LOS INDIANOS DEL ORIENTE

Eduardo Noriega

e ha dicho que son tres las capitales de América fue don lñigo Noriega Laso, natural asturianas de América: Luarca, que tie­ de Colombres, y terrateniente y fundador de em­ ne territorio en Argentina; Grado, que porios (que lo mismo en Méjico que en Tejas lo tiene en Cuba, y , que es la llevaban el nombre de «Colombres») en territorio segundas gran ciudad de Méjico, y, para muchos mejicano. mejicanos, ha de ser la segunda o tercera ciudad Vamos a detenemos en la extraordinaria biogra­ de España, según la leyenda. Sobre los indianos fía de este personaje. ¿Por qué tomo como proto­ se ha escrito mucho lirismo, mucha poesía de arte tipo del indiano a un hombre del partido judicial menor y una o dos cosas sensatas aunque incom­ de Llanes que marchó a Méjico? Acaso por pro­ pletas. El fenómeno del indiano está por estudiar; ximidad; mas también porque la emigración lla­ se han ofrecido algunas claves para su estudio, nisca a Méjico fue la más característica, la más pero el trabajo pesado, el de esos carreteros de la uniforme, la más conocida y de la que se conser­ erudición que son los elaboradores de tesis docto­ van más abundantes testimonios. Un gran escritor rales, aún no se ha acometido. ¿Por qué razón? llanisco, Angel Pola, quien convendría considerar Acaso porque resulte más sencillo hablar de la con el interés que merece su obra, escribió en el palatalización en Casomera o de una piedra en la número extraordinario de «El Oriente de Astu­ que se sentó don Bermudo. Y poco a poco se irán rias» correspondiente al año 1972: perdiendo los testimonios de primera mano y hasta los escenarios (¡ esas grandes casonas con De la presencia de la América española en galería y palmera!) mientras que, al cabo, pode­ el solar patrio, con su innovador en mos consolamos imaginando que don Bermudo o , sobresalen dos naciones, Cuba y doña Gontrodo o Perico el de los Palotes pudieron Méjico. Pero nosotros hemos de excepcionar haberse sentado en cualquier piedra; porque lo a Méjico, porque en el oriente asturiano su que sobran en este país son piedras, y respecto a irradiación ha sido más extensa y constante, y la palatalización, este fenómeno se produce sin de Méjico vino todo lo que, en medio siglo, ha que uno se dé cuenta, del mismo modo que M. transformado villas y aldeas, arrancándolas Jourdain hablaba en prosa sin saberlo. de la pobreza material para disfrutar de todos Sirva este artículo de prólogo a unas cartas de los elementos de progreso, quebrando normas indiano de la zona oriental de Asturias que trans­ anquilosadas de vida. cribo al final. Mas antes voy a ofrecer dos breves Los que hemos visto extinguirse el último semblanzas de indianos orientales, sin que nin­ parpadeo de los faroles de petróleo en las guna de ellas corresponda al autor de las cartas, calles y sustituirlos por las primeras bombillas que fue mi abuelo, don Ignacio Noriega Pedregal, incandescentes, alimentadas por la planta nacido en Cué (Llanes) en 1869 y emigrante a eléctrica instaurada por un indiano de Ta­ Méjico a los dieciséis años. basco (nos referimos a don Ramón Romano, Los indianos asturianos hicieron en América de Llanes) y que hemos visto surgir aquí y obras formidables. Tenemos en California a Del allá la escuela, el puente, el asilo, la bolera, Amo; a Zurita en Guatemala; a Manuel del Valle, animado todo por la vitalidad de México, el marido de Concha Heres, en Cuba; a José Me­ creado en la comunidad del emigrante y el néndez, de Luarca, el rey de la Patagonia, en indígena, ¿cómo no hemos de sentir su pre­ Tierra de Fuego. Del otro extremo de Asturias y sencia permanente como una realidad inde-

Indianos 120 pendiente de toda convención política y que dero, de México D. F., que no cerraba hasta altas se impone a los conceptos nacionales? horas de la noche. Que un bar trasnoche o no lo Iñigo Noriega Laso nació en Colombres en haga no debiera ser cuestión de Estado, ya que la 1858. Marchó a Méjico muy joven, con «instruc­ mayoría permanecen abiertos por cuestiones filan­ ción primaria, una honradez acrisolada, un afán trópicas: si no, recordemos el cuento « Un lugar incontenible de lucha, un deseo indomable de limpio y bien iluminado» de Ernest Hemingway, triunfo, un corazón bien templado y el recuerdo donde el camarero con experiencia sabe lo que de su bravía tierra asturiana, alta como los Picos vale tener un lugar para tomar una copa de ma­ de Europa, tormentosa como su mar Cantábrico y drugada. Mas el gobernador de la capital mejicana apacible como sus campiñas de verde esmeralda» se volvió «moderno» de repente y decretó que las (Antonio Martínez Cuétara, «El Oriente de Astu­ cantinas cerraran sus puertas a las nueve de la rias», 21-3-53). La leyenda quiere, por pura nece­ noche. Don Iñigo quitó las puertas de la suya y sidad narrativa, que haya sido dependiente tras el dijo que no podía cerrar. No habiendo puertas, no mostrador de un abarrotero. En la inmensidad del había modo de cerrarlas. El caso llegó a oídos del Nuevo Mundo, todo su