las comunidades indígenas, existen los obtenidos durante la Gran Expedición Humana.

En uno de ellos se determina la Frecuencia de Anticuerpos Anti-Toxoplasma Inmunoglobulina G en cinco comunidades mediante el método de la inmunoperoxidasa.

Para la Toxoplasmosis, una enfermedad transmitida por los animales domésticos, causa frecuente de ceguera y de retardo mental en niños cuyas madres sufren la enfermedad durante el embarazo, e igualmente de facil tratamiento, pruebas positivas en sangre hasta en el 97% de los individuos en algunos de los grupos analizados como Arhuaco, Piaroa (92.5%) y Guane (90%), seguidos en porcentaje por Tukanos y Chimilas cada uno con 87.5%, Guayaberos con un 85%, mientras que el número fue mas bajo en otros grupos como (20%) Huitoto y (25%) Yuco.

Tabla No. 1. FRECUENCIA DE Acs ANTI - TOXOPLASMA EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS

COMUN/TITULO NR GIAP SIA n

Waunana 9 (22.5%) 22 (55%) 9 (22.5%) 40

Wayuú 4 (10.5%) 16 (42.1%) 18 (47.3%) 38

Paez 0 15 (37.5%) 25 (62.5%) 40

Tule 1 (2.5%) 21 (52.5%) 18 (45%) 40

Coreguaje 4 (10%) 10 (25%) 26 (65%) 40

TOTAL 18 (9.09%) 84 (42.4%) 96 (48.4%) 198

NR: No posee Acs frente al parásito AP: Con anticuerpos protectores SIA: Sugestivo deinfección aguda, tomado desde el título 1/128 en adelante

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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3. MEDINA A., BELLO S. Prevalencia de toxoplasmosis en diez comunidades indígenas colombianas. Tesis pegrado. Facultad de Ciencias Básicas - Bacteriología. Pontificia Universidad Javeriana 1994.

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PARASITISMO INTESTINAL EN 17 COMUNIDADES INDIGENAS

"Escasamente encontró un momento para señalarme el "bello color del tricocéfalo" que nadaba en un paisaje como de arena debajo del microscopio..." Nina S. de Friedemann, Antropóloga

Adriana Ordóñez Vásquez Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana

Mirar la historia de la humanidad es mirar la historia del medio ambiente, las poblaciones, las migraciones y básicamente mirar la historia del hombre, es preguntarse cómo, por qué y de dónde venimos, y para esto hay explicaciones dictadas desde muchos ángulos.

Así mismo el estudio de las parasitosis es igualmente importante desde el punto de vista histórico y de la biología de las poblaciones humanas de nuestro continente.

Las especies de parásitos intestinales que existían en los tiempos del primer contacto de los indígenas americanos con los conquistadores europeos, debieron reflejar un equilibrio entre el huésped y el parásito, resultado de miles de años de adaptación.

Hace 49 años Stoll notó que la mayoría de las infecciones parasitarias en el hombre eran producidas por helmintos. Hoy el aspecto global es similar. Análisis muestran que hay mil millones de casos de Ascaris lumbricoides, Enterovius vermicularis y Trichuris trichiura sobre seiscientos millones de casos de Uncinaria; trescientos de infección por filarias y más de doscientos millones de casos de Schstosomiasis. (Anderson, May 1982).

En contraste con las infecciones producidas por virus y bacterias, la población de helmintos exhibe un decrecimiento temporal en el hombre. A nivel nacional, es poco lo que se sabe sobre la distribución de estas entidades, entre las comunidades indias aisladas.

Cuatro estudios son conocidos: Uno de pocos individuos en el Chocó (Duque et al, 1959), dos de indígenas Ticuna (Restrepo 1962), (Schwaner y Dixon, 1974) y uno de 219 indígenas de la Amazonía, no identificados étnicamente (Penot et al, 1978). En nuestro estudio se analizan los resultados de 680 individuos provenientes de 17 comunidades indígenas del territorio colombiano.

El estudio se llevó a cabo en 680 muestras provenientes de 17 comunidades indígenas visitadas, entre las que se encontraban: Chimila, Wayuu, Arwaco, Cuna, Waunana, Embera,

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Yuco, Guane, Paez, Guambiano, Pasto, Guahibo, Curripaco, Guayabero, Inga-Kofane, Coreguaje, y Huitoto. (Neira D., Ordóñez A.O., Sánchez C. 1993).

Las muestras de materia fecal fueron obtenidas de pacientes con historia clínica completa, sin discriminación por edad ni sexo, anotando en cada caso el tipo de construcción, dotación de agua, disposición de excretas, grado relativo de limpieza y aglomeración. Los recipientes plásticos fueron entregados debidamente marcados el día anterior a la toma de muestras.

Se examinó una sola muestra de materia fecal de cada individuo, sin historia de purgante previo. Macroscópicamente, en su gran mayoría fueron sólidas y en todas se podían observar a simple vista deshechos alimenticios no digeridos, los cuales producían una intensa coloración violeta con la solución yodurada.

Pequeñas porciones de las muestras siempre frescas fueron tratadas con lugol - solución salina y analizadas inmediatamente al microscopio, para determinar la presencia de parásitos intestinales. La gran mayoría de las muestras negativas, se homogeneizaron en solución salina y se repitió su examen.

En nueve de las 17 comunidades visitadas se recogieron también muestras de agua de consumo humano y de su sedimento, al mismo tiempo que se determinaba el caudal y el pH a tres horas diferentes del día que coincidían con las horas de menor movimiento. Estas muestras fueron extraídas de su principal o principales fuentes de agua de consumo que en 8 comunidades correspondían a ríos, quebradas o pozos, en 4 comunidades a un acueducto medianamente tratado y en 2 comunidades a tanques de agua lluvia. Fueron traídas en frascos estériles, refrigeradas hasta Santafé de Bogotá, para ser analizadas en el laboratorio de aguas mediante la técnica de número más probable para identificar coliformes totales y coliformes fecales, en caldos de cultivo Lauril tripticasa a 37oC y Bilis verde brillante a 44oC.

A pesar de que la muestra total cubre un número importante de individuos fue imposible conseguir una muestra estadísticamente significativa en algunos de estos grupos posiblemente por factores culturales y por esta razón deben verse nuestros datos como resultado de un estudio piloto.

Se presentan los resultados clasificando los parásitos encontrados en protozoos patógenos, protozoos no patógenos y helmintos.

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Tabla 1.

Muestras examinadas % Entamoeba hystolítica % Giardialamblia

680 20.15 10,44

Protozoos Patógenos

Como protozoos patógenos se han clasificado la Entamoeba hystolitica y la Giardia lamblia.

La E. hystolitica se observó a frecuencia apreciable en todas las comunidades excepto en los indígenas Guayabero. La Giardia lamblia tiene aparentemente una distribución más restringida, ya que está ausente en cinco de las comunidades visitadas, entre las que se encuentran los Wayuu, ambos grupos Embera, Páez y Coreguaje.

Protozoos no Patógenos

Los parásitos que se encuentran en este grupo, son la Entamoeba coli, Endolimax nana, Blastocistis hominis, Balantidium coli, Iodamoeba butschili, y el Chilomastix mesnilli.

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Tabla 2

% % % % % % Muestras Entamoeb Endolimax Blastocistis Balantidiu Iodamoeba Chilomasit examinada a m i s coli nana hominis coli butschili mesnilli

680 28.38 18.08 4.4 1.62 4.4 0.59

La Entamoeba coli y la Endolimax nana son las de más amplia distribución en las comunidades; la E. coli se encontró en 15 grupos y la E. nana en 13 de ellos, con menos frecuencia aparecen el Blastocistis homini (8 comunidades), la Iodamoeba butschlii (5 comunidades) y el Balantidium coli en 3 comunidades. El Chitomastix mesnilli se encontró solamente en los indígenas Embera del río Atrato.

Helmintos

Tabla 3

Muestras Examinadas % Ascaris lumbricoides %Tricocéfalos % Uncinaria

680 26.17 3.24 1.32

En las 17 comunidades donde fue encontrado el Ascaris lumbricoides, fue importante su frecuencia, que varió entre el 7% en los Cuna y el 65% en los Waunana. Las frecuencias

206 promedio en todas las zonas estudiadas mostraron que las regiones Atlántico, Llanos Orientales-Amazonia, tienen una baja incidencia de este parasitismo al compararlas con la zona Andina y con el Pacífico.

El Tricocéfalo se encontró con distribución más restringida, de hecho sólo se identificó en 4 de las 17 comunidades visitadas.

En este trabajo se identificó indistintamente la presencia en materia fecal de Ancylostoma duodenale y Necator americanus, causantes ambos de Uncinariasis. Su incidencia fue bastante baja, solamente se identificaron estos parásitos en 8 individuos, seis de ellos en los Llanos Orientales-Amazonia.

Otra variable analizada fue la calidad microbiológica del agua de consumo, mediante un análisis bacteriológico, obteniendo los siguientes resultados:

• En todas las muestras analizadas se observaron coliformes totales, incluidas aquellas provenientes de acueductos, aunque en menor cantidad. Las aguas de los Guahibo y Guayabero, mostraron sin embargo una mayor contaminación con más de 41 coliformes totales por cada 100 ml de agua.

• Los coliformes fecales solamente estuvieron ausentes en dos de las comunidades (Guambia y Pastos) en los que es común el uso de Acueducto como principal fuente de agua de consumo, lo cual indica que esta agua tratada no es de muy mala calidad. Nuevamente las aguas de los Guahibo y los Guayabero mostraron la más alta contaminación, con 4-10 y 11-40 coliformes fecales por cada 100 ml de agua respectivamente.

Finalmente, podemos decir que el estudio de las parasitosis humanas ha sido de gran interés desde el punto de vista arqueológico, el hallazgo de huevos y larvas de helmintos en éste material ha permitido el estudio de poblaciones contemporáneas (Darlin, 1921; Soper, 1927). En nuestra región los análisis de cerámica prehispánica de la cultura Tumaco - La

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Tolita muestran un individuo con un prolapso rectal que podría tener como más probable causa una infestación por Tricocéfalos (Bernal y cols., 1994). De todos los estudios realizados parece claro que la mayoría de los helmintos presentes en el hombre actual se encontraban en los paleo-indios.

El Hallazgo usual en indígenas fue de poliparasitismo intestinal, sin embargo, en lo que hace referencia al tipo de parásito más frecuentemente observado, los helmintos de transmisión oral y los protozoos patógenos son por su prevalencia e implicaciones clínicas los más importantes. A pesar de la amplia distribución del Ascaris lumbricoides y del Tricocéfalo se encontraron rangos inferiores a los encontrados en la mayoría de las otras poblaciones estudiadas del continente (Salzano y Callegari -Jaques, 1988).

En este trabajo es bien claro que la prevalencia del parasitismo intestinal recibe influencias de muchos factores, entre los que se encuentra el método diagnóstico y el nivel de parasitemia (factores no corregidos en la muestra), el estado nutricional, la edad de los individuos estudiados, el estado sanitario de la comunidad, los tratamientos previos y las prácticas culturales.

Cabe resaltar que el estado nutricional como factor, condiciona la capacidad de respuesta inmunológica local (Cárdenas C., Granados V., 1994), sumándose a otros factores ambientales como la eliminación de excretas y las condiciones de las fuentes de agua potable que juegan un importante papel pero de menor efecto que el esperado, ya que incluso en presencia de una fuente de agua potable y una adecuada eliminación de excretas las comunidades continúan manteniendo un alto nivel de infestación parasitaria.

La incidencia de infecciones producidas en un individuo por una especie parasitaria es menor que la producida por múltiples especies, al parecer por una predisposición que ha recibido poca atención en la literatura epidemiológica. (Croll and Ghadirian, 1981) o por el contacto de estas comunidades con múltiples y diferentes personas.

El objetivo cumplido de esta investigación fue la identificación de los parásitos intestinales, presentes en estos grupos étnicos colombianos y su relación con factores de riesgo, socioambientales y de salud que afectan a cada comunidad. Se tomaron muestras de materia fecal, de adultos y niños en general, y muestras de fuentes de agua de consumo de las mismas comunidades.

Del total de muestras de indígenas analizadas, el 80.2% fueron positivas para parásitos intestinales y el 19.8% negativas, lo que indicó la importancia de los factores de riesgo como variable. Comunes a todas las comunidades visitadas fueron las fuentes de agua de consumo, y el mal manejo de la disposición de excretas. El estado nutricional general estuvo relacionado en forma directamente proporcional con el estado parasitario encontrado.

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En ninguna población examinada se encontró solamente un género de parásitos, efecto seguramente del viejo contacto de todos estos grupos con poblaciones no-indias de los alrededores.

El parasitismo intestinal es un real problema de salud en estas comunidades, por un lado su presencia condicionada por los malos hábitos higiénicos, impide el buen aprovechamiento individual de recursos nutricionales que son escasos en algunas de éstas

comunidades, convirtiendo al parasitismo en un factor de desnutrición que cierra el círculo vicioso al disminuir la capacidad de respuesta inmunológica del individuo y hacerlo más susceptible a la infección parasitaria.

Es urgente el manejo del parasitismo intestinal en estos grupos, con una aproximación multidisciplinaria, pero básicamente educativa, sin la cual parece difícil reducir los factores biológicos predisponentes, a aumentar la carga biológica de estas infecciones.

BIBLIOGRAFÍA

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CROLL, N.A. AND GHADIRIAN, E. 1981. Wormy persons. Contributions to the nature and patterns of overdispersion with Ascaris lumbricoides, Ancylostoma duodenale, Necator americanus and Trichuris trichiura. Tropical and Geographic Medicine 33, 241-8.

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RESTREPO, M. 1962. Estudio parasitológico de una región del Amazonas Colombiano. Antioquia. Med. 12: 462-484.

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STOLL, N. R. J. Parasit. 33, 1-18 (1947).

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CARACTERISTICAS DEL CUIDADO A LAS PERSONAS EN LOS PROCESOS DE SALUD Y ENFERMEDAD. COMUNIDADES INDIGENAS Y AFROAMERICANAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA

Edy Salazar María Claudia Duque (Facultad de enfermería, Pontificia Universidad Javeriana).

INTRODUCCIÓN

Actualmente se reconoce que la meta de lograr "Salud para Todos" sólo es posible si se logra articular la visión de los servicios de salud con las diversas formas en que las personas conciben, interpretan y tratan la salud y la enfermedad. En el caso de grupos minoritarios y marginales como son los indígenas y los pobladores afroamericanos que habitan zonas aisladas, este concepto se torna en una condición fundamental porque tradicionalmente ellos han sido discriminados, perseguidos y aislados de la realidad nacional, su acceso a los servicios de salud del Estado continúa siendo muy limitado y hay un gran desconocimiento acerca de las características del cuidado de las personas en los procesos de salud y enfermedad en su realidad cotidiana. El estudio que ahora presentamos aporta elementos para ampliar la comprensión de estos grupos humanos y se constituye en un punto de partida para la comunicación entre funcionarios y comunidades.

Por tal motivo, la Facultad de Enfermería desarrolló un proyecto denominado "características del cuidado de las personas en los procesos de salud y enfermedad", que permitió conocer las características de los cuidados de los niños y adultos enfermos, los cuidados a la mujer y al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia materna y las características de los cuidadores en cada uno de los grupos visitados.

Se entendió por cuidado a todas aquellas acciones que realizan las personas (madres, chamanes, promotores de salud, parteras, padres, médicos tradicionales, sobanderos...) para curar o prevenir las enfermedades y fomentar la salud de la población, durante la enfermedad o en etapas especiales como la niñez, el embarazo, el parto, el puerperio y la lactancia. Como cuidadores se consideraron a todas aquellas personas que realizan acciones de cuidado con un reconocimiento del grupo social donde se realizaba la investigación.

Para la recolección de la información se realizaron entrevistas individuales con informantes claves: madres, médicos tradicionales, parteras, líderes de la comunidad, promotores de

211 salud, auxiliares de enfermería; entrevistas con grupos focales: grupos de madres y padres; observación directa: concibiéndola como una forma de interpretación del investigador, orientada a la descripción de hechos, prácticas y comportamientos, y comunicación informal con diferentes personas (mujeres, profesores, hombres...).

Las entrevistas individuales y con grupos focales se realizaron a partir de preguntas orientadoras, formuladas en un instrumento-guía, que se utilizó en cada uno de los viajes. Adoptamos entonces métodos hermenéuticos de tradición antropológica, centrados en las narraciones y los relatos de las múltiples voces donde una importante cuestión de validez fue la selección de informantes claves. Compartimos lo expuesto por Gilles Bibeau al afirmar "estoy cada vez más convencido de que las declaraciones de informantes claves, bien seleccionados en un grupo dado, permiten identificar, con tanta fidelidad como lo haría la epidemiología, los problemas mayores de este grupo" (Bibeau, 1993).

1. CUIDADO DE LAS PERSONAS EN LOS PROCESOS DE SALUD Y ENFERMEDAD

La salud y la enfermedad como procesos del mundo vital de las personas no son una cuestión exclusiva del saber clínico o epidemiológico, sino que forman parte del mundo cotidiano que se articula con las instituciones sociales y se expresa a través de la cultura.

La enfermedad es la consecuencia esperada o el efecto previsto por el sistema de conocimientos; la envidia y el odio, que se concretan en un maleficio que "pone" un brujo, son causa de enfermedad en los Embera, Epena, Waunana, Sikuani, Desano, Tukano, Paez, Guambiano y negros de Nuquí. Otra causa de enfermedad son los extranjeros: en los Embera, Epera y Waunana pueden "llevarse una sombra" o "prender" enfermedades y en los Arhuaco causarlas, por la muerte y putrefacción que hay en su mundo.

Las condiciones climáticas también son causa de enfermedad. En los Paez y en los Guambiano ésta se explica por el arco iris, la lluvia, el frío y el calor. En estas dos comunidades los sangrados femeninos también son causa de enfermedad y por ello la mujer durante la menstruación y el puerperio debe permanecer en una vivienda aislada.

En los Arhuaco encontramos una clara relación causal entre la enfermedad y las formas de actuar de las personas especialmente con respecto a la sexualidad. Las acciones incorrectas, como tener relaciones sexuales antes del matrimonio, realizar un daño a la naturaleza o ser "flojo" (perezoso), son castigadas con enfermedades en ellos o en sus hijos. Si la persona no pagó en vida estos castigos, sus descendientes padecerán enfermedades y la curación sólo ocurrirá cuando se realicen los "pagamentos" que el espíritu solicita.

En la mayoría de las comunidades, los golpes, las picaduras y mordeduras de animales son considerados como eventos accidentales no relacionados con causas sobrenaturales; sólo en

212 la comunidad afroamericana de Nuquí encontramos que la picadura de insectos corresponde al nombre de una enfermedad que es tratada por los sistemas médicos tradicionales.

En el cuadro 1 se presenta un resumen sobre la explicación de las enfermedades tradicionales en algunas etnias visitadas.

Cuadro 1. Explicación a las enfermedades tradicionales en algunas etnias visitadas por "La Gran Expedición Humana"

Etnia Explicación de la enfermedad

EMBERA EPERA . Prendida por extraños . Puesta por un brujo con un maleficio: por envidia . Pérdida de una sombra

WAUNANA . Pérdida de una sombra . Puesta por un brujo con un maleficio:por envidia . Picadura de culebras: como un accidente

ARHUACO . Castigo por hacer algo inadecuado contra la naturaleza, contra las costumbres sexuales o castigo por tener odio, flojera o sueño. . Porque los espíritus de los ancestros piden "pagamentos". . Por no realizar los ritos de bautizo de cosechas, viviendas y objetos. . Prendida o traída por los "bunachi" (los que vienen de afuera, donde hay muerte y putrefacción). . Los accidentes no son castigos.

SIKUANI DESANO . Puesta por un brujo con un maleficio.

. Puesta por un brujo con un maleficio. TUKANO . Por el agua sucia.

PAEZ . Puesta por un brujo con un maleficio: por envidia. . Por los sangrados femeninos: menstruación y puerperio: Arco y Duende. . Por frío y calor. . Por mojarse con lluvia cuando hay arco iris. . Por un susto: de un espíritu o de un vivo.

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GUAMBIANO . Puesta por un brujo con un maleficio: por envidia. . Por los sangrados femeninos. . Por frío: climático y de los muertos.

AFRO- . Puesta por un brujo con un maleficio: por odio y envidia: trama AMERICANOS y mal de ojo. NUQUI . Por venenos de insectos y gusanos.

Los diversos nombres que dan las personas de las comunidades visitadas a las enfermedades se agruparon en tres formas de denominación: por signos y síntomas, por el nombre clínico de la enfermedad y por el nombre tradicional. Esta presentación corresponde a una interpretación de las autoras; y como ya se planteó, el saber tradicional se articula con el científico constituyendo un cúmulo de prácticas y conocimientos que guarda una coherencia en la cultura y en las instituciones sociales.

Los signos y síntomas expresados más comúnmente como enfermedades en los niños fueron la diarrea, la fiebre y los granos, la rasquiña y las manchas de la piel; y en los adultos los dolores de diferente localización: espalda, barriga, vientre, huesos, cintura y cabeza.

Aunque no fue nuestro interés central el análisis epidemiológico, es importante resaltar que los signos y síntomas de los niños corresponden a enfermedades que el conocimiento científico ha relacionado directamente con deficientes condiciones de vida en relación a saneamiento ambiental, malnutrición y a bajo o nulo acceso a servicios de salud, entre otros. Publicaciones como AMERICA INDIGENA y organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han llamado la atención sobre la urgencia de diseñar políticas y estrategias para mejorar las condiciones de salud de la población indígena ya que actualmente ellos constituyen, junto a otros grupos minoritarios como los afroamericanos de comunidades aisladas, las poblaciones más pobres y vulnerables a enfermar y morir. La deshidratación y la muerte de niños, como consecuencia de la Enfermedad Diarréica Aguda (EDA), continúa siendo muy frecuente en estos grupos poblacionales a pesar de que actualmente se cuenta con medios técnicos efectivos y poco costosos (sales de rehidratación oral) para evitar estas muertes.

En los adultos los diferentes signos y síntomas se relacionan también con deficiente saneamiento ambiental y problemas nutricionales y alimenticios así como con problemas asociados a las labores que desempeñan, especialmente agrícolas.

Los niños y los adultos enfermos por estas patologías reciben diferentes tipos de cuidados que dependen de la gravedad. Si son enfermedades leves las madres o los familiares

214 utilizan medidas caseras con plantas, medicinas alopáticas o mezcla de ambas que han aprendido a utilizar por experiencia propia (ensayo-error), por recomendación de otras personas (promotor de salud, otras madres) o por transmisión de una generación a otra. Si la enfermedad es grave se acude al médico tradicional y en algunos casos, generalmente como última opción, a los servicios de salud del Estado.

Dentro del concepto de nombres tradicionales con que denominan las enfermedades se encuentran: mal de ojo, pérdida de la sombra, espanto, pecados, visita del diablo, maleficio, mal de los siete días, arco, duende, entre otros. Estas denominaciones corresponden a concepciones mágico religiosas de la enfermedad, en los que su causa se atribuye espíritus, poderes divinos, fuerzas sobrenaturales y seres malévolos. En la descripción del curso de estas enfermedades se entrelazan diversos signos y síntomas como la diarrea, no comer, no crecer, quedar como muerto. Hay acuerdo en que el tratamiento para estas enfermedades sólo puede realizarlo un médico tradicional que posea los conocimientos para reconocerla y tratarla. Además, la mayoría de las personas reconocen estas enfermedades como diferentes a las que los médicos clínicos pueden tratar.

Bajo el nombre clínico de las enfermedades se incluyen los nombres que corresponden al conocimiento clínico científico internacional. Se reconocen enfermedades endémicas como el paludismo, tuberculosis, gripa, sarampión, parásitos, cólera y alergias. Estas formas de denominar las enfermedades se pueden relacionar con la presencia de los organismos de salud del Estado y de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que a través de los programas de atención a las personas han tenido algún impacto en estas poblaciones.

Encontramos que también conocen y realizan medidas para evitar la aparición de la enfermedad. Un tipo de acciones preventivas que denominamos evitar el evento causalconsiste en evitar los hechos que condicionan y explican la aparición del evento morboso, ya sea evitar mojarse con lluvia cuando hay arco iris para prevenir "el arco" (Paez) no comer alimentos fríos (Paez, Guambia, Chimila), no ir a cañadas donde se encuentra el duende (Paez), no realizar daños a la naturaleza o pecados sexuales (Arhuacos).

Otra forma de acciones preventivas encontrada es el uso de objetos protectores rituales como collares, pulseras, azabaches y cabalongas. Estos objetos protegen a quien los utiliza de maleficios y de miradas de quienes pueden causar enfermedad (mal de ojo). Al parecer, en la mayoría de los casos estos objetos son colocados por los Chamanes ya que ellos median con fuerzas sobrenaturales. No obstante algunos Wayuu comentaban que estos objetos pueden ser colocados por cualquier persona y lo que se pretende es distraer la mirada hacia éstos y así evitar que alguien con "mirada fuerte" mire al niño directamente. El uso de estos objetos es común en los grupos en que hay enfermedades puestas o prendidas, ya sea por maleficio o por la mirada como en los: Embera, Embera Epena, Waunana, Chimila, Wayuu, Arhuaco, Sikuani, Paez, Afroamericanos de Nuquí y de

215

Bellavista. En los Paez se encontró el uso de la corteza de un árbol ("tache") como forma de evitar el duende y el arco; en este caso el tache es llevado en la mochila cuando se acude a los sitios o eventos donde aquéllos pueden atacar.

Una tercera forma de acciones preventivas la denominamos acciones positivas y se refieren tanto a acciones para evitar la enfermedad como para promover la salud. En este grupo encontramos los bautizos que realizan los Arhuaco tanto de personas como de viviendas y objetos y personas. En este caso, la enfermedad no aparece directamente como consecuencia de una acción incorrecta o de concurrir a eventos negativos, sino que ésta se explica por la carencia de un factor positivo y por ello es necesario realizar el bautizo a la cosecha para que a los niños no les "den granos" (Arhuaco), colocar el chumbe para que no se asusten (Paez) o alimentar al niño con leche materna para que crezca sano (Chimila, Arhuaco, Guambiano, Pasto, Desano, Tukano, Huitoto, Guane, Afroamericanos de Nuquí). En este grupo incluimos también la vacunación, aunque es importante aclarar que aunque en algunos grupos esta medida tiene alguna cobertura, son pocos los casos en que ellos la explican como una forma de evitar enfermedades.

La última forma de prevención la denominaremos medidas de control social; en este grupo encontramos el control a los brujos que colocan maleficios en los Embera Epena y en los Paez; también medidas como el trabajar un número limitado de horas (en los Embera- Epena) y definir el sitio donde todos deben tomar el agua no contaminada.

Las medidas de saneamiento ambiental son reconocidas en algunos grupos como una forma de prevenir enfermedades. Sin embargo, esto generalmente ocurre en funcionarios del sistema de salud del Estado como Promotores y Auxiliares de Enfermería; a esto se aúna el que estas medidas no se realizan en forma efectiva agravándose con que en la mayoría de las comunidades hay una alta incidencia de enfermedades infecciosas y poco o ausente control ambiental, especialmente con el agua contaminada, disposición de basuras y excretas, contaminación por humo y con los vectores.

1.1 Los cuidadores: Funciones y forma de trabajar

Dentro del concepto Cuidadores se incluye a quienes realizan acciones orientadas al cuidado de las personas en los procesos de salud y enfermedad. Inicialmente no se consideró la posibilidad de trabajar con el concepto de sistemas de salud (Oyarse, 1988; Pedersen, 1988), sin embargo la información recolectada y la revisión bibliográfica posterior, dieron elementos para seleccionar las siguientes categorías a partir de las cuales se clasificaron a los cuidadores: sistema mágico religioso, curanderismo, medicina casera y sistema del Estado.

El Sistema mágico-religioso lo encontramos claramente presente en los Embera, Epena, Waunana, Cuña, Wayuu, Arhuaco, Piaroa, Curripaco, Panure, Paez, Guambiano y en la población afroamericana de Nuquí. Este sistema se basa en el principio de un poder

216 sobrenatural que cura o produce el mal, a través de un agente intermediario y en el que la dolencia tiene un origen punitivo (Vila de Pineda, Patricia, 1989). El intermediario o chamán es un verdadero mediador con el mundo de los espíritus procurando a través de la intensidad dramática del ritual, y de sus habilidades narrativas, que la cultura suministre a las personas el mito a través de la curación, y de otra parte, que la curación de las personas se constituya en un instrumento excepcional para reafirmar la cultura (Taussig, 1982).

Los chamanes de las comunidades indígenas y afroamericanas visitadas, reciben diferentes nombres: Jaibaná, Tonguero, Nele, Mamo, Brujo, entre otros. Realizan ritos que les permiten identificar la causa de la enfermedad (diagnóstico) utilizando sustancias psicoactivas y curar al enfermo por medio de rezos, plantas y otros elementos rituales (tratamiento). La mayoría incluye como parte de la curación recomendaciones de índole normativo que los enfermos o sus familiares deben cumplir para curarse.

El Curanderismo se define como un saber popular resultante de un proceso de asimilación de la medicina científica o de descubrimientos propios signados por la cualidad natural en los planteamientos teóricos de sus prácticas (Vila de Pineda, 1989). A diferencia de los chamanes, los curanderos no trabajan con fuerzas sobrenaturales sino con técnicas y medicamentos de farmacopea vegetal que han aprendido de otros especialistas y de la experiencia propia. Aunque en algunos casos los chamanes pueden atender a las mujeres durante el parto, la mayoría de las veces esta última actividad es realizada por parteras especialistas.

La Medicina Casera es un recurso inicial y tentativo en la restauración de la salud y se caracteriza por complementar en el hogar el tratamiento médico y tradicional (Vila de Pineda, 1989). Estas características condicionan su amplia presencia en la mayoría de las comunidades visitadas. Las madres fueron las personas identificadas como principales cuidadores de niños y adultos a partir de prácticas de medicina casera. Ellas han aprendido de su propia experiencia, de sus madres y hermanas y en algunos casos han integrado prácticas y conocimientos del saber clínico y epidemiológico a través de los representantes del sistema de salud del Estado.

El Sistema de salud del Estado se define como el conjunto de funcionarios (promotores de salud, enfermeros, médicos) y Organismos de Salud. Este sistema se caracteriza por orientar sus acciones hacia la promoción de prácticas que desde el conocimiento clínico y epidemiológico se considera que favorecen la salud y previenen la enfermedad, tales como el saneamiento ambiental, la higiene personal, la aplicación de vacunas y el uso de los servicios de salud. En éste los cuidadores también realizan actividades curativas a personas durante los procesos patológicos a través de programas nacionales para el control de enfermedades como la malaria, la diarrea (EDA), las infecciones respiratorias (IRA), la tuberculosis y las enfermedades de transmisión sexual entre otras.

217

El cuadro 2. Presenta las características de los Cuidadores en cada uno de los grupos étnicos visitados.

Cuadro 2 Características de los cuidadores

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: . Tonguero Penetra en el cuerpo del enfermo por medio de psicotrópicos y reconoce la enfermedad.

. Jaibaná Cura a los enfermos por medio de cantos, rezos, plantas y objetos rituales. Saca las enfermedades puestas.

Curanderismo: EMBERA . Parteras Cuidado de la mujer y del niño durante el embarazo y EPENA el parto. Da educación y utiliza plantas. WAUNANA Medicina Casera: . Madres Medidas preventivas y curativas de problemas sencillos con plantas.

Sistema del Estado: . Promotor de salud Promoción de la salud, prevención de la enfermedad, (Indígena) tratamiento de enfermedades según normas y programas del Minsalud, remisión de pacientes a los servicios de salud del Estado.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: . Nele Líder espiritual; enseña preceptos de vida. Diagnostica CUNA las enfermedades y cura por medio de ritos con rezos, leyendas y plantas, invoca la armonía con la naturaleza.

218

. Especialistas Aprendices de Neles

Curanderismo: . Parteras Cuidado de la mujer y del niño durante el embarazo y el parto normal.

Medicina Casera: . Madres Cuidados para prevenir enfermedades y fomentar la salud de los hijos.

Sistema del Estado: . Centro de salud y Acuden a éstos cuando fallan sus sistemas tradicionales. hospital En algunos casos utilizan servicios de promoción de la salud.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Curanderismo: . Partera Cuidado de la mujer y del niño durante el embarazo y el Curandera parto normal. Reconoce a las personas enfermas y los cura con plantas y medicamentos. Remite a los servicios de salud del Estado.

CHIMILA Medicina Casera: . Madres Cuidado de sus hijos enfermos con medicamentos que les han recetado los médicos y que han sido efectivos.

ONG: . Hermanas Lauritas Promoción de la salud; proveen cuidado para la (comunidad religiosa) prevención y curación de enfermedades sencillas.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: WAYUU . Piaché Cuidado de las personas enfermas; por medio de ritos con rezos y aseguranzas, diagnostica y cura enfermedades. Atiende mujeres en partos complicados.

219

Diagnostica la muerte.

Curanderismo: Preparan medicinas con plantas.Consiguen marido. . Médicos Wayuu. . Vendedores Recorren las rancherías vendiendo medicinas Wayuu.

Medicina Casera: . Madres,hermanas Cuidan a los enfermos de la familia con problemas leves por medio de su experiencia y de medicamentos Wayuu y alopáticos. Cuidan a las mujeres de la familia durante el embarazo y el parto de curso normal.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: . Mamo Bautiza niños, cosechas, viviendas y objetos como medida para evitar enfermedades y males. Por medio de ritos, reconoce la causa de la enfermedad y le dice al enfermo que debe realizar para curarse. Ocasionalmente atiende mujeres durante el parto.

Curanderismo: . Parteras Cuidan a las mujeres y a los niños durante el parto y con complicaciones. Utilizan plantas medicinales durante el parto y para curar personas con ARHUACO enfermedades sencillas.

Medicina Casera: . Madres Cuidan a sus hijos facilitándoles que sean inquietos porque este es un signo de salud. Utilizan plantas para cuidarlos cuando están enfermos de problemas leves.

Sistema del Estado: . Auxiliar de Promoción de la salud, aplicación de vacunas, Enfermería (Indígena) cuidado de las personas enfermas según normas y programas del Minsalud. Sutura heridas leves.

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Remite enfermos a servicios de salud del Estado. Utiliza plantas medicinales.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Curanderismo: . Partera Cuidado de las mujeres y los niños durante el Curandera embarazo y el parto. Cuidado de las personas con enfermedades leves; remisión de enfermos al hospital COLONOS local. GUANE Sistema del Estado: . Auxiliar de Cuidado a las personas a través de programas del Min- Enfermería salud: promoción de la salud, prevención, curación.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema del Estado: COLONOS . Promotor de salud Cuidado a las personas a través de programas del BUTAREGUA Min-salud: promoción de la salud, prevención, curación.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: . Médico Tradicional Cuidado de las personas enfermas; diagnóstico y curación con rezos y hierbas.

PIAROA CURRIPACO Sistema del Estado: . Auxiliar de Cuidado a las personas a través de los programas del Enfermería Min-salud: promoción de la salud, prevención, (Indígena) curación.

221

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: PANURE . Médico Tradicional Cuidado de las personas enfermas; diagnóstico y curación con rezos y humo de tabaco.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema del Estado: Al parecer no cuentan con ningún cuidador especialista DESANO en las comunidades visitadas. Utilizan los servicios de TUKANO salud del Estado.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Medicina Casera: . Madres Cuidado de las personas enfermas.

