Hospitales y centros asistenciales

Juan Gondra Rezola

Artículos publicados en el periódico entre los años 2000 y 2014

Página

1. El Hospital de la Magdalena 3 2. El Hospital de San Lázaro 6 3. El Hospital de los Santos Juanes 11 4. Las Señoras del Hospital y las beatas 12 5. Primer Hospital bilbaíno para la curación de enfermos 13 6. El Hospital de y las procesiones de Semana Santa 14 7. Los Hospitales Militares y Civil de Bilbao durante la guerra de la 15 Independencia 8. Las Monjas del Hospital 16 9. Tratamiento de las fracturas óseas en el Hospital de Atxuri 17 10. El Hospital de Bilbao y las corridas de toros 18 11. Las rifas y tómbolas a beneficio del Hospital Civil 19 12. Intento de unificación del Hospital y la Misericordia 20 13. La obsolescencia del Hospital de Atxuri 21 14. Inauguración del Hospital de Basurto 22 15. Los Hospitales de Begoña I 23 16. Los Hospitales de Begoña II 24 17. El Hospital de 25 18. El Hospital para epidemias de Elejabarri 26 19. Los primeros hospitales militares provisionales en Bilbao 27 20. Los Hospitales Militares en Bilbao durante la guerra civil 28 21. La primera Casa de Socorro del Ensanche 29 22. La Casa de Socorro de San Vicente 33 23. La Casa de Socorro de Urazurrutia 39 24. La Casa de Socorro de 47 25. Las personas ahogadas en la Ría 48 26. El rescate y reanimación de los ahogados en la Ría 49 27. Los primeros socorristas en la Ría de Bilbao 57 28. El nacimiento de la DYA 58 29. Historia de la asistencia sanitaria de urgencia en Aste Nagusia 59 30. La Fundación Vizcaya Procardiacos 60 31. La Seguridad Social en Bilbao 61 32. El Servicio Municipal de Ambulancia 62

Hospitales de Bibao, I

Un hospital fantasma: El Hospital de la Magdalena Juan Gondra, periódico Bilbao, número 158, marzo de 2002, pág. 34

Han sido pocos los hospitales que han prestado servicio en Bilbao a lo largo de su historia; tan pocos, que para contarlos sobran los dedos de una mano. Muy lejos del elevado número de hospitales que era frecuente encontrar en otras ciudades europeas. Pero antes de entrar en más detalles, debemos aclarar lo que entendemos por hospital. Concepto de Hospital Para el hombre de hoy un hospital es, sobre todo, un lugar en el cual los miembros de la comunidad pueden obtener servicios destinados a devolverles la salud; los hospitales medievales, en cambio, se concebían como instituciones para la práctica de la caridad y no como lugares de curación. En cierto modo, el hospital de la Edad Media era un centro de beneficencia, entre cuyas funciones figuraba, pero no de modo exclusivo, la cura y cuidado de personas enfermas. Si nos situamos en la Europa de los primeros años después de la fundación de Bilbao, encontraremos que el hospital era una institución en ciernes, poco perfilada aún, no bien definida, lo que explica las profundas diferencias que había entre unos centros y otros, y con una multiplicidad de funciones manifiesta: además de atender en ellos a enfermos, se daba refugio a viajeros y mendigos, limosna a los necesitados, crianza a los niños huérfanos o expósitos, asilo a los ancianos, sepultura a los difuntos, etc.

Hospitales religiosos y hospitales burgueses

En los años próximos a la fundación de la Villa, los hospitales europeos extendieron e hicieron común la práctica de tener un médico a su servicio. Hasta entonces el tipo de hospital que predominaba en Europa era un pequeño centro adscrito a un monasterio o a una catedral; en él se daba una oportunidad al desarrollo de la virtud de la Caridad, siguiendo un mandato religioso que era el motor principal de la propia existencia del hospital. Años atrás, al inicio de la Edad Media en Europa, había tenido lugar una desorganización completa del modelo heredado del Imperio Romano, y fue entonces cuando, para compensar la creciente necesidad de cuidados médicos, surgió ese tipo de medicina eclesiástica que tuvo su modelo en las enfermerías monásticas y que se difundió rápidamente. Hasta el siglo XIII fueron los propios frailes quienes se encargaban de atender a los enfermos y, aunque carecieran de formación médica, mientras ellos fueron quienes prestaban asistencia la calidad podemos considerarla como buena. Pero ya en el siglo XIV, en el tiempo de la fundación de Bilbao, surgió un nuevo modelo de hospital cuyo patrocinio no era eclesiástico ni del rey: asistimos a la entrada en una nueva etapa, la de los hospitales burgueses, una realidad en toda la Europa Bajomedieval, más frecuente en aquellas ciudades que, como en el caso de Bilbao combinaban un alto grado de soberanía municipal con un importante comercio a larga distancia y con producción propia de manufacturas.

Hospitales de Bilbao A pesar de que las informaciones que poseemos acerca de ellos son muy escasas, podemos incluir en este modelo de hospital burgués a los del Bilbao del siglo XVI; fueron hospitales de fundación seglar, patrocinados por la iniciativa ciudadana, regidos y financiados directamente por el concejo municipal; dotados de asistencia médica a cargo de los médicos titulares y administrados por un seglar que recibió indistintamente los nombres de manobrero, administrador o mayordomo. Ambos tenían como finalidad principal el asilo de pobres y no la curación de enfermos; quien allí ingresaba no lo hacía por enfermo, sino por pobre. Y ya no marchaba del hospital hasta salir de la pobreza o hasta fallecer. Se trata del hospital de San Lázaro y el de los Santos Juanes, este último el más conocido por ser el que disfrutó de más larga vida ya que, considerando su continuidad con el Hospital de Basurto, cubre más de quinientos años de nuestra historia; a ellos hay que sumar otros dos: un pequeño y efímero hospital situado junto a la iglesia de Santiago, tal vez el más antiguo de la Villa, y otro al que hemos llamado fantasma, el de “La Magdalena”, hospital citado por Teófilo Guiard, Archivero de la Villa y autor de su historia más completa, ignorado o negado por otros autores.

Hospitales de Santiago y de la Magdalena La mención más antigua que pudiera referirse a estos hospitales la encontramos en un acuerdo municipal del año 1463 en el que se ordena desalojar la casa torreón que es pegada al ospital y dejarla para los pobres y para el mayordomo del ospital. Como en uno de los dos torreones que flanqueaban el portal de Zamudio estaba situada la cárcel, nos es lícito suponer que ese mismo torreón o el simétrico albergara el primitivo hospital. En un documento de ese mismo año se nos habla del Torrejón nombrado Paraiso que es pegado al ospital de la dicha Villa. Según algunos autores, el de la Magdalena estuvo situado años después a pocos metros de distancia, extramuros, en un edificio gótico construído hacia el año 1480, que ocupaba parte del solar donde se encuentra actualmente la iglesia de los Santos Juanes, junto al Portal de Zamudio. Ignoramos la fecha exacta en que dejó de prestar servicio como hospital, si es que alguna vez lo hizo, en cualquier caso antes de comenzar el siglo XVI; aunque puede crear alguna confusión al respecto el hecho de que la permuta de terrenos que permitió a los Jesuitas utilizar el solar que hipotéticamente ocupaba este hospital para levantar un colegio (actual museo etnográfico) con su iglesia, hoy parroquia de los Santos Juanes, tuvo lugar en el año 1624.

Silencio Y entre estas dos fechas, un largo silencio; un silencio tan llamativo, que ha llevado a la duda acerca de su existencia. En efecto, mientras el Archivo Municipal se encuentra bien surtido de referencias acerca de documentos que afectan a los otros dos hospitales, no encontramos uno solo que haga alusión a este Hospital de la Magdalena. Respecto a los otros hospitales podemos encontrar numerosos testimonios escritos en los que se detallan donaciones testamentarias, nombramientos de personal, inventarios, obras, etc.; pero ni una sola mención del que hoy nos ocupa. Así que nos quedaremos con la pregunta sin respuesta: ¿fue o no fue real? nuestro hospital fantasma.

Hospitales de Bibao, II

Juan Gondra. Periódico Bilbao. N. 168 (feb. 2003) p. 30

El Hospital de San Lázaro

Llamado en ocasiones “Ospytal de San Nicolás” por su ubicación junto a la iglesia así llamada, el Hospital de San Lázaro en uno de los dos con que contó el Bilbao de la Edad Moderna. Su nombre nos indica una condición inicial de leprosería, aunque lo que conocemos acerca de esta institución se asemejaba más a lo que hoy entendemos por una asilo o albergue que a un hospital para enfermos.

Fundación El primer documento menciona a este Hospital lleva fecha de 1482, aunque nos induce a pensar en una mayor antigüedad ya que en él se refiere un convenio entre los Cabildos Eclesiástico y secular de Bilbao confirmando la “antigua costumbre” de que el Hospital de San Lázaro recibiera la mitad de las obladas, ofrendas y pies de altar que los fieles dejan en la iglesia de Nª Sra. de Begoña. Parece lícito, pues, atribuirle una fundación en años anteriores.

Localización Respecto a su ubicación nos proporcionan una pista las referencias a su capilla aneja, construida como ermita en 1490, que dio lugar a la actual iglesia y parroquia de San Nicolás; iglesia que todavía conserva, entre su magnífica imaginería, una estatua de San Lázaro. Parece que las casas que albergaban al hospital se encontraban situadas entre la iglesia y dos conventos de monjas próximos: el de Santa Mónica y el de la Esperanza; en el primero, construido parcialmente sobre terreno de San Lázaro, se ubicaría más tarde la aduana y ahora se encuentran las estaciones del metro y del ferrocarril. El segundo, que da nombre a la calle, sigue en pie albergando actualmente un centro de enseñanza. Esta situación viene definida por tres documentos: el primero, más antiguo, refleja venta de un manzanal, propiedad del hospital, al beaterío de las religiosas Agustinas de la Esperanza, con el que colindaba; los otros se refieren a un deslinde de terrenos (año 1760) y a la compra de parte del viejo hospital de San Lázaro para ampliar las instalaciones de Santa Mónica. Ocuparía, pues, parte de los solares donde se encuentran actualmente la estación del metro, el ascensor a Mallona y el frontón de la Esperanza.

Edificio y dotación Probablemente sería en principio una sencilla construcción de madera y no tenemos constancia de que nunca fuera construido un edificio de mayor categoría. Es posible que no se tratara de un único edificio construido ex profeso, sino que ocupara parcialmente varias casas destinadas en ocasiones a otros usos. En el inventario de bienes de este hospital en el año 1539, pobre inventario, consta la presencia de 14 camas. Tal vez fuera ese el número habitual de asilados, aunque no podemos excluir la posibilidad de que una cama fuera utilizada para acoger a más de una persona. Con ocasión de una pestilencia que afectó a la Villa el año 1507 y cuyo origen se atribuyó al contagio procedente de este Hospital, fueron más de noventa los allí asilados que fueron desplazados a otros albergues, situados fuera de Bilbao. El inventario de 1539 detalla la ropa de cama, los pucheros, los ornamentos religiosos y otras pertenencias más nimias; pero no menciona un solo elemento que podamos relacionar con el ejercicio de la Medicina ni de la Cirugía, lo cual corrobora su carácter de asilo de pobres y no de hospital para la curación de enfermos.

Personal Las pocas referencias de que disponemos a este respecto, nos hablan de la existencia de un mayordomo, llamado en ocasiones administrador o manobrero, nombrado por el Ayuntamiento y encargado de administrar las rentas y los gastos. Lope Martínez de Amunnury en 1482, Martín Sáez de Zamudio, en 1533, Pedro Ortiz de Arechaga, en 1536 y 1538, Pedro de Sabugal, en 1580, y Bernabé de Urdanegui, en 1642, son algunos de ellos. En dos documentos de comienzos del siglo XVI se menciona la presencia de un beaterío en el Ospytal viejo, cuyas “beatas” se supone que estaban encargadas de las funciones domésticas del hospital; pero en los años posteriores al concilio de Trento, las autoridades eclesiásticas impusieron la clausura a todas las comunidades religiosas y acabaron con los beateríos a pesar de la fuerte resistencia que opusieron éstos a la reforma. A partir de entonces, las antiguas beatas, ahora monjas, ya no podían abandonar su clausura ni prestar ningún tipo de asistencia a los enfermos del hospital ni a los moribundos, como venían haciendo desde antiguo. Encontraremos entonces otra figura, también femenina, pero laica, que gobierna la vida cotidiana auxiliada por algunas criadas. Recibirá indistintamente el nombre de señora o el de sirvienta; aunque en ocasiones se le denomine administradora. Entre ellas, María Pérez de Musquiza, 1539, sirvienta de San Lázaro y María Pérez de Marquina, 1613, administradora de San Lázaro. La asistencia médica corría a cargo de los médicos titulares, a quienes la Ordenanza del año 1515 imponía el deber de visitar gratuitamente a los pobres ingresados en el hospital.

Financiación Ya hemos mencionado una de las fuentes de ingresos para San Lázaro, la mitad de las obladas (ofrendas por los difuntos) de Begoña; ingreso este que dio lugar a reclamaciones del clero begoñés y a un duro pleito contra el obispo de Calahorra a finales del siglo XVI. Contaba, además, con otras varias más, a saber: La tercera parte de los ingresos producidos por el arrendamiento de uno de los pesos oficiales de la Villa, “los pesos y las lonjas del Arenal”, donde se almacenaban los productos inflamables y se pesaban toda clase jarcias y aparejos, a excepción de los que se fabricaren en la Villa y sus confines inmediatos (Begoña, y Deusto) para navíos o para cualesquiera otras cosas como tambien cáñamo de por fabricar que viniere a la Villa así como las manufacturas de hierro: anclas, anchas, arpeos redondos y clavazón, rejas, balcones etc. Parece ser que esta lonja estuvo situada en un principio en los bajos del edificio que albergaba al hospital. Las mandas y legados recibidos de numerosos bilbaínos, tanto en dinero como en bienes inmuebles. Los primeros solían ser invertidos en juros o censos, cuyos réditos eran destinados al mantenimiento del hospital, al igual que las rentas producidas por las casas de su propiedad, que en el año 1514 eran dos en la calle Carnicería, con cuatro fuegos, y cuatro más en el arrabal de San Nicolás, que sumaban 7 fuegos. También recibía el hospital una parte del importe de algunas multas impuestas por el alcalde. Sin olvidar las diversas formas de recaudación de dinero mediante limosnas, actuaciones benéficas o las clásicas rifas, una de las cuales, la tradicional rifa del cerdo, ha persistido hasta hace pocos años. En cualquier caso, fueron escasos los fondos con que contó y la mayor parte de ellos pasó a engrosar la renta del hospital de los Santos Juanes cuando este hospital quedó como único centro para la curación de los enfermos. Evolución posterior En el año 1610, Juan de Bengoechea, que había sido mayordomo del hospital, fundó una obra pía para el asilo de niños pobres que tuvo su sede inicial en este hospital. A partir del año 1661, la Villa decidió dedicar el hospital de los Santos Juanes a la curación de enfermos y ratificar que San Lázaro había quedado sin contenido, aunque su nombre y su figura jurídica persistió hasta finales del siglo XVIII. Años después continuará su labor una institución instalada en el año 1762 en una casa propiedad municipal situada en la Sendeja y regida por una Hermandad bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad. En 1770 una cofradía de vecinos, la Hermandad del Refugio, asume la transformación de la Casa de Piedad en una Casa de la Misericordia y logra la cesión del antiguo colegio de los jesuitas, en el que se instala la Santa Casa de Misericordia en el año 1771 y donde permanecerá hasta el traslado a su sede actual. Este tenue hilo de continuidad entre San Lázaro y la Misericordia dota a esta última institución de una antigüedad venerable.

Puerta del Hospital de San Lázaro de San Sebastián

Ubicación del Hospital de San Lázaro marcada con una cruz verde sobre el plano actual de Bilbao 36 Bilbao 2006ko maiatza Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad El Hospital de los Santos Juanes 1469-1685 Allá por los primeros años del siglo XVI, Fernando el Católico firmó una pragmática referente a un hospital bilbaino, ordenando que nadie armado ni a caballo

pudiera entrar en él y allí acogerse Plano de Bilbao del s. XVI

Juan Gondra que se dedicaban a una vida reli- giosa, sin votos y sin más regla PRAGMÁTICA en la que se decía que las propias del lugar en que “que se hauia fecho e facia nueba- vivían, al que habitualmente se mente un ospital en el que los po- llamaba beaterío. Tanto para in- bres se pudiesen recoger y alber- gresar como para abandonar el be- gar”, se estaba refiriendo al hospi- aterío del hospital, incluso para tal que bajo la advocación de san contraer matrimonio, precisaban Juan Bautista y san Juan Evange- solamente la autorización del al- lista se encontraba ubicado en el calde de la Villa. exido de Yveni (arrabal de Ibeni), A raíz del Concilio de Trento la actual barrio de Achuri; situado Iglesia obligaba a estos beateríos fuera del recinto amurallado de la a adscribirse a alguna regla mo- Villa, pero no muy alejado del nástica y esta institución tan arrai- puente de San Antón, principal vía Construcción gada en la Villa desapareció y sus de comunicación bilbaina. Venía de un funciones fueron asumidas por prestando servicio al menos desde hospital en la una “Señora” contratada para ello, el año 1469 e iba a tener una con- Edad Media ayudada por dos o tres criadas. tinuidad que nos lleva hasta nues- (Auñamendi) tros días, hasta el actual Hospital Financiación de Basurto. tal como un torreón construido en La fuente principal de dinero piedra, de tres alturas, con una para el sostén de este hospital la Origen planta más bien pequeña, separa- constituían los donativos recibi- Lo cierto es que fuera de esta ci- do unos metros de la iglesia veci- dos, tanto en suscripciones públi- ta y de otras similares no dispone- na, y situados ambos en Achuri a cas como en legados testamenta- mos de más datos acerca de dónde orillas de la Ría de Bilbao, pues rios o en las colectas que la orde- estaba situado aquel hospital ni las actuales escuelas de Achuri y nanza municipal ordenaba cele- qué tipo de edificio lo albergaba, las viviendas vecinas, situadas en- brar para este fin en las iglesias de aunque debemos de suponer que tre el antiguo hospital y la Ría, la Villa. Otros ingresos provenían se trataba de una construcción fueron construidas sobre terrenos del importe de las multas que por muy pobre y se encontraba junto ganados a ésta. diversos motivos eran impuestas al portal de Ibeni. Pocos años des- En la planta baja se encontraba de acuerdo con las ordenanzas pués, en 1530, tuvo lugar un pleito la hospedería para peregrinos, con municipales; éstas preveían que entre la Villa y el convento de Do- 18 camas; en la planta 1ª la “sala una parte del importe de algunas minicas de la Encarnación, acerca donde está el altar”, con 34 camas. Begüinas, representación conmemorativa de ellas fuese dedicada al sosteni- de la ubicación de un nuevo hospi- miento del hospital. Así, las mul- tal de los Santos Juanes que el mu- si los pobres y enfermos eran aten- tas impuestas por motivos tan di- nicipio trataba de edificar más ale- Hasta 1661 fue refugio para didos debidamente, además de versos como “entrar en batel o pi- jado de sus murallas, junto al con- comprobar que se cumplían las naza que venga a esta villa con vento, y una salomónica resolu- peregrinos a Santiago y asilo normas de admisión y no se había pescado fresco”, “comprar cada ción del emperador Carlos V orde- admitido el ingreso en calidad de día más de una fanega de trigo”, nó situarlo en el punto medio entre para pobres y ancianos bilbainos pobre de alguna persona que con- “dar voces por las calles o lle- la puerta de la muralla y el con- tasen con recursos económicos, ni var la cabeza descubierta y mesar- vento. Una vez construido, a pesar el de aquellas no avecindadas en la se los cabellos con motivo del de sucesivas reedificaciones, no En la última planta estaba la vi- Gobierno Villa si ello era en detrimento de fallecimiento de un allegado”, volvió a moverse de aquella ubi- vienda para la señora y criadas, El gobierno del hospital corres- los pobres bilbainos. La ordenan- “renegar de Dios”, etc. Servían cación hasta el siglo XX. pero había una pequeña sala con pondía a la corporación munici- za penaba el incumplimiento de para el sustento de los pobres del Muy alejado de la imagen de un 10 camas. Estas plazas no fueron pal, a la que un acuerdo tomado el esta obligación con una multa de hospital. hospital para la curación de enfer- siempre suficientes para las nece- 3 de enero de 1499 obligaba “para mil maravedíes, cantidad elevada, mos, se trataba de una combina- sidades de la Villa, pues en alguna que los pobres e los enfermos que que equivalía al salario mensual Evolución posterior ción de refugio para peregrinos a ocasión hubo necesidad de alber- estan en el ospital nuevo de los de un artesano. Este hospital continuó siendo Santiago con un asilo para pobres gar pobres en otros lugares. vienaventurados San Juan Bautis- un albergue-asilo hasta que la di- y ancianos bilbainos, porque hasta ta e Evangelista desta dicha villa Beatas námica ciudadana del siglo XVII el año 1661 éstas fueron sus fun- Iglesia anexa sean mayor seruidos e regidos e Con excepción del manobrero, vino a exigir una reforma que lo ciones prioritarias. Sin embargo, El Hospital de los Santos Juanes governados e alinpiados, que, de ya citado, de los médicos munici- transformó en un hospital para la debemos hacer constar que el hos- recibió en el último cuarto del si- oy día en adelante, todos los dias pales que se encargaban de la visi- “curación de enfermos”, más pa- pital contaba con la colaboración glo XV una bula papal autorizan- de los sabados en cada semana, ta a los enfermos y del capellán, recido a lo que ahora entendemos de los médicos titulares de la Vi- do a su capilla aneja el derecho de ovyesen de ir e duesen dos preso- quien en 1515 tenía asignado un por “hospital”. En 1685 fue reedi- lla, quienes debían acudir a visitar inhumación, torre y campanas, lo nas del dicho regimiento en esta salario de dos ducados, es muy po- ficado sobre la misma planta y en gratuitamente a los allí albergados que suponía la creación de una ter- villa”. co lo que sabemos del personal 1818 se inició la construcción de que enfermaran. cera parroquia en Bilbao y produ- El Ayuntamiento bilbaino de- que prestaba servicio en esta pri- otro que ocupaba todo el solar del jo un conflicto las dos más anti- signaba una persona encargada de mera etapa del hospital. En el pri- antiguo más el de la iglesia anexa; Edificio construido en 1530 guas, Santiago y San Antón; con- la dirección del hospital, que reci- mitivo Hospital de los Santos Jua- un magnífico edificio que todavía Aunque no disponemos de da- flicto solucionado cuando el 22 de bía indistintamente los nombres nes existía un beaterío al que tene- permanece en pie y alberga un tos acerca de sus características y septiembre de 1477 emitió su ve- de manobrero, administrador o mos que suponer funciones rela- instituto de enseñanza. Cuando la estilo, podemos hacer algunas redicto Fray Juan de Zamudio, re- mayordomo. La supervisión de su cionadas con el culto de su iglesia capacidad de este último quedó conjeturas a partir del inventario ligioso designado como juez para gestión venía regida por la orde- y con la propia actividad del hos- rebasada por las necesidades del fechado el 1º de junio de 1598 y de este asunto por el Papa Sixto. La nanza del año 1593, que imponía pital. Se encontraba bajo el patro- Bilbao de 1900, y ante la clara in- la imagen que de este hospital decisión se refería a los problemas al regimiento la obligación de vi- nazgo de la Villa y estaba regido suficiencia de espacio en la tradi- ofrece el plano más antiguo de que causaba la iglesia del “Ospital sitar los hospitales de San Lázaro por las ordenanzas y acuerdos mu- cional ubicación achuritarra, fue Bilbao que conocemos, el que que nuevamente se edifica y refor- y de los Santos Juanes una vez al nicipales. necesario trasladarlo a Basurto, aparece en la obra De Civitatis Or- ma”. Dos bulas papales confirma- mes. Además, uno de sus diputa- Con el nombre de beatas o be- donde se construyó el hospital que bis Terrarum publicada en el año ron la transformación en parroquia dos debía de realizar una visita se- güinas eran conocidas en el Bil- todavía continúa dando servicio a 1572. Imaginemos, pues, al hospi- de esta capilla. manal, cada viernes, para observar bao medieval aquellas mujeres la población de la Villa. 54 Bilbao 2002.eko azaroa Servicios de Sanidad-Osasun zerbitzuak Las señoras del hospital y las beatas Durante m‡s de 300 a–os este Juan Gondra Rezola fue el sistema que, con peque–as variaciones, siguieron los dos hos- HOY en d’a es corriente asociar pitales bilbainos. Cuando en el las im‡genes de hospital y enfer- a–o 1661 el Hospital de los Santos mera, pero hasta hace pocos a–os Juanes dej— de ser un albergue pa- no era tan usual y se puede afir- ra pobres y peregrinos para dedi- mar, sin caer en exageraci—n, que carse exclusivamente a la Òcura- todos los hospitales del Pa’s Vasco ci—n de enfermosÓ, se puso de ma- estaban atendidos por distintas —r- nifiesto la necesidad de dotarle denes religiosas femeninas. Pero, con mayores recursos de enferme- Àdesde cu‡ndo atend’an las mon- r’a, pero para ello s—lo se cambi— jas a los enfermos ingresados en el el nœmero y salario de las criadas hospital? y no se alter— la figura de la se–o- Trataremos aqu’ de describir los ra. En varias ocasiones se proce- antecedentes; quiŽn y c—mo pres- di— a una soluci—n sui generis y se taba el servicio de enfermer’a en decidi— incluir en un solo contrato los hospitales bilbainos del pasa- al cirujano y a la se–ora, quienes do. deb’an de formar matrimonio y gobernar la vida cotidiana del hos- Las beatas pital, as’ como el personal subal- Y lo primero que nos vamos a terno. encontrar son las beatas, nombre con el que se conoc’a en el Bilbao Tiempos revueltos medieval a las mujeres que, sin ser A finales del siglo XVIII y co- monjas, hac’an vida en comunidad mienzos del XIX Bilbao conoci— para mejor cumplir sus deberes re- la Guerra y sufri— la presencia de ligiosos. No se reg’an por una re- nutridas guarniciones militares gla que exigiera clausura y presta- con tropas francesas, inglesas, ban especial atenci—n al cuidado Damas en el Hospital. Siglo XVIII portuguesas y espa–olas. Hubo ne- de enfermos y moribundos, tanto cesidad de habilitar hospitales mi- en el hospital como en los domici- litares y soportar una presi—n ma- lios privados, por lo que sol’an ser En 1661 el Hospital yor sobre el Hospital Civil, cuyos muy apreciadas entre el vecinda- mecanismos de control del gasto rio, quien sol’a mostrar su agrade- de los Santos Juanes se vieron desbordados. cimiento con peque–os o grandes Tuvieron lugar algunos episo- donativos, imprescindibles para la dejó de ser albergue dios en los que se–oras del hospi- subsistencia de estas comunida- tal se vieron envueltas en sospe- des, que no exig’an un dote muy para pobres chas de desv’os de alimentos, de elevada para ingresar en ellas y ca- robo o de corrupci—n, siendo el rec’an de esta fuente de ingresos, abandonar el beater’o para casarse, m‡s grave el que dio lugar a los habitual en los conventos de mon- bastando para ello la licencia del autos criminales formados de ofi- jas.. Ayuntamiento. cio por la Real Justicia contra Jo- Los beater’os situados en los sefa Antonia..., viuda, vecina de la hospitales bilbainos, o junto a El concilio de Trento Villa de Bilbao, como rectora del ellos, ten’an una especial depen- y la reforma Santo Hospital de ella. El motivo dencia de las autoridades munici- A comienzos del a–o 1583, tanto de los autos fue el robo y venta de pales, como se puede deducir de los beater’os de Bilbao como los ciertas ropas, colchones y mantas alguno de estos documentos a de Abando, fueron requeridos a la pertenecientes al servicio de en- ellos referentes: observancia de la clausura mona- fermos del expresado hospital. El 13 de julio de 1509, M» L—- Hospital París. Hotel de Die cal bajo prohibici—n de admitir pez de Urrutia solicita al regi- nuevas aspirantes. Tal requisitoria Llegan las Hermanas miento que se conceda a su sobri- fue hecha por disposici—n del Bre- de la Caridad na, Juliana de Marquina, la c‡ma- ve Circa pastoralis del Papa P’o V, En un documento fechado el 31 ra que ha quedado vac’a en el en cumplimiento de las ordenacio- de octubre de 1820 el secretario de hospital viejo porque la moza que nes del Concilio de Trento sobre la la Junta del Hospital, Josef Miguel estaba en dicho lugar se ha ido a Escritura de obligación observancia de la clausura en los de Asurduy, daba cuenta de la ne- casar a la monta–a. monasterios. cesidad y conveniencia de traer un El 3 de agosto de 1509 se conce- a favor de Josepha de Fontecha, viuda, nombrada Señora de licencia a una sobrina de Juan Abad de Salcedo para que la aco- del Hospital de esta Noble Villa para seis años contados Sin ser monjas, las beatas jan las beatas del hospital, porque a partir del 30 de junio de 1780 ha presentado su solicitud para ser eran mujeres que hacían vida beata y tiene derecho a ello por ha- ● No se podr‡ ausentar del hospital a las ocho de la noche ber nacido en la Villa; poco des- hospital por ningœn motivo desde septiembre a mayo y a en comunidad puŽs, encontramos la notificaci—n ● Cuidar‡ de quien entra y las nueve desde mayo hasta a las beatas del hospital viejo para quien sale de las ÒcuadrasÓ, septiembre. As’ fue como los beater’os bil- grupo de monjas del Instituto de que echen a dos mozas antes de no permitiendo la entrada de ● Tendr‡ en su poder las ba’nos, a pesar de la resistencia Hermanas de la Caridad de San ocho d’as porque no son nacidas varones a visitar las enfermas llaves de la puerta y acudir‡ que opusieron y del apoyo que re- Vicente Paœl que se hiciera cargo en Bilbao; de lo contrario el regi- en caso de que no sean parien- cada ma–ana al toque de alba cibieron para ello de las autorida- de la enfermer’a del nuevo hospi- miento expulsar’a no s—lo a las dos tes muy cercanos y aœn en ese para abrirlas. des municipales, tuvieron que ele- tal. ArgŸ’a para ello el magn’fico mozas, sino tambiŽn a todas las caso, cuidar que no lleven al- ● Tendr‡ a su cargo la ropa gir entre transformarse en conven- trabajo que realizaban estas mon- beatas. guna comida o bebida que pu- que le entregar‡ el administra- tos de clausura o desaparecer. jas en algunos hospitales de las na- TambiŽn es interesante una peti- diera ser perjudicial para los dor, previo inventario. ciones cultas de Europa y en algu- ci—n de Pero S‡ez de Sopelana pa- enfermos. ● Tendr‡ tres sirvientas que Las se–oras nas ciudades espa–olas; aunque ra que se admita a Catelinche de ● Mudar a las enfermas ca- le ayudar‡n y a cada una se le El vac’o dejado por la desapari- parece l’cito pensar que los inci- ‚uasty durante un a–o en el beate- da semana o antes si fuere ne- pagar‡n 8 ducados al a–o, ci—n de los beater’os adjuntos a los dentes que hemos referido pudie- r’o del hospital viejo. Como no es cesario, d‡ndoles s‡banas y adem‡s de un aguinaldo de 29 hospitales hubo de ser llenado de ran tener alguna relaci—n con esta natural de la Villa dice que s—lo es- dem‡s ropa limpia y d‡ndoles reales. TambiŽn una cocinera alguna manera y, a tal efecto, el petici—n. tar‡ de d’a, que ir‡ a dormir a otra as’ mismo camisa y la ropa que cobrar‡ 8 ducados al a–o Regimiento de la Villa, como pa- As’ fue como llegaron al nuevo casa y que lo que pretende es que sea preciso para el debido y 15 reales de aguinaldo. trono œnico de los hospitales, pro- Hospital de los Santos Juanes las aprender el oficio con una t’a suya aseo y presencia segœn cos- ● Tendr‡ 1/2 real cada se- cedi— al nombramiento de una mu- seis hermanas del Instituto de las que est‡ de beata. tumbre. mana por raz—n de ÒaperejilÓ jer que se encargara de estas labo- Hermanas de la Caridad de San ● Admitir‡ a las enfermas para tres sirvientas y cocinera, res ayudada por algunas criadas a Vicente Paœl con las que se pensa- De todo esto se puede deducir que lleguen con papel del mŽ- m‡s tres panes de a nueve las que ella misma deb’a contratar ba solucionar su gobierno y enfer- que: dico y licencia del administra- cŽntimos cada uno para que a y gobernar. Recibi— el nombre de mer’a. ● El ayuntamiento reg’a en dor del hospital y del alcalde. raz—n de alimento se le dŽ a se–ora, aunque en ocasiones se re- Pero la experiencia iba a resultar cierto modo este beater’o. Si llegare alguna sin cumplir cada una de las cuatro. fieran a ella como rectora o admi- peor de lo esperado y los conflic- ● El oficio de beata del hospital estos requisitos, deber‡ infor- ● Adem‡s del hospital se le nistradora. tos con esta orden superaron con requer’a un aprendizaje y era bas- mar al administrador. consignar‡n dos reales diarios Durante los primeros a–os, cada creces a los habidos con las anti- tante solicitado. ● Una vez admitida una en- y una libra de vaca para s’. nueva se–ora deb’a de abonar una guas Òse–orasÓ, cuya memoria he- ● S—lo pod’an acceder a este ferma, dar‡ aviso de inmedia- ● En cada d’a adem‡s, para dote antes de ocupar su cargo, dote mos tratado de rescatar como ante- oficio las nacidas en la Villa. to al cura, para que acuda a aderezar las ollas, luces, lim- que en algunas ocasiones se apor- cesoras olvidadas de las enferme- ● Las beatas no estaban ligadas confesarla. pieza, oblaci—n y composici—n taba en met‡lico y, en otras, mitad ras que trabajan hoy en d’a en el al celibato con votos y pod’an ● Cerrar‡ las puertas del de sopas, recibir‡ las partidas. en met‡lico y mitad en especie. Hospital de Basurto. Página 34 5/5/05 09:34 Página 1

