I I PENSAMIENTO Y CREACIÓN · Ν" 11. NOV. 2007 · 9 € rapto europa Cárcel y castigo

Arqueología de las cárceles contemporáneas ALFREDO GONZÁLEZ RUIBAL II Recuerdos de Carabanchel VICTOR DÍAZ CARDIEL II Carabanchel CPB MANUEL BLANCO CHIVITE II Volver a prisión FÉLIX ROMEO II Locura y criminalidad RICARDO CAMPOS II Prisiones privadas ENRIQUE SANZ DELGADO

La memoria de la dicha GUSTAVO MARTÍN GARZO

ALEARDO LARIA I TAMARA FERRERA I DELMI ALVAREZ Ι ΑΝΑ NAVARRO I JORGE E. BENAVIDES I BEATRIZ RODRIGUEZ DELGADO I VICENTE MILLÁN I ABDELJALIL AKKARI elraptodeeuropa EDITOR: Miguel Ángel San José

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MINISTERIO Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, DE CULTURA Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España para la totalidad de los números editados en el año 2007. i. Monografía Cárcel y castigo · Editorial · PÁG. 5 Arqueología de las cárceles contemporáneas · Alfredo González Ruibal · PÁG. 7 unos recuerdos de mis cuatro estancias en la cárcel de Carabanchel · Víctor Díaz Cardiel · PÁG. Carabanchel CPB · Manuel Blanco Chivite · PÁG. 21 Carabanchel (fotografías) · Tamara Ferrera · PÁG. 25 Volver a prisión · Félix Romeo · PÁG. 27 Crimen y castigo · Aleardo Larra · PÁG. 29 Las prisiones privadas. Una solución insatisfactoria al problema penitenciario · Enrique Sanz Delgado · PÁG. 31 Reflexiones históricas en torno a las relaciones entre locura, criminalidad y peligrosidad social · Ricardo Campos · PÁG. 37 Karostas cietums / La cárcel del puerto · Delmi Álvarez · PÁG. 43

2. Raptos La memoria de la dicha · Gustavo Martín Garzo · PÁG. 51 Los renegados. Del cristianismo al islam a través de Europa y África · Vicente Millán · PÁG. 63 ¿Choque o alianza de civilizaciones? Por una educación intercultural en un mundo solidario · Abdeljalil Akkari · PÁG. 71

3. Poéticas El príncipe de las mareas · Ana Navarro · PÁG. 77 Cosa de niños · Jorge Eduardo Benavides · PÁG. 79

4. Cuaderno de bitácora El país de las aguas · Beatriz Rodríguez Delgado · PÁG. 83

Cárcel y castigo

árceles, presidios, penales, peni Mauthausen, Alcatraz, Carabanchel, Guan- tenciarías... campos de concen­ tánamo, La Cárcel Negra del Aaiun... Escri­ Ctración, de exterminio, de refu­ tores como Kropotkin, Foucault o Goff- giados... correccionales, reformatorios, man han teorizado sobre o contra las internados, centros psiquiátricos, de prisiones. Solzhenitsyn, Genet, o Siquei- clausura, "residencias", seminarios, ros vivieron prisioneros. cuarteles... toda una panoplia de espa­ El cine, el arte y la literatura han mira­ cios amurallados, enrejados, panópti­ do detrás de las rejas. Hoy los inversores cos; para el castigo, para la exclusión, calculan la rentabilidad de las cárceles pri­ para la "reforma"... y en todos los casos, vadas, y el negocio de los videojuegos y la espacios de privación de la libertad. industria del ocio han recreado prisiones Para el tema central de éste número, virtuales como atracción y para nuestro "dis­ hemos querido convertirnos en agrimen­ frute" como reclusos. Para ganar en el espe­ sores de algunos de esos escenarios físicos, jismo de la fuga. psíquicos o sociales, pero en todo caso opre­ Mientras, la vida, al menor descuido, tam­ sivos. Testimoniar vivencias de antiguos bién nos reserva multitud de parcelas y ruti­ reclusos, su desasosiego o desesperación. nas que nos aprisionan. Fotografiar celdas y galerías. Desenterrar las huellas del horror y el sufrimiento. La historia y el periodismo dan cuenta de cárceles famosas: la Torre de Londres, la Bastilla, la Isla del ©VEGAP. Andrés Nagel, 2001 Diablo en la Guayana francesa, (198x69x18,TM)

EDITORIAL · EL RAPTO DE EUROPA · 5

Arqueología de las cárceles contemporáneas

Alfredo González Ruibal Profesor de la Universidad Complutense de Madrid

ue nadie se engañe. De lo que se trata aquí es tiempo, investigan los restos de cárceles, centros de deten­ de una arqueología de las cárceles en su senti­ ción y campos de exterminio. Q do más literal, no en el de Michael Foucault. No Durante la última década se ha incrementado el inte­ hablaré de la genealogía de la institución penitenciaria o rés por estudiar las formas institucionalizadas de priva­ de la transformación de los discursos disciplinarios, sino ción de libertad e incluso de aniquilamiento de seres del edificio en sí: excavar la cárcel. Estudiarla como una humanos: prisiones, correccionales, campos de concen­ catedral gótica o una villa romana ¿Se puede excavar tración, campos de exterminio. El interés es múltiple y arqueológicamente una cárcel moderna? Se puede y se ha múltiple es la utilidad de la arqueología. hecho: prisiones de finesde l siglo xix en Australia, centros Frente a lo que se podría pensar, hay muchos aspec­ de detención de la última dictadura militar en Argentina, tos de la historia del siglo xx que no han dejado apenas campos de concentración nazis en Alemania y Polonia. documentación escrita, porque se ha perdido o porque La arqueología, sin embargo, no es sólo excavar. Gra­ se ha destruido. En ese sentido, la aproximación al pasa­ cias a la enorme ampliación de los horizontes de la dis­ do es como la de un prehistoriador, que sólo dispone de ciplina desde los años 70 del pasado siglo, muchas cosas los restos materiales que atestiguan los hechos. Para ser que, por su carácter o su cronología, se consideraban ale­ francos, los historiadores cuentan también con fuentes jadas del campo de estudio de los arqueólogos, se han orales. Pero, como se ha demostrado para el caso de la convertido hoy en día en parte habitual de sus investiga­ Segunda Guerra Mundial, el trauma es con frecuencia tan ciones. Los arqueólogos contemporáneos excavan fosas potente que deja a los testigos mudos o los reduce a repe­ comunes donde yacen víctimas de genocidios, guerras tir una y otra vez las mismas palabras (un "lenguaje oscu­ civiles y represiones políticas; rebuscan en los cubos de ro y mutilado" que dice Giorgio Agamben). En otras oca­ basura y excavan vertederos para entender el consumis- siones simplemente no hay testigos porque han sido mo desenfrenado de las sociedades capitalistas; levantan eliminados. Los restos materiales son mucho más difíci­ mapas de escuelas públicas para analizar cómo se cons­ les de borrar completamente de la faz de la tierra. Siem­ truyen ciudadanos disciplinados, y prospectan campos pre queda algo. Los arqueólogos acostumbran a trabajar de batalla de la Primera Guerra Mundial para descubrir con trazas mínimas, a exprimir detalles banales y frag­ detalles conmovedores y extraños, de los que no llegan a mentos minúsculos para construir nuestras historias. La los libros de historia. También, desde hace no mucho narración arqueológica puede no ser tan completa como

ARQUEOLOGÍA DE LAS CÁRCELES CONTEMPORÁNEAS · EL RAPTO DE EUROPA · 7 forzados o el centro clandestino de detención se expe­ rimentan en el cuerpo. Se podría preguntar a cualquier preso sobre la luz, la humedad, el frío, el hacinamiento, la claustrofobia o las torturas: son cosas materiales que se sufren corporalmente. Las prisiones construyen y dis­ ciplinan el cuerpo del prisionero, doblegan su volun­ tad y modelan su espíritu. Para ello es necesario abrir las ventanas a determinada altura, construir las celdas de un tamaño concreto, los retretes de cierta forma, el patio de tales dimensiones. Se calcula lo que se va a ver y lo que no se va a ver: lo que pueden ver los prisioneros La cárcel es más que un discurso: una celda en Alcatraz (cuanto menos, mejor), lo que deben ver los carceleros (San Francisco, Estados Unidos). (cuanto más, mejor). La cárcel no se puede reducir a un la basada en otras fuentes, pero tiene una extraña capa­ discurso, a una idea del encierro. Los arqueólogos están cidad de conmovernos. Quizá nos conmueve precisa­ acostumbrados a trabajar con lo abyecto, con los aspec­ mente por eso, porque es fragmentaria e incompleta— tos más crudos y banales de la vida humana -no en vano metonímica: con un simple objeto construimos una se ha hecho del estudio de las heces (coprolitos) una sub- historia. Es como el punctum de la fotografía, según disciplina científica. Este particular sitúa a la arquelo- Roland Barthes: la arqueología se centra en un detalle gía en una posición privilegiada para entender las mínimo, marginal, aleatorio incluso, pero ese detalle lo cárceles y manifestar, de una forma diferente a otras puede contar todo (los zapatos de Auschwitz). ciencias sociales y humanas, lo que supone una vida sin La arqueología dispone de unas herramientas preci­ libertad. sas para analizar la cultura material: desde un fragmen­ La arqueología no se detiene en el estudio de los res­ to de cerámica a un palacio. Se cuentan con distintas tos materiales del pasado, también se encarga de gestio­ herramientas (algunas propias, otras prestadas) que per­ narlos. Cada vez más los arqueólogos se encuentran miten entender los edificios y a la gente que los utilizó. La enfrentados a cuestiones patrimoniales: ¿Se puede (y se arqueología realiza análisis de permeabilidad, de isovis- debe) conservar la cárcel de Carabanchel? ¿Qué futuro tas, de sintaxis del espacio; estudia las estratigrafías mura­ le espera a los restos de Auschwitz-Birkenau, con el núme­ rías, las cadenas técnicas operativas, las trazas de uso y ro creciente de visitantes? ¿Qué narrativa histórica debe­ desgaste. Es capaz de descubrir qué estrategias se han uti­ mos presentar sobre la cárcel de Long Kesh en Irlanda del lizado para materializar un determinado régimen repre­ Norte? ¿Y de la de Robben Island, en Sudáfrica, donde sivo. Pero también puede sacar a la luz los mecanismos estuvo Nelson Mandela? Las cárceles y campos de con­ de resistencia y mantenimiento de la identidad que han centración son lugares de memoria, que representan empleado los prisioneros, con un análisis detallado de las muchas veces el sufrimiento de un determinado colecti­ alteraciones, más o menos sutiles, de un espacio carcela­ vo, la lucha por la democracia o la fractura de una socie­ rio (la decoración o los graffiti, por ejemplo). dad. Es un tipo de patrimonio que se ha denominado El fenómeno de la privación de libertad es, ante todo, negativo, ambivalente o doloroso. En cualquier caso, es un fenómeno material: la cárcel, el campo de trabajos un legado de difícil manejo -muy diferente de una igle-

8 · EL RAPTO DE EUROPA · ALFREDO GONZALEZ RUIBAL Walter Benjamin pensaba que existe una verdad sólo accesible a través de las ruinas: el panopticon de la cárcel de Carabanchel (Madrid), hoy. sia románica o un dolmen- y que pone a prueba a arqueó­ cos en su fascinación por esta institución. En Estados logos, historiadores y gestores culturales. Unidos los arqueólogos han excavado y musealizado A continuación se podría pasar revista rápida­ un cierto número de lugares de confinamiento, entre mente a algunos ejemplos interesantes de arqueología los que destaca Andersonville: un campo confederado carcelaria. de prisioneros de la Guerra de Secesión (1861-1865). La Un magnífico ejemplo de excavación arqueológica situación de los reclusos en Andersonville era tan mise­ en una cárcel contemporánea es la de una prisión de rable que se convirtió en uno de los motivos básicos mujeres de mediados del siglo xix en Tasmania. La para crear la Convención de Ginebra. El centro, que arqueóloga Eleanor Casella ha descubierto en sus exca­ se concibió para 10.000 reclusos alojados en tiendas, vaciones botones de ropa, monedas, pipas y botellas llegó a acoger a 32.000 personas. El 32% de los indivi­ alcohólicas que reflejan la existencia de un mercado duos recluidos en Andersonville fallecieron de enfer­ negro entre la cárcel y el exterior del que no existen medad, hambre, frío o heridas gangrenadas. Las exca­ referencias documentales directas. La arqueóloga inter­ vaciones arqueológicas en este lugar han permitido preta que lo que se intercambiaba en el presidio por conocer mejor la estructura del campo y han facilita­ botones o alcohol era sexo -uno de los escasos "bien­ do su reconstrucción con finesdidácticos . También han es" que las reclusas podían ofrecer. La arqueología de descubierto alguna anécdota interesante: por ejemplo, las cárceles, en general, ha recibido bastante atención un túnel de fuga que comenzó a excavar, sin éxito, en Australia y muchos penales del siglo xix y xx están algún recluso. En Estados Unidos se han excavado y abiertos al público. Como señalan M. Dewar y C. Fre- expuesto al público otras cárceles, como la Rhode dericksen, las prisiones juegan un papel importante en Island State Prison en Providence y la Eastern State la psique de los australianos, seguramente porque Penitentiary de Filadelfia. Ambas prisiones aplicaban recuerdan la fundación del país como una gran cárcel nuevas tecnologías disciplinarias, entre ellas el confi­ para convictos británicos.Los australianos no son úni­ namiento en solitario. La cárcel de Rhode Island, exca-

ARQUEOLOGÍA DE LAS CÁRCELES CONTEMPORÁNEAS · EL RAPTO DE EUROPA · 9 » VEGAP. Andrés Nagel, 2000. (166x 122x 13,TM) El destacamento de trabajos forzados de Bustarviejo (1944-1952), cerca de Madrid. vada por el arqueólogo Jim Garman, abrió en 1838 y una de ellas de media hectárea de superficie, y otros res­ cerró sesenta años más tarde, con la fama de ser una tos relacionados con la masacre, incluidas 1.700 balas en de las prisiones más duras del país. Las excavaciones la zona donde se ejecutaba a los prisioneros. Las excava­ revelaron, entre otras cosas, la pésima calidad de la ciones arqueológicas de campos de concentración son construcción, debido al deseo de ahorrar por parte de importantes para contrarrestar la proliferación de teorías las instituciones (sin tener en cuenta las consecuencias revisionistas que niegan su existencia. Sin embargo, las en la vida de los reclusos). Como señala Garman, "una excavaciones de Kola levantaron las iras de los judíos orto­ de las lecciones más significativas de la excavación, es doxos por lo que consideraban la profanación de restos que nada ha cambiado". humanos de sus correligionarios, a pesar de que los cuer­ Más perturbadoras han sido las excavaciones de Andr- pos no fueron exhumados. La arqueología del pasado con­ zej Kola en los campos de concentración nazis de Belzec temporáneo es inevitablemente polémica y traumática. (1997-1999) y Sobibor (2001). Las excavaciones en Belzec La arqueología de las cárceles ha cobrado auge tam­ se llevaron a cabo para localizar y evitar perturbar restos bién en el Latinoamérica durante los últimos años. En un humanos durante la instalación de un memorial. Los son­ libro del año 2006 editado por el brasileño Pedro Paulo deos identificaron 33 fosas comunes, con restos estimados Funari y el argentino Andrés Zarankin, se recogen, entre de unos 15.000 seres humanos, algunos en un extraordi­ otros, artículos que estudian los graffiti de la prisión del nario estado de conservación. Además, se descubrieron Cuartel San Carlos en Caracas, espacio clave en la memo­ gran cantidad de objetos personales (peines, adornos, ele­ ria de la represión política en la Venezuela del siglo xx, y mentos de ropa) pertenecientes a prisioneros, restos de las la arquitectura de los centros clandestinos de detención vías del tren que llevaba a los judíos a su exterminio y las en Argentina. En este último caso, se combina la expe­ huellas de los barracones donde vivían quienes no iban a riencia de un superviviente con el análisis sintáctico del parar directamente a la cámara de gas. En las excavacio­ espacio realizado por un arqueólogo (el propio Zaran­ nes de Sobibor, por otro lado, se descubrieron varias fosas, kin). La excavación en algunos de los centros permiten

ARQUEOLOGÍA DE LAS CÁRCELES CONTEMPORÁNEAS · EL RAPTO DE EUROPA · 11 completar (o ilustrar) con perturbadores detalles mate­ muchos se conservan en pie. El de Miranda de Ebro, el riales las narraciones de los supervivientes. mayor y más importante, ha desaparecido casi por com­ Por último, desde hace un tiempo venimos estu­ pleto. Muchos otros se reutilizaron al acabar su uso repre­ diando con un grupo de colegas los restos de un desta­ sivo a finales de los 40. El campo de Bustarviejo, como el camento franquista de trabajos forzados en Bustarvie­ vecino de Garganta de Montes, pertenecen a un sistema jo, a las afueras de Madrid. Es un proyecto apasionante. de destacamentos de trabajos forzados cuya misión era Se tiene la extraña sensación de descubrir que en el construir la vía férrea Madrid-Burgos con mano de obra mismo lugar donde vivimos pasaron cosas espantosas esclava. Algunos han desaparecido, pero los que se con­ hace poco tiempo, que "el Mal estuvo aquí", como escri­ servan abandonados, como el propio Bustarviejo, son una bió Susan Sontag. No en Yugoslavia, ni en Ruanda, ni potencial mina de información sobre las condiciones de en Chile, sino en nuestro propio vecindario, a la vuel­ vida de los trabajadores forzados y de las estrategias dis­ ta de la esquina. La Transición hizo olvidar a todos todo. ciplinarias del régimen franquista. En definitiva, las cár­ Para quienes no vivimos el Franquismo, toparnos celes, los campos de concentración y los destacamentos ahora, de golpe y sin previo aviso, con los restos mate­ de trabajos forzados constituyen entidades históricas riales de un régimen totalitario es parecido a encon­ materiales. Por este motivo, pueden estudiarse arqueo­ trarse, al escarbar en el jardín, con los restos de un dino­ lógicamente. Son algo tangible, que se experimenta y se saurio. ¿Es posible que eso haya existido aquí? sufre. Si la arqueología de las prisiones sirve para algo Pese a que el invicto Caudillo sembró España de cam­ debe ser, al menos, para recordarnos que el encarcela­ pos de concentración y destacamentos penales, no miento es algo más que un discurso. •••

El personaje en el cine Del papel a la pantalla Pedro Sangro y Miguel Á. Huerta (eds.)

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^fc. ué es un personaje? ¿Por qué los seres que pueblan las ficciones cinematográfi- ! cas son interesantes? ¿Qué hace que los espectadores se enamoren de ellos? ¿Por VeC qué, en ocasiones, los aborrecen? ¿Cómo se construye un buen protagonista? ¿Qué función desempeña en la historia? ¿Existen personajes que puedan considerarse como modélicos? Afortunadamente, el arte de la narración no admite respuestas concluyentes, aunque sí debates que siguen alimentando el misterio y los sueños de millones de afi­ cionados al cine.

Rústica, 15 χ 23 cm. 288 págs. PVP: 14,90 Euros Este libro no promete despejar el horizonte sino ensancharlo. Con un planteamiento que mezcla los aspectos creativos con el análisis, este volumen colectivo se dirige tanto a quienes aspiran a crear relatos audiovisuales como a los que desean conocer los mecanismos que se activan en ellos. Se trata de una obra hecha desde la pasión que pretende llenar un hueco bibliográfico y del que se deduce que los personajes son un maravilloso reflejo en el que los seres humanos nos reconocemos a nosotros mismos.

Información y pedidos: www.calamarediciones.com

12 · EL RAPTO DE EUROPA · ALFREDO GONZÁLEZ RUIBAL Algunos recuerdos de mis cuatro estancias en la cárcel de Carabanchel

Víctor Díaz Cardiel Militante del Partido Comunista de España (PCE)

a prisión de Carabanchel, llamada también pri­ quismo. A veces se utilizaba como prisión de tránsito en sión de hombres, estaba en la avenida de los los traslados, como por ejemplo desde la cárcel Modelo L Poblados del barrio de Madrid del que recibe de Barcelona a la del Puerto de Santa María. También cár­ su nombre. Fue construida con mano de obra "esclava" cel de detenidos a la espera de juicio por el TOP (Tribunal al terminar la Guerra Civil; o sea, por presos cautivos de Orden Público), un tribunal especial creado en 1963 del derrotado ejército republicano. Mi propio padre, como tribunal de represión que sustituyo a los tribuna­ guardia de asalto, y un cuñado suyo, trabajaron en durí­ les militares de guerra. simas condiciones en su construcción. Estos presos pro­ La cárcel, además, tenía una escuela de estudios peni­ venían en muchos casos de la cárcel de Porlier, donde tenciarios, un observatorio, un hospital, un "reformato­ estaban atestados "como piojos en costura", según con­ rio" para los jóvenes, un hospital psiquiátrico, absoluta­ taba en numerosas ocasiones mi padre. También lle­ mente dantesco, por cierto, e incluso un departamento garon presos de Cuelgamuros y otros penales. España para mujeres. era una inmensa prisión. Prácticamente todos los presos políticos de los años La estructura radial de la cárcel, en forma de estrella, cuarenta, cincuenta y sesenta conocieron sus celdas. En es imponente. Cuando se entraba en ella por primera vez, ellas fueron recluidos luchadores antifascistas que han en mi caso allá por abril de 1965, sobrecogía. Es una cons­ conocido, sus celdas bajas, su capilla, la "séptima" gale­ trucción geométrica, de cuyo centro -desde donde te "des­ ría; que han convivido con las ejecuciones de penas de tinaban" a las galerías y celdas- arrancan los brazos de la muerte, por fusilamiento o garrote vil. estrella, las distintas galerías. Eran cuatro, cada una de El universo penitenciario del franquismo, tenía en la ellas con tres pisos, y patios entre ellas, disponían de un cárcel de Carabanchel el símbolo del "Régimen de la Vic­ departamento de ingresos y un único locutorio. toria", metáfora de la división profunda entre vencedo­ "Carabanchel" ha sido una referencia obligada para res y vencidos, que se prolongó más allá del 1 de abril del miles de presos españoles, desde soldados de la Repúbli­ 39, durante toda la existencia del régimen franquista. El ca, hasta los presos políticos de la dictadura, pasando por "nuevo Estado" nunca dio un solo paso en el camino de los encarcelamientos masivos de los últimos años del fran­ la reconciliación e integración de los derrotados y de la

ALGUNOS RECUERDOS DE MIS CUATRO ESTANCIAS EN LA CÁRCEL DE CARABANCHEL · EL RAPTO DE EUROPA · 13 © VEGAP. Andrés Nagel, 1994. (114x120x22,TM) ©VEGAP. Andrés Nagel, 1996. (128x190x9,TM) auténtica paz. Todavía en 1963, Julián Grimau era acusa­ Mis estancias en la cárcel de Carabanchel do de un delito de "rebelión militar continuada" que se remontaba a la Guerra Civil. En 1974, durante mi segun­ - La primera fue desde el 9 de abril de 1965 hasta el 19 de da estancia en Carabanchel, se ejecutó a Puig Antich y el diciembre de 1966. 27 de septiembre de 1975 se fusiló a cinco jóvenes anti­ franquistas. En esta prisión, como ya he dicho anteriormente, su enor­ Carabanchel fue también noticia por ser la cárcel me cúpula, el centro radial, el arranque de las galerías... donde apareció la COPEL, una asociación de presos comu­ todo estaba pensado para hundir moralmente a cual­ nes que redactó un estatuto de presos y que exigía mejo­ quiera. Es una mole que me sobrecogió la primera, la ras en sus condiciones de vida. Esta coordinadora acabó segunda, la tercera, y hasta la cuarta vez que viví la terri­ organizando el asalto a algunas galerías y a las terrazas ble experiencia de entrar por sus puertas. Hice el "paso de la prisión en el verano de 1977 para reclamar una general", es decir, fui trasladado de la Dirección General amnistía general, también para los presos comunes, así de Seguridad a las Salesas y de allí a la cárcel de Cara­ como una reforma del reglamento penitenciario. La COPEL banchel, a sus funestas galerías; primero, para pasar el lla­ realizó acciones en Valencia, Puerto de Santa María, Zara­ mado "periodo sanitario", que consistía en aislarte en una goza y Valladolid. Durante ese mismo verano de 1977, en celda con, en el mejor de los casos, una hora de salida al los meses de julio y agosto, se llevaría a cabo una refor­ patio. Terminada esta fase, eras trasladado, ese fue mi caso, ma penitenciaria por el entonces director de prisiones a la "sexta galería", donde ya se podía hablar con otros Carlos García Valdés. "compañeros de fatigas". En esta galería había además Antes de relatar algunos recuerdos de los tres perio­ jóvenes, presos comunes del reformatorio que, al parecer, dos en los qué permanecí encarcelado en la prisión de consideraban que estaban mejor con los políticos, aun­ Carabanchel, quisiera rendir tributo a algunos de los que entonces ni siquiera podíamos firmar las cartas como camaradas y compañeros que han sufrido condenas y tales presos políticos. Conseguirlo fue toda una batalla, reclusiones más largas de tiempo. huelgas de hambre, plantes, etc.. con los riesgos que esto conllevaba siempre de sanciones y castigos. Años de cárcel Años en en total Carabanchel El año anterior, en abril de 1964, había habido una

