Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones

(S-2128/10)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

Art. 1°.- Reconocer en el Teniente Coronel de Marina Luis Piedrabuena, a la personalidad sobresaliente del Bicentenario, en el marco de la Armada Nacional.

Art. 2°.- Disponer que los actos de homenaje para su natalicio y fallecimiento quedan a cargo del Estado Mayor de la Armada.-

Art. 3°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.-

Roberto Basualdo. –

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Luis Piedrabuena nace un 24 de agosto de 1833 en Carmen de Patagones. Era un criollo é hijo de criollos y como se decía en su tiempo, un “maragato”.

A la corta edad de 9 años fue entregado en tutela al capitán norteamericano James Harris, quien navegara con el capitán Hipólito Bouchard en “La ”, surcando los mares del mundo. Ello le permite completar sus estudios y guiado por una vocación irrenunciable se incorpora a las filas de la marina.

Contando con 26 años es ballenero, lobero, oficial subalterno en el Golfo de Méjico y en las Antillas, comerciante y explorador.

Conoce , frecuenta las islas Malvinas, la Isla de los Estados, los canales fueguinos y también la tierra de Graham, donde su barco estuvo atrapado por los hielos: debió permanecer un mes con alimentos escasos – carne de foca y aves marinas -, siendo el primer argentino que desembarcó en el continente blanco.

Estamos hablando de un hombre dotado de una excepcional personalidad y poseedor de un patriotismo que proyectaba en toda oportunidad: en su navegación por las costas australes entregaba a los nativos y aborígenes del lugar, banderas que él mismo confeccionaba, con el objeto de que se relacionaran con los colores de nuestra enseña nacional.

Interviene y participa en numerosos salvatajes de barcos europeos, tanto de pasajeros como de carga, negándose a aceptar retribución alguna. Tan valioso gesto le valió el reconocimiento de los gobiernos del viejo mundo; alemanes, británicos y noruegos.

En 1859, siendo capitán de la goleta “Nancy”, llega a la ría de Santa Cruz, sube por su curso 5 leguas y toma posesión de una pequeña isla, a la que denomina “Pavón”. Allí coloca un mástil é iza la bandera argentina.

Se consideraba argentino de pura cepa y busca siempre el amparo del pabellón.

Luis Piedrabuena atiende y sirve con abnegación ejemplar a la causa argentina, en una zona geográfica donde los reclamos entre su país y asumen una presencia permanente.

Podemos manifestar, sin hesitación alguna, que la hazaña de Piedrabuena entra en la historia de la mano de un patriotismo que no necesita explicación.

Estaba radicado en , bien recibido por la población y plenamente incorporado a Ella, donde se encontraba su almacén y fábrica de aceite. Tal presencia provocaba en Chile un particular desagrado, por cuanto se convertía en un obstáculo insalvable en el incremento de la penetración chilena en el sur.

Si su figura en el río Santa Cruz señala el límite del reclamo chileno, su condición de propietario en Punta Arenas entregó fundamento para considerar que las costas atlánticas correspondían a nuestro país.

Lamentablemente, Luis Piedrabuena se veía acotado a sus propios recursos, pese a los importantes informes que remitía a Buenos Aires, debido a los permanentes conflictos internos del gobierno nacional.

Pese a ello y en su denodado esfuerzo por extender los límites de su país establece una cabaña en Puerto Cook ( Isla de los Estados ) y, como señala con acierto el historiador José Luis Muñoz Aspiri (h), recorre y reconoce como propias el archipiélago de las Wollaston, isla Hermite y la isla del Cabo de Hornos, en la que deja grabado su enaltecedor mensaje:

“Aquí termina el dominio de la República Argentina. En la Isla de los Estados se socorre a los náufragos. Nancy 1863. Cap. Luis Piedrabuena”. Deja en el lugar – fabricados por él – un asta de hierro con la bandera argentina.

Durante 19 años la Argentina Austral fue PIEDRABUENA.

Para El eran argentina toda el área geográfica entre el litoral y los Andes, el estrecho de Magallanes y hasta el Cabo de Hornos.

Pese a no contar con instrucciones gubernamentales ni efectivos de marinería para sustentarla, tenía un claro concepto de nacionalidad.

Al “Campeador de las Borrascas” como se lo denominara en su época, le llegó la hora de la partida siendo aún muy joven; contaba con tan sólo 50 años de edad y un despacho de Teniente Coronel Honorario de la Marina.

Coincidimos con el historiador Sánchez Zinny en aquello que, Luis Piedrabuena pudo haber sido norteamericano y también chileno y nadie podría habérselo reprochado, pero quiso ser ARGENTINO, de una manera total y absoluta.-

Es justo destacar que nuestra Armada Nacional prodiga, desde hace muchos años, los homenajes correspondientes a tan destacada hombría, aunque nunca su trayectoria alcanzara la proyección de la Ley Bicentenaria que en éste acto presento, recabando a mis pares acompañen su presentación, aprobando éste proyecto.

Roberto Basualdo. -