horizonte se reducía a propio presidente de la República, general Porfirio aquel mostrador, que le servía de camastro. Las Díaz, quien recibió en audiencia al tenaz asturiano leyendas son implacables: mi abuelo también co­ y viendo que era hombre que le convenía, le acon­ menzó sobre el mostrador y llegó a ser dueño de sejó paternal aunque enérgicamente: «Mañana la firma, y acabó perdiéndolo, como don Iñigo, mismo manda usted colocar las puertas de su es­ porque la revolución mejicana, en este ámbito, y tablecimiento, porque con el Gobierno, a la corta la guerra del catorce, terminaron con los últimos o a la larga, siempre se pierde, y cumpla con las románticos posibles en un mundo en franca deca­ disposiciones del señor Gobernador. Pero, ¿por dencia: con el Imperio Austro-Húngaro y con los qué no piensa usted en otros negocios de mayor indianos clásicos. importancia que una cantina o una tienda?». El indiano, en América, no se pegaba a la tierra, ¿ Fue don Porfirio Díaz el primer protector de no la quería, porque aquélla no era la suya; estaba don Iñigo N oriega? Antes que el general tuvo demasiado apegado a su patria española, y su as­ otros, procedentes de su propia familia. Una foto­ piración era el retorno, en las mejores condiciones grafía de época nos lo muestra adolescente, con que fueran posibles: con cadena y reloj de oro corbata de lazo, recién llegado a Méjico, y junto a destacando sobre el chaleco. Como los judíos, el su hermano don Ramón; sobre ambos extiende indiano prefería el ejercicio del comercio, porque sus brazos protectores su tío don Juan, braquicé­ el oro que produce se puede llevar de un lugar a falo de frente despejada y pícnico, como acostum­ otro, mientras que la tierra queda donde estuvo bran a ser todos los Noriegas. Otro tío, y padrino, siempre y es de quien nace en ella. Su estrategia don Iñigo, también establecido en Méjico, le dio consistía en comprar barato y vender con ganan­ oportunidad de instruirse medianamente en un co­ cia; y si bien, al revés que los judíos, no temía legio. Los indianos siempre valoraron en mucho la «progroms» ni participaba de ritos (salvo el de instrucción. Fueron los únicos españoles que tu­ hacerse masón, a veces, que era, en Méjico, y en vieron un concepto pragmático de la Cultura; Cuba, ingresar en un club que podía proporcio­ tanto, que incluso la idealizaron. A fin de cuentas narle beneficios o cuando menos relaciones), eran modestos. Querían creer en ciertos valores como ellos anhelaba el regreso: no a la Tierra adquiridos antes que en su propio coraje. Porque, Prometida, sino, sencillamente, a su tierra natal, a aunque ello desdijera su propia experiencia, esta­ aquella tierra que habían abandonado de niños y a ban dispuestos a preferir a Charles Dickens sobre la que regresaban tras vagar durante cuarenta Jack London. Un indiano nunca se reconocería en años por un desierto de cactus, y de la que recor­ una novela. Nunca pensó ninguno (ni don Iñigo) daban todos los detalles, colores, olores, sabores que su vida pudiera ser novelesca. Ahora que se y líneas. El judío conserva una memoria de miles escriben tan lindas novelas sobre penenes, cual­ de años, cualquier judío mantiene el recuerdo de quier indiano podría pensar, si las leyera, qué la tierra de la leche y de la miel; mas el indiano, extraña es la ciencia-ficción como género literario, más iluso, cree haber nacido en su atlántico país y la literatura fantástica en general. de leche, miel y manzana, y aspira al retorno. La Al indiano le suelen reclamar sus tíos de Amé­ aspiración histórica hebrea del retorno al país de rica; otros que abandonaron la quintana antes que origen se cumplió en el tiempo milenario de un él, llaman a sus sobrinos. Las relaciones familia­ Pueblo; los indianos pretendieron el regreso en el res entre los indianos son de tío y sobrino, nunca breve tiempo de una vida humana y, lo que es de padre e hijo. Muchos indianos son solteros; extraño, algunos lo consiguieron. muchos, al regreso, se casan con una sobrina jo­ Como judío que ha de guardar el oro para vol­ ven. Muy pocos, en la época clásica, crearon un ver a Colombres, don Iñigo, a los treinta años de hogar en América; si se casaban lo hacían en edad, hacía pesos en una taberna rotulada «El Asturias y allá llevaban a su joven esposa para Borrego», en la Calle de Pelma, hoy Ayenida Ma- que aprendiera a dar órdenes a los indios; mas,