Gregorio López Raimundo 3 1,5 sonora detención en Madrid de J. Sandoval, A. Monto­ Narciso Julián 26,5 1 ya, J. de Velasco, L. Antonio, y en la que estaba también Melquíades Rodríguez 24 Meses Daniel Lacalle Sousa, que era hijo del entonces Ministro Luís Lucio Lobato 24 3,5 Simón Sánchez Montero 15,5 3 del Aire en el gobierno de Franco. La detención fue, por José María Laso 8 5 meses así decirlo, sonada y bien sonada. El gobierno de aquel Silverio Ruiz 15 1 momento y la Brigada Político Social, su policía política, Víctor Díaz Cardiel 9 3 acusaban a José Sandoval de ser miembro de la KGB, y Marcelino Camacho 9 3 Santiago Álvarez 10 1 ambos, es decir a Sandoval y Daniel, eran acusados de Marcos Ana 23 - conspiración a favor de la Unión Soviética y contra el régi­ Sixto Aguado 18 1 men de Franco. Estas detenciones tuvieron también en la José Sandoval 10 3 cárcel una gran resonancia y a ellas se unió, al año siguien­ Timoteo Ruiz 15 3 te, en abril de 1965, la de otro joven de apellido sonoro:

16 · EL RAPTO DE EUROPA · VÍCTOR DÍAZ CARDIEL Enrique Ximénez de Sandoval, hijo del Presidente del Tri­ Se contaba en las galerías donde estábamos los pre­ bunal de Justicia Militar y sobrino de uno de los máxi­ sos políticos que, yendo a visitar a sus respectivos hijos, mos fundadores de la Falange. el Ministro del Aire por su lado y el Teniente General En los meses de marzo, abril y mayo había habido bas­ por el suyo, la dirección de la cárcel pasó por momen­ tante actividad, movilizaciones de obreros y estudiantes tos de enorme apuro y vértigo. No sabían, al parecer, a madrileños. El año 1965 incluso superó en movilizacio­ cual de estos mandos tenían que "formarle la guardia". nes sociales y políticas al de 1964. El régimen estaba seria­ Al parecer, ambos coincidieron una vez en su visita a mente preocupado por el activismo de los trabajadores la prisión, donde sus valientes hijos habían ido a parar en defensa de sus intereses y por la lucha de los estudiantes por defender la libertad y luchar activamente contra la por la libertad contra la dictadura. En la Universidad dictadura. Complutense de Madrid, tras numerosas asambleas y También recalaron en Carabanchel otros personajes manifestaciones, la autoridad gubernativa expulsó a varios como los jerifaltes de MATESA, cuyo nombre ya no recuer­ de sus catedráticos de mayor reconocimiento y presti­ do, y con los que en varias ocasiones nos cruzamos yendo gio: Enrique Tierno Galván, Agustín García Calvo y José al locutorio de jueces. Luis Aranguren. Pasado algún tiempo, estalló el caso de los bancos Los trabajadores se manifestaron también en una Siero y Murcia, propiedad de Rato, padre del que fuera masiva concentración ante la sede del sindicato vertical, Vicepresidente del gobierno de Aznar. Pues bien, uno de en el paseo del Prado de Madrid. Hubo cargas policiales, sus abogados, que también era el mío, Antonio Rato y carreras y muchas detenciones. Entre los detenidos esta­ Rodríguez de Moldes, nos presentó en los locutorios de ba el mencionado Enrique Ximénez de Sandoval y otros la manera siguiente: "Sr. Rato, le presento al jefe de los compañeros suyos. Recuerdo que uno de ellos era histo­ comunistas aquí en Carabanchel; Víctor, te presento a un riador, y sus primeras clases sobre los siglos xix y xx se buen estafador". empezaron a dar en Carabanchel, donde se las solicita­ En 1966, antes de ser condenado en firme y traslada­ mos un grupo de miembros del PCE y otros presos. Las do al penal de Soria, en la cárcel dejaban entrar los perió­ organizamos lo mejor que pudimos y se impartieron en dicos Arriba, El Alcázar y ABC, aunque censurados. Se el patio que media entre la sexta galería y el reformato­ empezó así a poder leer otros periódicos que no fuera el rio. Los funcionarios incordiaban sin parar para tratar de de Instituciones Penitenciarias, El Redención. Fraga Iri- impedir que estudiásemos. Pero, pese a todo, seguimos barne presentaba la ley de Referéndum Político, la ley con nuestro propósito, leyendo y estudiando todo lo que orgánica y otras sobre el poder municipal. podíamos, atendiendo las explicaciones del profesor y dis­ A Carabanchel habían llegado presos políticos del País cutiendo los acontecimientos de estos últimos siglos. Vasco, de la Comunidad Valenciana, de Sagunto, Alican­ Recuerdo que utilizábamos unos textos de Tuñón de Lara. te y Valencia, algunos con la friolera de peticiones de 500 Si la memoria no me falla, Ramón Tamames había años de cárcel. publicado ya la primera edición de su libro Estructura Los presos políticos estábamos organizados en lo que Económica de España que fue un best-seller. Este libro no llamábamos "comuna". Cada grupo o "comuna" tenía una podía faltar en las celdas de la sexta galería, algunos lo "madre" que se encargaba de distribuir todo cuanto se teníamos y diría que casi estudiábamos con él, pero leer­ entregaba en el común: peculio, paquetes... y paciencia lo lo leían todos. (las tres ρ del preso).

ALGUNOS RECUERDOS DE MIS CUATRO ESTANCIAS EN LA CÁRCEL DE CARABANCHEL · EL RAPTO DE EUROPA · 17 La que entonces llamábamos "universidad" de Cara­ por los funcionarios que Carrero había "volado" lite­ banchel tenía cómo referencia la "cátedra" del penal cen­ ralmente y que el juicio había sido suspendido... de tral de Burgos. momento. En los años 1965-66 llegaron los primeros presos En la tercera galería además de los políticos había de ETA. Había también algún preso del PNV, creo que era también un grupo de homosexuales, a ellos se les apli­ un empresario de ascensores, y algún anarquista. caba la ley de "peligrosidad social". Pensaban que ence­ La dirección de la cárcel pretendía llevarnos for­ rrados con los políticos de la tercera serían mejor tra­ mados a misa, aunque esa práctica había quedado blo­ tados y considerados que en otras galerías. queada gracias a la contestación que se hizo en el penal En 1973 hubo un Estado de excepción. Las deten­ central de Burgos y en otros lugares. Como alternativa ciones que practicaba la policía política, la denomina­ nos llevaban a la escuela a escuchar lecturas de Balmes. da Brigada Político-Social, se hacían, por supuesto, sin ningún tipo de garantías y con total brutalidad e impu­ - La segunda estancia en Carabanchel transcurrió entre nidad. Como consecuencia de todas estas detenciones el 13 de diciembre de 2973 y el 11 de julio de 1974 entraron en Carabanchel centenares, digo bien, cen­ tenares de detenidos, unos con arrestos gubernativos, Estos seis meses y diecinueve días fueron un periodo otros con multas, etc..., la cárcel se llenó literalmente. de una intensidad política extrema, protagonizado La tercera galería era un hervidero de presos, presos por la celebración del llamado "Proceso 1001". Un jui­ políticos del PCE, de ETA, del FRAP, de Comisiones Obre­ cio a la dirección de Comisiones Obreras que enca­ ras, anarquistas, de la "Liga"... Hay que recordar que bezaba Marcelino Camacho. El mismo día 20 de el año siguiente, 1974, fue una fecha fundamental en diciembre todos los encausados en el expediente habí­ la historia de la cárcel porque con motivo del asesina­ an madrugado y habían sido sacados de la cárcel para to de Salvador Puig Antich hicimos una huelga y un ser juzgados en las Salesas. Entre los presos políticos, encierro. tanto del PCE como del FRAP, ETA, y de ce.00, había El clima político era efervescente y el debate políti­ una gran expectación. Ese mismo día, cuando iba a co continuo. El estudio, por grupos, de la filosofía mar- empezar el juicio, éste se vio aplazado por el atenta­ xista, de la política económica, de la historia en gene­ do contra Carrero Blanco, vicepresidente del gobier­ ral y de la historia del movimiento obrero, las reuniones, no de Franco. los cursos, tanto en la tercera como en la sexta galería, Se habían conseguido algunas "mejoras" para los conferían un ambiente de auténtico "bullicio universi­ presos políticos de la tercera y de la sexta galerías pocos tario"... aunque, eso sí, encerrados, privados de liber­ días antes de la celebración del "Proceso 1001" y del tad. Esto dio lugar a que pudiera hablarse de la "Uni­ atentado de Carrero Blanco, pero de repente todo versidad de Carabanchel", aunque no por eEo es menos cambió y en aquel momento nos metieron a todos en cierto que en prisiones como la de Burgos, Soria, Sego­ celdas y dieron el cerrojazo. No sabíamos qué había via y otras, donde también me tocó permanecer algu­ ocurrido para que tomaran esa medida tan fulminante nos años, ya se tenía experiencia de hacer de las cárce­ de encerrarnos a todos e interrumpir todas las comu­ les lugares en los que había que aprovechar el tiempo, nicaciones, salvo las de los que en ese momento se que además era la mejor manera de seguir con la cabe­ encontraban en los locutorios. Éstos pudieron saber za levantada.

18 · EL RAPTO DE EUROPA · VÍCTOR DÍAZ CARDIEL - Mi tercera estancia en la cárcel coincidió con la enferme­mo estaba tirado de cualquier forma en la cama. No pudi­ dad y muerte de Franco. mos ni siquiera sentarnos en aquel repugnante habitá­ culo. A la mañana siguiente nos pasaron a la tercera gale­ La Brigada Político-Social, el 21 de noviembre de 1975, rea­ ría, en la cual estuvimos hasta el 2 de diciembre de 1975... lizó la denominada Operación Lucero", en la que se detu­ vo a Simón Sánchez Montero, Armando López Salinas, -Ypor último... mi cuarta estancia en Carabanchel, tras José Cabo y a mí mismo, junto con otros compañeros. En otra detención el 22 de diciembre de 1976. los calabozos de las Salesas, a donde fuimos conducidos desde la Dirección General de Seguridad en la Puerta del Éramos seis hombres y una mujer los que fuimos dete­ Sol, nos enteramos por un preso común que el dictador nidos. Nos llevaron directamente de la Dirección Gene­ había muerto. Fuimos recluidos en Carabanchel y se nos ral de Seguridad a Carabanchel. Esta vez nos metieron en aplicó la Ley Antiterrorista. unos pequeños habitáculos para presos especiales. En ellos A López Salinas y a mí nos metieron en una celda en había presos de ETA y del grupo Octubre, con los que pasa­ la que nos encontramos con un espectáculo dantesco: mos la fiestad e Navidad. Cuando por fin salimos era el llena literalmente de mierda, un muchacho joven y enfer­ 30 de diciembre... •••

ALGUNOS RECUERDOS DE MIS CUATRO ESTANCIAS EN LA CÁRCEL DE CARABANCHEL · EL RAPTO DE EUROPA · 19 MATADERO MADRID ESPACIO PARA LA CREACIÓN CONTEMPORÁNEA Carabanchel

Manuel Blanco Chivite Periodista

Previa compañeros con quienes compartí tan dramáticas vici­ situdes. En 1975, apenas dos meses antes de la muerte del gene­ Tras ser detenido, fui conducido directamente a los ral Franco, formé parte del último grupo de personas despachos de la Brigada Central de Información, diri­ condenadas a muerte por tribunales militares, en diver­ gida por el comisario Roberto Conesa e integrada en sos consejos de guerra sumarísimos. Consejos de gue­ la Brigada Político Social (BPS), en los que permanecí rra, me permito señalar, 36 años después de haber ter­ varios días, con algún momento de descanso en el suelo minado oficialmente la guerra. de uno de tales despachos. En septiembre de aquél año fueron condenados a Quiero con esto quiero decir que mi entrada en las muerte once militantes antifascistas, de los que fusila­ dependencias de la Dirección General de Seguridad, ron a cinco. entonces en la Puerta del Sol, no siguió el protocolo No es mi intención entrar en los pormenores de la habitual: parte de entrada, con hora y fecha y los datos situación que vivía el país en esos momentos, ni de las del detenido, cacheo y registro de las pertenencias. En circunstancias singularísimas en que se celebraron los consecuencia, ninguno de los detenidos en la ocasión, consejos de guerra, ni de las acciones armadas de los estábamos oficialmente en ningún sitio. Caso, por ejem­ últimos tiempos de la dictadura. A ese respecto, y para plo, de que alguno hubiese fallecido en las dependen­ quien sienta curiosidad, me remito a dos de mis tra­ cias policiales, nada acreditaría nuestra entrada en ellas. bajos publicados no hace mucho' Me centraré, pues, Tanto el parte de entrada como el de salida se cumpli­ en mi experiencia carcelaria y las condiciones de mi mentaron a la salida, dándose la curiosa circunstancia prisión durante el tiempo que pasé en la cárcel de Cara­ de que equivocaron la fecha de entrada. banchel, más en concreto en la denominada Galería La primera declaración ante el juez militar la hice CPB, es decir, Celdas de Prevención Bajas, vulgo, Cel­ igualmente en un despacho de la BPS, rodeado de varios das de Castigo. agentes de la Brigada que tras marcharse el juez conti­ No obstante, y para tomar un hilo de coherencia y nuaron los "interrogatorios". de situación de contexto, apuntaré una incidencia de Pero vayamos a lo que nos ha de ocupar: la cárcel mi detención, común, desde luego, a la de los demás de Carabanchel.

' "La capacidad para hacer que las cosas no existan" en el libro colectivo Co Franco (Ed. VOSA SL- CEDALL, 2006) y el capítulo titulado "Tesis 1975" de mi texto misceláneo De bar en bar hasta llegar al mar (Ed. VOSA SL, 2006).

CARABANCHEL CPB · EL RAPTO DE EUROPA · 21 Cárcel nudo integral, el registro de cada prenda, el pelo, la boca, las flexiones una vez más... Al ver las marcas de los inte­ La cárcel, incómodo lugar de encierro, no era una fron­ rrogatorios, un funcionario comentó en voz baja: "¡Cómo tera infranqueable para la Policía Política, ni, como se verá, te han puesto!" para la Guardia Civil, ni para ningún otro Cuerpo de Se accedía a las celdas por los estrechos pasillos late­ Seguridad del Estado. rales: a un lado, las puertas cerradas con sus cerrojos; al Llegué a Carabanchel en un furgón policial. Los asien­ otro, pared y en lo alto, unos ventanucos rectangulares, tos del conductor y acompañante estaban separados por con rejas, que daban, al menos en el lado en el que estu­ una reja del furgón propiamente dicho en el que viajaba, ve, al patio de la gajería denominada Sexta-Prisión, la últi­ esposado y custodiado por dos policías armados de sub- ma construida. Me recordaron a esos enrejados de los fusiles. El policía que acompañaba al conductor también sótanos que uno puede ver por ciertas calles; así, desde el dirigía su arma hacia mí. patio, se veían estos respiraderos. Ya en la cárcel, debían ser las nueve de la noche, fui Antes de instalarnos, la dirección de la cárcel había recibido por varios policías más y, creo recordar, un capi­ devuelto a régimen normal a los ocupantes de la galería: tán de la Policía Armada. Me condujeron hasta las depen­ estuvimos sólo nosotros; de esta manera podíamos seguir dencias de admisión e identificación. Ficha, huellas y estrictamente incomunicados, ya que, inclusive, queda­ cacheo exhaustivo: desnudo integral, cabello, orejas, boca ba una celda vacía junto a cada una ocupada. y flexiones de rodillas. Tras el ceremonial, los policías Las celdas del CPB eran diferentes de las habituales. abandonaron el recinto interior. Acompañado por el Jefe Cada una estaba dividida en dos espacios. Desde la puer­ de Servicios y dos funcionarios, me condujeron a las gale­ ta que daba al pasillo se accedía al primer espacio; en él rías. Atravesamos el Centro, circular, abovedado y de gran­ se colocaban la colchoneta, increíblemente sucia, un plato des dimensiones, y nos encaminamos hacia la denomi­ metálico, un vaso de plástico y una cuchara de madera a nada Sexta Galería-Reformatorio, donde estaban los tono, en cuanto a limpieza, con la colchoneta. Desde aquí, menores de edad; la atravesamos igualmente y, al llegar una reja, como las de las celdas de las prisiones que apa­ al extremo, accedimos, una vez abierto el rastrillo corres­ recen en las películas americanas, con cancela y cerrojo, pondiente, a otra galería. Sobre la entrada, tres letras indi­ limitaba el segundo espacio, de unos tres pasos por cua­ caban nuestro destino: CPB O Celdas de Prevención Bajas. tro. Ningún tipo de alumbrado, ni siquiera instalación En efecto, eran bajas, había que descender unas esca­ eléctrica. Apenas cierta claridad gracias a la luz que leras y la galería, de pequeñas dimensiones y de una sola durante el día se filtraba por los ventanucos o apenas cier­ planta, se situaba por debajo del nivel del suelo de los ta atmósfera amarilla, durante la noche, procedente de las patios: técnicamente, era una galería subterránea. débiles bombillas del pasillo. La galería tenía un pasillo central y dos laterales, todos El preso quedaba encerrado en este segundo recinto: situados en paralelo. El pasillo central transcurría entre un grifo y una especie de retrete, un agujero práctica­ dos paredes de cemento, desnudas, apenas alumbrado de mente, que servía para todo: lavarse, hacer las necesida­ trecho en trecho por unas ennegrecidas bombillas. Se des­ des, lavar el plato... Eso era todo. Nada más, ni un banco embocaba en la garita de funcionarios y en una mesa de para sentarse. Y todavía incomunicados. Todavía sin abo­ madera, vacía, junto a la que me obligaron a detenerme. gado, todavía sin visitas... Veinticuatro horas al día en la Fue el momento de un nuevo cacheo; y de nuevo el des­ celda, todos los días...

22 · EL RAPTO DE EUROPA · MANUEL BLANCO CHIVITE La rutina. Levantarse a las siete de la mañana. El fun­ Los dos funcionarios me llevaron hasta la galería de cionario abría las dos puertas y me entregaba una esco­ servicios y allí, en un despacho, estaba el juez instruc­ ba, aunque, claro está, nada había que barrer. Se llamaba tor, coronel Mariano Martín Benavides, un represen­ limpieza. Lavado de cara con agua y punto. Me quitaba tante de la fiscalía militar, capitán, y un soldado que la colchoneta que me había entregado a las nueve de la hacía de escribiente. Nueva toma de declaración. noche anterior para dormir, me quitaba la escoba... Recuerdo que, cuando denuncié las torturas y malos Durante media hora, la reja que separaba los dos espa­ tratos, el instructor miraba por la ventana, inmersa su cios de la celda permanecía abierta. atención en un cielo azul sin una nube. No dijo una A las ocho y media, el desayuno. Algo que llamaban palabra, el escribiente no escribió nada y ahí terminó el café con leche, en el vaso de plástico y la barra de pan asunto. que había de durar todo el día. Al terminar, todo queda­ El médico de la prisión nos visitó cuando llevába­ ba al otro lado de la reja, incluido el vaso aludido. En el mos cinco días en el CPB, creo que era 28 de julio, sin espacio interior, sólo el preso, sentado en el suelo. embargo, en el impreso que rellenó como que nos Así hasta la hora de comer. El mismo "menú" que encontrábamos "bien", sin aludir para nada a las mar­ en el resto de la prisión, servido en el plato metálico, la cas aun visibles en diversas partes del cuerpo, anotó la cuchara de palo... Luego, limpieza de los utensilios bajo fecha del 24, día de ingreso en prisión. el grifo y colocación de los mismos por parte del fun­ Tras la visita del juez, no se levantó la incomunica­ cionario en el espacio contiguo de referencia, fuera del ción. Aún hubo más interrogatorios. alcance de las manos del recluso. La operación se repi­ A altas horas de la madrugada, un par de días después, te con la cena, siempre sentado en el suelo y, después, me despertó el jefe de servicios acompañado de los dos hacia las nueve, me entregaba la colchoneta... Hasta la funcionarios del CPB: "El juez ha venido a verte", dijeron, mañana siguiente. Ni un cepillo de dientes que, por otra y me extrañó. parte, nadie podía entregarnos debido a nuestra inco­ Me condujeron a un despacho y allí estaban tres municación, ni podíamos comprar en el economato de miembros de la Brigada Político Social, entre ellos un la cárcel por el mismo motivo y porque todas nuestras comisario, Carlos Domínguez Sánchez, adjunto al jefe pertenencias, incluido el dinero que llevábamos enci­ de la Brigada Central, y tres miembros de los servicios ma al ser detenidos, habían "desaparecido" en la Direc­ de información de la Guardia Civil, uno de ellos coro­ ción General de Seguridad. Al no haber un parte de nel. Al parecer, las cosas en la calle no iban bien y las entrada normal, no había relación de tales pertenen­ acciones armadas continuaban. Nosotros, allí encerra­ cias, todas las cuales, como digo, desaparecieron. Pudie­ dos, no sabíamos nada. Llevábamos sin noticia alguna ron haber dicho que nos habían detenido con armas, desde hacía más de quince días... ¿por qué no? Las visitas nocturnas se repitieron dos veces más; Tras varios días en estas condiciones, cuatro o cinco, al parecer andaban despistados y así siguieron... nos hicieron comparecer ante el juez instructor. De uno Una de esas noches, un joven teniente de aspecto en uno. deportivo, ancho de hombros y con ganas de castigar, Se abrieron las puertas de la celda y aparecieron un se inclinó sobre la oreja de su coronel, alto, gordo, bigo­ par de funcionarios; cacheo como los ya descritos, inclui­ te entrecano, bien afeitado incluso a aquella hora de la do el desnudo total... madrugada (debían ser las dos o tres de la mañana) con

CARABANCHEL CPB · EL RAPTO DE EUROPA · 23 cierto aire de señorito otoñal y bien alimentado, y le llo de dientes, jabón y una toalla, además de veinte dijo "¿Podemos tortu...?" Tortu, tal cual. El coronel hizo minutos diarios de patio y derecho a tener un libro que, un gesto en negativo y comentó: "Tienen que llegar pre­ naturalmente, leíamos malamente sentados en el suelo sentables al consejo de guerra". y con muy pocas horas de luz, a elegir entre cuatro o Al fin,la s visitas nocturnas cesaron. cinco títulos seleccionados por el director o el maestro Unas tres semanas largas después de nuestras deten­ de la prisión. ciones, pudimos ver a un abogado. Cada vez que coincidíamos dos o más detenidos en El CPB que jamás existió CPB para salir de la galería, siempre custodiados por dos funcionarios, se procedía al mismo protocolo: cacheo Cuando se cerró Carabanchel, y durante varios meses, exhaustivo (desnudo, prendas, cabello...) al salir y cualquier ciudadano pudo visitar el siniestro centro, a cacheo idéntico al volver. No se trasladaba a uno sin que modo de curioso turista. Para facilitar el recorrido, se con­ estuviese ya de vuelta y encerrado quien había sido tras­ taba con un guía que iba explicando cada una de las ins­ ladado antes. Así, continuó la incomunicación entre talaciones. nosotros y con los demás presos políticos durante 35 Una vieja amiga mía formó parte de una de estas días. Transcurridos, fuimos incorporados a la Sexta-Pri­ expediciones y preguntó al guía dónde se encontraban las sión, donde se encontraba una parte de los presos polí­ celdas de castigo o celdas bajas. El tipo, mal informado o ticos que estaban en la cárcel, los considerados como bien aleccionado, respondió que jamás habían existido más peligrosos, en un llamado "régimen especial", con tales ergástulas. tan solo un par de horas de patio y aislamiento en cel­ Hoy, ya no es tan raro preguntarse si existió Franco o das individuales el resto del día. El resto de los políti­ si, caso de existir, lo suyo fue una dictadura. Al parecer, el cos estaban en la clásica Tercera Galería. Franco que existió fue otro Franco. Asombra la fuerza Cuando se iniciaron los consejos de guerra suma- de la actual democracia: es capaz de hacer que las incon­ rísimos nos pasaron de nuevo al CPB; ahora ya con cepi­ veniencias no existan... •

24· · EL RAPTO DE EUROPA · MANUEL BLANCO CHIVITE Carabanchel

Fotografías de Tamara Ferrera

Volverá prisión

Félix Romeo Escritor

stuve en la cárcel durante más de año y medio maron, de una galería tranquila, donde había un cha­ por un delito de insumisión al servicio mili­ val joven preso por traficante de cocaína y un anciano E tar. Si ahora estuviera en la misma situación, que había matado a su mujer. (Tarde o temprano escri­ no iría a la cárcel: haría mi prestación social sustituto­ biré un libro sobre la mujer a la que mató ese tipo: no ria y lucharía por la derogación del servicio militar obli­ pongo el nombre del asesino, pero en el libro sí lo pon­ gatorio con la escritura y, quizá, con la acción política. dré). El traficante estaba completamente calvo: al verlo Mi insumisión estaba inspirada por el pensamiento comprendí que la expresión "se te va a caer el pelo" es liberal/libertario de Thomas Szazs: yo era el único insu­ completamente literal. miso en abrazar el antimilitarismo por esa vertiente, En la cárcel conocí a muchos presos comunes. Me pero eso ahora no viene al caso. gustaba hablar con ellos. Escuché muchas de sus his­ Pasé mucho miedo mi primera noche en la cárcel. torias. Ninguno era culpable, claro. Yo tampoco lo era, Entré acompañado por muchos amigos y por muchos así que por qué no les iba a creer. medios de comunicación. Era febrero y hacía frío. Tuve Conocí a otros asesinos: a uno se le habían ido unos que llamar a la puerta para entrar. En la cárcel olía mal, cuantos tiros con una recortada en un atraco a un pero en seguida mi cerebro dejó de detectar ese mal banco. Conocí a peristas. Conocí a bastantes trafican­ olor. El ingreso fue muy humillante: me sentí como un tes: uno de ellos había sido detenido al traer escondida animal. Pasé miedo la primera noche, pero tuve la suer­ en una apisonadora desde Colombia más de 2.000 kilos te de poder pasarla solo en una celda. de cocaína. Conocí a dueños de clubes de putas. Cono­ Me porté como un mierda, porque a mitad de noche cí a maridos maltratadores. Conocí a estafadores. Cono­ llegó un detenido que quería compañía y yo se la negué. cí a ladrones. Conocí a políticos corruptos. Conocí a A la mañana siguiente nos conocimos y le pedí perdón: mafiosos de tercer nivel. Conocí a inmigrantes ilega­ creo que había robado un coche. Me dijo que no me les. Vi a varios violadores pero no puedo decir que preocupara, y decidí no preocuparme. conociera a ninguno: estaba prohibido hablar con ellos. Preferí estar en una celda de presos comunes, por­ Vi a varios miembros de ETA: ellos no querían hablar que no quería soportar la monserga antimilitarista las con nadie. La cárcel es un sistema social que reprodu­ veinticuatro horas del día. Me metieron en una celda ce a escala el sistema social de fuera de la cárcel: hay tranquüa o poco conflictiva, no recuerdo cómo la lla­ ricos y pobres, tontos y listos, buenos y malos...