Sistema del Estado: HUITOTO . Promotor de Salud Cuidado de las personas a través de los programas del (Indígena) Minsalud: promoción de la salud, prevención, curación. . Líderes Promoción de la salud. comunitarios . Promoción de la salud .Líderes comunitarios

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: Cuidado de las personas enfermas; diagnóstico por . Médico tradicional medio de sustancias psicotrópicas para ver el espíritu y . Pulseador reconocer la enfermedad; curación a través de ritos en PAEZ los que utiliza diversos elementos rituales

Curanderismo: . Parteras Cuidado de las mujeres y los niños durante el embarazo y el parto. Cuidado de personas enfermas

222

con plantas y medicamentos alopáticos.

Medicina Casera: . Madres Cuidado de sus hijos para prevenir y curar enfermedades con plantas y medicamentos clínicos.

. Vecinos Ayuda con trabajo, alimentos y labores del hogar cuando hay enfermos y madres puerperas.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema del Estado: . Auxiliar de Cuidado a las personas a través de los programas del Enfermería y Minsalud: promoción de la salud, prevención, promotoras de salud curación. (Mestizas) PASTOS Sistema del Estado: . Auxiliar de Cuidado a las personas a través de los programas del Enfermería (Mestiza) Minsalud: promoción de la salud, prevención, . Promotores de salud curación. (Indígenas)

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

AFRO Sistema del Estado: Cuidado a las personas a través de los programas AMERICANOS . Hospital del Min-salud: promoción de la salud, PROVIDENCIA prevención, curación.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Curanderismo: AFRO . Parteras Cuidado a la mujer durante el parto. AMERICANOS BELLAVISTA Medicina Casera: Utilizan plantas y medidas caseras para

223

tratamiento de enfermeaddes leves.

Sistema del Estado: Cuidado a las personas a través de los programas . Centro de Salud del Minsalud: promoción de la salud, prevención, curación.

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

AFRO Curanderismo: Cuidado de las mujeres y los niños durante el AMERICANOS . Parteras embarazo y el parto SAN FRANCISCO

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: Cuidado de las personas enfermas con ritos. . Brujo Realizan cuidados para prevenir enfermedades y también pueden causarlas

Curanderismo: Aprenden de otros negros y de los indígenas del . Curandero Putumayo. Curan enfermedades con plantas y AFRO atienden a personas con accidentes ofídicos y con AMERICANOS traumas óseos. NUQUI . Tegua Preparan medicinas con plantas y administran tratamientos con éstas.

. Parteras Cuidado de las mujeres y los niños durante el embarazo y el parto

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: No se conoció GUAMBIANO . Médico tradicional . Taitas

224

. Médicos sentidores

Curanderismo: . Sobanderos . Parteras

Medicina Casera: . Madres

Sistema del Estado: Cuidado a las personas a través de los programas . Auxiliar de del Minsalud: promoción de la salud, prevención, Enfermería y curación. promotores de salud (Indígenas)

Etnia Nombre Funciones y forma de trabajar

Sistema Religioso: Es consultado ocasionalmente para la curación de . Médico tradicional personas enfermas. Realiza diagnóstico y curación con psicotrópicos y rezos.

Medicina Casera: . Madres Atienden a la mujer durante el parto. SIKUANI Sistema del Estado: . Hospital de Consultan para el diagnóstico y tratamiento de Campoalegre enfermedades.

Otros: . Líderes del resguardo Educación en salud para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

225

2. EL CUIDADO DE LA MUJER INDIA COLOMBIANA DURANTE LOS PROCESOS DE EMBARAZO, PARTO Y PUERPERIO

Conocer los cuidados de la mujer india colombiana durante el embarazo, el parto y el puerperio, fue una vivencia única para la Universidad y los diferentes cuidadores de la salud de cada una de las comunidades visitadas. Se estableció una relación comunicativa

en doble vía (comunidad-universidad) que facilitó compartir experiencias mutuas que forjaron un proceso educativo y formativo hacia el enriquecimiento y valoración de cada una de las culturas en la aplicación de la medicina tradicional y facultativa. El conocimiento se orientó a la identificación de las prácticas para la promoción de la salud y el cuidado de la mujer con los problemas más comunes derivados del ciclo reproductivo.

La comunicación se estableció con informantes claves, considerando a las madres, los ancianos, los líderes y los agentes de salud tradicionales (parteras, jaibanás...) y los reconocidos por el Sistema Nacional de Salud (el auxiliar de enfermería y el promotor de salud), como los facilitadores de una información que ha sido manejada y transmitida de generación en generación, y considerando los posibles cambios que se han derivado de las diferentes relaciones que han dinamizado la práctica de nuevos comportamientos y la adquisición de conocimientos que a través del tiempo han modificado ancestrales y actuales estilos de vida.

Los cuidados de la mujer india, como los de todas las mujeres colombianas durante los procesos de embarazo, parto y puerperio, son referidos a la aplicación de conocimientos y prácticas concebidas por los cuidadores en estrecha relación con el bienestar físico y psicológico del nuevo hijo. Es un nexo que a pesar de las influencias externas se ha afianzado, conservándose aún prácticas tradicionales (alimentarias, descanso, ejercicio, relaciones sexuales, espacio intergenésico...) que han determinado la permanencia de mitos y rituales con el propósito único de un hijo sano y de una madre con un embarazo y un parto sin complicaciones.

Durante el embarazo, la mayoría de las mujeres orientan los cuidados hacia la protección y continuidad del embarazo y a evitar lesiones y malformaciones congénitas en el niño. Es así como algunos cuidados especiales, la alimentación y la actividad sexual, forman parte de un programa tradicional que ha sido instituido como válido y eficaz en cada una de las comunidades visitadas. Sin olvidar que el consenso general de la mujer india y su familia es orientar los cuidados hacia el bienestar de la madre y especialmente del hijo que se espera, como testimonio de gratificación y vida promisoria.

El embarazo es considerado como un proceso normal y propio del ser mujer en las comunidades Embera, Epena, Waunana, Wayuu, Chimila, Paez, Guambiana, Pasto,

226

Sikuani, Huitoto y Guane. Por tal motivo la mujer india continúa con las actividades cotidianas relacionadas con la participación en los cultivos (siembra y recolección de algunos productos) y en las labores del hogar (preparación de alimentos, recolección y transporte del agua, lavado de la ropa, cuidado del esposo y de los hijos). Pero la mujer Sikuani hace énfasis y especifica que continuar sembrando trae beneficios porque el embarazo hace que "los cultivos carguen más rápido". El cuadro 3 resume los cuidados especiales y que son significativos para la mujer, la familia y la comunidad.

La alimentación en las comunidades Embera, Epena, Cuna, Chimila, Wayuu, Arhuaca, Huitoto, Pastos, Paez y Sikuani, es considerada como uno de los cuidados específicos durante el embarazo, caracterizándose por el aumento en el consumo de alimentos "más nutritivos" que los de la alimentación habitual. El cuadro 4 ilustra los alimentos que restringen, limitan o adicionan teniendo en cuenta los efectos nocivos o favorables para la madre o su hijo.

El control prenatal tradicional para la medicina facultativa también es realizado por las diferentes comunidades. Las madres son examinadas especialmente por la partera en los últimos meses de gestación, teniendo en cuenta que es la época propicia para identificar y solucionar complicaciones. La actividad primordial que realiza la partera es la valoración de la presentación fetal para modificarla por medio de masajes abdominales, cuando considera que el niño no viene "en la posición normal" (presentación cefálica).

Cuadro 3. Cuidado de la mujer durante el embarazo

Etnia Cuidados especiales

Epena Para dormir usa un toldillo para protegerse de los mosquitos. Para el frío la esterilla de dalmajagua. En caso de enfermedad acude al Jaibaná o partera.

Waunana No es controlada por ningún cuidador de la salud, el esposo es el único que puede tocarla; sólo consulta a la partera o Jaibaná cuando presenta signos y síntomas de enfermedad (dolor de cabeza, sangrados y desaliento...).

Cuna Es la época más feliz de su vida, recibe cuidados de todos los miembros de la comunidad y su esposo realiza las labores del hogar. La mujer permanece sentada cosiendo y cuando descansa se "soba el estómago" para que la criatura se sienta acompañada y no le dé frío. Si no realiza estos cuidados el nuevo hijo "podría nacer incompleto".

Chimila Considera que debe realizar diversos oficios para que el parto no sea difícil.

227

En molestias digestivas toma Alkaseltzer o sal de frutas.

Paez Debe continuar trabajando para que el niño no salga perezoso.

Guambiana El esposo y familiares le ayudan en las labores del hogar, especialmente en los últimos meses cuando debe permanecer en la casa.

Sikuani Evita las actividades que les ocasionan esfuerzos.

Pastos La madre y hermanas la atienden y la preparan para el momento del parto; es importante el reposo y el estado de tranquilidad para evitar "todo temor" y el niño no nazca con "susto" y no "se le caiga el cuajo".

Cuadro 4. Cuidados especiales en la alimentación durante el embarazo

Etnia Cuidados

Epena Limita: El aceite, enlatados y ácidos por condicionar el aborto.

Embera El esposo provee alimentos de caza y pesca como preparación para el parto y el puerperio.

Cuna Adiciona frutos silvestres y raíces de plantas. Restringe bebidas fermentadas (se le corta la sangre al niño). Aumenta la cantidad de alimentos cuando siente los movimientos del niño (que significa que está completo).

Chimila Adiciona verduras y frutas traídas por su esposo porque no se consiguen en la zona.

Wayuu Se alimenta bien, para evitar que su niño sea flaquito. Además toma chicha sin azúcar.

Arhuaca Restringe la carne de cerdo y los medicamentos. Adiciona las vitaminas. Para los nervios toman agua de toronjil y para dormir agua de cogollo de naranja.

Huitoto Algunas mujeres en el último mes disminuyen la cantidad de alimentos, para evitar que el niño crezca demasiado y se facilite el nacimiento.

228

Pastos Evita la leche y los huevos. Adiciona las coladas de maíz y los tubérculos.

Sikuani Evita el intestino, la cabeza o patas de animal para evitar que el niño nazca con defectos.

Paez Evita los alimentos fríos.

En la actividad sexual la mayoría de mujeres continúan sus relaciones dentro de la cotidianidad. Solamente restringen las relaciones sexuales las mujeres: Sikuani, Desano, Tukano (Panure), Epena (para proteger el embarazo y la salud del niño) y Pastos (en los últimos meses para evitar las malformaciones congénitas). La mujer Arhuaca sólo las restringe cuando se enferma o existen problemas familiares, que son ocasionados como consecuencia de un pecado cometido y que no ha sido pagado, por tal motivo, el Mamo realiza el trabajo para liberar a la mujer, su pareja o familia del "pecado cometido". Por el contrario la mujer Chimila además de continuar la cotidianidad sexual, la considera importante, porque previene al niño de enfermedades y facilita el contacto inicial del padre con el hijo que se espera.

Durante el proceso del parto en algunas comunidades, la mujer recibe atención desde el inicio de las contracciones o trabajo de parto. Los procedimientos que realiza la partera se orientan a identificar la presentación fetal, dar bebidas de hierbas para acelerar el trabajo de parto (manzanilla), disminuir el dolor y recuperar las fuerzas. Algunas mujeres durante el trabajo de parto caminan y se colocan en posición de cuclillas cuando viene la contraccion.

El procedimiento de identificar la presentación fetal es muy importante en la mayoría de las comunidades, teniendo en cuenta que la única posibilidad de nacimiento es por vía vaginal. Así mismo si existe desproporción cefalo-pélvica realizan maniobras para facilitar el paso del niño por el canal del parto, como lo comentaron los Embera. Ellos consideran "que cuando el parto ha sido difícil se relaciona con la falta de cuidados durante el embarazo y se presume que el niño seguirá mal toda la vida".

Durante el período expulsivo la mujer utiliza la posición ginecológica, semisentada, sentada, de rodillas, y de cuclillas. El cuadro 5 reúne las posiciones utilizadas en cada una de las comunidades.

Durante el parto la mayoría de las mujeres son acompañadas por el esposo, la madre de la mujer o sus hermanas. Algunas comunidades consideran el parto como íntimo de la pareja, y el esposo es quien lo atiende (como sucede en los Arhuaco), sólo llaman a la partera cuando se presentan complicaciones. En los Llanos Orientales (Sikuani) no existe el recurso de partera y la mujer es atendida por el esposo o los familiares. La mujer Chimila por lo general atiende su parto en el sitio donde se encuentre al iniciarse el nacimiento. Si el

229 alumbramiento se prolonga, lo facilitan soplando una botella o estimulando el reflejo nauseoso con un gajo de cebolla. Permanecen en la posición de cuclillas hasta la salida de la placenta.

Cuadro 5. Posición de la mujer para el nacimiento del niño

Posición Etnia

Ginecológica Cuna, Arhuaca y Guane.

Semisentada o sentada Wayuu y Paez.

Cuclillas Embera, Guambiana, Sikuani y Huitoto.

Rodillas Epena, Waunana, Pastos y Sikuani.

Los cuidados con el recién nacido los dirigen a facilitar la respiración, limpiarlo, darle calor, ligar y cortar el cordón umbilical. En la mayoría de las comunidades no existen elementos preparados para ligar y cortar el cordón umbilical, utilizando elementos cortantes disponibles en el momento del parto. Otras comunidades desinfectan tijeras o un cuchillo... y tienen listo el hilo o una tira de tela.

Para facilitar la cicatrización del muñón umbilical utilizan hierbas picadas, tabaco y Merthiolate (Timerosal). Algunas comunidades relataron la presencia de Tétanos neonatal (referido como "el mal de los siete días") que puede ser consecuencia de algunas prácticas de cuidado con el muñón umbilical.

Durante el puerperio la mujer reposa los primeros ocho días post-parto y se dedica al cuidado de su hijo. Recibe atención especial del esposo, la madre y los familiares con una buena alimentación y bebidas de hierbas para facilitar la expulsión de loquios y prevenir las fiebres puerperales. Después de 15 a 60 días vuelve a las actividades cotidianas con el reinicio de la actividad sexual.

El recién nacido en la mayoría de las comunidades es alimentado con leche materna, sin ser iniciada inmediatamente porque esperan que la producción de la leche sea abundante, en su defecto utilizan las leches industrializadas. Se hizo evidente que algunas comunidades reconocen que si prolongan el amamantamiento es efectivo como método de planificación familiar.

Finalmente se puede concluir:

230

La participación activa del personal de salud del estado (auxiliar de enfermería, promotor de salud) sólo se identificó en las comunidades cercanas a poblaciones, como es el caso de los colonos de Guane y Butaregua.

Durante el proceso del parto las actividades están orientadas a acelerar el trabajo de parto, realizar maniobras para modificar la presentación fetal, acomodar al niño en el canal del parto y facilitar el alumbramiento.

La atención del parto por vía vaginal es la única opción y por consiguiente las maniobras para modificar la presentación fetal en los últimos meses de gestación y durante el trabajo de parto son realizadas con frecuencia sin referir complicaciones maternas o del recién nacido.

La posición de cuclillas y de rodillas utilizada durante el parto, facilita el descenso fetal, favorece el esfuerzo del pujo y amplia el canal del parto, disminuyendo el tiempo de nacimiento del niño.

Los cuidadores tradicionales, especialmente la partera es el principal recurso de salud para la atención de la madre en los últimos meses de embarazo y durante el parto.

Son Comunidades que viven en asentamientos muy aislados con difícil acceso a los servicios de salud del Estado. Los cuidadores de la salud identifican la necesidad de remitir a la mujer a estos servicios; pero los costos, la distancia y las dificultades de transporte hacen que la madre con problemas no pueda ser atendida en estos niveles.

Los cuidadores de la salud son personas con experiencia en cuidar a la mujer durante el parto, pero carecen de los equipos necesarios para realizar un control prenatal y atender un parto.

3. CONCLUSIONES

En general las diferentes comunidades cuidan a las personas tanto en la promoción de la salud, como en los procesos de enfermedad, utilizando los conocimientos y prácticas que por tradición han considerado los más efectivos. Además, en algunas comunidades existe el recurso de personal básico de salud, capacitado por el Estado, y las personas consultan después de recibir el diagnóstico, tratamiento y recomendaciones de sus cuidadores tradicionales.

Los problemas de salud son originados por múltiples factores relacionados más directamente con deficiencias en saneamiento ambiental, pérdida de recursos naturales y suelos cultivables, áreas geográficas distantes, de difícil acceso e inclemencia climática y

231 medidas básicas de prevención de las principales enfermedades en la población materno- infantil.

Es importante considerar que el contacto de estas comunidades con otras personas diferentes a su etnia, ha modificado algunas prácticas que van en deterioro de la salud infantil, como son el uso de biberones y leches industrializadas desde los primeros meses de vida, además de haberse observado el inicio tardío del amamantamiento. Se hace necesario sugerir la elaboración de una guía alimentaria para los niños, teniendo en cuenta las características de producción de la región y las diferentes concepciones que sobre alimentación tiene cada cultura.

En la mayoría de las comunidades los procesos de embarazo, parto y puerperio son concebidos como normales y es posible que por tal motivo sus complicaciones no sean identificadas tempranamente. La morbilidad durante el embarazo no fue claramente definida para establecer relación con los problemas más comunes durante esta etapa; sólo se pudo inferir que el conjunto de algunas manifestaciones clínicas podrían describir la hipertensión inducida por el embarazo, el parto pretérmino, distocias de presentación y hemorragias post-parto entre otras. Se hace necesario que las parteras, promotores de salud y otros cuidadores, establezcan actividades de control durante el embarazo y teniendo en cuenta que el parto por vía vaginal es la única opción de nacimiento, su capacitación debería incluir atención del parto de alto riesgo y más en las áreas distantes o de difícil acceso.

Teniendo en cuenta que las parteras son aceptadas como líderes importantes en las comunidades, deberían ser consideradas como agentes para la promoción de la salud, con dotación básica para la atención del parto. Su capacitación y apoyo educativo debe realizarse con metodologías participativas, donde los contenidos se definan con base en los problemas que ellas identifican con respecto a su labor. Este aspecto es fundamental para no asumir "capacitaciones masivas", porque ellas son personas que han aprendido tanto de otras mujeres como de su experiencia y poseen características que las acreditan frente a la comunidad como cuidadoras y líderes en salud. Poseen conocimientos y habilidades para modificar la presentación fetal (al parecer sin complicaciones), atender a la madre y al niño durante el parto y nacimiento, enseñar acerca del cuidado de los niños, incluyendo la lactancia materna, entre otros. Su actitud es solícita y benefactora, con deseos de continuar aprendiendo; en la mayoría de los casos no esperan remuneración por su servicio.

Algunas comunidades conocen las medidas básicas de saneamiento ambiental, pero carecen de recursos para su práctica; otras tienen recursos y no los utilizan (como son las letrinas y los tanques recolectores de agua); es así que son comunes para casi todas las comunidades los problemas de salud derivados, como son el poliparasitismo intestinal, las infecciones respiratorias y la enfermedad diarréica aguda. Las complicaciones y muertes infantiles ocasionadas por estas enfermedades fueron descritas por la mayoría de las personas y

232 confirmadas por los cuidadores de la salud, quienes expresan que las madres desconocen los cuidados básicos para su prevención como es el caso de la deshidratación. Estos problemas de salud los relacionan más con causas mágico-religiosas como el maleficio, el castigo, las fuerzas sobrenaturales y el odio.

Se hizo evidente que los cuidadores de la salud desean ampliar los conocimientos y están ávidos por profundizar en nuevas prácticas que beneficien el cuidado de las personas en actividades de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, diagnóstico temprano y remisión oportuna. Diariamente se ven enfrentados al déficit de recursos técnicos que les permitiría realizar una labor de mayor impacto.

Atendiendo a estas inquietudes durante cada viaje, en las diferentes comunidades se identificaron problemas prioritarios y se realizaron acciones inmediatas de promoción de la salud, dirigidos específicamente a la salud de la madre y el niño, durante el embarazo, parto, puerperio y lactancia materna.

El conocimiento actual acerca de las comunidades visitadas, nos permite afirmar que las prácticas de la medicina tradicional, no corresponden a una única concepción, sino que en ella se integran y expresan diversas formas tradicionales de otros grupos vecinos y de medicina alopática. Esta condición puede considerarse un factor positivo para la introducción de prácticas, que como el uso de las sales de rehidratación oral puede beneficiar notablemente la calidad de vida de estas poblaciones. Además es importante tener en cuenta que encontramos prácticas que no son tradicionales y que pueden afectar negativamente la salud infantil, como el uso de biberones y leches industrializadas.

Los hechos anteriores son evidencia clara que la cultura de estos grupos no es estática, sino que en su vivir cotidiano se producen cambios que pueden afectar tanto negativa como positivamente a las personas en los procesos de salud y enfermedad y de la articulación y planeación coordinada entre instituciones de salud y personas de las comunidades depende el orientar las acciones hacia el polo positivo.

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ASPECTOS NUTRICIONALES Y ALIMENTARIOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS COLOMBIANAS

Luisa Fernanda Tobar V. Myriam Chinchilla M. Nutrición. Facultad de Ciencias. Pontificia Universidad Javeriana.

El estado nutricional de un individuo es la manifestación de diversos factores. Estos factores normalmente están relacionados entre sí con diferentes grados de efecto. Cuando se estudia la situación alimentaria y nutricional de un grupo humano, es necesario considerar aspectos como: el contexto social, el económico, el político, el histórico, el geográfico y el cultural. Por lo general los principales factores son la disponibilidad de alimentos, su consumo y el aprovechamiento biológico o la utilización que la persona hace de estos luego de ingeridos. Entre estos factores debe existir un equilibrio con el cual, el estado nutricional de la persona llegará a ser el adecuado.

Para estas comunidades en la disponibilidad de alimentos, intervienen otros aspectos como la producción, el mercadeo, los hábitos y la capacidad de compra. Está poco afectada por la capacidad nacional y regional de producción o de importación de alimentos. En las etapas en las que la persona depende alimentariamente de la decisión de otra, su estado nutricional se verá afectado por el criterio de selección y la disponibilidad de tiempo de esa persona para realizar estas actividades.

En el consumo de alimentos influyen especialmente la disponibilidad, el poder adquisitivo y la decisión de consumir; además de los ya mencionados, interviene la selección y la preparación de alimentos. A su vez, en este último aspecto, a nivel comunitario existen causas de naturaleza muy variada, de orden cultural como las creencias, hábitos, conocimientos y costumbres regionales. Individualmente está afectado por aspectos como los psicológicos, relacionados con gustos o aversiones hacia los alimentos manifestados desde la infancia, por recuerdos agradables o desagradables en relación con el alimento. En el aspecto social influyen, las categorías otorgadas a los alimentos, así como estratificación social, reconocimiento o prestigio, es decir, que es bien visto ofrecer comida a familiares y amigos por diferentes celebraciones o motivos y otros de orden biológico, donde el estado de salud o enfermedad condiciona el apetito. Finalmente, también influyen factores educativos como el nivel de escolaridad y los conocimientos acerca de la calidad nutricional de los alimentos, entre otros.

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Por último, en el aprovechamiento biológico o utilización que la persona hace de los alimentos después de ingeridos depende básicamente de su estado de salud. Este estado de salud depende a su vez, de la interacción del individuo con los factores del medio ambiente, la higiene personal y de alimentos. Las enfermedades infecciosas como algunas diarreas, infección respiratoria aguda (IRA) entre otras, afectan la adecuada absorción y utilización de los nutrientes. En general, los estados febriles aumentan el gasto de energía del organismo y así mismo aumenta la necesidad de recibir más alimento.

Algunos estados fisiológicos particulares como la gestación, niños en período de crecimiento, personas mayores y ancianos, experimentan cambios en su organismo por los cuales, se debe aumentar el aporte de nutrientes. Un desequilibrio en su alimentación condiciona el estado de salud.

Es importante que cada individuo esté en la capacidad de identificar los factores que afectan su estado nutricional y ajustar su comportamiento frente a la alimentación para promover un buen estado de salud.

Lo anterior hace referencia a comportamientos y manifestaciones individuales, a los que también la comunidad deberá estar en la capacidad de detectar y manejar bajo su criterio, con la ayuda y asesoría de las entidades gubernamentales y privadas que tienen relación con la situación identificada.

Según el estudio sobre aspectos nutricionales de grupos indígenas y afrocolombianos realizado en el marco de la Gran Expedición Humana (1), los problemas más frecuentes, considerando los 23 asentamientos visitados, fueron la desnutrición crónica en los menores de 5 años, donde los grupos más afectados fueron Waunana del Chocó y Curripaco de Guainía con el 100% de la población en esa situación. Los grupos Guayabero, Guambiano, Pasto, Paez, Murui Muinane, Coreguage, Arhuaco y Cuna, se encontraron con desnutrición en un rango del 41.2% hasta el 86.8%.

Para los menores de 18 años los niveles más altos de desnutrición aguda, entre 30% y 50%, se presentaron en los grupos Waunana, Embera, Cuna y Huitoto.

Para los adultos se identificó una elevada deficiencia energética crónica, desde un 50% hasta un 80% en los grupos Tukano, Desano y Piratapuyo de Asunción Departamento del Guaviare (mapa 1).

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Mapa 1. Distribución geográfica de las comunidades evaluadas nutricionalmente. Gran Expedición Humana. 1993

En cada comunidad indígena se identificaron diferentes factores condicionantes y sus interrelaciones que presentan aspectos comunes, los cuales se discuten a continuación.

En general las comunidades indígenas colombianas habitan en lugares de difícil acceso, apartados de los centros urbanos. Estas características agroecológicas del terreno, son muy variadas, y en ellos existen grupos que viven en regiones selváticas, húmedas, montañosas y erosionadas, entre otras. Esto implica que geográficamente se distribuyen a lo largo y ancho del país, aun cuando su número total no alcanza al 2% de la población nacional según el censo de 1993 (2). A pesar de esto, también se caracterizan por su heterogeneidad, en cuanto a formas de organización, lenguas, y relación con el Estado, lo cual representa una gran riqueza en diversidad (3).

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Históricamente las condiciones para los indígenas han sido difíciles, desde el momento del descubrimiento cuando comenzaron a ser invadidos, perseguidos y desplazados de sus hábitats naturales. Solo con la reforma constitucional de 1991, se reconoció la pluralidad nacional, aceptando así aspectos como su dialecto, representatividad en el gobierno nacional, conformación de entidades territoriales y formas propias de gobierno(4).

A pesar de la diversidad natural colombiana, y de la segregación generada a los indígenas, existen grupos que comparten algunos elementos comunes y otros propios de sus etnias en la situación alimentaria y nutricional.

De acuerdo con el reporte de la situación alimentaria nutricional (1), algunos de los factores que están influyendo con mayor intensidad en la disponibilidad de alimentos (figura 2) son: la escasez en los últimos 20 años de alimentos de origen animal, debida a la disminución de las prácticas de la caza como consecuencia del agotamiento de estos recursos naturales por el daño ecológico, la contaminación de las aguas de los ríos por las zonas urbanas y el uso indiscriminado de elementos nocivos para la pesca.

También los alimentos de origen agrícola han mermado debido a una baja productividad agrícola, por condiciones como: el desplazamiento de tierras por los colonos, la disminución de la tenencia de la tierra, el agotamiento del recurso natural donde los suelos se han erosionado haciéndolos poco fértiles.

Otros factores que disminuyen la disponibilidad de alimentos son: el desplazamiento de cultivo de alimentos por otros cultivos comerciales y el cambio de la actividad agrícola por otras, que representan mayor remuneración.

El consumo de alimentos (figura 3) ha disminuido como consecuencia de la disminución en su disponibilidad y en muchos casos no existe el suficiente recurso económico para adquirirlos.

A través del tiempo se han manifestado cambios en el comportamiento, prácticas y hábitos alimentarios, como la disminución en el consumo de alimentos autóctonos, al ser sustituidos estos cultivos por otros de mayor comercialización. Por otra parte, han reemplazado algunos de sus alimentos autóctonos por otros que, para ellos, son de mayor prestigio social y que pueden resultar de menor aporte nutricional, como el caso de las gaseosas y los dulces.

El consumo de alimentos también se ve afectado por otras creencias con respecto a la alimentación en ciertos estados fisiológicos especiales, tales como la gestación, dónde la mujer disminuye su consumo habitual de alimentos para evitar que el niño crezca demasiado y el parto se haga difícil, esto puede aumentar la posibilidad de que el niño presente bajo peso al nacer.

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En el promedio del consumo de nutrientes en algunas comunidades como Embera del Cauca, Chimila del Magdalena, Wayuú de la Guajira, Arhuaco del Cesar, Quechua, Siona e Inga del Putumayo, se identificaron deficiencias en el consumo total de energía, proteínas, grasa, carbohidratos, fibra, calcio, sodio, vitamina A, tiamina y riboflavina, en la dieta promedio consumida durante tres días de un muestreo al azar en la población total (cuadro 1); esta situación es similar en otras comunidades indígenas en las cuales se reportaron los problemas de desnutrición mencionados en el presente capítulo.

Los factores de mayor influencia detectados en la utilización de alimentos (figura 4) fueron la presencia de poliparasitismo intestinal ocasionado principalmente por la contaminación de las aguas de consumo, los sistemas inadecuados de eliminación de excretas y basuras y la convivencia con animales domésticos, entre otros.

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En resumen el problema más relevante identificado fue la desnutrición crónica de la niñez indígena que está ocasionada por la interrelación de todos los factores de la disponibilidad, el consumo de alimentos y la utilización descritos anteriormente. Todo esto repercute negativamente en el crecimiento y desarrollo de los niños.

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También se encontraron grupos cuyos niños alcanzaron un crecimiento óptimo para la edad, entre estos están los Huitoto de Caquetá y los Tukano y Desano de Asunción en Guaviare con un 22.2% de los niños considerados altos y los Embera del Chocó con un 21.4%, esta situación es el reflejo de una convivencia en armonía con el medio y las condiciones necesarias para lograr mantener una alimentación adecuada en energía y nutrientes, suficientes para desarrollar su potencial genético de crecimiento.

Es así como se identificaron factores benéficos relacionados con la situación nutricional y que se reflejan en el crecimiento óptimo antes mencionado, (figura 5) En los factores relacionados con la disponibilidad de alimentos, en algunos grupos existe ésta, ya que han organizado la cría de animales como cerdos, gallinas y patos; también poseen en forma comunitaria ganado lechero, del cual se benefician. Por otra parte, las diferentes variedades de animales que cazan y pescan deben ser consumidas, debido a que es prohibida su venta por razones culturales.

Cuadro 1. Porcentaje de adecuación del consumo promedio de nutrientes de 7 comunidades indígenas. Gran Expedición Humana. 1993.

Consumo Recomendadón Porcentaje Nutriente promedio promedio( 1 ) de Adecuación

Energía 2398.0 3700.0 64.8 Proteína 52.3 75.0 69.7 Grasa 42.4 111.0 38.0 Carbohidrato 477.3 601.0 79.4 Fibra 5.9 17.5 33.7 Calcio 314.5 800.0 39.3 Sodio 1420.7 2400.0 59.1 Vitamina A 750.4 1000.0 75.0 Tiamina 1.2 1.5 80.0 Riboflavina 1.1 1.8 61.0 Ácido Fólico 239.6 200.0 119.8

(1) Recomendación promedio: para un adulto hombre con actividad física intensa. ICBF. Recomendaciones de consumo diario de calorías y nutrientes para la población colombiana. ICBF, Bogotá, 1990.

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Adicionalmente, contribuyen a una disponibilidad de alimentos, factores tales como: la recolección de algunos frutos silvestres y la tenencia colectiva de tierras, donde cualquier miembro de la comunidad puede trabajarla.

El mercadeo de alimentos se realiza a través de diferentes medios como por ejemplo los bote-tienda, que traen alimentos de otras regiones y sacan los alimentos disponibles para la venta. También realizan intercambios con alimentos producidos en exceso, por otros que les faltan, o los comercializan en las tiendas comunitarias, las cuales son administradas por miembros de la comunidad.

De esta manera, algunos grupos indígenas aseguran un consumo de alimentos en general adecuado y en particular de fuentes de proteína de alta calidad. Por dicha razón se alcanza un crecimiento adecuado para la edad en los niños, así como mantener una alimentación adecuada durante períodos críticos como la gestación, la lactancia o los procesos de enfermedad.

Por ejemplo, las mujeres en períodos de gestación no disminuyen el consumo de alimentos, por lo menos lo mantienen igual, otras, cuando hay dinero consumen leche en polvo.

Durante la lactancia, se observan en la mujer, prácticas alimentarias como el consumo de leche en polvo o de vaca, caldo de "polón" (ave), "caguana" (bebida elaborada con la semilla de una palma), las palmas de canangucho y milpesos. Todos estos alimentos son consumidos con el propósito de producir más leche y de esta manera poder lactar en forma exclusiva, hasta los cinco o seis meses.

En algunas comunidades en las que durante este período hay alimentación complementaria, ésta se realiza con sopa de pescado, carne y colada de plátano.

Con respecto a las prácticas alimentarias cuando los niños se enferman son: no retirar los alimentos porque "los niños ya se encuentran débiles", específicamente para la diarrea, algunas madres continúan dando leche materna y también suministran sopa, otras madres continúan igual la alimentación y adicionan suero oral, para evitar la deshidratación. En el proceso de recuperación de la diarrea ofrecen sopa de pescado y leche.

En relación con la utilización de los alimentos se encuentran prácticas que son convenientes para prevenir problemas de salud, de éstas se pueden destacar las siguientes: la utilización de otras fuentes agua, para el consumo, como aguas lluvias o perforación de pozos. Cuando la fuente de agua es el río o la quebrada, se observó la realización de algún manejo de ésta antes de ser consumida, es así como el 50% hierve el agua y otros especialmente en la comunidad de Asunción, en el Guaviare utilizan filtros de arena y piedra.

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Por otra parte hacen un manejo adecuado de las basuras, utilizando los deshechos orgánicos para producción de abonos. Estas prácticas ayudan a prevenir episodios repetidos de diarrea o la presencia de enfermedades parasitarias, favoreciendo el estado de salud y bienestar.

Considerando la descripción de la situación anterior y proyectando una visión hacia el futuro, se debe tener en cuenta que el círculo que conforman los factores que afectan el estado nutricional, pueden continuar interactuando indefinidamente y deteriorando cada vez más el estado nutricional de estas comunidades, especialmente de los grupos vulnerables como son los menores de siete años y las mujeres gestantes. Esta población se encuentra subalimentada por falta de disponibilidad de alimentos, también se ve afectada por procesos repetidos de enfermedad que se manifestará con retrasos aun mayores en la estatura y con presencia de signos clínicos de la desnutrición; esto conllevará a la pérdida del potencial de desarrollo óptimo a nivel biológico, psicológico, laboral, social, educativo, entre otros.

Para la supervivencia y bienestar de la población indígena es prioritario que ellos mismos reconozcan y asuman que su situación alimentaria y nutricional es delicada. Así mismo, que se hagan responsables en la búsqueda de mejores condiciones de vida, para que puedan revertir estos problemas, a través por ejemplo, de la conservación de las prácticas alimentarias y de saneamiento ambiental descritas como benéficas (figura 5).

Para mejorar la disponibilidad de alimentos a nivel familiar, se recomienda incentivar los cultivos ya tradicionales en sus chagras e incorporar nuevos cultivos según las condiciones climáticas y ecológicas de la región, que les permitan tener variedades de alimentos para el autoconsumo. Se recomienda que a través de los cabildos indígenas se establezcan coordinaciones con entidades presentes en cada región, que puedan apoyar, asesorar y capacitar a las comunidacles en estos aspectos.

