Número 21 ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA

ESCRIBEN Roberto Fernández, Enrique Dussel, Eduardo Prieto, Eduardo Subirats, Emilio Nisivoc- cia, Ehud Manor, José Manuel López Ujaque, Luis del Valle, Mary Mendez, Carlos Tapia, José Ramón Moreno Pérez, Antonio Fernández Alba

ISSN 2469-0503 AGOSTO 2016 21 - 1 - aSTRAGALO: REVISTA CUATRIMESTRAL IBEROAMERICANA nº 21, AGOSTO 2016 ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA

Razón de las Ilustraciones De la propensión por el proyecto barroco del del jardín al rigor de geometrías regularizadas espectáculo de lo natural destaca la compilación sino más bien una panoplia donde se exhiben que el editor Nicolaes Visscher publica en 1685 panoramas teatralizados de un tenor que sólo conteniendo las intrincadas piezas que Ro- se advertirá en el surrealismo, también flamen- meyn de Hooghe dedicó al Parc del castillo de co, de los muy modernos Delvaux o Magritte: Anghien, una intensa remodelación de una vie- paisajes no tanto de lo natural de-formado o ja propiedad de la familia Arenberg que Pierre trans-formado sino entornos fantasmagóricos de Luxembourg compró cerca de Bruselas. de sueños y representaciones únicamente ubi- Los dibujos que dejó De Hooghe, cuya cables en el terreno del inconsciente: contraes- entidad entre proyecto y descripción resulta di- pacios turbulentos. fícil de discernir ya que en cualquier caso con- Los grabados están en el gabinete KB de tienen mucho del delirio inventivo del excelso la National Library of Netherlands, a quién agra- grabador flamenco, hoy aparecen como refe- decemos su inclusión en esta revista académica. rencias no ya de un sometimiento afrancesado

La segunda época del proyecto ASTRAGALO se desarrolla desde el CAEAU (Centro de Altos Estudios de Arquitectura y Urbanismo). UAI (Universidad Abierta Interamericana) Buenos Aires

Rector: Dr. Rodolfo N. De Vincenzi Vicerrector Académico: Dr. Mario LAttuada Carrera de Arquitectura Decana: Gloria Diez Coordinador: Juan Manuel Borthagaray Director Sede Rosario: Emilio Farruggia Secretaria Academica: Vicenta Quallito

Organismo/editor responsable Chacabuco 90 1er piso, (C1069), CABA. Contacto [email protected] Diseño Jimena Durán Prieto ISSN 2469-0503

- 2 - Número 21 - Agosto 2016 ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA

- 3 - ESPACIOS SUBORDINANTES Y SUBORDINADOS EN EL PROYECTO CONTEMPORANEO

ÍNDICE

Roberto Fernández ESTADOS DE TURBULENCIA 13

Enrique Dussel TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD 31

Eduardo Prieto DESPUÉS DE LA METAFORA DE LA MÁQUINA 55

Eduardo Subirats ENCRUCIJADAS DE LA ARQUITECTURA 63

Emilio Nisivoccia DESPUÉS DE LA DESILUSIÓN.ALDO ROSSI Y MONTEVIDEO 71

Ehud Manor BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD 79

José Manuel López Ujaque PREFERIRÍA NO HACERLO. ARQUITECTURAS DE BARTLEBY 89

Luis del Valle LA CIUDAD MODERNA. ARTE Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS 60 103

Mary Méndez LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO 121

Carlos Tapia DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO 129

Espacio de Libros de Espacio EL CANSANCIO TRANSPARENTE 157 UNA (OTRA) HISTORIA DE LA MODERNIDAD 161 EL LUGAR DE UN FORZADO ENCUENTRO 163 PLIEGOS POR LA REGIÓN DEL AIRE 169

Lo que viene 172 Autores 173

- 4 - ASTRAGALO Segunda Epoca

Dirección ANTONIO FERNÁNDEZ ALBA Dirección Ejecutiva ROBERTO FERNÁNDEZ Comité de Dirección MARGARITA GUTMAN Nueva York TERESA OCEJO México CARLOS DIAS COMAS Porto Alegre FERNANDO DIEZ Buenos Aires DIEGO CAPANDEGUY Montevideo EDUARDO PRIETO Madrid

La revista ASTRAGALO se creó en Madrid, a ofrecen los catálogos de fotografías satinadas y instancias de su proyectista, activista y funda- coloridas. ASTRAGALO era una revista escrita dor Antonio Fernández Alba, en 1994 y publicó y adusta, en blanco y negro, cuando más con 19 números hasta 2001. El rótulo Revista Cua- algún pequeño auxilio de imágenes de línea y trimestral Iberoamericana indicaba su intención seguirá siendo así. de periodicidad (que se cumplió en sus últimos Fernández Alba lideró esa primera épo- 4 años) y su alcance o referencia, como una es- ca convocando a algunos de sus amigos como pecie de puente iberoamericano que Antonio Eduardo Subirats o Angelique Trachana, que cruzó físicamente muchas veces y que además fueron relevantes para el trabajo de esos núme- prohijó en su multiplicada y distinguida co- ros. Y además se publicaron unos 200 ensayos lección de amigos de ultramar. Tuvo además entre otros, de Roa Bastos, Debray o Benedet- algunas señas de identidad como un diseño ti, de Lledó, Virilio, Maldonado, Baudrillard o gráfico clásico (que efectuó Antonio quién ade- Augé, de Gregotti, Battisti, Kurokawa o Mones- más preparaba cada tanda de originales), un tiroli, de Liernur, Miranda, Waisman, Segre, cierto empaque de revista-libro y la proclamada Montaner o Teyssot , de Dardel, Dematteis, e ideológica intención de ser una revista escri- Manzini o Choay y un largo etcétera. Se podría ta, es decir, sin la profusión de imaginerías que decir que alcanzó una categoría casi underground caracterizan cualquier publicación de arquitec- de magazine de culto, sobre todo en América tura y más aun rechazando el deslumbramien- Latina donde era muy difícil acceder a ejempla- to de ese culto de apariencias que ofrecían y res su previsible dificultad de distribución.

- 5 - ESPACIOS SUBORDINANTES Y SUBORDINADOS EN EL PROYECTO CONTEMPORANEO

En esta instancia desde el CAEAU lan- des. Con ellos hemos preparado una lista de zamos una segunda época de ASTRAGALO, temas que esperamos funcionen a manera de que será digital y de acceso libre y gratuito así convocatorias para el envío de trabajos, que in- como también se digitalizarán los 19 números cluimos al final de este número. previos con la posibilidad de consulta. Hemos Esperamos que los nuevos y viejos ami- propuesto, aun en formación, un Comité de gos la difundan y la nutran con sus colaboracio- Dirección de referentes de diversas partes de nes y que se mantenga y profundice la voluntad Iberoamérica y de su mundo académico y pro- analítico-crítica y el interés por la teoría de la fesional. Ellos canalizarán regionalmente esta arquitectura y la cultura de la ciudad que pro- nueva etapa y podrán eventualmente efectuar pusiera Antonio Fernández Alba, su director de versiones impresas de la revista en sus ciuda- antes y de ahora.

ASTRAGALO Moldura de sección semicircular convexa, cordón en form de anillo que rodea el fuste de la columna bajo el tambor del capitel (Arquitectura) Hueso pequeño, corto, de superficies bastante lisas excepto los laterales que son rugosos, de excepcional importancia en los movimientos de la marcha (Anatomía) Las plantas del género Astragalus son flores,algunas veces solitarias pero casi siempre en racimos, espigas o nubelas (Botánica)

- 6 - ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA

Si bien breve y excesivamente entusiasta la mo- minismo cortesano alla Versailles sino que mar- dernidad se atuvo a una hipótesis optimista, a tilló, hasta en sus vertientes finales delexistenz una intención posindustrial y posiluminista de mínimum y , en la idea de un mundo alcanzar la felicidad universal, que el paradig- en el que la felicidad sería una consecuencia del ma revolucionario francés consagró en la utopia orden racional. Huelga decir que como lo apun- de una constitución de iguales y que antes había tó Adorno, eso acabo en la precisión eficiente de fatigado el proyecto kantiano de un juicio (po- los campos de concentración. lítico y estético) precisamente definido como universal. En el ensayo de Roberto Fernández − La propia modernidad convivió con sus Estados de Turbulencia− se intenta una primaria demonios irracionales y dio curso a pulsiones cartografía de las contradicciones latentes en subjetivas que si bien extremaron el rol ilumi- el ideal de felicidad mecánica y racionalizada nador del genio también tuvo que asumir el cos- del proyecto moderno a la luz de las tensiones tado surreal e inconsciente de la creación y la y turbulencias en torno del costado oscuro y previsión de mundos en los que la consumación pulsional de las imaginerías expresionistas de ideales estéticos flagrantemente subjetivos que en una compleja genealogía que podría colisionara con la modelística de una mecánica vincular a los tardobarrocos Piranesi y De de la felicidad en experimentos salvajemente au- Hooghe con el postmodern de un imaginario toritarios que como el falansterio fourieriano de arquitecturas felices que abarcarían desde no sólo intentaba apropiarse del despótico ilu- los cines-templos californianos de Lee o la do-

- 7 - ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA mesticación de las tecnologías de los gadgets su ensayo Después de la Metáfora de la Máquina, implícito en el modelo de las Case Studies del pero a pesar de ese rescate de la actualidad de la oeste americano, incluyendo además las pro- máquina, es evidente en su discurso, el despla- pias contradicciones en la biografía de algunos zamiento de ese ideal de modernidad feliz y al héroes de la racionalidad feliz weimariana que servicio y liberación de la fuerza humana, hacia como Ernst May usó los jugosos honorarios co- las dimensiones inmateriales, cognitivas, digi- brados en la gestión de la new town comunista tales y teñidas de cierta fatalidad apocalíptica de Magnitogorsk para convertirse en hacenda- en cuanto a asumir la caída de la sustentabili- do en su propio Reich en Tanganika. dad del mundo.

Enrique Dussel, cuya contribución al El discurso de Eduardo Subirats que análisis minucioso de las relaciones culturales aparece en su ensayo-disertación Encrucijadas entre centros y periferias –que incluye una ajus- de la Arquitectura recorre bajo el nombre un te de cuentas del aporte de Marx y diálogos a tanto compasivo de encrucijada en realidad uns veces ríspidos con protagonistas de la revisión sucesión de fracasos de modernidad, desde la cultural central de la modernidad− propone un breve ilusión del , la incapacidad es- análisis del fin de la modernidad alrededor de la pañola de superar sus años de atraso y desem- crítica a su fase final o postmoderna (entendi- bocar en una modernidad más crítica o lúcida ble como mero aparato simbólico del último (el dirá vitriólicamente: menos imbécil) hasta movimiento capitalista globalizado) y del análi- el entronizamiento neoyorquino de un post- sis de las nuevas tensiones implícitas en los tér- modern ilusionista, superestructural y cínico, minos del título de su ensayo –Transmodernidad todo ello para describir desde su externidad de e Interculturalidad− que intenta precisamente filósofo estético, la marcha de la arquitectura cierta cartografía del final de modernidad en el moderna-postmoderna y su declinación social contexto de los procesos que ligan y diferencian y cultural, salvo la alternativa de ciertos episo- el lento y prepotente emerger de una civiliza- dios brasileños en que tareas de Niemeyer, Cos- ción global frente a la explosión de múltiples y ta, Bo Bardi o Burle Marx parecen reinventar la fragmentarias culturas locales sesgadas inter- potencia cívica de una arquitectura que asume namente entre intenciones de nuevo cosmopo- su cualidad mestiza, la relevancia del cuerpo y litismo y nuevas formas de resistencia política, el paisaje y cierta insistencia en rescatar la po- social y cultural. sible contribución proyectual a una cultura que aunque regional emerge con destellos de defen- Representadas hoy por los artefactos del sa de algunos valores modernos históricamente environmental-tech, los programas digitales de la colapsados como la idea de espacio público. arquitectura paramétrica, los dispositivos de fa- bricación de la artesanía digital o los aparatos y La oportunidad de rememorar un pasaje las atmósferas de la antropotécnica, las máquinas del entronque entre pensamiento eurocéntrico siguen desempeñando papeles sustanciales en la ar- y marginal y sus conflictos es convocada por quitectura pone Eduardo Prieto en un pasaje de Emilio Nisivoccia en su ensayo Después de la

- 8 - Desilusión en que se ocupa de entrever como esa inicial de este concepto alternativo de asenta- palabra desilusión es usada por Aldo Rossi para miento va declinando tanto como su relevancia sintetizar la experiencia de su visita a Montevi- política y casi un siglo después de su invención deo en los 80 y que si bien la usó el ilustre visi- el modelo persiste pero bastante transformado tante podría decirse que fue también lo que tiñó en su idealidad utópica alternativa frente a las el impacto receptivo de esa visita en Sudamérica formas capitalistas convencionales, aunque su y sobre todo la dificultad en entender el denun- autor –el mismo, un kibutzin– todavía presenta ciado maridaje (esgrimido por Marina Wais- cierta imagen optimista frente al futuro de es- man) entre militancia de izquierda y apologías tas experiencias y sus valores de confrontación de monumentalismos fúnebres a caballo de las a la lógica del capital. experiencias urbano-monumentales de Musso- lini y Stalin. La veleidad intelectual de construir José Manuel López Ujaque en su escri- una forma autónoma de leer la ciudad no calza to Preferiría no hacerlo. Arquitecturas de Bart- en la discusión sudamericana entre disciplina y leby, que es un fragmento de su investigación profesión sobre todo porque las realidades so- doctoral en ETSAM recorre por así decirlo un ciales están muy lejos del ideal moderno de las hilo perdido de relación entre la modernidad burguesías urbanas y el desgano expresivo que orientada a una máxima economía de medios la neutralidad rossiana tiene como connotación (emblematizada en la propuesta del arte con- posindustrial aquí trocaba en mayores intereses ceptual de Duchamp) y cierto flanco de posmo- por caso, en las experiencias tecno-expresivas dernidad que también ligado a formulaciones de un Salmona, no para entronizar a éste en una del concept art y otras derivas estéticas recien- ejemplariedad político-social (también hacía ar- tes como la cuestión posproductiva expuesta por quitectura para ricos) pero sí para contraponer Bourriaud, decanta en tendencias más críticas otra mirada expresiva al tipologismo rossiano y evanescentes alejadas tanto del falso esencia- en tanto manifestación específica de ciertopost - lismo minimalista como del imperativo de la modern italiano. manipulación objetual, en aras de valorar cierta estrategia (casi posproyectual o hasta anti-pro- El historiador Ehud Manor enfoca en su yectual) que se concentra en la potencia crítica ensayo Borrando las diferencias entre el campo y de una enunciación casi totalmente inmaterial la ciudad –en que apela al célebre aforismo mar- por ejemplo en las intervenciones de Price o en xista− la cuestión del kibutz que también sería algunos trabajos de Lacaton&Vassal. pasible de entenderse como otra forma utópica de representar el ideal de la felicidad moderna, El estudio presentado por Luis del Valle en este caso formando parte de la estrategia po- bajo el título La Ciudad Moderna. Arte y Cine en lítica sionista de crear el nuevo Estado israelí y la Buenos Aires de los 60 hace parte de la intensa del modelo territorialista de esa estrategia que investigación doctoral de su autor y se centra en trataba de congeniar la necesidad política con la el momento crucial del welfare state y la sensa- recreación del ideal socialista. El escrito objeti- ción que en los 60 se tiene de haberse alcanzado vamente testimonia un ciclo en que la potencia un estadio de felicidad social consecuente del

- 9 - ESCENAS FINALES DE LA FELICIDAD MODERNA progresismo moderno aunque ello se expresará El ensayo de Carlos Tapia (Derivas crí- más en un nivel propio del imaginario colecti- ticas de la ciudad postomoderna:Sueño colectivo vo que en las transformaciones avanzadas del y contraespacio) pone magistralmente al dia espacio público urbano, lo que puede estudiar- un enjundioso resumen de sus investigaciones se alrededor de la construcción ideológica y es- históricas y teóricas en la línea inextinguible tética de tal imaginario a partir de productos del Benjamin que aseguraba que entender el relevantes del arte y el cine y de cómo estos presente o delinear el futuro exigía un trabajo registros comparten y elaboran ciertas expre- arqueológico soble los cimientos de la moder- siones de la ciudad deseada por cierta utopía de nidad cosa que el mismo hizo en los Passages tal época, aglutinantes de ideas tales como la y que cultivan algunos de los intelectuales que extremada confianza tecnológica de Archigram mejor aportan a entender las derivas moderni- o la noción de revolución urbana en Lefevbre y dad/postmodernidad (como Crary, Jay, Harvey, los manifestantes de la Paris sesentista. Cadava o Buck Morss) y que Tapia reorganiza a partir de indicios técnico-registrales (como la Mary Mendez, que enseña Historia en documentación de ciudad que instituye desde Uruguay, presenta una faceta específica del op- su inicio, la fotografía), construcciones visi- timismo desarrollista anti-urbano que se revela vas devenidas del teatro (como representación en las ideas y en algunos proyectos del relevante pero también como metáfora), de la literatura, proyectista oriental Mauricio Cravotto –La Al- el cine o la plástica y argumentos apoyados en dea Feliz de Mauricio Cravotto− que precisamen- el aparato imaginario del inconsciente (desde te discurre sobre la construcción de esa noción el uncanny freudiano al imaginismo lacania- de tinte howardiano de vida rurbana en varios no), todo dentro de la exigencia de desbordar de sus proyectos uruguayos y argentinos. El el marco iluminista del racionalismo y estudiar optimismo sudamericano de la primera mitad los bordes oscuros de una historia apolínea de del siglo pasado decantaba en una operación la arquitectura y ciudad en torno de la necesa- selectiva del vasto arco de oportunidades de la ria reconstrucción del pensamiento ligado a la modernidad en este caso eludiendo la seducción expresión, lo surreal o lo polisémico del mundo maquinica del por entonces triunfante raciona- de las imágenes, cuyo triunfo sobre las cosas o lismo de las siedlungs weimaianas optándose los objetos puede ser leído como un dato de la por un enfoque de inspiración morrisiana, es consumación de la deriva o pasaje de lo moder- decir de una aristocracia estética de preten- no a posmoderno. sión generalizante. Cravotto agrega a ello su interés por algunas experiencias norteameri- Los pequeños escritos de rescensiones canas –como la TVA y su encaje en el linaje de que se incluyen en Espacio de Libros de Espacio Mumford− coincidendo algo con el ruralismo de también aportan (tanto el referente como su Wright que por otra parte también le pareció analista) a la comprobación del potencial ima- una opción adecuada al otrora ultraduro May, el ginario de la utopía de la modernidad feliz y asi profeta hiperracionalista cuando pudo conver- el comentario de Fernández Alba (Pliegos por la tirse en terrateniente en Tanganika. región del aire) revisa la producción del polígrafo

- 10 - Fernández Galiano como síntoma de su dificul- Acompañamos también una breve res- tad de congeniar un espíritu crítico acuñado en censión que firma el catedrático santafesino formaciones de izquierda con la valoración de Luis Müller del reciente libro de Eduardo Prieto un presente proyectual jet set difícilmente va- –uno de los miembros del Consejo de Dirección lorable en su exasperada vanidad y frivolidad. de Astrágalo− que bajo el prometedor título La En la nota sobre el filósofo coreano-ale- ley del reloj avanza sobre sus temas por así de- mán devenido best-seller Byung-Chul Han (El cirlo, ligados a una historia técnica de la moder- cansancio transparente) se analiza un par de la nidad y a su manera, abriendo la perspectiva de docena de pequeños libritos de unas cien pági- otra vertiente historiográfica que había inau- nas que editó en los últimos años –La Sociedad gurado las investigaciones sobre Arquitectura y del Cansancio y La Sociedad de la Transparencia− Energía que había iniciado hace dos décadas su en que se estudian con cierto distanciamiento mentor de tesis y compañero periodístico Luis entomológico (a lo sumo a Byung le interesa la Fernández-Galiano. estética pero nunca la ética) procesos de pasa- Y en el importante estudio de Jose Ra- je de lo moderno a lo postmoderno tales como món Moreno (El lugar de un forzado encuentro) se el paradigma de la productividad o la voluntad aborda el análisis de uno de los libros recientes de construcción de una escena pública que li- de Sloterdijk −Los hijos terribles de la Edad Mo- quidara el interieur burgues. Tales procesos derna. Sobre el experimento antigenealógico de la devinieron en hipertrofias monstruosas –la modernidad− quién ya estaría ocupando el espa- transparencia y todo el sistema de policlasis- cio de pensador principal de época, a la luz de mo aperturista y la exégesis de una democracia sus cruces con aportes poliédricos que como los visible en sus engranajes se transfoma lenta- de Calasso, Groys, Agamben o Negri, terminan mente en pornografía o exhibición mecánica por armar una urdimbre acerca de la necesaria de apariencias superficiales− o en consecuen- crítica de una modernidad de pretensión anti- cias deshumanizantes –el imperativo de rendi- genealógica (o de invención absoluta y ahistóri- miento deviene vida únicamente destinada a la ca de un mundo racional devenido pura utopía) producción (como Crary lo estudió en su 24/7 cuyas falencias obligan a entender los trágicos y la búsqueda de productividad aún durante el finales del modelo de felicidad universal ahora sueño) y en la multiplicación de la violencia neu- en que toda esa positividad se resquebraja. ronal generalizada−.

- 11 - - 12 - ESTADOS DE TURBULENCIA Roberto Fernández

La crisis altomoderna de la razón presenta mo- concepción utópica, en el pleno sentido de la tivos filosóficos, estéticos y políticos. Se pre- negación del topos posible y por tanto, en la in- anunciaba a nivel de la especulación filosófica dagación de percepciones imaginarias, nuevas en el cuestionamiento teológico y político que conexiones entre la mente y los sentidos. Spinoza hace del sujeto a favor de la multitud o Hacia mediados del siglo XVII y en el im- en el tratamiento amistoso del diferente en que pulso contracultural de lo barroco (aburguesado Montaigne busca fundar una ética de la otredad, o de una religiosidad disuelta en la equivalencia no necesariamente eurocéntrica. Ya en el siglo de poder de las partes del cisma cristiano) en las XVII Descartes no estaba sólo en su empresa de capitales flamencas y holandesas no sólo crepi- fundar lo moderno sino que convivía con pen- taba el dinero de los errantes judíos ocupados sadores radicalmente opuestos para quiénes en el naciente comercio de diamantes africa- la expectativa de conocimiento no significaba nos o de especias indonesias, las elaboraciones unilateralmente sólo aquello adquirible según de los postulados tardohumanistas de Erasmo el método científico. que un siglo antes había des-cubierto Europa Artistas barrocos marginales –mas ob- mas allá de la miopía de la mera cristiandad, las servadores o cronistas que ejecutores o propa- novedades científicas de los ópticos que como gandistas (de la fé)− como Romeyn de Hooghe Spinoza pulían cristales y descubrían/descri- o Gian Battista Piranesi podían desafiar, en su bían mundos de escalas macro y micro o los pa- imaginación calenturienta, la razón de las es- cientes pintores que como Vermeer en poco mas téticas calculadas y plantearse propuestas de de 30 cuadros medianos hechos durante toda

- 13 - ESTADOS DE TURBULENCIA

G.B.Piranesi Carceri d´Invenzioni una vida cumplían el ideal de fundir una nueva no sólo con la imprenta sino con las novedades visión y un nuevo pensamiento: también des- óptico-visuales flamencas: veáse el importan- puntaban, uniendo todo ese magma de noveda- te El Arte de Describir de Svetlana Alpers1– al des, personajes versátiles que como Romeyn de ocuparse frenéticamente de pintar, esculpir, Hooghe (nacido en Amsterdam en 1645 y apa- hacer grabados –se le conocen mas de 3500−, ciblemente muerto en Haarlem hacia 1708) se acuñar monedas, dibujar caricaturas políticas ocupaban poligráficamente de la primera repro- (de y para Luis XIV y Guillermo de Orange entre ductibilidad técnica del arte –que había nacido otros) o proyectar-analizar-criticar jardines así

- 14 - Roberto Fernández como convertirse en experto en artes y saberes satírico están fuera de discusión (Doré poseía iniciáticos jeroglíficos (su Hyerogyphlica o libro casi todos sus álbumes ilustrados) su fama liber- de emblemas, tratado de correspondencias en- tina pudo haber sido apócrifamente acuñada en tre imágenes simbólicas y sus significados apa- venganza de los alcaldes y autoridades religiosas reció después de muerto su autor en 1735 y fue de Amsterdam por su campaña de sardónicos un best seller fuertemente atesorado, algo que afiches críticos de tales personalidades. puede sumarse a la tradición de Kircher espesa- No debió haber resultado tan inmoral o da por Thomas Browne o Cesare Ripa). poseía ingentes capacidades políticas pues en Ducho el dutch para habilidades que hoy 1688 es nombrado Administrador de Justicia lo pondrían en el centro del cruce entre espec- en Haarlem y allí se proyecta para sí una casa y táculo y política, en 1692 publica una crónica una escuela de dibujo, habilidades que se vincu- gráfica del viaje por Holanda de su majestad bri- lan a su supuesta primacía en el entronizamien- tánica –Entry of William III into Holland− o poco to del género pictórico del interior arquitectónico, después del Divo e invitissimo Leopold I a Bruxe- que iba a ser quizá lanzado unas décadas antes llis así como compone numerosos repositorios por el apreciado Pieter Saenredam, saludado en gráficos que trataban la realidad de la época los 60 por un exegético artículo de Roland Bar- –como su volumen sobre el sitio de los turcos thes y un estudio de Pierre Bourdieu, es decir, a Viena, por dónde dicho sea de paso, llegará el la creme del estructuralismo. café a Occidente– o el curioso escrito editado en También de Hooghe compuso un deta- Antwerp por George Gallet en 1700, La maniere llado mapa urbano de Haarlem y según parece de bien sa preparer la mort, de Chertablon y Santa había participado del diseño del jardín del Pa- Clara (filósofo referencial del primer Heidegger lacio Real de Het Loo, en Appeldom, que sue- católico) en el que el magíster Romeyn ilustra le atribuirse a Claude Desgotz, sobrino de Le las artes senectales de la conjunción de la muer- Notre, como corresponde a este petit Versailles te profética con la natural, inaugurando un pai- holandés erigido rápidamente hacia 1684. saje de espectros esqueléticos y calaveras que De esta propensión por el proyecto ba- puebla el imaginario barroco que seguramente rroco del espectáculo de lo natural destaca otra llegó a México y se ata en su ars moriendi con compilación que el editor Nicolaes Visscher sus grabados pocos años anteriores, sin duda publica en 1680 conteniendo las intrincadas pregoyescos, sobre las atrocidades de la guerra. piezas que de Hooghe dedicó al parc del castillo Pero por otra parte nuestro personaje se de Anguien, una intensa remodelación de una acerca al aura sadiana ya que no sólo montó un vieja propiedad de la familia Arenberg que Pie- pequeño taller para grabados rápidos con el que rre de Luxembourg compró cerca de Bruselas. hizo fortuna sino que se ocupó de imprimir acti- Los dibujos que dejó De Hooghe, cuya vamente material pornográfico, rubro en el que entidad entre proyecto y descripción resulta se erigió en especialista y del cuál devino todo difícil de discernir ya que en cualquier caso un costado tortuoso de su vida pública, del cuál contienen mucho del delirio inventivo de nues- se cree que mandó prostituirse a su propia espo- tro polígrafo, hoy aparecen como referencias no sa. Si bien su rol de artista político e ilustrador ya de un sometimiento afrancesado del jardín

- 15 - ESTADOS DE TURBULENCIA al rigor de geometrías regularizadas sino mas cidad de referirse al orden de la naturaleza que bien una panoplia donde se exhiben panoramas hasta entonces, el arte debía imitar. teatralizados de un tenor que sólo se adverti- Tafuri2 plantea algunas ideas acerca de la rá en el surrealismo, también flamenco, de los descomposición de los regímenes clásico-mimé- muy modernos Delvaux o Magritte: paisajes no ticos de Piranesi: …En las Carceri se observa una tanto de lo natural de-formado o trans-forma- desintegración constante de las estructuras que, a do sino entornos fantasmagóricos de sueños y pesar de todo, tiene una función precisa. Precisa- representaciones únicamente ubicables en el mente esta desintegración induce al espectador a terreno del inconsciente. recomponer trabajosamente las distorsiones espa- El personaje barroco, algo tardío, que ciales, a reunir los fragmentos de un puzzle que al viene a postular el desorden de la armonía del final se revela como insoluble. Pero se podría decir material clásico a favor de combinatorias libres también que el espectador de las Carceri se ve obli- y hasta aberrantes, comprometiendo el espíritu gado, más que invitado, a participar en el proceso de de concinnitas, en la cuál encontramos gérme- reconstrucción mental propuesto por Piranesi. nes de modernidad es Gian Battista Piranesi, En otro pasaje Tafuri alude a las ideas artista romano de la segunda mitad del siglo compositivas de las Carceri y en particular a una XVIII (1720-1778). deliberada descomposición de los materiales Si bien parecería haber incursionado históricos al cuál sólo aparentemente parecía prácticamente en algunas pocas intervencio- afecto Piranesi sus aventuras juveniles nes urbano-arquitectónicas –un plano para protoarqueologistas: En especial, sus restitucio- el Corso di Tévere (1744), una nueva planta de nes en perspectiva son reveladoras del método de Roma (1748), trabajos de restauración de San- composición seguido por Piranesi; sus organismos ta María del Priorato (1744-6), trabajos en el complejos resultan originados por planimetrías Palazzo Quirinale (1767) y relevamientos de en las que domina únicamente la casualidad de ruinas de Villa Adriana (1747)– su profesión los episodios, el entrecruzado carente de leyes de principal fue la de grabador, dos de cuyas co- superestructura, el apartamiento de las leyes de lecciones, las Cárceri d´Invenzioni (1740) y las perspectiva; hasta el punto que parecen reales unas Vedute di Roma –que incluyen sus visiones del sucesiones inexistentes de estructuras. Lo cual con- Campo Marzio− (1748) introducen ampliamen- trasta claramente con la continua alusión, presente te en la polémica que referimos. en todas las estructuras imaginarias de Piranesi, a Piranesi exalta la privación de significa- la austeridad y a la organicidad de la arquitectura dos y manipula los materiales clásicos con una etrusca y romana. Así pues, por un lado tenemos negación del orden y con un fragmentarismo desarticulaciones de organismos y por otro, unas crítico que instala como dirá Tafuri, una virtual referencias a precedentes históricos altamente es- imagen de podredumbre, respecto de la tradi- tructurados. Las contradicciones de Piranesi em- ción y sus repertorios materiales. Piranesi re- piezan a mostrarse en toda su complejidad. construye y reintegra, en imágenes imposibles, Las visiones fantásticas de unas ruinas aquellos materiales manifestando su finitud y romanas, reconstruídas en los relevamientos e la caída de su potencia ordenadora y de su capa- introducidas en un nuevo orden exasperante-

- 16 - Roberto Fernández mente urbano, denso, contradictorio, con una clase de proyecto que es en si una investigación cabal pérdida de sus originarias cualidades pro- autónoma, no un paso técnico previo a una con- yectuales –por ejemplo, la idea de monumen- sumación real ulterior. Este valor autonómico talidad como relación figura-fondo del objeto que Piranesi instala en su producción iconográ- monumental– anticipan o prefiguran el orden fica anticipará la crisis del proyecto como ins- formal moderno de las ciudades, el que ya ha tancia instrumental que formularán Eisenman olvidado toda referencia real o metafórica de o Hedjuk hacia 1980. lo natural para abarrotarse en una cancerígena Los irracionales Hooghe y Piranesi an- reproducción de los repertorios históricos con ticipan regímenes de turbulencias o estatutos formas absolutamente privadas de sus conte- delicuescentes de ensoñación y pesadilla como nidos significativos. bien empalma quizá con el corazón mas van- Las cárceri, en tanto espacios delibe- guardista de la modernidad, es decir el conjunto radamente abstraídos de toda funcionalidad, de las experiencias del dadaísmo y surrealismo implicarán una fantástica indagación de la encarnada en Schwitters o Ernst. Tafuri deli- conformación proyectual de lo espacial, disol- neó algunos de estos circuitos, por ejemplo la viendo de manera avasallante el concepto de composición. Piranesi desde la experimentación teórico-proyectual anclada en dispositivos de representación que obstruyen la visualidad convencional, inaugura la vía específicamente moderna de una manipulación arquitectónica ya no de los continentes formales sino de los contenidos espaciales. El espacialismo piranesiano o su desin- terés en la cuestión de las pieles o envolventes, abre un campo de pensamiento mas esencia- lista sobre la categoría espacial la que deberá esperar un par de siglos para encontrar alterna- tivas tecnológicas antitectónicas que le confie- ran viabilidad mas allá de los dibujos. Piranesi también aparece como uno de los que inicia la clausura del valor representativo del dibujo, o sea de esa definición misma de la noción de proyecto que había impuesto Brunelleschi en el Renacimiento como un ver-antes amparado en la potencia mimética de un objeto aun no exis- tente que presentaba la perspectiva communis. Piranesi desprecia esa facultad premonitoria o anticipativa del dissegno y nos habla de una R.Calasso La Folie Baudelaire

- 17 - ESTADOS DE TURBULENCIA conexión entre Piranesi y Eisenstein y como el de billar en el cuál unas bolas de márfil pue- método paranoico-crítico (usando la definición den voltear unos pinitos o clavijas de madera, de Dalí) del italiano convive con los discursos divertimento de salón que parece estar en la filmicos del ruso organizados según las caracte- arqueología del juego mecánico de las pinballs rísticas de una estética del montaje (que por otra (pinito y bola). parte, cruzaba cierta modernidad, por ejemplo Bernard Tschumi usará la idea de fo- en los montajes gráficos o collages calculados de llies como componente edilicio sistémico de su Heartfield o Haussmann). Todo quedaría expli- propuesta para el parque de La Villete (1982) cado en la potencia estética del inconsciente, es y Rem Koolhaas usará la referencia a la baga- decir, en el desencadenamiento de movimien- telle o pinball en su proyecto para la Biblioteca tos expresivos absolutamente opuestos al prin- de Francia (1989); ambos retoman, en su crítica cipio de la razón. Y muy a menudo mas bien a la funcionalidad mecánica de la modernidad cerca de la locura, el desvario o el capricho, o esta doble noción lúdica del paisajismo aristo- sea el desafio programado de un discurso pre- crático como desencadenante de procesos im- visible o razonado. Motivos aristocráticos y de previstos de percepción y disfrute en el caso de un desafianteavant- situado en la po- arquitecturas urbanas de carácter público, cier- lémica adhesión baudelaireana al art pour l´art tamente dentro de la desocialización concepual podrían rastrearse en la invención ilustrada de inherente a la posmodernidad, de intereses mas la idea de follie. discursivos y alegóricos que referidos a los usos La palabra inglesa folly o la francesa fo- funcionales convencionales de ciudad. llie designa en principio a un objeto fruto de un La expresión follie también recae en capricho o extravagancia que decora, sin una cierta redefinición del espectáculo en la Paris función precisa, un gran jardín. En italiano, del Siglo XIX, con el montaje de la Trevise Follies follia es locura. Estos artefactos proliferaron en 1869 que luego deviene cuando se muda a la entre los siglos XVI y XIX –es decir, entre el ba- calle de la Pastora en Montmartre, en el Follies rroco y el romanticismo– introduciendo mati- Bergere desde 1872, lugar de bailes mecanizados, ces historicistas o empáticos en la naturaleza de como el can-can, donde Josephine Baker (ese los paisajes proyectados, a veces bajo el diseño objeto de deseo de Le Corbusier en su viaje ma- de una falsa ruina. Habrá follies naturales (rocas, rino a Buenos Aires en 1929) lo hace desnuda cuevas), clásicas (tempiettos, rotondas), exhóticas apenas dos años antes y la célebre Cleo de Me- (pagodas, pirámides) o rústicas (chozas, caba- rode –formada en l ´Opera, reina de belleza de ñas vernaculares). En Inglaterra los amantes L´Illustration en 1896, desplazando a un segun- y defensores de estas piezas constituyeron The do lugar a Sarah Bernhardt y modelo frecuente Jolly Fellowship, preocupada en inventariarlas, de Degas, Tolouse, los fotógrafos Nadar o el es- describirlas, preservarlas, etc. cultor Falguiere– bailará entre 1898 y 1934. 36 En la tradición francesa e italiana tam- años completos de levantamiento mecanizado bién se usó la expresión bagatelle o bagatella, de piernas!! como pieza inutil o puramente decorativa aun- El germano-americano Florenz Zie- que esta palabra refiere inicialmente a un juego gfeld, coreógrafo y empresario, creará en Nue-

- 18 - Roberto Fernández va York, inspirado por los bailes parisinos, su paisaje onírico del espectáculo, semejantes a Ziegfeld Follies que bailarán en Broadway entre las mudas cajas rojas del parque parisino o a los 1907 y 1931 y de la cuál en 1971 el productor misteriosos kioskos diseminados por el territo- Stephen Sondheim montó un sonado remake rio de naturaleza proyectada y domesticada de bajo el nombre Weismann´Follies que tuvo mas los grandes parques nobiliarios. de 500 representaciones. Una variación del En el mundo literario la palabra follie, engendro de Ziegfeld será lo que emprenderá en sus vertientes francesa, inglesa o italiana, el bailarín Samuel Rothafel, conocido como también tuvo su fortuna reciente. El polígrafo Roxi, que en 1931 será enviado a Europa para florentino y director de la exquisita editorial averiguar sobre el posible desarrollo de un Adelphi, Roberto Calasso, recurre a ella en tres nuevo espectáculo para el Radio City Music de sus libros. La follia italiana se menciona y tra- Hall, que entonces estaba proyectando la firma ta en L´Impuro Follie4 y en La follia que viene dalle Harrison&Reinhardt para Rockfeller, quiénes ninfe5 . El impuro es un antiguo juez aleman –Da- mandan a Roxi a Europa para inventarse algo niel Schreber, de quién Calasso editó Memorias útil e impactante para los shows de la nueva sala de un enfermo de nervios, crónica de su interna- de 6000 plazas. Al volver Rothafel lanza el es- ción en el manicomio Sannenstein− que plan- pectáculo de una nueva follie que se llamarán las teaba, en un delirio que a Freud le dio el caso Roxettes, 64 bailarinas que se mueven en medio para presentar su teoría de la paranoia, su en- de recursos luminotécnicos y otras cosas como fermedad como confrontación con Dios, un dios gas hilarante inyectado a la platea, obligando bifronte representado por Ormuz y Ahriman. a esta a participar de una felicidad hasta invo- La locura asociada a las ninfas es una luntaria. En su Delirious New York Koolhaas3 se colección de ensayos –sobre Warburg, Kafka, detiene en explicar esta maravilla y dirá que se Nabokov o Canetti entre otros− en que se pre- trata de partículas humanas aisladas que flotan sentan estados creativos de locura (obsesión, ingrávidamente por un campo magnético de placer persecución, representación, expresión) como inventado y que ocasionalmente colisionan. la forma griega que consideraba la follie como También Tschumi imaginaba que pasear humanización o encarnación humana, del sin destino por la Villete era semejante a los mo- mundo divino y sus pasiones inmensas. Lo di- vimientos bruscos e imprevistos de las partícu- vino se aprehendía desde lo humano, al costo las del movimiento browniano, que colisionan de devenir loco o enfermo, que por supuesto sin trayectorias fijas. Las Roxettes, cuidadosa- no tenía el carácter desacreditado que tendrán mente seleccionadas por imagen y condiciones esas palabras desde el siglo XVIII: antes de esa físicas, vivían dentro del Radio Ciy, en unos fa- fecha cierta locura era profética. lansterios cercanos al salón de sus espectáculos El tercer libro aludido es La folie Bau- y eran cuidadas y entrenadas como delicados delaire6 donde juega con la palabra francesa automátas de un espectáculo diferente. –capricho, extravagancia− para presentar un Unos cuerpos intercambiables y maquí- fresco sobre el Paris del siglo XIX alrededor de nicos en su movimiento sistémico: bagatelles de la figura de Baudelaire, en modo mas actual un billar loco y nervioso; follies de carne en el pero no tan diferente al proyecto de Benjamin.

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La tribuna profética de los ojos ardientes Este texto –decorado en la cubierta es- –autodescripción que Baudelaire hace de su pañola con los metálicos y gastados kioskos de trabajo− es desmenuzada por Calasso a través inspiración parisina que bajan al metro en Bro- de un calidoscopio que revisa la relación tur- oklin, es decir, unas follies urbanas− consiste en bulenta del poeta con otros referentes de esa el relato de la vuelta a su barrio de Brooklin de arqueología de modernidad como Ingres, De- un jubilado desahuciado por un cáncer, Nathan lacroix, Degas o Manet, desplegando un fresco Glass, cuya denominación especular le deparará sobre un mundo folliesco (extravagancias enlo- un modo de describir esa cotidianiedad semia- quecidas) que Nietzche definió comoel olimpo de marga de la que quizá escriba lo que propone la apariencia, mundo especular y espectacular como el Libro del desvario humano, que pretende- de opacidades superficiales. rá ser la descripción microscópica de las pocas y Esta idea de describir personajes-mundo, contradictorias historias que el personaje perci- donde la acción poética o artística de un sujeto be, olimpo de apariencias que se entrecruzan en revulsivo refracta y pulveriza su ambiente de la biblioteca de viejo del homosexual Brightman pertenencia, también lo afrontará Calasso en su (hombre que brilla) y que presenta una nueva estudio llamado Il Rosa Tiépolo7 donde el véneto edición –en clave de comedia amable− del Pa- Gianbattista Tiépolo, uno de los primeros grandes ris baudelaireano, triturado en la Nueva York pintores espectaculares europeos del XVIII, es di- del 11S en esquirlas de materiales en que se ha sectado en su creatividad de representación de la pulverizado la tersura de la apariencia y en que mundaneidad en torno de dos series de trabajos, la felicidad se convierte en un trabajo. los caprici, caprichos o extravaganzas y los scher- Los filamentos que unen las experien- zi, bocetos y experimentos de brocha gorda en lo cias mas anticlásicas del mundo barroco con conceptual y fáctico.Calasso escribe ensayos rigu- las extravaganzas iluministas del nonsense de rosos que parecen novelas y procesa la desmesura la follie o el ludismo de las bagatelles desde lue- de su aparato erudito en citas que se disuelven go, como proponemos, pueden rastrearse has- en el texto de modo que hay que trasladarse a las ta conductas posibles de una modernidad mas referencias para desmigajar lo propio de lo ajeno. ceñida por el imaginario estético emergente de Ese encajamiento de la cita en su propio texto es las investigaciones analíticas de Freud y Jung, muy italiano, semejante al modo de proyecto de tropezando en el aleatorio comportamiento de Francesco Venezia en el Museo de Gibellina o al aquellas juke-boxes con episodios tales como de las obras fracturadas y rescritas del véneto Füssli, Blake y Soane y toda la saga oscuran- Carlo Scarpa, quién parece como nadie, conocer y tista de los esoterismos historicistas del siglo reelaborar el ideal estético bizantino de proyectar XIX, incluyendo el imaginario oculto o íntimo continuums de superficies diversas resueltas con del régimen victoriano y sus expresiones esté- materiales y fragmentos heterógeneos. ticamente revulsivas en algunas experiencias El ahora best seller y otrora viandante arts&crafts y , no las razonadas desprevenido del fragante existencialismo pa- traducciones del cientificismo de la naturaleza risino, Paul Auster, también apela a la expre- –como las gramáticas vegetales de Fry y su ela- sión follie en su novela Brooklin Follies8 . boración de las láminas del acuñador del térmi-

- 20 - Roberto Fernández no ecología, Ernst Haeckel− sino las incursiones zación del decoro de la composición klimtiana. ensoñadas y culturalmente disfuncionales al Klimt y Schiele pudieran haber sido los últimos urbanismo de la industrialidad, como las oscu- muertos de la Gran Guerra. ras proposiciones de . Esa dualidad freudiana ero-tanática ex- En ese circuito turbulento hay que ubi- presa el sedimento básico de cultura y sentido car el caso finisecular de Viena, allí donde doc- de los albores del novecientos vienés, también trinaba Karl Kraus pero también donde ejercía por caso en la obra pictórica de Arnold Böcklin Freud y despuntaba Wittgenstein, incluso y Max Klinger, dos suizos de Basilea –donde acomplejando (aludiendo a complejo y compleji- enseñaba historia Jakob Burkhardt, a la sa- dad) las supuestas transparencias amables del zón también influyente en las ideas vienesas−, fin de siecle transcripto por Klimt y Schiele, una cultores del simbolismo de fusión panteísta- especie de puerta hacia un mas allá de experi- realista y postuladores tardorománticos de la mentación surreal. melancolía de la segunda mitad del siglo XIX Si bien el caso de Klimt refleja alegóri- que si fue tajantemente metropolitana en Bau- camente el tipo de tensiones expresivas de la delaire, desarrolló otros motivos en esa obra, sociedad vienesa, desde el concepto de belleza fe- como el caso de la enigmática Isla de los Muertos menina burguesa en los retratos de Adele Bloch, böckliana de fuerte incidencia en los turbado- Fritza Riedler o Ria Munk hasta los problemas res motivos del jóven pintor vienés Alfred Ku- de la figuración institucional en los casos de los bin, amigo de Kafka y ciertamente antecesor frisos para el Burgtheater, el Kunsthistoriches Mu- de los motivos surrealistas, al que Massimo seum, la Universidad o los anuncios para el movi- Cacciari9 le otorgara peso significativo en la es- miento secesionista pasando por toda la serie de tructuración básica del gusto jugend y también trabajos paisajísticos de Klimt o los desarrollos en el cuestionamiento moral loosiano: Como simbólicos de las pinturas del Palacio del ban- Ernst Bloch vino a decir la tierra del Jugendstil es quero Stoclet, sus temáticas enuncian cierta in- Sumpfmoor y Heide, pantano, estanque y matorral tención de participar de las discursividades que , una naturaleza no tranquila ni acogedera sino abría el psicoanálisis tanto como su aportación a desordenada y arisca . El paisaje se construye so- la creación de un lenguaje fusionando elementos bre la línea del horizonte, horizonte por horizonte. provenientes tanto del repertorio oriental como El árbol, al emerger, no marca mas que las cesuras de la reelaboración del modo bizantino que Kli- de un amplio metro. Las mismas líneas que com- mt había descubierto en Rávena. ponen el ornamento del jugendstil derivan de este Pero será , discípulo y admi- como diría Bloch −discurrir por el mito fundante rador que muere apenas con 28 años en 1918, de la naturaleza imperfecta−: son complicaciones pocas semanas después del deceso de Klimt, y “locuras” del horizonte. Loos remítese también quién consagra el motivo de la fusión del amor a este origen: son detalles, fragmentos de la Me- y la muerte en los retorcidos abrazos de aman- lancholia, piezas del mosaico de la ficción del mito tes despojados de recubrimientos simbólicos y ya dispersa, restos sobrevivientes a la irrupción de llevados a la inmediatéz de la carne desnuda, las figuras de la Muerte (las figuras de la Guerra pero dando paso a una definitiva desestabili- y de la Peste, obsesivamente recurrentes tanto en

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Böcklin como en Klinger y en Kubin). La línea es tos de ilusión e inconsciencia no sólo agitan el siempre aquella del horizonte inalcanzable. En el espacio de la renovación estética surrealista sino Jugendstil esta línea es curva, se sucede a si mis- también las propuestas filosóficas de Marcel Ba- ma, busca en el ansia de su movimiento nuevos po- taille de donde emerge una compleja corriente sibles metros –pero permanece la línea que marca que hasta podría articular propuestas de Ben- el horizonte, el insuperable límite. Igualmente los jamin con Deleuze y en esa compleja lucha con colores, aun cuando aparezcan liberados de toda el racionalismo –encarnado en el pensamiento tarea descriptiva, siguen siendo los colores del oto- estructuralista desde los 60− también aparecen ño o de inciertas primaveras. aventuras proyectuales que por ejemplo, en Ber- Corría todavía el champagne o los vinos nard Tschumi, se proponen cuestionar el falso húngaros pero se acababa el siglo largo, como cientificismo multidimensional que Giedeon enunció el recientemente fallecido Hobsbawn había osado proponer vinculando a Einstein y o empezaba otro, el corto. Y se acababa tam- Minkovsky con Le Corbusier (ignorando a Men- bién la tercera via del Imperio, algo que como delshon quién era el que mas cerca estuvo del dice Angel Faretta en sus estudios de cine de- físico de la relatividad). bió haber sido una alternativa católica entre Nacido en Suiza (los más importan- comunismo y capitalismo y que se extinguió en tes arquitectos franceses son suizos, como Le su melancolía aunque fundó Hollywood y un Corbusier) su formación parisina lo acercó a nuevo espectáculo con sus exiliados cineastas, la escena de los 70, en la que devino cultor del relanzó la filosofía analítica con Wittgenstein psicolenguaje lacaniano, el fenomenologismo (mucho mas vivo ahora que Heidegger) y esbo- abortado en parte por la muerte temprana de zó el problema de hoy, que como bien entendió Merleau Ponty y la nouvelle vague cinéfila, en Deleuze al gran neurótico Sigmund, consiste en particular, con su interés en el enfoque del el nudo entre esquizofrenia y capitalismo. Todo adusto cineasta católico Erich Rohmer, de quién al calor noctámbulo de los brillos dorados de le interesaba el que hubiera hecho un cine que Klimt, un cronista. transcurría siempre en movimiento (por ejem- Las tribulaciones de las follies del XVIII plo, dentro de vehículos). se trasmutan en figuras estéticas asociadas a En los apuntes publicados en los 80 pulsiones del inconsciente allí donde el estado bajo el enigmático título Manhattan Trans- turbulento y apocalíptico de las políticas cultu- cripts, Tschumi vierte su formación e intereses rales lo permitían o hasta lo requerían, como y advierte su preocupación por una condición ocurrió en la Viena finisecular aunque obs- excesivamente mecánica o inmóvil de la arqui- truídas en su abrupto declive al margen de las tectura, como si ésta se obstinase en mante- vanguardias, salvo aquellas ramificaciones colo- nerse, fuera de cambios lingüísticos, en una nizadoras como la sucedida con la invención de clásica idea de monumento eterno, negándose Hollywood a cargo de algunos austro-húngaros si se quiere a formar parte de la revolución ar- emigrados (Lang, von Sternberg, Fejos, Curtiz, tística moderna encarnada en Duchamp y lo Korda. Lamarr, Rainer, etc.). El modelo de un que vino después. La gran novedad corbusie- irracionalismo anclado en la búsqueda de efec- rana de la promenade –que Giedeon equiparaba

- 22 - Roberto Fernández a la relatividad hiperdimensional de la física nación de lo que exhibe. Esa articulación de einsteniana− no es más que la idea de un sujeto intereses teóricos e intelectuales y protagonis- o un cuerpo que se mueve respecto de un espa- mo técnico-profesional creo que es más exitosa cio recorrible e inmutable. y fructífera que sus frecuentes antagonistas En esa época Tschumi postulaba su de concursos, Rem y Zaha , ya que Bernard ha propuesta para La Villette (1982-98) como un logrado sostener un discurso teórico alrededor plano abstracto artificial o anti-natural en que de la dinamización del artefacto arquitectónico unos monolitos rojos cuya función no era rele- para producir experiencias ligadas al cine y al vante y que recuperaban el nombre diecioches- psicoanálisis, es decir efectos profundos en la co de follie, fungían como elementos con que percepción sensible del sujeto y en cierta com- rebotar, en infinitos posibles recorridos de los plejización de lo fenoménico de usar o disfrutar viandantes del parque que evocaban el llamado una pieza de arquitectura. Por eso lo suyo tie- movimiento browniano de las partículas que se ne menos peso morfológico o háptico y menos mueven estocásticamente mientras tratan de aventurerismo tecnológico. enfriarse, siendo el frío total la inmovilidad o La cinta de Moebius perforada del la muerte y la idea negativa de ausencia de calor. Athletic Center de Cincinatti o Lindner Building Y cuatro años más tarde al obtener el (2001-6) o la papirofléxica y módulada cúpula segundo premio de la Opera de Tokio, direc- del Concert Hall de Limoges (2003-6) son otros tamente proponía un edificio-corte, cuya pro- casos de su arquitectura laminada o fluyente, yección extrusionaba un recinto dominado por que define recintos de intensa exigencia de escalas-función sobre una planta de bandas percepción en lo que cabe esa capacidad de pro- diseñada como un pentagrama y la proposición bar planteos que satisfacen a la vez su línea de de pensar los movimientos (es decir, la mecani- reflexión teórica como su eficacia técnica apta cista idea de circulación) como una coreografía, para convencer a un jurado de concurso. Como con toda la densidad productiva de espacialida- así también ocurrió con el ingenioso enfoque des que tiene esa clase más compleja de movi- de la escuela de arquitectura de Marne (1994- miento corporal. 9), donde el espacio intersticial entre los llenos Lo curioso e interesante de Tschumi es y vacíos de la gran caja-patio interior ofrecen que logra articular un perfil de experimenta- una renovación de la calidad pedagógica de ción teórica con una performance profesional estos espacios o en esa turbadora caja o vagón importante, muchas veces sostenida en concur- inclinado, que desafía la historia misma de la sos internacionales ganados, como el caso del arquitectura o al menos, la de ortodoxia tectó- Museo de la Acrópolis, competición del 2001 y nica, de la pequeña Glassvideohalle de Gronin- edificio terminado en 2009, como una especie gen (1990) , una solución tecno-minimalista de ascético cofre tributario y subsidiario del pero que exige al usuario, sea que mire desde monumento que se sobre-eleva por detrás y afuera o que lo recorra, la tensión de novedo- que funciona como un depósito de fragmentos sas sensaciones y percepciones, es decir esa o astillas de aquél, en una experiencia museís- búsqueda de activación dinámica que Tschumi tica dominada por la luz durísima y la disemi- ha puesto como principal aportación de su teo-

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C. Lee Tower Theater 1931 ría para hacer que la arquitectura del siglo XX medio (pero mas allá de ello, de toda la clase sea al menos, compatible, con las novedades media mundial y las clases bajas en ascenso, del arte del siglo XX. al menos simbólico) debía prepararse con una Pero quizá deberíamos intentar retor- arquitectura adecuada en que comenzara, an- nar a aquello que se incubaba en USA alrede- tes de la proyección, la experiencia de un nue- dor de la fundación capitalista y espectacular vo mundo feliz. Simeón Charles Levi, nacido en del cine y de como esa eclosión de ilusionismo familia judía en Chicago en 1899, iba a ser el iba a contribuir al ulterior estado evolutivo del factótum de ese propósito, con el considerable cognitive capitalism o al apogeo de pensadores/ curriculo de mas de 400 salas de cine-teatro actores de tardomodernidad como el rutilante en California y México, uniendo la experimen- caso de Walt Disney. tación de las grandes productoras de la west La industria del espectáculo hollywoo- coast –fue diseñador de la Fox− con la prueba dense descubrió al filo de los 20, que la ficción de mundialización de esos templos ilusorios en memorable de los happy end´s films y su podero- la afición mexicana por el cine destar systyem y sa subyugación e identificación del americano sus locales ad-hoc.

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Levi, cuyos padres eran artistas de vo- Este referenciamiento desorbitado se devil, tuvo una primaria dedicación a la me- presentará en el Los Angeles Theater, una fa- cánica –construyó tres prototipos de autos− y chada estrecha de acceso resuelta al modo del un acercamiento a la arquitectura teatral en barroco francés de Soufflot bastante fúnebre los estudios especializados de Newhouse y por cierto, que por detrás alberga una sala de Rapp&Rapp, antes de mudarse en 1922 al sol 2000 asientos cuyo punto de referencia serán californiano y mutar su nombre al mas anóni- sin nada de modestia, los interiores de Versai- mo de Charles Lee, al que antepuso la enigmá- lles. Aquí, como en otras obras de Lee, deben tica letra S del oculto nombre de Simeón. Las destacarse las inquietudes megalomaníacas en inquietudes de las primeras décadas del siglo lo simbólico de su cliente, el empresario Gumbi- acerca de un renacer ecléctico visible en el de- ner, quizá equivalente en el caso argentino con sign expresionista y será especialmente las veleidades alegóricas de los cines del empre- útil para quiénes como Lee debían ocuparse del sario Lococo. proyecto de espacios de la ilusión y la subyuga- En otras ocasiones el cliente de Lee fue- ción −casi una evangelización laica del american ron directamente o no, las productoras, como dream− que en el caso del naciente imperio de en el caso del Wilshire Theater, 1930, que tenía las comunicaciones propio de Los Angeles iban una torre de oficinas que usó la empresa XX a empalmar con el gusto populista de las tecno- Century Fox, que además estrenó allí muchas logías aerodinámicas y esa marcada tributación producciones como la primera sonora, The sin- al car design tan elocuente en esa región y que ger jazz con el popular Jolson embetunado. El Lee frecuentó de jóven. Wilshire mas adelante, recibió un fondo del Si el Hollywood Melrose Hotel, de 1927, millonario judio Haim Saban y hoy el complejo iba a suponer cierta apelación a la sequedad es el Saban Theater y su estructura monumental expresiva de los edificios funcionalistas a resultó apta para acoger el Temple of Arts, dedi- la americana (es decir, mejorados por cierto cado a presentar y potenciar las artes musicales afrancesamiento como la mansarda o los rema- y figurativas de raiz judía. tes angulados con pináculos de sabor nórdico) La obra mexicana de Lee refirió a la ex- los lugares para el espectáculo le permitirán pansión empresaria de distribuidores a ese pais a Lee una expresividad ecléctica desaforada y le permitió, junto a otros trabajos domésticos como se presenta en en su Tower Theater, de como la Patch House, apelar a la gramática de la 1931, quizás su mejor obra, resuelta en un ne- hispanófila Mission Style. En el DF se encargó obarroco con toques francés, español y marro- de muchas obras, la mayoría hoy desapareci- quí como dice en su memoir, rematada con una das, como los cines-teatro Lindavista, Tepeyac incongruente tower clock mas típica de edificios o Chapultepec, demolidas o irreconocibles. Me- públicos (como las usará para la misma época, jor destino corrió su cine-teatro Lido que fue Salamone en sus edificios municipales bonae- comprado por el Estado , convertido en centro renses) pero con un interior que imita, para cultural y sede de una de las librerías del FCE, una platea de 900 plazas nada menos que a la con un proyecto de restauración encarado por Opera de Paris. González de León, muy polémico no tanto por

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TJP Mecenatpolis 2 Seul 2011

- 26 - Roberto Fernández su relativo apego al mantenimiento de la facha- de la science fiction, en un plano mas empírico da sino por el virtual vaciamiento y rediseño y sentimental que el apocalíptico y culto Philip de su interior. Aunque toda esa fragmentaria y Dick, atravesado éste por una vida psicológi- disparatada arquitectura espectacular de Lee, camente turbulenta como si le tocara de veras modelo de una kino-architecture dispersa por el poblar sus mundos desangelados. Por el con- mundo evoca todavía en su fantasía algo pop y trario, Bradbury desbordará el entusiasmo del nada culta, el ensueño del mundo feliz del cine americano medio, confiado en la tecnología y de entreguerras, verdadero opio del pueblo. sensible para producir metáforas develadoras Sin embargo, aunque poco conocido y de las atrocidades totalitarias, como su Faren- reconocido las tareas de Mr. Lee para crear los heit que remite a la persecución de las ideas de nuevos templos de la moderna religión del cine vanguardia y quema de libros del inicio hitle- es necesaria pero orbital respecto de la imagi- riano con rasgos de tecno-populismo que no nación de los creadores de la ficción americana, impidió empero, el reconocimiento que Borges que finalmente llega al cine, es decir la de la li- hizo de su literatura. teratura de cordel de esta época, básicamente La capacidad forjadora de escenas futu- la noir fiction detectivesca, la science fiction de rológicas tuvo para Bradbury un temprano inte- divulgación científica y el comic o la literatura rés en conciliar relatos e imágenes y por ello es dibujada o ilustrada como la alcanzó a definir interesante comprobar que devino en ayudante Oscar Masotta. Una literatura que en el plano de locations de John Huston, por lo menos para calenturiento de la creación de imaginario iba el Moby Dick filmado en 1956. a ir y venir de su estatus de representación y La metáfora del cuerpo devenido ilus- realidad: es decir, en Metropolis or- tración de su célebre libro –que hoy se ha ba- ganiza su escena influenciado por la estética nalizado o triunfado según se mire, cuando se de los arquitectos expresionistas como Obrist comprueba la compleja mitología pintada que o Finsterlin pero Koolhaas en los 90 va a tra- tienen sobre sus cuerpos futbolistas o boxea- tar en sus proyectos, de realizar Blade Runner. dores, por nombrar a gente que pone parte de De allí la relevancia que en esta presentación su cuerpo en exposición pública− justamente del costado no-racionalista de la estética mo- ilustra o refiere a su inveterado optimismo derna iba a adquirir, en un mismo personaje, de pensar y producir un mundo enteramente a la vez, ficcionador y proyectista como fuera disuelto en la imbricación de historias gráfi- Disney, en cuya órbita ciertamente también se cas como las de los grafiteros portorriqueños encontraría Ray Bradbury, el célebre autor del de Nueva York o del arte de Basquiat, ex chi- El Hombre Ilustrado, quién en un pasaje de su co mestizo de la calle brookliniana devenido prolífica carrera iba a revistar como asesor (de estrella de galerías y arrasado por las drogas qué?: relatos, programas, escenas?) del estudio a sus 28 años y por ello no será incongruen- The Jerde Partnership, quizá el más activo desde te que escriba un manifiesto ad-hoc sobre su los 80 en proyectar ficciones-ilusiones. percepción de habitar el futuro y que se sume Se conoce al self made Bradbury como asesor a una de las oficinas depop design (1920-2012) como uno de las padres populistas mas espectaculares y exitosas.

