La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-X VI) (Aportación al estudio de la industria urbana.)

Luis Miguel Dftz DE SALAZAR (Universidad del País Vasco)

1. INTRODUCCIóN

Durante la etapa cronológica estudiada en este coloquio (siglos MII al xvi) las villas’ guipuzcoanas (y> por extensión, las vizcaínas) man- tuvieron una floreciente industria que le dio fama, riqueza y sanea- dos ingresos: la siderurgia. Actividad económica que recogerá conti- nuamente la documentación, repitiéndose en ella la frase de «estar fundados sobre el hierro’>, referida a la necesidad de mantener aque- lía industria y resaltar le decisiva importancia que tenía para toda la Corona. Sin embargo> de lo acabado de exponer, la siderurgia vasca (y, en general, la hispana) está por estudiar. Afirmación esta que merece matizarse, porque si bien es verdad que la bibliografía actual no presenta monografías abundantes y serias, también lo es el hecho de que ningún autor pudo soslayar un tema tan importante. De ahí que en un primer repaso veamos que en los «clásicos» de nuestra historia (Henao, Garibay, Isasti, Larramendi, Gorosábel) encontra- mos abundantes noticias sobre las ferrerías de la época; pero eran

Hablamos de villas refiriéndonos al concepto actual reconocido por los estudiosos como tal (población murada, con autonomía y normal legal, instituida mediante un ayuntamiento o concejo, etc.>, ya que Guipúzcoa, con escasa de- mografia y hábitat disperso, contó con un reducido número de villas. Desde 1180 a 1383 fueron fundadas las siguientes: San Sebastián, Guetaria, Fuenterrabía, Motrico, Zarauz, Tolosa, Segura, Villafranca, Mondragón, Vergara, Icíar (luego Eleva>, , Rentería, Azcoitia, Salinas de Léniz, Elgueta, Placencia, , Elgáibar, Zumaya. Hernani, Usúrbil, Ono, Villarreal y Cestona. Con la salvedad de que hasta su fundación Mondragón y Salinas fueron parte del condado de Oñate, así como el valle de Léniz (Arechabaleta-Escoriaza, hasta 1556> y nueva- mente Salinas (que se independizó del contle en 1493). Las tres «ciudades» actuales, con categoría de tal, alcanzaron el título en fecha muy posterior: San Sebastián (1662>, Fuenterrabía (1639), Irún.

La Ciudad Hispánica ... Editorial de la Universidad Complutense. Madrid, 1955. 252 Luis Miguel Díez de Salazar

éstas tan numerosas y tan cotidiana su actividad que no consideraron necesario describirías, estudiar su pasado y constitución> transmitir- nos> en suma, toda la problemática de las mismas. Pero ya en un segundo paso, una búsqueda reconcentrada a la bibliografía arroja más datos> tanto para la siderurgia vasca como para actividades si- milares en otras zonas de la Península, sin olvidar lo que de aporte para comenzar estudios semejantes ofrecen los más numerosos es- tudios extranjeros sobre la siderurgia europea (R. Sprandel> A. M. Bautier, Y. Nef, etc.) 2 La siderurgia guipuzcoana debemos relacionarla con las villas de dos normas: por un lado> las encontramos situadas fuera del recinto (amurallado en las villas, sin tal defensa en las colaciones, univer- sidades, anteiglesias y otras entidades poblacionales) de la muralla; por otra> íntimamente relacionadas con la propia villa. Conviene de- tenerse en desarrollar estos conceptos. Efectivamente es una regla general que la ferrería se erradicaba fuera de la villa. Su propio funcionamiento lo exigía: en la época en estudio eran ya muy escasas las ferrerías del tipo «aizeolak» (= ferrerías con tiro de viento natural; de «aize» viento y «ola» =

— ferrería), hasta el punto de que podemos considerar a la totalidad de las mismas como ferrerías hidráulicas. El sistema elemental de trabajo en una ferrería consistía en la reducción del minera] de hie- rro (llamado <‘vena» o «mena”) en un horno bajo> mediante el siste- ma llamado «forja catalana»> a través de sucesivas operaciones de martilleo de la masa esponjosa (ocagoa» o «zamarra”) que salía del

2 Entre otros, y de forma necesariamente sumaria, citaríamos los trabajos sigiuentes: 1. ARBIDE, J. AzPIAzu y otros, Ferrerías de Legazpi, San Sebastián, 1970; F. BARRERA, Las ferrerías en la provincia de Santander, «Anales de la Aso- ciación Española para el Progreso de las Ciencias», año XIII, núm. 1 (1948>, pp. 409-418; E. GRAELLS, La farga catalana en las comarcas gerundenses, «Rey, de Gerona”, año VII, núm. 16 (1961), pp. 57-62 (además de otros trabajos suyos>; M. GÚÁL CAMARENA, El hierro en el Medievo hispano, «VI Congreso Internacional de Minería”, León, 1970, 1, pp. 275-292; M. LAnoRDE, Datos sobre los orígenes de la minería del hierro en Guipúzcoa, «Homenaje a Joaquín Merdizábal», San Sebastián, 1956, pp. 225-236 (M. Laborde Werlinden ha publicado una larga serie de artículos sobre la siderurgia> sobre todo de temas de los siglos xvnI-xIx); 1. M~nuawr.u, Purgues, marti>iets y calvad (contribucid a la seva histária), «Anales del Instituto de Estudios Gerundenses», XXI (vol. 1972-73>, Pp. 171-275 U. M. Madureil ha publicado otros estudios sobre la ; 5. Runio y A. GALLARDO, La farga catalana. Descripeid i funcionament, Barcelona, 1920; V. VAz~uEz DE PRADA> Las antiguas ferrerías de Vizcaya <¡450-1800), «Mélanges en Ihonneur de Ferdinand Braudel», 1 (Toulouse, 1973>; M. ZUAZNArIAR, Monografía de las ferrerías vascon- godas, San Sebastián, 1905. A ellos pueden unirse trabajos varios de diversos autores: J. Caro Baroja, Sánchez-Ramos, Villarreal de flérriz, Iturriza y Zabala, E. 3. Labauyry, Moguel, J. 1. Tellechea, Calle Iturrino, etc., que ilustran deter- minados aspectos de la siderurgia y en los que se pueden encontrar valiosas noticias. 253 La industria del hierro en Guipúzcoa