Eduardo Noriega 121 como los sefardíes que guardan la herrumbrosa Con la revolución mejicana declina la estrella de llave de su casa toledana, el indiano sabía que su don Iñigo. Nunca negó éste su amistad con don hogar es Asturias; que todo hombre ha de morir Porfirio: se sirvió de ella para conseguir emprésti­ en el lugar donde nació, y a ser posible en la tos del Banco Nacional de Méjico; la pretextaron misma cama. Estos aventureros sin saberlo enten­ sus perseguidores, sus enemigos, cualquier pe­ dían que el errante es un fracasado. queño burgués bilioso improvisado revoluciona­ Y don Iñigo, de cantinero pasó a comerciante y rio. Antonio Martínez Cuétara, en un esbozo bio­ de comerciante a hacendado, ganadero, taba­ gráfico de don Iñigo publicado en «El Oriente de quero. Le imaginamos en escenarios de western, Asturias» en 1953 (números 2.838, 2.839 y 2.840), con su cráneo llanisco, su viva mirada risueña, su refiere lo que sigue, de lo que no quitamos ni espeso bigote claro. Y empezó a funcionar su ponemos coma: «Era don Venustiano Carranza imaginación poderosa (la imaginación no consiste presidente de Méjico y un buen día llamó a su sólo en poner a levitar la quinta provincia gallega, presencia a don Iñigo y le dijo: «Le he mandado como supone cierto escritor que emprende tales llamar porque se han cometido con usted graves empresas; también se precisa imaginación, y mu­ injusticias, que deseo reparar en lo que sea posi­ cha más, para desecar la laguna de Chalco, semi­ ble, porque Méjico necesita hombres de su tem­ llero de paludismo, y repetir allí la casería astu­ ple. No es posible devolverle sus haciendas por­ riana, proveyendo a la ciudad de Méjico de leche, que ya están repartidas; pero sí puedo entregarle huevos, maíz, a través de un canal de treinta y sus propiedades urbanas. Para ello sólo es necesa­ cinco kilómetros de extensión, por el que navega­ rio que usted declare que no fue amigo de don ban vaporcitos de 200 toneladas. Cosechaba Porfirio Díaz». anualmente más de 100.000 carros de maíz, y or­ A lo que rehusó don Iñigo; versiones más pro­ denaba ordeñar diariamente más de 500 vacas le­ saicas sugieren que no estaba conforme con la cheras). compensación que le proponía el nuevo gobierno Otra de las características del indiano es su afi­ mejicano; sus propiedades urbanas tenían un valor ción al progreso. Era una afición tan firme como aproximado de cincuenta millones de pesos. sus convicciones republicanas, pues, entendían, La desecación del pantano de Chalco, las Ha­ las Cortes son más ostentosas que las Repúblicas ciendas La Asunción, La Covadonga y Zoquia­ civiles, donde cuando menos no se gasta dinero en pán, los ferrocarriles de Xico y Río Frío, las ciu­ uniformes, y además el Rey ha de cuidar de la dades de Colombres y Ciudad Reinosa, en Tamau­ descendencia, y asegurarla, mientras que el Presi­ lipas, quedaban atrás; allá, en el pasado, la doble dente, tarde o temprano, volverá a su casa y si te hilera de pinos que hizo traer de Colombres para vi no me acuerdo, bien de buen grado o con los plantar a la entrada de su palacio de Zoquiapán. pies por delante. En el siglo XIX se confiaba en la Resurgiría, no obstante; poniendo al mal tiempo Ciencia, en la Técnica: ahí tenemos a Julio Veme, buena cara, compra otros terrenos, tan improduc­ escritor optimista en sus primeros años. La má­ tivos como Chalco, a lo que parece, en Bronwsvi­ quina de vapor era una representación emblemá­ lle (Tejas) y, testarudo, los bautiza, una vez más, tica del progreso. Don Iñigo construyó, en su te­ Colombres. A Colombres (al verdadero Colom­ rritorio, el ferrocarril de Xico y Río Frío; la Revo­ bres) dotó don Iñigo de una Escuela de Comercio, lución, que en Méjico abolió pocas cosas, sí logró que sostuvo mientras le fue posible; y a sus ex­ abolir este ferrocarril. Las revoluciones pretenden pensas se hizo el plano de población de la villa. un cambio radical y absoluto, algo que se sitúa Todo indiano, cuando regresa, construye la fuente fuera del tiempo y del espacio; por ello, tanto y la escuela. Lo que sucede es que don Iñigo pueden ofrecer soluciones medievales como futu­ jamás concluyó su batalla americana; para él, el ristas, aunque éstas sean más imprecisas que tiempo de una vida era corto; acaso fuera también aquellas porque, aunque el Santoral revoluciona­ breve América. Le' gustaban los palacios; en Zo­ rio cuenta con distinguidos profetas, al final siem­ quiapán escribía sobre la mesa donde el empera­ pre se trabaja sobre seguro: es decir, se regresa a dor Maximiliano firmó el decreto por el que se la Edad Media fanática y flagelante, bajo el domi­ declaraban bandidos fuera de la Ley a los consti­ nio obsesivo del Redentor, del Guía, del Timonel tucionalistas, seguidores del presidente Benito Infalible. Cuando menos, indianos como don Iñigo Juárez, hombre íntegro y pragmático, austero y eran hombres de su tiempo: ni más ni menos que astuto, generoso y estricto, decidido y enérgico de la segunda mitad del siglo XIX. Opinaban que mantenedor de los principios democráticos, como el tren o el vapor son notables invenciones, muy su ejemplo, tanto en la ejecución de la acción convenientes para la buena marcha de la sociedad; política como ética y en el desgarbado y constante mas ha de subirse a ellos quien lo desee, siempre uso de la levita, el presidente Abraham Lincoln; a que tenga dinero para pagarse el pasaje. No pre­ Juárez le repugnaba la pena de muerte, mas él no tendían redimir a nadie: el redentor que creyera en había firmado aquel decreto. Por él, fusiló al pro­ la máquina de vapor como elemento progresista pio Maximiliano y a los generales cipayos Mira­ obligaría a todo bicho viviente a viajar en tren. món y Mejía. Dicen que Kitchener, tras derrotar