VOLVER A PRISIÓN · EL RAPTO DE EUROPA · 27 La cárcel de Torrero de Zaragoza, que ya no existe, no A veces tengo pesadillas en las que vuelvo a la cár­ era un centro de cumplimiento sino una prisión provin­ cel. Joseba Sarrionaindía dice en uno de sus poemas que cial, más ligera que un penal. Allí estábamos cumpliendo "el ánimo de quien ha estado preso siempre vuelve a condena los presos de sentencias breves y los que estaban prisión", y tiene razón. Cuando has cruzado esa línea de a punto de pasar al tercer grado. No había excesivas ten­ no libertad, tu vida cambia. Mi vida cambió. siones y los funcionarios no eran especialmente severos, Yo fui un preso pijo, que defendía una razón políti­ aunque podían ponerse bordes, y a veces lo hacían. ca por caminos completamente equivocados. Desde los Los primeros días fueron difíciles pero hubo un primeros días, supe que la mirada del resto de los presos, momento, cuando aprendí las reglas básicas, que dejé que habían pasado encerrados buena parte de sus vidas, de sentir miedo. Me horrorizaba lo que veía, pero mi era la correcta: eres un completo gilipollas. cerebro podía soportarlo. Pensaba en un argumento de No soy un teórico de la cárcel, ni quiero serlo. Estu­ Borges para refutar la existencia del Infierno: no puede ve y me gustaría no haber estado en la cárcel. La cárcel haber nada que duela eternamente sin que nos acos­ no redime a nadie, aunque el miedo pueda llevar a tumbremos. A la cárcel, al encierro, también te acos­ algún preso a apartarse del mundo criminal. La cárcel tumbras. Aunque no todos se acostumbran: un com­ es un castigo. A mí, sin duda, me castigó. ••• pañero insumiso se suicidó en la cárcel, de una manera que todavía sigue siendo confusa.

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28 · EL RAPTO DE EUROPA · FÉLIX ROMEO Crimen y castigo

Aleardo Laría Abogado y periodista

uántos de nosotros seguiríamos siendo virtuosos simple blasfemia, la hechicería, el adulterio y la viola­ si estuviéramos en poder del anillo de Gyges -el ción se castigaban con la muerte. Las relaciones sexua­ C anillo que hace invisible a su portador-y pudié­ les entre personas no casadas estaban severamente cas­ ramos cometer una variedad de delitos con plena impu­ tigadas y el juez podía infligir a los culpables cualquiera nidad? La pregunta que, de modo retórico, se formula de estas tres penas: la multa, el azote o... el matrimonio. Philip Pettit {Republicanismo, Editorial Paidós), per­ En las modernas sociedades democráticas el dere­ mite reconocer el valor disuasorio que tiene el sistema cho penal está despojado de toda connotación religio­ penal en las sociedades humanas. El derecho penal sirve sa y actualmente se procura evitar caer en lo que Mon­ para proteger a los ciudadanos, tipificando las conduc­ tesquieu denominaba "la tiranía de la venganza". tas que son delictivas y exponiendo a los delincuentes Partiendo del presupuesto que las leyes penales son a sufrir los castigos legales. armas delicadas y peligrosas, se argumenta a favor de la Las penas aplicadas a los delincuentes, que en la parsimonia en su aplicación y en evitar, por contra­ mayoría de los casos conllevan la pérdida de la libertad, producente, el castigo desproporcionado a los delin­ responden a un doble propósito. Por una parte persi­ cuentes. guen el objetivo disuasorio que hemos referido, para El objetivo de las penas, en la presentación de Pet­ que todos los individuos que observan esas normas no tit, debería cubrir los siguientes extremos: reconoci­ dejen de cumplirlas por el temor a recibir la sanción. miento del estatus de la víctima por parte del delin­ Por la otra, responden a una lógica de reprobación y cuente; restitución y reparación a la víctima o a retribución, pensando en compensar a las víctimas. de la víctima por el daño hecho; y renovación de la segu­ La intensidad de los castigos penales está vincula­ ridad de la comunidad, en el deseo que el delincuente da a las costumbres y las modas morales. Alexis de Toc- deje de ser una amenaza. queville relata en su obra La Democracia en América el Llevado por sus ideales republicanos -es Philip Pet­ código de leyes que el pequeño estado de Connecticut tit su autor preferido- el presidente del Gobierno espa­ (EEUU) se dio en 1650. "Quienquiera que adore a otro Dios ñol, José Luis Rodríguez Zapatero, está impulsando una que no sea el Señor será reo de muerte" señalaba una de política penitenciaria dirigida a la rehabilitación de los sus disposiciones. Para aquellos peregrinos puritanos, presos. El Gobierno planea implantar en todas las pri­ la religión y el derecho estaban tan relacionados, que la siones los "módulos de respeto" donde los reclusos

CRIMEN Y CASTIGO · EL RAPTO DE EUROPA · 29 ganan en calidad de vida a cambio de cumplir con un Si la primera necesidad del hombre es su necesi­ plan de trabajo. dad de amor, la finalidad primordial de todo proceso El ingreso a estos módulos es voluntario y se obtiene educativo en la infancia es desarrollar su capacidad de tras un informe favorable de la Junta de Clasificación. Los amar al prójimo y estimular su espíritu cooperativo. En internos firman un contrato por el que se comprometen los procesos de reeducación, que se suponen constitu­ a respetar las reglas de juego y así deben cumplir con un yen la finalidad principal de la internación carcelaria, programa que incluye trabajo, ocio y estudio. Algunos las cosas no pueden ser demasiado distintas. De este internos terminan sus estudios de bachillerato y otros se modo, si la agresión forma parte de la mayoría de los incorporan a la Universidad a Distancia. delitos, parece razonable estimular en quienes han Celebran asambleas y se organizan en comisiones delinquido las formas sublimadas de la agresividad: el de trabajo (cultura, deportes, medio ambiente, etc.). De deporte, la competencia en el ejercicio de las profesio­ este modo consiguen un espacio en el que la solidari­ nes, la cooperación social, etc. dad y la cooperación sustituyen a las peleas y al ocio En numerosas ocasiones las sociedades humanas improductivo. El experimento ya funciona en 10 pri­ consiguen aglutinarse consagrando a determinados siones españolas y la autoridades de Instituciones Peni­ grupos colectivos como los responsables del mal que tenciarias pretende que para 2009 se haya implantado las amenaza. Estos grupos, según las circunstancias, en todos los penales del Estado. pueden ser los "inmigrantes", los "negros", los "delin­ En el terreno de la antropología cultural, existe una cuentes" o los "comunistas". Estas formas de exclusión, vieja disputa entre quienes estiman que las conductas que también operan de forma inconsciente, lleva a con­ agresivas son constitutivas y nacen con el hombre y quie­ siderar que algunas políticas penitenciarias avanzadas nes consideran que son siempre producto de una res­ son contraproducentes al convertir a las prisiones en puesta reactiva frente una frustración, a otra agresión o "hoteles de lujo". Olvidan que según los estudios de los a una carencia. La falta de apoyo tutelar es sentida por el etólogos, el mal no está "afuera" y que todos los seres niño como una agresión y cualquier falta de protección humanos, sin excepción, pueden ser presa de un amor afectiva puede dar origen a un fenómeno de agresividad. propio desmedido, la desenfrenada, la necesi­ Si el niño tiene sus necesidades básicas satisfechas y reci­ dad insaciable de estimación o el afán de dominio. El be amor y ternura de sus progenitores, se desarrolla como delito no es más que el síntoma de estas enfermedades persona bien equilibrada y sociable. tan humanas. •

30 · EL RAPTO DE EUROPA · ALEARDO LARÍA Las prisiones privadas. Una solución insatisfactoria al problema penitenciario

Enrique Sanz Delgado Profesor de Derecho penal y penitenciario. Universidad de Alcalá

n los últimos años, si se observa el devenir y la reclusos, el movimiento de reforma penal y penitencia­ puesta en práctica de las consecuencias jurídicas ria estadounidense vino a terminar asumiendo medidas Edel delito, asistimos a ciertos modos de involución legales de mayor seguridad como el "truth-in-sentencing", penal. Retrocedemos en materia de ejecución a lo peor para terminar favoreciendo, junto a otras más recientes del pasado punitivo. Los sistemas europeos, penales y como el "three strikes and out", una suerte de orientación penitenciarios, influenciados por las últimas tendencias penal preventivo-general negativa, esto es, basado en la de la política criminal norteamericana, han redescubier­ pura disuasión y en la incapacitación e inocuización como to medidas propias de la ejecución penal del siglo xix y, fines primordiales a los que se destina la pena privativa en algún caso, sistemas y procedimientos de siglos ante­ de libertad, con un derivado crecimiento exponencial de riores. Y los importan formando parte de modelos ideo­ la población reclusa (un 700% de 1970 a 2001), u ofer­ lógicos regresivos y restrictivos, o con escaparates y ofer­ tando otras fórmulas penitenciarias como las privatiza- tas de eficacia infundada. Las similitudes con el pasado se doras a las que me referiré en los siguientes párrafos, tan encuentran, así, en el redescubierto rigor de antaño, en acordes con los fines empresariales meramente reclusi- los modos de segregación actual y en el lucro empresarial vos y apartadas de cualesquiera medidas reinsertadoras obtenido de la inflicción del castigo penal. y, en esencia, poco lucrativas. La situación a la que se enfrenta hoy la Administra­ El modelo tradicional de sentencia indeterminada ción penitenciaria norteamericana encuentra su origen, norteamericano, basado en la discrecionalidad de los en gran medida, en la transformación sufrida en mate­ "Parole Boards" (Comisiones de libertad condicional), ria judicial y en política correccional desde mediados de para fijar las fechas de excarcelación anticipada de los la década de 1970. Tras pregonarse la crisis del ideal reha- internos, se vio sometido a intensas críticas y a una reduc­ bilitador, cuestionando y desarticulando los fines pre­ ción de la actividad de tales órganos, pasando de un por­ vistos en las legislaciones penitenciarias y del modelo centaje del 88% de excarcelaciones bajo sus criterios en clásico de pena indeterminada, basado en sistemas tra- 1977, a solamente un 24% en el año 2000, y aboliéndose tamentales y en la aplicación de las ciencias de la con­ tales comisiones en 16 estados en 2001, para ser reempla­ ducta para los procedimientos de clasificación de los zados por sistemas objetivos, de sentencia determinada,

LAS PRISIONES PRIVADAS. UNA SOLUCIÓN INSATISFACTORIA AL PROBLEMA PENITENCIARIO · EL RAPTO DE EUROPA · 31 de menor contenido individualizador con respecto a los ticas seculares de explotación de los presos denomina­ penados, con fechas de salida prefijada, en un procedi­ das derechos de carcelaje, quienes habían de pagar por miento que ha crecido un 41% en el número de libera­ su manutención y por condiciones medianamente dig­ ciones. Entre las aproximaciones más recientes, especia­ nas de reclusión, pero con criterios empresariales actua­ listas como Petersilia han destacado tal evolución en los lizados. El fundamento es el mismo, el supuesto ahorro últimos veinticinco años, así como sus negativos carac­ de los contribuyentes, mediante la administración efi­ teres resultantes de la ausencia de control previo de los ciente de la pena privativa de libertad por una empresa liberados según este procedimiento de temporalidad privada. determinada. Si la liberación condicional bajo los crite­ En realidad, la idea privatizadora de los servicios rios de los Parole Boards significaba el 95% de las excar­ públicos surgía en Gran Bretaña en los primeros años celaciones, estas cifras habían caído a menos de una cuar­ de la década de los ochenta y son los EE UU de América ta parte a fines del año 2002. La mayoría de los internos quienes perfeccionan la idea original europea. Algo son liberados automáticamente, sin supervisión, y es en similar a lo ocurrido a comienzos del siglo xix con los tales casos donde se encuentra el mayor número de fra­ primeros sistemas penitenciarios, con ideas europeas casos y reincidencias. que llegaban al continente americano y que allí se per­ La retención y custodia gana así terreno, como fin, a feccionaban y exacerbaban, creándose las primeras e la idea resocializadora y al estudio individualizado de los imponentes penitenciarías, e importándose tales siste­ privados de libertad. Y la consecuencia inevitable vino a mas y modelos, años después, por Europa, para termi­ ser el crecimiento exponencial de la población peniten­ nar poblándose el viejo continente de prisiones radia­ ciaria y la falta de maleabilidad y absorción de los siste­ les. Incluso los viajes de estudio para contemplar mas ante tal incremento en el número de internos. A esto aquellos sistemas y modelos de ejecución penal, que lle­ se ha añadido, en los últimos años, la implantación de la varan a cabo los especialistas decimonónicos, para así política criminal que ha venido en llamarse Derecho penal dar noticia en Europa de las realizaciones norteameri­ del enemigo, restrictiva y regresiva, dirigida a la lucha con­ canas, encuentra otro paralelismo en el viaje que los tra determinados delincuentes y que coadyuva efectiva­ especialistas de hoy, europeos y de otras latitudes, pre­ mente en aumentar el control social formal, en expandir ocupados por los gastos de la privación de libertad para el uso del Derecho penal y con ello de la pena de prisión, el erario público y ante el crecimiento de la población en lugar de ofrecer alternativas a la privación de libertad. penitenciaria, realizaron a partir de mediados de los La otra medida que mira al pasado, y que comen­ ochenta del siglo xx para conocer y asimilar, en determi­ tamos, es la oferta del sector privado para hacerse cargo nados supuestos, los fundamentos y puesta en práctica de la construcción y administración de los estableci­ de los modelos privatizados. Se ha pretendido incluso, mientos penitenciarios, ofreciendo recortes del gasto y por parte de los partidarios de la privatización -usual- una mejor gestión, esto es, la privatización de los siste­ mente beneficiarios del incremento accionaria!-, ofrecer mas penitenciarios. La ofensiva privatizadora aparece, una explicación ideológica a tal fenómeno político- así, ya en los primeros años ochenta del siglo xx, reedi­ empresarial, como justificación posterior a una puesta en tando modelos como el proyecto Panóptico de Jeremy práctica pragmática y enfocada sustancialmente al lucro Bentham de 1791, denostado en su tiempo por los refor­ corporativo. Empero, los fundamentos ideológicos no madores penales por asimilarse en exceso con las prác­ resolvían el problema.

32 · EL RAPTO DE EUROPA · ENRIQUE SANZ DELGADO En todo caso, en puridad, cuando se usa el término queda sobre la parte más débil, el interno, que no encon­ prisión privada se hace referencia al modelo de ejecución trará el interés institucional en su reinserción sino en la que permite a una empresa privada diseñar, construir, y mera custodia y separación de la sociedad en la que vive. posteriormente administrar y dirigir un centro peniten­ No obstante, como se ha dicho, la intervención privada ciario y a los internos que en él se hallan, cumpliendo una o ciudadana en el ámbito ejecutivo penal es, sin embar­ sanción penal impuesta por el Estado. En cambio, la mate­ go, necesaria e interesante, pero dirigida a los fines que ria relativa a la participación del sector privado en el se pretenden por el legislador (usualmente en nuestra entorno penitenciario despliega otras muchas vertientes órbita cultural la resocialización de los condenados) y a considerar, lo que debe añadirse a las circunstancias nunca cediendo el Estado el control en la actividad nucle­ específicas del país en cuestión. ar penitenciaria. La educación y, en el terreno laboral, la La participación de la sociedad o del sector privado, formación y capacitación profesional de los internos, así sin ánimo de lucro, en los servicios auxiliares a la ejecu­ como la oferta de plazas de trabajo productivo en los Cen­ ción de la pena, corresponsabilizándose de la tarea social tros penitenciarios o fuera de ellos han sido, y seguirán de la aplicación y ejecución de las leyes, no plantea tan­ siendo, los verdaderos mecanismos reinsertadores; y la tos problemas. Se trata en el fondo de un compromiso colaboración de empresas contratadas por el Estado, constitucional-ideológico. Si el finqu e se persigue cons- mediante procedimientos de licitación pública, y siem­ titucionalmente (como ocurre en la legislación españo­ pre bajo el control de cualquier posibilidad de explota­ la), es el de la resocialización de los penados, entendido ción de la mano de obra, inevitablemente más barata, se como la búsqueda de la no desocialización o, en la prác­ nos muestra como la mejor posibilidad para ello. La bús­ tica, otorgar la posibilidad de que el penado liberado queda de una mejor competitividad en los mercados de mediante los medios puestos a su alcance por la admi­ los productos que se elaboran en el centro penitenciario nistración consiga vivir en sociedad respetando la ley ha de ser tarea estatal y, desde ahí, ofertar a las empresas penal, tal participación privada no lucrativa, articulada condiciones fiscales favorables, o los medios materiales por lo común en organizaciones no gubernamentales, que precisen para este cometido. parece deseable, por cuanto acerca al interno a la socie­ No obstante, ante el interés que suscita esta mate­ dad y ésta toma parte en tal labor reintegradora. Pero el ria y posibilidad privatizadora para los exiguos presu­ ánimo de lucro de la empresa privada se constituye en puestos de algunos países que la plantean, convenien­ un elemento distorsionador de cualquier fin resocializa- temente aderezada con promesas de futuras reducciones dor (que como la Sanidad debiera ofrecerse con control del gasto y de mejor gestión, y que la vislumbran como del gasto público, pero sin limitaciones especulativas), medio de construir establecimientos penitenciarios de por cuanto la empresa en una sociedad de mercado aten­ manera rápida y poco costosa para el erario público, derá, naturalmente, a sus intereses económicos, relegan­ dejando esta responsabilidad en manos privadas, la elec­ do a un segundo plano el fin al que se destina la priva­ ción supone una solución inmediata, pero que se com­ ción de libertad. plica a la larga. Las cláusulas contractuales que se fir­ Así es que la oferta privada, el escaparate que ofrecen men entre el Estado responsable de la ejecución penal las empresas que persiguen la privatización es un señue­ y las empresas adjudicatarias son realmente el núcleo lo comercial que pretende, en última instancia, absorber del problema posterior y ahí debe recaer la auténtica competencias que no les son propias, y el peligro siempre protección de los derechos de los internos, de las expec-

LAS PRISIONES PRIVADAS. UNA SOLUCIÓN INSATISFAC AL PROBLEMA PENITENCIARIO · EL RAPTO DE EUROPA · 33 tativas acerca de la posible reinserción o reeducación dicionará e influirá efectivamente en sus operaciones y de los mismos, como fines de la privación de libertad, políticas de administración. Servir al accionariado y al así como del mantenimiento de las labores puramente Estado subsidiariamente, inclinará de manera efectiva la custodíales y disciplinarias en manos del Estado, para balanza hacia el lado inversor, hacia el que más pone en evitar que la maximización empresarial prime sobre los juego, hacia el más poderoso, esto es, hacia la empresa fines atribuidos a la pena. El énfasis ha de ser puesto no concesionaria. El Estado, desde una visión incapacita- tanto en la construcción de nuevos establecimientos, dora de la sanción penal, en esta cesión competencial, despersonalizados y tecnológicamente distanciadores sólo apuesta, delega, lo que no desea, poco le importa e, de la cardinal relación humana entre funcionarios y incluso, rechaza, cuando no desprecia. Los estudios de reclusos (que son los ofertados por las empresas pri- mercado y eficiencia que las empresas hayan realizado al vatizadoras), sino precisamente en la formación del per­ respecto, podrán atender a reducciones de gasto y utili­ sonal penitenciario que se adecué a las posibilidades dades innecesarias, incluso a una más eficaz organiza­ materiales, sin perjuicio de una mejor administración ción administrativa, cuando efectivamente tenga lugar, de los recursos económicos y una reforma dirigida a pero es difícil que alguno de los fines atribuidos a la pena hacer habitables y dignos los establecimientos existen­ privativa de libertad no se vea discriminado a favor de tes. Solo tras una eficiente formación de los recursos la maximización económica empresarial. Así se advier­ humanos que persigan y se involucren activamente en te con mayor claridad el efecto de esta resta. Se sustraen, los fines destinados a la privación de libertad, se puede como consecuencia práctica, los fines no meramente afrontar una reforma del sistema. retributivos o custodíales, esto es, aquéllos señalados En todo caso, siendo conscientes de la distinta situa­ como de relativo fracaso durante décadas, la rehabilita­ ción socioeconómica entre países, si la solución políti­ ción y resocialización de los penados. Algo contrario a la ca elegida por algún Estado fuera privatizar prisiones, sensibilidad (doctrina y normativa) española. con la merma que supone en la legitimidad constitu­ La cesión de tales servicios públicos no supone final­ cional, en la idea de dejar la responsabilidad de la cons­ mente ahorros reales para las arcas estatales, pues los trucción de nuevos centros, tan necesarios, a las empre­ contratos con las empresas que se ofrecen para llevar a sas que después las van a gestionar, el control estatal cabo esa labor no suelen ser, a la larga, satisfactorios habría de ser inequívoco y minucioso. Estableciendo de para el Estado, por incumplirse los términos de los mis­ antemano objetivos a cumplir y posibilidades reales de mos y los estudios económicos al respecto no aportan rescisión de los contratos por parte del Estado en cuan­ hasta hoy beneficios claros. Y, asimismo, el ahorro pre­ to fuera necesario para proteger el cumplimiento de tendido se ha demostrado que no es tal. En el momen­ tales fines. Y ahí radicaría el núcleo de la cuestión, en to de mayor empuje de esta política privatizadora la actividad contractual y en la protección de los inte­ correccional, se llevaron a cabo estudios oficiales com­ reses públicos. Los blindajes y la duración de tales con­ parativos entre las prisiones dirigidas y gestionadas por tratos han sido hasta hoy uno de los más complicados el Estado y las de similares características cedidas al sec­ problemas en esta materia. tor privado. La oficina general de contabilidad de Esta­ Como es hasta cierto punto lógico, si una corpora­ dos Unidos (GAO) concluyó en 1996 que, en base a los ción empresarial correccional fija su meta principal en informes y estudios realizados sobre la viabilidad eco­ la consecución de beneficios económicos, este fin con­ nómica de la privatización de este sector, no existían

34 · EL RAPTO DE EUROPA · ENRIQUE SANZ DELGADO sustanciales diferencias económicas que lo justificasen. sentido de las penas privativas de libertad y así justifi­ El argumento de mayor peso para los sectores econó­ car finalmente la menor inversión en los contenidos micos que impulsaban la privatización de las prisiones resocializadores poniendo el énfasis en la retención y se venía, así, abajo. Esta constatación supuso un freno custodia (Derecho penal del enemigo, ley y orden, en la expansión de tales modelos privatizadores en los etc.). El gran peligro viene a ser precisamente ese, la EEUU., si bien se han mantenido en funcionamiento, modificación de las leyes penales para favorecer la pri­ en virtud de contratos de larga duración, muchos de vación de libertad (donde hay negocio), en lugar de los Centros privatizados con anterioridad y desde el impulsar las alternativas penales. Los grandes lobbies soporte ideológico de gobiernos conservadores de los económicos que vieron la oportunidad de ganar mucho Estados en cuestión. dinero en los años ochenta, llevaron a cabo esa políti­ Si los problemas de gestión son el caballo de bata­ ca de influir en los legisladores. En países donde los lla, la realidad española parece una forma correcta de diputados tienen acciones en las grandes empresas que afrontar el asunto, mediante la creación de sociedades se encargarán de gestionar la privación de libertad en anónimas estatales (Organismos Autónomos), que establecimientos privados, ganando dinero por cada compitan en igualdad de condiciones con las empre­ interno en virtud de tales concesiones estatales, las leyes sas privadas, ofertando igual diligencia y agilidad, y res­ pueden transformarse peligrosamente (con apoyo tringiendo la participación privada a las actividades de mediático-empresarial) y dirigirse a impulsar muchos ONGs, a las asociaciones privadas sin ánimo de lucro y, más ilícitos penales que lleven aparejada sanción pri­ en el terreno empresarial, privado, a actividades des­ vativa de libertad. El negocio estaba hecho. Y eso ha sido empeñadas en las Instituciones penitenciarias pero así en los Estados Unidos de América y en otros orde­ adyacentes a la función esencial, que no constituyen el namientos afines. núcleo del lus Puniendi, distanciándome evidentemente En Europa, el horizonte a perseguir se encuentra de los modelos anglosajones de EE UU o Australia, por recogido en las recientes Reglas penitenciarias Europe­ poner dos ejemplos en los que priman los intereses as. La Regla 71 de tal conjunto normativo de 2006 pres­ empresariales en perjuicio normalmente de las metas cribe que "Las prisiones deben estar bajo la responsabi­ de reinserción y resocialización que aún perseguimos lidad de las autoridades públicas..." Y, al respecto, la en algunas de las legislaciones europeas. Tales intere­ Regla 88 viene a establecer: "En aquellos países que con­ ses económicos cuadran mucho mejor con políticas templen la posibilidad de que existan prisiones regidas penitenciarias más ligadas a la pura incapacitación o por sociedades privadas, en dichos establecimientos estricta retención y custodia de los penados, porque deben aplicarse íntegramente las Reglas Penitenciarias suponen el sistema de ahorro empresarial más sencillo Europeas". Los fundamentos ideológicos que soporten y directo. tales normas, esto es, los finesqu e impulsen para las ins­ Otra cosa son los cambios que sufra la política cri­ tituciones penitenciarias, que aún se mantienen en la minal de un Estado y los fines de la pena y para eso rehabilitación o resocialización, serán el freno determi­ empujarán las grandes empresas interesadas en este nante para las iniciativas privatizadoras dirigidas al lucro negocio: en crear una opinión pública, en intoxicar e empresarial, por cuanto tales fines exigen inversiones impulsar desde los partidos políticos de su influencia económicas de importancia y todavía no se ha demos­ modificaciones normativas que se dirijan a cambiar el trado que nadie ofrezca duros a pesetas. •••

LAS PRISIONES PRIVADAS. UNA SOLUCIÓN INSATISFACTORIA AL PROBLEMA PENITENCIARIO · EL RAPTO DE EUROPA · 35 La cultura pasa por aquí

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y Fuentes Orales ~ ínsula ~ Intramuros ~ Isidora ~ Lápiz ~ LARS, cultura y ciudad ~ Leer ~

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A Gl Covarrubias 9, 2.a dcha.