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a 254 Luis Miguel Diez de Salazar horno. El martilleo y el aporte de la corriente de viento al horno tenían lugar a través de un sorprendente, sencillo y eficaz medio> consistente en utilizar la energía del agua. Esta caía verticalmente sobre las paletas de una rueda que giraba sobre un eje o árbol do- tado de un sistema de pujones o álabes que convertían este movi- miento giratorio en otro vertical: las levas del árbol golpeaban ritmi- camente el extremo del mazo y éste, provisto de un eje en su parte media, caía y subía regularmente sobre el yunque (la velocidad venía dada por la cantidad y potencia de la masa de agua que caía sobre las paletas de la rueda). Un sistema similar ocurría con los fuelles, con la salvedad que éstos eran dobles, con movimiento alternativo, con el fin de que la corriente de aire fuera continua. Pues bien, estos condicionamientos técnicos exigían la proximidad de tres elementos imprescindibles: agua, bosque y mineral. Agua abundante y en un terreno con desnivel> con el fin de conseguir su desvío hacia un de- pósito; bosque, ubicado en el monte, para aprovisionamiento de car- bón: y mineral para materia prima (el mineral se traía desde Viz- caya y se mezclaba con el escaso que se conseguía en Guipúzcoa, de ahí que fuese el elemento que menos condicionaba la ubicación de la ferrería). Elementos que no se daban juntos en la ciudad o villa, por regla general. Esta separación villa/ferrería es, sin embargo, falsa. La ferrería estaba íntimamente ligada a la villa por una serie varia de motivos: eran vecinos sus ferrones, empadronados en el concejo y, por lo mismo, contribuyentes a los pechos, derramas> velas> concejo abierto, elecciones y cargos municipales, apellidos...; en las villas residían las «renteriasz, (= establecimientos donde se hacían efectivas las «ren- tas» debidas al rey) y lonjas y almacenes donde pagar sus fiscalida- des y almacenar-comerciar el producto; surtían con el hierro que producían a las herrerías, fraguas y establecimientos que manufac- turaban aquél, dando así lugar a una variadísima artesanía, autén- tica columna vertebral de la economía de la provincia (claveteria, herraje, material naval, armas, aperos agrícolas, etc.); se sometían a la norma legal del concejo y ordenanzas municipales que continua- mente emanaban de aquél (inspección y unificación de pesos y me- didas> abastecimiento de víveres, trabajos comunitarios. .). En definitiva> era una industria cuya única razón para estar fuera de la villa no era otra que la técnica; es más, parte de la misma (si consideramos la manufactura como un proceso más de la labranza del hierro) estaba situada en el interior de la propia villa (talleres de herrero, fraguas, ferrerías «tiraderas» —especie de martinetes— y «masuqueras» —una especie de herreria—). Era, por tanto, un con- tacto mutuo motivado por el interés económico que presentaba a ferrerías y villas íntimamente relacionadas. Relación que no obstaba La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XíII-XVí)... 255 para que los intereses de las partes se encontrasen continuamente: es el caso de la feroz lucha por el dominio y acceso al bosque (a la madera), a medida que aquél empezó a desaparecer, hecho que pro- ducirá innumerables pleitos> concordias, amojonamientos y repartos. Y tampoco extrañará que fruto de estos encuentros sea el nacimiento de regímenes e instituciones jurídicas distintas: por un lado, las mu- nicipales; por el otro, las de los ferrones (Fueros de Ferrerías, legis- lación a nivel de todo el reino y provincial; o instituciones como los alcaldes, prestameros y escribanos de las ferrerías, agrupaciones de tipo gremial, etc.). Establecida esta conexión, pasemos a estudiar los distintos aspec- tos de la historia de esta actividad fabril en Guipúzcoa.

II. ORIGEN DE ESTA INDUSTRIA (BATOS ANTERIORES AL sICLO xiv)

La industria siderometalúrgica en Guipúzcoa data de tiempos pre- rromanos. No es éste el lugar de hacer una historia del proceso> pero baste decir que se han constatado restos romanos en las minas de Arditurri (Oyarzun) y los mismos se presumen para la zona viz- caína de Somorrostro, lo que indica que los romanos conocieron la riqueza de las mismas por trabajarlas ya sus naturales. Establecer un cuadro de dataciones, citas y otros soportes inves- tigadores para presentar el desarrollo de la siderometalurgia en la etapa que va desde los primeros tiempos en que conocemos la misma hasta la fundación de la primera villa (1180), es tarea poco menos que imposible. La razón estriba en la desalentadora escasez de do- cumentación que para todo lo anterior al siglo xiv (pero, sobre todo, al siglo xi) arroja la investigación actual y el acerbo documental de nuestros archivos. Pero es sintomático que desde que las dispersas poblaciones de la provincia se agrupan en villas y éstas comienzan a recoger y «producir>’ documentación, tengamos constancia de fe- rrerías. Es más, son varias las citas que tenemos de la consignación de una siderurgia en el momento del otorgamiento de la carta-puebla a alguna villa y como actividad que venía de mucho tiempo antes. Todo ello nos lleva a imaginar que se mantuvo constante una tradi- ción ferrona de raíces inmemoriales. En la carta-puebla (fuero) de San Sebastián> otorgada en fecha desconocida, hacia 1180, se habla ya de la industria del hierro>. y ya no tenemos noticias hasta la carta otorgada por Sancho IV (Vitoria> 18 de abril de 1290) a Segura, por la que mandaba que las ferrerías

3 1. L. BANÚS, El Fuero de San Sebastián, San Sebastián, 1963. 256 Luis Miguel Diez de Salazar masuqueras de Legazpia, que estaban en despoblado, fuesen a poblar a la villa de Segura, para estar a salvo de los malhechores t Este escaso material es explicable: por un lado, tenemos que antes del año 1300 solamente existían once villas; de ellas> seis (con- tando a Icíar) en la costa y> por tanto> con escasas condiciones para esta industria; del resto (Tolosa, Segura Villafranca, Mondragón y Vergara) tenemos noticias de alguna actividad, pero sin concretar (Mondragón pagaba a Alfonso X unas <‘masucas» o lingotes de hierro en cada Pascua, por ejemplo>. Pero en seguida las noticias se multi- plicarán, sobre todo en el siglo xív, como veremos. En esta etapa tendría lugar> además, un hecho de capital impor- tancia para el rápido desarrollo posterior de la siderurgia: la adop- ción por la ferrería vasca de un invento de desconocida paternidad (a juzgar por los datos, extrapeninsular, seguramente procedente de Alemania, Francia o norte de Italia): la energía hidráulica aplicada al proceso de fundición y labranza del hierro. Se comenzó a aplicar en Guipúzcoa en un momento dificil de apreciar: la toponimia equí- voca (la palabra

III. DESARROLLO DE LA INDUSTRIA (SIGLO xxv)

Esta centuria será, sin duda, la pieza clave del futuro devenir de la industria en cuestión. La documentación, dentro de la penuria general se hace más abundante y las citas que encontramos nos presentan la instalación> existencia firme y anterior en el tiempo, y, sobre todo> la proliferación de ferrerías por toda la geografía pro- vincial. Paralelamente en este siglo se completa el mapa de villas con la fundación de quince nuevos concejos o villazgos; se perfec- ciona el sistema vial, aduanero y fiscal del reino con gabelas que permanecerán ya prácticamente fijas (las relativas al hierro serán la alcabala, albalá y diezmo viejo); se estructura la provincial en

4 A. M. Legazpia, Caj. 1> docs. 2 y 4. La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-XVI). - - 257 una hermandad autónoma, dotada de cuadernos de ordenanzas (co- nocemos los de 1375 y 1387-97) que contendrán ya algunas disposicio- nes sobre ferrerías, y se favorece el «status» jurídico de las mismas con la proliferación de fueros de ferrerías, muy favorables y favo- recedores de la condición de ferrón. Veamos detenidamente las continuas citas de estos establecimien- tos en las distintas zonas de Guipúzcoa, y tengamos en cuenta que la mayoría indican que semejante industria era muy anterior:

— Valladolid> 13-111-1307 = Merced de Fernando IV a Tolosa para beneficiarse de las mineras de su jurisdicción ~. — Burgos, 4-1-1324 = Carta-puebla de San Martín de Iraurgui (Az- coitia). Se citan las «arrenterías de las ferrerías d>Yraurrgui e d>Ahes- coytia» 6

— Burgos> 15-V-1328 = Alfonso XI concede a los ferrones de Irún- Uranzu y Oyarzun un fuero de ferrerías L Lo confirman Enrique II (Cortes de Toro, 17-1(1-1371) y Juan 1 (Cortes de Burgos, 16-VIII- 1379).