34 Bilbao 2005.eko maiatza El primer hospital bilbaino para la “curación de enfermos”

Juan Gondra casas de su propiedad y de los Hubo que esperar hasta el último tercio del siglo XVII intereses de los censos en que se solían invertir los donativos re- BILBAO tardó mucho en contar para que se lograra el establecimiento de un hospital más acorde cibidos, era de 10.000 reales al con un hospital destinado a curar año, aunque sólo se conseguían a sus enfermos, pues sus primeras con el concepto que tenemos hoy en día de un centro sanitario: cobrar unos 8.800, que se conver- instituciones que llevaron el nom- tían en 9.300 al sumar los 500 rea- bre de hospital estaban encamina- un lugar al que acuden las personas enfermas para recobrar su salud les que solían aportar cada año las das a dar asilo a vecinos y, aunque cuestaciones realizadas en las igle- se les prestaba asistencia médica sias de la Villa con destino a los y farmacéutica cuando enferma- hospitales. ban, eran muy similares a aquello Los gastos que se preveía iba a a lo que hasta hace poco tiempo causar el hospital de enfermos los llamábamos “asilo”. Hubo que calculaba Lucas de Zalbidea así: esperar hasta el último tercio del “Por manera que para leña, luz, siglo XVII para que se lograra el salarios y raciones (para el perso- establecimiento de un hospital nal del hospital) son necesarios más acorde con el concepto que 2.770 reales, que rebajados de los tenemos hoy en día. 9.300 de renta, quedan para el sus- tento de los pobres 6.630...”. Precedentes Calcula después las necesidades El modelo de los grandes hos- diarias de compra para la alimen- pitales generales fundados en tación de un enfermo: tiempos de los Reyes Católicos –Media libra de carnero en Santiago de Compostela y Se- (20 maravedís) villa sirvió como referencia para –Quarto de ave (26 mrs) las actuaciones de Felipe II, quien –Dos huevos (8 mrs) tuvo que vencer una fuerte resis- –De pan y especies (12 mrs) tencia de la iglesia española y se –TOTAL: 66 maravedís vio obligado a recurrir al Papa Pío V para conseguir unificar las Para calcular la alimentación múltiples fundaciones hospitala- prevista para los enfermos debere- rias dispersas existentes en la ciu- mos tener en cuenta que aquí sólo dad que eligió como capital de aparecen los productos que era ne- sus reinos en un único hospital cesario comprar; que el hospital general de Madrid. Esta política tenía lagares y barricas para pro- continuó durante el siglo XVII, ducir y almacenar su propia sidra; en el que fueron muchas las loca- y que es probable dispusiera de lidades castellanas y navarras que huertas propias, además de ingre- se vieron obligadas a agrupar sus sos en especie no contabilizados, instituciones benéficas porque se Antiguo como las 10 arrobas de aceite veían doblemente afectadas por Hospital de (unos 125 litros) que entregaba la grave crisis económica que su- los Santos anualmente el arrendatario del frían estos reinos: por una parte, Juanes mercado mayor y menor. sus rentas iban menguando y no llegaban nuevos donativos que las reforzaran; por otra, el núme- La motivación principal ro de menesterosos crecía sin ce- sar, con la sobrecarga subsiguien- fue la de prestar asistencia te para estos centros de caridad. Bilbao, menos castigado por la médica a los pobres enfermos crisis general, contaba con la ven- taja de haber concentrado sus es- fuerzos en sólo dos hospitales, lo Ayuntamiento no cejó en su em- Refundación del hospital que le diferenciaba de otras villas peño y volvió a la carga diciendo Lucas de Zalbidea y el rector del o ciudades que solían contar con que: colegio de jesuitas finalizaban su fundaciones hospitalarias mucho “...desde el año pasado de 1645, informe con la propuesta de refun- más numerosas. Tal vez por ello, como única patrona de los hospi- dación con un personal y un regla- no se planteó una reforma hospi- tales de San Juan y San Lázaro mento de funciones muy diferentes talaria hasta fecha tardía, tiempo por diferentes decretos de este su a los que hasta entonces regían. después que Vitoria (1590) o ayuntamiento, había reconopcido Cuando por fin fue aprobado es- Pamplona (entre 1545 y 1564). Más tarde se levantó un hospital, ahora instituto de enseñanza que lo más eficaz y meritorio sería te proyecto la Villa contó con un Además, aquí la motivación prin- la reducción de dicho Hospital de hospital mucho más moderno y cipal no fue la de concentrar una gen e intención del esfuerzo refor- naturales y vecinos y darseles su San Juan a enfermería de pobres y mucho más próximo a lo que hoy multitud de pequeñas fundacio- mista. Bilbao quería conservar el sustento hasta que mueran, y no curación. Y en el año pasado de en día entendemos como tal. Du- nes dispersas, sino de carácter sa- hospital de San Lázaro como asilo para otro efecto. Y podría la Villa 1660, en público ayuntamiento se rante los años siguientes a esta re- nitario: la de prestar asistencia para pobres y transformar su hos- alterar la forma que ha tenido has- había tomado el mismo acuerdo”. forma no hubo ningún cambio de médica a los pobres enfermos. pital de los Santos Juanes a fin de ta hoy dicho hospital, por vía de Y en el año 1661, después de locales y el hospital continuó utili- dedicarlo exclusivamente a la cu- reformación y buen gobierno y re- tratar del asunto en un concejo zando el vetusto edificio construi- Primer proyecto de reforma, ración de enfermos. ducirlo a verdadero hospital de cu- abierto con participación de todo do en 1530; pero pocos años des- año 1645 Y se preguntaba en primer lugar ración y enfermería de pobres, di- el vecindario, nuevamente se en- pués se acometió a la construcción “Dictamen presentado por el li- acerca de la legalidad de su inten- vidiéndose en dos cuartos, el uno cargó la elaboración de un pro- de un nuevo hospital; hospital al cenciado Juan de Zalbidea y el to. para hombres y el otro para muge- yecto de reforma a Lucas de Zal- que llamaremos Santos Juanes II, doctor Juan de Ocariz, a petición Los autores del dictamen con- res. Y que no sirva sino para cura- bidea, esta vez en colaboración cuyo periodo de actividad va desde de la villa de Bilbao, sobre si la cluyen que no hay inconveniente ción de enfermos por el tiempo con el rector del colegio de los je- esa fecha (1665) hasta 1820, año Villa, como patrona que es, puede para el desarrollo de ese proyecto: que tuviese necesidad de curarse y suitas. En este segundo encargo en que comenzó su andadura el que transformar el Hospital de los “Así, no hay necesidad de comu- no más. Dándoseles el sustento, los aspectos económicos iban a nominaremos Santos Juanes III, Santos Juanes de un asilo para tación ni dispensa para que el di- cama, médico y botica conforme a tener una prioridad que revela la cuyo edificio sigue aún en pie, aun- pobres en un hospital de curación cho hospital goze de todos los bie- la necesidad y calidad del enfermo inquietud de la población bilbaina que alberga en su interior no un de enfermos, y que medios lega- nes y rentas que tiene, reformán- y paciente. y para su conservación temerosa de que la reforma pro- centro sanitario, sino un instituto les puede usar para conseguir su dose y reduciéndose a propio y govierno y aumento se podría fun- puesta fuera a suponer una carga de enseñanza. Los avatares de es- financiación y llevar a cabo su verdadero hospital como los que dar una cofradía de los más lucido económica excesiva. No se cues- tos hospitales fueron un reflejo de administración”. hay en estos Reynos de gran servi- de esta Villa”. tionaba la idea, sino su coste. la historia de la Villa durante aque- Así reza el título del legajo en cio de Dios, mérito y consuelo de llos años, sobre todo a partir del el que se encuentran los docu- todos los vezinos y naturales fo- Segundo intento: año 1661 Presupuesto enorme crecimiento de la pobla- mentos referentes a la primera rasteros y estranjeros de que nece- El primer intento de reforma no Y esta preocupación nos sirve ción de la Villa, que obligó a la tentativa de cambio de finalidad sita esta Villa, por haber servido fructificó, probablemente por mo- para conocer los gastos previstos construcción del magnífico hospi- del hospital, título que lo dice hasta hoy el dicho Hospital de só- tivos económicos, y la situación para el hospital, cuya renta teóri- tal de Basurto; hospital que todavía prácticamente todo sobre el ori- lo recogerse en él algunos pobres continuó sin cambios, aunque el ca, producto de los alquileres de sigue atendiendo a su vecindario. 42 B i l b ao 2008ko martxoa Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad El Hospital de Atxuri y las procesiones de Semana Santa

Juan Gondra completa del bálsamo utilizado, pero sabemos que incluía un pe- C U R I O S A y extraña relación la llejo de vino tinto, alrededor de 80 que une a estas dos instituciones litros, y cuatro azumbres de vina- aparentemente tan diferentes, que gre, unos 8 litros. se pierde entre las brumas de la El vino era también utilizado historia de Bilbao y que trataremos para acompañar un refrigerio con de evocar mediante estas líneas. el que se obsequiaba a los partici- pantes en la procesión; pero aquí La primera cofradía del nos encontramos un producto de Hospital de los Santos Juanes más calidad, pues el pellejo de vi- Muchos años antes de que se no blanco que se solía adquirir ca- iniciara en Bilbao la celebración da año venía a costar entre 70 y de solemnes procesiones durante 110 reales, casi tres veces más la Semana Santa, encontramos la que los 32 ó 35 que se pagaban primera mención de una cofradía por el tinto destinado a preparar el ligada al hospital e iglesia de los ungüento curativo. El pellejo de Santos Juanes; cofradía que recibe vino clarete que se solía comprar la aprobación papal en las bulas los años de bonanza económica, concedidas por Sixto IV y Julio II tenía un precio intermedio, entre en la segunda mitad del siglo XV. 50 y 60 reales. Esta Confraternidad para personas de uno y otro sexo, tiene entre sus cometidos construir la iglesia y el Hospital; el documento de Sixto Las procesiones IV indica que para entrar en ella había que pagar dos reales de Cas- bilbainas tienen tilla como cuota inicial, y después Descanso de los cofrades junto al Mercado de la Ribera. Foto Óscar Ferreira Barón su origen en la seis maravedíes de cuota anual. Este dinero solo podía dedicarse a primitiva iglesia de los gastos de construcción del edi- ficio, y una vez acabado éste, a sus los Santos Juanes gastos generales. Además imponía a los cofrades el precepto de ayu- nar todos los viernes y, si no pu- Intento de re f o r m a dieran hacerlo este día, se traslada- En el año 1641 el Ay u n t a m i e n- ra la obligación a otro día de la se- to se propuso transformar su hos- mana. Julio II reduce las contribu- pital y transformarlo en un verda- ciones económicas a la mitad, es dero hospital clínico, dedicado no d e c i r, un real y tres maravedíes al asilo de pobres sanos, sino a la respectivamente, y suspende la atención de vecinos enfermos. obligatoriedad del ayuno. Ta m b i é n Los encargados de redactar el se concede a los cofrades y a los proyecto de reforma, hicieron recogidos en el Hospital la absolu- hincapié en la necesidad de esta- ción de todos sus pecados reserva- blecer una cofradía a la que se en- dos, salvo los de la Santa Sede, por comendaría recaudar limosnas confesión de los capellanes del para el hospital y, además, cola- Hospital o cualquier sacerdote en borar en su gestión. Especificaban comunión con el Ordinario del Lu- que la cofradía debía de nombrar g a r, así como la remisión de las pe- entre sus miembros semaneros, nas in artículo mortis. Julio II am- para que acudieran diariamente al plia este derecho a todos los que Hospital y velaran por el cumpli- vivan a doce leguas a la redonda. miento de las obligaciones de su Concede así mismo dos años y dos personal para con los enfermos. cuarentenas de indulgencias a Pero esta normativa no pros- quien visitare el Hospital, y co- peró y hubo que esperar más de mulgara y confesara sus pecados. El Hospital también servía como local para almacenar los pasos cien años, hasta el año 1784, para que se lograra este propósito. Pe- la primitiva iglesia de los Santos motivo de las procesiones entre ro no mediante una cofradía, sino Juanes, situada en las inmediacio- los años 1656 y 1739, el primero, creando una “Junta de Herman- El Hospital era punto de partida de todas nes del hospital del mismo nom- y entre 1837 y 1869, el segundo. dad” cuya finalidad era exclusiva- bre, siendo la Cofradía de la Ve r a En ellos se recoge que un gasto mente hospitalaria. Para entonces, las procesiones y el lugar en el que eran Cruz la que comenzó a org a n i z a r total que en el siglo XVII rebasa- la iglesia de Ibeni había sido de- curados los penitentes los desfiles procesionales en el ba los 2.000 reales por año, ascen- clarada en ruina y su culto trasla- año 1554. Y continuó haciéndolo diendo el déficit que debían de cu- dado en el año1767 al colegio de durante muchos años, hasta el úl- brir los cofrades de alrededor del San Andrés, de los padres Jesui- timo tercio del siglo XIX, siendo 10%, unos 200 reales. El resto era tas, situado en la calle de La Cruz. La Cofradía de cristía de la Iglesia de Santiago, el la encargada de recaudar las li- recaudado por los propios cofra- Estos habían sido expulsados de la Santa Vera Cruz día 2 de abril de 1554. mosnas para su financiación y de des en las colectas realizadas en España y dejaron libres tanto la Según reza la página Web de es- Ignoramos si esta cofradía era la sufragar el déficit resultante me- las iglesias bilbaínas con esta in- iglesia como el claustro y el cole- ta cofradía, “en el servicio de la misma contemplada en las bulas diante las aportaciones de sus t e n c i ó n . gio, siendo ocupada la primera atención a los enfermos del hospi- papales citadas al principio; pero m i e m b r o s . por la comunidad parroquial de tal, bajo la advocación de los San- el hecho de que en 1554, se haga Esta Cofradía era también la El papel del Hospital San Juan, incluyendo en ella la tos Juanes en el nuevo templo y constar que su fundación era de fe- que se encargaba de la adquisi- No sólo servía como local para Cofradía de la Vera Cruz. El aleja- con la influencia espiritual de los chas muy anteriores, permite sos- ción y mantenimiento de los bul- almacenar los pasos, sino que era miento físico consiguiente propi- Hnos. Franciscanos, se fundó la pechar que bien pudiera serlo. En tos o estatuas que formaban los también el punto de partida de to- ció también un distanciamiento Cofradía de la Santa Vera Cruz de cualquier caso, queda claro que, pasos que eran sacados en solem- das las procesiones y el lugar en el espiritual entre esta última y el Bilbao”. La primera noticia que se excepto las bulas papales, no tene- ne procesión; bultos que se guar- que eran curados los penitentes H o s p i t a l . tiene de ella es un acuerdo munici- mos noticia alguna referente a la daban en los bajos del Hospi- que formaban parte de la misma. Ya en el siglo XIX, una vez pal de 1553, para la celebración de cofradía hospitalaria y que la de la tal, donde se efectuaba anualmen- Los libros de contabilidad citados construido el magnífico edificio una misa todos los viernes del año Vera Cruz figura siempre como la te la tarea de restaurarlos y pintar- recogen año tras año el gasto rea- que albergó al Hospital Civil has- a costa de la Vera Cruz, en su altar más antigua de las vinculadas a la los para poder lucir en las proce- lizado para preparar el cocimiento ta su traslado a Basurto, persistía propio, el situado en el lado del iglesia de los Santos Juanes. s i o n e s . con el que se medicinaba a estos un último recuerdo de aquella re- evangelio de la iglesia de los Sres. El Archivo Diocesano conserva penitentes, quienes flagelaban sus lación entre Cofradía y Hospital: Santos Juanes, donde está el Santo Las pro c e s i o n e s dos libros en los que se recoge el espaldas durante las procesiones la costumbre de guardar los pasos Crucifijo con su retablo. Sus orde- Las procesiones de la Semana detalle de los ingresos por limos- causándose heridas que debían de de las procesiones en los bajos del nanzas fueron redactadas en la sa- Santa Bilbaína tienen su origen en nas y los gastos incurridos con ser curadas. No tenemos la receta H o s p i t a l . 36 Bilbao 2007ko urtarrila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Los hospitales militares y civil de Bilbao durante la Guerra de la Independencia

Juan Gondra El único incidente grave ocurrió cuando ya finalizaba la ocupación EL 16 de agosto de 1808 entraban francesa, dos meses antes de la ba- en Bilbao las tropas napoleónicas, talla de Vitoria que supuso la de- ocupando la Villa por segunda vez rrota definitiva del francés. Las en breve plazo, después de que los tropas galas mantuvieron sitiada a esfuerzos defensivos de los bilbai- Castro Urdiales desde finales de nos fracasasen en la batalla de Ibe- marzo hasta el 11 de mayo, fecha ni, en la que perdieron la vida más en que la tomaron por asalto. Du- de mil de sus defensores. Inmedia- rante este tiempo utilizaron a Bil- tamente después tuvo lugar un du- bao como recurso para albergue ro saqueo por parte del ejército de sus enfermos y heridos y, por francés; el primer pillaje que co- ello, las autoridades francesas de- noció Bilbao tras 500 años de his- cidieron incautarse el hospital de toria. los Santos Juanes. No hay noticia de que hubiera Así fue como la Junta del Hos- víctimas entre los enfermos ingre- pital recibió la orden tajante de sados en el hospital ni entre sus evacuar en doce horas todos los empleados, aunque la proximidad enfermos ingresados. En la sesión del campo de batalla fue tal, que de urgencia celebrada el 26 de tuvieron que contemplar la con- marzo de 1813, acordó que se uti- tienda entablada ante las propias lizaría como hospital provisional puertas del hospital. En una rela- la última planta de la Misericordia ción encargada por el Ayunta- y trasladaron allí 29 pacientes; miento de los daños materiales otros 35 decidieron retirarse a sus causados a la población por el propios domicilios. Las semanas asalto francés, figuran como tales siguientes, el Hospital quedó re- los causados al cirujano practican- servado en exclusiva para los sol- te del hospital José de Añibarro, dados franceses. por valor de 1.600 reales y el robo a la farmacia hospitalaria por va- Final de la guerra lor de 2.900 reales de quina y me- La entrada del ejército aliado, didas de plata. anglo-portugués y español, no só- Durante los seis años siguientes Bilbao en el s. XVIII: iglesia y hospital de los Santos Juanes en los tiempos de la Guerra de la Independencia lo no supuso un respiro para el hubo una ocupación militar fran- Hospital, sino que le volvió a su- cesa intermitente, interrumpida mir de nuevo en problemas con las por varias retiradas temporales autoridades militares españolas. hasta que, en julio de 1813, tuvo En efecto, a partir de aquel mo- lugar la definitiva. Durante el ter- mento se estableció una guarni- cero de los cambios de bando que ción importante en la Villa, guar- hubo de soportar la población bil- nición que permaneció en ella du- baina, cuando se esperaba la inmi- rante largos meses y la utilizó tam- nente entrada de los hombres del bién como centro para la recupera- general Merlin, en octubre de ción de sus soldados enfermos y 1813, ocurrió que la población hu- heridos, haciendo recaer sobre ella yó en masa de la Villa por temor a un nuevo esfuerzo. un nuevo saqueo; los enfermos in- Los británicos establecieron gresados en el hospital de los San- hospitales militares en Bilbao, tos Juanes quedaron abandonados Abando y Deusto conocidos como por sus cuidadores, porque huye- “Hospitales de los Ingleses”; para ron tanto los médicos y cirujanos ello decidieron ocupar el convento como la señora, enfermeras y el de la Encarnación y una parte im- cura rector. Incluso el fraile capu- Batalla portante del de la Concepción. chino que suplía interinamente al de Ibeni: Nombraron a un vecino de Bilbao, segundo cura rector regresó a su pintura Andrés Josef de Astobiza, comi- convento de Deusto. Pero uno de de Losada. sionado de sus hospitales, encar- los hermanos de la Junta de Her- Entrada del gado de los suministros comunes, mandad, Josef Domingo de Agui- ejército pero dejaron los asuntos sanitarios rre, acudió al Hospital y con su ce- francés en en manos de sus médicos, ciruja- lo consiguió la colaboración del Bilbao nos y boticarios militares. único médico bilbaino que perma- También las tropas portuguesas neció en la Villa y la de algunos donde en la actualidad de halla la hospitalizados allí. A diferencia del Hospital atendiendo al infor- habilitaron un hospital provisional vecinos que atendieron al cuidado Sociedad Bilbaína. del de la Concepción, que contaba me elevado por Diego de Bances y en el convento de las agustinas de y sustento de los pobres enfermos La organización de este hospital con médicos, cirujanos y boticario Juan Antonio de Ugalde, médico y Santa Mónica, en la calle Ascao; ingresados, logrando de esa mane- corrió a cargo de la potencia ocu- franceses con personal subalterno cirujano del hospital respectiva- pequeño hospital si tenemos en ra minimizar las consecuencias pante, quien también utilizó a sus local, este de la Encarnación fue mente, quienes señalaron los ries- cuenta las reducidas dimensiones del abandono. propios médicos para el tratamien- atendido por cirujanos y médicos gos que podría acarrear el hacina- de aquella edificación. Incluso los to de los enfermos y heridos. La bilbainos. miento de enfermos y propusieron españoles asumieron como hospi- Hospitales militares franceses la alternativa del utilizar aquel tal militar una parte del de la Con- Fueron los invasores quienes convento para albergarlos. cepción; pero volvieron a ocupar habilitaron el primer gran hospital En 1813 la población, por temor a Y poco más se puede decir acer- el Hospital Civil con sus enfermos militar bilbaino, para lo que eligie- ca de los avatares del hospital du- y su estancia dio lugar a la repeti- ron un lugar apartado del casco ur- un nuevo saqueo, huyó en masa rante los cinco años de ocupación ción de los mismos roces que ha- bano, ubicado en la vecina Aban- francesa. Lo mismo durante los bían ocurrido en anteriores ocasio- do: el convento de la Concepción. de la Villa, abandonándola primeros tiempos de mandato mi- nes. Esta situación se agravó el 14 Estaba situado en el lugar que hoy litar del general Avril (1809- de septiembre de 1814, cuando ocupan las instalaciones ferrovia- 1810), como durante la adminis- fueron trasladados al Hospital de rias de los ferrocarriles de Santan- colaboración bilbaina se limitó a Avatares del Hospital tración del general Thouvenot Atxuri los enfermos militares que der y de RENFE, pero los ingenie- los asuntos de suministros comu- de los Santos Juanes (1810-1813), las autoridades fran- quedaban en el Hospital de la ros militares habilitaron un puente nes y pago de los mismos. Cuando Poco después de la entrada de cesas trataron de mantener en lo Concepción, quedando el conven- de barcas para unirlo al casco ur- los vaivenes de la guerra hicieron los franceses, el viejo hospital se posible el sistema de gobierno an- to libre. bano. Este hospital preveía una ca- insuficiente a este hospital, el vio saturado por el ingreso de pri- terior y la Junta de Hermandad Bilbao y sus hospitales tardaron pacidad de quinientos soldados y ayuntamiento bilbaino hubo de sioneros de guerra españoles en- continuó dirigiendo el hospital co- un par de años en recobrar su pul- llegó a albergar hasta mil. Las atender a la habilitación de un se- fermos, quienes desbordaron su mo si no hubiera guerra ni ocupa- so habitual, pero no olvidaron lo monjas del convento se traslada- gundo hospital militar en el con- capacidad de acogida. Tal como ción. A diferencia del Ejército de ocurrido y no tardarían en volver a ron a un pequeño caserío que esta- vento de la Encarnación, aunque hemos dicho, estos prisioneros Castilla la Vieja que había ocupa- aplicar las mismas o parecidas re- ba incluido dentro del perímetro para ello hubo necesidad de expul- fueron hospitalizados en el con- do la Villa entre 1804 y 1808, no cetas con ocasión de las sucesivas de la huerta conventual; se encon- sar a los prisioneros de guerra es- vento de la Encarnación; cosa que interfirieron para nada en la rutina guerras que le afectarían a lo largo traba situado poco más o menos pañoles enfermos que habían sido había sido propuesta por la Junta hospitalaria. del siglo XIX. 38 Bilbao 2007ko maiatza Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Las Monjas del Hospital

Primeros años de Las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul en el hospital de Atxuri