Los grupos indígenas deben rescatar y aplicar al máximo su conocimiento y experiencia sobre el manejo del equilibrio ecológico y la preparación de la tierra para el cultivo. Cabe destacar otras acciones recomendables de gran beneficio, como serían implantar o continuar con la rotación de cultivos y los cultivos múltiples en sus chagras. Estas formas de cultivo pueden aumentar el rendimiento de los mismos de manera satisfactoria, ya que evitan el agotamiento de la tierra y la proliferación de plagas, malas yerbas, insectos y otros agentes patógenos que puedan dañar los cultivos, los cuales no tienen opción de adaptarse en estas condiciones.

Se debe continuar incentivando la existencia de las tiendas comunitarias a través de las cuales se realiza la comercialización de los alimentos producidos por ellos; para que tanto la persona que la administra, como el que ofrece sus productos y el que compra, se vean beneficiados y a largo plazo se refleje en el mejoramiento del estado nutricional.

También se recomienda la promoción de la reproducción de especies animales existentes en sus criaderos, que serían destinados para mantener esta actividad y para el auto-consumo.

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Teniendo en cuenta la evaluación mencionada del consumo promedio de nutrientes y considerando la disponibilidad de alimentos existente en cada región, se puede resaltar la presencia de alimentos fuentes de proteína como: pescado, carnes de caza, huevos, fríjol, lenteja entre otros; alimentos energéticos como: plátano, yuca, maíz, arroz, papa, ñame y otros alimentos fuentes de vitaminas y minerales como guayaba, banano, piña, naranja y todos los frutos silvestres de cada comunidad y las verduras u hortalizas como: repollo, zanahoria, tomate, habichuela, coles, ahuyama, ají y cebolla.

Todos los grupos tendrían posibilidad de consumir las cantidades necesarias de estas tres categorías de alimentos, para lograr un desarrollo adecuado, basándose en sus propias formas de cultivo, almacenamiento, preparación y momentos de consumo habituales.

Se debe tener especial cuidado con los niños lactantes para completar el valor nutricional de la leche materna, especialmente a partir del cuarto mes con la iniciación de jugos de frutas no ácidas como papaya, mango, granadilla; al quinto

mes verduras cocidas y maceradas como la ahuyama; al sexto mes incorporar frutas como naranja, mandarina, guayaba, yuca o papa cocidas y maceradas, plátano verde o maduro cocidos y macerados. Al séptimo mes iniciar la yema de huevo cocida blanda, carnes de caza cocidas y molidas, igualmente pastas como macarrones o espaguetis en aquellos grupos donde es frecuente y posible su consumo. Al octavo mes se puede completar el huevo cocido blando y se inician, el fríjol o la lenteja cocidos y macerados. A los nueve meses el niño puede participar de la alimentación familiar.

Se debe conservar el hábito de no retirar la comida cuando el niño enferma. Se recomienda en lo posible ofrecer con más frecuencia cantidades pequeñas de alimentos blandos como papillas de yuca, plátanos verde o maduro, banano, huevo tibio, carnes molidas, entre otros.

Si se conservan los aspectos alimentarios positivos el niño tendrá oportunidad de crecer con un máximo despliegue de su potencial genético y desarrollará una mayor resistencia a las enfermedades para una vida adulta adecuada.

La visión global extraída de los asentamientos indígenas visitados, refleja una situación de riesgo en los aspectos nutricionales y alimentarios, pero con la potencialidad de superarla si se conservan y respetan los comportamientos y hábitos descritos como benéficos.

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SALUD ORAL EN LAS COMUNIDADES VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA

Francisco José Hernández Restrepo Camilo Riaño Barreto María Claudia Galvis de Hernández Facultad de Odontología, Pontificia Universidad Javeriana.

INTRODUCCIÓN

La Gran Expedición Humana visitó un total de 22 comunidades indígenas dispersas en la geografía nacional, durante un período de 9 meses, con un total de 17 viajes. Al ser este el primer viaje para un estudio de esta envergadura, nuestro estudio se convirtió en un proyecto piloto del cual sacamos interesantes resultados descriptivos y bases para posteriores investigaciones.

Dentro del proyecto se tomaron diferentes elementos clínicos de ayudas diagnósticas, tales como fotografías intra y extraorales, modelos de yeso, odontogramas y medidas antropométricas entre otros.

En la actualidad se están desarrollando diferentes estudios en diversas ramas de la odontología y antropología física, los cuales serán publicados en breve.

El objetivo de este capítulo es realizar un breve comentario acerca de el estado de salud oral de las comunidades indígenas visitadas.

Estado Actual de Servicio de Salud Oral: La variable constante en cuanto al servicio de salud oral que reciben las comunidades indígenas colombianas es la falta de programas de salud oral y prevención a largo plazo, diseñados especialmente para la mentalidad y costumbres de las diferentes comunidades indígenas de nuestro país; siendo importante enfatizar que de los 35 millones de habitantes de nuestro país, aproximadamente medio millón son indígenas, conformados en cerca de 80 grupos étnicos diferentes con 64 lenguas, demostrando esto la gran diversidad tanto étnica como cultural y de costumbres de nuestros pobladores, siendo éste un factor primordial para profundizar en la individualización del proyecto de salud oral para cada comunidad en concreto y no realizar un solo programa para todo el territorio colombiano y sus comunidades indígenas.

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Otro factor importante es la desprotección de las comunidades indígenas en cuanto a la atención odontológica eficiente es el aislamiento tanto cultural como de vías de acceso en que viven la mayoría de las comunidades; debido a la necesidad de protegerse del "ataque de la civilización occidental". A ésto se suma la inexistencia de profesionales de la salud oral cerca de las zonas de asentamientos indígenas obligando a los habitantes a realizar desplazamientos hasta poblaciones cercanas a varias horas de viaje en lancha, camión, o a pie para así tener un servicio odontológico. Siendo éste en la mayoría de los casos ofrecido por un personal no capacitado, llevando a un estado de salud oral lamentable con multitud de mutilaciones dentales debido a que se recurre a las extracciones dentales como único medio de tratamiento a su alcance por el grado de capacitación en salud oral de las personas que ofrecen estos servicios para solucionar las necesidades de los pacientes.

Aunque estos personajes a la luz de los profesionales capacitados pueden ser tildados de "teguas" son ellos la única alternativa para el manejo del dolor de los pobladores de las zonas alejadas ofreciendo al menos algún tipo de solución para éstos.

Es por esto que se hace imperativo el diseño de estrategias de capacitación de los indígenas de cada comunidad para ofrecer un servicio de salud oral preventivo y curativo efectivo para cada comunidad en específico ofrecido por promotores de salud oral.

Las esporádicas visitas de los servicios de salud departamentales o de instituciones o agremiaciones privadas para realizar "brigadas de salud" convierten a los tratamientos mutilantes tales como exodoncias, en los procedimientos más realizados en sus diferentes visitas. Esto, debido a las dificultades operativas y logísticas para el desplazamiento tanto de los profesionales como de equipos a estas zonas alejadas.

Las iniciativas de las diferentes Secretarías de Salud de muchos departamentos, intentando realizar folletos informativos y de capacitación en salud oral y técnicas de higiene y hábitos orales, han sido muy interesantes y con la mejor intención pero de acuerdo con nuestras conversaciones con las diferentes comunidades observamos que no están realizadas ni orientadas hacia su mentalidad, así sean escritos en la lengua específica de cada una, llevando esto a la pérdida de un gran esfuerzo realizado por estos estamentos gubernamentales.

Puede parecer muy sencillo el lograr penetrar en el ambiente socio cultural de una comunidad y lograr compenetrarse, llegando verdaderamente a entender qué es lo que está sintiendo un individuo en determinada circunstancia; es por esto que queremos insistir en la importancia y la necesidad que los individuos y miembros propios de las diferentes comunidades sean quienes se encarguen de dirigir y sean los líderes y abanderados en las campañas y programas de prevención y capacitación en salud oral.

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Higiene Oral

La ausencia de personas responsables de la salud oral en las comunidades indígenas hace que cada individuo o cada núcleo familiar maneje la higiene oral según su propio criterio y según su grado de educación personal. En términos generales, la higiene oral que realizan los indígenas es inadecuada. En muchas instancias existe un desconocimiento del cepillo dental y su uso, y en otras instancias existe un cepillo dental por familia.

La seda dental era un elemento desconocido en la mayoría de las comunidades visitadas; otras sí la conocían pero desconocían la forma adecuada de usarla.

Nutrición y Salud Oral en Comunidades Indígenas

A pesar del aislamiento observado, en la mayoría de las comunidades observamos la gran influencia de dieta elaborada (enlatados y productos alimenticios procesados y empacados, gaseosas, dulces, etc.) y altamente cariogénica, la cual es surtida en las tiendas de colonos o de indígenas que viajan a poblaciones cercanas en busca de este tipo de alimentos que día a día ganan más popularidad dentro de los indígenas, desplazando en muchos casos la dieta natural de los pobladores, siendo esta la causante de los altos indices de caries y lesiones destructivas de tejido dentario y periodontal encontrados en la mayoría de los moradores.

La unión de estos factores, sumado a las deficiencias de higiene oral y la falta de medidas de prevención y la falta de conciencia de salud oral incrementan las enfermedades dentales y periodontales.

Vale la pena resaltar los hallazgos reportados sobre los indígenas nómadas Nukak Maku del Guaviare, comunidad con grados ínfimos de aculturación y consumidora de dieta absolutamente natural. Se reportó dentición temporal y permanente completa en todos los indígenas que se tuvo la oportunidad de estudiar, sin observar caries dental, situación que lleva a cuestionamientos sobre la influencia negativa de la dieta cariogénica de la cultura occidental. En cambio, se observaron grandes desgastes dentales sobre las superficies masticatorias asociadas a la dieta natural abrasiva.

Enfermedades Orales observadas en las Comunidades Visitadas

Caries Dental:

Esta fue la enfermedad oral con mayor incidencia dentro de todas las comunidades indígenas visitadas, encontrándose en todas sus etapas clínicas, iniciando desde caries de lactancia, pasando por

caries agudas y crónicas, hasta destrucciones coronales severas y

253 focos necróticos con abscesos dentoalveolares.

Se encontró que el diente más afectado por esta patología en adultos es el primer molar permanente muy posiblemente debido a ser el primer en hacer erupción en la cavidad oral alrededor de los 6 años. En los niños se observó que los dientes más afectados fueron los incisivos centrales superiores, y los molares tanto superiores como inferiores, posiblemente a la deficiencia de higiene oral después de la lactancia materna y alimentación.

Esta situación no es de extrañarse, dado que en Colombia en general los índices de caries dental son muy altos, aun en las zonas urbanas donde la población tiene acceso a medidas de prevención y educación dental. Los factores etiológicos son también bastante aparentes y comunes en todo el país: higiene oral deficiente o inexistente, dietas cariogénicas en aumento y provenientes de la civilización, y la inexistencia de profesionales de la salud oral en las comunidades apartadas.

Destrucciones Coronales Severas:

Es una de las patologías más frecuentes, secundaria a las caries extensas, y sin tratamiento efectivo y a tiempo.

Es importante recalcar que estas grandes destrucciones se observan desde la dentición temporal hasta la dentición permanente.

Estos son la evidencia de la falta de atención inmediata y prevención ya que el diente para llegar a una destrucción severa es necesario que transcurra mucho tiempo con la enfermedad presente.

Focos Sépticos:

Se encontraron gran cantidad de restos radiculares dentales necróticos con un alto número de abscesos dentoalveolares. Este es el paso siguiente de la destrucción coronal severa. El paso siguiente son patologías con gran posibilidad de compromiso sistémico como: Celulitis Facial, Osteomielitis, Meningitis etc. como patologías predominantes.

Enfermedad Periodontal:

En unión con la caries dental, ésta fue la patología más frecuentemente diagnosticada en todas las comunidades, manifestándose todas sus fases.

La etiología está directamente asociada a las dietas cariogénicas, higiene oral deficiente, y acción de beta dura y abrasiva sobre tejidos disminuidos.

Vale la pena destacar los pocos elementos utilizados para la higiene oral, en varias comunidades se encontró que recurrían al uso de elementos provistos por la naturaleza entre los que es importante resaltar: espinas de cactus (utilizadas por los indígenas wayuu),

254 fibras naturales como el fique, la limonaria, hojas de arbustos no específicos, espinas de peces, etc. para lograr un barrido de la superficie dentaria actuando éste a manera de cepillo dental o palillo interdental.

En las pocas comunidades que se observó el uso de cepillos dentales occidentales fue interesante ver que éste era compartido por toda la familia y su uso no era regular.

En la población joven la entidad que más se encontró fue la gingivitis marginal simple crónica localizada (inflamación leve de las encías) originada por la alta presencia de placa bacteriana blanda, contrastando con la alta incidencia de cálculos dentales supragingivales (placa bacteriana calcificada) en la población adulta, acompañando problemas de pérdida del hueso que soporta el diente (periodontitis), llevando a la pérdida dental por esta entidad en estado avanzado.

Pigmentaciones Extrínsecas:

Estas manchas ajenas a la estructura dentaria se encontraron sobre todo en las comunidades que tienen como hábito del mambeo de la coca.

En otras comunidades con hábitos alimenticios de productos vegetales con grandes cantidades de pigmento, se observan estas manchas en tejidos blandos más que en tejido dental, predominando en la lengua.

Facetas de Desgaste:

Esta entidad se encontró en la mayoría de comunidades que basan su alimentación en una dieta potencialmente abrasiva.

Muchos indígenas utilizan su dentadura como herramienta de asir fibras vegetales en la elaboración de sus utensilios de uso diario, causando esto desgastes severos especialmente en los cuatro incisivos superiores e inferiores.

Además, en las comunidades que es tradicional el mambeo de la coca esta entidad se encuentra generalizada debido al alto grado de abrasión de la cal.

Baja Incidencia de Apiñamiento Dental:

El apiñamiento dental está marcado básicamente por una falta de espacio para el posicionamiento de los dientes dentro de los maxilares, impidiendo el correcto alineamiento de los dientes en el arco dental.

Dentro de las comunidades se encontró baja incidencia de esta patología posiblemente debido a la alta pérdida dental debido a extracciones prematuras por caries. Además el tipo facial propio de los indígenas colombianos es de caras anchas transversalmente, lo que propicia arcos dentales amplios que permiten el acomodamiento natural de los dientes.

255

Labio y paladar hendido:

Dentro de la investigación sólo se encontró un caso de labio y paladar hendido, lo que refleja una prevalencia muy por debajo del promedio para la población en general, teniendo en cuenta las características de entrecruzamiento entre comunidades tan pequeñas y cerradas.

De acuerdo con el interrogatorio realizado por los investigadores se obtuvo información que pacientes con estas características nacían dentro de la comunidad, pero aparentemente y como un posible proceso de selección natural asociado a factores culturales, estos individuos literalmente "se morían de hambre", antes de llegar al año de edad, porque no comían ni recibían comida.

Papilomatosis Palatina:

Esta entidad se presenta en alto grado debido a las prótesis totales y/o parciales desadaptadas y viejas existentes en las bocas de los indígenas.

Esta patología se presenta en las comunidades en las que sus habitantes están más cerca de centros urbanos y tiene o tuvieron algún tipo de atención.

Parálisis Facial:

Esta enfermedad se encontró en algunas mujeres y con mayor prevalencia en la comunidad de los guambianos, creemos que es posiblemente debida a cambios bruscos de temperatura por el trabajo de las mujeres en la cocina.

Extracciones vs. Estética:

Es importante recalcar la alta incidencia de pacientes con ausencia de los cuatro incisivos superiores, al interrogatorio observamos que con su dentadura sana habían exigido les fuesen realizadas las extracciones de estos dientes para posteriormente ser reemplazados por prótesis parciales removibles con incrustaciones de oro, marcando esto un estatus económico sobre los demás miembros de la comunidad. Este fenómeno fue observado con mayor prevalencia en poblaciones cercanas a centros urbanos.

CONCLUSIONES

El siguiente es un resumen de los diagnósticos encontrados en todas las comunidades indígenas visitadas, en otras palabras podríamos decir que este es el diagnóstico del estado de salud oral de las comunidades indígenas del país:

256

Niños

Caries Destrucción coronal severa Focos Sépticos (restos radiculares) Gingivitis Marginal simple localizada Pólipo Pulpar Necrosis Pulpar Periodontitis apical crónica supurativa Celulitis Apiñamiento dental Pérdida de espacio en arco dental Pigmentaciones extrínsecas

Adultos

Caries dental Destrucciones coronales severas Focos Sépticos (restos radiculares) Gingivitis Marginal Simple Localizada Cálculos Supragingivales Periodontitis del adulto Facetas de desgaste Abrasiones cervicales severas Necrosis pulpar Pigmentaciones Extrínsecas Labio y paladar hendido Papilomatosis palatina Parálisis Facial

La conclusión final de este capítulo es que el estado de Salud Oral de los habitantes de las comunidades indígenas visitadas por la Expedición Humana es deficiente en alto grado, debido a la falta casi absoluta de educación dental, medidas de prevención y programas a largo plazo diseñados específicamente para cada comunidad indígena del país.

257

POBLACIONES NEGRAS DE COLOMBIA: UNA PRIMERA APROXIMACION A SU ESTRUCTURA MOLECULAR1

Genoveva Keyeux Instituto de Genética Humana, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

Mirar la historia filogenética de la humanidad es mirar la historia de las migraciones,los poblamientos, los entrecruzamientos y la evolución de los distintos grupos humanos. Y para ello, diversas lentes permiten hacer una lectura a veces encontrada, a veces paralela de esta historia; en lo que todos concuerdan, arqueólogos, paleontólogos, antropólogos, lingüistas, genetistas, es en el hecho que nadie tiene aún la última palabra, la versión definitiva de esta historia; mas aún, los hallazgos de una rama del conocimiento han sido a menudo cuestionados por otra disciplina, para finalmente verse ya sea confirmados o refutados por esta.

Recordemos la no tan antigua controversia entre paleontólogos y genetistas acerca de la separación entre los homínidos y los simios. De acuerdo con los estudios paleontológicos de fósiles, ésta habría ocurrido hace unos 25 millones de años, y el ancestro directo de Homo sapiens sería Ramapithecus. Esta afirmación fue rebatida por los estudios genéticos comparativos de proteínas sanguíneas de humanos y chimpancés que mostraron en 1967 que la separación entre estas dos especies se produjo hace apenas unos 5-7 millones de años. Aunque estos estudios revolucionaron la historia de la evolución de nuestra especie, no fue sino hasta los años ochenta que se aceptaron definitivamente, en parte debido al hallazgo de nuevos fósiles, en parte gracias a los aportes de la genética molecular.

Uno de los mayores problemas a los que se han enfrentado la paleontología y la arqueología es al hecho de que los fósiles muertos no necesariamente tuvieron descendientes. Además, la idea de que estos fósiles deberían formar una línea continua en el tiempo, encajando unos con otros, conduce a una hipótesis errada acerca de la evolución. Por el contrario, sabemos por las evidencias de la biología que la evolución se produce en forma ramificada, con extinciones repetidas en estadíos tempranos de muchas de las ramas, y que la especie humana no es ajena a este proceso.

A la inversa, puesto que los genes que encontramos en las poblaciones vivas actualmente tuvieron ancestros, y puesto que conocemos el reloj molecular dentro del cual se inscriben

1 Reproducido con la autorización de América Negra (1993) 5: 21-33 258 los cambios o mutaciones2 que sufre el ADN a lo largo del tiempo, hacer estudios moleculares comparativos entre los grupos humanos modernos nos remonta inevitablemente hacia nuestros antepasados comunes y, por ende, nos permite establecer el árbol filogenético de la especie humana.

Es así como la reconstrucción de este árbol, y por lo tanto del mapa migratorio, realizado a partir de los estudios genéticos, ha mostrado que Homo sapiens sapiens apareció en Africa hace alrededor de 200.000 años y de allí emigró hacia el Próximo Oriente, de donde se expandió hacia el Lejano Oriente, Europa y América. Globalmente, este mapa coincide con los estimativos arqueológicos de las fechas del poblamiento moderno de las distintas partes del mundo. Sinembargo, los estudios genéticos (moleculares y clásicos) en grupos humanos pertenecientes a regiones geográficamente delimitadas han mostrado en algunos casos varios linajes fundadores, lo cual a veces ha dificultado su interpretación dentro del marco de referencia filogenético y ha revaluado las hipótesis existentes (1-5).

Colombia, por su ubicación geográfica y por el papel que ha jugado en la historia del poblamiento de América del Sur, es una especie de plataforma giratoria, en donde los pueblos venidos desde los cuatro puntos cardinales desde la prehistoria hasta la Colonia, han configurado un caleidoscopio de grupos humanos muy variado. Es por lo tanto, uno de los pocos "laboratorios" vivientes a nivel mundial en donde podemos aún estudiar la historia biológica humana y trazar a partir de los datos actuales, las rutas que dieron origen en el pasado a nuestra diversidad biológica y cultural.

EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA GENETICA MOLECULAR

A la pregunta de qué miran los genetistas cuando estudian los diferentes grupos humanos, cabe hacer una aclaración inicial. De hecho los antropólogos, cuando practican estudios biométricos, están observando variables genéticas, lo que llamamos el fenotipo. Sinembargo, este fenotipo refleja a la vez el bagaje genético de cada individuo, y el impacto que sobre él ejerce el medio ambiente, de tal manera que establecer cuáles son las características genéticas propias de un grupo humano determinado a partir de estas medidas biométricas resulta sesgado y sujeto a variables imponderables.

Los primeros hallazgos genéticos que mostraron diferencias cuantificables entre grupos humanos fueron obtenidos hace más de 25 años a partir del estudio de proteínas sanguíneas. Aun cuando estos estudios permitieron definir gradientes (o clinas) de frecuencias de grupos sanguíneos y otros marcadores genéticos, el estudio de las proteínas se vio cada vez

2 Las mutaciones son básicamente sustituciones de un nucleótido por otro, o cambios en el número de éstos, ya sea por pérdida o por inserción, que hacen que la información genética se modifique. En la mayoría de los casos, estas mutaciones, inducidas por factores del medio ambiente, se acumulan en zonas «neutras» del genoma, pasando así de una generación a otra sin afectar la funcionalidad de la información genética. 259 más complementado a partir de los años ochenta por el análisis mucho más informativo del ADN, puesto que gracias a las potentes herramientas de estudio desarrolladas, la genética molecular puede analizar en su nivel más íntimo (la secuencia de nucleótidos) los eventos que han moldeado la herencia biológica de los grupos humanos.

Todos los seres humanos sin excepción poseen el mismo genoma3 y por lo tanto poseen la misma información genética (o genes) para producir todos los componentes celulares. Existen sinembargo pequeñas variantes dentro de este genoma, los alelos, que hacen que dos individuos no sean genéticamente absolutamente idénticos. Se ha estimado que existe una diferencia de cerca de 1% de nucleótidos entre individuos, lo cual significa que existen varios millones de mutaciones en el ADN que se han acumulado con el tiempo, sin incidir en la información relevante para la vida del organismo humano (6). La observación directa de estas mutaciones mediante las técnicas de la genética molecular (o ingeniería genética) ha resultado por lo tanto mucho más informativa que el estudio de las variaciones a nivel de las proteínas, las cuales reflejan sólo una pequeña fracción de estas mutaciones.

HISTORIA MOLECULAR DE LAS POBLACIONES

El descubrimiento de los polimorfismos moleculares o formas alternativas de los alelos del ADN a comienzos de los años ochenta dio origen a los estudios moleculares comparativos entre grupos humanos, ya que la distribución de las frecuencias de estos alelos puede variar enormemente de una población a otra, y de un gen a otro. Además, dado que las mutaciones neutras se fijan en las poblaciones, es posible inferir la antigüedad del ADN a partir del número de sustituciones que se encuentran en éste; de este modo ha sido posible establecer la antigüedad relativa de las distintas poblaciones humanas que encontramos hoy en día.

Hasta ahora no se ha hallado prácticamente ninguna región del ADN en la cual encontremos alelos únicos y exclusivos de una población humana dada, así como tampoco se ha encontrado grupo humano alguno que carezca de todos los alelos representativos de otras poblaciones. Lo que sí es claro entonces, es que dada esta distribución de frecuencias alélicas, existe una mayor o menor distancia genética entre dos o más grupos humanos, reflejada en la proporción de diferencias moleculares encontradas entre ellos, la cual nos revela la separación de estos grupos a partir del tronco común.

3 Se denomina genoma al patrimonio genético de cada organismo vivo, el cual está compuesto generalmente por moléculas de ADN (ácido desoxirribonucléico), cuyas unidades constitutivas son los nucleótidos. Estos nucleótidos son las piezas fundamentales que llevan inscritos, en su secuencia lineal, el código genético que permitirá fabricar las proteínas constitutivas del organismo. El genoma humano está compuesto por 3 billones (3.000.000.000) de nucleótidos presentes en dos ejemplares o copias en cada célula, repartidos en los 23 pares de cromosomas. 260

Varios autores han trazado árboles filogenéticos basados en estudios genéticos (clásicos y moleculares) más o menos exhaustivos (1, 7, 8). Es interesante constatar que existe una correlación bastante próxima entre los grupos o familias humanas, vistos desde la genética, y los grupos o familias lingüísticas. Los datos paleoantropológicos del poblamiento de las distintas regiones del mundo coinciden igualmente con la cronología de separación genética de las distintas ramas del árbol filogenético, inferida a partir de los estudios de mutaciones del ADN en los grupos humanos actuales.

HISTORIA DE AFRICA, HISTORIA AFRO-AMERICANA

Los estudios moleculares en poblaciones negras africanas y norte-americanas son relativamente recientes (5, 9-14), pero pese a esto, han sido muy ricos en información.

Los primeros análisis del ADN mitocondrial4 en poblaciones actuales provenientes de diferentes regiones geográficas del planeta han mostrado que la mayor diversidad molecular se observa en poblaciones africanas, además de una clara separación de los linajes humanos modernos a partir de un ancestro africano común. Este ancestro común de la especie humana (Homo sapiens sapiens), cuyo origen podría estar situado hace unos 140.000-290.000 años según los cálculos de ratas de mutaciones del ADN, habría dado origen a varios genomas ancestrales hace aproximadamente 60.000 -225.000 años, los cuales encontramos hoy en día representados en todas las poblaciones no-africanas estudiadas, así como también en algunas africanas (5, 9).

Del mismo modo, los estudios moleculares de los genes de clase II del HLA (DR y DQ)5 muestran una mayor diversidad alélica entre individuos de origen africano, que en otras poblaciones. Los estudios comparativos entre africanos y caucásicos europeos han mostrado que el número de haplotipos 6 del HLA diferentes es aproximadamente el doble en africanos que en europeos (12, 15, 16).

Estos resultados confirman los hallazgos en el ADNmt; en el sentido que los africanos de la región sub-sahariana son al parecer la población genéticamente más diversificada, por ser también la más antigua.

4 Además del ADN nuclear, existe en las células el ADN mitocondrial (ADNmt), pequeña molécula que se encuentra dentro de las mitocondrias. Las características que lo hacen interesante para los análisis de genética molecular en estudios de poblaciones y de evolución son su alta rata de mutación (aproximadamente 10x la del ADN nuclear) y su herencia por línea materna exclusivamente, lo que implica que siempre estamos observando la transmisión de un mismo genoma mitocondrial de una generación a la otra, sin posibilidad de recombinarse con otro. 5 El sistema HLA está constituido por un conjunto de genes que codifican para diversas proteínas: clase I (genes A, B, C) y clase II (genes DR, DQ, DP) para proteínas de compatibilidad tisular y respuesta del sistema inmune, clase III (genes BF, C2, C4) para proteínas del sistema complementario (de la respuesta inmune) (ver Bernal, Jaime et al. América Negra 4:157-161 1993). 6 Se llama haplotipo (extendido) la suma de alelos de los diferentes genes del HLA que presenta un individuo. 261

Como lo mencionamos anteriormente, los hallazgos genéticos en ocasiones revelan una filiación diferente de aquella que ha sido inferida a partir de la confrontación de los datos paleoantropológicos, históricos y lingüísticos. Los estudios moleculares del HLA mostraron además la prevalencia de un alelo particular del locus HLADRB en algunos grupos africanos que no ha sido aún identificado en otros grupos humanos (15-17). En este caso, la frecuencia de este alelo específico reveló una filiación más cercana entre dos grupos distantes geográficamente (Liberia en Africa Occidental y Malawi en Africa del Sur), que entre los Manos (de Liberia) y los Mandinkas (de la vecina Gambia), quienes históricamente están emparentados ya que se habrían separado durante la división del imperio Mali en los siglos XIII-XV (15, 17).

Otros estudios comparativos del ADN muestran diferencias en las frecuencias alélicas de algunos genes de respuesta inmune, como son los genes IGHG de las inmunoglobulinas y el gen TRG del receptor gama de los linfocitos T (13, 18, 19). En estos estudios es evidente que las poblaciones distantes genéticamente (caucásicos y africanos) muestran diferencias más extremas en las frecuencias de los distintos alelos, mientras que aquellas poblaciones que son el resultado de una mezcla mayor o menor con alguna de las dos (como por ejemplo tunesinos y libaneses), muestran frecuencias intermedias. Más aún, los genes IGHG muestran nuevamente un polimorfismo alélico mucho mayor en africanos.

Entre los grupos afro-americanos, los negros de NorteAmérica y las Antillas de habla inglesa y francesa han sido objeto de estudios genéticos de poblaciones. Presentan muchas de las características de sus ancestros africanos (5, 8), pero debido al grado de mestizaje con individuos de origen caucásico, existe también un importante "mestizaje" de genes, que se manifiesta en frecuencias alélicas más cercanas a la de los caucásicos, o combinaciones haplotípicas resultantes de los diferentes aportes genéticos (11, 20).

En Colombia, los estudios serológicos realizados en varias comunidades negras aisladas (Quibdó, Nuquí, Guanguí, Providencia, Palenque de San Basilio) han mostrado una diversidad genética importante entre estos grupos, la cual se refleja en las frecuencias de los diferentes alelos del HLA clase I y II que han sido encontrados (Expedición Humana, datos sin publicar). Estos estudios, que proveen una medida relativamente tosca de distancia genética entre grupos humanos han sido complementados con la caracterización mucho más fina del polimorfismo a nivel del ADN, como veremos más adelante.

262

ESTUDIOS MOLECULARES EN NEGROS COLOMBIANOS

Los estudios moleculares en grupos negros de Colombia han sido realizados dentro del programa de Expedición Humana que se viene desarrollando en diversas poblaciones negras e indígenas aisladas de Colombia desde hace más de cuatro años.

Nuestros estudios tienen como objetivo analizar varias regiones del ADN situadas en distintos cromosomas, y que sabemos están sometidas a distintas presiones de selección, con el fin de elaborar un mapa genético lo más completo posible, el cual nos permita trazar la historia filogenética y de poblamiento de los diversos grupos humanos que componen la Colombia del presente.

Dentro de los genes que hemos estudiado, los loci IGSA1 e IGSA2 que contienen la región de regulación de los genes para cadenas pesadas de las inmunoglobulinas A (IgA)7 han arrojado los resultados más interesantes hasta el momento8.

Los resultados obtenidos (Tabla 1) muestran que los loci IGSA1 e IGSA2 presentan dos alelos frecuentes en todas las poblaciones analizadas hasta el momento, incluidos los caucásicos europeos (22) (*0660 y *0710 en el locus IGSA1; *0450 y *0510 en el locus IGSA2). Aun cuando esta observación se mantiene en nuestras poblaciones, la distribución de frecuencias varía drásticamente (tabla 1); el alelo *0660 es prácticamente el único presente en el locus IGSA1 en los varios grupos indígenas que hemos estudiado (2, 21) con una frecuencia cercana al 100%, mientras que entre los negros de Providencia su frecuencia es sólo del 49% y apenas del 26% en la población negra del Chocó, aun cuando sigue siendo el alelo predominante en esta población. Así mismo, la frecuencia del alelo *0450 (del locus IGSA2), que es la más alta entre los diversos grupos indígenas estudiados y también entre los caucásicos (cerca del 96%), muestra la misma tendencia al descenso entre los grupos negros de Providencia (61%) y del Chocó (20%).

7 Los genes para la síntesis de anticuerpos o inmunoglobulinas A están asociados a regiones que determinan cuándo se debe producir estas inmunoglobulinas en las secreciones. Estas son las regiones IGSA. Los polimorfismos moleculares de estas regiones del ADN son revelados con la ayuda ya sea de la enzima SacI o PvuII y una sonda específica de esta región (14, 22). 8 Las muestras de sangre tomadas por el equipo de Expedición Humana en la isla de Providencia y en la región del Chocó (alrededores de Quibdó), así como las de los grupos indígenas estudiados en paralelo, fueron traídas a Bogotá y el ADN se extrajo según los métodos en uso en la Unidad de Genética Molecular del Instituto de Genética Humana (25). Las muestras de los mestizos provienen de un grupo urbano constituido por estudiantes y docentes de las diferentes facultades de la U. Javeriana. El ADN fue digerido con la enzima de restricción SacI y fue posteriormente sometido a una electroforesis en gel de agarosa para obtener una separación óptima de los fragmentos de ADN de mediano peso molecular. Se realizó la transferencia del ADN a membranas de nylon, y éstas fueron posteriormente hibridadas con la sonda radiomarcada específica de la región IGSA (14) para ser luego expuestas a auto-radiografía según los métodos convencionales. 263

Caucásico Mestizo Providencia Chocó Coreguaje

Alelos IG- 70 80 80 46 58 SA1

*0660 0,32 0,45 0,487 0,26 0,982 *0710 0,68 0,45 0,212 0,108 0,017 *0560 / / / / / *0590 / / 0,012 / / *0620 / / 0,012 0,108 / *0630 / / 0,087 0,086 / *0640 / 0,012 0,012 0,086 / *0645 / / / 0,043 / *0650 / / / 0,086 / *0655 / / / 0,065 / *0670 / 0,05 / 0,152 / *0680 / / 0,062 / / *0690 / 0,012 0,05 / / *0700 / 0,025 0,062 / /

Alelos IG- SA2

*0450 0,94 0,92 0,612 0,204 1,00 *0510 0,03 0,05 0,112 0,159 / *0360 / / / / / *0370 / / / / / *0380 / / / / / *0390 / / 0,05 / / *0410 / / / / / *0420 0,03 / 0,012 / / *0440 / / 0,012 / / *0470 / / 0,037 0,022 / *0480 / / / 0,318 / *0490 / 0,013 0,112 0,181 / *0495 / / / 0,068 / *0500 / / 0,05 0,022 / *0520 / / / 0,022 /

264

*0530 / 0,013 / / / *0550 / / / / / *0570 / / / / /

La tabla muestra la distribución de alelos de los loci IGSA en varias poblaciones. Los caucásicos (Keyeux 1989a) corresponden a un grupo de franceses, y los mestizos están descritos en el texto (nota 8) (Tomada de Keyeux 1993)

Esta disminución significativa en la frecuencia de un alelo particular en los grupos negros mencionados se debe a la presencia de otros alelos diferentes en estas mismas poblaciones; por el contrario, la presencia en casi el 100% de los individuos de los grupos indígenas y caucásicos de un solo alelo excluye otras variantes polimórficas, indicando que estos grupos humanos son, desde el punto de vista genético, muy homogéneos (o monomórficos).

Aun cuando este reducido polimorfismo sin duda refleja una menor antigüedad de estos grupos humanos comparados con los negros, debe estar mostrando igualmente un cuello de botella en la emergencia de las poblaciones caucásica y amerindia, con un grupo fundador relativamente pequeño que no permitió mantener más que unos pocos aletos. Esta situación es similar a la que ha sido observada con los estudios moleculares del HLA de clase II en poblaciones africanas y caucásicas (12).