Indianos 122 Un grupo de socios alemanes de la ciudad hanseática de Hamburgo felicita por Navidad a su corresponsal en Méjico Ignacio Noriega Pedregal. al Mahdi, empleaba su cráneo como tintero y que dictadores hispanoamericanos en desgracia, siem­ un derviche, por ello, le echó una maldición, a pre prefieren París. Mientras vivió don Porfirio, causa de la cual su barco, que se dirigía a Rusia, no obstante, nadie ocupó el palacio, a no ser, siendo Ministro de la Guerra, muchos años más como refiere A. de Llanes, «los encargados de tarde, fue hundido por un submarino alemán. cuidarlo con todo esmero, dorar las rejas de hierro ¡Cualquiera sabe! Al chaval de Colombres, al que para que no se oxiden y cuidar de sus jardines luego sería don Iñigo Noriega, Maximiliano y Car­ como si el huésped estuviera siempre a punto de lota habían de quedarle muy lejos. Conservó su llegar a casa» . mesa, no obstante. A don Iñigo le gustaba don Don Iñigo N oriega Laso murió en Méjico en Porfirio, que, a fin de cuentas, había guerreado al 1923. lado de Juárez. Y, al ser expulsado de Méjico don En el extremo opuesto del destino de don Iñigo Porfirio por la revolución (marchó a Europa en el Noriega tenemos a Saturno Herrero de la Llera, mismo barco en que regresaba mi abuelo, y mi marinero del barrio de Santa Ana, de Llanes; a la abuela, que murió de noventa años en 1970, con­ entrada de este barrio, de tanto sabor popular y taba muchas historias de don Porfirio, a quien marinero, hoy destrozado por modernas construc­ había tratado en Méjico y en el barco), don Iñigo ciones para veraneantes, está la capilla de Santa decidió pagar favores o sencillamente manifestarle Ana, cuyas vigas son huesos de ballenas, y a su amistad; construyó un palacio en Colombres para lado, la casa del antiguo Gremio de los Mareantes, ofrecérselo al presidente destituido, al que puso cuya actividad se remonta a la Edad Media. Los por nombre «Quinta de Nuestra Señora de Guada­ marineros, por lo general, nunca fueron indianos; lupe». Mientras don Porfirio navegaba en direc­ emigraban los labradores, cuyo tío de América los ción al Viejo Continente en el «Ipiranga», don reclamaba e incluso les enviaba el dinero para Iñigo se apresuraba a concluir lo que deseaba que pagar el pasaje, se lo costeaban ellos, con la venta fuera el escenario y albergue del señor presidente, de un prado o de una vaca. Saturno Herrero, en el marco de un dorado exilio. Allí lucían alfom­ este sentido, fue un indiano original. «Hombre de bras, muebles, adornos costosísimos; y aguarda­ bien, respetuoso de las jerarquías sociales, de fe ban, como los senadores a los bárbaros en el sencilla y creyente a macha martillo, no tenía poema de Cavafis, el ayuda de cámara, los criados otra debilidad que sus frecuentes sacrificios en el alemanes, los cocineros, los porteros de casaca y ara de Baco», según escribe su biógrafo Fernando calzón corto. Mas don Poifirio prefirió París; los Carrera, fue padre de numerosa prole; no sa-

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123 hiendo qué hacer con tanta, embarcó a los hijos exterior, entregó su alma a Dios. Frente al Go­ varones para La Habana. Allí enriquecieron y, ruñu». habiendo quedado viudo Saturno, le llevaron con ellos. La melancolía domina los primeros días del 7-4-23 indiano en América; mayor ha de ser aún cuando Sr. D. quien embarca es viejo. Todo su anhelo, viejo o J.N. M. México joven, es regresar. Un indiano que versificaba fe­ Querido hijo: lizmente el bable, José Antot;iio Fernández So­ Mi última llevó fecha 12 de marzo, y desde esa brino, Pepín el Sardineru, _de' Pancar, recuerda fecha no he recibido ninguna de tus siempre gratas desde Méjico, con este tono, las cosas de la aldea: a que referirme; sólo la que me escribiste de la Si Dios quier qu' allá vayamos casa, cuya contestación te envío. vamos a gozar en regla. Se me extravió el extracto de la cuenta del Y si no abunda el manjuru primer trimestre del año pasado, por lo que espero y hay que trabayar n'a tierra no tener que hacer como con el cuestionario; por tú, por supuestu, dirás lo tanto espero que me lo mandes a vuelta de en'a Lancha a La baeda ... correo. Ya lo sabes: que no tenga necesidad de Yo estocinaré 'L arrincu volvértelo a decir. con un segote sin muerzas, El padre de Soto quiere que, si buenamente cucharé 'n zarda d'ablanu, puede, se venga este año a dar una vuelta por uno mayaré el terrón con trencas, o dos meses, pues tiene miedo a morirse sin verlo; cortaré bardiu escayosu yo no hago más que transmitírselo a ustedes, por con La rabona joceta, si fuera posible; se lo agradecería infinito. escapullaré cantando, Recibí los puros y cigarros que me entregó picaré árgomas n' a duerna... Emeterio C., de conformidad; muchas gracias por Eso sí, al final de 'L todo, tan valioso obsequio. habrá una pipona buena Ya ves que no lo hago tan mal escribiendo a de sidra, y en su cacipiu máquina. beberé a diestra y siniestra Por aquí todos en