Cualquier cosa, menos quietos

Número 38 - Septiembre de 2012 - Distribución gratuita - www.universocentro.com 2 CONTENIDO EDITORIAL 4 Carta desde mi biblioteca 6 El cancán del estilista 8 Amor y erotismo 10 Máscara contra cabellera 12 El loco de la botella 16 No sembramos pa’ semilla 24 Fotógrafo de prepagos

UNIVERSO CENTRO Publicación mensual DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA – Juan Fernando Ospina EDITOR – Pascual Gaviria COMITÉ EDITORIAL – Fernando Mora – Juan Carlos Orrego – Guillermo Cardona – Maria Isabel Naranjo – Alfonso Buitrago – Ana Lucía Cárdenas DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN – Gretel Álvarez COORDINACIÓN COMERCIAL – Ana María Duque DISTRIBUCIÓN – Érika, Sebastián y Gustavo CORRECCIÓN – Paca y equipo UC ASISTENTE – Sandra Barrientos

Es una publicación de la Corporación Universo Centro Número 38 - Septiembre 2012 16.000 ejemplares Impreso en La Patria

Esta publicación ha sido posible gracias al apoyo [email protected] del Ministerio de Cultura de Colombia, Plan Na- cional de Lectura y Escritura - Leer es mi cuento,

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Algo huele mal por JUAN VÁSQUEZ

Fotografía: Juan Fernando Ospina

n la ciudad de donde vengo, señor que suda mientras se lava las ma- se me chorrea de la nariz, de a poqui- sentado en la taza: que mi tonada, que Medellín, decir chichí, popó, nos… pero nadie, nadie es responsa- tos, para no incomodar a nadie que no el Pibe Valderrama, que las plashas de mierda, decir que uno está li- ble por lo que ocurrió en el sanitario. sea yo mismo, o correr hasta un baño Colombia, que qué linda Medeshín. Fi- teralmente cagado, en voz al- Poco a poco he empezado a hablar de con la esperanza de que esté vacío para nalmente yo escurrí lo mío sin darle la ta, causa un escozor que reco- este tema con soltura y, para mi sorpre- limpiarme. cara, me dispuse a lavar mis manos y rreE la columna vertebral de quien escu- sa, mientras más hablo, más ganas me Después de caminar por muchos si- fue antes de salir corriendo que alcan- cha. Por eso me dio tanta dificultad ha- dan de ir cagando por ahí, sin muchos tios en los que la constante era un baño cé a escuchar, en el mismo acento por- cer popó en baños distintos a los de mi problemas, en casas ajenas, en bares, con dos pies bajo la puerta y los panta- teño: “che, dijculpá que te dé el culito casa. La misma razón por la que una en restaurantes. lones en el piso, mi montañero inter- para limpiarme pero ej…”. amiga viajaba desde la universidad has- Desafortunadamente, el lastre cultu- no, el que dice que va a mear o a lavar- Yo de verdad no sé si aquí en Buenos ta la suya cada vez que tenía ganas de ca- ral del yo-no-cago-nunca no me lo pude se las manos cuando va a cagar, recibió Aires cagar con la puerta abierta sea gar, pagando taxi de ida y regreso, como quitar antes de llegar a Buenos Aires, un golpe contundente al visitar un si- una costumbre muy arraigada, como la si no tener plata para comer en la cafete- y la primera vez que vi unos pies con tio que se llama El Boliche de Roberto pasión por el fútbol, tomar vino o mate. ría no fuera ya un problema suficiente. unos pantalones caídos bajo la puer- –clásico bar tanguero que otrora fuera Tampoco sé de ninguna costumbre que Crecí con gente que confunde el asco ta del baño público, me sorprendí. De enchapado en oro y que ahora está en combine todas las anteriores, pero me a la mierda con lo inmoral y hasta les es- ese baño, mientras me lavaba las ma- ruinas–: en ese bar hay una puerta de- alegra saber que hay una tierra en la cuché decir que si no quería ir a una reu- nos, salió un señor sonriente, descan- trás de la barra que conduce al baño de que la gente no se avergüenza de ser un nión o a una fiestilla incómoda, dijera sado, livianito, como sale uno del baño. los hombres; al abrirse muestra un ori- animalito que caga –todavía me acuer- que tenía diarrea para evitar toda suer- Me miró y me deseó un buen día, yo le nal putrefacto y un cagadero separado do de la recomendación estúpida de un te de indagaciones. Crecí con un montón agradecí con toda la amabilidad del por una pared sin nada que dé privaci- autor estúpido que dice que para dese- de gente a la que el dengue se le presen- caso y con el paisa que llevo dentro tra- dad. Vi el baño cuando tuve ganas de namorarse solo hay que imaginarse al ta en forma de vómito, fiebre, desaliento tando de no respirar muy profundo, ir a mear, de verdad a mear, y al abrir amor de la vida cagando–. No llegaré pero nunca diarrea. Es más, gente para pensé: ¡Vio! Uno no deja de ser lo que la puerta vi a alguien sentado que con al extremo de andar mostrando el cu- la que hacer popó blandito no es uno de es aunque crea y asegure que sí. Es que acento porteño me dijo: “che, dijcul- lito en bares ni baños extraños, pero los síntomas de tener diarrea. esta gente por acá es muy cosmopoli- pá, pero ej que tenía una cagadita y ejte prometo que cada vez que salga de un Por eso, en esta cultura que no nos ta, tanto como para sonarse los mocos baño no tenía puerta, vijte”. Yo le res- baño lo haré sonriente, orgulloso, y mi- deja cagar tranquilos, las visitas a los en público, por ahí, en cualquier res- pondí que estuviera tranquilo y el hom- raré a los ojos a quien quiera que esté baños públicos son siempre seguidas taurante, frente a cualquier persona; bre, que no logró descubrir mi incomo- allí para desearle un buen día y así, por preguntas sobre un defecador fan- no como yo que todavía huelo a bande- didad montañera disfrazada de frescu- poco a poco, iré dejando este mundo de tasma: el aire denso, el papel sucio, el ja paisa y calladito tengo aspirar lo que ra citadina, entabló conversación, ahí vergüenzas ajenas. UC 4 UC número 38 / septiembre 2012

ace tres o cuatro años, an- breaba entre la masa móvil de las her- lentos movimientos que un viento tran- dando a la casualidad por báceas; por un árbol añoso y tranqui- quilo imprimía en tallos, hojas y flo- entre las calles del Noro- lo de hojas oscuras cuyo nombre desco- recillas. Para sentirme más a gusto –o riente de Medellín, acerté nozco, y por modestas matas de maleza mejor, para consagrar debidamente la a descubrir un lozano jar- que embellecían el conjunto con sus ho- epifanía botánica– quise recordar al- Hdincillo al otro lado de una reja, justo jitas dentadas y sus flores minúsculas gún pasaje de la “Carta tercera”, en que Carta entre los dos cuerpos del antiguo hospi- como puntos de calor en un lienzo im- Bécquer describe la mullida decaden- tal Concejo de Medellín. La belleza –y si presionista. Contra el muro de cemen- cia de un pequeño cementerio olvida- no, el enigma– de ese retazo me llevó a to sin pintar y la reja baja que cerraban do entre mil plantas delicadas. Sin em- pensar, de inmediato, en las Cartas des- el jardincillo por los costados occiden- bargo, mi memoria apenas pudo reco- de mi celda de Gustavo Adolfo Bécquer, tal y norte, respectivamente, un seto de brar las líneas más célebres de su colec- desde y tanto me arrobé con la evocación que besitos y orejas de burro prometía ser ción de rimas –“¿Qué es poesía?, dices habría olvidado el propósito que me el feliz escondite de grillos y lagartijas, mientras clavas / en mi pupila tu pupi- había lanzado por ese rincón de Cam- así como de las ranas que alcanzaran a la azul…”, “Hoy la tierra y los cielos me po Valdés si lo hubiera tenido. Lo cier- colonizarlo durante la época de lluvias. sonríen…”–; así como el ritornelo de la to fue que me distraje por un rato largo. Frente al muro en revoque se alzaba rima LXXIII que surgía en mi cabeza mi El pequeño vergel tendría poco me- una pared blanca, con puerta del mis- únicamente por su cercanía con el tema nos de veinte metros cuadrados, casi mo color, que comunicaba con el blo- de la dichosa carta: “¡Dios mío, qué so- en su totalidad cubiertos de yerba me- que oriental del hospital; una combina- los / se quedan los muertos!”. nuda y de una plantita rastrera y deli- ción que –por la impresión de pulcritud Tuve que estar de regreso en casa biblioteca cada con flores amarillas, sabe Dios excesiva que daba– era, junto con unas para poder recuperar la imagen que si dicotiledónea, y que con tanta gra- huellas de llanta que creí descubrir en quería. Leí con alguna solemnidad, cia cobija buena parte de los antejardi- esa misma parte del gramado, la única a media voz, parado en todo el centro nes sembrados entre Manrique y Aran- nota chocante en aquel cuadro. de mi biblioteca: “Cuatro lienzos de ta- juez. El tendido vegetal era interrumpi- Estuve un rato agarrado a los ba- pia humilde, compuestos de arena ama- do por un caminito estrecho que cule- rrotes de la reja, siguiendo, alelado, los sada con piedrecillas de colores, ladri-

llos rojos y algunos sillares cubiertos de Vega); quizá ocurría que, concentrado llo a civilización que emana de él y to- musgo en los ángulos, cercan un peda- en desentrañar historias de indios lati- dos los de su especie cada vez que les da zo de tierra, en el cual la poderosa ve- noamericanos o en preparar un opús- por colarse en la entraña de lo bucóli- getación de este país, abandonada a sí culo sobre una novela de fútbol, intuía co. Ese disgusto ya era demasiado, pero misma, despliega sus silvestres galas que no me convenía distraer mi sensi- lo peor vino enseguida. Cuando mis hi- con un lujo y una hermosura imponde- bilidad con nostalgias de romanticismo jos y yo nos aprestábamos a reanudar la rables”. Esa era la descripción que se español; con frescos de espigas y mar- marcha, vi que la puerta se abría, y al- ajustaba a mi experiencia: un cuadrado garitas que, era obvio, no habrían lo- gunos segundos después vi aparecer la de vegetación, modesto y gracioso, en- grado algo distinto de importunar con espalda con bata blanca de un hombre tregado a su libre albedrío. Sin embar- su tentación el ambiente austero de mis gordo que caminaba hacia atrás, con to- go, algo inapelable arruinaba la magni- tareas inaplazables. dos los aspavientos de estar sostenien- ficencia de esos versículos: apenas po- Un día, mientras me descolgaba con do, en vilo, una camilla. Casi inmedia- día invocarlos entre paredes forradas mis hijos hacia la Iglesia del Calvario – tamente supe –si lo adiviné o me que- por de libros, a muchas cuadras del lugar ellos, apenas prendidos de mis dedos, dé para verlo, poco importa– lo que ha- JUAN CARLOS ORREGO que había suscitado su recuerdo; como asumían todos los riesgos con tal de al- bía: al jardín iba a dar la salida de la si, ante una pregunta capciosa, solo pu- canzar la procesión del Domingo de Ra- morgue, particularmente atestada de diera formular una respuesta inteli- mos–, pasé otra vez ante el jardincillo. muerte al término de otra semana en Ilustración: Verónica Velásquez gente a destiempo, ante mí mismo y sin Embebido en la urgencia de mi pasto- este valle turbulento. quién se impresionara al escucharla. Me reo paternal, me sorprendió verlo fren- Días después, cuando sentí apaga- prometí volver en los días siguientes y te a mí, inopinadamente, como sali- das las emociones equívocas que me ha- leer el párrafo junto a las plantas, a ries- do de la nada. Me recorrió un leve es- bía dejado el siniestro descubrimien- go de parecer un predicador lunático calofrío de sorpresa y júbilo, pero casi to, volví sobre la antología de Bécquer. ante una asamblea de fantasmas o, en el inmediatamente mi sensación se tro- Pero ya no busqué las Cartas desde mi mejor de los casos, de himenópteros. có en disgusto y, no mucho después, en celda, pues creí obligatorio –como si se Contra mi propósito, pasé muchas pena opresiva. Poco importó que se tra- tratara de proferir un conjuro contra el semanas sin acercarme siquiera a la ca- tara de una radiosa mañana de abril: mal– recitar las líneas de la mustia rima lle en que se alarga el hospital, sumi- sobre las yerbas y el maní del costado LXXIII: “Despertaba el día / y a su albor do en un frenético ir y venir de lecturas de la pared blanca había sido parquea- primero, / con sus mil ruidos / desper- y tareas de escritura, absorbente has- do un furgón del mismo color; un vehí- taba el pueblo. / Ante aquel contraste / ta los albores de la demencia (“quien culo bronco, deslucido tanto por su aca- de vida y misterios / de luz y tinieblas lo probó lo sabe”, como diría Lope de bado sin ornamentos como por el tufi- / medité un momento: / ¡Dios mío, qué solos / se quedan los muertos!”. UC