En efecto, encontramos además en el locus IGSA1 en Providencia y Chocó 11 aletos definidos como "alelos raros", dada su frecuencia relativamente baja y su ausencia en la mayoría de poblaciones, y 9 en el locus IGSA2, de los cuales sólo 3 alelos en ambos loci son compartidos por ambos grupos. Hasta este momento, de las demás poblaciones que han sido estudiadas, las únicas que comparten algunos pocos de estos aletos raros con estas poblaciones negras son los mestizos colombianos y un grupo de caucásicos (franceses) que había sido estudiado previamente (22).

Estos resultados han sido muy informativos, ya que por un lado han mostrado un alto grado de polimorfismo, insospechado hasta el momento, de estos dos loci y por otro, que su comportamiento como marcadores de divergencia genética, a partir de las variaciones observadas de una población a otra, es comparable al que se observa en el ADN mitocondrial o en los genes de clase II del HLA, los cuales, como vimos anteriormente, son definitivamente marcadores predilectos de divergencia filogenética.

Globalmente, los resultados observados en las diferentes poblaciones colombianas estudiadas hasta el momento muestran que los grupos que presentan el mayor grado de polimorfismo, tanto para el locus IGSA1 como IGSA2, son los grupos negros de Providencia y Chocó.

265

Existen, sinembargo, diferencias significativas entre ambos grupos, tanto en la frecuencia de los diversos aletos, como en la distribución de estos. Estos primeros resultados, vistos a la luz de los demás trabajos de investigación que mencionamos anteriormente, permiten pensar que el origen genético de los negros de Providencia y del Chocó no es el mismo, y que por lo tanto el ancestro africano predominante en ambos grupos negros de Colombia debió ser diferente, aun cuando haya existido en ambos grupos mezclas con negros de varias etnias diferentes provenientes del Africa durante la Colonia. Para poder confirmar esta hipótesis, nos es imprescindible realizar este mismo tipo de estudios en muestras de negros africanos de las diferentes áreas geográficas a partir de las cuales sabemos, por los registros históricos, se practicó el tráfico de esclavos hacia América entre los siglos XV a XVII (principalmente Angola, San Tomé, Senegal). Por otro lado, estudios lingüísticos comparativos de las diversas hablas negras de Colombia sin lugar a dudas ilustrarían esta hipótesis.

Los únicos datos para los dos loci IGSA que poseemos de poblaciones de Africa provienen de un estudio anterior en el que fue analizado otro polimorfismo (el de la enzima PvuII) y que por lo tanto no son comparables directamente (24). Sinembargo, podemos extrapolar los resultados de ambos polimorfismos si asumimos que el uno refleja indirectamente el otro; vemos así que este pequeño grupo de centro-africanos estudiados presenta una distribución de frecuencias similares a las del Chocó; esto nos lleva a pensar que la población negra del Chocó podría estar más cerca, genéticamente, de este grupo de Africa que los negros de Providencia.

Que las diferencias alélicas en los grupos negros de Colombia reflejen el aporte de genes caucásicos parece improbable, ya que los alelos raros que encontramos en los grupos negros en su mayoría no están presentes ni en los caucásicos europeos ni en nuestros mestizos, y aquellos que son compartidos, están presentes con una frecuencia muchísimo más baja en estos últimos. Es por lo tanto difícil de explicar que un grupo humano haya aportado todo un conjunto de variantes genéticas (en total 20 alelos) a otro (en este caso al grupo de origen africano) y los haya posteriormente perdido casi por completo, esto en un lapso de tiempo relativamente corto (menos de 5 siglos). El fenómeno inverso, por el contrario, parece más plausible, es decir que un grupo humano altamente polimórfico, como lo es el africano, haya aportado algunos de sus genes a otro (los europeos) durante el proceso de mestizaje que se dio tanto en América como en Europa (Portugal, España y el Sur de Francia encierran más genes de origen africano que lo que parece a primera vista) (23, 24), como lo hemos visto en caucásicos y mestizos colombianos (2, 21, 24). Por otra parte, la presencia de alelos de "origen" africano también es sensible en poblaciones de la cuenca del Mediterráneo que han sufrido un mestizaje importante con las poblaciones africanas: esto lo vemos en mayor grado en tunesinos y libaneses, en los cuales la presencia de los aletos raros del locus IGSA2 es relativamente alta (24).

266

Los alelos raros, tanto del locus IGSA1 como del locus IGSA2 observados en nuestras poblaciones negras de Colombia, son en su mayoría alelos nuevos, que no han sido observados previamente. Pensamos que son aletos o variantes aportadas por los grupos africanos en los siglos XV-XVII, y que deben representar los aletos ancestrales de la especie humana, ya que siendo nuestros grupos negros descendientes del linaje humano más antiguo, han acumulado en el seno de su ADN la mayor cantidad de mutaciones neutrales. Aun cuando esta afirmación debe ser verificada con estudios comparables en individuos del Africa negra (polimorfismos SacI), se sustenta en resultados preliminares similares (polimorfismos PvuII) en africanos y en las observaciones en grupos humanos más recientes (caucásicos y amerindios) que muestran un grado de polimorfismo mucho más restringido, debido a un tiempo menor durante el cual se han producido y acumulado estas mutaciones.

Nuestros estudios coinciden por lo tanto con aquellos que hemos citado previamente, y reafirman que la población ancestral más antigua es la africana, hecho que a pesar del mestizaje que han sufrido las poblaciones afro-americanas a lo largo de los siglos, sigue siendo visible a nivel de sus genes hoy en día.

La presente investigación está en proceso de ser complementada con el estudio de otros loci, los cuales tienden hasta el momento a confirmar los hallazgos aquí presentados, por un lado, y con la ampliación de nuestra muestra a otras regiones del país con asentamientos de población negra relativamente aislados, con el fin de definir mejor el parentesco entre los diferentes ancestros africanos de nuestros grupos negros, y el aporte que estos han hecho a nivel genético a otras poblaciones de nuestro país.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestros sinceros agradecimientos a todo el grupo de Expedición Humana que ha participado en la recolección de las muestras de este trabajo, y en especial a la Dra. Marta Lucía Tamayo y al Dr. Jaime Bernal V., así como a Clemencia Rodas, Rosa Margarita Gómez y Eugenio Carvajal, de la Unidad de Genética Molecular, por su cuidadoso trabajo experimental.

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REFERENCIAS

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2. KEYEUX GENOVEVA, ET AL. 1993. The immunoglobulin switch alpha (IGSA) region in various Colombian native populations. Manuscrito en preparación.

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269

MARCADORES TIROIDEOS EN CINCO COMUNIDADES INDIGENAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICION HUMANA

Ignacio Zarante Julio C. Martínez Instituto de Genética, Facultad de Medicina. Universidad Javeriana.

El sistema hipotálamo-hipófisis-tiroides forma un conjunto funcional para mantener la homeóstasis en los seres vivos más avanzados. Las anomalías encontradas en estos sistemas son de gran interés para la medicina actual. Los valores normales de sus marcadores más importantes son valores de referencia para cuando se realizan análisis clínicos. Las características propias de grupos humanos aislados pueden hacer diferentes a estas comunidades del resto de la

humanidad. Por esto se hizo un trabajo en cinco grupos indígenas colombianos para comparar los valores de referencia con los de estos. Los marcadores utilizados en este caso fueron el 13 y 14 así como la hormona que actúa sobre la tiroides generando estos factores: la TSH. La acción de estas hormonas en los humanos tiene que ver con el crecimiento y desarrollo inclusive del sistema nervioso central en recién nacidos, la regulación del metabolismo y por ende el control de la temperatura corporal.

Por medio de técnicas inmunológicas se midieron estas hormonas en el plasma de 5 comunidades indígenas comparándolas con una muestra tomada en Santafé de Bogotá, con el resultado que se presenta en la página siguiente.

MARCADOR T 3 :

DESVIACIÓN COMUNIDAD n PROMEDIO ESTÁNDAR

Pasto 20 1.2430 0.330 Chimila 20 1.1920 0.288 Tule 20 1.1700 0.530 Wayuu 20 1.2550 0.378 Santafé de Bogotá 20 1.0750 0.236

270

MARCADOR T 4 :

DESVIACIÓN COMUNIDAD n PROMEDIO ESTÁNDAR

Piaroa 20 8.244 1.062 Pasto 20 8.190 1.240 Chimila 20 8.323 0.964 Tule 20 8.615 1.080 Wayuu 20 8.618 1.421 Santafé de Bogotá 20 8.605 1.490

MARCADOR TSH

DESVIACIÓN COMUNIDAD n PROMEDIO ESTÁNDAR

Piaroa 20 2.466 1.028 Pasto 20 2.285 1.106 Chimila 20 2.121 1.257 Tule 20 2.717 1.309 Wayuu 20 2.447 1.152 Santafé de Bogotá 20 2.300 1.173

Estos resultados muestran que las comunidades indígenas colombianas están dentro de los rangos normales para función tiroidea determinados internacionalmente. Por lo tanto estos valores no sirven para evaluar casos de hipo o hipertiroidismo en nuestras comunidades nativas.

BIBLIOGRAFÍA

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271

LOS GENES CLASE II DEL HLA EN POBLACIONES COLOMBIANAS

G. Keyeux (Instituto de Genética Humana, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia). E. Trachtenberg (Childrens Hospital Oakland, Research Institute, California, USA). C. Rodas (Instituto de Genética Humana, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia). H. Erlich (Human Genetics Department, Roche Molecular Systems, California, USA). J.E. Bernal (Instituto de Genética Humana, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia).

El complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) es un complejo de genes localizado en el brazo corto del cromosoma 6 (fig. 1). Estos genes están categorizados según sus diferencias estructurales y funcionales en tres clases, cada una de las cuales es altamente polimórfica1. Dos de las tres clases, clase I y clase II, corresponden a antígenos leucocitarios humanos (HLA), de los cuales los genes clase I (HLA-A, HLA-B, HLA-C) codifican proteínas que son parte integral de la membrana de las células nucleadas y los genes clase II codifican para antígenos HLA-DP, HLA-DQ y HLA-DR. Estos son expresados primeramente en linfocitos B, macrófagos y en linfocitos T activados, pero bajo determinadas condiciones, ellos pueden ser expresados por otros tipos de células2.

Una de las particularidades del HLA que interesa a la antropología es el hecho de que algunos alelos3 o variantes de sus genes, en especial los de clase II, se encuentran en poblaciones específicas. Es así como se han descrito alelos amerindios, encontrados hasta el momento sólamente en poblaciones indígenas de América, o alelos caucásicos presentes en poblaciones europeas o de ascendencia europea, o africanos, hallados en individuos del Africa o sus descendientes afro-americanos (1). Cuando alguno de estos alelos se encuentra en una frecuencia baja en otra población, generalmente se explica su presencia por mezcla entre los dos grupos de poblaciones. Esto es de especial significado en continentes como el nuestro, en donde se ha producido una intensa mezcla entre los europeos, indígenas y africanos a lo largo de los últimos 500 años de su historia. A pesar de que estos entrecruzamientos no necesariamente se ven reflejados en una mezcla o incorporación de las culturas, la huella biológica está presente y puede ser develada a través de los estudios genéticos.

1 Polimorfismo (poly=múltiples, morphos=formas) se refiere en biología a las variantes de un mismo gen (la secuencia de ADN) o producto génico (la proteína). Estas variantes se producen a través de alteraciones muy pequeñas del ADN debido a mutaciones. 2 Esto quiere decir que, junto con anticuerpos y células como los linfocitos (o glóbulos blancos), las moléculas del HLA están envueltas en los procesos inmunológicos de defensa del organismo contra microbios y otros patógenos del medio ambiente. 3 Es el nombre que se le da a las variantes polimórficas de un gen. 272

HLA MOLECULAR EN GRUPOS INDÍGENAS COLOMBIANOS

La variación de los antígenos leucocitarios humanos clase II fue analizada en muestras de nueve comunidades indígenas colombianas y tres grupos afrocolombianos, usando técnicas moleculares (PCR y SSOP) para el análisis de los loci DRB1, DQA1, DQB1 y DPB1 (2, 3, 6).

Aproximadamente treinta muestras provenientes de comunidades indígenas fueron analizadas: Tule, Embera y Waunana (Costa Pacífica), Kogui e I ka (Sierra Nevada), Ingano, Coreguaje y Nukak (Amazonas) y Sikuani (Noreste de los Llanos).

El número de alelos DRB1, DQA1, DQB1 y DPB1 diferentes en los indígenas colombianos está marcadamente reducido en comparación con las poblaciones afrocolombianas vecinas, en donde se exhibe un muy alto grado de variabilidad en los alelos clase II, como se discutirá mas adelante (2).

En los grupos amerindios colombianos, los alelos DR2 (*1602), DR4 (*0407, *0404, *0403 y *0411), DR6 (*1402) y DR8 (*0802) contribuyen más del 95% de todos los alelos DRB1. Cada población amerindia colombiana tiene un alelo predominante DRB1. Paralelamente, se observa una ausencia de DR3 en todas las poblaciones y los grupos alélicos DR1, DR7 y DR9 son muy raros o ausentes (2). Los alelos encontrados en nuestras poblaciones son típicos de poblaciones amerindias y se han encontrado en indígenas del Ecuador, Brasil, etc. Sin embargo, en algunos grupos como los Ika de la Sierra Nevada se observan alelos de origen caucasoide, indicando que existe una mezcla con poblaciones mestizas vecinas (2).

Al igual que en el locus DRB1, en los loci DQA1 y DQBI se observa una marcada reducción en el número de alelos, comparado con otras poblaciones del mundo. En el locus DPBL los alelos más prevalentes son DPB1*0402 y *1401, los cuales se presentan con variaciones geográficas significativas. Igualmente, cada población tiene un alelo DPB1 predominante (2). Dos alelos que están ausentes en las comunidades indígenas de Norte y Sur América analizadas hasta el momento, fueron hallados en frecuencias altas en Colombia. El primero, DPB1*1301, fue encontrado en las comunidades Waunana y Embera de la costa Pacífica (2, 5), y el segundo, DPB1*3501, en los Kogui de la Sierra Nevada (2).

Se hallaron haplotipos4 DRB1-DQA1-DQB1 comunes a los grupos indígenas americanos, aunque algunos en frecuencias mucho más altas de las reportadas para estos otros grupos.

4 Debido a que los diferentes genes del HLA están situados en el mismo cromosoma, y por lo tanto se encuentran unidos físicamente unos a otros, se puede mirar las combinaciones alélicas de los genes DRB1- 273

También se encontraron haplotipos nuevos, que resultan de combinaciones inusuales de los alelos DRB1, DQA1 y DQB1 hallados en los indígenas colombianos. Todos estos datos muestran que, aunque el proceso evolutivo de los genes HLA clase II sea común para los grupos indígenas americanos, existen procesos micro-espaciales de diversificación en algunas comunidades que deben ser analizados a la luz de otras investigaciones genéticas y de estudios antropológicos e históricos para poder ser explicados.

HLA MOLECULAR EN COMUNIDADES AFRO-COLOMBIANAS

Las muestras de los tres grupos afrocolombianos analizados provienen de poblaciones del Cauca y del Chocó (Costa Pacífica) y de Providencia (Caribe). Los resultados muestran que en los loci clase II, a pesar del número limitado de muestras analizadas, la población afrocolombiana exhibe un muy alto grado de polimorfismo clase II, con una gran diversidad de los alelos DRB1, DQB1 y DPB1 (3).

Entre los más representativos está el locus DRB1: se hallaron 19 alelos en Providencia, 16 en el Cauca y 14 en el grupo del Chocó, para un total de 28 alelos diferentes (3). Estos hallazgos contrastan con lo observado en indígenas, en donde algunos grupos no presentan más de 4-5 alelos. En los tres grupos afrocolombianos se observan alelos amerindios, presentes en las comunidades indígenas vecinas (Tule y Waunana), lo cual sugiere una posible mezcla entre los dos grupos de comunidades, afrocolombianos e indígenas.

En los loci DQAI y DQB1 se halló una distribución homogénea de los alelos conocidos. Un alelo nuevo DQB1*02 (*0203) fue encontrado en dos individuos del Cauca (Costa Pacífica). La secuencia del alelo DQB1*0203 asociada con DR3 difiere del alelo del cual deriva (DQB1*0201) únicamente en la substitución de un nucleótido (C—>A) en la segunda posición del codon 57, resultando en un cambio de Ala a Asp5 (3). Este alelo no ha sido hallado en poblaciones africanas hasta el momento, indicando que probablemente se trata de una variante que apareció posteriormente a la diáspora africana hacia América.

Las diferencias en la distribución de frecuencias de los alelos del locus DPB1 observadas en las tres poblaciones es interesante, ya que podría reflejar diferencias en los orígenes étnicos africanos, lo cual se ha sugerido ya en los estudios de la región de switch de las inmunoglobulinas6.

La comparación de la variación de los haplotipos DRB1-DQA1-DQB1-DPB1 en las comunidades indígenas y negras de seis regiones geográficas distintas de Colombia muestra

DQA1-DQB1-DPB1 como a un conjunto. Esta combinación es la que se denomina haplotipo, y ciertos haplotipos son característicos de una población particular (1). 5 La proteína resultante está formada por lo tanto de los mismos aminoácidos, salvo uno en la posición 57, que cambia de alanina (Ala) a ácido aspártico (Asp). 6 Ver capítulo "Poblaciones Negras de Colombia: una primera aproximación a su estructura molecular". 274 que existe un desequilibrio de ligamiento en siete de ellas. Algunos de estos haplotipos en desequilibrio de ligamiento, como DRB1*0802- DPB1*0402, están presentes en comunidades que comparten un área geográfica y que históricamente han estado relacionadas entre sí, como por ejemplo los Kogui y los Ika, pero no en otras que no comparten un pasado histórico común, y que se encuentran geográficamente apartadas, como los Coreguaje (acá el alelo DRB1*0802 se encuentra ligado al alelo DPB1*1401). Este tipo de análisis, conjugado con datos antropológicos, ilustra la utilidad de esta herramienta molecular en la interpretación de relaciones antropológicas entre las comunidades de nuestro país (4).

En conclusión, la distribución amplia y homogénea de los alelos del HLA clase II en los grupos afrocolombianos presenta un marcado contraste con la restringida diversidad de estos alelos en las comunidades indígenas vecinas. Esta reducción en la diversidad de los alelos HLA clase II en los indígenas colombianos es sugestiva de un cuello de botella durante la colonización de las Américas, con una incipiente mezcla subsecuente con poblaciones afrocolombianas en los últimos 300 años. A pesar de esta restricción, los resultados muestran una diversidad biológica marcada entre los grupos estudiados, la cual corrobora la diversidad cultural presente en nuestro país.

Agradecimientos

La presente versión fue preparada por Adriana Ordóñez a partir de las referencias 2-6. Nuestros agradecimientos van igualmente a Sara P. Bonilla por el trabajo mecanográfico.

275

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276

ASOCIACION ENTRE INFECCION POR HELICOBACTER PYLORI Y ENFERMEDAD ACIDOPEPTICA EN POBLACIONES INDIGENAS COLOMBIANAS

Jaime Alvarado, Alberto Rodríguez, Albis Hani (Medicina Interna y Gastroenterología. Hospital Universitario de San Ignacio). Yazmin Dueñas, M.I. Rojas Residentes de Gastroenterología. Hospital Universitario de San Ignacio. Pontificia Universidad Javeriana).

INTRODUCCIÓN

Desde las primeras descripciones sobre la presencia del Helicobacter Pylori (HP) y sus posibles implicaciones etiopatogénicas en diferentes patologías del tracto gastrointestinal superior realizadas por Marshall y Warren (1),

muchos trabajos han tratado de demostrar la asociación causal de la infección por HP y entidades como la dispepsia no ulcerosa (2-3), gastritis aguda y crónica antral (4), enfermedad ulcerosa duodenal (5-7) y carcinoma gástrico (8-9).

Se ha demostrado que el HP puede producir cambios histopatológicos de gastritis antral que en algunos casos son casi patognomónicos, pero continúa la discusión sobre si es ésta la causante o no de los síntomas acido-pépticos, ya que el HP está presente en pacientes sanos y asintomáticos hasta en un 60% (14).

Múltiples trabajos plantean una explicación fisiopatológica a la mayor incidencia de enfermedad ulcerosa duodenal recidivante en pacientes con infección por y demuestran la ventaja del tratamiento de la infección como mecanismo para disminuir la tasa de recidiva de la úlcera duodenal (6, 10).

Las pobres condiciones socioeconómicas e higiénicas y el hacinamiento se han postulado como posibles explicaciones de los altos índices de infección y reinfección por HP (15) y si aceptamos el papel etiológico del HP en la enfermedad ácido péptica, se podría postular que poblaciones con estas características demográficas al tener una prevalencia elevada de infección por HP tendrían a su vez mayor prevalencia de enfermedad ácido péptica.

277

MATERIALES Y MÉTODOS

Cinco comunidades indígenas localizadas en los departamentos de Meta, Vichada y Guainía fueron visitadas durante la labor de la Gran Expedición Humana. 1.445 individuos fueron entrevistados con edad mayor de 15 años, que corresponde al 92% del total de la población. El cuestionario comprendía preguntas acerca de síntomas de enfermedad ulcero- péptica y la presencia de factores etiopatogénicos relacionados tales como: Consumo de alcohol, cigarrillo y medicamentos capaces de lesionar la mucosa gástrica.

A todos los pacientes sintomáticos se les practicó endoscopia de vías digestivas altas y dos (2) biopsias de la región antral para diagnóstico histológico y coloración de Hematoxilina Eosina y Giménez modificada con el fin de investigar la presencia de HP.

RESULTADOS

Encontramos 68 individuos que cumplían los criterios para ser clasificados como sintomáticos lo que nos da una prevalencia aproximada de enfermedad acido-péptica sintomática de 16%.

Desde el punto de vista endoscópico encontramos 33 pacientes (48%) con endoscopia normal y 52% con endoscopia anormal. Siendo la gastritis crónica antral como alteración única o asociada a otras patologías el hallazgo endoscópico es más frecuente. (Tabla 1).

En 5 pacientes se observó enfermedad acido-péptica duodenal, lo que nos da una prevalencia de 1.1% de enfermedad ulcerosa duodenal para el total de la población y de 7% para la población sintomática.

Se excluyeron 19 pacientes del análisis histológico (12 con endoscopia normal y 7 anormal) porque las muestras no fueron adecuadas para una correcta clasificación histopatológica. De esta manera el grupo de estudio quedó conformado por 49 pacientes con edades comprendidas entre los 15 y 60 años y un promedio de 32 años, la distribución por sexo muestra 55% de mujeres y 45% de hombres.

Tabla 1. Diagnóstico endoscópico

278

La tabulación de las variables de interés muestra una prevalencia de tabaquismo del 16% (definido como el consumo de 1 o más cigarrillos o tabacos al día en forma continua durante el último año) ningún paciente consumía drogas lesivas para la mucosa gastroduodenal y el 16% consumía alcohol más de dos veces por semana. (Tabla 2)

Tabla 2. Características clínicas y demografía de los pacientes

Características Número %

Pacientes (n) 49 - Edad (x) 32 - Hombre 22 45% Mujer 27 55% Fumador 9 18% Uso alcohol (2 o más tragos/semana) 5 10% Drogas 0 0%

En contraste con los hallazgos endoscópicos, el estudio histológico mostró anormalidades en 43 biopsias analizadas (84%) siendo la gastritis crónica superficial activa el diagnóstico más frecuente, seguido por la gastritis crónica superficial no activa y la gastritis crónica atrófica, sólo 6 pacientes fueron clasificados histológicamente como normales. (Tabla 3).

279

Tabla 3. Diagnóstico histológico en endoscopia digestiva superior normal

Diagnóstico Número %

Gastritis crónica superficial activa 8 38 Gastritis crónica superficial no activa 6 29 Gastritis crónica activa 1 4 Normal 6 29

Con la coloración de Giménez modificada se estableció una prevalencia de infección por Helicobacter Pilory de 66% en los pacientes con gastritis crónica antral, en 4 (80%) de los 5 pacientes con enfermedad ulcerosa duodenal asociada a gastrifis crónica y en 1 (17%) de los 6 pacientes que tenían endoscopia e histología normales. (Tabla 4).

Tabla 4. Asociaciones histopatológicas de infección por Helicobacter Pylori

Diagnóstico Número Prevalencia HP n (%)

Gastritis crónica superficial activa (Histológico) 38 25(66%) Gastritis crónica antral y duodenitis (Histológico y EGD) 5 4(80%) Biopsia antral normal 6 1(17%)

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES

Nuestros resultados muestran que en estas poblaciones indígenas, al igual que en estudios realizados en poblaciones urbanas, la gastritis crónica es la patología endoscópica e histológica más frecuentemente encontrada en pacientes con síntomas dispépticos y es llamativa la baja prevalencia de enfermedad ulcerosa duodenal en esta población si se le compara con estudios en población urbana sintomática sometida a endoscopia en la que la prevalencia de enfermedad péptica duodenal es mayor del 30%.

Confirmamos que la imagen endoscópica no tiene una buena sensibilidad diagnóstica en el caso de la gastritis crónica; sinembargo, esta baja sensibilidad encontrada en nuestro

280 estudio (65%) puede estar influenciada por las dificultades técnicas, especialmente la mala preparación de los pacientes previa al procedimiento.

La infección por HP asociada a gastritis crónica antral y en ausencia de enfermedad ulcerosa duodenal, es menor que la encontrada en estudios realizados en otras poblaciones. En un trabajo desarrollado en nuestro hospital, encontramos una prevalencia de infección por HP asociada a gastritis crónica en pacientes sintomáticos del 86% (19) cifras similares han sido informadas en la literatura. En estudios réalizados en Perú Ramos-Ramírez y colaboradores encontraron una prevalencia de infección por HP del 91% en pacientes con gastritis crónica y del 80% en los pacientes con úlcera duodenal (16-18).

La frecuencia de infección en pacientes con enfermedad ulcerosa duodenal (80%) es mayor que la encontrada en pacientes con gastritis crónica y en pacientes normales, sin embargo es inferior a la reportada para individuos con enfermedad duodenal y que en algunos trabajos se aproxima al 95% (5, 10-11). La prevalencia de infección en pacientes sanos histológica y endoscópicamente también es menor a la descrita en otras series.

El análisis sobre la asociación entre infección por HP y los diferentes tipos de enfermedad acido-péptica, histológicos y endoscópicos, así como en individuos normales, no puede ser muy profunda dada las limitaciones de este estudio descriptivo. Es importante aclarar que algunos de los objetivos del protocolo inicial no pudieron ser desarrollados debido a dificultades dadas por el tipo de pacientes, especialmente la poca colaboración de éstos para aceptar el procedimiento endoscópico, lo que impidió completar un grupo control adecuado para establecer las comparaciones. No obstante los datos obtenidos son interesantes para el desarrollo de futuras investigaciones.

Aunque el tamaño de la muestra, especialmente de pacientes con enfermedad ulcerosa duodenal e individuos normales no permite hacer cálculos de riesgo relativo ni establecer conclusiones definitivas, podríamos generar la hipótesis de que la baja prevalencia de enfermedad péptica duodenal encontrada en las poblaciones indígenas, podría obedecer a una menor prevalencia de infección HP, sin que tengamos una explicación posible para los bajos índices de infección.

281

FRECUENCIA DE CARACTERISTICAS ASOCIADAS (%)

Tabaquismo Alcoholismo Medicament. Partos Abortos Patología y frecuencia ()

Tuber- Comunidad n % % % x x Paludismo Otras culosis

WAUNANA 14 28,5 21 0 7 0,14 2 - - Diabetes (1) ------TULE 18 66 66 11 5 0 16 1 1 WAYUU 15 26,6 20 33 6 0,13 - - - CORE 22 4,5 23 14 6 0,27 10 1 Hipert.(1) IKA 20 0 50 10 7 0,75 - 2 Uroinf.(5) B. SOLANO 13 ------CHOCO 20 25 40 0 6 0,6 8 - Hipert.(2) SB PALENQUE 19 26 10 10 5 0,6 - - Uroinf.(2)anen Hipert(2);diab ------PROVIDENCIA 20 15 10 30 3 0,3 0 - Hipert.(4) BOGOTA-REF 25 45 27 0 2,5 0,13 0 0 0

PATOLOGIAS MAS FRECUENTES: Paludismo; Uroinfección; hipertensión, tuberculosis; diabetes; anemia. El 93% de las mujeres muestreadas eran multíparas; las que tienen resultados altos de CA125 corresponden a multíparas con más de 5 hijos, pero también hay casos con alto número de hijos entre las que tienen valores bajos, por lo que la asociación no es significativa. Tampoco hay asociación significativa con las otras características.

282

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PREVALENCIA DE LA HEPATITIS C EN LAS COMUNIDADES INDIGENAS: IKA, CHIMILA, WAYUU, KOGUI, WIWA DE LA PENINSULA GUAJIRA DE COLOMBIA

Bernal J.E., Martínez J.C. Instituto de Genética. Facultad de Medicina Pontificia Universidad Javeriana. Montañez A ., Rozo S . Tesis de grado. Facultad de Ciencias Pontifica Universidad Javeriana

RESUMEN

Los objetivos de este trabajo fueron determinar la prevalencia de la hepatitis C en comunidades indígenas de la Península de la Guajira, teniendo en cuenta la edad, el sexo y la comunidad a la que pertenecían, para lo cual fueron estudiados 249 plasmas

de individuos pertenecientes a estos grupos étnicos, recolectados por la Expedición Humana y localizados en el Banco Biológico del Instituto de Genética Humana de la Pontificia Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá. Las muestras fueron analizadas por un método de enzimoinmunoensayo (EIA) de primera generación, para determinar anticuerpos antivirus de la Hepatitis C. De las muestras analizadas un 63.3% (n=160) correspondía al sexo femenino y el 35.7% al sexo masculino. Se encontró una prevalencia de hepatitis C en el grupo general del 9.6% (n=24). Del total de muestras positivas se observó para cada comunidad la siguiente prevalencia: Ika 3.0%, Chimila 5.0%, Wayuu 21.2%, Kogui 14.7%, Wiwa 27.3%, siendo las comunidades Wayuu y Wiwa las que mayor porcentaje de positividad presentaron. En cuanto al sexo, se encontró una prevalencia del 10% en las mujeres y 8.9 % en los hombres (p=NS). Para el total de muestras analizadas y cuya distribución es similar al analizar cada una de las comunidades por separado, sin diferencia estadísticamente significativa. Para la edad se observó que el mayor porcentaje de la población se encuentra entre las edades de 10 y 39 años 69.1% (n=172), siendo este el mismo grupo de edades donde existe una mayor frecuencia de positividad, para la hepatitis C 59.9% (n=n18); la distribución de frecuencia para cada comunidad se comportó de igual manera, sin demostrar diferencias estadísticamente significativas. Habiéndose encontrado una prevalencia elevada, se deberían implementar programas que abarquen ampliamente el contexto cultural y social de estas comunidades, primordialmente en el sector salud.

Palabras claves: Hepatitis C, Prevalencia, comunidad indígena.

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Las comunidades indígenas de la Península de la Guajira (IKA, CHIMILA, WAYUU, KOGUI, WIWA) ubicadas en la Costa Norte de Colombia y distribuidas alrededor de la Sierra Nevada de Santa Marta, llanuras del Magdalena hasta el Cesar, y la Península de la Guajira propiamente dicha, se encuentran dentro de los grupos étnicos que presentan una susceptibilidad creciente a diversas enfermedades, para este caso hepatitis C, debido a su situación geográfica, rasgos culturales y sociales; pero sobretodo a sus condiciones de vida y de intercambio cultural con la sociedad occidental (1).

La hepatitis C, causante de la hepatitis NO A NO B (NANB) ha sido estudiada recientemente y aún no se vislumbran grandes adelantos en este campo de investigación. Hace pocos años fue identificado su agente etiológico, el cual es un virus RNA de cadena sencilla que tiene una estructura genómica muy parecida a la de la familia de los pestivirus (virus causal del cólera en los cerdos) y de los flavivirus (virus causal de fiebre amarilla y dengue), pero este virus ha sido clasificado como de su propia familia y de la rama de los flavivirus (2-8).

Esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a adolescentes y adultos jóvenes y se caracteriza por presentar una sintomatología moderada que clínica y bioquímicamente no se diferencia de las hepatitis causadas por otros agentes virales con un período de incubación promedio de 2 semanas a 6 meses, sólo el 30% de infectados presentan sintomatología, lo que se conoce como fase aguda de la enfermedad; posterior a esta fase viene un período de latencia que puede extenderse por años. En el 40 a 45% de los casos, los restantes casos evolucionan a la tercera fase conocida como reactiva en la cual se puede presentar hepatitis crónica, cirrosis y carcinoma hepatocelular (4,8-14).

La transmisión de la enfermedad se realiza mediante exposición parenteral, que corresponde a drogadictos que se inyectan en un 34%, a transfusiones de sangre 21%, y a exposición de jeringas 5%, por otro lado existe el contacto sexual 6% y el restante 34%, se debe a casos con exposición sin identificar. Dentro de los grupos de mayor riesgo de contagiarse por el virus de la hepatitis C, tenemos a pacientes multitransfundidos entre los cuales se encuentran hemofílicos y pacientes en hemodiálisis, los pacientes transplantados ya que se encuentran en terapia inmunosupresora y algunos de ellos han sido sometidos a hemodiálisis o a múltiples transfusiones, se ha demostrado también la existencia de transmisión vertical madre-hijo teniendo en cuenta que no es muy común y que se encuentra en la mayoría de los casos en coinfección con virus de inmuno-deficiencia humana (VIH). (2-4, 15-23).

Hace algunos años el diagnóstico de hepatitis C se realizaba excluyendo otro tipo de agentes etiológicos o por pruebas inespecíficas; actualmente se realizan por pruebas serológicas, como ELISA, técnicas moleculares que incluyen análisis de hibridación (DOTBLOT, SOUTHERN-BLOT, NORTHERN-BLOT), hibridación en in situ PCR (Reacción en cadena de la polimerasa y RIBA (Inmunotransferencia recombinada) (24,25).

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El interferón alfa es el tratamiento estándar para la infección con virus de la hepatitis C, se sabe que ni la ausencia de síntomas ni el grado de alteración de las alaninoaminotransferasas, constituyen un criterio para el uso del interferón sino que a todo paciente con pruebas positivas para hepatitis C, deberá hacérsele biopsia hepática para determinar el grado de hepatitis crónica y así incluirlos en el protocolo de tratamiento, especialmente si la hepatitis es severa o moderada; aún no se sabe qué debería hacerse con pacientes con virus de la hepatitis C leve (26-28).

Por lo general, la hepatitis C presenta una baja prevalencia que varía entre 0.3% y el 3% para los donantes voluntarios sanos a nivel mundial (4).

En el presente estudio se pretendió determinar la prevalencia de la hepatitis C en las 5 comunidades indígenas de la Península de la Guajira.

MATERIALES Y MÉTODOS

Muestra

Se estudiaron 249 plasmas de 5 comunidades indígenas de Colombia localizados en el Banco Biológico del Instituto de Genética Humana de la Pontificia Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá, las cuales fueron previamente tomadas en viajes realizados por la Gran Expedición humana y que se encontraban preparadas y listas para su análisis en su sitio de almacenamiento.

Las pruebas fueron realizadas en el laboratorio clínico del Hospital Universitario de San Ignacio de Santafé de Bogotá.

Ensayo utilizado:

La determinación de marcadores serológicos se realizó por una prueba de enzimoinmunoensayo (EIA), la cual detecta la presencia de antígenos o anticuerpos utilizando una reacción colorimétrica mediante una enzima que está conjugada a un antígeno o a un anticuerpo específico. La enzima unida a la fase sólida actúa sobre un sustrato que se une a ésta por su centro activo y es catalizada por una sustancia que no se consume en la reacción si no que la facilita aumentando su velocidad, evidenciándola por la presencia de color. Esta prueba es rápida sensible y especifica con un gran valor predictivo por lo cual es de gran importancia en la valoración de los marcadores virales. Cabe aquí anotar que la fase sólida está compuesta de antígenos recombinantes codificados por el virus de la hepatitis C.