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El libro se llamó Yestermorrow. Obvious Y esta concreción del sueño ficticio de answers to impossible futures10 y la oficina que Bradbury, este frenesí de movimiento y locura – Bradbury integró es TJP (The Jerde Partnership) Horton tenía cul de sacs cerrados, escaleras tor- liderada por Jon Jerde desde su sede de Venice cidas o paredes pintadas de manera anómala, (California), donde también vive Gehry dicho verdadero espacio imaginario− se mantiene por sea de paso y que es responsable de buena par- décadas hasta los recientes Mecenatpolis de Seul te de las arquitecturas ilusorias del consumo (2011) o Kuntsevo Plaza de Moscú (2012) signos desaforado y de la alienación de ciudad, como de la buena salud y expansión global del mundo el proyecto de las cinco cuadras de la Fremont onírico del espectáculo del fashion comerce y el Street Experience en Las Vegas en los 90 (pro- entertainment y concreción fáctica y a la vez po- yecto finalmente realizado por Mary Kozlows- derosamente ilusoria, de los sueños del hombre ki, previa crítica despiadada del de Jerde) hasta ilustrado, el bonachón Bradbury, capaz de mutar el Joint Buy Plaza en Shanghai, de 2004, una de la ilustración enciclopédica al mundo del comic las varias piezas de su inserción eufórica en los hecho realidad. mercados orientales. Pero si la línea de nuestra secuencia de La colección de Fueiserá contiene casi personajes-obra –de Hooghe, Piranesi, Klimt y todos los ensayos entusiastas de Bradbury en los hombres que proyectan (en, para) Hollywo- que se propone acercar su light-fiction (contra la od− y de nuestra indagación sobre la extraga- del dark Dick) a comentarios sobre la vida real o vancia in-útil de las pequeñas locuras se puntúa deseada sobre todo en esa costa oeste de la que con evidentes transgresores al modelo apolíneo nunca se fue, lo que es visible ya desde los títu- del pensamiento racional quizá también sea útil los de algunas piezas –Arquitectos, colmenmé de indagar en las flexiones que sugieren cambios o sorpresas, La gran ferretería: Que hago acá y porque debilidades en aquella omnipotente ortodoxia compro esto?, El príncipe del Renacimiento y el mar- en la historia propia de algunos hombres fuer- ciano bautista, etc.− en que no sólo presenta su tes del proyecto pensado y actuado en clave de elegíaca tributación de un mundo tecno-lúdico racionalismo, como el caso −nunca extinguible sino que describe y explica porque se integraría en las sorpresas de una vida polifacética y poco por unos años a aquel Estudio encarado seria- anclada en la coherencia− de Corbusier o en la mente en lo frívolo del juego y el espectáculo. disgresión que podría hacerse poniéndose en Desde su obra temprana Jon Jerde –va- cuestión el supuesto summum de racionalidad lorado por Bradbury como una suerte de Leo- ético-estética de los grandes adalides a la vez, nardo de esta época− asumió lo fantástico del de la modernidad urbana racionalista y de la mundo supermercantilizado, como ocurrió con ideología socialista como el caso de Ernst May su primer éxito, Horton Plaza −hoy Westfield− o mas bien de los interludios menos racionales en San Diego, 1985, shopping abierto o shopping en tal doble sentido de su aventurero periplo town, activo cívico según sus promotores y el mas europeo-africano. grande éxito comercial (lo visitaron 25 millones La fama de gurú marxista de la arqui- de personas en su primer año y sigue teniendo tectura proletaria de Ernst May (1886-1970) la renta de alquiler mas alta para sus locales). debe ponerse sino en cuestión, al menos en

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thausen y Höhenblick además de acoger el II CIAM en esa ciudad en 1929 donde presentó su célebre documento Existenzminimum. Después de esta enjundiosa experiencia −dirije una oficina municipal, una revista, un es- tudio y una empresa municipal de construccio- nes y urbanización− emigra, ante el progresivo advenimiento de Hitler, a la URSS, donde estará entre 1930 y 1933 a cargo de la llamada Brigada May entre otras cosas, responsable del diseño de Magnitogorsk, la ciudad del acero sobre los Ura- les que May pensaba como réplica superadora de la Pittsburgh americana. Alli acuño su noción de zeilenbau o construcción linear, que venía de su sistematización edilicia frankfurtiana y E.May Expansión de Kampala 1947 que influyó en el concepto deciudad lineal, desa- contexto y señalar sino sus contradicciones an- rrollada por sus colaboradores soviéticos como tagónicas al menos sus pintoresquismos. Eso Nikolai Miliutin y su idea de sosgorod o ciudad mismo le fue cuestionado por tratar de armar soviética maquínica y extensible, sin diferencias en su experiencia africana, un modernismo tro- barriales ni sociales ni funcionales. pical perfectamente coherente con la cultura Desde 1936 hasta 1954 se instala en colonial que es lo que le enrrostran estudiosos Kenya y Uganda y construirá viviendas indivi- africanos como Demissie, Le Roux, Peters o duales y colectivas, mas lanzado a la estética ex- Cripps y sobre todo Kai Gutschow quién en su presionista de su pais natal como se ejemplifica ensayo Das Neue Afrika: Ernst May ‘47 Kampala en su Kenwood Building o en los Delamere Flats , Plan as cultural program11 escribe que privilegiar en Nairobi, 1938. la máquina como metáfora y como base de la tec- Pero su trabajo urbanístico-cultural nología constructiva y el concepto de Africa como mas significativo sera el Plan para la expansión laboratorio para las ideas experimentales de May, de Kampala, capital ugandesa que aborda en todo ello implica un modelo occidental de moderni- 1947 donde por una parte desarrollará la idea dad industrial. Occidentalidad que en el caso de de una ciudad fragmentada, con núcleos o ba- May implicaba su alta valoración de la cultura rrios instalados sobre la geografía de arroyos y de USA –Whitman, Wright, Ford, Taylor, el jazz, montes selváticos (de manera semejante a los Mumford (de quién era amigo desde los 20) y la proyectos que su viejo conocido Ludwig Hilber- Regional Planning, etc.− país al que viajó en 1925 seimer haría en la misma época para las islas de antes de empezar su trabajo de funcionario mu- Hawai desde Chicago) y por otra, una tropical nicipal en Frankfurt en que pasó un lustro, pu- architecture que debía fundar pautas para un blicando la revista Zeitschift Das Neue Frankfurt new regionalism bastante cercano a las ideas co- y proyectando los siedlungs Romerstadt, Wes- loniales británicas, una modernidad tropical de

- 29 - ESTADOS DE TURBULENCIA verandas, pilotis y sunshades –durante la guerra trotamundos, los años 33-36. May se va de Ru- incluso empezó a usar adobes− que parece ha- sia a Africa en 1933 y con el dinero que había ber sido conocida y saludada por Le Corbusier cobrado allí se compra una plantación en Arus- –entonces empezando a trabajar en la India y en ha, Tanganyka, hoy Tanzania, de 160 hectáreas el norte de Africa− tanto como denostada por para cultivar café y frutas. El reputado mar- los intelectuales africanos mencionados arriba. xista deviene terrateniente y hay referencias En 1954 volvió a Alemania donde se ocupó de de su propia cosecha para describir esta etapa: proyectar conjuntos habitacionales en Ham- se autodenomina architect-farmer responsable burgo y Bremen, pero antes, en sus años afri- de proyectar un total landscape in my own third canos también trabajó en la ciudad industrial Reich. Educa paternalmente a sus trabajadores y de Jinja sobre el Lago Victoria, las oficinas para les ofrece conciertos de Beethoven con un cuar- la Uganda Company y un museo y un hotel en teto de cuerdas que toca en la selva. Lee mucho Kampala, todo ello en la segunda mitad de los a Norbert Elias y a su dicotomía entre zivilisation 40. Tanto en Africa como en la URSS se interesó y kultur en que Z es el materialismo aristocrático en el concepto de trabatenstadt o ciudad satélite de las metropolis y la racionalidad del proyec- que pensaba semejantes a garden colonies lo que to moderno y K es lo instintivo, lo autóctono, revela la influencia que en él tuvieron las ideas lo particular de cada lugar en sus tradiciones y de Howard y su trabajo de aprendiz de urbanis- valores. En esa meditación termina por abjurar ta con Raymond Unwin (estuvo en el proyecto del colectivismo –aunque nunca llegó a ser un de Hampstead entre 1910 y 12) y con Theodor militante marxista− y concluye por adaptarse a Fischer y de alli le vino seguramente su interés un mundo que puede oscilar entre el conserva- por el biological planinng, bajo los enfoques de durismo popular de su etapa de patrón de estan- Geddes y luego de Mumford. cia y su reinserción en la arquitectura urbana Nos queda por repasar un breve pero y burguesa, con inquietudes regionalistas que significativo hueco en la vida de este temprano parecen, no logran disipar el aura colonial.

Notas 1 Alpers, S., El Arte de Describir. El arte holandés en el siglo XVII, Blume, Madrid, 1987 (edición inglesa original de 1983). español por Anagrama, Barcelona, en 2006 2 En su ensayo de La Esfera y el Laberinto, Barcelona,1984. 9 En su colección de breves ensayos vieneses Hombres Pós- tumos. La cultura vienesa del primer novecientos, Península, 3 Koolhaas, R., Delirio de New York. Un manifiesto retroacti- Madrid, 1989 vo para Manhattan, Gili, Barcelona, 2004 (edición original de 1978). 10 Que en la edición española que hiciera Emecé en 1994 se tradujo como Fueiserá. Respuestas obvias a futuros, aunque 4 El loco impuro, 1974, versión española en Sexto Piso, Méxi- en una versión hispana el traductor correspondiente pro- co, 2003. puso Ayermañana. Veáse de paso como el traductor porteño 5 La locura que viene de las ninfas, 2005, versión española en aumentó la apuesta optimista de Ray al convertir impossible Sexto Piso, México, 2008. futures en futuros, como si entre nosotros no debiera haber 6 La Folie Baudelaire, Adelphi, Florencia, 2010, Anagrama, imposible, coincidiendo de paso con el imperativo apelativo Barcelona, 2011 a la felicidad del lema de Adidas: Nothing is impossible. 7 El Rosa Tiépolo, Adelphi, 2006; Anagrama, 2008. 11 Incluído como capítulo 7, en la antologia de F. Demissie, Colonial Architecture and Urbanism in Africa: Interwined and 8 Auster, P., Brooklin Follies, editada en origen en 2005 y en contested histories, Ashgate, Londres, 2009

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Pertenezco a una generación latinoamericana presente la sujeción inamovible del modelo de cuyo inicio intelectual se situó a finales de la filosofía europea (y en ese tiempo en Argentina, llamada II Guerra Mundial, en la década de los aún sin ninguna referencia a Estados Unidos). 50s. Para nosotros no había en Argentina de Alemania y Francia tenían hegemonía comple- esa época ninguna duda de que éramos parte ta, en especial en Sudamérica no así en México, de la cultura occidental. Por ello ciertos juicios Centro América o el Caribe hispánico, francés tajantes posteriores son propios de alguien que o británico. se opone a sí mismo. En filosofía de la cultura se hacía refe- La filosofía que estudiábamos partía de rencia a Oswald Spengler, Arnold Toynbee, Al- los griegos a quienes veíamos como nuestros fred Weber, Kroeber, Ortega y Gasset o Braudel orígenes más remotos. El mundo amerindio no y después a William McNeill. Pero siempre para tenía ninguna presencia en nuestros programas comprender el fenómeno griego (con las céle- y ninguno de nuestros profesores hubiera podi- bres obras tales como la Paideia o el Aristóteles do articular el origen de la filosofía con ellos1. de Jaeger), la disputa en torno a la Edad Media Además el ideal del filósofo era el que conocía en (desde la revalorización autorizada de Etienne detalles particulares y precisos las obras de los Gilson) y el sentido de la cultura occidental filósofos clásicos occidentales y sus desarrollos (europea) como contexto para comprender la contemporáneos. Ninguna posibilidad siquiera filosofía moderna y contemporánea. Aristóte- de la pregunta de una filosofía específica des- les, Santo Tomás, Descartes, Kant, Heidegger, de América Latina. Es difícil hacer sentir en el Scheler era las figuras señeras. Era una visión

- 31 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD sustancialista de las culturas, sin fisuras, cro- le encontrar su lugar en la historia universal (a nológica del Este hacia el Oeste como lo exigía lo Toynbee) y discerniendo niveles de profundi- la visión hegeliana de la historia universal. dad, inspirado principalmente en el nombrado Con mi viaje a Europa –en mi caso en Ricoeur, pero igualmente en Max Weber, Soro- 1957, cruzando el Atlántico en barco–, nos des- kin, Jaspers, Sombart, etc.. cubríamos latinoamericanos o no ya europeos, En este momento ya había prácticamen- desde que desembarcamos en Lisboa o Barce- te escrito dos libros: El humanismo helénico –es- lona. Las diferencias saltaban a la vista y eran crito en 1961–, El humanismo semita –escrito en inocultables. Por ello el problema cultural se 1964–, y tenía los materiales que aparecerán me presentó como obsesivo, humana, filosófica con el título de El dualismo en la antropología de y existencialmente: ¿Quiénes somos culturalmen- la cristiandad –escrito finalmente en 1968–. Ha- te? ¿Cuál es nuestra identidad histórica?. No era bía hecho una reconstrucción creadora de lo que una pregunta sobre la posibilidad de describir llamaba la protohistoria latinoamericana, la de objetivamente dicha identidad; era algo ante- Cristóbal Colón o Hernán Cortés. rior. Era saber quién es uno mismo como an- Organizamos una Semana Latinoame- gustia existencial. ricana en diciembre de 1964, con estudiantes Tanto en España como en Israel –donde latinoamericanos que estudiaban en varios estuve desde 1957 a 1961, buscando siempre países europeos. Fue una experiencia funda- la respuesta a la pregunta por lo latinoameri- cional. Josué de Castro, Germán Arciniegas, cano– mis estudios se encaminaban al desafío François Houtart y muchos otros intelectuales de un tal cuestionamiento. El modelo teórico incluyendo Ricoeur expusieron su visión sobre de cultura seguirá siendo inevitablemente el el asunto3. El tema fue la toma de conciencia mismo por muchos años todavía. El impacto de (prise de conscience) de la existencia de una cul- Paul Ricoeur en sus clases a las que asistía en tura latinoamericana. Rafael Braun Menéndez la Sorbonne, su artículo tantas veces referido o Natalio Botana se oponían a la existencia de de Civilización universal y cultura nacional2, res- tal concepto. pondía al modelo sustancialista y en el fondo En el mismo año publicaba un artículo eurocéntrico. Aunque civilización no tenía ya la en la revista de Ortega y Gasset de Madrid4 significación spengleriana del momento deca- que se oponía a las reducciones historicistas de dente de una cultura sino que denotaba más nuestra realidad latinoamericana. Contra el bien las estructuras universales y técnicas del revolucionario, que lucha por el comienzo de la progreso humano-instrumental en su conjunto historia en el futuro; contra el liberal que mis- (cuyo actor principal durante los últimos siglos tifica la emancipación nacional contra España había sido Occidente), la cultura era el conteni- al comienzo del siglo XIX; contra los conserva- do valorativo-mítico de una nación o conjunto dores que por su parte mitifican el esplendor de ellas. Este fue el primer modelo que utiliza- de la época colonial; contra los indigenistas que mos para situar a América Latina en esos años. niegan todo lo posterior a las grandes culturas Con esta visión culturalista inicié mis primeras amerindias, proponía la necesidad de recons- interpretaciones de América Latina queriéndo- truir en su integridad, y desde el marco de la

- 32 - Enrique Dussel historia mundial, la identidad histórica de deggeriana) intentaba siempre ir situando (loca- América Latina. Respondían estos trabajos fi- tion) a América Latina. En ese curso, Hipótesis losóficos a un período de investigación históri- para el estudio de Latinoamérica en la Historia ca-empírica de 1963 en adelante, paralela –por Universal6, se intentaba elaborar una historia una beca que usufructué en Maguncia durante de las culturas a partir del núcleo ético-mítico varios años– en vista de una tesis de historia (noyau éthico-mythique de Ricoeur) de cada una hispanoamericana que defendí en La Sorbonne de ellas. Para intentar el diálogo intercultural en 1967. había que comenzar por hacer un diagnóstico A diferencia de muchos que hablan de de los contenidos últimos de las narrativas míti- la cultura y de la cultura latinoamericana en cas, de los supuestos ontológicos y de la estruc- particular, tuve la oportunidad durante cuatro tura ético-política de cada una de ellas. Se pasa años de permanencia en el Archivo General de muy pronto a teorizar el diálogo, sin conocer Indias de Sevilla, de estudiar las obras funda- en concreto los temas posibles de un tal diálo- mentales históricas para la comprensión cien- go. Por ello ese Curso de 1966, con una extensa tífico-positiva del siglo XVI latinoamericano, el introducción metodológica, y con una descrip- comienzo de la época colonial, lo que llenó a mi ción mínima de las grandes culturas teniendo cerebro de una cantidad impresionante de refe- en cuenta, criticando e integrando las visiones rencias concretas de todo el continente latino- de Hegel, Danilevsky, Dilthey, Spengler, Alfred americano (desde la California mexicana hasta Weber, Jaspers, Toynbee, Teilhard de Chardin el sur de Chile ya que me interné igualmente y muchos otros y en referencia a las más im- en los siglos XVII y XVIII). Para mi hablar de portantes historias mundiales de ese momento cultura latinoamericana eran referencias a pue- me permitió situar, como he dicho, a América blos indígenas, luchas de conquista, procesos de Latina en el proceso del desarrollo de la huma- adoctrinamientos, fundación de ciudades, de nidad desde su origen -desde la especie homo- reducciones, de cabildos, concilios provinciales, pasando por el paleolítico y neolítico, hasta sínodos diocesanos, diezmos de las haciendas, el tiempo de la invasión de América por parte pago de las minas,etc5. del Occidente. Desde Mesopotamia y Egipto Un curso de Historia de la Cultura en la hasta la India y China, cruzando el Pacífico Universidad del Nordeste (Resistencia, Chaco, se encuentran las grandes culturas neolíticas Argentina) –durante cuatro meses de febril americanas, una vertiente de la proto-historia trabajo, de agosto a diciembre de 1966, ya que latinoamericana. El enfrentamiento entre pue- dejando Maguncia en Alemania regresaba a fin blos sedentarios agrícolas con los indoeuropeos de ese año nuevamente a Europa (mi primer de las estepas euroasiáticas, entre ellos los grie- viaje en avión sobre el Atlántico) para defender gos y romanos y de estos con los semitas proce- la segunda tesis doctoral en febrero de 1967 en dentes del desierto arábigo, me daban una clave Paris– me dio la oportunidad de tener ante mi de la historia del núcleo ético-mítico que pasando vista una visión panorámica de la Historia mun- por el mundo bizantino y musulmán llegaban a dial a la manera de Hegel o Toynbee, donde por la península ibérica romanizada en la otra ver- medio de una reconstrucción (des-strucción hei- tiente de nuestra proto-historia latinoamericana.

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En marzo de 1967 de retorno a Latino- La impresión que causaba en la audien- américa, cuando el barco pasó por Barcelona, cia era inmensa, profunda, desquiciante para el editor de Nova Terra me entregó en mano unos, de esperanza en una nueva época inter- mi primer libro: Hipótesis para una historia de la pretativa al final para todos9. En un curso dicta- iglesia en América Latina. En esta obra se veía do en Buenos Aires en 196910 iniciaba con Para plasmada una filosofía de la cultura en el nivel una filosofía de la cultura cuestión que culmina- religioso de nuestro continente cultural. Esta ba con un parágrafo titulado Toma de conciencia pequeña obra haría historia porque se trataba de América Latina, se escuchaba como un grito de la primera reinterpretación de una historia generacional: Es ya habitual decir que nuestro pa- religiosa desde el punto de la historia mundial sado cultural es heterogéneo y a veces incoherente, de las culturas. En la tradición historiográfica la dispar y hasta en cierta manera marginal a la cul- cuestión se formulaba: ¿Cuáles fueron las relacio- tura europea. Pero lo trágico es que se desconozca nes de iglesia y estado?. su existencia, ya que lo relevante es que de todos Ahora en cambio se definía: Choque modos hay una cultura en América Latina. Aunque entre culturas y situación de la Iglesia7. La crisis lo nieguen algunos, su originalidad es evidente, en de la emancipación contra España (en torno al el arte, en su estilo de vida11. Ya como profesor 1810) se la describía como “el pasaje de un mo- en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, delo de cristiandad al de una sociedad pluralista Argentina) vertí de manera estrictamente filo- y profana”. Era ya una nueva historia cultural de sófica dicha reconstrucción histórica. Se trata América Latina –no sólo de la iglesia– no ya de una trilogía, en un nivel antropológico (en eurocéntrica, pero todavía desarrollista. cuestiones tales como la conceptualización del Es por ello que en la conferencia progra- alma-cuerpo e inmortalidad del alma; o carne- mática que pronuncié el 25 de mayo de 1967 espíritu, persona, resurrección, etc.) siempre Cultura, Cultura latinoamericana y cultura nacio- teniendo en cuenta la cuestión de los orígenes nal8 –en la misma Universidad del Nordeste– de la cultura latinoamericana en las obras El hu- era como un Manifiesto, una toma de conciencia manismo helénico12, El humanismo semita13 y El generacional. Releyéndola encuentro en ella dualismo en la antropología de la cristiandad14. bosquejado muchos aspectos que de una u otra En esta última obra se cerraba el Curso manera, serán modificados o ampliados duran- de 1966, que terminaba en el siglo V de la Cris- te más de treinta años. tiandad latino-germánica con el tratamiento de En septiembre de ese mismo año co- Europa hasta su entronque con su expansión en menzaban mis cursos semestrales en un Insti- América Latina. Nuevamente reconstruí toda tuto fundado en Quito (Ecuador) donde ante la esta historia de las Cristiandades (armenia, presencia de más de 80 participantes adultos georgiana, bizantina, copta, latino-germánica, de casi todos los países latinoamericanos inclu- etc.), describiendo también el choque del mun- yendo el Caribe y los latinos en Estados Unidos, do islámico en Hispania (desde el 711 hasta el podía exponer esta nueva visión reconstructiva 1492) en otras obras posteriores15. de la historia de la cultura latinoamericana en La obsesión era no dejar siglo sin po- toda su amplitud. der integrar en una visión tal de la Historia

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Mundial que nos permitiera poder entender el me expresaba así en un parágrafo sobre Más allá origen, el desarrollo y el contenido de la cultura del culturalismo: Las situaciones cambiantes de la latinoamericana. La exigencia existencial y la hegemonía, dentro de los bloques históricos bien filosofía todavía eurocéntrica buscaba la iden- definidos, y en relación a formaciones ideológicas tidad cultural. Pero ahí comenzó a producirse de las diversas clases y fracciones, era imposible de una fractura. descubrir para la visión estructuralista del cultu- ralismo [...]. Faltaba también al culturalismo las Centro y periferia cultural. El categorías de sociedad política (en último término problema de la liberación el Estado) y sociedad civil [...]17. La filosofía latinoamericana como Filo- Desde los finales de la década del 60, y como sofía de la Liberación descubría su condiciona- fruto del surgimiento de las ciencias sociales miento cultural y se pensaba desde una cultura críticas latinoamericanas (en especial la Teoría determinada pero además articulado explícita de la Dependencia16) y por la lectura de Totalidad e o implícitamente desde los intereses de clases, infinitode Emmanuel Levinas y principalmente grupos, sexos, razas, etc. determinadas. La por los movimientos populares y estudiantiles location había sido descubierta y era el primer del 1968 en el mundo, pero fundamentalmente tema filosófico a ser tratado. El diálogo inter- en Argentina y América Latina, se produjo en cultural había perdido su ingenuidad y se sabía el campo de la filosofía y por ello en la filoso- sobredeterminado por toda la edad colonial. De fía de la cultura, una ruptura histórica. Lo que hecho en 1974 iniciamos un diálogo intercon- había sido el mundo metropolitano y el mundo tinental Sur-Sur entre pensadores del Africa, colonial, ahora desde la terminología todavía Asia y América Latina, cuyo primer encuen- desarrollista de Raúl Presbisch en la CEPAL tro se efectuó en Dar-es-Salam (Tanzania) en se categorizaba como centro y periferia. A esto 197618. Estos encuentros nos dieron un nuevo habrá que agregar todo un horizonte categorial panorama directo de las grandes culturas de la que procede de la economía crítica que exigía la humanidad19. incorporación de las clases sociales como acto- La nueva visión sobre la cultura se dejó res intersubjetivos a integrarse en una defini- ver en el último encuentro llevado a cabo en la ción de cultura. Universidad del Salvador de Buenos Aires ya en Se trataba no de una mera cuestión pleno desarrollo de la Filosofía de la Liberación terminológica sino conceptual que permitía bajo el título Cultura imperial, cultura ilustrada escindir el concepto substancialista de cultura y liberación de la cultura popular20. Era un ataque y comenzar a descubrir sus fracturas internas frontal a la posición de Domingo Sarmiento, un dentro de cada cultura y entre ellas no sólo eminente político y pedagogo argentino autor como diálogo o choque intercultural sino más de la obra Facundo: Civilización o barbarie. La ci- estrictamente como dominación y explotación de vilización era la cultura norteamericana, la bar- una sobre otras. La asimetría de los actores ha- barie la de los caudillos federales que luchaban bía que tenerla en cuenta en todos los niveles. por las autonomías regionales contra el puerto La etapa culturalista había concluido. En 1983 de Buenos Aires,correa de transmisión de la do-

- 35 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD minación inglesa. Se trataba del comienzo de la de una liberación de la cultura popular: Una es demitificación de los héroes nacionales que ha- la revolución patriótica de la liberación nacional, bían concebido el modelo neocolonial de país otra la revolución social de la liberación de las cla- que mostraba ya su agotamiento21. ses oprimidas, y la tercera es la revolución cultural. Una cultura imperial o del centro, que se Esta última se encuentra en el nivel pedagógico, el había originado con la invasión de América en de la juventud y el de la cultura22. Esa cultura pe- 1492, se enfrentaba a las culturas periféricas en riférica oprimida por la cultura imperial debe América Latina, Africa, Asia y Europa oriental. ser el punto de partida del diálogo intercultu- No era un diálogo simétrico, era de dominación, ral. Escribíamos en el 1973: de explotación, de aniquilamiento. Además, en La cultura como cultura popular, lejos de las culturas periféricas había élites educadas ser una cultura menor, es el centro más inconta- por los imperios que como escribía Jean Paul minado e irradiativo de la resistencia del oprimido Sartre en la introducción a Los condenados de contra el opresor [...] Para crear algo nuevo ha de la tierra de Franz Fanon, repetían como eco lo tenerse una palabra nueva que irrumpe a partir de aprendido en Paris o Londres. Elites ilustradas la exterioridad. Esta exterioridad es el propio pue- neocoloniales, fieles a los imperios de turno que blo que, aunque oprimido por el sistema, es lo más se distanciaban de su propio pueblo y que lo uti- extraño a él23. lizaban como rehén de su política dependiente. El proyecto de liberación cultural24 parte Había entonces asimetrías de domina- de la cultura popular todavía pensada en la Fi- ción en el plano mundial: a) una cultura (la losofía de la Liberación en el contexto latino- civilización de Ricoeur), la occidental, metro- americano. Se había superado el desarrollismo politana, eurocéntrica dominaba y pretendía culturalista que opinaba que de una cultura aniquilar todas las culturas periféricas; y b) las tradicional se podría pasar a una cultura secu- culturas poscoloniales (América Latina des- lar y pluralista. Pero igualmente había todavía de domienzo del siglo XIX y Asia y Africa con que radicalizar el análisis equívoco de lo popular posterioridad a la llamada II Guerra mundial) (lo mejor) ya que en su seno existía igualmente escindidas internamente entre 1) grupos arti- el núcleo que albergará al populismo y al fun- culados a los imperios de turno, élites ilustradas damentalismo (lo peor). Será necesario dar un cuyo domino significaba dar la espalda a la an- paso más. cestral cultura regional y 2) la mayoría popu- lar afincada en sus tradiciones, y defendiendo La cultura popular: no es simple frecuentemente de manera fundamentalista, populismo lo propio contra lo impuesto desde una cultura técnica, económicamente capitalista. En un artículo de 1984, Cultura latinoamericana La Filosofía de la Liberación como fi- y Filosofía de la Liberación (Cultura popular revolu- losofía crítica de la cultura debía generar una cionaria: más allá del populismo y del dogmatismo) nueva élite cuya ilustración se articulara a los 25, debí una vez más aclarar la diferencia entre intereses del bloque social de los oprimidos que el pueblo y lo popular y el populismo (tomando para Gramsci era el popolo. Por ello se hablaba este último diversos rostros: desde el populismo

- 36 - Enrique Dussel tatcherista”en el Reino Unido –sugerido por Er- un modo o un sistema de tipos de trabajo. No en nesto Laclau y estudiado en Birmingham por vano la agri-cultura era estrictamente el trabajo Richard Hall– hasta la figura actual del funda- de la tierra –ya que cultura viene etimológica- mentalismo musulmán; fundamentalismo que mente en latín de cultus en su sentido de consa- se hace presente igualmente por ejemplo, en gración de la tierra. La poiética material (fruto el cristianismo sectario norteamericano de un físico del trabajo) y mítica (creación simbólica) George W. Bush. son pro-ducción cultural (un poner fuera obje- En ese artículo dividíamos la materia tivamente, lo subjetivo, o mejor intersubjetivo, en cuatro parágrafos. En el primero26, recons- comunitario). De esta manera lo económico sin truyendo posiciones desde la década del 60 caer en el economicismo, era rescatado. mostrábamos la importancia de superar los En un tercer apartado30 se analizaban límites reductivistas (de los revolucionarios los diversos momentos ahora fracturados de ahistóricos, de las historias liberales, hispáni- la experiencia cultural en una visión postcul- co-conservadoras o meramente indigenistas) turalista o post-spengleriana. La cultura bur- reconstruyendo la historia cultural latinoame- guesa se la estudiaba ante la cultura proletaria ricana dentro del marco de la historia mundial en abstracto; la cultura de los países del centro se (desde el Asia nuestro componente amerindio; la analizaba ante la cultura de los países perifé- la proto-historia asiático-afro-europea hasta ricos (en el orden mundial del sistema-mundo); la cristiandad hispana; la cristiandad colonial la cultura multinacional o imperialismo cultural se hasta la cultura latinoamericana dependiente, la describía en relación a la cultura de masas o postcolonial o neocolonial). El todo remataba cultura alienada –globalizada–; la cultura nacio- en un proyecto de una cultura popular post-ca- nal o del populismo cultural se la articulaba con la pitalista27: Cuando estábamos en la montaña –es- cultura de la élite ilustrada y se la contraponía a cribía Tomás Borge sobre los campesinos– y los la cultura popular31 o la resistencia como creación oíamos hablar con su corazón puro, limpio, con un cultural. Evidentemente esta tipología cultural, lenguaje simple y poético, percibíamos cuanto ta- y sus criterios categoriales suponían una larga lento habíamos perdido [las élites neocoloniales] a lucha epistemológica, crítica, propia de las cien- lo largo de los siglos. cias sociales nuevas de América Latina y de la Esto exigía un nuevo punto de partida Filosofía de la Liberación. Estas distinciones la para la descripción de la cultura como tal –tema habíamos propuesto ya mucho antes, pero aho- del segundo parágrafo28–. ra se perfilaban definitivamente. Desde una relectura cuidadosa y arqueo- El gráfico siguiente recoge estas catego- lógica de Marx (desde sus obras juveniles de rías analíticas y las correlaciona o incluye/se- 1835 a 188229 indicábamos que toda cultura es grega una de otra de las culturas mencionadas:

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Cultura Capitalista Cultura Multinacional Cultura Central Capitalista- Burguesa Cultura Capitalista Cultura Ilustrada Periferica

Cultura de Cultura del Trabajador Cultura del Trabajador Masas Cultura Proletaria Industrial Campesino Cultura Nacional Cultura Etnias artesanos Popular Culturas Externas32 Marginales Otros

En 1977, en el tomo III de Para una ética de la respetar nuestra propia historia y no amputarla. liberación latinoamericana, habíamos escrito: Mas respetar una historia significa conferirle el lu- La cultura imperial33 (pretendidamente universal) gar que le corresponde, significa respetar su desa- no es lo mismo que la cultura nacional (que no es rrollo [...] 36 . Mao distingue en esta obrita entre idéntica a la popular), que la cultura ilustrada de antigua y vieja cultura; entre cultura dominante, la élite neocolonial (que no siempre es burguesa, vigente, imperialista, semifeudal, reaccionaria, de pero si oligárquica), que la cultura de masas (que nueva democracia, cultura de las masas populares, es alienante y unidimensional tanto en el centro cultura nacional, revolucionaria, etc. como en la periferia), ni que la cultura popular34. La cultura popular latinoamericana –escri- Y se agregaba: A la cultura imperial, a la ilustrada bíamos en el nombrado artículo de 1984– sólo y a la de masas (en la que debe incluirse la cultura se esclarece, decanta, se autentifica en el proceso proletaria como negatividad) son los momentos de liberación (de liberación económica del capitalis- internos imperantes a la totalidad dominante. La mo, liberación política de la opresión) instaurando cultura nacional, sin embargo, es todavía equívoca un nuevo tipo democrático, siendo así liberación aunque tiene importancia [....] La cultura popular cultural, dando un paso creativo en la línea de la es la noción clave para una liberación [cultural]. En tradición histórico-cultural del pueblo oprimido y los 80s, con la presencia activa del FSLN en Nica- ahora protagonista de la revolución. ragua y muchas otras experiencias en toda América En esa época se hablaba del sujeto his- Latina, la cultura creadora era concebida como la tórico de la cultura revolucionaria: el pueblo, cultura popular revolucionaria35. como bloque social de los oprimidos, cuando co- Escribía Mao Tse-tung: Es un imperativo bra conciencia subjetiva de su función histórico- separar la excelente cultura antigua popular, o sea, revolucionaria37. la que posee un carácter más o menos democrático La cultura popular no era populista. Po- y revolucionario, de toda la putrefacción propia de pulista indicaba la inclusión en la cultura nacio- la vieja clase dominante feudal [...] La actual nue- nal de la cultura burguesa u oligárquica de su va cultura proviene de la antigua, por ello debemos élite y la cultura del proletariado, del campesi-

- 38 - Enrique Dussel no, de todos los habitantes del suelo organizado ropa, que Edward Said muestra en su famosa bajo un Estado (que en Francia se denominó el obra de 1978, Orientalismo) era un defecto ar- bonapartismo). Lo popular en cambio, era todo ticulado y simultáneo al occidentalismo (inter- un sector social de una nación en cuanto explo- pretación errada de la misma cultura europea). tado u oprimido, pero que guardaba igualmente Las hipótesis que nos habían permitido negar la una cierta exterioridad como veremos más ade- inexistencia de la cultura latinoamericana nos lante. Oprimidos en el sistema estatal, alterna- llevaban ahora al descubrimiento de una nueva tivos y libres en aquellos momentos culturales visión crítica de las culturas periféricas, e in- simplemente despreciados por el dominador, clusive de Europa misma. Esta tarea iba siendo como el folklore38, la música, la comida, la ves- emprendida casi simultáneamente en todos los timenta, las fiestas, la memoria de sus héroes, ámbitos de las culturas poscoloniales periféri- las gestas emancipatorias, las organizaciones cas (Asia, Africa y América Latina), aunque por sociales y políticas, etc. Como puede verse la desgracia en menor medida en Europa y Esta- visión sustancialista monolítica de una cultura dos Unidos mismos. latinoamericana había sido dejada atrás, y las En efecto, a partir de la problemática fisuras internas culturales crecían gracias a la postmoderna sobre la naturaleza de la Moder- misma revolución cultural. nidad –que en último término es todavía una visión todavía europea de la Modernidad–, Modernidad, globalización del comenzamos a advertir que, lo que nosotros occidentalismo, multiculturalismo mismos habíamos llamado postmoderno40, era liberal y el imperio militar de la guerra algo distinto a lo que aludían los Postmoder- preventiva nos de los 80s (al menos daban otra definición del fenómeno de la Modernidad tal como yo lo Lentamente, aunque la cuestión había sido vis- había entendido desde los trabajos efectuados lumbrada intuitivamente desde finales de la para situar a América Latina en confrontación década de los 50s., se pasa de una obsesión por a una cultura moderna vista desde la periferia situar América Latina en la historia mundial –lo colonial). Por ello, nos vimos en la necesidad de que exigió reconstruir totalmente la visión de reconstruir desde una perspectiva exterior, es dicha historia mundial– a poner en cuestión la decir: mundial (no provinciana como eran las visión standard (de la generación hegeliana) de europeas), el concepto de Modernidad, que tenía la misma historia universal que nos había ex- y sigue teniendo en Europa y Estados Unidos cluido ya que al ser eurocéntrica construía una una clara connotación eurocéntrica, notoria interpretación distorsionada39 44 no sólo de desde Lyotard o Vattimo hasta Habermas y de las culturas no-europeas sino que y esta con- otra manera más sutil en el mismo Wallerstein clusión era imprevisible en los 50s y no había en lo que hemos denominado un segundo euro- sido esperada a priori, igualmente interpretaba centrismo. El estudio de esta cadena argumen- inadecuadamente a la misma cultura occiden- tativa nos permitió vislumbrar un horizonte tal. El orientalismo (defecto de la interpretación problemático y categorial que relanzó nueva- europea de todas las culturas al oriente de Eu- mente el tema de la cultura ahora como crítica

- 39 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD de la multiculturalidad liberal (a la manera de un La modificación radical de esta hipóte- John Rawls, por ejemplo en The Law of people) y sis por la propuesta de Andre Gunder Frank del también como crítica del optimismo superficial sistema de los cinco mil años –que se me impuso de una pretendida facilidad con la que se expone de inmediato porque era exactamente mi pro- la posibilidad de la comunicación o del diálo- pia cronología– cambió el panorama. Si debe go multicultural, suponiendo ingenuamente o reconocerse que hubieron contactos firmes por cínicamente, una simetría inexistente en reali- las indicadas estepas y desiertos del norte del dad entre los argumentantes. Asia oriental (la llamada ruta de la seda), fue la Ahora no se trata ya de localizar a región de la antigua Persia, helenizada primero América Latina. Ahora se trata de situar a to- (en torno a Seleukon, no lejos de las ruinas de das las culturas que inevitablemente se enfrentan Babilonia) y después islamizada (Samarkanda hoy en todos los niveles de la vida cotidiana, de o Bagdad), la placa giratoria del mundo asiático- la comunicación, la educación, la investigación, afro-mediterráneo. La Europa latino-germana las políticas de expansión o de resistencia cul- fue siempre periférica –aunque en el Sur tenía tural o hasta militar. Los sistemas culturales, un peso propio por la presencia del antiguo Im- acuñados durante milenios pueden despeda- perio romano–, pero nunca fue centro de esa zarse en decenios, o desarrollarse por el enfren- inmensa masa continental. tamiento con otras culturas. Ninguna cultura El mundo musulmán (desde Mindanao en tiene asegurada de antemano la sobrevivencia. Filipinas, Malaka, Delhi, el corazón del mundo mu- Todo esto se ha incrementado hoy, siendo un sulmán, hasta el Magreb con Fes en Marruecos o momento crucial en la historia de las culturas la Andalucía de la Córdoba averroista) era una cul- del planeta. tura mercantilista mucho más desarrollada cien- En nuestra visión del curso de Hipóte- tífica, teórica, económica y culturalmente que la sis para el estudio de Latinoamérica en la Histo- Europa latino-germana después de la hecatombe ria Universal y en los primeros trabajos de esa de las invasiones germanas41 y las mismas inva- época, tendía a mostrar el desarrollo de cada siones islámicas desde el siglo VII DC. Contra Max cultura como un todo autónomo o indepen- Weber debe aceptarse una gran diferencia civili- diente. Había zonas de contactos (como el Me- zatoria entre la futura cultura europea, todavía diterráneo oriental, el Océano Pacífico y las subdesarrollada, con respecto a la cultura islámi- estepas euroasiáticas desde el Gobi hasta el ca hasta el siglo XIII en que las invasiones turcas Mar Caspio) pero explícitamente dejaba hasta siberianas troncharán la gran cultura árabe. la expansión portuguesa por el Atlántico Sur En el Occidente la Modernidad, que se y hacia el Océano Indico o hasta el descubri- inicia con la invasión de América por parte de miento de América por España, el comienzo del los españoles, cultura heredera de los musulma- despliegue del sistema-mundo y la conexión por nes del Mediterráneo –por Andalucía– y del Re- primera vez de las grandes ecumenes culturales nacimiento italiano –por la presencia catalana independientes (desde Amerindia, China, el In- en el sur de Italia–42 es inversa. Es decir, Italia dostán, el mundo islámico, la cultura bizantina renacentista es todavía mediterránea y antigua y la latino-germánica). mietras España es atlántica y moderna.

- 40 - Enrique Dussel

La apertura geopolítica de Europa al tura más avanzada de su época y en la inicial Atlántico es el despliegue y control del sistema- modernidad europea45. La primera gramática mundo en sentido estricto –por los océanos y de una lengua romance fue la castellana, edi- no ya por las lentas y peligrosas caravanas con- tada por Nebrija en 1492. En 1521 es aplastada tinentales– y la invención del sistema colonial, por Carlos V la primera revolución burguesa en durante 300 años irá inclinando lentamente la Castilla, los comuneros que luchan por la defen- balanza económica-política a favor de la anti- sa de sus fueros urbanos. Surge la primera mo- gua Europa aislada y periférica. Todo lo cual es neda mundial –la moneda de plata de México y simultáneo al origen y desarrollo del capitalis- Perú–, que pasaba por Sevilla y se acumulaba mo, mercantil en su inicio, de mera acumula- finalmente en China. Es una modernidad mer- ción originaria de dinero. Es decir: modernidad, cantil, preburguesa, humanista, que comienza colonialismo, sistema-mundo y capitalismo son la expansión europea. aspectos de una misma realidad simultánea y Sólo la segunda Modernidad se desarro- mutuamente constituyente. lla en las Provincias Unidas de los Países Bajos, Si esto es así, España es entonces la primera provincia española hasta comienzo del siglo nación moderna. Esta hipótesis se opone a todas XVII46, un nuevo desarrollo de la Modernidad, las interpretaciones de la Modernidad, del cen- ahora propiamente burguesa (1630-1688). La tro de Europa y Estados Unidos, y aún es con- tercera Modernidad, inglesa y posteriormente traria a la opinión de la inmensa mayoría de los francesa, despliega el modelo anterior filosófi- intelectuales españoles hoy en día. Sin embargo camente iniciado por Descartes o Spinoza, des- se nos impone cada vez con mayor fuerza, a me- plegándose con mayor coherencia práctica en dida que vamos encontrando nuevos argumen- el individualismo posesivo de Hobbes, Locke o tos. En efecto, la primera Modernidad ibérica del Hume. Con la Revolución industrial y la Ilus- 1492 a 1630 aproximadamente, tiene matices tración la Modernidad alcanzaba su plenitud, musulmanes por Andalucía –la región que había y al mismo tiempo se afianzaba el colonialismo sido la más culta del Mediterráneo43 en el siglo expandiéndose Europa del Norte por el Asia XII–, se inspira en el Renacimiento humanista primero y posteriormente por el África. La Mo- italiano implantado firmemente por la actuación dernidad habría tenido cinco siglos, lo mismo del cardenal Cisneros y la reforma universitaria que el sistema-mundo y era coextensivo al do- de los dominicos salmantinos, cuya Segunda Es- mino europeo sobre el planeta, del cual había colástica es ya moderna y no meramente medieval sido el centro desde 1492. América Latina por su y en especial poco después, por la cultura barroca parte, fue un momento constitutivo de esa Mo- jesuítica, que en la figura filosófica de Francisco dernidad. El sistema colonial no pudo ser feudal Suárez inaugura en sentido estricto el pensa- –cuestión central para las ciencias sociales en miento metafísico moderno44. general, demostrada por Sergio Bagú–, sino pe- El Quijote es la primera obra literaria riférico de un mundo capitalista moderno y por moderna de su tipo en Europa, cuyos persona- lo tanto él mismo moderno En este contexto se jes tienen cada pie en un mundo distinto: en el efectuó una crítica a la posición ingenua que sur islámico y en el norte cristiano, en la cul- definía el diálogo entre las culturas como una

- 41 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD posibilidad simétrica multicultural, idealizada vestidos, vehículos, etc.), aunque por otro lado en parte, y donde la comunicación pareciera ser se pretende salvar dichas culturas valorando posible para seres racionales. aisladamente elementos folklóricos o momen- La Etica del Discurso adoptaba esta po- tos culturales secundarios. Una trasnacional sición optimista. Rorty –y con diferencias de la alimentación puede subsumir entre sus McIntyre– mostraba o la completa inconmen- menús un plato propio de una cultura culinaria surabilidad de una comunicación imposible como el Taco Bell y esto pasa por respeto a las o su extrema dificultad. De todas maneras se otras culturas. prescindía de situar a las culturas –sin nom- Este tipo de multiculturalismo altruista brarlas en concreto ni estudiar su historia y sus queda claramente formulado en el overlapping contenidos estructurales– en una situación asi- consensus de John Rawls, que exige la acepta- métrica que se originaba por sus respectivas po- ción de ciertos principios procedimentales –que siciones en el sistema colonial mismo. La cultura son inadvertidamente profundamente cultura- occidental con su occidentalismo obvio, situaba les, occidentales– que deben ser aceptados por a todas las otras culturas como más primitivas, todos los miembros de una comunidad política pre-modernas, tradicionales, subdesarrolladas. y permitiendo al mismo tiempo la diversidad En el momento de elaborar una teoría del diálo- valorativa cultural o religiosa. Políticamente go entre culturas pareciera que todas las culturas esto supondría en los que establecen el diálogo, tienen simétricas condiciones. aceptar un Estado liberal multicultural, no ad- O por medio de una antropología ad hoc virtiendo que la estructura misma de ese Esta- se efectúa la tarea de la observación descom- do multicultural tal como se institucionaliza en prometida –o en el mejor de los casos compro- el presente es la expresión de la cultura occiden- metida– de las culturas primitivas. En este caso tal y restringe la posibilidad de sobrevivencia existen las culturas superiores (aquellas del de todas las demás culturas. antropólogo cultural universitario) y las otras Subrepticiamente se ha impuesto una (primitivas). Entre ambos extremos están las estructura cultural en nombre de elementos culturas desarrolladas simétricamente y las puramente formales de la convivencia que han otras, que ni siquiera pueden situárselas asimé- sido expresión del desarrollo de una cultura tricamente por el abismo cultural infranquea- determinada. Además, no se tiene clara con- ble. Es el caso de Durkheim o de Habermas. ciencia que la estructura económica de fondo Ante la posición observacional de la es el capitalismo trasnacional que funda ese antropología no puede haber diálogo cultural tipo de Estado liberal, y que ha limado en las con China, India, el mundo islámico, etc., que culturas incorporadas, gracias al indicado over- no son culturas ilustradas ni primitivas. Están lapping consensus como acción de vaciamiento en la tierra de nadie. A esas culturas que no son previo de los elementos críticos anticapitalistas ni metropolitanas ni primitivas se las va destru- de esas culturas, diferencias anti-occidentales yendo por medio de la propaganda, de la venta inaceptables. de mercancías, productos materiales que son Este tipo aséptico de diálogo multicul- siempre culturales (como bebidas, comidas, tural que es frecuente también entre las reli-

- 42 - Enrique Dussel giones universales, se vuelve en ciertos casos permita comprender más dramáticamente la una política cultural agresiva, como cuando coyuntura actual de la historia mundial bajo Huntington, en su obra El choque de civilizacio- la hegemonía militar del Estado norteamerica- nes, aboga directamente por la defensa de la no (el home-state de las grandes corporaciones cultura occidental por medio de instrumentos trasnacionales, que lentamente, como cuando militares, en especial contra el fundamentalis- en la República romana Cesar atravesó el Ru- mo islámico, bajo cuyo suelo se olvida de indicar bicón) va transformando a los Estados Unidos que existen los mayores yacimientos petroleros de una república en un imperio, dominación del planeta y sin referirse a la presencia de un posterior al final de la Guerra Fría (1989), que fundamentalismo cristiano especialmente en intenta encaminarse a una gestión monopolar Estados Unidos, de igual signo y estructura. del Poder Global. De nuevo no se advierte que el funda- ¿A qué queda reducido el diálogo mul- mentalismo del mercado –como lo denomina ticultural que una cierta visión ingenua de las George Soros– funda ese fundamentalismo mi- asimetrías entre los dialogantes? ¿Cómo es po- litar agresivo, de las guerras preventivas, que se sible imaginar un diálogo simétrico ante tama- los disfraza de enfrentamientos culturales o de ña distancia en la posibilidad de empuñar los expansión de una cultura política democrática. instrumentos tecnológicos de un capitalismo Se ha pasado así de la pretensión de un diálogo fundado en la expansión militar? ¿No estará simétrico del multiculturalismo a la supresión todo perdido y la imposición de un cierto oc- simple y llana de todo diálogo, y a la imposi- cidentalismo, cada vez más identificado con el ción por la fuerza de la tecnología militar de la americanismo norteamericano borrará de la faz propia cultura occidental –al menos este es el de la tierra a todas las culturas universales que pretexto–, ya que hemos sugerido que se trata se han ido desarrollando en los últimos mile- meramente del cumplimiento de intereses eco- nios? ¿No será el inglés la única lengua clásica nómicos, del petróleo como en la guerra de Irak que se impondrá a la humanidad, que agobiada de inicios del siglo XX, ante la pasiva posición deberá olvidar sus propias tradiciones? del Congreso (¿no pareciera ser un ejemplo de la trágica inoperancia del Senado romano en Transversalidad del diálogo tiempos de Cicerón, centro de la República ro- Intercultural Transmoderno: mutua mana?), el Departamento de Estado y el equipo liberación de las culturas universales del Presidente George W.Bush toman todas las postcoloniales decisiones en la indicada Guerra de Irák (¿cómo Julio Cesar que instala el Imperio, figura jurídi- Llegamos así a una última etapa de madura- ca e institución política inexistente con anterio- ción anticipada en intuiciones previas, a partir ridad en Roma?). de nuevas hipótesis de André Gunder Frank. En su obra Imperio Negri y Hardt sostie- Su obra ReORIENT: global economy in the Asian nen una cierta visión postmoderna de la estruc- Age47 (y la más compleja argumentación de tura globalizada del sistema-mundo. A ella es Kenneth Pomeranz en The Great Divergence: necesario anteponerle una interpretación que China, Europe ande the Making of the Modern

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World Economy48) nuevamente nos permite Europa comenzó a ser centro del mercado desplegar una problemática ampliada y crítica, mundial –y extender por ello el sistema-mundo que debe retomar las claves interpretativas del a todo el planeta– desde la revolución indus- problema de la cultura de la década de los 60 trial; que en el plano cultural produce el fenó- alcanzando ahora una nueva implantación que meno de la Ilustración, cuyo origen in the long hemos querido denominar transmoderna como run, debemos ir a buscarlo –según las hipótesis superación explícita del concepto de postmo- que consideraremos a continuación del filósofo dernidad (postmodernidad que es todavía un marroquí Al-Yabri– en la filosofía averroísta momento final de la modernidad). La reciente del califato de Córdoba. La hegemonía central nueva hipótesis de trabajo puede formularse e ilustrada de Europa no tiene sino dos siglos simplificadamente de la siguiente manera : la (1789-1989). ¡Sólo dos siglos! Demasiado corto Modernidad (el capitalismo, el colonialismo, plazo para poder transformar en profundidad el el primer sistema-mundo) no es coetánea a núcleo ético-mítico para expresarnos con Ricoeur, la hegemonía mundial de Europa, jugando la de culturas universales y milenarias como la función de centro del mercado con respecto a china y otras del extremo oriente como la japo- las restantes culturas. Centralidad del mercado nesa, coreana, vietnamita, etc., la indostánica, mundial y Modernidad no son fenómenos sin- la islámica, la bizantino-rusa y aún la bantú o la crónicos. La Europa moderna llega a ser cen- latinoamericana,de diferente composición e in- tro después de ser moderna. Para Wallerstein tegración estructural. Esas culturas han sido en ambos fenómenos son coextensivos y por ello parte colonizadas pero en la mejor estructura de posterga la Modernidad y su centralidad en el sus valores han sido más bien excluidas, despre- mercado mundial hasta la Ilustración y el sur- ciadas, negadas, ignoradas mas que aniquiladas. gimiento del liberalismo. Por mi parte pienso Se ha dominado el sistema económico y político que los cuatro fenómenos (capitalismo, siste- para poder ejercer el poder colonial y acumular ma-mundo, colonialidad y modernidad) son riqueza gigantescas, pero se ha evaluado a esas coetáneos pero no la centralidad del mercado culturas como despreciables, insignificantes, mundial. Hoy entonces, debo indicar que has- no importantes, no útiles. Ese desprecio sin ta 1789 (por dar una fecha simbólica a finales embargo, ha permitido que ellas sobrevivieran del siglo XVIII) la China y la región indostá- en el silencio, en la oscuridad, en el desprecio nica tenían tal peso productivo-económico en simultáneo de sus propias élites modernizadas el mercado mundial –produciendo las mercan- y occidentalizadas. Esa exterioridad negada, esa cías más importantes de dicho mercado tales alteridad siempre existente y latente indica la como la porcelana, la tela de seda, etc.– que existencia de una riqueza cultural insospechada Europa no podía de ninguna manera igualar. que lentamente renace como las llamas del fue- Europa no podía vender nada en el mercado go de las brasas sepultadas por el mar de cenizas extremo oriental. Sólo había podido comprar centenarias del colonialismo. Esa exterioridad en dicho mercado chino durante tres siglos cultural no es una mera identidad sustantiva gracias a la plata de América Latina, del Perú y incontaminada y eterna. Ha ido evolucionando México principalmente. ante la Modernidad misma; se trata de una iden-

- 44 - Enrique Dussel tidad en sentido de proceso y crecimiento pero claramente en cuenta las asimetrías existentes siempre como exterioridad. Esas culturas uni- (no es lo mismo ser un centro-imperial a ser par- versales, asimétricas de un punto de vista de sus te del coro-central semiperiférico –como Europa condiciones económicas, políticas, científicas, hoy y más desde la Guerra de Irak en 2003– que tecnológicas, militares, guardan entonces una mundo postcolonial y periférico). Pero un mun- alteridad con respecto a la propia Moderindad do postcolonial y periférico como la India, en europea, con la que han convivido y han apren- una asimetría abismal con respecto al centro- dido a responder a su manera sus desafíos. No metropolitano de la época colonial no por ello están muertas sino vivas y en la actualidad en deja de ser un núcleo creativo de renovación de pleno proceso de renacimiento, buscando –y una cultura milenaria y decisivamente distin- también inevitablemente equivocando– cami- ta a todas las otras, con capacidad de proponer nos nuevos para su desarrollo futuro. Por no ser respuestas novedosas y necesarias a los angus- modernas esas culturas tampoco pueden ser tiosos desafíos que nos lanza el planeta en el postmodernas. Son premodernas y más antiguas inicio del siglo XXI. que la modernidad, coetáneas a la Modernidad Un diálogo intercultural deber ser y próximamente transmodernas. El postmoder- transversal50 es decir, debe partir de otro lugar nismo es una etapa final de la cultura moderna que el mero diálogo entre los eruditos del mun- europeo-norteamericana, el centro de la Moder- do académico o institucionalmente dominante. nidad. Las culturas chinas o vedantas no podrán Debe ser un diálogo multicultural que no presu- nunca ser postmoderno-europeas sino otra cosa pone la ilusión de la simetría inexistente entre muy distinta y a partir de sus propias raíces. las culturas. Veamos algunos aspectos de este Así el concepto estricto de transmoder- diálogo crítico intercultural con intención de no49 quiere indicar esa radical novedad que sig- trans-modernidad. nifica la irrupción, como desde la Nada, desde la Tomemos como hilo conductor de Exterioridad alterativa de lo siempre Distinto, nuestra exposición una obra de la cultura islá- de culturas universales en proceso de desarrollo mica en el nivel filosófico. Mohammed Abed Al- que asumen los desafíos de la Modernidad y aún Yabri, en sus obras Crítica de la razón árabe51 y El de la Postmodernidad europeo-norteamericana legado filosófico árabe52 es un excelente ejemplo pero que responden desde otro lugar, other Loca- de lo que deseamos explicar. Al-Yabri –filósofo tion. Desde el lugar de sus propias experiencias magrebí es decir, de una región cultural bajo el culturales, distinta a la europeo-norteamerica- influjo del pensamiento del Califato de Córdoba na y por ello con capacidad de responder con en su edad clásica– comienza la deconstrucción soluciones absolutamente imposibles para la de su tradición árabe53 que culminó en una au- cultura moderna. Una futura cultura trans- téntica Ilustración filosófica –antecedente direc- moderna que asume los momentos positivos de to de la renovación latino-germánica del Paris la Modernidad –pero evaluados con criterios del siglo XIII y por ello aún es un antecedente distintos desde otras culturas milenarias– ten- directo de la Aufklaerung europea del siglo XVIII drá una pluriversidad rica y será fruto de un (averroísta según las hipótesis de Al-Yabri)–. auténtico diálogo intercultural que debe tomar Afirmación de la exterioridad despreciada. Todo

- 45 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD comienza por una afirmación. La negación de la matices desconocidos y lo hace desde la filo- negación es el segundo momento. ¿Cómo podrá sofía hermenéutica francesa contemporánea negarse el desprecio de lo propio sino iniciando que ha estudiado como todo magrebí. Expone el camino con el autodescubrimiento del propio así positivamente el pensamiento de Alfarabi, valor? Afirmación de una “identidad” procesual Avicena, Avempace, Averroes, Abenjaldún pero y reactiva ante la misma Modernidad. Las cul- no es meramente una pura afirmación ingenua turas poscoloniales deben efectivamente desco- y apologista. lonizarse, pero para ello deben comenzar por En el plano de la cultura popular, otro autovalorarse. ejemplo, Rigoberta Menchú en Me llamo Rigo- Pero hay diferentes maneras de afirmar- berta Menchú y así me nació la conciencia57, dedi- se; entre ellas hay maneras equivocadas de la ca largos capítulos a describir la cultura de su propia afirmación. Por ello, a partir del ejemplo pueblo maya de Guatemala. Parte de una afir- indicado y en primer lugar, Al-Yabri critica las mación autovaliosa de sí misma. Es la reflexión propias interpretaciones o “lecturas” herme- originaria sobre la que edificará todo el edificio. néuticas de la tradición islámica de la filosofía Contra los juicios ya hecho habituales, es nece- árabe contemporánea en el mundo musulmán. sario comenzar desde el origen positivo de la La primer línea interpretativa es la del funda- propia tradición cultural. Este primer paso es mentalismo (salafís54). Dicha interpretación un recuerdo del pasado desde una identidad o tiene una intención afirmativa, como todas las que ha sido anterior a la Modernidad o que ha restantes, ya que intenta recuperar la antigua evolucionando imperceptiblemente en el con- tradición árabe en el presente. Pero para Al- tacto inevitable y secreto con la Modernidad. Yabri dicha corriente es ahistórica, meramente Pero la única manera de poder crecer desde la apologética y tradicionalista. Otra línea de in- propia tradición es efectuar una crítica desde terpretación es la liberal, europeísta, pretende los supuestos de la propia cultura. Es necesario ser meramente moderna, pero al final niega el encontrar en ella los momentos originarios de pasado o no sabe como reconstruirlo. La terce- una autocrítica. ra es la interpretación izquierdista (el salafismo De manera sumamente original y auto- marxista)55. La pregunta ante estas tres herme- rizada Al-Yabri muestra que las ciencias filosófi- néuticas presentes del pasado, es: ¿De qué modo cas griegas llegaron a transformarse en filosofía, [podemos] reconstruir [hoy] nuestro legado?56. teología y jurisprudencia islámica gracias a Con toda evidencia, el primer paso es cuatro corrientes filosóficas: La primera es la estudiar afirmativamente dicho legado. Al- representada por los traductores y secretarios de Yabri, lector desde el dominio de la lectura ára- origen iránico [...], el modelo oriental (persa) del be como lengua materna, y aprendiz desde su neoplatonismo. La segunda es la representada niñez de la cultura islámica, tiene una enorme por los médicos y traductores cristianos llegados ventaja sobre todos los especialistas europeos o de la escuela persa de Yundisapur [... que] además norteamericanos que estudian al mundo árabe de los maestros nestorianos albergó a un grupo como un objeto científico y como una cultura de maestros de la escuela de Atenas [...] el modelo extranjera. Lee entonces los clásicos, vislumbra neoplatónico occidental. La tercera corriente [la