6 UC número 38 / septiembre 2012 El cancán del estilista

El timbre anuncia que han llega- do por Tony, un Schnauzer gris que con doce años ya ronda la tercera edad de perro. Salta agitado a los brazos de su ama y luego de darle dos lambetazos se cuela apurado dentro del carro, justo encima de la palanca de cambios. Ma- quiú le confiesa a la dueña que alcanzó a pellizcar a Tony con la máquina, pero que le puso desinfectante. —Tiene todos esos años, pero no los aparenta, ¿cierto?— pregunta el ama. De pronto hace una fugaz mueca de desazón, como si le pasara por la cabe- za la imagen de una despedida. La gen- te no quiere decirle adiós a su perro, nunca, ni siquiera a un Chow Chow. Al hablar de muertes y años nadie se pone de acuerdo sobre la equivalen- cia entre la edad de un galgo y la de un humano. Algunos manuales dicen que hay que multiplicar por siete el número de años del can, Maquiú dice que es por cuatro, y hay quien alega que es según el peso o la raza. Al fin de cuentas, tanto pe- rros como amos terminan mal librados. Maquiú recibe su paga, cierra la puer- ta y vuelve para despertar a Lola. Ella es una West Highland White Terrier, una perra cuyo pedigrí se remonta hasta la Escocia de los duques Campbell, famo- sos cazadores de conejos del siglo XIX. Desgreñada y sin bañar, su blanco ori- ginal es ahora un gris amarillento y sus greñas llevan prendidos algunos abro- jos de jardín. Su pelo es tan delicado, dice el esti- lista, que a veces se remueven a mano las mechas, una por una, sin acudir a FERNANDO MORA MELÉNDEZ máquinas ni tijeras; es un tratamien- por to largo y costoso que no cualquier amo está dispuesto a pagar, pese al cariño Fotografía: Juan Fernando Ospina verdadero que le tenga a su animal. Maquiú trepa a Lola al lavadero de ropas, verifica el calor del agua y la so- mete a un baño concienzudo, con el mismo jabón de coco con que se lava la areciera que la larga cerca- El apellido escocés de su abuelo, crencha, jamás a contrapelo para no es- ropa interior fina y un champú tan sua- nía con los humanos ha he- pronunciado a la ligera, Maquiú, se tropear el pelaje. ve como el de los bebés. Lola enjabona- cho de los perros unas criatu- convirtió hace tiempo en un apelativo Maquiú labora a domicilio, a ve- da luce plácida y con la mirada más en- ras neuróticas e incompren- que usan todos sus amigos, aunque po- ces debe trasladarse hasta fincas fue- soñadora. Ya antes, Óscar le ha limpia- sibles. Mientras los perros dría ser el nombre de cualquiera de las ra de la ciudad, en Llanogrande y en do las orejas y le ha tapado los oídos con campesinosP andan sueltos, olisquean- finas mascotas que atiende todos los el Oriente cercano. Pero tiene diversos algodón para evitar que les entre agua do marranos o persiguiendo abejorros, días. En su oficio, Maquiú tiene la no- clientes que prefieren llevarle su perro y los infecte; se trata de una raza muy los de la urbe son recelosos, sospechan bleza de un San Bernardo, la agilidad o mandarlo con el chofer, y después pa- propensa a la otitis. hasta de un hueso de juguete, laten por de un Pincher, la rapidez de un Galgo sar a recogerlo. En su casa en el barrio Mantener a Lola inmaculada requie- todo y la luna llena ni les va ni les viene. y la agudeza de un Terrier. Sin embar- Santa Mónica, donde vive el estilista re también la limpieza de los lagrima- Muchos amos desesperados acuden go, después de hacer su trabajo a Ma- con su madre, ha instalado un spa cani- les, la barriga y el hocico con trapos hú- a las terapias caninas de los etólogos, quiú le gusta salir a la calle y encon- no. Todo el hogar está a disposición de medos. Lola tiene las patas cortas y se que tienen sus agendas copadas, escri- trarse con otros ejemplares, tener vida las mascotas, que se pasean como perro empapa cuando hace pipí, luego hay ben en blogs y cobran tarifas que com- social, como cualquier perro callejero, por su casa. Mientras Óscar acicala a que cuidar que su blancura no se torne piten con las de cualquier ortodoncista. de esos que no se andan con traumas Tony, Lola, una Westie veterana, espera amarillo pis. Pero hay otra clase de dueños de mas- ni complejos. su turno haciendo la siesta en la cama Al cabo de los años, Maquiú conoce cotas que confían más en el alivio y la —Ya tengo al Tony listo, estaba muy de Maquiú. por igual la intimidad de canes y cris- plenitud que deja el quitarse una mata enredado y siempre me demoré un poqui- —No tenemos que comprar masco- tianos. Mientras baña a Lola le opri- de pelo, sobre todo si el que lo hace es to— dice Óscar por teléfono a su clienta. tas— dice doña Paulina, la madre—, me las glándulas perineales para evi- Óscar McEwen, un estilista canino tan Lleva su traje de campaña: un de- con las de los otros ya tenemos. tar que se inflamen. De inmediato las reconocido en Medellín que nunca ha lantal amarillo de hule antipelos, go- El estilista les da galletas y los con- feromonas salen a chorros con ese olor tenido que gastar plata en pautas ni rra de dril, tapabocas y zapatos de cau- templa como si fueran sus sobrinos. Los nada agradable que les sirve para de- avisos. De boca en boca su fama le pre- cho, como los que usan los cirujanos. Su amos saben esto y consienten en dejar- marcar el territorio. A veces los cojines cede y ha sostenido, por más de dos dé- instrumental para el corte depende de los varios días, mientras se van de via- de los carros quedan impregnados, y cadas, una clientela que hoy envidian la raza: a veces usa máquina eléctrica je. El reencuentro de amo y perro en la los dueños ignoran que se trata de una hasta los otros peluqueros. El estilo es de esquilar humanos, y en otros casos, puerta de la casa es a menudo apoteósi- reacción instintiva. el hombre, decía Buffon hablando de como con Tony, que traía unos nudos de co. Los perros grandes se tiran de palo- Los clientes confían tanto en Óscar escritores; ¿por qué no extenderlo tam- rasta, tiene que emplear tijeras y cor- mita contra el pecho del dueño y lo ha- que, bajo el pretexto de motilar al pe- bién al estilista canino? tar en la misma trayectoria que tenga la cen tambalear. rro, terminan contándole sus cuitas. Una número 38 / septiembre 2012 UC 7

mujer puede desmentir lo que dicen los pintar a sus French Poodle; uno de ellos, Maquiú, muchos perros tienen que ser via, de punta en blanco, a la espera de periódicos: ¡Cuál accidente! ¡Si fue Jor- Pierre, el más longevo, alcanzó la respe- dopados para el pedicure. que su novio la recoja. ge el que me disparó a quemarrropa! table edad de diecinueve años. A veces, cuando hay varios perros A los canes les sienta bien el corte. Odios, infamias, mentiras piadosas e im- Maquiú hace cortes rápidos cerca de en turno, el estilista debe mantener su Después del baño y la esquilada, se les pías. Mientras las tijeras de Maquiú es- los ojos de Lola. Debe quitarle los pelos calma y la de las chandas. Una vez, en nota en el semblante. A los amos tam- culpen la forma de los perros, él escucha que le impiden ver bien. Ella reacciona medio del ajetreo, uno de los perros es- bién, aunque algunos los revisan con enredos de familia, más difíciles de des- al instante a la cercanía de las tijeras y capó. Óscar salió a preguntar por él en minucia y no perdonan, si lo advier- hacer que los nudos de pelo, que solo re- cierra sus párpados. Luego le hace un el vecindario, de puerta en puerta, has- ten, el menor trasquilón. Muchas razas quieren el sencillo chasquido de la tijera. corte tan elegante que no se nota. Lola ta que logró rescatarlo de un patio en el oriundas de los países nórdicos, cuyos “Cuando se mueren los animales yo luce con menos pelo, pero deliberada- barrio San Javier. Esa fue para él la tar- antepasados habitaron en castillos, no sigo yendo a las casas de los amos, les mente desgreñada. En eso consiste la de de perros de su carrera. soportan estar peludos en el trópico. No ayudo a hacer el duelo, soy uno más de elegancia de su estirpe. El estilista termina de redondearle solo les estorba sino que los vuelve iras- la familia. Hace un tiempo se me mu- A veces debe hacer cortes especia- la cabeza a Lola y le aplica un rocío de cibles. Aquí la única terapia que da fru- rió uno aquí en la casa. Era un Schnau- les, de acuerdo a las características de perfume canino. Entonces, la apacible tos es una motilada. Los perros pueden zer gigante, blanco y negro, de Gilber- las razas. Los French Poodle, por ejem- Lola comienza a dar vueltas impacien- salir felices a bailar, gracias al arte de to Restrepo. El chofer que lo trajo me plo, necesitan que les hagan borlas en tes por la sala de la casa, como una no- Maquiú, el más atrevido cancán. UC dijo: este perro está desahuciado del las articulaciones para protegerlas de corazón. Pero quién iba a pensar que la artritis, no por una extravagancia de se iba a morir ese mismo día. Ya lo ha- los dueños. La moda capilar de los pe- bía arreglado cuando le dio el infarto. rros no es tan variable como la de los Le miré los ojos y sentí que se le estaba humanos, sino más conservadora, aun- yendo la vida, me lo llevé para urgen- que en los ochenta, cuenta Maquiú, esa cias veterinarias, pero no hubo nada “gente con negocios calientes” manda- qué hacer. Me entró entonces ese mie- ba que les hicieran crestas a los Schnau- do de dar la noticia. La esposa contes- zer, o a motilar a sus Chow Chow como tó con frialdad: ‘dale tranquilo; siquie- leones, con melenas redondeadas y una ra se te murió a vos y no a Gilberto, que bola de pelo en la punta de las colas. Frailejones no habría aguantado’”. Maquiú remata El estilista también trae a cuento con una frase de obituario: “era el perro los colores fuertes con los que el Circo más querido”. Egred tinturaba a sus Poodle. Cuando Cada detalle de salón de belleza se los perritos salían a la pista los colores cobra por separado, así que las cuen- primarios de sus motas de pelo se mez- tas resultan más que excéntricas, pero claban con los de los potentes reflecto- sus buenos oficios son valorados de so- res, de modo que uno podía ver perros bra por caninos y humanos. El estilista de colores fantásticos: magenta, verdes Los protagonistas de la moneda de cien, son el hogar de miles de seres que se ha convertido en un hombre de con- y rosados. Muchos de esos perros, a los habitan entre sus hojas afelpadas y sus flores diminutas llamadas "capítulos". fianza al que le dejan incluso la llave que él motilaba para las funciones, su- del apartamento en portería. frían de un trauma conocido como dis- Hasta a los ejemplares más remisos plasia o rótula de circo, debido a que en INVITADO: los motila sin inmovilizarlos con camisas los números los obligaban a estar de pie Santiago Díaz de fuerza o sedantes. Solo emplea boza- casi todo el tiempo. Científico, historiador y les de fibra natural, y asegura, entre otras Y es que hay amos que no aman a sus botánico. Fue presidente de cosas, que a nada le teme más un perro perros. A Óscar le ha tocado ver a algu- la Academia Colombiana que a una escoba. Conoce el carácter de nos cambiar de perro como de carro. Si de Historia, docente y cada animal, que, según cuenta, se pare- el Dálmata pasó de moda pretenden que, decano de la Facultad de ce mucho al de su dueño. Al final logra, después de año y medio, se lo reciban co- Ciencias y director del después de que pasan por sus manos, que mo parte de pago por un Boston Terrier, Instituto de Ciencias los amos los vean y digan: ¡Guau! que ahora anda de lo más chic. Amos des- Naturales de la U. La casa de Maquiú tiene pinturas por naturalizados que confunden criadero Nacional en Bogotá. todas partes. No solo porque estudió Ar- con concesionario, ¡ojalá se encontraran tes Plásticas en la Universidad Nacio- algún día con Fernando Vallejo! nal, sino porque muchos de sus profeso- Lola es una criatura equilibrada, tal vez del signo libra. Las hábiles tijeras res al igual que otros artistas de la ciu- Jueves 4 dad son sus clientes desde hace tiempo. de Maquiú son capaces de cortar con de septiembre Perros de todas las pelambres han pasa- una precisión asombrosa la melena en- 6:30 pm do por la tijera del estilista. Recuerda los marañada y hacer aparecer, como por Parque Explora días en que un jeep verde lo recogía para arte de magia, las orejas refundidas o llevarlo a una guarnición militar a moti- la cola con forma de zanahoria. Pero Entrada libre lar el perro de un general. Luego, mas- la faena se complica en el momento en cota y general se fueron a vivir a Siberia. que le tiene que cortar las uñas. La pe- También se acuerda del perro de Juan rra lanza un quejido lastimero, se re- Piña, el cantante, y del de la familia de tuerce, está reacia al pedicure. Él inten- Pilar Mejía, la corredora de autos. Con- ta convencerla con palabras, le anuncia serva como legado varias pinturas de la que su ama vendrá pronto, pero ella se artista Ethel Gilmour a quien le gustaba hace la sorda. Esto es lo más difícil, dice 8 UC número 38 / septiembre 2012

Un intento de sonrisa que termina en mueca

ientras una mujer se cepilla los dientes y se por OSWALDO OSORIO aplica crema en la cara frente al espejo, des- Fotogramas de La mansión de Araucaima de atrás la penetra un rias de amor, y aunque en Europa y lue- hombre.M La rutina mañanera de la mu- go en Hollywood ya se estaban entre- jer y el diálogo entre ambos sobre te- gando al “destape” producto de las revo- mas domésticos, además de hacer del lución sexual, en Colombia todavía no acto sexual un mero trámite mañane- estaban para esos calores. ro, lo convierte en una acción casi gro- El amor fue escaso como centro de La gran historia de amor del cine na- tesca. Esta descripción corresponde a la los relatos en los setentas y tan solo al- cional es Confesión a Laura (Jaime Oso- escena inicial de La gente de La Univer- gunos atisbos de escotes y carne, muy rio, 1990), un relato intimista y emoti- sal (Felipe Aljure, 1993), la primera pe- poco de esto tratado con el énfasis del vo que es contado con madurez y sutile- cesario referirse a Harold Trompetero, lícula que da cuenta, de manera concre- erotismo. Habría que esperar a la déca- za. Y como ésta, es decir, películas que realizador en el que se identifican cla- ta, de un cambio de actitud del cine co- da siguiente para que se contaran más se concentren únicamente en la histo- ramente dos vocaciones, una vena co- lombiano en la representación del amor historias de amor y se diera el verdade- ria de amor, hay muy pocas, solo otros mercial dedicada a las comedias (casi y el erotismo, un cambio del que si bien ro destape en el cine nacional. Gusta- tres títulos en los últimos veinte años: todas por encargo) y otra más con in- ya se habían visto indicios en la déca- vo Nieto Roa, además de sus populares Siniestro (Ernesto MacClausand, 2001), tenciones de autor: Diástole y sístole da anterior, es a partir de este momento comedias, también contó algunos ro- El ángel del acordeón (María Camila Li- (2000), Violeta de mil colores (2005), cuando, en la cinematografía nacional, mances de cine. Ya había empezado con zarazu, 2008) y Del amor y otros demo- Dios los junta y ellos se separan (2006) se tuerce la senda para estos dos temas una nueva versión de Aura o las viole- nios (Hilda Hidalgo, 2010). No debe ser y Locos (2011), todas ellas películas que capitales del cine y el arte en general. tas (1974) y también dirige, entre otras, casualidad que sean tres historias de la le apuestan al amor… a pesar de todo. Al comienzo todo era inocente e idí- Tiempo para amar (1981), con Claudia costa Caribe, porque las demás regiones Con el erotismo sucede ese mismo lico. Nuestro cine silente, realizado en de Colombia haciendo de una monja que parecen tener distintas preocupaciones efecto contrario que con el amor, esto la década del veinte, estaba definido se enamora y renuncia a su vocación. y otras maneras de mirar el amor. es, que en el cine colombiano cuando por las historias de amor, pero un amor El destape definitivo se dio con tres De hecho, casi todo el cine colom- no es que eventualmente se muestra el cándido e idealizado por el melodrama películas: Las cuatro edades del amor biano que tiene al amor como un com- acto sexual de forma explícita e infor- y el romanticismo de las novelas deci- (1981), cinta compuesta por cuatro epi- ponente importante de su historia, más mativa, se impone más bien el anti ero- monónicas, como María (Jorge Isaacs) sodios, cada uno dando cuenta de la que de amor, habla de desamor o de tismo, justo como la escena descrita de o Aura y las violetas (José María Var- vida sexual del hombre en distintos mo- amores truncos. La lista es larga, pero La gente de La Universal. Y es que en el gas Villa). Naturalmente, era un cine mentos de su vida; La virgen y el fotó- hay unos romances frustrados ejempla- cine nacional, así como dos de los im- sin contaminación erótica en absoluto, grafo (Luis Alfredo Sánchez, 1983), pe- res, como La boda del acordeonista (Pa- perativos que lo definen son la violen- como correspondía para la época. Y no lícula que lanza a quien durante mucho cho Bottía, 1986), Es mejor ser rico que cia y el dinero fácil, cuando quiere refe- importa lo impolutas que fueran estas tiempo sería el mayor símbolo sexual pobre (Ricardo Coral-Dorado, 2000), rirse a las relaciones de pareja hay una historias, casi todas eran protagoniza- del país, Amparo Grisales; y Erotikón La primera noche (Luis Alberto Restre- tendencia hacia el deseo y su satisfac- das por actrices italianas (que algo de (Ramiro Meléndez, 1984), una produc- po, 2003) y dos películas que desde su ción (en los que podría verse una corre- pierna mostraban), porque el del cine ción que sin rodeos abordó el género, misma frase promocional ya hacían do- lación con la violencia y el dinero fácil). era un oficio de dudosa reputación. como lo evidencia su título y la sinopsis: ler el alma: Rosario tijeras (Emilio Mai- Eso lo vemos en películas como Carne de Saltando el desierto cinematográfi- “Seducción femenina, incesto y lesbia- llé, 2005), con su “Amar es más difícil tu Carne (Carlos Mayolo, 1983), La Vír- co de los años treinta, la década siguien- nismo se conjugan en esta producción que matar”, y García (José Luis Rugeles, gen de los Sicarios (Barbet Schroeder, te, correspondiente a un retrasado ini- llena de erotismo y fantasías sexuales.” 2010) y su demoledora “¿Qué pasó? ¿Le 2000), Entre sábanas (Gustavo Nieto cio del cine sonoro (pues fue inventado Hay una cuarta, La mansión de Arau- rompí el corazón o qué?”. Roa, 2008), El arriero (Guillermo Calle, en 1927), tuvo unas características si- caima (Carlos Mayolo, 1986), que coro- Capítulo aparte merece el cine de 2009), entre tantas otras. milares: poco cine, muchos cándidos ro- na este periodo inicial del erotismo co- Jorge Echeverri, ese talento secreto del Mucha gente le reclama al cine co- mances y nada de aquello. Así mismo, lombiano en el cine, pero lo hace como cine nacional que con Así va (1981), Ter- lombiano que cuente más historias de de un plumazo, se pueden despachar los ninguna de las anteriores, las cua- minal (2001) y Malamor (2004) ha he- amor, pero de acuerdo con este balan- dos decenios siguientes, el primero muy les tienen una concepción burda y cli- cho de su intimista y poética obra un ce, parece que hay una incapacidad por escaso de cine y en los sesenta nuestro ché del erotismo, en cambio la de Ma- doloroso tratado del desamor, el fin de parte de los cineastas para hacerlo. Y cine está pensando, por primera vez en yolo es una cinta inteligente, sugeren- las relaciones y sus consecuencias. Y ya cuando lo intentan, en lugar de un poe- su historia, en la realidad del país, una te y provocadora hasta casi rayar con la que se menciona a un director que tiene ma les sale un gemido, ya en forma de realidad que no daba cabida a las histo- perversión. este tema como base de su obra, es ne- desamor o de erotismo mal habido. UC número 38 / septiembre 2012 UC 9 Cincuenta balas para cada uno por DANIEL PACHECO