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Procedimiento del ensayo

Se realizó una dilución de cada muestra utilizando tres controles positivos y tres negativos, posteriormente se añadió cuidadosamente a cada muestra diluida una esfera recubierta con los antígenos recombinantes específicos para el virus de la hepatitis C, a los cuales se les fijan las inmunoglobulinas del paciente si hay presencia de anticuerpos del virus en esas muestras, esto sucedió durante la primera incubación a 400C por 60 minutos aproximadamente, posterior a esto, se realizaron lavados a las esferas retirando el material no unido a ellas y se procedió a realizar una segunda incubación a 400C por 30 minutos, posteriormente se pasaron las esferas a tubos de ensayo donde sucedió la reacción de color determinando la absorbancia.

Para concluir si el resultado era positivo o negativo se calculó un punto de corte correspondiente a la absorbancia media negativa más 0.25 veces la absorbancia media del control positivo y se relacionó este punto de corte con la absorbancia de la muestra del paciente, si esta fue superior o igual a punto de corte se consideró reactiva.

Análisis estadístico: Los resultados se presentan en tablas y gráficas. La información se procesó en computador PC486, con programa estadístico SPSS/PC+, mediante pruebas estadísticas como la Chi cuadrado, análisis de varianza de una y dos vías, se consideró significativo p<0.05.

RESULTADOS

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Se estudiaron 249 sujetos indígenas de 5 comunidades, distribuidos según frecuencia, Ika 40.2% (n=100), Chimila 24.1% (n=60), Kogui 13.7% (n=34), Wayuu 13.3% (n=33) y Wiwa 8.8% (n=22), (Tabla 1, Figura 1).

Sexo: La frecuencia de mujeres predominó y estuvo en el 64.3% y hombres en el 35.7%. (Figura 2).

Edad: La edad promedio del grupo en estudio fue de 31.9±17.3 años, el rango varió entre 1 año y 99 años. Al analizar por década, se encontró que menores de 10 años estuvo en el 3.2%, entre 10 y 19 años 20.5% y 20 y 29 años el 30.1%, le siguen en orden descendente hasta 80 y más años en el 1.6% (Tabla 2, Figura 3).

Prevalencia de Hepatitis:De todo el grupo la presencia de hepatitis fue de 9.6% (n=24) (Figura 4).

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Cruce de variables:

Comunidades vs grupos etáreos:

En la Figura 5, se muestra la frecuencia porcentual de sujetos por grupos de edad. El grupo más amplio fue el Wayuu con un rango entre 1 y 99 años y el menor rango fue la tribu Wiwa entre 3 y 50 años, se encontró diferencia estadísticamente significativa entre los grupos Kogui, Wayuu con los demás, siendo los primeros de más edad, con edad promedio geométrico de 28.3 y 39.5 años respectivamente. El grupo de los Wiwa fue el de menor edad con 19.5 años (p=0.05).

Comunidades vs sexo:

En todas las comunidades predominó el sexo femenino, variando entre un 55.9% y 66.7%. (Figura 6).

Comunidades vs positividad de la prueba:

Las comunidades Wayuu y Wiwa tuvieron una positividad 21.2% y 27.3% respectivamente, siendo las frecuencias más elevadas en los grupos en estudio y estadísticamente significativas las proporciones al compararlas con las otras comunidades que llegaron Chimila 5%, Ika 3% y Kogui el 14.7%. (p=0.0004) (Figura 7).

Positividad de la prueba vs. Sexo

La presencia de hepatitis C en mujeres fue del 10% (n=16) y en hombres del 8.9% (n=8), sin diferencia estadísticamente significativa. (P=NS). (Figura 8).

DISCUSIÓN

Las comunidades indígenas analizadas por su localización geográfica y distribución demográfica además de los aspectos culturales de cada comunidad, podrían llevarnos a pensar en una baja prevalencia de patologías como la hepatitis C, sin embargo por la situación actual de intercambio cultural y contacto con la sociedad occidental se crea la posibilidad de que estos individuos sean mas susceptibles de adquirir diferentes enfermedades entre las cuales tenemos la hepatitis C, es así como en el presente estudio se encontró una prevalencia para el grupo en general del 9.6% (n=24), siendo las comunidades WIWA y Wayuu en las que más se presenta la hepatitis C, teniendo las frecuencias más altas de 21.2% y 27.3% respectivamente, dentro de los grupos estudiados, lo cual a nuestro modo de ver, es elevado, ya que si tenemos en cuenta los estudios realizados anteriormente que aunque se realizaron en grupos de diferentes características a los de este trabajo, se han encontrado muy bajas prevalencias del 0.3% al 3% para grupos de menor susceptibilidad de adquirir la enfermedad, como son los donantes voluntarios sanos a nivel mundial (4).

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Figura 9. Distribución porcentual según Hepatitis C por edad en 5 comunidades indígenas de la Península de la Guajira

En cuanto al sexo, se observó que la mayoría de integrantes pertenecía al sexo femenino, si se analiza individualmente en cada comunidad hubo diferencias significativas. La presencia de Hepatitis C, en hombres y mujeres en cada comunidad, no presentó diferencias estadísticamente significativas.

Con respecto a la edad, la mayoría de individuos se encontró entre las edades de 10 a 39 años (69.1), lo cual indica que es una comunidad joven, al analizar por comunidad no hubo diferencias significativas en general, pero los Kogui y Wayuu, revelaron una diferencia estadísticamente significativa con los demás grupos, presentando edad promedio geométrico de 28 y 39 años respectivamente.

Es así como la distribución de la hepatitis C, en cuanto a la edad correspondió en su mayoría a adolescentes y adultos jóvenes, lo cual concuerda con la literatura analizada, pero en este estudio no se encontró una diferencia estadísticamente significativa por cuanto para el mismo grupo de edad, existía una elevada proporción de individuos negativos, mediante las pruebas realizadas para el análisis del virus.

En general, podemos decir que para el estudio realizado existe una alta prevalencia de hepatitis C dentro de las comunidades indígenas de la Península de la Guajira, lo cual es sumamente preocupante si tenemos en cuenta que las comunidades indígenas de Colombia son grupos que se encuentran desprotegidos en todos los aspectos y primordialmente en la salud; sabiendo que según la literatura cerca del 40% de la infección de la hepatitis C no tiene historia de exposición parenteral identificable y se hace imposible determinar el modo de transmisión de esta enfermedad en estos individuos y además no se utilizó la historia clínica del paciente, luego dejamos abierta la posibilidad para que en futuros estudios sea determinado si la aparición de esta enfermedad en las comunidades estudiadas se deba al contacto con la sociedad occidental, (posibilidad la vía parenteral como modo de transmisión) o por el contrario, se debe a factores como la localización geográfica o a las condiciones propias de vida o por los rasgos culturales de cada comunidad o por su relación entre sí.

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ESTUDIO DE MARCADORES TUMORALES EN POBLACIONES AISLADAS COLOMBIANAS

ALFAFETOPROTEÍNA (AFP), ANTÍGENO CARCINOEMBRIONARIO (CEA), ANTÍGENO ESPECÍFICO DE PRÓSTATA (PSA) Y MARCADOR OVÁRICO CA 125

Alberto Gómez Gutiérrez Julio César Martínez Lozano Instituto de Genética Humana, Universidad Javeriana, Santafé de Bogotá, Colombia.

En el contexto del programa de investigación denominado Expedición Humana, que buscó hacer el censo etnográfico y molecular de las comunidades aisladas en el territorio de Colombia, tuvimos la oportunidad de evaluar diferentes marcadores séricos en más de 30 grupos étnicos diferentes y a la vez compararlos con grupos control que correspondió a habitantes de la capital de nuestro país, perteneciente en su mayoría al grupo étnico denominado mestizo.

Entre todos los marcadores sanguíneos analizados por nuestro grupo, debe resaltarse el trabajo relacionado con los marcadores infecciosos y tumorales, puesto que estos dos corresponden a los extremos del espectro de las supocisiones en cuanto se

considera que los grupos humanos aislados en nuestra geografía presentan, por un lado, una altísima incidencia de enfermedades infecciosas y, por el otro, una aparente baja frecuencia de cáncer. Estas suposiciones que surgieron de conclusiones apresuradas relativas al modo de vida de estas comunidades en medio de las selvas y montañas, deben ser comprobadas por medio del estudio sistemático de su salud, utilizando las posibilidades diagnósticas que ofrece la ciencia contemporánea.

Es por esto que admitimos a varias estudiantes de último año de carrera de Bacteriología para que procesaran un importante número de muestras de plasma proveniente del Banco Biológico Humano del Instituto de Genética de la Universidad Javeriana. Con el apoyo de la casa DPC Diagnostics y de sus representantes en Bogotá, y contando con las instalaciones del Laboratorio Clinico Gómez Vesga, se lograron cuatro tesis bien calificadas, las cuales trataron sobre los niveles de marcadores tumorales AFP, CEA, PSA y CA 125. Además de éstas, se analizaron marcadores infecciosos como anticuerpos anti-

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Toxoplasma, anti-Rubeola, anti-Hepatitis, anti-Treponema y anti-Retrovirus, los cuales serán materia de un informe posterior.

En cuanto a los marcadores tumorales, las estudiantes involucradas fueron las siguientes: Nubia Esperanza Cotamo (AFP), Rocío Elena Español y Maydee Yesenia Castro (CEA), Claudia Alexandra Castillo y Adriana Helena Rincón (PSA) y Claudia Liliana González Prada (CA 125). Todas ellas contaron con la asesoría de Julio César Martínez y de Yolima Hincapié, bacteriólogos del Instituto de Genética y de los Laboratorios Gómez Vesga, respectivamente.

Se presentan a continuación los resúmenes correspondientes, antecedidos de una breve reseña sobre el Banco Biológico Humano.

BANCO BIOLÓGICO HUMANO

El Banco Biológico Humano (BBH) se creó en el contexto del Proyecto "Expedición Humana 1992" cuya necesidad surgió de la experiencia propia en investigación básica y clínica del Instituto de Genética Humana de la Universidad Javeriana, pero también del desarrollo de la investigación científica en el resto del país y en general en la comunidad científica internacional. Toda investigación que se lleve a cabo en torno al polimorfismo humano y en torno a las bases moleculares de la enfermedad necesita de muestras orgánicas humanas, y entre ellas la más frecuentemente utilizada es la sangre periférica, por contener una gran cantidad de información, incluyendo el código genético del individuo en el ADN de los leucocitos así como miles de proteínas que circulan por esta vía del organismo. Es así que el disponer de una alícuota de sangre o de sus derivados (Plasma o suero, eritrocitos o leucocitos), permite a la ciencia resolver sus protocolos de investigación en el modelo humano.

Uno de los inconvenientes para este propósito es el de depender de muestras perecederas, en la mayoría de los casos difíciles de conseguir por encontrarse precisamente dentro de individuos que habitan en distintos lugares del planeta.

Colombia es un país privilegiado en este sentido dada su gran diversidad en grupos humanos, al estar compuestos por 80 a 90 etnias diferentes que se han mantenido aisladas en la particular geografía de nuestro territorio. Este patrimonio de la humanidad debe preservarse y para ello desde luego lo más importante es asegurar la supervivencia de estos grupos humanos, biológica y culturalmente. Para este propósito, sin embargo, no se deben utilizar permanentemente como conejillos de indias y la tecnología científica contemporánea ofrece métodos de conservación que permiten estudiar un máximo de variables con el mínimo de muestra biológica. Así, una muestra de 10 ml de sangre

296 periférica, será suficiente para estudiar una gran cantidad de moléculas por parte de los científicos del presente y del futuro.

Esto es lo que ofrece el BBH: la posibilidad de estudiar la biología humana en un momento de la historia donde todavía encontremos enfermedades incurables que guardan su secreto en lo más recóndito de la genética y la inmunología.

Los objetivos del BBH se pueden enunciar como la necesidad de conservar el mayor tiempo posible muestras de sangre y sus derivados que provengan de una gran cantidad de individuos de etnias diferentes, así como muestras de familias en las que se haya diagnosticado alguna enfermedad con componente genético y cuyas causas moleculares no estén plenamente establecidas.

Esto permite ofrecer al resto de los científicos y médicos del país una gran cantidad de muestras conservadas y alicuotadas en condiciones que les permitan volver sobre ellas cuando deseen estudiarlas u ofrecerlas a otros investigadores de la comunidad internacional que resulten interesados en estas sin tener que buscar al paciente original, así como un servicio de referencia para la tipificación molecular de muestras biológicas de origen humano que servirá como banco de datos permanente en la investigación clínica y del polimorfismo humano.

Sin embargo, la cantidad de material orgánico disponible, resulta insuficiente para estudiar todos los posibles marcadores moleculares que definen el polimorfismo humano y las bases genéticas de las patologías descritas y no descritas en estas poblaciones.

Por eso se creó una nueva área en el BBH, el Banco Celular, que incluirá células de 20 a 30 individuos de cada grupo étnico y células de cada miembro de las familias que presenten patologías con componente genético. Estas células se transforman con el virus de Epstein- Barr, obteniéndose células inmortalizadas que ofrecerán al grupo de investigadores y al resto de la comunidad científica nacional e internacional, una fuente inagotable de ADN humano representando un amplio número de etnias e individuos que habitan nuestro país y además permitirá estudiar múltiples patologías genéticas, para el bien de la humanidad.

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DETERMINACIÓN DE ALFAFETOPROTEÍNA (AFP) EN COMUNIDADES AISLADAS, INDÍGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA, QUE FUERON VISITADAS DURANTE LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA

Nubia Esperanza Cotamo Tesis de Grado, 1996.

La Alfafetoproteína (AFP) es una glicoproteína de 7Okd de peso molecular, perteneciente al grupo de antígenos oncofetales y en consecuencia es de origen predominantemente fetal. Es sintetizada primariamente por el feto en las células del saco vitelino e hígado, y en menor cantidad por el tracto gastrointestinal fetal, alcanzando una concentración máxima en la semana 21 del embarazo, a partir de la cual comienza a disminuir hasta niveles mínimos que se mantendrán a partir de la tercera semana de nacimiento, hasta que un evento como el embarazo, en mujeres, y alteraciones de la fisiología hepática o enfermedad tumoral, en ambos sexos, determinen su elevación.

La AFP se considera un importante marcador tumoral, utilizado en el tamizaje diagnóstico y en el seguimiento de terapias anti-tumorales, pero también se ha confirmado su elevación en el curso de enfermedades hepáticas no neoplásicas, tales como hepatitis viral aguda, hepatitis crónica y cirrosis. Adicionalmente se han reportado variaciones en sus niveles basales en función del grupo étnico estudiado.

En el presente estudio realizado en comunidades aisladas colombianas (5 indígenas y 4 negras), comparándolas frente al grupo control de Santafé de Bogotá, se determinaron los niveles plasmáticos de la AFP, con el doble objetivo de establecer si la pertenencia a grupos étnicos diversos incide en los niveles de este marcador en sangre circulante y, por otro lado, iniciar un tamizaje en poblaciones colombianas que típicamente se mantienen por fuera de los circuitos de atención estatal de la salud, para detectar posibles procesos patológicos, clínicos y sub-clínicos, en estas comunidades.

Se encontraron niveles elevados de AFP en 25% de los hombres de la comunidad indígena Ika (Sierra Nevada de Santa Marta) y en el 13.3% y el 6.25% de hombres de las comunidades negras de Providencia y el Chocó, respectivamente. Seis mujeres embarazadas (4 indígenas y 2 afrocolombianas), presentaron niveles anormalmente altos.

Estos resultados se asociaron de manera preliminar con el hecho de corresponder a individuos que habitan en zonas endémicas de la hepatitis B y, en el caso de los hombres, con el alto consumo de alcohol reportado en los cuestionarios empleados. Naturalmente éstas y otras hipótesis deberán resolverse en futuras investigaciones, que le aporten a las comunidades la tranquilidad de un diagnóstico, así como la posibilidad de un tratamiento específico, aún en el caso de confirmar algún caso de patología tumoral.

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DETERMINACIÓN DEL ANTÍGENO CARCINOEMBRIONARIO (CEA) EN ALGUNAS COMUNIDADES INDÍGENAS Y NEGRAS COLOMBIANAS VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA

Rocío Elena Español y Maydee Yesenia Castro Tesis de Grado, 1996.

El Antígeno CarcinoEmbrionario (CEA) fue descrito inicialmente en 1965 como un antígeno específico de adenocarcinoma de colon y tracto gastrointestinal. Estudios posteriores demostraron que se trata de un antígeno tumoral inespecífico, que también puede estar elevado en procesos benignos.

En el presente estudio se determinaron los niveles de CEA en poblaciones indígenas y negras, los cuales tenían el propósito de definir valores de referencia autóctonos, además de buscar patologías tumorales y no tumorales en las poblaciones estudiadas.

Se utilizaron 200 muestras de plasma provenientes de seis poblaciones indígenas(Waunana,Tule, Wayuu, Ika, Piaroa y Curripaco) y cuatro afrocolombianas (Chocó-Nuquí, Chocó-Bellavista, Palenque de San Basilio y Providencia), las cuales se hallan conservadas en el Banco Biológico Humano del Instituto de Genética en la Pontificia Universidad Javeriana. Se procedió a cuantificar el CEA a través de la técnica inmunométrica quimioluminiscente de la casa DPC denominada IMMULITE CEA, el cual contiene una frase sólida de poliestireno cubierta con anticuerpos monoclonales específicos para el CEA.

Los resultados muestran que: a) La variación de los datos es mayor entre una comunidad y otra que al interior de una misma comunidad, b) Se presentan diferencias significativas entre hombres y mujeres en las comunidades Waunana, Wayuu, Chocó- Nuquí y Providencia, c) Los promedios más elevados se encontraron en las comunidades Waunana (3.56 ng/mL), Wayuu (3.24 ng/mL), Ika (3.2 ng/mL) y Chocó-Bellavista (3.5 ng/mL). En términos generales se estableció que el promedio de los valores hallados en las poblaciones

300 estudiadas es mayor al promedio de la población mestiza de referencia en Santafé de Bogotá, aunque se encuentra dentro del rango de referencia de la técnica empleada (< 5ng/mL).

Por otro lado, un 7.5% de la población aislada estudiada presentó niveles de CEA por encima del umbral de referencia. Estos casos fueron analizados por separado, encontrándose en la mayoría de éstos la presencia de factores de riesgo que explicarían dichas elevaciones, tales como el consumo de cigarrillo y tabaco, la ingestión frecuente de alcohol, etc., mientras que algunos presentaron molestias físicas compatibles con procesos tumorales. Sinembargo estos datos de laboratorio y los exámenes clínicos practicados en el terreno solo pueden considerarse como preliminares, puesto que requieren de análisis confirmatorios. Finalmente, queda abierta la posibilidad de que el incremento de los valores de CEA, pueda deberse a factores exógenos o aún endógenos diferentes a los reportados hasta el momento en la literatura científica internacional, los cuales merecerían ser considerados en estudios futuros.

DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES SÉRICOS DEL ANTÍGENO PROSTÁTICO ESPECÍFICO (PSA) EN NUEVE COMUNIDADES INDÍGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA

Claudia Alexandra Castillo y Adriana Helena Rincón Tesis de Grado, 1996.

El Antígeno Prostático Específico (PSA) es una glicoproteína producida por células epiteliales de la glándula prostática, que se encuentra elevada en procesos de Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) y en tejido prostático primario y tumoral. Como marcador sanguíneo circula bajo dos formas principales: Una libre (PSA-l), y otra en complejo con la Antiquimiotripsia (PSA-ACT). Aunque se presentan otro tipo de complejos, el PSA-ACT es dominante y es el que se ha utilizado en la cuantificación de este marcador a nivel sanguíneo periférico.

La medición del PSA se realizó en 155 muestras séricas provenientes de poblaciones aisladas colombianas, por medio de la técnica IMMULITE de rango extendido de la casa DPC. Con este procedimiento se buscó determinar posibles variaciones entre los valores obtenidos en las diferentes comunidades y dentro de ellas, estableciendo de esta manera los casos de individuos afectados de manera evidente o sub-clínica por una patología prostática. Las comunidades indígenas incluidas fueron: Piaroa, Tule, Wayuu, Ika y Waunana. Las comunidades afrocolombianas incluidas en el estudio fueron: Chocó-Nuquí, Palenque de San Basilio y Providencia. Todas las muestras provinieron del

301

Banco Biológico Humano del Instituto de Genética de la Pontificia Universidad Javeriana, y correspondían a individuos del sexo masculino en un rango de edad entre 20 y 96 años, con un promedio general de 50 años de edad.

Al analizar los niveles de PSA total en individuos mayores y menores de 40 años, se encontró diferencia significativa entre los grupos afro-colombianos y los demás grupos étnicos. Niveles mayores a 3 ng/mL se encontraron en 5.2% de los mayores de 40 años en comunidades indígenas, y en el 15% de los pertenecientes a comunidades negras. No se observaron valores superiores a 3 ng/mL en ningún individuo menor de 40 años, en ninguna de las poblaciones estudiadas.

En términos generales se observó una tendencia a la elevación en las concentraciones sanguíneas del PSA en poblaciones negras más que en las poblaciones indígenas estudiadas. Esta tendencia revelada de manera preliminar en nuestro estudio merece ser confirmada, utilizando exámenes complementarios como el indice de PSA libre/PSA total, que permite diferenciar estados benignos de la patología prostática tumoral.

DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES DE CA-125 EN UN GRUPO DE 5 COMUNIDADES INDÍGENAS Y 4 COMUNIDADES NEGRAS DE COLOMBIA VISITADAS POR LA GRAN EXPEDICIÓN HUMANA

Claudia Liliana González Prada Tesis de Grado, 1997.

El marcador CA-125 fue descrito a partir de la utilización de anticuerpos monoclonales que reconocían de manera aparentemente específica células neoplásticas provenientes de ovario. Posteriormente se logró determinar que este marcador tipifica a los carcinomas ováricos no mucinosos (especialmente a los serosos), al ser expresado en el epitelio celómico en el curso de los procesos tumorales, y a la vez ser indetectable, por el mismo monoclonal, en ovarios fetales y/o adultos normales.

En el presente estudio se analizaron un total de 189 muestras de plasma, de las cuales 161 provenían de poblaciones aisladas colombianas y 22 de la población de referencia de Santafé de Bogotá. Todas las muestras eran de mujeres entre los 35 y los 55 años de edad, y de éstas el 48% pertenecía a comunidades indígenas y el 39% a comunidades negras.

Del total de muestras analizadas, se obtuvieron 5/89 (5.6%) resultados elevados en comunidades indígenas y 1/100 (1%) en las comunidades negras. Entre éstas los promedios también fueron significativamente menores en las comunidades negras ( 5 U/mL versus 7.7

302

U/mL en las indígenas), lo cual es consistente con una mayor tendencia hacia valores elevados por encima de los normales en el grupo indígena estudiado.

Se analizaron los resultados del CA-125 frente a la historia clínica en la cual estaban consignados datos como: número de hijos, número de gestaciones, número de partos, número de abortos, fecha del último parto, fecha de la última menstruación, tabaquismo, alcoholismo, otras patologías, edad y medicamentos. Entre todas estas variables analizadas, se encontró una sola significativa, con respecto al mismo rango en la población control: el 93% de las mujeres eran multíparas. Este hecho resulta probablemente de la corta edad a la que las mujeres en dichas comunidades inician su período reproductivo. Sinembargo, no se encontró asociación significativa entre el número de partos y los niveles de CA-125 en ninguna de las poblaciones estudiadas.

El significado de estos resultados deberá analizarse a la luz de pruebas clínicas complementarias, puesto que es bien sabido que el marcador CA-125 puede, en algunos casos, elevarse por motivos distintos al tumor de ovario. Sinembargo, gracias al presente trabajo puede confirmarse, una vez más, la presencia de marcadores tumorales elevados en poblaciones aisladas de nuestro país, lo cual indica que deben vigilarse como las demás. Será importante confirmar además la tendencia representada por más del 5% de las mujeres indígenas estudiadas frente a la relativa baja susceptibilidad hacia la elevación de este marcador tumoral en la población afroamericana de nuestro país.

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UNA ALTA FRECUENCIA DE SORDERA EN LA ISLA DE PROVIDENCIA, COLOMBIA

Marta Lucía Tamayo F. (1,2), María Claudia Lattig (1) , Gustavo Tamayo F. (2) y Jaime Eduardo Bernal (1) (1) Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana. (2) Fundación Oftalmológica Nacional. (FON).

RESUMEN

Los estudios genéticos en la isla de Providencia comenzaron hace varios años. A Providencia siempre se vuelve. Después de ese primer viaje hemos regresado una y otra vez, persiguiendo su historia, su pasado, sus gente, su cultura, su geografía, sus tesoros ocultos, su misterio. Dado el interesante pasado histórico, su especial situación geográfica y sus diferentes condiciones de vida, resulta interesante estudiar los aspectos médicos y genéticos para tratar de descubrir la identidad genética de la isla y de su gente. Estos estudios se han intensificado en los últimos tres años, ante el conocimiento de una inusitada alta frecuencia de sordera en la isla, asociado en algunas personas a alteraciones de la pigmentación de la piel, cabello y ojos. Se describe aquí el perfil genético y la frecuencia de las enfermedades genéticas presentes en la isla. Se encontró una alta frecuencia de sordera (5.0 in 1,000 individuos nativos). El 47.06% de esta población sorda posee una sordera no- sindrómica autosómica recesiva y el 29.41% presenta Síndrome de Waardenburg (sordera asociada a anomalías en la pigmentación). Se incluye el árbol genealógico completo de las familias con individuos sordos, el cual incluye casi 2/3 del total de esta población.

INTRODUCCIÓN

Las estadísticas en el área de las limitaciones auditivas son impresionantes, se sabe que 1 de cada 2,000 niños nace sordo. Se estima que más de la mitad de todas las sorderas es causada por algún factor genético. La sordera no-sindrómica representa un 70% de las sorderas de origen genético y la sordera sindromal (sordera asociada con otras características clínicas) conforma el 30%.( 1,2 ,3 ). En Colombia, un estudio realizado en 16

1 Gorlin RJ., (1995) Genetic Hearing Loss with no associated abnormalities. In: Gorlin RJ, Toriello HV., Cohen MM. Hereditary Hearing Loss and its Syndromes. Oxford University Press, Oxford. Pages 43-61. 2 Morton EN., (1991) Genetic epidemiology of hearing impairment. In Genetics of hearing impairment. The New York Academy of Science, New York, 630, 16-31. 3 Fraser GR. (1976) The causes of profound deafness in childhood. John Hopkins University Press, Baltimore. 304 institutos de y para sordos, indican que el 34% de la sordera en esta población sorda institucionalizada era debida a factores genéticos (4,5 ).

La sordera no-sindrómica autosómica recesiva es generalmente de inicio temprano y profunda, representando entre el 75% y el 80% de la sordera no sindrómica. ( 1,6 ). Hasta este momento se han reportado 19 loci para la sordera no-sindrómica autosómica recesiva (Hereditary Hearing Loss Homepage: http:/ hgins.uia.ac.be/u/dnalab/ hhh.htm) demostrando así la gran heterogeneidad presente en este grupo. El alto grado de consanguinidad observado en regiones étnicamente aisladas, como la isla de Providencia, facilita el estudio para la localización de estos genes ( 6,7 ).

El Síndrome de Waardenburg posee una herencia autosómica dominante, la cual representa del 2-5% de la población con sordera de origen genético (8). Esta enfermedad se caracteriza por alteraciones en la pigmentación de la piel, cabello y ojos, defectos en tejidos derivados de la cresta neural, y sordera neurosensorial ( 9,10 ) Variaciones en el grado de la expresividad de estas características es observada con frecuencia, aun entre individuos de la misma familia. La frecuencia de la sordera neurosensorial es mas frecuente en WS tipo 2 (77%) ( 11). La presencia de distopia cantorum (desplazamiento lateral del canto interno) es observada en WS tipo 1 pero no en WS tipo 2. El Indice de Waardenburg (WI), desarrollado por Arias y Mota en 1978, es una relación de las medidas oculares, como medida discriminativa para la distopia cantorum. Las medidas de la distancia intercantal interna, distancia interpupilar y distancia intercantal externa, donde WI > 2.07 se considera distópico y WI < 1.87 es considerado normal ( 12).

El estudio de la población de la isla de Providencia, Colombia, comenzó en 1988 debido al conocimiento de una alta frecuencia de sordera en esta región colombiana. Presentamos el

4 Tamayo ML, Tamayo GE, Bernal JE, Frias JL (1992) A study of the etiology of deafness in an institutionalized population in Colombia. Am. J. Med. Genet., Vol 44: 405-408. 5 Tamayo ML, Bernal JE. (1993) "Genética de las enfermedades visuales y auditivas". Impreso por Boys Town National Research Hospital, Omaha, NE. 6 Van Camp, G.; Willems, PJ.; Smith, RJH.: (1997) Nonsyndromic hearing impairment: unparalleled heterogeneity. Am. 1. Hum. Genet. 60: 758-764, 1997. 7 Tamayo Marta Lucía. (1997) "Manual Básico de Genética en las Sorderas, Cegueras y Sordo-Cegueras". 8 Toriello HV. (1995) Genetic Hearing Loss Associated with Intergumentary Disorders. In: Gorlin RJ, Toriello HV., Cohen MM. Hereditary Hearing Loss and its Syndromes. Oxford University Press, Oxford. Pages 43-61. 9 Waardenburg PJ (1951) A new syndrome combining developmental anomalies of the eyelids, eyebrows and nose root with pigmentary defects of the iris and head hair and with congenital deafness. Am. J. Hum. Genet. 3: 195-253. 10 McKusick VA. (1997) "Mendelian inheritance in man-Online". The Johns Hopkins University Press, Baltimore, MD. USA. 11 LIU X-Z., Newton VE., Read AP. (1995) Waardenburg syndrome type II: phenotypic findings and diagnostic criteria. Am. J. Med. Genet. 55: 95-100. 12 ARIAS S., MOTA M. (1978) Apparent non-penetrance for dystopia canthorum in Waardenburg syndrome type 1, with some hints on diagnosis of dystopia canthorum. J. Genet. Hum. 26: 103-131. 305 reporte de una comunidad aislada, con un alto nivel de consanguinidad, en donde aproximadamente cinco de cada mil individuos nativos son sordos.

HISTORIA DE LA ISLA DE PROVIDENCIA

No hay un total acuerdo histórico en lo referente a la fecha exacta del descubrimiento, pero se presume que fue entre 1482 y 1502, en uno de los dos primeros viajes de Colón a América. Es bien conocido el posterior arribo de pobladores provenientes de Inglaterra, Francia, España, Holanda y Jamaica (Parsons 1985, Clemente 1989, Ruiz 1992, Turriago y Trujillo 1988).

Sin embargo, y en medio de la confusión histórica existente, según diversos historiadores, la isla estuvo habitada por inmigrantes Holandeses, aún desde antes del descubrimiento de América. Los ingleses llegaron a la isla a bordo del Seaflower en 1629 encontrando a los Holandeses. Los primeros esclavos negros fueron traídos desde Jamaica y otros sitios del caribe, para trabajar en las tierras de los Ingleses. En 1642 arribaron los españoles obligando a los ingleses a desalojar la isla. Para el año de 1725 los españoles habían desocupado la isla y en 1788 el Capitán Francis Archbold llegó a la isla con esclavos negros traídos del Africa. Esto, definitivamente contribuyó a la mezcla racial en esta pequeña y aislada región.

Lo interesante de todo este embrollo histórico sobre la isla, es que ciertamente la fecha exacta de su descubrimiento aun no se conoce. Como si esto fuera poco, en los registros ingleses está bien claro que existieron tres diferentes islas "Providencia" en el Caribe, la que parece corresponder a la nuestra, es la llamada "OLD PROVIDENCE" (Parsons 1985, Turriago y Trujillo 1988).

Lo que llama la atención es que a pesar de que las islas eran gobernadas por los españoles, el influjo de los habitantes ingleses era tan marcado, que el mismo gobernador se quejaba de que sus habitantes aún hablaban inglés y no tenían casi nada del español o de la fe católica. O’neille fue sustituido en 1811 por el capitán Luis García de Cartagena.

La presencia francesa en la isla parece comenzar en 1818 con la llegada de Luis Aury, y termina con su muerte en 1821. Después de ser abandonada por los franceses, el gobierno de la isla fue tomado por un cabildo municipal y finalmente por el gobierno Colombiano en 1822, al proclamar oficialmente la adhesión de la isla a la constitución de Cúcuta.

Se dice pues, según recopilación histórica de Parsons, que la liberación de los esclavos se llevó a cabo hacia 1853, de modo que ellos pudieron tomar tierras que habían sido de sus amos, asentándose y tomando posesión de la isla. Por otra parte, aunque los esclavos nunca fueron numerosos, varias familias de Providencia tienen un claro origen en las islas

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Caimán; muchos de estos pobladores llegaron entre 1830 y 1880, pero otros son descendientes de los ingleses y de algunos piratas franceses.

Ante este revuelto histórico, un genetista no puede mas que quedarse atónito, mientras se pregunta como armar un árbol genealógico en esta isla, donde todos llevan hoy en día casi los mismos apellidos, y es muy difícil saber quién es descendiente del inglés, del mestizo, o del negro que siendo esclavo tomó el apellido de su amo inglés. Saber quién es verdaderamente pariente de quién en Providencia, es algo que quizá solo la genética pueda descubrir; tarea que indudablemente tomará otros cuantos años mas dado que es necesario profundizar el estudio de la isla, de sus enfermedades genéticas y de las características de sus actuales pobladores( 13,14,15,16 )

GEOGRAFÍA DE LA ISLA DE PROVIDENCIA

Providencia y Santa Catalina están separadas por un canal artificial de 200 metros. Actualmente se comunican por un puente de madera, por lo que ambas islas pueden ser consideradas casi como una sola. Están situadas en el archipiélago de San Andrés, sobre el océano Atlántico, al noroccidente de Colombia. Providencia tiene un área de 17 km2, mientras que Santa Catalina mide 1 km2. Providencia es una isla montañosa, aislada geográficamente del continente, con relativamente escasas facilidades de comunicación aérea y marítima (Parsons 1985, Clemente 1989, Ruiz 1992, Turriago y Trujillo 1988).

Según los datos del censo de 1988, en esa época Providencia contaba con 3.617 habitantes, de los cuales unos 3.058 eran realmente "nativos" y el resto foráneos, llamados comúnmente "continentales". Otro censo realizado en 1992, parece haber mostrado una población total cercana a los 4.800 habitantes, en donde se observa aumento de población foránea, acercándose a 1.400 los pobladores no originarios de la isla. Casi todos los nativos son de raza negra y aunque nuestro idioma oficial es el español, en la isla se habla un "inglés caribe".