— Legazpia, 23-111-1329 = Venta de un cuarto de la ferrería de Guibelola (Legazpia) 8• Segura> 15-V-1335 = Ordenanza de] concejo en orden a que las ferrerías masuqueras de Legazpia se abastezcan en Segura y paguen las rentas reales en ella ~.

— Valladolid, 8-IX-1335 = Alfonso XI da un fuero de ferrerías> similar al concedido en 1328 a Irún-Oyarzun, para que gozasen de él las ferrerías de los valles de Elgóibar, , llego y Lástur 10 (tres años más tarde extendió el mismo para toda la provincia).

— Lasalde, 30-VIXI-1345 = Concordia entre Deva y Elgóibar por razón de montes. Se cita la ferrería de Lasalde (Elgólbar) U~

— Villarreal, 20-1(11-1346 = Carta-puebla de Villamayor de Mar- quina (Elgóibar), por la que el rey se reservaba las mineras «e las ferrerías que se fi9ieren de enderredor, con lo que han ganado fasta aquí» 12•

— 1362 = Contrato de vecindad entre Lope García> señor de la ferrería de Andicano, y el concejo de Elgóibar ~

5 E. Z~nu~ y J. GARMENDIA, Tolosa, San Sebastián, 1969> pp. 15 y 35. 6 .AM Azcoitia, leg. 1, doc. 1. AM Oyarzun, C/4/2/1/fols. 39v-40r. Idem, C/4/l/2. AM Fuenterrabía> 8/ 1/1/3/1. AM Legazpia, Caj. 1, doc. 17. 9 AM Segura (enmarcado en la Sala Consistorial). Cita M. LABORDE, op. cit., pp. 234-235. 10 Biblioteca Nacional de Paris, 9074, Espagnol 66, fols. 48v y ss. “ AM Deva, libr. y, núm. 17, fol. 89. 12 ~ GoRosÁnEn, Diccionario histó rico, geográfico-descriptivo de... Guipúzcoa, Edit. La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao> 1972, pp. 683-684. 13 F. ELEJALDE y J. EiiENcMUN, , San Sebastián, 1970, pp. 23-25. 258 Luis Miguel Diez de Salazar

— Toledo, 12-V-1366 = Merced de Enrique II a Martin López de Murúa, su vasallo, dándole> en juro de heredad> los derechos de la ferrería de ‘~. — 1367 = Merced de Enrique II a Lope López de Oria, del mo- nasterio de Arriarán (), con el derecho para edificar dos ferrerías 15 — Tordesillas, 10-1-1370 Merced de Enrique II a don Beltrán de Guevara, señor del condado de Oñate, del valle y salinas de Léniz, escribanía de Mondragón, y los derechos de las ferrerías de esta villa> en juro de heredad 16• 15-111-1377 = Enrique II concede a Beltrán Yáñez, señor de Loyola, su vasallo> en juro de heredad, los 2.000 mrs. que antes tuvo de por vida, sobre las ferrerías de Barrenola y Aranaz (Azpeitia) 17~

— San Sebastián, 2-VIII-1379 = Concordia y carta de vecindad en- tre Hernani y San Sebastián por la que se reparten el bosque del valle del Urumea, reglamentando el edificio y provecho de sus fe- 18 rrerías — Cortes de Burgos> 19-VJII-1379 = Juan 1 da a Juan González de Jausoro, su vasallo, de por vida, al albalá y diezmo viejo de las ferrerías del valle de Bedua 19 — 6-11-1380 Deslinde de los montes de Luberriaga. Se cita a los dueños de las ferrerías de Carquizano (Elgóibar), Juan Fernández y Fortuño ~.

— Legazpia, 28-11-1384 = Carta de vecindad entre Legazpia y Se- 21 gura. Se citan entre los vecinos a 12 ferrones o dueños de ferrerías Icíar-Lilí, 18-VII-1385 = Apeo de los términos de Aizarna, en donde se mencionan las ferrerías de Lilí y Bedama (Cestona-Deva) 12 Cestona, 12-V-1385 = Escritura de vecindad entre la villa de Cestona y Lope Ochoa de Olazábal, por la que éste, con su casa y ferrería de Alzolaras, entró a ser vecino de aquella villa ~. — Ferrería de Aranguren (Oyarzun), 22-1-1386 = Tiene lugar en ella un contrato dotal 24 Burgos, 28-XI-1387 Privilegio de Juan 1 a la villa de Segura

14 AG Simancas (RGS), III, doc. 469, fol. 1. En confirmación de Enrique III (Dueñas, 15-V-1393). 15 1. LíNÁzÁsoRo, Caseríos de Guipúzcoa> Zarauz, 19742, p. 213. 16 A Condes de Oñate> doc. 976. Confirmada por Juan 1 en las Cortes de Bur- gos, 28-VIII-1379. 17 AGS (RGS), en confirmación de los RR. CC. (Córdoba, 30-V-1484), fol. 11. 18 AM Hernani, C/5/I/l/1, fols. 3v-lír. 19 AGS (EMR)> leg. 491 (627 ant.), Iibr. 6 del situado-salvado, fol. 3v. ~ 3. C. GUERRA, Ilustraciones genealógicas, «kIEV», VI (1912), p. 207. 21 AM Segura, sin signatura, fols. 3v-7r. ~ AM Cestona, libr. 1 de privilegios, leg. 1, doc 3. 21 AM Cestona, libr. 1 de privilegios, docs. 1 y 3. 24 AM Oyarzun, C/4/2/1/fols. 144v-148v. La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-X VI)... 259

para edificar la ferrería de raya de acero de Alcíbar ~. Lo confirma Enrique III (Madrid> 20-IV-1391, y Segovia> 28-VI-1391).

— llernani, 28-11-1388 = La villa otorga facultad y permiso a su vecino Sancho Martínez de la Cámara para edificar una ferrería en el solar de Errotarán o Errotarain ~.

— 25-11-1391 = Reparto de tierras y montes de prestación entre Deva y Zumaya, en la que encontramos citadas a la ferrería de Zu- belzu (Deva) ~ — Deva, 9-IX-1394 = Ordenanzas municipales de la villa de Eleva. Si cita el término de Lástur, reservado para reparos navales y de ferrerías (existía ya la ferrería de Lástur, seguramente) ~. — Cestona, 29-X11-1398 = Concierto entre Cestona y sus ferrones. Entre estos últimos encontramos a García Pérez de linda, señor de

la ferrería de Lasao ~.