perfecta salud; por Cué y entre tayada y tayada Porrúa lo mismo. de una bolla de morciella. ¡Asina pasé La vida, 18-4-1923 y asina espero que güelva .. .! Sr. D. M. T. S. Santander Saturno Herrero no logró adaptarse a la vida de La Habana. Cuando no encontraba a algún pai­ Estimado amigo: sano para hablar de la tierrina, se iba a pescar con Refiriéndome a su estimada del 13 del actual. caña; un día mordió el anzuelo un marrajo, y La cuenta de gastos que deseo es para ver si me desde entonces desistió de esta actividad, pues dio conviene pedir una caja bruto 130 kilos y neto 100 en considerar que aquellos bicharracos de tantos kilos, de vajilla para mesa de porcelana decorada dientes eran más peligrosos que los «mundiates» y con una banda azul y oscuro y oro; supongo que las lubinas del Cantábrico. con estos datos tiene bastante. Al igual que Pepín el Sardineru, que recuerda la La cuenta separada que le indiqué a usted en sidra y las bollas de morcilla, Saturno Herrero, una de mis anteriores es de la caja número 130, por vigilia, preparaba a sus hijos, Pancho y Be­ que le suplico a usted la consigne al señor doctor nigno, bacalao a la vizcaína rociado con buen vino don José de la Vega Thaliny de ésta, mandándole de Rioja; tan sólo un elemento exótico admitía en al mismo talón y la cuenta de gastos correspon­ estas comidas, la caña blanca de los trópicos, que diente. le encantaba. La nostalgia de Saturno Herrero de Muy bien hecho con don Antonio Roiz. Ya es­ la Llera era tan tenaz que un día, tras «aplata­ cribí a Hamburgo solicitando el certificado, como narse» con caña, recorrió el Vedado cantando el usted me indica, y no dudo obtenerlo. Rosario de Llanes mientras la multitud aplaudía la Tendré muy presente su recomendación para «gracia» del «patronsete gayego». Compren­ futuros pedidos; por lo pronto sólo me falta recibir diendo que no tenía remedio, los hijos hubieron de lo siguiente: las lunas rotas, cuyo certificado le repatriarle, tras haberse encerrado en su casa con suplico me remita, y unas macetas; un especiero el propósito de ahorrar para pagarse el billete de de madera y loza, y unas escupideras de porce­ vuelta. Mas en Llanes se encontró con el alma lana, aparte unas tazas de la misma materia y unos dividida. «Si en La Habana añoraba a Llanes, en aisladores para piano, por lo que le suplico me Llanes añoraba a sus hijos», escribe Fernando diga cómo deben venir declaradas estas cosas. Carrera. Y concluye el biógrafo: «Una noche, al Repítame a sus órdenes. entrar en su casa del Fuerte, en el primer escalón I.N.P.

Indianos 124 Segunda generación de indianos. Excursión a Yucatán. En segundo término, a la izquierda, el productor cinematográfico José Noriega Moradiel/as. (Archivo hermanas Mijares Pardo).

25-4-23 Hazme el favor de hacer presentes a Margarita, Sr. L. P. Córdova (México) · Cándido y Lázaro nuestros recuerdos; y tú sabes Estimado y viejo amigo: lo mucho que te aprecia tu viejo amigo y s.s. Acabo de recibir tu siempre grata de 23 de marzo, a la que me refiero. 22-4-1923 Por el tenor de tu carta deduzco que no me Herr Gustav Sommerfeld. Hamburgo acompañarás tampoco este año, lo que sentiría en Muy estimado amigo: el alma; espero pues el aviso, porque no tengas Tuve este gusto el 5 de marzo pasado y carezco miedo a la guerra, que ésta no viene porque los de sus siempre gratas a que referirme. gabachos están solos y no cuentan con los elemen­ Supongo que ya me habrá conseguido las tazas, tos necesarios para hacerla, ya que si contaran pues en ese país hay de todo, ¿ verdad? con ellos sería otra cosa. Así que anímate y vente, Ya ve usted que yo ya estoy muy adelantado, que el mundo aquí ha de quedar. pues escribo a máquina. Por la prensa me entero de que pretendían pe­ Sin más por el momento, y deseando que los garle fuego los émulos de Lenin a la casa de don gabachos los dejen trabajar en paz, me repito de Pepe; ¡cuándo se convencerán esos brutos de que Vd. affo. atto. amigo y s.s. con esas doctrinas lo único que se consigue es la ruina! En fin, que con su pan se lo coman. Haz el favor de saludar a don Pepe y decirle que celebro 4-5-1923 que la sangre no haya llegado al río. Herr Max Salomon. Frankfurt La misma dieta que te ponen a ti me la ponen a Muy estimado amigo: mí; y ni Dios pasó de la cruz ni Concha [su es­ Dígole en contestación a su tarjeta postal 27 de posa] pasa de ahí. Ciertamente no nos queda más abril pasado que confirmo mi anterior del 25 del que recordar los viejos buenos tiempos pasados, referido mes, en la que le decía que las personas los que desgraciadamente ya no volverán. que se interesaban por los artículos que indica que