13 Clemente Isabel (1989) "San Andrés y Providencia: tradiciones culturales y coyuntura política". Ediciones Uniandes, Bogotá, Colombia. 14 Parsons James J. (1985) "San Andrés y Providencia, una geografía histórica de las islas Colombianas del Caribe". El Ancora editores, Bogotá, Colombia. 15 Ruiz Ma. Margarita, O’Flin Carol (1992) "San Andrés y Providencia: una historia oral de las islas y su gente". Banco de la República, Centro de Documentación de San Andrés y Providencia, Bogotá, Colombia. 16 Turriago Gabriel, Trujillo Adelaida (1988) "Archipiélago de San Andrés y Providencia". Revista Sotavento, Volumen 1, Numero 2, II trimestre, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia. 307

MATERIALES Y MÉTODOS

Este estudio fue realizado durante el transcurso de 8 visitas a la isla de Providencia, durante los años de 1988 y 1997. Evaluaciones médicas completas fueron realizadas por el equipo humano conformado por médicos genetistas, un pediatra, un dermatólogo, un otorrinolaringólogo, un oftalmólogo y un neurólogo. Adicionalmente, hemos revisado la estadística médica de los últimos 5 años de la isla y los reportes del hospital local en cuanto a programas de salud. En la notaría también revisamos registros de nacimiento, buscando datos de paternidades y origen de ciertas familias. El equipo humano y técnico trabajó en el hospital local y en el puesto de salud de Casabaja, pero además se desplazó a las escuelas y a los 13 diferentes sectores de la isla, visitando casa por casa las familias en donde se había detectado alguna patología de posible origen genético.

Nuestros estudios genéticos en la isla se han intensificado mas en el área de la sordera. Visitamos las familias en las que se conocía un claro antecedente de sordera, de trastornos visuales o de anomalías de pigmentación en la piel con sordera, para ampliar los datos referentes a antecedentes personales y familiares. La evaluación oftalmológica incluyó un examen externo, fondo de ojo, fundoscopia y vicios de refracción. El examen audiológico consistió de un audiograma y una otoscopia. Los defectos vestibulares fueron evaluados utilizando el test de Romberg y el test de tandem walk, realizados a todos los individuos sordos y al mayor número de familiares posible. Los individuos con Síndrome de Waardenburg fueron diagnosticados utilizando el formato para síndrome de Waardenburg elaborado por el Consorcio Internacional para Síndrome de Waardenburg (17).

Para obtener información acerca de los antepasados isleños, estuvimos dialógando con los individuos más ancianos de la isla, historiadores y sociólogos. Con toda esta información, se pudo construir el árbol genealógico completo de esta población afectada.

RESULTADOS

En la evaluación oftalmológica se encontró una alta frecuencia de pterigio, glaucoma, conjuntivitis alérgica y bacteriana, y catarata. Aproximadamente el 13% de los individuos examinados mostraban catarata en sus diferentes grados de severidad. El equipo realizó 180 consultas oftalmológicas, 40 cirugías de pterigio, y 20 cirugías de catarata con implantación de lente intraocular. Se detectó un caso de atrofia óptica familiar en donde los padres eran aparentemente sanos. Dentro de esta evaluación se observó que de los 180 individuos evaluados, 178 tenían algún tipo de vicios de refracción. (Ver tabla 1).

17 Farrer LA., et al (1992) Waardenburg syndrome (WS) type 1 is caused by defects at multiple loci, one of which is near ALPP on chromosome 2: first report of the WS Consortium. Am. J. Hum. Genet. 50: 902-913. 308

Tabla 1. Patologías oculares observadas en 180 individuos examinados en Providencia

PATOLOGIA Individuos afectados Porcentaje

Conjuntivitis alérgica 15 8.3% Pterigio 46 25.5% Catarata 24 13.3% Glaucoma 8 4.4% Vicios de refracción 178 98.9%

EVALUACIÓN GENÉTICA

En la evaluación genética general encontramos una familia con 5 hijos (3 afectados, 2 sanos) con atrofia óptica familiar. Los padres no fueron examinados, pero dicen gozar de buena visión, sin anteojos, a la edad de 60 y 57. No se comprobó consanguinidad, pero debido a la alta endogamia observada en la isla, se puede sugerir un mecanismo de herencia autosómica recesiva.

También se detectó un caso de una familia de padres consanguíneos sanos, en donde dos de los siete hijos presentaban el Síndrome de Cohen, sugestivo de un mecanismo de herencia autosómico recesivo. Estos individuos presentan retardo mental, incisivos prominentes, hipotonía, orejas en forma de copa, puente nasal amplio y manos y pies pequeños con dedos delgados. Existen muy pocos casos de Síndrome de Cohen (MIM 216550) descritos en la literatura (18). En la misma familia también se encontró un primo hermano con hipomelia en ambas extremidades superiores.

Identificamos también otras enfermedades genéticas. Vitiligo (1 familia, 3 afectados), enfermedad de células falciformes (1 familia, 2 afectados, 3 portadoras), neurofibromatosis (1 familia), tres pacientes con retardo mental (1 Síndrome de Down, 2 en quienes se descartó una etiología genética metabólica), y una familia con varios casos de poliosis aislada, sin sordera y sin otros hallazgos.

Sordera en Providencia: La evaluación genética se concentró especialmente en las familias con sordera no- sindrómica y Síndrome de Waardenburg (WS). En la isla han existido cerca de 32 personas "nativas" afectadas de sordera. Hemos tenido la oportunidad de examinar a 17 individuos con sordera, 13 casos genéticos y 4 con etiología no definida. Entre la población sorda, hay

18 Cohen MM Jr., Hall BD., Smith DW., Graham CB., Lampert K J. (1973) A new syndrome with hypotonia, obesity, mental deficiency, and facial, oral, ocular and limb anomalies. J. Pediat. 83: 280-284. 309

8 individuos que presentan solo sordera autosómica recesiva neurosensorial (6 hombres y 2 mujeres), y otros 5 con hipopigmentación en piel, cabello y ojos. Estos últimos (3 mujeres y 2 hombres), pertenecientes a dos familias parientes entre sí, presentan sordera neurosensorial profunda, ausencia de lenguaje, albinoidismo ocular bilateral asimétrico, escleras azules, pestañas hipo-pigmentadas y escasas, poliosis y áreas de despigmentación cutánea en tronco, abdomen, cara, brazos y antebrazos; todo lo cual concuerda perfectamente al diagnóstico de Síndrome de Waardenburg (9,11 ,19 ). Todos ellos presentan distancias intercantales normales. El Indice de Waardenburg no proporcionó medidas que nos permitieran llegar a una conclusión para distopia (valores entre 1.87-2.07). Uno de los padres presentaba ligera poliosis y su esposa acusaba canas prematuras. El padre de la otra familia tenía 80 años en el momento de la evaluación y decía haber canado prematuramente. Una de sus hijas presenta un mechón blanco. Muchas de las personas pertenecientes a las familias con sordera, presentan además alteraciones neurológicas de la marcha, síndrome de extrapiramidalismo y rigidez con espasticidad muscular.

En la figura 1 se presenta el árbol genealógico de las familias afectadas de sordera y Síndrome de Waardenburg, en la que constituye la genealogía de casi 2/3 partes de los nativos de la isla.

Definición de Símbolos

Figura 1. Confluencia de Sordera no-sindrómica y Síndrome de Waardenburg en la isla de Providencia - Colombia.

19 Reynolds JE, Meyer JM, Landa B, Stevens CA, Amos KS, Israel J, Marazita ML, Bodurtha, Nance W, Diehl SR. (1995) Analysis of Variability of clinical Manifestations in Waardenburg Syndrome. Am. J. Med. Genet. 57: 540-547. 310

En esta figura podemos observar a 17 individuos marcados como afectados de sordera, quienes se clasifican de la siguiente manera:

- 5 individuos con sordera asociada al Síndrome de Waardenburg

- 8 individuos con sordera no-sindrómica autosómica recesiva

- 4 casos aislados de sordera, en los era imposible definir clinicamente si es o no de origen genético.

- Están marcados otros 4 individuos a los que no examinamos ni incluimos en nuestros estudios moleculares, pero que son reconocidamente sordos por la población general. También aparecen marcadas unas personas con características parciales de Síndrome de Waardenburg, tales como mechón blanco de pelo o canas prematuras.

Sabemos que la población de nativos isleños es de 3,400, donde 17 individuos son sordos. La frecuencia de sordera en la isla es de aproximadamente 5.0 en 1,000 habitantes, considerablemente mas alta que la frecuencia de la población general de 1 en 1,000

DISCUSIÓN

En resumen, tenemos el estudio global de una población negra, aislada, de interesantes ancestros, especial situación geográfica y características propias muy bien definidas y diferentes al resto de la población continental Colombiana.

La presencia de conjuntivitis y cataratas pudiera ser debida a las condiciones climáticas a que están sometidos sus habitantes, sin embargo, debe considerarse que estas enfermedades también pudieran estar relacionadas con factores genéticos predisponentes esto es algo que exige mayor análisis y comparación con poblaciones que mantengan condiciones de vida similares.

El antecedente histórico de Providencia resulta ser bien interesante y por demás, relevante a los hallazgos de sorderas genéticas en esa población. Tuvimos oportunidad de dialogar con una historiadora nativa de la isla, con un sociólogo y con Frank Britton, otro isleño de 82 años de edad, quien recuerda perfectamente el pasado de muchas de las familias isleñas de hoy. Buscando precisamente el origen de esas familias, iniciamos la tarea de revisar los archivos notariales que existen actualmente y que recopilan información desde el año 1910. Ciertamente, organizar el árbol genealógico de las familias con sordera, significó prácticamente armar el árbol genealógico de toda la Isla, tarea larga y dispendiosa que nos ha tomado varios años. En la pasada visita logramos revisar los datos notariales correspondientes desde 1910 hasta 1930. Sin embargo, sorprende descubrir que en la Isla inicialmente no se acostumbraba llevar estos registros y las anotaciones correspondientes a

311 esa época fueron escritas varios años después, lo que dificultaba completar la información. Por otra parte, llama la atención la forma inconstante y quizás caprichosa como se registraban los hijos, dado que nunca se anotaba más de un apellido de cada progenitor y la madre con frecuencia anotaba el apellido que había tomado de su marido y no el de su padre que había utilizado durante su vida de soltera. Esta costumbre anglosajona, muy propia de la isla en aquella época, ha cambiado recientemente a nuestro habitual registro notarial del interior, con lo cual actualmente es mas fácil identificar las familias paterna y materna de cada niño denunciado. Para subsanar estos inconvenientes, se estudiaron los datos genealógicos de la isla, utilizando los registros del sociólogo Alberto Archbold, de modo que tenemos mucha confianza en los datos utilizados y hay seguridad en la veracidad de la información global genealógica utilizada.

Las familias afectadas de sordera no-sindrómica y Síndrome de Waardenburg merecen un análisis individual y separado del resto de las patologías encontradas. La incidencia de sordera en el mundo es de 1 en 1,000 individuos. Un efecto fundador puede explicar la alta frecuencia de sordera observada en la isla (5.0 en 1,000 individuos), como ha sido demostrado para algunas patologías genéticas raras, las cuales pueden ser frecuentes en algunas poblaciones endogámicas (20,21 ).

Lo verdaderamente llamativo, es que las familias que presentan sordera solamente, muestran un patrón de herencia francamente autosómico recesivo, mientras que las familias que están afectadas de "hipo-pigmentación cutánea y sordera" simultáneamente, pudieran sugerir una herencia autosómica dominante de expresividad muy variable. En este punto, lo que aún estaba por definir era sí se trataba de una misma patología en toda la isla, o sí eran dos sorderas genéticas diferentes. Esta hipótesis fue considerada dado que la sordera no se presentaba en todos los casos con el Síndrome de Waardenburg.

Realizamos estudios moleculares buscando la presencia de una mutación en el gen Conexina 26, (30delG) ya que esta ha sido implicada como causante de una forma de sordera. Se demostró la mutación en los 8 individuos con sordera no sindrómica autosómica recesiva, pero no se encontró en los individuos con Síndrome de Waardenburg y los casos aislados. Lo anterior demostró que efectivamente se trataba de dos sorderas diferentes. Una causada por Conexina 26 y otra por un gen aún no definido. Nuestro paso

20 Winata S, Arhya IN, Moeljopawiro S, Hinnant IT, Liang Y, Friedman TB, Asher IR. JH. (1995) Congenital nonsyndromal autosomal recessive deafness in Bengkala, an isolated Balinese village. J. Med. Genet. 32: 336- 343. 21 De Saxe M, Kromberg JG, Jenkings 1. (1984) Waardenburg syndrome in South Africa. Part II. Is there a founder for type 1? 5. Afr. Med. J. Aug. 25, 66: 8, 291-293. 312 siguiente es continuar los estudios génicos tendientes a determinar el gen causante de la sordera en el Sindrome de Waardernburg.(22, 23)

Agradecimientos

A las autoridades del municipio y del departamento de San Andrés y Providencia. Al comité de damas voluntarias, a la primera dama, al alcalde, al secretario de gobierno. También a la Dra. M. Newball, así como a M. Britton, P. Borden, V. Archbold, C. Chand, G. Bernal, W. Bush, A. Archbold, y J.C. Robinson por su valiosa contribución. Agradecemos también a los Drs. P. Ruiz, S. Plaza, C. Durán, y C. Rodas del Instituto de Genética Humana, y a la Dra. A. S. Rico por su participación. Al Dr. I. Zarante por su colaboración en el análisis de algunos de los datos presentados. Un agradecimiento especial al Dr. T.B. Friedman y al Dr. R. Morell del NIDCD en NIH, por su contribución y discusiones de gran valor para este artículo. Finalmente, un especial reconocimiento a todas las familias examinadas, sus hijos y nietos y a todos los individuos sordos a quienes hemos evaluado numerosas veces.

Este trabajo fue realizado gracias al apoyo de la Fundación Banco de la República y Colciencias.

22 R. Morell, RA. Spritz, L. Ho, W. Guo, TB Friedman, JH Asher Ir. (1997) Apparent digenic inheritance of Waardenburg syndrome type 2 (WS2) and autosomal recessive ocular albinism (AROA). Hum. Mol. Genet., Vol. 6, No. 5, 659-664. 23 R. Morell, IB Friedman, jH Asher Jr., LG Robbins (1997) The incidence of deafness is non-randomly distributed among families segregating for Waardenburg syndrome type 1 (WS1). Am. 1. Med. Genet. 4. 313

DEFECTOS REFRACTIVOS Y ENFERMEDADES OCULARES DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS Y NEGRAS DE COLOMBIA

David Mauricio Medina Oftalmología. Hospital Universitario de San Ignacio. Pontificia Universidad Javeriana.

INTRODUCCIÓN

El estudio de los defectos refractivos y de las enfermedades oculares en las comunidades indígenas y negras, nos permite evaluar la influencia de distintos factores que pueden determinar la

presencia o no de características refractivas y de patologías como son la ausencia de mestizaje en algunas comunidades y factores ambientales como el trópico, la selva y el desempeño cotidiano al aire libre.

Fueron evaluados en cada comunidad por un grupo de Optómetras y Oftalmólogos que en forma sistemática practicaron el examen de agudeza visual, evaluaron el estado refractivo, la motilidad ocular y la presencia de patologías oculares.

El examen se realizó en miembros de todas las edades de las distintas comunidades. En algunas pocas comunidades el número de pacientes examinados fue reducido por tratarse de poblaciones muy grandes y/o dispersas (Piaroa, Piratapuyo, Ingano, Siona y Quechua), sin embargo nuestros datos aportan un análisis preliminar del estado visual de estas comunidades.

AGUDEZA VISUAL

La agudeza visual encontrada en las distintas comunidades fue buena en la mayoría de sus integrantes, en los casos donde se encontró disminución de la visión la causa fue un defecto refractivo, catarata o secuelas de traumatismos oculares.

Desde el punto de vista refractivo la mayoría de los examinados presentaron defectos refractivos bajos, siendo el principal la hipermetropía, generalmente menor a + 1.50, la cual pudo asociarse a astigmatismos bajos contra la regla.

El astigmatismo contra la regla es una característica particular de estas comunidades, ya que las poblaciones de origen caucásico, generalmente tienen astigmatismos con la regla.

314

Solamente en la comunidad de los Pastos se encontraron astigmatismos con la regla con una mayor frecuencia.

La miopía se encontró con mayor frecuencia en las comunidades: Guambiano, Kofane y Pasto. Lo cual puede reflejar el proceso de mestizaje que se ha presentado en ciertas comunidades.

MOTILIDAD OCULAR

En la gran mayoría de los examinados el estado motor ocular fue la ortoforia o la exoforia con un punto próximo de convergencia mayor de 10 centímetros, lo cual no impide o dificulta la realización de actividades cotidianas como tejer o la cestería.

El estrabismo que se encontró en algunos pocos casos del total de los pacientes examinados fue generalmente asociado a lesiones orgánicas oculares o a defectos refractivos altos no corregidos.

ENFERMEDADES OCULARES

Enfermedades externas

Una de las patologías más frecuentemente encontradas fue el Pterigio y la Pinguécula. La incidencia mundial del Pterigio varía ampliamente dependiendo de la ubicación geográfica con respecto al Ecuador de la población estudiada, así, la incidencia en EEUU, entre 28 y 36 grados de latitud norte es de 5 a 15%, en Puerto Rico con 18 grados de latitud norte 18% y en Aruba con 12 grados de latitud norte del 22, 5 % (Kaufman, 1988).

Las conjuntivitis bacterianas fueron frecuentes en las poblaciones infantiles y la conjuntivitis alérgica y actínica fue repetida entre los Guambianos y los Pastos. Estas dos comunidades habitan a mayor altura sobre el nivel del mar que el resto de las comunidades estudiadas, factor que puede jugar un papel importante en el desarrollo de estas enfermedades.

En las comunidades que habitan los departamentos del Putumayo y Caquetá, fue frecuente encontrar, tanto en las poblaciones adultas como infantiles, la presencia de leucomas putiformes únicos o múltiples a nivel de la córnea, que corresponden a la secuela de la picadura de una hormiga que habita las maderas secas, la Majiña o Kajo-Öh, aunque, estas lesiones no causan generalmente disminución de la visión, parece que en la fase aguda de la picadura, genera una gran reacción inflamatoria ocular.

En la comunidad de los guambianos se encontraron dos pacientes con opacidad de la córnea por mucopolisacaridosis.

315

Cristalino

La catarata senil se encontró en todas las comunidades indígenas, con una mayor frecuencia en la comunidad Wayuu, como resultado del gran número de pacientes por encima de los 50 años que fue examinado.

Glaucoma

La incidencia más alta de glaucoma encontrada en las comunidades estudiadas fue de 3.2% en los Guambianos, 2.7% en los Embera y 2.6% en los Arhuaco. La incidencia de glaucoma en la población en general por encima de los 40 años es de 1-2% (Keith, 1978). Nuestros datos pueden no reflejar con exactitud la incidencia de glaucoma si tenemos en cuenta que un gran número de la población examinada fue menor de 40 años.

Presión ocular

En siete de las comunidades visitadas se obtuvieron datos de tonometría ocular realizada con el tonómetro de Goldman, en la siguiente tabla se aprecian los promedios obtenidos:

COMUNIDAD PIO (mm Hg) DS

PASTOS 13.79 +/- 4.4 COREGUAJE 13.64 +/- 2.7 CHIMILA 15.09 +/- 2.3 EMBERA 15.35 +/- 3.8 HUITOTO 13.98 +/- 4.0 WAYUU 15.27 +/- 4.1 NEGROS 15.50 +/- 4.4

La presión ocular promedio en las comunidades negras fue más alta, así como la frecuencia de glaucoma (4% - 10% según el grupo).

Las presiones oculares encontradas en todas las comunidades están dentro del rango normal encontrado en las distintas poblaciones a nivel mundial.

Retina y vítreo

La gran mayoría de los examinados no presentaron alteraciones a nivel del vítreo y la retina, en parte por la mayor población de pacientes jóvenes que participaron del estudio y que en general presentan menor incidencia de enfermedades degenerativas de la retina propias de los pacientes mayores.

316

Sin embargo, fueron frecuentes las patologías infecciosas, entre ellas la toxoplasmosis. Característicamente en estos pacientes se notó la presencia de lesiones cicatriciales de retinocoroiditis a nivel del polo posterior del ojo en algunos casos con compromiso de la fovea y por lo tanto con mala visión.

Ninguno de los afectados por toxoplasmosis presentaba en el momento de la valoración signos de actividad de la enfermedad.

Observamos también un caso de retinopatía en sal y pimienta en una niña de la comunidad Chimila, la paciente presentaba además sordera y un soplo cardíaco conformando así la tríada fundamental de la rubeola congénita.

En dos casos se observó transtorno del Epitelio pigmentario de la retina con acúmulos de pigmento en espícula de hueso, atenuación de los vasos y palidez del nervio óptico. Estos hallazgos son característicos de la Retinitis pigmentosa. En ninguno de los casos se documentó la presencia de otro familiar afectado, por lo cual se consideraron como casos esporádicos.

Los cambios de la Degeneración Macular relacionados con la edad consistentes en la presencia de depósitos de material de desecho por debajo del Epitelio pigmentario (drusas), atrofia geográfica del EPR y membranas neovasculares coroideas, no fueron frecuentes. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la población mayor de 65 años examinada fue pequeña.

En 4 de 6 pacientes con prúrigo actínico de la comunidad Chimila, se pudo observar la presencia de transtornos del epitelio pigmentario a nivel de la mácula, con un aspecto moteado.

Aunque es difícil diferenciar estos cambios de los observados en la Degeneración macular relacionada con la edad, puede existir una relación entre el prúrigo actínico y los transtornos del Epitelio pigmentario.

El albinismo oculocutáneo consistente en la ausencia total o parcial de melanina en piel, pelo coroides y epitelio pigmentario de la retina se observó en dos hermanos piaroa, dos hermanos cuna y madre e hijo de la comunidad Arhuaca.

Transtornos auditivos se observaron en todos estos pacientes.

En un paciente de la comunidad indígena Emberá del río Saija, se encontró un melanoma maligno de coroides.

Desprendimiento de la retina solamente fue reportado en un paciente de la comunidad Waunana y en dos pacientes de la comunidad Cuna, se observaron desgarros de la retina periférica.

317

Dentro del grupo de las enfermedades vasculares de la retina, solamente un paciente de la comunidad de los Cunas, presentaba oclusión de la vena central de la retina. No fue reportado ningún paciente con retinopatía diabética. Lo que sugiere una pobre sobrevida de los pacientes con diabetes y/o un número reducido de pacientes con diabetes en las comunidades indígenas.

En dos pacientes, uno Wayuu y otro Sikuani, se observó atrofia óptica bilateral.

En general, no observamos una mayor prevalencia de patologías vítreo-retinianas en las comunidades indígenas de Colombia visitadas.

CONCLUSIONES

La interacción entre factores genéticos y ambientales, determinan la expresión de distintas características y enfermedades oculares, que hacen particulares a las poblaciones indígenas y negras de Colombia.

Entre ellas debemos mencionar una adecuada visión en la mayoría de los indígenas la cual permite un adecuado desempeño del individuo dentro de su entorno. La presencia de enfermedades oculares externas como el Pterigio, resultado de la constante exposición a la luz ultravioleta del sol.

La mayor prevalencia de glaucoma y un promedio de Presión ocular superior en las comunidades negras en comparación con las comunidades indígenas. En distintas comunidades negras en el mundo se han encontrado datos similares, que apoyan una mayor susceptibilidad a glaucoma en esta raza.

Enfermedades genéticas como la retinitis pigmentosa y el albinismo oculocutáneo, también hacen parte del gran espectro de las enfermedades oculares encontradas en estas comunidades.

El estudio de las comunidades indígenas y negras no solo nos proporciona información descriptiva del estado visual de estas poblaciones, sino que permite establecer estrategias para la prevención de enfermedades y el tratamiento de patologías como la catarata senil y el glaucoma.

Martha Catalina Ortiz Oftalmología. Hospital Universitario de San Ignacio. Pontificia Universidad Javeriana.

Durante la Gran Expedición Humana se visitaron cuatro comunidades negras.

• Bellavista en el Atrato

318

• Márgenes del río Saija

• Isla de Providencia

• Palenque de San Basilio

Los primeros indicios de la llegada de negros a nuestro país datan de registros del siglo XVI, donde se dice que los primeros Africanos llegaron en las campañas conquistadoras Españolas, en su gran mayoria por el comercio de esclavos; la cantidad y el origen de estos grupos humanos está aún por establecer claramente. Lo que sí se sabe es que sus puntos de ingreso en los puertos sobre el Atlántico como Cartagena y diferentes zonas del Darién, o sobre el Pacífico a través de Buenaventura o Barbacoas.

Para tratar de establecer los lugares de origen así como las rutas migratorias dentro del territorio colombiano se han utilizado técnicas de genética molecular además del estudio de documentación de la época. Se cree que al territorio de la Gran Colombia ingresaron alrededor de unas 200.000 personas de raza negra en todo este período.

La primera población de la que hablaremos se evaluó durante el tercer viaje de la Expedición Humana y es un asentamiento a orillas del río Atrato: Belicista; donde se examinaron 204 individuos siendo en su mayoría mujeres entre los 15 y 60 años. Refractivamente tienen hipermetropías y astigmatismos bajos, y sus patologías oftalmológicas son aquellas asociadas con la exposición solar como pterigios, pinguéculas y melanosis (27.8%), además de problemas alérgicos en un 11.3%. Al ser una población desprovista de atención oftalmológica periódica y de bajos recursos, se detectaron en un 8% de personas con visiones muy malas que les imposibilitan su normal desempeño por cataratas maduras, entidad perfectamente tratable mediante cirugía actualmente. Además se diagnosticaron pacientes con glaucoma en un 2.3%.

La segunda población es el grupo humano de Guangui a orillas del río Saija donde se presentaron 98 individuos siendo los grupos más numerosos el de mujeres en edad fértil y el de hombres entre los 33 y los 60 años y a diferencia del anterior el mayor defecto refractivo fue la miopía baja. Las patologías asociadas con la exposición al sol, son también comunes así como lo explicábamos en el párrafo anterior; curiosamente el porcentaje de pacientes con diagnóstico de glaucoma es mucho mayor y se acerca al 10% de los pacientes evaluados.

La mayor población negra examinada fue la de la Isla de Providencia donde se encuentran datos completos de 369 individuos.

Aunque históricamente podemos aplicar lo dicho en el primer párrafo hay que recordar que la Isla de Providencia vio pasar habitantes de diferentes países Europeos como Holanda, Gran Bretaña y España entre otros, y la importación de población negra se llevaba a cabo

319 con el fin de trabajar los cultivos de tabaco y algodón que formaban parte importante de la economía isleña.

Fueron examinadas casi el doble de mujeres que de hombres siendo los rangos de edad bastante parejos en el número de individuos; su visión es buena y la hipermetropía y el astigmatismo bajo que presentan no interfieren con sus labores habituales; de nuevo los pterigios, las pinguéculas y la conjuntivitis asociada con la exposición al sol conforman el mayor porcentaje de patología oftalmológica acercándose casi al 50%. El glaucoma ocupa un lugar importante dentro de los hallazgos con algo más del 4.3% de los pacientes; en esta comunidad se encuentra una extensa familia con defectos de pigmentación cutánea e intraocular y sordera que ha sido examinada y estudiada por años por los investigadores del Instituto de Genética Humana y parece corresponder a un síndrome de piebaldismo y sordera.

Por último hablaremos de la población del Palenque de San Basilio, sitio que recuerda aquellos asentamientos donde vivían los negros o cimarrones que escapaban de sus dueños mientras trabajaban en las minas o haciendas de la zona. De éste se encuentran datos desde los albores de 1700 y como se ha mantenido vigente permite el estudio de ritos, costumbres y lenguas. En la actualidad consta de unos 4.500 habitantes de los cuales examinamos 352 y nuevamente la hipermetropía baja estaba presente en un gran número de pacientes sin que esto les presente problemas en su agudeza visual. La valoración oftalmológica evidencia muy poca patología.

En conclusión son poblaciones optométricamente sanas con visiones cercanas al 100% en la mayoría de la gente; se encuentran patologías asociadas con la exposición solar obviamente explicadas por el medio en que se desenvuelven y debido al bajo desarrollo en nuestros programas de detección y prevención en salud aun se encuentran porcentajes relativamente altos de personas legalmente ciegas por cataratas. El índice de glaucoma diagnosticado a partir de la medición de la presión intraocular con tonómetro de Shioltz y el aumento de la excavación y profundidad del nervio óptico, aunque es bastante más elevado que en las poblaciones indígenas examinadas sí corresponde con las estadísticas mundiales de glaucoma en población negra, llevándonos a pensar en un componente genético en su origen dadas las condiciones vitales tan disímiles entre los estudios europeos, estadounidenses o africanos y los efectuados por la Gran Expedición Humana.

320

MARCADORES GENETICOS DE LAS COMUNIDADES INDIGENAS EN COLOMBIA, VISITADAS POR LA EXPEDICION HUMANA

Ignacio Zarante M.D. Instituto de Genética Humana. Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Javeriana.

Una de las maneras utilizadas hoy en día para describir grupos humanos es la caracterización de marcadores genéticos. Estos marcadores son proteínas que se encuentran en el suero de todos los humanos, sustancias que identifican los glóbulos rojos (Grupos sanguíneos), o específicamente el hallazgo de varios genes en nuestro genoma. La característica común de todos estos marcadores es que presentan varias formas de cada uno (polimorfismo) lo que permite encontrar diferencias en las frecuencias de cada forma entre individuos, familias, grupos o poblaciones humanas. En resumen, estos marcadores genéticos identifican los grupos humanos y nos dan pistas de cuales son los ancestros de las comunidades actuales.

En este capítulo vamos a hacer una breve descripción de cada marcador, sus diferentes formas y la frecuencia de cada una de ellas en las poblaciones, para demostrar las diferencias o similitudes entre las comunidades indígenas. Además utilizaremos grupos humanos como negros o caucásicos para comparar los resultados de nuestros amerindios.

Alfa 1 Antripsina

Esta proteína pertenece al grupo de los inhibidores protéicos séricos y su función es detener la actividad de enzimas proteoliticas como la tripsina, plasmina o trombina. Es obtenida del suero de los pacientes y se separa por sus características de peso y carga (Isoelectroenfoque). Los subtipos encontrados son M1, M2, M3, F, L, Z y S.

Las comunidades en Itálica corresponden a poblaciones afrocolombianas.

Las formas más frecuentes de esta proteína que explican la mayoría de la variabilidad son M1 y M2. El M1 fue el más frecuente en general aunque algunas poblaciones muestran frecuencias similares de M2 como en los Paez, Waunana o Tule. De los alelos de frecuencias bajas, ninguno se encontró exclusivamente en una población. Cabe resaltar el 5 en los Tule con ausencia del alelo M2. No se encuentran grandes diferencias entre las frecuencias de las poblaciones negras respecto a las indígenas lo que nos indica que no es un marcador discriminador de razas en estas poblaciones (1).

321

Las frecuencias encontradas en los grupos colombianos son:

POBLACIONES n M1 M2 M3 s z F L

Vaupés 67 0.590 0.291 0.075 0.022 0.000 0.022 0.000 Coreguaje 62 0.798 0.105 0.008 0.032 0.000 0.048 0.008 Paez 51 0.529 0.412 0.020 0.010 0.000 0.000 0.029 Waunana 75 0.487 0.447 0.020 0.020 0.027 0.000 0.000 Embera 07 0.542 0.379 0.009 0.033 0.028 0.009 0.000 Zenú 40 0.613 0.030 0.050 0.025 0.013 0.000 0.000 Achagua 25 0.560 0.360 0.080 0.000 0.000 0.000 0.000 Yuco 41 0.695 0.183 0.122 0.000 0.000 0.000 0.000 Tule 36 0.792 0.000 0.000 0.194 0.000 0.000 0.014 Pto Ospina 45 0.711 0.189 0.078 0.000 0.000 0.022 0.000 Providencia 59 0.636 0.331 0.017 0.008 0.000 0.008 0.000 Palenque de San Basilio 18 0.639 0.278 0.000 0.083 0.000 0.000 0.000

n = Número de individuos evaluados

Haptoglobina

Esta alfa 2 glicoproteína tiene la capacidad de unirse de manera irreversible con la hemoglobina. Entre sus principales funciones se cuenta la conservación del hierro plasmático y el catabolismo de la hemoglobina libre en el plasma. Sus formas

principales son la Hp 1 y 2 pero existen dos variantes además: La Hp0 que produce individuos anhaptoglobulinémicos y una variante de la 2 que es notada como v. La caracterización de las diversas formas también se lleva a cabo con la técnica del Isoelectroenfoque (Separación por peso molecular y punto isoeléctrico).

Las frecuencias halladas en las investigaciones de la Expedición son las siguientes:

INDIGENAS

POBLACIONES n Hp1 Hp2 ANAHAP Hp 2v

322

Paez 51 0.3529 0.5098 0.1373 0.0000 Yuco 62 0.4113 0.5887 0.0000 0.0000 Vaupés 189 0.5265 0.4683 0.0000 0.0053 Guayabero 65 0.5692 0.4308 0.0000 0.0000 Guahibo 65 0.6538 0.3462 0.0000 0.0000 Araracuara 73 0.8151 0.1849 0.0000 0.0000 Pasto 94 0.6117 0.3883 0.0000 0.0000 Awa-Kwaiker 67 0.5672 0.4328 0.0000 0.0000 Tunebo 40 0.6500 0.3500 0.0000 0.0000 Piapoco 17 0.5882 0.4118 0.0000 0.0000 Ika 70 0.6571 0.3429 0.0000 0.0000 Kogi 50 0.7600 0.2400 0.0000 0.0000 Wiwa 31 0.8387 0.1613 0.0000 0.0000 Wayuu 61 0.4180 0.5492 0.0164 0.0164 Chimila 133 0.6541 0.3459 0.0000 0.0000 Guane-Butaregua 103 0.6505 0.3495 0.0000 0.0000 Motilones 57 0.5702 0.4298 0.0000 0.0000 Embera 45 0.6889 0.3111 0.0000 0.0000 Coreguaje 86 0.6395 0.3605 0.0000 0.0000 Waunana 74 0.6959 0.3041 0.0000 0.0000 Achaguas 21 0.6429 0.3571 0.0000 0.0000 Huitoto 87 0.6034 0.3966 0.0000 0.0000 n = Número de individuos evaluados ANAHAP = Anahptoglobulinémico (Homocigoto para Hp 0) Hp 2V = Variante de la Hp 2

CAUCASICOS Y AFROCOLOMBIANOS

POBLACIONES n Hp1 Hp2 ANAHAP Hp 2v

Chocó 113 0.4646 0.4912 0.0088 0.0354 Costa Pacífica 108 0.6528 0.3472 0.0000 0.0000 Providencia 62 0.6290 0.3710 0.0000 0.0000 Subachoque 53 0.4906 0.5094 0.0000 0.0000 Baranoa 86 0.4651 0.5349 0.0000 0.0000 Samaniego 26 0.5962 0.4038 0.0000 0.0000 Santander 72 0.7153 0.2847 0.0000 0.0000 Bogotá 104 0.4904 0.5048 0.0000 0.0048

323

Las comunidades en Itálica corresponden a poblaciones afrocolombianas.

En general la variabilidad de esta proteína es explicada por los alelos Hp1 y 2. La frecuencia de estos alelos varía entre el 35 y 82% para el 1 y entre 16 y 59% para el 2. No se encontraron poblaciones con frecuencias menores a 10% para ninguno de los dos marcadores. Se encontraron individuos anhaptoglobulinémicos únicamente en las poblaciones Paez y Wayuu así como en la comunidad negra del Chocó. La variante detectada, similar a la Hp2, se hizo presente solamente en las poblaciones indígenas Wayuu y del Vaupés y también en las comunidades de Bogotá y Chocó. La distribución de las diferentes formas de Haptoglobina aunque se encuentra dentro de los rangos de las poblaciones americanas también refleja los diversos orígenes de los colombianos actuales.

Fosfoglucomutasa 1

Esta enzima plasmática cataliza la transferencia de fosfatos dentro de la molécula de glucosa. El gen de ésta se localiza en el cromosoma 1 y presenta dos formas llamadas 1 y 2. Estas pueden combinarse en tres fenotipos: 1-1-, 1+1+, 1-2-, 1-2+, 1+2-, 2-2- y 2+2+ aunque hay descripciones de una fosfoglucomutasa 3 en la placenta y algunos leucocitos. La separación de los diferentes alelos se hace por medios electroforéticos. En los trabajos de nuestro grupo aparece una variante muy similar a la forma PGM2.