— 1398 = Pleito entre el concejo de la villa de Cestona y el fe-

rrón Juan Beltrán> señor de la ferrería de Iraeta ~.

— Illescas> 7-111-1399 = En un amojonamiento de términos encon-

tramos a la ferrería de (Rentería) 31• Y aún podemos hacer la lista más larga con datos de comienzos del siglo xv, pues aunque algunos se refieran a ferrerías de primera construcción (caso del permiso dado por Hernani a su vecino García Ramírez de Enciola para edificar la ferrería de Epela, flernani, .5- VII-1401 ~), otras arrojan datos que permiten suponer la existencia de aquéllas en la centura anterior: — Legazpia, 20-VII-1401 = Venta de la mitad de la ferrería de Mirandeola por su dueño, Sancho Martínez dc Aguirre r• — Usúrbil, 15-IX-1402 = Sentencia arbitral en el pleito entre Juan Beltrán de Gaona y Martín Pérez de Elizalde sobre la ferrería de Lasarte, reclamando el primero los alquileres y rentas de la ferrería 34 de los últimos quince anos — Segura, 4-1(1-1406 = Concordia arbitral entre los señores de los solares de Idiazábal y Lazcano con la villa de Segura, sobre montes.

Se cita la ferrería de Ursuarán (Idiazábal-Segura) ~.

— Sendaríbar, 14.IX-1409 = Capitulaciones matrimoniales entre ~ AM Segura, caj. 5, leg. 21, núm. 3.

26 AM Hernani, C/$tIr/i¡i. ~ AM Deva, Iibr. 1, núm. 11, fols. 110-111. ~ T. GONZÁLEZ, Colección de cédulas.., concernientes s Provincias vascon- gadas, Madrid, 1829-33, III, doc. XC, PP. 264265. ~ ~ AM Cestona, lib. 1 de privilegios, leg. 1, núm 6 -, >‘“ ~ AM Cestona, libr. 1 de privilegios, leg. 1, n&¿V& Y 3’ AM Rentería, C/5/V/l/1/fol. 16v. - ~ AM Hernani, C/5/III/1/2. ~ AM Legazpia, caj. 1, doc. 17. ~ A Marqueses de San Millán y Villalegre, 4/~t~S$., 35 AM Segura sin signatura. TV) 5F

.~ 1.1 1 1 0 1 1 1 260 Luis Miguel Diez de Salazar

Lope Martínez de Anchieta y Domenja de Eizaguirre, aportando al

matrimonio Lope, la casa solar y ferrería de Anchieta (Azcoitia) ~

— Berástegui, 30-VI-1415 = Concordia entre los concejos de Be- rástegui/Elduayen y sus ferrones. Se mencionan las ferrerías de Ba-

rrenola, Beriñas, Muguizalas, Nordeiza, Olloquiegui y Plazaola ~.

Queda evidente, a la vista de lo expuesto> que las ferrerías se ex- tendían por un gran número de poblaciones de Guipúzcoa, en una multiplicación cada vez mayor.

IV. ESPLENDOR DE LA SIDERURGIA (sIcLos Xv-Xví)

El siglo xv fue el de mayor crecimiento de esta industria. Las ci- tas de que disponemos se cuentan ya por centenares, tanto en nues- tros archivos municipales como en los generales del reino (Simancas, chancillería de Valladolid> y particulares. Esta febril actividad de erección de nuevas ferrerías no parará hasta mediados del siglo xvi, en que la industria se estancará sufriendo la crisis del alza de pre- cios general (mano de obra> materias primas, escasez del bosque) y mercados (competencia en los mercados internacionales del hierro de Lieja, Suecia, Italia más barato que el vasco> aunque de inferior calidad). En este periodo de esplendor la siderurgia guipuzcoana y vizcaína supondrá la mayor concentración productora y manufacturera del hierro del continente, consiguiendo sus productos una bien ganada fama de excelente calidad. Y esto hasta el punto de que hierro y lana serán productos que rara vez faltarían en las cargazones de las naves que desde los puertos vascocantábricos salían hacia la fachada atlán- tica de Europa, lo que puede observarse a través de los registros de aduanas. El profundo movimiento de reforma económico-fiscal iniciado en el reino con las declaratorias de las Cortes de Toledo (1480) incidirá en la siderurgia en una minuciosa información que se tomó de las

ferrerías guipuzcoanas, datada en Medina del Campo> 18-VIII-1497 ~. Por ella sabemos que funcionaban algo más de un centenar de fe- rrerías> y podemos asistir a gran parte de la historia fiscal (de si- tuados sobre sus derechos> mediante los respectivos mercenarios de aquéllos) de cada una de ellas. Otros documentos fiscales del primer tercio del siglo xvi y de comienzos del siglo xvii completarán esta

1r-214v. ~ APG, Corregimiento> Civiles de Elorza <1567-68), leg. 126, toEs. 21 ~‘ A marqueses San Millán y Villalegre, 4/48/77/fols. 21v-22r. 3~ 3. 1. TELLEcHEA, Ferrerías guipuzcoanas a fines del siglo XV> «Bol. de la RSVAP», XXXI (1975), pp. 81-11k La industria del hierro en Guipúzcoa

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

1. Abillas Abillatz Ereñozu Hernani 2. Abiola Abiola Kukuerri Azcoitia 3. Acelain Azelain Soravilla Andoain 4. Agaraiz Agaraiz Villabona 5. Agaunza ¿Olea? S. Gregorio 6. Agorria Agorria Laurgain Aya 7. Agorrota Alquiza 8. Altamarren Aitamarren Cegama 9. Aiztaran Ayestaran 10. Albizola 11. Aldaola Aldaola Segura Alongachipi — Zuluaga-Chipi 12. Alzíbar Alzíbar-Azpikoa Cegama 13. Alzola Alzola Alzola Elgéibar 14. Alzolaras Alzolaras Aizarna Cestona 15. Alzubide Alzubide Lapitz Irún Amaroz Amaroz San Blas Tolosa 16. Amasaola ¿Amasaetxe? Am asa Amasa/Villabona 17. Ameraun Ameraun Plazaola Berástegui 18. Amilibia Amilibia Lazcano 19. Amolaz Amolatz Iturriotz Oyarzun 20. Anchieta Antxieta Urrestilla Azpeitia 21. Andicano Andikano San Roque Elgóibar 22. Andoain ¿Papelera? Lizarkola Andoain 23. Añarbe Afiarbe Añarbe Rentería 24. Aparrain Aparrain Pagoaga 1-lernani 25, Apatríz Arraiz Arriaga Elgóibar 26. Arabaolaza Errotaburu Brinkola Legazpia 27. Aramburu Aramburu Alzíbar Oyarzun 28. Aranaz Aratz Arratz-Erreka Azcoitia 29. Aranguren Aranguren Ugaldetxo Oyarzun 30. Aranzate Arantzeko-Ola Meaka Irún 262 Luis Miguel Díez de Salazar