Asociación de Infirmación y suscripciones: M : +3f97 30860*66 m Revistas Culturales revistasculturales.com Fax: +34 91 3199867 C Β de España arce.es [email protected] Reflexiones históricas en torno a las relaciones entre locura, criminalidad y peligrosidad social

Ricardo Campos Científico titular del Instituto de Historia del CSIC. Madrid.

ecientemente se ha desarrollado en la 1. La irresponsabilidad penal de los criminales afec­ Audiencia provincial de Madrid el juicio tados por una enfermedad mental. R contra Jorge Ramos, acusado de empujar a las vías de metro a Miriam Alonso. El tribunal ha 2. Las relaciones entre crimen, locura y peligrosidad condenado a Ramos al internamiento en un centro del enfermo mental, sintetizada en las declaraciones psiquiátrico penitenciario por un periodo de n años, de la víctima. para que pueda seguir el tratamiento adecuado a la esquizofrenia que sufre. Además, ha sido absuelto 3. La condición híbrida del espacio de reclusión al del delito de intento de asesinato "al concurrir la exi­ que ha sido condenado el autor de los hechos, así mente completa de anomalía psíquica por la enfer­ como la duración y naturaleza de la pena impuesta medad que padece". La joven agredida, que perdió por el tribunal. una pierna, se ha quejado amargamente de la sen­ tencia en los siguientes términos: "Me parece un 4. La intervención de dos instancias en el juicio prove­ poquito fuerte que sólo le hayan impuesto n años nientes de dos saberes diferentes: la judicial, que debe con la enfermedad que tiene y lo peligroso que es, impartir la justicia, y la médica (psiquiátrica) requeri­ porque me intentó matar", insistiendo en la injusti­ da por la primera para aportar informes técnicos cia que la sentencia supone, pues "tratan peor" a los sobre el acusado. "no han hecho nada que a los culpables". (El País, 3-10-2007) El debate suscitado por este tipo de casos es impor­ Este juicio pone de manifiesto, al menos, cuatro tante, y las discusiones sobre las relaciones entre cri­ cuestiones de gran relevancia social por el debate que men y enfermedad mental, locura y peligrosidad o res­ suscita en la opinión pública y la ciudadanía: ponsabilidad e irresponsabilidad del criminal loco, son

REFLEXIONES HISTÓRICAS EN TORNO A LAS RELACIONES ENTRE LOCURA, CRIMINALIDAD... · EL RAPTO DE EUROPA · 37 asuntos apasionantes que inundan los medios de comu­ La monomanía fue definida durante la década de nicación y los foros de expertos. Sin embargo, es un 1810 por J. E. D. Esquirol. La idea básica era que en una debate que tiene, como poco, doscientos años y que ha monomanía, el alienado conservaba el uso de la razón pasado por diferentes visicitudes. Por ello, creo necesa­ y su delirio se limitaba a un objeto o un pequeño nú­ rio reflexionar históricamente sobre la cuestión, inten­ mero de objetos, razonando y obrando en los demás ór­ tando mostrar algunas de las claves que puedan ayu­ denes de la vida con normalidad. Su discípulo E. J. darnos a su mejor contextualización y comprensión. Georget, ahondó en el concepto y consideró que uno de En las próximas páginas mostraré brevemente algunos los rasgos más importantes de la monomanía consistía de los momentos fundamentales de dicho debate en una alteración del comportamiento que se caracte­ durante el siglo xix y comienzos del xx, analizando la rizaba por una inclinación a la ferocidad, a la destruc­ importancia que tuvieron los conceptos psiquiátricos ción y al crimen. Esta variedad de la monomanía, de monomanía y de degeneración, así como las discu­ definida como homicida, tuvo una gran repercusión siones sobre la peligrosidad social del loco criminal. en las salas de justicia. Al tratarse de una forma de lo­ cura difícil de detectar para los profanos en psiquiatría, Locos que no lo parecen: la monomanía representaba un buen instrumento para argumentar la enfermedad mental del acusado y, por tanto, su irres­ Desde comienzos del siglo xix, la psiquiatría, utilizará ponsabilidad penal. En Francia fue particularmente im­ los grandes procesos criminales como plataforma para portante, en este sentido, el proceso de Pierre Rivière mostrar a la sociedad sus avances científicos, en busca (1836), en el que los alienistas demostraron que el acu­ de la legitimación social necesaria para conseguir su im­ sado, que había degollado a toda su familia, era, pese a plantación y reconocimiento como disciplina científica. su aparente normalidad, un monomaniaco homicida, Para ello, los psiquiatras se enfrentaron a los juristas, in­ irresponsable penalmente, que debía ser internado en tentando presentarse como los únicos expertos capaci­ un manicomio. tados para dilucidar la existencia de individuos que Esta primera embestida de la psiquiatría al derecho cometían actos criminales privados o limitados en el uso penal se produjo simultáneamente en casi todos los pa­ de sus facultades mentales. La estrategia utilizada fue ex­ íses europeos. En España, con algo de retraso, fue Pedro tender al máximo la interpretación de dichas salveda­ Mata quien teorizó sobre la monomanía y emprendió des, que recogían las disposiciones legales, con el objeto la tarea de intentar convencer a la justicia de la existen­ de que pasaran a ser la norma. El instrumento para tales cia de numerosos criminales que en realidad eran en­ fines fue la construcción de teorías de la enfermedad fermos mentales y que pasaban desapercibidos para los mental que ampliaran la patologización de las conduc­ no expertos. tas individuales, y sociales, abriendo un extenso campo de acción a los psiquiatras como expertos. Esta estrate­ Criminalización de la locura, patologización gia tuvo como consecuencia la impugnación de la res­ del crimen ponsabilidad individual y del libre albedrío, que el derecho penal suponía a todos los individuos. Dos fue­ Hacia mediados del siglo xix, diversos motivos de ín­ ron las teorías médicas al servicio de esta idea durante dole social y científico convergieron para que la mono­ el siglo χκ: la monomanía y el degeneracionismo. manía comenzara a caer en desuso entre los psiquiatras.

38 · EL RAPTO DE EUROPA · RICARDO CAMPOS Uno de los factores que más influyeron en este rechazo Todos los peritajes que practicaron tuvieron como fue la dificultad que encontraron a la hora de mane­ características comunes la reconstrucción de los ár­ jar ese concepto en la práctica médico-forense. Así, el boles genealógicos de los procesados, que presentaban modelo médico de criminalidad a mediados del siglo llenos de enfermos mentales y anormales que trans­ xix precisaba ajustes que permitieran responder mejor mitían sus padecimientos generación tras generación a las expectativas de los médicos de cara a mejorar su hasta desembocar en el loco criminal que se juzgaba. aceptación por la sociedad. La teoría de la degenera­ Tampoco olvidaban exponer con amplitud los estig­ ción, formulada en 1857 por B. A. Morel, supuso un mas físicos para demostrar contundentemente el pa­ giro radical en la comprensión de la locura, al consi­ decimiento mental del criminal encausado. Ahora derarse ésta como una anomalía constitucional ligada bien, si la utilización del degeneracionismo se dirigió a alteraciones morfológicas. La favorable recepción a mostrar la existencia de locos criminales, y por tanto que recibió la aportación de Morel entre los alienis­ a cuestionar los conceptos de libre albedrío y de res­ tas fue debida a la fácil solución que ofrecía a proble­ ponsabilidad penal, pronto, al igual que en el resto de mas cruciales planteados por la enfermedad mental. Europa, el debate se desplazó desde la responsabilidad Al referir el proceso patológico a un substrato físico, hacia la peligrosidad social de este tipo de individuos. la anormal configuración corporal, proporcionaba cla­ El enfrentamiento entre juristas y psiquiatras fue ves aparentemente objetivas para el diagnóstico de las muy duro, alcanzando en ocasiones un tono de des­ anomalías mentales. De hecho, las alteraciones somá­ calificación personal. El mostraba claramente ticas de los pacientes degenerados, de los que el alie­ que, entre otras cosas, estaba en juego una negocia­ nado era un ejemplo especialmente relevante, se ción de los espacios de poder entre dos profesiones. podían poner en evidencia por medio de ciertos as­ El guión de la pugna se repetía de manera machacona. pectos de su morfología externa que servían para ha­ Los juristas se mostraban convencidos de que los psi­ cerlo fácilmente reconocible. quiatras pretendían, en nombre de una ciencia insu­ Los postulados de la teoría de la degeneración tu­ ficientemente desarrollada, arrogarse la capacidad de vieron en España un momento crucial: la década de juzgar a los encausados, librándoles con sus informes 1880. Una serie de casos criminales con amplia reper­ periciales de la acción de la justicia. Por su parte, los cusión social fueron esenciales para la introducción del frenópatas afirmaban que su intención era ilustrar a degeneracionismo en los peritajes psiquiátricos y para los magistrados sobre la complejidad de la enferme­ dar a conocer a la sociedad las vinculaciones entre lo­ dad mental y ayudarles a la hora de tomar una deci­ cura y criminalidad. Los procesos criminales de José sión justa. A mediados de la década de 1890 se produjo Diez Garayo "El Sacamantecas" (1880), de Manuel Mo­ por parte de algunos psiquiatras un intento de ajuste rillo (1884), del Cura Galeote (1886), de Louis Hillairaud de la aplicación de la doctrina de la degeneración en (1887) o de Remigio Vega Armentero (1889), fueron fun­ los tribunales. Los evidentes excesos cometidos por damentales para que un grupo de jóvenes frenópatas los alienistas y las numerosas negativas de los jueces como Luis Simarro, Jaime Vera o José María Escuder, a tomar en consideración los dictámenes de los peri­ encabezados por José María Esquerdo, se lanzaran a la tos, llevaron a limar los aspectos más controvertidos palestra defendiendo la vinculación entre locura, cri­ que podían ser un serio inconveniente para sus obje­ minalidad y anormal conformación orgánica. tivos, defendiendo la existencia de la responsabilidad

REFLEXIONES HISTÓRICAS EN TORNO A LAS RELACIONES ENTRE LOCURA, CRIMINALIDAD... · EL RAPTO DE EUROPA · 39 atenuada de muchos degenerados. Esta doctrina bá­ cipal. Los enfermos crónicos y peligrosos eran los sicamente consistía en el rechazo de la irresponsabi­ únicos que debían ser confinados en los ahora de­ lidad total del loco y en la defensa de la existencia de nominados servicios cerrados. Sin embargo, a pesar responsabilidad total o atenuada en la comisión de de que éste sería un grupo minoritario el interés que la actos delictivos por parte de determinados enfermos peligrosidad del enfermo mental suscitó entre los psi­ mentales. Esto significaba que un individuo que co­ quiatras fue enorme hasta el punto de ser la piedra an­ metiera un delito verificado en el ámbito de su im­ gular de la reforma psiquiátrica. Dicha peligrosidad iba pulso morboso sería irresponsable, pero si lo cometía más allá de la demostrada por la comisión de un crimen. fuera del mismo era responsable porque su acto debía El interés, dentro de los parámetros de la profilaxis men­ considerarse cuerdo. tal, se centraba en la potencialidad de la peligrosidad de los individuos. El asunto no era baladí porque im­ Del degenerado irresponsable al peligroso social plicaba la adopción de un concepto no estrictamente médico, extremadamente difícil de definir y que tenía Esta línea de pensamiento dio lugar a comienzos del mucho más que ver con las políticas de defensa social. siglo xx a un intento de sectores médicos y juristas de La psiquiatría discutió intensamente la cuestión de la reformar profundamente los códigos penales, condu­ peligrosidad del enfermo mental y propugnó medidas cente a la sustitución del concepto de responsabilidad de prevención de la criminalidad, basadas en los prin­ por el de peligrosidad social. Los tribunales, en lugar de cipios de la higiene mental. La necesidad de adoptar me­ intentar conocer si el individuo tenía o no capacidad didas predelictuales contra determinados individuos para discernir entre el bien y el mal, debían averiguar se convirtió en uno de sus principales objetivos y con­ si el sujeto acusado era peligroso para la sociedad. Sólo vergió con los intereses de sectores de la judicatura y, así podría ejercerse una adecuada defensa social que pa­ desde luego, del poder ejecutivo. saba por caracterizar al delincuente tanto somática La amplitud y ambigüedad del concepto de peli­ como psíquicamente, y por descubrir con los mismos grosidad que defendían los psiquiatras les colocaba procedimientos a aquellos sujetos sospechosos de poder ante un doble desafío. En primer lugar, debían averi­ llegar alguna vez a atentar contra el orden establecido. guar científicamente qué individuos eran susceptibles Una tarea que requería las reformas de los códigos pe­ de pasar a la acción y, por tanto, prever la peligrosi­ nales y el establecimiento de instituciones en las que las dad de los mismos, obligándoles a ofrecer algún tipo disciplinas criminológicas pudieran desarrollarse ade­ de tecnología de la prevención. En segundo lugar, es­ cuadamente. taban obligados a proponer las medidas terapéuticas, Las décadas de 1920 y 1930 fueron decisivas en este de seguridad y de aislamiento que debían aplicarse a sentido. La psiquiatría se vio inmersa en un proceso los individuos peligrosos considerados como enfer­ de revisión de la institución manicomial, impulsado mos. Sus propuestas pasaron principalmente por ins­ por el movimiento de higiene mental. Este movi­ taurar un reconocimiento psicológico de toda la miento promovió la aparición de servicios abiertos población con el objetivo de conocer la peligrosidad y la creación de dispensarios de higiene mental como potencial de cada individuo y poder prevenirla; por la elementos de un sistema asistencial en que la pre­ creación de manicomios de judiciales en los que re­ vención de la enfermedad mental era el objetivo prin­ cluir a los criminales que padecieran enfermedades

40 · EL RAPTO DE EUROPA · RICARDO CAMPOS mentales y, por último por cambiar los códigos pe­ ocasiones más dura que la condena a prisión debido a nales, introduciendo medidas preventivas de la cri­ su carácter indefinido. minalidad. Sin embargo, un problema que estuvo siempre pre­ Junto a ello, se produjo una mayor tecnificación sente y que nunca quedó resuelto fue el de qué hacer con de los peritajes psiquiátricos. La endocrinología cri­ el loco criminal que resultase curado. Curiosamente, Be­ minal e incluso el psicoanálisis criminal irrumpieron nito Pérez Galdós planteó el dilema en 1886 tras el jui­ con fuerza como nuevas técnicas para definir la peli­ cio del cura Galeote, que había asesinado al Obispo de grosidad de los individuos. Madrid, en los siguientes términos: Con este ambiente de fondo, en diversos países se "Tenemos pues, a Galeote sometido, no a una co­ acometió la tarea de promulgar nuevos códigos pe­ rrección penitenciaria, sino a un tratamiento médico. nales que incluyeran los nuevos parámetros. El Có­ Supongamos que este es tan hábil que el enfermo cura. digo Rocco de la Italia fascista, el de 1928 promulgado (...) Pues bien; restablecido Galeote de la enfermedad por la Dictadura de Primo de Rivera, o la ley de vagos que le impulsó a dar muerte al obispo, no hay ley nin­ y maleantes de la II República española, ejemplifican guna que le pueda retener en la clausura del manico­ los pasos dados en esta dirección. mio. (...) A esta serie de consideraciones hipotéticas se contesta que Galeote debe ser encerrado en un mani­ Una reflexión final comio a perpetuidad; pero no hay manicomios peni­ tenciarios. La justicia moderna, aliada con la frenopatía, No quisiera concluir sin realizar una breve reflexión debe empezar por crearlos. Y si los crea, ¿no es absurdo sobre la reclusión del loco criminal en el manicomio, que se tenga encarcelado a un hombre después de haber al hilo de la sentencia que condena a Ramos a 11 años recobrado la razón? Si se sostiene la necesidad de los ma­ de reclusión en un centro psiquiátrico penitenciario. nicomios penales, se reconoce que hubo responsabili­ Si en un principio los psiquiatras disputaban a la jus­ dad en el loco que cometió un crimen, pues de otro 1 ticia el cuerpo del criminal, proponiendo su inter- modo no sería justa la reclusión perpetua". namiento en un manicomio en lugar de la prisión o Este dilema planteado a finales del siglo xix sigue te­ el patíbulo, posteriormente se fue conformando la niendo plena vigencia a comienzos del siglo xxi. El de­ idea de crear manicomios judiciales o pabellones es­ bate sobre qué hacer con el criminal que padece una pecíficos para locos criminales. Una parte sustan­ enfermedad mental, una vez cumplido su periodo de cial de los psiquiatras consideraba que dichas reclusión terapéutica, lejos de estar zanjado, sigue siendo medidas no debían tener carácter coercitivo sino cu­ una cuestión crucial en nuestras sociedades. • rativo y correctivo. Su aplicación tenía que tomar en cuenta la personalidad de cada individuo y su potencial peligrosidad, primando la curación sobre la represión. Frente a las críticas expresadas por los juristas, los psi­ quiatras argumentaban que el internamiento en un cen­ tro especializado era una medida de defensa social en

1 PEREZ GALDÓS, B. (2002), El crimen de la calle Fuencarral El crimen del Galeote, Madrid, Lengua de Trapo, pp. 87-89.

REFLEXIONES HISTÓRICAS EN TORNO A LAS RELACIONES ENTRE LOCURA, CRIMINALIDAD... · EL RAPTO DE EUROPA · 41 Ahora, la cultura también pasa por aquí...

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Suscríbete y recibe por correo electrónico nuestro boletín de novedades con los sumarios completos de las últimas revistas culturales publicadas, nuevos artículos para su lectura on-line y noticias culturales relacionadas. Karostas cietums / La cárcel del puerto

Delmi Alvarez Fotógrafo

n Letonia, junto al Báltico, la fantasmagórica prisión de Karosta fue utilizada por soviéticos, E nazis y letones como prisión militar hasta el año 1997. Los dibujos y marcas en las paredes que han ido dejando los presos a lo largo del tiempo revelan el horror de cumplir condena en este recinto. De acceso restringido -incluso para los letones- durante la ocupación soviética, el área de Karosta se con­ virtió en el emplazamiento inicial de una base naval rusa que comprendía un tercio de los límites de la ciudad de Liepaja. Aún quedan en pie evidencias de la ocupación, como los envejecidos barracones militares y los bloques de apartamentos de hormigón de ese feo "estilo soviéti­ co", muchos de ellos actualmente abandonados. Esta antigua prisión militar es ahora un lugar donde El autor, el fotógrafo gallego Delmi Alvarez, reside se ofrece al visitante la posibilidad de experimentar las en Riga y ha intentado también fotografiar las actuales sensaciones que tendría un verdadero preso durante unas cárceles letonas, pero hasta ahora le ha sido denegado horas o una noche. Los guardias y la ronda nocturna le el permiso. Su último trabajo es el proyecto Soviet Nos­ despertarán y someterán a todo tipo de castigos o abu­ talgia, Bodys of Evidence II, lo que queda de la "Guerra sos verbales. El visitante tiene que firmarpreviament e un Fría" en la Europa del Este. •> documento que le compromete a someterse a las reglas de la "cárcel". Una experiencia realmente diferente. Karosta es en la actualidad un lugar lleno de vida, con un cierto aire bohemio. Hogar de artistas, músi­ cos, escritores y otros librepensadores, es una "zona progresista" que vale la pena conocer.

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La memoria de la dicha

Gustavo Martín Garzo Escritor

uido di Pietro, artísticamente conocido como llamado Los cisnes salvajes. En él una pobre princesa se Fra Angélico, pintó reiteradas veces a lo largo ve obligada para desencantar a sus hermanos, transfor­ G de su vida el tema de la Anunciación. Son fres­ mados en cisnes por su perversa madrastra, a tejer para cos y tablas en que se repite una y otra vez la escena en ellos unas camisas de ortigas. Y logra culminar su tarea, que el arcángel san Gabriel anuncia a María que ha sido sólo que no tiene tiempo de tejer la segunda manga de elegida por Dios para ser la madre de su hijo. Fra Angé­ una de las camisas y el príncipe que se la pone conserva lico había ingresado muy joven en la orden de los domi­ para siempre, en lugar de uno de sus brazos, el ala de ese nicos, y era un hombre de una honda y austera religiosi­ cisne que fue. En cierta forma ese príncipe coincide con dad. Fue siempre un hombre solitario y piadoso, cuya la descripción que hace Fra Angélico del artista. Uno de tendencia a la ensoñación y su sereno misticismo le hací­ sus brazos apunta hacia la tierra y el otro hacia el cielo. an preferir la soledad de los monasterios y el camino de Incluso podríamos estar tentados de pensar que eso son la oración a los palacios y las discusiones filosóficas o artís­ sus ángeles, criaturas a la vez celestiales y terrenales. Cria­ ticas. Tal vez por eso ningún otro tema fue más querido turas que parecen venir de otro mundo, pero que son a para él que este de la Anunciación, ya que en él estaba la vez demasiado humanas para resultarnos ajenas, y que, resumido su concepción del arte, como vínculo entre lo como al pequeño de los príncipes del cuento de Ander­ divino y lo humano. Esa fue la respuesta que dio una vez sen, no sabemos si envidiar o compadecer, ya que esas alas a su amigo el papa Nicolás V cuando este le preguntó cuál de las que son portadoras les hacen ser mensajeros de un era la cualidad que debía caracterizar a un buen pintor. reino inmenso y desconocido, pero también les apartan "Debe tener, le contestó al instante, la mirada con un ojo del mundo, que dicho sea de paso es donde parecen hacia el suelo y otro hacia el cielo". Casi cinco siglos des­ encontrarse más a gusto. Porque esa es la extraña cuali­ pués, el poeta inglés John Keats diría algo a parecido al dad de estos seres alados en la obra de Fra Angélico, que afirmar que el poeta debía vivir con los pies en el jardín parecen encontrarse en el mundo como pez en el agua. y sus dedos tocando el cielo, como dando a entender esa Y en ese sentido, no son distintos a nosotros, a pesar de labor de mediación del arte, y que las palabras de la poe­ sus alas. Pues ¿no somos todos así, criaturas dobles, hechos sía no debían ser sino un puente entre el mundo de los a la vez de realidad y de sueño, de materia y pensamien­ sueños y el mundo real. H.C. Andersen tiene un cuento to, de congoja y de luz?