- 46 - Enrique Dussel más importante], oriental, es la representada por ra pero igualmente la tradición fatimita de El los traductores, maestros y sabios harraníes [...] La Cairo, con pensadores tales como Alfarabi y cuarta, la occidental, es la que aparece finalmente Avicena, se inclinaron sin embargo hacia un con la llegada de la Academia de Alejandría58. La pensamiento neoplatónico con matices teoló- Academia se instaló 50 años en la ciudad de los gico-místicos como el concepto de iluminación. sabios de Harrán. Esta escuela es fundamental Por el contrario –enseña Al-Yabri contra mu- ya que significa una síntesis del pensamiento chos expositores de la historia de la filosofía persa, neoplatónico y aristotélico59 , cuestión árabe–, la filosofía propiamente occidental an- poco estudiada fuera del mundo filosófico árabe daluz-magrebí (en torno a las grandes capitales ya que exige uan bibliografía sin traducciones a culturales de Córdoba al norte y Fez60 al sur), lenguas occidentales. Los Hermanos de la Pureza significó una ruptura original que tendrá dura- dependen de la tradición de Harrán. dera herencia. Por motivos tanto políticos como Es así que Al-Yabri efectúa una decons- económicos –y aquí el filósofo marroquí utiliza trucción de su propia tradición con elementos instrumentos críticos de la filosofía moderna críticos de ella misma y con otros tomados de la europea– el califato cordobés, occidental como misma Modernidad. No es la Modernidad la que hemos indicado, rompió con la visión teologi- le impone al intelectual crítico sus instrumen- zante del pensamiento oriental e inauguró una tos; es el intelectual crítico el que controla, ma- clara distinción entre razón natural (que cono- neja la elección de los instrumentos modernos ce científicamente por observación, y desarrolla que le serán útiles para la reconstrucción crítica la física, la mecánica y la matemática de nueva de su propia tradición, no como sustancia fija. manera) y la razón iluminada por la fe. Se dis- Al-Yabri muestra así que las escuelas orientales tingue entre razón y fe, ni se las confunde ni se del mundo árabe (las escuelas en relación con las niega, se las articula de manera novedosa. Bagdad son las propiamente orientales, más Para Avempace la perfección humana no próximas al gnosticismo persa y las relaciona- consiste en la contemplación extática del sufis- das con El Cairo, de tradición neoplatónica ale- mo sino en la vida del hombre solitario que como jandrina son ya occidentales, dentro del Oriente brote en la ciudad imperfecta anhela la ciudad islámico, como veremos) debieron inicialmente perfecta, por el estudio racional de las ciencias oponerse frontalmente a su enemigo principal: filosóficas, el acto del intelecto agente por exce- el pensamiento gnóstico persa. lencia, el del saber del sabio, que es espiritual y Los mu’tazilíes crearon estrictamente divino. Al-Yabri dedica excelentes páginas so- el primer pensamiento teórico islámico (anti- bre Avempace en su tratado de la felicidad del persa) con componentes propios del El Korán, sabio, que inspirándose en el último Aristóteles subsumiendo igualmente de manera creadora lo desarrolla61. momentos de la cultura griego-bizantina con Fue el filósofo Ibn-Abdun quien llevó el fin político de justificar la legitimidad del a Alándalus la orientación racionalista de la Estado califal. Nacieron así las tradiciones escuela de Bagdad contraria a la posición de orientales. Las escuelas abasíes de Bagdad y sus Alkindi, Alfarabi y Avicena. Una segunda ge- regiones aledañas como Samarkanda o Búja- neración, al comienzo del siglo V de la hégira

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-siglo XI cristiano- se especializa en matemá- nosotros pongamos manos a la obra de estudiar los ticas y medicina. La tercera generación, con libros de dichos filósofos antiguos, para que, si todo Avempace, integra la física y la metafísica y se lo que en ellos dicen lo encontramos razonable, lo libera del neoplatonismo gnóstico de la escuela aceptemos, y si algo hubiere irrazonable, nos sirva oriental, invocando la argumentación racional de precaución y advertencia65. aristotélica,depurado del neoplatonismo. Por ello, adoptar el espíritu averroísta es Los almohades tenían por lema cultural romper con el espíritu avicenista oriental, gnóstico, Abandonar el argumento de autoridad y volver a las y oscurantista66. Como puede verse la filosofía fuentes. Se trata del movimiento cultural lidera- árabe practicó el método que estamos descri- do por Ibn Túmert, en tiempos de gran cambio y biendo. Fue fiel a su tradición pero subsumió lo por ello de gran libertad política e ímpetu racio- mejor según propios criterios de la otra cultura nalista y crítico. Ibn Túmert critica la analogía, que en algunos aspectos era tenida por muy de- como método que va de lo conocido a lo desco- sarrollada por ejemplo, en la elaboración de la nocido62. Si Alfarabi y Avicena (por la multipli- ciencia lógica Rigoberta Menchú, de la misma cidad y problemas políticos del oriente) habían manera, indaga entre las comunidades indíge- pretendido unir63 filosofía y teología, Averroes nas hermanas la causa de su pasividad, de su (en el occidente almohade) se propone separar- fatalismo, y comienza una crítica comunitaria las, pero mostrando su mutua autonomía y que los llevará a comprometerse en la lucha complementaridad. Tal fue el tema de su obra ante el gobierno mestizo y la represión mili- Doctrina decisiva y fundamento de la concordia tar. De manera que el intelectual crítico debe entre la revelación y la ciencia, un verdadero dis- ser alguien localizado entre (in betweeness) las curso del método: la verdad (revelada) no puede dos culturas, la propia y la moderna. Es todo contradecir la verdad (racional), y viceversa. En el tema de la frontera entre dos culturas, como especial la Destrucción de la destrucción muestra lugar de un pensamiento crítico. El tema lo expo- que no son apodícticos los argumentos con los ne largamente Walter Mignolo, en el caso de la que Algazel intenta demostrar la irracionalidad frontera méxico-norteamericana como ámbito de la filosofía. Fue entonces la elaboración y ex- bicultural creativo. presión de toda la doctrina llamada de la doble Para resistir es necesario madurar. La verdad de Averroes –que tan equívocamente fue afirmación de los propios valores exige tiem- interpretada en el mundo latino medieval64–. po, estudio, reflexión, retorno a los textos o Al mismo tiempo el filósofo cordobés indicó la los símbolos y mitos constitutivos de la propia manera de relacionarse con otras culturas: Es cultura, antes o al menos al mismo tiempo que indudable que debemos servirnos, como de ayuda el dominio de los textos de la cultura moderna para nuestro estudio (racional de los seres existen- hegemónica. tes), de las investigaciones realizadas por todos los Al-Yabri muestra lo equivocado que al- que nos han precedido [los griegos] [...] Siendo pues gunos intelectuales árabes, cuya relación con el le- esto así, y como que realmente los filósofos antiguos gado cultural europeo parece ser más estrecha que estudiaron ya con el mayor esmero las reglas del ra- la que llevan con el legado árabe-islámico, plantean zonamiento (la lógica, el método), convendrá que el problema del pensamiento árabe contemporáneo

- 48 - Enrique Dussel en estos términos: ¿cómo puede este pensamiento creadores críticos de su propia cultura ((intelec- asimilar la experiencia del liberalismo antes o sin tuales de la frontera, entre la propia cultura y la que el mundo árabe pase por la etapa del liberalis- Modernidad). No son de los que meramente la mo? Abdalah Laroui, Zaki Nayib Mahmud, Mayid defienden de sus enemigos sino los que prime- Fajri y tantos otros plantearon así la pregunta. ramente la recrean desde los supuestos críticos que El problema sin embargo es otro: ¿Cómo se encuentran en su propia tradición cultural y el pensamiento árabe contemporáneo puede recu- de la misma Modernidad que se globaliza. La perar y asimilar la experiencia racionalista de su Modernidad puede servir como un catalizador propio legado cultural para vivirla de nuevo, en una crítico (si la usa la mano experta del crítico de perspectiva semejante a la de nuestros antepasa- la propia cultura). Pero, además no es siquiera el dos: luchar contra el feudalismo, contra el gnosti- diálogo entre los críticos de centro metropolitano cismo, contra el fatalismo, e instaurar la ciudad con los críticos de la periferia cultural. Es antes de la razón y de la justicia, una ciudad árabe libre, que nada un diálogo entre los críticos de la perife- democrática y socialista?67. ria, un diálogo intercultural Sur-Sur, antes que Como puede observarse, un proyecto de pasar al diálogo Sur-Norte. esta envergadura exige tenacidad, tiempo, in- Dicho diálogo es esencial. Como filóso- teligencia, investigación, solidaridad. Se trata fo latinoamericano me agradaría comenzar una del largo tiempo de la maduración de una nueva conversación con Al-Yabri a partir de la siguien- respuesta en la resistencia cultural, no sólo con te pregunta: ¿Por qué decayó el pensamiento las élites de las otras culturas, en especial las filosófico islámico en una crisis tan profunda dominantes, sino contra el eurocentrismo de a partir del siglo XIV? Esto no se explica sólo las propias élites de la misma cultura periférica, por la presencia lenta y creciente del Imperio colonial, fundamentalista. Rigoberta muestra otomano. ¿Por qué se internó dicha filosofía como ejemplo por su parte, cómo reinterpretó por el callejón sin salida del pensamiento fun- la comunidad, al ir tomando conciencia crítica, damentalista? Habrá que echar mano de una el cristianismo tradicional para permitir jus- interpretación histórico-mundial más amplia tificar la lucha de las comunidades contra la para comprender que habiendo sido el mundo dominación de las élites blancas militarizadas islámico la llave del contacto del mundo antiguo en Guatemala. Se trata de una nueva herme- (desde Bizancio y en menor lugar de la Europa néutica del texto constitutivo de la vida cultu- latino-germánica, hasta el Indostán y China), ral de la comunidad (ya que el nivel simbólico inevitablemente la constitución de un sistema- es fundamental para los amerindios, teniendo mundo por España y Portugal, por el dominio de una vertiente maya articulada con la vertiente los Océanos, dejó lentamente al mundo musul- cristiano-colonial). mán fuera de la zona central de contacto con las El diálogo intercultural presente no es otras culturas universales como lo había sido sólo ni principalmente un diálogo entre los apo- en el sistema antiguo. La pérdida de centralidad logistas de sus propias culturas, que intentarían (y con ello de información), el empobrecimiento mostrar a los otros las virtudes y valores de su relativo –aunque más no sea por la inflación de propia cultura. Es ante todo el diálogo entre los la plata ante las gigantescas cantidades extraí-

- 49 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD das en América Latina– y otros factores no pri- nos y aprender de los fracasos, de los logros y mariamente culturales o filosóficos, sumió al de la justificación aún teórica de los procesos mundo árabe en una pobreza periférica, en una de creación ante la globalización de la cultura división y un aislacionismo político que lo triba- europeo-norteamericana, cuya pretensión de lizó, desarticulándose en separatismos destruc- universalidad hay que deconstruir desde la tivos en las antiguas regiones unificadas por el multifocalidad óptica de cada cultura. derecho, la religión, la ciencia, el comercio y la Una estrategia presupone un proyec- lengua árabe. La decadencia filosófica fue sólo to. Denominamos proyecto trans-moderno al un momento de la decadencia de una civiliza- intento liberador que sintetiza todo lo que ción, de una crisis económica, política y militar hemos dicho. En primer lugar indica la afirma- de un mundo que de centro se transformó en ción como autovalorización, de los momentos periferia. Hay entonces que ligar, por ejemplo, culturales propios negados o simplemente des- la historia del mundo islámico con el nacien- preciados que se encuentran en la exterioridad te sistema-mundo, con América Latina y con el de la Modernidad; que aún han quedado fuera crecimiento de la Modernidad europea, equi- de la consideración destructiva de esa preten- distante al peso de la cultura chino-indostánica dida cultura moderna universal. En segundo hasta el 1800. Ello le permitirá en el siglo XIX, lugar esos valores tradicionales ignorados por es decir después de la revolución industrial, aún la Modernidad deben ser el punto de arranque colonizar al mundo árabe. La colonialidad cultu- de una crítica interna, desde las posibilidades ral se expresa filosóficamente en decadencia hermenéuticas propias de la misma cultura. En filosófica. Salazar Bondy se preguntaba de ma- tercer lugar, los críticos para serlo, son aquellos nera semejante en América Latina en 1969: ¿Es que viviendo la biculturalidad de las fronteras posible pensar filosófica y creativamente desde un puede crear un pensamiento crítico. En cuarto ser colonial?68 lugar, esto supone un tiempo largo de resisten- En el caso de Rigoberta Menchú el diá- cia, de maduración, de acumulación de fuerzas. logo más fecundo lo realizan los criticos de Es el tiempo del cultivo acelerado y creador del cada comunidad con las otras comunidades y desarrollo de la propia tradición cultural ahora de las comunidades indígenas con los críticos en camino hacia una utopía trans-moderna. Se del mundo mestizo y latinoamericano hegemó- trata de una estrategia de crecimiento y creati- nico. Rigoberta se transforma en una interlocu- vidad de una renovada cultura no sólo descolo- tora de muchas voces, de muchos reclamos, de nizada sino novedosa. las feministas, ecologistas, de los movimientos El diálogo entonces, entre los creado- antirracistas, etc. Al poder fecundarse trans- res críticos de sus propias culturas no es ya versal, mutuamente los pensadores críticos de moderno ni postmoderno sino estrictamente la periferia, y de los espacios de frontera como trans-moderno, porque como hemos indicado, fruto del diálogo intercultural; al poder organi- la localización del esfuerzo creador no parte zar redes de discusión de sus problemas especí- del interior de la Modernidad, sino desde su ficos proceso de autoafirmación se transforma exterioridad o aún mejor de su ser fronterizo. en un arma de liberación. Debemos informar- La exterioridad no es pura negatividad. Es posi-

- 50 - Enrique Dussel tividad de una tradición distinta a la Moderna. ecológico puede también integrar lo mejor de Su afirmación es novedad, desafío y subsunción la Modernidad (no debe negar toda la Moder- de lo mejor de la misma Modernidad. Por ejem- nidad desde una identidad sustantiva purista plo, en las culturas indígenas de América Latina de su propia cultura), para construir aún de- hay una afirmación de la Naturaleza completa- sarrollos científicos y tecnológicos a partir de mente distinta y mucho más equilibrada, eco- esa experiencia de la misma Modernidad. La lógica y hoy más necesaria que nunca, que el afirmación y desarrollo de la alteridad cultu- modo como la Modernidad capitalista confron- ral de los pueblos postcoloniales, subsumiendo ta dicha Naturaleza como explotable, vendible y al mismo lo mejor de la Modernidad, debería destructible. La muerte de la Naturaleza es sui- desarrollar no un estilo cultural que tendiera a cidio colectivo de la humanidad y sin embargo una unidad globalizada, indiferenciada o vacía, la cultura moderna que se globaliza nada apren- sino a un pluriverso trans-moderno (con muchas de del respeto a la Naturaleza de otras cultu- universalidades: europea, islámica, vedanta, ras, aparentemente más primitivas o atrasadas, taoísta, budista, latinoamericana, bantú, etc.), según parámetros desarrollistas. Este principio multicultural en diálogo crítico intercultural.

Notas 1 Nuestra provincia de Mendoza (Argentina) es verdad, 5 Lo que concluyó en nueve tomos publicados entre 1969- era un último territorio en el sur del Imperio inca, o me- 1971 sobre El episcopado hispanoamericano. Institución jor dicho en el valle de Uspallata, entre Argentina y Chile, misionera en defensa del indio,Colección Sondeos, CIDOC, con un Puente del inca y Caminos del inca que pude observar Cuernavaca. con asombro en mi juventud de andinista experto a más de 6 Editado en rotaprint por la Universidad del Nordeste, Re- 4500 metros sobre el nivel del mar. Véanse aspectos bio- sistencia (Argentina), gran formato, 265 págs. Se publica gráfico-filosóficos de mis experiencias generacionales en por primera vez en el CD titulado: Obra Filosófica de Enrique Hacia una simbólica latinoamericana (hasta 1969) en mi obra Dussel (1963-2003), pedidos por e-mail a dussamb@servi- The Underside of . Apel, Ricoeur, Rorty, Taylor and dor.unam.mx. En ese curso dejé en realidad fuera de con- the Philosophy of Liberation, Humanities Press, New York, sideración a la Europa latino-germánica, que sólo estudié 1996, pp. 77-79 y los §§ 1-3 del artículo En búsqueda del sen- hasta el siglo V. tido (Origen y desarrollo de una Filosofía de la Liberación) en el 7 Incluida en un libro editado en 1972 (bajo el título: His- número dedicado a mi pensamiento de la revista Anthropos toria de la iglesia en América Latina, Nova Terra, Barcelona) (Barcelona), 180 (1998), pp.14-19. , pp.56ss 2 Publicado en Histoire et verité, Seuil, Paris, 1964, 8 Apareció por primera vez con ese título en: Cuyo (Mendo- pp. 274-288. Se había publicado en 1961 en la revista za), 4 (1968), pp. 7-40. Los anteriores arículos citados en la Esprit,Paris,Octubre. La diferenciación entre el nivel civili- nota 2, y éste, han sido recopilados, junto a otros, en portu- zación, más bien en referencia a los instrumentos -técnicos, gués (no existe de esa colección antológica una edición es- científicos o políticos- de la cultura indica lo que hoy deno- pañola) en un libro con el título de Oito ensaios sobre cultura minaría una falacia desarrollista, al no advertir que todo sis- latino-americana e libertação, Paulinas, São Paulo, 1997; el tema instrumental (en especial el político, pero igualmente último de ellos en pp.25-63. Antes lo había incluido, algo el económico) ya es cultural. modificado, en la ya citada Historia de la Iglesia en América 3 Los trabajos se publicaron en Esprit, 7-8, Octubre (1965). Latina 1972, pp.29-47. Presenté un trabajo sobre Chrétientés latino-américaines, 9 Una síntesis de esos cursos en Quito aparecieron después pp. 2-20 (que apareció posteriormente en polaco: Spolecz- bajo el título Caminos de liberación latinoamericana t.I: In- nosci Chrzescijanskie Ameriki Lacinskiej, en Znak Miesiecznik terpretación histórico-teológica de nuestro continente latino- (Krakow), XIX (1967), pp. 1244-1260). americano, Latinoamérica, Buenos Aires, 1972. Reedición 4 Iberoamérica en la Historia Universal, en Revista de Occiden- aumentada en: Desintegración de la cristiandad colonial y li- te, 25 (1965), pp.85-95. beración. Perspectiva latinoamericana, Sígueme, Salamanca,

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1978. En inglés: History and the theology of liberation. A Latin rael; viajando y dando conferencias o participando en se- American perspective, Orbis Books, New York, 1976. minarios o congresos en 5 ocasiones en la India (de todas En francés: Histoire et théologie de la libération. Perspective las culturas la más impresionante), en Filipinas 3 veces, en latinoaméricaine, Editions Economie et Humanisme-Edi- Africa en numerosos eventos (en Kenya, Zimbawue, Egip- tions Ouvrières, Paris, 1974. En portugués: Caminhos de to, Marruecos, Senegal, Etiopía, etc.) me fueron dando una libertaçâo latino-americana, t.I: Interpretaçâo histórico-teo- percepción directa de las grandes culturas que he venerado lógica, Paulinas, Sao Paulo, 1985. Otra versión se publicó con pasión y respeio. como un librito: América latina y conciencia cristiana, Ipla, 20 Publicada en Oito ensayos sobre cultura latino-americana, Quito, 1970. Eran años de gran efervescencia intelectual pp.121-152, y expuesta en plena lucha contra la dictadura crítico-creadora. militar ante un público de cientos y cientos de participan- 10 Cultura latinoamericana e historia de la Iglesia, en L.Gera- tes. Apareció por primera vez como Cultura imperial, cultura E.Dussel-J.Arch, Contexto de la iglesia argentina, Universi- ilustrada y liberación de la cultura popular (Conferencia dic- dad Pontificia, Buenos Aires, pp.32-155. 12Ibid ., pp.33-47. tada en la IV Semana Académica de la Universidad de El Salvador, Buenos Aires, el 6 de agosto de 1973), en Stroma- 11 Ibid., p.48. ta (Buenos Aires), 30 (1974), pp. 93-123, y en Dependencia 12 Eudeba, Buenos Aires, 1975 cultural y creación de la cultura en América Latina, Bonum, 13 Eudeba, Buenos Aires, 1969. Buenos Aires, 1974, pp. 43-73. 14 Obra que tienen por subtítulo: Desde los orígenes hasta an- 21 Las manifestaciones tumultuosas de diciembre de tes de la conquista de América, Guadalupe, Buenos Aires, 1974. 2001 en Argentina, fueron ya el final del largo proceso de vaciamiento de un país periférico, explotado por la es- 15 Por ejemplo, en la Introducción General de la Historia Ge- tructura colonial durante tres siglos, por los préstamos y neral de la Iglesia en América Latina, CEHILA-Sígueme, Sala- la extracción de riqueza agrícola desde mediados del siglo manca, t.I/1, 1983, pp.103-204. Y en muchos otros trabajos XIX hasta el XX, y por el aceleramiento en la extracción (como en la Etica de la Liberación, Trotta, Madrid, 1998 y más de riqueza del modelo neoliberal implementado por Bush largamente en la Política de Liberación que estoy elaborando y Menem. Una generación fue físicamente eliminada en al escribir este ensayo retomo el tema de la fundación y desa- la Guerra sucia (1975-1984) para que pudiera ser imple- rrollo de la Cristiandad latino-germánica o la primera etapa mentado el modelo económico, que llevó a la miseria al de la Europa propiamente dicha. Véase mi artículo Europa, país más rico e industrializado de América Latina desde Modernidad y Eurocentrismo, en Hacia una Filosofía Política 1850 a 1950. Crítica, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2001, pp.345-359. Todo esto lo preveía claramente la Filosofía de la Liberación 16 Véase una historia y una reconstrucción teórica de la desde comienzo de la década del 70, posterior a la derechi- Teoría de la Dependencia en mi obra Towards an Unknown zación política, que destituyó el gobierno de Cámpora, diri- Marx. A commentary on the Manuscripts of 1861-1863, Rout- gida por el mismo inocultable fascismo de J.D.Perón desde ledge, London, 2001 (publicada en español en 1988), pp. Junio de 1973. 205-230. Theotonio dos Santos volvió sobre el tema en su obra Teoría de la Dependencia, Plaza y Janes , México, 2001, 22 Oito ensaios, p.137. confirmando mis hipótesis enteramente. 23 Ibid., p.147. Desde 1975 hasta fines de los 90, las ciencias sociales la- 24 En Ibid., pp.146ss. tinoamericanas se fueron volviendo más y más escépticas 25 En Oito ensaios, pp.171-231. Apareció por primera vez con respecto a la Teoría de la Dependencia. Yo demostré en como Cultura latinoamericana y filosofía de la liberación (Cul- 1988 en dicho texto sobre Marx que la refutación fue in- tura popular revolucionaria: más allá del populismo y del dog- adecuada y que la Teoría de la Dependencia era la única teo- matismo), en Cristianismo y Sociedad (México), 80 (1984), pp. ría sostenible hasta el presente. Franz Hinkelammert, en 9-45; y en Latinoamérica. Anuario de Estudios Latinoamerica- la polémica con Karl-Otto Apel, mostrará rotundamente la nos (UNAM, México), 17 (1985), pp. 77-127. validez de dicha Teoría. 26 Véase Oitos ensaios, pp.171ss. 17 Dussel,E., 1983, t.I/1, pp.35-36. 27 Ibid., pp.189ss. 30“La cultura del pueblo, en Habla la di- 18 Se trataba de un diálogo entre intelectuales del Tercer rección de la vanguardia, Managua, Departamento de Pro- Mundo, que nos llevó en los años subsecuentes (y hasta la paganda del FSLN, 1981, p.116 actualidad) a participar en encuentros en Delhi, Ghana, São Paulo, Colombo, Manila, Oaxtepec, etc. 28 Oito ensaios, pp.191ss. 19 Por mi parte, al haber vivido en Europa casi 8 años; 2 29 Que se expresará posteriormente en mi trilogía: La pro- años entre palestinos (muchas veces musulmanes) en Is- ducción teórica de Marx, Siglo XXI, México, 1985; Hacia un

- 52 - Enrique Dussel

Marx desconocido, Siglo XXI, México, 1988 (traducido al ita- kung des Anderen. Ein Projekt der Transmoderne, Patmos Ver- liano y al inglés), y El último Marx, Siglo XXI, México, 1990. lag, Düsseldorf, 1993 (traducción inglesa en The Invention of 30 Oito ensaios, pp.198ss the Americas. Eclipse of “the Other” and the Myth of Modernity, Continuum Publishing, New York, 1995) 31 Véanse de la época Cultura(s) popular(es), número espe- cial sobre el tema en Comunicación y cultura (Santiago), 10 40 En 1976, antes que Lyotard, usamos ese concepto en las (1983); Ecléa Bosi, Cultura de massa e cultura popular, Vozes, Palabras preliminares de nuestra Filosofía de la Liberación, Petrópolis, 1977; Osvaldo Ardiles, Ethos, cultura y liberación, cuando escribíamos: Filosofía de la liberación, filosofía post- en obra colectiva Cultura popular y filosofía de la liberación, moderna, popular, feminista, de la juventud, de los oprimidos, García Cambeiro, Buenos Aiires, 1975, pp.9-32; Amílcar de los condenados de la tierra.... Cabral, Cultura y liberación nacional, Cuicuilco, México, 41 Lo que estamos exponiendo se encuentra explicado en 1981; José Najenson, Cultura popular y cultura subalterna, mi artículo: “Europa, Modernidad y Eurocentrismo”, en Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, 1979; Filosofía política crítica, Desclée de Browuer, Bilbao, 2001, Arturo Warman, Cultura popular y cultura nacional, en Carac- pp.345ss (hay traducciones en diversas lenguas: “Europa, terísticas de la cultura nacional, IIS-UNAM, México, 1969; Moderne und Eurozentrismus. Semantische Verfehlung Raúl Vidales, Filosofía y política de las étnias en la última déca- des Europa-Begriffs”, en Manfred Buhr, Das Geistige Erbe da, en Ponencias do II Congreso de Filosofía Latinoamericana, Europas, Instituto Italiano per gli Studi Filosofici 5, Vi- USTA, Bogotá, 1982, pp.385-401; etc. viarium, Napoli, 1994, pp. 855-867; “Europe, modernité, 32 Téngase especialmente en cuenta que grupos culturales eurocentrisme”, en Francis Guibal, 1492: “Recontre” de deux (étnias indígenas, lumpen o marginales, etc.) se encuentran mondes? Regards croisés, Editions Histoire et Anthropolo- como fuera del orden capitalista pero dentro o en el seno del gie, Strasbourg, 1996, pp. 42-58; “Europe, Modernity, and pueblo y pueden designarse como externas (al capitalismo) Eurocentrism”, en Nepantla. Views from South (Durham), pero a su vez parte de la cultura popular. Vol. I, Isuee 3 (2000), pp. 465-478). 33 En 1984 la hemos denominado cultura multinacional en 42 Para los intelectuales de Europa del Norte y Estados relación a las corporaciones multinacionales, pero en realidad Unidos, desde Habermas hasta Toulmin, la Modernidad sería más adecuada llamarla, en 2003, la cultura dominante que sigue aproximadamente este camino geopolítico: Renaci- se globaliza desde el centro del capitalismo post-Guerra Fría. miento (Este) → Reforma protestante (Norte) → Revolución francesa (Oeste) → Parlamentarismo inglés. La Europa del 34 Consúltese el texto en la edición de La pedagógica lati- Mediterráneo occidental (España y Portugal) es explícita- noamericana, Nueva América, Bogotá, 1980, p.72. 39 Ibid. mente excluida. Se trata de una miopía histórica. El mismo 35 Véase Ernesto Cardenal, Cultura revolucionaria, popu- G.Arrighi, que estudia el capital financiero genovés ignora lar, nacional, anti-imperialista, en Nicaráuac (Managua), 1 que éste era un momento del Imperio español. (1980), pp.163ss 43 Véase la magnifica reinterpretación de la historia de la 36 Sobre la nueva democracia, XV; en Obras completas, Edi- filosofía de Mohamed Abed Yabri, en sus dos obras: Crítica ción en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1969, t.II, p.396). de la razón árabe, Icaria, Barcelona, 2001, y El legado filosó- 37 Textos de Sergio Ramírez, La revolución: el hecho cultural fico árabe. Alfarabi, Avicena, Avempace, Averroes, Abenjaldún. más grande de nuestra historia, en Ventana (Managua), 30 Lecturas contemporáneas, Trotta, Madrid, 2001 (1982), p.8; Bayardo Arce, El difícil terreno de la lucha: el ideo- 44 Téngase en cuenta que René Descartes es alumno de lógico, en Nicaráuac, 1 (1980), pp.155s La Flèche, colegio jesuita, y reconoce que la primera obra 38 Escribe A.Gramsci: El folklore no debe ser concebido como filosófica que leyó fueron las Disputaciones metafísicas de algo ridículo, como algo extraño que causa risa, como algo pinto- F.Suárez. Véase el capítulo histórico correspondiente al resco; debe ser concebido como algo relevante y debe considerarse tema en una obra que estoy elaborando en el presente titu- seriamente. Así el aprendizaje será más eficaz y más formativo lada Política de Liberación. con respecto a la cultura de las grandes masas populares (cultura 45 No olvidando que el caballero medieval (Quijote) se en- delle grandi masse popolari),Quaderni del Carcere, I; Einaudi, frenta a los molinos, que son el símbolo de la Modernidad Milán, 1975, p.90. (molinos procedentes del mundo islámico: Bagdad tenía 39 En aquellas afirmaciones tan evidente para todo euro- molinos en el siglos VIII d.C). peo o norteamericano de que Europa es la culminación de la 46 Véanse de I.Wallerstein los tres primeros tomos de su historia universal o de que la historia se desarrolla del Este obra The Modern World-System, Academic Press, New York, hacia el Oeste, desde la niñez de la humanidad hasta su ple- 1974-1989, vol. 1-3. nitud (Véase la primera conferencia dictada en Frankfurt, 47 University of California Press, Berkeley, 1998. publicada en mi obra: Von der Erfindung Amerikas zur Entdec- 48 Princeton University Press, Princeton, 2000. En esta

- 53 - TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD obra Pomeranz prueba que efectivamente hasta el 1800 Marruecos hasta Filipinas la filosofía del mundo musulmán Inglaterra no tenía ningún avance significativo sobre el debe llamarse filosofía árabe, el nombre de su lengua clásica delta del Yangzi en China (con 39 millones de personas en 54 El legado, pp.20ss. A la pregunta de ¿cómo recobrar la glo- 1750) y que después de evaluar con nuevos argumentos el ria de nuestra civilización?, ¿cómo dar nueva vida a nuestro le- desarrollo ecológico de la explotación del suelo en ambas gado, nuestro autor responde con una exigente descripción regiones, atribuye la posibilidad de la revolución industrial de las repuestas ambiguas, parciales o eurocéntricas. Los en Inglaterra debido a dos factores externos o fortuitos al salafíes fueron originados por la posición de Yamal al-Din sistema económico mismo inglés: el tener colonias y el uso al-Afgani (+1897), que luchó contra los ingleses en Afga- del carbón. Ningún otro factor permitió la mínima ventaja nistán, residió en Istambul, se refugió en El Cairo y huyó inicial de Inglaterra sobre la región del Delta del Yangzi que finalmente a París. Este movimiento intenta liberar y uni- en poco tiempo se hizo gigantesca. Deja de lado entonces ficar el mundo islámico. aún una crisis económica en China o el Indostán. El uso cre- ciente y antiecológico del suelo exigió en China una mayor 55 He indicado más arriba que mi primer trabajo publi- mano de obra campesina, que le impidió liberarla -como cado en 1965 consistió en criticar las interpretaciones o Inglaterra pudo hacerlo gracias a los factores externos al hermenéuticas del hecho latinoamericano. Toda nueva inter- sistema económico mismo indicados- hacia la industria pretación cobra conciencia y critica otras interpretaciones capitalista naciente también en China. parciales. 49 Véase el punto 5, La Trans-modernidad como afirmación, en 56 Ibid., p.24. mi artículo World-System and Trans-modernity, en Nepantla. 57 Siglo XXI, México, 1985. Views from South (Duke, Durham), Vol. 3, Issue 2 (2002), pp. 58 Al-Yabri, op.cit., p.177. 221-244). Trans-modernidad indica todos los aspectos que 59 Véase, op.cit., pp.165ss. se sitúan más-allá (y también anterior) de las estructuras valoradas por la cultura moderna europeo-norteamericana 60 Llegó a tener 300 mil habitantes en el siglo XIII. 68 Véase y que están vigentes en el presente en las grandes culturas Al-Yabri, El legado..., pp.226ss. universales no-europeas y que se han puesto en movimien- 61 Véase mi artículo La ética definitiva de Aristóteles o el to hacia una utopía pluriversa tratado moral contemporáneo al Del Alma, en Historia de la 50 Transversal indica aquí ese movimiento que va de la pe- filosofía y filosofía de la liberación, ya citada, pp. 297-314. riferia a la periferia. Del movimiento feminista a las luchas 62 Al-Yabri muestra la asombrosa semejanza de las tesis antirracistas y anticolonialistas. Las diferencias dialogan fundamentales de Ibn-Túmert y de Averroes (El legado..., desde sus negatividades distintas sin necesidad de atrave- pp.323ss). sar el centro de hegemonía. Frecuentemente las grandes 63 Es decir, confundirlas de diversas maneras no adecuadas megalópolis tienen servicios de subterráneos que van de para Averroes. los barrios suburbanos hacia el centro; pero falta conexión de los subcentros suburbanos entre ellos. Exactamente por 64 Lo notable es que el averroísmo latino, que se hizo pre- analogía acontece con el diálogo intercultural. sente en las escuelas de artes, influenciará decisivamente el origen de la ciencia experimental en Europa. 51 Icaria-Antrazyt, Barcelona, 2001 65 Cit. Al-Yabri, Crítica de la razón árabe, pp.157-158. 52 Trotta, Madrid, 2001. 66 Ibid., p.159. 53 El árabe, después de siglos de traducción del griego de las obras filosóficas helénicas, debió inventar una lengua 67 Ibid., p.160. técnico-filosófica absolutamente sofisticada. Por ello desde 68 ¿Existe una filosofía en nuestra América?, Siglo XXI, Méxi- co, 1969.

- 54 - DESPUES DE LA METAFORA DE LA MAQUINA Eduardo Prieto

Pasados más de cien años desde los primeros Así que la relación de la arquitectura con ardores futuristas y otros tantos desde las las máquinas tiene hoy que ver más con el in- loas al paquebote y al aeroplano proferidas terés pragmático que con la poesía. De hecho, por los campeones de las vanguardias, no que- tras el canto de cisne maquinista que supuso da ya rastro de arrobo en nuestra visión de las el jipismo heroico de los años 1970 (el mismo máquinas. De hecho, el aeroplano, el paque- que aún pretendía usar la tecnología para redi- bote, y no digamos ya el zepelín, semejan hoy mir el mundo) y, sobre todo, tras la enmienda trastos viejos, y a diferencia de los que ocurría sistemática de los principios del funcionalismo en los años 1920 resulta impensable tratar llevaba a cabo por los teóricos de la posmoder- como modelos arquitectónicos un Airbus 340 nidad, la metáfora de la máquina ha perdido su o un Ferrari de carreras. Lo cierto es que he- influencia, y duerme ya en el limbo de las curio- mos aprendido a convivir con artefactos cada sidades históricas. A no ser que busque la mera vez más pequeños y poderosos, y, a fuerza de provocación, a nadie se le ocurre hoy mentar roce, nuestro trato con ellos se ha traducido los principios de cálculo, economía, legibilidad, en una familiaridad de andar por casa, nada sinceridad material y lógica medios-fines en los romántica, de suerte que la obnubilación de términos maquinistas que formaron el meollo antaño por las máquinas ha dejado paso a un ideológico del Movimiento Moderno. cariño o una ironía modosos, los mismos que Pero la desactivación de la metáfora se demuestran, por decirlo así, un matrimo- de la máquina y, con ella, también la de larga nio de jubilados. tradición cultural en la que se sostuvo durante

- 55 - DESPUES DE LA METAFORA DE LA MAQUINA más de dos siglos, no ha supuesto la desapari- energética. Con ello se alejaron del formalismo ción completa del maquinismo en los discursos inicial para entrar en resonancia con la mejor de la arquitectura o el arte. Por supuesto, este tradición tecnocrática de la modernidad, la de maquinismo ha adoptado nuevas formas, y en Buckminster Fuller, Prouvé, Le Ricolais o Frei lo sustancial la diferencia es que ahora las má- Otto. Por suerte, el sofisticado y loableenviron - quinas no desempeñan un papel nuclear, sino mental-tech de un Foster tiene poco que ver con accesorio, cuando no anecdótico, y actúan, más el pseudomaquinismo de la ‘sostenibilidad’ que bien, como meras herramientas. Es decir: sue- justifica su vacío formal con la coartada de la len tenerse en cuenta solo por sus prestaciones incorporación a los edificios de paneles solares o, como mucho, para usarse como coartadas, sin o fotovoltaicos, bombas de calor y el resto de que estas apropiaciones acaben nunca confor- biocacharrería de última generación. mando una verdadera ideología. Por decirlo de otro modo: si la metáfora de la máquina hizo las El fetichismo de las máquinas veces de pensamiento fuerte de la modernidad, hoy en día las contaminaciones simbólicas con Sin duda es una paradoja que el hundimien- las máquinas sirven para sostener un pensa- to del maquinismo heroico en la arquitectura miento que, inevitablemente, resulta débil. haya coincidido con la exacerbación del feti- La caquexia ideológica se manifiesta chismo tecnológico que viene afectando en las bien en el fenómeno del high-tech, que alcan- últimas décadas al resto de los ámbitos de la zó su floruit en la década de 1980, y cuyo éxito cultura y la sociedad. En este sentido al menos, consistió en dar con una versión económica y la emergencia del nuevo universo de gadgets políticamente presentable de los ambiciosos digitales ha confirmado las tesis presentadas juguetes de los situacionistas y Archigram. hace décadas por Jean Baudrillard, para quien Por supuesto, la arquitectura high-tech no se lo peculiar de las máquinas contemporáneas basaba en ningún maquinismo conceptual, estribaba en su condición de objetos fetichiza- sino que se limitaba a convertir los estilemas dos, es decir, de objetos cuyo valor no estaba maquinantes heredados de las construcciones en su utilidad ni en los intercambios simbó- ferroviarias del siglo XIX o de los expresivos licos que hacían posible, sino en su condición tinglados constructivistas en una versión ex- objetual considerada en sí misma. Baudrillard presiva formalmente, pero neutral desde el partía de la noción del fetichismo de la mercancía punto de vista ideológico. Como era de prever, anticipada por Karl Marx, que en su momento este maquinismo estilístico y de segunda mano había mostrado cómo en el mundo del capita- no dio mucho de sí, pero supo reconvertirse a lismo industrial las relaciones sociales queda- tiempo. De hecho, arquitectos como Renzo Pia- ban inevitablemente mediadas por las cosas, de no o Norman Foster han sabido orientar sus tal modo que eran las relaciones en sí mismas estilos tecnológicos de primera hora hacia len- las que acababan cosificadas. Pero Baudrillard guajes menos rígidos que se relacionan, sobre supo dar un paso más allá al diagnosticar que, todo, con la exploración tipológica (el aeropuer- en el contexto del nuevo capitalismo tecnoló- to, el rascacielos) o con la mejora de la eficiencia gico de consumo, los artefactos dejaban de ser

- 56 - Eduardo Prieto objetos mediadores para convertirse en fines ha querido ver en esas máquinas sin cuerpo que en sí mismos, incluso en objetos de culto, con son Google, Facebook y Twitter no una ame- el resultado de que la técnica, como antaño el naza que cortocircuita las relaciones sociales, arte, tendía a deshumanizarse. De hecho, escri- sino, al contrario, la nueva y poderosa herra- be Baudrillard, se ha producido una verdadera mienta que las hace posibles. Pero la realidad es revolución en el nivel cotidiano; los objetos se han que el ciberfetichismo en el que se sostiene ta- vuelto más complejos que los comportamientos del les visiones optimistas confunde la conectividad hombre relativos a estos objetos (…) No están ro- o la comunicación con la verdadera socialización, deados de un teatro de gestos vinculado a sus fun- y parte de la hipótesis reductivista de que los ciones, a su finalidad, sino que hoy en día son los problemas que conciernen a la relación entre actores de un proceso global en el que el hombre no los hombres, es decir, a la construcción social y es más que el personaje o el espectador.1 política de la ciudad, son problemas técnicos que Este pronóstico (que convierte a Bau- se pueden resolver haciendo uso de los instru- drillard en el continuador más inteligente de la mentos adecuados o recurriendo a especialistas. vieja tradición ludita) no deja de corroborarse Esta confusión es, precisamente, la que en nuestros días, cuando masas de comprado- está dando hoy pábulo a un nuevo maquinismo res mesmerizados por efecto de la publicidad arquitectónico, el sostenido en la inteligencia acuden a las tiendas en busca de la última ver- de los edificios, una idea que, pese a todas las sión de teléfono inteligente, y ansían la máqui- ínfulas de novedad que se le pretende dar, no na más por su condición de objeto estetizado consiste más que en una vuelta de tuerca digi- que por sus prestaciones. Lo curioso es que todo tal de la vieja moda de la domótica, nacida en esto ha ocurrido mientras emergía una nueva la década de 1970. No está claro en qué puede corriente de pensamiento que, de la mano de consistir una arquitectura inteligente pero, a día Bruno Latour, Ian Bogost y Graham Harman2, de hoy (aparte de cebar un formidable negocio), entre otros, pretende otorgar a los objetos arti- no parece ir mucho más allá de la instalación ficiales una dignidad metafísica que trasciende de todo tipo de chimes y gadgets en las casas y su mera utilidad, como si las máquinas siguie- de la digitalización del espacio urbano a través ran siendo hoy nuestras viejas esclavas y no de infraestructuras basadas en las tecnologías esos sutiles artefactos que se han ido infiltran- de la información y la comunicación (TIC), así do en la vida cotidiana para acabar esclavizán- como en los sistemas de información geográ- donos en realidad a nosotros, enajenados como fica (GIS), con el fin de monitorizar mediante estamos por nuestro arrobo consumista ante su redes de sensores las calles, los edificios y las condición de fetiche. personas, y de intervenir a tiempo real sobre Con todo, este fetichismo no presenta ellos, en una suerte de versión digital del pa- hoy todas las aristas que pronosticó en su día nóptico benthamiano3. Baudrillard, aunque no por ello deje de ser, para En todos estos casos la relación de los muchos, amenazador. Una vez generalizada la edificios o el espacio urbano con los artefactos digitalización de las comunicaciones, y multi- digitales, cada vez más pequeños e informes, no plicado su efecto mediante las redes sociales, se da pie a un pensamiento arquitectónico fuerte,

- 57 - DESPUES DE LA METAFORA DE LA MAQUINA y ni siquiera sirve para actualizar las metáforas En realidad, las respuestas potencialmente modernas de la máquina. Y no lo hace porque se infinitas que una computadora puede generar trata de una relación accesoria, carente de im- para el mismo universo de parámetros iniciales plicaciones formales o compositivas, y que por siempre se acotan con decisiones que en buena tanto resulta compatible con cualquier lenguaje medida son de índole estética. Por esta razón, arquitectónico. Hay, sin embargo, dos excepcio- la llamada arquitectura paramétrica corre el nes a esta inanidad estilística del maquinismo riesgo de devenir un simple formalismo, pues digital: el diseño paramétrico y los nuevas herra- los parámetros del algoritmo de cálculo suelen mientas de fabricación. manipularse a discreción para que la forma fi- nal del edificio resulte consistente con un es- Arquitectura paramétrica y tilo particular al que el diseñador se adscribe artesanía digital de antemano. Es el caso, por supuesto, de la arquitectura de Frank Gehry y, sobre todo, de Anticipado al calor de la cibernética en las dé- la de Zaha Hadid, tan estrechamente vinculada cadas de 1960 y 1970, el diseño paramétrico no a su touche o marca personal, por mucho que a pudo dar sus frutos hasta más tarde, cuando el su socio, Patrik Schumacher, esa arquitectura desarrollo de los programas de cálculo permitió le parezca tan objetiva que pueda considerarla, definir con facilidad secuencias de comandos nada más y nada menos, como la propia del Es- mediante algoritmos abiertos y manipulables a tilo de nuestra época4. través de una interfaz de dibujo. Aplicadas a la Un caso distinto es el de la fabricación arquitectura, estas herramientas permitieron digitalizada, fenómeno popularizado gracias a generar patrones geométricos que, al menos las impresoras 3D y que contiene muchas po- en teoría, respondían de manera directa a un tencias revolucionarias que el tiempo dirá si rango muy amplio de problemas (los flujos de acaban cristalizando. Como la producción digi- movimiento, la orientación solar, y cosas así), tal no requiere matrices mecánicas, cada objeto de suerte que, cuantos más parámetros se tu- fabricado puede ser único y, a diferencia de lo viesen en cuenta, más determinada estaría la que ocurre en las cadenas de montaje analógi- forma desde el principio y más ‘objetivo’ sería cas, las variaciones dentro de una serie no tie- el resultado final. Con ello, la potencia de la má- nen por qué suponer ningún coste adicional. quina de cálculo digital daba una nueva vida a Gracias a ello, las máquinas digitales hacen po- las aspiraciones al cálculo determinista plan- sible la recuperación de lo que, desde la primera teadas ya durante la Ilustración, y que hicieron Revolución Industrial, viene siendo objeto de suyas los utilitaristas modernos. añoranza por parte de los luditas: aquel viejo Pero, con el tiempo, todo esto se ha re- mundo de la artesanía en el que no existía se- velado un espejismo, pues la creación arquitec- paración entre el diseño y la producción, y los tónica no es un proceso neutro que parte de objetos se ingeniaban al mismo tiempo que se unos parámetros iniciales para conducir, sin hacían. Como señala Mario Carpo en su libro otras mediaciones que las del cálculo, a unos seminal sobre el tema, El alfabeto y el algoritmo, resultados finales presuntamente objetivos. esta artesanía digital puede tener consecuencias

- 58 - Eduardo Prieto culturales y sociales extraordinarias, que van humano, y toda la creación de máquinas se in- desde la creación de nuevas formas geométricas terpreta a través del prisma de la antropotécnica. u orgánicas que hasta hace poco habrían resultado Convertida en casus belli por culpa de las inconcebibles hasta la personalización de la produc- polémicas tesis eugenésicas de Peter Sloterdijk, ción en serie (el sueño oculto de modernos como la antropotécnica contemporánea consiste en Le Corbusier), pasando por la democratización una puesta al día de algunos planteamientos del proceso creativo, en el que ahora todos los nacidos con la Revolución Industrial. Ya Samuel agentes implicados pueden, al menos en teoría, Butler, en su novela futurista Erewhon (1872), participar en el diseño y la fabricación desde el había interpretado las máquinas como exten- inicio5. La consecuencia final de la irrupción de siones del cuerpo humano (ese mamífero mecani- las máquinas digitales sería así la disolución del zado) y había anticipado el proceso de creciente concepto moderno de autoría y, con ella, el re- miniaturización de los artefactos, además de torno a métodos de trabajo colectivo de índole atreverse incluso a construir una chocante hi- casi gremial. ¡Una vuelta de tuerca ruskiniana pótesis sociológica, según la cual el rencor del que permitiría al fin aprovechar el potencial de pobre al rico respondería en realidad a la posibi- las máquinas sin recaer en la enajenación que el lidad que éste tiene de superar las limitaciones trabajador sufre respecto de su trabajo! de su naturaleza mediante artilugios de toda laya6. Desde este punto de vista, tener acceso a De la maquinolatría a la la tecnología no solo sería un símbolo de esta- antropotécnica tus social, sino una prueba indirecta de que los ricos, al tener más posibilidades de adaptarse Por supuesto, todas estas posibilidades apenas a su entorno mediante aparatos, pervivirían, han comenzado a dar sus primeros frutos, por mientras que los pobres acabarían extinguién- lo que cualquier repaso al maquinismo después dose, lo cual propiciaría una suerte de evolu- de la metáfora de la máquina no tiene más re- ción eugenésica so capa de la tecnología. Poco medio que ser ensayístico, más que histórico. después, la idea de la máquina como extensión Sea como fuere, el repaso no estaría completo del cuerpo fue presentada de una manera más sin mencionar otras exploraciones que, a dife- sesuda por Ernst Kapp en sus Grundlinien einer rencia de las digitales, sí pueden conectarse con Philosophie der Technik (1877)7, una ambiciosa la tradición maquinista moderna, y que conti- y seminal obra en la que tanto las herramien- núan, por tanto, la vieja historia del desempeño tas primitivas como el hacha cuanto las má- cultural de los artefactos humanos. Estas ex- quinas complejas como la locomotora de vapor ploraciones ponen entre paréntesis el fenóme- o los trazados del telégrafo se consideraban no de estetización fetichista y de segregación productos antropotécnicos, de acuerdo a una respecto a las relaciones humanas que, según visión inédita que, con el tiempo, daría a pie a Baudrillard, caracteriza a las máquinas con- las extraordinarias exploraciones sobre cultura temporáneas, y prefieren incidir en el carácter material llevadas a cabo en el siglo XX por estu- mediador que éstas siguen manteniendo. Desde diosos de la talla de Gilbert Simondon o André este punto de vista, no hay artefacto sin cuerpo Leroi-Gourhan8.

- 59 - DESPUES DE LA METAFORA DE LA MAQUINA

Relacionadas o no con estos preceden- sido, sin duda, la Environmental Bubble de Re- tes, las ideas antropotécnicas han tenido buena yner Banham y François Dallegret, un hábitat acogida en las reflexiones sobre la arquitectura. portátil y completamente tecnocrático prote- Buena parte de ellas derivan, por supuesto, de gido por una membrana de plástico y dotado las reflexiones de Walter Benjamin, quien en su de aparatos eléctricos, que haría las veces de Libro de los pasajes interpretó la arquitectura del segunda piel de los individuos que allí se cobi- París de Haussmann (desde los panoramas has- jaran. Sin tener en cuenta este ejemplo, Peter ta la Ópera de Garnier, pasando por las galerías Sloterdijk ha convertido a la burbuja (como cubiertas) como un conjunto de dispositivos expresión intuitiva de las nociones de refugio que mediaban entre el cuerpo menesteroso del y bienestar) en el aparato por antonomasia de individuo burgués y la ciudad agresiva del capi- la modernidad, y ha trazado su genealogía en talismo. Más recientemente, Jean-Louis Déotte tres volúmenes tan sugerentes como excesivos, ha explorado la dimensión de la arquitectura y agrupados bajo el título Sphären11. de la ciudad en su conjunto como aparatos de Entorno protector y extensión del cuer- mediación, para atreverse a tildar la moderni- po, la burbuja tiene también la connotación de dad como la época de los aparatos9. Sin embar- lo ligero, lo líquido, lo inestable y lo portátil, de go, buena parte de estos temas habían sido ya ahí que se haya convertido en un símbolo de la anticipados por las vanguardias, comenzando vida del hombre contemporáneo, ése que pre- por los futuristas, que no solo concibieron la suntamente vive en un continuo fluir, y al que máquina como un arma para multiplicar los le parece un sinsentido encerrarse entre cuatro poderes del cuerpo, sino que trabajaron sobre el paredes para preservar una verdad existencial propio entorno humano para desmaterializarlo que no ya le preocupa o una potencia imagina- y hacerlo portátil. Fue un proyecto compartido tiva que ya no tiene. Como sugiere Toyo Ito12, por los constructivistas en sus utopías biome- este hombre nómada necesita una nueva caba- cánicas, y que se actualizó a mediados de los ña primitiva que, a diferencia de las clásicas, años 1960 con las teorías del habitar portátil no puede estar ya en el bosque ni asegurar la de Archigram y con algunas reflexiones inquie- protección de ninguna identidad. Por el contra- tantemente anticipatorias sobre la condición rio, la cabaña elemental que necesita ese tipo cíborg del habitar humano, como la propuesta de humano (cíborg o androide) adopta la forma por Kisho Kurokawa en su Capsule Declaration de un abrigo cubierto por un velo suave e invisible de 1969, un manifiesto que constaba de epígra- que le permite disfrutar, como hubiera querido fes como los siguientes: Artículo 1: la cápsula es Marinetti, del ir y el venir de los automóviles en las una arquitectura cíborg. El hombre, la máquina y el autopistas y del flujo de las corrientes magnéticas. espacio es un nuevo cuerpo orgánico y Artículo 2: la Más antropotécnica que nunca, la arquitectura cápsula es la casa del homo movens.10 portátil e inmaterial derivada de esta hipótesis Pero no sería la cápsula, sino su equi- no puede tener límites claros, sino difusos, y valente permeable y ligero, la burbuja, la que se traduce al cabo en una arquitectura suave y se convertiría en la metáfora más eficaz de la flexible como una delgada película que envuelve el antropotécnica. La burbuja más publicitada ha cuerpo humano y lo cubre en su totalidad. En ella,

- 60 - Eduardo Prieto el cuerpo no se extiende ya hasta la herramien- ambientado en el año 2026, y que da cuenta de ta a través de la mano, sino que se proyecta todo la perduración del ecosistema mecánico una vez él hacia el entorno que lo envuelve, en un mo- que la civilización que lo produjo se ha extin- vimiento que implica algo en verdad novedoso: guido13. Lo hace a través de una secuencia ci- que las máquinas han dejado der ser objetos nematográfica: a las siete de la mañana el reloj para convertirse en atmósferas. digital de una casa vacía avisa de que el día ha comenzado; la cocina se pone automáticamente Coda melancólica en marcha para freír ocho huevos que nadie co- merá, y la puerta del garaje se abre; a las nueve Representadas hoy por los artefactos del en- y cuarto, unos ratones mecánicos salen dispa- vironmental-tech, los programas digitales de la rados para limpiar la casa que nadie puede ya arquitectura paramétrica, los dispositivos de ensuciar; a las diez la ciudad en ruinas emite un fabricación de la artesanía digital o los apara- resplandor radiactivo que nadie admira; a las tos y las atmósferas de la antropotécnica, las diez y cuarto se ponen en marcha los surtidores máquinas siguen desempeñando papeles sus- del jardín; después, unas mesas de bridge bro- tanciales en la arquitectura. Pero es cierto que, tan de las paredes; a las cinco la bañera se llena desactivadas ya las metáforas de la máquina de agua caliente; y, finalmente, a las nueve, se en sus sentidos modernos, la relación con los pone en marcha un tocadiscos y una llama se artefactos no puede traducirse en un programa enciende en el hogar de piedra, pero una chis- normativo y prescriptivo para la arquitectura, pa salta fuera y prende en la alfombra y, pese a como lo fue durante el Movimiento Moderno. que enseguida se ponen en funcionamiento los De ahí que nuestra mirada sobre las máquinas surtidores de agua, el fuego se extiende y acaba no pueda seguir siendo la de un ingenuo, sino, devorando la casa. Después se hace el silencio. como mucho, la de un sentimental. Con todo, La segunda visión pertenece al desenla- el maquinismo ha pervivido como una especie ce de la novela de Michel Houellebecq El mapa de ideología difusa, que hoy encuentra en las y el territorio, y describe con frialdad el destino tecnologías digitales y en las reflexiones an- de los aparatos humanos14. El protagonista, Jed tropológicas la ocasión para actualizar viejos Martin, hijo de un arquitecto apasionado por temas modernos, como la oposición entre la William Morris, concibe su última obra como naturaleza y la cultura, la transformación de la una singular instalación formada por muñecos condición humana a través de las herramientas de Playmobil perdidos en una ciudad futuris- o la escatología de la civilización maquinista. La ta, abstracta e inmensa. A lo largo de los años, literatura de hoy nos sigue ofreciendo imágenes una cámara va grabando cómo la instalación, poderosas de tales temas, y no sería justo aca- expuesta al rigor de la intemperie en un bosque, bar estas páginas sin mencionar dos de ellas, se va degradando: la arquitectura se disuelve, que ofrecen dos visiones inquietantes del futu- y los muñecos son engullidos poco a poco por ro del hábitat humano. una alfombra vegetal cada vez más formidable. La primera está contenida en un capítu- Por un momento, escribe Houellebecq, esos lo de las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, muñecos parecen resistirse antes de quedar as-

- 61 - DESPUES DE LA METAFORA DE LA MAQUINA fixiados por las capas superpuestas de plantas. que hierbas agitadas por el viento. El triunfo de Después, todo se calma, y no quedan nada más la vegetación es completo.

Notas 1 Baudrillard, Jean, El sistema de los objetos, México, Siglo Vid. Carpo, Mario, The Alphabet and the Algorithm, Cambrid- XXI, 1969, p. 63. ge, MIT Press, 2011. 2 Vid., Latour, Bruno, Nunca hemos sido modernos, México, 6 Vid. Butler, Samuel, Erewhon, o al otro lado de las montañas, Siglo XXI, 2001; Bogost, Ian, Alien phenomenology or what it Madrid, Akal, 2012, pp. 255 y ss. is like to be a thing, Minneapolis, Minessota Press, 2012; y 7 Kapp, Ernst, Grundlinien der Philosophie der Technik, Nabu Harman, Graham, Guerrilla metaphysics. Phenomenology and Press, 2010. the carpentry of things, Chicago, Open Court, 2005. 8 Vid. Simondon, Gilbert, París, Du mode d’existence des ob- 3 Vid. Prieto, Eduardo, Ciudades digitales, en La arquitectu- jets techniques, Aubier Philosophie, 2012 y Leroi-Gourhan, ra de la ciudad global: redes, no-lugares, naturaleza, Madrid, André, Évolution et techinques, Vol. I : L’homme et la matière ; Biblioteca Nueva, 2011, y Prieto, Eduardo, Lo que podemos Vol. II : Milieu et techniques, París, Albin Michel, 1943-1945. pedir a las máquinas, El País, 15 de febrero de 2014. 9 Déotte, Jean-Louis, L’époque des appareils, París, Lignes- 4 Es curioso constatar cómo el parametricismo suele aso- Leo Scheer, 2004. ciarse a las formas orgánicas, y estas a la capacidad adapta- 10 Citado en Teyssot, Georges, A Topology of Everyday Cons- tiva. Desde este punto de vista, lo paramétrico se concibe tellations, Cambridge, MIT Press, 2013, p. 262. Sobre la como una superación de la modernidad, igual que lo digital condición cíborg, vid. Picon, Antoine, La ville territoire des supera a lo analógico. Así, al estilo analógico le correspon- cyborgs, Besançon, Les Editions de l’imprimeur, 1998. derían las cajas modernas y necias; al digital, las formas blandas e inteligentes. Lo reconoce, con mucha ingenuidad, 11 Vid. Sloterdijk, Peter, Sphären I-Blasen, Fráncfort, Suhr- el propio Schumacher: Estamos intentando crear una segun- kamp, 1998; Spären II-Globen, Fráncfort, Suhrkamp, 1999; da naturaleza, un nuevo orden complejo y también una nueva Sphären III-Schäume, Fráncfort, Suhrkamp, 2004. manera de trabajar con formas blandas, maleables con medios 12 Ito, Toyo, Escritos, Murcia, Colegio Oficial de Apareja- paramétricos. Las formas blandas son susceptibles de incorpo- dores y Arquitectos Técnicas de Murcia, 2007, pp. 102 y ss. rar cierto grado de inteligencia adaptativa. A partir de ahora, 13 Bradbury, Ray, Crónicas marcianas, Barcelona, Minotau- ya no habrá solo formas; habrá constreñimientos gravitatorios, ro, 2013, pp. 242 y ss. materiales o logísticos, que serán los que las harán inteligentes. (Schumacher, Patrik, Parametricism and the Autopoiesis of 14 Houellebecq, Michel, La carte et le territoire, París, Flam- Architecture, en Log 21, Winter 2011). marion, 2010, pp. 427-28. 5 Carpo, Mario, Del alfabeto al algoritmo. Sobre la autoría di- gital y el diseño paramétrico, en Arquitectura Viva 140, 2012.