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

31. Arbide Arbide Iturrioz Oyarzun 32. Argañaras Argañaras-Torre Amézqueta 33. Arimasagasti Arimasagasti Urbizu Idiazábal 34. Aristerrezu Aristerrazu Andatza Aya Armaola Arinaola Segura 35. Arrabiola Arrabiola Segura 36. Arrambide Arambide Arano (Navarra) 37. Arrasate Mondragón Arrataca-yuso = ver Arbide Oyarzun 38. Arrazola ¿Azcoitia? ¿Oñate? 39. Arrazubia Arrazubia Sant iyo-Erreka Aya 40. Arriola Arriola Arriola Deva 41. Arriola Elgueta 42. Arrizuriaga Arzuaga Urrestilla Azpeitia

Arroibia = ¿Den? = ¿Arrubia? 43. Arrona Arruako-Ola Arma Cestona 44. Arrubia ¿Arruan? Lastur Deva 45. Arsulondo Achulondo Cizurquil 46. Arteunola Artañola Garagarza Elgáibar 47. Arteunola Segura Arzubia- Arzubia Odria Azpeitia Emparan 48. Ascasua Ascatzu Arano (Navarra) 49. Aunzola Berástegui-Eld. 50. Aunzuriza ¿Antxubixa? Astigarribia Motrico 51. Auspaguindegui Auspagindegui Iturrioz Oyarzun 52. Ayusua Ayasua Villarreal

Ayogare — Peña de Aya 53. Azcue Azkue (Ibarra) Bdaunza 54. Arriaran Olea Arriaran Beasain Babioda = = Abiola 55. Barrendiola Barrendiola Brinkola Legazpia La industria del hierro en Guipúzcoa

56. Barrenola Barrenola Legazpia 57. Barrenola Berástegui-Eld. 58. Barrenola Barrenola Odria Azpeitia 59. Basarte Basarte 5. Lorenzo Elgáibar 60. Easobeltz Basobeltz Aitze Zaráuz 61. Bedania (Bedama> Aizarna Cestona 62. Bedua Bedua Hedua Cestona 63. ¿Olaetxe? Illar Be izama

Bengolea = Legazpia — Barrenola 64. Berifias Berifias Plazaola Berástegui 65. Beroztegui Urquiaran Bidaurreta Bidaurreta Bidaurreta Oñate 66. Brinkola Brinkola Brinkola Legazpia 67. Carquizano Carkizano Arriaga Elgáibar 68. Chiriboga Chiriboga Aizarna Cestona 69. Egurbide Egurbide-Ola Ormaola Azcoitia 70. Eldoz Eldotz Iturriotz Oyarzun 71. Elorregui Elorregui Telleriarte Legazpia 72. Endaralas Endara-Erreka Endarlatza Irún-Vera 73. Epela Epele Epela l-lernani 74. Erarrizaga ¿Arizaga? Arbua-Bea Cestona 75. Ereflozu Ereflozu Ereñozu Hernani (Txilibita) 76. Ermua Ermubekoa 8. Lorenzo Elgéibar 77. Errazti Arraztiola Muarbe Azpeitia 78. Errotarán Errotaran Osiñaga Hernani 79. Esquibar ¿Berástegui? ¿Amasa? 80. Esquilto Berástegui-Eld. 264 Luis Miguel Diez de Salazar Nombre Nombre del de la ferrerfa caserío o paraje Barrio Población

81. Ezquelzu Berástegui-Eld.

82. Fagoaga Pagua Ergoyen Oyarzun 83. Fagoltaga Fagollaga Fagollaga Hernani 84. Gabiola Kabiola Iturriotz Oyarzun 85. Gabiola Gabiola Garagarza Elgóibar 86. Gabiria Cabina Gabierrota Rentería Gabiria Gabinisa Goiko Vergara 87. Goicolea Goicolea Lastur Deva 88. Goizuetategui Oyarzun 89. Golasio (Val de Oriol 90. Gorospe Gorospe Cegania 91. Goyenola Cegama-Segura

92. Guesalibar Guesalibar Sta. Agueda Mondragán 93. Guibelola Guibelola Brinkola Lcgazpia 94. Huerratúa Ubarroto-Txiki Ereñozu Hernani 95. ¡baeta Ibaicta Meaka Irtín 96. Ibarluce Ibarluzea Urrestilla Azpeitia 97. Ibarra Ibarre-Torre S. Lorenzo Elgólbar 98. ¡barreta Ibarreta Uribarri Mondragón 99. Ibarrola 1barro~a Laurgain Aya 100. Ibarrola Ibarrola Lazcano 101. Ibarrola Ibarrola Meaka Irán 102. Ibusuaga Beizama 103. Igarondo Igarondo Igarondo Tolosa 104. Iibeltz ¿Sorarrain? Erreka - 105. Inturia Intuni Píazaola Berástegui 106. Iraeta Iraeta Iraeta Cestona 101. Iribe Iribe Lazcano La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-XVI)... 265

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

108. Isasi Isasi (casco) Eibar Isaspiribil Castañares Salinas-Léniz 109. Isurola Iztiola Machumbenta Azpeitia 110. Isurola izurola Alzola Aya 111. Jáuregui Zumárraga 112. Jausoro lCukuerri Azcoitia 113. Lacoar Rentería 114. Larberrain Amasa 115. Larrua Azcoitia 116. Lasa Latxe Ereñozu Hernani 117. Lasalde Lasalde Garagarza Elgáibar 118. Lasao Olatxo Lasao Cestona 119. Lasarte Lasarte Plaza 5. Pedro Lasarte Lasoa Andoain 120. Lasteabiscar Berástegui-Eld. 121. Lastur Lastur Deva

Laurgain = — Agorria ¡22. Legarra Legarre Musakola Mondragón 123. Leizaola Leizaola Lastur Deva 124. Liii Lilibe Liii Cestona Lizaur — Andoain 125. Lizarza ¿Lizarzaburu? Ospela Lizarza 126. Loidi Loidi-Zelai Ergoena Idiazábal

Loyola = Oñaz 127. Malcorra Malkorratxo Urrestilla Azpeitia 128. Mando Aya 129. Mantelola Mantelola Arruti Aya 266 Luis Miguel Diez de Salazar

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

1.30. Mañarin Mañarin Santiyo-Erreka Aya 131. Marulanda Maulanda Zarimuz Escoriaza 132. Masukariola (casco> Legazpia 133. Machain Matxain Zumárraga 134. Mendiaras Mendiaratz Villarreal 135. Mezquite Mezkita Goiburu 136. Mirandaola Mirandaola Telleriarte Legazpia 137. Muguizalas Eerástegui-Eld. 138. Mustar Mustar Plazaola Berástegul

Narbarrain = Larberrain 139. Narruondo Narruondo Zumaya 140. Nastalay ¿Olasasti? Nuarbe Azpeitia 141. Nordeiza Berástegui 142. Nuarbe Nuarbe Azpeitia Olabarria 143. Olabarría Cegama Olabe Olabe Bolibar Escoriaza 144. Olaberría Olaberri Aratz-Erreka Azpeitia 145. Olaberría Olaberri Andatza Aya 146. Otaberría-Olazar Olaberría Leizots Andoala 147. Olaberría Pauko-Errota Ergoyen Oyarzun 148. Olaberría Olaberría Irán 149. Olaberría Telleriarte Legazpia 150. Olaberriaga ¿Ubarroto? Ereflozu Hernani

Olaburnín — Lasarte 151. Olaerreaga Eibar 152. Olaizola Olaiz Ergoyen Oyarzun Olalde Ofiate 153. Olarte Calle Olarte Mondragón La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos X¡IJ-XVI)... 267

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

154. Olazarra Olazarra Bninkola Legazpia Olazarra ¿Obea? Bedayo Amézqueta Olea Olea/Olako Za¡Jibia 155. Olloquiegui OIlokí tjrdinola Berástegui-Eld.