Charlton Heston. Convención Asociación Nacional del Rifle. 2003

ormir bajo el mismo techo 1,80, blanco, amable, y muy raro. La y a pesar de que el candidato ganador cia de conducir de Washington DC. “Cla- con un extraño que tiene casa tenía dos pisos, cuatro habitacio- dijera que apoyaba la segunda enmien- ro”, me dijo, “la pagas hoy y en tres días dos revólveres calibre 38 ha nes, una sala amplia con chimenea y una da, el FBI recibió 49% más de solicitu- te la puedes llevar”. Además de la Barret sido parte fundamental de terraza con muebles de verano cubier- des de estudios previos para autorizar había AR-15, AK-47 y todos los fusiles mi experiencia americana. tos. En la nevera, muy ordenadas, había la comprar armas. de caza imaginables. Los fusiles los pue- DA Tanner Brooks lo contacté por botellas de Guiness, Coca Cola dietética Yo le dije a Tanner que entendía que de comprar cualquiera, así sea de fue- Craigslist, una especie de páginas ama- y Ensure; al menos diez de cada una. las armas hacían parte importante de la ra de la Florida. No necesita un chequeo rillas gratis por Internet, unos días an- Me contó que esa era la casa de in- cultura democrática del país, pero que de antecedentes del FBI, lo que sí suce- tes de viajar a cubrir la convención del vierno de su familia, que durante el res- poder comprar un AK-47 en la tienda de para las armas cortas. Los tres días Partido Republicano en Tampa. Tanner to del año vivía en Idaho. Hacía tres de la esquina me parecía un poco exa- son lo que en la Florida llaman el “perio- estaba alquilando un cuarto en su casa, años había regresado de un viaje a Tú- gerado. “Y eso que nunca he disparado do de enfriamiento”, estipulado por ley. que por las fotos que me mandó vía ce- nez y desde entonces escribía una nove- un arma”, agregué. “¿Nunca?”, respon- “Nadie necesita un fusil inmediatamen- lular parecía bastante mejor que un la sobre su relación con los árabes. En el dió con los ojos abiertos. “Ya vengo”. Su- te”, me explicó el señor, “y si lo necesi- cuarto de hotel prefabricado de 300 dó- comedor de la casa tenía su portátil, al bió al segundo piso y bajó con dos revól- ta de urgencia, no es para nada bueno”. lares la noche. lado una hojita de papel con una mez- veres Smith & Wesson calibre 38 de ba- Tanner pidió dos cajas de cartuchos Pero Craigslist también es la piscina cla de notas y rastros redondos, latas de rril corto: “son de mi papá”, me explicó. “Special .38”: cincuenta balas para cada de cultivo virtual de los personajes más Coca Cola y botellas de cerveza. En la funda donde los tenía estaban las uno, diez rondas en un barril de cinco dementes. Uno puede encontrar gente Yo trabajaba todos los días en mi ha- balas. Me dio un revólver descargado tiros. Lo hacía todo con la naturalidad buscando y vendiendo desde sexo has- bitación hasta el mediodía, salía y lo y revisó el suyo con pericia y sin alar- de quien pide unos zapatos para jugar ta ropa de segunda. Son famosos los ca- veía sentado escribiendo con una ban- des. Mientras apuntaba a la distancia y bolos. Entramos al polígono con protec- sos de los “Craiglist Killers”. A la men- da de hacer ejercicio en la cabeza. Vol- jalaba el gatillo fue inevitable imaginar tores de orejas y gafas. Había cinco ca- te me llegó uno muy sonado cuando se- vía a media noche, luego de los discur- que yo le pegaba un tiro a mi hospitala- rriles; el último, para tiradores disca- llé con Tanner el precio final de mi es- sos finales de la convención, y él ya es- rio amigo, y que él me lo pegaba a mí. pacitados, era más ancho, imagino que tadía: el caso de George Webber, un po- taba durmiendo. Después de cinco días A los diez minutos estábamos mane- para acomodar una silla de ruedas. pular locutor de radio de 47 años, apu- de cordialidad y breves charlas, estaba jando hacia un polígono de tiro y tien- Apretar el gatillo y sentir esa explo- ñalado cincuenta veces por un chico de bastante seguro de que Tanner Brooks da de armas. En un mostrador de vidrio sión de poder, desatarse con solo un 16 años que respondió a su anuncio de no era mi “Craiglist Killer”. estaba en promoción una Barrett M95, dedo, es aterrador y delicioso. La fuerza “sexo duro” en Craigslist. A Webber lo Se acabó la convención y yo me que- un rifle de francotirador calibre .50, de la muerte con un esfuerzo mínimo. hallaron amarrado y desnudo. Más tarde dé el fin de semana en Tampa. Un do- con un rango de casi dos kilómetros, Después de muchos disparos la mano su joven verdugo, John Katehis, recono- mingo me encontré a Tanner en la co- capaz de atravesar una pared de ladri- me dolía un poco. El blanco, una silueta ció ser discípulo de la Escuela de Satán. cina y empezamos a charlar. Los Repu- llos. Ese fin de semana costaba 6.000 de un zombie que tengo colgada en mi El GPS de un Ford Focus alquilado blicanos eran unos locos, estábamos de dólares para miembros de la Asocia- cuarto, ya estaba hecho trizas. me llevó a través de las autopistas y el acuerdo. Nos burlamos de Mitt Rom- ción Nacional del Rifle, un grupo de lo- De vuelta en la casa, Tanner subió puente de cinco kilómetros sobre el mar ney, Clint Eastwood, Sarah Palin, y ter- bby que en la última década ha gastado a dejar las armas en el armario de su en la bahía de Tampa hasta un subur- minamos hablando de la segunda en- más de veinte millones de dólares para papá. Yo no sabía dónde quedaba. De bio. De los árboles colgaba musgo es- mienda de la Constitución de Estados influenciar congresistas. Por lo gene- golpe me llegó la imagen de estar dur- pañol. Pequeñas lagartijas corrían y le Unidos: “siendo una milicia bien prepa- ral, en las milicias ese calibre se utiliza miendo en mi cama, abrir los ojos y ver abrían paso a mi maleta de rueditas. rada, necesaria para la seguridad de un para detener vehículos a gran distan- la silueta de Tanner con una 38 cargada Timbré. ¿Estaba a punto de conocer a mi estado libre, el derecho del Pueblo a te- cia. Un impacto de una bala calibre .50 en la mano. John Katehis? ner y portar armas no será vulnerado”. en un blanco suave es devastador. Defi- Nos despedimos, le agradecí el pa- Tanner Brooks resultó ser un tipo de Los conservadores del país leen esto nitivamente, no es un arma para salir a seo al polígono y me fui a acostar. Me unos treinta y pocos años que alquilaba como si fuera la Biblia. Luego de la elec- cazar venados. dormí tranquilo, con la puerta sin se- un cuarto de la casa de sus papás mien- ción de Obama, en 2008, ante el miedo Le pregunté al tipo de la tienda si po- guro. Un disparo en la cabeza es mucho tras ellos estaban de viaje. Pelo corto, de que restringiera la compra de armas, día comprar la Barrett solo con mi licen- mejor que cincuenta puñaladas. UC 10 UC número 38 / septiembre 2012 Máscara contra

os papas italianos solían tener supiera de electricidad, Edison contra- cerca a sus hijos. Los criaban tó al muchacho, aunque no le daba con- bajo sus faldones y de ser po- fianza su pelo engominado y partido a sible más tarde los nombraban la mitad. Edison se dio cuenta de que si cardenales. A esos hijos no re- bien el recién llegado era solitario, y qui- conocidosL oficialmente, el papa los cria- zá demasiado refinado para su gusto, sa- ba como “nipoti”, que quiere decir sobri- bía lo que hacía. Le dio a entender que nos o personas de parentesco cercano. podía trabajar por su cuenta y le prome- De ahí viene el apellido de Juan Nepote, tió cincuenta mil dólares si lograba me- un físico y escritor mexicano que estu- jorar sus más recientes generadores. vo hace poco en Medellín hablando de Tesla se aplicó al trabajo en largas Científicos en el ring, su reciente libro jornadas y presentó los resultados a sobre disputas académicas. Edison con la seguridad de que ahí co- Juan Nepote es entusiasta y senci- menzarían a cambiar sus condiciones llo. Es fácil entablar con él un diálogo financieras, pero ante el reclamo por el fraterno, como sugiere su linaje, aun- dinero el inventor le dio una respues- que ni él ni su familia tengan nada que ta que a cualquiera sacaría de su ropa: ver con papas. Un antecesor suyo migró “¡Qué poco está usted acostumbrado al de Italia a Jalisco durante un auge mi- humor americano!”. Tesla se fue dan- nero, y de su descendencia, en un hogar do un portazo, convencido de que su in- de padres periodistas, nacería él. Dice vento de transportar la corriente en for- que recuerda los arrumes de libros que ma alterna era mucho mejor que la for- atesoraba su padre, de donde segura- ma continua que proponía Edison. mente le vino la idea de ser escritor. El joven yugoslavo consiguió apo- Sin embargo, a la hora de salir del co- yo financiero de personajes que cono- legio Juan no pensó en estudiar letras. ció en el mundo aristocrático de Nueva Tenía claro que quería ser escritor, no York, en el que se supo insertar, y formó profesor de literatura, de modo que optó su propia empresa para darle la pelea a por darse una espera como empleado en su antiguo jefe. Pero a este no le gusta- la peletería de su tío. Allí, entre los olo- ban los competidores y, haciendo gala res y las texturas de las pieles, tuvo tiem- de ser un hombre de acción y no un aca- po para soñar, y como los sueños son démico, peleó como el más sobresalien- desatinados se le ocurrió que algo lo es- cabellera te de los rudos. Sus ataques iban des- peraba en el mundo de la física. de panfletos denigrantes de la corrien- Juan creía, con la insolencia de la te alterna y su inventor, hasta la ejecu- juventud, que haría algún descubri- ción pública de perros y gatos electro- miento importante en ese campo si se cutados, para que la gente viera lo peli- lo proponía. Se presentó a la universi- groso que podía ser ese nuevo invento. dad y pasó sin problemas, no tanto por La corriente alterna de Tesla final- algún tipo de genialidad revelada sino mente se impuso, y su inventor, un ver- tal vez porque la mayoría de los jóvenes dadero luchador técnico y científico, sueñan con hacer proezas en otros cam- vio reconocida su audacia e inteligen- pos. Avanzó pues en la carrera de física, cia. Pronto Estados Unidos tuvo una hasta que le llegó el día de preguntar- vasta red eléctrica que llevaba la co- se dónde había quedado esa revelación rriente alterna hasta los rincones más primordial de la escritura. apartados. Naturalmente, la fama de La respuesta la encontró cuando, Tesla no fue tanta como la de Edison, parcialmente insatisfecho por el mo- reconocido por haber dado a luz nume- vimiento simple y otras arideces, hizo rosos inventos –aunque se diga que es- abrir una electiva perdida en el pén- tos fueron en buena medida obra de los sum: historia y filosofía de la física. El ingenieros a su servicio–. Tanta fue la profesor, un alemán con todos los centí- influencia del inventor del teléfono y la metros, resultó tan bueno que no solo lo bombilla, que el mismo Tesla no pudo siguió en todas sus lecturas recomenda- evitar que se le impusiera, al final de su das sino que terminó pronunciando el vida, la Medalla Edison al mérito por nombre de Einstein con acento científi- sus investigaciones científicas. co. Y todavía lo hace. Otros cinco combates pueden leer- Pude escucharlo en la conferencia se en Científicos en el ring, no todos tan que dio en el Parque Explora a propósi- brutales como el de la “guerra de las co- to de su libro, donde presenta seis ejem- rrientes”. Por ejemplo, está el caso de plos de confrontaciones entre acadé- Charles Darwin y Alfred R. Wallace, micos de diversas épocas, enfrentados quienes se dieron cuenta de que habían por la paternidad de una teoría o de un llegado a conclusiones similares, casi al nuevo conocimiento. En el caso del bien mismo tiempo, acerca de lo que después pronunciado Einstein, por ejemplo, se sería conocido como evolución. En vez trata de la disputa de este con Bohr y de pelear a muerte, los dos científicos de- Heisenberg sobre el azar en los proce- IGNACIO PIEDRAHÍTA cidieron darse la mano y publicar juntos, sos de la Física Cuántica. por en igualdad de condiciones, sus observa- Para hacer más divertido el tema de ciones. Wallace, más joven, quedó agra- las controversias científicas, Juan Ne- decido con esa oportunidad, y Darwin, pote echa mano de uno de los deportes contento, porque a raíz del trabajo de de combate más peculiares de su país, manera de actuar, a quienes la gente lla- Nueva York –donde trabajaba un pe- Wallace se apuró a publicar su largamen- la lucha libre. Son bien conocidos en el ma los rudos, y otros, más técnicos y res- queño ejército de ingenieros en busca te aplazado Origen de las especies. exterior los enmascarados que, en una petuosos de las reglas, conocidos como de nuevas y prometedoras patentes– un Como lector y espectador, puedo mezcla de acrobacia y fanfarronería, los científicos. Lo normal pues es que se europeo flaco y de modales finos a pe- decir que Juan Nepote es sin duda un se enfrentan a golpes ante multitudes. conserve este contraste en los duelos, de dir trabajo. Era un yugoslavo de apelli- árbitro imparcial que no se inclina por Aunque los científicos no pelean exac- manera que se pueda saber qué puede do Tesla que venía recomendado por el los rudos ni por los científicos. Después tamente de la misma manera –tal vez más, si las artimañas o el cerebro. Igual, jefe de la filial de Edison en París. El re- de leerlo uno queda con la siempre por falta de tono muscular–, son simpá- plantea Juan Nepote, ocurre a veces en mitente decía en el sobre cerrado: “Co- agradable sensación de haber aprendi- ticas las relaciones que Juan ha encon- la ciencia; para explicarlo trae, entre nozco a dos hombres de gran inteligen- do algo mientras se lee una buena his- trado entre unas contiendas y otras. otros, el ejemplo de la pelea entre Tho- cia, y usted es uno de ellos. El otro es el toria. La física y la escritura han llega- En la lucha libre mexicana se distin- mas Alva Edison y Nikola Tesla. portador de esta carta”. do pues, como el sueño juvenil de este guen dos tipos de peleadores: los más Hace casi un siglo se presentó en Tal vez menos motivado por el hala- mexicano de Guadalajara, a un envi- bastos y brutos en lo que se refiere a su los cuarteles del reconocido Edison en go que por la falta de un ingeniero que diable matrimonio. UC