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 51 Todo ángel es terrible, escribió Rilke, pero los ánge­ ellos, sino a ese sentimiento que nos vincula con lo otro, les de nuestro pintor están lejos de responder a esta idea. con lo que es distinto a nosotros. En este sentido cuando Son seres delicados, humildes, casi temerosos, como si hablamos de piedad, como nos recuerda María Zambra- estuvieran aturdidos por la misión que les toca desem­ no, "siempre nos referimos al trato con algo o alguien que peñar. ¿Temerosos por ser los mensajeros de la divinidad no está en nuestro mismo plano vital: un dios, un animal, o aturdidos ante la proximidad de los hombres? Fijémo­ una planta, un ser humano enfermo o monstruoso, algo nos en los ángeles de esta Anunciación. Hay dos. Uno de invisible e innominado, algo que es y no es. Es decir, una ellos preside la expulsión de Adán y Eva del paraíso, y el realidad perteneciente a otra región o plano del ser en que otro es portador del mensaje de la encarnación. La pre­ estamos los seres humanos, o una realidad que linda o sencia, en el mismo cuadro, de la escena de la expulsión está más allá de los linderos del ser". Algo, en suma, que del paraíso y la de la visita del ángel a María era frecuen­ en esta Anunciación no sólo aparece en la callada expec­ te en este tipo de tablas y tenía un sentido doctrinal, pues tación de María sino en la actitud de contenida reserva se trataba de dar constancia del carácter de redención del del ángel, ya que basta con mirar con un poco de aten­ pecado original que poseía la encarnación de Cristo. O ción la escena para que tengamos al instante serias dudas dicho de otra forma, el anuncio del nacimiento de Cris­ acerca de quién se siente más turbado ante la proximidad to reestablecía el equilibrio roto por el pecado de nues­ del otro. De forma que se da algo así como una situación tros primeros padres, abriendo en el mundo un tiempo de dependencia mutua, un estado, como pasa en los esta­ de reconciliación y esperanza. Y cada uno de los ángeles dos amorosos, en que cada uno parece depender (estar pintados por Fra Angélico parece existir para proteger o colgado) del otro. Y la misma escena parece flotare n una anunciar la posibilidad de ese tiempo de reconciliación. nube de oro, dependiente de ese rayo de luz que procede Hay sin embargo un misterio en estos ángeles, como del mismo Dios. si, más allá de lo que representan o se ven llamados a hacer, Algo semejante parece suceder en la escena de la también ellos estuvieran mirando a la muchacha que expulsión del Edén que ocupa la parte izquierda del cua­ están visitando y permanecieran prendidos a ella. Para dro. Adán y Eva se retiran avergonzados, y el ángel del el poeta Francisco Pino ese estar prendido era la condi­ paraíso, situado sobre sus cabezas, también cierra los ojos ción de la poesía. Tenía una doble acepción: estar pren­ como si no se sintiera menos confuso y dolido por lo que dido de sus ramas y estar ardiendo. Yeso pasa con el ángel acaba de pasar. Estamos lejos de aquel ángel de espada de la Anunciación. Parece estar suspendido en el aire, en flamígera que expulsaba a Adán y Eva del Edén en tantos un estado de gozosa y absorta dependencia (depender no relatos de nuestra infancia. Ese ángel era la imagen del significa otra cosa que colgar: sería la imagen viva del texto rigor y la implacabilidad, alguien que venía a comprobar de la Escritura en que dice que Dios suspendió el mundo si la orden dada por Dios se cumplía, y que no se permi­ de la nada), pero a la vez está ardiendo. Pero hablar de tía ni la más mínima vacilación frente a la tarea que tenía poesía es hablar de piedad. Es una palabra que se utiliza que desempeñar. En realidad, eso pasaba con todos los con frecuenciapar a referirse al arte y la naturaleza com­ ángeles en aquellos relatos temibles de las Sagradas Escri­ placiente de nuestro pintor, pero yo no me refiero a esa turas: carecían de individualidad, eran meras emanacio­ humilde disposición frente a lo divino o esa mirada com­ nes de la voluntad divina. En Fra Angélico nada es así. pasiva frente a los asuntos de los hombres que todos los Trata temas eternos, pero a él todo se le transforma en que contemplan sus cuadros enseguida descubren en personaje, cada criatura tienen su propio color. El lo ve

52 · EL RAPTO DE EUROPA · GUSTAVO MARTÍN GARZO todo de una forma dramática, no de una pieza, como en Fra Angélico fue como místico enemigo mortal de las miniaturas de los códices, sino en acción. El ve siem­ aquellos místicos orientales que derriten el contorno de pre criaturas individuales, y por esa razón su misticismo las cosas y disuelven su ser en su medio circundante. Fue se halla tan próximo al sentido común de los niños. Todo un místico de luz del día, un realista en el sentido medie­ tiene para él un objetivo y una historia; si bien un obje­ val de la palabra. Estaba convencido de que para retratar tivo de vida, no de muerte. Fijémonos en la golondrina. a Cristo, uno necesitaba ser como Cristo, y Vasari decía Se ha detenido en lo alto de una barra, junto a los arcos, que él oraba antes de comenzar sus pinturas. Sus figuras y parece estar mirando absorta a María. Conocemos el de santos nobles, sus hermosos ángeles, casi humanos, valor simbólico de las golondrinas y cómo el hecho de encendidos con los matices del sol naciente y del atarde­ regresar cada año anunciando el final del invierno las cer, y sus santos y mártires supremamente serios están hacía ser la imagen de la resurrección y de la primavera. impregnados del sentimiento religioso más sincero. Un También se pensaba que tenían la capacidad de curar a sentimiento que les hace ver el mundo prendido en ese sus polluelos de una eventual ceguera, por lo que en este doble sentido de la palabra al que antes me referí: colga­ tipo de pintura representaban la imagen del Señor que do de la voluntad divina y a la vez ardiendo, ofreciéndo­ devuelve la luz al hombre cegado por el pecado. Todas se como luz, amor y sentido. estas cualidades la hicieron ser el símbolo de la encarna­ Tal vez por eso todas las criaturas que pueblan sus cua­ ción de Dios, que se hace hombre para salvar a la huma­ dros parecen estar unidos por ese vínculo del amor. Un nidad, y de la resurrección entendida como un volver a vínculo que también está presente entre los ángeles y nacer. Y es cierto que en el cuadro de Fra Angélico la los hombres, como demuestran los cuadros en que Fra golondrina significa todo esto, pero no lo es menos que Angélico hace aparecer a estas criaturas aladas, y que nuestro pintor no deja de verla como una golondrina parecen dominados por una doble curiosidad. Como individual, un simple pájaro que se posa un momento a si no solo fueran los hombres quienes reaccionaran con nuestro lado llenándonos de gratitud y de asombro. Es estupor y asombro ante la presencia de los ángeles sino decir, como la vería un niño. Como algo inesperado y a como si también estos llegaran a sentir las cuitas y temo­ la vez lleno de sentido. Para los niños, y para los místi­ res de los hombres como algo que concierne a su pro­ cos, todas las criaturas del mundo tienen un sentido, y lle­ pia naturaleza. No, no hay nada de terrible en los ánge­ van al mundo su mensaje. O dicho de otra forma, no les dulces y temblorosos de Fra Angélico. En realidad, hablan una lengua ignorada. Y esto es lo que significan salvo por su vestiduras y sus alas, sus rostros y actitu­ todas esas narraciones, legendarias o históricas, en las que des son semejantes a las nuestras. Es verdad que des­ aparece un mago o un niño, hablando el lenguaje de las prenden luz, pero ¿no pasa eso mismo con todos los fieras y de los pájaros. Fra Angélico no se sitúa ante las personajes de Fra Angélico? En este cuadro la paloma cosas como heraldos que anuncian a son de trompeta y del Espíritu Santo proviene de las manos de Dios y atra­ tambor que allí esta sucediendo algo esencial, lo hace con viesa, siguiendo la estela de un rayo de oro, el jardín del una antigua familiaridad, la misma que hacía a san Fran­ Edén hasta alcanzar el rostro y el pecho de María, que cisco detenerse ante los gorriones y los lobos y llamarles adopta una actitud de delicada entrega. Pero la luz de hermano gorrión o hermano lobo. Sus cuadros son una este cuadro no sólo viene de ese rayo divino. Un tenue alabanza. Alaba la creación en cuanto acto de creación, es haz de luz dorada entra por la ventana del fondo, y el decir el paso de la nada al ser. propio ángel resplandece. En realidad está en cada cosa,

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 53 Fra Angélico. La Anunciación. Museo del Prado. Madrid.

como si la luz fuera la cualidad más íntima de todo luz son los grandes protagonistas de toda la obra de Fra cuanto existe, no solo de los seres vivos sin de los obje­ Angélico. tos y las plantas. Basta con mirar a María. Su cuerpo, su En realidad su mundo está muy cerca del mundo de cabello y sus manos resplandecen, al igual que su ves­ los cuentos de hadas, y siempre está presidido por un tido. Pero lo hace, y esto es lo prodigioso, no como si infantilismo inspirado. No se trata de ingenuidad, sino de recibiera esa luz de algún punto invisible del exterior candor. Fra Angélico pertenece, como acertadamente sino como si la desprendiera. "Ya lo veis, parece decir­ supo ver Eugenio d'Ors, a la familia gloriosa de los genios nos, no he parado de arder". Y el mismo ángel parece claros, la familia de Homero y de cuantos no tienen nece­ sorprendido al verla, como si dudara de su misión o se sidad de esforzarse en abandonar el mundo de la som­ asomara a través del gesto luminoso de María a una bra porque han recibido el don de luz. El don del can­ realidad más honda y conmovedora que aquella que dor, que viene del latín candere, que significa ser blanco, representa él. Ese asentimiento, esa callada disponibi­ pero también ponerse incandescente, arder. Y eso hacen lidad, esa mezcla de gratitud y de gracia, este mundo todos los personajes de los cuentos, arder sin parar. Lo de luz que todo lo invade es la piedad. Y la piedad y la que es lo mismo que decir que mantienen una actitud

54 · EL RAPTO DE EUROPA · GUSTAVO MARTÍN GARZO de gozosa dependencia con las otras criaturas del mundo. Es lo que sucede en el bello apólogo de El caracol y la rosa de H. C. Andersen. El caracol representa lo cerrado, el rosal la imposibilidad de guardarse. No puede permane­ cer enteramente dentro de sí y, al contrario que el cara­ col, se proyecta en las rosas. "Las hojas se caen y se las lleva el viento, pero a una de las rosas la he visto en el misal de la señora, otra fue colocada en el pecho de una preciosa jovencita y una más recibió el beso de unos labios infan­ tiles exultantes de felicidad. ¡Esos son mis recuerdos, mi vida!" Todos los personajes de los cuentos pertenecen al mundo de las rosas. Tampoco ellos pueden guardarse, tampoco ellos pueden vivir dentro de sí. Fra Angélico. La Anunciación. Museo Diocesano. Cortona. Italia. En realidad, María es un personaje así y también ella pertenece al mundo de las rosas. Una muchacha recibe lidad. Chesterton dijo que eran la expresión más pura la visita de un ser alado que le anuncia que va a conce­ del sentido común, y que siempre contenían una ense­ bir un niño que vendrá al mundo para salvar a los hom­ ñanza tan clara como necesaria. Por ejemplo, el zapa- bres. "He aquí la esclava del señor, le contesta, hágase tito de cristal de la Cenicienta significaba algo tan obvio en mí según su palabra". ¿No es esto el argumento de como que lo más delicado y querido era extremada­ un cuento? Pero los cuentos no nos apartan de la rea- mente frágil y se podía romper al más leve tropiezo. Pero también que si poníamos suficiente cuidado, podía durar para siempre, pues es obvio que un zapatito de cristal solo se rompe si le dejamos caer. ¿Y qué signifi­ ca el cuento de la Anunciación? Que necesitamos ser salvados, y que sólo el amor puede hacerlo. También que a causa de ese amor contraemos con el mundo una deuda infinita que nunca podremos pagar. Eso hace María en el cuadro de Fra Angélico, dar las gracias por­ que esa deuda exista. Por eso está tan seria, por eso tiem­ bla. Pero también por eso su cuerpo brilla como el oro, porque el oro es metáfora de la carne: que no es sino materia que se ofrece. Fra Angélico pintó en el monasterio de San Mar­ cos en Florencia una Anunciación que es interesante comparar con esta. Está pintada casi veinte años des­ pués y se trata de una obra de la madurez del pintor. Con las obras de remodelación y ampliación de este Fra Angélico. La Anunciación. Museo Nacional de San Marcos. Florencia. Italia. convento, el humanista y mecenas Cosme de Médicis

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 55 le confía las pinturas del monasterio. El enorme encar­ lar, pues es la escena en que ese mismo Dios elige a una go, que incluía las celdas de los frailes, numerosos claus­ muchacha corriente para transformarla en la madre de tros y el retablo para el altar mayor, supone una nueva su hijo. Y lo hace sirviéndose de la palabra, como dando orientación de su arte, que se hace más intimista y esen- a entender que el cuerpo del amor es un cuerpo sono­ cialista. Fra Angélico ha asimilado las nuevas corrien­ ro, que habla y se transforma con las palabras. tes renacentistas, y busca representar la escena tal como Es verdad que en la mitología griega abundaron estos pudo haber ocurrido, haciéndonos participar activa­ intercambios entre el mundo de los dioses y el de los hom­ mente en ella. ¿Cómo aparecería un hombre, cómo se bres. Incluso era frecuente que aquellos se encapricharan movería, cómo actuaría si tomara parte en un suceso de criaturas mortales y vivieran apasionadas historias de semejante? A estas preguntas trata de responder el amor con ellos, aunque enseguida regresaran a su apar­ nuevo arte de la pintura, que aspira a crear en el espec­ tado reino sin preocuparse demasiado de las consecuen­ tador la ilusión de que lo que sucede lo está haciendo cias de sus aventuras. El misterio de la encarnación es otra ante sus propios ojos. Las escena está ambientada bajo cosa. No solo habla de un Dios que desciende al mundo un soportal desnudo y sencillo, enlucido con cal, sur­ a anunciar un nuevo tiempo, sino de una predilección. cado por arcadas de medio punto con capiteles de esti­ Como si el Dios terrible del Antiguo Testamento se hubie­ lo clásico. La representación no tiene elementos orna­ ra quedado contemplando a sus criaturas y hubiera sen­ mentales, ni episodios colaterales, como el destierro del tido piedad por ellos, por sus locuras, por sus sueños, por Edén, habituales en las anteriores pinturas sobre tabla, sus locas pasiones. Y hubiera deseado estar a su lado. Ese queriendo concentrar la atención del espectador sobre es el verdadero significado de la encarnación para Fra la dimensión espiritual e íntima del acontecimiento. Es Angélico, que no es sino un acto de amor de Dios a sus una pintura humilde y encantadora, traspasada de un criaturas, pues el que ama quiere confundirse con el obje­ aire de amable cotidianeidad. No hay rayos de luz, ni to que es causa de sus desvelos. palomas que vuelan llevando su mensaje, ni lluvia de Cuenta Chesterton en su autobiografía una anécdo­ oro, sino dos seres que se miran con asombro, humil­ ta de su abuelo materno. Era un hombre conservador y dad y un poco de temor. De hecho, solo las enormes amante de las tradiciones, que había tenido que trabajar alas revelan que el ángel es una criatura sobrenatural. sin descanso para sacar adelante a su numerosa familia. Y sin embargo lo que se narra no sólo no puede ser más Ya estaba muy enfermo cuando, al oír una conversación extraordinario, sino que es el hecho central del univer­ entre sus hijos, en que estos cuestionaban a Dios nom­ so cristiano, un hecho que cambiará para siempre el brando las injusticias sin finqu e existían en la tierra, rom­ curso del mundo. ¿Por qué entonces Fra Angélico lo pió de repente su silencio e, incorporándose en su sillón, pinta así, como dando a entender que es algo que podría dijo: "Daría gracias a Dios por haberme creado aunque haber sucedido en nuestra propia casa? Supongo que supiera que mi alma estaba condenada". es justo eso lo que quiere decirnos. En cierta forma el Dar las gracias por haber sido creados, eso hacen renacimiento, más allá de su regreso al clasicismo, es la todos los personajes de Fra Angélico, aunque ellos no perfecta realización de los ideales cristianos, que pos­ puedan creer, por esa misma razón, que se van a con­ tulan al hombre como el centro del mundo. Eso signi­ denar. Su optimismo callado surge de una confianza sin fica el misterio de la encarnación. Ninguna religión fisuras en la naturaleza humana. Y si confía en ella es había llegado tan lejos. Y esta escena es su piedra angu­ porque es creación de Dios, y es por tanto admirable.

56 · EL RAPTO DE EUROPA · GUSTAVO MARTÍN GARZO Ni siquiera necesita pedir cosas. Confía, su reino es el lico se refugia en el rincón secreto de su arte. Ambos se reino de la gratuidad. La vida misma es un don, un rega­ retiran del mundo y asumen la pobreza, pero están lejos lo de un Dios que se recrea con el espectáculo de la tur­ de ser ascetas sombríos. Ambos dialogan con el mundo bación y el gozo de sus propias criaturas. Es algo pare­ y con todas sus criaturas, los pájaros, las flores y los cido a lo que nos pasa a nosotros con los niños. Sabemos hombres; pero también con el dolor y la muerte. Ese cómo va a reaccionar, y conocemos su expresión de es el mensaje de la Anunciación. Y ese es el significado asombro pero aún así queremos contemplar ese rostro también del oro que invade la preciosa tabla del Museo y asistir al espectáculo conmovedor de su sorpresa. Y del Prado, que en esa tantas veces oscura mansión que eso hace Fra Angélico, detenerse ante ese corazón infan­ es el corazón humano también existe la estancia de los til de los hombres y dejar constancia de su asombro ante niños. Un niño, como decía Chesterton, es capaz de la sorpresa infinita de la vida. subirse a un manzano ignorando que ha sido la horca Ese es el mundo que Fra Angélico trata de pintar en de un suicida, o de arrancar la verde hierba sin saber sus frescos del monasterio de San Marcos de Florencia. que crece sobre un hombre asesinado. Eso hacen los Un mundo que mezcla sin solución de continuidad las niños, y los pintores como Fra Angélico, traer con sus emociones humanas con los misterios celestiales, y en que juegos la reconciliación y la amnesia que la vida nece­ monjes, santos, ángeles y bienaventurados conviven con sita para continuar. gozosa naturalidad. En todas estas pinturas el oro de la El alquimista Michel Majer afirmaba que el origen tabla de la Anunciación de este museo se ha transforma­ del oro eran las rotaciones del Sol. Tantas veces había do en luz interior, es decir en pensamiento. Eso es lo que girado el Sol alrededor de la Tierra que había termina­ significa la raíz griega de la palabra idea, imagen, luz. O do por crear un hilo de oro que se había mezclado con dicho de otra forma, para Fra Angélico el mundo no es su materia. El oro, en suma, para los alquimistas, era la sino expresión del pensamiento divino. Lo que es lo imagen de la luz solar y por consiguiente de la inteli­ mismo que decir que prestar atención al mundo es con­ gencia divina. Y así como el corazón era para ellos la templar ese pensamiento de Dios. imagen del Sol en el hombre, el oro lo era en la Tierra. Pero si Dios está en las cosas y los seres, si su pen­ Y el protagonista de este cuadro es la luz, o, más que la samiento se confunde con el mundo visible, ¿qué otra luz, el oro hilado por la luz, que todo lo baña y cubre. cosa puede ser la pintura sino una forma de oración? Pero lo verdaderamente singular de él, lo que de verdad Fra Angélico es un místico, pero un místico al que sus hace que no nos cansemos de mirarlo, es que más allá visiones le estimulan a pintar en lugar de dejarle inac­ de esa marea dorada lo que nos conmueve son los dis­ tivo. Ese será el dualismo de Fra Angélico. Pudo ver algo cretos gestos de sus personajes, como si ninguno de ellos que no es común, como místico; y pintarlo con pasión fuera demasiado consciente de lo que está sucediendo. estética, como artista genial. El artista quiere transfi­ O dicho de otra forma, como si el oro que les rodea sólo gurar el mundo (el místico se funde con él). En reali­ fuéramos nosotros, los espectadores del cuadro, los que dad sigue la estela de ese otro santo ejemplar que fue lo llegáramos a ver. Podríamos llevar más lejos este san Francisco. La misma cortesía, la misma actitud con­ juego e imaginar que María podría no estar viendo al templativa, el mismo agradecimiento ante los dones de ángel, ni esa luz que todo lo invade, y por eso se incli­ la vida y el mundo. Solo que en san Francisco su obra na de esa manera, como tratando de escuchar o ver algo se confunde con su propia vida, mientras que Fra Angé­ que intuye que está sucediendo pero que no llega a

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 57 entender del todo; y el ángel podría estar viéndola, pero si viniera a decirnos que el verdadero misterio no está con los ojos del que sabe que no puede existir, los ojos en ese rayo de oro sino en el interior de la muchacha de los muertos o de las criaturas que pueblan el mundo que lo recibe. Aun más, como si el ángel lo supiera y por de la irrealidad. Es decir, como si cada uno fuera el eso se inclinara ante ella y guardara silencio. sueño del otro. No se trata de ninguna idea peregrina. Antes he Las pinturas de Fra Angélico parecen pertenecer al hablado de la vinculación de este cuadro con el mundo reino de la fábula pero las pinta con los ojos del que se de los cuentos de hadas, y los cuentos responden al detiene a contemplar las cosas reales. Puede que una mismo esquema. Son expresión del asombro que sen­ mirada así sea lo que hemos dado en llamar mirada timos de niños al enfrentarnos al mundo por primera poética, porque la poesía es el realismo supremo. Basta vez. Pero, ¿no es esto mismo lo que parece estar hacien­ con pensar en lo que pasa entre los amantes. Viven un do el ángel: contemplar el rostro de la muchacha que sueño del que no quieren despertar, pero se miran con tiene que visitar? Aún más, ¿no hace eso mismo el pro­ los ojos de quienes contemplan las cosas reales. El amor pio Fra Angélico al pintar: detenerse ante los rostros no es sino hambre de realidad. Y todo el arte de Fra de los hombres para sorprender en ellos la emoción que Angélico parece estar dominado en grado sumo por un les producen los misterios celestiales? Pero esos miste­ apetito así. Todo en este mundo delicado y extraño rios ¿qué le dicen al hombre?: "no somos distintos a los quiere ser real. Eso significan las dos manos cruzadas misterios que se guardan en tu corazón". Todas las pin­ sobre el pecho: "tómame". Es curioso que el ángel y turas de Fra Angélico tienen una temática religiosa, y María realicen el mismo gesto. En realidad se recogen, basta hacer una breve relación de sus cuadros para per­ se ovillan, forman un capullo. Un capullo de seda. Pero cibir esta evidencia abrumadora: coronaciones de la ¿no buscan eso todos los amantes, recogerse, transfor­ Virgen, predicaciones y martirios de santos, juicios marse en un capullo en las manos del otro? Y ¿qué dice finales, el paraísos, crucifixiones, escenas de la vida de María?; "Haré de mi cuerpo un capullo, una mandor- la virgen, adoraciones del niño, ángeles arrodillados la, el lugar de la aparición?" Y ¿qué le contesta el ángel?: en las nubes, maestros de la iglesia, asunciones y anun­ "Quiero parecerme a ti". Por eso se inclina como ella, ciaciones... Son todos ellos tópicos de la pintura reli­ por eso cruza sus manos e imita cada uno de sus ges­ giosa y sin embargo Fra Angélico no sólo no se cansa tos, como si sólo aspirara a ser su reflejo. Claro que de pintarlos sino que lo hace con una convicción nueva podemos decir que su reverencia responde al hecho de e inolvidable, haciendo de ellos un pretexto para dete­ saberla elegida por Dios para ser la madre de su hijo. nerse ante el corazón y el rostro de los hombres y sor­ O dicho de otra forma, que no es tanto que se incline prenderles en el instante de mayor intimidad. Tal vez ante una muchacha, fascinado por su misterio huma­ porque, como hombre religioso, la única manera de no, sino por el hecho de saberla la predilecta de Dios. acercarse al Dios en que cree es a través del temblor de Pero en ese caso, ¿por qué la mira así? ¿más atento a su sus criaturas. rostro y a su turbación humana que al rayo divino? Pero sigámonos fijando en esta Anunciación. A parte Puede que al arte de Fra Angélico alcance en este cua­ de las predelas inferiores, en que se muestra distintos dro su momento a la vez más hondo y sublime. Por­ momento de la vida de la Virgen, la tabla está dividida que hace del corazón de la muchacha visitada por el en dos partes. En la parte izquierda se ve el jardín del Edén, ángel el verdadero centro de la escena encantada. Como en el momento de la expulsión de Adán y Eva; y en la dere-

58 · EL RAPTO DE EUROPA · GUSTAVO MARTÍN GARZO cha, y ocupando, en función de su mayor importancia, La Anunciación de San Doménico aún pertenece a este más de dos tercios de la superficie la escena de la Anun­ mundo. El episodio principal tiene lugar bajo un nítido ciación. El poeta José Luis Moreno ha dedicado un her­ soportal de hermosas formas renacentistas, pero toda moso poema a este cuadro: la escena adolece de un cierto hieratismo. El ángel se acerca a María pero sus manos no se cruzan sobre el En el jardín se cubren de rocío pecho, en actitud de entrega o pasmo, sino que mien­ Lirios, chveles, margaritas, lilas, tras con una de ellas la señala con la otra la advierte de Peonías, manzanas, azahares, algo. No es obviamente un cómplice, sino alguien que Y es el aire el cristal de su pureza. viene de un lugar superior. Que es portador de un men­ La mujer pecadora se despide del huerto, saje que no cabe desatender. Y María le responde con Llorando su castigo entre las flores una leve inclinación, como el que acepta una misión Y la mujer bendita recibe de un sol de oro que no termina de entender del todo, que exige el sacri­ Un rayo de hebras finas en su vientre. ficio de su propia vida. Se deja aislar el eco de estas voces Nada de esto sucede en la Anunciación del Museo Por la presión de su columna de aire, del Prado. Es verdad que desde un punto de vista esté­ Bajo el cielo pintado de la logia. tico esta tabla sigue siendo deudora del mundo de las Entre esos dos azules descansa la mañana... miniaturas góticas, con su fijación por el oro, su subli­ me luminosidad y su atmósfera cortesana, pero su tono Veinte años antes Fra Angélico había pintado en Corte­ es muy diferente. En realidad todo el cuadro parece ña una Anunciación de la que ésta es casi una copia. Está tener una cualidad mental, como si Fra Angélico no pin­ en la iglesia de San Doménico, y data de un tiempo que tara una escena real, sino los pensamientos de los que Fra Angélico pasó fugitivo y desterrado en esta ciudad. la están viendo. No el mundo, sino nuestros pensa­ Corteña está en Umbría, que es una tierra de paisajes mientos acerca del mundo. En realidad, en esta tabla jugosos y frescos, una tierra de quietud y contemplación. María y el ángel han dejado de ser figuras alegóricas, Es la región de san Francisco, el santo que hizo de la cor­ que representan las ideas de la religión, para transfor­ tesía y la humildad los argumentos básicos de su fe. marse en personajes individualizados. Casi podríamos También la obra de Fra Angélico es inconcebible sin esas decir, en los tiernos personajes de un hermoso y miste­ virtudes caballerescas. De hecho, sus anunciaciones, rioso cuento. especialmente la de San Doménico en Corteña y la del Y María en esta tabla es, en efecto, como la pequeña Museo del Prado, parecen representar una escena cor­ cerillera del cuento de Andersen. Y lo que vemos es el tesana, con sus dulces trovadores y sus humildes damas instante en que al encender su cerilla tiene una dulce idealizadas. Los colores claros y luminosos de sus vesti­ visión. Y es verdad que en esa visión hay un ángel, pero dos, la atmósfera de serena contemplación, y la cortesía un ángel que, al contrario de lo que suele suceder con con que María y el ángel se saludan y acogen, recuerdan, los ángeles de la religión, no desciende al mundo para en efecto, el mundo de las miniaturas góticas, y de las cor­ llevarse a los cielos a la pobre muchacha que lo acoge tes refinadas de Cataluña, Borgoña, Lombardía y Bohe­ sino para decirle que esta vez es el cielo el que quiere mia. Un mundo donde el amor era tan etéreo que llega­ descender a la tierra. En realidad esta escena podría ba a ser casi alegórico e irreal. representar el ansia de maternidad de todas las muje-