Orcazpide = =Ercazti = Arbide 156. Orexarain Oreja- 157. Oríbar Oríbar Laurgain Aya 158. Oríbar Oria Tlrbizu idiazábal 159. Osarain Otsarain AIdaba-Txiki Tolosa 160. Pagoaga Pagoagaerrota Pagoaga irlernani 161. Peña de Aya Peña de Aya Peñas de Aya Oyarzun 162. Picoaga Pikoaga Fa goaga Hernani 163. Piedravia (Guipúzcoa) 164. Plaza, La Plazakoe¡-rota Caragarza Elgóibar 165. Plazaola Lastur Deva 166. Plazaola Plazaola Legazpia 167. Plazao]a, Plaza Plazaola Plazaola Berástegui

168. Recalde Errekalde Odria Azpeitia 169. Recondo Errekondo Andatza Aya 170. Renteriola Fanderi-Txiki Fanderia Rentería Sagarraga Sagarraga Placencia 171. Sana Sani-Aundi Aguinaga Usúrbil

172. Segurola Segurola Andatza Aya Torres Amolaz 173. Ugarte Ugarte Ugarte Amézqueta 174. Ugarteola Ugarte Alzíbar Oyarzun 175. tlrdanibia tfrdanibiako Anaka ¡rún 268 Luis Miguel Díez de Salazar

Nombre Nombre del de la ferrería caserío o paraje Barrio Población

176. Urdayaga S. Esteban Unia- Usúrbil Urdayaga yaga 177. Urdinola Urniola Andatza Aya 178. tlrraire Urdaire Iturtiotz Oyarzun 179. Urriolondo Urrillondo Leizots Andoaín 180. llrruzuno tirruzuna Pagoaga Hernani 181. Ursuaran Ursuaran Idiazábal 182. Urzarriaga Olea Alegría 183. Urzuriakoa 184. Usupola (Guipúzcoa) 185. Vicuña Vicuña Legazpia 186. Vitoriola ¿Villarreal? 187. Yana ¿Igarza? Alzarnazabal Zumaya 188. Yarza Yarza-E rrota Yarza Beasain Ybayederraga = Beizama ¿Ibusuaga? = = ¿Ubisuaga?

189. Yurre Yurre Yurre Olaberría 190. Yurrita Yurrita Palacio Oyarzun 191. Zabala ¿Zabale? Arriaga Elgéibar 192. Zalguíbar Zaldibar Mondragón 193. Zatizabalíbar Zatizabalíbar Cegama 194. Zuaznabar Zuaznabar ligaldetxo Oyarzun 195- Zubelzu ¿ Zubelzu? Irán 196. Zubelzu Zubelzu Mardarí fleva 197. Zubiate Zubiarte Uribarrí Mondragón 198. Zubillaga (Fanderia> Oñate 199. Zuluaga Idiazábal 200. Zuluaga Zuluaga Ergoyen Oyarzun 201. Zubizarreta Zaldibia La industria del hierro en Guipúzcoa además, da fe de la permanencia en estado la- brante de los establecimientos ~. La investigación realizada nos ha deparado el siguiente cuadro de ferrerías: en ocasiones> únicamente conocemos que existió deter- minada ferrería en un año preciso; en otras> aparecen labrantes con amplios períodos de silencio (¿labraban mientras o estaban paradas por accidentes, situación económica mala del dueño> etc.?); y siem- pre cabe la posibilidad de remontarnos en el tiempo, respecto al periodo en que la documentación las presenta: y. PRODUCCIdN DE HIERRO Y ACERO Este es un punto controvertido porque los datos son muy esca- sos, ya que la documentación parece huir de la consignación de nú- meros, cifras y cantidades que registrasen el número de establecimien- tos, producción total o parcial, brazos que ocupaba, etc. Manejando los datos que disponemos para finales del siglo xv y los conseguidos para la centuria siguiente, tendremos que contaría la provincia con un número constante de unas 115 ferrerías labran- tes: es el número que aparece en la información de 1497 y muy si- milar a la recogida por Lope Martínez de Isasti en su Compendio historial de Guipúzcoa, en 1625. Respecto a los datos fiscales, única- mente pueden servirnos para precisar una producción mínima, sobre todo si nos referimos a los remates en almoneda de la renta real de las ferrerías de Guipúzcoa, muy por debajo de la producción real. En cambio, surgen esporádicamente cifras de producción de diversas ferrerías —sobre todo a partir del primer tercio del si- glo xvi—, a través de los cuales vemos que el nivel óptimo de pro- ducción en una ferrería iría desde los 1.500 quintales a los 1.800, con un mínimo aplicable a todos los establecimientos, entre 500-700 quin- tales (el quintal-macho, unidad básica de las ferrerías, tenía 150 libras y pesaba 73,8 kilogramos). Manejamos la cifra-índice de 1.250 quin- tales de hierro como labranza normal de una ferrería> a la vista de la mayor abundancia de ferrerías con regular y constante aporte de agua y carbón> respecto de las ferrerías «de sequío»> que paraban en verano por falta de aquel elemento. De esta forma tendríamos que la producción media de la siderur- gia provincial estaría, a fines del siglo xv y hasta finales del xvi, por encima de los 100.000 quintales, en una cifra-índice para toda la centuria de 137.500 quintales ~.

39 AGS (EMR), leg. 491 (627 ant.), libro 6 del situado-salvado. AGS Hacienda

El valor de esta producción fue muy importante. Es difícil valo- rarla en conjunto porque esta tasación deberíamos referirla a un momento determinado, a la vista del precio en mercado. Otra difi- cultad estriba en conocer qué porcentajes de la producción total cabría catalogarlos de una clase u otra de hierro> porque el precio en mercado de uno u otro tipo variaba de forma muy notable (no valía lo mismo el hierro-vergajón que el platina, cuchiller, chirimía, carretil, ilzabeaga, tocho, etc.). Existían, además, subtipos, según el número de «cabos», forma (ancho> largo> estrecho, doblado): hemos registrado más de un centenar de variedades. Pero, a grosso modo> podíamos señalar la cifra de unos 120/130.000 ducados para comien- zos del siglo xví; 180/200.000, para mediados del mismo, y 275/300.000 ducados a fines de la centuria. Faltan estudios que nos reflejen el aporte con que a la renta bruta provincial contribuían los otros sectores de la economía (pes- ca, agricultura, ganadería, etc.), pero creemos que la siderurgia iba a la cabeza de todos. Otro dato que resalta el auténtico peso de este sector económico estaría en el número de brazos que ocupaba. Diversos documentos arrojan la cifra de 25/50/100 personas trabajando en cada ferrería. Tomando la cifra más baja (en un intento de huir de supravaloracio- nes subjetivas), tendríamos 2.750 «familias» (hay que pensar que el fe- rrón, en su mayoría, seria hombre casado), que a una media de 4,5 ha- bitantes por unidad familiar arroja la cantidad de 12375 habitantes dependiendo de la siderurgia primaria. A ellos habría que añadir los que vivían de la manufactura del hierro producido en las ferrerías, que era un sector muy numeroso> variado e importante (tengamos presente la industria armera vasca, que abastecía al ejército, por ejemplo). A falta de estudios profundos se suele aceptar por los his- toriadores de la zona la cifra de 60.000 habitantes para Guipúzcoa a comienzos del siglo xvi y 70/80.000 para fines de siglo> con lo que la siderurgia primaria ocuparía un mínimo del 20,5 por 100 de la población de toda la provincia.