12 UC número 38 / septiembre 2012

Cuando un guayabo termina con una cadena que va de la muñeca a la camilla, un cuarto blanco de cuatro metros de altura, cuatro tandas de pastillas diarias y un psiquiatra que entrega acertijos náuticos, no hay que dudarlo, la fiesta ha terminado. El loco de la botella Una crónica por accidente por PABLO R. ARANGO a estaba allí, en la unidad de cuidados especiales, los cui- dados intensivos de un hos- Ilustración: Cristina Castagna pital siquiátrico. Luego del breve interrogatorio de un médico,Y un enfermero corpulento me pidió que le entregara la correa del pan- talón y todos los objetos metálicos. Me requisó y le entregó las cosas a mi acu- diente –Gabriel, un amigo que me ha- bía llevado desde la sede de urgencias de la EPS, porque a los diagnosticados con “desórdenes mentales y del com- portamiento” no se nos permite andar solos– y le dio instrucciones para que me trajera lo esencial. Aproveché para pedirle algunos libros para lo que se ve- nía. Se fue y quedé sentado en una si- lla del pasillo por el que caminaban una mujer de unos cuarenta y cinco años, de ojos verdes y rostro pálido, y un hom- bre semicalvo de unos cincuenta años, gafas y barba incipiente. Ella caminaba de un extremo al otro, lentamente, casi arrastrando los pies, mirando siempre al frente. El hombre también deambu- laba pero pronto se sentó a mi lado y me preguntó por qué estaba allí. “Alco- holismo”, le dije. “Yo también estoy por consumo”, dijo, “pero de bazuco”. Nos presentamos, se llamaba R. El enferme- ro me entregó un par de pastillas y un vaso de agua: “es para la ansiedad, don Fueron mi amigo acudiente y dos pri- médicos les tocaba un alimento toda- Pablito”. Las tomé y me pidió que abrie- mas. El muchacho más joven de la sec- vía más insípido que el nuestro. Diego, ra la boca y levantara la lengua. Al rato ción recibía a su novia en una de las más grande que el enfermero más gran- un amigo, estupendo cocinero, se ofre- las pastillas comenzaron a hacer su tra- mesas del almuerzo. Él empezó a alzar de, que en una pelea le enterró un cu- ció a llevarme buena comida, y lo ha- bajo y me fui hundiendo en una quie- la voz y la cogió por los hombros. Dos chillo en la cabeza a su contendor. Re- cía en las horas de visita escondiéndo- tud casi completa: solo movía los pul- enfermeros grandotes los separaron y cordé la lección de R. y me imaginé la la en pequeños recipientes de plástico. gares y los índices de las manos. Estu- comenzaron a bregar con el muchacho. potencia natural de semejante cosaco Nunca pensé que un buen plato pudiera ve ahí sentado conversando con R. has- A pesar de ser esmirriado y mucho más multiplicada por la locura, y no me sor- alegrar tanto la vida. Durante las horas ta que llegó mi acudiente. Me trajo una pequeño, les dio buena lidia hasta que prendió que hubiera logrado penetrar de comida obligatoria yo tenía entonces barra de jabón, un tarro de champú, un llegó un tercero y lograron reducirlo. El el duro hueso de un cráneo con la sola que deshacerme de mis raciones de al- cepillo de dientes, un desodorante, una muchacho gritaba “yo no le iba a pegar fuerza de sus manos; y T., un paisano y gún modo. Acordé dárselas a T., mi pai- toalla y cinco libros. Me asignaron una hijueputas, suéltenme”, una y otra vez. conocido mío de cuyo crimen yo me ha- sano, pero debíamos andar con cuidado cama en una habitación, junto a R. Lo llevaron hasta su pieza y supongo bía enterado años atrás: mató a uno de porque eso estaba prohibido y en el co- La pieza tenía unos cuatro metros que lo amarraron a la cama. Siguió gri- sus vecinos. En el tercer piso había un medor había enfermeros vigilando. Nos cuadrados más el espacio del baño, que tando durante un buen rato mientras muchacho de unos dieciocho años que hacíamos en un rincón y, a medida que no tenía puerta ni cortinas, solo el sa- los calmantes hacían lo suyo. La visita también mató a otro: “no sé porqué lo T. vaciaba su menaje, yo se lo recibía y nitario y el tubo de la ducha. La puer- terminó ahí. En el cuarto le comenté a maté, no me acuerdo de nada”, me dijo, le pasaba el mío. ta del cuarto, que los enfermeros cerra- R. mi sorpresa por la fibra del mucha- “estaba muy embazucado”. Al tercer día comencé a hablar tam- ban por fuera, era de madera, alta, por- cho. R. me explicó con paciencia: “no A las seis de la mañana nos desper- bién con las mujeres. Una muchacha de que la altura de la caja que me asigna- es tanto la fuerza, es que cuando uno se taba un enfermero y luego del baño sa- unos dieciocho años, muy alegre y con- ron era de casi cuatro metros. En la mi- enloquece no le importa nada”. líamos a tomar el sol o a ver televisión. versadora, estaba allí, según me con- tad de la puerta había un rectángulo de Al día siguiente, después del al- A las ocho nos daban el desayuno –cho- tó, porque había tomado conciencia de vidrio de unos cincuenta centímetros muerzo, un enfermero nos dijo a R. y a colate con tostada y huevo tibio– y la que algún día iba a morir y toda la gen- de alto por veinte de ancho. Cuando me mí que ya nos habían asignado dos pie- primera dosis de pastillas. A las doce al- te que quería también, y como no pa- cansaba de estar en la cama me para- zas en el ala de pensión. Me alivió saber morzábamos –una sopa de vegetales, raba de llorar los familiares la lleva- ba a mirar por el vidrio hacia el pasillo. que iba a tener un cuarto para mí solo. arroz y carne casi siempre en albóndi- ron al psiquiatra. Volví a ver a la señora Pero la mayor parte del tiempo la pasé Acomodé mis cosas y salí a caminar por ga porque solo nos permitían usar cu- de los ojos verdes y ahora parecía otra: tendido en la cama, leyendo a ratos, ahí. A los de pensión nos permitían sa- chara– y tomábamos la segunda do- lucía mucho más joven y caminaba re- conversando con R., a veces durmien- lir al parque que quedaba en la entrada sis. A las seis de la tarde comíamos, re- sueltamente, sin asomo de la languidez do. El sueño era una bendición pero no del hospital, ir a la cafetería y a una sala cibíamos más pastillas y se nos ordena- que exhibía cuando recorría el pasillo. llegaba fácilmente si uno no estaba bien de televisión. No esperaba encontrar ba permanecer en el edificio, pero esta En general, el grupo de las mujeres era dopado. Pero R. y yo no éramos de los a tantas mujeres: un grupo de mucha- orden solo era cumplida por las muje- más unido que el de los hombres: todas, que había que dormir a la fuerza. A me- chas entre los quince y los veinte años y res, a quienes les cerraban la puerta jóvenes y viejas, se sentaban a tomar el diodía abrían la puerta para que salié- otro de señoras desde los cuarenta has- de su sección, mientras que los hom- sol, hablaban y se reían. Una señora de ramos a almorzar. Éramos doce inter- ta los setenta años más o menos. Ellas bres podíamos vagar otro rato por ahí. unos 55 años, alta, gruesa, doña S., se nos en total en esa sección. El primer estaban en el primer piso del edificio A las nueve nos daban la última ración la pasaba contando chistes o anécdo- día no fui capaz de comer así que le cedí y los hombres en el segundo y el terce- de medicamentos y nos debíamos ence- tas. Era una visitante más o menos asi- mi almuerzo a un muchacho que comía ro. En el segundo piso, donde me ubica- rrar en las habitaciones. Había un avi- dua del hospital: sus hijos y esposo la con muchas ganas. Conversando con él ron, había una sección cerrada a la que so grande con las normas para los in- internaban porque ella y unas amigas en el pasillo, supe que era soldado y que llamaban “intermedios”: allí estaban ternos: prohibido tener relaciones amo- se iban para La Galería en Manizales y estaba internado porque se desesperó y los presos que los psiquiatras diagnos- rosas, entrar al cuarto de otro, fumar, se encerraban a beber y a fumar bazuco amenazó con una granada a sus compa- ticaron con alguna enfermedad mental. tener teléfono celular y computadoras hasta que sus familiares la encontraban ñeros. Tomamos las pastillas y regresa- Pero a algunos prisioneros que lleva- portátiles. A los visitantes se les prohi- después de varios días de búsqueda. mos a los cuartos. ban un buen tiempo purgando su con- bía llevar “comida de sal”. Contaba sus hazañas con desenfado y A las dos de la tarde llegaban las vi- dena y se habían comportado bien se les La comida estaba diseñada, supon- agregaba: “como ya nos conocen todos sitas. Debíamos recibirlas en turnos de asignaba una pieza en el ala de pensión. go, para cumplir su función más bási- los metederos, ya cuadré con una ami- a tres, durante quince minutos y con un Dos de ellos eran ahora mis vecinos: J., ca: nutrir. A quienes sufrían de diabetes ga pa’ que la próxima vez nos vayamos máximo de dos visitantes por enfermo. un joven profesor de educación física, o tenían alguna dieta prescrita por los pa’ Chinchiná y ahí sí no nos encuentra número 38 / septiembre 2012 UC 13

ni el diablo”. Una hija muy bonita la vi- año?” “En realidad, doctor, solo planeo psiquiatra le dijo: “vamos por partes, torización de mi acudiente y él estaba sitaba todos los días, y mirándolas jun- las borracheras de los fines de semana, no se puede dejar todo al mismo tiem- muy ocupado. Mientras me resignaba a tas alcancé a ver también la belleza ju- porque las de la semana son siempre po”. Le pregunté entonces por qué no otro día de hospital, J. trataba de ani- venil de doña S. iguales: todos los días de siete de la no- podía fumar en el hospital y me recordó marme con el recuerdo de la “elegan- Por las noches veíamos televisión che a tres de la mañana más o menos”. que esas eran las reglas. Terminamos cia de sancocho” que servían los sába- juntos antes de encerrarnos en los cuar- Me planteó entonces una suerte de con una prescripción de litio y tiamina dos. Luego del almuerzo de ese viernes tos. Buscábamos películas dobladas al acertijo: “supongamos que dos barcos para todos los días: había sido mordido me fui a una de las zonas que los inter- español porque uno de los señores no salen de Barranquilla, uno va para Mia- por la psiquiatría. nos habíamos acondicionado para la ac- podía leer los subtítulos a la velocidad mi y el otro no tiene un destino cierto. Los niños no diagnosticados no po- tividad ilícita de fumar cigarrillos de que los pasan. Venía de la zona rural ¿A cuál le va mejor en el viaje?” “No sé, dían entrar a las visitas y por eso no tabaco, y me encontré a T. conversan- de Pácora y había tomado una treme- doctor”. “Piense, ¿a cuál le debería ir pude ver a mi sobrino, que se quedó es- do con J. y otro muchacho. Como era bunda dosis de veneno de la que se sal- mejor?” “Es muy poca información para perando en la entrada junto a mi her- su costumbre en esos días, T. se lamen- vó de milagro. “Esa no la vuelvo a ha- saberlo”, le dije. Continuamos así hasta mana. Traté de subir para saludarlo por taba por su próxima salida. J. le dijo: cer”, me dijo. Le pregunté si lo que no que comprendí lo que quería: “supon- entre las rejas, pero un enfermero me “vea hermano, eso es muy sencillo, no iba a intentar de nuevo era el suicidio o go que le debe ir mejor al que tiene una cerró el paso. Solo pude verlo de lejos y es sino que coja aquí a un pirobo que le el método. Me contestó con una sonrisa ruta definida”. “Eso es”, me respondió. sentí un extraño alivio porque no estu- caiga mal y lo dañe, y así le vuelven a muda de medio lado. “Eso se llama longitud. Como los bar- viera internado. Mamá me contó que Si- clavar varios años”. El muchacho inter- El sábado por la tarde el lugar pa- cos, la vida debe tener una longitud. En món había dicho: “a mi tío lo encerraron vino: “nononononó, mejor se corta el recía una feria. En todos lados esta- este momento su vida no la tiene y te- porque dice gonorrea y fuma cigarrillo”. cuello donde lo vean y así no perjudi- ban los internos con sus parientes o nemos que trabajar en eso. Le dejo de Fue una curiosa coincidencia: en una ca a nadie”. Entonces me metí y le dije amigos, conversando y comiendo dul- tarea imaginarse cómo será su vida en de las novelas que leí en el manicomio, a T: “¿pero cómo se va a dejar aconse- ces. A T. no lo visitaba nadie y se dedi- los próximos cinco años”. El consejo me una mujer explica la falla en el carácter jar de este par de locos? ¿Yo no le ofre- caba a vacunar a todos los visitantes: al pareció elemental y estúpido, pero lue- de su marido diciendo: “No ha logrado cí pues la asesoría de un abogado?”. El final de la visita mostraba con orgullo go lo pensé mejor y acepté que el doc- nada en la vida. Fuma y por las noches muchacho me dijo: “¡Ah!, ¿y usté quién las monedas y billetes que había con- tor tenía la razón. En la siguiente sesión va a jugar al ajedrez”. Yo hacía todo eso, es pues pa’ venir a decirnos nada? Usté seguido. Calculo que a mi mamá logró le dije que en los próximos cinco años lo que decía mi sobrino y un poco más. también está encerrado con nosotros”. arrancarle unos veinte mil pesos en- quería dejar de beber, escribir más y pa- El martes posterior al primer fin de Me callé. Hasta entonces los había visto tre visita y visita. “Es que a mí me re- sar más tiempo con mis hijas. Enton- semana me vi sorprendido por la pre- como “ellos”, pero me di cuenta de que bajaron la pena por buen comporta- ces me preguntó si alguna vez me ha- sencia, en la entrada del comedor, de éramos “nosotros” y recordé las mane- miento y ya casi me toca irme, paisani- bía involucrado en algún proyecto so- una muchacha con la que había estado ras compasivas y un tanto lastimeras de to. Esta platica es para el pasaje”. T. es- cial. Le dije que lo más parecido a eso saliendo y bebiendo antes del interna- enfermeros, familiares y amigos, suma- taba más bien angustiado por la posibi- en mi vida había sido dar limosnas en la do, M. Nos saludamos con dificultad y das a la propia autocompasión, y nada lidad de salir: “mire paisano, yo ya lle- calle. Continuó con la metáfora náuti- me dijo que iba para una cita. Pero las de eso me gustó. En ese momento me vo aquí cinco años y no tengo para dón- ca y me explicó que los barcos también citas psiquiátricas no incluyen desayu- sentí de veras encerrado. Si ese era el de ir, aquí por lo menos tengo comida y necesitaban amplitud, que a mayor am- no con los internos, y tuvimos que acep- precio por las noches y los días de eu- amigos. ¿No será que uno puede recla- plitud más capacidad para albergar ma- tar el hecho de que ambos habíamos foria junto a la botella, ya no lo quería mar para que no le rebajen la pena?”. Le rineros. Y concluyó con una recomen- ido a parar a un guayabo con hospita- volver a pagar. Descubrí en mí una vo- prometí que le iba a consultar a un ami- dación: involucrarme en algún proyec- lización, como se aceptan todas las co- luntad de darle la razón a todo el mun- go abogado. Mi amigo me dijo que era to que implicara a más personas que yo sas desagradables en la vida: a la bra- do, de pedir apoyo, de entregarme en la primera vez que oía de una solicitud mismo. Esa tarde le conté a Diego de mi va. Después del mediodía ya estábamos los brazos de la primera ayuda que apa- como la de T., que creía muy improba- conversación con el psiquiatra y me dijo conversando. Uno de los enfermeros le reciera, y ese descubrimiento me desa- ble que un juez le suspendiera la reba- que quizá el doctor era marica y soñaba puso la queja a un psiquiatra de que nos gradó aún más. ja pero que de todos modos iba a averi- con un viaje a Miami en un barco lleno había visto juntos viendo televisión y Por la tarde me dijeron que el psi- guar. Hablé con T. y me dijo que dejára- de marineros. Volví a pensar que había acariciándonos. El doctor la regañó y le quiatra ya había firmado la orden de mos así, que ya se estaba haciendo a la algo de razón en sus palabras. prohibieron esa clase de contacto. A mí salida y le permitieron a Diego firmar idea de salir. Tuve una última sesión en la que el no me dijeron nada. De todos modos los como acudiente. Me entregaron una re- Las sesiones con el psiquiatra eran psiquiatra hizo pasar a mi mamá y a mi días siguientes mejoraron mucho con la ceta con la lista de medicamentos, una por la mañana, pero no todos los días. acudiente. Mi mamá contó que yo había compañía de M. bolsa con mis cosas, una cita para den- En la primera me hizo un interrogato- sido sacado con fórceps y que por eso El último día se me hizo más lar- tro de un mes y la advertencia de que, rio más amplio que el de la llegada y me ella pensaba que yo era tan borracho y go. En la última sesión el psiquiatra me por haber estado interno, no podía ve- prescribió un ansiolítico nuevo. En la drogadicto. No conocía ese detalle de había dicho que el viernes podía irme, nir a visitar a nadie –yo quería visitar segunda me preguntó cómo me veía a mi nacimiento, pero no me convenció el pero eso dependía de que él se acorda- a M. La busqué y nos dimos un beso a mí mismo dentro de diez años. Le dije determinismo puerperal de mamá. Ga- ra. Estuve esperándolo toda la mañana escondidas. Le dejé diez mil pesos a T. que no había pensado en eso. “¿Y en cin- briel expresó su preocupación por mi pero no lo vi. Contaba con la opción de y me despedí de todos los que encontré co años?” “Tampoco”. “¿Dentro de un afición al cigarrillo y, para mi alivio, el retiro voluntario, pero necesitaba la au- en el camino de salida. UC Juan David Henao Cogito. Impresión digital sobre papel guarro. 120 x 16 cm 2010. Arte Central 16 UC número 38 / septiembre 2012 No sembramos pa’ semilla