- 62 - ENCRUCIJADAS DE LA ARQUITECTURA Eduardo Subirats

Todos hemos atravesado alguna vivencia en es- Fue algo completamente diferente. En pacios y de esos espacios arquitectónicos que 1979 regresaba de mi primer exilio en Berlín merezca subrayarse expresamente como una a mi natal Barcelona, pero la Facultad de Fi- experiencia estética. Recuerdo como si hubiera losofía en la que estaba por defender mi tesis acontecido ayer la sensación, al entrar en la ca- doctoral no me aceptó como profesor asistente, tedral de Chartres, de abrirme físicamente paso y tuve que refugiarme en la vecina Escuela de a un espacio fuera del espacio cotidiano, a una Arquitectura como un mal menor. Sólo que el ciudad de luz y color, a un reino de otro mundo. castigo se transformó en providencia. Y nunca olvidaré la mezcla de misterio y sensua- De todas maneras el repudio por parte lidad entre las figuras grotescas, las formas fan- de los filósofos no era completamente infun- tásticas y el intrincado diálogo de la arquitectura dado. Había deambulado durante seis años con la naturaleza en los Jardines Güell de Gaudí por las facultades de filosofía y ciencias de la que visitaba cuando era un niño. Podría mencio- religión de Paris y Berlín. En el provinciano nar como tercer caso de una experiencia trascen- ambiente catalán eso por sí sólo, era un mo- dente y misteriosa a través de la arquitectura mi tivo de sospecha. Además, mi tesis exploraba primer encuentro con la grandeza cósmica de las los límites y las contradicciones del raciona- pirámides de Teotihuacán. Pero cito estos ejem- lismo del enlightenment y del concepto de lo plos porque ninguno de ellos fue lo que me llevó moderno. Era la exposición de un camino sin por los cuatro caminos de la arquitectura moder- salida que deslegitimaba las rutinas burocrá- na del siglo pasado que comentaré en este ensayo. ticas de aquella facultad y ponía de manifies-

- 63 - ENCRUCIJADAS DE LA ARQUITECTURA to la necesidad de otras formas de pensar. Y últimas consecuencias, desde el calentamiento esa era una falta más grave. En fin, ese año global hasta la expansión insustentable de las comencé involuntariamente una nueva vida megalópolis postcoloniales, experimentamos junto a arquitectos. hoy a través de sucesivas crisis ecológicas, so- Sin embargo, entré en el mundo de la ciales y militares. arquitectura por la puerta trasera, pero con un Por todos estos motivos enfoqué la proyecto ambicioso: el Bauhaus. Introduje algo historia del arte y la arquitectura moderna no del espíritu del Bauhaus con un gesto joven y desde la tradición representada por Mondrian airado porque era un proyecto educativo y re- o Le Corbusier, en la que se ha legitimado la es- novador para un sistema español de enseñanza tética del abstract art norteamericano y de sus de la arquitectura que arrastraba las oscuras satélites europeos de la última postguerra. Abrí herencias gremiales que había arropado la dic- una perspectiva en la tradición expresionista de tadura franquista. Además, el Bauhaus integró arquitectos como Gaudí, Poelzig, Bruno Taut o la música y la danza con la pintura y el teatro, , en la obra didáctica de Gropius, dio cabida a seminarios de espiritualidad orien- o en la teoría estética de Schoenberg, Kandin- tal junto al diseño industrial, y definió pro- sky o Klee. gramáticamente la práctica de la arquitectura El significado de estos pioneros del siglo como obra de arte integral (Gesamtkunstwerk). veinte tal vez pueda resumirlos con algunos tí- En fin, comencé a indagar nuevas posibilidades tulos que son por sí mismos relevantes: el valor de aprendizaje. Y a confrontarme, junto a mis espiritual de la obra de arte, su significado como estudiantes, con la historia y las teorías de los mediación de una experiencia educadora de y pioneros del arte y la arquitectura europeos de en la naturaleza y la comprensión humanista de la modernidad del siglo veinte. la arquitectura como medio de resistencia a la Tengo que señalar que mi interpretación racionalidad monetaria e instrumental. de las llamadas vanguardias partía de una pers- La generación más joven de esos años pectiva específica y polémica que estaba llamada de la postdictadura atravesaba una situación a chocar con los intereses corporativos de la ar- peculiar de vacío de poder y de ideas, muy pa- quitectura postfranquista. En la tesis doctoral recida por lo demás al panorama de incompe- que me ganó la animadversión de los filósofos tencia que sigue predominando en las tribunas había puesto en cuestión la tradición raciona- oficiales españolas. Por otra parte, la nueva lista de los grandes discursos del esclarecimien- elite socialdemócrata y neoliberal que tomó la to europeo, de Descartes a Hegel, y ahora quería transición en sus manos era incapaz de crear explorar hasta qué punto los pioneros del arte, un pensamiento autónomo tanto en las áreas la música y la arquitectura modernos habían de las humanidades, como en las instituciones sido capaces de romper con esta tradición racio- políticas. Su signo y su sino era un progresismo nalista y formalista de la modernidad. Y quería ignorante y subalterno. Y en el clima de impro- ver hasta qué punto la arquitectura había pen- visaciones y oportunismos de esos años no se sado alternativas a una civilización dominada revisó reflexivamente, sino que reintrodujo su- por esa razón instrumental y monetaria cuyas brepticiamente la misma arrogancia autoritaria

- 64 - Eduardo Subirats y machista que los nuevos líderes habían here- Llegué a un New York alegre y despreo- dado de sus predecesores franquistas. cupado que exhibía un ingenuo entusiasmo En la escuela de arquitectura de Barcelo- político por el final de la Guerra fría, junto al na de aquellos años cristalizó un conflicto gene- triunfalismo neoliberal que se travestía bajo las racional. A un lado había un puñado de jóvenes policromías y las polisemias del postmodern. Sin profesores y estudiantes imaginativos, con la embargo, lo que realmente me desconcertó en cabeza abierta a los vientos del mundo; en el el ambiente arquitectónico en torno a Colum- bando opuesto, una administración corta de vis- bia University y Princeton University no era ta. El conflicto culminó en varios choques pin- solamente la banalidad intelectual y venalidad torescos y no acabó sino con la desarticulación política de sus protagonistas. Sus espectacula- y la expulsión de ese pequeño grupo de rebeldes. res obras amagaban además, bajo sus gestos y Hasta comienzos de la década de los sus semiologías carnavalescas, un eclecticismo ochenta la mentalidad dominante en los me- formalista y una completa irresponsabilidad dios arquitectónicos de Italia y España estaba social y global. Los líderes del espectáculo post- dividida. El partido intelectual se había pertre- moderno se anunciaban comercialmente bajo el chado bajo un historicismo y un formalismo slogan The New York Five. puros. Un formalismo esteticista que renuncia- En nombre de esa irresponsabilidad, ba explícitamente a pensar un proyecto políti- cuyo santo y seña era el final de los discursos, co y civilizatorio a partir de la arquitectura que esos arquitectos de la academia postmodernis- fuera reflexivo y por consiguiente crítico, frente ta pusieron fin a aquella reflexión crítica en el a las amenazas de un diseño responsable de la medio de la arquitectura local y global que la ciudad: la destrucción ecológica, la corrupción revolución estudiantil había despertado dos política, y la progresiva manipulación y vigilan- décadas antes. cia electrónicas de la masa humana global. Ese Durante mis dos años neoyorquinos di partido de la teoría por la teoría se refugiaba algunos seminarios sobre teoría de las van- en una especie de nihilismo neoexistencialis- guardias europeas y me dediqué a una crítica ta. Sus portadores eran los últimos estertores indirecta del postmodern norteamericano a tra- agonizantes del espíritu revolucionario que vés de una investigación sobre un arquitecto había iluminado mundialmente la Revolución del New York de los años treinta: Hugh Ferriss. del Mayo 68. Se trataba de un arquitecto doblemente mar- Pero el partido más nutrido y poderoso ginal. Primero por ser un arquitecto-dibujante rechazaba de plano cualquier reflexión sobre las que no construyó a lo largo de toda su vida. condiciones intelectuales y políticas y sobre las Eso, por sí sólo, ya lo apartaba de los intereses repercusiones sociales y ecológicas de la arqui- pragmáticos del establishment. Pero además, tectura que pudieran comprometer la eficacia era el autor de una extraordinaria distopía ar- financiera de sus proyectos estrictamente prag- quitectónica, The Metropolis of Tomorrow, que máticos, operativos y profesionales. Y como no ponía de manifiesto aquellas implicaciones to- vi ninguna salida posible a esos dilemas, en talitarias que el postmodernismo ocultaba bajo 1981 hice las maletas para New York. un cínico esteticismo.

- 65 - ENCRUCIJADAS DE LA ARQUITECTURA

En mi investigación sobre Ferriss asu- En New York choqué con una escolás- mía las consecuencias sociales y políticas deri- tica diferente. Era el credo en la lingüística de vadas de los sólidos platónicos y de la grandeza la abstracción y el dogma de la muerte del arte monumental fuera de toda escala humana que globalmente afianzados desde las dos grandes los dibujos arquitectónicos de Ferriss habían exhibiciones del Museum of : The In- anticipado y cuyas consecuencias antihuma- ternational Style en 1932 y and Abstract nistas y antihumanas experimenta precisa- Art en 1936. Su signo distintivo era la insensi- mente la sociedad norteamericana de hoy en bilidad frente a cualquier dimensión cultural, un estado de inconciencia integral. En fin, puse filosófica o política de la obra de arte en general de manifiesto a través de los dibujos de Ferriss y de la arquitectura en particular. unas consecuencias civilizatorias de la estética Pero en Brasil me encontré con algo postmoderna a mitad de camino entre 1984 de completamente diferente. Allí conviví con los Orwell y Brave New World de Huxley. últimos latidos de un proyecto nacionaliza- Pero mi crítica a la estética del postmo- dor, de una sensibilidad social intensa, a la vez dern corría exactamente por caminos opuestos antimperialista y arraigado en las tradiciones y adversos al dominante formalismo que el populares panamericanas y dotado de una ex- postmodern heredaba de la tradición del abstract quisita sensibilidad poética: los Oito Arquitetos art de los años cuarenta y cincuenta, y de su tor- Brasileiros: Lina Bo, Paulo Mendes da Rocha, pe legitimación por los Bahr y Greenberg. De João Filguera Lima (Lelé), , nuevo era un análisis que partía de una crítica Roberto Burle Marx, Vilanova Artigas, Lucio expresionista del racionalismo moderno. Y era Costa e, indirectamente, Eduardo Reidy. una mirada cargada de una reflexión filosófica Mi relación con los arquitectos del Brasil sobre la crisis civilizatoria de nuestro tiempo. moderno fue amplia y espléndida. Pero me re- El libro resultante, La transfiguración de la noche, feriré solamente a tres de ellos: Oscar, Roberto fue rechazado en New York. Y de nuevo hice las y Lina. maletas, esta vez rumbo a São Paulo. Sobre el primero una breve anécdota La característica más notable de la cul- quizás sea más elocuente que largas explicacio- tura arquitectónica española de los años del nes. Conocí a Niemeyer mientras construía el postfranquismo tal vez pueda definirse con dos Memorial de América Latina en São Paulo. Yo era palabras: arrogancia subalterna. El intelectual de muy consciente del pernicioso rechazo que su aquellos años venía de una tradición completa- trabajo había sufrido por parte de la poderosa mente anulada por medio siglo de dictadura mi- crítica norteamericana. Era un rechazo político litar y nacional-católica cuya característica más contra su comunismo, un repudio de su crítica notable era su incompetencia. A falta de una ver- a la estética cubista de Gropius y el desprecio dadera autoconciencia, los nuevos intelectuales del sensualismo tropical que Niemeyer elevó progresistas no podían hacer otra cosa que ad- expresamente contra el puritanismo calvinista herirse a cualquier ismo y erigirlo como dogma de la arquitectura estadounidense. Y le pregun- universal en los altares de los principios abso- té sin reservas ni reticencias qué opinaba del lutos de la Iglesia en las que se habían educado. mutismo internacional que se había levantado

- 66 - Eduardo Subirats sobre y contra su arquitectura. Su respuesta fue El tercer arquitecto que conocí en Brasil lacónica: –Lo que la crítica internacional diga o no fue Roberto Burle Marx. Y Burle Marx, a dife- diga de mi, eso me resulta completamente indife- rencia de Lina y Oscar, ha tenido un amplio re- rente. ¡Hago lo que creo que debo hacer! conocimiento por la riqueza formal y colorista La soberanía intelectual que despren- de su espléndido paisajismo. Aquí quiero su- dían sus palabras fue la de toda una generación brayar solamente un concepto que lo distingue de arquitectos e intelectuales brasileiros a los centralmente como arquitecto en un sentido que la dictadura militar, sustentada por los Es- vitruviano de la arquitectura: la integración de tados Unidos y sus satélites europeos, puso un la jardinería, el paisajismo y el urbanismo en inexorable punto final. Su voluntad de una ex- una totalidad dinámica cuyo centro era la de- presión artística propia se había consolidado en fensa de una amenazada flora y fauna tropical. el círculo de intelectuales que rodeaban a Mário Y cuya finalidad era reeducar al habitante de las de Andrade en São Paulo y a Heitor Villa Lobos megalópolis modernas a través de la experien- en Rio de Janeiro durante la década de los vein- cia estética de la naturaleza en el paisajismo y te. Su manifestación urbanística, paisajística y la jardinería. arquitectónica por excelencia era Brasilia. Y con No cuento esta historia personal con el Brasilia Niemeyer creó precisamente un len- deseo de exponer mi vida. Sería un acto de pa- guaje contemporáneo, pero con una personali- radójico narcisismo pretender la ejemplariedad dad propia, cuyas raíces en la cultura brasileira de un triple fracaso. Al fin y al cabo tuve que lo convirtió en una expresión inconfundible de abandonar Barcelona frente a una creciente la identidad nacional. involución, tuve que salir de New York frente Lina Bo era también una arquitecta que a una mediocre intelligentsia postmoderna, y integraba en su obra la innovación de los pio- tuve que abandonar un proyecto de recupera- neros del arte y la arquitectura europeos, en ción museográfica de la memoria de los ocho cuyo medio se había formado, una relación ín- grandes arquitectos brasileiros modernos por- tima con la cultura afrobrasileira, y el espíritu que sus sucesores no entendían ni su necesidad, pionero de la vanguardia musical, literaria y ni la amplitud de miras de mi planteamiento. cineasta de Bahía que ella misma inspiró. To- Incluso se negaron a editar el ensayo Oito Ar- das estas dimensiones se reflejan en un aspec- quitetos Brasileiros que escribí con ese motivo. to fundamental de su obra: la combinación de Por eso no es una autobiografía. He un lenguaje expresionista y abstracto con un mencionado estos cuatro encuentros con la simbolismo religioso arraigado en la concien- arquitectura en Berlín, Barcelona, New York y cia popular. Una conciencia política indepen- São Paulo, es decir, en cuatro situaciones his- diente y una responsabilidad social atraviesa tórica, política y culturalmente diferenciadas, su obra como arquitecta y diseñadora, y como porque señalan hitos o encrucijadas de lo que promotora de un concepto reflexivo de cultura, entiendo como proyecto artístico, arquitectó- en una edad de logísticas culturales netamente nico e intelectual contemporáneo. En cierto comerciales y del nuevo colonialismo del espec- modo menciono estas encrucijadas como ca- táculo postmoderno. minos de iniciación.

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He comenzado mi relato en el periodo ciones intelectuales diversas y métodos hete- más creador de la reciente historia cultural rogéneos, y la necesidad de auténticos debates europea, encerrado entre las revoluciones que precisamente en una edad de manipulación y desencadenaron la Primera Guerra Mundial y uniformización masivas en la mayoría de las los subsiguientes totalitarismos del siglo vein- áreas del conocimiento. te. He puesto el Bauhaus en el contexto del ex- Mirando atrás a lo largo de estas en- presionismo centroeuropeo como un modelo crucijadas y de sus sucesivos fracasos no me pedagógico, intelectual y artístico que en sus puede quedar la menor duda de una decadencia aspectos fundamentales sigue siendo actual. del mundo académico, no importa si estamos Su tema y su lema fue la integración de las ar- en Berlín, New York o Buenos Aires. Y de un tes, fue un dialogo creador entre la música y la progresivo encogimiento de la imaginación, ya danza, y la pintura y la arquitectura, y entre se trate de arquitectos o de estudiantes de fi- la creación del espacio y la reflexión técnica y losofía. En todas partes tropiezo con la misma filosófica –un diálogo artístico cuya ausencia altanería frente a puntos de vista creadores e hace impensable un proyecto autónomo y so- individualizados. Reiteradas veces he tenido cialmente responsable de diseño arquitectónico que confrontar el mismo desprecio hacia las ex- y urbanístico. presiones intelectuales que no sean parroquia- En la situación española he querido po- les. Por todas partes he tenido que habérmelas ner de relieve el clima de prepotencia e imbeci- con una y la misma prepotencia. lidad que ha constituido una constante desde el Finalmente he mencionado Brasil, una siglo dieciocho. Sus deplorables resultados hoy nación hoy corporativamente destruida que, ya nadie puede disimularlos. Quiero insistir sin sin embargo, floreció en las primeras dos déca- embargo, en que ningún proyecto artístico e in- das del siglo veinte y hasta la construcción de telectual realmente innovador puede prescindir su capital Brasilia con un vigor intelectual y ar- de los obstáculos que, desde el ostracismo hasta tístico que quizás sólo pueda compararse con el la censura, impone esta tradición retrógrada. breve florecimiento de la Alemania de Weimar. En tercer lugar, he señalado la impor- La arquitectura realmente existente, la tancia de una crítica rigurosa, de un análisis que se enseña en nuestras facultades y la que reflexivo, de la conciencia simbólica y de la se practica como medio de supervivencia, es el reflexión estética en el proceso de formación resultado de la interacción entre las agencias de los estudiantes de artes y arquitectura, y financieras, la industria de la construcción y en el proceso de creación en esas mismas ar- un repertorio lingüístico limitado a un número tes y arquitectura. Con la protesta contra los exiguo de modelos formales predefinidos. Con lenguajes automáticos promocionados por la eso defino sumariamente una arquitectura academia global y su tendencia a la uniformi- irreflexiva hasta la completa ceguera respecto zación de las ideas impuestas en nombre del a sus funciones humanas, y respecto a los con- postmodern estadounidense sólo pretendo su- flictos ecológicos y sociales de nuestro tiempo. brayar su contrario: la libertad de expresión y Es también una arquitectura antiartística y de crítica, la real posibilidad de asumir tradi- antiintelectual, una arquitectura intrínseca-

- 68 - Eduardo Subirats mente antisocial y eso sí, una arquitectura sivamente el urbanismo neoliberal y sus admi- irreprochable y consumadamente profesional. nistraciones públicas. Frente a su desalentador panorama de Burle Marx: la integración de la natu- vulgaridad y repetición sólo deseo recordar bre- raleza en la arquitectura y el urbanismo como vemente y a título de conclusión lo que aprendí valor terapéutico y esclarecedor frente a las a lo largo de mis años en Brasil. formas de vida crecientemente alienadas y cre- Niemeyer: una arquitectura expresiva y cientemente insostenibles en las megalópolis expresionista vinculada a la sensualidad feme- modernas. nina, al paisaje y a las tradiciones de construc- Lina Bo: la arquitectura como medio de ción indígena, desde los palafitos amazónicos restauración de las memorias mitológicas y cul- hasta la arquitectura monumental de las des- turales, como espacio social de encuentro físi- truidas ciudades sagradas precoloniales de co y de creación democrática de la cultura, una América latina. arquitectura concebida como el medio abierto Lucio Costa: la arquitectura y el urbanis- a las expresiones artísticas individuales y po- mo generado en torno a la supercuadra como pulares, frente a los panópticos postmodernos medio de una integración urbana y social, no del consumo y la masificación. de la fragmentación social que hoy asumen ma-

- 69 - - 70 - DESPUÉS DE LA DESILUSIÓN ALDO ROSSI Y MONTENVIDEO Emilio Nisivoccia

En una carta dirigida a Tony Díaz, que cabe su- Para muestra sólo hace falta mirar de poner fue escrita al final de 1982 o al principio cerca el montaje titulado Città Analoga, realizado de 1983, Aldo Rossi hacía las cuentas con su junto a Bruno Reichlin, Fabio Reinhart y Eraldo viaje al Cono Sur: He tratado de llamarte desde Consolascio en 1976, y verificar que entre tanta Santiago pero no te encontramos; después de la pieza autorreferencial y objetos encontrados, en- desilusión de Montevideo, el viaje a Santiago fue tre restos de proyectos y pedazos de dibujos que inolvidable. De Chile me ha gustado todo: el pai- buscan el choque frontal de las partículas para ge- saje, la gente, la arquitectura y el vino y los maris- nerar su propia reaction poétique, entre tanto frag- cos. En realidad, en Córdoba y Buenos Aires creo mento que flota a la deriva como pequeñas balsas que mi encuentro con la gente fue positivo y, para de la Medusa en el naufragio de occidente, subsis- mí, importante.1 te intacta la geometría bien precisa que organiza Desilusión en Montevideo contra ilusión la escena y existe un centro completamente des- en Santiago y relaciones fraternas en Buenos pejado como el ojo de un tornado, donde se en- Aires y Córdoba. Además, el propio listado por cuentran las cuatro siluetas de los cuatro autores confuso acaba siendo preciso: paisaje, gente, caminando bajo las estrellas sobre un desierto de arquitectura, el vino y los mariscos, es decir una líneas que recuerda vagamente a las escenografías muestra clara del peso decisivo que asumían de Superstudio. Nada, absolutamente nada hay en los recuerdos de viajes y los afectos en ese gran el desierto de lo real, nada acompaña a los cami- collage análogo que con los años acabó siendo nantes bajo el cielo estrellado, salvo los afectos y una suerte de epistemología de la acumulación. la memoria del tiempo ya vivido.

- 71 - DESPUÉS DE LA DESILUSIÓN. ALDO ROSSI Y MONTENVIDEO

La visita de Aldo Rossi a Montevideo no deja la impresión de una regresión, de un retroceso fue demasiado importante ni para Rossi ni para respecto de aquella búsqueda de libertad encar- la cultura local. Al menos en un principio. De nada por los Wright y Aalto o, bien una confesión hecho cabe suponer que muy pocos conocían de fracaso. su obra como arquitecto salvo por algunas fo- Pero la visita de Rossi a Montevideo tografías del Teatro del Mondo, el bloque largo se encontró, por el contrario, con una cultura en Gallaratese o el recuerdo de su paso por la arquitectónica suficientemente despierta y de- redacción de la revista Casabella de Rogers. Pero cidida a asumir roles protagónicos durante los seguro que muchos menos todavía, habían leído últimos años de la dictadura militar o mejor La Arquitectura de la Ciudad: un libro engorroso y dicho cívico-militar, que gobernó al país entre poco amable editado por Gustavo Gili en 1981. 1973 y 1985. Tal vez sea por esto que la presen- Es probable que el público más voraz cia de Rossi como una especie de mensajero del sí haya tenido acceso a alguna de las revistas futuro permite comprender algunas posiciones catalanas que por entonces funcionaban como en el entorno de la cultura arquitectónica del un amplificador de la Tendenza en la península Uruguay y sus apuestas políticas durante la pri- ibérica y más probable todavía, a la colección mera mitad de los ochenta. Summarios editada en Buenos Aires. En el nú- Aldo Rossi pronunció una conferencia mero 22 de 1978, Marina Waisman presentaba en los salones del viejo diario El Día de Mon- al público austral a tres arquitectos raciona- tevideo una tarde gris de octubre de 1982. listas: Oswald Mathias Ungers, los hermanos Un rato más tarde tuvo una entrevista con un Krier y Aldo Rossi. grupo de estudiantes y profesionales y por la El comienzo no podía ser peor: Es bien noche participó de una frustrada reunión de sabido que en Europa, desde hace ya tiempo, para camaradería. Dos meses después llegó Rogelio obtener amplia difusión de las propias ideas o tra- Salmona y repitió un idéntico ritual aunque los bajos, nada más efectivo que adherir a alguna de las resultados y agasajos fueron bien diferentes. varias corrientes marxistas que parecen dominar El número 11 de la revista Trazo de marzo de la mayoría de los medios editoriales. Además, una 1983 publicó en forma de dossier el resumen de vez que los europeos han consagrado a un autor, su la conferencia y la entrevista concedidas por difusión en el resto del mundo resulta asegurada, Rossi junto con algunos extractos de la diser- como también la influencia de su pensamiento, que tación de Salmona, bajo un título que invitaba aparece con una importancia extraordinaria en el a la confrontación: Rossi y Salmona en Montevi- panorama mundial.2 deo. ¿Dos visiones contradictorias?.3 Después de poner en valor algunas pala- Según consta en la presentación del bras de Rossi y bajarle el pulgar a la estética del dossier la entrevista fue informal y colectiva. realismo socialista, que encierra para Waisman De hecho, de la transcripción se desprende la una propuesta de vida muy discutible e incluso presencia de por lo menos dos o tres entrevis- la pregnancia del fascismo a secas, la redactora tadores sin ningún tipo de coordinación e in- acaba su editorial afirmando que salvo por el es- tereses consensuados y por eso las preguntas fuerzo de Ungers la obra de estos arquitectos nos carecen de cualquier hilo conductor. El primer

- 72 - Emilio Nisivoccia grupo de interrogantes apunta a la relación punto más espinoso giraba en torno a la auto- entre análisis tipológico y lenguaje visual. Es nomía de la arquitectura. Aunque las lecturas decir a un problema que nace de la centralidad no siempre se ajustan a la realidad y muchas ve- operativa del concepto de tipología en Rossi y ces parecen simples expresiones de deseo, está de la frustración paralela que provoca consta- claro que hablar de autonomía en un contexto tar las enormes distancias que median entre el politizado suponía –de manera real o imagina- relevamiento de datos y el salto figurativo. Una ria– quebrar la unidad de una forma de pen- diferencia cualitativa que siempre pareció inco- samiento que se pretendía coherente y, sobre modar a los rossianos mucho más que a Rossi. todo, capaz de asegurar la transformación de El segundo grupo de intervenciones las ideas en acciones. carga sus baterías en la contradicción entre el A lo largo de la entrevista las respuestas centro y la periferia. En este segmento las pre- de Rossi siempre parecen elusivas, sin embargo guntas se vuelven afirmaciones y la nota ame- detrás de ellas hay un sustrato de coherencia naza caer en un diálogo imposible cuando el más o menos claro y persistente que se apoya entrevistador traza las distancias infranquea- en una tesis donde coinciden los viejos teóricos bles entre el mundo europeo de Rossi y el sur vieneses del lenguaje con algunas corrientes del continental. Como es sabido las posiciones lati- marxismo italiano. Esto es, que los diferentes noamericanistas abarcan un extenso espectro dialectos con los que habla el mundo ya no pue- que va desde las teorías del imperialismo como den converger en la anhelada unidad del dis- forma del capitalismo desarrollado, a fórmulas curso y para el caso, que entre el pensamiento ontológicas que abonan la idea de que América teórico y el ejercicio profesional hay un salto Latina es una simple historia paralela, una tra- insalvable e imposible de zurcir.4 yectoria tan moderna como cualquier otra pero De hecho Aldo Rossi no era exactamente completamente original y diferente e incluso el producto de la crisis de los grandes relatos inconmensurable. como algunos pretendieron, ni tampoco un En el primero de los casos a Rossi le exponente fiel de las nuevas libertades procla- tocaría asumir el puesto del funcionario de madas por los cultores del posmodernismo en un centro hegemónico y en el segundo, el de la Bienal de 1980. El arquitecto lombardo res- acabar condenado a puro material de desecho pondía a una vieja conciencia de la crisis pre- aunque no por eso sobreseído de toda causa. En sente en la cultura italiana de la posguerra que cualquier caso, a esta altura de la entrevista el le acabó por empujar al solipsismo más exas- malhumor de Rossi se vuelve evidente mientras perado. Por eso el Teatro del Mondo jamás fue el entrevistador apunta con la batería de pre- un manifiesto del posmodernismo emancipado guntas habituales acerca de su predilección por sino un ejercicio completamente desencantado, la estética del realismo socialista y el fascismo. solitario e incapaz de prestar su voz a cualquier Ahora el fastidio llamaba a la puerta. colectivo humano. La autonomía nunca dejó de Pero sería injusto pensar que en estos ser vivida como tragedia. entredichos sólo se trataba de un problema El segundo ingrediente del dossier de la de orígenes e imágenes cuando en realidad el revista Trazo es el resumen de la conferencia de

- 73 - DESPUÉS DE LA DESILUSIÓN. ALDO ROSSI Y MONTENVIDEO

Rogelio Salmona, el tercero, un artículo firma- critica dell’ideologia architettonica poniendo de do por Juan Bastarrica. Un trabajo que en tono relieve que aquel añorado compromiso de los a veces liviano y otras punzante, intentaba ce- arquitectos con los destinos de los hombres no rrar la discusión y de paso marcar la postura había sido mucho más que un conjunto de idea- de la revista. Con buen talante Bastarrica ar- lizaciones y peticiones de principio perfecta- gumentaba que el pasaporte sólo podía indicar mente coherentes con las tareas asignadas por el lugar de procedencia y no las calidades del el propio Capital. producto. Además, Aldo Rossi tenía relaciones El colapso de la ideología era la conse- conocidas con el Partido Comunista Italiano cuencia lógica de un cambio operado en las for- mientras que las viviendas El Parque de Salmo- mas de gestión del conflicto social y, a partir na distaban demasiado de un proyecto de vi- de entonces, la arquitectura parecía tener que vienda social o más o menos comprometido con optar por dos alternativas: abandonar las con- una causa popular e incluso, el propio Salmona diciones impuestas por la división social del tenía una formación francesa destilada en el trabajo o bien, flotar a la deriva, encerrada en alambique del 35 de la rue Sévres bajo la tutela el pequeño territorio de su autonomía.6 Bajo de Le Corbusier. Le pesara o no. Pasando raya esta perspectiva Aldo Rossi era un sismógrafo ni Salmona era la expresión inmaculada de la muy sensible capaz de registrar el nuevo estado liberación latinoamericana ni Aldo Rossi el últi- de cosas. mo soldado del imperio. Al final sólo se trataba, Si el contrapunto entre Rossi y Salmona decía Bastarrica intentando calmar los ánimos, ocupaba la portada y las páginas centrales de de un episodio más en la eterna lucha entre Apolo Trazo 11, la nota editorial, en cambio, estaba y Dionisios y por eso no cabía el rechazo en blo- dedicada a problemas mucho más urgentes. que. Sin embargo el problema de la autonomía Bajo el título Universidad y Constitución el texto continuaba pendiente.5 pasaba revista del debate político en torno al De alguna manera, y aunque sólo sea futuro de la Universidad y de paso dejaba claro en un sentido metafórico, la presencia de Aldo la firme voluntad de recuperar la Autonomía y Rossi en Montevideo y la polémica en las pá- el Cogobierno por parte del gremio de los es- ginas de Trazo contienen una premonición. La tudiantes. A comienzos del año 1983 el clima llegada del arquitecto italiano era una primera político uruguayo tomaba un nuevo rumbo y evidencia de que algunas cosas ya habían cam- los movimientos sociales buscaban mantener la biado en el frente de la cultura arquitectónica delantera en el enfrentamiento a un gobierno internacional y además, que estos cambios eran dictatorial en trámite de retirada. En setiembre estructurales en la medida que acompañaban a de ese mismo año los estudiantes universitarios las nuevas formas de organización del Capital. agrupados en Asceep (luego Asceep-Feuu) or- Rossi no era el mensajero de una nueva moda, ganizaron una gigantesca concentración bajo la o no solamente, sino el heraldo más oscuro del consigna Democracia, Cogobierno y Autonomía y final de un ciclo de la arquitectura transforma- a comienzos de 1984, definieron una estrategia da en ideología que llegaba a su caducidad. En política destinada a cortar el paso a cualquier 1968, Manfredo Tafuri había publicado Per una intento de continuidad autoritaria. En los pri-

- 74 - Emilio Nisivoccia meros meses de 1985 y luego de celebradas las quitectura como una escala intermedia entre Elecciones Nacionales, el gremio de estudiantes el diseño industrial y la planificación física y logró adelantar el paso y formar un primer go- reivindica la relación con la historia y el medio bierno universitario de transición que asegura- social. Además, agrega, los aspectos funciona- ba el salto inmediato hacia la plena restitución les deben quedar encuadrados en los criterios de la Ley Orgánica de la Universidad.7 de economía y los patrones de vida que nacen Entre las medidas impulsadas por el de nuestra propia realidad al igual que la elec- gremio de estudiantes en el verano de 1985 ción de las tecnologías apropiadas. Por último figuraba la restitución en sus cargos de todos el documento completa la tríada vitruviana los docentes destituidos por la dictadura en la afirmando que los aspectos formales y expresivos Universidad. La nueva Facultad de Arquitectura (…) deben entroncarse con el sustento cultural de que nació en 1985 supuso el encuentro entre nuestro ámbito nacional y latinoamericano. Pa- viejos y jóvenes docentes. Entre presos políticos sando raya, la fórmula parece clara: la arqui- recién liberados, docentes que permanecieron tectura vale como técnica universal pero debe activos en los años de Intervención, aquellos ser localizada dentro de una geografía social y, que volvieron al país después de haber deam- este mapa reconoce a América Latina como su bulado por el mundo y una nueva camada de entorno de referencia. profesionales y estudiantes formados en los El problema de la arquitectura apropia- años de la dictadura. da y la especificidad regional volvió a apare- Los cursos de Anteproyecto de Arquitec- cer en la revista bajo la forma de dos reseñas tura del año 1985 también exhibían un rostro de la I Bienal de Arquitectura de Buenos Aires renovado. De los nueve talleres de anteproyecto firmadas por Marcelo Aguiar y Daniel Ksiaze- que iniciaron el año curricular, seis eran una nicki.8 Organizada por el Director del CAYC, mezcla de viejas cátedras junto a nuevas forma- Jorge Glusberg, la bienal de Buenos Aires no ciones de docentes restituidos y los restantes, fue mucho más que un montaje donde desfi- eran cátedras que sobrevivían a la intervención laban arquitectos estrella –aunque casi todos militar por sus propios méritos y con el aval ex- de segundo orden– sin mayores objetivos que plícito de la asamblea de estudiantes. los de exhibir una cartelera de novedades a El número 15 de la revista Trazo de ese escala de un público consumidor. Sólo que en mismo año publicó un extenso monográfico la bienal de 1985, un grupo de arquitectos del donde se reúnen las propuestas académicas de subcontinente americano acabaron por gene- los nuevos talleres de anteproyecto presentadas rar una suerte de bienal paralela centrada en la en un foro celebrado en junio. Un rápido repaso discusión sobre la arquitectura apropiada para de los documentos permite volver a medir en el América Latina y en clara oposición a la cultu- frente interno de la enseñanza las distintas for- ra dominante. El resultado más tangible de ésta mas de mapear la arquitectura en sus relaciones experiencia fue la fundación del Seminario de con el mundo y en el quiebre de un modelo. Arquitectura Latinoamericana (SAL) impulsada Tomamos tres documentos. El primero, por un grupo de arquitectos donde figuraba Ma- presentado por el Taller Vanini, ubica a la ar- riano Arana, uno de los docentes que firmaron

- 75 - DESPUÉS DE LA DESILUSIÓN. ALDO ROSSI Y MONTENVIDEO el manifiesto del Taller Vanini. En uno de los tes por paradójico que suene. Un problema que párrafos del documento del taller podía leerse la izquierda italiana ya había despanzurrado al con total claridad un detalle que nos retrotrae menos una década atrás y que la vertiente pla- al episodio de la visita de Aldo Rossi: rechaza- nificadora en Uruguay jamás pudo desentrañar. mos toda reducción de sus parámetros (los de la ar- El tercer documento es el manifiesto del quitectura) a una supuesta autonomía disciplinar Taller Sommer. La cátedra dirigida por Adolfo elitista y autosuficiente.9 Sommer Smith había sido uno de los espacios El segundo documento está firmado de trabajo que lograron sortear con dignidad por el Taller Serralta y probablemente fue re- los años de la dictadura y el lugar donde una dactado por Conrado Petit. El texto también parte de la redacción de la revista Trazo co- reivindica la necesidad de definir las tareas de menzó a dar sus primeros pasos en la carre- la arquitectura a partir de un proceso histórico ra docente. A comienzos de 1985 el grupo se que trasciende a la propia disciplina. La arqui- amplió notablemente con la incorporación de tectura –dice– no es un instrumento abstracto ni jóvenes profesionales y dio un nuevo salto cua- universal, sino una herramienta que se forja en litativo con el retorno a la docencia de Thomas torno a unos objetivos claros y concretos que el do- Sprechmann y Mario Lombardi. De hecho el cumento no duda en identificar como la cons- documento es el resultado del encuentro en- trucción de una sociedad socialista, una sociedad tre experiencias diferentes que parece intenta de iguales, una sociedad justa. De hecho el mani- cristalizar una plataforma coherente aunque fiesto encuadra las tareas dentro de un proceso con algunas dificultades. internacional marcado por el avance histórico De hecho las dos ideas centrales esgri- del socialismo y las luchas por la liberación na- midas son el ajuste con la historia reciente de cional en los países del Tercer Mundo. El paso la disciplina y el eterno reclamo de un relevo siguiente consiste en definir la arquitectura a generacional. Por eso en el tramo central el partir de tres instrumentos y escalas funda- documento carga sus baterías contra el agota- mentales: programar, ordenar y acondicionar los miento del Movimiento Moderno y de ahí de- espacios donde se desarrolla la vida. A escala edili- duce la crisis de un modelo de pensamiento que cia, a escala urbanística, a escala territorial. debía convertir la arquitectura en instrumento Si la arquitectura debe necesariamente de cambio social. Si el término Movimiento quedar definida por un pensamiento dialéctico Moderno no es mucho más que una categoría que se funda en la confrontación por el cambio indescifrable que apenas tiene valor como me- y renuncia a todo tipo de idealismo y eso es al táfora, y muy burda, parece bastante obvio que menos lo que se desprende del discurso, el pro- el documento lanza un disparo por elevación blema se zanja con el recurso a la planificación. contra las posiciones históricas de la facultad. El Plan –parece afirmar– es esa instancia supe- Afirmar que Arquitectura y sociedad no rior y objetiva de racionalización que asegura son función lineal una de otra y que el proyecto el equilibrio a escala territorial. Es decir que de arquitectura es una práctica específica en tan- el documento acaba por otorgar valor ideal a to se funda en el recurso a unos materiales, a unas unos instrumentos absolutamente contingen- herramientas y unas leyes de generación y trans-

- 76 - Emilio Nisivoccia formación que le son propias no es otra cosa que trumentos perfectamente válidos los proble- afirmar la autonomía de la disciplina. Pero no mas de la disciplina reflejada en el espejo del tanto por fuerza de la necesidad sino también mundo. Incluso la autonomía de la arquitectura por opción. Por último, el documento admite implícita en el texto del taller Sommer acabará con una llamativa timidez la aceptación de al- por encontrar en la ciudad el resorte necesario gunas posturas que entienden a la ciudad como para volver a recomponer un camino positivo marco donde la arquitectura toma sentido. que le otorgue sentido de realidad al conoci- Un año más tarde un grupo formado por miento en arquitectura. De esta manera la vieja muchos de los integrantes del Taller Sommer vocación por participar de forma activa en la bajo la dirección de Sprechmann publica Pro- construcción de un proyecto ilustrado volvía a puestas a la Ciudad de Montevideo, un libro que encontrar su puesto en la escena. marca la madurez del grupo y la consolidación También Aldo Rossi había iniciado su de la ciudad y la arquitectura urbana como cam- camino proponiendo la ciudad y definiendo po de referencias obligado.10 unos instrumentos estrictamente arquitectóni- Sería demasiado fácil y equivocado tra- cos para recomponer el nexo perdido con la his- tar de leer las tres propuestas reseñadas como toria. Pero en 1982, cuando visitó Montevideo, simples representaciones de tres generaciones La Arquitectura de la Ciudad ya era un segmen- diferentes. En realidad sólo son tres discursos to aislado en el puzzle interminable de la Città que intentaban atrapar a su manera y con ins- Analoga y una premonición preñada de futuro.

Notas

1 Tony Díaz del Bo. Alcuni precisazioni relative ai viaggi di Sobre Aldo Rossi vale la pena consultar los párrafos dedi- Aldo Rossi in America Latina. En: Fernando Di Maio, Alberto cados en: Manfredo Tafuri. L´Architecture dans le boudoir. La Ferlenga, Patrizia Montini Zimolo (a cura di). Aldo Rossi e la sfera e il labirinto (Torino: Einaudi, 1980). Además: Juan storia di un libro. L´Architettura della città, dal 1966 ad oggi. Il José Lahuerta. Personajes de Aldo Rossi. Alberto Ferlenga Poligrafo IUAV. Padova 2014. (ed.) Aldo Rossi (Barcelona: Del Serbal, 1992). 2 Marina Waisman. Editorial. En: Racionalismo a tres voces. 7 Existe una buena reseña del proceso de salida de la Inter- Summarios 22. Buenos Aires. Agosto de 1978. vención en una nota editorial de Trazo. Mesa ejecutiva del 3 S/F. Rossi y Salmona en Montevideo. ¿Dos visiones contradic- CEDA. Un ladrillo mas… (Trazo 15, Junio 1985). torias? Trazo 11 marzo 1983. PP35 a 41. 8 Marcelo Aguiar. No tan bien-al y Daniel Ksiazenicki.Apun- 4 O al menos eso parece y a juzgar por sus respuestas. El te muy preliminar sobre una bienal que ya pasó. Ibidem. tema pertenece a la analítica habitual del grupo del Depar- 9 Casi toda la información sobre la fundación del SAL y su tamento de Historia –sobre todo Tafuri y Cacciari- del IUAV larga historia proviene de los propios actores. Ver: AA.VV. donde Rossi daba clases de proyecto. Ver: Massimo Caccia- Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL). Haciendo ri. Krisis (Milano: Feltrinelli. 1976). camino al andar 1986-2011 (Buenos Aires: CEDODAL, 2011). 5 Juan Bastarrica. A propósito de van Halen. Trazo 11 marzo 10 Taller de Investigaciones Urbanas y Regionales. Propues- 1983. PP. 42 y 43. tas a la Ciudad. (Montevideo: S/E, 1986). 6 Manfredo Tafuri. Per una critica dell’ideologia architettoni- ca. Contropiano 1 (1969).

- 77 - - 78 - BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD REVISTANDO EL LEGADO DE KIBUTZ ISRAELI Ehud Manor

Introducción año revolucionario, el cura francés Emmanuel- Siendo tanto historiador como hijo y miembro Joseph Sieyès, el Tercer Estado es todo, es decir de un kibutz en Israel, en este ensayo mi in- que el pueblo da forma tanto a la idea de nación tención es proponer una mirada histórica del como a la de sociedad. Igual que cada persona kibutz, viéndolo como un elemento del amplio se transforma o debe ser transformada en ciu- contexto utópico del modernismo. dadano compartiendo la soberanía nacional, En el primer apartado explicare sintéti- también cada ciudadano tiene todo el derecho camente el ideario básico del kibutz, viéndolo de gozar la riqueza nacional mientras participa desde dos perspectivas esenciales: el marxismo en su creación. y el nacionalismo. No es menos esencial aclarar En el segundo apartado daré un resu- que en contradicción total con la idea conven- men básico de la historia de la realización del cional desarrollada más que todo en la época ideario kibutziano, desde su primer paso en de la Guerra Fría, socialismo y nacionalismo 1910 hasta enero de 2016, el momento cuando no necesariamente se excluyen uno al otro el kibutz Ein Hashofet, fundado en 1937, del sino que se pueden complementarse, siempre que soy miembro desde 2006, empezó a imple- y cuando se respeten los básicos derechos hu- mentar un sistema menos socialista que sin manos de la libertad y la igualdad mientras embargo en mi opinión es mucho más socialis- se esté buscando la fraternidad. No fue nada ta que cualquier otro experimento mundial de casual que 1789 es la cuna de estos dos para- esta índole. Claro que la intención no es cubrir digmas modernos. Como bien lo aclaró en ese en una forma exhaustiva una historia completa

- 79 - BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD. REVISTANDO EL LEGADO DE KIBUTZ ISRAELI de más de un siglo, sino señalar cuales son des- social y creatividad cultural que por un lado no de mi perspectiva los hitos principales que nos descartan el individualismo social y económico, pueden servir para apreciar y criticar el tema. pero por el otro lado lo transforma en lo que se En la tercera y última parte, ofreceré un puede definir como individualismo solidario. análisis del experimento kibutziano desde el Este ensayo tiene como propósito fo- punto de vista de los desafíos de la modernidad mentar dicha idea comprobando que justa- y más específicamente desde el desafío de la mente eso fue –de una manera reducida y sin modernidad urbana. Tal vez para quienes saben embargo vigente sigue siendo– el kibutz: un algo del kibutz pueda parecerle raro analizar el marco socio-económico y socio-cultural que tie- mismo desde la perspectiva urbana, ya que el ne como política declarada y de muchas formas kibutz era y sigue siendo un emprendimiento y aplicada, fomentar el bien estar del individuo. una realidad rural. Espero resolver esa supuesta En pocas palabras, el legado del kibutz es el in- rareza o contradicción al fin de este ensayo, por tento –muchas veces realizado– de la formación ende el lector debe tener paciencia. de una modernidad virtuosa donde el individuo No obstante, como Marx y Engels ya han es la base de la solidaridad y no su enemigo. valorado en su manifestó de 1848 la tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el El ideario kibutziano campo y la ciudad, en muchos de sus aspectos el kibutz no es menos urbano que cualquier otra En uno de sus más famosos refranes, Karl Marx ciudad: los servicios, las comunicaciones, la in- describió como a su criterio debe funcionar una fraestructura, las viviendas, el nivel de vida, la sociedad justa, recogiendo un aforismo de raíz educación, la salud y así sucesivamente asumen santsimoniana: De cada cual, según sus capacida- características urbanas. Tiene sin embargo –o des; a cada cual según sus necesidades. Claro, ni mejor dicho puede tener si sus integrantes así él ni nadie que levantara la bandera del mar- lo quieren– una ventaja derivada de su manifes- xismo, no sabía ni puede saber exactamente tación de comunitarismo. Por las dudas habría cuantificar tanto las capacidades como las ne- que asegurar: no un colectivismo que choca con cesidades. Tampoco el kibutz pudo llegar a una el individualismo, sino un comunitarismo que cifra exacta, pero sí logró modelar un sistema lo enriquece. que mientras trataba de llegar a una u otra con- El argumento fundamental de este en- clusión al respecto, no olvidara que en la base sayo es que si puede suponerse que en el futu- de todos los sistemas e ideologías progresistas, ro cercano y menos cercano, la mayoría de la está el ser humano. humanidad –que está sostenida por economías 25 años después de la caída del muro de industrializadas– va a seguir viviendo en am- Berlin y con la actual existencia de estados de bientes urbanos (sean metrópolis o aldeas y terror como Norcorea, puede dudarse acerca de pueblos), un camino adecuado para enfrentar si una ideología progresista en desarrollo puede las problemáticas sociales –la alienación, la fal- llegar a las más terribles atrocidades en la prác- ta de solidaridad, las brechas sociales etc.– es tica. Si bien el kibutz nunca fue un estado, ni la formación de comunidades de cooperación abarco más de 130000 miembros en su momen-

- 80 - Ehud Manor to histórico más alto –circa 1980–, sin em- bargo se lo considera un experimento humano de escala importante. ¿Cuáles fueron entonces los secretos de su relati- vo éxito? La respuesta tiene dos componentes principales: el socialis- mo y el nacionalismo. Desde su prin- cipio no era ningún se- creto el hecho que casi cada socialista tenía su forma de entender, explicar y a veces como Kibbutz Degania aplicar el mismo. En el caso de los pioneros kibutzianos, la cualidad Este principio básico explica el origen y más apreciada era constructivismo. Tomando la difusión del sistema kibutziano. Es un socia- como ejemplo el caso del primer kibutz –De- lismo constructivista ya que para los pioneros de gania, pegado al sur del mar dulce de Galilea esa época estaba claro que para poder repartir (Kineret en hebreo por su forma de violín)– una riqueza hay que formarla previamente. Pero este proyecto prácticamente empezó cuando engendrar riqueza no necesariamente implica el un grupo de jóvenes judíos, todos de origen eu- cese de la libertad a manos de un jefe o dueño. ropeo oriental, sostenían que podían trabajar La responsabilidad es mutual, y sucesivamen- la tierra y cultivar trigo sin ningún jefe y en te lo será el reparto de la riqueza adquirida. Y base a un préstamo de las instituciones públi- ya que es un complejo social entero –solteros, cas del movimiento sionista. Lo propusieron parejas, niños, enfermos, educados, menos edu- y –gozando del apoyo de un gran dirigente pro- cados, etc. y con el tiempo también jubilados y gresista de entonces, Arturo Rupin– lo ejecu- ancianos– lo cual necesita una amplia gama de taron. Fue entre octubre de 1909 y setiembre servicios, la famosa división de trabajo que es ne- del 1910. Por suerte (que no siempre acompaña cesario descubrir para conocer el kibutz como al campesino socialista u otro), tuvieron éxi- cualquier otra organización social moderna to. De este momento histórico en adelante ya mundial. Y cuando por un lado no hay jefes; fue posible el desarrollo económicos de base por el otro hay que producir y servir y además socialista o solidarista, con apoyo estatal pero que no todos son iguales simplemente por ser no necesariamente bajo liderazgos de dueños humanos; el resultado debe ser el de aquel lema de capital. marxista: De cada cual, según sus capacidades; a

- 81 - BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD. REVISTANDO EL LEGADO DE KIBUTZ ISRAELI cada cual según sus necesidades. Pero sin culto de nacional, esa tierra debía ser desarrollada a personalidades; sin armas nucleares; sin prensa base de un proyecto nacional, es decir en una de propaganda; sin KGB; sin gulags. Solo o prin- perspectiva constructivista. Una construcción cipalmente con cierta buena voluntad colectiva de esa escala aseguraría también relaciones de quiénes aceptan ese modelo cooperativo. positivas con los árabes, suponiendo que ellos Dicha buena voluntad tenía en 1910 la van a participar del desarrollo económico en base ideológica no solo de la promesa socialista la tierra compartida. Consiguiendo este obje- por entonces reconocida y apreciada en todo el tivo, también el aspecto político-internacional mundo, sino además por el programa sionista sería beneficiado, ya que tanto los árabes como en particular. Al menos para los pioneros de el resto del mundo apreciarían el progresismo 1910 no era el antisemitismo lo que fomentó del sionismo. En caso que los árabes como par- el sionismo. Era la idea del renacimiento ligado te de la comunidad internacional rechazaran tanto al iluminismo como a la famosa primavera el sionismo (eso es lo que lamentablemente de las naciones que no por casualidad nació en pasó), ese ideario progresista debería seguir 1848 junto con el Manifiesto Comunista. Igual sirviendo como común denominador y bobi- que los griegos en 1821 o los franceses en 1789, na energética para la construcción de un país los argentinos en 1810 o los italianos en 1852, a base de un socialismo humano y demócrata también muchos judíos empezaban a sonar con aunque ello derivó luego en otras complicacio- un renacimiento nacional propio, que no choca nes como la influencia del capitalismo ameri- con los sueños del universalismo humano una cano o los estados de guerra. de cuyas opciones era el socialismo con todos sus variantes más científicas o más utópicas. Una breve historia de la El nacionalismo judío tenía algunos realización del ideario proyectos y uno de estos –en perspectiva qui- kibutziano zá el único exitoso– era el sionismo. En 1897 Teodoro Herzl lideró el primer congreso don- En 1910 se fundó Degania, el primer kibutz. de los sionistas aclaraban su meta: El sionismo Sus miembros aspiraban a mantener íntimas tiene por objeto establecer para el pueblo judío un relaciones sociales entre sí, concluyendo que el hogar seguro pública y jurídicamente en Eretz Is- marco social o sea el grupo de relación inter- rael. Como cualquier otro órgano democrático y personal directa no debía superar las 20 o 30 popular, el sionismo también tuvo ramificacio- personas. Pocos años más tarde, después de la nes y variantes aunque todos –es decir sionistas Primera Guerra Mundial, otro grupo de pione- religiosos, sionistas liberales, sionistas aparti- ros fundó Ein Jarod, bajo otra idea de organiza- darios, etc– basaban su propia propuesta en lo ción, proponiendo una estructura social mucho que ellos consideraban como la interpretación más amplia de centenares de miembros, donde más correcta de aquella meta hetzliana. las relaciones interpersonales no eran la meta Para el sionismo socialista la conclu- principal sino más bien la búsqueda de potencia sión era que para asegurar que la tierra de económica y como consecuencia, poder político. Israel se transformara de verdad en un hogar Estos dos caminos llevaban por supuesto dos

- 82 - Ehud Manor estrategias económicas alternativas: mien- En 1951 como continuación de debates tras los que seguían el camino de Degania se ideológicos de los años anteriores pero ahora bastaban con la agricultura, los de Ein Jarod dentro del contexto de una una Guerra Fría apuntaban también a la industria.Entre estos cada vez más caliente, el MK sufre una brecha dos extremos se desarrolló el movimiento ki- social y organizativa. Decenas de kibutz adhie- butziano (MK). ren a ideologías de derecha –es decir los que se El año 1941 fue el momento históri- identifican con el oeste sobe todo americano– y co más alto del MK en cuanto al volumen de otros a ideologías de izquierda –que siguen vien- población judía en Palestina: un 7% de esa po- do a Stalin como el sol de los pueblos–. Si bien los blación integraba kibutz. En todo el país había gobiernos israelíes de esta época están en las poco menos de 100 kibutz, con una población manos del movimiento sionista laboral o en la total de unas 30000 personas. Ese momento izquierda sionista dicha izquierda va a segregar- histórico –la Segunda Guerra Mundial– fue se como en otros partes del mundo, entre cierta momento clave para el desarrollo del kibutz ya derecha –es decir los que van por un camino más que los británicos por necesidades militares, moderado en cuanto a política económica– e iz- aumentaron la demanda de productos básicos quierda –que exige más igualdad de derechos y y manufacturados, impulsando así la industria- menos mercado libre–. lización en todo el país, y específicamente en Encabezados por el dinámico, a veces aquellos kibutz preparados para ello. Paralela- cruel, y siempre muy carismático Ben Gurion, mente, dentro del mismo contexto, los kibutz los de la izquierda moderada dominan la are- servían también como el ámbito formativo del na política nacional. En el mismo tiempo, los futuro ejército judío (Palmaj), fortaleciendo por líderes hegemónicos del MK tienden más a la ende el espacio político del MK en el sionismo. izquierda, a veces en contradicción con las ideas Cuando se establece el Estado Judío en de los miembros de sus kibutz. Es en este mo- 1948, en su dirigencia la presencia de miem- mento histórico donde el MK empieza perder bros de dicho movimiento supera más que peso político, proceso que llegará a su máximo notablemente su peso poblacional relativo. agravamiento hacia fines de los años 80’. Cabe Mientras que poco a poco y con la masiva mi- aclarar que en contradicción con otra especie de gración judía al nuevo Estado de Israel ese peso lugar común, las disidencias entre el liderazgo relativo disminuyo de 7% a 5% y ya en 1960 a del MK y Ben Gurion iban más allá del cuestio- menos de 3%, una quinta parte de los cuadros namiento que se hacía de la ideología estata- político-técnicos de todos los gobiernos eran lista –para algunos casi fascista– de Gurion. Si miembros de algún kibutz. Fue una relación bien Ben Gurion se llevaba el mundo por delante recíproca ya que el MK sirvió a su estado en por varios motivos –su comportamiento autori- su etapa constitutiva y éste le dio el respaldo tario por ejemplo– la explicación tiene más que económico. Pero esta época de cierta concien- ver con el contexto de su actuación. tización política e ideológica no solo en Israel Solo en el año 1949 inmigraban al Nue- sino en todo el mundo tuvo también sus reper- vo Estado 239000 judíos. En dos años más la cusiones negativas. población original de 650000 judíos se duplica-

- 83 - BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD. REVISTANDO EL LEGADO DE KIBUTZ ISRAELI rá. Era un hecho insólito y en ningún otro lugar El MK aprendió como gestionar más ra- mundial ocurrió un incremento semejante. El cionalmente y el anteriormente mencionado re- gobierno Israelí tuvo que albergar, alimentar, frán de Marx podía adaptarse a una estructura educar, curar e incluir socio-culturalmente esas más flexible y mientras más mejoraba la econo- multitudes. Logró hacerlo mientras prevalecía mía, más flexibilidad para desarrollos sociales una situación frágil en las fronteras, cuyos lí- alternativos y alcance de metas de mayor consu- deres árabes exigían para una segunda y última mo se pudo ofrecer a los miembros. En relación ronda negociadora, reclamando la cesión de te- a la vida cotidiana de cualquier otro ciudadano rritorios y la absorción de los refugiados pales- israelí, el integrante del kibutz gozó tanto de tinos –que a menudo eran víctimas de procesos las opciones socio-culturales urbanas como de violentos que ocurrieron entre los propios ára- cierta tranquilidad rural o más cercanía con lo bes desde 1936 hasta 1948–. natural. Es más, muchos ciudadanos israelíes En este contexto la discusión si el refor- miraban al kibutz como una referencia simbó- mismo de Eduardo Bernstein era un peligro para lica e idealizada, apreciando en abstracto sus un puro socialismo o si el recibir préstamos del valores pero decididamente no aptos para tras- gobierno de USA perjudicaba la revolución mun- ladarse a un kibutz y mucho menos, de adoptar dial que Stalin estaba por realizar, parecía fuera aquella definición marxista. El MK por su lado de lugar. Era otro momento de constructivismo, influyó a los gobiernos para seguir con una polí- muy parecido al de aquellos días iniciales de tica económica de inclusión, de responsabilidad 1910. Eran otras fases de constructivismo pero mutual entre el ciudadano y el estado el cuál era a una escala inimaginable en 1910 y hacia 1950- entendido como el productor y distribuidor de 1960, poco entendible para gran parte del lide- servicios sociales desde la cuna a la tumba. razgo del MK. Solo en 1961 volvieron claramente En mayo de 1977 cambió todo eso. El go- los clásicos líderes del MK a formar parte de los bierno derechista-liberal manejado por Mena- gobiernos israelíes dirigidos por la izquierda sio- jem Beguin, introdujo en Israel lo que en aquel nista, hasta el cambio electoral de 1977. entonces fue aplicado en el resto del mundo: Casi 30 años desde la independencia del el neo-liberalismo tipo Chicago School y en ese estado judío y más de 65 años después de su contexto no sólo el MK sufrió como la mayoría primera experiencia, el MK logró cierta estabi- de los ciudadanos israelíes el Talón de Hierro lización socio-económica. Ya habían 240 kibutz del nuevo modelo económico, sino que Beguin con una población general de más de 100000 centró su retórica neoliberal contra este movi- personas. La vieja brecha entre Degania y Ein- miento. Así como el MK fue el modelo al menos Jarod prácticamente desapareció y en casi en simbólico para el proyecto del construcción na- todos los kibutz había industria, en algunos cional social-demócrata entre 1949 y 1977, ahora casos avanzada, y teniendo una sociedad com- serviría como la némesis del proyecto opuesto. puesta de tres o cuatro generaciones, nadie pre- Pero no fue solo asunto de símbolos y tendía manejar un sistema sin jerarquías y solo de retórica. Cuando en 1985 –la nación ya lide- por entendimiento mutuo, basado en relaciones rada por Shimon Peres como primer ministro interpersonales estrechas. de un gobierno de unidad nacional fruto de elec-