V. PROPIETARIOS DE LAS FERRERíAS

Si las cifras sobre el número, producción y valor de las ferrerías, brazos que mantenía, etc, son relevantes> el estudio de los dueños de las mismas presenta aspectos sumamente interesantes. glos xrxuxvr>. Aspectos históricos e institucionales», que se defenderá en la Universidad Central de Barcelona Central de Barcelona el 19 de junio de 1981, dirigida por el doctor Manuel Rin, en 4 vois. La industria del hierro en Guipúzcoa

En efecto> si la rentabilidad de estos establecimientos no era de- masiado alta, puesto que dependía de una serie grande de factores (reparos —muy costosos—, avenidas de aguas que se llevaban la presa, canales o propia ferrería; incendios, etc.> y los arreglos más costosos corrían a costa del propietario (éste asumía, en los arren- damientos, el reparo de los cinco miembros más importantes de la ferrería: mazo, yunque> boga, canales y presa), no obstante> las fe> rrerías tenían como propietarios a las más importantes familias de Guipúzcoa. Por un lado, tendríamos a los llamados ¿ mucho más amplio, de familias ligadas a Pa- rientes Mayores (segundones, ramas colaterales> etc.)> oligarquía ur- bana (sobre todo los mercaderes). De forma y manera que además de los Parientes Mayores (Oñaz-Loyola, Balda, Lazcano, Alcega, San Mi- llán, Berástegui, Aguirre, Lizaur, Murguía, Ozaeta, Gabiria, Ugarte,

Zarauz, Iraeta, Achega, Cegama. . -) encontramos a otras familias de elevado nivel económico (Ereñozu, Elduayen, Lástur, Acelain, Elorre- gui, Vicuña, Alzolaras, Lasao, Santiago, Urnieta, Cruzat. Warthon, Lazon, etc.). Pero, además de los anteriores> tendremos en seguida (sobre todo en el siglo xvi) un tercer grupo de propietarios: las propias villas. El número de éstas como propietarios de ferrerías fue en constante aumento. Al fin y al cabo eran las que disponían de la mayor parte de los bosques y aprovecharon esta riqueza para disponer de un in- greso más en las débiles haciendas municipales. Es más, tomar en arriendo una ferrería municipal significaba un especial seguro para el surtido de carbón vegetal, ya que la villa era la primera interesada en que por su falta no se labrase> porque entonces sus ingresos des- cendían (la renta se fijaba, casi siempre, en un porcentaje sobre la producción). De esta forma irán apareciendo ferrerías propiedad de concejos, en ocasiones en régimen de copropiedad, y cuya explo- tación se hacía mediante su arrendamiento al mejor postor por el sistema de almoneda pública a candela encendida (se admitían pujas hasta la consumición de una vela). Hemos encontrado el siguiente 272 Luis Miguel Díez de Salazar cuadro de villas/concejos> propietarios de establecimientos fabriles siderúrgicos:

— Agaunza Lazcano y Ataún. — Agorrola Alquiza.

— Alcíbar Segura. — Ameraun Berástegui-Elduayen. — Amasaola Amasa-Villabon a — Añarbe Rentería. Arrabiola Segura. — Arsulondo Cizúrquil. — Fagollaga ‘-lernani. — Iibeltz Larraul (1/4 y Asteasu (3/4). — Larberrain Arnasa-Villabona. — Mendiaratz Villarreal y un particular. Mustar Berástegui-Elduayen. — Olaberría Oyarzun. — Olea Zaldibia. Olloquiegui Herástegui-Elduayen (2/3 y 1/3). — Orexarán Oreja, Gaztelu y Lizarra. Plazaola Berástegui y Elduayen (1576-1603). — Urriolondo Andoain. Urzarriaga Alegría. — Zalguibar Mondragón (1451-1461). Zuloaga Idiazábal.

VI. Acnuj’AcIo=qrsDE TIPO GREMIAL

En Guipúzcoa el movimiento asociativo gremial no existió, sobre todo si hablamos a nivel provincial. En cambio, sí fraguó un movi- miento de tipo municipal, agrupando a los practicantes de un mismo oficio dentro de la jurisdicción de una villa (caso de Mondragón) o de una zona geográfica supramunicipal (caso del Valle Mayor de Elgóibar). La razón del escaso éxito asociativo acaso debamos bus- carla en el propio carácter del hombre vasco de la época (amante de la independencia y autonomía personal), o en la dispersión geo- gráfica de la propia industria cuya unidad de intereses se contempla únicamente en varias actuaciones conjuntas de todas las ferrerías en pleitos contra la Hacienda y los abastecedores de mineral viz- caino (además de la unificación jurídica que les daba el Fuero de Ferrerías). El más conocido es el cabildo gremial de los ferrones de los valles de Elgóibar y Mendaro (con los valles menores de llego y Lástur). Conocemos las ordenanzas del mismo, hechas en 1442> 1444, 1446, 1448, 1453, 1454, 1462> 1482 y 1500. A través de ellas puede comprobarse que el movimiento asociativo vino de bastante más atrás, en una fecha imprecisa. Sin embargo, llama la atención que La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-XVI)... 273 la asociación en cabildo tuviese una organización tan perfecta y re- glamentada ya para el año de 1442 (en esta fecha pocas villas dis- ponían, que conozcamos> de ordenanzas municipales tan siquiera). El cabildo se agrupaba en torno a los intereses de las ferrerías del valle, aunque principalmente giraba en torno a las de la villa de Elgóibar. El esquema composicional era sencillo y eficaz: uno o dos alcaldes del Fuero de Ferrerías> como jueces para las causas entre ferrones; un prestamero> que ejecutaba los mandatos de los alcaldes y llamaba a junta de cabildo; el escribano> que daba fe de las reu- niones y otros actos oficiales (para el que se pidió el carácter de notario público> aunque ignoramos si el rey accedió a ello), y los ferrones. Su norma legal era el Fuero de Ferrerías (extendido a toda la provincia por Alfonso Xl, en 1338) y sus propias ordenanzas del cabildo. Estas son extensas y, en lo que una no derogaba a la ante- rior o anteriores> acumulables. Reglamentaban el reparto del bosque> precios y tasas a los galuperos (transportistas de la vía fluvial), sa- larios de los diversos oficiales> tasas y precios del carbón y, en gene- ral, todo aspecto de la vida económica de la siderurgia que convenía precisar y detallar. Sin duda alguna estas ordenanzas representan la legislación más rica y detallada de toda la siderurgia nacional, a 41 nivel de zona. Son un total de 83 ordenanzas El otro foco asociativo fue Mondragón> y fructificó en tres movi- mientos. El primero fue el gremio de los maestres masuqueros, con sus ordenanzas redactadas en 1455: agrupaba a los maestres masu- queros de la villa y, en realidad, es una concordia entre aquélla y los masuqueros (en la redacción de las ordenanzas intervino el regimien- to de la villa). Su fin primordial era impedir la desaparición de aquéllos mediante una serie de normas tendentes a garantizarles tra- bajo fijo y un salario determinado. Para ello se establecían ciertas servidumbres a las ferrerías masuqueras, en orden a la contratación de tales maestres> a los que, por otra parte> se les eximía de los apellidos a guerra (si trabajaban), trabajos comunales (velas> guarda de la cárcel) y tributos concejiles (pagarían únicamente un sexto de lo que aportaba un vecino normal). Paralelo a los masuqueros, los maestres tenaceros y porriqueros (todos eran oficiales que trabajaban en herrerías y ferrerías; deben su nombre al instrumento de trabajo: «masuqueros»/mazo; tenace- ros-c¿porriqueros»/tenazas) se unirán en una cofradía, bajo la advo- cación de Santa Lucía. Desconocemos su primera formación> pero ya para 1479 la cofradía originaba graves disturbios> de que cono- cieron las juntas provinciales> puesto que habían establecido ciertas ligas tendentes a monopolizar el trabajo y como enfrentamiento con-