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 59 res del mundo. Eso es lo que esperan, que su vientre tra verdad", eso dicen todos los personajes de Fra Angé­ acoja el crecimiento de un nuevo ser, alguien que venga lico. Claro que él, al pintar este cuadro, no podía pen­ al mundo a redimirlas con su propio amor. sar en nada parecido. Se limitaba a servir piadosamen­ Este proceso de desacralización se acentúa en la te a una historia en la que creía. Pero lo que hace Anunciación pintada por Fra Angélico en el monaste­ inolvidable este cuadro es que más allá de las intencio­ rio de San Marcos, donde apenas lo que queda es un nes de su autor, ha llegado a nosotros flotando como hombre y una mujer que se miran confusos. Fra Angé­ un cofre en las aguas del tiempo. Un cofre que sigue lico ha asimilado las enseñanzas del renacimiento y sabe conservando el poder de encantar a esos espectadores que el hombre es el centro de la creación. En este de hoy para los que los misterios de la religión apenas mundo nuevo, la religión no es sino una forma de aso­ son otra cosa que un puñado de temas para las salas de marse a los anhelos del corazón humano. Las escenas los museos. ¿Cómo es posible, nos preguntamos, que pintadas por Fra Angélico hablan de esos anhelos, como nos siga conmoviendo una escena tan maravillosamente los cuentos de hadas hablan del corazón de los niños, pueril? No es tan extraño si pensamos que lo que hace y tienen una clara dimensión poética. "Mi verdadero Fra Angélico, como todos los grandes poetas, es trans­ poeta, escribió Jorge Santayana, es el que coge el encan­ mitirnos a través de las tópicos de su tiempo una ver­ to de cualquier cosa, cualquier algo, y deja caer la cosa dad humana esencial. Porque aunque la idea de un misma. Su sentimiento es extático, irónico, musical, tris­ ángel que visita a la tierra para anunciar a una mucha­ te. Sobre todo involuntario". Eso hace Fra Angélico en cha que será la madre de un niño Dios pueda parecer- esta Anunciación. Coge el encanto y deja caer lo demás: nos a lo sumo un extraño cuento, algo nos dice que, el oro, la doctrina, hasta el tema mismo. Su pintura se como sucede con los verdaderos cuentos, oculta algo ha hecho tan transparente que llegamos a dudar lo que que no cabe desatender. Y nos bastará con detener nues­ representa. Quitemos las alas al ángel, ¿quién sabría que tra mirada en el cuadro de Fra Angélico para darnos se trata de una Anunciación? Nunca Fra Angélico ha cuenta de lo que es, pues el misterio de la encarnación pintado un ángel más humano ni nunca su pintura ha no es otro que el misterio del amor humano. ¿Y qué dice sido tan despojada y pura. ese misterio?: Que el amor es la nube, el hombre es el espacio; que el amor es el huésped, y el hombre la casa... Y sin embargo, entre estas tres "anunciaciones" me Recuerdo, ya para terminar, aquellas imágenes de las quedo sin dudarlo con la que hoy estamos comentan­ iglesias que anunciaban el Juicio Final. Se veía a los muer­ do, y que se sitúa en un lugar equidistante entre la de tos despertando de su sueño y abandonando sus tumbas San Domenico y de la de San Marcos. Estamos en el para buscarse entre sí. Un niño buscaba a su madre, un mundo de lo sagrado pero también en la cotidianidad, muchacho a su amante, un hombre a la mujer con la que en esa zona intermedia entre la realidad y los sueños, había compartido su vida... Todos buscaban a aquel o que es la zona que habitan los poetas y los amantes. La aquella con quien habían sido felices para recuperar su zona en suma de la que surgen todos los cuentos. Pero presencia y su amor. Y recuerdo a una vecina nuestra que ni los cuentos ni la poesía han surgido para apartar­ de vez en cuando íbamos a visitar con mi madre. Había nos de la realidad, sino para permitirnos adentrarnos enviudado dos veces, y una tarde, en que salió el tema de más profundamente en ella. Eso representa este cuadro: la resurrección de la carne, uno de nosotros le preguntó ese instante privilegiado en que nuestros sueños se que, puesto que también sus dos maridos despertarían de hacen reales. "Queremos ser reales sin renunciar a nues­

60 · EL RAPTO DE EUROPA · GUSTAVO MARTÍN GARZO la muerte con las trompetas del Juicio Final, con cuál de que de todos sus cuadros el más hermoso y el que ellos se quedaría. A lo que ella nos contestó sin dudarlo mejor la representa sea precisamente este que hoy que con ninguno, pues sólo podía buscar a un muchacho puede contemplarse en el museo del Prado, y que trata con quien sus padres no la dejaron casarse por ser de una del misterio de la encarnación. Es un misterio que, clase inferior a la suya, y que era al único que había amado más allá del significado concreto que tiene para los de verdad, pues el amor no tenía nada que ver con el católicos, afecta a todos los que se aman. De eso habla matrimonio. El amor era dar, y el matrimonio comprar este cuadro: de la carne del hombre, que no es sino y vender. No, no era en el cielo donde se hacían los matri­ materia encendida, materia que se ofrece en el monios. De ser así ¿por qué habría tantas parejas desgra­ momento del amor. Por eso la belleza de sus imáge­ ciadas? Y luego añadió algo que no he olvidado: "Sólo eso nes permanece tan clara como el día en que Fra Angé­ puede ser para mí la resurrección de la carne, volver a lico las pintó. Tampoco su dulce enseñanza ha cam­ encontrarme con él". biado con el paso del tiempo. Como aquella vecina No he olvidado estas palabras porque contienen que íbamos a visitar, lo que este hermoso cuadro nos los preceptos de esa religión del amor a la que Fra dice es que la carne es la memoria de la dicha y que Angélico, el pintor más dulce, delicado y cortés que sólo el cuerpo que ha amado guarda las promesas de haya existido nunca, perteneció toda su vida. Y puede la resurrección. •••

LA MEMORIA DE LA DICHA · EL RAPTO DE EUROPA · 61 ay directores que, además de añadir películas a la his- ! toria del cine, contribuyen a dar forma al lenguaje fíl- mico y a su compromiso con el presente. Los hermanos Taviani son de ese tipo. A lo largo de su carrera, que atraviesa los últimos cincuenta años, han participado en todos los de­ bates que han surgido en torno al séptimo arte, aportando así una auténtica lección de historia, en la que aparecen mezcla­ dos elementos reales y ficticios, intereses ideológicos y estéti­ cos, cuestionamientos y denuncias... Su permanente preocu­ pación por temas como la deriva vital de la juventud, la muerte Cartoné al cromo, 15 χ 21,5 cm. 288 págs. Más de 150 fotografías. Ilustrado en B/N y color del idealismo, la desmemoria, la destrucción de las culturas PVP: 17,90 Euros regionales, el continuo aumento de la violencia o los proble­ mas derivados de una educación deficiente, no sólo les coloca al lado de otros grandes realizadores europeos, como Ken Loach, Theo Angelopoulos, Michael Haneke, Luc y Jean-Pierre Dardene, sino que también le proporciona una significativa importancia a su larga trayectoria, gra­ cias especialmente a títulos como Allonsanfan, Padre padrone, El prado, La noche de San Lorenzo o Good Mor­ ning, Babilonia, que forman parte de la mejor herencia que ha dejado tras de sí el cine desde la década de los cincuenta, cuando los hermanos Taviani comenzaron a hacer películas, hasta la actualidad. Con su obra, los ci­ neastas toscanos han dejado claro en todo momento lo que hemos ido dejando atrás y lo que en algún mo­ mento podremos encontrar en el futuro.

Hilario J. Rodríguez. Es licenciado en Filología Anglogermánica y en Filología Hispánica. Ha dado clases de lengua y literatura en España, República de Irlanda, Gran Bretaña, Portugal y Estados Unidos. Se encarga de la sección de cine de Revista de Occidente, colabora habitualmente con Abe, La Vanguardia, Dirigido por, Clarín, Rock de lux e Imágenes de actualidad; es director adjunto de la revista Versión original; y, además, trabaja como asesor de varios festivales de cine. Ha escrito varios estudios sobre géneros cinematográficos, películas y cine­ astas, como Eyes Wide Shut: Los sueños diurnos (Ediciones de la mirada, 1999), Museo del miedo (JC, 2003), Lars von Trier: El cine sin dogmas (JC, 2003), El cine bélico (Paidós, 2006) o Tim Burton (JC, 2006); y ha coor­ dinado libros colectivos, como Las miradas de la noche (Ocho y medio, 2005), Miradas para el nuevo milenio. Fragmentos para una historia futura del cine español (Festival de Cine de Alcalá de Henares/Comunidad de Madrid, 2006) o Montxo Armendáriz. Itinerarios (Filmoteca Extremeña/Ocho y medio, 2007).

Información y pedidos: www.calamarediciones.com Los renegados. Del cristianismo al islam a través de Europa y África

Vicente Millán Investigador

tendiendo al actual bombardeo por parte de to a la orilla sur, la expansión otomana llegó hasta el los medios de comunicación para hacernos Magreb y pudo tomar contacto con la línea de presidios A partícipes de la geopolítica de las cruzadas, españoles que estaban situados sobre la costa africana.' con su mercado de fundamentalismos, no resulta fácil Si nos circunscribimos al Magreb, y teniendo muy presentar aquí a uno de los grupos humanos más sin­ en cuenta el enfrentamiento militar entre ambas fuer­ gulares que rompieron con todo intento de clasificar las zas, hay que contar con tres personajes indispensables, siempre escabrosas relaciones entre el cristianismo y el amén de turcos y españoles: el morisco, el sefardí y el islam: los renegados. renegado. Para precisar qué debemos entender bajo ese nom­ De nuestros tres protagonistas, el morisco ha tenido bre, y a quienes podríamos incluir en este grupo, hemos muy poca fortuna. Si ya le fue mal en la guerra de las Alpu- de remontarnos a uno de los momentos históricos más jarras, peor aún tras el decreto de expulsión de 1609. Poe­ cruciales que ha conocido Europa: el siglo xvi y buena tas, novelistas e historiadores se encargarían de crear una parte del xvn. Quien crea que la brecha entre las orillas de las figuras más deformadas del imaginario hispano. La norte y sur del Mediterráneo es enorme en la actualidad primera puñalada se la dieron los cronistas de la guerra debería meditar profundamente sobre lo que sucedía en de las Alpujarras, la lanzada de muerte el romanticismo. aquella época. Las dos grandes religiones monoteístas Hemos tenido que esperar a las primeras décadas del siglo eran hábilmente utilizadas por los dos poderes con ansias xx para contar con los primeros estudios serios. En lo que universales, la monarquía hispana y el sultanato otoma­ concierne a la diaspora morisca nos encontramos aún en no. En Europa tocaba retirada arite el avance de las fuer­ los inicios de un interesante trabajo cuyos resultados no zas otomanas que, en poco tiempo, habían conseguido dejan de sorprendernos. ocupar Bulgaria, los Balcanes, Valaquia y Hungría hasta Un buen número de los moriscos de la diaspora aca­ llegar a clavar las colas de caballo frente a Viena. En cuan­ baron en el Magreb, muchos de ellos engrosaron las filas

1 Para conocer a fondo todos los avatares de ese Mediterráneo nada mejor que la excelente obra de Fernand Braudel, La Meditenanée et le monde méditerra­ néen à l'époque de Philippe II. París: A. Colin, 1949. Trad, cast.: El Meditenáneo en tiempos de Felipe II, México: Fondo de Cultura Económica, 1986.

LOS RENEGADOS: DEL CRISTIANISMO AL ISLAM A TRAVÉS DE EUROPA Y ÁFRICA · EL RAPTO DE EUROPA · 63 de los ejércitos de los diferentes sultanes de la dinastía fe los cronistas áulicos, que jamás participaron en ellas. sa'dí2 en Marruecos. Los veteranos de la guerra de las Al- En relación a estas campañas se encontraba el sistema de puj arras llegaron a constituir un cuerpo de élite, gracias fortificaciones situadas en la costa marroquí y argelina, a su conocimiento de las técnicas modernas de combate más conocidos como presidios. El gran número de sol­ y el uso de las armas de fuego, que llegó a ser decisivo a dados bisónos utilizado en los presidios y las cosas pro­ la hora de elegir quién ocupaba el trono en Marrakesh. pias de la milicia daban lugar a un sin fin de desertores A diferencia de moriscos y renegados los sefardíes cuya única salida era la de unirse a las filasde l enemigo; han contado con poderosos valedores, lo que ha posi­ sobran motivos, desde una mala partida de cartas hasta bilitado que en la actualidad tengamos acceso a una in­ apuñalar a un superior. Otra de las causas de este trasie­ gente documentación en relación a su diaspora. Pero, go de hombres es la importante actividad del corso ber­ reducidos al ghetto y destruidos sus asentamientos en berisco en el Mediterráneo Occidental. Los hábiles mari­ el Sahara central durante el siglo xvi, su papel en los nos norteafricanos tomaban presa a las tripulaciones de acontecimientos que nos ocupan fue bastante limitado. las embarcaciones que capturaban y las llevaban a sus Su función más destacada era la de ofrecer sus servicios puertos de origen. De este modo no fueron pocos los que como traductor, sinónimo de espía en aquel tiempo, en pasaron de ser chusma de galeras cristianas a arráeces de cualquier plaza fronteriza entre el cristianismo y el naves corsas con base en Argel. En ciertas ocasiones el ata­ islam, desde Budapest a Oran. que del corso no se reducía a atacar naves, era capaz de Más o menos todos nosotros tenemos una vaga idea realizar importantes incursiones tierra adentro en algu­ de quiénes fueron los moriscos y los sefardíes, los últimos nas áreas del sur peninsular. Obviamente cuanto cristia­ restos de la España musulmana y judía. En cambio, salvo no encontrasen a su paso, a veces familias enteras, era cap­ 3 para los curiosos y especialistas el término renegado sig­ turado y obligado a realizar el viaje hasta la costa africana . nifica bien poco, mucho menos conocerán su crucial El número de estos cautivos, condición previa a la de papel en el Mediterráneo de los siglos xvi y XVTI. Un rene­ renegado, es muy difícil de determinar con precisión. Sirva gado era aquella persona que, siendo de origen cristia­ como dato orientativo que, si tenemos en cuenta los archi­ no, pasaba a engrosar las filasde l islam y se convertía en vos inquisitoriales y la composición de las diferentes uni­ musulmán renegando de su antigua fe. dades militares musulmanas, los cautivos que renegaron durante el siglo xvi se contarían en decenas de miles. En Los caminos que recorrieron los renegados peninsu­ cuanto a su origen se podría creer que sólo renegaban los lares para acabar en la otra orilla fueron muy diversos. más menesterosos, que no podían hacer frente a las fuer­ Una de las principales causas fueron el elevado número tes sumas de los rescates. Nada más lejos de la realidad; de prisioneros capturados en las desastrosas campañas los procesos inquisitoriales y los orígenes familiares de españolas del siglo xvi en el litoral africano, estrepitosas algunos renegados muestran que estos nuevos musul- derrotas casi siempre achacadas al mal tiempo, como dan

2 La dinastía sa'dí, más conocida en las fuentes castellanas como "los jerifes" gobernó el equivalente al Marruecos actual desde mediados del siglo xvi hasta 1659. Con el sultán Mulay Ahmad Mansur esta dinastía alcanzó a su esplendor llegando a controlar grandes áreas del Sahara central y conquistar la Curva del Niger.

' Una magnífica introducción al tema de los renegados, y quizá la única en castellano, es el libro que tiene como base los archivos inquisitoriales de Sicilia de los hermanos Bennassar, Bartolomé y Lucile: Les Chrétiens d'Ailah. L'histoire extraordinaire des renégats, xvi-xvii siècles, Perrin, Paris 1989. Trad. cast. Los ais- tianos de AM. La fascinante aventura de los renegados. Nerea, Madrid 1989.

64 · EL RAPTO DE EUROPA · VICENTE MILLÄN manes provenían de todas las clases sociales que existían A día de hoy no es nada fácil explicar estas conver­ en la España de la época, incluso gentes de alta alcurnia siones voluntarias. Pero, si nos remontamos cuatro siglos y ligados a la jerarquía eclesiástica. Por supuesto a estos atrás, las diferencias entre los dos mundos en conflicto últimos se le atribuían oscuros orígenes, por ejemplo una iban más allá de la forma en que cada uno llamaba a Dios. madre o una nodriza morisca, sin que haya constancia Las sociedades cristiana y la musulmana diferían enor­ para creer esos bulos. memente en cuanto a la movilidad social de sus elemen­ El universo del cautivo, el renegado y las órdenes tos, especialmente en el ámbito militar. Los modos mili­ redentoras creadas para actuar como intermediarios en tares otomanos habían penetrado en el Magreb e impuesto el negocio de las almas, léase el rescate de cautivos, fue la el modelo de los jenízaros. Este cuerpo de élite fue creado ciudad de Argel. La misma ciudad que conoció Cervan­ en el siglo xrv para solventar los habituales problemas de tes en su condición de cautivo y, por este motivo, un mag­ lealtad tribal ante el sultán otomano de turno. En vez de nífico testigo, como podemos observar en muchas de sus depender de los fluctuantes intereses de los jefes locales obras. A través de la mirada de Cervantes podemos cono­ se establecía un cuerpo formado integramente por ele­ cer muchos de los sucesos que acontecían en la vida de mentos externos y bajo la obediencia directa del sultán. los cautivos desde la óptica hispana. Poco o nada nos La práctica habitual en Europa Oriental era llevarse niños cuenta de los motivos que conducían al cautivo a con­ y encuadrarlos desde temprana edad en el cuerpo de jení­ vertirse en musulmán. zaros. Salvo algunas incursiones en la Península, y algún En condiciones normales el común de los mortales que otro menor que cayese en manos de los corsarios en cambia de religión por motivos bastante simples y poco el Magreb, no se daban las condiciones para efectuar un espirituales. Necesidad obliga y una mejora de las condi­ reclutamiento de niños. A cambio los presidios costeros ciones vale más que cualquier credo. Dejamos a un lado españoles iban a suministrar al cuerpo de jenízaros un a los ebrios de Dios, que suelen ser los menos. Un caso buen número de hombres con una ventaja adicional: ya arquetípico sería el gran número de conversiones al islam tenían cierta experiencia militar. Los cuativos y deserto­ que hubo en la conquista de Siria y Egipto por los árabes; res a los que se invitaba a renegar y entrar a formar parte un gran número de personas se pasaron al islam simple­ de las milicias musulmanas se encontraban ante una mente para no pagar los impuestos de captación. Si ahora curiosa situación; dentro del cuerpo de jenízaros el ascen­ nos centramos en la condición de cautivo las razones para so se llevaba a cabo por méritos. Algunas cabezas de ene­ renegar aumentaban considerablemente. Ser pobre y saber migos entregadas al superior podía valer un ascenso. A a ciencia cierta que el dinero del rescate nunca llegaría la inversa, en España se había establecido una sociedad parece causa suficiente para buscar mejores perspecti­ fundamentada sobre los derechos de sangre que excluía vas. A fin de cuentas el proselitismo más efectivo es una a gran parte de la población del ascenso social. Mientras buena tunda a palos y dejar a un lado los ásperos argu­ que en Argel el último recién llegado, si poseía la suficiente mentos teológicos. El problema estriba en aquellos que habilidad, podía acabar como bajá de la ciudad, la solda­ renegaron pudiendo ser rescatados y a los que la Inquisi­ desca cristiana de presidios como Oran jamás tendría la ción señalaba como renegados de voluntad. Precisamente oportunidad de alcanzar posiciones de cierta relevancia. en este grupo se hallaban muchos de los personajes de No cabe duda que las expectativas que se ofrecían más cierta importancia, tanto por sus orígenes como por su allá de las murallas de la fortaleza pudieron constituir posterior carrera dentro de la sociedad musulmana. un poderoso aliciente para cambiar de bando. De hecho

LOS RENEGADOS: DEL CRISTIANISMO AL IS A TRAVÉS DE EUROPA Y AFRICA · EL RAPTO DE EUROPA · 65 muchos de los renegados conocidos que alcanzaron altas hasta la caligrafía usada en los documentos oficiales del posiciones, bajas y alcaides por ejemplo, lo fueron de reino. No era agradable para los nativos, especialmente voluntad, para mayor escándalo de la cristiandad. para aquellos que querían medrar al calor del poder, sopor­ Teniendo en cuenta la magnitud del fenómeno, tar al enorme número de renegados y moriscos sobre los tanto en número de individuos como su importante que se asentaba el trono. papel en los acontecimientos de su época, es muy extra­ A finalesde l siglo xvii había pasado el tiempo de los ño el silencio que durante siglos ha reinado alrededor renegados. Historiadores y cronistas magrebíes posterio­ de la figura del renegado. En comparación con grupos res se encargarían de relegarlos al olvido. Lo que nadie humanos contemporáneos a ellos, moriscos y sefardí­ esperaba era que la última gesta de los renegados iba a es, aparentemente desaparecieron de la historia rele­ tener lugar a 2.000 kilómetros al sur de la corte de Marra- gados a los archivos inquisitoriales y a algunos legajos kesh: la aniquilación del imperio songay y la conquista de de Estado del archivo de Simancas. la Curva del Niger. Obviamente en el imperio de los Austrias no se iba Hay que remontarse a finales del siglo xvi para situar a dar mucha publicidad a los renegados. Cada conver­ la última gran empresa llevada a cabo por moriscos y sión al islam representaba un fracaso total de la ideo­ renegados. El sultán sa'dí Mulay Ahmad Mansur debía su logía dominante. Sólo adquirieron cierta presencia trono en Marrakesh a sus cuerpos de élite compuestos pública en algunas obras de un antiguo cautivo de Argel íntegramente por moriscos y renegados, la gran mayoría llamado Miguel de Cervantes, y tan sólo como perso­ de estos últimos de procedencia hispana. Mulay Ahmad najes secundarios. Mansur fue capaz de poner en orden los asuntos inter­ Es bastante normal que los renegados hayan desapa­ nos del reino, mantener a raya a turcos y españoles y recido de la memoria española pero, al contrario de lo comenzar a extender sus dominios sobre el Sahara cen­ que se podría creer, también corrieron la misma suerte tral. El último paso que le quedaba por dar era acceder en el Magreb. No es nada agradable para la mayoría de directamente a las fuentes del comercio transahariano: la los historiadores magrebíes asumir que el último momen­ Curva del Niger. En aquel momento la Curva del Niger to de esplendor en el Magreb tuvo su fundamento en unos y sus tres ciudades más importantes, Gao, Jenne y Tim­ elementos externos imposibles de adaptar al discurso ofi­ buktu, se encontraban bajo la administración de los sobe­ cial que reina en nuestros días. Si en España el renegado ranos songay con asiento en Gao. Durante un siglo la era un traidor digno de la pena capital en el Magreb nunca dinastía songay en el poder, los Askiyâ, habían consegui­ pudo escapar de todo tipo de sospechas. Aquellos extran­ do dominar no sólo las principales ciudades de la Curva jeros, poco amigos de la ortodoxia y de las continuas pero­ del Niger sino grandes extensiones del Sahel Occidental, ratas de los morabitos, ocuparon las máximas dignida­ lo que se conoce hoy en día como el Imperio Songay, el des en cada corte. En el caso de Marruecos no sólo último de los grandes imperios del África Subsahariana. decidieron el destino de la dinastía sa'dí sino que fueron Los Askiyâ se habían convertido en los principales inter­ los causantes de uno de los mayores cambios en la admi­ mediarios del comercio de oro y esclavos que inundaba nistración y el ejército que conoció ese país. La introduc­ las rutas saharianas. ción de los modos otomanos por parte de los sultanes que Mulay Ahmad Mansur había decidido ir al grano se ampararon en los renegados dejó irreconocible el país; directamente y eliminar a estos incómodos intermedia­ cambiaron desde los más mínimos detalles del protocolo rios. Con este fin se preparó un cuerpo expedicionario

66 · EL RAPTO DE EUROPA · VICENTE MILLÁN compuesto por cerca de 5.000 hombres al mando de un tán de Marrakesh. Los cronistas timbuktianos cuentan renegado andaluz, Yawdar, que acabó sirviendo al sultán entre los primeros bajas nueve renegados, casi todos de de Marrakesh desde su niñez tras ser secuestrado en una origen hispano. incursión corsaria en las costas de Almería. Entre los prin­ La resistencia songay ante la invasión obligó al sultán cipales oficiales de esta columna se puede contar a un de Marrakesh a enviar más hombres a Timbuktu. Un turco, a un morisco y a cinco renegados. De la composi­ incierto número de moriscos y renegados, posiblemente ción mixta de la tropa, moriscos y renegados de proce­ miles, fueron destinados a la custodia de la línea de alca­ dencia hispana, no cabe la menor duda; las crónicas tim­ zabas que se habían establecido en los lugares más estra­ buktianas apuntan que la lengua utilizada entre ellos era tégicos de la Curva del Niger: Timbuktu, Jenne, Gao, el castellano4. Bamba, Bourem, Tindirma, etc. A ellos hay que añadir A finalesde l año 1590 este contigente se puso en mar­ también el envío constante de gentes originarias del sur cha desde Marrakesh en dirección sur. En poco más de de Marruecos con las que moriscos y renegados no tar­ tres meses logró la proeza de cruzar el desierto del Saha­ darían en entrar en serios conflictos. Con el paso del tiem­ ra y llegar hasta la orilla del río Niger; era la primera vez po los tres grupos constituyeron la casta dominante en en la historia que un ejército regular de esa magnitud con­ la Curva del Niger, tomando a las mujeres del país y adqui­ seguía salvar el desierto del Sahara. Para llegar a entender riendo los usos y costumbres de un grupo étnico dife­ 5 la importancia de la expedición del renegado Yawdar, renciado en razón a sus antepasados comunes . Ninguno objeto de estudio obligatorio entre los cadetes de West de estos hombres regresó al Magreb. Point, hay que tener en cuenta que no sólo llegaron a su Un par de decenios después de la instauración del meta sanos y salvos los miles de hombres que la compo­ bajalato de Timbuktu las tensiones entre los magrebíes nían sino que conservaron cientos de caballos y todos los por un lado y los moriscos y renegados por el otro llega­ pertrechos necesarios para presentar batalla, incluidas ron a tal punto que los moriscos y renegados decidieron algunas piezas de artillería ligera. abandonar Timbuktu y ocupar un buen número de Nada más llegar se pusieron en camino hacia la ciu­ pequeñas poblaciones situadas en las riveras del Niger. A dad de Gao, capital política del Imperio Songay El son­ medida que la ciudad de Timbuktu perdía su antigua glo­ gay decidió presentar batalla a unos cuarenta kilómetros ria y se convertía en un sueño geográfico parecía que de Gao; a pesar de su superioridad numérica nada pudo nunca más se sabría del destino de los descendientes de contra la disposición en alas del campo de Yawdar, el uso los conquistadores del Songay, el testimonio humano más de la artillería y las descargas de arcabucería. Con el son­ importante de presencia hispana en la Curva del Niger. gay en fuga no fue difícil hacerse con el resto de las pobla­ El 1 de julio de 1880 Cristóbal Benítez alcanzó Tim­ ciones de la Curva del Niger, especialmente de Jenne y buktu. Hacía mucho tiempo que no llegaba a la ciudad Timbuktu. Con sede en esta ultima ciudad los ocupan­ un español. Quizá gracias a su condición los nativos le tes desde 1591 establecieron un bajalato adscrito al sul­ hicieron saber parte de la historia de la ciudad y el impor-

* Dos son las principales fuentes timbuktianas que relatan la conquista del Imperio Songay por parte de moriscos y renegados: Kati, M. Tarikh el-Fettashfl akh- bâr e-lbouldân wa-l-Djouyouch wa- Akâbir en-nâs. Ed. árabe y trad, francesa de O. Houdas y M. Delafosse, Adrien Maisonneuve, Paris, 1913-1914 repr. fot. 1981. es-Sa'di, Abd al-Rahmân ibn Abd al-Allâh ibn 'Imran ibn Amir: Tarikh es-Soudan. Ed. árabe y trad, francesa de O. Houdas, Ernest Leroux, Paris, 1898-1900.