Juan Gondra una colación nocturna a las postu- rían utilizadas por la madre supe- lantas que querían ingresar en el riora para los fines que ella juzga- LA colaboración entre “hospital” noviciado de Madrid y acudían al ra oportunos, mientras el antiguo y “monja” que durante muchos Hospital de Bilbao para realizar un decía taxativamente que todas las años fue usual en la mayor parte aprendizaje previo. Fue denegada limosnas quedaban a disposición de los países europeos, ya no es por la Junta por razones económi- de la Junta. familiar para los jóvenes de hoy. cas. Asimismo, ésta estimaba que La literatura y el arte de los siglos En otras dos ocasiones intenta- no había espacio físico en el Hos- XIX y XX nos han legado nume- ron incrementar el número de pital ni motivo justificado para rosos ejemplos de la omnipresen- monjas, haciendo algunas conside- acceder a la petición de reservar cia de los hábitos monjiles en raciones al respecto: que sólo una un cuarto amueblado, destinado a nuestros hospitales; pero aquellos de ellas prestaba servicio en las sa- ser utilizado en sus visitas a Bil- tiempos pasaron y hoy en día la las de hombres, donde el grueso bao por la comunidad religiosa. Enfermería ha alcanzado una ca- del trabajo recaía en los enferme- Tampoco se podía acceder a tegoría profesional y unas cotas ros, y seis lo hacían en las de mu- quitar sitio a los enfermos para sa- de especialización incompatibles jeres, donde el número medio de tisfacer las necesidades de las con aquel viejo sistema en el que ingresadas era de treinta, por lo monjas. No se les daría ni un pal- eran las monjas quienes se encar- que correspondía una monja por mo más y se consideraba más que gaban de las tareas que hoy reali- cada cinco enfermas, muy lejos de suficiente las obras realizadas pa- zan las enfermeras. Sistema que las cifras de otros hospitales y de ra disponer de un refectorio y una junto a muchos aspectos positi- las recomendaciones de la propia sala de labores. vos, también tenía sus defectos. orden religiosa que postulaba una Por otra parte, las monjas querí- monja por cada diez enfermos. an tener todas las llaves del hospi- Llegan las Hermanas de la Caridad En el año 1818 Bilbao inició las El 10 de noviembre de 1831 obras de construcción de un nue- vo hospital en Atxuri, sobre el so- las siete monjas dejaron de prestar lar que ocupaban el antiguo hos- pital y las ruinas de la iglesia de servicio en el hospital de Atxuri los Santos Juanes. La Villa se es- Hermana de la Caridad atendiendo a un enfermo forzaba por conseguir que el nue- vo centro recogiera lo mejor de te con la junta hospitalaria e inició Además, tenían una tal en exclusiva, a lo que se negó las experiencias extranjeras en una serie de reclamaciones que en- criada para su mante- la Junta en rotundo. materia de asistencia hospitalaria. turbiaron las relaciones entre el nimiento y por lo tanto Además, las monjas reclama- En un documento fechado el 31 hospital y las monjas. no podían tampoco ban el control absoluto de las visi- de octubre de 1820 el secretario En 1824, aduciendo una excesi- alegar necesidades en tas, incluso las de cónyuges y de la Junta del Hospital, Josef Mi- va carga de trabajo, las monjas so- el terreno doméstico. allegados. guel de Azurduy, daba cuenta de licitaron la realización de una obra Peticion denegada. Por último, la orden exigía el la necesidad y conveniencia de que permitiera comunicar las salas Entonces las monjas gobierno de todo el personal, ex- traer un grupo de monjas del Ins- de hombres y de mujeres, a fin de presentaron una peti- cluidos los facultativos; incluso el tituto de Hermanas de la Caridad que una sola pudiera atender de ción de aumento de poder para reprender, sancionar y de San Vicente de Paul para que noche a todo el hospital. Pidieron sueldo, considerando expulsar. Estas dos peticiones se hiciera cargo de la enfermería también elevar a ocho el número miserable el de 376 re- fueron consideradas por la Junta del nuevo hospital, cuyos dos pri- de hermanas que prestaban servi- ales y 16 maravedíes como un abuso y una intromisión meros edificios habían sido inau- cio; peticiones ambas que fueron que percibía al año ca- en sus competencias. gurados pocos días antes. Argüía rechazadas por la Junta de Cari- da una de ellas. La Sumando a todo ello que las para ello el magnífico trabajo que dad. Junta lo denegó adu- monjas no habían dado cuentas de realizaban estas monjas en algu- Pocos años después, cuando el ciendo que además del su gestión económica, asunto que nos hospitales de las naciones cul- número de monjas había ya au- sueldo percibían casa, venía contemplado en el conve- tas de Europa y en algunas ciuda- mentado a siete, presentaron una comida, ropa de cama nio, y que después de reiteradas des españolas. nueva petición para que se diera y delantales persona- exigencias, sólo lo hicieron una les, una criada, velas, vez, en 1825. La Junta propuso al brasero, etc. Ayuntamiento no acceder a la im- En el pasado era habitual que las posición y a la “conducta irregu- La raíz del conflicto lar” del director general, quien monjas se encargaran de las tareas En el fondo de es- “no buscaba más que conseguir tos desencuentros ya- mayor espacio para instalar un que hoy en día realizan las enfermeras cía otro de mayor ca- convento en el Hospital y gober- La fundadora de la Orden, Santa Luisa lado: Fortunato Fen, narlo a su antojo”. Dos miembros de Marillac nuevo director general de la Junta de Caridad, Mariano Las gestiones realizadas culmi- del Instituto de San Sierralta de Salcedo y Antonio naron en un acuerdo con el direc- Vicente de Paúl, había elaborado Eloi de Zuazo, emitieron un voto tor del Instituto de San Vicente de una normativa general para el go- particular en el que planteaban la Paul firmado en Pamplona el 2 de bierno de las hermanas en los hos- imposibilidad de aplicar el artícu- junio de 1821; así fue como llega- El regreso de las pitales españoles y una parte sus- lo 3º de la Ordenanza, que regula- ron las seis hermanas que forma- tancial de dicha normativa, choca- ba la expulsión de los empleados, ron el primer grupo de monjas con ba frontalmente con el reglamento porque se trataba de religiosas en- residencia en el Hospital de los Hermanas de la Caridad que regía el hospital de Atxuri. El tregadas a Dios y a la Iglesia, no Santos Juanes, en el que ocuparon punto de roce principal era la pro- de empleadas; añadían que aque- las dependencias previstas en un BASTANTES años más tarde, Uno, que convivió con pia concepción de la estancia de lla expulsión era un insulto a la principio para el alojamiento del ya cerca del final del siglo ellas durante varios años en las monjas, pues tanto el primer Religión. El Ayuntamiento, en enfermero mayor, la señora o ad- XIX, las Hermanas de la Cari- el viejo hospital, no puede convenio firmado como la regla- sesión de noviembre de 1831, de- ministradora y las enfermeras; ha- dad volvieron al hospital y evitar un cariñoso recuerdo mentación del hospital, excluían sestimó las alegaciones de Sie- bitaciones que fueron reformadas completaron en él una larga de aquellas “Sor Pilar”, “Sor formalmente la presencia de una rralta y Zuazo, rechazó las preten- para su mejor acomodo. etapa que duró casi cien años. Teresa”, “Sor Alejandra”, comunidad religiosa, pues se con- siones de Fortunato Fen y respal- Establecidas en el hospital de “Sor Prudencia”, “Sor Fran- sideraba que las monjas eran sola- dó la propuesta de la Junta. Así Una década de desencuentros Atxuri, primero, y en el de Ba- cisquita”, etc. Remembran- mente empleadas que vivían en él. fue como las siete monjas comen- Pero lo que prometía ser un surto a partir de 1908, desa- zas de unos tiempos que Sin embargo, Fortunato Fen exi- zaron a salir del hospital el 10 de buen acuerdo para la Junta de Ca- rrollaron una importante labor ahora parecen ya muy leja- gía la libertad de formar un con- noviembre de aquel mismo año. ridad, los enfermos y la Villa, no al contribuir a la mejora del nos, pero que recordarán vento autónomo dentro del hospi- Para suplir la ausencia de las tardó en mostrar su lado negativo. cuidado a los enfermos ingre- bien todas aquellas personas tal, con su comunidad, superiora, monjas el Ayuntamiento acordó Un nuevo director general del Ins- sados, hasta que las exigen- que mantuvieron relación capilla y normas propias. nombrar un enfermero mayor y tituto de San Vicente de Paul, ór- cias de una Medicina mucho con aquel antiguo “Basur- Otras estipulaciones del conve- una señora, a poder ser consor- gano de gobierno de las Herma- más profesionalizada recla- to”, antes de su reforma du- nio modelo propuesto por Fen y tes, además de tres enfermeras; nas de la Caridad, consideró que maron su sustitución por la rante los años ochenta del que la Junta consideraba inacepta- solución que pensaba iba a ser el convenio firmado por su ante- moderna Enfermería. pasado siglo. bles eran, entre otras, que las li- más económica y rentable que la cesor era demasiado complacien- mosnas recibidas en el hospital se- anterior. 42 Bilbao 2007ko apirila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Juan Gondra HASTA que los avances médico- Tratamiento de las fracturas óseas quirúrgicos del siglo XX permi- tieron realizar con éxito interven- ciones para reducir y fijar las frac- turas óseas, los galenos de los si- en el Hospital de Atxuri glos pasados no disponían de más herramientas que sus manos y al- gunos pobres artilugios mecáni- cos para tratar de colocar en su si- Accidentes de Elena de Mendieta y Francisco Almeida tio los huesos fracturados, y luego vendajes que inmovilizaban el miembro quebrado hasta su cura- Hospitalización de ción. Trataremos aquí de acercar- las fracturas óseas nos a cómo se vivía el día a día de A lo largo de la historia del estos accidentes en el antiguo Hospital de Atxuri, desde su Hospital de Atxuri analizando dos reforma en el año 1662 hasta ejemplos concretos. su traslado a Basurto, las fractu- Estos dos accidentes y la asis- ras óseas fueron el tipo de enfer- tencia médica prestada permiten medad o accidente que daba lu- asomarnos a cómo se trataba a los gar a hospitalizaciones de mayor heridos en el Hospital de los San- duración. Así, durante los pri- tos Juanes y, sobre todo, a la ex- meros cinco años de su acti- traña norma que seguían a la hora vidad, encontramos tres casos de abonar los gastos de hospitali- de fracturados que estuvieron zación en aquellos años de 1820, ingresados durante más de cien en que se acababa de inaugurar el días cada uno, cuando la me- magnífico edificio que albergó al dia de estancia era de veinte Hospital de Atxuri hasta 1908, días y no encontramos otro tipo año en que se realizó el traslado a de patología que diera lugar Basurto de esta institución. a ingresos de más de sesenta El 20 de enero de 1823 era atro- días. pellada por un carro Elena Pauli- Los tres primeros accidenta- na de Mendieta y Zuloaga, nacida dos ingresados en este hospital y bautizada en Deusto el 22 de ju- en su primer año de servicio, nio de 1767, soltera, de 55 años 1662, merecen ser reseñados co- de edad, pobre, de profesión traji- mo modelo del tipo de acciden- nera. Las ruedas le habían pasado tados que luego irían siguiéndo- por encima de las dos extremida- les en los años venideros: des inferiores y causado graves Antonio de Izarduy, vecino de lesiones con fracturas óseas en la Villa, se accidentó trabajando ambas piernas. Fue ingresada en en unas beneras y sufrió una el Hospital de Atxuri por orden fractura de la pierna que requirió escrita firmada por el Corregidor la intervención del cirujano. Per- Tiburcio de Eguiluz y, una vez Cama diseñada para el tratamiento de algunas fracturas maneció ingresado desde el 20 allí, se le pudieron reducir y fijar de abril hasta el 26 de agosto du- las fracturas de una extremidad tamiento de Begoña. En este caso rante 128 días y salió curado. inferior, pero no así las de la otra, se reclamaban gastos por una hos- Joan de Loyarte era mazero de que hubo de ser amputada ante el pitalización de 41 días, que a 8 re- ferrería, vecino de Begoña, re- riego de gangrena. José Gil y Ca- ales por día, ascendía a 325 reales. sultó herido cuando cayó un ta- ño, el Cirujano Mayor del Hospi- En ambos casos se citaba como blado colocado para la fiesta de tal, tenía una amplia experiencia fuente de derecho al cobro el artí- los toros. También se quebró en amputaciones, adquirida en su culo 20 de la Ordenanza aprobada una pierna, permaneció ingresa- labor como cirujano militar du- por el Consejo Supremo de Casti- do durante 132 días y curó. (des- rante la Guerra de la Independen- lla. Decían que esta Ordenanza au- de el 22 de agosto hasta el 31 de cia, y pudo realizar esta interven- torizaba el cobro de 10 reales por diciembre). ción con la rapidez que exigía la cama y día, pero que habían apli- Pedro de Batiz, zurrador de carencia de anestesia que hacía cado la misma tarifa que a los mi- oficio, vecino de la Villa, sufrió tan terrible a la cirugía de aque- litares, 8 reales. también una fractura de la pierna llos años. Llama mucho la atención el he- cuando participaba en la fiesta Quedó ingresada en el centro y, cho de que se atribuyera el pago de de los toros. Permaneció ingre- como los médicos temían que pu- la estancia a la anteiglesia en la sado durante 164 días, hasta el 4 diera sufrir convulsiones y que Reducción de una luxación de hombro que había tenido lugar el acciden- de febrero de 1663, hasta curar. Primeros de una lista nutrida por los numerosos accidentes A las puertas del siglo XX, Atxuri que hubieron de sufrir los habi- tantes de la Villa durante los si- continuaba siendo un centro glos siguientes. También cuando el Hospital mixto, sanitario y social llega a su fin encontramos casos de fracturas con una larga hospi- talización. En efecto, durante la éstas pudieran abrir sus heridas, el 1.301 reales causados según el si- última década del siglo XIX, Hospital contrató a dos mujeres, guiente detalle: cuando el viejo hospital estaba Ramona de la Torre y María An- Por 127 estancias, a 8 reales ca- ya saturado y rebosaba de enfer- tonia de Zarandona, para que le da día, 1.016 reales. mos, estalló un escándalo por- velaran día y noche, porque las Por salario de 5 reales al día a que un concejal denunció el he- monjas no podían prestar una cada una de las dos mujeres con- cho de que se daban altas prema- atención continua. Evolucionó fa- tratadas para cuidarle: Inmovilización de una fractura de la pierna turas a algunos enfermos con el vorablemente y poco a poco se le A Ramona de la Torre, por 16 fin de disponer de camas libres. pudo retirar la vigilancia de las días, 80 reales. Segundo accidente te; más aún en el caso del ocurrido Los ejemplos aducidos se referí- enfermeras contratadas. Recibió A María Antonia de Zarandona, En el ínterin tuvo lugar un se- en la Estufa, propiedad del Ayun- an alguno a un enfermo de tu- el alta el 25 de mayo del mismo por 41 días, 205 reales. gundo accidente que afectó a otra tamiento bilbaino y lugar de activi- berculosis, pero los restantes año, ya curada. (Sirva de referencia que el sala- persona, Francisco Cayetano de dades relacionadas con la vida por- eran enfermos con fracturas óse- rio anual de un médico municipal Almeida, residente en Abando tuaria o los astilleros. Sin embar- as a los que se dio de alta antes Conflicto por el pago en aquel año ascendía a 5.500 rea- aunque natural de Portugal. Fran- go, debemos de tener en cuenta de que estuvieran en condicio- de las estancias les). cisco resultó herido en un acciden- que esta obligación de pago no te- nes de trabajar y de ganarse la Según el Corregidor el acciden- El asunto coleó durante meses, te ocurrido junto a la Estufa, edifi- nía su origen en el concepto de res- vida. te había ocurrido en Atxuri y era la Junta del Hospital lo remitió al cio para usos industriales propie- ponsabilidad por el accidente, sino A las puertas del siglo XX, el un asunto que afectaba sólo a Bil- Ayuntamiento y éste, de nuevo al dad del Ayuntamiento bilbaino en- en la obligación de las autoridades Hospital continuaba todavía bao, pero la Junta del Hospital Corregidor. El 22 de septiembre clavado en jurisdicción de Begoña. municipales de atender a los po- siendo un centro mixto, sanitario contestó aduciendo que había te- de 1825 la Junta comisionó a José Fue trasladado al Hospital y per- bres de su parroquia y los que se y social, que curaba a los enfer- nido lugar en la embocadura del Manuel de Murgoitio para que in- maneció ingresado durante 41 días, accidentaren en su término muni- mos y heridos para mantenerlos puente de Bolueta, jurisdicción de tentara cobrarle a Begoña lo adeu- hasta recibir el alta por curación. cipal, aunque no fueran de su ve- después durante una larga con- Begoña y que era esta Anteiglesia dado. Por fin, el 29 de octubre de La Junta unió ambas reclamacio- cindario siempre que fueran po- valecencia a lo largo de la cual quien debía de pagar los gastos de 1825 el Corregidor dio a Begoña nes, la de Francisco y la de Mª An- bres y que el accidente hubiera te- se limitaba a alimentarlos y dar- hospitalización, que ascendían a la orden de pago. tonia, presentando ambas al Ayun- nido lugar en su territorio. les cobijo. Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad 58 Bilbao 2004.eko abuztua El Hospital de Bilbao y las corridas de toros Adjudicaci—n de la organizaci—n Juan Gondra Rezola de las corridas de toros en el a–o 1818 ERA habitual hace a–os la extra–eza As’ fue como el Ayuntamiento sac— de los mŽdicos for‡neos cuando se a pœblica subasta la organizaci—n de enteraban de que el Hospital de Ba- las corridas a celebrar durante las fies- surto era copropietario de la plaza de tas de agosto en la plaza de la Villa, en toros de Vista Alegre; extra–eza que el lugar donde ahora se encuentran el aumentaba cuando se les dec’a que mercado y la calle de la Ribera, y las el otro copropietario era la Casa de adjudic— al industrial bilbaino Juan Misericordia. Y de aquella impre- JosŽ de Uriarte, quien present— la me- si—n surgi— una pregunta: Àcu‡ndo y jor oferta y se comprometi— a abonar c—mo se inici— este maridaje entre cada a–o 27.000 reales para las obras nuestro hospital y el coso bilbaino? de construcci—n del nuevo hospital. El La publicaci—n del magn’fico li- contrato fechado el 18 de septiembre bro de Laura del Rey Bilbao y los to- de 1818 y firmado por el alcalde Gre- ros: cinco siglos de historia (1518- gorio Lezama Leguizam—n, ten’a una 2000) permiti— al curioso conocer duraci—n de ocho a–os y detallaba las Žste y otros aspectos de nuestra pe- condiciones acordadas, de entre las que–a historia; interesantes no s—lo que merecen ser destacadas las si- para el aficionado al espect‡culo guientes: taurino, sino tambiŽn como aspectos poco conocidos de nuestras tradicio- ● Las fiestas a celebrar cada a–o in- nes y costumbres. cluir’an cinco d’as de corridas cuyas Trataremos aqu’ de responder a la fechas ser’an se–aladas por el Ayunta- cuesti—n planteada. miento. ● Los toros y novillos ser’an com- El Hospital en 1818 prados a las ganader’as de Òmayor crŽ- Al terminar el a–o 1814, Bilbao ditoÓ de Castilla o de Navarra. sal’a de una guerra asoladora duran- ● Cada d’a ser’an lidiados dos toros te la cual se dieron varias entradas y Decenas de coches de caballos llegando a la Plaza de Toros de . Foto José Mª Buerba por la ma–ana y cinco por la tarde, retiradas de tropas, siendo ocupada adem‡s de un novillo que ser’a soltado unas veces por los ejŽrcitos france- para disfrute de los aficionados. ses y otras por los espa–oles, hasta la ● Los toreros, tanto a caballo como a pie, ser’an elegidos de entre los de Òprimer nombreÓ en la corte o en An- La organización daluc’a y el Ayuntamiento tendr’a una participaci—n decisiva en su selecci—n. de las corridas ● El precio de los asientos para los abonados ser’a de 20, 16, 12, 10 y 8 fue sacada a reales. ● El Ayuntamiento cuidar’a de que subasta pública los propietarios de los balcones abier- tos a la plaza entregaran lo recaudado en 1818 por ellos. ● Uriarte se encargar’a tambiŽn de contratar tamborileros y de organizar entrada definitiva del ejŽrcito anglo- los fuegos artificiales, corriendo a su portuguŽs y espa–ol comandado por cuenta los gastos ocasionados. el duque de Wellington; el tr‡fico portuario, principal fuente de ingre- Problemas sos para la Villa, se hab’a visto limi- Pero lo que promet’a ser un buen tado hasta casi desaparecer y las ar- negocio para el Hospital, para Uriarte cas pœblicas se hab’an visto obliga- y para el vecindario, fue una fuente de das a afrontar los gastos de guerra quebraderos de cabeza y dio lugar a un con emprŽsitos muy onerosos. No pleito curioso porque ocurri— que era el mejor momento, pues, para Uriarte traspas— este contrato a Ma- atender a la construcci—n de un nue- nuel Mariano de Elorriaga, otro indus- vo centro que sustituyera al antiguo trial bilbaino, y cuando finalizaron las Hospital de los Santos Juanes; sin corridas del a–o siguiente, Žste se ne- embargo, el mal estado de alguno de Corrida de toros en la Plaza Vieja. Manuel Losada g— a abonar los 27.000 reales que co- los edificios que lo albergaban, que rrespond’an a las obras del nuevo hos- ya en los a–os anteriores a la guerra pital. hab’a dado lugar a intentos de refor- El Ayuntamiento y la Junta del Hos- ma, oblig— a que el Ayuntamiento y pital se vieron obligados a pleitear en la Junta de Caridad se planteasen la defensa de sus intereses; Elorriaga forma de atender a esta antigua de- aleg— que el Ayuntamiento no le hab’a manda y reunir todo el dinero posi- entregado la recaudaci—n efectuada ble para construir un hospital mo- Fuentes de financiación por los due–os de los balcones y des- derno y adecuado a las necesidades puŽs de algunos avatares, lleg— una de la Villa. sentencia favorable a los primeros y el Y una vez agotadas todas las del “Nuevo Hospital” embargo de material del almacŽn del fuentes habituales de ingresos no que era propietario Elorriaga, 1.120 idearon mejor fuente para incremen- machetes aserrados, 400 hachas de tar sus recursos que echar mano de de los Santos Juanes hierro carpinteras y 400 mandarrias la recaudaci—n de las corridas de to- (especie de martillo utilizado en los ros. Contaban con un precedente fa- CUANDO en el a–o 1820 se inauguraban vecinos de la Villa y naturales del pa’s as’ astilleros). llido, pues en el a–o 1808, se adjudi- las primeras salas hospitalarias, en el mis- de los residentes en el Reino como en Eu- As’ fue como hasta el 28 de sep- c— la organizaci—n de las corridas de mo edificio que en la actualidad alberga al ropa y Ultramar; como estas cantidades tiembre de 1820, fecha del embargo agosto a Melit—n Pablo de Cafranga Instituto ÒEmilio CampuzanoÓ de Achuri, eran insuficientes se agregaron otros re- citado, no pudo el Hospital cobrar sus con el compromiso de donar la mi- la Junta de Caridad afirmaba orgullosa cursos: primeros 27.000 reales, iniciando una tad de los beneficios al Hospital, be- que ÒEn nada se gravaron los fondos del ÐTrabajos y servicios gratuitos y sin es- relaci—n entre la fiesta de los toros y neficios que nunca llegaron a produ- municipioÓ. tipendio o jornales, directamente presta- las instituciones de caridad bilbainas cirse; tambiŽn ten’an una referencia El presupuesto del nuevo hospital, una dos por braceros y operarios del pueblo, que no tuvo continuidad, pues este en la capital del Reino, pues la Junta vez descontado el material que se hab’a incluso en d’as festivos, con autorizaci—n acuerdo s—lo se materializ— en los de Hospitales de Madrid era la que de recuperar de los antiguos edificios, as- obtenida del Sr. Obispo de la Di—cesis. a–os 1820 y 1821. organizaba desde antiguo los feste- cend’a a 780.000 reales de vell—n, aunque ÐDonativos en materiales de construc- Bastantes a–os m‡s tarde, en el a–o jos taurinos y, como contrataba a los las numerosas modificaciones introduci- ci—n. 1881, se recuper— esta relaci—n cuan- toreros para toda la temporada, Bil- das durante las obras elevaron aquella ci- ÐRecursos propios del establecimiento, do un grupo de bilbainos entusiastas bao estaba habituada a mantener re- fra. El hospital contaba con unos fondos producto de fiestas, rifas y de cantidades a asumi— la construcci—n de la plaza de laci—n con esa Junta a la que deb’a propios que sumaban 510.491 reales, se prŽstamo con interŽs. Apartado Žste en el toros de Vista Alegre con la condici—n de pedir autorizaci—n cuando quer’a recaudaron otros 257.373 reales por li- que se incluy— lo rentado por las corridas de que, una vez amortizados los gastos traer a la Villa alguno de sus dies- mosnas m‡s donativos en met‡lico de los de toros de agosto. ocasionados, su propiedad pasara al tros. Hospital y Casa de Misericordia. 38 Bilbao 2013ko uztaila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Juan Gondra AUNQUE el juego tiene hondas ra- Las rifas y tómbolas a íces en las diferentes culturas huma- nas y podemos encontrar numerosos antecedentes de ello en la antigüe- dad, el recurso a las rifas como fuen- te de ingresos para nuestros hospita- beneficio del Hospital Civil les y asilos tiene su inicio en el siglo XVIII. Con la llegada a Madrid del pri- sitio (1835). Fue elegido alcalde de mer rey Borbón, Felipe V, se fueron la Villa en el año 1839. extendiendo en su corte algunas nuevas costumbres procedentes de La “Rifa del Hospital” la de Versalles, siendo una de ellas Esta “Rifa del Hospital” continuó la de celebrar fiestas de la alta socie- celebrándose durante todo el siglo dad que incluían una rifa. Como XIX, de forma similar a como se ha- suele ser habitual, esta moda se fue cía en otros muchos hospitales del extendiendo desde la aristocracia Reino. Incluso en años tan difíciles hacia las clases populares y así en- para la Villa como 1835 o 1874, en contramos que pocos años después los que se vio sitiada por los carlis- nace la lotería primitiva y también tas, tuvo el Hospital de Atxuri su ri- las primeras rifas a beneficio de or- fa, aunque tuviera necesidad de re- fanatos u hospitales, celebrados en trasarla algunos meses. Madrid y en otras localidades, cuyo Fueron tiempos en los que el jue- eco hubo de llegar, sin duda, a Bil- go en sus distintas modalidades bao. Parece que hubo algunos abu- constituía un problema social impor- sos que obligaron al Monarca a to- tante y durante los que sucesivos go- mar medidas en contra de estos sor- biernos trataron de encauzar en un teos y de ahí deriva la paradoja de marco legal que garantizara su lim- que las primera noticia al respecto pieza. El Hospital debía solicitar ca- que encontramos en la Villa no se da año permiso a la Hacienda Real refiere a ninguna rifa, sino a la para celebrar su rifa, detallando sus prohibición que trata de imponer en premios y número de papeletas. el año 1734 el corregidor Felipe Ig- También pagar un impuesto que pa- nacio de Molina, quien se dirige al só del 25% del total del billetaje se- Consejo de Castilla en solicitud de llado que hubo de pagar en el año las órdenes y bandos promulgadas 1835 al 4% de los años 1878. contra el juego. Los premios solían incluir joyas En cualquier caso, no parece que de oro y plata, así como cantidades esta nueva moda tuviera una rápida en metálico; pero hubo ocasiones en aceptación en nuestra Villa, pues la la que fueron más pintorescos como primera noticia que tenemos de un en el año 1856 en el que se sorteó evento similar tuvo lugar en el año una magnífica pareja de bueyes. La 1813 a beneficio del Hospital. venta de los billetes era realizada di- rectamente por los propios miem- El legado de Escauriza bros de la Junta de Caridad y por el Un año antes de que estallara la Atxuri. Fragmento de una acuarela del siglo XVIII. (Euskal Museoa. Bilbao) Portero del Hospital, pero una parte Guerra de la Independencia, el Hos- pital de Atxuri se encontraba en una situación económica bastante desa- hogada y se planteaba sustituir los A lo largo del siglo XIX se hizo habitual vetustos edificios que lo albergaban por una construcción moderna, más que muchas instituciones caritativas acorde con las exigencias de las nor- mas de higiene preconizadas por las celebraran sus propios sorteos autoridades médicas de la época. La aceptación de una manda por valor de más de doscientos mil reales do- Independencia no mencionan los gé- importante de los boletos era vendi- nada en su testamento por Dionisio neros que se proponían como pre- da en la calle por varios ciegos, de Escauriza, un rico comerciante mio, así que parece razonable dedu- constituyendo un precedente local bilbaíno, vino a suponer una inyec- cir que llegó a buen término. de la labor realizada en la actualidad ción muy importante de fondos, pe- Pocos años después, en 1828, el por la ONCE. ro surgieron dificultades que impi- Hospital solicita y obtiene permiso En el año 1855, el sorteo se cele- dieron su materialización y, por en- para celebrar otra rifa con un premio bró el día 8 de febrero y el número por valor de 4.400 reales, cuyos be- premiado, el 2.485, no apareció has- neficios fueron destinados a sufragar ta casi un año después, el primero de una parte de la finalización de las febrero de 1856. El Ayuntamiento En 1882 se hizo la obras de construcción del nuevo decidió entregar el premio aunque el hospital. Sus boletos salieron a la plazo señalado para ello hubiera sido última solicitud venta no sólo en Bilbao, sino tam- rebasado; a partir de aquel año este bién en otras capitales del Reino. En plazo quedó establecido en un año. del Hospital para Madrid se podían adquirir en la li- A lo largo del siglo XIX se hizo celebrar una rifa brería de Hurtado al precio de dos habitual que muchas instituciones reales cada uno. caritativas celebraran sus propios La plaza de toros, otra fuente de ingresos para el Hospital de Atxuri Al año siguiente, 1829, se volvió a sorteos, siendo el más conocido en- solicitar permiso con el mismo fin; tre nosotros el de la Santa Casa de de, que se planteara una obra tan La primera rifa en esta ocasión el valor del premio Misericordia, la tradicional “Rifa del trascendental. Así fue como el Hospital se hi- ascendía a 6.744 reales y 24 mara- cerdo”. Pero estas rifas proliferaron En efecto, Escauriza había legado zo cargo de una partida de hie- vedíes, parte en alhajas y parte en en exceso y sufrieron la competencia un crédito que tenía con la sociedad rros y distintos tejidos de difícil metálico. Nos han llegado tanto el de otras, organizadas por particula- Iriondo y García, con sede en San- comercialización por causa de la nombre del ganador, Juan Josef de res en provecho propio. La Hacienda tander, por valor de 211.432 reales. situación de guerra vivida en Es- Lama y Arandia-Erdoyza, como el Real hubo de intervenir en varias Lo había concedido para paliar la paña entre los años 1808 y 1813. número premiado: el 5.479. ocasiones, distinguiendo entre unas necesidad de dinero de aquella fir- Tras un intento fallido de venta y Lama, vecino de Bilbao, tenía a y otras, gravando a las segundas con ma, que disponía de fondos en Amé- una subasta que no encontró pu- la sazón 41 años y estaba casado el antiguo impuesto del 25% y anu- rica, pero que estaba esperando la jador, la Junta de Hermandad so- con Mª del Carmen de Ansotegui y lando todas las concesiones concedi- oportunidad de enviarlos a España licitó y obtuvo permiso para cele- no cabe duda de que recibiría con das para rifas continuadas por medio en un navío militar pues la guerra brar una rifa cuyos premios iban alegría un premio cuyo monto era de la Ley de 31 de diciembre de contra Inglaterra dificultaba el a consistir en tres lotes de aquel superior al salario anual de los mé- 1881. En el año 1882 encontramos la transporte marítimo. La situación de género, valorados cada uno en dicos de la Villa. Pocos años des- última solicitud del Hospital para ce- Iriondo y García empeoró aún más 31.000 reales. pués de resultar ganador de la rifa, lebrar una rifa; pero a partir de esa cuando la fragata española que por- No nos ha llegado información llegó a ser regidor, puesto en el fecha, se interrumpió esta tradición taba su dinero fue capturada por un acerca del desenlace de esta rifa. que tuvo que participar en el go- que tuvo una segunda etapa de es- navío inglés, lo que les obligó a in- Ignoramos incluso si llegó a cele- bierno de la Villa durante los tiem- plendor años más tarde, en la déca- tentar pagar sus deudas con el géne- brarse; pero los datos económi- pos difíciles de la Primera Guerra das de los cincuenta y sesenta del pa- ro almacenado en sus almacenes de cos del patrimonio del Hospital Carlista, la severa epidemia de có- sado siglo, pero de este asunto ya Santander. una vez finalizada la Guerra de la lera del otoño de 1834 y el primer trataremos en otra ocasión. 32 Bilbao 2007ko urria Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Un curioso intento de unificación del Hospital con la Misericordia Fundación de salud y caridad

Juan Gondra Tal como decía un manuscrito anónimo del año 1777 conserva- ESTAS dos instituciones bilbai- do en el Archivo Histórico Ecle- nas, que ya en sus orígenes tuvie- siástico de Bizkaia, en Derio: ron una cierta relación aunque “... la Villa se encuentra dividi- muy tenue, estuvieron cerca de da entre los que viven de las ren- constituir una fundación única allá tas de sus casas y terrenos y los por los primeros años del siglo que tienen negocios... el primer XIX, poco antes de la Guerra de la grupo busca acaparar los votos Independencia; pero los tiempos del Ayuntamiento porque viven revueltos que vivió el país en sin tener en qué exercitarse y bus- aquellos años hicieron que esta can acrecentar sus rentas a través iniciativa no prosperase. de las rentas que dan los oficios”. La Santa Casa de Misericordia Orden municipal y Rechazo seguía más ligada al viejo poder de la Junta Hospitalaria que trataba de utilizar en su pro- En oficio del 31 de marzo de vecho el clientelismo que podía 1808, el Ayuntamiento de Bilbao, otorgar su gobierno y no había in- preocupado por el déficit econó- tentado establecer las nuevas for- mico en que incurría la Santa Casa mas de obtención de donativos de Misericordia año tras año, acor- puestas en marcha por la Junta del dó unificar la gestión y patrimonio Hospital, que iban desde la parti- de ésta con los del Hospital Civil, cipación en iniciativas industria- de economía boyante en aquellos les o la celebración de corridas de tiempos. Para ello, ordenaba a la toros hasta la organización de Junta de Caridad del Hospital que conciertos benéficos, rifas, etc., nombrase una comisión que debía así como el incremento de lo re- de reunirse en el Ayuntamiento caudado en las colectas durante con delegaciones de éste y de la las misas dominicales adjudica- Misericordia, a fin de tratar acerca Antiguo Hospital Civil en Atxuri das por la costumbre al beneficio del Hospital; cuestaciones que eran realizadas por los propios La unificación entre el Hospital y junteros. (Nadie explica si el in- cremento era debido a que los la Misericordia vino motivada por asistentes daban más limosna o si así se garantizaba que no hubiera el déficit económico de esta última mermas irregulares). Todo ello, unido a los impor- tantes legados testamentarios que de la forma de cumplir esta deci- cho menos dinámica que la llevada comenzaron a ser recibidos de los sión municipal. Razonaba la Cor- por ella, y decía que el unir las dos propios junteros o de sus familia- poración diciendo que esta unión instituciones iba a reducir las apor- res y amigos, llevó a una bonanza contribuiría a disminuir los gastos taciones recibidas por cada una de económica que el Hospital no ha- de cada una de ellas por separado y ellas si seguían separadas. Tam- bía conocido nunca. que también aumentarían los in- bién discutía la Junta la bondad de Entre 1804 y 1808, la economía gresos obtenidos de la caridad pú- la unión en cuanto a reducción de de la Villa se vio afectada no sólo blica. gastos se refiere, pues no pensaba por la incidencia en el comercio La Junta de Caridad no vio con que se pudieran obtener mejores naval de la guerra contra la Gran buenos ojos esta orden y remitió al precios en los alimentos y la única Bretaña, sino porque estuvo obli- Ayuntamiento una respuesta nega- reducción de personal iba a ser la Primer emplazamiento de la Hermandad del Refugio en la calle La Cruz gada a pagar el sostenimiento del tiva, diciendo que no enviaría co- eliminación del cura rector de la ejército acuartelado en Bilbao, misionados a la reunión prevista Misericordia, cuyo salario no era junta hospitalaria y acordó desistir de finales del siglo XVIII. Una enviado por Godoy después de la para el día 4 de abril a las tres de la gran cosa. de su empeño. El Hospital, a cam- clase de comerciantes enriqueci- Zamacolada. Fueron años de cri- tarde. La reacción fue inmediata, bio, otorgó un préstamo a la Mise- dos, muy dinámica y con amplios sis y de incremento del número de conminando a la Junta a obedecer Resolución del Ayuntamiento ricordia de 60.000 reales, sin inte- conocimientos de lo que ocurría en pobres asilados, que obligaron al la orden, la cual no tuvo más reme- El 19 de mayo de 1808, cuando rés y sin plazo de amortización. otros países, se abría paso frente a Ayuntamiento a intervenir de una dio que acatar. En sesión extraor- ya sonaban los primeros gritos de Refleja este episodio uno de tan- la oposición de otro grupo, más li- forma que no volveremos a en- dinaria celebrada el 2 de abril, la una guerra que resultó ruinosa pa- tos enfrentamientos entre dos mo- gado a la propiedad y a las rentas contrar con ocasión de crisis simi- Junta acordó nombrar comisiona- ra Bilbao y su hospital, el Ayunta- dos de gobernar la Villa que pug- de la tierra, que representaba en lares ocurridas en los años poste- dos a los junteros Ugarte, Jussue y miento se plegó a la voluntad de la naban por el poder municipal des- cierto modo al pasado. riores. Lequerica, quienes defendieron la necesidad de mantener la indepen- dencia de ambas instituciones frente a las otras dos delegaciones, que trataban de unirlas. Casa de Misericordia y Hospital Ocurría que uno de las principa- les fuentes de ingreso de la Miseri- De las cuatro instituciones que Casa de la Misericordia en el año cordia, el impuesto llamado de to- se suelen considerar integrantes 1771. Pero ya habían existido nelada, había descendido por cau- del modelo asistencial del Anti- varios precedentes, desde la casa sa de que la guerra con Inglaterra guo Régimen, el hospital, los asilo para niños huérfanos de era ruinosa para el tráfico maríti- asilos de niños y ancianos, la ca- San Lázaro, instituida por Juan mo, fuente de este impuesto. Al sa cuna y el manicomio, Bilbao Bengoechea en 1610 e emplaza- mismo tiempo, se había incremen- sólo contó con las dos primeras da en locales pertenecientes al tado el número de pobres acogidos hasta comienzos del siglo XX. hospital del mismo nombre, has- en la Misericordia y todo ello ha- Sin embargo no dejó abandona- ta los intentos fallidos del Ayun- bía dado lugar a un déficit impor- dos a su suerte a los expósitos de tamiento en los años 1724 y tante. Por el contrario, la Junta de la Villa, pues contaba ya desde el 1732 o la Casa de Piedad, asilo Caridad del Hospital, formada por siglo XVII un sistema organiza- instalado en la Sendeja en 1762. comerciantes muy dinámicos, ha- do de pupilaje para ellos. Otra Tanto el Hospital Civil como bía conseguido incrementar de for- cuestión fue la de los pobres de- la Santa Casa de Misericordia ma notable los ingresos de esta mentes de cuya suerte tendremos han sido muy queridos por la po- institución y se encontraba en con- ocasión de hablar en otra oca- blación bilbaina y se asocian ha- diciones de afrontar con sus pro- sión. Santa Casa de Misericordia construida en 1871 bitualmente en nuestra mente, pios fondos la construcción de un El Hospital de Basurto, a tra- tal vez por las veces que los he- nuevo hospital, mucho más grande vés de su predecesor en Atxuri, bre, es más moderna pues nace mandad del Refugio, tomó con mos nombrado juntos al hablar que el antiguo, pues contaba con tiene una antigüedad que se re- cuando, después de varios inten- empeño el asunto, logrando la de la plaza de toros, da la que cerca de 600.000 reales para ello. monta al siglo XV. La Santa Ca- tos fallidos, una cofradía de ve- cesión del antiguo colegio de los fueron copropietarios durante En sus razonamientos, criticaba sa de Misericordia, con tal nom- cinos que luego se llamó Her- jesuitas, en el que se instaló la muchos años. la gestión de la Misericordia, mu- 42 B i l b ao 2008ko azaroa Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Inauguración del Hospital de Basurto