- 84 - Ehud Manor ciones indecisas– Israel adopta brutalmente política de ajuste llevada a cabo por la derecha el consenso de Washington y ahí llega la famosa con la ayuda del autodenominado gran socialista crisis económica del MK. Casi nadie recuerda Shimon Peres. El estado vuelve a invertir tanto que mientras 240 kibutz sufrían una tasa de en la economía de producción como en los ser- interés astronómica –que fue definida 10 años vicios sociales y el MK, como la mayoría de la más tarde como ilegal por un juez en un caso población israelí vuelve a cierta mejoría. específico– más de 40000 emprendimientos Si bien después del asesinato de Rabin productivos entraron en bancarrota. nunca volvió el Partido Laborista a manejar el ¿Qué pasa cuando un taller mecánico, Parlamento y el Estado (salvo el breve perío- una fábrica de 50 obreros, un negocio mayoris- do de Ehud Barak como Primer Ministro en- ta etc. se caen económicamente? Sus trabajado- tre 1999 y 2000) sería razonable sostener que res e incluso sus dueños quedan en nada y se desde 2001 en adelante, los gobiernos israelíes van a la calle. Pero, ¿qué pasa si esa fábrica, ese tratan de controlar la economía nacional, yen- taller o ese negocio pertenecen a un kibutz? En do mucho menos al extremismo neo-liberal las mayoría de los casos eran kibutzin tanto el friedmanista, tan presente en Israel como en dueño como el trabajador y no hay ninguna calle todo el mundo en la década de los años ‘80 y por o afuera-económico para los quebrados, dentro ello probablemente Israel superó relativamente de un modelo socio-económico más pequeño y bien la crisis mundial del 2008. En cuanto al más cerrado. Sumando a ello el cuestionamien- MK en este entorno de un marco económico re- to anti-kibutziano llevado a cabo por la derecha lativamente estable, la mayoría de los kibutz es- gobernante, el resultado es una crisis económi- tán económicamente bien. Pero socialmente en ca y moral y cierta sensación de inviabilidad de estas dos últimas décadas –es decir desde 1996 ese modelo socio-productivo alternativo. Peor a hoy– la mayoría de los kibutz integraron a su todavía fue la solución a la crisis del MK, que esencia elementos neo-liberales, es decir una ocupó muchas primeras páginas de los diarios clase de privatización que aleja aquella frase entre 1989 y 1996. En realidad la fórmula que se del marxismo del origen. Salvo en unos 50 ki- conocía como plan de recuperación del MK, fue en butz, todos en buen estado económico, el resto realidad otra manera de un Dooh Nibor (es decir de casi 200 kibutz existentes, carecen de colec- Robín Hood al revés) al agudizar la superviven- tivos responsables de satisfacer los necesidades cia de los comunes a favor de la concentración de cada cual. Como en muchas manifestaciones económica, limitando las ganancias del sector de modernidad basadas en lógicas socialistas- productor para favorecer al sector financiero. solidaristas y de búsqueda de una felicidad co- Como en su pasado, en este momento lectiva regulada por regímenes distributivos, también el MK fue parte de la historia, influ- en cierta forma el kibutz también es una utopía yendo su política y futuro tanto los cambios del que quedó a medio camino. Zeitgeist mundial como de las circunstancias Los conceptos del mercado y su omnipo- locales. En 1992 vuelve el Partido Laborista tencia frente al Estado ingresaron al MK y pa- a gobernar por un instante más e Izak Rabin, rece que ya no hay marcha atrás. Sin embargo, hasta su muerte en 1995, trata de frenar la para mis criterios –que claro están influidos por

- 85 - BORRANDO LAS DIFERENCIAS ENTRE EL CAMPO Y LA CIUDAD. REVISTANDO EL LEGADO DE KIBUTZ ISRAELI el hecho que nací en un kibutz y soy miembro de vigencia al éxito de kibutz como modelo de uni- otro y entre mi primer y tercer kibutz fui parte dad social. Sin la energía producto de la propia de un grupo que fundó otro kibutz– aún el ki- voluntad de los primeros pioneros kibutzin ni butz más mercado-orientado hoy en día, es mu- el sionismo ni el Estado de Israel podían ha- cho más socialista que cualquier otro ejemplo en ber prosperado. Esos pioneros solían cantar: el mundo actual. Llegó el momento de compro- anu banu artza livnot u le hibanot ba (vinimos a bar y fundamentar este argumento. nuestra tierra para construirla y ser construidos En primer término, en casi todos los por ella). kibutz los medios de producción siguen per- La paradoja o tal vez la ironía histórica, teneciendo al colectivo y sus miembros son los está en el hecho que ya con un estado constituí- dueños. En cuanto a la distribución de las rique- do, es decir una herramienta política poderosa, zas, si bien no es como hasta 1996, sigue siendo para el kibutz se abrió tanto la oportunidad de bastante equitativa. La brecha social dentro del su consolidación como la posibilidad de su co- MK es mucho más reducida en relación a la so- lapso. El estado moderno, incluso el más demo- ciedad nacional y a sus formatos urbanos. La res- crático, es una encarnación del viejo mito del ponsabilidad mutual sigue en pie, a pesar que no Golem como realización moderna de la antigua como hasta 1996 ya que hoy hay más interés en el fabula de un cuerpo sin espíritu propio. Se lo rendimiento económico y no cualquier problema puede llenar con socialismo-progresista-inclu- social está dispuesto a solucionarse mediante el yente o con neo-liberalismo. Cuando nació el financiamiento del sistema. Otro elemento su- Golem israeli, los magos que tiraban las cuerdas mamente importante es la democracia participa- levantaban la bandera del viejo Marx. En 1977 tiva que sigue manejando el kibutz, en algunos los operadores del mismo Golem tenían puesta casos más aceitada que en el sistema original, la camiseta de Milton Friedman. donde el carisma en el sentido weberiano era mu- cho más influyente y ahora ya no. Y como último El kibutz y lo urbano elemento es relevante la cohesión socio-cultural ya que el kibutz sigue siendo una verdadera co- Un último punto es discutir el experimento munidad y existe cierto orgullo de pertenencia. kibutziano desde el punto de vista urbano. Es Resumiendo entonces: el kibutz hoy en cierto que el kibutz es una realidad rural, pero día, tanto en su peor proceso de privatización, viéndolo más cuidadosamente tiene mucho sigue siendo una entidad dominantemente so- del modelo urbano: los servicios que ofrece el cialista, aunque imperfecta por su economía, kibutz, las comunicaciones que gozan sus ha- sociedad, cultura y política. Todas ellas incluyen bitantes, la infraestructura, las viviendas, el y la inclusión fue el factor más importante del nivel de vida, la educación, la salud y así suce- socialismo desde su aparición hace 200 años. sivamente. Marx y Engels deberían estar con- Sus mejores logros se produjeron en un tentos con los logros del kibutz, ya que en su entorno nacional y demócrata y tal fue el caso Manifiesto de 1848 hablaban favorablemente del sionismo y del Estado de Israel, dos fenó- sobre la tendencia a ir borrando gradualmente las menos históricos que deben gran parte de su diferencias entre el campo y la ciudad,

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Tiene sin embargo –o lo puede tener El kibutz fue y de una manera reducida si sus integrantes así lo quieren– una ventaja pero sin embargo vigente lo sigue siendo, un respecto del modo de vida urbano en cuanto el marco socio-económico y socio-cultural que tie- comunitarismo. Por las dudas hay que aclarar: ne como política declarada y de muchas formas no un colectivismo que choca con el individua- aplicada, fomentar el bien estar del individuo. lismo, sino un comunitarismo que lo enriquece. El legado del kibutz pues, era y es la formación Por ende, suponiendo que en el futuro cercano de un modernismo sano donde el individuo es o menos cercano la mayoría de la humanidad la base de la solidaridad y no su enemigo. A esta sostenida por la economía industrializada va altura del desarrollo de la historia moderna, pa- a seguir viviendo en ambientes urbanos (sean rece que eso no será fácil de conseguir sin un metrópolis o aldeas y pueblos) un camino ade- empuje o fundamento macro-económico. He cuado para enfrentar las problemáticas socia- aquí el papel fundamental de nuestro Golem les de esos ambientes –la alienación, la falta de ciego, faltante de conciencia propia, papel fun- solidaridad, las brechas y desigualdades socia- damental y único del discurso socio-cultural les, la no-inclusión, etc.– es la formación de co- abierto, sano, justo, responsable. En una pa- munidades de cooperación social y creatividad labra: histórico. Así es: la clave al futuro de la cultural que por un lado no descartan el indivi- humanidad está en su pasado. dualismo social y económico pero por el otro lo puede transformar en lo que se puede definir . como un individualismo-solidario.

- 87 - - 88 - PREFERIRÍA NO HACERLO: ARQUITECTURAS DE BARTLEBY José Manuel López Ujaque

En el relato de Melville1, Bartleby repite en historia acaba de manera convulsa, y podría- diez momentos su célebre y enigmática frase: mos decir que triste, pero lo relevante aquí es Preferiría no hacerlo. Su historia es la de un abo- esa frase que Bartleby repite obsesivamente a gado neoyorquino que decide contratar a un modo de mantra personal y que ha dado pie a nuevo copista para su oficina, ya que los otros todo tipo de interpretaciones. De entre ellas dos que tenía contratados no podían hacer resultan interesantes las que realizan los filó- frente a todo el trabajo existente. Ante esta si- sofos Gilles Deleuze2, Giorgio Agamben3 y José tuación el abogado decide publicar una oferta Luis Pardo4. de trabajo en un periódico local, es aquí cuan- Deleuze es categórico cuando afirma do Bartleby entra en escena y es contratado que I would prefer not to, no es una afirmación ni de manera inmediata. Al principio, Bartleby una negación5, establece así que la enigmática se muestra como un empleado ejemplar, sin respuesta de Bartleby se mueve en un interva- embargo a partir de cierto momento empieza lo fronterizo borroso. Si su respuesta hubiera a declinar cualquier tipo de actividad que le sido un ‘sí’ podríamos entender que declaraba proponga su jefe usando repetidamente la fra- su total sumisión al trabajo, a hacer caso a su se Preferiría no hacerlo (I would prefer not to en jefe y sus órdenes, a seguir las reglas; si su res- el texto original en inglés). Desde ese momen- puesta hubiera sido un ‘no’ podríamos tildarlo to el abogado no sabe cómo actuar y tomarse de contestatario, de abandonarse a esa pereza la respuesta de su empleado, pasado por todo dolorosa de la que hablaba Barthes en su texto tipo de estados y pensamientos al respecto. La Atrevámonos a ser perezosos6.

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Pardo insiste en esa importante condi- mentos gráficos que inunda salas de museos. La ción activa y positiva de Bartleby. La preferencia obra es una postproducción10 tal como la define negativa no es, pues, una preferencia nihilista (ele- Nicolas Bourriaud y que habla de dos condicio- gir la nada en vez de algo) sino la elección positiva7. nes: por una parte del carácter entrópico de la Bartleby no es Oblómov8 (el personaje de Gon- sociedad en la que estamos inmersos, y por otra charov), ni tampoco un calco del Guy Debord de la desaparición de la originalidad o especifi- más joven y contestatario escribiendo en un cidad (ninguna foto destaca sobre otra en ese muro parisino ne travaillez jamais. magma inabarcable). Agamben solapa sus reflexiones con las de Deleuze y Pardo y añade el avance como otro punto que se desprende de la ac- titud positiva de Bartleby. Jaworski, por su parte, ha observado que la fórmula no es afirmativa ni negativa, que Bartleby no acepta ni rechaza sino que avanza y se retira en su mismo avanzar; es decir, tal y como sugiere Deleuze, que abre una zona de indiscernibilidad entre el sí y el no, entre lo preferible y lo no preferido […] Una fórmula que se mantiene a medio camino entre Situaciones como esta son examinadas con tre- la afirmación y la negación, entre la aceptación y el menda precisión por el también fotógrafo Joan rechazo, entre el poner y el quitar9. Fontcuberta, resultando especialmente didác- tico y esclarecedor su texto Por un manifiesto Destacar en la sobreabundancia posfotográfico dónde hace hincapié en la época de banda ancha que estamos viviendo: Desde un En este sentido obras artísticas como 24 hours punto de vista de los usos, se trata de una revolu- of Flickr del fotógrafo holandés Erik Kessels en- ción comparable a la instalación de agua corriente lazan con la actitud de Bartleby y su preferen- en los hogares en el siglo XIX. Hoy disponemos a cia de avance positivo sobre el no hacer. Kessels domicilio de un grifo de imágenes que implica una prefiere no hacer más fotos, decide imprimir un nueva higiene de la visión11. ¿Para qué hacer más día de 2011 todas las fotos subidas durante un fotografías cuando hay ya millones en la red? El periodo de veinticuatro horas a la comunidad autor ya no crea sino que selecciona. de internet Flickr (especializada en fotografía), Volviendo al hilo anterior surge un el resultado es una enorme montaña de docu- punto de duda: ¿Cómo destacar en ese vasto

- 90 - José Manuel López Ujaque sustrato? ¿Qué es más radical? ¿Intentar aña- radical. Hacer casi nada se convierte en la dir una foto más que destaque entre el ruido intervención más poderosa. Sin embargo, de las miles de la instalación de Kessels? ¿Sería los arquitectos están tan acostumbrados más notorio y eficiente simplemente introducir a oír la palabra «no» que tienen miedo de una foto vacía, silenciosa? ¿Una foto vacía a lo usarla ellos mismos. La poderosa arma Bartleby? de hacer nada o, mejor aún, casi nada, se Como caso paralelo, y para comenzar abandona en favor de la eficaz rutina in- a introducir ejemplos arquitectónicos, vienen movilista de añadir un poco más dentro de a colación dos imágenes que Rem Koolhaas ya un montón3. utiliza recurrentemente. Cuenta que en 2005 ¿Qué hubiera sido más radical? ¿Y si Koolhaas le encargaron diseñar un edificio dentro de la hubiera decidido resolver el proyecto a través de ingente cantidad de rascacielos existentes y no hacer nada o casi nada? ¿Hubiera generado por existir en el skyline de Dubai. La respuesta eso un ruido realmente audible, un acto real- directa hubiera sido sumergirse en ese ruido de mente radical? edificaciones intentando hacer otra más alta, más cara y más espectacular, pero ¿cómo des- Atrevámonos a ser perezosos… y tacar realmente en ese paisaje?12 Su respuesta silenciosos fue ser radical –según sus propias palabras– y proponer un enorme bloque neutro de hormi- La postproducción, tal y como la entendemos gón blanco de 200 metros de ancho y 300 de hoy en día, ya no es un acto radical que genere alto que destacaba por oposición y neutralidad extrañamiento. En mayor o menor medida to- entre el resto de edificios –del mundo– pero dos hemos interiorizado, gracias al desarrollo que seguía aumentando la serie infinita de ta- digital en el que estamos inmersos, los proce- les construcciones.

Un edificio ruidoso en un ambiente rui- sos relacionados con cortar, copiar o pegar; y doso no emite ningún ruido audible. De la pronto las nuevas generaciones nativas digitales misma manera, hacer poco puede ser ha- también serán nativas postproductivas, no cono- cer mucho y hacer nada puede ser un acto cerán qué significa producir nuevos materiales.

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Es cierto que los procesos postproduc- pereza, también soporta muy mal las actitudes tivos contemporáneos siguen suponiendo una silenciosas. En un mundo dominado por la co- declinación tal y como la explicaba José Luis municación y las redes sociales, callar es un mal Pardo refiriéndose a Bartleby, un lugar agra- irremediable ya que mostrarse y hacerse visible matical entre el sí y el no alejado tanto del nihi- parece algo innegociable. El libro del sociólogo lismo –pues no se cruza de manos– como del y antropólogo francés David Le Breton titulado amor al trabajo –pues rechaza generar nuevas El silencio disecciona de forma precisa estas y materias primas–. Sin embargo, y esto es algo otras connotaciones: Hay en principio en las re- que el propio Bourriaud expone en su texto ha- laciones sociales occidentales y especialmente en los blando de la neutralidad con que los artistas ritos de la conversación: un deber implícito de ha- contemporáneos utilizan la postproducción: blar, que hace que cualquier reticencia provoque de Los artistas ejecutan actualmente la postproduc- inmediato un gran desconcierto en los presentes18. ción como una operación neutra, de suma cero, allí La lectura del citado texto permite donde los situacionistas tenían por objeto corrom- avanzar sobre la capa superficial del término, per el valor de la obra desviada, es decir, combatir superarla, para entenderlo con una mayor com- el capital cultural14. Incluso llega tildar de bana- plejidad y verosimilitud. Se puede observar como lidad el uso que determinados artistas hacen entran en juego otros factores. Culturalmente, de ella: […] las recientes tendencias musicales han el silencio alcanza diversas dimensiones en fun- banalizado el desvío15. ción de su localización. La definición negativa Es interesante a partir de aquí comenzar que adoptamos del silencio es eminentemente a reflexionar sobre una postproducción cuya di- occidental, e incluso dentro de dicho ámbito, los rección no tiende hacia el infinito –como la que matices son variados y heterogéneos. Para una entendemos comúnmente y la que disecciona sociedad que hiciese virtud del silencio o de la sobrie- Bourriaud– sino de una postproducción que dad de la palabra, lo sorprendente no sería tanto el tienda a reducir más y más su injerencia y que mutismo de Bartleby como la obsesión de los que le introduzca una nueva característica: el silencio. rodean por hacerle hablar. No hay ‘silenciosos’ o ‘lo- La postproducción entendida como un proceso cuaces’ más que en función del estatuto cultural del que tiende a cero recuperaría ese carácter pre- discurso. Las reglas sociales de participación impli- meditadamente radical, y aplicada así de forma can un régimen de palabras específico para un grupo, directa al mundo arquitectónico resonaría con y para las diversas situaciones de la vida en común, total afinidad con las palabras previas de Mark y exigen del individuo que se someta sin trabas a las Wigley situadas junto a las imágenes de Kool- reglas implícitas del intercambio. La distribución del haas: Hacer casi nada se convierte en la interven- silencio y de la palabra en la conversación responde a ción más poderosa16. un estatuto social y cultural que cambia de un lugar a otro y de un tiempo a otro; y también varía según las El silencio situaciones y sus protagonistas. […] En los países es- candinavos, por ejemplo, inundar un encuentro con Al igual que el mundo soporta muy mal las acti- un turbión de frases incesante para luchar contra el tudes neutras17 como decía Barthes acerca de la silencio no tendría una buena acogida19.

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Esta situación ahonda en hacernos pen- vez en 1952 en Woodstock, provocaba la inco- sar que, tanto establecer un sentido positivo modidad del público y ponía en valor sonidos del silencio como de la pereza –o de esa pereza accidentales como los movimientos incómodos silenciosa demandada para insuflar otra vez en la silla o los estornudos inoportunos de los radicalidad y premeditación a la postproduc- espectadores. Otra prueba que refutaba la exis- ción– implica escaparse de la imposición cultu- tencia del silencio total. ral y geográfica predominante, ser excéntrico. Cuando una persona se calla, no por ello En este caso escapar de un entendimiento oc- deja de comunicar22 Los silencios que aquí inte- cidental negativo dónde no hablar o no hacer es resan son esos otros silencios activos y proyec- considerado algo muy perturbador. tivos, Interesan esos silencios que no llegan a La otra creencia superficial es que el si- serlo, que se mueven en ese umbral de lo infra- lencio total, la negación total, existe y es po- leve23, en ese umbral donde los silencios –como sible; puesto que refutarlo sería contradecir ya ha quedado demostrado– no existen. Esos el propio significado de ausencia del término. silencios que no niegan, sino que declinan y Quedarse en esa visión superficial sería otra vez con ello generan un estado de avance y no un apostar por una vertiente nihilista, pasiva y ne- estado de pausa. gativa de la negación. El músico experimental Podríamos especular y aplicar direc- , en busca de ese silencio total, con- tamente esa condición de silencio a la actitud siguió demostrar lo diametralmente opuesto y postproductiva contemporánea y así convertir- se encargó de tirar por tierra dicha concepción la en una situación que ya no solo tienda hacia a través de sendas experiencias sonoras. De he- el infinito –hacia la creación de más materia- cho Cage acabaría definiendo el silencio como les culturales– sino también a cero en ciertas La presencia de sonido ambiente o ruido ininten- ocasiones. Este desplazamiento hacia el polo cionado en vez de la completa ausencia de sonido20. opuesto, hacia tender a cero, la convierte en una Ambas experiencias han sido publica- acción realmente poderosa alejada del ruido das y estudiadas hasta la saciedad. En la pri- que genera la postproducción común actual de mera (1951) entró en la cámara anecoica21 de la carácter exotérmico –de un esfuerzo creciente universidad de Harvard en busca del silencio. y externo–, para volver a convertirla en un acto Por el contrario, descubrió que por encima del radical de carácter endotérmico –de un esfuer- silencio total estaban, en ese silencio próximo zo decreciente e interno–. o tendente a cero, los sonidos de su corazón bombeando sangre y el zumbido incesante de Hacer (casi) nada en su sistema nervioso. El silencio era imposible, arquitectura no existía, era solo un concepto abstracto. En la segunda experiencia, la obra musical 4’33”, La evolución de la actitud perezosa, o del no Cage compuso una partitura donde no sonaba hacer, dentro de la práctica arquitectónica ha ningún instrumento y durante 4 minutos y 33 sufrido históricamente el mismo rechazo que segundos la orquesta y su director permane- en el resto de disciplinas o facetas vitales. La cían quietos. Esta obra, que sonó por primera pereza es un mal cuya situación se agrava den-

- 93 - PREFERIRÍA NO HACERLO: ARQUITECTURAS DE BARTLEBY tro de la arquitectura, teniendo en cuenta que frente a las derivas hiperactivas exis- ha sido una disciplina donde el hacer ha sido el tentes. único elemento validador dentro de la carrera 4– Desaparecer como autores. profesional de cualquier arquitecto. ¿Un arqui- tecto que no construye puede ser considerado como un arquitecto? Se podría decir que una idea Sin embargo, su sociedad es secreta e inconfesa- así implica el suicidio de la arquitectura más que ble; no se reconocen abiertamente como tal de- su renovación estética […] comienza diciendo el bido al miedo a que su actividad silenciosa sea arquitecto Iñaki Ábalos en su artículo Bartleby, descubierta, sus declaraciones los delatan: No el arquitecto, sin embargo continúa […] pero hay puedo decir que en ‘Palais de Tokyo’ utilizáramos ejemplos como el del estudio francés Lacaton & Vas- una actitud de no hacer nada28. sal que muestran que no es así24. La connotación negativa que pueda llegar Miedo al hacer (casi) nada a tener el término ha sido ya superada por toda una serie de personajes, no sólo Lacaton & Vas- Si quieres convertirte en un arquitecto creativo, no sal. No es un suicidio, no es una quimera puesto sólo debes ser capaz de hacer cualquier cosa, tam- que de momento una idea ha calado hondo en los bién tienes que hacerla. Trabajar, trabajar, traba- primeros debates entre los expertos. La idea de que jar: ese es el lema29, escribe el crítico Ole Bouman Bartleby, el personaje creado por Melville, y su fa- con ironía. El miedo a ser descubiertos parte de moso ‘preferiría no hacerlo’ es quien mejor expresa la esa condición implícita de la arquitectura que dimensión estética de la sostenibilidad cuestionando es el construir. Además, tal miedo a declarar- la necesidad misma de toda acción (una idea ya ex- se como no constructores –en determinados presada hace años por Cedric Price)25. proyectos– se ve acrecentado por una especie Estos personajes y algunos de sus pro- de fanatismo instaurado que opera en sentido yectos –no todos– formarían parte de una contrario. Al día de hoy no sólo hay que hacer, especie de sociedad perezosa secreta, a imagen sino que cada proyecto debe ser más especta- y semejanza de los shandys26 o portátiles de cular que el anterior y así sucesivamente hasta Vila-Matas en su libro Historia de la Literatura el infinito. Como bien apunta Mark Wigley Sin Portátil. Al igual que los portátiles respondían a tener mucho que hacer, los arquitectos suelen hacer una serie de requisitos27 indispensables, estos demasiado. […] Tratan cada proyecto como si fuera arquitectos perezosos deben intentar: el último, convirtiéndolo en un arca cargada con sus mejores ideas reunidas en un intenso despliegue de 1– Mostrarse excéntricos frente a la cultu- efectos. Tales edificios actúan como eficientes dis- ra arquitectónica en la que se encuen- positivos de emisión, proyectores que lanzan conti- tran inmersos. nuamente un aluvión de imágenes como si fueran misiles. Los proyectos se convierten en misiles y la 2– Hacer del intervalo agramatical su lugar calidad arquitectónica se juzga por el número de de confort y de trabajo. imágenes que son capaces de difundir por el mun- 3– Desespecializarse con premeditación do30. Se produce una huida hacia adelante del

- 94 - José Manuel López Ujaque problema, en el sentido que es preferible avan- El arquitecto rebelde zar, construir más, en vez de pararse a evaluar si cada nueva construcción en necesaria o no. ¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice En un mundo ya repleto donde el croquis que no. Pero si se niega, no renuncia: es además un inicial sobre un folio en blanco se ha transformado hombre que dice que sí desde su primer movimien- en la manipulación de un material existente31 qui- to34. Llegados a este punto, la primera frase que zás habría que valorar como mínimo la necesi- escribe el filósofo Albert Camus en su libro El dad misma de actuar y perder ese miedo dentro hombre rebelde cobra mucho sentido puesto que de los arquitectos a verse identificados con pro- recoge todas las condiciones examinadas de la fesionales que hacen nada. pereza. Utiliza el adjetivo rebelde al igual que Tradicionalmente su profesión estaba esa actitud rebelde demandada para que –a tra- enfocada a realizar un servicio y mostrarlo, so- vés de transformaciones silenciosas– el arqui- bre todo mostrarlo ya que como apunta Wigley tecto silencioso vuelva a cargar de significado eso es lo que hacía verosímil su esfuerzo. Ante su trabajo postproductor apartándolo de la neu- esta situación existe un miedo a la inacción den- tralidad actual. Y ese hombre dice no, pero si se tro de la profesión32 y es paradójico que incluso niega no renuncia, dice sí, se sitúa en ese territo- aquellos proyectos que podrían ser clasificados rio agramatical donde la pereza adquiere un ca- como soluciones que hacen nada difícilmente rácter tremendamente positivo y activo que es son reconocidas como tal por los arquitectos seguido de desespecialización y desaparición. responsables. El carácter propositivo de esta rebeldía, Puede que el fanatismo de los arquitectos esta pereza positiva, es todo lo que necesitan los –una miopía que les ha llevado a creer que la ar- arquitectos para avanzar frente al miedo que quitectura no es sólo el único medio para todo lo los atenaza a hacer (casi) nada. Federico Soria- que es bueno, sino también para la explicar lo que no ya lo anticipó manipulando las palabras de es malo– sea no solo una deformación profesional, Camus: ¿Qué es un [arquitecto] rebelde? Un [arqui- sino también una respuesta al horror de la arqui- tecto] que dice no. Pero si se niega, no renuncia: es tectura diferente, un rechazo instintivo hacia el además un [arquitecto] que dice sí desde su primer vacío, un miedo a hacer nada33. Existe un miedo movimiento35. al vacío, a la no existencia de imágenes finales Desde este viraje, la figura del arqui- que se transforma en un fanatismo defensor de tecto pasaría a reconocer positivamente y sin los preceptos clásicos de una profesión que debe miedo su capacidad de resolver ciertos proyec- ampliar sus campos de acción para caminar jun- tos mediante ese hacer nada. Esto es algo que to a una sociedad mucho más inmaterial. explica a la perfección el arquitecto Jacobo ¿Por qué los arquitectos no pueden dejar García-Germán dentro de un capítulo de su de construir y seguir considerándose arquitec- Tesis Doctoral: Por tanto la figura del arquitecto tos? Deberíamos exigir cierta rebeldía por parte que trabaja «por negación» no será tanto la no tan de los arquitectos contemporáneos. inusual correspondiente a aquel profesional que se- lecciona cuidadosamente sus encargos de manera que estos se adapten a sus habilidades y favorezcan

- 95 - PREFERIRÍA NO HACERLO: ARQUITECTURAS DE BARTLEBY a su lucimiento personal […]”36 –lo cual encajaría La utilización de un resultado casi invisi- más dentro del fanatismo y miopía que existe ble insiste en la necesidad de utilizar el adver- en la profesión– […] sino que se acercará más a bio casi como representación sintáctica de esa aquella que desborde los límites disciplinares para necesaria tendencia a cero de esta actitud, pero cuestionar la propia necesidad de arquitectura tal no cero absoluto. Necesaria porque es solo en y como tradicionalmente se entendió e instalarse en ese intervalo donde la pereza positiva –y no la la duda productiva que le permita imaginar futuros pasiva– existe. alternativos. Lejos de asemejarse a un diletante o Y finalmente la condición de instalarse, amenizador cultural, este arquitecto establece unas la realidad en la que se instala. Esta condición in- pausas de acción que no pasan necesariamente o ex- cide en una condición inherente al hacer nada, clusivamente por una respuesta formal, estética o la necesidad de entender sus actuaciones como diseñada sino que prepara previamente un terreno instalaciones como agregados de capas sobre lo de discusión para facilitar la aparición de un resul- preexistente. tado casi invisible, borroso con la realidad en que se instala37. Cantidad tendente a cero Destaca la condición de no caer en ser un diletante o amenizador cultural. Esta posición Mark Wigley apunta como la aparición rebelde podría resonar con las prácticas de ciertos co- en la actualidad de casos arquitectónicos de ha- lectivos de arquitectura actuales, en las que los cer nada enlaza con una historia de cantidades procesos silenciosos y perezosos se confunden dentro de la arquitectura. Cada fase de la histo- con la espontaneidad o el que lo hagan (partici- ria de la arquitectura se define por su particular pen) otros. En dichas prácticas la especificidad teoría de la cantidad38, estableciendo que en la del arquitecto y su profesión desaparecen en actualidad la cantidad se ha disparado hacia el favor de un pretendido amateurismo y una for- infinito, hacia un momento de arquitectura de zada cercanía que tanto gancho tienen en la so- banda ancha39 donde el tamaño de las imágenes, ciedad actual. Es otra opción, pero en el fondo audiencia, flujo, densidad, frecuencia, resolución supone una banalización en el entendimiento colores, canales, bits, hilos de noticias, fotogramas sobre los procesos perezosos desde el punto de por segundo…40 nos inundan. vista de un arquitecto; una banalización más En dicho entorno ruidoso, cómo ya cercana al rechazo de la profesión como tal, que se expuso con anterioridad con el ejemplo de a la búsqueda de excentricidad dentro de ella. Koolhaas en Dubai, añadir otro edificio ruidoso Por otro lado expone la preparación de no genera ningún tipo de ruido que destaque; un terreno de discusión que redunda en la condi- tan sólo se convierte en molesta palabrería tal ción de desespecialización premeditada del ar- y como la explica David le Breton en relación al quitecto perezoso. En dicho terreno se produce hablar por hablar por miedo al silencio. una evaluación precisa de las situaciones, de Ante esta situación la figura del arqui- los supuestos silencios, previo paso a estable- tecto rebelde surge como una contestación sin cer cualquier valoración o actuación mínimo a miedo a la constante sobrexposición y sobre través de la desaparición del sujeto-autor. elaboración de la arquitectura. Emerge, según

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Wigley, como una nueva y extrema forma de punto en que nada podía ser añadido pero tam- minimalismo –jugando con las terminologías poco quitado para conseguir un efecto. Era una sobre cantidades y la cantidad mínima– o de suma de resultado cero en que el mínimo y el minimalismo que tiende hacia el extremo máximo eran iguales pero de sentido contrario. opuesto, hacia cero. El minimalismo, derivado El arquitecto era un personaje cuya misión con- del arte conceptual de los años 60, es en el fon- sistía en quitar lo que sobraba para añadir solo do solo el anhelo lujoso de una imagen sin im- lo que faltaba. portar los esfuerzos necesarios. El «casi nada» La situación contemporánea, como bien minimalista y el concepto de «exceso» no son por explicaba Wigley, ha direccionado la situación tanto fundamentalmente diferentes41 desde el arquitectónica hacía una posición de banda punto de vista de la cantidad, ambos demandan ancha donde el mínimo ha desaparecido y solo de esfuerzos enormes. existe el máximo. Desde ese punto de vista apa- Por el contrario, esa arquitectura pere- recen una serie de comportamientos que hacen zosa del arquitecto rebelde, ese minimalismo la de la falsedad su modo de operar, intentando extremo de Wigley, parte de un entendimiento camuflar bajo una imagen de bajas cantidades, de la cantidad totalmente opuesto y de tenden- procesos que requieren innegablemente de cia a cero. Tendente y no cero, puesto que llegar enormes cantidades. al cero absoluto sería abandonarse en la renun- Uno de los máximos prestidigitadores cia y la negación nihilista, y con ello obviar el modernos sobre cantidades es Mies van der carácter positivo y arquitectónico demandado Rohe y su weniger ist mehr –menos es más– o su por estos personajes pertenecientes a la socie- beinahe nichts43 –casi nada– refiriéndose al plan- dad perezosa secreta. teamiento de su conocidísima casa Farnsworth. Una arquitectura que asume su condición Comienza aquí esa condición del minimalismo como un vehículo de significado y de servicio inevi- arquitectónico cuya realidad es en realidad tablemente «low-medium» en palabras de Wigley. maximalista, puesto que conseguir una imagen Es decir de bajo perfil, orientada a recuperar su de cantidad mínima suponía esfuerzos de cons- función de neutralidad e indiferencia no mediante trucción máximos, de más y más. La imagen a la la demostración del esfuerzo destinado a conseguir aspiraba Mies de unos edificios mínimos en el esa neutralidad (el minimalismo), sino mediante la límite de la materialidad tangible, necesitaban eliminación de dicho esfuerzo42. de detalles y técnicas máximas opuestas a dicha condición mínima. Falsas cantidades Esta es una situación que no sólo Wigley detecta, sino que el crítico inglés Rayner Ban- La comparación entre minimalismo y hacer ham ya la apuntaba en su texto On trial 6: Mies nada establece una historia opuesta a la de Wi- van der Rohe. Almost nothing is too much apareci- gley, una historia sobre las falsas cantidades do en 1962 dentro de Architectural Review. En dentro de la arquitectura. dicho texto explicita la disfunción que aparece Leon Battista Alberti definía la belleza entre el Mies que piensa menos es más y el Mies clásica como un equilibrio de cantidades, ese que acaba ejecutando sus obras de igual manera

- 97 - PREFERIRÍA NO HACERLO: ARQUITECTURAS DE BARTLEBY que lo haría otro arquitecto convencional, no miento moderno, tengo que decir que mientras que existe ninguna contaminación entre sus pen- Le Corbusier es innegablemente brillante, es Mies samientos y materializaciones físicas. Es escla- al cual le tengo más simpatía46. La diferencia con recedor, por poner un ejemplo, cuando Banham el maestro es que Pawson reconoce su condición habla del cordón de silicona de la capilla del IIT de prestidigitador al aceptar que su condición –Illinois Institute of Technology– Las informes visual mínima de hacer (casi) nada no es siem- rebabas de masilla negra junto a los montantes de pre sinónimo de poco esfuerzo. La simplicidad los vidrios de la Capilla del Campus del IIT dejan en la arquitectura puede ser conseguida a veces solo claro que existen ocasiones donde casi nada no es a través de los medios más complejos. Un material suficiente44. monolítico como una pieza sólida de mármol tiene Al menos es más le seguirían, en un pro- una gran simplicidad intelectual. Pero debe ser di- ceso evolutivo, otros lemas o gritos de guerra cho que trabajarla implica una enorme y compleja que ahondaban –y ahondan todavía hoy– en la cantidad de organización. La aparente simplicidad adquisición paulatina de la banda ancha por par- de dichos materiales es simplicidad material solo te de la práctica arquitectónica contemporánea: desde un punto de vista visual47. Esta posición tan sincera le aleja de esa Casi nada – Mies van der Rohe – 194645 ocultación de cantidades que suponía la arqui- Casi nada es mucho – Reyner Banham – 1962 tectura de Mies, sin embargo le afirma en esa Menos no es más, menos es aburrido – Robert posición del minimalismo como otro exceso Venturi – 1968 más tal y como lo exponía Wigley. Y lo más im- Más y más, más es más – Rem Koolhaas – 2002 portante lo aleja totalmente de ese minimalismo Sí es más – Bjarke Ingels – 2009 extremo –o de tendencia a cero y no al infinito– en el que realmente se incluirían los personajes Del menos se pasa definitivamente al más. perezosos que en este texto interesan. Sin embargo, sigue siendo relevante También existen falsas cantidades en como los proyectos que a día de hoy que se re- lo que el arquitecto inglés Jeremy Till define y conocen abiertamente como proyectos de menos critica como austeridad y escasez. Esta corriente –en contraposición a ese miedo a reconocerse surge como respuesta a la fiesta del exceso que como tales de los verdaderos arquitectos perezo- ha vivido la arquitectura occidental, como una sos y sus proyectos– en el fondo sufren el mismo respuesta dentro de la época actual de recesión mal de las falsas cantidades antes expuesto, son económica. herederos de la falsedad del minimaismo. Así, unos cuantos estudios de arquitectura europeos son defendidos en las páginas de publi- El máximo exponente del minimalismo caciones como The Architectural Review, Building como práctica arquitectónica contemporánea, Design, 2G, y Detail como portadores de sentido el inglés John Pawson, es un ejemplo manifiesto común: Caruso St John, Tony Fretton y Sergison de todo lo expuesto. Él mismo no tiene ningún Bates en el Reino Unido, Peter Märkli y Valerio Ol- reparo en reconocerse admirador de Mies van giati en Suiza, Robbrecht & Daem y Stéphane Beel der Rohe, de los dos grandes arquitectos del movi- en Bélgica, por nombrar sólo algunos. La mayoría

- 98 - José Manuel López Ujaque de los edificios diseñados por estas firmas no son hacer algo espectacular, qué culpa tienen exactamente austeros, al menos en el sentido finan- los ciudadanos?, se preguntaban–. No era ciero; y por lo general solo aspiran a una estética gran cosa pero la satisfacción de los veci- minimalista del decoro y la rectitud tectónica en nos era enorme…50. contraste con lo que ahora parecen las baratijas de Reyner Banham descubre a Cedric Price: la última década48. Redunda esta posición en la situación Me encantaría que hubiera más Cedric anterior del minimalismo, en la que una ima- Prices, aunque no sé si el mundo podría gen mínima que parece haberse hecho con muy soportar más Cedric Prices –quiero decir, poco conlleva realmente una cantidad de me- creo que una de las razones por las que es dios y esfuerzos considerables. Se produce el eficaz es debido a su status de ‘Super Star mismo desfase y engaño en las cantidades. ‘ y que no hay nadie que se le parezca– ya que su acercamiento a los proyectos es sin Algunos (solo algunos) duda algo que llama la atención, pues no Bartlebys arquitectónicos parte de decir: ¿qué tipo de edificio quiere usted?, sino de preguntar antes de nada, De todos los autores previos y sus textos acer- ¿Necesita usted realmente un edificio?51. ca del hacer casi nada/pereza se desprenden Mark Wigley insiste en Cedric Price: algunos nombres –no están todos los que son pero sí son todos los que están– como posibles Price se convirtió en el gran sacerdote de referentes arquitectónicos de esos personajes hacer casi nada, de decir no cuando fuera perezosos pertenecientes a la citada sociedad necesario. Trabajando en secreto en su secreta. Casi siempre son otros los que les con- polémicamente vacía habitación blanca, sideran como Bartlebys, ellos mismos tienden a reduciendo cada concepto y dibujo hasta mostrar vaguedad acerca de su conocimiento al el número mínimo de líneas y palabras, fue respecto: No conocía al personaje de ‘Bartleby’…49. capaz de desafiar nuestra comprensión de la cantidad. Sin miedo a proponer nada o Ábalos descubre a Lacaton & Vassal: solo algunas soluciones temporales, mien- tras que otros proponían monumentos. Sus diseños eran casi nada52. […] Formados en África –donde ecología y economía significan supervivencia– de- Esta es solo una pequeña muestra, a estos per- cidieron que «preferirían no hacerlo» ante sonajes les acompañan muchos más y todos el encargo de remodelar la plaza de Léon juntos conforman una constelación arquitec- Aucoc de Burdeos (1996), agradable para tónica que prefiere no hacerlo. Por desgracia, sus usuarios y suficientemente urbani- muchos de ellos siguen prefiriendo, y debemos zada, dedicando parte del presupuesto a respetarlo, mantenerse instalados en su socie- renovar su gravilla, reparar sus bancos, dad perezosa secreta. sustituir algún bordillo –¿por qué hay que

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Notas (almost) nothing. Ámsterdam: Archis, 2005. p. 29. Traduc- 1 Melville, Herman. Bartleby el escribiente (1853). Valencia: ción propia. Pre-textos, 2000. 14 Bourriaud, Nicolas. op. cit. 2009. p. 42. 2 Deleuze, Gilles. Bartleby o la fórmula, en Preferiría no hacer- 15 Ibíd. lo: Bartleby el escribiente de Herman Melville, seguido de tres 16 Wigley, Mark. op. cit. Traducción propia. p. 29. ensayos. Valencia: Pre-textos, 2000. p. 57-92. 17 Barthes, Roland. op. cit. p. 349. 3 Agamben, Giorgio. Bartleby o de la contingencia, en Prefe- 18 Le Breton, David. El silencio (1997). Madrid: Sequitur, riría no hacerlo: Bartleby el escribiente de Herman Melville, se- 2001. p. 43. guido de tres ensayos. Valencia: Pre-textos, 2000. p. 93-136. 19 Ibíd. p. 32-33. 4 Pardo, José Luis. Bartleby o de la humanidad, en Preferiría no hacerlo: Bartleby el escribiente de Herman Melville, seguido 20 John Cage en Ransoo, Kim. Lao-tzu’s Voids and Mies’ ‘Al- de tres ensayos. Valencia: Pre-textos, 2000. p. 137-192. most Nothing, en The «Art of building» (Baukunst) of Mies Van der Rohe. Georgia Institute of Technology: Atlanta, 2006. p. 5 Deleuze, Gilles. op. cit. p. 62. 183. Traducción propia. 6 Barthes, Roland. Atrevámonos a ser perezosos, en El Grano 21 Sala diseñada para absorber en su totalidad las reflexio- de la voz. Entrevistas 1962-1980 (1981). Buenos Aires: Siglo nes producidas por ondas acústicas o electromagnéticas en XXI Argentina, 2005. cualquiera de las superficies que la conforman (suelo, techo 7 Pardo, José Luis. op. cit. p. 148. y paredes laterales). 8 Goncharov, Iván. Oblómov (1859). Barcelona: Alba, 2002. 22 Le Breton, David. op. cit. p. 14. Oblómov es la historia de un joven aristócrata ruso que se 23 Infraleve es el término que creó para ha entregado a esa pereza dolorosa de la que hablan Bar- definir aquello que es más que leve, el recuerdo de la presen- thes. Su reacción frente a la sociedad que le rodea, su re- cia de algo que ya no está. El calor de un asiento que se acaba beldía, es la negación pura y dura; se cruza de brazos de un de dejar, el sabor del humo que queda en la boca al fumar, modo casi nihilista en que las acciones no tienen ningún el sonido del roce de los pantalones al caminar, las puertas propósito final. del metro cuando alguien pasa en el último momento, las 9 Agamben, Giorgio. op. cit. p. 113-114. caricias, el aire de París en una gota de cristal, un dibujo 10 Bourriaud, Nicolas. Postproducción. Buenos Aires: Adria- al vapor de agua, el aliento vital sobre superficies pulidas, na Hidalgo, 2009. Nicolas Bourriaud ha definido postpro- vidrio, espejo, piano... ducción como: […] un término técnico utilizado en el mundo de 24 Ábalos, Iñaki. Bartleby, el arquitecto, en El País. Madrid: la televisión, el cine y el video. Designa el conjunto de procesos 10/03/2007. efectuados sobre un material grabado: el montaje, la inclusión 25 Ibíd. de otras fuentes visuales o sonoras, el subtitulado, las voces en off, los efectos especiales. […] Desde comienzos de los años 26 Shandys, también llamados portátiles, conjurados en noventa, un número cada vez mayor de artistas interpretan, 1924 en la desembocadura del río Níger y que adoptaron reproducen, re-exponen o utilizan obras realizadas por otros este nombre en referencia al dialecto de algunas zonas del productos culturales disponibles, ese arte de la postproduc- condado de Yorkshire (donde Laurence Sterne, autor de ción responde a la multiplicación de la oferta cultural, aunque Tristram Shandy, vivió gran parte de su vida), donde signi- también más indirectamente respondería a la inclusión dentro fica indistintamente alegre, voluble y chiflado del mundo del arte de formas hasta entonces ignoradas o des- 27 Aparte de exigirse un alto grado de locura, quedaron fijados preciadas. Podríamos decir que tales artistas que insertan su los otros dos requisitos indispensables para pertenecer a esa propio trabajo en el de otros contribuyen a abolir la distinción sociedad: junto a que la obra de uno no fuera pesada y cupie- tradicional entre producción y consumo, creación y copia, ready- ra fácilmente en un maletín, la otra condición indispensable made y obra original. sería la de funcionar como una máquina soltera. Aunque no 11 Fontcuberta, Joan. Por un manifiesto posfotográfico, en La indispensables, se recomendaba también poseer ciertos rasgos Vanguardia. Barcelona: 11/05/2011. p. 6. que eran considerados como típicamente shandys: espíritu in- novador: sexualidad extrema, ausencia de grandes propósitos, 12 Ver concepto de invisibilidad en Castro Flórez, Fernando. nomadismo infatigable, tensa convivencia con la figura del do- Talkument: Para borrar la pizarra (contribución al vandalismo ble, simpatía por la negritud, cultivar el arte de la insolencia. arquitectónico). Madrid: DPA ETSAM, 2014. p. 107-108. En Vila-Matas, Enrique. Historia abreviada de la literatura 13 Wigley, Mark. Towards a History of Quantity, en Bou- portátil. Barcelona: Anagrama, 1985. p. 13. man, Ole; Koolhaas, Rem; Wigley, Mark. Volume 2: doing 28 López Ujaque, José M.; Salcedo. Esteban. Disciplinary

- 100 - José Manuel López Ujaque indifference: an awkward interview with Anne Lacaton, en San 39 Ibíd. p. 28. Rocco 7: Indifference. Milán: San Rocco, 2013. p.42. 40 Ibíd. 29 Bouman, Ole. Doing (almost) nothing is (almost) all right, 41 García-Germán, Jacobo. op.cit. p. 200. en Bouman, Ole; Koolhaas, Rem; Wigley, Mark. Volume 2: doing (almost) nothing. Ámsterdam: Archis, 2005. p. 1. Tra- 42 Ibíd. ducción propia. 43 Ransoo, Kim. op. cit. p. 173. 30 Wigley, Mark. op. cit. p. 28. Traducción propia. 44 Banham Reyner. On trial 6: Mies van der Rohe. Almost 31 Soriano, Federico. Cut & paste. Madrid: Fisuras, 2012. nothing is too much, en The Architectural Review 132. Londres: p. 86. 1962. p. 126. Traducción propia. 32 Wigley, Mark. op. cit. p. 29. Traducción propia. 45 Año de inicio del proyecto de la casa Farnsworth. 33 Koolhaas, Rem. Imagining nothingness, en S,M,L,XL. 46 Pawson, John. Minimum. Londres: Phaidon, 2006. p. 9. Nueva York: Monacelli Press, 1995. p. 200. Traducción Traducción propia. propia. 47 Ibíd. p. 13. 34 Camus, Albert. El hombre rebelde (1951). Buenos Aires: 48 Till, Jeremy. Scarcity contra Austerity, en Places Jour- Losada, 1978. p. 17. nal, 2012. Traducción propia. Recuperado el 26 de abril de 35 Soriano, Federico. 100 Hipermínimos. Madrid: Lam- 2015 de https://placesjournal.org/article/scarcity-contra- preave, 2009. p. 59. austerity 36 García-Germán, Jacobo. Substracción, observación y do- 49 López Ujaque, José M.; Salcedo. Esteban. op. cit. p.44. cumentación, en Estrategias operativas en el proyecto arqui- 50 Ábalos, Iñaki. op. cit. tectónico. Procesos, herramientas y protocolos. Madrid: UPM, 51 Banham, Reyner. BBC Radio 4, 5 de noviembre de 1976. 2010. p. 196-197. Traducción propia. 37 Ibíd. 52 Wigley, Mark. op. cit. p. 31. Traducción propia. 38 Wigley, Mark. op.cit. p. 29. Traducción propia.

- 101 - - 102 - LA CIUDAD MODERNA ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 Luis del Valle

Efervescencia. Modernización. Ilusión. Opti- pacio bajo la forma de ciertas periodizaciones, o mismo. Desarrollismo. Liberación. Mestizaje. particularmente, por décadas. Contrariamente, Lisérgica. Amenaza. Revulsión. Clausura. Ful- los despliegues de la realidad se empeñan por gor. Contracultura. Los años sesenta fueron, escapar a tales sistematizaciones, derramán- casi seguramente, los de una última carrera dose, como sabemos, unos en otros, tejiendo hacia el futuro; y fueron también el último in- relaciones indóciles, organizando otros dibujos tento de transformación de la cultura moder- espacio-temporales. na concebido por la propia cultura moderna. Podría pensarse así, para el siglo pa- Mañana puede ser el último día, hagámoslo ahora: sado, en una década extensa, que ocupara las esa tensión entre el imaginario de un futuro entreguerras o una cierta continuidad entre definitivo y la amenaza de cancelación de todo los años ‘20 y ‘30; o en una década corta, la futuro hubo de ser uno de los fulgores de esos del ‘40, circunscripta casi exclusivamente al años. La Modernidad se ha constituido, invaria- desarrollo de la segunda gran guerra. Pero no blemente, como conflicto y como interpelación. obstante, también podría pensarse que la dé- Conflicto, el del armado de sus propias conste- cada del ‘60 contraviene tal afirmación. Ella se laciones y el de sus aporías; interpelación, en la ha encargado de señalar una clara conciencia de revolverse contra sí misma. de época, un fondo histórico-cultural, un zeit- Aún como una cuestión didáctica, algu- geist en particular, tal vez el último zeitgeist nos historiadores, teóricos y pensadores, suelen de la Modernidad, antes de su fragmentación organizar los despliegues en el tiempo y en el es- y diseminación definitiva.

- 103 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60

La contundencia de su impulso le ta- otros momentos, como en los ‘20 y ‘30 o en los lla rasgos inequívocos, nada de ella se replie- ‘50, la Modernidad incorporaba factores nove- ga sobre la década anterior ni se vuelca sobre dosos y a la vez se desprendía de ciertos sus- la posterior; nada de la corrección y de cierta tratos del pasado y de su propia tradición. Las distinción de los ‘50 ni nada de la oscuridad componentes de innovación, transformación y ominosa de los ‘70 se presentan claramente en crisis desplegaban contenidos que los procesos los ‘60. Y posiblemente nada haya definido con de modernización del ‘20 o del ‘30 desconocían. mayor lucidez a ese espíritu de época y su exac- La revolución sexual, la liberalización de la ta ubicación como los límites señalados entre mujer y el feminismo, la difusión de las drogas la consigna seamos realistas, pidamos lo imposi- como una instancia cultural, la asunción por ble del Mayo Francés y la promulgada por John parte de la juventud como una nueva concien- Lennon, el sueño terminó. Así, es que la cultura cia de clase, las transversalidades disciplinares de los ‘60 es pasible de ser identificada como y las hibridaciones, la potencialización de los una formación propia, en sí misma, por la ma- fenómenos de lo masivo –espectáculo, protes- nera de constituirse y de armar un relato, por ta, celebración política–, los cruces entre cultu- cómo ocurrieron una serie de hechos reunidos ra popular y cultura de elite, o la presencia de y a la vez enfrentados dentro de una producción los medios masivos de comunicación ahora con atravesada por lo diverso. El reparto bipolar del un alcance ilimitado, aparecieron como actores mundo de posguerra, la guerra de Vietnam, los socio-culturales y con una presencia política conflictos localizados como una forma de evi- antes no conocidos. Puede alegarse que cos- tar pero a la vez de sustituir el conflicto final, tumbres liberales en el sexo, la reivindicación la crisis de los misiles, el laberinto de la guerra del rol de la mujer o el uso de drogas ya existían fría frente a la linealidad del muro, o la paupe- en otros momentos de la Modernidad del siglo rización de grandes extensiones del continente XX, pero nunca como en los ‘60 habían consti- africano, fueron algunos de los fenómenos que tuido una verdadera formación cultural que se convulsionaron al mundo durante la década del expresara y ejerciera sus demandas de recono- ‘60. Pero los mismos estuvieron también atra- cimiento y legitimación. vesados de otros emergentes que no dejaban de Toda construcción cultural se define en ser promisorios: el proceso de descolonializa- el campo de un doble enfrentamiento, en el de ción en África y Asia, la Primavera de Praga, la la confrontación con la cultura oficial, y en el de Revolución en Cuba, los movimientos tercer- la confrontación consigo misma. La Moderni- mundistas y el Concilio dad de los años ‘60 debía enfrentarse o interpe- Vaticano II, las revueltas estudiantiles larse con algunos de los postulados formulados que afloraban aquí y allá, o el Mayo Francés, por la propia Modernidad, o contra lo moderno entre otros, que potenciaban las componentes convertido ya en una tradición o en un reper- liberadoras en lo político, lo social y lo cultural. torio –cultural, social, político, artístico– me- Los ideales de innovación, de cambio, de pro- tabolizado. La década del ‘60 puede reaccionar greso y de desarrollo vuelven a encarnar en otra o tensar así a la confianza mítica en el progreso renovación de lo moderno. Pero a diferencia de técnico de fines de los años ‘50, a los principios

- 104 - Luis del Valle universalistas de la Modernidad del ‘20 o el conversión en producto, la iniciativa innovado- ‘30, a la interpretación apolínea u olímpica de ra y su edulcoración, o entre el compromiso y el esas modernidades iniciales, a la supremacía escepticismo, en una tensión entre afirmación del código de la abstracción estética, o a ciertas y negatividad tal como la planteada por Adorno formas ya institucionalizadas de las relaciones para los fenómenos culturales. entre cultura y sociedad. Este escenario general sucintamente Y en el mismo plano, es que podrá re- planteado va a encontrar en el contexto la- volverse contra algunas de las aporías o modos tinoamericano, sobre todo en países como de dominación acuñados por la misma Moder- Argentina y Brasil, un panorama muy particu- nidad, algunas de ellas expuestas sin veladuras, lar vinculado a las propias condiciones dadas en otras ocultas bajo las formas de sus fantasma- el momento. El capitalismo, los medios de co- gorías. Una discusión y una reacción en térmi- municación, el consumo, la dominación política nos masivos se darán a lo largo de la década o social, los problemas de la marginalidad, van en contra de las componentes de la alienación a ser tratados y experimentados en términos existencial, de la opresión política y social, de la muy diferentes a los de ciertos países europeos pauperización de vastos sectores marginados, o a los de los EE.UU, confrontando desde sus del efecto anestesiante y de disciplinador social propias realidades sociales, económicas y cul- ejercido por el consumo, o de la modernización turales locales. del aparato belicista y su aplicación indiscrimi- Toda la década del ‘60 va a ser vergonzo- nada a escala planetaria. Pero a diferencia de samente pródiga en los golpes militares que la otras revulsiones o confrontaciones en otros asolaron y en las interrupciones democráticas, momentos, gran parte de la acción y reacción como el de Pérez Godoy en el ‘62 y Velasco Al- de los ‘60 se dará bajo las formas de la eferves- varado en el ‘68 en Perú, los de Branco en Brasil cencia y la vitalidad. Algo que estará atravesado y Ovando Candía en Bolivia, en el ‘64, o el de de otro fenómeno inédito como fue el de la co- Onganía en Argentina en el ‘66. Una realidad municación audiovisual masiva. política que por otra parte no obedecía exclu- En esta construcción, los medios como sivamente a las condiciones locales sino que se la televisión, la radio, el cine, las publicaciones vinculaba a otros dictados de lo internacional, escritas o el periodismo –convertido en un me- el orden bipolar, la doctrina de la seguridad dio en sí mismo– cumplirán un papel no sólo nacional, el reparto en la organización interna- de difusión de los fenómenos, sino también de cional del trabajo o las sucesivas reconversiones construcción de los mismos, atentos a las teo- del capitalismo. rías y a los aportes de personajes como Mars- En Latinoamérica, las fuerzas conser- hall McLuhan, que no casualmente adquirieron vadoras fuertemente arraigadas, la alianza en- tanta significación en la época. El despliegue y tre elite económica y elite política, la debilidad los efectos de la revulsión y de la contracultura democrática y las conveniencias entre conser- –el hippismo, la cultura joven, el feminismo, la vadorismo político, liberalismo económico y convulsión política, el pacifismo– van a conver- poder militar van a sumir al continente en la tirse así en los actuantes entre la denuncia y su censura, las persecuciones, la tortura, o la mar-

- 105 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 ginalidad. Superpuestamente, ciertos emergen- las formas de una modernidad de contrastes; el tes de modernización societal, de los mestizajes ideal de progreso y de un desarrollo universal culturales, de los medios de comunicación au- preconizado por cierta modernidad inicial van diovisuales, o de aquellas transformaciones a rebelarse como una promesa incumplida y van democratizadoras antes mencionadas –femi- a confirmarse y potenciarse los contrastes pro- nismo, rol de la mujer, liberalización sexual, ducto de sí misma. Esos polos van a definir las cultura joven, hippismo– van a configurar una tensiones entre las propuestas del desarrollismo trama heterogénea de fuertes contrastes y di- característico de los países latinoamericanos de versidades. En este contexto, los artistas locales fines de los ‘50 y los ‘60, por un lado, y la crecien- van a dar cuenta a través de su arte de los con- te tendencia a la miseria urbana, por otro. En flictos de esa realidad, de los cambios políticos ese despliegue, van a aumentar las condiciones y de lo social, del lugar de lo institucional y de de masividad de lo metropolitano, con índices y su interpelación. características que escapaban a los intentos de El espacio para la manifestación de ta- planificación y ordenamiento. les experiencias y prácticas va a ser, indudable- El sujeto colectivo masivo, la margina- mente, el de la ciudad, o más cabalmente, el de lidad como situación también masiva, el ano- la metrópoli. Las articulaciones entre espacio nimato, la pérdida de los rasgos personales, la metropolitano y artes, cine o literatura no re- soledad existencial, el trauma o la enajenación, sultaban novedosas; ya a partir de los años ‘20 van a ser problemáticas no solo de carácter in- en Buenos Aires, las obras de Xul Solar, Berni, dividual sino que se convirtieron en patologías March, Aizemberg, Borges, Arlt, Fernández, sociales en los nuevos escenarios de lo metro- Christensen, Soffici, Sarraceni, Viñoly Barreto politano. Por otra parte, la ciudad va a ser tam- o Ferreyra habían dado cuenta de la metrópoli bién lugar del compromiso político. Frente a las como escenario privilegiado de la cultura mo- condiciones del momento, el espacio público va derna del siglo XX, de sus imaginarios, de sus a ser el escenario de la lucha, la resistencia, el modos de apropiación, de los intereses en juego activismo y la protesta social. de sus diferentes actores, de las componentes de Sus actores van a ser en parte sectores progreso o de amenaza, en un complejo tejido en- ya presentes anteriormente en la protesta o el tre Modernidad, Modernización y Modernismo. activismo, pero ahora en los ‘60 se van a sumar Pero la metrópoli de los años ‘60 se en- nuevos participantes con su presencia en el es- cuentra cargada de una serie de nuevos conte- pacio público, muy diferentes entre sí y con de- nidos y factores que se corresponden con ese mandas también diversas aunque en ocasiones zeitgeist de la década, y que hubo de encarnarse concurrentes: manifestaciones estudiantiles, en nuevas formas de producción y en renovados pacifistas, en contra de la discriminación racial imaginarios artísticos, sociales y culturales. Las o por nuevas reivindicaciones sociales. Aunque metrópolis latinoamericanas como Buenos Ai- en el contraste de lo metropolitano las luchas res, San Pablo o México, van a desarrollar rasgos sociales, el compromiso político o la demanda y cualidades ya diferenciados de la metrópoli del de reivindicaciones van a coexistir o compartir ‘20 o del ‘30. En primer lugar van a acentuarse el espacio público con la exacerbación del con-