5 Pasarán a la historia bajo el nombre de los "arma", palabra de origen árabe que tiene relación con su función militar; tiradores o arcabuceros.

LOS RENEGADOS: DEL CRISTIANISMO AL ISLAM A TRAVÉS DE EUROPA Y ÁFRICA · EL RAPTO DE EUROPA • 67 tante número de descendientes que quedaban en la Curva En los años noventa se comenzó un estudio detalla­ del Niger de aquellos moriscos y renegados que con­ do del bajalato timbuktiano y se tenían muchos datos quistaron la zona. Por desgracia, llamarse Benítez y ser de acerca de las andanzas de algunos bajas de origen hispa­ origen hispano pudo constituir motivo suficiente para no; informaciones bastante completas en relación a su que nadie le hiciese el más mínimo caso a su regreso. actividad en la curva del Niger y algunos trazos de su pasa­ Entre los proyectos que expuso a las autoridades de la do en el Magreb antes de llevarse a cabo la conquista del época se incluía un plan muy razonable para hacerse songay. Tan sólo faltaba encontrar alguna pista para cru­ con Timbuktu utilizando a las tribus aliadas del Saha­ zar esos catorce kilómetros que separan la Península Ibé­ ra Occidental. rica de África y volver a unir a los dos mundos a través Al final sería Francia quien se impondría y en 1895 de aquellos hombres. Tenía que darse un punto de Timbuktu fue ocupada sin presentar resistencia. Tras las encuentro entre quienes nos dedicábamos a perseguir bayonetas de los auxiliares senegaleses iban a aparecer ancianos grabadora en mano por la curva del Niger y en escena los misioneros y los intelectuales enviados desde aquellos cuya labor era desenterrar fuentes inéditas espa­ la metrópoli. Estos últimos, mucho más peligrosos que ñolas, entre los que soportábamos el polvo del desierto y los soldados y misioneros, sabían de la existencia de las los que respiraban el de los fondos manuscritos. grandes crónicas timbuktianas y de su importancia para Como no podía ser de otra manera ese punto de conocer, entendemos dominar, a los diversos grupos encuentro fue la prestigiosa taberna cordobesa de Regi­ humanos que habitaban en la zona. A principios del siglo na. Los caldos amontillados tienen la propiedad de soltar xx las tres grandes crónicas timbuktianas se habían publi­ la lengua hasta alcanzar el grado de la logorrea. Allí se hizo cado bajo los auspicios de dos agentes coloniales, un his­ saber a la concurrencia la existencia de un bajá de Tim­ toriador y un arabista, estableciendo el enfoque que domi­ buktu, que atendía al nombre de Sulayman, al que le naría el siglo xx. El dictado colonial, en la medida de lo suponíamos orígenes cordobeses sin poder llegar a demos­ posible, hizo desaparecer cualquier referencia a la pre­ trarlo. Por suerte se encontraba en aquella reunión la sencia de origen hispano en la Curva del Niger, incluso investigadora Adelina Cano, especialista en fuentes inédi­ al nivel de las traducciones. Moriscos y renegados que­ tas locales. Pocos días después me hacía llegar documen­ daron relegados a una mera curiosidad histórica a los que tación de materiales locales en donde aparecían referen­ se imputaba la decadencia que sufrió África Occidental cias a un personaje llamado Fernando del Pozo que renegó a partir del siglo xvii. y adoptó el nombre de Sulayman. Podría tratarse de una Se había llegado a los albores del nuevo milenio sin singular coincidencia pero las fuentes cordobesas res­ lograr vincular de forma concluyeme a uno solo de los ponsabilizaban a este renegado de la derrota cristiana en renegados que acabaron en la Curva del Niger con su la batalla de Alcazarquivir, uno de los hechos de armas pasado en la Península Ibérica. A primera vista parecía más decisivos del siglo xvi. Desde Timbuktu sabíamos que misión imposible rescatar parte de esta importante his­ al bajá Sulayman se le atribuía ese destacado papel, sin toria de las relaciones entre la Península Ibérica y África, duda era nuestro hombre. Los archivos inquisitoriales de estos viajes de ida y vuelta a través del cristianismo y acabarían por certificar esta afirmación. el islam. Hacía falta un golpe de suerte para atar tanto Era la primera vez que se podía reconstruir la trayec­ cabo suelto. Y precisamente eso es lo que ocurrió después toria biográfica completa de un renegado que había rea­ de cuatro siglos. lizado el viaje desde España a Timbuktu. Merecía la pena

68 · EL RAPTO DE EUROPA · VICENTE MILLÁN el esfuerzo de reunir toda la documentación dispersa entre ra que le hacía creer que todavía eran tiempos de cruza­ la Península Ibérica, el Magreb y el África Subsahariana da, plantó su real en las cercanías de la ciudad marroquí para llevar a cabo esta tarea. Al iniciar este trabajo, allá de Alcazarquivir. En el otro campo el sultán de Marra- por el año 2000, nunca esperábamos que el renegado kesh había movilizado a sus mejores tropas, renegados y Sulayman iba a deparar tantas sorpresas6. moriscos, para hacer frente a la incursión. En el momen­ La primera, relativa a sus orígenes. El padre de Fer­ to decisivo de la batalla murió el sultán de Marrakesh den­ nando del Pozo era el chantre de la catedral de Córdo­ tro de su litera. Si la noticia llegaba a las tropas musul­ ba y gran parte de sus familiares cercanos se encontra­ manas se produciría una desbandada y la victoria caería ban entre los principales canónigos de la misma iglesia. del lado cristiano. Alguien se ocupó de cubrir la litera del Lo normal hubiese sido seguir la tradición familiar y sultán y hacer creer al resto del ejército que recibía órde­ pasar el resto de su vida entre sotanas. Pero privilegios nes directas del sultán; es el papel que todas las crónicas, a favor de su hermano y una herencia en la que sólo le hispanas y magrebíes, atribuyen al renegado cordobés dejaban algunas armas, le dejaba una única salida: pro­ Sulayman, quien ocupaba uno de los principales cargos bar fortuna en la milicia, como era preceptivo en la en el ejército del sultán. España de aquel tiempo. La derrota cristiana fue completa, muerto don Sebas­ Le tocó acabar bajo las órdenes de uno de los mili­ tián y cautiva casi toda la nobleza portuguesa. Para com­ tares españoles más ineptos de los que tengamos memo­ prender las consecuencias de aquella derrota habría que ria, don Martín de Córdoba y Velasco, conde de Alcau- librarse de la propaganda de los Austrias; que sea más dete. Al conde de Alcaudete se le había encomendado conocida la batalla de Lepante que la de Alcazarquivir es la plaza de Oran y éste sería el primer lugar en África un buen ejemplo. Lepante no significó un cambio geo- que conocería nuestro Fernando del Pozo. No por político apreciable entre las potencias en juego, España y mucho tiempo, porque en el año de 1558 el conde de el otomano tenían problemas más urgentes que resolver Alcaudete tuvo la osadía de plantar cara a los jenízaros más allá de su disputa en el Mediterráneo. En cambio, de Argel. La derrota fue antológica y dejó en manos de Alcazarquivir sí supuso una enorme transformación a los musulmanes cerca de doce mil cautivos. Nunca escala mundial: sin sucesores de don Sebastián, Felipe II sabremos que le ocurrió al cautivo Fernando del Pozo pondría sobre la mesa sus derechos sobre la corona por­ en Argel, lo único cierto es que el dinero de su rescate tuguesa y se haría con Portugal y sus colonias tres años estaba preparado pero renegó de voluntad; nunca más después. Tras la victoria el nuevo sultán de Marrakesh podría volver a la Península. podía imponer sus condiciones en la región, ésto signifi­ El escándalo en su Córdoba natal fue notable pero, có el fin de la expansión del otomano en el Magreb y, lo con el paso de los años, el ahora renegado Sulayman cae­ que es más importante para nosotros, la expansión por ría en el olvido. Durante veinte años nadie en España supo el Sahara central y su conclusión evidente con la conquista de él hasta que el cuatro de agosto de 1578 tuvo en sus de la Curva del Niger. manos el destino de tres reinos. El rey de Portugal don Será en Timbuktu donde volvamos a encontrar al Sebastián, que sufría de un serio ablandamiento de sese­ renegado Sulayman tras haberse convertido en uno de los

6 La relación completa de estos hechos y lo relativo al entramado humano de las relaciones entre la Península Ibérica y el África Subsahariana se encuentran en el libro de Adelina Cano y Vicente Millán: De Córdoba a Timbuktu: Historia del renegado Sulayman del Pozo. Almuzara. Córdoba. 2006.

LOS RENEGADOS: DEL CRISTIANISMO AL ISLAM A TRAVÉS DE EUROPA Y ÁFRICA · EL RAPTO DE EUROPA · 69 principales hombres en la corte del sultán sa'dí Mulay Este resumen biográfico de la vida del renegado Ahmad Mansur. El 18 de mayo del año 1600 llegaba a Tim­ Sulayman del Pozo es sólo un ejemplo de la actividad buktu en calidad de bajá y con la misión de poner orden de los renegados en África. Tan sólo sería una curiosa ante los desmanes de las tropas ocupantes. A pesar de estar anécdota si no fuera por la existencia en la actualidad entrado en años todavía mantenía un gran ascendiente de un grupo humano que desciende de aquellos rene­ sobre las tropas. Un cronista timbuktiano que le cono­ gados de origen peninsular, un caso único de un grupo ció en su niñez describe al bajá Sulayman como "un hom­ de estatus que ha sobrevivido siglos en los recónditos bre de altos vuelos" que, en la medida de lo posible, impu­ islotes que forma el Niger en su cauce medio. Este es el so un poco de tranquilidad a la Curva del Niger. La muerte verdadero descubrimiento; tomar contacto con el tes­ del sultán sa'dí en el verano de 1603 desataba el enfrenta- timonio vivo de las relaciones humanas entre la Penín­ miento entre los aspirantes al trono y era necesaria la pre­ sula Ibérica y el África Subsahariana. Se hacen llamar sencia del hombre fuerte en Marrakesh. El renegado tuvo laluyi, deformación local de la palabra árabe que sig­ que volver a cruzar el desierto e implicarse en la guerra nifica renegado, y saben perfectamente de dónde vie­ civil que devastó Marruecos. El enfrentamiento entre los nen a tenor de los registros orales obtenidos en la zona. principales rivales, uno sentado en el trono de Marrakesh Por desgracia en estos últimos años se le ha dado más y el otro operando desde Fez, implicaba unos enormes valor a los fondos manuscritos que a los seres huma­ gastos militares y hacía demasiado tiempo que no había nos, esa es la dirección que han tomado las pocas ins­ llegado ninguna caravana desde Timbuktu cargada de tituciones españolas que colaboran en la zona. Las oro. De nuevo iba a ser investido bajá de Timbuktu el famosas bibliotecas de Timbuktu venden más que un renegado Sulayman, pero nunca volvería a ver la ciudad. conjunto de andrajosos que habitan en lugares poco Cuando se dirigía a su nuevo destino un puñado de ban­ aptos para el marketing cultural. Quizá explicar esta didos acabaron con la vida del héroe de Alcazarquivir en extraña conducta sea mi próxima misión en la Curva las cercanías de Marrakesh. del Niger. •

70 · EL RAPTO DE EUROPA · VICENTE MILLÄN ¿Choque o alianza de civilizaciones? Por una educación intercultural en un mundo solidario

Abdeljal i I Akkari Escuela Superior de Pedagogía, Biena (Suiza)

El regreso de las civilizaciones Desde un punto de vista histórico, el uso del término civilización surge en el siglo xvni y expresaba refina­ Antes del siglo xx, el uso del término de «civilización» era miento, desarrollo urbano y sociedades organizadas de de uso corriente, en particular para reafirmar la superio­ acuerdo a los cañones de la Europa de entonces. Si­ ridad del colonizador. Tras el proceso de descolonización multáneamente, Europa catalogaba las civilizaciones el concepto cayó en desuso, y regresó con fuerza estos del mundo y descubría los "salvajes" colocándoles a últimos años, en particular en los ámbitos políticos y me­ veces en zoológicos humanos (Bancel, Blanchard y Ger- diáticos. El término "civilización" tiene actualmente dos verau, 1993). No es hasta después de la Segunda Guerra connotaciones principales: la primera hace énfasis en la Mundial que el autor alemán Oswald Spengler publica importancia de valores tales como la democracia, la li­ "El ocaso de Occidente" donde distingue ocho civiliza­ bertad, la tolerancia o la prioridad asignada a la educa­ ciones históricas: la egipcia, la mesopotámica, la india, ción; la segunda presupone su existencia en civilizaciones la grecorromana, la antigua, la mexicana, la árabe y la homogéneas y localizadas geográficamente. Mientras la occidental. Spengler distingue una fase de juventud, ca­ primera es frecuentemente favorable a la democracia en racterizada por la cultura, y una fase de decadencia, ca­ las sociedades contemporáneas, la segunda es antigua y racterizada por la civilización (Ruano-Borbalan, 2003). cuestionable. El concepto ha sido actualizado principal­ Uno de los principales problemas del uso del término mente a través de las tesis del politólogo Samuel Hun­ de civilización es su cercanía y asimilación con determi­ tington (1997) dedicadas al choque entré civilizaciones y nadas culturas y en particular con las culturas del he­ responde al sentido general de la opinión pública acerca misferio norte. Para el sentido común, la evocación del de las relaciones internacionales e interculturales. término de civilización remite sistemáticamente a la cul-

¿CHOQUE O ALIANZA DE CIVILIZACIONES? · EL RAPTO DE EUROPA · 71 tura urbana, a la ciudad, la organización y el uso de la es­ rante varios siglos, en particular durante la época colo­ critura. Ello margina automáticamente las culturas que nial, para el mundo musulmán sería más pertinente des­ no han dejado rastros arqueológicos impresionantes y pejarse del síndrome de la conspiración occidental. aquellas basadas en la cultura oral. Se pueden mencionar Muchos arabo-musulmanes piensan que Europa intenta aquellas culturas indígenas que han desarrollado civili­ controlarlos, secuestrar sus recursos naturales y conver­ zaciones sofisticadas y adaptadas a su entorno natural tirles por la fuerza a la democracia. Se tiene, desde el Norte pero que han dejado pocos vestigios si se comparan con y el Sur del Mediterráneo, interpretaciones diferentes de las civilizaciones egipcia, romana o griega. Otro problema la historia y de las causas y soluciones a las tensiones in­ del uso del término civilización radica en la referencia a ternacionales actuales. El repliegue identitario integrista un relato globalizante y esencialista que deja poco mar­ y su corolario, que consiste en un combate frontal con un gen para los conflictos y las contradicciones dentro de una occidente, radicalmente diferente, son las amenazas más misma civilización. graves para el mundo arabo-musulmán. Si esta tenden­ La identificación rígida de civilizaciones conduce sist cia se consolida puede favorecer un choque permanente mancamente a minusvalorar los intercambios y los con­ entre civilizaciones. tactos antiguos entre ellos. El escritor africano Hamidou Una de las fortalezas aparentes de la tesis de Samuel Kane (1961) en su libro "La aventura ambigua" muestra Huntington es que la mayoría de sus críticas retoman la la conmoción del discurso de los maestros y de los anti­ terminología de las civilizaciones. Sin embargo, sería per­ guos en la conciencia del sujeto africano al entrar en con­ tinente poner en duda la misma existencia de las civili­ tacto con la civilización occidental. Este discurso perdía zaciones en su acepción esencialista, estática y coherente su fuerza y credibilidad ante la llegada del "otro", el occi­ (Manglano, 1995). Si se pretende seguir usando el término dental en este caso. La entrada de Occidente en el África de civilización, debe refundirse su conceptualización para Negra ha sido el encuentro entre los que no tenían his­ liberarla de la camisa de fuerza esencialista y europeo- toria y los que llevaban el mundo a hombros. La llegada centrista del siglo xix. del otro marca el final de las sociedades de los ancianos y la construcción de un nuevo mundo ambiguo. Los ob­ Preparar la alianza de civilizaciones servadores del mundo arabo-musulmán recalcan la im­ portancia de los conflictos internos en las sociedades de A pesar de haber sido nutrida por la actualidad terro­ esta región del mundo, a pesar de que se pretendió ocul­ rista del 11 de septiembre en Nueva York o del 11 de marzo tar el conflicto con Occidente. Como lo sugiere Ruano- en Madrid, la tesis del choque de civilizaciones parece ser Borbalan 2003, ρ 23) "es la relación entre las sociedades y un intento de reencarnar el antiguo orientalismo en una la modernidad, y no una supuesta esencia cultural o re­ versión del siglo xxi. Como lo señala Said (1995), lo que ligiosa, lo que produce luchas políticas y conflictos". Esto importa para el orientalismo es el "nosotros" (occidente). no significa que los conflictos y litigios entre las civiliza­ Lo demás no es más que el punto de comparación nece­ ciones históricas no existan. Las relaciones entre Europa sario que reafirma nuestra identidad y sobre todo la su­ y los países del Sur se caracterizan por estereotipos ne­ perioridad de nuestra civilización. Una de las alternativas gativos, en particular para la región arabo-musulmana. más fructíferas a la tesis del choque de civilizaciones es la Mientras se debe reconocer la responsabilidad de Occi­ propuesta de una alianza de civilizaciones. El Presidente dente en las convulsiones que han aquejado la región du­ del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero

72 · EL RAPTO DE EUROPA · ABDELJALIL AKKARI ha hecho un llamamiento en septiembre de 2004 para una pliación del acceso a la educación es una etapa funda­ alianza de civilizaciones en su discurso durante el debate mental para propiciar la alianza de las civilizaciones. general de la 59a Sesión de la Asamblea General de las Na­ El desarrollo de la cooperación en materia de educa­ ciones Unidas. Manteniendo las salvedades expresadas ción puede favorecer de manera efectiva la alianza de las más arriba con relación al uso histórico del término "ci­ civilizaciones, puesto que el conocimiento es un recurso vilización", nos parece útil insistir sobre el hecho que la necesario para que las civilizaciones y las culturas pue­ noción de alianza da su fuerza conceptual a esta pro­ dan progresar, intercambiar y dialogar. Sin embargo, al­ puesta. Efectivamente, alianza significa destino común, gunas regiones del mundo no disponen de los recursos solidaridad e interdependencia. Los sistemas educativos y de los conocimientos locales necesarios para des­ deben hoy día encarar el desafío de preparar a las nuevas arrollar estructuras educativas eficaces. La educación generaciones para un mundo interdependiente caracte­ debería ocupar en al agenda de la cooperación inter­ rizado a su vez por la inestabilidad de las identidades in­ nacional por lo menos un lugar equivalente al del pe­ dividuales y colectivas, pero también por la aceleración tróleo, del comercio o de los flujos financieros, pero de los flujosmigratorios . Un mundo que descubre su des­ lamentablemente no es así. tino común por el calentamiento global y el agotamiento de los recursos naturales. Para los jóvenes de hoy, el co­ Para un enfoque intercultural y humanístico nocimiento de su propia historia y patrimonio cultural en educación desarrolla el sentimiento de solidaridad y de comunidad. Pero la apertura al mundo y a los otros pueblos y cultu­ Se considera necesario recordar en esta tercera parte del ras debe equilibrar y complementar este conocimiento artículo que los individuos y las sociedades desarrollan (United Nations, 2006 a). identidades culturales complejas y diversas. Para que la La aplicación del concepto de alianza de civilizacio­ alianza de las civilizaciones tenga sentido en materia de nes remite a asuntos mayores: estructuras educativas educación, debe promoverse una educación intercultu­ apropiadas, el curriculum y la pedagogía (United Nations, ral que conduzca a levantar permanentemente las fron­ 2006b). Las estructuras educativas deben permitir que los teras y las identidades culturales rígidas. Los pueblos se jóvenes se distancien progresivamente de sus referentes desarrollan con relación al pasado, al futuro, al espacio y familiares y culturales particulares. Mientras la educación a la alteridad. Mediante esta construcción, se forjan una no es suficiente para garantizar la formación de genera­ identidad cultural y la consolidan a través de las institu­ ciones de ciudadanos abiertos y tolerantes es, sin embargo, ciones educativas. Además de la dimensión de elimina­ necesaria. En muchas regiones del mundo, las tasas de al­ ción de las fronteras, la educación intercultural conlleva fabetización son todavía insuficientes, y se encuentran transformaciones y transgresiones. con frecuencia por debajo del 50% para las mujeres y los Como lo demuestra muy acertadamente Chariot grupos sociales marginales. El acceso a la enseñanza su­ (2003) la educación es un proceso triple: humanización, perior es también muy desigual en el mundo. Según el socialización y singularización. Cada dimensión del pro­ Banco Internacional para la Reconstrucción y el Des­ ceso está vinculada a los otros dos. La educación es, en arrollo (BIRD 2000), mientras Europa presenta tasas de primer lugar, humanización. El ser humano nace in­ acceso entre el 35% y el 50%, la región de África del Norte completo, en un mundo construido por generaciones an­ y Oriente Medio se sitúan entre el 5% y el 35%. La am­ teriores. Ello significa que la esencia humana es exterior

¿CHOQUE O ALIANZA DE CIVILIZACIONES? · EL RAPTO DE EUROPA · 73 al individuo. La humanidad, es decir lo que distingue ra­ ceso de singularización-subjetivación es de tipo reflexivo dicalmente el ser humano de los otros animales, ha sido en la mayoría de las comunidades humanas. El ser hu­ fabricado por los seres humanos colectivamente a lo largo mano se construye como sujeto y se hace sujeto. de la historia de la especie. Desarrollarse como ser hu­ Consecuentemente, la educación es indisociable de mano significa apropiarse de este patrimonio. El proceso la humanización, socialización y singularización-sub­ cultural liderado por la educación es lo que lo permite. jetivación. Esta propuesta teórica de Chariot permite La educación es a su vez socialización. La socializa­ conceptualizar una globalización-solidaridad tanto uni­ ción no es un proceso que se suma a la humanización, es versalista como respetuosa de las diferencias cultura­ una particularización de la humanización, puesto que el les y de los sujetos. Lo cual apunta ser una contribución ser humano no es posible fuera de una forma social es­ posible de la educación a la alianza de las civilizaciones. pecífica. El ser humano se construye como tal, aquí y Finalmente, se puede afirmar que el debate relativo a ahora, y en un contexto específico. Dicho de otra manera, la alianza de las civilizaciones ha frenado la consolidación un individuo no puede apropiarse de la totalidad del pa­ de la tesis del choque entre civilizaciones, puesto que la trimonio humano; sólo puede apropiarse de lo que está alianza de las civilizaciones propone una visión alterna­ disponible, bajo una forma u otra, donde se nace y en el tiva de las relaciones interculturales. Sin embargo, es ne­ momento en que se nace. cesario seguir reflexionando acerca de la operativización La educación es también singularización. Aquí tam­ de esta generosa propuesta para el sector de la forma­ poco se trata de un proceso que se suma a la humaniza­ ción y de la educación. ción-socialización; es una particularización del proceso Podemos decir, para concluir, que actualmente los ob­ de humanización-socialización, ya que sólo pueden exis­ jetivos planteados por la alianza de las civilizaciones no tir seres humanos singulares. El ser humano se construye han sido alcanzados. Sin embargo, el desafío de fomen­ como ejemplar único de su especie. Esta singularización tar una educación intercultural en un contexto mundial es también un proceso de subjetivación: todo ser humano en constante cambio es necesario. es un sujeto. Sin embargo, la conciencia de ser un sujeto, la magnitud y las modalidades de subjetivación varían en ©"Nombres Propios". Fundación Carolina función de la historia y del lugar. En nuestra época, el pro­

74 · EL RAPTO DE EUROPA · ABDELJALIL AKKARI Relatos de Cooperación 2007 Contando el Sur Relatos de cooperación 2007 Contando Varios autores. Prólogo de Sergio Ramírez

EL RAPTO DE EUROPA (CALAMAR EDICIONES)

• ste conjunto de relatos poseen como denominador co­ mún ser historias relacionadas con la cooperación in- • ternacional para el desarrollo. En todos ellos son an­ tiguos o actuales cooperantes quienes nos trasladan sus visiones acerca de su propio quehacer, o sobre situaciones, reales o ficcionadas, de los países del sur. Miradas compro­ metidas realizadas a través del filtro fantástico, sorprendente, a veces trasgresor e irónico, de la literatura.