por ANA LUCÍA CÁRDENAS

Ilustración: Marlon Vásquez

a gente dice que al fin el mun- evitar naturalmente que las plagas les do se acabará de un solo tota- ganaran a las plantas. Grandes pobla- zo este 2012. Nadie me toma ciones acostumbradas al hambre agra- en serio cuando declaro mi de- decieron el invento, pero el precio resul- seo de que así sea. Pero no se- tó muy alto. La puesta en marcha de esta ñores,L el mundo no se va acabar así no genial idea mereció un nombre lindo: la más después de tres días de oscuridad. revolución verde. En esos días fue que el El fin del mundo, para que lo sepan, co- mundo se empezó a acabar. mienza con una noticia que anuncia que más de dos mil bultos de semilla de papa sin certificado, traídos desde el altiplano Segunda trompeta cundiboyacense, fueron incautados por Las grandes empresas que se inven- el ICA en el municipio de La Unión. En taron la agroindustria dedicaron los la noticia salen dos o tres paperos, que siguientes años a ocuparse del nego- se ve que son de toda la vida, diciendo cio de la alimentación para los anima- que van a perder toda la inversión y la les que luego servirían de alimento a cosecha de este año. El narrador de la los hombres. Se hicieron populares las nota explica que La Unión abastece gran grandes extensiones de tierra ocupadas parte de la demanda nacional de papa, por monocultivos de maíz y soya, con la y que los productores están preocupados porque además de que la semilla certi- ficada no está disponible, a veces, como en la cosecha de 2010, tiene graves pro- blemas de calidad. Una trompeta apocalíptica suena en mi cabeza y deja un eco de tres pala- bras: semilla, certificada, calidad. Re- sicos (maíz, soya, cebada, trigo, lente- cuerdo la vez que hice un proyecto con jas, tomate, papa, y algunos más, casi una entidad certificada por el Icontec; todos transgénicos), lo que había que al final tuve que llenar un “formato de hacer era buscar la manera de obligar a evaluación” en el que en la mitad de la gente a comer de eso y de nada más. las preguntas me tocó poner: N.A. –No Entonces se encontraron con que había Aplica–. Desde ese momento supe que unos países donde abunda la biodiver- las certificaciones son el universo de sidad, que no es otra cosa que la com- aquello que no aplica. Las semillas, por binación de una buena tierra, un buen otro lado, son el insumo primordial de clima y pueblos ancestrales que con pa- la agricultura, esa que fue nuestra pri- ciencia han ido creando naturalmente, mera ciencia aplicada. Es decir, semi- a punta de sembrar y compartir, de ob- llas y certificación no parecen ir de la servar y volver a sembrar, múltiples va- mano. Se nos vino el pandemónium en- riedades de, por decir algo, maíz, frí- cima, pensé yo, así que me puse a bus- jol o habichuela. En estos países la ne- car y me di cuenta de que las trompetas gociación de tratados de libre comercio están sonando hace rato. tiene un capítulo carnudo sobre el tema de licencias agroindustriales. Primera trompeta Hace como nueve mil años el hom- Cuarta trompeta bre se cansó de andar de árbol en árbol, Prepárense, porque a partir de este de bosque en bosque viendo a ver qué momento, como en fin del mundo que le daba la naturaleza, así que decidió se respete, todo se vuelve una locura cultivar la tierra y conquistar la posibi- donde nada es lo que parece y las con- lidad de que su comida dependiera de tradicciones llegan hasta los límites del él y de nadie más: lo que hoy llamamos absurdo. Llegamos a Colombia, donde “soberanía alimentaria”. Al igual que existía algo que el gobierno y los cien- otros inventos importantes, como el idea de que si nos íbamos a comer esos con que el negocio de la alimentación tíficos de la agronomía habían diseña- fuego, la ciencia de la agricultura pasó animalitos, mejor que estuvieran bien de las personas ocupa el tercer lugar do para protegernos de la entrada de a ser un bien común. La guerra vendría a alimentados. Y fueron por el paquete en movimiento de dinero en el mundo, seres vivos extranjeros que pudieran aportar lo suyo: vinieron grandes ham- completo, el mismo que se ocupan de después de las armas y los medicamen- poner en peligro las especies endémi- brunas y con ellas la necesidad de ha- vender en una cadena que se está vol- tos. Y a que no adivinan: el 70% de este cas y la salud de las personas. La ley de- cer algo para producir comida rápido viendo obligatoria: semillas “mejora- negocio está en manos de los peque- cía, básicamente, que para traer semi- y en abundancia. Se trataba del “sálve- das” en laboratorio –no se las comen los ños productores, de la gente que cultiva llas y productos agrícolas nuevos de- se quien pueda”, y unos cuantos adelan- bichos– que hay que comprar al dueño menos de dos hectáreas; sí señor, de los bían hacerse pruebas de laboratorio tados se dieron cuenta de que había una que las inventó, el mismo que vende los campesinos del mundo que de a pedaci- para determinar que dichos productos oportunidad tras la combinación de los potecitos de veneno que necesitan para tos sostienen el tercer sector más gran- no harían ningún daño a las personas insumos de la guerra y las imaginacio- que de verdad no se las coman los bi- de de la economía del planeta. Y qué o al ambiente que las acogiera; se tra- nes que produce el hambre: unos quími- chos, más el abono que las hace fuertes desperdicio, ya teniendo la infraestruc- taba de una normatividad dirigida a los cos que sobraron después de las matazo- para que ahora sí de verdad no se las co- tura, los laboratorios, entrados en gas- transgénicos. Para los que no sepan, los nes podrían servir para producir comi- man los bichos. tos –y viendo la posibilidad de que esos transgénicos son plantas creadas en la- da rápido. Entonces se inventó la agroin- gastos se conviertan en ganancias mul- boratorio, mediante un proceso que dustria, que a través del uso de pestici- timillonarias–, pues qué pendejada, le pretende mejorarlas a través de la in- das hizo posibles grandes monocultivos. Tercera trompeta metieron la mano a eso. serción de un gen de otra especie en la Ya no se trataba de cultivar varias espe- Cincuenta años en ese trabajo tan Siendo dueños del desarrollo de cadena de su ADN; así, existen tomates cies en el mismo pedazo de tierra para duro, y fueron a ver y se encontraron doce o trece semillas de alimentos bá- con genes de salmón que los protegen número 38 / septiembre 2012 UC 17

có el código penal para proteger los de- rechos de propiedad intelectual sobre semillas mejoradas; es decir, se abrió el Por amor a la vida, festival de las patentes de semillas. Esta ley dice que solo son legales las semi- llas certificadas (que no portan ningu- na enfermedad) y patentadas (propie- defiendo el aborto dad de un dueño confiable, que las in- ventó, y a quien sea posible reclamar- le); y en busca del beneficio de la salud ANA CRISTINA (que no les importa mucho en el tema por de los transgénicos o de los agrotóxi- RESTREPO JIMÉNEZ cos con los que hay que mantener vivas las plantas certificadas) todo lo “simi- larmente confundible” a estas semillas es ilegal. Quien no se acoja a dicha ley i vientre ha sido el Procurador Alejandro Ordóñez. podrá ser multado hasta con 26.000 sa- nido de cuatro em- A los 24 años, cuando yo estudia- larios mínimos diarios legales, o tendrá briones. Sólo tres al- ba en el exterior, cuidé a una niña de que purgar hasta ocho años de cárcel. canzaron a ser bebés. ocho años adoptada en Colombia. La Cada noche acobi- habían encontrado recién nacida, pre- Mjo, les doy un beso y la bendición a mis matura, en un basurero cerca del Hos- Sexta trompeta tres hijos. Sí: hago la señal de la cruz pital General. Cuando salíamos para En este momento, con base en la Re- padre-santo-amén, como lo hacía mi clase de gimnasia, mientras yo la abri- solución 970/2010, todo aquel que cul- abuela y lo hace mi madre. Así. gaba con su chaqueta, se detenía fren- tive la tierra y quiera comercializar sus Soy un compendio de historias te a un espejo: se ajustaba la trusa en productos deberá registrar sus tierras conmovedoras, corrientes, aburridas el pecho para ocultar las profundas ci- en el ICA, junto con todo el proceso que y cursis sobre la maternidad. catrices de las operaciones a las que desarrollará durante el cultivo: las se- Llegué a tener al mismo tiempo fue sometida cuando era bebé para millas, los pesticidas, los tiempos de tres embriones dentro de mí. Cuan- salvar su vida. siembra y recolección, el transporte y do dos de ellos estaban desarrollados, Tuvo suerte de quedar bien. Su almacenamiento, con el fin de garanti- mis amigas se divertían al verme “fo- caso es excepcional. zar la sanidad de sus productos y la po- rrada” con camisetas de lycra: curio- En trabajos de campo en barrios sibilidad de que se le haga seguimien- sas, dejaban de hablar de sus amores y marginales, he sabido de personas to a los cultivos. Además, la Ley 1518 de desengaños, para observar, atónitas, que practican abortos usando el alam- 2012, que protege a dueños de patentes las criaturas acomodarse casi rompién- bre de un gancho de ropa. He conver- de las semillas, puede estar contradi- dome la piel. Como las olas furiosas sado con adolescentes, quienes susu- ciendo principios constitucionales; por que auguran un tsunami: así ondula- rran en la calle y entre pupitres que el ejemplo, el concepto de soberanía ali- ban los mellizos bajo mi blusa. embarazo se interrumpe con brebajes mentaria que está en la Constitución. Durante los primeros meses de de malta, metiéndose tampones con Será la Corte quien decida. aquel embarazo, de altísimo riesgo, alcohol o Alka-Seltzer por el canal va- debí hacer inmersiones en agua con ginal, comiendo papaya hasta vomitar Séptima trompeta gas para calmar el ardor producido y llegan al extremo de alquilar un ca- Mi mente perversa se atreve a pen- por mi alergia a la progesterona (sin ballo y montarlo sin parar, hasta ver sar algo que quizá sea demasiado obvio: la cual los bebés no podrían adherir- su pantalón manchado de sangre. en este momento, las empresas multina- se a mi vientre). Los últimos tres me- Puras mentiras. cionales de la agroindustria pueden to- ses los pasé en cama. Nacieron en la Obviamente, después resultan in- mar una semilla endémica de Colombia, semana 39. Y, como muchas gestan- fectadas, aporreadas, hospitalizadas y, mejorarla en sus laboratorios, cambiar- tes, hasta el último instante le supli- en muchos casos, siguen embarazadas. del frío, y maíz con genes de bacterias le un gen por uno de pato para que flo- qué al padre: “si algo sale mal, elige Sería fácil llenar esta página de ca- que matan a un gusano depredador. te, patentarla, y de esta manera conver- que vivan los niños”. En ningún mo- sos de abortos bárbaros, que podrían Pues claro que han hecho prue- tir todo aquello “similarmente confun- mento, y bajo ninguna circunstancia, haberse realizado en una clínica, en bas para saber si el consumo de dichas dible” –incluyendo, por supuesto, la se- mi esposo me respondió “sí”. condiciones de asepsia, como los que plantas es dañino, por supuesto que las milla original– en ilegal. Y los campesi- Luego parí a mi tercer hijo. Una les practican a las niñas de estratos al- pruebas que hacen las multinacionales nos que la trabajaron, la domesticaron niña, no planeada. Pero elegí tenerla. tos, cuyos padres ni se atreverían a ha- encargadas de los “diseños” muestran y la mejoraron naturalmente durante si- Soy mamá y no promuevo el abor- blar de un asunto tan escabroso. que comer maíz con genes pesticidas glos serán criminales si no usan la que to, pero sí defiendo su práctica tera- El embarazo indeseado no es sólo el no es dañino para la salud del hombre, les venden en un paquetico. péutica y cuando es decisión libre de resultado de un acceso carnal violen- nada más para las “malezas” que inten- la madre. ¿Por qué? to sino de la aprobación social violen- ten crecer a su lado. Llegaron a esa con- La productora audiovisual Adria- ta: del incesto (estamos en mora de ha- clusión dándole de comer transgénicos El fin del mundo na Venslauskas, mi gran amiga, me cer un estudio sobre este fenómeno en a las ratas del laboratorio, parece que Se llaman Dupont, Monsanto y dijo alguna vez: “vivir se trata de Antioquia); del estatus social y poder algunas enfermaron de cáncer de estó- Syngenta, son tres de las multinacio- aprender a conjugar un verbo: elegir”. que otorga a los jefes de bandas calleje- mago, pero está comprobadísimo que nales de las que estamos hablando, y Tuve mis hijos porque quise, ras el poseer a una mujer y “esparcir su no tuvo que ver con los transgénicos solo ellas manejan el 57% del comer- cuando quise y con quien quise. Ele- semilla”; de la estigmatización del uso sino con que las ratas tienen una pre- cio de semillas patentadas del mundo, gí las circunstancias, eso me ha obli- de métodos anticonceptivos (dicen que disposición que nosotros no tenemos. además de la oferta de pesticidas e in- gado a ser responsable (las múltiples eso es para putas); de la promoción del En nuestro país la trompeta sonó sumos industriales para la agricultu- preguntas ontológicas generadas por impreciso método del ritmo. en 2005 con la aprobación del Decre- ra. Como si fuera poco, y como son tan la maternidad, además de las dificul- Y lo más absurdo, a mi juicio, la al- to 4525 que reglamentó el Protoco- queridos, son donantes de la fundación tades de la crianza). Nadie me obli- cahuetería de las abuelas y demás le- lo de Cartagena, donde se simplifican que tiene el más grande banco mun- gó. No todas las mujeres que quedan gitimadoras sociales al hacerles creer los trámites y requisitos que se solicita- dial de semillas, donde se guardan las en embarazo han tenido el privilegio a las jovencitas que ser madres es el ban para la entrada al país de produc- que los gobiernos tengan a bien regalar que yo tuve: elegir. destino “único” de la mujer. para preservarlas del fin del mundo. ¡La maternidad es hermosa cuan- tos modificados genéticamente. Ya no *** se tienen que hacer tantas pruebas, y se Como yo lo veo, estos tres son, en do es el fruto de una decisión libre! creó un comité dividido en tres partes: esta historia, los jinetes del apocalip- Muchos imaginan que las defen- Amo a mis hijos –¡mis tsunamis, ambiental, de salud y agrícola, que eva- sis. Y creo que no hay mucho por hacer, soras del aborto integramos una lo- mi calma!– más que a mi propia vida. lúa las pruebas entregadas por los mis- por la misma razón que creo que escri- gia de resentidas, que odiamos la Y mi bendición para ellos no es la que mos solicitantes. Para denegar la entra- bir esto no sirve para nada: usted segui- vida y rechazamos la maternidad. me enseñaron las monjas del colegio: da de una semilla al país las tres partes rá comprando la comida en el festival Este tipo de asociaciones basadas mi Dios es otro, heterónimo, sin Igle- del comité deberán estar de acuerdo: de verduras del supermercado más cer- en el prejuicio no dan lugar a la expli- sia. Cuando mi mano derecha dibuja la eso sí, no podrán conversar entre ellas. cano, cumpliendo con su bolsillo y sin cación racional. Por supuesto, la inte- cruz en el aire representa al Cristo en saber que ese tomate lleno de venenos rrupción voluntaria del embarazo tie- quien sí creo, el que murió para salvar. no se lo comen ni los campesinos que ne unos límites, los cuales están de- Dios mismo permitió el sacrificio de su Quinta trompeta lo siembran; ellos saben que así de mal terminados por el desarrollo gestacio- hijo para salvar a otros. Todo esto, es bien sabido, prepara- está la cosa. Pero eso es porque soy pesi- nal. Sin pretender ahondar en tecni- Defender el aborto como prácti- ba el terreno para la negociación del mista, de esos que cuando grandes que- cismos médicos ni en abismos filosó- ca necesaria en diversos casos y como TLC con Estados Unidos, que exige remos ser tan optimistas como las perso- ficos, un óvulo fecundado no es un ser producto de la decisión responsable que se abran las puertas a sus produc- nas que trabajan junto a los campesinos humano y el momento de la concep- de la mujer, es una consecuencia de tos (como las semillas transgénicas) y de este país porque creen que es posible ción no insufla alma ni conciencia. mi amor a la vida. se garantice, a su vez, la sanidad de los otro final para esta historia; o como los Referirse al aborto terapéutico y Soy mamá, creo en Dios, y defien- productos locales que se comprarán en cultivadores agroecológicos que siem- voluntario como un asesinato y cri- do la práctica del aborto porque consi- sus tiendas y supermercados. Con la in- bran y cosechan sin pesticidas de sínte- minalizar a la mujer que aborta es dero fundamentales los derechos a la tención de hacer realidad estas garan- sis química, rotando los cultivos, propo- un abrupto que pasa por todos los es- auto-determinación y, sobre todo, a la tías, el gobierno colombiano aprobó, en niendo que la producción de semillas sa- tigmas establecidos por el machismo vida digna. UC 2006, la Ley 1032, con la que se modifi- nas sea una ciencia de los campesinos. UC y la religión, cuyo gran vocero es el 18 UC número 38 / septiembre 2012 Estilario