13 de noviembre de 1908

Juan Gondra acicate a prescindir de estas con- sideraciones y lanzarse de lleno POR fin, después de veinte años a los gastos anejos de la instala- de tentativas infructuosas y otros ción de todos los servicios del diez años de obras, llegó el mo- hospital. De ahí la cuantía de los mento en el que Bilbao iba a inau- gastos de construcción; cuantía gurar su nuevo hospital construido que los junteros explicaban di- en el barrio de Basurto. El rey Al- ciendo que: fonso XIII no podía acudir a la ce- “No es equitativa la compara- remonia por motivos de salud y ción con otros centros hospitala- había delegado su representación rios del extranjero, donde por en su primo y cuñado el infante construirse en naciones más flo- Fernando de Baviera y Borbón, recientes con toda clase de ele- marido de su hermana María Te r e- mentos para montarlos, se han sa. La ceremonia estaba prevista podido evitar una porción de para el 11 de noviembre de 1908; gastos que han gravado el presu- pero un telegrama del Presidente puesto de Basurto. No debe olvi- del Consejo de Ministros recibido Vista del darse que la Junta tuvo que gas- por el Gobernador Civil el 8 de no- Hospital tar inicialmente más de 200.000 viembre comunicaba que el infan- de Basurto pesetas en captar y acondicionar te D. Fernando se encontraba en en 1908 la traída de aguas, así como dedi- Baviera y que el día 12 era el cum- car otro medio millón de pesetas pleaños de la infanta Dª Mª Te r e s a , El Hospital de Basurt o a la adquisición de los terrenos, así que sólo quedaba como fecha Once años atrás la Junta de Ca- precio muy elevado a causa de la útil el día 13. ridad presidida por Ciriaco de carestía de suelo libre”. Se fijó la hora a las once de la Gondra había acordado construir A falta de una liquidación de- mañana; el Infante acudiría a Ba- un nuevo hospital que sustituyera finitiva, la Junta pudo adelantar surto desde la estación del ferroca- al de Atxuri, dando por fin satis- que el gasto total fue de 6 millo- rril y se alojaría en el palacio de facción a los anhelos expresados nes de pesetas, lo que daba para Zabálburu propiedad de los con- por sus médicos y por gran parte cada una de las 600 camas un des de Heredia Espínola. de la población de la Villa durante gasto relativo de 10.000 pesetas; a ñ o s . haciendo notar que las instala- La cere m o n i a Tras varios estudios y algunos ciones del Hospital (cocina, la- Hizo un tiempo espléndido, pri- tanteos en busca de un terreno vadero, desinfección, etc.) esta- maveral, lo que propició que una apropiado, se decidió por asentar- ban previstas para otras 200 ca- gran multitud se uniera a todas las lo en el barrio de Basurto, al pie mas más, lo que daba un marg e n autoridades del Señorío de Vi z c a- del monte Cobetas, en un lugar para ampliaciones futuras. Si se ya, que acudieron a recibir al In- resguardado de los vientos predo- tiene en cuenta que, en precios fante y al ministro que le acompa- minantes del noroeste. El 25 de de época, esta ampliación podría ñaba, el guerniqués Manuel de septiembre de 1897, la Junta de suponer un gasto de un millón de A l l e n d e s a l a z a r, que posteriormen- Caridad compró una superficie de pesetas, más el coste por cama te llegaría a ser presidente del Se- 87.100 m2 de terreno, propiedad para 800 camas se vería reducido nado y del Gobierno. del Marqués de la Torrecilla, por Autoridades que asistieron a la inauguración oficial a 8.750 u 8.500 pesetas. A las 10:50 h. llegó a la estación 475.259.58 pesetas y los comple- Estas cifras pueden comparar- de Abando el tren que traía al In- Final de las obras se ventajosamente con las de fante y al Ministro de Estado, El hospital había tardado en otros hospitales extranjeros co- quienes fueron recibidos por el Al- construirse diez años. Durante es- mo el de Lariboisiere, Te n o n , calde de la Villa Sr. Ibarreche, el El hospital tardó en construirse diez te tiempo, se tuvieron que vencer Saint Thomas y Joseph Hopkins. Presidente de la Junta de Caridad, dificultades económicas deriva- Aunque el Hospital de Basurto don Gregorio de la Revilla, los Di- años, periodo en el que se tuvieron das de los gastos en el extranjero, no desmerecía en instalaciones putados y Senadores en Cortes, los que vencer dificultades económicas agravadas con la pérdida del va- con ninguno de ellos y los supe- Gobernadores civil y militar y lor adquisitivo de la peseta, que raba en sus condiciones higiéni- otras autoridades. llegó al 35%, y con una legisla- cas. Por otro lado, sí existían Ya en el Hospital, el Obispo de ción arancelaria que aumentaba hospitales con un coste por cama la Diócesis ofició una misa solem- tó mediante permutas de terreno Para enjugar los gastos se em- los derechos de aduana de estos menor como el de Amberes, Ixe- ne tras la cual tuvo lugar la inaugu- con la comunidad de los Capuchi- plearon los fondos procedentes de materiales. Y ello a pesar de las lles y Urban. r a c i ó n . nos y con las Srtas. Novia de Sal- la venta del edificio del Hospital instancias que hizo el hospital an- Las subvenciones del Ay u n t a- El Alcalde Ibarreche, en su dis- cedo, propietarios colindantes, de Atxuri, valorado en millón y te los poderes públicos para que, miento de Bilbao y Diputación curso rindió homenaje al Rey Al- para obviar su irregularidad. medio de pesetas y adquirido con- dado el carácter benéfico de las de Vizcaya, el donativo inicial de fonso XIII, en la persona de su re- El futuro Hospital de Basurto juntamente por Ayuntamiento y obras, se pudiera disponer de un José María de Escuza de 400.000 presentante, saludó al Ministro de mantuvo el régimen jurídico del Diputación. A ello se añadió el trato de favor. En algún momento pesetas y las suscripciones públi- Estado, y después a todas las re- de Atxuri, es decir, una entidad montante de una suscripción pú- las dificultades económicas se cas, así como los adelantos de di- presentaciones. Gregorio de la Re- privada de beneficencia de ámbito blica abierta a tal efecto; así como agolparon de tal manera que se nero en condiciones ventajosas villa hizo historia de las gestiones público cuyo patronato correrá a el donativo de 500.000 pesetas de llegó a pensar la demora, e inclu- que hizo el Banco de Bilbao, de la Junta de Caridad, agradeció c a rgo del Alcalde de esta Villa. La Dª Casilda de Iturrizar y un ade- so en la supresión de la instala- permitieron a la Junta salvar to- los trabajos del arquitecto Enrique Comisión encargada de redactar lanto de 450.000 pesetas realizado ción de algunos servicios, aunque das las situaciones apuradas por de Epalza y del director médico, las bases y el proyecto de cons- por José María de Gurtubay, quien la responsabilidad que la Junta las que ha pasado. José Carrasco. Terminó el acto el trucción confió al arquitecto Enri- posteriormente renunció a cobrar- había adoptado ante el vecindario Todos estos datos fueron reco- ministro Allendesalazar, quien que Epalza la dirección de las las transformando así su adelanto y los pobres de la provincia de ha- gidos por la Junta de Caridad en prometió trasladar al Rey las fra- o b r a s . en donativo. bilitar un nuevo hospital, fue el una Memoria, ya que considera- ses de agradecimiento dirigidas a ba que, al inaugurar el nuevo él y ensalzó los esfuerzos que ha- Hospital Civil, debía dar cuenta bía hecho Bilbao para lograr su en- de la labor realizada a todos los grandecimiento, recordando los que habían aportado sus donati- logros conseguidos en las obras vos; a toda la población bilbaina, del puerto exterior; ensalzó los Gregorio de la Revilla porque toda ella había colabora- sentimientos caritativos de Bilbao do en su construcción. y esbozó la idea de que el nuevo A U N Q U E fueron muchas las dad, dirigió con mano firme la Hospital pudiera ser un centro de personas que contribuyeron a construcción del nuevo hospi- Las imágenes y textos de este artícu- enseñanza médica. Posteriormen- que el magnífico Hospital de tal y sorteó las numerosas difi- lo corresponden al libro Los Hospitales te, las autoridades efectuaron una Basurto fuera una realidad, no cultades económicas. Sin su Civiles de Bilbao. 1409-2008. Home - visita por las distintas dependen- cabe duda que fue Gregorio de firmeza en defender la integri- naje al Hospital de Basurto en su pri - cias del Hospital. la Revilla quien más aportó pa- dad del proyecto, es muy pro- mer centenario, de Antonio Villanueva El hecho fue ampliamente reco- ra ello. Primero como alcalde bable que el resultado final hu- Edo y Juan Gondra Rezola, que se pu- gido por los periódicos locales que y, a partir del año 1903, como biera sido algo mucho más po- blicará en noviembre de 2008 con mo- comentaron este acontecimiento presidente de la Junta de Cari- bre e irrelevante. tivo de la conmemoración de este cen- durante varios días. t e n a r i o 42 B i l b ao 2008ko uztaila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Centenario del Hospital de Basurto

La obsolescencia del Hospital de Atxuri

Juan Gondra Primer pro y e c t o El primer intento serio de nuevo M U Y cerca ya de cumplir los cien hospital vino de la mano del médi- años, el Hospital de Basurto se co y concejal bilbaino Pedro de prepara para celebrar este evento N o r z a g a r a y, quien propuso al ple- con varios actos, algunos de los no del Ayuntamiento celebrado el cuales ya han sido anunciados por 13 de febrero de 1879 la construc- El Hospital de Basurto en la fase final de su construcción la gerencia de esta institución bil- ción de un nuevo hospital que tu- baina; entre ellos, reuniones cien- viera carácter de provincial y en el para enfermos psiquiátricos. Este tíficas y visitas de los escolares de que pudieran ingresar todos los nonato proyecto de Palacio era la Villa guiados por el propio per- vizcainos. Las razones que daba mucho más moderno y acorde con sonal del Hospital. Su inaugura- para ello se referían al mal empla- los tiempos que los de Gil y Nor- ción oficial fue el 13 de noviem- zamiento del de Atxuri, agobiado zagaray; incluso en algunos aspec- bre de 1908, según la prensa de la entre el monte y unas casas que le tos supera a Basurto, inaugurado época, fueron miles de ciudadanos quitaban la luz y hacían que no tu- 22 años más tarde. los que acudieron a conocer un viera ventilación, además afirma- hospital del que toda la población ba que se había quedado pequeño El Hospital de Solokoetxe se sentía org u l l o s o . y que estaba situado en el centro Ante los fracasos de las distintas Y no era para menos, pues fue la de un barrio muy populoso e insa- iniciativas en pro de la construc- propia población de la Villa la que lubre. El pleno asumió sus ideas y ción de un hospital de nueva plan- costeó su construcción por medio se mostró de acuerdo con ellas, pe- ta se tomó una decisión más que de sus donativos, sin tener que re- ro acordó posponer la cuestión discutible y se procedió a edificar currir a las arcas públicas, salvo porque la reconstrucción de la Vi- un hospital para convalecientes en unas mínimas subvenciones de la lla después del daño sufrido duran- las inmediaciones del de Atxuri. Diputación y el Ay u n t a m i e n t o . te la guerra que acababa de finali- El lugar elegido para ello fue el so- Con esta inauguración se culmi- zar y la urbanización del Ensanche lar del Hospital de Begoña, sito en naba un largo proceso en el que to- consumían todos los recursos eco- la parte de la anteiglesia anexiona- do Bilbao había intervenido para nómicos municipales. da a Bilbao en el año 1880. Su es- debatir los graves problemas por casa superficie, 1.614 m2, obligó a los que atravesaba el Hospital de El Proyecto Gil Antiguo Hospital Civil de Atxuri, 1875 adquirir un solar inmediato, pro- Atxuri y sus posibles soluciones. Pocos meses después, el 23 de piedad de D. Gustavo Cobreros, noviembre de 1879, el médico Jo- adquirido por la Junta del Hospital P r i m e ros signos de insuficien- sé Gil y Fresno presentó a la Junta en 1891. El proyecto lo realizó el cia del Hospital de Atxuri y al Ayuntamiento su proyecto de arquitecto municipal Edesio de A lo largo de los años inmedia- nuevo hospital, comenzando por Garamendi y la edificación fue en- tamente anteriores y posteriores a unos razonamientos respecto a la comendada, tras el oportuno con- la Segunda Guerra Carlista, Bil- necesidad de un nuevo hospital no curso, al joven constructor local bao sufrió un proceso acelerado de muy diferentes a los expresados Pedro de Zubía. Firmado el con- cambios que iban a transformar a por Norzagaray, aunque mucho trato 19 de noviembre de 1890 an- la vieja villa comercial en una pu- más detallados: decía Gil que con te el notario Calixto de Ansoate- jante ciudad industrial; cambios las recientes anexiones parciales gui, las obras se iniciaron el 15 de que incidieron sobre el Hospital de Abando y Begoña se había in- enero de 1891 y finalizaron el 25 de Atxuri y su entorno. Entre crementado la población de Bilbao de enero de 1892, con sólo diez dí- ellos, la expansión de la Villa so- y el hospital antiguo quedaba pe- as de retraso sobre el plazo esta- bre terrenos de Abando y Begoña, queño; que los adelantos de la blecido y con un coste total de la construcción de numerosos edi- ciencia habían llevado a valorar 194.649 pesetas. ficios en las inmediaciones del mejor los riesgos de contagio y las Este edificio todavía puede con- Hospital de Atxuri y la aparición necesidades de ventilación; que el templarse como sede de una ikas- de una nueva clase de trabajadores antiguo había quedado encerrado tola después de haber albergado a inmigrantes. Además, este fenó- entre el monte con su muro de con- la Normal de Magisterio y a una meno iba a afectar a toda la co- tención y las casas que le separa- escuela pública, así como haber marca de la Ría de Bilbao y, en ban del río, quitándole el sol y el Hospital de Solokoetxe en 1913 proporcionado acuartelamiento al cierto modo, a todo el Señorío, pa- aire. Terminaba señalando que las batallón Tomás Meabe durante la ra el que este hospital era el prin- filtraciones del muro que sostenía yecto de Hospital de acuerdo con blemas de insalubridad que aque- Guerra Civil. Tenía una superficie cipal recurso asistencial. a los caños de conducción que lle- las recientes conclusiones del jaban a la Villa y proponía refor- construida de 1.253 m2 para nue- Las primeras noticias referentes vaban el agua desde el Pontón has- Congreso de Higiene de Bruselas mas mucho más atinadas que las vas salas hospitalarias, con una ca- a problemas de saturación hospi- ta la alberca empeoraban su esta- de 1875, para ubicar en la llamada que luego fueron llevadas a cabo. pacidad para 128 camas en las talaria nacieron de la propia Junta, do, especialmente en las salas de manzana 93, en las cercanías de lo Su proyecto ‘Nuevo Hospital de plantas altas, quedando las bajas la cual esgrimió este arg u m e n t o c i r u g í a . que hoy es la plaza de Indautxu. El Bilbao’ se acompaña de una me- disponibles para talleres y tiendas. para tratar de alejar de sus salas a Pretendía llevar la nueva cons- hospital tendría una cabida para moria dirigida a la Junta de Cari- Después de superar graves proble- dos tipos de enfermos que le crea- trucción al Ensanche, razonando 300 personas. dad en la que recoge una descrip- mas de humedades que pospusie- ban problemas: los dementes y las que en 1818 Bilbao no disponía de ción del viejo Hospital de Atxuri, ron casi durante un año su inaugu- prostitutas. Así, cuando la anexión otros espacios que el de Atxuri y P royecto Palacio donde éste queda aún peor parado ración, por fin fueron trasladados parcial de Begoña era inminente, se vio obligada a construir allí su El último de los proyectos falli- que en los escritos de Gil y Norza- allí los enfermos convalecientes, la Junta del Hospital propuso utili- hospital, pero que las recientes dos, por orden cronológico, fue el g a r a y. Palacio vuelve a incidir en quienes fueron obsequiados con zar el Hospital de Begoña e insta- anexiones permitían disponer de firmado por Alberto de Palacio el el modelo del parisino Hospital de una comida extraordinaria para ce- lar en él las salas de dementes y de otras ubicaciones. Pretendía edifi- 1 de diciembre de 1886. Este inge- Lariboissière, aunque presenta un lebrar la efemérides. Fue su primer sifilíticos de ambos sexos. Pero la car en pabellones aislados un hos- niero y arquitecto es afamado por diseño de menor tamaño con una director el médico Adolfo Gil Pas- Corporación no compartía el crite- pital de trescientas camas y tomó ser el autor del puente colgante de capacidad para 230 camas, distri- t o r. rio de la Junta y estimaba más como modelo al Hospital de Larri- Portugalete a Las Arenas, pero su buido en nueve pabellones aisla- Sin embargo, nunca llegó a re- conveniente derruir el asilo bego- boisière, recientemente construido faceta de higienista es menos co- dos unidos entre sí por un amplio solver los graves problemas que ñés. Cedió al Hospital el barracón en el norte de París. Al igual que el nocida; sin embargo, fue uno de pasillo central cubierto, en cuyo afectaban a Atxuri, a los que no de infecciosos construido en Me- de Norzagaray, este proyecto que- los más destacados bilbainos de centro se encontraría el edificio llegó a proporcionar ni siquiera un na para albergar las salas de sifilí- dó relegado al olvido. aquellos años en este campo. En el principal. Algunas de sus caracte- respiro. Quedaba claro que Bilbao ticos y cortó así una propuesta que año 1893 publicó a su costa un in- rísticas son similares a las del pro- precisaba un hospital de nueva hubiera adelantado en 20 años lo P royecto Rucoba teresante libro titulado H i g i e n i z a - yecto ‘Gil’, pero también aparecen planta que diera respuesta a las de- ocurrido con el Hospital de Solo- En 1884, el arquitecto municipal ción de Bilbao, donde reflexiona- algunas aportaciones novedosas, mandas de su población. Y así lle- k o e t x e . Joaquín Rucoba levanta un pro- ba con acierto acerca de los pro- entre ellas, la de disponer una sala gó la hora del Hospital de Basurto. 42 B i l b ao 2008ko abendua Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Juan Gondra L A Anteiglesia de Begoña no tu- vo un hospital propio hasta bien Los Hospitales de Begoña (I) entrado el siglo XIX, aunque se da la paradoja de que, durante un breve periodo de tiempo, allá por los años primeros del siglo XV, Según una tradición popular, la Virgen de Begoña se apareció en el lugar contara con uno, incluso antes de que la vecina Bilbao tuviera una en el que se edificaron la ermita y hospital de Santo Domingo dotación similar.

La ermita de Santo Domingo atender a su mantenimiento, y su hospital aceptando en él a todos los pobres Cuando en el año 1408 llegó a enfermos enviados por el Consis- nuestra Villa el famoso predica- torio, siempre que éste cumpliera dor valenciano Vicente Ferrer, se las condiciones que especificaba: alojó en el hospital de peregrinos  El Ayuntamiento debería ce- anejo a la ermita de Santo Do- der la campa (no dice cuál). mingo de Meazabal, situada en  Debería pagar 4.000 duros, terrenos de Begoña, en lo alto del mil al año durante cuatro años, puerto que daba paso al camino para la construcción de un nuevo que enlazaba Zamudio y Derio e d i f i c i o . con Bilbao. Todavía no había si-  Se haría cargo del servicio do fundado el Convento de los del médico y del coste de las me- Dominicos de la Encarnación, d i c i n a s . donde hubiera pernoctado como  Libraría de impuestos muni- miembro de aquella orden que cipales toda la piedra utilizada era, y no es de extrañar que se para su construcción. alojara en un hospital porque era  Permitiría que se pidiera di- una costumbre usual en aquellos nero a los vecinos para sufragar tiempos entre los predicadores. El los gastos. hecho de que lo hiciera en uno tan Pero esta iniciativa fracasó, co- alejado del casco urbano bilbaino mo fracasó igualmente el intento parece indicio de que no hubiera de anexión iniciado por Bilbao. ninguno en la Vi l l a . Poco más sabemos de esta er- El Hospital de Solokoetxe mita begoñesa y menos de su hos- Diez años más tarde, se encon- pital anejo. Una antigua tradición traba otra vez en trámite una ane- bilbaina decía que fue precisa- xión parcial de Begoña a Bilbao mente en el lugar ocupado por es- que incluía toda la planicie de So- ta ermita donde apareció la ima- lokoetxe y no se sabía con seguri- gen de la Vi rgen de Begoña. Unas dad el destino del hospital. A raíz cartas halladas en el Archivo Va- de ello la Junta Caridad del Hos- ticano dan también fe de su exis- Antiguo Hospital de Solokoetxe, actualmente acoge algunas aulas de Karmelo Ikastola pital Civil propuso al Ay u n t a- tencia a comienzos del siglo XV, miento de Bilbao utilizar el Hos- pero en una visita eclesiástica re- que se utiliza para asilo de enfer- pital de Begoña para desconges- alizada pocos años más tarde, se mos pobres. Añadían que deberá tionar el de Atxuri, instalando en describe el templo y su dotación, ser suficiente para atender a las él las salas de dementes y de sifi- incluso una vivienda adjunta; pe- necesidades de la población y no líticos de ambos sexos. Proponían ro ya no existe ningún hospital. ser muy costoso. también que se adquirieran los te- La ermita continuó en pie durante La comisión llegó a un prea- rrenos situados entre el edificio l a rgos años, hasta que fue destrui- cuerdo con Miguel de Arregui pa- de expósitos y el hospital de Be- da durante la Primera Guerra Car- ra comprarle la campa llamada goña, a fin de evitar que constru- lista. “ Vista Hermosa” en Zabalbide, yeran en él particulares. Pero esta trato que consideraba muy venta- propuesta fue desechada y, una Primer hospital municipal joso por su módica cuantía y por vez ejecutada la anexión, Bilbao en Begoña la forma de pago. El Ay u n t a m i e n- remoloneó todo lo posible para Luego, durante casi cuatro si- glos, Begoña no se planteó la construcción de un hospital para atender a sus pobres enfermos; El Hospital de Solokoetxe fue edificado quizá porque fue durante ese tiempo una pequeña aldea agríco- en 1893 y duró como tal hasta la la de caserío disperso cuyos nú- cleos más urbanos más poblados inauguración del de Basurto en 1908 estaban situados en las zonas ve- cinas a Bilbao y, en cierto modo, formaban un todo con el casco de to lo aprobó sin reparos y solicitó retrasar el pago debido a Begoña la Villa, a pocos metros del Hos- el preceptivo permiso al Gober- por su hospital. pital de Atxuri. Además, las espe- nador Civil, afirmando que Bego- Por fin, en el año 1890, Bilbao ciales relaciones existentes entre ña contaba con recursos suficien- compró esos terrenos vecinos que Villa y Anteiglesia permitían a tes para mantener este hospital, habían pasado a ser propiedad de los vecinos de la segunda ingresar que la población había crecido Gustavo Cobreros. Sobre ellos y en el hospital de la primera. Por mucho y que la casa que se utili- sobre el solar del Hospital de Be- otra parte, Begoña carecía de mé- zaba para este fin era claramente goña se pudo edificar en 1893 el dico titular. i n s u f i c i e n t e . Hospital de Solokoetxe sobre una Pero a partir de 1850 su pobla- Poco después, Begoña contaba superficie de 16.138 piés cuadra- ción comenzó a crecer y Begoña ya con un hospital en Zabalbide; dos. Pero también este hospital decidió dotarse de un médico y de estaba atendido por las Hijas de la fue de vida efímera, pues en un pequeño local para hospitali- Caridad de San Vicente Paúl y, a 1908, al ser inaugurado el de Ba- zar enfermos en una casa propie- Bilbao visto desde Solokoetxe juzgar por sus planos, era de esca- surto, pasó a otros usos y alberg ó dad del municipio. El primer mé- sa superficie, poco más de 200 la escuela Normal de Magisterio, dico titular fue Domingo de Ur- metros cuadrados por planta. una escuela pública y, en la actua- quiola, quien quedaba a cargo de lidad, algunas de las aulas de Kar- la asistencia los pacientes ingre- Efímera vida del hospital melo Ikastola. sados; pero aquella casa carecía En 1871 se recibió una curiosa Si el lector se acerca desde el de las condiciones mínimas que Navidades de 1879 propuesta de un clérigo begoñés, ascensor de Solokoetxe a esta debía de reunir un hospital y la quien decía que Bilbao había ini- Ikastola, lo primero que se encon- Corporación Begoñesa se planteó Una escueta nota aparecida en la prensa local anunciando la ciado los trámites para la anexión trará es la parte que ocupaba el la construcción de un hospital Misa del Gallo que se iba a celebrar en el Hospital de Begoña parcial de Begoña y que eso iba a antiguo Hospital de Begoña, que nuevo que le permitiera atender a nos permite deducir que en aquellos años: disminuir las rentas que percibía venía a estar situado en lo que sus pobres enfermos en mejores  El hospital contaba con una capilla. el hospital, además de dejar en te- hoy es el extremo norte de su ala condiciones. A tal efecto, a fina-  Ésta permitía la asistencia de público a algunos de los rrenos de Bilbao el edificio que lo este. Incluso ocupaba una parte les del año 1864, nombró una co- cultos celebrados en ella. a l b e rgaba. Presentaba una oferta del jardincillo que bordea en la misión para estudiar la construc-  Existía un turno entre las pequeñas iglesias y capillas de al Ayuntamiento por la que él co- actualidad al edificio y desde el ción de un hospital en la anteigle- Begoña para la celebración de esta tradicional misa navideña. mo fundador se haría cargo de que se puede disfrutar de una ver- sia para sustituir al exiguo local construir un nuevo hospital y de dadera Vista Hermosa. 42 B i l b ao 2009ko urtarrila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Juan Gondra A finales del siglo XIX, cuando una amplia zona de su término Los Hospitales de Begoña (y II) municipal que incluía toda la loma de Solokoetxe fue anexionada a Bilbao, Begoña se vio privada del hospital que había construido po- El Hospital de Nuestra Señora de Begoña cos años atrás en el extremo norte de aquella zona. Sin embargo, no parece que esta pérdida fuera muy P royecto de nuevo hospital sentida, pues se trataba de un equi- Pero el gobernador seguía pre- pamiento que, aunque de reciente sionando a Begoña para que cum- construcción, había quedado muy pliera con lo ordenado por la Ley, corto para las necesidades de una exigía que se clausurara el hospital Begoña que vivía un gran incre- habilitado en el camino del Polvo- mento de su población, a pesar de rín y se construyera un hospital pa- la pérdida de los barrios anexiona- ra enfermedades infecciosas nue- dos a Bilbao. vo y en condiciones adecuadas de servicios y de aislamiento. El al- Nuevo Hospital calde, José Antonio de Guisasola, En el año 1886 la anteiglesia se miembro de la familia de los fa- planteó la construcción de un nue- mosos pelotaris “Begoñés”, razo- vo edificio que albergara no sólo al naba que aquella orden le parecía hospital, sino a otros equipamien- excesiva y la consideraba genera- tos. Para ello contaba con el dinero dora de un gasto desproporciona- procedente de la reciente enajena- do e inútil pues suponía unos cos- ción del caserío Birginetxe y de lo tes de construcción y de manteni- abonado por el Ayuntamiento bil- miento muy elevados para una uti- baino a cambio del viejo hospital. lización mínima. Presentaba una Los regidores de la República de alternativa mucho más lógica: un Begoña eligieron como ubicación proyecto para construir un nuevo un solar propiedad de Mario Adan hospital general y dotarlo de un ala de Yarza, situado entre el convento aislada que pudiera ser utilizada de los frailes carmelitas y la carre- para otros fines y vaciada cuando tera de Bilbao a Bermeo (actual s u rgieran brotes epidémicos de en- calle Zabalbide). Encargado el Procesión de la Virgen a su paso por el Convento del Carmelo fermedades infecciosas. proyecto al arquitecto José Mª Begoña reunió a su Junta de Sa- Basterra; fue presentado y aproba- es preceptivo según la Ley de Sa- nidad para que estudiara cuál pu- do en el verano de 1889, con un nidad. El alcalde decide afrontar el diera ser el emplazamiento idóneo presupuesto de 145.399,07 pese- problema y ordena al arquitecto para el nuevo hospital, que se pre- tas. municipal que presente un proyec- tendía tuviera cien camas y cinco Se trataba de un edificio con dos to para habilitar urgentemente un mil m2 de superficie. Reunida ésta plantas principales destinado a va- barracón para hospitalización de con el arquitecto municipal, se es- rios usos: la zona del hospital con- enfermedades infecciosas en el pi- tudiaron varios terrenos propiedad sistía en un cuarto de curas, algu- so primero del lavadero situado en del Ayuntamiento de Begoña en el nas dependencias auxiliares, una la estrada del camino de la Dina- alto de Santo Domingo, la campa sala para mujeres con 8 camas y mita en el barrio de Dolareche, de Marigabon, la campa de Basa- otra para hombres con otras 8 ca- donde se quieren habilitar cuatro rrate y en la zona de los depósitos mas; poseía, además, dos cuartos habitaciones aisladas, bien ilumi- de agua; pero todos fueron dese- de infecciosos con dos camas cada nadas y bien ventiladas, por un chados por una u otra razón. No uno para ingresar pacientes que re- coste de 1.150 pesetas. hubo más remedio que recurrir a la quirieran aislamiento. Contaba Como suele ser habitual con es- compra de un solar privado y, para también con un asilo de 24 camas, te tipo de dotaciones, los vecinos ello, se convocó un concurso al 12 para ancianas y otras 12 para de la zona se alarman y presentan que fueron invitados los principa- ancianos; también una sala para un escrito en de protesta firmado les terratenientes de la Anteiglesia. niñas con 14 camas. Además de por 86 de ellos. Remitida la queja Y aquí finalizó esta iniciativa, estas instalaciones propias de un al médico Antonio Eguiluz, éste pues pocos meses después comen- asilo-hospital, albergaba dos aulas Hospital de Begoña. Foto Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl emite un informe diciendo que, zaba el último y exitoso intento de escolares, una para niñas y otra pa- aunque no es el lugar ideal, el la- anexionar toda Begoña a Bilbao, ra niños, pues la Comunidad de Hijas de la Caridad que atendía a los enfermos y a los asilados re- gentaba también una escuela desti- Se eligió como ubicación un solar situado nada a la enseñanza primaria; es- cuela de carácter privado que ve- entre el convento de los frailes carmelitas nía a complementar la labor desa- y la carretera de Bilbao a Bermeo rrollada por las tres escuelas públi- cas de Begoña, situadas una en Bolueta, otra en y la terce- ra en las propias Casas Consisto- vadero reúne condiciones para ser cosa que se cumplió el primero de riales, junto a la Basílica. utilizado hasta tanto se consigue enero de 1925, llevando al cesto de una dotación mejor. Rebate los ar- los papeles las ofertas de terrenos Hospital para enfermos gumentos de los vecinos diciendo recibidas y los bosquejos realiza- i n f e c c i o s o s que los bajos quedarán clausura- dos por el arquitecto Segurola. La Pronto se vieron los riesgos que dos, que las edificaciones más pró- capacidad del Hospital de Basurto suponía esta mezcolanza de activi- ximas son dos caseríos situados a cubría con creces las necesidades dades a la hora de albergar pacien- 80 metros y que los transeúntes de Begoña y el viejo hospital que- tes afectos de enfermedades infec- Hoy en día, parte de aquel solar en Zabalbide, lo ocupa el colegio tienen muy fácil un desvío muy dó desprovisto de sentido como ciosas, porque el aislamiento pro- Nuestra Señora de Begoña cómodo que les evita pasar junto centro sanitario, por lo que quedó porcionado por los dos cuartos es- al lavadero. La Junta de Sanidad destinado exclusivamente a los peciales era claramente insuficien- de Begoña y la Provincial ratifican otros fines para los que había sido te. Era, pues, necesario un hospital este informe y las obras se llevan a construido: escuela y asilo para ni- dedicado exclusivamente a enfer- cabo de inmediato con un coste de ñas y ancianos, aunque según nos mos infecciosos; pero como el 1.808,23 pesetas después de haber dice Sor Sara Rodríguez, la más municipio estaba afrontando va- introducido algunas mejoras sobre veterana hermana de la comunidad rias obras públicas destinadas a la el proyecto inicial. religiosa que allí trabaja, durante urbanización de algunos núcleos, Y no pudo ser más oportuna es- la Guerra Civil volvió a servir co- al suministro de agua y a otras ne- ta obra, porque pocas semanas mo hospital durante un breve pe- cesidades consideradas más peren- después llegaba a Begoña la terri- riodo de tiempo. torias, fue postergándolo durante ble pandemia gripal de 1918, du- Todavía hoy, regentan las Hijas a ñ o s . rante la cual este pequeño hospita- de la Caridad un magnífico cole- A comienzos del año 1918 el lillo, al que se añadieron varias ca- gio edificado en parte sobre el so- doctor Eguiluz , inspector munici- mas más, fue el único recurso ha- lar de aquel hospital, al cual acu- pal de sanidad, da cuenta al alcalde bilitado en Begoña para la hospita- den casi 600 escolares; colegio de que tiene dos enfermos de vi- lización de las personas enfermas que mantiene el nombre del vie- ruela y Begoña carece del hospital que no podían permanecer en sus jo hospital: “Nuestra Señora de para enfermedades infecciosa que Proyecto para el Hospital. Arquitecto José Basterra, 1886 domicilios. B e g o ñ a ” . 58 Bilbao 2012ko azaroa Osasun zerbitzuak

