La utopía clasicista Ricardo Bofill, (1939)

Luis Fernández-Galiano Hijo de un padre arquitecto —cuya y escultórico, con referencias gaudi- tradición constructora acaso se re- nianas en el remate, de las viviendas monta hasta el maestro de obras de la de la calle Nicaragua, cuyo tríplex en catedral de Gerona en el siglo XV— el ático habitaría el arquitecto, y que y de una madre judía veneciana que recibirían el premio FAD en 1964. ejerció como ‘pal de paller’ en la familia, el joven Ricardo Bofill Levi Utopías residenciales tuvo muy pronto que dar muestras Durante los diez años siguientes, y del excepcional talento que los más en un país que —todavía sin liberta- próximos veían en él. Esta combi- des políticas—experimentó un boom nación de exigencia y autoestima le económico y una transformación de permitió transitar sin dificultad del las costumbres producto a la vez del Liceo Francés a la Escuela de Ar- Casa en Ibiza (1960) impacto del turismo y de la revolu- quitectura de Barcelona, donde su ciones de la construcción vernácula ción juvenil del 68, Bofill atravesó activismo político antifranquista y y la arquitectura de José Antonio una fase de excepcional productivi- su proximidad al clandestino Partido Coderch, pero los que le valdrían un dad creativa —expresada incluso en Comunista le valieron la expulsión inmediato reconocimiento serían los películas experimentales como Cir- en 1957, prosiguiendo su forma- edificios de viviendas que levanta en cles o Schizo—, que tuvo como hitos ción universitaria en la Escuela de Barcelona de forma simultánea a la arquitectónicos el castillo de Kafka Tan polémico como Arquitectura de Ginebra. Adquirió fundación del Taller de Arquitectura en , la Muralla Roja en Calpe poliédrico, el autor así tempranamente una experiencia en 1963. Este, que con la incorpora- y Walden 7 en : de la obra que internacional que se desarrollaría ción de poetas, filósofos o actrices tres oníricas y utópicas realizaciones materializó el espíritu después sobre todo en el ámbito fran- se asemejaba más a un colectivo de residenciales, ensayadas antes en el del 68 ha promovido cófono —al norte y al sur del Medite- creación que a un estudio convencio- Barrio Gaudí de Reus y desarrolladas igualmente una rráneo—, aunque sus primeros pasos nal de arquitectura, actuaría desde con extraordinaria ambición modu- urbanidad clasicista profesionales los daría en España, y entonces como la caja de resonancia lar y combinatoria en la no realizada y posmoderna. en proyectos a menudo vinculados crítica de la imaginación experimen- Ciudad en el Espacio madrileña, que con la actividad de su padre. tal de Bofill, y su condición de think- han quedado en la historia como la Controversial and tank artístico contribuyó sin duda a mejor manifestación de los sueños y multifaceted, the Modernidad mediterránea la audacia creciente de los proyec- las esperanzas de una época genero- author of the work La obra que inicia precozmente su tos, desde el racionalismo sobrio sa y visionaria. Junto al edificio de which materialized trayecto es una casa de vacaciones del primer edificio residencial en la Walden 7, el Taller descubrió una fá- the spirit of 1968 en Ibiza realizada para una tía suya calle Bach 28 —una obra entre me- brica de cemento abandonada cuyos has also promoted en 1960, donde la planta orgánica dianeras con incipiente libertad de silos de hormigón transformaron en a classicist and y el desarrollo horizontal muestran sección y citas de Coderch en el patio una sede brutalista y surreal que se postmodern urbanity. una admirable absorción de las lec- interior— al organicismo cerámico comenzó a ocupar en 1975; pero los

Apartamentos calle Bach 28, Barcelona (1965) Viviendas calle Nicaragua, Barcelona (1964)

50 2015 ArquitecturaViva 180 Las primeras obras de Bofill’s early works go Bofill transitan desde el from the sober rationalism racionalismo sobrio de las of the apartments on viviendas de la calle Bach Barcelona’s Bach street o el organicismo de las de or the organicism of those la calle Nicaragua hasta las on Nicaragua street to propuestas residenciales the dreamlike residential oníricas de Sitges, Calpe projects for Sitges, Calpe, o Sant Just Desvern. or Sant Just Desvern.

Castillo de Kafka, Sitges (1966-68) La Muralla Roja, Calpe (1968-73)