Eduardo Noriega 125 aquí los tienen bastante más baratos que lo que trísimo señor don Lenine Sommerfeldt con toda usted anota y que por lo tanto han desistido de reserva una de ellas; por si aún no las tiene usted hacer el ensayo que querían hacer; y también su­ recibidas, le suplico se las pida de mi parte a don plicaba a usted me hiciese el favor de guardarme Julio y le suplico recomiende al señor Lenine que los marcos del cheque en su poder, que tal vez guarde reserva también, y dígale que no se le vaya yo este año otra vez a baños a Nauheim, si acabe pronto por si tengo el gusto de darle una es que los gabachos lo desocupan, pues según probadita en agosto próximo, si los gabachos se noticias lo han ocupado esos sinvergüenzas. retiran de la zona ocupada, lo que dudo, porque Repítome a sus órdenes. esos son como las aves de rapiña. En fin, que con su pan se lo coman. Llanes, 12 de junio de 1923 Mi siempre querido Cristóbal: 8-5-1928 Refiérome en lo necesario a su siempre grata del Sr. D. Francisco. México 26 de mayo pasado, salvando puntos conformes. Querido Francisco: Muy bien lo que me dice usted sobre los encar­ No tienes idea de lo que sentimos todos lo que gos; sólo tengo que recomendarle que no quiero le pasó a la buena de Angelita, pero en nada que sepan nada ni Hillwig ni los Oetling por cau­ podemos remediarlo. Ya lo creo que la pobre, con sas que usted se supondrá, pues creo que ustedes tantos enfermos y tanta debelada, tenía que venir no se llevan todo lo bien que pueda desearse. En a lo que vino. Pedimos a la Virgen de Guadalupe caso de que no pueda anular los aisladores, déje­ les mande a todos la salud, pues no habiendo ésta los, pero yo quisiera traerlos conmigo, pues tengo en alguno de la familia, no hay ni puede haber la seguridad de que Poincaré me permitirá pasar­ tranquilidad, por estar uno siempre con sobresal­ los por su territorio sin ser molestado por el kay­ tos. Todos nosotros comemos del pote grande, ser; para eso le regalamos los pantalones de ma­ con lo que entenderás que estamos todos buenos, rras. gracias a Dios. Pero este año no tendré el disgusto del pasado, Me dices que el traje que le trajimos de París a que apenas entramos en la zona ocupada viene allí nuestro ahijado les gustó mucho; así da gusto ha­ un gabacho a apearnos del tren diciendo que los cer regalos, cuando gustan. coches de primera clase eran sólo para los oficia­ Ya sabía yo por Pepe que el Gobierno había les, y como era sábado tenían que ir a París a dominado por completo la situación, lo que me descargar para regresar el lunes. Quiere usted ma­ alegra. A ver si es la última ésta, pues mientras yor falta de respeto, quitar al pasaje que paga su que se agarren al fusil para salir en las elecciones dinero para dejar lugar a los que nada pagan y no podemos decir que estén dentro de la verda­ aumentar de esa manera la cuenta de reparacio­ dera democracia, y lo que debiera hacer el Go­ nes. Es cosa jamás vista en país civilizado, pero bierno es fusilar a todo el que cojan de los traido­ qué quiere usted, buen amigo. Así son y no hay res, a ver si de esa manera se acaban las revuel­ más remedio que dejarlos. tas, que siempre pagamos nosotros, sin comerlas ni beberlas. Pero así están las cosas, y no nos 3-6-1923 queda otro remedio que sobrellevarlo con pacien­ Herr Richard Hillwig. Hamburgo cia; pero en lo que no podemos estar conformes es Estimado amigo: con el criterio de que se paguen otra vez las con­ Recibí sus dos postales por las que me informa tribuciones pagadas a los traidores. del efecto que causa en ese hermoso país la inter­ En fin, lo bueno es que haya paz, pero paz vención de un gobierno extraño en los asuntos verdadera, no ficticia, para que se puedan desarro­ internos, lo que hicieron validos de la fuerza bruta llar los recursos grandes que tiene el país, y ver la y basados en quién sabe las leyes que ellos invo­ manera de salir de ese ambiente. can, pues que según tengo entendido las leyes internacionales creo que dicen que ningún país por 7-5-1923 deudas puede intervenir en otro, pero esos gaba­ Sr. J. N. M. México chos son así, lo ancho para mí y lo angosto para Mi siempre querido hijo: ellos, pero hay que tener presente que, como dice No dudo en que conseguirás el certificado a que el adagio, no hay mal que cien años dure ni cuerpo te refieres del consulado de este país en ésa, el que lo resista. Pero amigo don Ricardo, hay que que espero me mandes directamente a mí para no tener fe en el destino, y tarde o temprano tendrán tener trabas en esas aduanas. su merecido; quizás no lo veamos nosotros, pero Más que bien lo hecho que me dices de los ya les llegará su hora. jarrones. También te adjunto copia de la que te Supongo que ya le habrán dado a usted las dos mandé con mi confirmada de la casa. botellas de vino jerez, y que usted, que es tan Nos proponemos ir a Madrid a escuchar el dis­ amable, me haya hecho el favor de llevar al ilus- curso que echará don Melquiades Alvarez en esa