Juan Gondra ESTE efímero y poco conocido hospital bilbaino que fue construi- El Hospital de San Francisco do en escasos días para albergar a los enfermos de una epidemia de cólera, tuvo una corta vida pues concluyó que era inviable, por lo fue utilizado sólo durante un mes. que se decidió construir un barra- Tres años después de construido, cón en la huerta del convento de sus enseres fueron trasladados al San Francisco, cosa que se puso en hospital militar habilitado en el marcha después de comunicarlo a convento de la Concepción para la Junta Provincial de Sanidad. el servicio de la guarnición de la Tras haber sido rechazado un di- Villa. seño suyo más ambicioso, el ar- Completa el cuarteto de vario- quitecto Salces proyectó unos ba- pintas ocupaciones a las que fue rracones de madera, para cuya destinado el antiguo convento de construcción se podía aprovechar San Francisco tras su desafección el suelo de la iglesia (cerrada al al culto: cementerio de Bilbao, culto en aquellas fechas); proyecto cárcel municipal, cuartel para su que se ejecutó en pocos días, pues guarnición militar y, por último, el 9 de agosto el alcalde daba hospital para epidemias. Ahora cuenta de que estaba terminado el que los restos de este convento hospital para coléricos en San han quedado a la vista tras las El Francisco y de que se había pedido obras que sobre su solar se han re- Convento licencia al obispo de Calahorra pa- alizado, parece oportuno traerlo a de San ra habilitar una capilla, aunque estas páginas. Francisco hasta que llegara el permiso se po- y, al fondo, dían administrar los sacramentos Precedentes de hospitales el puente desde el convento de la Merced. para epidemias de San Decía también que se habían reali- Lo poco que conocemos acerca Antón zado los trámites para contratar un de las primeras epidemias de pes- médico, dos cirujanos, un practi- te en Bilbao, datos del siglo XVI, vó a la paradoja de que, mien- aislado para ingresar en él a cante, cuatro enfermeros y seis en- orientan a pensar que la hospitali- tras los enfermos de cólera se los enfermos de cólera. Co- fermeras, además de cocinera y zación de los enfermos y el aisla- hacinaban en sus míseros do- mo este primer brote sólo dos capellanes. miento o cuarentena de quienes micilios o en un abarrotado duró unos días y afectó más Pero ocurrió que las autoridades vivían con ellos, se efectuó en uno hospital de Atxuri, el hospital a los barrios de Begoña y de Abando, molestas por esta ac- de los hospitales de la Villa y en para coléricos se encontraba fi- Abando situados junto al tuación, presentaron una queja al una casa vecina, de donde fueron nalizado, con toda su dotación casco urbano de Bilbao, la Gobernador, quien dio orden de no desalojados sus moradores habi- de personal, material e instru- situación se pudo controlar utilizar este barracón porque esta- tuales para servir a tal fin. Pero mental, y esperando durantes mediante el ingreso en el ba en terrenos de Abando y no durante los siglos siguientes no días la llegada de su primer en- Hospital de Atxuri de los po- contaba con el permiso del gobier- fue necesaria la habilitación de fermo. cos enfermos afectados. Sin no de aquella Anteiglesia. De nada hospitales provisionales en Bil- Para explicar ese episodio embargo, un oficio de la Jun- sirvieron las razones esgrimidas bao. Las epidemias de tabardillo rocambolesco de nuestra histo- ta del Hospital Civil daba por Bilbao, en el sentido que en ocurridas en los siglos XVII y ria debemos retroceder unos cuenta de que los enfermos Abando no se exigía habitualmen- XVIII obligaron al Hospital de los meses y situarnos en diciembre comunes se habían contagia- te licencia para construir, ni las Santos Juanes a forzar al máximo de 1854, cuando se presentaron do de cólera y que todos los quejas de los médicos bilbainos su capacidad, pero no requirieron los primeros casos de cólera en que han fallecido en aquel expresando el agobio que vivía el otras medidas excepcionales. Bilbao y se anunciaba un brote centro por causa de esta en- Hospital de Atxuri, donde se con- Tampoco la epidemia de fiebres epidémico. El Ayuntamiento se fermedad habían ingresado tagiaban y fallecían por cólera los pútridas que siguió a la Guerra de aprestaba para combatir la epi- por otras causas y enfermado enfermos comunes; Mamés de Be- la Convención. demia, pero intervino una nue- allí de cólera. nedicto remitió al Ayuntamiento Sin embargo, a lo largo del siglo va autoridad, ajena al régimen largos oficios explicando sus razo- XIX, a partir del cólera del año foral y de reciente implanta- La peregrinación al santuario de Begoña Segunda oleada nes y negó su autorización. 1834, son frecuentes las citas de ción en el Señorío: el Goberna- del Cólera Cuando la situación era ya in- los hospitales para enfermos in- dor civil. Además, desde julio de Así fue que el gobernador Ra- El Cólera iba a regresar pocos sostenible, Bilbao recurrió a una fecciosos: los barracones para co- 1854 en que un pronunciamiento món de Salazar convocó a la Junta meses más tarde, en julio del año argucia arriesgada, pero que termi- léricos instalados en Mena, Larri- militar puso fin a una larga etapa Provincial de Sanidad y tomó dis- siguiente. Un nuevo gobernador, nó de forma favorable para sus in- naga, Solokoetxe, etc. Esto venía de gobierno de los moderados, go- posiciones que el Ayuntamiento de un diputado elegido por Teruel que tereses. Amparándose en un dicta- a responder a una doble motiva- bernaban los liberales más radica- Bilbao juzgó erróneas e impracti- militaría después en las filas repu- men de la junta de médicos convo- ción: por un lado, el miedo al con- les en Madrid durante lo que dio cables. Entre ellas, la de repetir lo blicanas aragonesas llamado Ma- cada por el Alcalde, un pleno ex- tagio llevaba a aislar a los enfer- en llamar el Bienio Progresista. hecho con ocasión de la epidemia més de Benedicto, repitió los pa- traordinario del Ayuntamiento mos considerados como infeccio- Este gobierno era partidario de un de 1834 y vaciar de enfermos el sos dados por su antecesor, pero acordó abrir el hospital de San sos; por otra parte, el incremento apremiando más a las autoridades Francisco el 1º de septiembre, con de la población iba a propiciar una de la Villa. Reunió a la Junta Pro- o sin permiso. Acto seguido la mayor saturación del Hospital de vincial de Sanidad y mandó pri- Corporación Municipal presentó Atxuri, lo que exigía habilitar nue- Las obras de remodelación de la plaza mero trasladar a una escuela los su dimisión en bloque a la Reina, a vos espacios con ocasión de bro- Corazón de María dejaron al descubierto enfermos ingresados en el Hospi- la vez que enviaba con urgencia a tes epidémicos no sólo de cólera, tal de Atxuri para que este pudiera Madrid a un regidor, el señor Olea, sino de tifus, sarampión o viruela. las ruinas de este convento ser dedicado en exclusiva a los en- para que diera cuenta de lo ocurri- Analizaremos aquí el arduo proce- fermos de cólera; ante la respuesta do al Ministro de Gobernación y le so que sufrió el primer hospital del Ayuntamiento cuyos médicos hiciera llegar su queja por estas y para infecciosos establecido en la consideraban descabellada esta or- otras actuaciones de Mamés de Villa con ocasión de la epidemia estado centralista y del interven- Hospital de Atxuri a fin de desti- den, ordenó la habilitación de un Benedicto que entorpecieron nota- de cólera de los años 1854 y 1855. cionismo sobre las administracio- narlo a los enfermos coléricos. Las hospital para coléricos en el Alma- blemente el quehacer diario de la nes locales, pero carecía de los re- autoridades municipales respalda- cén de Lanas, un edificio situado Corporación Bilbaina en su lucha Problemas cursos presupuestarios y de perso- ron el informe de sus médicos, junto al puente de San Antón, en contra la epidemia. de ubicación nal necesarios para ello y en algu- quienes consideraban impractica- una zona densamente poblada. La vuelta de Olea con el amparo La verdad es que no había mu- nas ocasiones sus los resultados ble aquella orden y estimaban más Una comisión creada por el Ayun- del Ministro a las actuaciones mu- cho espacio disponible para ello resultaron ridículos. adecuado construir un barracón tamiento analizó esta posibilidad y nicipales puso fin al incidente, la en el término municipal de Bilbao dimisión fue retirada y el hospital anterior a las anexiones parciales prestó servicio durante el mes de de Abando y Begoña (1870), por septiembre, hasta finalizar la epi- lo que el primero de estos hospita- demia, momento en el que el ba- les provisionales hubo de ser rracón fue utilizado por los milita- construido en terrenos de la antei- La triste suerte del personal sanitario res acuartelados en el antiguo con- glesia de Abando, en lo que había vento como hospital militar. sido huerta del antiguo convento DURANTE estos dos brotes de cólera de los años en el hospital de San Francisco. Tuvo tan mala Parece que la población quedó de los Franciscanos, afecto a usos 1854 y 1855 fallecieron siete enfermeras que fortuna que enfermó de cólera y falleció a los po- satisfecha de los servicios presta- civiles tras la exclaustración for- prestaban servicio en los hospitales bilbaínos; cos días, el 9 de septiembre de 1855, dejando sin dos, porque este modelo de actua- zosa impuesta a sus frailes por las también una cocinera y uno de los cirujanos, Ra- sustento alguno a su madre, viuda. ción, excluir a los enfermos epidé- autoridades liberales. món de Aratuarena, cuyo trágico destino merece Ésta presentó una petición de auxilio económi- micos del Hospital de Atxuri y ha- Y fue precisamente esta ubica- un recuerdo: co al Ayuntamiento bilbaino; pero fue rechazada bilitar un barracón para ellos, pasó ción en Abando la que dio lugar a Ramón era un joven cirujano, vecino de Tolosa, porque Ramón falleció antes de que quedara por a ser utilizado regularmente con un episodio tragicómico, en el que que acudió como voluntario a Bilbao durante la escrito su nombramiento como practicante encar- ocasión de las sucesivas epidemias el Gobernador y el Ayuntamiento epidemia de cólera del año 1855 y prestó servicio gado de una de las salas del hospital. que se abatieron sobre el Bilbao mantuvieron una disputa que lle- decimonónico. 42 B i l b ao 2011ko urtarrila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad

Juan Gondra H A C E ahora ciento dos años, en 1908, Bilbao inauguraba org u l l o s o El Hospital para epidemias su Hospital de Basurto, al que ha- bía dedicado un gran esfuerzo y del que esperaba la solución a to- dos sus problemas de hospitaliza- ción. No es de extrañar, pues, que de Elejabarri descuidara su dotación hospitala- ria para casos de epidemia, consti- tuida por los barracones de Solo- koetxe, los cuales habían sido construidos en madera para aten- der a los pacientes de la última epi- demia de cólera que afectó a la Vi- lla, en el año 1893. Éstos se encon- traban en un estado de conserva- ción deplorable y habían sido ro- Pabellones deados por casas de vecindad cu- de yos habitantes exigían su demoli- Elejabarri ción y expresaban su temor al con- en el año tagio en el caso de que fueran res- 1947, taurados y utilizados para el ingre- utilizados so de pacientes con enfermedades como i n f e c c i o s a s . albergue La solución vino con la cons- nocturno trucción de unos nuevos pabello- nes en un lugar más alejado de las menos para enfermos de ambos se- zonas habitadas: el Hospital de xos para este menester. Elejabarri, situado junto al cemen- El 2 de agosto de 1911, el alcalde, terio del mismo nombre, en el ba- Federico Moyúa, en su contesta- rrio de Rekalde. Veamos como ción al Gobernador, le dice que el o c u r r i ó . Ayuntamiento tratará de imprimir El 2 de septiembre de 1910, el la mayor actividad al proyecto de Ayuntamiento encargó al arquitec- construcción de Elejabarri. La se- to municipal Raimundo Beraza, mana siguiente, una vez convocado que visitara los terrenos municipa- el concurso para la adjudicación de les situados junto al cementerio de las obras, se aprobaron las propues- Elejabarri, a fin de comprobar si tas de Pablo Arrieta y Joaquín eran aptos para situar allí un hospi- Cementerio Onaindía quienes se comprometie- tal destinado a “coléricos”. Tr e s de Elejabarri ron a terminar los trabajos en mes y semanas más tarde, solicitó la opi- en el año medio. Las obras dieron comienzo nión de la Junta Municipal de Sa- 1947, el 16 de agosto y se terminaron el nidad quien aceptó este emplaza- una vez 30 de noviembre, con lo que dura- miento y declaró urgente la cons- secularizado ron dos meses y medio, es decir un mes más de lo que habían prometi- do los constructores; sin embarg o no se les penalizó por esta demora, dado que había sido condicionada Como Hospital permaneció en activo por la huelga de carreteros primero muy poco tiempo, a partir de 1945 fue y por la huelga general después. Su coste total fue de 43.408,99 pesetas. utilizado como albergue para transeúntes El Hospital de Elejabarri perma- neció en activo muy poco tiempo. Como tal hospital para infecciosos sólo acogió a los enfermos de algu- trucción de dicho Hospital. El ar- tener al Hospital en sus proximida- nos de los frecuentes brotes de fie- quitecto Ricardo Bastida realizó des. El 13 de septiembre de 1910, bres tifoideas que aquejaban a la un proyecto que preveía construir el Concejal, Juan Cruz de Mugu- población de Bilbao en aquellos dos pabellones en línea, uno para ruza, recogió estas quejas y pre- años. En 1927, la Junta de Caridad hombres y otro para mujeres, cada sentó una moción proponiendo al del Hospital de Basurto quiso situar uno con capacidad para 20 camas. Ayuntamiento que no se constru- en él las portadoras de enfermeda- En un extremo de cada pabellón se yera el Hospital en este paraje y se des venéreas, pero esta decisión no situaba un baño y, frente a éste, buscara otro lugar. El asunto que- Hospital de Solokoetxe en el año 1913 p r o s p e r ó . dos retretes y un vertedero. El otro dó sobre la mesa. En el año 1945 tuvo lugar lo que extremo, estaba ocupado por la ha- El 12 de marzo de 1911, ante alojamiento de los enfermos infec- ciones, un esterilizador de mate- podemos considerar su epígono co- bitación del vigilante, la cocina y una nueva alarma de epidemia co- ciosos; también les encargó que rias fecales y una lejiadora, cuyo mo hospital para epidemias. En un armario. Los servicios genera- lérica, el Gobernador Civil de Vi z- propusieran las obras necesarias valor ascendería a 11.620 pesetas. efecto, en aquel año Bilbao se vio les ocupaban un tercer pabellón caya, Manuel Novellas, indicó al para que fueran capaces de acoger El 27 de julio, el Gobernador Ci- afectada por un fuerte brote de tifus perpendicular a los otros dos y de Ayuntamiento que todos los enfer- enfermos. Al mismo tiempo, co- vil se dirige al alcalde diciendo exantemático (conocido popular- similar tamaño, destinado a alber- mos portadores de enfermedades municó al Gobernador la imposi- q u e : mente como “piojo verde”) que hi- gar las dependencias auxiliares. El transmisibles deberían ser tratados bilidad de construir el Hospital de  El Ministerio de Gobernación zo enfermar a cerca de doscientas lavadero, el horno crematorio y el en los pabellones de infecciosos Elejabarri por no tener el dinero le ha exigido que, sin contempla- personas y causó la muerte a dieci- depósito de cadáveres se alzarían que estaban obligados a mantener presupuestado, pero añadiendo ciones, se instalen en cada uno de seis. Elejabarri constituyó un mag- en pequeños pabellones indepen- todos los municipios de acuerdo que el Ayuntamiento podía poner los municipios de Vizcaya unos lo- nífico recurso en la lucha contra dientes. El presupuesto alcanzaba con las disposiciones vigentes. en funcionamiento los pabellones cales bien acondicionados para ella; pero no como hospital, puesto la cifra de 41.968 pesetas. También decía que Bilbao tenía de Solokoetxe. aislar los casos sospechosos de en- que los enfermos ingresaron en Ba- Para el asentamiento del Hospi- pendiente la construcción de este Sin embargo, la Comisión de fermedad de cólera. surto, sino como centro de acogida tal se eligieron los terrenos más servicio, por lo que exigía que se Gobernación propuso abrir un cré-  Se le ha ordenado que mande y tratamiento de las personas en si- alejados del depósito de cadáveres finalizaran cuanto antes los pabe- dito extraordinario de 60.000 pe- al Ministerio la lista de los munici- tuación de riesgo de contagio. del cementerio, con el fin de tratar llones de Elejabarri. El Ay u n t a- setas para la construcción y dota- pios que carecen aún de este equi- 2.895 hombres fueron acogidos en de evitar el impacto visual que és- miento le contestó que estas perso- ción del Hospital de Elejabarri, ya p a m i e n t o . el pabellón a ellos dedicado, mien- te podría tener en los enfermos. nas eran ingresadas en las depen- que reconocía que los pabellones  El Ayuntamiento de Bilbao es tras que 4.600 mujeres y niños acu- Como se pensaba construir en dencias de la Asociación Vi z c a í n a de Solokoetxe no servían y que, uno de los que no cumple esta me- dieron al pabellón de mujeres. To- terrenos próximos al cuartel Reina de Caridad, en el antiguo barracón además, la necesidad de hacer dida a pesar de los apremios y re- dos ellos se ducharon, fueron desin- Victoria y a las dependencias de la de Mena y que allí recibían trata- obras en ellos para ponerlos en cordatorios que ha recibido en los sectados y despojados de su ropa, la Administración Militar, el proyec- miento adecuado. También añadía funcionamiento los hacían inope- últimos tiempos. cual, una vez lavada y sometida al to despertó los recelos del gober- que, si las circunstancias lo exigie- rantes. El 18 de julio de 1911 se  Concluye diciendo que no en- calor para eliminar los piojos y sus nador militar, Alberto Mª de Bor- ran, podría disponer de los Pabe- aprobó este crédito con un presu- tiende por qué, habiendo ya unos liendres, les era devuelta unas horas bón, quien se dirigió al Alcalde in- llones de Solokoetxe para ingresar puesto de obras de 43.994,50 pese- presupuestos aprobados y unos más tarde, cuando eran dados de al- dicándole que, en caso de epide- a los enfermos infecciosos. El Al- tas y de 14.370 pesetas para dotar- planos hechos desde el año ante- t a . mia, se pondría en peligro la salud calde ordenó al Médico Inspector lo de material de desinfección. r i o r, aún no se ha llevado a efecto A partir de aquel año fue utiliza- de los miembros del Ejército por la de los Servicios Municipales y al Una semana más tarde, el Jefe del la construcción del Hospital de do exclusivamente como alberg u e fácil propagación a las tropas. Este Jefe del Laboratorio Municipal Laboratorio detalló el material de Elejabarri y que no puede consen- para transeúntes, hasta que fue de- mismo temor se despertó en los que visitaran los pabellones de So- desinfección que era necesario ad- tir que pase un solo día sin que se molido a finales del siglo XX para vecinos de las calles adyacentes a lokoetxe, con el fin de comprobar quirir: una estufa de desinfección, habiliten, en cualquiera de los edi- construir otro mejor y más moderno la Casilla, que tampoco deseaban sus condiciones para destinarlos a diversos recipientes para deyec- ficios municipales, dos salas al en sus proximidades. Página 34 Juan Gondra febrero 8/2/05 09:02 Página 1

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Juan Gondra Rezola Hace doscientos años

LOS hospitales que han prestado servicio en Bilbao a lo largo de su historia no han sido muy numero- Los primeros hospitales militares sos y se pueden contar con los de- dos de una mano; en la práctica, podemos considerar que desde mediados del siglo XVII hasta provisionales en Bilbao nuestros días el Hospital Civil si- tuado primero en Atxuri y más tarde trasladado a Basurto, ha sido La guerra contra la República francesa y la Zamacolada el único hospital de la Villa. Pero esto no incluye a los hospitales militares, de cuyos inicios vamos bó una sala de este hospital y, ante a tratar. la amenaza de ruina del resto, hu- Bilbao tuvo la fortuna de no co- bo necesidad de trasladar a los en- nocer la guerra ni la soldadesca si- fermos al Hospital Civil. Se habi- no a distancia; hubo de contribuir litó entonces como hospital para con fondos económicos y con sus oficiales el trinquete y rebotillo hombres con ocasión de distintos que se había construido en el año conflictos, pero durante cerca de 1797 en la calle Iturribide, según cinco siglos no conoció otras dis- proyecto del arquitecto Agustín cordias que las civiles de la época de Ugarte. de los banderizos, pues nunca ho- llaron sus calles botas extranjeras Administración y tampoco hubo de soportar la ser- Varios vecinos fueron nombra- vidumbre de acuartelar ejércitos dos comisionados para el gobier- propios. No se vio, pues, en la ne- no de estos hospitales, aunque su- cesidad de organizar hospitales de jetos siempre a la autoridad mili- sangre ni de guarnición; sin em- tar. Para dirigir el hospital de San bargo, esta situación iba a cam- Agustín, Luis de Atucha, Pedro de biar. Longaray, Andrés de Astobiza, Benigno de Aguirre y Antonio de Guerra de la convención Solaun; para el de la Estufa, los Cuando el siglo XVIII se acer- comisionados fueron Francisco de caba a su final, las calles de Bil- Equizoain y Ambrosio de Arri- bao conocieron la guerra cuando Ruinas de San Agustín, lugar donde actualmente se levanta el Ayuntamiento de Bilbao coa. También fueron nombrados el ejército francés las ocupó du- administradores civiles, siendo rante unos pocos días, entre el 19 un hombre de su confianza y co- los primeros Felipe y Francisco y el 22 de julio de 1795. En esta El Regimiento mandante de su Guardia de Ho- Marín. ocasión fue mucho peor el miedo nor, el brigadier Benito de San Los gastos ocasionados hubie- que la propia ocupación militar, de Garellano Juan; ejército que entró en Bilbao ron de ser asumidos por el Ayun- durante la que los invasores tuvie- fue la última el 21 de septiembre de 1804. Es tamiento bilbaino, aunque éste re- ron un comportamiento bastante curioso que años más tarde, en el moloneó bastante en los pagos y benévolo. Y no era injustificado presencia otoño de 1808, este mismo militar hubo momentos en que les fue este miedo pues en agosto y sep- fuera asesinado por el populacho muy difícil a los administradores tiembre del año anterior, las tropas militar en Bilbao en el curso de una revuelta popu- conseguir alimentar a sus enfer- francesas, al mando del general de lar ocurrida en Talavera durante mos de acuerdo con lo que dispo- división Fregeville habían causa- los primeros meses de la guerra de nía el Reglamento de los hospita- do estragos en Ondarroa, Ermua y éste para oficiales, que se instaló la independencia. les militares del año 1739: Eibar cuando ocuparon estas loca- al año siguiente en el trinquete y Aquel ejército, cuya manuten- “...si lo necesitasen substancias lidades. Como decía una procla- rebotillo de Iturribide, construido ción debería de correr por cuenta por la mañana, y en su defecto, ma hecha pública por el Ayunta- hacía pocos años. de los municipios que habían par- sopas del puchero, ó un par de miento de Balmaseda, “...habían El motivo de la llegada de aquel ticipado en la revuelta, iba a ini- huevos; a medio día, ocho onzas guillotinado a personas dignas de ejército fue la revuelta popular o ciar una presencia de tropas en la de carnero, o un cuarto de galli- la mayor veneración, cometido en “matxinada” que se conoce con el Villa que no terminaría hasta que na, compuesto como mejor les los templos los más horrorosos sa- nombre de “Zamacolada”, cuyo hace pocos años el regimiento de apeteciesen; media libra de pan crilegios, siendo víctimas de su motivo fue la propuesta de Simón Garellano trasladó sus cuarteles a blanco, vizcochos o pastas; nieve lujuria las mujeres más honradas mero del que tenemos noticia el Bernardo de Zamácola para crear Mungia. Iniciaría también la ne- a su tiempo y vino si lo ordenare y de su crueldad los niños, los an- habilitado en “La Estufa” en un puerto en el Nervión que aca- cesidad de preparar hospitales pa- el médico, señalando la porción cianos y los sacerdotes”. Pero hu- 1804, con cien camas destinadas a base con los privilegios del de Bil- ra el tratamiento de los militares que cada uno necesitase; y para bo un cambio importante en la po- los soldados. Poco después se ha- bao, aunque el detonante inmedia- enfermos, primero por medio de la cena, lo mismo que va expresa- lítica del país vecino tras la caída bilitaría otro en el antiguo con- to de la revuelta lo fuera un pro- locales provisionales y, más tarde, do, por razón de comida, en la de Robespierre y se pudo apreciar vento de San Agustín, en el solar yecto para implantar en Bizkaia después de vencer dificultades propia forma y con el mismo regi- otro talante por parte de los inva- en el que ahora se encuentran las un servicio militar. El valido Go- sinnúmero, en verdaderos hospi- men...” sores, gracias al cual, Moncey, el casas consistoriales y otro más, doy envió un ejército al mando de tales militares. nuevo general al mando de las tro- Epílogo pas francesas, adoptó una política La Estufa, San Agustín La ocupación militar y el casti- de ocupación mucho más modera- y el trinquete de Iturribide go a Bilbao se mantuvieron hasta da. Así pues, Bilbao se libró del Aunque no hubo acciones mili- abril de 1808, fecha en que tuvie- saqueo y sólo hubo de sufrir el Gastos ocasionados por tares que dieran lugar a heridos, el ron lugar los sucesos de Aranjuez castigo de una fuerte contribución ejército que ocupaba la Villa pre- y la proclamación de Fernando económica. cisaba de un local donde hospita- VII como rey. La Villa tuvo que Esta guerra trajo consigo una la ocupación militar lizar a sus enfermos y eligió para seguir manteniendo a la guarni- epidemia que afectó a los ejércitos ello una nave situada al comienzo ción y a sus dos hospitales milita- españoles de los Pirineos y que LA Real Sentencia del 23 de rakaldo y Deusto mancomu- del Campo de Volantín. Conocida res hasta aquella fecha, aunque a llegó a Bilbao en el año 1795. Se- mayo de 1805 castigaba a nados y la cuarta a pagar en- como “La Estufa” o “Las Estu- partir del verano de 1805 la Ha- gún Juan Riera Palmero, estudio- Bilbao duramente. Entre tre Erandio, Sondika, Lujua, fas”, estaba destinada a prestar cienda Real se hizo cargo de la so de esta enfermedad, se trataba otras sanciones, en ella se pri- Arrigorriaga, Etxebarri, Gal- servicio a las manufacturas auxi- mitad de los gastos generados por probablemente de fiebre tifoidea. vaba a la villa de Bilbao y a dakao y Gordexola. liares de los astilleros y era pro- estos. No tenemos noticia de que se ha- las anteiglesias de Begoña, Entre septiembre de 1804 y piedad bilbaina, aunque se hallaba Con la retirada de la guarnición bilitaran en Bilbao hospitales para Abando, Deusto y Barakaldo abril de 1808, Bilbao tuvo situada en terrenos de la anteigle- se clausuraron los primeros hospi- albergar a los afectados, tal como de sus títulos de muy nobles y que pagar por estos concep- sia de Begoña. Su habilitación co- tales militares bilbainos y se abrió hubo necesidad de hacer en las muy leales hasta que por sus tos seis millones de reales. rrió a cargo del teniente coronel paso a la guerra de la Independen- provincias vecinas. Tampoco hu- servicios se hicieran acreedo- Los gastos ocasionados por Antonio Ontañón, quien reclamó cia, donde hubo necesidad de bo necesidad de instalar hospita- ras de la misericordia de SM. los hospitales militares entre al Ayuntamiento bilbaino la ce- multiplicar lo realizado con oca- les militares. También se les condenaba a septiembre de 1804 y mayo sión de cien camas para ello. sión de la “Zamacolada”. Sin em- sostener al ejército enviado a de 1805 sumaron un total de Muy próximo a “La Estufa” se bargo, este modelo de utilización Primeros hospitales Bizkaia: gasto de manuten- 682.000 reales, de los cuales encontraba el convento de San de conventos o edificios civiles de militares provisionales ción, salarios comunes y die- 250.000 correspondieron a Agustín, situado en el solar donde gran capacidad para establecer en En el año 1804, Bilbao hubo de tas de la Comisión Regia. boticas y sueldos de emplea- ahora se encuentran las casas con- ellos hospitales provisionales, fue sufrir la presencia de un ejército Con estos gastos se harían dos. (Sirva como referencia sistoriales, sede del Ayuntamiento seguido cada vez que Bilbao su- enviado por el rey Carlos IV, cuya cuatro partes y dos de ellas que el total de pagos realiza- bilbaino. En él fueron hospitaliza- frió una nueva guerra, incluida la estancia desbordó su capacidad serían pagadas por Bilbao dos por la Villa entre esas fe- dos en un principio los oficiales que comenzó en 1936, en la que hospitalaria y obligó a establecer una por Begoña, Abando, Ba- chas fue de 2.750.000 reales). enfermos; pero unos años más tar- fueron varios los hospitales mili- hospitales militares, siendo el pri- de, en marzo de 1807, se derrum- tares habilitados. 42 B i l b ao 2010eko urtarrila Osasun zerbitzuak–Servicios de Sanidad

Juan Gondra L A guerra civil que asoló a nues- tro país entre los años 1936 y 1939 Los hospitales militares en tuvo un incidencia importante en la sanidad bilbaina: interrumpió alguna de sus actividades rutina- rias, le obligó a establecer un dis- positivo de asistencia médico-qui- Bilbao durante la guerra civil r ú rgica a la población refugiada en Bilbao proveniente de otros luga- res y, por último pero no menos importante, hizo necesaria la habi- Todos ellos fueron dotados de litación de numerosos hospitales recursos humanos, quirófanos y para la curación de los soldados salas de hospitalización; así como enfermos y heridos. de aparatos de exploración, mate- La Villa se veía obligada a repe- rial e instrumental médico y de tir lo realizado durante las guerras farmacia. El esfuerzo realizado pa- de Independencia y Carlistas; pero ra conseguir que estos hospitales la ciudad había cambiado su fisio- comenzaran a funcionar en unas nomía y había pasado a ser una pocas semanas con su dotación pujante ciudad industrial muy dis- completa nos parece extraordina- tinta del pequeño Bilbao de la últi- rio; más aún si se tienen en cuenta ma guerra civil carlista (1872- las dificultades de suministro oca- 1876). Sus recursos eran muy su- sionadas por la guerra y el bloqueo periores y la dificultad en el año marítimo y el reducidísimo núme- 1936 no radicaba como antaño en ro de personas que componían la la escasez de locales apropiados Hospital de plantilla de la Sanidad Militar del para ser habilitados como hospita- Bidarte en Gobierno vasco. les, sino en elegir bien entre las Deusto, múltiples posibilidades que ofrecí- actualmente Caída de Bilbao y an las magníficas construcciones Consejo administración franquista civiles que ornaban la Vi l l a . Municipal Los avatares de la guerra acerca- de Distrito ron cada vez más el frente militar a P r i m e ros pasos Bilbao, lo que dio lugar a que el Pocos días después de ocurrido número de heridos que requerían el golpe militar que dio lugar a la asistencia rebasara ampliamente la guerra, hubo una reacción espon- capacidad de esta primera red hos- tánea protagonizada por personal pitalaria. Los hospitales situados médico y de enfermería que acom- en pueblos como Durango, Amo- pañó a las columnas de milicianos rebieta o Gernika fueron cayendo desplazadas hasta Otxandio, en en manos del ejército que coman- cuya casa consistorial fue impro- daba el general Mola, obligando a visado el 23 de julio de 1936 el evacuar a sus pacientes y situando primer hospital de sangre vizcai- a Bilbao como localidad más cer- no. Aquel mismo día, un fuerte cana a las líneas de combate. Esto bombardeo puso en evidencia la hizo necesario que se improvisa- escasez de recursos asistenciales y ran nuevos centros de hospitaliza- la necesidad de crear una org a n i- ción, de vida efímera porque el 19 zación sanitaria que garantizara la de junio de 1937 Bilbao era ocupa- atención a las víctimas civiles y d a . militares de lo que ya se presagia- Los nuevos administradores se ba como una dura y larga contien- plantearon una utilización diferen- da. Al amparo de la recién creada te de los recursos sanitarios de Bil- Comisión de Defensa con sede en bao. Durante los primeros días Bilbao, se formó una Comisión mantuvieron en servicio esta pe- Sanitaria presidida por el señor queña red hospitalaria, ahora bajo Zunzunegui y por Alfredo Espino- Antigua la supervisión de sus propios mé- sa, Concejal de Sanidad de la Cor- plaza de dicos militares; pero pronto eva- poración Bilbaina que más tarde toros de cuaron los heridos no muy graves sería Consejero de Sanidad del Vista Alegre que allí recibían asistencia hacia primer Gobierno vasco. A media- dos de agosto esta comisión fue sustituida por una Dirección Ge- neral de Sanidad, creada por el El Hospital de Basurto, parte del cual fue Gobernador Civil y asumida por Juan Carlos de Basterra, quien ha- destinado en exclusiva a usos militares, bía sido candidato en las eleccio- nes de 1936 por el frente popular constituyó el principal recurso asistencial en Navarra en representación de A N V. Aunque sus actuaciones tu- vieran una relación importante por toda Bizkaia, Bilbao asumió la campos de prisioneros o hacia sus con la asistencia a militares heri- parte más importante de esta red. propio domicilios. Luego proce- dos, el carácter civil de esta Direc- Su Hospital de Basurto, parte del dieron a desmantelarla para crear ción le auguraba problemas con cual quedó destinado en exclusiva una nueva estructura mejor adap- los mandos militares y una corta a usos militares, constituyó el prin- tada a unas necesidades distintas a vida. cipal recurso asistencial. las que habían propiciado su crea- Durante los meses de julio y Así entraron en servicio en Bil- ción. Ahora se trataba de disponer agosto se instalaron pequeños hos- bao además de los ya citados de de un número elevado de camas pitales de sangre en Durango y Basurto, Cruz Roja y hospital mi- hospitalarias para atender a los he- Urkiola, además del ya citado de litar de Iralabarri, un hospital en el ridos evacuados desde los hospita- Otxandio, pero el grueso del traba- convento de las Adoratrices, en les de sangre de un frente de com- jo asistencial recayó sobre Bilbao, Begoña; otro hospital de sangre en bate cada vez más alejado de nues- cosa fácil de entender si se tiene en la Plaza de Toros, que aprovecha- tra Villa; heridos que ya habían re- Sociedad cuenta que la Villa concentraba la El Sitio ba los quirófanos allí instalados; cibido una asistencia de urgencia y mayor parte de los recursos asis- (actual otro más en la sede de la sociedad que precisaban una hospitaliza- tenciales del Señorío. El Hospital biblioteca El Sitio, donde se encuentra en la ción más prolongada. Civil de Basurto, el de la Cruz Ro- municipal), actualidad la Biblioteca Municipal El Hospital Civil de Basurto ja y el Hospital Militar de Iralaba- sede de un de Bidebarrieta. También el Hos- constituyó de nuevo el principal rri fueron los tres centros asisten- hospital pital de Deusto, en el palacio Bi- recurso utilizado por los militares ciales que asumieron en un primer militar darte, actual centro municipal de que ocupaban Bilbao, aunque se momento la asistencia hospitalaria distrito; y el Hospital de San Luis habilitaron también otros centros a civiles y militares heridos. perior de Sanidad Militar Fernan- contaba con hospitales de van- Gonzaga, junto a la residencia de de asistencia en los que primaban do Untzeta Itza. En lo que se refie- guardia o de sangre, hospitales ge- los Jesuitas, donde se encuentra más los cuidados de enfermería La red de hospitales militare s re a Bilbao, su mandato se prolon- nerales y hospitales para convale- en la actualidad el centro “Arrupe que las intervenciones médicas o El 7 de octubre de 1936 nació el gó durante 9 meses, hasta el 19 de cientes o de retaguardia. Sin des- Etxea” y tuvieron su sede anterior- q u i r ú rgicas. Pero esto nos lleva a primer Gobierno vasco y el 13 del junio de 1937. En este breve plazo preciar a los numerosos hospitales mente las congregaciones maria- otra cuestión que ya tendremos mismo mes fue nombrado Jefe Su- se creó una red hospitalaria que que se habilitaron en aquellos días nas de Kostkas y Luises. tiempo de abordar en el futuro. Casas de socorro: Un siglo de historia en Bilbao

I- La primera Casa de Socorro del Ensanche Periódico Bilbao, número 136, marzo de 2000. Pág. 29

Recursos municipales para la atención a las urgencias

Bilbao contaba el siglo pasado con dos recursos principales para la asistencia médica de urgencia a los accidentados y enfermos: el primero, más convencional, lo constituía el

Santo Hospital Civil de San Juan Bautista y San Juan Evangelista sito en la plaza del mismo nombre, cuyos médicos de entrada o “de puertas” garantizaban asistencia permanente; el segundo tenía un carácter más castizo y lo describiremos con las palabras de Isidoro León, capitular que presidía la Comisión de Fomento, al presentar el proyecto de una Casa de

Socorro en el Ensanche de Albia: “...en el pasado los vecinos solían acudir a las farmacias cuando resultaban heridos y en ellas eran curados como si se tratara de verdaderas casas de socorro, puesto que los médicos de la Villa tenían por costumbre reunirse en ellas en tertulia”.

