£L PAIS. — Martes 27 de noviembre de 1962

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PISTOLEROS DEL ATARDECER (Ouitt la the Afternoon; antes titulada "Rlda tha Htgh Country") EE. UU., 1912. Pro. dueclón Matro Ooldwya Mayar. Direc­ tor, Sam Paclctnpah. Productor, Richard E. Lyona. Libreto cinematográfico de N. B. Stone Jr. Fotografía en Cinemascope y Metrocolor, Luden Ballard. Música, Ceorge Baacman. Montaje, Frank San. tillo. Con , Joel McCrea, Mariette Hartley, Ron Starr, Edgar Bu- chaaan, R. O. Armstrong, Jenie Jackson. Jamaa Drury, L. Q. Jones, John Ander- aon, John Davli Chandler. Warren Ca­ tas, Carmen Phillips. Estrenada en el Metro y II da Julio, lunes 26. Joel McCrea es un viejo pistolero del oeste que ha conocido mejores dias. Ahora tiene las sienes plateadas, una miopia que le hace estirar los brazos para poder enfo car una hoja de papel, los puños de la ca­ misa rotos y un considerable agujero en una de las botas. Pero lo que ha perdido en juventud lo ha ganado en dignidad. Por eso cuando llega a un pueblo de California para hacerse cargo del transporte de oro, desde las minas al pueblo, y a través de un territorio bravio, el espectador puede estar seguro de que cumplirá su misión. Lo que no podrá adivinar es todo lo que le va a costar. Porque los libretistas y el director Sata Peckinpah se las ingenian para acü> mular incidente sobre incidente hasta cons­ truir uno de los mecanismos de aventuras más entretenidos e ingeniosos de la tempo­ rada.- En el curso del film, McCrea contra- ta a Randolph Scott y a Ron Starr para que lo ayuden, sin sospechar que ambos están mis interesados en el oro que en la Randolph Scott, Joel McCrea propia dignidad; defiende a puños y a ba­ lazos la virtud de Mariette Hartley, codi- *rltana del padre. Pero es en la secuencia sualmente a la violación misma. Si en este ciada por casi todos los hombres que tra- Que ocurre en el campamiento minero don. pasaje de bravura, Peckinpah demuestra su bajan en el film y muchos de los que pa- de el film ilustra más claramente su con- madurez, en el resto del film prueba su gan por verlo; rescata a la susodicha Ma- cepción mamqueísta del universo. El cam- habilidad para seguir los. mejores modelos ríette de una boda imposible con James Pamento minero es la orgía del Mal, con del género y componer, secuencia tras se­ Drury que la quiere sólo para él y sus la casa de Kate (el burdel) como centró cuencia, de un film que se las ingenia pa­ cuatro hermanos; dispara más balas que las fatídico. Por suerte, Peckinpah no se toma ra parecer constantemente inventivo cuando que se consumieron en toda la conquista literalmente la moralidad y pinta un cua- presenta (por milésima vez) del Lejano Oeste, tratando de salvar a la dro brillante y cómico que se va convir- —una lucha a puñetazos en la que se muchacha y el oro, de la codicia de los her- tiendo progresivamente en más y más sojj deshace una cantina; manos o de la codicia de Scott. Todo e*te Al burdel lleva James Drury a su —una persecución por las montañas con material daría apenas para una entreten!- «ovia Mariette para ser casados por un juez disparos de rifles y gente que cae rodando da aventura si no fuera por el talento ci- borracho (Edhar Buchanan); allí comienza en posiciones pintorescas; nematográfteo dé . la orgía en que el novio bebe más y más —un duelo frente a frente con toda la Descansando en un libreto adulto, bien mientras sus hermanos se disputan la mu hutnorado y de diálogo sobrio, Peckinpah chacha y McCrea debe intervenir para que geometría previsible en estas esforzadas dedica buena parte del comienzo a diseñar i®8 cosas no tomen otro cariz, faenas. cuidadosamente ese nuevo mundo del oestf Apoyado en una fotografía muy suges- Por el cuidado extremo con que el di­ en que se mueven a principios de siglo es- tiva de Luden Ballard, el director compo­ rector compone cada personaje y cada si­ tos viejos pistoleros, fantasmas de una épo- ne esa secuencia con toda inventiva, ^os tuación, se logra una sensación de .verosi­ ca pasada. Ahora hay exhibiciones de circo rojos y dorados del salón, las caras escuá- militud que es un mérito menor del film. más que de guapeza, los automóviles em. lidas de las pupilas, el cuerpo desbordando El mérito mayor es la orquestación total piezan a desplazar a los caballos, los mu- los rasos azules de Kate, la patrona (Jenie de la aventura, la excelente utilización de chachos que antes no usaban gomina alio* Jackson), aparecen contrastados crudamen- los escenarios naturales vecinos a los lagos ra tienen reuma y duermen en los grane- te con los rostros famélicos de los hombres, Mammoth, la acertada conducción de un ros enfundados en larguísimos mamelucos, la lustrosa borrachera del juez y el nlanco elenco en que sobresale la frescura notable Sin embargo, algo sobrevive a esa úesmo- del vestido de la novia, (sin pintura el ros- de Mariette Hartley. Por todos estos deta­ netización del mito del salvaje oeste. Como tro, el pelo cortado a la garcon), para com­ lles el film se levanta sobre los convencio­ pasa siempre en estas moralidades disfra poner una dinámica alegórica sobre la mo­ nalismos del género hasta constituir un mo­ zadas que es todo western, el combate se cencía instalada en el antro de la corrup delo de cómo seguir haciendo brillantes libra entre las fuerzas del Bien (McCrea) y ción. westerns en estos días. las del Mal (el resto). Sólo que en este Pero como Peckinpah no es un reall- Este eB el segundo film largo de Sam ftlm, los personajes son conscientes de que zador de la NV europea, el film jamás se Peckinpah, que tiene antecedentes de tele­ la división entre un mundo bueno y uno queda en decoración. Cada detalle cuenta visión y que fue conocido hace pocos meses malo no es suficientemente nítida. en la anécdota, el episodio está atravesado en Obsesión de vengansa (con Maureen - Toda la secuencia en que McCrea y su por una violencia física, por una amenaza O’Hara, Steve Cochran> otro western que la grupo vial tan la casa de R. G. Armstrong y brutal que se va haciendo cada vez más crítica elogió como sintoma de un nuevo »u hija Mariette, permite discutir inten- concreta hasta que estalla en una suerte realizador. Su nombre debe agregarse a Afoliadamente esa filosofía del bien y del de ballet frenético que tiene como centro a una lista de especialistas en la materia. —• mal y contrastarla con la rígida visión pu- la acosada muchacha y que sustituye vi­ E. R. M.