Indianos 126 capital; vamos tu padrino y muchos más, pues en esta villa casi todos los que valen algo son del partido, y vamos en un tren especial directo, y el viaje lo haremos a finales del presente, siempre que el Directorio dé permiso a don Melquiades para la ceremonia. A Concha le contraría que me meta en estas cosas pero no creas que me meto de lleno en la política, pues yo siempre fui conserva­ dor y lo seguiré siendo. Lo hago por tener la convicción de que ese partido es el mejor, pero de todos modos, de una forma platónica. No te creas que yo me opongo a tu proyecto de viaje a ésta y a Alemania, pues demasiado com­ prendo lo útiles que son siempre los viajes y lo que influyen en todo, pero te suplico que me es­ cribas una carta en el siguiente sentido: que se les torció un negocio que tenían ustedes hecho por conducto de Oetling de vidrios planos, y que se les torció por causa de la subida del cambio y que Foto hecha en 1940 de purititos asturianos (refugíberos), con van de por medio más de cien mil francos, y que la excepción del gaitero y el tamborilero (de la vieja colonia). para ver la manera de arreglarlo tienes la necesi­ Los más conocidos: l. José Miaja (general). 2. Augusto Ordó­ ñez (cantante). 3. Samuel Sisniega (médico, de Llanes). 4. dad de hacer el viaje. Mucho te suplico no se te Luis Laredo (médico psiquiatra, de , diputado). 5. Ra­ olvide escribirme en este sentido, para no tener yo món Díaz (alcalde de ). 6. .Ovidio Gondi (de San aquí discusiones con quien nada entiende más que Martín del Rey Aurelio). 7. Ismael García Lombardía (diri­ decir que los gastos de viaje bien podía verlos gente de la FETE, padre de Ludivina García Arias). 8. Faus­ tino Miranda (botánico, el Jardín Botánico de la Universidad situados; ya tú me entiendes, pues de esa manera lleva su nombre). 9. Veneranda Manzano (diputada socialis­ ya no admito yo discusiones ni nada. ta-comunista).

Eduardo Noriega

127 Supongo que te habrás enterado del horrible antes, pues el Supremo Gobierno Bolchevique no asesinato de los ambulantes del tren expreso de tiene dinero para pagar a sus empleados, que es­ Andalucía por la «Región». Estuvo de lo más ho­ tán hambrientos, y mientras no se normalicen los rrible que pueda imaginarse y hoy o mañana será pagos no se compondrá la situación, al menos así el juicio sumarísimo para fusilarlos, lo que no se me lo supongo yo. merecen, pues lo que merecen es la horca y nada más, para evitar que se repita otra salvajada como ésta, que ha de haber causado horror en el extran­ 9-5-1924 jero, donde dirán, y con razón, que este país es de Señor D. A. S. Noriega. México. salvajes. Estimado ahijado: Ahora estamos con hora oficial y astronómica, Vale más tarde que nunca, dice el adagio, y así como estuvimos en ésa hace años. Esto se debe a digo yo, pues no tienes idea del gusto que me da los vecinos franceses, que la implantaron para recibir tus cartas, pues nada más natural que me economizar no sé qué cosa; el caso es que siempre alegren, sobre todo estando como estás entre pu­ hemos de ser los monos de imitación. Yo me ros bolcheviques. supongo que será por los ferrocarriles de la fron­ Mucho me alegro que ya estés en el 4.0 año de tus tera, para evitar que tengan que esperar los viaje­ estudios y deseo que termines los dos que te faltan ros tanto tiempo en las fronteras, pero no veo para que ya puedas ejercer tu profesión de una nada práctico en esa medida, más que engañarnos manera que compitas con Ramón y Cajal. a nosotros mismos. Me escribes desde la Beneficencia Española, de la que ya eres practicante; así me gusta, pues eso Sr. D. Bernardino Gutiérrez. Torrelavega me demuestra que te aplicas; esa manera de estu­ Muy estimado amigo: diar me parece la mejor pues la práctica hace a los Esta sólo tiene por objeto el inferirte una moles­ buenos médicos, ¿no es así? tia pero muy grande y es la siguiente: que me hagas el grandísimo favor de ver si por ésa se 11-12-1923 encuentran dos criadas sin pretensiones, una para Sr. D. Ramón García. Málaga la planta baja y planchado, y otra para la planta Estimado amigo: alta, que se compone de un piso y buhardilla. El Hoy que encontré a Paco Gutiérrez me pre­ sueldo que se les pagaría sería de cinco o seis guntó por su salud y le dije que había de estar duros al mes. Ya ves que te molesto con una cosa enfermo porque no me contestó a una carta que le que casi me da vergüenza, pero qué quieres que envié; y me recomendó mucho que no dejara de haga, pues tú ya sabes cómo son las mujeres y no saludar a usted muy afectuosamente. dudo que tu señora sabrá recomendarnos una cosa Según la prensa de esta provincia, ya empeza­ buena, y si no, qué le vamos a hacer. Paciencia y ron los «zoquetazos» en México, pues dice que ya barajarla. salieron de Veracruz 15.000 hombres para tomar También me informan que en ésa se consiguen la capital, y al día siguiente dice la referida prensa jamones que son todo magras, si así lo encuentras, que ya no hay nada, pero como dice el refrán, espero que hagas el favor de mandarme uno y cuando el río suena ... decirme su importe para situarlo enseguida. Está visto que el sirio de Calles no se conforma con perder, pues según otros conductos, también 9-5-1924 me dice un buen amigo de Jalapa que la revolu­ Sr. D. Julio Oetling. Hamburgo ción está en las Cámaras y Ayuntamientos, pues Muy estimado amigo: en esos sitios se injurian y apaléanse, y se dan Tengo el gusto de corresponder a su estimada tiros como si se tratara de salvajes, y ya hubo