Durante el último tercio del siglo, a medida que el término municipal y el casco urbano se fueron ampliando con las anexiones de barrios que anteriormente habían pertenecido a las anteiglesias de Abando y Begoña, surgieron problemas derivados de la distancia a recorrer entre el Ensanche y el Hospital Civil, lo que suponía un retraso en la primera cura que dio lugar a diversas quejas del vecindario.

Casa de Socorro del Ensanche: primeros pasos

El día 13 de febrero del año 1879, recogiendo algunas de estas quejas se elevó la primera propuesta formal para el establecimiento de una Casa de Socorro en el Ensanche.

Fue su autor el médico bilbaíno Félix de Norzagaray, a la sazón concejal presidente de la Comisión de Fomento, quien presentó también un proyecto de reglamentación, un estudio presupuestario y una ubicación concreta: los soportales de la iglesia de San Vicente Mártir de

Abando, donde parece ser que ya se había instalado algún puesto de socorro provisional con motivo de alguna epidemia. Esta iniciativa no prosperó y hubo de ser abandonada porque el obispado no accedió a ceder los locales.

Pocos años después la Comisión de Fomento volvió de nuevo a la carga por medio de su presidente Isidoro León, al proponer al Pleno municipal celebrado el día 10 de febrero del año 1892, la instalación de una Casa de Socorro en las proximidades de Uribitarte. Es curioso que el detonante de esta propuesta fuera el fallecimiento de una persona atacada por arma blanca en Uribitarte y que murió desangrada durante su traslado al Hospital Civil de

Achuri.

El Pleno acordó aceptar la idea y encomendó a la propia Comisión su desarrollo, para el que esta realizó diversas gestiones:

 Por una parte, solicitó, infructuosamente, a los ayuntamientos de Madrid y de Barcelona información acerca de los reglamentos que regían el funcionamiento de sus casas de socorro y procedió a actualizar los proyectos de reglamentación y de presupuesto elaborados hacía 10 años con ocasión de la primera intentona para dotar a la Villa con este recurso.

 Por otra parte se intentó, también sin éxito, que fuera el propio Hospital Civil el que gestionase la asistencia médica en el futuro centro.

 A partir de ese momento el Sr. León tomó el timón y, en el plazo de tres meses, elaboró el proyecto que elevó al pleno municipal del 8 de junio; proyecto que detallaba características de los locales, personal, presupuesto y reglamentación de la futura Casa de Socorro del Ensanche. Durante lo meses inmediatos se procedió a convocar un concurso para el alquiler de locales en la zona del Ensanche comprendida entre la Calle Ayala y Uribitarte; concurso que se adjudicó a D. Federico Solaegui, quien ofertó un palacio de su propiedad sito en la manzana número 12 del Ensanche, en la Calle que ahora recibe el nombre de Ledesma y en aquel tiempo el de “Particular del Ensanche”. Era conocida como la “Casa-palacio de D.

Eustaquio Allende Salazar” y fue arrendada en 3.000 pesetas anuales.

Para proveer el personal hubo que modificar el escalafón, creando una categoría nueva, “Médico de Casa de Socorro”, situada entre la de “Médico de Entrada del Hospital

Civil” y la de “Médico Inspector de Escuelas y de reconocimiento de cadáveres”. Las tres plazas adscritas a esta nueva categoría fueron adjudicadas a tres médicos de entrada: Víctor de Arana, Adrián de Unibaso y Antonino Zugazagoitia, ejerciendo este último la jefatura.

Las dos plazas de practicantes fueron adjudicadas a Pedro Oliveros y a Víctor Tejada; por

último, las de conserje y empleado de limpieza se concedieron al matrimonio compuesto por

Juan Cruz Ortega, antiguo fogonero de “La Isla” y luego Guardia Municipal, y Genoveva

Gadea.

Casa de Socorro del Ensanche: Inicio de la Actividad

Por fin, una vez finalizadas las obras y seleccionado el personal, después de ser dotado el centro de instrumental y aparallaje, entró en servicio nuestra Casa de Socorro el día 7 de agosto de 1893, siendo alcalde Gregorio de la Revilla. La Villa lo acogió con gran contento y ya en los primeros meses se comprobó que la cantidad y calidad de las urgencias atendidas justificaban la inversión realizada; siendo estas son las características más destacables de las prestaciones de este centro durante sus primeros años de andadura:

 Diariamente era atendida una media de seis personas, 4 por accidente y dos por enfermedad.  En general se trataba de vecinos de la Villa y, en menor número, de las anteiglesias vecinas.

 Los motivos de atenciones a heridos más frecuentes eran los accidentes de trabajo, los atropellos por carros o caballerías, incluidas las coces, y las caídas.

 Las intervenciones que más se prodigaban eran las suturas de heridas y la reducción e inmovilización de fracturas, esguinces etc.

 Era relativamente frecuente que se trasladara a su domicilio a enfermos graves que no requiriesen intervención quirúrgica, a fin de que continuase el tratamiento domiciliario su propio médico.

 Alrededor de dos personas por mes eran evacuadas en camilla al Hospital Civil. Desde el año 1897 el traslado de enfermos al Hospital se encomendó al cuerpo de fumigadores.

 Unos dos o tres vecinos eran atendidos cada mes debido a lesiones causadas “A mano airada”.

Un detalle que merece ser destacado es que el Reglamento de esta Casa de Socorro prescribía la dotación de una sala para sesiones científicas, cuya utilidad se puso pronto en evidencia al albergar no sólo sesiones clínicas y científicas, sino el nacimiento y primeras reuniones de la Academia de Ciencias Médicas de Vizcaya, así como las primeras reuniones del Colegio de Farmacéuticos .

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CASAS DE SOCORRO

Un siglo de historia en Bilbao

II- La Casa de Socorro de la C/ San Vicente

Juan Gondra, periódico Bilbao, número 137, abril de 2000, pág 29

Traslado de sede

Pasados los primeros cinco años de actividad de la Casa de Socorro sita en la calle

Ledesma, vistos los buenos resultados, la aceptación popular y, también hay que decirlo, el incremento del alquiler que pasó de tres mil pesetas anuales a cuatro mil en pocos años, el

Ayuntamiento se planteó construir un edificio nuevo capaz de albergar la Casa de Socorro y el Laboratorio Químico Municipal que había peregrinado por sucesivas e inapropiadas sedes y se encontraba ubicado por entonces en la calle Henao. A Tal fin se eligieron los terrenos del antiguo cementerio de San Vicente de Abando, secularizado en 1889 y del que habían quedado 468 metros cuadrados como propiedad municipal. Los médicos de la Casa de

Socorro informaron que tanto la orientación, húmeda y sombría como el uso anterior de estos terrenos que alojaron al cementerio de Abando y antes, durante el sitio de la Villa, al fortín que alojaba a la denominada batería de la Brigadiera, hacían incompatible ese solar con la sede de un centro de asistencia médica, lo que dio lugar a un primer proyecto en el que se pretendía ubicar allí los servicios del Laboratorio y los de Fumigadores.

La Comisión de Gobernación (nombre que ahora recibía la antigua Comisión de

Fomento), a instancias del corporativo José de Otaduy, quien discrepaba de ese informe, solicitó el criterio del Jefe del Cuerpo Médico Municipal, D. José Mª de Gorostiza, el cual, en informe emitido el 27-V-1898, estimaba que la mala orientación no tenía trascendencia en un centro de primeras curas y que lo que debía primar a la hora de elegir la sede era la existencia de buenas comunicaciones. Estimando que las reciente apertura de la calle San

Vicente (1894) y la de las escalinatas de San Vicente a Uribitarte (1896) le habían proporcionado unas comunicaciones óptimas con el Ensanche y con la zona comercial e industrial de Uribitarte, así como con el ferrocarril de Portugalete, fuente de numerosos accidentes, el informe del Dr. Gorostiza corroboró la opinión del Sr. Otaduy y dio paso a la modificación del primer proyecto, eliminando lo referente a la instalación de los

Fumigadores y añadiendo un piso más al diseño anterior.

El proyecto definitivo, obra como el primero del arquitecto municipal D. Enrique de

Epalza, estimaba un plazo de construcción de 9 meses y un presupuesto de 97.247 pesetas; el concurso para su adjudicación fue publicado en el Boletín Oficial de la Provincia el 7-IX-

1898 y adjudicado al constructor Gregorio de Iturbe y Aldaluz, autor de la única oferta presentada, en 97.000 pesetas. La construcción no estuvo exenta de incidencias, ya que las obras se paralizaron por causa de una huelga (curiosamente, esta huelga tuvo su inicio en el paro de los trabajadores de las obras de construcción de la Alhóndiga Municipal, adjudicada al mismo contratista Sr. Iturbe) y soportaron unas fuertes lluvias durante los meses de abril y mayo; además, fue necesario proceder a reforzar el terreno por el riesgo de derrumbamientos después de las lluvias. Todo ello llevó a un encarecimiento del coste, que quedó en 115.500 pesetas, y a un retraso de cuatro meses en la entrega.

Por fin, después de superados todos los obstáculos, el primero de julio del año 1901 entró en servicio la nueva sede, siendo alcalde D. Felipe Alonso de Celada y las Carreras y estando la plantilla de médicos cubierta por D. José Barra (Jefe), D. Venancio Palacios y D.

Andrés Fernández de Artieda.

Nuevos Locales El nuevo edificio disfrutó de una magnífica acogida por parte de la población que pronto olvidó la ubicación anterior para incorporar este nuevo recurso a la memoria colectiva de la Villa.

La verdad es que los locales lo merecían, especialmente la sala de curas, cuyo diseño permitía una elevada calidad estética que se sumaba a la amplitud y luminosidad idóneas para el fin a que estaba destinada. Durante más de treinta años fue la sede del quirofanillo que asumió la asistencia a la mayor parte de las urgencias de cirugía menor acaecidas en la

Villa.

Contaba con una superficie de casi cincuenta metros cuadrados y una rotonda acristalada de orientación sur que le proporcionaba una luminosidad inmejorable con la luz del día; en su centro se encontraba una mesa articulada, modelo en su tiempo, que ahora tenemos oportunidad de contemplar en el Museo de Historia de la Medicina sito en Lejona; sobre ella una potente lámpara eléctrica suplía la ausencia de luz en las horas vespertinas o nocturnas; a los lados, por fin, se encontraban los lavabos, lavapiés y vitrinas para el material.

Frente a esta sala se encontraba el consultorio médico, algo más triste por causa de su orientación al norte, pero dotado también de una amplitud que compensaba este defecto.

Servía como consulta para enfermos pobres que no estuvieran adscritos al padrón de la beneficencia y para el examen de las urgencias médicas.

Junto a este despacho se encontraban la sala de juntas, baños y estancias para el descanso del personal sanitario.

En las dos plantas superiores se alojaba el Laboratorio Municipal, dirigido en aquellos años por D. Jesús Aristegui, encargado del estudio del agua y de los alimentos que consumían los bilbaínos así como de la producción y aplicación de la vacuna antirrábica y del suero antidiftérico.

En la última planta se habilitaron dos viviendas para los conserjes de la Casa de

Socorro y del Laboratorio.

Prestaciones

Desde la época en que inició su actividad hasta la Guerra Civil hubo un ligero y progresivo incremento del número de urgencias atendidas en este centro; a modo de resumen podemos estimar los siguientes promedios:

 Diariamente eran asistidas entre 7 (1901) y 14 (1936) personas.

 De ellas un 75% sufrían heridas y/o traumatismos, quedando dividido el restante

25% entre urgencias médicas (enfermedades infecciosas, cólicos y dolores

diversos, comas de distinto origen, etc.) y quirúrgicas (abdomen agudo).

 Un porcentaje de las asistencias, que al comienzo era cercano al diez por ciento

y luego fue descendiendo paulatinamente, tenía como origen un accidente de

trabajo.

 También eran frecuentes los accidentes ocasionados por el tráfico, tanto de carros

como de caballerías y vehículos a motor.

 Alrededor del 1% de los asistidos requería traslado al Hospital de Basurto

Ultimos tiempos:

La actividad de esta Casa de Socorro fue decayendo a partir de la implantación del

Servicio Especial de Urgencia de la Seguridad Social en el año 1968, lo que unido a la aparición de un nuevo marco legislativo encuadrado por la Ley General de Sanidad de 1986,

en el que se eliminaban las competencias municipales en materia de asistencia sanitaria, llevó al cierre de este centro.

Es difícil señalar la fecha exacta en que tuvo lugar ya que su actividad fue disminuyendo progresivamente al tiempo que sus locales servían de albergue a las actividades de Promoción de Salud desarrolladas por el ayuntamiento bilbaíno. A modo de referencia, valga la fecha del 8 de febrero de 1988 en que D. Mario González, a la sazón

Viceconsejero de Sanidad, desechó el proyecto a él presentado, en el que se proponía la integración de las Casas de Socorro Municipales con el Servicio de Urgencia que estaba a punto de ser transferido a Osakidetza.

Sala de Curas de la Casa de Socorro de San Vicente

Casa de Socorro de San Vicente desde Uribitarte

Casa de Socorro de San Vicente en 2003

CASAS DE SOCORRO Un siglo de historia en Bilbao III- Urazurrutia: Casa de Socorro del Distrito del Centro

Juan Gondra, periódico Bilbao, número 138, mayo 2000

El primer intento de dotación de una casa de socorro para los barrios de y

San Francisco vino motivado por los buenos resultados obtenidos por la Casa de Socorro del

Ensanche, cuando en el año 1900 un numeroso grupo de vecinos de San Francisco, encabezados por D. Felipe Carretero y D. Claudio Cerezo, elevaron al ayuntamiento bilbaíno una solicitud en este sentido que fue rechazada porque se consideró que la proximidad del Hospital Civil de los Santos

Juanes garantizaba una cobertura suficiente para las urgencias de aquellos barrios.

A finales del año 1908, cuando llegó el momento en que el Hospital Civil iba a ser trasladado a Basurto, volvió a plantearse la necesidad de habilitar una casa de socorro y, tras diversos avatares, se procedió a una solución transitoria: Mantener en servicio la Casa de Socorro del antiguo Hospital

Civil con personal sanitario municipal hasta que se eligiese una nueva ubicación.

A partir del primero de diciembre comenzó a prestar servicio la que recibió la denominación de “Casa de Socorro del Distrito del Centro”, siendo su primer director el médico municipal D. Julio

Gómez Garrán, completando la plantilla los médicos D. Eleuterio Santa Olalla y D. Enrique López de la Alberca, además de los practicantes D. Víctor Tejada, D. Juan Ugaldea y D. Ricardo Rubio.

Aunque sus locales eran provisionales y se trabajaba en la presentación primero de un proyecto, fallido, para la construcción de una casa de socorro junto a la iglesia de San Antón y, luego, el que sí fue llevado a término para construirla en el muelle de Urazurrutia, junto al lavadero público.

Mientras tanto, hubo de abandonar la sede de Achuri y trasladarse a los bajos de la escuela de

Marzana cuando tuvo lugar la venta del antiguo hospital.

Locales:  En el proyecto presentado al efecto por el arquitecto municipal D. Ricardo Bastida, con un presupuesto estimado de 42.102,75ptas, se planteaba que lo estrecho y largo del solar, unido a su proximidad a una calle de poca anchura, iba a crear dificultades en el futuro; Por ello presentaba un proyecto alternativo en el que la fachada era retranqueada unos metros y el espacio perdido se recuperaba a costa del lavadero al que se quitaba una franja, pero se le compensaba al construirle una cubierta protectora en los días de lluvia y muros laterales como protección contra el viento. Las 18.000 pesetas de incremento presupuestario que suponía esta variante fueron la causa de su desestimación. Por fin, tuvieron lugar la adjudicación de las obras y la construcción de la nueva sede y el 17 de enero de 1914 se procedió a la recepción del edificio que, si bien un tanto deteriorado, podemos todavía contemplar.

 La distribución interior de las tres plantas de que consta destinaba la tercera a vivienda del conserje; la segunda a dormitorio del personal sanitario, siendo la planta baja la que albergaba la sala de curas, la consulta médica, un almacén y la sala de estar del personal.

Personal:

 La dotación de personal sufrió escasas variaciones a lo largo de los años en lo que se refiere al equipo de guardia. Estaba compuesto por un médico, un practicante y un conserje, a los que se vino a unir al finalizar el primer año de andadura un segundo médico para las salidas a domicilio. Para mantener este equipo de guardia se contaba en 1914 con un solo conserje, tres practicantes y 3 médicos (más tarde, al incorporarse los médicos de salidas, 6.) La progresiva disminución de la jornada anual hizo que este número fuera aumentando cada pocos años y que en 1983 fueran necesarios para cubrir este equipo de guardia 5 conserjes, 5 A.T.S./D.E. y 10 médicos.

Prestaciones:

Las prestaciones que este centro ofrecía a la población de la Villa incluían las siguientes:

 Asistencia en el propio domicilio de los enfermos: el médico de salidas de desplazaba andando o bien, en los casos muy urgentes, en taxi. Este servicio era gratuito para las personas incluidas en el padrón de la beneficencia y para los pobres; a las personas con medios de fortuna se les clasificaba según los mismos en tres grupos a los que se aplicaban tarifas diferentes. Para estos efectos la Villa se encontraba dividida en dos zonas, atendiendo a la otra zona el médico de salidas de la Casa de Socorro del Ensanche

 Asistencia a urgencias médicas en la consulta de la propia casa de socorro. Era gratuita salvo excepciones.

 Primera cura de heridas y traumatismos; también gratuita salvo excepciones.

 También se atendía, aunque sólo con carácter de urgencia, a partos y abortos. Número de asistencias:

Es curioso como, si exceptuamos las salidas a domicilio, a lo largo de casi setenta años de funcionamiento tuvieron lugar tan pocas variaciones tanto en el número como en el tipo de intervenciones y en la procedencia de la población atendida

Las salidas a domicilio que durante los primeros años de funcionamiento alcanzaron cifras anuales de 2.000 visitas, fueron disminuyendo durante los años 50 y 60 (730 el año 1960) hasta que la implantación del servicio de urgencia de la Seguridad Social en el año 1968 hizo que pasaran a ser testimoniales. Este servicio se suprimió en el año 1982.

 Los accidentes fueron durante años y años la principal fuente de clientela para este centro. Durante las primeras décadas eran numerosos los accidentes de trabajo atendidos, hasta que la progresiva implantación de las mutuas de accidentes hizo que sus consultorios tomaran el relevo. Anualmente se venían atendiendo a una cifra que oscilaba de 2.940 accidentes (1920) a 4.106 (1926), 4.956 en el año 1947 o 3.472 en el de 1960. De una forma aproximada se puede estimar que el 50% de ellos correspondía a accidentes en la infancia; un 30% a los varones y un 20% a las mujeres. El detalle de las lesiones causadas por los accidentes atendidos en un año nos permite hacernos una idea mejor de la gravedad de los mismos:

Atenciones por accidentes en el año 1927

Contusiones y erosiones. 1.402

Heridas contusas 1.155

Heridas punzo-incisas. 455

Fracturas óseas 186

Luxaciones.. 66

Distensiones 259

Cuerpos extraños..... 336

Quemaduras..... 87

Otros...... 121

. Uno de cada 100 exigía su traslado al hospital; traslado que efectuaban los camilleros municipales cuya caseta se encontraba a pocos metros de la Casa de Socorro.

Utilizaban para ello su propia ambulancia que era conducida por caballos de alquiler hasta el año 1921 en que se procedió a la adquisición de la primera ambulancia a motor.

 Las atenciones a enfermos derivaban en general de enfermedades infecciosas, siendo aquí también la población infantil mayoritaria. El número anual de consultas que fue de 337 en el año 1920, pasó a 631 en 1927 y se mantuvo alrededor de eta cifra hasta 1982.

 Los alrededor de 100 partos anualmente atendidos hasta el año 1931 quedaron reducidos a cero a partir de este último año en que entraron en servicio los tocólogos y matronas municipales.

 Deberemos reseñar, como dato un tanto macabro, que a lo largo de todos estos años el médico de este centro acudía unas 25 veces por año sólo para comprobar la existencia de un cadáver.

Ultimos tiempos

Las inundaciones que afectaron a la Villa el 26 de agosto del año 1983 arrasaron totalmente el sótano y la planta baja de la Casa de Socorro del Distrito del Centro. Al quedar inutilizada para el servicio los arquitectos municipales consideraron que no era conveniente proceder a su rehabilitación porque su situación de ruina urbanística así lo aconsejaba. Como medida transitoria se procedió al traslado provisional de la casa de socorro a los locales de la calle Conde de Mirasol, junto al museo de reproducciones, donde anteriormente se encontraba ubicada la clínica de accidentes de trabajo para empleados municipales. A partir de ese año tuvo lugar una progresiva disminución de los recursos humanos y de las prestaciones realizada hasta que en 1989 se procedió al cierre definitivo.

Otras consideraciones Es indudable que a lo largo de 70 años los muros de ese viejo edificio tuvieron que ver muchos acontecimientos tristes y hasta trágicos; pero también alegres e incluso cómicos; incontables personas pasaron por allí bien como clientes bien como sanitarios, dando lugar a un anecdotario profuso. El que esto suscribe, quien trabajó allí como médico entre 1972 y

1982, a la hora de destacar alguna persona, optaría por señalar en primer lugar al médico D.

Félix de Aranguren, solterón recalcitrante que vivió durante años en la propia Casa de

Socorro de Urazurrutia y que incluso después de jubilado siguió allí hasta que, pasados los

80 años, fue a morir a la residencia Reina de la Paz. De sus labios oyó cientos de anécdotas y de sucesos curiosos acaecidos en aquel centro.

También merece ser destacada la situación tragicómica que se vivió durante las fiestas del barrio allá por los finales de la década de los años setenta:

En una preciosa tarde de julio, día festivo y tranquilo, una mujer cayó a la Ría y fue rescatada por los bomberos amoratada y sin respirar. El médico de guardia de la Casa de

Socorro al ver que acudía gente corriendo hacia el borde del muelle pensó que habría ocurrido algún accidente por lo que se desplazó de inmediato hasta allí y llegó justo a tiempo de practicarle la respiración artificial en la rampa situada ría abajo del puente de San Antón.

Después de conseguir reanimarla la acompañó en una ambulancia hasta el Hospital de

Basurto, donde quedó ingresada. Al mismo tiempo, un grupo de personas del barrio se dirigió en tropel hacia la Casa de Socorro para protestar porque pensaban que el médico no había acudido y organizó una bronca monumental que no finalizó en un incendio del pobre edificio porque cuando el médico de guardia regresó del hospital alguien le reconoció como la persona que había “salvado a la vieja” y se calmaron los ánimos. En la actualidad, el viejo edificio, aunque en condiciones de conservación lamentables tal como se puede ver en la fotografía de la 1ª página, sigue prestando servicio a los vecinos de la Villa como centro de actividades culturales.

Casa de Socorro de Urazurrutia desde Atxuri en 2010

Edificio de la Casa de Socorro de Urazurrutia después de las inudaciones

Calle Urazurrutia en 1925. Al fondo, el Lavadero y la Casa de Socorro. 42 Bilbao 2011ko urria Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad La Casa de Socorro de Deusto

Venía a dar respuesta a una demanda de la población de un Deusto que se encontraba muy distante del nuevo Hospital de Basurto Félix Aranguren, con boina, uno de sus últimos médicos, 1978

Juan Gondra pensar que un profesional sanitario de la preparación y experiencia LA anexión a Bilbao de Begoña, que tenían los practicantes de Deusto y parte de Erandio no fue aquel cuarto de curas, se quedara muy bien recibida por la población con los brazos cruzados ante un de aquellas anteiglesias, cuyas au- herido o enfermo urgente, en espe- toridades no sólo se opusieron a ra de la llegada de la ambulancia. ella, sino que entablaron un pleito, Esta situación ambigua fue el cual no fue resuelto por el Tri- atemperada por los propios médi- bunal Supremo hasta que, en sen- cos titulares de Deusto, quienes tencia del 4 de marzo de 1927, de- asumieron de forma temporal la cidió declararse no competente, responsabilidad se supervisar la con lo cual quedaba desestimada actuación de los practicantes, aun- la demanda. que sin garantizar una presencia Quizás para atemperar aquella permanente, en tanto al municipio oposición, el Consistorio bilbaino conseguía incrementar su plantilla decidió presentar al vecindario de médicos para poder atender deustoarra algunas de las ventajas El puente aquel servicio. que iba a acarrear su anexión a Bil- de Deusto En el año 1930 pudo por fin el bao; entre ellas, la creación de una acercó Cuerpo Médico Municipal de Bil- casa de socorro que garantizara esta bao destinar tres de sus nuevos ga- una asistencia médica permanente. anteiglesia lenos a la que ya fue llamada “la Esta promesa venía a dar respuesta al Casa de Socorro de Deusto”. Se- a una demanda muy sentida por la Ensanche gún refería uno de ellos, Félix población de un Deusto que se en- bilbaino Aranguren, fue el mejor destino contraba muy distante del nuevo que podía haber imaginado, pues Hospital de Basurto, pues todavía el ambiente era grato y el trabajo no había sido construido el puente mucho menor que en las otras dos que lleva su nombre, que fue inau- casas de socorro municipales. No gurado años después de la ane- es de extrañar que ninguno de es- xión, ya en plena guerra civil. tos tres médicos quisiera cambiar Además, esta Anteiglesia había de destino a pesar de haber tenido sufrido un crecimiento muy rápido oportunidades para hacerlo. y había pasado de no llegar a cua- Durante los años de la Repúbli- tro mil habitantes al inicio del si- ca, se mantuvo en servicio merced glo, a rondar los diez mil en víspe- al apoyo de Wenceslao López Al- ras de la anexión, y eran numero- bó, médico y concejal, y a la acti- sas las industrias que se habían tud decidida de Alfredo Espinosa instalado en su ribera. Por todo Orive, a la sazón concejal delega- ello, el número de accidentes y ur- do de Sanidad, quien más tarde iba gencias médicas sufridos en su te- a ser Consejero de Sanidad del rritorio era cada año mayor y su Gobierno vasco y fusilado como asistencia inmediata no podía ser Talleres tal en Vitoria después de ser trai- garantizada por los tres médicos ti- de Deusto. cionado por el piloto que le traía tulares: Ricardo Garrastazu, Jesús Símbolo desde Toulouse, quien fingiendo Tribis Arrospe y Carlos de Irion- de la una avería, aterrizó en la playa de do. Para los habitantes de Deusto industriali- Zarautz. Pero, una vez ocupada la necesidad de un centro de asis- zación Bilbao por las tropas de Franco, el tencia médica de urgencia era cada de la nuevo Ayuntamiento consideró vez más sentida. anteiglesia que la apertura del puente de

Reticencias del Ayuntamiento La Comisión de Gobernación trio Barrio. Y así comenzó a fun- de Bilbao del Ayuntamiento se tomó en serio cionar lo que se pensaba iba a dar Pero cuando llegó el momento la cuestión y preparó un proyecto cobertura suficiente a las urgen- La apertura del puente de Deusto de proceder al cumplimiento de su completo; pero asustada por su al- cias médico-quirúrgicas de Deus- promesa, el Ayuntamiento se vio to coste, pensó que se podía dar to. certificó la supresión de la Casa de frenado por el alto presupuesto solución a la demanda mediante la Pero no fue así, pues el vecinda- que conllevaba el numeroso perso- instalación de un cuarto de curas rio pretendía la instalación de una Socorro el 1 de diciembre de 1937 nal necesario para el mantenimien- permanente atendido solamente casa de socorro con médico per- to de una verdadera casa de soco- por practicantes bajo la supervi- manente y denunció la situación rro: seis médicos, tres practicantes sión del Decano del Cuerpo Médi- ante el Gobernador Civil, quien re- ba bajo la inmediata inspección Deusto había acercado notable- y tres subalternos. Trató primero co Municipal. Esta propuesta fue mitió la denuncia a la Dirección del médico de higiene urbana. Es- mente este barrio al Hospital de de escudarse en la duda que se cer- aprobada el 10 de junio de 1926. General de Sanidad, organismo tableció, además, la necesidad de Basurto y a la Casa de Socorro de nía sobre la sentencia del Tribunal que envió un oficio el 23 de abril detallar qué intervenciones podrán San Vicente, y que ya no procedía Supremo y la posibilidad de que la El “Cuarto de Curas de 1927, en orden al funciona- realizar los practicantes cuando no mantener tan costoso equipamien- anexión quedara sin efecto, pero la de Deusto” miento del cuarto de curas de ur- se hallare presente el médico, pues to. El 1 de diciembre de 1937 el presión insistente del vecindario le Como el patrimonio municipal gencia establecido por el munici- en los demás casos debían limitar- Ayuntamiento de Bilbao acordó obligó a actuar antes de que llega- no disponía de ningún local apto pio en Deusto, disponiendo que se a llamar a la ambulancia para el suprimir la Casa de Socorro de ra aquella sentencia. Actuó como para albergar al nuevo centro asis- los practicantes no pudieran efec- traslado al Hospital Civil. Deusto, de la que era médico Luis detonante de la protesta vecinal un tencial, el Ayuntamiento decidió tuar curas de ninguna clase sin au- Díaz Emparanza, natural de Cesto- triste episodio ocurrido en no- instalarlo en un bajo alquilado a torización expresa y bajo la res- La Casa de Socorro de Deusto na, miembro de una ilustre saga de viembre de 1925: el fallecimiento Leonardo y Antonia Zarraga, pró- ponsabilidad inmediata de un mé- Parece evidente que el acuerdo médicos bilbainos; Rodrigo Echa- de un pobre hombre que fue trasla- ximo a la plazuela de la Ribera. El dico. de la Comisión Permanente estaba güe Cerrajería y Félix Aranguren dado moribundo a la farmacia y 4 de agosto del mismo año fueron La Comisión Permanente acusó destinado a librarse de toda res- Montalbán. Finalizaba así la corta murió allí, sobre su mostrador, an- nombrados los practicantes encar- recibo de esta comunicación y no- ponsabilidad contra cualquier acu- vida de este centro del que apenas tes de que el médico titular pudie- gados de la asistencia: Juan Gon- tificó al Gobernador Civil que el sación de intrusismo profesional, queda un leve recuerdo en algunas ra llegar a prestar su asistencia. zález, Felipe de la Fuente y Deme- referido establecimiento funciona- pues nadie en su sano juicio puede personas de edad avanzada. 42 B i l b ao 2009ko uztaila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Las personas ahogadas en la Ría