- 106 - Luis del Valle sumo, los efectos ilusorios de la publicidad, la mitad del siglo, y que también fue el estertor exposición y el fetiche, o la presencia de la moda de los ideales modernos, previo a la catástrofe ahora a escala industrial y masiva. La exaltación y al dolor. Pero la promesa del desarrollismo, de las ideas de diversidad, de los diferentes sus- aunque incumplida en su propósito de bie- tratos sociales, de lo relativo a lo generacional, nestar generalizado, no obstante produjo una de los problemas de la identificación intersubje- modificación de las estructuras productivas, tiva y de grupos de pertenencia, van a tener su económicas y sociales, dentro de un proceso correlato con la diversidad en la moda y con su de industrialización, de sustitución de bienes, conversión en una producción industrializada y de inversión y de consumo, y del crecimiento en serie, en una tensión también inédita entre del sector industrial. En ese proceso es que se la singularidad y la repetición infinita. configuró la acentuación de una modernidad La metrópoli latinoamericana de los de contrastes, ya que el alto crecimiento econó- años ‘60 va entonces a convertirse en el esce- mico y cierta modernización de las estructuras nario de un conjunto de valores y de caracte- productivas se efectuó al costo de una mayor rísticas particulares asociados a esta nueva marginación, de la concentración de ingresos, reconversión de la Modernidad y de las mo- de la eliminación de pequeños productores y dernidades locales. Solamente en el lugar de la establecimientos, y de la tercerización de la metrópoli pueden ocurrir o construirse ciertas economía; la realidad de un mayor crecimiento relaciones o características, las del dinamismo, pero también de una mayor desigualdad.1 la alta densidad, las nuevas migraciones inter- Este despliegue claramente impactó en nas, la tensión, la concentración y la dispersión, la configuración urbana de Buenos Aires. En los la exacerbación, el acontecimiento, la irrupción años ‘60 el ochenta por ciento de la población de lo intempestivo, la heterogeneidad, las fu- vivía en zonas urbanas, y Buenos Aires era la siones y los mestizajes, la superposición. Es en tercera ciudad en América Latina. El proce- esos términos que la ciudad no debe entenderse so de urbanización importó la descontrolada meramente como un espacio, sino que constru- extensión de la mancha metropolitana, el au- ye lugar en tanto definición de diversos modos mento de las desigualdades, el crecimiento de de apropiación, de relación o de identificación. las ghettizaciones y de las áreas marginales, la De allí que en ese mismo sentido en realidad la conversión de la pobreza rural o suburbana en metrópoli no sólo sea un escenario para el des- miseria urbana y una enorme debilidad o caren- pliegue de la existencia moderna sino un actor cia de calidad de vida en términos de servicios, cultural en sí mismo; allí no ocurre la Moderni- infraestructuras, programas públicos y mejoras dad, la metrópoli es la Modernidad. en la expansión de la suburbanización. Tales Entre fines de la década del ‘50 y prin- condiciones y despliegues van a construir un cipios de la del ‘70 la ciudad de Buenos Aires, conjunto de imaginarios que solamente podían como otras latinoamericanas, fue el centro de ser urbanos. la llamada etapa del desarrollismo, proceso que En su complejidad, la ciudad y el fenó- cruzó y caracterizó a Latinoamérica como la meno de lo metropolitano trascienden de su promesa de progreso y bienestar en la segunda realidad física, material u objetiva. Constitu-

- 107 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 yen principalmente una realidad simbólica e contracultura, de todas las manifestaciones de intangible, el lugar de la simbolización y la con- lo anti-institucional, ahora con una presencia notación socio-cultural, de la configuración de y una fuerza autolegitimadora no conocida en códigos representacionales diversos y de sus ciclos anteriores. En el fenómeno de la contra- modos de decodificación o de identificación por cultura son, paradójicamente si se quiere, las los diferentes actores del tejido; tejido no como arremetidas de lo anti-institucional las que realidad física sino como sistema de relaciones buscan ser reconocidas como un poder nuevo sociales y culturales de lo comunitario pero y alternativo, un poder indócil, cuestionador y también de lo contrastante. rebelde, en ocasiones con propósitos y medios Una caracterización fiel de la eferves- claros y definidos, otras sin un programa o mo- cencia de la Modernidad de los ‘60 la dio la re- dos perfectamente establecidos. vista Primera Plana, al señalarla como la década Es por eso que en Buenos Aires la con- frenética. Y en el contexto hasta aquí descripto tracultura describe una trama muy heterogé- el problema de la metrópoli de los años ‘60, de nea, en la que podemos encontrar la literatura sus imaginarios culturales y de sus expresiones de Rodolfo Walsh, la música de Spinetta y de artísticas y estéticas, no puede escindirse del Los Gatos, el teatro de Griselda Gambaro, de Ri- fenómeno de la revolución cultural que los mis- cardo Halac y de Roberto Cossa, o el arte del Di mos significaron. Esas escenas finales de la feli- Tella. Precisamente no se trata de igualar todas cidad moderna promulgadas en los ‘60, y como estas manifestaciones sino de resaltar la diver- último impulso transformador y visionario de sidad de experiencias y propuestas que presen- la Modernidad del siglo XX, fueron las desple- taban una interpelación a lo institucionalizado. gadas por las ideas de la revolución cultural. Estos desarrollos se dieron en un con- Una revolución que en los imaginarios de la texto de confrontación y de tensiones entre los época señalaban, como ya dijimos, el optimis- valores de una cultura ciudadana tradicional y mo en una visión de futuro, del porvenir, y en los nueves emergentes urbanos. La Buenos Ai- la confianza en el cambio, pero no solamente res de fines de los años ‘50 y principios de los ‘60 respecto de las estructuras tradicionales sino mantenía un imaginario severo vinculado al también de la primera Modernidad. paternalismo, el estreñimiento social, los pre- Pero que en su formación de con- juicios –sociales, religiosos, raciales, de clase, trastes, oponía o complementaba la enorme de género o generacionales– o a ciertas tradicio- energía y efervescencia puesta en el cambio nes locales metabolizadas, respecto del rol de la con la presencia también de un malestar, de mujer y del hombre, de la familia y su indivisión un inconformismo y de una rebeldía propias de la religión, del costumbrismo acendrado, de de esa revolución en la cultura. La metrópoli las formas de la recreación y del ocio, o de los como construcción cultural, la definición de modos de expresión culturales y artísticos. El sus escenarios, el lugar del espacio público, paternalismo político y la debilidad de los valo- de sus instituciones, de su rugosidad y su tex- res democráticos y progresistas –expresados en turalidad formal, espacial y existencial van a los golpes militares, las democracias tuteladas ser allí donde encontremos la expresión de la y las prescripciones– se acrecentaron a media-

- 108 - Luis del Valle dos de la década con el golpe de estado de On- algunos espacios como en el de las confiterías ganía y el paso más definido hacia la represión y los snacks bars, las boites, los recreos al aire de manera directa: la cultura de los años ‘60 en libre o los clubes y con toda una serie de pu- Buenos Aires debió oscilar entonces entre los blicaciones –Primera Plana, Panorama, Convic- llamados de la cultura joven, la televisión, la ción– que trataban en el mismo plano que los revolución sexual, el hippismo y el feminismo, problemas de la política o la economía los temas por un lado, y la presencia tutelar y represiva de de la infidelidad, las relaciones extramatrimo- la dictadura, por otro. Así mismo, otra tensión niales o el placer sexual, todo ello en contra de que puede verificarse en ese marco fue la exis- la cultura institucionalizada, la influencia de la tente entre los emergentes y las experiencias de religión y los dictados de la moral. la contracultura –como las expresiones artísti- Un conjunto de prácticas artísticas y del cas y sociales de resistencia, las demandas de la cine de la época van a dar cuenta de estas pro- juventud como clase en sí y su falta de represen- blemáticas dentro de un nuevo estado del arte, tación, el descontento y el malestar social, las y se ha hablado de la producción de los años ‘60 nuevas manifestaciones estéticas de vanguar- como la de una vanguardia, similar o compa- dia, el rol potencial de la televisión como medio rable con las vanguardias del ‘20. Más allá del omnipresente– y los intentos y las acciones por término, existen entre las mismas claras dife- convertirlos en productos y objetos de consu- rencias en tanto experiencias culturales dentro mo con el fin de metabolizarlos y eliminar su de una mirada más conceptual y abarcativa. La componente crítica, mediante las estrategias Vanguardia de los ‘60 se presentó como un con- comerciales, las industrias culturales asociadas junto de experiencias menos herméticas, con a la banalización, los productos edulcorados o un discurso en cierto sentido menos autónomo políticamente correctos como fue en su momento o volcado sobre sí mismo y más abierto a las por ejemplo, El Club del Clan. La llamada revolu- posibilidades de una decodificación y asimila- ción cultural coincidió en Buenos Aires con otra ción a efectuarse desde el público. El propósito revolución, la sexual. Se produjo a partir de allí de un choque o de generación de un shock que una transformación sensible en las costumbres provocara un llamado de atención o una toma y en la vida cotidiana, con cambios en la moral de conciencia por parte del público encontra- sexual, en los comportamientos íntimos y pú- ba una limitación menos restringida y un salto blicos, en los roles de los géneros y en algunos hermenéutico menos distante, y con posibilida- tabúes como el divorcio o la independencia de des de que ese shock o la provocación sufrieran la mujer, en donde el sexo aparecía de manera un menor nivel de rechazo. mucho más libre o desprejuiciada o como una En un nuevo estado de lo moderno, la inquietud de autoconocimiento. liberalización de ciertas costumbres y concep- La escena metropolitana expresó y a la ciones culturales, la apertura a nociones más vez potenció la construcción de la nueva sexua- amplias de la existencia y de lo social y menos lidad, a través de la moda, de los encuentros sometidas a las fuerzas conservadoras, el des- sociales y del esparcimiento, y de prácticas más pliegue de la propia modernidad, habilitaba una desprejuiciadas, en el ámbito de la calle o en acción con un mayor poder de penetración en

- 109 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 la conciencia colectiva e individual del tejido los años ‘60 en nuestro continente en general social. La radicalidad de las Vanguardias del y puntualmente en nuestro país, no puedan ‘20 y su distancia enorme respecto de una con- ser vistas como una mera traslación de otras ciencia social llevaba generalmente al rechazo producciones del exterior sino como una pro- y al escándalo; en los ‘60 el escándalo habría de ducción propia, localizada, con categorías, prin- ser sustituido por otras reacciones frente a los cipios o procedimientos similares a aquellas estímulos provocadores, tales como la sorpresa, pero con un fuerte sentido de localización en el humor, la ironía o el escepticismo. nuestras realidades en particular. Confluyente Fue así mismo una vanguardia con un con esto, otra diferencia con las Vanguardias mayor espíritu lúdico, menos proclive a la radi- del ‘20 va a ser la importancia y el desarrollo calización y más próxima a un sentido festivo y adquirido por los medios de comunicación ma- del juego, aunque en muchos casos no renuncia- sivos, el cine y la radio, y la aparición de la tele- ra a un compromiso político de transformación. visión. Tales medios de comunicación tenían en Justamente, a diferencia de otras experiencias los años ‘60 un espesor y un poder de difusión y del o del Arte Conceptual en Europa de penetración incomparable con el de cuarenta o en Estados Unidos, la vanguardia en la Bue- años antes y que definían un campo de acción y nos Aires de los ‘60 tuvo un impulso de com- de influencia sin precedentes en la construcción promiso político y de cambio del orden social, de opiniones, formas de producción y sistemas algo que al menos por parte de un sector de la de legitimación para el tejido socio-cultural. misma se radicalizaría en la década del ‘70. En Dentro de la diversidad cultural que el caso de los Estados Unidos y de Europa, el existía en Buenos Aires en los años ‘60 puede desarrollo económico-social, el estado de bie- encontrarse también una extensa diversidad nestar, el impulso de las fuerzas progresistas de experiencias artísticas en el campo de la institucionalizadas en equilibrio con el poder plástica y de las artes visuales. Algunas de ellas conservador, y la resolución de ciertas formas tuvieron un propósito y medios concurrentes, de lo político, hicieron de las Vanguardias de los pero lo que resalta para la época son dos ejes ‘60 movimientos contestatarios o renovadores significativos. Por un lado la reformulación de pero no desprovistos de cierta complacencia ciertas tradiciones artísticas como en el caso con el sistema, o al menos de ciertos beneficios de la pintura, con una revisión de las relaciones que el mismo les otorgaba. entre abstracción y figuración, una reelabo- En el caso de Buenos Aires, como en el ración de los elementos o de las componentes resto de Latinoamérica, el contexto de la opre- figurativas, o la manipulación del tema del so- sión política, del sometimiento y de la margi- porte. Por el otro, muchas de esas propuestas nalidad social, la debilidad democrática y la y producciones abandonaron la pintura para primacía de las fuerzas conservadoras, hicieron introducirse en otras formas de expresión vin- que las experiencias artísticas fueran canales culadas al arte conceptual, como la instalación, de acción más vinculados con la denuncia de el arte cinético, las intervenciones, el acting o tales problemáticas. De tal modo, como tantas los happenings, desestabilizando así los crite- otras veces, es que las prácticas artísticas de rios de legitimación de la obra, el estatuto del

- 110 - Luis del Valle arte o a la propia institución arte en sus modos de lo humano, se proponía la denuncia de un de producción, difusión y recepción. Algunas de mundo y de una realidad alienante. Para Noé4 tales experiencias han quedado señaladas por el caos era lo que estructuraba la obra pero tam- la historia, como es el caso de la Nueva Figu- bién la vida. No lo entendía como un desorden, ración, la continuidad en el trabajo de Antonio sino como otra forma del orden de las cosas en Berni, el arte-cosa de Rubén Santantonín, el un estado de permanente movilidad. Operar en arte destructivo de Kenneth Kemble, la crítica el caos y con el caos requería comprender la di- socio-política de León Ferrari, el Di Tella, o las námica abstracta de un mundo en movimiento. derivas de figuras como Alberto Greco, Héctor Movimiento. Ruptura. Vitalidad. Puppo o Edgardo Vigo por señalar tan solo al- Características que pertenecían tam- gunas de ellas. Con muchas diferencias entre bién al fenómeno de la ciudad moderna en sí, todas ellas fueron producciones incuestio- tanto exacerbación de la vida nerviosa y de un nablemente urbanas, indivisibles de los fenó- orden de lo urbano polifacético, contradictorio, menos de la metrópoli del ‘60, dando cuenta de riesgoso, pero también vital. No casualmente, algunos de sus rasgos o personajes, trabajando esa ciudad, la Buenos Aires de su primera ju- sobre la crítica social y la denuncia, u operan- ventud, había sido el escenario de las grandes do directamente en ella, en la ciudad, como un manifestaciones peronistas, de las concentra- material en sí. ciones masivas que subyugaron a Noé como un Las propuestas de la Nueva Figuración movimiento y una ruptura del orden estático a partir de su muestra en la Galería Peuser en de lo establecido: la ciudad como el lugar de la 1961 coincidieron con la agitación del campo primacía de lo emotivo-social que atrapa senso- estético en el contexto internacional de la épo- rialmente. En el caso de de la Vega, las articu- ca, con el debate acerca de los modelos de la laciones y traducciones entre arte y existencia abstracción moderna y su supuesta superación hacían de la libertad un valor que no radicaba o agotamiento, con el Expresionismo Abstrac- en un nuevo individualismo sino en un profun- to y el Action de Pollock, De Kooning, do sentido ético de la sociedad entendido como Mark Rothko o Clyfford Still, o el Informalismo un cuerpo conflictivo, como una problemática de Dubuffet o Tapies, y con el advenimiento de punzante que interpelaba al artista como sujeto nuevas formulaciones producto del estallido de social involucrado. Esto lo llevó, por ejemplo, a aquello conocido como pintura a partir de la se- negarse a participar en la Bienal de San Pablo gunda posguerra. En ese marco, la obra de Noé, del ‘69 en protesta contra la dictadura brasile- de la Vega, Macció y Deira venía a superar las ña. En su serie Bestiario, entre el ‘63 y el ‘66, supuestas oposiciones entre abstracción y figu- obras como Music Hall, Conflicto Anamórfico y ración 2 y a dar cuenta de una denuncia social so- Memoria de Sepulturero, muestran a través de la bre el fenómeno de lo metropolitano. En obras técnica del collage a animales quiméricos o fa- como Introducción a la Esperanza o El Incendio del bulosos, distorsionados por el procedimiento de Jockey Club, ambas de 1963, la exploración de la anamorfosis, como una referencia a la condi- Noé con las distorsiones y las deformaciones, ción humana, a las fuerzas ocultas que acechan el uso de espejos cóncavos, y la monstruosidad al hombre, a sus propios monstruos internos.

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Monstruos, deformaciones u obsesiones que sino a través de sus protagonistas y ya no como también ocupan la pintura de Macció: conflicto una imagen de su realidad material sino como existencial, opresión, carácter sensorial de la un paisaje social. En la metrópoli de los ‘60 el densa materia pictórica como densidad existen- concepto de cultura de masas se convierte en cial, expresionismo, en Cárcel=Hombre, de 1963; un protagonista clave, siendo la masa aquellos espacios ambiguos, ruptura de la unidad y frag- sujetos indiferenciados, calculados, sin una mentación del cuadro en El Hombre Machacado, cualidad propia y alienada ahora no solamente de 1962; la mismísima ciudad, anónima, densa, por la organización del trabajo y del ocio sino monótona, homotópica, sin cualidad, dentro de además por los medios de comunicación. la cabeza fragmentada y del gesto de angustia Hay por otra parte en estas obras una en el alarido o a punto del vómito, en To live wi- estetización del caos; el caos, lo anómalo, lo thout a guarantee, del ‘63. Una ciudad en la que no consensuado, convertido en una expresión no hay manera de asegurarse, de organizar la estética vinculada a lo barroco. Lo fabuloso, armonía de la existencia, de eliminar la incer- lo exuberante, la exacerbación de la carga ex- tidumbre o la amenaza…..vivir sin garantía, o presiva, las anamorfosis, la supremacía de lo sin seguridad. sensorial en la comunicación, fueron desde su Ya desde los títulos de estas obras men- origen en el siglo XVII cualidades de la estéti- cionadas se enuncia el problema existencial y ca barroca. Pero también han sido una de las la imposibilidad de una organización racional formas de la modernidad entendida como de- en la metrópoli contemporánea. La ciudad, en sestabilización, como crítica a la corrección ar- los años ‘60, ha renunciado ya a toda ilusión de mónica y racionalista de lo moderno apolíneo; un orden armónico como pretendió la Moder- y ha sido también una componente constante nidad de los ‘20 o los ‘30 o el objetivismo de los de la cultura latinoamericana como cultura mo- planificadores. El imperativo benéfico del plan, derna. La pintura de la Nueva Figuración com- del orden racional, del cientificismo aplicado parte su exuberancia barroca y su proliferación a la existencia urbana, han caído desencanta- fascinante con otros artistas latinoamericanos damente y se ha revelado el orden cacofónico, como el chileno Roberto Matta, la cubana Anto- heterotópico, opresor y amenazante, pero a la nia Eiriz o el venezolano Bárbaro Rivas. vez retador, inquietante, vital, exuberante, de Las series de Juanito Laguna y de Ra- la metrópoli. Obras como la ya mencionada mona, de Antonio Berni, también fueron la ex- Introducción a la Esperanza o Submundo, en este presión de una pintura urbana. En La Familia caso de Macció, levantan la mirada del artis- de Juanito, Villa Tachito, Villa Cartón o Las Na- ta como una respuesta a las demandas de las vidades de Juanito, entre otras, hay un registro masas urbanas, exigiendo por sus derechos y poético y político de la marginalidad, la des- convertidas en un sujeto político protagónico igualdad y las injusticias en la metrópoli con- que solo se puede visibilizar, como acción po- temporánea. En algunos casos las referencias lítica, en la ciudad. En un modo metonímico, eran directas, como las efectuadas a un área ésta, no re-aparece entonces, no vuelve a apa- específica de la ciudad, la villa del Bajo Flores. recer, bajo su apariencia física o puro visibilista En otros se trataba de una abstracción, como

- 112 - Luis del Valle la apariencia dura, desnuda, fría, de la ciudad, ¿Cómo ser vanguardista luego de Duchamp, expresada con los recortes y desechos de chapas Baader o Tzara? Las vanguardias del ‘20 habían oxidadas como fondo de un paisaje de margina- propuesto eliminar la existencia del arte en el ción. Una marginalidad y pobreza no solamente conjuro de una fusión entre arte y vida. Cuaren- expuestas en la apariencia figurativa de la pin- ta años después Romero Brest volvía a promul- tura sino también por medio del collage con la gar la necesidad de ese acercamiento entre arte utilización y la inclusión de materiales de dese- y vida, efectuado en términos intelectuales, te- cho o desperdicios industriales producidos por niendo en cuenta el rechazo que las experien- la propia ciudad. cias del instituto podían tener a causa de los Lo urbano ya no coincidía con la celebra- prejuicios, los tabúes sociales y la solidificación ción icónica de su brillo y esplendor, sino con la de las costumbres. Así mismo, la consagración denuncia de sus excluidos, como también lo era de la novedad corría el riesgo de asimilarse rá- Ramona. Las jóvenes marginadas, las prostitu- pidamente a un juego dócil o indiferente. El po- tas como víctimas explotadas por el capitalismo der de los medios de comunicación, para los ‘60 metropolitano, sus ideales y sueños, la ilusión en general y el Di Tella en particular, cumplía de progreso: el collage en Berni no alude a una un papel muy significativo como agentes para estética reconciliadora sino a la exposición de la metabolización acrítica de las propuestas ar- lo injusta y obscenamente expulsado por la ciu- tísticas y para su conversión en producto con- dad. Exposición en tanto desnudez y crudeza de sumible, perdiendo su capacidad revulsiva o sus lo urbano interdicto por la corrección burguesa; propósitos de concientización. Se ponía así en expulsado pero a la vez recluido ante la imposi- confrontación una dialéctica tensa entre la bús- bilidad de toda escapatoria. queda de la innovación y el experimentalismo De manera superpuesta a las indagacio- y su metabolización por parte de la institución. nes de la Nueva Figuración en el tejido cultural La otra problemática en la que el Di Tella de la ciudad, la década del ‘60 estuvo signada en coincide con el zeitgeist de la época va a ser la de gran parte por las actividades del Instituto Di la transversalidad o la disolución de ciertos lí- Tella. Las actividades del Di Tella expresaron en mites disciplinares. El arte moderno ha sido un su conjunto la diversidad de cuestiones que los arte que históricamente se desarrolló en la au- años ‘60 pusieron en juego, sus características, tonomía disciplinar, en la especificidad de cada sus tensiones, sus contradicciones, su forma disciplina. En la producción del Di Tella, lo mis- de interpelar y también de ser interpelados. El mo que en otras del exterior como con experimentalismo y la consagración de la no- o Yves Klein, no solamente contaba la pintura vedad fueron dos de los rasgos de los años ‘60 y como disciplina hegemónica sino la mezcla o del Di Tella en el sentido de volver a configurar la contaminación entre distintas expresiones. los planteos de una vanguardia. Pero ese mismo Las artes visuales se entremezclaban con los experimentalismo y posibilidades vanguardis- medios de comunicación, la publicidad, la mú- tas no podían dejar de ser confrontadas con el sica, el teatro del absurdo, el diseño industrial, antecedente de las vanguardias históricas y su la moda, la literatura o el cine. Una práctica que capacidad para arrasar con todo lo conocido. en su sentido de mestizaje eliminaba las clasifi-

- 113 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 caciones cerradas y trabajaba sobre la indeter- en una confusión o disolución de los límites minación o la idea de movimiento o de traspaso entre la obra y la realidad. En Baño Público, en entre medios expresivos. Esto llevaba, por un la muestra del Di Tella Experiencias 68, Plate lado y en algunos casos, a la sustitución de la construyó un local que simulaba un núcleo de idea del “objeto” artístico por la de la acción baños mixtos con un espacio interior con seis o la intervención; o a otras formas de trabajo boxes sin artefactos. Lo novedoso e inesperado por fuera de la pintura, la escultura o la músi- fue como la gente que entraba escribía o dejaba ca como disciplinas específicas y organizadas, anotaciones en las paredes o las puertas, como tales como la instalación, la performance, el sucede muchas veces en los sanitarios públicos; happening, las presentaciones multimedia o el inscripciones o mensajes en contra de la dicta- juego. En ese medio mestizo, u opuestamente, dura de Onganía y que originaron la clausura tendiente a la disolución de los bordes, actuaron de la obra. Marta Minujín con La Menesunda, las Canciones La instalación, operada o intervenida de la Informalidad de Marikena Monti y Jorge por el público, se completaba justamente con Schussheim, las canciones de Jorge de la Vega su intervención y eliminaba los límites precisos y Nacha Guevara, el teatro de Rodriguez Arias, entre lo real y la simulación. La gente se apropia- Roberto Villanueva o Griselada Gambaro, los ba y reproducía una acción de la realidad, como collage de música electrónica del CLAEM, o escribir en los baños, modificando la relación las producciones de Dalila Puzzovío, Edgardo convencional entre artista-productor y público- Giménez, Roberto Plate o Rubén Santantonín. receptor y el concepto tradicional de autor. Por fuera de la representación figurati- El mestizaje o las mezclas artísticas que va de la pintura, las acciones, performances o importaban estas prácticas coincidían con la intervenciones del Di Tella eran claramente ur- cultura de acumulación, sedimentación, mesti- banas en su sentido de movimiento, sorpresa, zaje o mezcla característica de una ciudad como diversidad, superposición, alteración o partici- Buenos Aires y su fuerte condición cosmopolita. pación del público. En muchos de esos casos, la Tal como ha argumentado Andrea Giunta�, en la acción no se postulaba como un producto cerra- base de las transformaciones artísticas y socio- do o terminado sino que, como en la ciudad, se culturales de los ‘60 se encontraba la vocación completaba con la intervención del público. Un de un ideal o imaginario cosmopolita. Ser ac- ejemplo de ello lo fueron Los Ascensores y Baño tual, ser moderno, implicaba un cosmopolitis- Público, de Roberto Plate. mo partícipe de la cultura internacional. Armados en la muestra del Museo de A fines de los años ‘60 el Di Tella se Arte Moderno en el ‘67, Los Ascensores elimi- disgregó, como consecuencia de los diferentes naban la categoría de obra y la categoría o la intereses de sus integrantes pero fundamental- figura del artista como autor, ambas nociones mente como producto de las propias contradic- integrantes fundamentales de la institución ciones y complejidades del debate cultural de la arte. La obra disimulaba el núcleo y las puer- época. Muchos de sus miembros asumieron una tas de unos ascensores verdaderos, y el públi- radicalización política progresiva cada vez ma- co formaba fila delante de ellos esperándolos, yor, con la migración a posturas más extremas

- 114 - Luis del Valle como en el caso de Tucumán Arde. De una forma templación de la reproducción infinita de una u otra, lo que se estaba poniendo en discusión obra que en definitiva seguía siendo única –tal –y fuerte confrontación– eran las relaciones como planteara Benjamin treinta años antes– entre arte y política, el rol del arte y una mi- sino que pasaba a elaborar sus propios produc- rada crítica sobre su propia idea u objeto. En tos artísticos y culturales. Teorizado por Oscar cierto modo, el Di Tella había seguido siendo Masotta, Anibal Ford o Heriberto Muraro, los una forma de la institución, más allá de sus modos de expresión y de construcción cultural posturas contestatarias. El tema institucional de lo metropolitano se dirigían hacia un cambio no radicaba en pertenecer o no a las corrientes en el concepto de cultura. tradicionalmente legitimadas o en el acto re- La ciudad formaba un texto para ser vulsivo sino que el instituto seguía sosteniendo leído y operar con él. Se trabajaba con objetos una concepción del arte como representación o o elementos encontrados, mediante la técnica expresión. En sus obras, en sus acciones o pues- del bricolage, con su reapropiación y resignifica- tas, al igual que en el arte tradicional, seguía ción, como hemos visto en algunos casos. Pero manteniéndose la idea de la contemplación de también se desplegó una reapropiación y rese- algo único, irrepetible, aurático o singular. Lo mantización de los espacios de la ciudad bajo disruptivo metropolitano, lo que posteriormen- las formas de un arte participativo en el mismo te Solá Morales llamará lo intempestivo, se co- espacio público, exterior o interior. rrespondía con lo disruptivo de las experiencias Para Héctor Puppo se trataba de tra- artísticas, pero en esa disrupción no dejaba de bajar en el espacio abierto de la calle como un radicar una singularidad. Las manifestaciones medio artístico y constructor de una nueva artísticas del Di Tella podían llevar adelante estética, extrayendo de allí los estímulos y el una “representación” de lo masivo, lo popular, material en esa reformulación entre artista- lo banal o lo cotidiano urbano, pero no consti- autor-público-participante-concepto de arte. tuían un producto de lo masivo, lo popular, lo La calle es el lugar que en su caos genera vida, banal o lo cotidiano. Su modo de concepción, sentidos y experiencias estéticas; la calle es la producción y circulación seguía siendo elitis- sociedad, y si en su espíritu vanguardista los ar- ta, parcial o institucional. Frente a ello podía tistas querían transformarla, debían actuar en pensarse en la existencia de otro arte o de otra el espacio de la calle. La misma es, entonces, lo concepción de lo que constituía lo artístico o un público imprevisto, el acontecimiento, algo más nuevo paradigma estético. que un espacio de circulación o de intercambio Era el otro arte el verdaderamente cotidiano metabolizado para comenzar a ser originado en los productos masivos, como la significante-significado. Y en el contexto de las historieta –Pratt, Oesterheld, Breccia, Solano hibridaciones o de las contaminaciones disci- López–, la canción popular –el rock o la música plinares y de la actitud revulsiva, la transgre- melódica–, las fiestas o expresiones populares sión de los géneros discursivos preestablecidos en la calle, o la moda. Una sociedad de masas, y importaba la ruptura de todo relato totaliza- la construcción cultural de la ciudad cosmopo- dor, de toda narración reificadora; el estallido lita, ya no podían dirigirse meramente a la con- de los grandes relatos unificadores y el inicio

- 115 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 de las microhistorias coincidía con el estallido eléctrico, Máquina para batir records de velocidad y la fragmentación de lo metropolitano. En La establecidos por sillas de ruedas de lisiados– con Plata, con la ciudad como un campo en el que claras referencias a las producciones de Dadá actuar, Puppo lleva el arte a la calle, intervi- o del Surrealismo. En cuanto a la ciudad pro- niéndola con pinturas, dibujos e inscripciones piamente dicha, Vigo la consideraba como un en las veredas, pero también utilizando otros “cuerpo urbano” que estaba cruzado por una medios y cambiando los lugares de expresión o memoria y una biografías colectivas, un cuer- de acción. En la Noche de San Juan realiza una po en el cual quedaban grabadas las acciones, instalación en un almacén, con velas encendi- los pensamientos, los deseos y las vivencias del das, estampitas y series de objetos cotidianos sujeto urbano. que se reparten entre la gente que no necesaria- Además de efectuar muestras en luga- mente se acercaba a participar. Todas sus inter- res no convencionales –un club, una boite, un venciones, su arte de acción, sus experimentos cine, un salón de bailes– la acción directa en con el arte conceptual, junto con los integrantes la calle constituía un atentado contra la ins- del Grupo Si, se hallaban dirigidas a producir titución museo. A partir de cierto momento una reflexión irónica acerca de la sociedad de comienza a operar en las calles de La Plata ha- consumo y del mercado del arte. ciendo señalamientos de ciertos objetos, luga- Otro exponente de las intervenciones res o situaciones banales o cotidianas, como en o del arte urbano va a ser Edgardo Vigo. Su el caso de Manojo de semáforos, en una esquina modus operandi lo constituía la toma de ob- de la ciudad. La urbe moderna es el lugar para jetos encontrados en las calles y su inclusión el asombro, la perturbación o la manipulación o transformación en obra, y las operaciones lúdica, y sus calles son un territorio en disputa: realizadas directamente en el espacio público allí se conjugan o se repelen la expresión popu- dejadas como marcas. Nuevamente el propó- lar, la represión, la lucha sindical, el ocio o el sito era cuestionar el marco institucional: los arte. Nuevamente, como en los casos anterio- sistemas de validación acerca de lo que es una res, en Vigo convergen lo transdisciplinar o las obra, la idea de obra maestra, y las nociones de hibridaciones, el arte, la sociología, la política, obra-producto dentro de un circuito mercanti- la filosofía, lo proto-ecológico, en una mezcla lizado. Los procedimientos para el armado de de diferentes sistemas de producción de signos. sus objetos eran el collage, los montajes o el bri- El cine de los años ‘60 también va a ser colage, con formatos de panfletos, manifiestos, una expresión de lo metropolitano y lo cos- acciones corporales o montajes fotográficos, mopolita de Buenos Aires. Con influencias de tales como La Medusa Trogloclusa o Aparato para la Nouvelle Vague, de Bergman y de Fellini, el alimentar y dormir nenes época paterna. También cine para muchos de los espectadores porteños construyó y montó sus series de Máquinas Im- –sobre todo aquellos que se ubicaban en una posibles –Máquina imposible para triplicarse o uni- elite cultural ciertamente sofisticada y que no ficarse, Máquina imposible para buscar princesas, necesariamente se correspondían con una elite Máquina imposible para la siembra de engranajes, económica-social– no solo constituía un pasa- entre otras– y de Máquinas Inútiles –Cargador tiempo sino que era el destinatario y a la vez

- 116 - Luis del Valle el promotor de un interés intelectual y cultu- cuando alguien se pierde en la ciudad, en su in- ral. Esa relación entre cine y ciudad fue una de certidumbre, su angustia, su voluntad férrea o las marcas constitutivas de la generación del su perplejidad. Personajes que exponen o que ‘60 con autores como Simón Feldman, Rodolfo esconden una contradicción entre una densidad Kuhn, Fernando Birri, Leonardo Favio, Lautaro existencial extrema y una apariencia de levedad Murúa, Miguel Antín, David Kohon o Leopoldo inerte; contradicción entre densidad y levedad Torre Nilsson. Como generación de cineastas, que también es propia de la ciudad. la del ‘60 fue la de un cine autoral, con otras En La Terraza, de Leopoldo Torre Nilsson, premisas formales y narrativas muy diferentes de 1963, se conjugan la ciudad, el espacio y la or- a las de los ‘40 y ‘50, en donde la obra era el ins- ganización social en una mirada crítica sobre la trumento de un señalamiento crítico-reflexivo Buenos Aires de la época. En la presentación de también en contra de la institución del cine de algunos elementos de la narración, la época que- géneros y del sistema de estudios y grandes es- da señalada: jóvenes en una terraza, sol, todavía, trellas. Tal componente crítico-reflexiva hacía en 1963, no el rock, sino el bossa nova. del cine un instrumento para bucear en la rea- La ciudad aparece en los espacios urba- lidad social y en el universo interior del sujeto. nos de la ciudad elegante y de la elite: las ave- Los lugares de la ciudad se rarifican, y sus per- nidas Figueroa Alcorta o Libertador, Palermo, sonajes son mayormente seres atravesados por la Facultad de Abogacía, el Velódromo, la sede lo existencial, atribulados, enigmáticos, presas central del ACA, las confiterías; condensadores de un malestar que no puede separarse de las urbanos de un sector de la ciudad en donde se condiciones de la existencia urbana moderna. identifican claramente lugar y clase social. La Esos problemas existenciales, como la alie- historia transcurre en la terraza de un edificio nación, la neurosis, la convulsión, la incomu- de categoría de la Avenida Figueroa Alcorta y nicación, el escepticismo, o lo enigmático del allí se desarrolla la crítica social que propone trauma, solo pueden ser producto de la vida en la película. la ciudad. Películas como Circe, Los jóvenes vie- En la organización interna del edificio, jos, La Terraza, El dependiente, La cifra impar, Tres en la relación entre los propietarios y el perso- veces Ana o Prisioneros de una noche, pueden tra- nal o en las escenas de un velatorio, se ponen bajar tanto a la ciudad como un personaje en sí en evidencia los principios y los modos de la mismo como a través de los sujetos individuales estructura social. Los jóvenes que se reúnen o colectivos que la habitan. Como un personaje en la terraza del edificio dan cuenta de la exis- por sí mismo, la ciudad adquiere y sufre un pro- tencia de ese nuevo integrante de lo social, la ceso de animación y de transmutación, como el clase joven urbana, que forma una categoría lugar de la incertidumbre, la felicidad, la sole- en sí misma, con sus características, sus lógi- dad, la enajenación, la promesa, la conspira- cas de funcionamiento y sus preferencias. Esos ción, la amenaza o la muerte. En cuanto a los personajes pertenecen a las clases altas, y son personajes que la habitan, los mismos parecen elitistas, hedonistas, racistas, discriminadores, poblarla sin un arraigo afirmativo al tiempo o también contradictorios. Se juega allí una ten- al lugar. Seres muchas veces que derivan, como sión en el orden social de la metrópoli de los ‘60,

- 117 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 inédita hasta el momento, ya que esos jóvenes neidad del centro, frente al reparo, le lentitud, pertenecen y conservan modos o característi- la apertura casi infinita, el vacío del suburbio. cas de una clase alta tradicional, en su desdén, Las diferentes espacializaciones del film seña- en su indolencia, en su impunidad, pero tam- lan esa confrontación: la Avenida Corrientes, el bién ya se diferencian de ella en su propio com- Abasto, Retiro, la vida nocturna, por un lado, portamiento. La ciudad es entonces el lugar de los suburbios, el tejido abierto, la estación de la intolerancia, de la indolencia existencial y de tren, la vida de día, por el otro. una confrontación social. Pero esa confrontación no es solamente En principio se enfrentan allí: el mundo la de dos opuestos o formas de vida antagóni- del ocio, de la indolencia –jóvenes sin expecta- cas, tales términos son también complemen- tivas, sin compromisos–, o de la intolerancia tarios dentro del ciclo de lo moderno y de su –jóvenes que discriminan y se ponen violentos proceso de antropización del territorio. Uno de con el otro externo y diferente–, de una cla- los personajes, una bailarina de locales noctur- se patricia o de la alta burguesía, y el mundo nos, sale al suburbio en busca de cierto sosiego del trabajo asociado al abuso, el desprecio o la y tregua para la alienación de su vida; el otro, burla. En la terraza se juega entonces la mira- un grupí que es un peón del sistema econó- da crítica sobre una clase en decadencia. Pero mico de la especulación inmobiliaria. Ambos además del lugar de la confrontación, la ciudad personajes son seres alienados, sometidos a la es el ámbito de otras formas de relación entre soledad, la incomunicación, o la resignación esos distintos agentes de la sociedad. Ellos no propias de la gran ciudad. La ciudad es ahora solo se vinculan por el sometimiento o el des- el lugar de la amenaza y de ese otro lado os- precio de unos sobre otros sino también por curo de la Modernidad. Las calles, las plazas, vínculos más sutiles, más tangenciales o vela- los portales de las casas, han dejado de ser el dos: el interés mutuo, los acuerdos parciales, o espacio de la sociabilidad y del encuentro, y en las pequeñas revanchas. una transmutación, se han convertido en lu- En otro film, Prisioneros de una noche, gares amenazantes, escenarios del peligro, el de David José Kohon, de 1960, la ciudad y lo miedo, la irracionalidad, o el crimen. La ciudad metropolitano construyen otro tipo de mirada. no responde al ideal moderno en tanto lugar de Aquí la ciudad se extiende hacia el conurbano la productividad, la armonía, la seguridad, la en un nuevo ciclo de la expansión metropoli- pertenencia o el equilibrio social, sino donde tana, hacia Caseros o Santos Lugares con los radica el desamparo, la soledad, la margina- típicos remates de lotes de los ‘60, en donde se lidad o la incertidumbre. No son espacios de conocen ambos protagonistas. En el desarrollo lo desconocido, no constituyen el temor por lo de la película, se confrontan entonces en esa no conocido sino que son siniestros, en tanto expansión de la mancha urbana las tensiones aquellos lugares reconocibles, del afecto, o co- entre centro y periferia, tensiones que han nocidos, se han vuelto inciertos, amenazantes. atravesado toda la historia de la ciudad desde Sus habitantes son la gran masa anó- mediados del siglo XIX. El bullicio, la concen- nima o desconocida o figuras de lo marginal tración, el dinamismo, la densidad, la heteroge- urbano: mafiosos, estafadores, delincuentes, ju-

- 118 - Luis del Valle gadores, vividores, cafishios.Todos mienten dice culturizadas, lo mismo que el lenguaje o la apa- la protagonista en un momento del film. Ambos riencia de lo exótico de los boliches, los clubes personajes atraviesan la ciudad en una deriva, nocturnos o de cierta arquitectura en una re- en un devenir sin rumbo fijo, en una noche de lación entre naturaleza, exotismo y producto. alivio, de ilusión, de miedo, de promesas, de in- En ese mundo en que pareciera vivirse cumplimiento, en todo aquello de provisorio o perpetuamente al exterior –recreación de un efímero que tiene la metrópoli. posible paraíso– se despliega una vida paralela Tres veces Ana es otro film de Kohon, del a la del centro de la ciudad, asociada a la recrea- año 1961, dividido en tres historias autónomas ción, la disipación, el absurdo, ciertas situacio- pero que se articulan en la ciudad como perso- nes límite, los inicios de la liberación sexual, naje central. En la primera de ellas, La Tierra, el compromiso y lo superficial, la búsqueda la ciudad es el escenario para el transcurrir de por parte de los personajes de emociones, pero la experiencia en el amor, el trabajo y el ocio, también de un destino, o de un lugar. Por úl- en una confrontación entre el espacio interior timo, en el tercero de los episodios, La Nube, –intimista, costumbrista, de la permanencia de la película se centra en la gran urbe, la cual se las cosas, de un lento transcurrir del tiempo– y haya representada por los programas moder- el espacio exterior, el de la metrópoli –con el nos –el rascacielos, el diario, las terminales de movimiento, el cambio, la velocidad, lo proviso- tren, los bares al paso– la gran densidad pobla- rio–. Esa ciudad no es ni buena ni mala, no es el cional y lo multitudinario, y las largas visiones lugar de la armonía o el equilibrio ni el lugar de peatonales y a vuelo de pájaro de la concentra- la amenaza o el mal, sino un lugar dado por la ción metropolitana. indeterminación, un espacio abierto al desplie- Esa densidad metropolitana vuelve a gue de las experiencias. Pueden allí ocurrir la ser el lugar de la soledad, del aislamiento, de la angustia, el juicio moral, la hipocresía, el vacío, incomunicación y de la dificultad del encuentro el desencanto, la esperanza. El segundo episo- con el otro. Pero también puede ser el espacio dio, El Aire, da cuenta del espacio del suburbio de la fantasía o de la alienación producida por la como una alternativa a la ciudad. En la lógica soledad y el deseo. En la ciudad y sus laberintos del desarrollo urbano de los años ‘40 y ‘50 la ciu- existenciales pueden confundirse la realidad dad se ha expandido, en este caso hacia el norte, y la fantasía, cuando el protagonista descubre y en los años ‘60 toda la costa de Vicente Ló- que la mujer de la cual se ha enamorado, la mu- pez, Olivos, Martínez o San Isidro es el lugar del jer depositaria de sus afanes, es en verdad un esparcimiento al aire libre, del contacto con la maniquí ubicado en una ventana. Siguiendo naturaleza, de los balnearios sobre el río, de los una larga tradición respecto de la figura del au- boliches y paradores, de día y de noche, sobre la tómata o de la muñeca –El Hombre de Arena, costa. Una vida alternativa y a la vez paralela a El Jugador de Ajedrez, El Hombre de Palo, La la de la ciudad central, la otra cara del mismo Eva Futura, Metrópolis– es también la ciudad fenómeno del desarrollo de lo metropolitano. moderna en donde se verifica la disolución de La vista al exterior, la playa la naturaleza ya lo humano, su artificialidad, su pérdida de hu- son una construcción cultural, se encuentran manidad aun conservando su apariencia. Como

- 119 - LA CIUDAD MODERNA. ARTES Y CINE EN LA BUENOS AIRES DE LOS ‘60 en las palabras del protagonista: Mejor vivir de eso es una ciudad?… Es un gran club de zombies, un mentiras, como un zombie… … ¿Ustedes creen que campamento de fantasmas…

Notas

1 Para un estudio del desarrollismo en Argentina puede consultarse el trabajo de Susana Torrado, Estructura Social de la Argentina. Buenos Aires. Ediciones de la Flor. 1992. 2 Nos referimos a una supuesta oposición ya que en el des- pliegue de las artes plásticas del siglo XX, si pensamos en casos como los de Picasso, Klee, Magritte, Chagall, Brancusi o Muybridge, tal confrontación nunca fue real, sino más bien una preocupación de críticos, teóricos e historiadores. 3 Noé, Luis Felipe. Mi Viaje, y Cuaderno de Bitácora. Buenos Aires. El Ateneo. 2015. 4 Giunta, Andrea. Vanguardia, internacionalismo y política. Arte argentino en los años sesenta. Buenos Aires. Paidós. 2001.

- 120 - LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO

Mary Méndez

Croquis para Villa Humboldt. Fondo privado de la Fundación Cravotto

En la fotografía vemos los recaudos gráficos atmósfera y el carácter buscados para la villa, para una pequeña ciudad que pertenecen a de cara a su definición plástica, tema que fue la colección privada del arquitecto uruguayo planteado por Cravotto en 1949 como ejercicio Mauricio Cravotto1. Villa Humboldt, imagina- del curso de Urbanismo que dirigía en la Facul- da y nunca construida, debía estar localizada tad de Arquitectura. en el centro del Uruguay sobre el Río Negro y La villa estaba integrada por viviendas, frente al lago artificial de la represa de Rincón un centro cívico y comercial, áreas deportivas del Bonete, en el sitio donde se genera la ener- y edificios para el recreo. La pequeña comuni- gía eléctrica que alimenta a todo al país. Las dad se desarrollaría a partir del núcleo inicial, imágenes no contienen demasiados detalles compuesto por unas 2000 personas, todos del proyecto ni de su autor e incluso es proba- funcionarios del Geografeum, investigadores ble que no se trate de un proyecto sino apenas dedicados al estudio de la geografía, la zoolo- de una sugestión urbanística. Posiblemente los gía, la botánica, el paisaje y la ecología mundial, dibujos hayan sido realizados para sugerir la responsables también del archivo de documen-

- 121 - LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO tación cartográfica y aereofotogramétrica. La uruguayo que Mauricio Cravotto denominó Al- institución, el núcleo de la aldea, seguía los dea Feliz. Mucho más que un proyecto, la Aldea pasos de Alexander von Humboldt, uno de los Feliz fue una teoría general sobre las formas padres de la geografía moderna y estaba pensa- de los asentamientos humanos que llegó a arti- da para mantener encendida la antorcha de la cular todo el pensamiento de Cravotto y que le Ilustración en suelo oriental. permitió unificar propuestas concretas, desde Si nos detenemos por un instante en la escala edilicia a la territorial. la fotografía, en el margen superior derecho Para ello fue necesario recorrer un largo vemos el Geografeum, el edificio en forma de camino intelectual en el que el arquitecto co- pirámide escalonada que asoma junto al lago. menzó pasando revista a los principios artísti- Sigamos apenas el derrotero local de la singu- cos de Camilo Sitte, al pensamiento de Werner lar forma, su aparición como museo acuático Hegemann y a las ideas comunitarias de la Ciu- en el Plan Regulador para Punta del Este que dad Jardín de Ebenezer Howard. Recuperando Carlos Gómez Gavazzo realizó en 1935, unos la impronta de las ciudades medievales de Ale- meses después de terminar su estadía con Le mania e Italia intercambió datos y opiniones Corbusier en París, para establecer así los ex- con una extensa red de intelectuales a lo largo plícitos vínculos con el Mundaneun. Es conoci- y ancho del mundo. do el enfrentamiento entre Le Corbusier y el Inicialmente la Aldea Feliz tuvo un mar- arquitecto checo Karel Teige, que tuvo entre cado carácter romántico que puso en valor la sus temas el arcaísmo del museo para la Ciu- naturaleza por encima de cualquier forma de dad Mundial de 1929. Recordemos aquí que el vida metropolitana. Por eso las imágenes rura- zigurat fue rabiosamente defendido por el suizo les y pintorescas, o la domesticidad de la vida como contrapunto simbólico para la mecánica comunitaria invocada en las aldeas medievales, ciudad moderna. fueron leídas en contraste con el rostro anóni- Siguiendo esa misma lógica, el Geogra- mo y la vida nerviosa de las grandes ciudades. feum de Villa Humboldt expresa sus pretensio- De la misma manera, este renacer de comuni- nes simbólicas a través de la forma, mediante la dades y aldeas parecen ser la condición utópica evocación de una arquitectura que por arcaica y necesaria para el renacimiento paralelo de la ya se vuelve eterna, pero además refuerza esta arquitectura y en especial de los monumentos, pretensión a través del uso. El edificio cobija representados por los edificios públicos. a un tipo de trabajadores y un tipo de conoci- Cravotto fue definiendo la idea de ma- miento al que podríamos calificar como desin- nera progresiva al comenzar la década del teresado e ideal. O mejor todavía, una sabiduría veinte, llegando a formalizarla completamente ajena a las formas de pensamiento operativo hacia 1955 y la explicó paralelamente en artí- que gobiernan la producción moderna. culos, clases y conferencias. Los materiales que Villa Humboldt no es un conglomerado prueban el dilatado pensamiento se conservan aislado, sino el corazón de todo un sistema ur- en su archivo privado en carpetas y biblioratos. bano. Es la principal urbanización de una red Uno de estos lleva por nombre Aldea Feliz y en de poblados dispersos por todo el territorio sus folios incorporó edificios, premisas para los

- 122 - Mary Méndez cursos de Urbanismo, artículos sobre vivienda La fascinación finisecular que sobre Cra- y planes urbanos. En consecuencia, parece que votto ejercían los ayuntamientos medievales se todos los proyectos que Cravotto realizó deben plasmó en el proyecto neogótico con el que ob- entenderse como fragmentos de una utopía ur- tuvo el premio más destacado. La planta se or- bana en construcción. ganizó en torno a dos claustros articulados por El Palacio Municipal y el Plan Regulador volúmenes que albergaban las salas principales. para la ciudad de Montevideo fueron las dos Los espacios abiertos contiguos otorgaban al propuestas que le permitieron iniciarla. La pri- conjunto la imagen de una pequeña ciudadela, mera fue el anteproyecto que Cravotto presentó como se revela claramente en el croquis. Una en el llamado a concurso de 1924. El Municipio torre monumental se ubicaba sobre la avenida, iba a instalarse en el predio donde ya se había jerarquizando el acceso principal al hall. El cam- comenzado a construir el Palacio de Gobierno, panario, pues eso era en realidad la torre, debía sobre la Avenida 18 de Julio, entre las calles otorgar belleza y paz al pueblo montevideano, Ejido, Soriano y Santiago de Chile. Paralizado dominando la plaza pública de modo similar a en 1910, los cimientos alcanzaban el medio me- los de las ciudades belgas de Brujas y Malinas. tro por encima de la superficie y restringían la Citando al austríaco Camilo Sitte, Cravotto planta del nuevo edificio. destacaba el interés que generaban las visiones

M. Cravotto, Palacio Municipal. Anteproyecto de 1924, Arquitectura (SAU), nº 78, (1924): 83.

- 123 - LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO oblicuas del campanile, una vista que plasmó en ciudad y la limitación de la población hasta un varias perspectivas. En esta instancia el jurado máximo de 3 millones de habitantes. Proponía declaró desierto el primer premio del concurso la multiplicación de espacios verdes en el inte- y Mauricio Cravotto obtuvo un segundo puesto, rior de la ciudad y un nuevo sistema vial con- que no llegó a construirse. 2 formado por parkways que limitaban cada zona. Entre julio de 1929 y diciembre de 1930 Hacia el norte, se limitaba la ciudad se realizó un nuevo concurso a dos vueltas en el mediante una vía bordeada por árboles, donde cual Cravotto resultó finalmente ganador. Ha- se insertaban cincuenta rascacielos para ha- bían pasado cinco años y aunque los elementos bitación colectiva, con una capacidad total de estructuradores se mantuvieron, la evidente re- 250000 habitantes. Se lograba de esta forma ferencia estilística medieval del primer concur- una alta densidad que definía al mismo tiempo so se diluyó. El alto campanario persiste, pero el área urbanizada y la separaba nítidamente de bajo la forma de una torre escalonada, despla- la zona rural. El arco de torres debía absorber zada de la fachada principal hacia el centro del el crecimiento sin aumentar la mancha urbana predio, mientras que la plaza frontal adquirió y permitir el contacto de los ciudadanos con la una relevancia mayor al elevarse varios esca- naturaleza que comenzaba allí mismo, al pie de lones sobre la Avenida 18 de Julio y continuar los edificios. Más allá, desarrolladas en un arco francamente en el interior del edificio. de círculo, se articulaba un conglomerado de al- deas: las ciudades jardín satélites. Las acciones En paralelo Cravotto estaba definiendo propuestas debían lograr la felicidad social, no junto a los arquitectos Octavio De los Campos, solo cuestión material, sino sobre todo espiritual.3 Milton Puente e Hipólito Tournier el Antepro- Mauricio Cravotto avanzó en la defini- yecto de Plan Regulador para la ciudad de Monte- ción de la teoría con el proyecto para el Park- video. La relación de la incipiente teoría con los way Atlántico que debía unir Montevideo con postulados que revisaron la Ciudad Jardín de Piriápolis, una propuesta elaborada entre 1932 Howard en el período de entreguerras parece y 1936. Los dos principios claves de la región bastante explícita en este plan urbano. Allí se de Nueva York se aplicaron aquí: el de la unidad sostenía la alta densidad de población, la for- vecinal y el de carretera arbolada en la versión mación de conurbaciones, la limitación del nú- reformulada por Barry Parker.4 El parkway fue mero de los habitantes y la generación de otros traducido como una avenida con 700 árboles centros separados del principal por un cinturón por hectárea. Era una vía que unía aldeas –al- verde. La posición contraria de Cravotto a la gunas eran los balnearios existentes en Ca- proliferación de los suburbios jardín se advier- nelones- enlazando la ciudad con el campo y te con claridad. permitiendo establecer relaciones productivas El Plan Regulador se basaba en la reubi- entre ambos. En este caso Cravotto retomó los cación del centro de Montevideo hacia el norte, argumentos centrales de Howard, no solamente generando un Centro Cívico de Gobierno, punto en lo relativo a la articulación física sino a algo de concentración que contrarrestara el desarro- mucho más importante para el modelo, el modo llo que se estaba operando hacia el Este de la colectivo de propiedad de la tierra.

- 124 - Mary Méndez

El Park-way Atlántico fue concebido El anteproyecto de Plan para la ciudad como un parque lineal extenso de propiedad es- de Rocha, la Ciudad Industrial de Rincón del tatal: cientos de hectáreas de bosque libres de la Bonete o el Pueblo del Mármol propuestos en especulación del suelo. En ese bosque público se 1935 fueron ejemplos contundentes de base insertarían núcleos habitados, aldeas de hasta industrial, que incorporaban vías de tránsito 5000 habitantes. El plan evitaba las construc- arboladas, evitaban la rigidez del damero y des- ciones enfrentadas a la avenida, que se coloca- tinaban gran parte del suelo a espacios verdes ban en cambio sobre caminos vecinales que la en las proximidades de la zona de viviendas.5 cruzaban perpendicularmente. La avenida era El Plan para el Cerro exploraba la capacidad una senda de velocidad controlada de 100 kiló- evocativa de los pueblos mediterráneos incor- metros de extensión que atravesaría diversos porando imágenes pintorescas para los caseríos paisajes. Árboles, flores y cultivos debían inter- y aprovechando las diferencias de niveles que calarse con las aldeas y otros poblados más pe- caracterizan el sitio. Las visuales interrumpi- queños de hasta 800 habitantes. Esos pueblos das, las calles ondulantes, la relación próxima menores albergarían artesanos y agricultores y entre los edificios, el borde cerrado de las plazas en ellos se instalarían paradores y hoteles para con centros vacíos eran tópicos que se alinea- los viajeros. Sobre la avenida se ubicarían tam- ban indudablemente con la tradición del Arte bién las colonias de vacaciones de los distintos Urbano difundido por Sitte. gremios de trabajadores. Las ideas que iban con- formando la teoría de la Aldea Feliz fueron la base sobre la que se estableció el curso de Urbanismo que dictaban Cra- votto y Juan Antonio Scasso en la Facultad de Arquitectura. Todos los anteproyectos que propusieron fueron montados sobre esta teoría de modo que desde la década del 30 los es- tudiantes trabajaban en partes o sectores de un plan general. Cravotto fue avanzando desde la enseñanza en los conceptos teóricos, en la configuración de los principales componentes, en la aplicación de referentes en ocasiones bastante explícitos y en las imá- El Cerro. Curso de Urbanismo, Revista Arquitetura e genes asociables que suponía más pertinentes. Urbanismo (Rio de Janeiro, marzo-Abril 1938)

- 125 - LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO

En 1941, el concurso para el Plan de Siguiendo las lógicas de la Aldea Feliz, el Mendoza, en Argentina, representó otra oca- Plan presentaba como prerrogativa fundamen- sión para poner en práctica buena parte de la tal la transformación de tierras privadas en pú- teoría.6 Obtenido el primer premio, Cravotto y blicas para poder operar libremente de acuerdo Scasso, junto con los argentinos Fermín Bere- a las conveniencias generales, eliminando los terbide y Alberto Belgrano Blanco definieron intereses de los privados que siempre obstaculi- tres etapas consecutivas siguiendo la operati- zan el bien común. Liberando la propiedad de la va que solía usarse en el Instituto de Urbanis- tierra se proponía mejorar el uso del suelo y del mo, que entonces era dirigido por Cravotto.7 El subsuelo, aprovechando la zona de serranías Pre-plan estaba basado en los datos primarios para habitación, cultivo y forestación. obtenidos y pretendía definir un plan de accio- Los arquitectos buscaban dotar a Men- nes inmediatas para evitar que se agravaran doza de ciertos elementos con carácter urbano los problemas de la ciudad. Estaba regido por para convertirla en una ciudad sin perder la una serie de conceptos claves aunque bastante benéfica impronta de conglomerado aldeano que abstractos como la idea de justicia, entendida debía no sólo mantenerse sino potenciarse. De como una concertación urbana que debía permi- acuerdo con esto, no se pretendía aumentar la tir a cada uno de los habitantes la posibilidad de densidad ni el tamaño del núcleo sino solucio- comprender, sentir, hacer y dejar hacer la obra ar- nar problemas viales y funcionales, al tiempo mónica y participar de la felicidad colectiva.8 que definir una ciudad con alma con una armo-

Plan Regulador de Mendoza. Fondo privado de la Fundación Cravotto.