del 1 O de abril pasado. varios muertos y la mar. Ciertamente, según noticias de la prensa, ya De Tal vez llame a usted la atención que le llame la Huerta salió de la República, de lo que debe sirio a Calles [Plutarco Elías Calles, presidente de resultar la total pacificación de todo el país. No México] , pero cierto es que ese buen señor no es podemos decir nada de los mexicanos en favor de mexicano, pues resulta que aunque nacido en So­ ellos, pues mientras no se conformen con el voto nora es hijo de sirio y creen que conserva la na­ no podemos decir que están lo suficientemente cionalidad del padre, y de la madre nada dicen, lo civilizados; pues mientras exista el ideal de que que hace suponer que no está reconocido y por lo para salir con la suya tienen que echar mano al tanto ya usted me entiende. Según todas las refe­ fusil, es imposible que lo podamos decir, ¿no le rencias que me llegan de allá, sólo los pelados son parece? sus partidarios, yo ni quito ni pongo Rey y no Según noticias de mi hijo ya se empiezan a hago más que transmitirle las noticias. El Estado componer un poquito las ventas, pero no de una de Veracruz está completamente hecho Lenin, manera que se pueda decir que estén ya como pues el Gobernador ya habla como los bolchevi-

:ndianos 128 ques. Es una cosa atroz. ¿Qué le parece, don apegado a la maestría de la ciencia, que te pro­ Ramón? duce tanta tranquilidad y prolongada salud. Ojalá y que esto te dure muchos años y que, cuando LA SEGUNDA GENERACION menos al transcurrir éstos, que yo vea también a DE INDIANOS mi llegada que no han pasado por ti los años que acabo de expresar y que sigas siendo el castigador 20-11-1934 perpetuo y derribador del Pollo de Onís. Sr. J. E. S. Llanes, Asturias ¿Has vuelto a ver a la guardesa de Naves? ¿No Muy estimado pariente: has viajado nuevamente de Oviedo a Gijón en Ya es justo que después de un mes de arribar a auto sin placas, sin luz, sin matrícula y con dos esta capital me decida a escribirte, porque de esta socialistas por conductores? manera estoy seguro de recibir pronto tu atenta Si se te ofrece algo de EE. UU. o de este país, contestación. ya sabes que me tienes a tu disposición, y como En alta mar recibimos noticias de los aconteci­ cuento con corresponsales y amigos para todo lo mientos socialistas desarrollados en Oviedo y sus que se me ofrezca, ésto me sirve para aprovechar contornos, lo que nos ha causado una honda im­ esta ocasión y brindarte estos servicios, que a presión, no por el triunfo de una política o de otra, veces ahí son muy beneficiosos, y si no, acuérdate pero sí por las desgracias en que siempre son de la radiola, los puros, etc. A propósito de la paganos los que no son causantes y los que no le radiola, desearía saber si efectivamente te dio un merecen. buen servicio. En carta que recibí de mi hermano Angel, me Igualmente no creo que sea mucho pedir el que anuncia que probablemente irá a Oviedo en tu me contestes pronto, pasándome un amplio in­ compañía y la de algunos otros, para ver en qué forme de cuál vida haces ahí, lo mismo que Bar­ condiciones quedó aquella capital de provincia tola, pues no sé si el invierno será de los malos, que, según noticias cablegráficas, hay muchos edi­ que te impida hacer el paseo a Llanes y «diez para ficios destruidos por el fuegoy a consecuencias de mí» en el Casino, pues si vieras que esa tertulia la guerra, que produce destrucción. Precisamente que hacíamos la echo mucho en falta, en aquellos por eso estoy en espera de algunos datos, aunque ratos en que doy por terminada mi labor, al fini­ es probable que con ellos reciba positiva contra­ quitar el día. riedad, pero cuando uno está lejos es cuando más No sé si seré criticado por el grupo de chicas le llama la atención todo aquello relacionado con que acompañábamos con frecuencia, y digo ésto la patria. Muchas gracias por lo que tú me infor­ porque, como sabes, salí sin despedirme, y esto mes sobre el particular y principalmente, si el resulta para uno práctico pero un poco desairado futuro de nuestra nación entra en una era de tran­ para aquellas personas que tuvieran verdadero quilidad y progreso. gusto en que les dijera adiós. Haciendo reconstrucción de los hechos sobre la vida que harás por ahí en estos momentos, ya me M.S. N. figuro verte cargado con una escopeta, tres perros y ciento cincuenta neverinas reunidas entre Tano, Junco y tú, y que con esos ejercicios estarás re­ puestísimo de energías, salud y filosofía, y aunque reconozco todo el valor que tiene esa distracción, no te envidio mucho la época de invierno, pletó­ (Agradezco la colaboración prestada por Manuel rica de humedad y de frío, que produce neura en Maya Conde, que ha puesto a mi disposición las gran capacidad; esto, desde luego, no lo digo por viejas y riquísimas colecciones del veterano y ejem­ ti, sino por mí, porque estás reconocido como plar semanario que dirige, el centenario «Oriente de hombre bien experimentado de tener un dominio Asturias» de Llanes.)

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