Juan Gondra de la importancia del aire como sus- tento de la vida, proporcionando un U N A de las cosas que llaman la marco teórico distinto que permitió atención del lector de hoy cuando nuevas formas de afrontar su trata- examina la prensa del siglo XIX o miento. Así fue que varios países los documentos referentes a Bil- europeos crearon redes de puestos bao conservados en los archivos de socorro para el rescate y trata- municipales, es la profusión con miento de los ahogados en las zonas que aparecen en ellos noticias de de mayor riesgo, siendo la primera personas ahogadas en la Ría. Ta m- de ellas la establecida en Holanda a bién un cierto aire de fatalismo partir del año 1767. que parece aceptar con resignación El Ayuntamiento bilbaino, alar- este riesgo sin tomar medidas pre- mado por el elevado número de per- v e n t i v a s . sonas fallecidas tras caer a la Ría, La primera idea que surge al le- o rganizó en el año 1785 un comple- er esta información nos llevaría a jo sistema de socorro que compren- pensar en el denso tráfico naval día todos los pasos de la atención a generado por el puerto de Bilbao y los ahogados, desde la regulación en posibles naufragios de embar- La afición a de la alarma hasta el tratamiento caciones. Sin embargo, los archi- bañarse en médico de los convalecientes, del vos sólo registran cuatro casos de aguas de la que ya dimos noticia en un trabajo naufragio con víctimas a lo larg o Ría dio publicado anteriormente (julio de lugar a un de estos siglos. Son mucho más los incremento 2003). casos de marineros que caen desde del número el barco o desde alguna pasarela. de niños Los baños de mar También aparecen con frecuencia, que se A lo largo del siglo XIX se va aunque en número inferior, casos ahogaban. abriendo paso una nueva moda, la de mujeres que trabajan como car- Fotos de los baños de mar. Esto va a tener gueras o sirgueras y fallecen al ca- Eulalia una doble influencia: por una parte er al agua durante sus trabajos de Abaitua, dará lugar a una larga lista de niños c a rga, descarga o arrastre de bu- Museo fallecidos mientras se bañaban en la ques. También encontramos a una Etnográfico Ría; pero, por otra, elevará el núme- pobre mujer angulera ahogada Vasco ro de personas que saben nadar y mientras pescaba. contribuirá a reducir el número de Los casos de niños ahogados quienes fallecen por una caída acci- son muy raros hasta bien entrado dental al agua. Durante años sólo el siglo XIX, momento en el que será perceptible el primero de estos su número crece hasta suponer la En 1785 el efectos, hasta que, ya en el siglo mayor parte del conjunto de perso- XX, se lleguen a apreciar los resul- nas fallecidas por inmersión. Ayuntamiento tados del segundo. Apenas se registran casos claros Las autoridades bilbainas regula- de suicidio ni se encuentran indi- organizó un ron pronto esta práctica de baños: cios que permitan sospechar que sistema de socorro los prohibieron en las zonas dedica- fueran ocultados. Por último, de- das al tráfico portuario y señalaron bemos citar la terrible pena de a los ahogados zonas de aguas arriba en las que po- muerte por “empozamiento” pro- der disfrutar de ellos con una cierta pia del Medioevo, que solía ser seguridad; la que proporcionaban ejecutada junto al puente de San los bañeros o socorristas contrata- Antón y que hacía muchos años Primeras actuaciones dos cada verano por el Ay u n t a m i e n- había quedado proscrita. p re v e n t i v a s to para evitar que los bañistas pudie- El galenismo imperante en la ran ahogarse. Año tras año, entre Datos obtenidos de la Sección medicina europea hasta entonces 1871 y 1936, el Ayuntamiento dic- Judicial del Archivo Histórico ignoraba la fisiología de la respira- taba cada verano un bando en el que de la Diputación Foral ción y la forma en que fallecían los comunicaba a la población las nor- de Bizkaia asfixiados por inmersión; no es de mas para el baño. Incluso durante Entre los años 1616 y 1900 se e x t r a ñ a r, pues, que estos pacientes los años posteriores a la Guerra Ci- registran un total de 230 personas no fueran asistidos por los médicos vil, cuando las aguas del río bajaban ahogadas cuyo fallecimiento dio y quedaran en manos de los ciruja- repletas de contaminantes y eran origen a una investigación judi- nos romancistas, tal como hemos claramente insalubres, todavía po- cial; sin embargo, el número real visto. Pero en el siglo XVII, a raíz demos encontrar algún nuevo bando de ahogados debió de ser mucho de los descubrimientos de Robert de este tipo. m a y o r, pues no aparecen en estos Boyle (1627-1691), su discípulo documentos varios casos que figu- Hocke, y Richard Lower, se aban- Los ahogados en la actualidad ran en el Archivo Municipal de donaron los viejos conceptos galé- Durante los últimos cincuenta Bilbao; entre ellos, los diez ahoga- nicos acerca de la función de los años, el número de personas falleci- dos fallecidos en dos meses que ci- El denso tráfico portuario propiciaba el riesgo de accidentes pulmones y se tuvo conocimiento das en la Ría ha disminuido de for- ta la Instrucción aprobada por el ma notable debido a la suma de di- Ayuntamiento en 1785, a la que versas causas, entre las que cabe luego aludiremos. d e s t a c a r : Entre estos 230 casos, se conta- –La paulatina disminución del b i l i z a n : tráfico portuario y su traslado al N i ñ a s ...... 5 puerto exterior. N i ñ o s ...... 2 4 Bando del alcalde Mario de Arana sobre –La desaparición de la costumbre M u j e r e s ...... 3 1 de bañarse en la Ría, motivada por H o m b r e s ...... 1 7 0 su propia insalubridad, pero tam- 38 de estos últimos eran marine- la temporada de baños del año 1918 bién por las facilidades que existen ros extranjeros. en la actualidad para acudir a playas En un principio, los cadáveres y piscinas. eran reconocidos indistintamente Mario de Arana y Mendivil o prenda que les cubra por lo menos desde la cin- –La generalización del aprendiza- por cualquiera de los cirujanos ro- Alcalde constitucional de esta Vi l l a tura hasta la rodilla. je de la natación entre la población. mancistas (categoría profesional Hago saber: –Los contraventores a las disposiciones de es- –La urbanización de las orillas y similar a la de los practicantes) es- Que habiendo llegado la época del año en que te bando serán castigados por primera vez con la la colocación de barandillas protec- tablecidos en Bilbao; pero, a partir muchas personas se bañan en la ría y con el fin multa de DOS PESETAS, las cuales se doblarán t o r a s . del siglo XVIII, se encargan de es- de que se observen las reglas más indispensables en caso de reincidencia, sin perjuicio de aplicar- Todavía siguen apareciendo casos ta labor los cirujanos titulares de del recato y decencia, a la par que como medidas les, con arreglo a la ley, otro correctivo mayor si de personas ahogadas, y algunos de Deusto, Abando, Begoña o Bilbao, de higiene, he dispuesto lo siguiente: la gravedad de la falta lo exigiera. ellos muy dramáticos; pero ya no se según el municipio en el que fuera –Quedan prohibidos los baños en la ría dentro –Los dependientes de policía urbana quedan trata de un problema colectivo gra- hallada la víctima. En el siglo XIX de la jurisdicción de esta Villa, excepción hecha e n c a rgados de velar por el exacto cumplimiento ve, sino de casos aislados que afec- comienzan a ser habituales la par- de la parte demarcada al efecto entre la tercera y de este bando. tan a unas pocas familias y que, en ticipación de un médico junto al la cuarta presa. Casa consistorial de Bilbao a 25 de junio de general, no exigen la adopción de cirujano y la práctica de la autop- –Los bañistas deberán ir provistos de un traje 1 9 1 8 nuevas medidas preventivas de ám- sia judicial. bito general. El rescate y reanimación de los ahogados en la ría

Juan Gondra

Periódico Bilbao, N. 173 (jul. 2003) p. 34.

En estos tiempos, estamos acostumbrados a la presencia de socorristas en nuestras playas y piscinas; tanto es así, que es usual la prohibición del baño en su ausencia; sin embargo, el primer servicio de este tipo que organizó el Ayuntamiento bilbaíno no tuvo como objetivo el rescate de los bañistas, sino que fue muy anterior a la llegada de la moda de los baños de mar y estuvo dedicado a evitar el elevado número de ahogamientos por caídas accidentales en la ría.

Primeros intentos socorristas

En el siglo XVII, a raíz de los descubrimientos de Robert Boyle (1627 – 1691), su discípulo Hocke, y Richard Lower, se abandonaron los viejos conceptos galénicos acerca de la función de los pulmones y se tuvo conocimiento de la importancia del aire como sustento de la vida. Esto constituyó el sustrato teórico de diversos procedimientos ensayados a lo largo del siglo XVIII para la reanimación de los ahogados, abandonando la antigua práctica de colocarlos cabeza abajo para hacerles expulsar el agua e implantando métodos llamados de “fricción e insuflación”. Las obras de la época recomendaban acostar al ahogado y reconfortarlo mediante ladrillos o mantas calientes y fricciones de alcohol; en caso de que no reaccionase, se proponían diversas técnicas, unas para tratar de hacerle estornudar (amoniaco o cosquillas nasales) y otras de movilización de brazos y de tórax, quedando como último remedio las insuflaciones de aire o de humo de tabaco, que podían ser aplicadas por la boca, nariz o ¡por vía rectal!

Pronto se diseñaron distintos artilugios para hacer más fácil estas insuflaciones, siendo la primera conocida la construida por el médico y físico holandés Musschenbroek (1692-1761), inventor también del primer condensador eléctrico, la botella de Leyden. En unos pocos años surgieron nuevos aparatos insufladores, siendo el que alcanzó mayor difusión la llamada “pipa de Gardanne” instrumento para la práctica de “lavativas de humo de tabaco”. En el año 1791 el médico francés Desault diseñó una sonda que permitía introducir aire directamente en la tráquea, cerrando con ella este ciclo de inventos.

Servicios públicos para el rescate y tratamiento de los ahogados

Estos procedimientos dieron lugar a la primera red de puestos de socorros para ahogados, establecida en Holanda a partir del año 1767 por iniciativa de una asociación privada respaldada por las cuotas abonadas por más de cien personas. El doctor Cohen llevó a Londres la noticia de los 55 rescates de ahogados que esta iniciativa había conseguido en sus primeros 18 meses de vida y consiguió establecer allí una parecida.

La municipalidad del París pre-revolucionario creó en 1772 un servicio público encargado de la asistencia a los ahogados en el Sena cuyo primer jefe, el farmacéutico

Pia, se propuso establecer a lo largo del río puestos de socorro dotados de un botiquín de urgencia a cargo de personal entrenado en las técnicas de primeros auxilios. Entre los años 1772 y 1788 hubo 934 personas rescatadas del Sena y atendidas en estos puestos; de ellas, 813 fueron reanimadas.

En España fue Sevilla la primera ciudad portuaria que siguió estos ejemplos y sirvió de modelo para Bilbao.

La Ría de Bilbao y los ahogados

Siendo Bilbao una villa cuya vida ha girado siempre en torno al puerto y al comercio marítimo, es lógico pensar que ya desde antiguo debería de preocuparse por el socorro de las personas caídas al río; sin embargo, es muy poca la información al respecto que pueden proporcionarnos los archivos municipales. En medio de este silencio destaca sobremanera la propuesta realizada por Joseph Santiago de Luzuriaga, médico titular de Bilbao, para procurar la extensión del conocimiento de los primeros auxilios y formar en estas prácticas a sacerdotes, maestros y otras personas cultas. Fue presentada en las juntas generales de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del

País celebrada el año 1780, aunque no fue la primera vez que la Bascongada se ocupaba de este tema, pues ya en las juntas celebradas en Vergara en el año 1773 se había examinado el método de socorro utilizado en Sevilla al que se consideró como muy recomendable para lo ayuntamientos, médicos y enfermeros.

Instrucciones sobre el modo, y medios de socorrer a los que se ahogan o estuvieren en peligro en la ría de Bilbao

El año 1785 el Ayuntamiento bilbaíno organizó un complejo sistema de socorro que comprendía todos los pasos de la atención a los ahogados, desde la regulación de la alarma hasta el tratamiento médico de los convalecientes.

La alarma debía de ser dada mediante un toque de campanas especial a cargo del campanero de San Antón cuando el suceso tuviera lugar aguas arriba y por el de San

Nicolás cuando aguas abajo; las campanas de Santiago debían de repicar en todos los ahogamientos. Ante esta llamada todos los médicos y cirujanos de la Villa estaban obligados a asistir al tratamiento de las víctimas.

Se preveía instalar tres cuartos para guardar el material de socorro: uno en la

Sendeja, otro en la Ribera y otro en el Hospital. Los cuatro mozos encargados de colaborar con los médicos se repartían el trabajo y mientras dos marchaban con la camilla, a la que llamaban “féretro”, al punto donde se esperaba el rescate, los otros dos preparaban el material de socorro. El rescate era encomendado a la iniciativa privada, aunque los barqueros encargados del pasaje de la ría estaban provistos de sendas redes barrederas que debían colocar corriente abajo del lugar del accidente para evitar la pérdida del ahogado.

Las maniobras de socorro se iniciaban en el mismo momento del rescate, para lo cual se preveía que los mozos adscritos a este trabajo tuvieran los conocimientos adecuados: Lo primero introducir en la boca del ahogado la máquina o tubo insuflatorio y un hombre robusto se aplicará a soplarle aire en los pulmones con todas sus fuerzas. Esta máquina no es mas que un soplete con una plancha que tapa la boca y una tenaza que cierra las narices del paciente, pero aunque esta máquina sirve para hacer la operación más cómoda, no es tan esencial que en su defecto no se pueda utilizar cualquier cañón, sea de madera, caña o metal, vaina de cuchillo o espadín, etc.

En caso de utilizar este remedio se tendrá buen cuidado de tapar la boca y las narices.

Con este solo remedio se ha visto restituir muchos ahogados”

Las instrucciones aprobadas por el Ayuntamiento seguían después con prolijos detalles sobre la colocación del paciente, la manera de hacerle entrar en calor cubriendo su cuerpo con cenizas previamente calentadas, el tratamiento medicamentoso, la obligación de los regidores de supervisar el proceso, etc. Concluían con la prohibición de enterrar los cadáveres de los ahogados hasta después de transcurridas 48 horas.

El Ayuntamiento bilbaíno consiguió permiso del rey para utilizar 1.500 reales de sus fondos propios con el fin de dotar al primer cuarto de socorro, además de otros 548 reales para sufragar la edición de 1.500 ejemplares del folleto que contenía todas las instrucciones. Bilbao se sumaba así al grupo de ciudades europeas que organizaron un sistema eficaz de auxilio a los ahogados.

Recompensas y multas

A la persona que diese aviso a la iglesia para tocar las campanas se le daría una gratificación de dos reales de vellón y a los que avisasen a los médicos y a los cirujanos asalariados, cuatro reales.

A quienes sacaren vivo al caído o antes de pasar un cuarto de hora de la caída, se les daría una recompensa de cien reales de vellón. Si fuese sacado pasado un cuarto de hora y antes de transcurrida media hora, la recompensa sería de cincuenta reales, y de veinte reales una vez sobrepasado este lapso de tiempo. La recompensa se repartiría entre todas las personas que hubieran intervenido en el rescate.

Los médicos y cirujanos que incumplieran por primera vez el deber de acudir al tratamiento de un ahogado pagarían una multa de cuatro ducados que serían ocho en caso de reincidencia. La tercera falta daría lugar a dos años de suspensión.

Máquina fumigatoria

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Musschenbroek y su Botella de Leyden

Máquina fumigatoria de Pia (arriba con texto y abajo sin texto)

De un manual de socorrismo del año 1850

38 Bilbao 2004.eko uztaila Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad Los primeros socorristas en la Ría de Bilbao Juan Gondra Rezola Hoy en d’a es usual que todas las playas y piscinas dispongan de ES frecuente encontrar personas equipos de socorristas quienes, adem‡s de recuperar de las aguas a los Recompensas con estos conocimientos en otros medios como el mundo hospitala- ba–istas en apuros, suelen estar preparados para prestar una primera SE conservan en el Archi- rio, el de las medianas y grandes vo Municipal varios expe- empresas, entre los conductores asistencia y realizar las maniobras de soporte vital b‡sico dientes que contienen di- profesionales, servicios pœblicos, versas solicitudes de re- etc. Incluso en el medio escolar compensa por salvar a per- bilbaino, el Ayuntamiento viene sonas en la R’a. Algunos desarrollando desde hace m‡s de fueron denegados, otros quince a–os un programa destina- recibieron recompensas do a formar en esta materia a los que sol’an ser de veinte re- escolares de la Villa. Pero no es- ales, pero que ascendi— a t‡n lejos los tiempos en que nues- cien en un caso porque el tras playas y r’os carec’an por salvador hab’a sacado a completo de este recurso, siendo dos personas de una sola elevado el nœmero de personas vez y hab’a perdido la ropa que fallec’an ahogadas en ellos durante el rescate. sin poder recibir primeros auxi- Eduardo Otero es el lios eficaces. nombre de un vecino pro- Bilbao, a pesar de estar situado puesto en enero de 1881 lejos de las playas de la costa, en para la cruz de la benefi- las que la poblaci—n de Bizkaia se cencia porque se hab’a incorpor— a la moda de los ba–os arrojado al agua en seis de mar que se comenz— a implan- ocasiones para salvar a tar en la Europa de finales del si- personas en trance de pe- glo XIX, s’ se vio afectado por es- recer ahogadas. Y todav’a te problema, pues las orillas de la le quedaron fuerzas para R’a fueron utilizadas desde anti- un nuevo salvamento, guo por la poblaci—n local para pues en 1883 salv— a un ba–arse en sus aguas. ni–o de 12 — 13 a–os que cay— al agua junto al puen- Medidas gubernativas te colgante de Bilbao. para regular los ba–os Zona de baños en el río Nervión-Ibaizabal Los avatares del primer tercio del siglo XIX, pr—digo en gue- rras, llevaron al olvido y el aban- Tenían la doble función de custodios dono del ingenioso sistema de rescate y socorro a los ahogados de la moral pública y de socorristas en la R’a que la Ilustraci—n del si- glo XVIII hab’a conseguido esta- de los bañistas en apuros blecer en Bilbao, m‡s orientado a rescatar y reanimar a quienes ca’- an accidentalmente al agua que al por el concejal Casimiro Acha en se manten’an amarradas a la orilla auxilio de los ba–istas, pues no el a–o 1871 y que, con peque–as izquierda de la R’a, donde no se exist’a regulaci—n ni normativa variaciones, se iba a mantener du- desarrollaban actividades portua- referente a ellos, tal vez porque el rante m‡s medio siglo: seleccio- rias. La primera de la que tenemos ba–o no constituyera en aquellos nar una zona en la que se iban a noticia fue la establecida por Ma- a–os una pr‡ctica habitual. permitir los ba–os y prohibirlos riano Bilbao, que pronto se vio Pero no iba a ser el riesgo de fuera de ella. La designaci—n de acompa–ada por otra, fondeada accidentes lo primero que preo- uno o dos vigilantes dotados de en Uribitarte por Marcos Anc’n, cupara a nuestras autoridades una peque–a embarcaci—n iba a contando ambas con licencia mu- pues la primera medida guberna- completar esta medida, asign‡n- nicipal. Los usuarios pagaban una mental al respecto no estaba rela- doles una doble funci—n como peque–a cantidad por el disfrute cionada con la prevenci—n de ac- custodios de la moral pœblica y de un ba–o en aquellas curiosas cidentes, sino con algunos aspec- socorristas de los ba–istas en apu- piscinas flotantes que no tuvieron tos morales. En efecto, el primer ros. una larga vida por causa de la su- documento referente al ba–o en la Un bando de la alcald’a que se ciedad de las aguas de la R’a y R’a que se conserva es un oficio repet’a a–o tras a–o, informaba al tambiŽn por el Žxito de las playas dirigido por el delegado pol’tico vecindario de estas normas, aun- de Portugalete, Las Arenas y Al- al alcalde de Bilbao, fechado el que nunca faltaron quejas por la gorta, a las que el ferrocarril y el 25 de junio de 1839, ordenando falta de cumplimiento de esta nor- tranv’a hicieron m‡s accesibles. que pregonase un bando prohi- mativa (y tambiŽn por algunas El deterioro de la calidad de las biendo ba–arse en la R’a de d’a y pr‡cticas de los ba–eros que trata- aguas hizo que cada vez fuese me- en zonas cŽntricas sin pantal—n o ban de conseguir unos ingresos nos agradable el ba–o en aguas calzoncillo. extra por medios poco ortodo- bilbainas; ya en el a–o 1900 el ar- Poco antes del comienzo de la xos). quitecto e higienista Alberto Pala- segunda guerra carlista se fue no- cios exig’a la prohibici—n del ba- tando un aumento en el nœmero Fiesta naútica junto a San Antón. Cucaña Otros tipos de ba–o en la R’a –o en la R’a por el riesgo que su- de personas, sobre todo ni–os, TambiŽn existieron otras for- pon’an las aguas contaminadas y que utilizaban la R’a para sus mas de ba–o en la R’a, s—lo al al- en los a–os posteriores fueron va- ejercicios natatorios y esto oca- cance de quienes pudieran pagar rias las veces en que los mŽdicos sion— en la opini—n pœblica y en por ello, que no debemos olvidar. municipales insistieron en esta las autoridades municipales una Alguno de los socorristas La primera est‡ descrita con sin- prohibici—n; pero sin resultado, doble preocupaci—n: por una par- gular casticismo por JosŽ Mar’a pues a–o tras a–o se repet’a la te continuaban prestando aten- EN sesi—n pœblica ordinaria lantes que se turnaran de de Orueta en sus Memorias de un contrataci—n de ba–eros-socorris- ci—n al uso de traje de ba–o que de 10 de julio de 1895, fue- guardia en un bote. bilbaino: un barquero-ba–ero re- tas y los bandos de la alcald’a re- hab’a motivado el oficio del dele- ra del orden del d’a, el con- El Ayuntamiento nombr— cog’a en su gabarra a los ni–os ferentes a la organizaci—n de los gado gubernativo; por otra, la de- cejal se–or Garc’a elogi— la a Cosme Urquijo Larraza- que pod’an pagar su tarifa de una ba–os, y todav’a en los a–os cin- bida a la sucesi—n de accidentes disposici—n del Alcalde que bal y Antonio Vendrell He- perra chica y los llevaba desde el cuenta, la regulaci—n del ba–o en mortales por ahogamiento de ba- prohib’a el ba–o fuera de la rrer’a, con un salario de 4 Arenal hasta una peque–a playa el Nervi—n-Ibaizabal figuraba en- –istas, as’ como las quejas por su zona de la R’a aguas arriba pesetas diarias a cada uno, situada en la Salve; all’ disfruta- tre las competencias de la Secci—n interferencia con las actividades de la isla de San Crist—bal; y quienes trabajaron hasta el ban de su ba–o y de su curioso sis- de Gobernaci—n del Ayuntamien- portuarias. adem‡s, llam— la atenci—n treinta de septiembre. En ju- tema de aprendizaje de la nata- to bilbaino. acerca de las desgracias nio de 1915 fueron nombra- ci—n, para regresar horas m‡s tar- En nuestros d’as, cuando los Regulaci—n de los ba–os ocurridas que hab’an costa- dos vigilantes para el ba–o de aprovechando la fuerza de la peces han vuelto a la R’a y sus en la R’a do la muerte de dos j—venes en la zona de la isla de San marea. aguas se ven m‡s limpias, no pa- Para resolver los problemas ahogados, habl— de la gran Crist—bal Gregorio Galdea- La segunda ten’a como destina- rece tan ut—pico el rescatar la me- planteados por esa doble motiva- aglomeraci—n de chicos que no y Juan Villa. Desde el 1¼ tarios a personas de m‡s edad. moria de aquellos bandos y de ci—n, las autoridades municipales se juntaba all’ y propuso de julio hasta el 30 de sep- Eran las llamadas Òba–eras flotan- aquellos socorristas pensando que discurrieron una normativa que que se nombrasen dos vigi- tiembre. tesÓ, especie de piscinas que se tal vez volvamos a verlos dentro fue formulada por primera vez llenaban de agua en la pleamar y de poco tiempo. 42 B i l b ao 2009ko urria Osasun zerbitzuak–Servicios de Sanidad

La asistencia a los heridos en accidentes de tráfico en Bilbao y Bizkaia El nacimiento de la DYA

Juan Gondra L A primera mención a un sistema o rganizado para el transporte de heridos en Bilbao data del año 1785; pero se refiere exclusiva- mente al transporte en camilla de las personas rescatadas de la Ría hasta los puestos de socorro ubi- cados en el Hospital de Atxuri y junto a la iglesia de San Nicolás. Los accidentados en la calle, cuyo número era muy superior al que podríamos suponer si tomáramos en consideración la lentitud del tráfico de bestias, carros o narrias, propio de las calles de la Villa has- ta épocas no muy lejanas, eran re- cogidos por las personas próximas y trasladadas en volandas o sobre un carro a la farmacia más próxi- ma, al Hospital de Atxuri o a su Las primeras ambulancias comenzaron a patrullar en 1967 El pasado año la DYA realizó más de 58.000 traslados propio domicilio, según la grave- dad de las lesiones y la posición dos en España se pasó a cuarenta Nace la DYA económica de la persona lesiona- mil en 1954 y sesenta mil en Llama mucho la atención la in- d a . 1955). En 1956 eran ya ciento cin- hibición de la Administración Pú- cuenta mil los vehículos matricula- blica y las instituciones sanitarias Primeras ambulancias dos en España cada año, de los que ante aquel incremento de acciden- Estas prácticas no eran exclusi- más de la mitad eran motocicletas. tados y ante la forma en que eran vas de Bilbao, pues eran habitua- Y Bizkaia se encontraba en cabeza trasladadas las víctimas. Por ello les en todas las ciudades europeas. de aquel afán de adquisición de ve- adquiere mayor relieve la obra ini- Pero a partir de las guerras napole- hículos a motor, siguiendo el mis- ciada por un ginecólogo bilbaino, ónicas comenzó a cambiar este mo orden: primero motocicleta y, Juan Antonio Usparitza y Lecum- modelo. En efecto, el Barón Do- más adelante, automóvil. berri, quien partiendo de la nada menique Jean Larrey (1766- Sin embargo, este incremento consiguió crear una org a n i z a c i ó n , Juan Antonio 1842), Cirujano Mayor de los Usparitza, tuvo su lado negativo y los nuevos la Asociación de Ayuda en Carre- ejércitos de Napoleón, después de fundador y conductores pagaron con su sangre tera DYA (Detente y Ayuda), que observar que los soldados heridos presidente de un pesado tributo. El número de suplió con voluntarismo aquel va- en las batallas quedaban abando- la DYA; natural accidentes de tráfico con heridos y cío asistencial. No sólo proporcio- nados y eran trasladados tarde y de Busturia, muertos se disparó hasta alcanzar nó unas ambulancias dedicadas en en carros abiertos, en muy malas cuya casa cifras muy superiores a las que su- exclusiva al transporte de heridos, condiciones, creó las llamadas natal dista frimos hoy en día, cuando el par- sino que, sobre todo, fue el inicia- “ambulancias volantes” que se pocos metros que automovilístico se ha multipli- dor de una cambio en la mentali- movilizaban detrás de la tropa, le- de la ermita de cado por diez. El número de muer- dad de la ciudadanía, repitiendo vantando a los heridos y trasla- San Cristobal, tos anualmente en las carreteras y constantemente a través de radio y dándolos a retaguardia. patrono de los calles del Señorío pasó de una me- prensa unos mensajes que hoy nos Pronto este transporte comenzó automovilistas dia que apenas rebasaba las 20 víc- parecen naturales, pero que en a ser también aplicado a los heri- aquellos años eran todavía una dos civiles. En España fue preco- utopía, y que podemos sintetizar nizado por el médico navarro Ni- Municipal, más para el traslado de en unos pocos puntos: casio Landa, propulsor también de enfermos que para la asistencia a –Las víctimas de accidentes de- la Cruz Roja, autor del libro a c c i d e n t a d o s . Los accidentes de tráfico pueden y deben ben de ser trasladas de forma ade- Tr a n s p o rte de heridos y enfermos Durante los años de la posque- ser prevenidos, siendo responsabilidad cuada en ambulancias. por vías férreas y navegables e d i- rra, la ausencia de recursos para la –No es tan importante la rapidez tado en Madrid por Alejandro Gó- evacuación de heridos en las carre- de toda la ciudadanía el hacerlo del traslado como la premura en la mez Fuentenebro en el año 1866. teras vizcainas no causaba alarma llegada de la ambulancia y el tratar La primera noticia que tenemos de porque su número no era elevado. de que el herido llegue en buenas su implantación en Bilbao data de El deterioro de las carreteras y la c o n d i c i o n e s . febrero de 1890, cuando tuvo lu- disminución del parque móvil du- La motorización de Bizkaia timas anuales durante los años 40 a –Primero se debe de estabilizar gar la recepción definitiva de cua- rante la Guerra Civil, la escasez de en la década de los sesenta superar los cien muertos en 1956 y al accidentado, invirtiendo en ello tro carros camilla encargados por gasolina, y las dificultades para la Pero esta situación comenzó a alcanzar una cifra record de 134 en el tiempo que sea necesario, antes el Ayuntamiento para el transporte adquisición de vehículos nuevos, variar a partir del año 1954, cuan- el año 1970; cifra esta que, gracias de instalarlo en la ambulancia y de heridos y beodos. Fueron cons- condicionaban un tráfico escaso y do se inició un tímido incremento a Dios, nunca volvió a ser alcanza- proceder a su traslado. truidos por el contratista Cecilio unas velocidades reducidas que de las matriculaciones de vehícu- da ni rebasada. Los muertos por –Los accidentes de tráfico cons- Bugedo con un coste de 1.843 propiciaban un número muy bajo los nuevos (de una media de diez accidente de tráfico en Bizkaia, cu- tituyen un mal que puede ser pre- ptas. de accidentes con heridos. mil vehículos anuales matricula- yo número oscilaba (y así sigue en venido y que debe serlo, siendo A partir de esta fecha Bilbao ha la actualidad) en torno al 1,5% del responsabilidad de toda la ciuda- contado siempre con su propio total de España, llegaron a suponer danía el hacerlo. servicio de ambulancias, acerca el 6,49% en el año 1958. Este último punto es quizás el del cual ya publicamos un artículo Pero si nos asombran el número más importante en la labor del en este mismo periódico en di- de heridos y el de fallecidos, ma- doctor Usparitza y de la DYA , ciembre de 2000. Con él quedaba yor horror nos debería producir la aunque por desgracia todavía no garantizado un transporte adecua- Memorias de la DYA manera en que eran trasladados al ha calado profundamente en nues- do de la mayor parte de las perso- hospital aquellas pobres víctimas. tra sociedad, obligando nuestro nas lesionadas por accidentes su- Tirados de cualquier forma sobre buen Doctor a seguir transmitien- fridos en la Villa. Pero este servi- (1966-2008) el asiento trasero de un pequeño do diariamente en la radio su men- cio quedaba limitado al término vehículo utilitario, conducido por saje en pro de la educación vial. municipal y no podía salir de él L A edición de este libro en el que se resume la trayectoria de es- lo general de forma temeraria Esperemos que pronto llegue el salvo en casos de catástrofe y, aún ta institución permite dejar grabado para la Historia unos hechos mientras su conductor tocaba la día en que aceptemos que conducir en entonces, con autorización del que, aunque recientes, han caído en el olvido y resultan extraños bocina y agitaba un pañuelo por a velocidad excesiva es una prácti- alcalde. Años más tarde, otros para las nuevas generaciones. A lo largo de sus 153 páginas en- fuera de la ventanilla, las víctimas ca nociva y condenable; en que la municipios vizcainos también cre- contramos la descripción de los hitos principales de la DYA, así debían sufrir los movimientos for- presencia policial en calles y ca- aron sus propios servicios de am- como una reseña biográfica de su fundador. Figura en ellas tam- zados por los baches y las curvas, rreteras sea habitual y disuasoria bulancia, aunque por lo general no bién una magnífica colección de fotografías que, por sí mismas, lo que, en ocasiones, agravaba no- para los pocos que no hayan acep- contaban con personal propio y justifican la inclusión de esta memoria en el acervo de nuestra tablemente sus lesiones. No era ex- tado un modo de conducción cívi- solían estar constituidos por un h i s t o r i a . traño que el propio vehículo que ca; en que Juan Antonio Usparitza vehículo ambulancia que solía realizaba el traslado sufriera un ac- pueda decir que su misión se ha quedar a disposición de la Policía cidente. c u m p l i d o . aste nagusia agosto de 2005 Bilbao 43 Breve historia de la asistencia sanitaria de urgencia en Aste Nagusia