- 126 - Mary Méndez nía interior perfecta. Señalaban que para esto la agencia creada en 1933 por Roosevelt para no se precisaba un gran tamaño sino fuerza de generar energía eléctrica en una amplia región procreación y poder armónico de expansión para de los Estados Unidos en los tiempos del New producir núcleos satélites capaces de albergar Deal. Recordemos aquí que su Villa Humboldt, otros habitantes evitando el crecimiento subur- la urbanización principal de La Aldea Feliz, se bano. El Plan Regulador de Mendoza significó ubicaba en el mismo sitio de la represa hidro- una puesta a punto de la teoría de la Aldea y eléctrica del Rincón del Bonete. una aplicación a un caso real. Fue sancionado La armonía entre industria y cultu- en diciembre de 1942 y su gestión se aprobó in- ra, es decir, el rostro humano de la fábrica, es mediatamente. Sin embargo el derrocamiento ejemplificada a través de la acción de Adriano del gobierno conservador por parte del movi- Olivetti en Ivrea, ciudad visitada y reseñada miento militar que tuvo lugar en 1943 frustró con atención por Cravotto en 1953. Continúa la iniciativa. con la acción de en las comu- nidades modernas de California, Puerto Rico y En 1955 Cravotto explicó de manera Guam, la organización cooperativa de Suecia, acabada su teoría en el artículo La Aldea Feliz, la urbanización regional industrial del valle del una teoría para distribuir armónicamente la pobla- Ruhr y los planes ingleses de posguerra, todos ción en crecimiento del Uruguay, publicado en el ellos indicados como experiencias asociables a Diario Acción. Consistía en una red compuesta la Aldea Feliz. El texto del planificador inglés por diez aldeas y otras diez comunidades ma- Thomas Sharp, The Anatomy of the Village, que yores que colonizarían el territorio uruguayo, había sido publicado en inglés en 1946, es tra- conectadas por avenidas rodeadas de parques.9 ducido por Cravotto como Anatomía de la Aldea, Así se llegaría a poblar las zonas centrales con indicando que contiene notable información so- unos 700000 habitantes con un temperamento bre los distintos ejemplos. aldeano, explícitamente contrario a los indolen- El artículo apareció el día 24 de agosto tes urbanitas que vivían en las grandes ciuda- y ocupó una página completa del diario Ac- des. Las aldeas eran económicamente estables y ción. El medio de prensa pertenecía el Partido se diferenciaban según el tipo de producción de Colorado y había sido creado por Luis Batlle base artesanal o industrial. Proponía forestar Berres, quien en 1955 gobernaba el país como la red vial con lo que se alcanzaría unos 2000 presidente del Consejo Nacional de Gobierno. km2 arbolados, mejorar las vías férreas y libe- Resulta significativo señalar el interés políti- rar la tenencia de la tierra en las rutas y zonas co que en ese momento revestía la teoría de la de asentamiento de los pueblos, principalmente Aldea Feliz, justo cuando Uruguay comenzaba las áreas destinadas a las viviendas y promover a transitar tiempos de angustia económica y también el desarrollo de la ecología a través del dramáticos problemas financieros. La editorial Geografeum. agregó al artículo de Cravotto una breve nota ti- En el artículo Cravotto cita como refe- tulada 1825-Agosto-1955, en alusión a la fecha, rentes algunos ejemplos relevantes comenzan- víspera de los 130 años de la Declaratoria de la do por la acción de la Tennessee Valley Authority, Independencia. Allí se exhortaba a recordar las

- 127 - LA ALDEA FELIZ DE MAURICIO CRAVOTTO obligaciones republicanas de los uruguayos, a concluyendo con un esperanzado llamado del emular el legado de los mayores que con sacri- gobierno para que cada ciudadano sepa cumplir ficio y trabajo habían hecho prosperar al país con su deber.

Notas

1 Cravotto nació en Montevideo en 1893 y murió en la mis- 3 Mauricio Cravotto y otros, Anteproyecto de Plan Regulador ma ciudad en 1962. Estudió arquitectura entre 1912 y 1917, de Montevideo, Arquitectura (SAU), nº160 (1931) ganó el Gran Premio de la Facultad de Arquitectura en 1918 4 La incorporación de otros principios de planificación de y en usufructo de la beca obtenida realizó hasta 1921 un origen norteamericano probablemente se debía a la lectura viaje de estudios por la costa pacífica de América del Sur, de los textos de Lewis Mumford, de los que Cravotto era Estados Unidos y Europa. En París ingresó en el taller li- asiduo lector. bre del urbanista León Jaussely. A su regreso comenzó su carrera docente en los cursos de Composición Decorativa y 5 Instituto de Urbanismo da Facultade de Arquitetura de Mon- Proyecto de Arquitectura. Enseñó urbanismo con Juan Anto- tevideo, Arquitetura e Urbanismo, nº 225 (Setiembre-Octubre nio Scasso desde 1923. La bibliografía del curso incluía los de 1937). textos de Ebenezer Howard, Raymond Unwin, León Jaus- 6 El caso está ampliamente reseñado en Méndez, Mary. sely, Tony Garnier, Lewis Mumford y George Simmel. Por Mendoza, la argentina Aldea Feliz de Mauricio Cravotto. Re- lo tanto la vertiente teórica más importante se apoyaba en vista Vitruvia nº1, Montevideo: oct. 2014. Revista del Ins- la Ciudad Jardín en todas sus variantes incluidas la francesa tituto de Historia de la Arquitectura. Farq. UdelaR. y la norteamericana. Promotor de la inserción de los estu- 7 Mauricio Cravotto, Plan regulador de la ciudad de Mendoza, dios urbanos en la carrera, creó el Instituto de Urbanismo República Argentina, por los arquitectos F.H. Bereterbide, A.B. en 1936, que dirigió hasta su renuncia en marzo de 1953. Blanco, M. Cravotto y J.A. Scasso, 8 (Montevideo.: Instituto Dentro de su actividad profesional destacan el Rowing Club de Urbanismo, Facultad de Arquitectura, 1942-1943). de Montevideo obtenido por concurso en 1923, el Palacio 8 Mauricio Cravotto, Posiciones y conceptos, Plan regulador de Municipal construido entre 1936 y 1962, el Hotel Rambla la ciudad de Mendoza. de 1931 y su casa propia de 1933. 9 Mauricio Cravotto. La Aldea Feliz, una teoría para distribuir 2 Mauricio Cravotto, Concurso del Palacio Municipal, Arqui- armónicamente la población en crecimiento del Uruguay, Diario tectura (SAU), nº 78, (1924): 83. Acción, 2417 (Montevideo: agosto 24).

- 128 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO Carlos Tapia

Fig. 1 Boulevard du Temple, verano de 1838, Paris, 3ra. de Arrondissement, Daguerrotypie.

ACTO 1. Quid. Que la población de las ciudades griegas, ya en de principios. Que una forma oblicua en la es- torno a la mitad del siglo V a. C., se inquietara critura, retórica, como es cambiar el orden de por los riesgos éticos y los efectos colaterales las componentes lógicas de su estructura para políticos del nuevo negocio-paideia sofista es amplificar por la forma lo que el sentido sólo algo que puede deducirse entre otras cosas de enuncia, sea la que poetice y ponga en repre- las producciones del teatro ateniense. (Sloter- sentación la evidencia del fin de una era (como dijk, 2015:180) suma de apariencias y de encarar temeraria- mente un desafío), merece ser objeto de satis- Que la estructura visible que constituye facción de nuestra curiosidad. una escena, esté montada sobre la parcialidad En un sentido impositivo, de creación indirecta de frases-sentencia, y se mantenga original, de obligación de cumplimiento, de como sístole de vida y rima de un pensamiento exigencia de castigo, toda oración que se inicia que mejor se resguarda en su backstage, merece con un que (su quid), que se repite a lo largo del ser entendida como una contumaz declaración texto, se muestra como la cadencia de una con-

- 129 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. dena que se cuenta por las horas irremisible- análisis de sistemas y abandonar a Shakespeare a mente golpeantes anhelando su final, o por la los estetas y al público de gallinero, que se aliaron soberbia de quien se sabe en la posición irónica, para elevarle al primer lugar (Bloom, 2009:70). sardónica e indolente de generar las retóricas Recordar a Bloom y su concepto crítico más sublimes para conformar su argumento. de la angustia de las influencias demanda una Sólo quienes tienen esa potestad, sean doble atención. Por un lado, Bloom insiste en dioses o filósofos, representan a los ojos de los la pertinaz condición de la literatura por con- demás la conformación de una teatralización centrarse en su autonomía, y su explicación donde los actos, ensayos, libretos, críticas, (mordaz y desafiante) aterriza como el vuelo de intercambian posiciones. Teatro, Theatrum una hoja de papel, dando golpes de cintura de Mundi, será lo que nos explique nuestro mun- mayor amplitud angular conforme va bajando do –en la escombrera1–’, cuando el poeta divino a las capas más bajas de los instintos de sus ad- o el poeta amante de la sabiduría (en esta ca- versarios. Quien entiende que el ser que es uno tegoría caben los arquitectos desde que Dinó- se forma por los unos que son ser antes que él, crates leyera a Vitrubio) anuncien el fin de la entiende a Bloom, minusvalora el sentido de Edad Moderna, esta vez sentados no sin cierto la autenticidad u originalidad, y promueve un recelo en la platea. La trama es trágica, no hay cierto sentido de imaginario colectivo. Para duda, el fin de algo que nos ha hecho ser lo que aquellos que condicionan morfologías y creo- somos, pero en el tono irónico (eironeia) del dos en el aparecer de su ser reserva Bloom el quid de la cuestión del actor vestido de calle, término canon. Canon no es la falacia de un se prolonga la vida transitoriamente, lo cual conservadurismo tipológico ni su destrucción nos permite verla fuera de nosotros mismos, y el adalid de renovaciones sociales. Tan sólo nos como tragicomedia. sirve2 para concentrar nuestra puesta en escena No es nuevo tal que-hacer. Desplegar el en la recurrencia de que pensar lo que vemos no panorama, la visión del estado de la cuestión, es justo su tiempo ni la trama, sino los tiempos jugando a problematizar la relación entre la y tramas que navegan como experiencia his- ficción y la realidad se denomina metaficción y tórica del colectivo, por encima de sus vidas e acusa ser un estilema de la postmodernidad. indistintamente más allá que hacia delante o Reposicionar al autor a las bambalinas y al es- atrás en el tiempo. pectador a que sea el punto de referencia (deixis) Ese más allá es el prefijo meta, que jun- de la obra, por su presencia inserta, disgustaría to a teatro, metateatro, es un sentido ficcional, sobremanera a Harold Bloom. Para el teórico li- autorreferencial, y explica en su puesta en es- terario neoyorquino, que Foucault descabalgara cena, el mundo. Más allá y con las posiciones al autor de su silla y hasta de su peana, dejando cambiadas (meta y anáfora), se trata de un el caballo arriba, dejó sin solución qué hacer a teatro que emplea la anáfora conceptual (que partir de ese momento crítico. No obstante, el se define como la repetición de la palabra ini- recurso de la retórica es insoslayable para él: si cial de cada frase, y en nuestro argumento es se busca una verdad que desafíe la retórica, quizá que, pero también es la anáfora el uso de una habría que ponerse a estudiar economía política o expresión que sólo alcanza sentido por otra ex-

- 130 - Carlos Tapia presión inserta en el contexto) como particular mundos. Sean realidades o sus representacio- metáfora gramatical. nes, sean los mitos o la angustia ante un futuro El otro lado de la autonomía es la vida incierto, anticiparse al fin del proceso de Mo- como sueño. Bloom trató de hacer una lectura dernización, lo que Sloterdijk llama reiterada- de Freud a través de Shakespeare, como para dar mente el principio dinámico-civilizatorio, reclama una oportunidad al gran cerebro del siglo XX, la presencia de profetas, visionarios o rebeldes toda vez que no es concebible que el autor de la que, como casus belli, alimenta sus sueños con la interpretación de los sueños cayera en su propia imagen que lo fascina y a través del sueño busca añagaza atribuyendo autorías diversas al autor una nueva revelación (Augé, 1998: 102). Natu- del Hamlet. El historiador Carlo Ginzburg (1999: ralmente, el antropólogo francés no sospecha 157) se hizo cargo del deber retirar el pase per- que en ese capítulo esté él hablando del tránsito manente del que gozaba el psiquiatra vienés en la entre Edades (lo que sí es evidente en el último representación del mundo. En paralelo a la des- de los compendios del libro) ni en su vertiente activación de las teorías de Jung del inconsciente arquitectónica. Pero cómo no ver como profeta a colectivo, el ataque a Freud se basa en el crédito un Koolhaas (Sendas oníricas de Singapur: retrato concedido a la herencia psicológica y cultural de una metrópolis potemkin ... o treinta años de ta- que reciben los hijos de los padres, exacerbada bla rasa), como vidente a un Schumacher (Fluid cuando creemos que existe una predisposición Totality – The dream of inhabiting a nature-like a ir más allá (meta) reviviendo el individuo no built environment), o como rebelde a un Santia- lo que su generación recibe de la anterior con la go Cirugeda (€spanish Dr€am), por poner casos que convive, sino el influjo de una corriente que cuya capacidad de contagio onirocrítico es de proviene desde incluso la prehistoria. grado epidémico. , en El teatro Quizá la tranquilidad y ligereza con la y su doble (2001), constata la condición de la rea- que se trata aquí la cuestión del sueño pueda lidad como la verdad que emana de la epidemia, meramente ser (mal) entendida por el juego de peste, anunciada premonitoriamente por un de canjes que concede vernos insertos en una sueño donde un cuerpo infectado sin signos representación escénica de la realidad y no en externos de afecciones es análogo al del actor, la supuesta realidad misma. Así hemos enun- penetrado por sentimientos desasidos de su yo: ciado y desarrollado in-formadamente este es- todo reacciona hasta el paroxismo, dice Artaud, crito-obra teatral, donde el problema de lo que pero nada ha ocurrido. Tal exceso, de felicidad pueda ser lo real es asunto de primer interés3. teatral, se debe rastrear hasta el encuentro de Sin embargo, no es un asunto casual o digre- su origen, en tanto que tal lejanía mejora lo cer- sivo (¡hablar, hablar mientras se pueda, eso es tero de su implicación en el presente. todo!, denunció Aristófanes4) esto del sueño y Tal vez con el Decamerón, pueda decir- el despertar, como dialéctica, como conciencia, se que se interrumpe la historia natural de las de clase, de voluntad de resistencia a un imagi- cosas, en la que todo lo que ocurre queda abo- nario sobreimpuesto, etc. cado a lo mismo, como asimismo ocurrió con En La guerra de los sueños, Marc Augé la historia que nos juntaba como humanos con evalúa el dilema de encontrarse entre dos Dios, que vino después. Bocaccio inaugura una

- 131 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. serie de cancelaciones insertas en el proceso de cio del capitalismo de ficción. Baste recordar la modernización que culminan con la apuesta no frase I have a dream para que emerjan cientos muy bien aún asumida, desde hace más o me- de miles de dreamers tratando de alcanzar ese nos 4 décadas, que pretende incluir la historia sueño, empezando por reclamar su derecho a natural en la historia humana, que llamamos nacionalidad, igualdad y voto. Más adelante in- ecología aunque la pensemos como desarrollo sistiremos en esta cuestión del wish-fulfillment. sostenible. La primera de esas inhabilitaciones Augé mantiene como hipótesis que en proviene del entendimiento de que el Renaci- toda creación, sea individual o colectiva, que se miento es una embestida a la resignación ante superponga a otra o que se agote como fuente el infortunio, que dominaba a los humanos de generación de imaginarios, puede perjudi- hasta el momento en que se puso fin a la Edad car al simbolismo y memoria colectivos. Que Media por la sanación contracultural de un existe una guerra de los sueños, para hacerse principio de esperanza cuyo leitmotiv rezaba de con el control de lo que Freud formula ampli- nuevo con labios móviles5 como una voluntad de ficadamente como sueños seculares de la joven cultura, un informar anticipadamente moderno. humanidad, no parece ser sino el motivo de este Los trabajos de Le Goff (2015) sobre la entremés de escenas finales, de enjuiciamiento civilización del Occidente Medieval y la funda- final de una época. Jung lo retoma influido por mentación social del sueño individual y colec- el romanticismo alemán, donde la profundidad tivo son puntos de apoyo sólido para nuestras del sueño alcanza con él lo insondable del indi- intenciones de reconducir las actuales tensiones viduo y más allá (meta), la universal naturaleza psico-dinámicas por la sensación de cercanía de ya despersonalizada e indiferenciada. Cómo no las fechas de caducidad de una época mientras advertir de aquí derivado el influjo en los pro- convive con los indicios de otra, que por demás líficos trabajos sobre el sueño en Bachelard que no trae mode d’emploi. Las dos caras del dios tanto ha influido en los arquitectos y en la mo- Jano, dios de inicios y finales, se miran a los numental obra de Sloterdijk. ojos, somnolientos, quizá incluso sonámbulos. Se ha de recordar aquí, una vez más, Le Goff arguye que lejos en el tiempo, la moderna antimodernidad de las imágenes desde los albores del primer milenio y has- del deseo de Walter Benjamin con las que la ta el siglo XVII, las narraciones de los sueños masa procura doblegar y obtener para sí una (tenidos en estado de vigilia) podrían ser con- alternativa transfigurada a lo que recibe como sideradas como contrasistema cultural. Hoy, producto social. Tales imágenes del deseo re- como entonces, el sueño subversivo es objeto gresan, tanto para Benjamin como para Freud de atención. Sueños individuales pueden co- a un pasado primitivo pre-histórico, sin clases, nectarse entre sí y ello evoca la trascendencia y vuelven como generadoras de profecías. Para que alcanza una comunidad cuando se recono- otros fines, la tectonicidad en la representación ce como tal. Pero también es objeto de deseo de la arquitectura en el tránsito del XIX al XX, de control, mediante tecnologías electrónicas, ha descrito profusamente este argumento el informacionales, publicitarias y de consumo o, desaparecido Detlef Mertins en su Benjamin’s de otro modo dichas: las tecnologías al servi- unconscious6.

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Hemos elegido una imagen para esta es- resado en obtener un principio de fidelidad a lo cena inicial. Se trata del primer daguerrotipo real, sino alcanzar a presentar desproporciona- dado por bueno –otros incipientes intentos de damente los pequeños detalles de las sensacio- químicas fallidas se conservan también–’ don- nes, el deseo y lo fantasmagórico, que de seguro de aparece una figura humana. Es una vista Pessoa12 conocía, al juzgarse a sí mismo (a su sí desde el tejado donde tenían el laboratorio y el mismo sin su raciocinio y afectos, su Bernado Diorama Daguerre y su ayudante Hubert7. Esta Soares) como una placa fácilmente impresiona- imagen es famosa por varias razones, entre ble (Pessoa, 2013: 73). otras, ser considerada la primera, y por verse Ardo en deseos de ver tus experimentos una primera figura humana. La importancia es tomados de la naturaleza escribió Daguerre en captada por Agamben8, que en su libro Profana- 1828 a J. Nicéphore Niépce, una emocionada ciones (pág 30), hace confusión entre ese ser y la frase que dio pie a la investigación de 2004 de humanidad entera. Geoffrey Batchen sobre la fotografía, donde Al dejarse ver, ese hombre sobreex- puede obtenerse una concisa consideración del puesto (el procedimiento daguerriano emplea- pretexto fotográfico: el objeto fotográfico no es ba entre 10 y 60 minutos de apertura de foco), por sí mismo, sino por el campo asociado por un enjuicia lo que somos, nuestra existencia, por sujeto unitario, que no es el superviviente sobre- el más vano gesto banal de la quietud del que expuesto que se ve en la imagen de Daguerre, se deja lustrar unas botas. Todos los demás se- sino que el que toma la imagen –Daguerre mis- res se han borrado9 y ni el bullicio de la calle mo–’ es quien provee una relación imaginaria –la calle que fue luego desmontada, destruida, y geométrica de ese sujeto con el espacio real. recompuesta por la perspectiva haussmannia- Es decir Batchen, apoyado en tres au- na10–’ impregnó la placa. tores (Sekula, Burgin y Tagg) problematiza A nosotros lo que nos impresiona de esa sobre la base de que toda fotografía carece de fotografía es su carácter ficcional, no sólo por objetualidad, de identidad per se y su historia ser una calle donde abundaban los teatros (ver está desposeída de unidad. Tales característi- la Guía Galignani del Nuevo París de 1862) o por cas son constitución de una base formalista la estaticidad que sobrevive al cambio, sino por del hecho fotográfico que para Batchen (2004: su virtualidad, entendida ésta como las miles 201) y para nosotros apoyados en él, atravesa- de cosas que quedan adheridas, flotando en el dos los rápidos que amenazan la estabilidad de espacio profundísimo de la superficie de inscrip- esos rasgos, se disuelven sobre los pigmentos ción11 de la placa. de cada toma que se acerca a nuestra época. Como una representación de todos los Contravenir lo formalista será participar de las instantes del batir de alas de una mariposa –’así inversiones que la relación entre naturaleza y define Pessoa las sensaciones de las cosas mí- cultura exhibe, exacerbando el polo cultural y nimas–’, esta imagen de la Rue du Temple del alimentando un reconocimiento de la caída en verano de 1838 sobreexcita los tiempos de la lo postmoderno. experiencia, acumulada y reposicionada en lo La postmodernidad en la discusión so- que llamamos ciudad. Daguerre no estaba inte- bre la fotografía recurre a la crítica a la ideo-

- 133 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. logía, a la cuestión del poder, a la separación Es este aspecto, que se enmarca en lo realidad/representación, primando ante cual- formalista pero que se enreda en las reflexio- quier otra posibilidad, la representación13. Sin nes de Lacan sobre el imaginario14, será la cla- embargo, puede decirse que lo que nos interesa ve de nuestros supuestos, generando nosotros señalar no son tanto estas diatribas sino la evo- una serie de escenas de deseos invertidos en la lución de la percepción que por qué no asumir- mirada, como que fuera el tiempo quien mirara lo, cambia en virtud de las transformaciones hacia la cámara y se preguntara cuáles serían de los discursos de la visión. La fotografía de las significaciones imaginarias para una socie- Daguerre, al juzgarse a sí mismo, como Pessoa, dad considerada (en nosotros, occidental), pues cambiando lo visible que muestra, por lo visi- ciertamente, en realidad, son el mundo. vo del sujeto tras el aparato de captura es una catalización de deseos invertidos en la mirada.

Fig. 2 Imagen Estereográfica del Boulevard du Temple (cerca de 1900).

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ACTO 2. La ciudad con-siderada tacadas, donde el destino se manifiesta a través un interior. de un inflexible y materialista determinismo biológico, económico y social16. Benjamin, como Paysage Baudelaire –a quien el crítico Sainte-Beuve co- Je veux, pour composer chastement mes églogues, locó en lo que él definió como la avanzadilla Coucher auprès du ciel, comme les astrologues, del Extremo Oriente–’, finalmente se decanta Et, voisin des clochers, écouter en revant y rompe con la idea de lo moderno como racio- Leurs hymnes solennels emportés par le vent. nalidad estricta, a través de reconocer un canon Les deux mains au menton, du haut de ma mansarde, que aclara lo oscuro que resulta ser lo que no es Je verrai l’atelier qui chante et qui bavarde; racional: el lenguaje. En él, en lo que se consti- Les tuyaux, les clochers, ces mâts de la cité, tuye como un dispositivo de virtualización de Et les grands ciels qui font rêver d’éternité. los tiempos, se desvelan los caracteres incons- cientes del escritor. (, Tableaux Parisiens, Fleurs du Mal).15 Aunque no sintamos melancolía, como la sintieron Durero, Starobinski, Panofsky, Saxl Gershom Scholem conservaba la única copia o el mismo Baudelarie de los encuadres parisi- de un texto de su amigo Walter Benjamin en el nos, la escena que vamos a proponer como ob- que se habla de la cercanía y la lejanía (Gesam- jeto de este acto, admite prestar atención con melte Schriften II, 1411). Benjamin dictamina las manos apoyando el mentón17. Nos permite que el hombre no actúa en vista de lo que está saber anticipadamente que hemos de mirar con por venir, como si se pudiera determinar su vista paciente una temporalidad que no es cau- trayectoria, sino con vista, sabiendo que lo que sal por ningún procedimiento histórico. Resul- se acerca viene de lejos. Así, consultar los as- ta ser tan ardua la empresa, que el verdadero tros resulta ser más profundo y adecuado que observador (Benjamin lo llama historiador en reflexionar sobre lo inmediato de tal forma que sus Tesis sobre la Filosofía de la Historia) captura no necesariamente lo que llega viene del pasado la constelación en que su propia época se hace y conduce a un futuro. Allí, en los cielos, pasado visible, indisolublemente asociada con tiempos y presente adquieren una realidad compuesta, anteriores enteramente determinados. dado que la luz concierta los diversos tiempos Constelación es, en la terminología en- cohabitantes. De la misma manera, mirar a los revesada de Benjamin, explosión18, salto y ori- cielos no implica alcanzar conocimiento para el gen –’spreng, Sprung, Ursprung–’ (Cuesta Abad, rasgo menor que constituyen los actos vitales, 2004:57), un tiempo-ahora que quiebra la his- sino para la amplitud de la propia vida, única, y toria como continuo. El pasado se retiene como que puede tener destino. imagen fulgurante que centellea para ser guía de De acuerdo con David Harvey en su libro una época en su legibilidad, a la que sólo a ella se sobre París, Baudelaire se debatía en el inicio adecua mediante su carácter de constelación. La de su producción literaria entre la adopción y la imagen leída entre lo que ha sido y su ahora es repulsa de las formas naturalistas de su época, dialéctica, ya no depende del tiempo (Benjamin, las novelas de Balzac y Zola entre las más des- AP, N 3, r) sino que es de naturaleza imaginal.

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Esto es el Proyecto de los Pasajes de Ben- formaciones culturales que se derrumban en jamin. Sobre ese inmenso trabajo conectivo el proceso de evolución del Mundo en su com- con los despojos de la vida, se ha investigado plejidad y sólo cuando se desmoronan, como y dicho una enormidad semejante. Y ha servi- consecuencia de cambios en la base, se hacen do para reflexionar en la acción inconsciente visibles tales superestructuras. Sin embargo, colectiva y en la conciencia activada de la in- la cuestión por la realidad, que es lo que fun- dividuación. Al mismo tiempo, ha permitido damentalmente caracteriza esta distinción, diagnosticar, a través de las perspectivas de la acaba adquiriendo la rigidez de lo estático, de cultura material y claves de pensamiento ab- lo estructurado, muy alejada de lo que podemos solutamente reveladoras, la ciudad: la ciudad comprender hoy por realidad, dinámica en el moderna, la ciudad contemporánea. sentido de Heráclito, siempre en movimiento, Con-siderar la ciudad contemporánea, multilateral o dicho por Benjamin, dialéctica. establecer el vínculo de lo sujeto a tierra por el Para el Diamat (abreviatura de la expresión amparo de un cielo común, dado que conside- acuñada por Plejanov, el Materialismo Dialé- rar significa atender a la posición de los cuerpos ctico) la base acababa siendo materia, y la su- celestes y su ángulo de referencia con nuestra perestructura, espíritu (Ferrater Mora, 2009: posición, sería pensar en una textualidad para- 410). Y con espíritu incluimos la Religión, el láctica homóloga para la ciudad. Tal capacidad Arte, el Derecho o la Filosofía. En la contem- de legibilidad urbana tendría sus raíces en esa poraneidad, el reduccionismo que supone la confianza marxista en la historia que profesa separación entre raíces, tronco y ramas se ha leer en las situaciones como otros lo hacen en superado con el rizoma de Deleuze, por poner los textos (Finkielkraut/Sloterdijk, 2008:13). una clara derivada y prevalencia, hoy ya igual- Ello demanda creer que aún en su extinción, mente sometida a enjuiciamiento. Aún en ese la luz de muchos astros continúa alumbrando revisionismo de la llamada French Theory y de la nuestro cielo y que el arte de generar figuras con sospecha nietzscheana, conforme a estas defi- esos tiempos, cuerpos y posiciones relativas se niciones pero en términos arquitectónicos, una denominaría contemporaneidad. catedral no será expresión como superestruc- No será nuestra intención zanjar la tura de una sociedad feudal mientras su siste- demanda que hace Harvey (2008:27) sobre ma morfodinámico funcione. Tan solo llegará las teorías de la ciudad, que denuncia que son a serlo cuando los sistemas simbólico-produc- muchas en la ciudad, pero no existe la teoría tivos sean otros y las propias catedrales sean de la ciudad. No parece sensato alcanzar un las que impidan el desarrollo de esa sociedad, sentido de lo común citadino –marxista, como que sucumbirá evidenciando la diferenciación el geógrafo británico– donde mantengamos base/superestructura19 que le fue propia. esa raigambre al modo de una figura de una En contrapartida a la intención de aco- superestructura para la ciudad. Por recordar meter una metateoría de la ciudad, y tratan- meramente su significado, la superestructura, do al mismo tiempo de no particularizar por referida en el Prefacio a la Introducción a la crí- sobredeterminación de adjetivos para generar tica de la economía política por Marx, son con- un procedimiento de focalización descriptivo

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(Cinematic City, Self-Portrayed City, Global Net- En el debate del proceso de moderniza- worked City, Postmetropoli, Post Political City, ción, nada se muestra más alejado de Berkeley Provisional City, Splintering Urbanism, etc.) que (Crary, 2008:87) que el dispositivo perceptual depende del collage que habría que montar decimonónico por excelencia: el estereoscopio. con todos ellos para sintetizar la escena de la La consecución del campo de profundidad23 es- ciudad actual, nuestro propósito es aplicar el pacial, su relieve, era mucho más que un efecto modus operandi de Benjamin a la cuestión ur- para el regocijo en el engaño al cerebro-ojo. Ya bana. Tal cuestión, que fue ideológica antes de Baudelaire señaló en El pintor de la vida Moderna Castells (Brenner, 2013) y cotidiana e inserta que tal aparato reorganiza la posición del ob- en los medios de comunicación tras su libro servador, pero también las relaciones de saber de 1970 The urban question, se presenta ahora y de poder. De este modo, la imagen de París interrogando lo urbano como sospechoso a la para los medios de comunicación se constituyó hora de ser un marco factible o certero para en la década de 1860 en una fantasmagoría, un una teoría radical20. sueño, un espejismo, o una mascarada. Martin En síntesis, la exploración que aquí Jay (2007) relata la simbiosis de la habitual pretendemos mostrar trata de aspirar a la su- chanza de los procesos de transformación de peración de la mirada benjaminiana en lo con- la metrópolis, imbricados ahora en ironizar cerniente a la memoria melancólica21, pero con sobre su falsedad visual. Desde este momento, vista, es decir, gracias a la óptica que alcanzaron toda una maquinaria para el disfrute visual sus absorbentes Pasajes hacia la masa –y vice- está aparejada a la ciudad, París, y desde ella versa– para comprender la realidad como una todas las que asumen su sueño, con Nueva York heterogénesis de lo humano. Se supera, por tan- como la mayor ciudad-estereoscopio a desear, to, la reducción que supone la polaridad base/ de reduplicación de una realidad cuestionable, superestructura. Queden así vinculadas las no- pero fascinante24. Será Jean-Louis Déotte quien ciones de ciudad y virtualidad, que se abrazan mejor transfiera la posición excéntrica de Ben- en un proceso de lo visivo (en lo cercano y lo jamin insertando el concepto de superficie de re- lejano) que se abriría para nosotros desde el año producción, esto es, que siempre ha de pensarse 1709 con Berkeley22 y su nueva teoría de la vi- en virtud de un aparato que hace época, aun- sión, siendo el otro extremo temporal un debate que en forma diferida, retardada. Ello obliga abierto en la contemporaneidad. El intento ben- a hurgar en el pasado, para evidenciar nuestra jaminiano, como el de Ernst Bloch, una inter- contemporaneidad, porosa y constelada, como pretación desde el marxismo de un mesianismo hace el trapero Benjamin en su tiempo. La casa al que fue iniciado por Scholem, deposita en el del sueño colectivo, como el museo, que se han cine el aura necesaria para el sueño utópico de traducido como construcciones oníricas en múlti- transformación social. Ya no se trataría del sue- ples ocasiones, presenta en Benjamin una para- ño individual freudiano (de los dominantes o doja de reversos, de desdoblamientos de modos de sus esposas, diría Sloterdijk) sino sueños de opuestos. La arquitectura, que es exterior y masas donde los anhelos del proletariado debe- envolvente para el individuo, si se traslada a rían mutar en acciones políticas. un interior, como un pasaje parisino o el metro

- 137 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. de Moscú, se convierte en una repetición de sí Más bien, se requeriría desde la oficina mismo eternal25, que se hace historia, política, onirocrítica de empleo, a cualificados curators memoria. Para el colectivo, por el contrario, son que organicen los espacios para los archivos a las casas del sueño las que están en un interior, ser expuestos worldwide. Así se gesta la opera- en una experiencia fisiológica de envolvente ción del comisario de los sueños Boris Groys, de singular, en la misma medida que el cine. quien Sloterdijk (2007:88) sigue diciendo que Por tales razones, Déotte (2012:87) con- la diferencia entre Derrida y Groys se percibe cluye que es de crucial importancia el reposicio- por una diferencia edilicia. En el primero, su namiento de los intervinientes en la escena, de edificio destinado a archivo es de paredes flui- forma que el aparato que sirva para caracterizar das o mejor, sin muros, habitado por residentes una época no es el foco de la explicación que se tan heterogéneos como para que la envolvente requiere, sino para constituir una arquitectura faltante se supla por las derivas infinitas move- de interior. Para ello se precisa de una tercera dizas. Para Groys, en cambio, el edificio es un fase de la interpretación de los sueños, más allá museo. No el de Barthes, diríamos nosotros, (meta) de las de Freud y de Benjamin. Ambos sino quizá más cercano a una smart upgrade del autores están imbricados en la declarativa que Mundaneum de Le Corbusier: de nuevo, consti- hace Buck-Morss (2004:88) en Mundo soñado tuir un interior de exteriores. y Catástrofe en la profecía que muestra el pro- A pesar de la diferenciación, no reconoce- ceso de derrumbamiento de una era. Si ella se mos en ambas sino una formulación alotópica26 cumple, y no hemos encontrado motivos para de nuestro tiempo que se inicia con la profusión no aceptarla, sucede que la Historia se muestra de uso del estereoscopio. Crary (2008:158) re- descompuesta por imágenes y no por relatos. coge el pensar de Baudelaire, que advierte de las Imágenes que más bien son sueños consecuencias de acercarse el aparato, donde la emancipados de todo espacio-tiempo, engar- visión binocular establece dos visiones diferen- zadas en redes de memoria y de pasados redi- ciadas en una, donde no hay identidades sino midos. Tales imágenes, como las que encabezan una experiencia de reconciliación de imágenes cada una de nuestras escenas, sólo admiten in- disyuntivas, cuyas vecindades no están vincu- terpretaciones parciales en su fragmentación, ladas, al modo en que Deleuze hablaba de los es- pero resultan liberadas de su narrativa sobre- pacios de Riemann. El estereoscopio, por estas impuesta y las deja en disposición de un mejor razones, demuele la relación observador-escena encaje constelado en el presente. Se trataría de de la estructura, el punto de vista, aún teatral, sorprender, como el teatro de la crueldad de Ar- de la cámara oscura. Lo que se muestra al obser- taud, más que de explicar. Sloterdijk (2007:74 y vador es la reanimación técnica de un mundo ya 86) aclara el procedimiento deconstructivo apli- reproducido y descompuesto en dos modelos no cable: mínimos gestos a inocular como fermento idénticos, modelos apriorísticos que predeter- en la textualidad ideológica mezclada con su de- minan la percepción inmediatamente posterior. riva onírica interior, a sabiendas de su inevitable En lo que a la ciudad respecta, la imagen elegida fracaso. Fracaso porque ya no hay intérpretes para este acto segundo es el de una estereoscopia gramatológicos de sueños, ni son necesarios. del Boulevard du Temple, ya hausmannizado, con

- 138 - Carlos Tapia suficientes aportes interpretativos dados para para Baudelaire, asomarse a la vertical mirada alejarse del rostro el dispositivo, pero aclarando desde el balcón significaba tristeza y melanco- que no es por precaución contra el estrabismo, lía28, que compensaba cerrando ventanas, ence- sino por insuficiencia de fantasmagoría, por una rrado en su monadológico interior. adicción a la hypnerotomachia27 nunca saciable. El aparato caduco ya en el final del XIX ACTO 3. La ciudad virtual como provee una definición de nuestro tiempo en su escena. obsolescencia, la ciudad como montaje dinámi- La estrella de la catedral se está acercando co de heterogeneidades, como la analogía de la girando por sí misma, bailando catedral en el ejemplo de Marx. Arriba, en la de bailando, cambiando de forma y brillo París, observa una gárgola, con sus manos en yendo y, de nuevo, por mucho tiempo, al espacio azul oscuro el mentón, ese diablo alado cojuelo, melancóli- música en fórmula etérea co de tiempos en los que su maldad dictaba el hojas verdes flotando arriba, y desde los lados de abajo / comportamiento de los hombres. Analogías: co- /el orbe aparece, resale rrespondencias de relación especulativa (espejo internamente cubierto de un verde brillante... de sí) y de eje vertical (de simetría). Odilon Redon ilustró con un daímon ala- do el libro Les Fleurs du Mal de 1890, dado que (Narración en off, del alemán nuestra traduccción, minutos 8’30’’ a 11’, “Der Weltbaumeister” Bruno Taut.

Fig. 3 Fotograma del film de Bruno Taut de 1919 “Der Weltbaumeister/Architektur-Schauspiel für symphonische Musik”.

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Se dice que quien no haya leído el libreto de una se sobreexpone –riesgo y permanencia–, pero representación operística sólo acude a ella entre- no sobreactúa, puesto que su presencia es su gado a una sub-impresión estética, casi vacía de ausencia, en tanto que lo que se representa es contenido lírico, no sólo por la dificultad de en- el momento del mundo interpretado por él (Sloter- tender lo que los cantantes dictan, aun en el raro dijk, 2000:56). caso de que se domine el idioma escuchado y su Sólo así puede entenderse un libro de retórica, sino por lo distante del tema en su com- filosofía como el de Michel Onfray (El sueño de posición, que además, se rinde a la potencia de Eichmann, 2009), donde sacado del encuadre, la imagen –y música es imagen desde Bayreuth. Onfray coloca en su lugar al nazi Eichmann Quien menta el teatro wagneriano exige durmiendo la noche previa a su ejecución su- una consideración similar a no dejarse entregar maria, en su celda en el escenario, con imágenes al placer estético inconmensurable de la exalta- de Hitler proyectadas atrás, como un segundo ción musical –la existencia del mundo sólo se bastidor de fondo y en foco paralelo, Nietzsche puede justificar como fenómeno estético– sin en una tumbona. haber pasado por las arcas nietzscheanas. Se sabe que es él por el inmenso bigote, Arcas que son para dejar tributo pero ya que está envuelto en una tela hasta el men- también de las que llevarse el suplemento vi- tón. Kant entra, y despierta al ejecutor de judíos tal que se halla en ese conocer previo, extendi- para interrogarle por la lectura que éste hizo de do. No se hace mención sin que haya al mismo aquél. Hanna Arendt está presente, en su au- tiempo un hablar de qué conocimiento se ha sencia. Ella había escrito que la autodefensa de emplear para la obtención del aditamento. del que va a ser ajusticiado, apoyada por leer a Coincidente con el Nietzsche que pone en jaque Kant, era insostenible: no lo había entendido. teoría y práctica y el origen de la modernidad Sin embargo, Onfray sí encuentra ese totalita- hasta ese momento descrita –el del origen de la rismo en Kant, que duda de sí mismo en el diá- tragedia griega– Sloterdijk empujará la figura logo que se provoca. Se trata de partir del sueño, (chess piece) del autor del Zaratustra hasta sa- que ampara al crear y mantener en vigilia los carla del tablero y configurarle una escena, la más monstruosos paralogismos29. Así se funda del pensador on stage, cuya posición excéntrica la obra baudeleriana en su conjunto, pero con encuentra concurrente con el entendimiento carácter particularmente arquitectónico (Ca- de la supuesta superación epocal que llamamos lasso, 2011:175) si consideramos el único sueño postmodernidad. relatado por él, el de la visita a un burdel. Visio- Contrariamente a Lyotard, para Sloter- nes, derivas en abîme, escenas eróticas, dibujos dijk habría que dudar de que nuestro tiempo de arquitectura, dibujos egipcios, corredores se caracterice por narratividades, y propone imposibles, piranesianos, todo ello convive en en su lugar escenificaciones más cercanas a la imagen dialéctica, que desde Benjamin significa teatralidad de la commedia dell’arte, cuyo rela- revelar una síntesis auténtica, notar el fenóme- tar es responsabilidad de la capacidad de im- no originario de la historia (Urphänomen). provisación de los comprometidos actores en el El ojo-Onfray es el usuario del limpia- paso de una escena a la siguiente. Cada actor botas visto desde el balcón –cerrado con crista-

- 140 - Carlos Tapia leras– de Daguerre, ambos ausentes para hacer aquí cuando describiendo las escenografías de presente el enjuiciamiento universal de la ciu- las vanguardias de inicios del XX (Poelzig, Me- dad en los últimos días, por la mediadora desfi- yerhold, Popova, Marinetti…) se reconoce en guración del sueño. Constelar dijimos, el libreto ellas una suerte de contra-ciudad, el negativo ha de leerse, dijimos: el ojo que mira a la cámara de la metrópoli. Tal contra-espacio no pasará a se reconoce si uno aprendió arquitectura. ser fenómeno originario de la historia nunca, Tafuri decidió un aperçu para La esfera puesto que la gran ciudad es ya, hasta nuestra y el laberinto hablando de los ojos de Borromini época, teatro absoluto30. El título, por tanto, de- en Pesaro y Roma y las desfiguraciones de los bería ser: la ciudad virtual como escena. espejos convexos, como clave de lectura previa Lo virtual proviene de virtus, virtud que a la lámina IX de las Carceri de Piranesi. Entste- para Pierre Levy (1999:12) significa descubrir llung es el término clave freudiano que designa una problemática aplicable a una entidad cual- la desfiguración, en su doble acepción de altera- quiera (su virtualización), hacerla mutar por ción y desplazamiento. La lámina IX desplaza una cuestión particular y redefinir la actuali- intencionalmente los ejes perspectivos circuns- dad de partida. La realización sería la ocasión critos a una óptica del siglo XVI, de por sí tea- de concretar algo predefinido y su actualización tral en el Barroco tardío, convirtiéndose así en consistiría en inventar una solución a un pro- una crítica sistemática al concepto de centro y blema que se plantee. Por tanto, actualizar es lo coloca incómodamente al grabador de las imáge- inverso que virtualizar en tanto que se trata de nes en el encuadre, el plano elegido para la re- un dinámico desplazamiento del centro, de su presentación del espacio. La lámina IX proyecta ontología, del objeto a considerar a partir de un más acá del ojo todo el aparataje estructural campo problemático. Es una potencialización, atravesando, dice Tafuri (1984:32), un segun- en su permanente indeterminación. do bastidor que alberga otro óvalo emergente La imagen elegida para nuestro acto desde la profundidad del espacio, que además, tercero es un fotograma en transición de la pe- evidencia que no se trata de un exterior, sino de lícula de Bruno Taut de 1919 constituido por un interior que engulle al observador. el dibujo de Carl Krayl La Catedral radiante. La Tal apertura es preámbulo para el terce- condición de tránsito virtual de analogías del ro de los capítulos del libro de Tafuri, donde la sí mismo con todos los que son antes que él, hipótesis se lleva al título: La escena como ciudad como decíamos con antelación, se aclara con la virtual. Piranesi es el personaje de Daguerre, en frase que el escenógrafo Appia usa al pregun- tanto que queda detenido en pos de un despla- tarse cómo la exteriorización cotidiana –lim- zamiento mayor que él mismo cuando el pensa- piarse los zapatos– se funde con lo espiritual dor Tafuri es llevado a escena. Es un apóstata, para generar el materialismo de lo incorpóreo, Piranesi, que arrastra al público al universo de la escena, un interior: el hogar se vuelca a la calle la virtuosa locura. y la vida al aire libre irrumpe en nuestras ventanas Es cierto que Tafuri no olvida deshacer- (Tafuri, 1984: 128). se de su título aunque lo mantiene. La analogía, Pero, ¿qué es una catedral?31 Para Ap- esas correspondencias baudelarianas, se carga pia, imagen del porvenir, donde el arte dramáti-

- 141 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. co florecerá con o sin espectadores. Tal renuncia equivalentemente enigmático como una casa, obliga a todos a someterse a la escena, a las de la que sale un hombre que invita al joven a escenas dislocadas que deben llegar, de anti- un aposento fantástico. cipar la posición de los ojos para los miles de Con un bastón, el hombre comienza a zapatos que habrá que lustrar. Taut, queriendo crear tocando las puntas de las plantas, casas atar la transformación total del universo no nuevas, construcciones en forma de alas de pudo finalmente realizar la versión fílmica de mariposa, articulando visiones oníricas y final- un cuento para calzar dos milenios. Tal cuen- mente sueños profundos. Sin aclarar si se sale o to se llamó Die Galoschen des Glücks (Los zuecos no del sueño, se producen nuevos encuentros, la de la suerte) y el guion imponía la necesidad de chica parece que vuelve o se le parece, un doble, transiciones continuas en los cambios de esce- se viaja al año 3000, se reinsertan hechos histó- na. El cuento es una versión de Los zapatos rojos ricos conocidos con deseos cumplidos de trans- de H.C. Andersen. La trama cuenta las tribula- formación social, política. Distintas aventuras ciones y desesperanza de un joven sin trabajo llevan a encontrar una zapatoteca (biblioteca de que se separa de una mujer mientras evoca su zapatos) numerados por años. Unos zuecos son miserable pasado. Unos zapatos se ven en el ca- recogidos de una de las innumerables estante- mino y al calzárselos, todo lo que era desgracia rías: la humanidad está gozosa de ver cómo se es ahora felicidad, trasladado al año 2000, en sienten ellos al despertar. el futuro. En una especie de vegetal hay algo Un interior que alberga casas, zapatos, sueños, dobles, alas de mariposa.

Fig. 4 Montaje del autor. Simetrías y antisimetrías. Boulevard du Temple. Imagen-Espejo.

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ACTO 4. Quid Tum. Y, entonces, refleja en su interior el orden del mundo, del ¿qué? hábitat humano y de lo propio individual, jun- to con la interrelación consciente de esos tres factores en su dispersión. Añade que al hacerlo La peculiar indecisión del flaneur. Del –datar, medir, comparar, entre otros métodos mismo modo que aguardar es el esta- de laboratorio– pasa lo que a la mariposa que do propio del contemplativo inmóvil, clavamos para su contemplación: no sobrevive. parece que la duda lo es del flaneur. Cuando Daguerre sale a su balcón, dis- En una elegía de Schiller se dice: “Las pone su aparato, abre el obturador, espera y alas indecisas de la mari(p)osa”. Se saca la placa impresionada, lo que obtiene es presenta en la misma relación de im- una imagen espejo. No es una imagen inverti- pulsividad y sentimiento de duda que da, sino de simetría lateral de eje vertical. ¿Qué caracteriza a la embriaguez de hachis. podría suscitar componer una imagen y su do- (Konvolut M 4 a,1. El libro de los Pasajes. W. Benjamin) ble? Respecto a acercar una realidad llegada a ser por su representación, que ya no depende Cuando el mundo moderno se hace verdadera- sino de su infinita virtualización, en crisis por mente moderno adopta la forma de un experi- su espectacularización, en potencia por su ex- mento de admisión de ambivalencias. Anoto plosión, convendría ampliar el Discurso Inte- sin cita esta frase precedente que no es de Slo- rrumpido que hacíamos de Benjamin respecto a terdijk (2015:19), porque reconozco en ella un la lejanía y la cercanía. Él se pregunta (1989:72) aliento que no es de paternidad reconocida en si la complacencia en el mundo de las imáge- su contexto sino como anáfora y repetición de nes no será una obstinación sombría contra sublimaciones temporales (Urphänomen). El el saber. Ver no es ver, dado que la misión en filósofo-literato alemán no precisa comillas la contemplación del mundo, en su lejanía, no cuando la inmersión es tal que es suya la afir- está en su reposo, sino en la excitación de cada mación en pleno derecho del sentido uncanny32 acercamiento, donde el soñador pone coto a la del proceso de Modernización hasta nuestros Naturaleza en el marco de desvaídas imágenes y el días. Que no haya sino disoluciones, tiempos poeta la conjura bajo una llamada nueva33. y hechos que van del sueño a la vigilia, de lo De médicos también es concerniente la visible a lo invisible, requiere equipos técnicos transformación exigida, si pensamos en el gale- cualificados que devuelvan la conciencia del or- no de Hölderlin, Justinus Kerner (1786-1862), den de las cosas. cuyas kleksografías, consistían en imágenes No que devuelvan el orden, sino una formadas sobre manchas de tinta, verdaderos conciencia del orden, apariencia de canon, poemas que las identificaban como nuncios del detener el instante en el que es posible enta- inframundo, adentradas en el nuestro como re- blar acuerdos relacionales. Zigmun Bauman versos por la fuerza invisible del magnetismo (1996:73), que escribió en 1991 Modernity and animal. Ambivalence (Beriain, 1996), aduce que pode- Kerner doblaba el papel con la mancha, mos pensar la modernidad como una era que obtenido una suerte de ente alado, con un cariz

- 143 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. turbador, provocado por simetrías que marcan entomólogo, en el umbral del renacimiento de métricas por distancias entre ser y no serlo. Si- la crisálida. metría, esto es, competitividad. Mirar a dere- En tales contextos, con tales amparos cha e izquierda vela lo que desvela la relación, circunstanciales, la imagen que proponemos un lado u otro, un lado y otro, múltiples rela- para este acto 4 es un montaje, un remontaje de ciones, un instante provee reconocer una cons- la ciudad y su anti-ciudad, la captura de reali- telación, el siguiente la desdibuja. Si no hay un dades que entablan una dialéctica para pensar objeto en común, describir las orientaciones, el espacio. Ivan Illich (1998:347) definió el es- las relaciones paralácticas, a otro observador, se pacio como una creación social que resulta de la hace complicado en un supuesto de aislamiento complementariedad asimétrica que entraña cada espacial. Martin Gardner escribió un libro en cultura y que lo envuelve todo. 1964 titulado The Ambidextrous Universe: Mirror El movimiento entre los extremos de la Asymmetry and Time-Reversed Worlds. Por su lec- primera fotografía de la historia con su reverso, tura, creemos reconocer algunos presupuestos gesta un momento permanentemente original, implícitos de la tesis doctoral de Enric Miralles un interior donde colocar nuestro imaginario Cosas vistas a izquierda y a derecha (Sin Gafas) de como consciencia de des-orden. 1987, donde el experimento de excitación por A la pregunta de Benjamin sobre la las imágenes re-encontradas, cumplían con los confabulación de las imágenes contra el saber, que-haceres de médicos, poetas o durmientes. su propia respuesta: un acto de su suspensión Sería posible también echar mano del libro de (Stillstand), un umbral entre la inmovilidad y familia de F. Ll. Wright, para que la queja contra el movimiento36. O dicho de otra forma, por la rectitud en el camino sea la felicidad cuando Didi-Huberman o por Agamben, es ver volar de deambular de derecha a izquierda fuera de una mariposa, puesto que la larga historia de la los límites del espacio se trata. ambivalencia entre hombres y ninfas equivale Desde que Loïe Fuller en 1900 consti- a la espinosa correlación entre los hombres y tuyera una escena-psyché35 radicalmente libre, sus imágenes37. que encandiló a Mallarmé, Rodin y Valéry, pero ¿Tiene una imagen Tafuri? Sí, se la con- también a Tafuri, la cuestión sobre la prioridad cede Cacciari, a su muerte, remachando la elec- de pensar el espacio desasido, cambiante, ins- ción que el autor de Sobre el Renacimiento hizo tantáneo y creado por los bastones bajo la ropa en vida (Rovira, 2006:215). Tal imagen es un en forma de alas de mariposa, se ha tornado ojo alado y flamígero, metáfora del conocimien- una pregunta permanente. Gardner (1990: 171) to. De su significado se deriva el mostrar a lo incluye un poema de Nabokov a propósito del que se aspira quien quiere saber críticamente. espacio: El espacio es un enjambre en los ojos; y el Le acompaña un lema que fue el de Alberti y tiempo, un canto en los oídos. Si no se ha leído el antes que él, de Cicerón: Quid Tum. libreto, bien estará quedarse con esta apócope Con todo lo dicho, y entonces qué? Cada de lo operístico, a pesar de todo, sintiendo pro- artista se interroga a sí mismo en su soledad, fundísimamente el soplo de pánico (Didi-Huber- cada arquitecto se encuentra con su reflejo, su man, (2007: 19) que sentía Nabokov, eminente doppelgänger, un límite que evidencia la debili-

- 144 - Carlos Tapia dad de la acción humana, su soledad, su cadu- los prerrafaelitas). Freud está, pero no sale, ya cidad implacable. Howard Roark sale a escena, Ginzburg se encargó de que se moviera lo sufi- al encuentro de Ayn Rand (con Alan Greenspan ciente como para que no impresionara la placa. durmiendo en el apartamento de los autodeno- Nietzsche no está, pero sale, sigue durmiendo minados The Collective), Franciska y Hermann en su camastro, hablando en sueños. Henselmann al encuentro de Brigitte Reimann La gaya ciencia consiste, se le oye decir (con Slavo Zizek buscando paralajes y repitien- a pesar de su bigote, finalmente, en ser arti- do and so on…), Serenus Wiesengrund con un stas, prolongar la duración del sueño, hacerse ataque de risa reclama su espacio (con Luis sonámbulos de día, sanar de la inmovilidad Castro Nogueira y T.W. Adorno dialogando mortificante, y alcanzar la felicidad tras un a la sombra de los cerezos en flor), Eupalinos largo periodo de privación e impotencia. Didi- entregando unas monedas compensatorias a la Huberman (2010: 78) lo asume como si de una causa Dreyfus (mientras Monsieur Teste, aje- primavera se hablara, un tiempo de abril, carac- no, ordena compulsivamente cientos de cuader- terizado por la embriaguez de la curación, como nos), Solness cayendo desde las alturas de Ibsen la que Benjamin buscaba en el opio y el hachis. (con Foucault prologando Sueño y Existencia de Arquitectos, los citados y casi todos los Binswanger o a los sueños de San Antonio de demás, seres-mariposa, con lugar propio en Flaubert), Peter Ibbetson empujando a du Mau- alguno de los seminarios de Lacan, quizá el rier a su mundo onírico completo (con Gary de la imagen-espejo, donde se habla del sueño Cooper y Moritz von Schwind aguardando con de Zhuangzi38. impaciencia la noche, como todos y cada uno de

Fig. 5 Dream City Project. Archigram Archival Project. 1963

- 145 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO.