por RAÚL TRUJILLO

Exclusivo para UC desde Buenos Aires

os iconos que los medios han construido e idolatrado desde mediados del siglo XX ya venían yuxtaponiéndose desde su origen. El pop incluyó en su imaginario de marcas, fetiches y logos a la bastarda copia punk, a la ré- plica aparente y burguesa y a la lujosa original. Pero allí no terminó. Hoy su crítica a la consumista masividad continúa y es ahora que empezamos aL contemplar cómo se tunean y fraccionan estas “marcas” al ritmo que son apropiadas por los chicos en sus estilos mas fashion freak con permiso de Diosa Gaga y su estilista Formichetti. Vemos ahora en nuestro centro lo que es capaz desde la estética la dolly joy, estilo que a principios de este siglo intentábamos definir en el street visión. Mezcla de valores lúdicos y picantes con niñerías y creativas apropiaciones reconocibles por su saturación de íconos con actitud inocente de eterna muñequita de papa. “La vi sentada en un murito del parque y le pedí que se dejara fotografiar para UC, inmediatamente dijo que sí y entramos a El Guanábano a hacer las fotos. Cuando le tomé las primeras con el vestidito, me preguntó que si se lo podía quitar... La otra pin- ta la tenía debajo y no precisamente para las fotos. Dice que le gusta tatuar y dibu- jar”, me cuenta Juan cuando me pide hacer el estilario de Bárbara, y añade “espero que te guste”. ¡Pero cómo no me va a gustar si me da tanto de qué hablar! Una muñeca Barbie había escondida tras el velo romanticón del vestidito baby doll en muselina de ramos de rosas y con volados y ruches. Se camuflaba de rosas, se ocul- taba con gesto de timidez infantil y rastros del pasado emo-ticón acompañados por la gadget carterita de peluche Kitty, una muñeca con evidente carga sexual. Algo ya venía tejiéndose entre los logos y heráldicas del monograma LV —Louis Vuitton— que mu- Bárbara ¿es una chas, tanto pobres como ricas, han portado en sus bolsos y carteras, pero que Bárbara, nuestra espontánea “estilada”, como gargantilla o bufanda al cuello se lo tatuó. Es- muñeca Barbie? tos accesorios de monograma que hace más de una década recubren las aceras atesta- das de turistas y locales, vendidos por migrantes africanos en las calles de Milán, Lon- dres, Sao Pablo o NY, a nosotros llegaron por El Hueco y las señoras chic de la ciudad. Se han globalizado en versiones de todo presupuesto entre oro y oropel, “muy parecido de lejos si se ve”(sic)… aseguran algunas de las entusiastas clientas que lo prefieren en productos de merchandising y dutty free. Pero insisto, Bárbara se marcó con él. Otro logo, el “muñeca Barbie”, pero la imagen es una Candy —otro cómic de Yu- miko Igarashi— con pelo de Jem. Jem ahora es pasión después de veinte años entre las “fanáticas” que suplantan a los fashion victims en su labor de masificar. Retro ochen- tas. “Fama… la, la, la, la… moda y glamour, estilo y belleza, eso Jem. La la la la la- aaa… me llamo Jem! Soy brillante, soy excitante, me llamo Jem”. En la web refresco el estribillo que sirve de cortina mientras en la pantalla brillan siluetas de figurín ho- lograma con colores contrastantes edulcorados y flúo neón. Los azucarados cupcakes son una delicadeza en su ternura barroca, y cortos se quedan cuando con una since- ra sabiduría y perversión se resaltan los iconos re-visados entre una corriente conta- minada y surreal. Vida e imagen son lo mismo ahora; personalizada, la creación es el propio autor. Nada está puesto en su lugar por error. Pensados como antojo están re- tazos de los íconos como una red confusa que envuelve a nuestra Bárbara en su páli- da languidez. Además de la imagen impresa que pareciera actuar de etiqueta en fuc- sia, va también un corset de ojalillo con minuciosa aplicación de rositas y moños de cinta, encajes con lentejuelas lila y perlas de diversos tamaños. Y en la piel logramos reconocer un zombie verde, una sire- na, ramos de flores, angelitos, cora- zones, palabras y seguramente algu- nos otros fetiches e ideogramas que la diminuta falda de arandelas en satén elástico al corte, en azul eléctrico, no nos deja ver. ¡Bárbara! Sí, bárbara ella con sus zapatitos valerinas y pulseras de co- razones y punks de púas de azúcar y goma con glitter que nos pone a pen- sar. Bárbara contradicción con el pelo cobre alisado tal cable pelado, que a la vez sonríe con impecable maquillaje perlado y expresión de candidez. UC

20 UC número 38 / septiembre 2012 Cuando éramos el peor equipo del mundo

por RAFAEL ALONSO MAYO

Ilustración: Cachorro

magine que usted es jugador de El equipo solo sabía perder y perder ¿A qué se debe que una selección esté Ese día, en el estadio Joseph Blat- fútbol de una selección nacional. y hasta parecía normal que después de entre las más malas del planeta? ¿Qué ter, de , la capital de la vecina Sa- Imagine que alguna noche, du- cada partido los jugadores regresaran a méritos debe tener un equipo para que- moa Occidental, Americana ven- rante un partido oficial, su con- su casa con 8, 10, 12 y hasta 15 goles en dar rezagado al último lugar de la tabla? ció por dos goles a uno a la selección de trincante le mete 31 goles a su el menaje del utilero. La historia se ha- Tal vez una de las causas sea la poca Tonga. Los jugadores Ramin Ott (minu- Iequipo y su selección no logra enca- bía repetido por varios años, desde que tradición en la práctica del fútbol que to 43) y Shalom Luani (minuto 74) fue- jar, siquiera, el gol de la honrilla. Ima- Samoa debutó internacionalmente con hay en este diminuto país con poco más ron los encargados de darle la alegría gine un estadio repleto de hinchas del la Fifa, en agosto de 1983. Las cifras di- de 60 mil habitantes, ubicado entre las a todo el país que anhelaba una victo- equipo contrario que celebran con jú- cen que en sus apariciones por elimina- islas Hawái y Nueva Zelanda. La Fede- ria. El descuento lo anotó Lafaele Moala bilo el sabor de la victoria, y usted no torias mundialistas Samoa Americana ración de Fútbol de Samoa Americana (minuto 88). Unos 300 espectadores ce- hace otra cosa que sacar los balones de ha acumulado 131 goles en contra y ape- (FFAS) tiene pocos recursos para apo- lebraron con emoción el primer triunfo la red mientras se desbarata de la impo- nas 5 a favor. En la primera eliminato- yar a sus futbolistas y su liga es dema- de la blanquiroja oceánica. Era el primer tencia. Imagine, por un momento, que ria mundialista en la que participó, Sa- siado joven. El único equipo de cier- encuentro que abría las Eliminatorias de usted y su equipo son los peores del pla- moa Americana alcanzó a jugar cuatro to nivel es Pago Youth, destacado en la Oceanía para el Mundial de Brasil 2014. neta con una pelota en los pies. partidos y encajó 57 goles. Para Alema- liga masculina y femenina local. En la portería de Samoa Americana Aquello ocurrió en realidad el 11 de nia 2006 algo había mejorado: en cua- Otros aseguran que el problema se estaba Nicky Salapu, el mismo que diez abril del 2001 en un partido por las Eli- tro juegos solo recibió 34 goles. Y en las centra en la baja autoestima de sus ju- años antes había visto caer su valla en minatorias al Mundial de Japón y Co- Eliminatorias al Mundial de Sudáfrica gadores, mancillada por las constantes 31 ocasiones. Salapu supo aguantar la rea. Le sucedió a Samoa Americana, 2010 la cifra aumentó a 38 goles. Por eso derrotas del equipo. presión del rival que en los últimos mi- un humilde equipo del Pacífico Sur que no parecía extraño que hasta hace unos Es cierto que si de deportes se ha- nutos del encuentro buscaba afanosa- apenas se iniciaba en una eliminatoria meses –en noviembre de 2011– aquel bla en Samoa Americana el rugby tie- mente el empate. Supo atajar dos balo- mundialista. Esa noche Samoa terminó equipo ocupara el puesto 204 en el ran- ne más seguidores que el fútbol, pese a nes de gol con la experiencia de un vete- siendo goleada sin misericordia alguna king de la Fifa. Una posición poco deco- que en los últimos seis años la Federa- rano de muchas guerras perdidas, y de por una crecida , en un parti- rosa para cualquier seleccionado. ción viene recibiendo apoyo de la Fifa cierta manera el triunfo fue mérito suyo. do que pasó a la historia por el abultado “El fútbol es un deporte en el que se para estimular su práctica entre niños El árbitro puso fin al encuentro y lo marcador de 31 goles a 0. pueden dar tres posibilidades: ganar, y jóvenes escolares, así como para la que siguió a continuación fueron aplau- El delantero de origen neozelandés, empatar o perder. Para nosotros es un construcción de instalaciones adecua- sos, alegrías y lágrimas de felicidad. El Archibald Gerald Thompson, 1,71 me- juego con una sola opción, perder”, sen- das para este deporte. Podría pensar- cuerpo técnico, con el holandés Tho- tros de estatura y 23 años, fue el prota- tenció el ex seleccionador Tunoa Lui se entonces que algo de este proceso ya mas Rongen a la cabeza, celebró entre gonista del encuentro, el verdugo, el res- hace más de una década para describir debería empezar a notarse en el equipo aplausos y todo el país se regocijó con ponsable de 13 de los 31 goles de la no- la realidad del fútbol de ese país. Argu- de fútbol de mayores. la primera victoria del equipo en una che. El antagonista, el portero samoano mento que confirmaría años más tarde La selección de ese país parecía competición Fifa. Nicky Vitolio Salapu, 23 años y 1,86 me- el entrenador holandés Thomas Ron- estar destinada al fracaso, pero en la “Es tremendo, es obviamente algo tros de altura, quien quedaría registrado gen, al asegurar que la mentalidad del tarde del 22 noviembre de 2011 algo muy especial para las islas”, senten- en las estadísticas como el peor guarda- equipo en cada partido siempre había cambió para los protagonistas de esta ció al final del partido el técnico Ron- meta de la historia del fútbol. sido “poder encajar menos de 10 goles”. historia. gen. “No creo que la gente sea realmen- te consciente de lo que ha pasado”, dijo emocionado. “Siento que ahora el mun- do sabe algo más acerca de esta peque- ña nación, y le tiene un poco más de respeto. Es una victoria muy grande, es algo histórico…” . Y continuó diciendo: “ahora somos un equipo que cree en sí mismo. Hasta ahora no habíamos creído que podía- mos ganar un partido… Ahora creemos en nosotros…”. Lo que siguió a ese triunfo fortaleció el ánimo de sus jugadores, a pesar de ha- ber quedado por fuera de la competen- cia para el Mundial de Brasil. Dos días después empataron a un gol con las Is- las Cook y luego perdieron por un gol a cero con el equipo de Samoa Occidental. Ahora Samoa Americana se ubica en la posición 182 en el ranking de la Fifa y el colero tiene nuevo nombre: Turcas y Cai- cos, una isla caribeña cercana a Haití y República Dominicana, donde poco im- porta ser el peor equipo del planeta. Pero sin duda, las palabras que que- dan en la memoria, pese a que Samoa Americana no clasificó a la siguiente ronda, fueron las que el portero Nicky Salapu, entre lágrimas, le dijo al técni- co Rongen luego de terminar aquel his- tórico encuentro: “ahora puedo decirle a mis hijos que soy un ganador”. UC número 38 / septiembre 2012 UC 21 La piscina ahogada por RUBÉN VÉLEZ

Detrás de la añoranza y la fraternidad que despierta el álbum de familia están siem- pre las historias negras. Las que solo se escribirían al respaldo de las fotos escon- didas bajo llave. En La piscina ahogada las fotos avivan una memoria que se debate entre la sinceridad y la perversión. Rubén Vélez, La Piscina Ahogada, Hombre Nuevo Editores, Medellín, 2011.