41 A Marqueses San Millán y Villalegre, 9/155/1. 274 Luis Miguel Díez de Salazar tra determinados dueños de ferrerías. Hubo de intervenir, incluso, el propio monarca para deshacer los estatutos injustos de esta cofra- día. A finales del siglo xví aún funcionaba la misma. No conocemos el esquema interno organizativo de la misma, ya que las noticias que tenemos de ellas siempre han sido a través de los pleitos que motivaron sus intentos de fuerza y monopolio ~. Por último, está la cofradía de venaqueros de San Valerio> tam- bién de Mondragón. Las ordenanzas más antiguas que conocemos de la misma datan de 1434, pero en ella se habla de otras más anti- guas. Agrupaba a todos los venaqueros (= mineros), que se benefi- ciaban de las mineras de hierro y acero de lJdala, Zaráa, Bastida y Arreguía, sitas en el término municipal y propiedad comunal abierta a todos los vecinos. Este hecho motivará el que los estatutos de la cofradía no los redactasen los propios cofrades, sino que al regla- mentarse el beneficio de una propiedad municipal/comunal intervino el concejo de Mondragón en su redacción. Las ordenanzas de 1434 (breves y concisas) serán reformadas en 1539 en unas extensas y minuciosas capitulaciones (en número de 73). Se detallan en ellas las obligaciones religiosas y asistenciales de entre los cofrades, penas por jugar, reñir o levantar ruidos el día de la fiesta de San Valerio, etcétera. Como órgano decisorio estaba la junta, o reunión de todos los cofrades. El ámbito de validez se extendía a toda la jurisdicción de la villa, incluyendo a los foráneos que labrasen en las mineras. Igualmente se reglamentaba al detalle la entrada o salida de la co- fradía, propiedad y posesión (adquisición y pérdida de las mismas) de las mineras, protección de las mismas, penalización de robos, contratos laborales entre parcioneros, adquisición del status de co- frade> penas contra los contraventores (y su destino), etc. El deta- liado reglamento de cada aspecto da idea de la difusión y alcance que alcanzó esta cofradía 1 No conocemos más variedades organizativas de actividades sidero- metalúrgicas o mineras dentro de la provincia. En todo caso, la in- vestigación de archivos notariales (registros de protocolos) presenta el hecho de que la fórmula de acceso a la «oficialía» desde la fase anterior o de aprendizaje nunca habla (en los numerosos casos que hemos comprobado> de organización gremial alguna entre la oficia- lía, sino que se sigue un esquema tradicional (unos cinco años de aprendizaje) para el oficio, silenciándose el posible examen final para alcanzar el grado de oficial o maestro por parte de este tipo de organizaciones.

AM Mondragón, carpeta A, núm. 23. ~ A Marqueses San Millán y Villalegre, 9/155/2. La industria del hierro en Guipúzcoa (siglos XIII-X VI)... 275

VII. CONCLUSIONES

— Las villas guipuzcoanas mantuvieron a lo largo de los si- glos XTII, xiv, xv y xvi una floreciente industria siderúrgica que, en unión con la existente en la vecina Vizcaya (algo más importante), sería la más importante del Continente, lugar que perdió en la se- gunda mitad del siglo xvi.

— Las ferrerías, donde se producía el hierro, instaladas fuera del casco urbano, estaban íntimamente ligadas a la vida municipal a través de varios vínculos: de interés económico (la ferrería era, en ocasiones, propiedad de concejos; consumía gran cantidad de carbón cuyo suministro compraban de las villas; abastecían a las industrias manufactureras de las villas...), ligazón jurídica (sometimiento a las ordenanzas municipales y establecimiento de concordias entre las partes) y socioeconómico (la ferrería daba trabajo a gran parte de los habitantes de la villa próxima, tanto directa como indirectamente).

— El número de las mismas, importante ya a comienzos del si- glo xiv (en las cuentas de Sancho IV de 1292-93 encontramos que de Guipúzcoa salieron y se exportaron, vía marítima, 8.230 quinta- les), fue en aumento constante hasta mediados del siglo xvi, fecha en que se estancó la industria por la situación de alza de precios y competencia de hierros europeos en los mercados internacionales> y entró en franca crisis a finales de esta centuria.

— Daban trabajo a más de un 20 por 100 de la población de la provincia e, indirectamente> a un número muy elevado de familias (venaqueros> boyerizos y otros transportistas, mercaderes, herreros, etcétera).

— Eran propiedad de las familias más ricas, de la extracción social más elevada de Guipúzcoa (Parientes Mayores y sus allegados, mercaderes) y, en un momento dado, un número considerable de ferrerías pasó a ser de propiedad municipal (bien por compra al anterior propietario, bien por edificio nuevo decidido por la villa).

— Contaban con un sistema jurídico propio (Fueros de Ferre- rías), pero rara vez se unieron en movimientos de tipo gremial> de los que únicamente conocemos cuatro.

ADDENDA

Con posterioridad a este Congreso y sobre el mismo tema, hemos publicado los siguientes trabajos:

— Ferrerías de Guipúzcoa (siglos XIV-XVI), Haramburu editor, San Sebastián, 1983, 2 vols: 276 Luis Miguel Díez de Satazar

— vol. 1: Historia. 387 págs.

— vol. II: Fuentes e Instituciones. 379 págs.

— Ordenanzas del Cabildo gremial de Ferrones del Valle de Mar- quina de Suso <1442-1500), en el «Homenaje a 3. Ignacio Te- llechea Idígoras», «Boletín de Estudios históricos sobre San Sebastián», núm. 16-17> 1 (1982-83), pp. 195-230.