La evolución del dispositivo de asistencia médica de urgencia planteado por el Ayuntamiento para atender a los de heridos y enfermos en el recinto festivo durante la Aste Nagusia, nos permite contemplar como han evolucionado algunos conceptos acerca de la asistencia de la medicina de emergencias

tas en el que colaboraron los servi- eliminación del vidrio, colabora- Juan Gondra cios municipales con la Cruz Roja ron también para conseguir una y la DYA de Bizkaia. Se instaló en espectacular disminución del nú- LA recuperación de unas fiestas el Arenal un puesto de socorro mero de heridos. populares con motivo de la Sema- ubicado en un grupo de casetas Por otra parte, los niveles gene- na Grande supuso una conmoción prefabricadas, donde se habilita- rales de la asistencia médica de ur- notable en el Bilbao de los prime- ron dos salas de curas y varios ca- gencia fueron elevándose en Bil- ros años después de la dictadura, tres para que los pacientes pudie- bao y en todo el país. El nuevo ser- allá por los últimos años setenta; ran permanecer en observación vicio de urgencias de Basurto ga- sin embargo, aquella aglomera- durante unas horas. Cinco médi- rantizaba una capacidad asisten- ción de personas en un espacio re- cos municipales y más de treinta cial muy superior, las clínicas pri- ducido y mal acondicionado para voluntarios de DYA y Cruz Roja, vadas mejoraron notablemente sus el uso festivo, así como la cele- además de los camilleros munici- prestaciones y hubo un momento bración de algunos actos festivos pales, aportaron el elemento hu- en el que quedaron trasnochadas que, como la sokamuturra y los mano. algunas prácticas que habían sido fuegos artificiales, incumplían las Los heridos o enfermos eran habituales en la asistencia de ur- normativas mínimas de seguri- conducidos hasta este puesto de gencia en tiempos anteriores, dad, dieron lugar a un elevado nú- Parque de ambulancias en el año 1930 socorro, donde se les realizaba una cuando se atendían esguinces, mero de heridos que rebasaron la primera cura y se les remitía a su contusiones y heridas en locales capacidad de respuesta de los ser- domicilio cuando su estado lo per- mal iluminados y sin ninguna po- vicios bilbainos de asistencia sa- mitía. Las ambulancias traslada- sibilidad de exploraciones com- nitaria. ban al hospital solamente a aque- plementarias. Los errores médicos llos cuyas lesiones eran de mayor derivados de este tipo de asisten- Recursos sanitarios entidad. cia de urgencia realizada con muy En aquellos años, no se había construido el pabellón Macua que alberga al nuevo servicio de ur- La evolución de las fiestas hizo que gencias y Bilbao sólo contaba con el cuarto de socorro del Hospital el dispositivo basado en un puesto de Basurto como principal herra- mienta para atender a las urgen- de socorro quedara pronto desfasado cias hospitalarias; las casas y cuartos de socorro municipales, Limitaciones de esta forma pocos medios y con profesionales de asistencia cuya cualificación no estaba ase- En 1983 se Este modelo continuó utilizán- gurada, dejaron de ser mirados co- Imagen de los vehículos asistenciales en 1985 dose durante algunos años, pero la mo una complicación tolerable y organizó por evolución de las propias fiestas hi- pasaron a ser considerados como zo que el dispositivo basado en un una mala práctica a eliminar. primera vez el puesto de socorro quedara pronto Ya no era posible concentrar la desfasado y fuera necesario su asistencia en un puesto de socorro dispositivo sustitución por otro sistema más mal dotado. acorde con los nuevos tiempos. para las fiestas Por un aparte, el espacio festivo Dispositivo actual fue ampliándose hasta ocupar una Así fue que de una forma paula- buena parte del Ensanche, lo que tina, a la par que iban disminuyen- sitos en Otxarkoaga, Erandio, San disminuyó el hacinamiento, tan do tanto el número de heridos co- Vicente y Urazurrutia estaban en- propicio para que ocurran acci- mo el de asistencias, iba también cargadas de las pequeñas curas, y dentes; por otra, algunos de los ac- transformándose el puesto de so- el servicio de urgencias de la Se- tos festivos más peligrosos, como corro y la propia manera de enten- guridad Social corría con la asis- la sokamuturra, las vaquillas, fue- der la primera cura. Ahora ya no tencia domiciliaria a los enfermos ron eliminados del programa festi- era prioritario el resolver el máxi- afiliados a ella. A estos recursos vo, y otros, como los fuegos artifi- mo de problemas para descargar de públicos se unían las escasas ciales, fueron organizados de de trabajo al Hospital; se trataba, clínicas privadas que mantenían acuerdo con una normativa que los por el contrario, de estabilizar al servicios de urgencia durante las hacía mucho más seguros. Otras herido y proporcionarle cuidados 24 horas. Se ha aumentado el nivel de calidad durante los últimos años medidas de prevención, como la hasta que fuera trasladado al servi- Pero cuando ocurrió que miles cio de urgencias del Hospital de y miles de personas se concentra- Basurto o a otro centros hospitala- ron en el pequeño espacio del re- rio, donde iba a ser correctamente cinto festivo del Arenal y la falta estudiado, diagnosticado y trata- de experiencia en acontecimien- Dispositivo de emergencias do. tos similares llevó a no tomar me- Para conseguir esto fue necesa- didas preventivas adecuadas, fue- SE garantizará la cobertura cios coincidirá con el horario bulancias de SVB; una en el rio distribuir por el espacio festivo ron decenas los casos diarios de asistencial básica a las emer- de funcionamiento al público parque de Etxebarria (Cruz los recursos asistenciales, ambu- heridos por pisar vidrios rotos o gencias, así como los traslados de las barracas. Roja), otra en el recinto festivo lancias y personal sanitario, acer- por caídas, los lesionados por los a los centros asistenciales Conciertos en Zorrotzau- (Municipal) y una tercera en la cándolos en lo posible a los even- fuegos artificiales, los que sufrían cuando sea necesario. Este rre: Un Puesto de Primeros plaza Circular. (DYA) tos que atraen a un mayor número por excesos alcohólicos, etc. Y operativo asistencial estará co- Auxilios atendido por un Recinto festivo: Durante de personas, buscando mejorar la una mayoría abrumadora de ellos ordinado por el Negociado de ATS/DUE Municipal y una toda la Aste Nagusia se dis- rapidez en la respuesta ante una encaminó sus pasos hacia el cuar- Ambulancias del Ayuntamien- Ambulancia de SVB de Cruz pondrá de un Puesto de Aten- urgencia vital; mejorar los siste- to de socorro del Hospital, llegan- to de Bilbao, con la colabora- Roja. ción a las Emergencias Sanita- mas de comunicación con las am- do a desbordar su capacidad y a ción de la Cruz Roja y la DYA. Conciertos en Uribitarte: rias, atendido por personal sa- bulancias, así como el resto de su exigir una reforma en la asisten- Barracas: Un Puesto de una ambulancia de SVB Mu- nitario municipal con la cola- equipamiento, y hacer un esfuerzo cia médica durante las fiestas. Primeros Auxilios atendido nicipal durante las actuacio- boración de la Cruz Roja de importante en materia de forma- por socorristas y una ambulan- nes. Bizkaia. ción del personal sanitario. Dispositivo asistencial cia de Soporte Vital Básico Fuegos artificiales: Desde Actividades deportivas: Se De esta forma se ha producido del año 1983 (SVB) con la correspondiente el inicio del lanzamiento de dispondrá de una ambulancia el cambio que queríamos destacar, Así fue que en el año 1983 se dotación material y de perso- los fuegos y hasta su finaliza- de SVB para Cross, Carrera así como el mayor nivel de calidad organizó por primera vez un dis- nal. El horario de estos servi- ción se dispondrá de tres am- Ciclista y Goitiberas. (DYA). conseguido a lo largo de estos últi- positivo asistencial para las fies- mos años. 42 Bilbao 2011ko azaroa Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad La Fundación Vizcaya Pro-cardiacos

La publicación de un libro sobre esta institución nos da pie a recordar sus actividades

Juan Gondra aceptaron trabajar en esta institu- ción sin sueldo alguno, y se en- QUIZÁS porque a partir de su in- contraron allí con lugar de en- tegración en el Hospital de Basur- cuentro donde poder mejorar sus to quedó diluida su personalidad, conocimientos, ponerse al día en la Fundación Vizcaya Pro-cardia- los avances de la especialidad y cos comenzó a pasar al olvido ha- preparar en equipo aportaciones ce unos años, y en el Bilbao de a congresos nacionales e interna- hoy son muy pocas las personas cionales. No se olvidó la especial menores de cuarenta años que la relación con el Instituto nacional conocen. Y la verdad es que los de cardiología de México, donde beneficios que esta institución se formó como especialista Mi- aportó y sigue aportando a la po- guel Iriarte Ezcurdia y que, en blación de Bizkaia merecerían al- cierto sentido, sirvió como mode- go más; por eso es un placer apro- lo para la fundación bilbaina. vechar la publicación de un libro Fueron varios los cardiólogos sobre ella para poder escribir aquí Médicos de vizcainos que tuvieron ocasión un pequeño resumen de sus ac- la Fundación de completar allí sus conoci- tuaciones y de sus aportaciones a en los años mientos médicos. la población de Bizkaia y el País cincuenta  Respecto a los médicos en Vasco; tanto las que recibieron di- (Fotografía formación, nada más señalar que rectamente los enfermos en ella de José fueron numerosos los cardiólo- atendidos, como las ofertadas a Antonio gos y hematólogos actuales que los médicos que allí se formaron Iriarte) recibieron allí su formación co- y las recibidas por la población en general. Y deberemos comenzar por los pobres enfermos y colocarnos en aquellos terribles años cuarenta, Fueron numerosos los cardiólogos y recién finalizada la Guerra Civil y hematólogos actuales que recibieron con Europa sumida en otra terri- ble guerra. El hambre causaba es- allí su formación como especialistas tragos en la población y volvían a subir las tasas de mortalidad que habían ido descendiendo de for- ma notable desde el comienzo de Con el paso de los años, el nú- mo especialistas o realizaron allí siglo; todavía no había sido crea- mero de enfermos de valvulopatí- su tesis doctoral. En este terreno, do el servicio médico-farmacéuti- as fue decreciendo, al tiempo que la influencia de Pro-cardiacos re- co de la Seguridad Social y la iniciaban su escalada las dos com- basa el marco del Señorío y se asistencia sanitaria quedaba en plicaciones más temibles de la ar- extiende por numerosas ciudades manos de la medicina privada o, terioesclerosis: los accidentes vas- españolas. en el caso de los pobres de solem- culares cerebrales, la insuficiencia  Los conocimientos básicos nidad, en las de la beneficencia coronaria (causa de infarto de en cardiología del conjunto de pública. Los enfermos cardiacos miocardio, angina de pecho, etc.). médicos vizcainos se vieron muy precisaban tratamiento de por vi- Esto obligó a un cambio impor- mejorados por su influencia, da y un seguimiento de su enfer- tante en la orientación del trabajo, siendo destacables sus aportacio- medad por médicos bien prepara- dando mucha más importancia a nes a las actividades de la Acade- dos, pero muchos de ellos fallecí- Sede inaugurada en 1953 las actividades de prevención. mia de Ciencias Médicas de Bil- an porque su pobreza les impedía También es de destacar la proble- bao; especialmente durante el pe- sufragar el coste del tratamiento. por el contrario, muy frecuentes estableciendo un consultorio gra- mática de lo que entonces se lla- riodo de 1956 a 1966. Su situación socio laboral era las afecciones de las válvulas del tuito que les permitiera ser atendi- maba “niños azules”, los que pa- Por último, debemos regresar lastimosa. Ya en los años anterio- corazón, las valvulopatías, en su do por los mejores especialistas en decían malformaciones congéni- de nuevo a los pacientes. Además res a la guerra había llamado la mayor parte de origen reumático. cardiología de Bilbao, ampliando tas del corazón. de la asistencia médico-quirúrgi- atención de Miguel Iriarte Iriarte, Todavía no se había generalizado después esta atención a la cirugía Otra aportación importante de ca, Pro-cardiacos mantuvo otras un tolosarrra especialista en car- el tratamiento con penicilina de las cardiaca y vascular periférica y es- La Fundación fue la que realizó al líneas de actuación, menos cono- diología establecido en Bilbao amigdalitis infantiles y eran nume- tableciendo a partir de 1953 un pe- actuar sobre la Medicina Vizcaina cidas que se dirigían a los pacien- que fue el principal impulsor de rosos los niños que cada año eran queño hospital. En este último en una triple vertiente: los espe- tes. Desde un principio, a través esta institución y que había publi- víctimas de esta complicación que año, eran 420 los pacientes censa- cialistas en cardiología y hemato- de su “Comité Industrial”, enca- cado varios artículos de divulga- les iba a afectar durante el resto de dos que acudían regularmente a logía, los médicos en formación y minó sus esfuerzos a conseguir el ción y un libro La Peste Roja sa- sus vidas. Pues bien, sobre este consulta y en 1969 en número de la clase médica en general. establecimiento de centros de tra- cando a la luz las dificultades que grupo de enfermos se centró la ac- pacientes que habían recibido tra-  Desde un principio fueron bajo en el que los enfermos car- encontraban los enfermos cardia- tividad de la Fundación; primero, tamiento ascendía a diecisiete mil. numerosos los cardiólogos que diacos con limitación funcional cos; dificultades que se multipli- importante pudieran desarrollar caron con las duras condiciones una actividad laboral. Esta orien- de la posguerra. Defendía y pro- tación tuvo un beneficio añadido, pugnaba la creación de una insti- pues contribuyó notablemente al tución que se ocupara del trata- cambio de una sociedad que mar- miento médico-quirúrgico de los Historia de la institución ginaba al minusválido. También enfermos cardiacos y de la bús- fue pionera en la organización de queda de mejorar de sus posibili- grupos de auto-ayuda para pa- dades de conseguir un trabajo EL pasado mes de octubre fue pre- tualidad, aunque sus fines han de- cientes crónicos. digno y adecuado a su enferme- sentado en Bilbao este libro en el bido ser modificados para adaptar- No cabe duda alguna de que dad. que se recoge la Historia de esta se a la evolución de las dolencias Bilbao y Bizkaia tienen una deu- El doctor Iriarte pudo ver su institución que tanto ha aportado a cardiacas y a la presencia de un da de gratitud con la Fundación propuesta convertida en realidad Bilbao y a Bizkaia. Escrita por el Servicio de Salud que da cobertura Vizcaya Pro-cardiacos, con las cuando encontró el soporte eco- Dr. José Antonio Iriarte, jefe de su a toda la población. Su dedicación empresas vizcainas que contribu- nómico propiciado por el director laboratorio de análisis clínicos y principal hoy es la prevención me- yeron a su sostenimiento y con de la Caja de Ahorros Municipal, hematología durante largos años, diante actividades de educación los hombres que la impulsaron, Eliseo Migoya, y el apoyo de va- hijo y hermano de dos eminentes para la salud y realizando recono- en especial con Miguel Iriarte, rios compañeros, entre los que cardiólogos bilbainos ya fallecidos cimientos gratuitos encaminados a verdadero motor impulsor de su cabe destacar a los doctores Lan- que dirigieron esta Fundación casi valorar el riesgo de enfermedad creación y de su continuidad, da y Araquistain. Surgió entonces desde su inicio; con prólogo del Al- cardiaca; servicio este que se pres- Eliseo Migoya Torre, presiden- la Fundación Vizcaya Pro-cardia- calde Iñaki Azkuna. En él se reco- ta de forma gratuita y abierta a roda la te de la Caja de Ahorros Munici- cos, cuyo primer director fue el gen los detalles más importantes de su historia. población, en una consulta abierta todos los lunes pal, a quien Bilbao dedicó una doctor Pedro Toledo. Historia que todavía no ha finalizado, pues “Pro- en la planta baja de la sede de la Unidad Docente plaza que lleva su nombre, y En aquellos años eran todavía cardiacos” continúa prestando servicio en la ac- de Basurto de la Facultad de Medicina de Bilbao. Alfredo Alonso Allende como raros los trastornos cardiacos ori- prototipo de donante altruista y ginados por la arterioesclerosis y, generoso. 38 Bilbao 2013ko ekaina Osasun zerbitzuak-Servicios de Sanidad La Seguridad Social en Bilbao

Juan Gondra rar la situación de las clases traba- jadoras plasmado en la Comisión HOY en día nos parece natural que de Reformas Sociales (1883) que sean las administraciones públicas se encargó del estudio de cuestio- quienes se ocupen de mantener el nes que interesasen a la mejora y Servicio Nacional de Salud, Osaki- bienestar de la clase obrera, pero detza en nuestro caso, y de garanti- sus frutos fueron muy parcos. Qui- zar las pensiones a los que disfruta- zás la debilidad política de la res- mos de la jubilación; pero no debe- tauración, quizás la pobreza presu- mos olvidar que esto es una con- puestaria, o tal vez la oposición de quista muy reciente en Europa y las clases altas, el caso es que se al- que son legión las personas que ca- canzaron pobres logros. recen de estos recursos a lo largo y El primero, la Ley de Accidentes ancho del mundo, a pesar de la ro- de Trabajo de 1900, daba respuesta tunda afirmación de la Declaración a una antigua reivindicación y evi- Universal de los Derechos del taba el terrible desamparo en el que Hombre del año 1948: habían quedado hasta entonces los “Toda persona, como miembro afectados con incapacidad tempo- de la sociedad, tiene derecho a la ral o permanente causadas por es- Seguridad Social, y a obtener, me- tos accidentes. Luego surgieron diante el esfuerzo nacional y la co- las Sociedades de socorros mutuos operación internacional, habida para colectivos capaces de asociar- cuenta de la organización y los re- se y abonar las cuotas correspon- cursos de cada Estado, la satisfac- dientes y el Seguro mercantil con- ción de los derechos económicos, tra los riesgos de la enfermedad y sociales y culturales indispensables la invalidez de contratación libre. a su dignidad y al libre desarrollo Hubo diversos intentos y una de su personalidad”. asamblea nacional celebrada en Barcelona encaminados a conse- Antecedentes Palacio de Bidarte, sede del hospital de la institución “18 de julio”, primer recurso hospitalario de la SS guir un seguro de enfermedad obli- Tanto en el mundo helénico y ro- mano como en la Europa cristiana, la salud y la enfermedad eran consi- deradas como un asunto privado. Alemania fue el primer país en adoptar Solamente en los casos de epidemia intervenían las autoridades para to- un programa de seguro social para la vejez, mar medidas de aislamiento, evitar la fuga de médicos y farmacéuticos primero, y de asistencia sanitaria después o bien para organizar hospitales provisionales. No existía nada pa- recido a nuestras pensiones actua- Pero no fue ningún gobierno so- gatorio, pero no llegaron nunca a les; a lo más, las disposiciones de cialista el primero en implantarla, buen puerto. algunas organizaciones gremiales sino uno de los más conservadores Llegó la Guerra Civil y todo para ejercer la caridad entre sus afi- de la época, el gobierno del rey de aquello parecía que había quedado liados impedidos o entre sus viudad Prusia presidido por Otto von Bis- en el olvido; pero, siguiendo quizás marck. Así, hace casi 130 años, Ale- las mismas motivaciones que mo- mania se convirtió en el primer país vieron a Bismark, la Dictadura pro- del mundo en adoptar un programa mulgó en 1942 la ley que creaba de seguro social para la vejez, pri- el Seguro Obligatorio de Enferme- En 1983 se mero, y de asistencia sanitaria des- dad, completada cuatro años des- aprobó la Ley El de Areilza fue el primer ambulatorio que se construyó en Bilbao pués. Dice la leyenda que Bismark pués por la que regulaba el Seguro eligió esta opción porque trataba de Obligatorio de Vejez e Invalidez que creaba gremiales que trataban de crear lo frenar a los socialistas y había en- (SOVI). Se trataba de alcanzar que hoy llamaríamos fondos de pen- cargado a un equipo de expertos el con ello el dar remate a la anti- el Servicio Vasco siones. estudio de cuáles de sus reivindica- gua aspiración; sin embargo, la de Salud Osakidetza ciones tenían más enjundia, con la protección dispensada por estos se- La “Medicina Social” intención de ponerlas en marcha y guros pronto se mostró insuficien- A lo largo del siglo XIX, quizás así restarles influencia. Motivación te, lo que llevó a la aparición de como reacción a los efectos negati- que veremos repetida medio siglo otros mecanismos de protección vos de la industrialización sobre la después en el caso de España. articulados a través de las Mutuali- y huérfanos. Pero, a lo largo de los salud de las familias obreras, surge La experiencia prusiana tuvo un dades laborales, organizadas por siglos XVII y XVIII, se va exten- una preocupación por lo social y una amplio seguimiento en los países sectores laborales y cuyas presta- diendo por Europa la idea de que la ideología, el Higienismo, que trata- nórdicos y un gran eco en todo el ciones tenían como finalidad com- asistencia a huérfanos, ancianos y rán de enfrentarse a los graves pro- mundo occidental, en donde prolife- pletar la protección preexistente. enfermos es un asunto que compete blemas de salud y de medio ambien- raron iniciativas encaminadas a se- Dada la multiplicidad de Mutuali- a la comunidad cuando se trata de te que padecían las ciudades europe- guir su ejemplo, aunque muchas de dades, este sistema de protección personas pobres que carecen de re- as industrializadas. Fruto de esta ellas sin fortuna. condujo a discriminaciones entre cursos económicos para sufragar forma de pensar surge una reivindi- la población laboral, produjo de- ellos los gastos ocasionados. Sur- cación que se extiende por Europa La Seguridad Social sequilibrios financieros e hizo muy gen como consecuencia numerosos de la mano del naciente socialismo: en nuestro medio difícil una gestión racional y efi- hospitales y casas de misericordia la implantación de la Seguridad So- España no fue pionera en este te- caz. cuyo sostenimiento va a recaer so- Otto von Bismark cial. rreno, hubo, sí, un intento de mejo- Los propios gobiernos del fran- bre los presupuestos públicos. quismo fueron conscientes de En Bilbao, después de un tímido aquellos defectos y trataron de co- intento de asilo para niños pobres rregirlos, para lo que se elaboró un iniciado en 1610 y varios conatos nuevo marco legal en el año 1963, fallidos posteriores, estas ideas se la Ley de Bases de la Seguridad van a materializar en una triple ver- Social complementado por la Ley tiente: la contratación de médicos Los primeros años del SOE General de la Seguridad Social de asalariados para prestar asistencia a 1966 cuyo objetivo principal era la los pobres enfermos (1641), la re- HOY en día resulta difícil imaginar cómo era aquella gresaban enfermos quirúrgicos… implantación de un modelo unita- forma de los hospitales (1661), y la naciente asistencia médico-quirúrgica de los años Por otra parte, la incultura de muchos de los bene- rio e integrado, pero lo cierto es creación de la Casa de la Piedad cuarenta y cincuenta. Las prestaciones médico-qui- ficiarios dio lugar a numerosos abusos en la utiliza- que aún pervivían antiguos siste- (1760) luego Casa de Misericordia rúrgicas se limitaban a los grados más bajos de la es- ción de los servicios asistenciales, lo que generó a su mas de cotización y la tendencia a (1771). cala laboral, quedando excluidos los cuadros medios vez una postura defensiva por parte de los profesio- la unidad no se plasmó al pervivir Pero todos ellos tenían en común y altos. Hubo que esperar años hasta que se habilita- nales de la salud y una forma de ejercicio profesional multitud de organismos superpues- el estar destinado a las personas sin ran los primeros ambulatorios, por lo que la mayor que rompía por completo la mutua relación de con- tos. Hubo que esperar para conse- recursos, a los pobres. Quienes eran parte de los médicos debía atender a los pacientes en fianza entre paciente y médico que es siempre im- guirla hasta el año 1983 en que, capaces de ganarse su sustento de- sus propias consultas o en locales pobrísimos alqui- prescindible. Fruto de ello, numerosas corruptelas y una vez establecida la monarquía bían costearse la asistencia médica lados al efecto; la Seguridad Social no cubría los gas- vicios, algunos de los cuales todavía no se han supri- parlamentaria y entrado en vigor el y ahorrar para su vejez, si bien esto tos de hospitalización médica en el Hospital de Ba- mido por completo, aunque la situación actual ha Estatuto de Autonomía, se aprobó último podía ser sustituido por las surto y en la Residencia de Cruces solamente se in- cambiado a mejor de forma mucho más que notable. la Ley que creaba el Servicio Vasco iniciativas de algunas cofradías de Salud Osakidetza. Servicio de Ambulancia

Juan Gondra, periódico Bilbao, número 144, diciembre de 2000, pág. 34

Al investigar el origen del Servicio Municipal de Ambulancia de Bilbao, nos encontramos una información que podría ser muy chocante para unos ojos acostumbrados a nuestra situación actual: lo que ahora se llama servicio de ambulancia y antes de camilleros, tuvo su origen en el “Cuerpo de Recogedores de Cadáveres”. Más tarde, tras examinar la situación del Bilbao del pasado siglo, será posible buscar una explicación para esto.

Los Recogedores de Cadáveres En efecto, en la pequeña Bilbao de mediados del siglo XIX, limitada a lo que ahora es el casco antiguo, no existían grandes distancias que crearan problemas para el traslado de heridos; además, la situación céntrica del Hospital Civil de los Santos Juanes, en la plaza del mismo nombre, contribuía a la brevedad de los traslados, que podían ser atendidos por el propio vecindario. Por el contrario, el traslado de cadáveres si suponía un problema; especialmente el de los correspondientes a personas fallecidas por enfermedades infecciosas. Por tanto no es de extrañar que, coincidiendo con la tercera epidemia de cólera que afectó a la Villa durante el siglo XIX, se decidiera dar continuidad a un servicio que hasta entonces sólo era puesto en funcionamiento en épocas de epidemia. Y así fue como la corporación creó el Cuerpo de Recogedores de Cadáveres.

Expansión de la Villa A punto de finalizar ya el siglo, surgieron los primeros problemas que ponían en evidencia lo precario de los medios antiguos de traslado de heridos. El crecimiento de la Villa hacia el ensanche de Abando y el auge comercial e industrial del muelle de Uribitarte hicieron que las distancias hasta el Hospital alcanzaran y superaran el kilómetro. Así fue como en el año 1894, recién entrada en servicio la Casa de Socorro del Ensanche, el director de la misma solicitaba medios para el traslado en camilla de los heridos que requirieran traslado hasta el Hospital. La corporación entendió que la petición era justa y decidió encargar esta labor a los recogedores de cadáveres, llamados a partir de entonces ”camilleros”, entendiendo que era preferible esta mezcla de funciones a la alternativa de crear un nuevo cuerpo. Además, continuaba en la mente de todos que la función más importante de las ambulancias, además de trasladar heridos urgentes, era el traslado de los enfermos contagiosos con el fin de evitar el peligro de transmisión de su enfermedad al vecindario; lo cual tenía una cierta similitud con sus quehaceres previos.

Los Camilleros La pobre dotación de este servicio obligaba a una morosidad difícilmente compatible con nuestro concepto de urgencia: los camilleros limitaban su función al movimiento manual de los heridos o enfermos y no contaban con motor alguno para sus carros-ambulancia. El municipio acordaba con algunos propietarios de coches de alquiler para que estos prestasen sus cocheros y sus caballos de tiro, quienes, una vez enganchados a la ambulancia, actuaban como fuerza motriz de la misma. El jefe del grupo de camilleros era quien recibía los avisos, bien en la caseta de los camilleros (sita en las proximidades del Hospital en Achuri), bien en su propio domicilio; debía, después, llamar al cochero, mandar a los camilleros que unieran el tiro al carro ambulancia y partir a la búsqueda del enfermo o herido a trasladar. Además, la caseta de los camilleros dejaba mucho que desear y se registraron al respecto diversas quejas y protestas del personal de servicio. Al desplazarse el Hospital hasta la nueva sede de Basurto, la situación mejoró porque se habilitó una nueva caseta en la otra orilla de la Ría, en el muelle de Urazurrutia.

Motorización Esta situación cambió por una causa inesperada: coincidiendo con subida de precios y la etapa de expansión económica que supuso para Vizcaya y Bilbao la Guerra Europea de 1914-18, se registró un encarecimiento de los costos que debía soportar este servicio por el alquiler de los caballos de tiro, hasta que el anuncio hecho en el año 1919 por los adjudicatarios del contrato, Trinidad Martínez y Enrique de Arroita, de que suspenderían el servicio si no se subían sus tarifas, llevó a la corporación a tomar una resolución inesperada y proceder a la adquisición de dos camionetas aptas para ser carrozadas como ambulancias. La experiencia adquirida con la reciente compra de dos camionetas para el Servicio de Desinfecciones permitió obtener el suficiente conocimiento de este moderno sistema de transporte y elaborar un presupuesto bien fundado; y fue precísamente éste, el presupuesto, el que animó a la corporación a decidirse por comprar dos camionetas, cuyo coste de mantenimiento iba a ser sensiblemente menor que lo solicitado por los propietarios de coches de alquiler. Estas nuevas ambulancias pronto se hicieron familiares para el vecindario de la Villa, al que se dotaba de un medio de transporte para heridos o enfermos rápido y cómodo.

Personal y funciones Los camilleros abandonaron su caseta de Urazurrutia, desaparecieron como cuerpo y se trasladaron a los nuevos locales del servicio de desinfecciones, al que iban a quedar unidos a partir de 1919 por una razón que ahora nos puede parecer un tanto extraña: los dos servicios debían compartir los mismos chóferes. De esta forma quedó configurado el personal y el servicio hasta los años 80: un grupo de cinco o seis chóferes que turnaba para mantener siempre a dos en servicio (uno siempre listo para atender a una urgencia) y que compartía la conducción de la ambulancia con la de las furgonetas de desinfecciones. Junto a ellos, los fumigadores- camilleros que realizaban tanto las funciones de desinfección como la de transporte de enfermos y heridos. Su número fue aumentando desde los 10 iniciales hasta 16.

Reforma del servicio Hacia finales de los años 70 se va extendiendo por el mundo un nuevo concepto de lo que debe ser un buen servicio de ambulancia: ya no se busca sólo un “traslado rápido y en buenas condiciones”, sino que sea capaz de prestar una asistencia de urgencia para estabilizar las constantes vitales del enfermo o herido y efectuar después el traslado. El cine y la televisión, a través de las imágenes los paramédicos americanos o de los helicópteros-ambulancia en la Guerra del Vietnam, contribuyen a extender este nuevo concepto entre la población; aunque nuestras ambulancias continúan sin variar sus viejos esquemas de funcionamiento. Ya entrados en los años 80, la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos se hace ineludible; por ello, entre 1983 y 1987, se efectúa un reforma del servicio que se apoyará en cuatro pilares: 1- Transformación de los camilleros en Asistentes Sanitarios de Ambulancia, “ASA”, preparados para prestar una asistencia de soporte vital básico y para conducir el vehículo. 2- Incorporación de un Diplomado de enfermería o ATS en cada turno. 6 en total, preparado para prestar una asistencia de urgencia a un mayor nivel. 3- Creación de una dirección médica, encargada de la formación del personal, de la preparación de protocolos asistenciales y del control de los traslados y tratamientos realizados. 4- Adquisición de nuevos vehículos, equipados con modernos medios de transporte y de asistencia de urgencia.

Así ha sido que el antiguo servicio de “Recogedores de Cadáveres” ha dado lugar a un moderno y eficiente equipo de ambulancias, capacitado para prestar a los vecinos de Bilbao la asistencia de urgencia que los tiempos actuales requieren.

Vehículos Las dos primeras camionetas-ambulancia, marca Panar modelo Lavasser, de 15 caballos, fueron adquiridos a la casa Asensio Ercoreca en un precio de 12.000 ptas.

Cuando todavía no habían pasado más que unos pocos años, el parque fue enriqueciéndose con la adquisición de nuevas ambulancias, esta vez de las marcas francesas Renault y Peugeot, cuyo tamaño y potencia del motor permitían transportar más de una persona por viaje.

Las enormes dificultades para la adquisición de vehículos durante los años de la postguerra, obligaron a mantener en servicio las viejas Renault hasta la década de los 60 (y alguna de ella, hasta entrados los 70). Y aquí se conjugaron la calidad de los vehículos con el buen trato de los mecánicos municipales para conseguir que fueran mínimos los casos en que estas reliquias dejaran en tierra a algún herido.

Hacia 1968 se consiguió adquirir una ambulancia nueva; se trataba de un automóvil marca Seat, modelo “1.500” con la distancia entre ejes alargada y carrozado como ambulancia, al que pronto siguió otro gemelo y por último, allá por 1970, un viejo sueño, una ambulancia todo terreno, marca Land Rover, capaz no sólo de acceder a zonas de monte, sino a los puntos negro del casco urbano, a los que no conseguían llegar los otros vehículos.

La facildad de adquisición de vehículos que se hizo patente en las décadas posteriores permitió una mejora de los vehículos, hasta llegar a las actuales ambulancias, las que, cosa curiosa, recuerdan algo a aquellos viejos y magníficos furgones Renault. Los primeros chóferes fueron Luis Sánchez Azpiazu y Juan Arana Senosiain (abril de 1919)

Parque de ambulancias en 1920

Parque de ambulancias en 1948

Parque de ambulancias en 1964

Presentacion de tres nuevas ambulancias en 1972

Parque de ambulancias en 1984

Parque de ambulancias en 2003