¿Sabias Qué?

Los que siempre gestionaban la petición de indulto ante S.M. lo Los reos de Guindalera hicieron de forma diferente. Señora, le dijeron, el crimen es horrendo y no perdona. Para el pueblo el castigo no se razona, quien asesina debe ir al “palo”. En el barrio madrileño de , en 1886, se cometió un crimen pasional que sobrecogió a la opinión pública. Una mujer, Fueron ejecutados en la Cárcel Modelo de Madrid. La víspera se Francisca y su amante Pedro, contrataron a un sicario, Vicente les concedió el capricho de pedir lo que quisieran para comer. Camarasa, para acabar con la vida del marido de ella. Dos días Francisca y Pedro apenas tomaron una taza de caldo. No así después del crimen fueron detenidos. Camarasa a quien sirvieron, por haberlo solicitado, merluza frita, pollo, filete de vaca con patatas, langostinos y jamón serrano. Todo ello Un delito cometido con total falta de inteligencia. Un periodista regado con buen vino. escribió entonces que no hay nada más lamentable que la maldad por deficiencia mental. De los tres, Vicente Camarasa, al que pagaron dos pesetas por cometer el crimen, consiguió el abogado de más renombre, Álvaro Figueroa, conde de Romanones quien años después, en sus memorias recordaría “Seres vulgares con alma de fiera. Se pidió el indulto para ellos a Manuel Alonso Martínez, ministro de Gracia y sin conseguirlo. Prometí colgar la toga para siempre”. La Reina se mostró siempre a favor de la clemencia, pero ningún grupo social pidió el indulto y además, el pueblo de Madrid no estaba dispuesto a perdonar como en otras ocasiones.

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¿Sabias Qué?

Minutos antes de la ejecución, Camarasa habló con su abogado, el Al hacer la “monda” en la sepultura de conde de Romanones, y le manifestó su pesar por no poderle pagar Vicente Camarasa llevando sus restos la minuta. a la fosa común, de su faja cayó esta El verdugo, conocido con el apodo de frasquito, diría después “los moneda”. reos quedaron en el banquillo tan correctos, tan naturales, como en visita”. Figueroa la llevó siempre como Diez mil personas presenciaron la ejecución. Los reos amuleto hasta que debido a la fricción permanecieron en el patíbulo hasta las cinco de la tarde en que los con otras monedas en el bolsillo de la hermanos de y la Caridad procedieron a bajar los cadáveres y chaqueta, perdió su color negro y al confundirse con el resto acabó amortajarlos con el hábito de San Francisco. Después, fueron perdiéndola. Al parecer, siempre le dio suerte. enterrados en el Cementerio del Este. En muchos diarios se podía leer “¡Ah, la ejemplaridad de la pena de muerte!” Como curiosidades relacionadas con éste crimen, diremos que el Desde la prensa hubo comentarios para todos los gustos. ejecutor de sentencias Francisco Ruiz Castellanos, alias frasquito, era Destacaremos el siguiente: “Que muera el infeliz condenado, pero que un elemento de cuidado que pasó en la cárcel y hospitales buena muera pronto. Sin capilla, sin hermanos de la Paz y la Caridad, ni parte de su corta vida. Al poco de ejecutar a los reos de La curiosos impertinentes. Que se les notifique la sentencia, un crucifijo, Guindalera, fue encarcelado por desacato a la autoridad y eso impidió un sacerdote y nada más. Esto es lo más humano”. que pudiera ejecutar a Higinia Balaguer, la autora del crimen de la calle Fuencarral. Alvaro de Figueroa, conde de Romanones, cumplió lo prometido.

Este abogado, que colgó la toga después de este caso, fue Alcalde de Madrid y durante su mandato, el conserje del Cementerio del Este, se presentó ante él para entregarle un duro ennegrecido y le dijo “He MARISOL DONIS Criminóloga aquí el importe de una minuta que usted nunca pensaría cobrar.

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