Dicen que está cesando la horrible noche

iren y admiren la foto estelar del álbum de la familia Vélez González. Co- rre el año de 1956. Como ya van y vienen menos balas por la tierra del café más suave del mundo, podemos pasar las vacaciones en “La Huma- reda”, una finca del suroeste antioqueño que de milagro no quedó redu- cida a ruinas humeantes (seamos desmitificadores: ese milagro se debió enM gran parte a la determinación diurna y nocturna de mi papá y sus agregados). La son- risa Colgate de mi mamá nos prohíbe pensar en los horrores de La Violencia. Pese a que ella la ha pasado mal (mil noticias desmoralizadoras, dos nuevos hijos al mismo tiempo), insiste en ganarse la simpatía de la cámara. Del monstruito que acecha en la penumbra sabemos que no da guerra. UC

Manecita incompletica, muy competente yo te haré

l aparato del tío Eligio me inspiro la primera paja de mi vida. Ese inmenso tronco que orinaba contra un árbol me expulsó del país de la inocencia. Y Ru- bencito se frotó el pepino con su trunca mano y atrás quedó su tranquilidad de beato. En Salgar empecé a ser un salido. En Salgar se me salió el sátiro. En esa tierra de Violencia, donde yacen cuatro astillas de un árbol que no da sombra niE asombros, experimenté por primera vez la violencia del deseo. Tío Eligio, no viviste en vano: gracias a tu grandeza de caballo, empecé a crecer como homo ludens. (“Arabia”, San Antonio de Prado, 1961. ¿Qué sabe mejor, el bizcocho de la Primera Co- munión o la manzana del pecado? En el gallinero de esa finca de clima templado empezó a derrumbarse mi inocencia. Ahí aprendí una maniobra veterinaria no apta para pollue- los. A mí me han tentado muchas veces en mi larga vida de ave del paraíso. Por lo general, sin arte, sin sabiduría. No nos hemos preocupado por librar los dedos de la jaula del anal- fabetismo erótico). UC

¿Quo vadis, marica?

oncho, qué destino más moncho el de ese hijo tuyo que sacaba cinco en todo, menos en educa- ción física (¿quién iba a imaginar que nuestro ruiseñor, después de los cuarenta, se aficiona- ría a los hierros de gimnasio? Un día de estos habrá que hablar de la homosexualidad como mo- tor de quijotismos de quincalla). Por haber cortado con tus consignas bolivarianas, ya “hecho y derecho”, no me vi dentro de una casa respetable (por ejemplo, el Palacio de la Gobernación), sinoM en una sala de cine zafio y salaz (por ejemplo, “Cine Metro”, donde te hacen unas mamadas magistrales que te dejan manso). Ambos templos, el del poder y el joder, mejor dicho, del Joder y el pasarla bien, quedan en el sector de Guayaquil, que fue del todo guache por muchos años, y ahora es medio eso y medio tedioso (medio oficial): otro paraíso perdido. Cuando me dirigía a la sala de las felatio felices (ya la descarto porque se ha con- vertido en un reducto de bocas desdentadas), tenía que rozar la torre del gobernador, que entonces ocupaba un muchacho de alma y empaque extemporáneos que había conocido en la Facultad de Derecho (no como manda la Biblia, no seas mal pensado; ten presente que en ese pasado fui una especie de testigo de Jehová). Y me de- cía, Rubén, Rubén, ¿qué has hecho de tu vida? ¿No te deshace pensar que ese paisano tuyo no demora en llegar a Roma? Él, a un paso de la meta, y tú, en la cuneta más sórdida. Ya en la oscuridad, mientras me deshacía a la manera que sugería la pantalla, me apiadaba del salgareño que se salía con la suya. Pobre hombre; él, por am- bicioso (el solio de Bolívar y la solución de un volcán bolivariano), no puede llevar la vida de libertino que tú llevas: no puede ser casi libre. (Una pose cesarista de 1982. “Va a ser el retrato de tu vida”, me aseguró Francisco Vargas, el autor de esa imagen. No lo fue. Cuando la veo, no aparezco yo, sino la sombra del fotógrafo. Un año después de que yo posa- ra para su cámara, con una estola que él me prestó, le quitaron la mirada y lo demás. Otro cuchillo homofóbico. Y otro crimen que quedó impune. ¿El retrato de mi vida? Viéndola bien, mirándola, sí. Es la única imagen de mi álbum que me anima a charlar con mi propia calavera. La sombra de Pacho es eclipsada por la de Hamlet). UC 22 UC número 38 / septiembre 2012 El ladrillo barrocko de Jethro Tull y su auto sacramental

por JOSE GABRIEL BAENA / RAYADURA ALZHEIMER

reada a finales de los años puro, entre otros. Si Acqualung todavía la noticia del periódico que un panel de Esta es escasamente una cuarta setenta por el músico esco- tenía canciones diferenciables, Thick jueces ha aprobado la descalificación parte del poema sinfónico que se des- cés Ian Anderson, la banda as a brick es, como su nombre lo indica, del poema por recomendación de cua- gaja en 44 minutos sin descanso. Hoy, Jethro Tull obtuvo su pri- “macizo como un ladrillo”. De nuevo los tro destacadísimos psiquiatras que ar- cuarenta años después, el compositor mer gran éxito con el ál- expertos insisten en deschavetarse bus- guyen que la mente del niño está seria- Ian Anderson se ha dejado por fin con- bumC argumental o conceptual Acqua- cándole cantidades de etimologías o fa- mente desequilibrada y que su obra es vencer de sacar una segunda parte de lung, que criticaba sin clemencia la re- miliaridades filológicas, hasta llegar al el producto de una nociva actitud hacia Thick as a brick, donde vemos el rumbo ligión oficial inglesa a través de perso- extremo de “sordo como una tapia”, al la Vida, su Dios y su País. Al niño le re- que tomó la vida del pequeño Milton. najes como el mendigo que da nombre otro lado de los significados. comiendan tratamiento psiquiátrico sin Nota: Para lograr que las emisoras al disco, alcohólico y pedófilo, su ami- Todo arranca desde el propio diseño demora. La noticia se extiende a cinco emitieran los difíciles “apartes sólidos” ga, la prostituta bizca y menor de edad. gráfico del álbum, presentado como un columnas y en un aparte anuncia que de la obra, los agentes de la compa- Pero el formato íntegro llega para Tull periódico rural de doce páginas, The St. acusan también al pequeño Milton de ñía de Tull, Chrysalis Records, repar- con los álbumes posteriores de 1972 y Cleve Chronicle, donde se anuncia que haber dejado en embarazo a su compa- tían cuadernitos donde les indicaban a 1973: Thick as a brick y A passion play, un niño de ocho años llamado Gerald ñerita de catorce años, Julia, con quien los locutores en qué minuto de la obra dos extensos y abrumadores trabajos Bostock, a quien apodan ‘El Pequeño escribe poemas en compañía. Julia apa- arrancaban o paraban, con algún títu- de excesiva genialidad, que solo fueron Milton’ por el famoso poeta inglés del rece en la fotografía de la portada con la lo indicativo, lo cual no existió nunca comprendidos con el paso de los años, e Paraíso Perdido, ha sido descalificado falda muy alzada y el pubis depilado, o en el LP. incluso “descifrados” como si tuvieran de un concurso literario organizado por sin calzoncitos, juzgue usted. claves y “personajes” ocultos. No cree- la Slag (sigla de Sociedad para el Avan- Todo el falso periódico es una de- mos que haya habido tal cosa, y el com- ce y la Gestación Literarios, que en in- licia, y, por supuesto, en páginas inte- A passion play positor Ian Anderson siempre se ha bur- glés significa escoria). Primer insulto. riores trae el singular poema Thick as Después de la “oscuridad letrada” lado de sus hagiógrafos y de quienes El pequeño Bostock ha leído su exten- a brick, además de una crítica adelan- de Thick as a brick, en 1977 la banda buscan diferenciar y “registrar” los di- so poema en vivo en un programa de la tada –no muy benéfica, por cierto–. En se trasladó a Francia para grabar en el ferentes niveles de folk inglés, jazz, in- BBC TV, recibiendo centenares de ame- suma, uno se imagina al pequeño Mil- ruinoso estudio del Castillo de Heu- fluencias de la música clásica, rock nazas y protestas de la gente bien. Dice ton en lo alto de una montaña, como un roville, con el fin de ahorrarse los im- profeta antiguo, lanzando latigazos a puestos del 50% que cobraba el gobier- su pueblo, insultando a los sabios, cla- no inglés a los creadores (todavía). Ian mando por los humildes, alabando a la quería grabar un álbum doble que su- madre Natura con sus catástrofes y co- perara en complejidad a Thick as a sechas, llamando a una vida más justa y Brick, pero las condiciones del estudio menos idiota. eran tan deplorables que después de unos meses cortaron con el proyecto y *** se volvieron a Londres. Anderson logró rescatar material suficiente para un Realmente no me importa si dejas solo álbum de 44 minutos largos, y el esto a un lado. Mis palabras son solo un resultado fue el maravilloso A passion susurro y tu sordera es un grito. Yo pue- play, que ningún crítico se dio el lujo de do hacerte sentir pero no puedo hacerte entender; el resto del material se usó pensar. Tu esperma está en el desagüe después en otros discos. Tuvieron que y tu amor en el lavadero. Y ustedes ca- volver a apelar a los papelitos explica- balgan por los campos y hacen sus ne- tivos para las emisoras, una especie gocios animalescos y vuestros hombres de argumento donde aparecía un suje- más sabios no saben cómo se siente ser to llamado Ronald Pilgrim, y hacer co- tan estúpido como una tapia. Y las vir- rrer la voz de que se trataba de una neo tudes hechas como castillos de arena Divina Comedia sobre la muerte, jui- son barridas por mareas destructoras cio, resurrección y escape del pobre Pe- en la confusión moral. Y el amor que regrino/Pilgrim, tanto de las garras de siento está tan lejos: Soy un mal sueño una hermosa angelesa y un Cristo fu- que tuve hoy y tú mueves la cabeza y di- rioso, como de los embates de Satanás. ces que es una lástima. Hazme girar por Un misterioso Mago Perdé salva a Pil- los años y por los días de mi juventud. grim de cualquier tentación metafísica Descorre las cortinas negras de enca- y lo pone de nuevo pies en tierra, mien- je y deja fuera a la verdad. Hazme girar tras su cortejo fúnebre va por la Calle por las épocas idas: déjalas que canten Fulham rumbo a los campos de la eter- su canción… El Poeta y el Pintor lanzan na paz. Hace unos treinta años un crí- sombras sobre el agua, mientras el sol tico español intentó estudiar el asun- juega sobre la infantería que regresa de to de la obra como un “auto sacramen- la mar. El hacedor y el pensador no se tal” del Medioevo, y esa sería quizás la hacen concesiones mientras la luz que aproximación más justa, dado que es declina ilumina la fe del mercenario. El tan teatral como aquellos autos religio- fuego del hogar ardiendo, la tetera casi sos de la negra época, tan tenebrosos hirviendo, pero el amo de la casa está que en mitad de la obra solían recrear muy lejos. Los caballos patean, su cáli- un cuento corto para niños, como lo do aliento forma nubes en la diáfana y hace Jethro Tull en A passion play con helada mañana, y el Poeta alista su plu- la divertida y absurdahistoria de La lie- ma mientras el soldado enfunda su es- bre que perdió sus espejuelos, homena- pada… Déjame contarte los cuentos de je a Lewis Carroll. Es la tesis falsa más tu vida, del corte y la estocada del cu- probable. Ahora, hoy sábado, enviad a chillo, de la opresión sin descanso, la la familia al cine y sentaos a oír de un sabiduría insinuada, del deseo de matar solo golpe los dos álbumes. Con estos o ser matado. Déjame cantar de los per- casi noventa minutos de exquisito rock dedores que yacen en la calle mientras en la cabeza se puede pasar un mes sin el último bus se va. El pavimento vacío, metadona. Ahí nos vemos, pues. UC las cunetas ensangrentadas, y el loco brinda por su dios en el cielo… Soluciones en Gestión Humana

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Juega con tus cartas limpias, en el juego de la vida, al morir nada te llevas, vive y deja que otros vivan... Daniel Santos “en el juego de la vida”

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por ANDRÉS DELGADO

Fotografía: Sexy Dolls

En la sala de la cabaña, Alejandro separa las piernas cinco metros y dispara el flash sobre dos FOTOGRAFO DE PREPAGOSchicas que se comen a besos.