Growing up with an architect father Residential Utopias (whose constructive roots may well be During the next ten years, and in a traced back to the master builder of country which, still deprived of politi- Girona cathedral in the 15th century) cal freedom, experienced an economic and a Venetian Jew mother who was boom and a transformation of customs the cornerstone of the family, young that was a fruit of both the impact of Ricardo Bofill Levi had to demon- tourism and the youth revolution of 68, strate very early on the exceptional Bofill went through a phase of excep- talent that those close by saw in him. tional creative productivity (expressed This combination of expectations and also in experimenal films like Circles self-esteem equipped him for an easy and Schizo) that yielded architectural passage from the Lycée Français to landmarks like the Kafka Castle in Sit- the Barcelona School of Architecture, ges, the Red Wall in Calpe, and Walden from which he was however expelled, 7 in Sant Just Desvern: three dream- thanks to his anti-Franco activism and like and utopian residential works, his contacts with the clandestine Com- previously tested in the Barrio Gaudí munist Party. He moved to the Geneva in Reus and developed with extraor- School of Architecture, and so it was dinary modular and combinatorial Castillo de Kafka, Sitges, Barcelona (1966-68) that he acquired early an international ambition in the unbuilt City in Space experience that would later develop in of ; both have left their mark the French-speaking world, north and in history as the best manifestations south of the Mediterranean, although of the dreams and hopes of a generous his first steps in the professional arena and visionary time. Close to Walden 7 would be taken in , and in projects the Taller discovered an abandoned often linked to his father’s practice. cement factory, and turned its con- crete silos into a brutalist and surreal Mediterranean Modernity work, which they began to occupy in The project that precociously began 1975. But the years of Spain’s politi- his career was a vacation house in cal transition were also years of acute Ibiza, built for an aunt, where the or- economic crisis, and Bofill moved his ganic floor plan shows his assimilation professional center to Paris, there- of both vernacular construction and upon carrying out the bulk of his work the architecture of Coderch, but recog- in France, after erecting a tribute to nition would come with the apartment in the shape of a pyramid building raised in Barcelona in 1963, on the border between both countries. in simultaneity with the setting up of his Taller de Arquitectura. This studio, A Monumental Urbanity La Muralla Roja, Calpe, Alicante (1968-73) which included poets, philosophers, or The ill-fated Les Halles competition, actresses, was closer to a creativity which came to nothing when it became team than to a conventional architec- a political battleground, was Bofill’s tural firm, and served from the start as introduction into France’s architec- a critical sounding board for Bofill’s tural scene and a clear expression of experimental imagination. Its role as his turn towards a postmodern clas- an artistic think tank surely contributed sicist sensibility, present too in sub- to the growing daring of his projects, sequent projects for urban parks in which evolved from the sober rational- Spain – such as the Turia Gardens in ism of the residential block at Bach Valencia – but materialized above all 28 – with tentative freedom of section in a sequence of large housing devel- and references to Coderch in the inner opments in France. Whether in villes court – to the ceramic and sculptural nouvelles – Les Arcades du Lac in organicism with Gaudiesque gestures St. Quentin-en-Yvelines, Les Espaces on the rooftop of the apartments on Ni- d’Abraxas in Marne-la-Vallée, or Le caragua street, whose attic the archi- Belvedere de St. Christophe in Cergy- tect himself would occupy, and which Pontoise – or in cities like Montpel- earned him the FAD award in 1964. lier with Antigone or Paris itself with Walden 7, Sant Just Desvern, Barcelona (1970-75)

ArquitecturaViva 180 2015 51 Les Échelles du Baroque, París (1980-86) Paribas Marché St. Honoré, París (1986-97)

años de la transición política españo- el Teatro Nacional de Cataluña o la la lo fueron también de aguda crisis primera fase del aeropuerto, pero la económica, y Bofill trasladó a París realización más característica de esta su centro de gravedad profesional, etapa es sin duda 77 West Walker desarrollando a partir de entonces en Drive, un high-rise culminado en Francia la mayor parte de su trabajo, Chicago en 1992 que había sido ya tras levantar en la frontera entre los soñado para Nueva York en 1985 dos países un singular tributo a Ca- —con ocasión de la muestra en el taluña en forma de pirámide. MoMA— pero que acabó materia- lizándose en la cuna del rascacielos, Una urbanidad monumental deviniendo uno de los iconos de la El malhadado concurso de Les Ha- ciudad. En este momento dulce de lles, que no pudo llevarse a término su carrera, Bofill hizo balance de su al convertirse en un Campo de Agra- trayectoria y dejó constancia de su mante político, fue la presentación de reflexión urbana en dos volúmenes Bofill en el escenario arquitectónico publicados por Odile Jacob, Es- galo, y una nítida expresión de su paces d’une vie (con el periodista tránsito hacia una sensibilidad clasi- Jean-Louis André) y L’architecture Les Espaces d’Abraxas, Marne-la-Vallée (1978-82) cista posmoderna, presente también des villes (con el ingeniero Nicolás en otros proyectos posteriores de Véron), que expresaban su convic- parques urbanos en España —como ción de que «el arquitecto debe recu- los Jardines del Turia en Valencia— perar su lugar... en el interior de las pero sobre todo materializada en lógicas económicas y comerciales». una secuencia de grandes conjuntos de vivienda en el ‘Hexágono’. Ya Iconos del nuevo siglo fuese en villes nouvelles —y así Les A ello se aplicó con inteligencia Arcades du Lac en St. Quentin-en- en los años sucesivos —ante la in- Yvelines, Les Espaces d’Abraxas en compresión de sus colegas, todo sea Marne-la-Vallée o Le Belvedere de dicho— construyendo iconos como St. Christophe en Cergy-Pontoise— el Casablanca Twin Center, el Shi- o en ciudades como Montpellier con seido Parlour en Tokio o el Hotel Antigone y la propia París con Les Vela en Barcelona, junto a obras tan Échelles du Baroque, la urbanidad sobriamente urbanas como el con- clásica y los órdenes arquitectónicos junto Monchyplein en La Haya, tan de las fachadas prefabricadas en hor- elegantemente silenciosas como la migón se convirtieron en un elocuen- segunda fase del aeropuerto de Bar-