La Expedición encontró las siguientes frecuencias para esta enzima:

POBLACIONES n PGM1+ PGM1- PGM2+ PGM2- PGM 2V

Paez 23 0.2955 0.4090 0.1819 0.1136 0.0000 Vaupés 65 0.5692 0.3769 0.0539 0.0000 0.0000 Santander 53 0.4300 0.4500 0.0900 0.0300 0.0000 Motilones 50 0.3400 0.5500 0.0400 0.0700 0.0000 Guayabero 68 0.2990 0.4701 0.0448 0.1562 0.0299 Butaregua 34 0.4150 0.5186 0.0094 0.0570 0.0000 Tunebo 40 0.3650 0.2100 0.0450 0.3800 0.0000 Embera 59 0.2670 0.5520 0.0960 0.0850 0.0000 Coreguaje 62 0.1550 0.5500 0.1540 0.1410 0.0000 Yucos 28 0.5484 0.4355 0.0000 0.0161 0.0000 Wayuu 27 0.5660 0.4200 0.0140 0.0000 0.0000 Guahibo 34 0.4919 0.3871 0.0887 0.0081 0.0242 Zenú 42 0.5333 0.3452 0.0738 0.0477 0.0000 Waunana 45 0.2794 0.6029 0.0295 0.0882 0.0000 Providencia 65 0.4844 0.3281 0.0625 0.1250 0.0000

324

Las comunidades en Itálica corresponden a poblaciones afrocolombianas.

La distribución de esta enzima muestra una distribución bastante heterogénea. Definitivamente la forma más frecuente fue la PGM1+ sin alcanzar en ningún caso frecuencias superiores al 60%. Los alelos PGM2 presentan frecuencias similares en la mayoría de las poblaciones y la variante PGM 2V solamente está presente en la comunidad de Guayaberos y Guahibos. Esto sugiere una clara relación geográfica en vista de la cercanía que presentan estas dos poblaciones y su origen lingüístico similar (Guahibo). Solamente hubo dos poblaciones que presentaron ausencia de un alelo, el PGM 2: Vaupés y Wayuu.

Componente grupo específico

Esta proteína es la encargada de transportar la vitamina D una vez es procesada en la piel utilizando los rayos ultravioleta. Se agrupa dentro de las alfa 2 globulinas y presenta un par de alelos codominantes llamados GC-1 y GC-2. Con la aparición del foco isoeléctrico se encontraron dos variantes del 1 que se nombraron como GC-1F y GC-1S. El alelo GC-2 ha sido descrito como característico de poblaciones caucásicas o de origen africano.

Los resultados encontrados por la Expedición para esta proteína fueron los siguientes:

POBLACIONES n GC-IS GC-1F GC-2

Paez 51 0.745 0.196 0.059 Vaupés 62 0.347 0.355 0.298 Embera 52 0.683 0.288 0.029 Coreguaje 70 0.579 0.393 0.029 Waunana 70 0.686 0.279 0.036

En el caso de esta proteína se encuentran menos comunidades estudiadas que con el resto de sistemas. Se ve una importante variabilidad entre estos grupos que pertenecen a diferentes familias lingüísticas y a zonas geográficas diferentes. Se ve claramente una similitud entre los grupos embera y waunana que culturalmente son muy parecidos con frecuencias muy similares en los tres alelos. El más diferente de todos, es el de Vaupés que presenta una alta frecuencia del alelo 2 y la más baja del 1S (1 y 2).

Tercer componente del complemento (C3)

El sistema del complemento es uno de los mecanismos inespecíficos que tiene el sistema de defensa humano para destruir microorganismos patógenos que penetren al cuerpo. Consta de una serie de proteínas que al activarse secuencialmente surte finalmente un efecto de lisis en el extraño. Una de las proteínas de este sistema es la llamada C3 o tercer

325 componente del complemento. En ésta se han descubierto dos formas que han sido llamadas S y F. Además se ha descrito otra variante conocida como SSO.1 en algunas poblaciones.

COMUNIDAD n S F SSO.1

Paez 42 0.9524 0.0476 0.0000 Chimila 126 0.9683 0.0238 0.0079 Yuco 47 1.0000 0.0000 0.0000 Cubeo 130 1.0000 0.0000 0.0000 Guambiano 39 1.0000 0.0000 0.0000 Embera/Wa 194 0.9485 0.0515 0.0000 Guayabero 32 0.8125 0.1875 0.0000 Achagua 21 1.0000 0.0000 0.0000 Piapoco 34 0.9706 0.0294 0.0000 Guane 47 1.0000 0.0000 0.0000 Negpacifi 57 0.9649 0.0351 0.0000 Negcaribe 50 0.9100 0.0700 0.0200 Saboya 33 0.7424 0.1970 0.0606 Bogotá 57 0.8333 0.1667 0.0000

Los resultados muestran que las poblaciones urbanas presentan frecuencias del alelo F similares a las poblaciones hispanas (Entre 17 y 20%). En la muestra de comunidades negras la frecuencia de este mismo alelo estuvo entre 3.5 y 7% como se esperaría en las poblaciones africanas ancestrales. Las poblaciones indígenas incluidas en este trabajo muestran un amplio rango de frecuencias para F, que va entre O y 19% con 5 grupos monomórficos. Esto puede explicarse por recientes mezclas de los amerindios con poblaciones negras o caucásicas (1 y 3).

Hemoglobina

La hemoglobina conforma el 95% del peso seco de los eritrocitos y un 34% del peso húmedo. Es la molécula encargada de transportar el oxígeno de los pulmones hasta los tejidos y de llevar el bióxido de carbono de los tejidos de vuelta a los pulmones.

n A S C

Chocó 305 0.941 0.051 0.008 Valle 102 0.995 0.000 0.005 Cauca 34 0.985 0.015 0.000

326

Palenque 66 1.000 0.000 0.000 Providencia 161 1.000 0.000 0.000

En este trabajo se examinaron solamente poblaciones negras en Colombia encontrándose una importante homogeneidad en estos grupos.

HLA Serológico

Los resultados de este análisis muestran notables diferencias entre las frecuencias alélicas de los 3 grupos étnicos: Indígenas, afroamericanos y mestizos. Los alelos más frecuentes en la población indígena fueron el A2, Bw6, Cw3 y DR11. Entre los afroamericanos se encontró en elevadas frecuencias los alelos A2, Bw4, Cw4 y DR5. Para los mestizos los más frecuentes fueron el A2, B73, Cw4 y DR53. Una conclusión importante es que se observa una gran variación intraétnica tanto en afroamericanos como en indígenas. En general, las poblaciones indígenas muestran una marcada restricción del HLA serológico mientras que los afroamericanos y mestizos muestran una diversidad elevada. Llama la atención en los indígenas la alta aparición de blancos en las muestras que sugieren alelos en estado homo-cigoto o alelos nuevos para los cuales no se tienen estandarizados los antisueros. En el análisis de distancias génicas revela la no concordancia de las agrupaciones genéticas con las clasificaciones lingüísticas o las distancias geográficas.

Grupos sanguíneos

Los marcadores más usados para estudiar la estructura genética de las poblaciones, por su fácil y económico análisis, son los grupos sanguíneos. Estos, encabezados por los más comunes como ABO y Rh, conocidos por todo el mundo, y seguidos por otra gran cantidad de grupos llamados "raros", son excelentes para comprender las características de las poblaciones humanas y poder inferir sobre sus relaciones con otros grupos afines. Los grupos sanguíneos son en realidad moléculas que se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos, principal componente de la sangre y pueden ser examinados en el laboratorio con técnicas simples. Los que fueron analizados en el trabajo de la Expedición fueron: ABO, Lutherans, Lewis, Kell, Kid y Duffy. Las diferentes formas que se encuentran en cada grupo y que fueron testeadas en esta investigación fueron las siguientes:

GRUPO SANGUINEO ALELOS

ABO A, B y O Lewis Le(a) y Le(b) Kell Kp(a), Kp(b) P P(+), P(-) Duffy Fy(a), Fy(b) Kid Jk(a), Jk(b)

327

Lutheran Lu(a), Lu(b)

Para cada grupo sanguíneo se halló la frecuencia de cada alelo. Estas frecuencias fueron comparadas entre las comunidades utilizando cada grupo sanguíneo o todos los grupos realizados. Como ejemplo mostramos las frecuencias halladas para el grupo ABO en el que se observa cómo el O es el más frecuente en la mayoría de las comunidades indígenas. Esto ha sido descrito para la mayoría de comunidades amerindias. El encontrar alelos A o B en una comunidad indígena nos puede sugerir la presencia de mezclas interaciales en ese grupo.

Las comunidades en Itálica corresponden a poblaciones afrocolombianas.

Los resultados del análisis de los grupos indígenas muestran que son muy heterogéneas. Esta diversidad puede deberse a varias causas, entre ellas la más aceptable sería la mezcla de estos grupos con poblaciones mestizas y negras que viven y han vivido en las cercanías. Esta mezcla sería diferente para cada uno de los grupos generando las diferencias encontradas. Al comparar las comunidades utilizando métodos estadísticos de similitud se pueden observar los siguientes resultados.

n O A B

Chimila 64 0.984 0.008 0.008 Coreguaje 50 1.000 0.000 0.000 Cuna 109 0.000 0.000 1.000 Curripaco 16 1.000 0.000 0.000 Embera 58 1.000 0.000 0.000 Guahibo 40 0.975 0.000 0.025 Guane 40 0.822 0.120 0.059 Guayabero 19 1.000 0.000 0.000 Huitoto 27 1.000 0.000 0.000 Arhuaco 108 0.943 0.014 0.043 Murui Muinane 39 1.000 0.000 0.000 Nukak 20 1.000 0.000 0.000 Paez 50 0.990 0.000 0.010 Piaroa 37 0.986 0.000 0.014 Tukano 40 1.000 0.000 0.000 Waunana 90 1.000 0.000 0.000 Wayuu 39 1.000 0.000 0.000 Yuco 40 1.000 0.000 0.000 Negros Nuqui 90 0.683 0.157 0.160

328

Negros Guangui 27 0.793 0.019 0.188

n = Número de individuos evaluados

BIBLIOGRAFÍA

SARMIENTO, P. Polimorfismo genético de alfa 1 antitripsina y haptoglobina en poblaciones indígenas, negras y aisladas de Colombia y comparación con otros polimorfismos. Tesis para optar al grado de maestría en Biología, Facultad de Ciencias Básicas, Pontificia Universidad Javeriana. 1993.

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329

LA ENFERMEDAD GENETICA EN LA CERAMICA TUMACO-LA TOLITA

Jaime Bernal Villegas, Ignacio Briceño Instituto de Genética Humana. Facultad de Medicina - Pontificia Universidad Javeriana.

INTRODUCCIÓN

Pareciera que los defectos de nacimiento hubieran capturado siempre la imaginación humana. De hecho, todas las culturas con tradición escrita o pictórica han dejado testimonios de estos defectos, recogidos en una reciente recopilación (Kunze y Nippert, 1986) en la que varios expertos sindromólogos interpretan posibles diagnósticos en una variada gama de expresiones artísticas. Sin embargo, poco se ha escrito sobre la presencia de este tipo de entidades en el arte precolombino suramericano y particularmente colombiano. Con excepción de un estudio presentado por Córdoba-Salinas y Salinas (1986), no se conocen otros trabajos que interpreten la expresión artística de nuestro territorio.

Con este fin, en los últimos años hemos venido realizando un trabajo de búsqueda de cerámica precolombina colombiana, particularmente de la conocida como Tumaco-La Tolita, clasificando todas aquellas piezas que de una u otra forma pueden proveer información médica, particularmente relevante a la presencia de determinados genes en esas poblaciones históricas. En este corto reporte se muestran algunos de los resultados obtenidos, se trata de establecer paralelos con la patología observada hoy en día en nuestro país, y se hacen algunas inferencias sobre el grupo humano cultor de este arte cerámico.

RESULTADOS

Colección del Instituto Colombiano de Antropología

El Instituto posee una interesante colección que al estudiar en detalle permite hacer algunas generalizaciones sobre la expresión de los rasgos físicos normales. Una vasta proporción, más del 90% de las figuras vistas por nosotros, corresponde a expresiones de rostros. Esporádicamente se encuentran en esta colección expresiones detalladas del resto del cuerpo. Estudios de la mano humana se encuentran en solo tres piezas; las demás simplemente la esbozan, lo cual no permite inferencias en trastornos

330 patológicos que involucran esta estructura anatómica. La mayoría de las figuras de la cara posee un tocado, el cráneo elongado por la deformación inducida desde edades muy tempranas, común en estos grupos, pendientes y narigueras. Estas piezas decorativas pueden, con frecuencia, interpretarse erróneamente como anomalías estructurales.

Al revisar cuidadosamente esta colección, encontramos varios ejemplos que indudablemente corresponden a entidades clínicas conocidas. El síndrome que se ilustra en la Figura 1 es notable por la pericia con la cual el artista describió semiológicamente los hallazgos del síndrome y los plasmó en la arcilla. Es evidente en la pieza la asimetría hemifacial, el trastorno en el desarrollo del malar y la malformación auricular con presencia solamente del lóbulo, que ha aumentado de tamaño posiblemente por el peso del pendiente; esta entidad podría muy bien corresponder a un síndrome de Treacher-Collins o a un síndrome facio-aurículo-vertebral. Igualmente maravillosa es la expresión de la trisomía 21 o síndrome de Down que se observa en la Figura 2. Este pequeño tiene todas las características clínicas del síndrome, pero aún más, es posible percibir en esta figura la docilidad y espontaneidad que hacen de estos niños tan socialmente afables. Semiológicamente es de indudable valor el síndrome de Morquio de la Figura 3. Si en los casos anteriormente citados era posible pensar que se hubieran ilustrado las características clínicas de un síndrome, sin referencia a un paciente específico, en este caso es indudable que se trata de la representación precisa de un individuo dado. Se suma a esta aseveración el hecho de habernos encontrado otra figura, que corresponde al mismo paciente, en la colección del Instituto, y una más que puede observarse en la exposición permanente del Museo del Oro en Bogotá. No es aventurado pensar entonces que este gen se encontraba entre nuestros pobladores precolombinos, lo que podría eventualmente explicar algunas variaciones en el fenotipo del síndrome de Morquio en nuestro medio (Briceño, 1990).

Colección del Museo Casa del Marqués de San Jorge

En esta colección se ha revisado ya la parte que está debidamente clasificada. Algunas de estas figuras ilustran características físicas que podrían tomarse como indicación de algún trastorno genético, pero que en nuestro concepto representan, más bien, variaciones fenotípicas normales. En dos de estas cerámicas, pueden observarse el abombamiento frontal y la desviación mongoloide de las fisuras palpebrales, ambos hallazgos frecuentes tanto en la población normal de ascendiente asiático, como en algunas enfermedades genéticas. Nos inclinamos entonces a pensar que este tipo de figuras representa simplemente las características físicas del origen mongoloide de

331 nuestras poblaciones indígenas, algo también comprobable a nivel genético por la presencia, por ejemplo, de algunos genes del Sistema Mayor de Histocompatibilidad (HLA), que se encuentra con tanta frecuencia en las poblaciones asiáticas como entre nuestros grupos de amerindios (Bernal y col. 1988; Bernal y col 1991).

Una cerámica muy llamativa ilustra el parto "vertical", que podemos deducir fue usado por estos grupos humanos con frecuencia. De hecho hoy en día es aún utilizado por alguno de ellos, como puede apreciarse en una talla contemporánea obtenida entre los indígenas Ticuna.

Con respecto a entidades clínicas definibles, la colección del Museo Casa del Marqués de San Jorge, nos reveló otra pieza con el síndrome de Morquio, aunque de menos calidad, y 2 piezas cuyas características físicas con compatibles con la mucopolisacaridosis II, un trastorno metabólico de herencia recesiva autosómica. Finalmente la Figura 4, perteneciente a una colección privada, muestra un tumor de la cara en todo su dramatismo, y en varias alcarranzas se puede apreciar con mucha claridad una asimetría facial que podría corresponder a una parálisis del nervio facial derecho; sin embargo, es posible que esto represente

simplemente el proceso de masticación de la hoja de coca.

CONCLUSIONES

Siguiendo a Taine (1968), la obra de arte se halla determinada por el conjunto que resulta del estado general del espíritu y las costumbres ambientes. Por lo tanto, este estudio, aunque preliminar, podría ser fuente de algunas inferencias sobre la estructura biológica y aspectos culturales del grupo humano que elaboró la cerámica Tumaco- La Tolita.

El primer punto que vale la pena resaltar es la evidencia artística de individuos de edad adulta con enfermedades genéticas y congénitas físicamente aparentes, lo cual señala que en este grupo humano se carecía de mecanismos culturales para suprimir aquellos individuos que nacieran con este tipo de enfermedades. No parece entonces que hubiera existido la eutanasia, cuya presencia es comúnmente aceptada como un hecho, aún hoy, en muchos de nuestros grupos humanos nativos. Pero la carencia de la eutanasia podría darnos aún más ideas sobre la estructura social de este grupo. Una sociedad sin eutanasia es, en principio, una sociedad que tolera la diversidad, tolerancia que debe tener alguna elaboración intelectual sobre la cual esté basada, y podríamos aventurar que la tolerancia con la presencia de la enfermedad genética podría ser indicativa de un grupo humano

332 pacífico, no guerrero. Y, de hecho, hay pocas representaciones bélicas en la cerámica Tumaco - La Tolita. La ausencia de la eutanasia indicaría también que una sociedad es estable en el espacio, esto es, que no tienen que moverse incesantemente en el proceso de búsqueda de recursos. Por lo tanto, este grupo humano debió tener asentamientos permanentes, lo cual está de alguna forma apuntalado por los conceptos que, desde el punto de vista ecológico, emite Bouchard (1988).

El segundo punto a resaltar es la frecuencia y diversidad de las enfermedades genéticas observadas. Nuevamente a este respecto la interpretación ecológica de Bouchard, al soportar la existencia de asentamientos estables y de poca movilidad, favorecer la consanguinidad aumentando las probabilidades de aparición de enfermedades genéticas raras y de herencia recesiva autosómica. Finalmente, vale la pena señalar un último punto en esta interpretación preliminar de factores culturales que podrían inferirse este arte cerámico. La observación de cientos de estas piezas deja en quien la hace una sensación melancólica. De hecho, no hay estudios artísticos de la alegría, la risa o la sorpresa en las cerámicas que hemos estudiado, y si aceptamos que el artista, como nadie, se caracteriza por el poder de destacar de todo cuanto le rodea su carácter esencial y los rasgos salientes, habría que aceptar que no se caracterizaba este grupo humano por una contagiosa alegría y que no estuvieron exentos de serias vicisitudes. La desaparición de esta escuela artística así lo atestigua.

BIBLIOGRAFÍA

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BOUCHARD, J.F. 1988. En Arte de la Tierra. Cultura Tumano. Editorial Colección Tesoros Precolombinos - Fondo de promoción de la Cultura del Banco Popular. Bogotá.

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CÓRDOBA-SALINAS, MARÍA y SALINAS, CF.1986. Birth defects observed in Pre- columbian art. Abstracs, 7th International Congress of human Genetics, Berlin, pp. 382.

KUNZE, J.; NIPPERT, I. 1986. Genetics and malformations in Art. Grose Verlag, Berlin.

TAINE, H.A. 1968. Filosofía del Arte. Espasa-Calpe, S.A., Madrid.

333

HAPLOGRUPOS FUNDADORES DEL DNA MITOCONDRIAL EN POBLACIONES COLOMBIANAS: APORTE A LOS ESTUDIOS EN AMERICA

G. Keyeux, M. C. Rodas, J. E. Bernal Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontifica Universidad Javeriana, Santafé de Bogotá, Colombia.

La mitocondria posee un genoma (1 ) independiente del genoma nuclear, denominado DNA mitocondrial (mtDNA). En el humano es una molécula circular cerrada de 16.569 pares de bases (bp) localizada dentro de la matriz mitocondrial. Sus genes codifican para RNAs y proteínas que forman parte de la cadena respiratoria y el sistema de metabolismo oxidativo celular.

La secuencia del mtDNA se conoce completamente, así como la organización de sus genes (Anderson y col, 1981). Está presente en miles de copias, posee una alta tasa mutacional (2) - de 6 a 17 veces mayor que el genoma nuclear y es transmitido exclusivamente a través de la madre, sin sufrir recombinación ( 3 ) al no existir contribución paterna. Gracias a estas características, el mtDNA se ha convertido en una herramienta privilegiada en estudios evolutivos, como la reconstrucción de los orígenes del hombre, la historia de las poblaciones, el análisis de migraciones humanas y los estudios filogenéticos de poblaciones extintas en restos de DNA antiguo, entre otros (Stoneking, 1993).

1 Se denomina genoma al conjunto del material hereditario presente en cada célula del organismo. Este está compuesto por DNA o ADN (ácido desoxiribonucleico), y está ubicado en el núcleo de las células. La mitocondria es un organelo celular que también contiene una pequeña molécula de ADN. 2 Ver capítulo: Poblaciones negras de Colombia: una primera aproximación a su estructura molecular (cap. 1, p: 11-25). 3 Fenómeno por medio del cual los genes homólogos de origen paterno y materno pueden intercambiarse, dando origen a combinaciones nuevas que se transmitirán a los descendientes. 334

LOS MARCADORES MOLECULARES DEL MTDNA

Los estudios más recientes muestran que la acumulación de mutaciones que dieron origen a los diferentes linajes ( 4) del mtDNA y la concomitante migración del Africa hacia los demás continentes en los 200.000 años de evolución del Homo sapiens sapiens, permite determinar la divergencia filogenética entre linajes o haplogrupos observados entre los distintos grupos humanos existentes actualmente (Cann y Stoneking, 1987; Merriwether y col, 1991; Cann, 1994; Chen,

1995).

En efecto, hay claras evidencias que correlacionan la variación del mtDNA con el origen étnico y geográfico de cada individuo. Para realizar estos estudios sobre el mtDNA se utilizan los polimorfismos de restricción ( 5) a lo largo de todo el genoma mitocondrial; la variación de longitud de una región intergénica COII-tRNALys (región V), un segmento no codificante que contiene una repetición corta de 9-bp y el análisis de sustitución de bases en la región D-loop por secuenciación directa (Schurr y col, 1990). Por último, los análisis filogenéticos de estos polimorfismos específicos para cada etnia definen grupos (clusters) de haplotipos de mtDNA denominados haplogrupos o linajes. Los estudios que analizan el mtDNA por variación de sitios de restricción han revelado que la gran mayoría de los mtDNAs europeos, asiáticos, africanos y americanos nativos están definidos por uno o más linajes específicos de cada continente. La incidencia de estas mutaciones específicas en cada continente y su especificidad en cada grupo humano, los hace marcadores genéticos importantes para inferir el origen étnico y geográfico de la especie humana (Johnson y col., 1983; Reed y Takezaki, 1995).

Analizar el mtDNA en poblaciones Amerindias es de particular interés, debido a la controversia existente acerca de la colonización inicial del Nuevo Mundo (Gibbons, 1993; Bailliet y col., 1994). En este sentido y debido a su posición geográfica, Colombia constituye un importante eje en las rutas emprendidas por los primeros colonizadores de América. Hasta el momento se tenían datos de grupos de Amerindios del Norte-, Centro- y Sur América, específicamente de Brasil, Chile y Argentina, pero ningún estudio había sido realizado en Amerindios colombianos (Torroni y col., 1992, 1993a, 1994; Bailliet y col., 1994, Santos y Barrantes, 1994). Hasta la fecha, todos los tipos de mtDNA hallados en poblaciones indígenas americanas contemporáneas están incluidos en los cuatro linajes de mtDNA descritos como haplotipos fundadores: A, B, C, D (Wallace y col., 1985; Torroni y col., 1992, 1993a, 1994; Horai y col., 1993).

4 Se trata de un conjunto de variantes del DNAmt que se transmiten juntas y que son características, además, de grupos poblacionales definidos. 5 Estos se observan cuando se somete el DNA a enzimas (de restricción) que lo fragmentan de manera específica y constante; las variantes en longitud de los fragmentos obtenidos indican la aparición/desaparición de un sitio de corte, debido a una mutación. 335

Los segmentos específicos del mtDNA para cada uno de los 4 marcadores que definen los haplogrupos del mtDNA en las poblaciones contemporáneas de nativos americanos se amplifican mediante la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR). Posteriormente, se realiza una digestión enzimática, y la presencia del sitio de restricción o de la deleción 9-bp (según el marcador) se designa como mientras que la ausencia del sitio de restricción o de la deleción 9-bp es designada (-) (Tabla 1).

La combinación de presencia (+) o ausencia (-) de cada uno de estos 4 marcadores define los 4 linajes encontrados en Amerindios (A-D), mas uno presente en caucásicos, y que indica solamente la no pertenencia a ningún linaje específico (Tabla 1).

Tabla 1. Tipificación de los haplogrupos A-E.

Deleción Hae III- Alul- Hinc II- LINAJE 9-hp 663 5176 13259 mtDNA posición posición posición posición 8256 663 5176 13259

A - + + + B + - + + C - - + - D - - - + E - - + +

MARCADORES AMERICANOS EN POBLACIONES COLOMBIANAS

La teoría del poblamiento de América por migraciones asiáticas sucesivas (Crawford y Encizo, 1983; Turner, 1983) desde Norteamérica hacia el sur del continente, sugiere un paso obligado de los nativos que poblaron Suramérica por el territorio colombiano. Por esta razón, el estudio de poblaciones colombianas es de gran interés en el entendimiento de este poblamiento en la época pre-colombina, y marca un importante aporte genético a la antropología, ya que es el primer estudio de este tipo realizado en Colombia.

Para tal efecto, se analizaron 31 poblaciones colombianas: 25 comunidades indígenas, 5 comunidades afrocolombianas y un grupo mestizo de referencia tomado en la ciudad de Bogotá, con un promedio de 25 individuos por población, para un total de 934 en todo el país (Rodas, 1997). Las muestras analizadas forman parte del Banco de DNA, Proyecto Expedición Humana, del Instituto de Genética Humana U.J.

En la población colombiana global que analizamos, el 81.6% de los haplogrupos detectados corresponden a los linajes fundadores del mtDNA en América: A, B, C y D,

336 confirmando así las observaciones de Schurr (1990) y Torroni (1993a) de la prevalencia de 4 haplogrupos fundadores en el Nuevo Mundo, particularmente en los grupos Amerindios. El resto corresponde al haplogrupo denominado E (18%), o a características particulares que no permiten su clasificación en ninguno de los haplogrupos conocidos (0.4%) (Tabla 2).

En las comunidades indígenas estudiadas, los haplogrupos A, B, y C son los más frecuentes (90.3%), aunque con valores muy disímiles entre ellas. El haplogrupo A está presente en el 31.3% del total de indígenas analizados, con un rango de frecuencias entre O (Yuco, Waunana, Nukak y Tucano) y 88.6% (Chimila). El haplogrupo B tiene una frecuencia del 30.5% en los mtDNA indígenas analizados. En las poblaciones Chimila, Ijka, Kogui y Wiwa este linaje no está presente, y contrario a lo anterior, en la población Yuco se observa en el 100% de los individuos estudiados. Para el haplogrupo C, la frecuencia global en indígenas es de 28.5%, no estando presente en las comunidades Pasto, Yuco, Guane y Curripaco y con una frecuencia máxima de 78.4% en la población Guambiano. El haplogrupo D (6.7%), que es el menos frecuente, se encuentra en 11 de las 25 comunidades indígenas estudiadas. Las frecuencias máximas prevalecen en las poblaciones Guane, Tucano, Murui Muinane, Piaroa y Huitoto. El haplotipo E, que no hace parte de los 4 haplotipos fundadores, y que no ha sido encontrado sino de manera excepcional en los Amerindios estudiados en el resto de América, fue hallado en 6 comunidades, aunque en su mayoría con frecuencias muy bajas (2.9-7.3%). Los Guahibo y Guayabero son las comunidades indígenas que presentan la mayor frecuencia del linaje E (23%).

Tabla 2. Frecuencias de los haplogrupos mtDNA en poblaciones colombianas (Rodas, 1997).

Haplogrupos

A B C D E Otros

Comunidades 31,3 30,5 28,5 6,6 2,9 0,2 Indígenas

Comunidades Negras 8 9,9 0,6 0,6 79 1,9

Población Mestiza 37,4 26,4 7,7 6,5 22 0

Total Colombia 27,9 26,5 21,6 5,6 18 0,4

337

En Colombia, como en la mayor parte de nuestro continente, hubo una gran reducción de la población indígena debido a epidemias, esclavitud y guerras, con la probable extinción total de algunas poblaciones y en otros casos reducciones tan drásticas, que la tasa de supervivencia pudo llegar a unos pocos individuos provocando la desaparición de haplogrupos ya existentes. Esta podría ser la explicación a los resultados obtenidos en poblaciones particulares como los Waunana, Nukak y Tucano donde hay ausencia del linaje A, o las poblaciones Pasto, Guane y Curripaco (ausencia del haplogrupo C). Así mismo podría haber sucedido con el linaje D, el cual está ausente en la mayoría de los grupos indígenas. La comunidad Yuco es un caso particularmente interesante, ya que sólo se encontró el haplogrupo B en la totalidad de los individuos analizados (88), sugiriendo un efecto fundador (6), el cual posiblemente ocurrió por aislamiento geográfico y endogamia (Serranía del Perijá).

La similitud en las frecuencias de haplogrupos del mtDNA en algunas comunidades soporta los datos antropológicos y lingüísticos que vinculan estrechamente a estas poblaciones, en las que se observa una similitud genética mitocondrial. En particular, es interesante observar que las únicas poblaciones que no poseen haplogrupo B en sus mtDNAs son las comunidades Chimila, Ijka, Kogui y Wiwa, todas ellas pertenecientes a la misma familia lingüística y ubicadas, además, geográficamente cerca, lo cual podría estar indicando un origen común de las mismas. Por otra parte, el hallazgo de frecuencias elevadas del haplogrupo E en algunas poblaciones indígenas, especialmente en las comunidades Guahibo y Guayabero, probablemente sea el reflejo de la historia de mezcla racial con grupos no-indígenas y de la presencia de otros haplotipos que pudieron haber aparecido en nuestro continente y que por tal razón no están descritos en otras poblaciones.

Al analizar las frecuencias de los linajes del mtDNA en comunidades afrocolombianas , se observa claramente la prevalencia del haplogrupo E (79%) en los 5 grupos analizados, así como la afluencia de los haplogrupos A (8%) y B (10%) a estas comunidades (Tabla 2).

La prevalencia del haplogrupo E sin duda refleja la presencia de haplogrupos específicos del continente africano. Sin embargo, cabe la posibilidad de que incluya igualmente europeos, e incluso alguna variante de origen asiático distinta de los 4 haplogrupos principales.

Sabemos que los ancestros africanos de los grupos negros que habitan actualmente el territorio colombiano pertenecieron a varios grupos étnicos del Africa Occidental. Estos esclavos que llegaron a Colombia fueron distribuidos en el país de forma indiscriminada, razón por la cual la probabilidad de que nuestras comunidades afrocolombianas procedan de una sola población africana es baja. Esta situación, y la subsecuente mezcla de los

6 Una característica genética, de varias presentes originalmente en el pool genético de la población, es transmitida preferencialmente durante varias generaciones a los descendientes, hasta convertirse en la única variante observable al cabo de mucho tiempo. 338 negros con los colonizadores europeos, aumenta por lo tanto la posibilidad de hallar dentro de este haplogrupo E colombiano una gran variedad de linajes: no solo deben estar incluidas variantes de origen africano, sino europeas (Torroni y col., 1996).

La presencia de los haplogrupos A y B en las poblaciones afrocolombianas es interesante ya que, siendo considerados estos 2 linajes como los fundadores del mtDNA en América junto con C y D, hace evidente la mezcla entre individuos de las poblaciones afrocolombianas con algunos asentamientos indígenas. Esto es particularmente notorio en las comunidades negras de los departamentos del Chocó y Cauca, en donde existe una estrecha relación socio-cultural entre negros e indígenas.

En la población mestiza analizada, los linajes amerindios A y B y el haplogrupo E son los más frecuentes. La presencia de los haplogrupos amerindios fundadores, en frecuencias similares a las detectadas para las poblaciones indígenas, y una alta frecuencia del linaje E que representa el aporte a la población de mtDNAs de diferentes orígenes continentales, incluidos linajes africanos y europeos, muestra claramente, a nivel biológico, el proceso de mestizaje ocurrido en Colombia en los últimos 500 años.

Adicionalmente, a los haplogrupos A, B, C y D, se detectaron patrones propios de variaciones en el mtDNA no descritos previamente en otras poblaciones. En la población negra del Cauca se detectaron dos individuos que poseen un sitio de restricción AluI en 5176 y otro adicional, y en la de Providencia se encontró un individuo con tres copias de la repetición de 9 bp en su mtDNA, en vez de 2. En los indígenas Embera del Cauca, un individuo exhibe un producto de amplificación para el marcador 663-HaeIII de un tamaño inferior al esperado, el cual no posee sitio de restricción para la enzima HaeIII (Tabla 2). Estas variantes conforman entonces otros haplogrupos, que podrían ser considerados particulares de nuestras poblaciones y de origen relativamente reciente. La ocurrencia de mutaciones reversas que eliminan características de un linaje en particular y/o de mutaciones paralelas que ocurrieran independientemente es muy probable, favoreciendo de esta manera la formación de haplogrupos compuestos y/o privados. Al no estar descritos con anterioridad, se pueden considerar como haplotipos privados (Santos y Barrantes, 1994; Bianchi y col., 1995).

Los resultados de diversidad genética para los haplogrupos del mtDNA estudiados muestran que las heterocigosidades promedio para cada una de las poblaciones indican una gran diversidad genética en la mayoría de las comunidades indígenas, excepto en los Yuco, en donde la diversidad es nula (Keyeux y col, 1998). Debido a esta gran heterogeneidad en los patrones de distribución de los haplogrupos entre estas poblaciones se podría pensar que sea poco probable que la diferenciación observada en el mtDNA indígena actual se asemeje al existente en la época precolombina, debido al gran número de sucesos a través de la historia que han conducido al despoblamiento y/o a la dispersión y reagrupación de las comunidades a lo largo de todo el territorio colombiano. Las limitaciones sobre el

339 conocimiento del tamaño poblacional de las comunidades en la época precolombina y de si realmente las poblaciones indígenas contemporáneas son una muestra de los mtDNAs de las comunidades ancestrales americanas, son situaciones que deben ser consideradas al analizar los resultados. Sin embargo, un estudio en momias Norteamericanas indica que la distribución de los linajes fundadores hace 13.000 años era bastante parecida a la que se observa hoy en día entre algunos amerindios de esa parte del continente (Stone y Stoneking, 1993).

La población mestiza presenta la más alta variabilidad después de la comunidad indígena Piaroa. La alta diversidad genética del mtDNA observada en la población mestiza muestra que se trata de un grupo en donde, al confluir individuos de todo el país, ésto se traduce en los aportes genéticos de diversos orígenes y etnias, de tal forma que se ve aumentada la diversidad de la población.

Los registros del índice de diversidad en las comunidades negras son inferiores a los indígenas, excepto para la población de Chocó Quibdó. Esto indica una baja diferenciación genética entre los distintos grupos de la población afrocolombiana. Sin embargo, la agrupación de haplogrupos no determinados dentro de un único gran linaje, denominado E, puede infravalorar la diferenciación genética en este grupo, ya que es posible que exista una gran variabilidad de linajes africanos en el mtDNA, la cual, en el estado actual del análisis, estaría enmascarada por el haplogrupo E.