res de 18 años. Los servicios van desde l fotógrafo cierra un ojo y 200 mil hasta dos millones de pesos. gira en horizontales y ver- Desde el corredor de la cabaña vuel- ticales una enorme cáma- vo donde las chicas. Esa música sigue ra que parece el motor de sonando. Tengo al frente unas morenas una licuadora Oster. Las chi- con severas curvas y traseros, el sue- casE en tangas se revuelcan en un sofá ño de todo hombre, y sin embargo no al ritmo de un reguetón, ignorándonos me gustan. Me siento rígido como un con descaro. Grisales, el cámara, graba pedazo de hierro bajo la lluvia. Ojalá un video, donde según los cánones del todo esto acabe rápido, tome las notas género caben los chispazos del flash. que necesito, pueda largarme y no te- Mientras todos hacen lo suyo sigo re- ner que soportar otra conversación con costado sobre una pared de madera in- nadie. Por ahora tienes miedo. Sien- tentando algunas frases en la libreti- tes el dolorcito permanente en el vien- ca: “Un despecho produce falta de aten- tre. El síntoma de la ansiedad y la an- ción, es como estar y no estar a la vez, gustia. Encuentro en el bolsillo las go- distraído, fastidiado, mala leche. Lo tas que me recetó la mamá. Se llaman mejor sería salir a tomar aire. El viento Pased: con avena sativa, valeriana, pa- frío de Santa Elena me pega en la cara. siflora y opio, producidas por el Labo- 4:30 de la tarde y el cielo está limpio. ratorio Alemán. Así que con la mejor in- Recuerdo una frase de Beigbeder: ‘Bo- tención de estabilizarme, voy al baño y rrar constituye un duro trabajo. Habrá me doy un Pased. que vivir muchos momentos hermosos Los activos de la empresa son la pági- para reemplazar los anteriores’. Este na web, tres líneas telefónicas, un Blac- podría ser un ser un gran momento, kBerry y un Iphone. De resto es logística uno que ayude a reemplazar los ante- y cobro en efectivo. “¿Y pago de impues- riores. Pero, lastimosamente, no lo es”. tos?”, pregunto y Carmona me mira con Alejandro Carmona es el fotógrafo cara de “no seas pendejo”. En el portal de Sexy Dolls Colombia, la web de pre- hay 40 mujeres y 7 hombres. Próxima- pagos o mejor: de scorts, que me invitó mente se incluirá un catálogo de tran- a una sesión de la que sacará material sexuales. La escasa oferta de hombres para la página. Las chicas se pagan las es absorbida por dos o tres mujeres adul- fotos del portal. Cinco fotos profesiona- tas. Muy adultas. Y necesitadas… Por les cuestan 100 mil, pero Carmona solo eso Édison, el pelado que atendía solo cobra 60 mil o 110 mil con video. “Me personal femenino, solicitó que modifi- han ofrecido pago en especie –me dijo caran su perfil. Ahora es bisexual y por en la entrevista–, pero nunca he acep- fin se compró la pinta que hace rato ve- tado”. Me mira y ambos sabemos que es nía aplazando: Adidas y bluyín Diesel. una completa mentira. A Carmona no le gusta que le diga El negocio tiene la siguiente mecá- proxeneta, como hace rato le vengo di- nica: el cliente navega y se antoja por ciendo. “Persona que obtiene benefi- las fotos. Llama por celular y hace su cios de la prostitución de otra persona”. pedido como si fuera cualquier produc- Dice que su profesión se denomina pim- to, y deja la dirección. Una vez llega la per. Ahora entiendo la canción de Bob pelada, debe pagar por adelantado. El Marley, Pimper´s paradise. Según Car- servicio más convencional dura noven- mona, su negocio concreta entre 20 y ta minutos. “Somos intermediarios en- 25 servicios por semana. Si en prome- tre cliente y scorts –dijo–. Como somos dio son 300 mil por servicio, las ventas un canal de de representación no nos semanales van por el orden de 7.5 mi- hacemos responsables de lo que pue- llones, es decir 30 millones al mes. El da suceder entre dos adultos”. Entien- pimper se lleva entre el 20 y el 30 por- do perfectamente: además de fotógra- ciento. ¿Eso es más o menos cuánta pla- fo, Carmona es un proxeneta. ta? Haga cuentas usted. Yo solo tengo Los servicios de Sexy Dolls van des- cabeza para zamparme otro ron. Aho- de acompañante a fiestas swinger, sa- ra suena Wish you were here y de nuevo lidas para fincas y cabalgatas. Even- estoy jodido. tos empresariales, imagen de produc- Parece que el negocio de Carmo- to y strippers para despedidas de solte- na va muy bien, a menos que esté chi- ros o solteras. Es indispensable que tan- caneando, como seguro lo hace. No me to usuarios como modelos sean mayo- importa, como tampoco me importa número 38 / septiembre 2012 UC 25 que tenga un reloj Tissot y un impecable ble. Afirma, se muerde los labios, nos pedicure de guía… de guía espiritual ca- mira, nos pica el ojo y se ríe. Lo despa- tólico y pedofílico. Cuando me habla del cha en medio minuto, se despide con un margen de utilidad en mi frente aparece “te amo”, cuelga, se ríe y vuelve a enre- un letrero fluorescente: “casposo”. Car- dar las piernas con su amiga. mona lo lee, se altera y me invita a ver Ahora van en serio y están más agi- las cifras de entrada a la página. Por se- tadas. Parece que la llamadita del no- mana hay 900 entradas desde Medellín, vio las ha calentado. Grisales está aba- 400 desde Bogotá y 79 desde Cali. Se- tido. Su cordura queda noqueada y aho- gún me dice, en Medellín hay unas vein- ra es un mono salvaje aullando entre te páginas de scorts. Si cada una de ellas las ramas de un yarumo. Deja de gra- tiene al menos cuarenta nenas, eso quie- bar y queda pasmado, mirando con su- re decir que Medellín tiene unas ocho- frimiento cómo una chica baja por el cientas peladas que trabajan en esta ca- ombligo y mete su rostro en la boca de tegoría. Es un cálculo que hago a la ca- la orquídea, haciéndose una corona de Caído rrera para acabar y cobrar esta crónica piernas, y no lo invitan. En adelante, lo más pronto posible. En una de las pes- Grisales tendrá que reconocer que no es del zarzo tañas del portal veo que cuenta con un un profesional. formulario de inscripciones: “Envíanos Se ha dicho que los hombres de- Elkin Obregón S. tus 5 mejores fotografías –dice–, gana- beríamos ver más porno lésbico para rás mucho dinero”. aprender la furia y la delicadeza. Tie- Lo terrible de una tusa es que no te nen razón. Presenciamos los actos de puedes concentrar en nada. Escribo: un ser mitológico con dos cabezas en DEFENSA “Tienes que inventarte otra rutina. In- mitad de cuatro piernas que se agitan. tentar otras felicidades. Otros motivos, Si no lo detengo, el monstruo devora- otros sueños. Aceptar el fracaso. Decir- rá lo que queda de las chicas. Dame luz, le a los amigos: Estoy bien, fue lo me- dame movimiento, dame pasión. Apro- NO PEDIDA jor. Mentiroso. La verdad es que estás vechan para tener sus mejores perfiles. tatuado a fuego. Otra de Beigbeder: “El El flash pega sobre las pieles. Dame gi- o escribió el Sr. Rafael Núñez una letra para nuestro Himno amor es la única decepción programa- ros, piernas, dame más visitas de clien- Nacional (ese destino le llegó después). Escribió, en medidos da, la única desgracia previsible que de- tes en la web. Flash. Flash y Carmo- versos alejandrinos, un poema sobre La Guerra de la Indepen- seamos repetir”. na tampoco se contiene, pero al me- dencia. Todas las estrofas aluden a esa guerra, y por eso ve- Guillermo dice: “lo malo es que re- nos avisa “¡Hey, ya! Paren –dice y reso- mos en él (si lo leemos), los nombres de Bolívar, de Ricaurte, tocan las fotos”. Me dice que quitan es- pla–. ¡Así no seguimos!”. Tuerce el cue- Nde Nariño, de los lanceros de Los Llanos. Vista desde ese ángulo, su más vi- trías, celulitis y tatuajes. No se ven ci- llo intentando bajar la tensión. Las ne- lipendiada estrofa adquiere otro sentido. Es ésta, claro: catrices, ni lunares, ni pecas y todas las nas se ríen pero hacen caso. Las dos tre- La virgen sus cabellos arranca en agonía, peladas tienen cintura y piernas de rei- pan sus calzones por los muslos y van al Y de su amor viüda los cuelga del ciprés… na. “Si estoy pagando es para comer bien baño a lavarse los dedos. No se trata, como creía mi amigo Mico, de La Virgen María, ni Núñez se rico –dice–, para hacer realidad mis sue- Lo mejor es ir por otro ron. Este no la había fumado verde. Se trata de una joven, virgen pero viuda de guerra, ños”. Copio en la libretica tal cual su ri- es un buen momento para palear el ol- porque su novio murió en batalla. Por cierto, el tema aparece luego en un diculez. La realidad y los sueños son los vido. Estoy aburrido como un hielo. Así bello poema-canción de Juan José Botero, Carmen la leñadora, y también dos polos más crueles y disímiles. Y si- estaré hasta que a fuerza de aguante y en una muy vieja y preciosa habanera cubana, El soldado, que cantó como gue hablando: “uno quiere estar con la compañías forzadas descubra que ha nadie María Teresa Vera. Y lo de arrancarse los cabellos, o al menos muti- nena que vio por internet, pero llega un pasado más de medio día sin pensar en larlos, en señal de extremo dolor, es algo que ya sabemos desde la Trage- gurre de la calle… el photoshop es lo ella. El resto sigue en lo suyo, pero yo dia Griega. Aconsejo dejar en paz al Sr. Núñez (no se habla aquí de política), peor”, concluye con la crueldad de todo ya tengo suficiente. Empaco, me des- mediocre poeta, o malo sin remedio, pero coherente. En todo caso, murió putañero. Todo esto es una mierda. pido y camino un rato por la carretera sin saber que su poema se había convertido en ese Himno Nacional que sólo En la sala de la cabaña suena un ce- hasta salir a la vía Las Palmas. Va otro aceptamos amar cuando lo oímos desde el podio. lular. Una de las chicas salta del sofá ron a pico de botella. No quiero llamar- En cuanto a la música, de Oreste Síndici, es música para un himno, géne- asustada y corre a buscar el aparato. Es la, ni decirle que inventemos otra ma- ro erizado de peligros. Los dos mejores himnos que conozco son colombia- su novio. El cámara reacciona y deja de nera de estar juntos. Una negativa me nos, el de Valparaíso y el de Aguadas. El tercero podría ser La Marsellesa. grabar. Lo mismo Carmona, y todos co- dejaría abatido. “Para ser feliz hay que rren a bajarle el volumen al reguetón. haber sido infeliz. El amor solo dura si La pelada habla con una ternura creí- ambos saben lo que cuesta”. UC CODA En la entrega anterior de Universo Centro, el ilustre Carlos Díez me hace un guiño de amistad, que agradezco conmovido. Pero lo que ignoran los no amantes de los cómics es que tras ese guiño hay un homenaje a Little Nemo in Slumberland, un auténtico clásico del género. Su autor fue Winsor McCay, e invito al curioso lector a que lo localice en alguno de sus buscado- res. No se arrepentirá. CODA 2 Alberto Aguirre fue un maestro consumado de la ironía, que manejaba como muy pocos lo han hecho en este país. Curiosamente, no la prodigaba en sus Cuadros, que suelen ser severos y graníticos, aunque siempre de im- placable lucidez. Para ejemplo de lo dicho al comienzo (hay muchos más, por fortuna), se sugiere leer su columna del 3 de agosto de 1983 (Cuadro, 2001, Colección Letras Vivas de Medellín, Tragaluz editores). UC

DR. GUSTAVO AGUIRRE OFTALMÓLOGO CIRUJANO U DE A.

CIRUGÍA CON LÁSER Clínica SOMA Calle 51 No. 45-93 • Tel: 513 84 63 - 576 84 00 26 UC número 38 / septiembre 2012 El Aguirre que casi conozco

por MICO

Ilustración: Elkin Obregón

onocí a Alberto Aguirre por que opinábamos del nazismo. Yo, ape- y decía que los señores paisas éramos su columna Cuadro en el nado por el sonoro silencio del salón, unas señoras de alma, corazón y tripa. diario El Mundo. Era una co- opiné que ya estaba bueno de recordar Y llegaba muy campante a la conclusión lumna cimarrona, rebelde, ese episodio, que suficientes películas de que nada le había hecho tanto daño llena de ironía y de ácida crí- se habían hecho sobre lo mismo. Y eso a Antioquia como sus dirigentes go- ticaC a todo lo que fuera poder y dominio. que faltaba La lista de Schindler. dos… y liberales. Personalmente lo conocí cuando fue Aguirre se puso pálido, trastabilló, Por eso podemos decir tranquila- mi profesor de periodismo de opinión y con la voz atropellada por la indigna- mente que Alberto Aguirre pertenece al en la Universidad de Antioquia. La cla- ción me dijo que yo era un cínico –acer- grupo de los rebeldes antioqueños: Ma- se era a las seis de la mañana y yo siem- tó- y que o me salía del salón o él se iba. ría Cano, Fernando González, Porfirio pre llegaba cumplido. Y él más. La cla- Yo me fui de la clase, y cometí el Barba Jacob, Débora Arango, Gonzalo se era muy agradable, llena de su inte- nunca bien lamentado error de no vol- Arango, Fernando Vallejo... ligencia y honradez crítica, pero el que ver nunca. Cuando el curso se iba a ter- Con Aguirre pasó una cosa muy gra- hablaba era Aguirre porque los alum- minar y perdía la materia por inasisten- ciosa: un grupo de amigos, entre quie- nos casi no participaban. cia, le escribí una carta pidiéndole el fa- nes sobresalía el caricaturista Elkin equivocarse, que era una demostración Cuando Aguirre preguntaba: “Y us- vor de que me pusiera un tres (las no- Obregón, teníamos una tertulia de la del cariño que nos tenía. tedes, ¿qué opinan?”, un silencio incó- tas eran de 1 a 5 y se ganaba se gana- que salió un librillo de cuentos titulado Aguirre seguramente se fue para el modo se apoderaba del aula. Entonces, ba con tres “raspado”). Para humillar- Jueves por la noche. Sacamos cincuen- cielo, pero cuando llegó y vio por allá a para evitar que él pensara que éramos me me puso 4.5, pero después me ente- ta ejemplares para los amigos y nos dio monseñor Builes y al cardenal López una manada de miedosos, yo opinaba ré de que a todos nos calificó lo mismo. por incluir dos textos inventados: pró- Trujillo, de inmediato pidió traslado para lo que me llegara a la, todavía un poco Ese “cacharro” nos hizo amigos y logo de Borges y Epílogo de Aguirre. el infierno. ¿Cómo sería la ira de Dios? dormida, cabeza. después almorcé con él tres o cuatro ve- Aguirre (y su “Aura”) fueron de in- Para conocer su sentido del humor Cierta vez que Aguirre disertaba ces, siempre con su musa Aurita López, vitados a la presentación del libraco. (por sus chistes los conoceréis), recor- sobre lo terrible que fue el Holocaus- su parcera. A los pocos días le dedicó su columna demos su respuesta cuando un sobrino to, como se conoce el infame extermi- De Aguirre me encantaba su conver- Cuadro a nuestro folleto y escribió casi le preguntó dónde quería que tiraran nio de seres humanos por parte de Hit- sación llena de sapiencia y anarquía, exactamente lo que aparecía en el epí- sus cenizas: “Haceme un favor, echalas ler y sus “buenos muchachos”, preguntó cuando rajaba de la “raza” antioqueña logo apócrifo. Obregón dijo, sin temor a por el inodoro”. UC

Bocas de ceniza por CAMILO JIMÉNEZ Las cosas de don Vicente

evaneos alrededor de “objetos que a fuerza de costumbre y de uso ter- minan por convertirse en seres, a veces más vivos que nosotros: el pa- raguas, la pluma, el portafolios”. Así presenta don Vicente Quirarte sus Enseres para sobrevivir en la ciudad, una colección de prosas lu- minosas sobre esos artículos y otros más: “El camarada cesto de pape- Vicente Quirarte, les”,D “La camisa del hombre feliz”, “Elogio de la torta”, “En defensa de la solapa”… Enseres para sobrevivir Busca el autor revolver la costumbre. Dedicarles a las pequeñas cosas palabras es- en la ciudad, cogidas con esmero, bien organizadas y dispuestas con primor en la página escri- Bogotá, Luna Libros, ta. Una primera edición de este libro inaplazable apareció en 1994 en México. Una 2012. segunda pocos años después en editorial Norma. Esta tercera llegó hace pocos me- ses a las librerías con el sello de Luna Libros, una editorial que hace bien las cosas. La edición es bella y cuesta poco, pero vale mucho. Miren si no:

Habrá que desconfiar del niño que conserve su lápiz sin mordeduras, con la goma a salvo del sacrificio. Será sin duda muy ordenado, escribirá con la mejor ca- Como el paraguas, las gabardinas que habitan la ciudad de México tienen a lo ligrafía, preferirá a Descartes sobre Pascal y será sujeto susceptible de ser engaña- sumo un periodo de cuatro meses al año. Pero en esa estación nos vuelven a ale- do por su futura esposa. grar por superfluas y hermosas, protectoras y amables. Su tacto es generoso, no pi- *** can como suéter de lana que al contacto con la lluvia huele al borrego mojado que He aprendido que, como las mujeres, las plumas más finas y hermosas suelen le dio origen. Son ligeras; se mojan por nosotros y nos guardan; son hermosas: cu- ser infieles; que aquellas a las que más cuidamos, terminan por perderse. bren la camisa del soltero quien sólo ha planchado cuello y puños; son heroicas: *** trinchera o sobretodo, gabardina o impermeable, todos sus nombres revelan su la- De las cosas que manchan, la tinta tiene el mejor perfume. bor de resguardo, su omnipotencia sobre las otras prendas de vestir. *** *** Sólo el escritor continúa haciendo tareas —a veces no pedidas— con los mis- Con las primeras lluvias es preciso ejercitar la memoria, porque ha llegado el mos instrumentos que en la niñez; sólo él persiste en explorar papelerías con la fe- tiempo del paraguas; tiempo de hacerlo compañero inseparable; tiempo de apren- bril ilusión de la nueva entrada a clases; privilegio exclusivo del escritor es estre- der a andar de otra manera, como si el instrumento fuera parte de nosotros; tiem- nar cuadernos, la sensación de libertad y miedo ante un territorio ilimitado donde po de recordar que cuando abandonamos un sitio no hemos llegado solos, sino las traiciones e infidelidades aún lo acechan. acompañados por un murciélago plegable, una sombra portátil. *** *** En la escritura, ese campo de batalla de triunfos escasos, el cesto combate El placer de entrar a una librería pertenece al cuerpo. Walter Benjamin lo dijo: como censor postrero, corrector de estilo, juez definitivo, y cumple sus tareas con los libros, como las mujeres, pueden acompañarnos a la cama, pero antes es nece- humildad y eficiencia. No las cuartillas terminadas sino las arrojadas al cesto, las saria una seducción mutua, paciente y refinada. El temblor estético provocado por que se acumulan misericordiosamente, creando la ilusión de que avanzamos, son el libro tiene lugar a través de los sentidos: la vista, que disfruta la simetría y las las que merecen nuestra mayor gratitud. proporciones; el tacto, que prolonga el placer de la mirada en el sello de agua o en *** la textura del papel; el olfato, reconocedor del sitio de origen del libro; el oído, que Vivimos tiempos en que los cestos de papeles agonizan. Se escribe mal y rápi- goza del peso y el paso de las hojas; el gusto, cuando identificamos la piel de una do, y no hay tiempo para la exquisitez de borradores o primeras versiones. encuadernación. UC

Este número de Universo Centro recibió el apoyo del Plan de Lectura de la Alcaldía de Medellín número 38 / septiembre 2012 UC 27

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No basta con tener la voz más melodiosa para entonar un tango. No. Hay que sentirlo, además hay que vivir su espíritu. Carlos Gardel

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