Les Échelles du Baroque, París (1980-86) te manifiesto posmoderno que dio a celona y tan eficazmente abstractas Bofill extraordinaria popularidad, como el Karlin Hall Economia en introdujo su obra en el canon de la Praga. Rodeado siempre de su guar- crítica y le llevó en 1985 a exponer dia pretoriana, el británico Peter —junto a Léon Krier— en el mítico Hodgkinson y el francés Jean-Pierre MoMA neoyorquino. Carniaux, y con la incorporación al estudio de sus hijos Ricardo, arqui- Clasicismos cartesianos tecto, y Pablo, economista, Bofill se Convertido en un estudio internacio- ha adaptado al más inhóspito clima nal, el Taller abrió una sede en Nueva económico cerrando las sedes en el York en 1987, y otra en Tokio en extranjero y refugiándose en La Fá- 1991, ampliando la variedad y dis- brica barcelonesa con un equipo de persión geográfica de su trabajo al suficiente dimensión para seguir te- tiempo que dotaba a su clasicismo niendo una presencia internacional. cartesiano de una dimensión más ex- Pero cualquiera que sea el futuro del plícitamente tecnológica. Así ocurre despacho, Ricardo Bofill pertenece en el Paribas Marché St. Honoré en ya a la historia de la arquitectura, y París o en las obras realizadas en Bar- sólo la mezquindad miope de algunos celona al calor de la euforia olímpica, puede negarle ese reconocimiento. Antigone, Montpellier (1979-89)

52 2015 ArquitecturaViva 180 El clasicismo barroco de The Baroque classicism los conjuntos franceses of the French housing de vivienda se hizo más estates became more tecnológico en la torre de technological in the Chicago o en las obras Chicago tower or in de la Barcelona olímpica, the works for Olympic alcanzando una elegancia Barcelona, attaining a luminosa en la segunda luminous elegance in fase de su aeropuerto. phase two of its airport.

Terminal 2, Aeropuerto de Barcelona (1988-92)

Teatro Nacional de Cataluña, Barcelona (1991-97) Terminal 1, Aeropuerto de Barcelona (2003-10) Les Échelles du Baroque, the classical Odile Jacob, Espaces d’une vie (with urbanity and the architectural orders the journalist Jean-Louis André) and of the prefabricated concrete facades L’architecture des villes (with the engi- became an eloquent postmodern mani- neer Nicolás Véron), which expressed festo that brought Bofill extraordinary his firm conviction that “architects popularity, put his work in the canon must regain their place… in economic of criticism, and in 1985 gave him the and commercial rationality.” chance to exhibit, with Léon Krier, in New York’s mythical MoMA. Icons of the New Century To this task he devoted himself in suc- Cartesian Classicisms cessive years – to the puzzlement of Turned into an international firm, the many of his colleagues – by building Taller opened an office in New York in icons like the Casablanca Twin Center, 1987 and another in Tokyo in 1991, ex- the Shiseido Parlour in Tokyo, or Hotel panding the variety and geographical Vela in Barcelona, along with works as dispersion of its work while endowing soberly urban as the Monchyplein de- its Cartesian classicism with a more velopment in The Hague, as elegantly explicitly technological dimension. A silent as phase two of the Barcelona case in point was Paribas Marché St. airport, and as efficiently abstract as Honoré in Paris or the works carried Karlin Hall Economia in Prague. Al- out in Barcelona in the heat of the ways surrounded by his long-time as- Olympic euphoria, the National The- sociates, the British Peter Hodgkinson ater of Catalonia or the first phase of and the French Jean-Pierre Carniaux, the airport, but without a doubt the and with the incorporation into the stu- most characteristic project of this dio of his sons Ricardo, architect, and period was 77 West Walker Drive, Pablo, economist, Bofill has adapted a high-rise completed in Chicago in to the most hostile economic climate by 1992 which Bofill had envisioned for closing his foreign branches and tak- New York in 1985 – coinciding with ing refuge in La Fábrica, in Barcelona, the MoMA show – but ended up mate- with a team large enough to keep up rializing instead in the cradle of sky- its presence in the international scene. scrapers and seeing it become one of But regardless of the future that awaits the city’s icons. At this sweet moment the Taller, Ricardo Bofill already has of his career, Bofill took stock of his a place in the history of architecture, trajectory and left his urban reflections and this is something that only the petty on record in two volumes published by myopia of some can deny. 77 West Wacker Drive Building, Chicago (1988-92)

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