ACTOS 5 y 6 Escenarios a escena. bra creadora (2013:38) que podría entenderse En el delta tragicómico como una connotación destacada del Stillstand benjaminiano. Sin embargo, el doblez del mun- do que se produciría en el tiempo del sueño Si la modernidad fue la era de de Dios, no tiene siempre en sus surrogate hu- los proyectos, la posmoderni- mans un cariz ni heroico, ni donador de cono- dad se muestra como la era de las cimiento. Toda fantasmagoría tiene su anverso reparaciones. y reverso, posee potencialidad pero también el (Sloterdijk, 2015:67) contemplarse ante el espejo no provee ampli- En la factoría cultural de la nue- tudes ni virtualidades. Antes bien, espectáculo va «sociedad» se liberarán más y pseudorelación. En ese reflejo, que es el esta- fuerzas de ensoñación y de anhelo llido de miles de otras imágenes disponibles de las que jamás pueden ser inte- para sustituir a la palabra, hay una felicidad gradas mediante redistribución implícita, alcanzable por la satisfacción de con- de productos y oportunidades cebirse en un receptáculo autógeno logrado por vitales en mundos de expresión los propios medios (American Dream). Mantiene dominables. una dificultad añadida, la de no poder fijar la (Sloterdijk, 2015:63) mirada fuera de uno mismo, en tanto el inte- rior generado es un campo visual con derecho (ver fig 6) de admisión, regido por medios técnicos de au- tocomplementariedad (Sloterdijk, 2003:192). La sexta edad nos trae Así el mundo, así la ciudad, en esa paridad in- al viejo enflaquecido en zapatillas, disoluble que anunció Koolhaas. Con una so- lentes en las napias y bolsa al costado; ciedad así, la ficción sólo permite una escena con calzas juveniles bien guardadas, anchísimas con un único personaje: el individuo mismo. La para tan huesudas zancas; y su gran voz insatisfacción es completa. Habíamos dejado el varonil, que vuelve a sonar aniñada, concepto wish-fulfillment (wunscherfüllung en la le pita y silba al hablar. La escena final terminología de Freud de su Traumdeutung, La de tan singular y variada historia interpretación de los sueños) pendiente de resol- es la segunda niñez y el olvido total, ver. Ahora encaja. sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada. Se trata de la satisfacción o no, de un de- Acto II, escena VII. Como gustéis seo en el proceso de un pensamiento involunta- rio, que emerge en sueños, ensoñaciones, como (As You Like It), de William Shakespeare, 1599. síntomas de neurosis, alucinaciones y psicosis. Todas estas manifestaciones quedaron recogi- Dado que Dios durmió a cada noche de la crea- das en los actos anteriores como una negativi- ción, para diferir su obra al día siguiente, hizo dad no positivable, para hacerla una verdadera al sueño divino. Así lo percibe Jean-Luc Nancy alternativa. Por ello la abundancia y extensión en Tumba de sueño. Hay un suspenso de la pala- de las notas ad marginem, intentando no ser fa-

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Fig. 6 Dreams Room - Toyo Ito. 1991. London Exhibition Visions of Japan. Victoria and Albert Museum. gocitadas por un discurso hegemónico, que se una imagen para esta escena, la de la mariposa escapa del control incluso cuando son escritas atravesada por su alfiler, serviría. con la consciencia de la misma mano que escri- ¿Qué es una mariposa ensartada en su be (desde el backstage). expositor?, una belleza trágica, imagen figural Retóricas de alivio, erudición, persecu- final. Sloterdijk (2015), el gran Diógenes inal- ción de una autonomía formal o de primacía canzable por llevar siempre unas 5000 páginas de la representación, nada queda liberado de la de ventaja, ofrece una imago más descriptiva: sospecha. J-L. Nancy, usando la retórica (aná- un delta gigantesco con corrientes de corrientes fora del que), erudición, autonomía y forma, se que forman un laberinto de venas con diferente comporta como el dios que duerme para dar lu- velocidad de flujo. En él no hay diferencia entre gar al día siguiente y dice (2013:38): Ya no se pro- movimiento y estaticidad, todo corre y se detie- nuncia ningún iQue esto sea!, ya no hay orden que ne a la vez. A mayor densidad del líquido, mayor disponga el advenimiento del ser. Hay una obedien- concreción de la cultura a la que representa, y cia silenciosa a la diferencia del ser: a esa ‘nada’, a que alimenta a una heteroglobalización civi- esa ‘ninguna cosa’, ese ex nihilo que la luz empujó en lizatoria dominada por el espacio interior del principio al fondo de las tinieblas en el movimiento mundo del capital. mediante el cual brotaba de él. Si fuera necesaria Con el aparataje pirotécnico que dará el

- 147 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO. culmen de la felicidad final preparado, las de- City Music Hall, interesado en comprar la idea. rivas no pueden ser críticas, deshaciendo así Visiones críticas como la de Toyo Ito en Dreams el oxímoron del que nos previno Lyotard�. Las Room, un Tokio interior como superficie de ins- derivas, sigue Sloterdijk, tienen la misma fun- cripción que multiplica los efectos y afectos del ción que las trayectorias controladas al inicio y primer Daguerrotipo, donde la velocidad de las que los fracasos, posteriores: por ello sólo pro- imágenes no retiene ningún individuo mos- fetas nos mantienen a la espera. Y no es mala trando la vida cotidiana, ni individuo siquiera, arquitectura la que presenta el interior de esa ni vida y anticipa así el día después del juicio sala de espera. No indiferenciaré entre el bien final, presenciado en exclusiva en la penúltima y el mal si invoco las impresionantes simetrías cámara oscura inventada. Admitiré sin em- bilaterales del pabellón fantasma de Barcelona bargo mi predilección por el anti-proyecto de de 1929, que daría para un largo debate alado, Kengo Kuma para su escenografía en el teatro desgraciadamente truncado por la muerte de Chofu de Tokio de 1996. Solicitada la imagen Robin Evans. al estudio una más que cortés respuesta me co- Tampoco lo haré si mento el Dreamland munica que la imagen de la escenografía no se de Coney Island o el ático de Dream Street en encuentra entre sus archivos, que su ausencia Nueva York, ambos ligados a los sueños de es la presencia que legitima su concepto. los rascacielos en Delirio de Nueva York. Como Este diagrama del delta resulta canóni- proyectos contrapuestos, el DreamCity Project camente tragicómico, como emocionaría a Ha- de Archigram contra un Dreamcity en Macao, rold Bloom. Uno llora de felicidad si recuerda a signado con un parénquima estructural arqui- Jacques, en la obra shakesperiana Como gustéis. tectónico decepcionantemente hecho por la Empieza recitando un monólogo que termina recientemente desaparecida Zaha Hadid. Más con la caducidad de todo, la nada permanece, allá (¿es posible?), el paroxismo, con el relato referido en seis etapas. Pero, señoras y señores, del sueño que da lugar al proyecto de renova- este nuestro gran negocio-paideia recomienza ción del World Trade Center de NY de Ma Yan- así: song, que persiste en tiempo, lugar y forma El mundo es un gran teatro, hasta cobijar la gran nube informacional de y los hombres y mujeres son actores. Pekín sobre el CCTV de Koolhaas. Una sonrisa Todos hacen sus entradas y sus mutis se escapa cuando se compara con la Green City y diversos papeles en su vida… de Melnikov, el gran laboratorio del comporta- miento humano, nunca construido, donde los Notas edificios tienen los pisos inclinados para que las 1 La expresión Theatrum Mundi en la escombrera debe en- tenderse como la contraposición que exige la lectura de grandes salas, que albergan una buena cantidad nuestro tiempo, heredera de representaciones de la solidez de camas, no precisen almohadas. Gas relajan- y permanencia, es decir, de un simbolismo iluminador y te, temperatura controlada, música ambiental, transfigurador de los personajes de un periodo como figu- ras eternas de los conflictos del espíritu. Así lo ha descrito sueños… que el arquitecto (Roc- Cacciari en The Unpolitical (2009), y como opuesto al teatro kefeller Center NY) discutió con el soviético, de máscaras, mundo de oportunidades, aventuras, perso- najes discordantes, teatro de lo transitorio y descompuesto, acompañado por el director escénico del Radio del interés por lo mundano, permanentemente regresando

- 148 - Carlos Tapia y colapsando. Con tal oxímoron introducimos un argumen- laridad que, aunque concurren suficientes evidencias como to que recorrerá nuestros supuestos, de lo moderno a lo para pensar que se poluciona informacionalmente y los peer postmoderno tratando de alcanzar un reencantamiento del reviewers alegarían inadecuación académica, cabría sentir mundo, por usar un término en constelación desde M. We- que una aclaración continua de cada argumento empobre- ber, A. Artaud, J. Ritter leyendo al Marquard de la felicidad ce el ejercicio que ha de hacerse con cada texto: perseguir en la infelicidad de lo moderno, GD. Amendola o J.L. Nancy. fuentes, rastrear presencias, extraer diagramaciones de lo 2 Tan solo –sin tilde– se queda uno cuando meramente cae invisible. San Agustín era conocido, entre otros hechos, por en la cuenta de la ingenuidad de que no hay nada más que ser un lector de introspección, que no dependía de leerse lo dicho al invocar un término, concepto, cláusula, etc. Di- a sí mismo oralmente el texto, como se acostumbraba en gámoslo ya: la forma y lo dicho, conforme a lo que trata su época. Llevado a nuestro hilo argumental, significa que de explicitarse, son aquí, si no lo mismo, homotéticos y, el relato hecho novella como resistencia al mal físico de la justamente al referirse al encargo de constituir el oxímo- epidemia de la peste, conjura por la palabra lo mundano de ron lyotardiano de las derivas críticas postmodernas, el la vida para elevarla a il ben vivere, rasgo de modernidad. To- backstage es tan vasto, que sólo invocar al primer Bloom das estas ideas pueden más ampliamente verse descritas en del Cuarteto de Yale, remueve décadas de diatribas por la el pequeño libro de Sloterdijk hecho por encargo del gobier- dis-locación del pensamiento arquitectónico. Pensamiento no de Extremadura, en España, que lleva por título El Reino que, bastarda entelequia a repudiar como teoría, no supo si de la Fortuna (2013, Fundación Ortega Muñoz). Extendido espacializaba literatura, filmaba construcción, o filosofaba a ello, Artaud (2001:29) recuerda al San Agustín escritor geografías, si era necesario saberlo, o si su autonomía legiti- de La ciudad de Dios (426 d.C.) que en analogía del cuerpo maba realizar todo ello, mientras todo ello –French Theory–’ infectado de peste que no deja ver síntoma en los órganos legitimaba su autonomía. Baste ver el par de páginas mal afectados, el teatro corrompe no sólo el alma de un cuerpo contadas que dedica el libro de 2005 de François Cusset (de sino a un pueblo en su conjunto, debiendo destruirse cada casi 400 páginas) a explicar la arquitectura, para evidenciar piedra de tales lugares impíos. Algo de cierto debe darse la lateralidad que muestra el trabajo de los arquitectos en cuando los griegos hacían teatros abiertos al paisaje y los la sociedad actual. romanos los cerraban para los espectáculos sangrientos. Circo romano y sociedad del espectáculo moderna se vin- 3 Debe recordarse el esfuerzo de Humberto Maturana (La culan por genealogías de ramas primarias. realidad: ¿Objetiva o construida? Fundamentos biológicos de la realidad) por poner la cuestión de lo real en el registro de lo 6 Mertins publicó ese artículo en Anycorp, Any 14. 1996, urgente, y que Sloterdijk (Los latidos del mundo), por otros pero también el mismo año de su muerte, en Modernity un- motivos, igualmente lo prioriza al exclamar que quien es bound. AA Publications. London. 2011, que reseñamos en soberano es el que define el principio de la realidad, pero nuestra bibliografía. mediante una hermenéutica de lo real. Clásico sería citar la 7 Los detalles son importantes, aunque en este momento hiperrealidad de Baudrillard (El crimen perfecto), pero man- podrían ser distractivos, por lo que se comentan brevemen- tenemos la esperanza de que existe si no una alternativa, al te en esta nota aparte, pudiendo ampliarse leyendo los tra- menos un principio de negatividad contrarrestante. bajos en web del profesor de Standford Nicholas Jenkins. 4 En su obra Las Nubes del siglo V, Aristófanes denuncia los Daguerre se encuentra entre 1832 y 1835 en bancarrota con métodos sofistas. La versión que se conserva es una adap- su negocio de exhibición de dioramas, que abre en 1822 con tación en la que los espectadores también forman parte de dos tableaux, La vallée de Sarnen y La Chapelle de la Trinité la escena, reprochados por no conceder a la obra un carácter dans l’Église de Canterbury pintados por Daguerre. Antes de triunfador, cosa que fue lo que pasó con la primera versión y la destrucción en 1839 por un incendio del edificio donde dio motivo a la reescritura de la segunda. En nuestro tiem- tenía el laboratorio y el diorama, se mostraron 21 tablas po, carente de alternativas, todos los contendientes acu- pintadas por Daguerre y Sèbron. den a los mismos argumentos, razonamientos y fuentes, En ese tiempo, Daguerre perfeccionó por casualidad al en- pretendiendo ser distintos, afianzando ya no las políticas cerrar en un armario la solución química que impregnaba que se defienden, sino un territorio de charlatanería don- el proceso de impresión, reconoció –a regañadientes– el de se rizan hasta el embeleso meramente los factores más trabajo previo de Niépce en ese proceso, que él llamó la hé- demagógicos. liographie, pagando a su hijo derechos, y recibió el apoyo 5 Permítasenos seguir jugando con palabras y sus inversio- del político y científico François Arago para una subvención nes, su reversos, lo que luego llamaremos simetrías bilate- estatal a partir de la cual popularizar el invento. Seguir, rales. Cada una de ellas invoca a tantas otras, algunas más para más precisiones y datos, esta dirección web: www.mi- implícitas que otras, y su puesta en relación abisma los sen- dley.co.uk/ Igualmente ha de consultarse obligadamente de tidos. Nos parece que nuestro tiempo contempla esta singu- Gisèle Freund, La fotografía como documento social, de 1974, traducido por GG desde 1993 en sucesivas reediciones. W.

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Benjamin hace una reseña de los trabajos de Freund en quieran acortar lecturas y demorar ir a los libros completos, 1938 (inserta en Sobre la Fotografía, Pre-Textos, 4ª edición el breve texto explicativo de Castoriadis, El imaginario social de 2008) sobre la historia de la fotografía y del retrato des- instituyente, Zona Erógena, 37. 1997). de 1780 hasta el fin del siglo XIX. 15 Autores como Starobinski o Augé han recogido en sus 8 Exactamente, dice Agamben: No podría figurarme una ima- textos fragmentos de este primer verso de los Tableaux Pa- gen más adecuada del Juicio Universal. La muchedumbre de los risiens. La version más reconocida en inglés es la de William humanos –incluso la humanidad entera está presente– pero no Aggeler, The Flowers of Evil (Fresno, CA: Academy Library se ve, porque el juicio concierne a una sola persona, a una sola Guild, 1954), que personalmente me es menos cara. vida: esa, precisamente, y no otra.¿Y de qué modo esa vida, esa No hay traducción al español que acabe dando métrica y persona ha sido elegida, arrapada, inmortalizada por el ángel rima cercana al original en francés original pero la crítica del Último Día, que es también el ángel de la fotografía! ¡En el especializada valora la que se expone aquí en su verso com- gesto más banal y ordinario, en el gesto de hacerse lustrar los pleto, de Luis Martínez de Merlo para Cátedra: zapatos! En el instante supremo, el hombre, todo hombre, es re- mitido para siempre a su gesto más ínfimo y cotidiano. Y sin em- Paisaje / Quiero, para crear castamente mis églogas,/ igual que bargo, gracias al objetivo fotográfico, el gesto se carga del peso los astrólogos, junto al cielo acostarme,/ y entre sueños, veci- de una vida entera; ese comportamiento irrelevante, hasta bobo, no del campanario, oír / sus solemnes salmodias lloradas por compendia y condensa en sí el sentido de toda una existencia. el viento / La barbilla en las manos, desde mi alta buharda / contemplaré el taller que canta y charlotea;/ chimeneas y torres, 9 No es cierto, pueden verse rastros de niños, el propio lim- mástiles de la urbe,/ los cielos que hacen soñar de eternidad. piabotas, etc., como puede indagarse con cierta facilidad y agudeza visual, pero durante años fue la persona que fijó la 16 Recuérdese que Garnier se sintió fascinado por la novela imagen que representó a la Humanidad vista por ella mis- de Zola Travail y dispuso el exterior de la Sala de Reuniones ma, como un exterior. de su Cité Industrielle compuesto por citas extraídas de ese libro y grabadas en la fachada. 10 Los edificios de esta zona de París donde se tomaron estas primeras fotografías fueron casi completamente 17 El traductor de Baudelaire bajo el que nos amparamos, arrasados, las viejas calles fueron destruidas y se constru- Martínez de Merlo, dice en uno de sus comentarios que los yeron nuevas durante la haussmannización del distrito y Cuadros Parisinos son un cuestionamiento del poeta que la creación de plaza de la República entre 1854-1879. Para denuncia una realidad detestable, la de la gran ciudad. Y algunos investigadores, el sitio del diorama de Daguerre en la equipara a la que sería hecha por los pintores o los mo- el actual París quedaría aproximadamente en el lado sur dernos fotógrafos. Tal cosa es Spleen de Paris, conduciendo de la rue Léon Jouhaux, en la esquina norte de la plaza de hacia un supuesto ideal de Paris que nadie llegó a conocer. la República. 18 Didi-Huberman (2010: 133), a propósito de Warburg 11 Para Déotte, una superficie de inscripción es un acon- y su Bilder-Atlas Mnemosyne, datará a comienzos del siglo tecimiento necesariamente técnico y un aparato, en la XVII el empleo de la palabra explosión en la lengua fran- terminología benjaminiana, un appareil. El conjunto de cesa del Renacimiento como invasión súbita e inesperada de las superficies de inscripción se denomina, consecuente- síntomas. Se trata de una manifestación que destella, ligada mente, cultura. a una destrucción. Es, una paradójica visión del mundo, en el sentido pues de Benjamin. 12 Pessoa escribió: El misterio nunca se transparenta tanto como en la contemplación de las cosas pequeñitas que, al no 19 Adorno no estuvo de acuerdo y exigía ser mejor dialécti- moverse, son perfectamente transparentes al misterio, aquie- co a quien efectivamente no lo era, por ser mejor un apasio- tándose hasta dejarlo pasar. (2014: 73) nado de las transformaciones que conservan medidas y sus relaciones de proximidad, como demuestra pensar sobre lo 13 Puede perseguirse una conectividad de estos presupues- lejano y lo cercano, esto es, pensar en topologías. El autor tos si se consultan los trabajos del propio Batchen, de Jona- de la dialéctica negativa, no da crédito a que la superes- than Crary y de M. Foucault. tructura esté siempre medio siglo atrasada con respecto al 14 Según C. Castoriadis, los imaginarios son radicales desarrollo de la infraestructura, como argumentaba Benja- representaciones o significaciones sociales saturadas de min. Llevado más cercanamente a la arquitectura, Déotte atributos aglutinadores donde prima lo discontinuo, lo (2013:18) deja entrever sin aseverar más categóricamente inesperado, lo no ordenable. Los imaginarios demarcan y que a partir de la relación de Benjamin con Giedion se funda allanan lo pensable en un momento histórico o en un perío- un enfrentamiento entre infraestructura (de la producción do cultural. A diferencia de la ideología (anclada en clases en Marx se pasa la técnica de la construcción) y la superes- y grupos sociales), los imaginarios impregnan la totalidad tructura, en sentido cultural, cuya manifestación más evi- de la estructura e instituciones sociales. (Ver para quienes dente se tiene en los comportamientos de lo urbano (Spleen,

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Flâneur, Badaud, Dandy, Bovarismo y Ennui...) tableaux, bastidores teatrales inagotables, incrementan el 20 Merrifield, Andy.The New Urban Question, London: Pluto momento de la existencia, los iluminan, como el despertar Press, 2014. védico de la Bodhi, como el opio provoca, cuando la dosis natural que cada hombre lleva no es suficiente. Así se espa- 21 Debe verse para su mayor comprensión la tercera parte cializa el pensamiento (Denkraum, diría Warburg), cuando del libro de Christine Buci-Glucksmann, La folie du voir – Une el espacio, analogía del tiempo, se entreabre en una sucesión esthétique du virtuel, Paris, Galilée, 2002. de planos en los que las figuras particulares se recortan con una 22 Berkeley, George,Essay Towards a New Theory of Vi- nitidez embriagadora y casi dolorosa. sion,1709. http://www.gutenberg.org/files/4722/4722- 24 Ver En el mundo interior del capital de Sloterdijk, alrededo- h/4722-h.htm res de la página 404, sobre el sueño americano y el delirante 23 Calasso (2011:27) apunta que Baudelaire era un estudio- libro de 1993 de Edward N. Luttwak: The Endangered Ame- so de la profundidad, puramente en sentido espacial. Los rican Dream. How to Stop the United States to Become a Third World Country and How to Win the Geo-Economic Struggle for Industrial Supremacy. J. Rifkin (El sueño europeo, 2004) es obligado igualmente por lo bizco que se queda uno al tratar de polarizar Europa contra Norteamérica, impidiendo ver más allá. Los documentales de Adam Curtis, en particular, All Watched Over by Machines of Loving Grace ,BBC (2011) y el dirigido por Jared P. Scott, Kelly Nyks y Peter Hutchison, sensación que nos desvela algo que no es nuevo aunque ex- titulado Réquiem por el sueño americano. Noam Chomsky y los traño, algo familiar y profundo, arraigado en nuestra men- principios de concentración de riqueza y poder, (2016), son re- te, pero reprimido, que su dificultad de afloramiento sólo comendados en el mismo sentido. prueba su represión. Algo que es usado por el historiador 25 No hay nada más cosmopolita que lo eterno, ha dicho Baude- de la arquitectura contemporánea, Anthony Vidler, como laire. (Calasso, 2011: 150) apertura a la relación posible entre lo surreal y lo arquitec- 26 La Isotopía organiza distintos estratos de la identidad, tónico. The Architecture of the Uncanny: The Unhomely Houses mientras que la alotopía organiza distintos estratos conco- of the Romantic Sublime. Anthony Vidler. Assemblage, No. 3 mitantes de diferencia. (Jul., 1987), pp. 6-29 27 Para más referentes en lo tocante a sueño y arquitectura, 33 Giacomo Leopardi (1798-1837) lo aclarará más pronta- objeto de mi programa de Historia, Teoría y Composición mente: Ver, para el pensamiento de la poesía, es buscar aquel Arquitectónicas de 5º año de la ETS arquitectura de Sevilla, confín donde el paisaje muestra otro lado y este otro lado no es sugeriría ver mi Relatos de lo extremo: acuerdos entre sueños y solo la onda de la correspondencia que une la línea de los montes despertares de ciudad futura. En, Cidades. 2015. Vol. 11. Núm. con el sonido del viento... Este más allá de, es la onda de una 19. São Paulo. metamorfosis que lleva el paisaje hacia la palabra... Porque la cuestión para el poeta es cómo coger en el nombre la aparición y 28 Conviene atender no sólo para la melancolía, sino para la desaparición de las cosas. el encuentro del XIX con el XX, todo el excelente trabajo de Roberto Calasso La Folie Baudelaire, de 2011. Antonio Prete, Detrás del paisaje. Sobre “otra mirada” en Leo- pardi y Baudelaire, en AA.VV. Romanticismo. In nuovo senti- 29 Sloterdijk (2000:49) lo remacha con amartillado musi- miento della natura. Electa: Milano 1993, pp. 391-402. la cal: La imagen de la doble escena podría muy bien caracterizar cita de Leopardi es del Zibaldone, su párrafo 4418, de 30 la muy particular relación de Nietzsche con el público y la pos- de noviembre, 1828. Agradezco A JR Moreno Pérez esta re- teridad: en una, el pensador se expone y se implica, en la otra, ferencia, así como la del artículo de JM Rovira sobre Tafuri. sus pensadores coetáneos y los seguidores prueban la posible transmisión de las verdades del protagonista sobre sí mismos. 34 Psyché es, para los griegos, no por casualidad, mariposa. 30 No se nombra como Teatro Total en el sentido de obra de 35 Ver Ninfas, de Giorgio Agamben, entre las páginas 29 Arte Total (Gesamtkunstwerk) para no invocar un asunto y 44. diferente que corre en paralelo. 36 Para otra ocasión se deja en suspensión una mayor alu- 31 El libreto imprescindible sobre el sueño de la catedral es sión a la Tafel 46 de Aby Warburg en el Mnemosyne-Bildatlas, de nuevo una amalgama de información y tiempos otros que titulada Ninfa Eilbringitte en el círculo de Tornabuoni. explica con rotundidad Simón Marchán en Contaminaciones 37 Una noche, Zhuangzi soñaba con ser una mariposa, una Figurativas (1986:65) y que por extensión no cabe aquí más mariposa feliz, mostrando y haciendo las cosas a su antojo, que su recomendación de uso. sin darse cuenta de ser Zhuangzi. De repente se despertó, 32 Con la palabra uncanny, Freud define un sentimiento o somnoliento, Zhuangzi de nuevo. Y no podía decir si era

- 151 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO.

Zhuangzi el que había soñado la mariposa o la mariposa 38 Aunque se pueden encontrar más referencias a la deriva soñado Zhuangzi. Lacan, Seminario XI. 1964. en Lyotard, se ha usado el libro A partir de Marx y Freud. 1975. Fundamentos. Madrid.

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- 153 - DERIVAS CRÍTICAS DE LA CIUDAD POSTMODERNA: SUEÑO COLECTIVO Y CONTRAESPACIO.

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- 154 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO

ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO se propone Culturalmente la supremacía de lo presentar una discusión de los aportes de li- espacial confirma el eclipse de la bros- para- usar: libros que contengan investi- naturaleza por lo urbano y halla su gaciones y propuestas sobre el campo general síntoma privilegiado en la gentrifi- de la cultura de la ciudad a veces temáticamen- cación posmoderna así como en el te lejanos a la arquitectura y la urbanidad pero desastre ecológico. fecundos para sus prácticas y otras revisando La separación siempre debe ser el corpus disciplinar de manera crítica. Serán pensada en conjunción con la diná- libros nuevos e innovativos o bien, clásicos pero mica expansiva (del capital)… que aun fértiles. no deja sus objetos en inerte disper- El secreto de la espacialidad del sión sino que vuelven a combinar- capital para Marx es también el los en entidades aterradoramente secreto de la espacialidad en sí: la acrecentadas y aún más poderosas: separación. La temporalidad pue- aquí no sirven los análisis inertes de coincidir consigo misma en la de tipo lógico o cartesiano sino que simultaneidad pero dos cuerpos no las figuras pertinentes son las me- pueden ocupar la misma posición tástasis y las mutaciones. en el espacio y por lo tanto la exten- Frederic Jameson, Representar el Capital, V. El capi- sión es una sola con la separación. tal en su espacio. CFE, Buenos Aires, 2013, pp.135-7

- 155 - - 156 - EL CANSANCIO TRANSPARENTE La Sociedad del Cansancio La Sociedad de la Transparencia

Byung-Chul Han

Herder,

Barcelona, 2012-3

El filósofo coreano graduado en Friburgo con depresiones que explican porque estamos hoy una inevitable tesis sobre Heidegger –Byung- en el pico relativo mas alto de toda la historia de Chul Han– sigue los pasos de unos de sus mento- suicidios como momentos insuperables de un res, Sloterdijk, al proponerse temas de reflexión cansancio insoportable. sobre clamorosas cuestiones del presente y al Superadas las eras bacteriales-virales enseñar en una escuela de Diseño en Karlsruhe por la técnica inmunológica hoy las enfermeda- y en la Universidad de Artes de Berlín. des emblemáticas serían las neuronales. En una En el primero de los dos pequeños y sen- década se calcula que habrá más suicidios que cillos libritos que analizamos aquí –publicó en accidentes de tránsito. La etapa inmunológica España unos 8 pequeños tomitos sobre temáti- diferenciaba enemigos y amigos, huéspedes y pará- cas ultracontigentes como las estéticas de hoy, sitos de modo que mediante procedimientos te- la psicopolítica, las neosociedades de enjambre rapeúticos adecuados lo extraño se rechazaba. o la omnipresencia del tiempo– se plantea una En su última etapa esa fase sociomédica de la nueva escena biopolítica en la que preconiza historia reciente derivó, según Byung, citando la superación de la sociedad inmunológica en a la bióloga americana Matzinger, del modelo aras del advenimiento de lo que menta como de propios/extraños al de amistosos/peligrosos violencia neuronal, o sea estallidos individuales de manera que la técnica inmunológica pasó a que propios del stress laboral, la hiperactividad aceptar al extraño no peligroso y exterminar ligada a la maximización informativa de las co- sin más a todo sujeto portador de real o posible nexiones informáticas y el auge generalizado de riesgo social.

- 157 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO

La otredad pareció extinguir su peli- positividad. Refleja aquella huma- grosidad potencial cambiada por un más sutil nidad que dirige la guerra contra sí intento de definir al diferente-peligroso y ello misma incluso dio paso a una variante de la expansión También Byung da cuenta del cese del mode- terciaria de la economía global cuál sería el in- lo foucaultiano de sociedades disciplinarias: hoy cremento del turismo que busca lo exhótico. ya no existe una ciudad organizada en redes Quizá podría advertirse, dirá Byung, una emer- de vigilancia y disciplinamiento (aunque ello gencia de lo idéntico. Pero será esa supremacía de en rigor pasó a una dimensión Big Brother de lo idéntico aquello que contiene la matriz de la ultracontroles invisibles pero omnipresentes) violencia neuronal, puesto que es ese estado lo sino que la nueva ciudad es más cansadora que engendra un enorme esfuerzo de diferen- puesto que se puebla de las instituciones que ciación (ligado a maximizar el rendimiento, la instala la actual sociedad de rendimiento en la comunicación y la producción) lo cual puede de- que los gimnasios, las oficinas, las usinas gené- rivar en estallidos del yo o lo que Byung llamará ticas, los sitios del intercambio financiero o los infartos psíquicos. Y el preanuncio de tales esta- malls del multiconsumo aparecen más que como llidos serían los estados de agotamiento, fatiga o servicios mejoradores de la vida, como instru- la sutil y hasta culturalmente benéfica instancia mentos de nuevos niveles de exigencia y por lo de cierta neurosis metropolitana: el mundo po- tanto, de cansancio. sitivo de la superación del modelo inmunológico El sí podemos –acuñado en la campaña de propios y extraños o de amigos y enemigos es de Obama– es tanto un voluntarismo del po- lo que instituye una clase de sociedad apta para der individual como una respuesta adaptativa la violencia neuronal de cada sujeto. a la exigencia del rendimiento y preanuncio Byung sintetiza asi su tesis: del cansancio. Sí puedo, pero al posible costo de Al principio, la depresión consiste en un infarto psíquico. Por otra parte queda claro un «cansancio del crear y del poder para Byung que la enfermedad neuronal actual hacer». El lamento del individuo de- no es lo que resulta como residuo o efecto de presivo, «Nada es posible», solamente un incremento de responsabilidad o de la ten- puede manifestarse dentro de una so- sión decisional de mayores libertades, sino que ciedad que cree que «Nada es imposi- es pura consecuencia de imperativos de rendi- ble». De hecho apunto aquí que ese miento. Nadie obliga sino que el rendimiento es el lema de Adidas: Del No-poder deviene en auto-rendimiento, en maximización al poder-más –sigue Byung– con- autónoma en cada sujeto, de la mejor producti- duce a un destructivo reproche de sí vidad y con ello queda anulada toda ilusión de mismo y a la autoagresión. El sujeto libertad de elección sobreviniendo una inédita de rendimiento se encuentra en gue- figura de auto-explotación. rra consigo mismo y el depresivo es el Como metáfora de época Byung evoca en inválido de esta guerra interiorizada. la figura del multitasking (multitarea: la noción La depresión es la enfermedad de una de trabajo múltiple, fragmentario, discontinuo sociedad que sufre bajo el exceso de y contradictorio) un parangón con la existencia

- 158 - animal, pués son los animales salvajes los que ble, cualquier singularidad de las cosas. La sociedad organizan su vida como supervivencia y para de la transparencia es un infierno de lo igual. sobrevivir deben extremar el multitasking de- Ello conlleva a una suspensión de la di- fensivo donde un pequeño error o desatención mensión temporal: pasado, presente y futuro implica la extinción de la vida y es imprescin- deben transparentarse y con ello se ayuda a dible disponer de un estado hiperatento e hi- tratar de instalar al sujeto en un presente ab- peractivo. soluto con lo que ello implica en la reducción de La demanda de atención extrema a las subjetividad asociada a la extinción de una idea exigencias del rendimiento o la performance de memoria o a la clausura de una noción de suelen garantizarse con la estimulación, tanto proyecto. Y así se entiende en tal contexto, a la en el episodio de record deportivo como en la preponderancia de la discursividad de la pura vida de cada día, con altísimos complementos imagen: la imagen a la deriva, el boom o shock de drogadicción y dopaje, incluso ahora despo- permanente de imágenes otorga a su transpa- jados de su aura antisocial y devenidos en com- rencia un valor de inmanencia y ese absolutis- plementos necesarios para la mera subsistencia mo de la imagen muda (aunque estridente en su activa en esta clase de sociedad que requiere al- manipulación publicitaria) instala la condición tos estándares de cierta norma de calidad tanto pornográfica que describe lo contemporáneo. in mente como in corpore. Byung sintetiza así este otro tomito: La cuestión de lo transparente- tema o La transparencia forzosa estabiliza muy efectiva- noción del segundo libro comentado- también mente el sistema dado. La transparencia es en sí refiere a un verdadero trending topic de época: positiva. No mora en ella aquella negatividad que todo el mundo habla de transparencia, mucho pudiera cuestionar de manera radical el sistema más allá de la transparencia física o imateria- económico-político que está dado. Es ciega frente lidad que también se erige, vía el lugar común al afuera del sistema. Confirma y optimiza tan solo minimalista, en otra referencia ineludible del lo que ya existe. Por eso, la sociedad de la transpa- gusto contemporáneo. La imposición positiva rencia va de la mano de la pospolítica. Solo es por de anulación de lo extraño impone la figura entero transparente el espacio despolitizado. La de transparencia a todas las acciones políti- política sin referencia degenera, convirtiéndose en cas, económicas y sociales como desiderátum referendum de comportamientos eficientes y operativi- El ideal habermasiano de una neo-de- zaciones aceleradas, justo para perfeccionar mocracia basada en la perfección de la comu- el ideal líquido baumanniano de la sociedad nicación Byung la ve reducida a la evanescencia contemporánea. Esa demanda actual impone de lo transparente y su utilización a favor del lo transparente como sinónimo de desubjeti- imperativo del intercambio capitalista, además zación: Las cosas se tornan transparentes –dirá de advertir que ese ideal no cancela la opacidad Byung– cuando se despojan de su singularidad y de la relación de cada sujeto con su propio in- se expresan completamente en la dimensión del consciente. La transparencia así anula la tras- precio. El dinero, que todo lo hace comparable con cendencia: en extremo dirá Byung, una relación todo, suprime cualquier rasgo de lo inconmensura- transparente es una relación muerta. Nunca como

- 159 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO ahora, dicho sea de paso, se instala en los pro- La exposición que implica la transparen- ductos de la cultura masiva, una objetivización cia lleva al incremento infinito de la visibilidad extrema del sujeto (muerto) que numerosas pero ello, devenido en imperativo, no es sinó- series de TV han tematizado con el recurrente nimo de verdad ni tampoco es susceptible de motivo estético de las autopsias y el espectáculo afrontar la necesaria cuota de misterio y azar del interior del cuerpo exánime. de una vida cualquiera. El extremo transparen- La apertura transparente del tiempo y el te se opone a cualquier territorio de intimidad espacio no deja lugar oculto para oportunidades sensible. Ocurre incluso con los propios cuer- de memoria selectiva o de pérdida de memoria pos, despojados de su seducción basada en lo ni para los lugares vacíos a la espera de ser des- invisible y en su posible producción de goce y cubiertos. También la transparencia trata de placer. La transparencia extrema también des- ocultar el dolor y el sufrimiento, objetivando centra –se eliminan las diferencias entre centro la degradación de los cuerpos y regimentando y periferias– y anula el panóptico a favor de una los afectos; el amor mismo se transparenta ultraexposición digitalizada triturada en pixels en estímulos sensibles. En la vida política la y despojada de perspectiva. transparencia absoluta anula la característica Insertos en la omnipotente transparen- misma de lo político y de tal forma la exégesis cia del panóptico digital (Google) no solo perde- de su transparencia deviene en escenificación mos toda perdurable figura de intimidad sino y la transforma en visiones o espectáculos o además la decisión estética: el derribo calculado mises en scene antes que en acciones definidas de toda barrera de opacidad anula en extremo, la por las turbulencias de los conflictos. El valor singularidad perceptiva de cada sujeto y su dife- de la construcción imaginaria de líderes y pro- rencial de imaginación y ese aplanamiento clau- cesos políticos resulta rediseñado por una clase sura también las nociones de belleza y verdad. de transparencia mediática que antes que nada desplaza las ideologías a favor de la opinión, la Roberto Fernández opinión pública mediática o la opinión pública Director CAEAU construida por la mercadotecnia.

- 160 - UNA (OTRA) HISTORIA DE LA MODERNIDAD La ley del reloj. Arquitectura, máquinas y cultura moderna

Eduardo Prieto

Cátedra, Madrid, 2016

Eduardo Prieto, desde su doble condición de arquitectura. A partir de entonces, entre los pertenencia a los campos de la arquitectura y de extremos de una aceptación a ultranza de la la filosofía, ha desarrollado una tarea “arqueo- técnica como motor de un progreso ilimitado lógica” al develar, capa por capa, cómo fue que (que encontraría en las máquinas y la indus- a lo largo de los últimos tres siglos la cultura tria su más enérgica representación), y de las occidental se ha visto atravesada por la metáfo- radicales oposiciones luditas (o la negatividad ra de la máquina, que literal y simbólicamente fáustica que algunos pensadores atribuirían a impregnó grandes áreas del pensamiento, el di- su desarrollo), una extensa gama de matices seño, el arte y la arquitectura. En el libro, el reloj circularon por carriles que van de las analogías funge como un amplio recurso alegórico: viene poéticas a las imitaciones literales, el funciona- a cubrir el extenso universo maquínico que co- lismo, el mecanicismo, la noción de sistemas o mienza a desplegarse en el siglo XVIII (que el el utilitarismo sin más. texto desarrolla con detalle, sin descuidar una Con ello se configura un mundo que necesaria remisión a sus orígenes) hasta alcan- en las Exposiciones Universales –como señala zar una oportuna puesta al día en el epílogo. Rafael Moneo en el prólogo– a mediados del si- Desde la ideología mecanicista de la glo XIX comienza a globalizarse, invadiéndolo Ilustración en adelante se desatan tensiones todo con una producción en la que, tal vez, los teóricas y prácticas, que en su confluencia ten- avances más interesantes podían encontrarse drán derivas (algunas previsibles, otras ines- precisamente en aquello que la hacía posible (la peradas y casi siempre contradictorias) en la máquina) y la ponía en circulación (el ferroca-

- 161 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO rril). Energía, eficiencia y velocidad serían los de alta tensión. En un punto de confluencia, inevitables parámetros de legitimación, que se compartiría la fascinación por las grandes postulados desde la arquitectura tendrían sus máquinas de la movilidad: el transatlántico, el equivalentes en las ideas de funcionalidad y automóvil, el ferrocarril y, la más significativa racionalidad, a las que vendría a sumarse una de todas, el aeroplano. correspondencia formal basada en geometrías Pero así como a toda acción corresponde puras y el abandono de los lenguajes del pasado. una reacción –que las hubo a cada momento–, La lógica de las máquinas de la el siglo XX tuvo sus propias miradas negativas Revolución Industrial en su –muchas veces sobre la cuestión central que articula estos pro- aparente– pureza formal, activó el imaginario cesos: la técnica. Las consecuencias no desea- de los arquitectos de principios del siglo XX das del desarrollo tecnológico serían el eje de para nutrir un repertorio de nuevas formas y profundos debates filosóficos y más tarde, y por materiales. Y no solo eso, sino que también am- distintas razones, acabarían impactando tam- plió su registro simbólico, alcanzando cumbres bién sobre la arquitectura. de condensación retórica en frases tales como Es copiosa la información organizada en aquella de la “machine à habiter” –que obtuvo in- el texto, que se desplaza en una lectura fluida, usitada amplificación– o disparó un sinnúmero son muchos los nombres convocados y acerta- de experimentos convocando precisamente a la damente ubicados en la trama de movimientos representación de los mencionados impulsos de estéticos, inventos tecnológicos, corrientes fi- energía y velocidad, con recursos formales de losóficas y menciones bibliográficas que com- todo tipo. ponen este tan apretado –como agudamente Por un lado, la búsqueda de objetivi- analizado– tejido de acontecimientos, pero con dad (otrora garantizada por un sistema clásico todo, no puede dejar de destacarse la cuidada y puesto en discusión, aunque aún activo) sería profusa selección de imágenes que, sumadas a confiada a la exactitud del cálculo científico y la una ágil diagramación, hacen necesaria la lec- precisión técnica; por otro, la intención comu- tura de este libro que es también, a su modo, nicativa abrevaría en las imágenes de las hidro- una historia de la modernidad. eléctricas, los grandes generadores, las torres Luis Müller

Arquitecto, Profesor de Historia en FADU UNL, Santa Fe, Argentina

- 162 - EL LUGAR DE UN FORZADO ENCUENTRO Los hijos terribles de la Edad Moderna. Sobre el experimento antigenealógico de la modernidad.

Peter Sloterdijk

Siruela, Madrid, 2015

Todo presente acoge, a través de su horizonte del pasado inmediato y del futuro próximo, la totalidad del tiempo posible

M. Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción

Hay una línea roja que atraviesa tensando los arrastres que allí concurren.1 diversos episodios o enfoques que concurren en este espacio narrativo, una línea que recorre Desde el delta el campo problemático en el que al autor quie- Comienzo por el final. Escribo desde una de las re insertar la aportación de este libro: sondear orillas que conforman ese delta extenso en el las profundidades de esos conceptos –filiación, que concluye uno de los apasionantes y terri- herencia, generación– que enervan y retan –re- bles aconteceres de la modernidad. Ese final lo narran– un pensamiento moderno excesiva- vivo habitando una instalación inserta en una mente considerado, con un asunto que desafía pequeña península dibujada por sus aguas cam- la vida contemporánea. Está hecha de recorri- biantes, a la que desde hace ya muchos años van dos entrelazados que puntean en una dirección incorporándose otras cabañas en las que sus ha- prohibida el acontecer de la civilización humana bitantes ensayan formas de vida diferenciadas; desde hace miles de años. Sus diferentes sec- ciones diacrónicas muestran una diversidad de 1 En el primer caso, necesitado de la perseverancia de aque- procedimientos que, sin embargo, se relacionan llos que trazan batimetrías; en el segundo, del intérprete- hasta construir una estructura antropológica. espectador que asiste en medio de infinitos puntos de vista a establecer un posible sentido sobre lo que ve. La relación Una línea que bien pudiera trazar el cauce de entre poder, ejercitación y efectos no considerados sería si- una riera y su desemboque en el mar o, tan solo, milar en ambas posibilidades. Véase Sánchez Ferlosio, R., El testimonio de Yarfoz, para asistir de la mano de su agrimen- el espacio de una instalación, cargado por los sor al desecamiento del delta o a las consideraciones sobre los efectos de ese nuevo arte de la instalación, de mano de B. Groys / I. Kavakov.

- 163 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO cada uno de ellos no atiende sino a lo que sucede de nuestra impaciente espera en la venida de la en sus espacios domésticos, que van cambiando próxima configuración de esa materia fluida y al tiempo que su vida incorpora uno u otro estí- revuelta que baña las orillas de esta tierra don- mulo, más o menos lejanos, que llegan a través de vivimos: en esa espera demoramos una vida de su telecomunicación. Con ese sucederse de carente de cualquier otro rumbo. cambios, ahora todas ellas presentan la apa- riencia de folies. Vivo en esta península porque Now, goods, stand up for las corrientes de río arriba me trajeron hasta bastards! aquí. Soy uno de esos descendientes del proce- Hasta donde mis ojos alcanzan, escruto los so-río que aquí desemboca, que confundiendo brazos del río que conforma este delta, hay sus aguas con aquéllas venidas de otros lugares, exploradores que partiendo de aquí se han concita en las instalaciones una resistencia hu- atrevido a remontar su curso, cuando vuelven mana ilusionada con la débil fuerza que le asiste traen narraciones que comparten con algu- para enfrentarse con ese final. nos de nosotros, son recibidas como creíbles Ahora en este delta –o quizás también en o lo contrario, memorables en cualquier caso, aquella Marisma lejana con la que el arquitecto con actitud escéptica o confiadas. Todas ellas Enric Miralles caracterizaba el final del proceso- van conformando un patrimonio que nos hace río de la arquitectura moderna- nuestra preten- conscientes de una filiación no asumida hasta sión, por eximirnos de cualquier filiación, choca ahora, nos sentimos herederos de algo que no con los ecos repetidos de voces que aún no se sabemos bien cómo administrar; en cualquier extinguieron en su ir y venir y, que ahora, han caso, ello no nos sacará de este lugar especial llegado hasta nuestros oídos reflejadas en las en el que nos encontramos y de alguna forma paredes de esas folies, que rompen la planicie de entendemos que este es el fin del fin3. la península y que hacen hablar de lo heredado Esas narraciones dicen la luz ajena4, y del pasado. Como en la Kamchatka de Calasso2, nuestros ojos cansados pero habituados a mi- nuestro retiro del mundo arrastra ahora todo el rar lo abierto -pues fueron intervenidos qui- mundo, de ahí la forma de delta que adopta este rúrgicamente para ello-, están ahora encajados medio en que habitamos. Como si de un lugar en el horizonte de un inmenso semicírculo virtual se tratara, nos hacemos conscientes des- abierto a un océano cuyas aguas se confunden con la marisma donde habitamos. Sentimos la

2 Dice Calasso en su libro La Folie Baudelaire: Según Sainte- 3 Con este título el arquitecto norteamericano Peter Eis- Beuve, Baudelaire se había construido «un quiosco peculiar, muy enman –alguien que según Derrida escribía muy buenos decorado, muy atormentado, pero coqueto y misterioso», al que libros– publicó en la revista Opposition en 1987 un artículo llamó la Folie Baudelaire («Folie» era el nombre del siglo XVIII en el que se interrogaba por la filiación o continuidad de la para ciertos pabellones dedicados al ocio y el placer), situándolo arquitectura clásico-moderna. Véase El fin de lo clásico, el fin en «la punta extrema de la Kamchatka romántica». Pero en ese del comienzo, el fin del fin (1980) lugar desolado no faltarían los visitantes. Hasta los más opues- tos, como Rimbaud y Proust. Aquí se cuenta la historia de cómo 4 Hay una referencia directa al espacio-instalación poético se formó la Folie Baudelaire. Una historia hecha de historias que en el que Hugo Mújica presenta el acontecer de una mirada tienden a cruzarse, hasta que el lector descubre que durante va- que no alcanza a ver, sino por lo que otro refleja de una luz rias décadas, la Folie Baudelaire, ha sido sobre todo la ciudad indirecta a su vez reflejada. Véase el poemaLo ajeno, en Casi de París. en silencio, Pre-Textos, Valencia, 2003.

- 164 - impotencia de una herencia que sólo permite antigenealogía moderna, sino para afirmar el un solo tiempo, su trato nos conforma como transcurrir del río-proceso que nos conduce unitemporales, nuestro presente sólo consiste ciegamente al delta o, quizás, no era todo ello en amasar su tiempo, en adivinar su brillo y así sino una apuesta a ciegas que comparte genera- nuestra existencia se convierte no en circular, ción tras generación, convocadas en un tapete sino en estática. Sólo queda esta estaticidad de tiempo imposible, en el que las generaciones perturbada por una mínima proyección en el se acomodan por oportunidad y en el que de vez porvenir, pero todos tememos que ella sea lo en cuando alguien grita: rien ne va plus o quizá, contrario de una oportunidad. Más bien lo después de nosotros el diluvio. que transmitiríamos si optamos por ella, tan Como de un tiempo imposible se trata, solo sea cargar con la deuda de lo hasta aho- éste se abre –ahora lo sabemos: pues, en el espa- ra acontecido, cuyo pago pasa por encima de cio leemos el tiempo- a geografías ilusorias que lo que dura una vida: ya no hay oportunidad acontecen discontinuas pero que -y este sería para el arrepentimiento o el aprendizaje5. Algu- uno de los hallazgos de esta narración de conti- nos con una actitud cínica se solazan en este nuidad- ahora podemos convocar como parajes tiempo final, dicen: después de nosotros… y a de arriba del río que conduce al delta. No es de este comienzo puede añadirse muchas opinio- extrañar que tengamos que recurrir al topos de nes pero todas coincidentes en compartir ese la pintura clásica y a su continuidad artificial final sin continuidad. Su figura se asemejaría, con el tiempo mítico de la Antigüedad, para quizás, al paso de baile ensayado por la dan- encontrar figuraciones capaces de mostrar el za renacentista a la que G. Agamben6 califica alcance de la operación en la que Sloterdijk nos como fantasmata: nos encontramos prendidos embarca: cada lector tendrá la promesa de un en un instante, pero nuestro baile no sabe pasaje en un barco que emprende una singladu- averiguar ni de dónde procede ni qué viene a ra tan atractiva como la de un crucero turístico continuación, la detención resulta inútil y la por los círculos descendientes del infierno de espera desasosiega. Dante, aunque su disfrute sea similar al que Este es el final de una negra historia prometía la buena vida formulada por aquel cír- de negras iniciativas que no quisieron contar culo florentino del siglo XV7. sino con su oportunidad. Estaríamos así con- frontados con la concepción teológica de Ben- Ni una palabra más… jamin que asegura una débil fuerza mesiánica En 1920 Paul Éluard -nos dice un relato intere- a cada generación, con la que se abre un hiato sado en la construcción de una genealogía des- en la continuidad ciega de la historia positiva, atendida8- abandona París, nadie sabe por qué en el que es posible salvar el tiempo pasado. Di- ni a donde se encamina, aunque como se narra cho con palabras de otros: para qué sirve esa 7 Recordemos que con la descripción de este pasaje comien- za El Reino de la Fortuna, libro de Sloterdijk publicado en 5 Véase la reflexión que sobre estos dos términos hace Slo- 2014. terdijk en las páginas finales de la introducción. 8 Rasula, J., Dadá. El cambio radical del siglo XX, Anagrama, 6 Agamben, G., Ninfas, Pre-Textos: Valencia 2010 Barcelona, 2016.

- 165 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO en esa pequeña historia, las pistas o las cartas Del cuerpo están ante la vista de todos. Su huida aparente En el año 2000, límite del final de un siglocorto, no es sino la continuación de una filiación in- destructivo, baldío, T. Negri9 escribe a su amigo ventada: un encuentro que quiere celebrar que Raúl una carta sobre el cuerpo, celebrando el la supervivencia en un lugar forzado de des- comienzo de una nueva era. Los espectáculos de trucción, no se hubiera consumado a un lado y Nekrosius y Pina Bausch, a los que había tenido a otro de la línea de guerra de Verdún. la oportunidad de asistir, le confirman que ha Historias como éstas, recorren los luga- llegado ese momento. El argumento expuesto res de los puertos de arriba del río que conduce es el siguiente: ambos artistas despliegan unas al delta: pueden representar experimentos de potencialidades corporales antes no vistas, a resistencia o alternativas rápidamente consu- partir de una condición corporal caracterizada midas, en esos momentos, o resistentes como –según Negri– porque el cuerpo ha terminado lecturas o interpretaciones posteriores; tan por subsumir la abstracción a la que fue someti- sólo se trata de una topología interesada en do durante siglos. ese¿qué hay de lo mío? con el que se construye la El cuerpo moderno convertido así en un continuidad terrible de la modernidad. archivo, registra entonces el salto de un cam- Éluard jugaba al trincarro con su con- bio de naturaleza que lo hace definitivamente trincante bélico –después amigo de juego- for- herramienta informada, alineándose con los de- zando un triángulo que permitía el centro de más objetos que hasta ahora tan sólo le servían Gala, al que ambos se referían o, tal vez, desea- como medio para constituir su subjetividad. ban. No es tal vez este relato de Sloterdijk –al La hipótesis de Negri, nos sirve para que algunos caracterizan de literario para sepa- contraponer a la Buena Nueva de los conjurados rarlo de lo filosófico- una historia de un deseo con Nietzsche, consistente en poner fin a cual- insatisfecho, monstruoso, jamás aplacado por quier filiación, en liberar de cualquier herencia logro u objeto alguno, que olvida lo repetitivo y su carga a los que vienen al mundo, la conti- para embarcarse en el descubrimiento de un nuidad ciega que la ejercitación tatúa sobre el espacio incalmable, en el que va dejando atrás cuerpo humano, en el que la mano se convierte territorios provisionales servidos al abandono en una máquina de habitar10. y al olvido, sobre los que alguien pueda volver. Toda herencia es, entonces, no sólo El relato de Sloterdijk tiene la virtud de carga sino posibilidad y con ello, proyección alentar una convocatoria, como los banderines hacia una palingenesia en la que mediante la de enganche, como las convocatorias laborales, educación y el arrepentimiento es posible que como el espacio virtual de los carteles de gue- ese delta puede llegar a ser marisma en la que rra, pero llamando a una tarea en la que puede entenderse que por encima de todo lo aconteci- do permanece -¿humana, posthumana?- aque- 9 Negri, T., Arte y Multitudo, nueve cartas seguidas de Meta- lla siempre conocida como arte de durar. morfosis, Trotta, Madrid 2000. 10 Berger,J., homenajeando a Le Corbusier en el año de su muerte, ha reflexionado sobre ello en la revista digitalCirco , 73. 2000.

- 166 - poder alcanzar esa totalidad del tiempo posible, alcanzar un estadio de elocuencia, fruto de la que describe Merleau-Ponty. interpretación de sus visitantes y de las inten- Esa posible pero callada continuidad, ciones del montador, nunca formulado con an- cuyo papel y alcance está por determinar –tal terioridad, sobre el papel de lo acontecido en el como destaca Sloterdijk- por la teoría de la cul- tiempo porvenir. El arte de la instalación cumpli- tura occidental, puede ser residenciada en la ría, así, aquella apuesta con muchas pretensiones ejercitación que acompaña al arte de la instala- con las que el autor cargaba en el mismo barco12 a ción, al que se ha referido en una conversación los últimos hombres. interesada B. Groys e I. Kavakov, pero también el propio Sloterdijk.11 Con ello, se abre paso la José Ramón Moreno Pérez sugerencia de que pudiéramos entender el libro Profesor Titular de Historia, Teo- de Sloterdijk como un espacio –literario sí, pero ría y Composición Arquitectónicas. también visual– en el que cosas averiadas –de- ETSA Sevilla. tritus del tiempo pasado– son reunidas para

11 Véase De las Instalaciones: Un Diálogo entre Ilya Kabakov y Boris Groys. Otoño 1990 y Sloterdijk, P., Esferas II, Siruela, Madrid, 2008. 12 Sloterdijk, P., En el mismo barco, Siruela.Madrid. 2002.

- 167 - - 168 - PLIEGOS POR LA REGIÓN DEL AIRE Epístola breve al escritor Luis Fernández–Galiano, autor de la Cantata Profana

El imaginario del nuevo hombre metropolitano mito: transformar la ficción dibujada en reali- se va conformando por un sinfín de mensajes dad habitable. plurales, trasmitidos desde fuentes lejanas. El profesor Fernández-Galiano ha com- Aceptamos la noticia como fundamento de los puesto la partitura imaginaria de una Cantata materiales que van construyendo el nuevo ima- profana, donde las voces de los seis personajes ginario de lo virtual y, estamos convencidos que que ordenan la composición, enumeran su pro- este estado de escucha y mirada telemática es pio destino, orígenes, paisajes y obras, su canto producto de la herencia de lo moderno. actual y lo que prometía su canto, como las sire- El profesor Luis Fernández-Galiano, es nas prometían a Ulises, cantar en el pasado de arquitecto, pero sobre todo es un reconocido sus hazañas transformándolas para el futuro escritor que trata desde hace años, de describir en escueto poema; aquí relato de la historia de y descubrir la obra del arquitecto tardo-mo- lo que sería un tiempo-espacio nuevo de pro- derno, prisionero aún, de las representaciones yecto y profecía, más allá del marco rudo, des- mágicas del ayer, donde se funden aún dema- ahuciado y maltrecho de la ruidosa realidad de siado pensamiento inmóvil y olvidos esencia- los tiempos que se narran y, por supuesto del les de los límites del espacio habitable junto al usufructo sufrido del pensamiento racional en retorno de las emociones a la ciudad tan des- aras de negocios peregrinos. mesuradamente alterada por la colonización Seis personajes que dialogan con la dili- metropolitana. Consciente también, que en gente maestría del autor y creador de la cantata este arquitecto subyace aún el constructor del y lo hacen en el espacio engañoso de la caverna

- 169 - ESPACIO DE LIBROS DE ESPACIO televisiva, tal vez para relativizar las respues- curso de esa larga marcha de lo moderno hacia tas; relativizar ha sido la herramienta más se- la simplificación de la forma, objetivo primario gura para racionalizar la forma del espacio que que se decanta en los testimonios de la pala- construye la arquitectura. bra que ofrecen sus diálogos en torno al arte de En el dialogo se hace evidente que los construir, como expresión de las emociones que protagonistas existen y que sus obras, proyec- interrogan a la materia. La razón, a los lengua- tos y hazañas en gran parte se han realizado, jes figurativos de la expresión simbólica para de manera que tales relatos se trasforman en consagrar la arquitectura en elegía de la técni- crónica con vocación de historia. Espacios origi- ca moderna y, poder aseverar en el retablo tele- narios de la arquitectura construida en España visivo del cantico, que la arquitectura se torna y otros lugares, como memorias celebradas en el significante con el resurgir especulativo del acontecer del olvido y se muestran antes de ser símbolo que aparece ante el desmoronamiento devoradas por el tiempo y su historicidad, lo ha- de la función. cen en el correlato digital del que hablamos, en El profesor Luis Fernández-Galiano saberes y disciplinas con acento de magisterio. desde la benevolente maestría que le ofrece el Contemplando el discurrir platónico guion del coloquio: palabra, imagen y texto, que acontece en la caverna televisiva: dialogo en- invade la intimidad biográfica de sus persona- tre la imagen y la palabra, observamos que todo jes con la fatiga y el cansancio romántico de un discurre en una secuencia metafórica desde la poeta, Hölderlin, que dice: Solo un verano me domus aurea al opus urbis, del jardín olvidado del otorgáis, vosotros los poderosos; y un otoño para Edén a la heterogénea construcción de la ciudad dar madurez a un canto. industrial y muestra como el trabajo realizado Hermético interrogante que evoca la podemos entenderlo en las tensiones de una caída de lo moderno, o bien los preludios de la cultura de resistencia, liberadas tardíamente nueva utopía del milenio acotada por la maqui- por arquitecturas construidas por las tecno- na digital que deslumbra nuestra conciencia logías de una cultura de la transición; signos e mediática y nos hace elocuente dos mundos en imágenes visibles que ofrecen la realidad de sus la representación del pensamiento arquitectó- edificios y conjunto de obras, en una época en nico tan manifiesto en las ráfagas televisivas que abundan las arquitecturas del tiempo acele- de las obras de los seis personajes. El de lo legi- rado con proyectos de espacios intransitivos, en ble que manifiesta la expresión de su lenguaje ocasiones, fabula de la razón instrumental de y aquel otro visible que formalizan las imáge- nuestros días y, donde el autómata residencial nes de su arquitectura; en paisajes, espacios y urbano, interroga al arquitecto por la prepoten- formas antes de que podamos comprender el cia de las imágenes de su arquitectura y por el significado arquitectónico de la época. canon subjetivo que controla su imaginación En la escenografía televisiva, de ima- discursiva, formalizando tantos signos testigo ginaria evocación platónica aquí esbozada; la de la ausencia de la arquitectura en su ciudad. iluminación desvanece los rostros de los seis Los seis personajes, provienen de geo- arquitectos revisitados y cada biografía queda grafías y luces distintas unificadas por el dis- filmada por la palabra y los encuadres fotográ-

- 170 - ficos de sus proyectos y obras, en esa frontera cumplidos. El autor de la cantata profana, siem- sin fin deauroras y crepúsculos que acontecen en pre más allá de la materia y donde brilla con torno a la obra construida. Aquí el arquitecto se precisión la memoria, finaliza la secuencia de la encuentra con su tiempo y esboza un autorre- serie con un plano en bruma de pleamar hacia trato desde la lejanía, haciendo elocuente a la el olvido que seremos. arquitectura como cobijo que acoge los anhelos Antonio Fernández Alba

Profesor Emérito ETSA Madrid, Académico RAE-RABA, Director Astrágalo

- 171 - ASTRAGALO Segunda Época CONSEJO EDITORIAL Roberto Fernandez- Luis del Valle- Sandra Sánchez Monográficos previstos

Se convoca a participar en un conjunto de nú- Todos los integrantes de la dirección meros futuros que se armarán según se obten- colectiva podrán opinar, contraproponer y en gan colaboraciones para cada uno y editarán definitiva acordar en los temas monográficos a según se vayan integrando a razón de uno o dos abrirse y luego, proceder a requerir y presentar al por año, hasta alcanzar a recuperar el modelo comité, las colaboraciones que propongan en re- original de 3 números al año. De hecho a tal fin lación a su región y red de relaciones académicas. se proponen 9 temas monográficos.

1 NO FORMA bordes, clusters, ghettos, conservar formas versus Informe, deforme, evanescente, inestable gentrificar usos.

2 NATURAL MENTE 7 MEMORABILIA Naturaleza muerta, museos vegetales, derroche de Novedad de lo patrimonial, expansión infinita de la naturaleza, violencia con la naturaleza, espectacula- memoria, autopsias, clonaciones, reciclajes, metáforas rización de la naturaleza frankensteinianas,

3 LENGUA ARQUITECTONICA 8 CRITICA Hablantes, jergas, combinatorias, identificación, estilos Entender, valorar lo valioso en el magma de la pro- ducción, crítica e historiografía, crítica cultural ver- 4 AUTONOMIA DE LA IMAGEN sus crítica popular, crítica disciplinar versus crítica De las cosas a las imágenes, imaginarios, mostrar- contextual. construir, la materialidad de la imagen 9 SOSTENER&SUSTENTAR 5 LO MODERNO POSTUMO SOS:Tener: Límites del tener o consumir. Dia- Modernidad y futuro, modernidad social, modernidad léctica de las traducciones de sustainbility: incumplida, los límites de la función moderna. sustentabilidad&sostenibilidad. Mito y realidad de lo 6 GENTRY sustentable/sostenible en arquitectura y ciudad. Ma- De la ciudad social a la ciudad exclusiva, fronteras, terias y energías.

Deseablemente los artículos tendrían que osci- to jpg, a 300 dpi. Se puede indicar a qué parte lar entre 25000 y 32000 caracteres y si es ine- del texto corresponden. Se pide que se envíen vitable, no más de 4 ilustraciones de línea. Las en formato word a la dirección de Roberto Fer- ilustraciones se envían por separado en forma- nández: [email protected]

- 172 - HAN COLABORADO EN ESTE NúMERO 21 de ASTRAGALO

Roberto Fernández Doctor Arquitecto José Manuel López Ujaque Arquitecto y Catedrático UBA y UNMdP. Director Doctorando ETSAM Madrid CAEAU UAI Luis del Valle Profesor de Historia y Proyecto Enrique Dussel Doctor en Filosofia. Profesor FADU UBA Buenos Aires Emerito UAM México. Ensayista Mary Mendez Profesora de Historia FARQ en Estudios Políticos y Culturales UdelaR-Montevideo Americanos Carlos Tapia Doctor Arquitecto Profesor de Eduardo Prieto Doctor Arquitecto Profesor Teoría e Historia ETSA Sevilla ETSAM Madrid. Redactor Arquitectura Viva Jose Ramón Moreno Profesor de Historia y Teoría en ETSA Sevilla Eduardo Subirats Doctor en Filosofía. Profesor en Princeton Artes. Ensayista en Estetica Luis Müller Profesor de Historia FADU UNL y Sociedad Santa Fe

Emilio Nisivocciai Profesor de Historia y Antonio Fernández Alba Doctor Arquitecto. Proyecto en FARQ UdelaR Montevideo. Académico de la Lengua y de Bellas Artes

Ehud Manor Doctor en Historia.Profesor Ariel University, Israel

La revista ASTRAGALO no mantiene correspondencia que no sea la solicitada. Sus artículos po- drán utilizarse y divulgarse sin fines comerciales citando la fuente, a excepción de trabajos que posean la indicación de copyright a favor de su autor.

- 173 - REVISTA CUATRIMESTRAL IBEROAMERICANA

DIRECCIÓN Antonio Fernández Alba / Roberto Fernández

ASTRAGALO es una publicación que El propósito inicial y actual de la pu- se propone analizar el pensamiento de expe- blicación es difundir trabajos de un grupo de rimentación y crítica del actual estado de la intelectuales americanos y europeos capaces construcción de las ciudades y del oficio de de ofrecer aportes que propongan el análisis la arquitectura eludiendo las teorías más o crítico de la Arquitectura en su inserción en las menos sacralizadas que formalizan la condi- culturas urbanas. Por ello la pretensión será no ción evanescente del escenario metropolitano sólo el cuestionamiento de lo banal o lo efímero contemporáneo en acuerdo con los estragos de las prácticas habituales en contextos metro- mercantilistas del capitalismo avanzado y re- politanos internacionales, sino la exploración cogiendo reflexiones críticas marginales espe- de alternativas. Alternativas que evalúen la cíficamente las que hoy se producen tanto en vigencia del oficio de la construcción y los me- América como en Europa. canismos del proyecto riguroso en lo técnico y Ante el abuso de las imágenes digita- en lo social, pero también de los conocimientos lizadas y de manipulación desmesurada de estéticos, tecnológicos y culturales que pueden ilusiones o apariencias, ASTRAGALO preten- considerarse para recuperar la calidad social de de convocar discursos que intenten la recupe- la vida urbana y metropolitana. ración de condiciones esenciales del habitar y El nombre de la publicación –ASTRAGA- en ella, del marco de valores en que pueden y LO– alude a una pieza del orden arquitectónico deben desplegarse las tareas del Urbanismo, el que articula lo vertical y lo horizontal, lo sopor- Arte Urbano y la Arquitectura y en general las tado y lo soportante, lo real y lo imaginario. Es actividades crítica y de gestión de urbanidad. una pieza pequeña pero fundamental que une Será por lo tanto un proyecto basado en tex- y separa, que distingue y conecta. También su- tos más que ilustraciones, un espacio más de giere racimos de flores, algunas veces solitarias. reflexión que de reflejos.

- 174 -