Rústica, 16 χ 21,5 cm. 144 págs. En palabras de Sergio Ramírez "no hay ninguna ingenuidad PVP: 12,50 Euros de principiante ni en la escritura, ni en la manera de abor­ dar los contenidos... y ello aunque se trata de relatos escri­ tos por gente cuyo oficio no es el periodismo ni la literatura, sino el ejercicio de esa vocación de varias ca­ pas que un día, al fin, se organiza en la vida de un ser humano".

Noche de mariachis y evocaciones El sauce. Juan Echanove en el Munich, Luis Suárez Carreño Cuentas pendientes. Juan Manuel Santomé Esto es África pero no es África. Alberto Begué Nawal. Luisa Antolín Villota Testigo de excepción. El rayo Chac. Manuel de la Iglesia-Caruncho Alan Buck & John T. Grandson Tamalitos y pixtones. Miguel Ángel Lombardo Lecciones de Aguada Verde. Alberto Rodrigo Veni, vidi, vinci. José Carlos lllán Sailer Una historia corriente. Ana Rosa Alcalde El desastre. Kamala Orozco Delgado Implicados. Florencio Gudiño

El formulario. Jaime Sánchez Barajas

Información y pedidos: www.calamarediciones.com

ada madrugada de domingo, cuando las satu­ Sus hermanos aparecen caminando a lo lejos y él, sen­ radas aguas de la bahía van retirándose para tado en la arena acompañado de impaciente espera, C cubrir otras orillas y dejan al descubierto una empieza a proferir gritos de alegría, cuando no los repren­ extensión de arena que toca el horizonte, aparece la figu­ de por llegar tarde, porque el sol está por salir y hay que ra de un hombre sentado en la playa. Él convoca al sol y calentar los tambores... Pero aún así, el enfado se va trans­ a los espíritus del día para que despierten a todos los seres formando en júbilo y canto para recibirlos en una comu­ y espera pacientemente la aparición de sus hermanos, que nión de abrazos. llegan también con la marea. - ¡Hay que trabajar!- espeta Baba-jHemos venido Su nombre es Baba. Está hecho de mar y de sal. aquí para trabajar! Camina con muletas, porque quizá para aquél que Empieza a hablar dotado de una repentina elocuen­ habita el océano, la tierra firme lo hace torpe. Llega car­ cia, necesitado de roce humano, de familia, de casa... gado de obras... sus manos trabajan por manos y pies. Comenta las novedades de la semana, pregunta y muestra Todo lo que posee lo lleva consigo, pero en realidad con afán de niño sus nuevas obras. Empieza a extraer con él no posee, forma parte de las cosas, él pertenece a esa cuidado de sus bolsas y mochilas sus tesoros y trabajos. playa, esa playa lo hace ser. Baba cose, hace ropas, ropas de atrezzo artístico, con Baba conoce un exiguo portugués, porque está más restos de telas y flecos, con hilos de colores y burdas pun­ acostumbrado a hablar con el mar que con los hombres, tadas. Confeccionó durante la semana el vestuario del pero siempre está lleno de canciones. ritual que tiene lugar cada domingo.

Nota de la autora: muchos domingos, al amanecer, la pequeña comunidad pescadores de la isla Xefina, escucha un rumor de tambores. Los pescadores dicen que procede de la orilla de enfrente, del continente.

EL PRINCIPE DE LAS MAREAS · EL RAPTO DE EUROPA · 77 Allí escribió una melodía que lee una y otra vez a los demás para que fijen el compás. Todos le escuchan y repiten con él una y otra vez la retahila de notas musicales. Baba les entrega la partitura para que la aprendan. Es una sucesión de números invertidos en una danza arriba y abajo. ¿Será que él conoce un secre­ to lenguaje? Surge la hoguera (aquí todo surge, de la nada surge siempre el milagro) y una hilera de tambores se colo­ ca alrededor del fuego. "Os tambores estäo a aquecer." Todos se van vistiendo para la ceremonia con las ropas de ritual, flores amarillas, flecos blancos, cua­ dros de rafia sobre pieles negras. Baba empieza a cantar, un tambor habla con Baba, todos los tambores empiezan a sonar y el sol empieza a salir. Todo comienza de nuevo, millones de nuevos comienzos en millones de lugares de este planeta del que todos somos. Baba es de Gaza. Hoy está solo y sólo el océano sabe dónde duerme y quién guarda su sueño. Hace tiempo que la marea no lo trae, quizás haya decidido habitar tierra adentro. Los tambores lo lla­ Sigue mostrando y ahora saca un racimo de frutos man cada domingo desde la playa, lo están esperan­ engarzados con cuerdas diversas, la cuerda empieza do, pero mientras tanto, siguen sonando en una ori­ azul, pero una vuelta es blanca para terminar final­ lla de África, ritmo ancestral para celebrar la vida y el mente en roja. Cuando deslía aquel objeto de natura­ encuentro. • leza confusa, éste se convierte en algo coherente, un instrumento hecho de frutos y semillas que se ata a los tobillos para hacer un acompañamiento rítmico y sonoro cuando se danza. Dos latas viejas asoman de dentro de la bolsa, Baba las enseña. Son unas maracas o njele. En sus bolsas trae la música. También se ocupó de la composición y de la partitura de algunos de los temas que se van a ensayar. Saca unos papeles, son facturas, cuyas casillas rígi­ das y estipuladas son desafiadas con contenidos sólo legibles por él.

78 · EL RAPTO DE EUROPA · ANA NAVARRO Cosa de niños JORGE EDUARDO BENAVIDES*

enga por aquí, dice la señora Elvira arrastran­ tor Montez, pobre, lo que habrá sufrido, piensa y de inme­ do el reumatismo entre los muebles, abriéndo­ diato siente una opresión en el pecho, no quería ni ima­ V se paso con súbita agilidad, descorriendo la ginar. La enfermera también está a la expectativa, a la caza funda que cubre la jaula del canario, venga por acá y trái­ de ese primer gesto de asombro o placer que no tarda en galo a Lino, dice arrimando los sofás aún dormidos bajo formarse en el rostro de Lino. La enfermera ya venció el las rundas blancas. La enfermera descorre las cortinas y repudio inicial, el rechazo que experimentó por Lino al deja que el sol inunde la habitación con su amarillo tibio presentarse por primera vez en su habitación densa y que invita a la modorra, a contemplar el mar, los edificios oscura; ahora incluso siente por él algo confuso que bien que esquinan el cielo miraflorino, esas nubes algodono­ podría llamarse afecto, conmiseración, vaya una a saber. sas que acabarán disipándose en breve, hacia el mediodía Pero la conmiseración debería guardársela para esos niños como mucho. A lo lejos se escuchan las sirenas frenéticas que habían inundado la ciudad y parecían multiplicarse de unos patrulleros y luego todo vuelve a quedar en silen­ entre los escombros y los basurales, pensó sombríamen­ cio, más disturbios, piensa oscuramente la enfermera. Los te, merodeando al principio por las noches y luego a plena haces de luz atrapan minúsculas partículas de polvo que luz del día, muertos de hambre y sin que nadie se expli­ flotan ingrávidas y vagamente luminosas, como una cara de dónde habían aparecido, eran tantos y tantos. visión diminuta del cosmos, se dice la señora Elvira, que Lino no le ha prestado mucha atención al sol y sus está más concentrada en las reacciones de su nieto ante la ojos parecen no registrar ese horizonte de techos y ante­ súbita presencia del sol y del calor, después de tanto tiem­ nas que segmentan el mar, un azul intenso que cambia de po en ese encierro húmedo y aséptico de la clínica del doc­ tonalidad, de ritmo, y se vuelve más tenue y uniforme

Jorge Eduardo Benavides: (Arequipa, Perú, 1964). Autor de títulos como: Cuentario y otros relatos (Okura ed., Lima, 1989) Los años inútiles (Alfaguara, Madrid, 2002) y El año que rompí contigo (Alfaguara 2003) y el libro de cuentos La noche de Morgana (Alfaguara, 2005). Ha sido finalista en el certamen de cuentos NH (España) del año 2000, en el Premio Tigre Juan de 2003. Obtuvo el Premio Nuevo Talento FNAC en 2003. Actualmente reside en Madrid.

COSA DE NIÑOS · EL RAPTO DE EUROPA · 79 hacia el fondo: el cielo. Su mirada sigue con aprehensión Montez adivinó las dudas de la enfermera y le explicó los saltitos nerviosos del canario que espía a su vez la el singular caso de Lino, su extraño metabolismo, el quieta contemplación de que es objeto. La señora El­ atroz linaje que corría por sus venas y la situación es­ vira y la enfermera se miran cómplices, le gusta el ca­ pecial de su familia, que se desentendía de él, deján­ nario, mírelo cómo se ha quedado quietecito, sonríe la dolo en manos de la abuela. «Una de las familias más abuela y antes de que la enfermera pueda detenerla ex­ influyentes del país, ya sabe usted», había dicho el doc­ tiende una mano hacia la cabeza de su nieto para aca­ tor evasivamente. Le habló también del error que co­ riciarlo. Lino parece no percatarse hasta que la mano metió la señorita Marta, error que usted no debe blanca y pecosa le sesga el cabello. Entonces chilla so­ cometer, insistió mientras ella asentía en silencio. Y bresaltando a las mujeres, grita con su voz gutural y ahora su propia abuela metía la pata. ¡Lino!, vuelve a sorda, se aleja tropezando, sin dejar de apretar la mano decir la enfermera sobreponiéndose al dolor casi inso­ de la enfermera —¡Lino, no!— cada vez más fuerte. La portable en la mano y le habla con firmeza sin dejar que señora Elvira retrocede unos pasos y su cabeza golpea se note su miedo —«sobre todo no le demuestre miedo contra la jaula del canario que da saltos frenéticos, ton­ nunca» había dicho el doctor Montez aquella tarde— tos remedos de vuelo, golpeándose contra los barrotes, Lino, mira el canario, mira qué bonito el canario, te está salpicando el agua y el alpiste, ¡Lino, no!, la enfermera in­ mirando también, mira, mira, y Lino relaja poco a poco tenta dominar el pánico porque la mano de Lino sobre la presión sobre la mano antes de soltarla completa­ la suya aprieta cada vez con más fuerza haciéndole re­ mente como si ya no le interesara. Sus ojos ahora están cordar a la pobre Marta, llorando, a punto de desmayarse clavados en el canario. entre los brazos de los dos enfermeros que la sacaban de La señora Elvira está apoyada contra la pared, agi­ la habitación, ensangrentada y con el uniforme desga­ tada como cuando sube las escaleras, y no deja de mirar rrado. Ella pasaba rumbo a la habitación contigua y a la enfermera que se frota suavemente la muñeca en­ había aprovechado para mirar hacia la penumbra del rojecida: disculpe usted, musita, no pensé que fuera a 27 y antes de que lograra atisbar algo el doctor Montez reaccionar así ahora que ya no estamos en la clínica. El la apartó de un manotón, qué mira carajo, cerró dando creció aquí, ¿sabe? Imaginé que algún recuerdo tendría, un portazo, hecho una furia, él, que era siempre tan co­ que no se comportaría así, disculpe usted. La enfermera rrecto, tan educado. Unos días después —lo recordaba intenta sonreír pero de inmediato recuerda el rostro clarísimo porque fue el día que se encontraron los pri­ congestionado de Marta, su uniforme hecho jirones, meros cadáveres de niños en Cieneguilla— el propio casi un mes de licencia, y siente que le sube una rabia doctor Montez la llamó a su despacho como si nunca funesta: si no va a respetar las indicaciones del doctor hubiera ocurrido nada y le anunció que ella se iba a en­ Montez me veré obligada a informarle, dice secamente cargar del paciente del 27. La enfermera pensó que la y se arrepiente porque la pesadumbre ha cedido paso paga extra que recibiría, casi el doble de lo que ganaba, al miedo en los ojos de la anciana, no por favor, olvi­ le vendría muy bien, sobre todo ahora que las cosas es­ demos esto, le prometo que no volverá a ocurrir, dice taban mal y se rumoreaba lo de la intervención del ejér­ la señora Elvira extendiendo una mano hacia la enfer­ cito, qué barbaridad, al fin y al cabo sólo se trataba de mera que no puede evitar un latigazo de repulsa ante unos niños. Pero por otro lado pensaba también en ese contacto blando y frío, ante la devota entrega de Marta, en Marta llorosa y ensangrentada. El doctor aquella mujer para con su nieto, con quien inevitable-

80 · EL RAPTO DE EUROPA · JORGE EDUARDO BENAVIDES mente se cerrará esa genealogía embrutecida de fami­ quién pudiera saber lo que pasa por esa cabecita, piensa lia poderosa y agonizante. Ahora Lino vuelve a estar la señora Elvira e instintivamente alarga un brazo hacia tranquilo y ha esbozado su sonrisa —su particular son­ Lino pero la mantiene allí, a pocos centímetros de sus ca­ risa, esa mueca repulsiva y con babas que sólo puede bellos mientras escucha el crepitar del aceite donde la en­ parecerle un gesto afable a quien lo conoce— y mira a fermera debe haber dejado caer algo. La señora Elvira la enfermera como mostrándole su descubrimiento. El cierra los ojos pensando en ese algo que es la comida de pajarillo se ha calmado un poco y observa estático desde Lino, eso que el doctor Montez le dijo que era parte de su trapecio. Sí, sí, dice la enfermera suavemente, el ca­ su dieta, entre carraspeos y vacilaciones, escudriñando nario. Todavía duda si cogerlo de la mano o no, tiene la reacción de la anciana y apresurándose en explicar que miedo pero es ahora o nunca, recuerda las instruccio­ la constitución de Lino, el metabolismo de Lino, el caso nes del doctor Montez y a la vez que coge la diestra de singular que es Lino. Igual es mi nieto, piensa la señora Lino le dice mira, siéntate aquí para traerte la comida. Elvira sobreponiéndose a las imágenes de ese algo en la Lino parece no darse cuenta y acepta que lo instalen cocina, eso a lo que tendría que acostumbrarse de aquí en frente a la ventana pero luego protesta y entre la señora más, igual que encerrarlo cuando la lluvia, igual que las Elvira y la enfermera le mueven la silla para que pueda cortinas espesas de la habitación, pero sobre todo su dieta, seguir mirando al canario, ahora con siniestra atención, señora, por lo menos una vez al mes, había dicho el doc­ como si la alegría del descubrimiento hubiera dejado paso tor Montez, ya la señorita enfermera está al corriente de a un lento calibrar posibilidades. La señora Elvira parece todo y ella me irá informando porque el caso, desde el haber captado algo y se lleva una mano al pecho, Jesús, punto de vista médico —entiéndalo así, por favor— es no vaya a ser que, murmura mirando a la enfermera. No inaudito. La señora Elvira observa a su nieto que ahora creo que pase nada, dice esta sonriendo, ahorita se ol­ mira por la ventana, atraído por el bullicio de un grupo vida del pajarito. Voy por su almuerzo, añadió tratando de niños desarrapados que atraviesa la calle. En ese mo­ de parecer natural, de no sucumbir al horror y al asco dia­ mento aparece la enfermera y se sienta su lado evitando rio de cocinar la comida de Lino, porque lo peor no era mirarla a los ojos y diciendo en un momento estará lista eso sino la preparación exquisita y mensual que corona­ su comida, antes de coger las madejas de lana y unas agu­ ría la dieta de Lino, las sórdidas entregas que enviaría el jas. La señora Elvira asiente en silencio y se acerca a la ven­ doctor Montez desde la clínica. Cuando Marta se lo contó, tana desde donde observa al grupo de niños, mugrosos, ella no lo pudo creer, pensó que le estaba tomando el pelo. famélicos, desesperanzados, avanzando hacia el parque La enfermera enciende la radio portátil que ha llevado a cercano y piensa distraídamente en las palabras del doc­ la cocina y busca una emisora en que pongan algo de mú­ tor Montez, no debería olvidar que por lo menos una sica, pero es en vano, todas se ocupan de los niños, de vez al mes. ••• los cuerpos degollados que aparecen en los basurales, en casas abandonadas y fosas comunes. Encendió finalmente la hornilla escuchando los pasos de la señora Elvira que se ha acercado a su nieto murmurando tontas frases cuyo único sentido es mantenerlo así como está ahora, tran­ quilo, callado, sumido en una especie de letargo y balbu­ ceo que lo devuelven a ese mundo donde sólo habita él,

COSA DE NIÑOS · EL RAPTO DE EUROPA · 81 4 Cuaderno de bitácora El país de las aguas

La puerta del desierto

En la ciudad azul llueve todos los días. Antes de la lluvia un calor seco y despiadado asfixia cada callejón. Por la maña­ na, muy temprano, casi de madrugada, se puede sentir el murmullo de la vida, puertas que se abren, el agua corriendo por el desagüe, escaleras que se bajan, alguna bicicleta, algún richhaw despistado. Desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde la vida es insoportable. Parece que hay una ciudad antigua en el centro de la nueva donde las calles son de piedra, parece que los restaurantes te miran tentadores desde las azoteas, parece que hay un precioso castillo que guarda las maravillas de la cultura mogol en su esplendor. Pero es imposible verlo porque el calor espesa el oxígeno. A las cuatro de la tarde todo cambia. El cielo estalla desconsolado y el agua comienza a rodar por las calles como ríos en su desembocadura. La tormenta dura una hora, dos como mucho. Después el cielo se abre naranja sobre las casas azules de Jodhpur y el atardecer trae la primera brisa frescade l día, que ya es noche. En la ciudad roja viven los elefantes y los turistas y sobre ellos gobierna el tráfico, un dictador loco y caprichoso que dirige los sentidos de los que caen en sus redes. El Jal Mahal o palacio del lago es el único que parece haberse liberado del escándalo. Rodeado de nubes grises que recuerdan a historias de castillos encantados, permanece tranquilo en medio de un inaccesible lago. Los elefantes y los coches no pueden llegar. Los pocos turistas que se acercan, caminan silencio­ sos entre las brumas olvidando las cámaras de fotos. Unos hombres jóvenes se bañan en el fango de lo que pudo ser una laguna. El calor la ha hecho desaparecer pero ellos juegan y me saludan. Estoy en la última ciudad del Rajasthan, Jaisalmer. Huraña pero tranquila, vaticina la inmen­ sidad del desierto con el último aliento de vida en millones de kilómetros.

La ciudad de los muertos flotantes

Todas las calles de Benarés son afluentes de fervor religioso que conducen hasta el Ganges. Un hombre santo se acerca a mí con los ojos llenos de ira y toca mi frente con el pulgar de mi mano derecha. Más adelante, unos niños con mirada de viejo me ofrecen un masaje por cinco rupias, por cuatro, por tres, por dos, por un bolígrafo. Vendedores de saris comparten el sórdido espacio con moribundos y mendigos.

EL PA(S DE LAS AGUAS · EL RAPTO DE EUROPA · 83 La brisa del amanecer trae un olor a madera quemada que desquicia los sentidos. En el río, puedo observar la estremecedora diferencia de clases que impera sobre cada rincón del país ya que, junto a las vacas que sirven de alimento a algunos cuervos, flotan los cuerpos de aquellos que no tenían dinero suficiente para pagar la leña que los incinerase del todo. Paseando por la orilla donde habitan los gag, me tropiezo con una familia que arroja las cenizas de su muerto al río. Afortunadamente, es polvo lo que se posa sobre las desapacibles aguas. Mala suerte para los cuervos.

Donde nace el Panchatranta

Más al norte, donde pueden verse las primeras puntas del Himalaya, me encuentro con la ciudad de Almora. Las casas de los antiguos colonizadores son ahora balnearios y lugares de veraneo para las clases más pudientes y para los turis­ tas más afortunados. En Almora, como en la mayoría de los pueblos de montaña, hay poco que hacer. El trabajo en el campo es duro por las dificultades que presenta el terreno, el comercio es muy básico y la luz del sol es tan escasa y preciada como el oro. Paseando por los alrededores del lago veo a un grupo de niños sentados en círculo. Un hombre les cuenta una his­ toria mientras las miradas de su público pasan entretenidas de la risa a la expectación y de la expectación al llanto. Entro en una librería y compro un ejemplar del Panchatranta. Mientras lo ojeo recuerdo el ensayo de Harold Bloom Cómo leer y por qué y más concretamente sus reflexiones sobre la evolución o cambio del cuento popular hacia el cuen­ to de ficción o literario. Una de las características que marcarían esa evolución o cambio de género, sería el tratamien­ to del ser solitario, al margen de la sociedad. Si esto fuera cierto -dice Bloom- el cuento se habría desarrollado hasta convertirse en lo contrario de uno de sus orígenes más probables. JEn los últimos días de mi viaje, observo a esos niños embelesados ante las historias que, como piezas de un puzzle, le dan sentido a sus esquemas vitales: el bien y el mal, la lealtad y la traición, la alegría y el dolor. Estruc­ turas básicas del pensamiento de donde probablemente provienen nuestra cultura y nuestra lengua y donde, segu­ ro, nace el Panchatranta. Es entonces cuando surge en mí la duda: ¿nos habremos desarrollado hasta convertirnos justamente en lo contrario?

UN TEXTO DE BEATRIZ RODRÍGUEZ DELGADO

84 · EL RAPTO DE EUROPA · BEATRIZ RODRÍGUEZ DELGADO ESTA REVISTA SE TERMINÓ DE IMPRIMIR CUANDO SE CUMPLEN 32 AÑOS DE LA «MARCHA VERDE», 32 AÑOS DE EXILIO EN LA HAMMADA. QUE LOS SUEÑOS DE JAULA, MULAY Y RABAB SE CUMPLAN.

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MONOGRAFÍA: La encrucijada energética. Editorial · La carrera energética mundial y sus consecuencias. Michael T. Klare · ¿Malestar o algo más? La reacción argelina. Iman-Amina Ouenzar · La energía como motor para la integración y el desarrollo: el caso de Bolivia y Venezuela. Susana Beitrán · Energía política. Ignacio Muros Benaya · Edificación y energía. Paula Rivas Hesse

RAPTOS: Fotógrafos y fotografía en tiempo de guerra. Madrid 1936. Carmen Dalmau · Oaxaca: la aritmética social del atraso. Ugo Pipitone

POÉTICAS: Confidencias de artista. Odilón Redan · Textos arrebatados. Luis Alberto de Cuenca · El guagancó del adiós. Israel Centeno · Asómense a ver el mar (fotografías). Gustavo Morales

LECTURAS: Alfonso Reyes: el gran mediador. Luz Bejarano · Teoría de la lujuria y el susto. Juan Carlos Chirino

CUADERNO DE BITÁCORA: Las estrellas de Emheriz · Lehdía M. Dafa HOJA DE PEDIDO

Suscripción: Revistas: • 1 AÑO/2 NÚMEROS • 2AÑOS/4 NÚMEROS Q Ν» 1. Ética y Sociedad España (17 Euros) España (32 Euros) de Consumo Europa (24 Euros) Europa (44 Euros) América (30 Euros) América (54 Euros) Q Ν" 2. Acerca del Mal

Q N°3. La República Europea Oferta. La suscripción bienal lleva como regalo un ejemplar del libro:

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Q Ν" 5. "Contra Nationes". Datos y dirección de envío: Voces, textos y poéticas Nombre y Apellidos. Q Ν" 6. "El Quijote". Nombrar lo imaginario Dirección Código Postal . .Población Q Ν" 7. Miradas en fuga Provincia/País. . DNI/NIF. Q N° 8. Turquía Teléfono Fax E-mail Q N° 9. Músicas y músicos • N° 10. La encrucijada Forma de pago: energética • Transferencia bancaria a la cuenta de Calamar Edición y Diseño, S.L. Q N° 11. Cárcel y castigo Banco Santander Central Hispano CCC 0049 / 5109 / 44 / 2116079993 Precio del ejemplar: BBVA CCC 0182 / 7345 / 40 / 0201552578 España (9 Euros) • Domiciaiiación bancaria (datos de la cuenta para el pago de la suscripción) Europa (13 Euros) Titular América (15 Euros) Banco o caja

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