En las comunidades indígenas se detectó un gradiente de distribución de los haplogrupos con respecto a la ubicación geográfica de las poblaciones, lo que no descarta la existencia de ciertos procesos evolutivos particulares. La ausencia de patrones claros de distribución de linajes también fue descrita con anterioridad por autores como Cann (1994), Schurr (1990) y Torroni (1992, 1993a) en otras partes de nuestro continente, excepción hecha para el haplogrupo B, que presenta una distribución geográfica con una ausencia total en los extremos Norte y Sur del continente americano, y que en Colombia también manifiesta una frecuencia alta, especialmente en algunas comunidades.

LAS RUTAS DE ASIA HACIA AMÉRICA

La gran heterogeneidad del mtDNA en nuestras comunidades indígenas puede ser el reflejo de la prevalente controversia acerca de las rutas, el número y tamaño de las migraciones que entraron a América procedentes de Asia (Crawford y Encizo, 1983; Turner, 1983; Cann, 1994). A su vez, esta situación dificulta el estudio de la variabilidad genética interpoblacional en Colombia, ya que no es posible determinar si dicha variabilidad es el reflejo de la heterogeneidad de las poblaciones ancestrales o si surgió por eventos mutacionales recientes en las poblaciones ya establecidas en América. Por otra parte, las consideraciones espaciales en este tipo de estudio son importantes ya que Colombia está

340 ubicada al final de un gran cuello de botella geográfico entre Centro y Suramérica. Efectivamente, la amplia distribución de las frecuencias de haplogrupos en el mtDNA en Colombia, similar a la de Norte y Suramérica, muestra que los 4 linajes fundadores pasaron efectivamente de Centro a Suramérica utilizando la ruta de Colombia.

La comparación de las frecuencias de los haplogrupos del mtDNA en Colombia con los de poblaciones del noreste asiático (considerados como los primeros pobladores, según Greenberg) (1986) y la observación de las grandes diferencias particularmente en la frecuencia del linaje B en Colombia (30.5%) frente a la ausencia del mismo en las comunidades de Siberia y el extremo norte de América, aporta evidencias para establecer varias consideraciones. Posiblemente los amerindios se derivan de un pequeño número de fundadores y la reducción de haplogrupos pudo haber ocurrido originalmente en la población progenitora del noreste asiático o, alternativamente, pudo resultar de una constricción poblacional, posterior a la cual las poblaciones se fragmentaron en pequeños grupos y se separaron, limitando los haplogrupos en cada población, así como la acumulación de nuevas mutaciones con la consecuente aparición de variantes nuevas (sin descartar la posibilidad que estas mutaciones hubieran ocurrido de forma paralela en el continente asiático y en el americano). Mas tarde, los eventos ocurridos durante la colonización europea (guerras, esclavitud, epidemias, mestizaje) pudieron producir aislamiento y disminución en el tamaño de la población ya que las distancias y las barreras geográficas pueden limitar el flujo génico entre las poblaciones. Esto podría haber generado la deriva genética que, sumada a lo anterior, explicaría la gran heterogeneidad interpoblacional del mtDNA observada.

El análisis de la deleción de 9-bp (característica del linaje B) en la población colombiana arroja resultados importantes al no existir reportes anteriores de su frecuencia en el norte de Sur-américa. La frecuencia elevada de este linaje en nuestros indígenas entra a formar parte de la distribución en gradiente de este haplogrupo en América y amplía los interrogantes sobre el número y origen de las migraciones que poblaron nuestro continente. El patrón característico de distribución de este linaje en el Nuevo Mundo, y su ausencia en los extremos norte y sur del continente, así como en todas las poblaciones siberianas estudiadas (Torroni y col., 1993b), apoyan la teoría de un evento migratorio proveniente de la Polinesia, donde este haplogrupo presenta frecuencias que oscilan entre el 72 y 100% (Hagelberg y Clegg, 1993; Hertzberg y col, 1989; Schurr y col, 1990; Harihara y col, 1992; Lorenz y Smith, 1994; Maliarchuck y Derenko, 1995; Reed y Takezaki, 1995).

A pesar del enorme trabajo en el campo de la genética realizado en los últimos 10 años tendientes a reconstruir la historia del hombre Americano, tenemos ante nuestros ojos un rompecabezas al cual aún le faltan muchas piezas. Tenemos sinembargo la esperanza de que el análisis de marcadores en el mtDNA de momias precolombinas y asiáticas permitirá establecer las características de los haplogrupos ancestrales tanto en Asia como en América y que la determinación de otros aportes genéticos asiáticos en amerindios, por otro lado, y

341 su interpretación a la luz de los estudios lingüísticos, antropológicos y arqueológicos (Ward y col., 1993) nos ayudará a esclarecer las modalidades del poblamiento de América y permitirá ampliar el conocimiento acerca de nuestros orígenes y de nuestra diversidad biológica y cultural.

AGRADECIMIENTOS

Queremos expresar nuestros vivos agradecimientos a todas las personas, miembros de las comunidades indígenas, negras y mestizas, que consintieron voluntariamente en participar en este estudio. Igualmente, queremos expresar nuestro reconocimiento a los Drs. Thomas White y Mark Stoneking por habernos apoyado con la donación de algunos reactivos necesarios para la realización del trabajo experimental en la Unidad de Genética Molecular del Instituto de Genética Humana, y al Dr. Ruiz-García por la codirección de tesis de C. Rodas.

342

BIBLIOGRAFÍA

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345

¿ES EL PRURIGO ACTINICO UNA PATOLOGIA ETNICA?

Angela Umaña, María M. Durán, Norma C. Aguilar, M. Isabel Serrano y Jaime Bernal Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana.

El Prúrigo Actínico es una enfermedad dermatológica del grupo de las foto-dermatitis, lo que significa que la luz solar está implicada por un mecanismo hasta ahora desconocido. Se describió por primera vez entre los indios Navajo ( 1) después hacia 1960 entre los indios Chipewa en Minnesota ( 2), y posteriormente en otros amerindios de Oklahoma (3), Canadá ( 4), Centro américa y Sur América, particularmente en Colombia (5).

Podemos observar que esta enfermedad tiene una distribución étnica restringida: Se encuentra en América casi exclusivamente en amerindios y sus descendientes. En individuos de origen afrocolombiano no se ha reportado, y solo hay unas pocas referencias de su presencia en el Reino Unido donde la condición podría no ser la misma que la encontrada en América (6).

Aunque casi siempre los pacientes afectados en los Andes viven a grandes alturas, donde la intensidad de la luz solar es mayor, se observa una alta incidencia (8 % de la población) ( 7) en la comunidad indígena colombiana Chimila, que habita en el sudoeste de la Sierra Nevada de Santa Marta a 100 m sobre el nivel del mar. Esta comunidad es consciente del papel que juega la luz solar en el desarrollo de su enfermedad, y cuando alguno de sus miembros está afectado se le recomienda permanecer todo el tiempo dentro de la vivienda.

Estudios de HLA

Una de las aproximaciones para tratar de elucidar la patogenia del Prúrigo Actínico es la de investigar si las proteínas del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (HLA), que son las

1 Brandt, R. Dermatological Observations on the Navajo Reservation. Arch. Dermatol. 1958; 77: 581-5. 2 Schenk, R.R. Controlled Trials of Methoxalene in Solar Dermatitis of Chipewa Indians. JAMA 1960; 172: 1134-7. 3 Birt, A.R., Davis, R.A. Photodermatitis in North American Indians: Familial Actinic Prurigo. mt. j. Dermatol. 1971; 10: 107-14. 4 Birt, A.R. Photodermatitis in Indians of Manitoba. Can. Med. Assoc. 1. 1968; 98: 392-7. 5 Londoño, F., Muvdi, F., Giraldo, F. et al. Familial Actinic Prurigo. Dermat. Ibero. Latin Am Engl. 1968; 3: 61-71. 6 Calnan, C.D., Meara, R.H. Actinic Prurigo. Clin. Exp. Dermatol. 1977; 2: 365-72. 7 Durán de Rueda, M.M., Bernal, J.E., Ordóñez, C.P. Actinic Prurigo at Sea Level in Colombia. Int. J. Dermatol. 1989; 28: 228-29. 346 responsables de presentar los antígenos para la iniciación de la respuesta inmune y que se encuentran asociadas a diferentes enfermedades, están implicadas en el desarrollo de esta patología.

La tipificación del HLA en pacientes de diferentes comunidades ha generado diferentes resultados: Estudios realizados en mestizos descendientes de indígenas americanos y europeos colombianos nos mostraron asociación con los alelos B40 y Cw3. El HLA, el más polimórfico de los sistemas protéicos, es utilizado para el estudio de la composición genética de las poblaciones humanas y los alelos B40 y Cw3 son más frecuentes en amerindios, lo que podría en parte explicar la alta incidencia de la enfermedad en estas poblaciones ( 8). En pacientes mestizos mejicanos, han sido encontradas asociaciones con los alelos A28, B16 y DR4 ( 9).

En otro estudio realizado entre los Chimilas encontramos una asociación con el alelo Cw4 (10), lo que también se reportó en indígenas canadienses ( 11). El alelo HLA clase II DR4 es frecuente en los pacientes Chimila aunque no estadísticamente significativo pero se ha encontrado asociado con Prúrigo Actínico en mejicanos y en pacientes caucásicos británicos ( 12).

Estas asociaciones sugieren que de alguna manera estos alelos podrían expresar y condicionar una respuesta inmune a un neoantígeno inducido por la luz solar y desencadenar la reacción crónica en la piel.

Ampliar el número de pacientes de diferentes comunidades y aplicar nuevas tecnologías de biología molecular en la tipificación del HLA podría aclarar si hay uno o más alelos relacionados con el desarrollo de Prúrigo Actínico y llevar a aclarar el por qué es una patología casi exclusiva de amerindios y sus descendientes en América.

Células y Moléculas del Sistema Inmune

Otro tipo de aproximación al estudio del Prúrigo Actínico es el de estudiar las células y moléculas implicadas en las lesiones de la piel. En los últimos años se han descrito moléculas protéicas que controlan la migración celular, llamadas moléculas de adhesión. Estas proteínas se encuentran en el endotelio vascular y capilar así como en matrices extracelulares que tienen sus contrapartes o ligandos en los diferentes tipos de leucocitos.

8 Bernal, J.E., Durán de Rueda, M.M., De Brigard, D. Human Lymphocyte Antigen in Actinic Prurigo. J. Am. Acad. Dermatol. 1988; 18: 310-12. 9 Hojko-Tomoka, T., Granados, J., Vargas, G., Yamamoto-Furusho, J.K. et al. Further Evidence of the Role of HLA-DR4 in the Genetic Susceptibility to Actinic Prurigo. J. Am. Acad. Dermatol. 1997; 36: 935-7. 10 Bernal, J.E., Durán de Rueda, M.M., Ordóñez, C.P. et al. Actinic Prurigo among the Chimila Indians in Colombia. J. Am. Acad. Dermatol. 1990; 22: 1049-51. 11 Sheridan, D.P., Lane, P.R., Irvine, J. E al. HLA typing in Actinic Prurigo. J. Am. Acad. Dermatol. 1990; 22: 10 19-23. 12 Menagé, H.P., Vaughan, R.W., Baker, C.S. et al. HLA-DR4 May Determine Expression of Actinic Prurigo in British Patients. J. Invest. Dermatol. 1996; 106: 362-4. 347

Su expresión depende del estado de activación y maduración de la célula. La migración de los linfocitos circulantes a tejidos específicos como la piel está dirigida por la interacción de estas células con el endotelio vascular a través de las moléculas de adhesión, siendo determinantes en procesos inflamatorios como en las dermatosis crónicas en las que se ha observado una expresión aumentada de la molécula ELAM-1 (Molécula de Adhesión Endotelial-1) ( 13).

Se hizo un análisis de diferentes componentes del sistema inmune presentes en las lesiones de piel de pacientes con Prúrigo Actínico, utilizando anticuerpos monoclonales que detectan los marcadores de superficie de diferentes subpoblaciones de linfocitos y analizando la presencia o ausencia de inmunoglobulinas (IgG e IgM), así como de las siguientes moléculas de adhesión: LFA-1 (Antígeno Funcional Linfocitario-1) que es una molécula de la familia de las integrinas, importantes en la regulación de la migración y adhesión y solamente expresada en leucocitos, ELAM-1, de la familia de las selectinas, que intervienen en la unión de los leucocitos al endotelio en los sitios de inflamación, y la ICAM-1 (Molécula de Adhesión Intercelular) que es el contrarreceptor de la molécula LFA-1, expresada en diversos tipos celulares cuya inducción en inflamación parece ser importante en la regulación de diversos procesos inflamatorios ( 14). Este estudio mostró un gran infiltrado de linfocitos y presencia de estas moléculas en las lesiones, que fue significativamente mayor que en el grupo control (Tabla No1). Las células más frecuentes encontradas fueron los linfocitos T inductores CD4+ y los de memoria CD45RO+. El predominio de estas últimas sobre los otros Linfocitos T puede indicar que la respuesta inmune de los pacientes está activada y que presenta memoria inmunológica (15)

Tratamiento

El Prúrigo Actínico tiene un efecto social importante ya que las lesiones —pápulas, placas, queilitis, alopecia de las cejas, conjuntivitis y cicatrices— se encuentran esencialmente en las regiones corporales expuestas al sol: cara, cuello y extremidades.

13 Picker, L.J., Kishimoto, T.K., Smith, C.W. Wayne, W.R.A et al. ELAM-1 is an adhesion molecule for skinhoming T cells. Nature, 1991; 349: 796. 14 SPRINGER, T.A., Adhesion Receptors of the Immune System. Nature, 1990; 346: 425-434. 15 UMAÑA, A., DURÁN, M.M. AGUILAR, N., SERRANO, M.I., PORRAS, L., LONDOÑO, F., BERNAL, J.E Inmunohistoquímica en Prúrigo Actínico- Observaciones con Ciclosporina - Universitas Médica, 1997. 348

El tratamiento es muy difícil porque los bloqueadores solares y corticosteroides no dan buenos resultados. Durante mucho tiempo la terapia utilizada fue la Talidomida, que aparentemente actúa como inmunomodulador ya que encontramos una disminución significativa de las células CD3+ y CD4+ con el tratamiento ( 16), habiendo sido reportados hallazgos similares ( 17). Las células CD3+ y CD4+ son los linfocitos responsables de orquestar la respuesta inmune a microbios o

moléculas desconocidas por el individuo, como puede ser una producida en la piel por la acción de los rayos solares. La Talidomida es una droga altamente teratogénica, lo que la hace de muy difícil manejo en mujeres en edad reproductiva. Actualmente se encuentra retirada del mercado lo que hace imperativo el buscar alternativas de tratamiento.

La Tetraciclina y la vitamina E han sido utilizadas recientemente con resultados alentadores,abriendo la posibilidad a drogas seguras y económicas ( 18).

Tabla 1. Células y moléculas en Prúrigo Actínico

B.INICIAL B.FINAL CONTROL BI vs C BI vs BF BFvs C

CD2 11,88 ± 3,77 5,13 ± 2,20 3,32 ± 2,33 <0,05 <0,005 NS CD3 11,10 ± 2,77 5,00 ± 3,01 3,20 ± 0,89 <0,05 <0,005 NS CD4 11,84 ± 2,93 6,16 ± 2,51 3,59 ± 1,13 <0,05 <0,005 <0,005 CD8 9,73 ± 4,09 4,94 ± 1,99 3,55 ± 1,58 <0,05 <0,005 NS CD45RA 8,11 ± 4,58 3,91 ± 2,20 2,45 ± 0,95 <0,05 <0,005 NS CD45RO 11,52 ± 4,04 4,25 ± 1,95 3,21 ± 1,09 <0,05 <0,005 NS CD45RB 9,56 ± 4,42 4,06 ± 2,07 3,24 ± 1,10 <0,05 <0,005 NS IgM 5,48 ± 3,43 2,58 ± 1,96 1,40 ± 0,87 <0,05 <0,005 NS IgG 3,77 ± 2,93 2,55 ± 1,17 1,57 ± 0,93 <0,05 <0,005 <0,005 ICAM-1 10,28 ± 3,56 4,55 ± 2,07 3,75 ± 1,69 <0,05 <0,005 NS LFA-1 11,83 ± 2,72 5,65 ± 2,43 3,62 ± 0,63 <0,05 <0,005 NS ELAM-1 5,66 ± 2,11 3,80 ± 1,30 2,45 ± 2,95 <0,05 <0,005 NS CD1a 9,44 ± 2,18 5,36 ± 1,94 3,62 ± 0,53 <0,05 <0,005 <0,005 DR 13,02 ± 8,06 5,84 ± 2,02 4,10 ± 0,79 <0,05 <0,005 <0,005

Valores en x ± SD

16 Bernal, J.E., Durán, M.M., Londoño, F., Umaña, A. Cellular Immune Effects of Thalidomide in Actinic Prurigo. Internat. J. Dermatol. 1992; 31: 599-600. 17 Gad, SM., Shanon EJ. Krorski W.A., Hastings R.C. Thalidomide induces imbalances in T-lymphocyte subpopulations in the circulating blood of healthy males. Lepr Rey 1985; 56: 35-39. 18 Durán, M.M., Ordóñez, C.P., Prieto, J.C., Bernal, J.E. Treatment of Actinic Prurigo in Chimila Indians. Intern. J. Dermatol. 1996; 35; 6: 413-416. 349

B. Inicial (BI)= Biopsia inicial B. Final (BF)= Biopsia final

Recientemente realizamos un estudio donde estudiamos por primera vez si la Ciclosporina (CsA), el más importante inmunosupresor actualmente disponible, era una posible alternativa de tratamiento. Después de 2 meses con CsA la mejoría clínica fue evidente, con notable disminución de las lesiones de todas las regiones afectadas, así como del prurito. Esta mejoría aumenta progresivamente y se mantiene aún después de 6 meses de terminado el tratamiento. Ninguno de los pacientes presentó efectos secundarios al uso de la CsA, y los exámenes de laboratorio no mostraron toxicidad ( 15 ).

El análisis de las lesiones después de 6 meses de tratamiento con CsA mostraron una significativa disminución de las células y moléculas de adhesión. Cuando se compararon con los valores de los controles se encontró que todas las células se normalizan excepto los linfocitos CD4+, linfocitos B IgG+ y las células presentadoras de antígeno (Langerhans y células DR+), que aunque disminuyeron no llegaron a normalizarse.

Otra de las particularidades del prúrigo actínico y que la diferencia de otras enfermedades polimorfolumínicas es la cronicidad. Observamos que entre las células que disminuyen pero que no regresan a valores normales están las células presentadoras de antígeno, lo que podría explicarse porque hay un continuo estímulo del sistema inmune por un neo-antígeno inducido por la luz solar.

La positiva respuesta al tratamiento con CsA, que actúa inhibiendo la síntesis de la Interleukina 2 (IL-2), podría explicarse porque los linfocitos CD4+ son los responsables de la síntesis de IL-2 y de la inducción y la amplificación de la respuesta inmune y éstas son las células que se encuentran en mayor número en las lesiones de piel.

Desde hace más de 10 años la CsA se ha convertido en la droga más importante en la inmunosupresión de los pacientes trasplantados, y ha sido utilizada en algunas enfermedades dermatológicas con buenos resultados. La ventaja que tiene en dermatología es que las dosis requeridas son mucho menores y por un lapso más corto que las utilizadas en trasplantes, y por eso los efectos secundarios y la toxicidad son prácticamente inexistentes, tal como se observó en nuestro estudio. Podríamos decir que en las enfermedades dermatológicas la CsA es una droga de baja toxicidad y bajo riesgo a pesar de ser considerada como una droga de gran cuidado a las dosis usadas en trasplantes de órganos.

Conclusión

350

Otra característica importante del prúrigo actínico, tal como sucede con muchas enfermedades autoinmunes, es su mayor frecuencia en el sexo femenino ( 19, 20) Esta característica, sumada a la asociación al HLA, el gran infiltrado linfocitario presente en las lesiones de piel y la respuesta de la enfermedad al tratamiento con inmunosupresores que actúan sobre células del sistema inmune, nos lleva a pensar que el Prúrigo Actínico es una enfermedad autoinmune donde se presenta una respuesta anormal contra un neoantígeno solar que pareciera ser más fácilmente presentado por los alelos del HLA más frecuentes en poblaciones Amerindias y de sus descendientes, haciendo del prúrigo actínico una patología étnica.

AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer a Colciencias por la financiación de los diferentes estudios realizados en Prúrigo Actínico.

19 Addo, H.A., Frain-Bell, W. Actinic Prurigo - A Specific Photodermatosis. Photodermatology 1984; 1:119- 28. 20 Hojko-Tomoka, M.T., Domínguez, L., Vargas, F. Actinic Prurigo: Clinical-Pathological Correlation. Internat. J. Dermatol. 1978; 17: 706-710. 351

PREVALENCIA DE INFECCION POR VHB EN 17 COMUNIDADES INDIGENAS COLOMBIANAS

Ignacio M. Zarante, Adriana Ordóñez, Diego Ossa, Ignacio Arango, Jaime Bernal Instituto de Genética Humana. Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana.

El virus de la hepatitis B (VHB) es un hepadnaviridae con tropismo hacia el hepatocito que se identifica a través de estudios en sangre periférica para reconocer el antígeno de superficie (HBsAg) y anticuerpos contra HBsAg o el antígeno nuclear hepatitis B (anti-HBc); el primer antígeno es un marcador específico para la detección de infección por VHB (3). Este virus da la susceptibilidad a la coinfección

o a la superinfección por el virus delta el cual necesita de una función ayudadora dada sólo por la infección por VHB (4, 10).

La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) se encuentra dentro de los planes principales de salud pública en Latino América, debido a su presencia endémica en varias zonas del continente, y a la alta morbi-mortalidad que la infección conlleva. A pesar de esto, son pocos los datos acerca de la prevalencia en cuanto edad, raza, nivel socioeconómico, etc. que se pueden encontrar en cualquier país de Sudamérica, exceptuando Argentina y Brasil (1); aunque vale la pena recalcar algunos esfuerzos que se han venido haciendo en zonas endémicas de Colombia (2, 3, 4) y en el trapecio amazónico (5, 6).

En Colombia los estudios epidemiológicos de prevalencia de la hepatitis son inexactos dado por reportes de casos sesgados debido a formas subclínicas que no son reconocidas, o porque no se cumple a cabalidad con los informes obligatorios que las entidades de salud deben realizar (4). A pesar de esto se han hecho estudios seroepidemiológicos en algunos grupos indígenas como son los motilones de Tibú, en la población indígena de Bari, Norte de Santander (1987), los Cubeo de Yuruparí en el Vaupés (1989), los Guahibo de Puerto Esperanza en Guainía (1989) y los Huitoto de San Rafael de Caraparaná en el Amazonas (1989) (7). Por otro lado, también se han venido haciendo estudios en el norte del país, en la Sierra Nevada de Santa Marta, en una forma fulminante de hepatitis la cual ha sido descrita desde hace 50 años (4, 8). La mayoría de la información descrita en los estudios hechos en Colombia se correlacionan con los hallazgos encontrados en Venezuela (1, 9), Brasil, Argentina, Perú y Panamá (1); en donde se ve que la tasa de portadores para HBsAg aumenta, en Sudamérica, del sur hacia el norte con prevalencias muy altas (5-20 %) en el centro y occidente del Amazonas Brasileño, así como en ciertas regiones de Colombia, Perú y Venezuela. En Centroamérica, la prevalencia de VHB se encuentra entre leve-

352 moderada (1-3 %), al igual que en el Caribe (1-2 %), con excepción de República Dominicana y Haití, donde la prevalencia es alta (1).

Debido a esto, y teniendo en cuenta el desarrollo de vacunas cada vez más efectivas y económicas contra VHB, es importante pensar en las estrategias de prevención a largo plazo, conociendo cada vez mejor la población a través de nuevos estudios epidemiológicos más conclusivos en cuanto a la endemicidad y transmisión del VHB.

Hepatitis B en América Latina

Las prevalencias reportadas en esta tabla se basan en una muestra representativa de la población Colombiana en estas zonas las cuales fueron extraídas de las cinco que se habían dividido para el Estudio Nacional de Salud 1977-80. La región Oriental comprende los departamentos de Norte de Santander, Santander, Boyacá y Cundinamarca, excluyendo al Distrito Capital de Santafé de Bogotá; la Central está compuesta por Antioquia, Caldas, Tolima y Huila, excluyendo a Risaralda y Quindío; y la Pacífica está integrada por: Chocó, Valle, Cauca y Nariño. La prevalencia promedio en este estudio fue de 4.7%, siendo mayor para el sexo masculino (5.4%) que en el femenino (4.10/o), y la cifra de portadores de AgHBs menores de 19 años alcanzó un promedio de 3.9% (3).

Es de resaltar que existe un gradiente en Sudamérica que va desde las altas frecuencias encontradas en el Amazonas hasta porcentajes menores que 1 en los países del extremo sur del continente. El dato reportado como Amazonas incluye información de las selvas de Colombia, Brasil y Venezuela.

Los porcentajes de prevalencia para infección y AntiHBs en las comunidades indígenas se encuentran muy elevados (con excepción de los Embera Katio de Dabeiba) en relación con los otros datos que se pueden ver en las diferentes tablas reportadas. Dentro de las etnias aquí descritas se encuentran en el límite superior la población indígena Barí en Tibú, Norte de Santander, seguida inmediatamente por los Huitoto de Putumayo y de Arauca. La alta prevalencia (66%) encontrada en el grupo de niños en el Amazonas Colombiano, Río Caraparaná, concuerda con los datos descritos en la tabla 3.

Para lograr los resultados de esta tabla se procesaron en el Laboratorio de Virología del Instituto Nacional de Salud 3049 muestras correspondientes a las Etnias aquí descritas. Se encontró una prevalencia global de infección del 62%, mientras que la prevalencia para hombres fue del 52%, y del 50% para las mujeres (esta diferencia no alcanzó significancia estadística). Los Huitoto muestran las prevalencias más altas, lo cual concuerda con los datos descritos en la tabla 4. El porcentaje de portadores dentro de todas las personas encuestadas es del 7%, aunque se encuentra variación del 9% en los Huitotos del río Putumayo, y 1% en las etnias Piapococos, Curripacos y Puinave.

353

Tabla 1. Prevalencia en diferentes poblaciones de Colombia HBsAg

PREVALENCIA VHB POBLACION REF. HBsAg

Subpoblación (%)

Bogotá Hospital Militar 5.8 11 Antioquia Rural 6.6 12 Antioguia Urbana 4.6 12 Cali Prostitutas 5.0 13 Cali Monjas 18.0 13 Donantes de sangre Medellín 2.8 14 Donantes de sangre Medellín 29.0 16 Donantes de sangre Bogotá 29.0 16

Tabla 2. Prevalencia por regiones en Colombia (n= 10.968) HBsAg. Referencia No. 3

ZONA %

Central 7.1 Pacífica 3.5 Oriental 2.8 Total 4.7

Tabla 3. Hepatitis B en América Latina HBsAg. Referencia No. 1

PAIS % PAIS %

Colombia 1.3 Brasil central 2.0 Venezuela 2.0 Brasil nororiental 2.5 Amazonas 8.0 Chile 0.5 Ecuador 2.0 Argentina 1.1 Perú 1.4 Uruguay 0.9 Bolivia 1.6

354

Tabla 4. Hepatitis B en Comunidades Indígenas Colombianas.

POBLACION n PREVALENCIA (%) REF.

Etnia Cuna en Antioquia Infección 8.7 15

Informe sobre un grupo de niños en el Amazonas 404 Infección 66.0 17 Colombiano, Río Caraparaná

Población indígena Hombres 95.9 Barí en Tibú, Norte 200 18 90.2 de Santander Mujeres

Población indígena Hombres 13.7 152 18 Cubeo, Yuruparí, Vaupés Mujeres 47.1

Población indígena Guahibo, Puerto 105 Infección 36.2 18 Esperanza, Guainía

Embera y Waunana 625 Infección 59.0 19

Huitotos de Araracuara 478 Infección 76.0 19

Huitotos del Putumayo 1.116 Infección 80.0 19

Tunebos 158 Infección 25.0 19

Piapoco, Curripaco 199 Infección 44.0 19 y Puinave

Yuco - Yucpa 328 Infección 22.0 19

Arhuaco 145 Infección 60.0 19

Embera Katio de Dabeiba 214 AntiHBs + 2.8 20

Embera Katio de Frontino 636 AntiHBs + 27.8 20

355

Se tomaron en total 917 muestras de 17 comunidades indígenas de Colombia. En 792 de estas se analizaron tres marcadores serológicos HBsAg, Anti HBc y Anti HBs, (21) (22). En las 125 restantes se determinó solamente anti Hbc, (23). (Tabla 6). Estas muestras fueron tomadas durante el trabajo de campo en tubos con anticoagulante EDTA, se centrifugaron en el sitio y los plasmas se conservaron a 4°C hasta llegar a ser refrigeradas para su almacenamiento posterior.

La determinación de los marcadores serológicos se realizó por medio del ensayo inmunoenzimático de ELISA, en el cual se detecta la presencia de antígeno o anticuerpo, utilizando una reacción colorimétrica mediante una enzima que está conjugada a un anticuerpo o antígeno específico.

Determinación del HBsAg.

ELISA: fase sólida en sandwich Unidos a la fase sólida: Anticuerpos monoclonales de ratón, específicos contra el HBsAg.

Conjugado: Anticuerpo específico marcado con peroxidasa. Cromógeno: ortofenilendiamida

Lectura: Espectrofotómetro 492 nm.

Tabla 5. Prevalencia de hepatitis B por edades. Prevalencia de infección por etnia y grupos etáreos. Comunidades Indígenas Colombianas. Referencia No. 19.

ETNIA 0-4 5-9 10-14 15-4 >45

Embera y Waunana 36.0 49.0 67.0 56.0 66.0 Huitotos de Araracuara No Datos 58.0 77.0 79.0 93.0 Huitotos del Putumayo No Datos 63.0 84.0 86.0 92.0 Tunebos 25.0 13.0 0.0 29.0 63.0 Piapoco, Curripaco y Puinave 26.0 34.0 42.0 48.0 60.0 Yuko - Yukpa 3.0 5.0 18.0 22.0 39.0 Arhuaco No Datos 57.0 55.0 64.0 53.0

Determinación de anti-HBs

ELISA: fase sólida en sandwich Unidos a la fase sólida: HBsAg.

Conjugado: HBsAg marcado con Biotina y antibiotina de conejo marcada con peroxidasa Cromógeno: ortofenilendiamida

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Lectura: Espectrofotómetro 492 nm.

Determinación de anti-HBc

ELISA: competitiva Unidos a la fase sólida: HBcAg

Conjugado: anti-HB marcado con peroxidasa

Lectura: Espectrofotómetro 492 nm.

El análisis de cada marcador serológico muestra un porcentaje de positividad para HBsAg muy bajo en relación con los anticuerpos, valiendo la pena mencionar a la comunidad Guayabero, quien no presentó positividad para el HBsAg, y una muy alta positividad para los anticuerpos con 85,7% para el Anti HBc, y un 66.7% para el anti HBs, de la misma manera la comunidad Tukano con 6.4% para el HBsAg ; 55.3% para el anti HBc y 36.2% para el Anti HBs.

Tabla 6. Número de muestras analizadas por comunidad

(Olaya M.A. (Lobo M.M. (Forero E. COMUNIDAD y otros) y otros) y otros) TOTAL 1994 1993 1991

Arhuaco - 184 - 184 Wayuu - 39 - 39 Kogui - 47 - 47 Wiwa - 34 - 34 Embera 50 - - 50 Waunana 45 - - 45 Tule 49 - - 49 Yuko-Yukpa 63 - - 63 Guane-Butaregua 25 - - 25 Guahibo 55 - - 55 Tukano 46 - - 46 Guayabero 20 - - 20 Coreguaje 50 - - 50 Ingano 23 - - 23 Kwaikeres - - 55 55 Chimilas - 62 70 132

TOTAL 426 366 125 917

357

Se obtuvieron comunidades con porcentajes similares para los tres marcadores, dentro de las que se encuentran comunidades como: Butaregua de Santander con HBsAg y Anti H7Bs de 50%, y Anti HBc 66.7%, la comunidad Embera de Timbiquí Cauca, con HBsAg 34%, AntiHBc 60%, y Anti Hbs 50%, se destaca también la comunidad Inga con el mismo porcentaje de positividad para los tres marcadores: 31.8%. Finalmente se analizan las comunidades con porcentajes bajos para los tres marcadores, como la comunidad Coreguaje del Caquetá con el 4% para el HBsAg, 6% para el Anti HBc y 18% para el Anti HBs.

Tabla 7. Prevalencia de los marcadores de infección en indígenas por etnia.

Resultados

HBs HBs AntiHBc AntiHBc AntiHBs AntiHBs COMUNIDAD pos neg pos neg pos neg

Arhuaco 4.9% 95.1% 4.9% 95.1% 4.9% 9.1% Wayuu 2.4% 97.6% 0% 100% 4.9% 95.1% Kogui 2% 98% 24% 76% 2% 98% Wiwa 0% 100% 47% 53% 0% 100% Embera 34% 66% 60% 40% 50% 50% Waunana 17.8% 82.2% 13.3% 86.7% 2.2% 97.8% Tule 8.2% 91.8% 16.3% 83.7% 2% 98% Yuko-Yukpa 27% 73% 22.2% 69.8% 33.3% 66.7% Guane 23.1% 76.9% 7.7% 92.3% 0% 100% Butaregua 50% 50% 66.7% 33.3% 50% 50% Guabibo 33.3% 66.7% 20.4% 79.6% 24.1% 75.9% Tukano 6.4% 93.6% 55.3% 44.2% 36.2% 63.8% Guayabero 0% 100% 85.7% 14.3% 66.2% 33.3% Coreguaje 4% 96% 6% 94% 18% 82% Ingano 31.8% 68.2% 31.8% 68.2% 31.8% 68.2% Chimilas (22) 0% 100% 3.2% 96.8% 0% 100% Kwaikeres - - 5.5% 94.5% - - Chimilas (23) - - 32.9% 67.1% - -

PROMEDIO 15.3% 84.7% 27.9% 72.1% 20.38% 79.62%

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CONCLUSIÓN

Según los datos que han sido descritos, podemos ver que Colombia es un país con una población hiperendémica dada por prevalencias de infección por VHB muy altas y que, a pesar de encontrarse datos similares en otras poblaciones de Latinoamérica, se ve que la diferencia entre los datos reportados de las diferentes etnias indígenas es muy divergente con el de la población general. Teniendo en cuenta los factores de riesgo para la infección por el virus y las bajas prevalencias que se reportaron en algunas etnias, contrastantes con los resultados de la mayoría, es importante ubicar los factores que hacen que estas poblaciones indígenas tengan una prevalencia tan alta de infección por VHB e idear las formas de poder resolverlas a largo, mediano y/o corto plazo.

AGRADECIMIENTOS

Especialmente a las Bacteriólogas: EDNA PATRICIA FORERO JIMENEZ, MYRIAM GOMEZ CORREAL, ANGELICA MARIA GRATTZ BONILLA, MARGARITA MARIA LOBO CASTRO, STELLA MORALES SILVA, SANDRA ROCIO BERNAL JARAMILLO y MARIA ANGELICA OLAYA DAJER por el procesamiento de las muestras y el posterior análisis de los resultados expuestos en sus trabajos de grado, y al INSTITUTO NACIONAL DE SALUD, lo mismo que al Dr. JORGE BOSHELL por el procesamiento de las muestras.

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